BOLETIlsT
DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE HISTORIA NATURAL
MADRID
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET
IMPRESOS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
Calle de la Libertad, núm. 2R
•1 903
vv
JUNTA DIRECTIVA
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
:f_a.:r,_a. 1903
Presidente Excmo. Sr. D. Zoilo Espejo.
Vicepresidente D. José Rodríguez Mourelo.
Tesorero D. Igmacio Bolívar y Urrutia.
Secretario D. Salvador Calderón y Arana.
Vicesecretario D. José María Dusmet y Alonso.
Bibliotecario D. Rafael Blanco y Juste.
Vicetesorero D. Antonio García Várela.
Comisión de publicación.
D. Francisco de P. Martínez y Sáez. — D. Germán Cerezo y
Salvador.— D. Florentino Azpeitia y Moros.
Comisión de Catálogos.
D. Gabriel Puig* y Larraz. — D. Blas Lázaro é Ibiza.— D. Fe-
derico Gredilla y Gauna. — D. José María Dusmet y Alonso. —
D. Juan Manuel Díaz del Villar. — D. Enrique Pérez Zúñig-a. —
D. Ángel Cabrera Latorre.
SECCIÓN DE BARCELONA.
Presidente D. Carlos Ferrer.
Vicepresidente D. Carlos Calleja y Borja-Tarrius.
Tesorero D. Ig-nacio Tarazona.
Secretario D. Marcelo Rivas Mateos.
Vicesecretario D. Manuel Carbó y Domenech.
SECCIÓN DE SEVILLA.
Presidente D. Julio Ferrand y Couchoud.
Vicepresidente D. Manuel Miquel é Irizar.
Tesorero D. Enrique Crú y Marqués.
Secretario.. D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar.
Vicesecretario D. Míg-uel de Bago y Rubio.
SECCIÓN DE ZARAGOZA.
Presidente D. Pedro Ramón y Cajal.
Vicepresidente D. Pedro Aramburu.
Tesorero D. Félix Gila y Fidalgo.
Secretario D. Pedro Moyano y Moyano.
Vicesecretario D. Juan P. Soler y Carceller.
\ n o n
Socios fundadores.
D. José Argumosa. f
D. Jgnacio Bolívar y Urrutia.
Excma. Sra. D.a Cristina Brunetti
de Lasala, Duquesa de Mandas.
D. Francisco Cala, f
Excma. S.a D.a Amalia de Heredia,
Marquesa Viuda de Casa Loring.
Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro. f
D. Antonio Cipriano Costa, f
Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández
Losada.
D. Saturnino Fernández de Salas, f
D. Manuel María José de Galdo. f
D. Joaquín González Hidalgo.
D. Pedro González de Velasco. f
D. Ángel Guirao y Navarro, f
D. Joaquín Hysern. f
D. Marcos Jiménez de la Espada, f
D. Rafael Martínez Molina, f
D. Francisco de Paula Martínez y
Sáez.
D. Manuel Mir y Navarro.
D. Patricio María Paz y Membiela. f
Excma. Sra. Condesa de Oñate. f
D. Sandalio Pereda y Martínez, f
D. Laureano Pérez Arcas, f
D. José María Solano y Eulate.
D. Serafín de Uhagón.
D. Juan Vilanova y Piera. f
D. Bernardo Zapater y Marconell.
Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación
en 8 de Febrero de 1871.
1871-
-72. Excmo. Sr. D. Miguel Col-
1887.
limo. Sr. D. Carlos Castel.
meiro. f
1888.
Excmo. Sr. D. Manuel M. J.
1873.
D. Laureano Pérez Arcas, f
de Galdo. f
1874.
limo. Sr. D. Ramón Llórente
1889.
D. Ignacio F. de Henestrosa,
y Lázaro, f
Conde de Moriana. f
1875.
limo. Sr. D. Manuel Abe-
1890.
D. Francisco de P. Martínez
leira. f
y Sáez.
1876.
Excmo. Sr. Marqués de la Ri-
1891.
D. Carlos de Mazarredo.
vera, f
1892.
D. Laureano Pérez Arcas, f
1877.
limo. Sr. D. Sandalio Pereda
1893.
Excmo. Sr. D. Máximo La-
y Martínez, f
guna, f
1878.
D. Juan Vilanova y Piera. f
1894.
Excmo. Sr. D. Daniel de Cor-
1879.
Excmo. Sr. D. Federico de
tázar.
Botella y de Hornos, f
1895.
D. Marcos Jiménez de la Es-
1880.
D. José Macpherson. f
pada, f .
1881.
D. Ángel Guirao y Navarro, f
1896.
D. José Solano y Eulate, Mar-
1882
Excmo. Sr. D. Máximo La-
qués del Socorro.
guna, f
1897.
D. Santiago Ramón y Cajal.
1883.
Excmo. Sr. D. Manuel Fer-
1898.
D. Manuel Antón y Ferrándiz.
nández de Castro, f
1899.
D. Primitivo Artigas.
1884.
D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f
1900.
D Gabriel Puig y Larraz.
1885.
D. Serafín de Uhagón.
1901.
D. Blas Lázaro é Ibiza.
1886.
D. Antonio Machado y Núñez f
1902.
D. Federico Oloriz y Aguilera.
LISTA TDJE1 SOCIOS
de la Española de Historia natural
EN 7 DE ENERO DE 1903.
Socios protectores.
EN ESPAÑA.
S. M. el Rey D. Alfonso XIII.
S. A. el Archiduque Luís Salvador.
EN EL EXTRANJERO.
S. M. G. el Rey D. Carlos de Portugal.
S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco.
Socios honorarios.
Sir Archivald Geikie, Director of Geological Survey of England
and Wales —28, Fermyn Street, S. W., Londres.
Ph. Van Thiegen, Professeur administrateur au Museum d'His-
toire naturelle. — 22, rué Vauquelin, Paris.
Adolf Engler , Dr. Geheimer Regierungsrath, Professor der
Botanik, Director des Kgl.-botanischen Gartens und Mu-
seums. — Motzstrasse, 89, Berlin W.
D. Santiago Ramón y Cajal, de las Reales Academias de Medi-
cina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina,
Consejero de Instrucción pública. — Calle de Atocha, 64,
Madrid.
Carl Brunner von Wattenwyl, Consejero áulico. — Trautsohn-
gasse, 6, Viena.
Sir John Lubrock, Lord Abevury." — Bart. M. D. Saint James, 2,
London, S. W.; también en Down (Kent), High Elms
(Inglaterra). .
Albert Gaudry, Professeur de Paleontologie au Museum d'His-
toire naturelle.— 7 bis, rué des Saints-Péres, Paris.
Samuel Hubbard Scudder. — 156, Brattle Street, Cambridge (Es-
tados-Unidos de la América del Norte).
LISTA DE SOCIOS
Socios Correspondientes extranjeros (1).
MM. Acloque (Alexandre).— 69, Avenue de Segur, Paris.— (His-
toria natural general.)
André (Ernest), Notario honorario; de la Sociedad ento-
mológica de Francia. — 17, rué des Promenades, Gray
(Haute-Saóne, Francia). — ( Himenópteros , especialmente
Formícidos y Mutilidos.)
Arnold (Dr. J.) — Munich.
Balsamo (Francesco). — Via Salvator Rosa, "290, Napoli (Ita-
lia).— (Botánica y principalmente algas.)
Bedel (Louis), de la Sociedad entomológica de Francia. —
20, rué de l'Odéon, Paris. — (Coleópteros palear cticos.)
Blanchard (Dr. Raphaél), Profesor en la Facultad de Me-
dicina, Director de los Archives de Parasitologie. —
226, Boulevard Saint-Germain , Paris. — (Entomología
general, Hirudíneos.)
Bois (D.), Asistant au Muséum. — 15, rué Faidherhe á Saint-
Mandé (Seine), Francia. — (Botánica.)
Bombici (Prof. L.), Director del Gabinete mineralógico de
la Universidad. — Bologna (Italia). — (Mineralogía.)
Brizi (Ugo). — Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma. -
(Botánica y principalmente flora de Italia.)
Bucking- (Dr. H.), Profesor en la Universidad. -Strasburgo
(Alemania).
Camerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y
Director del Museo zoológico de la Universidad. — Palazzo
Garignano, Torino (Italia). — (Anatomía comparada,
Gordiidos.)
Cannaviello (Prof. Eurico). — Villa Bruno, Portici (Nápoli).
Chevreux (Edouard). — Roule du Gap, Bóne (Gonstantine)
Argelia. — (Crustáceos anfípodos.)
Cohén, Profesor en la Universidad. — Greifswald (Alema-
nia).— (Mineralogía.)
(1) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica
entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domicilio, si el
socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural.
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 7
MM. Goingy (Auguste de). — Gháteau de Gourtoiseau par Trigue-
res (Loiret), Francia.
Delacroix (Dr. G.), Maestro de conferencias en el Instituto
nacional agronómico y Director de la Estación de Pato-
logía vegetal. — 11 bis, rué d'Alésia, Paris.
Dervieux (Ermanno). — Via Massena. 34. — Torino (Italia).
De Toni (Joannes Baptista). — Via Rogate, 2236. — Padova
(Italia).
Dollfus (Adrien), Director de La Feuille des Jeunes natu-
ralistes. — Rué Pierre Gharron, 35, Paris.
Finot (P. Adrien Prosper), Capitán de Estado Mayor, reti-
rado.— 27, rué Saint-Honoré, Fontainebleau (Francia). —
(Ortópteros. )
Foumouze (Armand), Doctor en Medicina. — 78, Faubourg
Saint-Denis, Paris. — (Entomología médico -farmacéu-
tica.)
Oestro (Raffaello), Doctor, Vicedirector del Museo cívico de
Historia natural. — Villeta Dinegro, Genova (Italia). —
(Coleópteros.)
G-iard (Alfred), Profesor de Zoología en la Facultad de Cien-
cias, Director del Laboratorio de Wimereux y del Bulle-
tin Scienti fique de la France el de la Belgique. — 14, rué
Stanislas, Paris. — (Evolución, Parasitismo, Crustáceos.)
Girard (Albert Alexandre), Secretario científico de S. M. —
Lisboa (Portugal). — (Ictiología y Malacología.)
Heckel (Edouard), Profesor en la Facultad de Ciencias. —
31, Gours Lieutaud, Marseille (Francia). — (Botánica.)
Horváth (Géza) , Doctor en Medicina, Director del Museo
nacional de Hungría. — Museumring, 12, Budapest
(Austria-Hungría). — (Hemipteros.)
Janet (Charles). — Rué Saint-Jacques, Beauvais (Oise),
Francia. — (Costumbres y anatomía de las hormigas.)
Konow (Friedrich Wilhelm). — Teschendorf, Grossherz.
Meklenburg (Alemania). — ( Himenópteros y especial-
mente Tentredinidos, Chalastogastra.J
Kraatz (Gustav) , Doctor en Filosofía, Redactor de la
Deutsche Entomologische Zeitschrift. -W. 9, Linkstras-
se, 28, Berlín. — (Coleópteros.)
Lo Bianco (D. Salvador), Comendador. — Estación Zoológi-
ca, Ñapóles (Italia).
8 LISTA DE SOCIOS
MM. Meunier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de
Historia natural. — 7, Boulevard Saint-Germain, Paris.
— (Litologia.)
Montandon (Arnald L.) — Filarete, Strada Viilor, Bukarest
(Rumania). — (Hemípteros, principalmente heterópteros.)
Nery Delgado (J. F.), Geólogo. — Rúa de D. Carlos I, 35,
Lisboa. — (Geología.)
Olivier (Henry). — Baroches-au-Houlme (Orne), Francia.
Piccioli (Gomm. Francesco), Director del Instituto fores-
tal.— Vallombrosa (Italia) . — (Botánica.)
Piccioli (Lodovico), Sub-Inspector forestal.— Capo del dis-
tretto foréstale di Siena (Italia). — (Botánica.)
Porter (Garlos E.) — Director general del Museo y de la
Revista Chilena de Historia natural. — Casilla, 1108, Val-
paraíso, Chile. — (Histología. Crustáceos decápodos y
hemípteros.)
Preudhomme de Borre (Alfred), Individuo de varias Socie-
dades científicas.— Villa la Fauvette, Petit Saconnex,
Gene-ve (Suiza). — (Entomología general, geografía ento-
mológica, coleópteros y principalmente heterómeros é
hidrocántarosj
Richard (Jules), Doctor en Ciencias, Director del Museo
oceanógrafico. — Monaco. — (Crustáceos inferiores.)
Salomón (Dr. W.) — Instituto Mineralógico de la Universi-
dad.— Heidelberg (Alemania).
Sodiro (R. P. J.)— Quito (Ecuador).
Turnez (W. Henri), De la Comisión Geológica. — Washing-
ton (Estados-Unidos) DC— (Geología.)
Socios numerarios (1).
1901. Agell y Agell (D. José), Alumno de Farmacia. — Bar-
celona.
1901. Agütlar Amat y Banus (D. Juan de). — Consejo de Cien-
to, 387, Barcelona. — (Entomología).
1896. Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Paseo de Atocha, 9,
2.°, Madrid.
1894. Aguilar y Esteran (D. Cipriano Luís), Licenciado en
(1) El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que indica el año-
de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores de la abreviatura S. F.
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. »
Ciencias físico-químicas. — Plaza del Olivo, 7, Cala-
tayud . — (Botánica.)
1902. Alabern (D. Enrique), Doctor en Medicina. — Port-Bou
(Gerona). — (Histología.)
1897. Alaejos y Sanz (D. Luís), Licenciado en Ciencias natu-
rales.— Estación de Biología marina. Santander.
1898. Alloza Blasco (D. Leandro), Ingeniero de Caminos. —
Castellón. — (Geología.)
1901. Almera (D. Jaime), Canónigo de la Catedral.— Sagris-
tans, 1, 3.°, Barcelona. — (Geología y Paleontología.)
1902. «Alrededor del Mundo.» — Progreso, 1, Madrid.
1836. Alorda y Sampol (D. Jaime).— Harina, 28, pral., Palma
de Mallorca. — (Lepidópteros y moluscos.)
1894. Álvarez de Toledo y Acuña (D. Fernando), Conde de
Caltabellota. — Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Ña-
póles (Italia).
1894. Álvarez Sereix (D. Rafael), Ingeniero de Montes, Ex-
Gobernador civil de las Baleares.— C. de las Huertas,
41, 3.°, Madrid.
1893. Antiga (D. Pedro).— C. de Lauria, 125, Barcelona.
1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Antropología y
Secretario del Museo de Ciencias naturales. — C. de Oló-
zaga, 5 y 7, Madrid. — (Antropología.)
1894. Aragón y Escacena ( D. Federico), Doctor en Ciencias
naturales. — Astorga (León).
1898. Aramburu y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Ca-
tedrático en la Escuela de Veterinaria. — San Felipe, 4,
Zaragoza.
1885. Aranzadi y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia
y en Ciencias naturales, Catedrático en la Facultad de
Farmacia déla Universidad.— Barcelona. — (Antropolo-
gía y Botánica.)
1896. Arráez y Carriás (D. José), Abogado.— C. de Miguel
del Cid, 28, Sevilla. — (Antropología criminal.)
1902. Arevalo (D. Celso), alumno de la facultad de Ciencias,
calle de Guillermo Rollan, 1 duplicado, Madrid.
1887. Artigas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes. —
Calle del Reloj, 9, principal izquierda, Madrid.— (Silvi-
cultura.)
10 LISTA DE SOCIOS
1889. Aulet y Soler (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien-
cias físico-químicas y Licenciado en naturales, Catedrá-
tico en el Instituto de Huesca. — Olot (Gerona).
1900. Azam (D.José), Arquitecto. — 14, rué de Trans, Dragui-
gnan (Var), Francia. — (Ortópteros y Hemipteros.)
1897. Azpeitia y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuela
de Minas. — Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid. —
(Malacología.)
1902. Bago y Rubio (D. Miguel), Comandante de Ingenieros. —
C. Trajano, 15 y 17, Sevilla.
1901. Ballestero Pardo (D. Mariano), Doctor en Ciencias. —
Calatayud (Zaragoza).
1872. Barboza du Bocage (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc-
tor del Museo de Historia natural. — Lisboa. — (Mamífe-
ros, aves y reptiles.)
1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las), Doctor en Cien-
cias naturales, Catedrático en el Instituto. — Huelva. —
(Entomología y Botánica.)
1901. Barreiro Martínez (R. P. Agustín).— C. de Porlier, 2,
Madrid. — (Botánica y Lepidópteros.)
1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Doctor en Ciencias
naturales. Profesor ayudante del Laboratorio Central de
Medicina legal. — C. de Daoíz, 5, Madrid.
1902. Bartomeu y Martorell (D. Ramón), Doctor en Farma-
cia.—Plaza de la Universidad, 2, Barcelona.
1889. Becerra y Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias
naturales, Catedrático en el Instituto. — Almería. —
(Entomología agrícola y dibujo científico.)
1894. Benedicto Latorre (D. Juan), Farmacéutico. — Monreal
del Campo (Teruel). —(Botánica y moluscos terrestres.)
1901. Benet Andreu (D. José), Catedrático en el Instituto. —
Teruel.
1898. Benjumea y Pareja (D. José).— C. de Pedro del Toro, 11,
Sevilla.
1901. Biblioteca de Administración Militar. — Madrid.
1901. Biblioteca del Instituto de Almería.
1901. Biblioteca del Instituto de Soria.
1890. Blanco del Valle (D. Eloy), Catedrático de Historia na-
tural en el Instituto. — León.
1892. Blanco y Juste (D. Rafael), Doctor en Ciencias na-
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 11
tárales, Conservador por oposición en el Museo. — G. ele
Sandoval, 4, pral., Madrid.
1898. Blas y Manada (D. Macario), Doctor en Farmacia. —
G. del Caballero de Gracia, 3, Madrid.
1901. Bofill (D. José María), Doctor en Medicina. — Bar-
celona.
s. f. Bolívar y Urrutia (D. Ignacio), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Entomología en el
Museo. — Jorge Juan, 17, Madrid. — (Ortópteros, Hemíp-
teros y Arquipteros.)
1872. Bolívar y Ubrutia (D. José María), Jefe facultativo de la
Casa de Socorro de Chamberí. — C. de las Salesas, 2,
Madrid.
1882. Bolos (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista. — G. de
San Rafael, Olot (Gerona). — (Botánica. )
1898. Borobio (D. Patricio), Catedrático en la Facultad de Me-
dicina.— Coso, 100, Zaragoza. — (Pediatría. )
1872. BoscÁ y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici-
na, Catedrático de Historia natural en la Universidad.
— Paseo del Grao, Valencia. — (Reptiles de Europa.)
1900. BoscÁ y Seytre (D. Anlimo), Doctor en Ciencias natura-
les, Profesor auxiliar en la Facultad. — Valencia.
1900. Brañas y Sánchez Boado (D. Gonzalo), Doctor en Farma-
cia, Profesor libre de Ciencias. — Ancha de San Andrés,
3, La Coruña. — (Cristalografía geométrica y física.)
1877. Breñosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real
Casa. — San Ildefonso (Segovia). — (Cristalografía.)
1901. Brugués y Escuder (D. Casimiro), Doctor en Farmacia y
en Ciencias. — C. del Bruch, 66, Barcelona. — (Histología
vegetal.)
1883. Buen y del Cos (D. Odón), Catedrático de Historia natu-
ral en la Universidad. — Barcelona. — (Botánica.)
1897. Burr (D. Malcolm). — Dormans Park, East Grinslead (In-
glaterra).— (Ortópteros y Dermápteros.)
1901. Caballero (D. Arturo), Alumno de la Facultad de
Ciencias. — Cenicero (Logroño).
1892. Caballebo (D. Ernesto) , Catedrático de Física en el Ins-
tituto. — Pon tevedra . — (Diatomeas.)
1891. Cabbera y Díaz (D. Anatael) , Médico cirujano. — Laguna
de Tenerife (Islas Canarias). — (Himenópteros.)
12 LISTA DE SOCIOS
1902. Cabrera y Díaz (D. Agustín), Alumno de la Facultad de
Ciencias.- -C. de Jesús del Valle, 5, Madrid.
1896. Cabrera y Latorre (D. Ángel). — C. de la Beneficencia,
18, Madrid.— (Vertebrados y Dibujo científico.]
1900. Cáceres Gómez (D. Mariano), Doctor graduado en Ciencias
físico-químicas. — C. del Dr. Riesco, 56, Salamanca. —
(Estudios agrológicos.)
1897. Cáceres y González (D. Juan). — C. del Duque, 8, Carta-
gena.— (Entomología.)
1892. Calandre y Lizana (D. Luís). — Pasaje de Conesa, Car-
tagena.
1872. Calderón y Arana (D. Salvador), Catedrático de Minera-
logía y Botánica en la Facultad de Ciencias, Jefe de la
Sección de Mineralogía en el Museo. — C. de Sagasta, 9,
3.°, Madrid. — (Geología y Petrología.)
1902. Calvo y Antón (D. José).— C. de Gerona, 111, Bar-
celona.
1901. Calleja y Borja-Tarrius (D. Carlos), Catedrático en la
Facultad de Medicina.— Cortes, 248, pral., Barcelona.—
( Histología. )
1889. Camps (Sr. Marqués de). — Canuda, 16, principal, Bar-
celona.
1872. Cánovas (D. Francisco), Catedrático jubilado de Historia
natural. — Lorca (Murcia). — (Paleontología y Estudios
prehistóricos.)
1894. Carbó y Domenech (D. Manuel), Profesor auxiliar por
oposición en la Facultad de Ciencias. — C. del Notaria-
do 2, 3.°, 2.a, Barcelona.
1877. Carvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de),
Doctor en Derecho y en Ciencias naturales por la Uni-
versidad de Coimera, y miembro de la Sociedad de Acli-
matación de Río Janeiro. — Rúa do Alecrim, 70, Lisboa
(Portugal). — (Lepidópteros.)
1901. Casamada Mauri (D. Ramón). — Pelayo, 17, 2.°, Bar-
celona.
1900. Casares Bescansa (D. Román), Farmacéutico. — aLa Tri-
nidad», fábrica de productos químicos, Málaga.
1901. Casares Gil (D. José), Decano de la Facultad de Farma-
cia en la Universidad de Barcelona. — Rambla de Cata-
luña, 29. — (Análisis químico mineral.)
DE LA ESPAÑOLA. DE HISTORIA NATURAL. 13
1901. Casares Gil (D. Antonio), Médico militar.— Rambla de
Cataluña, 29. — (Hepáticas y Musgos.)
1901. Casino de Zaragoza.
1901. Casino Mercantil, Industrial y Agrícola de Zaragoza.
1874. Castel (limo. Sr. D. Carlos), Ingeniero de Montes, de la
Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales.
— C. del Desengaño, 1, pral., dra., Madrid.
1876. Castellarnau y de Lleopart (D.Joaquín María de), In-
geniero Jefe de Montes. — Segovia. —(Micrografia.)
1901. Cátedra de Historia natural de la Universidad de Bar-
celona.
19Q1.' Cátedra de Historia natural de la Universidad de San-
tiago.
1884. Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en
Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Gerona.
— (Ortópteros y dípteros de Europa, Micrografia.)
1895. Cerezo (D. Germán), Catedrático de Zoología y Mineralo-
gía aplicadas á la Farmacia. — Desengaño, 19, Ma-
drid.
1872. Cervera (Excmo. é limo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca-
demia de Medicina. — C. de Jacometrezo, 66, 2.° dere-
cha, Madrid.
1891. Chaves y Pérez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Cien-
cias físico-químicas.— C. de Jesús, 17, Sevilla. — (Mine-
ralogía y Cristalografía.)
1873. Codorniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.— Murcia.
1898. Colomina y Carolo (D. Alejandro de), Doctor en Ciencias
naturales, Catedrático en el Instituto. — Pontevedra.
1878. Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.—
Ferrol.
1902. Compañía de Tabacos de Filipinas.— Barcelona.
1877. Corral y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres-
ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi-
duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria
y Comercio de París, de la Sociedad Linneana Matri-
tense y de la de Higiene. — C. de Daoíz y Velarde, 5,
Santander.
1892. Corrales Hernández (D. Ángel), Licenciado en Ciencias
naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — Merced
baja, 10, Jaén.
14 LISTA DE SOCIOS
1901. Correa de Barros (D. José Maximiano). — San Martinho
d' Anta, Sabroza (Portugal).
1872. Cortázar (Excmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe de
Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Cien-
cias exactas, físicas y naturales, Consejero de Instruc-
ción pública. — C. de Velázquez, 32, hotel, Madrid.
1901. Coscollano y Burillo (D. José), Profesor auxiliaren el
Instituto. — C. de la Concepción, 29, Córdoba.
1874. Couder (D. Gerardo), Ingeniero de Montes. — Avila.
1872. Crespí (D. Xntonio), Licenciado en Farmacia y en Cien-
cias naturales, Catedrático en el Instituto. — C. de Pere-
grina, 80, 2.°, Pontevedra.
1902. Cru y Marqués ( D. Enrique), Naturalista disecador. —
Sevilla. — (Entomología y Ornitología )
1889. Dargent (D. Florismundo), Ingeniero. — Moralejo, 5,
Aguilar (Córdoba).
1902. Deulofeu (D. José), Catedrático de Química inorgánica
en la Facultad de Farmacia. — Santiago.
1899. Díaz (R. P. Filiberto), Doctor en Ciencias, Conservador
por oposición en el Museo de Ciencias naturales. — C. de
San Miguel, 21 duplicado, Madrid.
1898. Díaz de Arcaya (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Direc-
tor y Catedrático de Historia natural en el Instituto. —
C. de la Independencia, 7, Zaragoza.
1890. Díaz del Villar (D. Juan Manuel), Licenciado en Medi-
cina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria. — C. de
Atocha, 127 duplicado, Madrid. — (Epizoarios y Entomo-
zoarios.)
1894. Díez Solorzano (D. Manuel). — C. de Blanca, Santander.
1898. Domenech (R. P. Estanislao), Profesor de Historia natu-
ral en el Colegio del Sagrado Corazón. — C. deLauria, 13,
Barcelona, Apartado 143.
1899. Domínguez (D. Antonio A.)— Laguna de Tenerife.— ( Co-
leópteros de Canarias.)
1898. Dosset (D. José Antonio), Doctor en Farmacia. — Plaza
de Sas, 2, Zaragoza. — (Diatomeas.J
1902. Duran (D. Narciso), Licenciado en Farmacia, Título de
honor de los Ilustres Colegios provinciales de Barcelona,
Lérida y Navarra, Director de la Revista científica pro-
fesional.— Canet de Mar (Barcelona).
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 15
1890. Dusmet y Alonso (D. José M.), Doctoren Ciencias natura-
les.— Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid.— (Himen ápteros.)
1898. Egaña (D. Jesús de), Ingeniero industrial, Comandante
de Artillería. — C. de Santa Engracia, 3, Zaragoza. —
(Geología.)
1898. Eleicegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far-
macia.— Plaza de la Universidad, 5, 3.°, Santiago.
1888. Elizalde y Eslava (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias
naturales, Catedrático en el Instituto.— Logroño.
1894. Enciso y Mena (D. Juan), Licenciado en Derecho.—
Huercal-Overa (Almería).— (Entomología.)
1902. Escribano (D. Cayetano), Licenciado en Ciencias natura-
les, Conservador interino del Jardín Botánico. — C. de
Hortaleza, 76, Madrid.
1902. Escribano García (D. Víctor), Catedrático de Anatomía en
la Universidad. — Granada.
1875. Espejo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático numerario de
Fitotecnia en el Instituto Agrícola de Alfonso XII, Vice-
presidente 1.° de la Real Sociedad Matritense de Amigos
del País, de la Asociación general de Agricultores de
España y de la Cámara Agrícola de Madrid, Ingeniero
agrónomo, Gran Cruz de Isabel la Católica y del Mérito
naval de 3.a clase con distintivo blanco, Vocal del Con-
sejo de Agricultura, Industria y Comercio y Presidente
de su Sección 7.a— C. de Fuencarral, 97, pral., Madrid. —
(Agricultura y Botánica.)
1875. Espluga y Sancho (D. Faustino), Catedrático de Historia
natural en el Instituto. — Trinidad, 3, Toledo.
1902. Esplugues y Armengol (D. Julio), Profesor auxiliar del
Instituto y Jardinero 2.° del Botánico. — Valencia.
1902. Esteva (D. José), Presbítero.— Gerona.— (Botánica gene-
ral y Criptogamia.)
1902. Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo.
1901. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.
1890. Fereal (D. César).— C. de la Salud, 13, principal dere-
cha, Madrid.
1874. Fernández de Castro (D. Ángel), Ingeniero de Montes.—
C. de Fabiola, 5, Sevilla.
1900. Fernández de Gatta y Galache (D. Manuel), Doctor en
Farmacia. — Villavieja (Salamanca).
K3 LISTA DE SOCIOS
1890. Fernández Navarro (D. Lucas), Catedrático de Cristalo-
grafía en la Facultad de Ciencias.— C. de Sandoval, 4,
Madrid.
1875. Ferrand y Couchoud (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri-
mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda-
luces.— C de Infanzones, 5, Sevilla.
1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Catedrático de Mineralogía
y Botánica en la Universidad.— Salamanca.
1885. Ferrer (D. Carlos), Doctor en Medicina y Bachiller en
Ciencias. — Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Bar-
celona.
1902. Ferrer Dalmau (D. Eugenio), Profesor de la Escuela de
Industrias.— C. de Santo Domingo, 20, Tarrasa.
1901. Ferrer y Hernández (D. Jaime). — Montaner, 66, Barce-
lona.— (Mineralogía.)
1901. Finestres y Foch (D. Eduardo).— Vila Vilá, 134, 3.°,
Barcelona. — (Mineralogía.)
1879. Flórez y González (D. Roberto) . — Cangas de Tineo
(Oviedo) . — (Entomología.)
1901. Folch y Andreu (D. Rafael), Alumno de Farmacia.—
Casa de Caridad, Barcelona.— (Botánica.)
1901. Font Sagué (D. Norberto), Presbítero.— Plaza de San
Ildefonso, 1, Madrid.— (Geología.)
1901. Fontseré y Ribas (D. Eduardo), Catedrático de la Facul-
tad de Ciencias. — Barcelona.
1902. Forteza Rey y Forteza (D. José).— Barcelona.
1902. Francois (Ph.), Jefe de trabajos prácticos en la Sorbona.
20, rué Monsieur le Prince, Paris.
1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero. — Pozuelo de
Calatrava (Ciudad-Real).— (Entomología, Coleópteros de
Europa. Admite cambios de estos insectos.)
1890. Fuset y Tubiá (D. José), Doctor en Ciencias naturales,
Catedrático en el Instituto de Palma.— Mallorca.—
(Gusanos y Dibujo científico.)
1902. Galán y Jiménez (D. Demetrio), Catedrático en la Escuela
de Veterinaria. —Fin, 2, Zaragoza.
1899. Galleros y Sardina (D. Ventura), de las Sociedades
entomológicas de Bélgica y Stettin, de la de Higiene de
París, de la Central de Apicultura é Insectología de
Francia.— Mendoza (República Argentina).
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17
1872. García y Arenal (D. Fernando), Ingeniero del puerto. —
Vigo (Pontevedra).
1901. García Fraguas (D. José Esteban), Doctor en Medicina,
Catedrático en el Instituto. — Coso, 120, Zaragoza.
1894. García y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el
Instituto. — Huelva.
1877. García y Mercet (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad
militar. — C. de Goya, 1, Madrid. — ( Himenópteros de
Europa.)
1899. García Várela (D. Antonio), Licenciado en Ciencias na-
turales, Conservador por oposición en el Museo. — G. de
Relatores, 24, Madrid. (Hemipteros.)
1902. Garriga y Barberán (D.Gerardo), Alumno de la Facultad
de Farmacia. — Barcelona.
1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José). — Llagostera, Gerona.
— (Mineralogía y Geología.)
1901. Gigirei Morentin (D. Luis), Catedrático en la Universi-
dad.— G. Pelayo, 17, Barcelona. — (Mineralogía.)
1884. Gila y Fidalgo (D. Félix), Catedrático de Historia natural
en la Universidad.— C. de San Miguel, 56, Zaragoza. —
(Botánica y Geología.)
1890. Goitia (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.— C. de
Alcalá, 4, Madrid.
1894. Gómez Ocaña (D. José), de la R. Academia de Medicina;
Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina. —
C. de Atocha, 127 dup.°, Madrid.
s. f. González Hidalgo (D. Joaquín), de la Real Academia de
Ciencias, Catedrático de Malacología y animales infe-
riores en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de
Malacología en el Museo.— C. de Alcalá, 36, Madrid.
1887. González y García de Meneses (D. Antonio), Ingeniero
industrial. — C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla.
1872. González Linares (D. Augusto), Catedrático en la Fa-
cultad de Ciencias de Madrid y Director de la Estación
de biología marina. — Santander.
1900. Gota y Casas (D. Antonio), Doctor en Medicina. — C. del
Pilar, 16, Zaragoza.
1899. Graiño y Cauvet (D. Celestino), Doctor en Farmacia, pre-
miado en varias Exposiciones. — Aviles (Asturias). — (Or-
nitología. Admite cambios.)
T. ni.- Enero, 1903. 2
18 LISTA DE SOCIOS
1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Catedrático de
la Facultad de Ciencias, Jefe déla Sección de cultivos
en el Jardín Botánico.— C. de la Estrella, 7, principal,
Madrid. — f Geología y Botánica.)
1898. Gregorio y Rocasolano (D. Antonio), Catedrático de Quí-
mica en la Facultad de Ciencias. — Barcelona. — (Gra-
míneas.)
1893. Guillen (D. Vicente), Médico-cirujano, Jardinero mayor
del Botánico. — Valencia.
1901. Gutiérrez Martín (D. Daniel).— C. del Pez, 20, Madrid,
y en el verano en Olmedo (Valladolid).
1902. Gutiérrez Sobral*(D. José), Capitán de Navio de 1.a cla-
se.— G. de la Palma, 40, Madrid. — (Hidrografía.)
1898. Halcón (D. Fernando), Marqués de San Gil.— C. de Al-
fonso XII, 50, Sevilla. — (Patología vegetal.)
1890. Hernández y Álvarez (D. José), Licenciado en Ciencias
naturales, Conservador por oposición en la Escuela de
Montes. — El Escorial (Madrid), ó C. de Montserrat, 9 y
11, pral. dra. , Madrid. — (Botánica.)
1893. Hernández Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Doctor en
Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. — Córdo-
ba.— (Geología.)
1875. Heyden (D> Lucas von), Mayor de reserva, Doctor en
Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades
Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo,
Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Águila
Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan. —
Schlosstrasse , 54, Bockenheim, Frankfurt am Main. —
(Coleópteros.)
1898. Hierro (D. Fibicio), Farmacéutico.— Osorno (Palencia).—
(Botánica.)
1888. Hoyos (D. Luís), Doctor en Ciencias naturales y en Dere-
cho, Catedrático en el Instituto.— Toledo.— (Antro-
pología.)
1895. Huidobro y Hernández (D. José), Doctor en Ciencias na-
turales.—C. de San Bernardo, 52, Madrid.
1901. Hueso (D. José), Doctor en Ciencias, Profesor numerario
de la Escuela Normal.— Granada.
1899. Ibáñez Díaz (D. Francisco Antonio), Duque, 9, Cartagena.
— (Botánica.)
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 19
1895. Ibarlucea (D. Gasto), Catedrático de Agricultura en el
Instituto. — Moreras, 6, 2.°, Gáceres.
1902. Imprenta de Fortanet. — G. de la Libertad, 29, Madrid.
1901. Instituto general y técnico de Avila.
1901. Instituto general y técnico de Burgos.
1902. Instituto general y técnico de Cáceres
1872. Instituto general y técnico de Córdoba.
1901. Instituto general y técnico de Guadalajara.
1901. Instituto general y técnico de Palma de Mallorca.
1901. Instituto general y técnico de Santiago.
1880. Instituto general y técnico de Valencia.
190 1. Instituto general y técnico de Vitoria.
1901. Instituto general y técnico de Zaragoza.
1873. Iñarra y Echevarría (U. Fermín), Catedrático en el Ins-
tituto general y técnico de Guipúzcoa. — Urbieta, 13, en-
tresuelo, San Sebastián.
1899. Iranzo (D. Juan Enrique), Catedrático en la Facultad de
Medicina. — C. del Cinco de Marzo, 1, Zaragoza.
1901. Isabal (D. Marceliano), Doctoren Derecho civil, Diputado
á Cortes. — Coso, 102, Zaragoza.
189G. Jiménez Gano (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura-
les.— Casa Blanca (Cuenca). — (Lepidópteros.)
1884. Jiménez de Cisneros (D. Daniel), Catedrático de Historia
natural en el Instituto. — Muelle de Fomento, 4, Gijón.
1899. Jiménez Munuera (D. Francisco de P.) — Alto, 9, Carta-
gena.— (Botánica.)
1898. Jimeno (D. Hilarión), Doctor en Ciencias, Director del
Laboratorio químico municipal. — Coso, 127, Zara-
goza.
1901. Jimeno Egurbide (D. Florentino), Doctoren Farmacia.—
Plaza Real, 1, Barcelona.
1895. Rheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co-
mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de
las Entomológicas de Berlín, Stettin y Dresde. — Ferdi-
nandstrasse, 38, Praga (Bohemia).
1884. Lauffer (D. Jorge).— C. de la Lealtad, 13, 2.° derecha,
Madrid. — {Coleópteros de Europa.)
1901. Laza (D. Enrique), Director propietario del Laboratorio
químico. — C. del Duque de la Victoria, 6, Málaga.
1880. Lázaro é Ibiza (D. Blas), de la Real Academia de Cien-
20 LISTA DE SOCIOS
cias, Doctor en Farmacia y en Ciencias, Catedrático-
de la Facultad de Farmacia. — C. de Carranza, 10, 3.°,
Madrid. — (Botánica.)
1897. Llanas (D. José María), Farmacéutico militar. — Madrid,
1901. Llenas y Fernández (D. Manuel). — C. del Carmen, 44, 2.°,
1.a, Barcelona. — (Botánica.)
1902. Llobet y Pastors (D. Luís). — Tallers, 48 bis, Barcelona.
1902. Llord y Gamroa (D. Ramón), Doctor en Medicina y Li-
cenciado en Ciencias. — Jorge Juan, 13, Madrid.
902. López Capdepón (D. José), Catedrático en la Facultad de
Farmacia. — Barcelona.
1900. López García y Mir (D. Julián), Farmacéutico. — San Ci-
prián, Vivero (Lugo).
1889. López de Zuazo (D. José), Doctor en Ciencias naturales,,.
Catedrático en el Instituto. — Burgos.
1901. López Mendigutia (D. Fernando), Alumno de la Facultad
de Ciencias. — C. de Campoamor, 12, Madrid.
1897. Maciñeira y Pardo (D. Federico G.), Cronista oficial de
Ortigueira (Coruña). — (Prehistoria.)
1878. Mac-Lennan ( D. José) , Ingeniero. — Portugalete (Bilbao).
1887. Madrid Moreno (D. José), Doctor en Ciencias, Jefe del-
Gabinete micrográfico municipal y Profesor auxiliar en
la Facultad de Ciencias. — C. de Serrano, 40, Madrid.
— (Micrografia.)
1873. Marín y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia..
C. de Silva, 49, 2.° derecha, Madrid.
1878. Martí y Lleopart (D. Francisco María de), Licenciado-
en Derecho civil y canónico. — C. de Santa Ana, 8, prin-
cipal, Tarragona.
1899. Martín Ayuso (D. Dionisio), Catedrático de Agricultura
en el Instituto. — Oviedo.
1901. Martínez (D. Cesáreo), Licenciado en Ciencias naturales.
— Madrid.
1893. Martínez (R. P. Zacarías), Licenciado en Ciencias natu-
rales, Real Colegio. — El Escorial (Madrid).
1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor en Medicina. —
C. de Goya, 9, pral., Madrid.
1874. Martínez Añirarro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem-
bro de las Sociedades Entomológicas de Francia y de
Bélgica, Correspondiente de la Española de Antropolo-
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 21
gía y de las Económicas de León y Gerona, Presidente
de la Comisión Antropológica de la provincia de Burgos.
C. de Alcalá, 101, Madrid. — (Mineralogía y Geo-
logía.)
Martínez de la Escalera (D. Manuel). — G. de Núñez de
Balboa, 7, Madrid. — (Coleópteros de Europa.)
1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias
naturales, Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias.
— Oviedo. — (Entomología é Histología.)
-1897. Martínez Gámez (R. P. Vicente), Profesor de Ciencias
naturales en el Colegio Galasancio. — Sevilla. — (Ornito-
logía de España.)
1889. Martínez Pacheco (D. José), Doctor en Farmacia. — G. de
San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid.
s. f. Martínez y Sáez (D. Francisco de Paula), Catedrático en
la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de Osteozoolo-
gía en el Museo. — G. de San Quintín, 6, principal, Ma-
drid.— (Coleópteros de Europa.)
-1873. Martínez Vigil (limo. Sr. D. Ramón), Obispo de la dió-
cesis, ex-Catedrático de Historia natural en la Univer-
sidad de Manila. — Oviedo.
4898. Más y Guindal (D. Joaquín), Oficial 2.° de Sanidad mili-
tar.— C. del Conde Duque, 40, pral. dra., Madrid.
1901. Mascareñas y Boscasa (D. Manuel), Licenciado en Cien-
cias.— Paseo de Gracia, 72, 2.°, Barcelona.
1898. Mateos Pérez (D. Félix), Profesor en la Escuela de Vete-
rinaria.— G. de la Montera, 8, Zaragoza.
1882. Mazarredo (D. Carlos), Ingeniero de Montes. — C. de
Claudio Coello, 24, Madrid. — (Neurópteros y Arác-
nidos.)
1897. Mazo y Franza (D. Julio del), Abogado. — Arguijo, 5, Se-
villa.— (Ornitología.)
1884. Mederos y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias
naturales. — San Lorenzo (Gran Canaria).
•1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Cate-
drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. — San-
ta María de Gracia, 15, Sevilla. — (Himenópteros.)
1892. Mendoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en
el Hospital de San Juan de Dios. — C. de Santa Isabel,
34, Madrid.
22 LISTA DE SOCIOS
1879. Mercado y González (D. Matías), Médico cirujano titular.
— Nava del Rey (Valladolid).— ( Entomología.)
1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Quí-
mica en el Colegio de La Guardia (Pontevedra). — (Bo-
tánica.)
1894. Miquel é Irizar (D. Manuel de), Teniente Coronel Jefe
del 2.° batallón del 3.er regimiento de Zapadores mina-
dores de Ingenieros. — Plaza del Pacífico, 9, Sevilla.
s. f. Mir y Navarro (D. Manuel), Catedrático de Historia na-
tural en el Instituto.— -Paseo de Gracia, 43, 2.°, 1.a, Bar-
celona.
187G. Miralles de Imperial (D. Clemente) .—Rambla de Estu-
dios, 1, 2.°, 1.a, Barcelona.
1902. Moles Ormella (D. Enrique).— -Balines, 19, Barcelona.
1894. Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias
naturales. — Valverdedel Camino (Huelva).
1881. Moragues y de Manzanos (D. Fernando), Presbítero. —
C. del General Barceló, Palma (Mallorca). — (Coleópteros,
himenópteros, dípteros, hem/'pteros y ortópteros de las
Baleares y concitas de Europa y exóticas. Admite conchas
á cambio de cualquier orden de insectos de la isla.)
1900. Moroder y Sala (D. Federico).— Alboray a, 8, Chalet,
Valencia.
1898. Moyano y Moyano (D. Pedro), Catedrático en la Escuela
de Veterinaria.— Coso, 129, Zaragoza.— (Etnología zoo-
técnica.)
1896. Muguruza (D. Federico de), Licenciado en Medicina y Ci-
rugía.— Elgoibar (Guipúzcoa).
1898. Muñoz Ramos (D. Eugenio), Doctor en Farmacia, Licen-
ciado en Ciencias físico-químicas, Director del Labora-
torio municipal y provincial. — Valladolid. — (Micro-
grafía.)
1902. Muñoz Coro (D. Luís), Alumno de la Facultad de Cien-
cias.— Madrid.
1902. Murua Valerdi (D. Agustín), Catedrático en la Facultad
de Farmacia. — Barcelona.
1889. Muso y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.— C. de
los Dos Amigos, 3, principal, Madrid.
1901. Nacente y González (D. Moisés), Catedrático en la Fa-
cultad de Ciencias.— C. de la Diputación, 415, Barcelona.
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 23
1889. Nacher y Vilar (D. Pascual), Catedrático en la Facultad
de Ciencias. — Granada.
1902. Nathan (D. Ángel B. de la Cruz), Director de la Acade-
mia «La Cruz». — G. de Don Juan de Villarrasa, 12, Va-
lencia.
1896. Navas (R. P. Longinos), S. J., Profesor del Colegio del
Salvador. — Zaragoza. — (Neurópteros.)
1902. Novella (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales
y Abogado. — Murcia.
1898. Novoa y Alvarez (D. Francisco), Socio corresponsal del
Instituto arqueológico de Pontevedra, Comendador de la
Real Orden militar de Cristo de Portugal, Médico muni-
cipal de Tomiño.— (Por Tuy), Goyan.
1872. Oberthür (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de
Francia.— Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai-
ne), Francia. — (Lepidópteros.)
1872. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de
Francia.— Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai-
ne), Francia.— (Coleópteros.)
1897. Olavarría y Gutiérrez (D. Marcial de), Ingeniero de
Minas. — C. de las Huertas, 82, pral., Madrid.
1901. Oliver Rodés (D. Benito).— Rambla de San José, 23,
Barcelona. — (Análisis de química mineral.)
1896. Olóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina,
Catedrático en la Facultad de Medicina. — G. de Atocha,
96, Madrid. — (Antropología.)
1887. Onís (D. Mauricio Carlos de), Licenciado en Ciencias,
Conservador interino en el Museo de Ciencias Natura-
les.— C. de Santa Engracia, 23, principal, Madrid.
1899. Oramas y González (D. Pablo).— La Orotava.— (Coleópte-
ros y Ornitología de Canarias.)
1890. Ortega y Mayor (D. Enrique). — C. de Carretas, 14, Labo-
ratorio químico, Madrid.
1897. Orueta (D. Domingo de), Ingeniero de Minas.— Gijón. —
(Fauna inferior marina del Cantábrico.)
1899. Otero (D.Julio) Ingeniero agrónomo y Director de la Granja
experimental. — C. de la Independencia, 32, Zaragoza.
1902. Pacault (M. Edgard), Preparador del Laboratorio Aragó.
Banyuls-sur-Mer (Francia). — (Ictiologia y Fauna de la
Mesopotamia y de la Argelia.)
24 LISTA DE SOCIOS
1894. Palacios (D. Pedro), de la Real Academia de Ciencias, In-
geniero Jefe del Cuerpo de Minas.— C. de Cedaceros, 8,
Madrid.
1898. Palomar de la Torre (D. Alejandro), Médico de la Ar-
mada.— C. de las Danzas, 5 y 7, pral., Zaragoza.
1873. Palou y Flores (limo. Sr. D. Eduardo), Consejero de
Instrucción pública, Decano y Catedrático en la Uni-
versidad.— C. de los Reyes, 8, Madrid.
1881. Pantel (R. P. José), S. J.— Castel Gemert par Helmond
Holanda (Bravante septentrional). — (Anatomía de ins.,
Ortópteros.)
1898. Pardo y Sastrón (D. José), Licenciado en Farmacia.—
Valdealgorfa, por Zaragoza y Alcañiz (Teruel). — (Bo-
tánica.]
1898. Passapera Campderá (D. Mariano), Farmacéutico.— C. de
Fuencarral, 110, Madrid.
1890. Pau (D. Carlos), Farmacéutico.— Segorbe (Castellón).—
(Botánica.)
1882. Paúl y Arozarena (D. Manuel José de).— C. de San Pa-
blo, 71, Sevilla.— (Patología vegetal.)
1898. Pella y Forgas (D. Pedro), Ingeniero industrial, químico
y mecánico, Socio de mérito de las Económicas Arago-
nesa y Gerundeuse de Amigos del País y del Ateneo de
Teruel, Ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril
de Cariñena á Zaragoza. — Zaragoza. — (Geología.)
1901. Pérez Cano (D. Vicente), Cirujano-dentista.— C. Mayor,
59, Madrid. — (Odontología.)
1881. Pérez Lara (D. José María).— Jerez de la Frontera (Cá-
diz) . — (Botánica . )
1873. Pérez Ortego (D. Enrique), Doctor en Ciencias.— Pro-
fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros.—
C. de San Bernardino, 95, Madrid.
1894. Pérez Zúñiga (D. Enrique), Profesor auxiliar en la
Facultad de Medicina.— C. del Fúcar, 19 y 21, Ma-
drid.
1902. Pi y Suñer (D. Augusto), Profesor auxiliar en la Facul-
tad de Medicina. — Ausias Marcli, 21, Barcelona.
1901. Pie (D. Mauricio), de la Sociedad entomológica de Fran-
cia.— Digoin (Saóne-et-Loire), Francia.— (Ent. general
de Argelia. Col. é Himenopt. palearct. Mellridos, Ptíni-
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 25
dos, Anticidos, Pedilidos, Brúquidos y Nanophyes de
todo el mundo.)
1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias natu-
rales, Catedrático en el Instituto. — Guadalajara.
1874. Puig y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.— C. de
Fomento, 1 duplicado, 1.° derecha, Madrid.
1895. Ramón y Cajal (D. Pedro) , Catedrático en la Facultad de
Medicina.— Sitios, 6, Zaragoza.— (Histología.)
1901. Real Biblioteca de Berlín (Koaigliche Bibliothek).— Beh-
renstrasse, 40, Berlín W. 64.
1883. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Catedrático de Fitografía
en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de herba-
rios en el Jardín Botánico. — C. de la Palma Alta, 30,
Madrid. — (Dibujo científico, Cristalografía y Botánica.)
1886. Rio (D. José), Ingeniero de Montes. — C. de Fernando el
Santo, 7, Madrid.
1901. Rio (D. Carlos del), Naturalista agregado al Museo de
Ciencias.— C. de Alberto Bosch, 12, Madrid.
1886. Rioja y Martín (D. José), Catedrático en la Facultad de
Ciencias. — Oviedo. — (Anatomía de animales infe-
riores.)
1902. Riva (D. Maximino de la), Profesor auxiliar en la Facul-
tad de Farmacia. — Santiago.
1901. Rivas Mateos (D. Aurelio), Licenciado en Farmacia.—
Serradilla (Cáceres) .
1896. Rivas Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de
Farmacia de la Universidad.— Barcelona.— (Botánica.)
1902. Rivera y Ruiz (D. Miguel), Catedrático en el Instituto.—
Cabra.
1901. Rives Mampoey (D. José).— Diputación, 441, Barcelona.—
(Botánica.)
1872. Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Cate-
drático y Secretario de Historia natural en el Instituto.
—Plaza de la Aduana, 13, Valencia.
1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y
Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.
— C. de Silva, 2, 1.°, Madrid.
1898. Rodríguez Ayuso (D.Manuel), Ingeniero Agrónomo.—
C. de la Independencia, 14, Zaragoza.— (Plantas de gran
cultivo.)
26 LISTA DE SOCIOS
1872. Rodríguez y Femenías (D. Juan .1.)— G. de la Libertad, 48,
Mahón (Menorca). — (Botánica.)
1880. Rodríguez Mourelo (D. José), Profesor de Química in-
dustrial orgánica en la Escuela Superior de Artes é In-
dustrias.— G. del Piamonte, 14, Madrid. — (Minera-
logia.)
1890. Rodríguez Pérez (D. Felipe), Licenciado en Giencias na-
turales.— Largo Fernandina, Palazzo Bivona, Ñapóles
(Italia) . — (Botánica, fanerógamas.)
1902. Rof y Codina (D. Juan), Veterinario Militar. — Plaza de la
Feria, 19, Lugo.
1887. Ruiz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia. —
Caparroso (Navarra).
1873. Saavedha (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami-
nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua,
de Ciencias y de la Historia, Consejero de Instruc-
ción pública. — C. de Fuencarral, 74 y 76, principal,
Madrid.
1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Giencias natura-
les, Director del Colegio de Sania Ana. — Mérida (Badajoz) .
1901. Salvador y Gil (D. Andrés), Alumno de Medicina. — Coso,
3, Zaragoza.
1901. Sánchez Bruil (D. Mariano), Catedrático en el Instituto
general y técnico. — G. de Alfonso I, 28, Zaragoza.
1891. Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien-
cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — C. de
San José, 48, Puerto Real (Cádiz). — (Entomología.)
1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Ciencias na-
turales y en Medicina, Conservador por oposición en el
Museo. — C. de Atocha, 116, Madrid. — (Anatomía com-
parada.)
1899. Sanchíz Pertegas (Excmo. Sr. D. José).— C. de San Vicen-
te, 151, Valencia.
1901. San Román Elena (D. Manuel), Doctor en Teología, Licen-
ciado en Derecho, Canónigo Doctoral de la S. I. C. de
Calahorra (Logroño).
1902. San Salafranca (D. Francisco). — Condal, 9, Barcelona.
1895. Santo Domingo y López (D. Agustín), Licenciado en Cien-
cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. — C. de
San Segundo, 16 y 18, Ávila.
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 27
1898. Santos y Abreu (D. Elias) , Licenciado en Medicina y Ci-
rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno-
gráfico.— Santa Cruz de La Palma (Canarias). — f Ento-
mología y Botánica.)
1879. Sanz de Diego (D. Maximino), Disecador 1.° por oposi-
ción del Museo de Ciencias naturales. — C. de San Ber-
nardo, 94, 1.°, Madrid. — (Comerciante en objetos y libros
de Historia natural y en utensilios para la recolección,
preparación y conservación de las colecciones, cambio y
venta de las mismas en todos los ramos.)
1900. Saulcy (Feliciano Caignart de). — 3, rué Chátillon, Metz
(Lorraine). — (Coleópteros y Ortópteros de Europa.)
1902. Schramm (D. Jorge). — C. de Quintana, 13, Madrid. —
(Coleópteros Cerambícidos.)
1886. Seebold (D. Teodoro), Ingeniero civil, de la Sociedad de
Ingenieros civiles de París, Comendador de la Orden de
Carlos III, Caballero de varias órdenes extranjeras. —
Square du Roule, 2, París. — (Lepidópteros.)
1898. Segovia y Corrales (D. Alberto), Catedrático de Zoología
general en la Facultad de Ciencias. — C. de Leganitos,
47, Madrid.
1902. Seminario conciliar de Orihuela.
1897. Seras y González (D. Antonio).— C. de Oriente, Sevilla.
— (Histología. )
1899. Silva Tavares (Excmo. Sr. D. Joaquín de), Profesor en el
Colegio de San Fiel, Portugal.
1889. Simarro (D. Luís), Doctor en Medicina, Catedrático de
Psicología experimental en la Facultad de Ciencias. —
C. del Conde de Aranda, 1, Madrid. — (Histología.)
1880. Simón (D. Eugenio).— Villa Said, 16, París.— (Arácnidos.)
1890. Siret (D. Luís), Ingeniero. — Águilas (Murcia).— (Geolo-
gía y Antropología.)
1901. Sobrado Maestro (D. César), Catedrático en la Facultad
de Farmacia. — Santiago.
1902. Sola y Bosch (D. Francisco de A.) — Rosellón, 62, Bar-
celona.
s. f. Solano y Eulate (D. José María), Marqués del Socorro,
Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sec-
ción de Geología en el Museo. — C. de Jacomelrezo, 41 ,
Madrid. — (Mineralogía y Geología.)
28 LISTA DE SOCIOS
1901. Soler y Batlle (D. Enrique), Farmacéutico militar. —
C. de Cortes, 37*2, Barcelona. — (Botánica).
1898. Soler y Garceller (D. Juan Pablo}, Profesor auxiliar
en la Facultad de Ciencias. — Coso, 156, Zaragoza.^—
(Microquimica.)
1903. Sueiras Olave (D. José). — Barcelona.
1897. Surmely y Marchal (D. Eduardo), Profesor de Lenguas.
— C. de la Concepción Jerónima, 15 y 17, pral., Madrid.
— (Botánica y Entomología.)
1899. Tarazona y Blanch (D. Ignacio), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias. — C. de Mallorca, 309, Barcelona.
1899. Tarin y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura-
les, Profesor auxiliar de la Universidad. — Francos, 30,
Valladolid.
1902. Tejeiro y Moreno (D. Germán), Profesor auxiliar en la
Escuela de Veterinaria. — Madrid.
1901. Tío y Salvador (D. José). — C. de Balmes, 7, 3.° — Barce-
lona.— (Histología vegetal.)
1901. Tomás y Gómez (D. Calixto), Catedrático de Anatomía en
la Escuela de Veterinaria. — Córdoba. — (Anatomía com-
parada.)
1901. Tomás y Radó (D. Juan).— C. de Fortuny, 4, entr.0, Bar-
celona. — (Mineralogía.)
1900. Torremocha Tellez (D. Lorenzo), Médico militar. — C. del
Doctor Mata, 3, Madrid.
1882, Torrepando (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes. — C. de
Ferraz, 48, hotel, Madrid.
1893. Traizet (D. Emilio).— 42 Rué Notre Dame de Nazareth,
París. — (Coleópteros de Europa.)
1893. Truán (D. Luís), Director facultativo en la Sección Vi-
driera de la Sociedad anónima «Gijón industrial». — Gi-
jón (Asturias). — (Coleópteros.)
1902. Turró (D. Ramón). — Notariado, 10, Barcelona.— (Bacte-
riología.)
1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina. — Calahorra (Lo-
groño) . — (Coleópteros.)
s. f. Uhagón (D. Serafín de), Miembro de las Sociedades En-
tomológicas de Francia y Berlín. — C. de Montalvan, 7,
Madrid. — (Coleópteros de Europa.)
1900. Urdaniz (D. Julián José).— San Ciprián, Vivero (Lugo).
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 29
1897. Urquía y Martín (D. Ildefonso).— P.a de Villasis, Se-
villa.
1895. Val y Julián (D. Vicente de), Licenciado en Farmacia,
Subdelegado de Farmacia del partido de Borja, Vocal 2.°
de la Junta de Gobierno del Colegio provincial de far-
macéuticos de Zaragoza, Socio corresponsal de los Ilus-
tres Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona, de la
Sociedad española de Higiene, Corresponsal de la Médico-
Quirúrgica española y de otras varias Corporaciones,
premiado en varias Exposiciones. — Boquiñeni y Luceni
(Zaragoza).— (Botánica.) .
1900. Vales Failde (D. Javier), Presbítero y Abogado.— C. de
las Fuentes, 1, Madrid.
1902. Vallespinosa Ruíz (D. Florencio). — Consejo de Ciento,
247, Barcelona.
1887. Vázquez Figueroa y Canales (D. Aurelio), Inspector Jefe
de Telégrafos, jubilado.— C. de Mendizábal, 39, 3.°, Ma-
drid.— (Lepidópteros de Europa.)
1902. Vázquez Figueroa y Mohedano (D. Antonio), Arquitecto
municipal. — Guadalajara. — (Coleópteros de Europa.)
1873. Velaz de Medrano (D. Fernando), Ingeniero de Montes.
— Soria.
1902. Vicente (D. Melchor), Maestro normal.— Ortigosa de Ca-
meros (Logroño). — (Geología.)
1894. Vicioso y Trigo (D. Benito), Licenciado en Farmacia. —
C. de Bodeguilla, 9, Calatayud. — (Botánica.)
1899. Vidal y Compaire (D. Pío), Doctor en Ciencias naturales,
Conservador por oposición en el Museo. — C. del Pia-
monte, 6, Madrid.
1893. Vila y Nadal (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de
Ciencias. — Santiago.
1901. Vila Vendrell (limo. Sr. D. Simón), Catedrático y Deca-
no de la Facultad de Ciencias, Exdiputado á Cortes y
Exdirector general de Hacienda de Ultramar. — Zaragoza.
1896. Viñals y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina.—
C. de la Espada, 4, principal, Madrid.
1897. Zamora y Garrido (D. Justo), Licenciado en Farmacia,
Director del Colegio de segunda enseñanza de San Agus-
tín.— Siles (Jaén), por Valdepeñas é Infantes. — (En-
tomología y especialmente de la Sierra de Segura.)
3 LISTA DE SOCIOS
s. f. Zapater y Marconell (D. Bernardo), Presbítero. — Alba-
rracín (Teruel). — (Botánica.)
1901. Zorrilla y Arroyo ID. Francisco), Abogado. — Sepúlveda
(Segovia.)
Socios agregados.
1897. Ángulo y Tamayo (D. Francisco), Doctoren Medicina. —
Lagasca, 51, Madrid.
1898. Goscolla Diez (D. Emeterio). — Calatayud (Zaragoza).
1901. Criado (D. Melquíades).— Madrid.
1901. Diez Tortosa (D. Juan Luís), Estudiante de Ciencias y
de Farmacia, Encargado de Clases prácticas de Historia
natural en la Facultad de Ciencias. — Granada. — (Taxi-
dermia.)
,1899. Escribano y Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen-
ciado en Medicina. — Argamasilla de Alba (Ciudad-Real).
1890. Fernández y Cavada (D. Pedro L.)— C. de Santa Clara, 8
y 10, Santander.
1901. Ferrer ID. Modesto). — Coso, 78, Zaragoza.
1901. Guerricabeitia (D. Alejandro).— Coso, 78, Zaragoza.
1900. Gutiérrez Ángulo (D. Andrés). — San Miguel, 50, Za-
ragoza.
1898. Izquierdo (D. Juan Antonio), Catedrático de Ampliación
de Física en la Universidad. — Zaragoza.
1898. Llórente dé Pablos (D. Julián). — Valverde (Segovia).
1901. Munagorriz (D. Luís).— C. de la Parra, 14, Zaragoza.
1898. Ossuna(D. Manuel de). —Puerto de laCruz(IslasCanarias).
1897. Relimpio y Ortega (D. Federico), Catedrático en la Facul-
tad de Ciencias.— C. de Cervantes, 16, Sevilla.
1901. Sánchez Pérez (D. José Augusto). — Alfonso 1, 28, Za-
ragoza.
1901. Urzola y Gil (D. Luís).— Coso, 37 y 39, Zaragoza.
RESUMEN.
Socios protectores 4
— honorarios 8
— correspondientes 42
— numerarios 319
— agregados 16
Total 419
DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 31
Socios que han fallecido en 1902.
s. c. Bormans (Auguste de).
1901. Chaquert (D. Eduardo).
1872. Cuni y Martorell (D. Miguel).
1893. Dávila (D. Marino).
1872. Magpherson (D. José).
1873. Nieto y Serrano (Excmo. é limo. Si*. D. Matías).
1886. Pieltain y Bartolí (D. José María).
1872. Rubio y Galí (Excmo. é limo. Sr. D. Federico).
1896. Sánchez (D. Bartolomé).
Madrid 1 de Enero de U>03.
i
El Vicesecretario,
José M. Dusmet y Alonso.
RELACIONES
del estado de la Sociedad y de su Biblioteca
LEÍDAS EN LA SESIÓN DE DICIEMBRE DS 1902
POR EL SECRETARIO
D. SALVADOR CALDERÓN Y ARANA
Y EL BIBLIOTECARIO
D. RAFAEL BLANCO Y JUSTE
Memoria del Secretario.
Vuestra excesiva benevolencia tiene la culpa de que sea yo
nuevamente quien haya de molestaros, aunque pienso hacerlo
en breves palabras, historiando la obra que habéis realizado
sin oropeles y bajo la forma recatadamente modesta que acos-
tumbra esta Sociedad, en el año transcurrido de 1902 á 1903,
que es el trigésimo primero de su existencia. En él no ha de-
caído la tradicional perseverancia con que persigue aquélla
sus desinteresados fines.
Fruto de tan larga y perseverante labor es la consideración
que hemos conquistado y va en creciente aumento, así en el
país como en el extranjero, en las esferas oficiales y en el
concepto de cuantos se interesan por el progreso científico.
Consocios nuestros son algunos de los sabios más eminentes
del extranjero, cuya enumeración hicimos el año pasado en
ocasión semejante á la presente, á los que tenemos que añadir
los nombres ilustres del Dr. G. Delacroix, de París, maestro de
Conferencias en el Instituto nacional agronómico y Director
de la Estación de Patología veg-etal, y los de M. Ph. Francois,
Secretario de la Sociedad entomológica de Francia, y Edg. Pa-
cault, de Banyuls-sur-Mer.
Dan testimonio, además de nuestras buenas relaciones en el
extranjero, la parte que hemos tomado en los homenajes ren-
didos en el año transcurrido á los eminentes sabios Gaudry y
T. ni. -Enero, 1903. 3
34 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Lacaze-Duthiers; en el primero tuvo la complacencia de repre-
sentarnos el profesor Stanislas Meunier, y recibimos un autó-
grafo por todo extremo halagüeño del festejado; al seg-undo
fuimos invitados por la Facultad de Ciencias de París, y asistió
en nombre de la Sociedad el Sr. Rivas Mateos, el cual trajo la
grata impresión de que los sabios reunidos en Banyuls-sur-
Mer recordaban aquélla con cariño, haciendo votos por su
prosperidad.
Numerosos trabajos y sobre variados asuntos han aparecido
durante el último año en nuestras Memorias y en el Boletín,
de los cuales me permitiré recordaros que en el cuaderno 3.°
del tomo xxx de los Anales han visto la luz la conclusión de
la «Revisión y estudio del grupo Catyitenfa , por el Sr. Martí-
nez y Fernández-Castillo, y además las siguientes Memorias:
«Noticia necrológica de D. Máximo Laguna y Villanueva»,
por el Sr. Artigas y Teixidor; «Breve estudio antropológico
acerca del pueblo Maragato» , por el Sr. Aragón y Escacena;
«Crisídidos de España», por el Sr. Medina y Ramos, y la «Enu-
meración de las plantas de Cataluña», trabajo postumo de
D. Estanislao Vayreda y Vila , que tanto contribuyó en vida
á dar importancia é interés á nuestra publicación.
Con este tomo terminamos la 2.a serie de los Anales, com-
puesta de 10 tomos, que con los 20 que forman la 1.a consti-
tuyen los 30 tomos publicados bajo esa denominación , y á los
que han de seguir las Memorias, que empezarán á aparecer
en el año de 1903, y que con el Boletín han de constituir en
lo sucesivo nuestras dos Revistas, aquélla sin sujetarse en su
aparición á períodos regulares, sino dependiendo de los me-
dios de que se disponga y de los trabajos que se presenten , y
esta última regular, periódica, repartiéndose todos los meses,.
como viene haciéndose desde el año pasado.
No desmerecen en punto á variedad de asuntos y novedad
los trabajos breves insertos en el Boletín, entre los cuales
dominan los referentes á las producciones naturales de nues-
tro suelo, redactados en forma concisa y ceñidos al asunto que
los motiva, lo cual permite aparezcan con una prontitud im-
posible de obtener en los escritos que por su extensión han de
reservarse para la sección de Memorias. No son estos trabajos
breves menos importantes que los extensos, y buena prueba
de ello es el número relativamente crecido de especies y va-
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 35
riedades nuevas que se han descrito en el tomo del Boletín
del pasado año, entre las que recordaré, limitándome solo á
las primeras, tres de hongos (Dictyolus Laguna j pedicellatus
y Scleroderma hemisphcericum) , por el Sr. Lázaro; dos de fane-
rógamas de Galicia (Cladium Zúcense y Frica occidentaüs),
por el P. Baltasar Merino; tres «le pérlidos (Tceniopteryx ar-
quata, Nemura Bolivari y N. fuhiceps), por el Sr. Klapalek;
tres de ortópteros (Pamphagus punctatus, Gryllodes Carrascoi y
Helioscirtus Fonli), por el Sr. Bolívar; seis de coleópteros, una
de ellas ( Tachyphlmis picturatus), por el Sr. La Fuente, y el
resto (Dorcadion neilense, almarzense, terohnse, mosquerueJense,
demándense, parmeniforme, pruinosum y villoshcdense), por el
Sr. Martínez de la Escalera; y, en fin, una de mamífero (Her-
pestes Almodovari), por el Sr. Cabrera Latorre.
Tampoco nos ha faltado este año la colaboración de sabios
extranjeros, como el Profesor Fr. Klapalek, de Praga, que ha
descrito los pérlidos españoles antes enumerados, y el Dr. Eu-
rico Cannaviello, de Ñapóles, autor de la «Contribución al es-
tudio de los Microlepidópteros de la Italia meridional», á cuyos
distinguidos naturalistas me complazco en consignar aquí en
nombre de la Sociedad la expresión de su profunda gratitud.
Los viajes de nuestros consocios Sr. Martínez de la Escalera
á Persia, y del presbítero D. Norberto Font y Sag-ué á Río de
Oro y las Canarias, han suministrado un valioso contingente
de datos solo publicados en parte hasta ahora, permitiéndoles,
así como á alg-unos de nuestros especialistas, ocupar su fecun-
da actividad en la determinación de lo recolectado en aque-
llas exploraciones, extendiendo el área de sus estudios á re-
giones que pocas veces es dado alcanzar entre nosotros.
Y ya que de viajes científicos nos estamos ocupando, recor-
daremos que los naturalistas encargados del estudio de los
materiales recogidos por la expedición realizada el pasado
año á las posesiones españolas del golfo de Guinea continúan
su labor, cuyos frutos han de aparecer en las Memorias de
nuestra Sociedad. Recordaréis que el Sr. Ministro de Estado
dispuso de Real orden se nos auxilie á este fin, y para que los
trabajos puedan ir acompañados de las láminas y demás ilus-
traciones necesarias, de conformidad con lo solicitado por la
Comisión de estudio que preside el Sr. Bolívar.
Como en años anteriores, las Secciones de Barcelona, Sevilla
36 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
y Zaragoza, han contribuido en este último á mantener la ac-
tividad no interrumpida de nuestras sesiones, y á ir suminis-
trando contingente para la obra del conocimiento del suelo
patrio, fin supremo á que dirige su desinteresado esfuerzo
nuestra Sociedad. Numerosas notas de diversa índole y exten-
sión, comunicadas en las sesiones de Madrid y provincias, dan
testimonio de que el entusiasmo que reinó desde los primeros
años de nuestra existencia social no se ha apagado, y de que
ni por un momento se ha desviado de la orientación que su-
pieron iniciar los fundadores de esta Sociedad.
Como veréis por la Memoria del Sr. Bibliotecario, nuestros
cambios con el extranjero y con otras publicaciones del país,
que persiguen análogo fin al nuestro, ha ido en constante
aumento, lo que nos permite consultar muchos trabajos que
solo en nuestra Biblioteca podrían ver los socios y seguir el
movimiento -científico en los diferentes ramos de la Historia
natural. Estos cambios de publicaciones son solicitados del
extranjero especialmente, lo cual es sumamente lisonjero
para nosotros, siendo solo de lamentar que lo limitado de
nuestros recursos, pues no contamos con apoyo pecuniario
oficial de ning'una especie, nos obligue á ser más bien parcos
que pródigos en punto á aceptar todos los ofrecimientos de
cambio con que se nos brinda de continuo.
Dolorosas pérdidas de inolvidables y laboriosos consocios,
que sumen al espíritu en honda pena, hemos experimentado
en el año transcurrido, varias de las cuales han motivado tra-
bajos necrológicos sentidos é interesantes. Dos de los finados
llegaron á presidir nuestra Congregación y nos favorecieron
con sus valiosísimas investigaciones. Al Sr. Artigas se debe
la biografía de D. Máximo Laguna, aparecida en las Memorias
del tomo xxx de nuestros Anales, y al Sr. Rodríguez Mourelo
la de D. José Macpherson, que figura en el acta de Diciembre
por acuerdo especial de la Sociedad, y acompañadas ambas de
retratos en fototipia de los finados; el Sr. Vázquez dio noticias
de la vida de D. Miguel Cuní y Martorell, de Barcelona, en la
sesión de Junio, y el Sr. Presidente comunicó el fallecimiento
del socio correspondiente extranjero M. Auguste Bormans, de
Ginebra, y el de los Sres. D. Federico Rubio y Gali, D. Matías
Nieto Serrano, marqués de Guadalerzas, de D. Eduardo Cha-
quert, de Barcelona, D. Marino Dávila, D. José María Pieltain
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 37
y D. Bartolomé Sánchez (1), para todos los cuales se acordó
constase en acta el sentimiento de la Sociedad por la irrepara-
ble pérdida de hombres de tan relevante historia, caídos como
caen y se desploman los héroes del trabajo.
Hemos tenido, además, en el último año transcurrido, las
siguientes bajas de socios numerarios: Sres. Albutt, de Ingla-
terra; Avila, de Madrid; Capelle, de Toulouse; Cortina, de Ma-
drid; García Baza y Garrido Barron, de Filipinas; González
Arrintero, de Cangas de Tineo; Quadras y Rodríguez (Don
Ulpiano), de Manila; Secall, de Madrid, y Steva, de Santoña,
todos numerarios, y los Sres. Ariño, Beops y Herranz, de Zara-
goza, que figuraban como agregados.
Tan deplorables pérdidas producidas por causa de falleci-
miento y bajas se han compensado, hasta donde esto es posi-
ble, con las alzas que en este año han tenido lugar en número
verdaderamente considerable, puesto que llegan á 50 los ad-
mitidos, correspondiendo en su mayoría este aumento á la
Sección de Barcelona, que, justo es decirlo, está dando un gran
ejemplo de entusiasmo científico y de amor á la Sociedad;
como halagüeñas esperanzas de renovación y vida, recibimos
cariñosamente en nuestro seno á nuestros nuevos consocios,
cual elementos de un organismo cuyas células se desgastan
y renuevan sin cesar por ley ineludible de todo cuanto forma
parte del combate jamás interrumpido de la vida.
El Secretario,
Salvador Calderón.
Madrid, 1.° de Diciembre de 1902.
Estado de la Biblioteca.
Al cumplir el deber reglamentario de dar cuenta á los se-
ñores socios del estado en que se encuentra la Biblioteca de
esta Sociedad al finalizar el presente año, tengo la satisfacción
de manifestar que, como en los años anteriores, ha continua-
do acrecentando su material científico, y como consecuencia
(1) Este último ha ocurrido después de leída esta Memoria y de él se ha dado
cuenta en la sesión de Enero.
38 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
que va adquiriendo de año en año nuestra Biblioteca mayor
importancia.
El aumento correspondiente al año actual viene á estar
representado por un conjunto de publicaciones variadas, poco
diferente en número de las ingresadas en los años anteriores,
y que llega á alcanzar la respetable cifra de 650 publicaciones
sumadas todas las recibidas, lo que sin duda alguna constitu-
ye una prueba bien evidente de la consideración con que es
mirada la obra de esta Sociedad entre los naturalistas , tanto
del extranjero como de nuestro país, y que sirve de justa re-
compensa á la asidua labor que viene realizando desde hace
muchos años.
Siguiendo la costumbre establecida, reunimos las obras in-
gresadas durante el año corriente en dos grupos, que corres-
ponden el primero á las obras recibidas en concepto de dona-
ción, y el segundo á las ingresadas como cambio con nuestras
publicaciones; examinaremos brevemente ambos grupos.
Este año, como los anteriores, han continuado favoreciéndo-
nos con sus valiosos donativos S. M. D. Carlos, rey de Portu-
gal, y el príncipe Alberto I, de Monaco, quienes con una cons-
tancia digna de todo elogio vienen honrando á esta Biblioteca
con sus publicaciones, en las que se encuentran expuestos los
resultados de las exploraciones marinas que se hacen bajo sus
auspicios; y á tan egregios donantes, podemos añadir los
nombres de eminentes naturalistas y de conocidos aficiona-
dos, todos los que con su laboriosidad científica y generoso
desprendimiento se han hecho acreedores al más sincero reco-
nocimiento por parte de esta Sociedad. Entre estas donaciones
se encuentran algunas obras de carácter serial y regular, como
acontece con el donativo hecho por el sabio maestro y ex-Pre-
sidente de esta Sociedad, D. Santiago Ramón y Cajal, de la
«Revista trimestral micrográfica», en la que bajo su dirección
se publican las observaciones realizadas en el Laboratorio his-
tológico de la Facultad de Medicina de Madrid, lo mismo que
con los boletines de la Academia internacional de Geografía
botánica de Le Mans, los pertenecientes al Laboratorio muni-
cipal de Madrid, Laboratorio de Farmacia militar y otros va-
rios menos constantes en sus envíos. Á todos estos donantes
en g-eneral, y á cada uno de ellos en particular, hacemos pre-
sente el agradecimiento de esta Sociedad, rog-ándoles vean en
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 39
•él el aprecio con que sus donativos lian sido recibidos en la
Biblioteca, debiendo servirles como acuse de recibo la lista
detallada que á continuación exponemos.
Y pasando ahora al concepto de «cambios establecidos»,
señalaremos la variación sufrida en el número de los ya exis-
tentes el pasado año, variación favorable al incremento de
esta Biblioteca, por consistir en el establecimiento de diez nue-
vos cambios con otras tantas sociedades ó revistas científicas,
que vienen á aumentar las ya existentes por no haber sido
interrumpida ó considerada como baja ninguna de las anterio-
res. Estos nuevos cambios acordados por la Junta general,
agreg-ados á los 106 existentes el pasado año, forman los 116
establecidos con diferentes centros del país y del extranjero,
y cuyo detalle puede apreciarse en la adjunta enumeración
alfabética de dichos centros.
Academia nacional de Ciencias, Córdoba (República Argentina).
Academia Real das Sciencias de Lisboa.
Académie des Sciences de Cracovie.
Académie des Sciences de Paris.
Académie internationale de Géographie botanique, Le Mans.
Academy of Sciences, Chicago.
Academy of Sciences, Iowa.
Academy of Science, St. Louis, Mo. (E.-TJ.)
Academy of Natural Sciences of Philadelphia.
Allgemeine Entomologische Gesellschaft von Dr. Chr. Schroder-Itzehoe
und Udo Lehmann-Neudamm.
American Association for the Advancement of Sciences, Cincinnati (E.-U).
American Museum of Natural History, Nueva York,
i^nnaes de Sciencias Naturaes, Foz do Douro (Porto).
Association francaise de Botanique, Le Mans, Francia.
Australian Museum, Sydney (Australia).
Broteria. Lisboa.
BufFalo Society of Natural Sciences.
Bulletin scientifique de la France et de la Belgique, sous la direction de
MM. Alfred Giard et Jules de Guerne. Paris.
■Comisión del Mapa geológico de España, Madrid.
Comissao dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa.
Davenport Academy of Natural Sciences, Scott Co., Iowa (E.-U.)
Entomological tíociecy, Chicago.
Entomologische Nachrichten, Berlín,
üntoniologische Vereine, Stettin.
40 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Entomologische Zeitung, Wien.
Entomologiska Foreninguen, Stockolni.
Essex Institute, Salero, Mass. (E.-U.)
Faculté des Sciences de Marseille.
Feuille des jeunes naturalistes, París.
Field Columbian Museum, Chicago (E.-U.)
Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem (Holanda).
Institució catalana d' Historia natural, Barcelona.
Instituto geológico de México.
Instituto Médico Farmacéutico, Barcelona.
Jardín botánico de Tiflis.
K. K. Naturhistoriscbes Hofrnuseum, "Wien.
K. K. Zoologisch-botanische Gesellscbaft, Wien.
Laboratorio ed Orto Botánico della R. Universitá di Siena, Italia.
Meriden Scientifique Association.
Missouri Botanical Garden, St.-Louis (E.-U.)
Musée zoologique de l'Académie impériale des Sciences de St. Pétersbourg
Musei di Zoología ed Anatomia cornp. della Peale Universitá di Torino.
Museo Cívico di Storia naturale di Genova.
Museo de Historia natural, Valparaíso.
Museo de La Plata, Buenos-Aires.
Museo nacional de Buenos-Aires.
Museo nacional de Ciencias naturales, Montevideo.
Museo nacional de Costa-Rica.
Museu Paraense, Para (Brazil).
Museu Paulista,- San Paulo (Brazil).
Muséum d'Histoire Naturelle, Paris.
Museum national Hongrois, Budapest.
Museum of Comparative Zoology at Harvard College. Cambridge (E.-U).
Natural History Society of Glasgow.
Natura? Novitates, Berlín.
Naturforschende Gesellscbaft in Basel, Suiza.
Naturhistoriscbe Gesellschaft, Nürnberg.
New-York State Museum University of the State of New- York.
Oberlin College, Ohío.
Peabody Museum of American Archselogy and Etbnology, Cambridge.
Pbysikalisch-Medicinische Gesellscbaft, Würzburg.
Portugalia, Porto.
Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.
Real Sociedad Geográfica de Madrid.
Reale Academia dei Lincei, Roma.
Royal Microscopical Society, London.
Royal Physical Society, Edinburgh (Inglaterra).
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 41
Smithsonian Institution, Washington.
Sociedad científica c Antonio Álzate >, México.
Sociedad científica Argentina, Buenos-Aires.
Sociedad entomológica de Ontario.
Sociedad Mexicana de Historial natural, México.
Sociedade Broteriana, Coimbra.
Societá di Naturalisti, Napoli.
Societá di Scienze naturali et economiche di Palermo.
Societá entomológica italiana, Firenze.
Societá italiana di Scienze Naturali é Museo Cívico di Storia naturale,
•Milano.
Societá romana per gli studi zoologici, Roma.
Societá toscana di Scienze naturali, Pisa.
Societas entomológica Rossica, St. Pétersbourg.
Société botanique de Copenhague.
Société botanique de France, Paria.
Société botanique de Lyon.
Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes.
Société d'Histoire naturelle de Toulouse.
Société entomologique de Belgique, Bruxelles.
Société entomologique de France, Paris.
Société entomologique de St. Pétersbourg.
Société entomologique Suisse, Schaffhausen. Suiza.
Société francaise de Botanique, Toulouse.
Société géologique de France, Paris.
Société hollandaise des Sciences, Harlem (Holanda).
Société impériale des naturalistes de Moscou.
Société Linnéenne de Bordeaux.
Société Linnéenne de Normandie, Caen.
Société Linnéenne du Nord de la France, Amiens.
Société ouralienne d'Amateurs des Sciences nat., Ekathérinenburg (Rusia).
Société Royale malacologique de Belgique, Bruxelles.
Société scientifique du Chili, Santiago.
Société zoologique de France, Paris.
Société zoologique suisse et Musée d'Histoire naturelle de Genéve.
The American Naturalist, Boston.
The Canadian Entomologist London-Ontario.
Unión escolar, Madrid.
United States Department of Agriculture, Washington.
United States Geological Survey, Washington.
United States national Museum, Washington.
Universidad de Sassari en Italia.
Universitas Regia Fredericiana, Cristiania.
12 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
University of Colorado.
Université de Toulouse.
Université Royale d'Upsala.
Vereins für natunvissenchaftliche Unterhaltung zu Hamburg (Alemania).
"Wisconsin Academy of Sciences.
"Wisconsin Geological and Natural History Survey, Madison (E.-U.)
Zoologischer Anzeiger, Leipzig.
De todo esto se puede deducir la importancia de esta Biblio-
teca, la cual cuenta al finalizar el presente año con un caudal
científico de extraordinario valor constituido por numerosos
opúsculos, folletos y trabajos monográficos de Historia natural,
y más principalmente por gran cantidad de publicaciones de
otras Sociedades, y de las que la generalidad son únicas en
nuestro país, viniendo en su conjunto' todos ellos á constituir
en la actualidad más de 7.000 volúmenes y unos 8.000 folletos.
Obras recibidas á cambio.
Academia nacional de Ciencias en Córdoba (República Argentina.) —
«Boletín». Tomo xvn, entrega 1.a
Academia Real das Sciencias de Lisboa.— «Jornal de Sclencias mathe-
maticas, physicas é naturaes». 2.a serie, tomo vi, n. xxiv (1902).
Académie de Sciences de París — «Comptes-rendus«. Tome cxxxiii, n. 25-
27; cxxxiv, n. 1-26; cxxxv, n. 1-24.
- «Tables des Comptes-rendus des séances». Premier et 2.eme semestre,
1901; premier semestre 1902.
Académie de Sciences de Cracovie. — «Bulletin international». Année 1901,
n. 7-9; année 1902, n. 1-5, 7.
Académie Internationale de Géographie Botanique. Le Mans. — «Bulle-
tin». Année lle, n. 146-158.
Academy of Natural Sciences of Philadelphia.— «Proceedings ►. Vol. luí,
part. ii (1901).
Academy of Science, St.Lodis. Mo (E.-U.) — «Transactions». Vol. x, n. 9-11;
xi, n. 1-5.
Allgemeine Entomologische Gesellschaft. Neudamm. — «Zeitschrift für
Entomologie». Band 6, n. 24; Band 7, n. 1-23.
Annaes de Sciencias Naturaes. Porto. — Vol. vn.
Association francaise de Botanique. Le Mans.— «Bulletin» . Année 5.e,
n. 49-60.
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 43
Australian Museum. Sydney. — «Report of the Trustees of the Australian
Museum for the Year 1900».
- «Records of the Australian Museum». Vol. iv, n. 6, 7.
Broteria. Lisboa. — «Revista de Sciencias naturaes do collegio de f?. Fiel».
Volume 1."
Comisión del Mapa geológico de España. Madrid. — «Memorias». Expli-
cación del Mapa geológico de España, por D. Lucas Mallada; tomo iv
(sistemas permiano, triásico, básico y jurásico.)
- «Boletín». Tomo vi (2.a serie).
Commission du service géologiqüe du Portugal. — «Recueil d'études pa-
léontologiques sur la Faune crétaciquedu Portugal», par Paul Choftát.
Vol. i. Lisbonne, 1902.
Department of Agricültdre. Washington. — «North American Fauna».
N. 22.
Entomological Societt of Ontario. Toronto. — « Annual Report ».
1901.
Entomologischb Vere*ine. Stettin. — € Entomologische Zeitung». Jahr-
gang, 63.
Entomologische Zeitung. AVien. — Jahrgang xx, Heft. x; Jahrg. xxi,
Heft. i-ix.
- «General-Índex der Abhandlungen in den Jahrgiingen xi-xx.
Faculté de sciences de Marseille. — «Anuales». Tome xii.
Field Columbian Museum Chicago (E.-U.) — Publicatioii 58 (Zool. Series).
Vol. ni, n. 4; ibd. 59. Vol. ni, n. 5.
Fondation Teyler. Haarlem. — « Archives du Musée». Serie it, vol. vm,
premiére partie.
Geological Survey of Canadá. Ottawa. — « Contributions to Canadian
paleontology». Vol. n.
Geological Survey (U. S.) "Washington. — «Annual Report». 1899-1900.
Part. i-vi y vi continuación.
Institució catalana d'Historia Natural. Barcelona. — «Butlletí». Any i,
num. 6; any n, números 8-11, 13.
Instituto geológico de México. — «Boletín», n. 15.
Instituto Médico-Farmacéutico. Barcelona. — «Acta de la Sesión pública
inaugural del curso de 1900-1901».
- «ídem de la Sesión del curso de 1901-1902».
Instituto Paraguayo. Asunción. — «Revista». Año iv, núm. 36.
Jardín Botánico de Tiflis. Cáucaso. — «Libro v» (en ruso); vi, cuaderno
primero. (Comprende la Flora Caucasi de Lipsky, W.)
Laboratorio ed Orto botánico. Siena. — «Bullettino». Anno quarto; quin-
to, fase, i— ni.
Musée national Hongrois. Eudapest. — «Termeszetrajzi Füzetek». Vol. xxv,
part. i-iv.
44 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
MUSÉE ZOOLOGIQTJE DE l'AcADÉMIE 1MPÉBULE DES SCIENCES DE St. PÉTERS-
bourg. — «Annuaire». Tome vi, n. 2-4; vn, n. 1-2.
Müseí di Zoología ed Anatomía comparata della R. Universita di Tori-
no. — «Bollettino». n. 404-415.
Museo de la Plata. — «Revista». Tomo x, 1902.
Museo de Valparaíso.— «Revista chilena de Historia natural». Año v,
n. 10-12; Año vi, n. 1, 2.
Museo nacional de Buenos Aires. — «Comunicaciones». Tomo i, n. 10.
Museo nacional de Montevideo. — «Anales». Tomo iv, parte primera.
Museu Paraense. Para (Brazil). — «Boletim». Vol. ni, n. 1-2.
Muséum d'Histoire natürelle. París. — «Bulletin». Année 1901, n. 4-6.
MüSEUM OF CoMPARATIVÉ ZOOLOGT AT HARVARD CoLLEGE. CAMBRIDGE. —
«Bulletin». Geological series. Vol. v, n. 5-7 (Vol. xxxvm); xxxix,.
n. 1-4; xl, n. 1 3; xli, n. 1.
- «Annual Report». 1901-1902.
Naturhistorische Gesellschaft. Nürnberg. — «Jahresbericht». 1900.
- «Abliandlungen». Baud. xiv. 1901.
Oberling College. Ohio. — «Laboratory Bulletin, n. 11. Laboratory Direc-
tions for the study of Ampbioxus».
- «Laboratory Bulletin. n. 12. Winter studies of Birds in Lorain County,
Obio».
Ohio state University. Colombus. — «Thirtieth Annual Report». Series 5,
number 1. Year Ending June 30, 1900.
Physikalisch-medicinische Gesellschaft zu Würzburg. — «Sitzungs-Be-
ricbte». Jahrg. 1900, n, 5; 1901, n. 1-7; 1902, n. 1-2.
- «Verhandlungen». Band xxxiv, n. 7-11; Band xxxv, n. 1-3.
Real Academia de Ciencias y Artes dr Barcelona. — «Boletín». Vol. n,
n. 1-4.
- -Memorias». Vol. iv, n. 1-27.
- «Nómina del personal Académico». 1901-1902.
Real Sociedad geográfica. Madrid. — «Boletín». Año 1901, 3. o y 4.° trim.
Tomo xliv, Io et 2o trim. (1902.)
- «Revista de Geografía colonial y mercantil». Tomo n, n. 7-9; 12.
Royal Microscopical Society. London. — «Journal», n. 145-150.
Royal Physical Society. Edinburgh. — «Proceedings». Session 1900-1901 .
Sociedad científica «Antonio Álzate» México. — «Memorias y Revista*.
Tomo xv, n. 11 y 12; xvi, n. 1.
Sociedade BitOTERlANA. Coimbra. — «Boletim» . T. xvni, fase. 1-4 (1901).
Societa di naturalisti in Napoli. — «Bollettino». Volume xv.
Societa entomológica italiana. Firence. — «Bollettino». Anno xxxm (1901)
trim. ni e iv; Anno xxxiv (1902), trim. i e n.
Societa toscana di Scienze naturali. Pisa. — «Atti». Processi verbali,
Vol. xm (Gennaio, Marzo, Luglio, Novembre, 1901).
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 45
Societá toscana di Scienze natubali. Pisa. — «Memorie». Vol. XVIII.
SOCIETA DI SCIENZE NATURALI ED ECONOMICHE DI PaLERMO. — «Gioriiale di
scienze naturali ed econoruiche». Vol. xxxm (anno 1901).
SOCIETA ITALIANA DI SCIENZE NATURALI E MüSEO CÍVICO DI STORIA NATURALE.
Milano.— «Atti». Vol. xl, fase. 4.o (fogli 20-27); xli, fase. l°-3.° (fo-
gli 1-25).
Societas entomológica RossiCA. — «Horae». Torno xxxv, n. 3-4.
Société botaniqüe de France. París. — «Bulletin». Torne xlviii (Session
extraordinaire en Corsé. Mai-Juin (lere partie); xlix, 1-7; xlv, n. 10.
- « Session extraordinaire á Hyéres (Var), May 1899>. (deuxiérne et der-
niére partie).
Société botaniqüe de Copenhague. — «Journal de botaniqüe, Botanisk
Tidsskrift», Tome 24, fascicule 3.
Société des Sciences naturalles de l'ouest de la Frange. Nantes. — «Bu-
lletin». Tome i (2eme serie), 1er et 2e trimestres.
Société entomologique de Belgique. Bruxelles. — «Annales». Tome xliv,
n. xii-xiii; xlv, n. xii-xm; xlvi, n. i-ix, xi.
Société entomologique de Stockolm. — «Entomologisk Tidskrift». Arg. 22.
Háft. 1-4; Arg. 23. Háft. 4.
Société entomologique suisse Schaffausen. — «Bulletin». Vol. x. Heft. 9.
Société géologique de France. París.— «Bulletin». Tome xxvn (3me serie),
n. 6; T (4me serie), n. 1-4; n (4me serie), n. 1.
Société hollandaise des sciences a Harlem. La Haya. — <Archives Néer-
landaises des Sciences exactes et naturelles». Tome iv (serie u), 4"
et 5e livraison; Tome vn (serie n), ler-5e livraisons.
Société impériale des naturalistes de Moscou. — «Bulletin». Année 1902,
n. 1-4.
Société linnéenne de Bordeaux. — «Actes». Volume lvi (6e serie vi).
Société linnéenne du Uord de la France. Amiens.— «Bulletin». Tome xv,
n. 323-332.
Société ouralienne d'Amateurs des sciences naturelles. Ekaterinembürg.
«Bulletin». Tome xxn (1901).
Société Royale malacologique de Belgique. Bruxelles. — «Annales».
Tome xxxv.
Société scientifique du Chili. Santiago.— «Actes». Tome xi, 2erae-5eme li-
vraisons.
Société zoologique de Frange. París. — «Bulletin». Tome xxvi.
Société zoologique suisse et Musée d'Histoire naturelle de Geneve. —
«Revue suisse de Zoologie». Tome 9, fase. 3 et dernier; 10, fase, i, 2
et dernier.
The American Naturalist. Boston.— Vol. xxxv, n. 420; xxxvi, n. 421-
429, 431.
The Canadian Entomologist. London. — Vol. xxxm, n. 1-12; xxxiv, n. 1-12.
46 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
The Wilson Bulletin. Oberlin Ohio. — Vol. ix, n. 1-3.
Universitt of Colorado Stüdies. — Vol. i, numb. i.
Université de Tolouse. — Archives de Zoologie experiméntale et genérale.
París.— Tome 8e (3me serie, 1900), n. 4. Tome 9e (3me serie, 1901), n. 2-4.
Tome 10e (3.me serie, 1902), n. 1.
- «Notes et revue». Tome ix, n. 3-5.
Wisconsin Geological and Natural History Sdrvey. Madison. — «Bulle-
tin>. N.o vil (part. i) (Economic series, n.° 4).
Zoologisch-botanischeGesellschaft. Wien. — < Verhandlungen>. BandLi,
Heft 9-10; Band lii, Heft 1-9.
Zoologischer Anzeiger. Leipzig.— Números 646-650; 652-674.
Como donativo.
S. M. F. D. Carlos de Braganca. — «Campagnes scientifiques accomplies
sur le yacht Amelia*. Bulletin. Vol. i, fase. i.
S. A. S. le Prince Albert Ier de Monaco.— «Notes de géographie biologi-
que marine. Communication faite au VÍIeme congrés international de
géographie á Berlín en 1899 >. Berlin, 1900.
- «Résultats des campagnes scientifiques accomplies sur son yacht».
Fase. xix. Étude de fonds marins provenant du voisinage des Acores
et de la portion oriéntale de l'Atlantique nord. Monaco. 1901. Fasc.xx.
Alcyonaires provenant des campagnes de l'Hirondelle. Monaco,
1901. Fase. xxi. Holothuries provenant des campagnes de la «Prin-
cesse Alice». Monaco, 1902.
- «La troisiéme campagne scientifique de la Princesse Alice lle (Acadé-
mie des Sciences de Paris, 1 902.)
- i Campagnes scientifiques. Histoire des voyages». Cartes, m-v.
(Don. de S. A. S.)
Agdilar (Cipriano). — «Miocénico lacustre de la comarca bilbilitana». (So-
ciedad española de Historia natural. 1902).
André (Ernest).— «Hyménoptéres du Delagoa. Mutilles». (Soc. Vaud. Scien-
ces nat. 1899.)
- Diagnoses d'insectes recueillis par l'expédition antarctique belge».
(Soc. entom. de Belgique, 1900.)
- Matériaux pour servirá la connaissance des Mutillides d'Afrique>.
(Zeitschrift für Hymenopterologie und Dipterologie, 1901.)
- Sur la femelle probable de l'Anomma nigricans 111. (Hyménoptére).
(Bul!, du Museum d'Histoire nat., 1900.)
- «Descriptions de quelques espéces et varietés nouvelles de Mutilles
d'Amérique, appartenant au Musée civique de Genes». 'Zeitschrift
für Hymenopterologie und Dipterologie, 1901.)
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 47
André (Ernest). — «Description de cinq nouvelles espéces de Mutilles de
Madagascar. (ídem, 1901.) (Don. del autor.)
Aragón t Escacena (Federico). — «Breve estudio antropológico acerca del
pueblo maragato». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Arechavaleta (J.)—< Flora Uruguaya» (pág. 57 á final)? (Don. del autor.)
Artigas y Teixidou (Primitivo).— «Noticia necrológica de D. Máximo La-
guna y Villanueva». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Ayuntamiento de Madrid. — «Estadística demográfica». Enero-Junio.
- «Resumen del año 1901». (Don. del Excruo. Ayuntamiento.)
Bedel (L.) — Catalogue raisonné des coléoptéres de Tunisie. l.er partie. Ci-
cindelidfe. Staphylinidaa». Paris, 1900.
- «Descriptions et mceurs d'un nouveau genre de curculionides de Fran-
ce». (Soc. entom. de France, 1902.) (Don. del autor.)
Bibliothéque de feü Alphonse Milne-Edwards. París. — «Troisiérne cata-
logue». Paris, 1902.
Blanchard (Raphilel). — «Hirudineen». Hamburg, 1900.
- «Notes historiques sur la peste». (Archives de Parasitologie, 1900.)
- «Notes de parasitologie sino-japonaise». ídem, 1900.
- «Transmission de la filariose par les moustiques». ídem, 1900.
- «Nouveau cas de Filaría loa*. ídem, 1899.
- «Instructions a l'usage des médecins, des naturalistes et des voyageurs,
rédigées au nom de la commission du paludismo». Paris, 1900.
- «Notes sur la faune du Haut-Tonkin, IV Nouveau type d'hirudinée
(Torix Mirns)>. (Bulletin scientifique de la France et de la Belgique,
1898.) (Don. del autor.)
Bois (D.)— «La récolte et l'expédition des graines, et des plantes vivantes
des pays chauds». (Revue des cultures coloniales, 1902.)
- Une nouvelle espéce de Cotoneaster du Yunnau, le Cotoneaster Fran-
cheli». (Revue Horticole, 1902.)
- «Notice nécrologique sur M. le Professeur Mussat, ancien Vice-prési-
dent de la Société nationale d'Horticulture de France». (Soc. d'Hor-
ticulture de France, 1902.)
- «Tableau synoptique des principaux genres d'Orchidées cultivées».
(ídem, 1902.) (Don. del autor.)
Bolívar (Ignacio).— «Ortópteros nuevos de España». (Soc. esp. de Histo-
ria natural, 1902.)
- «Un nuevo ortóptero mirmecófilo Attaphila Bergi-n. (Museo nacional de
Buenos-Aires, 1901.)
- «Contributions a l'étude des Pbaneropterinaa de la Ncuvelle-Guinée,
appartenant au Museum national de Budapest». (Termeszetrajzi Fü-
zetek, 1902.)
- «Apuntes para el estudio de los Pérlidos de España». (Soc. esp. de
Hist. nat., 1902.)
48 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Bolívar (Ignacio). — «Les Orthopteres de St. Joseph's, collége á Trichino-
poly (S. de l'Inde)». (Soc. entom. de France, 1902.»
- «Nuevo Helioscirtus de Río de Oro>. (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
(Don. del autor.)
Bolos (Ramón). — «Necrología de D. Estanislao Vayreda y Vila». Olot, 1901.
(Don. del autor.)
Bombicci (Prof. Luigi). — «Di un sensibile aumento di volume, negli aghetti
di Rutilo (Sagenite) difíusi nei limpide cristalli di Quarzo». Bolog-
na, 1901.
- «Alcune obbiezioni circa i supposti cristalli liquidi ed i pretesi cristalli
viventi». Bologna, 1901.
- «Sui probabili irodi di formazione di cristalli di granato». Bolog-
na, 1902.
- Sulle cause probabili delle eruzioni vulcanicbe delle isole Martinica é
San Vicente». (Del periódico de Bolonia II Resto del Carlino, Mag-
gio, 1902.) (Don. del autor.)
BoscÁ t Casanoves ÍE.) — «Notas sobre un Megaterio existente en Valen-
cia». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Cabrera Latorre (Ángel). — «Nota sobre el verdadero habitat del Myotis
Thomasi*. (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
- «Sobre un Gtobicephalus encontrado en la costa del Mediterráneo».
ídem.
Calderón (Salvador). — «La atacamita de Chile». (Revista chilena de His-
toria natnral, 1902.)
- Estudio biográfico crítico, ilustrado con reproducciones de fotografías
científicas de D. José Macpherson». (De la Revista Nuestro Tiempo).
Madrid, 1902. (Don; del autor.)
Cannaviello (Prof. Enrique). — «Contribución al estudio de los microlepi-
dópteros de la Italia meridional». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Casares Gil (Antonio). — «Catálogo délas muscíneas de los alrededores de
Barcelona». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Charpentier (T ) — «Libellulinae europaeae». Lipsiae, 1840.
(Don. del Sr. Mercado.)
Chevreux (Ed.) — «Diagnose d'un crustacé amphipode nouveau de la fami-
lle des Stenothoide* . (Soc. des Amis des Sciences naturelles de Rouen,
1901.)
- «Amphipodes des eaux souterraines de France et d'Algerie». (Soc. zoo-
logique de France, 1901.)
- «Mission scientifiques de M. Ch. Alluaud aux iles Sechelles. Crustaces
amphipodes». ídem.
- «Amphipodes recueillis par la Melita sur les cotes occidentale etineri-
dionale de Corsé». (Association Francaise pour l'Avancement des
Sciences, 1901,) (Don. del autor.)
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 49
Cohén (E.) — «Das Meteoreisen von N'Goureynia, unweit Djeune, Provinz
Hacina, Sudan. Greifswald. 1902.
- «Ueber ein Meteoreisen von Mukerop, Bezirk Gibeon, Grossnaina-
land». Stuttgart, 1902.
- «Das Meteoreisen von Rafrüti im Eranienthal, Cantón Bern, Schweiz».
(Mittheilungen des naturwissenschaftlichen Vereins, 1902.)
(Don. del autor.)
Dangeard (P. A.) — «Le Caryophysérne des Eugléniens». (Extrait du Bota-
niste. París.) (Don. del autor.)
Delacroix (Dr. G.) — «La graisse, rnaladie bactérienne des haricots>. Nan-
cy, 1899.
- <Sur la rnaladie des QEillets produite par le Fusarium Dianthi». Prill et
Delacrois. (Académie des Sciences de París, 1900.)
- Contríbution á l'étude d'une rnaladie nouvelle de la Pormne de terre
produite par le Bacillus salanincola, nov. sp.» ídem.
- «Sur une rnaladie bactérienne de la Pomtne de terre». ídem.
- «Sur une forme conidienne du champignon du Black-rot Guignardia
Bidwellii (Ellis), Víala et Ravar». ídem.
- «Rapport sur les traitement á appliquer aux maladies qui attaquent le
chapignon de conche, dans les environs de París». (Bull. du Minis-
tére de l'Agriculture, 1901.)
- «Les Ennemis et les Maladies du Théier». (Journal d'Agriculture Tro-
picale. París, 1902.)
- «Rapport sur une rnaladie bactérienne nouvelle de la Pomme de
terre». (Bull. du Ministére de l'Agriculture. París, 1902.)
(Don. del autor.)
Delacroix et Prillieux.— «Maladie des branches des Muriera de la Tur-
quie d'Europe». (Comp.-rend. de la Académie de Sciences de Pa-
rís, 1897.)
- «La jaunisse, maladie bactérienne de la Betterave». ídem, 1898.
- sLes maladies des noyers en France». (Bull. du Ministére de l'Agricul-
ture. París, 1898.)
- «Sur une maladie des raisins des vigues du Caucase». (Comp.-rendu
de l'Académie des Sciences de Paris, 1900.)
- «Rapport sur une maladie des pruniers dans l'arrondissement de Vil-
leneuve-sur-Lot». (Bull. du Ministére de l'Agriculture. París, 1900.)
(Don. de M. Delacroix.)
Département d'Immigration et du Bureaü d'Informations et Echanges.
Asunción (Paraguay).— «Revue mensuelle du Paraguay». Vol. i, nú-
meros 8, 9, 11; 2eme année, n. 4-5.
Dusmet y Alonso (José María).— «Noticia de lo publicado en 1901 sobre
Entomología de España». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
Fernández Cavada (Pedro). — «Páginas útiles: Apuntes importantes para
T. ni.- Enero, 1903. 4
50 KELACTONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
servir de base á la formación de los Museos escolares». Santander,
1902. (Don. del autor.)
Fernández Navarro (L.)— «Cristalografía». Barcelona, 1902. (De la Biblio-
teca Soler). (Don. del autor.)
Flamand (G. B. M.) — «Sur la position géographique d'ln-Salah oasis de
l'archipel touatien (Tidikelt) Sahara central». (Académie des Scien-
ces de Paris, 1902.) (Don. del autor.)
Fournier (Gervasio). — «La raza negra es la más antigua de las razas hu-
manas». Valladolid, 1901. (Don. del autor.)
Fuente (José María de la). — «Datos para la fauna de la provincia de Ciu-
dad Real». (Soc. esp. de Hist. nat, 1902.)
Gallardo (Ángel).— «Interpretación dinámica de la división celular». Bue-
nos Aires, 1902. (Don. del autor.)
García Mercet (Ricardo). — «Sobre la emisión de sonidos por las mutilas*.
(Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
- «Nota sobre algunos Crisídidos de Siria». ídem.
Gaudry (Albert). — «Sur la similitude des dents de l'homme et de quelques
animaux». (Extrait de L'Anthropologie, 1901.) (Don. del autor.)
Gcérin (E.) et Percheron (A.) — «Genera des Insectes». (Un tomo con 60
láminas coloreadas.) Paris, 1835-1838. (Don. del Sr. Mercado.)
Girard (Maurice). — «Traite élémentaire d'Entomologie». Paris, 1873. (Tres
tomos y atlas con 117 láminas coloreadas). (Don. del Sr. Mercado.)
Hernández Pacheco (Eduardo). — «Apuntes de geología extremeña». Cáce-
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Jimeno (Hilarión). — «La miel de abejas». (Soc. esp. de Hist. nat., 1902.)
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Klapalek (Prof. F.)— «Tres pérlidos de España». (Sociedad española de
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DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 51
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52 RELACIONES DEL ESTADO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
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catalana d'Historia natural.)
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- «Notas entomológicas. VIL El Gen. Orthetrum en España». (Sociedad
esp. de Hist. nat, 1902.)
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Pardo Sastrón (José). — «Apéndice al catálogo de plantas de Torrecilla
de Alcañiz, datos que podrán servir para escribir el catálogo de
plantas de Valdealgorza». (Soc. esp. de Hist. nat., 1901.)
Piccioli (L.)— «11 castagno dal mioceno, a noi e le sue presentí varietá
colturali». (Soc. esp. de Hist. nat., 1900.)
- «Sulla maturacione biennale del cerro». (Soc. botánica italiana, 1901.)
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- «Monografía del castagno. Suoi caratieri, varietá, coltivazione, prodotti
é nemici». Firenze, 1902.
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Ramón y Cajal (Pedro). — «Algunas reflexiones sobre la doctrina de la
DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 53
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Lisboa. — «Boletiui». Quarta serie, n. 3. (Don. de la Asociación.)
Red meteorológica del Estado de México. Toluca, Mex. — «Boletín».
Tomo i, n. 8-13; Tomo, n n. 6.
Revista científica profesional. Barcelona.— Año V, n. 11.
(Don. de D. N. Duran.)
Revista de Farmacia Militar. Madrid.— Año i, n. 1-10.
(Don. de la Dirección.)
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Vatreda y Vila (E.) — Notas geográfico-botánicas. (Soc. esp. de Hist. nat.,
1897.)
El Bibliotecario,
Rafael Blanco y Juste.
Madrid, 1.° Diciembre de 1902.
BOLETÍN
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL
Sesión del 7 de Enero de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
Asisten los Sres Rivera (D. 'Emilio), de Valencia; R. P. Na-
vas, de Zaragoza; Becerra (D. Antonio), de Almería; Martínez
(D. Antonio), de Oviedo, y Aragón y Escacena (D. Federico), de
Astorga.
—El Sr. Pérez Zúñiga, que abrió la sesión, invitó en nom-
bre de la Junta directiva saliente á los señores socios eleg-idos
para formar la nueva á tomar posesión de sus puestos.
— El Presidente, Sr. Espejo, manifestó en breves, pero elo-
cuentes frases, su reconocimiento por la distinción que le
había concedido la Sociedad designándole para aquel puesto,
al que no se creía acreedor, á pesar de formar parte de ella
desde 1875, en que fué invitado con este objeto por el inolvi-
dable botánico D. Miguel Colmeiro. Dos propósitos se propone
realizar durante su presidencia: colaborar con todas sus fuer-
zas á las tareas de la Sociedad y al desarrollo y engrandeci-
miento de la misma; opina que es altamente laudable que la
Sociedad haya alcanzado la importancia que hoy tiene y haya
realizado los fines que se propusieron sus fundadores con sus
propios recursos y sin auxilio alguno del Estado, pero cree
que después de haber dado esta prueba de vitalidad y de en-
tusiasmo debe recabar aquel auxilio para aspirar á mayores
resultados; así es que estima conveniente obtener se declare
de utilidad pública á nuestra Sociedad por lo que contribuye
al desarrollo de la cultura nacional, y procurar que el Estado
56 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
la auxilie siquiera no sea con esplendidez, y que á estos dos
fines ha de consagrarse durante su presidencia.
Tales, dijo, eran sus propósitos, que si no llegan á reali-
zarse, no será ciertamente por negligencia ni culpa suya. La
Sociedad oyó con satisfacción y repetidas muestras de asenti-
miento lo dicho por el Sr. Espejo.
Propuso después el Sr. Presidente un voto de gracias para la
Junta saliente, el cual fué aprobado.
Aprobación de cuentas. — La Comisión de revisión de cuentas
presentó el siguiente dictamen, que leyó su Presidente D. Jor-
ge Lauffer:
«Designados los firmantes en la sesión anterior de la Socie-
dad española de Historia natural para examinar las cuentas
presentadas por el Sr. Tesorero de la misma, se reunieron en
el local donde se celebran las sesiones y examinaron las cuen-
tas, que concuerdan con sus comprobantes, y por lo tanto en-
tienden que deben ser aprobadas.
»Ascendieron los ingresos por todos conceptos á pesetas
6.557,27, y los gastos á pesetas 5.676,64, quedando un saldo á
favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de pesetas 880,63.
Existen además créditos á favor de ésta en ig'ual feclía por
pesetas 2.167,31.
>,A1 mismo tiempo se atreven á proponer un voto de gracias
para el Sr. Bolívar, que con tanto celo como inteligencia des-
empeña tan penoso cargo, así como para el Vicetesorero, señor
García Várela, que con igual acierto le secunda.
» Además, entienden que debe hacerse extensivo nuestro
agradecimiento á los Sres. Tesoreros de las Secciones y á las
personas que hayan facilitado las g'estiones de Tesorería.
»Madrid 5 de Enero de 1903. — ,/. Laufer. — Ángel Cabrera
Latorre. — Abelardo Bartolomé y del Cerro».
La Sociedad aprobó el dictamen y el voto de gracias á los
Sres. Tesoreros de las Secciones, Sres. Rivas Mateos, del Mazo y
Gila, y á los Sres, D. Emilio Rivera, de Valencia, D. Pedro Ca-
vada Somolino, de Santander, y D. Antonio Eleizegui, de San-
tiago, á quienes la Sociedad es deudora de señalados servicios
tan desinteresados como asiduos.
Correspondencia.— Se leyó una carta del Sr. Bibliotecario del
DE HISTORIA NATURAL. 57
«American Museum of natural History», de Nueva York, pi-
diendo un ejemplar de nuestro Boletín, año 1901, proponiendo
el cambio de publicaciones con nuestra Sociedad, y acompa-
ñando una lista de los trabajos que han aparecido en su Bo-
letín,- acordándose informara, como es costumbre, la Junta
Directiva.
Leyóse á continuación un oficio de D. Eugenio Ferrer, de
Tarrasa, dando gracias por su admisión, y una carta de D. Juan
Cáceres, de Cartagena, en la cual participa el fallecimiento
de su padre político D. Bartolomé Sánchez Zamora, que figu-
raba en la lista de socios, en recuerdo de su malogrado hijo
D. José Sánchez Gómez, noticia oída con sentimiento, que se
acordó expresara el Sr. Bolívar al mencionado Sr. Cáceres.
Admisiones.— Quedaron admitidos como socios la Compañía
general de Tabacos de Flipinas, residente en Barcelona, y la
Facultad de Ciencias de Oviedo, presentadas en la sesión ante-
rior por el Sr. Bolívar.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Dusmet presenta un trabajo
del Sr. Seebold titulado «Himenópteros de España», y ofrece
varios ejemplares por encargo del mismo señor de una noti-
cia necrológica del Sr. O. Staudinger, de que es autor, y que
se repartieron entre los socios presentes.
—El R. P. Navas manifiesto que había estudiado los Odona-
tos recogidos por el Sr. Font en Río de Oro, y que había reco-
nocido en ellos al DipJax fonscolombei Sélys, y el Cyrtosoma
ephippifferum Burm. Esta última especie representada por un
solo ejemplar rf está muy difundida por toda África, Arabia,
India y sus islas. El Sr. Martín («Odonates des iles Séchelles
1896») cree que los ejemplares cogidos en Europa son viajeros
que venían de lejos. No lo ha visto citado en España pero posee
un ejemplar de Calella (Cuní). El mismo señor ofrece dos notas
suyas sobre «Exploración de la cueva de Sierra de Riela (Zara-
goza)» la una, y sobre neurópteros de España, continuación de
sus «Notas entomológicas» la otra; para esta última entregó
un cliché que representa la Notochrysa stigmatica Rb.
—El Sr. Bolívar presenta dos notas de los Sres. García Mer-
cet y García Várela sobre Insectos curiosos ó nuevos de los
órdenes de los himenópteros y de los hemípteros , pasando
58 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ambas á la Comisión de publicación, así como otras dos suyas
sobre asunto también entomológico.
— El Sr. Cabrera dijo que habiéndose descubierto reciente-
mente restos de mastodonte en las cercanías de Madrid en sitio
próximo á la estación del tranvía del Pacífico, había acudido
presuroso al referido sitio, obteniendo algunas fotografías que
habían sido publicadas en el semanario Alrededor del Mundo,
pero que estando presente el Sr. Azpeitia, que también los
había visto y estudiado, podría dar alg-unas noticias sobre tan
interesante hallazgo.
— El Sr. Azpeitia dijo que aunque no traía el propósito de
hablar en esta sesión del asunto referido, accediendo ala invi-
tación diría solo por ahora algunas palabras, á reserva de am-
pliarlas cuando termine el estudio de dichos hallazgos y de
otros anteriores hechos en el mismo sitio ó en otros próximos,
ofreciendo á petición del Sr. Presidente resumir en una nota
lo que acababa de exponer.
—El Sr. Gredilla presentó un trabajo sobre la excursión rea-
lizada por el Museo de Ciencias naturales á Andalucía durante
las últimas vacaciones de Semana Santa, y en el que se enu-
meraban las plantas recolectadas, acordándose también pasara
á la Comisión de publicación.
. Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 4 de Diciem-
bre de 1902, bajo la presidencia de D. Carlos Ferrer.
Por ausencia del Sr. Secretario, D. Marcelo Rivas, le susti-
tuye el Vicesecretario D. Manuel Carbó.
—Se procedió á la elección de la Junta que ha de regir du-
rante el año 1903, quedando constituida de la manera siguiente:
Presidente, D. Carlos Ferrer.
Vicepresidente, D. Carlos Calleja.
Tesorero, D. Ignacio Tarazona.
Secretario, D. Marcelo Rivas Mateos.
Vicesecretario, D. Manuel Carbó y Domenech.
—Fueron presentados como socios numerarios: D. Gustavo
Pittaluga, D. Jesús Romero Masó y D. Manuel Saforcada Ade-
ma, el primero presentado por D. Odón de Buen y los dos últi-
mos por D. Manuel Llenas.
—Quedó admitido como socio D. José Sueiras Olane, presen-
tado en la sesión anterior.
DE HISTORIA NATURAL. 59
—El Sr. Aranzadi dio lectura de una nota titulada «Primera
lista de nombres catalanes de hongos (bolets)», y el Sr. Ferrer
(D. Jaime) de otra referente á «Materiales para la Fauna ictio-
lógica de las Baleares».
—El Sr. Pi y Suñer presentó una «Nota acerca de una parti-
cularidad de la contracción muscular en la rana (La inexcita-
bilidad muscular)», trabajo realizado en el Laboratorio de
Fisiología de la Facultad de Medicina de Barcelona.
—Fué presentado el siguiente presupuesto para 1903:
Gratificación al mozo Victoriano Gofii .... 60 pesetas.
Déficit del presupuesto anterior 9 —
Sellos de franqueo y gastos de giro 15 —
Papel y objetos de escritorio 6 —
Total 90 —
La Sección de Sevilla celebró sesión el día 19 de Diciembre
de 1902 bajo la presidencia de D. Julio Ferrand.
— Se hizo una presentación de socio numerario.
—Se dio lectura á una nota remitida desde Huelva por el
Sr. Barras, titulada «Excursión á Gerena».
—El Sr. Miquel presentó una perla irregular de oriente
rojizo, encontrada en un Unió, recogido por él en el río Gua-
daira, y otro ejemplar de otra especie del mismo género con
una perla en formación. La particularidad del hallazgo está
en corresponder ambas especies al subgénero Limnium Oken.
emend., y no al Martjaritana Schumb., que es el que con más
frecuencia produce perlas.
También presentó unos ejemplares procedentes de Sanlúcar
de Barrameda, de conchas semi-internas de Parmacella, que
por ignorar la manera de haber sido encontradas no puede
saberse si son ó no fósiles, pues este género habita actual-
mente la región mediterránea. Con este motivo se extendió en
algunas consideraciones sobre dicho limácido, comparándolo
con un ejemplar completo de una TestaceUa recogida en las
cercanías de Sevilla.
— El Sr. Crú mostró un ejemplar del Calamoherpe cisiicola
O. des Murs., y otro del Turclus cyaneus L. , cogidos en Sierra-
Morena. Tanto uno como otro merecen citarse por su rareza
en nuestro país.
GO BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
También presentó el mismo señor una curiosísima ninfa en
estado viviente que verifica su desarrollo sin haber formado
capullo, y ofreció redactar una nota sobre ella en la próxima
sesión.
— Procedióse luego á la elección de Junta directiva para
el próximo año de 1903, y por aclamación fueron elegidos los
siguientes señores:
Presidente: D. Julio Ferrand y Couchoud.
Vicepresidente: D. Manuel Miquel é Irizar.
Tesorero: D. Enrique Crú y Marqués.
Secretario: D. Federico Chaves y Pérez del Pulgar.
Vicesecretario: D. Mig-uel de Bago y Rubio.
Se acordó para el año venidero el siguiente presupuesto:
Sobrante del presupuesto anterior 5 pesetas.
Mozo repartidor para 1903 30 —
Total 35 —
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 27 de Diciem-
bre de 1902, bajo la presidencia de D. Hilarión Jimeno, to-
mando posesión de sus cargos los señores que componen la
nueva Junta directiva, y pronunciando con tal motivo los
Presidentes saliente y entrante elocuentes discursos, encami-
nados á manifestar sus propósitos bien decididos en apoyo de
esta Sociedad, con la presentación de trabajos y de nuevos
socios , á lo que se adhirieron todos los individuos de la
misma.
—El Sr. Ramón y Cajal (D. Pedro), dio las gracias en nom-
bre de los de la Junta directiva, por haber sido designados
para los cargos que ocupaban.
—Terminada la lectura de las actas de las Secciones el
Sr. Presidente puso á votación los presupuestos presentados
por las de Barcelona y Sevilla, los cuales fueron aprobados.
DE HISTORIA NATURAL. 61
Notas y comunicaciones.
Species Acantliaspidi (snb-generis Tetroxia A. et S.)
POR
D. ANTONIO GARCÍA VÁRELA.
Acantliaspis (Tetroxia) Escaleras sp. nov. — Corpus elong ato-ova -
tum, nigrum. Capul longius quam lalius, pone oculos graciles-
ceas. Antcima? rubro-testacea , articulo secundo basi apiceque
fusco. Rostrum nigrum, articulo secundo primo brcriore. Thorax
niger; pronoli lobo antico spinis duabus discoidalibus ármalo,
lobo postico quadrispinoso. Scutellum nigrum ápice spina obliqua
sursum rergente, ápice leviler cúrvala armatum. Pedes rubro-testa -
cei, pilosi; basi apiceque femorum libia runque.J itsris. Heme) 'gira
nigra, basi imma maeulaque rotundata corii stramineis; mem-
brana a igra apicem versus pallida; cenis concoloribus. Abdomen
nigrum; conex'ni segmenlis iestaceis, ápice fascia ¡tigra ornatis.
Long. 20 mili.
Kamerun. (Coll. Escalera.)
Acanthaspis (Tetroxia) affinis Schouteden. — Wiener Entomolo-
gische Zeitung-. 1902. Jalir. xxi, pág*. 211. África Orientalis:
Skuta (Coll. Schouteden). Congo: Niam-Niam, et Popocabacca
(Mus. Hist. nat. Belg\).
Descriptioni Schoutedeni addendutn: anteance flavo-testacem,
articulo primo uec non articulo secundo basi apiceque nigris.
Kamerun. (Coll. Escalera.)
Acanthaspis (Tetroxia) Eeauvoisi Fairmaire.—ln Thomson.
Arch. Ent. n, p. 311 (1858). Guinea.
Acanthaspis (Tetroxia) spinifera Beauvois. — Ins. p. 15, Hem.
pl. i, fig-. 4 (1805). Benin, Kamerum. (Coll. Escalera.) Cabo San
Juan. (Mus. Madrid.)
Dispositio specierum.
A Membrana venis testaceis.
a Prothorace sericeo-nitido, pallide-rubro
A . Beauvoisii Frm .
b Prothorace opaco A, affinis Schout.
62 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
B Membrana venís concoloribus.
a Prothoracis lobo antico, maculisque tribus lobi postici
testaceis A . spinifera P. B.
I) Thorace toto nig*ro A. Escalera G. Var.
Notas geológicas
EL R. P. LONGINOS NAVAS.
II.
La cueva de la Sima en Riela (Zaragoza) .
Como simple nota g-eológica local, y sin atribuirle importan-
cia científica, voy á comunicar á la Sociedad la visita que hice
á la cueva de la Sima en Riela, invitado y acompañado por
D. Luís Vallino, propietario en la referida población.
Conocida en la localidad desde no muy antiguo, y debido
su descubrimiento á un crimen, no figura la cueva de la Sima
en el Catálogo de las cavernas y simas de España de nuestro
consocio D. Gabriel Puig y Larraz. Es una, la mayor y más
variada de tres que se hallan en la Sierra de Riela, propie-
dad de la señora condesa de Guerrero, al occidente de la po-
blación.
Su yacimiento es en las calizas liásicas, que en aquella parte
tienen buzamiento meridional, una de cuyas fisuras ó grie-
tas constituye la boca ó entrada, que es un espacio alargado y
estrecho situado entre rocas. Su dirección es próximamente
de E. á O. Por ser la primera parte de la caverna una verda-
dera sima, se le ha dado el nombre que actualmente lleva.
El suelo de esta primera porción, formado por arcilla y de-
tritus calizos, está en pendiente rápida desde E (véase la
figura) hasta el fondo O, en que se bifurca ó más bien se agu-
jerea, pues ag*ujeros parecen las entradas á los brazos ó ramas
laterales.
La sala principal S, que se ve á la derecha, tiene el suelo
muy regular, erizado de grandes peñascos, desprendidos in-
dudablemente del techo, y también es muy desigual y peñas-
cosa la primera porción de la g-aleríai?, siendo mucho más
DE HISTORIA NATURAL.
63
regular y casi llano lo restante de la misma, así como la de
su accesoria paralela D en plano superior á la que se penetra
por una ventana F. Casi llano es asimismo el pasadizo C, y en
ascenso la galería A de la derecha. La inspección de la figura
hace innecesarias más explicaciones.
Como se ve, esta cavidad puede colocarse entre las mixtas,
siendo sima en su primera porción EOy caverna en lo res-
tante.
Su extensión es de 15,5 m. de longitud la parte correspon-
diente á la sima, y de unos 80 m. la rama derecha, extendién-
dose la izquierda hasta 100; debiendo, por sus dimensiones,
clasificarse entre las medianas, si así apellidamos las que ex-
ceden de 100 m. de longitud y no llegan á un kilómetro.
Su origen se debe, á no dudarlo, al agua que, filtrándose
por el suelo, se lleva las susbtancias terreas más desmenuza-
das, y produciendo huecos da origen á sucesivos hundi-
mientos.
