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AUTORES ESPAÑOLES
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Ix>wcll Memorial líWarr.
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Jamo* KusseU Lowell,
Jan. «, Ifl».
HARVARD
UNIVERSITY
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APIITES BIOGRÁFICOS ¥ GRÍTm
l>E LOS
AUTORES COMPRENDIDOS EN ESTE TOMO.
VALiÉimoai de las indicaciones explícitas de Miguel de Cervantes (1), Lope de Vega (9), Agustin
de Rojas (o) y el canónigo Navarro (4), pude en el tomo anterior bosquejar el cuadro (hoy comise-
tenente desconocido) del teatro español en la primera época de Lope, desde que, por los años iS88,
a que, muy mozo aun , empezó aquel gran genio á excitar el aplauso y la admiración general, hasta
<pie, s^un la feliz expresión del mismo Cervantes, se alzó con el cetro de la monarquía cárnica^ en
los primeros del siglo xvii. Cúpome entonces la suerte de exhumar y dar á conocer las bellas pro-
ducciones de los mas inmediatos contemporáneos y secuaces del gran padre de nuestra escena, que,
subyugados y eclipsados por el vivísimo resplandor de aquel astro luminoso, han permanecido
injustamente olvidados durante casi tr^s siglos, y yacian en la mas completa oscuridad. Guillen de
Castro, Tárrega, Aguilar, Miguel Sánchez, BoU, Poyo, Gaspar de Avila y los demás que figuraron,
DO sin gloria, en aquel periodo, al lado del gran Lope , y cuyas apreciables producciones forman el
tomo primero de esta colección, me habrán dado la razón, en el ánimo de los lectores, de la justicia
oQoqae procuré aprovechar esta ocasión de rehabilitar su memoria, estudiando, escogiendo y
dando á conocer sus olvidadas creaciones, é impidiendo con su reproducción que lleguen á per-
derse del todo, como ha sucedido ya con las de algunos.
Pero la vida dramática de Lope, y su imperio absoluto sobre la escena patria , se prolongaron
aim durante el primer tercio del siglo xvii hasta su muerte , acaecida en 1635. Después de aquel
primer periodo que entonces tracé, y en el que, «1 lado del joven maestro, y ayudándole (como dice
Cervantes) á llevar aquella gran máquina^ aparecen principalmente los autores valencianos y an-
dalaces, comenzó otro, cuando, atraídos todos á la corte, formaron en derredor suyo la gran plé-
Ifade de satélites de aquel planeta esplendente. Este segundo cuadro, diverso absolutamente en
acción , episodios y figuras, aunque unido á aquel por la común designación de contemporáneos
át Lope de Vega , es el que hoy me cumple trazar.
Por fortuna, para bosquejarle con bastante exactitud, nos queda un testimonio fehaciente del
ms notable acaso y digno de estimación de aquellos infatigables escritores : el doctor Juan Pérez
Ae Hontalvan , ardiente , fiel y apasionado secuaz del gran maestro , y cuya misión , desde que nació
en \602 hasta que le siguió tempranamente á la tumba, no fué otra , puede decirse , que beber su
ifieolo, alimentar su inteligencia en su admiración y rebosar entusiasmo hacia sus obras; imitar-
Ve, tundirle, glorificarte y servirte acaso de paranrayos contra las nubes de la envidia, que, no
onndoUnzar sus despiadados tiros contra la altísima fortaleza del gran Lope, descargaban su furor
«a A indefenso pecho del joven panegirista.
Ifile, pues, en el extn&o é incoherente libro que tituló El Para-todos , y dio á la estampa en 1632,
»íá6, por via de apéndice , un curioso índice de los varones ilustres matritenses ^ y luego otro de
wqoe, no siéqdolo, eserUrian por entonces comedias en Castilla solamente , y de uno y otro apa-
^e\ espléndido cuadro de nuestro teatro en aquel periodo, trazado por mano competente, y
■of tolo mis iprociable , cnanto que no tenemos otro dato mejor para conocerle. Hé aquí por su
ffi 2íí!*'?^y ^f^O^ ^ «» cmedioi. (3) rtaje entretenido.
(4) DUeursú en favor de las comedias.
▼I APUNTES BIOGRÁFICOS.
orden la lista de los escritores dramáticos, extractada de la general de madrileños, y la de los que,
no siéndolo 9 escribían también para el teatro :
ALONSO DE SALAS BARBADILLO.
DON AGUSTÍN COLLADO.
ALFONSO DE VATRES.
MAESTRO ALFONSO ALFARO.
DON ANTONIO GOELLO.
DON ANTONIO DE HERRERA.
DON ANTONIO DE HUERTA.
DON ALVARO CUBILLO DE ARAGÓN.
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
DON ALONSO DB REINOSO.
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
DOCTOR DON ANTONIO MIRA DE MESCUA.
ANTONIO ORTIZ.
DON ANTONIO SOLÍS Y RIVADENEYRA.
DON ANTONIO IBARRA.
BLAS DE MESA.
EL CONDE DE LA CORUJ^A.
EL CONDE DE SÍRCELA.
EL CONDE DE LA ROCA.
DON DIEGO TOVAR.
DON DIEGO COLLAZOS.
DON DIEGO MOGICA.
DON DIEGO DE VILLEGAS.
DON DIEGO JIMÉNEZ ENCISO.
DON ESTEBAN DE PRADO.
DON FRANCISCO DE QUEVEDO VILLEGAS.
FRANCISCO SUAREZ.
EL LICENCIADO FELIPE BERNARDO DEL CASTILj.0.
DON FERNANDO DE LÚDELA.
DON FRANCISCO DE LA CERDA.
LICENCIADO FRANCISCO GUTIÉRREZ CADAGUA.
DON FRANCISCO DE ROJAS ZORRILLA.
DOCTOR FELIPE GODINEZ.
DON FERNANDO DE LARRÚA.
FRANCISCO LÓPEZ DE ZARATE.
DON FRANCISCO MIRACLES.
DON GABRIEL BOCANGEL.
MAESTRO FR. GABRIEL TELLBZ (tIRSO DE MOLINA).
DON GASPAR DEL ARCO.
DOCTOR DON JERÓNIMO FERNANDEZ MONTERO.
DON JERÓNIMO VILLAIZAN Y GARCÉS.
DON GABRIEL DEL CORRAL.
LICENCIADO GABRIEL DE ROA.
JERÓNIMO DE LA FUENTE.
DON JACINTO DE HERRERA.
DON JORGE DE TOVAR.
MAESTRO JOSÉ CISNEROS.
DON JOSÉ PELL1CER Y TOVAR.
JUAN DELGADO.
JUAN DE PlftA.
DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
DOCTOR JUAN PÉREZ DE LA PORTA Y CORTÉS.
DON JUAN DE TAPIA.
MAESTRO JOSÉ DE VALDIVIESO.
DON JUAN RUIZ DE ALARCON.
DON JUAN DE BENAV1DES.
FREY LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIÓ.
LUIS BELMONTE BERMUDEZ.
LICENCIADO LUIS DE BENAVENTE.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
DON LOPE'DE LIANO.
MANUEL LÓPEZ.
DOflA MARÍA DE ZAYAS.
EL MARQUÉS DE JAVALQUINTO.
DOCTOR DON PEDRO DE LA BARRERA.
DON PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA.
DON PEDRO DE MENDOZA.
DON PEDRO MEXÍA DE TOVAR.
DON PkORO VARGAS Y MACHUCA.
DON PEDRO MÉNDEZ DE LOYOLA.
EL príncipe DE ESQUILACHE.
DON RODRIGO DE HERRERA (madrileño).
DON RODRIGO DE HERRERA (pOVlugués).
DON SEBASTIAN FRANCISCO DE MEDRANO.
Son, pues, setenta y cuatro los autores dramáticos citados por Hontalvan en 1632, á que pudié-
ranse añadir algunos mas, valencianos y aragoneses, tales como don Antonio Folch de Cardona,
marqués deCastelnuovo, Marco Antonio Orti, el abad Alonso Haluendas, Vicente Esquerdo, el
maestro Juan Cabezas, don Diego Muget de Solis(qiie publicó un tomo de comedias en Bruse-
las, 1635), y otros, que escribieron fuera de Madrid y que aquel no tuvo presentes (1). Pero en
cambio, hay que descontar de aquellos setenta y cuatro, muchos, como los condes de la Coruña ,
d6»la Roca y de Siruela , el marqués de Javalquinto , el príncipe de Elsquilache, don Diego Tovar,
don Diego Collazos , don Esteban de Prado , Qucvedo , Bernardo del Castillo , La Cerda , Cadagua,
Del Arco, Fernandez Montero , Pellicer, Cisneros, Tapia, doña María Zayasy otros, hasta el nú-
mero de treinta y cinco, que solo por oí testimonio del mismo Montalvan sabemos que habían 69^
crito, que estaban escribiendo^ y hasta que pensaban escribir alguna comedia^ sin que haya llegado
hasta nosotros ni siquiera noticia de sus títulos.
Separaremos despues(por no formar parte de nuestro objeto, y estar cumplidamente lleno en otros
tomos de esta colección) los nombres de los cinco primeros dramáticos que figuran también en
aquella lista, á'saber : Lope, Tirso, Alarcon, Rojas y Calderón (Moreto no podia sonaren 165¿,
(1) Véase el catálogo que damos á conliouacion.
vil
EL DOCTOR MIRA DE MESGUA.
por tener entonces solo catorce años de edad); y descargados igualmente Cubillo y Solis, que, aun-
que citados ya por Mo.ntalvan , como que empezaban á darse á conocer , forman mas bien parte de
otro período y escuela, el de los posteriores á Lope y secuaces de Calderón (que será objeto de los
dos tomos siguientes), asi como también el maestro Valdivieso, que solo escribió autos sacramen-
tales* y el licenciado Luis de Benavente, que se dedicó exclusivamente á escribir entremeses, gé-
neros ambos que por su especialidad quedan fuera de esta colección , tendremos , pues , segrega-
dos por estas razones cuarenta y cinco autores. Entre los restantes (cuyas obras conocemos), no
parecen, por su escaso mérito, dignas de reproducirse en esta ocasión las de Blas de Mesa, Ga-
briel del Corral , Francisco López de Zarate , maestro Gabriel Roa , Jerónimo la Fuente , Juan de
Benavides, don Lope de Llano, don Agustín Collado, Alonso de Vatres, maestro Alfonso Al-
faro, don Antonio Herrera, don Diego Mogica , don Antonio Huerta, don Gabriel Bocángel , Juan
Delgado y los demás que no cita Montalvan , adoptando solo, para formar esta selecta colección,
aqueOos autores mas sobresalientes, cuyas mejores producciones, noticias biográficas y juicios
críticos van ¿ continuación , y son los siguientes :
EL DOCTOR DON ANTONIO MIRA DE MESGUA.
LCISTELEZ DE GUEVARA.
DOCTOR FELIPE GODINEZ.
165 DIEGO JIMÉNEZ ENGISO.
105 RODRIGO HERRERA.
105 JACINTO DE HERRERA.
LHS BELMONTE BERNUDEZ.
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
DON JERÓNIMO VILLAIZAN.
DON ANTONIO COELLO.
DON ANTONIO D^MENDOZA.
DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
irKC
ÜA.
EL DOCTOR MIRA DE
Escasísimas son las noticias biográficas que han llegado hasta nosotros del doctor don Antonio
MiiA db Mbscda ó db Ambsgua , uno de los primeros poetas líricos y dramáticos de aquella época, y
están reducidas á saber que fué natural de Guadix , presbítero y arcediano de su ¿anta iglesia , ha-
biendo nacido hacia 1570; que, protegido del célebre don Pedro Fernandez de Castro, conde de
Lémus (Mecenas de Cervantes), y siendo virey de Ñapóles en 1610 , le llevó á su lado con Lupercio
Argensola y otros insignes escritores para formar parte de su poética corte. Regresado luego á su
patria, fué nombrado capellán de los Reyes de Granada, y posteriormente capellán de honor de
Felipe IV, en Madrid, adonde murió el mismo año 1635, en que falleció Lope de Vega.
Este, el mismo Cervantes, Montalvan, Agustín de Rojas y don Nicolás Antonio, que le consa-
graron especiales y entusiastas elogios en diversas partes de sus obras, nos dejan ignorar absolu-
tamente mas circunstancias particulares de su vida; y tampoco Suarez, en su Historia de Guadix
y ieBa%a^ añade cosa alguna relativa á la existencia material de aquel insigne poeta. Pero nosque-
dan sus obras, y aunque no todas ni reunidas en colección (1 ) , son suficientes para conservarle, como
poeta Úrico y dramático, en el puesto distinguido que sus ilustres contemporáneos le concedieron.
Bajo el primer aspecto, bastarla solo citar aquí aquella célebre y bellísima canción que , según la
opinión deleminente crítico Quintana , no tiene igual en nuestra lengua, y que envidiaría el mismo
Garcilaso, que empieza:
Ufano, alegre, altivo, enamorado;
y que no se reproduce aquí por ser tan conocida , como una de las joyas mas preciadas de nuestro
poético tesoro ; y bajo el aspecto dramático , las cinco comedias que van escogidas para esta colec-
ción, tituladas : La rueda de la fortuna , Galán valiente y discreto, No hay dicha ni desdicha hasta la
wmerte , Obligar contra su sangre, y La Fénix de Salamanca; en donde, á par que el genio y talento
ütkoj que sin duda predominaba en este arrogante poeta , descuellan también el estudio , el buen
gusto y delicado ingenio í^el autor di^amático. Todavía hubieran podido añadirse á aquellas (si los
(1) Don Nicolás Aotoaio dice qae se publicaron sus puede una sospecha. El esclavo del demonio, El conde
eosednseo toraosópartes, pero creo que no es exacto. Alanos , El hombre de mayor fama. El negro del mejor
Solo tengo DOtfcia de un lomo (que pudo ser primera amo, Las Uses de Francia, Los carboneros de Francia,
pane), y coDÜene las siguientes: La hija de Carlos V, Desgracias del rey don Alfonso el Casto^ Obligar contra
fUm f mmerte de mu Lázaro , Et riio avariento , Lo que su sangre.
EL DOCTOR BURA DE MESCUA. ix
Lope Y su escuela; y ciertamente que no se concibe tan opuesto maridaje entre la verdad y la
eslnmt>dtica exageración , entre el buen sentido y el gusto depravado ; pero es lo cierto que existe
y existió en este y los demás autores de nuestro antiguo teatro, autorizados por el ejemplo de su
ookmú modelo, y disculpados siempre con el grande argumento de los aplausos insensatos de la
plebe. Llenaría muchas páginas si, queriendo probar aquella contradicción en la ocasión presente,
y tratando de uno de los poetas mas celebrados en su tiemiK), me complaciese en citar caracteres
exagerados ó£alsos, escenas inverosímiles y extravagantes, trozos de estilo hinchado y campa-
nado, bufonadas groseras y chavacanas, que oscurecen y afean hasta sus mejores comedias; pero
prefiero optar por alguno de aquellos momentos felices en que se descubre al poeta fácil , natural
y cadencioso, al ingenio sutil y peregrino. La casualidad me trae por ejemplo á la mano la extraña
comedia titulada El pleito del diablo con el cura de Madridejos , escrita por él, juntamente con Velez
fie Guevara y Coello, y que no es mas que la historia de una pobre muchacha á quien se supone
endemoniada,. y los conjuros y exorcismos hechos para librarla; en cuya jornada tercera (que
es la de Mira di Mbscua) se leen estas preciosas quintillas en boca de un pastor :
LOBENZO.
Deja espantos y temores ,
CaUlína; ¿qué te falta?
Que ea aJas de mis amores
kéá la sierra mas alta
Pir mátales 6 por flores.
¿Quieres que trepando vajfa,
Por los brazos de esB^ haya
Tbaje de sus pimpollos
De una tórtola los pollos
A que jueguen en tu saya?
¿Qoieres que descienda á un rio.
Hijo de un risco de Cuenca ,
Y en él mi valiente brío
No deje anguila ni tenca ,
Ni pez argentado y frío ,
Que no venga á palpitar
Sobre esta yerba y á dar
Un salto y otro del suelo,
Pensando que coge vuelo
Para arrojarse á la mar?
¿Quieres que á ese girasol
Bajen las aves pintadas
Que vuelan en caracol ,
Y parecen , remontadas ,
Que son átomos del sol ?
Si quieres que en osle prado
Se mezclen arroyos bellos
De leche y humor cuajado.
Exprimiré alegre en ellos
Las ubres de mi ganado.
Si quieres ver el enero
Hecho octubre placentero ,
Viertan mis cubas su mosio;
Y si quieres verle agosto ,
Desalaré mi granero.
Ciertamente que este trozo, puramente lírico , no es el mas propio de la comedia ; pero es tan
bello, qne en todas ocasiones debió sonar bien á los oídos de un público español. Como este abun-
dan otros en las obras dramáticas de Muía de Mbscua, y muy principalmente en los autos sacramen-
tales ó alegóricos, en que podia ostentarse mas bien el gran poeta lírico. A veces el> estilo dra-
mático ocupa también su lugar propio, y ofrece escenas y diálogos animados , ó cuadros llenos del
fhiite y naturalidad característicos de Talia ; sirva de ejemplo el siguiente, tomado al acaso, de la
comedia titulada La Fénix de Salamanca :
GALCEftAIl.
«fióode tomaste posada?
SOLANO.
iamoal Carmen.
Lacena?
Sí.
CALCEIAK.
¿Preveniste
SOLANO.
GAIXERAN.
¿Qué trajiste?
SOLANO.
l'n capón , una empanada ,
Des perdices...
CALCBBAN.
Bien las como.
SOLANO.
Medio cabriU> extremado,
Dq6 gazapos...
GALCIBAN.
¡Regalado
Pto!
SOLANO.
¡Tiene tanto lomo!
Cfljigole de carnero...
GALCERAN.
Si está manido , no es malo.
SOLANO.
Ub jamón.
GALCERAN.
i Gentil regalo !
Has hecho buen despensero.
SOLADO.
De clarete y moscatel
Tres azumbres; que sin vino
Está en la mesa el tocino
Como cautivo en Argel.
GALCERAN.
¡ Ya tengo bien qué cenar !
SOLANO.
¿Que es buena cena?
GALCERAN.
¡ Extremada !
SOLANO.
Pues vén y la verás pintada,
Que no hay mas que desear,
En esta calle primera;
Que parece que el pintor
Dio á los gazapos sabor,
Y sazón á la ternera.
¿ No me dirás , por lu vida,
Qué bolsón diste á Solano
Para que te tenga ufano
Mesa y cama prevenida ? •
GALCERAN.
Luego ¿ no tienes dineros ?
SOLANO.
¿De qué los he de tener,
Galceran , si desde ayer
Estamos los dos en cueros ?
GALCERAN.
¿No te di trescientos reales
En Valencia?
SOLANO.
No lo niego ;
Mas oye la cuenta, y luego
Podrás ver si están cabales.
{Saca un papel.)
« Cuenta de lo que Solano
Ha gastado en el camino.»
GALCERAN.
Y dila también del vino.
SOLANO.
d buena mano; etc.
X APUNTES BIOGRÁFICOS.
Esta comedia es toda ella muy agradable por la intriga ingeniosa y dramática, y sus escenas
llenas de interés y poesía. La de Galán, valiente y discreto es, á mi juicio, una de las mas bellas
comedias del antiguo teatro, y está tocia ella escrita con una cordura y gusto que solo acertaron
después Alarcon y Moreto ; y las otras dos de No hay dicha ni desdicha hasta la muerte y Obligar
contra su sangre son dramas interesantes y bien escritos. Basta con ellos, y con las citas que
quedan hechas , para despertar en los aficionados el deseo de conocer y estudiar á este autor no*
table. Por fortuna pueden hacerlo en la mayor parte de sus obras dramáticas , que , aunque no re-
unidas en colección, se han conservado y reproducido sueltas, ó en la famosa, aunque rarísima, de
las Comedias escogidas de los mejores ingenios, publicada desde 1682 á 1704, en que hay hasta diez y
ocho de este autor.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Nació en la ciudad de Écija, en enero de 1570, y concluida su carrera literaria en la universidad
de Sevilla , vino muy joven á Madrid, donde, ejerciendo su profesión de abogado, alcanzó pronto
un gran aprecio y fama en el foro por su sagacidad, elocuencia y gracejo, y entre los literatos
por la viva agudeza de su ingenio , la corrección y facilidad con que manejaba nuestra hermosa
lengua , asi en prosa como en verso. Su carácter era tan festivo, que aun en medio de los nego-
cios mas graves no podia dejar de chancearse , con lo cual atraia á los tribunales donde abogaba
un auditorio numeroso. Cuéntase que en una ocasión salvó la vida á un criminal que defendía,
excitando la risa en los jueces con una chanzoneta que dejó deslizar en medio de una exhortación
patética con que trataba de captar la benevolencia en favor de su cliente. Obtenida la sentencia,
mas favorable de lo que podia esperar, apeló de ella el fiscal y obtuvo su reforma , saliendo el reo
condenado á la pena capital y el abogado á una multa de consideración. Para librarse de ella se
puso á pleitear con el fiscal y los jueces, y consiguió que el rey don Felipe IV tomase personal-
mente conocimiento de una causa tan singular. Con este motivo se presentó Guevara á su majes-
tad con tal desenfado, y le representó el caso de una manera tan cómica, que el Rey no pudo
menos de echarse á reir ; con lo cual consiguió, no solamente que se le perdonase la multa, sino
que á su cliente , que se hallaba condenado á muerte en revista, se le conmutara aquella pena
con la de presidio.
De resultas de este suceso, tomó el Rey tal afición á Guevara, que no podia pasar sin él, pues
(fue gustaba mucho de su instrucción , chistes y agudeza ; y conociendo que concurrían en él to-
das las dotes de un buen poeta dramático, le instó á que escribiese las comedias que por aquel
tiempo se representaron en los teatros de la corte. Y como este monarca , según se cree, las es-
cribía también y hacía representar en su palacio, escogió á Luis Velkz de Guevara pai*a que le
censurase las suyas , siendo de presumir que recibiesen correcciones y mejoras de una mano tan
maestra como la de Guevara , á quien el Monarca honró mas adelante con el empleo de ugier.
Pasó, pues, Velbz de Guevara su vida en Madríd, gozando constantemente el favor del Monarca,
de los duques de Veraguas, y conde de Saldaña, de quien fué secretario; la amistad de todos los
célebres contemporáneos y el aplauso público. Era hombre de carácter suave , afable y caritati-
vo ; pero, como no se ha dado al hombre poseer á la vez todas las virtudes , ni estar exento de al-
gunos vicios ó defectos, achácanle á nuestro poeta el haber sido excesivamente apasionado al bello
sexo ; pasión de que ni la edad ni las enfermedades pudieron corregirle jamás. Todavía se repiten
entre nosotros algunos de sus dichos graciosos y satíricos con este motivo, cpie han pasado á ser
proverbiales.
Estuvo casado desde muy joven con doña Úrsula Bravo de Laguna , Ae quien tuvo un hijo, llama-
do don Juan, que fué oidor de la audiencia de Sevilla, poeta tambVeu ^ ^vitor de varias comedias,
que suelen confundirse con las del padre. Murió , en fin , este en. >k^At\á, ^ Vos atenta y cuatro
años de edad, con gran sentimiento de toda la corte, según se Ic^ ew\os Avisos Mstdricos, de Pe-
Uicer , que consigna este suceso en estos términos :
LUIS VELEZ DE GUEVARA. xi
Mddrid, í^ de noüienére de 1644.— El jueves pasado murió Luis Vblez de Guevara , natural de Écija, ugier de
cañara de su majestad, bien conocido por mas de cuatrocientas comedias que ha escrito , y por su gran ingenio,
igodos y repetidos dichos, y ser uno de los mejores cortesanos de España. Murió de setenta y cuatro anos de
edad ; (tejó por testamentarios á los señores conde dé Lémus y duque de Veraguas, á cuyo servicio eslá don Juan
Veiei, SQ hijo. Depositaron el cuerpo en el monasterio de doña María de Aragón , en la capilla de los señores du-
ques de Yetaguas^ haciéndosele por sus méritos esta honra. Ayer se hicieron las honras en la misma iglesia, con la
propia griDdeza que si fuera titulo, asistiendo cuantos grandes señores y caballeros hay en la corte. Y se han
hecho á so muerte y á su ingenio muchos epitafios, que creo se imprimirán en libro particular , como el de Lope
ét Vega y Juan Pérez de Montalvan.
