NANO
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[Mélica os e Os: Nac. Hist. Nat.)
Hugo. ¡Campos C. (U. Austral)
Ñ Edmundo Pisano V. (U: IVERENENES)
Carlos Ramírez G. (U. Austral)
de Patricio Rivera (U. Concepción)
de ¡Manuel Rodríguez LOL Austral)
Mario Rosenmann A. (U: de Chile)
Francisco Saiz G. (UL. Católica, Valparaíso)
? Bernabé Santelices G. (P. U. Católica)
“Roberto P. Schlatter (U: Austral)
PAS Federico Schlegel (FAO)
Mario Silva O. (U. Concepción)
seo Haroldo Toro G. ((U. Católica, Valparaíso)
+ Luis Vargas E. (P. U. Católica)
Juan Vial C. (P. U: Católica)
ES Ennio Vivaldi C. (U. Concepción)
E Raúl Zemelman Z. (U. Concepción)
Nibaldo Bahamonde N. (0. de Chile)
¡Germán Pequeño R. (U. Austral)
'Krisler Alveal V. (U. Concepción)
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BOLETIN
DE LA
SOCIEDAD DE
BIOLOGIA
DE
CONCEPCION
TOMO 67
CONCEPCION
1996
BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA
DE CONCEPCION - (CHILE)
ISSN 0037 - 850X
Organo oficial de las Sociedades de Biología
y Bioquímica de Concepción
Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción
TOMO 67 AÑO 1996
CONTENIDO
EVELYN M. HABIT y JUAN CARLOS ORTIZ. Ciclo reproductivo de Phymaturus flagellifer
CEA osa roo oO 7
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venturadas, Chile (Osteichthyes, Perciformes) ..cooconoconocinononononanonnonnnonconnnonconnonncononnnnonnononnnncnncnnnooncnnooo 23
JOAQUIN H. IPINZA-REGLA, MARIA A. MORALES y VERONICA AROS. Hermetismo entre
RSE O ROA ORO 33
R. MURUA, L.A. GONZALEZ, M. GONZALEZ y C. JOFRE. Efectos del florecimiento del arbusto
Chusquea quila (Poaceae) sobre la demografía de poblaciones de roedores de los bosques templados
AE NS ci Ra o ER Sl)
ROLANDO P. MONTOYA, PATRICIA I. GOMEZ, MARIELA A. GONZALEZ, MARIO HENRI-
QUEZ y ARTURO CANDIA. Amplificación de genes por PCR y su aplicación al estudio de la bio-
O ios 43
MARCO A. RETAMAL y MARIA E. NAVARRO. Nuevo registro de Leptograpsus variegatus
Fabricius, 1793, en el Pacífico Sur Oriental (Decapoda, Grapsidae) ..ooooncccncionnnnnnonnccnocanononconcnoso 53
MARIA ETCHEVERRY. Trayectoria científica de Jorge Arrau Escobar (1939-1993) .ooccccoccc.... 57
NIBALDO BAHAMONDE N. Perspectivas de desarrollo de la zoología en los próximos años ..... 61
ROBERTO MELENDEZ C. y GERMAN PEQUEÑO R. Peces móridos de las Islas Desventuradas
(MelcosteriGaditomnes Monda eo SIA O iaa E ic 69
JORGE N. ARTIGAS. Martintella a new name for Martinella Artigas 8 Papavero, 1995 (Diptera,
ASA A O O A O a in e iaa 75
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Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 7-14, 1996
CICLO REPRODUCTIVO DE PHYMATURUS FLAGELLIFER
(REPTILIA, TROPIDURIDAE)
Reproductive Cycle of Phymaturus flagellifer (Reptilia, Tropiduridae)
EVELYN M. HABIT* Y JUAN CARLOS ORTIZ**
RESUMEN
Se caracteriza el ciclo reproductivo de una población de P.
flagellifer que habita en el Parque Nacional Laguna del Laja,
Chile. Se capturaron 143 ejemplares entre octubre de 1986 y
marzo de 1987, de los cuales 57 (31 hembras y 26 machos)
fueron utilizados para determinar el ciclo reproductivo. Los
machos fueron analizados realizando cortes histológicos de
testículos y en las hembras midiendo los folículos ováricos,
huevos y nonatos. Se determinó que la cópula ocurre entre
febrero y marzo, cuando los machos se encuentran en el pico
reproductivo. Entre abril y mayo comienza la hibernación, por
lo que el nacimiento de los infantiles ocurre al año siguiente,
entre enero y febrero. Además, se determina que algunas hem-
bras dan a luz y no son fecundadas durante el mismo período,
mientras otras copulan para dar a luz al año siguiente.
INTRODUCCION
Los ciclos reproductivos en reptiles se encuen-
tran estrechamente relacionados con factores am-
bientales (Duvall et al., 1982). La reproducción de
los lagartos en zonas templadas presenta ciclos
estacionales característicos, con un período de acti-
*Centro EULAChile, Casilla 156C, Universidad de Con-
cepción, Concepción, Chile.
**Departamento de Zoología, Universidad de Concepción,
Casilla 240710, Concepción, Chile.
ABSTRACT
The reproductive cycle of a population of Phymaturus
flagellifer from Parque Nacional Laguna del Laja, was
characterized. We captured 143 individuals from October 1986
through March 1987, and 57 (31 females and 26 males) out over
143 were analyzed for establishing their reproductive stages.
Males were analyzed by studing the spermatogenic stages and
females by measuring ovaric folicles, eggs and embryos/fetuses.
Fecundation period occurs during February - March, coinciding
with the reproductive peak of the males. Hibernation begins
during April -May, and the birth of infants takes place during
January - February of the following year. However, it was found
that some females give birth but do not getinseminated, but only
after hibernation.
KEYWORDS: Reproduction. Viviparity. Phymaturus
Jlagellifer. Chile.
vidad reproductiva en los meses de primavera y una
de inactividad en los meses de otoño e invierno
(Fitch, 1970; Heatwole, 1976; Fox, 1977). La estra-
tegia reproductiva más común es la oviparidad,
pero los lagartos pueden presentar estrategias de
ovoviviparidad e incluso viviparidad, dependiendo
de factores ambientales como la altitud, latitud,
temperatura, precipitación, humedad y fotoperíodo
(Guillette et al., 1980; Guillette, 1982).
Phymaturus flagelliferes un lagarto altoandino,
saxícola y herbívoro (Lamborot y Navarro, 1984),
distribuido en Chile entre los 32? y 37% S. La
población de P. flagellifer presente en el Parque
Nacional Laguna del Laja habita bajo condiciones
de clima muy severas durante el invierno (Ortiz,
1993), lo que implica que este tipo de lagartos
presenta largos períodos de hibernación (Gregory,
1982). La actividad reproductiva queda restringida
a un período corto, en el cual se debe desarrollar
alguna estrategia reproductiva que les permita ase-
gurar su descendencia. En el presente trabajo se da
a conocer el ciclo reproductivo de P. flagellifer, de
cuya reproducción poco o nada se conoce (Donoso
Barros, 1966; Cei, 1986).
MATERIALES Y METODOS
Los ejemplares fueron capturados en el Parque
Nacional Laguna del Laja (VII Región, 37% 20” S;
71% 18” O; 1.700 ms.n.m.) durante los meses de
octubre de 1986 a marzo de 1987. Paralelamente, se
realizaron observaciones del comportamiento (Habit
y Ortiz, en prensa), que permitieron determinar los
períodos de actividad diarios y estacionales, así
como la época en que se realiza la cópula.
El clima del Parque se caracteriza por presentar
abundantes precipitaciones en forma de nieve entre
junio y septiembre, alcanzando a 2.170 mm en un
año normal. La temperatura media en invierno es de
0.3 *C (Ortiz, 1993).
Se capturó un total de 143 ejemplares (72 hem-
bras y 71 machos), los cuales fueron medidos y
pesados en terreno. De éstos, 57 individuos (31
hembras y 26 machos) fueron sacrificados para el
análisis de su estado reproductivo, fijándose con
inyección de formalina al 10% para luego ser con-
servados en alcohol al 70%. Estos fueron deposita-
dos en la colección herpetológica del Museo de
Zoología de la Universidad de Concepción (MZUC).
Los datos obtenidos a partir de los 143 ejempla-
res que fueron medidos permitió determinar la
relación longitud-peso y las clases de tamaño por
sexo. Para ello los datos de longitud hocico-cloaca
(mm) y peso (gr) fueron ajustados a un modelo de
regresión multiplicativo para cada sexo. La compa-
ración de las pendientes de regresión entre machos
y hembras se realizó mediante la prueba tde Student
(Zar, 1984).
El ciclo reproductivo de las hembras fue estu-
diado removiendo los ovarios y los oviductos. Los
folículos en vitelogénesis, huevos oviductales y
nonatos fueron contados y medidos con un vernier
digital 0,001 mm de precisión. La madurez de los
folículos se determinó en función de su tamaño,
considerando a aquellos iguales o mayores a 3 mm
como folículos maduros (Vitt, 1982; Rodríguez-
PESO (9)
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Ramírez y Lewis, 1991). El ciclo reproductivo y las
clases de tamaño de las hembras se establecieron de
acuerdo al tamaño de sus folículos o huevos, al
estado de desarrollo en que éstos se encontraban y
a su ubicación dentro del sistema reproductor (ova-
rio u Oviducto). Estos datos fueron complementa-
dos con el mes de recolección y la LHC. Paralela-
mente se realizaron experiencias de marcaje y
recaptura de 10 hembras, las cuales fueron medidas
(LHC) y pesadas en cada ocasión de recaptura, para
verificar probables pérdidas de peso por alumbra-
miento, entre noviembre de 1986 y marzo de 1987,
con un mínimo de dos capturas por hembra.
Para determinar el estado reproductivo de los
machos se midió el eje mayor del testículo derecho,
individualizándolo junto al epidídimo para luego
realizar cortes histológicos de ambos. Los cortes de
7 um fueron teñidos con hematoxilina de Mayer y
contrastados con floxina. La nomenclatura utiliza-
da para la descripción de los estados espermatogé-
nicos corresponde a la proporcionada por Mayhew
y Wright (1970). Las clases de tamaño y ciclo
reproductivo de los machos fueron establecidos en
base al tamaño corporal, tamaño testicular, estado
espermatogénico y fecha de recolección.
RESULTADOS
Relación Longitud-Peso
La relación longitud-peso de machos y hembras
resultó altamente significativa (r =0.98 y r = 0.94,
p< 0.0001), (Fig. 1), mientras que las pendientes de
regresión no fueron diferentes entre ambos sexos
(t = -0.506, 137 g.1., p > 0.05).
40
El Machos a
log Peso = -10.386 + 3.03 log Longitud Ve
35 +4 u Poo
O Hembras 000 O
log Peso = - 10.508 + 3.05 log Longitud %, $, ?
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05 T T T T T T
40 50 60 70 80 90 100 110
LONGITUD (mm)
FIGURA 1. Relación longitud-peso de machos y hembras.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Estado reproductivo
Hembras: La longitud hocico-cloaca(LHC)fluc-
tuó entre 42.9 y 100.1 mm. Las hembras menores a
84,7 mm LHC presentaron sólo folículos en los
ovarios. De éstas, aquellas menores a66,0 mm LHC
tenían folículos transparentes y pequeños (0,75 a
2,00 mm de diámetro), mientras que las hembras
entre 66,0 a 84,7 mm LHC presentaron folículos
levemente más opacos pero no mayores a 3,00 mm
de diámetro. Aquellas mayores a 84,7 mm presen-
taron folículos en vitelogénesis, los que midieron
hasta 4,8 mm. Las hembras mayores a 86,0 mm LHC
presentaron huevos desarrollados y nonatos.
Las hembras con folículos en vitelogénesis co-
rrespondieron a aquéllas capturadas en los meses de
octubre, febrero y marzo. Ejemplares recolectados
en octubre y diciembre presentaron huevos en el
oviducto y los nonatos aparecieron sólo en hembras
capturadas durante el mes de febrero (Tabla 1).
Tabla I. Ubicación, número y talla de huevos y neonatos en los
diferentes meses. N = número de hembras.
Fecha N Estado de Rango de Posición N* por
Desarrollo Tamaño (mm) Hembra
Marzo 4 Folículo Vitelino 13.16-18.78 Ovario 2
Octubre 3 Folículo Vitelino 11.79-13.14 Ovario 2
2 Huevo* 22.29-23.02 Oviducto 2
Diciembre 3 Huevo* 17.04-23.02 Oviducto 162
Febrero 3 Folículo Vitelino 1.00-13.00 Ovario 2
2 Nonato 37,34-38.00** Oviducto 162
*En los huevos en el oviducto se advierte la presencia de un embrión.
**Los nonatos fueron medidos enrollados dentro del oviducto.
Las hembras con nonatos presentaron muy po-
cos restos o ausencia de contenido estomacal, y sus
estómagos se encontraban fuertemente comprimi-
dos.
Tamaño potencial de la camada y época de
nacimientos
El tamaño potencial delacamada de P. flagellifer
es de una o dos crías. Ninguna hembra estudiada
presentó más de dos huevos en desarrollo, y sólo
uno o dos nonatos en los oviductos.
Laépoca de nacimientos ocurre desde mediados
de enero a fines de febrero, cuando se encuentran
ejemplares infantiles en terreno, desde 48,7 a 52,0
mm LHC (con un promedio de peso de 3.8 g). Los
nonatos encontrados en los oviductos de las hem-
bras de febrero midieron, una vez extendidos, entre
46,0 y 47,8 mm LHC. Además, dos de las hembras
marcadas y recapturadas durante la segunda quin-
cena de enero sufrieron pérdidas de peso de 7,5 y
11,2 gen un lapso detres días (Fig. 2), que concuer-
da con el peso promedio de los tres nonatos encon-
trados en los oviductos (4,1 g).
A AAA
30 ”ó
40
PESO (9)
5
N D E F M
MESES
FIGURA 2. Registro del peso (gr) de 10 hembras marcadas y
recapturadas entre enero y diciembre. La flecha indica las
pérdidas de peso por alumbramientos.
Clases de tamaño de hembras
De acuerdo al estado reproductivo de las hem-
bras analizadas, se establecen las siguientes clases
de tamaño:
Clase I: Infantiles yjuveniles: 48,0-65,0mmLHC,
con folículos menores a 2 mm de diáme-
tro. Se consideran infantiles aquellos in-
dividuos que midieron entre 48,0 y 52,0
mm LHC y que corresponden a los indi-
viduos más pequeños encontrados. Aque-
llos individuos entre 53,0 y 65,0 mm
LHC fueron designados como juveniles.
Inmaduros: 66,0-84,9 mm LHC. Las
hembras en esta clase de tamaño corres-
ponden a aquéllas aún sexualmente in-
maduras, con folículos entre 2 y 3 mm de
diámetro.
Clase MI: Adultos: > 85,0 mm LHC. Las hembras
en clase de tamaño III son sexualmente
maduras y son potencialmentereproducti-
vas.
Clase II:
Machos: El tamaño de los machos fluctuó entre
53.5 y 103.2 mm LHC. El tamaño de las gónadas
varió de acuerdo al mes de muestreo y a la longitud
hocico cloaca del ejemplar. Los individuos entre
53,5 y 80,0 mm de LHC, se caracterizaron por
presentar testículos sin lumen en los túbulos
seminíferos y rodeados por pocos fibroblastos. El
epitelio germinal constó sólo de células de Sertoli y
espermatogonias (Fig. 3.1). Por el contrario, todos
los ejemplares mayores a 80,0 mm LHC presenta-
ron algún estado espermatogénico entre los meses
de octubre y marzo.
La media del tamaño testicular de machos adul-
tos fue 5,34 mm en noviembre; 7,13 en diciembre;
7,06 mm en enero; 7,06 mm en febrero y 6,47 en
marzo. Los machos con testículos menos desarro-
llados correspondieron a un ejemplar de marzo y
uno de noviembre (100,40 mm LHC y 5,34 mm;
87,88 mm LHC y 4,00 mm, respectivamente).
Los estados espermatogénicos encontrados en
los diferentes meses de muestreo fueron los si-
guientes. Los ejemplares de noviembre se encontra-
ron en estado espermatogénico 2 (Fig. 3.11). En
ellos los túbulos seminíferos se caracterizaron por
la presencia de espermatocitos primarios en el mar-
gen luminal y algunas espermatogonias en el borde
interno. Tanto el lumen como las células columnares
del epidídimo se encontraron poco desarrollados.
Los machos recolectados durante el mes de diciem-
bre alcanzaron estado espermatogénico 3 (Fig. 3.11),
el que se caracterizó por la presencia de espermato-
citos secundarios en el borde del lumen. Además,
las células de Sertoli, espermatogonias y esperma-
tocitos primarios se encontraron desde la base del
túbulo hacia el lumen. Los individuos de enero
presentaron estado 5 (Fig. 3.1V), en el que los
túbulos seminíferos tienen espermátidas en meta-
morfosis en el margen luminal. El diámetro de los
túbulos seminíferos se caracterizó por ser mayor al
observado en machos de noviembre y diciembre.
Los machos de febrero presentaron estado esperma-
togénico 6, o pico reproductivo (Fig. 4.1). En ellos,
los túbulos seminíferos mostraron gran cantidad de
espermatozoides tanto en el margen como dentro
del lúmen. Todos los restantes estados de las células
germinales se encontraron presentes y con abun-
dante cantidad de gametos maduros en el epidídimo
(Fig. 4.1). En marzo, algunos machos aún presen-
taron estado 6, sin embargo, la mayoría se encontra-
ron en estado 7 o regresión testicular temprana
(Figs. 4.111 y 4.IV). En ella los túbulos seminíferos
se caracterizaron por una desorganización del epi-
telio germinativo y desechos celulares en el lumen.
10
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Clases de tamaño de los machos
A partir delos datos de tamaño corporal, testicular
y estado espermatogénico se establecen las siguien-
tes clases de tamaño:
Clase I: Infantiles y juveniles: 48,7-64,9 mm LHC.
Machos con testículos sin lumen en los
túbulos seminíferos. Se consideran infan-
tiles alos individuos entre 48,7 y 52,9 mm
LHC, y juveniles aquéllos entre 53,0 y
64,9 mm LHC.
Clase II: Inmaduros: Individuos entre 65,0 y 79,9
mm LHC. Machos sexualmente inmadu-
ros, con testículos sin lumen en los túbulos
seminíferos.
Clase III: Adultos: >80,0 mm LHC. Machos sexual-
mente maduros y potencialmente repro-
ductivos.
Ciclo reproductivo de Phymaturus flagellifer
(Fig. 5)
De acuerdo a las observaciones realizadas en
terreno y a la información obtenida del análisis
gonádico se postula el siguiente ciclo reproductivo.
La cópula ocurre durante el mes de febrero y co-
mienzos de marzo, época en que fue observada en
12 oportunidades y los machos se encuentran en
estado espermatogénico 6. Durante los meses de
abril a junio, cuando los machos se encuentran en
regresión testicular, y algunas hembras están fecun-
dadas, comienza la hibernación, debido ala caída de
nieve y bajas temperaturas.
La emergencia desde el estado de hibernación
ocurre conjuntamente con los incrementos de la
temperatura, durante el mes de octubre. Los machos
adultos emergen en estado testicular 1 ó 2 para
comenzar la espermatogénesis, la que se completa-
ráen febrero. Las hembras, en cambio, se dividenen
dos grupos que emergen con estados reproductivos
diferentes. Aquellas que fueron fecundadas en fe-
brero de ese año presentan embriones en los oviduc-
tos (tal como las hembras encontradas en octubre),
los que continuarán su desarrollo hasta enero o
febrero del año siguiente, cuando ocurren los naci-
mientos. Las demás hembras corresponden a aque-
llas que se encontraban grávidas el verano anterior.
Estas comienzan su vitelogénesis luego del alum-
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
DURA
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3; IV) Estado espermatogénico 5. Rótulos: A) núcleo célula de Sertoli; B) espermatogonia; C) espermatocito primario; D)
espermatocito secundario; E) espermátidas en diferenciación.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
FiGURA 4. I) Túbulo seminífero en estado espermatogénico 6; II) Epidídimo en estado 6; II) Túbulo seminífero en estado
espermatogénico 7; IV) Epidídimo en estado 7. Rótulos: A) espermatozoides; B) espermátidas; C) espermatocitos secundarios; D)
células columnares; E) desechos celulares.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
FIGURA 5. Ciclo reproductivo de P. flagellifer. Desde el exterior
del círculo hacia adentro se indican los meses del año (iniciales),
el ciclo de hembras y el ciclo de los machos.
bramiento (lo que se infiere a partir de los folículos
vitelinos encontrados en hembras de marzo y octu-
bre), pero pronto entran en hibernación. Por lo
tanto, su estado reproductivo al emerger es el co-
mienzo o continuación de la vitelogénesis.
DISCUSION
El cicloreproductivo propuesto para P. flagellifer
sugiere que las hembras no dan a luz todos los años,
sino que año por medio. Este patrón no es común en
reptiles, incluso para aquellos lagartos que habitan
en condiciones similares, en los que la fecundación
se produce al momento de la emergencia de la
hibernación, tal como en Sauromalus obesus
(Johnson, 1965). Ello podría ocurrir en P. flagellifer
si se disminuyera el tiempo del desarrollo ovular y
se depositara el vitelo antes de entrar en hiberna-
ción. Sin embargo, las hembras grávidas pasan por
un período de inanición, debido a que sus estóma-
gos se encuentran fuertemente comprimidos por la
presión que ejercen los nonatos, obstaculizando su
capacidad de alimentación. Por ello necesitan un
lapso de recuperación y acumulación de reservas
para el invierno luego de los nacimientos, y antes de
entrar en hibernación. Por otro lado, a pesar de que
en P. flagellifer la vitelogénesis puede. comenzar
previo a la hibernación, las hembras no pueden ser
fecundadas a comienzos de primavera (septiembre-
octubre), ya que los machos se encuentran en esa
época en estado espermatogénico 2. Considerando
lo anterior, los huevos con embriones encontrados
durante los meses de octubre y diciembre deben
haber sido fecundados el verano anterior.
De igual forma, los machos presentan su estado
de reproducción plena (estado 6) al tiempo de la
ovulación de las hembras. Este período tiene una
duración relativamente breve, lo cual es compara-
ble a lo observado en Liolaemus nigromaculatus
kuhlmani (Ortiz y Zunino, 1976), Sceloporus
scalaris (Newlin, 1976) y S. virgatus (Ballinger y
Ketels, 1983), todas con una sola postura al año, lo
cual implica un menor esfuerzo reproductivo que en
especies con múltiples posturas (Ballinger y Ketels,
1983). La breve época de cópulas de P. flagellifer
está acompañada de un intenso despliegue de com-
portamientos territoriales y jerárquicos (Habit y
Ortiz, 1995; Habit y Ortiz, en prensa). Ellos asegu-
ran el encuentro de los machos con las hembras
aptas para ser fecundadas y la protección de las
hembras grávidas. Así, el corto período de repro-
ducción es aprovechado para una actividad repro-
ductiva que signifique un breve esfuerzo en la
producción de gametos, pero un mayor esfuerzo en
asegurar la fecundación y el nacimiento de los
infantiles.
Por lo tanto, P. flagellifer produce una postura
de 16 2 individuos al año, reteniendo los huevos y
asegurando la supervivencia del embrión, al contra-
rio de lo que ocurre en especies que habitan en
ambientes temperados (Andrews y Rand, 1974).
Esta característica, más un período de gestación
prolongada (1 año), sugieren que P. flagellifer es
una especie viví para, tal como lo había mencionado
Donoso Barros (1966). Dicha estrategia reproduc-
tiva, más una organización social, sugiere una adap-
tación especial de esta población a un hábitat alta-
mente inhóspito.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Dirección de Investigación
de la Universidad de Concepción que financió par-
cialmente este estudio (Proyecto 92.38.24-1); a la
Coorporación Nacional Forestal (CONAP); al Labo-
ratorio de Biología del Desarrollo de la Universidad
de Concepción por su cooperación para realizar los
cortes histológicos; a Pedro Victoriano y Héctor
Ibarra por su ayuda en terreno y al Dr. Miguel
Cristie por la revisión del manuscrito.
13
BIBLIOGRAFIA
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ICTIOFAUNA DEL RIO LAJA (VIII REGION, CHILE): UNA
EVALUACION PRELIMINAR
The Rio Laja ichthyofauna (VIII Region, Chile): A
preliminary evaluation
VICTOR H. RUIZ R.*
RESUMEN
Se estudió la fauna íctica de 16 localidades de muestreo en
el río Laja (VI Región). Encada unase analizó la riqueza espe-
cífica, abundancia relativa y diversidad.
Se encontró un total de 11 especies, de las cuales 3 son
introducidas (Oncorhynchus mykiss, Salmo trutta y Gambusia
affinis) y 8 son autóctonas. La especie dominante es
Trichomycterus areolatus y O. mykiss es la especie de más
amplia distribución en el área de estudio. Se entregan patrones
de distribución y requerimientos de hábitat.
INTRODUCCION
Frente a la creciente contaminación y alteración
de los hábitats naturales se ha resaltado la necesidad
de conservar la biodiversidad en ambientes acuáti-
cos (American Fisheries Society 1992), tanto de
especies de invertebrados (Ward, 1984) como ícticas
(Maitland y Lyle, 1991); (Arratiaetal. 1981; Arratia,
1983; Glade, 1988). Tal gestión de conservación de
la biodiversidad en ecosistemas acuáticos dulcea-
cuícolas no puede llevarse a cabo sin un adecuado
*Depto. de Zoología, Casilla 2407. Universidad de Concep-
ción. Concepción-Chile.
ABSTRACT
Speciesrichnessrelative abundance and taxonomic diversity
of Laja river (Chilean VIIIth Region) ichthyofauna in 16 sam-
pling stations were studied.
Itwas found that eight out of 11 collected species are native
and the remaining three introduced ones (O. mykiss, Salmo
trutta y Gambusia affinis). The native Trichomycterus areolatus
was shown to be the dominant species and the introduced O.
mykiss was encountered to have the widest distribution within
the study area. Distribution patterns and habitat requirements
are also included.
KEYWORDS: Laja River. VIII Region. Chile. Freshwater
Fishes. Biological Aspects. Ecology.
conocimiento científico del medio y de las especies
que en él habitan (Boon, 1992).
Dentro de los ríos chilenos uno de los importan-
tes es el río Biobío que presenta numerosos afluen-
tes que contribuyen a aumentar su caudal. Contribu-
ye a esto en forma significativa el río Laja, que a los
pies de la Cordillera de la Costa vierte sus aguas
junto con el Vergara al Biobío.
Alafecha, no se ha realizado ninguna investiga-
ción detallada de la ictiofauna del río Laja. Este río
está sometido en la actualidad a múltiples usos,
como son la generación de energía hidroeléctrica, la
extracción de agua para riego, turismo, recreación,
dilución de aguas residuales urbanas e industriales,
etc. A pesar de lo anterior, se conoce muy poco
15
acerca de las especies de peces presentes en este
sistema fluvial, así como sobre sus distribuciones,
dietas, historias de vida y requerimientos de hábitat.
Si se revisa la literatura científica se encontrará
que prácticamente no existen estudios acerca de los
recursos hidrobiológicos del río Laja. La informa-
ción disponible es escasa y la mayoría de las veces
sólo se encuentra en informes técnicos de circula-
ción restringida. En relación ala fauna íctica del río,
sólo se tiene menciones indicando la presencia de
algunas especies en determinadas localidades (Mann
1954; de Buen 1959; Wetzlar 1979; Arratia et al.
1981), pero no existe un catastro de especies basado
en una investigación ad hoc.
En base a lo anterior, los objetivos generales de
este trabajo preliminar son elaborar un listado deta-
llado de las especies ícticas presentes en el río Laja
y estudiar su distribución dentro del sistema. Si bien
esta investigación tiene un carácter general y en
buena medida contempla un estudio taxonómico,
también permitirá caracterizar en forma preliminar
algunos aspectos de la ictiofauna del río Laja perti-
nentes ala gestión ambiental del ecosistema fluvial.
MATERIALES Y METODOS
1. Area de Estudio:
El río Lajanace enla Laguna de la Laja(37%20'”S;
71%18”0), cuerpo lacustre de gran tamaño (112
km?) (Wetzlar, 1979). Ubicado en la cordillera de
“Polcura”, a orillas del Volcán Antuco, situado a
1.360 m sobre el nivel del mar (Novion, 1971), entre
las provincias de Ñuble y Biobío (Chile).