Para decir algo de los mura dores habituales de la caverna,
ya al pie de la escalera que descolgamos para la entrada se
presentó á nuestra vista un enorme sapo Bufo vulgaris Laur.,
que á todo andar procuró esconderse al ser sorprendido por
nuestra inesperada presencia, y en el mismo sitio se levanta-
ban del fresco suelo bellísimos heléchos, lengua de ciervo,
Scolopendrium officinale Sm., como no recuerdo haberlos visto
en Aragón. Y en la parte alta de la boca los liqúenes Verruca-
ria Sellaren El. Fr. y Toninia candida Web., nada vulgares,
abundaban. Otras plantas menos dignas de atención, Adian-
thum, Ceterack, Polygala, etc., adornaban con su verdor y ma-
64 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
tices las pétreas paredes de aquel recinto. Mientras que con el
P. Eugenio Saz, mi compañero de excursión, explorábamos la
sala y galería de la derecha, oímos de repente un sordo y pro-
longado ruido como de viento precursor de tempestad que
sobre nuestras cabezas se cernía. Levantando la vista y luces
de esperma que llevábamos, vimos que se debía á una nube
de centenares de murciélagos que revoloteaban por aquellos
antros. Era que el guía Dionisio Canela, y el peón Raimundo
Casas, entrándose en la rama izquierda, habían turbado el re-
poso de aquellos quirópteros que en grandes colgajos pendían
de los techos, y desalojados súbitamente de lo más profundo
de sus moradas en tropel se venían despavoridos hacia nos-
otros. Cogidos algunos por los mozos y por los niños Luís y
Grato, hijos del Sr. Vallino, á pedradas y á palos, se vio que
pertenecían todos á la especie Vespertilio mystacimis Leisl., y
estaban plagados de parásitos. Su guano es buscado por los
labradores en invierno para abonar sus campos. Dejo los Pte-
rophorus y otros lepidópteros nocturnos que en dicha caverna
se refugian, de los que vimos varios, y los insectos ciegos ó
cavernícolas, si los hay, ya que no pude hallarlos, por más que
escudriñé con diligencia.
Solo mencionaré, entre los minerales, unos bellos grupos
de cristales de calcita que en lo más profundo de la galería
izquierda hallamos.
Tanto á la ida como á la vuelta, pasamos por el llamado
barranco de las conchas, á causa de la multitud de fósiles que
en él se encuentran, y de que cogimos algunos, tanto en sus
laderas como en el collado inmediato. Con esta ocasión, y para
no dejar tan desnuda de "datos científicos mi narración, men-
cionaré las especies recogidas así aquel día (18 de Julio de 1902),
como en otra excursión que verifiqué en compañía y á instan-
cia de D. Pedro José Vera, propietario de Riela, por los años
de 1895. Y aún habré de añadir los que el mismo señor me
envió generosamente al Colegio del Salvador de Zaragoza, en
cuyo Museo se ven como uno de sus más ricos y preciados
adornos.
Pertenecen todos al liásico, tan bien estudiado por nuestro
consocio D. Pedro Palacios en su «Reseña de la región SO. de
la provincia de Zaragoza». Los materiales por mí acumulados
nada añaden á la geología estratigráfica de la región, pero sí
DE HISTORIA NATURAL. 65
y mucho á la paleontología, por el número, algún tanto consi-
derable, de especies que enumero. Debo, empero, antes adver-
tir que, algunas, especialmente los Amonítidos, se encuentran
más bien hacia el NO. de la población, por cuyos cerros y cam-
pos incultos y cultivados no escasean.
Finalmente, aunque no pertenezca á la geología, no dejaré
de mencionar el hallazgo del ortóptero Geomantis larvoi-
des Pant. , cerca de la cueva de la Sima, por citar esta nueva
localidad de tan interesante especie.
Lista de los- fósiles Músicos hallados en Riela (1).
Serpula tricristata Gold. — Sobre fósiles bivalvos.
Belemnites rehnanus Oppel.— De tamaños mediano y pequeño.
Abundantísimo en el barranco de las conchas.
Ammonites serpentinus Schlot., un ejemplar; radians Schlot.;
Actmon Orb.; thouarsensis Orb. ; bifrons Brug.; insignis Schub.,
un ejemplar; amiulatus Sow., abundante; tortilis Orb.? —
Ejemplares imperfectos.
Pleurolomaria jmneeps Des.; Perseus Orb.; anglica Defr.; preca-
toria Des.
Plicatula spinosa Sow.— Común.
My tilas siiblcevis Sow.: Sowerbyi Orb.
Pectén cequivalvis Sow.— Bellos ejemplares, especialmente uno
muy entero y con la impresión de la roca en que estaba ad-
herido.
Oslrea cymbiíiTii Lam.
Lima Hermani Voltz .
Cardinia hy brida Sow.
Pholadomya Ldea Orb.
Pleuromya unioides Roemer.— Escasa.
Terebratula quadrifida Lam., escasa; cornuta Sow., un ejem-
plar; subovoides Rcemer., abundante; Edwarsi Dav.; puncta-
ta Sow.; sub-pwicíata Dav., abundantísima.
Rynchonella tetraedra Sow., frecuente; variabilis Schlot., esca-
sa; varians Schlot., abundantísima en el barranco de las
conchas, donde recogimos algunos cientos.
Cribrospongia reticulata Gold. y parallela Gold.
(1) Los he determinado con el auxilio de la excelente obra «Sinopsis paleonto-
lógica de España», del Sr. Mallada, y con el consejo de dicho geólogo español, en
alguna duda que se me ha ofrecido. v
T. m.— Enero, 1903. 5
66 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Excursión botánica por las provincias de Sevilla y Cádiz
D. APOLINAR FEDERICO GREDILLA.
En la sesión celebrada por la Junta del Museo de Ciencias
naturales el día 19 de Marzo del año pasado , el Si*. Bolívar,
Presidente, propuso que como vía de ensayo, y siguiendo en
este punto lo preceptuado en el Reglamento, se nombrara
una Comisión de colectores botánicos á las órdenes de un jefe
de Sección, para realizar un viaje científico por algunas pro-
vincias andaluzas, aprovechando la circunstancia de ir en
compañía del distinguido catedrático de la Facultad de Far-
macia de esta corte, Sr. Lázaro é Ibiza, y de algunos amantes
á este ramo del saber, por este señor congregados.
La Junta no solo aprobó la idea sugerida por el Sr. Presidente,
sino que creyó debía ampliarse al ramo de Zoología (siempre que
el Museo contara con medios para ello), acordando finalmente,
y sin discusión, que la Comisión quedara constituida por los
Sres. Blanco y Várela como zoólogos, y el Sr. Aterido y el que
esto suscribe, jefe de la Sección de cultivos como botánicos.
Con estos antecedentes, y abreviando todo lo posible el relato
de los trabajos realizados durante el tiempo que media desde
el 21 de Marzo hasta el 1.° de Abril del año pasado que duró
la excursión, enumeraré la lista de las plantas recogidas, con la
cual, al mismo tiempo que perjeño estas cuartillas para dis-
traer un rato vuestra atención, satisfago, como corresponde,
á mis compañeros de la Junta, respecto al loable acuerdo que
afecta á nuestra misión en este punto.
Reunidos el día 21 y á la hora convenida, en la estación del
Mediodía, los Sres. Lázaro, Cerezo, Sobrado, Sadaba (hijo),
Gómez Pamo (hijo), Barras de Aragón, Bartolomé del Cerro,
Blanco, García Várela, Aterido y el firmante, montamos en el
tren-correo que conduce á Sevilla. Serían próximamente las
cinco de la tarde del día siguiente cuando llegamos á un apea-
dero llamado «El Empalme», distante inedia hora de Sevilla,
donde tuvimos que apear y montar nuevamente en el tren
de la Compañía andaluza, previamente preparado y en com-
DE HISTORIA NATURAL. 67
binación con el de Madrid, para seguir nuestra ruta hasta
Jerez.
A las ocho de la noche entrábamos en esta preciosa ciudad,
y después de cenar y pasear un breve rato por la población
para enderezar nuestras piernas, fuimos á descansar, alimento
necesario que repara las pérdidas que el hombre experimenta
durante la vigilia, acrecentadas en nosotros después de un
viaje en ferrocarril de veinticuatro horas.
Hermoso, espléndido y caluroso día amaneció en el pueblo
jerezano para nuestra primera excursión botánica; no se pue-
den olvidar las plantas que recolectamos, y entre ellas el Ophrys
Tricolor Desf., la Scrop/iularia sambucifolia L. , etc., ni tampoco
la caminata en carretera que tuvimos que dar para estar
libres de las muchísimas huertas y viñas cercadas por gran-
diosas y enmarañadas higueras chumbas, que como barreras
infranqueables resguardan la principal base de la riqueza je-
rezana.
Dos días duró nuestra estancia en este punto, sintiendo no
encontrar, por estar accidentalmente fuera, al insigne botá-
nico consocio nuestro Sr. Pérez Lara, á quien todos conocéis
por su Florula gaditana; pues con su valioso concurso y cono-
ciendo aquel terreno á palmos, nos hubiera indicado lugares
clásicos, donde la recolección hubiera sido más provechosa.
En la mañana del día 25 salimos de Jerez para el Puerto de
Santa María. Como ambos pueblos están cercanos, llegamos
en ferrocarril muy pronto, y pudimos aprovechar toda la ma-
ñana en recorrer las praderillas y arenales de la costa de esta
deliciosa villa, haciendo buen acopio de plantas y semillas
cuya enumeración insertamos á continuación de este bosquejo
de la excursión.
Por la tarde, y después de almorzar, nos encaminamos á
la estación ferroviaria, conduciéndonos el tren á Cádiz en bre-
vísimo tiempo. Ya en la ciudad, aprovechamos la mitad de la
tarde en buscar alojamiento, asunto no muy fácil de resolver
cuando se trata de hallarle en un mismo establecimiento para
diez individuos y por pocos días, y en recorrer la población,
que por cierto es de las ciudades más bonitas de España, res-
petando en primer lug'ar, y dicho sea de paso, á San Se-
bastián.
Por la mañana del día siguiente nos embarcamos para
€8 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Puerto Real; atravesamos sentados sobre cubierta parte de la
gran bahía de Cádiz, y una vez que hicimos pie en tierra, co-
menzamos nuestra peregrinación más importante por la región
andaluza.
Seguimos á pie por la carretera que conduce á San Fernan-
do, y aun cuando el día no se manifestaba muy satisfactorio-
por el bochorno y galerna que reinaba, no por eso desmaya-
mos. Escudriñamos los matorrales de los bordes del camino,,
internámonos en pinares y marismas, y coge por aquí, busca
por allá, recolectamos gran cantidad de ejemplares, y con las
prensas bien repletas, llegamos al anochecer á la estación de
San Fernando. Esperamos breve tiempo la llegada del tren , y
á las nueve próximamente estábamos de vuelta en la capital
gaditana.
Espléndido sol, como corresponde al cielo andaluz, iluminaba
el hermoso horizonte de Cádiz el día 27 de Marzo; convidaba
aquel mar bello á recorrer los murallas y playas de la preciosa
ciudad, y así lo hicimos; recolectando todo lo que estaba á
nuestro alcance y que fuera digno de conservarse en nuestra*
prensas botánicas y botes zoológicos, admirando de paso la
grandeza incomparable de aquella vista panorámica. ¡Y qué
vegetación tan distinta la que adorna aquellos lugares anda-
luces, máxime para el que, como yo, procede del Norte! Visita-
mos de paso el pequeño jardín de la Facultad de Medicina, y
me quedé asombrado teniendo á la vista el hermosísimo ejem-
plar ramificado de Dr ácana Draco L., que llena por sí solo
todo aquel reducido espacio.
Como es natural, llegó por fin nuestra salida de Cádiz, y
el 28 por la mañana nos trasladamos á Sevilla. Llegaríamos
próximamente á las once y media, hora á propósito para almor-
zar, y por la tarde, en compañía del Sr. Paúl, consocio nuestro,
y del Sr. Barras de Aragón, se verificó una breve pero inte-
resante excursión, pues vimos en todo su esplendor y magni-
ficencia la importantísima especie que lleva el nombre de
Triguera ambrosiaca Cav. , con la cual hicimos nuestro agosto
como vulgarmente se dice.
Como coronamiento de nuestros trabajos, los dos postrime-
ros días del mes y de expedición, sin dejar de segar alguna
que otra planta interesante, los dedicamos á visitar aquellos-
monumentos que dan relieve á Sevilla, y en descansar de las
DE HISTORIA NATURAL. 69
fatigas anteriores. Y como todo llega en esta vida, á las nueve
■de la noche del día 30 montamos en el tren que conducía á
Madrid, y á las once y media del día siguiente estábamos al
lado de nuestras familias queridas.
A continuación expong-o la lista de plantas recolectadas con
sus localidades respectivas. Se señalan con asterisco aquellas
que faltaban en el Herbario español del Jardín Botánico, lo
cual prueba de un modo convincente que la cláusula del Re-
glamento del Museo que manda hacer estas excursiones es
tan necesaria, que sin ella no podrá el Establecimiento llegar
á tener un Herbario completo; y siendo esto así, al Gobierno
•corresponde dar los medios para ello, pues con los fondos del
Museo se hacen imposibles semejantes gastos, á menos de de-
jar desatendidas obligaciones de imperiosa é inmediata nece-
sidad.
* Ranunculus macrophyllus Des/.— Puerto Real.
— muricatus L. — Jerez.
— peltatus Schrank. v. heterophyllus. — Sevilla.
* — Sardous Craiitz., v. hirsutus.— Puerto de Santa
María.
* — — s parvulus.— ídem.
Anemone palmata L.— Puerto Real.
Nigella damascena L. — Sevilla.
* Fumaria gaditana Hauskn.—Ck&iz.
— spicata L — Sevilla.
Alyssum maritimum Lam.— Puerto Real.
* Biscutella bíetica Boiss. et Reut.— Jerez.
— microcarpa DC— Puerto Real.
* — scutellata Boiss. et Reut. — ídem.
* Brassica Cossoniana Boiss. et Reut.— Puerto de Santa María.
Capsella procumbens Fr.— Jerez.
* Malcolmia lacera DC. — Cádiz.
* _ littorea R. Br., y Broussoneti.— Puerto Sta. María.
* Pendulina Lagascana Willk. — Puerto Real.
Senebiera didyma Pers.— Puerto de Santa María.
Cistus salvia?folius L.— Puerto Real.
Halimium Libanotis Lye. — ídem.
* Helianthemum glaucum Boiss., [i erectum. — ídem.
— salicifolium Pers. — ídem.
70 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
*
* Tuberaria in conspicua Willk. — Puerto Real.
Astrocarpus Clusii Gay., v. spathulsefolius.— ídem.
* Polygala bsetica Willk.— Puerto Real.
Frankenia pulverulenta Z.— Cádiz.
* Alsine procumbens Fenzl. — ídem.
Sagina maritima Don., p elongata. — ídem.
Silene apétala W.— Jerez.
* — rubella Z. — ídem.
— vespertina Retz. — ídem.
* Spergularia marina Willk.— Cádiz.
* Lavatera crética Z. — ídem.
* Erodium moschatum Herit.— Sevilla.
Oxalis cernua Tlumb— Jerez.
Ruta chalepensis Z., a angustifolia — Puerto Real.
Rhamnus Alaternus Z.— Jerez.
Pistacia Lentiscus Z.— ídem.
* Physanthyllis tetraphylla Boiss — ídem.
Anthyllis Webbiana Hook.— Puerto Real.
* Astragalus b?eticus Z — Jerez.
— lusitanicus Lam.— Puerto Real.
* Genista triacanthos Brot.— ídem.
* Hedysarum spinosissimum L. — ídem.
* Hippocrepis Salzmanni B. el Reut.— Jerez.
* Lotononis lupinifolia Willk.— Puerto Real.
* Lotus arenarius Brol. — Cádiz.
* — edulis Z. — Jerez.
Lathyrus cicera Z.— Puerto Real.
* Lupinus albus Z. — Jerez.
— luteus Z-— ídem.
* — varius Z. — ídem.
* Medicag-o littoralis Rohcle.— Cádiz.
Melilotus parviflora Des/.— ídem.
* — sulcata Desf.— Sevilla.
Ononis Natrix Z.— Puerto Real.
Ornithopus compressus Z. — ídem.
* — sativus Brot.— Puerto Real.
* Retama monosperma Boiss.— Puerto de Santa María.
Scorpiurus subvillosa L— Sevilla.
Trifolium stellatum Z.— Puerto Real.
* Ulex bseticus Boiss.— ídem.
DE HISTORIA NATURAL. 71
* Ulex canescens Lge.— Puerto Real.
Vicia lútea L — Jerez.
* — vestita Boiss. — ídem.
* Tamarix africana Poir. — Puerto Real.
* Polycarpon diphyllum Cap.— Puerto de Santa María.
* Umbilicus g-aditanus Boiss. — Cádiz.
Mesembryanthemum cristallinum L. — ídem.
* (Enanthe Lachenalii Gfmel.— Jerez.
* Orlaya marítima Koch. — Puerto de Santa María.
* Galium saccharatum All. — Cádiz.
Sherardia arvensis L. — ídem.
* Vaillantia muralis L. — ídem.
* Centranthus macrosiplion Boiss.— Puerto Real.
Fedia Cornucopia? Geertn. — Jerez.
* Valerianella Morisonii Koch.— Sevilla.
Anacyclus radiatus Lois. — Puerto Real.
* — — v. purpurascens.— ídem.
* Anthemis arvensis L., y granatensis. — Sevilla.
Beliis sylvestris Cyr.— Puerto Real.
* Centaurea polyacantha W— Puerto de Santa María.
— pullata L. — Jerez.
— — v. alba. — ídem.
* Coleostephus Miconis Cass — Sevilla.
Microlonchus salmanticus DC. — Cádiz.
* Picridium g-aditanum WiUk. — Sevilla.
* — tingitanum Desf — ídem.
* Pinardia coronaria Less. — ídem.
* Sonchus Diana? Lacait.— Cádiz.
Convolvulus althreoides L. — Jerez.
— tricolor L. — ídem.
Calluna vulg-aris Salisb. — Puerto Real.
Anag-allis arvensis L., v. latifolia.— Jerez.
— linifolia L.— Puerto de Santa María.
Asterolinum stellatum //. et Link. — ídem.
Solanum Sodomseum L. — ídem.
* Triguera ambrosiaca Cav. — Sevilla.
Borag"o offlcinalis L. — Jerez.
Cerinthe major L. — ídem.
Lithospermum apulum VahL — Puerto Real.
Antirrhinum Orontium L. — Cádiz.
72 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
* Linaria cymbalaria Mili.— Cádiz.
— hirta Mosnch.— Sevilla.
* — viscosa Dum— Jerez.
Pheliprea Mutellii Sc/mll. -Puerto Real.
* Scrophularia sambucifolia Z. — Jerez.
Ajuga Iva ¡Schreb.— Puerto Real.
Lavandula St'cechas L. — ídem.
* Micromeria g-rseca Benth. — ídem.
Phlomis purpurea Z. — ídem.
Stachys arvensis L. — Jerez.
Teucrium fruticans Z. — Puerto Real.
Plantag-o albicans Z.— Cádiz.
* _ Coronppus Z., § marítima. — ídem.
* — serraría L.— ídem.
* Statice sinuata Z — Puerto Real.
Qbione portulacoides Moq. — ídem.
* Salicornia fruticosa L— ídem.
— herbácea Z.— ídem.
Suseda fruticosa Forsk. — ídem.
* Emex spinosa Campd. — Puerto de Santa María.
Rumex ting'itanus Z. — Jerez.
Thymela3a hirsuta Encll. — Puerto Real.
* Thesium humile Vahl. — ídem.
Aristolochia baetica Z. —Jerez.
— Pistolochia L.— Puerto Real.
Euphorbia exig-ua Z.— ídem.
— helioscopia Z.— ídem.
* — terracina L. — Jerez.
Parietaria diffusa Mert et Koch.- Cádiz.
— erecta Mert. et Koch.— ídem.
* — mauritanica Dur.— ídem.
* Urtica membrauacea Poir. — Jerez.
Salix frag-ilis Z. — Sevilla.
* Ophrys bombiliflora LinL— Puerto Real.
* — iricolor Des/.— Jerez.
— tenthredinifera W— Puerto Reah
* Orchis masculo-laxiflora Lge. — ídem.
— Morio L., v. picta. — ídem.
Serapias cordig-era Z. — ídem.
* Gladiolus seg-etum Crawl. — Jerez.
DE HISTORIA NATURAL. "3
Gynandriris Sisyrinchium Parí.— Jerez.
* Trichonema purpurascens Sweet. — Puerto de Santa María.
— raraiflorum Sweet. — ídem.
* Leucojum trichophyllura Brot. — Puerto Real.
Allium subvillosum Sahm.-Vu.Qvto de Santa María.
* Asphodelus tenuifolius Caá.— Jerez.
Tamus communis L. — ídem.
* Asparag-us albus L. — Puerto Real.
Smilax áspera L.— ídem.
Arisarum vulg-are Kunth.— Jerez.
* Carex serrulata Biv.— Puerto Real.
Cyperus schcenoides Griséb.— Puerto de Santa María.
Avena fatua L.— Sevilla.
Anthoxanthum ovatum Lag. — Puerto Real.
* Desmazeria loliacea Nym. — Cádiz.
Grymnogramma leptophylla Desv.— Jerez.
Semillas.
Acacia Farnesiana W.; Dracaena Draco L.; Retama monos-
perma Boiss.; Solanum Sodomaeum L.; Trichonema ramiflo-
rum Sweet.; Convallaria.
Plantas.
Oxalis cernua T/iunb.: Ophrys iricolor Bes/.; Poinsettia pul-
cherrima Grahm.; Portulacaria afra Jacq.; Sedum dendroideum
Sessé.; Mesembryanthemum deltoides Mili., sp.
Con la precedente lista y la intercalación en el Herbario del
Jardín Botánico de las plantas antedichas, creemos haber
cumplido con la obligación que se nos había encomendado
por la Junta del Museo de Ciencias naturales. De desear sería
que así fuera, pues todos y cada uno de nosotros hemos puesto
singular empeño de salir airosos de nuestro propósito, espe-
rando, si el fallo de dicha Junta es favorable, persevere (si-
g-uiendo el Regdamento), en el nombramiento de Comisiones
que cumplan co.i fines tan laudatorios como el que acabamos
de realizar en provecho de la ciencia y de la nación.
-i boletín de la sociedad española
Une nouvelle «Asida» appartenant au groupe des espéces
espagnoles aterciopeladas
POR
D. RENATO OBERTHÜR.
Dans un travail ayant pour titre «Materiales para una revi-
sión del género Asida» (Bol. Soc. esp. de Hist. nat., 1901,
p. 172 et suivantes), notre savant eollégue M. Martínez de la
Escalera a mentionné a propos de Y Asida Clementei un exem-
plaire de sa collection provenant con duda de Granada et un
autre dans ma collection con etiqueta «Andalucía».
Par suite de la falta de materiales y de la inseguridad de
'procedencia, M. de la Escalera n'a pas cru devoir, á cette épo-
que, decrire cette espéce, mais raa collection renferme un 3e
exemplaire identique aux deux précédemment mentionnés,
récolté par moi méme en juillet 1879 á Lanjaron, aux envirxms
de Granada, et il n'est pas douteux maintenant que cette Asida
ne constitue une espéce parfaitement distincte. Elle doit exis-
ter du reste dans d'autres collections, attendu que la región
de Lanjaron a été explorée par Mr. Korb il y a quelques
années.
Je propose de donner á cette nouvelle espéce le nom de
Asida Escalera, en l'honneur de notre éminent eollégue qui
prepare un important travail de revisión sur les Asida d'Es-
pagne, travail qui presentera assurément le plus grand intérét.
Y? Asida Escalera, dont les élytres tienen una costilla y vesti-
gios solo de la segunda, est plutót voisine &' holosericea, á laque-
lie elle ressemble par son aspect general, que de Clementei; on
peut la caractériser en disant qu'elle a les élytres de holosericea
et le prothorax de Clementei.
Elle se distingue toutefois aisément de ees deux espéces pai-
sa suture nettement argentée comme dans argenteo-limbata;
mais cette suture est beaucoup plus étroite. Le prothorax est
plus large que dans Clementei et a plutót la forme de celui de
holosericea, mais YA. holosericea porte sur le thorax quatre
petites taches veloutées bien distinctes tandis que YA . Escalera
a le thorax entiérement velouté sauf une ligne médiane un
peu dénudée.
DE HISTORIA NATURAL. 75
Les élytres ont la bordure margínale de méme que la suture
pubescente argentée. Mon exemplaire de Lanjaron pris en
juillet (les espéces de ce groupe sont toutes printaniéres) a
perdu une petite partie de sa pubescence latérale; cette cir-
constance permet de constater que cette bordure n'est nulle-
ment granuleuse alors qu'elle est un peu granuleuse dans
holosericea et assez fortement granuleuse dans Clementei.
II semble que les Asida de ce groupe nous ménagent encoré
bien des surprises. Deja M. de la Escalera doit publier sous le
nom de Martini une nouvelle et tres curieuse espéce que j'ai
eu occasion d'admirer dans la riche collection du Dr. Ch. Mar-
tin et qui a été recoltée dans la región comprise entre Almería
et Guadix.
Les espéces aterciopeladas confinées a des localités tres spé-
ciales présentent le plus haut intérét et j'espere que M. de la
Escalera nous donnera plus tard un travail avec carte á l'appui
qui fera ressortir plus clairement encoré la distribution géo-
graphique de ees belles espéces si caractéristiques pour la
faune d'Espagne.
Otra «Asida» nueva de España del grupo de las aterciopeladas
D. MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA.
i
Con la especie anterior del Sr. Oberthür, de la que conozco
además siete ejemplares de la colección Daniel, á más de otros
dos c/9 que este último me ha cedido generosamente, y que
como los suyos provienen de Lanjaron, como el segundo del
Museo Oberthür, que ha decidido á dicho Sr. Oberthür á nom-
brar y describir la especie que yo «por falta de materiales é in-
seguridad de procedencia» no me atreví á denominar en mi
cuadro, con esta especie, digo, y con otra que he tenido la
suerte de encontrar en la rica colección del Sr. Martín, de Pa-
rís, y al cual tengo el honor de dedicarla, se encuentra eleva-
do á 10 el número de especies en el grupo de las Asidas ater-
ciopeladas.
A. Martini, sp. n.— Loe. Venta del Puerto entre Gador y Gua-
dix, Coll. Martin (Ch.)
Protórax ancho y plano (forma protorácica común á A. Es-
16 BOLETÍN de la sociedad española
calera y holosericea) , y como la primera, con dos manchas
grandes pubescentes aterciopeladas en el disco como A. Cle-
mentei , sin placas lisas desnudas, bordeado de una fina pu-
bescencia negra.
Élitros totalmente desnudos, lisos y de un negro puro con
brillo charolado como el carbón de Cardiff; con dos costillas
long-itudinales, lisas, salientes y enteras, que se unen cerca del
fin del élitro en la Q y se obliteran sin unirse en el tf; con los
espacios intercostales sin pliegues transversos; nada granulosos
en el (f y con granulos pequeños lisos y aislados en la Q entre
la seg-unda costilla y el reborde marginal; y en ambos sexos
con la parte rebatida del élitro fuertemente granulosa.
Distinta de A . Oberthüri por la falta de la tercera costilla su-
plementaria, por la carencia de rugosidades transversas en los
espacios intercostales de las 99, y por no tener las dos peque-
ñas placas lisas en el disco del protórax, que hace que no sea
absoluta en Oberthiiri la fusión de las manchas fundamenta-
les con las dos triangulares de A. Sánchez- Gomezi, mientras
que en A. Martini la fusión es completa como en Clementei.
Distinta de A. lorcana por tener el borde del protórax con
pubescencia negra, dos manchas aterciopeladas en el disco en
vez de seis, y los élitros brillantes en vez de mates; aparte la
forma g-eneral del cuerpo más corto y ensanchado proporcio-
nalmente que el de la lorcana.
Distinta de las demás del grupo por sus élitros desnudos.
Sistema de las especies españolas del género «Asida»
POR /
D. MANUEL MARTÍNEZ DE LA ESCALERA.
I. — Las especies aterciopeladas.
Es fundamental en el grupo la puntuación del protórax,
menos fuerte y más densa en el disco que en el margen,
donde los puntos son más claros y más profundos; el marg-en
nunca cortante, sino grueso y redondeado, con exageración en
luctuosa y argenteo-limbata, menos en las restantes y poco en
Martinezi; parte rebatida del élitro fuertemente granulosa,
cuyos granulos, sobre todo en las 9 9, tienen marcada ten-
DE HISTORIA NATURAL. 77
dencia á correrse á la parte dorsal del élitro hasta la segunda
costilla cuando existe.
Son caracteres accidentales las costillas y su número, así
como la pubescencia aterciopelada y su coloración , la combi-
nación de cuyos caracteres especializa el grupo; el paralelis-
mo y aplanamiento de los tf -j en argenteo-Umbata y luctuosa,
cuya forma se repite en casi todos los grupos naturales del
género: nótase, sin embargo, la persistencia de la primera
costilla dorsal por ser la última que desaparece, de suma im-
portancia esta observación, por existir dicha costilla al menos
como un pliegue en la base del élitro en toda la gran sección
de las invernantes.
Dentro de este grupo muy especializado de las aterciopela-
das hay dos tendencias: bien el protórax se ensancha y apla-
na como en Iiolosericea, Escalera y Marlini, y algo menos en
Sanchez-Gomezi, lorcana y Oberthiiri, ó bien se estrecha y se
hace más convexo, como en Clemeniei y Marüneü; la primera
tendencia aparece predominante en el grupo adyacente de
Kraatzi y vecinas de Marruecos, que se enlazan naturalmente
con las innúmeras especies costiformes de Argelia; la segun-
da tendencia se exagera en Mspalensis mihi y hespérica, que
pasan de lleno al grupo litoral de Alonensis, grandipalpis, alme-
riensis y asperata, en el cual el protórax se hace más paralelo,
de márgenes cortantes, y en cuyas especies la granulación de
la parte rebatida del élitro invade ya todo el órgano ocupan-
do los espacios intercostales, perdiendo en cambio su impor-
tancia las costillas, que, si son enteras todavía en Mspalensis
y hespérica, casi se obliteran en las demás y empiezan á ser
sustituidas en las Q Q de Alonensis. almeriensis y grandipalpis,
por la granulación que toma tal importancia que se alinea en
series longitudinales, anastomosándose en parte y formando
verdaderas costillas interrumpidas que sustituyen á las ente-
ras, ocupando naturalmente otra posición, esto es, haciéndose
costiformes donde las aterciopeladas tenían los valles intercos-
tales, y acercándose así á la sección fundamental de las in-
vernantes, cuyo tipo es sericea y sus derivadas.
El dimorfismo sexual en las aterciopeladas es sencillo, esto
es, no presenta más que un tipo de cf cf y otro de Q 9 ; en todas
las especies del grupo, la Q repite la disposición y número de
costillas del tf\ la colocación y colorido de las fajas pubescentes
78 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
en protórax y élitros, y aun la forma general dentro de la gran
diferencia de convexidad y anchura común á casi todas las es-
pecies españolas; en una palabra, mezclando tres ó cuatro r/c"
de diferentes especies con las 9 9 respectivas, á primera vista
se reúnen los sexos de las especies que se hayan confundido;
solo en luctuosa el dimorfismo se acentúa por modo extraordi-
nario, puesto que el rf, muy paralelo, nada estrechado en la
región humeral, con sus anchas fajas pubescentes argentadas
que reducen la aterciopelada negra á una isla estrecha y alar-
gada, en nada se parece como aspecto á la Q, muy ancha y.
estrechada en la región humeral como las demás del grupo,
y en la que la pubescencia es dorada, y en la que antes se
adivina que se ve la faja circundante argentada.
Cuanto á la distribución geográfica del grupo, es muy inte-
resante: rodean á Sierra Nevada, y parecen hasta ahora muy
cantonadas; un pequeño plano dará mejor idea de su habitat
AJutllta-H. SofZ
que una descripción, que pecaría de difusa. Sí haré notar que
cerca de Osuna, extremo NO., conocido de sus especies y pobla-
do por A. Marihied, está Bobadilla, donde vive A. Mspalensis,
que aunque de grupo diferente se acerca por la reunión de
sus caracteres á las aterciopeladas, y de ellas á Martineñ más
que se aproximan algunas de las aterciopeladas entre sí.
Por último, todas estas especies aterciopeladas son primave-
rales, y no es raro encontrarlas marchando después de la llu-
via, al paso que las invernantes, que hacen su aparición en
principios de otoño, están siempre escondidas bajo las piedras.
DE HISTORIA NATURAL. 79
Restos de «Mastodon» en el cerro de la Plata junto al ensanche
de Madrid
POS
D FLORENTINO AZPEITIA.
A la Comisión del Mapa geológico fueron llevados dos cani-
nos de Ursus spceleus, los cuales se suponían encontrados en
un desmonte que la Compañía del ferrocarril del Mediodía es-
taba efectuando en el sitio denominado Cerro ele la Plata entre
la carretera de Valencia y la línea férrea de Aragón, junto á
la Ronda de Ensanche de esta corte. El portador de esos cani-
nos dio noticia de que habían aparecido en el mismo sitio
huesos de gran tamaño, alguno tan voluminoso que hubo
necesidad de romperlo para poder cargarlo en los carros de
transporte.
Como los hallazgos de restos fósiles de grandes vertebrados
por ser muy raros despiertan siempre gran interés, nos enca-
minamos dos compañeros y yo, al referido sitio, con el objeto
de enterarnos de la verdadera importancia de ese descubri-
miento.
Desde luego pudimos notar que el desmonte se practicaba,
no en terreno cuaternario, como nos había hecho creer el su-
puesto hallazgo de los dientes de Ürsus, sino en una marga gris-
azulada del adoceno lacustre y que en la localidad es conocida
vulgarmente con el nombre de peñuela. Claro es que en sedi-
mentos de esta última edad no habían podido encontrarse los
referidos caninos, y efectivamente, llegamos á averiguar que
su verdadera procedencia era una caverna del Mediodía de
Francia.
En cuanto á las grandes osamentas desenterradas en el sitio
citado, reconocimos en el acto que pertenecían á uno ó varios
Mastodontes.
En los primeros momentos, no pararon mientes los obreros
en aquellos huesos que aparecían entre los escombros de la
excavación, tan descompuestos ya y tan deshechos, que no
era extraño el que pasasen desapercibidos para gentes desco-
nocedoras de lo que significaba su presencia in sita. D. To-
más Llórente, herbolario de la calle de Jardines, fué el primero
80 BOLETÍN de la sociedad española
que encontró en los vertederos diferentes huesos, entre los
que figuran cuatro molares y varios trozos de defensa. Adver-
tidos con esto los trabajadores y contratistas de la existencia
de tales restos, comenzaron á recogerlos, aunque sin guardar
precaución alguna al extraerlos y sin conservar siquiera ag-ru-
pados los que iban apareciendo juntos en las capas, sino ha-
cinándolos en montón dentro del patio de una casa vecina,
con lo que llegaron á reunir cantidad suficiente para más de
una carretada.
Hé aquí la impresión que he sacado del primer examen de
todos estos restos:
Entre los huesos que conservan los contratistas se ven pie-
zas de las extremidades (carpo, tarso, falanges), cabezas de
fémur y húmero, y algún hueso plano más ó menos mutilado;
un molar superior encajado dentro del respectivo maxilar,
pero con la corona tan destrozada que no se puede formar
idea de ella; un trozo de sínfisis de mandíbula inferior de
unos 30 cm. de longitud, y otro de la parte anterior de esta
misma mandíbula, donde se advierten dos alvéolos todavía
rellenos por restos de las defensas inferiores. Es notable esta
última pieza que ofrece el aspecto de un hueso largo de sección
subrectangular y se halla atravesada en toda su longitud (25 á
30 cm.) por los dos alvéolos de las defensas inferiores. El señor
Llórente ha descubierto y conserva otro fragmento homólogo,
lo cual viene á comprobar la existencia de dos individuos, y ade-
más que estos pertenecen al grupo Tetracaulodon de Godman.
Los fragmentos de defensa superior que he visto son compa-
rables por su grueso á los incisivos de los elefantes vivientes
adultos, y presentan una quilla bastante señalada en su parte
superior. En ninguno de los trozos de gran tamaño recogidos
hasta ahora existen indicios de la franja longitudinal de es-
malte del Mastodon angustidens Cuv., tal como se conoce en
el día. En cambio, en algunos de los fragmentos delgados se
aprecian formas análogas á las figuras dadas para esta especie
en la excelente monog-rafía de Meyer (Palo&ntogmphica, volu-
men xvn, 1867).
Son varias las puntas de defensa que he podido examinar:
1.° Una de gran diámetro redondeada en su extremo y de sec-
ción ovalada, que guarda cierta semejanza con la representa-
da por D. Casiano de Prado en su («Descrip. geol. de la prov.
DE HISTORIA NATURAL. 81
de Madrid», lám. 3.a, fig\ 4). 2.° Otras dos de diámetro mucho
menor, que pueden pertenecer á defensas inferiores, y aun
alguna á defensa superior de punta aguda como las figuradas
en la lamina de Meyer á que antes me refería. Estas puntas
son disimétricas, y lo mismo que la gruesa, obran en poder
del Sr. Llórente. 3.° Otras dos puntas delgadas, también disi-
métricas entre sí (y no sé si con relación á las anteriores, por
no haber podido examinarlas juntas). Estas las adquirió el
Sr. D. Emilio Rotondo entre las recogidas por los obreros.
Las piezas más importantes son indudablemente los mola-
res encontrados por el Sr. Llórente, de los cuales dos aparecen
implantados todavía en restos de mandíbula inferior, son tri-
lophodon y tienen colinas transversales, simples, es decir, son
zygolopkodon. Pertenecen al Mastodon tapiroides Cuv., que la
mayor parte de los autores modernos consideran sinónimo del
Maslodon timcensis Schinz. (1).
Otro molar suelto es también trilopkodon; pero tiene la co-
rona min" desgastada, y necesita un estudio más detenido
para precisar si corresponde al M. tapiroides ó al M. angus-
tidens.
El cuarto y último molar que he visto está roto, y conserva
solo dos colinas del tipo famolophodon. Parece indudable, sin
embargo, que pertenece al Mastodon angustidens, que algunos
autores reúnen al M. longirosiris Kaup, y del que se diferencia
bien por carecer el último de franja de esmalte en sus defen-
sas superiores. Además, el M. angustidens presenta una colina
menos en sus molares, prescindiendo de alguna rara variedad
en la que existen molares intermedios letralophodon. Por otra
parte, el M. longirosiris se encuentra en un horizonte un poco
más moderno (mioceno superior).
Así, pues, es indudable que entre los restos desenterrados
en el cerro de la Plata durante el mes de Diciembre de 1902,
hay por lo menos dos especies: el M. tapiroides y el M. angus-
tidens. El número de individuos podrá ser más de dos, y quizás
este punto se dilucide al examinar detenidamente todas las
puntas de defensa encontradas.
Creo esta ocasión oportuna para recordar que años atrás,
(1) Gaudry {Remarq. sur les Mast., p. G), indica las pequeñas diferencias que hay
entre las dos especies.
82 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
D. Emilio Rotondo halló á la izquierda de la misma carretera
de Valencia, y en un sitio que no dista seguramente un cente-
nar de metros del cerro de la Plata, otro esqueleto del mismo
género, casi completo, el cual conserva dicho señor en su co-
lección expuesta provisionalmente en las Escuelas Aguirre, y
de cuyo esqueleto hemos visto un fragmento de defensa supe-
rior con la franja de esmalte peculiar del M. angustidens , entre
las especies europeas.
Recordaré, por último, que D. Casiano de Prado, en su «Des-
cripción geol. de la prov. de Madrid», hace constar que á «un
kilómetro á levante del convento de Atocha», encontró tam-
bién otro Mastodonte, correspondiendo muy aproximadamente
el sitio así indicado con, el mencionado cerro de la Plata. De
modo que son por lo menos cuatro los esqueletos del gran
mamífero, desenterrados en una extensión poco mayor de una
hectárea.
Debo hacer notar á la Sociedad que estas indicaciones están
hechas de memoria y sin más estudio que una ligera inspec-
ción ocular, pudiendo, por lo tanto, ser modificadas si, como
me propongo, logro tener reunidos siquiera sea temporalmen-
te, los materiales hoy dispersos para compararlos entre sí, y
con los existentes en la Escuela de Minas y Comisión del Mapa
geológico, á fin de intentar, como último resultado, la revisión
de las especies del género Maslodon citadas de España por di-
ferentes autores.
Excursión á Gerena
POR
D. FRANCISCO DE LAS BARRAS.
Con objeto de reanudar las excursiones por la provincia que,
bajo la inolvidable dirección de D. Salvador Calderón, se hi-
cieron en otro tiempo por la Sección de Sevilla, dedicamos los
días 7 y 8 del mes de Septiembre último á recorrer los alrede-
dores del pueblo de Gerena, situado á unos 25 kilómetros al
NO. de Sevilla, en la falda de Sierra Morena.
Esta excursión, si fueran fáciles y regulares las comunica-
ciones, podría ser de las más á propósito para la enseñanza
práctica de la Geología; pero se trata de un pueblo que carece
DE HISTORIA NATURAL. 83
de carretera, y cuya comunicación más regularse verifica por
medio de un coche, no diario, que saliendo siempre de Sevilla
por las tardes y regresando por las mañanas, obliga á pasar
dos noches para estar un día; así es que nuestra expedición
duró desde la tarde del 6 á la mañana del 9.
En la misma entrada del pueblo empiezan á encontrarse los
granitos, pudiendo verse su contacto con el plioceno y con la
caliza miocena en un espacio de pocos metros.
Está edificado Gerena sobre el granito, que es explotado en
bastante escala para fabricar piedras de molino y los adoqui-
nes que forman el pavimento de Sevilla y otras poblaciones
andaluzas. La masa granítica, que por cierto se halla bas-
tante descompuesta, presenta fracturas en las direcciones N. á
S., E. á O. y SE. á NO., cuyas fracturas, producidas, sin duda,
por presiones que obraron en dirección normal á sus planos,
están orientadas de la misma manera que las que hemos ob-
servado repetidas veces en los alrededores de la ciudad de
Avila, en el centro de la Península.
Nuestra excursión, más intensiva que extensa, se redujo á
recorrer en un radio de 6 á 8 kilómetros los montes que, cu-
biertos de encinas, lentiscos, jaras, romero, etc., rodean á Ge-
rena por la parte Norte. Sin salir de estos límites, recorrimos
el terreno mioceno que, formando manchones en las cumbres,
recubre el silúrico, cuyas pizarras aparecen por denudación en
las cañadas.
La caliza miocena bastante compacta y formada por una
masa de fósiles, en que se disciernen bien los géneros Peden,
Ostraa, Cardium y otros (1), ha sido explotada en otro tiempo
en lugar que aún conserva el nombre de Las Canteras, donde
se encuentran muchos vestigios de los trabajos realizados. Se-
gún nos dijeron, llegó la explotación á tener 300 obreros apro-
ximadamente, procediendo de allí la piedra para la construc-
ción de varios edificios importantes de Sevilla, entre ellos la
Fábrica de tabacos. Hoy no se hace uso de esta caliza más que
en casos aislados y en pequeña escala.
Las tierras formadas en toda la parte miocena tienen un co-
lor bastante rojo.
(1) Calderón, «Excursión geológica á Guillena», tomo xx de nuestros Anales. Ac-
tas, pág. 152. Cita además en esta caliza miocena: Clypeaster, Balanus, Serptila, dien-
tes de escualos, etc.
84 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En el silúrico las capas de pizarra aparecen casi verticales,
y presentan una dirección E. á O. y buzamiento al N., estando
interrumpidas por planos de fractura en dirección NE. á SO.
Precisamente en esta misma dirección y en la dehesa boyal de
Gerena, muy cerca de la Hacienda de San Manuel, corta al ca-
mino de herradura un filón de caliza compacta que se diferen-
cia mucho de la miocena, bastante próxima por cierto, y que
consideramos como silúrica.
Después de lo dicho por nuestro maestro D. Salvador Calde-
rón en su excursión á Guillena antes citada, no creemos de
interés extendernos más en este asunto; pues siendo semejan-
tes y bastante próximos los terrenos recorridos por él en
aquella excursión á los que nosotros hemos visitado ahora,
nada digno de consideración podríamos añadir.
Como nuestro objeto era el conocimiento general de la re-
gión, y no una especialidad determinada, además de recorrer
los terrenos citados, procurando ver contactos y recoger ejem-
plares de sus rocas, hicimos recolecciones botánicas y zooló-
gicas de lo poco que, dada la estación, se podía encontrar.
El sitio más fructífero, en este sentido, para nosotros, fué el
arroyo llamado de Las Torres, que, bordeado de adelfas, corre
sobre las pizarras silúricas. En sus aguas hemos recogido nu-
merosos insectos, crustáceos y peces, siendo de bastante inte-
rés entre estos últimos una especie de ciprínido, que merece
estudio detenido.
Las gentes- del país dan el nombre vulgar de comadrejas de
agua indistintamente á los Dytiscus y á los Hydrophilus.
Pocas plantas había en flor y todas de especies comunes,
mereciendo solo citarse la Saponaria officinalis L., que según
observación de D. Manuel de Paúl, empieza á presentarse solo
cuando se entra en la sierra, no encontrándose en el llano.
Omitimos el publicar aquí la lista de las especies recogidas,
que comunicaremos á la Comisión de Catálogos.
Repetida la expedición por los mismos lugares en la pri-
mavera, proporcionará seguramente una copiosa recolección
á los botánicos y entomólogos.
Sesión del 4 de Febrero de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Vicesecretario, por ausencia del Secretario, leyó el acta
de la sesión anterior, la cual fué aprobada.
Asiste el Sr. Barras de Aragón, de Huelva.
Correspondencia.— El Vicesecretario leyó las comunicaciones
siguientes:
De la Sociedad Malagueña de Ciencias físicas y naturales,
participando el nombramiento de su nueva Junta directiva y
saludando á nuestra Sociedad.
Del Director g-eneral de Correos de Méjico y personal de aquel
departamento, felicitando á la Sociedad por el nuevo año en
un bonito grabado que representa el Palacio de Correos en
construcción en Veracruz. Se acordó corresponder á estos salu-
dos haciendo constar en las Actas la satisfacción con que se
lian recibido.
Propuestas de socios. — Se hizo una nueva de socio numerario y
otra de agregado y también la del Instituto general y técnico
de Huelva, por acuerdo del claustro, quedando pendientes de
aprobación todas ellas para la sesión próxima.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Presidente manifestó á la So-
ciedad que ya había empezado sus gestiones para conseguir
d'e los poderes públicos la protección á que esta Sociedad es
justamente acreedora, estando favorablemente impresionado
de las entrevistas que ha realizado con dicho objeto. La Junta
directiva continuará sin descanso sus trabajos para conseguir
un feliz éxito.
■ — El Sr. Presidente encargó al Sr. Bolívar diese cuenta de los
acuerdos tomados por la Junta directiva, y éste lo hizo mani-
festando que se refieren: 1.°, á aprobar el cambio solicitado
por. el American Mitseum o f Natural History de Nueva York;
Broteria, Revista de Sciencias naturaes del Colegio de S. Fiel
de Portugal, y la Station Zoologique de Cette, que propone en-.
T. ni.— Febrero, 1903. 6
86 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
viarnos los Travaux de Vlnstitut de Zoologie de Montpellier et
de la Station Zoologique de Cette; 2.°, á la publicación de un
Boletín bibliográfico mensual en el que se de cuenta de una
manera muy concisa no solo de los títulos de las Revistas que
se reciben, sino de su contenido, á fin de que los socios pue-
dan obtener mayores ventajas de la Biblioteca y estar entera-
dos de lo que se publica referente á los estudios de cada uno.
La Sociedad en sus comienzos daba cuenta en las Actas de las
obras recibidas; pero como en aquella época no se publicaban
éstas niensualmente, sino que se repartían con los cuadernos
tres veces al año, no resultaban de utilidad estas relaciones que,
por otra parte, se limitaban á los títulos de las publicaciones,
por lo que se relegaron a la relación anual del Bibliotecario,
que se viene publicando al fin de cada tomo. Hoy es distinto,
puesto que el Boletín se reparte todos los meses, y esta rela-
ción bibliográfica servirá de acuse de recibo para los donantes.
La Junta directiva teme solamente que el Boletín MMiográftco
requiera mucho espacio, y que por dicha causa se dificulte la
realización de esta mejora, por lo que solo la propone á título
de ensayo; y 3.° y último, la Junta directiva, teniendo en cuen-
ta la necesidad de resolver sobre el derecho de los socios al per-
cibo de los tomos de Memorias cuando la publicación de éstos
exija más de un año y el socio se dé de baja antes de terminar-
se éste, ó haya ingresado después de comenzado el tomo, pro-
puso que tanto en el primer caso como en el seg-undo, el socio
que desee recibir el tomo completo deberá abonar el precio de
coste de la parte á que no tenga derecho. Con este motivo, y
á título de explicación más amplia de este asunto, recordó el
Sr. Bolívar que cuando se acordó la publicación del Boletín
mensual independientemente de las Memorias, se discutió
cómo habría de realizarse el hacer dos publicaciones diferentes
en vez de una sola sin aumentar la cuota de los socios, resol-
viéndose que el Boletín formara un tomo anual y que las Me-
morias no estuvieran sujetas en su aparición á tiempo fijo, pu-
diendo calcularse que se diera un tomo de Memorias cada dos
años; de este modo, y fijado el coste del Boletín en 8 pesetas,
que es la cuota que abonan los socios agregados que solo reci-
ben esta publicación, resulta que cada socio numerario deja
anualmente un beneficio de siete pesetas, que en dos años per-
mite el reparto de un tomo de Memorias.
DE HISTORIA NATURAL. 87
La Sociedad aprobó todos los acuerdos de la Junta directiva,
que empezarán á cumplimentarse desde luego.
— El Sr. Pérez Zúñiga participó que había visitado el des-
monte del Cerro de la Plata, donde se encontraron los restos de
mastodontes de que se trató en la sesión anterior, añadiendo
que se habían dado órdenes por los señores Ingenieros del fe-
rrocarril del Mediodía para que los obreros tuviesen cuidado
en la extracción de nuevos restos, y aun ofrecido algunas re-
compensas á los que hallasen alg*uno de importancia.
El Sr. Azpeitia hizo sobre el mismo asunto alg-unas observa-
ciones, refiriéndose á la nota que se publica en el Boletín de
Enero, y ofreciendo ser más explícito cuando tenga reunidos
datos más numerosos.
— El Sr. Secretario presentó una Memoria remitida por el
socio Sr. Fernández de Gatta, titulada Apuntes para una flora
salmantina, y otra del Sr. Gredilla sobre la Digestión del almi-
dón, y el Sr. Cabrera entrega otra nota del Sr. García Várela
sobre hemípteros del África occidental, pasando todas ellas á
la Comisión de publicación.
Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 28 de Enero
de 1903, bajo la presidencia de D. Carlos Ferrer.
Fué aprobada el acta de la sesión anterior y quedaron admi-
tidos los señores presentados en ella y propuestos como socios:
D. Pedro Pallas Valls, Zoología, Cervantes 7, principal 2.a,
presentado por D. Manuel Llenas, y D. José Maluquer Nicolau,
Malacología, Jaime I, 14, principal 1.a, que lo fué por el señor
Aguilar Amat.
— El Sr. Rivas Mateos presentó una nota titulada «Estudio
crítico de las especies españolas del género Adenostyles».
La Sección de Sevilla celebró sesión el 31 de Enero de 1903,
bajo la Presidencia de D. Manuel Miquel, tomando posesión la
nueva Junta.
— Se acordó dirigir un oficio al Sr. Presidente del Ateneo y
Sociedad de Excursiones, dándole gracias por las atenciones
que debe la Sociedad á dicho Centro al cederle para la celebra-
ción de sus sesiones el local de que hasta hoy ha dispuesto.
— Acordó también la Sección dar las gracias al Sr. Seras
por la cooperación que le presta al cederle el local y Laborato-
88 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
rio del Instituto de Higiene, de su dirección, con el mismo
objeto.
— Se hizo una propuesta de socio y se dio lectura á una nota
remitida por el Sr. Barras, de Huelva, intitulada «Algunas
observaciones sobre los granitos de Avila».
— Se leyó otra del Sr. Crú, en que da cuenta del hallazgo de
dos especies raras de águila, el A . Imperialis Kaperling- et Bla-
sius, y el A. ntevioides Kaup et Cuvier, muertas la primera por
un guarda en Morón y la segunda en Bollullos de la Mitación
(provincia de Sevilla), el día 15 del corriente mes.
También comunicó el Sr. Crú el hallazgo de un Picus ma-
jor L., cazado en El Pedroso el día 20 de Enero, poniendo á
disposición de la Sociedad tanto este como los anteriores ejem-
plares.
El mismo señor socio anunció presentaría á la Sociedad
una Memoria acerca de los nidos recogidos por él en el viaje
ornitológico que verificó en el mes de Abril y Mayo del pa-
sado año.
— El Sr. Chaves mostró un ejemplar de anglesita proceden-
te de Río Tinto, que le ha sido donado por el Sr. Seras. Se
presenta dicho mineral en geodas de cristales hasta de 1 cm.
bien reflejantes, rellenos sus intersticios por un óxido de plomo
(massicot?). La combinación de formas, muy sencilla, es ajui-
cio del Sr. Chaves interesante, y sobre todo por tratarse de una
localidad probablemente no citada ó no descritos los cristales.
— El Sr. del Mazo presentó unas arenas de materiales aná-
logos á las de Torre Carbonera, procedentes de Moguer, que
fueron examinados con un microscopio facilitado por el señor
Seras, y una colección de fósiles del plioceno del mismo punto,
compuesta de especies extinguidas de los géneros Venus. Cy-
tkerea, Pleurotoma, Oslrea, Pectén, Chlamys, Leptou, Cylina,
Calyptrcea, Vermetus, Balamis, etc., en g-eneral de gran tama-
ño, y además de las especies vivientes, Pechmculus glycyme-
ris L., Leda pella L., Chlamys hyalina Poli, Cardium paucicosta-
tiuii Sowerby, Mactra suMíuncata? Da Costa, Cassis sahv.rim
Bruguiére, Astralium rugosum L., Idus papillaius Schumacher.
— El Sr. Miquel presentó un Hélice campesina Esqu., y una
Cyclostoma onauritanica Pall. del plioceno de Águilas, una.
charnela de un pelecípodo procedente de Castilleja de la Cuesta,
muy parecido á la Dosinia orbicularis Agassiz, del plioceno del
DE HISTORIA NATURAL. 89
Asieran y un Donax tntnculus L., D. viiatíus Da Costa = D.se-
mislrialus Poli, Mactra corallina h.=M. stultorum L., y Gas-
trana dimana Costa, procedentes estas últimas del cuaternario
de Castellón de la Plana.
— El Sr. Seras leyó un trabajo publicado en los Anuales de
l'Institut Pasteur, tomo xvi, titulado Eludes Mologiques sur la
vieillesse, par M. E. Metchnikoff, Recherches sur la vieillesse des
perroquets, par MM. Metchnikoff, Mesnil et Weinberg, en el que
se hacen curiosas observaciones acerca de la long-evidad nota-
ble de los loros, y las modificaciones que la edad imprime en la
inteligencia y funciones de dichos animales.
— No habiendo otros asuntos de que tratar, se levantó la se-
sión , pasando los señores socios á ver el nuevo local é instala-
ciones del Instituto de Higiene que el Sr. Seras ha puesto ga-
lantemente á disposición de la Sociedad.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el 28 de Enero de
1903, bajo la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal, siendo
leída y aprobada el acta de la anterior.
— Acto seguido el Rvdo. P. Xa vas presentó varios liqúenes
enviados por el Rvdo. D. Norberto Font, que son: Roccella ])hy-
copsis Ach., Ramalina vulcania Mont. y R. calicarisL., seg'ún
parece ser un talo joven; especie ésta comospolita.
Notas y comunicaciones.
Materiales para la fauna ictiológica de las Baleares
D. JAIME FERRER Y HERNÁNDEZ.
Dedicado desde hace algún tiempo al estudio de los peces de
Menorca, he logrado recoger unas 150 especies, de las que hay
varias no citadas de Baleares por Barceló y Combis en su Ca-
tálogo de peces de Baleares, trabajo que, después de otros valio-
sísimos de su autor, es una recopilación de todo lo que respec-
to á este asunto se ha publicado. Deben, pues, considerarse
como nuevas para la fauna balear las especies que hoy pre-
90 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
sentó á nuestra Sociedad, aplazando algunas que no he podido
clasificar con exactitud para otra nota sobre el mismo asunto.
G. Mustelus Müll.
M. I&vis Riss.— Bal. (Barceló); Malí. (Weyler); Men. (Cle-
ghorn, Ramis, P. Arcas!); Ib. (Delaroche). Muñóla.
M. stellatus Riss.— Malí. (Barceló). Muñóla.
M. vulgaris Müll. — Epidermis cubierta de pequeños tubércu-
los agudos. Dientes sin saliente puntiagudo en su parte exter-
na. Ojos más largos que anchos, ovales. Pectorales que se ex-
tienden hasta debajo del cuarto anterior de la primera dorsal;
caudal algo más de !/s de la longitud total. Cuerpo unas nueve
veces más largo que alto. Color gris ceniciento obscuro en el
dorso; lados más claros; vientre blanquecino. Septiembre-Abril.
1 á 3 m. Muñóla. Menorca.
G. Torpedo Dumeril.
L. narke Riss.— Malí. (Barc); Ib, (Del). Trémulo. Tremulosa.
T. marmorata Riss.— Forma discoidea, con el disco no escota-
do al nivel de los ojos. Primera dorsal inserta casi encima de las
ventrales; éstas enteras. Aberturas de los espiráculos ovales,
tan grandes como los ojos y provistas de 7 tentáculos. Color
pardo rojizo claro, sin manchas en la parte superior; en la in-
ferior blanco rojizo. Diciembre-Marzo. 0,16. Trémulo. Me-
norca.
G. Raja C.
R. quadrimaculata Riss.— Malí. (Barc ); Llisól. Grisól. Retja-
da de S. Pere.
R. miraleptus Rond.— Malí. (Barc, Weyl); Men. (Rain.). Lli-
sól. Grisól.
R. punctata Riss.— Malí. (Barc); id., id. Retjada.
R. nonada Riss.— Malí. (Barc); Men. (Clegh. P. Arcas); Ib.
(Barc). Clavell-morell.
R. rostrata Riss.— Malí. (Barc). Cavach. Llisól.
R. marginata Lacep.— Malí. (Barc); Men.! id., id. Clavell.
R. radula Del.— Men.! Ib. (Del). Retjada.
DE HISTORIA NATURAL. 91
R.fullonica Rond.— Disco más ancho que largo, liso, color
canela, con manchas negras y rosadas en la parte anterior,
parte inferior blanco-rosada. Boca poco arqueada. Tres líneas
de aguijones sobre la cola, siendo los laterales más pequeños;
en el disco y á cada lado de la línea media un aguijón más
desarrollado. Sobre la ceja tres espinas. Ojos algo más gran-
des que los orificios de los espiráculos; éstos arriñonados. Des-
de el borde posterior del ojo, una serie de aguijones que lle-
gan hasta el ángulo externo de las pectorales, y desde éste
hacia el borde anterior de las mismas, dos ó más series de es-
pinas muy pequeñas. Dos dorsales con una mancha obscura
en su base. Noviembre-Marzo, 0,5 á 0,7. Retjada. Menorca.
G. Blennius Artedi.
BL gattorugine Brünn.— Malí. (Barc); Men. (P. Arcas!); Ib.
(Del). Rabose.
Bl. palmicoruis C. et V.— Malí. t^Barc); Men. (P. Arcas!).
Rabose.
BL ocellaris L.— Malí. (Barc); Men.!; Ib. (Del). Rabose.
BL graficus Riss.— Malí. (Barc). Rabose.
BL sanguinoUnins Pall. — Ib. (Del).
Bl. pavo Riss.— Malí. (Barc); Men.! Gallerbu.
Bl. tentacularis Brünn.— Sin filamentos setáceos sobre la ca-
beza. Un tentáculo sobre la ceja, doble del diámetro del ojo.
Dorsal casi igual; distancia entre su primer radio y el borde
posterior de la órbita, mayor que el espacio preorbitario. D. 34,
A. 22. Dientes en número de 26 con un canino bien desarrolla-
do. Tentáculos planos y dentados. Gris rosado con ocho ban-
das verticales obscuras. Dorsal con el primer espacio interra-
dial manchado de negro. 0,10 á 0,15. Rabose. Septiembre-Mar-
zo. Menorca.
Bl. erythrocephalus Riss.— Tentáculo de la ceja Va del diá~
metro del ojo. Dorsal con los diez primeros radios separados de
los restantes por una escotadura; 2.°, 3°, y 4.° apenas más al-
tos que el 5.° y 6.° Mandíbulas con un canino bien desarrollado
y 20-26 dientes. Gris verdoso con 5-6 bandas verticales obscu-
ras. Mejilla con una mancha roja poco visible. 0,10 á 0,15. Ra-
bose. Septiembre-Marzo. Menorca.
82 boletín de la sociedad española
G. Callionymus L.
C.pusillus Del.— Malí. (Barc); Ib. (Del). Dragó.
C. admirabilis Riss.— Malí. (Barc.). Dragó.
C. hjra L. — Bal. (Navarrete). Dragó. Men.!
C. maculatus Raf. — Dorsales gris pálida con manchas ne-
gras; en la 1.a, entre el 3.° y 4.° radios una mancha negra que
ocupa todo el espacio interradial. Anal gris bordeada de ne-
gro. 1.a D. 4, 2.a D. 10, A. 8, C. 13. Cuerpo amarillo verdoso;
sobre los flancos, pequeñas manchas obscuras y dos filas de
nacaradas. Cabot en bañes. Jérre pedrés. Octubre-Enero. 0,15
á 0,20'. Menorca. Rara.
C. lelenus Riss. — Tres radios en la primera dorsal y ocho en
la segunda. Amarillo con puntos rosados; vientre blanco. Ca-
bot en bañes. 0,06 á 0,1. Octubre-Enero. Menorca. Raro.
G. Labrus Cuv.
L. lupus L.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (Clegh. Ram. P. Ar-
cas); Ib. (Del). Llop. Llobarro.
L.punciatus Bloch.— Longitud de la cabeza comprendida 3 V2
en la total; altura del cuerpo 1 l/2 en la longitud de la cabeza.
Escamas del espacio interorbitario con espínulas en su borde
libre. Parte inferior del vómer dentada. 1.a D. 10, 2.a D. Via»
A- 3/io> v- Vi» p- 18, C. 19. Plateado, con el dorso y flancos
manchados de neg-ro. Llop. 0,5 á 1 m. Octubre-Diciembre. Me-
norca.
G. Cantar us C.
C. mlgaris C— Malí. (Barc. Weyl.); Men. (Clegh. Ram.); Ib.
(Del). Cantere.
C. griseus C— Men. (P. Arcas!). Cantere.
C. orMcularis C— Altura del cuerpo comprendida 2 3/4 en la
longitud total. Cabeza 1 2/3 en la altura. Línea de perfil del vien-
tre curva. Borde inferior del suborbitario festoneado, pero no
escotado.
D. iV12,A.2/10,P.15, C.19,V. %.
Radios articulados de la dorsal tan altos como los espinosos.
DE HISTORIA NATURAL. 93
Anal tan alta como la dorsal. Pectorales largas. Caudal poco
escotada. Gris plateado con bandas longitudinales más obscu-
ras. 0,3 á 0,4. — Cantere. Menorca.
G. Chrysophrys C. et V.
Ch. amata C. et V.— Malí. (Barc. Weyl.); Men. (Clegii. Ram.
P. Arcas!); Ib. (Del). Duradella.
Ch crassirostris C. et Y. — Altura del cuerpo comprendida cua-
tro veces en la longitud total.
D."/13,A. i/tlJ C. 22. P. 17. V. %.
Dorsal gris uniforme, baja; pectoral larga; radios de las ven-
trales fuertes. Dorso gris-obscuro; lados azul amarillento. Una
mancha negra sobre el opérculo y la espalda. 0,35. Durache.
Enero-Marzo. Menorca.
G. Pagrus Riss.
P. mlgaris C. et V.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. Clegh. Ram.
P. Arcas!); Ib. (Del). Pagre.
P. orp/ias C. et V.— Altura del tronco mayor que la longitud
de la cabeza. Diámetro del ojo comprendido cerca de tres ve-
ces en la longitud de la cabeza.
D. w/m, A. 3/8, V. i/„ P. 14, C. 18.
Cuerpo rosa sin líneas longitudinales grises; espacio inter-
orbitario con una faja azul sobre las aberturas nasales. 0,3.
Pagre. Abril-Julio. Menorca.
G. Pagellus C.
P. centrodontes Del.— Malí. (Barc); Men.!; Ib. (Del.), Gorras-
Uat-quelét.
P. acame Riss.— Malí. (Barc); Men. (Clegh. Ram. P. Arcas!);
Ib. (Del). Besug.
P. bogaraveo C. et V.— Bal. (Barc); Men.! Boga-ravell.
P. mormyrus L.— Malí. (Barc Weyl.); Men. (Clegh. Ram.
P. Arcas!); Ib. (Del). Mabre.
91 BOLETÍN de la sociedad española
P. erythrinus L.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (Clegh. Rara.
Barc. P. Arcas!); Ib (Del). Pitgell.
P. breviceps C. et V. — Sin mancha negra subescapular. Espa-
cio preorbitario menor que el diámetro del ojo. Pectorales con
14 radios, llegando al nivel del primero de la anal. Altura del
cuerpo 3 V2 en la longitud. Cabeza más larga que la altura
del cuerpo. Blanco-plateado con tintas rosas y vientre nácara- ,
do. 0,10 á 0,15. Abril-Julio. Pitgell. Menorca.
G. Moena C. et V.
M. vulgares C. et V.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (Clegh. Ram.
P. Arcas); Ib. (Del). Xuclse. Mate saldut.
M. Osbeikü C. et V.— Malí. (Barc); Men. (Clegh. P. Arcas!);
Ib. (Del). More. Gerrét imperial. Gétcara.
M.jusculum C. et V. — Altura del cuerpo comprendida cuatro
veces en la longitud total. Vómer con una serie de dientes;
mandíbulas con los dientes finos y sin caninos. Escama basilar
externa de las ventrales Va de la longitud de éstas. Ojo gran-
de. Líneas longitudinales obscuras á lo largo del cuerpo; man-
cha lateral pequeña; dorso gris-plomizo; vientre plateado.
Aletas gris uniforme. Xucle. Junio-Julio. 0,13 á 0,15. Menorca.
G. Smaris C. et V.
S. mlgarisQ, et V.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (Clegh., Ram.,
P. Arcas!); Ib. (Del.) Gerrét.
S. maurii Bp.— Men. (P. Arcas!); Gerrét bord, Gerrét de San
Pere.
8. alcedo C. et V.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (P. Arcas!); Ge-
rrét pamfil., id. d'ale grogne, id. másele.
S. insidiator C. et V.— Cuerpo redondeado; más de 90 esca-
mas sobre la línea longitudinal. Altura del cuerpo comprendi-
da 6-7 veces en la longitud total. Ángulo posterior del opérculo
poco pronunciado.
D."/.>A.l/tt,0.17>P.15fVvyl.
El primer radio y los medios de la dorsal más pequeños que
los otros. Espinas de la anal cortas y débiles. Aletas sin man-
chas; caudal ahorquillada. Dorso gris-plomizo ó rojizo; lados
DE HISTORIA NATURAL. 9&
rojizos; vientre plateado. Sin mancha negra á los lados del
cuerpo. Hocico y aletas rojizas. Ojo grande, rojo. Gerrét in-
glés. 0,15 á 0,20. Julio. Menorca. Escasa.
G. Acantholabrus Valenc.
A este género, cuyo carácter principal es el de tener más de
tres espinas en la anal, pertenece un lábrido que habita én
las costas rocosas de Menorca, y que vulgarmente se le desig-
na por Tac rocas, caracterizado del modo siguiente:
Longitud de la cabeza comprendida cuatro veces en la total.
Altura del cuerpo cuatro y media veces con la longitud total.
Dientes de las mandíbulas en varias series, siendo las exterio-
res más fuertes. Boca protráctil; cinco radios branquiósteos;
opérculo y mejilla escamosos; preopérculo dentado. Espacio
interorbitario aplanado.
D.»/1j,A.»/.,P.14,C.13>V.y,.
Dorsal pardo-rosada, bordeada de amarillo, con una mancha
negra en los últimos radios espinosos y con la base sembrada
de escamas. Anal rosa amarillento; ventral blanquecina; cau-
dal pardo-amarilla sembrada de escamas hasta su mitad, con
una mancha negra grande en la parte superior y otra más
pequeña en la inferior. Dorso y lados rosa carne, con manchas
parduzcas en la parte superior; parte superior de la cabeza
más obscura. Vientre claro. Hocico verdoso; sobre la mejilla
reflejos azulados. 0,25.
Caracteres que corresponden á los del A. palloni C. et V.
G. Belone C.
B. rostrata Jaber.— Malí. (Barc, Weyl.); Men. (Clegh. Ram.,
P. Arcas); Ib. (Del.); Aguya.
B. acus Riss.— Vómer no dentado ó con dientes muy peque-
ños y escasos. Dientes de las mandíbulas débiles. Tronco de
la caudal sin cresta en los lados. Dorso verdoso; vientre blan-
co-nacarado; aletas grises. 0,5. Julio-Noviembre. Aguja. Me-
norca.
<)6 BOLETÍN de la sociedad española
G. Merlangus C.
Género no citado en las Baleares y del que solo he hallado
una especie.
M. pontanon Riss. — Altura del cuerpo 1 V2 en Ia longitud de
la cabeza; ésta 4 X en la total. Ojo igual al espacio preorbi-
tario y comprendido 3 '^ en la longitud de la cabeza. Boca
grande: mandíbula superior menos avanzada que la inferior.
1.a D. 10, 2.a 12, 3.a 20.
Tercera dorsal mayor que la segunda. Caudal ahorquillada.
Línea lateral recta. Dorso gris-amarillento; vientre blanqueci-
no. Parte anterior del cuerpo punteada de negro. Pex-reg". 0,15.
Agosto. Menorca. Raro.
G. Solea C.
S. Kleinii Bp.— Men. (P. Arcas!). Llenguada.
S. mlgaris Riss.— Malí. (Barc); Men. (Clegh., Ram.); Ib. (Del.)
Pelude, Llenguada.
S. nasata Bp. — Malí (Barc). Pelug-a.
S ciqiellonis Steind. — Malí. (Barc); Ib. (Barc).
S. ociilala Riss. — Malí. (Barc); Men.!, Pelude, Llengue de
S. Pere. Entre los ejemplares recogidos en Menorca de esta es-
pecie hay unos que tienen las siete manchas negras caracte-
rísticas de la especie, y otros que solamente tienen cinco.
S. hispida Rafin. — Una sola pectoral con seis radios. Color
obscuro con cinco bandas verticales negras Sanremus. 0,10.
Solamente se coge esta especie en la entrada del puerto de
Mahón. Menorca.
S. variegata Günth. — Dos pectorales; la izquierda poco des-
arrollada. Escamas grandes, pectinadas. Color gris obscuro, con
manchas negras en las aletas. 0,15. Julio, Septiembre. Pelude,
Menorca.
G. Pleuronectes L.
Pl. grohmanni Bp. — Malí. (Barc). Lleng-uada.
PJ. arnoglossus Bp. — Malí. (Barc). Pelude.
Pl. losái Riss. — Malí. (Barc); Capellá.
DE HISTORIA NATURAL. 97
Pl. citharns Riss. — Malí. (Barc); Men.!, Capellá. Tremol.
Pl. megastoma Donov. — Anal no unida á las ventrales; radios-
de la dorsal casi iguales. Ojo superior menos avanzado que el
inferior; sin espina en la anal. Aletas pálidas sin manchas.
Cuerpo gris-amarillento con manchas obscuras. 0,2 á 0,3. Que-
pellá. Agosto. Menorca.
G. Uraleptus Costa.
Ü. maraldi Mor. — Altura del cuerpo igual á la longitud de
la cabeza, y está comprendida 4 !/a en Ia longitud total. Ojo
igual al espacio preorbitario y comprendido 3 */« veces en la
longitud de la cabeza. Boca grande; dientes separados y diri-
gidos hacia atrás; vómer sin dientes. Espacio interorbitario
más grande que el diámetro del ojo. Dos dorsales, una anal; la
segunda dorsal empieza después de la anal. Caudal no con-
fundida; color gris; vientre y hocico negros. Aletas impares,
bordeadas de negro y con puntos diminutos más obscuros. Base
de las pectorales con una mancha negra que se extiende hasta
el dorso; preopérculo y mejillas irisados. Escaso. Noviembre.
Menorca.
Clupeidos.
Engraulis enerasicholus L. — Citada por todos los autores.
Eledróc.
Alosa finta Cuv.— Malí. (Weyl.).
Alosa sardina Mor. — Bal (Navarrete). Sardina.
Spratella punila C. et S. — Malí. (Barc); Men. (P. Arcas); Ib.
(Barc). Alatxa.
Sardinella aurita Günth. — Bal. (Barc, Navarr.); Malí.
(Weyl.); Men. (Clegh., Rain., P. Arcas); Ib. (Del.); Sardine.
Alatxa.
Como se ve, en los datos que anteceden no hay unidad de
pareceres con respecto á los nombres vulgares de los clupeidos
que habitan las aguas de aquellas islas, por lo que' he hecho
un detenido estudio de los mismos, tomando ejemplares típi-
cos de cada uno de las especies designadas con los nombres
vulgares de Sardine, Alatxa, y Fledróc.
Sardine. — Forma alargada; quilla abdominal guarnecida de
escudetes espinosos. Lengua y palatinos sin dientes. Opérculo
98 BOLETÍN de la sociedad española
con estrías divergentes; siete radios branquiósteos. Subopérculo
en forma de paralelogramo. Perfil superior subrectilíneo. Dor-
sal 18 radios. Dorso verde-oliváceo con una banda azul; lados
y vientre plateados. Abril, Septiembre: 0,1 á 0,3. Caracteres
que son los de la A losa sardina Mor.
Alatxa. — Forma alargada. Escamas grandes. Mandíbulas y
vómer no dentados. Altura del tronco igual á Vs"1^ ¿e Ia longi-
tud total; 48-52 escamas sobre la línea longitudinal. Opérculo
liso. Dorsal que empieza más cerca del hocico que de la base de
la caudal. Borde anterior del cinto escapular vertical; aletas
pares y anal blancas; la caudal con rayas negras;' pectorales
largas; ventrales cortas. Dorso azulado; lados y vientre platea-
dos; una mancha negra sobre el opérculo. Abril, Septiembre.
0,20 á 0,3. Sardinella aitrita Günth.
El Eledrbc es el Engraulis encrasicholus L., citado por todos
los que de ictiología balear han tratado.
Con el nombre de Emploa se designa un clupeido que se
pesca en las costas de Menorca, y que se caracteriza así:
- Forma alarg-ada. Vómer no dentado, pero sí la lengua. Qui-
lla abdominal dentada. Opérculo liso. Mandíbula inferior más
avanzada que la superior. Dorsal que empieza más lejos del
hocico que de la base de la caudal, y al nivel ó detrás de las
ventrales. Subopérculo tres veces más largo que alto; opérculo
con una débil escotadura en el borde posterior. Dorso azul con
tintas verde-claro; los lados plateados. Melettavulgaris C. et V.
Descripción de hinienópteros nuevos
D. RICARDO GARCÍA MERCET.
Apterogyna bimaculata And.; var. rufescens, var. nov.
Typo simillima; sed pygidio, coxis, femoribus, yedibus, fron-
te, antennisque ferrugineo-rufis 9-
Esta variedad difiere del tipo por presentar una mancha fe-
rruginosa sobre la frente y de color más ó menos rojizo las an-
tenas, caderas, patas y el pigidio.
Patria: Guadarrama!; Montarco!; Sierra de Alfacar (R. de
Oberthür).
De este interesante mutílido recogí un ejemplar, durante el
DE HISTORIA NATURAL. 99
mes de Agosto de 1901, en unos tomillares próximos al pueblo
de Guadarrama, en la falda de la sierra del mismo nombre.
Posteriormente he conseguido capturar algunos otros ejempla-
res en el mismo sitio donde encontré el primero, y he hallado
también la especie en Montarco. Por último, revisando las co-
lecciones del Museo de Madrid, en una caja donde había varios
himenópteros sin clasificar, hallé también un nuevo individuo
de esta Apterogyna, recogido por M. R. de Oberthür, en la Sie-
rra de Alfacar, provincia de Granada, durante el mes de Julio
de 1879.
El hallazgo de la Apterogyna bimaculata And. en España
ofrece bastante interés, pues el género no había sido hasta
ahora señalado como europeo, constituyéndolo especies asiáti-
cas y africanas exclusivamente. Por otra parte, de la Aptero-
gyna bimaculata And. solo se conocían dos ejemplares, perte-
necientes al Museo de París, y en no muy buen estado de con-
servación, que fueron sobre los que el Sr. André describió la
especie.
MüTILLA MONTANA PanZ, VOT. PRONOTALIS, Vai\ nOV.
Typo simillima; differt: thorace nigro, sed pronoii laterilms
tegulisque rufis tf.
Semejante al tipo, del que difiere por presentar el tórax ne-
gro, con solamente los lados del pronoto y las escamillas de
color rojo.
Patria: Los Molinos (provincia de Madrid!).
Esta variedad, bien distinta del tipo por la coloración del
tórax, se asemeja mucho á la 31. montana Panz, var. ru/o-
squamulala And., de la que difiere por las manchas rojas del
pronoto.
MUTILLA OCTACANTHA, Sp. nOV.
Submedia, nigra, áureo pul)escens; caput subquadratum; man-
dibulis, antennis, pedibusque plus minusve brunneo-variis; thorax
scaberrimus duplo longior quam latior, meianoto trúncalo, mar-
gine superiori pectinato dentato. Abdomen subsessile, segmento
secundo, in dorso, maculis duabus ovalis, flavo-tomentosis notato;
segmento tertio fascia fiato-sericea praedilo; área pygidiali fe-
rruginea, nítida, antice breviter striolata. Long. 8 mm. 9.
Cabeza negra, más ancha que larga, fuertemente punteado-
estriada en toda su extensión; ojos ovalados, garandes, equidis-
tantes de la articulación de las mandíbulas y de los ángulos
100 boletín de la sociedad española
posteriores de la cabeza; antenas también negras, con la ex-
tremidad del escapo y los últimos artejos del funículo ferrugi-
nosos; el primero de éstos corto; el segundo, próximamente
de la longitud del tercero y cuarto reunidos; tubérculos ante-
narios redondeados; mandíbulas acuminadas y algo rojizas en
su extremidad.
Tórax completamente negro, rectangular, de bordes casi pa-
ralelos, con sus ángulos anteriores un poco dentiformes y con
otros dos pequeños dientes laterales en el sitio que corresponde
á la sutura promesonotal; metanoto truncado y provisto en la
parte superior de la truncadura de una serie de ocho espinas
dispuestas en forma de peine; dorso del tórax punteado-reticu-
lado; mesopleuras lisas y brillantes.
Abdomen no completamente sentado, negro, con el último
segmento ferruginoso, y ofreciendo sobre el segundo anillo
dos manchas pubescentes, amarillo-doradas, y una banda del
mismo color sobre todo el dorso del tercero; los restantes, así
como el primero, provistos de largos pelos áureos, que son más
abundantes alrededor del área pigidial; ésta es rojiza, bri-
llante y estriada tan solo sobre su mitad superior. Segmentos
ventrales ligeramente punteados; el primero con una quilla
bien acusada, pero que no ofrece conformación especial; los
siguientes provistos de pubescencia dorada sobre sus bordes.
Patas negras, con los trocánteres y los fémures algo rojizos,
y dos series de espinas en las tibias intermedias y posteriores.
Patria: Camerones (África alemana; Conradt).
Esta especie, que debo á la amabilidad del Sr. Martínez
de la Escalera, ofrece algunas analogías con la M. pectinata
Sich. Rad., y con la M. pectinidorsis And., pero se distingue
perfectamente de la primera por el tórax negro, la pubescen-
cia amarillo-dorada, el primer segmento abdominal negro, la
banda del tercer anillo entera y el cuarto desprovisto de toda
ornamentación; de la segunda se diferencia por los tubérculos
antenarios redondeados, los ojos equidistantes de las mandí-
bulas y de los ángulos posteriores de la cabeza, el tórax ne-
gro, el sexto anillo del abdomen rojizo y el área pigidial bri-
llante y solo estriada en sus dos tercios anteriores.
Mu tilla Zanzibarensis, sp. nov.
Nigra, albo pv.liescens; mandibularum parte media, thopaceque
rufts; caput subq%adratum, thorace latius: thorax subquadran-
DE HISTORIA NATURAL. 101
•giüatus; metanoto trmicato, margine superiori pectinato-spinoso.
Abdomen snbsessile; segmento primo margine apicali vitta ar-
genteo-sericea augusta, carina inferiore denticulata; segmento se-
cundo maculis duabus albosericets notato; segmento tertio fascia
argentata vestito; área pygidiali Jongi/udinaliter striata; calca-
ribus albis Q. Long. 8 y Va mm-
Cabeza negra, provista de pilosidad del mismo color sobre la
frente y vértice, y blanca sobre el epístoma y el borde poste-
rior; punteado-reticulada, de contornos redondeados, un poco
más ancha que el tórax, con una mancha central en las man-
díbulas y la extremidad del funículo ligeramente ferrugino-
sas; ojos g-randes, más próximos á la articulación de las man-
díbulas que á los ángulos postico-laterales; tubérculos antenn-
rios provistos cada uno de un diente muy pronunciado en su
parte superior; segmndo artejo del funículo de las antenas de
doble longitud que el tercero ó un poco más largo; mandíbu-
las acuminadas y con un pequeñísimo diente ante-apical.
Tórax completamente rojo, subcuadrangular, de lados casi
paralelos, con los ángulos anteriores ligeramente dentiformes
y el metanoto truncado y provisto de una serie de espinas,
dispuestas á manera de peine, sobre el borde superior de la
truncadura. La puntuación de todo el tórax es gruesa y reti-
culada, y la pilosidad blanca sobre el borde anterior y la trun-
cadura, y negro-ferruginosa sobre el dorso.
Abdomen casi sentado, negro; primer segmento provisto de
una banda de pubescencia plateada sobre su borde posterior y
ofreciendo en la quilla ventral un tuberculito ó dientecillo bien
manifiesto; segundo segmento adornado de dos manchas ar-
gentadas sobre el disco; tercer anillo cubierto de una banda
•entera del mismo color: área pigidial plana, bien circunscrip-
ta y estriada regularmente en toda su longitud; segmentos
ventrales 2-6, provistos en sus bordes de pelos blancos. La pi-
losidad del primer anillo de la parte dorsal es plateada, la de
los últimos negruzco-ferruginosa.
Patas negras con pelos blancos; tarsos ferruginosos; tibias
intermedias y posteriores armadas de una doble serie de espi-
nas; espolones negros.
Patria: Zanzíbar (Raffray; Col. del Museo de Madrid).
Esta especie es muy afin á la M. pectinidorsis And., de Bo-
thavilla (Orange); pero creo yo que debe diferenciarse bien de
T ni.— Febrero, 1903. 7
102 BOLETÍN de la sociedad española
ella por la conformación de la cabeza y mandíbulas, estar des-
provista de manchas post-oculares, presentar una franja blanca
sobre el borde posterior del primer segmento abdominal y un
dientecillo bien visible en su quilla inferior. Además, la pu-
bescencia de la M. Zanzibarensis es blanca y la de la M. pee*
Unidor sis And. amarilla.
Dasylabris Andrei, sp. nov.
D. maura L. var. arenaria F. valde similis. Nigra, Mrta; fron-
te, vértice, thoracisque maculis duabus seficeo-luteis; lamina scu-
iellari minuta. Abdomen petiolatum; segmento secando maculis
qualuor in crucera dispositis, argénteo- aureis; quarto et quinto
macula transversa albo-luteosericea ornatis. Área pygidiali lou-
gitudinalUer striata. Long. 8 mm. Q.
Cabeza negra, redondeada, un poco más ancha que el tórax,
provista sobre la frente y vértice de una gran mancha de pu-
bescencia áureo-argentada; mandíbulas negras en el ápice y
rojizas en su parte basilar; antenas robustas, negras, con el'
escapo sedoso argentado y el segundo artejo del funículo pró-
ximamente de la longitud del tercero.
Tórax piriforme, más largo que ancho, completamente ne-
gro, ofreciendo á cada lado del mesonoto una mancha irregu-
larmente ovalada, de pubescencia argentino-amarillenta, y so-
bre el borde del metanoto una uña poco perceptible, negra y
brillante.
Abdomen ovalado; su primer segmento nodiforme, comple-
tamente negro, provisto en su parte inferior de una quilla
igual á la que presenta el D. maura L.: segundo anillo cuadri-
maculado, con una de las manchas sobre la base, otra en el
ápice y las dos restantes laterales, próximas al borde posterior;
las manchas basilar y apical ocupan una misma línea y son
pequeñas y redondeadas; las laterales, de mayor tamaño, ofre-
cen un contorno ovalado; cuarto y quinto anillos con ornamen-
tación igual á la de la especie linneana. Área pigidial plana,
mate, con estrías muy finas, pero no muy regulares, en toda
su longitud.
Vientre y patas negros, pubescentes, con sedas de color
ligeramente dorado, como toda la pubescencia del cuerpo; el
segundo anillo ventral anchamente punteado, provisto de una
quilla en su base. Tibias intermedias y posteriores espinosas,,
con las espinas dispuestas en dos series.
DE HISTORIA NATURAL. 108
Patria: Río de Oro, África occidental (P. Font!).
Esta especie, por sus dimensiones y aspecto general, ofrece
mucha semejanza con el D. maura L., var. arenariaF., del
que solamente difiere por la ornamentación del mesonoto y
segundo anillo del abdomen. Teniendo en cuenta estas ana-
logías, cuando recibí este insecto para su estudio lo consideré
solo como una nueva variedad de la especie de Linneo; pero
habiendo consultado sobre el particular con M. Ernest André,
este ilustre entomólogo, reconociendo las afinidades del Dasy-
labris de Río de Oro con la variedad arenaria F. del D. man-
ya L.. opina, sin embargo, que debe constituir una especie
nueva.
Aceptando tan autorizada opinión, y dedicando este insecto
al Sr. André, elevo á la categoría de especie el mutílido iné-
dito que yo consideraba como una variedad, pero haciendo
hincapié sobre su parecido con el D. maura L., y que el poli-
morfismo de esta especie me infunde cada vez más duda acer-
ca de si debe separarse de ella la que acabo de describir.
Cerceris Peninsularis, sp. nov.
Xiger, flavo-pictus:facie, mandibulis íapice nigro excepto), an-
teúnarum scapo, maculis dnabus postocelaribus, pronoti margine
postico, scutello, postscutello, metathoracis angulis lateralibus,
coxis, trochanteribus , femoribus , tibiis, tcgulis, abdominisque
segmentorum (1-6) f ostia ápice, Jlavis (citta segmento primo latis-
sima, medio internista); antennariim pZagello, genis, et tibiis
posticis ápice, tarsis totis, rufo-ferrugineis; femorum posticorum
macula apical i nigra: scgmentis ventralibas 2-5 pZavo-pictis. A lis
hgaliiiis, in regione radialiinfuscatis, stigmate nigro-ferrugineo.
Metathorace longitiidinaliter canaliculato , irregulariter etforti-
ter pune tato; área iriangularis Imvi, nítida, in medio cánaliculata,
angulis anterioribtis leviter striolatis. Segmento 6.° ventrali, in
lateribus, penicillus flavescentis praedito. Long. 9-9 X nim. rf .
Cabeza negra, punteada, provista de pubescencia sericeo-
amarillenta sobre la cara y frente y blanca sobre el occipucio.
Cara amarilla; dos puntos también amarillos detrás de los
ojos; epístoma ligeramente tridentado. Antenas rosáceo-ferru-
ginosas, con el escapo y el primer artejo del funículo de color
amarillo-claro y los últimos artejos de éste manchados de os-
curo sobre la cara superior.
Tórax negro, blanco pubescente, de puntuación gruesa en
104 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
el mesonoto y metatórax, más fina en el pronoto y apenas
punteado sobre el postescudete. Éste, el escudete, las escami-
llas, dos puntos en las mesopleuras, dos grandes manchas
sobre los ángulos laterales del metatórax y el borde posterior
del pronoto, amarillos y muy brillantes. El espacio triangular
del metanoto es canaliculado, liso en su medio y con algunas
estrías oblicuas sobre los bordes.
Patas amarillas, desde las caderas á los tarsos; éstos y la
extremidad de las tibias posteriores rosáceo-ferruginosos; los
fémures del último par llevan una mancha negro- ferrugínea
cerca del ápice; cuatro manchas amarillas se observan sobre
el pecho, correspondiendo cada una á la inserción de las patas
intermedias y posteriores.
Alas hialinas, oscurecidas solamente sobre la parte radial y
con el estigma negro-ferrug-inoso.
Abdomen bien punteado, brillante, con dos manchas ama-
rillas sobre el primer anillo, y una franja del mismo color, es-
cotada en el centro, sobre la región apical de los anillos 2-6;
el séptimo completamente negro. Los segmentos ventrales 2-5,
que son de color lig-eramente ferruginoso, ofrecen franjas ó
manchas amarillas: todos son tomentosos, y el penúltimo lleva
á cada lado un pincel de pelos amarillo-rojizos.
Patria: Los Molinos (provincia de Madrid!).
De este elegante Cerceris, que se diferencia bien de las de-
más especies del género, poseo seis ejemplares, todos tfcf, co-
gidos durante el mes de Septiembre último en la localidad que
dejo citada.
Notas liemipterológicas
D. A X T O X 1 O GARCÍA VÁRELA.
I.
Species Africana generis Cerilocus St&l.
Cerilocus Cameronensis sp. nov. — Niger, ni (idus, parce fusco-pi-
losus; anUnnarwm articulo primo nigro, secundo fusco, articulis
apicalilms palidioribus. Clavo corioque ébumeis; ángulo apicali
coriimgro. thoracis lobo postico limboque abdominis coral lints.
DE HISTORIA NATURAL. 105
Sciitéilo nigro. Membrana ¡tigra, ápice sordide cabido. Femoribus
anterioribus nigris, subías pone médium spinulis nonnullis ins-
truclis; Ubi is pone médium testaceis, superne apicem ver sus, f usas;
femoribus iibiisque posterior ibas nigris; tarsis fusco-jtavescenti-
bus. Corpore subías ¿oto nigro. Long. 27 mm. Lat. 8 aun.
Kamerun (Conradt) (Col. Escalera).
Cerilocus Conradti sp. nov. — Nigricans, nilidus, parce fusco -
pilosas; capite, antennarum articulo primo, rostro, thoracis lobo
a utico, pectore, scutello , ángulo apicali maculaque rotundata
f ere media corii, membrana, femoribus b asi excepta, tibiis, ab-
domineque síiblus, partí centrali excepta, nigris. Thoracis lobo
postico, corio, basi femorum, tarsis necnon limbo abdominis,
flavo-testaceis: femoribus anterioribus subtus pone médium spi-
nulis nonnullis instructis; membrana ápice concolore. Longitudo
25 mm. Lat. max. thoracis, 6 mm.
Kamerun, 1896. (Conradt) (Col. Escalera).
Cerilocus inermipes Stal. — Ófv. Yet. Ah. Fürh. 1859. Guinea
(Col. Schaum). Cabo San Juan, Guinea española (Escalera).
Kamerun (Conradt).
Var. Ángulo apicali corrii fusco.
Kamerun (Conradt).
Cerilocus Dohrni Stal.— Ofv. Vet. Ak. Fürh. 1858. Mozambi-
que (Col. Dohrn et Stal).
Cerilocus Ñero Stal. — üfv. Vet. Ak, Fürh. 1858. Calabar. (Col.
Dohrn).
Cerilucus histrio Distant— The Annals and Mag\ of. Nat. Hist.
N.° 57. Yol. 10, p. 188 (1902). British East África (Brit. Mus).
II
Nota sobre el género Khafra Dist.
En la página 185, n.° 57, vol. 10 (1902) de la publicación The
Aunáis and Magazine of Natural History, establece Distant en
sus interesantes Rhynchotal Notes el género nuevo Khafra,
próximo al Platymeris, y tomando como tipo la especie Platy-
meris prado Siál (Ann. Soc. Ent. Fr. 1863, p. 49). Se cita esta
especie de Sierra Leona y Calabar. En la colección Escalera
106 BOLETÍN de la sociedad española
estudié varios ejemplares procedentes del Kamerun recogidos
por Conradt.
En el mismo número de la citada Revista publica una espe-
cie nueva, Kliafva concoloripes, procedente de la Nigricia (Tip.
Mus. Brit). A esta especie creí pertenecerían varios ejempla-
res de la colección Escalera, procedentes del Kamerun; pero
como la descripción que M. Distant hace de la K. concoloripes
es muy breve, y aun no todos los caracteres convenían entera-
mente á los ejemplares que yo estudiaba, aproveché la ocasión
del viaje del Sr. Escalera á Londres para que los comparase
con el tipo del Museo Británico.
En vista de que existen alg-unas diferencias, los describiré
considerándolos como especie nueva, si bien no es difícil que
después de un estudio comparativo detenido quede reducida á
una variedad de la K. concoloripes Dist. Dedico esta especie al
eminente entomólogo Mr. W. L. Distant.
Kliafra Distanti sp. nov. — Testaceus, nitidus; capite, antennis
articulo primo excepto, flavescentibus, pilosis. Rostro, thorace,
margine costali corii pedibasque tes tacéis; pectore palidiore;
abdomine subius lestaceo,fusco-macnlato, usque ad apicem cari-
nato; clavo, J 'ere dimidia corii membranceque fnscis; sciitello ápice
acato et reflexo. Thoracis lobo postico Icem, spinula angulis late-
ralibus, concolore. Long. 23,25 mm. Lat. mace, thoracis spinulcp
lalercúis inclusa, 6 mm.
Kamerun (Conradt). (Col. Escalera).
Especies españolas del género «Adenostyles» Cass.
D. MARCELO R1VAS MATEOS.
En el Prodromus Floree Hispánica de Willokmm et Lange
(tomo n, páginas 27 y 28), así como en la Flora Española de
B. Lázaro (tumo n, pág. 901) y en la Flora de la Península Ibé-
rica de Amo y Mora (tomo iv, páginas 105 y 106), puede com-
probarse la uniformidad de criterio de estos distinguidos botá-
nicos al apreciar las especies del género Adenostyles Cass. co-
rrespondientes á nuestra flora española. Admiten la existencia
de tres formas específicas que son : A . alpina B. et. Y., A. pyre-
DE HISTORIA NATURAL. 107
naica Lge. y A. albifrons Rchb. Que las tres especies tienen su
■característica propia, es un hecho indiscutible y reconocido en
sus obras por los naturalistas antes indicados ; lo que no puede
admitirse, como trataré de demostrar, es que los caracteres
esenciales que las distinguen alcancen igual jerarquía taxo-
nómica. Para este aserto me refiero al Adenostyles pyrenaica,
cuyas relaciones son tan grandes con e\A. albifrons, que na-
turalistas como Costa las reúnen en una especie, formando con
ellas dos variedadas, á saber: A denostyles albifrons Rchb. var.
genuina y Adenostyles albifrons Rchb. var. viridifrons Csta
(A. Pyrenaica Lag.J, Catálayo ra:. de la Fl. de Cal. por Anto
nio C. Costa, pág. 118.
Para realizar el estudio crítico de dichas especies he tenido á
la vista hermosos ejemplares procedentes de los herbarios de
los Sres. Costa y Trémols, mas algunos recogidos por mí en la
•Sierra de Gredos, correspondientes al A. albifrons.
Veamos en primer término la característica de las tres espe-
cies objeto de la presente nota:
A denostyles albifrons Rchb. — De 8 á 15 decímetros de altura,
tallo erguido, estriado longitudinalmente, ramoso y pubérulo;
hojas radicales grandes, pecioladas, arriñonadas y desigual-
mente dentadas; las caulinares más pequeñas, con el peciolo
abrazador debido á la existencia de dos apéndices foliáceos;
unas y otras son algodonosas por el envés y llevan en la base
del limbo una escotadura con una prolongación cuneiforme ro-
deada de dos nervios. Cabezuelas con 2-5 flores dispuestas en
• cormibos racimosos. Receptáculo tuberculoso. Aquenios lampi-
ños con vilano peloso y blanquecino.
Es la especie más extendida en nuestra flora; se encuentra
en los Pirineos y en las Sierras de Gredos y Béjar. Fl. Julio-
Agosto.
Adenostyles pyrenaica Lge. — De 4 á 8 decímetros de altura,
con el tallo estriado, erguido, algo velloso, indiviso ó con po-
cas ramificaciones. Hojas acorazonado-arriüonadas por ambas
caras, con el peciolo auriculado. Cabezuelas constituidas por
12-14 flores purpurinas. Aquenio de aspecto semejante á los de
la especie anterior. Nuria y Valle de Aran (Pirineo). Fl. Julio-
Agosto.
Adenostyles alpina B. et. F. — De 3 á 5 decímetros de altura;
tallo ramoso, erguido y estriado longitudinalmente. Hojas
108 BOLETÍN de la sociedad española
arriñonado- triangulares, con la escotadura basilar ancha y
lampillas por ambas caras. Peciolo no auriculado, por lo me-
nos en la mayoría de los ejemplares. Cabezuelas formadas por
3-6 flores purpurinas, á veces blancas. Pirineos. Fl. Julio-
Agosto.
Lo que más llama la atención es la serie gradual que guar-
dan las tres especies mencionadas; hay ejemplares transitorios
tan notables que difícilmente pueden incluirse en ninguno de
los tipos específicos descritos. Para demostrarlo voy á fijarme en
un ejemplar procedente del herbario del Sr. Trémols, que fué
recogido por Costa en el Valle de Aran. Mide 2 S decímetros de
altura; tallo erguido, poco ramificado (4 ramas) y profunda-
mente estriado en sentido longitudinal. Hojas nada tomentosas,
y solo en las inferiores se ve algo de pubescencia en el pun-
to de unión de los nervios principales; el limbo tiende á la
forma arriñonada, aunque es francamente cuneiforme en la
base. Peciolos auriculados. Cabezuelas de G flores.
Como puede verse, este curioso ejemplar debe corresponder
á la forma que Costa denomina viridifrons en la página 118 del
Catálogo razonado de lasplantas de Cataluña. Hay, sin embargo,,
una diferencia que me hace dudar si en efecto Costa se refiere
á, dicho ejemplar por él recogido en el Pirineo; en el que estoy
estudiando aparecen las orejuelas del pedúnculo bien desarro-
lladas, siendo así que él dice que están poco desarrolladas; pe-
ro esta circunstancia es secundaria, porque yo poseo varios
ejemplares de A. albifrons procedentes de Gredos, en los que
puede verse gran diversidad en el desarrollo de esas expansio-
nes peciolares.
¿A cuál de las tres especies corresponde esta forma? En mi
opinión al A . pyrenaica, ó sea á la var. viridifrons Costa, pero
sin que jamás pueda considerarse como forma genuina sino en
un período bastante elevado de evolución.
No quiero discutir si la especie de Lange tiene categoría
bastante para ocupar ese puesto taxonómico, pero resulta á to-
das luces con una muy marcada inferioridad específica. Y así
tiene que resultar, siendo una verdadera transición entre el
A. albifrons y A. alpina, como se deduce con la sola inspec-
ción de los ejemplares, no pudiendo referirse á aquélla mas-
que á formas que enlazan perfectamente las dos especies indi-
cadas. Además, el único carácter que define al A. pyrenaica e?.
DE HISTORIA NATURAL. 10í>
la forma de las hojas, y que en algunos ejemplares se ven 10 ó
14 flores reunidas en cabezuela.
Otro de los ejemplares digno de ser mencionado , y que como
el anterior procede del herbario del Sr. Trémols, está clasifica-
do por el Sr. Costa como A. albifrons var. viridifrons] fué re-
cogido en Nuria , en el mes de Agosto, según indica la etiqueta.
Esta forma recuerda la especie de Lange, pero está mucho
más próxima, á mi entender, del A. albifrons.
Cotejando el citado ejemplar con los que yo tengo de A. al-
bifrons de Sierra de Gredos, y que pueden considerarse como
formas genuinas de la mencionada especie, no veo otra dife-
rencia importante que la magnitudy el serlas hojas muy poco
tomentosas. Estos caracteres son de escaso valor, y menos aún
tratándose de especies como las correspondientes al género
Adenosli/les, en las que se observa un gran polimorfismo.
En los ejemplares de Gredos puede notarse lo antes dicho:
unos son muy altos (15 y 16 decímetros), otros raquíticos (3 ó
4 decímetros); las hojas, en la mayoría, son algodonosas por
el envés, pero en algunos ejemplares apenas si se ve un ligero
tomento, y sin embargo todos corresponden sin duda al A. al-
bifrons.
Hay otra circunstancia que quita valor á la especie de Lan-
ge; el número de flores de las cabezuelas es variable, pero
por término medio se reúnen de 12 á 14, siendo este uno de los
caracteres que la definen.
Las cabezuelas del A . albifrons suelen constar de 5 ó 6 flores,
si bien son muchos los ejemplares que llegan á tener 10 y 12.
En la excursión que verifiqué á Gredos en los últimos días de
Julio y primeros de Agosto de 1901 pude hacer una observa-
ción muy curiosa y que merece ser conocida: el A . albifrons
comienza á verse hacia los 800 ó 1.000 m. de altitud; estos ejem-
plares son genuinos , altos, con las hojas arriñonadas y algo-
donosas en el envés y las cabezuelas de 5 ó 6 flores. A medida
que se asciende por la montaña los individuos son más raros^
más pequeños, las hojas menos algodonosas y las cabezuelas
más nutridas, de color purpurino marcado. Es decir, que los
ejemplares en altura se aproximan á la especie de Lange.
De todo lo dicho se deduce: 1.°, que las especies del género
AdtnostyUs son muy polimorfas ; 2.°, que el A. pirenaica Lge.
es una forma transitoria entre el A . albifrons Rchb. y el A . al-
no boletín de la sociedad española
pina B. et F.; y 3.°, que el A. pp'enaica Lge. tiene escasa catego-
ría específica, por lo cual no está bastante fundado el haberla
elevado al rango de especie, cuando Costa, con buen criterio,
la había descrito antes, considerándola como una nueva varie-
dad del A . alM frons .
Algunas observaciones. sobre los granitos de Avila
D. FRANCISCO DE LAS BARRAS.
Acaso no hubiera dado cuenta de las observaciones que si-
guen á no haberme referido á ellas ya en la precedente noti-
cia de mi excursión á Gerena (provincia de Sevilla).
Se trata solo de algunos datos tomados durante mi estancia
en Avila acerca del tan conocido fenómeno que ofrecen los gra-
nitos de estar fracturados en direcciones constantes, presen-
tando en los sitios en que la denudación ha dejado al descu-
bierto porciones de roca algo extensas, hendiduras formando
líneas rectas que se cruzan bajo ángulos constantes.
Muy estudiados han sido y conocidos, por tanto, los alrede-
dores de Avila, cuyos granitos han formado á cada paso cantos
de erosión, ofreciendo algunos de ellos el aspecto de setas se-
mejantes á las que dibujó de la provincia de Cuenca, aunque
tratándose de otra formación, el Sr. Botella.
Es muy frecuente que los elementos de la roca se hag-an
casi microscópicos en medio de una masa de granito normal,
originando nodulos fácilmente separables en muchos casos.
Estas masas micrograníticas se presentan también formando
filones.
En esta disposición es más frecuente todavía que se presen-
ten granitos degenerados constituyendo en algunos sitios ver-
dadera pegmatita, y quedando á veces el feldespato ortosa
casi puro.
En algunos sitios la alteración del feldespato ha dado lugar
á un argilofiro, teñido por sales de hierro y de manganeso,
que ha servido para la construcción de los monumentos prin-
cipales de Avila.
El granito normal está en algunos sitios tan descompuesto,
DE HISTORIA NATURAL. 111
que lo arrancan, desmoronándolo con un palo, los vendedores
de arena.
Merece citarse el hecho de que, á mediados del siglo pasado,
hubo un industrial que, tomando por caliza un filón de feldes-
pato alg'o alterado, construyó no lejos del paseo de San Roque,
dos hornos que aún existen para fabricar cal, llevando el des-
engaño consiguiente.
Las direcciones en que se presentan los planos de fractura
y las de los filoncillos son las mismas, habiendo encontrado
en cada una de las determinadas por mí, en unos sitios frac-
turas y filoncillos en otros.
La que con más frecuencia he comprobado por medio de la
brújula es la de E. á O., que á menudo se presenta cruzada con
la de N. á S.
La de NE. á SO. abunda mucho también, siendo muy fre-
cuente verla cruzada con la de NO. á SE.; pero debo advertir
que, si bien en algunos sitios he podido comprobar dicha di-
rección con exactitud, en muchos casos se presenta la N. 25° O.
á S. 25° E., y otras intermedias como la N. 65° O. á S. 65° E.
También en algunos lugares existe la dirección N. 25° E.
á S. 25° O.
Como hechos concretos merecen citarse los siguientes:
En la finca llamada El Pinar, y cruzando el camino que va
de la casa de Sancho Dávila á Arroyo Hondo, se ve un filón
de microgranito de cerca de un metro de espesor.
Saliendo de la ciudad, al principio del camino que sigue la
orilla derecha del río Adaja, encuéntranse primeramente tres
filones paralelos y casi verticales de granito muy feldespático,
de NO. á SE., presentando respectivamente espesores de 25,40
y 25,15 mm. A muy corta distancia hay otros tres, donde se
observan grandes geodas de cristales de cuarzo, que son mu-
cho más interesantes, pues dos de ellos, con espesores de 40
y 200 mm., siguen la dirección de los que acabo de citar, y el
tercero, que tiene también unos 40 mm., cruza con ellos diri-
giéndose de N. 20° E. á S. 20° O.
Siguiendo adelante encontramos frente al primer molino
del Adaja otros dos filoncillos cruzados que marchan de NO. á
SE. y E. á O. respectivamente.
En este mismo camino, y como á un kilómetro más allá del
sitio anteriormente citado, se halla un corte natural del te-
112 BOLETÍN de la sociedad española
rreno donde el granito se ha dividido, por efecto de la erosión,
en grandes trozos. En este sitio hay dos filones de ortosa con
dirección E. á O., buzamiento al N.. unos 50° de inclinación y
espesores de 260 y 160 mm. respectivamente.
No lejos de estos sitios, cerca de la fuente llamada de hierro,
por ser su agua ferruginosa, pueden observarse cruzándose
en un solo punto fracturas en las direcciones NE. á SO., NO. á
SE. y E. á O.
También, aunque en menos abundancia, existen algunos
filoncillos de cuarzo, entre los que citaré el de un decímetro
próximamente de espesor que puede verse en un desmonte
próximo á la ciudad al principio del camino del cementerio
nuevo. Los cuarzos en trozos sueltos, y presentando grandísi-
ma variedad en sus coloraciones, abundan entre las tierras de
labor, sobre todo en algunos sitios, como sucede en las proxi-
midades del cerro Cervero.
Primera lista de nombres catalanes de hongos (bolets)
D. TELESFORO de akaxzadi.
Abrons (en L\&goster&)=BoIetus sp.
Águilas (\ú.Q\\\)=Bydnum imbrica! 'umf
Alsinoyas (en San Celom)=PIeuru/us dri/inas.
Bolet (en %Lál\orca,)=Amaniia solitaria?
Bolets de bou (en C&\&i)=Boletus ediilis.
— — Lycoperdon sp.
— de bruch (en Solsona)=.P«m« stiptícus?
— d'esca^ Polyporus fomentariiis.
d'or (en G¡Qvoii'a)=Amanita casaren.
Bossas (en Llagosteva )=Clavaria pisiillaris?
Vñmns-sech.s = ArmiUaria mellea.
— — = Zepióta procera?
— — = Marasmius urens!
— — = Omphalia ventosa/
Candelas de bruch = Clavaria pisüllaris.
Cap blau (en Mallorca) = Tricholoma ionides?
Escarlets= Tricholoma truncatum.
DE HISTORIA NATURAL. 113
Esclafasancs de llet ó de Iletrada (en Mallorca)= Lactarius pi-
pera/vs.
Girg-ola de camp (en Mallorca =Paxillus lamellirugus?)
Gvégüets=Tric/ioloma equesire.
Lleneras. Lleneg-alls, Llenegays, Lla,negSiTis=ffygrophorus li-
ra ac i nvs.
Lleng-ua de gos=Clavaria pistillaris.
Mare de YGve\\ó=Rítssula mustelina.
Mataparents=¿?ofc/?¿,s láridas.
Moixernó, moxernó = Tricholoma Georgii?
— — — Marasmius oreádes.
— — —Plcurolus ulmarius.
Múrg'ula, múrmula-— Morchella sp.
Mucos, mucosas = Hygro])honis limatón us.
Orellanas de hruc\i = CU tocg be geotropa.
Orellas d'ase (en Llag-ostera) • — Craterellus cormicopioides?
— de ruch. — Idem.=Idem.
— de poll= Pleurotus ostreatus.
Ous de veig=Amanita casar ea, joven.
Pantinellas, pentinellas= A manita rugíanla .
Pet de llop = especies de Lgcoperdon.
Peus de rata= Clava ria coralloides.
— — (en Mallorca) = Clavaria cinérea.
Pebrás = Laclar i as pipera las.
Pinatell, $inotéi\^ Boletus edul%s y granulatus.
— — (en Gevona.)=Lactarius deudosas.
— — (en Llag-ostera). — ídem id., joven sin manchas
verdes.
— — —Tricholoma equestre.
Pixacunill. — Idem.=Idem.
Potas de caball (en So\soria)=Scleroderma verrucosum.
— de T&t&= Clavaria coralloides.
Pu.agra,=Hussula rubra y emética.
— blanca = Clitocgbe cerussata ó Hygrophoras virgineus.
— negT3,—Russula sp.
Quicou= Amanita c&sarea, joven.
Reig.— ídem id.
Rossmygl=CantAarellus abarías é Ilgdaam repandum.
Rovell 6V 0x1= Amanita ccesarea.
Rovelló= Lactarius deliciosas.
114 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Rovelló de cabra,— Lac tari us torminosus ó theiogaíus.
Rovellol= Psalliota campestris.
Siurenys (en Gero\\a)= Boletus edulis.
Tófunas (en Vicli)=especie negra de Tuber.
Es de notar que hay quien come impunemente el «matapa-
Yents»=Boletus hiridus ú otra especie de las que cambian de
color al partirlas; precisamente esta experiencia inició la dis-
tinción entre el Boletas luridus y el B. Satanás, propuesta por
Lenz.
Notas entomológicas
EL B. P. LONGINOS NAVAS S. J.
XII.
Algunos insectos nuevos ó p>oco conocidos (1).
5. Nothochrgsa stigmatica Ramb. (Neurópt.) (fig. 1.a).
Por ser muy breve la descripción original de Rambur (Név-
roptéres, p. 429) y defectuosa la de Schneider (Symbolse ad
monogr. gen. Chrysopa, p. 152) como la figura (lám. 57), por
haberse formado á la vista de un ejemplar muy deteriorado,
me ha parecido que no sería inútil rehacer su descripción,
modificando la de Schneider.
El tamaño es grande, de las mayores de la familia entre las
especies europeas.
El color general es de un amarillo que tira á anaranjado,
incluso el tórax, que supone verdoso Schneider, y da como
verde su figura, y los dos primeros artejos de las antenas; lo
restante de éstas es de un negro intenso. Algunas manchas de
color pardo-rojizo están distribuidas por el cuerpo en la forma
siguiente:
aj Cabeza : una línea transversal en el vértex , entre
los ojos.
I) Protórax: una línea delgada en el borde anterior, conti-
(1) Véase el núm. 9 del Boletín de 1902, pág\ 333; por equivocación se ha nume-
rado dicha nota como X, siendo XI.
DE HISTORIA NATURAL.
115
nuada por los lados con una mancha transversal mediana que
avanza hacia la mitad del pronoto.
c) Mesotórax: mancha escapular junto al ala y línea en el
surco oblicuo.
d) Metatórax: mancha en la base del ala y otras dos en la
parte media anterior.
e) Abdomen: por debajo rojizo, excepto en el extremo; por
encima casi totalmente rojizos los cuatro primeros segmentos,
los tres siguientes con una mancha triangular terminal, que
va disminuyendo progresivamente en cada anillo.
Las venas y venillas de las alas son de un amarillo blan-
quecino, mayormente la radial y la subcostal; el estigma ama-
rillento ó testáceo.
Algunas venillas están manchadas de negro-brillante, ade-
más de la mancha basilar de la radial y procubital, formando
Fi.tr. 1.»
puntos neg*ros que se extienden á la membrana y han dado
nombre á la especie. Tales son: las venillas costales, 4-8 en la
base; la subcostal; el sector del radio y las cuatro venillas ra-
diales siguientes; las dos procubitales; las tres cubitales, con
el extremo de la primera marginal, y la terminación de la
post-cubital (ó post-costal) y su ramo, de la basilar y del suyo.
Alas inferiores sin manchas.
Patas amarillas, con la parte media de los fémures y princi-
pio de las tibias de un pardo-rojizo.
Protórax transverso, redondeado por delante.
Alas transparentes, alargadas, estrechas, con el ápice algo
agudo, especialmente en las inferiores.
Rambur encontró esta especie en las colinas secas de los al-
rededores de Málaga antes del año 1842. y allí mismo la en-
110 BOLETÍN DE LA" SOCIEDAD ESPAÑOLA
contró el P. Alberto Risco S. J. en Agosto de 1901. Yo las en-
contré en Sierra Nevada el 23 de Julio de 1901 en el Collado,
poblado de matas que media entre Capilerilla y Capileira.
También se ha encontrado en Arganda (Bolívar, Mus. de Cien.)
('). .Bacanius termitophilus Wasmann (Coleópt.).
Finalmente trasladaré la descripción de un coleóptero nue-
vo , según se lee__ en la revista Deutsche Enlomologische
Zeitschrift, 1902, Hef. i , pág. 16.
«Minimus, nigro-piceus, nitidus, thorace (excepta basi Iebví
infra lineara transversalem) elytrisque requaliter omnino di-
stincte et modice dense punctatis, punctis oblongis; linea
transversalis thoracis ante scutellum in medio paulo sinuata,
latera versus recta (scutellum haud visibile; elytrorum stria
subliumerali nulla, linea marginali distincta). — Long. 0,6-08
milímetros».
Hallado en Tortosa por el P. Jaime Pujiula S. J. en un nido
de Tenues hiei lugus Rossi.
7 Dilar pieles Navas. (Neurópt.)
Descrita esta especie en las Memorias de la Real Academia
de Ciencias y Artes de Barcelona (Enero de 1903) á la vis-
ta de un ejemplar 5 que me envió nuestro consocio D. Aurelio
Vázquez, el Sr. Bolívar tuvo la bondad de comunicarme un
ejemplar tf existente- en la colección del Museo de Ciencias
Naturales, por lo que me ha sido posible completar la descrip-
ción de esta especie.
cs Statura, colore, picturis similis feminse, corpore minus
piloso.
Differt:
Antennis (itera 25-articulatis) 14 articulis pectinatis, ramis
articulis ipsis duplo vel paulo amplius longioribus.
Ocellis sublaevibus.
Alis anterioribus totis fusco-tessellatis.
Un ejemplar del Escorial (Bolívar).
Aprovecho esta ocasión para añadir la descripción de un Di-
lar del Museo de Ciencias Naturales que me ha sido comuni-
cado por su Director D. Ignacio Bolívar.
8. —Dilar Bolivari sp. n. (Neurópt.)
Statura majore, colore fusco-testaceo, alis fusco-tessellatis.
Capul testaceum, sublseve, oculis nigris, ocellis testaceis,
in ¿ hispidis, antennis fuscis, ala anteriore brevioribus, in
DE HISTORIA NATURAL.
117
articulo primo incrassato, 2.° et 3° brevibus, 4.° cornuto, 5-21
pectinatis, ramis tenuibus, flexibilibus, articulis ipsis ferme
duplo longioribus, decem articulis ultimis inermibus (fig\ 2.a);
vértice innato, testaceo, nítido, medio longitudinaliter fuseo-
lineato, haud impresso.
Alm elongatse, marg'ine anteriore subrecto, marg'ine poste-
riore ad médium vel paulo post latissime rotundato, ápice ro-
tundatae; venis prominentibus, in Q fusco-pictis, sectore radii
in ala anteriore sexies furcato; venulis sparsis, paulo numero-
sioribus; pilis, fimbriisque pallidis; membrana subtota fusco-
Fií. 3
Fig. 2."
Fig. 4.»
tessellata, in q? levius pallidiusque, in femina densius obscu-
riusque, maculis dispersis vel parum confluentibus (fig\a 3.a
et 4.a)
Prothorax fuscus, marg'ine antico, postico, quatuor tubercu-
lis testaceis. Meso-et metathorax testacei, ang-ulis ad alarum
basin obscurioribus, nitidis.
Abdomen in a* fusco-pallidum, ad apicem hispidum, in Q
rufescens.
Pedes longi, pilosi, testacei, ápice femorum, tibiarum, tar-
sorum fuscis.
T. in.— Febrero, 1903. 8
118 BOLETÍN de la sociedad española
Longitudo corporis - tf 4 mm. 9 5.5 mm-
— antennarum 7 » 5,5 »
— ake anterioris 10 » 7 »
— — posterioris 3 » 6,5 »
— ovipositoris 5,5 »
Dos ejemplares ¡v* y 9 cogidos en Oran por D. Ignacio
lívar, á quien me complazco en dedicar la especie.
Boletín bibliográfico.
Académiedes Sciences de Cracovie ( 'Bull. intérn .) . Oct. 1902. L. Kulczynsky.
Erigona; Europa?. Addenda ad descriptiones.— M. Siedlecki. Cycle
évolutif de la Caryotropha nusnilii, coccidie nouvelle des polynmies.
J. Sosnowsky. Contribution á l'étude de la physiologie du développe-
ment des rnoucb.es. Nov. 1902. — K. Gutwinski. De algis a Dre. Raci-
borski, anuo 1899 in Ínsula Java collectis, Déc. 1902.
Académie des Sciences de Paris (Compt. rend. des séances). T. cxxxv, n.o 22.
— L Vaii.lant. Sur la faune icbtbyologique des eaux douces de Bor-
neo.—L. Roüle. Sur les poissons du genre Chondrostome dans les
eaux douces de la France:— L. Bordas. Variat. morphologiques et
anatomiques présentées par le gésier cbez quelques Coléoptéres. —
Ch. Gravier. Sur les Annélides polychétes d'eau douce.— L. Brüntz.
L'excrétion chez les Cirripédes.— L. Matruchot. Application d'un
caractére d'ordre étbologigue á la classification naturelle. — L. Petit.
De la répartition des sphérulins dans les familles vegetales. — La-
croix. État actuel du volqan de la Martiuique. — Pantel et Siséit.
Sur l'évol. de la spermatide cbez le Notonecta glauca.— Cj. Marinesco.
Sur la présence des corpuscules acidophies paranucléolaires dans
les cellules du locus niger et du locus C(X'.ruleus.—E. Madrel. Rapport
du poids du foie au poids total de Taninial.— A. L. Percival. Sur les
variations du phospbore mineral, conjugué et organique, dans les
tissus anirnaux. — Moussu et Charrin. Recb. physiolog. sur les eífets
déla sympatbicectoniie cervicale. — Camus et Pagniez. Hémoglobi-
nurie musculaire — Calmette et Bretón. Sur la formation des anti-
corps dans le serum des anirnaux vaccinés.=N.° 23. E. L. Bouvier.
Sur le développement des opbidiens. — Fr. Houssay. Sur la mué,
l'excrétion et la variation du rein chez des Poules carnivores de
seconde génération.— J. Friedel. Formation de la cblorophylle, dans
l'air raréfié et dans l'oxygéne raréfié.— B. Renadlt. Sur quelq. nouv.
Infusoires fossiles.— A. Lacroix. Quelques observ. minéralog. faites
DE HISTORIA NATURAL. 119
sur les produits de l'incendie de Saint-Pierre (Martinique).— E. F.
Gautier. Sur les terrains paléoz. de l'Oued Saoura et du Gourara. —
D. Eginitis. Sur les crépuscules rouges observes á Athénes dans les
mois d'Oct. et Nov. 1902.— E. Laurent. Exper. sur la durée du pou-
voir germinatif des graines conservées dans le vide. — L. F. Blan-
chard. Grégarine co?loinique chez uu Coléoptére. — Pantei, et Sinéty.
Sur l'evol. de l'acrosome dans la Spermatide du Notonecte. — P. A.
Dangearo. La téléornitose chez VAmceba Gleichenii. Duj.— P. Mazé.
La maturation des graines et l'appar. de la faculté germinative.—
L. Macchiati. Sur la photosynthése en dehors de l'organisme. —
J. Brunhes. Sur le role des tourbillons dans l'érosion éolienne.— L. A.
Fabrb. Sur le courant et le littoral des Landes.— L. Duparc. Sur l'orig.
de la coupure transversale de la Kosva (Oural du Nord). — N. de Mer-
cey. Sur des gites de phosphate de chaux de la Craie k Bélemnites
formes avant le soulévenient du Bray.— E. A. Martel. Sur l'origine
des lapiaz et leur relation avec les abimes et l'hydrologie souterraine
des calcaires.=N.° 25.=jSt.° 26. E. Laurent. Sur le pouv. germinatif
des graines exposées á la lumiére solaire.— Lacroix. Nouv. observ.
sur les erupt. volcaniques de la Martinique. - Ch. Moüreu. Sur quelq.
sources de gaz minerales.— E. Baud. Sur les cryolithes. — L. Roule.
L'hermaphrodisme normal des Poissons.— Fr. Houssay,, Var. organ.
chez les Poules carnivoresde seconde génération. — Pantei, et Siné'iy.
Sur l'origine du Nebenkern et les mouv. nucléiniens dans la sperma-
tide de Notonecta glauca.- P. Fauvel. Les otocystes des Annélides
polychétes. — Coste et Vaney. Sur des émissions nucléaires observées
chez les Protozoaires — P. A. Dangeard. L'organisation du Trepomo-
nas agilis. Duj. — P. Vuillemin. Le bois interaiédiaire.— R Bouilhac.
Influence de l'aldéhyde formique sur la végétation de quelq. Algues
d'eau douce. — C. Brüyant. Sur la végétation du lac Pavin.— G. Dela-
croix. Sur une forme conidienne du Champignon du Black-rot. —
L. De Laúkay. Sur quelq. rapprochements entre la genése des Gites
Métalliféres et la Géologie genérale.— J. Giraud. Sur l'áge des forma-
tions volcan, anciennes de la Martinique. — Hang, Lugeon et Corbin.
Sur la découv. d'un nouv. massif granitique dans la vallée de l'Arve.
— Mascart. Sur l'abandon, par les oiseaux, des pays atteints par le
choléra.=T. cxxxvi. N." 1. A. Gautier. A propos de la compos. des
gaz des fumerolles du mont Pelé.— A. Lacroix. Sur quelq. faits d'en-
domorphisme obs. dans les ruines de Saint Pierre (Martinique). —
L. Bruntz. Surlaprésencede reins labiauxetd'unorgane phagocytaire
chez les Diplopodes.— M. Yung. Trembléments de terre á Smyrne.=
N.° 2. L. Joubin. Sur quelq. Cephalopodes recueillis pend. les der-
niéres campagnes de S. A. S. le Prince de Monaco (19011902). —
J. Bonnier. Sur deux types nouveaux d'Epicarides, parasites d:un
]20 BOLETÍN de la sociedad española
Cuinacé et d'un Schizopode.— M. Leriche. Lee Poissons du Paléocéne
belge.— Deprat. Note prélirninaire sur la géologie de l'ile d'Eubée. —
P. Girardin. Sur des observ. glaciaires faites en haute Maurienne
dans l'été de 1902. — L. Laünoy. Les phénoménes de pyréttolyse dans
les cellules de la glande hépatopancréatique de Y Eupagurus Ber-
nardus. — Fr. Houssay. Le dimorphisme sexuel organique chez les
Gallinacés et sa variation avec le régime alimontaire. — O. Valléis.
Sur la présence du saccharose dans les amandes et sur son role dans
la formation de l'huile — R. Dubois. Sur la formation de la pourpre
du Purpura lapUlus.—S-a. Meunier. Rem. sur l'origine de l'activité
volcanique.=N.° 3. E. Riviere (Les parois gravees et peiutes de la
grotte de la Mouthe.— H. Moissan. Sur une matiére colorante des
figures de la grotte de la Mouthe.— Charabot et Hebert. Influence
de la nature du milieu extérieur sur l'état d'hydratation de la plante.
— P. A. Dangeard. Observ. sur la théorie du cloisonnement. — L. Ca-
teox. Existence du Crétacé inférieur en Argolide (Gréce).— Dele-
zenne et Moüton. Sur la présence d'une kinase dans quelques Charn-
pignons Basidiomycétes.— R. Douois. L'origine des perles chez le
Mytilus yalloprovincialis.=N ° 4. A. Lacroix. Les éruptions de nuages
denses de la montagne Pelee. -Marage. Contrib. á la physiologie de
l'oreille interne.— A. Barbieri. Cycle évolutif des tissus prives de
leurs rapports intimes avec les nerfs. — P. Dop. Sur l'ovule et la íecon-
dation des Asclépiadés. —A. Guilliermond. Contr. á l'étude de l'épi-
plasnie des Ascoinycétes.— A. et Ch. Cotte. Sur une grotte ossuaire
prés Cbáteauneuf-les-Martignes.— M. Leriche. Sur l'exist. d'une com-
munication directe entre les Bassins parisién et belge á l'époque
yprésienne. — Duparo et Loup. Sur des Euphotides a chloritoide, trou-
vées dans l'erratique des env. de Genéve.— V. Dervis. Sur les laceo-
lites du flanc nord de la chaine du Caucase.— Ed. Piette. Sur une
gravure du Mas d'Aril.