So piadoso y discreto hijo, don Juan , celebró su memoria en un elegante soneto, que prueba
bien que era digno heredero de aquel poético ingenio, y dice asi :
Luz en que se encendió la vital mia ,
De cuya llama soy originado,
Bien que en la vida solo te he imitado.
Que el alma fuera en mí vana porfía ;
Si eres el sol de nuestra poesía ,
Viva mas que él tu aplauso eternizado,
Y pues un vivir solo es limitado ,
No te estreches al término de un dia.
Hoy junta en el deleite la enseñanza
Tu ingenio, á quien el tiempo no consuma.
Pues también viene á ser aplauso suyo ;
Y sufra la modestia esta alabanza
A quien, por parecer mas hijo tuyo,
Quisiera ser un rasgo de tu pluma.
Grande , en efecto , inmensa debió ser la popularidad y la importancia de Velez de Guevara
como poeta dramático, que le valió los elogios desús contemporáneos mas insignes, desde Cer-
vantes, que celebra el rumbo^ el tropel , el boato , la grandeza de sus comedias, y le consagra , en
so Viaje al Parnaso, estos tercetos, que demuestran además el aprecio personal en que le tuvo :
Bate, qoe es escogido entre millares.
De Gustaba Luis Velez es el bravo ,
Que se puede llamar quita-pesaren.
Es poeta gigante , en quien alabo
El verso numeroso, el peregrino
Ingenio, si un Guatón nos pinta ó un Dabo.
Topé á Luis Velez , lustre y alegría
Y discreción del trato cortesano,
Y abrácele en la calle á mediodía.
Y Lope de Vega, que decia de él, en el Laurel de Apolo :
NI en Écija dejara
El florido Luis Velez de Guevara
De ser su nuevo Apolo ;
Que pudo darle solo
Y solo en sus escritos ,
Con flores de conceptos inGnitos ,
Lo que los tres que faltan ;
Así sus versos de oro
Con blando estilo la materia esmaltan.
Hasta el mismo Calderón (porque en su larga carrera dramática alcanzó Luis Vevbz á figurar
en los diversos períodos de nuestra escena) le ensalza y encomia en diversas ocasiones como
uoade las lumbreras de nuestro Parnaso; Montalvan, en su Para-todos, habla de su fecundidad, que
le permitió alternar con el gran Lope en el diario alimento de la escena , y asegura también que
llegó á escribir mas de cuatrocientas comedias (si bien hoy no se conocen escasamente una quinta
parte de ellas) ; y todas, añade, de pensamientos sutiles , arrojamientos poéticos y vei^sos excelenti-
mÓs y bizarros, en que no admite comparación su valiente espíritu. Verdad es que de esta apasio-
nada critica haya mucho que rebajar, atendida la natural propensión á esta clase de exageraciones
de parte del panegirista Montalvan.
n teatro ^ empero, de Luis Velez db Guevara reúne dotes ooiuy ables » que la critica mo-
derna no debe seguramente desdeñar ni pasar por alto^ y » por lo tanto,
XII APUNTES BIOGRÁFICOS.
que me detenga algo mas que de ordinario en estas ligeras indicaciones, para defender la memoria
de un autor que no ha sido, á mi ver, bastante estudiado, ni juzgado con imparcialidad.
La mayor parte , en efecto, de las comedias de Guevara pertenecen al drama apellidado en-
tonces de ruido 6 de cuerpo (1) ; tratan argumentos é intervienen en ellos personajes históricos y
elevados , vidas y hechos esforzados de los héroes y de los santos , y expresado todo con el mayor
lujo de entonación y accesorios de efecto en la escena , especialmente codiciados por el público de
aquella época, illas pesa el Rey que la sangre, que tiene por objeto pintar la heroica hazaña de
Guzman el Bueno en Tarifa ; La restauración de España, ó El alba y el sol, que trata del levanta-
miento de Pelayo en Covadonga; El Ollero de Ocaña , que se refiere á la ruidosa minoría del rey
don Alfonso el Octavo; El valor no tiene edad, ó Sansón de Extremadura, que es la relación de los
hechos heroicos de Diego García de Paredes ; Los amotinados de Flándes; La conquista de Oran, y
otras muchas , tomadas de nuestra historia patria; La nueva ira de Dios y Tamorlan de Persia;
Atila, azote de Dios , ó la silla de San Pedro; El cerco de Roma por el rey Desidetío ; El principe
esclavo, ó Escanderbech; La duquesa de Sajonia; y sobre todo, el interesante y verdaderamente
trágico drama Reinar después de morir, ó Doña Inés de Castro , formados de episodios mas ó me-
nos ciertos de las historias extrañas , respiran por todas partes el vigor , la arrogante entonación y
valentía del poeta fácil , del autor inspirado y audaz. En todas ellas , y al lado de bellezas y pri-
mores poéticos, de cai^actéres bien trazados y de escenas de seguro y calculado efecto , hay tam-
bién (fuerza es confesarlo) enorme desarreglo , disparates increíbles , abuso , en fin , de la misma
fecundidad y soltura del ingenio.
Esta demasía del talento , este desenfado de la imaginación poética, era, por otro lado, tan co-
mún á todos los escritores de aquella época, estaban tan autorizados con el funesto ejemplo y las
incomprensibles contradicciones del genio de Lope, que no hay razón para culpar especialmente
á Luis Velez, antes bien hay que admirar que en varias (aunque contadas) ocasiones se pudiera
arrancar á aquel vértigo de audacia y de exageración , y se dejara conducir tranquilamente por su
recta inspiración y el discreto sendero que le dictaban sin duda su razón y su ingenio.
La critica moderna, mas ilustrada y justa que la de sus contemporáneos, cuando pretende y tiene
realmente derecho á juzgar con mayor severidad á los autores precedentes, tiene también la obU-
g icion de coqocerlos y estudiarlos ; pero en esta , como en otras ocasiones, no ha procedido ad»
sino que, escogiendo con estudiada predilección entre nuestros dramaturgos aquellos que ha cali-
ficado por de primer orden, ha solido desdeñar completamente á los demás, que no creyó deber
colocar en tal categoria, ó los ha calificado sin estudiarlos y conocerlos debidamente. En el dis-
curso que precede al tomo anterior dije que Guillen de Castro, por ejemplo, solo era conocido
por Las mocedades del Cid, Tárrega por La enemiga favorable, Aguilar por £2 mercader amante^
y otros muchos por ninguna; hoy añadiré que á Mira de Hescuasele cita solo como poeta Úrico, y
gracias si se hace mención de él como dramático por su bellísima comedia Galán valiente y discre^
to, así como á Velez de Guevara solo se le hace gracia por la de Reinar después de morir.
Véase en qué términos se explica acerca dé él el eminente critico don Alberto Lista, cuyos jui-
cios, tan discretos y acertados respecto de nuestros primeros dramáticos , no me parecen tan jus-
tos ni fundados respecto de otros. Verdad es que empieza por confesar que conoce pocas comedias
de Velez; pero por eso mismo es mas extraño que le condene en términos tan absolutos.
Su manera de dirigir la fábula , dice , y su versificación anuncian que aun no había dominado la escena es-
)»aaola el genio de Calderón cuando escribió Velez de Guevara. Parece , pues , que debe colocársele entre I^ope
de Vega y el primer dramático del siglo xvn, y contemporáneo de Tirso, de Mira de Mescua y de Montalvao. Es
muy inferior al primero en la sal cómica y en la descripción de caracteres, al segundo en la versificación, y al
tercero en el arte de dirigir la acción , aunque acaso se le iguala en lo hinchado de la (rase y en la exagera-
cídn de los afectos. Pocos vestigios se ven en Guevara de las mejonis que hizo Lope en el arte dramático. Mas
bien parece imitador de las comedias de Virués, Cervantes y otros antecesores del padre de nuestro teatro, que de
la gracia y fiel representación dó las pasiones humanas , que , á pesar de sus defectos , admiramos en los dramas
de este. Casi todas sus fábulas son ó se fingen tomadas de la historia. Figuran en ellas Tamorlan , Escandeitech,
(i) cOos caminos tendréis por donde enderezar los pa- pes de Transilvania, suelen ser de vidas de santos, ioter»
sos cómicos en materia de trazas. Al ano llaman comedias vienen varias tramoyas y apariencias.» (Soares de Ftgiie-
de cuerpo , al Siró de ingenio 6 decapa ifeipada. En las roa. El Patajero,)
de cnerpo, qae , sin las de reyes de Hangria ó de prinei-
LUIS YELEZ DE GUEVARA. xm
el rey Desiderio , Aula , Roldan , Bernardo del Carpió, cuyos caracteres desfígura , dando á estos héroes el len-
guaje de los rufianes y baladrones. Gusta mucho de la bambolla y del aparato teatral, como Virués, é introduce,
ooiDo él, personajes alegóricos. Su versificación, generalmente hablando, ó es rastrei'a ó gongoriiia, su estilo débil
f desmayado , excepto cuando quiere poner en boca de sus personajes alguna expresión desatinada y altiso-
iiBte. Rara vez se notan en él intenciones poéticas, y menos aun combinaciones profundas. Sus recursos dra-.
■iticos soQ por lo común muy limitados. Sin embargo , debe confesarse que tiene cierta especie de mér/to , y
coniste eo oo despojar á la acción , cuando ella por^^sí excita los sentimientos comunes de la humaniijad , del
íDlerés que la pertenece: A este mérito, y á él solo, debió Velez la celebridad que sus comedias tuvieron, y que
kooDserrado hasta nuestros dias la de Reinar después de morirá repetidisima en nuestros teatros. Era menester
carecer absolatameute de juicio para que el carácter de la desgraciada Inés de Castro dejase de conmover do-
IntHamente, y Velez, si bien su gusto era pésimo , no estaba desprovisto de talento.
Esta es la amarga censura que hace el señor Lista de Luis Velez ; este todo el elogio de la co-
media de Daña Inés de Castro; de este drama realaiente inspirado, en que, muy superior Guevara,
venció asas dos predecesores Jerónimo Bermudez y Mejia de la Cerda; de este drama ,, cuyos ca-
nctéres están tan bien bosquejados, el efecto escénico tan sabiamente conducido, la poesía im-
pregnada de un perfume tan melancólico y tierno, que, si no hubiera quedado mas obra suya, bas-
taría ella sola para colocarle en un lugar muy distinguido entre nuestros buenos autores. Cita des-
pués de paso alguna otra comedia que supone suya; pero con tan poco acierto como la de Los
oebs hasia los cielos, y desdichada Estefanía ( que hay razones para creer que no es suya , y si de
Lope de Vega, en cuyo tomo xu está impresa); La romera de Santiago (que es notoriamente de
Tirso de Molina, y está en la colección de sus obras), y La duquesa de Saj07iia (que es, á mi ver, de
su hijo don Juan, refundida con el mismo argumento , acción y personajes, y solo con variedad en
la expresión, de la de LaobUgadon á las mujeres); la del Marqués del Basto, también atribuida con
(andamento á su hijo; y se deja en el tintero (porque sm duda no las conocia ó tenia á la vista) las
de Jfos pesa el Rey que la sangre y El Ollero de Ocaña, dos interesantísimos dramas , fundados en
hechos y personajes históricos de nuestra patria, llenos de entonación heroica y caballeresca , de
bellezas poéticas y de interés dramático, y casi exentos de las extravagancias de que tan plagados
están nuestros autores, y Lope mas que ninguno. Apenas cita Los hijos de la Barbuda, notable co-
iiedia, en que Veliz desplegó toda la poesía de nuestro idioma patrio, imitándole con gracia y va^
bntia hasta en su antigua rudeza; El diablo está en CarUillana, gracioso é interesante drama, fun-
dido en una de las aventuras del rey don Pedro ; y sobre todo, calla absolutamente la preciosa co-
media de La Luna de la Sierra (que también tengo la satísfeccion de exhumar hoy, pues es tal su
nueía, que apenas queda ya ejemplar alguno) (i ). Seguro estoy de que si hubiera alcanzado á ver
esta comedia el bondadoso, ilustrado y justo don Alberto Lista, hubiera modificado su juicio acerca
le GonrAKA ; y hallando en ella evidentemente el modelo, y no como quiera en embrión, sino per-^
ledamente bosquejado , que, á mi ver^ sirvió evidentemente á Rojas para su drama inmortal de
Garda del Castaüar, hubiera convenido en que no era un poeta vulgar ni adocenado, no un escritor
coman ni digno de desden , sino antes bien uno de nuestros buenos ingenios dramáticos , original
ó inventor, como Lope, Castro, Tárrega y Mira de Mescua, de la mayor parte de los argumentos,
que, tratados despttós y sin duda mejorados por Alarcon, Hojas ^ Calderón, Horeto, Cubillo, Ma-
tos y Diamante, foroMroB principalmente la reputación de estos, despojando á aquellos déla parte
de gloria que legititnamente les correspondía.
¿Qué dhria, porqeiii^, el señor Lista si hubiera leido La jyiña de Gómez Arias, comedia de
ViLiz DX GuEVAiA (de que (ampoco debió tener notieia), y cuyo argumento , acción, personajes,
j hasta trozos y esoeuas enteras plañid Calderón? Pues, para que se vea si es ó no exagerado este
aserto, y para que puedan compararse uno y otro drama, heré aquí una rápida reseña de su argu-
mento , y trasladaré tma escena , la principal de esta comedia generahnente desconocida.
(1) Está en el libro UtaMo Fior áelas doce mejores m daño y de don Antonio Sigler de Huerta; El pleito
tmeéUM « Madrid , i<M, qae tompreaáe las siguientes : que íupü el áéablé con el cura de Mairidejos, de tres in-
U Umm de la Sierra , de LafS TXLfó dé Gdevaba ; fío hay genios ; Competidores y amigos , de Huerta ; El familim'
mor é&ñde hay ayraHo, de dofl AoIodío de Mendoza; »i» demonio, de Gaspar de Avila; El Serhr de Nookee
Imempeñcadel mtatír » éú mkmkt ; Cek$ no ofenden al to^nof, de Cubillo ; Cattigar por defender, hnt\e^^,ét
tit, de iaa á wmán tmkjfm Gtgie^e; No hay Mentin aje^ Herrera; Ayrmdoño granremedio, de Vilhdíilir.
XIV
APUNTES BIOGRÁFICOS.
LA NIÑA DE GÓMEZ ARIAS, com^dtb/íor Luis Velez de Guevara.
Hablan en ella las personas siguientes :
GoiEz Abus.
Quitehia.
Don Jvan.
Don Pedho
Bkltran.
Don Lois.
Do5ÍA María.
Adahdz.
Do5[a Frarcisca.
Perico.
Sancho.
Doña Gracia.
Laureano, viejo,
Abenjafar.
Cblin.
La Niña.
Un corregidor.
El conde de Sadud.
La reina doña Isabel.
En el primer acto la escena es en el paseo de Córdoba, y Gómez Arias cuenta á don Juan que el motivo de ha-
berse visto obligado á dejar i Granada fué una pendencia que en ella tuvo. Salen en esto al paseo doña Gracia y
doña María, hermanas respectivas de don Juan y de Gómez Arias, y ellos las galantean, y obligan á don Pedro y
don Luis, que las siguen, á retirarse. Gómez Arias, enamorado de doña Gracia, da un billete al críado Perico, para
que se lo entregue, y doña María otro para don Juan. Esto ocasiona una escena muy cómica en el acto de entregar
los billetes el criado, con que concluye el acto. En el segundo hay otra, altamente inverosímil, en que Gómez Arias,
citado por doña Gracia á su jardín, hace que su hermano don Juan le guarde las espaldas mientras l&^burla y se
escapa con ella, en tanto que doña María, hermana de Gómez Arias, repite la escena con don Luis, pensando que
es don Juan, á quien tenia citado. Descúbrese todo, y don Juan parte en persecución de don Gómez y de Gracia, y
á vengar la afrenta de su casa. Aparecen luego este y doña Gracia en el monte con el criado Perico, y tiene lugar
la famosa escena en que Gómez Arias, cansado de la Niña doña Gracia, la vende al moro alcaide de Benam^í,
para deshacerse de ella. Esta escena, toda en endechas, es en estos términos :
DOÑA GRACIA.
Señor Gómez Arias ,
De cuerpo gentil ,
Ojos matadores ,
Que saben Gngir,
Palabras de azúcar,
Y principio y Qn
De los pensamientos
Que viven en mi;
¿Qué tristeza es esta',
Que apenas satis
De gozar mis brazos ,
Cuando os miro ansf ?
Qué se han hecho tantas
Finezas que vi ,
Que fueron hechizos
Con quemerendi?
Ilabladme , miradme ,
Mi bien. ¿Qué decís?
Porque de sospechas
Me vendré á morir.
Señor Gómez Arias ,
Duélete de mí ,
?ue soy niña y muchacha,
nunca en tal me vi.
GÓMEZ.
Doña Gracia, amor,
Antes de rendir
La empresa que intenta ,
Ansioso del fifn,
Para sacar de ella
Efecto feliz .
Fingidas palabras
Toma por ardid ;
Y luego que llega
Su gusto á cunplir,
Con la posesión
Se acaba el fingir.
Corrió el desengaño
El velo sutil,
Y lo mas costoso
Se descubre alU.
Todo cansa luego;
gue no hay cosa allí,
n siendo ffozada.
Que no acabe ansí.
Que el hombre que llega
Maa, Gracia, asentir.
Desmaya en gozando,
Porque tocó el fio.
Si de ser tu esposo
Palabra te di ,
Cúmplala el deseo,
Que mintió por mi;
Que no hay quien primero
Dude el dar el si ,
Y muy pocos saben
Hacer y decir.
Demás, que vo soy
Pobre para ti ,
Noble y desdichado,
Y un soldado, al fin.
DOÑA GRACIA.
¿Estos desengaños
Te he venido á oir,
Después que, engañada,
El alma te di¥
Si es por hacer prueba
De lo que hay en mi ,
Sin lasque están hechas,
L Hay mas que añadir?
Vertiendo estoy almas ,
Que podrán decir.
Dueño de mis ojos ,
?ue muero por ti ;
cuando no quieras
De veras cumplir
De esposo la fe
§ue te merecí ,
o seré tu esclava ;
Sue auiero servir
as a tus criadas
Que verme sin tí.
Hiérrame esta cara,
Ponme aquí y allí
Clavo y S, y luego
Podrás escribir:
Soy de Gómez Arias ;
Que mejor que allí,
Amor en el alma
Lo supo esculpir.
Para esclava tuya ,
Mi gloria , nací ;
Véndeme...
GÓMEZ.
A eso vengo
A Benameji.'
DOÑA GRACIA.
¿Qué dices, mi bien?
GÓMEZ.
Que si DO es ui,
Ni puedo dejarte
Ni puedo vivir.—
Haz, Pedro, una seña
De paz desde ahí.
Con un lienzo blanco ,
Al moro.
DOÑA GRACIA.
¡Aydemí!
PERICO.
¿Qué es esto que intentas?
Dime, ¿estás en tí?
GÓMEZ.
Haz lo que te mando,
Si no quieres ir
Volando á ese foso.
PERICO.
De ser volatín
El callar me escape ;
Ves el lienzo ahí.
(Hace la teña, con un liemo blanco ^ ai
Moro.)
DOÑA 6RACU.
¡Mi vida ! ¿qué culpa
Grave cometí.
Que merezca pena
Qoe es mas que morir?
Pues daros el alma
¿Fué agravio, que así
La tratáis agora ,
Sin mas advertir
Mi honor ni mi amor?
iNo miráis que os di
De entrambos las llaves ?
No habláis? ¿Qué decís?
Señor Gómez Arias ,
Duélete de mí,
?ue soy niña v muchacha ,
nunca en tal me vi.
{Suena un elarin.)
PERICO.
Dos bizarros moros,
Al son de un clarín ,
En dos yeguas salen
De Beoameji ,
Adargas y lanzas
Embrann , y alli
Se apean ahora.
(SmIm AbeitfBfiMrif CeHn, moroi,)
GOUI.
To quiero síüir
Ai {OSO.
50ÍU «KACU.
¡Bial baya
La mojer rain
Qoe fia en los hombres
Qiies«J>enmeBUr!
60IBZ.
Seáis bien Tenidos.
¡Cielo!
W>ñA GRACIA.
Aueir.
▲laqnifir
OsgMrde, crísttenos;
RM¿é<pié Tenis?
A mé fin por sefias
Miiea pedís?
GOIEZ.
;QiiéB eres, si acaso
Stpvede decir?
ABEN.
AbCBJafar soy,
Coady Zegrt,
^Br Granada alcaide
CaBenaineji;
Qne habiéndole dado
las sangre al Geoil
Y«stra que a^a lleva
fi GudaJqalTJr ,
Cifo alfanje corto
T baza fez!
Coa Tuestros maestres
li feces medi ,
las qae de su sitio
QiBSo presumir
(^ podrá mi gente ,
5o diez, fino mi!
Aios al cristiano
Poder resistir.
GOHEZ.
IM valor que tienes, '
Taijeote Zegrt ,
Las Bnestras qne Temos
M paeden mentir;
más que en la yega
De Grasada ol
Ti Bombre , sírriendo
A Bí rey allí.
DeMfichas me llevan
iBjkjosdealU;
QBe en Córdoba noble
^■i mal nad.
% pobre , y es fuerza,
Pm DO naorir.
Qm logan Imen fin.
Mn si me qnieres
CiMBprar...
DO^A GBACIA.
¡Ay demi! .
GOHEZ.
Aqnesu crístiaiía.
ABEfl.
(ip. Es nn sol , Celin.)
«Qué pides por ella?
Tii beldad no tí.
GOVEZ.
Tradentos ceqnies.
ABEH.
Ccfia, dale mil.
Gonz.
D valor no puede
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
To pecho encubrir;
Otros tantos afios
Llegues á vivir.
ABEN.
No lloréis, cristiana ;
8ue tendréis en mi
n esclavo dueño,
Que os sabrá servir.
(Dale Celin el dinero á Gómez Áríat,)
DOÍIa GRACIA.
¡Ab, mi bien! ¡Señor!
CELIN.
No falta un cequi.
doüa gracia.
Pues no sois de piedra ,
Escuchadme , oíd ;
Que me llevan presa
A Benamejí.
Señor Gómez Arias,
Duélete de mi.
Que soy niña y muchacha,
Y nunca en tal me vi.
GÓMEZ.
Esto es hecho, Gracia ;
No hay sino seguir
Tu dueño.
ABEN. {Ap.)
No he visto
Cristiano tan vil.
DOÑA GRACIA.
Ruego á Dios , Ingrato,
Pues tratas ansi
Fe tan bien nacida ,
Amor tan gentil ,
Que á lanzadas mueras,
Queriendo huir.
De, un infame moro,
Bajo y balad!.
Mi hermano te mate,
Yéndote á partir ;
Pero no podrá;
Que vives en mi.
ABEN.
Hermosa*cnstiana,
Vamos.
DOiVA GRACIA.
Ya que fui
Desdichada en todo,
Y que hasta morir
No he de verte más
Ni has de verme á mi,
Y por mi desdicha
Desde hoy te perdi ,
Un abrazo solo
Te quiero pedir,
Y á mi paare luego
Puedes escribir
8ue quedo cautiva
n Benameji ,
Poraue mi rescate
Pueda apercibir.
Si es que vive, y yo
No me muero aquí.
GÓMEZ.
Dios te guarde , Alcaide ,
Valiente Zegri.
ABEN.
Vete con Alá.—
Cristiana, venid.
DOÑA GRACIA.
Señor Gómez Arias,
Duélete de mi.
XV
Que me llevan presa
A Benamejí.
(Vaie Gracia y Abenjafar.)
PERICO.
Aunque me des muerte
Colérico aquí
Mil veces , np puedo
Dejar de decir
Lo mal que lo haces.
Que eres malandrín ,
Judas inhumano
Deesteserafin.
Y cuando la tierra
Esto guarde en sí
Como en otro tiempo,
Lo dirá el rocín.
GÓMEZ.
No pretendas , Pedro ,
Conmigo venir.—
¡Ah, Celin!
CELIN. {Sale.)
¿Qué quieres?
GÓMEZ.
Cómprame , Celin ,
Este cristianillo.
PERICO.
Pues,¿véndesme á mi?
GÓMEZ.
¿No lo ves?
PERICO.