La Laguna de la Laja es de reciente formación,
Novion (1971) estima que data sólo desde 1851. En
este sistema no se efectuaron estudios biológicos ni
ecológicos antes de poblarlo con especies
salmonídeas. Posteriormente no se han efectuado
estudios biológicos, salvo el de Wetzlar op. cit., que
registra allí la existencia de O. mykiss y el trabajo de
Artigas et al. (1985), que establece la presencia de
sólo dos especies (O. mykiss y Salmo trutta fario),
siendo O. mykiss la más abundante.
El río Laja se orienta con dirección al oeste (si
eliminamos algunas irregularidades de su curso. En
promedio lleva un caudal de 65 m'/seg, con un
máximo en diciembre (75 m'/seg) y un mínimo en
febrero (58 m'/seg). Después de atravesar el valle
longitudinal, el río sejunta al Biobíoen San Rosendo.
En esta parte su caudal medio es del orden de 200
m/'/seg.
16
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
2. Estaciones muestreadas:
En total se muestrearon 16 estaciones, durante
tres salidas a terreno (7 a 10 de noviembre; 13 a 16
de noviembre y 9 y 10 de diciembre de 1992);
realizadas desde el nacimiento de río Laja, en la
Laguna de la Laja hasta la junta con el río Biobío,
cerca del Pueblo de Laja (Tablas L, II y ID.
TABLA I. Localización de las estaciones ícticas muestreadas en
el río Laja entre el 7 y 10 de noviembre de 1992
Fecha Estación Ubicación
08/11/92 1 Laguna de la Laja, Estero Chorrillos.
09/11/92 2 Río Laja, junta con Estero Los Pangues,
drenaje Biobío. 1,5 km aguas arriba del
Abanico. (Lagunillas)
3 Río Laja, El Abanico, drenaje Biobío.
4 Río Laja, 1 km bajo El Abanico con junta
Estero Trubunleo.
5 Río Laja, Pueblo Abanico.
10/11/92 6 Río Rucue, tributario al río Laja 10 km al
oeste de la carretera a Antuco.
TABLA II. Localización de las estaciones ícticas muestreadas
en el río Laja entre los días 13 y 16 de noviembre de 1992.
Fecha Estación Ubicación
13/11/92 7
14/11/92 8
14-15/11/92 9
15/11/92 10
Río Manco, 4 km al oeste de Polcura.
Río Laja, Polcura cerca del cementerio.
Río Laja, Puente, 2 km al sur de Tucapel.
Río Laja, en el valle 4 km sur de Tucapel.
11 Río Laja, rama norte, cerca Cruz de Pie-
dra.
16/11/92 12 Río Laja Fundo Siberia cerca de Cholguán.
13 Río Laja, Fundo Curanilahue, 3 km aguas
arriba del Salto del Laja
TABLA III. Localización de las estaciones ícticas muestreadas
entre los días 9 y 10 de diciembre de 1992.
Fecha Estación Ubicación
09/12/92 14 Río Laja, La Cantera 7 km abajo del Salto
del Laja.
15 Río Laja, 3 km bajo puente Perales, alre-
dedor de 2 km abajo Salto del Laja. (San
Isidro)
Río Laja, aeropuerto de Laja, 800 m aguas
arriba junta con río Biobío.
10/12/92 16
3. Muestreo Biológico:
Muestreo de peces: se utilizó como arte de pesca
un equipo de pesca eléctrica, una red barredera y
una red de arrastre superficial. Los peces fueron
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
fijados con formalina al 10% y trasladados al labo-
ratorio de Ictiología, Departamento de Zoología,
Universidad de Concepción.
En el laboratorio, fueron identificados según las
descripciones de Eigenmann (1927), Mann (1954),
de Buen (1959) y Arratia et al., (1981). Para el
análisis merístico-morfométrico se siguió las reco-
mendaciones de Hubbs y Lagler (1958) y Nielsen y
Johanson (1983). Se contabilizó el número de ejem-
plares capturados por especie aplicando algunos
parámetros comunitarios tales como: diversidad:
Indice de Shanon-Weaver (Pielou, 1975); Indice de
homogeneidad (E) para poder establecer relaciones
comparativas respecto alas distribuciones de abun-
dancia entre las estaciones de muestreo e Indice de
semejanza faunística de Pirlot modificado por
Duellman (1965). El índice de Shannon-Weaver se
calculó de acuerdo a la siguiente fórmula:
S
H' =3,3219 (Log N - 1/N Y ni Log ni)
i=1
Donde: N = número total de individuos de todas las
especies.
ni = número de individuos de la especie i.
3,3219 = factor de conversión de log10 en log2.
La fórmula de Pirlot es la siguiente:
26
En que C = número de especies en común a las 2 áreas.
N1 = número de especies presentes en un área.
N2 = número de especies presentes en la segunda área.
FRE = factor de semejanza faunística.
Un FRF = 0, indica que no hay especies en
común en dos áreas y un FRF= 1, indica que todas
las especies son comunes a las dos áreas.
Para la confección del dendrograma se hizo uso
de una matriz (no incluida aquí) y para el tratamien-
to de los datos se utilizó la técnica UPGMA que usa
la media aritmética no ponderada (Crisci y López,
1983). Los valores de similitud son el promedio de
los valores de similitud entre los pares posibles.
RESULTADOS
FAUNA ICTICA DEL RIO LAJA
a) Lista Sistemática: de las especies encontradas en
el área de estudio y su nombre vulgar.
Orden Petromyzoniformes
Familia Geotriidae
Género Geotria
Especie G. australis “lamprea de bolsa”
Orden Salmoniformes
Familia Salmonidae
Género Oncorhynchus
Especie O. mykiss “trucha arcoiris”.
Género Salmo
Especie $. trutta “trucha café”.
Orden Cypriniformes
Familia Characidae
Género Cheirodon
Especie C. galusdae “pocha”.
Orden Siluriformes
Familia Diplomystidae
Género Diplomystes
Especie D. nahuelbutaensis “tollo”
Familia Trichomycteridae
Género Bullockia
Especie B. maldonadoi “bagrecito”
Género Trichomycterus
Especie 7. areolatus “bagre”
Orden Atheriniformes
Familia Atherinidae
Género Basilichthys
Especie B. australis “pejerrey chileno”.
Familia Poecilidae
Género Gambusia
Especie G. affinis “gambusia”
Orden Perciformes
Familia Percichthyidae
Género Percichthys
Especie P. trucha “perca trucha”
Familia Perciliidae
Género Percilia
Especie P. irwini “carmelita”
b) Distribución cuantitativa de los peces: (Tabla IV).
Se encontró un total de 11 especies de peces de
las cuales tres son introducidas (Oncorhynchus
mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis) y ocho son
autóctonas (Geotria australis, Cheirodon galusdae,
17
Diplomystes nahuelbutaensis, Trichomycterus
areolatus, Bullockia maldonadoi, Basilichthys
australis, Percichthys trucha y Percilia irwini). De
estas últimas, Diplomystes nahuelbutaensis y
Percilia irwini son especies consideradas en
peligro a nivel nacional (GLADE, 1988) y las
restantes se ubican en la categoría de vulnerables.
La especie dominante es Trichomycterus
areolatus, con un 33,45% del total de individuos
capturados. Le siguen Basilichthys australis
(18,56%), Perciliairwini(18,23%) y Onchorhynchus
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
mykiss 11,52%. Onchorhynchus mykiss es la espe-
cie de más amplia distribución en el área de estudio.
Otras especies ampliamente distribuidas son 7.
areolatus en 11 y P. irwinien 10 estaciones respec-
tivamente.
La estación mejor representada con respecto al
número de ejemplares fue la 16, con 258 peces y 8
especies. La estación 14 contiene 224 ejemplares y
9 especies. La estación con menor cantidad de
ejemplares y de especies resultó ser la número tres,
con una sola especie y 4 ejemplares.
TABLA IV. Distribución de las especies ícticas en las distintas estaciones de muestreo del río Laja, total de ejemplares y porcentajes.
Especie Localidades 1 1 1 1 1 1 1 Total To
1 2 3 4 5 CAS 9.0 1 A Eli AS Ejempl.
G. australis 4 4 0,34
O. mykiss O Y) 4.12 3) ALS ALO 4 25 IA: 134 11,52
S. trutta 1 1 2 0,17
C. galusdae 2 1 LS 23 1,98
D. nahuelbutaensis 16 4 1 1 11 33 2,84
T. areolatus 5 3 WIN EA LSO MS A A 389 33,45
B. maldonadoi LES O RA 79 6,79
B. australis 1 3 1 38 6 168 217 18,56
G. affinis 1 42 43 3,70
P. trucha 18 2 ZA: 1 27 2,32
P. irwini 8 3 29 20 9 Baal má. 2 212 18,23
TOTALES 18 20 4 12 10 12 11 34 87 67 58 89 151 224 108 258 1.163 10000
TABLA V. Diversidad según estación. N: número de indivi-
duos; S: Riqueza específica; H”: Diversidad de Shanon-Weaver;
Hmax: diversidad máxima; E: equidad.
Estac. N S ¡5% H max E
1 18 2 0,991 1 99,1
2 20 1 0 0 0
3 4 1 0 0 0
4 12 1 0 0 0
5 10 2 1 1 100
6 12 4 1,96 2) 98
7 11 1 0 0 0
8 34 2 0,989 1 98,9
9 87 6 2,26 2,58 87,4
10 67 5 1 7/7) 2,32 76,29
11 58 4 1,08 2 S4
12 89 6 1,65 2,58 64,14
13 151 5 0,39 2,32 16,86
14 224 9 2,06 3,17 64,98
15 108 9 2,26 3,17 71,26
16 258 8 1,59, 3 53
La diversidad es variable entre las distintas
estaciones estudiadas con una tendencia a aumentar
a medida que nos acercamos a áreas potamales. La
menor diversidad se presenta en cuatro estaciones
18
(2,3, 4 y 7), con 0 equidad debido a la presencia de
una única especie (O. mykiss, TablaIV). Encambio,
La estación 5 presentó una muy alta equidad (100),
seguida de las estaciones 1, 6, 8 (cercano a 99),
mientras que la estación 13, presentó el valor más
bajo (16,86), debido a la gran abundancia relativa
de la especie Trichomycterus areolatus (Tablas IV,
V).
Los valores altos se deben seguramente a que los
taxa presentes tiene abundancias similares.
La afinidad íctica de las estaciones deducida del
dendrograma (Fig. 1) permite distinguir dos gran-
des grupos a un nivel de 0,5. Con tres subgrupos en
cada uno, las estaciones (2, 3, 4 y 7) y (3 y 8) con un
FRF igual a 1 unidos a nivel 0, 66. La estación 1 se
une a estos dos grupos a un nivel de 0,58.
En el segundo grupo, conformado por las esta-
ciones 9 y 12 se une con un ERF igual a 1; con 0,88
se unen 6 y 10. A estas últimas, se les une la estación
11 con un nivel de 0,81. Estos dos subgrupos se
reúnen a un nivel de 0,73. El tercer subgrupo está
compuesto por las estaciones 14 y 16 unidas a 0,82,
posteriormente se le unen la estación 15 (0,79) y 13
(0,68). A 0,63 se unen los tres subgrupos.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
1.2:3.06.1 80.9 Yo D0 DDD
0.74
0.6 +
FIGURA 1. Dendrograma de afinidad de las estaciones muestreadas
en el río Laja sobre la base de las especies ícticas recolectadas.
El primer grupo de estaciones corresponde al
primer tramo del río Laja, hasta Polcura, siendo el
hábitat principal de O. mykiss. La laguna de la Laja
es un área aislada, encontrándose allí O. mykiss y
Percilia irwini, especie que no había sido reconocl-
da anteriormente para el área. Cabe destacar que en
esta oportunidad Salmo trutta, no fue recolectada
aquí.
Dentro del área reconocida en el primer grupo,
se excluye la estación 6 (río Rucue); la cual es afín
con la estacion 10 (río Laja, en el valle 4 km sur de
Tucapel), con especies nativas además de O. mykiss.
Estas estaciones conforman la parte media del río
Laja junto con las estaciones 9, 12, y 11, en el área
de Tucapel.
La parte baja del río está caracterizada desde la
estación 13, 3 km aguas arriba del salto del Laja,
hasta la junta con el río Biobío.
DISCUSION Y CONCLUSIONES
El conocimiento de la fauna íctica del río Laja se
limita a los trabajos de Wetzlar (1979) y Artigas et
al. (1985), el primero en un estudio sobre Salmo
gairdneril y Salmo trutta en Chile, principalmente
su biología y manejo y el segundo sobre el conoci-
miento de la biología y de los hábitos alimentarios
de Salmo gairdnerii (= O. mykiss) en la laguna de la
Laja. Allí se establece la presencia de sólo dos
especies de peces O. mykiss y S. trutta, siendo la
primera la más abundante.
En el presente estudio no se recolectó Salmo
trutta, sin embargo, se registra por primera vez la
presencia de Percilia irwini.
De las 11 especies de peces recolectadas en el
curso del río, sólo una (G. affinis) no fue registrada
por Campos et al.(1993) para el río Biobío, lo que
probablemente se debió a las artes de pesca utiliza-
das o simplemente al azar, ya que en el río Laja se
presenta en un área próxima a la unión de éste con
el Biobío. Conociendo los hábitos biológicos de la
especie, que es sumamente invasora y capaz de
sobreviviren condiciones extremas de temperatura,
oxígeno e incluso salinidad, podemos asegurar sin
temor a equivocarnos que también está presente en
el Biobío. De hechoes observada en cuerpos lentícos
dentro de su cuenca (Laguna Chica y Grande de San
Pedro).
Es interesante destacar la presencia de
Diplomystes nahuelbutaensis citado por Arratia
(1987) para la Hoya del Biobío, pero restringido a
ciertos sectores más bien relacionados con el Alto
Biobío. En el Laja se presenta en áreas cercanas a la
parte baja del río en relación con sectores aislados
de ritrón.
Comparado con el Andalién (Ruiz, 1993) su
ictiofauna se ve notablemente disminuida, ya que
allí se registran 27 especies de peces incluidos
cuatro ocasionales, pero relacionados con el siste-
ma a través de su desembocadura. Sin embargo,
todas las especies presentes en el Laja se encuentran
enel Andalién conexcepción de D. nahuelbutaensis.
Entre el río Biobío, Laja, Andalién se comparte
la presencia de B. maldonadoi, especie que ha sido
registrada también en muestreos posteriores a 1994
para la cuenca del Itata (Comun. Personal, E. Habit,
1996).
Comparada la fauna íctica registrada hasta el
momento en el Laja con el aporte de Habit (1994,
1996) para el Itata se puede ver que nueve de las 11
especies son comunes para ambos sistemas, exis-
tiendo coincidencia en la presencia de las mismas
especies introducidas (haciendo excepción de
Ameiurus para el Itata) de manera que en ambos
sistemas están presentes O. mykiss, S. trutta y G.
affinis.
Lo anterior demuestra la amplia distribución
alcanzada por estas especies en muestro medio y la
amenaza potencial para algunas especies nativas
(Ruiz et al., 1993).
En ambos sistemas (Laja e Itata) se comparte D.
nahuelbutaensis, S. trutta, O. mykiss, Tri-
chomycterus sp., B. maldonadoi, B. australis, C.
galusdae, G. affinis, y P. trucha. Mientras P. irwini
19
del Laja es reemplazada aquí por otra “carmelita”
(P. gillissi). Además en el Itata se registran B.
bullocki, A. nebulosus, G. maculatus y C. itatanum,
no presentes en el Laja. Hasta este estudio, en el
Itata parece existir una mayor diversidad específi-
ca, lo mismo que en los ríos Biobío y Andalién,
comparados con el Laja.
Probablemente, el río Laja seguirá sufriendo
impactos ambientales si se lleva a cabo la construc-
ción del proyectado Canal Laja-Diguillín. Esta subs-
tracción adicional de aguas desde la cuenca del Laja
alterará probablemente aún más el régimen de cau-
dales en el río, disminuyendo así el hábitat disponi-
ble, tanto de los peces como de su principal fuente
de alimentación, los macroinvertebrados.
Los peces que existen en el área son de innega-
ble valor científico y naturalístico. Debe recordarse
la importancia que asigna la comunidad científica,
e incluso la política, a la conservación de la
biodiversidad.
No existe hasta ahora un estudio completo de la
ictiofauna de este río, ni de sus parámetros fisico-
químicos, a pesar de ser el más importante afluente
del río Biobío y de tener una fuerte gravitación por
su considerable aporte de caudal, por la generación
de energía hidroeléctrica, su uso en regadío y su
condición de atracción turística por la gran belleza
escénica manifestada en sus saltos de agua. Consi-
derando la inminente construcción de un nuevo
proyecto de desarrollo en la cuenca (Comisión
Nacional de Riego, 1990), se tiene propuesto seguir
muestreando en el área para aclarar los límites
distribucionales y otros aspectos biológicos de las
especies involucradas.
En resumen, con respecto al Río Laja podemos
concluir que:
— Se recolectaron 11: especies de peces de las
cuales tres son introducidas (Onchorhynchus
mykiss, Salmo trutta y Gambusia affinis) y ocho
son autóctonas. De estas últimas Diplomystes
nahuelbutaensis y Percilia irwini son especies
consideradas en Peligro a nivel nacional
(GLADE, 1988) y las restantes se ubican en la
categoría de Vulnerables.
— Tiende a existir una mayor diversidad específica
a medida que se avanza hacia áreas potamales.
— La especie dominante es Trichomycterus
areolatus y Onchorhynchus mykiss es la especie
de más amplia distribución en el área de estudio.
La estación mejor representada con respecto al
número de ejemplares fue la estación 16, con 258
peces y 8 especies. La estación con menor can-
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
tidad de ejemplares y de especies resultó ser
la número tres, con una sola especie y 4
ejemplares.
— Percilia irwini se registra por primera vez para la
laguna de la Laja, originalmente no se habían
recolectado otras especies distintas a las
salmonídeas (O. mykiss y S. trutta).
— El registro de Bullockia maldonadoi en el siste-
ma confirma la presencia de la especie en la hoya
hidrográfica del río Biobío. La que anteriormen-
te había sido mencionada como especie de distri-
bución disjunta y para los ríos Rahue y Andalién
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Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 23-32, 1996
PECES DE LA FAMILIA SERRANIDAE EN LAS ISLAS
DESVENTURADAS, CHILE (OSTEICHTHYES, PERCIFORMES)
Fishes of the Family Serranidae in the Desventuradas Islands,
Chile (Osteichthyes, Perciformes)
GERMAN PEQUEÑO R. Y JULIO LAMILLA G.*
RESUMEN
Nuevos muestreos de peces litorales en las Islas Desventu-
radas (San Félix y San Ambrosio, muestran la existencia de tres
especies de la Familia Serranidae: Caprodon longimanus
(Gúnther, 1859), Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes,
1833) y Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859. La segunda
era conocida en las islas, pero las otras dos constituyen nuevos
registros. C. longimanus es de amplia distribución en el Pacífi-
co, existiendo registros previos en el archipiélago de Juan
Fernández e Isla de Pascua y no resulta sorpresivo su encuentro
en las Islas Desventuradas; en cambio, 7. macracanthus es
conocida en Isla de Pascua, Nueva Zelandia y Australia, pero no
en las costas de América del Sur propiamente tales y constituye
un nuevo vínculo zoogeográfico de las Islas Desventuradas con
la Polinesia. HA. semicinctum se encuentra en el Archipiélago de
Juan Fernández, pero tampoco se le conoce en costas de Amé-
rica del Sur; además, se han planteado dudas sobre su presencia
en Isla de Pascua. En relación con la Familia Serranidae, las
Islas Desventuradas muestran una mayor afinidad con el Océa-
no Pacífico occidental que con las costas de América del Sur.
INTRODUCCION
En los últimos veinte años, el conocimiento
sobre la composición taxonómica de la ictiofauna
de Chile ha sufrido cambios mayores, tanto en la
configuración taxonómica misma ya existente, pro-
*Instituto de Zoología “Ernst F. Kilian”, Universidad Aus-
tral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
ABSTRACT
New fish samplings in the Desventuradas Islands (San
Félix and San Ambrosio) showed three species of the Family
Serranidae living in their littoral waters: Caprodon longimanus
(Giinther, 1859), Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes,
1833) and Trachypoma macracanthus Ginther, 1859. The
second species is known from these islands, but the other two
are new records. C. longimanus has a wide distribution in the
Pacific, with previous records in Juan Fernandez archipelago
and Easter Island and is not a surprise the finding in Desventu-
radas Islands. Meanwhile, 7. macracanthus is known from
Easter Island, New Zealand and Australia, but never recorded in
coastal South America, being this new record other
icthyogeographic link between Desventuradas Islands and
Polynesia. A. semicinctum is known from the Juan Fernandez
archipelago, but unknown from coastal South America. Doubts
about its presence in Easter Island are weaker, after this record.
In relation to the Family Serranidae, Desventuradas Islands
show a major affinity with the western Pacific Ocean than the
South America coastline.
KEYWORDS: Fishes. Serranidae. Chile.
ducto de avances en la sistemática, como en el
aumento del número de taxa. Este conocimiento ha
abierto vías para numerosos estudios posibles en
este mismo terreno de la ordenación sistemática de
los peces de Chile y en asuntos de probables relacio-
nes de parentesco, distribución geográfica y otros
(Pequeño, 1989).
Los autores han dispensado especial interés a
problemas básicos de distribución geográfica, como
un camino en busca a una explicación de por qué
23
están en Chile las especies que hoy conocemos. En
el recorrer de tal camino, las relaciones de la ictio-
fauna marina con otras regiones del océano Pacífico
resultan clave. En tal sentido, los peces de las islas
oceánicas juegan un rol muy importante, pues po-
drían explicar en parte la distribución, al tener una
presencia más o menos continua en ese vasto océa-
no. Uno de los conjuntos insulares más desconoci-
dos ictiológicamente son las Islas Desventuradas,
constituidas principalmente por las islas San Félix
y San Ambrosio, más dos pequeños islotes práctica-
mente inaccesibles, conocidos como Islote Gonzá-
lez e Islote Catedral de San Petersbourgh o simple-
mente Islote Catedral, respectivamente. El conjun-
to seencuentra emplazado aproximadamente en 25%
15” S y 80 7” W (Bahamonde, 1966) (Fig. 1).
Iquique
E Islas
Desventuradas
Coquimbo 309
Arch. Juan Fernández IAS
909 eos 709
FiGUuRA 1. Emplazamiento geográfico de las Islas Desventura-
das. La isla más occidental es San Félix y se ubica aproximada-
mente a diez millas de San Ambrosio.
Por otro lado, hay familias de peces que habitan
tanto en las costas occidentales, como en las orien-
tales del Pacífico y nunca han sido analizadas en su
perspectiva taxonómica y biogeográfica. Tal es el
caso de la familia Serranidae que constituye, según
la mayoría de los ictiólogos, parte importante de la
base desde la cual surgen los demás componentes
del gran orden Perciformes y, en Chile, tampoco ha
sido revisada en su conjunto. Dada la importancia
de la familia y su abundancia y diversidad en el
Pacífico occidental, es necesario conocer su
representatividad en las islas oceánicas más orien-
tales del Pacífico sur. Hasta ahora, las Islas Desven-
24
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
turadas han mostrado muy escasa relación con la
ictiofauna de Chile continental sudamericano
(Bahamonde, Op. Cit., Sepúlveda, 1987) y los auto-
res de esta contribución han supuesto que esta
situación debería prevalecer en cuanto se refiere ala
Familia Serranidae.
MATERIALES Y METODOS
Se hicieron capturas de peces litorales en San
Ambrosio y en San Félix, entre 1992 y 1994, prin-
cipalmente con línea de mano. También se extraje-
ron aquellos ejemplares que entraron en trampas
para atrapar “langostas”, Jasus frontalis (H. Milne-
Edwards, 1837). Las capturas fueron a una profun-
didad máxima de 20 m. Los peces fueron fijados en
formalina al 10% y almacenados en envases plásti-
cos adecuados, para ser trasladados hasta el labora-
torio en Valdivia, donde fueron puestos en alcohol
etílico de 70”. Las especies se determinaron taxonó-
micamente mediante el uso de literatura especiali-
zada (Gúnther, 1859; Steindachner, 1875 y 1898;
Jordan y Eigenmann, 1890; Mann, 1954; Katayama,
1960; De Buen, 1959 y 1961; Heemstra y Ander-
son, 1983; Kharin y Dudarev, 1983; Anderson y
Heemstra, 1989).
Las mediciones se hicieron en mm utilizando
ictiómetro y pie de metro con precisión de 0,05 mm,
siguiendo las normas de Hubbs y Lagler (1958).
También se consultaron colecciones de referencia
del Museo Nacional de Historia Natural (MNHNC)
y del Museo del Instituto de Zoología de la Univer-
sidad de Concepción (IZUC). Otras abreviaturas
usadas en el texto se refieren a la longitud estándar
(LE) y longitud de la cabeza (LC).
Los antecedentes sobre los ejemplares analiza-
dos se entregarán oportunamente, según se vaya
realizando la entrega de los Resultados.
RESULTADOS
El análisis de los peces de la familia Serranidae
provenientes de las Islas Desventuradas arrojó la
siguiente cCOMposición taxonómica:
Género Caprodon Temminck y Schlegel, 1843
Caprodon longimanus (Gúnther, 1859)
Género Hypoplectrodes Gill, 1862
Hypoplectrodes semicinctum (Valencien-
nes, 1833)
Género Trachypoma Ginther, 1859
Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Sólo la segunda especie señalada ha sido descri-
ta para las Islas Desventuradas (Anderson y
Heemstra, 1989). Las otras dos constituyen nuevos
registros.
Caprodon Temminck y Schlegel, 1843
De acuerdo con Kharin y Dudarev (1983), la
diagnosis del género es la siguiente: “Cuerpo
elongado, fuertemente comprimido, moderadamente
alto. Boca grande, protráctil. Mandíbula superior
sin hueso suplementario. Hay 1 a3 caninos grandes
en la parte anterior de las mandíbulas, arriba y
abajo. Además, hay también una hilera de dientes
caninos en el maxilar y en el dentario. Los dientes
son pequeños, villiformes y forman bandas sobre
las mandíbulas, lengua, palatino y mesopterigoides.
El grupo de dientes sobre el vómer tiene forma
romboidal. Sobre los infrabitales segundo y tercero
hay una proyección suborbital bien notoria. Opér-
culo con 2 a 3 espinas; el preopérculo es, como
norma, finamente dentellado. Las branquispinas
son largas y delgadas. Aleta dorsal con 10 espinas
y 192 21 radios blandos. Aletas pectorales largas,
con radios blandos ramificados. La aleta caudal
puede ser de tres formas: 1) Con o sin una débil
escotadura, 2) con una profunda escotadura media
y 3) con notorias escotaduras en la parte de arriba y
de abajo, mientras los radios centrales son más
largos. Origen de las aletas pélvicas ligeramente por
detrás del nivel de la base de las pectorales. La línea
lateral forma una curva normal (no forma un ángulo
bajo los últimos radios de la aleta dorsal). Escamas
pequeñas, débilmente dentelladas. La cabeza, apar-
te de los labios y de la nuca, está densamente
cubierta por escamas. Hay 26 a 27 vértebras y 8
ciegos pilóricos.
Caprodon longimanus (Gúnther, 1859) (Fig. 2).
Anthias longimanus Gúnther, 1859: 94, pl. 7, Fig. B
(Localidad tipo sin especificar, la descrip-
ción indica mares Índicos o Australianos).
Quijada, 1913: 20 (Catálogo).
FIGURA 2. Caprodon longimanus, IZUA-PM-1664.
Pseudanthias longimanus Gill, 1893: 116 (Refe-
rencia).
Caprodon longimanus Fowler, 1943: 79 (Catálo-
go); Boulenger, 1895: 315 (Catálogo, Juan
Fernández); Steindachner, 1898: 283
(Descripción); Delfín, 1901: 50 (Referen-
cia); Rendahl, 1921a: 50 (Referencia); Mann,
1954: (Clave, figura); De Buen, 1959: 42
(Lista); Kharin y Dudarev, 1983:20-25(Mor-
fometría, taxonomía); Francis, 1988: 26
(Guía, características, fotografía); Paulin et
al.,1989: 176 (Clave); Paxton et al., 1989:
504 (Catálogo); Pequeño, 1989: 59 (Lista);
Meléndez et al.,1993: 129-130 (Catálogo).