Académie interna dónale de Géograpkie botanique (Bull.J. N.° 157. — J. Thé-
riot. Excurs. bryologiques dans les Alpes francaises. — H. Olivier.
Quelques lichens des Pyrénées, récoltés par feu Goulard.— Leveillé
etVaniot. Plantaí Bodinierianaa. Polygonum.— Vaniot. Composées. —
A. Feret. Les plantes des terrains sales. — Leveillé. Contr. á la flore
de la Mayenne.— Petitmengin. Souv. d'herborisations a Zermatt.=
N.o 158. Reynier. Botanique rurale, diverses récoltés en Provence. —
Leveillé. Contr. a la flore de la Mayenne.— Leveillé et Vaniot.
Carexdu Japón.— Feket. Les plantes des terrains sales. — Leveillé. La
preexistence des germes.— Leveillé et Vaniot. Carex de l'herbier de
Shanghai.— MUe Beleze. Premier suppl. á la liste des champignons
sup. et inf. de la forét de Rambouillet et des envirous de Monfort-
l'Amaury.— Levellé. Onothéracées de Coree.— Vaniot. Plantee Bodi-
DE HISTORIA NATURAL. 121
nierianae. — Ch. Claire. Un coíq de la flore des Vosges. — Gagnepain.
Les Zingiberáceas de l'herbier Bodinier. — Sudrs. Note sur quelques
Hieraeium des Pyrénées.
Allgcmeinen Entomolog lachen Gesellschaft. Neudamm. (Allgem. Zeitschrift
fiír Entomolog ie). 7 Band. N.° 14/15. F. Silvestri. Ergebnisse biolog.
Studien an südamerikanischen Temiiten. — E. Wasmann, Nenes über
die zusanimengesetzen Nester und geinischten Kolonien der Amei-
sen. — E. Fischer. Weitere Untersuchungen über die Vererbung
erworbener Eigenschaften. — L. Geisenheyner Über einige nene und
seltenere Zoocecidien aus dem Nahegebiete. — F. Eichelbaum. Über
die Maxillarladen der Coleopt.-Larven. — N.° 19. E. Wasmann. Neues
über die zusammengesetzen, etc. — K. Escherich. Zur Biolog. der
nordafrik. Myrmecocystus- Arten.— A. Radcliffe Grote. Die Gattungs-
namen der europaischen Noetuiden. — A. Dücke. Beobachtungen über
Blütenbesuch, Erscheinuugszeit; etc., der bei Para vorkommenden
Bienen. — L. Aigner-Abafi. — Über Mimikry.=N.o 20. A. Ducke. Beo-
bachtungen über Blütenbesuch, etc. — E. Wasmann. Neues über, etc. —
A. Porta. Die Funktion der Leber bei den Insekten. — G. Ulmer.
Beitrage zur Metamorphose der deutschen Trichopteren. — L. Sorua-
gen. Biologie von Xystophora Hornigi Stgr.— N.° 21. E. Wasmann.
Neues über die zusammeng., etc.— F. Ludwig, Insekten-und pflanzen-
biologische Beitrage. — E. Fischer. Weitere Untersuchungen, etc.=
N.° 22. G. Ulmer. Zur Trichopteren-Fauna des Schwarwaldes. —
A. Radcliffe-Grotte. Die Gattungsnamen der europaischen Geome-
triden. — H. Viehmeyer. Lomechusa strumosa. F. und die Pseudogynen.
— E. Fischer, Weitere Untersuchung, etc.=N.° 23. G. Ulmer. Zur
Trichopteren Fauna, etc.— J. Kieffer. Nene europaische Cecidien.—
P. L. Hacker. Zur Entwickelungsgeschichte von Endomychus cocci-
neus. L. — W. Petersen. Bemerkungen zur tíystematik der Schmet-
terlinge. — E. Fischer. Weitere Untersuchungen, etc. — N.° 24. E. Fis-
cher. Weitere Untersuchungen, etc.— Chr. Schroder. Die Untersu-
chung der mannlichen Genitalanhange ais Kriterium für die Artbe-
rechtigung im Genus Eupithecia Cnrt. — W. Geest. Eine aberration
von Rhodocera rhamni und Entwick. der Pieriden-Farbung.— W. Pe-
tebsen. Bemerk. zur System, der Schrnetterlinge.=8. Band. N.° 1.
H. J. Kolbe. Über vorschnelle Entwickelung von Puppen und Imago-
Organen bei Lepid. und Coleopt. — Larven, nebst Beschreibung einer
abnormen Raupe des Kiefernspinners , Dendrolimus p'ni. L. —
Chr. Schroder. Bericht über wahrend des Jahres 1902 zur Einsen-
dung gebrachte, vorwiegend landwirt schaftliche Schadlinge. —
G. Ulmer, Beitr. zur Metamorphose der deutschen Trichopteren. —
H. Viehmeyer. Kleinere Beitr. zur Biologie einiger Ameisengiiste.
American Naturalist (The). Boston. — Vol. xxxvi. N.° 432. A. W. Grabau.
122 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Studies of Gastropoda.— W. M. Wheeler. The Occurrence of Fórmica
cinérea Mayr and F. rufibarbis Fabr. in America. — H. S. Pkatt.
Synopses of North-Anierican Invertebrates.
Archives de Zoologie experiméntale et genérale. París. Ann. 1902.=N.° 1.
L. Cuenot. ürganes agglutinants et organes cilio phagocitaires. —
H. de Lacaze Duthiers. Morphol. de Tridacna elongata et Hippopus.
Ausiraliam Museum. Sydney.
Broteria. (Revista de Sciencias Naiuraes do collegio de S. Fiel). Lisboa.
J. S. Tavares. As Zoocecidias portuguesas. Addenda.— 0. Zimmer-
maan. Microscopía vegetal.— J. S. Tavares. Zoocecidias dos suburbios
de Vienna.— C. Torrend. Fungos da regiao setubalense.— D. Mendes
d'Azevedo. Lepidópteros de S. Fiel.— J. S. Tavares. Descr. de seis
coleopterocecidias novas.- J. S. Tavares. Quatro dias na E.-trella.—
J. S. Tavares. Descr. de 3 cecidomyias novas.
Canadian Entomologist (The). London. Vol. xxxiv.=N.u 12. Ball. Some
new Bythoscopidfe from British Columbia and the Southwest.—
Grote. Callosamia angulifera.— Cockerell. Two new Meaíy-Bugs
from New México.— Kehn. Some Gen. Ñames employed by Serville
in the Rev. Methodique, and Fieber in Synops. der Europaischen
Orthopteren.— Crawford. The Bee Genus Dialictus. — Dyar. New
Species of Semioscopis. — Robertson. Some new or little known Bees.
— Viereck. Descr. of North American Bees.— Vol. xxxv. N. 1.—
AsHMEAD.Classif of Fossorial,Predaceous and Parasitic Wasps.— Smith.
New Noctuids for 1903.— Hareengton. Arctic Siricoidea and Tenthre-
dinoidea.- Gibson. The life History of Crocigrapha Normani.— Co-
qüillet. Ocurrence of the Phorid genus Mnigmatias in America.—
Fernald. Notes on the Coccidae.— Fyi.es. Cassida viridis. L. - Fernald.
Review of Tutt's British Lepidoptera.
Instittició Catalana ¿'Historia Natural. (Bntlleü). Barcelona. Any n.
N.° 15. P. L. Navas. Una excursió científica á la Seria Nevada. —
J. Cadevall. Plantes notables deis voltants de Tarrassa.- J. Malo-
quee Alguna Radiats y Pólips, observáis en el port y rada de Bar-
celona. = Any m. N.° 16. J. Akguera de Sejo. L'instint y la eeva
herencia.
Jardín botánico de Tijiis. (En ruso). 1902— Herbarium Caucasicum vivum
Horti Botanici Tiflisiensis.— N. N. Speschnew. Fungi parasitici Theas
ad finem 1902 observad.— N. N. Speschnew. Ueber eine, durch Pilze
auf einigen Formen des Wachholders hervorgerufene teratologische
Erscheinung.
K. K. zoologischen-botanischen Gesellschaft in Wien ( Verhandlungen).
Jahrg. 1902.— 9. Heft. Fr. Werner. Die Scorpione, Pedipalpen und
Solifugen in d er zoolog.-vergleichend-anatomischen Sammlung der
Universitiit Wien- J. Podpera. Fin Beitrag zu den Vegetationsve-
DE HISTORIA NATURAL. 123
rhiiltnissen von Südbulgarien. = 10. Heft. J. Podpera. Ein Bei-
trag, etc. — Max Bernhauer. Elfte Folge neuer Staphylin. paláarkt.
Fauna, nebst Benierkungen. — C. Keissler. Zur kenntniss des Plank-
tons des Alt-Ausseer Sees ia Steiermark .
Musée zoologique de V Académie impériale des Sciences de St.-Pétersbourg,
(Annuaire). T. vn. N.° 3. V. Bianchi. Catal. of the known spec. of the
Paridce or the family of Tits. — A. Skorikov. Gephyrea aus der zool.
Ausbeute des Eisbrechers <Erniak> im Sorniner 1901.— J. Baeck-
mann. Beschr. einer neuen Art der Gatt. Grammoptera Serv. aus dein
St.-Pétersb. Gouvernement. — H. Simroth. Ueber die wahrscheinliche
Herleitung der Gatt. Monochroma und Paralimax. — V. Bianchi. Zool.
Ergebnisse der Russ. Expedit. nach Spitzbergen. Vogel.— N. Kulc-
zynsky. Zool. Ergebn. der Russ. Exp. nach Spitzbergen. Aranece et
Oribatidce. — V. Bianchi. Mater. ornitholog. de l'expédition du Mour-
rnane 1899-1901.— N. Kascenko. Mammiféres recueillis pendant
l'expéd. de Ignatov en Altai. 1901.
Muséum d'Histoire Naturelle de Paris. (Bull.J Ann. 1901.=N.° 7. E. T.
Hamy. Sur une sépulture néolith. découv. par M. H. Corot sous un
tumulus, á Minot (Cóte-d'Or). — Hamy. L'áge de pierre de la Falémé.
— E. Oustalet. Not. sur quelq. anim. de la ménag. du Jard. des
Plantes. — Sur la distr. géograph. de YArctitis binturong. Raffl. —
A. Menegaux. Sur deux esp. de Chauves-Souris de l'Amér. du Sud. —
J. Pellegrin. Sur une Raie cornue gigantesque péchée a Oran. —
A. Méxégaüx. Descr. d'une var. et d'une espéce nouv. de Chirop-
téres rapportées du Mexique par M. Dignet. — J. Pellegrin. Poissons
nouv. ou rares du Congo trancáis. — E. L. Bouvier. Sur quelq. Crus-
tacés du Japón, offerts au Mus. par M. le Dr. Harmand.— M. Régim-
bart. Dytiscidce, Gyrinidce el Hydrophylidce recueillis par M. Har-
mand, au Japón central, en 1900. — M. Pie. Col. Cérambycides rec. au
Japón par M. Harmand. — Liste des Ptinidce, Hedobiini et Anthicidce
rec. au Japón par M. Harmand.— A. Poujade. Sur l'éclosion á Paris
d'une Saturnide de Madagascar: Ceranchia Apollina Butl. — Viré et
Alzona. Sur Y Anophtalmus Fabiani. Sur une nouv. esp. de Ccecos-
phceroma, le C. bericum. — Ch. Gravier. Sur le elassifleation des Néréi-
diens de Quatrefages. — H. Filhol. Appareil á défilement pour pré-
par. microscopiques du Dr. A. Pettit. — Feré et Petit. Sur la struct,
des Tératomes.— Maumüs et Launoy, La digestión coecale chez les
oiseaux.— Ladnoy. Sur la présence de formations ergastoplasmiques
dans les glandes salivaires des Ophidiens.— Chauveaüd. Sur la struct.
de la racine de i'Azolla.— Poisson. Sur un Castilloa particulier du
Guatemala. — D. Bois. Sur un iBroussin> observé chez le Sureau
commun. — Liste des plantes les plus intéress. qui ont fleuri dans les
serres du Mus. du 20 juin au 20 nov. 1901.=N.° 8. A. Mén-égaux.
124 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Liste des Chiropt. rapportés, par M. Dignet, du Méxique.— E. L.
Boutier. Uu nouveau conimensal des Pagures. — P. Lesnk. Note pré-
lim. sur les récolt. entom. de M. G. Thoiré dans la colonie de la Cote
d'Ivoire.— Ch. Gravier. Sur deux nouv. esp. du g. Lycastis Savigny.,
de la Guyaue francaise.- Sur un Capitellien d'eau douce. (Eisigella
Ouanaryensis.—G. Bohn. Sur la loeom. des Vers annelés. — N. Gré-
hant. Sur la dis80ciation de l'hémoglobiue oxycarbonée. --Ph. van
Tieghem. L'Hypostase, sa struct. et son role constants, sa posit. et sa
forme variables. — E. Bureau. Sur les Strychnos africains et les plants
servant á eropoisonner les armes en Afrique. —A. Chevalier. Le
caoutchouc du territoire du Chari. — D. Bois. Liste de quelques florai-
sons intéress. observ. dans les serres du Muséum du 20 nov. au 20
déc. 1901. — A. Thevenin. Sur la présence de Mosassauriens dans le Tu-
ronien de France.=Année 1902. N.° 1. E. T. Hamy. Types ethniques
du Rhodope. — A. Ménégaux. Catal. des Mammiféres rapportés par
M. Geay de la Guyane francaise en 1898 et 1900. — A. Grouvelle.
Coleopt. (Silphidce, Nitidulidoe Rhysodidce, Cucujidce, Cryptophagidce)
recueillis dans le Japón central par M. Harmand.— Ch. Gravier. Sur
les Annélides Polichetes d'eau douce. — A. E. Mallard. Des variat.
mensuelles de la faune et de la flore maritimes de la baie de la
Hougue.— J. Manmus. Sur le trois. coecum des oiseaux. — L. Laüdot.
De l'action amylolytique des glandes saliv. chez les Ophidiens. —
Ph. van Tieghem. L'hy postase dans le fruit et dans la graine.— Deux
ochnacées nouv., intéress. par leur habitat géograph.— G. Chauveaud.
Passage de la position alterne á la position superposée de l'appareil
conducteur dans le cotylédon de l'Oignon.— Poisson et Pax. Sur trois
esp. cactiformes d'Euphorbes de la cote occid. de Afrique.— H. Hua.
Quelles esp. fournissent 1* caoutchouc du Dahomey, d'aprés les docu-
ments foumis par M. le Testu.— Arnaud. Recherche et dosage du
caoutchouc dans quelq. lianes africaines.
Sesión del 4 de Marzo de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Sr. Martínez de la Escalera, por ausencia del Secretario y
Vicesecretario, leyó el acta de la sesión anterior, que fué apro-
bada.
Asiste el Sr. Mir y Navarro, socio fundador, de Barcelona.
Correspondencia. — El Secretario leyó una comunicación de
Mr. Albert Gaudry, en la que da las gracias por los volúmenes
que ha recibido de la Sociedad, á la cual felicita calurosamen-
te por sus trabajos.
Otra del Congreso internacional de Botánica de Viena (1905)
en que se da cuenta de haber quedado constituida la Comisión
organizadora. El Congreso se verificará del 12 al 18 de Ju-
nio de 1905, y la correspondencia debe dirigirse al Secretario
general «Conservateur Dr. A. Zahlbruckner, Vienne I, Bur-
gring, 7». La circular queda en Secretaría á disposición de los
señores socios.
Otra del Instituto médico farmacéutico de Barcelona parti-
cipando las condiciones en que se verificará en lo sucesivo el
concurso escolar que tiene lugar todos los años y que en ade-
lante versará alternativamente sobre un tema de Medicina y
otro de Farmacia, correspondiendo el del año actual á la pri-
mera de dichas ciencias.
Otra de la Real Academia de Ciencias de Lisboa, acusando
recibo de los Boletines de Diciembre y Enero, y un oficio del
Ldo. D. Enrique Teruel, Rector del Seminario de Orihuela,
dando gracias por haber sido admitido socio numerario.
Admisiones y presentaciones.— Quedan admitidos como socios
numerarios, D. Rafael Areses, de Pontevedra, presentado en la
sesión anterior por el P. Merino, y el Instituto general y técni-
co de Huelva; y como agregado, D. José María García Callejo,
que lo fué por el Sr. Martínez de la Escalera. Se hizo una
nueva presentación.
T. m.- Marzo, 1903. 9
126 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Renuncias. — Se leyó una carta de D. José Pardo Sastrón, de-
Valdealgorza, en la que, alegando su mucha edad para coad-
yuvar activamente á la vida de nuestra Sociedad, ruega se le
considere como cesante: á propuesta del Sr. Bolívar, pasa esta
petición á informe de la Junta directiva, para que se vea si hay
medio de conservar en nuestras filas al compañero del gran
Lóseos, con el cual colaboró en la flora de Aragón.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Cabrera Latorre, por encar-
go del Sr. Rivera, de Valencia, presenta un nodulo compañero
de otros semejantes hallados cerca de Játiva, perfectamente
esféricos, y los cuales atribuye dicho señor á un glaciar que
cree ha existido como unos 20 km. más arriba del lugar del
hallazgo; y en prueba de su aserto presenta un trozo del bor-
de izquierdo del dicho glaciar pulimentado por deslizamiento.
El Sr. Font dice que existe en Cataluña un lugar en donde
se encuentran gran cantidad de nodulos semejantes.
El Sr. Fernández Navarro cree que el ejemplar presentado
no debe atribuirse á efectos glaciares, siendo, á su entender,
una formación corriente en las calizas, que, como es sabido,
concrecionan muy diversamente.
—El Sr. Secretario dio cuenta de dos notas recibidas, una
del Sr. Graiño, de Aviles, sobre la Testudo mauritanica, y otra
del Sr. Esteva, de Gerona, acompañada de varias fotografías
acerca de monstruosidades observadas en algunos vegetales,
acordándose pasaran todas estas notas y memorias á la Comi-
sión de publicación.
— El Sr. Rodríguez Mourelo habla brevemente sobre las pro-
piedades fosforescentes del sulfuro de calcio y sus variaciones
de coloración al ser expuesto á la luz, prometiendo enviar una
nota.
Otro tanto promete el Sr. Fernández Navarro, de-pués de
dar notica sobre la presencia del eoceno en el Molar, en cuya
localidad no cree se haya citado.
— El Sr. Artigas dice que en el ríoBernesga han desapareci-
do las truchas á causa del lavado de minerales de carbón, de-
mostrándose con ello cómo el abandono de nuestros poderes
es causa de que se despueblen nuestros ríos.
El Sr. Font hace resaltar el contraste de que la iniciativa
de un particular en Castellote haya bastado 'para que el río
DE HISTORIA NATURAL. 127
que por dicho punto pasa esté infestado de cangrejos por haber
echado en él alg-unos no hace mucho tiempo.
— El Sr. Artig-as manifestó que el 17 de Febrero último había
visitado en su casa de León al distinguido médico D. Elias
Gag-o Rabanal, autor del libro sobre estudios de la antig-ua
Lancia, de que dio noticia el consocio D. Rafael Blanco á
la Sociedad en una de sus últimas sesiones, y que con la
mayor amabilidad le enseñó varios objetos y ejemplares de
las tierras que forman los depósitos de cenizas mezcladas con
arcillas denominados terreras, y que describe ó menciona en
el expresado libro; agradeciendo infinito, dicho señor médico,
el que el Sr. Blanco y esta Sociedad, como lo hizo presente el
Sr. Artig-as, se hubiesen digmado ocuparse de su expresado li-
bro. El Sr. Artig-as rog-ó, y así se acordó, que conste en el acta
el reconocimiento del mismo por la exquisita atención y extre-
mada amabilidad que para con los dos amig-os que le acompa-
ñaban, y para con él, tuvo el Sr. Gag-o durante la mencionada
visita.
— El Sr. Calderón remite la sig-uiente nota bibliográfica:
Ram m an : Influencia del clima en las zonas de los suelos de Espa-
ña. Con este título ha aparecido en alemán, en la Zeitschr. der
Ges.f. Erdk., 1902, un corto trabajo que no deja de tener cier-
to interés, y al cual acompaña un mapa en bosquejo de la dis-
tribución de los suelos arables en la Península ibérica. Esen-
cialmente no añade nada nuevo á lo que sabemos ya por el
trabajo de Willkomm, pero se hacen alg-unas consideracio-
nes en aquél que merecen mencionarse. Los suelos extendidos
con más profusión por el territorio de nuestra Península son
los esteparios y semiesteparios, en parte impregnados de sal.
Como una facies particular de éstos considera el autor las tie-
rras negras de Andalucía, las cuales se diferencian por su es-
tructura de las similares del E. de Europa. Aparecen tapizadas
las estepas de una zona de tierra roja, cuya procedencia no se
explica aún bien, aunque es obra indudable del arrastre de
ácido silícico y la separación de óxido de hierro coloide. En la
reg-ión de las costas del NW., de clima suave y abundantes
precipitaciones acuosas, las tierras humíferas alcanzan el ma-
yor predominio, mostrando de la manera más patente cómo la
formación de los suelos depende ante todo del clima.
— El Sr. Bolívar presenta en nombre del R. P. Merino una
128 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
memoria que lleva por título «Especies gallegas del género
Armería Wild.», en la que se describe una nueva especie,
acompañada de una preciosa lámina; una nota del Sr. Boscá
sobre el hallazgo de un Teleosaurido en Buñol (Valencia), del
que los socios pudieron examinar un molde en yeso de la ter-
cera vértebra cervical remitido por el mismo señor, y por fin
un estudio del Sr. Pi y Suñer, que lleva por título «Experimen-
tos de inyecciones de los derivados de la degeneración de la
hemoglobina», acordándose pasaran todos ellos á la Comisión
de publicación.
Secciones.— La de Zaragoza celebró sesión el 26 de Febrero
bajo la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal. Se hizo una
propuesta de socio numerario.
— El R. P. Navas, en comunicación verbal, dio cuenta de lo
notable que es la Thése yrésentée a la Faculté de Sciences de
París pour obtenir le grade de Docleur ensciences nalurelles, por
M. Robert de Sinéty, que trata de Recherches sur la Mologie et
l'anatomie des Phasmiens, cuyo trabajo ha merecido el premio
T/iore, de la Academia de Ciencias de París el pasado Di-
ciembre.
El P. de Sinéty se ha servido de centenares de preparaciones
de diversas especies de fásmidos, desde el huevo, y ha segui-
do atentamente todas sus fases evolutivas durante muchos
años; demostrando en su trabajo estar plenamente informado
de cuanto se ha escrito sobre esta interesante familia de ortóp-
teros.
El Sr. Brunner, de Wattenwyl, nuestro consocio, prepara
una monografía descriptiva de esta familia.
—La Sección de Sevilla celebró sesión el día 28 de Febrero
bajo la presidencia del Sr. Miquel.
Fueron admitidos socios Mr. Xavier Raspail, especialista en
Ornitología, y el Sr. D. Paulino Martínez Girón, presentados en
sesiones anteriores por los Sres. Ferrand y Miquel y los seño-
res Mazo y Ferrand, respectivamente.
Se hizo otra nueva propuesta de socio.
— El Sr. Cru dio cuenta de haber recibido un ejemplar de
Fuligula rupia Sthephens, cazado en la Albufera de Valencia
el día 18 de Febrero; ave común en Noruega y costas británi-
cas, y que ya ha sido citada de dicha localidad española en
DE HISTORIA NATURAL. 129
invierno por Vidal, Saunders y Lord Lillford, pero que no
deja de ser interesante. Barceló la considera como sedentaria
en Mallorca, y Vayreda la ha encontrado en Gerona.
— Los señores socios tuvieron ocasión de examinar la com-
plicada nerviación de unas hojas fósiles de Dictyopteris neuro-
teroides Gutb, formando una red, y de A lethopteris Serlii Brogn.
sp., heléchos procedentes del carbonífero de Bélmez, que fue-
ron recogidas en unión de un gastrópodo perteneciente á un
género próximo al Straparollus (Eüomphalus), con motivo del
cual el ¡Sr. de Paúl disertó extensamente respecto á la clasifi-
cación y anatomía de los moluscos.
Notas y comunicaciones.
Digestión del almidón
D. FEDERICO GREDILLA
Generalidades. — No cabe duda que de todas las funciones asi-
miladoras desempeñadas por las plantas hay una que llama
la atención del naturalista muy principalmente; nos referimos
á la llamada digestión de reservas. Decimos esto, porque para
realizarla necesitan los vegetales haber depositado ó almace-
nado en ciertos tejidos de determinados órganos, y con antela-
ción, materiales que más ó menos tarde han de ser destinados
á ulteriores beneficios asimilativos, y que reciben el nombre de
substancias en reserva.
En tesis general, bien puede decirse que no existe órgano
vegetal que en alguno de sus tejidos no guarde para ulterio-
res utilidades de estas substancias alimenticias, si bien estos
almacenes se hallan de preferencia en aquellos órganos que,
como las semillas, tubérculos, etc., se sirven de este auxilio
alimenticio en sus primeros esbozos de su vida activa. Allí es
donde tan esenciales alimentos están colocados de mano maes-
tra, pues al amparo de dichas reservas, los rudimentos de
nuevas producciones, embriones ó vegetales en miniatura
por dichos órganos encerrados, pasan de la vida latente á la
vida activa; y hé aquí explicado el por qué la naturaleza, y el
hombre copiando á ésta, disocia ó separa estos elementos ó
130 BOLETÍN de la sociedad española
partes de la planta madre, con el fin exclusivo de multiplicar
los vegetales y propagar de esta manera, y según los casos, los
individuos ó las especies.
Entonces es cuando estos seres diminutos ó en miniatura,
favorecidos por las condiciones germinativas, apropiando ó
asimilando lentamente aquel sustento de reserva, crecen, se
desarrollan y constituyen finalmente seres ostensiblemente
distintos que, como sus predecesores, puedan vivir libres é in-
dependientes, aun cuando siempre ligados si su vida ha de
sostenerse á las condiciones de medio necesarias para su ejer -
cicio, cuales son: radiación y alimento según unos, atmósfera
y suelo según otros.
Dichas substancias en reserva se encuentran en los vegeta-
les en procesos bioquímicos diferentes de la serie funcional
sintética ó analítica, asimiladora ó dasasimiladora, reductora
ú oxidante, importándonos poco, porque no es factible preci-
sar dentro del estado actual de la ciencia, ni del caso presente
discutir, á qué rango de estos dos grupos seriados tan distin-
tos corresponden.
Pero sea de esto lo que quiera, y siguiendo el camino de la
serie sintética ó asimiladora, observemos que estas reservas se
hallan muy frecuentemente al estado sencillo de hidratos de
carbono, como el almidón, glucógeno, inulina, glucósidos.
taninos, etc.; otras veces constituyendo compuestos más com-
plejos bajo la forma de éteres gUcéricos, como los cuerpos gra-
sos, ya líquidos (aceites), ya sólidos (sebos y mantecas); y por
último, formando substancias más avanzadas en la corriente
reductora ó al estado de albv/minoides ; sirvan de ejemplo la
parte fundamental de' los granos de aleurona y los aleurocris-
taloides.
Más todavía: fijándonos en los hidratos de carbono, por ser el
almidón uno de tantos, y objeto preferente de nuestro estudio,
recordemos también que casi todos ellos están localizados en
las células al estado de reservas insolubles; y si bien en algu-
nos casos (inulina...) se encuentran disueltos en el jugo celu-
lar merced á la reacción acida de éste, no por eso se hallan en
condiciones de ser asimilados por los órganos; necesitando
para ello que todos, sin excepción alguna, sufran ciertas trans-
formaciones hidrolíticas, que con la ayuda de fermentos es-
peciales en cada caso, y siguiendo la vía natural, den por re-
DE HISTORIA. NATURAL. 131
sultado glucosas que aseguran por su fácil osmosis citódica,
por sus combinaciones rápidas con las amidas y por ser el ali-
mento difusible más sencillo, el incremento orgánico vegetal.
De aquí resulta que la glucosa es por excelencia eL producto
alimenticio absorbible y asimilable en el mundo organizado,
y buena prueba de ello manifiesta el considerable crecimien-
to y multiplicación del Saccaromyces cerevisice, á expensas de
la glucosa de la uva, produciendo la fermentación alcohólica
tan conocida; y además el buen desarrollo que adquiere dicho
hongo ascomiceto en un cultivo sencillo y previamente este-
rilizado de agua con azúcar.
Ahora bien; después del conocimiento de estos preliminares
generales, como primeros peldaños de la escala científica que
subimos, y siguiendo con gradación el orden de los tramos
para llegar á la meta, á ser posible, del asunto que encabeza
este artículo, nos ha parecido conveniente, y más que conve-
niente necesario, decir dos palabras referentes á la composi-
ción del almidón, si, como es lógico, hemos de dar cumplida
satisfacción á las transformaciones de que es objeto esta subs-
tancia, partiendo como corresponde de su fórmula componente.
Composición del almidón. — El grano de almidón, cuya variabi-
lidad morfológica distingue diferentes especies vegetales, y
■cuya singular estructura estratificada aparece en el luminoso
campo microscópico, es un hidrato de carbono al que le asig-
namos la conocida fórmula (C6 H(0 03)5, sin poder asegurarlo.
Está esencialmente formado de dos variedades de anulosa, que
son otros tantos estados isoméricos del mismo almidón.
Una de las variedades recibe el nombre de amilosa insohible
ó esqueleto amiláceo, porque á su gran insolubilidad, comparada
€on la de la otra variedad, se ag'rega el aspecto reticular ó ar-
madura esquelética que lo distingue. Los caracteres que ofre-
ce son los siguientes: resiste el agua hirviendo; exige para
•disolverse una temperatura superior á 136°, ó la solución amo-
niacal de óxido de cobre; y con el ácido sulfúrico concentrado
/» el cloruro de zinc, se transforma en la otra variedad amilácea
llamada granulosa. Forma, como hemos dicho ya, el esqueleto
del grano de almidón, conservando la forma, tamaño, estruc-
tura y propiedades ópticas de éste, si bien su densidad es me-
nor y la estratificación más visible, y de las dos variedades
coexistentes en el grano feculento representa ésta á duras pe-
132 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ñas la octava parte de su peso total. Adquiere con el yodo una
tinta amarilla ó amarillo-rojiza, siendo frecuente no colorarse
del todo.
A la otra variedad denominada granulosa se le ha dado
también el impropio vocablo doble de amilosa soluble, y deci-
mos impropio, por la inexactitud encerrada en el calificativo
tan contradictorio que lleva. Esta substancia, en verdad, es po-
sitivamente insoluble en las condiciones ordinarias, aun cuan-
do comparativamente sea mucho menor la insolubilidad que
en la variedad anterior, razón por la que y para su solubili-
dad completa, es imprescindible sea atacada por los reactivos
que vamos á indicar en los caracteres que insertamos á con-
tinuación.
Dicha variedad, insoluble á la temperatura ordinaria, es so-
luble en el agua á temperaturas superiores á 30°; en la saliva
entre 38° y 47"; en una disolución de sal común con 1 por 100
de ácido clorhídrico á 60°; en el ácido crómico y en el hipoclo-
rito de cal. Reúne además la particularidad de azulear con el
ag-ua yodada, y dicha combinación, llamada yoduro de almidón.
presenta el fenómeno singular de disociarse y por tanto deco-
lorarse por el calor, y de reformarse recuperando el color por
el enfriamiento. Rellena todos los espacios ó mallas que deja
la variedad anterior ó esqueleto amiláceo, y es la que se desta-
ca en nuestras preparaciones histológicas, por representar,
contrarrestando á aquélla, las siete octavas partes del peso total
del grano amiláceo.
Con lo dicho basta y sobra para comprender que con los
reactivos indicados podemos á capricho , y según conveng-ar
disociar una de otra, ambas variedades,, aun cuando la resis-
tencia á la separación sea mucho mayor en la primera que en
la segunda.
Otro distintivo notabilísimo del almidón es que se hincha
adquiriendo varios cientos de veces su volumen primitivo
cuando se pone en contacto con el ag-ua á 55°, y además pier-
de la estriación concéntrica, carácter este último que podemos
también singularizar si sometemos dichos granos de almidón
á la acción de los reactivos deshidratantes, como el alcohol ab-
soluto.
Notemos, sin embargo, y de paso, que si la cantidad de
agua es insuficiente, los granos se tocan y se sueldan en una
DE HISTORIA NATURAL. 133
masa transparente y glutinosa denominada engrudo de al-
midón.
Digestión amilácea. — Se entiende por digestión de las reser-
vas ó digestión del almidón, sujetándonos al epígrafe de este
artículo y de este párrafo, la serie de transformaciones hidro-
líticas mediante las cuales el almidón, como primer término,
es convertido en glucosa, considerada hoy día como el último
eslabón de la cadena digestiva y el producto definitivo, esta-
ble y asimilable de todos los cambios sufridos por aquél.
Lo cual quiere decir en breves, claros y concisos términos,
que la digestión amilácea consiste en la transformación del
almidón insoluble y no asimilable en glucosa soluble y asimi-
lable.
Esta digestión puede ser natural ó artificial, según se veri-
fique en las células vegetales como retortas organizadas y vi-
vientes ó en las cápsulas y matraces del laboratorio. Y hace-
mos esta notable distinción, para mostrar que los medios
puestos en juego por la naturaleza no son ni con mucho se-
mejantes á aquellos de que dispone el químico para operar
esta digestión: ni tampoco son idénticas las corrosiones que
se advierten en uno y otro caso sobre la tan señalada materia
prima en función.
I. Digestión natural. — Esta vital digestión es el trabajo in-
cesante observado en las células de las semillas, tubérculos,
yemas, etc., en su paso de vida latente á vida activa, y por
ella los granos de almidón previamente almacenados sufren
las transformaciones hidrolíticas consiguientes y necesarias
para dar origen á la glucosa, á expensas de los factores si-
guientes: temperatura ordinaria, protoplasma ligeramente áci-
do, sin cuya condición no sería eficaz el factor especialísimo
sine qna non ó fermento diastásico amilasa (1), y finalmente,
el agua como fac tolum para traer y llevar en todos los orga-
nismos vegetales.
Transformaciones hidrolíticas. — Hé aquí el problema capital
y esencialísimo que debemos detallar si hemos de tener clara
idea de la digestión amilácea. No basta que digamos el almi-
dón pasa á glucosa; opinamos que es necesario más; exigimos
(1) Este fermento, como casi todos ellos, son substancias nitrogenadas, neutras,
solubles en el agua é insoluoles en el alcohol, que se encuentran en el protoplasma.
134 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
que es f rzo^o saber cuáles son los tránsitos insensibles que
se producen en la substancia feculenta para llegar á su solubi-
lidad asimilable; y porque eso creemos, estimamos como un
deber de imperiosa necesidad decir algo que, aun cuando no
sea del todo nuevo, recuerde el asunto á satisfacción.
En primer lugar ante todo, y para proceder con orden , no-
temos que las transformaciones que se verifican en el interior
de las células bajo el poderoso influjo de los agentes ó facto-
res ya reseñados y que simbolizan la digestión natural del
almidón, son de dos clases, órdenes ó categorías, que denomi-
namos pro fásicas y meta fásicas.
a. Pro/ásicas. — Á esta categoría corresponden aquellas hi-
drólisis previas que pudiéramos denominar también prepara-
torias é isoméricas, porque originan en el almidón cambios al
parecer isoméricos é imprescindiblemente necesarios para
llegar al de granulosa soluble.
Se observan en las células en sus diversos períodos vitales,
y consisten en hidrataciones sin desdoblamientos de la misma
esencia amilácea, dando lugar y poco á poco á metamorfosear
el almidón en sus diferentes aspectos ó variedades anterior-
mente estudiadas, para finalizar con la solubilidad de la me-
nos insoluble. Comienza el ataque digestivo, y como es na-
tural por la menos insoluble ó granulosa, y continuando la
acción sobre la más refractaria amilosa insoluble se cambia
ésta en aquélla, y ambas, finalmente, se traducen al estado
isomérico magistralmente preparado de granulosa soluble para
que sobre él tengan efecto las transformaciones hidrolíticas de
segundo orden ó metafásicas.
Hasta aquí, como vemos, la intervención del agua con la
ayuda de los agentes digestivos no ha sido otra que la de co-
municar al almidón cambios de forma, estructura y estado
físico convenientes, conservando íntegra su composición quí-
mica.
Ahora bien; conocidos los caracteres de los estados isoméri-
cos, amilosa insoluble y granulosa, corresponde indicar los
respectivos á la granillosa soluble , que son los siguientes: es
soluble en el agua, se precipita con el alcohol en depósitos
gelatinosos blancos y amorfos; el agua de cal y de barita la
precipitan también formando compuestos particulares. Se co-
lorea en azul por el yodo, formando el yoduro de granulosa, y.
DE HISTORIA NATURAL. 135
si se añade á esta disolución algunas gotas de sulfato de sosa
ó de cloruro de calcio, se precipita el yoduro bajo la forma de
gelatinosos depósitos azules. Desvía el plano de polarización
enérgicamente y hacia la derecha, siendo su poder rotato-
rio + 218° y el poder reductor pequeñísimo.
Esta disolución previa ó digestión profásica se verifica de
*
un modo gradual desde la superficie del grano amiláceo á su
centro repectivo, y puede ser igual ó desigual, según que los
granos se disuelven poco á poco y uniformemente por toda la
superficie, conservando la forma original hasta su completa
desaparición; ó bien sufra el almidón corrosiones locales que,
avanzando desde la periferia al centro, origina canalillos, los
cuales, llegando al núcleo ó hilo amiláceo, favorecen la acción
diastásica para la disolución más rápida de los granos de al-
midón.
Terminada la explicación de las transformaciones pro fásicas,
corresponde continuar con el estudio de las meta/ásicas, des-
cribiendo y formulando una por una las series de hidrólisis
respectivas y de segunda categoría.
aa. Metafásicas.— Con este nombre designamos las transfor-
maciones netamente hidrolíticas. que también pudiéramos de-
nominar finales y dextr ¿nicas, porque con ellas la granulosa so-
luble, último término de los cambios profásicos, sufre una se-
rie de hidrataciones con desdoblamientos sucesivos, que origi-
nando dextrinas diversas en cuanto á sus composiciones y pro
piedades, se llega á la meta de nuestro objetivo, tantas veces
repetido, ó sea al estado de glucosa asimilable.
Y ¿qué transformaciones hidrolíticas son éstas? Para con-
testar á esta pregunta comenzamos por la granulosa soluble,
cuyos caracteres nos son conocidos y cuya fórmula es la
consabida del almidón y generalmente aceptada, ó sea
(C6 H10 Os)«.
Fijémonos también que en todas las hidrataciones señaladas
cuyas ecuaciones formuladas vamos á indicar, intervienen dos
moléculas de la dextrina respectiva con una de agua á más del
fermento amilasa con los agentes precitados, excepto en el tér-
mino maltosa que, siendo la maltasa el fermento activo de su
transformación en glucosa, también acontece que para su con-
versión en ésta no intervengan más que iguales cantidades
moleculares.
1|6 BOLETÍxM DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
1.a hidratación.
2(C6H10Os)s + H20 = 2(C6H10O5)* + CI2 H2, Ou
granulosa soluble agua amilo-dextrina maltosa
La amilo-dextrina cristaliza en agujas que pueden agrupar-
se concéntricamente en forma de disco. Estos cristales en fres-
co se disuelven en agua fría, y desecada son poco solubles,
necesitando que la temperatura del ag-ua sea de 50° á 60° para
su completa solubilidad; no se colorean dichos cristales con el
yodo, y disueltos en el ag-ua toma ésta una coloración rojo-co-
briza con el reactivo. Reduce muy débilmente el tartrato cu-
pro-potásico, siendo los poderes rotatorio y reductor + 213°
y 6 respectivamente.
Respecto á la maltosa ya se indicarán después sus caracteres.
2.a hidratación.
2 (C, H10 05)* + H2 O = 2 (C6 H10 Os)* + Ct2 H22 0M
amilo-dextrina agua eritro-dextrina maltosa
La eritro-dextrina, que constituye la mayor parte de la dex-
trina del comercio, se caracteriza porque es insoluble en ag-ua
fría y se colorea en rojo por el yodo, tanto en disolución como
al estado sólido. Sus poderes rotatorio y reductor son, con corta
diferencia, los de la amilo-dextrina.
3.a hidratación.
2 (C6 HI0 O,)3 -f- H2 O = 2 (C. H10 0,s)2 + C12 H22 On
eritro-dextrina agua acro-dextrina maltosa
La acro-dextrina no se colorea por el yodo ni en disolución
ni al estado sólido. Su poder rotatorio es + 210°, y su poder re-
ductor, 12.
4.a hidratación.
2 (C, H„ 03)2 4- H2 O = 2 (O, Hl0 O,) + C12 H22 0„
acro-dextrina agua dextrina maltosa
La dextrina es muy abundante en el jug-o celular de aquellos
órg-anos de veg-etación activa, y principalmente allí donde el
almidón se reabsorbe en virtud de la influencia de los agentes
digestivos. Es la forma principal bajo la cual la materia ami-
lácea camina por las células, bien para suministrar á los pun-
tos vegetativos los elementos necesarios para la formación de
las membranas celulares, bien para constituir nuevas reser-
DE HISTORIA NATURAL. 137
vas nutritivas lejos de los puntos donde la primera acumula-
ción ha tenido lugar.
Es una substancia higrométrica que se disuelve en el agua
en todas proporciones y á la cual comunica cierta viscosidad;
al estado sólido tiene un aspecto vitreo, incoloro ó débilmente
amarillo, y es mucho más resistente á la acción de los ácidos
que los compuestos precedentes más condensados. No se colo-
rea por el yodo, y los poderes rotatorio y reductor son, respec-
tivamente, -4- 150° y 28.
5.a Mdr citación.
2 (Cfl H,0 03) + H2 O = C12 H22 0„
dextrina agua maltosa
La maltosa es una de las substancias que se halla esparcidísi-
ma en las células vegetales del mismo modo que la dextrina.
Es soluble en el agua, es fermentecible, reduce el tartrato cú-
prico potásico, su poder rotatorio es en -f- 139°, 3 y el reduc-
tor 66. Bajo la acción de los ácidos diluidos se hidrata y cons-
tituye la g-lucosa, como veremos después.
Esta misma transformación se opera en las células sin duda
alguna, pero empleando procedimientos distintos y extraordi-
narios hasta tal punto, que en la actualidad no parece caber
duda, sea efecto del fermento maltosa, como ya dijimos en pá-
rrafos anteriores.
6.a Mdratación y última.
C„ H,, 0M + H2 O = C12 H24 0la = 2(Cfi H12 06)
maltosa agua glucosa
Con cuya igualdad mostramos que esta maltosa, como todas
las resultantes de las hidrataciones precedentes, se convierten
con esta nueva y última hidratación en glucosas finales, que,
como todos sabemos, son los hidratos de carbono difusibles y
asimilables en alto grado.
Dos glucosas hay en las plantas extraordinariamente espar-
cidas: la glucosa ordinaria, azúcar de uva ó dextrosa y la levulo-
sa. Ambas son fermentecibles y reducen el tartrato cúprico po-
tásico; pero se distinguen, porque la primera desvía el plano
de polarización á la derecha, siendo su poder rotatorio -f- 57°, 6
y la segunda á la izquierda con la desviación de — 106° á la
temperatura de 15° centígrados; la primera, correspondiendo al
grupo químico de la aldosa; la segunda, al de la cetosa.
138 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
El poder reductor en la glucosa ordinaria es de 100°, siendo
menor, aunque poco, el de levulosa. Es muy soluble en el agua,
pudiendo cristalizar por un reposo prolongado en cristales nía-
ciados más definidos, y en solución alcohólica en prismas rom-
boidales oblicuos.
Los orígenes de la glucosa en la vida celular son muy diver-
sos; por una parte se forma, mediante la hidratación de la
maltosa, con la ayuda de un agente diastásico denominado mal-
tasa; por otra, recordando el desdoblamiento del azúcar de
caña bajo la influencia del fermento invertina; ora por la com-
binación del carbono con los elementos del agua en la inolvi-
dable asimilación clorofílica; bien, final y probablemente, por
la oxidación de los alcoholes, mediante lasoxidasas, losamilo-
plasmitos ó fermentos especiales.
Su descomposición es fácil todas las veces que la célula está
privada del oxígeno atmosférico, dando lugar y según los
casos á alcohol, anhídrido carbónico, glicerina, ácido succíni-
co etc., etc. Así se observa que ciertas plantas que resisten
largo tiempo á la asfixia, obran como agentes enérgicos en la
descomposición de las glucosas; sirva de ejemplo la fermenta-
ción alcohólica del vino mediante el vegetal facultativo anae-
robio Saccaromyces ceretisim.
Para terminar todo lo referente á la digestión natural del
almidón, no está de más representar, mediante un cuadro
esquemático, las transformaciones hidrolíticas indicadas ante-
riormente, reseñando al mismo tiempo los poderes rotatorio y
reductor de los cuerpos resultantes, con objeto de hacer más
patentes y visibles las diferencias que los separan.
El bosquejo esquemático á que nos referimos es el siguiente:
GRUPOS. CUERPOS. Fórmula. roS0. reP¿etror.
Amilosa insoluble. (Cfi H10 05x,5 > »
/ Profásicas. . .1 Granulosa ídem. » >
Granulosa soluble. ídem. -¡-218° >
Amilo-dextrina... (CG H10 05)4 -f 213° 6
Eritro-dextrina. . . (C6 HJ0 05)3 ídem. idem.
Acro-dextrina. ... (C6 H10 05)s + 210° 12
Dextrina C6 H10 05 +150° 28
Maltosa CJ2 H22 0„ 4-139°,3 66
Glucosa ... C6 H,2 06 + 57°,6 100
Metafásicas.
DE HISTORIA NATURAL. 139
De su simple lectura como resumen se desprende: que de la
serie pro fásica y sin cambiar de composición química, el hidra-
to de carbono se presenta bajo diversos estados ya isoméricos,
ya dotados de una cohesión diferente, cuales son la amilosa.
granulosa y granulosa soluble. Que de la serie metafíisica el
último hidrato de carbono y soluble, llamado granulosa solu-
ble, sufre una serie de hidrataciones y desdoblamientos suce-
sivos, formándose cada vez maltosa y una nueva dextrina de
peso molecular más bajo, de poder rotatorio más débil y de
poder reductor más alto; y finalmente, que por una primera
hidratación la última dextrina se transforma en maltosa, y
por una segunda hidratación la maltosa se convierte en glu-
cosa, continuando sin perderse en estos cuerpos finales la ley
general y constante compensada que dice, «que á la disminu-
ción en el poder rotatorio y gradual de estos cuerpos metafá-
sicos corresponde un aumento en el poder reductor de los
mismos».
II. Digestión a?'tificiaL—Se llama así á la que experimen-
talmente logramos en los laboratorios partiendo de agentes
completamente distintos á los empleados por la naturaleza.
Así sucede que, bien por una temperatura seca de 160°, ora
por una ebullición prolongada en el agua, ya final y más rá-
pidamente por la ebullición en la potasa diluida, ó en los áci-
dos minerales diluidos al abrigo siempre del calor, podemos
conseguir la transformación del almidón en glucosa.
De lo cual resulta que aquí no hay temperatura ordinaria,
ni protoplasma acidulado, ni fermento amilasa, ni, por último,
el ambiente celular de los tejidos como en la digestión natu-
ral amilácea; y con lo cual queda bien sentado que los medios
empleados por el hombre para dar explicación experimental á
estos fenómenos, no han sido, ni son. ni serán reflejo siquiera
de los magistralmente ejecutados por la sorprendente y mara-
villosa digestión celular.
En las condiciones antedichas, sin embargo, el hombre llega
á transformar el almidón, haciéndole atravesar por todas y
cada una de las fases que hemos explicado, hasta llegar al
estado de glucosa, hermoso adelanto realizado, que por su mu-
cho provecho ha venido á dar un gigantesco paso á la difícil
si bien encantadora ciencia de la química biológica.
Pero no es esto todo; sino que ejerciendo los ácidos diluidos
110 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
en caliente los mismos efectos hidrolíticos que la diastasa, se
nota una diferencia manifiesta entre ésta y aquéllos, y es que
los ácidos embeben los granos de almidón dando lugar á re-
siduos de la misma forma que ellos, y que son probablemente
los esqueletos amiláceos de amilosa por ser coloreables en rojo
por el agua yodada: y la diastasa actúa moderadamente desde
la superficie del grano al centro, de modo que la parte interior
de éste, todavía no atacada, conserva de ordinario la propie-
dad de azulear con el agua yodada.
Consignemos de paso que este proceso diferencial es más
bien aparente que real, puesto que es consecuencia de no ha-
ber empleado los agentes digestivos de la amilosa insoluble, y
cuyos disolventes respectivos hemos reseñado en los caracte-
res peculiares de esta variedad, pues de lo contrario la disolu-
ción del almidón hubiera sido completa.
Nada más por hoy: damos fin á estas cuartillas después de
haber dado cumplido término á este estudio interesante; supo-
nemos que en él hemos expuesto con toda claridad y en todas
sus manifestaciones todo cuanto se relaciona con tan impor-
tante función fisiológica, esperando para más adelante, y si
nuestras múltiples ocupaciones no lo impiden, continuar in-
vestigando, limitados á esta esfera de acción, la forma asimi-
lable de otros hidratos de carbono de tanta transcendencia bio-
lógica como el almidón.
Hallazgo de un Teleosaurido en Buñol (Valencia)
DON EDUARDO BOSCÁ.
Durante el curso de 1901 á 1902 fueron regalados por el
alumno Sr. Osea, al Gabinete de Historia natural de la Univer-
sidad de Valencia, tres cuerpos de vértebra petrificados, como
procedentes de una cantera explotada en el término de Buñol,
llamando desde luego tanto mi atención, que determiné reali-
zar un viaje al punto indicado el primer día hábil, como así lo
hice, acompañado del personal auxiliar délas clases prácticas.
Nos proponíamos buscar al mismo tiempo otros restos, que por
ser menos vistosos suelen pasar desapercibidos para el común
DE HISTORIA NATURAL. 141
de las gentes, pero de gran valor para la determinación del
animal á que pertenecieron las indicadas vértebras.
Es el punto aludido un desmonte practicado al extremo de
una vía muerta enlazada con el ferrocarril de Valencia á Utiel,
á la salida del primero de los túneles que se encuentran á la
subida de la sierra de «Las Cabrillas», derivando hacia el cauce
del río Carcalín, en donde se saca cascajo y sillarejos para un
largo trecho de aquella línea; y por cierto que aquellos para-
jes son muy conocidos por los excursionistas escolares, por lo
apropiados para el estudio de sus accidentes geológicos, que
más ó menos en grande forman el mejor programa realizable
dentro de nuestras costumbres y medios económicos.
De esta primera exploración pudo deducirse que, en efecto,
los materiales removidos para abrir paso á la cantera inmedia-
ta correspondían, por su color y demás circunstancias, á las
escasas tierras adheridas á los huesos, estando formados por
una marga arcillosa distintamente coloreada según las capas,
ya amarillentas, ya azuladas, pero siempre muy á propósito
para contener fósiles perfectamente sueltos y conservados en
sus mejores detalles de la superficie, como puede observarse en
los de referencia. No obstante nuestro detenido examen sobre
el terreno, ningún resto se encontró que valiera la pena de
tomarse en consideración.
Seguidamente recorrimos el yacimiento más próximo, don-
de existen algunos fósiles, distante como unos 600 metros ha-
cia el Mediodía de la cantera, en unas viñas ya al borde del
barranco de Carcalín, encontrando, como en otras ocasiones,
alguna Nerinea característica de la formación cretácica.
Más tarde nos dirigimos al pueblo, en donde se nos aseguró
que los huesos se habían encontrado hacía dos años, pudien-
do adquirir otra vértebra en un todo semejante á las tres de-
positadas en Valencia, y dejando entrever la posibilidad de
tener más detalles sobre el descubrimiento de los restos ani-
males mediante un jornalero, testigo presencial, que al pare-
cer quedó, como sus compañeros de brigada, muy impresiona-
do por tan inesperado hallazgo.
En Septiembre último, aprovechando una entrevista con el
Dr. A. Smith Woodward, jefe de la Sección de vertebrados fó-
siles en el Museo Británico, me permití molestar su atención,
mostrándole, entre otros fósiles, una de las vértebras, por ca-
T m.— Marzo, 1903. 10
112 BOLETÍN de la sociedad española
sualidad la menos caracterizada, según pude apreciar después,
teniendo la amabilidad de indicarme que pertenecía á un co-
codrilo del género Teleosaiiras.
Con este dato tan interesante pasé á consultar la obra clási-
ca de Zittel, en la que se consignan los caracteres de la fami-
lia de los Teleosáuridos, diciendo: que á partir de la vértebra
cervical, en el lado inferior y centro, está provisto de una qui-
lla, que no existe sobre las vértebras dorsales ni las lumbares;
añadiéndose más abajo: por su conjunto y talla, los Teleosáu-
ridos están muy próximos á los Gaviales. En efecto, las vérte-
bras en estudio resultan formando serie, la tercera, cuarta,
quinta y sexta de la región cervical, habiendo elegido la terce-
ra para sacar el vaciado que se acompaña como recuerdo para
nuestra Sociedad, por haber servido para la determinación
genérica, y además para que pueda verse la importancia del
detalle de la quilla inferior, que por corresponder á la primera
de las vértebras que lo tiene, solo se manifiesta como un tu-
bérculo junto al plano articular posterior, ó sea la inicial del
proceso característico de la familia.
En la misma obra citada se añaden datos sobre el g'énero
Mystriosaurus Kaup (Teleosawus de los autores), después de
repetir el que las vértebras cervicales siguientes á la primera
y segunda están provistas por debajo de una quilla longitu-
dinal; haciendo constar que no tienen nada de hipapófisis, y
que dichos animales vivieron en el lias superior, en el que
hay esqueletos de uno á cinco metros.
Rebuscando cuanto podía relacionarse con el asunto, com-
prendí que la referencia hecha por el Dr. Smith no podía ser
otra que la del género creado por Kaup diferenciado del Teleo-
saiirus, nombre éste más conocido entre los científicos; y par-
tiendo de tal suposición me encontraba con una duda, la de si
procedían los restos adquiridos del sistema jurásico, puesto
que, como queda dicho, muy cerca de donde se encontraron
las vértebras, lo propio que entre los acarreos, aguas abajo
del Carcalín, se hallan las Nerinea del piso inferior del cre-
tácico.
Consultada la luminosa Memoria geológica de la provincia
de Valencia de los Sres. Cortázar y Pato, en lo que pudiera
ilustrar sobre asunto tan capital, se procedió á una segunda y
reciente exploración, para ver de enlazar el pequeño manchón
DE HISTORIA NATURAL. 143
jurásico señalado en el mapa al Norte de las Ventas de Buñol,
á la derecha de la carretera de Cuenca, con el punto motivo
de la duda; y después de la inspección sobre el conjunto de
accidentes, cabe el admitir por lo menos la existencia de un
reducido afloramiento jurásico entre la masa cretácica que le
rodea.
La distancia geográfica entre el borde Sur del manchón ju-
rásico que se acusa en el mapa, y la balastera á que nos refe-
rimos, vendrá á ser como de unos 5 km., interponiéndose las
estribaciones del monte conocido por «Alto Jorge», que se halla
al Este, dislocado en forma de pico, cuya mayor altura corres-
ponde ai Mediodía, por donde sufrió la rotura de emergencia,
quedando arrumbado hacia el Nordeste, y dando lugar al si-
nuoso y profundo cauce que allí tiene el Carcalín.
En tal suposición, la quebrada tuvo lugar por el apoyo del
terreno superior compuesto de capas flojas y heterogéneas,
como lo atestiguan los desmontes y túneles de la vía férrea;
sobre la caliza dura y en «capas de mediano espesor, distinta-
mente estratificadas y de fractura astillosa», que caracterizan
entre ambas canteras explotadas la que aluden los Sres. Cor-
tázar y Pato en el jurásico de las Ventas, y la que se halla
próxima al barranco, en cuyo fondo se descubren los caracte-
rísticos estratos, lo mismo hacia la parte alta que hacia la
baja, en donde han originado una olla de gigantes, conocida
en el país por «La Jarra».
Las vértebras son tan semejantes entre sí, que es necesario
poner alguna atención para colocarlas por su orden natural,
hallándose todas igualmente mutiladas en sus apófisis latera-
les, de las que solo restan alguna parte de la base; y con res-
pecto á la porción superior ó neuroesquelética, en dos de ellas
llega á cerrar el anillo solo en parte, pudiendo apreciarse el
calibre del hueco para la médula por el relleno del material
margoso blanquecino, con alguna laminilla micácea, deján-
dose ver la línea epigenética de osificación entre el cuerpo y
•la apófisis espinosa, al nivel del arranque de la base de las
apófisis laterales, en su rama superior.
Las dos caras articulares son cóncavas, pero algo más la
posterior en la cuarta, quinta y sexta, que además están obli-
cuadas de arriba á abajo y de delante hacia detrás, distinguién-
dose sobre ellas las impresiones circulares de los meniscos in-
144 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
tervertebrales, y sobre el reborde, multitud de estrías corres-
pondientes á los ligamentos.
La longitud del cuerpo aumenta proporcionalmente de de-
lante á atrás, siendo de 44 mm. la tercera, 45 la cuarta, 46 la
quinta y 47 la sexta. En cuanto al diámetro del cuerpo se ob-
servan pequeñas diferencias entre las respectivas superficies
articulares, llegando á 35 mm. la cara mayor.
La rotura de alguna esquirla deja ver una masa de fino gra-
no del mismo color pizarreño obscuro y satinado de la super-
ficie con cristales microscópicos, rayando á la calcita. Las caras
articulares son de color ceniciento claro, contrastando con el
resto del hueso, y el conjunto de los cuatro cuerpos de vérte-
bra yuxtapuestos tiende á formar una línea que se separa de
la horizontal hacia arriba.
Otro de los frutos de la segunda excursión fué el examen de
unos materiales de extraño aspecto, empotrados en la superfi-
cie de alguna peña de las que se hallan próximamente equi-
distantes entre los mencionados puntos de estudio. La obser-
vación había sido hecha con anterioridad por mi distinguido
amigo y compañero de viaje el ingeniero D. Jorje Becker,
quien, enterado del mucho interés que estos asuntos encierran
para la ciencia, buscó y encontró las aludidas piedras sobre
las que parecían verse restos de hueso. El color, las formas,
textura y dureza, todo distinto de la caliza que los envuelve,
hacen en efecto sospechar que sean restos esqueléticos relacio-
nados con el tamaño y aun el contorno de determinadas par-
tes de algún reptil. Analizada una muestra de los supuestos
restos de hueso, arrancada con dicho propósito, ha resultado
con muy cerca del 2 por 100 de fosfato de cal.
La falta de fósiles conchíferos buscados por los alrededores
con alguna insistencia, así como las frecuentes grietas sobre
la caliza, rellenas de cristalizaciones, en la parte alta, y los
conglomerados en la parte baja del perímetro recorrido, con-
tribuyeron á la creencia de que nos hallábamos sobre unos
últimos estratos ó sitio de escaso fondo para las aguas, en los
que fácilmente pudieron mantenerse animales de respiración
aérea, circunstancias todas que concurren en la cantera de
Carcalín. Añadiré, en fin, que inmediato á las margas que for-
man el desmonte asunto de esta nota, se halla una bolsada
de arena de igual composición que la de las areniscas que se
DE HISTORIA NATURAL. 145
mencionan como raras en el jurásico en la Memoria geológi-
ca de la provincia de Castellón, del Dr. Vilanova, las que he-
mos visto el Sr. Becker y yo en el llano de Barracas forman-
do filadas.
Dípteros de los alrededores de Bilbao
D. TEODORO SEEBOLD (l).
BibionideB.
1. Bibio Geoffr.; raarci L.; venosus Mg.; johannis L.
jR/iypkydae.
2. Rhyphus Latr.: fenestralis L.
Straiiomyda.
3. Stratiomys Geoffr.; chamseleon L.; longicornis Scop.
4. Sargus F.; flavipes Mg.
5. Chrysomyia Mcq.: fonnosa Scop.; polita L.
6. Beris Latr.; vallata Forst.
7. Hsematopota Mg.; itálica Mg.; nigricornis Gob.
8. Tabanus L.; autumnalis L.; ater Mg.; Sp.?
9. Chysops Mg.; Ccecutiens L.; var. quadratus Mg.
Bombylidce.
10. Anthrax Scop.; flava Mg.
11. Bombilius L.; cruciatus F.; fugax W. (vulpinus Mg.);
cinerascens Mik.; major L.; ater Scop.
12. Systocchus Lw.; nitidulus F.; ctenopterus Mik.
13. Thereva Latr.: annulata F.; plebeja L.; arcuata Lw.;
árdea F.
Asilidce.
14. Leptogaster Mg.; cylindricus Mg.
(1) Clasificados según el Catálogo del Dr. Gobert. Caen, 1887.
146 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
15. Asilus L.; trigo ñus Mg.: rusticus Mg.: crabroniformis L..
albiceps Mg.; setulosus Zllr.
16. Leptis Fab.; tringaria L.; Perrisi Gol).
17. Chrysopila Mcq.; áurea Mg.: atrata F.
18. Empis L.; punctata F.; (testacea); bistortae Mg.: de-
cora Mg.
19. Dolichopus Lalr.: griseipennis Slann.
20. Gymnopterus Ltc.; nigriplantis Slann.
21. Argyra Mcq.: argyria Mg.
22
23
24
25
26
27
28
Orthocera.
Coelopa Mg.; pilipes Hal.
Scatophag-a Mg.: merdaria F.
Helomyza FaJL; varieg-ata Lir.
Dryomyza Faü.; flaveola F.
Sciomyza Fall.; cinerella FU.
Tetanocera Fall.: punctata F.; punctulata Scop.
Limnia R. Desv.; fenestrata Mcq.; unguicornis Scop.
rufifrons F.
29. Sepedón Latr.; sphegeus F.
30. Opomyza Fall.; germinationis L.
31. Drosophila Fall.; fasciata Mg.
32. Teichomyza Mcq.; fusca Mcq.
33. Chyliza Fall.; atriseta FU.
34. Urophora R. Desv.; stylata F.
35. Tepbritis Latr.; producía Lw.
36. Heriría R. Desv.; aíflicta Mg.
37. Rivellia R. Desv.; Syng-enesige F.
38. Caenosia Mg.; triangula FU.
39. Caricsea R. D.; tigrina F.
40. Anthomyia Mg.; pluvialis L.
41. Chortophila Mcq.; muscaria Mg.
42. Ophyra R. D.; leucostoma W.
43. Aricia R. D.; vagans FU.
44. Pyrelia R. B.; cadaverina L.
45. Lucilia Maq.; nobilis Mg.: cornicina FU.; sericata Mg.
ruficeps Mg.; csesar L.
46. Musca L.; domestica L.; vitripennis Mg.
47. Pollenia R. Desv.; rudis F.
DE HISTORIA NATURAL. 147
48. Calliphora R. Desv.; erythrocephala Mg.
49. Santomoxys R. Desv.; calcitrans L.
50. Idia Mg.; fasciata Mg.; lunata Fab.
51. Onesia R. Desv.; sepulcralis Mg.
52. Sarcopliaga Mg.; haemorrhoidalis Mg.; carnaria L.; ob-
fuscata Pand.
53. Nyctia R. Desv.; halterata Pz.
54. Scopolia R. Desv.; carbonaria Pz.
55. Myobia R. Desv.; fenestrata Mg.
5(5. Miltogramma Mg.; Sp.?
57. Tachina Mg., varias no determinadas.
58. Zophomia Mcq.; temula Scop.
59. Oliveria R. Desv.; lateralis F.
60. Mieropalpus Mcq.; fnlg-ens Mg.
61. Echynorayia Dum.; ferox Mg.; tessellata F.: grossa L.;
lera L.
62. Phasia Latr., crassipennis T. F. (analis F. Q).
Syrphidce.
63. Melithreptus Lw.; scriptus L.; menthastri L.; v. tsenia-
tus Mg.
64. Syrphus F.; pyrastri L.; seleniticus Mg.; tobiarius Mg.
(ribesii Wck.); corollae F.\ lunig-er Mg.; nitidicollis Mg. ; auri-
collis Mg.; decoras Mg.; balteatus Deg.
(55. Xantog-ramma Schm.; ornata Mg.
(W). Melanostoma Sclmn.; hyalinata FU.; mellina L.
67. Cheilosia Mg.; vernalis FU.; flavicornisi^.; albitarsis Mg.
Volucellidm.
68. Rhing-ia Scop.; rostrata L\
69. Volucella Geofr.; zonaria Poda.
Eristalhup.
70. Eristalis Latr.; aeneus Scop.; tenax £.; arbustorum L. ;
nemorum Mg.
71. Helophilus Mg.; floreus L.; trivittatus F.
72. Merodon Mg.; mutabilis.
73. Milesia Latr.; crabroniformis F.
74. Xylota Mg.; seg-nis L.
H8 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
75. Syritta S¿. Farg.; pipiens L.
76. Eumerus Mg.; tricolor F.; sabulonum FU.; lunula-
tus Mg.
Ti. Chrysochlamys Rond.; cuprea Scop.
78. Chrysogaster Mg.; metallinus F.
79. Pipizella Rond.; virens F.
80. Chrysotoxum Oken.; intermedium Mg.; elegans Lw.
sylvarum Mg.
81. Myopa F.; dorsalis F.; sp.?
82. Sicus Scop.; ferrugineus L.
83. Zodion Latr.; cinereum F.
84. Conops L.; flavipes L.
85. Physocephala Schm.; chrysorhcea Mg.
86. Hippobosca L.; equina L.
La «Testudo mauri tánica» en Asturias
D. CELESTINO GRAINO.
En Junio del 99 recibí para mi colección una hembra adul-
ta de Testudo mauritanica, encontrada, según me dijeron, en
el partido judicial de Aviles, en el monte de San Juan de Nie-
va; por la gran proximidad á la hermosa dársena, en donde
entran gran número de buques de diversos países, no di im-
portancia al asunto, creyendo que se trataría de una especie
importada como otras varias que ya había conseguido, entre
ellas el camaleón común, hasta que en Abril de 1902 recibí
otro ejemplar procedente del mismo sitio, y entonces pensé en
comprobar si era ó no cierta la presencia de aquel quelonio
en dicho lugar.
Hice primero gran número de investigaciones, y de ellas
resultó que los vecinos de San Juan desconocían en absoluto
al referido animal; pero, en cambio, alg-unos, aunque pocos de
los escasos pescadores que frecuentan aquel peligroso sitio,
me dijeron que, efectivamente, en ciertas ocasiones habían
encontrado allí tortugas. Esto me decidió á reconocer aquellos
terrenos, teniendo tanta fortuna, que á la primera tentativa, á
DE HISTORIA. NATURAL. 149
principios de Mayo, recogí una hembra joven de dicha es-
pecie.
El sitio donde fué encontrada, en lo alto del monte de San
Juan de Nieva, parroquia de Laviana, en el partido judicial de
Aviles, cerca de Punta Forcada, á una gran altura sobre el ni-
vel del mar, en terreno tortuoso y quebradizo y distante de
las casas de dicha aldea, aleja la duda de si podría proceder
de algún buque, porque á aquella elevación le sería imposi-
ble subir al animal. Tampoco es admisible que fuese ó proce-
diese del estado doméstico, puesto que aquellas gentes desco-
nocen en absoluto esta especie.
Un distinguido consocio nuestro é ilustrado herpetólogo, á
quien consulté sobre este caso, se inclinaba á creer que proce-
diese del estado doméstico, cosa que también yo creí cuando
recibí la primera tortuga; pero de las investigaciones realiza-
das y de los datos conseguidos he adquirido la certeza de que
existe en estado natural la Testudo nena-i tánica en dicho mon-
te desde hace muchos años.
Esta tortuga, que aún conservo viva, me permitió observar
sus costumbres. Durante algún tiempo se mostró recelosa,
ocultándose en su carapacho tan pronto como percibía algún
ruido cerca ó veía gente; poco á poco fué acostumbrándose,
concluyendo por comer en presencia de cualquiera. Dejó de
hacerlo con los prematuros fríos de Octubre, quedándose lue-
go dormida hasta que, normalizada la temperatura, volvió á
reanimarse, comiendo entonces con gran apetito. A fines de
Noviembre entró de nuevo en su letargo, que aún dura, si bien
interrumpido en dos ocasiones, que fueron dos días de Enero
en que reinó relativo calor; pero entonces no comió ni poco
ni mucho. Su alimento es exclusivamente vegetal, prefirien-
do la lechuga, pues aunque en distintas ocasiones se le pusie-
ron lombrices é insectos, nunca los tocó. Durante el verano
procuraba siempre ponerse al sol, donde pasaba horas enteras.
jno
boletín de la sociedad española
Anomalías observadas en algunos vegetales
d. jóse esteva.
Las cuatro fotografías que acompañan esta nota representan
otras tantas anomalías veg-etales observadas cerca de Gerona,
y de las que creo oportuno dar conocimiento á la Sociedad.
w%$?
Fiar, i.»
La fotografía que lleva el número 1 es de un viejo castaño
común, cuyo tronco carcomido aloja una rama descendente ó
DE HISTORIA NATURAL.
151
Fig. 2.a
Fíg. 3.»
152
BOLETÍN de la. sociedad española
tal vez una raíz adventicia, que por su extremo inferior arraiga
en el suelo. Mide esta rama ó raíz una longitud de 3,10 m., con-
tada desde el punto de arranque del tronco hasta la superficie
del suelo. La long-itud de su circunferencia es igual á0,76 y la
del arco del tronco del castaño es de 2,60, tomado desde la ex-
crecencia bien manifiesta en la fotografía.
La fotografía señalada con el número 2 representa un Popii-
Fií
lus ó chopo, cuyo tronco parece haberse ramificado bajo e
suelo.
La del número 3 es de otro Populus muy inclinado, sin cau-
sa aparente que haya podido producir tal inclinación.
La fotografía 4 está tomada de una retama de flor (Spartium
jimceum), cuyas ramas en gran parte se han soldado con el
tronco y consigo mismas.
BOT. DE LA SOC. ESP. DE HlST. NaT.
Tomo III. Lám. I.
Armería ancarensis Mer.
(Fig. 1.a) Planta del tamaño natural.
(Fig. 2.a) Cáliz y espolón cuatro veces mayores
DE HISTORIA NATURAL. 15»
Especies gallegas del género «Armería» Willd.
EL P. BALTASAR MERINO S. J.
El género Armería tiene una muy regular, y aun pudiera
decirse copiosa representación en Galicia, por más que Plane-
llas solo cite una especie: la Armería pubescens Lk. = A. marí-
tima W.; y Lange dos, la ya mencionada y la Armería puM-
gera Bss.
En las excursiones de estos últimos años hemos logrado
aumentar el número hasta diez, cuya distribución geográfica
vamos á indicar brevemente.
De las diez especies, seis habitan en la costa galaica, y en
el interior á muy variables altitudes, las otras cuatro.
Armería marítima W. — Recorre el litoral desde los puntos
más septentrionales, como San Cipriano, Vivero etc., hasta las
playas de Pontevedra, Vigo, Bayona etc. En la orilla española
del Miño sube hasta el kilómetro tercero. En este paraje viven
no pocos pies que ya de tiempo atrás nos llamaron la atención.
Debido quizás al légamo apelmazado en que aquí se desarrollan
experimentan notables variaciones, como el tener hojas más
angostas, cortas y tiesas; el dorso de las escamas involúcrales
pardo-coriáceo, en Tez del verde, y las flores, ya rosáceas, ya
blancas. Estando mezcladas estas plantas con las de la Arme-
ría elongata HoíFm., sospechamos se haya verificado la hibri-
dación entre ambas especies, pues sus diferencias van borrán-
dose hasta el extremo, en muchos casos, de no quedar más
distintivo que el de los escapos, pubescentes unos y lampiños
otros.
Armería Berlengensis Daveau. var. gracilis Merino. — Solo la
hemos observado en un espacio muy reducido, en un recodo
peñascoso que forma la isla Ons, á la banda de occidente.
Armería puiigens Rom. — Habita en la playa de arena move-
diza de una de las islas Cíes, llamada del Faro, frente á
Vigo.
Armería pubigera Bss.— Por lo que hemos podido notar, esta
especie y la siguiente, si no exclusiva, principalmente se pro-
pagan por la costa española próxima á la portuguesa, siendo
154 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
extraordinaria su abundancia desde el pueblo de Oya hasta la
boca del Miño.
Armería Langeana Henriques. — Vive con la precedente.
Armería elongata Hoffm. — Se extiende por el tercero y cuarto
kilómetro déla orilla del Miño y por las primeras islas que en
él se alzan. A las que vegetan en la primera localidad debe
aplicarse lo dicho acerca de Armería marítima W.
Armería planlaginea W. — Entre las especies del interior de
Galicia, es ésta la que aparece á menor altitud, á unos 100
metros en la ribera del Miño junto á Ribadavia (Orense); sube,
sin embargo, hasta unos 400 en las cercanías de la parroquia
de Belesar (Lugo), también sobre la ribera del mismo Miño.
Obs. La longitud de las vainas en pies que crecen reunidos
y aun en las cabezuelas de la misma mata es sumamente va-
riable, alcanzando en unos casos doble long-itud que en otros.
Asimismo, las hojas, unas veces apenas se estrechan en la
base, al paso que otras, desde el tercio superior comienzan á
adelgazarse.
Armería Allioides Bss. — Copiosa en algunos parajes de la
provincia de Orense, como desde el pueblo de Pradolongo
hasta Morisca, Viana del Bollo y Humoso. La altura en que
vive no pasará de 400 á 500 m.
Armería Buríaei Bss. (Determinada por el Sr. Pau). — Esta
especie ya se remonta más. En la ribera del río Bebey, en si-
tios pertenecientes á la aldea nombrada Hermidas, cerca de
Humoso (Orense), vive á unos 400 m.; á 900 m. en las costane-
ras que rodean el valle de Lózara, y á 1.300 m. en el Courel
(Lugo).
Al revisar el verano próximo pasado parte de la Cordillera
de los Puertos ó Picos de Aneares confines de las provincias de
Lugo y León, comenzamos la excursión por una de las más
altas montañas conocida con el nombre de Peña Rubia. Su
elevación no baja de 1.800 m. sobre el nivel del mar. Es la
más austro oriental de dichos Puertos. Entre otras especies en
alto grado interesantes, como la Pyrola miner L., correspondien-
te á una familia que se suponía no estar representada en Ga-
licia por especie alguna, y otra veintena más desconocidas en
esta región de nuestra provincia, notamos copiosa una Arme-
ría en grandor y porte semejante á la Armería /llicaulis Bss.,
pero de hojas distintas. Examinada después, nos sorprendió
DE HISTORIA NATURAL. 155
que perteneciera á la sección macroceniron Bss., por estar el
tubo calicino provisto de espolón; pues, si no estamos equivo-
cados, todas las especies conocidas en España con este carác-
ter habitan las costas cálidas ó templadas, ó tierras bajas no
alejadas del mar. Hé aquí la diagnosis.
Armería Ancarensis (sp. n.) — Rhizoma crassum multiceps
fascículos foliosos et floríferos edens; folia integerrima, glabra,
uninervia, heteromorpha, ab extimis ad intima long'iora sed
angustiora; externa lanceolata, obtusiuscula 2-4 cm. longa,
plana, angustissime albo-marginata; interna linear-lanceolata
vel anguste linearía 5-7 cm. longa, plana vel angulato-com-
plicata; scapus V\.r¿ dm. altus, strictus glaber: vagina 10-12
milímetros long-a, fusca, cito, basi, scissa, lateraliter rejecta;
capitulum parvum 1 cm. latum: involucri phylla triseriata,
seriei externa ovata, acuminata, marginer late alboscariosa,
dorso ferruginea, rugosa; cetera obovata latius scarioso-mar-
ginata, mucronata vel intima naitica; bracteolae interflorales
pedicellum sequantes; limbi tubo ad 10 cosías retrorsum pu-
bescente brevioris lobi sensim in aristas eisdem breviores fus-
cescentes protracti; calcar pubescens tertiam pedicelli longi-
tudinem attingens: pétala? intense rosea.
Magnitudine et habitu Armerice filicauli Bss. similis; sed ab
ea alia, calcaris pnesentia, foliorum forma diversa, et squa-
mis involucralibus latioribus labiusque scarioso-marginatis.
Summijugi Peña Rubia montis ínter saxa íncola, in Prov.
Lucensi, 1902.
RESUMEN.
Secc. Macrocentron Bss. Secc. Plagiobasis Bss.
A rmeria pmigens Rüm . A rmeria planlaginea W.
Armería berlengensis Dov. v. Armería aU'toides Bss.
gracilis Merino. Armería marítima W.
Armería Langeana Henriques. Armería elongata Hoffm.
A rmeria A ncarensis Merino. A rmeria pulí g era Bss.
Armería Duriali Bss.
156 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Nota sobre restos de glaciares existentes en Lorcha (Alicante)
EL DOCTOR EMILIO RIBERA.
En una de mis excursiones por la provincia de Valencia
quise explorar la región quebradísima por donde el río Serpis
se despeña desde la comarca relativamente elevada del Norte
de la provincia de Alicante á la plácida vega de Gandía, que
le conduce entre verdores y galas acumulados por la Natura-
leza y por el cultivo, llevando sus limpias aguas al manso gol-
fo valenciano, cuyas orillas son sin duda el verjel más her-
moso de los que esmaltan la riente costa levantina de nuestra
Península. Hízome la merced de acompañarme el profesor de
las Escuelas Pías de Gandía y competente geólogo P. Leandro
Calvo, perfecto conocedor de aquella región, con quien, aban-
donando el tren en la estación de Villalonga de la línea férrea
de Alcoy, emprendí por la vía el ascenso del tortuoso cañón,
por donde el río desciende en rompientes mil y el camino de
hierro asciende bravamente, guiado por el agua, que se cobra
el servicio, interrumpiendo el movimiento de trenes en cuanto
crece algo el de ordinario escaso caudal de su corriente. Es
éste, sin duda, uno de los pasos más hermosos de nuestras ac-
cidentadas líneas ferroviarias, por serlo de los en que más di-
ficultades ha vencido un río para abrirse camino, obedeciendo
á las leyes inmutables de la dinámica terrestre; por todos es-
tilos es sitio digno de una excursión histórico-natural, y los
resultados que de ella pueden obtenerse, como la relativa co-
modidad con que efectuarse puede, brindan al aficionado
y al naturalista á realizarla.
Galantemente admitidos y obsequiados por la Sociedad Hi-
dro-eléctrica Valenciana, que alumbra á Alcoy y á Gandía,
comimos en la fábrica que tiene situada como á la mitad del
desfiladero y colectando fósiles y admirando la flora variadí-
sima, que á pesar de la época (mediados de Febrero) embalsa-
maba el ambiente; llegamos á media tarde á Lorcha, donde
termina el valle superior del Serpis, y donde, como á un kiló-
metro de la estación, se encuentra el más cercano de los anti-
DE HISTORIA NATURAL. 157
guos 'glaciares que por allí existen, en el tránsito entre las
formaciones cretáceas y eocenas que en la región dominan.
Es verdaderamente notable lo que de este glaciar resta en
un estrecho barranco, que por rápida pendiente baja de la
quebradísima sierra inmediata: consiste en una superficie que,
al limitarle por su borde izquierdo, se presenta aún libre de
acumulación sobre ella de otros materiales, en una longitud
de algunas centenas de metros, aunque interrumpida frecuen-
temente por roturas producidas por acciones modernas; esta
superficie, formada por una pudinga caliza, tiene una altura
variable desde uno á unos diez metros y buza con una inclina-
ción de 15°, enterrada y cubierta en parte por los acarreos
que sobre ella han ido depositando las aguas del período ac-
tual; se halla pulimentada perfectamente cual si la industria
humana la hubiese labrado, como puede verse por el ejemplar
arrancado por mí, que tengo la honra de exhibir á nuestros
dignos consocios presentes, y que destino al Museo de Cien-
cias naturales. Puede juzgarse de la potencia de este glaciar
por lo perfecto del pulimento de la roca, el cual no ha podido
aún ser casi alterado en los luengos siglos que lleva sintien-
do sobre sí correr las aguas superficiales, cargadas con los
arrastres de la parte superior de la montaña.
El glaciar desembocaba en una especie de medio circo, muy
alto aún sobre el cauce cercano del río, en cuyo hemiciclo no
puede observarse más restos de aquél, porque el cultivo en su
parte alta, y las obras de la vía férrea en la baja, los han borra-
do sin duda alguna. Sin embargo, aún se puede apreciar per-
fectamente la disposición de la desembocadura del glaciar y
las relaciones que debía tener con otros confluentes al mismo
valle del Serpis en aquella parte.
Nota acerca de unos nodulos de caliza hallados en Bellds (Valencia),
EL DOCTOR EMILIO RIBERA.
Cuando se hicieron las obras para la construcción de la vía
férrea de Játiva á Alcoy en su primera sección (Játiva á Al-
baida), encargué al director de la empresa, D. Gabriel Moreno
Campo, persona muy ilustrada y amante de favorecer nuestros
T. ni.— Marzo, 1903. 11
153 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
estudios, que me proporcionara ejemplares de cuanto nota-
ble se hallase al hacer los túneles y trincheras, con objeto de
que fig-urasen aquéllos en las colecciones del Instituto de Va-
lencia y me sirvieran para la enseñanza de los alumnos y
para mejor conocimiento de la gea valenciana. Entre los ejem-
plares con que me favoreció este señor, me llamaron la aten-
ción unos objetos redondeados de caliza, á los que denomino
nodulos, porque no hallo calificativo que más cuadre á su for-
ma externa, de los que presento uno completo y un fragmento
de otro á la consideración de mis consocios de la Española de
Historia natural, destinándolos después á las colecciones del
Museo de Ciencias naturales; con esta exhibición me propon -
go, no solo presentar objetos que creo notables, sino también
ver si alguien consigue disipar las dudas que he tenido yo y
han tenido conmigo cuantos hasta ahora los han visto, sobre
el origen de estos notables ejemplares.
Trátase de unas masas esferoideas de 20 á 30 cm. de diáme-
tro cada una, formadas por caliza muy compacta y uniforme
en toda su masa y cubiertas exteriormente por capas irregula-
res de caliza concrecionada, á veces finamente cristalina. Fue-
ron halladas, según el Sr. Moreno Campo, muchas de estas
masas al abrir una trinchera, situada en término de Bellús,
en la vertiente que cae hacia el valle de Albaida, entre una
capa algo gruesa de grava y arcilla, á unos 7 m. de profundi-
dad, bajo otras de grava y bajo la tierra vegetal y sobre una
capa gruesa de caliza compacta, todo en terreno tenido por
plioceno. Visité más tarde este yacimiento, confirmando estas
noticias que sobre él se me habían dado, pero sin encontrar
yo nuevos nodulos sobre los cinco que me habían enviado y
están en el Instituto de Valencia ó he traído á la Sociedad y
al Museo.
Ahora bien; como mis dignos consocios pueden apreciar,
la vista de estos ejemplares hace surgir inmediatamente la
duda de si son naturales ó si labrados por mano de hombre,
hasta el punto de que ha habido quien ha apuntado la idea
de si podían haber sido hechos para piedras de catapulta ó
para balas de bombarda en los albores de la artillería. Desde
luego entiendo descartada esta posibilidad por el yacimiento
y por las capas de concreción que cubren á cada esferoide, las
cuales han exigido para constituirse un tiempo tal, que aleja
DE HISTORIA NATURAL. 159
toda idea de que puedan haberse formado desde que hay ca-
ñones, y aun desde que hubo catapultas. Por otra parte, la
superficie de unión entre la masa central y las capas concre-
cionadas, es de una regularidad y limpieza como no se usa-
ron ni había para qué, para los usos apuntados; hasta parece
que haya estado perfectamente pulimentada; de todo lo que se
deduce que deben considerarse como objetos naturales.
No pudiendo atribuirles orig-en orgánico, dada su estruc-
tura, queda por averiguar su génesis inorgánica, y aquí finca
en mi sentir, el punto más dudoso para su conocimiento. ¿Po-
drán ser piedras de embudo de glaciar? Me inclino á aceptar-
lo.—Primero, por el yacimiento en capa de acarreo sobre otra
terciaria, que buza con bastante inclinación en la falda de una
sierra, si no muy abrupta, bastante quebrada y llena de ba-
rrancos con grandes pendientes.— Segundo, porque á veinti-
tantos kilómetros en línea recta de este yacimiento existen, y
he visitado yo mismo, restos bien caracterizados de glaciares
sobre formaciones análogas.— Tercero, porque la forma de
estos esferoides, el pulimento de la superficie de su masa
compacta, y el existir en cierto número entre una capa de
acarreo, hacen posible tal suposición. De ser ésta acertada, las
capas de concreción se han constituido sobre estas piedras de
embudo de glaciar después que quedaron enterradas entre
una capa permeable y al ir pasando sobre ellas las aguas car-
gadas de bicarbonato calcico, tomado en las regiones superio-
res de la sierra en que han sido halladas.
Ni afirmo, ni niego; someto el asunto á mis dignos conso-
cios y á la superior competencia de los naturalistas del Museo,
y entretanto conservo á estas masas provisionalmente el nom-
bre de nodulos con que de ellas he dado cuenta.
Boletín bibliográfico.
Museum d'Histoire naturelle de Paris (Bull.J—Année 1902: lí.° 2. E. T.
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grix: Cichlidésnouv. de l'Amer. céntrale. —J.BouRGEOis:Malacodermes
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l'Hymalaya.— M. Pie. Descr. d'un Dorcadion de la Turquie d'Asie. —
160 BOLETÍN de la. sociedad española
A. Viré: Contr. a l'étude de la rép. geogr. du g. Niphargus en Europe
et dans le Nord de l'Italie.— G. Bohn: Des ondes musculaires, respi-
piratoires et locomotrices, chez les Annélides et chez les MolusqueS.
— C. Phisalix: Relat. de párente entre nos deux esp. indig. de Vi-
pérea ( V. aspis et . V. berus).—Pa. van Tieghem: La fleur dans les
plantes Vasculaires dites Cryptogames.— G. Chauveaüd: De la var.
de struct. existant á l'état normal entre les racines et les radicelles de
la Marsilie. — De la repart. des épaisissements extracellulaires dans
les lacunes corticales de la racine des Préles (Equisetum). — P. Hariot
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naud.— J. Costantin: Liste de quelq. floraisons intéressantes observ.
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wick: Measurements of Notable Trees at Eglinton Castle. — R. H. Wa-
llace. White Cattle: An Inquiry into their origin and History. =
Vol. vi. Part. i. Frank Knight: Notes on the Marine Mollusca of
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DE HISTORIA NATURAL. 1(51
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Descr. di ale. sp. nuove di imenott. scavatori provenienti dal Rio Santa
Cruz in Patagonia. -^P. Silvestri: Materiali per lo studio dei tisanuri.
=Anno xxxiv. Trim. i e n. G. Rossi: Sull'apparechio digereute dell'
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entomologici.— R. Gestro: Materiali per lo studio delle Hispida?. —
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ruccio: Sui caratteri morfolog. di un Lopliopithecus femorali. Horsf.,
donato da S. M. il Re al Mus. zool. della R. Univ. di Roma. — F. Ros-
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R. Marchesini: Sopra una probabile derivazione delle cellule eosino-
file. — G. AngelinI: Raritá ornitiche catturate presso Roma. L. Fac—
ciola: Un po' di cronología relativa agli studii su lo sviluppo dei
Murenoidi. — G. Santoro-Siliiugni: Ale. sp. di Ropaloceri race, in
Messiua. — G. Angelini: Nidificazione del Falco grillaio (Cerchnéis
Naumanni Fleisch) nel Romano. — Cte. G. Falconieri: Sopra un
essemplare di Ciconia Abdimii Licht. uccisa nel paese di Bogos. —
G. Alessandrini: Sulla cattura della Pyrrosia áurea Fall. in Roma.=
Anno x. Fase, i e n. — G. Angelini: Descr. di una n. sp. di Fringillide
emberizino, Paroaria Humberti, consérvala nel Mus. zool. della
R. Univ. di Roma.— F. Rostagno: Classif. descrittiva dei Lepidotteri
italiani (Tribu dei Cossidi, Cocliopodi, Psichidi, Liparidi, Bombi-
cidi, etc.) e Sezione delle Nottue. — A. Neviani: N. generi e sottogen di
Radiolari e Briozoi fossili italiani.— A. Bonomi. Del Tasso (Meles
taxusj nel Trentino. — G. Damiani: Note ornitol. dellTsola dell'Elba
(1899-1900).— G. Curreri: Osservaz. sulla struttura dell' ectoderma
dei Ctenofori.— Sulla respiraz. di ale. insetti aquatici.
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midt: Flora of Koh Chang. — A. Klecher, Gymnoascus Jiavus, n. sp.
Société botanique de France. París. {Bull.)T. 49. N.° 8.— Gagnepain: Zingi-
beracées nouv. de l'herbier du Muséum.— París : Lichens de Mada-
gascar et de l'Afr. occid. francaise. — Vuillemin: Les organes souter-
rains du Gentiana ciliata. — Mouillefarine: Le Chimaphila macúlala
Pursh aux envir. de Paris.— Rouy: Remarques sur la floristique euro-
péenne. — Battandier: Notes sur quelq. plantes de la flore atlantique.
— Mouillefarine: Sur le Gentiana ciliata. -Daveau; Lettre sur un
162 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Statice litigieux de l'Hérault. — De Salignac-Fénelon: Limite S. O. des
sapins dans les Basses-Pyrénées.
Société botanique de Lyon. (Anuales.) T. xxv.— Saint-Lager: Histoire de
1' Abrotonum. — Meyran : Escurs. au col de la Vanoise. — Saint-Lager:
Signifieation de la désinence ex de quélq. noms de plantes et d'anim.
Meyran: Note sur le genre TJlex. — Magnin: Note sur la flore des rua-
rais tourbeux d'Aurac et sur l'existence du Jnncus squarrosus dans
le Jura. — Magnin: Flore du ruarais de Couron — Pierre Chatel et sa
flore. — Roux: Herbor. au col de la Leisse.=T. xxvi. Beauvisage: Ge-
nera Montrouzierana plantarum Novse Caledoniíe. — Audin: Études
phytostatiques sur le Mont Brouilly. — Beaüverie: Forme grave de la
maladie des Platanes., causee par le Gloeosporium nervisequum. —
Gillot: Action vesicante des Heracleum. — Meyran: Herbor. dans la
vallée du Giffre.
Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France. Nantes. (Bull.) —
Table des matieres de la premiére s¿rie.— 2me serie. T. i. 3C et 4C
trim. — Ch. Baret: Mineral, des produits industriéis. — E. Lecomte:
Contr. á la Miner. de la Loire Inférieure. — Abbé Dominique: Contr.
au Cat. des Hym. fouisseurs, Chrysid. et Vesp. de la Loire Inférieure.
Descr. d'un Harpactes nouveau.— T, n. 1er trim. F. Camits: UneHépa-
tique nouvelle pour la France, YAdelanthus decipicns.— Van Kempen:
Notice sur un Faucon Gerfaut blanc (Falco candicans Gm.) tué aux
iles Glénans (Finistére).— Cossmann: Mollusq. eocéniques de laLoire-
Inférieure.
Société entomologique de BeUjique. Bruxelles. (Annales.) T. 46. xi.— Fr.
Spaeth. Beschreibung neuer centralafrik. Cassiden aus dem Museum
zu Brüssel.— A. Forel. Fourmis d'Algérie récoltées par le Dr. Esche-
rich.=rxn. P. Belon: Descr. de plus. Longicornes de Bolivie appart.
au genre Adetus.— P. Dognin: Hétérocéres nouv. del'Amér. duSud. —
Crombrügghe: Note sur quelq. Microlep. de la faune belge.
Société Linnéenne du N. de la France. Amiens. (Mém.J T. x.
Société ouralienne des amis des Sciences Naturelles. Ekaterineburg. (Bull.)
Suppl. au t. xxn.=T. xxm.
Société scientifique du Chili. Santiago. (Actes.) Tomo xn. lre livraison.^-
Albert: La introducción de los Salmones. =2mc livraison.
Société zoologique suisse et Musée d'Hist. Naturelle de Genéve. (Rev. suisse
de zool.) T. x. Fase. 2.— F. Béguin: Contrib. ál'étude histolog. du tube
digestif des Rept.— V. Fatio: Nouveautés mammalogiques tessiuoises.
— A. Forel; Fourmis nouvelles d'Australie. — H. Rothenbuhler: My-
riopoden des Bündnerischen Rbeingebietes. — J. Carl: Exotische
Polydesmiden.
University of Upsala. (Bull. of the Geol. Institution.) Vol. v. Part. 2. N° 10.
C. Wiman: Über die Borkholmer Schicht im Mittelbaltischen Silur-
DE HISTORIA NATURAL. 163
gebiet.— R. Sernander: Einige Vertebratenfunde aus schwedischen
Torfmooren.— E. Nordenskióld: Über die Saugethierfossilien im Ta-
rijathal, Südatnerica. — O. Tenow: líber einen mineralführenden Al-
bitpegmatit von Stripasen in Westmanland. — C. Benediks: Über das
Verhalten des Kanadabalsams in Dünnschliffen. — A. G. Hogbom:
Über einen Pseudooieteorit aus Südamerika. — A. G. Hogbom. Ver-
zeichniss über die Meteoriten des Mineralog. Instit. an der Univ.
Upsala.
Wiener Entomologische Zeitung. Wieu. xxn. Jahrg. 1. Heft.— E. Reitter:
Uebersicht der Arteu der Carabiciden-Gatt. Trechus. Clairv., mit
Augen, aus dem Kaukasus, Russisch Armenien und Traascaspien. —
A. Hetschko: Zur Keantuiss der Verbreitung von Orthezia cata-
phracta und O.floccosa. — E. Rsitter: Nachtriigliche Bemerk. zu den
Col. — Arten aus der Verwandtschaft des Onthophagns Amyntas.- —
E. Reitter: Ergauzung und Bericbtigung. — G. AV. Kirkaldy: Einige
neue und wenig bekaunte Rbyncboten. — E. Reitter: Uebersich der
Arten der Col. Gattung. Entomogonus. — M. Bezzi; Ueber Callimyia
Wankowickzii. und Agathomyia aurantiaca.—'Es.. Hartmann: Neue
exotische Rüsselkilffer.— E. Reitter: Coleopterologiscbe Notizen. —
L. P. Czerny: Zu Anthomyza und Ischnomyza.
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chives de parasitologie . Paris, 1901.)
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Sesión del 1.° de Abril de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
El Sr. Presidente comunicó el feliz resultado de las gestio-
nes que está llevando á cabo cerca del Excmo. Sr. Ministro de
Instrucción pública para obtener sea declarada nuestra Socie-
dad de utilidad pública y ayudada por el Estado, seg'ún acor-
dó en sesiones anteriores, habiéndose conseguido se consigne
en el proyecto de Presupuestos una subvención de 5.000 pese-
tas en su favor.
La Sociedad acordó un voto de g*racias al Sr. Espejo por las
gestiones que con tanto celo como éxito ha practicado, y enco-
mendar á la Junta directiva cuanto se refiera á este asunto, á
fin de que en tiempo oportuno se manifieste al Sr. Ministro, en
la forma que estime conveniente, el agradecimiento de la So-
ciedad,
Acuerdos. — El Secretario dio cuenta á continuación de los si-
guientes acuerdos tomados por la Junta directiva en sesión del
30 de Marzo, en unión de las Comisiones de publicación y de
catálogos.
Admitir el cambio de publicaciones solicitado por la revista
inglesa The Zoologist.
Nombrar socio corresponsal al eminente naturalista Mr. Wil-
lians Lucas Distant.
No admitir la dimisión del anciano y distinguido botánico
aragonés Sr. Pardo Sastrón, el cual continuará figurando en la
lista de socios y recibirá la Memoria anual de Secretaria.
Que no se admitan suscripciones ni venta de ejemplares de
nuestras publicaciones, reservándolas para los socios exclusi-
vamente.
Felicitar á nuestros consocios D. José Hernández Alvarez,
D. Juan Pablo Soler, D. Rafael Blanco, D. Manuel Carbó, don
Federico Aragón, D. Antimo Boscá y D. Cesáreo Martínez, por
T. ni.- Abril, 1903. 12
166 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
haber sido propuestos catedráticos de Agricultura los dos pri-
meros, y de Historia natural los restantes de Institutos de se-
gunda enseñanza.
Designar interinamente para que suceda en el cargo de Bi-
bliotecario al Sr. Blanco, y se ponga de acuerdo con aquél an-
tes de que salga de Madrid, á D. Ángel Cabrera y Latorre.
Después de algunas explicaciones dadas á los señores socios
para su mayor conocimiento de los precedentes acuerdos, fue-
ron éstos aprobados.
Admisiones y presentaciones. — Se hicieron dos nuevas pro-
puestas de socio numerario, y la del Instituto general y técni-
co de Barcelona.
Correspondencia. — Se leyó una comunicación del Secretario
de S. A. el Príncipe de Monaco, acusando recibo de las últi-
mas publicaciones de nuestra Sociedad.
Comunicaciones verbales. — El Sr. Presidente presentó al señor
I). Gregorio Callejo, Bibliotecario del Jardín Botánico, el cual
ha realizado un trabajo bibliográfico por autores, materias y
localidades de todas las memorias y notas publicadas en los
30 tomos de nuestros Anales; trabajo que ofrece generosamen-
te á la Sociedad para que ella disponga de él como lo juzgue
oportuno. Dio este señor explicación de su trabajo, que en rea-
lidad comprende tres índices en uno, siendo calurosamente
felicitado por él. Se acordó pasara á examen de la Comisión de
publicación y de la Junta directiva, prestándose el Sr. Callejo
á aceptar cuantas indicaciones se le hicieran á fin de que re-
sultase útil su obra para el objeto á que se consagra.
— El Sr. Fernández Navarro dijo que, á su juicio, convendría
estudiar un medio de que la Sociedad fuera explorando las
regiones más desconocidas de nuestro país, difíciles de reco-
rrer con algún detenimiento por una sola persona, pero que
seguramente no lo sería tanto con ayuda de ésta y quizás con
la colaboración de otras Sociedades, á las que podría agregar-
se la nuestra con el expresado fin. Los Sres. Rodríguez Moure-
lo, Azpeitia y Lázaro hicieron algunas observaciones, recibien-
do todos estos señores el encargo de pensar en el asunto y re-
unirse, á serles posible, para presentar en otra sesión algunas
DE HISTORIA NATURAL. 167
bases conducentes á llevar á la práctica lo propuesto por el se-
ñor Fernández Navarro.
— El Sr. Llord leyó una nota sobre «La amblig-onita de Cá-
ceres», la cual pasó á la Comisión de publicación, y prometió,
cuando sus muchas ocupaciones se lo permitan, presentar otra
sobre los minerales y rocas que acompañan á la amblig-onita
en el mismo yacimiento, y sobre los cuales hizo algunas indi-
caciones el Sr. Fernández Navarro con referencia á ejemplares
recibidos recientemente en el Museo de Historia natural.
—El Sr. Bolívar, en nombre de los Sres. García Mercet y Vá-
rela, presentó dos notas, sobre himenópteros de España la del
primero, y sobre redúvidos africanos la del Sr. Várela, acor-
dándose pasaran ambas á la Comisión de publicación.
El mismo Sr. Bolívar manifestó que en el núm. 3 del Ento-
mologistas Record se da noticia de que Mr. Kirby, conservador
üe las colecciones entomológicas" del Museo Británico, ha ter-
minado el arregdo de la de ortópteros del mismo, redactando
un catálog'o g-eneral de los insectos de este orden, que ya está
-en prensa 3^ que se publicará en lo que falta de año; noticia
interesante, sin duda, y de la que ya teníamos conocimiento
por el Sr. M. de la Escalera, á quien, en su último viaje á Lon-
dres, se la participó Mr. Kirby.
Dijo también que el Sr. Silvestri acaba de dar á conocer un
nuevo tisanuro, el Aaajapyx vesiculosas, distinto del Projapyx,
anteriormente descrito, por la falta de estig-mas protorácicos y
la presencia de vesículas en el abdomen. Llama la atención en
•el nuevo insecto el enorme desarrollo del intestino anterior,
mientras que el medio es muy reducido. Los cercos son pluri-
articulados, y como en el Projapyx y en alg-unos miriápodos,
contienen el conducto excretor de una gdándula que se abre en
•el extremo de ellos. Este insecto es sin duda alg-una la forma
más primitiva de todas las boy conocidas de los insectos.
También participó á la Sociedad que Mr. Chrétien, que per-
maneció el año pasado larg-o tiempo en San Ildefonso dedicado
á la recolección de micro-lepidópteros, ha publicado una espe-
cie de las que recogió con el nombre de Cochylis austrinana,
cuya descripción convendría reproducir, como se acostumbra
<,o\\ las especies españolas.
— El Sr. Calderón dio las sig-uientes noticias:
1.a En La Nature, núm. 1512 (1902), apareció una nota de
168 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
A. Martel, titulada «La montagne de sel de Cardona (Cátalo—
gne)», conteniendo algunas indicaciones curiosas respecto á las
grutas producidas allí por la circulación de las aguas, y explo-
radas por este afamado espeleólogo.
Y ya que de esta notable montaña se trata, conviene recor-
dar que parecía definitivamente fijada su edad oligocena, atri-
buida por el Sr. \ridal á causa de la concordancia de estratifi-
cación que presenta con las margas y maciños de dicha edad
que forman una gran parte del mismo anticlinal; pero me ha
sorprendido que, á pesar de estas razones, el reputado geólo-
go M. Carez piense, por el contrario, que la sal de Cardona es
de edad triásica.
2.a Por carta recibida de Pamplona, tengo noticia de que
ocurrió en aquella capital, á las dos de la madrugada del día 10
de Marzo último, un temblor de tierra de cierta intensidad, y
que dicen, duró bastantes segtmdos. La trepidación principal
fué tan fuerte, que muchos vecinos acudieron atemorizados á
los balcones. A las tres de la madrugada del mismo día se re-
pitió el fenómeno, causando nueva alarma. No han ocurrido
desgracias personales, pero se han cuarteado algunas casas
viejas de un modo alarmante.
3.a El eminente geólogo Ch. Barrois, al que tanto debe el
conocimiento de nuestro suelo, ha publicado en los Anales de
la Sociedad geológica del Norte una interesante noticia necro-
lógica de T). José Macpherson. En ella analiza el alcance de los
principales trabajos de nuestro ex-presidente y cariñoso ami-
go, con elevado criterio y el gran dominio del asunto que es
notorio en el autor, terminando su noticia con estas palabras:
«La obra de Macpherson le asegura un lugar duradero en la
historia de. los progresos de la geología en España. Los que le
conocieron'personalmente se acordarán de su amor á la cien-
cia y su servicialidad con sus colegas; los que lean sus escritos
reconocerán siempre en él al introductor en España de la pe-
trografía moderna, de la que fué en Europa uno de los prime-
ros adeptos, así como al autor de las primeras investigaciones
detalladas sobre los terrenos arcaicos y de los primeros ensa-
yos sobre la estructura de conjunto de la Península ibérica (1).»
(1) Société géologique du Nord., Ann., xxxi, 1902, p. 31-2-317.
DE HISTORIA NATURAL. 169
Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el 6 de Marzo,
bajo la presidencia de D. Carlos Ferrer.
Se hizo una presentación de socio.
El Sr. Folch y Andreu dio cuenta y entregó un trabajo intitu-
lado «La lluvia en la Península Ibérica», acompañado de her-
mosas gráficas en colores; y el Sr. Rivas Mateos una nota re-
ferente á «La fluorina de Papiol», con dibujos hechos por el
Sr. Aranzadi, mostrando ejemplares de la especie á que dicho
escrito se contrae.
—La Sección de Sevilla celebró sesión el 29 de Marzo bajo
la presidencia de D. Manuel Medina.
Asistieron los nuevos socios Sres. Gracián (D. Antonio) y
Martínez Girón (D. Paulino).
El Sr. Presidente propuso se hiciesen gestiones acerca del
Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, para la traslación
al nuevo local de la Sociedad de la colección de Historia na-
tural que la Sección posee, la cual ha quedado interinamente
en aquel Centro.
El mismo Sr. Presidente manifestó la conveniencia de for-
mar una pequeña biblioteca de Historia natural, principal-
mente con donativos de los Sres. Socios, biblioteca que pudie-
ran consultar éstos en el acto de las sesiones. Dicha idea fué
apoyada por los Sres. Socios concurrentes.
— El Sr. Miquel presentó un fósil del terreno cuaternario
marino de Baleares, no citado de él, perteneciente al género
Purpura, pero sin poderlo referir á la P. hmnastoma L., única
existente en Mallorca, donde se encontró, ni ala/*. lapilhisL.,
dudosa en el Mediterráneo. Es de forma globulosa y de espira
muy corta, como esta última, pero de mucho mayor tamaño y
robustez, no pudiendo estudiarse la forma y detalles de la boca
por estar embutida en la roca por el lado de este órgano.
— El Sr. Crú dio cuenta del hallazgo de dos especies de aves
cazadas en el lago de la Albufera de Valencia, el Panurus Mar-
■micus L., y el Calamoherpe aquatica O. des-Murs.
— El Sr. Chaves leyó unas «Nuevas observaciones sobre los
minerales de la Sierra de Nerjay Maro (provincia de Málaga)».
— El Sr. Paúl mostró ejemplares del CMlocoriisbipiisliUalus L.,
que destruye los coccidos. de que se hallan atacados los naran-
jos de una huerta de Triana, dando algunos detalles sobre ellos.
170 BOLETÍN de la sociedad española
— La de Zaragoza celebró sesión el 27 de Marzo de 1903, bajo-
la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal, y después de apro-
bada el acta de la sesión anterior, dicho señor manifestó se hi-
ciese constar en acta haber visto con satisfacción la propuesta,
del Tribunal de oposiciones para desempeñar la cátedra de
Agricultura del Instituto general y técnico de Mahón á favor
del Vicesecretario de esta Sociedad, D. Juan Pablo Soler y Car-
celler, y así se acordó por unanimidad.
Seguidamente, el Sr. Moyano propuso para socio ag-reg-ado-
á D. José Orensanz, profesor auxiliar interino de esta Es-
cuela de Veterinaria, residente en esta capital, Alfonso I, nú-
mero 27.
— El mismo Sr. Moyano leyó á continuación la siguiente
nota, en la que da cuenta de las particularidades raras que-
ofrece un monstruo que, procedente de Casbas (Huesca), reci-
bió hace pocos días.
Se trata de un feto de una cabra de completo desarrollo en
la cabeza, cuello y parte de los miembros torácicos, pero que
presenta la anomalía de faltarle completamente las paredes
abdominales; la columna vertebral está fuera de la dirección
normal correspondiente, pues la tiene doblada sobre sí misma
hacia las apófisis espinosas dorsales, llevando consigo el sacror
coxis y miembros posteriores, ofreciendo en todo gran defor-
mación é inclinación hacia adelante y arriba, ó sea en dirección
de la cabeza. De esta anómala disposición depende que las
paredes abdominales no se inserten en el borde anterior y cara
inferior del pubis, que el vientre quede totalmente abierto, y
y que las visceras digestivas se ofrezcan libres y flotando en
el líquido amniótico.
Además ofrece la anomalía de tener perforado el esternón,.
por donde desciende el corazón, que fuera de la cavidad torá-
cica ha debido funcionar todo el tiempo de la vida del feto.
Clasificado el referido monstruo, puede considerársele per-
teneciente á la clase de los unitarios, por estar formado de un
solo individuo, orden de los autósitos, por ser capaz de vivir
por sí mismo, aunque sea un corto espacio de tiempo, después
de haber abandonado el claustro materno, y de la familia celo-
somicmos, por ofrecer el cuerpo herniado, ó mejor por tenerlas
visceras sueltas, siendo, en resumen, un monstruo unitario^
auiósito celosomiano.
DE HISTORIA NATURAL. Wl
Notas y comunicaciones.
Notas hemipterológicas
D. ANTONIO G. VÁRELA
Reduvius formosus, sp. noy.
Caput testaceum, macula parva anteoculari, lateribus, nec
non parte ocelos ferente nigris; oculi magni, prominentes,
nigri; antennae fusco- flavescentes, pilosa?, articulo primo
parte dimidia apicali apiceque articulo secundo fuscis; articu-
lis terminalibus palidioribus. Rostro testaceo, articulo secun-
do primo circiter duplo longiore. Prothorace stramineo, utrin-
que macula magna fusca; pronoti lobo postico maculis tri-
bus sub-triangularibus fuscis. Scutellum fusco-nigrum, ápice
spina suberecta gracili, utrinque macula apicali ante spinam
pallide flavente signatum. Hemelytra fusco-nigra, clavo ver-
sus basim marg'ineque exteriori corii, stramineis; membrana
fusco-nigra, margine apiceque sordide flavente. Pedes testa-
cei, valde pilosi, femoribus annulo medio vel in femora posti-
ca fere pone médium pósito, fusco, in antica minus distincto.
Pectus flavescente- testaceum, meso-et metapleuris strigosis,
nigris. Venter testaceum, flavo-pilosum; segmentis basi fascia
nigra notatis, versus marginen, ampliata. Long. 19 mm.
Kámerun (Conradt).— Col. M. Escalera.
NOTA SOBRE EL GÉNERO «RHOCHMOGASTER» Karscll.
Entre los hemípteros recogidos en el Kámerun por el doctor
Paul Preuss, y descritos por el Dr. F. Karscb, de Berlín, en las
revistas Enlomologische Nachrichteu, xvm (1892), y Slelt. Ento-
mologische Zeitung (1894), figura el género Rhochmog áster con
la especie dimerus Karscb. A la descripción acompaña una lá-
mina en color, no muy buena, y con la indicación equivocada
(en lugar de flg. 5, Maraenaspis typhlops, debe decir fig. 5,
Rhocmogaster dimerusj . Los redúvidos recogidos por Conradt
en el Kámerun, que el Sr. Escalera ha puesto á mi disposición,
me han proporcionado la ocasión de hacer el estudio del refe-
172 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
rido género, y me permito llamar la atención de los hemipte-
rólogos acerca de su valor, pues sospecho que está errónea-
mente constituido con formas larvarias de un Physorhynchus.
Los principales caracteres que Karsch señala corno propios
del género son los siguientes: «Ocelli nulli. Pronotum strictura
subüli instructum, lobo basali brevissimo , tranverso, lobo (inte-
riore posteriore multo angustiore, sulco longitudinali carens.
Elylra loUformia, lateralia. Mesosternum fovea profunda sat
augusta, marginibus valde elevatis instructa insigne; metaster-
num longitudinaliter excavatum, marginibus sat elevatis instruc-
tum. Segmenlum dorsale quartum abdominis sulcis duabus pro-
fundis posterius convergentibus et aream mediam anticeposliceque
sub trunca lum, marginem posiicum segmenti quarti subattingen-
tem includentibus instructum; coneximim angustum, omnino gla-
brum; ventris segmenta 1, 2, 3, 4, 5, ¡)rofunde longitudinaliter
sulcata, etc.»
La carencia de estemas, en cuanto no se demuestre que se
trata de formas adultas, no es un buen carácter. Ninguna de
las larvas de redúvidos que he tenido ocasión de observar, so-
bre todo en sus primeros estados, los presentan.
Que el lóbulo anterior del pronoto esté mucho más desarro-
llado que el posterior, que apenas se percibe, es lo natural en
las larvas de los redúvidos, puesto que el posterior es el último
que se diferencia; el surco longitudinal, en unos ejemplares
no existe, pero en otros se percibe perfectamente.
Respecto á los élitros, los ejemplares que he estudiado pre-
sentan una gradación muy sensible en su desarrollo; en algu-
nos no existen más que rudimentos; en otros adquieren distin-
tas dimensiones, pero siempre son lobiformes, sin nerviaciones
y con todos los caracteres de estos órg-anos en las larvas.
La cavidad longitudinal del meso y metasternón con bordes
elevados le presentan también formas adultas de Physorhyn-
chus de la misma localidad, aunque modificada un poco en su
estructura en relación con las transformaciones que experi-
menta el individuo en los demás órganos, en las últimas mór-
fosis.
El surco longitudinal del vientre es frecuentísimo en larvas,
no solo de Physorhynchus, sino áeHarpaclor, Pirales, etc., etc.
Otros caracteres del género y de la especie dimerus, como los
que se refieren al número de artejos de las antenas, á los fému-
DE HISTORIA NATURAL. 1*3
res, conexivo, etc., son también genéricos del Physorhynchus.
Por último, liaré notar -que en la misma localidad de donde
proceden los ejemplares de la expedición de Conradt existe
una especie de Physorhynchus que considero nueva, á la que
sospecho pertenecen esas formas que han servido para la for-
mación del género Rhochmog áster. Antes de describirla haré
presente que las especies africanas de Physorhynchus no están
bien determinadas, y así lo hacía ya notar Haglund (1) el
año 95, á propósito de la descripción de los hemípteros del via-
je de Yngre Sjostedt al Kámerun, cuando decía: «Species Phy-
sorhynchorum Africse adhuc non rite cognitse, nec descriptse.»
(Ofv. af Kongl. Vet. Ak. Forh, 1895, n. 7, pág\ 474. Stockholm.)
Physorhynchus robustus, sp. nov.
Capite, pronoto pedibusque fusco-testaceis, nitidis; pectore
obscuriore; tarsis flavescentibus. Antennarum articulis primo
et secundo tf, fuscis, valde pilosis, apicalibus flavescentibus;
articulo primo 9 fusco, glabro. Mesosterno elevato, longitudi-
naliter excavato, marginibus elevatis, antrorsum confluenti-
bus. Metasterno etiam elevato, prominente, minus distincte
excavato, marginibus lateralis sat elevatis et rotundatis. Scu-
tello nigro; marginibus praersertim ápice ± rufo-testaceis.
Heraelytris nigris pone médium abdominis extensis, parte ba-
sali costali testacea, brevissima. Dorso abdominis nigro, disco
± testaceo-maculato; ventre nigro; segmentis singulis posti-
ce, medio testaceis. Femoribus anterioribus subtus spinis 2-3,
posticis spinulis 1-2, armatis. Long. d" 21-23 mm. Q 26-28 mm.
Kámerun (Conradt).
Un Mutílido nuevo de España
D. RICARDO GARCÍA MERCET.
Mutilla Castellana sp. nov.
Nigra; mandibular um basi, tuberculis antennalibus thorace et
carina primi segmenti abdominis rufis. Caput subquadrangula-
tum, thorace laiius, oculis magnis. Thorax elongatiis, lateribus
(1) C. J. Emil Haglund, distinguido entomólogo sueco, fallecido en 1901, á quien
se deben interesantes trabajos sobre diversos órdenes de insectos (Sjostedt, C. J. Emil
Haglund. Necrología, Entomologisk Tidskrift, 1902.)
174 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
subparaUelis, unguiculo smitellari distincto. Abdomen sessile;
segmento primo carina infenore emarginata; segmento secundo
mamitis duaous brevis, albosericeis notato; segmento tertio fascia
integra albosericea vesiito; segmento sexto filis albis pr&dito;
área pgg/diali ¡ongiiudinaliter striata; calcaribus albis. — Q.
Long-. 8 mra.
Cabeza negra, subcuadrang-ular, un poco más ancha que el
tórax, estriado reticulada en la parte anterior; frente y vérti-
ce punteado-reticulados sobre los áng-ulos póstico-laterales.
que están bien redondeados. Ojos muy grandes, ovalados,
equidistantes de aquellos áng-ulos y de la articulación de las
mandíbulas; éstas rojizas en su base, acuminadas é inermes;
tubérculos antenales también rojizos y redondeados; antenas
negras en toda su extensión, con el seg-undo artejo del funí-
culo más larg-o que el tercero.
Tórax rojo, alarg-ado, de bordes casi paralelos, truncado-re-
dondeado posteriormente, provisto de una uña escutelar bien
perceptible y de numerosos pelos blanquecinos sobre la trun-
cadura del metanoto.
Abdomen neg-ro, sentado, oval; su primer seg-mento, más es-
trecho que el siguiente, provisto de largos pelos blanquecinos,
de un diente á cada lado de la articulación del tórax y en la
parte ventral de una quilla algo escotada; segundo segmento
con dos manchas circulares pequeñas, de pubescencia amari-
llento-blanquecina sobre el dorso: estas dos manchas separa-
das entre sí por un espacio mayor que el diámetro longitudinal
de una de ellas; tercer seg-mento cubierto dorsalmente poruña
banda entera de pubescencia del mismo color que las manchas
del seg-undo; cuarto y quinto segmentos sin ornamentación
especial; sexto provisto lateralmente de larg*os pelos blancuz-
cos; área pig-idial bien circunscripta y estriada longitudinal-
mente en toda su extensión. Los seg-m-entos ventrales 2-5, bri-
llantes y no muy punteados, ofrecen en su borde posterior nu-
merosos pelos del mismo tono que los que presentan el prime-
ro y sexto semianillos del dorso.
Patas negras, con las caderas y los tarsos de un matiz rojizo,
y armadas sobre las tibias intermedias y posteriores de una
doble serie de espinas. Los espolones son de color blanco.
Patria: Madrid (Sanz de Dieg-o).
Esta especie debe ser muy rara, pues procediendo de los al-
DE HISTORIA NATURAL. 175
rededores de Madrid, que es sin duda la localidad mejor ex-
plorada por nuestros entomólogos, solo conozco de ella el ejem-
plar que me ha servido para su descripción, el cual proviene
de las colecciones del Sr. Sanz de Diego, que me lo ha cedido
generosamente.
La Mutilla Castellana pertenece al g-rupo de la M. Catanen-
sis Spin., y ha de ofrecer bastante semejanza con la M. leuco-
pyga Klug., de la que no he visto ejemplares, pero que me es
conocida por las descripciones de Sichel y André. Se diferencia
bien de esta especie africana (de Egipto, Abisinia, Guinea,
Mashonaland, el Cabo, etc.) por su menor tamaño (la M. leu-
copy(/aK\ug. mide 14-15 mm.), por la banda del tercer seg-
mento del abdomen que es entera y por estar provista de
una uña escutelar bien manifiesta. Creo innecesario señalar
las diferencias de la nueva especie con las M. Catanensis
Spin., M. Binio Rad. y M. Dalmática And., porque se aprecian
desde luego por la simple lectura de la descripción de una y
otras.
Estudio químico de la ambligonita de Cáceres
D. RAMÓN LLORD Y GAMBOA.
Habiendo tenido ocasión de visitar en el pasado mes de Oc-
tubre la mina «Carmelita», situada á unos 4 km. de Cáceres, y
reconocida aquella zona estannífera en compañía de su pro-
pietario D. José del Pozo y Mateos, quien galantemente me
proporcionó los datos que le pedí, poniendo á mi disposición
cuantos ejemplares me fueron necesarios para el estudio de
aquella curiosa región, prometí á dicho señor efectuar un aná-
lisis químico de la notable especie mineralógica denominada
anibligonita, existente allí en abundancia y ya conocida por
un análisis efectuado en Alemania y publicado en este Bole-
tín, así como por los ensayos hechos en la Comisión del Mapa
geológico y en mi laboratorio particular con una muestra pro-
cedente de este último Centro científico.
El yacimiento de ambligonita de Cáceres es digno de aten-
ción, no solo por la abundancia relativa de este mineral, tan
escaso en todas partes, sino por hallarse en forma de filón de
H6 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
una anchura que llega hasta 80 era. en el centro de explota-
ción actual, habiendo otros más estrechos en puntos pró-
ximos.
Intimamente relacionada la ambUgonita de Cáceres con la
cuarcita, que en filones sensiblemente paralelos, con rum-
bo NO. é inclinación ó buzamiento NE. casi vertical, de an-
chura variable hasta de 60 cm., parece descender desde la sie-
rra de Valdeflores al camino del mismo nombre, continuando
alguno de aquellos filones hasta la sierra del lado opuesto,
aparece la mencionada ambUgonita á los 27 m. de un pozo
abierto en la parte más alta de la sierra, siendo superficial en
la parte baja de la misma, al lado del camino y en el camino
mismo.
Toda la formación que podemos llamar explotable, tanto de
ambUgonita como de casiterita, subordinadas ambas á las
cuarcitas, se halla comprendida en una superficie de 150 á
200 m. de lado próximamente, cerrando el límite E. de la for-
mación un gran filón de cuarcita, que se extiende desde una á
otra sierra, atravesando el camino.
También es digna de anotar la particularidad de cortar casi
perpendicularmente á las pizarras silurianas todos los filones
mencionados. Sabido es que la ambUgonita se halla siempre
entre las rocas hipogénicas del grupo de los granitos, y con es-
casez notable, lo que parece indicar la ausencia de filón en to-
das partes. La circunstancia, hasta hoy única, de presentarse
en Cáceres en la forma y abundancia indicadas, hacía intere-
sante el reconocimiento de tan notable mineral, siquiera fue-
ra con el solo objeto de comprobar lo ya sabido, que es lo que
me decidió á verificar el siguiente estudio:
CARACTERES FÍSICO-QUÍMICOS.
No describiré los caracteres físicos de la ambUgonita, porque
coinciden sensiblemente con los descritos en las obras de Mi-
neralogía. Solo mencionaré la densidad de la de Cáceres, que
ha sido determinada por la balanza hidrostática y por el mé-
todo del frasco. Por la primera se ha obtenido el núm. 3,03, y
por el último la cifra 3,01, resultados ambos de varias observa-
ciones y concordantes con el peso específico señalado á esta
especie, que es de 3,05 como mínimo.
DE HISTORIA NATURAL. 1"
Veamos ahora sus caracteres químicos:
1.° El polvo del mineral se fundió fácilmente sobre el car-
bón en una perla que se hizo opaca por enfriamiento, quedan-
do Manca. Humedecida la perla con el nitrato cobaltoso, y
vuelta á calentar á la llama oxidante del soplete, tomó al en-
friarse un hermoso color azul, haciéndose infusible ya, con
cuyo último carácter puede asegurarse la presencia de la
alúmina.
2.° Hervido el polvo del mineral» en los freídos nítrico ó
clorhídrico, diluida la disolución parcial resultante en agua,
filtrada y tratada por exceso de molibdato amónico en ácido
nítrico, dio fuerte reacción característica del ácido fosfórico.
3.° Fundido el polvo del mineral sobre lámina de platino, y
en el tubo abierto por ambos extremos, mezclado previamente
con sal de fósforo y carbón, dio vapor ácido y gotas condensa-
das en el tubo, también acidas, quienes en contacto con el pa-
pel de Fernambuco dieron la reacción característica del flúor.
4.° La disolución parcial clorhídrica del polvo del mineral
fué examinada al espectroscopio, quien señaló las rayas del
sodio y del litio con bastante intensidad.
No se pudieron determinar cualitativamente más cuerpos de
los señalados.
Conocida la especie mineralógica por los ensayos anteriores,
procedí á realizar el análisis cuantitativo, á fin de deducir la
fórmula química de la composición centesimal de la ambligo-
nita, procediendo del modosiguieüte:
Se pulverizó y tamizó cierta porción de la parte más homo-
génea del mineral; se pesaron con todo cuidado 200 mg. de
este polvo; se mezclaron en un crisol de platino con 1.200 mg.
de carbonato sodo-potásico y 300 mg. de sílice pura, colocando
el crisol tapado en una lámpara-horno de Krechel, y calentan-
do gradualmente hasta el rojo-intenso y fusión tranquila de la
masa. Se dejó enfriar, se introdujo el crisol en un vasito de
precipitados, se vertió agua y se dejó veinticuatro horas, hasta
separación de la masa y disolución completa de todo lo solu-
ble, separado así de lo insoluble. Se filtró, lavó, etc., obtenien-
do un líquido A y una parte insoluble B.
En el líquido A fueron determinados, por los procedimien-
tos corrientes de análisis, el ácido fosfórico, eljtuor, la litinay
la sosa, esta última por diferencia.
178 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En la parte insoluole en el agua, B, se determinó la alú-
mina.
Se comprobó la pureza de todos los cuerpos obtenidos.
La composición centesimal de la ambligonita resultó la si-
guiente:
Ácido fosfórico (anhídrido) 47,722
Alúmina 35,600
Fluor % 10,134
Litio 4,444
Sodio y pérdida 2,100
Total 100,000
DEDUCCIÓN DE LA FORMULA QUÍMICA.
Dada la composición centesimal y prescindiendo de la pér-
dida insignificante, puesto que el análisis fué ejecutado con
todo rigor, quise deducir la fórmula química de la ambligoni-
ta para ver si obtenía las mismas consecuencias que las acep-
tadas por Rammelsberg, hoy corrientes en Mineralogía.
La composición centesimal anotada varía en su forma al re-
lacionarla con los cuerpos simples de que consta. Véase la di-
ferencia:
Fósforo 20,836 + oxígeno — ( 26,886 = 47,722
Aluminio 19,100 + oxígeno = j 16,500=35,600
Fluor 10,134 43,386
Litio 4,444
Sodio (sin pérdida) 2,100
Oxígeno total 43,386
Total 100,000
Dividiendo las cantidadas apuntadas de cada cuerpo simple
por los correspondientes pesos atómicos, obtuve los cocientes
indicadores de las relaciones atómicas de aquellos cuerpos en
el compuesto cuya fórmula buscaba.
El resultado de las divisiones fué el siguiente:
Fósforo==JM?l_ 0,672.
DE HISTORIA NATURAL. 17!»
Aluminio = 19¿°° = 0,707.
27
Fluor = 10^34 =0,533.
4 444
Litio = — '- = 0.632.
Sodio = 2'*°° = 0,091.
. , , 43,386 _w.ft
Oxígeno total = — — = 2,712.