Yo soy
Cristiano, y nací
De padres cristianos ,
Y no he de sufrir
Que en tierra de moros
Me vendas así.
CELIN.
¿Qué quieres por él?
Que, por ser sutil.
Comprártele quiero.
PERICO.
¿ Sabes tú sí á roí
Me está bien venderme?
Dame por él...
GÓMEZ.
CELIN.
Di.
GÓMEZ.
Cincuenta cequíes.
CELI?f.
Pues veslos aquí.
PERICO.
¿Cincuenta no mas?
¿Soy yo tan ruin?
¿ Desta suerte pagas
Lo que te serví ?
¡Alcahuetes todos,
fiscarmentá en mí ,
Mirad en qué paran
Podenco y perdiz!
CELIN.
Vamos, cristianillo.
PERICO.
Moreno, venid ;
Que habéis de soñarme
En Benamejí.
«Señor Gómez Arias,
Duélete de mí ,
§ue soy niño y muchacho,
nunca en taime vi. 9
Luego que Gómez Arias queda solo, salen unos bandoleros con n aras, que pretenden robarle, basta que,
sducidos por sus palabras y bizarría, se ponen á sus ón s y le su capitán. Aquí aparecen su hermana
daoa Haría » huyendo de so engañador don Luis, y dei os ] uc z y los bandoleros, se la llevan, y obli-
^ i doD Luisáqae li dé la mano de esposo y sep
ivi APUNTES BIOGRÁFICOS.
En el aclo tercero aparece el padre de Gracia , á quien entrega nn criado una carta de esta , didéoMm
y que acuda á rescatarla á Benameji. En esto hacen alcalde de la nobleza de Córdoba al mismo padre ji
reina doña Isabel , que oyendo su desgracia , dispone ir en persona á atacar á Benameji y salvtr á finca. *
luego á aparecer los salteadores con doña María, y luego su amante don Juan, el hermano de Gracn,qiit(
bien en sus manos ; por úllimo, los cuadrilleros y el Alcalde y padre de Gracia , que los vencen y bianail
asaltan á Benameji y übnn á Gracia, condenando á muerte á Gómez y doña María, basta que, á raigiilií
Arias, de don Juan y doña Maria, la Reina les concede el perdón y su mano respectiva.
Como se desprende de esta rápida reseña, el gran Calderón no tuvo escrúpulo en t(mttr i'
para la composición de su drama , no solo el argumento integro , y por cierto di
principales y odiosos personajes , el corte y marcha estrambótica de la acción, sino qpie les!
cir lo mismo en idénticas situaciones , y hasta producirse en los propios versos.
Señor Gómez Arias,
Duélete de mí ,
No me dejes presa 'j
i En Benameji. ; *
¡Extraño modo de despojar á un autor viviente, que sin duda debia estar tolerado parhil
tumbre, cuando no sé desdeñó dj seguirla hasta el mismo Calderón !
También Velbz de Guevara pretendió, ó pudo pretender, imitar, aunque menos sertilmeBlu
estilo peculiar de tirso (porque este , aunque contemporáneo suyo, no imitó jamás á nadie)»]
montañesa de Asturias ^ La senana de la Vera , y El amor en vizcainó y Los celos en frmieitfí
medias que en el fondo de su acción , situaciones , caracteres f lenguaje de los personaje^ sigúéi
desenfado, atrevimiento y maligno estilo del célebre Mercenario. En otras, como£I cabátkn
Soly La hermosa Raquel, El espejo del mundo, etc. , imitó evidentemente la ternura y poétkt^
tonacion de Lope , como puede verse en este trozo, tomado al acaso de la primera :
Apartó en esto la mafto,.
Dando luz Jacinta al dia ,
Preso con su mano hermosa
En una cesta curiosa
Un pajarito traia.
Reja de cristal bacía
Con la mano á la prisión ;
Yo llegué en esta ocasión
Y dije : Hermosa Jadnia,
Tan venturoso me pinta
Mi loca imaginación.
No sé si escuchallo pudo^
Porque el amor mas períeto ,
Cuando es hijo del respeto ,
Es menos ciego que mudo ;
Mas como en mi fe no dudo ,
Loco á Jacinta seguí ,
Y escrito en sus ojos vi
Con letras de estrellas puras :
Las aves no están seguras ,
Celio , en el viento , de mi.
Y el pájaro, sin razón»
Quiso dejar la prisión ;
Pero fué su intento vano.
Irracional y villano , '
Dije, con bien tan subido
Entenderte no has sabido ;
Trocar conmigo'procura :
O dame tú tu venturtif
O toma tú mi sentido.
Seria larga, aunque muy grata tarea la de entresacar y reproducir aquí trozos igudménte b
algunos, es verdad, demasiado líricos y extraños al lenguaje dramático y apasionado; enáies
ves, severos y sentenciosos ; cuáles tiernos ; cuáles, en fin , altamente cómicos y agudos. Baste
ello recomendar al lector en el primer sentido toda ó casi toda la comedia de La Luna de la Si
y la de Reinar" después de morir; en el segundo la de Los dmotinados de Fldndts; y por últ
como muestra del gracejo y chiste natural de Velbz , el precioso cuento que pone en boca
gracioso en el primer acto del Ollero de Oeaña.
Habla un cierto lugar.
Tan incierto, que aun apenas
Sus vecinos le sabían ;
Su planta era en las riberas
De un rio, corto de talle ,
Porque á su lugar parezca ;
Sus vecinos, por ser trece.
Los contaba por docena ,
Y una maestra de ninas.
Que eran trece y la maeMra.
Dicen que fué antiguamente
Colonia romana ó griega ,
Y agora, por sus pecados,
Es española agujeta.
Pero con el buen olor
De aquella rancia nobleza.
Eligen sus magistrados.
Con poder sobre las penas.
Llegó de año nuevo el dia ,
Donde los cargos se truecan ,
Porque todo era postizo ;
Y el zapatero , ojo alerta.
En sabiendo la elección ,
Cogió las hormas , con priesa
Notable , en una barquilla ,
Que servia de muleta
Al pueblo, 7 se fué agua abajo,
Y á poco mas de una legua
Dio fondo en otro logar.
Casi de las proprias ae&as»
Si bien no tan opulento ,
Por ser población nrns nueva;
Y así, tenia en la torre.
Por campanas, dos cigüeñas.
Admirándose la plebe
(Que era entonces dia de ferian
De ver al Críspin sacar
La pedestal herramienta ,
Le preguntaron á coros,
Y no con poca sospecha ,
La causa de su mudanza ;
Mas él , con la voz serena ,
Les dijo : «Señores mios.
Oigan, que la causa es esta.
Ya sabíráa vuesas mercedes
míe saectüa ,
ir ó mi liaca
para Gestas ;
DQÍ padre ,
)la tienda),
is vecinos ,
i secreta ,
lorceno.
costumbre vieja ,
íe justicia
le en él se envuelva).
está el lugar
trece, y es mengua
n noble
¡rcion entera,
omo digo,
cabezas.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
I Dos alcaldes ordinarios
(Ya saben sus preeminencias) ,
Uno de los hijosdalgo
Y otro de la villanesca ;
¿Hacia dónde está esta gente?
Pero yo pienso que cuentan
Por villanas á las cabras ,
Hidalgas á las ovejas.
Luego un alguacil mayor.
Con que tenemos tres piezas ;
Juez de testamentos , cuatro ;
Luego un recetor de penas
De cámara , que son cinco.
Aunque de pujo revientan.
Cuatro regidores , nueve ,
Que rigen cuatro carretas ;
El escribano y alcaide
zm
De la cárcel , que está en jerga»
Y su poco de verdugo.
Cumplen doce, y ellos eran,
Conmigo, trece. Pues digo
A los que saben de cuenta ,
Si los doce son justicia,
Y yo me he quedado fuera ,
¿En quién la lian de ejecutar.
Si no es en mi? La madelra
De mis hormas me acompañe ,
Que no he de vivir en tierra
De tantos justos pastores.
Que ahorcarán una estrella.
Y es mejor ser con desdicha
Jonás de aquella ballena.
Arca de aqueste diluvio
Y Lot de aquella humareda. »
ú convendré, porque es absolutamente una verdad, es en que Velez de Guevara, que
r un argumento , desplegarle y conducirle diestramente en la escena , era por manera
^bil y poco acertado en los desenlaces, quitando al fin de la acción todo el interés
' ella, ó debilitándola con acomodos y cortes improvisados, que destruyen el efecto do
tctos. Asi vemos que en La Luna de la Sierra, en vez de matar el marido al maestre de
ando conoce que no es el Principe el que pretende seducirá su mujer, como Garda
k don Mondo cuando sabe que no es el Rey, se contenta con hacer alejar al Maestre y
icina su castigo; en Gómez Arias, en vez de hacer morir á este desalmado, como Cal-
;oncilia y hace casar con su victima; en El Diablo está en Cantillana se contradice el
)bstiüacion del rey don Pedro; en ¿a montañesa de Asturias, y otras, encaminadas to-
3sar¡a catástrofe, todo queda al fin acomodado de cualquier modo, .y enervado el inte-
; hasta la moralidad de la fábula. No procedían así Calderón , Rojas y Ruiz de Alarcon,
¡rminar fatalmente sus grandes creaciones, y por eso son inmortales El médico de su
la del Castañar , El tejedor de Segovia y otras de su repertorio,
literaria de Velez de Guevara no estuvo ni está cifrada solamente en sus comedias,
legado hasta nosotros, unida también á otra de sus discretas obras, en que supo du- .
>piritu de observación , la gracia y decoro de su crítica, y manejar la prosa con igual
donosura que la poética lira. Hablamos de la discreta novela titulada El Diablo Cojue^
soñadas de la otra vida, que traducida libremente después (aunque ciertamente no
por Lesage en su Diable Boiteaux, ha quedado hace dos siglos como tipo de esta
ripcion critico-filosófíca de las costumbres sociales, y dado lugar á inmensas imita-
menos cómicas y célebres. Esta lucida obrita fué publicada por Velez de Guevara
en 8.° (impreso en Madrid, en 4641 , en la imprenta del Reino), y después ha tenido
resiones , siendo la última que conocemos la que con diligente esmero mandó hacer
Joaquín María Ferrer en París, en i828, ilustrándola con un discreto prólogo, en que
idosamente mucha parte de las noticias y tradiciones relativas á la vida y carácter de
EYARA , que que<lan expuestas al principio de estos apuntes.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
^lla época escribió también para el teatro el doctor Felipe Godinez, ¿ quien ya anuncia
en su Viaje al Parnaso :
Este que tiene, como raes de mayo.
Florido ingenio, y que comienza ahora
A hacer de sus comedias nuevo ensayo,
Godinez es
•*D, refiriéndose á él en su Para-todos, dice tque t
facilidad, conoci-
b
Xfin APUNTES BIOGRÁFICOS.
miento y tutilezn para este género de poesía , particularmente en las comedias divinas» porque
tonces tiene mas lugar de valerse de su ciencia, erudición y doctrina >•
Efectivamente , la mayor parte de las que se conservan de este autor pertenecen al género i
gioso. Losargumentos están tomados de la Sagrada Escritura, como Las ligrimas de Dartd^ Eli
no Isaac , Aman y Mardoqueo^ ó la horca para su dueíio, y Los trabajos de Job ; ó son de las vida
los santos , como San Mateo en Etiopía , Ludovico el piadoso y La milagrosa elección; d son au
como La Virgen de Guadalupe, El provecho para el hombre, etc. En todos estos dramas está bastí
bien desenvuelto el argumento, con arreglo á su índole respectiva , señaladamente en d de ii
y Mardoquso 6 La reina Ester , que es la obra dramática mas conocida de GoDuñs. En ella
trozos de bella poesía , pensamientos elevados y cierta entonación bíblica muy mareada, (k
muestra de la elevacioa de los pensamientos y de la versificación de este drama , véase el signi
te trozo :
De los bienes de la tierra.—
Después de este> replicó
El mismo Aman , ¿quién ba sido
El mas dicboso? — Otros dos
(Dijo Solón), que dejaron ,
No solo la posesión ,
Sino el afecto á esos bienes. »
Y Aman dijo : «¿Y no soy yo
En la que lleva el extraño titulo O el fraile ha de ser ladrón ó el ladrón ha de ser fraile , y no
otra cosa que un episodio de la vida de san Francisco de Asis , pone en boca de este santo la
guíente parábola :
Distasen ambas fortunas;
Y así , que aquel labrador
Con sus hoces esquilmaba
; Todo el campo, y malograba
i A las demás su labor.
! Fué á su casa sin tardanza
i El acusado hechicero^
Y trajo todo su apero
Y gente de su labranza.
Y en fin, por dejar conclusa
La demanda de una vez ,
Delante del rey Asuero
Preguntó Ainaa d Siolon
Si podía haber ( pues él era ,
Después del Rey , el mayor)
Otro mas dichoso que él.
alias dichoso, respondió
El filósofo , fué Teba ,
Que fué gran despreciador
Dichoso también?» Entonces
Solón, alzándola voz»
Dijo : o Poderoso eres
Y rico, dichoso no;
Que hasta el término en que pan
Esta carrera veloz
Del viv|r, nadie hay dkboso,
Y tá , Aman , aun vives boy. »
Cierto labrador cogia
Mucho trigo; y otro, á quien
Le acudía menos bien ,
Con la envidia que tenia ,
Le puso pleito, en que dijo
Que no daban la mitad ,
Aunque eran de igual bondad ,
Las tierras de su cortijo ;
Y que lindando las unas
' Con las otras, sin encanto
Era nnposíble que tanto
¡ (i Vea , vea (dijo al juez)
, Este apero quien me acusa.
I Valientes bueyes de arada
I Traigo, buen ganado, reju
Que rompen bien , y sin qoejas
Familia , bien sustentada ,
Que trabaja bien conmigo
Porque á su tiempo les pago ;
Son hechizos que yo hago
Para coger mucho trigo.»
Eb el auto de La Virgen de Guadalupe se halla el epigrama siguiente :
¿Ves dos mujeres que lavan ,
Cvando ana sábana tuercen ,
Que torciendo á un tiempo entrEunbas,
Cadg una de su parte,
Y otro á la parte contraría,
Como á sábanas los dejan,
Torcidas y sin sustancia.
La suelen dejar sin agua?
Pues así son los letrados ,
Que al cabo de la jornada.
Ayudando uno á una [larle
Por último, la titulada Aun de noche alumbra el sol es una de las pocas de Godiniz que nc
ocupan en asuntos religiosos, y que , por la facilidad y propiedad de la intriga, la economía (k
acción, desprovista de todo accesorio ajeno ni extravagante, la belleza de los caracteres y cora
cion del estilo, me parece sin disputa la mejor de este poeta, y una de las buenas de nuestra
tro, y como tal, la he escogido para esta colección. En ella pone en boca del gracioso este cue
lleno de donaire y agudeza :
«¿Qué es esto? ¿Cómo no reza?»
Y el cura sin alboroto
Respondió : a Señor llastre ,
Yo he probado con anteojos,
Y no veo. » Aquí el Obispo
Replicó luego : «Pues ¿cómo
Era un cura , gran tahúr,
Pero tan poco devoto.
Que por jugar no rezaba.
El Obispo , esorupuloso ,
Supo el caso ; llamó al cura ,
Y díjole con enojo :
Ve á Jugar, y no á rezar?»
Y él respondió presuroso :
A Hágame á mí cada letra
Usía como el as de oros ,
Y leeré ti libro del rezo
Como el de cuarenta y ocha —
DON RODRIGO DE HERRERA.
DON DIEGO JIMÉNEZ ENCISO.
Neo, poquísimo sabemos de este discreto poeta, sino que fué andaluz, caballero del hábito di
Wúmgo y Teintícoatro de la ciudad de Sevilla , y que es uno de los autores citados con mas catrlfto
r Cervantes, Lope y Mental van. Este, hablando de sus comedias, ^ice : c No ha menester mas
|Í06 en esta parte que su nombre, y decir que escribió Los Méáicis de Florencia, que ha sido
Ha 7 ejemplar para todas las comedias grandes (1). Efectivamente , aunque posterior á esta, pT0*
¡o casi una docena mas, su titulo principal para el aplauso público y el aprecio de la pdsterídnd
Ú6 consistir en ella , y no ciertamente porque merezca la calificación absoluta de Hontalvan, m*-
por lo interesante del argumento, el tono elevado que en toda ella reina, la cordura y sensatez
1 que está conducida la intriga, la rotundez y sonoridad de los versos, gran parte endecasílabos,
ierta pretensión, en fin , á la regularidad y entonación de la tragedia clásica , que dan á conocer
buenos estudios de Jiminiz Enciso, muy extraños en aquellos tiempos. Pudiera citarse tam-
D de él otra comedia, notable bajo mas de un aspecto, la de El principe don Carlos, en la cual
in retratados este y su padre Felipe II con colores bastante diversos de los que solian prestarle
I poetas cortesanos del tiempo de su nieto.
DON RODRIGO DE HERRERA.
Lope de Vega, en su Laurel de Apolo, dice, hablando de los poetas del Manzanares, los siguientes
U roja insignia del patrón de España A ser mas propiamenle Mantua vienes;
Adorna dos Herieras Pues tendrás á Virgilio tan perfeto ,
(Florida eroulaeion de tus riberas) , Que te podrás llamar Mincio ó Sebeto ;
Dignos entrambos de tan alta hazaña ; Y si tienes también á don Antonio,
Si á DON Rodrigo tienes , Serás el Tibre, y él tu dulce Ausonio.
1 mas adelante añade :
DoTí RoDüiGO DE Herrera , lusitano Merece consagrar, á su memoria
(Fatal es este nombre á los poetas , Este laurel que intentas ,
Como lo muestra Herrera , sevillano , Pues tiene tan atentas
Y los dos que con rimas tan perfetas ^ Las musas castellanas...
De los riberas son corona y gloria) ,
^^f^f^sái^ también hace mención, en el Viaje al Parnaso, de todos estos poetas Herrerüs, y. ade-
ude otros dos, don Pedro y don Juan Antonio, y Montalvan confirma la existencia de los
fclflirigos, madrileño el uno, portugués el otro, además de la del. don Antonio; caballero d^l
"^ de Santiago (de quien dice tener acabadas tres ó cuatro comedias, que no han llegado i
?J*^)i y de otro don Jacinto de Herrera y Soíomayor, también madrileño y autor celebrado,
■•Wica hablaré mas adelante.
I ^IL^^'^^'^ ^^^ momento se limita á saber cuáles de las comedias impresas con el nombre de
^ ^rigo de Herrera pertenecen al portugués, que, según Montalvan, c escribió muchas, que así
^ ^Uonado como en la parte de la invención se han hecho lugar por sí en la estimación de to^
^^ ^ al madrileño , á quien apellida c poeta de grande espíritu , galante y conceptuoso , que es^
^ ^n mucba cordura y acierto, y tiene acabada una comedia de valientes versos».
1^ ^te dice el laborioso y discreto Alvarez Baena , en sus Biografías matritenses , que se Uamó
^n» !:^tmco dkHkrrera y Rivcra, y que fué hijo del primer marqués de Auñon, habido en doña
9^ dpí^*^ ^ Villarroel, señora muy calificada, por lo que su padre, no pudiéndole dejar el mayoraz-
^^j^^ipal de su casa , le fundó otro nuevo» y le hizo contraer matrimonio con su prima hermana»
*aría, sucesora de la casa. Fué caballero del hábito de Santiago, poeta muy celebrado , de
^d^ ^«dai ella d«bi6el que macho tiempo después le designase Can )r de las comedias
APUNTES BIOGRÁFICX)S.
grande espiritu, galante y conceptuoso; escribió muchos versos en certámenes y otras funciones
de su tiempo, y varias comedias. Las que cita Baena son las de El voto de Santiago y batalla de Ciúr
vijo. El primer templo de España y El segundo obispo de Avilad Ademes corren impresas bajo el
mismo nombre de don Rodrigo Herrera otras varias, como Castigar por defender ^ seria, y otn '
burlesca del mismo título ; El mayor triunfo de Julio César, La fe no ha menester armas ó venida
del inglés á Cádiz, y Del cielo viene el buen rey. Estas dos últimas son las mas conocidas y que me-
recen serlo , y especialmente la última , Del cielo vietie el buen rey (que es la escogida para nuestn
colección) , es realmente notable por lo atrevido de su argumento fantástico , la profundidad de h
idea , corrección y rotundez de los versos ; pero no me atreveré á decidir la cuestión de sí esta ó
alguna de las otras pertenecen con certeza al Herrera madrileño ó al portugués, de quien no tengo
noticia alguna.
DON JACINTO DE HERRERA.
De DON Jacinto de Herrera y Sotomayor, de quien va en esta colección la linda comedia Duelo
de honor y amistad, dice Montalvanque fué madrileño, apellidándole tpoeta galante, lucido, mis-
terioso y felicísimo ingenio > , y añade que , < fuera de los muchos versos que tiene escritos y las fa-
mosas comedias con que ha honrado los teatros, publicó en estancias la entrada primera que hizo su
majestad en Madrid, después de muerto Felipe ÍII el Piadoso, su padre; un itinerario historial de
la jornada que hizo la majestad de Felipe IV á Andalucía; y tiene para imprimir un poema de cua-
trocientas estancias, que llama El Jason , que cuantos le han visto aseguran ser de las mayores
cosas que están escritas ennuestra lengua. >
Nada mas puedo decir de él, ni he hallado tampoco comedia suya mas que la ya citada y que vi
en este tomo; esta, sin embargo, por su corrección, delicadeza de su argumento, gusto y lucidez
de su estilo, da bien á conocer la práctica y la instrucción que debía tener el autor en el arte dra-
niiático , y que no seria esta, ni con mucho , la única obra apreciable que produjese.
SALAS BARRADILLO.
•
Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo nació en Madrid por los anos 1586, poco mas ó menos*
y fué hijo del licenciado Diego de Salas Barbadillo, agente de Indias, y de Haría de Porras, su
mujer, que vivían en casas propias, en el barrio de la Morería, parroquia de San Andrés. Sábese
que fué criado del Rey, porque así se apellida en todas sus obras; mas se ignora en qué categorfi»
si bien es de suponer que seria en escala muy subalterna y con muy desgraciada suerte, si he-
mos de atender á las repetidas quejas que hace de ella en varias de sus obras , y de que , segon
sus biógrafos, fué al cabo victima , muriendo, joven aun, en 1630 , con sentimiento de cuantos
conocían su virtud é ingenio;
Fué principalmente célebre en nuestra república literaria como autor de novelas y otros
Ubros de recreación (de que traen una larga lista don Nicolás Antonio y Alvarez Baena), y de
que aun quedan algunos, aunque rarísimos, que he visto; tales son : La ingeniosa Elena, hfja de
Celestina , El caballero puntual, Don Diego de Noche, La estafeta del dios Momo, Elsaga% Estado^
Las coronas del Parnaso y plato de las musas y las Bodas de la incasable mal casada. En ellos
insertó varias comedias , que nunca se han reimpreso por separado, y se han hecho, por lo tanto,
rarísimas. Titúlanse : Galán tramposo y pobre, Victoria de España y Francia (1), Prodigios de
amor (3), El gallardo Escarraman (o), La escuela de Celestina ó el hidalgo presumido (4), Lm
(1) Kn et libro litulaJu Coronas del Parnaso y plato de (3) En El sutil cordobés Pedro de VrdemalMi.
las musas. (i) Creo qae es la única suelta.
(3) En U segunda parle de El caMleroputttual. **"
XI r
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
Mié Flora mal sabidilla^ comedia en prosa (1), y varios entremeses á quienes él llama comedias al
e$Ülo antiguo^ y titula: El caballero bailarina Doña Ventosa ^ El padrastro y las hijastras , El Prado '
ic Madrid y baile de la Capona. También escribió un poema heroico á nuestra Señora de Atocha,
titulado La patraña de Madrid restituida , y un tomo de poesías Úricas.