Cuerpo fusiforme, bien comprimido, su altura
máxima entre el 27 y el 35 % de la LE. Cabeza
aproximadamente entre el 27 y el 30 % de la LE, su
extremo posterior por detrás del nivel de implanta-
ción de las aletas pectorales; opérculo bien escama-
do, con dos espinas notorias en el ángulo, la inferior
de tamaño más pequeño y otra espina, que no
emerge, está cubierta parcialmente porel ángulo del
preopérculo; preopérculo bien escamado, con bor-
de finamente aserrado que, en su brazo inferior,
alcanza hasta el nivel del centro del ojo. Espacio
interorbital ancho, escamado, aproximadamente 6 a
9 % dela LE. Distancia preorbital aproximadamen-
te 6,7 a 8,4 % de la LE y alrededor del 25 al 30 % de
la LC; distancia postorbital alrededor del 11 al 16 %
de la LE y de 39 al 53 % en la LC. Sector nasal
escamado, hasta el reborde que limita con los
premaxilares. Boca de perfil oblicuo, con maxilar
escamado; longitud maxilar más premaxilar aproxi-
madamente 11 al 13 % de la LE y entre 39 y 45 %
de la LC; ambos no alcanzan más atrás del borde
posterior del ojo. Superficie inferior del dentario
escamada. Premaxilar con dos caninos en su por-
ción más anterior, los cuales son seguidos de una
agrupación de dientecillos villiformes hacia atrás.
Dentarios con un canino a cada lado, como contra-
partida de los caninos premaxilares, también están
seguidos de una agrupación villiforme. Los denta-
rios también presentan otros dos caninos más atrás,
inclinados en sentido caudal; la banda de dientes
villiformes de los dentarios se extiende hasta casi su
límite posterior, aesa altura bien cubierto por la cara
interna de los maxilares. Palatinos dentados; vómer
con una agrupación de dientes villiformes con for-
ma romboidal, mientras que la lengua presenta
dientes similares en tamaño, pero en forma más
ovalada. Membranas branquiostegales sinescamas,
se cuentan seis radios branquiostegales. Diámetro
25
orbital entre 5,8 y 8,3 % dela LE y aproximadamen-
te 20 al 28 % de la LC. Distancia predorsal entre el
28 yel31 % dela LE, aproximadamente. Base de las
dos aletas dorsales entre el 57 y el 64 % de la LE,
muestra una abundante escamación en toda su lon-
gitud; primera espina de la dorsal más pequeña, la
tercera la mayor; la primera dorsal se inicia ligera-
mente por detrés del nivel posterior de la cabeza y
de laimplantación de las pectorales, mientras que el
término de la segunda dorsal con los radios apega-
dos contra el cuerpo no alcanza al inicio de los
radios caudales. Base de la anal entre el 16 y el 20
Jo de la LE, también provista de escamas a su largo
y con tres espinas, de las cuales la segunda es
notoriamente mayor; esa aleta se inicia ligeramente
por detrás del nivel de inicio de la dorsal blanda y su
último radio se implanta ligeramente por detrás del
nivel medio de la dorsal blanda. Distancia preanal
aproximadamente 59 al 66 % de la LE. Aletas
pectorales largas, aproximadamente entre el 29 y el
37 % de la LE, apegadas contra el cuerpo alcanzan
ligeramente más atrás que el nivel de la primera
espina anal y su forma es peculiar, pues tienen un
fuerte declive desde el extremo de su primer radio
superior hasta los radios centrales. Aletas pélvicas
implantadas ligeramente por detrás de la implanta-
ción de las pectorales, miden entre el 16 y el 20 %
de la LE y presentan entre las bases de ambas un
escudete escamado. Aleta caudal relativamente gran-
de, alrededor del 25 % de la LE, presenta el lóbulo
superior un poco más grande que el inferior y una
escotadura variable, dependiendo aparentemente
del tamaño del pez: en los más pequeños más
profunda y en los mayores mostrando una caudal
sólo ligeramente escotada. Pedúnculo caudal firme,
escamado hasta la base de los radios caudales, mide
entre el 8 y el 10 % de la LE. Línea lateral suave-
mente curvada, con 59 a65 escamas. Branquispinas
en el primer arco, 6 a 9 en la rama superior; 22 a 26
en la rama inferior, variando el total entre 30 y 34
branquispinas.
D.X,19-20; A. IIL, 7-8;P. 16-18.
Color: En fresco, el cuerpo es de color rosado
algo violaceo, incluyendo las aletas dorsales. La
caudal de color más pálido. La cabeza también
rosada-violacea, pero con tintes anaranjados en la
región bucal y nasal, así como en las piezas
operculares. Esclerótica del ojo con igual viso ana-
ranjado. Aletas pectorales y anal con el mismo color
anaranjado, más marcado hacia el sector basal de
cada una. Luego de fijados en formalina al 10 % y
26
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
traspasados a alcohol etílico de 70%, los colores se
pierden y los ejemplares quedan de un color amari-
llento suave, parejo.
Distribución: Archipiélago de Juan Fernández
(Steindachner, 1898; Quijada, 1913; Rendahl,
1921a; Mann 1954; Sepúlveda y Pequeño, 1985;
Meléndez et al., 1993), Islas Desventuradas
(Meléndez et al., 1993); Isla de Pascua (Randall y
Cea-Egaña, 1984), Islas Hawaii (Midway Island),
Mar de Tasmania, Chile (Kharin y Dudarev, 1983),
Austral subtropical (Parin, 1991), Islas Kermadec,
Nueva Zelandia (Francis, 1988); Nueva Zelandia
(Paulin etal., 1989); Australia de aguas temperadas,
Pacífico Indo-occidental (Paxton et al.,1989).
Material examinado: La descripción prece-
dente se basó en los siguientes 8 especímenes pro-
venientes de las Islas Desventuradas:
MNHNC-6209, 2 ejs., 193 y 202 mm LE, 6 sept.,
1960, San Félix.
MNHNC-6194, 1 ej., 189 mm LE, 19 sept., 1960,
San Ambrosio.
IZUA-PM-1664, 4 ejs., 191 a 258 mm LE, 20
oct.,1991, San Félix.
IZUA-PM-1640, 1 ej., 212 mm LE, marzo 1992,
San Ambrosio.
Además se revisaron los siguientes especímenes:
IZUC-43609, 1 ej., 225 mm LE, 9 abril 1967, Arch.
Juan Fernández.
IZUC-4320, 1 ej., 214 mm LE, 4 febr. 1967, Arch.
Juan Fernández.
IZUA-PM-1431, 1 ej., 284 mm LE, 18 sept.,1991,
Isla de Pascua.
IZUA-PM-1665, 2 ejs., 184 y 188 mm LE, 24 mayo
1992, Isla de Pascua.
Hypoplectrodes Gill, 1862.
De acuerdo con Anderson y Heemstra (1989), el
género se distingue por lo siguiente: “27 a 28
vértebres (generalmente 27, muy rara vez 26), tres
huesos predorsales, 17 radios caudales principales
(15 ramificados); una a tres espinas antirostrales en
el borde inferior preopercular; supramaxilar típica-
mente presente y maxilar sin escamas”.
Hypoplectrodes semicinctum (Valenciennes, 1833)
(Fig. 3).
Plectropoma semicinctum Valenciennes, 1833: 442
(Localidad tipo Islas de Juan Fernández);
Guichenot, 1848: 153 (Descripción); Giin-
ther, 1859: 160 (Mención); Steindachner,
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
1875: 448 (Registro); Quijada, 1913: 20
(Catálogo)
Gilbertia semicincta Jordan y Eigenmann 1888:
347 (Referencia, sinonimia); Boulenger,
1895: 307 (Referencia); Steindachner, 1898:
282-283 (Descripción); Delfín, 1901: 64
(Catálogo); Rendahl, 1921a: 55 (Registro,
morfología); Fowler, 1943: 74-75 (Catálo-
g0); Mann, 1954: 68 (Mención, clave); De
Buen, 1959: 42 (Lista); Sepúlveda y Peque-
ño, 1985: 88 (Lista); Pequeño, 1989: 59
(Lista).
Hypoplectrodes semicinctum Anderson y Heemstra,
1989: 1010-1016 (Redescripción, taxono-
mía); Melendez et al.,1993 (Catálogo).
Scopularia rubra De Buen, 1959 (Descripción,
figura); Yáñez- Arancibia, 1975: 35 (Distri-
bución); Sepúlveda y Pequeño, 1985: 88
(Lista); Sepúlveda, 1987: 238 y 241 (Lista);
Ellerkeldia huntii Paulin et al., 1989:175 (Clave,
esquema).
Ellerkeldia rubra (non De Buen) Pequeño, 1989: 59
(Lista); Randall y Cea-Egaña, 1984: 6(Men-
ción).
Ellerkeldia semicincta Sepúlveda, 1987: 241 (Lis-
ta).
FiGURA 3. Hypoplectrodes semicinctum, IZUA-PM-1161; A,
vista lateral; B, vista exterior de la región cefálica, con la boca
abierta y C, perfil del preopérculo.
La revisión de Anderson y Heemstra (1989)
entrega una clara descripción de la especie. Sin
embargo, en base a nuestros ejemplares considera-
mos conveniente enriquecer los datos, entregando
algunas cuantificaciones y observaciones adiciona-
les. Cuerpo alto, 33 al 38 % en la LE. Cabeza
grande, entre 38 y 46 % de la LE; diámetro orbital
horizontal 7 a 9 % de la LE y 19 al 25 % en la LC;
distancia preorbital 7 a 15 % de la LE y 31 al 36 %
de la LC; distancia postorbital 19 al 24 % de la LE
y 47 al64 % de la LC; rama superior del preopérculo
alcanza el nivel del borde orbital inferior, mientras
que la rama inferior no alcanza el nivel del borde
anterior de tal órbita; el preopérculo posee
dentelladuras en su borde superior, que se van
haciendo más ásperas y fuertes a medida que des-
cienden, para terminar presentando tres espinas
cuyas puntas se dirigen hacia adelante, éstas últimas
en el borde preopercular inferior; opérculo alcanza
justo al nivel de la inserción de las aletas pectorales
y presenta tres espinas en su sector angular. Espacio
interorbital menor que el diámetro orbital. Borde
posterior del maxilar alcanza al centro del ojo.
Maxilar y premaxilar sin escamas, la longitud de
ambos alrededor del 17 al20 % dela LE. Premaxilar
con dientes villiformes, en su sector anterior se
agrupan en amplia superficie, destacando en la
parte aún más anterior dos a tres dientecillos más
alargados, agudos. Dentario con dientes villiformes,
destacando dos caninos por lado, aproximadamente
en la mitad del hueso. Estos últimos dientes se
observan un poco mayores que los señalados para el
premaxilar. Vómer con dientes villiformes que se
disponen como letra “v”. Palatinos dentados en
delgada superficie. Lengua sin dientes. Base de las
aletas dorsales 50,8 al 58,1 % de la LE; base de la
porción espinosa ligeramente menor que aquella de
la porción blanda; la quinta o la sexta espina es la
más larga, pero la porción blanda es, en general, un
poco más alta que la espinosa y apegada contra el
pedúnculo caudal limita justamente con el inicio de
los radios caudales. La primera espina dorsal se
inserta a nivel de la base de las aletas pectorales,
ligeramente por detrás del nivel posterior de la
orejuela opercular. La base de la aleta anal mide
entre el 13 y el 19 % de la LE y se inicia a nivel de
la inserción del primer radio dorsal, pero termina
antes que el término de la base de aquella; la
segunda espina anal es claramente más larga que las
otras dos. Pectorales apegadas contra el cuerpo
miden entre el 25 y el 28 % de la LE y se extienden
un poco más atrás que el nivel del ano, alcanzando
el de inserción de la primera espina de la anal.
Pélvicas insertas por detrás del nivel de inserción de
las pectorales, más cortas que ellas, su extremo
posterior tampoco las excede en el sentido caudal.
Altura mínima del pedúnculo caudal entre el 10 y el
13 % de la LE. Línea lateral bastante curvada por
encima de las aletas pectorales, alcanza su mayor
curvatura cerca de las espinas centrales de la prime-
ra aleta dorsal y presenta entre 48 y 52 (Promedio
2)
49,5; n= 6). Aleta caudal ligeramente redondeada.
Branquispinas cortas, gruesas, en la rama ascen-
dente del primer arco branquial se cuentan entre 2 y
3 branquispinas ubicadas más cerca del ángulo de la
rama y 3 a4 mamelones, hacia la parte superior; la
rama inferior presenta entre 8 y 11 branquiespinas,
siendo generalmente más larga la ubicada en el
ángulo y 3 a 5 mamelones.
D.XaXI-19a20; A. III, 7-8; P. 15-16
Color: Sector anterior premaxilar con banda
anaranjada oscura que se prolonga hacia las órbitas.
Dentario con manchas del mismo color, que tienden
a formar una unidad cromática con aquellas de la
mandíbula superior. Con bandas menores, irregula-
res, entre el sector nasal y el interorbital. Alrededor
de seis bandas irregulares, del mismo color, longi-
tudinales y algo paralelas sobre el preopérculo,
continuándose hacia el dorso de la cabeza. Opércu-
lo con manchas irregulares café claras. Dos bandas
verticales, muy juntas, descienden desde el sector
predorsal hacia el opercular. Desde el nivel de las
primeras espinas dorsales hasta el pedúnculo cau-
dal, siete bandas más oscuras, que descienden hasta
poco más abajo de la línea media lateral longitudi-
nal del cuerpo. Vientre de color claro parejo. Una
banda anaranjada oscura en el sector anterior de las
aletas pélvicas. Pectorales claras, su base con tonali-
dad café suave. Anal con una banda anaranjada oscura
en la porción cercana a su base. Caudal más clara que
el resto. Membranas branquiostegales claras.
Distribución: Juan Fernández (Valenciennes,
1833; Steindachner, 1898; Rendahl, 1921a; Fowler,
1943; Mann, 1954; De Buen, 1959; Sepúlveda y
Pequeño, 1985; Sepúlveda, 1987; Anderson y
Heemstra, 1989; Islas Desventuradas (Anderson y
Heemstra, 1989; Meléndez et al.,1993); Isla de
Pascua (Yáñez-Arancibia, 1975; Randall y Cea-
Egaña, 1984).
Material examinado: La descripción prece-
dente se hizo en base a los siguientes especímenes:
IZUC-2768, 1 ej., 150 mm LE, 31 agosto 1962,
San Félix; IZUC-4309, 1 ej., 163 mm LE, 9 abril
1967, Juan Fernández. MNHNC-6083, 1 ej., 160
mm LE, 11 sept. 1960, San Félix; IZUA-PM-1024,
l ej., 198 mm LE, 5 febr. 1985, Isla Robinson
Crusoe; IZUA-PM-1160, 1 ej., 89 mm LE, 18
febr. 1985, Isla Robinson Crusoe; IZUA-PM-
1161, 1ej..99 mmLE, 6febr. 1985, Isla Robinson
Crusoe.
28
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Un ejemplar más, IZUC-H-2991, recolectado
por O. Wilhelm y determinado por A. Hulot (en
1963) como Scopularia rubra De Buen, 1959, fue
estudiado, confirmándose que se trata del mismo
ejemplar dibujado por Yañez-Arancibia (1975). La
etiqueta indica: “presumido Isla de Pascua”.
Trachypoma Ginther, 1859
De acuerdo con Ginther (1859), el género se
distingue por las siguientes características: “Siete
branquiostegales. Dientes en bandas villiformes,
sin dientes caninos; dientes sobre los huesos
palatinos; lengua lisa. Una dorsal, con doce espinas;
la anal con tres. Opérculo con puntas moderadas;
preopérculo con dientes espinosos en su brazo infe-
rior, dirigidos hacia adelante. Escamas pequeñas.
Número crecido de ciegos pilóricos (13)”.
Trachypoma macracanthus Gúnther, 1859 (Fig. 4).
Trachypoma macracanthus De Buen 1961: 29-30
(Descripción); Yáñez-Arancibia, 1975: 35
(Distribución); Randall y Cea-Egaña,
1984: 9 (Lista); Rendahl, 1921b: 63-64 (re-
gistro, descripción); Allen et al., 1976: 396
(Registro, distribución); Sepúlveda, 1987:
238 (Lista); Paulin et al., 1989: 174 (Clave,
figura); Paxton et al., 1989: 500 (Catálogo);
Pequeño, 1989: 60 (Lista); Meléndez et al.,
1993: 131 (Catálogo).
FIGURA 4. Trachypoma macracanthus, IZUA-PM-1728 ; A,
vista lateral; B, perfil del preopérculo y C, esquema del perfil
superior de la cabeza.
Cuerpo alto, entre 33 y 40 % de la LE, a nivel de
la inserción de las aletas pectorales. Cabeza 41 al 48
Jo de la LE, se extiende notoriamente hasta más
atrás de la base de las aletas pectorales y alcanza el
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
nivel de implantación de la tercera a cuarta espinas
de la primera aleta dorsal, su orejuela sobresale
también con holgura. Distancia postorbital aproxi-
madamente el doble de la preorbital, constituye
entre el 20 y el 24 % de la LE y entre el 48 y el 55
% delaLC. Distancia preorbital 11 al 13 % dela LE.
Opérculo totalmente escamado, con tres espinas en
el ángulo superior la central más saliente y aguda.
Preopérculo escamado, su borde ascendente alcan-
za sólo al nivel del borde inferior de la órbita,
mientras que el borde inferior se adelanta hasta el
nivel de la mitad del ojo; el borde preopercular es
redondeado y provisto de dentelladuras, especial-
mente en su zona más angular donde presenta una
espina, mientras en el sector inferior presenta dos
espinas antirostrales: una aproximadamente en su
mitad y la otra en el extremo anterior. Orbita ocular
limita con el perfil superior de la cabeza, su diáme-
tro constituye entre el 11 y el 13 % de la LE y entre
el 26 y el 30 % de la LC. Ancho interorbital
aproximadamente la mitad del diámetro orbital. Las
narinas anteriores poseen visible brocal membrano-
so, mientras que las posteriores caracen de todo
vestigio de él. Maxilar más premaxilar alcanzan al
nivel medio del ojo y juntos miden entre el 18 y el
21 % de la LE. Premaxilar con dientes villiformes,
ocupan una mayor superficie en el extremo anterior
y también allí, pero hacia el interior de la boca,
alcanzan mayor tamaño. Dientes del vómer son
villiformes, en su conjunto con forma de punta de
flecha. Palatinos finamente dentados. Dentariotam-
bién con dientes villiformes. No hay caninos en
ninguno de estos huesos. Lengua lisa. Membrana
branquiostegal sin escamas, cuenta con ocho radios
branquiostegales. Primera espina de la dorsal, la
más corta, mientras que la sexta es la que alcanza
mayor longitud. Altura de la dorsal blanda ligera-
mente mayor que la porción espinosa. Base de las
aletas dorsales entre el 45 y el 58 % de la LE;
primera dorsal se inicia ligeramente por delante de
la base de las aletas pectorales, pero su última
espina se inserta poco detrás del nivel del ano.
Dorsal blanda apegada contra el cuerpo no alcanza
la base de los radios caudales y su base termina poco
más atrás del extremo posterior de la base de la aleta
anal. Base de la anal entre el 13 y el 16 % de la LE.
Segunda espina anal notoriamente más fuerte que
las otras dos. Distancia preanal entre el 64 y el 68 %
de la LE. Aletas pectorales redondeadas, entre el 21
y el 25 % de la LE, se insertan bien por delante de
las pélvicas y su extremo posterior no supera el
extremo posterior de aquellas. Extremo posterior de
las aletas pélvicas alcanzan un poco más atrás que
el ano; su longitud significa entre el 19 y el 23 % de
la LE. Altura mínima del pedúnculo caudal entre el
8 y el 14 % de la LE: Caudal ligeramente redondea-
da. Branquispinas de forma variable, existiendo
tanto alargadas, como mamelones. En algunos
ejemplares las de la rama ascendente del primer
arco branquial se presentan cortas y gruesas, mien-
tras que en otros son más alargadas y delgadas. En
larama ascendente varían entre 1 y 6 branquispinas,
más cuatro a cinco mamelones. En la rama inferior
varían entre 11 y 15 branquispinas, más 3 a 4
mamelones. Línea lateral alta, separada conrespec-
to a las aletas pectorales, presenta una suave curva-
tura en su sector anterior, para terminar en forma
paralela alos bordes del pedúnculo caudal; presenta
entre 49 y 52 escamas tubulares.
D. XI-XIH, 13-14; A. IL 5-8; P. 14-17
Color: Los ejemplares preservados en formol
presentan una tonalidad pareja, en algunos especí-
menes café oscuro, en otros café claro, pero siempre
un poco más oscuro en el sector superior de la
cabeza, base de las dorsales, aletas pectorales y
pélvicas y parte posterior de la caudal. Se observan
vestigios de una banda de color más oscuro en el
borde de la dorsal espinosa. En los ejemplares más
oscuros hay puntitos blancos esparcidos por el
cuerpo y las aletas dorsales, en un ejemplar tales
puntitos están orlados de negro. Un ejemplar foto-
grafiado en Nueva Zelandia se muestra de color
anaranjado, con puntitos blancos esparcidos por
todo el cuerpo y aletas (Francis, 1988).
Distribución: 7. macracanthus fue descrita para
Islas Norfolk (Ginther, 1859), pero luego se le ha
registrado en Australia y se le considera habitante
del sur de Oceanía (Allen et al., 1976; Paxton et al.,
1989); Nueva Zelandia (Paulin et al., 1989); Nueva
Zelandia e Islas Kermadec (Francis, 1988); Isla de
Pascua (Rendahl, 1921b; Wilhelm y Hulot, 1957;
De Buen, 1961; Yáñez-Arancibia, 1975; Randall y
Cea-Egaña, 1984; Sepúlveda, 1987; Pequeño, 1989).
Material examinado: La descripción prece-
dente se basó en los siguientes cinco especímenes:
IZUC-4431, 1 ej., 148 mm LE, 14 agosto 1972,
Isla de Pascua; IZUC-2875, 1 ej., 159 mm LE, año
1963, Isla de Pascua; IZUC-2875, 1 ej., 152 mmLE,
año 1963, Isla de Pascua; IZUA-PM-1711, 1 ej.,
178 mm LE, 10 Marzo 1992, Isla San Ambrosio;
IZUA-PM-1728, 1 ej., 228 mm LE, 19 Sept. 1993,
Isla de Pascua.
29
DISCUSION
En nuestra más reciente apreciación sobre la
composición taxonómica de la Familia Serranidae,
hemos contabilizado 24 especies nominales (Pe-
queño, 1989). Pero hoy esa cifra es necesariamente
distinta, si aceptamos que la Familia Percichthyidae
es una entidad aparte, así como sucede con
Callanthidae. Sin embargo, aún es necesario asegu-
rar la composición taxonómica de Serranidae, to-
mando en cuenta que su presencia en las islas
oceánicas es evidente y que, con mucha probabili-
dad, las especies son diferentes entre el continente
sudamericano y las islas más apartadas de él.
De allí que este estudio haya circunscrito su
campo de acción en la Familia Serranidae sensu
stricto y, poreso, hareconocido sólo a tres especies,
aunque también se sabe que en las Islas Desventu-
radas habitan especies otrora incluidas en Serranidae,
como porejemplo Polyprion oxygeneios Schneider,
1801 y Callanthias platei Steindachner, 1898.
La presencia de Caprodon longimanus era de
esperar, ya que existían registros previos en Juan
Fernández y aguas del Pacífico central. Sin embar-
go, pese a que se le citó para una zona de pesca que
enfrenta a la costa de Chile centro-norte y sur del
Perú (Chirichigno et al.,1982), no conocemos re-
glstros del sector costero de América del Sur. El
encuentro de la especie en las Islas Desventuradas
constituye un nuevo registro para la especie. Por lo
tanto, interesa también conocer rasgos de morfolo-
gía externa. En términos generales, los ejemplares
analizados coincidieron muy bien con la descrip-
ción original (Giúnther, 1859). En cambio, varias
características se mostraron sólo parcialmente so-
brepuestas con otras descripciones (Kharin y
Dudarev, 1983); por ejemplo, en nuestros ejempla-
res coincidieron en proporción de la LE la longitud
de la cabeza, distancia preocular, altura máxima del
cuerpo, la longitud de la base de las aletas dorsales
y la distancia predorsal; pero, comparados con los
datos de esos autores, nuestros ejemplares tuvieron
diámetro ocular, longitud de la mandíbula superior,
longitud de las aletas pectorales y distancia preanal
menores, siempre como porcentaje de la LE. En
aspectos merísticos, las aletas dorsales y la anal, así
como el número de escamas de la línea lateral
fueron coincidentes, en tanto que el número de
branquispinas fue diferente: en nuestros ejemplares
la rama superior del primer arco tuvo 7 a 9, mientras
que según Kharin y Dudarev (Op. cit.) tuvieron 9 a
11 y, en la rama inferior, los ejemplares de nuestro
estudio tuvieron 22 a 26, mientras que los de Kharin
30
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
y Dudarev mostraron 24 a 29. Estos nuevos antece-
dentes sugieren revisar muestras de C. longimanus
de diferentes localidades del Océano Pacífico, con
el fin de auscultar la mayor firmeza de estas va-
riaciones, que podría servir de base para sugerir que
existen diferentes poblaciones. En resumen, sobre
este hallazgo de C. longimanus, tenemos un nuevo
registro para las Islas Desventuradas, ratificando
que de las tres especies de Serranidae allí encontra-
das, esta es la de más amplia distribución, por su
presencia en el Pacífico Norte, en Islas Midway y en
el Mar de Tasmania (Kharin y Dudarev, 1983), así
como en Nueva Zelandia (Paulin et al. 1989) y
Australia (Paxton etal.,1989). Estaespecie ya había
sido considerada en un “conjunto de peces
estenotermos de aguas calurosas” (Mann, 1954 y
1964), con delimitación de aguas característica-
mente oceánicas del Pacífico central, que incluirían
a todas las islas oceánicas chilenas, lo cual está de
acuerdo con los resultados de este trabajo.
En cuanto a Hypoplectrodes semicinctum, nues-
tros ejemplares coinciden bien con las descripcio-
nes de De Buen (1959) y Anderson y Heemstra
(1989). Solamente dos medidas fueron discrepantes:
la longitud de la base de las aletas dorsales en
nuestros ejemplares significaron entre 50,8 y 58,1
%. de la LE, mientras que Anderson y Heemstra
(1989) registraron entre 50,0 y 53,8. Por otro lado,
la distancia preanal de nuestros ejemplares estuvo
entre 60,3 y 60,9 % de la LE, mientras que aquellos
autores registraron entre 65,4 y 73,0 % de la LE. En
cuanto a caracteres merísticos, en general son con-
cordantes. La especie es endémica de las islas del
Pacífico Oriental, pero se ha mantenido la duda
referente a la cita para Isla de Pascua (Yañez-
Arancibia, 1975) planteada por Anderson y
Heemstra (1989), ya que si ha sido capturada en las
Islas Desventuradas, en cierta medida se está abar-
cando una región que bien permitiría considerar su
presencia en todas las islas del Pacífico Sur Orien-
tal. Al revisar el espécimen dibujado por Yáñez-
Arancibia (1975), no sólo hemos constatado la gran
fidelidad del dibujante para con las características
del espécimen, sino también hemos constatado que
la etiqueta dice: “Pisces. Fam Serranidae. Scopularia
rubra de Buen, 1959. 1 ej.:175 mm; presumido Isla
de Pascua. Col. O. Wilhelm. Det.: A. Hulot 1963”.
Esta etiqueta es importante, por cuanto el recolector
era muy meticuloso y, por la fecha, ya había hecho
expediciones a Isla de Pascua personalmente, antes
que a otras islas. La fecha de la determinación
taxonómica por Hulot es otro indicador. Nosotros
creemos que el ejemplar pudo ser puesto en duda, en
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
algún momento, pero en relación con ictiofauna de
Chile continental sudamericano, en un tiempo en
que tal ictiofauna era mucho más desconocida. Pero
consideramos que su origen puede ser asignado a
Isla de Pascua.