& 16
Nótase, desde luego, al comparar estos cocientes, que su re-
lación, es decir, la relación de P : Al : F : Li : Na: O, es sensi-
blemente igual á la de los números 1:1:1:1:4, admitiendo
que litio y sodio se completan para formar un solo cociente,
como así es en realidad, no olvidando que las pequeñas pérdi-
das de todo el análisis las hemos sumado al sodio, y que, por
consiguiente, la cifra 0,091 representativa de este metal debe
de ser menor, lo que, sumado á la cifra del litio, da sensible-
mente un cociente igual al del fósforo, aluminio y flúor, este
ultimo quizá un poco disminuido de la realidad.
Pero como tratándose del aluminio hay que duplicar la fór-
mula para que las relaciones atómicas sean exactas, tendremos
la primera fórmula empírica expresada del modo siguiente:
P Al., F2 Li — Na 08. y que más racionalmente puede expresarse
así: Al2 [POJ2 + 2 R F, en la que R representa litio y sodio, fór-
mula igual á la deducida por Rammelsberg y admitida hoyen
Mineralogía para la especie de que se trata.
Expresando esta fórmula de la siguiente manera:
[L:íl
Al2 [P05]2 -f- ! . I se aprecia bien la constitución ató-
mica y molecular de la ambligonita, que es un fino-fosfato, en
el que hay una parte constante representada por el fosfato alu-
mtnico, y una variable, constituida por el fluoruro Utico-sódico,
en el que pueden sustituirse átomo á átomo el flúor, el litio,
el sodio y el oxhidrilo OH, radical monoatómico que figura en
algunas ambligonitas hidratadas, y que me parece ser de com-
posición normal, aunque variable en ell is, seg'ún acabo de in-
dicar, y de conformidad con las ideas de Penfield, contrarias
180 BOLETÍN de la sociedad española
en este punto á las de Rammelsberg, quien considera al agua
como producto de descomposición de la ambligonita. Creo
quedan bien explicadas todas las variantes de composición
hasta hoy conocidas, admitiendo las dos partes mencionadas
en la molécula compleja de aquella especie mineralógica: la
constante y la variable, en cuya última parte pueden susti-
tuirse mutuamente elementos ó radicales de igual dinamici-
dad, lo cual está conforme con lo que diariamente observamos
en Mineralogía, en Geognosia y en la Química en general.
Cochylis austrinana 0-)
MR. P. GHBETIEN.
Envergadura 16 á 18 mm. Alas superiores un poco estrechas
y prolongadas en el ángulo apical, de un ocráceo amarillento
salpicado de escamas blanquecinas más gruesas, dispuestas á
veces en líneas longitudinales; costilla con numerosas man-
chas (más de 10) y apretadas, que varían de pardo á negro,
estando separadas por una mancha blanquecina las cuatro
últimas cercanas al ápice; algunas de estas manchas dan na-
cimiento á líneas mal definidas de un pardo rojizo; tres ó cua-
tro de estas líneas se ven en la región próxima á la base, al-
canzando la primera, y á veces la segunda, el borde interno;
banda mediana ancha, de color mucho más obscuro, sombrea-
ba además por estrías ó líneas .negruzcas, que van de la costi-
lla al borde interno; después de esta banda se ve una ó dos lí-
neas igualmente rojizas que atraviesan el vértice del disco;
otra banda curva después de éste, ensanchada en el centro,
que se atenúa bruscamente y no alcanza al borde interno, de
color tan obscuro como el de la banda mediana, y presentando
frecuentemente líneas ó estrías negruzcas; borde del ala ter-
minado por un filete negro; franjas ocráceo-amarillentas, en-
trecortadas de negruzco. Alas inferiores morenas, con franjas
blanquecinas partidas por una línea morena muy cerca del
borde del ala y entrecortadas de moreno hacia el ápice y el me-
dio. Palpos, cabeza y tórax de un ocráceo amarillento; antenas
(1) Le Naturaliste, 2e ser , n° 377: 15 nov. 1902.
DE HISTORIA NATURAL. 181
ligeramente ciliadas, del mismo color; abdomen del color de
las alas inferiores; patas anteriores morenas con tarsos anilla-
dos de blanco; las posteriores grises y con anillos morenos en
los tarsos.
El color de ]¿i 9 es siempre más claro; sus alas inferiores y
su abdomen son á veces blanquecinos, con franjas blancas.
Esta especie se encuentra en San Ildefonso, y probablemente
también en Francia.
Nota sobre una nutria de la costa de Guinea
DON ÁNGEL CABRERA L ATORRE.
En la colección de mamíferos reunida por el Sr. Martínez
de la Escalera en nuestra colonia del río Muni, durante el ve-
rano de 1901, figuran la piel y el cráneo de una nutria que yo
en un principio creí poder referir á la Lutra macuUcolUs de
Lichtenstein (1), por más que difiere de esta especie por mu-
chos caracteres. Es, ante todo, de tamaño más reducido; la
cola es relativamente más larga; el pelaje mucho más obscuro
y las manchas del cuello son amarillas, no blancas. Todos
estos caracteres están conformes con la breve descripción que
Gray (2) ha dado de su Hydrogale maculicoUis , generalmente
considerado como sinónimo de la especie de Lichtenstein; pero
el profesor Matschie me dice haber comparado numerosos
ejemplares del Sur de Kámerun, idénticos al obtenido por el
Sr. Escalera , con varios tipos de la verdadera Lutra maculico-
Uis, y en todos ellos las diferencias son tan marcadas y cons-
tantes, que es imposible reunirlos como de una misma es-
pecie.
Procedo, por consigniiente, á describir la forma propia de la
costa de Guinea, dedicándola al eminente profesor del Museo
de Berlín, cuyos notables trabajos sobre la fauna de dicha
región le hacen sobradamente merecedor de este humilde tes-
timonio de admiración y respeto.
(1) ArcMv.fñr Xaturgesch., 183?, i, p. 89, lám. n, fig. 1 .
(2) Proceed. Zool. Soc. Lona , 1865, p. 132.
T ni.— Abril, 1903. 13
182 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Lutra Matschiei sp. nov.
L. vigrofusca, basi pilorum straminea; macula a gula ad pec-
torem grandi, informe, aurantiaca, ex fusco nótala.
Pelaje de color de café muy obscuro, casi negro, con reflejo
metálico. Los pelos del cuerpo tienen todos la raíz amarilla,
los de la cabeza y la cola blanquecina; pero este color pálido
solo se ve levantando el pelo. En las palmeaduras interdigita-
les el pelo es escaso y de un matiz pardo uniforme, que se
encuentra también en los labios. Una gran mancha de forma
muy irregular y de color amarillo, ligeramente anaranjado,
se extiende por debajo del cuello desde la garganta hasta el
pecho, y sobre ella se destacan algunas manchas pequeñas de
color de café. Los bigotes son pardos; las uñas de color de
cuerno, algo nacarado. El espacio desnudo de la nariz, cuyo
borde superior es un poco cóncavo, es neg'ro.
Longitud desde la nariz á la base de la cola, 0,45 m.; cola,
0,30; pie posterior, sin uñas, 0,08.
El cráneo es enteramente igual al figurado por Gray en su
descripción del HydrogaU maculicollis, lo cual, unido á la se-
mejanza de caracteres, me hace pensar que esta forma es mi
Lutra Matschiei y no la L. maculicollis de Lichtenstein. Debo
hacer notar, sin embargo, que el espacio interorbitario es
en el cráneo por mí observado mucho más ancho que en la
figura de Gray, y el borde alveolar maxilar llega un poco más
atrás.
Halj. (iabón septentrional, río Muñí, parte Sur de Ká-
merun.
Nuevas observaciones sobre los minerales de la Sierra de Berja
y Maro (provincia de Málaga)
D. FEDERICO CHAVES.
Continuando mis estudios emprendidos hace algunos años
sobre los minerales de la Sierra de Berja, en la provincia de
Málaga, reúno en esta nota algunas observaciones y datos que
en mis últimas excursiones he recogido, y que solo constitu-
yen un complemento de indicaciones anteriores.
Óxidos de hierro y manganeso. — Los minerales oxidados de
DE HISTORIA NATURAL. 183
hierro son abundantes en la localidad, y en mis primeras no-
tas aparecen mencionados la limonita, la hematites, el oligis-
to y la magnetita. La observación de nuevos ejemplares y su
estudio químico me permite hoy ampliar los datos anteriores.
En la mina «Carmen» existe una masa de limonita poco com-
pacta, que probablemente se aloja en el contacto de la caliza
cristalina al N. del pueblo de Maro, y las micacitas que se ex-
tienden al S. y afloran en la loma en que está edificado dicho
pueblo. Esta masa parece susceptible de explotación. Da al en-
sayo industrial un 50 por 100 de hierro manganesífero, lo cual
es debido á la presencia de pequeñas g-eodas de acerdesa, que
en diminutas laminillas se manifiestan al romper el mineral.
La ganga es caliza. Más al S. existe un filón de hematites en-
cajado en la micacita, cuyo mineral me ha dado un 60 por 100
de hierro.
En diferentes puntos de la sierra existen masas pequeñas,
ordinariamente filones de más ó menos buzamiento, que ofre-
cen transición de la limonita á la hematites y aun al oligisto.
A veces las oquedades del mineral de Maro se hallan tapi-
zadas de limonita negra, vitrea, en ciertos casos con textura
fibrosa.
En el Cerro del Sol, unos pequeños filones de hematites ofre-
cen formas pseudomorficas de la pirita, las cuales no difieren
de las que he descrito en mis anteriores notas.
Debo hacer aquí especial mención de un mineral que hasta
hoy no he encontrado en la localidad en masa bien caracteri-
zada. Este mineral es la acerdesa, de la cual he recogido ejem-
plares de una apariencia brechiforme ó porfídica, lo que es
debido á la mezcla con detritus de las rocas en que arma; ro-
cas que no son otras que las micacitas locales abundantes en
sericita.
La acerdesa de Maro es compacta, cristalina, da bastante
agua ligeramente alcalina en el tubo y desprende oxígeno. Su
dureza es próxima á la de la calcita, y su color gTis acerado,
con raya parduzca obscura.
Debo recordar, á propósito de este mineral, los barnices ó
patinas manganesíferas que he observado en las cavidades de
las micacitas, cubriendo ó interponiéndose á los cristales de
barita ó de anfibol blanco.
A los óxidos de hierro debe también referirse un mineral
184 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
que se presenta en la mina «Arcángel San Rafael», amorfo,
poroso, de color rojo, conteniendo fuerte proporción de óxido
férrico, pequeña cantidad de calcio, algo más de magnesio»
ácido fosfórico, alúmina y sílice, y solo débiles vestigios de
manganeso. Forma cantera con unas calizas.
Carbonates de hierro y cobre.— En esta última mina he halla-
do unos cristales de siderita, ofreciendo el romboedro. Solo dos
ejemplares lie observado entre gran cantidad de zafra extraí-
da de una de las calicatas de dicha mina. También recogí un
cristal de azurita que mide unos 8 mm., implantado en la cal-
cita cristalizada, pero rugoso y de difícil estudio al gonió-
metro.
La malaquita se presenta á veces con la azurita en la cali-
cata citada anteriormente, aunque en pequeñas manchas de
grupos de cristalinos fibrosos y de apariencia sedosa.
La Fluorina de Papiol (Barcelona)
D. MARCELO R1VAS MATEOS.
A unos 3 km. de Papiol y en un monte llamado «Puigpadró»,.
de formación arcaica, se encuentra una gran masa de fluorina
atravesada por pequeñas vetas de galena, y donde puede tam-
bién observarse, aunque en escasas cantidades, malaquita,
azurita, bornita, calcopirita y pirolusita. Este último mineral
aparece bajo dos formas: en pequeños nodulos ó masas con-
crecionadas introducidos en el cuarzo, y en elegantes dendri-
tas, que parecen musgos ó más bien dibujos hechos por hábil
artista. La pirolusita dendriforme es muy común en Cataluña^
abunda en Anglés (minas de galena y baritina), y en Palafru-
gell (minas de galena con ganga de cuarzo y caliza).
La galena de Papiol es bastante curiosa; algunos ejemplares
son espáticos y la mayoría granudos; aquéllos con débiles re-
flejos dorados y azules de bello aspecto, y éstos con escaso bri-
llo metálico. Hemos hecho el estudio analítico de la galena
granuda de Papiol, y resulta que contiene pequeñísima canti-
dad de plata, por cuya razón no sirve para beneficiar este me-
tal precioso.
La fluorita forma en dicho yacimiento un depósito conside-
DE HISTORIA NATURAL.
185
rabie, quizá uno de los mayores de Cataluña. Lo primero que
llama la atención del naturalista en ella es la diversidad de co-
lores en la masa de mineral; en efecto, allí la hay blanca, ver-
de, azulada, rosada y violácea, pero mezclada al azar, sin orden
alguno, dando al conjunto un aspecto curioso. He recogido
ejemplares cristalizados, que son naturalmente los más intere-
santes, y de ellos voy á ocuparme.
1.° Unos cristales rosados formados en su mayoría por el
octaedro (111), perfectamente desarrollado y libre de combina-
ción. 2.° Otros, más escasos, tienen la forma exaédrica (100)
libre, pero más frecuentemente en combinación con el octaedro
preponderante (111, 100), ó sea el octaedro con los ángulos só-
lidos truncados. Y 3.° Unos cristales por extremo curiosos. Unos
son como octaedros que hubieran sido cortados por un plano
de simetría (fig\ 1.a); otros están formados por un octaedro, en
el que un ángulo sólido aparece fuertemente truncado, conser-
vándose las facetas del ángulo modificado (fig. 2.a); y por últi-
Fig. i.
Fig. 2.»
Fig. 3.a
ni o, hay otros ejemplares con preponderancia octaédrica, pero
constituidos de una manera muy especial: uno de los ángulos
sólidos está fuertemente truncado, aunque se conservan las
cuatro facetas correspondientes al ángulo: el ángulo sólido
opuesto es patente y siu modificación, mientras que los cuatro
que podemos llamar ecuatoriales están sustituidos por peque-
ñas facetas (fig. 3.a).
Los ejemplares de las formas cristalizadas descritas forman
hoy parte de la colección mineralógica de la Facultad de Far-
macia de esta Universidad de Barcelona. Las figuras' que acom-
pañan han sido dibujadas, en vista de los ejemplares, por mi
distinguido compañero el Dr. Aranzadi.
Hemos hecho un somero estudio microscópico de las citadas
186 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
formas, las cuales presentan inclusiones de galena y fenóme-
nos ópticos anormales, pues son débilmente birrefringentes.
lo que parece en contraposición con la simetría regular de esta
especie; pero ejemplos de dicha anormalidad de los fenómenos
ópticos de la fluorita fueron ya citados y explicados por el
ilustre Mallard, y en la de Colmenar de Arroyo/Sierra de Gua-
darrama, por el Sr. Calderón.
En cuanto a las anomalías de forma de estos cristales, ya
eran conocidas en los alumbres artificiales y también en algu-
nas galenas, pero no habían sido citadas hasta ahora, que se-
pamos, en la fluorita.
La lluvia en la Península ibérica
D. RAFAEL FOLCH Y ANÜREU.
El interés que de poco tiempo á esta parte me han desperta-
do las estadísticas gráficas me indujo á componer las que hoy
tengo el gusto de presentar, no por creerlas dotadas del más
insignificante mérito, sino por la índole de la materia de que
tratan, ya que está íntimamente relacionada con la distribu-
ción de todos los seres naturales.
Trátase solo de hacer resaltar la diferente cantidad de agua
de lluvia que reciben ciertas regiones de la Península que ha-
bitamos. Como se ve, no es asunto nuevo ni mucho menos, ya
que dicha desigualdad es conocidísima, no solo por el amante
de las ciencias naturales, si que también por la inmensa gene-
ralidad del vulgo.
Lástima que las presentes gráficas no incluyan más que
datos de un número tan limitado de observatorios para el co-
nocimiento perfecto de dicha repartición. Conveniente, y más
que conveniente necesario, es que hasta en los más pequeños
pueblos en donde haya una persona medianamente ilustrada,
se practiquen determinadas observaciones meteorológicas:
sencillísimas per sé á la par que curiosas, reportan magníficos
resultados, siendo el único modo que nos permitiría conocer
muy á fondo á nuestro país.
No obstante, para dar una idea, aunque vaga, del ya repeti-
do reparto de lluvias, bastan á mi humilde entender las dos
DE HISTORIA NATURAL. 187
láminas aquí presentes, las que de un modo muy poco esté-
tico, aunque exacto, presentan grabados los promedios de una
serie de datos recogidos por los observatorios que en ellas van
anotados.
Examinando mis gráficas se ve la gran desigualdad de las
columnas, representantes cada una de ellas de la cantidad de
lluvia registrada anualmente en cada observatorio. Basta
mirar la muy larga correspondiente á Santiago de Galicia,
1.758,3 mm., y la de Ciudad Real, 212,4, cortísima, para ha-
cerse cargo de tal desigualdad.
La gráfica presentada muestra en términos generales que
resultan con abundancia suma de lluvias el Noroeste y Norte
de la Península , y en cambio con escasez el Sudeste y princi-
palmente el Centro.
Por orden de más á menos, según se desprende de los datos
apuntados, están: Santiago, Vergara, Oporto, Bilbao, Corana.
Coimbra, Oviedo, Santander, San Femando, Jaén, Lisboa, Ta-
rifa, Soria, Huesca, Barcelona, Escorial, Cádiz, Burgos, Gra-
nada, Seiilla. Badajoz, Valencia, Madrid, Albacete, Zaragoza,
Murcia, Valladolid, Salamanca, Alicante y Ciudad Real.
Tampoco se reparte por igual entre las cuatro estaciones
la lluvia anual de cada estío. Sumando las lluvias de cada es-
tación en sí, de los distintos observatorios, encontraríamos que
de más á menos estarían Otoño, Invierno, Primavera y Verano.
No siempre ocupa Otoño el primer lugar, que según el caso
general le correspondería, sino que á veces es el segundo y
otras el tercero.
Ocupa el segundo en los observatorios de Vergara, Bilbao,
Santiago, Oporto, Coimbra, Lisboa, Burgos, Soria, Zaragoza,
Albacete, Jaén y Tarifa, y el tercero en los de Coruña, Badajoz
y Cádiz.
Alterando éste el orden general, lógico es que los demás no
estén tampoco en el orden expuesto en algunos casos. Así te-
nemos que en Invierno ocupe el primer lugar en los observato-
rios de Vergara, Bilbao, Coruña, Santiago, Oporto, Coimbra,
Lisboa, Badajoz y Tarifa; el tercero en los de Salamanca, Va-
lladolid, Burgos, Soria, Huesca, Valencia, Alicante, Albacete,
Madrid, Jaén y Granada, y el cuarto en los de Zaragoza y Bar-
celona.
Lo propio diré de las observaciones de Primavera, que con-
188 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
siderada en general le corresponde el tercer lugar. Y así vemos
que ocupa el primero en los observatorios de Burgas, Soria.
Zaragoza, Albacete, Jaén y Cádiz; y el segundo en los de Co-
rulla, Salamanca, Yalladolid, Huesca, Barcelona, Valencia,
Alicante, Madrid, Badajoz y Granada.
Más constantes son las observaciones de Verano, ya que en
todos los observatorios ocupa su cuarto lugar, excepto en los
de Zaragoza y Barcelona, donde es el tercero.
Aunque no creo que altere en mucho los resultados estam-
pados, debo hacer constar que no todos los datos son prome-
dios de diez años como indican las dos gráficas, puesto que
algunos lo son de menos: de 9 años invierno, primavera y
anual del observatorio de Bilbao, verano de Zaragoza, invierno
y anual de Granada y todos los de Santander; de 8, otoño y
anual de Zaragoza, primavera y otoño de Badajoz y verano de
Tarifa; de 7, invierno y anual de Agosto, tod'os los datos de
Ciudad Real é invierno y verano de Badajoz; de 6, todos los
del Escorial, anual de Badajoz y otoño de Jaén: de 5, invierno
y anual de Jaén; de 4, los de la Coruña; de 3, invierno y pri-
mavera de Vergara y los de Cádiz; de 2, verano, otoño y anual
de Yergara; y es el dato solo de un año el de invierno de
Zarag'oza.
Las observaciones de los mareógrafos de Cádiz, Alicante y
Santander, que están incluidas en mi gráfica, no pertenecen
en su totalidad al decenio de 1871-1880; pero, sin embargo,
unos y otros valores son comparables.
El género «Phymateus» ThiinLerg
D. IGNACIO BOLÍVAR.
La subfamilia Phy matea que establecí en 1884 comprende-
tan solo los géneros Zonocerus Stál, Phymateus Thunb. y Pe-
ristetjus Bol. (1), que encierran, especialmente los dos últimos,
los insectos de colores más vivos y variados del orden de los
(!) El nombre S7iytidoderes que el Dr. Karsch ha querido restablecer fué empleado
ya por Schonher para un curculiónido en 1826, por lo que debe quedar subsistente el
de Peristegus.
DE HISTORIA NATURAL. 189
ortópteros; nada revela en ellos, sin embargo, esta viveza de su
colorido mientras las alas permanecen cerradas, y el insecto,
imitando por su librea verde prado ó verde aceitunado el coloi-
de las plantas que le rodean, puede escapar á sus enemigos
si es que no le delatan sus movimientos; pero cuando extien-
den las alas superan estos insectos en belleza á gran número
de mariposas por la intensidad del colorido, variado, general-
mente, de un vivo carmín, de un rojo sanguíneo, azul intenso
ó amarillo rojizo de azafrán, matizado siempre de multitud de
manchitas negras y por el realce que les da la semitrasparencia
de las alas bien distinta de la opacidad casi constante de las
de los lepidópteros.
Después de publicado aquel trabajo he llegado á conocer
otras especies distintas de las que entonces enumeré, y cuyas
descripciones daré á continuación, alcanzando con ellas á ca-
torce las ahora conocidas. Todos ellos son insectos de gran ta-
maño, propios del África ecuatorial y austral, donde alguna
de las especies parece se desarrolla en tan gran número que
llega á causar daños de consideración en diversas plantaciones
como nuestras especies de langosta, según las observaciones
de Hildebrandt, anotadas en una etiqueta del Museo de Berlín,
y que el Dr. Karsch ha dado á conocer (1).
Las especies hoy conocidas podrían distinguirse del modo
que voy á indicar:
1. Tibia? posticíe flavescentes vel rufescentes spinis conco-
loribus ápice nigris vel raro omnino nigris. Species
Africana3.
2. Elytra apicem versus sensim angustata et ápice anguste
rotundata.
3. Tibiarum posticarum spinis omnino nigris
1. Ph. leprosus L.
3. Tibiarum posticarum spinis ápice tantum nigris
2. Ph. 1) acca tus Stál.
2. Elytra subparallela vel apicem versus leviter attenuata
et ápice oblique truncata.
(1) «Diese Art verwüstet die Felder in Teita und Ukaraba. Ich sah sie nach der
Regenzeit (im Juai) in Zügen von ungefahr 3-500 Stück.» Dr. F. Karsch, Beitráge zu
Ignacio Bolívar's Monografía de los Pirgomorfinos (Madrid, 1881). Entomol. Nachrich-
ten, 1888, p. 358.
190 BOLETÍN de la sociedad española
4. Elytra olivácea unicoloria, ápice fusco-marg-inata.
5. Alas unicolores virescentes haud nigro-tessellatas
3. Ph. olivaceus. Karsch.
5. Alee coloratas atque nigro-vel cceruleo-nigro-tessellatae:
'i. Alas dilate croceas. 4. Ph. jlarus sp. nov.
6. Ala* purpureo-vel cceruleo-tinctse.
7. Alas antice cceruleas postice purpurascentes.
8. Statura minore. Pronoti tuberculis obtusatis, parum ele-
vatis concoloribus. 5. Ph. agrotus G-erst.
8. Statura majore. Pronoto tuberculis perfecte explicatis.
sangniineis. 6. Ph. Brunneri Bol.
7. Alas purpurascentes. 7. Ph. pwpuraécens Karsch.
4. Elytra obscure ccerulea, venis transversis flavo-indutis.
9. Alarum colore purpureo usque marginem anticum ex-
tenso. 8. Ph. Hildebrandti Brunn.
9. Alarum campo antico plus minusve cosruleo-violaceo.
10. Pronoti tuberculis obtusis rotundatis parum elevatis.
Alae purpureo-et coeruleo-tincta3
9. Ph. morMllosus L.
10. Pronoti tuberculis conicis, elevatis. Alas coeruleo-et au-
rantiaceo-pictas. '10. Ph. iris Bol.
I. Tibias posticas cosruleas vel fusco-virescentes, spinis fla-
vescentibus vel croceis, ápice nigris. Alae nigro-tesse-
llatas. Species Madagassas.
11. Alas rufa; medio antice subcceruleas
11. Ph. Madagassus Karsch.
II. Alas omnino rufas.
12. Pronoto lato tuberculis conicis prasdito. Elytra olivácea,
dimidio basali transverse flavo-venosa
12. Ph. Grandidieri sp. nov.
12. Elytra obscure cerúlea, venis transversis late flavo-in-
dutis.
13. Pronotum tuberculis acutis croceis armatum
13. Ph. Bugssoni sp. nov.
13. Pronotum tuberculis obtusis hebetatis obscure sangui-
neis prasditum. 14. Ph. saxosus Coq.
Pliymateus flavus sp. nov.
Olivaceus; fastigio nec non antennis nigro-coeruleis. Pronotum
valde tuberculalum, tuberculis rufo-sanguineis, duobns primis co-
DE HISTORIA NATURAL. 191
nicis, duobus seque?ilibus globosis superne cómpreoste carinaiis
atque sinualis; mesozona tuberculis discoidalibus oblitteratis, la-
teralibus magnis, conicis: metazona lateribus tuberculis serie du-
pla fonnantibus: margine postica truncata dentata, disco medio
transversim el ev ato, pos tice concaviusculo, carina media perspicua.
Elytra apicem versus latiuscula, ápice oblique trúncala angustis-
sime flavolimbata; ima basi plaga nigra olivácea: areolis cceruleo
indutis. Ala* flavescentes nigro-cceruleo-tessellata. Pedes olivacei,
geuiculis jwsticis nec non tibiarum ápice infuscatis, spinis con-
coloribus ápice nigris. Abdomen segmentorum basi fusco-cceru-
lea. a"?.
Long. corp. a* 45; pron. 11; elytr. 46; fem . post . 23 mm.
» '» 9 67; » 16; » 60; » » 32 »
Loe. Sierra Leona, Rhobomp. Museo de París y mi colección.
Phymateus Granditlieri sp. nov.
Oliváceo- cwruleus, flavo-et rufo-variegatus. Capul unicolor mi
flavo-atque aurantiaceo-maculatum. Frons croceo quadri-plagiata.
Anlennrr artieulis basalibus exceptis nigra. Fastiqium vertías
fusco-cceruleum. Pronolum dorso plan uní, retrorsum. valde am-
pliatum rufo-tuberculaium; prozona tuberculis quatuor majoribus
conicis; mesozona atrinque tubérculo magno cónico, disco alteris
duobus minoribus; metazona tuberculis marginalibus magnis com-
pressis disco tuberculis ereclis armatum. Ehjtra apicem femorum
posticorum valde superantia, latiuscula, ápice oblique trúncala
atque angustissime fusco-marginata, olivaceo-ccerulea, venís lon-
gitudinalibus concolóribus, retículo dimidio basali angustissime
flavo. Alce subcycloidea, dilute crocea vel subsanguinea apicem
versus infúscala' tota nigro-tessellatce. Pedes variegati. Tibia
posticcB oliváceo- fusca spinis sanguineis ápice nigris. a" 9-
Long. corp. tf 46; pron. 11; elytr. 44; lat. media elytr. 11,5;
fem. post. 23 mm.
Long. corp. 9 57; pron. lo; elytr. 55; lat. media elytr. 14;
fem. post. 27 mm.
Loe. Madag-ascar: Tutear, Amleolisatra, Andampy prés Vohe-
mar, Grandidier. Museo de París. Especie muy notable por la
forma del pronoto y la de los tubérculos que rodean la meta-
zona, que permiten reconocerla á primera vista y la dan un
aspecto particular. Ha sido descubierta por el célebre explora-
dor de Madag-ascar Mr. Grandidier, á quien la dedico.
192 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA.
Phymateus Buyssoni sp. nov.
Fusco-olkaceo-cceruleus. Capul callis irregularibus croceis cons-
persum. Anteante fusco-nigrce. Pronotum tuberculis aurantiaceis
aculiusculis couspersum, prope marginem anticum tuberculis duo-
bus acutis, pone sulcum primum tuberculis qualuor magnís, cani-
as, linea ni transversam formanlibus; mesozona disco tuberculis
qualuor pañis et n trinque tubérculo magno basi antice tiéntalo;
metazona medio carinata tuberculis discoidalibus parvis sed acu-
tis, tuberculis marginalibus maguis, conicis, ápice hebetaiis; lobis
lateralibus parce tuberculatis margine inferiori callosa auran-
tiaca. Flytra cwrulea ápice oblique rotwidalo-truncata venis
transvcrsis J'aro-i nd u lis. Alee rufo-Tinosa di midió anlico nigro-
lessellalo et ápice m rersus pictura nigra marginem exlernum iu-
volvens. Pedes croceo-variegali. Femara postica carinis croceis.
Tibia7 posticce olivácea basi apiceque nec non larsi fusci, spinis
flavis ápice nigris. Abdomen margine 'postica segmenlorum ang us-
té crocea. rf.
Long. corp. tf 46; pron. 11; elytr. 50;fem.post. 27 mm.
Loe. Madagascar. Audevorante A. Mathieux 1900. Museo de
París.
La especie es próxima al Pk. saxosas Coq., pero la distin-
guen de ella la forma y disposición de los tubérculos del pro-
noto, que son anaranjados y destacan sobre el color obscuro,
casi de un negro verdoso del fondo. También le distingue la
mayor longitud proporcional de los fémures posteriores; pues
en un tf del P/¿. saxosas Coq., precisamente de igual tamaño,
estos fémures solo miden 21 mm. Las antenas son negras des-
de la base. Me complazco en dedicar esta especie al sabio hi-
menopterólogo Mr. Robert du Buysson, que con grande ama-
bilidad me ha facilitado el estudio de numerosos tipos del Mu-
seo de París.
El examen de los tipos del Phymateus morbillosus L., citado
por Ferret et Fairmaire en el viaje á Abisinia (Voyage en Abys-
sinie) de Ferret et Galinier, me ha permitido rectificar esta
cita que no se refiere á la especie de Linneo, sino al Ph. pur-
purascens Karsch, citado por este autor del Kilimandjaro.
Ignoro á qué especie puede referirse el Phymateus papulosas
citado por Mr. Kirby en «Report on a Collection of African Lo-
DE HISTORIA NATURAL. 19»
Cfüstidse». Trans. Ent. Soc. London . 1902, i, April, pag\ 84.
Según Mr. Kirby esta especie es el ÍHctyophorus papillosus
Thunberg. Mém. Acad. Pétersb., v, p 258 (1815).— Gryllus
(Locusta) morMUosus, Houttuyn, Nat. Hist., i (10), p. 218, n. 42,
pl. 80, fíg. 5 (Y76Q).—&ryllus locusta- morMllosi Nympha, Stoll.,
Saut., pl. 6 B, fig. 21 (1813). Hab.: Transvaal: Pretoria (Distant).
Boletín bibliográfico.
Académie des Sciences de Cracovie ( Bull. intem.). 1003. N.° 1. M.me (J. Ba—
licka-Iwanowska.: Kech. sur la décomposition et la régénération des
corps albuminoides dans les plantes. — M. Kulcynsky: Aranearurn et
Opilionum species in ínsula Creta a Comité Dre. Carolo Attems co-
llecta.
Académie des Sciences de París (Bull.). Tome cxxxvi. N.° 5. Ph. van Tie-
ghem: Présentation de son Mémoire «Sur les Ochnacées». — A. Gaudry:
Contrib. á l'histoire des hommes fossiles. — J. Tissot: Sur la significat.
des expér. faites en bailón sur les échanges respiratoires. — J. Chaine:
Contr. á la morphol. des ligaments aceesoires de l'articulation tem-
poro-maxillaire. — M.Ue Maris: Loyez: Sur la présence des formations
ergastoplasmiques dans l'épitbelium folliculaire des ojseaux. — V.
Babes: Observ. sur la genése des cellules géantes. — E. Maurel: Rap-
port du poids du foie á la surface totale de 1 'animal. — P. A. Dan-
qeard: Observ. sur le Monas vulgaris. — H. de Vries: La loi de Mendel
et les caracteres constants des hybrides. — L. Daniel: Sur la struct.
comparée du bourrelet dans les plantes greffées. — £. Demoussy: Sur
la végét. dans des atmosphéres riches en acide carbonique. — P. Ter-
mier: Sur les roches granitiques et les terrains cristallophyll. du iría-
sil des Beni-Toufout entre El- Milia et Collo (Algérie) — L. Cayeux:
Exist. du Jurassique sup. et de l'Infracret. dans File de Créte. — Ba-
lland: Sur les quant. de phosphore contenues dans les farines.=
N.° 6. A. Mai.aquin: La morphogenése chez Salmacina Dysteri (Ser-
pulide). La métamérisation hétéronome. — Grimbert et Couland: Sur
la prés. du glucose dans le liquide céphalo-rachidien.— H. Coupin:
Sur la nutrition du Sterigmatocystis nigra. — E. Wildemann: Sur une
liane á caoutchouc du Bas-Congo. — B. Renault: Sur l'activité végét.
aux époques anciennes. — Hochreutiner: Sur un type spécial de du-
nes de la bordare saharienne. — L. de Launay: Sur la réduction d'oli-
giste en maguétite par les hydro-carbures. — Touloüse et Vurpas:
Contr. expérim. á la connaiss. de la vie et de la réaction musculaires.
=N.° 7. A. Lacroix: L'eruption de la mont. Pelee en janvier 1903. —
191 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
C. Heig: Mécanisme de l'act. de la secrétine sur la secrétion pancréa-
tique.— Marage: Action sur l'oreille, á l'état pathologique, des vibrat.
fondameutales des voyelles.— Cornil kt Coudray: Sur rimplantation
de l'os mort en contact de l'os vivant.— L. Mangin: Sur la rnaladie du
Chataignier causee par le Mycelophagus Castanece.—J>. A. Daxgeard:
Un nouv. genre de Chytridiacées: le Rhaldium aeutum.—L. Cayeox:
Phénonienes de cbarriage dans la Méditerranée orientale.=N.° 8.
Ed. Retteuer. Rech. expérim. sur l'hyperplasie épitheliale et sur la
transformatiou de l'epithélium en tissu conjonctif— P. Vüillemin:
La serie des Absidiées.-CoL: Sur l'interprétation de la disposition
des faisceaux dans le pétiole et les nervures foliaires des Dicotylédo-
nes.— L. Cayeux: Les éruptions d'áge secondaire dans l'ile de Créte.
Ddparcq, Mrazec et Pearce: Le dévonien infér. de la región de la
Kosva (Oural du Ncrd).— J. Welbch: Sur les failles du Poitou, entre
Parthenay, Niort et Poitiers.
Académie internaüonah de Géographie Botanique. Le Mans. (Bull.J. Nu-
mero 159. M. Gandoger. Trois dejeuuers dans les montagnes de l'An-
dalousie oriéntale. — P. Carrier: La flore de l'ile de Montreal (Canadá).
C. Pac: A prupos du Hieracium Asturicum. — H. Sudre: Exeurs. batho-
logiques dans les Pyrénées.— Léveillé et Vaniot: Carex Galla'tica,
sp. nov.— J. Poiraült: Liste des charnpignons de la Vienne.— Made-
nioiselle M. Beléze: l.er suppl. á la liste des champ. sup. et infér. de
la forét de Rambouillet et des envir. de Monfortd'Amaury (Seine et
Oise).
AUgemeinen Entnmologischen Gesellschaft. Neudarnm. (Allg. Zeitschr.für
Entom.j S. B-and. N.° 2/-. H. J. Kolbe: Ueber vorschnelle Entwicke-
lung (Protbeteli -) von Puppen-und Imago-orgar.en bei Lepid. und
Coleopt.-Larven.— Stauffacher: Leber ein neues organ bei Phyllo-
xera vastatrix.—J. G. Nielsex: Untersuch. über die Lebensweise und
Entwickel einiger der Arten der Gatt. Synergus.—P. Bachmetjew:
Ein Versuch, die Frage über die Parthenog. der Drohnen mittelst der
analytisch statistichen Methode zu losen —N.° 4. Stauffacher: Ueber
ein neues organ bei Phyll. vastatrix.— F . Eichei.baum: Die larven
voa Xylechinus pilosus und von Hylastes cunicularius. — G. Ulmer:
Beitráge zur Metarnorphose der deutsch. Trichopteren.
Entomologisch'e Yereine. Stettin. (Zeitung.J. lxiv. Jahrg. A. Fuchs: Neue
Kleinfalter des Mittelmeergebiets.— S. Schenklixg: Ein. neue Cleri-
dendes Stett. Museums.— M. Bernhauer: Beitrag zur Stapbyliniden
fauna von Ostindien und den Sundainseln. — A. Rieser: Zum Hei-
maths-Nacbwefs von Agrotisfugax.—E. Hering: Uebersicht der Su-
matra Pyralidíe.— Neue Pyraliden aus dem tropischen Faunengebiet.
H. Agren: Zur Kenntniss der Apterygoten fauna Süd-Schwedens.
Katalog Literatury Naukowej Polskiej. Cracovia. Tom. n. Zeszyt. n y m.
DE HISTORIA NATURAL. 195
Museo de Valparaíso (Revista chilena de Hist. nat.) — Año vi, N.o 3. Cañas:
noticias sobre los guajiros (indios de Colombia). — C. Porter: Lista de
los Lathrididíe chilenos. — L. O. Howard: A new genus oE Aphelini-
nse from Chili.
Museum National Hongrois. Budapest (Természetrajzi Füzetek). Vol xxiv.
Partes, i-ii. E. Daday: Mikroskop. Süsswasserthiere aus Deutsch Neu
Guinea.— Fr. W. Konow: Neue Chalastogastra-Arten.— C. Kertesz:
Zwei neue Ephygrobia-Arten von Singapore. — Ueber Indo-Austra-
Hsche Lonchoñden. — Fr. Henoel: Zur Kenntniss der Tetanocerinen.
A Dolufuss: Cat. des Isopodes terrestres de Hongrie, appart. au
M. Nat. de Budapest. — G. Szepligeti: Braconiden aus Syrien und Pa-
lestina, in der Samml. des Ungar. Nat. Mus. — J. Schilsky: Ajñon
Horvathi. n. sp. aus Russ. Armenien. — G. Kraatz; Cetoniden aus
Neu-Guinea, gesarnni. von L. Biró. — C. Kertesz: Cat. Pipunculidarum
usque ad finem anni 1900 descript. — J. Madarasz: Descr. of two pro-
bably new europeau Birds. — E. Csiki: Catal. Endomychidarum.
Museum of Comparative Zooloqy at Harvard College. Cambridge. EE. UU.
(Bull.) Vol. xl, N.° 4. W. E. Castle: The heredity of sex.=N.o 5.
G. H. Parkek: The optic chiasma in Teleosts and its bearing on the
asymmetry of the Heterostomata.
Real Academia de Ciencias y Artes. Barcelona (Boletín). Vol. v. (Memorias.)
Vol. iv. N.° 28. — P. Navas: JDiláridos de España.— N.o 29. N.° 30.
N.° 31. (Nómina del personal académico.)
Revista de Farmacia militar.— Madrid. Año n. N.°s 12, 13, 14 y 15.
Royal Microscopical Society. London. (Journal,) 1903. Part. 1. Dixon-Nu-
ttall and Freeman: The Rotatorian Genus Diaschiza: a monograph.
Study, with Descr. of a New Species.
Société entomologique de Belgique (Annales.) K. M. Heller: Eine Alte,
aber bisher noch unbekannte Calandriden-Gatt. E. Olivier: Lampy-
rides nouv. du M. de Bruxelles. — L. Fairmaire: Descr. de quelq. He-
teroméres recueillis par Fruhstorfer dans le Haut-Tonkin. — E. Si-
món: Descr. d'Arachnides nouv.
Société hollandaise des Sciences á Harlem. (Arch. Néerlandaises des scien-
ces exact. et nat.) T. vm. l.er livr.
The Canadian Entomologist. London (Ontario). A. Morrill: Life-history
and descr. of the Aleyrodes Packardi. n. sp. — W. Harrington: Male
Wasp with female antennse. — A. Cockerell: The Coccinellid gen.
Smilia. — W. Ashmead: C!assif. of the fossorial, predaceous and para-
sitic Wasps, or the superfatnily Vespoidea. — A. Bacot: Tutt's <Britis'h
Lepidoptera>. — J. Chester: A new sp. of Hypoloppus-— R. Cooley: A
new Diaspid gen.
The Wilson Bulletin. Oberlin (Ohio) Vol. ix. N.° 4. J. Daniel: The Cuban
Tody. (Todus multicolor). — H. Tracy: Among the vultures in Asia mi-
196 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ñor.— F. Bruen: Some bluebird boxes and troubles.— Wm. Mills: My
summer boarders. — L. Jones: All day with the Birds.— Winter Birds.
W. Henninger: An addition to the Birds of Middle Southern Ohio.
A new bird for Ohio.
The Zoologist. London. Vol vn. N.° 73. W. Rawnsley: Parrot building in
the open.— O. Aplin: Not. on the ornith. of Oxfordshire — N.° 74.
J. Frohawk: British Beangeese.— F. Coburn: On the speciñc validity
of Anser rubrirostris. — Th. Soüthwell: Notes on the seal and whale
fishery of 1902.— O. Aplin: Not. on the ornith. of Oxfordshire.
Bedel (L.)— Diagnose d'un Rhizotrogus inédit du N. de l'Afrique. (Bull.
Soc. Ent. de Fr. París. 1902.)
Revista científica profesional. Barcelona. Año vi, n.° 1.
Sesión del 6 de Mayo de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Vicesecretario levó el acta de la sesión anterior, que fué
aprobada.
Asiste el Sr. Graiño, de Aviles.
Correspondencia.— El Vicesecretario leyó un oficio del señor
Secretario del Museo de Ciencias naturales, enviando dos Me-
morias, una de D Eduardo Boscá sobre «El Megaterio del Mu-
seo de Ciencias naturales de Madrid», y otro de D. Rufino Abe-
la sobre «Nombres vulgares de plantas en Galicia.»
Los autores son corresponsales del Museo; pero como éste no
tiene actualmente publicaciones periódicas, su Junta directiva
acordó ofrecerlos á nuestra Sociedad por si estimaba oportuno
publicarlos ó utilizarlos. Se acordó, en vista de la índole de
estos trabajos, que pasasen, el primero á la Comisión de publi-
cación y el segundo á la de catálogos, y dar las gracias á la
Junta directiva del Museo por su atención.
Se dio cuenta de varias publicaciones recibidas como dona-
tivo de sus autores nuestros consocios Sres. Gaudry, Bücking,
Cohén, Finot y Salomón, y de los directores de la Revista de
farmacia militar, de Madrid; Revista científica profesional, de
Barcelona, y Revista de medicina tropical, de la Habana, acor-
dándose constase en acta el agradecimiento de la Sociedad por
el regalo de dichas obras, cuya especificación constará en el
boletín bibliog'ráfico correspondiente.
Se leyeron comunicaciones de diversas Sociedades que soli-
citan el cambio de sus publicaciones por las nuestras. Son: la
Société des Amis des Sciences naturelles, de Vienne (Isére);
Université de Rennes; Institut Botanique de Bucarest; Sociedad
de Naturalistas de Jarosbaw y Naturforschende Vereine, de
Brünn, varias de las cuales envían números de muestra.
— El Sr. Pérez Zúñiga comunicó la triste noticia del falleci-
miento del Sr. López Peláez, que fué anteriormente nuestro
consocio, y alguno de cuyos trabajos se publicó por nuestra
Sociedad.
T. ni.— Mayo, 1903. 14
198 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
El Sr. Presidente encomendó al Sr. Pérez Zúñiga la redac-
ción de una noticia necrológica del finado, aceptando el en-
cargo dicho señor.
Admisión de socios. — Quedaron admitidos como socios nume-
rarios el Ldo. J. H. Pazos, de San Antonio de los Baños (Cuba).
que se dedica á Dípteros parásitos, y D. Mariano Murillo, pre-
sentados por el Sr. Bolívar, y el Instituto general y técnico de
Barcelona. Se hizo una nueva propuesta de socios.
— El Sr. Fernández Navarro, como Secretario de la Comisión
nombrada por la última Junta para estudiar las condiciones
en que podrían hacerse estudios intensivos del suelo de la Pe-
nínsula y de su fauna y flora bajo la dirección de la Sociedad,
leyó las sig-uientes bases que la Comisión propone:
1.a La Sociedad española de Historia natural, deseando dar
mayor impulso al conocimiento de la fauna, flora y gea espa-
ñolas, y en cumplimiento de lo prescrito en el artículo 31 de
su Reglamento vig-ente, acuerda la creación de Comisiones que
efectúen la exploración detenida de algunas comarcas espa-
ñolas. Estas Comisiones habrán de funcionar por lo menos du-
rante un mes, y circunscribirse siempre á una comarca redu-
cida.
2.a Para la realización de esta idea se acuerda constituir,
con carácter permanente, un fondo especial destinado á di-
chas expediciones.
3.a Para ello se abrirá una suscripción voluntaria entre los
socios, y se invitará además á personas y entidades extrañas á
la Sociedad, por si quieren contribuir á este proyecto, haciéndo-
lo también la Sociedad en la medida que permitan sus recursos.
4.a Con el mismo objeto se solicitará el auxilio del Ministe-
rio de Instrucción pública y Bellas Artes.
5.a Los fondos reunidos serán administrados, con indepen-
dencia de los de la Sociedad, por el Vicetesorero de la misma.
6.a La Junta directiva, cuando el estado de los fondos así
recaudados lo permitan, teniendo en cuenta cuáles son las co-
marcas menos conocidas y la índole de los problemas histórico-
naturales á que en cada caso deba atenderse de preferencia,
designará para cada excursión los naturalistas que hayan de
encargarse de esta exploración, señalando también la región
que hayan de recorrer.
DE HISTORIA NATURAL. 199
7.a Los materiales recolectados se estudiarán por especia-
listas que la Sociedad designe, á los cuales podrá regalar un
lote de los ejemplares cogidos cuya determinación se les en-
comiende.
8.a La inversión de los fondos, así como la lista de las per-
sonas que hayan contribuido á constituirlos, se publicarán en
el Boletín de la Sociedad.
9.a Se redactará una circular, que se repartirá con el Bo-
letín, invitando á la suscripción.
El Sr. Presidente propuso quedaran estas bases sobre la
mesa, y se publicaran en el Boletín, á fia de que fuesen co-
nocidas por los socios y pudieran ser discutidas en la sesión
próxima, como fué acordado.
— El Secretario leyó la siguiente nota remitida por el señor
Calderón:
«En la sesión última del 16 de Marzo de la Sociedad geológi-
ca de Francia, el Dr. Caralp ha publicado una nota sobre la
existencia del terreno pérmico en los Pirineos españoles, según
la cual ocupa éste una gran extensión en nuestro país. Sola-
mente en una zona de la parte oriental de la cadena lo cita
desde la región de Mont Perdú hasta la cuenca hullera de San
Juan de las Abadesas, desde donde se dirige á Francia, alcan-
zando á veces 5 ó 6 kilómetros de anchura.
Es sorprendente que con semejante desarrollo este terreno
haya pasado desapercibido hasta ahora á todos los geólogos
españoles y franceses que han recorrido esta zona, lo que atri-
buye el autor á que ha sido confundida ora con el cretácico,
ora con el devónico, con el carbónico y sobre todo con el triá-
sico.
Y ¿qué razones da el Sr. Caralp para fundar aserto tan im-
portante? Empieza por declarar que no ha encontrado ningún
fósil, pero que los caracteres litológicos y las relaciones estra-
tigráficas son bastante claras para poner fuera de duda la
existencia allí del terreno pérmico.
Sin que autoridad tan reconocida como la del Sr. Carez, y
en particular tratándose de la geología española lo dijera, salta
á la vista la debilidad de las pruebas, fundadas principalmen-
te en comparaciones de rocas distantes, para admitir sin reser-
va la afirmación del Sr. Caralp. No estaría demás, sin embar-
go, que nuestros colegas de Barcelona se hicieran cargo de la
200 BOLETÍN de la sociedad española
cuestión y nos diesen más datos, juntamente con su autoriza-
da opinión.
El Sr. Font hizo algunas observaciones con motivo de la
nota anterior, no creyendo probable que exista el terreno pér-
mico en dicha región y citando algunas otras apreciaciones
erróneas que se han hecho anteriormente respecto á la clasifi-
cación geológica del terreno de aquellas localidades.
— El Sr. Bolívar presentó una nota remitida por nuestro con-
socio Mr. Maurice Pie, de Digoin, «A propos des Dorcadion íe-
nuecinctum Pie. et D. circiuncinctum Chevr.»
— El Sr. Font leyó dos notas: «Moluscos recogidos en Río de
Oro (Sahara español)», y «Los movimientos sísmicos del Nor-
deste de Cataluña.»
— El Sr. Dusmet presentó una «Noticia de lo publicado en
1902 sobre Entomología de España.» Se acordó que, tanto esta
nota como las anteriores, pasasen á la Comisión de publicación.
Secciones. — Barcelona, bajo la presidencia de D. Carlos Fe-
rrer, celebró sesión el 4 de Mayo, siendo propuestos como
socios D. Modesto Cotrina y Ferrer, estudiante de Medicina, y
D. Pedro Rivera Vidal, que se dedican respectivamente á His-
tología y Botánica. El Sr. Maluquer Nicolau presentó una nota
sobre «Moluscos marinos de Llansá (Cataluña)», y otra D. Anto-
nio Casares Gil sobre «Fructificación de la Homalia Lusitanica,
Sch.» El Sr. Folch y Andreu mostró una hermosa gráfica de
temperaturas de la Península.
— La de Zaragoza celebró sesión el 29 de Abril bajo la pre-
sidencia de D. Pedro Aramburo, quedando admitido como socio
agregado D. José Oresanz, Profesor auxiliar interino de la
Escuela de Veterinaria. Los señores socios recorrieron el jar-
dín botánico haciendo estudios sobre varias plantas, siendo
el Sr. Aramburo el encargado de la exposición de los carac-
teres é importancia de las mismas.
DE HISTORIA NATURAL. 201
Notas y comunicaciones.
Noticia de lo publicado en 1902 sobre Entomología de España
JOSÉ MARÍA DUSMET Y ALONSO.
Entomología general.— A n Entomological Excursión to cen-
tral Spain, ha sido publicada por Champion (G. C.) en Trans.
Entom. Soc. London.
En The Entomologist's Record and Journal of Variaüon,
vol. xiv, núms. 3, 4, 5 y 7, apareció un trabajo de T A. Chap-
man: A few weeks" entomologising in Spain. Verificó esta excur-
sión en Ag-osto de 1901, en unión de Mr. Champion, teniendo
como objeto principal la Sierra de Albarracín, y enumerando
los lepidópteros recogidos, como también algunos dípteros.
Nuestro consocio R. P. Navas refiere Una excursió científica
d la Serra Nevada (Butll. Inst. Caí. d' Hist, natural, any n.
núms. 9 á 15) verificada en Julio de 1901. Cita unos 40 dípteros,
más de 60 hemípteros, 30 himenópteros, 40 lepidópteros y mu-
chos coleópteros, cuya lista completa no he visto, así como
tampoco las de los restantes órdenes, por faltar el núm. 14 de
dicho Boletín en la Biblioteca de nuestra Sociedad.
En el Boletín de la Soc. Aragonesa de C. naturales, t. i, han
publicado los Sres. Fernández, Bovio y Laguna, relaciones de
varias excursiones verificadas por dicha Sociedad en los alre-
dedores de Zaragoza, en las que se citan unas 150 especies de
insectos, varios de ellos nuevos para Aragón y una nueva para
la ciencia, el D. saldubensis Navas, descrita en el núm. 6 de
dicho tomo, la cual es próxima al D.parthenopwus.
El Sr. Vicente (D. Melchor) publicó (Bol. Soc. Aragón. C.
nat. t. i, núm. 8) otra lista de 140 especies, alguna de ellas
nueva en España, recogidas en Ortig-osa (Log-roño) en Junio y
Julio.
Nuestro consocio D. José María de la Fuente hace un inte-
resante resumen (Bol. Soc. Aragón. C. nat., t. i, núm. 6) de las
especies y variedades nuevas que ha encontrado en Pozuelo
de Calatrava(C. Real), que han sido descriptas por diversos es-
202 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
pecialistas ó por él mismo en distintas revistas extranjeras ó en
las publicaciones de nuestra Sociedad. A 35 especies y 14 va-
riedades, mas un tf no conocido, asciende esta enumeración,
que prueba elocuentemente, de una parte la laboriosidad de
nuestro consocio, y de otra el gran desconocimiento en que nos
hallamos respecto á la fauna española, puesto que un solo tér-
mino municipal suministra tal cantidad de formas nuevas á la
Entomología.
También en el Bol. de la Soc. Arag. de C nal. (t. i, núme-
ros 5 y 9), el R. P. Navas publicó la Fáunula entomológica es-
tival de Brihuega (Guadalajara), citando 38(3 especies que cazó
en Julio de 1900.
Himenópteros. — J. Pérez, en su notable Contribution a Vétude
des Xylocopes (Actes de la Soc. Linnéenne de Bordean®, t. vi,
1901), describe la Xyl. uclcsiensis, n. sp., procedente de Uclés
(Cuenca), especie próxima á la X. cyanescens Brullé.
Nuestros consocios Sres. Antiga y Bofill publican (Inst. Cal.
d' Ilist. nal. any n) un catálog-o de los Tentredínidos de Ca-
taluña, con citas de las diversas localidades, que prueba, por
el gran número de especies enumeradas, lo bien conocida que
está entomológicamente la región catalana, con relación á las
restantes provincias.
Lepidópteros. — En The Enlomoloyisl , vol. xxxv, núm 472,
publicó H. Lang. Buterfy collecting in Southern Andalusia in
the spring of 1902.
Louis B. Prout en The Entomol . Record and. .¡ovni, of Variat.,
vol xiv, núm. 8, inserta On some Geometrales collected in Spain
by Dr. Chapman in 1901, 54 especies fueron las recogidas, y el
autor se ocupa de las más interesantes.
Spanish Micro-Lepidoptera, por Lord Walsingham (The En-
lomologisfs Monthly Mayazine, Oct., 1901.
En The Entomol. Record and Journal of Variat/on , vol xiv,
núm. 3-5, aparece un trabajo de T. A. Chapman, The habits
and larva o/Graellsia Isabellae Graells.
El abate J. de Joannis ha descrito un nuevo microlepidóp-
tero procedente de Soalheira (Portugal) en el Bull. de la Soc.
entom. de France, p. 231, para el que propone el nuevo género
Mendesia. La oruga de la M. ecMella vive en las galerías que
abre en las hojas del Echium hisitanict'/ti.
Hemípteros. — T/i'o nen: species of fíemij)tcM-heteroplera from
DE HISTORIA NATURAL. 203
Spaia, por O. M. Reuter ( The Entomol. Monthly Mag., May...
1902). Fueron cazados por M. Champion en Albarracín en
1901. Son el Pie:ostethus terrícola, próximo al P. obliquus Costa,
y el Nasocoris ephedrce, recogido sobre la Ephedra nebrodensis.
Fr. María Joseph Blachas (ButU. Insüt. Cat. d'Hist. nat.,
íiny ii, núm. 8) termina su estudio sobre la Psilla (Euphijllu-
ra) olees Fonsc, que empezó en el año anterior.
El Dr. Melichar, de Viena, describe tres especies nuevas en
Wiener Entomol. Zeilung (xxi Jharg., iv Heft): el Deltocepha-
lus eurypterus Q, cazado por D. Ignacio Bolívar en Ribas (Ma-
drid), y el Acocephalus B olivar i , cogido por el mismo en Espi-
nar y Navalperal en Agosto de 1894. La tercera especie es el
Deltocephalus tmncatus cf, encontrado en Pozuelo.
Coleópteros. — En la Institució Catalana d'Hist. nat. (Butlleti
any n, núm. 8), el Sr. Mas de Xaxars enumera 46 especies ca-
zadas el 21 de Agosto desde Ribas á Nuria (Barcelona). Entre
ellas figuran varias no halladas aún en Cataluña
El mismo Sr. Mas de Xaxars (Bullí, lnst. Cat. d'Hist. nat.,
any n, núm. 13) cita 33 coleópteros cogidos en la Gleba los días
19 y 24 de Agosto de 1901.
i E. Reitter fWiener Entomol. Zeitung., xxi Jharg., vm u. ix
Heft.) describe la Lebia trimaculata, var. nov. scuiellaris. Ca-
zada en abundancia en los alrededores de Madrid por nuestro
consocio D. Aurelio Vázquez.
El Sr. Górriz (D. Ricardo) (Bol. Soc. Aragonesa de C. natu-
rales, t. i, números 2, 3, 7 y 8) enumera los coleópteros de la
cuenca del Ebro que existen en su colección, y son 585 espe-
cies, recogidas la mayor parte en Milagro y Cariñena.
El Sr. Laguna (D. M. A.) cita 42 coleópteros de los alrede-
dores de Zaragoza, cazados en Marzo (Bol. Soc. Arag. de C.
nat., t. i, núm. 4).
Miriápodos.— El Sr. Brolemann ha publicado en el Bull. de
la Soc. entom. de France, pág. 13, el Polydesmus Bedeli, nueva
especie hallada por los Sres. Bedel y Dumont en los alrededo-
res de La Granja (Segovia), y cuya colocación en el expresado
•género no podrá tenerse por segura mientras no se descubra
el macho. Con este motivo cita el Lithobius insignis Meinert,
una especie de Schkophyllvm y otra de un Cordevmido encon-
trados en el mismo sitio, no pudiendo determinar la especie
de estas últimas por no haberse recogido individuos adultos.
204 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
A propos des «Dorcadion tenuecinctum » Pie.
et «circumcinctum» Chevr.
POR
D. MAURICIO PIC.
Monsieur M. de la Escalera a presenté récemment(BoL. Soc~
esp. Hist. nat., 1902, p. 290), la synonymie suivante: Dorcadion
tenuecinctum Pie. = D. circumcinctum Chevr.; il me semble que
cette synonymie n'est pas exacte. D'ailleurs,. je doute que
l'auteur espag'nol ait vu le type de circumcinctum Chevr. pour
appuyer sa synonymie, de plus, je constate, celui-ci étant en-
coré dans ma collection, que Mr. M. de la Escalera n'a pas recu
en communication le type de tenuecinctum Pie. Done, cette
synonymie a été présentée sans l'étude des types, c'est une
raison pour ne pas l'accepter sans controle. Je me demande á
ce sujet, si Mr. M. de la Escalera n'aurait pas commis quelque
petite erreur de spécification"?
Chevrolat a decrit D. circumcinctum de la collection Linder,
or, j'ai acquis avec la collection Tournier, un exemplaire de
circumcinctum étiquetté type (insecte venant de Linder) ce qui
m'a permis de constater que cet insecte différait de tenuecinc-
tum Pie, par plusieurs caracteres nets et fáciles a voir, et que
des collég-ues, á qui j'ai montré ees insectes, ont vus aussi bien
que moi.
Prochainement je publierai, sous une forme synoptique,
les différences que j'ai relevées (forme du corps, dessins) et qui
me semblent plus que suffisan.tes pour appuyer la validité spé-
cifique de tenuecinctum Pie, différent de circumcinctum Chvr.
(verus); dans tous les cas, les dessins élytraux sont indiscuta-
blement différents entre les deux types et la synonymie puré
et simple de ees insectes est inadmissible.
Mr. M. de la Escalera ignore peut-étre que le dessin élytral a
servi pour la publication de plusieurs espéces du g-enre Dor-
cadion et en outre, que de nombreuses varietés existent aussi,
qu'elles sont acceptées par la plupart des auteurs et catalo-
g'uées. Je sais que certaines espéces sont fort variables, j'ad-
mets que plusieurs espéces ont été, pour ce motif, insuffisam-
ment connues autrefois et nial spécifiées, que certains carac-
DE HISTORIA NATURAL. 205-
teres ont été exageres, il faut done supprimer inais pas trop;
si Ton peut constater que la plupart des différences ancienne-
ment reconnues sont illusoires, cela jure un peu avec Vim-
íiiuaMlité vraisemblablement reconnue pour la création de
nombreuses espéces nouvelles.
Los movimientos sísmicos del Nordeste de Cataluña
1). NORBERTO FONT Y SA.GUE, PRESBÍTERO.
Los movimientos sísmicos ó terremotos que con tanta fre-
cuencia se repiten en las comarcas del Nordeste de Cataluña,
constituyen un fenómeno geológico de suma importancia, y
sobre el cual me atrevo á llamar la atención de mis queridos
consocios, ya que hace pocos días los periódicos de Madrid y
Barcelona han dado cuenta de la repetición de semejante fe-
nómeno.
Según ellos, y los datos particulares que hasta la fecha he
recibido, el día 17*de Abril, á eso de la una de la madrugada,
se sintió en Rosas un ligero temblor de tierra, pero no tuvo,
ni con mucho, la importancia del que experimentaron LaBis-
bal, Llansá, Vilajuiga y el mismo Rosas el día 20 del propio
mes. Un testigo de esta última población lo describe de esta
manera: « Serían aproximadamente las 8,45 de la mañana,
cuando tuvo lugar el terremoto, que duró de cuatro á cinco
segundos. Saltaban las casas y los muebles de un modo ate-
rrador; las mujeres espantadas salían á las calles gritando; las
lanchas de la playa se balanceaban como si no estuvieran en
tierra; la gente que se encontraba en el campo— bailábamos —
me decía una mujer.
Al terremoto acompañaba un ruido como el que produce una
máquina del ferrocarril al pasar silbando por un túnel, oído des-
de algo lejos. No ha causado ninguna desgracia, pero sí desper-
fectos en las casas antiguas.» Seg'ún este testimonio, la direc-
ción del movimiento era de Norte á Mediodía, y según otros,,
de Levante á Poniente, discrepando también en lo referente á
la hora exacta en que ocurrió el fenómeno, cosas muy fáciles
de comprender, no existiendo en aquella región los medios de
observación requeridos en tales casos.
•206 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
He dicho que semejante fenómeno era muy frecuente en
toda aquella región, y es la verdad, pudiendo asegurarse que
no pasa año que no se repita con más ó menos intensidad, y
la mayoría de las veces se generaliza el fenómeno á toda la
costa de Cataluña. De Barcelona solo,, hay registrados en el
Dietario del Consejo de Ciento, 27 terremotos que ocurrieron
desde últimos del sigio xiv hasta el xvn, algunos de los cuales
ocasionaron bastantes víctimas. Y por lo que se refiere á las
comarcas del Nordeste, no podemos menos de citar los terre-
motos sumamente importantes que en ellas tuvieron lugar los
años 1427 y 1428, los cuales originaron la abertura de varias
bocas de fuego, según consta en las crónicas y documentos de
la época, que transcribo textualmente.
En una crónica titulada ¿libre de Rhemembrama, del mo-
nasterio de San Salvador de Breda, se lee:
«En l'any 1427 comenza lo gran terratremol en aquesta térra,
car totes les sgleyes e edificisenderroca. E comenza en la vila
e parroquia de Amer. e tira la via de Hostoles, e de Bas, e de
Olot, Castellfollit, e Camprodon. E ladon se obriren moltes ho-
ces en la parroquia de Loret, qu'es sobre lo pont de Angies o
de Amer.
ítem en lo jorn de Santa María Canalera del any mccccxxviii
en hora del sol exit feu tres sacudides de terratremol en aques-
ta montanya: car ladons senderroza la vila de Olot e de Cas-
tellfollit, he y mori molta gent...
He en aquela jornadamatexa se feu un gran trench de la terre
per les montanyes de Bas, e de Hostoles en la part de ponent,
qui tenia de larch entorn vn leugas, car la part de sol yxent
se basa molt.»
En un códice procedente del monasterio de Amer, después
de citar que esta población fué destruida á consecuencia del
terremoto que tuvo lugar á la media noche del 15 de Marzo
de 1427, se lee: «En la sufragánea de San Feliu de Lloret, que
es una montanya a la par de ponent del Monastir sobre lo riu
Ter isqué una gran boca de foch que llensavagran fetor y obli-
ga ais habitans a desemparar y renunciar los masos.
...En la mateixa montanya, en la part que mira al orient, hi
ha uns grans torrents o xarrachs y de ells baixave un gran
fetor que matave los aucells y los arbres, y alguus pagesos re-
nunciaren los masos y sen anaren. També hi bagué una g-ran
DE HISTORIA NATURAL. 207
inundació de la riera que destruí las térras, y molts las renun-
ciaren per no haver de pagar los censos.»
En otro documento se lee: «L'any 1427 sortiren boques de
foch en un lloch que diulien Loret Salvatje prop de Cellera, e
lensaben pudor, e morien ausells si volaven sobre dites bo-
ques, e lensaben pedrés á Coll de Grie, e moi'iren homes, e fe-
ren molt altre mal los terratremols, que enderrocaren monta-
nyes e secaren lo riu: esas coses son dites per Pere Marcet.»
Por los datos anteriores sé puede colegir la importancia de
semejantes terremotos, que fueron acompañados y seguidos
de los efectos característicos, como hundimientos de terrenos,,
aparición de grietas, desaparición de ríos, inundaciones, etcé-
tera, etc., y además abertura de bocas que lanzaban llamas,
piedras y gases mortíferos.
Sentado el hecho y su repetición, interesa investigar las
causas locales que le originan, y éstas, á mi parecer, son tan
claras y patentes, que no dejan lugar á duda alguna. Las co-
marcas del Nordeste de Cataluña forman una región eminen-
temente volcánica, con una multitud de cráteres y corrientes
de basalto de fecha muy reciente, probablemente histórica;
pero no debe atribuirse á estos efectos de la geodinámica in-
terna el hecho que estudiamos, ya que ellos mismos no son
más que un efecto, muy importante por cierto, de la causa ge-
neral y local que les determina. Cuál sea ésta nos lo dicela
constitución geológica de aquella región bajo sus aspectos di-
námico y sedimentario.
En efecto, las comarcas de Olot, Garrotxa, Ampurdán y La
Selva, forman una región de hundimiento ó de menor resis-
tencia, situada entre dos de resistencia máxima, como lo de-
muestra su forma y su constitución geológica. Su forma es la
de un triángulo que encierra multitud de manifestaciones vol-
cánicas, especialmente en dos de sus vértices. Esta forma
triangular del conjunto viene determinada por las dos líneas
de resistencia máxima de terrenos graníticos y arcaicos que
forman el Pirineo por una parte y el Montseny, Guillerías y
parte de La Selva por otra. Estos fueron los muros, por decirlo
así, que bien cimentados desde las primeras épocas geológi-
cas, se mantuvieron firmes, mientras las tierras que se depo-
sitaban en ellos se hundían en diferentes ocasiones, siguiendo
la contracción general de la corteza terrestre. Así, la constitu-
•203 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ción geológica nos indica qne ya desde el cretáceo era aquella
una región de hundimiento que más tarde, en el numulítico,
se acentuó todavía más y permitió que el mar la invadiera ex-
tendiéndose por el llano de Vich, Moyanés, Segarra, etc., has-
ta, la cuenca del Ebro. Más posteriormente, en el oligoceno,
continuó hundiéndose como casi todas las tierras bajas de Ca-
taluña, acentuando cada vez más los relieves de las dos líneas
de resistencia máxima. Pirineo y Montseny. Más posterior-
mente todavía, el mar siguió ocupando parte de la región,
formando un golfo extensísimo, del cual no es más que un po-
bre retazo el actual de Rosas. Y alrededor de este golfo fué
donde se abrieron las bocas volcánicas.
El Nordeste de Cataluña es, pues, una región de menor re-
sistencia, lo cual es suficiente para explicar la frecuencia con
que se observan en ella los movimientos sísmicos; pero ade-
m.ás, está situada en el extremo del último arco de hundimien-
to de los cuatro que bordean la costa oriental de España, que
termina donde el Pirineo se hunde en el mar, y este hecho
debe contribuir también en gran manera al efecto menciona-
do. Así parece deducirse al menos de las direcciones que en
general se dice siguen aquellos movimientos, y que son de
Levante á Poniente una y de Norte á Mediodía otra, aproxima-
damente, como se comprenderá por no existir allí ninguna es-
tación sismológica.
Los movimientos sísmicos que van de Levante á Poniente
siguen precisamente la bisectriz del triángulo que hemos con-
siderado formaba aquella región de hundimiento, y además
son paralelos á las dos líneas de resistencia máxima, Pirineo
y Montseny. Este hecho está en concordancia con lo que nos
dice la geología acerca de la influencia que las grandes cor-
dilleras ejercen en la dirección de las ondas sísmicas, y da la
razón á Palassou, quien había ya hecho notar que, cerca de
los Pirineos, los terremotos siguen ordinariamente la dirección
de la cordillera, y son más frecuentes en la vertiente catalana
que en la francesa. Yo creo que el día en que puedan tomarse
observaciones exactas se comprobará que los terremotos que
tengan la dirección mencionada son los circunscritos á la re-
gión del Nordeste de Cataluña.
Los que siguen la dirección de Norte á Mediodía son ya, á
mi parecer, más generales, notándose sus efectos en la mayor
DE HISTORIA NATURAL. 2Q9
parte de la costa catalana, y los creo determinados por la lí-
nea de fractura que toda ésta forma, como ya he dicho, estan-
do su epicentro en plena mar.
En resumen, los movimientos sísmicos del Nordeste de Ca-
taluña siguen en general dos direcciones perpendiculares en-
tre sí, que son las de las líneas principales de fractura que los
determinan.
Con la próxima inauguración del Observatorio Fabra en
Barcelona, donde se instalará una estación sismológica, po-
dremos tener datos concretos y exactos; pero sería de sumo
interés el que se instalara otra en la región que hemos descri-
to, para tener conocimiento de su actividad sísmica.
Moluscos recogidos en Rio de Oro (Sahara español)
DON NORBERTO FONT Y SAGÜE, PRESBÍTERO.
Aunque no muy importante por el número de especies, creo
de interés la publicación déla adjunta lista de moluscos por
mí recogidos durante el verano de 1902 en nuestra colonia de
Río de Oro, y clasificados por mi querido profesor el distingui-
do malacólogo Dr D. J. G. Hidalgo, puesto que de dicha loca-
lidad solo se habían citado las 22 especies que trajo nuestro
consocio Quiroga, cuando su expedición al mismo sitio, que
fueron clasificadas también por el Sr. Hidalgo, y son las mar-
cadas con el asterisco. Pocas son también las especies por mí
recogidas, por no haber tenido más tiempo material para ello,
pero son interesantes bajo el punto de vista geográfico, y por-
que revelan los lazos de unión que existen entre la fauna ma-
lacológica marina del Mediterráneo y la de Canarias y el Se-
negal.
* Helix Duroi Hidalgo, var. minor.
*
Siphonaria Alg-esira? Quoy et Gram.
Bulla Adansoni PMlippi.
Murex erinaceus Linné.
— — var. mínima.
— hoplites Fischer.
— cornutus Linné.
— trunculus Linné.
•210 BOLETÍN de la sociedad española
Murex Brandaris Linné.
Purpura hseraastoma Linné.
Tritón doliarius Linné.
— cutaceus Linné.
Parthsenopus Salis.
Ranella Scrobilator Linné.
Nassa reticulata Linné.
* — Pfeiíferi PhiJippi.
* Cymbiurn rubiginosum Swainson.
* — Neptuni.
* Marginella glabella Linné.
— amyg*dala Kiener.
* — cingulaita. LHllwyn.
— irrorata Menke.
Oliva subulata Lamark.
* Conus papilionaceus Hwass.
* — mediterraneus Hwass.
— Prometheus Hwass.
Strombus bubonius Lamark.
Cipraea lurida Linné.
Trivia spurca Linné.
— europsea Moñtagu.
Natica fulminea Gmelin.
* Crepidula porcellana Linné.
Turritella triplicata Brocchi.
* Mesalia brevialis Lamark.
Cerithiopsis tubercularis Montagu.
* Littorina punctata Qmelin.
* — neritoides Linné. -
* Trochus lineatus Da Costa.
Clanculus Guineensis Montagu.
* Patella Safiana Lamark.
* — vulgata Linné.
* — tarentina Lam. var. aurantia.
Pectén varius Linné.
* Mytilus Perna Lamark.
* — edulis Linné.
Arca senilis Linné.
Cardium edule Linné.
Venus verrucosa Linné.
DE HISTORIA NATURAL. 211
* Lasaba rubra Montagu.
Tapes decussatus Linné.
*
var. oblonga.
— aureus Gmeliu.
Donax sernistriatus Poli.
Solen marg'inatus Pensant.
Mactra subtruncata Da Costa.
Tellina tenuis Da Costa.
Informe sobre el estado o>l esqueleto de «Megaterio» del Museo
de Ciencias naturales de Madrid
PRESENTADO POR
G. BOSCÁ Y CASANOVA
con motivo de la traslación de las colecciones al nuevo local del Palacio de Bibliotecas
y Museos.
Enterado por los queridos comprofesores de Madrid de que
se estaba trabajando en la ordenación de las colecciones del
Museo de Ciencias naturales, para adaptarlas al nuevo local,
donde se hallan depositadas desde su traslación de la calle
de Alcalá, pude ofrecer á la Dirección del mismo mi modesto
concurso, por encontrarme en dicha capital prestando servicio
de Vocal de tribunales de oposiciones durante los primeros
meses del presente año. Aceptada mi oferta por la expresada
Dirección, de acuerdo con el digno Jefe de la Sección de Os-
teozoología D. Francisco de P. Martínez y Sáez, tuve el honor
de recibir oficialmente tan honroso encargo, y con él la auto-
rización para desembalar el famoso esqueleto de Megaterio;
encargo que me permitía no solo ayudar con mi insignifican-
cia á los propósitos de la Dirección, sino también ampliar
mis estudios al poder tener en mis manos las piezas de una tan
estimada joya.
Esta última circunstancia era para mí de mucho valor,
por hallarse á mi cargo en Valencia, entre otras piezas seme-
jantes, un esqueleto inédito de Meg-aterio, referido á la misma
especie que el de Madrid, por más que tal supuesta identidad
de espene no podía negarse ni afirmarse categóricamente ante
las dificultades que surgen al llevará cabo una metódica com-
paración. Aumentan las dudas las notorias diferencias entre
o]2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
las figuras consultadas y las piezas ó regiones correspondien-
tes del esqueleto, pues he de confesar, en honor de la verdad,
que mis medios de consulta quedaban reducidos á los grabados
que sobre el Megaterio figuran en las obras de carácter ge-
neral.
Auxiliado por los celosos ayudantes del Museo, D. Rafael
Blanco y D. Domingo Sánchez, el primero como testigo pre-
sencial del apeamiento y traslado del esqueleto, se procedió á
extender las diferentes piezas sobre dos grandes mesas, provi-
sionalmente colocadas en la sala destinada á la colección de
aves, por no existir disponible otro local de mejores luces. So-
bre la primera de dichas mesas quedó instalada la calavera,
con las regiones completas, cervical y dorsal del espinazo, la
cabeza del esternón, el primer par de costillas, las clavículas,
los omoplatos y las extremidades anteriores. En la segunda
mesa se arreglaron las tres vértebras lumbares, las partes
existentes de la pelvis, formando la mayor de las piezas, y las
extremidades posteriores. Además, en esta misma mesa se pu-
sieron los trozos de una cola incompleta, adquirida por com-
pra á mediados del siglo pasado, según noticias, ya por refe-
rirla á un esqueleto de la misma especie de Megaterio, ya por
utilizar de este modo un considerable hueco de aquella super-
ficie de exposición.
Uno de los motivos de duda respecto á la identidad específi-
ca de los Megaterios de Madrid y Valencia radica en el distin-
to aspecto de la cara, cuya parte estudiada sobre el esqueleto
del primero aparece mutilada en su apófisis orbitaria externa,
lo que, disimulado en ambos lados, la desfigura, haciendo apa-
recer la órbita mucho más abierta de como es en realidad; á
esto se añade una ligera curva que presenta el espacio com-
prendido entre las primeras muelas y el extremo que corres-
ponde al hocico, lo que refiero á una variante de este ejemplar,
puesto que dicho espacio se presenta rectilíneo en la calave-
ra del Megaterio del Museo Británico y en el de Valencia. El
Dr. Ameghino, en su monumental obra (1), dice, á propósito del
particular: «como sucede con todos los animales de grandes
proporciones, las variaciones individuales eran notabilísimas,
(1) «Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argen-
tina.» Buenos Aires, 1889, pág. 669.
DE HISTORIA NATURAL. 218
conociéndose esqueletos (de Megaterio) cuyo largo total no al-
canza á 5 m., además de otras variaciones producidas por la
edad y por el sexo.» También puede referirse á la misma cate-
goría de variedades individuales la falta de la última muela, ó
sea la más pequeña, en la mandíbula superior, ya que se ad-
mite, para la especie á que me refiero, la fórmula dentaria
de m. — , que confirma el esqueleto de Valencia.
Otra causa de error procedía de la serie de apófisis espinosas
que aparecen en los grabados sobre el sacro, por haber copia-
do fielmente una restauración mal interpretada, como luego
se demostrará.
El esqueleto de Valencia, que corresponde sin duda al Mega-
therivm americamim Cuvier, procede de Samborombón, en la
provincia de Buenos Aires, donde ha sido encontrado por Don
Enrique de Caries, con otros varios restos fósiles, sobre el piso
Platense de los terrenos Post-Pampeanos. Según Ameghino,
en la citada obra, pág. 40, se encuentran en aquéllos todavía
algunos huesos, y á veces, aunque con extremada escasez, es-
queletos de géneros de desdentados pampeanos, como el Mylo-
don y Megaf/ieriam. El ejemplar de Madrid, por la integridad
de su calavera, de los huesos linguales y de la cola, así como
por el buen estado de la pelvis, esternón y varias de las costi-
llas, sirve para completar el estudio de tan notable género.
Satisfecha la natural impaciencia de comparar ambos esque-
letos, siquiera fuera solo al golpe de vista y con datos fiados á
la memoria, dirigí la atención á comprobar determinados de-
talles, leyendo, al efecto, á la vista de los huesos, la des-
cripción del de Madrid, hecha por D. José Garriga y D. Juan
Bautista Brú (1), publicada en 1796, como el más fiel testimo-
nio de la idea formada en los primeros momentos por los na-
turalistas de entonces sobre tan admirado esqueleto fósil. De
esta lectura se saca la penosa impresión de que el ejemplar no
se encuentra actualmente en el estado de integridad á que se
refiere la indicada «Descripción», siendo de sospechar que
sufrió quebranto en espera del montaje ó con motivo de algún
cambio en el plan del mismo, ó por alguna obligada trasla-
ción, quizá desde que perteneció al entonces Gabinete de His-
(1) «Descripción del esqueleto de un cuadrúpedo muy corpulento y raro, que se
conserva en el Real Gabinete de Historia natural de Madrid.»* Con cinco láminas, en
folio.
T. ni.— Abril, 1903. 15
¿14 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
toria natural. Entre otras observaciones que lo confirman, es
una la de que el autor se ocupa extensamente de las costillas,
las cuales, hecha excepción del primer par, estaban represen-
tadas por piezas de corcho al tiempo de ser desmontado, dicien-
do de ellas que entre todas ascienden á 32, y añadiendo: «De
éstas, las 11 anteriores se puede decir que formaban la espa-
ciosa cavidad del pecho, y sin duda son las verdaderas, siendo
las falsas todas las restantes. Nótase en las verdaderas ser mu-
cho más llanas que las falsas, y que su unión al espinazo es por
dospartes.de las cuales la una toca en el cuerpo de \A vértebra,
y la otra en la apophise transversal, no verificándose en \&s fal-
sas más unión que á solo el cuerpo.»
«La costilla dibuxada en la lám. m (fig. 4.a) está colocada en
medio de todas, entre las cuales sobresale. Esta, del mismo
modo que las restantes de una y otra especie, presenta en su
cuerpo por la parte superior dos bordes, á que corresponden
.otros dos por la inferior; y un canal (A) que forma en su cara
interna, y corre casi todo lo largo de ella., igualmente que el
de todas las otras, así verdaderas como falsas. Es este canal
muy suave, con una ligera profundidad. El extremo (C) que
tiene en el remate de la cabeza es bastante escabroso, fuerte y
duro, el cual se halla en lasdemás con las mismas cualidades;
v en todas se reconoce también una apophise (B) que se obser-
va en las vértebras y corresponde á la que se llama tuberosi-
dad en el hombre.»
«En las falsas, por su remate, se reconoce un campo más
llano que en las verdaderas. Así, unas como otras son más
gruesas por su medio que por sus extremos; y en su remate (D)
de la dibuxada, como también en las dos colaterales, se advier-
te, por la parte interior, una carilla casi triangular para la
unión con su cartílago.»
Del examen de las vértebras en su conjunto, también puede
inferirse que el esqueleto estuvo mejor ordenado en tiempo an-
terior, al paso que por la montura ulterior la séptima vérte-
bra cervical fué asignada corno primera de la región dorsal,
corriéndose el número, como es consiguiente, dando el resul-
tado de aparecer con 20 vértebras entre dorsales y lumbares,
cuando en realidad solo poseía 19. Este error pudo provenir de
que en un segundo arr glo de los huesos se consultara la figu-
ra general de la otra de Garriga, prescindiendo del texto, en el
DE HISfOTlIA NATURAL. 215
que dice así: «Las vértebras del cuello que entran en la forma-
ción de la columna vertebral son siete. Las seis pueden verse en
la lám, i del esqueleto, por cuya inspección solo creo se hará
juicio de su tamaño y figura. La otra principal (lám. v, fig. 3.a)
que determiné dibuxar con exclusión de las demás, no des-
agradará el verla por la semejanza con las humanas. Esta es la
llamada vértebra athalante, etc.». Y luego insiste sobre el mis-
mo asunto.
También es de notar que la penúltima vértebra, ó sea la se-
cunda lumbar, lleva en la cara anterior del cuerpo un núme-
ro 25 de carácter antiguo, número que es el que en realidad le
corresponde, como luego se verá; no obstante, dicha vértebra
ocupaba el puesto 26 al tiempo de desmontar el esqueleto en
1896. Esta equivocación debe referirse á un arreglo anterior á
la restauración parcial de los huesos, puesto que la vértebra
cambiada del sitio 25 al 26 tuvo que ajustarse en sus articula-
ciones postizas á las facetas peculiares de la pelvis.
Lo que no tiene explicación es lo que se consigna á pro-
pósito de lus datos sobre las vértebras de nuestro Megaterio
en la «Noticia que da G. Cuvier del esqueleto de una especie
de cuadrúpedo grandísimo desconocido hasta ahora, que se
halló en el Paraguay, y se conserva en el Gabinete de Historia
natural de Madrid», noticia que, traducida del francés, se da
como apéndice á la tan repetida obra de Garrig-a y Brú, y en
la cual se consigna, entre otras cosas, que «la columna dor-
sal se compone de 7 vértebras cervicales, 16 dorsales y 4 lum-
bares».
Además de las observaciones apuntadas, es de notar que en
la restauración de las diferentes piezas esqueléticas pueden
señalarse dos procedimientos por lo menos en la ejecución:
uno en el que se ha empleado la pasta y el corcho con gran
esmero, procurando disimular los postizos hasta por el color,
y otros de menos importancia por fortuna, que están hechos
con descuido y como si la recomposición hubiera sido precipi-
tada. Quizá, á título de curiosidad, valdría la pena de indagar
las vicisitudes porque ctebe haber pasado la perla de nuestro
Museo, y si con ocasión de un segundo arreglo ó montaje fue-
ron sus piezas mutiladas de modo tan deplorable.
Otro origen de apreciaciones de distinta índole, que estimo
oportuno recordar en este sitio, sugiere la luminosa Memoria
216 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
descriptiva y de carácter monográfico de Owen (1), á propósito
del esqueleto de la misma especie que el de Madrid, adquirido
por el Museo Británico. De su detenida lectura (2), y en parti-
cular del capítulo de Introducción histórica, se desprende que
el envío hecho por el Marqués de Loreto de los restos fósiles
del corpulento cuadrúpedo fué un acontecimiento para la cien-
cia, interesando sobre todo á los zoólogos, entre los que toma-
ba cuerpo la teoría de la filiación de las especies, abriendo
nuevos horizontes á la Historia natural.
Cuvier, en vista de los grabados que acompañan á la obra
de Garriga y Brú, adelantándose á su publicación, é invitado
por la Class oj Sciences, hizo un relato de su concepto sobre tan
extraordinario esqueleto, proponiendo el nombre genérico que
lleva, el cual, como es sabido, significa ^tvmí fiera. Es, sin duda,
traducida, la noticia inserta al final de la obra de dichos
autores.
M. Roume, auxiliar en este asunto del mismo Cuvier, en ca-
lidad de corresponsal del Instituto francés, se traslada á Ma-
drid para examinar el esqueleto, insertando una breve reseña
en el Bulleün de la Société Philomat/tique (1795), en la que en-
tre otras impresiones, hace constar que la pelvis está abierta
hacia el abdomen y que faltaba el pubis, sin que hubiera ves-
tigios de que jamás hubiese existido.
M. Abildgard, profesor de Copenhague, también pudo con-
templar por sus propios ojos el extraño esqueleto de Madrid en
1793, publicando más tarde en lengua danesa una corta rese-
ña ilustrada con rudos diseños del cráneo y miembros poste-
riores .
En 1804 apareció, traducida por Cuvier, la descripción de-
Garriga y Brú, en los Annales du Museum (t. v.), quien co-
mentando los grabados, hizo>de ellos una reducción, la cual
sirvió también para sus nuevas apreciaciones sobre el Meg-ate-
rio, aparecidas en el tomo iv de la primera edición de las fa-
mosas Recherches sur les Ossements fossiles, en 1812.
(1) «Memoir on the Giant ground-sloth of America (Megaterium americanum Cu-
vier)» London, 1-60.
(2) Debo á la muy distinguida profesora de lenguas Doña Elisa Schmidt la tra-
ducción de cuantos párrafos han podido interesarme con motivo de las frecuentes
referencias que en la indicada Memoria se hacen sohre el esqueleto de Megaterio del
Museo de Madrid.
DE HISTORIA NATURAL. 217
Los doctores alemanes Pander y D'Alton, después de haber
visto el Megaterio en cuestión, publicaron una monografía
muy completa (1), que además iba acompañada de muy artísti-
cos dibujos, corroborando de un modo preciso la idea ya genera-
lizada entre los hombres de ciencia, de las afinidades del ad-
mirado esqueleto con el de los actuales perezosos; no obstante,
terminaban emitiendo su opinión de que correspondían á un
animal yosorial, que no solamente en ciertas ocasiones exca-
vaba el suelo, como suponía Cuvier, sino que en general tenía
hábitos completamente subterráneos: una clase de ballena te-
rrestre ó topo colosal.
De nuevo se ocupó Cuvier del Megaterio de Madrid en la se-
g-unda edición de las citadas Recherches sur les Ossements fossi-
les, tomo v, 1823, haciéndose eco de la mencionada monogra-
fía y tomando sus figuras en sustitución á las que con ante-
rioridad se había referido; y por cierto que, gracias á la más
clara interpretación de los detalles en el dibujo correspon-
diente á las patas anteriores, Cuvier las estudia comparándo-
las con las mismas patas de los desdentados vivientes, dedu-
ciendo que en el esqueleto de Madrid debían estar cambiadas,
ocupando respectivamente el lado opuesto; aserto desmentido
en el mismo trabajo de Owen, y que bastaría, para refu-
tarle, observar dichas patas, que aun separadas del esqueleto
llevan se nales de haber ocupado el sitio que en realidad les
correspondía.
En esta misma edición de las Recherches, y por indicaciones
de A. Geoffroy St. Hilaire, se añade una nota en la que por vez
primera se supone que el Megaterio debió estar cubierto por
una coraza ósea, creencia que encontró acérrimos defensores,
hasta que Owen, en 1839, demostró, entre otras conclusiones,
que tal hipótesis no tenía más fundamento que la circunstan-
cia de aparecer los fragmentos de envoltura en la misma re-
gión y yacimiento donde se habían hallado restos de Megate-
rio; de ellos hay ejemplares en el Museo de Madrid, proceden-
tes del mismo envío de la ribera del Lujan; piezas de coraza,
sobre las que se fundó el género Glyptodon, al que precisamen-
te pertenecen las aludidas partes conservadas en dicho Museo.
(1) Bradypus giganteus Pander et D'Alton. «Das Reisen-Faulthier, abgeb. und bes-
•chrieben», Bonn, 1621.
•218 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
El descubrimiento de otros restos de Megaterio en Río Sala-
do, provincia de Buenos Aires que figuran en el Real Colegio
de Cirujanos de Londres desde 1832, completaron lo bastante
la primitiva idea del esqueleto,, para que Mr. William Clií'í
publicara una ingeniosa lámina, entre otras muchas que acom-
pañan al texto de su Memoria (1), representando el esqueleto
en su totalidad, pero representando de distinto modo las piezas
conocidas de antiguo, las recientemente adquiridas y las ima-
ginadas ó que faltaba conocer.
Posteriores descubrimientos nos han dado á conocer el arma-
zón de la cola que ofrecía mayor interés, por lo aparatoso de
ella y porque desde luego pudo comprenderse su complicada
estructura, por haber adquirido 12 de sus vértebras, más 10 de
las apófisis hemalcs que les acompañan, pertenecientes á dis-
tintas articulaciones (2), y más tarde, los restos de Megaterio
depositados en el Museo Británico y en los de París, Milán.
Turín, Copenhague, Zurich, Buenos Aires y La Plata, han per-
mitido perfeccionar el conocimiento del esqueleto del género
que nos ocupa, el cual sigue siendo una de las más notables
entre las formas desaparecidas.
Pasando ya al detalle de cómo se encuentran las diferentes
piezas esqueléticas del ejemplar de Madrid, añadiré á lo mani-
festado sobre la calavera, que Garriga se expresa en los si-
guientes términos: «Aunque pudiera haber hecho artificial-
mente lo que falta de esta parte, he creído no deber engañar
al público, sino presentarle los huesos tales como han venido.
No me ha sucedido lo mismo con el vomer, que llegó hecho mil
pedazos, los que manifestaré á quien gustare verlos, y por im-
posibilidad de unirlos me resolví á hacerle artificialmente, yes
el que se reconoce en el esqueleto);. En el arranque de la apó-
fisis malar descendente, de la mandíbula del Lido derecho,
existe un remiendo al que se le ha dado demasiada conver-
gencia, añadiéndose sobre la región peñascosa del temporal
unas apófisis estiloides de corcho, de forma cónica, que no te-
(1) Qeological Transactions, 2 series, vol. ni, p. 437. (Junio, 1832.)
(2) En el esqueleto de Valencia, el número total de vértebras caudales es de 1"; y
en cuanto á las piezas upsiloides, es de advertir que son muy desiguales, por estar
relacionada su figura con el mecanismo del punto de la cola donde se encuentran,
contándose un total de 14 piezas, aunque faltan la primera y última de las hemales:.
y el conjunto de la cola representa un peso de cerca de 30 kilogramos.
DE HISTORIA NATUHAL. 219
nía el animal, como ya pudo notarse en el Megaterio del Real
Colegio de Cirujanos de Londres, sino un hueso independien-
te, el estilo-liial (1).
A la mandíbula infei-ior también alcanzaron postizos de cor-
cho, como se ve en la apófisis coronoides del lado derecho y
sobre el ángulo popterior de ambos lados.
Las dos primeras vértebras cervicales aparecen enteras, la
tercera con el vértice espinal y la parte inferior de la apófisis
transversa del lado izquierdo, de corcho; lo propio ocurre con
la cuarta-; la quinta con el vértice de la apófisis espinosa, y el
de las apófisis transversas, en su parte anterior, también de
corcho, así como el vértice espinal de la sexta; como la sépti-
ma, que además lo lleva en el extremo tuberculoso de la apó-
fisis transversa derecha, por el lado interno. En esta vértebra
va la etiqueta núm. 1 de las dorsales, como ya se dijo.
La primera vértebra dorsal presenta su apófisis espinosa más
alta y en forma de cabeza de clavo, para el apoyo del ligamen-
to cervical, apareciendo rota por junto al cuerpo, pero está re-
construida; la segunda y tercera ofrecen postizo el vértice de
la apófisis espinosa; la cuarta, con el extremo tuberoso infe-
rior de la apófisis transversa, también artificial; la quinta y
sexta enteras, si bien maltratadas por el montaje; la séptima
rota por junto al cuerpo, reconstruida y presentando asimis-
mo desperfectos; la octava rota como la anterior, pero muy mal
rehecha; la novena tiene una carita de corcho para articular
con la costilla del lado izquierdo. Se conservan enteras la 10,
11 y 12; la 13, con un postizo sobre el extremo de la apófisis
transversa izquierda; la 14, rota en la masa superior de la apó-
fisis, por junto al cuerpo, pero se halla bien reconstituida;
como la 15 que presenta algunas roturas, aunque ésta se halla
violentada por el montaje; y la 16, arreglada con algún aña-
dido y un tanto estropeada.
De las tres vértebras lumbares, la primera es la más entera,
no obstante de tener toda la apófisis transversa izquierda y
borde externo del lado derecho con añadidos de corcho; la se-
gunda solo conserva de natural el cuerpo y la apófisis espino-
sa desde su base; y en cuanto á la tercera y última, queda el
(1) Véase mi nota en el Boletín de la Sociedad española de Historia natu-
ral, Marzo, 1902.
220 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
cuerpo, que se distingue de los demás por llevar en su parte
inferior un orificio de conducto vascular de algún calibre,
puesto que representa los dos conductos de menor diámetro
que se ven en la parte análoga del cuerpo de la vértebra pre-
cedente, atravesando la masa huesosa desde abajo hasta la su-
perficie del anillo medular, inclinándose un poco hacia la iz-
quierda. Es de advertir que dichas tres vértebras han estado
mal ordenadas y que llevan etiqueta equivocada; circunstan-
cia que podría explicarse por faltar en general las apófisis, y
por tanto la mejor guía para el restaurador; siendo en este
caso más de lamentar la confusión, porque alcanza ala última
pieza del espinazo, que se une con la pelvis de un modo espe-
cial. Así, pues, las etiquetas números 18, 19 y 20, deben corre-
girse asignándoles respectivamente los números 19, 17 y 18.
La pelvis es una de las partes menos completas del esquele-
to de que trato, estando representada por la región sacra, que
con los íleos trabados por dos distintos puntos en cada lado
forma un sólido conjunto. La falta de las regiones puviana é
isquiática, la quita interés para el estudio comparativo, al pro-
pio tiempo que la presta un aspecto extraño al quedar los ro-
bustos íleos con tendencia á formar un plano perpendicular al
eje principal de figura, sin que apenas aparezca la cavidad de
la gran pelvis, cuando se la mira por delante.
Una profunda huella del mal entendido sistema de montaje
se presenta sobre el cuerpo de la primera vértebra sacra, vién-
dose sobre ambas fosas ilíacas parte de la superficie, como
unos 15 c. c, sustituida por pasta muy bien disimulada.
Sobre el sacro se destacan, formando una serie, cinco apén-
dices de corcho, largos y encorvados, que simulan otras tantas
apófisis espinosas de pura fantasía, pues aunque son cinco las
vértebras que lo forman, la representación de sus espinas está
reducida á una cresta aplanada por ambos lados y sin inte-
rrupciones, con ún borde, superior apenas ondulado. Contando
los orificios intervertebrales se reconoce el verdadero número
de piezas que componen dicho hueso.
Las dificultades en el manejo y traslado hasta Madrid de un
objeto tan voluminoso y pesado, pues, dice Garriga que alcan-
zó, «romana en fiel, siete arrobas y trece libras y media», en
cuya tarea hubieron de intervenir personas desconocedoras
del valor de tan preciados restos, serían causa del desmorona-
DE HISTORIA NATURAL. 221
miento de la pelvis, regularizada quizá á sabiendas, dándola
una simetría en los cuatro puntos sobre que descansa, y habién-
dose borrado de paso las huellas de los arranques y sus inme-
diaciones del isquion y pubis, que inútilmente buscaba
M. Roume en su visita al Megaterio de Madrid, por no tener
idea de su extraña disposición.
En efecto, es tal la constitución de la cintura, que la peque-
ña pelvis, merced á su profundidad, es la que reviste maj'or
importancia, midiendo en el Megaterio de Valencia 0,59 m. ho-
rizontalmente desde el pubis al extremo de la tuberosidad is-
quiática.
La región del isquion es triangular, teniendo por base la
gran escotadura del mismo, convertida en agujero en su con-
tacto con el sacro; los huesos pubis arrancan de la cavidad
cotiloidea, que está dirigida hacia abajo, y descienden con cier-
ta verticalidad, formando entre los dos una U algo encorvada
hacia adelante, la cual llega en su vértice hasta el nivel de la
flexión de la rodilla, donde constituye la sínfísis.
En su cara posterior la pelvis muestra el conducto medular
desfigurado por rotura, hallándose destruidos además los dife-
rentes puntos de apoyo para la cola. Se ven añadiduras de cor-
cho, sobre todo el borde del conducto vertebral y porción inte-
rior, en una profundidad difícil de apreciar, sobre la parte in-
fero-posterior de las cavidades cotiloideas. precisamente en los
puntos donde descansa sobre la mesa; llamando la atención
otro postizo colocado sobre la cara posterior del cuerpo de la
última vértebra sacra.
Del esternón solo existe la cabeza, que en forma de ménsula
recibe por su parte antero-superior á las clavículas, y por los
costados al primer par de costillas, ofreciendo hacia atrás la
cara correspondiente para el ajuste de la segunda costilla enca-
jada entre esta pieza y la segunda,. A juzgar por la descripción
que de esta pieza se hace en la obra de Garriga, no fué debida-
mente interpretada la situación relativa de aquélla, aparecien-
do en el esqueleto colocadas las dos primeras costillas apoyan-
do sobre la faceta correspondiente á la de la segunda, por estal-
la parte posterior de la cabeza del esternón puesta hacia de-
lante.
Es de notar que el aparato esternal del Megaterio, que, como
puede inferirse, apenas existe en el de Madrid, tiene la partí-
'222 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
eularidad de estar principalmente representado por piezas
óseas, en lugar de cartílagos, como ocurre de ordinario. Consta
éste de siete piezas impares, de las que la primera recibe ade-
más de las clavículas, como ya se indicó, los dos primeros pa-
res de costillas directamente; la segunda pieza es la más peque-
ña de todas ellas, sirviendo para acuñar á la segunda costilla;
la tercera y siguientes piezas encajan en los correspondientes
apéndices óseos pares, mediante los que, de menor á mayor,
se reúnen las costillas desde la tercera á la séptima, ofre-
ciendo este séptimo apéndice externo-costal un contacto arti-
cular posterior, para unirse á una sexta pieza apropiada para
la octava costilla, que indirectamente queda enlazada al con-
junto formado por un total de 19 piezas por lo menos.
Como ya se dijo, solo existe el primer par de costillas, las
cuales se hallan estropeadas por haber sido forzadas en sus ex-
tremos para el montaje.
En cuanto á las clavículas, la del lado derecho tiene un
remiendo hacia su parte media, y la de la izquierda of.ece el
tercio externo todo postizo.
El omoplato del lado derecho es, en cambio, un modelo de
buena conservación, gracias á lo que pudo rehacerse con fide-
lidad el compañero, que solo conserva de natural el vértice co-
rrespondiente á la cavidad cotiloidea y partes próximas.
Son auténticos los huesos de las extremidades en general,
aunque algunos han sufrido los rigores del lamentable procedi-
miento empleado para su montaje, y en particular alguno de
los huesos largos del antebrazo y pierna, que fueron barrena-
dos en toda su longitud, buscando sin duda en el conducto me-
dular un auxilio para el armazón, si bien inútilmente, por no
poseerlo los gravigrados.
En la extremidad anterior de ambos lados, el húmero se halla
íntegro y completos los huesos del antebrazo.
Para comprender en todos sus detalles la región del carpo,
hay que fijarse, según Owen, en que de los cuatro huesos que
forman la primera fila, el interno representa al escafoides uni-
do al trapecio, que es el primero de la segunda fila, como acon-
tece en el esqueleto humano, llamándose en su consecuencia
hueso escafo- trapecio, que ofrece una extensa superficie para
su articulación con el radio, acompañado del semilunar. Dicha
fusión de las dos piezas en una, indujo á Garrig'a en su Des-
DE HISTORIA NATURAL. 223
criación á considerar como hueso del carpo en su segunda fila,
al primer metacarpiano, que es rudimentario, por no desarro-
llarse en absoluto el dedo correspondiente; en cambio prescin-
de del hueso piriforme, pues dice, refiriéndose á la primera
parte de la mano en sus dos filas de huesos, «habiendo tres en
la primera y cuatro en la segunda.»
Revisadas las numerosas piezas de las patas anteriores, en
la del lado derecho se observa que el hueso piriforme está re-
hecho por su rotura; que el tercer dedo, ó sea el mayor de los
cuatro desarrollados, lleva su última falange con un postizo
correspondiente á toda la parte que rodea al hueco de la uña.
lo cual ocurre también en la misma falange del cuarto dedo;
y en cuanto al quinto, de las dos falanges rudimentarias que
le corresponden, solo existe la mitad interna de una de ellas.
aunque estropeada en su parte posterior. En la pata del lado
izquierdo, el primer metacarpiano está soldado por accidente
á la base del segundo, hallándose éste roto á lo largo de su cara
inferior; y la tercera falange de este segundo dedo lleva postiza,
como las falanges análogas del lado derecho, la parte tubular
alrededor del soporte para la uña, hallándose en este mismo
caso la falange correspondiente al cuarto dedo. El quinto me-
tacarpiano, en su mitad anterior divergente, se presenta mons-
truoso ó como hipertrofiado, lo que se traduce por un arredon-
deamiento de la superficie que está algo aplanada de arriba á
abajo, rugosa y con muchos orificios correspondientes á los
vasos mutricios, circunstancia que, tomada como normal pol-
los dibujantes, no ha dejado de contribuir á dar una idea equi-
vocada del carácter de las patas anteriores, que han represen-
tado con la disposición ordinaria en la manera de apoyar los
extremos de los dedos los cuadrúpedos, lo cual está reñido con
el carácter de aplastamiento lateral de la falangita del segun-
do dedo y el soporte de la uña correspondiente, comparado con
la mayor simetría de las mismas partes en el dedo medio.
De las extremidades posteriores, la del lado derecho es la
más completa, faltando tan solo una rótula lateral que tiene
su asiento sobre la parte inferior externa del fémur, y una de
las dos falanges rudimentarias correspondiente al quinto dedo
de la pata.
El fémur de este lado presenta algunos postizos de corcho y
pasta, como los que existen sobre la cabeza hacia los lados
224 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
externo y anterior, mas otra placa sobre el cóndilo externo y
algunas otras reparaciones de menor cuantía.
La tibia y peroné, unidos naturalmente para formar una
sola pieza, no se han soldado en su contacto inferior ni en ésta
ni en la extremidad del otro lado.
La rara configuración de índole reductiva del pie del Mega-
terio ofrece un hueso del grupo de los sesamoideos, que al pa-
recer tiene carácter constante, y sobre el cual no he podido
adquirir otros antecedentes que los que trae Garriga en su
Descripción del esqueleto de Madrid, pero con la particularidad
de que dicho autor lo coloca entre los huesos de la región del
tarso, expresándose como sigue: «el tarso se compone de siete
huesos, cuyo número, hallándole igual en este esqueleto, tenien-
do alguno de ellos bastante semejanza con los humanos, y re-
conociéndose quatro primeros con la misma situación que aqué-
llos, le daremos también los propios nombres... Los otros tres
huesos se llaman cuñas. ..» «No están situadas con el orden que
en el hombre, y la estampa solo representa dos, que son las se-
ñaladas con las letras E y G... La tercer cuña está situada en
la cara interna del pie y se articula con el esquife y con las
otras dos compañeras; es áspera y desigual por su cara externa
y bruñida su superficie por la interior.»
Al esqueleto de Valencia acompaña el hueso de que se trata,
y precisamente en ambas patas como en el de Madrid; confie-
so que fué para mí muy entretenido, reconstituyendo el pri-
mer ejemplar, el buscarle el sitio y posición que, según mi
propio criterio debía ocupar, á lo que llegué relacionando la
notable depresión que se observa en la cara interna del hueso
con el conducto arterial que en el pie se abre paso entre el as-
trágalo por su parte superior, y el calcáneo por la inferior.
A la corta descripción que Garriga da de la referida pieza,
añadiré que la supuesta tercer cuña (1) es un hueso falto de
toda cara articular, aplastado, de figura trapezoidal algo re-
dondeada, con su mayor altura hacia adelante, colocado en la
parte externa del pie, entre el extremo del peroné y el quinto
hueso metatarsiano, ocultando en parte al astrágalo, al calcá-
neo y al cuboides. Su cara externa es convexa, anchamente
(1) La descripción se refiere á la pieza del lado derecho del esqueleto de Valencia,
dondese conoce con el nombre de hueso galleta.
DE HISTORIA NATURAL. 225
comprimida en su porción central y áspera hacia los lados, li-
geramente acanalada por su parte inferior; la cara interna
ofrece una concavidad sobre la parte media anterior del hueso,
único punto al que puede aplicarse el calificativo de «super-
ficie bruñida.» Los bordes son gruesos, excepto el superior,
que es adelg-azado en su tercio medio, y como arremangados
hacia afuera el anterior y el posterior La mayor y más des- '
igual medida es una diagonal extendida desde el vértice an-
terior superior atrás y abajo, que alcanza 139 milímetros, sien-
do su parte más gruesa sobre el borde posterior de 35 milí-
metros.
Consultada con posterioridad la magistral obra de Owen.
hallé que en nada se alude en ella al referido hueso, pero en
cambio se describe y figura el tarso con solo dos cuñas, las lla-
madas cuneiforme externo y cuneiforme medio, faltando por
completo la cuña interna, la cual no tendría objeto en el tarso
del Megaterio, desde el momento en que su pie carece de los
dos i rimeros dedos, para los que sería necesario el apoyo en
aquélla.
Fuera ya de toda duda que el nuevo hueso no forma parte
integrante de la región del tarso del Megaterio, solo me resta
manifestar que, en mi opinión, las dos piezas antes referidas,
así como las otras dos, por lo menos {sepiculum Burmeister) que
se encuentran sobre el extremo inferior externo de los fému-
res, y de los cuales se conserva en Valencia el del lado iz-
quierdo, podrían considerarse como restos de un sistema óseo
cutáneo y protector, que hoy se admite existió en estado atro-
nco en el Mylodon, como tránsito entre los desdentados prote-
gidos por una coraza, y los que no la tienen ó en su época no
la tuvieron, como se cree que ocurría al Megaterio, á pesar de
lo mucho que en contra de este supuesto se ha escrito.
Por lo tocante á la parte externa de la pata, semejante pro-
tección excepcional "por debajo del maleólo, se justifica sufi-
cientemente por hallarse muy á la superficie en dicho punto
una rama arterial de cierto calibre, según corresponde á un
ser tan corpulento, arteria que quedaría de otro modo muy
expuesta á las erosiones ó accidentes del suelo, vegetación es-
pinosa, etc , por escasear las partes blandas en la región ana-
tómica y gravitar además sobre ella un peso tan considerable
como es de suponer fuese el de semejante animal.
•226 , BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Con respecto á la extremidad posterior izquierda del ejem-
plar que motiva estas observaciones, debo señalar la falta de
la inmensa mayoría de los huesos de la pata, así como de la
rótula, pues únicamente existen el astrágalo, el escafoides y
el sesamoideo especial de que se acaba de tratar.
Para terminar el presente escrito, he de manifestar con toda
sinceridad que ignoro si habré acertado, así en cuanto al fon-
do como en cuanto á la forma á cumplir el compromiso moral
adquirido con la Dirección del Museo al aceptar el honroso pero
delicado encargo de exponer de nuevo ante el público el cé-
lebre esqueleto del Megaterio del Museo de Madrid.
Moluscos marinos de Llansá (Cataluña)
DON JÓSE MALUQUEIt Y NICOLAO.
Al sumergirse en el Mediterráneo la cordillera Pirenaica, da
lugar á una serie de calas, ensenadas, recodos é islotes que
constituyen en conjunto un acantilado de unos 20 km. de ex-
tensión, desde el cabo Leucate, en el Rosellón, á la bahía de
Rosas.
Llansá es una importante villa de aquel litoral, situada á
poca distancia de la frontera francesa, en una ensenada entre
los cabos Raso y Castellá, distantes 1 km. uno de otro. El fondo
está formado por arenas finas ó cenagosas, gracias á la depo-
sitación de la tierra vegetal, acarreada por algún canal de
desagüe; su profundidad oscila entre cuatro y seis brazas.
Este recodo, lo mismo que los de Banyuls, Colliure, Port-Ven-
dres, Paulilles. etc.. constituye un vivero importante, por lo
exuberante que allí se presenta la vida submarina. La abun-
dancia y variedad de radiados y pólipos, cefalópodos, crustá-
ceos, etc., etc., es verdaderamente extraordinaria; en cuanto
á la vegetación, no puede ser más espléndida; no hay espacio
de roca por pequeño que sea, bañado por el mar, que no esté
materialmente cubierto por infinidad de algas de vistosos co-
lores y las más extravagantes formas.
Con esto ya se comprende que la localidad debe poseer una
fauna malacológica marina rica é interesante por todos concep-
tos. El presente catálogo puede dar de ello alguna idea, pues
DE HISTORIA NATURAL. 227
en él se enumeran unas 180 especies, algunas no citadas en
nuestra costa mediterránea. De estas 180 hay más de 20 no
halladas por nosotros entre las que tenemos de Llansá, pero
que fueron recogidas en aquellas aguas, por el distinguido
conquiliólogo D. Arturo Bofill, en una excursión efectuada en
."> de Agosto de 1889. En, esta fecha recogió dicho señor unas
113 especies 81 univalvos y 32 bivalvos, citando por lo tanto
nosotros hoy más de 70, que no figuran entre las recolectadas
por el Sr. Bofill (1) en aquella época.
Debemos hacer constar aquí nuestro más profundo agrade-
cimiento hacia este insigne malacólogo, que siempre, con su
benevolencia natural, nos ha ayudado en la determinación de
las especies, solventando cuantas dudas senos presentaban.
Enumeración de las especies (2).
I. — Gasterópodos.
Farn. Muricidse.
1 Murex brandaris Lin.
2 — trunculus Lin.
3 — Blainvillei Payr.— El tipo, y la variedad ex-forma:
inermis Philip.
4 — erinaceus Lin. — var. ex-forma: TareniinaL&m.
."> — Edwardsii Payr .
6 — aciculatus: Lar/i. — Tipo, y var. ex-forma: curta
Moncs.
7 Pisania maculosa Lam.
8 — d'Orbignyi Payr.
9 Tritón cutaceus Lin.
10 Canillaría cancellata Lin.
11 Hadriania craticulata Brocchi.
12 Fusus rostratus OHvi.
(1) Moluscos marinos de Llansá, por A. Bofill, en la «Crónica científica», año xni,
1890.
(2) Debemos observar que hemos adoptado por re^la general el orden y nnmencla-
t.ura establecidos por Bucquoy, Oautzenberg y Dolffus, en su obra Les Molli/sqiies
marins du fíov.ssillon.
Las especies que llevan • son las citadas por el Sr. Bofill, y no halladas por
nosotros.
228 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
* 13 Fusus pulchellus Philippi.
14 Euthria cornea Lin.— Tipo, y var. ex-colore: /«¿m Scac-
chi.
15 Trophon muricatus Mont.
Buccinidae.
16 Nassa mutabilis Lin. — Tipo, y var. ex- forma: ínflala
Lam. y mi ñor Monts.
17 — granum Lam.
18 — incrassata Mull. — var. ex-forma: minor B. D. D.
elongata B. D. D., y varicosa B. D. D. — var. ex-
colore: rosacea Risso, fusca Scacch., y fase la-
ta Monts.
19 — reticulata Lin. — Tipo, y var. ex-forma: curta
D. B. B., y nítida JefTreys. — var. ex-colore: nili-
do-depicta B. D. D.
20 — costulata Brocchi. — var. ex-forma: Cuvieri Payr.,
tenuicostaB.B. D., Ferussaci Payr., lanceolata
B. D. D., y pulcAerrimaB. D. D.
21 Amycla corniculum Olivi. — Tipo, y var. ex-forma: elon-
gata Monts., y raricosta Risso. — var. ex-colore:
flavida Monts., y Jasciolato- elongata Monts.
Var. ex-forma mínima B. D. D.
22 Neritula neritea Lin.
23 — Don ovan i Lisso.
24 Purpura hremastoma Lin.
25 Cassidaria echinophora Lin.
2(5 Columbella rustica Lin.
27 — ¿cripta Lin. — Tipo, y var. ex-forma: elon-
gata B. D. D.
28 — Gervillei Payr:
* 29 — decollata Brusina.
30 — minor Sea cchi.
Conidse.
31 Conus mediterraneus Brug.—Tipo, var. ex-forma: oblon-
ga B. D. D., elongata B. D. D., minor Monts., y
carinata B. D. D. — var. ex-colore: rubescens
B. D. D.
DE HISTORIA NATURAL. 229
Pleurotomidae.
32 Pleurotoma gracile Moni.
33 Clathurella purpurea Moni. — Var. ex-forma: PMlberti
Mich. . .
* 34 ' — Cordieri Payr.
35 — linearis Mont.
36 Raphitoma attenuata Mont.
37 Mang-iiia Companyoi B. D. D.
* 38 — multilineolata Desh.
39 Donovania mínima Mont. — Var. ex-forma: mamillata
Risso.— var. ex-colore:/?/^ Monts.
Volutidse.
40 Mitra ebenus Lam. — Tipo, y var. ex-forma: plúmbea
Lam.
41 — oornicula Lin.
42 — tricolor Qmelin.—Tvpo, y var. ex-forma: elongaia
Monts.
43 Mitrolumna olivoidea Canir. — Yñr . ex-forma: mayor
B. D. D.
44 Marg-inella miliaria Lin. — Tipo y var. ex-colore: fallida
Monts., quadñfasciata Monts., y flavicans
Requien.
45 — Philippii Monts.
Cyprseadse.
46 Cypra?a europea Moni. — Tipo, y var. ex-forma: globosa
Wood.
47 — pulex Gray.
48 — lurida Lin.
49 Erato lsevis Don.
50 Ovula carnea Poir. var. ex-colore: pallida Requien.
* 51 . — spelta Lin.
Naticidee.
52 Náticá Dillwyni Pny&.
53 — Guillemini Payr.
T. ni.- Mayo, 1903. 16
230 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
54 Xatica hebrosa Mari.
55 — millepunctata Lam.
56 — intricata Don. — Tipo, y var. fusca Monts.
Py r amidellidse .
57 Chemnitzia elegantissima Moni.
Cerithidse.
58 Cerithiura vulgatum Bmg.—Tipo, y var. ex-forma: no-
dulosa Philip., spinosa Blainv., lubercuJata
Philip., y puhheUa Phil.
59 — rupestre Risso. — Tipo, var. ex-forma: pücata
B. D. D. y attenuata B. D. D.
60 Triforis perversus Lin. var. ex-forma: adversa Mont.
61 Bittium reticulatum Da Costa. —Tipo, y var. ex-forma:
LatreiUei Payr., Jaderlina Brusin. y paludosa B. D. D.
62 Aporrhais pes-pelecani Lin.
63 — serresianus Mich.
Turritellidse.
64 Turritella communis Risso.
* 65 Vermetus glomeratiis Lin.
* 66 triqueter Bivona.
67 Scalaria communis Lam.
* 68 — commutata Risso. var. ex-forma: minorelonga-
ta B. D. D. y minor-dUatata B. D. D.
Littorinidse.
69 Littorina neritoides Lin.
70 Rissoina Brug-uierei Payr.
71 Rissoa variabilis MWhlf.—Tipo. y var. ex-forma: breris
Monts.
* 72 — similis ScaccM.
* 73 — ventricosa Desm.
* 74 _ auris-calpium Lin.— Tipo, y var. ex-forma: aeicn-
la Risso.
* 75 — violácea Desm.
76 — cimex Lin.— Tipo, y var. ex-colore: fasáata Phil.
y láctea Phil.
DE HISTORIA NATURAL. 231
77 Rissoa Montagui Payr.
* 78 — lineata Risso.
* 79 — cancellata Da Costa.
Turbinidae.
80 Phasianellapullus Lin.
* 81 — tenuis Mich.
82 Turbo rugosus Lin.
Trochidse.
83 Calliostoma conulus Lin.
84 — zizyphinus Lin.
85 — exasperatus Pen.—Tipo, y var. ex-forma y
colore: Maloni Payr. y tricolor Risso.
86 — Laugieri Payr.
87 — striatus Lin.
88 — Gravinne Monis.
89 Gibbula magus Lin.
90 — umbilicaris Lin.
91 — ardens von Satis.
* 92 — Philberti Récl.
93 — varia Lin.
94 — divaricataZ//¿.
95 — rarilineata Mich.
96 — Adansoni Payr.
* 97 — turbinoides Desh.
98 Phorcas Richardi Payr.
99 Trochocochlea turbinata Born.— Tipo, y var. ex-forma:
ylobosa Req.
100 — articulata Lam.
101 Clanculus cruciatus Lin.
102 — Jussieui Payr. y var. ex-forma: ylomus Phil.
Haliotidae.
103 Haliotis lamellosa Lam.— Tipo, y var. ex-forma: Usifiata
Costa, marmorata Cost.
Fissurellidae.
104 Fisurella nubécula Lin.
105 — grseca Lin.
232 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
106 Fisurella g-ibberula Lam.
107 Emarginula reticulata Cliemnitz.
Calyptrseidae.
108 Capulus hung-aricusZm.
Patellidse.
109 Patella ccerulea Lin.
110 — vulgata Lin.
111 — lusitanica Gmelin.
Bullidas.
112 Bulla striata Bnuj.
* 113 Haminea hydatis Lin.
114 Philine aperta Lin.
Dentalidae.
115 Dentalium tarentinum Lam.
116 — dentale Lin.
II. — Lamelibranquios.
Ostreidse.
117 Anomia ephippium Lin.
118 Pectén opercularis Lin. y var. ex-forma: Andouini Payr.
119 — multistriatus Poli.
120 — vari us Lin.
121 — Jacobaeus Lin .
122 — hyalinus Poli.
123 — maximus Lin.
124 Radula squamosa Lam.
125 — innata Chemn.
126 Spondylus g-sederopus Lin.— Tipo, y var. ex-forma:
aculeata Philippi.
Avieulidae.
127 Avicula tarentina Lam.
Mytilidse.
128 Mytilus gallo-provincialis Lam.
129 — minimus Poli.
130 Modiola barbata Lin.
DE HISTORIA NATURAL. 233
i
Arcadse.
131 Arca Nose Lin.
132 — láctea Lin.
133 — barbataZiw. — Tipoy var.ex-forma: elongataB.~D.~Q.
134 — imbricata Poli.
135 Pectunculus pilosus Lin.
136 — violascescens Lam.
137 — glycimeris Chemn.
138 Nucula nucleus Lin.
139 — sulcata Brown.
140 Leda pella Lin.
Chamidse.
141 Chama gryphoides Lin.
Cardiidae
142 Cardium aculeatum Lin.
143 — tuberculatum Lin. — var.ex-forma: zonataMont.
144 — echinatum Lin.
145 — Norweg-icum Spengl.
146 — edule Lin. — var. ex-forma: ruslicum Linné.
147 papillosum Poli. — Tipo, var. ex-forma: áurea
B. D. D. y maculata Brusina.
148 — mínimum Pliil.
149 Lsevicardium oblong-um Chemn.
Lucinidae.
150 Lucina leucoma Flirt.
151 — spinifera Mont.
152 Jag-onia reticulata Poli.
153 Divaricella divaricata Lin.
Cyprinidse
154 Isocardia cor Lin.
155 Astarte fusca Poli.
156 — sulcata Da Costa.
157 Gouldia mínima Mont.
158 Cardita calyculata Lin. — Tipo, var. ex-forma: oblonga
Req. y var. ex-colore: unicolor B. D. D.
234 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Veneridse.
159 Venus verrucosa Lin.
160 — g-allina Lin.— Tipo y var. ex-colore: radiata Req.
161 Meretrix chione Lin.
162 — rudis Poli.
163 Dosinia exoleta Lin.
164 — lupinus Lin.
165 Tapes decussatus Lin.— Tipo, var. ex-colore: láctea Phil.
y radiata B. D. D.
166 — aureus Gmel.
167 — g-eographicus Chemn. — Se presenta, lo mismo
que la anterior, sumamente variable, ex forma
y ex-colore.
168 — anthemodus Loe. — Muchas variedades. Entre
otras, podemos citar las ex-colore: albida, /tol-
va, macúlala, marmórea, br minea, etc.; y las
ex-forma: elongala minor, depressa, y subrhom-
boidea.
169 Venerupis irus Lin. — Tipoy var. ex-colore: bicolor Monts.
Mactridse.
170 Mactra helvacea Chemn.
171 — corallina Lin.
172 — triang'ulus Rea.
173 — subtruncata Da Cosía.
Tellinidse.
174 Tellina pulchella Lam.
L75 — dónacina Lin.
176 — incarnata Lin.
177 — planata Lin.
178 — balaustina Lin.
179 Psammobia depressa Ten.
180 Donacilla cornea Lin.— Tipo y var. ex-colore: albo-ra-
diata B. D. D.
181 Donax trunculus Lin.
182 — semistriatus Poli.
183 — polita Poli.
DE HISTORIA NATURAL. 235
Myidee.
184 Corbula gibba Olivi.
Scrobicularidse .
* 185 Scrobicularia plana Da Costa.
186 Syndesmia alba Wood.
En resumen: tenemos 116 univalvos y 70 bivalvos, á los cua-
les deberíamos añadir alg-unos otros que citamos como varie-
dades, pero que muchos autores admiten como especies. Tales
son, por ejemplo, el Murex inermis Phil., Bitiium LatreilUi
Payr., Bitiium Jadertinum Brus., etc., etc.; de modo que no
sería aventurado afirmar, que en conjunto, comprende este
catálog-o unas 200 especies. No quiere decir esto que en él se
enumeren todas las de Llansá, pues estamos, convencidos de
que efectuando buenos drag-ados, llegaría fácilmente á do-
blarse aquel número.
Boletín bibliográfico.
Académie des Sciences de Paris. (Cumpt. rendus des séances.) T. cxxxvi.
N.o 10.— Ch. Gravier: Sur le syst. nerveux du Nautile.— Bonnier et
Pérez: Sur un mode nouveau de coustitution de la chaine chez une
Salpe nouv. du Golfe Persique (Stephanosalpa polyzova). — P. A. Dax-
geard: Sur le nouveau genre Protascus. — M. S. Ikeno: La formation
des anthérozoídes chez les Hépatiques. — Duparc, Mrazec et Pearce:
Sur l'existence de plus. mouv. orogéniques dans l'Oural du Nord. —
C. Gessard: Sur les oxydases des Seiches. — Delezenxe et Mouton;
Sur la présence d'une érepsine dans les Champignons Basidioiny-
cétes.— F. A. Forel: Les poussiéres éoliennes du 22 février 1903.=
N.° 11. A. Lacroix: Sur l'état actuel de la Soufriére de la Guade-
loupe.— L. Dollo: Le Pteraspis dans l'Ardenne. — Ch. Jacob: Sur la
signiflcation du gisement cénomanien, á Ichthyosarcolithes et á
faune du Maine, de St.Laurent prés Vacheres (Basses-Alpes).=:
N.° 12. P. A. Dangeard: Contr. á l'étude des Diplozoaires. — Bouygues:
Sur l'exist. et l'extension de la moelle dans le pétiole des Phanéro-
games.— L. Flot: Sur la naissance des feuilles et sur l'origine fo-
liaire de la tige. — A. B. Chaüveau: Sur les poussiéres éoliennes du
22 février. — Mascart: Remarques au sujet de la Note precedente. —
Marage: A propos de la physiologie de l'oreille interne. — Vaschide
et Vürpas: Recli. expérim. sur la psychophysiologie du sommeil.
236 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Académie internationale de Géograplúe Botanique (Bull.). — N.° 160. H. LÉ-
veillé: Plantee Bodinieriance. Saxifragacées. — E. Vaniot: Pl. Bodi-
nieriance. Composées. — Ducomet: Botanique populaire dans l'Albret.
Abbé. H. Olivier: Exposé systématique et descr. des Lichens de
l'Ouest et da N. O. de la Erance (suite). — E. Ballé: Premiére liste
des Mousses aux env. de Vire (Calvados).
A cademy of Sciences. Chicago. (Bull.) N.° iv. Part. i. — St.-Weller: The
Paleontology of the Niagaran Limestoue in the Chicago Área. The
Crinoidea. — Vol. n. N." ni. Fr. Collins Baker: The Gross Anatomy
of Limncea emarginata. Say. var. Mighelsi. Binn.
Academy of Natural Sciences of Philadelphia . (Proceed.) Vol. liii. Vol. liv.
Allgemeinen Entomologischen Gesellschaft. Neudamm. (Allg. Zeitschr. für
Entomol.). 8 Band.=N.° 5. F. Eiohelbaum: Larve und Puppe von
Omosita colon. L. — K. Friederichs: Beitr. über paliiarktische Co-
leopt. — G. Ulmer: Beitr. zur Metamorph. der deutschen Trichopte-
ren. — L. v. Aigner-Abafi: Die Kolumbácser Fliege. — Litteratur-
Ref érate . — Li tteratu r-Berichte .