De las obras dramáticas de este autor, paréceme la mejor la que lleva el título de Galán tramposo
I pobre y impresa en el citado libro de las Coronas del Parnaso en 1638, después de la muerte del
lutor , y á costa de la hermandad de libreros del reino (!2). En la dedicatoria que dejó escrita aquel
de esta comedia al licenciado Butrón dice: Le ofrezco esta comedia, verdaderamente Terenciana,
en que procuré observar del arte antiguo todo aquello que no fuese áspero ni desapacible para el
ñglo que corre. Tiene con efecto bastante regularidad y buen estilo, aunque poco artificio y vi-
gor, y no supone en Salas Barbadillo tantas dotes dramáticas como le asisten en sus obras líri-
cas y en sus ingeniosas nóvelas. En unas y otras, sin embargo, es muy de estimar la pureza y
oorreccion .del lenguaje, exento por lo general de afectación y descuido. Á esta dote sin duda,
a su laboriosidad y carácter personal debió los exagerados elogios de Lope de Vega, de Montal-
van y de Nicolás Antonio. El primero, aludiendo á este florido ingenio, y además á sus desgracias
personales, de que ya queda hecha mención, consignó estos sentidos versos en su Laurel de
Apolo:
Si á Salas Barbadilo se atreviera
indigna voz , que por to gusto canta,
ó la sonora candida garganta
De los cisnes tuviera
Qae el verde margen que el Caistro bebe
Cubren de pura nieve ,
To te pintara un hombre
Que ha puesto con su nombre
Temor alas estrellas;
A quien quitaron ellas «
Que no pudiese oír sus alabanzas :
Tales son de los tiempos las mudanzas ;
Porque si las oyera ,
No fuera humilde cuando mas lo fuera.
¡Oh fortuna , de ingenios breve llama ,
Pues no le dais Mecenas , dadle fama!
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
También este autor (cuya patria nos dejan ignorarlos biógrafos, aunque sospecho que pu-
do ser un pueblo de la provincia de Cuenca) es mas conocido como escritor de novelas y otros
libros de recreación que como autor dramático. Bajo el primer carácter, en efecto, fué tan fecun-
do, que publicó muchos tomos, y aun hoy son conocidas y merecen aprecio La Garduña de Se-
riUa, Las tardes entretenidas y Las fiestas del jardín, Las noches del placer honesto. Las arpias
ü Hadrid y coche de las estafas , Los donaires del Parnaso , La huerta de Valencia y otros varios,
sí bien son tan raros, que con gran diGcultad pueden alcanzarse á ver.
En estos libros, y en el titulado Alivios de Casandra (no citado por Nicolás Antonio), insertó,
entre las diversas novelas, cuentos, diálogos y composiciones poéticas, algunas, por cierto muy
bellas, que les componen , hasta ocho ó nueve comedias, con los títulos siguientes : La tone de
Fbnstella, La victoria de Norlingen y el infante en Alemania, La fantasma de Valencia, La
ema confusa, Elmayorazgo Figura, El marqués del Cigarral, y alguna otra^y en todas ellas dejó
consignada la aptitud y peculiares dotes que para este género poseia. Como prueba de ello, 11a-
miié la atención del lector hacia las dos últimas comedias citadas, y que van en este tomo , titu-
ladas £1 mayor a^s^o Figura y El marqués del Cigarral; caracteres y cuadros perfectamente dramá-
tieoB, desenvueltos, á mi ver, con una maestría y corrección, que nada tienen que envidiar en el
género apellidado /igtiron á las posteriores de Rojas, Moreto, Leiva, Zamora y Cañizares, y son
OBJ superiores á las farsas de Moliere, quien sin duda le tuvo muy presente, como podríamos pro-
har, en alguna de ellas. Scarroñ tradujo la del Marqués del Cigarral , bajo el titulo de Don Japhet
tArmetáe. También fué atribuida á Moreto por algunos impresores; pero está éntrelas obras,
iiuiy anteriores, de Castillo Solorzano, y además es imposible desconocer su estilo.
Déla vida y circunstancias de este fecundo y apreciabie escritor apenas sabemos sino que fué
algún tionpo secretario del virey de Valencia don Pedro Fajardo , marqués de los Yelez ; pero su
fl) Ea el libro de La incasable mal catada.
(?) Esta eomedla anda Impresa también suelta , con los títulos üe El tramposo con las damas n castigí recido , y
fikaiaenteatribaida á Cubillo.
xxn APUNTES BIOGRÁFICOS.
suerte en general debió ser muy desdichada, según se inñere de algunos pasajes de sus escritos
y de estos delicados versos que le consagra Lope de Vega :
Las gracias en la cuna
De 80 dichosa inrancia
Tan risueñas Tinieron ,
Que á DON Alonso del Cístillo dieron
Mas gracia que fortuna ,
Y que premio, elegancia ;
Que tiene repugnancia
Tal Tez con la virtud ; pero , si miras
Sus libros, sus papeles (superiores
A cuantos hoy de aquel estilo admiras) ,
Llenos de tantas elegantes flores
Como la copia de su fértil genio
Con prodigioso ingenio
Por el mundo derrama ,
No le envidies mas premio que su fama,
Ni laureles mayores
Que de su pluma la dorada copia.
Pues la virtud es premio de sí propia.
LUIS BELMONTE BERMUDEZ.
Con Luis BsRMUDEz BstMONTx, poeta famoso en el primer tercio del siglo xvij, sucede lo que
con don Guillem de Castro, que nadie hablaría hoy de ellos, ni serían apenas conocidos, á no ser
por una de sus producciones dramáticas, que salvando el transcurso de los tiempos y las alteracio-
nes del gusto, han llegado hasta nuestros dias, envueltas en una gran popularidad y como mues-
tras únicas del talento de sus autores.
En el articulo que consagré en el tomo anterior[á Guillem de Castro, llamaba la atención de loe
eruditos hacia el desconocido repertorio del autor de las Mocedades id Cid; hoy me cumple con-
signar igual deber respecto del no menos raro y descuidado de Birmudiz Bblmonti, á cuya festiva
y discreta pluma se atribuye con fundamento el drama, tan popular aun hoy en nuestra escena,
que lleva por titulo El mayor contrarío amigo y Diablo predicador. -
La ingratitud y el desden que parecen haber pesado especialmente sobre la memoria de esta
autor, no solo ha hecho rarísimos los ejemplares de la mayor parte de sus piezas dramáticas, hasta
el punto de que solo hoy conocemos una media docena de ellas, sino que aim la ya citada, tan
repetida y llena de aplausos, le ha sido disputada, y atribuida unas veces á un N. Bermudez (que
era el segundo apellido de Bbliiontb), otras á don Francisco de Villegas (i) d á un padre Damián
Cornejo (que no sabemos quién era ni si existió), otras á don Francisco Malaspina (que escribió otim
con el mismo titulo), y. las mas, en las numerosas reimpresiones quede ella se han hecho, ha
salido anónima bajo el epígrafe de un ingenio de esta corte. Sin embargo de todo, la opinioD
general , fundada en razones dignas de crédito, la coloca hoy indisputablemente entre las come-
dias de Bblmonti , del discreto escritor de quien decía fontal van c que habia continuado muchos
afios el escribirlas y acertarlas ( que en él todo es uno), siendo en las veras heroico y en las bur-
las sazonadísimo >•
Sin duda lo atrevido del argumento de la comedia de El Diablo predicador^ y el desenfado y
libertad de alguno de los caracteres en ella trazados, dieron causa á Bblmontb para encubrirse
en el anónimo, previendo tal vez la prohibición ó censura que dos siglos después habia de sufrir;
pero es lo cierto que durante el siglo xvii y el xvui nadie descubrió en ella intenciones solapadas
(I) Bn la biblioteca del eieelenUtimo sefior doqae de
€ksi|oi j del lofaiudo ezísten tres MS. de esu comedia,
eopias sin dada destinadas ion teatro, poes en ellas se
lee: cEs de Alejandro Bautista, galán déla compañía,
estando en la cindad de Zaragoza, en 20 del aSo less.»
8e la da solo el titulo de Et mayor contrario amigo , y se
dice ser de don francisco Villtgai. Tiene una de estas
coplas la censura de fraj Lúeas de Torres , en Toledo,
i S8 de setiembre de 1635, en que dice: • He leído esta
eomedla, y me parece que no contiene cosa alguna con-
tra nuestra santa fe y buenas costumbres. Así lo siento,
satwú mflicri.n
hs oura comedia de don Francisco Malupina , que lleva
ambos títulos, anda impresa con ellos; parece petle-
rlor, y una imitación de la de Bauíoiin en el argumeíaii,
aunque son distintos los personajes , y carece de la gracia
é importancia de la primera. Las personas son las si-
guientes : César, galán ; Garlos , ídem ; fray Alberto ; M ar-
forio, donado; Roberto, criado; Rosaura, dama; Plora,
criada; Lucifer, Astarot, un ángel, un labrador, mA*
sicos , dos bandoleros y cuatro pobres ; y empleía Latbel
diciendo :
: Ah de ese centro osearo
Horrore» escondidos! etc.;
imitando también i la inUoduccioa de BtuMRTt.
LUIS B^MONTE BBRMUDEZ. xiui
ni objeto pecaminoso , antes bien era mirada bajo el aspecto de una comedia religiosa > ona especie
da auto sacramental, en que se encerraba nada menos que ei apoteosis de la drden de San Fmnctoeo
T de la caridad cristiana; todo el público aplaudía el original pensamiento del demonio, eonrér-
tidp por la voluntad divina en fraile predicador y catequista; todo el mundo simpatizaba con la
donosa y grotesca figura del lego fray Antolin , sin sospechar que pudiera envolver la mas mínima
intención de ridiculizar con sus acciones y su estilo cómico la misma veneranda institución que el
autor se proponía enaltecer. Pero vinieron tiempos en que la suspicacia intolerante de ciertas
clases , entonces prepotentes, se apercibió de la malicia que debia envolver sin d«da aquella epi-
gramática figura, y la comedia ftié probibida y el pobre Antolin señalado con el anatema que nunca
había soñado merecer. Su popularidad , sin embargo, fué en aumento á pesor de esta prohibición,
T tal vez á cansa de día; y cuando la actual generación le ha vuelto á ver aparecer en la escena
con sa rústico desalffio, con sus chistosas salidas, sus instintos carnales y su franca locuacidad,
le ha recibido con toda la simpatía que aun en los sugetos menos dignos suele excitar una perse-
cución infundada.
No entraré en el análisis de esta señalada producción , ni tampoco ofreceré muestras de su
estBo , porque, siendo tan generalmente conocida , seria trabajo excusado , y si solo diré que su
original pensamiento y su atrevido desempeño dan derecho á Bklmontk para ocupar un puesto
máre los notables escritores de nuestro teatro, y me han impulsado mas de una vez á buscar en
tal demás obras'de su pluma nuevas pruebas de su original invención , su ingenio y su festivo
otilo.
Por desgracia mis investigaciones han sido infructuosas para obtener el conjunto de su rarísimo
repertorio , y solo por las comedias tituladas El principe villano , La renegada de Valladolid^
Afmadar el de Utrera y El príncipe perseguido , únicas que he alcanzado á ver, podré juzgar hasta
qóé ponto fué merecida la fama de BiLMOims en sus días, y hasta dónde parece justo el olvido en
que después vino á caer. Igualmente se deduce de este examen comparativo cuál es el verdadero
género á qoe so musa era inclinada , y en él habré de juzgarte , desentendiéndome de las cualida-
des negativas que le supongo para los otros.
La comedia, por ejemplo, que lleva por título El principe villano^ y que por su argumento y
etfflo pertenece algénm^becóioo, demuestra claramente que no era por aquel camino por donde
k pluma de BBLHoim era llamada á marchar con desembarazo. Su oscura y complicada acción,
as amanerados caraetéres, su estilo hinchado é hiperbólico , distan seguramente mucho de tener
A valor qoe.los mismos viciados modelos que sin duda se propuso imitar, y no merece ciertamente
los honores del análisis y de la critica; y si he de juzgar por ella , supongo que lo mismo suce-
derá con los dramas de iguales pretensiones de El gran Jorge de Castrioto, Loe trnbajos de UU^
M, La$ siete eibréllaB de Firancia^ El triunvirato de Roma, etc. Pero en el de La renegada de
VMaáoHd (cometa que envuelve un pensamiento religioso en un argumeiUo mundano) se reco-
noce mucho ingemo, originalidad y filosofía, hay maestría en la pintura de los caracteres y grande
tnalogfai entre eDos y su estilo con los del Diablo predicador. Por último, en la del Principe per-
«guiio (cuja segunda jomada pertenece, á mi ver, al autor de aquella célebre comedia) se re-
vela tan á las claras el genio cómico y epigramático de Belmontb , lo sazonado de sus burlas
(según la expresión de Montalvan), que hay motivos para creer que en el resto de las comedias
qoe hoy no conocemos campearía de preferencia la gracia .y el donaire que engalanan las ya
citadas, 7 de que tampoco está exenta la de Afanador el de Utrera , aunque mucho mas débil-
mente.
Aun en la prin^ra ya ciiada de El principe villano , entre el oscuro laberinto de sus escenas y
d alambicado eatilo de sus pensamientos , despunta el sazonado chiste de su autor en boca del
paeioao Peri^f ti , como cuando prorumpe en el breve y discreto cuento ó epigrama siguiente:
Robáronle á Anión Llórente
Su pollino; él con desvelo
Hizo plegarias al cielo ,
Mas humilde que Impaciente ;
Pero viendo que el que aguardó
Alcanza su gusto tibio ^
Vino á tomar por alivio
€oaiolamB con la aUiarda.
XXIV APUNTES BIOGRÁFICOS.
Aun es mas donairoso y deciclor el criado Naranjo, en La renegada de Valladolidt de quien ae
puede decir, como de fray Antolín , que ocupa toda la escena y cautiva constantemente la atencioQ
y la risa del espectador, desde que sale la primera vez , diciendo :
Yo, mi señor capitán •
(Si el traje no lo embaraza),
Quisiera sentar la plaza ^
Aunque fuera en la del pan; etc. '
Pero de sus muchos chistes y continuado gracejo, solo quiero reproducir un cuento, que es sin
duda de los mejores puestos en boca de nuestros graciosos; dice asi:
Pleiteaban ciertos curas
De San Miguel y Santa Ana,
Probando ol uno y el otro
La antigüedad de su casa.
Y el de San Miguel, un día
Que acaso se paseaba
Por el corral do la iglesia.
Descubrió, mohosa y parda,
Una losa y ciertas letras,
Que gastó tiempo en limpiarlas.
Dicen: Por aqui se lim;
Partió como un ravo é casa
Del Obispo, y dijo á voces:
«Mi justicia está muy llana,
llustrísimo señor;
Esta piedra era la entrada
De alguna cueva por donde
El moro Selím bajaba
Para guardar los despojos
En la pérdida de España.»
Quedó confuso el Obispo ;
Pero el cura de Santa Ana,
Que estaba presente, dijo:
((Vamos á ver dónde estaba
Esa piedra tan morisca.
Que tan castellano habla.»
Fuéronse los dos , y entrando
A la misma parte, hallan
Rompida otra media losa ,
Y que juntándolas ambas.
Dicen : Por aqui se /tm-pían
Las lelriüM de esta casa.
Donde se vuelve á hallar, en fin, el iogenio travieso, el donoso estilo del creador del lego An-
tolin, es en la amena pintura de la vida frailesca que campea en la jornada segunda de £1 príncipe
perseguido^ comedia en que Belmonte trabajó con Martínez y Horeto, y que corre impresa con el
anónimo de tres ingenios. Hé aquí esta graciosa escena entre el principe de Moscovia, DemetriOt
y el criado Pepino, ocultos y disfrazados de religiosos :
PEPINO.
Padre, este cuarto al momento
Manda barrer el Guardian ;
Que diz que esperando están
A un prínci|)e en el convento.
DEMETRIO.
Déme la escoba, fray Pablo.
PEPRIO.
Tome la escoba, fray Pedro.
DEMETRIO.
Esto á mi grandeza medro.
PEPI?IO.
¿No se ri^ de esto el diabfo?
DEMETRIO.
¿De qué quieres que se ria?
¿De ver que es á mi persona
Tan fácil esta corona,
Y me desvela la mia?
PEPIXO.
Dices bien ; que es purgatorio
Toda dicha comparada
Á la de un fnüle, cifrada
Desde el coro al retí torio.
Tras gastar aquí á pa^jes
La mañana en purubienes
De antífonas y de amenes ,
Que hacen mas hambre que pajes ;
Sin cuidar de otras marañas.
Cada cual su paso inclina
Al olor de una cocina.
Que penetra las entrañas.
Entra al refitorio, y mira
Mesa puesta sin afán ,
Servilleta, fruta, pan,
Un tazón que ámbar respira ;
Mandando el refitolero
Diez legos arremangados,
Cuatro gatos diputados.
Con mas lomos que un camero;
Va andando la tabla llena,
Y pone cada varón
Las manos en su raoion
Y los ojos en la ajena.
Luego empiezan los cuchillos
En los platos la armonía,
Y la fuerte ferrería
De mascar á dos carrillos.
Solo se oyen, placenteros,
Chíqui chaqués de quijadas;
Que hay runfla de dentelladas
Que parecen caldereros;
Y entre el sonoro ejercicio
Que al bsyar y subir crecen
Tantas manos , que parecen
Los cazos del artificio,
Prorumpe un fraile : « A obediencia
Nos obligáoste instituto;»
Y al son de aquel estatuto
Hacen todos penitencia.
Luego andan dos frailecillos,
Llevando con manos diestras
Molletes en los carrillos;
Dos legos á jarrear,
Vertiendo sangre, de hinchadas
Lascaras, como tajadas
De carnero á medio asar;
Comen , y de dos en dos,
Á quien se lo da alabando.
Salen tosiendo y rezando
En honra y gloria de Dios.
DEMETRIO.
¡ Cómo luego tu ignorancia
Fué á la materialidad ,
Pues entre tanta abundancia ,
Puso la felicidad
En la menor importancia !
¿Hay vida de tanta suerte
Como esta , eu que á la partida
Vuelve el rostro el varón fuerte,
Y se encuentra con la muerte ,
Sin que le asuste la vida?
¿ Sirven de mas á un señor
Los reinos y los estados ,
Que al buscarlos, de sudor,
Al tenerlos, de cuidados,
Y al perderlos, de dolor?
Nadie se compare^ pues,
A quien vive en este estado;
Pues aunque pobres los ves,
Están mirando á sus pies
Todo lo que han despreciado.
Candeales en unas cestas ,
Véase con qué delicado ingenio y piadosa intención opone el autor esta bella réplica del Prín-
cipe á la satirice pintura del gracioso, como para borrar la impresión que sin duda podría haber
XXV
DON JERÓNIMO DE VILLAIZAN.
ctosado en el inimo dd espectador; que es el mismo sísteíoa que siftue Bilmonte en El Diablo
Pniieúdor^ donde, á mellas de los festivos y atrevidos arranques deliego» coloca siempre, como
pan serviile de correctivo, las ideas roas elevadas de religión y de sana moral; las únicas, sin
doJí, que animaban á este y los demás autores que, con mas ó meno$ desenfado, trataron estos
asuntos en nuestro antiguo teatro.
DON JERÓNIMO DE VILLAIZAN.
El LiciifcuDO DON jBEÓ!fiifo DI ViLLAizAN Y Garcés, abogado de los reales consejos, nacido en
Madrid en 1604, hijo de don Diego Villaizan , boticario, compartió, como poeta y discreto autor dra-
mático, los aplausos y la fama que disfrutaba en los tribunales como elocuente abogado; fama y
tplansos an duda exagerados, y que no debían ser muy -del agrado de algunos de los escritores
cootemporáneos, á juzgar por una composición satírica que se lee en las obras de don Antonio
Hurtado de Mendoza, quien , amostazado sin duda al ver que todas las comedias de mérito que se
representaban se decía que eran de aquel , prorumpe en estos irónicos versos , y otros no me-
nos malos, que suprimo por la brevedad :
íOKén mató al Comendador?
fBBte Orejana , es error;
¿(tai comedias de primor
SeJH quitan á su autor,
Ti sa nombre se las dan?
VlLLAlZAN.
¿QoiéD hizo y quién hace cargas
i kv poetas amargas ,
Tfúéo, sin damos descargas,
Cooetiias que en dudas larcas
Xi bs conoce Galvan ?
ViLLAlZAR.
¿Qaiéo ganó á Jemsalen ?
Qoién fué pastor á Belén?
Quéo será Matusalén?
UDÍéo ha sido el otro, y quién
Esd pecado de Adán?
ViLLAIZAfl.
¿Qáéa es Pedro de Urdemalas ?
Qfáéñ Birimbao con sus galas?
Quiéo las comadres Ayalas ,
T qoíéo don José de Salas,
PeOicery Montalvan?
VUXAIZAH.
¿Quién es aquel encubierto,
Templando al primer concierto,
Que hereda la que no ha muerto ,
Y quién , pues todo es incierto.
Metió la peste en Milán ?
Villa IZA 11.
¿ Quién es el que satisfecho
Mete la mano en su pecho,
Y con torcido derecho
Hace lo que nadie ha hecho
Y lo que todos harán?
VlLrJlIZAN.
¿Quién gana siempre la rifa?
Quién inventó la engañifa ? .
Quién es gorda y es jarifa ?
Quién ejecutó en Tarifa
La hazaña del gran Guzman?
ViLLAIZAN.
¿ Quién juega la carambola?
Quién venció la Cirinola?
Quién fué del francés mamola?
Quién es la gloria española
Que adquirió el Gran Capitán?
VlLLAIZAIf.
¿ Quién , destrozando banderas
En navios y galeras ,
Dominó naciones fieras ,
Y quién ganó las Terceras
Sin don Alvaro Bazan?
ViLLAIZAN.
¿Quién , haciendo hazañas sumas ,
Que aun no caben en las plumas ,
Mundo rompiendo y espumas ,"
Fué de treinta Motezumas
El mismo Cortés-Fernan?
ViLLAIZAN.
¿Quién es poeta de ayuda ?
Quién mas sabio que la ruda ?
Quién arrope lo que sutla?
Quién la prodigiosa duda
En que los hombres están ?
ViLLAIZAN (i).
¿Quién pensó la gran tragedia?
Quién escribió en hora y ihedia
Esa perpetua comedia?'
Quién nuestra paciencia asedia?
Quién hizo el perpetúan ?
ViLLAIZAN.
Lope de Vega y Montalvan» por el contrarío, se esmeran en dedicarle aquellos enfáticos elo-
gios ^ coslurobre, que nada en verdad prueban , por lo mucho que los prodigaban. Además, en
uDa memoria dirigida á Carlos II, en defensa de la comedia» se da á entender que Villaizan era
ei autor favoríto de Felipe IV, el cual asistía incógnito á la representación de sus comedias en el
teatro de la Cruz , entrando en él por la habitación de este (podría ser en la plazuela del Ángel),
que guiaba derecho al aposentode su majestad. La posteridad ciertamente no ha justificado esta pre-
ferencia, colocando á ViLLAIZAN, como poeta dramático, en un punto muy secundario; verdades
que de las muchas comedias que se supone compuso, solo han llegado hasta nuestros dias es-
casamente media docena, y de esas apenas pueden recomendarse por la regularidad en los pla-
nes , hábil pintura de caracteres y facilidad en el estiló y versificación , las tituladas Ofender con
la$ fine%as y Sufrir mas por querer mas. Ambas van escogidas en nuestra colección , no pudiendo
(I) Alade «caso i ta opioioo que se tenia de qae Villaizan era ano de los poetas que ayudaban á Felipe IV en
!as pisas que escribia.
xxfi APUNTES BIOGRÁnCOS.
mdnoft de. llamar la atencicm del lector sobre el plan discreto, la corrección y armonía de la bm»
se en ambas, que encierran primores de estilo tales como estos:
DON joau.
Yo tí á Leonor, ya lo sé;
Tuve celos , ya lo vi ;
En este jardín la bailé ;
Lloró, no me enternecí;
Rogóme, y la desprecié;
Porque amor es niño, y tiene
Desigualdades , y ya
Su modo de obrar previene ,
Que ni ofende aunque se va,
N! obliga cuando se viene.
LWOIf.
Y pu^ ¿qué tiene que ver
Ser niño amor con tener
Celos de Leonor, que lion,
GoD venir á verla ahora,
Y con despreciarla ayer?
DONJUÁN.
Aquel llorarla perdida ,
Y no quererla rogado.
Irse y pensar que se olvida,
Volver y estar conGado ,
Y buscarla despedida.
Todo es amor ; amor es
Gomo un niño en todo, pues
Si algo le quitan , se enoja;
Llora; dáoselo, y lo arroja
Colérico ; mas después
Que se fué quien le enojó.
Luego que solo se vio
Y el llanto empecé á enjugar,
Él propio viene á buscar
Lo mismo que despreció.