Finalmente, Trachypoma macracanthus, cuya
captura en las Islas Desventuradas además de ser un
nuevo registro para tales islas, es también la locali-
dad más oriental conocida para la distribución de la
especie. Tal como se señala en los Resultados, 7.
macracanthus ha sido capturada en las riberas occi-
dentales del Pacífico Sur, pero no en las orientales,
razón que invita a convocar a una serie de factores,
para reconocer que en las Islas Desventuradas se va
perfilando una interesante situación de mayor pare-
cido ictiofaunístico con el sector de Oceanía que
con América del Sur propiamente tal. Efectivamen-
te, de las tres especies de la Familia Serranidae que
Í ,
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e Hypoplectrodes semicinctum Ln pS
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O Trachypoma macracanthus e
reconocemos para las Islas Desventuradas, dos son
comunes con Isla de Pascua (C.longimanus y T.
macracanthus), mientras que la tercera (H. semicinc-
tum), parece despejar sus dudas sobre lo mismo.
Esta última especie aparece como endémica de las
islas del Pacífico Sur Oriental, pero no debería
descartarse su posible presencia en otras islas más
occidentales que Pascua. En todo caso, dos de las
especies habitan el Pacífico Sur Occidental (C.
longimanus y T. macracanthus), con mayor o me-
nor amplitud, pero ninguna ha sido registrada en la
costa de América del Sur propiamente tal (Fig. 5).
Suponemos que la cita de C. longimanus de Chiri-
chigno ef al.(1982) fue hecha en base a los registros
de Juan Fernández, pues no conocemos datos de la
literatura ni de colecciones, que nos permitan ase-
gurar su existencia en el litoral del continente ame-
ricano.
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FIGURA 5. Distribución geográfica de las especies de serránidos de las Islas Desventuradas.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen la captura y donación de
especímenes por el Capt. Alex Wilder, la colabora-
ción del Dr. Walter Fischer (FAO, Roma), así como
de Jaime Rucabado y Domingo Lloris (Instituto de
Ciencias del Mar, Barcelona), del Ministerio de
Educación y Ciencia de España, de León Matamala
(Instituto de Zoología, Universidad Austral de Chi-
le), del Programa Oceanopolítico Integrado (POLI,
Armada de Chile) y del Comité Oceanográfico
Nacional (CONA) de Chile. Viviane Jerez, Minerva
Contreras y Víctor Hugo Ruiz (Universidad de
Concepción), prestaron valiosa colaboración en
cuanto al estudio de los ejemplares preservados en
su Universidad. El Sr. Rodrigo Castillo (Escuela de
Biología Marina, Universidad Austral de Chile)
realizó los dibujos de los peces. Este trabajo es un
resultado parcial del Proyecto S-93-41 de la Uni-
versidad Austral de Chile.
31
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HERMETISMO ENTRE TRES ESPECIES DE HORMIGAS”
Closure among three species of ants
JOAQUIN H. IPINZA-REGLA”, MARIA A. MORALES””, Y VERONICA AROS”
RESUMEN
Se estudia la influencia que la distancia filogenética tiene
enel hermetismo de sociedades de Camponotus morosus Smith,
1858; Camponotus chilensis Spinola 1851 (ambas pertenecien-
tes a la subfamilia Formicinae) y Solenopsis gayi Spinola 1851
(subfamilia Myrmicinae) en nidos artificiales.
Se mide el tiempo de latencia de presentación de las
siguientes unidades conductuales: exploración antenal, abertu-
ramandibular, apercollamiento, levantamiento del gáster, flexión
del gáster, movimientos bruscos de retroceso, lucha, transporte
y muerte de la intrusa.
Los individuos del género Camponotus son herméticos
frente a ejemplares del mismo género como a aquéllos de
distinta subfamilia.
INTRODUCCION
En hormigas como en otros insectos —termites,
avispas, abejas— las sociedades son consideradas
herméticas; es decir, no aceptan individuos de otra
sociedad, sea ésta congenérica o no congenérica. Se
puede considerar una serie de factores que estarían
influyendo en el hermetismo de las sociedades.
Experimentalmente Lenoir y Provost (1986) de-
“Proyecto FONDECYT 92-0959 y Fondo Investigación y
Desarrollo Universidad Mayor.
“Laboratorio de Zoología y Etología. Facultad de Ciencias
Silvoagropecuarias. Universidad Mayor. Camino La Pirámide
5057, Huechuraba, Santiago.
“Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias. Universi-
dad de Chile. Casilla 2 (15), Santiago, Chile.
ABSTRACT
The influence of phylogenetic distance over the interactions
between individuals of the same or different species in societies
of Camponotus morosus Smith 1858, Formicinae; Camponotus
chilensis Spinola 1851, Formicinae and Solenopsis gayiSpinola
1851, Myrmicinae, was studied in artificial nests in a laboratory
setting. The nests were collected in the region of Los Andes
(Central Chile).
The time latency in the presentation of the following
behavioral units was measured: antennal exploration, mandibular
opening, snatching, dorsal or ventral abdominal flexion, abrupt
retreat movements, fight, expulsion and killing of the intruder.
Closureis observed inindividuals ofthe genus Camponotus
in front of individuals of the same genus as in front of those of
different sub-family.
KEYWORDS: Hermetismo. Formicidae. Camponotus.
Solenopsis.
mostraron que individuos de otras colonias ho-
moespecíficas, pueden ser tolerados en el área de
encuentro o forrajeo, pero no se les permite penetrar
al interior del nido, ni participar en la vida social.
También es importante considerar dentro de los
factores del hermetismo, la edad de la intrusa.
Nowbahari y Lenoir (1984) observaron que existe
mayor tolerancia hacia las crías y estados juveniles
que hacia los adultos. Según Jaisson (1985), ésto
sería posible porque los individuos jóvenes no ha-
brían aprendido aún las características olfatorias de
su grupo y además, no tendrían todavía el olor
distintivo de su colonia.
De Vroey y Pasteels (1978) indican que las
conductas fuertemente agresivas entre sociedades
homoespecíficas, parecen ser propias de subfamilias
filogenéticamente más primitivas, tales como
33
Ponerinae. En cambio, Ipinza et al. (1991 y 1994),
difieren del planteamiento anterior, ya que sus ob-
servaciones establecieron que Camponotus morosus,
filogenéticamente evolucionada, presenta conduc-
tas agresivas frente a otras sociedades homoespecí-
ficas. Consideramos que este último factor sería
interesante abordar a fin de determinar la importan-
cia que las diferencias genéricas tienen frente al
hermetismo de sociedades de hormigas, bajo el
supuesto que individuos del mismo género son más
cercanos filogenéticamente que individuos de dife-
rente subfamilia.
MATERIALES Y METODOS
Se recolectaron 50 a 60 individuos de cuatro
sociedades: una sociedad correspondiente a
Camponotus morosus, Smith, 1858, perteneciente a
la subfamilia Formicinae; una sociedad de
Camponotus chilensis, Spinola, 1851, pertenecien-
te a la misma subfamilia que la especie anterior; y
dos sociedades de Solenopsis gayi, Spinola, 1851,
que pertenece a la subfamilia Myrmicinae. Este
muestreo se llevó a cabo en una zona de matorral
precordillerano, específicamente en San Carlos de
Apoquindo.
Las hormigas se mantuvieron en nidos artificia-
lesen el laboratorio de Zoología consistentes en una
caja plástica transparente de 9x 9x9 cm, con su tapa
correspondiente (área de residencia o nido propia-
mente tal) y otra caja transparente de 35 x 20 x 10
cm con tapa (área de encuentro o forrajeo), conec-
tada a la anterior por una manguera de 30 cm de
largo. Además, el nido contó con una fuente de agua
consistente en una caja plástica de 9x 9 x 9 cm, en
cuyo interior se deposita agua que sube por capila-
ridad a través de una esponja al piso del nido en
cuestión, al cual se encuentra conectado por una
malla con espacios de 0.3 mm. de diámetro.
La dieta artificial consistió en pulpa de manzana
adicionada de miel y trozos de carne de pollo
(Dejean, 1986; Ipinza et al., 1991).
La temperatura ambiental se mantuvo en 20*C +
22C; y la humedad relativa entre 45%-50%. Las doce
horas de luz se proveyeron con tubos fluorescentes y
difusores blancos (Cosens y Toussaint, 1985).
Después de tres semanas de permanencia en el
laboratorio de las hormigas en estudio, período
considerado suficiente para la adaptación, se trans-
firieron 10 hormigas obreras que fueron designadas
intrusas, de una en una, a los nidos residentes.
Las transferencias se realizaron transportando
34
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
hormigas desde los nidos de intrusas hacia nidos de
receptoras como se muestra en el siguiente cuadro:
TRANSFERENCIAS DE HORMIGAS ENTRE NIDOS
Nidos de receptoras
Nidos de intrusas S. gayi C. chilensis C.morosus
S. gayi + + +
C. morosus + +
C. chilensis > +
Se registró durante dos minutos la reacción de
una hormiga residente en contra de cada intrusa
transferida, a fin de visualizar la presentación de
conductas observadas, en ambiente artificial, al
introducir individuos de una sociedad en nidos de
otra sociedad (Ipinza ef al. 1991 y 1993). Estas
conductas son: exploración antenal (EA), abertura
mandibular (AM), apercollamiento (A), flexión del
gáster (FG), levantamiento del gáster (LG), movi-
mientos bruscos de retroceso (MBR), lucha (L),
transporte de la intrusa (TI) y muerte de laintrusa (MD.
Con los datos obtenidos se calculó: la distribu-
ción de frecuencias de cada unidad conductual para
cada una de las transferencias, la distribución de
frecuencias de la presentación ordinal de las unida-
des conductuales; para la variable tiempo el prome-
dio (X) y desviación estándar (DE) en cada unidad
conductual; análisis de varianza de Kruskal Wallis
(Hollander y Wolfe, 1973) para comparar entre
transferencias el tiempo de latencia de presentación
de cada unidad conductual.
RESULTADOS Y DISCUSION
Se observa en la tabla I que todas las formas de
transferencia presentan las conductas abertura
mandibular y exploración antenal (AM/EA), lo que
confirma que se trata de conductas de reconoci-
miento como fue señalado en trabajos anteriores
(Ipinza et al. 1991 y 1993).
Apercollamiento y levantamiento del gáster son
conductas que, al igual que la anterior, también se
presentaron en la totalidad de las transferencias
pero con una frecuencia menor que las anteriores.
Solenopsis gayi de un nido enfrentado a Solenopsis
gayi de un nido diferente las presentó escasamente,
lo que señala la falta de agresividad de esta hormiga
respecto de individuos de su misma especie, confir-
mado con la no presentación del resto de las conduc-
tas en esta transferencia.
La lucha es una conducta que se presenta en
forma más frecuente en las transferencias ($. gayia
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
TABLA LI. Número de hormigas que presentaron las unidades conductuales en las distintas transferencias
Unidades conductuales
Tipo de
Transferencia EA/AM A FG LG MBR LL, TI MI
S. gayi-C. morosus 10 8 4 8 8 4 - 5
S. gayi-C. chilensis 10 10 1 10 8 10 1 3
C. morosus-S. gayi 10 10 8 9 4 9 1 -
C. chilensis-S. gayi 10 8 8 8 2 7 = -
C. chilensis-C. morosus 10 9 6 10 4 9 - 3
C. morosus-C. chilensis 10 6 =- 6 8 8 - -
S. gayi-S. gayi 10 1 =- 2 - - -
EA/AM: Exploración Antenal/Abertura mandibular
A : Apercollamiento
FG : Flexión del Gáster
LG : Levantamiento del Gáster
MBR : Movimientos Bruscos de Retroceso
L : Lucha
TI : Transporte de la Intrusa
M : Muerte de la Intrusa
C. chilensis y C. morosus a S. gayi), de distinta sub-
familia como también entre transferencias conge-
néricas (C. chilensis a C. morosus y C. morosus a C.
chilensis) y no se presenta en la transferencia
homoespecífica.
Transporte de la intrusa, que consiste en una
forma de expulsión de ésta, se presentó sólo dos
veces (S. gayia C. chilensis y C. morosus a S. gayi).
En cambio la muerte de la intrusa se presentó 11
veces y fue en dos transferencias entre distintas
subfamilias (C. morosus y C. chilensis frente a S.
gayi) y también al introducir C. chilensis a un nido
C. morosus, lo que confirma la fuerte agresividad de
esta última (Ipinza et al. 1991 y 1993).
Respecto del orden de presentación de los even-
tos conductuales (Tabla IT), lo más frecuente es que
se presenten conductas hasta en un quinto orden,
pocos individuos presentan conductas en un sexto o
séptimo orden.
Destaca en esta tabla que la primera conducta es
EA/AM con excepción de la transferencia C.
chilensis a S. gayi en que hubo una hormiga que
primero manifestó apercollamiento y otra que en
primer lugar mostró flexión del gáster. En segundo
lugar la conducta más frecuente fueron los movimien-
tos bruscos de retroceso (C. morosus y C. chilensis frente
a S. gayi) y entre ambas congenéricas. Un segundo
lugar de importancia también lo ocupan el apercolla-
miento y el levantamiento del gáster. También la lucha
se manifestó en segundo lugar en tres casos. En tercer
orden las conductas más manifiestas son apercolla-
miento y levantamiento del gáster. En cuarto y quinto
lugar la lucha es el evento más frecuente.
La muerte de la intrusa se empieza a manifestar
a nivel de un cuarto orden, siendo esta conducta la
más frecuente en ocupar el sexto lugar junto con la
lucha y la única observada en el séptimo orden en
las transferencias anteriormente indicadas.
TABLA Il. Frecuencia de presentación según orden de aparición de las unidades conductuales en las diferentes transferencias.
Orden de Aparición
1 2 3 4 5 6 7
Transfer. EA/AM A FGEAAM A FG LG MB L A FG LG MB LEA/AM A FG LG MB L M A FG LG MB L M FG LG MB LT M M
Sg.aCA. 10 2d ad DIS 02 3 IA A 10992 1 2h
S.g.aCch 10 3 1.6 5 4 1 2 10 5 DEIA 1 1 1
CaaSg. 10 SEI ll DO 3 1 13 DA AA ol 1
CAS Ll INES 2: 982 MUA 5 1 1 DL 2
C.ch.aCa. 10 1 GE lA eZ 2 ISA NL MM A 1
C.a.aC.ch. 10 2 IAS 2 4 3 3 1 2
S.g.aS.g. 10 1 1
SPA Exploración Antenal/Abertura Mandibular
: Apercollamiento
se : Flexión del Gáster
LG : Levantamiento del Gáster
MB : Movimientos Bruscos de Retroceso
1É, : Lucha
T : Transporte de la Intrusa
M : Muerte de la Intrusa
35
En relación al tiempo de presentación de los
eventos conductuales (Tabla III) EA/AM muestran
una media de 2,0 segundos en la transferencia C.
morosus a $. gayi hasta 17,8 segundos en la trans-
ferenciaS. gayiaS. gayi. Se observa que C. Morosus
y C. chilensis reaccionan rápidamente frente a la
introducción de S. gayi, lo que se repite cuando se
enfrentan las primeras entre sí. Ipinza et al, (1994)
observaron que C. morosus también muestra un
bajo período de latencia de los eventos conductua-
les frente a individuos homoespecíficos. Por otra
parte, existe una alta variabilidad, evidenciada con
los valores de las desviaciones estándar, tanto en las
transferencias congenéricas como entre subfamilias.
El resto de las unidades conductuales para las dife-
rentes transferencias también presentan la caracte-
rística de ser altamente variables, lo que determinó
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
que se usara la prueba de Kruskal Wallis para la
comparación de valores promedios. El resultado de
las distintas comparaciones indicó que la única
conducta que presentó diferencias significativas fue
la combinación EA/AM. Esta conducta presentó un
mayor tiempo de latencia en la transferencia C.
chilensis aS. gayicomparada con el resto, observán-
dose que lo mismo ocurre con la transferencia S.
gayi a S. gayi respecto de las otras formas de
transferencia.
CONCLUSIONES
El evento conductual más frecuente y que a la
vez se presenta en primer lugar, tanto en transferen-
cia homo como heteroespecíficas, fue exploración
antenal asociada a abertura mandibular.
TABLA III. Tiempo (seg.) de presentación de las unidades conductuales en las diferentes transferencias.
Unidades conductuales
Tipo de transferencia EA/AM A LG FG MBR IL, MI
XD.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E. X D.E.
S. gayi a C. morosus 2,8 (1,2) 2,8 (28,9) 48,2 (32,1) 24,9 (34,6) 21,7(26,1) 38,2 (39,9) 49,6 (38,3)
S. gayi a C. chilensis 2,6 (2,1) 22,2(25,7) = - 33,7 (24,5) 19,5(25,9) 38,8 (32,7) 65,0 (42,1)
C. morosus a S. gayi 2,0 (1,2) 32,7(27,0) 38,0(35,3) 27,3(23,9) 39,5 (33,1) 54,9 (31,4) ==
C. chilensis a $. gayi 15,6(19,3) 37,5(29.0) 17,6(16,5) 43,9(26,5) 70,0 (15,5) 51,6(29,3) ==
C. chilensis a C. morosus 3,0 (1,7) 29,7 (23,4) 35,5(38,0) 18,1 (16,5) 16,0 (12,7) 19,8 (15,1) 96,3 (17,9)
C. morosus a C. chilensis 2,7:(1,5) 26,8 (22,3) = ME 18,0 (7,0) 37,2 (33,4) 35,7(34,7) = -
S. gayi a S. gayi 17,8 (12,3) = - = - 63,5 (47,4) - - = - = -
Xx z Media aritmética
D.E. : Desviación estándar
EA/AM Exploración Antenal/Abertura Mandibular
A : Apercollamiento
LG . Levantamiento del Gáster
FG E Flexión del Gáster
MBR Movimientos Bruscos de Retroceso
L z Lucha
MI z Muerte de la Intrusa
Considerando la frecuencia de presentación de
las unidades conductuales S. gayi se manifiesta
como no hermética frente a individuos de su propia
especie; en cambio, C. morosus y C. chilensis, son
especies herméticas frente a individuos de cada una
de ellas entre sí, como también son herméticas
frente a individuos de $. gayl.
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communications. A. de Haro y Espadaler. Eds. Univ. Autó-
noma Barcelona y S.F.E.C.A. pp: 457-461.
Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 37-42, 1996
EFECTOS DEL FLORECIMIENTO DEL ARBUSTO CHUSQUEA QUILA
KUNTH (POACEAE) SOBRE LA DEMOGRAFIA DE POBLACIONES DE
ROEDORES DE LOS BOSQUES TEMPLADOS FRIOS DEL SUR CHILENO
Flowering effects of the shrub Chusquea quila Kunth (Poaceae) on demography
of rodent populations of the temperate rain forest in Southern Chile
R. MURUA,' L. A. GONZALEZ”, M. GONZALEZ” Y C. JOFRE"
RESUMEN
El florecimiento y posterior semillación del arbusto
Chusquea quila es un fenómenorecurrente y cíclico en periodos
supranuales. La producción estival de semillas de Ch. quila en
1994, medida en el bosque nativo, alcanzó la cifra de 51.3
millones/ha con una viabilidad entre el 76-89%. La enorme
cantidad de recursos alimentarios disponibles ha permitido
sostener la hipótesis que los aumentos en densidad de
roedores(ratadas) estarían compuestas principalmente por es-
pecies granívoras del bosque que tendrían una respuesta instan-
tánea a la cantidad de recurso.
En dos áreas con Ch. quila florecida, en 1994 en el Bosque
Experimental San Martín y en 1995 en Peulla (Parque Nacional
Vicente Pérez Rosales) se establecieron retículos de 12 x 12m
y 10 x 10m respectivamente, con una trampa Sherman por
estación durante el otoño-invierno. Se utilizó el método de
Captura Marcaje y Recaptura. La densidad se calculó con el
índice de Lincoln.
En ambas áreas se detectó una explosión poblacional. Esta
fue 14 veces más elevada en el mes de abril que en el mismo mes
de años previos en San Martín, alcanzando en invierno a 172
animales/ha. En Peulla alcanzó 255 animales/ha en el mes de
julio. En San Martín el incremento se produjo por aumento de
la especie granívora Oryzomys longicaudatus (85%- 90% de la
población total). En Peulla la especie omnívora Abrothrix
olivaceus fue un 93% del total colectado. Los individuos adul-
tos de O. longicaudatus de la población de San Martín fueron
más grandes y pesados (10-50g machos y 13-43g hembras) en
cambio A. olivaceus de la población de Peulla los individuos
adultos mantienen sus pesos (14g-23.5g en machos y 13.5g -
26.5g en hembras). Hay diferencias también en la proporción de
sexos. En San Martín dominan inicialmente (abril) los machos
(74,63%) para finalizar sin diferencias (julio); en cambio en la
población de Peulla dominan la hembras con un 60,23%.
*Instituto de Ecología y Evolución, Fac. de Ciencias,
ABSTRACT
Flowering and seeding of a Chilean shrub (Chusquea quila)
occur in long interannual cycle. The enormous amount of seeds
produced (51.3 millions/ha in 1994) provided abundant food
resources for granivorous rodent species inhabiting temperate
rain forests.This would explain the outbreak of rodents, named
locally “ratadas”, that are associated with this cyclic phenome-
non.
Two areas with flowering of Ch. quila, in 1994 in San
Martin Experimental forest and in 1995 in Peulla sector of
Vicente Perez Rosales National Park were studied.
Two grids of 12x12 and 10x10 traps, one Sherman trap per
station were established in San Martin and Peulla, respectively.
Abundance was estimated with Capture and Recapture Method.
The Lincoln indice was utilized.
In San Martin a population increase of 14 times greater was
detected than figures found in the month of the peak in previous
years. The total of animals collected in winter was 172 animals/
ha in San Martin, whereas in Peulla in one month (july) were
collected 255 animals/ha. Ninety percent of the total population
collected in San Martin was formed by the granivorous species
Oryzomys longicaudatus but in Peulla 93% of the population
was the omnivorous species Abrothrix olivaceus both species
codominant in these forests. There were also found differences
on demographic features in both populations. Animals from San
Martin were bigger and heavier with a sex proportion skewed to
males (76,63%).In Peulla no changes in weight or sizes were
detected in A. olivaceus and sex proportion was skewed to
females with a 60,23%.
KEYWORDS: Rodents outbreaks. Plant-animal interac-
tions. Small mammals populations. Chile. Chusquea quila.
**Instituto de Silvicultura, Fac, Cs.Forestales, Universidad Austral de Chile, casilla 567, Valdivia, Chile,S.A.
S)1)
INTRODUCCION
En la zona centro-sur de Chile, extensas super-
ficies con bosques nativos son y han sido alteradas
y destruidas por causas antrópicas tales como incen-
dios y explotación forestal, y en menor grado, por
catástrofes naturales.
Entre las especies arbustivas que profusamente
colonizan estas áreas se encuentran principalmente
quila (Chusquea quila Kunth) y coligúe (Chusquea
coleou Desvaux), dependiendo de la altitud en la
cual se hayan producido estas alteraciones.
La bambúcea Chusquea quila en Chile, se distri-
buye entre las provincias de Cautín y Chiloé, bajo
los 600 msnm aproximadamente (Muñoz, 1980;
Hoffmann, 1982). Cuando crece en áreas despeja-
das, forma matorrales monoespecíficos impenetra-
bles que son comúnmente llamados “quilantales” o
“quilantos” (Veblen et al., 1979; Hoffmann, 1982).
Su crecimiento vigoroso y exuberante presentando
incluso una condición de trepadora facultativa al-
canzando hasta más de 20 m de altura (Donoso,
1993; Schlegel, 1993) determina que la regenera-
ción de especies arbóreas, principalmente intole-
rantes a la sombra, como son las especies de
Nothofagus, sean inhibidas en su crecimiento o
presenten serias dificultades para establecer su re-
generación, lo que complica notoriamente las ope-
raciones de manejo del bosque nativo (Medina y
Ojeda, 1972).
Uno de los rasgos peculiares de esta especie,
como de muchas bambúceas, es su prolongado ciclo
vital. Ella presenta una floración periódica y grega-
ria (sincrónica) y posteriormente muere. Esto signi-
fica que un 70 a 90 % de su población florece en una
misma temporada en un área relativamente extensa
(Schlegel, 1993).
No existe un consenso claro en la literatura sobre
la periodicidad en que ocurriría cada ciclo y se habla
de que las floraciones se presentarían aintervalos de
10 a 30 años aproximadamente (Muñoz, 1980;
Schlegel, 1993).
Asociados a esos florecimientos cíclicos de la
quila, se tienen informaciones anecdóticas y aisla-
das, de aumentos incontrolados de especies de roe-
dores, asociados alos hábitats de matorral y bosque
higrófilo templado, ocurrida después de una flora-
ción masiva y fructificación de Chusquea, llegando
en algunos casos a constituir plagas en cultivos y
sitios de almacenaje. Un caso es el descrito para la
especie Oryzomys longicaudatus que multiplica su
población en exceso como respuesta a la rica ali-
mentación que le brindan las semillas de Ch. quila
38
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
(Mann, 1978). Este mismo autor señala también,
que bajo la influencia de esta alimentación (proba-
blemente rica en vitamina E) aumenta la reproduc-
ción de esta especie, agudizando la problemática de
sobrevida de enormes masas poblacionales.
Otras “ratadas” con grandes números de roedo-
res, han sido descritas en Chile, Perú y en el lado
este de los Andes, pero éstas parecen estar relacio-
nadas con sucesos extrínsecos, no predecibles, tales
como precipitaciones y consecuentes cambios en la
producción de biomasa vegetal en zonas áridas
(Hershkovitz, 1962; Pearson, 1975; Pefaur et al.,
1979).
En los bosques nativos dominados por
Nothofagus de tierras bajas, las especies de cricétidos
más abundantes son Abrothrix olivaceus, Oryzomys
longicaudatus y Abrothrix longipilis (González et
al., 1982; Murúa y González, 1985; Murúa et al.,
1986). Las dos primeras especies muestran predeci-
bles aumentos durante otoño e invierno y fuertes
declinaciones a fines de éste. Es importante desta-
car que O. longicaudatus presenta fluctuaciones
interanuales relacionadas con la disponibilidad de
semillas por seruna especie esencialmente granívora
(González et al., 1989).
Por las características señaladas, la floración
acaecida en la primavera y verano del año 1992-
1993 de una de las bambúceas (Ch. quila) constitu-
ye un hecho muy especial y de significativa impor-
tancia. Esto permite estudiar, por un lado, la diná-
mica regenerativa de los bosques nativos de las
tierras bajas del sur de Chile dominados por espe-
cies arbóreas de Nothofagus, y por otro el efecto de
la semillación sobre la dinámica poblacional de los
roedores cricétidos habitantes de estos bosques.
En el presente trabajo se analiza la influencia de
la abundancia de semillas sobre las poblaciones de
roedores. Se postula que la mayor cantidad de
recurso alimentario disponible en el bosque produ-
ciría una respuesta instantánea de las especies esen-
cialmente granívoras de los ensambles de roedores,
con aumentos en sus tamaños poblacionales y cam-
bios demográficos ya sea en su estructura etaria,
proporción de sexos y peso corporal.
MATERIAL Y METODOS
En la región de los Lagos en el sur de Chile, se
eligieron dos áreas, una en la zona de la cordillera de
la costa, el Bosque Experimental San Martín (39%
38'"Lat. S 737” Long. O) y otra en la pre Cordillera
de los Andes, el Parque Nacional Vicente Pérez
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Rosales, sector Peulla (41* 15” Lat. S72* 10” Long.
O) que presentaban abundantes matorrales de
Chusquea spp. con diferentes grados de floreci-
miento (Fig. 1).
742 722 j
Bosque Experimental a $
San Martín Z a A
AN,
4 S) OS CHILE
Valdivia NN Ñ
Vicente Pérez
Rosales 1
920 420
Dd:
£hoitén | a
S
Ze AF NS y
Bao zed.
- EN a
Mapa de distribucion geografica generalizada de la floración de Chusquea spp.
en la X Region de los Lagos.
O Localizacion de los sitios de estudio.
NS Q
No
S
Fuente. (M.Gonzdlez, observaciones personales 1992-93-94,CONAF, 1993.)