Comissdo dos servigos geológicos. Lisboa.— P. Choffat: Le Crétacique de
Conducía.
Entomologische Zeitung. Wien. xxir Jahrg., n Heft. — J. Villeneuve: Etude
sur le genre Ocyptera. — J. Bischof: Neue Dipteren aus Afrika. —
— E. Rbitter: Sechzehnter Beitr. zur Col. — Fauna von Europa und
den angrenzenden Lilndern. — G. Sumakow: Diagnosen neuer Coleopt.
aus dem Kaukasus. — Dr. K. Petri: Agabus regalis, eine n. Art aus
der Verwandtschaft des bipustulatus L. und Solieri Aubé. — Dr. K.
Petri: Macrotarsus similis. n. sp.— Dr. K. Petri: Einige Bericht. zur
Monogr. des Col., Tribus Hyperini. — V. Apfelbeck: Ophonus sutu-
rifer Reitt.=0. fallax Peyr.=s«<uraZ¿s Chaud. — E. Reitter. Sobre
la nota anterior. — Dr. K. Petri: Einiges zur Synon. des Dorytomus
armatus.
Field Columbian Museum. Chicago. (Geolog. series.) Vol. i. Ñ.° 9.— E. S.
Riggs y O. Cummings: The Dinosaur Beds of the Grand River Valley
of Colorado.=N.° 10. E. S. Riggs y O. Cummings: The fore leg and
pectoral girdle of Morosaurus, with a note on the genus Camarosau-
níS.=N.° 11. O. Cummings: Meteorite Studies. I.—(Report Series.)
Vol. ii. N.° 1 . Anual Report of the Director.=(/?oo¿o<7. Series.) Vol. ni.
N.° 6. S. E. Meee y D. G. Elliot: A contrib. to the Ichthiology of
México. —{Anthrop. Series). Vol. ni. N.° 2. H. R. Voth: The Oraibi
Powarnu Ceremony. — G. Dorsey: The Stanley Me Cormick Hopi
Expedition.
Sesión del 3 de Junio de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCM0. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
— El Sr. Bolívar comunicó á la Sociedad que una numerosa
Comisión de la Junta directiva había estado á felicitar, en nom-
bre de aquélla, al Sr. Presidente por su elección de Senador, á
cuya manifestación de simpatía se adhirieron los socios presen-
tes, por lo cual dicho señor dio expresivas gracias á la Socie-
dad, deseando constasen en el acta.
Correspondencia. — Se dio cuenta de varias publicaciones reci-
bidas como donativo de sus autores nuestros consocios seño-
res R. P. B. Merino, Prillieux, Dervieux y Delacroix, y de los
Sres. Barros Grez y Ferrer Aledo, acordándose dar las gracias
á los donantes.
Admisión de socios. — Quedó admitido D. Juan Moran Bayo,
Catedrático de Ag-ricultura en el Instituto de Baeza, presenta-
do en la sesión anterior por D. Juan Sáenz López.
Se hicieron cuatro nuevas propuestas de socio y la presen-
tación del Instituto general y técnico de San Sebastián.
Proposiciones.— Se procedió á discutir las bases presentadas
por la Comisión nombrada para estudiar las condiciones en
que podrían realizarse estudios intensivos de la Península, bajo
la dirección de la Sociedad, tomando parte en dicha discusión
los Sres. Fernández Navarro, Espejo, Bolívar, Vázquez, Pérez
Zúñig-a, Sánchez y Blanco. Quedaron aprobadas las expresadas
bases insertas en el acta del pasado mes de Mayo, modifican-
do solamente las bases 5.a, 8.a y 9.a en la sig-uiente forma:
5.a Los fondos que se recauden con este objeto serán admi-
nistrados por un individuo de la Junta directiva que ésta de-
signe, y con independencia de los restantes de la Sociedad.
8.a La inversión de los fondos, la lista de las personas que
hayan contribuido á constituirlos y el resultado de los estudios
T. m.-Junio, 1903. 17
238 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
hechos sobre los materiales recogidos, se publicarán en el Bo-
letín ó en las Memorias de la Sociedad. De todo ello se hará
una tirada aparte de que se regalarán ejemplares á las enti-
dades y personas que no figurando en la lista de socios, hayan
contribuido á la realización de este proyecto.
9.a Se redactará una circular invitando á la suscripción á
que se refiere la base 3.a, y se distribuirá del modo que la Jun-
ta determine.
El Sr. Presidente indicó que, estando demasiado cargada de
trabajo la Junta directiva, no era posible aumentarle el que ha
de llevar consigo la propaganda y organización de este nuevo
empeño, por lo cual proponía se formase para él una Comisión
compuesta de los Sres. Gredilla, Lauffer, Díaz del Villar, Na-
varro y Pérez Zúñiga.
La Sociedad así lo acordó.
Necrologías. — El Sr. Viñals y Torrero leyó las siguientes sen-
tidas líneas en recuerdo del que fué nuestro consocio señor
D. Pedro López Peláez y Villegas:
Lamentable ha sido para la enseñanza universitaria de Es-
paña y para nuestra Sociedad la muerte del distinguido Cate-
drático de Anatomía de la Facultad de Medicina de Granada
y consocio nuestro, el Dr. D. Pedro López Peláez y Villegas.
Pertenecía Peláez á la falange de médicos apasionados por
la ciencia de la Naturaleza, que tantos hombres gloriosos ha
dado á nuestra patria. Desde estudiante demostró esta cons-
tante afición, dedicándose con entusiasmo firme y creciente á
los trabajos de disección anatómica, asombrando con ellos á
sus compañeros y mereciendo de sus profesores calurosos pláce-
mes y honrosas distinciones.
Ayudante disector en Madrid, por oposición, y más tarde, y
por el propio medio, Catedrático de Anatomía de Granada, ha
seguido sin vacilación la brillante carrera de profesor publi-
cista y anatómico distinguido, dando pruebas brillantes de su
constancia en sus folletos y libros dedicados á estudios de la
médula espinal, del cerebro, y principalmente del oído huma-
no, cuya patología fué la principal especialidad de su práctica.
Su estudio de «Las circunvoluciones cerebrales en el hom-
»bre, observaciones recogidas sobre las cisuras interlobulares
»y los lóbulos frontal, parietal, temporal y occipital», publica-
DE HISTORIA NATURAL. 239
do en el tomo vn, serie 2.a de nuestros Anales, prueban lo que
valía López-Peláez y adonde hubiera llegado si la muerte pre-
matura, á los 40 años de su edad, no nos le hubiese arrebata-
do en los mismos días en que el Congreso internacional de Me-
dicina, verificado en Madrid, le nombraba Presidente de la
Sección de Otología, por sus importantes estudios en dicha es-
pecialidad y por sus indiscutibles merecimientos.
La Sociedad española de Historia natural tributa un ho-
menaje de respeto y cariño á la memoria de su distinguido con-
socio.
—El Sr. Secretario participó la muerte del insigne minera-
logista el profesor L. Bombicci Porta, nuestro consocio corres-
pondiente extranjero, director del Gabinete mineralógico de la
Universidad de Bolonia, ocurrida el 17 del pasado mes de Mayo.
A los méritos de su larga y gloriosísima carrera científica,
al valor de sus grandes investigaciones, añaden un motivo
más de simpatía por nuestra parte las constantes relaciones
que mantuvo con los naturalistas españoles, los cuales le de-
ben enseñanza y consejos unos, publicaciones otros y ejempla-
res nuestro Museo.
Se acordó constase en acta el sentimiento de la Sociedad por
tan dolorosa pérdida.
Comunicaciones. — El Sr. Fernández Navarro presentó unas
«Notas mineralógicas y geológicas», dando cuenta del asunto
de dicho trabajo, que pasó á la Comisión de publicación.
— El Secretario dio cuenta del nombramiento de nuestro con-
socio Sr. Madrid Moreno para la cátedra de Técnica micrográ-
fica é Histología vegetal y animal de la Universidad Central.
— El mismo mostró unas fotografías de dos monstruosida-
des enviadas por el Di\ Gramo Caubet, de Aviles, á las cuales
acompaña una nota explicativa, de que dio lectura.
— El Sr. Bolívar manifestó que sobre la mesa se hallaba un
pequeño folleto regalado á la Sociedad por su autor el Sr. Fe-
rrer Aledo, de Mahón, en el que con gran competencia se tra-
taba de la clasificación de un pequeño pez que abunda en los
primeros meses del año en las costas arenosas de la Isla, cono-
cido por los pescadores con el nombre de Roseti, y que ha dado
lugar á discusiones acerca de su naturaleza, por considerarle
los pescadores como adulto á pesar de su pequeñísimo tamaño,
240 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
solicitando en su consecuencia la autorización para cogerlo, al
paso que las autoridades de marina, en la duda de que pudie-
ra ser el joven de alguna de las especies cuya pesca se halla
reglamentada, se mostraron reacias para conceder aquella
autorización. Ejemplares del referido pez han sido examinados
por los más competentes especialistas de Europa, emitiéndose
diversas opiniones que se exponen en el referido folleto, con-
viniendo todos en la dificultad que ofrece el estudio de estos
pequeños animales, máxime si los ejemplares no están conve-
nientemente conservados de modo que puedan observarse to-
dos los caracteres. Parecen haber convenido los más, aunque
con algunas reservas, que la especie en cuestión es el ApMa
péllucida X., de la familia de los góbidos y orden de los acan-
topterígios; pero el Sr. Ferrer alega razones de importancia
para sostener que ni la descripción de la referida especie ni la
del ApMa meridionalis se aplican con toda exactitud á dicho
pececillo, dando á entender que quizás pueda ser otra tercera
especie inédita propia de nuestras costas. A estas dudas agre-
garé que Mr. León Yaillant, profesor de Ictiología del Museo
de París, á quien el Dr. Richard, nuestro consocio, Director del
Museo oceanógrafico de Monaco, había enviado en consulta
ejemplares que yo le proporcioné, creyó ver en el pez en cues-
tión, aunque siempre bajo las mismas reservas, el Apogon im-
herbis, distinto del ApMa por el menor número de radios de
la segunda aleta dorsal. Demuestra una vez más esta discusión
el abandono que reina en cuanto se refiere al conocimiento de
la fauna marina de nuestras costas, y la necesidad de que se
cree en las Baleares una Estación marítima, dotada de todos
los medios necesarios para la exploración del Mediterráneo,
de la que reportarían gran beneficio, como se ve por el caso que
motiva estas líneas, no tan solo los estudios científicos, sino las
industrias que se deriven ó relacionan con ellos, y principal-
mente la pesquera.
— El Sr. Calderón dijo lo siguiente:
El profesor Henry A. Miers, de la Universidad de Oxford,
con fecha 6 de Diciembre de 1902, me ha dirigido la siguiente
carta circular:
«Querido colega: La gran transcendencia que en la litera-
tura de la Mineralogía y sus ciencias hermanas alcanzan los
volúmenes tan hermosamente impresos de la «Zeitschrift für
DE HISTORIA NATURAL. 241
Krystallographie und Mineralogie», no se oculta á ningún ex-
perimentalista ni teórico del mundo que haya tenido ocasión
de examinar sus páginas ó consultar sus trabajos, tanto mi-
neralógicos como cristalográficos. Ese esmero nunca inte-
rrumpido de dicha Revista es debido á la revisión escrupulosa
y asidua del profesor P. Groth, de Munich.
Apreciando en lo que vale tan notable labor, varios minera-
logistas y cristalógrafos han concebido la idea de significar al
respetable maestro su estimación por aquel servicio científico
sostenido durante un cuarto de siglo, y abrir una suscripción
para ofrecerle un testimonio de aprecio. Se ha constituido á
este fin en Inglaterra una pequeña Comisión compuesta de los
profesores Maskelyne, Lewis, Mier y Mr. Fletcher, y deseosa
de invitar á los colegas extranjeros, celebraríamos saber si
usted quería formar otra semejante en España, para comuni-
car este nuestro propósito á los mineralogistas del país.
Se ha pensado en que el testimonio referido consistiera en
un retrato al óleo del profesor Groth hecho por un buen maes-
tro que aquél designara, ó en un medallón con su busto; pero
la decisión definitiva puede dejarse á una Comisión en que
estén representados todos los países que hayan contribuido á
la suscripción.
Soy de usted, etc.—Bemy A. Miers.
P. S. Esta carta ha sido remitida por Mr. Fletcher, ó por
mí, á los coleg'as de varias naciones».
Esta designación, ciertamente honorífica, no deja de ser un
tanto espinosa, y por razones fáciles de comprender no he
juzgado oportuno constituir una Comisión, lo que resultaría
demasiado pomposo para el resultado á que podríamos actual-
mente aspirar. Me he limitado á invitar particularmente á
algunos profesores y amigos amantes de estas ciencias á coo-
perar á dicha manifestación internacional, y les soy acreedor
de una galante acogida. Si algún señor socio desea correspon-
der con nosotros á la manifestación de nuestros colegas de
Inglaterra, ó solicita mayores informes, puede dirigirse á mí
hasta el 1.° de Septiembre, en que quedará cerrada la suscrip-
ción.
Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el 20 de Mayo
de 1903, bajo la presidencia de D. Manuel Medina.
242 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
— El Sr. Chaves leyó una «Nota sobre algunos minerales de
nuevas localidades de Andalucía» y presentó la segunda parte
del «Ensayo de fisiología mineral. Estudio de las pseudomor-
fosis de proceso químico.»
— Se recibieron donativos de trabajos de los señores socios
publicados en los Anales de la Sociedad para la biblioteca de
la Sección.
— El Sr. Medina disertó sobre un importante trabajo recien-
temente publicado por el profesor Gaudry en «L'Anthropolo-
gie», que tiene por objeto dar á conocer una dentición de
hombre fósil europeo, sumamente semejante á la de los aus-
tralianos. Si este hecho aislado se confirmase por otras obser-
vaciones, podrían sacarse conclusiones transcendentales sobre
el origen de nuestros antepasados en los tiempos cuaterna-
rios.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el 27 de Mayo, bajo
la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal.
— El Sr. Presidente leyó y entregó un trabajo intitulado «El
encéfalo de los batracios», acompañado de varios dibujos re-
presentando el resultado de las investigaciones micrográficas
del autor, que se contienen en el texto. A instancia de los
socios dio aquél interesantes explicaciones sobre los referidos
dibujos.
Notas y comunicaciones.
Nota II sobre la fructificación de la «Homalia lusitanica» Sehmp.
DON A. CASARES GIL.
En el núm. 6 del tomo n del Boletín de la Sociedad espa-
ñola de Historia natural (Junio 1902), he descrito algunas
particularidades sobre la fructificación de la Homalia lusita-
nica Schmp. Habiendo tenido la suerte de ser el primero que
observó los órganos reproductores de esta planta, y siendo
incompletos los ejemplares que encontré el año pasado, ob-
servé con cuidado este año el lugar donde crece esta rara es-
DE HISTORIA NATURAL.
243
pecie en los alrededores de Barcelona, y en el mes de Febrero
pude ver las particularidades más salientes de su reproduc-
ción sexual. El objeto de esta nota es completar de un modo
somero la nota anterior.
La inflorescencia de la Homalia lusitanica es monoica.
Las flores masculinas, g-emmiformes y pequeñas, asientan
•en la axila de una hoja; las hojas de la yema son semejantes
Fig. 1.a
Fig. 2 '
Fie-.
Fig. 4.a
á las periquetiales descritas en la anterior nota, un poco me-
nores y con el acumen más estrecho. En el centro de cada bo-
tón hay 5-10 anteridios (fig*. 1.a) pediculados , mezclados con
244 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
escasos parauses sencillos. Estos anteridios se abren por un
opérculo bastante visible.
Las flores femeninas están también colocadas en la axila de
las hojas; son un poco mayores que las masculinas, con la
punta de las hojas algo escuarrosa, teniendo en el centro nu-
merosos arquegonios de ancho pie entremezclados con para-
fises (fig. 2.a).
El arquegonio fértil se desarrolla, después de la fecunda-
ción, en una cápsula oblonga, oblicua, con opérenlo rostrado
vuelto hacia arriba y pequeña cofia acogullada y lisa (fig. 3.a).
El anillo está formado por dos series de células grandes, y ai
desprenderse se arrolla hacia afuera (fig. 4.a).
Nota acerca de una particularidad de la contracción muscular
en la rana.
(La inexcitabilidad muscular.)
(Trabajo del Laboratorio de Fisiología de la Facultad de Medicina de Barcelona ..)
D. AUGUSTO PI Y SUNER.
Hace poco más de un año que presenté á la Academia y La-
boratorio de Ciencias médicas de Cataluña una comunicación
referente á la fase de inexcitabilidad cardíaca. Hoy creo des-
cribir cosa referible á dicha fase en el funcionalismo de la
fibra estriada de la rana.
Los fenómenos que me ocupan son evidentemente necrobió-
ticos (en la acepción de las escuelas alemanas) debidos en parte
á la fatiga, y en parte también, la más importante, ala inicial
desintegración química de la molécula ó moléculas activas en
la contracción muscular; estos fenómenos deben ser excepcio-
nales en el orden fisiológico. Sin embargo, su interés filosófico-
es grande y pueden contribuir á la aclaración de algún punto
de fisiología general.
Los fenómenos que hoy describo no han sido señalados por
otros autores (1), por cuanto la técnica que usaron fué distinta.
Mosso, en sus estudios acerca de la fatiga, realizó sus princi-
(1) Por lo menos yo no conozco trabajo alguno que á ellos se refiera.
Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Tomo III. Lám. II.
&P~-/* ,
nr- r
Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural. Tomo III. Lám. III.
DE HISTORIA NATURAL. 245
pales experimentos en músculos no separados del animal y en
organismos homeotérmicos, é Ivo Novi, cuyos resultados en
algún punto se acercan á los míos, concedíale al músculo, entre
contracción y contracción, tiempo suficiente para que se re-
pusiera.
He aquí como procedo:
Recojo la corriente de la línea de la Compañía Barcelonesa
de Electricidad á 110 wolts y la reduzco en intensidad y tensión,
enviándola á través de un reostato y una ó varias lámparas de
resistencia. Con esta corriente, tan atenuada como yo deseo,
excito el carro de inducción de Du Bois Reymond. Seg-ún el
carrete inducido que se utiliza, ya se sabe que la intensidad
de la corriente resultante es distinta; asimismo la intensidad
está en razón inversa de la distancia del inductor al inducido.
Con estos elementos bien se ve que muy precisamente puedo
regular la mag-nitud del excitante.
Los choques de inducción los obteng-o con el péndulo inte-
rruptor; las variaciones de frecuencia se consiguen en él dán-
dole longitud distinta. He procedido con frecuencias de dos y
de seis interrupciones por segundo; en las gráficas las de dos
están señaladas por la indicación lenta, y las de seis por fre-
cuente.
El músculo activo ha sido en todos los casos el gemelo de la
rana suspendido por la parte superior y en relación con un
excitador simple y enganchado al miógrafo isotónico por el
tendón de Aquiles. El peso levantado fué siempre de 10 gra-
mos, pero con una razón de brazo de potencia á resistencia
como 5 es á 1.
No creo ya necesario insistir más en los detalles de técnica.
Traigo á vuestra aprobación de entre mis gráficas solo las más
claras y características:
Gráfica 1.* — Interrupciones frecuentes; corriente débil, con
el inducido de hilo grueso y á 12 centímetros del punto máxi-
mo deinducción. Se excita el músculo después de algún tiempo
de separado del animal y en día frío (11° en el laboratorio); es
órgano fisiológicamente gastado. Se obtiene después de pocas
contracciones el tétanos maximalpara la intensidad utilizada.
Pero la altura de dichos tétanos no se sostiene, comienza á de-
caer rápidamente y muy pronto en O aparecen ya las oscila-
ciones. A estas oscilaciones me refiero en el presente trabajo.
'216 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Son.siempre continuación del tétanos, cuando la intensidad
del excitante no es excesiva. Derivan, sin duda, de alteracio-
nes químicas que hacen el músculo en ciertos momentos kiper
y en otros no excitable.
Son síntoma del malestar del órgano, modalidad de la fatiga
ó, en general, de la intoxicación por auto-desintegración pro-
teica. El músculo en las condiciones en que se le utiliza no
puede descargarse de los elementos fatigantes que proceden
de la catabolia dinamogénica y de los originados por las ma-
las condiciones de medio en que el elemento anatómico tra-
baja; en estas condiciones, ya es sabido que los fenómenos de
fatiga, ó referibles, se presentan de modo prematuro.
Las oscilaciones musculares no responden al ritmo del pén-
dulo interruptor; nos hallamos, pues, frente á un caso de reac-
ción intermitente producida por un excitante continuo ó pe-
riódico, igual que acontece con la fibra cardíaca. En Mías osci-
laciones alcanzan su máximum. Después, en el seguido fun-
cionar del órgano, disminuyen poco á poco y por fin se borran;
el músculo se hace del todo inexcitable. Sin embargo, en la
mayor parte de las ocasiones, cuando se ha operado rigurosa-
mente según la técnica descrita, después de lavado el órgano
con solución isotónica de Cl Na y á temperatura óptima de
32' se vuelve á obtener una pequeña y pasajera excitabilidad.
Gráfica 2.* — Músculo en las mismas condiciones que el pri-
mero, pero recién extraído del animal. Excitación débil como
la anterior, si bien lenta. Desde E hasta /cada una de las con-
tracciones conserva su individualidad mas con acortamiento
creciente, como sucede en lo fisiológico; de I k T la gráfica no
tiene gran valor, porque debido á insuficiente fijación del
músculo, éste, con sus movimientos, cortaba indebidamente el
circuito. En T, corregido este vicio de la técnica, se muestra
ya la tendencia al tétanos, tétanos que no llega á establecerse
perfecto en todo el tiempo de una revolución del cilindro (un
minuto). Para conseguir el tétanos en músculo fresco la exci-
tación era en exceso lenta y débil; sin embargo, al comenzar
la fatiga, continuando la impresión de la gráfica, se hubiera
obtenido la fusión perfecta de las contracciones.
Gráfica 3.a— Excitación lenta y débil en músculo de rana
eterizada. Curva típica de tétanos obtenido paulatinamente.
La excitación en sus modalidades de frecuencia y magnitud
DE HISTORIA NATURAL. 247
es la misma en T que en E. La diferencia de reacción depende
de un principio de fatiga. El tétanos, por lo tanto, representa
en este caso la iniciación de un estado patológico del músculo
y la contracción individual la reacción fisiológica. Empero en
muchas ocasiones la contracción tetánica se debe á que la su-
cesión de excitaciones es más rápida que el tiempo total de
reacción del elemento anatómico. De aquí que la aparición del
tétanos dependa de dos factores, reacción del músculo y cua-
lidad de la excitación y, por lo tanto, que esté directamente
relacionada:
1.° Con la frecuencia de las excitaciones.
2.° Con la intensidad de las excitaciones. E inversamente.
3.° Con la rapidez de reacción muscular, ya sea esta rapi-
dez resultado de modo de ser propio de la fibra estriada (tiempo
específico de reacción) ó de alteraciones de su funcionalismo,
externas (temperatura, intoxicaciones) ó internas (fatiga ó
desintegración molecular).
En el punto C, el tétanos era ya casi perfecto; á continuarse
la excitación, el resultado gráfico conseguido hubiera sido la
línea horizontal irreprochable.
Gráfica 4.a — Comienza en O; en E se excitó el músculo (aún
fresco) con corriente repetida y débil; la intensidad del inci-
tante fué aumentándose hasta Au: el tétanos casi inmediato
de contracción creciente se obtuvo desde el principio. En N in-
terrumpióse la corriente y en R se dejó al músculo durante
cinco minutos á la temperatura ambiente (15°) y al aire libre.
En E' se excitó aquél de nuevo con la misma intensidad y fre-
cuencia iniciales (de E). La línea obtenida, como se observa, es
muy distinta de la anterior; la primera, á no haberse aumen-
tado la magnitud de la excitación, hubiera sido una recta,
perfecta expresión del tétanos típico. En la segunda se nota
muy manifiesto el fenómeno de la oscilación muscular, que
persiste, disminuyendo en amplitud, hasta la segunda inte-
rrupción del experimento, en R' . (Aproximadamente hasta un
minuto después, ya que la longitud total de la cinta representa
la circunferencia del cilindro inscriptor, y en estas investiga-
ciones, dicho cilindro giraba á razón de vuelta por minuto.)
En i?", cinco minutos después de la prueba anterior, se excitó
otra vez el mismo músculo con ig*ual intensidad y frecuencia.
Ya se ve en la gráfica que el efecto obtenido fué nulo ó casi tal.
248 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Gráfica 5.a (5, 5 bis, y 5 trip.).— El músculo utilizado era el
mismo que dio la gráfica 2.a Excitado en E con corriente dé-
bil y choque frecuente dio dos contracciones individuales y
luego ya el acortamiento tetánico, acortamiento irregular y
con oscilaciones en ciertos puntos que parece como que mues-
tren una ligera tendencia á la isocronia. En A se descolgó el
músculo y se regeneró en la solución isotómica de CI Na á la
temperatura óptima. Después de tres minutos de baño excitóse
en E' con la misma intensidad y frecuencia que en E , y el
tétanos conseguido fué bastante menos alto; en / aparecieron
las oscilaciones, las cuales hasta L acentuaron en ciertos mo-
mentos su iniciación de ritmos, por grupos de dos (/, /', /", I1").
En L se hicieron las oscilaciones irregulares y en seguida cre-
cieron en intensidad, conservando su característica hasta -J-,
donde se aumentó la magnitud de la comente inductora y de
la inducida (disminuyendo resistencia en el reostato y acer-
cando simultáneamente el carrete externo al inductor). El re-
sultado fué un tétanos débil, pero perfecto, y muy pronto des-
cendente.
Gráfica 6.' — Músculo extraído cinco minutos antes y conser-
vado al ambiente (15°). En E se le excita con corriente inten-
sa y de interrupción frecuente («fuerte y rápida» dice impro-
piamente en la figura). La consecuencia fué el tétanos perfec-
to y descendente. En N cesa la excitación, y en E' , después de
una revolución y media del cilindro y de una aspersión abun-
dante de solución de cloruro sódico á 30°, se obtiene por la ac-
ción de la misma corriente é iguales choques el tétanos per-
fecto también, pero de altura mucho más corta y en seguida
descendente. Después del mismo tiempo (minuto y medio), é
idénticas maniobras que en la operación anterior, en E'" se
somete de nuevo al músculo á igual excitante: bien indica la
figura que el efecto obtenido fué muy pequeño, tanto en can-
tidad como en duración; la línea de relajación pasiva se al-
canzó casi al instante ( R). En N" cesó la corriente, sin que la
línea gráfica experimentara modificación alguna. El músculo
desde R era ya por completo inexcitable.
Gráfica 7.a — En E se incitó muy intensamente (con la co-
rriente inducida que produce el carrete fino del aparato de Du
Bois Reymond y en el punto de máximo efecto) un músculo
recién extraído. El tétanos de gran altura consiguióse inme-
DE HISTORIA NATURAL. 249
diatamente. Este tétanos muy descendente continuó á pesar
de la interrupción de los choques en AT; en E' se excitó de
nuevo, y el efecto fué, con igual intensidad de corriente, nota-
blemente menor, aunque la línea de contracción perdió la
marcada tendencia al descenso que antes presentara. En el
mismo punto que la vez primera corté la corriente para ex-
citar de nuevo en E" y luego abrir otra vez el circuito en N' .
Así fui excitando é interrumpiendo sucesivamente en todos
los puntos señalados (E'", EIY, Ev , F**, Evu) y (N, N'jy
siempre actuando con la misma intensidad. Como se observa,
cada vez la contracción era menos alta; el músculo fatig-ado
respondía con menos violencia á las excitaciones. Siempre,
empero, á la excitación muy intensa se seguía el tétanos y nun-
ca secundariamente las oscilaciones. Ni en este caso ni en
otros idénticos ó referibles he podido demostrarlas. El tétanos,
consecuencia de grandes excitantes, se mantiene seguido has-
ta la muerte; la contracción va borrándose poco á poco; la
línea que la indica desciende con mayor ó menor rapidez, pero
sin fase intermediaria de oscilación. La línea recta no se altera
hasta llegar á la desintegración definitiva. Esta, por la hiper-
función, se consigue muy pronto; los tiempos en la gráfica 7.a
están marcados por las revoluciones del cilindro (cada una —
cada longitud de tira — representa un minuto) y se procedió en
su inscripción sin intermedio alguno. El tiempo total del ex-
perimento fué, por lo tanto, de 4' 45" aproximadamente, de E
á F. Al músculo de esta manera tratado lo sumerge luego.
durante tres minutos, en la solución isotónica á temperatura
óptima, mas no pude conseg-uir el retorno de su actividad. El
músculo. estaba definitivamente inutilizado; ni con excitación
débil ni con excitaciones intensas (de ritmo lento (gráfica 8.a
E), ó rápido (gráfica 9.a E'), se obtuvo muestra alguna de reac-
ción. Por el tétanos se fué directamente, y con rapidez, á la
desagregación química incompatible con la vida del órgano.
Del análisis que acabamos de detallar y del de otras muchas
gráficas idénticas ó semejantes se pueden deducirlas siguientes
Conclusiones.
1.a El tétanos tiene su origen en la deficiente excitabilidad
del músculo con relación al incitante: tal deficiencia puede ser
condición intrínseca del órgano ya en estado normal. (Se ob-
250 BOLETÍN de la sociedad española
tiene con menos interrupciones el tétanos en los músculos de
los animales poiquilotermos que en los de homeotermos. Ade-
más, los músculos rojos del conejo, según Kronecker, se tetani-
zan con 10 interrupciones, mientras que los pálidos del mismo
animal, más rápidos en la reacción, necesitan 25 ó 30 golpes
de inducción de corriente de mediana intensidad para sumar
sus contracciones). Puede también ser expresión de fatiga que
se inicia, ó de trastorno cualquiera que embote la excitabilidad
del órgano, ó se refiere á la intensidad del excitante. Ya se sabe
que toda contracción es tanto más alta y hasta cierto punto
tanto más duradera cuanto mayor lia sido el estímulo que la
ha provocado; por tal, en condiciones de gran intensidad de
excitación, si esta intensidad se acompaña de la frecuencia
precisa, se hace muy fácil la suma y fusión de las contraccio-
nes. Esto y la lentitud del último período de la fase de dilata-
ción después de las grandes reacciones musculares determinan
la facilidad de producción del tétanos cuando se utilizan exci-
tantes de magnitud grande.
2.a La conclusión anterior nos explica por qué con corrientes
fuertes se obtiene siempre el tétanos perfecto hasta la muerte
del músculo. Este responde cada vez, con menos fuerza cierta-
mente, á la gran incitación que á cada momento le llega; la
conmoción molecular que representan los grandes choques de
inducción es tan intensa, que mientras quedan restos químicos
activos utilizables se aprovechan continuamente y en forma
cualquiera. Es la desintegración desordenada de todo lo que
contenga potencial energético. Por esta condición se compren-
de bien que la muerte muscular no se hag-a esperar mucho
tiempo.
3.a Las oscilaciones de la excitabilidad solo se obtienen
utilizando choques poco intensos. Son expresión de un estado
de descomposición inicial, pero representan todavía reservas
químicas. Es probable que el músculo, alg'o alterado ya por el
trabajo á que se le ha sometido, agrupe los restos utilizables
de cierta manera que le permita obtener su aprovechamiento;
es muy posible que coordine las moléculas activas para conse-
guir una economía funcional, ya que la intensidad del exci-
tante, no excesiva, se lo permite. De aquí que en ciertos mo-
mentos no sea excitable, al paso que en otros se nos presente
con hiperexcitabilidad.
DE HISTORIA NATURAL. 251
4.a No es dudoso que las oscilaciones musculares se deben
á variaciones de su excitabilidad; el incitante es siempre el
mismo, y sin embargo las reacciones soirdistintas; su variedad
se origina, pues, en alteraciones del músculo, no en irregula-
ridades de acción del excitante.
5.a El músculo que sufre incitaciones débiles y presenta el
fenómeno de la oscilación, se sostiene más tiempo en actividad
que el tetanizado por choques máximos.
6.a Existe cierta tendencia á la isocronia en las oscilacio-
nes musculares; esta isocronia podría ser el esbozo de la fase
de inexcitabilidad cardíaca. Podríamos, acaso, explicar filogé-
nicamente por ella el ritmo del corazón. Ciertas partes de las
gráficas que presento y las de la contracción de la punta car-
díaca separada del animal y excitada por choques de induc-
ción repetidos (comunicación citada, Marzo 1901) son muy se-
mejantes.
Además, la coordinación bioquímica que se traduciría en
inexcitabilidad y excitabilidad periódicas se desarrollaría de
la misma manera en las oscilaciones musculares (hecho pato-
lógico) y las contracciones rítmicas cardíacas (caso perfecta-
mente fisiológico). Uno y otro fenómeno tendrán su punto de
partida común: una condición patológica, por adaptación y se-
lección natural convertida en necesidad fisiológica.
Nota sobre algunos minerales de nuevas localidades de Andalucía
DON FEDERICO CHAVES.
Estibina. — El ejemplar que he examinado es una masa aci-
cular de dicho sulfuro, de gran pureza, y sin ganga alguna.
Respecto á su yacimiento no puedo dar detalles, sabiendo solo
que se ha hallado en Castilblanco (Sevilla).
Pirita.— Se encuentra en pequeños nodulos de dimensiones
variables, alcanzando hasta unos 8 era. en los trabajos de la
mina «La Acacia», término de Villamartín, de la provincia
de Cádiz. Estos nodulos forman hiladas alternando con el car-
bón y las pizarras aluminosas; ofrecen estructura compacto-
cristalina, y en su superficie no he hallado vestigios de termi-
nación de cristales. Los agentes atmosféricos alteran rápida-
-252 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
mente este mineral, por cuya circunstancia pudiera referirse
á la pirita rómbica. Contiene alta proporción de azufre, y ca-
rece de arsénico. Al soplete se hincha y desmorona en polvo
rojizo de óxido férrico á la llama oxidante.
Valentinita.— Este mineral, que no ha sido aún citado de la
provincia de Málaga, se encuentra á veces formando peque-
ños grupos de finas y brillantes agujas blancas en las cavida-
des del antimonio nativo de La Vihuela. En un ejemplar de
antimonio que he recogido en una de mis anteriores excursio-
nes se halla la valentinita asociada á manchas ocráceas, pro-
bablemente de cervantita, y con calcopirita en las venas cuar-
zosas de la pizarra cristalina.
Oligisto.—Eú El Garrobo, próximo á Prado del Rey, aparece
el oligisto laminar en pequeñas masas, impregnando un ma-
cizo de arenisca de cemento silíceo y corta porción de carbo-
nato calcico.
Magnetita. — En términos de Benaocaz, Villamartín y Prado
del Rey, lie hallado con frecuencia cantos sueltos masó menos
rodados de magnetita, en cuya superficie se observa á veces
la pseudomorfosis sobre pirita.
Yeso. — Pequeñas y delgadas capitas constituidas por crista-
les entrelazados, largos, límpidos y brillantes alternan con el
carbón, la pirita y la pizarra aluminosa en la mina «La Aca-
cia» antes citada, del término de Villamartín. Los mayores
cristales que he observado miden unos 3 cm.; son sencillos,
pero se entrelazan, obedeciendo á una ley general de cruza-
miento que recuerda la de la macla. Estos cristales no se pres-
tan á medidas goniométricas.
En el Cerro del Verdugo y otras localidades de Prado del
Rey y de Villamartín, muy abundantes en este sulfato, he re-
cogido ejemplares numerosos de yeso cristalizado, fibroso, sa-
caroideo, compacto, ya incoloro, ya amarillo, rosado rojo, gris
y negruzco. En este último caso hállase teñido por materias
bituminosas.
Baritina. — Una muestra de este mineral que me ha donado
nuestro consocio D. Enrique Laza, procede de la hacienda «El
Romeral», término de Antequera; se presenta en masas fibro-
radiadas ó aciculares, de color gris, sin formas cristalinas
bien distintas. Ofrece los caracteres físicos y químicos de la
especie.
DE HISTORIA NATURAL. 253
Malaquita. — En investigaciones practicadas en una mina de
Almayate, término de Velez Málaga, se ha extraído limonita
y hematites, en las que suelen encontrarse pequeñas masas
radiadas de malaquita fibrosa, de la cual creo poder hallar
en la localidad ejemplares que permitan un detenido y com-
pleto estudio.
Notas geológicas y mineralógicas
DON LUCAS FERNANDEZ NAVARRO.
Mis últimas excursiones me han permitido observar algunas
particularidades geológicas y mineralógicas que, aunque de
escasa importancia general, no dejan de tener cierto interés
para el conocimiento detallado de nuestra gea regional, por lo
cual las doy, aunque en la forma más breve posible.
I. Frente al hito del kilómetro 42 de la carretera de Madrid
á Irún, cerca de El Molar, se ve aparecer por debajo de las ca-
lizas cretácicas un conglomerado de cantos silíceos igual al
conglomerado mioceno, que también en contacto con el cretá-
cico se extiende entre Venturada y Cabanillas de la Sierra, si-
guiendo la misma carretera. Esta observación, repetida varias
veces desde la diligencia, me hizo sospechar la existencia del
terciario en las inmediaciones de El Molar, hecho que he trata-
do de comprobar últimamente.
En efecto, dicho conglomerado es exactamente igual al de
Venturada, y ocupa, con relación á las calizas del cretácico, una
posición idéntica, por lo que cabe afirmar dicha existencia,
hasta el punto en que esto puede hacerse prescindiendo del ca-
rácter paleontológico, á que tan pocas veces puede recurrirse
en el terciario de Castilla la Nueva.
Esta manchita tiene una forma alargada en el mismo senti-
do que la cretácica, es decir, de NE. á SO., y en lo que yo he
observado no llega su longitud á más de 500 ó 600 metros, aun-
que es probable se prolongue por debajo de las arcillas dilu-
viales. Los estratos del conglomerado coinciden en buzamien-
to con los de las calizas suprayacentes (NNO.); pero la inclina-
ción de unos y otros es muy distinta, pues mientras que los
T. ni.— Junio, 1903. 18
•¿51 BOLETÍN de la sociedad española
cretácicos se aproximan bastante á la vertical, los terciarios
aparecen casi horizontales.
II. Entre Arbancón y Jocar (Guadalajara), en el camino que
va de uno á otro pueblo y ya cerca del último, se encuentra un
pequeño barranco en el que hay un asomo silúrico, que no está
figurado en los mapas de la región ni sé que haya sido citado
hasta ahora.
Le constituyen unas pizarras de color gris-azulado, satina-
das, muy hojosas, sumamente análogas á las de la misma edad
de Robredarcas, Muriel y otros pueblos inmediatos, formadas
por pajitas micáceas, granulos feldespáticos y materia arcillo-
sa. Son próximamente verticales y se extienden á lo largo del
camino, durante unos 100 ó 150 m., con una dirección E. á <>.
Cambian luego bruscamente por la dirección SE. á NO., y á
los pocos metros desaparecen bajo una ligera capa diluvial y
bajo las calizas cretácicas casi horizontales que forman el cerro
de la Torrecilla, en Jocar. No he encontrado en ellas restos or-
gánicos.
III. En esta misma región he podido anotar la existencia
de varios manchones de diluvium locales, algunos de exten-
sión y espesor considerables, entre los que hay dos que mere-
cen citarse.
Uno de ellos es el mencionado incidentalmente en la nota
anterior, situado entre Jocar y Arbancón. y en cuyo centro apa-
rece el manchón silúrico citado. Es fusiforme y tendrá como
un kilómetro en su sentido máximo, que es de NO. á SE. Su
espesor es muy poco considerable, tanto que en los barran qui-
tos fraguados por los insignificantes arroyos que le cruzan
deja ver las calizas cretácicas infrayacentes. Está compuesto
de arcilla y cantos silíceos, lo cual aleja la probabilidad de que
se haya formado á expensas de los cerros cretácicos que, á par-
tir del de la Torrecilla, se extienden al NO. de Jocar y que son
calizos. Más bien parece probable que este diluvium pueda con-
siderarse como resto de otro más extenso formado á expensas
de las pizarras y cuarcitas del silúrico que se encuentra pocos
kilómetros al N., en Fraguas, Robredarcas, etc. Así parece de-
ducirse también de la configuración del terreno, que constitu-
ye allí una depresión en que pudieron permanecer los mate-
riales cuaternarios defendidos de la denudación general pol-
las alturas que los rodean.
DE HISTORIA NATURAL. 255
En el camino de Jocar á Muriel, después de pasar una estre-
cha y pintoresca garganta por donde se abre paso un arroyo á
través de las duras calizas magnesianas de este cretácico, se
encuentra un molino, casi en la confluencia de este arroyo y
de otro un poco más considerable que viene de algo más al N.
Desde el molino citado, el camino sigue como un kilómetro al
lado del arroyo, y en toda la marguen izquierda de éste se ve
otro diluvium, que se prolonga basta muy cerca del punto en
que el riachuelo desemboca en el Jarama. Está formado tam-
bién este diluvium. cuya anchura no pude apreciar por la con-
fíguíación del terreno, por arcillas rojas y cantos de cuarcita,
y debe estar relacionado con el anterior. Presenta con él, sin
embargo, dos diferencias notables; el tamaño mucho mayor de
los cantos y su enorme espesor. Este último no puede apre-
ciarse por completo porque, á pesar de la gran altura de los
cerros que forma, y de estar surcado por profundos barrancos,
no llega á descubrirse en ningún punto la roca que le so-
porta.
IV. A continuación cito algunas localidades expañolas de
minerales, unas nuevas y otras ya conocidas, pero respecto de
las cuales agrego ciertos datos.
Pirita. — Al abrir un canal en la margen izquierda del río
Guadalix, con objeto de llevar agua á la fábrica de luz eléctri-
ca en construcción en Miradores de la Sie;ra, se ha atravesa-
do un pequeño filón metalífero del que forma parte esta espe-
cie mineral". Se presenta en una masa cavernosa con las cavi-
dades tapizadas de pequeños cristales cubo-octaédricos, muy
brillantes, de color amarillo claro en unos puntos y amarillo
de latón en otros, en ciertos sitios irisantes y en otros cubier-
tos de unas manchas terrosas rojizas (óxido férrico). Presentan
algunas laminillas de mica blanca interpuestas. Ensayada se
ve que no da ni siquiera indicios de cobre.
Otra localidad en que se halla la pirita es el cerro de la Mesa,
•en término de Navalafuente (Madrid), donde forma pegaduras
y pequeñas masas en un filón de cuarcita que atraviesa los
gneis. Ya acompañada de pirita cobriza y de mispiquel, y ha
sido denunciada como mina, aunque creo se reduce á uno de
tantos yacimientos sin valor industrial como se encuentran en
la sierra próxima.
Mispiquel. — Además del citado cerro de la Mesa se encuentra
256 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
en la localidad queyahemos mencionado en Miraflores, y cons-
tituye en ella masas friables muy puras.
Cuarzo. — Los cuarzos cristalizados más ó menos hialinos son
muy frecuentes en toda la sierra de Guadarrama, pero la loca-
lidad más conocida es La CaJbrera, en la provincia de Madrid,,
donde ya D. Casiano de Prado citaba una masa de cuarzo en
una pegmatita, con una cavidad llamada en el país la «Cueva
del Cristal», por estar toda ella tapizada de cristales. La entrada
de dicha cueva se encuentra actualmente obstruida por escom-
bros y además inundada constantemente, de modo que solo
en las escombreras inmediatas se pueden recoger algunos
ejemplares buenos.
Los cristales aislados de algún tamaño son poco frecuentes,
y siempre forman parte de drusas, de modo que no presentan
mas que una terminación piramidal. Lo más general son for
maciones paralelas en que solo aparecen libres parte de las ca-
ras romboédricas implantadas oblicuamente sobre un plano
que suele ser una cara de un cristal mayor. Otras veces varios
cristales de tamaños muy variados se agrupan sin regularidad
alguna.
Las formas que más comunmente presentan son el prisma
1010 (m) y los dos romboedros 1011 ir) y 0111 (:}, siendo
también bastante frecuente la cara rómbica 1121 (s). Se en-
cuentra además otra cara de la zona mr, que por hallarse poco
desarrollada y en malas condiciones de medida no puede de-
terminarse con precisión, pero que parece corresponder á la
6061 (Q de Dana.
Estos cuarzos son generalmente incoloros, pero los hay lige-
ramente amarillentos por la arcilla interpuesta, algo ahuma-
dos y más ó menos lechosos. Las caras, que son á veces muy
limpias, con frecuencia están fuertemente corroídas y algunas
notablemente encorvadas. La deformación más general es el
desarrollo exagerado de dos caras prismáticas paralelas, dan-
do lugar á cristales algo tabulares. También es frecuente otra,
en la cual tres caras contiguas romboédricas están muy des-
arrolladas, las dos adyacentes son estrechas y largas y la otra
se reduce á una pequeña faceta; todo ello debido al gran des-
arrollo de una de las caras prismáticas que llega hasta cerca
del vértice, de modo que el cristal parece como hendido á lo
largo casi por su centro.
DE HISTORIA NATURAL. 2Í7
Observada al microscopio una preparación de cuarzo incolo-
ro de esta localidad no presenta nada de notable. Las inclusio-
nes líquidas son las más frecuentes, y ¡algunas alcanzan dimen-
siones hasta de cerca de un milímetro; abundan también y son
de gran tamaño los poros gaseosos., siendo más escasas las só-
lidas, reducidas á pequeños fragmentos de mica magnesiana.
Todas estas inclusiones son de formas muy irregulares y están
desigualmente repartidas por la preparación.
En Yaldemanco, localidad próxima á La Cabrera, se encuen-
tran además drusas y cristales implantados en el feldespato,
muy hialinos, constituidos por el prisma y los dos romboedros
comunes. Los cuarzos lechosos abundan cerca de Bustarviejo
en un canchal que hay en el camino de Miraflores.
Azurita. — Del liásico de Soria, en el punto de separación del
camino viejo de Garray y la carretera de Logroño. Sobre una
marga micácea se presentan unas especies de superficies de
resbalamiento puramente arcillosas y sobre éstas granulos y
pegaduras del carbonato azul de cobre.
Malaquita. — En el mismo yacimiento que la azurita y en
otros puntos del citado manchón liásico. Forma también man-
chitas y pegaduras, pero no en la misma roca, sino sobre una
arenisca micácea, cuyas micas están muy alteradas.
Baritina.— Entre la carretera de Aragón y la sierra de Santa
Ana, en Soria, se extiende una pequeña faja eocena, y en ella,
paralelamente á su longitud, existe un filón de baritina bas-
tante considerable. En su parte superior le forman grandes
cristales tabulares indeterminables, de color blanco-rojizo, en-
trecruzados en todos sentidos, y que dan por su unión un con-
junto reticular confuso, muy análogo al que presentan algu-
nas baritinas de sierra Almagrera, que existen en las coleccio-
nes de España del Museo de Historia natural.
Otra localidad que puede citarse para este mineral es Retien-
das (Guadalajara). La he encontrado en la galería abandona-
da de una antigua mina de hulla, donde forma una vena en-
tre las del carbón. Es negruzca, muy tenaz y está salpicada en
algunos puntos de unas manchas blancas de una especie de
haloisita. En la superficie está tapizada de menudísimos cris-
tales muy difíciles de medir, pero en los que, sin embargo,
creo haber reconocido las formas 001 (p), 101 fe]J, 110 (m), 012
(4), 010 m j 111 (fr):
258 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Epsomita.— En la misma galería abandonada se encuentra
esta especie tapizando abundantemente el techo y las paredes,,
bajo la forma de fibras muy finas, sedosas, y de 3 ó 4 cm. de
longitud.
Melanterita.—YX sulfato de hierro, menos frecuente que las
especies anteriores , se halla en la citada mina de hulla en
unas condiciones que no dejan de ser curiosas. En el interior
del carbón y en cavidades por donde parece haber circulado
el agua, forma unas masas de cblor verde claro, con brillo
vitreo intenso y fina estriación normal á la dirección de las
capas. Supongo que la formación de este mineral es debida á
la oxidación de las piritas que tan frecuentes son en la hulla,.
lo cual se comprueba por las numerosas manchas ferrugino-
sas que se observan en el carbón.
Serpentina. — Aunque son conocidas las serpentinas de la
sierra de Guadarrama, especialmente las del puerto de Mala-
gón, no recuerdo que esté citado este silicato de Robledo de
Chávela (Madrid). La he encontrado formando masas no muy
grandes, á manera de diques, entre la caliza cristalina de di-
cha localidad. La hay que puede llamarse noble, completa-
mente verde, casi transparente; otra es de color verde claro,
algo azulado, translúcida, de brillo craso y fractura astillosa;
otra, por fin, completamente azul y opaca. Tratada por el ácido
clorhídrico hirviendo, deja la sílice gelatinosa completamente
roja por el óxido férrico.
Observada al microscopio se la ve formada por un agregado
birrefringente que se extingue según manchas anubarradas,
lo cual, unido á sus caracteres exteriores, acusa una estruc-
tura lamelar y hace que la refiramos al grupo de la antigorita.
Presenta inclusiones abundantes y bien caracterizadas de mag-
netita. Esta serpentina es de origen indudablemente piroxéni-
co, pues se encuentra todavía en su masa restos de cristales
referibles á la enstatita.
Quiastolita. — La he encontrado en la pizarra cámbrica que
atraviesa el arroyo de la Sacedilla entre El Atazar y Cervera de
Buitrago (Madrid). Son unos cristalitos de 2 ó 3 mm. de longi-
gitud, alargados en el sentido de la estratificación, completa-
mente llenos de inclusiones carbonosas irregularmente repar-
tidas por su masa,
SornaMenda. — Se encuentra en una cuarcita calificada de
DE HISTORIA NATURAL. 259
cámbrica del término de Cervera de Buitrago, en cristales des-
tacados, algunos hasta de 15 mm. de longitud. Estos cristales
no son determinables y observados al microscopio se ve que
pertenecen á la variedad común y que están sumamente alte-
rados, de modo que á toda la roca la impregnan de magnetita,
dándola así un color completamente negro. El cuarzo granu-
lítico en que están incluidos es notable por la abundancia de
pequeñas inclusiones de rutilo acicular.
Nacrila. — Esta variedad de caolín se encuentra en La Ca-
brera recubriendo al cristal de roca anteriormente citado. La
costituyen unas escamitas de forma indeterminable, de color
argentino, lustre nacarado y tacto jabonoso. Al microscopio
tienen un tono verdoso y actúan alg'o sobre la luz polarizada.
Ofrece la particularidad esta nacrita de que al soplete no se
altera (otras se hinchan). Esta especie mineral procede in-
dudablemente de las ortosas que están en contacto con los
cuarzos, y pudiera á primera vista confundirse con una mica,
pero ensayada se ve que no tiene magnesia, potasa, ni flúor.
Glauconita. — Este mineral entra en la constitución de una
notable roca verdosa cuyo yacimiento exacto no conozco, pero
que indudablemente forma parte del cretácico que se extien-
de entre Tamajón y Retiendas. Los ejemplares estudiados por
mí proceden de un gran canto que estaba formando parte de
una cerca, en el fondo de un barranco que entre ambos pue-
blos sigue la línea del contacto del cretácico y el silúrico.
Observada la roca al microscopio se la ve constituida en
primer lugar por unas placas grandes de caliza, desgarradas,
polisintéticas, de origen primitivo, entre las cuales se en-
cuentran otras pequeñas muy bien terminadas y frescas, con
estrías de crucero pero no de macla; á éstas las creo de forma-
ción posterior á las primeras. La glauconita está muy abun-
dantemente repartida por toda la roca, también bajo dos for-
mas: ó en granos más ó menos voluminosos, de contorno inde-
terminado, ó en masas que rellenan restos de organismos que
yo no he podido determinar, y que presentan unas veces el
aspecto de foraminíferos y otras el de briozoarios de los no ra-
mificados. Hay además en la roca placas de cuarzo de contor-
nos irregulares, muy abundantes en inclusiones líquidas, y
con algunas de magnetita.
Lignito. — En el citado liásico de Soria, en un tramo de
260 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
areniscas muy levantadas que se presenta frente al soto del
molino, por detrás de la ermita del Mirón, hay unas arcillas
abigarradas que llevan interpuestos abundantes restos carbo-
nosos. En un barranquito existe una cala de mina, y en sus
paredes pueden observarse lechos finísimos y muy numerosos
de lignito.
También se halla este carbón en Fuentetoba ( cretácico
inferior), y allí en cantidad suficiente para que los vecinos
del pueblo le utilicen como combustible. Se encuentra mez-
clado con unas arcillas que son arrastradas por las grandes
lluvias, produciéndose así un lavado natural que permite re-
cogerle con abundancia en algunas ocasiones.
Boletín bibliográfico.
(Continuación de Mayo.)
Institució Catalana d' Historia natural. Barcelona. (Butll.) Any ni. N.° 17-18.
Dr. J. Cadevall: Plantes notables deis voltants de Tarrassa. — J. Ma-
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K. K. zoologisch-botanischen Gesellschaft. Wien. (Verhandl.) luí Band.
i Heft. — J. Muller: Bericht über die Koleopterenausbeute des
Herrn E. Galvagni auf den dalmatiniscben Inseln Pelagosa, Lissa
und Lagosta. — R. Cobelli: I veleni et il Lasius emarginatus. —
R. Wagner: Beitr. zur Kenntniss einiger Kornpositen. — Fr. Werner:
Úber die von H. Dr. Karl Grafen Attems aus Kreta mitgebr. Orthop-
teren.
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conhecirnento • da Ornitbologia de S. Paulo. — C. Schrottky: Ensaio
sobre as Abelhas solitarias do Brazil. — T. Cockerell: Nota sobre um
Dactylopius achado em Fuchsia no Brazil.— G. King: Descr. de Dacty-
lopius magnolicida von Ihering. — J. Foetterle: Descr. de Lepid.
novos do Brazil. — H. v. Ihering: As Melanias do Brazil.
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Vendues de Verroilles et de Montmorot, a Minot (Cote d'Or). —
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Paris. — E. Ollivier: Lainpyrides rec. aux env. de Tokio (Japón)
par le Dr. Harrnand.— A. E. Malard: Des variat. rnensuelles de la
faune et de la flore maritirnes de la baie de la Hougue (janv. et iév.).
— J. Dürst: Sur le développ. des cornes cliez les Cavicornes. —
C. Phisalix: Sur la préseuce du venin en nature dans le sang de
Cobra. — Arbel *et PniSALix: Une observ. d'bypnotisme chez le
Cobra. — Ph. t. Tieghem: L'embryon des Ochnacées et son ena-
ploi dans la définit. desgenres.— A. Weber; Notes surquelq. Agaves
du Mexique occidental et de la BasseCalifornie. — Liste de quelq.
floraisons intéressantes observé2s dans les serres du Muséum. —
St.-Mednier: Origine de quelques roches siliceuses stratifiées. —
P. Gaubert: Sur l'accroissement des cristaux.=N.° 4. E. T. Hamy:
Gravures rupestres de la Table du Mahury, prés Cayenne.— G. Mus-
set: Les collectionneurs de bétes sauvages. — E. Oustalet: h'Equim
Prjevalskii au Muséum.— Ch. Alluaud: Descr. d'un Coleopt. nouv.
du genre Scarabceus (Ateuchus) du S. de Madagascar. — E. Simón:
Arachnides rec. par MM. Pérez et Bonnier au golfe Persique. — J. de
Man: Descr. d'une esp. nouv. du g. Hcteropanope provenant de la
Cote d'Ivoire (H. africana). — C. Phisalix: Cholera des Autruches et
des Nandous. — L. Launoy: Embryon de Vipére bípede et cyclocé-
phale. — Ph. v. Tieghem: Le cristarque dans la tige et la ieuille des
Ochnacées.— Sur la prefloraison des Ochnacées. — Géróme: Note sur
quelq. floraisons ou fructifications intéressantes au Muséum. —
H. Hua: Observ. sur deux plantes du Gabon ayant fleuri au Mu-
séum.— St. Meuxier: Cardite nouv. des env. de Pierreiitte, prés
Etainpes. — Arnaud et Hasenfratz: Sur une eau minérale de Mada-
gascar.=N.° 5. A. Ménégaux: Cat. des Mam mif eres rapp. par M. Geay
de la Guyane íraneaise en 1898 et 1900. — Vaillant et Pettit: Fi-
bronie observé sur un Megalobatrachus maximus. Schl., au Muséum.
— A. Viré: L'Igue de StSol-Becastel. — L. Fairmaire: Descr. des Clé-
rides rec. par le Dr. Decorse dans le S. E. de Madagascar. — S. Schen-
kling: Clérides nouv. du Muséum.— J. Martin: Hémiptéres nouv.
d'Asie.— H. Coutiere: Sur quelq. esp. nouv. du g. Automate de
Man. — R. Perrier: Examen critique de quelq. esp. d'Holothurides
abyssales. — A. Billard: Rech. sur la Clava squamata F. Müller. —
C. Phisalix: Maladie des jeunes Chiens; statistique des vaccina-
tions. — Pettit et Girard: Sur la fonction secrétoire et la morphologie
des plexus choroídes du syst. nerveux central. — J. Maumus: Sur les
lésions provoquées par la ligature des ccecums chez les oiseaux. —
L. Launoy: Action protéolytique des glandes salivaires chez les
Ophidiens. — Ph. v. Tieghem: Quelq. genres nouv. d'Ochnacées; cons-
262 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
titution actuelle de la famille.— Sur l'homologie du sac pollinique et
du nucelle chez les Endoprothallées ou Phanérogames.=N.° ü.
E. Lenfant: Le Niger.— E. T. Hamy: Les Chamacocos, esquiase an-
thropologique — E. Oustalet: Sur une nouv. esp. de Rongeur du g.
Lophiomys. — J. Küxckel d'Herculais: VOxylophus ¡Coccystes) glan-
darius dans le Midi de la France.— Un Coucou acridophage.—
¿. Mocquard: Sur des Reptiles et Batraciens de l'Afrique oriéntale
anglaise, du Gabou et de la Guiñee francaiée. — J. Pellegrin: Ci-
ohlidé nouv. de la Guyane francaise. — P. Lesxk: Note sur deux
esp. fran(;aises du g. RJtypidius. — R. Oberthür: Les Astathes (Col.
cérambycides) et genres voisins, de la coll. du M. de Paris. -
J. Bourgeois : Trois nouv. esp. de Malacodermes de l'Himala-
ya. — C. Píiisaux: Polymorphisrne des Pasteurella. — L. Lauxoy:
Action de quelq. venins sur les glucosides.— Action du venin de
Cobra sur l'émulsine. — Ph. v. Tieghem: Cercouratée et Monopo-
ride, deux g. nouv. d'Cvhnacées. — Struct. de l'ovule des Caricacées
et place de cette f'am. dans la classiflcation. — H. Lecomte: Nouv.
observ. sur la coagulation des látex á caoutchouc. — J. Poissox:
Sur un point de l'histoire du Paulownia au Muséum. — G. Chau-
veaud: Développement des éléments précurseurs des tubes cri-
blés dans le Thuia orientalis.—A. Weber: Les Cactées de Costa-
rica. — P. Hariot: Quelq. Algues de Madagascar.— F. Heydrich:
Quelq. nouv. Mélobésiées du Mus. de Paris. — E. Bonxet: Quelq.
consid. sur la géogr. bot. du Maroc, d'aprés les récoltes de M. R. de
Segonzac. — H. Hua: Sur les collectious botan, faites en Dahomey
par M. Le Testu. — Descr. de deux fruits d'Apocynacées africaines.
P. Gaubert: Sur la double réfr. accidentelle des cristaux cubiques.
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l'Anatomie des Annélides tubicoles de la región de Cette. =Mérn.
n.° 3. A. Sabatier: De la spermatogenése chez les Crustacés Déca-
podes.— Mém. n.° 4. A. Sabatier: De la spermatogenése chez les
poissons Sélaciens.=Mém. n.ü 5. P. Gourret: Documents zoologiques
sur 1 étang de Thau.— Mém. n.° 6. J. G. Darboüx: Recherches sur les
Aphroditiens.^=Mém. n.° 7. E. de Rooville: Dn tissu conjonctif
comme régénéraíeur des épithéliums. — Mém. n.° 8. L. Calvet:
Contr. á l'hist. natur. des Bryozoaires ectoproctes marins.=Mém.
n.° 9. A. Soulier: Les premiers stades embryologiques de la Serpule.
=Mém. n.° 10. A. Soulier: Revisión des Annélides de la región de
Cette.=Mém. n.° 11. L. Calvet: Bryozoaires marins de la región de
DE HISTORIA NATURAL. 263
Cette.=Mém. n.° 12. L. Calvet: Bryozoaires marins des cotes de
Corsé. (Réc. par M. Caziot )
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miques. — P. Bonnier: L'oreille rnanométrique. — N. A. Barbieri: Les
ganglions nerveux des racines postérieures appartiennent au systéine
du grand sympathique. — L. Dollo: Les Dinosauriens de la Belgique.
J. Ray: Étude biologique sur le parasitisme: Ustilago Maydis. —
P. Lemoine: Sur la géologie de la Montagne des Fraudáis (Madagas-
car). — E. A. Martel: Sur l'eufouissenient des eaux souterraines et la
disparition des sources.=N.o 13. A. Chauveau: -Animal thermostat»,
problémes d'énergétique biologique, soulevés par une Note de Lord
Kelvin sur la régulation de la température des animaux ásang chaud.
A. Lacroix: Sur une éruption du volcan de St. Vincent,— J. Chaine:
Remarques sur la morphologie géuérale des muscles. — L. Roule: Sur
les Poissous de la fam, des Athérinides dans l'Eur. occident. et sur la
filiatiou de leurs espéces. — C. Queva: Structure des radicelles de la
Mácre. — P. Fliche: Sur les corps problématiques et les Algues du
Trias en Lorraine. — Charrin et Delamare: Les défenses de l'organis-
me chez les nouveau-nés. —A. Mouneyrat: Influence del'état chimique
sous lequel on présente uu élément á l'organisme, sur la rapidité du
passage de cet élément dans le sang. — Henry et Joteyko: Sur une loi
de décroissance de l'effort á l'ergographe. — W. Fonvielle: Hypotése
de J. B. Biot pour expliquer la hauteur de l'atmosphére.=N.° 14.
A. Chauveau: c Animal thermostat», problémes énergétiques soulevés
par une note de Lord Kelvin. — Laveran: Observat. á propos de la
note precedente. — A. Laveran: Anopheles et Paludisme. — Molliard:
Role des bactéries dans la production des périthéces des Ascobolus. —
A. Gorjs: Sur la localisation de l'esculine et du tanin dans le Marrón-
nier. — B. Renault: Sur quelq. nouv. Champignons et Algues fossiles,
de l'époque houillére.— P. Fliche: Sur les Lycopodyaées du Trias en
Lorraine. — H. Bierry: Recherch. sur les néphrotoxines. — Fournier
et Magnin: Sur la vitesse d'écoulement des eaux souterrainee.=^Nu-
DE HISTORIA NATURAL. 265
mero 15. Vaschidg et Vurpas: Contrib. experiméntalo á la physiolo-
gie de la mort — N.° 16. M. A. Hérübel: Observ. physiol. etbistol. sur
les Géphiriens. — P. A. Zacuariadés: Sur l'existence d'un filament
axile dans la fibrille conjonctive adulte.
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H. Leveillé: Plantee Bodinieriance. Vaniotia, Verónica et Vandellia. —
J. Poirault: Liste des Champignons de la Vienne. — Abbé Olivier:
Quelq. Lichens des Pyrénées. — J. Maraxne: Sur VAchillea Millefolium.
Renacdet: Au Pays du Pavot blanc — J. P. Hoschedé: Notes sur
quelq. plantes rec. en Dordogne.— Cu. Claire: Un coin de Ja flore
des Vosges.— R. P. Carrier: La Flore de l'Ile de Montreal.— Abbé
Olivier: Exposé system. et descr. des Lichens de l'O. et N. O. de la
France. — Vaniot: Planta; Bodinieriance. Composées. — Levkillé et Guf
froy: Catal. des Flores locales de France.— Leveillé. P. Bodinieria-
nce. Vacciniacées et Ericacées.
Allgemeinen Entomologischen Gesellschaft. — Neudanim. (Allgem. Zeits-
chrift.fiir Entomol.) 8 Band. N.° 6-7.— Ciir. Schroder: Die Zeichnungs
Variabilitat von Abraxas grossulariata. — Esciierich uxd Wimmer:
Uber eine Galle an Abies pectinata.—J. Kieffer: Zur Lebensweise
einiger Si/nergusArtcn. — Aigner-Abafi: Die Koluuibacser Fliege.
Archives de Zoologie experiméntale. Paris. Ann. 1902. N.° 2. H. de Lacaze
Düthiers: Morphol. de Tridacna elongata et de Hippopus. — I. De-
lage. Nouv. recherch. sur la Parthénogénése experiméntale chez As-
terias glacialis. — I. Delage: Quelq. expériences et observat. sur les
Astéries.— L. Boutax: La detorsión chez les Gastéropodes.=Notes et
Revue. N.° 6. Le Toxotes jaculator en Aquarium.— N.° 7. Alma Ze-
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Entomologiska Fóreningen Stockholm. (Entom. Tidskrift.) 1903. Hiiftl.
Sjostedt. Eine neue Termite aus Brit. Central- Afrika.— (Otros traba-
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Jardín botánico de Tiflis. S. Petersburgo. 1902. vil. i. (En ruso.)
K.K Zoologisch-botanischen Gesellschaft. Wien. (Verhandl.) luí Band. 2
Heft. H. Rebel: Nene Microheteroceren aus Oesterreich-Ungarn. —
G. Luze: Revis der palaarktischen Arten der Staphylinidengatt. Geo-
dromicus. — Fr. Wagxer. Uber die ersten Stande von Agrotis Flam-
matra. — M. Bartel: Neue und wenig bekannte Arten und Gatt. der
Agaristidre des Museums in Berlín.— A. Wolfert: Bericht über bo-
tan. Excursionen in Südistrien und auf Lussin. — L. Andersson: Neue
Batrachier aus Kamerun.
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2(36 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Año vi. N.° 4. F. Neger: Revis. de las esp. chilenas del jénero Hiera-
cium. — L. Vergara: Comparación de cráneos aimaraés i araucanos. —
F. Delfín: Voracidad de la Hornea polytrema. — C. Porter: Parasi-
tismo del Tetranychus telarkis sobre el Ricinus communis. — A. Ca-
brera: Observ. sobre la coloración de ciertos mamíferos sud-america-
nos. — G. Nobili: Decapodi raccolti dal Dr. Silvestri nel Chile. —
F. Silvestri: Un jénero i tres esp. nuevos de Tisanuros. — C. Ribaga:
Hidrachnidfe recueillis au Chili par le Dr. Silvestri. — C. Porter: Lista
de los tabánidos chilenos.— T. Cockerell; A Catal. of the Coccidae of
South America. — Dr. Regimbart: Les Gyrinidte du Chili. — F. Delfín:
Nuevas esp.de la fam. Rajidíe.=N.° 5/6. E. Reed: Insectos nuevos
chilenos.— C. Porter: Catal. de los crustáceos malacostráceos de
Chile.
Muséum d'Histoire Naturelle, Paris. (Bull.) Ann. 1902. N.° 6. A. Mene-
gatx. Catal. des Mammiféres rapp. par M. Geay, de la Guyane fran-
caise. — C. Grandidier: Observ. sur les Lémuriens disparas de Mada-
gascar. Collections Alluaud, Gaubert, Grandidier.— R. Martin': Odo-
nates indo-océaniens des collections du Muséum.— E. Simón: Arach-
nides recueillis dans l'Afrique tropicale par E. Foa. — H. Coutiere:
Note sur les Palpemonidíe africains provenant des explorations de
E. Foa. — Ed. Chevredx: Diaguose d'un Amphipode nouveau (Orches-
tia excavata) du Haut-Zambéze. — A. Grüvel: Catal. des Cirrhipédes
du Muséum. — Sur une forme géante de Spermatozoi les chez les Ci-
rrhipédes.— L. Semichon: La sécrétion dans l'intestiti moyen du Bom-
bas agrorum. — Cu. Grayíer: Sur un Cérianthaire pélagique. — A. E-i-
llard. Les Hydroídes de la baie de la Hougue — C. Phisalix. Etude
comparative des efíets du venin de Vipére sur le sangde Chien et de
Lapin. — M. Nicloux. L'oxyde de carbone dans le sang des ani-
maux isolés en mer.— L'oxyde de carbone dans le sang des Poissons.
Pn. vax Tieghem: Encoré quelq. genres nouv. d'Ochnacées. Tableau
resum. la composit. actuelle de la famille. — G. Chauve\ud: Passage de
la disposition primitive á la disp03it. secondaire dans les cotylédons
du Pinus marítima. — J. Poissox: Sur uue esp. nouv. du g. Micrandra.
E. Poisson: Sur la culture du Cotonnier au Dahomey. — J. Torquet:
Note sur les plantes á caoutchouc de l'Indo-Chine fran9aise. — S. Meu-
nier: Le soufre natif de la place de la République á Paris. —La marca-
site d'Epernay. — P Gaubert: Nouv. procede d'observation des crist.
microscopiques en lumiére convergente. Sur les constantes capillaires
des faces cristallines. — Arnaud: Contr. a l'étude dea Lianes á caout-
chouc d'Afrique.=N.° 8. E. T. Harrt: Le tumulus de la Pouchaille,
ú Savoi'sy (Cote d'Or). — C. Grandidier- Observ. sur les Lémuriens dis-
paras de Madagascar.— Vai llaxt et Pettit. Lésions stomacales ob-
servées chez un Python de Séba. — E. Simón: Descr. dArachnides
DE HISTORIA NATURAL. 267
nouv. de la faiu. des Aviculariides du Muséuin.— R. du Buysson: Hy
ménoptéres nouv. du CoDgo. — A. Viré: La Faune et la Flore souter-
raines du puits de Padirác (Lot).— A. Locard: Descr. de Mollusques
nouv. appartenant á la Faune souterraine de France et d'Italie. —
Ph. v. Tieghem: Sur une ouratée de l'Ascension. Structure de l'éta-
mine chez les Scrophulariacées.— G. Chaüveaud: Sur des productions
cicatricielles observées sur le trouc de Betula.
Fhysikalisch Medicinischen Gesellschaft Würzburg. (Sitzungs Berichte),
1902. N.o 3 u. 4.=(Verhandlungen). Band xxxv. N.° 4 u. 5.
Real Academia de Ciencias y Artes. Barcelona. (Memorias.} Vol iv. N.° 32.
P. Marcer: Caracteres ópticos de los cristales diáfanos. 1.° índice de
refracción. =(Boletín) vol n. N.° 5.
Boyal Microscopical Sociely. London. (Journal.) 1903. Part. 1. F. R. Drxox
kuttall: The Rotatorian génus Diaschiza.—E. J. Spitta; An Arran-
gernent for obtaining Moncehromatic Light with tbe Mixed Jet.=
Part. 2. H. Woodvard: The President's Adress: Some Ideas on Life.
Sociedad científica «Antonio Álzate*. México. (Memorias y Revista). T. xm.
ls.° 3 y 4. T. xvi. Ñ.o 2. N ° 3. Dk. León: Les Huavi. — A. Herrera:
Nouv. Nornenclature des Etres organisés et des minéraux. — N.° 4.
^".'J 5 y 6. — L. Salazar: Xotes sur le Mineral de Taxco de Alarcón. —
Dr. Dügés: Cassiculus melanicterus. — A. L. Herrera: L'invasion des
moustiques dans la ville de México pendant l'annáe 1901.=T. xvn.
N.o 1 y 2.— Dr. Dcgés: Sur le Tatou, Caehicama novemeincta,
Ai.gué (Rey. José).— Manila Central Observatory. Bull. for November, 1902.
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gen des Geol. Reicbs-Museum in Leiden. Ser. i. Bel. vn.
H. 1.)
Cohes (E.)— Die Meteoreisen von Rancbito und Casas Grandes. (Mittheil.
des naturw. Vereine für Neuvorpommern und Rugen. 35
Jahrg. 1903.
— Ein neuer Pallasit aus Finmarken. Norwegen (Mittb. des
nat. Ver. für Neuvorpommern und Rugen. 35 Jahrg. 1903.)
— üeber die Meteoreisen von Cuernavaca und Iredell . (Mit-
theil. des naturw. Ver. für Neuvorpommern und Rugen.
34 Jahrg. 1902.)
Fixot (A.)— Sur le genre Euthymia (Orthoptéres). (Annales de la Soc. En-
tomologique de France. 1903.)
Gaudry (A.)— Contribution á l'histoire des hommes fossiles. (L'Antbropo-
logie. T. xiv. 1903.)
268 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Graiño (C.) — La Testudo mauritanica en Asturias (Bol. Soc. esp. H.
nat. 1903.)
Gredilla (F.) — Digestión del almidón (Bol. Soc. esp. H. nat. 1903.)
Institüt Botanique de Bucarest. (Bull. de l'herbier. Avril, 1902.)
Instituto geológico de México. (Boletín n.o 16). — Los criaderos de fierro
de Cerro de Mercado, Durango y de la Hacienda de Va-
querías, Hidalgo.
Natürforschende Vereinü in Brünn. xl. Band. 1901.— xx Bericht der me-
teorologischen Commission.
R. Usiversita di Siena. (Bullett. del Labor, ed Orto Botánico. Anno v.
Fase. iv.
Revista Científica profesional. — Barcelona. Marzo, 1803.
Revista de Medicina tropical. — Habana. Febrero, 1903.
Revista de Farmacia militar. — Madrid. Año n. N.o 19.
Ribera (Dr. E )— Nota sobre restos de glaciares existentes en Lorcha (Ali-
cante) (Bol. Soc. esp. H. nat. 1903;..
Salomón (W.)— Cario Riva, ¡- (Centralblatt für Miner., Geol. und Palíeon-
tol. 1902.)
— Die Familienzugehorjgkeit der Pleuronectiten. (Centralblatt
für Mineralogie, etc. 1902.)
— Muschelkalk und Lias am Katzenbuckel. (Centralblatt für
Mineralogie, etc. 1902.)
— Ueber die Lagerungsform und das Alter des Adamellotona-
lites. (Konigl. Preussisch. Akad. der Wissenschaften. 1903.)
Société des Amis des Sciences Naturelles de Vienne (Isere). — (Bull.
lre Année. le-r trim.)
Société des Natüralistes de Jaroslaw.— Mémoires. Livraison i. 1902.
Société Nationale des Sciences Natuiielles et Mathématiqdes de Cher-
bourg. — (Mémoires. T. xxxm. 1er Fase. Cinquantenaire
de la Société. 1902.)
Sesión del 1.° de Julio de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
—El Sr. Presidente manifestó que en los presupuestos pre-
sentados por el Gobierno á la aprobación de las Cortes, publi-
cados en la Gaceta, se consigna la cantidad de 5.000 pesetas
concedida á nuestra Sociedad, según se le había ofrecido por
el Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pública, y que había lle-
gado, por consiguiente, el momento de participarle nuestra
gratitud en la forma que se estimase más conveniente.
Después de alg-unas observaciones de varios señores socios
se acordó dejar á la iniciativa de la Junta directiva el momento
oportuno para hacer dicha manifestación al Sr. Ministro, así
como la forma que juzgue más adecuada.
Correspondencia.— El Dr. Richard, de Monaco, nuestro conso-
cio, envía una circular de la «Delegación para la adopción de
una lengua auxiliar internacional». En dicho documento y
otros que le acompañan se solicita la adhesión de nuestra So-
ciedad á la idea que expresa el objeto de la Delegación, for-
mada por los individuos nombrados por diversos Congresos y
Sociedades durante la Exposición universal de 1900. Están de
acuerdo con dicho pensamiento diversas Academias y Socie-
dades extranjeras y algunas nacionales.
Se acordó contestar á la Delegación mencionada adhirién-
dose al programa formulado en la Declaración.
—El Gobierno del Archipiélago filipino, que ha autorizado
la formación de un Museo permanente para las Filipinas y una
Academia de Ciencias en Manila, solicita el cambio de las futu-
ras publicaciones de estos centros con las de nuestra Sociedad.
Quedó acordado se acceda á esta solicitud.
—El Sr. D. Eduardo Boscá y Casanoves da gracias por la in-
serción en el Boletín de su «Informe sobre el estado del esque-
leto de Megaierio del Museo de Ciencias naturales de Madrid»,
y envía dos ejemplares de su tirada aparte para la Biblioteca.
T. ni.- Julio, 1903. 19
•270 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Admisiones. — Quedaron admitidos como socios el Instituto
general y técnico de San Sebastián, propuesto por D. Fermín
I ñarra y Echevarría; el Consejo general de Agricultura, Indus-
tria y Comercio de Valencia, propuesto por L>. Emilio Ribera;
D. Federico de Ramos de Molins, de Barcelona, que cultiva la
Histología animal y vegetal, propuesto por I). Manuel Llenas;
I). Leandro Navarro, profesor de Patología vegetal en el Insti-
tuto agrícola de Alfonso XII, propuesto por D. Zoilo Espejo y
1). A. Federico Gredilla, y D. Emiliano de la Cruz, Miembro
del Instituto de Ingenieros de Minas y Mecánicos del Norte de
Inglaterra, y D. Juan Castro y Valero, Catedrático en la Escuela
de Veterinaria, residentes ambos en Madrid y propuestos por
D. Ignacio Bolívar. Se acordó igualmente el reingreso en la
Sociedad de D. José Gogorza y González, Catedrático de Orga-
nografía y Fisiología animal en la Facultad de Ciencias de la
Universidad Central, á propuesta del Sr. Bolívar.
Proposiciones.— Se dio lectura á una proposición firmada por
variés socios, en la que se pide á la Sociedad que, correspon-
diendo á la hospitalidad de que son objeto profesores y alum-
nos españoles en el Laboratorio Arago, de Banyuls-sur-iner.
se regalen á la Biblioteca de aquel establecimiento nuestras
publicaciones.
La Sociedad, estimando en lo que vale la cortesía y afecto
dispensados en el citado Laboratorio á nuestros compatriotas
estudiosos, acordó, después de oir las opiniones de varios so-
cios, la conveniencia de significarle dicha estimación, dejan-
do á la Junta directiva el resolver qué publicaciones podrían
regalarse al citado Laboratorio.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Blanco y Juste manifestó que
habiendo tomado posesión de su cátedra de Tarragona y ce-
sado por tanto en su destino en el Museo de Historia natural de
Madrid, había hecho entrega de su cargo de Bibliotecario de
esta Sociedad á D. Ángel Cabrera Latorre, propuesto para su-
cederle interinamente hasta el nombramiento del que desig-
nase la Sociedad á fin de año. Con este motivo el Sr. Presi-
dente interpretó los deseos de todos los socios dando las gracias
al Sr. Blanco por su larga gestión al frente de la Biblioteca,
tan beneficiosa para ésta, y lamentando tenga que abandonar-
DE HISTORIA NATURAL. 271
nos el Sr. Blanco, siquiera sea por causa de tanta convenien-
cia y tan honrosa para él mismo.
—El Secretario presento los siguientes trabajos remitidos por
socios del extranjero ó de provincias, y que se acordó pasaran
á examen de la Comisión de publicación:
«Breves consideraciones sobre los lepidópteros, pertenecien-
tes á los Nymphalidá , subgénero Vanessa F.», por D. Eurico
Cannaviello.
«El yacimiento de magnetita de Cehegín», por D. Daniel
Jiménez de Cisneros.
«De la existencia de lías superior, del tithónico y del infra-
cretáceo en la región NO. de la provincia de Murcia», por Don
Daniel Jiménez de Cisneros.
«El yacimiento prehistórico de la rambla Bermeja, en el tér-
mino de Lorca, y noticias acerca de otros poco conocidos en
la provincia de Murcia», por D. Daniel Jiménez de Cisneros.
«Preocupaciones populares respecto de algunos animales. —
I. Los arrendajos blancos», por D. Celestino Graiño Caubet.
«Excursión ornitológica al lago de la Albufera (Valencia)
durante el mes de Junio de 1903», por D. Enrique Crú Marqués.
«Observaciones sobre algunas aves de Canarias», por el
Si". Oramas.
— El Sr. D. A. Federico Gredilla leyó unos «Datos nuevos que
incluir en la Flora hispano-lusitana» (segunda nota), y Don
Celso Arévalo otra nota, de que es autor, intitulada «Modifi-
caciones al procedimiento de Delesse para el análisis mecá-
nico de las rocas». Ambos escritos pasaron á la Comisión de
publicación.
— El Sr. Calderón dio las siguientes noticias bibliográficas:
1.a Brough, B. H.-The iron ore mines of Biscay. (Cassier's
Magazine, t. xxm. Ap. 1903, pág. 697 á 709.)
El autor hace una reseña interesante de la industria minera
de Bilbao, acompañada de estadísticas de la producción de las
minas de hierro de esta localidad desde 1860 á 1901. Presenta
además secciones geológicas de tres de los depósitos, junta-
mente con vistas fotográficas de las principales minas.
2.a Los Pirineos constituyen, como se sabe, una de las re-
giones más clásicas del mundo para el geólogo desde los albo-
res de la ciencia. Es tanto lo que se ha escrito sobre ellos, par-
ticularmente respecto á la vertiente francesa, que el exceso de
272 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
literatura constituye el mayor obstáculo para poder enterarse
de lo conquistado en punto al conocimiento positivo de tan in-
teresante región. En este respecto alcanza una excepcional im-
portancia la obra en publicación de L. Carez, La Qéologie des
Pyrénées francaises, en la cual se propone exponer el estado de
los estudios geológicos sobre la cadena pirenaica, y claro está
que no puede prescindir de tratar de la vertiente española.
Y ya que de este asunto trato, recordaré también las notas
de M. Roussel sobre el Carbonífero de los Pirineos, aparecidas
recientemente en el Boletín de la Sociedad geológica de Francia.
en las cuales refiere los lechos de hulla de la Seo de Urgel, de
San Juan de las Abadesas, de Gerrí, de Tuchan y de Durban
al piso estefaniense, caracterizándole, según las determina-
ciones del sabio Zeiller, por los fósiles siguientes: Pecopteris
arborescens, P. polymorpha, Sp/ienopteris latijolia, Odontopteris
Brardi, Calamites Cisti, etc.
3.a En la sesión del pasado mes de Junio de dicha Sociedad
M. E. Cartailhac se ocupó de los grabados y pinturas polícro-
mas de la caverna de Altamira, que ha estudiado en colabora-
ción con el abate Breuil, y con este motivo M. Boule insistió en
la semejanza de estilo y de factura que puede observarse entre
estas obras de arte primitivo y las esculturas en asta de reno.
La semejanza es tal, que aparte de las consideraciones refe-
rentes á la estratigrafía de la gruta de Altamira, bastaría aqué-
lla para hacer remontar las pinturas á la época cuaternaria.
Secciones. — La de Zaragoza celebró sesión el 24 de Junio,
bajo la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal.
De orden del Presidente se dio lectura á las bases para el es-
tudio de la fauna, flora y gea, bajo la dirección de la Sociedad
española de Historia natural, y que figuran en el Boletín
del mes de Mayo. A todos los socios les parecieron laudables
tales propósitos, y ofrecieron su cooperación para realizarlos.
Después el R. P. Longinos Navas leyó de sus Notas liqueno-
lógicas la referente á la Lecanora subfusca en España, enviada
para su publicación, y seguidamente el Sr. Ramón y Cajal
continuó la lectura de su trabajo sobre El encéfalo de los ba-
tracios, comenzada en la sesión anterior.
Bol. de la Soc. Esp. de Hist. Nat
Tomo III. Lám. IV,
Potentilla Bescans<e Gred.
DE HISTORIA NATURAL. 213
Notas y comunicaciones.
Datos nuevos que incluir en la Flora hispano-lusitana
(Segunda nota) (Lám. IV)
POR
D. A. FEDERICO GREDILLA.
En la sesión celebrada por esta Sociedad el 9 de Mayo de
1900 leímos un trabajo con el mismo título que encabeza este
estudio, y presentamos además á nuestros consocios dos plantas
nuevas é interesantes para nuestra flora. Una de ellas, hallada
en el Cerro Negro (Madrid), la dedicamos al insigne botánico
Gandoger con el nombre de Narclurus Gandogeri, y la otra
planta, recogida y traída por el Sr. Aterido, creímos, en vista
de la lanosidad abundantísima que la cubre desde la raíz
hasta la flor, poder elevarla á la categoría específica llamán-
dola Tragopogón bombycinus, la que era considerada por Gan-
doger como simple variedad del Tr. crocifolius L.
Hoy, como entonces, hemos sido también afortunados con
el hallazgo de otra especie nueva, consecuencia ó fruto del
trabajo de clasificación de las pocas plantas que nos envían de
provincias, y que ha sido recolectada en las márgenes del
Duero que baña á Soria por el Catedrático de Historia natural
D. Fermín Bescansa Casares, trasladado recientemente á la
enseñanza de dicha asignatura en el Instituto de la capital de
Orense.
Poco, ó por mejor decir nada, conocemos de la flora de
región tan poco explorada, sea por el excesivo y prolongado
frío que en ella reina, ó por no poder disponerse de días á pro-
pósito para realizar excursiones en las estaciones calurosas
del año; y si bien es de suponer que la florula de Soria tenga
íntimo lazo de unión con la de las demás provincias limítrofes
y más conocidas de nosotros, á juzgar por las plantas enviadas
por el Sr. Bescansa, es lo cierto que si en los dos meses de
Abril y Mayo que ha estado dicho señor en Soria ha encontrado
una planta nueva, no solo para España, sino para el mundo de
los sabios, ¿qué no podría descubrirse, dada la condición cli-
274 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
matológica de esta provincia tan diversa de la de las demás,
haciendo un estudio detenido de esta región?
Pero, dejando estas consideraciones que manan de la mente
al correr de la pluma, entremos de lleno en materia, funda-
mento y fin de estas cuartillas.
En los tres meses escasos de Marzo, Abril y Mayo, que el
mencionado Sr. Bescansa estuvo en Soria, hizo, según nos ha
dicho, un par de excursiones botánicas. De las plantas recogi-
das y clasificadas en su mayor parte por él mismo, muchas de
ellas son conocidas en casi todas las provincias de España, des-
tacándose solo como más notables el Asplenium fontanum Sm.,
Car ex dioica L., Tulipa aus ¿ralis Lk. [i montana Wk.. Verónica
Assoana Wk., CÍKsnorrMnum rnbrifolium Lge., y finalmente, la
Artemisia mmp/torata Vill., especie interesante por las agallas
parecidas á flores que llevan sus tallos, que pudieran denomi-
narse homoanthicas , y caso no raro en otras especies del mismo
género, si bien de distinta forma y color, observadas sobre la
Artemisia Hería alba Ass., abundante en esta provincia.
Pero de todas ellas la que más rara nos pareció desde luego,
y después lo hemos confirmado, es la especie de Potentilla que
vamos á describir. Para ello se han repasado como corresponde
los herbarios del Jardín Botánico y el del Sr. Lázaro; se han
leído detenidamente las descripciones de las especies de dicho
género publicadas en las obras de Willkomm, Amo y Mora,
Lázaro y otras que á España se refieren; se han consultado
tanto las obras francesas de Gillet, Bonnier y Coste, como las
universales de Linneo, Sprengel y De Candolle; se ha pasado
revista minuciosa á la Monogra/phia Cíeneris Potentillarum de
Joannes Lehmann; y después que se han comparado con es-
crupulosidad los dibujos de las floras iconográficas que se en-
cuentran en la Biblioteca del Jardín con la planta á la vista, se
ha llegado al convencimiento de que la especie de que se trata
no ha sido descrita hasta el presente.
He aquí por qué no teniendo la menor duda de que puede
ser una especie nueva, y no creyendo que estos hallazgos tan
halagüeños deben pasar al sueño del olvido, hemos resuelto
darle un nombre seguido de las descripciones latina y caste-
llana y el dibujo respectivo que acompaña á esta nota, dedi-
cando la especie, como es natural, al entusiasta y amante bo-
tánico Sr. Bescansa, que la ha recogido.
DE HISTORIA NATURAL. 275
i
Fam. Rosaceae Juss.
Trib. III. Pragariese Lrje.
Gen. Potentilla L.
P. BescaiiSEe sp. u., Lám. iv —Rhkoma sublignosum supeme tec-
han vestigiis emarcidis foliorum pr&teriéorum annorum; in basi
radicantia folia seniora subincano-lomeiitosa . Cantes júniores
(10-14 cm.) ereell et pauci flores; folia inferiora, vel commmiiter
dicta radicália, témala et aliqua aliquando quínala longisslme
petiolata longltudine fere caulinm, -folia su pe ñora vel caulina
sessilia et témala, pars superior obscureiireus, villosa, venis sul-
catis; inferior autem subtus sericea el venis promlnentlbus, folio-
he cuneiforme cum ápice rotundato obluse dentato: slipuhe pello-
lares foliorum commuulter radicallum dlclorum, longisslme lan-
ceolatce lineares, pills fasciculatis wtrinque canescentibus. Flores
(15 mm.) I ¡i summo caule 2-3,pedieeliati laxi; cum lobis calicinis
lanceolatis acutis, bracleolis calicuhs lanceolatis oblusls cálice
paulo majoribus ambo pilosis; peí ahs flavis vel luteis basi auran-
tiatis obcordatis reí emarginatis callee ¡mulo brcvioribus; t/iala-
mus vi líos us euiit carpellis ostreifor mis gl abrís el luserlloue funi-
culorum r Ulosis. Ad Duerl /! nenia. Sortee. Aprili, Majo.
Rizoma casi leñoso, cuya superficie está adornada de restos
secos correspondientes á hojas y tallos de años anteriores, y
presentando en la base de los tallos recientes hojas antiguas
incano-tomentosas. Tallos ó brotes tiernos de 10 á 14 cm. de
longitud, derechos y con dos ó tres flores; hojas inferiores lla-
madas impropiamente radicales, de tres foliólos y alg-una de
cinco, de la longitud de los tallos muchas veces por ser larga-
mente pecioladas; las caulinas trifolioladasy sentadas, presen-
tando unas y otras la cara superior verde obscura y vellosa,
con surcos en la dirección de los nervios, mientras que la in-
ferior tiene los nervios prominentes y más abundantes de ve-
llosidad sedosa; los foliólos son cuneiformes con el ápice re-
dondeado y con dientes obtusos; las estípulas son peciolares
en las hojas inferiores y largamente lanceolado-lineares, cu-
biertas de pelos suaves y blanquecinos. Flores de 15 mm. de
ancho, en número de dos á tres, colocadas en el vértice de los
tallos, pedunculadas y separadas, con los sépalos del cáliz lan-
276 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ceolado-agudos y las bracteillas del calicillo lanceolado -obtu-
sas, un poco más largas que los sépalos y ambos vellosos; pé-
talos amarillos acorazonados y con escotadura, cuyas bases
son anaranjadas, un poco más cortas que el cáliz y calículo;
receptáculo velloso con aquenios ostreiformesg'labrosy única-
mente vellosos en la inserción con los funículos.
En las orillas del río Duero que baña á Soria. Florece por
Abril y Mayo.
Esta especie tiene mucha semejanza en su porte con la
P. grandiflora L. var. fragiformis Ser. mss., pero se diferencia
notablemente, entre otros caracteres, porque sus pétalos son
algo más cortos que los sépalos del cáliz y bracteillas del ca-
lículo, y los foliólos de las hojas son cuneiformes con el ápice
dentado; mientras que en la P. grandiflora L. los pétalos son
dos á tres veces más largosque los sépalos y los foliólos de sus
hojas son redondeados y con todo el borde dentado.
Pudiera también creerse se trata de una de las muchas for-
mas de la P. suOaccmlis L.; pero esta especie es densamente
cespitosa con foliólos elípticos, crasos y cinereo-tornentosos, flo-
res aproximadas con las bracteillas del calículo más cortas que
los sépalos del cáliz y pétalos aovados de la longitud de éste;
y la propuesta por nosotros como nueva no es cespitosa, los
foliólos son cuneiformes, flores separadas y pedunculadas, con
las bracteillas del calículo más largas que los sépalos del cáliz
y pétalos un poco más cortos que aquél.
Que no deja de ser abundante esta especie lo demuestra el
párrafo de la carta que me escribe el Sr. Bescansa y que trans-
cribo á continuación.
«Respecto á la Potenlilla, con mucho gusto le daría todos
los detalles que usted desea, pero no pueden ser sino muy
vagos. La cogí á la orilla derecha del Duero (siguiendo la co-
rriente), entre Soria y Garray, en un trecho donde este río va
encajonado á unos 2 km. de Soria próximamente; no le diré
que sea muy abundante (porque no me acuerdo bien), pero sí
había bastante. Crece á poca distancia de la orilla (5 ó 15 m.)...»
Con lo anteriormente dicho creemos poder asegurar se trata
de un feliz hallazgo del Sr. Bescansa, que presentamos á la
consideración de esta Sociedad, esperando que los botánicos y
el tiempo, que no engaña, confirmen esta nuestra humilde
determinación.
DE HISTORIA NATURAL.
Excursión ornitológica al lago de la Albufera (Valencia)
durante el mes de Junio de 1903
D. ENRIQUE CRU MARQUES.
Habiendo sido siempre gratas, para cuantos visitan nuestro
país, las excursiones á la Albufera, cuan agradables no serán
para el ornitologista valenciano que por primera vez va á dicho
lago á estudiar la fauna propia y sedentaria en él.
La continua extracción de tierras para cultivar el arroz va
dejando allí cada día menos libertad á las aves para su pro-
creación: los cañares y carrizales emplazados en mitad del
lago son los únicos sitios donde hoy pueden refugiarse las aves
mayores, así como los carrizales que bordean las carreras,
ó sean los caminos acuáticos ó canales, lo son de los Musque-
rots, Musqueretes y Reyets.
Saliendo del Palmar «pueblecillo de unos 200 habitantes, si-
tuado en una isla», embarcado en un barqnet, fuimos en direc-
ción Sur por la acequia vieja del Palmar, Carrera de la Chun-
sa, La Plana (frente al Perelló), y entrando en la partida de
Sueca nos dirigimos á la acequia de la Malva y á todas sus
colindantes.
En todo este trayecto encontramos sobre todo Musquerots
y titets, viendo también alguna Gallínula clüoropus.
La pequeña playa del Recatí y los carrizales del Alcatl y la
Sequiota, situados á la parte levante del Palmar, nos propor-
cionaron la Árdea stellaris, la A lauda cristata y el Charadrius
íiiinor.
En la Mata del Fanc y en la Mata del Fangaret cogimos la
Árdea purpurea, el Anas Boschas y el Calamoherpe arundina-
cea. Este último se encuentra por todo el lago en general.
Los carrizales frente á la entrada del Puerto de Catarroja
son los más á propósito para proporcionarse algunos Podiceps,
como igualmente la Mata de Torre-Torre.
La partida de Malta es el sitio de preferencia para el Cala-
moherpe mehüwpogon, encontrándose también el*C. p alus tris y
el Parus Marmicus.
Por la Carrera de la Reyna es fácil ver alg'una Árdea minuta,
■>~s boletín de la sociedad española
y por último, toda la parte que hace frente al Puerto de Silla
nos proporcionó el Podiceps cristatus y la Árdea ralloides.
También junto al Palmar la parte denominada Hilla es la
más á propósito para ver la Motacilla melanocepliala.
Por lo tanto, podemos, por nuestra excursión á dicho lago,
afirmar que son veinte las especies de aves hasta hoy conoci-
das por nosotros, como propias y sedentarias en la Albufera;
y si continúa la explotación, como ocurre actualmente, tendre-
mos dentro de algunos años que deplorar la desaparición de
alg-unas especies de nuestra fauna regional .
La especie Porphyrio velerum Bonap., hoy desaparecida de
nuestro lago, fué vista por última vez entre los años 1885
á 1887.
Por si puede ser de alguna utilidad, transcribimos á con-
tinuación la lista de las aves que hemos encontrado en la ex-
cursión señalada.
Palmípedas. — Podiceps cristatus Latham, fluviatilis Gerbe.
Fuligula Rufina Steph., Anas Boschas Linneo.
Zancadas. — Árdea purpurea Linneo, ralloides Scopoli, minuta
Linneo, Charadrius minor Meyer, Fúlica atra Linneo, Gallínula
chloropus Latham.
Pájaros. — Alcedo ispida Linneo, Motacilla melanocephala
Lichtenstein, Alauda cristata Linneo, Calamoherpe turdoides
Bo'ie, arundinaceai?0¡''<?, palustris Bechstein, melanopogon O. des
Murs, cisticola Temminck, Parus biarmicus Linneo, Emberiza
schneniclus Linneo.
Preocupaciones populares respecto de algunos animales
D. CELESTINO GEAINO CAUBET.
I.
Los arrendajos blancos.
Las preocupaciones populares á que alude esta nota son tan-
tas y de tal naturaleza, que siempre he considerado curioso
por lo menos su estudio para cuantos cultivan la Historia na-
tural; en ocasiones pueden ser motivo de enseñanza, pues si
DE HISTORIA NATURAL.
279
no siempre resultan comprobados científicamente, se apoyan
las más veces en hechos mejor ó peor observados, pero que al
fin indican hábitos ó costumbres del animal á que se refieren.
y casi siempre también el grado de adelanto ó de atraso de los
pueblos en donde existen. Por estas razones, y por si la Socie-
dad lo considera á su vez de algún interés, me propongo ir
dando á conocer ciertas de las aludidas preocupaciones, inau-
gurando estas notas con la referente á los arrendajos blancos.
Había oído hablar á algunos cazadores de arrendajos (gla-
yos en Asturias) blancos; pero creyendo se trataba de simples
casos de albinismo no di más importancia al asunto, hasta que
fué excitada mi curiosidad. Oyendo á otros considerarlos como
pertenecientes á una especie rara y salvaje que en los montes
y bosques agrestes y apartados de los parajes habitados susti-
tuía á nuestro Garrulus yla ndarlus .
Una feliz casualidad me permitió satisfacer mi deseo. Mi es-
timado amigo D. José María Cienfueg*os Jovellanos cobró uno
de estos raros ejemplares en una cacería, y con todo género de
precauciones me lo remitió, de modo que he podido conser-
varlo y realizar con él todas mis observaciones.
Con objeto de que la Sociedad pueda formarse más completa
idea, considero conveniente poner á continuación los caracte-
res del Garrclus (jlandarins y al lado los del citado ejemplar.
Arrendajo común.
Largo, 0,34 á 35. Ala plega-
da, 0,15. Distancia de punta
de ala á ala. 0,50. Cola, 0,15.
Cabeza guarnecida con un
moño de plumas adelante
blanco, sucias, con una man-
cha negra á lo largo de la
tira.
Bigote negro bien marcado.
Por arriba y abajo color
gris vinoso, que se obscurece
en su parte superior.
Arrendajo Manco.
Largo, 0,34. Las demás me-
didas igual.
Cabeza guarnecida con un
moño de plumas adelante
blanco ligeramente acanela-
das, con una mancha de color
gris claro á lo largo de la tira,
que se obscurece en la frente.
Bigote ligeramente indica-
do de color canela claro.
Por abajo blanco puro; por
la espalda blanco, con un li-
gero tinte canela claro, que
230
BOLETÍN de la. sociedad española
Remides primarias negras;
Jas secundarias negro atercio-
peladas; las cobijas negras en
su parte interna y en la ex-
terna azul celeste con rayas
transversales blancas y azu-
les, colores que se observan
también, pero poco claros, en
el borde externo de las reme-
ras primarias, y á los extre-
mos de una mancha larga y
blanca que hay en el medio
de las secundarias.
Alas redondeadas, forman-
do como una punta las 5.a y (5.a
rémiges.
Pico negro de cuerno, con la
mandíbula superior ligera-
mente ganchuda.
Tarsos altos y dedos regula-
res con uñas muy corvas y
puntiagudas.
Cola negra con rayas azules
más ó menos pronunciadas,
sobre todo en las dos remeras
centrales.
en la parte de la nuca se hace
más rojizo y patente.
Alas blanco puro, sin vesti-
gios de ningún otro color mas
que sobre el hombro, donde
son ligeramente rojizas.
Alas redondeadas, forman-
do como una punta las 5.a y 6.a
rémiges.
Pico gris, más claro en el
extremo, con la mandíbula su-
perior ligeramente ganchuda.
Tarsos altos y dedos regula-
res, con uñas muy corvas y
puntiagudas.
Cola blanco purísimo.
Los anteriores caracteres revelan claramente que las diferen-
cias apuntadas afectan solamente al color, sin influir nada en
el tamaño, aspecto, etc., y si se observan sus órganos interio-
res se ve mejor su identidad absoluta; pues ni en el tubo diges-
tivo ni en el corazón, así como tampoco en los huesos, princi-
palmente eu el esternón, encontré diferencia alguna. Opino,
por lo tanto, que los arrendajos blancos no pertenecen á una
especie aparte, sino que son casos de albinismo del Gfarruh(,s
f/Iandarms, confirmando más esta opinión la rareza de los
ejemplares.
DE HISTORIA NATUBAL. 281
Modificación del procedimiento de Delesse para el análisis mecánico
de rocas
POR
DON CELSO AREVALO.
Los procedimientos que en Litología se describen para de-
terminar las relaciones existentes entre los pesos de cada «no
de los minerales que integran las rocas y el peso de éstas, ado-
lecen de defectos que les quitan generalidad y hacen que tal
determinación, á pesar de ser altamente interesante, solo raras
veces sea utilizada.
Siendo en la mayor parte de los casos ineficaces los procedi-
mientos de separación mecánica y magnética, por poderse solo
aplicar éstos á las rocas de elementos disociables (que son
las menos) la primera, y limitarse la segunda á la separación
de los minerales ferríferos, resulta el procedimiento de Delesse
más general que aquéllos, á pesar de adolecer también de al-
gunas deficiencias.
Para practicarle recomienda Delesse (1) pulimentar una su-
perficie de la roca dejándola bien plana y dibujar los contor-
nos de los minerales que en ella aparecen en un papel trans-
lúcido, al cual se peg'a después una hoja de papel de estaño.
Recortando dichos contornos y agrupando todos los que per-
tenecen á un mismo mineral se consigue obtener la relación
de sus superficies, y por ende la de sus volúmenes (2), pesando
por separado cada uno de los montones correspondientes á cada
mineral.
Desde luego se comprende que este procedimiento será sola-
mente aplicable á las rocas en masa y granudo- cristalinas,
puesto que las primeras son las que gozan de la propiedad de
(1) Procesé mecanique pour déterininer la composition des Roches. — Paris, 1866.
(2) Es fácil comprender que siendo s y S, v y V, respectivamente la superficie y
volumen de un mineral cualquiera y de la roca, se verifica que
En efecto, si suponemos el volumen de la roca relacionado á un sistema de ejes
coordenados, y hacemos pasar un plano paralelo al OXY que la corte, uno de los
282 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
ser homogéneas en todas direcciones, y las segundas las únicas
que presentan todas las secciones de sus minerales lo suficien-
temente grandes para ser dibujadas directamente.
Estos inconvenientes pueden, sin embargo, ser evitados. Lo
es el primero obteniendo la sección de la roca según un plano
perpendicular al de estratificación.
El segundo podría, á nuestro juicio, evitarse dibujando los
contornos de los minerales, no directamente de una sección
hecha ad hoc , sino de una preparación microscópica de la
roca.
De esta manera, hecha la preparación de la roca que tratá-
semos de analizar, dibujaríamos los contornos de los minera-
les que en ella aparecen al microscopio, mediante una cámara
clara, recortaríamos los contornos y los pesaríamos por sepa-
rado. Estos pesos nos representan los volúmenes de los mine-
rales. Anotando sus densidades, que no es necesario determi-
nar, puesto que son específicas, obtendríamos los pesos, como
ahora veremos.
minerales que !a constituya dará una sección que variará según la posición de dicho
plano; y como
nos bastará conocer los valores de s para una serie de valores infinitamente próximos
de 2, para conocer el volumen mediante la expresión
o = / s dz.
El valor s al variar será susceptible de pasar por varios máximos y mínimos alter-
nados, y si llamamos M al mayor de dichos máximos y m al menor de los mínimos, el
integral quedará definido y será
/-♦3/z
v — I s dz
J mz.
Ahora bien, cuanto más homogénea sea una roca menor será la diferencia M— m: y
cuando esta homogeneidad se realiza, lo cual sucede en todas las rocas, al menos en
alguna dirección, dicha diferencia es tan pequeña que se tiene sencillamente
f = S.".
Tratándose de la roca en conjunto obtendremos de la misma manera que
V—Sz,
y dividiendo miembro á miembro estas dos igualdades tendremos, finalmente, que
V s
DE HISTORIA NATURAL. 283
Si llamamos P, V y D al peso, volumen y densidad de la
roca, y pp'p" ... pn; v v' r" ... rn y d d' el" ..: dn los pesos, volú-
menes y densidades de los minerales que la constituyen, ten-
dremos
p = vd =J= p' - r' d' \- p" v" d" d£ . . z£ pn = vn dn ■
Conocido ya el análisis ponderal y volumétrico de la roca,
podemos aspirar á deducir su densidad, puesto que
-. p ._ P +P'-±P"+ .~+Pn
V v-\- v' +v" 4- ... 4-«*
Todavía se puede ampliar el número de investig-aciones,
puesto que no es dado ahora hallar el análisis químico cuan-
titativo. Para esto utilizaremos los análisis que en las obras
de Mineralogía fig-uran para cada uno de los minerales. Si lla-
mamos c la cantidad en que entra un cuerpo en la composi-
ción de un mineral, que ásu vez entra en la roca en un peso;;,
plantearíamos la proporción
1 00 ;; p
c , ' 100 6'
el valor obtenido para x será la cantidad que de dicho cuerpo
hay en la roca.
Deseoso de que la práctica me enseñara las dificultades que
al aplicar todo procedimiento se encuentran, he hecho el aná-
lisis de una peg'inatita de Arendal (Xorueg-a). Dibujada la pre-
paración y pesados cada uno de los recortes, obtuve los si-
guientes resultados:
Cuarzo 2,00
Ortosa 0,82
Diotita 0,38
Mag-netita 0,20
Hematites 0,04
Pegmiatita 3,44
Teni-ndo ahora en cuenta las densidades de los minerales,
y calculando los pesos, tendremos:
284
BOLETÍN de la sociedad española
MINERALES
Cuarzo —
Ortosa. . . .
Biotita . . .
Magnetita.
Hematites
Roca
Peo-matita
d
2,63
2,56
3,00
5,05
5,10
1)
2,81
P
2,00 | 5,26
0,82 [ 2,10
0,38 1,14
0.20 1,01
0,04 0,20
V
3,44
9,71
En este cuadro se ve también obtenida la densidad de la
roca (2,81), que está conforme con la que se acostumbra á
asignar, y que nos puede servir como comprobante del ensayo.
La composición centesimal volumétrica y ponderal de la
roca sería:
Cuarzo
V
P
54,17
21,72
11,74
10,40
2,06
58,14
23,84
11,04
5.81
1,16
Ortosa
Magnetita
Hematites
Peg'matita
V
99,99
P
99,99
Admitiendo los siguientes análisis de los minerales:
Ortosa = K% 0 = 16,Ü,A?2 03 = 18,4, Si O, = 64,7.
Biotita = Na.2 O = 2,05, K^O — 6,97, MgO = 20,89, Fu, 03
= 4,92, A Z2 03 = 19,04, Si 02 = 44,63.
Cuarzo = Si00
100.
Magnetita = Fe3 Ok = 100.
Hematites = Fe9 03 = 100.
obtendremos que la composición de la roca será
DE HISTORIA NATURAL. 285
Sílice 73,46
Alúmina 6,25
Óxido ferroso-férrico 10,40
Óxido férrico 2,64
Magnesia 2,45
Potasa 4,49
Sosa 0,24
Total 99,93
El análisis elemental de la roca será, por lo tanto,
Oxígeno 47,62
Silicio 34,31
Hierro 9,35
Potasio 3,69
Aluminio 3,31
Magnesio 1 ,47
Sodio 0,18
Total 99,93
Vemos, pues, con cuánta facilidad se obtienen los análisis
cuantitativos mineralógico y químico de la roca, al paso que
deducimos indirectamente la densidad de ésta; determinacio-
nes todas ellas que exigen penosas manipulaciones, al paso
que con este procedimiento se deducen del dibujo de una sim-
ple preparación, la cual no es necesario hacerla ex profeso,
puesto que, por ligero que sea el estudio que se trate de hacer
de la roca en cuestión, será siempre necesario haberla prepa-
rado previamente.
Notas liquenológicas
POR
EL R. P. LONGINOS NAVAS.
III.
La «Lecanora mil) fusca» en España.
1. Pudiera darse acaso nombre mejor á este modesto escri-
to llamándolo «Nota bibliográfica del bien pensado trabajo que
he recibido de su autor, el eminente liquenólogo abate Hue, y
lleva por título Causerie sur le «Lecanora subfusca» (Bull. Soc.
T. ni. -Julio, 1903. 20
286 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
bot. de France, 1903). » Mas tampoco tiene pretensiones de nota
bibliográfica. Mi intento es comunicar en breves palabras á
mis consocios el resultado técnico obtenido por el sabio lique-
nólog'o francés y serles útil, siquiera sea aprovechando méri-
tos ajenos, en el estudio de una especie de liqúenes tan común
que se hallará casi en tudas las localidades de España y en
muchos de los árboles de una comarca dada y tan embrollada
hasta el presente, que su estudio era un verdadero laberinto.
No haré más que ofrecer á los liquenólogos españoles el hilo
de Ariadna que desenvuelve una de las mejores glorias botá-
nicas de Europa.
2. Facilísimo de distinguir es el g-énero Lecanora entre los
liqúenes. Vense en los troncos y ramas de los árboles y en las
rocas unas manchas orbiculares ó elípticas grisáceas, el talo
(séame lícito descender tanto en el lenguaje técnico, á fin de
ser útil aun á los que estén menos iniciados en liquenología),
cuajadas á veces de pequeños discos de color más obscuro, que
son los apotecios ú órganos de fructificación, en los cuales á su
vez fácil es distinguir la parte central ó disco de la marginal ó
margen , el cual en el género Lecanora es análogo en su color
y consistencia al talo, y por esto se llama reborde taimo.
3. Y prescindiendo de otros caracteres del género Lecanora,
y en particular de la especie snbfusca, que pueden verse en
obras g-enerales de Criptogamia ó en especiales de Liquenolo-
gía, he aquí cómo brevísimamente describe Hue el tipo de la
especie que nos ocupa y las tres variedades que admite.
Lecanora subfusca Ach. Talo delgado epifieodo (1) y sola-
mente en parte hipofiVodo, granuloso ó rugoso. Apotecios
salientes sobre el talo, con margen poco elevado sobre el disco,
las más veces entero, unas granuloso, otras aquí y allí des-
igualmente ensanchado ó festonado, alguna vez con un solo
festón ó ensanchamiento, rara vez festonado en todo su con-
torno, y entonces con festones cortos y rectos ó doblados sobre
el disco: éste de un rojo pardusco ó negruzco (2) (fig. 1.a)
(1) Epijleodo, talo sobrepuesto al soporte y compuesto de tres capas: cortical, goni-
dial, medular, )a cual sola i sujeta y enlaza a' soporte; Iiipojleodo , cuando sus ele-
mentos están íntimamente unidos á 'as células de la corteza del árbol y cubiertas
por la epidermis , lo eual le da un aspecto apergaminado, ó si se quiere de cartílago
ó membrana.
(2) Mojándolo aparece siempre más ó menos rojizo.
DE HISTORIA NATURAL.
287
Var. 1. allophana Ach. Talo epifleodo, ordinariamente más
grueso, rugoso ó verrugoso. Apotecios con -frecuencia gran-
des, con margen elevado, festonado; disco de un rojo pardusco
ó negruzco (fig. 2.a)
Var. 2. glabrata Ach. Talo hipofleodo; margen del apotecio
entero y poco más levantado que el disco, el cual es de un
rojo pardusco ó negruzco (fig. 3.a)
Var. 3. chlarona Ach. Talo ordinariamente epifleodo, al-
guna vez ó en parte hipofleodo, granuloso ó rugoso; apotecios
con excípulo (cara exterior vertical del margen) surcado, con
margen de ordinario muy poco elevado y formado por el ex-
^J
\
tremo de los lomos que se encuentran entre los surcos; disco
cárneo ó rojo, rara vez pardusco (fig. 4.a)
En el tipo admite Hue tres formas: la cretácea, la argillicola
y la silvestris, y otras tres en las variedades: la forma parisiensis
en la allophana y las geographica y cacwminum en la chlarona.
4. Resultan, por consiguiente, diez formas de Lecanora sub-
J'usca , cuya disposición en breve cuadro sinóptico podrá ser la
siguiente, procediendo de lo más sencillo á lo más variado.
1. Talo hipofleodo. liso; apotecios con margen entero,
poco levantado sobre el disco, éste rojo-pardusco ó
negruzco var. glabrata Ach.
— Talo epifleodo ó en parte hipofleodo, rugoso ó granuloso;
apotecios con margen entero ó festonado ó granuloso,
disco rojo ó rojo-obscuro 2
2. Talo delgado epifleodo, ó solo en parte hipofleodo; apo-
tecios de tamaño mediano (1 mm.), con margen entero
288 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ó poco festonados y disco rojo pardusco ó negruzco.. .
Lecanora subfnsca Ach. tipo.
1.a forma cretácea Malbr. Talo blanco puro, epifleodo,
bastante grueso, liso ó rugoso y granuloso, mate.
2.a forma argillicola Hue. Talo ceniciento blanquizco,
delgado, rug-oso, mate.
3.a forma sihestris Nyl. Talo de un blanco amarillento,
acá y allá blanco, en parte liipofleodo y de aspecto
membranoso; esporas notablemente más pequeñas que
en el tipo.
— Talo más grueso, epifleodo en todo ó en parte 3
3. Talo ordinariamente grueso, rugoso ó verrugoso. Apo-
tecios grandes, festonados, con disco rojo pardusco ó
negruzco y excípulo liso , sin surcos
var. aUophana Ach.
Forma parisiensis Nyl. Talo ceniciento amarillento, obs-
curecido en parte, rugoso en el centro, granuloso en
la periferia; apotecios con margen flexuoso ó festona-
do, disco obscuro ó negruzco.
— Talo granuloso ó rugoso; apotecios con disco rojo cárneo
ó rojo, rara vez pardusco; excípulo surcado
var. chlarona Ach.
Forma geographica Hue. Talo hipofleodo, que forma islo-
tes, dividido por líneas negras; apotecios de 1 mm. ó
menores.
Forma cacuminum Hue. Talo epifleodo, ceniciento obs-
curo, con islotes rodeados de una zona blanca estrecha
saliente.
5. Y por lo que toca á los liqúenes de España que figuran
en mi colección referentes al grupo que estudiamos, debo aña-
dir que los envié todos (106 ejemplares) para su revisión al ya
citado liquenólogo abate Hue , quien halló en ellos analogía
manifiesta con los que de otros países estaba estudiando y
diferencias que señala al fin de su trabajo.
Por lo que pueda interesar para el conocimiento de la lique-
nología patria trasladaré algunas frases de aquél.
«Los 65 ejemplares corresponden á la forma típica, 2 á la
cretácea, 2 igualmente á la variedad aUophana, 1 á la forma
parisiensis, 16 á la var. glabrata y 20 á la var. chlarona.
»A tratarse de un herbario francés, creo que estas cifras
DE HISTORIA NATURAL.
apenas se alterarían, y que las diferentes formas estarían
representadas próximamente en la misma proporción. Puede,
con todo, que hubiese algunos ejemplares menos de subfusca
y unos pocos más de chlarona.
»Las regiones y localidades exploradas son: Al Norte: 1. As-
turias (Gijón y Covadonga) ; 2. Navarra (Ulzama) y Guipúzcoa
(Cestona); 3. Cataluña (Cabacés, Barcelona, Sarria, Montseny);
4. Galicia (La Guardia, Mondariz). En el Centro: 5. Castillada
Vieja (Palencia); 6. Castilla la Nueva (alrededores de Madrid,
Chamartín, Alameda del Duque, La Moraleja, el Goloso, Bri-
huega); 7. Aragón (Calatayud, Zaragoza, Sobradiel, Alagón,
Veruela, Moncayo). Al Sur: 8. provincias de Valencia y Caste-
llón de la Plana (Segorbe); 9. provincia de Granada (alrededo-
res de la capital).
»Según resulta de esta enumeración, dichos ejemplares han
sido recogidos en los diferentes climas de España. Alg-unos de
ellos son bastante parecidos á los de Francia, pero la mayor
parte difieren de los nuestros en el tamaño, que es menor,
pues varios apenas tienen 1 cm. de ancho y los mayores ape-
nas exceden de 5. Su talo, siempre delgado, cuando no es hi-
pofieodo , con frecuencia ofrece color blanco bastante puro , á
veces, y en especial en los de Gijón y Barcelona, blanquecino
garzo y más rara vez ceniciento más ó menos obscuro; está
limitado por una zona más estrecha y más blanca, rara vez por
una línea negra. De este conjunto resulta que los contornos
del liquen se destacan claramente de la corteza del árbol en
la cual vegeta. Los apotecios. en general, son de pequeño diá-
metro; á menudo son poco numerosos, espaciados ó contiguos
acá y allá; solo en algunos ejemplares se los ve apretados, pero
jamás lobulados. No es raro que su margen permanezca ente-
ro; acá y allá se ve desigualmente dilatado ó adornado de
alg-unos granulos, y solo por excepción presenta algunos fes-
tones; el disco es de un rojizo más ó menos pardusco y en oca-
siones ennegrecido.
»Lasnotas anatómicas son idénticas á las que hemos expuesto.
»En la var. allophana el talo y los apotecios son casi blan-
cos, los festones de estos últimos son cortos ; y por tanto los
-ejemplares se parecen bastante al de Nueva-Granada (supra
n. lxviii). En la forma parisiensis los apotecios son poco festo-
nados. En la var. glabrata fácilmente se tornan convexos; y,
290 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
finalmente, en la var. chlarona se presentan bien asurcados;,
el disco es ya pruinoso, ya desnudo, y la extremidad superior
de las paráfisis presenta alguna vez pequeños granulos ama-
rillentos.»
6. Enumerar las formas y localidades que figuran en otros
herbarios españoles é indicar con más precisión las localidades
á que pertenece cada uno de mis ejemplares, es al presente
menos necesario, y podrá hacerse en trabajo de mayor exten-
sión si, como espero, siguen favoreciéndome con sus envíos
mis benévolos corresponsales, á quienes por lo mismo, y desde
estas columnas, reitero la expresión de mi agradecimiento.
El yacimiento de magnetita de Cehegín
D. DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS.
Es conocida desde muy antiguo en la provincia de Murcia la
existencia cerca del pueblo de Cehegín de un yacimiento mag-
nético, al que el vulgo llama el Cerro del Imán. En obras muy
antiguas se suele citar, á título de curiosidad, y entre las mo-
dernas solo en la elemental de Historia natural, escrita por mi
querido maestro el Sr. Cánovas y Cobeño y en la obra de los
Sres Tenne y Calderón sobre los yacimientos de los minerales
de nuestra Península, le he visto citado. Como se trata de un
yacimiento de importancia en explotación desde hace algunos
años, y en las notas de autores extranjeros que suelen hablar
del SE. de España no he hallado ninguna noticia que haga
referencia al asunto, tiempo es de que esta Sociedad reciba
algunos más datos que los referidos.
Durante mi estancia en Caravaca, como profesor del Colegio
de segunda enseñanza desde el año 1882 al 1886, hice repeti-
das excursiones acompañado de los alumnos, y, naturalmente,,
uno de los sitios que excitaron nuestra curiosidad fué el yaci-
miento de magnetita, que visitamos repetidas veces. La colec-
ción de rocas que entonces hice y el recuerdo que conservo de
aquellos lugares, me sirve en la actualidad para conocer el
terreno en que se encuentra y dar idea respecto al mismo.
El triásico de la región NO. de la provincia de Murcia está
representado por el tramo superior ó keuper, ó al menos ese
DE HISTORIA NATl'RAL. 291
solo hemos encontrado, ignorando si existe algún manchón de
caliza conchífera ó de arenisca roja, tramos que se hallan junto
á Lorca y otros sitios de la provincia. El .apa geológico señala
un gran manchón desde el O. de Caravaca hasta Bullas, exten-
diéndose con rumbo al NE , en donde se abre el curso del Quí-
par en su última porción hasta cerca de su desembocadura en
en el Segura. Otro manchón de keuper ó margas irisadas se
encuentra al O. y SO. de Calasparra hasta el mismo pueblo,
pero su extensión es mucho menor que la del primero citado.
Otros dos manchoncilios, uno desde Coy á las Casas de D. Juan
"Pedro y otro al O. de La Paca, son igualmente de triásico supe-
rior; el resto de la provincia solo presenta manchas de triásico
inferior de mayor ó menor extensión.
Estudiado el triásico en la mancha más importante del NO.
se encuentran sus estratos muy inclinados, casi verticales en
algunos parajes, pudiendo observarse porciones superiores for-
madas por capas pizarrosas de calizas azuladas, casi negras,
con yeso muy raro, margas de casi todos los colores del iris,
abundando las rojas, verdosas y moradas, con pequeñas canti-
dades de yeso; debajo margas verdosas y grises constituyendo
un macizo de yeso, explotable, que con alguna frecuencia
encierra cristales de pirita (dodecaedros pentagonales) llama-
das petras en la localidad, y en la porción más profunda mar-
gas y lignitos que se han tratado de explotar como carbón. En
algunos sitios existen otros elementos, que son arenisca cuar-
cífera de granos pequeños consistentes en cristales de cuar-
zo gris ó negruzco, y cerca del yacimiento magnético las mar-
gas yesosas de color rojo encendido encierran infinidad de
cristales de cuarzo rojo jacintos de Compostela ó cuarzos he-
matoideos). Algunas areniscas pardas, en delgados lechos, y
otras rocas de menor importancia, forman el terreno.
Cuando se dirige la exploración desde Caravaca, lo primero
de notable que se encuentra es el macizo eruptivo de Gil de
Ras, cortado por la carretera que en este punto va de O. á E.
Es una masa de rocas feldespáticas, muy alterada en la super-
ficie, con abundantes cristales de hornblenda (?) y muy bellos
nodulos de aragonito con estructura fibroso-radiada, verde
claro, que llegan á alcanzar las dimensiones de una naranja.
Las dos ediciones del Mapa geológico ó no señalan esta roca
eruptiva, ó quizás hayan querido representarse por ella las dos
292 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
manchitas que al ENE. de Caravaca señalan como Ofttas. De
todos modos la carretera de Murcia corta esta roca eruptiva, y
es seguramente la mejor orientación para encontrarla. Pasado
el citado Cabezo de Gil de Ras se camina larg-o rato por encima
del loess, de estructura fácil de apreciar en los cortes que los
barrancos que bajan á unirse al Argos producen en el diluvial.
Como circunstancia curiosa liaré notar que el segundo que
atraviesa la carretera partiendo de Caravaca, llamado Barran-
co de las Cañas, contiene, entre los aluviones que cubren la
masa de loess, armas de la edad neolítica, y algunas de las que
hace años regalé al Museo de Historia natural proceden de es-
tos aluviones.
Cerca del empalme con la carretera de Calasparra, corta la
carretera un banco de yeso rojo y margas con algunos cuar-
zos hematoideos, y frente al citado empalme se encuentran
yesos niviformes. Estas capas del keuper no están citadas tam-
poco en el Mapa geológico, que representa al triásico por una
mancha cuyo borde meridional corre paralelo á la carretera y
separado como medio kilómetro de ella, y aunque estas apari-
ciones del keuper se consideren como islotes, son, sin duda,
bastante notables para llamar la atención.
Pasado el empalme y siguiendo la carretera, se alzan á
la izquierda unos cerros de no mucha altura, cortados en su
parte S. por el trazado del camino que ha tenido que sufrir
diversas inflexiones, acomodándose á la forma de estas eleva-
ciones. Tres ó cuatro colinas se pueden apreciar desde el ca-
mino, y unos pequeños barrancos entre ellas permiten ver la
disposición de las capas. En uno hemos encontrado espato ca-
lizo igual al procedente de Galicia que se destina á las fábri-
cas de vidrio de Gijón. En otro barranquillo aparecen al des-
cubierto las calizas pizarrosas de un azul obscuro, delgadas,
sumamente fuertes ó formando bancos de algún espesor, y
entonces tienen aplicación en cantería.
Para llegar á la cumbre de la colina en que yace la magne-
tita se camina por un revuelto sendero en donde se hallan al-
gunos de los elementos citados, mas unas delgadas capas de
arenisca parda. La cumbre más elevada de las próximas á
Cehegín, y dando vista al pueblo, es la de magnetita, y fácil-
mente se destaca desde la villa, porque los trozos del mineral
desprendidos en los anteriores conatos de explotación coro-
DE HISTORIA NATURAL. 293
Han el cerro, prestando á la cumbre un matiz negro, visible
desde larga distancia.
La magnetita se presenta en masa compacta, con su color
aterciopelado ó pardusco por alteración de la superficie. En
1884 existía en la masa misma una cavidad de varios metros
cuadrados y como de dos de fondo, resultado de la explotación
que tuvo lugar hacía diez ó doce años antes. En la masa de
hierro magnético se presentaban fajas de algunos centímetros
de espesor, de aspecto pardusco rojizo, con magnetismo muy
activo, formando con las limaduras de hierro barbas abundan-
tes. Los alfileres, agujas y otros pequeños objetos de hierro ó
acero quedaban igualmente presos.
Los abundantes fragmentos de todos tamaños que lográba-
mos arrancar han formado después parte de las colecciones
del Coleg'io (que los tenía muy hermosos) y de algunos otros
centros de enseñanza. Al Museo de Historia natural de Madrid
he llevado fragmentos en diferentes ocasiones, que deben en-
contrarse en las colecciones de dicho Establecimiento.