Así ¿ un amante le quitan
Con los celos el amor,
Los celos al llanto incitan;
Y cuando con el favor
Acallarle solicitan ,
Celoso, enojado y ciego,
Desprecia el llanto y el ruego;
Pero ¿qtié viene á impertar
d bufr y el despraeiár,
8f vuelva fpgando luego?
Y como el que un vaso tiene
Lleno de un licor sabroso.
Si eebaa de otro venenoso
Cantidad menor, se viene
A apoderar el veneno
De todo el licor, de modo
Que él vaso es veneno tedo
Y está de poniefit Itooo;
Así el pecho, aunqna se wió
Lleno ie aniar^ alimenlo
Dalce de su pensamiento»
Luego que en éi ae mezdó
El veneno de ios celos ,
Creciendo su. tiranía.
Cuanto fué dulce al€^ia
Volvió en amargos desvelos.
■ 1
De las muestras citadas se deduce el claro ingenio y gusto delicado de non Jaadiimo M Vs«
LLAizAN, siendo, por lo tanto, de lamentar q¡ae la desidia de los impresores nos haya dejado úll
pocas muestras de su fecunda musa.
DON ANTONIO GOELLO.
• Don Antoicio Goillo (á quien Huerta y otros cataloguistas llaman equivocadamente don hmB) y
fué natural de Madrid, hijo de Juan Coello Arias y de doña Melchora de Ochoa , domésticos del da-
que de Alburquerque, y sirvió bajo sus órdenes con el grado de capitán de infantería, meredeii*
do ser honrado por su majestad con el hábito de Santiago y el nombramiento de ministro d# la
real junta de la Casa Aposento. Murió en Madrid , y en la casa del mismo duque, calle de la Al*
mudena, frente á las Consistoriales, en 20 de octubre de 1652, siendo sepultado en el convisato
de la Victoria { i ).
Fué un poeta muy distinguido y celebrado en su tiempo, mereciendo la mas estrecha amistad de
Lope de Vega (que le dedica un pomposo elogio) ; de Montalvan, que decia de él qne , con ates pa§e0 ,
años desmentía sus muchos aciertos, y que empezaba por donde otros habían acabado; de Caldé*^
ron y de Solis, en cuya colaboración escribió la comedia de El pastor Fido, siendo suya la a»-
gunda jornada, acaso la mejor de la misma ; y finalmente, del mismo Monarca, á quien suele atri-
buirse (no sabré decir con qué fundamento) la comedia que corre impresa con el nombre da
CoiLLO y lleva por título El conde de Sex^ ó Dar la vida por tu dama. Esta comedia, que induélN
blemente es una misma (aunque con estos dos titules), fué impresa, que sepamos, por primem^ii
con solo el primero, y anónima, en la parte xxxt de la colección primitiva de varios, tituladn
la antigua ó de afuera, para distinguirla de la otra publicada en Madrid de 4652 á 4704; y poa^
teriormente , ya con el nombre de Coillo, en el libro titulado Mejor de los m^ores ( qne es la par»
te ¥1 de esta áltima colección), en Madrid» en 1663, de donde se han hecho después las reina-
presiones sueltas que corren de ella. Repito que ignoro el fundamento de la noticia, generalmeBle
recibida, de ser esta comedia obra del rey don Felipe IV , como lo indican los se&orea Jovella^
nos, Garda Parra, Huerta, Ochoa, Ticknor y otros, fundados solo, al parecer, en la tradidüMa
(i) Tuto también on hermano espitan , llamado don
Joan , qne eseríbió nos eomedia , tltalida El robo 4o
Uu oabinao, j ambos hermanos escribieron Juntos la de
Yorroi de natitraleia y oeitrtoi de fortuno, si beaMS da
ereer al US. origiaal , toa la censara, qae se
la biblioteca del ezceleatlsimo sabor «iaqaa éo
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA. xrm
; pero me inclino á que no sea cierto, porque, cotejado el estilo y corte de dicha comedia
is de CoBLLO, 7 señaUdamente con las que trabajó en oompañia de Rojas y Guerara^ ^oino
\kgio de loi mujarts^ El catalán Serralloñgaf y La Baltñsara, se encuentran mudios puntos
ogia 7 aemeíanza; piMfiera muy bien ser que el Rey tuviese también parte en esta {pues
que Coeujo casi nunca trabajó solo , y aun también que fué uno de los ingenios que
in á 6u majestad en las comedias que escribía) ( i ) ; pero no hay, á mi ver, rasen alguna para
ríe i aquel de la parte principal que debió tener en la del Conde ie Essex. Moéveme
I á esta convicción la circunstancia de hallar en la biblioteca del señor duque de Osuna
uscríto de dicha comedia, preparado para la imprenta, y designado expresamente por de
Tomo CoKLLo, con esta censura de don Francisco de Avellaneda: «He visto estacóme-*
Omde de Sex con todo cuidado, por ser caso de Inglateira, y quitados unos versos
1 acotados en la primera jomada, que tocan en la armada que el señor Felipe U aprestó
aquel reino, noticia que no es bien qne se toque, y una redondilla de la segunda jor-
le los validos , en todo lo demás el autor supo granjearse la aprobadon de vuestra ma-
Pero este manuscrito y esta censura llevan la fecha de 11 de agosto de 1661, y ya he
ue la comedia estaba ya impresa en 1638 y 1652. Del varísimo ejemplar que poseo de
! XZX1 antigua reproduzco esta comedia en la presente colección; en ella están con-
s los versos que quería suprimir el censor Avellaneda , y son aquellos qne empíeían :
Todo, Blanca, lo he sabido, etc.;
is hay considerables diferencias y trozos nuevos, que no se encuentran en las demás edi-
donocidas.
índiendo del supuesto augusto origen que plugo darla á los críticos, la hacen muy apre-
I interesante argumento, la belleza de los caracteres, especialmente el del conde Rober^
rreux, y la noble entonación y poético colorido del diálogo. El señor Gil y Zarate señala
ote la dramática escena del acto tercero (que después ha sido imitada ó copiada tantas
1 los dramas modernos), cuando la Reina, perdidamente enamorada del Conde, aunque
ose ofendida de él^ va á verle á la cárcel y le entrega la llave para que huya del suplicio á
misma le condena como soberana ; merced que rehusa el Conde por no confesarse cul-
ieclarar la verdad acusando á su dama, que es la verdadera criminal; y arroja la llave al
» entregando al suplicio su inocente cabeza.
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
kirromo Hurtado di Mudoza, nacido, según parece, á fines del siglo xvi, en un lugar de
tañas de Burgos, é hijo de muy noble casa, fué caballero comendador de Zurita en la
s Cafaitrava, secretario de cámara y de justicia del rey don Felipe IV, y del consejo de la
i Inquisición. Su gran talento y erudición y su rica vena poética , unidos á lo ilustre de
, le colocaron en tan brillante posición en la e^lendorosa corte del Boen-Retiro, qoe por
» años compartió con Lope, Calderón, Quevedo y otros ingenios privilegiados, el favor
larca , el aplauso de la corte y b estimadon del público. Conociasele por el dictado de
eío de palacio^ ó como decía Góogora, el Aseado fefo, y casi todas sus obras Úricas y có-
escritas expresamente, demuestran que aquel primer título equivalía al de poeta de cá"
con que fué largo tiempo considerado.
iablemente aparecen de dichas obras la excelente disposición de Hcitado di ME!nK>zA
poeaia, so abundosa vena, su elevada entonación y su variado eslodio; pero dejóse arra»-
teho mas de lo que eonvenia por aquella exageración y amaneíamíento propios de la es'
alribaje al Bej.no so
D^HemU^ auiq«e«se(
■ ei
■ebl
I. i
Ak Ibt prohibUMlad hay de qM sea ée Felipe VI mm tt»-
■edia, é wm bíea hijaíilig twUtmH, qae ímMtm %m
^*tiibmj9j%etiiahUfaepéuee»99t0m4é€ m^e$,
«Re vale cieniaieote paco.
xxvin APUNTES BIOGRÁFICOS.
cuela gongorina, de aquella sutileza de conceptos, de aquel discreteo de la frase , que» rayanao
muchas veces en lo incomprensible y tenebroso, era y es siempre ridículo á los ojos de la raim
y de la critica sensata. Esta desdichada mania» que alcanzó á todos ó casi todos los grandea ingft*
nios de la época, á pesar de que todos la censuraban, tuvo en Mendoza tan ferviente servidor,
que apenas una ú otra de sus composiciones, especialmente líricas, pueden hoy leerse, y ni aun
leídas, pueden comprenderse sus altisonantes conceptos, por mucho que halague al oído su armo-
niosa entonación. Francamente lo repito, no puedo llegar á comprender qué público y qué
gusto eran aquellos, que se entu^asmaban con tales primores, que comprendían tales laberintoa,
que simpatizaban con tan misteriosas imágenes, retruécanos y figuras. Lo cierto es que, boy por
hoy, no los acertamos siquiera á descifrar, y que ni aun nos tomaríamos el trabajo de leerloa, ú
sus autores no hubiesen dejado otras obras, en que brilla despejado su talento , su inspiración y
su estudio. *
De las obras líricas de Mendoza, nada mas debo decir sino que, á pesar de aquellos esenciales
desvarios, y tal vez á causa de ellos, fueron calificadas* (como dice la portada de las misma»,
impresas primero en su vida, y posteriormente reunidas con sus comedias) de suave ^ dumo
aliento de aquel canoro cisne , el mas puüdo , mas aseado y mas cortesano cultor de las imiMi
castellanas^ y en cuanto á sus piezas dramáticas, ya Montalvan había dicho en su Para-^odos qna ^
<DoN Antonio de Mendoza era, si no el primero, de los primeros en esta clase de ejerdM,
como lo confirman tantos aplausos repetidos en los teatros».
Prescindiendo, pues, de aquellas, cumple á mi objeto presente examinar y apreciar los lito-
los de Mendoza como poeta dramático , y colocarle en el que le corresponde entre el sublimado
asiento á que le elevó en vida la adulación cortesana, y el absoluto olvido á que le relegó In^ga -
la posteridad.
Una docena escasa de comedias son las que forman todo el repertorio de este autor, y al íjomm :
en esta economía (que en diversos pasajes de ellas hizo constar) dio á entender su prudenday :
la timidez con que dejaba la lira para revestir la peligrosa máscara de Talía. No podia, ain eoH
bargo, desprenderse de su elevada entonación y lírico estilo, y como, por otro lado, las escribia ¿
para ser representadas en los teatros del Buen-Retiro^ de Aranjuez, ante aquella corte cera*
moniosa, culta y académica, tomaba ocasión de cualquier asunto, de cualquier situación, dt
cualquier parlamento , para soltar el torrente de su abundosa vena , para dar rienda jk la el0?i«
da fantasía, y colocar en boca de sus personajes una colección de odas y endechas, silvas, so* .
netos, quintillas y estrambotes , que faltaban las mas veces á la verdad, entorpecían la aceíoo :
y ofuscaban los caracteres , pero sin duda eran el estilo único y propio que debia resonar bqo
aquellos dorados artesones. Especialmente en la comedia titulada Querer por solo querer (In-
mensa composición, que ocupa nada menos que ochenta páginas de impresión, y consta de
unos seis mil y cuatrocientos versos) , representada por las meninas de la Reina en el pálido
de Aranjuez, con ocasión de una gran fiesta á los cumpleaños de su majestad, encerró Mendoia
un tomo entero de poesías varias, á vueltas de un argumento fantástico y caballeresco, con sos
gigantes y enanos corrientes, sus princesas Zelidauras y principes cautivos. Cupidos y endriagoa.
Especie de menestra muy á proposito para merecer el anatema del cura y el barbero de Cer-
vantes, pero muy del caso también para lucir la pompa de la corte, las gracias y talentoado
las damas de palacio, y lo augusto y magnífico de la solemnidad. El mismo autor lo manifieita
así en el acto segundo de la misma comedia, lamentándose de que las meninas de palado te
pedían :
Un concepto en cada verso,
Un desden en cada copla ,
Y á cada plana un soneto.
Y á la verdad que no puede dejar de compadecerse á aquellas ilustres damas, que tuneron qoe
aprender y recitar tan espléndido repertorio de sutilezas , y á aquel augusto auditorio, que hubo
de sufrir su representación las cinco ó seis horas mortales que, por un cálculo prudente, debió
durar.
Pudiéranse citar infinitos trozos de dicha comedia como acabadas muestras del estilo alamU-
cado, del gusto que se apellidaba cortesano, y algunas de verdadero mérito poético, como lis
sonoras octavas puestas en boca de la princesa Claridiana; pero preferímoa optar por una aok»
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA. xxix
que con mas claridad y tersura encierra un pensamiento noble y filosófico. Consiste en on bello
soneto, que dice de este modo :
Amable áoledaü^ muda alegría,
Que ni escarmientos ves ni ofensas lloras ;
Segunda habitación de las auroras;
De la verdad primera compañía ;
Tarde buscada paz del alma mia,
Que la vana inquietud del mundo ignoras.
Donde no la ambición turba las horas ,
Y entero nace para un hombre el dia ;
¡ Dichosa tú f que nunca das venganza ,
Ni de palacio ves con propio daño
La ofendida verdad de la mudanza.
La sabrosa mentira del engaño.
La dulce enfermedad de la esperanza
Ni la amarga salud del desengaño !
La comedia titulada Mas merece quien mas anuí es también heroica, de principes Feiisardos y
fRoeesas Fidelindas , y escrita igualmente en el estilo que podremos llamar de dia de fiesta para
ltS]K)ZA. Pero en medio de sus laberintos ; primores, hay un graciosQ bufón, que la echa de
critico literario, y en cuya boca pone el autor una sátira de estas mismas comedias altisonantes.
TMad es que á renglón seguido halla él mismo su disculpa en los consabidos descargos de Lope
T con su mismo ejemplo , á saber, el gusto del público y la abundancia de su vena poética :
Ua poeta celebrado
T M todo el mondo excelente,
Vé^imt ordinariamente
Bi «ero ingenio mormurado
lifie , siguiendo á un galán,
Eatnje de hombre vestia
TttU infanta cada dia.
Le dijo : « Señor don Juan,
Si vuesarced satisfecho.
De mis comedias murmura,
Cuando con gloria y ventura
Nuevecientas haya hecho,
Verá que es cosa de risa
El arte , y sordo á su nombre,
Las sacará en traje de hombre ,
Y aun otro dia en camisa.
Dar gusto al pueblo es lo justo;
Que allí es necio el que imagina
Que nadie busca doctrina,
Sino desenfado y gusto.
ipesar de la atrevida decisión que expresa Mendoza en los cuatro últimos versos, y á pesar de
fleompromiso oficial para el surtido de héroes y princesas al palacio real, tenia demasiado talen-
topara no ensayarse también en otro género mas importante y propio de la comedia : el género de
oortombres» ó de capa y espada, como entonces se llamaba; y no solo lo hizo, sino que, á mi en-
tender, con notable acierto en las comedías de Cada loco con su tema ó el montañés indiano , Los
mfcñoi del mentir, y sobre todo, en la notabilísima por mas de una razón, titulada £1 marido
hue mujer y el trato mtuUt costumbre.
Estas tres comedias, que son las que se recomiendan mas entre las de Mendoza bajo el aspecto
pnmente dramático, son pues las que he escogido para esta colección. La del Indiano montañés^ ó
CUa loco con su tema^ consiste en una fábula muy agradable, con regular intriga y caracteres
ao tan bien desenvueltos como lo fueron después , fácil y sonoro estilo. La de Los empeños del
mentir acaso pueda ser la misma que escribió, en unión con Quevedo, en solo un dia, para ser
representada, como lo fué, con grande aparato en los jardines del conde de Honterey, en el Prado
de Madrid, formando parte de la fiesta con que obsequió á sus majestades el conde-duque de Oli-
fires la noche de San Juan de 1631 (1), y llevaba por titulo Quien mas miente medra mas. Es
una discreta comedia de carácter, tan arreglada y metódica, que pudiera colocarse entre las buenas
deMoreto; y por último, en la de El marido hace mujer y el trato muda costumbre es donde luce
en todo su esplendería filosofía, el buen gusto é ingenio dramático de este notable autor.
Machos anos hace que, prendado de la oportunidad y filosofía del argumento que forma la acción
de esta preciosa cornea, del ingenioso artificio, de la verdad y energía de los caracteres en ella des-
plegados, y hasta de la pureza , sobriedad y corrección de su estilo, emprendí atrevidamente su re-
fbndicion, con el objeto de poderla presentar en la pública escena con aquellas condiciones de forma
que el rigorismo clásico exigía por entonces. No es de este lugar el explicar las razones por qué no
legó i representarse entonces ni después, ni el original de Mendoza ni la refundición. Tampoco
parece del caso entrar á encarecer el escaso mérito de mi trabajo, ni tampoco q p espacio su-
(I) Véase la reUdon. de dicha ílesu, qne inserta Pellicer en su Tratado histórico sobre eié ia.
iix APUNTES BIO&RÁFICOS.
fídente para hacer de la bella creación de Mendoza el análisis que reclama. Únicamente diré que k **
razón principal que, además de su mérito intrínseco, me movió á darla á la escena» fué un seat^ !
miento de patriótico orgullo , por creer haber hallado en ella el modelo que tuvo présente el gruí '^
Moliere cuando escribió su celebrada pieza titulada LEcole des maris , y el deseo de revindiear *
para nuestro antiguo teatro la gloria de la originalidad de tan excelente drama. '
Su incomparable traductor, nuestro célebre Moratin, en el discreto prólogo que escribió p«t '
colocar al frente de su traducción , indica que dicha comedia era una imitación hecha por HoliéfV '
de La discreta enamorada ^ de Lope, y á decir verdad, no sé cómo Moratin acogió esta idea, po- ^
diendo comparar ambas comedias, y ver que solo en la escena cuarta del acto segundo, en qué "
doña Rosita se vale del conducto de su mismo tutor para corresponderse con su amante de una mt- ^
ñera tan ingeniosa, es en la que Moliere pudo haber tenido presente otra escena semejante de la ^
de Lope.
Pero donde se puede sospechar con mas fundamento que halló aquel maestro el verdadero
modelo de su comedia, es en la que ahora me ocupa de nuestro Mendoza, El marido hace mujer y d
trato muda costumbrCy pues en ella, no 9ola es idéntico el argumento, destinado á probar que la tem-
planza y el cariño pueden mas con la mujer que el rigor y los celos , sino que está también presenta- ^
do del mismo modo, con el ejemfdode dos hermanos de opuestos caracteres , con casi idénticas ri» "
tuaciones , con la misma economía de acción , con las propias ideas y razonamientos , y hasta con b '-
coincidencia del nombre de una de las damas. Si tuviera el espacio necesario para ello, probaría bit» >'
ta la evidencia, con la comparación de ambas comedias, que el gran Moliere para escribir lasajit «
tuvoá la^ vista la española, siendo esta otra de las ocasiones en que buscó en el inmenso arsenal '>
de nuestro teatro armas bien templadas para lucir su ingenio y bizarría , como en el Festín de Pier^^ --^
re. La princesse Elide y Les femmes savantes^ que no son mas que imitaciones mas ó menos téüf»' ■■'.
ees de Él convidado de piedra , de Tirso , El desden con el desden , de Moreto , y No hay burlas cm ^
etamor, de Calderón. ::
Por último , y aun en el caso de suponer que Moliere (tan aficionado y conocedor de la literatort ^
española contemporánea) ignorase la existencia de la comedia de Mendoza, nadie podría, sin ene ^
bargo , negar á este la prioridad en haber trazado un argumento tan altamente cómico y moral»
pues que dicha comedia fué representada en eí palacio de Madrid en febrero de 1 643 , y la de Mo*
Uére no apareció hasta diez y ocho años después, estrenándose la noche del 12 de junio de 1661,
en casa del superintendente de Hacienda, Fouquet, con motivo de una fiesta que consagró este'
ministro á la reina de Inglaterra. -
EL DOCTTOR JUAN PÉREZ DE MOMTALYAN.
Cierran este cuadro de los contemporáneos del gran Lope de Vega las obras dramáticas del
feliz de sus imitadores, del mas afectuoso de sus discípulos y amigos, del maa entusiasta de sos i
admiradores y panegiristas : el doctor Juan Perbz de Montalvan. ^
Este ingenioso y estudiosísimo aniar nació en Madrid en 1602 ; fué hijo de Alonso Peres de Mea» ^
talvan , librero del Rey ; siguió sus estudios en la universidad de Alcalá , hasta graduarse de doelK |,
en teología , y ordenarse de sacerdote á la edad de veinte y tres años. Fué notario apostólico de le ^:
Inquisición , y ejerció otros cargos en su estado, lo ceel no le impidió para seguir su ñrresisftiUe ^
vocación poética y sus estudios lilerarioe, que le hicieron producir desde la edad de trece aftii
muchas obras apreciables , asi en prosa como en verso ; tales son : Las novelas ejemplari$ {Msh
drid , 1624) , El Orfeo en castellano (Id. , id.) , Filie y purgttlorioxte san Palrieio (Madrid , 16f7)»
El para'tode$^ libro de instnieeion y enfireienimiento (1632) , La fama postuma de Lope de Y§^ I
ga (1636) , y unas msenta eomedías y autos sacramentales , cuyas partes ó tomos i y ii se impri-
mieroi» óuicanente después de la muerte del autor en 1639 (1), además de otras varias obras, qotf*
quedaron inéditas.
Agoladas las ftienaa intelectuales de este desdichado autor con tan continuo estudio y esftierso^
(1) Parte primera. --Parte segunSa de Utt comedias del d&ehr loan Peres de Horitahen. — Álcali, i68^, fOH .—■ ^
ComprendsavtiateycinM. I
EL DOCTOK JUAN PÉREZ DE MONTALVAN. xxxi
ké ■ttiudo de una enfermedad de cabexa» que llegó á rayar ea freneaí , de cuyaa resultas falleció
•a Madrid, á los treinta y seis años de edad , el 28 de junio de 1638 , siendo enterrado en la parro-
quia de San Miguel (que hoy no eiiste).
Como el objeto de las presentes lineas sea únicamente el tratar de HoNTALtAN como poeta dra-
, prescindiré de entrar en análisis y consideraciones sobre sus demás obras literarias , ya ci-
qoe merecieron ea su tiempo tan entusiasta acogida, que de alguna de ellas, por ejemplo
la áá Parm^4odo%^ pudiera citar hasta nueve ediciones hechas en pocos años. No las creo por
ciarlo dignas de lauta popularidad, pero mucho menos aun del encono ó aversión que hacia la per-
soaa del prssbítsro Mortal van produjeron ellas y sus triunfos dramáticos entre varios escritoj zue-
losaadniasos, que exhalaroa sus bilis en necios y envenenados epigramas, de los cuales ha con-
nrvado alguno la tradicioiL
El doctor tú le lo pones y
El Monlalvan no le tienen;
Con que, quitándote el don ,
Vienes á quedar Juan Pérez.
Bi aqui una muestra de las falsas é injustas sátiras lanzadas en su tiempo contra el virUiokso,
hundo y eortés autor, que en todas sus obras respira homudez, ingenio y mansedumbre, y á
parece quererse rebajar con el grande argumento de que na tenia ioñy que por cierto no usó
, cooM^ pudiera haeerb sin vanidad ni superchería , quien habia recibido la nobleza con el
pris de docteM" y su earácter sacerdotal.
Xsfeieron aoloa estos oscuros libelistas los encarnizados enemigos de Montalvan , sino que á la
okm de elloe figuré indignamente el d daz y orgulloso Quevedo , quiea en distintas ocasiones
a enqilaeíó en lámar sus envenenadas tas contra el presbítero Montalvan ; tal como en el
■iesopqiel titulado LaPrnnoIa, escrito contra su Paror'ioda»^ ó en Ia carta canselatoriay sar-
driiei, (firigida al mismo eon ocasión de haberle silbado una comedia; ó cuando, hallándose aoi-
kn « el estudio de don Diego Velaaquei mirando un cuadro de san Jeránímo , pintado por este , y
pavipiando Bf ontalvan en ék principio de esta quintilla :
Los ángeles á porfía
Al Santo azotes le dan
Porque á Cicerón leía.
ivÍDlimunpió Quevedo para terminarla, diciendo :
¡ Cuerpo de Dios , qué sería
Si leyera á Montalvan !