FIGURA 1. Distribución geográfica del florecimiento de la
Chusquea spp. en la Décima Región Administrativa de Chile
(Región de Los Lagos) en 1993-94.
El Bosque Experimental San Martín, que ha
venido siendo monitoreado desde hace 15 años, se
encuentra a 60 msnm y se caracteriza por presentar
las especies arbóreas dominantes como Roble
(Nothofagus obliqua), Mañío (Podocarpus saligna),
Olivillo (Aextoxicon punctatum) y Ulmo (Eucryphia
cordifolia), en suelos de origen volcánico y con
precipitaciones que superan los 2000 mm concen-
trados en un 80% en los meses de otoño e invierno.
El sector Peulla del Parque N. Vicente Pérez
Rosales está ubicado a 500 msnm y se caracteriza
por un bosque siempre verde con alta participación
de especies como Ulmo (E. cordifolia), Tepa
(Laurelia phillipiana), Coigúe (Nothofagus
dombeyi) y Olivillo (A. punctatum) con suelos vol-
cánicos y precipitaciones que superan los 2500 mm
anuales.
1. Estimación de la producción de semilla
de Chusquea spp.
En el bosque San Martín se instalaron 21 cajo-
nes de 50 x 25 x 15 cm (0.125m?) cada uno para
colectar semillas y hojarasca de Chusquea spp. que
fueron dispuestos al azar en distintos sectores del
bosque cubiertos por esta especie, en los meses de
verano y otoño de 1993, los cuales fueron controla-
dos semanalmente. Esta medición no se hizo en
Peulla porque no se tenía un monitoreo continuo del
área.
2. Estimación de la abundancia de los
roedores cricétidos
En los sitios de muestreo se emplearon retículos
de diferentes tamaños. En San Martín se mantuvo el
retículo con el que se han monitoreado las especies
de roedores cricétidos dominantes desde 1979 a la
fecha. El retículo tiene una configuración de 12x 12
trampas Sherman medianas, una porestacióna 10m
de intervalo cubriendo un área de 1.21 has. Los
censos se realizaron por 6 días mensualmente y los
animales capturados fueron marcados con anillos
numerados. En Peulla la configuración del retículo
fue de 10 x 10 m, una trampa Sherman por estación
a 10 mintervalo, cubriendo un área de 0.81 has. Los
animales fueron también marcados con anillos y los
censos se realizaron en julio y septiembre de 1995
durante 5 días.
Los individuos colectados fueron pesados, me-
didos y estimada su condición reproductiva por
caracteres externos, testículos escrotales en machos
y vaginas perforadas, evidencias de preñez o lactan-
cia en las hembras. Todos los animales fueron
liberados en el punto de captura.
La densidad para cada retículo se calculó me-
diante el índice de Lincoln modificado por Bailey
(1951). Para efecto del método se consideró como
primer censo a los animales capturados en los
primeros 3 días y como segundo censo los captura-
dos en los restantes días del período de muestreo. Se
agregó un área de influencia correspondiente a una
cinta cuya dimensión es la mitad de la distancia
máxima entre dos capturas sucesivas. Se estimaron
parámetros demográficos como el peso corporal, la
proporción de sexos y edad según Krebs (1978) y
Jensen (1982).
39
RESULTADOS Y DISCUSION
En la Fig. 2 se muestran los resultados de la
producción de semillas colectada semanalmente en
el verano 1993-94 para la especie Chusquea quila.
Para una mayor claridad se hace presente que en
años anteriores desde que se inició el monitoreo no
ha habido producción de semillas de quila. La
mayor caída de semillas se observa en la segunda
semana de enero, donde alcanza su valor máximo de
51,3 millones de semillas /ha. A partir de este punto
se inicia la declinación de la caída de semillas, que
se hace gradual en las semanas siguientes, hasta
fines de febrero, donde los valores de semillas son
bajos y se mantienen sin grandes variaciones hasta
marzo.
NUMERO SEMILLAS / ha.
(millones)
Y Bra CE A CASA 1 2 semana
DIC. ENERO FEBRERO MARZO mes
FIGURA 2. Número de semillas de Chusquea quila colectadas
durante el verano 1993-94 en la localidad de San Martín,
Valdivia.
La Fig. 3 muestra la producción de materia seca
total desglosada en semillas y hojarasca. La tenden-
cia de la curva del peso seco en las primeras 6
semanas, sigue el patrón observado en la produc-
ción de semillas. De hecho el peso seco de las
semillas es el componente que aporta más biomasa
en esa fase. Sin embargo, el peso seco de la hojaras-
ca es más abundante al inicio y al final del verano,
lo que eleva la curva cambiando su patrón. Los
períodos de mayor cantidad de hojarasca corres-
ponden a la caída de hoja y desecamiento de las
plantas de quilas.
Otro aspecto de interés es la viabilidad de las
semillas. Se observó durante el verano 93-94 que
las semillas colectadas en las cajas trampas presen-
taron una alta viabilidad, con un rango entre 76 al
89% de semillas viables. Sería esperable que los
depredadores de semillas prefieran las que son
40
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
o
eS
035
0.3 PITT
0.25 : EEE
SABERES Y Y,
0.2 , EBEIÍ
0.15 ODRÍA,
0.1 AD
0.05 Pesoseco total
¡ Peso seco semillas
Peso seco hojarasca
GTVeSo esa m2. snm
l |
DIC ENERO FEBRERO
PRODUCCION BIOMASA (Ton/ha)
MARZO mes
FIGURA 3. Cantidad de materia seca estimada durante el verano
1993-94 en la localidad de San Martín.
viables pues contienen la energía y nutrientes en
niveles apropiados comparadas con las semillas
vanas que presentan solo cáscara.
Los roedores cricétidos que habitan el bosque
templado frío presentan un ciclo anual que se carac-
teriza por un incremento del número de individuos
en los meses de otoño e invierno en las especies A.
olivaceus y O. longicaudatus, y en verano en A.
longipilis (Murúa y González, 1986, en revisión).
En el año de florecimiento de la quila en el Bosque
Experimental San Martín (93-94) en abril de 1994 se
observó un incremento en el número de individuos
de O. longicaudatus de 14 veces sobre los valores de
animales supuestos vivos registrados para ese mes
en años anteriores y en el siguiente (Tabla 1).
Pero no sólo se presenta un cambio en los núme-
ros totales de individuos, sino también hay un cam-
bioen la proporción de las especies presentes duran-
te el otoño. En San Martín, en 1994 predomina
claramente O. longicaudatus representando entre el
83 al 91% de los animales colectados. Este mayor
aumento en número y en la importancia relativa en
el ensamble, puede interpretarse como una respues-
ta instantánea de O. longicaudatus al aumento im-
portante de semillas de quila en el piso del bosque
que alcanza su punto máximo en el verano previo.
TABLA 1. Número de animales colectados en el mes de abril en
el retículo de Bosque en el Fundo San Martín.
Año Abrothrix olivaceus Oryzomys
longicaudatus
1989 12 10
1993 3 7
1994 13 140
1995 8 2
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Este hallazgo es coincidente con la conducta de esta
especie con otras semillas arbóreas del bosque, que
lo han definido como un seguidor de las condicio-
nes del ambiente “environmental tracker”, fluc-
tuando sus números según la abundancia del recur-
so semilla (González et al., 1989).
La ratada registrada en Peulla en julio de 1995,
es diferente a la registrada en San Martín. En primer
lugar la especie de roedor cricétido que domina
ampliamente en el sitio de muestreo fueA. olivaceus,
constituyendo el 93% del total de los animales
colectados que incluyó también a O. longicaudatus.
A. olivaceus no es granívoro estricto sino más bien
omnívoro ya que incluye en su dieta componente
animal (insectos), componente vegetal, plantas ver-
des, hongos, además de semillas (Murúa y Gonzá-
lez,1981). En segundo lugar los animales eran pe-
queños, livianos y de la muestra sacrificada para
estudios de laboratorio se constató que el 88%
correspondían a animales jóvenes. El muestreo rea-
lizado en julio en el retículo entregó un valor de 255
animales /ha. Esta cifra cae violentamente en sep-
tiembre donde un solo animal fue colectado con el
mismo esfuerzo de captura, es decir en dos meses la
población desapareció en forma completa.
Se observaron otras diferencias demográficas
como fueron los pesos corporales y la proporción de
sexos de los animales en las especies que produje-
ron la ratada en San Martín y Peulla.
En cuanto al peso de los animales no se observa-
ron diferencias significativas entre machos y hem-
bras en las dos localidades, por lo cual los datos se
agruparon y se compararon los totales entre ellas.
Los A. olivaceus colectados en San Martín fueron
significativamente más pesados que los animales de
Peulla (Z=6.20922, prueba para términos no parea-
dos, P < 0,05) (Tabla.2).
Los O. longicaudatus capturados en San Martín
son también grandes y pesados observándose una
disminución gradual de los pesos promedios a lo
largo del otoño-invierno (abril=32.3 g; mayo=29.64
TABLA.2. Pesos de ejemplarese Abrothrix olivaceus colecta-
dos en las localidades de Peulla y San Martín en el mes de Julio
de 1995.
Abrothrix olivaceus Peulla San Martín
Total animales 132,0 30,0
Peso promedio 17,4 g 21,8 g
Desviación estándar 2,70 3,07
Peso máximo 26,5 g 28,0 g
Peso mínimo 13,5 g 17,0 g
(Test Unpaired, Z= 5.3466, P < 0,001)
g; junio=28.73 g y julio=26.22 g), lo que se puede
asociar con la disminución de la cantidad de recur-
sos alimentarios, que determina una caída gradual
de los pesos y números. En Peulla los pesos de los
animales son menores y la población se caracteriza
por estar conformada por animales jóvenes.
En cuanto a la proporción de sexos de O.
longicaudatus se observó en San Martín un mayor
número de machos en el mes con el punto máximo
de la ratada (abril) con un 74,6 %, y luego una
disminución en los meses siguientes para alcanzar
enjulio una proporción de 1:1. En cambio, en Peulla
A. olivaceus presentó una mayor proporción de
hembras en el mes máximo (julio) de la ratada con
un 60.2%.
La situación descrita en el Bosque Experimental
San Martín se ajusta a la hipótesis planteada inicial-
mente, en que la mayor abundancia de recursos
alimentarios (semillas de quila) produce un aumen-
to en el tamaño de la población de los roedores
granívoros como es el caso de O. longicaudatus.
Esta abundancia de recursos hace las veces de un
“dispersal sink” (sensu Lidicker, 1975) que atrae
hacia el área a individuos de zonas periféricas, que
pueden establecerse por la mayor cantidad de ali-
mento disponible y explica la respuesta instantánea
de la población que en la misma estación aumenta
sus números. El claro sesgo observado hacia una
mayor proporción de machos característico de esta
especie (Murúa et al. 1986), apoya las condiciones
de elevada vagilidad que presenta la especie.
En Peulla la colecta realizada en julio, que
corresponde al final del período de reclutamiento
dentro del ciclo anual descrito (Murúa y Gonzá-
lez,1986), muestra una población constituida por
animales jóvenes nacidos en la estación y que
sobrevivirían en el área por la cantidad de recurso
disponible. Laratada estuvo formada por los anima-
les nacidos y reclutados en la estación. Por otra
parte, se ha detectado en A. olivaceus hembras muy
precoces de 13g de peso preñadas y con varias
preñeces y grandes camadas en la estación (Gonzá-
lez etal., 1988). Una elevada fecundidad y sobrevi-
vencia podría dar cuenta de los números de anima-
les encontrados en el área en el punto máximo de la
ratada. Este hecho estaría de acuerdo con la idea de
un aumento de la fecundidad debido a la presencia
de algún compuesto químico, en la semilla de quila
como ha sido sugerido por Mamn (1978), que afec-
tas positivamente la fecundidad de las hembras. Los
animales emigran del lugaruna vez que los recursos
escasean, con fuertes mortalidades en la población
que la lleva a una extinción local. La extinción casi
41
completa fue observada en las colectas de septiem-
bre dos meses más tarde de la ratada.
De acuerdo a las hipótesis adelantadas para
explicar la ratada, las dos especies de roedores
cricétidos responderían de forma diferente a la
mayor abundancia de recursos de semillas de quila
enel área. Estas respuestas serían concordantes con
el perfil demográfico de las poblaciones, el que se
ajusta a las condiciones ambientales y a las restric-
ciones internas (morfológicas, ecoetológicas,
genéticas) de la especie.
AGRADECIMIENTOS
Se agradece a Freddy Mondaca y Pedro Muñoz
su colaboración en terreno. Se agradece además a la
Corporación Nacional Forestal (CONAE) por la
autorización para trabajar en el Parque Vicente
Pérez Rosales. (Financiado por Proyectos DIUACH
N? S-94 -21 y FONDECYT N* 1951206)
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Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 43-51, 1996
AMPLIFICACION DE GENES POR PCR Y SU APLICACION AL
ESTUDIO DE LA BIODIVERSIDAD
PCR genes amplification and its utility in biodiversity studies
ROLANDO P. MONTOYA*, PATRICIA I. GOMEZ**, MARIELA A. GONZALEZ**, MARIO
HENRIQUEZ*** Y ARTURO CANDIA*+*.
RESUMEN
En el presente trabajo se muestra la aplicación de la técnica
de amplificación de genes por PCR en organismos procarióticos
y eucarióticos. Como ejemplos, se amplifican genes conocidos
(específicos), tales como el espaciador ribosomal y el gen eae
involucrado en la patogenicidad de Escherichia coli y otros
desconocidos, mediante la técnica de RAPD. Los organismos
utilizados en el estudio correspondieron a 5 taxa del reino
Monera, 2 taxa del reino Plantae y 1 taxa del reino Animal. En
algunos casos, los patrones de amplificación permitieron dife-
renciarlos organismos, aniveles genérico, específico y/o pobla-
cional, demostrando la potencialidad de esta técnica molecular
enestudios de biodiversidad organísmica y/o en la resolución de
problemas taxonómicos puntuales.
INTRODUCCION
El creciente desarrollo y simplificación experi-
mentado por las técnicas de biología molecular ha
facilitado su uso en áreas de las ciencias biológicas
diferentes de las tradicionales; en la actualidad, el
análisis de la molécula de ADN se considera una
herramienta de gran potencialidad y resolución en
*Depto. Biología Molecular,
***Depto. Microbiología, Fac. de Cs. Biológicas;
**Depto. Botánica, Fac. Cs. Nat. y Oceanográficas. Uni-
versidad de Concepción.
ABSTRACT
The use of PCR to amplify known and unknown genes in
prokaryotes and eukaryotes to infer relationships among taxa is
shown. As examples, particular sequences such as the one in the
ribosomal intergenic spacer and the gene eae involved in
Escherichia coli pathogenesis and unknown genes applying the
RAPD technique are included. The organisms used comprise 5
taxa of the kingdom Monera, 2 taxa of the kingdom Plantae and
one taxa of the kingdom Animalia. In some cases, the
amplification patterns allow differentiations at genera, species
and/or populations level, demonstrating the potential use of this
molecular technique in biodiversity studies and/or in the
resolution of particular taxonomical problems.
KEYWORDS: PCR. ITS. REFLP. RAPD and biodiversity.
taxonomía y filogenia. Los atributos moleculares
son una medida directa de cambios en el genotipo,
por lo tanto, su utilización evita los problemas
asociados a la plasticidad fenotípica que, como se
sabe, está influenciada por el ambiente. Desde hace
más o menos una década, los sistemáticos han
comenzado a incluir data molecular en sus estudios
tradicionales. Los resultados obtenidos han contri-
buido tanto a solucionar problemas sistemáticos
irresolutos como a corregir algunos errores genera-
dos de la utilización de caracteres taxonómicos
clásicos.
Las variaciones presentes en el genoma nuclear
y organelar (mitocondrial y cloroplastidial) pueden
43
ser detectadas a través de variadas técnicas molecu-
lares; entre ellas, el establecimiento de polimorfis-
mos en la longitud de los fragmentos de restricción
(RFLPs), la secuenciación, la hibridación y la reac-
ción en cadena de la polimerasa (PCR). Dadas las
ventajas de esta última, su uso en estudios de la
biodiversidad es cada vez más frecuente (Arnheim
et al., 1990; Coleman and Goff, 1991; González et
al., 1995; Weising et al., 1995).
La PCR desarrollada por Mullis y Faloona en
1987, es un método de amplificación enzimática in
vitro de secuencias nucleotídicas específicas que
proporciona grandes cantidades de copias de una
secuencia blanco; de esta manera se supera el cons-
tante problema de la escasa disponibilidad y pureza
del gen que se someterá a análisis (Taylor, 1991).
Esta técnica ha sido aplicada a la identificación y
caracterización genética de diversos organismos,
tanto procarióticos (Gannon et al., 1993; Nowak et
al., 1995; Smith-Vaughan et al., 1995) como
eucarióticos (Bhattacharya et al., 1991; Irwin et al.,
1991; Bird et al., 1992; Sang et al., 1995). Su
utilización ha llegado incluso al análisis de organis-
mos fijados y fosilizados (Páábo, 1990). La técnica
se basa en la unión y extensión de dos
oligonucleótidos utilizados como partidores que
flanquean la secuencia de ADN a amplificar. Entre
los genes que han sido amplificados con fines
comparativos se citan los genes de las subunidades
mayor y menor de la enzima Rubisco y, cuando
existe, el espaciador intergénico que los separa
(Destombe and Douglas, 1991; Fujiwara et al.,
1994), el gen de citocromo b y la zona D-loop del
ADN mitocondrial (Irwin ef al., 1991; Meyer,
1994a), los genes y espaciadores ribosomales (Hillis
and Dixon, 1991), entre otros. La información
obtenida de la amplificación de los genes que codi-
fican para el ARNr ha sido intensamente utilizada
en estudios taxonómicos de niveles jerárquicos
superiores al específico, mientras que los espacia-
dores intra e intergénicos se han empleado en com-
paraciones a niveles inferiores (subespecífico, po-
blacional e individual) (Schaal and Learn, 1988;
Hillis and Dixon, 1991; Meyer, 1994b; Sang et al.,
1995). Las secuencias amplificadas son compara-
das en cuanto a tamaño y/o secuencia, por digestión
con enzimas de restricción (RELP) (Scholfield et
al., 1991; Adachi et al., 1994) o secuenciando
directamente el fragmento (Hillis and Dixon, 1991;
Goff et al., 1994, Manhart et al., 1995; Sang et al.,
1995).
En 1990, Williams et al. y Welsh y McClelland
reportaron separadamente una modificación de la
44
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
técnica de PCR clásica que permite la detección de
polimorfismo genético, denominada ADN polimór-
fico amplificado al azar (RAPD); en este caso, se
utiliza un solo partidor de secuencia arbitraria, con
un contenido de GC superior al 50%. Este método
ha sido usado en la caracterización de bacterias,
hongos, algas, plantas vasculares y animales (Welsh
and McClelland, 1990, 1991; Caetano-Anollés et
al., 1991; Mazurier et al., 1992; Waugh and Powell,
1992; Patwary et al., 1993; Williams et al., 1993,
González et al., 1996).
El polimorfismo generado con estas técnicas, se
manifiesta por la presencia o ausencia de un trozo de
ADN producido por PCR y/o su fragmentación con
enzimas de restricción que luego se visualiza en un
gel de agarosa. En el análisis de la data se debe tener
en cuenta: la calidad del ADN, la digestión comple-
tao parcial del ADN, las condiciones de separación
electroforética, la intensidad de las bandas y la
presencia o ausencia de bandas comigrantes. Para el
procesamiento de la data se cuenta con variados
métodos disponibles en paquetes computacionales
(Romesburg, 1984; Patwary et al., 1993; Olmstead
$ Palmer, 1994). En nuestro laboratorio hemos
utilizado el paquete computacional NTSYS-pc ver-
sión 1.60. Parala comparación de diferentes taxa, se
prepara una matriz basada en la presencia o ausen-
cia de bandas; a partir de ella se calcula un coefi-
ciente de similitud para cada par de taxa, en este
caso “simple matching” (Cjk = a+d/a+b+c+d; 0.0 <
Cjk< 1.0) y se genera una matriz de similitud de la
cual se construye un fenograma aplicando el agru-
pamiento UPGMA (Rohlf,1988).
El objetivo de este trabajo es entregar informa-
ción sobre la potencialidad de la técnica de ampli-
ficación por PCR de genes específicos (ITS, gen
eae) y desconocidos (RAPD) para la caracteriza-
ción genética de individuos, poblaciones, especies
y géneros.
MATERIALES Y METODOS
MATERIAL BIOLOGICO: Talos de Gracila-
ria chilensis Bird, McLachlan á Oliveira prove-
nientes de praderas naturales (2 a 4 morfotipos),
fueron recolectados en Caleta Lenga (36%46'S;
7310"W), Isla Santa María (37%03"S; 73%30"W) y
Maullín (41%36*S; 73%38"W). El ADN nuclear de
Gracilariopsis lemaneiformis (Bory) Dawson,
Acleto £ Foldvik de California, USA, fue propor-
cionado por la Dra. Lynda Goff (Universidad de
California, Santa Cruz, USA). Cepas bacterianas de
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Shigella flexneri, Shigella sonnei, Escherichia coli
enteropatógenas y Yersinia enterocolitica, fueron
aisladas de deposiciones de humanos de Concep-
ción, VIII Región, excepto una cepa de E. coli
proveniente de Canadá. Cepas de Yersinia ruckeri
fueron aisladas desde peces cultivados en la X
Región. Ejemplares de Merluccius gayi Guichenot
(merluza) fueron capturados en el Golfo de Arauco,
VIII Región.
AISLAMIENTO DE ADN: El ADN nuclear de
G. chilensis fue obtenido por ultracentrifugación en
gradientes de CsCl - Hoechst, siguiendo el protoco-
lo descrito por Rice y Bird en 1990. El ADN
genómico de bacterias se obtuvo por ebullición de
las bacterias previamente resuspendidas en agua
destilada, según la metodología de Mazurier et al.,
1992. El ADN genómico de merluza se extrajo por
homogenización del tejido en presencia de la resina
Chelex 100, proporcionada en el kit de aislamiento
de ADN InstaGene matrix (BioRad).
AMPLIFICACION DE GENES: Los progra-
mas de amplificación fueron realizados en un
termociclador Perkin Elmer 480. Los reactivos uti-
lizados en las reacciones de PCR, excepto los
partidores, fueron adquiridos en Perkin Elmer. Los
partidores fueron sintetizados por el Centro de
Síntesis y Análisis de Biomoléculas de la Universi-
dad de Chile.
1. Específicos:
a) Espaciador ribosomal eucarionte: Las mez-
clas de amplificación contenían tampón de reacción
1X, 1.5 mM de MgSO,, 200 uM de cada dNTP, 0.4
uM del partidor TW-81, 0.4 uM del partidor AB-28
(Tabla I), 1 U de Taq ADN polimerasa y 50 ng de
ADN nuclear, en un volumen de 50 ul. El programa
de PCR tuvo las siguientes etapas: 5 min a 95%C; 5
ciclos de 1 min a 92*C, 2 min a90*C y 1 min a 72*C;
30 ciclos de 1 min a 90*C, 1 min a 60€ y 1 mina
72*C; 10 min a 72*C. (Coleman, Com. pers.).
b) Espaciador ribosomal procarionte: Las mez-
clas de amplificación contenían tampón de reacción
1X, 1.5 mM de MgSO,, 100 uM de cada dNTP, 0.1
uM del partidor SP-1, 0.1 uM del partidor SP-2
(Tabla I), 1 U de Taq ADN polimerasa y 60 ng de
ADN genómico bacteriano, en un volumen de 50 ul.
El programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 7
min a 94*C; 40 ciclos de 1 min a 94*C, 1 min a46'C
y 2 min a 72*C; 6 min a 72*C. (Nowak et al., 1995)
c) Gen eae: Las mezclas de amplificación con-
tenían tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgS0O,,
200 uM de cada dNTP, 1uM del partidor EC-1, 1
uM del partidor EC-2 (Tabla 1), 1 U de Taq ADN
polimerasa y 20 ng de ADN genómico bacteriano,
en un volumen de 50 ul. El programa de PCR tuvo
las siguientes etapas: 35 ciclos de 1 min a 94*C, 1
min a 60%C y 2 min a 72*C; 5 min a 72'C (Gannon
et al., 1993).
Digestión del gen eae amplificado: 10 ul de
ADN amplificado por PCR fueron digeridos inde-
pendientemente con 10 U de las endonucleasas de
restricción Dpn II, Hha I, Hpa Ill, MspI, Rsal y Tag
I, cuyas secuencias de reconocimiento son de 4
nucleótidos. Las condiciones de reacción para cada
enzima fueron ajustadas a las indicaciones del pro-
veedor (BioLabs).
2. Inespecíficos (RAPD)
Con el objeto de establecer las condiciones
óptimas de amplificación por RAPD (presencia,
nitidez y reproducibilidad de las bandas) se ensayó
el efecto de distintas variables como son las concen-
traciones de Mg”, de Tag ADN polimerasa, de
partidor, de ADN molde y la temperatura de unión
de los partidores. La mezcla de amplificación con-
tenía: tampón de reacción 1X, 1.5 mM de MgSO,,
100uM de cada dN TP, 0.2 uM de partidor (Tabla D,
1 U de Taq ADN polimerasa y 60 ng de ADN
nuclear (G. chilensis, G. lemaneiformis) o total
(bacterias y peces), en un volumen de 25 ul. El
programa de PCR tuvo las siguientes etapas: 40
ciclos de 1 min a 94*C, 1 min a 42*C y 2 mina 72*C.
ANALISIS ELECTROFORETICO: Los frag-
mentos resultantes de la amplificación por PCR y de
la digestión del gen eae fueron separados por elec-
troforesis en geles de agarosa sumergidos en tam-
pón TAE, al 2% y al 4% respectivamente. La
separación electroforética se realizó a 60 V durante
60-90 min, los geles fueron teñidos en bromuro de
etidio 0.5 ug/ml por 30 min, visualizados bajo luz
UV y fotografiados con cámara Polaroid y película
667.
RESULTADOS
Amplificación y digestión de genes específicos
En la Fig. 1A se muestra el análisis electroforé-
tico de los productos de amplificación por PCR del
fragmento ITS de 4 morfotipos de G. chilensis y de
G. lemaneiformis. El tamaño del fragmento para los
45
Haelll MD ME
MG MY 6.1.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
1234556758
FIGURA 1: Amplificación del espaciador ribosomal de morfotipos MD, ME, MG y MV de G. chilensis y G. lemaneiformis
(A) y de cepas de Y. ruckeri (ranuras 2 a 7) y Y.enterocolitica (ranura 8) (B). Marcador de pesos moleculares (ranura 1).
Electroforesis en geles de agarosa al 2%.
TABLA 1: Secuencia y % de GC de los partidores utilizados en las amplificaciones por PCR de genes específicos e inespecíficos
(RAPD).
Partidor Secuencia GC (%)
TW-81 S'GGGATCCTTTCCGTAGGTGAACCTGT-3” S8
AB-28 S'-GGGATCCATATGCTTAAGTTCAGCGGGT-3” S0
SP-1 5'-GAAGTCGTAACAAGG-3” 47
SsP-2 5'-CAAGCCATCCACCGT-3” 60
AE-13 5'-GTGGCGAATACTGGCGAGACT-3” Sl)
AE-14 5'-CCCCATTCTTTTTCACCGTOG-3” 2
P-1 5'-ACGTATCTGC-3” S0
P-2 5'-ACAACTGCTC-3” S0
P-3 5'-TGACTGACGC-3” 60
P-4 5'-AGCAGCCTGC-3” 70
P-5 5'-GCATATTCCG-3” S0
P-10 5'-GCOGATCCCCA-3” 70
P-17 S'-CCTGGGCCTC-3” s0
P-30 S'-COGGCCTTAG-3” 70
P-50 S'-TTCCCCGCGC-3” 80
P-61 5'-TTCCCCGACC-3” 70
P-100 5'-ATCGGGTECG-3” 70
D-1 5'-ACCGCGAAGG-3” 70
D-2 S'-GGACCCAACC-3” 70
OPA-2 5 -TGCGGAGCTG-3” 70
OPA-3 5'-AGTCAGCCAC-5” 60
OPA-4 5'-AATCGGGCTG-3” 60
OPA-13 5'-CAGCACCCAC-3” 70
M-13 S' -GAGGGTGGCGGTTCT-3” 67
46
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
morfos de G. chilensis fue de 1400 pb y de 950 pb
para G. lemaneiformis. Las bandas tenues observa-
dasen todos los casos se deberían a amplificaciones
inespecíficas.