Las rocas eruptivas abundan en la región en que se presenta
el keuper, y tal vez á su influencia se debe el trastorno que
presentan sus capas. El manchón de más importancia, que cité
más arriba, ofrece, según la Comisión del Mapa geológico,
once masas eruptivas calificadas de O fitas; pero seguramente
el número es mayor, porque, entre otros, no se cita el situado
al O. de Caravaca en el sitio llamado Cuesta Negra, límite del
keuper, y cuyas rocas estudia actualmente mi distinguido
amigo D. Lucas Fernández Navarro, consocio nuestro.
No he de terminar estas líneas sin dedicar un pequeño re-
cuerdo á otras masas eruptivas de la misma región. Existe,
aunque su lugar preciso no me ha sido revelado, un yaci-
miento de diorita (?) en grandes cristales, tanto quelos de pla-
gioclasa alcanzan varios centímetros, y aun mayores los de
hornblenda, que deja en libertad la alteración del feldespato.
Igualmente se me remitieron hace algunos años en enorme
cantidad melanitos de gu-an tamaño, y trozos de rocas que
contienen aragonitos fibroso-radiados de color verde claro,
dodecaedros pentagonales de pirita y cristales de calcita jun-
tamente. Este es el ejemplar más hermoso que poseo. Como
los buscadores de minas tienen gran cuidado en ocultar los si-
tios en donde esto se encuentra, y hace muchos años que no
294 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
visito aquellas regiones, no se extrañará que no dé más por-
menores por ahora. Que la magnetita se encuentra además de
este gran yacimiento en bellísimos cristales, libres por efecto
de alteración de las masas eruptivas á quienes acompañaba, es
un hecho, del que son buena prueba dos cristales de este mine-
ral que entregué al malogrado Sr. Quiroga pocos años antes de
su muerte, que deben existir en el Museo con la nota que le di.
Representaba el uno un octaedro emarginado, de pequeñas
dimensiones, pero de una gran perfección; y el otro, casi del
mismo tamaño, un rombododecaedro, y fueron encontrados
por mi discípulo y amigo D. Juan José Ibáñez Cánovas en un
aluvión de uno de los citados barrancos, como también un
romboedro de digisto, que doné, igualmente, al Museo de
Madrid. Asociados con pequeños cristales de pirita en las are-
nas de estos barrancos, parecen acusar su procedencia de la
alteración ds una de tantas rocas eruptivas que se encuentran
en la región.
De la existencia del lias superior, del titliónico y del infracretáceo
en la región NO. de la provincia de Murcia
D. DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS.
Examinando el Mapa geológico de España, publicado por la
Comisión de Ingenieros de Minas, se observan en la provincia
de Murcia diferentes manchones de la serie jurásica, no de-
terminándose en el citado Mapa si son liásicos ú oolíticos;
porque si bien el que forma el límite de la provincia de Mur-
cia con la de Almería, por bajo del paralelo 38, con rumbo
al OSO., va indicado como oolítico, no sucede lo mismo con
los dos manchones más importantes de la región situados por
encima del paralelo citado, que solo están señalados como ju-
rásicos.
El primero de estos manchones va desde el XO. ele Caravaca
hasta el límite con la provincia de Granada, y el segundo em-
pieza al SE. de Caravaca, extendiéndose hasta Bullas, y por
el S. hasta la aldea de Doña Inés, formando como un triángulo,
cuya extensión real entiendo difiere algún tanto de la que apa-
DE HISTORIA NATURAL. 295
rece en varias ediciones del Mapa, porque parte, y no escasa
de él, es seguramente infracretáceo.
La obra del Sr. Mallada, poderoso auxiliar para la clasifica-
ción de los fósiles de España, cita también estos mancho-
nes (1); pero es seguro que si tan entendido paleontólogo hu-
biera recibido mejores datos de la región habría hecho figurar
el lias superior ó toárcico en ambos manchones, y de seguro
que la Comisión habría colocado una faja de infracretáceo en
la orilla del Quípar y en los puntos en que este río corta al se-
gundo manchón arriba dicho. Creo, además, que la Sinopsis
se habría enriquecido con nuevas especies españolas, las que
no he visto citadas en las publicaciones nacionales.
No quieren significar estas líneas ni asomos de censura á la
obra que la ilustre Comisión ha llevado á cabo á fuerza de
constancia y asiduo trabajo; antes, al contrario, reconozco la
utilidad que estas publicaciones han tenido como base para el
conocimiento de una región, y la falta de detalles se explica
por el inmenso trabajo que representa la formación de un
Mapa geológico tan extenso como el de España, habiendo sido
la primera publicación de esta índole.
Como estas líneas no tienen otro objeto que servir de datos
para el conocimiento de la geología de la provincia de Mur-
cia, excuso citar aquí las especies fósiles que se han señalado
en algunas publicaciones, limitándome á las que he encon-
trado y poseo. De todas las colecciones que he visto de la pro-
vincia es indudablemente una de las más numerosas la de mi
antiguo maestro D. Francisco Cánovas y Cobeño, Catedrático
del Instituto de Murcia, y actualmente retirado de las tareas
de la enseñanza. Claro es que un buen número de especies son
para mí dudosas y otras no clasificadas, porque no hay que
olvidar la falta de medios de determinación con que se cuenta
en provincias, así como también de personas dedicadas á estos
estudios con quienes poder consultar. Así estas líneas vienen
á ser como el prefacio de otros trabajos más completos y de-
(1) Sinopsis de las especies fósiles de España, tomo n, pág. 10, líneas 13 y siguientes.
En el tomo m, pág. 2 y lineas 0 y siguientes, habla el Sr. Mallada del infracretáceo
ó cretáceo inferior que se encuentra en la provincia de Murcia y otras, en manchas
esparcidas entre el jurásico superior, sobre el que se apoyan, y el numulítico y el
mioceno marino que las cubren.
296 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
tallados que podrán llevarse á término contando con los medios
expresados y que hoy me faltan.
El primer manchón jurásico situado al NO. de Caravaca
descansa sobre el extremo O. del keuper y está formado por
calizas cenicientas de color claro, que suelen contener impre-
siones de Cmloceras, de costillas muy aparentes, bifurcadas y
trifurcadas alternativamente, un gran Pectén, que parece el
P. aquivahis Low., y otra especie que creo sea el P. Priscus
Schlot. Casi la totalidad de esta gran mancha hasta Archivel
parece liásica, dominando el lias medio, salvo pequeñas por-
ciones de oolirico (tithónico) hacia el O. del Buitre y los barran-
cos de Benamor, en donde se encuentran algunos fósiles difí-
ciles de clasificar, entre ellos un gran Nautüus, único ejem-
plar que poseo del género.
En las cumbres de la Sierra del Gavilán, situada entre Ar-
chivel y la Rambla de Béjar, aparecen al descubierto capas de
calizas rojas, pizarrosas, y margas del mismo color, y en ellas
una gran cantidad de cefalópodos, pudiendo reconocerse fácil-
mente algunas de las especies características del toárcico ó lias
superior. Son indiscutibles el A . (HiJdoceras) Ufrons Brug. y
el A. serpeniimis Rein, que recogí y clasifiqué en 1885, sien-
do abundantes entre las capas de caliza roja y en las mar-
gas; algunos ejemplares alcanzan más de 1 dm. de diámetro.
Del mismo yacimiento, aunque más escaso, es el A. (Grammo-
cerasj Thouarsensis d'Orb. (?) y el A. ( PhyUoceras j N.ilssoni
Hebert (?). Esta última presenta siete ú ocho profundas depre-
siones desde el ombligo al borde sifonal, dirigidas un poco
hacia adelante: encontré solo los moldes, y como Zittel se-
ñala esta especie únicamente en el lias superior, á ella he
referido los ejemplares encontrados en la Sierra del Gavilán.
Otro PhyUoceras de gran tamaño, sin depresiones y más grue-
so que el anterior, pertenece al mismo yacimiento.
Entre los Caloceras se encuentra una especie que adquiere
mediano tamaño y que creo pueda referirse al Ctfloceras cras-
sus Phillip. (Ammonites Raqniniamis d'Orb.), algo frecuente en
la cumbre del Gavilán, notándose bien los pequeños tubércu-
los que llevan las costillas cerca del dorso, aunque en algunos
DE HISTORIA NATURAL. 297
ejemplares esto no es tan aparente, siendo acaso alguna varie-
dad. Á partir del tubérculo, la costilla se bifurca, en ocasiones
se trifurca, habiendo otras costillas simples que pasan de un
lado á otro sin tubérculo alguno, notando en todos los casos
en que esto ocurre (al menos en los ejemplares que poseo) que
estas costillas simples son inmediatas á las trifurcadas.
Otra especie de Ammonites que no he podido clasificar se en-
cuentra en las mismas capas. Tiene la concha de sección cua-
drángula^ de vueltas no abrazadoras, ombligo muy ancho,
región sifonal lisa y plana; cada vuelta lleva de 40 á 50 cos-
tillas simples, bastante gruesas y aparentes, pareciéndose en
conjunto al A. Constantii d'Orb., que representa la lámina 13
de la obra del Sr. Mallada (tomo n), á la cual la referiría de no
haberla encontrado aliado del A', hifrons. Finalmente, se halla
otra especie parecida alJ.. tripartitus Raspail, aunque de vuel-
tas más abrazadoras ó envolventes. Es bastante escasa.
La presencia del lias superior me parece, por tanto, fuera de
duda, aun cuando en las publicaciones en que se habla de esta
región solo se menciona el lias medio.
En el borde mismo de la Sierra, y cerca de la rambla de
Béjar, he encontrado un Ammonites que parece pertenecer al
genero JUgoceras, del grupo Planiscostíe; se trata de un Ammo-
nites de vueltas muy planas, de lento acrecentamiento, om-
bligo ancho, con 35 costillas en cada vuelta, radiantes, dere-
chas, bien marcadas, que se desvanecen en la región sifonal.
la cual está provista de una débil quilla. Ejemplar de 5 cm.,
bien conservado. Impresiones de otros mayores se hallan en
unas calizas fuertes, de un gris rojizo, que parece deben refe-
rirse al lias medio.
Omito otras especies por no estar seguro de su procedencia.
El segundo manchón jurásico comprendido entre el Argos y
el Quípar, ofrece particularidades muy notables. Empieza sien-
do liásico junto al Argos, porque he podido retirar, aunque en
mal estado, algunos Lioceras serpentinas Rein, y está formado
el tramo por calizas y margas rojas idénticas á las citadas en
la cumbre del Gavilán, del que dista 10 ó 12 km. En estas mis-
mas calizas se encuentra un g-ran Ammonites que no he podido
determinar, del tipo de un Arietites, al que no puedo referir
porque éstos, como se sabe, pertenecen al lias inferior. Dos ó
tres especies de Cceloceras, algunos Lytoceras y Phyüoceras y
298 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
un Belemniles, que creo sea el B. acuarii Schloth. Existen
más fósiles que no he podido determinar. Encima continúan
las margas y calizas rojas ó rosadas con fósiles que creo pue-
dan referirse á la oolita inferior (1). El estado de ellos no me
permite clasificarlos.
A la parte S. de estos cerros se extienden suaves pendientes
hasta el Quípar, y allí se ofrece el tithónico en una gran man-
cha Por el ligero examen que hice en 1887 pude deducir que
la parte inferior está formada de calizas y margas rojizas, con
algunas delgadas capas de areniscas flojas de color naranjado.
La superior está constituida por calizas blancas, margosas, de
menor consistencia y como preparando el tránsito al infracretá-
ceo. La cantidad de fósiles que contienen es inmensa, y aquí
solo cito las especies que he podido determinar, y que son
como la característica del tramo. A. (Perisphincles) Richteri
Oppel; Perisphincles microcanlhus Oppel (?); A. progenitor Oppel;
Phylloceras toriisulcatus d'Orb. ('?): dos especies de Ly loceras,
Belemnites de sección elíptica, como preparando el tránsito á
las Duvalias, Pygope drphyoides y P. diphya Colonna. Estas dos
especies son tan abundantes que se puede seguir el desarrollo
de ellas, porque se encuentran de todos tamaños y edades,
principalmente la P. diphyoides. Como es sabido, estos braquió-
podos, cuando jóvenes,, no presentan el agujero que atraviesa
las valvas, notándose en el borde una concavidad que aumen-
tando el crecimiento se transforma en un seno ó golfo, aca-
bando por reunirse los dos lóbulos ó lobas para constituir el
agujero que las hace tan notables y fáciles de conocer. Entre los
ejemplares que poseo he visto que cuando los individuos tie-
nen unos 12 mm., la escotadura forma un arco que no llega á
un cuadrante; en individuos de 25 mm. los dos lóbulos han
crecido y se han aproximado tanto, que sus bordes internos es-
tán á 2 ó 3 mm. de distancia, y el agujero tiene unos 8mm. de
diámetro. En individuos de 34 mm. el agujero queda ya casi
en el centro de la concha. Continuando el crecimiento el agu-
jero se aproxima al vértice. Existen variedades de costados
comprimidos y ángulos muy salientes. El mayor tamaño de
las que poseo es de 50 mm. Existen, además, la Tevebraiuhi
(1) Después me han regalado una especie que no dudo sea A. (C /placeras) Martin-
sii d'Orb., de la oolita inferior.
DE HISTORIA NATURAL. 299
Boiiei Zeuschner, T. Iriangulus Lam. (?) y otras dos especies,
una de cuerpo globoso y otra muy plana. Hay formas jóvenes
de especies que no ñe visto dibujadas en parte alguna, y he
encontrado una Spiriferina.
Entre los equinodermos he creído reconocer un Collyriles,
que acaso sea el C. Vemeuüi Cott, y otra que juzgo será el Meta-
porhinus convexus Catull. Hacia la parte N. el tithónico presenta
grandes bancos de caliza roja, compacta, fuerte, y que de muy
antiguo se ha utilizado como piedra de ornamentación, deno-
minándola equivocadamente jaspe rojo, nombre y error que
se suelen encontrar en casi todas las publicaciones no cientí-
ficas de carácter general que tratan de esta región. Al S. de
Cehegín, este mármol rojo suele presentar terebrátulas con-
vertidas en verdaderas geodas, manchando de negro á los cris-
tales de calcita que se encierran en el interior dei braquió-
podo (1).
Al S. de este punto, y cerca de las márgenes del Quípar,
aparecen unas calizas arcillosas blancas del infracretáceo con
buzamiento al S. próximamente, y que vienen á ser como
la continuación de las últimas capas del tithónico. Tam-
bién sus fósiles parecen la continuación de aquéllos, pues
aparecen los Betemniles planos ó Dwoalias, cuyos precursores
existían en el oolítico superior, y los Olcostephanus, que no
pueden separarse de los Perisphincles. La especie más frecuen-
te es el Óteosle phanus Aslieranus d'Orb. ó Ammoniles Astiera-
nus d'Orb., representada por los números 2 y 3 de la lám. 10
del tomo ni de la Sinopsis del Sr. Mallada. Quizá á esta misma
especie haya que referir un individuo sumamente plano en-
contrado en el mismo sitio.
Entre los Ly loceras se reconocen bien el A . (Ly loceras) slran-
gulatm d'Orb. y el A. (Ly loceras) quadrisulcatns d'Orb., común
al tithónico y al infracretáceo, si bien los que poseo son todos
de este último sistema. Existen además dos ó tres especies del
mismo género que no he podido determinar. Gomo dudoso el
A. (Lytoceras) Emerici Rasp., aunque solo he contado seis es-
trías en vez de las siete que señala el Sr. Mallada, por lo que
no aseguro ser esta la especie citada.
Entre los Hopliles el A. (Hoplites) Cryploceras d'Orb., que de
(1) Creo poseer un ejemplar del Ammonites portlandtcus Loriol (?).
300 BOLETÍN de la sociedad española
primera intención me pareció el Iloplites neocomiensis , aunque
el borde sifonal es plano. Se asemeja á las figuras 1 y 6 de la
lám. 11 (tomo ni) de la citada obra del Sr. Mallada. Hay ade-
más otros Hophjtes, y entre ellos uno de costillas muy aparen-
tes con pequeños tubérculos en el extremo de las costillas.
Los PhyUoceras están representados por el Ammonites semis-
triatus d'Orb. ó A. Thetys d'Orb. abundantísimo, transformado
en pirita, como otros muchos de los que llevo citados y que en
su g-ran mayoría tienen muy alterada la superficie; no obstante,
en algunos se notan bien las finísimas costillas de que está
provista. Otro PhyUoceras está provisto de ocho ó nueve depre-
siones radiantes, que en su primera mitad se inclinan hacia
adelante y después se desvían hacia atrás, pasando por la re-
región sifonal á unirse con la del lado opuesto. Esta forma pa-
rece referirse al grupo del Ph. ultramontanum Zittel. Aunque
en gran manera alterados, creo se encuentra también con pro-
fusión el Ammonites Grasiamis d'Orb.
Entre los Belemnites no faltan los característicos del sistema,
las Duvalias, á las que en el país se las llama ¡mros planchados,
para distinguirlos de los Belemnites comunes, á los que desig-
nan con el nombre apuros petrificados. Éntrelas especies que
allí se presentan es indiscutible la existencia de la Duvalia di-
látala Blainv. abundante; no lo es tanto la Duvalia lata Blainv.,
de rostro mucho más grueso cerca de la punta, y otra especie,
que acaso sea una variedad de la D. dilátala Blainv., de bordes
sinuosos y gran tamaño.
A otro Belemnites de gran tamaño corresponde un trozo que
poseo, algo fusiforme y adelgazado hacia el álveo del fragmo-
cono. Hay algunos que asemejan á los Actinocamax, y trozos
del rostro de otra especie que termina en una pequeña punta
como las belemnitellas.
Entre los equinodermos he recogido un pequeño Heteras-
ter (?) y los radiólos de una especie semejante al Pseudocidaris
ch'nifera Ag. Otras dos formas de Cidaris que me entregaron
dudo que sean de este sistema, porque se parecen á las especies
del coraliense Pseudocidaris ovifera kg. y P. Thurmanni Ag.; y
aunque éstas no procedan del infracretáceo, no deja de ser cu-
rioso que se encuentren especies parecidas y que no he visto
citadas en ninguna publicación española.
Bien comprendo que no dejará de extrañarse mencione tan-
DE HISTORIA NATURAL. 301
tas especies procedentes de una manchita reducida, á lo cual
solo puedo decir que si las formas fósiles allí existentes se com-
pararan con las aquí citadas, se encontraría sin trabajo un
número tres ó cuatro veces mayor.
Es notable un fósil que no he podido determinar, compuesto
de una porción cilindrica, con las bases ligeramente redondea-
das; del centro de éstas salen dos conos arqueados á un mismo
lado. Hay formas pequeñas en que el cilindro está reducido á
una estrecha faja entre los dos conos, y en las formas mayores
éstos parecen perder importancia, aumentando el cilindro. Es-
tán fosilizados en pirita, que fácilmente se altera, vitriolizán-
dose y transformándose después en limonita. Para evitar su
destrucción he tenido que sumergirlos en parafina fundida,
que forma una buena capa protectora contra la acción del aire
húmedo.
Nuevas especies de Eumastacinos
d. i. bolívar.
Hemierianthus camerunensis sp. nov.
Griseo-fuscus. Frons rugosa, subareolata, inter antennas pro-
minula ovato-foveolata. Fastigium verticis supra subtusque
tricarinatum , subtus carinis lateralibus parallelis compres-
siusculis, carina media subindistíncta, ápice truncatum haud
incissum nec angulis prominulis. Témpora rugoso-granulosa.
Occiput rugulosum, carina media obsoletissima. Pronotum
rugulosum totum carinatum, margine antico quam posticus
fere elevatiore, parabólico, margine postico obtusangulato.
Elytra grísea, campo marginali subhyalino, ápice oblique ro-
tundata. Alse vitrea? leviter infumata? ápice obscuratae. Femora
quator antica pallida apicem versus ampliata, carina inferiore
externa -valde dilatata. Femora postica grísea ápice infuscata,
carina dorsali nec non carina supero-externa denticulis nigris
armatis. Tibia? posticse pallide varia?. Tarsis pallidis fusco-stria-
tis. Lobi laterales octavi segmenti dorsalis retrorsum parum
angustati, intus sinuati. Lamina supraanalis elongata medio
profunde fissa, marginibus máxima parte parallelis. Lamina
infragenitalis transversim sulcata haud carinata, margine pos-
T. ni.— Julio, 1903. 21
302 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
tico medio lobo parvo ápice obtuso subtus carinato. Titillatores
illam valde superantes supra basi ampliati excavati, parte
apicali recurva bicornuta tf.
Long. corp. 20; pron. 3,5; elytr. 20; fem. post. 10,5 mm.
Loe. Camerum, L. Conradt, 1888-89. Especie recibida por in-
termedio del Sr. R. Oberthür, á quien soy deudor de una nu-
merosa colección de ortópteros de la misma procedencia.
Esta especie es afin al gabonicus Saussure, pero las proporcio-
nes del cuerpo y patas son diferentes. El proceso del vértex es
entero, tricarinado por delante, no sinuado á los lados; las
sienes son granosas y las piezas anales diferentemente confor-
madas.
Eriantlius Malcolmi sp. nov.
Griseo-cinereus, fusco-variegatus. Fastigium verticis obtuse
angulatum haud reflexum. Frons pallida punctis raris nigris
notata. Antennse articulis basalibus fusco-variis. Pronotum
disco fusciore carina media percurrenti acutiuscula, margine
antico subreflexo; prozona rugís transversis parallelis, meta-
zona a punctis impressis rugulosa, postice obtuse angulato-
rotundata. Elytra dilute fusca, spatiis liyalinis ante apicalibus
postico majore, área anali grísea. Alae hyalinse postice anguste
fusco-limbata?, nigro-venosa?, margine antico anguste nigro,
opaco prope basim tantum hyalino. Femora postica oblique
fusco-fasciata, dimidio apicali filiformia, carinis superioribus
distincte spinulosis. Tibise postiese subobsoletíe pallide annu-
lata?. Abdomen fortiter clavatum. Lamina supraanalis magna
profunde fissa, lobis intus rotundatis, extus sinuatis. Cerci
compressi forma complicata haud facile describenda cf.
Long. corp. 16; pron. 2,5; elytr. 16; fem. post. 10 mm.
Loe. Malacca, Kwala, Lumpur, recogida por Biró, Museo de
Budapest.
Pertenece al grupo del versicolor Brunner, de Cambodja y
del oltusus Burr., de Labuan, pero se distingue por su menor
tamaño y por sus alas, cuya coloración es muy característica.
Esta especie figuraba entre otras muy interesantes que me
fueron comunicadas para su estudio por el Director del Museo
nacional húngaro, Dr. G. Horvat, y pertenecían á las explora-
ciones hechas en Nueva Guinea para el expresado Museo por
el célebre viajero L. Biró, á quien me complazco en dedicarla.
DE HISTORIA NATURAL. 303
Bennia Obertlmri sp. nov.
Colore oliváceo. Caput rufescens pone oculos fusco vittatura.
Oculi rufi, flavo-varieg-ati. Pronotum rug-ulosum , marg-ine
antico subrefiexo, carina media ang-uste compressiuscula, mar-
g-ine postico obtusang-ulato; lobis deflexis postice distincte al-
tioribus, marg-ine inferiore sinuato. Elytra cf apicem femorum
posticorum vix superantia, fusca, olivaceo-venosa, basi fusco-
maculata; 9 apicem femorum haud atting-entia. Ala1 <f obscure
fuscae Q flavo-maculata?. Tibias posticas rufescentes.
Long-. corp. (f 20; pron. 2,8; elytr. 16; fem post. 12 mm.
» » 5 81; » 4; » 16; » » 16 »
Loe. María Basti, British Bootang-.
El insecto que acabo de describir quizás deba ser tipo de un
nuevo g-énero,, y así figura en mi colección con el nombre de
Butania; pero la falta de una descripción completa del g-énero
Bennia Burr..me impediría establecer la distinción entre am-
bos, por lo que prefiero dejar, para cuando sea mejor conocido
dicho g-énero, decidir respecto á la colocación de la especie
que describo, y entretanto dar la característica g-enérica
para que los que conozcan el Bennia puedan resolver esta
cuestión.
Fastig-ium verticis dimidia long-itudine oculi multo brevius
obtusum, subhorizontaliter productum, antice truncatum . Occi-
put obtuse carinatum. Frons valde obliqua, elong-ata. Costa
frontalis ante apicem abbreviata, ante ocellum subcoarctata,
inter antennas ampliata atque deplanata; carinis lateralibus
frontis prope oculos fractis. Oculi elong-ati. Antennas breves.
Pronotum in modum g-enerum Eupatridem constructum. Ely-
tra apicem femorum posticorum haud vel vix superantia api-
cem versus indistincte ampliata ápice oblique rotundato-trun-
cata. Alas haud eyeloidea?. fuscas parte antica ápice rotundata.
Femora compressa carinis haud dilata'tis. Femora postica elon-
g-ata parum pone médium filiformia, supra carinis duabus
denticulatis subtus carina media mutica. Tibia? posticas super-
ne carina externa spinulis parvis asque long-is, carina interna
spinis long-ioribus inasqualibus numero 20-22 armata. Meta-
tarsus posticus superne carinis ambobus denticulatis. Abdo-
men cí ápice valde clavatum. Válvulas superiores ovipositoris
elong-ata? serrulatas; inferiores grosse dentatas.
La forma de los élitros, que es la normal, aproxima este gré-
304 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ñero al Bennia, pero las alas son coloreadas y el tubérculo del
vértex no sobresale del borde anterior de los ojos.
Me lia sido regalada por el Sr. R. Oberthür, poseedor de la
colección de coleópteros más numerosa que hoy existe, con
otros muchos ortópteros procedentes también del Bootang
inglés en la cordillera del Himalaya.
Biroella gen. n.
Statura mediana. Caput ab antico posticoque compressum,
costa frontalis inter antennas angustissima, compressa, tota
sulcata, sulco versus epistomatem ampliato. Fastigium verti-
cis haud productum, antice rotundato-truncatum, obscure tri-
carinatum. Antenna? breves, filiformes. Oculi oblongi. Prono-
tum antice posticeque truncatum, dorso subcylindrico, carina
media parum perspicua; lobis deflexis longioribus quam altio-
ribus, ángulo postico subproducto. Elytra ala?que abbreviata,
segmentum tertium abdominis haud superantia. Pedes grá-
ciles. Femora antica supra bicarinata. Femora postica valde
elongata base recte sinuata, ápice breviter tricuspidata. Tibia?
anticsé supra subsulcata?, subtus propa? apicem spinosa?. Tibia?
postica? extus regulariter breviterque spinosa?, intus spinis
magnitudine valde diversa irregulariter dispositis. Tarsi pos-
tici articulo primo mutico. Abdomen cylindricum <f ápice
haud innato, recurvo. Válvula? ovipositoris' elongata?, denticu-
lata?.
La disposición de las espinas de las tibias posteriores apro-
xima este género á los Eumastax americanos, siquiera no
estén colocadas dichas espinas con regularidad; en la Q las
espinas van aumentando de longitud desde la base hasta la
oncena que es muy larga; las restantes son notablemente más
pequeñas y están dispuestas alternativamente; en el ¿ se ven
igualmente una espina muy grande próxima á la extremidad
de la tibia, seguida de otras mucho más pequeñas. Este género
debe colocarse al lado de China Burr.
Biroella dispar sp. n.
Statura tf Q valde diversa. Color flavescens. Antenna? basi.
excepta fusca?. Occiput nigrum. Pronotum, dorso fusco-nigro
vel concolore 2, antice posticeque late fulvo-limbato; lobis
deflexis fulvis, margine inferiore sinuato, ángulo antico-ro-
DE HISTORIA NATURAL. 305
tundato, postico deorsum breviter producto. Elytra ápice ro-
timdata, fusca, venís pallidis. Femora postica carinis ang-us-
tissime fuscis, subtus griseo-ciliata, ápice infuscata et ante
apicen pallide annulata et subcoerulea. Tibia? postica? infusca-
ta?, longe villosa?, prope basim annulo pallido. Tarsi pallidi.
Lamina supraanalis rf medio sulcata. Cerci erecti ante apicem
intussinuati, dente acuto instructi. Lamina subg-enitalis acute
producía. Válvula? ovipositoris 2 denticulata?. Lamina subg-e-
nitalis 9 obtuse angulata.
Long. corp. tf 16,5; pron. 2,5; elytr. 4,8; fem. post. 12,5 mm.
Long-: corp. <? 25; pron. 3,2; elytr. 6; fem. post. 15,5 mm.
Loe. Sattelberg-, Huon-Golf., en Nueva Guinea, recogida por
Biró, 1899. Museo de Budapest.
Apteropecedes gen. nov.
Corpus elong-atum, fusiforme, apterum.
Vértex valde ascendens, fastigium parum supra oculos ele-
vatum, profunde sulcatum, bifidüm, carinis in marg-ines costa?
frontalis angulatim continuatis. Costa frontalis percurrens sed
valde depressa, sulcata, marginibus incrassatis inter oculos
tantum compressis, et apicem versus sensim divergentibus.
Antenna? long-iuscula?, articulis basalibus funiculi transversis,
intermediisglobosis, ca?teris cylindricis; articulo ultimo acuto.
Pronotum liaud compressum, dorso obtusissime tectiformi,
medio carinulato, margine antico obtuse, postico sensim si-
nuato, lobis deflexis multo longioribus quam altioribus, re-
trorsum ampliatis, ang-ulo antico rotundato, postico producto,
acutang-ulo. Pedes gráciles. Femora antica parum compressa,
externe planata supra carina externa acutiuscula, interna
suboblitterata. Femora postica elong-ata, carinis tribus dor-
salibus denticulatis, ápice trispinosa, lobis genicularibus spi-
na parva armatis. Tibia?, antica? subtus ápice tantum intus
extusque trispinoso?. Tibia? postica? longiuscula? spinis margine
externo minoribus, spinis margine interno liaud alternanti-
bus. Tarsi hirsuti, inermes. Abdomen liaud carinatum. Seg-
mentum dorsale secundum medio margine postico grosse
inflato.
Aun cuando el vértex forme ángulo casi agudo con la frente
creo que este género debe colocarse en la proximidad de Peoe-
des Karsch y de Euschmidtia Karsch, de los que tiene la facies,
306 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA.
así como la estructura de la cabeza y del pronoto. Perteneced-
ademas, al grupo de los Peoedes, por sus tibias anteriores pla-
nas exteriormente, pero en él la quilla dorsal exterior es la
única bien desarrollada.
Apteropeoedes nigroplagiatus sp. n.
Verisimiliter decoloratus, pallidns; antennis ápice breviter
fuscis; seg-mentis dorsalibus thoracis medio plaga media trans-
versa rugosa nigra ornatis; segmentis abdominalibus singulis
macula fusca basali trígona, medio flavo-interrupta. Oviposi-
tor valvulis elongatis fortiter nigTO-denticulatis. Lamina supra-
analis magna retrorsum sensim angustata ápice late rotun-
data. Cerci elongati, subulati. Segmentum ultimum ventrale
magmum basi carina x-formi, ápice angulatim excisum. Lami-
na infragenitalis parva postice rotundata minute crenulata Q.
Long. corp. 9 40; pron. 4,5; fem. post. 20; tib. post, 20 mm.
Loe. Madagascar, alrededores de Mahabo, G. Grandidier,
1899. Dos ejemplares 9 del Museo de París.
Miraculum gen. nov.
Corpus gracile, apterum. Fastigium verticis valde produc-
tum ápice bifidum corniculis duobus divergentibus termina-
tum, superne tricarinatum antice compressum. Frons a latere
visa sinuata, costa frontalis anguste sulcata ante ocellum
abbreviata inter antennas marginibus contíguis deinde diver-
gentibus. Oculi rotundati, g'lobosi. Occiput pone oculos ruga
obliqua. Antenna? elong-ata?, subtriquetrre, femoribus anteriori-
bus long'iores pone médium sulcata3, articulis elorígatis valde
insequalibus plurimis ápice dilatatis: articulusprimus secundo
haud duplo longior. Pronotum antice truncatum postice obtuse
sinuatum, carina media antice posticeque compresso-elevata;
lobis deflexis elongatis angulis rotundatis. Femora antica su-
pra sulcata, carinis ápice spina armatís. Femora postica dimi-
dio apicali gracillima, carinis tribus dorsalibus multispinosis,
carina superiore ápice compresso-elevata, acute producía, lobi
g'eniculares spina armati. Tibia? antica? supra sulcata?, carina
superiore interna compressiuscula, subtus pone médium bise-
riatim spinosa. Tibia? postica? multispinosa?, spinis internis ma-
joribus, basalibus latis, compressis. Articulusprimus tarsorum
posticorum margine externo spinulosus. Abdomen dorso cari-
DE HISTORIA NATURAL. 3 7
na media prope marginem posticum seg'mentorum compresso-
producta. Segmentum tertium lobis rnagnis foliaceis lanceola-
tis, retrorsum productis, munitum. Segmentum sextum tubér-
culo magno fungiformi erecto armatum. Segmentum septi-
mum medio breviter carinatum. Seg*mentum octavum incis-
sum. Lamina supraanalis magna, trígona, basi carina angu-
lata. Cerci erecti, cylindrici, ápice compressi, deflexi. Lamina
infragenitalis medio lobo angusto, elongato, concavo, margi-
nato, ápice rotundato, armata.
Este notable género constituye por sí solo una tribu (Mira-
eulinte) caracterizada por la forma de la cabeza, la disposición
extraña de las antenas, los curiosos apéndices del abdomen,
sobre cuyo uso y utilidad para el animal nada puede conjetu-
rarse por el mero examen de los mismos.
Miraculum mirifícum sp. n.
Pallidum testaceo-fusco-variegatum. Frons paluda apicem
versus rugosa. Antennae fuscas basi pallidas articulis majoribus
minoribusque alternatim dispositis ápice breviter pallidis.
Oculi fusco-marmo^ati. Occiput rugosum. Pronotum rugosum
carina media prope marginem posticum lobo alto postice haud
producto compresso-elevato; lobis deflexis margine externo
medio sinuato, ángulo postico obtusato nec non callo magno
próximo eburneis. Pedes fusco-variegati. Meso-et metanotum
supra rugosa. Abdomen superne rugulosum segmentis singu-
lis carina media postice, lobo triangulan elevata cf.
Long. corp. 13; antenn. 5,5; pron. 1,8; fem. ant. 3,5; fem.
post. 9 mm.
Loe. Madagascar, Tananarive, recogida por Grandidier,
1502-92. Museo de Paris.
El único ejemplar que he visto de esta interesantísima espe-
cie ha sido descubierto en Madagascar por el célebre explora-
dor G. Grandidier y me fué comunicado recientemente para
su estudio por el Sr. Buysson del Museo de París, al que per-
tenece.
308 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Observaciones hechas en el pájaro del Teyde
D. PABLO ORAMAS.
Fringilla Teydea Webb. et Berth. Es ¡la especie más bonita
y elegante de las fringilas de Tenerife; tiene la punta de la
mandíbula superior de azul obscuro; la arista de un azul más
claro, y en la inferior, la extremidad, las ramas y la barbilla
de un color azul blanquecino revuelto y brillante; la cabeza,
región cervical, el dorso y región anterior del pecho y cuello,
de azul ceniciento; el vientre de un blanco azulado, que se va
corriendo hasta la primera y segunda cobijas inferiores, y las
pequeñas tectrices de las alas de negro, orilladas de azul; las
extremidades posteriores de un azul claro revuelto; los ojos
negro-parduscos. Los colores de la hembra son más claros.
Es propio de la isla de Tenerife, encontrándose en las cum-
bres. Este pájaro habita en los montes de pino (Pinus cana-
riensis), á una altura de 3.000 metros, saliendo muy pocas
veces de ellos. Según el Dr. Bolle, en una carta dirigida al no-
table botánico Dr. D. Domingo Bello, baja hasta los caseríos, y
dice así: «El pájaro de la cumbre que usted dice es el que vi en
Yilaflor, donde me dicen que baja hasta las huertas sembradas
de patatas y se posa con mucha frecuencia en los tejados de las
casas, no siendo raro en los montes de Gran Canaria.» No es-
toy conforme con lo citado por el Sr. Bolle, aunque respeto su
opinión; pero yo, que hace tiempo los he observado, sé que
habita en los montes de pinos, y principalmente donde más
los he visto es en los poblados de retama blanca (Spartocytirus
nvbigemis Brouss.). Dudando, pero mucho, que exista en los
montes de Gran Canaria, creo es exclusivamente propio de Te-
nerife, pues ningún naturalista dice haberle visto en Gran
Canaria, y yo en el tiempo que estuve en dicha isla nunca le
vi; tampoco en el tiempo que lo he observado en Vilaflor lus vi
en los tejados de las casas; suelen, sí, alguna vez, pero muy
rara, bajar hasta las huertas, pero debido á que este pueblo
está casi dentro del monte. Se alimenta principalmente del pi-
ñón del pino y de la semilla de retama, así como también
de insectos: en los varios que yo he disecado les encontré en el
DE HISTORIA. NATURAL. 303
estómago restos de coleópteros, pero en muy poca cantidad.
No huye del hombre, es muy curioso y todo lo extraño le lla-
ma la atención; se deja acercar hasta unos nueve ó diez pasos.
Cierto día, después de estar persiguiendo un pico (Picus ma-
jor L.), me senté á la sombra de una retama, donde había dos
individuos, puse el morral en el suelo un poco retirado, y les
vi con asombro, después de estarse un rato quietos en actitud
como de estar observando mis movimientos, bajarse al suelo,
y sin ningún temor subirse en el morral, donde permanecie-
ron largo rato examinándolo y dándole picotazos como para
ver de qué se componía la red. Tienen mucha fuerza en las
mandíbulas, pues al coger uno que estaba herido me cogió un
dedo, costándome trabajo desprenderlo. Su vuelo es muy pare-
cido al de la nevatilla (MolaciUa flava L.), formando ondula-
ciones y plegando las alas á intervalos; vuela muy cortos es-
pacios; regularmente se ven varios individuos juntos, posán-
dose en lo más alto de los pinos, donde permanecen ocultos
é inmóviles algún tiempo, sin que el ruido del tiro los espante;
varias veces he tirado á un individuo permaneciendo los otros
en el mismo pino sin moverse; su grito ordinario se puede tra-
ducir por las sílabas pic-iirrrrr..., siendo un silbido penetran-
te y agudo; este grito lo hacen los que viven en los montes po-
blados de retama, donde son también más alegres y vivaraces,
habiendo observado que los que viven en los montes de Icod
y la Guaucha., que carecen de retama, no producen este grito
ni ninguno cuando están posados, pero al mudarse de un pino
á otro les he oído otro que puede traducirse por pic-pic, tam-
bién agudo, que lo repiten dos veces en el zig-zag que hacen
til volar. Casi nunca se posan en el suelo; únicamente al tomar
agua, que lo hacen de once á doce y de cuatro á cinco de la
tarde, es cuando los he visto en el suelo; lo demás del tiempo
lo pasan en los pinos y retamas; viven en buena armonía con
los picos (Picus major) y solamente encuentran un enemigo en
el (Accipiter nisus Lin.). Anidan en el pino, y muy rara vez en
la retama; la construcción del nido no ofrece nada de particu-
lar; está hecho con hojas del pino y tallos secos unidos con tela
de araña; la parte interior está rellena de plumita, liquen y
algodón; la puesta es de dos huevos de color verde claro con
pintas y manchas moradas; en estas aves la construcción del
nido empieza en una época bastante avanzada, por los meses
310 BOLETÍN de la. sociedad española
de Junio, Julio y aun en Agosto, debido quizá á la temperatura
que reina en aquella latitud. En cautividad viven bien: he te-
nido una pareja viva por espacio de dos años, la que se resignó
muy pronto con su nuevo estado y llegaron á ser bastante man-
sos y sociables. Los que tuve en cautividad eran, además, muy
limpios, pues todos los días tomaban un baño; se alimentaban
del piñón del pino, alpiste, y también atacaban á las moscas,,
las que se comían con bastante gusto.
Boletín bibliográfico.
(Continuación de Junio.)
Societá di Naturalisti. Ñapóles (Bollett.) Yol. xvi. L. Marcello: Secondo
contributo alio studio della flora cávese. — R. Bellini: I moluschi del
lago Fusaro e del Mar Morto nei Campi Flegrei.— A. Calabrese: Contr.
alia Cecidiologia della flora avelinese. — U. Pierantoni: Due n. gen.
di oligocheti marini rinvenuti nel golfo di Napoli. — G. Pólice: II
ñervo del cuore nello Scorpione. — L. Marcello: Sopra alcuni alberi
longevi di Cava dei Tirreni. — G. Di Paola: Sulla correlazione dei fe-
nomeni vulcano-sismici con le perturbazione magnetiche all' Observa-
torio Vesubiano. — L. Macchiati: Note di biología sulla Tolypothrix
byssoidea, e sulle spore delle Oscillariacee. — L. Marcello: La polidat-
tilia nell' uomo a Cava dei Tirreni. — L. Ricciardi: Dalle rocce acide
alie basiche e loro classificazioni. Sulla genesi delle bombe quarzose
e delle lave vulcanicbe. — L. Marcello: Sopra una nuova orcbidea di
Cava dei Tirreni. — G. Rippa: Osservazioni biologiche sull' Oxalis cer-
nua. Sulla forma e disposizione delle foglie néll' Hovenia dulcís. —
P. Franco: Studii sul nitrato baritico. — L'attivitá vulcanica nella
Campania secondo la tradizione e la storia.
Societa italiana di scienze naturali e Museo cívico di storia naturale. Milán.
(Atti.J Vol. xli. Fase. 4.° E. Mussa: II loglio nell' antichitá.— C. Aira-
ghi: Alcuni Echinidi del terziario véneto. — C. Cozzi: Spigolature bo-
taniche nelle brughiere del Ticino. — E. Mariani: Su alcune Ittiodoru-
liti della Creta lombarda. — G. Alessandri: Note d' ittiologia fossile.
Societa toscana di scienze naturali. Pisa (Atti). Vol. xin.
Societa zoológica italiana. Roma. (Bollettino) Anno x. Fase, ni, iv, v e vi.
F. Rostagno: Classif. descritt. dei Lepidotteri italiani. (Noctuidi.) —
Dr. G. Di Stefano: Osservaz. suWAlectryonia syphax. — Dr. C. Losito:
Osservaz. fenologiche fatte nel Lago di Bracciano. — Su una n. sp del
g. Diaptornus. — Note di técnica per lo studio degli Entomostraci. —
DE HISTORIA NATURAL. 311
G. Santoro-Silipigni: Ale. appunti sulla, resistenza al digiuno. — II caso
e gli organi atavici anomotopi. — Dr. C. Tiraboschi: Metodi per la co-
lorazione differenziale delle neurofibrille di Apáthy. — S. Brusina:
Sulle Alche, e in specie sull'Alca torda della Dalmazia e della Croa-
zia, e sulle pretese invasioni del Phalacrocorax. — G. Romero: Contr.
alio studio dei parassiti malarici negli uccelli. — Rendiconti.=Anno xl.
Fase, i, ii e ni. — R. Marchesini: Sulle metamorfosi degli eritrociti. —
Sulla ricerca dell' alcalinita del sangue. — G. de Stefano: Studio sulF
Emys Cuvieri dell' eoceue superiore parigino. — V. Maruccí: Ricerche
sperimentali sui maschi polimorfi degli Acari.— G. Checciiia: Osserv.
sull'apparechio apicale di alcuni Echinidi Spatangidce. — V. Barnabó:
Di tre anomalie muscolari dell' arto torácico. — F. Rostagno: Classií.
descrittiva dei Lepidotteri italiani.
Societas Entomológica Rossica (S. Petersburgo) (Horce). T. xxxvi N.° 1-2.
T. Tschitschérine: Mémoire sur les Cicindélides des voyages de
N. Zarudny dans la Perse oriéntale.— Les Leistus de l'intérieur de la
Chine. — Nouv. esp. de la tribu des Platysmatini. — A. Schultze: Gene-
ris Ceuthorrhynchi spec. nov. rossicíe et transcaspiese. — T. Tschits-
chérine: Observ. sur quelq. Cicindélides de la coll. Semenov. — Notice
sur divers Notiophüus. — J. Wagner: Aphanipterologische Studien. —
T. Tschitschérine: Chcetodactylini, subtribus nova Platysmatinorum.
J. Schnabl: Uber den variablen Werth eines und desselben Charak-
ters in verschiedenen systematischen Categorien: auch manche dipte-
rologische cpiadesideria>. — (Otros trabajos en ruso.)
Société botanique de France. Paris (Bull.) T. 49. N.° 9. Abbé Coste: Car-
duus Puechii (C. nutans X spiniger) hybr. nouv. déc. dans l'Aveyron.
X. Gillot: Notes sur quelq. Rosiers hybrides. — Y. Camus: Sur quelq.
Füicinées de la Basse-Bretagne. — G. de Lamarliére: Contr. á la flore
de la Marne. — Maunvaud: Les vicissitudes d'un Statice.— Dumée et
Malinvaud: Les Corydalis lútea et ochroleuca dans la flore francaise. —
Fr. Sennen: Herbor. aux env. de la Nouvelle (Aude).
Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France. Nantes. (Bull.) T. n.
2me trimestre. Abbé J. Dominique: Catal. des Hémiptéres (Hétéropte-
res. Homoptéres, Psyllides), de la Loire-Inférieure.
Société entomologique de Belgique. Bruxelles (Annales). T. 47, li. W. L. Dis-
tant: Contrib. to a knowledge of the Rhynchota.— H. J. Kolbe: Nach-
trag zu meiner Synopsis der in Afrika gefundenen Arten der Ruteli-
dengatt. Popillia =111. M. Jacoby: Descr. of the new gen. and spec. of
Phytophagous Coleopt. obtained by Mr. Andrewes and Mr. Bell at
the Nilgiri Hills and Kanara.— A. Lameere: Rev. des Prionides (Ole-
thrius).— P. Obst: Diagnosen neuer afrikan. Coleopt. meistens Bu-
presüden.
Société entomologique suisse. Schaffhausen. (Bull.) Vol. x. A. Forel: Die
:m boletín de la sociedad española
Sitten und Nester einiger Ameisen der Sahara.— E. Mory: Revisión
der bis jetzt bekannten von hybr. epilobii B. abgeleiteten Bastarde.
Liste der 1898 im Jouxthal gesamrn. Coleopteren. — J. Hofer: Beitrag
zur Cocciden-Fauna der Schweiz. — G. Stierlin: Beschreib. von zwei
n. europ. Rüsselkafern. — E. Frey-Gessner: Hynienopt. Helvetise.
Société hollandaise des scienees, Sarlem. (Archiv. Néerlandaises.) T. vm.
2e Livrn.
Société impértale des naturalistes. Moscou. (Bull.) Ann. 1902. N.° 3. W. Ma-
montow: Sur les gisements de diarnants dans l'Oural. — In. Bagaschof:
Eine Analyse des Granatsandes von der Insel Olchon auf den Baikal-
See. K. Nenadee-stitch: Analyse von Zinkblende aus Nagolnyi Krjasch.
(Europ. Russland.)— D. N. Sokolow: Uber einige Aucellen aus Ost
Russland. — Mlle. P. V. Tsiklinsky: Rech. sur les microbes thermo-
pbiles. (Otros trabajos en ruso.)
Société Linnéenne de Bordeaux. (Actes.) Vol. lvii. T. vil— H. Bouygues:
Structure, origine et développement de certaines formes vasculaires
anormales du pétiole des Dicotylédones. — P. Rondón: Catal. des lé-
pidoptéres des Pyrénées. — E. Duregne: Contr. á l'étude des dunes:
Dunes anciennes de Gascogne.— H. Arnaud: Les Echinocorys de Ter-
cis (Landes). — J. Kunstler: Observ. sur le Calandra orizce.=(üompt.
rendus, 1902.)
Société Linnéenne de Normandie. Caen. (Bull.) Ann. ]9D1. (Broces verbaux
des séances.j H. Micheels: Carludovica plicata. Kl. Esquisse anat.
d'une Cyclanthacée. — L. J. Léger: A propos de la différenciation na
crée. — H. Jouan: Le voyage de Dom Pernetty aux iles Malouines
(1763-64).— P. Fauyel: Annélides polycbétes de laCasamance rappor-
tees par M. A. Chevalier.— O. Lignier: Sur la valeur morphologique
des piéces florales chez le Dicentra spectabilis.—F. Gidon: Marche de
la feuülaison des arbres á feuüles caduques á la Grand Canarie.—
Lignier et Le Bey: Liste des plantes vasculaires de l'Herbier general
de l'Université et de la ville de Caen.— L. Brasil: Sur un micro-orga-
nisme d'origine pleurale.
■Société ouralienne des Amatews des Se. naturelles. Ekathérinenburg .
Suppl. au t. xxii.— T. xxiu. (En ruso.)
Société royale malacologique de Belgique. Bruxelles. ( Anuales).— Ph. Daüt-
zenberg: Descr. de trois mollusques nouv. prov. de l'Etat indépendant
du Congo.— Cossmann: Append. n.° 3 au Cat. illustré des coquilles fos-
siles de l'Eocéne des env. de Paris.— (Bull. des séanecs.)
The American Naturalist. Boston. Vol. xxxyi. N.o 432. A. W. Grabau:
Studies of Gastropoda.— W. M. Wheeler- The oceurrence oí Fórmica
cinérea and F. rufibarbis. in America. — H. S. Pratt: Synopses of
N.-American Invertebrates. xn. The Trematodes.=Vol. xxxvn. Nú-
mero 43.— E. C. Case: The Structure and Relationships of the Ameri-
DE HISTORIA NATURAL. 313
can Pelycosauria.— V. Sterki: Notes on the Unionidfe and their Clas-
sification.
The Canadian Entomologist. London (Ontario). Vol. xxxv. N.° 4. Marlatt:
A House-boat collecting Trip in China.— Dyar: Larval characters of
Pachygastria trifolii and Aglia faw.— Stevenson: Notes on Coleóptera.
Fernald: Lepidosaphes versus Mytilaspis. — Bird: New Histories in
Papaipema (Hydrcecia).— Ashmead: Classif. of the Fossorial, Preda
ceous and Parasitic Wasps.— Fletcher: Note on Deilephila galii. —
Grote: Note on North American Attaci.
The Wilson Bulletin. Oberlin (Ohio). Vol. x. N.° 1. Silloway: Notes on
the Leucostictes— Heuninger: The Motacillidae of Germany.— Warrex:
The Víreo flavifrons. — Bradshaw: Notes on the winter Birds of Wayne
County (Michigan).— Bitrns: A few additional notes on the Flicker.
University of Colorado. Boulder. (Bull.) Quarto-Centennial Celebration.
Julio.
Academia Real das Sciencias de Lisboa. (Jornal de Sciencias Math., Phys. e
Naturaes. T. vn. N.° xxv.)— Barboza du Bocage (J. V.): Aves da ilha
de S. Nicolau (Cabo Verde).— Aves do Golungo Alto e N'dalla-Tando,
no sertao dAngola.— Bethencourt (J.): Reptis dAngola, da collecSo
Pereira do Nascimento.— Reptis e Amphibios de Madagascar no Mus.
de Lisboa.— Barboza du Bocage (J. V.): Contrib. ala faune des quatre
iles du G. de Guiñee.— Seabra (A. F.): Mamíferos de Cazengo.
Académie des Sciences de Cracovie. [Bull. Internat.) 1903. N.° 3.— J. Brze-
zinsky: Le chancre des arbres, ses causes et ses symptómes.
Académie des Sciences de Paris. (Compt. rendus). T. cxxxvi. N.o 17.=Nú-
mero 18. — Ch. Depéket: Sur les anciennes lignes de rivage pliocénes
et quaternaires sur les cotes francaises de la Méditerranée.— Made-
moiselle M. Stefanowska: Sur la croissance en poids de la souris
blanche.— G. Chauveaud: Un nouvel appareil sécréteur chezles Coni-
feres. — p, Guérin: Développement et struct. anatomique du tégument
seminal des Gentianacées.— R. Fourtau: Sur la faune échinitique du
golfe de Suez. — L. Matruchot: Germination des spores de truffes. —
Lugeon, Ricklin et Perriraz: Sur les bassins fermés des Alpes Suis-
ses.=N.° 19. — Lapparext: Sur les traces de la lutétienne au Soudan.
L. Bruxtz: Excrétion et phagocytose chez les onychophores. — A. Cal-
mette: Sur l'absorption de l'antitoxine tétanique par les plaies; action
immunisante du serum antitetanique sec. — E. Boulanger: Sur la cul-
ture de la truffe .== N.° 20.— G. Lippmaxn. Sur la distribution de la ma-
tiére a la surface de la terre.— J. Albarrax: Sur la physiol. comparée
des deux reins. — A- Krempf: Sur un point de TAnat. de quelques He-
xacoralliaires.— H. Douvillé: Sur une cause de variations des faunes
fossiles.=N.° 21. — Bounhiol et Foix: Sur la mesure des échangesres-
314 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
piratoires en rnilieu aquatique. — L. Bordas: Les glandes mandibulai-
res des larves de Lépidoptéres. — Vaney et Conté: Sur un Diptere
(Degeeria funebris, Mg.) parasite de l'Altise de la Vigne (Haltica am-
pelopliaga. Guer.)— Ravaz et Sicakd: Sur la bruuissure de la Vigne. —
E. Marchal: De la spécialisation du parasitisme cliez VErysyphe gra-
minis. — P. A. Dangeard: La sexualité dans le genre Monascus. —
J. Villard: Contrib. a l'étude cytologique des Zoochlorelles.— L. Vail-
lant: De la disposition des écailles chez le Mesosaurus tenuidens. —
Broca et Sülzer: Inertie rétinienne aus sens des formes. — A. Loir:
La destruction des termites. — R. Dubois: Sur la culture artificielle de
la Truffe.
Académie intemationale de Géographie botanique. Le Mans. (Bull.) N.° 163.
L. Lavergne: Notes sur quelq. Roses du Massif central. — H. Lévei-
llé: Plantee Bodinieriante: Polygonatum. — Contr. á la flore de la Ma-
yenne. — A. Reynier. Diverses récoltes en Provence. — Docomet: La Flo-
re populaire dans l'Albret.
Allgemeinen Entomologischen Gesellsclwft. Neudamm. (Allg. Zeitsch. f'ár
Entomol.) 8 Band. N.° 8/9. — H. J. Kolbe: Zur Systematik derColeop-
teren. — Chr. Schroder: Die Zeicbnungs-Variabilitiit von Abraxas
grossulariata. — W. Baer: Zur Apiden-Fauna der Kurischen Nehrung.
P. Speiser: Erganzungen zu Czwalinas <Neuem Verzeichniss der
Fiiegen Ost-und Westpreussens».
JUuseum of Comparative Zoology at Harvard College. Cambridge. U. S. A.
(Bull. Vol. xl. N.° 6).— C. W. Prentiss: Polydactylism in man andthe
domestic animáis.
Societá italiana di Scienze naturali e Museo cívico di Storia naturale. Mi-
lano. (Atti. Vol. xlii. Fase. 1). — E. Tcrati. Contr. alia fauna dei lepi-
dotteri italiani. — G. Boeris: Idocrasio del monte Pian Real. — E. Nin-
ni: Sulla Scorpoena ustulata nel mare Adriático. — J. Chelussi: Sulla
geología della Conca Aquilana. — Dott. A. Corti: I Cecidomidi del
Pavese.
.Société Botanique de France. Paris (Bull. T. l. N.° 1).— G. Camus: Docu-
ments nouv. sur la flore de France.— Aebé Hite: Causerie sur le Le-
canora subfusca — Ravaz: Influence spécifique reciproque du greffon
et du sujet ebez la Vigne. — Roüy: Remarques sur la floristique euro-
péenne. — Abbé Boulay: Le Conopodium denudatum dans le Pas-de-
Calais.— G. Bonnier: Modif. expériment. de la biologie de la Ronce.
Lutz: Sur le role des alcaloides comme source d 'azote pour les végé-
taux. — Malinvafd: Quelq. faits indicatifs de la durée des Menthes
bybrides.— Molltard: Acer lanc.eolatum, n. sp. d'Erable du Kouang-
Si. — Variations du pouvoir germinatif suivant la taille des akéues
ebez le Chanvre.=N.° 2.— ürzeszko: Etude histotaxique sur les Fes-
tuca.—¥. Gagsepain: Zingibéracées nouvelles de l'Herbier du Muséum.
DE HISTORIA NATURAL. 315
F. Camus: Le Sphagnum Rwssowii aux env. de París.— Maiden: Note
sur desplantes d'Australie. — G. Bonnier: La végétation des Landes
comparée á celle de Fontainebleau.— De Boissieü: Sur quelq. plantes
adventices des env. de Pont d'Ain (Ain). — Molliard: Rech. expéri-
ment. sur le Chanvre. — Gandoger: Solidago yukonensis.
Socicté Entonwlogique de Belgique. Bruxelles (Ármales. T. xlvii. iv.) —
R. P. Belon: Notes sur le g. Aletretia et descr. de trois esp. nouv. —
A. Lameere. Nouv. notes pour la classif. des Coléoptéres. — Faüvel:
Staphylinides nouv. du Mus. de Bruxelles.— H. Schouteden: Les
Aphidocécidies paléarctiques. — Descr. d'Aphides cécidiogénes nou-
veaux.
University of Colorado. Boulder. (Studies. Vol. i. N°. 3.)— J. J. Browne:
Preliminary List of Birds of Boulder County, Colorado.— J. Hender-
son: The Cotyledons and Leaves of certaiu Papilionacepfi.
Barros Grez (Daniel).— Dos capítulos de un libro inédito. (Revista de la
Sociedad Científica de Chile.) Santiago. 1902.
BoscÁ y Casanova (E.)— Informe sobre el estado del esqueleto de Mega-
terio del Museo de Ciencias naturales de Madrid. (Boletín Soc. esp.
H. natural, 1903.)
Delacroix (G.)— Sur une forme conidienne du Champignon du Black-Rot.
(Compt. rend. Acad. Se. París. 1902.)
— Maladies des plantes cultivées. París. 1902.
Dervieux (E.)— Sulla posizione geológica di un Trípoli piemontese. (Riv.
di Física, Matem. e Se. Nat. (Pavia). Anno iv. N.o 40.)
Düsmet y Alonso (J. M.aj— Noticia de lo publicado en 1902 sobre Ento-
mología de España. (Bol. Soc. esp. H. nat. 1903.)
Ferrer Aledo (J.)— Observaciones sobre el Roseti. (El Liberal de Mahón.)
Font y Sagué (N.)— Los movimientos sísmicos del N. E. de Cataluña.
(Bol. Soc. esp. H. nat. 1903.)
Malxtquer y Nicolaü (J.)— Moluscos marinos de Llansá (Cataluña). (Bol.
Soc. esp. H. nat. 1903.)
Merino (R. P. Baltasar).— Viajes de herborización por Galicia. (Razón y
Fe. 1902.)
— Especies gallegas del g. Armería. Willd. (Bol. Soc. esp. H. nat. 1903.)
Pie (M.) — A propos des Dorcadion tennecinctum Pie et circumcinctuvt.
Chevr. (Bol. Soc. Esp. H. Nat. 1903.)
Prillieux (Ed.)— Les péritheces du Rosellina necatrix (Compt. rendus.
Acad. Se. París. 1902.)
Revista científica profesional.— Barcelona. Año vi. N.° 4.
Revista de Farmacia militar. — Madrid. Año n. N.° 21.
Revista de Medicina tropical. — Habana. T. iv. N.° 4.
316 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Sesión extraordinaria del 9 de Julio de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
— El Sr. Presidente expuso el objeto de la sesión, para lo
cual se dio lectura al Real decreto del Ministerio de Instruc-
ción pública y Bellas Artes de 3 de Julio de 1903 nombrando
Real Sociedad á la nuestra y disponiendo se incluya en los
presupuestos generales del Estado alguna cantidad para faci-
litar la realización de sus fines.
Comunicó á continuación que el día anterior se había reuni-
do la Junta directiva para tratar de este- importante asunto,
acordando se redactaran con la mayor urgencia los Estatutos
de la Sociedad, que deben entregarse al Ministerio para su
publicación en la Gaceta, habiéndose nombrado para realizar
este trabajo una Comisión compuesta de varios individuos de
la Junta directiva.
Leyó el Sr. Pérez Zúñiga, como ponente de la expresada Co-
misión, los expresados Estatutos, basados sobre el Reglamento
de nuestra Sociedad, por lo que sin discusión fueron aproba-
dos, acordándose un voto de gracias para dicho señor por la
diligencia y acierto con que había llevado á cabo su trabajo.
El Sr. Presidente dijo que procedía acordar la forma en que
nuestra Sociedad debía expresar al Sr. Ministro de Instrucción
pública, Excmo. Sr. D. Manuel Allendesalazar, su gratitud, y
que la Junta directiva proponía fuera nombrándole socio pro-
tector, quedando acordado se redactara inmediatamente el
oficio en que se le comunicara este acuerdo y le fuera presen-
tado por una Comisión compuesta de todos los socios que pu-
dieran asistir, para lo que se citaría oportunamente. La Socie-
dad se adhirió por unanimidad á lo propuesto por el Sr. Pre-
sidente en nombre de la Junta directiva, acordándose por fin
que los Estatutos serían publicados en un folleto que se repar-
tirá á los señores socios tan luego como aparecieran en la
Gaceta de Madrid, y se levantó la sesión.
Sesión del 7 de Octubre de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCM0. SR. D. ZOILO ESPEJO.
, En ausencia del Secretario y del Vicesecretario, el Sr. Várela
leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué aprobada.
—Se dio cuenta de que una Comisión numerosa, en unión
del Sr. Presidente, fué recibida por el Sr. Ministro de Instruc-
ción pública, Sr. Allende Salazar, al que presentó el oficio
nombrándole socio protector; que el Sr. Ministro se mostró
muy agradecido, recordando que él también había perteneci-
do á la Sociedad, y que si otras atenciones de la vida le obli-
garon á dejar de figurar como socio, siempre había conserva-
do vivo deseo de prestarle la ayuda que merecía. Que él tra-
taría de corresponder á aquel honor que se le dispensaba, pro-
curando que en los Presupuestos se atendiese como mejor se
pudiera á la Sociedad.
Fallecimientos.— El mismo señor participó el fallecimiento
de los Sres. D. Gonzalo Brañas y D. Carlos Castel, Presidente
que fué de la Sociedad, acordándose, á propuesta del Sr. Es-
pejo, que constase en el acta el sentimiento de la Sociedad
por la pérdida de esos señores consocios.
Presentaciones.— Se hicieron cuatro propuestas de socios nu-
merarios.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Várela presentó una nota
del Sr. García Mercet sobre el Dasylabris egregia Klug-, otra
remitida por el Sr. Oramas referente á «Algunos datos sobre el
tan célebre Drago de Orotava», mostrando una fotografía en-
viada asimismo por el autor, y otra nota del Sr. La Fuente In-
titulada «Datos para la fauna de la provincia de Ciudad Pteal.
XVI. Coleópteros.»
El Sr. Gredilla presentó un trabajo de D. Luís Aterido sobre
una excursión botánica por Santander.
Los Sres. Cabrera Latorre y Vinales dieron algunas noticias
acerca de las costumbres de los erizos, y el primero de dichos
T. in.-Octubre, 1903. 22
318 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA.
señores ofreció presentar una nota con las observaciones que
ha hecho sobre el particular.
— Se dio cuenta de que el Sr. Muñoz Cobo ha regalado á la
Sociedad una fotografía iluminada de la célebre palmera de
Elche. Se acordó dar las gracias por ese donativo.
— Leyóse á continuación la siguiente noticia bibliográfica
enviada por el Sr. Calderón:
«Jean Brunhes: L'irrigation, ses conditions géographiques,
ses modes et son organisation dans la Péninsule Ibérique et
dans l'Afrique du Tsord. Étude de géographie humaine. 1 vol.
en 8.°, 580 págs., 7 mapas y 63 figuras. Paris, 1902.
»La obra cuyo título precede es una tesis doctoral de la Fa-
cultad de Letras de París, y aunque, como lo indica su enun-
ciado, reviste de preferencia un carácter social, debe figurar
aquí por cuanto el autor ha llevado á término una obra ver-
daderamente científica relacionando las condiciones naturales
con los hechos económicos de reglamentación y organización
de las aguas. Por eso empieza por bosquejar la constitución
geológica, delimitar físicamente las regiones naturales y exa-
minar los efectos del rég-imen climático, antes de describir los
hechos económicos de los diversos países que ha recorrido y
son objeto de su estudio.
»En nuestro país las aguas destinadas al riego proceden
casi siempre de las corrientes, ríos ó arroyos. En Túnez y Ar-
gelia se utilizan además los oueds, al paso que en los territo-
rios de las altas planicies y en los oasis del Sahara se riega
con el líquido de las aguas subterráneas ó de las fuentes.
Aquéllas surgen á la superficie por medio de pozos artesianos.
En Egipto el servicio de riego es sumamente complicado y cu-
rioso. Termina el trabajo con una lista bibliográfica detallada.
»Resulta, en definitiva, de estos estudios que los problemas
referentes al rieg'o son sumamente complejos.
»E1 autor avalora su obra con numerosas fotografías toma-
das por él mismo y mapas hipsométricos y de distribución de
las lluvias.»
Secciones. — La de Sevilla celebró sesión el día 20 de Julio,
bajo la presidencia del Sr. D. Julio Ferrand.
—El Sr. Medina leyó unos «Datos para el conocimiento de la
fauna himenopterológica de España.»
DE HISTORIA NATURAL. 319
— El mismo señor leyó lo siguiente: Recientemente me han
enviado del inmediato pueblo de Cantillana, y cazados en la
torre de su iglesia parroquial, tres quirópteros (dos a" y una Q),
que he podido determinar con exactitud y pertenecen á la es-
pecie EMnolop/itis hipposideros Bechst. Es de advertir que aquí
la persona que los capturó, quien se fijó bien en los caracteres
de la nariz, tamaño de los ejemplares y color del pelaje, todos
los individuos que vieron (y estaban en gran número) eran
iguales ó al menos muy parecidos, lo que hace suponer fun-
dadamente que quizás pertenecieran todos á la misma especie;
y el no existir en dicha torre otras, podría explicarse tal vez,
por las costumbres de los Rhinolopfms, que, según Trouessart,
son animales crueles que devoran á las otras especies más
débiles que viven en cautividad con ellos, dándose el caso de
que también sostengan luchas entre sí, hasta que sucumbe el
más débil.
— El Sr. Barras comunica desde Huelva la sig-uiente noticia
sobre recientes temblores de tierra en Andalucía:
«Con objeto de contribuir á que quede consignado en estas
actas el mayor número posible de movimientos sísmicos que
se verifiquen en nuestro país, tengo que comunicar á la Socie-
dad los siguientes: El día 9 de Agosto á las once y media de
la noche percibí, estando en Sevilla, una ligera oscilación que
al pronto me ofreció duda, pero que luego confirmaron otras
muchas personas. Algunos me dijeron que la habían notado á
las once, lo cual me hace suponer que hubo más de una. Según
he sabido luego, al venir á Huelva, este temblor de tierra se
sintió aquí el mismo día á la misma hora, habiendo también
discrepancia entre los que lo advirtieron acerca de si fué á las
once ó á las once y media, lo cual me confirma en el supuesto
de ser dos las oscilaciones. Precisamente en los periódicos de
aquellos días, de los que citaré á El Liberal de Sevilla del 11
de Agosto, se dijo que en Lisboa se había sentido un fuerte
temblor de tierra que duró dos segundos y ocasionó un terri-
ble pánico en la ciudad. Después me he enterado de que esto
ocurrió el día 9, coincidiendo con la trepidación observada en
Sevilla y Huelva.
El 28 de Septiembre á las ocho de la mañana, encontrándo-
me en mi habitación, percibí con mucha más claridad que el
de Sevilla otro temblor de tierra, Se produjeron dos oscilacio-
320 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
nes con un intervalo de dos ó tres segundos. La primera fué la
más débil, haciendo temblar los vidrios del balcón, y la segun-
da fué sensiblemente más fuerte, haciendo oscilar bastante á
un jarro vacío que estaba puesto sobre una palangana. Por los
movimientos del jarro se puede calcular aproximadamente
que la onda se transmitía en dirección E. á O.
Tengo noticia de que el eminente geólogo de Lisboa, señor
Choffat, se está ocupando de estos terremotos y de otro sentido
el 14 de Septiembre último en Portugal, cuyo foco supone es-
tar bajo el Océano. Infiere que estamos en un período de tem-
pestad sísmica, y desea cuantos datos puedan proporcionársele
sobre las sacudidas experimentadas en España durante el pa-
sado y el corriente mes.»
— La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 30 de Sep-
tiembre, bajo la presidencia de D Pedro Ramón y Cajal, sien-
do leída y aprobada el acta de la anterior.
El Sr. Presidente ordenó la lectura de los nuevos Estatutos
porque se rige la Corporación, elevada recientemente á Real
Sociedad española de Historia natural, después de lo cual mani-
festó cuánto significa para los altos fines de la misma el apoyo
oficial recibido. De ello se congratuló mucho, por lo que esti-
maba conveniente se hiciese constar en acta la satisfacción que
seguramente sienten todos los individuos de la Sección, acor-
dándose así por unanimidad.
Notas y comunicaciones.
Datos para el conocimiento de la fauna himenopterológica
de España
DON MANUEL MEDINA.
Ammophila hirsuta Scop. 9. — Palencia (Barras!) — Lag-una
de Duero (Barras!).
Los ejemplares 9 y o* °iue poseo en mi colección de esta
especie presentan la particularidad no mencionada en la obra
de André (Species des Hyménoj). d'Europe et d'Algérie), de que
DE HISTORIA NATURAL. 321
la cara interna de las tibias posteriores se halla revestida de
una pubescencia plateada ó ligeramente dorada. Esto mismo
se observa en los ejemplares de Madrid, Ciudad-Real, Pegue-
rinos, Cádiz y Palencia.
El ejemplar de Laguna de Duero, recogido por el Sr. Barras,
tiene las mandíbulas rojizas en el centro y escasos pelos en la
cabeza y tórax. ¿Será esta variedad una transición entre la
A. hirsuta y la iutariaf
Chrysis xaricornis Spin. — Puerto Real (Sánchez-Navarro!).
Myrmecocystus cursor Fonsc. £Qc". — Puerto Real, vi (Sán-
chez-Navarro!).
Es la primera vez que veo la Q y el (f de esta especie.
Camponotus cruentatus Latr. £. — Palencia (Barras!)..
Aplimnog áster bardara L. £. — Palencia (Barras!).
Mutilla litloralis Petgn., var. Andrei, var. nov., tf. — Alcalá
de Guadaira (Sevilla!)
Difiere del tipo por presentar el primer segmento del abdo-
men de color enteramente negro en vez de rojo ó ferruginoso.
Tengo especial satisfacción al dedicar esta variedad al dis-
tinguido especialista M. Ernest Andró , autor de la bella mo-
nografía sobre la familia de los Mutílidos publicada en la obra
de su hermano Edmond (Species, etc.).
Mutilla partita Klug. o".— Chiclana(López-Cepero!); Pozuelo
de Calatrava, Ciudad-Real (La Fuente!).
— subcomata? Wesm. <f— Sevilla, vin !
— capiiala Lucas. Q. — La Campana (Sevilla!); Cádiz, v (Sán-
chez-Navarro!).
Noticia acerca del «Dasylabris egregia» Klug
D. RICARDO GARCÍA MERCET.
Este mutílido, del que no se conocía más ejemplar que el
que sirvió á Klug para describirlo, ha sido encontrado en
Montarco por nuestro consocio D. José María Dusmet el 30 de
Julio último.
La descripción de Klug, que data del año 1835, es demasiado
breve y concisa, y si basta para reconocer la especie, no per-
mite establecer sus afinidades y relaciones. Comprendiéndolo
322 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
así, sin duda, Sichel y Radoszkovsky, en su Essai d'une mono-
graphie des mutilles de l'Ancient Continent, después de exami-
nar el tipo de Klug, que se conserva en las colecciones del
Museo de Berlín, hicieron una nueva descripción de este inte-
resante mutílido, que se aparta, por su vestidura abdominal,
no solo de los restantes Dasylabris, sino de todas las demás
mutilas de Europa.
Esta circunstancia, unida á la de no haberse conocido hasta
ahora más ejemplar que el tipo de Klug-, al cual se tiene
como procedente de Andalucía, indujo á algunos entomólo-
gos á considerar errónea la indicación de patria atribuida por
su autor á este insecto. El Sr. André, en su concienzuda mo-
nografía de las mutilas paleárticas, lo consigna así en una
nota puesta en el lugar correspondiente.
Por todo esto, y porque ni aun la misma descripción de
Sichel y Eadoszkovsky permite apreciarlas verdaderas afini-
dades del Dasylabris egregia Klug, creo interesante no solo dar
noticia del nuevo hallazgo de esta especie en España, sino
completar las descripciones que de ella se han publicado, ha-
ciendo otra sobre el ejemplar recogido por el Sr. Dusmet.
Hela aquí:
Cabeza negra, así como las antenas, redondeada, más estre-
cha que el tórax , provista de largos pelos negros sobre la cara
y parte posterior de los ojos y de pilosidad cenicienta sobre la
frente y vértice. Ojos ovalados, enteros, un poco más próxi-
mos á la articulación de las mandíbulas que de los ángulos
posteriores. Estemas bien visibles, los posteriores más gruesos
que el anterior y separados entre sí por un espacio mucho
menor que el que los separa de los ojos compuestos. Mejillas
cortas, poco más ó menos de la longitud del segundo artejo
del funículo de los antenas. Epístoma rebordeado anterior-
mente. Mandíbulas negras, rojizas en el centro, tridentadas
en la extremidad é inermes en su borde exterior. Antenas ne-
gruzcas con el escapo peloso y el segundo artejo del funículo
un poco más largo que el primero, pero notablemente más
corto que el siguiente.
Tórax negro, con el pronoto cubierto por una banda de pu-
bescencia plateada; pelos negros sobre el resto de los anillos
y algunos blanquecinos en el escudete. Pronoto con los ángu-
los anteriores bien manifiestos, pero redondeados. Mesonoto
DE HISTORIA NATURAL. 323
punteado-reticulado , superior y lateralmente. Escudete con-
vexo, con un surco ancho y profundo en la sutura de unión
con el mesonoto. Postescudete pequeño. Metanoto truncado
posteriormente, globoso en sus lados y de puntuación muy
gruesa y reticulada. Alas completamente obscurecidas con
irisaciones violadas; estigma indistinto; célula radial corta,
redondeada; tres células cubitales, cada una de las que recibe
un nervio recurrente. Escamillas negras, brillantes, punteadas.
Patas negras, con pelos negros, y una serie de espinas sobre
las tibias intermedias y posteriores. Espolones largos y negros.
Abdomen peciolado, oval, negro, con bandas de color leo-
nado dorado sobre el borde apical del segundo segmento y el
dorso de todos los siguientes. Primer segmento corto, nodifor-
me, un poco menos ancho en el borde posterior que larg'o sobre
la línea media, con pelos blancos en el dorso y una quilla ven-
tral corta y casi lisa. Segundo segmento gruesamente punteado
superior é inferiormente, con un pequeño surco ó línea impun-
teada que arranca de la base del dorso y recorre la mitad del
anillo, provisto de largos pelos blancos en su borde anterior y
de tres quillas ventrales, una media, muy acusada, y dos late-
rales menos distintas. Toda la parte inferior del abdomen es
negra, con pelos del mismo color, observándose algunos blan-
quecinos en el peciolo y parte basilar del segundo segmento.
cf Long. 19 mm.
x\mpliada la descripción del Basylabris egregia Klug pueden
apreciarse fácilmente las grandes afinidades de esta especie
con el D. maura L., del que tal vez sea solamente una varie-
dad. Obsérvase, en efecto, que la conformación de la cabeza,
mandíbulas, antenas, tórax, alas, patas y abdomen (1) es
exactamente igual á la de la especie linneana. Una de las
formas de ésta descrita por M. Ernest André con el nombre de
D. maura var. atriventris ofrece el mayor número de analogías
con la especie de Klug-. A mayor abundamiento, en el ejemplar
típico del D. atriventris And., que se conserva en las coleccio-
nes del Museo de Madrid, pueden observarse algunos restos
bien perceptibles de pubescencia dorada sobre el dorso del
(1) En el segundo anillo ventral del Basylabris maura L. var. arenaria F. se ob-
serva ya, además de la quilla media, vestigios ó indicios de las quillas laterales
que presenta el D. egregia Klug. El 1). maura L. var. atriventris Andr. ofrece estas
quillas, bajo la forma de abultamientos, mucho más acusadas.
324 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
5.° y 6.° anillos abdominales. Pero los pelos que adornan estos
anillos son negros, mientras que en el D. egregia la pubescen-
cia y los pelos .de los semianillos dorsales 4-7 son leonado-
dorados.
Antes de terminar la presente noticia acerca del curioso in-
secto descrito por Klug" en 1835, y vuelto á hallar por nuestro
consocio D. José M. Dusmet, consignaré que tal vez la 9, des-
conocida hoy, de esta bella especie, pueda ser la bautizada
por el ilustre director de las Species des Hyménoptéres cVEurope
con el nombre de D. maura var. caloñóla. Esta variedad, de
gran tamaño y bonita ornamentación, cuyo tf se desconoce,
ha sido encontrada por mí en el mismo Montarco, á los pocos
días de haber capturado el Sr. Dusmet el D. egregia Klug1.
La circunstancia de ser uno y otro insecto muy raros, aun-
que su área de dispersión por nuestra Península sea bastante
extensa (1), y la de haberse encontrado ambos en una misma
localidad, dentro del mismo año y en la misma época, parecen
prestar algún fundamento á la suposición que emito. Y debo
advertir que si por su ornamentación el D. egregia Klug- se
aparta bastante del D. maura L., también lavar, caloñóla And.
ofrece caracteres que, como la coloración y decoración del
tórax, uña escutelar, color de las patas y forma de las man-
chas pubescentes del segundo anillo del abdomen, le separan
bien, si se quiere, de la especie linneana.
No quiero tampoco terminar esta noticia sin dar pública-
mente las gracias al Sr. Dusmet por el desprendimiento y
generosidad con que me ha cedido, para mi colección, el indi-
viduo del D. egregia Klug- capturado por él en Montarco.
Algunos datos más sobre el tan célebre Drago de Orotava
D. PABLO ORAMAS.
Propóngome en esta nota ampliar un poco más las noticias
que ya nuestro consocio el distinguido Dr. D. Anatael Cabrera
(1) Dasylabris egregia Klug.— Localidades: Andalucía (Klug); Montarco (Dusmet).
—Dasylabris maura L. var. calonota And.— Localidades: Cartagena (Sánchez Gómez);
Alcalá y Villaviciosa de Odón (Escalera); Montarco (!)
DE HISTORIA NATURAL. 325
x
comunicó sobre los Dragos de Canarias (1), cuya descripción,
aunque ligera, da á conocer los diferentes ejemplares que
existen en Tenerife, los cuales, por sus dimensiones colosales y
estado de conservación, son muy dignos de estudio. Acompaño
una fotografía que debo á la amabilidad de mi distinguido
amigo D. Francisco Alvarez.
El famoso Drago de Orotava presentaba una entrada á la
cual le habían puesto una puerta, pues su interior estaba
hueco, formando una habitación bastante espaciosa, en la que
había también una mesa. Para subir ala meseta pusieron una
escalera por dentro del tronco. Este árbol, tantas veces secu-
lar, sirvió de majano para el reparto de las tierras conquista-
das, y, según se dice, se celebró en él la primera misa en el
Valle de Orotava, después de la rendición de Tenerife en 1496.
Según Berthelot, ocho hombres apenas habrían podido abra-
zar su tronco, que medía en la base 52 pies de circunferencia.
En 1792, y como á unos 30 pies de elevación, con ayuda del
ramaje, se improvisó en él un sólido pavimento con galería
exterior, en donde se sirvió un espléndido almuerzo con que
el jefe de la casa de Franchy obsequió á Lord Macartney, que
iba con una embajada á China, y á todo su séquito.
A continuación copio un extracto del relato personal del
Barón de Humboldt, refiriéndose al gran árbol en cuestión, al
cual atribuye diez mil años de existencia.
«Aunque teníamos conocimiento, dice, por las narraciones
de muchos viajeros del Drago del jardín de Mr. Franchy, nos
quedamos admirados al contemplar su enorme magnitud. Nos
habían dicho que el tronco de este árbol, mencionado en va-
rios documentos antiguos, como marca de los límites de un
campo, era tan gigantesco en la décimaquinta centuria como
al presente. Nos parece que tiene de alto cerca de 60 pies; su
circunferencia en la proximidad de las raíces es de 45. No pu-
dimos medir más alto , pero Sir George Stauton encontró que á
10 pies de la tierra', el diámetro del tronco tenía aún 12 pies
ingleses, lo que corresponde perfectamente con la afirmación
de Borda, que calculó 33 pies 8 pulgadas de circunferencia,
medida francesa; Mr. Wilkins encontró que la circunferencia
á una yarda del suelo era de 48 pies.
(1) Sesión de Abril de 1892.
326 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
El tronco está dividido en gran número de ramas que se
levantan en forma de candelabros y termina por penachos de
hojas , como la yuca que adorna los valles de América, lo que
le da un aspecto muy diferente de la palma.
Es indudable que entre los seres organizados, este árbol ve-
nerable, como la adansonia ó baobal del Senegal, es uno de los
habitantes más viejos del mundo. El baobal alcanza aún mayo-
res dimensiones que el Drago de Orotava, pero pudimos obser-
var que la adansonia como la ochaoma crece con más rapidez
que el Drago, cuyo desarrollo es muy lento.
La existencia de los Dragos en los sitios cultivados de las
islas Canarias, Madera y Puerto Santo , ofrece un curioso pro-
blema relativo á la emigración ó mejor transporte de las plan-
tas. No se han encontrado nunca en África, siendo las Indias
orientales su verdadero país. ¿Porqué medio fué importada la
especie á Tenerife? Es indudable que su existencia en esta isla
prueba que hubo en épocas lejanas relaciones entre los guan-
ches y los habitantes de Asia.»
Cuando se escribió el anterior extracto (1794), el árbol se
hallaba entero; pero el 21 de Julio de 1819 una violenta tem-
pestad lo redujo al estado que representa la fotografía, priván-
dolo por lo menos de la tercera parte de sus ramas. La parte
expuesta del tronco fué cubierta después con cemento, en donde
estaba grabada la fecha del día en que le partió el huracán.
Excursión botánica por Santander
y plantas americanas naturalizadas en España
D. LUIS ATERIDO.
Siendo nuestra flora una de las más numerosas en especies
espontáneas con relación á la europea, y que puede decirse ha
llegado á completarse respecto á las plantas vasculares, cada
día que pasa se aumenta con alguna nueva ó no citada en los
libros descriptivos. Débese esto en mucha parte á las investi-
gaciones de las personas que se dedican al estudio de la Botá-
nica y á los aficionados que, buscando nuevas localidades
con que extender el área geográfica de las especies, se encuen-
tran algunas, que aunque no son propias de nuestra flora, y
DE HISTORIA NATURAL. 327
cuya aparición se atribuye á la acción directa ó indirecta del
hombre, que transportando las semillas por diversos medios
encuentran un suelo en condiciones favorables para su des-
arrollo, propagándose como las verdaderamente peculiares
de la Península, hallándose en este caso bastantes de origen
americano , sin contar otras procedentes de diversas regiones.
En la excursión á Santander verificada en la primera quin-
cena de Agosto, he recolectado algunas especies de las cua-
les unas viven en diversas provincias, y se encuentran otras
que son propias de la costa cantábrica, como es sabido por los
que se dedican al estudio de esta rama de la Historia natural.
Entre las especies que he recolectado merece particular men-
ción una gramínea de origen americano, que se ha naturaliza-
do hasta tal punto en la costa, que forma verdaderas praderas
confundida con otras de la misma familia, destacándose entre
ellas por su porte y manera de vegetar.
Pertenece á la tribu de las Paniceas y tiene el nombre de
Stenotaphrum americanum Schrank. Es planta perenne, muy
rastrera y radicante, con tallos que llegan hasta un metro de
larg-o, articulados y ramosos.
Existen en el Herbario general del Jardín Botánico tres
ejemplares procedentes de América, los cuales me han servido
para la comprobación , con el nombre de Rottboellia dimidiata
Thunb.; Lamarck, en sus Ilustraciones, pl. 48, f.a b., con el de
Rottboellia tripsacoides; y Poiret le da el de Rottboellia stoloni-
fera, sinónimos del Stenotaphrum americanum, según Steudel
en su Nomenclátor botanicus. Hemsley, en la Biología central
americana, le admite también con el de Stenota])hrum.
La planta mencionada no ha sido observada en España por
ninguno de los que se dedican al estudio de los vegetales, y lo
prueba no estar citada en las obras descriptivas publicadas
hasta el día que tratan de la flora española, como tampoco se
halla indicada en la Enumeración y Revisión de las plantas de la
Península de D. Miguel Colmeiro, las cuales he consultado de-
tenidamente. Se encuentra indicada en algunos catálogos de
venta y cambio de plantas espontáneas, entre ellos uno que
se publica en Viena, como procedente de Bayona, y Gastón
Bonnier en su Flora completa de la Francia la cita como na-
turalizada en el mismo punto. Por lo tanto, creo pueda consi-
derarse en idéntico caso en nuestro país la planta mencionada,
328 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
siendo tan abundante en la costa santanderina, como he te-
nido ocasión de observar en mi excursión por el punto indi-
cado, y extendiéndose hasta la costa de la Coruña, según carta
del Sr. Bescansa, catedrático de Historia natural del Instituto
de Orense, dirigida al Sr. Gredilla en Agosto último.
El Stenotaphrum americanum Schrank, cuyo nombre vulgar
es el de Grama da fray a en el Brasil, habita la América Cen-
tral y Meridional, Guinea, Cabo de Buena Esperanza, etc.
Y ya que de esta planta importada me he ocupado, aprovecho
la ocasión de indicar todas las de origen americano que se han
naturalizado en nuestra Península de tal manera, que se con-
sideran como indígenas, y que se hallan indicadas en los libros
descriptivos: Senebiera didyma ~Pers., Lejñdinm virginicum L.,
Cardiospermum halicacabum L., Pelargonium inquinans Ait.,
Oxalis violácea L., O. cernua Thunb., Potentilla pensylvanica L.,
(Enot/iera biennis L., CE. longiflora Jacq., CE. slriata Ledeb.,
(E. fruticosa L. , CE. rosea Ait. , Mesembryanthemum A itonis Jacq. ,
Opuntia vulgaris Mili., O. Ficus-indica Haw., O. Düleni Haw.,
O. Tima Mili., O. coccineUifera Mili., O. tomentosa S. Dyk.,
0. Amyclcea Ten., Erigeron canadense L., E. bonariense L., Pas-
cana glauca G. Ort., Xanthium spinosum L., X. macrocarpum
DC, Cotula coronopi folia L., Solidago canadensis L.,Soliva Bar-
clayana DC, Bridens leucantha Willd., Helichrysum fcetidum
Cass., Kleinia ficoides Haw., Tagetes glandulosa Schrank, Helio-
tropium curassavicum L., Datura Stramonium L., D. Tatula L.,
D. ferox L., D. Metel L., Solanum bonariense L., Physalis peru-
viana L., Cestrum Parqni L'Hérit, Nicoliana rustica L., N. glau-
ca Grah., Verónica peregrina L. , Lippia citriodora Kunth.,
Phytolacca decandra L., Ronvieba multiflda Moq., Chenopodium
amlrosioides L., Amarantus retropZexus L., A. chloro'stachys
Willd., A. albus L., A. viridis L., A. deplexus L., A. hypochon-
driacus L., A. hybridus L., A. spinosus L., recientemente en-
contrado por el que esto indica en las isletas del río Manzana-
res; Alternanihera Achyrantha R. Br. , Agave americana L.,
Nothoscordium fragrans Kunth., Cy peras vegetas, Willd., Digi-
laria paspaloides Duby, asociada con el Stenotaphrum america-
num en los sitios antes indicados, como he tenido ocasión de
observar.
Algunas plantas más pudieran citarse procedentes de otras
remotas regiones y que han llegado á naturalizarse en núes-
DE HISTORIA NATURAL. 329
tra flora; pero no es asunto de esta nota enumerarlas como las
indicadas, cuya procedencia es la misma que la de la especie
encontrada en Santander, las cuales llegan á un número casi
igual á la mitad de las introducidas en nuestra flora, siendo
bastantes las que se cultivan como plantas de adorno en la
mayor parte de los jardines.
La presente nota solo tiene por objeto indicar estos peque-
ños datos para que los aficionados á la recolección de plantas
espontáneas y los que se dedican al estudio de la Botánica
puedan ampliarlos cuando teng*an ocasión para ello , contán-
dose entretanto con un género y especie más en nuestra flora.
Si algo útil es para la ciencia esta modesta indicación, que-
dará complacido el que, llevado por su afición al estudio y
conocimiento de la vegetación espontánea de las plantas de la
Península, trata de contribuir hasta donde sus fuerzas le per-
miten al aumento del Herbario español del Jardín Botánico.
Noticias referentes á algunos monstruos recientemente recogidos
D. CELESTINO GRAINO.
Por si la Sociedad lo considera de algún interés le ofrezco
las siguientes noticias relativas á tres monstruos dobles auto-
sitarios que con destino á mi Colección zoológica me han sido
remitidos recientemente, y cuyas fotografías acompaño.
I.° Ternera. — El cuerpo es normal, sin que en todo él se
encuentre alteración anatómica alguna; en el cuello es donde
ya se nota alguna anomalía, pues se ve claramente que es
más redondo que en los demás individuos de su especie ; pero
la verdadera monstruosidad reside en la cabeza, la cual, á
partir de las orejas, se divide en dos perfectamente desarrolla-
das, con dos hocicos, cuatro ojos, etc., etc.
El cráneo es muy g-rande, por el tamaño exagerado del occi-
pital y los parietales; los frontales son dobles y lo mismo los
huesos de la cara. El cerebro, único en la base, se divide en
dos á partir del primer tercio. Lo mismo ocurre con la lengua.
De -los cuatro ojos, tres están perfectamente desarrollados y
aptos para la visión; el otro, de algo menor desarrollo, no
parece en condiciones para funcionar. Las narices dobles y
330 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
apropiadas para el olfato; las mandíbulas inferiores son algo
débiles, por lo que hubiera sido difícil la alimentación del
animal, á pesar de que podría mover las bocas con bastante
independencia.
El ejemplar estaba vivo, falleciendo, según noticias, durante
la extracción, que fué muy laboriosa, tanto por la forma de la
cabeza cuanto por su tamaño realmente f grande. La madre,
que es una vaca del país, notable por su lámina y tamaño,
estuvo algún tiempo enferma, reponiéndose luego.
Nació este curioso ejemplar el 21 del pasado Enero en la
Atalaya (El Pito-Cudillero), en donde fué recogido por el
teniente de Carabineros D. Adolfo Alvarez , quien me lo remi-
tió inmediatamente á Aviles.
2.° Corderos. — Del vientre abajo son dos individuos per-
fectamente desarrollados é independientes, mientras que el
resto de los cuerpos está soldado, efectuándosela unión por los
esternones y siguiendo á lo largo del cuello por la parte ante-
rior hasta la cabeza, que en realidad puede considerarse como
una sola con dos caras.
Es notable la igualdad de los dos cuerpos, que únicamente
se diferencian algo en el tamaño, pero la coloración es exacta-
mente igual. Ambos son blancos, con una mancha negra alre-
dedor de los cuatro ojos, y otra del mismo color en cada una
de las orejas.
Como queda dicho, la unión se efectúa á lo largo de los
esternones, que están uno á cada lado, soldándose á ellos las
costillas inversas de los individuos, es decir, las costillas dere-
chas de uno y las izquierdas del otro. Todas las visceras eran
dobles, excepto el estómago y el esófago; este último podía
considerarse como el eje del monstruo, pues ocupaba el centro
del cuerpo, el cual era normal, lo mismo que el estómago,
cuya única anomalía consistía en ofrecer dos píloros.
El aparato respiratorio era doble, como todo lo demás, y
presentaba irregulares los corazones, pues mientras uno era
normal y bien desarrollado, el otro estaba como atrofiado,
recordando la forma de una habichuela. Las columnas verte-
brales bien desarrolladas, así como los agujeros occipitales,
nada ofrecían de particular.
La mayor anormalidad reside en la cabeza. Necesidades im-
periosas de la disección me impidieron hacer un detenido
DE HISTORIA NATURAL. 331
estudio, como hubiera deseado, de los huesos del cráneo, pero
desde luego se comprende la confusión que resultaría en toda
esta región. El esófago ocupaba el centro, formando una cruz
con los agujeros del occipital y las bocas, necesaria para que
tuviese caras, pues verificándose la unión por la parte ante-
rior, claro es que por las caras correspondía la de la cabeza;
así es que había sufrido una inversión , si se permite la pala-
bra, en todos los huesos, de modo que la línea recta que uniese
en el animal normal el centro al del agujero del occipital, el
del esófago y de la boca, formase en éstos un ángulo recto,
cuyo vértice lo ocupa el esófago. Consecuencia de esto es que
en realidad no existían los temporales, puesto que su unión
era tal con los occipitales, que de estos huesos, y muy cerca
de sus agujeros, partían las orejas; el oído interno era rudi-
mentario, como todo en esta parte del cuerpo; los ojos también
pequeños y no apropiados para la visión; los orificios externos
de las narices están sustituidos por uno solo y ancho.
Este animal nació en la inmediata parroquia de Miranda el
13 de Febrero en circunstancias especiales; la madre dio á luz
un cordero normal y sano, que aún vive, por cuya razón la
dejó sola su dueño, y cuál no sería su asombro cuando, al vol-
ver al poco tiempo, se encontró en el suelo y sin vida este
monstruo, que se apresuró á limpiarlo y traérmelo.
3.° Es un pichón recién salido del huevo, de cuerpo nor-
mal, lo mismo que el cuello en su arranque, pero que poco
á poco se va ensanchando hasta dividirse en dos al otro extre-
mo, con dos cabezas perfectamente desarrolladas y muy igua-
les una á la otra.
No tengo ninguna noticia respecto á su nacimiento, porque
el Dr. Villalain, que me lo regaló, solo me participó que hacía
tiempo lo tenía en casa.
Nota sobre la voz del erizo
POR
DON ÁNGEL CABRERA LATORRE.
El tener actualmente un erizo vivo, de la especie que existe
en el Norte y centro de la Península (Erinaceus Furopmis), me
ha permitido hacer algunas observaciones que contradicen
332 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
lo que acerca de este insectívoro se lee en la mayor parte de
los libros de Zoología que andan en manos de todos.
Se tacha al animalito, por ejemplo, de torpe y perezoso,
cuando en realidad puede correr como un conejo, y se le cali-
fica de poco sociable, á pesar de lo cual el mío busca con em-
peño la compañía del hombre; y aunque se enrolla cuando se
le va á coger, no muestra disgusto ni deseo de escapar si se le
pone sobre las rodillas como á un gato.
Todo esto podrán ser rasgos individuales, pero lo que ya
debe ser inherente á la especie es la voz. En este punto, casi
todos los autores convienen en que el erizo es mudo, ó á lo
sumo dicen, como M. Menegaux en La Vie des animaux, que
ahora se está publicando en París, que solo de vez en cuando
emiten un sonido especial, «qui tient du grognement et du
piaulement». Un naturalista español, D. Antonio Machado,
fué el único que se ha opuesto á la opinión general, aseguran-
do haber oído á los erizos, en la época del celo, mugir lo mis-
mo que bueyes. Graells, en cambio, sin dar pruebas en contra
de este aserto, se burla de él en su Fauna mastodológica ibé-
rica; pero lo cierto es que mi erizo, que es macho y adulto,
tiene una voz lo bastante fuerte para asustar al que la oye por
vez primera, sin que á nadie le ocurra pensar que pueda salir
de un animal tan pequeño.
A nada puedo comparar mejor esta voz que al alarido que
da un gato cuando se le pisa. No tiene nada que ver, como
pretende M. Menegaux, con el gruñir ni con el piar, sino que
es una mezcla estridente de aullido, ladrido y maullido, emi-
tida con extraordinaria rapidez. Cómo ni por qué la produce
el animalito, difícil es averiguarlo, dadas sus costumbres noc-
turnas, si bien debe ser un grito de llamada, pues mi erizo lo
producía más frecuentemente al principio de estar en mi casa,
como si le disgustase el encontrarse solo.
Algunas personas á quienes he consultado acerca del asunto,
por tener también erizos cautivos, me han dicho no haberles
oído nunca. Es posible que esta sea una de tantas cosas que
solo pueden observarse cuando los animales están en las con-
diciones en que la naturaleza los puso. En este respecto, pocos
erizos gozarán de las ventajas del mío, puesto que es dueño
absoluto de un espacio mayor que el que en los mejores jardi-
nes zoológicos se pone á disposición de algunos animales gran-
DE HISTORIA NATURAL. 333
des, y allí tiene maleza donde ocultarse, un escondrijo para
dormir y alimento abundante. En estas condiciones, y con la
esperanza de poder proporcionarle una compañera, tal vez en
la época del celo, me sea dado confirmar la afirmación del
Sr. Machado; y no me extrañaría que en dicho período bramase
como un buey un animal que de ordinario grita de un modo
poco en proporción con su tamaño.
El yacimiento prehistórico de la rambla Bermeja, en el término de
Lorca, y noticias acerca de otros poco conocidos en la provin-
cia de Murcia
DON DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS.
Encontrábame en Lorca durante el verano de 1897 y tuve
noticia por el distinguido literato de" aquella localidad, Don
Luís Gabaldón, de que en las inmediaciones del Pantano de
Puentes, y á la orilla de la rambla Bermeja, se habían descu-
bierto por un molinero diferentes silex tallados. No dudando
que se trataba de un yacimiento prehistórico, concerté con mi
citado amigo una excursión hacia aquellos sitios, con alg-unos
hombres y herramientas que nos permitieran hacer el trabajo
con fruto. Acabó de decidirnos á emprender el viaje la existen-
cia de una punta de flecha de silex, que nos presentó D.a Jo-
sefa Llamas, dueña á la sazón de aquellos montes, y previo
permiso de esta señora, salimos de Lorca el día 28 de Ag-osto,
antes de la hora de alba, con dirección á la rambla Bermeja.
La ciudad de Lorca se encuentra en el límite de un man-
chón mioceno al N. y otro aluvial al S. , presentándose otra
mancha de triásico al O., la Sierra del Caño, formando la sepa-
ración del expresado manchón de mioceno y el cámbrico que
continúa por la provincia de Almería. Cerca del Pantano co-
mienza una gran formación del eoceno, que se extiende hasta
Cieza, siendo éste y el mioceno los terrenos que ocupan ma-
yor extensión en la provincia.
Como buena parte de los barrancos y ramblas afluentes del
Guadalentín, ó río de Lorca, abren sus cauces en el cámbrico,
no es de extrañar que parte de los materiales que este río, ó
mejor dicho torrente, arrastra, sean pizarras, cuarcitas, etc.
• T. ni.- Octubre, 1903. 23
334 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
En los estrechos las aguas, ayudadas por estos materiales, pro-
ducen considerables erosiones, siendo una de las más notables
la que se encuentra cerca ya de la rambla Bermeja.
Tanto el eoceno como el mioceno son abundantes en fósiles;
sobre todo este último presenta algunas calizas cuajadas de
ellos. Se encuentran con profusión dientes de Oxyrhina, Lami-
na y Carcharodon en las canteras abiertas á la explotación. En
las margas se recogen peces enteros, y los procedentes de la
Serrata del Azufre lian sido coleccionados y clasificados por
mi inteligente y laborioso maestro D. Francisco Cánovas y Co-
beño, Catedrático de Historia natural del Instituto de Murcia,
y estudiados también en parte por D. Federico Botella y por
M. Sauvage.
A las seis de la mañana llegamos, después de un accidenta-
do viaje por malísimo camino, á la confluencia de la rambla
Bermeja con el Guadalentín. Una serie de colinas margosas
se extiende á la derecha, y entre ellas se abre paso la rambla,
cuyos detritus son cuarcitas y pizarras principalmente. Allí
esperamos la llegada del molinero que, semanas antes, había
encontrado los restos en la colina que teníamos á la derecha,
es decir, al N. de la confluencia. Empezamos á subir la pen-
diente, y al cabo de pocos minutos estábamos en la cumbre.
No tendrá la colina mucho más de 40 metros, de forma elípti-
ca, toda ella de marga arcillosa alterada, excepción de la cum-
bre que corona un banco de conglomerado grueso, de un me-
tro de espesor próximamente y casi horizontal. Este banco ha
defendido de la acción erosiva de las lluvias la cumbre de la
colina, y al N. , punto más escarpado y menos defendido, se
ha producido una especie de cobertizo que, agrandado sin duda
en épocas prehistóricas, ha servido de sepulcro á los hombres
de aquellas remotas edades. Pero el conglomerado, que no ha
estado defendido de la acción de las lluvias por su parte supe-
rior, se ha ido penetrando lentamente hasta producir un des-
plome, y los enormes trozos desprendidos han cerrado casi por
completo la entrada de la cueva. A esto se debe la conserva-
ción de los restos allí enterrados, y que á la hora presente no
pueden hacerse las pesquisas que debieran por impedirlo estos
bloques, entre los que se penetra no sin riesgo.
Las tierras habían sido removidas en la gran grieta a y arro-
jadas por la pendiente del cerro. La idea de encontrar un te-
DE HISTORIA NATURAL.
:j:j5
soro ha sido el móvil de estas excavaciones; así es que cuan-
tos restos humanos aparecieron fueron destrozados y dispersos.
Entre la tierra removida hay abundancia de huesos, rara vez
enteros, y dientes de raíz muy consumida y en buen estado las
coronas, gracias al esmalte que las protege.
Gran desaliento nos produjo el estado en que hallábamos
las sepulturas; no parecía que nuestro trabajo fuese fructífero,
y no obstante permanecimos cavando más de una hora en el
fondo de la grieta sin encontrar nada, descansando un breve
rato, que aprovechamos para tomar alg^ún alimento. Después
de las ocho continuamos las excavaciones por bajo del conglo-
merado en B y hacia la izquierda de la entrada primitiva en C.
En el primero de estos puntos se hacía el trabajo con facili-
dad, demostrando esto que las tierras habían sido removidas
hacía poco tiempo. Más provechosa fué la labor en la parte iz-
quierda, pues á los primeros golpes apareció un hacha pu-
limentada de pequeño tamaño, no tardando en descubrirse un
cuchillo de silex rojo y algunos trozos de otro.
*
336 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Como la excavación se hacía en uno de los puntos de la iz-
quierda que servía de apoyo al gran bloque que en otro tiem-
po constituía la parte anterior del techo, teniendo que efec-
tuar el trabajo en un hueco de un metro escaso de altura y ata-
cando con la piqueta la porción que le servía de sostén, se co-
rría el grave riesgo de quedar aplastado bajo el peñasco, que
tendrá muchas toneladas de peso. No obstante nuestras reite-
radas exhortaciones, uno de los trabajadores, entusiasmado con
Cuchillo de pedernal gris. Cuchillo de pedernal rojo.
el hallazgo anterior, siguió trabajando, aunque con gran cau-
tela, en aquel lado. L los pocos instantes extrajo un precioso
cuchillo de aspecto paleolítico, y después nos manifestó que
divisaba entre la tierra la parte superior de un cráneo. Sus-
pendió el trabajo unos momentos y tratamos de reconocer lo
que era, no pudiendo por entonces juzgar en aquella semi-
obscuridad si se trataba efectivamente de un cráneo ó de una
vasija de forma especial, porque no se descubrían más que
unos centímetros cuadrados. Continuando la exploración se
DE HISTORIA NATURAL. 337
vio á poco que era una vasija, la cual se extrajo con gran cui-
dado, llena de tierra y toda resquebrajada, por lo que desisti-
mos de limpiarla ante el temor de que se redujera á fragmen-
tos. Al lado se hallaron huesos, conociéndose bien la parte in-
ferior de un húmero y las superiores de un cubito y un radio,
y por la posición de los restos 'parecía que la vasija debía es-
tar á la izquierda y á la altura del brazo. No se encontró nin-
gún hueso entero, á excepción de unos metatársicos, que pa-
recen de ordinarias dimensiones.
La vasija tiene unos 13 cm. de diámetro y casi otro tanto de
altura; de forma atondada, fondo plano y la boca casi tan an-
cha como el fondo, adornada con cinco pezoncitos simétrica-
mente dispuestos junto al borde. La tierra que contiene, en-
durecida, le comunica cierta solidez, sin la cual se habría des-
moronado al sacarla del lugar en donde ha reposado largos
siglos (1).
Apartándome del lugar, di una vuelta por la cumbre del ce-
rrete para sacar unos dibujos que dieran idea de su situación,
y al retirarme de la cumbre para poder apreciar el perfil des-
de el O., creí notar unas piedras de regular tamaño encaja-
das en el suelo y como unos cuantos metros más abajo de la
puerta de la cueva. Como el terreno no contiene allí piedras
de aquel tamaño, y la situación, aunque no muy clara, seme-
jaba una serie de grandes cantos, bien pudiera ser que sir-
vieran en otro tiempo para limitar el recinto que coronaba el
cerro; algo, en resumen, que señalara el lugar consagrado á
la muerte. Al O. se perciben algunos montículos, que acaso
sean otros tantos sepulcros; pero limitado nuestro permiso á
registrar las ruinas de la cueva, y no debiendo dejar lo cierto
por lo dudoso, no tratamos de realizar nuevas investigaciones.
Cuando se pretende subir por la rampa que hace frente á
la cueva, la gran cantidad de tierra movediza que han arro-
jado los que excavaron primeramente dificulta la marcha por
aquella rápida cuesta, al mismo tiempo que se experimenta
cierto temor ante aquellas grandes piedras, que parecen pró-
ximas á deslizarse. Toda la ladera está sembrada de pedazos
de huesos y de dientes con la raíz consumida; y el número de
(1) Se extrajeron en total nueve cuchillos, dos puntas de flecha, dos hachas y la
vasija mencionada y representada en la pág. 985.
338
BOLETÍN de la sociedad española
los que pueden recogerse da la idea de la cantidad de cadáveres
que encerraría la gruta en otro tiempo.
Es, en resumen, un enterramiento de la edad neolítica,
que debe contener aún bastantes objetos; pero por la situación
de la cueva y su estado ruinoso, así como por no contar con
licencia del dueño para practicar excavaciones en regla, no
pudimos continuar nuestras investigaciones. Lo más expedito
hubiera sido deslizar el gran bloque de conglomerado por la
pendiente ó al menos asegurarlo convenientemente antes de
cavar en sus apoyos.
Viva emoción experimenta el aficionado á estos estudios
que tiene la suerte de encontrar un sepulcro positivamente
prehistórico cuando, como en el caso de que trato, no son de
presumir esas supercherías tan frecuentes en las inmediacio-
nes de las grandes ciudades, pues solo teníamos noticia del
yacimiento de la rambla Bermeja por un hombre del campo,
que consideraba aquello como una sepultura de los moros sin
importancia. Embarga el ánimo un indefinible sentimiento
imaginando la pobreza en que debía vivir la humanidad en
aquellas pasadas épocas; y sin embargo, cuando se piensa
que todos aquellos valles y colinas debieron estar cubiertos
de bosques, como hasta hace pocos años sucedía, en los que
abundaban seguramente los medios de subsistencia, se echa
de ver que no sería la vida del hombre primitivo tan desgra-
ciada como puede suponerse por el aspecto presente del país.
No contarían con herramientas propiamente dichas; carece-
rían de esas mil necesidades ficticias de las modernas civiliza-
ciones, pero en un ambiente puro, con alimentación abundan-
te, pues la población no tendría la densidad que al presente, y
DE HISTORIA NATURAL. 339
en un clima suave como el de esta parte de España, hay mo-
tivos para creer que aquella vida sería preferible acaso á la
que arrastran los desheredados de la fortuna en nuestras po-
pulosas ciudades.
La vista se extiende al O. por un pequeño desierto en donde
se ven montículos y colinas que acaso sean otras tantas sepul-
turas, y el valle del Guadalentín nos trae á la memoria ese
valle del Nilo, cuna de antiguas civilizaciones, con sus monu-
mentos funerarios en forma de pirámides, colinas artificiales
de piedra levantadas por la magnificencia de los Faraones.
Lo que allí construyeron miles de hombres en algunos años,
levantarían aquí los deudos del difunto en pocas horas, y
estos montículos de tierra vienen á representar las pirámides
hechas con sillares labrados de sienita ó de caliza del valle
del Nilo.
No terminaré estas líneas sin dar noticia de alg-unos otros
enterramientos cuya edad no puede precisarse. Existen en la
comarca sepulturas labradas en la roca, notables por su poca
anchura, su profundidad y estar invariablemente cerradas con
grandes losas rectangulares. Ya el Sr. Góngora, en sus «Anti-
güedades prehistóricas de Andalucía», 1868, pág. 72, dice que
entre el cerro del Maimón y el cerro del Judío, á4 km. de
Vélez-Rubio, se encuentran en el llano sepulturas de una tercia
de anchas y 7 de largas, en donde se depositaban los cadáve-
res de costado, con la cara al S. y los brazos estirados. De esta
naturaleza eran las que hace años existían en la loma de la
Horadada, cerca del barranco de Borda, á unos 2 km. al SE. de
Caravaca. El 2 de Febrero de 1886 visité aquellos lugares y
pude contar más de 30 tumbas, notables por su escasa an-
chura, que solo permitirían la entrada del cadáver puesto de
costado. Había algunas como si fueran para niños, que no pa-
sarían de 1 m. de longitud y estrechas en proporción, pero la
orientación no era constantemente de E. á O., como las citadas
por el Sr. Góngora, pues algunas formaban áng-ulo recto con
las otras. Todas debieron estar cerradas por grandes y grue-
sas losas rectangulares, notándose algunas de dos piezas que
yacían inmediatas á las sepulturas, violadas años antes de mi
visita por los que soñando con tesoros escondidos las descu-
brieron, y no encontrando riquezas rompieron y dispersaron
bárbaramente aquellos restos que de tanto interés hubieran
340 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
sido. Ya estaban las fosas llenas de tierra, y de entre ésta pude
retirar algunos fragmentos de huesos, pero no armas ni ins-
trumentos de ninguna clase que pudieran dar luz acerca de la
edad de tales enterramientos. En Julio de 1898 no existían ya
ni losas ni la roca en que se abrían las fosas, porque encon-
trando fácil modo de cortar la caliza habían completado la
obra de destrucción para edificar con los materiales un cortijo
allí inmediato.
Al O. de Caravaca, junto á una construcción que se atribuye
á los Templarios, existe una toba caliza bastante tenaz para
poderla utilizar como piedra de obra, y en ella se han encon-
trado diferentes veces idénticas sepulturas, y todavía recuer-
do haber visto , hace muchos años, cortada la piedra á escua-
dra en algunos puntos, que tal vez formaran parte de análogos
enterramientos. En 1898 excavamos en diferentes sitios y en-
contramos dos tumbas paralelas, ocupadas solo por tierra, y
extraída ésta pudimos reconocer que era del mismo tipo que
las de la Horadada y su orientación E. á O., siendo la más lar-
ga de 1,98 m. por unos 0,40 de anchura, si bien los bordes, algo
derruidos por la parte media, la hacían aparecer mayor. La más
corta medía 1,54 m. por 0,38 de anchura; ambas tenían en el
fondo y á uno de los extremos un peldaño, como para apoyar
la cabeza, y sobre este peldaño á un lado un pequeño resalte
como para depositar un objeto. Por encima, y alrededor de la
sepultura, se advierte una especie de cajera de 0,15 m. de an-
cho por 0,10 de alto, para contener la losa, porque de idéntica
manera las había visto doce años antes en la Horadada. Un
montículo de tierra como de unos 2 m., y que creímos ocul-
taría algún enterramiento, fué deshecho por nosotros sin re-
sultado ninguno.
El número de instrumentos neolíticos que se encuentran en
esta región es enorme. Los hay de muy variadas formas y ta-
maños, no faltando armas de bronce, aunque en mucho menor
número. Algunas armas neolíticas están primorosamente la-
bradas, mientras que otras parecen más bien cantos á los que
se haya sacado filo, aprovechando su forma, y nada tendría
de particular que el hombre de aquellas edades utilizase las
piedras que la naturaleza le ofrecía, aprovechando las mayo-
res ventajas, porque un canto rodado de forma elipsoidal muy
prolongada puede fácilmente convertirse en instrumento, de
DE HISTORIA NATURAL. 'Sil
preferencia á otra piedra cualquiera. En las playas de Maza-
rrón, donde es frecuente encontrar guijarros de rocas erupti-
vas muy duras y tenaces, he visto piedras que con escaso tra-
bajo se hubieran convertido en armas neolíticas, y lo mismo
puede decirse de los pedazos irregulares que se producirían al
romperse por accidente las armas de gran tamaño, sobre todo
en aquellas regiones en que las rocas eruptivas escasearan.
Poseo un trozo largo y puntiagudo que ha pertenecido á un
arma neolítica, y en el que después se ha querido pulimentar
la superficie de fractura y abandonado más adelante el tra-
bajo.
A orillas del Quípar, en el lugar hoy ocupado por la aldea
de la Encarnación, se encuentran los restos de una población
romana, y en una colina frente á ella un templo, algunas de
cuyas columnas aún en pie, forman parte de la ermita del lu-
gar. Es la antigua Asso, reconocida hace algunos años gracias
á una lápida dedicada á Lucio Emilio Recto, famosa entre
los arqueólogos. Visitando las ruinas es fácil dar con barros
romanos, trozos de cornisas de mármol y otros materiales, pero
todo destrozado, como si la ciudad hubiese sido destruida con
gran violencia. A primera vista solo restos romanos encuen-
tra la observación superficial, y sin embargo, las excavacio-
nes sacan á luz otras obras del hombre. Allí se encuentran
también hachas neolíticas, y nada tiene de extraño que un
lugar dotado de buenas condiciones fuera sucesivamente ocu-
pado por diferentes pueblos. El hecho no es único, y las ruinas
de Segobriga, los yacimientos de Carmona y otros muchos son
buenos ejemplos de ello. La situación de Asso al borde mis-
mo del río, en lo alto de una colina que entonces sería inexpug-
nable, y dominando un paisaje bellísimo, sería apreciada por
otros hombres antes que por los diferentes invasores que han
pisado el suelo de la Península. De Asso hemos extraído ha-
chas neolíticas, placas de arenisca que pudieron servir de amo-
ladera y hasta un pequeño molino que ignoro á qué época
deba referirse.
342 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-Real (1)
POE
D. JOSÉ MARÍA DE LA FUENTE.
XVI . — Co leóp teros .
Hister 4-maculatus L. var. intermedius n. v. — Una tantum
macula rubra, eaque perparva, in unoquoque elytro perhiben-
tia, a typo diíferens.
Variedad caracterizada por la presencia de una sola man-
chita ó punto rojo sobre cada estuche.
En los seis ejemplares de Pozuelo son puntos, y éstos los
posteriores: en uno de Zarag-oza es una manchita humeral, con
falta de puntos ó manchas posteriores. Es intermedia entre el
tipo con cuatro manchas rojas y la v. gagates Illig. con los
estuches negros, sin manchas. Alg-unos autores mencionan
esta variedad, pero sin darla nombre.
Los ejemplares de referencia los he hallado en Abril, levan-
tando piedras en las orillas del río Jabalón.
El tipo y las variedades de esta especie se distinguen del
modo sig-uiente:
1. Élitros negros completamente 2
— Élitros con manchas rojas 3
2. Propigidip liso en el medio v. gagates Illig*.
— Propigidio punteado tan fuertemente en el medio como
sobre los costados v. Pelopis Mars.
3. Con cuatro manchas rojas (tipo). 4-maculatus L.
— Con dos manchas, una en cada élitro 4
4. Manchas puntiformes ó muy pequeñas
v. intermedius m.
— Grandes, cubriendo casi todo el élitro en forma de C
v. lunatus Muís.
Drasterius himaculatus Rossi var. lineato-basalis n. v. — Nig-er,
testaceo-varieg-atus , pubescentia grísea prseditus. Antennse
(1) Véanse las Actas de esta Sociedad de 1897, páginas 129, 177, 202 y 240; las de
1898, páginas 83, 97 y 205; las de 1899, páginas 30 y 210; las de 1900, pág. 188; el Bole-
tín de 1901, pág. 133, y el de 1902, pág. 105.
DE HISTORIA NATURAL. 343
ferrugineae. Caput, pronotum, elytra (prseter macula) et cor -
poris infra nigra. Elytra macula basali ferruginea, elong*ata,
in quinto intervallo exhibentia. Pedes pallide testacei, — Lon-
gitud 3,5; lat. 1.2 mm.
Entre las numerosas variedades de Drasterms bimaculatus
recogidas en Pozuelo (latepictus Buyss., pallipes Küst., angu-
losepictus Buyss., variegatus Küst., cantheriatus Buyss., trisig-
natus Chob., sexsignatus Buyss., quadrisignatw Küst., basa •
lis Reitt., binotatus Rossi é immaculatus Paulino), hemos en-
contrado ésta, que acabamos de describir, representada por
dos individuos, al borde de una charca en Julio en el sitio lla-
mado La DehesiUa.
Debe colocarse entre quadrisignatus é immaculatus, distin-
guiéndose del primero en la falta de la mancha apical, y del
segundo por presentar los élitros maculados en su base.
Agriotes sordidus Illig. var. nigriceps Dan. n. v.— Im westli-
chen Mittelmeergebiete, namentlich in Spanien und Nordafrika
neigt bekanntlich der gewohnlich einfarbig schwarzbraune
Agriotes sordidus Illig. zum Rufinismus (v. margimpennis Luc,
v. negleclus Schw., v. scuteUaius Schf.). Eine extreme, bisher
noch nicht nachgewiesene Form kommt bei Pozuelo de Cala-
trava in Castilien (Fuente) vor und erinnert wegen ihres fremd-
artigen Aussehens nur mehr wenig an die Stammform.
Diese Varietat (sordidus nigriceps m.)ist fast auf der ganzen
Oberseite lebhaft hellrostrot, nur der Kopf, ein schmaler Saum
am Vorderrande und eine undeutliche Langsmakel auf dem
Diskus des Halsschildes schwarz. Die ganzen Beine und Fühler,
sowie die Episternen und die Mitte der Vorderbrust rótlich,
die übrige Unterseite schwarzbraun. Auf den ersten Blick
erinnert das Tier, ein 9, an die vorherrschend rostrot gefárbte
Form des Sericus brunneus L. Q.
Dr. Karl Daniel in Kleinere A bhandlungen, Berlin, 1903, p. 251.
Agriotes sordidus Illig. var. circumcinctus n. v.— Caput ni-
grum. Pronotum et elytra quoque nigra, lateribus rufis sepe-
que etiam marginibus anteriori et posteriori pronoti. Antennse
rufula? veluti pedes (pr?eter femora interdum obscuriora),
episternpe prosternales et macula elongata medio prosterni.
Venter obscurus.
314 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Siete ú ocho ejemplares en Marzo y Abril debajo de las pie-
dras en el prado juncal de La Inesperada (Pozuelo).
La clave siguiente facilitará á los principiantes la separación
de las diversas formas de Agriostes sórdidas Illig.
1. Pronoto enteramente negro 2
— Más ó menos teñido de rojo 3
2. Élitros negros del todo. . . . (tipo) sórdidas Illig.
— Élitros negros con los costados rojos
v. marginipemús Luc.
3. Élitros rojos así como los costados del pronoto
v. nigriceps Dan.
— Élitros negros ó teñidos de negro 4
4. Élitros negros enteramente (margen anterior, ángulos
posteriores del pronoto y escudete rojizos)
v. scutellaliis Schauf.
— Élitros negros con los costados rojos 5
ó. Pronoto con los costados rojos y á veces rojo todo alre-
dedor v. circamcinctus m.
— Rojo del pronoto limitado á los ángulos posteriores
v. neglectas Schw.
Dasytiscus corvinus Reitter n. sp.— Ganz schwarz, Oberseite
mit sclrwachem Erzglanz, 'weiss, nicht allzu dicht dreifach
behaart. Die Grundbehaarung ist anliegend, die andere ist Tán-
ger, geneigt, die dritte ist noch lánger, gerade emporstehend,
weiss, nur auf dem Kopfe sind einzelne lange schwarze Haare.
Füliler schwarz, vom vierten Gliede an gesaegt, beim d" den
Hinterrand des Halsschildes überragend. Kopf so breit ais der
Vorderrand des Halsschildes, mit grossen Augen, Schláfen
kurz, nach hinten verengt, vorne mit zwei Lángseindrücken,
Scheitel spárlich punktirt, Clypeus fast glatt. Halsschild viel
schmáler ais die Basis der Flügeldecken, fast so lang ais breit,
nach vorne nahezu conisch verengt, die Haare wenig dicht,
quer gestellt, in der Mitte linienformig zusammengekámmt,
oben nur mássig dicht punktirt. Flügeldecken parallel beim tf,
hinten gemeinschaftlich abgerundet , dicht runzelig, fein
punktirt, die kurze Grundbehaarung wenig dicht gestellt,
den Untergrund nirgends deckend. Unterseite und Beine
schwarz, fein weiss behaart. — Long. 4 mm.
DE HISTORIA NATURAL. 315
Spanien: Cerro S. Cristóbal, im Juni. Ein <f von P. José de
la Fuente eingesendet. Unterscheidet sich vori longipilis und
nigropilosus durch schwarze Fühler und Beine und Mangel von
schwarzen Haaren auf dem Halsschilde.
Edmund Reitter in Wiener Bntomologische Zeitung, xxn.
Jahrg., ii. Heft (5 Márz 1903), pág. 43.
Nota. La indicación de localidad ha sido desnaturalizada
por el autor, y debe entenderse así: Pozuelo de Calatrava (Es-
paña), en el Cerro de San Cristóbal, en Junio. La especie perte-
nece al subgénero Triíhrix Schilsky.
Bracliyderes suturalis Graells, var. insuturalis Pie n. v.— Ely-
tres dépourvus de bordure sutúrale faite de pubescence blan-
che, protliorax a ponctuacion peu serrée et moyenne. Espa-
gne: Pozuelo (de la Fuente, in coll. Fuente et Pie). D'aspect
rappelie B. marginellus Graells, mais n'a pas de tache scutel-
laire, les yeux sont moins saillants, etc.
Maurice Pie in L'Échange (1903), n.° 221, pág. 123.
En Pozuelo es bastante raro; pero en Fuencaliente, donde lo
hallé en Junio de 1902, es tan frecuente como el tipo, que lo
es mucho. Hay que buscarlo sobre los Cistus en las cumbres
más elevadas.
Trachypliloeus muralis Bedel.™ Propio de Argelia (Nemours);
nuevo para Europa.
Pozuelo. Más de 20 ejemplares debajo de las piedras, en un
ribazo próximo al cementerio, en compañía de Omias castilia-
nus Dan., TracJiy palmus piciuratus mihi, y otras especies inte-
resantes.
Thylacites vitticollis Desb. n. sp— Long. 6 mili. Oblongus,
modice elongatus, convexiusculus, piceus, dense seneo-squa-
mosus, antennis, tibiis, tarsisque dilutioribus, longe insequali-
ter brunneo-hirsutus. Caput convexum, sicut rostrum parce
profundius punctatum, oculis subglobosis, valde prominulis.
Rostrum subtransversim quadratum, depressum, medio lon-
gitudinaliter sulcatum. Antennae sat gráciles, scapo subrecto,
ápice valde clavato, oculorum médium attingente, funiculi
articulis Io valde elongato, subconico, 2o breviter cónico, 3-7
moniliformibus, ultimo valde transverso, clava ovata. Protho-
346 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
rax longitudine paulo latior, medio a latere dilatatus, margine
basali marginata, brunneus, clare argenteo-trivittatus, plaga
media subrhomboidale, squamis vix convexis, punctis profan-
áis in dorso rarissimis. Elytra thorace vix triplo longiora, hu-
meris rotundatis, a latere vix arcuatis, postice medio subcari-
nata, subseriatim laxe minus regulariter punctulata, macula
albida ante-apicali obsoleta. Pedes longe ciliati. Subtus albo-
squamosus.
Espagne, sans localité precise.
Assez voisin du T. pretiosus, dont il se rapproche par ses
longues soies dressées d'inégale longueur, sa coloration, sa
forme genérale; un peu moins allongé, prothorax moins court
a taches et bandes tres nettes ainsi que celle des élytres,
chez le T. preticsus, la massue des antennes est oblongue
au lieu d'étre ovale, les series de points des élytres sont bien
moins nombreuses et la carene postérieure fait absolument
défaut.
J. Desbrochers in Le Frelon, v, p. 42.
Observación.— Aun cuando M. Desbrochers da á esta especie
por patria «España», sin recordar la localidad precisa, es in-
dudable que el tipo procede de Pozuelo, enviado por mí en
otro tiempo al autor con el nombre equivocado de T. pretiosus
Schauf. Cfr. Le Frelon, xi, p. 159.
Bastante raro en Pozuelo en las vertientes de los cerros, de
La Rendija, etc., debajo de las piedras, casi todo el año.
Sharpia gracilenta Fairm. — Especie de Argelia, nueva para
Europa. Único ejemplar en Abril, debajo de una piedra, en la
Virgen de los Santos (Pozuelo).