Pero todas estas y otras aiiserables diatribas dirigidas contra el laborioso é inofensivo escritor,
fis respondía á ellas con panegíricos exagerados de sus mismos enemigos (entre ellos el propio
(^edo) , no fueron bastantes para amenguar en lo mas mínimo su grande reputación y el &vor
dat pábfieo húcia sus escritos y obras teatrales, que llegó á un punto, que acaso ningún autor,
iadiiao el mismo Lope, obtuvo en vida. La comedia titulada No hay vida como la honra mere-
cía tsr representada simultáneamente en los dos teatros de Madrid durante muchísimos días
eoBiecaüvos; otro tanto acaeció con la de Launas constante mnjer y la de (/a castigo en dos vea^
fsnsai. Estas y otras varias comedias de Montalvan se han sostenido siempre en nuestra
á pesar del trascurso del tienqpcs y aun en nuestros dias hemos visto representar cou igual
y afdauso La ttpquera viacatna , La ionecUa de labor { aunque reftindida y estropeada hon-
rada y clásicamente con el titulo de Marica la del puchero)^ El mariscal de fitron, Los aman--
fes ás Tentd y otras de este fecundo poeta. Vengóle también en vida de aquellas apasio-
cffWcas la sincera y patenud amistad del gran Lope de Vega, de Calderón, Pellicer, Valdi-
7 otros muchos insignes escritores de su tiempo , la protección del Rey y de los principales
de la corte, y hasta mereció (según él mismo dice en su Parar-todos) que un comerciante
da Is áaésá de Lima , llamado Tomás Gutiérrez de Cisneros, sin ser deudo suyo ni haberie visto
;, aetameate por inclinación á sus escritos, le confiriese una eapellania y pensión para orde-
' éltime, á su muerte, acaecida desgraciadamente, como queda dicho, á la temprana
ekd da IreiaCa y seis años , flié acompañado á la tumba con nn se üo general , y su amigo
el Bceaciate dea Peépoftándede Tena recogió en unlBifa, b < 1699 cou el titulo de
xxxii APUNTES BIOGRÁFICOS.
Lágrimas panegíricas á la temprana muerte del doctor Juan Peret de Montalvan , los sentidos ver-
sos de todos los poetas contemporáneos (excepto el implacable Quevedo); y el sapientísimo don
José Pellicer , sugeto bien conocido por su vasta erudición y sano juicio, le consagró un elogio ó
análisis panegírico de sus obras, especialmente dramáticas, sumamente curioso y erudito, aun-
que bastante exagerado , concluyendo con estas palabras : c Este fué el doctor Juan Pkrei di Mor-
tal van, habiendo yo hecho juicio de sus escritos, ni lisonjero ni afectado. Véanse sus obras, y
hallaráse ajustado este retrato al original. Fué entendido, modesto, apacible, cortés y blando. Sus
escritos están respirando erudición, y sus libros doctrina. De nadie dÜjo mal, alabó á todos. Nació
en el regazo de las musas, como de Hesiodo y de Sidonio se cuenta. Caliope le dio la inveotíva eo
la poética , Clio la noticia de la historia , Melpomene la disposición elegiaca , Euterpe la infalibilidad
matemática, Erato lo festivo, Tersicore lo ingenioso de las artes, Urania el conocimiento de lot
cielos , Talía lo bucólico, y Polimnia lo lírico. Dejó en su muerte lástima y deseo, y aun la envidia
le lloró. >
La crítica moderna , mas imparcial , coloca á Hontalvan igualmente distante de estos encomiás-
ticos elogios que de las injustas diatribas de sus contrarios; y su teatro (por fortuna conservado in-
tegro, y mas conocido y estudiado que el de sus demás contemporáneos) le da acaso el primer
puesto entre nuestros autores dramáticos de segundo orden. 8u carácter mas determinado, como
poeta cómico, es el de imitador flel y el mas feliz de Lope de Vega, no solamente en la combinación
déla fábula y la pintura de los caracteres, sino hasta en la expresión y en el estilo, en términos que
muchas de sus comedías parecen escritas por aquel. Algo menos de espontaneidad y un poco
mas de juicio y de gusto en el tejido dramático del argumento , dan, sin embargo, á las cooiedías
de Montalvan precio mayor sobre muchas de las de su colosal y descuidado modelo, y hacen sos-
pechar en él diversas convicciones y gusto dramático, que le obligaban, sin embargo, á ahogarla
profunda sumisión y el entusiasmo que profesaba á la persona de su maestro. — Cumplir con su obli^
gacion (que, según él mismo dice, es la segunda que compuso en sus primeros anos). La doncella de
labor (que él mismo en su dedicatoria aprecia por la mas ingeniosa y alineada de cuantas habia es-*
crilo) , La mas constante mujer. No hay vida como la honra , La loquera vizcaína (en cuyo argu-
mento y caracteres puede creerse que tuvo mas bien intención de imitar la manera de Tirso), Como
padre y como rey , Ser prudente y ser sufrido (que son las siete escogidas para esta colección ), es-
tán exentas por lo general de aquellas extravagancias, desatinos y hasta monstruosidades que Lope
autorizaba con su ejemplo; sus argumentos y caracteres son, por lo general, nobles y decorosos»
su estilo fácil, poético, correcto y animado. — Otro tanto pudiera decirse, con ligeras excepdones^ de
la de Los Amantes de Teruel (en la que , sin embargo, siguió demasiado servilmente la de Tirso de
Molina). La del Hariscal de Biron, las de Un castigo en dos venganzas. Los desprecios, en quien
ama. Gravedad en Villaverde, Lo que son juicios del cielo, La mujer de Peribañez, El segundo
Séneca de España , La ventura en elengmo^ y otras, que en su mayor parte contienen grandes
bellezas dramáticas al lado de imperdonables descuidos; asi comeen otras muchas en que se propo-
nía seguir (tal vez, repito, contra sus convicciones) el gusto extravagante de la época y el atrevido
ingenio de su modelo, alcanzaba, por desgracia, su objeto de no dejarle atrás en desenfreno
y demasía. Los autos del Polifemo^ El Escanderbek, El divino portugués san Antonio de Podaio,
La gitana de Ménfís, El hijo del serafín^ y otros varios; las comedias de Don Florisel de NiqueOt
Amor , privanza y castigo. La monja alférez , Los templarios, El nazareno Sansón , y otras, nada
dejarían que desear en su tiempo en cuanto á desatinos y exageraciones á un público amaman-
tado con ellos; así como hoy se caen de las manos al considerar á qué extremo de obediencia cie-
ga, de abdicación de su propio juicio se sujetaban ingenios tan felices, hombres tan entendidos y
discretos como Montalvan.
Los arliücios de sus comedias, en general, son muy ingeniosos, y están complicados y desen-
vueltos con gran destreza ; los caracteres, especialmente el de los galanes, nobles, pundonoro-.
sos y simpáticos; en los de las damas se inclina mas bien á la desenvoltura de Tirso que á la
elevación y ternura de las de Lope ; su estilo es por lo regular fuerte , sentencioso , epigramático y
lleno (le corrección y de chiste cómico ; y con excepción de Tirso de Molina y de Moreto, acaso
de ningún otro autor de nuestro teatro pudieran extractarse tantos trozos bellísimos de elocucioo»
tantos pensamientos elevados, tiernos ó satíricos, encerrados en versos correctos, inspirados y
llenos de la mas bella poesía. Sirvan de ejemplo en tan diversos géneros los que tomaremos al acaso
en varias de sus comedias, y en los cuales se adnüra unas veces toda la facilidad, toda la ternurd de
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN. xxxiii
Lope, en otras, toda la incisiva energía de Alarcon, toda la vis cómica de Moreto, 6 toda la picaresca
¡ntencion de Tirso.
Si el alma un cristal tuviera
(Cono cierto dios quería),
Menos traiciones hubiera,
Poes cada cnal temería
Qoe so infamia se supiera.
üo hubiera en el mundo engaños,
CMelas , juicios extraños ,
TraícioDes » fiílsos testigos ,
!G con máscara de amigos
Hubiera secretos daños.
Ho hubiera malas ausencias
TQ ttcootradas voluntades
Por opuestas diferencias ,
Ni hubiera en las amistades
Injustas correspondencias.
No hubiera amigos fingidos,
Que e] bien ajeno los mata,
De su envidia persuadidos ;
No liubiera mujer ingrata
Á' servicios recibidos.
No hubiera en hombres discretos
Malas palabras y afrentas ,
Quizá por falsos concetos ,
Ni hubiera muertes violentas
Por intereses secretos.
No ofreciera un gran señor
Su casa á amigo traidor ;
Que aun suele el mas verdadero
Ser por ventura el primero
Que hace tiro en el honor.
No hubiera libres intentos
De mujeres principales
De mas altos pensamientos,
Ni en los hombres desiguales
Cupieran atrevimientos.
Y en efecto, cada cual
Fuera cortés y leal ,
Fuera amigo y noble fuera,
Porque la lengua siquiera
Correspondiera al cristal.
Alabómele tanto,
Unas veces con risa, otras con llanto.
Clávela, enamorada,
Qoe sa alabanza me sirvió de espada,
Pues ano antes de verte
Pude tener amagos de quererle ;
Al fin, ella me hizo
Qoe le qoisiese bien ; que no hay hechizo
Tan inerte ni apretado
Como tener otra mujer al lado
Que, inclinada á su nombre^
A todas horas diga bien de un hombre.
Loego por la experiencia
Cooocí que era amor mi diligencia ;
Qoe cuando las mujeres
£o vestidos, tocados y alfileres
Tal cuidado ponemos ,
ó queremos querer, ó ya queremos.
Salgo á buscar á mi pastora bella,
Que, esquiva y desdeñosa como ella,
£o nada de mi amor se satisface ;
Mas, si la quiero bien , ¿qué mucho hace?
Que en viéndose queridas lus mujeres,
En pesares nos pagan los placeres ;
Y asi, para obiigallas ,
Echar por el. atajo es despreciallas;
Porque tal vez se vence un pecho ingrato,
Mas que con el amor, con el mal trato.
Hilaba el sol, hilaba Porcia un día,
Y el lino venturoso que tora! a.
Tal vez entre las manos se nevaba,
Y tal entre la boca se tenía.
Y como, en On, es yerba que se cria
Con agua y sol, y Porcia le mojaba.
Tan gózo<o, tan fuera de sí eslaba,
Que no falló quien dijo qu ! crecía.
Al hilo entonces , (jue aun la hiz conserva
Del clavel que tocó , dije alreviilo :
«Si á tu nombre c-^a gloria se reserva,
uTriiccala por mi ser, si eres scrvi.jo;
Que mas quiero tu dicha, siendo yi*rba.
Que ser quieu soy, habiéndola perdido.»
Todo esto es Lope de Vega puro, y prueba bien hasta donde llevó nuestro poeta la feliz imi*
tacion de su modelo. Pero si queremos sorprenderle en uno de aquellos inomeutos preciosos en
que acertaba á competir con Tirso ó con Moreto en la rapidez y viveza del diálogo, leamos el
^goiente eotre un galán vergonzoso y una princesa, su enamorada:
DOa IUA.1.
¿Sttíoramia?
CAVlU.
¿Qué hacéis?
D0:« JOA.t.
Cierto negocio traía
En que hablar á useiíoría.
CAXIU.
Aqof estoy. ¿Qué me queréis ?
DO^I JUAN.
ÜGcbo pudiera decir.
CAIIU.
To también tengo que hablaros.
D02I JCA3I.
Vanlro soy.
DD. C. na L-i;.
CAVILA.
. A preguntaros
Vengo, para uo mentir,
Si tenéis amor.
llOü JÜAÜ.
¿Yo?
Cavila.
Vos.
La Yerdad: ¿quién os inquieta?
1IE?ÍD0ZA. (Ap.)
Él cabe está db apalela;
Tírale, cuerpo de Dios.
DO:f JUA.t.
No vivo tan descuidado ,
Que no tenga á quién querer.
CAVILA.
Venturosa es la mujer.
DON JUAX.
SI, mas yo muy desgraciado.
CAVILA.
Su ventura colegí,
Porque á vos os mereció.
DON JOAN.
Y mi poca suerte yo,
Porque no la merocf .
CAMILA.
¿ConózQolayo?
a0!( JOA!f
Sí , & fo.
CAVILA.
i^'Sít'^**'
XXXIT
DON JOAN.
No, por Dios.
CAMILA.
¿Es hermosa?
DON JUAN.
Como vos.
CAMILA.
¿Quiéreos bien?
DON JUAN.
Eso no sé.
CAMILA.
¿Qué aguardáis?
DON JUAN.
A declararme.
CAMILA.
¿No lo habéis hecho?
DON JUAN.
No puedo.
CAMILA.
¿Es falla de amor?
DON JUAN.
Es miedo.
CAMILA.
¿Qué os detiene?
DON JUAN.
El despenarme.
CAMILA.
¿Por qué?
DON JUAN.
Porque tarde llego.
APUNTES B10GR.Í Fieos.
CAMI).A.
¿ Quiere ya bien ?
DON JUAN.
¡ Ay de mí !
CAMILA.
¿Qué decís ?
DON JUAN.
Pienso que sí.
CAMILA.
Aborrecerla.
DON JUAN.
Estoy ciego.
CAMILA.
¿Tiene dueño?
DON JUAN.
Ya le espera.
CAMILA.
¿Es fácil?
DON JUAN.
Es principal.
CAMILA.
Y ¿quién sois VOS?
DON JUAN.
Soy su igual.
CAMILA.
Pues ¿qué os falta?
DONJUÁN.
Que me quiera.
CAMILA.
¿Es mi amiga?
DON JUAN.
Os quiere bien.
CAMILA.
¿ í^uelo verla ?
DON JUAN.
Cada dia.
CAMILA.
Decidme quién es.
DON JUAN.
Querría... .
CAMILA.
Pues ¿qué teméis?
DON JUAN.
Su desden.
CAMILA.
¿Qué OS hará?
DON JUAN.
Se ofenderá.
CAMILA.
En (in , ¿decis que hoy la vi?
DON JUAN.
En vuestro espejo.
CAMILA.
¿Yo?
DON JUAN.
Sí.
CAMILA.
Luego ¿soy yo?
DON JUAN.
Claro está.
O bien, trasladado á olix) terreno, el satirico y chistoso,
lacioues puestas en boca de los graciosos :
Menga , yo no fui nacido
En signo de pelear,
Y fuera de esto, el bullicio
De la ciudad me ofendía ,
Y el ver por tantos caminos
Las usuras y los logros,
Engaños y ladronicios
Con que los grandes chupando
Les van la sangre á los chicos,
Escondiéndoles el {lan
'Para subirles el trigo;
Y de mas á mas el ver
Que un hombre, aunque sea bien- ■ Si es blanco, que es infusión:
En cuanto hace y no hace, [quisto, ' Si es moreno , que es un indio ;
Y si no , desvergonzado ,
Grosero y desvanecido;
Si no presia, que es un piojo:
Sí presta , que es un perdido ;
Sí se enamora , que es mozo ;
Si se guarda , que es minislro ;
j Si se viste mal , que es puerco;
i Si se viste bien , que es ninfo;
: Sí habla , que es charlatán ;
I Si calla , que es vízcahio;
: Sí es pequeño , que es enano ;
j Si es grande , que es desvaido ;
señalaré alguna de las intinitas
Que es hipócrita , y sí el mismo
No se confiesa en un ano ,
Que es un hereje precito;
• De suerte que no hay ninguno,
Bueno , malo , grande , chico ,
' Alto , bajo , blanco , negro ,
¡Triste, alegre, puerco, limpio,
j Vivo, muerto, mozo, viejo.
Rico , dichoso ó mendigo ,
Que se escape en esta vida
De vecinas v vecinos.
Por este ó acjuel camino ,
Ha de verse murmurado;
Porque, sí un hombre está rico,
Dicen que ha sido ladrón
Para venir á adquiríllo;
Si es pobre , que es para poco.
Pues que medrar no ha sabido ;
Si se casa , que es un necio ,
Pues no conoce el |)el¡gro ;
Si no se casa , fjue tiene
De secreto algunos virios;
Si es cortés, que es zalamero
En el modo y en entilo;
^ Si es valiente , que ruíian ;
Si es mudo , que es bien sufrido
Sí es alegre , que es bufón ;
Sí es triste , que es dejativo ;
^ Si es infeliz , que es menguado ,
j Y si dichoso, judío;
I Si vive mucho , que es hombre
, Sin género de sentido,
! Y si se muere en agraz
(Poninc Dios así lo quiso).
Que <le necio se. murió:
I Si traía de recogido
1 Y se cun ilesa á menudo ,
() vieras como yo vi ,
El olro dia en un templo,
I Con grandes voces y gritos
' Que los ponía en el cielo ,
Delante un san Sebastian
Así lamentarse un yerno:
. ciGlorioso san Sebastian ,
Santo cabal y perfecto ,
Mí alma como la tuya,
Como tu cuerpo mi suegro.
«¿Todas las flechas á vos?
;Qué |»oca razón tuvieron !
Suegros había en el mundo
Y babU casamenteros. *
kTo, q :e todos los dolores
Pa«o con un suegro eterno,
Qoede él me queráis librar,
Gomo á santo , os pido y ruego.
«Como dolor de costado ,
Soegro de costado tengo,
V cao un suegro continuo
Seis años bá que adolezco.
?»Todo de suegro me voy,
Porque tengo pujamienlos ,
T me ba dado sue¿ro lluvia ;
Restañadme , Santo, luego.
».\o hago sino rascarme,
Que me pica todo el cuerpo;
EL MAESTRO TIRSO DE MOLINA.
Que tengo su'gro perruno ,
Como la sarna del perro.
»Me sabe á suegro y vinagre
Cuanto como y cuanto ceno;
Suegro hay por ante el comer,
Y al comer, por postre , suegro.
dAI que le duele la qouela
El sacársela es remedio,
¡ Y á mí , que el suegro me duele ,
No me dan este consuelo !
»Si quisieran conmutarme
*Este mal á otro tormento ,
Yo lomara de lanzadas
A diez por suegro sin miedo.
»Suegra pascua le dé Dios
tn?
Al que de suegro me ha puesto,
Y plegué á Dios que se vea
Tan yerno como me veo.
»No hay cosa que sé le iguale,
Todas son cosas de viento,
Con el llamar mt señor
A lo mismo que aborrezco.
»Lus suegros se vuelven lanzas,
No queda yerno cnn yerno;
A suegro y sangre va todo,
Y todo á suegro y á ellos.
p Libradme, pues, santo mió,
De tantos ensuegramienlos;
Muera yo de unas tercianas ,
Y no de este parentesco.»
Pudiera añadir á estos in&nidad de trozos igualmente chistosos y propios de la comedia; pero
seria íoteroiiDablc y llegarla á ser cansado este discurso ; basten los ya estampados para llamar laí
atención de los lectores hacia los muchos puestos en boca de los graciosos Monzón en la comedía
U Doncella de laboi\ Serón en La mas constante mujer, Camacho en la de Los Amantes de Te-
tul, y Clarín en la de Olimpa y Vireno. Montalvan , pueá, por la agudeza de su ingenio, por lo
Uagüeño de sus argumentos , por el gracejo y donaire de su estilo, fué muy digno de compartir
o» Lope y con Tirso el laurel escénico, y aun hoy, después de dos siglos, hay que reconocerle
aquellas apreciables dotes, que hacen grata y respetable su memoria.
Hasta aquí las noticias biográficas que he podido adquirir, y los apuntes críticos con que he
CRkk) deber acompañarlas, de los autores comprendidos en este tomo, que, con el anterior, com-
pleUoel largo período de Lope de Vega, desde 1388 á iG3o. De los otros escritores mas subalter-
Bosde aquel mismo periodo , que figuran en el Catálogo que va á continuación, pero que por su
escaso mérito no parecen dignos de concurrir con sus obras á esta escogida colección , poco ó na-
da padlera decir, ni tampoco añadirla, con loque dijera, interés alguno á estos apuntes.
Pero al lado del gran astro de nuestra escena , y brillando con luces propias, y no reflejadas del
nisaio, como lo hicieron todos sus contemporáneos , aparecen dos sugetos de tan alta importan-
cia y nombradia , que si bien por ella misma están , puede decirse , fuera de nuestro cuadro ( redu-
cido á los limites del teatro apellidado de segundo orden ) , y han merecido ya su lugar propio y
especial en esta Biblioteca (t), parecería, sin embargo, sobrada omisión y descuido callar afecta-
damente sus clarísimos nombres, y prescindir de sus obras admirables en estas anotaciones histó-
rico-críticas de aquel periodo dramático; y aun á riesgo dé no decir nada nuevo, ni aun tan bien
eoiDo supo hacerlo al frente de sus respectivas colecciones la erudita, discreta y sazonada pluma
del señor Hartzenbusch , no puedo soltar la débil mia sin ceder al deseo de consagrar algunas bre-
ves lineas á aquellas dos colosales figuras dramáticas, rivales del gran Lope, que, si no en fecundidad
y desenfado, le igualaron en talento y originalidad , y le excedieron en gusto é intención dramática,
en gracejo y corrección de estilo.
EL MAESTRO TIRSO DE MOLINA.
La suerte que en el concepto público ha cabido, según la diversidad de los tiempos, al rico 51
aáfaxiirable repertorio dramático del maestro Tirso de Molina , es una de las mas raras y contradic-
torias de que ofrece ejemplo nuestra literatura. Acogido con inequívocas muestras de entusiasmo
á su aparición en la escena, en la que, sin embargo, tenia que luchar con la formidable compe-
teiieia del gran Fénix de los ingenios, el inagotable Lope de Vega, y mas tarde con la de Calde-
(I) Tomos T y n, C^msiUu e$cogidtu del maestro Jírso de Molioa y de don Juan Raiz de Alarcon , colectadas por
éM Joan Eagenío HartxeDlraseb.
ixxfi APUNTES BIOGRÁFICOS.
ron, Horeto, Rojas, Alarcon y otros ciento, todavía el genio inmenso y atrevido de Tirso halld
recursos propios, medios infinitos de colocarse á tan grande altura, que, á no haber mediado k
prodigiosa fecundidad y el irresistible prestigio de Lope , la pública opinión le hubiera colocado en
el primero y mas señalado lugar de nuestra escena patria. — Conocidas son generalmente las dotei
especiales que distinguen á este grande ingenio de todos ó de casi todos nuestros autores dramáti-
cos; su peregrina invención, su chiste y agudeza, su fácil y sonora elocución, y la riqueza y varie-
dad de su expresión y estilo ; y tanto por aquella razón, como por no dar á estas lineas mayor espi-
cio del conveniente, omito por ahora engolfarme en aquel grato análisis, ó mas bien en aqoel
obligado panegírico. Basle á nuestro propósito decir que las comedias del maestro Tirso de Molini
obtuvieron en vida suya, no solo el aplauso y entusiasmo popular, sino la especial acogida y el
apasionado encomio de los grandes ingenios contemporáneos, que en las aprobaciones que dieron
de aquellas para la impresión, en los prefacios de algunas de sus obras y en la dedicatoria que hi-
cieron de las propias al gran Maestro, se deshacen á elogios de su ingenio y fantasía (1).
Todos aquellos encomios , todo aquel favor público que en la pripiera mitad del siglo xvii y ei
vida suya obtuvo el ingenioso y picaresco Tirso de Molina, fueron desapareciendo ó eclipsándose
desde que , escondido su autor eú la austeridad de un claustro, renunció á su poético nombre adqp-
tivo, para presentarse en el pulpito, en ¡a cátedra y en obras de erudición y de historia eclesiástke
con el verdadero del reverendísimo padre maestro fray Gabriel Tellez, presentado, definidor y co-
ronista de la orden de la Merced calzada , redención de cautivos.