En las 6 cepas de Y. ruckeri se obtuvo la ampli-
ficación de 2 espaciadores ribosomales cuyos ta-
maños fueron de 700 y 800 pb mientras que en Y.
enterocolitica se amplificó un solo espaciador de
750 pb (Fig. 1B).
La amplificación del gen eae en E. coli
enteropatógenos generó un producto de 890 pb,
cuya digestión con las endonucleasas Dpn II, Rsa L,
y Taq 1 produjo patrones de restricción idénticos
para las dos cepas de E. coli (Chile y Canadá). Por
otro lado, se obtuvo patrones de restricción diferen-
tes para ambas cepas con las endonucleasas Hha l,
Hpalll y MspI (estas dos últimas son isosquisómeros
ya que reconocen la misma secuencia de corte) (Fig. 2).
M eae Mspl Rsal Tag!
Dpnll — Hhal — Hpall
FiGURA 2: Digestión de un fragmento del gen eae amplificado
previamente por PCR en doscepas de E. coli (una de Chile y otra
de Canadá). Las enzimas de restricción usadas son Dpn II, Hha
I, Hpa II y su isosquizómero Msp I, Rsa I y Taq I. Marcador de
pesos moleculares ranura M y en eae, el fragmento no digerido.
Electroforesis en geles de agarosa al 4%.
Amplificación de genes inespecíficos (RAPD)
Normalización de las condiciones de
amplificación por RAPD:
En la Fig. 3 se observa el efecto de la concentra-
ción de Mg” (A), enzima Taq ADN polimerasa (B),
partidor (€) y ADN molde (D) así como la tempe-
ratura de unión del partidor (E) en la amplificación
por RAPD. Estos ensayos nos permitieron elegir las
condiciones óptimas de amplificación: 1.5 mM de
Mg”, 0.04 U de Taq ADN polimerasa/ul, 0.2 uM de
partidor, más de 2.4 ng/ul de ADN molde y 42*C
como temperatura de unión del partidor.
La Fig. 3F muestra los perfiles de amplificación
de G. chilensis con partidores de diferente secuen-
cia y contenido de GC, en las condiciones óptimas
señaladas. Con los partidores P-1, P-5 y P-61 se
obtuvo una amplificación débil o nula, por lo
cual estos partidores no son apropiados para
caracterizar G. chilensis. Por el contrario, con los
partidores restantes: P-2, P-3, P-4, P-6, P-17, P-
30, P-50 y P-100, se obtienen perfiles de ampli-
ficación apropiados en número, longitud y canti-
dad de fragmentos.
Aplicaciones de RAPD en organismos
eucarióticos y procarióticos:
En la Fig. 4 se muestra la amplificación del
ADN total de merluza con diferentes partidores.
Con algunos (D-1, D-2, M-13, OPA-3, OPA-4 y
OPA-13), se obtuvo patrones de amplificación de
intensidad apropiada para estudios comparativos.
En la Fig. 5, se muestran los patrones de
amplificación de morfotipos de G. chilensis con
el partidor P-17. Se observan diferencias respec-
to al patrón común para uno de los morfos de
Maullín (ranura 6) y uno de los morfos de Isla
Santa María (ranura 10).
En la Fig. 6A se muestra la amplificación de
ADN genómico de Yersinia con el partidor M-13.
En las 6 cepas de Y. ruckeri analizadas se obtuvo un
patrón de amplificación idéntico (ranuras 2 a 7) y
diferente al presentado por Y. enterocolitica (ranu-
ra 8). Por otro lado, en la Fig. 6B se observa que el
partidor M-13 generó patrones de amplificación
diferenciales para las cepas de S. flexneri y S.
sonnel analizadas.
DISCUSION
Los genes que codifican parael ADN ribosomal,
en procariontes y eucariontes, se organizan en una
región que se repite en el genoma. Esta región
contiene zonas relativamente conservadas, que co-
difican para los distintos tipos de ARNr y regiones
altamente variables, que corresponden a espacia-
dores intra e intergénicos (Schaal and Learn, 1988;
Smith-Vaughan et al., 1995). Las secuencias codi-
ficantes, por su carácter conservativo, proporcio-
nan información útil en el establecimiento de rela-
ciones taxonómicas en niveles jerárquicos superio-
res al específico; las regiones no codificantes en
cambio, por ser más variables, permiten su uti-
lización en estudios de variaciones a nivel inferior
al específico llegando incluso al individual (Schaal
and Learn, 1988; Bhattacharya et al., 1991; Bird et
al., 1992; Nowak et al., 1995).
47
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. ''omo 67, 1996
P50 P50
M 0.0 0.5 15 25 3.5 4.5 mMMg?” M 0.5 1.0 2.0 3.0 4.0 UTaq
M 0.0 0.1 0.2 0.4 0.8 1.6 PM P50 M 5 10 20 40 80 ngADN
duscaccciciad — ARA der
O
| ll Dile traca
P50
A
Haelll 30 36 42 50 60% ICAA NA
FIGURA 3: Estandarización de la amplificación por PCR-RAPPD. Variaciones de la concentración de Mg” (A), de la enzima Taq ADN
Polimerasa (B), del partidor P-50 (C), del ADN molde (D) y de la temperatura de unión del partidor P-50 (E). En Fse observan patrones
de amplificación de G. chilensis con diferentes partidores: P-1 (B), P-2 (C), P-3 (D), P-4 (E), P-S (E), P-6 (G), P-17 (B), P-30 (D,
P-S0 (3), P-61 (K) y P-100 (L). Electroforesis en geles de agarosa al 2%.
48
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Comose muestra en la Fig. 1A, la amplificación
de la región ITS (espaciadores internos transcritos
ITS-1 e ITS-2 más gen 5.88 del ARNr) generó un
fragmento de 1400 pb paralos morfos de G. chilensis
P D M OPA
M 6 100 1 MENO IN E]
FiGURA 4: Amplificación por PCR-RAPD para el ADN de M.
gayi con partidores de las series P, D, M y OPA. Separación de
los fragmentos amplificados por electroforesis en geles de
agarosa al 2%.
1234567891011
Kb ? ¿
FIGURA 5: Amplificación por PCR-RAPD con el partidor P-17
para el ADN de morfotipos de G. chilensis de Lenga (ranuras 2
a5), Maullín (ranuras 6 a9) e Isla Santa María (ranuras 10 y 11).
Marcador de pesos moleculares (ranura 1). Electroforesis en
geles de agarosa 2%.
12345678
y de un tamaño considerablemente menor (950 pb)
para G. lemaneiformis; la diferencia en longitud de
esta región en ambos géneros es el reflejo de muta-
ciones ocurridas durante su divergencia taxonómica.
Porotro lado, la ausencia de variación en la longitud
de la región IT'S de los morfos de G. chilensis se
debería a su estrecha relación taxonómica (intraes-
pecífica).
A la fecha no se han encontrado diferencias en
los patrones de restricción de la región ITS en los
morfos de G. chilensis (manuscrito en preparación),
lo que no descarta su existencia, la cual podría ser
determinada mediante RELP con otras enzimas de
restricción o bien por secuenciación directa del
fragmento.
Al igual que en eucariontes, los espaciadores
ribosomales bacterianos constituyen un buen atri-
buto taxonómico. En el caso de las cepas de Y.
ruckeri se obtuvo 2 espaciadores ribosomales cu-
yos tamaños fluctuaron entre 700 y 800 pb a dife-
rencia del único fragmento de 750 pb amplificado
en cepas de Y. enterocolitica (Fig. 1B). En otras
especies y cepas bacterianas, el número de espacia-
dores ribosomales puede ser superior a dos y su
tamaño fluctuar entre 400 a 2000 pb. Sin embargo,
estos caracteres se mantienen constantes para un
taxón determinado (resultados no mostrados).
El gen eae, relacionado con la enteropatogenici-
dad de E. coli, tiene una longitud aproximada de
5000 pb y dentro de él se han descrito varias parejas
de partidores que permiten amplificar distintas re-
giones del gen (Gannon et al., 1993); una de éstas es
la acotada por los partidores AE-13 y AE-14 utili-
zados en este trabajo. La amplificación del gen eae
LIA 20M SAL: E IAB AE
a a
FIGURA 6: Amplificación por PCR-RAPD con el partidor M-13 para el ADN de cepas de Y. ruckeri (ranuras 2 a 7) y Y. enterocolitica
(ranura 8) (A) y cepas de S. flexneri (ranuras 2 a 4) y S. sonnei (ranuras 5 a 7) (B). Marcador de pesos moleculares en A (ranura 1)
y en B (ranuras 1 y 8). Electroforesis en geles de agarosa 2%.
49
en 2 cepas de E. coli enteropatógenos, una de ellas
aislada en Chile y la otra en Canadá, produjo un
fragmento de igual tamaño, pero la digestión del
fragmento con algunas endonucleasas de restric-
ción (Hha L, Hpa Il y Msp I) permitió revelar
diferencias en las secuencias internas de este gen
(Fig. 2). Estos resultados indican la existencia, en
algunos casos, de variación en la secuencia de
regiones codificantes en niveles jerárquicos infe-
riores al específico.
Comparado con otros métodos de análisis de
ADN la detección y uso de marcadores de RAPD es
relativamente rápida, sencilla y sensible. Otra gran
ventaja de la técnica es que no se requiere informa-
ción previa de las secuencias que serán amplifica-
das, ya que los partidores utilizados son diseñados
arbitrariamente y un mismo set de ellos puede ser
empleado para analizar un amplia variedad de
organismos. Estos partidores se distribuyen al azar
por todo el genoma, reconocen regiones anónimas
del mismo e hibridan con ellas estableciendo así los
puntos de inicio de la amplificación. Una desventa-
ja importante del análisis de RAPD es su alta
sensibilidad a las condiciones de PCR empleadas.
Para asegurar la eficiencia y reproducibilidad de la
reacción, resulta imprescindible la optimización
previa de las concentraciones individuales de los
componentes de la reacción así como de los perfiles
de temperatura y tiempo; esto último especialmente
en la etapa de unión del partidor, la cual confiere
especificidad a la reacción (Adams and Demeke,
1993; Sardelli, 1993; Skibinski, 1994). Es así como
las condiciones óptimas de amplificación por RAPD
obtenidas en este trabajo (Fig. 3) difieren levemente
de las informadas por Williams et al., 1993 y
Patwary et al., 1993, tanto en lo relativo a las con-
centraciones de Mg”, ADN patrón, partidor y Tag
ADN polimerasa, como a las temperaturas de unión
a los partidores utilizadas. De aquí la importancia
que cada laboratorio establezca las condiciones
ideales para caracterizar un taxón mediante RAPD.
El análisis de RAPD aplicado a la detección de
polimorfismo genético en los morfotipos de G.
chilensis de Lenga, Isla Santa María y Maullín, no
reveló diferencias con más de 20 partidores ensaya-
dos. Sinembargo, el partidor P-17 diferenció uno de
los morfos de Maullín y otro de Isla Santa María
(Fig.5). Recientemente, ensayos con otros partidores
han revelado diferencias en los patrones de ampli-
ficación de los morfos de Lenga vs. los de Maullín
(manuscrito en preparación); dadas las característi-
cas de la técnica, se concluye que ensayos de este
tipo deben realizarse con un gran número de
50
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
partidores para aumentar la probabilidad de encon-
trar diferencias entre los taxa sometidos a estudio.
En procariontes, el RAPD con el partidor M-13
no diferenció a las cepas de Y. ruckeri a pesar de ser
aisladas en tiempos y lugares distintos. Se observa
sin embargo, un patrón de amplificación claramen-
te diferente del obtenido para otra especie del géne-
ro Yersinia (Fig. 6A). Por otro lado, los ensayos con
este mismo partidor señalaron diferencias a nivel
intraespecífico en la especie S. flexneri, cuyas cepas
son serotípicamente distintas (Fig. 6B, ranuras 2 a
4); asimismo, 18 cepas de S. sonnei pertenecientes
al mismo serotipo e idénticas en cuanto a otros
partidores, sólo fueron diferenciadas con M-13,
obteniéndose para todas ellas alguno de los tres
perfiles de amplificación mostrados en la Fig. 6B
(ranuras 5 a 7).
Si bien no existe consenso acerca del nivel
taxonómico en el cual el RAPD mostraría su máxi-
ma utilidad, la técnica ha demostrado grandes ven-
tajas en estudios de sistemática molecular debido a
la versatilidad de su aplicación (Caetano -Anollés et
al., 1991; Welsh and McClelland, 1991; Williams
et al., 1990). El uso de múltiples partidores es
imprescindible para llegar a obtener patrones de
amplificación que pueden ser utilizados a niveles
genéricos, específicos o intraespecíficos.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen la valiosa colaboración
del laborante Sr. José L. Vera en el desarrollo de los
experimentos de amplificación por PCR. Este tra-
bajo fue financiado a través de los proyectos FON-
DECYT 193/0428, DIUC 93.35.17-1 y DIUC
95.31.64-1.
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Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 53-55, 1996
NUEVO REGISTRO DE LEPTOGRAPSUS VARIEGATUS FABRICIUS, 1793,
EN EL PACIFICO SUR ORIENTAL (DECAPODA, GRAPSIDAE)
On a new record of Leptograpsus variegatus Fabricius, 1793,
in the South Eastern Pacific (Decapoda, Grapsidae)
MARCO A. RETAMAL* Y MARIA E. NAVARRO**
RESUMEN
Se identificó Leptograpsus variegatus Fabricius, 1793,
entre muestras de Decapoda obtenidas en Isla Salas y Gómez,
ubicada en el Pacífico Suroriental.
INTRODUCCION
Salas y Gómez corresponde aunaisla volcánica,
posesión oceánica chilena, ubicada en el Pacífico
Sudeste (26%27"S - 105%28"W). Sus dimensiones
son muy exiguas, con una longitud máxima de 700
m en dirección este-oeste y el ancho máximo es de
400 men dirección norte-sur, mientras que su altura
máxima es de 30 m.
En la isla existe sólo un faro y un mareógrafo
instalados y mantenidos por la Armada de Chile, de
manera que, si a esto se agrega la lejanía a Chile
continental, se explica así las escasas posibilidades
Universidad de Concepción, Fac. de Cs. Naturales y Ocea-
nográficas
* Depto de Oceanología, Fax (041) 225400.
** Depto de Zoología, Fax (041) 240280, E-mail:
mnavarro Ocondor.dpi.udec.cl
ABSTRACT
Leptograpsus variegatus Fabricius, 1793 was identified
among samples collected in Salas y Gómezisland, located in the
Southeast Pacific.
KEYWORDS: Decapod. Grapsidae. Salas y Gómez Island.
de arribar a sus costas para la obtención de mues-
tras.
De la alta diversidad específica, 251 spp. de
decápodos registrados en aguas territoriales chile-
nas, la familia Portunidae está representada por 17
especies, muchas de las cuales son endémicas de las
islas oceánicas chilenas.
Existe una serie de trabajos realizados en las
islas oceánicas chilenas (que se citan posteriormen-
te) en los cuales se analiza su fauna marina, sin
embargo, en ninguno de ellos se cita registros de
decápodos en Salas y Gómez. De esta manera se
agrega un nuevo registro distribucional de
Leptograpsus variegatus para la isla.
Garth (1973 y 1985) publica los resultados ob-
tenidos por varias expediciones a Isla de Pascua,
concluyendo que la carcinofauna muestra una estre-
cha relación con la fauna del indopacífico occiden-
tal.
En 1985 Andrade hace una revisión de los
53
decápodos del Archipiélago de Juan Fernández
demostrando que las especies identificadas son más
afines con especies del Pacífico Sureste, siendo
muy escasa su presencia en las costas sur de Chile
y Argentina.
Báez y Ruiz (1985) analizan la carcinofauna de
las islas oceánicas de Chile, posteriormente
Rozbacylo y Castilla (1987) analizan y resumen los
trabajos realizados con invertebrados marinos en el
Archipiélago de Juan Fernández.
MATERIALES Y METODOS
Durante septiembre de 1995 el Programa
Oceanopolítico Integrado de la Armada de Chile,
realiza recaladas en las islas oceánicas chilenas, lo
cual permitió recolectar muestras de crustáceos
decápodos en la isla Salas y Gómez.
El material obtenido fue recolectado en forma
manual, desde sustratos rocosos de la zona
intermareal superior y submareal. Los especímenes
corresponden a 14 machos, 8 hembras, de las cuales
2 presentaban huevos con vitelo uniforme, clasifi-
cados generalmente como estado 1.
RESULTADOS
Entrelos decápodos recolectados en laisla Salas
y Gómez, se identificó Leptograpsus variegatus
(Grapsidae) cuya presencia en esta localidad es
registrada por primera vez.
Esta especie, con los especímenes más grandes
entre los Grapsidae, habita generalmente en el
intermareal superior sobre sustrato duro fracciona-
do o entre hendiduras siendo muy ágil y, como es
característico de Grapsidae y Ocypodidae, despla-
zándose en forma lateral.
La morfología general de la especie (Fig. 1)
FIGURA 1. Vista dorsal de Leptograpsus variegatus Fabricius,
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
responde a un caparazón subcircular con dos dien-
tes laterales. La superficie de las regiones frontal y
cardíaca anterior son tuberculadas, mientras que
entre las crestas transversas y oblicuas es finamente
reticulada. El borde frontal es crenado. Los dientes
latero marginales decrecen en tamaño a partir del
orbital hacia la región posterior. Los quelípodos
presentan el borde interno del meropodito laminado
y dentado. Los pereiópodos presentan una espina en
el extremo del borde superior del meropodito. El
primer par de pereiópodos es más corto que el resto,
siendo el tercer par el más largo.
La distribución geográfica de la especie abarca-
ríaentonces, Australia, Nueva Zelanda y el Pacífico
Occidental, en el Pacífico Oriental Isla de Pascua,
Salas y Gómez, islas Desventuradas y Juan Fernán-
dez, mientras que en la costa occidental de Sudamé-
rica se encontraría en Perú y Chile.
DISCUSION Y CONCLUSIONES
Entre nuestras islas oceánicas, la fauna de Isla
de Pascua y del Indopacífico occidental presentan
una gran afinidad, siendo ésta el límite más oriental
de la distribución de algunos grupos como son los
decápodos. En cambio, la carcinofauna identificada
en Juan Fernández está más relacionada con aquella
existente en el Pacífico Suroriental, pero muestra
una escasa relación con la existente en la zona
Austral de Chile y Argentina.
El endemismo que alcanza la carcinofauna de
Juan Fernández, entre las islas oceánicas, es de
acuerdo a Andrade (op. cit) alrededor de 17 a
18%, valor alto, asícomo también lo es el número
de los decápodos presentes, si lo comparamos
con aquellos que habitan islas oceánicas de otras
latitudes.
En la revisión que hace Garth (1973), de los
decápodos de Isla de Pascua, menciona a
Leptograpsus variegatus como una de las especies
cuyo rango de distribución hacia el oeste alcanza
hasta los márgenes occidentales del Océano Pacífi-
co, vale decir, Australia y Nueva Zelanda y hacia el
oriente Juan Fernández, Chile.
La idea de que la migración de las especies
oceánicas del Pacífico ha ocurrido de oeste a este,
esta hipótesis parece estar respaldada por el empo-
brecimiento que se manifiesta en este eje, en las
especies asiáticas. La isla más cercana desde la cual
ha podido arribar Leptograpsus variegatus a Salas
y Gómez es Isla de Pascua.
Según Garth (1973) existiría una ruta de disper-
Boi. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
sión en el Hemisferio Sur que se dirigiría hacia el
oriente desde Australia y se sugiere una serie de
islas que serían los puntos de contacto que permiti-
rían que las corrientes dispersaran las larvas hacia el
sur del Trópico de Capricornio: Lord Howe, Norfolk,
Kermadec, Rapa, Moritori, Pitcairn, Henderson y
Ducie. Este arco de islas estaría completo en Suda-
méricacon Salas y Gómez, San Félix y San Ambrosio
(Las Islas Desventuradas).
La única especie de Brachyura encontrada en
Juan Fernández, ubicada al sur-este con respecto a
isla de Pascua, es L. variegatus, lo cual con el
registro efectuado en Salas y Gómez, reforzaría aún
más la hipótesis de Garth (1973) acerca de la distri-
bución transpacífica efectuada por algunas especies
de decápodos usando el arco de islas del Hemisferio
Sur.
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Boi.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 57-59, 1996
TRAYECTORIA CIENTIFICA DE JORGE ARRAU ESCOBAR (1939-1993)
Jorge Arrau Escobar (1939-1993): Life and production of a Chilean scientist
MARIA ETCHEVERRY*
RESUMEN
Se da a conocer la vida y obra de Jorge Arrau Escobar
(1939-1993) enfatizando su producción científica.
ASPECTOS BIOGRAFICOS
Nace el 18 de septiembre de 1939 en Loncoche,
Novena Región, “Araucanía”; fallece en Santiago
el 29 de diciembre de 1993, a la edad de 54 años.
Realiza sus estudios primarios y secundarios en
el Liceo Juan Bosco y en el Liceo de Hombres N*8.
Siendo Jorge alumno del Liceo Juan Bosco, le toca
vivir la tragedia de la muerte de todos sus compañe-
ros de curso, el 7 de julio de 1953, cuando fueron a
pasar unos días en el Refugio Lo Valdés en el Cajón
* del Río Maipo. El grupo pierde la vida bajo una
avalancha de nieve, cuando paseaban por el camino
que se adentra en la cordillera. Sólo dos alumnos del
curso no participaron en esa excursión, uno de ellos
fue Jorge.
En 1958 ingresa a la Universidad de Chile,
Facultad de Filosofía y Educación, para estudiar
Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales. Se
*Irarrázaval 1628, dpto. 94, Ñuñoa, Santiago
ABSTRACT
The life and scientific production of Jorge Arrau Escobar
(1939-1993) is exposed.
KEYWORDS: Scientific biography. Human biology. Phy-
siology. Chile.
titula en 1963 con distinción máxima. Entre 1972 y
1979 obtiene dos becas del gobierno francés. La
primera C.R.O.U.S. de 1972-1974, le permite obte-
ner el D.E.A., Diplome d'Étude Approfondie en
Biología Animal de la Facultad de Ciencias de la
Universidad de París. La segunda C.LS. , le permi-
tió obtener el Doctorado en Biologie con mención
en Biología de la Reproducción en la Facultad de
Ciencias de esa misma Universidad.
Desde 1960, como alumno de la Universidad de
Chile, y hasta mediados de 1993 en la Universidad
de Valparaíso, realiza una gran actividad académi-
ca que va desde su primera ayudantía hasta la
calidad de Profesor Titular. En la Universidad de
Chile de Santiago, desde 1960-69 se desempeña
tanto de ayudante como de profesor en el Instituto
Pedagógico, Escuela de Geología y Escuela de
Servicio Social.
Desde 1963 hasta 1978,en la Universidad Cató-
lica de Chile, desempeña cargos de ayudante, inves-
tigador y docente de anatomía y fisiología humanas
y de embriología y endocrinología, en las Escuelas
de Medicina, Psicología y en la Facultad de Cien-
cias Biológicas. También colaboró en la Academia
Superior de Ciencias Pedagógicas de Santiago
(1981-1985) y en la Universidad Metropolitana de
Ciencias de la Educación (1985-1988) como profe-
sor de citología y biología de la reproducción y del
desarrollo, como asimismo en la Universidad
Gabriela Mistral (1981-1991), en las cátedras de
biología y morfofisiología del Departamento de
Psicología. Y finalmente, a partir de 1988 hasta la
fecha de su muerte, ocupa la cátedra de embriología
de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Valparaíso.
Entre 1976 y 1993 obtuvo diversos grants y
convenios para realizar investigaciones, como co-
investigador y como investigador principal o res-
ponsable ante las siguientes instituciones:
PLAMIRH, DIUC, DICYT (Valparaíso). Desde
1973 a 1992 fue invitado como profesor visitante
para exponer temas de su especialidad, en Chile
como en el extranjero. En esa calidad viaja a Fran-
cia, Colombia, Bolivia, Paraguay y Venezuela. En
Chile, es invitado por las universidades de Chile,
Austral, Concepción, La Serena, Antofagasta, Talca,
Católica de Santiago, Chillán, Valparaíso, Playa
Ancha y La Frontera; y porlos hospitales de Quillota,
Van Buren; como también por la Sociedad de Bio-
logía.
Perteneció a diversas sociedades científicas chi-
lenas y extranjeras. Ingresó a la Sociedad de Biolo-
gía de Chile en 1964 y fue su tesorero entre 1975-
1978; en 1966, a la Sociedad de Endocrinología y
Metabolismo de Chile; en 1974 a la Society for the
Study of Reproduction; en 1976, a la Societé
Nationale pour] étude de la sterilité et de la fecondité
(Francia); en 1982 ala Sociedad chilena de antropo-
logía y sexología. Participó en diversos congresos
nacionales e internacionales con trabajos de su
especialidad. En Chile en las siguientes localida-
des: Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Santia-
go, Jahuel, Valdivia, Antofagasta, Punta de Tralca.
Enel extranjero: México, Argentina, Brasil, Finlan-
dia y Francia.
Dirigió varias tesis de pre y postgrado entre
1976 y 1987. En 1993 formó parte de la comisión
que tenía por misión organizar la estructura de la
futura Facultad de Ciencias de la Universidad de
Valparaíso.
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Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 61-67, 1996
PERSPECTIVAS DE DESARROLLO DE LA ZOOLOGIA EN LOS
PROXIMOS AÑOS*
Development expectatives of Zoology for the following years
NIBALDO BAHAMONDE N.”
RESUMEN
Se entrega una visión integradora de lo que debiera ser la
enseñanza de la zoología en los estudios de pre y postgrado y el
conocimiento de nuestra diversidad faunística. Se recomienda
la necesidad de crear nuevas vocaciones científicas para, lo cual
además de publicaciones internacionales de la especialidad se
editen textos y revistas de difusión dirigidos a estudiantes y
profesores llegando a la elaboración de una “Fauna Chilensis”.
Además se proporcionan interacciones entre universidades,
museos, ministerios, intendencias y municipalidades para el
desarrollo de laboratorios interinstitucionales en puntos claves
del país que puedan obtener información de nuestros recursos
naturales renovables, separar y analizar muestras biológicas y
confeccionar bases de datos de la biodiversidad de nuestro país.
Finalmente la integración de los zoólogos se podría realizar en
una Sociedad Chilena de Zoología.
Antes que nada quisiera agradecer a la Comi-
sión Organizadora de este Taller por la amabilidad
que ha tenido al invitarme a pensar sobre el futuro
de la Zoología en Chile y cómo podría ser desarro-
llada. Primero, quise disculparme por mi sordera y
por tener ya un número considerable de años sobre
mis espaldas. Pero insistieron en que deseaban
"Conferencia leída en el Taller: Análisis de la enseñanza de
la Zoología en los estudios de pre y postgrado en Chile, realiza-
do el 4 y 5 de enero de 1995.
“Premio Nacional de Ciencias 1996
ABSTRACT
A complete vision of what zoology should be in the study
of pre and postgrade teaching and the knowledge of our fauna
diversity are given. The need to create new scientific vocations
for which besides international publications, the edition of
diffusing reports and journals of the speciality directed to
students and professors reaching the elaboration of a “Chilensis
Fauna”, arerecommended. Also interactions among universities,
museums, ministries, intendancies, municipalities for the deve-
lopment of interinstitutional laboratories located in key points
of the country where informations about our natural renewle
resources, separation and analysis of biological samples and the
elaboration of a date base of biodiversity of our country are
promoted. Finally the integration of zoologists could be realized
in a Chilean Society of Zoology.
KEYWORDS: Zoology. Formation. Chile.
conocer mi pensamiento, sin darse cuenta que sen-
cillamente nada había pensado que valiese la pena
trasmitir. Y cuando la semana pasada Juan Carlos
Ortiz me llamó para darme algunas indicaciones
sobre el Taller, tenía escritas unas ocho páginas, las
cuales por esos milagros de los computadores se
borraron el domingo, cuando recién se iniciaba el
año, al tratar de completar el texto.