Phyllotreta hispánica Pie n. sp.— Ovale allongé, convexe, bri-
llant, noir, base des antennes et pattes testacées, moins les
cuisses postérieures noires, élytres ornes chacun d'une seule
macule discale antérieure allongée, celle-ci jaune. Tete caré-
née entre les antennes; tf antennes robustes, noires avec les
troispremiersarticles testacés etles4eet5e élargis; prothorax
assez large, a ponctuation forte, peu écartée; élytres longs, un
peu plus larges que le prothorax, tronques au sommet, á ponc-
tuation forte et assez rapprochée; ornes d'une macule jaune
antérieure allongée, partant de la base et éloignée du bord
DE HISTORIA NATURAL. 347
externe et de la suture.— Long. 2,3 mili. Espagne: Fuenca-
liente (ex. J. M. de la Fuente).
Peut se placer prés de flavogiittata Kst.,bien distinctpar ses
antennes et l'absence de macule postérieure élytrale. Pli. basa-
lis Bris. offre un dessin analogue, mais laponctuation est bien
plus dense sur l'avant-corps , les antennes sont testacées, la
macule est plus courte, subarrondie, etc.
Maurice Pie in L'Échange (1903), n° 220, p. 115.
Hemipteros.
Campylostfcira serena Horv. n. sp.— Fusco-testacea, superne
cervino-reticulata; marginibus lateralibus pronoti et margine
costali elytrorum parce breviterque ciliatis; capite, articulis
duobus basalibus articuloque quarto antennarum (basi hujus
excepta), disco pronoti pectoreque fuscis vel nigro-fuscis ; an-
tennis gracilibus, parce breviterque pilosulis, articulo tertio
lineari et quam articulo 2X/Z longiore; pronoto antice distincte
sinuato, marginibus lateralibus explanatis, biseriatim areola-
tis, extus rotundatis, antice latis et angulum apicalem exter-
num formantibus, carinis discoidalibus parallelis, rectis, hu-
milibus; elytris completis, apicem abdominis distincte supe-
rantibus et intus sese tegentibus (f. macr.) vel incompletis,
apicem abdominis paullo superantibus, margine suturali se-
junctis et dorsum abdominis medio fere usque ad apicem haud
tegentibus (f. bracA.J, spatio suturali uniseriatum areolato,
spatio discoidali biseriatim areolato, spatio laterali serie única
areolarum magnarum quadrangularium instructo, membrana
costae per totam longitudinem distincta et uniseriatim areo-
lata. Q.— Long. 2V2 mili.
Hispania: Ciudad- Real (Pozuelo deCalatrava). (Mus. Hung.,
Coll. Fuente et Puton). Specimina nonnulla legit Dom. /. M.
de la Fílente.
A.C. perethrice Put. statura latiore, ciliis marginalibus bre-
vioribus et minus numerosis, pronoto elytrisque haud nigro-
reticulatis et prsesertim structura pronoti divergens. Pronotum
antice capite cum oculis multo latius, marginibus lateralibus
fortius dilatatis, distinctissime biseriatim areolatis, extus ro-
tundatis, ápice truncatis et angulum externum distinctum
formantibus.
348 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Dr. Geza Horváth in Természetrajñ Füzetek, xxv (1902), pa-
gina 593.
Monosteira buccata Horv. n. sp. — Oblongo-ovata fusco-testa-
cea, subnitida, glabra; capite superne ferrugineo, spinulis
quinqué albis, tribus anticis brevioribus armato, tuberculis
antenniferis albidis, fronte inter antennas nigra, bucculis
flavo-albidis, ubique ffique altis, antrorsum ultra apicem capi-
tis porrectis; antennis pedibusque pallide flavescentibus, illa
rum articulo tertio gracili, articulo quarto fortiter clavato,
nigro; pronoto dense distincteque punctato, margine antico
angusto pallido, carina mediana tenui, humili, basin et api-
cem versus nonnihil pallescente, marginibus lateralibus sub-
tiliter albido-carinatis et apicem versus in lobulum parvum
reflexum explanatis; elytris rite explicatis, apicem abdominis
distincte superan tibus, subtiliter areolatis, fasciis duabus
obsoletis — una majore mox ante médium, altera minore ad
partem apicalem spatii discoidalis — albidis ornatis, membrana
costíe angusta, uniseriatim areolata, areolis minutis, regulari-
bus et venulis fuscis separatis. — Long. 2 mili.
Hispania: Ciudad-Real (Pozuelo de Calatrava). (Mus. Hung.)
Specimen unicum benevole misit Dom. /. M. de la Fuente.
A M. unicostata M. R. statura minore, colore obscuriore,
bucculis antrorsum angulato-productis, articulo ultimo anten-
narum nigro et pronoto fortius punctato , maculis anteapica-
libus nigTis destituto divergit. Statura et colore M. lobnlife-
rce Reut. similis, sed bucculis porrectis, lobulis marginalibus
pronoti totis reflexis, hujus marginibus lateralibus haud ex-
planatis, sed tantum subtiliter carinatis membranaque costa?
elytrorum angustiore bene distincta.
Dr. Geza Horváth in Természetrajzi Filzetek, xxv (1902), pa-
gina 600.
Hematozoarios de los animales
D. JUAN MANUEL DÍAZ VILLAR Y MARTÍNEZ.
Los esporozoarios parásitos no solo viven y evolucionan en
los hematíes del hombre para provocar la fiebre palúdica, sino
que atacan también á los glóbulos rojos de los mamíferos y
DE HISTORIA NATURAL. ' 349
aves, ocasionando infecciones análogas que se extienden por
casi todos los puntos del g-lobo. En la sangre de los mamíferos
domésticos se encuentran esporozoarios del g-énero Pyroplasma,
y en la de las aves se observan otros que corresponden al Pro-
leosoma Grassi y Halteridium Danilewskyi, causa de la malaria
de estos animales.
Los piroplasmas que evolucionan en las diversas especies
domésticas se distinguen perfectamente del Plasmodium ma-
laria, penetran en los glóbulos rojos para destruirlos y favo-
recer la disociación de la hemoglobina, se propagan por inter-
medio de los ixódidos parásitos, sobre todo en los mamíferos
donde abundan estos arácnidos, y ofrecen caracteres específicos
que permiten clasificarlos en las formas siguientes:
1.a Pyroplasma Mgeminum. — Este protozoario, semejante á
los amibos y coccidias, penetra en los glóbulos rojos, donde
se desarrolla rápidamente, ó yace libre en el plasma sanguí-
neo, y presenta dos aspectos principales: uno que se caracte-
riza por elementos piriformes; casi siempre se asocian dos en
un mismo hematíes, miden de 2 Va á 3 Va p. de largo por 0,8 á
1,2 p. de ancho; sus extremos delgados se sueldan ó están con-
tiguos, pero á veces llegan á ser independientes, y entonces se
dirigen en sentido inverso; y otro, por cuerpos esféricos ovala-
dos, de 1 á 2 72 p- de diámetro, aislados ó pareados en un hema-
tíes. Estos parásitos están dotados de movimientos amiboides;
se reproducen por división directa, especialmente en el bazo,
y los pequeños elementos penetran en los hematíes, donde se
segmentan en dos y rara vez en cuatro. La coloración se obtie-
ne con la thionina fenicada de Nicolle, previa fijación con
alcohol etéreo, apareciendo los glóbulos rojos con un color
verde pálido, en tanto que los parásitos se distinguen por su
tinte azul, con una parte central más clara, susceptible de co-
lorar por el método de Laveran. Dichos parásitos presentan
un cariosoma esférico ú ovalado que mide 0,7 á 0,9 p. de diá-
metro, y en el extremo delgado numerosas granulaciones que
fijan fuertemente la materia colorante.
2.a Pyroplasma ovis. — Esta especie es casi siempre poco nu-
merosa; por lo general cada glóbulo infectado contiene un solo
parásito, redondo ú ovalado, de 1 á IVa V- ^e diámetro, y á ve-
ces se asocian dos en un mismo hematíe, en cuyo caso son
piriformes con una ligera excavación en las caras opuestas. Si
T. ni.— Octubre, 1903. 24
850 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA.
la coloración está bien hecha se distingue, en cada elemento
parasitario, un cariosoma redondo ó alarg*ado, de color rojo
violeta y colocado en la periferia, mientras que el protoplasma
aparece azul en el centro de aquél. Se observan elementos pa-
rasitarios libres, aunque en menor número que los endoglo-
bulares; unos y otros carecen de pigmento, se 'hallan en vías
de segmentación cuando el cariosoma se alarga, y por fin se
fracciona éste en dos partes independientes, arrastrando al pro-
toplasma. Laveran y Nicolle creen que existen en mayor nú-
mero en el bazo que en los grandes vasos, si bien ofrecen el
mismo aspecto, con la diferencia de ser algo más volumino-
sas y frecuentes las formas en vías de segmentación en aquel
órgano.
3.a Pyroplasma equi. — Estos hematozoarios, semejantes al
piroplasma del buey, presentan el aspecto de pequeños ele-
mentos esféricos, ovalados y rara vez piriformes; son casi siem-
pre endoglobulares y miden por lo general de 1 á 1,5 pu En las
preparaciones bien coloreadas se percibe un cariosoma rojo
violado, en tanto que el protoplasma aparece azul., distin-
guiéndose en los elementos más gruesos una zona clara alre-
dedor del primero. Las formas de multiplicación son muy nu-
merosas en el bazo. La segmentación puede producir dos ó
cuatro elementos parasitarios; por lo común el cariosoma se
alarga y divide en dos partes, las cuales se separan y rodean
de una porción de protoplasma. Estos nuevos elementos pue-
den sufrir una segunda división, originando cuatro pequeños
parásitos; en otros casos la segmentación es cuádruple, puesto
que el cariosoma se divide en cuatro partes, antes de realizar
el protoplasma la misma división, formando cuatro células
hijas muy pequeñas, que al principio están unidas y dispues-
tas regularmente, y luego se separan las unas de las otras;
pero cualquiera que sea el procedimiento, concluye por formar
cuatro nuevos elementos que residen con frecuencia en un
hematíe y constituyen el carácter morfológico más notable
del Pyroplasma equi. Según Laveran es raro encontrar más de
cuatro parásitos en un glóbulo rojo, y éstos jamás pueden ad-
quirir su completo desarrollo, bien porque se escapan de los
hematíes infectos, inmediatamente después de la segmenta-
ción cuádruple, para penetrar en los sanos, bien porque se
destruyen aquellos glóbulos para dejar en libertad á los nuevos
DE HISTORIA NATURAL. 351
parásitos; hecho que parece dudoso en vista de no encontrarse
los hematozoarios libres en el plasma sanguíneo.
4.a Pyroplasma cani. — Son elementos redondos ó piriformes
y casi siempre incluidos en los glóbulos rojos. Al principio de
la infección existe por lo general .un solo parásito en cada
hematíe atacada; más tarde estos elementos, voluminosos y
redondeados, contienen varios hematozoarios, algunos pirifor-
mes y á veces soldados por sus prolongaciones, y al finalizar el
período febril los parásitos son poliédricos ó alargados, de con-
tornos erizados de asperezas ó prolong*aciones semejantes á
filamentos ondulados. Los libres parecen más voluminosos que
los endoglobulares, si bien sus dimensiones varían según el
período de la enfermedad y edad del animal infecto, puesto
que en los perros jóvenes ocupan con frecuencia más de la
mitad del glóbulo, mientras que en los adultos son de menor
tamaño, quedando reducidos á un núcleo rodeado de una cu-
bierta de protoplasma de forma y situación variables.
Boletín bibliográfico.
(Continuación de Julio.1)
The American Naturalist. Boston. (J. S. A. Vol. xxxvn. N.° 435.— D. H.
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352 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
fuera de Córdoba. — G. Boderbender: Contribución al conocimiento
de la precordillera de San Juan de Mendoza y de las sierras centrales
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N° 22. — A. Lapparent: Sur de nouv. fossiles du Soudan. — P. Colín:
Travaux astronomiques et inagnétiques á Madagascar.— P. A. Dak-
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Pleurocécidies caulinaires. — B. Renault: Sur quelques Algues fossiles
des terrains anciens. — Giraud: Sur l'état actuel du volcan de la mon-
tagne Pelee.— A. Bigot: Sur la géologie du pays de Cingláis (Calva-
dos).—^ Roussel: Sur les recouvrements survenus dans la partie
surélevée des Pyrénées.=N° 23. G. André: Sur la nutrition des plan-
tes privées de leurs cotylédons.— Fabre-Domergüe et Biétrix: Le
mécanisme de l'émission de larves chez la femelle du Homard. — Du-
parc et Abrazec: Sur le minerai de fer de Troitsk (Oural du Nord).=
24. J. Audigé: Sur quelques particularités observées dans les tubes
renaux du Barbus fluviatilis.—L. Lannoy: Sur quelq. phénoménes
nucléaires de la eécrétion. — A. Guillieruiond: Nouv. rech. sur l'épi-
plasme des Ascomycétes.— C. Houard: Recherches sur la nutrition
des tissus dans les galles de tiges. — E. A. Martel: Sur la grotte de
Font de-Gaume (Dordogne) et l'age du creusemeut des cavernes.—
R. Ddbois: Sur une lampe vivante de súreté.=N° 25. Cartailhac et
Breuil: Les peintures de la grotte d'Altamira (Espagne). — S. Reinach:
Observ. sur les animaux representes dans les peintures rupestres de
1 age de Renne. — Cheneveaü et Bohn: De l'action du champ magné-
tique sur les Infusoires. — P. Vüillemin: La famille des Costridiacées
ou Bactéries cytosporées. — J. Chifflot: Sur la structure de la graine
de Nympluea flava.— J. Beauverie: La maladie des Platanes.— P. Car-
les: Sur les espéces vegetales exotiques des envir. de Béziers (Hérault).
Lacoin: Sur la géologie du pays de l'Oubanghi au Tchad.
Académie internationale de Géographie botanique. Le Maus. (Bull.) No 164.
Dücomet: La Flore populaire dans l'Albret.— AbbéH. Olivier: Exposé
systémat. et descr. des Lichens de 10. et NO. de la France. — L. Bre-
viére: Contr. á la Flore mycologique de l'Auvergne. — M. Gandoger:
Conspectus Floree Europee.— A. Reynier: Récoltes botaniques en Pro-
vence. — E. Vaniot: Plantoz Bodinieriana;. Composées.
Allgemeinen Entomologisehen Gesellschaft. Neudamm. (Allg. Zeitsch, für
Entom.) 8 Eand. N° 10-11. — Chr. Schroder: Die Zeichnungs-Variabi-
lititt von Abraxas grossulariata.—H. Hoppner: Weitere Beitrage zur
Biologie nordwestdeutscher Hymenopteren. — S. Schenkling: Überdie
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Gattungsnainen Clerus und Trichodes.—'P. Speiser: Wie die jungen
Weidenbaurue deu Angriff der Dichelomyia rosaría unschadlich ma-
chen.—E. Hetcke: Wie die Insekten sehen. — G. Ulmer: Beitrage zur
Metamorphose der deutschen Trichopteren.
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Beitrage zur Kenntniss der Gattung Trechus.— C. R. Osten-Sacken:
Berichtigung zu Herrn Fr. Hendéis Notiz über meinen Aufsatz: The
position of Phora in the System of Diptera. — L. Gaxglbauer: Darf der
Ñame der Carabidengattung Pfcerostichus in Platysma umgeandert
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G. Stein: Eine neue deutsche Staphylinus-Art.— Fr. Hendel: Rhyn-
chopsilops n. g. Anthomyidarum.— E. Reitter: Die Arten der Gatt.
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354 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
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Fr. Wagner: Zur Kenntniss einiger Formen vori Pieris Napi. —
G. Luze: Revisión der palaarktischen Arten der Staphylinidengatt.
Lesteva. — Eine neue Art der Staphylinidengatt. Tachyporus. —
C. Hellmayr: Über neue und wenig bekannte südamerik. Vógel. —
Einige weitere Bemerkungen über Polioptila. — J. Steiner: Flechten
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blais et de la Suisse.— T. n. No 3. — St. Meünier: Origine de Tópale
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Brest. — Ch. Schlumberger: Deuxiéme note sur les Orbitoides. — Ca-
ralp: Sur les roches eruptives de la Bellongne et de la vallée du Ger
(Pyr. Orient.)— L. Düparc: Une explor. géologique dans l'Oural du
Nord. — H. Saüvage: Lafaune ichthyologique des calcaires lithographi-
ques de la province de Lérida (Espagne). — A. Ghébhard: Sur une expé-
rience du Prof . Tito Martini reproduisant expérimentalement certains
phénoménes éruptifs du volcanisme. — A. de Grossoüvre: Sur le pré-
tendu dépót miocéne de Ville-Sauvage prés Etampes.— H. Douvillé:
Sur les analogies des faunes fossiles de la Perse avec celles de l'Eu-
rope et de l'Afrique. — L. Rollier: Sur l'áge des calcaires á Eelix (Ta-
DE HISTORIA NATURAL. 355
chea) sylvana von Klein. — H. Douvillé: Essai d'une revisión des orbi-
tolites.— Distrib. des orbitolites et des orbitoídes dans la Craiedu Sud-
Ouest.— Sur le g. Chondrodonta. — L. Gentil: Observ. sur l'éruption de
la Martinique. — Toucas: Obáerv. au sujet du ruémoire de M. de Gros-
souvre sur la Craie supérieure. — Depéret: Sur les caracteres crániens
des Lophiodon. — A. de Grossouvre: Sur les cailloutis a silex du bassin
de la Seine. Sur les étages danien et rnontien. — G. Dollfus: Sur les
sables granitiques du bassin de París. — C. Chatelet: Sur la présence
de blocs de mollasse dans les sables pliocénes de Jonquerettes (Vau-
cluse). Sur l'Aquitanien d'Araruon (Gard). — E. Martonne: Remarques
sur le climat de la période glaciaire dans les Karpates meridionales. —
L. Carez: Observ. sur l'inteprétation de la coupe de Caseville (Bidart)
(B. Pyr.)— Toucas: Sur l'origine et la classification des Hippurites. —
A. Grossouvre: Sur la constitution des sables de la Sologne. — Depé-
ret: Sur le lophiodon. — L. Bertrand: Sur la región de Boussens,
Salies-du-Salat et Betcbat.— Sur la question des falaises de Biarritz.
Munier-Chalmas: Sur les Foraminiféres ayant un réseau de maules
polygonales. — Sur les Foraminiféres rapportés au groupe des Orbitoli-
tes.— G. Dollfus; Sur les sables de la Sologne.— Kilian: Sur quelq.
gisements de l'étage aptien. — Sur deux microorganismos du Mésozo'i-
que alpin.— P. Lory: Plis marginaux de la partie méridionale de Be-
lledonne. — Bourgeat: Trois coupes géologiques á travers le massif de
La Serré (Jura). — Sur quelq. formations de transport dans le départe-
ment du Jura. — Flamand: Observ. sur les nitrates du Sabara á pro-
pos d'un écbantillon de salpétre naturel provenant de l'archipel
touatien.=No 4. — A. Riaz: Sur les étages crétaciques supérieurs des
AlpesMaritimes, Tertiaire et Quaternaire des env. de Nice. — R. Se-
vastos: Sur l'age des gres carpathiques de Roumanie.— A. Gaudrt:
Rech. paléont. de M. Tournoüer en Patagonie.— E. Fournier: Sur un
nouv. exemple du phénoméne de capture des cours d'eau superficiels
par erosión souterraine. — Mater-Eymar: Sur le Flyscb et en particu-
lier sur le Flyscb de Biarritz. — H. Douvillé: Découverte du Dévonien
supérieur dans le Sud-Oranais. — V. Gauthier: Sur le «Supplément á
l'étude des Ecbinides de la Perse.— P. Choffat: Sur le Crétacique de
Conducia en Mozambique. — P. Termter: Quatre coupes á travers les
Alpes franco-italiennes. — G. Delépine: Contr. á l'étude du calcaire
carbonifére dans le Tournaisis. — Levat: Notice géologique sur les ri-
chesses minerales de la Boukbarie et du Turkestan.— H. Douvtllé:
Sur les fossiles rec. par M. Levat au Turkestan.— H. Douvillé: Clas-
siflc. des Radiolites. — Sur un n. g. de Radiolifes. — Haug: Sur l'áge des
coucbes á Nummidites contortus et Cerithium Diavoli. — Carez: Sur les
environs de Boussens, St.-Martory et Betcbat (Hte.-Garonne et Ariége).
=T. ni. N° 1.— H. Douvillé: Découverte par M. H. Thomas, dans le
356 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Bassin de París d'un Ferussacia voisin de F. lapicida. — G. Doll-
füs: Nouv. carte géologique du Bassin de París. — V. Gauthier: Contr.
á l'étude des Echinides fossiles. — R. Sevastos: Les terrasses de la
vallée du Séreth (Rouinanie). — Lamothe: Sur la présence d'alluvions
granitiques a de grandes hauteurs au-dessus du niveau actuel de la
Loire et du Cher.— J. Savornin: Notes stratigraphiques sur Cucuron
(Vaucluse.)
Boulengek (G. A.) — Batraciens de la Guiñee espagnole. Madrid, 1903.
(Mem. Soc. esp. H. nat. T. i. M. 2.a)
Casares Gil (A.) — Nota ii sobre la fructificación de la Homalia lusitanica
Scop. Madrid. (Bol. Soc. esp. H. nat., 1903.)
Chaves (F.)— Nota sobre algunos minerales de nuevas localidades de An-
dalucía. Madrid. (Bol. Soc. esp. H. nat., 1903.)
Chevreus (Ed.)— Amphipodes recueillis par la Melita sur les cotes O. et S.
de Corsé. París. (Compt. rend. de l'Assoc. franc. pour
l'Avancement des Sciences.)
— Camp. scient. de S. A. S. le prince Albert 1er de Monaco.
Descr. d'un Amphipode marin appart. au. g. Hyalella
Smith. París, 1902. (Soc. Zoolog. de France).
— Camp. scient. de S. A. S. le prince Albert 1er de Monaco. Sur
les Amphipodes de la famille des Lysianassidse rec. par la
Princesse-Alice dans les eaus profondes de l'Atlantique
et de la Méiliterranée. París, 1903. (Soc. Zoolog. de France).
Fernández Navarro (L.) — Notas geológicas y mineralógicas. Madrid, 1903.
(Bol. Soc. esp. H. nat.)
Jiménez Mundera (F. de P.)— Plantas de Cartagena. Madrid, 1903. (Mem.
Soc. esp. H. nat. T. i. Mem. 2.a).
Katalog Literatury Naukowej Polskiej. T. n. Zeszyt iv.
Pérez Lara (J. M.)— Flcrula Gaditana. Addenda et Emendanda. Madrid,
1903. (Mem. Soc. esp. H. nat. T. n. Mem. 1.a)
Pi y Süñer (A.)— Nota acerca de una particularidad de la contracción
muscular de la rana.— Madrid, 1903. (Bol. Soc. esp. H. nat.)
Piccioli (L.)— La Robinia Pseudoacacia. Firenze, 1903. (Revista científica
profesional. Barcelona. Año vi. N.° 5.)
Cabrera (A.)— Mamíferos de la Guinea española. Madrid, 1903. (Mem. Soc.
esp. H. nat. T. i. Mem. 1.a)
Simón (E.) — Arachnides de la Guiñee espagnele. Madrid, 1903. (Mem. Soc.
esp. II. nat. T. i. Mem. 3.a)
D'Orbigny (H.)— Onthophagus du Cap San Juan Madrid, 1903. (Mem. Soc.
esp. H. nat. T. i. Mem. 4.a)
Beltrax y Rózpide (R.) — Guinea continental española. Madrid, 1903.
(Mem. Soc. esp. H. nat. T. i. Introducción.)
Sesión del 4 de Noviembre de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario dio lectura del acta de la sesión anterior , la
cual fué aprobada.
Admisiones y presentaciones. — Quedaron admitidos como so-
cios numerarios los siguientes señores presentados en sesión
anterior por D. Ignacio Bolívar: D. Fernando Aguilar y Car-
mena, farmacéutico; D. Juan Planellas, farmacéutico de Puer-
to Rico, y la Universidad de Santo Tomás, de Manila; y por don
A. Federico Gredilla, D. Fermín Bescansa Casares, catedrático
de Historia natural en el Instituto de Orense, especialista en
Botánica.
Fué admitido también como socio numerario D. José de Ro-
bles, Secretario general del Consejo Superior de Ag-ricultura,
el cual se daba de alta.
Se hicieron tres nuevas propuestas de socio.
El Secretario propuso se nombrara socio correspondiente ex-
tranjero al reputado entomólogo H. Schouteden, de Bruselas,
el cual nos había favorecido enviando para nuestra Biblioteca
varios de sus trabajos. Quedó así acordado.
Correspondencia. — Se leyó una carta dirigida por D. Augusto
Vaca, de Las Palmas, en Canarias, preguntando si algún indi-
viduo de la Sociedad puede darle noticia de quién es el autor
y dónde se han descrito dos crasuláceas llamadas Sedum lan-
ceroitense y Sempervivum hiérrense.
Necrologías. — El Sr. Artigas (D. Primitivo) leyó la siguiente
nota necrológica:
De nuevo tiene que lamentar la Real Sociedad española de
Historia natural la pérdida de uno de sus queridos socios que,
por sus altos méritos, ocupó la Presidencia de la misma en el
año 1887; y éste es el limo. Sr. D. Carlos Castel y Clemente,
distinguido ingeniero de Montes, quien terminó sus días en
este mundo el 23 de Julio del presente año. Nuestro llorado
T. .ni. -Noviembre, 1903. 25
353 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA.
consocio nació en Cantavieja, provincia de Teruel, el 19 de
Enero de 1845. De modesta, pero honrada y laboriosa familia,
alcanzó por su perseverante trabajo, talento y afabilísimo tra-
to, los primeros puestos en los estudios, y más tarde en la so-
ciedad. Como ingeniero se distinguió principalmente siendo
profesor de la Escuela, y luego como el primero que llevó al
terreno práctico , en nuestro país, la Ordenación de montes.
Compromisos sociales , más bien que una verdadera vocación,
condujeron á dicho señor al campo de la política activa, y en
ella alcanzó los elevados cargos de Director general en los De-
partamentos de Beneficencia y Sanidad, Obras públicas y Pro-
piedades y Derechos del Estado; y es casi seguro que, si la
cruel parca no hubiese cortado tan pronto el hilo de su exis-
tencia, hubiera ocupado nuestro biografiado el sillón de mi-
nistro, merecido por su reconocido talento y honradez.
Publicó algunos libros y monografías, y entre éstas merecen
mención especial sus Estudios sobre el tanino, trabajo premia-
do en concurso público, por la Real Academia de Ciencias
exactas, físicas y naturales, así como su «Descripción física,
geognóstica, agrícola y forestal de la provincia de Guadalaja-
ra», habiendo demostrado con ello, mejor diríamos ratificado,
que poseía dicho ingeniero conocimientos no comunes en el
ramo de las ciencias naturales, especialmente en Botánica y
Geología.
Fué el Sr. Castel varias veces diputado á Cortes, y última-
mente senador, y era individuo de la expresada Real Acade-
mia de Ciencias. Poseía, entre otras importantes distinciones,
las grandes cruces de Isabel la Católica y del Cristo de Por-
tugal.
Al consagrar la Real Sociedad española de Historia natural
sentido recuerdo á la memoria del que fué esclarecido conso-
cio nuestro, al propio tiempo que leal amigo y cumplido caba-
llero, algunos de cuyos méritos científicos se acaban de indi-
car, hace fervientes votos para que tenga imitador el cariño y
buen deseo con que el Sr. Castel se consagraba á los estudios
de su profesión de ingeniero de Montes, y, por ende, alas
ciencias naturales, y el grande interés que demostró, en va-
rias ocasiones, por la prosperidad y bienandanza de esta So-
ciedad, la cual con tanto anhelo y acierto dirigió en el año de
su presidencia.
DE HISTORIA NATURAL. 359
Comunicaciones.— El Sr. Calderón dio noticia de un trabajo
publicado por el conocido profesor St. Meunier, nuestro conso-
cio de París, intitulado Les richesses minerales de VAlgérieet
de Ja Tunisie (Rev. scicnl. xix, 1903), en el cual el autor resume
cuantos datos se poseen sobre los recursos minerales y yaci-
mientos metalíferos del África del Norte, clasificándolos seg-ún
su modo de yacer.
La proximidad y analogía de esta vasta reg-ión con la del
Mediodía de España es un motivo para que nos interese cuan-
to á aquélla se refiere, tanto desde el punto de vista científico
como desde el industrial, por la competencia que nos hace de
día en día.
Secciones. — Leyéronse á continuación las actas de las Sec-
ciones.
La de Barcelona celebró sesión el 16 de Octubre de 1903,
bajo la presidencia del Sr. D. Carlos Ferrer.
Se acordó por unanimidad felicitar al exministro de Instruc-
ción pública Sr. Allendesalazar, por su interés por la Sociedad
y por la protección que mediante su g'estión se la ha con-
cedido, así como hacer constar en acta un voto de gracias
para la Junta de la misma en Madrid, que, con su constan-
cia y buena voluntad, había conseguido la protección del
Estado.
— El señor Secretario comunicó haber recibido unos impre-
sos, que desde hoy han de servir para hacer la presentación de
socios, á cuya disposición los ponía.
— El Sr. Folch y Andreu mostró lasfotog'rafías de unas gráfi-
cas de las lluvias de la Península, cuyo trabajo fué presentado
en la sesión anterior y publicado en el Boletín de este año,
pág-inas 186 á 188.
—El Sr. de Buen dio extensas noticias de una excursión veri-
ficada en el vaporcito del Laboratorio de Banyuls-sur-Mer, por
las costas de Mallorca, siendo jefe de la expedición el profesor
de la Sorbona Mr. Prubot.
—El Sr. Casares (D. Antonio) leyó una nota referente á mus-
gos de Cataluña.
—El Sr. Rivas Mateos presentó otra titulada «El Medicado lit-
toralis Rohde>Y acompañando los ejemplares que le sirvieron
de base para dicho trabajo.
360 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
La Sección de Sevilla celebró sesión el día 30 de Septiembre
de 1903, bajo la presidencia de D. Antonio Seras.
—El Sr. Crú (D. Vicente) leyó una Memoria titulada «Viaje
ornitológico por Andalucía (provincias de Sevilla, Huelva y
Granada), durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 1902)».
Dicha Memoria quedó en poder del señor Secretario para su
remisión á Madrid.
— El Sr. Barras envió la siguiente comunicación sobre obje-
tos neolíticos existentes en el Instituto de Huelva:
«Aunque los restos del período neolítico son bastante abun-
dantes, no deja de tener interés el precisar bien las localida-
des en que aparecen, y por esto creo deber comunicar á la So-
ciedad el hallazgo verificado en el pasado mes de Septiembre
de dos hachas de diorita en la viña llamada Armario, situada
en el término de Moguer y propiedad del director de este Ins-
tituto D. José Sánchez Mora, quien donó una de ellas al Esta-
blecimiento.
Fueron encontrados los dos ejemplares, uno junto al otro, á
metro y medio de profundidad, y son próximamente del mis-
mo tamaño. El que se halla en el Gabinete de Historia natural
mide de longitud 162 milímetros; de anchura máxima 57; de
espesor máximo 41, y de anchura en la boca 50.
Existen además en el mismo Gabinete otros tres objetos pre-
históricos neolíticos, recogidos en la provincia.
El que más relación tiene con el anterior es un hacha tam-
bién de diorita, procedente del sitio denominado El Moro, si-
tuado á un kilómetro de Almonte, habiendo sido encontrado á
un metro de profundidad en una finca del Vicedirector de este
Instituto, D. Lorenzo Cruz, quien la regaló al Gabinete. Es un
ejemplar de gran tamaño, pues mide 236 milímetros de longi-
tud, 76 de anchura máxima, 48 de espesor máximo y 60 de an-
chura en la boca.
Otro ejemplar, también encontrado en término de Almonte,
en el pueblo denominado El Pilar, y donado por el mismo se-
ñor Cruz, lleva una etiqueta con el nombre de lanza. Sea el
instrumento que sea, no está completo, constando la parte
que se conserva de una punta sumamente rebajada que for-
ma aproximadamente un triángulo isósceles, midiendo en su
base 75 milímetros de anchura, de altura 50, y alcanza en sus
lados iguales unos 65, aunque no son exactamente de la mis-
DE HISTORIA NATURAL. 361
ma longitud. Por debajo de lo que hemos considerado como
base del triángulo, que es la mayor anchura del instrumento,
está toscamente rebajado hasta alcanzar 75 milímetros por el
punto donde está roto. El grueso es de 23 milímetros. El ma-
terial parece ser serpentinoso.
Como es sabido, las localidades de estos ejemplares corres-
ponden al borde del macizo plioceno que constituye la meseta
conocida por el Aljarafe, la cual se extiende hasta Sevilla y
que tan rica es en objetos prehistóricos.
El cuarto y último ejemplar de piedra pulimentada á que
me he referido es de localidad muy distinta, pues procede del
sitio denominado Los Jarales, ya en la provincia de Badajoz,
pero muy próximo al límite de Huelva y sobre la vía férrea de
Zafra; es un mazo granítico de tosca construcción y forma irre-
gular, con una entalladura para sujetar el mango de 35 milí-
metros de ancha, midiendo en la parte más profunda de ella
70 milímetros de altura por 87 de espesor.»
— El Sr. Miquel presentó un molar superior de un Rhinoceros
Mercki Jcegel, encontrado en unas canteras en el monte de
San Cristóbal, en Pamplona, á unos 900 metros sobre el nivel
del mar.
Aun cuando esa localidad pertenece al terreno eoceno, el fó-
sil fué hallado en una dislocación de las rocas, rellena de
362 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
detritus de la época postpliocena, á la cual se deb3 referir. A
un nivel algo superior se descubrió una pequeña cueva, bajo
cuyo suelo estalagmítico había restos de dos osos pardos,. un
ciervo y de algunos pequeños mamíferos.
—El Sr. Medina recordó que un trozo de molar de üh. Mercki
existente en el Museo de Historia natural de la Universidad de
Sevilla, fué descub erto junto á Alcalá de Guadaira en excur-
sión realizada con el Sr. Calderón, en las mismas condiciones
que el ejemplar de Pamplona, es decir, en una quiebra del
terreno terciario (plioceno allí) rellena de detritus cuaterna-
rios rojos.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el día 28 de Octubre
de 1903, bajo la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal.
—El P. Navas presenta un trozo de roca, cogido por él en
sierra de Guara (Huesca), sobre la cual se ve una materia de-
terminada por D. Salvador Calderón con el nombre de uJmma.
Es la primera vez que se cita de España. Añadió que en el Mu-
seo de Ciencias naturales de Madrid hay otro ejemplar de Mon-
terrey (Galicia). Examinado por los presentes y discutida su
formación, los Sres. Ramón y Cajal y Dosset se llevaron frag-
mentos para estudiarlos en el microscopio.
Notas y comunicaciones.
Polimorfismo del «Medicago littoralis» Ronde
D. MARCELO RIVAS MATEOS
Durante las pasadas vacaciones del verano hice varias ex-
cursiones por los alrededores de Barcelona, fijándome con pre-
ferencia en la interesante marina del Llobregat. Como resul-
tado de estas excursiones he adquirido algunos datos que
estimo curiosos é iré ofreciendo sucesivamente á nuestra So-
ciedad.
Por hoy voy á limitarme al hallazgo, con abundancia, en
los citados alrededores de Barcelona y en la marina del Lio-
DE HISTORIA NATURAL. 363
bregat del Medicago lUtoralis Rohde, una papilionácea de ta-
llo rastrero, de aspecto poco elegante y, sin embargo, muy
notable desde el punto de vista científico por la gran diversi-
dad de furnias que presenta.
Tan variados son los ejemplares y tales las modificaciones
morfológicas que sufre la especie según la clase de terreno
donde vive, qu¿ cuesta sumo trabajo referir algunos á la for-
ma tipo. Un atento estudio de ellos pone de manifiesto el in-
contrastable poder del medio en la evolución de los seres.
Ejemplares del Medicago lUtoralis que viven á pocos metros
de distancia, pero teniendo unos asentadas las raíces en are-
nal marítimo y otros en un terreno terciario miocénico, apare-
cen con diferenciación tan honda, que un naturalista poco es-
crupuloso los clasificaría como correspondientes á especies
distintas. Buena prueba de ello ofrecen los ejemplares que
tengo el honor de presentar á la Sociedad, los cuales dan tes-
timonio de la profunda modificación que experimentan las es-
pecies al cambiar de medio de existencia.
Tres variedades se establecen del Medicago lUtoralis y son
las siguientes: a. inermis Mor, b. brevisecta DC, c. longisecta
DC. (Wk., Prod. Fio. Hisp., t. m, pág. 384 ; estas variedades,
como ya sus nombres lo indican, están fundadas en la presen-
cia ó ausencia de espinas en la legumbre y en el menor ó mayor
desarrollo de aquéllas con relación al fruto. Pero entre estas
variedades típicas hay toda una escala gradual de formas que
las liga de modo insensible, desde ejemplares inermes cuya
legumbre gira á la izquierda (legumbre sinistrorsa), individuos
intermedios y otros, en fin, que tienen las espinas tan largas
como el diámetro del fruto.
Todos estos ejemplares se encuentran abundantes de Mayo
á Julio en la vertiente S. de Monjuich y marina del Llobregat.
El modo de arrollarse la legumbre no puede tomarse como
carácter para diferenciar las formas; para demostrarlo ahí pre-
sento dos ejemplares recogidos en el mismo sitio (Faro del Llo-
bregat), sin más diferencias que la forma de la espira, y aun
en uno de ellos se ve que siendo de legumbres dextrorsas, hay
dos frutos que giran á la izquierda.
He observado un hecho que en mi concepto tiene mucha im-
portancia, y es el siguiente: los ejemplares que viven en pleno
arenal marítimo son inermes ó cuando más las legumbres pre-
384 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
sentan diminutas espinas ;«á medida que proceden de sitios
alejados del arenal, los frutos van siendo más espinosos, y cuan-
do son de los que florecen en el terciario casi siempre ostentan
espinas tan largas como el diámetro de la legumbre. De don-
de se deduce que la mencionada especie, al revés de lo que en
otras sucede, desarrolla tanto más los órganos defensivos cuan-
to más separada esté de los arenales marítimos; cuando vive
en el terciario dichos órganos alcanzan el máximum del des-
arrollo.
Nota sobre los musgos de Cataluña
DON ANTONIO CASARES GIL.
Terminadas ya las sesiones de la Sociedad española de His-
toria natural en el curso pasado, vino por casualidad á mis
manos el número correspondiente á Abril- Junio 1903 del But-
lleli de la Instilució Catalana a" Historia natural. En este nú-
mero aparece un trabajo del P. Joaquín María de Barnola S. J.
titulado Notes criptogamiques, donde enumera las criptógamas
de los alrededores de Barcelona, recogidas por el autor en los
cursos de 1893 á 1895. Como el año anterior había yo publica-
do un Catálogo de las muscineas de los alrededores de Barcelo-
na (1), me interesó conocer la parte briológica de las Notes
criptogamiqties. — Circunscribiéndome, pues, á esta parte y de-
jando á un lado pequeños detalles, como los nombres algo an-
ticuados, el orden extraño de su enumeración, etc., lo que me
llamó sobre todo la atención es que parece que se trata de la
flora briológica de una localidad completamente distinta á la
por mí estudiada.
Ante todo debo manifestar que mis determinaciones son re-
visadas por sabios extranjeros que me honran con su amistad
y consejos, y á quienes mando un ejemplar de cada una de las
especies que recojo. Las que yo no pude clasificar van anota-
das en el Catálogo.
Repito que lo que más llamó mi atención fué la completa
(1) Boletín de la Sociedad espaSvla de Historia natdeal, Noviembre, 1902.
DE HISTORIA NATURAL. 365
desemejanza entre mi Catálogo y el trabajo del P. Joaquín Ma-
ría de Barnola. No tendría nada de particular que apareciesen
en uno ú otro solamente alguna forma rara en esta localidad;
pero me extraña que el autor de las Notes criytogamiques no
cite especies tan comunes en los alrededores de Barcelona como
la Madotheca platyphyla ~D\im., Lejeunia serpylU folia Libert.,
Pellia calycina Nees., Barbilla aloides Schp., B. squarrosa
Brid., Bryum argentum L.. Br. capillare L., Pterogonium gracile
Schw., Brachylhecium rutabulum Schp... Rhynchoslegmm rusci-
forme Schp., Hypnum purum L. é H. cupresi forme L., mencio-
nando en cambio otras especies como el Rhacomitriwm canescens
en las piedras de los torrentes, á pesar de que ésta es propia
de sitios secos, y el Dicranum (Dicranella) Graemlleamim , que
crece en las altas montañas ya en el límite de las nieves per-
petuas.
Cítanse en las Notes especies que se ve desde luego han sido
confundidas con otras afines: así, por ejemplo, el Anlhocerus
Imvis L. debe ser el que yo encontré en el mismo lugar y que
F. Stephani clasificó como Anthocerus dichotomus Raddi, ha-
ciéndome notar las particularidades de los esporos y tuberculi-
llos; la Plagiochila asplenioides será sin duda la Plagiochila
¿nterrupla Dum.,la Fossombronia jmsilla, probablemente la
F. angulosa, etc.
Vuelvo á repetir que tengo la seguridad de que las especies
que cito en mi Catálogo están bien clasificadas por haber revi-
sado mis determinaciones sabios especialistas, como Franz
Stephani, de Leipzig-, y el profesor V. F Brotherus, de Helsing-
fors, á quienes remití los musgos frondosos de los alrededo-
res de Barcelona, después de publicado el Catálogo, y me con-
firmó las clasificaciones que yo había hecho; mas como el
asunto me interesa vivamente, pongo á disposición del autor
de las Notes, así como de cuantos deseen consultarlo, mi her-
bario y correspondencia, comprometiéndome asimismo á reco-
ger, en época Oportuna, las especies enumeradas en mi Catá-
logo de las muscíneas de los alrededores de Barcelona, en los
lug'ares que allí se citan, y enviarlos á cualquiera autoridad
briológica para su examen y determinación.
366 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Viaje ornitológico por Andalucía (provincias de Sevilla, Huelva.
y Granada), durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 1902
D. VICENTE Y D. ENRIQUE CRU.
Las primeras excursiones son siempre las que más cuestan
en todos los sentidos á los naturalistas, á pesar de su fuerza
de voluntad estimulada por el hallazgo de especies por ellos
no vistas hasta entonces, ni aun en Museos y colecciones par-
ticulares.
Momentos de verdadera alegría para el ornitólogo son aque-
llos en que se ve delante de sí seis ú ocho especies de huevos
que, aunque sean vulgares, en aquel momento no se cambia-
rían por nada del mundo; pero á cambio de estos momentos
¡cuántos días también sin recoger nada! ¡Cuántos largos ratos
de inmovilidad» bien al sol, bien á la sombra, con buena ó
mala posición y en terreno para poder observar por unos mo-
mentos las costumbres de cualquier pájaro! Además, bien por
ignorancia, bien por interés, el naturalista recolector no en-
cuentra apoyo en sus gestiones en la gente del país que re-
corre.
Algunos extranjeros vienen á recorrer nuestro país y á apo-
derarse de sus producciones ornitológicas; dando lugar con la
esplendidez de sus gratificaciones á que los ornitólogos españo-
les no podamos estudiar nuestra propia fauna. Los resultados
de estas campañas son dos: primero, el extranjero da fin á su
excursión sin haber conseguido, la mayoría de las veces, ver y
coger lo que deseaba; segundo, que los naturales de los pue-
blos cercanos á las marismas acostumbrados á verse pagar de
espléndida manera por los extranjeros, crean que todo excur-
sionista se halla en el mismo caso, y el que tiene por necesi-
dad que buscar gente de esta índole puede tener la seguridad,
á menos que quiera emplear una porción de días más de los
necesarios en recorrer el terreno que explora, que no encon-
trará lo que desea, si por desgracia ha manifestado á los guías
y prácticos el objeto de sus pesquisas.
El ornitólogo que quiera hacer una excursión por las maris-
mas se valdrá generalmente de los verdaderos guías, que son
DE HISTORIA NATURAL. 367
los mismos habitantes de cortijos y chozas, además de los pas-
tores y ganaderos, los que indicarán á los excursionistas los
sitios desde donde podrán observar y coger las especies que por
allí haya y les sean convenientes.
De esta manera el naturalista, sin tanto parásito á su cargo,
podrá dedicarse muchísimo más y con más solicitud y pacien-
cia al estudio de cualquier ave que tenga por conveniente.
Los guías que se llevan por excepción descubren algo raro;
únicamente ven los nidos de los pajaritos más vulgares; si
hay algo de interesante en la zona de parada, como he dicho
anteriormente, son los habitantes del país los que tienen que
descubrirlo, y lo revelan dándoles alguna recompensa. Por
Sierra Nevada, con dos castradores, para descolgarse á coger
los nidos y dos hombres más para el servicio particular, puede
emprenderse un viaje con la seguridad de estudiar mucho más
las costumbres de las aves con poca gente que con mucha.
Por ser un terreno tan accidentado, la mayoría de las veces
hay que mandar coger los nidos, generalmente situados en
lugares poco menos que inaccesibles para las personas que
no sean del país.
Según nos dijeron, hace algunos años un ganadero, al cual
los quebrantahuesos le devoraban muchos corderos, decidió
y llevó á la práctica el envenenar con eslrignina varias cabe-
zas de ganado, lo cual ocasionó la casi total extinción de estas
aves y de otras muchas. Esta costumbre es general en Anda-
lucía y Extremadura.
Teniéndolo como deber, damos á la Sociedad una lista con
la descripción de los nidos y huevos cogidos durante nuestra
excursión, y limitándonos, por tanto, á nuestras propias obser-
vaciones, aplazando para cuando nuestras ocupaciones nos lo
permitan, enviar otra nota de especies no incluidas eu la pre-
sente y que han sido recogidas durante la primavera del pre-
sente año.
Entre ellas se cuentan el Porphirio veterum, Bonap., Turnix
syhaticus Bonap. = \quiJa imperialis Keys.=i . pennata Boie,
Circcetus gallicus Vieillot y Bulo maximus Flemming.
Descripción de algunos huevos y nidos. — Podiceps nigricollis
Sundeval.— La familia de los buzos tiene una manera espe-
cial de nidificar. Ponen los nidos siempre en los lugares más
escondidos de las marismas y emplean para su construcción
368 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
los juncos, lirios, tallos de plantas acuáticas y cuantas hierbas
se crían en las aguas de dichos parajes.
Sobresalen muy poco sobre el nivel del agua, notándose,
cuando de alguno de ellos se cogen los huevos, que despiden
un calor húmedo, lo cual sin duda alguna debe contribuir
mucho á la incubación.
Una vez construido el nido, el pájaro busca la manera de
hacerle una especie de tapadera ó quita-vistas para cubrirlo,
lo que consigue entrelazando los tallos que hay alrededor con
tallos de otras plantas; merced á esta disposición es bastante
difícil encontrar uno de estos nidos.
Ponen de tres á cinco huevos, de un color de tierra clara
unos, y más blancos ó más obscuros otros, los cuales miden de
42 á 45 mm. de largo por 35 de ancho.
Podiceps fluviatilis Gerbe.
Tiene las mismas costumbres de nidificación que el prece-
dente.
Pone de tres á cinco huevos de un color castaño claro, y que
miden 37 mm. de larg-o por 27 de ancho.
Sterna nigra Linn.
Los nidus de estas aves se encuentran juntos muchos de ellos
y están rústicamente construidos; recogen hierbas y hojas de
las que encuentran, y dejándolas descuidadamente forman
una especie de nido flotante donde depositan de tres á cuatro
huevos.
Las Sterna, cuando alguien se aproxima á sus nidos, son
excesivamente atrevidas, no cesando de revolotear y chillar
como queriendo asustar al que se acerca. Un numeroso grupo
de ellas atacaron á uno de los perros que llevábamos y que
iba delante de nosotros, no cesando de acometerle hasta que
salimos del sitio donde estaban los nidos.
A la carda de la tarde se juntan y arman unas griterías es-
pantosas.
Una de las mañanas que estábamos observando estas aves,
vimos venir un milano real en dirección á la pajarera donde
se hallaban los nidos; cuando empezó aquél á describir círcu-
los por encima de ellos, salió un numerosísimo grupo de ias
golondrinas de mar á que nos referimos, atacando sin miedo y
persiguiendo al milano, que ya se había dado á la fuga, y no
DE HISTORIA NATURAL. 369
dejaron ele perseguirlo hasta que estuvo á respetable distancia.
Sus huevos varían bastante de colpr, habiendo unos café
obscuro, otros aceitunados claros y otros crema obscura; todos
están salpicados de pequeñas manchas de castaño claro, entre-
mezcladas con otras más pequeñas y más obscuras. Miden de
28 á 30 mm. de ancho por 38 á 40 de largo.
Sterna minuta Linn.
Esta pequeña y elegante ave nidifica también en el agua
con tallos secos y hierbecitas acuáticas, formando así una es-
pecie de pe iueña copa, donde deposita de tres á cuatro huevos
de color de canela, salpicados completamente por pequeñas
manchitas obscuras entremezcladas con otras mayores del
mismo color ó más claras. Miden de 30 á 35 mm. de largo por
22 á 24 de ancho.
Hydrochelidon hybrida Gray.
Tiene las mismas costumbres de nidificación que las otras
golondrinas de mar, y sus huevos también se asemejan mucho
á las de éstas. Son de color de canela con manchas irregulares
de castaño claro y obscuro; los hay asimismo con el fondo ver-
de claro y las manchas negras. Miden de 27 á 28 mm. de an-
cho por 38 á 39 de largo.
Recurvirostra avocetta Linn.
Suelen anidar en grupos de tres ó cuatro y nidifican en los
parajes donde el agua no alcanza mucha profundidad.
Su nido está artísticamente construido; se compone de los
tallos secos de la hierba de la marisma, muy bien entrelaza-
dos. Empiezan á formar la base sujetando esta hierba seca
con la verde, formando de esta manera un ruedo flotante de
unos 40 cm. de diámetro, sobre el cual ponen una especie de
montaña de unos 10 cm. de altura, dejando, por último, en el
vértice una cavidad ovalada donde depositan de tres á cuatro
huevos de color de aceituna obscura, cubiertos de manchas de
diferentes tamaños de un negruzco más ó menos acentuado.
Miden 44 mm. de largo por 30 de ancho.
Totanus stagnatilis Bechstein.
Construye su nido en las orillas de las lagunas empleando
el misino material que la avocetta.
Ponen de tres á cuatro huevos de un color amarillo obscuro,
370 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
picoteados de manchas color castaño intenso de mayor ó me-
nor tamaño, siendo éstas siempre más abundantes hacia la
parte gruesa. Miden de 38 á 40 mm. de largo por 28 de ancho.
Estos pájaros antes prefieren corretear por las orillas á vo-
lar, y corren así delante de quien los acosa, no alzando el
vuelo hasta verse del todo perseguidos.
Totanus calidris Bec/islein.
Anida en grupos de cuatro á seis y ponen de tres á cuatro
huevos, rara vez cinco, de color verde muy claro, con algunas
manchas entremezcladas de negro y castaño, bastante grandes
en su parte, gruesa, con muchísimas otras más pequeñas y del
mismo color repartidas en toda su superficie. Miden estos hue-
vos de 41 á 43 mm. de largo por 29 de ancho.
Gallinago major Leach.
Anida esta becada en las lagunas y marismas.
Pone de tres á cuatro huevos de un color verdoso manchado
de grandes manchas, color de chocolate obscuro hacia su
parte más gruesa, y con otras más pequeñas del mismo color,
mezcladas con otras también pequeñas y más claras. Miden
4 cm. de largo por 3 de ancho.
Vanellus cristatus Meyer.
El ave fría no construye nido, sino que deposita sus huevos
en una pequeña excavación que practica en las orillas de las
riberas, marismas y riachuelos, ó bien los deja sobre la misma
hierba que crece en las márgenes. Pone tres ó cuatro huevos
de un fondo color aceituna obscuro ó canela salpicados de
manchas negro claro ó castaño obscuro. Estos miden de 42 á
44 mm. de largo por 32 á 34 de ancho.
Glareola torqnata Meyer.
Anida como el ave fría y pone de tres á cuatro huevos de
forma casi ovalada; el color del fondo- es negro ó más claro,
con grandes manchas café en el centro, y con otras más pe-
queñas y del mismo tono repartidas por toda la cascara. Miden
26 mm. de ancho por 34 de largo.
Fúlica atra Linn.
Los nidos de la gallina de agua, por lo general, se hallan en
lugares muy apartados de todo tránsito; son ovalados, llegan-
DE HISTORIA NATURAL. 371
do algunos de ellos á alcanzar 60 era. de diámetro y sobresa-
le de 15 á 20 sobre el nivel del agua. Están fabricados con
hierba seca entremezclada con los juncos de la marisma, y en
la cavidad donde depositan los huevos ponen otra hierbecilla
seca más fina.
Pone esta ave de cinco á seis huevos de un color ceniciento
claro, con infinidad de pequeños puntos negros entremezcla-
dos con otros cenicientos. Miden de 53 á 55 mm. de largo por
35 de ancho.
Giconia alba WiUugliy.
Como es sabido, la cigüeña construye su nido en las torres
de las iglesias, en las chimeneas viejas, en los grandes edifi-
cios donde no las estorben, en los almiares ó pajares y en todos
los sitios donde tenga tranquilidad para nidificar. Se compone
de varas entrelazadas descuidadamente, cubriéndolas de raí-
ces, pajas, lana, crines y todo lo que encuentra el ave que sea
blando.
Ponen generalmente dos huevos de un blanco sucio, algo
azulados vistos por transparencia. Miden 5 cm. de ancho por
7 Va de largo.
En los lucios ó pequeños lagos de las marismas se ven mu-
chos individuos formando bandadas que pasan largas horas
picoteando.
Es una de las aves que más respetan en este país como en
otros muchos.
Otis tarda Linn.
Nidifica en los campos en medio de las plantaciones de tri-
go, cebada y forraje, practicando una excavación redonda y
de poca profundidad.
Ponen de tres á cuatro huevos, habiendo bastante diferencia
en el color entre unos y otros; generalmente son aceituna ó
verde obscuros y otros de color de tierra clara y de canela obs-
cura. Todos están salpicados de manchas longitudinales más
ó menos claras de color café puro ó con leche obscuro. Sus di-
mensiones también varían. Miden de 68 mm. á 83 de largo por
55 á 5,;) de ancho.
Estas aves empiezan á verse en este país á principios de
Abril, van reunidas y recorriendo el terreno como si recono-
ciesen y buscasen el mejor para anidar. Ya una vez en el celo
372 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
se las ve por parejas por los alrededores de donde tienen 6
construyen el nido.
Generalmente duermen debajo de las grandes matas, donde
la gente del país va á cazarlas de noche con linterna. Cuando
se ven acosadas y sin defensa para huir no temen atacar á sus
perseguidores.
Un macho de avutarda muerto por nosotros pesó 15 kilos.
La comida que le encontramos en el buche se componía de
hierbecillas tiernas y algunos granos.
Otis tetrax Linn.
Construye el sisón el nido en las mismas condiciones que la
avutarda, solo que para formar el lecho emplea más cantidad
de hierbecillas.
Ponen de tres á cuatro huevos, rara vez cinco, de color obs-
curo verdoso, generalmente sin manchas. Miden de 52 a
55 mm. de largo por 3 á 3V2 cm. de ancho.
Cuando los sisones ven acercarse gente á su nido escapan por
entre la hierba, y cuando ya están lejos salen volando, y enton-
ces hay que recorrer bastante terreno para encontrar el nido.
Columba palumbus Linn.
Nidifica la paloma torcaz en los acebuches, encinas y más
generalmente en los pinos, de preferencia sobre las ramas que
salen horizontalmente de los árboles. Están hechos los nidos
de un modo sencillo, pues para su construcción no emplean
mas que ramitas, haciendo de esta manera una especie de pe-
queña plataforma donde depositan dos huevos.
Los nidos estos se diferencian de todos los de las demás
aves porque, dejadas las ramitas unas encima de otras, permi-
ten observar cuándo el nido está terminado, y á causa de su
transparencia si tiene ó no huevos y también percibir al pája-
ro si está incuvando, pero el observar al ave resulta más difícil
por cuanto están constantemente alerta, y cuando ve desde
lejos llegar algún extraño salen volando rápidamente, lo que
impide muchas veces encontrar el nido, que á causa de su
transparencia se confunde fácilmente con las mismas ramitas
de los árboles.
Los dos huevos que ponen son de un blanco puro y brillante,
teniendo ambas extremidades iguales de forma achatada y re-
donda. Miden de 37 á 42 mm. de largo por 29 á 31 de ancho.
DE HISTORIA NATURAL. 373
Columba turtur Linn.
Construye la tórtola el nido de la misma forma y en las mis-
mas condiciones que la paloma torcaz.
Prefieren para anidar las encinas y acebuches.
Ponen dos huevos de forma casi redondeada, de un blanco
puro y brillante, que miden de 28 á 30 mm. de largo por 25 de
ancho. Cuando están en la puesta son fáciles de descubrir á
causa de hallarse el macho y la hembra siempre arrullándose.
Merops apiaster Linn.
Los nidos de los abejarucos causan extrañeza al que por
primera vez los observa. Nidifican en los terrenos blandos ó
areniscos, buscando las zanjas ó las alturas del suelo. Cuando
han encontrado sitio conveniente empiezan á construir el nido,
ó sea á. practicar un verdadero túnel que continúa hasta alcan-
zar la profundidad conveniente; al final forman una especie
de cuevecita de 15 á 20 cm. de diámetro, donde depositan los
huevos. La profundidad á que generalmente llegan estos tú-
neles es de 2 m. á 2,/2 por 8 á 10 cm. de diámetro. La entrada
de ellos nunca está situada hacia el N., sino que mira al S. ó
al OE. ó Poniente. Tampoco practican la excavación en línea
recta, pues llegando hacia el medio de su profundidad tuercen
bien hacia la derecha ó bien hacia la izquierda.
A la entrada de algunos nidos se observan las recles de ara-
ñas, lo que demuestra que han sido abandonados por los pája-
ros constructores, á causa de haber sido vistos ó de haber en-
contrado sitio más adecuado, y sobre todo si algún pequeño
topo se hubiera apropiado el nido.
Ponen de cinco á siete huevos de un blanco puro y de forma
casi redonda. Miden 25 mm. de largo por 23 de ancho.
Hirundo rustica Linn.
Es sabido que las golondrinas nidifican en los tejados, cua-
dras é interior de las chozas destinadas á ganado, viéndose
también algunos nidos en el interior de las mismas chozas
habitadas. Los observados por nosotros estaban situados en el
interior de una choza de ganado; su construcción era sólida,
por cuanto, con la castañuela que formaba la pared, habían
empezado á componer la base. Estos nidos están compuestos
de tierra arcillosa, mezclada con alguna pajuela y raíces, lle-
gando á darle forma de una concha ó medio diámetro pegado
T. ni.— Noviembre, 1903. 26
374 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
al muro; el vacío que dejan para lecho lo recubren primera-
mente de crin y alguna lanita y luego lo acaban con plumas
completamente flexibles.
Ponen de cuatro á seis huevos de fondo blanco, salpicados
completamente de pequeñas manchitas de rojizo claro y obs-
curo. Miden de 13 á 15 mm. de ancho por 20 de largo.
Motacilla alba Linn.
Construye su nido de preferencia á orillas de sitios pantano-
sos sobre el respaldo de cualquier piedra ó en los parajes don-
de las riadas han dejado depósito de varas, palitos y cañas.
Está formado exteriormente de fragmentos de finas varitas ó
de raíces secas de plantas; todo su interior se compone de peli-
llo de la flor del olmo y tiene la hechura completamente igual
á media cascara de nuez.
Pone de tres á cinco huevos de color blanco azulado, salpi-
cados de pequeñas rayas y puntos de color negro claro, gene-
ralmente más abundantes en la g-ruesa extremidad. Miden de
20 á 22 mm. de largo por 15 de ancho.
Alauda cristata Ziñn.
Cría como las demás alondras, en tierra.
Practica, á modo de un pequeño pozo, una excavación de 8 á
10 cm. de profundidad por otros tantos de circunferencia; lue-
go cubre las paredes con hierbecita seca, formando el lecho
con algunas plumas, lana y crines. Este nido no ofrece ningu-
na solidez cuando se coge. Pone de cinco á seis huevos de un
color rosado claro ó de tierra, manchados con infinidad de
puntos rojizos y cenicientos claros con algunos obscuros entre-
mezclados. Miden de 22 á 24 mm. de largo por 16 de ancho.
La cogujada no huye de los nidos hasta no verse muy apu-
rada, en cuyo caso no toma el vuelo inmediatamente, sino
que sale del nido y se escurre por entre las matas hasta cierta
distancia, desde donde escapa generalmente, volando con
gran rapidez en dirección distinta á la del nido.
Turdus merula Linn.
Su nido está sólidamente construido. Cría el mirlo en toda
clase de árboles, en tarajes y cañareá. El nido es redondeado y
se compone al principio de tierra mezclada con excrementos
de caballerías y pajas, y después sigue el pájaro añadiendo
DE HISTORIA NATURAL. 375
raíces, tallos secos, pajas y algunas hojas secas, todo ello
siempre mezclado con tierra; una vez la base construida recu-
bre el interior con raíces pequeñas y cuantas hierbecillas en-
cuentra que sean largas, secas y flexibles. Su interior mide de
8 a 10 cm. de diámetro por 4 ó 5 de profundidad.
Pone el mirlo de cuatro á seis huevos de un color verde cla-
ro, sucios completamente por pequeñas manchas más ó menos
obscuras. Miden 3 cm. de largo por 2 de ancho.
Turdus torquatus Linn.
Anida como los anteriores, solamente que no emplea tanta
tierra, y sí en mayor cantidad los excrementos de caballerías;
también usa con más abundancia las raíces y pajas.
Pone de cuatro á seis huevos de un azul celeste claro, man-
chados con puntos y rayas de un color avinagrado. Miden de
3 á 3'/2 cm. de largo por 272 de ancho.
Piíilomela luscinia Selby.
Construye sus nidos en los troncos de los árboles viejos, los
tarajes, los pequeños arbustos, en cualquier escondrijo que en-
cuentre y que crea á propósito; también suele criar en los ár-
boles de los paseos, donde no es difícil observarlo.
Sus nidos no ofrecen solidez ninguna; están exteriormente
cubiertos de hojas secas, empleando generalmente las del
olmo; luego va el pájaro tapizando el interior con raíces
secas y tallos secos: el lecho no tiene más material que el del
nido.
Pone de tres á cinco huevos de color de aceituna obscuro,
que miden 20 mm. de largo por 15 á 16 de ancho.
Sylvia atricapilla Linn.
Sus nidos se encuentran generalmente en los tarajes y en el
interior de las grandes hiedras que recubren los acebuches.
Por el exterior están desordenadamente formados, y para su
construcción emplea el ave la hierba seca, la lanita de los ár-
boles y algún pelo de cabra; su interior está compuesto de finí-
simas y flexibles hierbas mezcladas con algunos pelos y crines.
Ponen de cuatro á seis huevos de fondo color de leche obs-
cura ó ceniza clara, picoteados completamente de pequeñas
manchas de color chocolate más ó menos claro. Miden de 18. á
20 mm. de largo por 15 de ancho.
376 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Hypolais polyglotta Vieillot.
Solamente encontramos un nido de estos pájaros en los ta-
rajes á orillas del Guadalquivir, el cual está artísticamente
construido y tiene la forma de una copa de regular tamaño.
Sobre un tallo principal crecen cuatro pequeñas varitas, las
que ha aprovechado el pájaro para nidificar. El material de
construcción es variadísimo; raíces, pajuelas, florecitas y ho-
jas secas de taraje, tallos largos y flexibles, pelucha de los ár-
boles, etc., para su exterior, poniendo en su interior el algo-
dónenlo de las flores secas de los cardos y otras mezcladas con
alguna lana y crines.
Contenía dicho nido cuatro huevos de un color canela clara
con algunas manchas más largas que estrechas, de color ne-
gruzco mezcladas con otras más claras. Miden de 13 á 14 mm.
de ancho por 17 á 18 de largo.
Calamoherpe cetti 0. des Alurs.
Anida también en los tarajes y pequeños árboles, prefirien-
do los que están situados á orillas de ríos ó riberas. En su
construcción emplea hierba seca y alguna hoja de palma; tam-
bién mezcla raíces pequeñas y hojas de clmo; en el interior no
pone más que hierba fina. Tiene este nido de 5 á 6 cm. de pro-
fundidad por 8 ó 9 de diámetro.
Pone de cuatro á cinco huevos de color rojo obscuro, sin
ninguna mancha, y miden 19 mm. de largo por 14 de ancho.
Parus major Linn.
Anidan los herrerillos en los huecos ó agujeros de los árbo-
les, rincones de las peñas, agujeros de las casas de campo y
en todo sitio tranquilo donde haya un agujero ó hueco para
construir su blandísimo nido. Elegido el sitio donde quieren
construirlo, depositan en él finos pedacitos de ramitas verdes
de taraje, poniendo también musgo, si lo encuentran; luego
van echando junto con la hierba crines de caballo, pelos de
cabra, lana de cordero y todo cuanto hallan que sea sedoso y
fino. Estos nidos constituyen un verdadero colchón donde de-
posita la hembra de diez á catorce huevos de fondo color blan-
co puro, salpicados de manchitas rojas claras que general-
mente forman corona, bien á una extremidad como á otra. Mi-
den de 17 á 18 mm. de largo por 13 á 14 de ancho.
DE HISTORIA NATURAL. 377
Parus ater Linn.
En los tarajes y pequeños árboles, como igualmente en los
naranjos, contruye este pájaro un nido que por su pequenez y
fina hechura es una verdadera monada; se compone de tallos
muy finos tejidos con habilidad y entremezclados con algún
pelito ó borra de los árboles. En el interior emplea dicha borra,
con la que recubre el nido completamente, viéndose también
con ella alguna pluma.
Pone de cinco á siete huevos de un color blanco sucio, con
algunas pequeñas manchitas de color pálido, y miden 15 mm.
de largo por 11 de ancho.
Passer domestica Linn.
Los conocidos nidos del gorrión son una verdadera mole de
pajuelas, tallos, raíces y todo cuanto encuentra seco; solamen-
te en el interior y para formar el lecho emplea plumas flexi-
bles de gallinas.
A la entrada del nido suelen emplear estos pájaros algunas
plumas que formando tapadera cubren el interior.
Ponen de cinco á seis huevos con el fondo color gris, com-
pletamente llenos de pequeñas manchas y rayas de castaño
obscuro y rojizos más ó menos claro. Miden de 20 á 22 mm. de
largo por 15 de ancho.
Passer Italise Fieill.
Tienen las mismas costumbres de anidar que el anterior.
Solamente como particularidad, haremos notar que en los ni-
dos del que nos ocupa notamos mayor abundancia de hierba
verde y que su interior no contenía tantas plumas como el del
gorrión.
Ponen también de cinco á seis huevos de fondo blanco con
una especie de corona en -la parte más gruesa, de color café
obscuro, y en el resto del huevo hay repartidas muchísimas
manchitas más ó menos grandes pero siempre del mismo color.
Miden 22 mm. de largo por 15 de ancho.
Passer montana Linn.
Completamente igual en nidificación y costumbres al Passer
domestica. Pone de cinco á seis huevos de un color blanco
azulado, llenos de puntitos de color gris obscuro, que miden
20 mm. de largo por 15 de ancho.
T& BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Lanius meridionalis Temminck.
Anidan generalmente en las encinas y alcornoques y en
cualquier rama que forme triángulo. Empiezan por formar la
base con varitas delgadas entrelazadas, continuando la obra
con tallos de romero, alhucema, hierbecita seca, etc., todo ello
muy flexible y de poca extensión. Con todo este material edi-
fican un voluminoso nido que no ofrece ninguna solidez: su
interior lo recubren de florecitas secas y crines.
Ponen de cinco á seis huevos de fondo pajizo ó terroso, casi
completamente cubiertos por manchitas rojas, claras y acane-
ladas. Miden de 25 á 28 mm. de largo por 19 á 20 de ancho.
Lanius rufus Brisson.
Anida este alcaudón en los mismos parajes que el preceden-
te., solo que el material empleado para construir el nido es muy
diferente.
Su exterior está formado las más veces de tallos de romero,,
solo por excepción mezclado con ninguna otra hierba. Para su
interior solamente emplea las flores de romero, alguna pluma
y crin de caballo.
Tienen generalmente de 5 á 6 cm. de profundidad por 10 á
12 de diámetro.
Ponen de cinco á seis huevos de un color blanco azulado con
pequeñas manchas de un gris claro, formando en su parte
más gruesa una corona. Tienen de 23 á 24 mm. de largo por
17 á 18 de ancho.
Lanius nubicus Lichtenstein'.
El nido de esta especie se halla formado por hojas secas y
largos tallos de hierba más ó menos gruesos; es raro ver em-
pleado el romero en su construcción. El interior lo forma hier-
becilla larga y seca mezclada con crin y alguna pluma; tiene
las mismas dimensiones del nido del Lanius rufus.
Pone de cinco á seis huevos de un color rosa claro, salpicado
■ completamente de pequeñas manchitas de café con leche;
también forman corona en su gruesa extremidad. Miden de
20 á 21 mm. de largo por 16 de ancho.
Pica caudata Linn.
Generalmente anida en los árboles, donde construye un vo-
luminoso nido, que no es difícil descubrir á causa de su tama-
DE HISTORIA NATURAL. 3%
ño. Con varitas y tierra empieza á formar la base y continúa
empleando dicho material, hasta que el nido alcanza regular
tamaño, empleando entonces varitas más finas y 'flexibles y
acabando por usar raíces y pajas con lo que forma el lecho.
Pone de cuatro á seis huevos de fondo azul, cubiertos casi
en su totalidad por infinidad de pequeñas manchas de color
café ó castaño claro. Miden de 35 á 37 mm. de largo por 23 á
25 de ancho.
Pica cyanea Pallas.
Anidan los rabilargos generalmente en los pinos y alcorno-
ques. El nido lo construyen exteriormente de ramitas de rome-
ro entrelazadas frágilmente con alguna paja, hojas de olmo y
flores de tomillo. Interiormente se compone de gran cantidad
de lana de cordero, crines de caballo, finas pajas y alguna flor
seca. Miden de 4 á 6 cm. de profundidad por 14 á 18 de diá-
metro.
Ponen de seis á ocho huevos de un color de crema clara,
manchados por tacas y puntos grises obscuros mezclados con
otros del mismo color más claros. Miden de 24 á 26 mm. de lar-
go por 20 á 21 de ancho.
Milvus regalis Brisson.
Es tan grande la abundancia que existe de milanos en este
terreno, que no es difícil poder observar sus costumbres.
Construyen sus nidos en los acebuches, pinos, encinas y ta-
rajes de un modo muy rústico, empleando primeramente vari-
tas de todas clases y tamaños, las recubre luego con otras más
flexibles, dando con esto por terminado el nido que resulta de
gran diámetro.
Ponen generalmente tres huevos de fondo blanco sucio obs-
curo, con algunas manchas de diferentes tamaños, de color
chocolate más ó menos claras, repartidas en toda su superficie,
pero siempre más abundantes en su parte gruesa. Miden estos
huevos 42 mm. de ancho por 58 de largo.
Los campesinos temen mucho á los milanos por su atrevi-
miento para coger las crías de pavos y pollos, de las que no
pierden ocasión de arrebatar tantas como pueden; también
hemos visto llevar entre sus garras algún gran reptil.
Otra particularidad observada por nosotros es la de que to-
380 . BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
das las mañanas, antes de salir el sol y hasta una y dos horas
después, se formaba en un mismo sitio una numerosísima
bandada de milanos reales, milanos negros y cuervos que no
cesaban de gritar y alborotar constantemente, posándose de
vez en cuando en tierra algún cuervo, pero no habiendo visto
nunca lo hiciera ningún milano, ni acercarse al suelo á coger
presas. Permanecían constantemente volando, hasta que ter-
minada esta especie de reunión se les veía partir en todas di-
recciones en grupos de tres á cuatro.
Milvus niger Brisson.
Construye este milano su nido como el anterior en los árbo-
les, habiendo también visto algunos situados en los cañavera-
les de los riachuelos.
Los campesinos no temen tanto a esta rapaz como á la ante-
rior, por no ser tan atrevido como ella en punto á robar pollue-
los delante de las chozas. Se le ve más frecuentemente que al
milano real descender rápidamente hacia el suelo, lo que nos
hace creer que su comida favorita debe de ser los reptiles, no
obstante arrebatar cuando puede algún pavipollo ó pollito.
Pone de dos á tres huevos, un poco más obscuros que los del
milano real, pero con la particularidad de estar más mancha-
dos de tacas. Miden 41 mm. de ancho por 57 de largo.
Nidos de Sierra Nevada.
Saxícola oenanthe Linn.
Cría en tierra entre los tarajes, nidificando al lado de los
troncos, en los surcos de la tierra labrada, en los tejados de los
corrales y en los agujeros de las peñas.
Un nido de esta especie fué encontrado en el camino de los
Neveros en Sierra Nevada, introducido en el fondo de un agu-
jero que formaban dos puntas de peña situadas á un lado de
dicho camino; así es que hubo necesidad de romper la peña
para apoderarse de él.
Está exclusivamente construido definas raíces entrelazadas,
sin emplear otro material.
Ponen de cuatro á cinco huevos de un hermoso color azul
claro, generalmente sin tacas, viéndose rara vez alguno man-
chado en su guuesa extremidad, por pequeños puntos de color
DE HISTORIA NATURAL. 381
rojizo muy claro. Miden de 19 á 21 cm. de largo por 15 á 16 de
ancho.
Saxícola leucura Keyserlin-g.
Anida esta especie en las pequeñas cavidades de las rocas y
en los agujeros de las viejas paredes. Su nido es bastante vo-
luminoso y está compuesto de hierbecillas y pequeñas raíces
por el exterior, y en el interior de crines y alguna borra de
cabra.
Pone de cuatro á cinco huevos de un blanco verdoso apaga-
do, con algunas pequeñas tacas rojizas repartidas en su extre-
midad mayor. Miden 24 mm. de-largo por 14 á 15 de ancho.
Esta Saxícola revolotea por los alrededores de su nido, po-
sándose siempre en lo más alto de las peñas ó arbustos como
para distinguir si se avecina algún peligro. Su canto es poco
agradable, reduciéndose á algunos pequeños gritos.
Troglodytes Europseus Vieillot.
Construye su nido en proporción á su pequeño cuerpo. Los
materiales que emplea son muy variados: borra de cabra, las
flores de romero secas, plumitas, crines, finos tallos, etc., en
su exterior, y en el interior borra y pelos de cabra, abundan-
do más estos últimos; para lecho emplea alguna plumitay pe-
lusa de olmo.
Pone de cinco á seis huevos de un blanco sucio con algunas
pequeñas manchas más ó menos rojizas repartidas en toda su
base. Miden 17 mm. de largo por 13 de ancho.
Ruticilla tithys Scop.
Cría en los agujeros de los árboles y de los viejos edificios ó
murallas.
En su nido, que está descuidadamente construido, emplea
primeramente la hierbecita verde de los arroyos, continuán-
dolo luego con pequeñas raíces entrelazadas y sujetadas débil-
mente por algunas crines; el lecho está formado por finísimas
raíces, alguna hierbecilla seca y plumas, notándose que tiene
preferencia por las plumas pintadas del pecho-de la perdiz..
;Pone de cuatro á cinco huevos de un blanco puro, y que
miden de 19 á 20 mm. de largo por 14 de ancho.
Curruca melanocephala Gmel.
.Sus nidos están situados á poca elevación del suelo, de pre-
382 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ferencia en los tarajes ó pequeños arbustos situados á orillas
de algún riachuelo. Tienen la misma construcción que los de
las demás SyMa, solamente que propende ésta á forrar su inte-
rior con plumas.
Pone de cuatro á cinco huevos con el fondo lila claro man-
chados en toda su base por pequeños puntos más ó menos obs-
curos. Miden 18 mm. de largo por 13 á 14 de ancho.
Fringilla carduelis Linn.
El nido del jilguero, á la par que artístico, está fuertemente
tejido; su forma interior es ovalada. En su construcción exte-
rior emplea la borra de los cardos, los finos tallos del romero,
alguna florecita y lanita; su interior está tejido con pequeñas
varitas recubiertas de borra de cabra, crin y algima pequeña
hierbecita.
Pone de cuatro á cinco huevos de un color celeste claroy
manchados en su gruesa extremidad por algunas tacas paji-
zas, viéndose también otras más obscuras. Miden 17 mm. de
largo por 13 de ancho.
Coccothraustes vulgaris Vieillol.
Generalmente se ven sus nidos situados sobre las gruesas
ramas de los árboles. Exteriormente se componen de pajitas
más ó menos grandes entrelazadas con algunas raíces, y el in-
terior de varitas muy finas recubiertas con borra, crines y pe-
los de cabra.
Ponen de cuatro á cinco huevos de forma casi cilindrica y
color aceitunado claro, manchados sobre todo en su gruesa
extremidad por pequeños borrones y rayas de color chocolate
ó café. Miden de 24 á 26 mm. de largo por 17 á 19 de ancho.
Passer hispanoliensis Temminck.
Descubrimos un nido de esta especie en el fondo de un cor-
tijo. Encontramos en él seis huevos de un fondo color tierra
clara, casi por completo cubiertos de pequeñas manchitas de
castaño más ó menos claro; en algunos formaba corona en su
gruesa extremidad.
Midieron estos huevos de 23 á 25 mm. de largo por 15 de
ancho.
Falco tinnunculus Linn.
Construye el cernícalo su nido de la misma forma que el de
DE HISTORIA NATURAL. 3$í
los milanos, en las cuevas ó hendiduras formadas por los pe-
ñascos salientes de los grandes quebrados y también nidifica
en lo alto de los viejos pinos.
Pone generalmente cuatro huevos manchados completa-
mente por tacas más ó menos grandes de color rojizo obscuro,
el fondo es de color rojizo pero claro, su forma es un poco
obtusa. Miden 4 cm. de largo por 3 de ancho.
Vultur percnopterus Linn.
Construye su nido en los quebrados ó precipicios inaccesi-
bles, donde á simple vista es casi imposible descubrirlo, mas
g-eneralmente se revela por los excrementos que se ven en lo
hondo de los barrancos situados debajo de sus nidos.
Como los de los demás buitres y águilas, el nido del alimo-
che está compuesto de un montón de leña sin ningún ligamen-
to que lo preste solidez, y le sirve de lecho algunas varitas más
finas.
Pone dos huevos de color rojizo manchados de algunas ta-
cas color café, los cuales miden de 6 á 7 cm. de largo por 4 á
5 de ancho.
Boletín bibliográfico.
(Continuación de Octubre.)
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Demodex chez l'Hoinuie.— E. Hérouard: Sur les g. Batyplotes et Ber-
pysidia.—SuT une loi de formation des corpuscules calcaires et sur
l'homologie qui existe entre ees corpuscules chez Ankyroderma et Sy-
napta.— Surl'anatomie comparée desEchinoderrues.— A. L. Herrera.
Sur l'imitation du protoplasma— A. Hérubel: Sur certains éléments
péritonéaux du Phascolosoma vulgare. — L. Joubin: Observ. sur divers
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Oiseaux de la collection Van Kempen á St. Omer.— P. Marchal: Le
384 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
parasitisine des Inostemma.—L. J. Moreau: Sur le Dainan d'Abyssi-
nie. Un Ecureuil de l'Est.-Africain, le Xerus rutilus.— Neven-Lemaire:
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tacles séininaux de quelq. Culicides. Instruct. relat. á la récolte des
Moustiques.— J. Pellegrin: Uu cas de jeüue de 2 ans '/a cnez un Py-
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Poissons. — L. Petit: Sur la destruction des Oiseaux et en particulier
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il prendre son vol? Sur une Planaire sp.? — J. Richard: Campagne de
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Beitrage über palaarktische Coleopt. — G. Ulmer: Über das Vorkom-
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386 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
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Drei n. Elathous-Arten.— E. Reitter: Neue, von den Herrén Leonard
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Lütz: Rapports sur div. herbor. de la Société au cours de la session
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388 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
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Part. n-iii. (Bulletin.)
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Revista científica profesional.— Barcelona. Año vi, números 6-8.
Revista de Farmacia militar. — Madrid. Año ii, números 16, 17, 20, 22, 23,
24, 28 y 29.
Sesión del 2 de Diciembre de 1903.
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. ZOILO ESPEJO.
El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, la cual fué
aprobada.
El Sr. Presidente manifestó que cumplía dar las gracias y
felicitar al Sr. Cabrera por la perfección y diligencia con que
había hecho á mano los títulos de socios protectores de S. M.
y de D. Manuel Allendesalazar, acordándolo así la Sociedad, y
añadió que avisaría oportunamente á los socios para que pu-
dieran formar parte de la Comisión que había de entregarlos.
Admisiones. — Quedaron admitidos como socios numerarios
D. Francisco Marín, Marqués de la Frontera, presentado en la
sesión anterior por el Sr. M. de la Escalera; D. Manuel Rodrí-
guez y López Neira, de Madrid, Licenciado en Farmacia, pre-
sentado por el Sr. Lázaro; y D. José Taboada Tundidor, de Ma-
drid, y Mr. Dulau, de Londres, que lo habían sido por el señor
Bolívar.
Se hizo una nueva propuesta de socio.
Correspondencia. — El Sr. Secretario de la «Liga Hispano-Ame-
ricana de Instrucción popular» envía el programa de esta So-
ciedad, y solicita una lista de socios con objeto de darles cono-
cimiento de la constitución y fines de esta Liga.
Proposiciones. — El Sr. Bolívar dijo que esperaba obtener re-
laciones de cambio con algunas sociedades y Museos del ex-
tranjero , cuyas publicaciones de grande interés faltan en
nuestra Biblioteca, quedando autorizado por la Sociedad para
continuar las gestiones necesarias para conseguirlo.
Comunicaciones verbales.— El Sr. Escribano, por encargo del
Sr. Gredilla, presentó un trabajo de que éste es autor, en el que
se describe una nueva especie de Centaurea y con él una lámi-
na dibujada con notable perfección por el primero, la cual debe
acompañar á dicho trabajo, y que representa la referida nueva
especie.
T. ni.— Diciembre, 1903. 27
350 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
— El P. Font y Sagué leyó una nota de que es autor, refe-
rente al origen geológico de los manantiales termo-minerales
de Caldas de Malabella (Gerona).
— El Sr. Ramón y Cajal (D. Santiago) expuso sus investiga-
ciones, aún inéditas, scbre la existencia de un aparato tubuli-
forme en el protoplasma de las células nerviosas y epiteliales
de la lombriz de tierra y el procedimiento que había seguido
para poner de manifiesto su estructura en las preparaciones,
ofreciendo redactar una nota sobre estos asuntos.
La Sociedad, por iniciativa del Sr. Presidente, felicitó al se-
ñor Ramón y Cajal por sus nuevos descubrimientos que aca-
baba de exponer tan brillantemente en su conferencia, que
fué escuchada con gran interés por todos los presentes.
—El Sr. Cabrera Latorre presentó una Memoria intitulada
«Ensayo de Monografía sobre los quirópteros de España», dan-
do algunas noticias sobre el estado de los conocimientos en
este asunto y sobre las especies nuevas ó raras que se descri-
ben en su trabajo, el cual pasó á examen de la Comisión de
publicación.
— El Sr. Llord y Gamboa ofreció á la Sociedad, con destino
á su Biblioteca, un ejemplar de su obra titulada Estudios de
Química y Geología hidrológicas, premiada por la Real Acade-
mia de Medicina. En ella expone el autor sus trabajos analíti-
cos y sus opiniones personales acerca de las aguas minerales.
La obra consta de una primera parte dedicada á las consi-
deraciones generales sobre las aguas naturales, sus primeras
relaciones con la corteza terrestre apenas consolidada, cuer-
pos nacidos de este primordial conflicto entre el agua caída de
la atmósfera primitiva y aquella costra eminentemente silícea,
etcétera, etc.
A continuación se clasifican por grupos analíticos todos los
cuerpos simples hallados hasta hoy en las aguas, en la forma
sig-uiente:
I Sección. Elementos básicos. — Metales.
Primer grupo. — Metales alcalinos: 1. Sodio. — 2. Potasio. —
3. Amonio.— 4. Litio.— 5. Cerio.— 6. Rubidio. Apéndice: 7. Mag-
nesio.
Segundo grupo. — Metales alcalino-térreos: 1. Calcio. — 2. Es-
troncio.— 3. Bario.
Tercer grupo.— Metales tórreos y propiamente tales: 1. Alu-
DE HISTORIA NATURAL. 391
minio.— 2. Glucinio. — 3. Titano.— 4. Hierro. — 5. Manganeso. —
6. Zinc— 7. Níquel.— 8. Cobalto.— 9. Talio.
Cuarto grupo. — Continuación de los metales pesados: 1. Co-
bre.— 2. Plata.— 3. Plomo.
Quinto grupo. — Elementos de transición entre las secciones
1.a y 2.a (Elementos semimetálicos y acidificables): 1. Arsénico.
2. Antimonio.— 3. Estaño.
II Sección. Elementos ácidos. — Metaloides.
Primer gmpo. — A. Elementos generadores del agua: 1. Oxí-
geno.— 2. Hidrógeno.— B. Metaloides monovalentes del grupo
del cloro: 1. Cloro. — 2. Bromo.— 3. Iodo.— 4. Fluor.
Segundo grupo. — Metaloides bivalentes: 1. Azufre. — 2. Se-
lenio.
Tercer grupo. — Metaloides trivalentes: 1. Nitrógeno. — 2. Ar-
gón.— 3. Helium. — 4. Fósforo. — 5. Boro.
Cuarto grupo. — Metaloides tetravalentes: 1. Silicio. — 2. Car-
bono.
La descripción de cada cuerpo simple comprende las siguien-
tes partes:
1.a Historia de muchos en breves frases.
2.a Hidrogeognosia, palabra con la que sintetiza el autor el
conocimiento de las combinaciones actuales del cuerpo simple
en el agua.
3.a Hidrogeogenia, con la que también sintetiza el estudio
liidrogeo-químico en la serie de los tiempos; estudio de gran-
de importancia que comprende las relaciones de las aguas con
los terrenos que atraviesan, lamineralización, termalidad, etc.
4.a La determinación cualitativa por los procedimientos
más fáciles y seguros.
5.a La determinación cuantitativa de los que forman clase
hidrológica, como el hierro en las aguas ferruginosas, el cloro
en las cloruradas, el azufre en las sulfuradas y sulfatadas, etc.
Todos los procedimientos de determinación han sido puestos
en práctica en el laboratorio particular del autor, habiéndose
elegido los más sencillos, exactos y prácticos, dando la prefe-
rencia en varios casos á los volumétricos.
Después de la descripción anterior, termina el libro con el
análisis espectral de las aguas minerales, con todos los detalles
necesarios á esta especial investigación.
Al final se han añadido, como notas adicionales , las últimas
£92 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
novedades aparecidas en el año transcurrido entre la presen-
tación y publicación de este trabajo.
El Presidente, en nombre de la Sociedad, agradeció ti dona-
tivo del Sr. Llord y Gamboa.
Secciones.— La de Barcelona celebró sesión el día 27 de No-
viembre del corriente año , bajo la presidencia de D. Carlos
Ferrer.
Se procedió á la elección de la Junta para el año de 1904,
dando el siguiente resultado:
Presidente: D. Carlos Calleja y Borja-Tarrius.
Vicepresidente: D. Telesforo de Aranzadi y Unamuno.
Tesorero: D. Ignacio Tarazona.
Secretario: D. Marcelo Rivas Mateos.
Vicesecretario: D Rafael Folch y Andreu.
El Sr. Turró (D. Ramón) dio lectura á un trabajo titulado
«Contribución al estudio de la inmunidad natural».
La Sección de Sevilla celebró sesión el 27 de Noviembre
de 1903, bajo la presidencia de D. Manuel de Paúl.
—El Sr. Presidente, comentando la interesante nota del señor
Aterido, publicada recientemente en nuestro Boletín, en lo
que toca á las plantas americanas naturalizadas en el Norte
de España, recordó otro trabajo de índole parecida, debido al
Dr. A. Magnin, «Observations sur la Flore du Lyonnais» en la
Sociedad botánica de Lyon (1884), y mencionó después varias
especies que se encuentran en el mismo caso en Andalucía,
encareciendo la importancia de reunir datos locales sobre na-
turalización, para inquirir las causas de su origen y de la muy
diversa propagación que alcanzan semejantes especies.
—El Sr. Barras, de Huelva, comunica lo siguiente:
«En la mañana de hoy 1.° de Diciembre, á las seis y cuaren-
ta minutos próximamente, he percibido un temblor de tierra
más intenso que el que comuniqué á la Sociedad hace poco
tiempo.
Fué precedido de un ruido sordo, al que siguió la trepida-
ción, la cual me produjo un efecto semejante al que hubiera
ocasionado un gran choque contra la parte inferior de la fa-
chada de la casa que habito, haciéndola temblar toda; se es-
tremecieron fuertemente los cristales, moviéndose los objetos
DE HISTORIA NATURAL. 3¡>3
que estaban sobre las mesas y sonando el llamador de la puer-
ta de la escalera. La fachada á que me refiero mira al Ponien-
te, por lo que calculo que en dirección de éste hacia Levante
se transmitía la onda.
Sin haberles hecho pregunta alguna, he oído referir á va-
rias personas de la ciudad que sintieron el fenómeno á la mis-
ma hora con gran intensidad. Algunas otras me han dicho
haber notado ligeros movimientos á las ocho y á las once de
la mañana del mismo día; pero en esta última noticia solo ha-
blo por referencia, consignándola por si acaso se confirmase.
La Sección de Zaragoza celebró sesión el 25 de Noviembre
de 1903, bajo la presidencia de D. Pedro Ramón y Cajal.
— El Secretario dio cuenta de haberse recibido unos impresos
para las propuestas, que ponía á disposición de los socios:
— El Sr. Ramón y Cajal leyó la continuación de su trabajo so-
bre El cerebro de los batracios.
Terminada la lectura de las actas de las Secciones, tanto el
Secretario como el Sr. Cabrera, bibliotecario interino, presen-
taron las Memorias respectivas referentes al estado de la Bi-
blioteca en el año que finaliza y al de la Sociedad en general,
las cuales se insertarán en el acta de Enero próximo, como es
costumbre. El Sr. Tesorero leyó á continuación el siguiente
resumen del estado de Tesorería:
Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad española de Historia
natural, desde 1.° de Diciembre de 1902 á 30 de Noviembre de 1903.
INGRESOS.
PESETAS.
Saldo á favor de la Sociedad en 30 de Noviembre de 1902 880,63
Recaudado por cuotas corrientes 4.829
Id. por cuotas adelantadas para 1931 46,50
Id. por cuotas atrasadas, según detalle adjunto 429,50
Id. por venta de publicaciones á varios socios, según detalle adjunto. 373
Id. por gastos cobrados de tiradas aparte 360,80
Total 6.919,43
394 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
GASTOS. pesetís
Abonado por papel para el Boletín y los Anales 668
Id. por impresiones y tiradas aparte de los mismos 3.234,Q0
Id. por láminas y grabados 636,20
Id. por haberes del dependiente 480
Id. por gastos de correos y envíos de Boletines y Anales 410,06
Id. por gastos menores y presupuestos de las Secciones 561,12
Total 6.020,18
RESU MEN .
Suman los ingresos 6.91 9,43
Id. los gastos 6.020,18
Saldo á favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de 1902. 899,25
A propuesta del Sr. Presidente fueron designados para el
examen de dichas cuentas los Sres. D. A. Federico Gredilla,
D. Kamón Llord y Gamboa y D. Francisco Viñals y Torrero.
Suspendida la sesión por algunos minutos se procedió á la
elección de cargos para el año próximo, dando el siguiente re-
sultado :
JUNTA DIRECTIVA PARA 1904.
Presidente: D. José Rodríguez Mourelo.
Vicepresidente: D. Salvador Calderón y Arana.
Tesorero: D. Ignacio Bolívar y Urrutia.
Secretario: D. José María Dusmet y Alonso.
Bibliotecario: D. Ang-el Cabrera Latorre.
Vicetesorero: D. Antonio García Várela.
Vicesecretario: D. Domingo Sánchez y Sánchez.
COMISIÓN DE PUBLICACIÓN.
D. Francisco de P. Martínez y Sáez.
D. Blas Lázaro é Ibiza.
D. Florentino Azpeitia y Moros.
COMISIÓN DE CATÁLOGOS.
D. Blas Lázaro é Ibiza.
D. A. Federico Gredilla.
D. José María Dusmet y Alonso.
D. Juan Manuel Díaz del Villar.
D. Enrique Pérez Zúñiga.
D. Ángel Cabrera Latorre.
D. José Gogorza y González.
DE HISTORIA NATURAL.
395
Notas y comunicaciones.
Sobre la existencia de un aparato tubuliforme en el protoplasma de
las células nerviosas y epiteliales de la lombriz de tierra
D. SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL.
La aplicación de un método especial de coloración de las cé-
lulas nerviosas nos ha permitido reconocer en las .del Lumbri-
cus un plexo de tubos cerrados, sin comunicación con el exte-
rior, y homólogos verosímilmente al aparato fibrilar intrapro-
toplásmico (retículo endocelidar) hallado por Golgi en las
células ganglionares de los mamíferos, y á las vacuolas anas-
tomosadas descritas por Holmgren y Studnicka en los gan-
glios nerviosos de diversos vertebrados.
Según aparece en la fig. 1.a A, el aparato en cuestión reside
cerca del núcleo, en aquella abundante porción del protoplas-
Fig. 1."— Células ganglionares del Lumbricus.
ma celular que forma eminencia en la superficie del ganglio,
y se compone substancialmente de un tubo fuertemente vari-
coso, es decir, con dilataciones y angosturas, y plegado repetí-
S96 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
das veces sobre sí mismo. La longitud y espesor de este con-
ducto, así como la complicación de sus revueltas, varían con
la dimensión de las células. Recio, larguísimo y formando
glomérulo complicado en las grandes, se reduce en las peque-
ñas á un tubo fino arrosariado, que describe solamente tres ó
cuatro giros arciformes (fig. 1.a C). Las anastomosis son raras
y á veces faltan .por completo. En ningún caso los citados
tubos rodean enteramente el núcleo, como Golgi, Veratti y
Holmgren han representado en los vertebrados. Membrana no
parece existir.
En ciertas neuronas hemos sorprendido dichos tubos nota-
blemente dilatados, como si estuvieran henchidos de líquido;
mientras que en otras de igual ó semejante volumen la luz
interior se angosta, reduciéndose tanto las porciones delgadas
ó intercavernosas que se las percibe con mucha dificultad.
¿Corresponden estas dos formas á fases funcionales del susodi-
cho aparato, es decir, á diástoles y sístoles comparables á los
de la vesícula pulsátil de los infusorios? Probable parece, mas
no seguro. Para resolver este punto, íntimamente relacionado
con la significación fisiológica del aparato tubular en cues-
tión, son necesarias nuevas investig*aciones.
El referido sistema tubular existe, no solo en las células
nerviosas gangliónicas de la lombriz, sino también en los cor-
púsculos epiteliales del intestino y en algunas glándulas. Pero
aquí la disposición es mucho más sencilla, reduciéndose todo
á un conductito varicoso que da dos ó tres vueltas sobre sí
mismo, y cuyos extremos cerrados y redondeados se perciben
con gran claridad (fig. 2.a A).
Según se aprecia en la fig. 2.a, el sistema tubular reside
también cerca del núcleo , en el polo superficial del p roto-
plasma.
¿Comunican los citados tubos con el exterior? Golgi, descu-
bridor de este aparato en los mamíferos, opina que constitu-
yen una red perinuclear completamente cerrada, y probable-
mente un sistema de fibras gruesas anastomosadas ; pero Ret-
zius y Holmgren describen y dibujan espacios comunicantes
con el exterior, en cuya disposición se fundan para atribuir al
aparato en cuestión oficio nutritivo y circulatorio. En nuestros
preparados del Lumbricus (células nerviosas é intestinales)ja-
más se observan semejantes conductos exteriores; pero en el
DE HISTORIA NATURAL.
397
intestino de las hirudíneas, donde los tubos intraprotoplás-
micos afectan mayor sencillez, nos ha parecido ver una prolon-
gación descendente desembocada en la capa conjuntiva sub-
yacente. Todo podría concillarse si supusiéramos que el refe-
rido sistema lacunario, á la manera de la vesícula pulsátil de
los protozoarios, solo se abre en el exterior durante ciertos
Fig. 2. «-Células epiteliales del intestino del Lumbricus.
momentos funcionales (sístole), esto es, cuando expulsa su
contenido á través del protoplasma, cerrándose inmediata-
mente la desgarradura de éste y manteniéndose la comunica-
ción durante la pausa larguísima del diástole. De todos modos,
esto no pasa de ser una conjetura que necesita, para adquirir
categoría de explicación, apoyarse en mayor número de ob-
servaciones.
El aparato tubular que nos ocupa, así como las neurofibrillas
del protoplasma nervioso (de que no tratamos por ahora, reser-
vando el tema para una extensa Memoria), se impregnan selec-
tivamente y con absoluta claridad mediante el siguiente mé-
todo de coloración:
1. Trozos de lombriz ó de sanguijuela que no pasen de 3 á
4 mm. de espesor, se someten durante dos á cinco días y al calor
de la estufa (de 35 á 40 centg.) á la acción de esta solución
argéntica:
398 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
Nitrato de plata 1,5 gramos.
Agua destilada 100 —
El líquido debe ser abundante y no muy numerosas las pie-
zas, á fin de que no se empobrezca demasiado el reactivo. Pue-
den usarse también con provecho, en ciertos casos, soluciones
más concentradas (3 hasta 6 por 100) ó más diluidas (0,75
por 100).
2. Previo lavado por algunos segundos en agua destilada,
para arrastrar el exceso de plata de la superficie de las piezas,
se trasladan éstas al siguiente líquido reductor:
Acido pirogálico 1 gramo.
Formol 5 á 10 »
Agua destilada 100 »
donde permanecerán veinticuatro horas.
3. Tras un lavado rápido, llévanse las piezas primero al al-
cohol de 36°, después al absoluto. Luego se incluyen en celoi-
dina, se reducen á cortes finos (que no deben teñirse ulterior-
mente) y se montan en damar ó bálsamo, como las prepara-
ciones comunes.
Al examen micrográfico (convendrá emplear el objetivo
apocromático 1,30 de Zeiss) aparecerán los tubos antes descri-
tos, coloreados de pardo ó café obscuro, destacando muy bien
sobre un fondo incoloro ó algo amarillento. La reacción se ex-
plica, admitiendo que los conductitos contienen algún albu-
minoide ó cloruro que en presencia del reactivo forma una
combinación argéntico-orgánica fácilmente reductible.
Añadamos, para terminar, que el citado método tifie muy
bien los núcleos, así como el protoplasmade las fibras muscu-
lares y de muchos elementos glandulares; pero la reacción más
valiosa es la recaída en las neurofibrillas, que se presentan
impregnadas de rojo ladrillo ó .de color café. Sin embargo, es-
tos filamentos, por una singularidad del método, no se colo-
rean en la lombriz con la constancia que en la sanguijuela, y
sobre todo, que en los crustáceos y gasterópodos, donde se ob-
tienen espléndidas preparaciones del armazón protoplásmico
y terminaciones nerviosas. En los vertebrados tiene la ventaja
de impregnar las neurofibrillas, tanto del embrión como del
adulto, y la no menos valiosa de colorear las arborizaciones
nerviosas pericelulares.
DE HISTORIA NATURAL. 399
Contribución al estudio de la inmunidad natural
POR
DON RAMÓN TURRÓ.
I.
Nuestros conocimientos relativos á la inmunidad son, en
tesis general, reductibles á dos puntos capitales: al poder bac-
tericida del suero sanguíneo y al fag-ocitismo.
Las propiedades bactericidas del serum respecto al Baciüus
Anthracis fueron descubiertas, como es sabido, por Von Fodor,
y ampliamente estudiadas por Nuttall. Buchner las atribuye á
substancias zimóticas, disueltas en el serum, á las que deno-
mina a l 'exinas.
Behring y Nissen demostraron que el serum no es bacteri-
cida para todas las especies bacterianas; su potencialidad es
también variable según la especie del animal de que procede.
Así, el suero del conejo es intensamente bactericida para el
virus carbuncoso, y no lo es el deL^perro, que es refractario á
ese virus.
Metchnikoff, por su parte, al descubrir la propiedad de los
leucocitos de absorber y digerir en el seno de su protoplasma
las bacterias, halló uno de los medios con que cuenta el orga-
nismo para defenderse. Mas como ese descubrimiento prece-
dió alg-unos años al de Fodor y Nuttall, y la teoría fag-ocitaria
contaba ya á la sazón con numerosos adeptos, se supone que
las alexinas del serum proceden de los leucocitos, bien por
fagolisis, bien por secreción. Sea como quiera, los factores que
hoy se conocen de un modo absolutamente cierto como agen-
tes únicos de la defensa org*ánica son: de una parte las alexi-
nas del serum y de otra los fagocitos. Se supone que no hay
otros, pues no se conocen; mas esta suposición es una hipóte-
sis no demostrada experimentalmente , pues nadie se ha to-
mado el trabajo de comprobar si el jug*o tiroideo, el muscular,
las maceraciones de pulpa esplénica, etc., digieren el B. An-
thracis como lo funde el serum sanguíneo. Hasta que Von
Fodor y Nuttall experimentaron la acción del serum, se creía
ciegamente que el agente destructor de las bacterias con que
400 boletín de la sociedad española
contaba únicamente el organismo era el leucocito; mas cuan-
do el mundo sabio, dominado por la preconcepción imperante,
llegó á fijarse, muy tardíamente por cierto, en la excepcional
importancia que revestía el hecho descubierto por el discípulo
de Flügge, se comprendió que eran más poderosos de lo que
se suponía los medios con que cuenta el organismo para de-
fenderse. Pues bien, de mis trabajos resulta que estos medios
son incomparablemente mayores de lo que actualmente se
cree: no son únicamente el serum y el leucocito los únicos
aptos para atacar la bacteria infectante; lo son á la vez, en
mayor ó menor escala, todos los plasmas celulares, á condi-
ción de que se hagan solubles, y por ende activas las alexi-
nas que contienen.
En mi primera Memoria sobre este asunto, publicada en
1900 (1), se hace constar, que purgando el plasma sanguíneo
de suero y reduciéndolo á materia soluble en el vacío, bien
por la acción prolongada de la tripsina, por la bilis, ó bien por
autolisis espontánea, adquiere una facultad bacteriolítica in-
comparablemente superior á la del serum. Por aquella fecha
mis ideas no estaban todavía claramente definidas; nuevos
v más serios trabajos, publicados al principiar el año 1902 (2),
rae demostraron que el jugo tiroideo y el muscular, obtenidos
por medio de la prensa, digerían en corto tiempo la cuarta
parte de su peso de B. Anthracis jóvenes. Los plasmas que
se coagulan instantáneamente no acusan en este estado po-
der bacteriolítico alguno, mostrándose inactivos; pero ma-
chacando el epitelio renal, las cápsulas suprarrenales, el híga-
do, el bazo, los ganglios linfáticos, etc., hasta obtener una
pulpa fina, y macerándola luego en tres ó cuatro veces su peso
en agua salina al 1 por 100, se comprueba que ceden al agua
de maceración una cantidad prodigiosa de alexinas (como la
mucosa gástrica cede al agua clorhídrica la pepsina), pues en
veinticuatro horas llegan á digerir hasta la mitad de su peso
de B. Anthracis (3).
Por todos estos experimentos, que muchos sabios me han
(1) R. Turró: Zar Bukterienverdaung.—Centralblat.j: Bakt., etc., B. d. xxvm, 1900,
pág. 1"¡3.
(2) Zar Baltterienverdaung .—Centralblat. f. Bakt., etc. 1902, núm, 2.
(3) R. Turró: Digestión des badenes. —Rev. Vétérinaire. Tolouse, 1902, pág. 688.
DE HISTORIA NATURAL. 101
honrado comprobándolos, se ve claramente que la materia
orgánica contiene substancias que al hacerse solubles atacan
las bacterias, y que las propiedades bactericidas del serum y
de los leucocitos no son exclusivas de este humor ó de estos
elementos histológicos, sino que revisten caracteres generales,
siendo inherentes á la materia viva. Basta hacerlas solubles
para que in miro acusen su actividad de un modo maravi-
lloso.
En mi Memoria 2.a dejé demostrado que el vitellus del hue-
vo de gallina no muestra energía bacteriolítica mezclado con
B. Anthracis; todo lo más llega á granular su protoplasma y
fragmentarlo al cabo de tres ó cuatro días. Mas si ese vitellus
se bate íntimamente con la clara, añadiendo el 2 por 100 de
fluoruro sódico para evitar que se pudra, se observa que una
parte densa se retrae y precipita al fondo, mientras que unas
tres cuartas partes de la masa total queda líquida y se clari-
fica de día en día hasta alcanzar una transparencia perfecta.
Ese líquido, de color ambarino, que por darle un nombre llamo
oviseriiiii , posee un poder bacteriolítico extraordinario al cabo
de veinte ó treinta días. En dos ó tres días á 37° C. digie-
re la mitad de su peso de B. Anthracis que precipitan al
fondo como una mucosidad amorfa, grisácea, adherente y
que forma hebras; decantado el oviserum resulta todavía ac-
tivo para una segunda y tercera digestión , como si sus alexi-
nas fuesen inagotables.
Por toda esta serie de observaciones, recogidas durante el
transcurso de cuatro años en el laboratorio de la Academia,
se descubre que las alexinas no son en realidad substancias
nativas ó propias del serum: su origen es celular y proceden
de los plasmas orgánicos que viven macerados en ese líquido
alcalino, de composición fundamentalmente salina, que obra
sobre ellas como su disolvente natural el llamado suero san-
guíneo (1).
El agente infectante lo mismo puede ser digerido en el
serum, que en otro líquido bactericida, que en el seno de
un plasma vivo, llámese leucocito, epitelio ó fibra muscular,
(1) ürsprung und Beschaffenheit der Alexine. — ~R. Turró: Berliner Klin. Wochen-
sr.hr. 1903, núm 36.— Origine et nature des alexines .—Journal de Physiolog. Paris, Sep-
tembre.
402 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
á condición de que sus alexinas sean solubles, que es como
decir activas. En el proceso, pues, de la inmunidad natural
intervienen mayor número de factores de los que supone la
teoría humoral , la teoría vitalista ó fagocitaria y la teoría
ecléctica que hoy impera.
II.
La inmunidad natural no debemos tomarla en su sentido
absoluto, sino en el relativo. El hombre, por ejemplo, es más
refractario ú la pneumonía que el conejo; el carnero lo es al
carbunco más que el conejo, y éste á su vez más que el cobaya.
Todos estos animales oponen una resistencia mayor ó menor
á la proliferación del B. Aníhracis: ninguno de ellos se com-
porta como un matraz de caldo. Pues bien, nosotros entende-
mos por inmunidad natural el grado de resistencia, sea cual
fuere, que una especie ó los individuos de esta especie oponen
á una infección dada.
Esto sentado, si sumásemos á esta acción una substancia
dotada de una g*ran energía bacteriolítica, como el ovisemm,
tal vez crecerían sus medios de defensa.
Tal fué la primera idea que se nos ocurrió para reforzar ar-
tificialmente la inmunidad natural. Para llevarla al terreno
experimental nos fué preciso ante todo oziserum puro y asép-
tico, operación más difícil en la práctica de lo que parece.
A. Pnparación del oviserum aséptico — Se esterilizan dos ó
tres docenas de matraces de 50 c. c. y de cuello ancho. La cas-
cara de los huevos se lava con algodón empapado en agua ca-
liente., y cuando están limpios de toda materia adherida se
sumergen durante una hora en un baño de alcohol absoluto.
Se rompen por uno de sus polos y se vacían uno en cada ma-
traz y se agita con fuerza hasta mezclar íntimamente la clara
con la yema. Se dejan en la estufa, regulada á 35° C, veinte
ó treinta días, durante cuyo tiempo precipita al fondo una
materia densa y semisólida separada de un líquido limpio,
que flota encima, llevando en disolución gran cantidad de
■riteUus; ese líquido es la materia inyectable, ó sea lo que lla-
mamos oviserum. Cuando la operación no sigue el curso des-
crito y la masa se coagula ó bien se enturbia, es señal evi-
dente de que se pudre, y se desecha el matraz en que esto
DE HISTORIA NATURAL. 403
ocurra. Los restantes no pueden considerarse como absoluta-
mente asépticos si no se ensayan previamente en un conejo ó
cobaya á la dosis de 5 g.
B. Efectos inmediatos de la inyección subcutánea de oviserum
en los conejos. — Si á un lote dado de conejos les inyectamos 5 g.
de oviserum diarios bajo la piel, durante tres días seguidos, di-
luidos previamente en 15 c. c. de agua destilada ó de suero
artificial, los animales los soportan bien sin perder el apetito,
ni acusar fiebre, y sin que el pulso y los movimientos respira-
torios se aceleren ó retarden. Si al cuarto día se les inocula
cultivo de B. Antkracis, á pesar de que sus humores llevan
en disolución una substancia que ensayada in vitro resulta
ser muy bacteriolítica y que sus tejidos deben estar impreg-
nados de la misma, mueren de bacteridemia antes que los
testigos; mas si se dejan en reposo durante un período míni-
mo de diez á doce días y se les inocula después el virus, se
observa que todos ellos mueren con un retardo de nueve á
diez y siete días respecto de los testigos.
El experimento, á más de curioso, es muy instructivo; pues
nos demuestra que la resistencia nativa del conejo respecto de
la infección carbuncosa no se suma inmediatamente con la
propiedad bacteriolítica del oviserum, antes bien, se deprime
la primera y sucumbe aquél más rápidamente. Ocurre con el
oviserum lo mismo que con los productos solubles de los mi-
crobios. Inyectados á dosis repetidas, ni previenen ni curan la
infección: la precipitan. Mas dejando transcurrir entre la in-
yección de esos productos y la inoculación del virus un plazo
determinado, se observa que vacunan. Es evidente que existe
una analogía profunda entre las vacunaciones químicas y el re-
tardo que obtenemos respecto del carbunco con las inyecciones
subcutáneas de oviserun.
No son tan inofensivas las inyecciones intravenosas de ovi-
serum como las subcutáneas; mas tomando la precaución de
disolverlo en diez veces su peso de agua salina, se obtienen los
mismos efectos retardadores que por la vía hipodérmica. He
ensayado también la vía rectal, porque era importante averi-
o-uar si el oviserum mezclado con la rica flora microbiana in-
testinal perdía sus propiedades, bien por coagularse, bien por
alterarse su composición. Inyectado en el recto lo escupe aun
cuando se haya limpiado previamente con un enema salino y
101 boletín de la sociedad española
se le haya añadido láudano; mas inyectándolo por medio de
una cánula á unos 10 cm. de altura, retiene bien 10 graT
mos de oviserum diluido en 30 ó 40 de agua. Como se ten-
ga la seguridad de que haya sido absorbido, la inoculación
del virus á los diez días acusa un retardo de otros muchos en
la explosión de la bacteridemia. Es de advertir que las inyec-
ciones repetidas de oviserum por la vía intestinal determinan
en los conejos unas entero-colitis bastante graves; no aconse-
jamos, pues, que se repitan, pues basta un solo enema de 10 c. c.
convenientemente dilatado en agua, para demostrar nuestro
aserto, con tal que se absorba.
C. Influencia de la dos?.'; de oviserum. — A primera vista pa-
rece que á mayor dosis de oviserum inyectado debiera corres-
ponder mayor retardo en la muerte del conejo; mas no sucede
así. A un lote de conejos se les inyectó en dos días 20 g.: á
otro lote en una sola vez 10 g., y á otro lote se le inyectó solo
5 g. Transcurrido el plazo de doce días se les inoculó á todos
ellos una gota de virus carbuncoso de un día, cultivado en cal-
do. Todos ellos murieron con un retardo, respecto de los dos
testigos, de quince á veintidós días sin que pudiese apreciarse
que la dosis mayor influyese en el resultado; el último que mu-
rió al cabo de veintidós días de haber sucumbido el testigo,
había sido inyectado con solo 5 g.
Cuando se inyecta un lote de conejos con 5 g. de oviserum
se les deja en reposo durante seis días, y al cabo de ellos se les
inyecta cada día 5 g. hasta llegar al día diez; esas nuevas va-
cunaciones obran como una causa perturbadora. En efecto: en
ese lote, al serle inoculado el virus, unos mueren con un día
ó dos de retraso y los más sucumben poco más ó menos como los
testigos, mientras que los conejos inyectados de una sola vez
con 5 ó 10 g. ofrecen un retraso de quince á veintidós días, se-
gún selia, visto anteriormente.
A pesar de todos los cuidados, me ha sucedido algunas veces
que la inyección de 5 ó 10 g. de oviserum ha determinado en
los conejos una infección purulenta, que á veces se ha circuns-
crito en un simple absceso y otras se ha agravado hasta deter-
minar la peritonitis. Caso de que el animal no haya sucumbi-
do, siempre he comprobado que esas infecciones intercurren-
tes, leves ó graves, han obrado como una causa perturbadora
respecto á la acción bienhechora del oviserum. Si han sido le-
DE HISTORIA NATURAL. 405
ves, retardan poco la muerte del animal al inoculárseles el vi-
rus; mas si son ó han sido graves, llegan á morir antes que los
testigos.
La dosis de 5 g. de oviserum por kilogramo basta para oca-
sionar en el conejo el considerable retardo de que venimos
hablando. La dosis mínima de un 1 g. no determina efectos
ostensibles; mas con 2,50 g. ya he obtenido retardos de seis á
• siete días.
Del conjunto de estos experimentos se desprende que el ovise-
rum retarda notablemente la infección carbuncosa en los cone-
jos; prolonga el período de incubación, pero no se ha reforzado
su inmunidad hasta el punto de poder destruir ó atenuar los
gérmenes de modo que resista á su acción. Mas nosotros pode-
mos reforzar la resistencia del animal de la siguiente manera.
Se inyecta á un lote de conejos 5 ó 10 g\ de oviserum; transcu-
rridos los diez ó doce días de reposo, á todos ellos se les inocula
una gota de virus; á los cuatro días se les inyecta otra vez
1 gramo de oviserum diluido en agua salina, operación que se
repite una tercera vez en las mismas condiciones. El experi-
mento da los siguientes resultados: en algunos individuos la
inyección de oviserum parece ser la causa determinante de la'
explosión de la bacteridemia; pero la inmensa mayoría resis-
ten á esa acción deprimente, se acrecientan sus energías de-
fensivas y no mueren. Nosotros conservamos cuatro conejos
que hace cerca de tres meses sobreviven á los testigos; es
de suponer que no morirán ya por haberse extinguido en su
organismo la virulencia ó la vitalidad de los gérmenes car-
buncosos.
D. Transformación y eliminación del oviserum. — Vemos por
los experimentos descritos que el oviserum incorporado al co-
nejo no refuerza su inmunidad hasta un plazo de diez ó doce
días, y que ese refuerzo puede aumentarse por medio de in-
yecciones sucesivas. Parece, pues, lógico suponer que queda
algo integrado en el organismo que aumenta su potencia bac-
teriolítica; mas ese algo es transformado por el metabolismo
nutritivo y acaba por ser eliminado, no disponiendo entonces
el animal para defenderse mas que de sus fuerzas naturales.
Si inyectamos un lote de conejos con 5 g. de oviserum, y en
vez de inocularles el virus á los doce días esperamos á que
transcurran treinta, observamos que en casi todos ellos estalla
T. ni.— Diciembre, 1903. 28
406 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
la bacteridemia sin retrasos apreciables, lo que inclina á
creer que la propiedad vacunificante del oviserum se ha anu-
lado transformándose en el seno del organismo.
E. Interpretación de los hechos.— Reflexionando sobre lo ex-
puesto se obtiene la convicción de que.el oviserum vacuna, si-
quiera sea temporalmente, á los conejos, á condición de que
se integre en los plasmas; mientras corre y se difunde por los
humores circulantes no aumenta sus resistencias; mas cuando
transcurre un período de reparación fisiológico, merced al cual
esta materia albuminoide puede pasar á formar parte viva de
las células, entonces es cuando empieza á acusarse el estado
refractario. Toda causa que perturbe semejante movimiento
fisiológico perturbará á la vez la aparición del estado refrac-
tario resultante de la nutrición de las células. Así se explica
que á mayor dosis no corresponda mayor inmunidad; así se
explica también que la duración del estado refractario varíe
según los individuos. Y puesto que asimilar no es incorporar
pasivamente los elementos del medio ambiente, sino transfor-
marlos en substancia propia según las propiedades especiales
de cada plasma, se explica también que la vacunación sea pa-
sajera por la transformación y eliminación subsecuente de la
substancia vacunificante. La inmunización, pues, de los cone-
jos por el oviserum parece ser el resultado de un acto de nu-
trición celular. Ahora bien: supuesto que esa substancia vacu-
nificante contiene enzimas bacteriolíticos de tan extraordina-
ria energía, es natural suponer que no se hayan anulado es-
tas propiedades al integrarse en los plasmas, y que de consi-
guiente se haya aumentado el poder bacteriolítico intraorgá-
nico mediante'esa suma ó síntesis de factores, y de ahí el acre-
centamiento del estado refractario. Nuestra hipótesis jurare mm
razonamiento; pero reflexionándolo bien se ve que se despren-
de del conjunto de hechos que hemos expuesto, de un modo
natural y espontáneo. La resistencia á una infección — inmu-
nidad natural— es debida á la acción bacteriolítica de los plas-
mas y los humores, que es como decir á su nativo poder
bacteriolítico; la vacunación supone un aumento de esta po-
tencialidad, y si nuestra hipótesis es cierta, debe resultar que
todas las substancias que invitro son bacteriolíticas, inyecta-
das al organismo deben vacunar ó acrecentar el estado refrac-
tario con tal de que conserven esas propiedades zimóticas al
DE HISTORIA NATURAL. 407
integrarse en los plasmas. Así suGede con el oviserum, como si
t nuestra hipótesis fuese verdadera.
III.
El ensayo de todos los plasmas solubles cuyo poder bacte-
riolítico llevo demostrado ín vitro, resulta un trabajo prolon-
gadísimo y superior á los modestísimos medios de que dispon-
go. Actualmente experimento algunos, pero no puedo adelan-
tar conclusiones, no sancionadas todavía, mas que sobre el
jugo esplénico, y aun estas incompletas y deficientes; si las
anticipo en este trabajo es porque el hecho fundamental del
retraso está plenamente comprobado.
A. Preparación del jugo esplénico.— Indistintamente lo pre-
paro con bazo de buey ó carnero. Extraído del animal recién
sacrificado, con todas las precauciones asépticas, se corta la
pulpa con una tijera y los trozos se machacan en un mortero
hasta reducirlos á pasta. De esta pasta se hacen preparaciones,
porque me ha sucedido varias veces hallar cocus, á pesar de
que la res al parecer estaba sana, que han anulado los experi-
mentos infectando ligeramente los conejos. Se añaden cuatro
ó cinco veces su peso de agua salada, se mezcla íntimamente
y se deja en reposo unos treinta minutos. El agua de macera-
ción, de color rojo y limpia que nota encima de la pulpa preci-
pitada en el fondo del mortero, está dotada de un gran poder
bacteriolítico, pues en veinticuatro horas digiere la mitad de su
peso de cultivos jóvenes de tí. Anlhracis á la temperatura
de 37° C. El contacto del aire destruye esta propiedad á poco
que se prolongue.
B. Efectos de la inyección subcutánea del liquido de la mace-
ración ésplémca. — Son análogos los efectos inmediatos á los de
la inyección de oviserum. Las dosis macizas, 10, 20 g. y la
inoculación del virus un día. dos, tres, cuatro y cinco después
de las inyecciones, no retrasan la muerte de los conejos, antes
bien la precipitan respecto de los testigos. Mas la inyección de
10 g. de una sola vez y durante un período de reposo fisioló-
gico transcurrido antes de la inoculación del virus, determina
á partir de los ocho días un retraso notable, que no quiero pre-
cisar en este trabajo, porque el lote de conejos inyectados es
solo de seis, y no es posible sacar conclusiones aproximadas de
408 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
tan exiguo número. Me limito á anticipar por ahora que se
obtiene un retardo, y esto basta para mi objeto.
El ensayo de otros jugos orgánicos, como el que nos ocupa,
el jugo tiroideo y el jugo fresco de carne, por ejemplo, resulta
más accidentado que el del oviserum; constituye por sí un
problema tan vasto y complejo, que en el momento actual no
me es dable adelantar mas que una conclusión: y es que real-
mente refuerzan la energía bacteriolítica intraorgánica, pero
cada uno de ellos de un modo especial. Me reservo , pues, para
otro trabajo más amplio y completo en que rectificaré algunas
conclusiones imprudentes que adelanté en la Reme Vétérinaire
de Toulouse (1902).
IV.
La maceración de la pulpa esplénica en agua destilada no
resulta tan bacteriolítica como en el agua salada al 7,50 por
100 ó al 1 por 100. Lo propio sucede con la pulpa renal, hepá-
tica, ganglionar, etc. El hecho que Buchner descubrió en las
alexinas del suero sanguíneo debe hacerse extensivo á todas
las alexinas de los plasmas. Ahora bien: macerando la pulpa
esplénica en el vacío y recogiendo el agua de maceración, se
observa que al renovar el agua salada á la pulpa al cabo de
tres ó cuatro horas, esta segunda maceración, ensayada in vi-
tro con raspados de cultivos de B. Anthracis, resulta todavía
activa. En una tercera maceración más prolongada comproba-
mos aún una energía bacteriolítica notable. El hecho nos de-
muestra que las alexinas son inagotables en el protoplasma y
hasta nos inclina á creer que las alexinas no existen como
cuerpos aislables y definidos, sino como una propiedad inhe-
rente á la constitución química de la materia viva, pues á me-
dida que un plasma se disuelve, su poder bacteriolítico (alexi-
na) se pone de manifiesto y no se agota, al abrigo del aire,
hasta que se agote toda la substancia soluble que el plasma
contiene.
Ahora bien: si nos fuera dable hacer solubles una parte si-
quiera de esas enormes reservas con que cuenta el organismo
para defenderse, reservas potencialmente bacteriolíticas, po-
dríamos solo con esto reforzar la inmunidad natural.
. Esta idea teórica nos inspiró los experimentos que vamos á
exponer.
DE HISTORIA NATURAL. 409
Se inyectan á dos conejos hermanos, de igual peso aproxi-
madamente y del mismo pelo, 5 g\ de agua salada al 7,50 por
100 durante tres días seguidos. Otros dos en las mismas con-
diciones se les inyecta el ag-ua con cloruro sódico al 3 por 100.
Al cuarto día son inoculados todos con testigos con el virus
carbuncoso y mueren sin denunciar ningún retraso aprecia-
ble. El mismo experimento y con idénticos resultados negati-
vos se repite elevando la dosis de agua inyectada hasta 20 g.
diarios. Entonces, reformando el experimento, inyectamos de
una sola vez á dos conejos, elegidos según las condiciones in^
dicadas, 50 g. de agua salina al 7,50 por 100, y á otros dos la
misma cantidad concentrada al 3 por 100; transcurridas vein-
ticuatro horas exactas, é inoculados con virus, pudimos apre-
ciar un retraso de diez á catorce horas respecto de los testigos.
El experimento se repitió de la misma manera y con solo la
variante de inyectar de una vez 100 g. de agua salada al 7,50
por 100 y al 3 por 100, con la idea de comprobar si el retraso se
acentuaba. Mas entonces ocurre un hecho extraordinario al
que yo no daba crédito ni nadie se lo dará hasta haberlo com-
probado: los conejos inyectados no mueren de bacteridemia,
mientras los testigos sucumben entre las cuarenta y dos y
cuarenta y cinco horas de la inoculación.
La observación repetida de este fenómeno, de apariencia
verdaderamente milagrosa, demuestra: 1.°, que la dosis de
cloruro sódico no influye en su aparición; basta la solución al
7,50 por 100; 2.°, que la cantidad de este agua salina debe ele-
varse á 100 g\ para inmunizar 1 kg. de conejo, al cabo de vein-
ticuatro horas, contra la inoculación de una gota de virus
mortal.
La inyección de 100 g. de ag*ua salina y la inoculación si-
multánea de virus no retarda la explosión de la bacteride-
mia aun en el caso de inyectar cada ocho horas 20 g. más.
Cuanto perturbe la normalidad funcional del organismo per-
turba á la vez la acción inmunizante del agua salada. Así, una
inyección de agua salada séptica que encienda lig-era fiebre,
la inyección de 1 g\, 1,50 g. y 2 g. de alcohol diluido y hasta
el agua eterizada ó cloroformizada, bastan para que el carbun-
co estalle con ó sin retardo, seg'ún haya sido la perturbación.
La acción inmunizante del agua salada, tan poderosa que
basta á extinguir la vitalidad de los gérmenes inoculados, es
410 boletín de la sociedad española
pasajera, sumamente fugaz. Desaparece entre las veinticuatro
y cuarenta y ocho horas de la inyección.
Se sabe que las inyecciones salinas estimulan la fagocitosis;
pero solo por este factor no es razonablemente explicable el
fenómeno. El poder bacteriolítico del conejo aumenta tan po-
derosamente en las inyecciones salinas que se comporta ante
el B. Anthracis como si fuera un animal refractario. Parece,
pues, que dichas inyecciones han obrado sobre sus plasmas
tal como obran en las maceraciones de la pulpa esplénica, di-
solviendo una buena cantidad de alexinas de reserva, esto es,.
haciéndolas activas súbitamente y aumentando por ende la
potencia defensiva ó bactericida del organismo.
conclusiones.