Coincidió con este voluntario retiro •y sin duda contribuyó grandemente á aquel injusto aban-
dono de la opinión pública, la aparición en la escena de la mágica musa de Calderón de la Baret,
que dando á sus argumentos mas complicado artificio, retratando caracteres altamente simpáticos y
originales, y ostentando en su mágico estilo todas las galas de la imaginación española, subyogtf
completamente el gusto del público, y arrancó á Lope de Vega la palma de padre y creador de la v»-
dadera comedia nacional.— Sin embargo, preciso es confesar que el mismo Calderón y todos los
demás ingenios aprovecharon muchas veces, harto ilicilainente , la primitiva invención , riqueza y
variedad de Tirso, piíra imitar y copiar al severo religioso, que procuraba olvidar c(m trabajos afrí
céticos y con obras de penitencia las trescientas comedias que, según su testimonio, habia escrito en
sus años juveniles , y en las cuales, si de algo tenia que arrepentirse, era sin duda alguna de exee-
so de malicia y sobrado colorido de liviandad.— Calderón , adoptando el pensamiento de El cdo$$
prudente^ de Tirso , y mejorándolo sin duda en su excelente comedia A secreto agravio secreta twi-
ganza, y en la de Los cabellos rfe Absalon la de La venganza de Tamar; Moreto, robándole La vilüh
nade Vallecas, La ventura con el nombre. El Rey don Pedro en Madtid y otras, en La ocasíoñ
hace al ladrón. El parecido y El rico hombre de Alcalá; Montalvan< imitando, ó mas bieo-refun-
diendo Los amantes de Temel, de Tirso, y Matos La firmeza en la hermosura, con el título de F¿r|
creer, y La elección por la virtud con el de El hijo de la piedra; Vélez de Guevara la Romera dé
Santiago, La Montañesa de Asturias y otras; Zarate la de Palabras y plumas en Quien habla mti
obra menos ; lAomoy El Aquilesen El caballero dama; Zamora y otros, nacionales y extranje-
ros, adoptando la famosa creación de El burlador de Sevilla y Convidado de piedra, no solo parece
que se conjuraron todos á desposeer de su legitimo caudal al padre Tellez, sino que mejorando las
mas veces el artificio de sus argumentos, hiciíTon olvidar su primitivo autor, que es lo que, segua
decia Voltaire , equivale á robar y matar.
Y tanto lo consiguieron , que en el trascurso de casi dos siglos apareció el respetable nombre de
Tirso de Molina envuelto en la mas densa niebla, y sus obras dramáticas absolutamente desterradaí
déla escena y aun desconocidas de los críticos eruditos.— De las circunstancias de su vida solo llegd
á estampársela presunción de que fué natural de Madrid (así lo afirman Montalvan en su Para-toám^
Baena en sus ¡lijos ilustres de esta villa, y se infiere además claramente de su propio testimonio), j
que pudo nacer hacia 4570; que escribió en su primera edad (según su sobrino, don Francisc»
Lucas Avila, editor de sus obras) hasta cuatrocientas comedias, y que hacia 1620 ó antes profesdcs
la orden religiosa de la Merced calzada, en la cual fué presentado y maestro en teología , predicad»^
(1) Véause los que le tributa Lope de Vega en el prefa- don de Calderón , esUmpada al frente de la qainU p^v,
cío de la obra de Tirso titulada Los cigarrales de Toledo. de las comedias de Tirso, y las entusiastas expresi^
y los versos que le consignó en su Laurel de .Ipo/o, asi con que Montalran le caliíica en su Para-lodoi, ai ^ "*
como la dedicatoria que le hace de su comedia titulada carie entre los grandes ingenios matrüensef.
Le fingido verdadero ; Igualmente la expresiva aproba-
EL MAESTRO TfRSO DE MOLINA. XXXTII
^ fama , coronista general de la misma, definidor de Castilla la Vieja, y por último, que en
etiembr^ de 1643 fué elegido comendador del convento de Soria , donde se cree que murió
rero de 1648. — De sus celebradas obras dramáticas (cuyo número queda arriba dicho), solo
fiado hasta nosotros los cinco tomos ó partes publicadas en vida del autor por su sobrino, des-
6 á 1636, las cuales contienen cincuenta y nueve comedias, y los entremeses, que con las
mprendidas en el libro titulado Los cigarrales de Toledo ^ y otras, impresas sueltas ó en
ceian de varios ^ conocida por Las partes ^ componen un total de setenta y ocho ¿ ochenta
tas, que son las que se expresan en el Catálogo que va á continuación. — También se en-
t, aunque raro, el .citado libro de Los cigarrales, y otro de nevelas y de versos con el titulo de
r aprovechando; la historia ó Crónica de la orden de la Merced, que también escribió, y se
raba manuscrita en la biblioteca del convento de Madrid, ahora en la de la Real Academia
istoria. — En dicho conv'ento debian obrar también otros escritos y noticias del padre Tellez;
ipe entonces que el reverendísimo padre Martínez, general que fué de dicha orden há-
), y posteriormente obispo de Málaga, tenia escritos unos apuntes de la vida de aquel insigne
y sin duda recogió al efecto todos, los datos que pudo haber á la mano. — Con la muerta del
fartinez todo se perdió después, asi como se habian perdido antes, en tiempo de la inva-
iDcesa , los que debieron existir en el convento de Soria, los restos mortales y el retrato del
k)mendador.
dos modos, y sea por la causa que se quiera, es lo cierto que el nombre y la memoria de Tirso
s obras permaneció mas de siglo y medio en tan completo olvido , que en vano se buscarían
k él trazas de popularidad , y ni aun siquiera de conocimiento departe de los eruditos y criti-
; autorizados. Luzan, Montiano, Nasarre, los dos Moratines, Signorelli , Andrés, Butervek ,
lí y todos los demás que han escrito de la historia de nuestro teatro en todo el pasado siglo
pios del actual, apenas le nombran, y se supone que le desconocieron completamente. —
Qo comprendió una siquiera de sus comedias en su colección escogida del teatro español, y
co, en fin , que asistia al teatro y que sabia de memoria las relaciones del Tetrarca y de La
sueño, de Calderón; del Desden y del Ricohombre, de Moreto; del Garda del Castañar^
s ; de La taquera vizcaína, de Montalvan; de las Mocedades del Cid , de Guillem de Castro;
nine Lúeas y El hechizado por fuerza , de Cañizares y Zamora, y que aplaudía con frenesí
\fo del Ave María y los abortos dramáticos de Valladares, Zabala y Comella, ignoraba que
¡uellos primeros maestros de nuestro teatro existia otro que podia marchar á par de ellos,
su frente ; que al través de aquellas magníficas joyas de nuestro Parnaso yacian injusta-
olvidadas otras, no menos acreedoras á su favor, como El vergonzoso en palacio, Marta la
I , Por el sótano y el tomo , La villana de Vallecas y La gallega Mari-Hernandez.
ino literato don Dionisio Solis fué, puede decirse, el que descubrió y reveló al público, ¿
(ios de este siglo, aquel ignorado tesoro. Retocando con maestría, hacia 1819, aquellas y otras
s producciones de Tirso de Molina, y dándolas á la escena, donde por fortuna cayeron en
de actores tan inteligentes como la Antera Baus y la Josefa Virg, Juan Carretero y Pedro
, produjo en el concepto público una reacción asombrosa en pro de aquel hasta entonces
tado autor. — El rey Fernando VII , asistiendo con una predilección marcada á sus comedias,
cialmente á la de Don Gil d^ las calzas verdes, contribuyó, sin saberlo, á aquella solemne
cion; y posteriormente los eruditos y celosos escritores don Agustín Duran , don Javier de
i, don Alberto Lista y don Juan Eugenio Hartzenbusch , con muy apreciables trabajos (es-
mente este último en las dos colecciones de comedias escogidas de Tirso, hechas en estos
is años bajo su exquisita diligencia) , han analizado y discutido concienzuda y discretamente
1 mérito de tan insigne autor, y por resultado de aquellos trabajos (á que con nuestra noto-
jrioridad tuvimos el gusto de asociarnos), y á consecuencia de aquella solemne reparación en
a escena, la fama de Tirso de Molina está hoy sólidamente asegurada, y su ilustre nombre co-
} en nuestro Parnaso á par de los de Lope y Calderón (i).
o 1826 el autor de estos apuntes y colección re- lado Tirso de Molina , cuetitos , fábulas , descripciones,
é hizo representar las comedias de Amar por se- diálogos, máximas y apotegmas, epigramas y dichos agu-
a dama del olivar j Ventura te dé Dios, hijo , de dos, escogidos en sus obras, con nn discurso critico , por
en 1857 1e56 un discurso critico sobre este autor don Ramón Mesonero Romanos,
kteneo de Madrid, y en 1848 publicó un libro titu-
mvtn APUNTES BIOGRÁFICOS.
DON JUAN RUIZ DE ALARGON.
Don Juan Ruiz de Alarcon y Mendoza, uno de los seis grandes nombres del teatro del siglo xvn,
á pesar del relevante mérito de sus composiciones dramáticas, y acaso por su misma corrección j
filosofía, que hoy las enaltecen á los ojos de la critica sensata , no alcanzó de sus contemporáneo!
gran favor y simpatía, antes bien fué victima de un encono tan profundo como inmerecido, se-
gún lo demuestran los infínitos epigramas y sátiras de todos los poetas de la época contra Ruiz de
Alarcon, que aun se conservan paiti mayor gloria suya y descrédito de sus émulos. Acaso sus su-
cesores le hubieran continuado en tan injusto olvido ó apreciación, á no ser por el gran Comeille,
que, imitando, 6 mas bien traduciendo, la preciosa comedia de La verdad sospechosa (Le Menteur),
reveló á los critieos españoles y extranjeros , entre ellos el mismo Voltaire , la importancia y valoi
de nuestro Ruiz de Alarcon como autor filósofo , ingenioso y correcto.
De todas estas dotes características suyas hizo alarde esic autor singular, en contraposición al»
grandes extravíos de sus contemporáneos y rivales. Todas sus comedias respiran una intención mo-
ral (cosa tan rara entre nuestros primeros dramáticos) , todas se distinguen por una admirable eco*
nomía y sencillez en la acción, sin dejar por eso de ser en extremo interesantes; y todas ^-an engí:
lanadas con una pureza tal del lenguaje , con una corrección tan esmerada del estilo, que en esli
punto ninguno le aventaja, y pocos, muy pocos, y en contadas ocasiones, le igualan.
Dos partes ó tomos se publicaron de Alarcon , la primera en Madrid en 1628 , y la segunda el
Barcelona en 1634. En el prólogo de esta última se queja el autor de que algunas de sus producck^
nes habían sido atribuidas á otros autores, y lo expresa con una sencillez y mansedumbre dignii
de la mayor alabanza, c Sabed (dice al lector) que las ocho comedias de mi primera parte y las do*
ee de esta segunda son todas mias , aunque algunas han sido plumas de otras cornejas , como son :
El tejedor de Segovia , La verdad sospechosa. El examen de maridos, y otras que andan impre-
sas por de otros dueños; culpa de los impresores, que les dan los que les parece, no de los autora
á quien les han atribuido, cuyo mayor descuido luce mas que mi mayor cuidado ; y así , he queridc
declarar estomas por su lionra que por la mia; que no es justo que padezca su fama notas de ignwa»
m, etc.» — Es á cuanto puede llegar la modestia en boca del ajjtor de aquellas tres admirables co-
medias de Las paredes oyen , Ganar amigos y La prueba de las promesas, que el señor Lista no áík»
da en comparar á las mejores obras de Terencio.
cLas comedias de Alarcon (dice aquel eminente poeta y crítico) son todas originales, ya en cuanCl
á los argumentos, ya en cuanto á las situaciones. Leyendo á Moreto nos acordamos de Lope ]
de Tirso, aunque mejorados; Calderón se copió muchas veces á sí mismo; Alarcon no copia á n»
die ni se repite. Sus situaciones son siempre nuevas, lo que parecía imposible después de las mi
ochocientas comedias de Lope de Vega. Sus recursos dramáticos están bien graduados y en prO;
porción con las situaciones; su diálogo es vivo, interesante , lleno de gracias y de respuestas inespo
radas en las situaciones cómicas y de emociones terribles en las trágicas. > Y en otra parte dice : cGJd*
deron le excedió en la fuerza poética y en el arte de anudar y desenlazar la acción, Lope en I
ternura , Tirso en. la malignidad , Moreto en la sal cómica, Rojas en las situaciones trágicas. A to»
dos los demás es superior en estas dotes , y á los colosos que van nombrados, en la corrección sos-
tenida de la frase. El gusto de Alarcon estaba mas exento de vicios, aunque su ingenio no fuei
tan fecundo en bellezas. >
A pesar de tan singular mérito, Alarcon fué envuelto en la proscripción injusta y apasionada qo
el siglo xvnr, bajo la enseña de la escuela clásica, lanzó contra todo nuestro teatro nacional. — 1
es lo singular que mientras aquella misma intolerante escuela aplaudía con entusiasmo y señalalk
como la primera producción cómica del teatro francés Le Menteur, de Corneille, y que nuestra
serviles traductores la vestían á la española en ridículos traslados, unos y otros ignoraban, ó afeo*
taban ignorar, el original , confesado por el mismo Corneille, de aquella admirable pieza La verdm
sospechosa, de nuestro Alarcon.
Los actuales críticos, mas justos ó mas instruidos, han rehabilitado en el concepto público li
memoria de este y otros de nuestros insignes autores del siglo xvu , y colocado su nombre en e
mismo templo y á la misma altura que los de Lope , Calderón, Tirso, Rojas y Moreto.-— Las mejo*
res comedias de Alarcon han vuelto á brillar en la escena y á recibir el homenaje de aplauso qw
DON jrAN RUIZ DE ALARCON. xxxix
Un bien merecen, ia prensa ha vuelto á reproducirlas, y la crítica á analizarlas con mas justicia
(lor cierto que sus ingratos contemporáneos.
Por fortuna de la gloria nacional, se ha salvado el precioso tesoro de su repertorio, y podido reim-
primirse en nuestra Biblioteca, integro, á causa de su número, limitado comparativamente con los
de los denaás padres de la escena española (1).
So sucede lo mismo con las noticias biográficas del distinguido Alarcon, pues la incuria de sus
odotemparáoeos y su propia modestia nos han dejado tan á oscuras de ellas, que so!o hallamos
eo las escasas lineas que le consagra don Nicolás Antonio que nació en Méjico, aunque oriundo de
Espaíia; en comprobación de lo cual, el señor Ochoa, en su Tesoro del lealro español , impreso en
Puris en i8o8, añade una cita de Baltasar Medina , en su Crónica de la provincia de San Diego de
Méjico^ de religiosos descalzos de san Francisco, impresa en aquella capital en 1682, en cuyo fo-
lio ^i dice positivamente tquc Alarcon nació en Tasco ó Tachco , provincia de Méjico, de una fa-
nília oriunda de la pequeña villa de Alarcon, provincia y obispado de Cuenca, partido de San
Clemente. Probablemente (y esto es una presunción mia) seria de la misma familia del virtuoso
iKerdote don Juan Pacheco de Alarcon, que fué hijo de don Juan Ruiz de Alarcon y Mendoza y de
doDa Haría de Peñalosa , señores de Buenache, en la misma provincia de Cuenca , y fundó en 1609
d convento de religiosas mercenarias , que aun lleva su nombre , en Madrid , calles de Valverde y
kh Puebla. Acaso nuestro poeta seria liijo suyo , pues se sabe que estuvo casado antes de ser sa-
oniote, y que murió en Í6i6 , siendo enterrado en el mismo convento de su fundación.— De esta
■aera explicamos la absoluta identidad de nombres, apellidos y oriundez del señor de Buenache
el autor don Juan Ruiz de Alarcon y Mendoza , que hoy nos ocupa. Por lo demás , solo sabe-
de su vida que fué abogado y relator del consejo de Indias; que tan privilegiada como fué su
ihat en dotes de ilustración y virtud, fué desairada su persona, raquítica y corcovada, que los
imúsos é iDfames epigramas de sus contemporáneos hicieron célebre; por último, que falleció
€0 4 de agosto de 1639, en Madrid, en la calle de las (irosas, siendo enterrado , como Lope de
Tcfa» en la parroquia de San Sebastian-.
Aaoque don Pedro Calderón, que nació en el primer año del siglo xvn , empezó á escribir muy
joven para el teatro , y alcanzó todavía una parte del periodo de Lope, aparece , sin embargo , á la
cabeza de otro distinto, especialmente desde que á la muerte de este , en 1633 , empuñó su dignísi-
■o sucesor el cetro de la escena patria , y modificando con su gran talento el carácter y estilo que
iquel la imprimiera , logró avasallar por otros caminos el gusto del público durante todo el resto
éi gran siglo. A su lado figuraron en primera linea don Francisco de Rojas y don Agustín Morete,
y, aunque algo roas apartados, una multitud de autores muy apreciables y dignos, como Solis,
Cubillo» Matos, Leiva, Monroy, Cáncer, Villa viciosa , Martínez, Figueroa, Zarate, Hoz y Mota,
Calleja, Diamante, Salazar y otros muchos hasta Cándame, Zamora y Cañizares, últimos destellos
de aquel sol luminoso. Este período calderoniano es el que , con el título de Dramáticos posterior
res á Lope de Vega, me propongo trazar en los dos tomos siguientes.
R. DB M. R.
RscnncACioN. — Mí concieDcia literaria me obliga á hacer aquí una rectíGcacion. Tratando mas arriba de Hel-
Doole Bermudez y de la comedía titulada El principe perseguido , atribuí á este su segunda jornada , y por con-
Mcoencia el interesante trozo que de ella trasladé , en (|ue he creído descubrir siempre el gusto y frase del autor
leí Diablo predicador ; pero posteriormente, é impreso ya aquel pliego, he tenido que renunciar á dicha orcen-
eái, por haber tropezado en la biblioteca del excelentísimo señor duque de Osuna ( precioso depósito donde ha do
iradír todo el que intente investigar la hisloria de nuestro tealro) con el original autógrafo de dicha comedia,
ODo las censuras para su impresión. En él está escrita la primera jornada de mano del mismo Bermudez, la se-
{Onda de letra d€Moreto,y la tercera de don Antonio Martínez. Es pues de Morolo, y no de Belmente, la
too&a pintura de la vida frailesca ;
Mices bien, que es purgatorio; etc.
(I) Véase el tomo xk.
GATÁUIGO CRONOLÓGICO
.os AnTORES DRAMÁTICOS DESDE LOPE DE VEGA A CAÑIZARES,
Y ALFABÉTICO
OB US COMEDUS DE CADA UMft.
INTRODUCCIÓN.
freci en el Discurso que precede al tomo anterior , he formado el presente CaUUogo
antiguo , apellidado del siglo xvii , por autores ó repertorios , guardando en su coloca- .
uanto es posible , el orden cronológico. Su primera parte , comprensiva del periodo
diente á Lope de Vega y sus contemporáneos hasta i635, en que falleció, va á conti-
la segunda parte, ó sea los autores posteriores á Lope, desde Calderón hasta Cañizares
en el tomo siguiente, primero de los dedicados á ellos, y tercero de esta colección,
tarto y último de ella preparo el Catálogo general, por títulos de comedias^ de todo el
iguo comprendido en ambos periodos.
»rmar estos catálogos (trabajo muy enojoso, difícil y sin gloria alguna) he tenido á la
tejado escrupulosamente todos los anteriores,' impresos y manuscritos, que existen, ó
mes, que han llegado ámi noticia; he procurado rectificar con esmero su contenido»
los considerablemente por un lado, con presencia de los muchos datos, libros y biblio-
e conozco (inclusa mi abundosa colección, que cuenta por lo menos las dos terceras
i las comedias comprendidas en ellos); descartarlos por otro de las que propiamente no
ñeron á aquella época ni escuela dramática; expresar y liacer referencias de los distintos
ODque muchas de ellas aparecen como diversas, no siendo mas que una, é investigar
flde me ha sido posible cuál pertenece á cada autor y cuál le fué falsamente atribuida por
esores y libreros. Todo ello en cuanto lo permiten ya el trascurso del tiempo y el des-
''gereza de los que me precedieron en este ímprobo trabajo. Esto no obsta para recono-
^^te (tal cual sea) es hijo legitimo de ios suyos, y que no hubiera podido nunca hacerle
^ y la critica moderna no me hubieran facilitado el camino. Dichos catálogos generales,
Qido á la vista , son los siguientes :
Ce formado por don Juan Isidro Fajardo en 1716, que se conserva inédito y MS., en
'a Biblioteca Nacional (cuya copia exacta poseo, hecha, confrontada y firmada por el
^liófilo don Bartolomé José Gallardo). Denomínase Títulos de todas las comedias que en
'o¿ y portugués se han impreso hasta el afw d^ 1716 ; están recogidas por una cwiosidad
^e ha procurado reconocer todos los libros y bibliotecas donde se ha podido hallar la
* fallaren algunas comedias, será por no haberlas hallado en ellas.
Ce general alfabético de todos los títulos de comedias escritas por varios autores antiguos
^ fijie lus autos sacramentales y alegóricos, etc., por los herederos de Francisco Medel
^ , mercader de libros ; impreso y publicado en Madrid , 1735, en un tomo en 4.* (hoy
^ logo alfabético de las comedias, tragedias, autos, zarzuelas, entremeses y otras obras
dientes al teatro español, por don Vicente García de la Huerta; un tomo en 8.*, impreso
>^oyya escaso).
^bgo de piezas dramáticas publicadas en Espai i * ) xvii, y autoi^es que las
^. El original de este catálogo, escrito todo ir, don Leandro Fer-
XLii ' INTRODUCCIÓN AL CATÁLOGO.
nandez de Moratin, existe inédito, en folio, con otros manuscritos suyos, en ia Biblioteca
Nacional, liabiendo yo sacado una copia exacta de él, para tenerla á la vista, en i857.
5.**. Lista de las obras dramáticas de los autores valencianos, que inserta don Luis Lamarca en
su opúsculo titulado El teatro de Valencia, impreso en aquella ciudad en 1840.
6.^ Los catálogos de comedias que se hallaban venales en les librerías de Sancha , Bailo y viuda
de Quiroga, etc.; impresos en los primeros años del siglo actual.
T."" Otro Índice ú catálogo general de piezas dramáticas antiguas y modernas, originales y tra^
ducidas, desde el principio de nuestro teatro hasta estos años últimos (1851), que tenia para su
uso don Joa(¡uin Arteaga, aficionado curioso , y hoy existe MS., en un tomo en folio muy volumi-
noso, en la misma Biblioteca Nacional.
De todos estos catálogos, apreciablcs sin. duda, pero (¡ue adolecen respectivamente de graves
defectos é inconvenientes, diré lo que me parece.
El primero en el orden de antigüedad (el mus aprociable por esto y por la circunstancia de
comprender la noticia del lugar de impresión de cada comedia y de la colección ó libro en que
puede hallarse) tiene también la ventaja de concluir precisamente donde puede decirse que con-
cluyó también el teatro antiguo (i716), y no comprender, por lo tanto, mas que el periodo que
debe. Está redactado por el erudito y laborioso don Juan Isidro Fajardo, conocido en la república
literaria por diversos escritos (entre otros, por la Historia de Felipe ¡II, publicada con el nombre
de don Juan Yaher), el cual para formarle tuvo sin duda á la vista los muchos libros y colecciones
que cita; pero, como la afición á estas investigaciones literarias no estaba tan adelantada como en
(fl dia, se dejó absolutamente llevar de las aseveraciones de los impresores y libreros del ri-
gió xvií, seíialó como de Lope, Calderón, Alarcon, Tirso, Moreto, Hontalvan y demás autores
principales, todas las comedias que á aquellos ])lugo adjudicarles (sin tener presentes las quejas,
protestas y reclamaciones con que ellos mismos rechazaron muchas en su tiempo), les desp)ojó de
otras notoriamente suyas, para señalarlas como anónimas ó de diversas procedencias, y siguió, en
liu, en un todo las absurdas apreciaciones de los editores de Madrid, "Valencia, Barcelona, Zara*
goza, etc., que, ganosos de interés material, y poco escrupulosos respecto á la fama de los autores
mas favoritos del público, hicieron granjeria de sus nombres, imprimiendo con ellos todas las
comedias que les venian á la mano , ya sueltas, ya en colecciones mas ó menos indigestas y ext^«
vagantes; alterando, duplicando no menos extrañamente sus títulos, y sin cuidar para nada de h
c^)rreccion del texto. Por último, como Fajardo fué, puede decirse, el primero que se dedicó á
esta ingrata tarea, su catálogo es tan escaso, qui* apenas comprende la mitad de las comedias im*
presas y que ya entonces pudieron serle conocidas, y además en su redacción material descuidó
también seguir rigorosamente el orden alfabético, con lo que produce gran confusión y des-
agrado.
El segundo de los catálogos citados, ó sea el de los herederos del librero Medel, impreso
en 1735, es mas abundante que el de Fajardo, pero adolece de los mismos errores de autores y
títulos y de las propias faltas ortográficas; mas nadie podría negarles sin injusticia á aquellos
libreros que cuando publicaron , fiados en sus propias fuerzas y guiados únicamente por su prác-
tica mercantil, aquel curioso catálogo, echaron, acaso s¡¿i saberlo, la base y cimientos sobre que
necesariamente hablan de reposar todos los de esta materia que se intentaran después.