De tal modo que tuve que improvisar lo que
ahora expongo. Lo leo siguiendo los consejos de
mis viejos maestros que decían que cuando se
asistía a una reunión importante, de trascendencia
como lo es ésta, debería llevarse un relato escrito
61
por respeto a los asistentes. No creo que sea real-
mente ésta una formalidad que siempre debe respe-
tarse, sobre todo cuando nos reunimos viejos cono-
cidos, que somos amigos y lo que más deseamos es
conversar, dialogar, sin aburrirnos, sobre algunos
temas de interés común y no escuchar un sermón
con aire magisterial.
¿Existirán las zoologías en el siglo XXI?
Entretanto había aprovechado de conversar so-
bre las “perspectivas” con otros colegas nuestros y
la variedad de ideas con que me encontré era tan
grande, algunos defendían la Zoología a brazo par-
tido, como cuando nosotros éramos jóvenes, mien-
tras otros más impetuosos aún y con una experien-
cia juvenil contemporánea, negaban rotundamente
el valor de esta rama de la ciencia en las postrime-
rías del siglo XX. Era para preocuparse, ésas eran
realmente las perspectivas.
Quiénes tienen o tenían la razón, no lo sé. No
estoy en condiciones de juzgar objetivamente la
situación por ser parte comprometida. Pero creo
que es indudable que ninguno de los dos grupos
tenía la verdad en sus manos, y que la visión de
ambos es aún parcial. Sólo lo sabrán los jóvenes,
cuando ellos mismos envejezcan y sean otros los
que niegen sus puntos de vista. Así se va constru-
yendo el saber, lentamente y con muchas dificulta-
des, que los de mayor experiencia conocemos muy
bien al aflorar las canas. Muchas veces somos
nosotros mismos los que, discutiendo cosas vanas,
frenamos el desarrollo que anhelamos.
Entonces meditando si “eso sería todo en cuanto
aperspectivas de la Zoología”, recordé el directorio
de Científicos elaborado por la Academia Chilena
de Ciencias del Instituto de Chile, que ha sido foco
de algunas discusiones. Sin embargo, parecía ser un
buen punto de partida para saber si había zoólogos
en Chile y conocer cuántos se mencionan allí. Lo
recorrí con cierto cuidado y me di cuenta que allí
podía distinguir los mismos dos grupos. Algunos se
reconocieron como zoólogos y curiosamente este
grupo incluye parte importante, quizá la mayoría de
los científicos más antiguos que se encuentran en la
sala. Es una buena noticia para nosotros. Indica que
aún hay zoólogos activos, aunque algunos les den el
carácter de relictos. Aún más, su presencia indica
que estamos convencidos de la necesidad de conti-
nuar y mejorar tanto la investigación como la do-
cencia zoológica. Allí en el directorio encontré
académicos, que en su mayoría son profesores uni-
62
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
versitarios de diferentes niveles. El número más
alto está constituido por profesores titulares y Aso-
ciados (ver anexo 1). Otros son profesores asisten-
tes. Y encontré varios que desempeñan cargos en la
administración pública, que son independientes o
están en el sector privado, estos últimos son los
menos. Todos ellos de una calidad científica que
deberíamos destacar y me gustaría realmente poder
escribir un libro en el que se narre la trayectoria
histórica de cada uno de ellos pues ya inscribieron
su nombre en la historia de la ciencia en Chile y
América Latina, y además atestiguan la vitalidad de
esta rama de la ciencia que es la zoología.
Sobre esta base concreta uno puede realmente
pensar perspectivas de desarrollo si considera ade-
más lo que sucedía en el país hace poco más de 50
años, o cuando algunos de nosotros recién egresaba
de la Universidad.
La primera Zoología que conocimos en nuestros
estudios la aprendimos en textos de Zoología, sí de
ZOOLOGIA, con mayúscula, preparados especial-
mente para la Enseñanza Media, denominada en ese
entonces Humanidades, por profesores de tanta
valía en la ciencia como los fueron don Carlos Silva
Figueroa y don Bernardino Quijada Burr, que su-
pongo Uds. conocen de nombre por sus contribu-
ciones científicas, pioneros en sus respectivos cam-
pos. Fueron maestros y naturalistas. Me parece que
con anterioridad sólo los textos de donR.A. Philippi
se habían referido a aspectos de la fauna chilena que
deberían ser enseñados en la Educación Secunda-
ria.
En ellos se intentaba complementar la cultura
general humanística con un conocimiento bastante
amplio de la ciencia, con énfasis en algunos aspec-
tos de la fauna y flora chilenas. Sin embargo, al
llegar al Instituto Pedagógico, uno de los pocos
establecimientos universitarios donde se podía ad-
quirir cultura zoológica, por razones históricas del
momento en que se vivía se ilustraban las clases de
preferencia con ejemplos extranjeros. Esta situa-
ción, claramente anómala, que se trató de mejorar
en los años siguientes, en gran parte por el esfuerzo
incansable de uno de los discípulos de un profesor
italiano contratado para hacer clases de Biología
General en la Escuela de Medicina de la Universi-
dad de Chile: el Prof. Dr. Juan Noé Crevanni,
discípulo de Grassi. Noé dedicó gran parte de su
tiempo en la campaña antimalárica y tuvo como
ayudantes, entre otros, alos Dres. Parmenio Yáñez,
Ottmar Wilhelm, Guillermo Mann, Amador Neghme,
Roberto Donoso y Danko Brncic, cuya trayectoria
e influencia en el desarrollo de diferentes aspectos
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
de la Zoología, por ser conocidos, no es necesario
volver a destacar en esta oportunidad.
Todos ellos tuvieron oportunidad de contribuir
a la formación de la mayor parte de la primera
generación de investigadores chilenos que ha con-
tribuido al desarrollo de la Zoología en los últimos
50 años, por lo cual les debemos un especial reco-
nocimiento en esta oportunidad.
Hoy sus discípulos y los discípulos de sus discí-
pulos continúan su labor, con las dificultades que
son propias en esta clase de actividades.
Aunque el panorama de la educación, sensu lato
quizás podría haber sido mejor que el que vivimos,
las circunstancias económicas, políticas y sociales
del país han sido siempre factores indudablemente
modeladores de la situación que vivimos en esta
etapa del desarrollo de la Zoología.
El balance que hemos hecho (o vamos a hacer)
sobre Planes y Programas de Enseñanza de la Zoo-
logía en pre y postgrado para lo cual fuimos convo-
cados, permitereafirmar, categóricamente, que Chile
cuenta con un núcleo importante de zoólogos, capa-
ces de gastar parte de su tiempo y energías en formar
nuevos cuadros, especializar otros y perfeccionar, O
por lo menos reciclar, a los más antiguos. Además,
está en condiciones de establecer cursos de capaci-
tación en esta área de la ciencia, si el país así lo
requiere.
Bases de la formación de zoólogos
La formación de los zoólogos, a mi juicio,
debería basarse en el cultivo de las vocaciones de
los más pequeños, hoy prácticamente abandonados
al azar. Ya en los jardines infantiles es posible
detectar esta vocación, al igual que otras, e irla
desarrollando paulatinamente a través de todo el
proceso educativo hasta llegar a la Universidad.
Pero este desarrollo vocacional requiere de un cui-
dado muy especial de los profesores, de los pedago-
gos que actuarán como guías en los próximos años
de la enseñanza y durante todo el desarrollo educa-
tivo. En consecuencia nuestro énfasis, aunque pa-
rezca raro, debería estar en la Educación Superior.
Allí es donde deberíamos tener buenos zoólogos,
desbordantes de entusiasmo, metódicos, constan-
tes, perseverantes, con gran iniciativa para recupe-
rar en muchos casos el nivel de la enseñanza de la
Zoología, y al mismo tiempo ponerla al día, proyec-
tarla hacia los años futuros. En tal sentido debería-
mos procurar que, por lo menos, nuestros profeso-
res universitarios de las escuelas y/o universidades
formadoras de profesores cultiven esta ciencia al
más alto nivel posible, constituyendo grupos de
trabajo homogéneos y solidarios, facilitando las
comunicaciones entre estos grupos, completando
nuestras bibliotecas especializadas, proveyéndolos
de órganos de publicaciones nacionales de calidad
internacional que al mismo tiempo que publican
artículos originales en idiomas científicos interna-
cionales como el inglés, también tengan interés en
publicar en español, o por lo menos tengan interés
en incluir buenos resúmenes en este idioma oficial
del país, para que sus contribuciones alcancen la
máxima difusión posible, no sólo entre los especia-
listas, sino entre los educadores nacionales y/o
latinoamericanos. Revistas de esta naturaleza po-
drían dar cabida también a algunos trabajos de
síntesis, actualizados, sobre grupos zoológicos de
interés nacional.
Una revista de difusión, bien ilustrada y a nivel
de enseñanza básica y/o media, dirigida al conoci-
miento del ambiente de vida del hombre, debería
complementar esta iniciativa.
Hay otra necesidad referente a publicaciones.
Es la producción de textos dirigidos a estudiantes y
profesores. La experiencia indica que es una tarea
que debemos asumir y que se requiere no sólo de la
voluntad de elaborarlos, sino de la capacidad para
obtener financiamiento para imprimirlos. No es
fácil hacerlo individualmente. Quizás si intentamos
un esfuerzo colectivo, comunitario y nos empeña-
mos por llevarlo adelante a pesar de las dificultades
inherentes, es probable que con la colaboración del
Ministerio de Educación, que ha mostrado interés
en mejorar la enseñanza científica y tecnológica,
podamos concretarlo en un plazo prudente de uno o
dos años, a más tardar, sobre la base de nuestro
conocimiento actual.
Necesidad de conocer la fauna
La necesidad de conocer la fauna nacional se ha
hecho cada vez más urgente ante la briosa acometi-
da del hombre por explotar los recursos naturales,
acometida que difícilmente se podrá frenar, pero,
sería posible regular. La humanidad ha sentido el
impacto de la explotación indiscriminada de laflora
y de la fauna. Es así como zoólogos y botánicos
hacen causa común para conservar la diversidad
biológica, que algunos piensan es sólo un objetivo
de carácter comercial. Pero, la celeridad de la des-
trucción es tal que numerosas especies que con toda
seguridad han existido ya han mermado sus pobla-
63
ciones a un estado crítico o han desaparecido sin que
hayamos alcanzado a conocerlas por la destrucción
de su hábitat.
Hoy los zoólogos son casi los únicos que tienen
conciencia de la necesidad de incrementar los espe-
cialistas en esta área del saber al darse cuenta de
nuestra ignorancia y la necesidad de superarla cuan-
to antes. Sin embargo, se observa poco interés de
parte de los estudiantes universitarios por dedicarse
a carreras de esta naturaleza. Ellos, forzados a
preocuparse de su futuro, buscan prioritariamente
buenas posibilidades económicas, cultivando otras
áreas del saber que a primera vista dan mayores
remuneraciones en menor tiempo, logrando “un
buen pasar”, situación que muchas veces no está al
alcance de los que cultivan una ciencia como la
Zoología. Creo que la mejoría de salarios para
zoólogos está, por el momento, fuera de nuestro
alcance, pero con la ayuda de los economistas
comprometidos en el progreso de la ciencia, aunque
sea como herramienta para mejorar la producción y
la calidad de nuestras exportaciones.
Congreso Chileno de Zoología
Quisiera recordar que ya en la década del 60
hubo una Asociación de Zoólogos de Chile, que
probablemente por nuestra inconstancia desapare-
ció, pero dejó una huella indeleble al haber organi-
zado el Primer Congreso Chileno de Zoología bajo
el alero del Centro de Investigaciones Zoológicas
de la Universidad de Chile, en Santiago. En este
importante evento colaboraron oficialmente la Uni-
versidad de Chile, la Universidad Católica de Chile,
la Universidad de Concepción, la Universidad Aus-
tral de Valdivia y la Universidad Católica de Valpa-
raíso. En las actividades de este Primer Congreso
participaron 80 delegados y 87 miembros asociados
que dieron a conocer 90 comunicaciones distribui-
das en las siguientes sesiones de trabajo:
I. Zoología Taxonómica.
II. Anatomía, Histología, Embriología, Morfolo-
gía y Fisiología Comparadas.
TI. Ecología y Biogeografía.
IV. Genética, Evolución y Paleontología.
V. Conservación, Protección de la Fauna, Zoolo-
gía Aplicada.
VI Temas generales.
Los esfuerzos de ese Primer Congreso se com-
plementaron con la presentación y discusión de 14
relatos oficiales referentes a la fauna chilena de
64
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Importancia Sanitaria y Económica. Sus resultados
están publicados en “Investigaciones Zoológicas
Chilenas” 7, 163 págs., bajo la dirección de un
Comité de Redacción integrado por: Carlos Silva
Figueroa, Zacarías Gómez, Amador Neghme,
Humberto Fuenzalida y Luis Caparro, Guillermo
Mann (Director) y Nibaldo Bahamonde N. (Editor).
¿No sería ya el momento de organizar el segun-
do? Lograr mejorar esta deficiencia. Es probable
que la formación de consorcios universitarios en
diversas áreas específicas, la formación de centros
interdisciplinarios con la colaboración de institu-
ciones estatales y/o privadas pudieran permitir au-
nar esfuerzos, tanto en potencial humano como en
equipamiento y financiamiento para resolver pro-
blemas contingentes que requieren de investigación
básica.
Asociación de zoólogos
La unión de los zoólogos en una Sociedad Chi-
lena de Zoología, que pudiese incorporar en calidad
de miembros institucionales a Sociedades especia-
lizadas activas en el campo científico, como las de
Malacología, Crustaceología, Ictiología, Mastozoo-
logía, Ornitología y otras, sin perder cada una de
ellas su autonomía e identidad, me parece que sería
importante. Podría estimular el desarrollo de todos
los aspectos de la Zoología e incluso podría ser un
grupo de presión independiente que permitiría pro-
mover el mejoramiento de los cursos o la inserción
de materias sobre Zoología en la educación. Facili-
taría y ampliaría la cooperación y la colaboración
entre sus miembros, así como también con laindus-
tria, gobierno, organizaciones internacionales, etc.
Permitiría también la organización de Talleres,
interuniversitarios, para formación en Zoología,
orientados a profesores de escuelas básicas y me-
dias de Chile. Además, aceleraría una colaboración
más expedita y eficaz con grupos orientados hacia
la Educación Ambiental, teniendo como puntos
focales: diversidad y calidad de vida. Permitiría
intercambiar ideas sobre cómo la acción antrópica
influye sobre la fauna y sobre el desarrollo susten-
table, y la necesidad de un desarrollo armonioso
basado en el conocimiento de los recursos físicos y
sociales. Analizar cómo insertar la Zoología en un
desarrollo integrado y cómo el conocimiento
faunístico estimula el potencial creativo en los
individuos. No hay duda que la formación de esta
sociedad podría mejorar objetivamente nuestro pa-
norama actual.
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Pero, ¿qué estrategias desarrollar para mejorar
nuestro conocimiento zoológico y conocer mejor la
fauna chilena?
Elaboración de la “Fauna Chilensis”
Quisiera una vez más hacer algunos recuerdos
históricos para justificar nuestra tarea. Es necesario
remontarse al 14 de septiembre de 1830, fecha en
que el gobierno de Chile firma un Contrato con don
Claudio Gay para escribir una “Historia de Chile”
que contuviera las “producciones del país”. Como
uno de sus resultados don Claudio escribió los 8
tomos de Zoología, que aún consultamos con pro-
vecho, e ilustró algunos ejemplares en su Atlas
Zoológico. Chile pasaba a ser uno de los pocos
países americanos que disponía de un inventario
con los componentes de su fauna, que se agregaba
a su flora. En dicha obra en la que Gay aplicó un
esfuerzo sobrehumano colaboraron los naturalistas
más distinguidos de Europa. A ello se unía la
instalación de un Gabinete de Historia Natural, que
quedó situado en el Museo Nacional, fundado ya
durante el gobierno de don José Miguel Carrera en
los albores de la Patria, sobre la base de una colec-
ción de minerales, conjuntamente con la Biblioteca
Nacional y el Instituto Nacional. Chile, gracias al
esfuerzo de sus gobernantes visionarios lograba
tener su “Fauna chilensis”.
Han pasado muchos años y aún no ha sido
posible elaborar una obra semejante; actualizada;
que, aunque necesaria, requiere de un enorme es-
fuerzo de organización más que de financiamiento.
Podríamos pensar que así como en la Dirección de
Bibliotecas, Archivos y Museos existe un fondo
para financiar publicaciones históricas, como lo es
porejemplo el Fondo Histórico y Bibliográfico José
Toribio Medina, podría crearse por ley otro seme-
jante, destinado a financiar una magna obra como
sería ésta. El Museo Nacional de Historia Natural
podría ser quizá el organismo que encabezará una
iniciativa de esta naturaleza, formando por ejemplo
una comisión nacional de carácter multi-insti-
tucional, donde los zoólogos fueran sus principales
protagonistas y pudieran aglutinar también esfuer-
zos de carácter internacional, para lograr una obra
de gran valía y de relevancia para el desarrollo del
país, y que conservándola actualizada sería una
base permanente de consulta para conocer sus re-
cursos faunísticos. Esta iniciativa podría ser com-
plementada con mapas zoogeográficos o, mejor,
biogeográficos que mostrarán la realidad chilena en
este campo, y de ser posible también los cambios
históricos. Un esfuerzo parcial en este sentido fue
hecho por la expedición de la Universidad de Lund
a Chile en 1948-49 para el área marina y sus
resultados se completaron sólo en los primeros años
de esta década.
Un esfuerzo como éste sólo puede concretarse
con la colaboración de la comunidad científica
nacional y a mi juicio requeriría de otras iniciativas
coordinadas que deberían ejecutarse a nivel regio-
nal interesando a las municipalidades del país por
emprender un reconocimiento de los recursos natu-
rales renovables que existen en las áreas que están
bajo su jurisdicción, lo cual permitiría además que
científicos naturalistas pudiesen colaborar
remuneradamente en una iniciativa que está sin
duda relacionada con el reconocimiento y aprove-
chamiento sustentable de los recursos vivos que
requiere el país, salvaguardándolos, al mismo tiem-
po, para las generaciones venideras. Así podríamos
lograr un mejor conocimiento de las áreas naturales
del país y de la dinámica de sus recursos, en diferen-
tes escalas de tiempo.
En cuanto a la fauna marina, su conocimiento es
notablemente deficitario Además, sabemos, de pri-
mera mano cuanta información desperdiciamos, al
retornar al mar muestras de comunidades marinas,
por carecer deun Centro de Separación y Análisis
de Muestras Oceánicas bien equipado, ágil y bien
relacionado nacional e internacionalmente. Un ser-
vicio de esta naturaleza recién iniciará su funciona-
miento en el Museo Nacional de Historia Natural,
sin que se haya valorado realmente la importancia
de esta iniciativa para el conocimiento biológico de
nuestro territorio tricontinental.
Hoy, científicos europeos están preocupados de
recuperar lo más rápidamente posible la informa-
ción sobre sus recursos vivos y es así como
UNESCO, por medio del programa PROMAR, con
el patrocinio del gobierno holandés y la colabora-
ción del Centro Experto para Identificación
Taxonómica (ETI), una institución sin fines de
lucro de la Universidad de Amsterdam, ha dado ya
un tratamiento informático ala publicación: “Peces
del Atlántico Nororiental y del Mediterráneo”, que
tiene información sobre más de 1250 especies de
peces. La tarea del ETI fue filtrar e introducir todos
los datos básicos en el programa informativo
LINNAEUS Il, de taxonomía normalizada. Eso
sólo duró un año de trabajo. Sólo la sección biblio-
grafía cuenta con más de 5.000 referencias. Un
viejo amigo nuestro el Dr. Jean-Claude Herau,
distinguido ictiólogo y profesor enel Museo Nacio-
65
nal de Historia Natural de París, que es uno de los
autores del libro, ha sido el Redactor Jefe de la
versión actualizada en CD-ROM.
ETI organiza con apoyo de UNESCO una red
internacional de taxonomía cuyos científicos co-
Operan para avanzarenlainvestigación taxonómica,
elaborar monografías electrónicas y ampliar así la
información sobre biodiversidad. ETI cuenta con
una “Base Mundial de Datos sobre Biodiversidad”,
que es un sistema centralizado al cual se podrá
acceder telefónicamente y estará disponible para
aquellos científicos que tengan el material de acce-
so necesario. Está previsto que dicha base de datos
contenga información sobre más de un millón de
especies. Esta referencia la obtuve del Boletín In-
ternacional de Ciencias del Mar (Número 71) que
publica UNESCO. No sé si alguno de Uds. ha
acudido ya a esta Base de Datos.
Quiero recordar una vez más que para que los
computadores funcionen requerimos de datos que
sólo pueden ser logrados por investigadores com-
petentes, y en el caso específico nuestro, por zoólo-
gos con conocimientos de excelente calidad y expe-
riencias reconocidos a nivel internacional. Sin per-
juicio de la necesaria colaboración que deben reci-
bir de científicos y tecnólogos de otros niveles.
Nuestra faunaes prácticamente única en el mun-
do. No podemos esperar que venga desde el extran-
jero el financiamiento para proyectos que nosotros
deberíamos realizar íntegramente. Si somos tigres
en lo económico, también deberíamos serlo en el
área de la ciencia y de la tecnología. Es otra tarea por
cumplir.
Colaboración a nivel regional y comunal para
explorar el territorio nacional
Chile es un país largo y angosto, donde la
naturaleza diariamente realiza sus experimentos
que muchas veces somos incapaces de observar y
más difícilmente de interpretar. Trasladarse con
multitud de equipos de una región a otra es díficil,
pero tenemos universidades a lo largo de todo el
territorio, requeriríamos de mayor colaboración entre
nosotros para proponer y conseguir financiamiento
para la instalación de una red de laboratorios
interuniversitarios que pudieran ser de uso común y
que instalados en puntos claves quizá pudieran
servir también para lograr registros continuos de
algunas variables ambientales mínimas, que influ-
yen sobre la vida de los animales. Este equipo
podría ser complementado con laboratorios móvi-
66
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
les que pudieran ser arrendados. En este sentido
pienso que la colaboración con botánicos y ecólogos
es fundamental. Facilidades semejantes deberían
estar disponibles en los parques nacionales.
Desarrollo de una cultura científica nacional
Emprender estas y otras tareas más, que aquí por
muy importantes que sean no alcanzaremos a co-
mentar, requieren aún de satisfacer la necesidad de
desarrollar una cultura científica a nivel nacional
para lo cual es imprescindible gastar mayor esfuer-
zo en elaborar libros y libritos de difusión, muy bien
ilustrados, destinados preferentemente ala comuni-
dad escolar, básica y media, porque es allí donde
hay mayor potencial de consumo. Esta labor debe-
ría sercumplida por nuestros mejores zoólogos, que
deberían considerarla impostergable y prioritaria y
no como algo despreciable.
Es probable que dialogando y dialogando pu-
diésemos ponernos de acuerdo en cuanto a necesi-
dades; pero será difícil, muy difícil llegar a un
acuerdo para priorizarlas. La obscuridad aparece
cuando hablamos de financiamiento. El dinero, en
múltiples ocasiones ha desviado considerablemen-
te nuestro interés científico y la urgente necesidad
de conocer, por ejemplo, los efectos de la contami-
nación. El impacto ambiental o la recuperación de
áreas naturales degradadas hace que se ofrezcan
sumas considerables en sueldos y equipos, asícomo
otros atractivos para cambiar de línea de investiga-
ción y/o docencia. Uno puede comprenderlo, pero
es difícil aceptarlo. Creo que los científicos que
están hoy en la vanguardia de la ciencia zoológica
chilena tienen el deber de mostrar que el desarrollo
de la ciencia básica es fundamental para el progreso
del país y de la humanidad, que estimula el proceso
creativo, nos permite comprender nuestro entorno,
mostrar las interrelaciones entre todos los que habi-
tamos el planeta tierra y asumir nuestras responsa-
bilidades como actores en estos procesos. Todo esto
sin perjuicio de buscar soluciones a los problemas
contingentes, y avanzar hacia el futuro con paso
firme, para asegurar la conservación de recursos
que son únicos y que apenas conocemos y lograr la
explotación sustentable de los recursos vivos, de la
cual tanto hablamos. En todo caso no hay que
desfallecer, siempre el mañana será mejor que el
ayer. Debemos seguir haciendo esfuerzos coopera-
tivos para lograr las metas, solos, individualmente,
no alcanzaremos a insistir en estos tópicos. Sólo
participando en el desarrollo directo del país podre-
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
mos lograr una influencia real sobre el destino de
nuestro suelo, de nuestra fauna y de nuestra flora, a
la cual está tan íntimamente ligada la vida de nues-
tros organismos autóctonos. Salgamos de vez en
cuando de nuestro laboratorio y alternemos con
nuestros semejantes, aunque a veces el diálogo sea
duro y quizás poco estimulante.
Proyectos cooperativos interdisciplinarios e
interinstitucionales
La elaboración de proyectos interinstituciona-
les e interdisciplinarios para obtener fondos
concursables debería ser con el tiempo más fructí-
fero y alo mejor nos daría más seguridad a nuestro
quehacer. Además permitiría fomentar el trabajo
grupal y mejorar la productividad del país, tanto en
el área de la ciencia como en el de la producción,
mejorando la calidad de vida y la sustentabilidad de
los recursos como ahora ya lo desean los gobernantes.
Chile espera la actividad zoológica
La Antártica, la cordillera, el océano, la costa, la
estepa, el desierto, el valle, ríos y lagos esperan
nuestro accionar. Acerquemos profesionalmente a
lajuventud hacia la naturaleza, sorprendámosle con
sus secretos.
ANEXO 1
CIENTIFICOS QUE DECLARARON SU INTERES POR LA ZOOLOGIA Y QUE
ESTAN INCLUIDOS EN EL DIRECTORIO ELABORADO POR LA ACADEMIA
CHILENA DE CIENCIAS (1993 -1994)
A) Situación laboral:
En Universidades: Total
P.Titular P.Asociado P. Asistente
24 17 12 55
En otros sectores:
Estatal Privado
5 3 8
Total General 63
B) Situación académica:
Graduados:
Doctorados Magister Licenciados
33 13 5 51
Profesionales:
Profesores Geólogos M. Veterinarios Biólogo Marino
9 1 1 1 12
Total General 63
Aproximadamente son 63. Hay unos 10 más que se dedican a temas zoológicos, pero no lo han declarado.
67
mt AA
poes E oIAOraNa
Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 69-73, 1996
PECES MORIDOS DE LAS ISLAS DESVENTURADAS (TELEOSTEL,
GADIFORMES, MORIDAE)
Morid fishes from Desventuradas Islands (Teleostei, Gadiformes, Moridae)
ROBERTO MELENDEZ C.* Y GERMAN PEQUEÑO R.**
RESUMEN
Se estudiaron dos ejemplares de Physiculus longicavis
Parin, 1984, capturados entre 170 y 180 m de profundidad y tres
ejemplares de Lotella fernandeziana Rendahl, 1921, captura-
dos a 30 m de profundidad, todos provenientes de la Isla San
Félix. Se entrega una breve descripción, con aportes sobre su
morfometría y merística y se discuten aspectos de la distribu-
ción geográfica de las especies estudiadas.
INTRODUCCION
La familia Moridae en Chile ha recibido escasa
atención, probablemente debido a que en su mayo-
ría son peces habitantes del talud continental oceá-
nico, asociados aislas y “guyots” o cadenas monta-
ñosas sumergidas (Howes, 1991). En una revisión
de los móridos de Nueva Zelandia, Paulin (1983)
indica que la familia, a nivel mundial, incluye 17
géneros y alrededor de 70 especies. Posteriormente,
en un estudio mundial sobre Gadiformes, Cohen et
al. (1990) indican que Moridae comprende 18 géne-
*Museo Nacional de Historia Natural, Casilla 787, Santia-
go, Chile.
**Instituto de Zoología “Ernst F. Kilian”, Universidad
Austral de Chile, Casilla 567, Valdivia, Chile.
ABSTRACT
Two specimens of Physiculus longicavis Parin, 1984,
captured between 170 and 180 m depth, and three specimens of
Lotella fernandeziana Rendahl, 1921, captured at 30 m depth,
were studied. All specimens come from San Felix Island, off
northern Chile. Brief descriptions, with new morphometric and
meristic data, and a discussion on geographical distribution of
both species are given.