1.a Llamamos oviserum al producto resultante de la solución
del mtellus del huevo de gallina en la clara del mismo. En el
espacio de veinte días á un mes adquiere, ensayado in vitro,
un poder bacteriolítico tan grande que digiere el cuarto de su
peso de cultivos de B. Anthracis, sin que por esto se haya ago-
tado su energía, que antes bien la conserva para una según -
da y tercera digestión.
2.a La inyección subcutánea de 5 ó 10 g\ de oviserum k un
lote de conejos repetida durante tres días seguidos, y la in-
oculación al cuarto día de una gota de virus carbuncoso, ace-
lera la muerte del animal respecto de los testigos; mas -la in-
yección de 5 g\ por kilogramo de una sola vez y la inoculación
del virus á los diez ó doce días después de la inyección, retra-
sa la muerte de los conejos de nueve á diez y siete días respec-
to de los testigos.
3.a La inyección intravenosa de 5 g. de oviserum dilatados
en 45 g\ de agua destilada determina los mismos efectos; los
enemas de 10 g. de oviserum en 40 de agua retardan la ex-
plosión de la bacteridemia, á condición de que se hayan ab-
sorbido.
4.a Las dosis de 5 g. de oviserum por kilogramo de conejo
basta para obtener el indicado retardo; una dosis mayor no lo
aumenta; 2,50 g. retrasan la muerte desde cinco á nueve días:
1 g. no produce efectos claramente apreciables.
5.a Cuanto perturbe la normalidad funcional del conejo
DE HISTORIA NATURAL. 411
inyectado con 5 g. de oviserum durante el período de reposo
fisiológico que media entre la inyección y la inoculación del
virus, mengua ó anula la acción inmunizante del oviserum.
6.a La acción inmunizante del oviserum no se manifiesta
hasta tanto que ha sido integrado en los plasmas orgánicos me-
diante un proceso de asimilación. Su poder bacteriolítico su-
mado, mediante una síntesis fisiológica á la de las alexinas
que nativamente contienen esos plasmas, parecen ser la causa
de la mayor resistencia que adquieren los conejos para el virus
carbuncoso.
7.a La pulpa esplénica, macerada en agua salada al 1 por
100, surte en los conejos efectos análogos á los del oviserum.
8.a La inyección por kilogramo de conejo de 50 g. de agua
salada, al 7,50 por 100 y la inoculación de una gota de virus
carbuncoso al cabo de veinticuatro horas, retrasa de diez á
catorce horas la muerte de los conejos respecto de los testigos.
La inyección de 100 g. y la inoculación dei virus á las veinti-
cuatro horas determina un fenómeno extraordinario: los co-
nejos no mueren de bacteridemia. La acción del agua salada
es fugaz desapareciendo entre las veinticuatro y las cuarenta
y ocho horas.
Origen geológico de los manantiales termo-minerales de Caldas de
Malavella (provincia de Gerona)
DON NORBERTO FONT Y SAGUÉ, PRESBÍTERO.
Los manantiales de Caldas de Malavella emergen del suelo
á una temperatura de 58°, muy superior á la media anual de
la localidad que acostumbran á tener las fuentes superficiales;
son, por lo tanto, fuentes termales, y como sucede á la mayoría
de las comprendidas en este grupo que deben al calor que po-
seen, y quizá también á la intervención de emanaciones inter-
nas, la facultad de tener en disolución ciertos principios mi-
nerales activos, son además fuentes minerales.
El carácter de las fuentes termales consiste en realizar su
emergencia, no en la unión de dos capas de terreno, una per-
meable y otra impermeable, sino por grietas de la corteza te-
rrestre. De manera que estas grietas deben ser consideradas
412 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
como canales por donde ascienden manantiales de origen des-
conocido, formados en las cavidades de la corteza por la re-
unión de infiltraciones, á las cuales las grietas de los terrenos
han permitido penetrar hasta grandes profundidades.
Una particularidad distintiva de las fuentes termo-minera-
les es la constancia de su temperatura independiente de las
variaciones meteorológicas; cosa fácil de comprender, pues
cuanto más profundo es un depósito mejor se sustrae á las va-
riaciones de las condiciones externas. Esto mismo explica el
porqué la temperatura de semejantes manantiales, así como
la naturaleza y proporción de sus elementos disueltos, es siem-
pre constante, á menos que un terremoto ú otro fenómeno g-eo-
dinámico venga á turbar la estabilidad del suelo.
Siendo el hecho dominante en las fuentes termales su ele-
vada temperatura, importa tener una idea de la causa que
produce este exceso de calor. Dos son las teorías que tratan de
explicarla: la que considera á dichas fuentes como manifesta-
ciones eruptivas y la que las cree solamente un fenómeno ge-
neral de la circulación de las aguas superficiales combinado
con el de la geotérmica. Lo cierto es que los manantiales de
esta clase están á veces íntimamente relacionados con las ma-
nifestaciones de naturaleza volcánica; pero en otros casos el
manantial emerge en un terreno dislocado, es verdad, si bien
muy alejado de todo centro activo y con una temperatura que
no supera á la de las capas profundas del macizo de montañas
del que puede provenir.
Para saber á qué clase de las dos pertenece una fuente ter-
mal dada, no puede aducirse como argumento ni la mayor ó
menor constancia de su producto, ni su temperatura más ó me-
nos elevada, pues en una fuente geotermal estos dos términos
llegan á veces á su máximo. Pero es permitido pensar que,
cuando una fuente muy caliente emerge en un terreno poco
accidentado, debe su calor á la intervención de un foco activo.
De la misma manera, cuando el manantial está cargado de
gas, especialmente ácido carbónico, y más princialmente gas
sulfuroso, la influencia volcánica es más que probable. Con
todo, no hay en ello criterio absoluto.
Sentados estos datos de carácter general cabe preguntar:
Los manantiales de Caldas de Malavella, ¿son una manifesta-
ción volcánica ó un simple fenómeno geotérmico?
DE HISTORIA NATURAL. 413
Nosotros opinamos lo primero, tanto por ser este el criterio
que en la ciencia domina en punto á los manantiales que con-
tienen ácido carbónico libre, como por la naturaleza geológica
de los terrenos donde emergen los manantiales de que nos
ocupamos.
«En cuanto á las fuentes carbonatadas, con ácido carbónico
libre, dice Lapparent en su Géologie, se puede hacer constar
que, salvo insignificantes excepciones, todas están localizadas
en las regiones volcánicas terciarias ó recientes, como la Au-
vernia, Bohemia, Cárpatos, Apeninos.»
«En los países volcánicos las emanaciones de gas ácido car-
bónico, solo ó disuelto en las aguas, son como el último es-
fuerzo de la actividad volcánica, ha dicho Humboldt en su
Cosmos. Pues bien, añade Rubio en su Tratado completo de Jas
Fuentes minerales de España, de las 26 fuentes de agua ag*ria
ó acidulada por el ácido carbónico que citamos, 23 se encuen-
tran en la región volcánica del campo de Calatrava y las otras
tres en la región volcánica de Castellfullit de Gerona.»
Daubeny y Brogniart aseguran que las aguas más calientes
son las asociadas á los volcanes más modernos, después las de
los volcanes apagados, y por último, las de los terrenos pri-
mitivos.
La naturaleza geológica del terreno viene también en favor
de nuestra opinión, pues los manantiales de Caldas emergen
cerca, y quizás en el mismo punto de contacto del basalto con
el granito. Respecto á este punto véase lo que opina el distin-
guido ingeniero de minas D. Luís M. Vidal en su Memoria
Aguas termales de Caldas de Malavella: «Si el examen geológi-
co del terreno no diera como legítima consecuencia la co-
nexión de estos manantiales con los fenómenos volcánicos de
que la comarca ha sido teatro, lo daría la comparación de to-
das las circunstancias que concurren en ellos, con las que se
observan en los otros manantiales tan celebrados y tan estudia-
dos ya, como son los de Vichy, que se encuentran en la anti-
gua provincia francesa, denominada La Auvernia, país clásico
para el estudio de los volcanes extinguidos, de cuyo suelo,
sobre todo en las cercanías de éstos, salen una multitud de
manantiales minerales y termales y de emanaciones g'aseosas.»
Ya volveremos á insistir en los puntos de contacto que existen
entre los manantiales de Caldas de Malavella y los de Vichy.
414 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Daubrée, en su célebre obra Les eaux souterraines á Vépoque
actuelle, dice también: «Los volcanes, aun cuando no hayan
hecho erupción después de los tiempos históricos y sean con-
siderados como apagados, son con frecuencia asiento de fuen-
tes termales, resto de su antigua actividad. Lo mismo ocurre
con las rocas volcánicas, tales como los basaltos y traquitas,
más antiguas todavía, y cuya edad se remonta con frecuencia
á la época terciaria media.
La frecuencia de esta asociación ha sido desde mucho tiem-
po señalada por Leopoldo deBuch, Berzelius, Stift, Keferstein,
Boué, Daubeny, Bischof, Forbes y otros.
La región volcánica de Francia, particularmente la Auver-
nia, presenta numerosos ejemplos de este yacimiento de fuen-
tes termales.
Mientras que faltan casi del todo en una gran extensión de
nuestra meseta granítica central, abundan en las partes que
han sido atravesadas por rocas eruptivas geológicamente re-
cientes. Con frecuencia emergen en medio de estas rocas ó muy
cerca de ellas. Tales son los manantiales de Clermont-Ferrand
(Saint Allyre y otros, 19° y 25°); las de Royat, 35°,5; las de
Mont-Doré, 45°; las de la Bourboule, 52°; las de Chaudesai-
gues, 81°,5.
Algunas veces los manantiales emergen á alguna distancia
de las rocas eruptivas, pero sin que sea posible desconocer sus
lazos de origen con ellas.» Y á continuación cita ejemplos de
fuentes termales, que emergen en estas condiciones, de todas
las partes del mundo.
Pero no solo los manantiales de Caldas de Malavella emer-
gen en un terreno volcánico, sino próximamente en el punto
de unión de éste con el granito, dando con esto la razón á
Forbes, quien tratando de las aguas del Pirineo asegura que
la coincidencia de la salida de las fuentes termales en la in-
mediación de los granitos es constante.
Eespecto á este punto dice Ch. Lyell en sus Principios de
Geología: «El Dr. Daubeny y muchos otros autores han hecho
notar que, no solo las fuentes termales son más abundantes
en las regiones volcánicas, sino que, cuando están alejadas de
ellas, su presencia coincide ordinariamente con algún gran
desorden en las capas, como una falla, por ejemplo,' ó una lar-
ga fisura que indica que un canal de comunicación con el in-
DE HISTORIA NATURAL. 415
terior de la tierra ha sido abierto durante algún antiguo pe-
riodo de convulsión local. Se ha hecho constar también que á
grandes alturas en los Pirineos y en el Himalaya las fuentes
termales surgen de las rocas graníticas, y que son igualmente
abundantes en los Alpes, cuyas cordilleras han sido revueltas
y dislocadas en épocas relativamente modernas.»
Con todo lo dicho creemos que queda sobradamente demos-
trado el origen eruptivo de los manantiales de Caldas de Ma-
lavella, así como su termalidad.
Vamos ahora á investigar las causas que han determinado
la aparición de los manantiales que nos ocupan, después de
haber recorrido una gran extensión de la corteza terrestre, en
cuyas profundidades debe arrancar la corriente subterránea.
Atendida la temperatura con que emergen, y aceptando la hi-
pótesis más generalmente admitida hoy, deberemos creer que
esta circulación profunda se verifica á unos 1.500 m. de la su-
perficie; aunque ciertamente pueden haber influido algo en
su temperatura las reacciones químicas que forzosamente han
tenido que producirse en el seno de los manantiales para pre-
sentarse dotados de los numerosos principios minerales que
llevan.
La causa ó causas que han determinado la aparición de los
manantiales de Caldas de Malavella quedan determinadas en
conjunto con el estudio geológico de la comarca. Todas las del
Norte de Cataluña, donde está situado Caldas, forman una re-
gión de menor resistencia que, al través de las épocas geoló-
gicas y á medida que la corteza terrestre se iba contrayendo ó
arrugando por efecto del enfriamiento de su núcleo central,
se hundía más y más, mientras sus líneas de resistencia máxi-
ma, el Pirineo y el Monseny, iban levantando sus abruptas
crestas. Este hundimiento progresivo debía originar forzosa-
mente, no solo el replegamiento de las capas ya formadas, sino
muchas veces la ruptura de las mismas con la consiguiente
formación de grietas colosales por donde saldrían al exterior
los materiales fundidos de las entrañas de la tierra. Y en los
alrededores de Caldas existen multitud de estas grietas relle-
nadas hoy por diversos pórfidos que atraviesan el granito, y es-
pecialmente una grieta colosal, la cual forma el poderoso filón
de granito eruptivo que constituye todo el Puig de las Molerás,
y á cuyo extremo surgen las aguas termales.
416 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Muy recientemente, al parecer en los principios de la era
cuaternaria, sufrió esta región otro hundimiento que con las
rupturas á que dio origen determinó la salida de las materias
eruptivas, lavas y basaltos, que tanto la caracterizan, y al lado
mismo de Caldas, una de las grietas sirvió para dar salida á
una potente erupción de basalto. Solidificado éste quedarían
todavía grietas por donde surgirían corrientes subterráneas
cargadas de materias minerales, especialmente sílice, es decir,
verdaderos geiseres que las rellenaron de calcedonia, y que al
mezclarse con las aguas del lago producido en uno de los hun-
dimientos, determinaban la formación de los menilitos que
tanto abundan en las cercanías.
Andando el tiempo, estas grietas no quedarían obstruidas
del todo, ó bien en un nuevo movimiento tectónico se forma-
ría otra por donde empezaron á brotar, no ya los pórfidos,
cuarzos ni basaltos, ni aun los geiseres, sino los manantiales
termales que admiramos aún y que. son la señal patente de
que la actividad interna del globo no ha cesado todavía.
Todos los manantiales de Caldas de Malavella tienen el mis-
mo origen: una grieta del terreno orientada de E. á O., próxi-
mamente, por donde en diversas aberturas salen las aguas
termales al exterior.
La orientación de esta grieta viene á confirmar todo lo an-
teriormente dicho acerca de las causas que la originaron, y
por ende la salida de las fuentes termales. En efecto, esta es
la orientación que debía de tener, como línea de ruptura ó de
hundimiento, paralela á la línea de resistencia máxima, ó sea
el Pirineo.
Y que esto debía de ser así lo comprueba la dirección de los
antiguos filones, grietas ó líneas de ruptura en su tiempo, que
es próximamente la misma, de E. á O., especialmente la del
gran filón de granito eruptivo que tanta relación tiene con las
aguas termales.
Y por si todavía esto no fuera suficiente para probar nuestro
aserto, vamos á ver cómo lo mismo, exactamente lo mismo,
ocurrió en la comarca de Vichy, y con esto tendremos una
nueva comprobación en favor de la igualdad casi absoluta, en
cuanto á su origen de las aguas de Caldas de Malavella y las
tan renombradas de aquella localidad francesa.
Voisin, en su Memoria Sources minerales de Vichy et des en-
DE HISTORIA NATURAL. 417
mrons, hace notar que la mayoría de los filones diversos que
atraviesan los terrenos de aquella comarca son verticales y pa-
ralelos á las fracturas de emergencia de los manantiales, como
acontece en Caldas. Interpretando estas observaciones, he
aquí cómo concibe dicho autor el origen de las aguas terma-
les de Vichy:
«En la época del levantamiento de los Pirineos, después del
nummulítico, se produjeron en la corteza terrestre grietas
orientadas en dirección E. 17° S. (en Caldas lo están E. 20° S.),
las cuales dieron paso á las aguas minerales que originaron
la mayoría de los elementos de los depósitos lacustres de los
valles del Allier y del Loire. Estos fenómenos geiserianos (en
Caldas los hubo también) se produjeron especialmente cerca
de Vichy, Vernet, Cusset, Auterive, y se han prolongado hasta
nuestros días, gracias á las sacudidas que de tiempo en tiem-
po sufre la corteza terrestre. Cuando aparecieron los basaltos,
éstos salieron por dichas grietas, que con todo continuaron
dando agua, como ocurre en los Celestins y otros manan-
tiales.»
Creemos que no es posible encontrar ya ni más exacta co-
munidad de origen, ni más Vínica causa de emergencia; solo
que en Vichy hay cuatro grandes grietas paralelas y en Caldas
de Malavella existe actualmente solo una.
Nota preliminar sobre la turba y los turbales de España
POR
DON SALVADOR CALDERÓN.
Sabido es que la turba consiste en una materia de proceden-
cia vegetal más ó menos alterada y descompuesta química-
mente, que se forma en los lug-ares pantanosos de los climas
templados y húmedos donde crecen y mueren plantas lacus-
tres. Es su aspecto sumamente variable, desde el de una masa
fibrosa amarillenta con abundantes restos de vegetales, cuya
naturaleza se reconoce claramente, hasta el de una substancia
parda ó negra, homogénea.
Existen turbales antiguos ó modernos en casi todas las re-
giones templadas del globo, solo que el combustible que en-
cierran ofrece cualidades muy diferentes, , y el de muchas de
418 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
ellas resulta inaplicable. Irlanda y Holanda son los países
clásicos para el combustible de que tratamos, el cual cubre
también espacios inmensos en Westfalia, Hannover, Silesia y
Hungría. Los habitantes de estos terrenos pantanosos é inun-
dados, cuyo suelo ofrece míseras condiciones para la existen-
cia, saben sacar mucho partido de la turba, la cual les pro-
porciona un medio de calefacción sumamente económico y un
combustible que emplean con ventaja para la cocina y para
usos industriales. Sirve como abono de las tierras reducién-
dola á ceniza, y en el Piamonte se ha aplicado con éxito á la
fabricación de cartón y papel basto.
En España la turba es conocida de muy antiguo, pero solo
en ciertas localidades, y aun en éstas no ha merecido gran
atención ni de parte de los naturales del país para utilizarla,
á pesar del elevado precio que tuvo siempre en todo él el com-
bustible, ni por los geólogos para explorarla y describirla. Y,
sin embargo, vamos á probar que dicho carbón no es tan es-
caso en la Península como suele decirse, y que tiene represen-
tación en casi todas sus regiones; y si bien por lo general es
de segunda calidad, podría utilizarse en muchos sitios en que
indebidamente se desprecia. Además, algunos depósitos solo
conocidos en la superficie, pueden contener turba mucho más
rica en carbono en la profundidad, pues se sabe que la más
alta y reciente, llamada musgosa, es de tejido flojo; debajo de
ella viene la hojosa, de color más obscuro, y, en fin, la de la
base aparece negra y homogénea, sin mostrar las partes vege-
tales de que procede mas que en el campo del microscopio, y
aun eso imperfectamente (1).
Numerosos son los términos castizos y provinciales con que se
designan esta clase de formaciones ó turbales en nuestro país;
así, por ejemplo, las regiones pantanosas en general se dicen
marjales, sobre todo los prados ó valles de esta condición , 1a-
(1) Según modernos estudios microscópicos de B. Renault fBull. Muséum d'His-
toire nat., 1899) la turba está formada en las regiones profundas, donde ha adquirido
su constitución definitiva, de menudos restos vegetales, cutículas, partículas de cor-
cho, esporas, granos de polen y restos de vasos, mezclado todo esto con grumos de as-
pecto mucilaginoso que contienen granulaciones bacterianas. Estos elementos no se
hallan soldados, como sucede en los lignitos y hullas, por una materia fundamental
amorfa, sino disociados merced á la acción de unas bacterias, que el autor llama Mi-
crococcus paludis, en las cuales distingue dos variedades, y ellas son las que parecen
constituir los principales agentes de la formación de la turba.
DE HISTORIA NATURAL. 419
rajos para expresar sitios más circunscritos, húmedos y pan-
tanosos, y llamas en algunas provincias; los bajos en que se
detiene el agua se distinguen con los nombres de aguazales y
halsas, pecinales, cuando á ésta acompaña mucho cieno; el ta-
piz de hierbas que se forma sobre el fango ó sobre el agua es
el tembladal, tremedal, ó tremolar en Valencia, y también se
llaman así en Castilla los depósitos de turba por su elasticidad
cuando se marcha ó salta sobre ellos; paules y paulares son
términos provinciales que se aplican á los turbales contempo-
ráneos, y atolladero, atascadero, tolla, tollo, etc., á la masa blan-
da, merced al ag-ua que contiene, capaz de aprisionar al hom-
bre y á los animales que se aventuren sobre ella.
En varios escritos de g-eólogos, justamente reputados sin
duda, de nuestro país, sobre todo hacia mediados del pasado
siglo, se consignan ideas sobre el valor industrial y sobre el
origen de la turba que hoy sabemos son erróneas y en oca-
siones han contribuido á esa desatención completa que han
merecido sus formaciones en la Península. Indicaremos algu-
nas de estas ideas que deben rectificarse.
En primer lugar no es un suelo impermeable, condición pre-
cisa para que se formen los depósitos que nos ocupan, hasta el
punto de que faltan en reg-iones de marjales y pantanos asen-
tados sobre suelo arcilloso. Y esto porque en tales regiones el
fondo de las aguas está siempre más ó menos cargado de limo
que impide el desarrollo de la vegetación productora de la
turba. Tampoco es indispensable la existencia de charcas gran-
des ni aun pequeñas para que aquellas plantas puedan dar lu-
gar á los depósitos en cuestión, con tal de que la atmósfera
sea suficientemente húmeda; los Spliagnum, que son de las
principales formas generadoras de turba, se alimentan lo
bastante de las nieves, de las lluvias y de las nieblas para
desarrollarse en altura, al paso que se pudren por su pie, go-
zando de la propiedad de absorber una cantidad prodigiosa de
agua atmosférica. No son, por consiguiente, buenos indicios
para buscar turbales, como se ha dicho, ni los suelos imper-
meables, ni las charcas de agua estancada si se halla falta de
renovación y limpieza. Luego volveremos sobre estas ideas li-
geramente apuntadas.
No falta en España representación de las principales espe-
cies vegetales que más parte toman en la producción del com-
420 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
bustible que nos ocupa, por más que rara vez alcancen el des-
arrollo ni la extensión que en las regiones clásicas de Europa
antes mencionadas. Citaremos algunas de dichas especies,
ateniéndonos á los datos consignados en la excelente Flora del
Sr. Lázaro (1).
Del género Sphagnwm tenemos la especie acutifolüim Ehrh.
en la región septentrional y occidental, Sph. palustre L. en las
montañas del N. y centro, Sph. cuspidatum Ehrb, rigidum
Schp. y subsecundum N. en la región occidental. Del género
Bryum hay varias especies muy extendidas y algunas circuns-
critas á la Sierra Nevada. De Polytrichum, cinco especies en
casi toda España y 22 de Hypmtm, la mayoría en el N., algu-
nas en Sierra Nevada y las menos en otras regiones. El Pi-
nas sylvestris L. se sabe habita en la mitad oriental y septen-
trional de la Península; el P. uncinata Ram. en el Pirineo
aragonés y catalán y el P. pinas ter Sol. en casi todas las pro-
vincias (2). Del género Carex se mencionan 57 especies en las
diversas regiones de ésta, y algunas comunes á todas ellas.
Del Scirpus 15, profusamente repartidas algunas y otras pro-
pias de nuestra región septentrional, entre ellas el Se. cespito-
sas L., limitada al Pirineo central, que es característico de la
flora de los elevados turbales del Jura, asociado á varias for-
mas de musgos y liqúenes. El g-énero Festuca ofrece 24 espe-
cies en España, repartidas por casi toda ella, excepto algunas
circunscritas á las sierras granadinas. Los juncos es sabido
prosperan en todos los lugares pantanosos, así como los lirios
(Iris), si bien de éstos existen especies solo halladas en la costa
mediterránea y Andalucía. El abedul (Betwla albaL.) es del N.,
del centro y del E. El nenúfar blanco (Nymphcea alba L.) por
último, invade con profusión las charcas del N., oriente y al-
g'unas de la región central.
Ya hemos dicho que ni los turbales, ni por consiguiente su
flora, alcanzan gran desarrollo en nuestro país, comparado con
lo que sucede en este respecto en Irlanda, en la Holanda y en
otras regiones mencionadas; pero es indudable que en épocas
anteriores, y á veces no muy remotas, varias de estas forma-
(1) Botánica descriptiva. Compendio de la Flora espaTiola. Madrid 1896, 2 vol.
(2) Mencionamos solo las especies de pino halladas hasta ahora en nuestros tur-
hales.
DE HISTOKIA NATURAL. 421
ciones tuvieron mucha más importancia que en la actualidad.
Esto puede ser debido á varias causas: en primer lugar, el cam-
bio de clima más seco, en el verano sobre todo, produciendo
una fuerte evaporación, impide la condensación de la hume-
dad por los musgos, y esta es la razón de que en el Brasil y en
las regiones ecuatoriales no haya turbales ni aun en los exten-
sos territorios que están encharcados durante una buena parte
del año. De otro lado, la tala de los montes, que en tan grande
escala se ha llevado á cabo en nuestro país, desnudando las
pendientes y mesetas, al mismo tiempo que es causa primor-
dial de sequía, hace más fácil el arrastre de los materiales su-
perficiales del suelo por las lluvias violentas, y estos materia-
les, sobre todo si son barrosos, perjudican á la vida de las plan-
tas turbíferas y hasta detienen inmediatamente su crecimiento.
Se comprende por estas y otras razones que los depósitos más
importantes y de roca de mejor calidad sean los más antiguos,
particularmente los que se remontan á los tiempos cuaterna-
rios, al final de los cuales se inician, como es sabido, coinci-
diendo con la vuelta del régimen húmedo interrumpido du-
rante la edad del reno. Es la época en nuestro suelo de la pie-
dra pulimentada. A ella corresponden los turbales de la pro-
vincia de Gerona, dados á conocer por el Sr. Vidal, y que luego
mencionaremos, los cuales encierran pinas de pino y muchos
restos leñosos.
Veamos ahora la distribución de los turbales en nuestra Pe-
nínsula, que á pesar de lo incompleto de los datos, puede ase-
gurarse están repartidos por casi todas sus regiones y se pres-
tan á algunas consideraciones que brevemente vamos á ex-
poner.
En el extremo NO. parece que escasea la turba, pero duda-
mos que en el grado que se ha dicho, pues en la región de las
costas de Galicia las tierras humíferas alcanzan el mayor des-
arrollo y predominio merced á la suavidad del clima y á las
abundantes precipitaciones acuosas, á cuyas condiciones at-
mosféricas se unen otras del suelo que parecen favorables á la
formación de este carbón moderno. Se sabe existe en las sie-
rras que se alzan á una y dos leguas al S. de la Coruña, y es
probable, repetimos, que de haberse buscado con más empeño
se hubieran encontrado otros yacimientos. Ofrece el país la
condición principal, que es la humedad del aire con una tem-
T. ni.- Diciembre, 1E03. 29
422 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
peratura nunca elevada en exceso, y de otro lado, la naturale-
za granítica preponderante en gran parte del territorio com-
pleta el conjunto de circunstancias propicias para el caso. En
efecto, la alteración del granito origina una arena superficial
que da una tierra suelta propia para absorber la humedad y
una arcilla de origen feldespático, la cual queda por debajo
impidiendo la penetración del agua. Por eso en los Alpes, los
Vosgos y los Pirineos se asientan sobre esta roca formaciones
turbosas de mucho espesor y á veces á considerable altura.
Además, el granito tiene el privilegio de que en él se posen
turbales hasta en las pendientes, cosa que no sucede sobre casi
ninguna otra roca.
Más conocidas son estas formaciones en Asturias desde el
memorable trabajo de Schulz (1) sobre dicha provincia, en
el cual hace notar que la turba se halla por lo general sobre
cuarcita, roca que, como la arenisca silícea, favorece en alto
grado la producción del mencionado combustible; aun en las
sierras desprovistas de hoyos ó depresiones á propósito para
acumularse el agua, la misma tierra vegetal que cubre la roca
firme, siquiera no alcance el espesor de un palmo, es verda-
dera turba aplicable como combustible.
En Salabe, sobre la costa, dos leguas al E. de Eivadeo, exis-
tían hasta el año de 1830 varias lagunas en cuyo fondo apare-
ció, al ser desecadas, turba en grandes bancos alternando con
capas de arcilla; descansando también sobre la cuarcita se
presenta entre Tineo y Salas, en el llano del Mourón, en Cas-
tropol, en Villanueva de Óseos, en la sierra de la Bobia. En
la parte SO. de Gijón fueron descubiertos en excavaciones
practicadas para las obras de fortificación , lechos turbosos al-
ternando con arenas y margas. En fin, parece abundan en los
terrenos pantanosos que se encuentran entre Cudillero y Ar-
tedo. Cerca de Luarca, según el Sr. Prado, es donde tuvo ma -
yor aplicación.
En el país la gente del campo ha hecho uso en ciertos pun-
tos de este combustible en los hogares con el nombre de te-
rrones; pero explotación formal no hubo hasta el año 1868, en
que aparece un beneficio en grande escala, pues un solo tur-
bal produjo 340 quintales métricos; al año siguiente se parali-
(1) Descripción geológica de la provincia de Oviedo, 1^58.
DE HISTORIA NATURAL. 423
zaron los trabajos por causas que ignoramos, volviendo á re-
aparecer en 1871, en que se extrajeron 208 quintales métricos.
Se han explotado en pequeño formaciones semejantes á las
de Asturias, en Reocín, Torrelavega, Suances y Polanco, de la
provincia de Santander, si bien están paralizados los trabajos
de extracción. En el Museo de la Comisión del Mapa geológico
existe una muestra pocedente de Hijos Corberas. Las mismas
formaciones se encuentran salpicadas por el N. de la provincia
de Palencia, y aun creemos que algunas se han utilizado y
tratado de beneficiar.
Conocida es la riqueza de mantillo de las tierras turbosas
de las provincias de Asturias y Santander que, análogamente
á las de Galicia, se eleva hasta un 70 por 100, y se cita como
excepcional, pues en la mayor parte de la mitad septentrional
de la Península no suele pasar de un 20 á 25.
En la región pirenaica el turbal más importante y mejor
conocido es el descrito por el Sr. Vidal (1) en la Cerdaña, sito
en el término de Llivia, donde desemboca el río Estulaya. Al-
canza éste un espesor de 1,60 m., y entre capas de diversa es-
tructura, las hay de buena calidad, aprisionando pinas de
Pinus wicinata Ram. y leños muy bien conservados de árboles
qué crecieron, sin duda, sobre la turba, y cuyos troncos expe-
rimentaron esa descomposición lenta de origen bacteriano que
disocia la madera más compacta y le da un tinte pardo ne-
guzco de aspecto lignitoso. En término de Tosas también exis-
te un depósito que no ha sido explorado.
Es conocida de antiguo la formación turbosa del delta del
Ebro. que se ha dicho ocupa un espacio triangular de 34 m.
desde Amposta y con un espesor variable, alcanzando en algu-
nos sitios hasta 8 m. Modernamente el Sr. Ferrer y Hernán-
dez (2) ha descrito la posición y caracteres de los ejemplares
recogidos por él en San Carlos de la Rápita y Amposta, los
primeros de formación más reciente que los segundos, como
situados más próximos al mar y conteniendo mayor cantidad
de materiales terrosos. Ocupa la turba el fondo de las charcas
que produce el río al desbordarse, en las cuales crece abun-
dantemente vegetación acuática y viven innumerables mo-
(1) Reseña geológica de la provincia de Gerona. (Bol. Com. Mapa geol., t. xm), 1886.
(2) Boletín de la Soc. esp. de Hist. nat., t. n, 1902, pág. 211.
424 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
luscos, sobre todo del género Bithynia, cuyas conchas aparecen
interpuestas en el sedimento. La turba húmeda constituye
una masa pastosa, filamentosa, en la que se reconocen los
restos vegetales descompuestos á que debe su origen, atrave-
sados por una malla de raíces de Car ex y Nymphtfa. Es el pro-
ceso bien conocido del avance de la vegetación, circunscrita
al principio á los ribazos y que va marchando progresiva-
mente y por todo el perímetro del pantano atravesando su
suelo hasta formar con sus raíces una red cada vez más tupi-
da. Las hojas y tallos muertos caen, se hunden y vienen á.
juntarse á la masa acumulada en el fondo atravesada de raí-
ces y rizomas que, como apretado fieltro, van invadiendo la
charca.
Los ejemplares examinados por el Sr. Ferrer y Hernández
desecados á 100° dejaron un residuo de 12 á 13 por 100; calci-
nados en crisol abierto dieron 4 por 100 de cenizas, y en apa-
rato cerrado 9 por 100 de cok. Las muestras desecadas son
compactas, granudas, negruzcas y con una densidad de 1,34.
El distrito de Valencia ofrece también formaciones de las
que nos ocupan, llamadas en el país tremolares; se asientan en
la región inferior, donde el clima es agradable y llueve bas-
tante en primavera y otoño; pero hay gran variedad de con-
diciones en este distrito, alternando los oasis con los desiertos,
como los campos áridos y abrasadores de la costa murciana.
Los turbales más importantes conocidos en él están en la pro-
vincia de Castellón, de la cual mencionó el Sr. Vilanova (1),
aunque vagamente, los pantanos y almarjales de Almenara,
donde se pensaba explotar, y supone existieran en la región
pantanosa que media entre Oropesa y Torreblanca. Posterior-
mente en Murviedro, Almenara y Torreblanca se han repetido
las explotaciones en pequeño para fabricar lo que conocen allí
con el nombre de cardón de dolado ó carbón de París, si bien
no existe un plan de beneficio de los muchos turbales de la re-
gión, que continúan hasta la de Alicante, por ejemplo en Vi-
llena (2). Los alrededores de la Albufera son formaciones de
esta naturaleza.
(1) Mem. geogn.-agrícola sobre la prov.de Castellón, premiada por la R. Academia
de Ciencias, 1859, pág. 47.
(2) Naranjo: Elementos de Mineralogía general. Madrid, 1862.
DE HISTORIA NATURAL. 425
Poco se conoce en punto á turbales en la región aragonesa,
pero a priori puede afirmarse que en general faltan condicio-
nes en ella para su producción. Es esta una de las zonas de las
estepas que, dicho sea de paso, constituyen un carácter origi-
nal del territorio español. A primera vista parecería que éstas
ofrecerán circunstancias propicias para que en ellas se for-
maran pantanos en los que se desarrollase la turba; pero no
es así, pues las muchas sales que impregnan su suelo pue-
den favorecer á las plantas halófilas, y entre ellas á la mayor
parte de las barrilleras, siendo, por el contrario, adversas á
las turbógenas. Así, en las llanuras de la'cuenca del Ebro el
terreno se compone de yeso, arcillas salíferas y de conglome-
rados, con frecuencia salíferos también. De otra parte, el clima
es demasiado seco, hasta el punto de que en la estepa del Ebro
la cantidad de lluvia anual no pasa de 460 mm.; el verano es
muy cálido por la falta de arbolado, el aire seco y la tempera-
tura media de + 14° á -f- 15°.
La zona central de España ofrece condiciones bastante dife-
rentes en sus diversas regiones, aunque á la mayor parte de
ellas pueden aplicarse las consideraciones que acabamos de
hacer con respecto á la aragonesa; solo en su parte septen-
trional hay una zona con turbales en un todo análogos á los
asturianos y santanderinos. Citaremos los de Iterbosa y Rosio,
cerca de las salinas, en la provincia de Burgos, y el depósito
insignificante de Castañares de las Cuevas, en la de.Palencia.
No hay para qué decir que está desprovisto de las formacio-
nes objeto de estos desaliñados apuntes todo el centro de la
Península, planicie elevada, desnuda y árida, cuyas montañas
se encuentran generalmente desarboladas y el clima es ar-
diente y seco en demasía. Quizás después de los desiertos clá-
sicos no existan en el globo localidades de mayor sequía. Por
excepción se halla algún tremedal en la proximidad de los
ríos principales, como los depósitos escasos, aunque no des-
provistos de interés, citados por el Sr. Cortázar (1) de las már-
genes del Guadiana, en la parte más llana de la Mancha.
Las condiciones son muy diferentes en las alturas del siste-
ma central, desde los 1.000 á los 1.710 m. en que se asientan
(1) Reseña física y geológica de la prov. de Ciudad Real. (Bol, Com. Mapa geol ,
t. ix), 1881.
m boletín de la sociedad española
las parameras de Soria, Sigüenza, Molina de Aragón, Setenil
yPozondón, con una temperatura media anual de -f-4uá+8a,
y conservando la nieve durante mucho tiempo. Por eso en es-
tas parameras y al pie de ellas se forman bastantes marjales
y depósitos de turba procedentes de la descomposición de pe-
queñas plantas. Hanse mencionado hace tiempo los turbales
de Mandayona, en el curso del Cabrera (1) con un metro de
espesor, y á veces más, y en algunos sitios tan compacta, ne-
gra y obscura, que puede aprovecharse muy bien y cortarse en
ladrillos. Encierra pinas y trozos de árboles corpulentos. Tra-
tándose de depósitos semejantes es indudable se remontan á
bastante antigüedad, y quizás á la época cuaternaria, en que
las condiciones para su formación eran sumamente propicias
en estos parajes. Bancos semejantes menciona de la provincia
de Soria el Sr. Palacios (2), habiendo encontrado en los de
Quintana Redonda pifias de Pinus pinaster Sol. Esta turba, de
la que hay ejemplares en el Museo de Historia natural, traídos
por el Sr. Fernández Navarro, es pardo obscura, de mediana
coherencia y con muchos filamentos no carbonizados.
Nosotros hemos visto en Molina de Arag-ón, Sigüenza, Bai-
des y otros varios términos de la provincia de Guadalajara, toda
la serie de tránsitos, desde los tremedales hasta las formacio-
nes antiguas compactas, en sitios que ya están completamente
en seco durante todo el año. Los primeros radican en las pla-
nicies, ocupando los intervalos de los verdaderos turbales, y
consisten en un tapiz de hierbas descansando sobre fango ó
sobre el agua; cuando se desecan en verano originan un man-
to de arcilla carbonosa más ó menos obscura ó negra, comple-
tamente plagada de caracolillos del género Bilhynia. De este
modo se cambia cada año la especie de pasta que formaba la
masa primitiva en una capita de turba sólida; los musgos á
que debe su origen pierden el aspecto de fieltro, aumentan en
peso y consistencia y se hacen frágiles; sus diversas partes no
son ya recognoscibles y su color pasa á pardo obscuro y á
negro.
También las sierras de Guadarrama y Gredos ofrecen con-
(1) Yegros: Minas de turba de Mandayona (Rev. minera), 1863.
(2) Descripción física, geológica y agrológica de laprov. de Soria. (Mem. Mapa geoló-
gico), 1890.
DE HISTORIA NATURAL. 427
iliciones meteorológicas semejantes á las alturas de la cordi-
llera Ibérica y además suelos constituidos por la descomposi-
ción de las rocas graníticas y gneísicas que, como queda ante-
riormente dicho, son los más propicios para esta clase de for-
maciones. Aunque poco estudiadas todavía, se sabe las hay en
diferentes parajes de estas sierras, y ya D. Casiano de Prado (1)
mencionó su existencia en depósitos casi siempre delgados y
de extensión reducida, que son turbales minúsculos formados
por hojas de helécho, pino y algunas hierbas que se descompo-
nen en el suelo de las hondonadas cubiertas de césped. Sobre
estos turbales crecen hierbecillas que componen un pasto de
mediana ó mala calidad y que se conocen por la elasticidad
'del suelo cuando sobre él se marcha. En realidad no se han
estudiado estos depósitos ni se puede juzgar de la verdadera
importancia que algunos puedan tener. Desde que se explotan
algún tanto y se trae á Madrid la turba que contienen para
aplicarla en jardinería, se han hallado en Villalba, El Escorial
y otros términos muchos yacimientos y algunos no desprovis-
tos de interés. El Sr. Prado dice que se pensó en utilizarla en
Madrid en los hornos de teja y ladrillo, trayéndola del Cam-
pillo de Manzanares el Real, pero que se desistió luego viendo
que no era negocio ventajoso.
En Andalucía el clima no es favorable para la producción
de turbales, pues aunque hay regiones en que llueve mucho
más que en Castilla, los vientos dominantes son ardientes y
el campo se seca por completo en verano. Alcanzan en aquella
gran extensión las estepas por la gran cantidad de sales que
impregnan el suelo, y ya hemos dicho que estas condiciones
son precisamente opuestas á la formación de turbales.
Las acumulaciones de agua durante la estación lluviosa en
estas tierras esteparias y semiesteparias de Andalucía origina
las tierras negras ó bugeo negro, tan frecuentes en el país y
que, sin embargo, solo hemos visto mencionadas en el trabajo
de Cala sobre la geología de Morón (2) y en otro breve de
Ramman aparecido modernamente sobre la influencia del
clima en los suelos de las zonas de España (3). Este fenómeno
(!) Descripc.fís. y geol. de laprov. de Madrid, 1864, págs. 204 y 205.
(2) Geología del término de Morón (Anal. Soc. esp. de Hist. nat., Mem., t. xxvi),
1897.
(3) Zeitschr. der Ges. f. Erdk., 1902.
428 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
de las tierras negras alcanza todo su desarrollo en la Rusia
meridional y en Hungría, y resalta de una transformación
operada sobre un suelo primitivamente silíceo por la descom-
posición de las matas y hierbas de las estepas; pero las tierras
negras andaluzas se diferencian notablemente por su estruc-
tura de sus similares del E. de Europa.
Forman una región excepcional dentro de Andalucía las
sierras granadinas comprendidas entre los 1.850 y los 2.400 m.,
que reciben una cantidad de lluvia anual estimada entre 650 y
1.045 mm., y que por su temperatura media anual pertenecen
al clima de la zona ártica. En las hondonadas y al pie de esas
sierras existen verdaderos turbales, aunque están muy poco
estudiados, y se cría una flora muy propicia para ellos. Se sabe
que la turba de El Padul, sobre todo, se presta á explotaciones
siquiera sea en pequeña escala.
Las noticias son escasas respecto á las formaciones objeto
de esta nota en el territorio portugués; solo las hemos visto
citadas vag-amente de la costa, y más en particular de Setubal.
Creemos acontecerá, por lo menos, en la región septentrional,
lo mismo que en Galicia, y en el resto quizás sean abundan-
tes los turbales con mayor razón que en nuestra costa medi-
terránea, por reinar allí vientos frescos y húmedos, al contra-
rio que en casi toda esta última.
Datos nuevos que incluir en la Flora hispano-lusitana
POR
DON A. FEDERICO GREDILLA.
(Tercera nota.) (Lám. V.)
Ya que con el mismo epígrafe y por tercera vez se presenta
oportunidad de escribir estas cuartillas, vamos con la lectura
de ellas á dar conocimiento á la Real Sociedad española de
Historia natural de dos plantas nuevas encontradas en
nuestra España, y que traemos á vuestra consideración. Una
de ellas, fielmente dibujada por el Sr. Escribano, consocio
nuestro, y cuyo grabado exhibimos, ha sido recogida por el
que esto suscribe en la villa de Argecilla (Guadalajara); la
otra, recolectada por el Sr. Bescansa en las cercanías de la
Bol. de la Soc. Esp. de Hist. Nat.
Tomo III, Lám. V.
/
Centaurea Argecillensis Grcd.
DE HISTORIA NATURAL. 42Í)
Coruña, es connaturalizada y procede del cabo de Buena Es-
peranza.
No cabe duda que á un trabajo explorador asiduo y conti-
nuo responde la fortuna de esos hallazgos, pues por algo dice
el refrán que «pobre porfiado saca mendrugo». Y en efecto;
para llegar á tan feliz término, es forzoso, de parte del natu-
ralista, excursiones numerosas y de carácter intensivo en co-
marcas determinadas, á no ser que colectores extraños se ha-
llen en loable correspondencia con aquél cuyo laboratorio goce
de medios favorables á la determinación de todo cuanto se le
envíe.
Y aun cuando bien escasos son ciertamente los medios de
nuestro Jardín Botánico por la mezquina dotación para mate-
rial de que dispone, con amor al trabajo y pleiteando por po-
bre, como vulgarmente se dice, la compensación se establece
con los jardines congéneres; y si todavía se vislumbra en lonta-
nanza un más allá que sirva de mérito al Jardín , el personal
sobrepuja las circunstancias que le rodean, y con un esfuerzo
mayor aguijoneado por el adagio de que «más hace el que
quiere que el que puede», llega con el tiempo y con voluntad
firme y decisiva á la meta de sus anheladas ilusiones, salien-
do triunfante como resultado de todas las fuerzas desplegadas
un semillero que , aunque inmodesto sea cacarearlo , puede
muy bien nuestro humilde verjel levantar la voz muy alto,
diciendo: «que en cuanto al número, cantidad y calidad de
sus semillas», flota muy por encima del anunciado por los
catálogos de todos los jardines extranjeros.
No es del caso referir aquí lo que en la publicación cientí-
fica intitulada «La Naturaleza» ; hemos dicho respecto al par-
ticular (1), solo sí, que esta joya fruto de muchos desvelos
luengos años ha, no solo sirve como lazo de unión para todos
los cambios de semillas nacionales y extranjeras, sino que
también es un auxiliar eficacísimo para la clasificación de al-
gunas plantas que, como la enviada por el Sr. Bescansa, ade-
más de no ser indígena, ó propia de nuestro país, tampoco
reunía los caracteres organográficos deseados para su deter-
minación, fuera de la semilla que nos ha llevado ventajosa-
mente al grupo genérico á que corresponde.
(1) «Jardín Botánico del Museo de Ciencias», 8 de Febrero de 1898.
430 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Ahora bien; deseando perdonéis esta digresión, recordada
por la planta connaturalizada en la Coruña y que nos hace
ver cuan distinto es el fondo de la forma en los jardines, entre-
mos en materia, objeto y fin de estas cuartillas.
I.
En nuestras frecuentes excursiones veraniegas por los alre-
dedores de la villa de Argecilla, célebre por su prehistórica
cueva de la Solana, hemos recogido muchas plantas que no
se han enumerado en un trabajo particular, por creer que una
lista más ó menos, y de un punto de la Alcarria, nada significa
y poco dice á la g-eografía botánica, cuando se trata de una
provincia tan extensa como la de Guadalajara.
Dicha villa, resguardada de los vientos N. y S. , está encla-
vada en la falda de una de las dos vertientes que limitan el
largo y estrecho valle producido por el río Badiel, y que em-
pezando desde Almadrones y terminando en Hita, parece se-
guir una dirección aproximada de E. á O. Bañada por el sol
constantemente, por estar situada en la loma de la vertiente
llamada La Solana, mira á la vertiente contraria y sombría
denominada por esta razón La Umbría.
Desde el fondo del valle á la parte alta de la Alcarria (1.020 m.
sobre el nivel del mar), habrá unos 200 m. de desnivel por un
lado y otro de ambas vertientes, estando una y otra sembrada
de viñas hasta la altura de 150 m., y quedando los 50 restan-
tes incultos por la aspereza del terreno que dificulta los traba-
jos agrícolas. Pues bien; en la porción inculta de la vertiente
La Umbría, frente por frente del pueblo de Arg-ecilla, y en el
límite precisamente en que terminan las viñas, se halla abun-
dantemente la planta que vamos á describir.
No creemos de interés reseñar las consultas hechas para te-
ner seguridad de la nueva especie en cuestión; como es natu-
ral, se han registrado y mirado detenidamente los herbarios,
floras y obras descriptivas del Jardín; se ha visitado también
el herbario de nuestro consocio el ilustre botánico Sr. Lázaro,
el cual nos advirtió, por cierto, que no era extraño que la
planta objeto de nuestro estudio resultara especie nueva,
pues para las Centaureas parece ser España una de las regio-
nes del globo, pudiéramos decir vírgenes, y en donde un exa-
DE HISTORIA NATURAL. 431
men detenido excursionista nos llevaría frecuentemente á no-
vedades específicas.
En vista de tales consideraciones, y resueltos á aplicarle un
nombre á dicha planta, mucha duda hemos tenido respecto á
este particular, sabiendo que es impropia toda denominación
que derive ó proceda de la localidad donde se ha encontrado,
por la razón de que el día de mañana pudiera hallarse en otro
lugar distinto; sin embargo, si nos fijamos en los nombres
específicos de las plantas similares del subgrupo ó sección á
que corresponde dentro del género Centaurea, nos encontra-
remos que dos de ellos ofrecen la misma impropiedad, si así
puede llamarse, díganlo, si no, la C. Toletana Boiss. et Reut.,
y la C. Amblensis Grlls. He aquí porqué, y no creyendo que
semejante asunto fuera de esencia en lo que á la planta se
refiere, hemos acordado significarla con el de Argecillensis,
deseando que vuestra benevolencia perdone la distracción si
caigo en falta.
Farn. Compositse L.
Tubuliflorae.
Div. II. — Cynabocephal^e Juss., Gen., pl. 17!
Trib. IV.— Centaurea DC, Frod. vi, p. 557!
Gen. Centaurea Less., Syn., p. 7. DC-, l. c.,p. 565!
Ser. C. Cyane.e DC. — Aprendices squamorum scariosa decur-
rentes, spinosce v. inermes.
a. Squama enervia.
Sect. V. Chamjecianus Wk—Anthodium ovatum v. odlongwm.
Achmnia olJonga compressa Mío barbato, pappo simplid abbre-
viato. Species acaules v. subacaules. Corollce flava, raro purpurea.
C. Argecillensis sp. nov. — Herba perennis macrorrhiza acau-
lis v. subacaulis caspitos(B,foliis ómnibus basilaribus communiter
diclis radicalibus paulo araneoso vel flocosso-tomentosis, lanceo-
latis vel ovatis longe -vaginatis petiolalis , integris vel dentatis
spinuloso mucronatis; calathiis magras (1 á 3) pedunculatis (3 á
4 cm.J, anthodii ovati squamis flevescente-virentibus exterioribus
ovatis, appendicem longam lanceolatam margine longe pectinato-
ciliatam ápice spinescentem gerentibus, intimis ensiformibus vel
linearibus appendice mccullato-rotundata fimbriatd munitis, co-
rollis flavis longe exertis et tubus corollce cum quinqué lineis
432 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
üvrüiit'tüüs; acharáis pdllidis ¡mberulis, pappo albescente. In
laterious slmstrm collina dicta La Umiria vallis Árgecillm. Fl.
Julius et Augustus.
Planta perenne y acaule provista de un rizoma grueso y
largo que arroja muchas hojas dispuestas circularmente for-
mando roseta; todas las hojas son basilares, impropiamente lla-
madas radicales, borroso-akgodonosas lanceoladas ú ovoideas,
y provistas de un larg-o peciolo envainador, enteras ó dentadas
y espinuloso-mucronadas. Cabezuelas grandes (1 á 3) pedun-
culadas (3 á 4 cm.), con involucro aovado compuesto de esca-
mas amarillo verdosas; las exteriores aovadas y terminadas
en largo apéndice lanceolado circuido de largas pestañas y
terminado en punta espinescente, las interiores ensiformes y
con apéndice cóncavo, redondeado y franjeado. Corolas ama-
rillas y salientes, con el tubo marcado de cinco líneas anaran-
jadas ó purpúreas; aquenios pálidos, pubérulos y provistos de
vilano blanquecino.
Habita en la loma izquierda de la vertiente ó colina deno-
minada La Umbría en el valle de Argecilla (Guadalajara). Flo-
rece en Julio y Agosto.
Especie muy parecida por su aspecto á la C. toletana Boiss.
et Reut., de la que se diferencia por no presentar hojas pinado-
partidas de segunda formación y poseer vilanos de color blan-
quecino y no parduscos como en la de Toledo. Tiene, además,
ciertos puntos de contacto con la C. macrorrhiza Wk., por ser
planta de rizoma craso, cespitoso y largo, diferenciándose, sin
embargo, en que ésta lleva hojas lirado-pinatipartidas y tres
cabezuelas sentadas, y la propuesta por nosotros tiene las ho-
jas enteras ó dentadas y nunca pinado-partidas, y las cabe-
zuelas de una á tres, siempre provistas de pedicelos más ó
menos largos.
De todo lo dicho se deduce que esta nueva especie debe co-
locarse la primera del grupo ó sección Chamcecyamis , pues
todas las demás son más diferenciadas por cuanto presentan
hojas lirado ó pinado-partidas.
II.
Si gran interés para el botánico tienen, como es natural,
las plantas propias de su país, no es menor el que despiertan
DE HISTORIA NATURAL. 433
las naturalizadas, pues sabido es que, procedentes áe^ puntos
más ó menos lejanos, y transportadas por alguno de los mu-
chos medios de diseminación, han llegado á nuestra patria, y
encontrando sus semillas condiciones favorables han crecido
y se han multiplicado, tomando con el tiempo carta de natu-
raleza y gozando muchas veces de una fecundidad mayor que
las indígenas.
Esto ha sucedido precisamente y en el presente caso por el
tráfico constante de los vapores mercantes con la planta de la
familia de las Compuestas, enviada por el Sr. Bescansa desde
la Coruña el 3 de Agosto último, y que exhibimos á vuestra
consideración.
Dicha planta, según manifiesta en su carta, abunda muchí-
simo en los alrededores de la capital, y principalmente en los
campos limítrofes á la vía férrea y estación en unos dos kiló-
metros de extensión, formando inmensos manchones en todos
los terrenos cultivados de color amarillo, y especialmente á las
horas de sol de los meses de Mayo y Junio en que la floración
llega á su apogeo.
Ha tiempo trabajaba el Sr. Bescansa por conocer el nombre
científico de la planta extranjera, pero por falta de medios de
clasificación, no había podido dar con ella, habiendo revisado
las floras de España, Francia é Inglaterra. Hace años, dice, se
la enseñó á un naturalista ruso que pasó por allí, el que tam-
poco pudo averiguar el nombre, pues los libros que llevaba
no la incluían. El año pasado se la envió á Vilmorin, de
París, preguntándole si podía ser de jardín, y le contestó
diciendo «que la planta remitida era ciertamente una Cen-
taurea», lo que con muchísima razón se le hizo muy duro de
creer.
Por fin este verano, como ya se ha dicho, se nos envió para
determinar su nombre, y gracias á la semilla que presenta
caracteres precisos y á nuestro semillero que reúne condicio-
nes como ningún otro, se ha podido llevarla al grupo gené-
rico respectivo.
Determinado el género de este modo, con el Prodromus de
A. De Candolle y por comparación con los ejemplares que con-
serva el Herbario general del Jardín , ha sido fácil diagnosti-
car la especie, resultando la planta de la Coruña ser la Cryp-
tostemma hypochondriacum Brown et Less. II. ce. correspon-
134 BOLETÍN DE LA. SOCIEDAD ESPAÑOLA
diente á la familia de las Compuestas y procedente del cabo de
Buena Esperanza.
Debemos advertir, sin embargo, que si bien es conocida en
España por primera vez, está citada en la Flora lusitánica de
Brotero, pág\ 401, pars. 1, con el nombre de Arctotis acaulis
Brot., indicando que es casi espontánea en las cercanías de
Setubal (Portugal), cuya manifestación transcribe el gran botá-
nico D. Miguel Colmeiro en el tomo m, pág. 275 de su «Enu-
meración y revisión de las plantas de la Península hispano-
lusitana é Islas Baleares».
Estos datos son harto suficientes para que los botánicos es-
pañoles consideren á la planta en cuestión como formando
parte de nuestra flora, y, portante, deban incluirla en sus tra-
bajos respectivos.
Boletín bibliográfico.
(Continuación de Noviembre.)
Société Entomologique de Belgique. Bruxelles. ( Aúnales). T. 47. vi.— G. De
Lapouge: Cárabes de la tourbe des alluvions anciennes á Elephas
Primigenius. — K. M. Heller: Ueber Indo-Malayische Carabidse: Liop-
tera und Pberosopbus. — A. Forel: Mélanges entomologiques, bio-
logiques et autres.=vn. — Barón de Crombrugghe: Note sur la Cheni-
lle de Olethrentes bifasciata.—P. Dognin: Hétérocéres nouv. de l'Amé-
rique du Sud.=vm. — E. Bergroth: Rhynchota (ethiopica. — M. Pie:
Contr. á l'étude des Malachides de l'Amérique méridionale.
Société Géologique de France. París. (Bull) T. m. Fase. 3.-H. Douvillé:
Le Ralligstocke et le Gerihorn.— G. F. Dollfüs: Classif. des couches
de í'Eocéne inférieur dans le Bassin de París.— J. Deprat: Note
prélim. sur la géologie de lile d'Eubée.— G. Dollfüs: Classif. du Ter-
tiaire moyen et supér. de la Belgique.— F. Canu: Note sur la coustance
de la faune de la craie de Villedien.— Ch. Schlumberger: Troixiéme
note sur les orbitoides. — A. Lapparent: Sur la présence de l'étage
lutétien au Soudan francais.— Sur les calcaires a Productus du Salt-
Range.— V. Eaulin: Défense du soulévement du Sancerrois.
Société Zoologique Suisse et Musée d'Histoire naturelle. Genéve. (Rev. Suisse
de Zool.) T. u. Fase, i.— K. Bretscher: Beobacbt. über die Oligocba?-
ten der Scbweiz.— Koeller et Vaney: Entosiphon Deimatis, nouv.
mollusque parasite d'une Holotburie abyssale.— H. Saüssure: Notice
sur la tribu des Eumastaciens.— K. Bretscher: Oligochseten aus Gran-
bründen.— E. Penard: La Multicilia lacustris et ses flagelles.— C Spiess:
DE HISTORIA NATURAL. 435
Eech. sur l'appareil digestir" de la Sangsue. = Fasc. 2. — W. Clerc:
Contr. á la faune helrnintologique de l'Oural. — R. Marcelin: Histo-
genése de l'épithélium intestinal cbez la Grenouille. — Th. Mortensen:
Lissodiadema. Nouv. g. de Diadematides. — A. Fqrel: Les Fourmies des
iles Andarnans et Nicobares. — C. Regan: Descr. de Poissons nouv. du
Mus. de Genéve.
South African Museum. London. (Anuíais). Vol. i. Part. i. — W. Pürcell:
Descr. of New South. African Scorpions in the Collection of thé S. Air.
Mus. — L. Péringüey: Descr. of some New or Little Known South Afr.
Mutillidíe in the Collect. of the S. Afr. Mus.— W. Sclater: List of
the Reptiles and Batrachians of S. Afr. — L. Péringüey: Cat. of the
S. Afr., Hispin8e.=Part. u. — W. Pürcell: On the Species of Opis-
thophthalmus in the S. Afr. Mus.— W. Sclater: Descr. List of the
Rodents of S. Afr. — L. Péringüey: Fifth Contr. to the S. Afr. Coleopt.
Fauna. — W. Pürcell: On the S. Afr. Species of Peripatidae in the
S. Afr. Mus. — L. Péringüey: A Contr. to the Knowledge of S. Afr.
Mutillidíe. — G. Boulenger: Descr. of a N. Gen. of Perciform Fishes
from the Cape of Good Hope.=tJart. ni. — W. Pürcell: New and Little
Known S. Afr. Solifugpe in the S. Afr. Mus. — New S. Afr. Scorpions in
the S. Afr. Mus. — L. Péringüey: Descr. of Twelve New Mutillfe in the
S. Afr. Mus. — R. Broom: On Two New Spec. of Dicynodonts.=Vol. n.
Part. i. — W. Collinge: A Collection of Slugs fxon S. Afr.=Part. n. —
E. Cohén: The Meteoric Irons from Griqualand East, S. Afr.— The
Meteoric Iron from Bethany, Great Namaqualand. = Part. ni. —
G. Hampson: The Moths of S. Afr —Part. Iv.— W. Pürcell- On the
Anatomy of-Opisthopatus cinctipes, with Notes on other, principally
S. Afr., Onychophora.=Part. v. — A. Raffray: Descr. of N. Spec. of
S. Afr. Pselaphidae. — L. Péringüey: Descr. of Seven New Spec. of the
family Mutillidae. — Descr. of a New Spec. of the G. Japyx from the
Cape Colony.==Part. vi. — W. Pürcell: On some S. Afr. Arachnida
belonging to the Orders Scorpiones, Pedipalpi, and Solifugse.—
Part. vn. — G. Boulenger: Descr. of a New Silurid fish of the gen.
Gephyroglanis, from S. Afr.=Part. vin. — W. Collinge: On a Further
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Part. ix. — Rhynchotal Miscellanea.=Part. x.— G. Hampson: The Moths
of S. Africa.=Part. xi.— Sig. Thor: S. Afr. Hydrachnids.=Vol. ni.
Part. i. — W. Pürcell: Descr. of N. Gen. and Spec. of S. Afr. Solpu-
gidse.— New Arachnida coll. by Cronwright. — Part. 11. — Distant:
Rhynchotal Miscellanea.=Part. ni.— G. Boulenger: Descr.of Six new
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436 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
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J. Lovell: The Colora of Northern Gamopetalous Flowers. — J. Powers:
The Causes of Acceleration and Retardation in the Metamorphosis
of Amblystoina tigrinum. — Bradley: The origin of the Sporophyte.
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A Coleopterous Conundrurn. — Coquillett: New Culicid gen. related
to Corethra. — King: Sorne new records of Coccida?.— Ashmead: Clas-
sif. of the Fossorial, Predaceous and Parasitic Wasps.=N° 8. —
Theobald: Descr. of a new N. A. Culex. — Clark: Supposed migra-
tion of Pieridse in Venezuela. — Morrill: New Apoidea froni Monta-
na.— Ball: New N. A. Homoptera. — N° 9. — Evans: List of Cana-
diam Coleóptera. — Hiñe: Some Díptera from Arizona. — Claree: A list
of Californian Aphididte. — Coquillett: Four n. sp. of Culex.
The Wilson Bulletin. Oberlin. (Estados-Unidos). N° 43. — R. Shufeldt:
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The Zoologist. London. N° 745. — T. Lones: On the Identification of some
of the Birds mentioned by Aristotle. — Swinhoe: Some Further Notes
on Chipped Flints at Yenangyoung — E. Elms: Bird Notes in Sark.=
N° 746.— R. Shelford: Bionomical Notes on some Bornean Mantidse.
E. Elms: Birds Notes in Sark.=N° 747. — J. Monk: Remarks on some
E. Afr. Chameleons — Fr. Littler: Can and do Birds Reason? —
R. Dixon: The Ecdyses of Snakes.— Einat Lomberg: On the Ñames of
the two Species of Skua with Pointed Tail-feathers.— W. Fowler: An
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über die Geschlechts verhaltnisse der Stenostomiden. — Zykoff: Be-
merkung über das Winterplankton der Wolga bei Saratow. — Deegener:
Zur postembryonalen Entwicklung der Insectendarms. — Van Douwe:
Beitr. zur Kenntniss der Copepodenfauna Bulgariens. — Volz: Neue
Fische aus Sumatra. — Künkel: Zur Locomotion unserer Nacktschnec-
ken.=No 704. — Sekera.: Erneute Untersuch., etc.— Lonnberg: Ueber
eine Zwischenform zwischen Mysis oculata und M. relicta. — Was-
mann: Zum Mimicryptus der Dorylinengaste. — Nordenskiold: Ueber
die Trochenzeitanpassung eines Ancylus von S. Amer. — Von Daday:
Eine n. CladocerenGatt. aus der Familie der Bosminiden.=N° 705. —
Sekera: Erneute Untersuch., etc. — Bergendal: Ueber «Sinnesgrüb-
chen» im Epithel des Vorderkopfes bei Carinoma Armandi. — Metal-
nikoff: Beitr. zur Kenntnis der Anat. der Raupe von Gallería melo-
nella. — Kishinonye: Preliminary Note on the Corallidae of Japan. —
DE HISTORIA NATURAL. 437
Zykoff: Bemerk. über das Plankton der Altwasser des oberen Jenis-
sees. — Guenther: Die Sarnenreifung bei Hydra viridis.=N° 706. —
Kohler: Ueber die Bildung des Chorions bei Pyrrhocoris apterus. —
Lauterborn: Tracheenkiemen au den Beinen einer Perliden-Larve. —
Noack: Zur Sáugethierfauna des Tian- Schan. = N° 707. — Schimke-
witsch: Ueber die Entwickeluug von Telyphomus caudatus. — Schoütis-
den: ApLidologische Notizen. — Monti: Ueber eine n. L ebertia- Art.=
N° 708.— Poche: Einige nothwendige Anderungen in der herpetolo-
gischen Nomenclatur. — Sekera: Einige Beitr. zur Lebensweise von
Yortex heUuo.— Drexling: Leber die wachsbereitenden Organe der
Honigbiene.
Diciembre.
Académie des Sciences. Cracovie. (Bull. internat.) 1903. No 7. — Fried-
berg (G.): Sur le bassin miocénique de Rzeszow. — Toudera (F.):
Contr. á la connaissance de la gaine d'amidon. — Kowalewsky (M.):
Études helmintologiques. — Maziarsky (St.): Sur les rapports des
muscles et de la cuticule chez les Crustacés. — Heinrich (W.): Sur la
fonction de la rnembrane du tympan.
Académie des Sciences. Paris. (Compt. rendas). T. cxxxvi. (Tables).=
T. cxxxvn. N° 13. — Chatin (J.): Les mjfélocytes du bulbe olfactif. —
Caullery et Siedlecky: Sur la résorption phagocytaire des produits
génitaux inutilisés, chez Y Echinocardium cordatum. — Kilian: Sur les
relations de structure des Alpes fran países avec les Alpes suisses.=
No 14. — Bonsier (G.): Influence de l'eau sur la structure des racines
aériennes d'Orchidées.— Boulanger (G.): Sur les affinités du g. Oreo-
soma. — Lacroix: Sur les granites a aegyrine et riebeckite de Mada-
gascar et leurs phénoménes de contact.=N° 15.— Gaudry (A.): Obs.
paléontologiques dans l'Alaska. — Lacroix (A.): Sur une nouv. esp.
rainérale. — Foürtan (R.): Sur le Turonien d'Abou-Roach (Egypte).^
Nos 16-17. — Chesneau: Sur la cornposition de bronzes préhistoriques
de la Cbarente. — Deprat: Sur la struct. tectonique de l'íle d'Eubée.=
Nos 18-19.
Académie intemationale de Géographie Botanique. Le Mans. (Bull.) — Del-
mas et Reynier: Sur YEuphorbia tenuifolia. — Poirault: Liste de cham-
pignons supérieurs observes dans la Vienne. — Vaniot: Plantee Bodi-
nieriante. Composées. — Léveillé et Vaniot: Carex du Japón. — Via-
lon: Herbor. dans les Alpes Maritimes. — Bonati: Sur quelq. esp. du
g. Pedicularis recolt. au Japón par le P. Faurie. — Pau (C.): Le Calli-
tris quadrivalvis, nouv. pour la flore d'Europe. — Marcailhou-d'Aymé-
ric: Cat. raisonné des plantes indigéues du bassin de la Haute-
Ariége.— Gentil: Analyse des Rubus des Pyrénées. — Südre (H.): Exc.
bathologiques dans les Pyrénées.
T. m.-Diciembre, 1903. 30
438 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
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für Entomol.) 8 Band. Nos 16-17.— Reh (L.): Zur Naturgeschichte
mittel und nordeurop. Schildlause. — Geest(W.): Neue Schinetterlings
Aberrationen. — Friese (H.): Ueber eine koloniebildung bei der Mor-
telbiene.— Ulmer (G.): Beitr. zur Metaniorphose der deutschen Tri-
chopteren. — Fischer (E.): Lepidopt. Experimental-Forschungen.—
Nos 18-19.— Ulmer (G.): Zur Tricbopteren-Fauna von Thüringen und
Harz. — Reh (L.):-Zur Naturgeschichte, etc.— Fischer (E.): Lepidop-
terologische, etc. — Ducke (A.): Biologische Notizen über einige süd-
amerikanische Hymenoptera. — Luhe (M.): Zur Frage der Parthenoge-
nese bei Culiciden.
Broteria. Revista de Sciencias Naturaes do Collegio de S. Fiel. Vol. n.
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Fósiles devonianos de Santa Lucía. — Excursiones verif. durante la
reunión de la Soc. Geol. de Francia en Barcelona en 1898.
Entomologische Zeitung. Stettin. 64 Jahrg. Heft. n.— Agren (H.): Zur Ken-
ntniss der Apterygoten-Fauna Süd-Schwedens. — Bernhauer (M.):
Beitr. zur Staphylinidenfauna von Ostindien und den Sundainseln. —
Fuchs (A.): Neue Kleinfalter des Mittelmeergebietes. — Fuchs (A.): Alte
und neue Kleinfalter der europ. Fauna.— Herixg (Ed.): Uebersicht der
Sumatra-Pyralidse. — Hering (Ed.): Neue Pyraliden aus dem tropis-
chen Faunengebiet.— Jacoby (M.): Descr. of n. gen. and spec. of Phy-
tophagous Coleóptera. — Krüger (L.): Die Arten der Odonaten-Gatt.
Neurothemis. — Rober (J.): Lepidopterologisches.— Schenkling (S.):
Ein. n. Cleriden des Stettiner Museums.
Entomologische Zeitung. Viena, xxn Jahrg. ix Heft.— Reitter (E.): Neue,
von Hauptmann in 1903, in Kleinasien gesamm. Coleopt.— Stein (P.):
Einige Mittheilungen über Trichopera longicomis— ^Reitter (E.): Ocho
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Reoh. cecidologiques sur Cistus albidus et C. salvifolius.— V asseür (G.):
Sur l'industrie ligure en Provence au temps de la colonie grecque.—
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Rhabdocéles).
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Tondur (A.): El Cedrón.— Biollet (P.): Plantas é insectos.— Biol-
DE HISTORIA NATURAL. 439
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gatt. Norton-1 a und Plagiolabra, Eumenidarum n. g. — Cobelli (E.):
L'ibernazione delle Fonniche.— Hendel (Fr.): Drei n. boreale Musci-
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Eine Heteroceren-Ausbente aus der Sahara.
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Voyage de M. Biró dans les possessions allemandes de la N. Guiñee,
Pselaphides. — Lichtwardt (B.): Die Dipteren-Gatt. Antiphrisson. —
Sp^eth (Fr.): Zusammenstellung der bisher von N. Guinea bekannt
gewordenen Cassiden.— Bolívar (I.): Contr. a l'étude des Mecopodi-
nse. — Günther Enderleix: Die Copeognathen des indo-australichen
Faunengebietes. — G. Horvath: Conspectus spec. gen. Graphosoma.
Kertesz (K.): Eine n. Familie der acalyptraten Musciden. — Montan-
don (L.): Espéces nouv. ou peu connues du g. Belostoma appart. aux
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der Sammlung des Ungar. Nat-Museuins.— Schenkling (S.): Zwei n.
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Ihne (E.): Phaenologische Mitteilungen.— Lüdwig (W.): Vergeschichtli-
che Denkrnaler in der Umgebung von Nürnberg. — Gengler (I.): Die
Nebelkrahe (Corviis cornix) ais Brutvogel Bayerns.
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Salles. — Severo (E.): As necropoles dolmenicas de Traz-os-Montes. —
Brenha (J.): Dolmens ou antas no concelho de Villa Pouca d'Aguiar.—
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Villa Pouca d'Aguiar.— Silva Picao (J.): Ethnographia do Alto Alen-
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Almera y Bopill: Consider. sobre los restos fósiles cuaternarios de la
caverna de Gracia (Barcelona). = Núm. 34. — Meunier (F.): Nuevas
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Sobre los peces de la caliza litográfica de Lérida. = Niírn. 36. —
Puig (E.): Problema de meteorología pirenaica.
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(contrib. duodécima).
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lán. (Atti). Vol, xlii. Fase. 3.°— De Alessandri: II gruppo del monte
Misuva.— Mazzarelli (G.): Sugli Opistobrancbi del golfo di Napoli.—
Intorno al parassitismo delle Strongylidíe uei polmoni di alcuni mam-
miferi. — Staurenghi (C): Foramen dorsi sellte in ale. mammiferi.
Societas Entomológica Rossica. S. Petersburgo. (Hora;). T. xxxvi. Nos 3.4.—
Tschitschérine (T.): Nouv. étude sur le g. Eucamptognathus.—JAKO-
vleff (B.): Revisión des Sphenoptera de la región paléarctique. —
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Société Entomologique de Belgique. Bruxelles. (Annales). T. 47. ix. Bo-
vie (A.): Un Curculionide nouv. d'Australie— Lameere: Revisión des
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Tomo i.)
ÍNDICE ALFABÉTICO
DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES MENCIONADOS Ó DESCRITOS
EN EL TOMO III DEL BOLETÍN
DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL (1).
Mineralogía, Geología, Paleontología.
Acerdesa, 183.
Alethopteris Serlii, 129.
Arnbligonita, 176.
Ammonites Acüeon, 65.
- annulatus, 65.
- bifrons, 65, 296.
- Oonstantii, 297.
- Graeianus, 300.
- insignis, 65.
- Nilssoni, 296.
- progenitor, 298.
- radians, 65.
- serpentinus, 65, 296.
- Thetys, 300.
- Thouarsensis, 65, 296.
- tortilis, 65.
- tripartitus, 297.
Anfibol, 183.
Anglesita, 88.
Antigorita, 258.
Aragonito, 291.
Arenisca roja, 291.
Azurita, 184, 257.
Balanus, 88.
Barita, 183.
Baritina, 252, 257.
Basalto, 416.
Belemnites acuarii, 298.
- rhenanus, 65.
Biotita, 283.
Bornita, 184.
Calamites Cisti, 272.
Calcedonia, 416.
Calcopirita, 184, 252.
Caliza, 259.
- conchífera, 291.
- cristalina, 183.
Calyptnea, 88.
Carcharodon, 334.
Cardinia hybrida, 65.
Cardiuin, 73.
Casiterita, 176.
Cervantita, 252.
Ciervo, 362.
Cceloceras crassus, 296.
Collyrites Verneuili, 299.
Cribrospongia parallela, 65.
- reticulata, 65.
(1) Un asterisco * indica que el género ó especie á que precede está descrito en
este tomo y dos asteriscos ** que se describe por primera vez. Solo figuran en el ín-
dice las variedades nuevas. Los nombres vulgares van de letra cursiva.
444
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Cuarcita, 176, 254, 258, 334.
Cuarzo, 111, 256, 283, 291.
Cylina, 88.
Cytherea, 88.
Dictyopteris neuroteroides, 129.
Diorita, 293, 360.
Donax trunculus, 88.
- vittatus, 89.
Dosinia orbicularis, 88.
Duvalia dilatata, 300.
Epsomita, 258.
Estibina, 251.
Feldespato, 267.
- ortosa, 110.
Fluorina, 184.
Galena, 184.
Gastrana Curuana, 89.
Glauconita, 259.
Glyptodon, 217.
Granitos, 110, 176, 416.
Hematites, 183, 253, 283.
Heteraster, 300.
Hoplites Cryptoceras, 299.
- neocomiensis, 300.
Homablenda, 258.
Hornblenda, 291.
Hulla, 257.
Keuper,*291.
Lamna, 334.
Lepton, 88.
Lignito, 259, 291.
Lima Hermani, 65.
Limonita, 183, 253.
Lioceras serpentinus, 297.
Lytoceras Emerici, 299.
- quadrisulcatus, 299.
- strangulatus, 299.
Mactra corallina, 89.
Magnetita, 183, 252, 258, 283, 290.
Malaquita, 184, 253, 257.
Margas, 291.
Massicot, 88.
Mastodon angustidens, 80.
Mastodon longirostris, 81.
- tapiroides, 81.
- turicensis, 81.
Megatherium americanum, 213.
Melanitos, 293.
Melanterita, 258.
Metaporhinus convexus, 299.
Mica, 255.
Micacita, 183.
Mispiquel, 255.
Mylodon, 213.
Mytilus Sowerbyi, 65.
- sublsevis, 65.
Nacrita, 259.
Nerinea, 141.
Odontopteris Brardi, 272.
Ofitas, 292.
Olcostepbanus Astieranus, 299.
digisto, 183, 252,294.
Ortosa, 283.
Oso pardo, 362.
Ostrea, 88.
- cymbium, 65.
Oxyrrhina, 334.
Pecopteris arborescens, 272.
- polymorpba, 272.
Pectén, 83, 88.
- sequivalvis, 65, 296.
- Priscus, 296.
Pegmatita, 110, 256, 283.
Perispbinctes microcantbus, 298.
- Richteri, 298.
Pholadomyia Idea, 65.
Pbylloceras semistriatus, 300.
- tortisulcatus, 298.
- ultramontanum, 300.
Pirita, 183,251, 257, 291.
Pirolusita, 184.
Pizarras silúricas, 83, 176, 254.
Pleuromyia unioides, 65.
Pleurotoma, 88.
Pleurotomaria anglica, 65.
- Perseus, 65.
DE HISTORIA NATURAL.
145
Pleurotomaria precatoria, 65.
- princeps, 65.
Plicatula spinosa, 65
Pórfidos, 416.
Pseudocidaris clunifera, 300.
- ovifera, 300.
- Thurmanni, 300.
Purpura hfemastoma, 169.
- lapillus, 169.
Pygope diphya, 298.
- diphyoides, 298.
Quiastolita, 258.
Khinoceros Mercki, 361.
Rhynchonella tetraedra, 65.
- variabilis, 65.
- varians, 65.
Rutilo, 259.
Serpentina, 258.
Serpula tricristata, 65.
Siderita, 184.
Silex, 333.
Sphenopteris latifolia, 272.
Spiriferina, 299.
Straparollus (Evomphalus), 129.
Teleosaurus, 140.
Terebratula Bouei, 298.
- cornuta, 65.
- Edwarsi, 65.
- punctata, 65.
- quadrifida, 65.
- subovoides, 65.
- subpunctata, 65.
- triangulus, 29ü.
Traquita, 416.
Turba, 417.
Turbales, 417.
Ulmina, 362.
(Jrsus spelseus, 79.
Valentinita, 252.
Venus, 88.
Vermetus, 88.
Yeso, 252, 292.
Botánica.
Abrons, 1 12.
Acacia Farnesiana, 73.
Adenostyles * albifrons, 107.
- * alpina, 107.
- * pyrenaica, 107.
Adianthum, 63.
Agave americana, 328.
Águilas, 1 12.
Ajuga Iva, 72.
Allium subvillosum, 73.
Alsine procumbens, 70.
Alsinoyas, 112.
Alternantbera Acbyrantha, 328.
Alyssum maritimum, 69.
Amanita cíesarea, 112.
- solitaria, 112.
- vaginata, 113.
Amarantus albus, 328.
Amarantus chlorostachys, 328.
- deflexus, 328.
- hybridus, 328.
- hypocbondriacus, 328.
- retroflexus, 328.
- spinosus, 328.
- viridis, 328.
AnacycLus radiatus, 7 1 .
Anagallis arvensis, 71.
- linifolia, 71.
Anemone palmata, 69.
Anthemis arvensis, 71.
Anthocerus dichotomus, 365.
- lsevis, 365.
Anthoxanthum ovatum, 73.
Anthyllis Webbiana, 70.
Antirrhinum Orontium, 71.
Arisarum vulgare, 73.
446
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Aristolochia baetica, 72.
- Pistolochia, 72.
Armería allioides, 154.
- ** Ancarensis, 155.
- Berlengensis, 153.
- Duriaei, 154.
- elongata, 154.
- filicaulis, 154.
- Langeana, 154.
- marítima, 153.
- plantaginea, 154.
- pubigera, 154.
- pungeus, 153.
Armillaria mellea, 112.
Artemisia camphorata, 274.
- herba-alba, 274.
Asparagus albus, 73.
Aspbodelus tenuifolius, 73.
Asplenium fontanuin, 274.
Asterolinum stellatum, 71.
Astragalus bseticus, 70.
- lusitanicus, 70.
Astrocarpus Clusii, 70.
Avena fatua, 73.
Bacillus Anthracis, 399.
Baobal, 326.
Barbula aloides, 365.
- squarrosa, 365.
Bellis sylvestris, 71.
Betula alba, 420.
Biscutella bsetica, 69.
- microcarpa, 69.
- scutellata, 69.
Bolet, 112.
Bolets de bou, 112.
- de bruch, 112.
- d' esca, 112.
- d' or, 112.
Boletus edulis, 112.
- granulatus, 113.
- luridus, 113.
- Satanás, 114.
Borrago officinalis, 71.
Bossas, 112.
Brachytbecium rutabulum, 365.
Brassica Cossoniana, 69.
Bridens leucantba, 328.
Bryum, 420.
Bryum argentum, 365.
- capillare, 365.
Oalluna vulgaris, 71.
Camas-sechs, 112.
Candelas de bruch, 112.
Cantarellus cibarius, 113.
Cap blau, 112.
Capsella procumbens, 69.
Cardiospermum balicacabum, 328.
Carex, 420.
- dioica, 274.
- serrulata, 73.
Castaño, 15U.
Centaurea Amblensis, 431.
- ** Argecillensis, 431.
- macrorrhiza, 432.
- polyacantba, 71.
- pullata, 71.
- Toletana, 431.
Centranthus macrosiphon, 71.
Cerinthe major, 71.
Cestrum Parqui, 328.
Ceteracb, 63.
Chíenorrhinum rubrifolium, 274.
Cbenopodium ambrosioides, 328.
Cistus salvisefolius, 69.
Clavaria cinérea, 113.
- coralloides, 113.
- pistillaris, 112.
Clitocybe cerussata, 113.
- geotropa, 113.
Coleostepbus Miconis, 71.
Convolvulus altbseoides, 7 1 .
- tricolor, 71.
Cotula coronopifolia, 328.
Craterellus cornucopioides, 113.
Cryptostemma hypochondriacum,
433.
DE HISTORIA NATURAL.
417
Cyperus schcenoides, 73.
- vegetus, 328.
Datura ferox, 328.
- Metel, 328.
- Stranionium, 328.
- Tatula, 328.
Desmazeria loliacea, 73.
Dicranum Graevilleanum, 365.
Digitaria paspaloides, 328.
Dracsena Draco, 68.
Drago, 324.
Ecbium lusitanicum, 202.
Emex spinosa, 72.
Ephedra nebrodensis, 203.
Erigeron bonariense, 328.
- canadense, 328.
Erodium moschatum, 70.
Escariéis, 112.
Esclafasancs de llet, 113.
- de Iletrada, 113.
Euphorbia exigua, 72.
- belioscopia, 72.
- terracina, 72.
Fedia Cornucopia, 71.
Festuca, 420.
Fossombronia angulosa, 365.
- pusilla, 365.
Frankenia pulverulenta, 70.
Fumaria gaditana, 69.
- spicata, 69.
Galium saccharatum, 71.
Genista triacantbos, 70.
Girgola de camp, 113.
Gladiolus segetum, 72.
Gregüets, 113.
Gymnogramina leptopbylla, 73.
Gynandriris Sisyrincbium, 73.
Halimiuní Libanotis, 69.
Hedysarum spinosissimurn, 70.
Helianthemum glaucum, 69.
- salicifolium, 69.
Helichrysum fcetiduin, 328.
Heliotropium curassavicum, 328.
Hippocrepis Salzmanni, 70.
Homalia lusitanica, 242.
Hydnum imbricatum, 112.
- repaiidum, 113.
Hygropborus limacinus, 113.
- virgineus, 1 1 3.
Hypnuin, 420.
- cupressiforme, 365.
- purum, 365.
Kleiuia flcoides, 328.
Lactarius deliciosus, 113.
- piperatus, 113.
- theiogalus, 114.
- torminosus, 114.
Lathyrus cícera, 70.
Lavandula Stcechas, 72.
Lavatera crética, 70.
Lecanora subfusca, 285.
Lejeunia serpyllifolia, 365.
Lepidium virginicurn, 328.
Lepiota procera, 112.
Leucojum trichophyllum, 73.
Linaria cymbalaria, 72.
- birta, 72.
- viscosa, 72.
Lippia citriodora, 328.
Litbosperrnuní apulum, 71.
Llanegans, 113.
Llenegalls, 113.
Llenegas, 113.
Llenegays, 113.
Z lengua de gos, 113.
Lotononis lupinifolia, 701
Lotus arenarius, 70.
- edulis, 70.
Lupinus albus, 70.
- luteus, 70.
- varius, 70.
Lycoperdon, 112.
Madotbeca platyphyla, 365.
Malcolrnia lacera, 69.
- littorea, 69.
Marasmius oreades, 113.
448
BOLETÍN de la sociudad española
Marasmius urens, 112.
Mare de rovelló, 113.
Mataparens, 113.
Medicago littoralis, 70, 362.
Melilotus parviflora, 70.
- sulcata, 70.
Mesembryantbemum Aitonis , 328.
- cristallinum, 71.
- deltoides, 73.
Microlonchus salmanticus, 71.
Mieromeria grpeca, 72.
Morchella, 113.
Moixernó, 113.
Moxernó, 113.
Mucos, 113.
Mucosas, 113.
Múrgula, 113.
Múrmula, 113.
Nardurus Gandogeri, 273.
Nicotiana glauca, 328.
- rustica, 328.
Nigella damascena, 69.
Nothoscordium fragrans, 328.
Nymphaea alba, 420.
Obione portulacoides, 72.
CEnanthe Lachenalü, 71.
(Enotbera biennis, 328.
- fruticosa, 328.
- longiflora, 328.
- rosea, 328.
- striata, 328.
Omphalia ventosa, 112.
Ononis Natrix, 70.
Opbrys bombiliflora, 72.
- iricolor, 72.
- tentbredinifera, 72.
Opuntia Ainyclsea, 328.
- coccinellifera, 328.
- Dilleni, 328.
- Ficus-indica, 328.
- tomentosa, 328.
- Tuna, 328.
- vulgaris, 328.
Orchis masculolaxiflora, 72.
- Morio, 72.
Or dianas de bruch, 113.
Or ellas d' ase, 113.
- de poli, 113.
- de rueh, 113.
Orlaya marítima, 71.
Ornitbopus compressus, 70.
- sativus, 70.
Ous de reig, 113.
Oxalis cernua, 70, 328.
- violácea, 328.
Pantinellas, 113.
Panus stipticus, 112.
Parietaria diífusa, 72.
- erecta, 72.
- mauritanica, 72.
Pascaba glauca, 328.
Paxillus lamellirugus, 113.
Pebrás, 113.
Pelargonium inquinans, 328.
Pellia calycina, 365.
Pendulina Lagascana, 69.
Pentinellas, 113.
Pet de llop, 113.
Peus de rata, 113.
Phelipíea Mutellii, 72.
Phlonlis purpurea, 72.
Physalis peruviana, 328.
Physanthyllis tetraphylla, 70.
Pbytolacca decandra, 328.
Picridium gaditanum, 71.
- tingitanum, 71.
Pinardia coronaria, 71.
Pinatell, 113.
Pinotell, 113.
Pinus canariensis, 308.
- pinaster, 426.
- uncinata, 423.
Pistacia Lentiscus, 70.
Pixacunill, 113.
Plagiochila asplenioides, 365.
- interrupta, 365.
DE HISTORIA NATURAL.
449
Plantago albicans, 72.
- Coronopus, 72.
- serraría, 72.
Pleurotus dryinus, 112.
- ostreatus, 113.
- ulmarius, 113.
Poinsettia pulcherrima, 73.
Polycarpon diphylluin, 71.
Polygala, 63.
- bsetica, 70.
Polyporus fornentarius, 112.
Polytrichum, 420.
Populus, 152.
Portulacaria afra, 73.
Potas de caball, 113.
- de rata, 113.
Potentilla * * Bescansa?, 275.
- grandiflora, 276.
- pensylvanica, 328.
- subacaulis, 276.
Psalliota campestris, 114.
Pterogonium gracile, 365.
Ptiagra, 113.
- blanca, 113.
- negra, 113.
Pyrola minor, 154.
Quicou, 113.
Eamalina calicaris, 89.
- vulcania, 89.
Ranunculus rnacrophyllus, 69.
- muricatus, 69.
- peltatus, 69.
- Sardous, 69.
Reig, 113.
Retama monosperma, 70.
Ehacomitrium canescens, 365.
Rhamnus Alaternus, 70.
Rhynchostegium rusciformej 365.
Roccella phycopsis, 89.
Ronvieba multifida, 328.
Rossinyol, 113.
Rovell d' on, 113.
Bovelló, 113.
Rovelló de cabra, 114.
Rovellol, 114.
Rumex tingitanus, 72.
Russula emética, 113.
- mustelina, 113.
- rubra, 113.
Ruta chalepensis, 70.
Sagina maritima, 70.
Salicornia fruticosa, 72.
- herbácea, 72.
Salix fragilis, 72.
Saponaria officinalis, 84.
Scirpus caespitosus, 420.
Scleroderma verrucosum, 113.
Scolopendrium officinale, 63.
Scorpiurus subvillosa, 70.
Scrophularia sambucifolia, 72.
Sedum dendroidetim, 73.
- lancerottense, 357.
Sempervivum hiérrense, 357.
Senebiera didyma, 69, 328.
Serapias cordigera, 72.
Sherardia arvensis, 7 1 .
Silene apétala, 70.
- rubella, 70.
- vespertina, 70.
Siarenys, 114.
Smilax áspera, 73.
Solanum bonariense, 328.
- Sodomaeum, 71.
Solidago canadensis, 328.
Soliva Barclayana, 328.
Sonchus Diana?, 71.
Spartium junceum, 152.
Spartocytirus nubigenus, 308.
Spergularia marina, 70
Sphagnum acutifolium, 420.
- cuspidatum, 420.
- palustre, 420.
- rigidum, ,420.
- subsecundum, 420.
Stachys arvensis, 72.
Statice sinuata, 72.
45 0
BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Stenotaphrum americanum, 327.
Suteda fruticosa, 72.
Tagetes glandulosa, 328.
Tamarix africana, 71.
Tamus cornrnunis, 73.
Teucrium fruticans, 72.
Thesium humile, 72.
Tbymelaea hirsuta, 72.
Tófunas, 114.
Toninia candida, 63.
Tragopogón bombycinus, 273.
- crocifolius, 273.
Tricholorna equestre, 113.
- Georgii, 113.
- ionides, 112.
- truncatum, 112.
Trichonema purpurascens, 73.
- ramiflorurn, 73.
Trifolium stellatum, 70.
Triguera ambrosiaca, 71.
Tuber, 114.
Tuberaria inconspicua, 70.
Tulipa australis, 274.
Ulex bfeticus, 70.
- canescens, 70.
Unibilicus gaditanus, 71.
Uitica membranácea, 72.
Vaillantia muralis, 71.
Valerianella Morisonii, 71.
Verónica Assoana, 274.
- peregrina, 328.
Verrucaria Schoereri, 63.
Vicia lútea, 70.
- vestita, 70.
Xanthium macrocarpum, 328.
- spinosum, 328.
Zoología.
Acantbaspis (Tetroxia) affinis, 61.
- - Beauvoisi, 61.
- - ** Escalera, 61.
- - spinifera, 61.
Acantholabrus * palloni, 95.
Accipiter nisus, 309.
Acocephalus Bolivari, 203.
Agriotes sordidus, var. ** circum-
cinctus, 344.
- - * nigriceps, 344.
Aguja, 95.
Aguija, 95.
Alatxa, 97.
Alauda cristata, 27S, 374.
Alcedo ispida, 278.
Alosa finta, 97.
- sardina, 97.
Ammophila hirsuta, 320.
- lutaria, 321.
Amycla corniculum, 228.
Anajapyx vesiculosus, 167.
Anas boschas, 278.
Anomia epbippium, 232.
Anthomyia pluvialis, 146.
Anthrax flava, 145.
Aphsenogaster barbara, 321.
Aphia meridionalis, 240.
- pellucida, 240.
Apogon imberbis, 240.
Aporrhais pes-pelecani, 230.
- serresianus, 230.
Apterogyna bimaculata, var.** ru-
fescens, 98.
** Apterope;edes, ** nigroplagia-
tus, 304.
Aquila imperialis, 88, 367.
- naevioides, 88.
- pennata, 367.
Arca barbata, 233.
- imbricata, 233.
- láctea, 233. .
- *oe, 233.
DE HISTORIA NATURAL.
451
Arca senilis, 210.
Árdea minuta, 278.
- purpurea, 278.
- ralloides, 278.
- stellaris, 277.
Argyra argyria, 146.
Aricia vagans, 146.
Asida alrneriensis, 73.-
- Alonensis, 73.
.- argenteo-limbata, 74.
- asperata, 73.
- Clementei, 74.
- Escalera?, 74.
- grandipalpis, 73.
- hespérica, 73.
- hispalensis, 77,
- holosericea, 73.
- Kraatzi, 77.
- lorcana, 76.
- luctuosa, 76.
- Martinezi, 76.
- ** Martini, 75.
- Oberthüri, 76.
- Sanchez-Goniezi, 76.
- sericea, 73.
Asilus albiceps, 146.
- crabroniformis, 146.
- rusticas, 146.
- setulosus, 146.
- trigonusj 146.
Astarte fusca, 233.
- sulcata, 233.
Astralium rugosum, 88.
Avicula tarentiDa, 232.
Bacanius * termitophilus, 116.
Belone * acus, 95.
- rostrata, 95.
Bennia ** Oberthüri, 303.
Beris vallata,';i45.
Besug, 93.
Bibio johannis, 145.
- marci, 145.
- venosus, 145.
** Biroella ** dispar, 304.
Bittium Jadertinum, 235.
- Latreillei, 235.
- reticulatum, 230.
Blennius * erythrocephalus, 91.
- gattorugine, 91.
- graphicus, 91.
- ocellaris, 91.
- palmicornis, 91.
- pavo, 91.
- sanguinolentue, 91.
- * tentacularis, 91.
Bombilius ater, 145.
- cinerascens, 145.
- cruciatus, 145.
- fugax, 145.
- major, 145.
Boga-ravell, 93.
Brachyderes marginellus, 343.
- suturalis var. * insuturalis, 343.
Bubo maximus, 367.
Buey, 402.
Bufo vulgaris, 63.
Bulla Adausoni, 209.
- striata, 232.
Cabot en bañes, 92.
Cabra, 170.
Csenosia triangula, 146.
Calamoherpe aquatica, 169.
- arundinacea, 278.
- cisticola, 59, 278.
- cetti, 376.
- melanopogon, 278.
- palustris, 278.
- turdoides, 278.
Callionyrnus adrnirabilis, 92.
- *belenus, 92.
- lyra, 92.
- *maculatus, 92.
- pusillus, 92.
Calliostoma conulus, 231.
- exasperatus, 231.
- Gra vinas, 231.
tti
boletín de la sociedad española
Calliostoina Laugieri, 231.
- striatus, 231.
- zizyphinus, 231.
Calliphora erythrocepala, 147.
Camaleón, 148.
Camponotus crueutatus, 321.
Campylosteira perethrice, 347.
- * serena, 347.
Cancellaria cancellata, 227.
Cantaras griseus, 92.
- * orbiculaiñs, 92.
- vulgaris, 92.
Canter e, 92.
Capellá, 96.
Capulus hungaricus, 232.
Cardita calyculata, 233.
Cardiurn aculeatum, 233. «
- echinaturn, 233.
- edule, 210, 233.
- mínimum, 233.
- norwegicum, 233.
- papillosum, 233.
- paucicostatum, 88.
- tuberculatum, 233.
Caricsea tigrina, 146.
Carnero, 402.
Oassidaria echinophora, 228.
Cassis saburum, 88.
Cavach, 90.
Cerceris** peninsularis, 103.
Cerilocus** Carneronensis, 104.
- ** Conradti, 105.
- Dohrni, 105.
- histrio, 105.
- inermipes, 105.
- Ñero, 106.
Cerithiopsis tubercularis, 210.
Cerithium rupestre, 230.
- vulgatum, 230.
Cbama gryphoides, 233.
Cbaradrius minor, 278.
Cheilosia albitarsis, 147.
- flavicornis, 147.
Cheilosia vernalis, 147.
Cbemnitzia elegantissima, 230.
Chilocorns l>i|>ut-tulatus, 169.
Chlamys byalina, 88.
Chortopbil.i muscaria, 146.
Cbrysis varicornis, 321.
Chrysoehlainvs cuprea, 148.
Chrysogaster metallinus, 148.
Cbrysomyia formosa, 145.
- polita, 145.
Chrysoj'hrys aurata, 93.
- * crassiro-tris. 93.
Cbrysopila atraía, 146.
- áurea, 14tf.
Cbrysops cteontiens, 145.
Cbrysotoxuin elegans, 148.
- interme<l¡iim 148.
- sylvarum 148.
Chyliza atrií-eta, 146.
Ciconia alba, 371.
Cipreea lurida, 210.
Circsetus Kallicus, 367.
Clavell, 90.
Clavell-morch , 90.
Clanculus cruciatus, 231.
- Guineensis, 210.
- Jussieui, 231.
Clathurella Cordieri, 229.
- Iineari8, 22y.
- purpurea, 2 29.
Cobaya, 402.
Coccothraustes vulgaris, 382.
Cocbylis* austrinana, 167.
Ccelopa pilipes, 146.
Columba {)alumbus, 372.
- turtur, 373.
Columbella decollata, 228.
- Gervillei, 228.
- minor, 228
- rustica, 228.
- scripta, 228.
Comadrejas de agita, 84.
Conejo, 402.
DE HISTORIA NATURAL.
453
Conops flavipes, 148.
Conus rnediterraneus, 210, 228.
- papilionaceus, 210.
- Proruetheus, 210.
Corbula gibba, 235.
Cordero, 330.
Crepidula porcellana, 210.
Curruca melanocephala, 381.
Cyclostoma mauritanica, 88.
Cymbium Neptuni, 210.
- rubiginosum, 210.
Cyprsea europtea, 229.
- lurida, 229.
- pulex, 229.
Cyrtosoma ephippigerum, 57.
Dasylabris** Andrei, 102.
- egregia, 321.
- maura, 102, 323.
Dasyticus * corvinus, 345.
- longipilis, 346.
- nigropilosus, 346.
Deltocepbalus eurypterus, 203.
- truncatus, 203.
Dentalium dentale, 232.
- tarentinum, 232.
Dictyophorus papillosus, 193.
Dilar ** Bolivari, 116.
- partbenopaeus, 201.
- *pictu8, 116.
- saldubensis, 201.
Diplax Fonscolombei, 57.
Divaricella divaricata, 233.
Dolichopus griseipeunis, 146.
Donacilla cornea, 234.
Donax polita, 234.
- semistriatus, 211, 234.
- trunculus, 234.
Donovania mínima, 229.
Dorcadion circumcinctum, 204.
- tenuecinctum, 204.
Dosinia exoleta, 234.
- lupinus, 234.
Dragó, 92.
T. ni.- Diciembre, 1903.
Drasterius bimaculatus var. ** li-
neatobasalis, 342.
- immaculatus, 344.
- quadrisignatus, 344.
Drosophila fasciata, 146.
Dryomyza flavesola, 146.
Durache, 93.
Duradella, 93.
Dytiscus, 84.
Echynomyia fera, 147.
- ferox, 147.
- grossa, 147.
- tessellata, 147.
Eledroc, 97.
Emarginula reticulata, 232.
Emberiza schceniclus, 278.
Empis bistortse, 146.
- decora, 146.
- punctata, 146.
Emploa, 98.
Engraulis encrasicholus, 97.
Erato kevis, 229.
Eriantbus** Malcolmi, 302.
- obtusus, 302.
- versicolor, 302.
Erinaceus europseus, 331.
Eristalis seneus, 147.
- arbustorum, 147.
- nemorum, 147.
- tenax, 147.
Eumerus lunulatus, 148.
- sabulonum, 148.
- tricolor, 148.
Euthria cornea, 228.
Falco tinnunculus, 381.
Fisurella gibberula, 232.
- grseca, 231.
- nubécula, 231.
Fringilla carduelis, 382.
- Teydea, 308.
Fúlica atra, 278, 370.
Fuligula rufina, 128, 278.
Fusus pulcbellus, 228.
31
454
BOLETÍN de la sociedad española
Fusus rostratus, 227.
Gallerbu, 91.
Gallina, 408.
Gallinago rnajor, 370.
Gallínula chloropus, 278.
Garrulus glandarius, 279.
Geornantis larvoides, 65.
Gerret, 94.
- bord, 94.
- dJ ale grogne, 94.
- de San Tere, 94.
- imperial, 94.
- inglés, 95.
- másele, 94.
Gerret pamfil, 94.
Getcara, 94.
Gibbula Adansoni, 231.
- ardens, 231.
- divaricata, 231.
- magus, 231.
- Philberti, 231.
- rarilineata, 231.
- turbinoides, 231.
- unibilicaris, 231.
- varia, 231.
Glareola torquata, 370.
Gorras, 93.
Gouldia íninima, 233.
Graellsia Isabellse, 202.
Grisol, 90.
Gyninopterus nigriplantis, 14G.
Hadriania craticulata, 227.
Haematopota itálica, 145.
- nigricornis, 145.
Haliotis lamellosa, 231.
Halteridium, 349.
Haminea hydatis, 232.
Helix campesina, 88.
- Duroi, 209.
Helomyza variegata, 146.
Helophilus floreus, 147.
- trivittatus, 147.
Hemieriantnus**camerunensis,301
Hemierianthus gabonicus , 302.
Herina afflicta, 146.
Hippobosca equina, 148.
Hirundo rustica, 373.
Hister 4-maculatus, var. ** ínter-
medius, 342.
Hydrocbelidon hybrida, 369.
Hydrogale maculicollis, 181.
Hydropbilus, 84.
Hypolais polyglotta, 376.
Ictus papillatus, 88.
Idia fasciata, 147.
- lunata, 147.
Isocardia cor, 233.
Jagonia reticulata, 233.
Jerre pedrés, 92.
Khafra concoloripes, 106.
- ** Distanti, 106.
Labrus lupus, 92.
- * punctatus, 92.
Lsevicardium oblongum, 233.
Lanius nieridionalis, 378.
- nubicus, 378.
- rufus, 378.
Lassea rubra, 211.
Lebia trimaculata, 203.
Leda pella, 88, 233.
Leptis Perrisi, 146.
- tringaria, 146.
Leptogaster cylindricus, 145.
Limnia fenestrata, 146.
- rufifrons, 146.
- unguicornis, 146.
Lithobius insignia, 203.
Littorina neritoides, 210, 230.
- punctata, 210.
Llenguada, 96.
Llengue de S. Pere, 96.
Llisol, 90.
Llobarro, 92.
Llop, 92.
Lucilia cajsar, 146.
- cornicina, 146.
DE HISTORIA NATURAL.
455
Lucilia nobilis, 146.
- ruficeps, 146.
- sericata, 146.
Lucina leucoma, 233.
- spinifera, 233.
Lutra maculicollis, 181.
- ** Matschiei, 182.
Mabre, 93.
Mactra corallina, 234.
- helvacea, 234.
- subtruncata, 88, 211, 234.
- triangulus, 234.
Mangilia Companyoi, 229.
- multilineolata, 229.
Maraenaspis typblops, 171.
Marginel'a arnygdala, 210.
- cingulata, 210.
- glabella, 210.
- irrorata, 210.
- miliaria, 229.
- Philippii, 229.
Mate saldut, 94.
Melanostoma hialinata, 147.
- mellina, 147.
Meletta * vulgaris, '97.
Melitbreptus menthastri, 147.
- scriptus, 147.
Mendesia echiella, 202.
Meretrix chione, 234.
- rudis, 234.
Merlangus * pontanon, 96.
Merodon mutabilis, 147.
Merops a¡piaster, 373.
Mesalia brevialis, 210.
Micropalpus fulgens, 147.
Milano real, 368.
Milesia crabroniformis, 147.
Miltogramma, 147.
Milvus niger, 380.
- regalis, 379.
** Miraculum ** miriflcum, 304.
Mitra cornicula, 229.
- ebenus, 229.
Mitra tricolor, 229.
Mitrolumna olivoidea, 229.
Modiola barbata, 232.
Mcena * jusculum, 94.
- Osbeikii, 94.
- vulgaris, 94. *
Monosteira * buccata, 348.
- lobulifera, 348.
- unicostata, 348.
More, 94.
Motacilla alba, 374.
- flava, 309.
- melanocephala, 278.
Muñóla, 90.
Murex acicülatus, 227.
- Blainvillei, 227.
- Brandaría, 210, 227.
- cornutus, 209.
< Edwardsii, 227.
- erinaceus, 209, 227.
- hoplites, 209.
- inermis, 235.
- trunculus, 209, 227.
Musca domestica, 146.
- vitripennis, 146.
Musquerdes, 277.
Musquerots, 277.
Mustelus lasvis, 90.
- stellatus, 90.
- * vulgaris, 90.
Mutilla Binio, 175.
- capitata, 321.
- ** castellana, 173.
- catanensis, 175.
- dalmática, 175.
- leucopyga, 175.
- littoralis, var. ** Andrei, 321
- montana, var. * * pronotalis,
- ** octacantha, 99.
- partita, 321.
- pectinata, 100.
- pectinidorsis, 100.
- subcomata, 321.
456
BOLETÍN de la sociedad española
Mutilla ** Zanzibarensis, 100.
Myobia f en estrata, 147.
Myopa dorsalis, 148.
Myrmecocystus cursor, 321.
Mytilus edulis, 210.
- gallo provincialis, 232.
- ininimus, 232.
- perna, 210.
Nasocoris ephedre, 203.
Nassa costulata, 228.
- granum, 228.
- incrassata, 228.
- mutabilis, 228.
- Pfeifferi, 210.
- reticulata, 210, 228.
Natica Dillwyni, 229.
- íulrninea, 210.
- Guillemini, 229.
- hebrsea, 230.
- intricata, 230.
- millepunctata, 230.
Neritula Donovani, 228.
- neritea, 228.
Nothochrysa * stigmatica, 114.
Nucula nucleus, 233.
- sulcata, 233.
Nyctia alterata, 147.
Oliva subulata, 210.
Oliveria lateralis, 147.
Omias castilianus, 343.
Onesia sepulcralis, 147.
Ophyra leucostoma, 146.
Opomyza gerniinationis, 146.
Otis tarda, 371.
- tetrax, 372.
Ovula carnea, 229.
- spelta,229.
Pagellus acame, 93.
- bogaraveo, 93.
- breviceps, 94.
- centrodontus, 93.
- erythiinus, 94.
- mormyrus, 93.
Pagre, 93.
Pagrus* orphas, 93.
- vulgaris, 93.
Panurus biarmicus, 169.
Parmacella, 59.
Parus ater, 377.
- biarmicus, 278.
- major, 376.
Passer domestica, 377.
- hispanoliensis, 382.
- Italia?, 377.
- montana, 377.
Patella cserulea, 232.
- lusitanica, 232.
- Safiana, 210.
- tarentina,210.
- vulgata, 210, 232.
Pectén hyalinus, 232.
- Jacobaeus, 232.
- maximus, 232.
- multistriatus, 232.
- opercularis, 232.
- varius, 210, 232.
Pectunculus glycymeris, 88, 233.
- pilosus, 233.
- violascescens, 233.
Pelude, 96.
Peluga, 96.
Perro, 402.
Pexreg, 96.
Pbasia crassipennis, 147.
Pbasianella pullus, 231.
- tenuis, 231.
Philine aperta, 232.
Pbilomela luscinia, 375.
Pborcus Ricbardi, 231.
Phyllotreta flavoguttata, 347.
- * hispánica, 346.
Phymateus ¿egrotus, 190.
- baccatus, 189.
- Brunneri, 190.
- ** Buyssoni, 192.
- ** flavus, 190.
DE HISTORIA NATURAL.
457
Phymateus ** Grandidieri, 191.
- Hildebrandti, 190.
- iris, 190.
- leprosus, 189.
- Madagassus, 190.
- morbillosus, 190.
- oliváceos, 190.
- purpurascens, 190.
- saxosus, 190.
Physocephala chrysorhcea, 148.
Physorhynchus, 172.
- *'* robustus, 173.
Pica caudata, 38.
- cyanea, 379.
Pichón, 331.
Picus major, 88, 309.
Piezostethus obliquus, 203.
- terrícola, 203.
Pipizella virens, 148.
Pisania D'Orbignyi, 227.
- maculosa, 227.
Pitgell, 94.
Plasrnodiuru malaria?, 349.
Platynieris preedo, 105.
Pleuronectes arnoglossus, 96.
- boscii, 96.
- citharus, 97.
- Grohmanni, 96.
- * megastoma, 97.
Pleurotorna gracile, 229.
Podiceps cristatus, 278.
- fluviatilis, 278, 368.
- nigricollis, 367.
Pollenia rudis, 146.
Polydesmus Bedeli, 203.
Porphyrio veterum, 278, 367.
Projapyx, 167.
Proteosoma, 349.
Psammobia depressa, 234.
Psilla (Eupbyllura) olese, 203.
Pteropborus, 64.
Purpura hsemastoma, 210, 228.
Pyrelia cadaverina, 146.
Pyroplasma bigerninuin, 349.
- cani, 351.
- equi, 350.
- ovis, 349.
Quepellá, 97.
Rabose, 91.
Radula inflata, 232.
- squamosa, 232.
Raja flonada, 90.
- * fullonica, 91.
- marginata, 90.
- miraleptus, 90.
- puuctata, 90.
- quadrimaculata, 90.
- radula, 90.
- rostrata, 90.
Rana, 244.
Ranella Scrobilator, 210.
Raphitoma attenuata, 229.
Recurvirostra avocetta, 369.
Reduvius ** formosus, 171.
Reijada, 90.
- de S. Veré, 90.
Reyets, 277.
Rbingia rostrata, 147.
Rbinolophus bipposideros, 319.
Rbocbrnogaster dimerus, 171.
Rhyphus fenestralis, 145.
Rissoa auris-calplum, 230.
- cancellata, 231.
- cimex, 230.
- lineata, 231.
- Montagui, 231.
- sirnilis, 230.
- variabilis, 230.
- ventricosa, 230.
- violácea, 230.
Rissoina Bruguierei, 230.
Rivella Syngenesiíe, 146.
Roseti, 239.
Ruticilla titbys, 381.
Santomoxys calcitrans, 147.
Sarcopbaga carnaria, 147.
boletín de la sociedad española
Sarcophaga hsemorrhoidalis, 147.
- obfuscata, 147.
Sardina, 97.
Sardine, 97.
Sardinella aurita, 97.
Sargus flavipes, 145.
Saxícola oenanthe, 380.
- leucura, 381.
Scalaria cornrnunis, 230.
- commutata, 230.
Scatophaga merdaria, 146.
Schizophyllurn, 203.
Sciomyza cinerella, 146.
Scopolia carbonaria, 147.
Scrobicularia plana, 235.
Sepedón sphegeus, 146.
Sericus brunneus, 344.
Sharpia gracilenta, 346.
Sicus ferrugineus, 148.
Siphonaria Algesiree, 209.
Smaris alcedo, 94.
- * insidiator, 94.
- maurii, 94.
- vulgaris, 94.
Solea eupellonis, 96.
- * hispida, 96.
- Kleinii, 96.
- nasata, 96.
- oculata, 96.
- * variegata, 96.
- vulgaris, 96.
Solen rnarginatus, 211.
Spondylus gsederopus, 232.
Spratella punila, 97.
Sterna minuta, 369.
- nigra, 368.
Stratiomys chameeleon, 145.
- longicornis, 145.
Strombus bubonius, 210.
Sylvia atricapilla, 375.
Syndesmia alba, 235.
Syritta pipiens, 148.
Syrphus auricollis, 147.
Syrphus balteatus, 147.
- corollse, 147.
- decorus, 147.
- luniger, 147.
- nitidicollis, 147.
- pyrastri, 147.
- seleniticus, 147.
- tobiarius, 147.
Systocchus ctenopterus, 145.
- nitidulus, 145.
Tabanus ater, 145.
- autumnalis, 145.
Tachina, 147.
Tac rocas, 95.
Tapes anthemodus, 234.
- aureus, 234.
- decussatus, 211, 234.
- geographicus, 234.
Teichomyza fusca, 146.
Tellina balaustina, 234.
- donacina, 234.
- incarnata, 234.
- planata, 234.
- pulchella, 234.
- tenuis, 211.
Tephritis producía, 146.
Termes lucifugus, 116.
Ternera, 329.
Testacella, 59.
Testudo mauritanica, 148.
Tetanocera punctata, 146.
- punctulata, 146.
Tbereva annulata, 145.
- arcuata, 145.
- árdea, 145.
- plebeja, 145.
Thylacites pretiosus, 346.
- * viticollis, 343.
Titets, 277.
Topo, 373.
Torpedo * marmorata, 90.
- narke, 90.
Totanus calidris. 370.
DE HISTORIA NATURAL.
45'»
Totanus stagnatilis, 369.
Trachyplaeus muralis, 343.
- picturatus, 343.
Tremol, 97.
Trémulo, 90.
Tremulosa, 90.
Triforis perversus, 230.
Tritón cutaceus, 210, 227.
- doliarius, 210.
- Parthsenopus, 210.
Trivia europeea, 210.
- spurca, 210.
Trochocochlea articulata, 231.
- turbinata, 231.
Trochus lineatus, 210.
Troglodytes europaeus, 381.
Trophon muricatus, 228.
Trucha, 126.
Turbo rugosus, 231.
Turdus cyanens, 59.
- merula, 374.
- torquatus, 375.
Turnix sylvaticus, 367.
Turritella communis, 230.
- triplicata, 210.
Uatquelet, 93.
Unió, 59.
Uraleptus * maraldi, 97.
Urophora stylata, 140.
Vanellus cristatus, 37Q.
Venerupis irus, 234.
Venus gallina, 234.
- verrucosa, 210, 234.
Vermetus glomeratus, 230.
- triqueter, 230.
Vespertilio mystacinus, 64.
Volucella zonaria, 147.
Vultur percnopterus, 383.
Xantogramma ora ata, 147.
Xaclce, 94.
Xylocopa cyanescens, 202.
- uclesiensis, 202.
Xylota segnis, 147.
Zodion cinereum, 148.
Zophomia temula, 147.
El Vicesecretario,
José Marta Dusmet.
ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO III
DEL BOLETÍnST
Junta directiva y Comisiones para 1904 3
Lista de socios 5
Relaciones del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 33
Sesión del 7 de Enero de 1903 55
Navas (R. P. L.) — Nota sobre dos Odonatos de Río de Oro 57
Miquel (M.) — Sobre una perla de Unió y un molde interno de Par-
macella 59
Crú y Marqués (E.) — Calamoherpe cisticola y Turdus cyaneus de Sie-
rra Morena 69
García Várela (A.) — Species Acanthaspidi ^sub-generis Teiroxia
A. etS.) 61
Navas (R. P. L.) — Notas geológicas: La cueva de la Sima en Riela
(Zaragoza) 62
Gredilla (A. F.) — Excursión botánica por las pro.vincias de Sevilla
y Cádiz 66
Oberthür (R.)— Une nouvelle Asida appartenant au groupe des es-
péces espagnoles aterciopeladas 74
Martínez de la Escalera (M.)— Otra Asida nueva de España del
grupo de las aterciopeladas 75
— Sistema de las especies españolas del género Asida 76
Azpeitia (F.) — Restos de Mastodon en el cerro de la Plata junto al
ensanche de Madrid. . . .*. 79
Barras (F. de las). — Excursión á Gerena 82
Sesión del 4 de Febrero de 1903 85
Acuerdos de la Junta directiva sobre las publicaciones de la So-
ciedad 85
Crú y Marqués (E.)— Hallazgo de varias aves en Andalucía 88
Chaves (F.)— Anglesita de Río Tinto 88
462 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Mazo (J. del).— Arenas como las de Torre Carbonera y fósiles plio-
cénicos procedentes de Moguer 88
Miquel (M.)— Sobre hallazgo de varios moluscos fósiles 88
Seras (A.)— Indicación de publicaciones sobre la vejez en los ani-
males 80
Navas (R. P. L.)— Sobre liqúenes recogidos por el Sr. Font 89
Fkrrer y Hernández (J.)— Materiales para la fauna ictiológica de las
Baleares 89
García Mercet (R.) — Descripción de himenópteros nuevos 98
García Várela (A.) — Notas hemipterológicas 104
Rivas Mateos (M.) — Especies españolas del género Adenosiyles Cass. 106
Barras (F. de las). — Algunas observaciones sobre los granitos de
Avila 110
Aranzadi (T. de). — Primera lista de nombres catalanes de hongos
(bolets) 112
Navas (R. P. L.) — Notas entomológicas. XII. Algunos insectos
nuevos ó poco conocidos 114
Boletín bibliográfico 118
Sesión del 4 de Marzo de 1903 125
Rodríguez Mourelo (J.)— Fosforescencia del sulfuro de calcio 126
Fernández Navarro (L.) — Existencia del eoceno en El Molar 126
Artigas (P.) — Desaparición de las truchas en el río Bernesga por el
lavado de minerales 126
Calderón (S.)— Nota bibliográfica sobre la memoria de Mr. Ramman
dnfluencia del clima en los suelos de España» 127
Navas (R. P. L.)— Indicación bibliográfica sobre <Reeherches sur la
biologie des Phasmiens» de M. R. de Sinety 128
Crú y Marqués (E.)—F.uli{jula rufina hallada en la Albufera de Va-
lencia 128
Presentación de heléchos fósiles procedentes de Bélmez 129
Gredilla (A. F.)— Digestión del almidón 129
BoscÁ (E.)— Hallazgo de un Teleosáurido en Buñol (Valencia) 140
Seebold (T.)— Dípteros de los alrededores de Bilbao .... 145
Graiño Cauvet (C.)— La Testudo mauritanica en Asturias 148
Esteva (J.) — Anomalías observadas en algunos vegetales 150
Merino (R. P. B.)— Especies gallegas del género Armería Willd. (Lá-
mina i) 153
Ribera (E.) — Nota sobre restos glaciares existentes en Lorcha (Ali-
cante) 166
— Nota acerca de unos nodulos de caliza hallados en Bellús (Va-
lencia) , » • 1^7
Boletín bibliográfico 159
DE HISTORIA NATURAL. 4(53
Págs.
Sesión del 1.° de Abril de 1903 165
Fernández Navarro (L.) —Proposición sobre exploración del suelo
patrio 166
Bolívar (I.) — Noticia sobre publicación de un catálogo general de
ortópteros; sobre un nuevo tisánuro (Anajapyx) dado á conocer
por Mr. Silvestri y sobre el Cochylis austrinana descubierto por
Mr. Chrétien en San Ildefonso 167
Calderón (S.) — Sobre la montaña de sal de Cardona y sobre un
temblor de tierra ocurrido en Pamplona en 10 de Marzo 168
— Noticia y análisis de las publicaciones del Sr. Macpherson he-
chos par Mr. Barrois 168
Miquel (M.) — Purpura fósil del cuaternario de Baleares 169
Crú y Marqués (E.)— Nuevas aves de la Albufera de Valencia 169
Paul (M.) — El Chilocorus bipustulatus, enemigo de los cóccidos que
atacan los naranjos 169
Moyano (P.) — Noticia sobre un feto de cabra anómalo 170
García Várela (A.) — Notas hemipterológicas 171
García Mercet (R.) — Un Mutílido nuevo de España 173
Llord y Gamboa (R.) — Estudio químico de la ambligonita de Cáceres. 175
Chrétien (P.) — Cochylis austrinana 180
Cabrera. Latorre (A.) — Nota sobre una nutria de la costa de Guinea. 181
Chaves (F.) — Nuevas observaciones sobre los minerales de la Sierra
de Berja y Maro (provincia de Málaga) 182
Rivas Mateos (M.) — La Fluorina de Papiol (Barcelona). . 184
Folch y Andretj (R.) — La lluvia en la Península Ibérica 186
Bolívar (I.) -El género Phymateus Thunberg 188
Boletín biliográflco ■ 193
Sesión del 6 de Mayo de 1903 197
Informe sobre estudio intensivo del suelo patrio 197
Calderón (S.) — Sobre el terreno pérmico en los Pirineos españoles.. 199
Dusmet y Alonso (J. M.) — Noticia de lo publicado en 1902 sobre
Entomología de España , 201
Pie (M.) — A propos des Dorcadion ienuecinctum Pie. et circumcinc-
tum Chevr 204
Font y Sagué (N.) — Los movimientos sísmicos del Nordeste de Ca-
taluña 205
— Moluscos recogidos en Río de Oro (Sahara español) 209
Boscl (E.) — Informe sobre el estado del esqueleto de Megaterio del
Museo de Ciencias naturales de Madrid 211
Maluqüer y Nicolau (J.) — Moluscos marinos de Llansá (Cataluña). . 226
Boletín bibliográfico 236
Sesión del 3 de Junio de 1903 238
461 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Discusión del informe sobre estudio intensivo del suelo español. . . . 238
Viñals (F.)— Noticia necrológica de D. Pedro López Peláez y Vi-
llegas 238
Calderón (S.) — Noticia de la muerte del profesor Bombici 239
Bolívar (I.) —Sobre la clasificación, del Roseti, pez que abunda en las
costas de Mahón 239
Calderón (S.)— Suscripción para ofrecer un testimonio de aprecio al
Prof . Groth de Municb 240
Medina (M.) — Noticia de un estudio del Prof. Gaudry acerca de la
dentición de un hombre fósil europeo semejante á la de los aus-
tralianos 242
Casares Gil (A.) — Nota II sobre la fructificación de la Homalia lusi-
tanica Schmp 242
Pí y Suñer (A.)— Nota acerca de una particularidad de la contracción
muscular de la rana. (Láminas n y m.) 244
Chaves (F.)— Nota sobre algunos minerales de nuevas localidades de
Andalucía . . 251
Fernández Navarro (L.)— Notas geológicas y mineralógicas 253
Boletín bibliográfico 260
Sesión del L° de Julio de 1903 269
Calderón (S.)— Noticias bibliográficas. The iron ore mines of Biscay
por B. H. Brough. — Comunicaciones de Mr. Koussel en la Sociedad
geológica de Francia sobre el carbonífero de los Pirineos y de
Mr. Cartailhac sobre los grabados y pinturas de la Cueva de Al-
tamira 272
Gredilla (A. F.) — Datos nuevos que incluir en la Flora hispano-
lusitana. (Segunda nota.) (Lám. iv) 273
Crú y Marqués (E.) — Excursión ornitológica al lago de la Albufera
(Valencia) durante el mes de Junio de 1903 277
Graiño Caubet (C.)— Preocupaciones populares respecto de algunos
animales 278
Arévalo (C.) — Modificación del procedimiento de Delesse para él
análisis mecánico de rocas 281
Navas (R. P. L.) — Notas liquenológicas. III. La Lecanora subfusca
en España 285
Jiménez de Cisneros (D.) — El yacimiento de magnetita de Cehegín.. 290
— De la existencia del lias superior, del tithónico y del infracretá-
ceo en la región NO. de la provincia de Murcia 294
Bolívar (I.) — Nuevas especies de Eumastacinos 301
Oramas (P.) — Observaciones hechas en el pájaro del Teyde 308
Boletín bibliográfico.. . 310
Sesión extraordinaria del 9 de Julio de 1903 316
DE HISTORIA NATURAL. 465
Págs.
Sesión del 7 de Octubre de 1903 , 317
Calderón (S.) — Noticia bibliográfica sobre la obra «L'irrigation en la
Péninsule ibérique» de J. Brunbes 318
Medina (M.) — Sobre un Rhinolophus procedente de Cautillana 319
Barras (F. de las). — Temblores de tierra ocurridos recientemente en
Andalucía 319
Medina (M.) — Datos para el conocimiento de la fauna himenoptero-
lógica de España 320
García Mercet (R.) — Noticia acerca del Dasylabris egregia Klng. . . . 321
Oramas (P.) — Algunos datos más sobre el tan célebre Drago de Oro-
tava 324
Aterido (L.) — Excursión botánica por Santander y plantas america-
nas naturalizadas en España 326
Graiño Caüvet (C.)— Noticias referentes á algunos monstruos recien-
temente recogidos 329
Cabreua Latorre (A.) — Nota sobre la voz del erizo 331
Jiménez de Cisneros (D.)— El yacimiento prehistórico de la rambla
Bermeja, en el término de Lorca, y noticias acerca de otros poco
conocidos en la provincia de Murcia 333
Fuente (J. M. de la). — Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-
Real. XVI. Coleópteros 342
Díaz Villar (J. M.) — Hematozoarios de los animales : 348
Boletín bibliográfico 351
Sesión del 4 de Noviembre de 1903 357
Artigas (P.)— Necrología de D. Carlos Castel y Clemente 357
Calderón (S.) — «Les richesses minerales de l'Algérie et de la Tuni-
sie>, por el Prof. St. Meunier. 359
Barras (F. de las).— Objetos neolíticos existentes en el Instituto de
Huelva 360
Miquel (M.) — Molar de Rhinoceros hallado en Pamplona 361
Rivas Mateos (M.) — Polimorfismo del Medicago littoralis Rohde. . . . 362
Casares Gil, (A.) — Nota sobre los musgos de Cataluña 364
Crú y Marqués (V. y E.) — Viaje ornitológico por Andalucía (provin-
cias de Sevilla, Huelva y Granada), durante los meses de Abril,
Mayo y Junio de 1902 366
Boletín bibliográfico 383
Sesión del 2 de Diciembre de 1903 389
Barras (F. de las). — Sobre un temblor de tierra observado en
Huelva 392
Ramón t Cajal (S.) — Sobre la existencia de un aparato tubulif rme
en el protoplasma de las células nerviosas y epiteliales de la lom-
briz de tierra 395
160 BOLETÍN de la sociedad española
Págs.
Torró (K.) — Contribución al estudio de la inmunidad natural 399
Font t Sagüé (N.) — Origen geológico de los manantiales termo-mi-
nerales de Caldas de Malavella (provincia de Gerona) 411
Calderón (S.) — Nota preliminar sobre la turba y los turbales de
España 417
Gredilla (A. F.) — Datos nuevos que incluir en la Flora hispano-
lusitana. (Lám. v) 428
Boletín bibliográfico 434
Índice alfabético de los géneros y especies mencionados ó descritos
en el tomo ni del Boletín 443
•Índice de lo contenido en el tomo ni del Boletín 461
Se ba publicado este tomo en diez cuadernos, que han aparecido cada
uno de ellos dentro del mes correspondiente, cuya indicación se halla al
pie de cada pliego. Lleva además cinco láminas.
q^
un