KEYWORDS: Moridae. Lotella. Physiculus. South Eastern
Pacific.
ros y alrededor de una centena de especies. En su
listado de peces chilenos, Pequeño (1989) incluye
ocho géneros en Moridae (Antimora, Austrophysis,
Halargyreus, Laemonema, Lotella, Melanonus,
Mora y Tripterophycis), sin embargo, dos géneros
que incluye en Gadidae, Physiculus y Salilota,
deben ser removidos y agregados a Moridae.
El género Physiculus Kaup, 1858, se caracte-
riza por la presencia de un barbo, un órgano
luminoso en el vientre y la ausencia de dientes en
el vómer. Según Pequeño (1989), en aguas chile-
nas está representado por cuatro especies. Este
género tiene una amplia distribución en el mun-
do.
El género Lotella Kaup, 1858, se caracteriza por
la presencia de un barbo, dientes caniniformes en el
vómer y ausencia de un órgano luminoso en el
vientre. Este género contiene alrededor de una do-
69
cena de especies nominales y necesita una revisión
taxonómica (Cohen et al., 1990). Al parecer, su
distribución estaría restringida al Océano Pacífi-
co.
Las islas San Félix y San Ambrosio (conocidas
en conjunto como Islas Desventuradas) se ubican a
unos 850 km al oeste del puerto de Chañaral, aproxi-
madamente en 26” 17” 00” S y 8005” 40” W. Su
ictiofauna es poco conocida, registrándose hasta la
fecha una veintena de familias (Sepúlveda, 1987),
pero según uno de los autores (G. P.), aumentará
sustancialmente en una próxima publicación. En
esta oportunidad señalamos a la familia Moridae,
nueva para las Islas Desventuradas, con los prime-
ros registros de Physiculus longicavis, Parin, 1984
y Lotella fernandeziana Rendahl, 1921.
MATERIALES Y METODOS
Los peces provienen de la Isla San Félix y
fueron capturados con anzuelo o bien porque se
enredaron en trampas para obtener al decápodo
macruro Jasus frontalis (H. Milne-Edwards, 1837)
(“Langosta de Juan Fernández”). El material estu-
diado se encuentra preservado en alcohol de 70% y
depositado en la colección de peces marinos de la
Universidad Austral de Chile (IZUA-PM).
Las mediciones morfométricas utilizadas si-
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
guen aquéllas descritas por Hubbs y Lagler (1964)
y Paulin (1989).
RESULTADOS
Physiculus longicavis Parin, 1984 (Fig. 1).
Material examinado: IZUA-PM, 1458, un
ejemplar, 359 mm LS, Isla San Félix (26? 27” S, 799
54” W), 180 m prof., 9 octubre 1991; Col. Alex
Wilder B/P “Carlos Darwin”. IZUA-PM 1687, un
ejemplar, 345 mm £S, Isla San Félix, aprox. 170 m
prof., 13 marzo 1992. Col. Alex Wilder B/P “Car-
los Darwin”.
Breve descripción: Cuerpo alargado, termina-
do en un delgado y bajo pedúnculo caudal. Boca
grande; espacio interorbital generalmente de ma-
yor tamaño que el diámetro orbital. Barbo de menor
longitud que el diámetro orbital. Dientes pequeños,
en felpa, similares en ambas mandíbulas. Sin dien-
tes en el vómer. Branquispinas cortas, en su extre-
mo distal con un leve engrosamiento y pequeñas
espinas. Notorio órgano luminiscente en el vientre,
circular a ovoide y separado completamente del
ano. Primera aleta dorsal corta. Segunda aleta dor-
sal aproximadamente de igual extensión que la
aleta anal. El radio de mayor longitud de la aleta
pélvica sobrepasa el ano. Otras características mor-
fométricas y merísticas, en la Tabla 1.
FIGURA 1. Physiculus longicavis, IZUA-PM 1458. Arriba: El pez completo; abajo, detalle de la región anterior de la aleta anal,
precedida por el ano y por el órgano luminoso.
70
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
TABLA 1. Características morfométricas (en % LS) y merísticas
de Physiculus longicavis Parin, 1985, capturados en Isla San
Félix.
Presente Paulin
Trabajo 1989
Longitud estándar (mm) 345-359 132-154
Morfometría en % LS:
Longitud de la cabeza 27.1-28.2 24.3-28.2
Distancia preorbital 7.2-7.5 6.1-7.3
Distancia interorbital 5.8-5.9 4.3-6.4
Diámetro orbital 5.8-6.4 6.2-6.8
Distancia postorbital 15.3-15.6
Longitud del maxilar 13.0-13.5 11.7-13.4
Longitud del barbo 4.1-4,3 3.5-7.0
Distancia pre primera aleta dorsal 30.7-30.9 26.2-31.1
Base primera aleta dorsal 6.5-7.3
Distancia pre segunda aleta dorsal 38.1-38.4
Base segunda aleta dorsal 57.0-57.1
Distancia pre aleta pectoral 29.2-29.3
Base aleta pectoral 4.8-5.0
Distancia pre aleta pélvica 26.1-28.6
Longitud máxima aleta pélvica 16.8-17.5
Distancia pre aleta anal 37.3-42,3
Base aleta anal 60.7-61.2
Altura corporal en origen de la aleta anal 21.5-23.0
Altura mínima del pedúnculo caudal 2.8 2.2-2.7
Altura máxima de la primera aleta dorsal 10.9-11.8
Distancia inserción aleta pélvica al
origen de la aleta anal (en mm) 47.9-50.6
En % de la distancia inserción aleta
pélvica al origen de la aleta anal:
Distancia inserción aleta pélvica al
origen órgano luminiscente 26.0-27.9 26.4-26.9
Longitud total órgano luminiscente 13.2-16.3 13.6-14.8
Distancia de margen posterior del órgano
luminiscente al origen de la aleta anal 15.7-18.9 17.7-18.3
Merística
T aleta dorsal 8-9 8-9
Il aleta dorsal 69 63-67
Aleta anal 70-71 70-74
Aleta pectoral 25 23-27
Aleta pélvica 7 7
Branquispinas 4+(8-9) (3-4)+(9-12)
Color en formol 10%: Cuerpo completamente
café claro, con algunos tintes amarillentos hacia la
parte posterior del cuerpo. Zona de las vísceras
azulosa. Bordes de la segunda aleta dorsal y anal
más obscuras que el resto de las aletas.
Distribución geográfica y batimétrica: Origi-
nalmente, Parin (1984) señala a esta especie para la
porción sur de la Cordillera Sumergida de Nazca y
a profundidades entre 160 y 290 m. Este nuevo
registro amplía la distribución conocida de esta
especie hasta la isla San Félix, encontrándose en los
rangos batimétricos indicados por el descriptor de
la especie.
Comentarios: Según Paulin (1989), esta espe-
cie es fácilmente reconocible de las demás especies
de Physiculus por el mayor tamaño y posición del
órgano luminoso ventral. Otra especie que ocurre
en simpatría con P. longicavis en la Cordillera de
Nazca es P. luminosa Paulin, 1983, la cual es
fácilmente reconocible porque posee branquispinas
de forma más alargada que aquellas de P. longicavis,
la cual a su vez presenta branquispinas de pequeño
tamaño, con pequeñas y notorias espinas en su
extremo distal.
El registro de esta especie en aguas profundas de
laisla San Félix revela la posible relación que existe
entre esta área y la Cordillera Sumergida de
Nazca.
Pequeño (1989) asigna al género Physiculus la
especie P. marginata (Gúnther, 1878). Sin embar-
go, Paulin (1989), en surevisión mundial del género
no considera a tal binomio, debido a que en una
publicación anterior (Paulin, 1983) la incluyó en el
género Austrophycisy, por sus argumentos, consi-
deramos conveniente aceptar su proposición.
FIGURA 2. Lotella fernandeziana, IZUA-PM 1476.
71
Lotella fernandeziana Rendahl, 1921 (Fig. 2).
Material examinado: IZUA-PM 1674, unejem-
plar, 268 mm LS, Isla San Félix, 10 octubre 1991,
Col. Alex Wilder B/P “Carlos Darwin”, aprox. 30m
prof. IZUA-PM 1476, 2 ejemplares, 301 y 333 mm
ES, Isla San Félix, 17 diciembre 1991, Col. Alex
Wilder, aprox. 35 m prof.
Breve descripción: Cuerpo alargado, termina-
do en un pedúnculo caudal bajo y comprimido.
Boca grande, con fuertes dientes caniniformes. Es-
pacio interorbital generalmente de mayor tamaño
que el diámetro orbital. Barbo de mayor longitud
que el diámetro orbital. Sin órgano luminiscente
ventral. Primera aleta dorsal corta. Segunda aleta
dorsal de mayor longitud que la aleta anal. Los
radios más prolongados de la aleta pélvica no sobre-
pasan el ano. Otras características morfométricas y
merísticas se presentan en la Tabla 2.
TABLA 2. Características morfométricas (en % LS) y merísticas
de Lotella fernandeziana Rendahl, 1921.
Presente Meléndez y
Trabajo Villalba (1992)
Longitud estándar (mm) 296-333 223-292
Morfometría en % LS:
Longitud de la cabeza 26.8-28.6 26.8-27.9
Distancia preorbital 7.0-7.8
Distancia interorbital 5.3-5.7 5.6-6.6
Diámetro orbital 4.7-5.8 4.1-4.8
Distancia postorbital 15.8-17.8
Longitud del maxilar 12.8-13.5
Longitud del barbo 8.3-9.2
Distancia pre primera aleta dorsal 29.2-29.5
Base primera aleta dorsal 5.6-6.0
Distancia pre segunda aleta dorsal 34.6-36.3
Base segunda aleta dorsal 57.6-58.2 58.9-62.0
Distancia pre aleta pectoral 27.1-29.4
Base aleta pectoral 4.8-5.6
Distancia pre aleta pélvica 23.9-27.8
Longitud máxima aleta pélvica 14.0-14.9
Distancia pre aleta anal 46.2-48.4
Base aleta anal 50.0-51.6 48.4-53.2
Distancia pre ano 43.5-45.7
Altura del cuerpo en origen aleta anal 22.0-22.7
Altura mínima pedúnculo caudal 4.3-4.6
Altura del cuerpo en origen de la
primera aleta dorsal 10.9-11.8
Merística:
T aleta dorsal 5-6 5
II aleta dorsal 58-62 64
Aleta anal 52-55 60
Aleta pectoral 24 24
Aleta pélvica 9
Branquispinas (6-73 (01-843
72
Bol. Soc. Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
Color en formol 10%: Cuerpo desde totalmen-
te blanquecino amarillento a pardo claro, en la zona
superior a media del cuerpo; la parte ventral blan-
quecina amarillenta.
Distribución geográfica y batimétrica: Esta
especie ha sido citada para el Archipiélago de Juan
Fernández por Rendahl (1921), Sepúlveda y Peque-
ño (1985); Meléndez y Villalba (1992) y Meléndez
et al., 1993), entre otros. Años atrás se había publi-
cado una sinonimia, que incluyó valiosas referen-
cias, con confirmación de la presencia de L. fernan-
deziana para el Archipiélago señalado (Fowler,
1943). Recientemente, Cohen et al. (1990) citan
entre otras a esta especie para Juan Fernández, bajo
la advertencia “...Tentative distribution of some
Lotella species...”. Sepúlveda (1987) la señala tam-
bién como habitante de la zona Australia-Nueva
Zelandia. La profundidad de captura de los nuevos
registros oscila entre 30 y 35 m aproximadamente,
ya que se obtuvieron con anzuelos y la curvatura de
las líneas de los hilos no se calculó.
Comentarios: El presente registro corresponde
al primero del género y de la especie para las Islas
Desventuradas, debiendo notarse que las capturas
sólo corresponden a San Félix y que será necesario
corroborar su presencia en la cercana San Ambrosio.
También esta especie corrobora la existencia de una
importante afinidad ictiogeográfica entre las Islas
Desventuradas y el Archipiélago de Juan Fernán-
dez. En cuanto a la distribución batimétrica, aunque
el descriptor original no señala la profundidad de
captura (Rendahl, 1921), ni tampoco lo hacen otros
autores (e.g. Steindachner, 1898; Norman, 1937),
por el tipo de ictiofauna estudiada en sus respecti-
vos trabajos, puede colegirse que se trató de captu-
ras de poca profundidad, probablemente similares a
las conocidas a través de nuestros nuevos registros.
DISCUSION
La presencia de Lotella fernandeziana en las
Islas Desventuradas puede considerarse como algo
que estaba en los pronósticos ictiológicos, debido a
su topotipo geográficamente cercano. Sin embargo
no había expectativas acerca de otros móridos des-
critos hace relativamente poco tiempo, como es el
caso de Physiculus longicavis. Debe aclararse que
los especímenes aquí estudiados fueron errónea-
mente considerados como Physiculus luminosa
Paulin, 1983, en una contribución sobre ictiogeo-
grafía de las Islas Desventuradas (Pequeño y Lamilla,
1996); pero ello no cambia mucho la consideración
Bol. Soc: Biol. Concepción, Chile. Tomo 67, 1996
ictiogeográfica de las islas que ellos proponen, en el
sentido que éstas serían el punto más oriental en la
llamada región zoogeográfica del Indo-Pacífico
Occidental. Anteriormente, ya existía una proposi-
ción, en el sentido que tal región zoogeográfica se
extendería hasta las cordilleras sumergidas de Naz-
ca y de Sala y Gómez (Parin, 1991). Los autores de
esta contribución consideran que hay evidencias
para extender la región hasta las Islas Desventura-
das y pronostican que seguramente en pocos años,
se incrementarán las evidencias de ictiofauna en
común entre estas islas y otras de la Oceanía,
refiriéndose especialmente a formas bentónicas y
demersales. En parte, estos conceptos han variado
por la realización de nuevas exploraciones, pues la
zona era muy mal conocida. También, los avances
en topografía submarina del Pacífico Oriental indi-
can que una larga cordillera vincularía a islas como
Ducie, Henderson, Pascua, Sala y Gómez e Islas
Desventuradas, pero no al Archipiélago de Juan
Fernández (Rodrigo, 1994). Estos últimos hallaz-
gos probablemente contribuyan a explicar mejor
algunos de los patrones de distribución geográfica
de los peces de estos remotos parajes.
AGRADECIMIENTOS
Se agradece la colaboración del capitán Sr. Alex
Wilder (Pesquera “Chris”, Valparaíso), quien obtu-
vo los ejemplares estudiados, con acuciosa data de
terreno. El Programa Oceanopolítico Integrado
(POLI) de la Armada de Chile y el Comité Oceano-
gráfico Nacional (CONA) otorgaron facilidades
para conocer los lugares de muestreo en la isla San
Félix. Este trabajo constituye resultados parciales
del Proyecto S-93-41, de la Universidad Austral de
Chile.
BIBLIOGRAFIA
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Species Catalogue. Vol. 10. Gadiform Fishes of the World
(Order Gadiformes). An annotated and illustrated catalo-
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Fowler, H.W. 1943. Fishes of Chile, Systematic Catalog. Part,
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Meléndez C., R., O. Gálvez H. y A. Cornejo C. 1993. Catálogo
Colección de Peces Depositada en el Museo Nacional de
Historia Natural de Chile, Mus. Nac. Hist. Nat., Publ. Oc.,
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Meléndez C., R. y C. Villalba. 1992. Nuevos registros y antece-
dentes para la ictiofauna del Archipiélago de Juan Fernán-
dez, Chile. Est. Oceanol., 11: 3-29.
Norman, J.R. 1937. Coast Fishes. Part II. The Patagonian
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Parin, N.V. 1984. Three new species of the genus Physiculus
and other marine fishes (Moridae, Gadiformes) from the
seamounts (submarine uplifts) of the Southeastern part of
the Pacific Ocean. Vopr. Ikhtiol., 24 (4): 531-544. Citado
de acuerdo con la traducción al inglés: Parin, N.V. 1985.
Three new species of the genus Physiculus and other fishes
(Moridae, Gadiformes) from the submarine seamounts of
the Southeastern Pacific Ocean. J. of Ichthyol., 24 (4): 46-
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Parin, N.V. 1991. Fish fauna of the Nazca and Sala y Gomez
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Paulin, C.D. 1983. A revision of the Family Moridae (Pisces,
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Rodrigo, C. 1994. Características morfológicas, geológicas y
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nández. Escuela de Ciencias del Mar, Univ. Católica de
Valparaíso.
Steindachner, F. 1898. Die Fische der Sammlung Plate. Fauna
Chilensis. Abhand. Kenntniss Zool. Chiles Samm., Zweit
Heft, L. Plate, 1: 281-338.
73
islas $ EW le
0 dad a ue sil
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MAS
Jalea Li
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y Rial. ed Cua
ñ Ai LEO
APTOS
Bol.Soc. Biol. Concepción, Chile, Tomo 67, pp. 75-75, 1996
MARTINTELLA A NEW NAME FOR MARTINELLA ARTIGAS Y
PAPAVERO, 1995 (DIPTERA, ASILIDAE)
Martintella un nuevo nombre para Martinella Artigas y Papavero,
1995 (Diptera, Asilidae)
JORGE N. ARTIGAS*
ABSTRACT
Martintella a new name for the preoccupied (Mollusca)
genus Martinella Artigas y Papavero 1995 (Diptera, Asilidae),
is proposed.
KEYWORDS: Asilidae. Taxonomy. Nen name. Martintella.
Martinella. América.
RESULTADOS
Martinella Artigas y Papavero was created in
1995 in: “The American genera of Asilidae (Diptera):
Keys for identification with an Atlas of Female
Spermathecae and other Morphological Details.
IX.9. Subfamily Asilinae Leach - Myaptex group,
with the proposal oftwo new genera and a catalogue
of the neotropical species”.
During the course of compiling the last volume
of the Zoological Record, the producer, Mrs. Joan
Thorne, Editorial Manager, found that the name
Martinellais preoccupied ina molluscan, published
by Jousseaume in 1887 as listed in:
*Jorge N. Artigas. Departamento de Zoología, Universi-
dad de Concepción, Casilla 2407, Concepción, Chile. e.m.:
jartigas Ohalcon.dpi.udec.cl
RESUMEN
Se propone el nombre Martintella para reemplazar el nom-
bre Martinella Artigas y Papavero (Diptera, Asilidae), preocu-
pado en Mollusca.
Vaught, K.C. A classification of the living
Mollusca. American Malacogist, Inc. Melborne,
Florida. 1989.
The newname for Martinella Artigas y Papavero
1995 will be Martintella n. name.
Type species of the genus: Asilus lestes Williston,
1901.
The authors thanks Mrs. Joan Thorne for her
kind help.
BIBLIOGRAPHY
Artigas, J. N. y N. Papavero, 1995. The American genera of
Asilidae (Diptera): Keys for identification with an Atlas of
Female Spermathecae and other Morphological Details.
IX.9. Subfamily Asilinae Leach - Myaptex group, with the
proposal oftwo new generaand acatalogue of the neotropical
species. Rev. Chilena de Entomología 22: 55-73.
Vaught, K.C., 1989. A classification of the living Mollusca.
American Malacogist, Inc. Melbourne, Florida.
Williston, S.W., 1901. Supplement (part), pp. 249-272, 273-
296, 297-328, 329-332, pl. 4-5, pl. 6, figs 1-6, in Godman
y O. Salvin, eds., Biologia Centrali Americana. Zoologia-
Insecta-Diptera, I: 378 pp.,6 pls. London.
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REGLAMENTO DE PUBLICACION DEL BOLETIN DE LA
SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION
El Boletín de la Sociedad de Biología de Con-
cepción publicatrabajos científicos que tengan como
base las ciencias biológicas en su sentido más
amplio. Esta revista aparece en la forma de uno o
más volúmenes al año constituidos por un número
variable de trabajos. El idioma oficial de esta publi-
cación es el español, reservándose el editor el dere-
cho de autorizar la publicación en otras lenguas.
Los trabajos publicados deberán ser previamen-
te expuestos en una Sesión de Lectura de la Socie-
dad de Biología de Concepción, por el Socio intere-
sado o su representante. Las contribuciones son de
dos categorías: trabajos propiamente tales y notas
científicas. Los trabajos mayores son aquellos cuyo
manuscrito tiene una extensión mínima de seis (6)
páginas y máxima de treinta (30) páginas tamaño
oficio dactilografiadas a espacio y medio. Las notas
científicas son trabajos de menos de seis (6) páginas
dactilografiadas. En todo caso, el editor decidirá su
clasificación.
Los trabajos mayores y las notas se publicarán a
dos columnas. Los primeros deberán contar a lo
menos con las siguientes partes: Título en el lengua-
je original, Título en inglés, Nombre del Autor(es)
y Lugar(es) de Trabajo, Resumen, Abstract,
Keywords, Introducción, Materiales y Métodos,
Resultados, Discusión, Conclusiones, Agradeci-
mientos y Bibliografía. Las notas por su menor
extensión podrán no indicar explícitamente algunas
de estas partes, aunque siempre deberán llevar Títu-
lo, Keywords, Bibliografía, Resultados.
Tanto las notas como los trabajos mayores serán
enviados a revisión por pares. Los autores recibirán
de vuelta los trabajos con las correcciones sugeri-
das, debiendo ajustar sus manuscritos a esas suge-
rencias. La aceptación definitiva de un manuscrito
dependerá de la evaluación de los pares y de su
posterior modificación por parte del autor si así
fuere necesario.
Ocasionalmente podrá el Directorio de la Socie-
dad de Biología de Concepción autorizar la dedica-
ción de un volumen completo a un trabajo de gran
envergadura si la calidad e importancia de éste lo
justificaren.
Características que deben reunir los manuscritos
para ser aceptados por el Editor
1. Ser expuestos previamente en una Reunión de la
Sociedad de Biología de Concepción.
2. Cada manuscrito entregado con dos copias car-
bón o xérox debe ser escrito a espacio y medio, con
margen superior a 2 cm, por todos los contornos de
la página. Debe incluir las diversas secciones men-
cionadas más arriba e indicar precisamente dónde
deben ir figuras, láminas, tablas, gráficos.
3. Si el trabajo incluye Tablas, éstas deben ir nume-
radas correlativamente con números romanos, indi-
cando su lugar en el manuscrito. Cada Tabla debe
llevar una leyenda apropiada en la parte superior.
4. Las ilustraciones pueden ser dibujos de figuras o
gráficos y fotografías. Los primeros deben ser con-
feccionados con tinta china en papel diamante o
papel blanco, grueso y de buena calidad. Deben ser
numeradas correlativamente con números arábigos,
ser convenientemente aludidas en el texto e indicar-
se su posición dentro del manuscrito. Las explica-
ciones de las figuras pueden ser dactilografiadas
acompañando a cada figura dentro del texto o ser
agrupadas en hojas aparte. Las fotografías deben ser
bien contrastadas y en papel brillante.
5. Tanto las fotografías como los dibujos pueden
aparecer separadamente en el texto o reunirse en
láminas que pueden intercalarse en el texto O agru-
parse al final del mismo. Para los efectos de reduc-
ción de láminas o figuras debe tenerse en cuenta que
el tamaño útil máximo de una página impresa es de
21 cm de alto por 15 cm de ancho, con una diagonal
de 26 cm. Se recomienda que el tamaño de las
láminas entregadas en el original no exceda del
doble de la diagonal indicada más arriba. Si la
explicación de las figuras de la lámina va al pie de
la misma, el espacio necesario para ello debe consi-
derarse dentro de las medidas indicadas. Al reverso
delas figuras, fotografías o láminas debe inscribirse
el nombre del trabajo, autor y número que le corres-
ponda.
6. En el manuscrito deben subrayarse con línea
continua sólo los nombres científicos de géneros,
subgéneros, especies, subespecies, locuciones y
diagnosis en latín.
7. No se publicarán palabras con todas las letras
mayúsculas en el texto. Esta forma se reservará para
títulos, subtítulos, abreviaturas de Instituciones y
otros autorizados por el Editor. Los nombres de
autores irán con mayúsculas y minúsculas sin su-
brayar.
8. En el manuscrito se debe indicar con absoluta
claridad los títulos y subtítulos (dactilografiados
ambos con mayúsculas). Las cabezas de párrafo que
sea necesario destacar pueden indicarse imitando
negrita si el manuscrito se hace con un procesador
de texto o subrayando con línea cortada. La estruc-
tura final del manuscrito puede ser alterada respecto
del original para acomodarse al estilo del Boletín.
9. La Bibliografía deberá incluir sólo las citas del
texto. Estas deberán hacerse en la forma más abre-
viada posible, v. gr. Gómez (1981: 46), lo que
indica autor, año y página; si son varios autores:
Gómez et al. (1902:107). No debe indicarse en el
texto referencias bibliográficas ni aludir a éstas por
un número guía como se acostumbra en otras publi-
caciones. Si un autor tiene más de un trabajo en un
mismo año, se les debe distinguir agregando letras
consecutivas después del año, v. gr. Gómez (1946a:
49; Pérez, 1958c).
10. La lista de los autores aludidos en el texto debe
llamarse Bibliografía. La forma de presentarla se
ajustará en lo posible a los siguientes ejemplos:
a. Cita de libros y folletos:
Weisz. G. A. 1966. The Science of Biology.
McCraw-Hill Book Co. USA. 879 págs.
Borror, J.D. y D. M. DeL ong, 1966. An Introduction
to the study of Insects. Holt, Rinehart € Winston.
USA. 819 págs.
b. Artículos en revistas:
Androsova, E.I. 1972, Marine Invertebrates from
Adelie Land, collected by the XIlth and XVth
Antarctic Expeditions. 6, Bryozoa. Théthys suppl.
4: 87-102.
Banta, W. C. 1969. The body wall of the Cheilosto-
mata bryozoalI. Interzoidal Communication Organs.
J. Morph. 129 (2): 149-70.
c. Artículos de un autor en un libro de otro autor
o editor:
Theodorides, J. 1963. Nématodes: 693-723, In
Grassé, P.P. y A. Tétry (Eds.) Zoologie I.
Encyclopédie de la Pléiade 14. Librairie Gallimard,
Paris, 1.242 págs.
11. Los nombres de las revistas botánicas deben
abreviarse de acuerdo al B-P-H (Botanico-
Periodicum-Huntianum).
12. Si un trabajo, por alguna especial circunstancia,
deba ser publicado en forma diferente a las disposi-
ciones anteriores, el autor debe exponer su petición
al Director Responsable del Boletín (el Editor).
Costos de Publicación
1. Los socios con sus cuotas sociales al día, que no
tengan respaldo de proyectos institucionales y cu-
yos manuscritos fueren aceptados para publicación
en el Boletín, recibirán 50 apartados libres de cos-
tos.
2. Los socios con respaldo de proyectos institucio-
nales (universitarios, regionales, nacionales o inter-
nacionales) y cuyos manuscritos fueren aceptados
para publicación en el Boletín, deberán cancelar
US$ 15 por página impresa pagaderos antes de la
entrega de los apartados. Cada socio, en este caso,
recibirá 50 apartados de su trabajo libres de costo y
con franqueo incluido.
3. Los no socios cuyos manuscritos fueren acepta-
dos para publicación en el Boletín deberán cancelar
US$ 15 por página impresa pagaderos antes de la
entrega de los apartados. Cada autor, en este caso,
tendrá derecho a 50 apartados libres de costo cuyo
envío dentro del país ascenderá a US$ 5 y fuera del
país a US$ 20.
Esta
publicación
se terminó de imprimir,
el 30 de diciembre de 1996,
en los talleres de
EDITORA ANÍBAL PINTO S.A.,
Maipú 769, Concepción,
Chile.
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Fundada el 30 de abril de
Presidente:
Secretario:
Tesorero: '
Director: AA Ñ
Director: SN . GUILLERMO. GR IT
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Preside o DR. JUAN CARLOS ORTIZ Z.
Vicepresidente: "0000000 DR.WALDO VENEGAS S.
Secretaria: os iS O SRA AURORA. QUEZADA OQ.
Tesorero A FONS: VICTOR Ho RUIZR+ 000 0 o NO
Bibliotecarios a DR ROBERTO A. RODRIGUEZR. | O ONO
Director del Boletín: 1,000. o SR. HUGO MOYANO Gs
Subdirector del Boletín: EEN á DR. RAMON AHUMADA a NN
PUBLICACIONES DE LA SOCIEDAD.
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Deseamos Ea canje c con ¿todas la publicaciones si ila
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Casilla 4006; Correo. 3
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