Don Vicente García de la Huerta ya lo confes<í así , aunque con notable ingratitud é injusticia,
pues aprovechando y utilizando absolutamente dicho trabajo , publicó su catálogo en 1788 ; en su
introducción manifiesta que no conociendo el de Fajardo, lo formaba sobre el de los herederos
de Medel; pero, exagerando los defectos de este ((|ue luego traslada íntegros), dice (jue le <ni-
menta considerablemente, le rectifica y corrige; mas es lo cierto que, cotejado uno y otro, se ve
que el arrogante y orgulloso literato Huerta se hizo una pura ilusión en cuanto al aumento, pues
á no ser las piezas del teatro moderno (empezando por las suyas), que indebidauHnite incluyó eú
él, no añadió ninguna de las del antiguo repertorio que no señalase ya Medel , y en cuanto á los
errores de este, los sigue paso á paso en los títulos, en las repeticiones, en la designación ap<^
crifa de autores, y hasta en las faltas ortográficas , añadiendo él otras por su parte , tal como la de
escribir Ikspaña y Hespañoles y otras. Sin embargo, este catálogo, que, además de todos aquellos
inconvenientes, tiene el capital de mezclar indistintamente ambos repertorios, antiguo y moderno,
es el único hoy conocido y el que ha servido de cicerone á todos los estudiosos de la historia de
nuestro teatro.
INTRODUCCIÓN AL CATÁLOGO. xliii
El Índice formado por Móratin , que se conserva inédito (y del que no tuve noticia hasta el año
próximo anterior), está también calcado absolutamente sobre el de Huerta, único que acaso tuvo á
la vista su ilustrado autor, por haberlo escrito ya en Francia durante su emigración; si bien está
hecho con método diferente y por autores, con objeto de llenar el gran vacío que el mismo Moratin
parecía haber dejado de intento entre sus dos trabajos anteriores análogos , el primero, que tituló
Orígenes del teatro español, desde Juan de la Encina hasta Lope de Vega ; y el segundo, inserto al
frente de sus obras literarias, y que se compone de una lista de los autor«>s y comedías durante el
siglo xYiii y parte del actual. Pero, además de que, repito, siguió demasiado confiadamente las
equivocadas apreciaciones de Huerta' y los libreros en cuanto á los títulos y repertorio de cada
autOT, no añadió otros que pudo conocer, no rectificó las repetidas con diversos títulos, y tuvo la
extraña idea de mezclar con los de las comedias los de los bailes, loas, entremeses y demás atribui-
dos á cada uno , con que hizo mas confuso este trabajo , poco digno por cierto de su buen gusto y
conciencia literaria. Sin embargo , su conocimiento me hubiera ahorrado mucho trabajo cuando,
bace algunos años, emprendí 'formar este catálogo, que en gran parte publiqué en 1851 , 1852
y 1853. (Véase Semanario pintoresco español de.dichosaños.)
La copiosa lista formada por el señor Arteaga seria muy apreciable por su abundancia y buen
método alfabético, si no comprendiera también las piezas modernas , originales y traducidas, hasta
lospresentes días, que, por su índole , forma y época, forman repertorio especial.
Sobre la base de todos estos catálogos, cotejándolos unos con otros, rectificándolos y auraen-
Ündolos con los nuevos datos , hijos de 4a erudición y de la critica moderna; dándoles un orden
cronológico, en lo posible, por autores ó repertorios, y conlrayéndoles, en fin, á la verdadera épo-
et del teatro español, que inauguró, puede decirse, Lope de Vega en la penúltima década del
ligio XVI, y que espiró en manos de Cañizares bien entrado ya el xviii, creo prestar un servicio á
i» letras, atreviéndome á presentar este imperfecto trabajo. Si no completo (porque esto lo
kice ya imposible el trascurso del tiempo y su misma inmensidad), no dudo asegurar es supe-.
floren copia, exactitud y buen orden á los anteriores, y da una idea aproximada del inmenso
repertorio del teatro del siglo xvn, tan diverso en su índole y forma del primitivo y rudo desde
iñ de la Encina hasta Cervantes, que describió Moratin en sus Orígenes y como del bastardo y
chiiflon de los Comellas y Zabalas, que enterró el mismo Ina/'co Celeuioen los primeros años del
aetel; cuando, guiado por las rígidas prescripciones del arte clásico y del gusto moderno, por las
doctrinas y ejemplos de los Luzanes, Mentíanos, Iriar^s y el mismo Moratin padre, se apoderó
de Doestra escena el ilustre autor del Si de las niñas y de La Mojigata , y despojando á la musa
edmica de la casaca y peluca francesa del gran Moliere , la vistió airosamente ( según su gráfica
expresión) de basquina y mantilla j como ya en su tiempo lo hicieron de capa y espada nuestros
asignes dramáticos ; la regeneró , nacionalizó y llevó á su mas alto grado de esplendor y simpatía,
tedando el teatro español del siglo xix , que, si no en originalidad , grandeza poética y halagiieña
lonnia, aventaja sin duda alguna en gusto dramático, juicio y filosofía al de Lope y Caldertm.
R. DE M. R.
CATALOGO GR(mOLÓCIIGO
DI LOS AUTORES DRAMÁTICOS, Y ALFABÉTICO DE LAS COMEDIAS DE CADA UNO
PARTE PRIMERA.
DESDE LOPE DE VEGA Á CALDERÓN (Í588-1635).
Frey Lope de Vega Carpió (i).
¡adamez y Narvaez.— Remedio en
a desdicha,
■ro de Madrid.
rur errando. — Embajador fingido,
laqoes de honor,
iiqae quieren las cosas,
eedores del hombre {auto).
mis y Venus,
litera perdonada {auto),
ersa fortuna del infante don Fer-
iado de Portugal.
ícaDo cmel.
Amar como se ha de amar.
Amar por burla.
Amar por ver .amar.— Perro del Hor-
telano.
anillo. ; Agraviado leal. — Firmeza en la des-
denté, j dicha.
Agravio dichoso.— Locura por la
nonra.
Alcaide de Madrid. ¡ Amar, servir y esperar.
Alcalde mayor. ; Amar sin saber á quién.
Alcázar de Consuegra. ^ Amatilde.
Alfonso el Afortunado. Amazonas.-^Mujeressin hombres.
Almenas de Toro.
Al pasar el arroyo.
Amele de Toledo.
Amigo hasta la muerte.
Allá darás, rayo. I Amigo por fuerza.
Amante affradecido. , Amigos enojados. ^Amistad mas ver-
Amante atuso.— Ilustre fregona. I dadera.
Amantes sin amor. i Amistad pagada.
) La fecundidad asombrosa del padre de nuestra escena, Lope de Vega Carpió^ produjo tan considerable número
»bras dramáticas, que, no solo perjudicó á su misma perfección , sino que no pudieron ser todas impresas, razón
la cual no ha llegado hasta nosotros ni siquiera noticia de la mayor parte de ellas. Aunque rebajemos mucho del
niio de Montalvan , que afirma fueron mil ochocientas comedias j cuatrocientos autos sacramentales las obras dra-
ticas de Lope , todavía sabemos por confesión del mismo en diversas partes de sus escritos, que desde la edad de
De años hasta la de setenta llevaba escritas mil y quinientas comedias ^ sm contar los autos ^acipa mentales , y el pro-
90SO número de obras en verso y prosa que todo el mundo conoce.
A mayor parte , sin embargo, de las piezas de teatro que brotaban casi diariamente de la pluma de aquel prodigio
aatoraleza , se perdieron en las carteras de los comediantes, sin alcanzar los honores de la imprenta y sin que
mismo autor supiera darse razón de ellas..Al frente de la obra titulada El peregrino en su pa/ri« , impresa en 1604,
iertó una lista de las que recordaba , y que ascendían hasta entonces á unas doscientas setenta, aunque varias están
fétidas. Mas adelante, en 1624, en el prefacio de la parte xxn de sus comedias asegura que llevaba escritas mil
toiía , y por último , en 1632 , al final de La moza de cántaro , dice expresamente que era ya mil y quinientas el nú-
ieTo de ellas.
t>Qrame muchos años , los libreros de Madrid , Valencia , Barcelona , Zaragoza , Lisboa , Ñapóles, Ambéres y Bru-
^s «tuvieron en plena posesión de especular con el nombre de Lope , publicanio, ya sueltas, ya en tomos, infinidad
«t comedias , unas en efecto suyas , otras atribuidas falsamente, y todas sin su noticia y con la mayor incorrección,
^ q^e «e quejó repelidas vece^, y señaladamente en el prefacio ó prólogo á dicha obra El peregrino , hasta que,
^l^^^^^^odetinio desmán hecho á su fama é intereses, empezó él mismo á publicar la colección de sus comedias,
7^ ^ ^^^ ^> primera parte ó tomo en Madrid ó Valencia (1604), y continuó publicando hasta su muerte, en estos
^"^^' Parle primera, Madrid, 1604, reimpresa en el mismo año en Valencia, Zaragoza, y en 1609 en Valladolid y
J^J|T^ -7^)^16 II, Madrid, Valladolid, 1611. — Parle ni, Barcelona, Bruselas, 1611. (La verdadera parte iii, que
^ ""^''^i^'^^'^se en Madrid en 1613, se perdió, y se ha sustituido en las colecciones por otra, titulada Parte tercera
§r$ B '^ ^^^^ ^^ ^^^^ ^ ^'^^^ autores, en que solo hay dos de este > la de la Noche toledana y la del Santo ne-
Éotno^*^' ^'^'ndo todas las demás de autores que vivian , y van con sus nombres al frente, según mas por me-
^f^^fí^f^ f'wcwrw y nota que encabeza el tomo anterior de esta coleccion.)'-?ZTie iv, Madrid, Pamplona, 1614.
B^ci^j at- ^ "oprimirse en 1615, y se perdió también , sustituyéndola por otra titulada Flor de las comedias de
^oiioi¡. f^''^^^^* autores, parte v, recopilada por Francisco Lúeas Avila, Madrid , 1615, y Barcelona, 1616. En este
<oo de otJ ^^^^^ ^^^ 4^^ ^^ primera comedia, titulada El ejemplo de desdichas y prueba de la paciencia. Las demás
% Mzdrid fg^^''^^ » con sus nombres al frente , según expresé también en dicho discurso del lomo anterior.— Parte
/2f ^hn — ^^^^ ^" ' *^' *617.-Parle viii , id., 1617.^Parle ix , id. , I617.-Parte x , id. , I618.-Parle xi, id.,
^^^e^'"" '^ ' 1619.— Parte XIII, id. , 1620. -Parle xiv. id., 1620. -Parte xv, id., 1^1.- Parte xvi. Id.,
"^^11 ¡J^'' ^<^- 'i622.— Parte xviii, id., ie23.-Partexix, id.,1623.-Partexx, id.,1625.-Partexxi,id.,1635.
^u^^if ^^^^^•"~^^P*»'t«"" distinta, Zaragoza, 1630.— Parte xxni, Madrid, 1638.— Parte xxiv, id., 1639.—
l5'% ^/^^io«a . Zaragoza, 1632.- Oln parle xxiv, id., Barcelona, 1641.— Parte xxv, Zaragoza, 1647. -^arte
Knf^^^^'^^^ XXVII, Barcelona, 1633.— Parte xxviii, Zaragoza, 1639.
^^^^^€> Se consideran auténticas y forman colección las veinte y cinco parles publicadas en Madrid,
XLVI
CATÁLOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
Amistad y obligación.— Lacha de amor
y amistad.
Amor l)undolero.
Amor coñstanle.— Verdadero amor.
Amor con vista. (3/<S. autógrafo, en /a | Batalla de dos.
bibliotfca del excelentísimo señor Bntülta de Lepanto ó batalla naval.
Bárbaro gallardo.
Basilea.
Bastardo Mudarra. — Siete iiifaolcs de
Lara.
duque de Osuna. )
Amor desatinado.
Amor enamorado.
Batalla del honor. {MS, autógrafo^ se-
ñor Olózaaa )
Batuecas del duque de Alba.
Amores de Carlos. — Palacios de Ga- ; Bautismo del rey de Marruecos.— Tra-
liana.
Amores de Narciso.
Amor invencionero —Burlas veras.
Amor , pleito y desafío. ( Es la misma
que Ganar amigos, de Alarcon.)
Amor premiado.— l'oder vencido.
Amor secreto hasta celos.
Amor soldado.
Angélica en el Catay.
Animal de Hungría.
Animal profeta, san Julián. — Dichoso
parricida. (Creo sea de Mira de Mes-
cua.)
Antonio Roca.
Anzuelo deFenisa.
Araúco domado.
Arcadia.
Arenal de Sevilla.
Argelan , rey de Alcalá.— Padrino des-
posado.
Argel fingido y renegado de amor.
Aristea. — Tragedia de Aristea.
Arminda celosa.
Arrogante español. — Caballero del
Milagro.
Asalto de Mastrique.
Ascendencia de los maestres de San-
tiago.—Sol parado.
Asturianas famosas.
Atalanta'.
Aventuras de don Juan de Atareos.
Aventuras del hombre (auto).
Audiencias del rey don Pedro.
Ave Maria y Ro.s'ario de nuestra Se-
ñora [auto). •
Ausente en el lugar.
I rosa.
Balahan v Josafat.— Dos soldados de Caballero del Sacramento.
Cribto.' 'Cadena.
Baldoviiios y Carlota. — Marqués de ¡Campana de Aragón.
Mantua. ' ¡Cantares (auto).
Bandos de Sena. 'Capellán de la Virgen, san Ildefonso.
gedia del rey don Sebastian.
Belardo furioso.
Bella Andrómeda.
Bella Aurora.
Bella gitana.
Bella malmaridada.
Benavides.
Biezmas.
Bizarrias de Belisa.— Melindres de Be-
lisa.
Blasón de los Chaves de Villalva.
Boba discreta. — Dama boba.
Boba para los otros y discreta para si.
Bobo del colegio.
Boda entre dos maridos.
Bohemia convertida.— Hijo piadoso.
Bosque amoroso.
Brasil restituido. (MS., señor Duran.)
Buen agradecimiento.
Buena guarda. — tlncomienda bien
guardada. {MS. autógrafo, señor
marqués de Pidal.)
Buen vecino.
Burgalesa de Lenna.
Burlas veras. — .\mor invencionero.
Burlas de amor.
Burlas y enredos de Benito.
Burla vengada.— Niña de plata.— Cor-
tés galán.
Caballero de Illescas.
Caballero de Olmedo.
Caballero del Milagro.- Arrogante es-
pañol.
Caballero mudo.
Caballero de San Juan.— Pérdida hon-
Capitan I^l¡sario.->Ejemplo de mayor
desdicha. (Creo sea de Mira de
Mescua.)
Capitau Diego de Paredes.
Capitán Juan de ürbína.
Capuchino escocés y condesa per*
seguida.
Carbajales.— Inocente sangre.
Carbonera.
Cárcel de amor (auto).
Cardenal de Belén. — San Jerónimo.
Carlos el perseguido.— Perseguido.
Carlos V en Francia, i MS. autógrafo,
señor Olóiaga.)
Casamiento dos veces.
Casamiento en la muerte.— Hecbos
de Bernardo del Carpió.
Casamiento por Cristo. — Santa JuUa.
Casta Penélope.— Penélope.
Castelvíes yMonsalves.
Castigo del discreto.
Castigo sin venganza.— Cuando Lope
quiere, quiere.
Castros y A ndradas.— Desdichas de
Estefanía.
Catalán valeroso.— Gallardo catalaa.
Cautivo coronado.— León apostólico.
Cautivos de Argel.
Celos de Carrizales.(Seganda parte del
Celoso extremeño.)
Celoso de si mismo.— Los Jacintos.
Celoso extremeño.
Celos satisfechos.
Celos de Bodamonte.
Celos sin ocasión.
Cerco de Madrid.
Cerco de Oran.
Cerco de Sania Fe.— Hazaña de Gard-
iaso de la Vega.
Cerco de Toledo.
Cerco de Túnez por Carlos V.
Cerco de Viena.
Cierto por lo dudoso —Mujer firme.
Circe angélica.
Cirujano.
Comendador de Ocaña. — Peribaftei.
Comendadores de Córdoba. — Uooor
desagraviado.
Cómo se engañan los ojos.- Nadie flt
en lo que ve.— Engaño en el anillo.
Cómo se vengan los nobles.
Competencia engañada.
y el tomo de La vega del Parnaso , postumo ; y por apócrifas , extravagantes ó pegadizas, las de Zaragoza y Barcelona,
si bien en ellas hay muchas comedias notoriamente de Lope y de las veinte y cinco partes de Madrid hay que rebajar
las dos ya dichas ni y v, que sin duda se perdieron absolutamente, y fueron sustituidas por otros tomos de variot.
Equivocación grosera que autorizó (ftn Nicolás Antonio en la lista que insertó de dicha colección , y que, sio embar-
go , es común á todos los ejemplares que existen de ella, ó por lo menos á los que conozco. Estos son; el de la Biblio-
teca Nacional (falto de un romo), el de la Academia Española (incompleto), el de la (universidad Central y el del aeftor
don Agustín Duran en Madrid, y el de la biblioteca arzobispal de Toledo.
Fuera de esta rarísima colección, que comprende unas (rescienlas (aunque se incorpore á ella el lomo titulado V^ft
del Parnaso, impreso en Madrid en 1637, que contiene ocho comedias) , hay de Lope otras varias en las dos abaiH
dosas colecciones de diferentes autores, una llamada la antigua ó de fuera de Madrid, impresa en Zaragoza, Barcelo-
na , Alcalá y í»lras ciudades desde 1616 á 16J)2 , y que se supone constar de cuarenta y cuatro partes ó tomos (aunque
lio han llegada á nuestros diasmas que siete íi ocho) . y la otra Colección de comedias escogidas de los mejores ingemUi
de España, publicada en Madrid desde 1(552 A 1704, que comprende cuarenta y ocho partes ó tomos, y de que aon
también muy contados los ejempLires que existen completos.
De todjs est:;? colecciones, délos tomos sueltos publicados también en el mismo siglo xvii con diferentes titnios, de
las muchas sueltas, ¡inj»resas y manuscritas , qne se hallan en las bibliotecas públicas y particulares de Madrid, y de
los Índices ó catálogos generales de que queda hablado ya , he llegado á señalar unas setecientas comedias que pueden
atribuirse confiadamente :i Lope; suprimiendo de paso otras muchas, impresas bajo su nombre y notoriamente apó-
crifas, T tomando en cuenta los títulos re|>etídos, que señalo con referencias entre sí en todas las que he podido
haber alas manos ó averiguar su duplicidad. Aun después de todo , creo que habrá muchas inexactitudes que cor-
regir, mucho que descartar, y sobre todo, mucho que añadir al colosal y desconocido repertorio del gran Lope ; ira-
bajo que aun puede decirse que está por hacer , y que por fortuna, acaso llegue pronto á verse realizado por la eru-
dita , Oisí-rHn y laboriosa investipaci^m del señor don Juan Eugenio flartzenbuscb, eu el lomo iv de la colección escon-
da de injii'-l iii<ií;ne ingenio , que trabaja para esta Biülioteca.
Competencia eo los nobles.
CoDcepcion de nuestra' Seüora (auto).
Conde don Pedro Yélez.
CúDdedon Tomás.
Conde Fernán Gonzalex. — Libertad
det-asiilla.
Condf'sa Matilde. — Resistencia hon-
rada.
Conquista de Andalucía.
Conquista de Canarias. — Guanches de
Teoerifc.
Cooquista de Cortés.
Cooqaista del Nuevo-Mundo.— Nuevo-
Mando descubierto por Colon.
Conquista de Tremecen.
instancia de A reclina.
Contra valor no hay desdicha.— Gran
re; de Persia.
Coo su pao se lo coma.
Corooa merecida. — Corona de Hun-
gría. {MS.,$eñor Duran.)
Corsario del alma (orif/o).
Cortesano en su aldea.
Cortesía de España.
Creación del mundo.— Primera culpa
del hombre.
Crteldades de Nerón.— Nerón cruel.
—Roma abrasada.
Caeotas del Gran Capitán.
Caerdo en su casa.
Caer Jo loco.
Duna boba. (MS. autóffrafo^ biblioteca
ie OtuMO,)
Dana comendador. — Mas pueden ce-
los que amor.
Dana desagraviada.
Basa estudiante.
Diaa melindrosa.
David perseguido.— Montes de Gelboé.
De corsario á corsario.
ftétede diere,
bdeua en la verdad.
Def:ailado tíngklo.
IMBal lo menos.
Maonte sale quien el monte auema.
fUS. nUÓQrafo^ biblioteca de Osuna.)
Be loque ba de ser.— Lo que ha de ser.
De Mazagatos.
De cuándo acá nos vino.
Descooiado.
•ciden vengado. (MS. autógrafo ^bi-
^Mecmdé Ofuna.)
Bfidichada Bsteraiiia. — Hermosa abor-
recida.
Aesdídiado.
Oopenado.
despertar á quien duerme.
Desposorio encubierto.
Despreciada querida. — Despreciar á
quien adía. (Creo es de Villegas.)
Dciprecio agradecido.
BeatraceioQ deConstantinopla.
Ik 00 castigo tres venganzas.
Dicha del forastero. — La portuguesa.
Ofíanta pleiteada.
Ü mentira, sacarás verdad.
Dhm'os son calidad.
Dios hace justicia á todos.
Dios bace reyes.
Diieordta en los casados.
Discreta enamorada.
DíMreU venganza.
IMvioa vencedora.
Divíao afrícmno. — San Agustín.
Dómine Locas.
Donaires de Matico.
Don Alvaro de Lona.— Milagro por los
celos
Doncellas de Simancas.
Doncella Teodor.
CATALOGO CI\ONOLÓGiCO Y ALFABÉTICO.
Doncella de Orléans. áidalgode la aldea.
Doncella, viuda y casaba. Hijo de la Iglesia (at/Zo).
Don Gonzalo de Córdoba.— Mayor vic- Hijo de los leones,
loria de Alemania. Hijo de Kedoan.
XLVIl
Don Juan de Castro.— Hacer bien nun-
ca se pierde.
Don Lope de Cardona.
Don Manuel de Sousa.— Naufragio pro-
digioso.—Principe trocado.
Dorotea {acción en prosa , en dos tomos) .
Dos agravios sin ofensa. (Creoque sea
apócrifa.)
Dos osirellus trocadas.— Uamilleles de
Madrid.
Dos Jacintos.- Celoso de si mismo.
Dos soldados de Cristo.*— Balaban y
Josafat.
Duque de Alba en París.
Duque de Bragan/a<— Mas Galán por-
tugués.
Duque de Saboya.
Duque de Viseo.
Duquesa de Bretaña.— Mas valéis vos,
Antona, que la corte toda.
Fjempfo de casadas.— Prueba de la
paciencia.
Ejemplo mayor de la desdicha.— Capi-
tán Bclisario. ( Es de Mira de Mes-
cua, su MS. autógrafo está en la bi-
blioteca.de Osuna. )
Ello dirá.
Embajador fingido.— Acertar errando.
Envidia de la nobleza. — Zegries y
Abencerrajes.
Envidia y la privanza.
Embustes de Celauro.- Enredos de
Celauro.
Embustes de Fabia.
Emperador perseguido.— Gran duque
de Moscovia.
Encanto en el anillo.— Nadie fíe en lo
que ve.
Encomieiida bien guardada. — Buena
guarda. {MS. autógrafOySeñor Pidal.)
Enemigo engañado.
Enemigos en casa.
Engañar á ouien engaña.
Engaño en la verdad.
Engaño venturoso.
En la mayor lealtad mayor agravio y
fortuna.
En los indicios la culpa.
Enmendar un daño á otro.
En un pastoral albergue.
Ero y Leandro.
Esclava de su galán.
Esclavo de Roma.
Esclavo fingido.
Esclavo por su gusto.
Esclavos libres.
Escolástica celosa.
Espada pretendida.
Española de Florencia.— Amor inven-
cionero.—Burlas veras.
Españoles en Flándes.
Espíritu fingido.
Estrella de Sevilla. ,
Euridice y Orfeo. — Marido mas firme.
Fábula de Perseo.— Bella Andrómeda.
— Perseo.
Fajardos.— Primero Fajardo.
Famosas asturianas. — Asturianas fa-
mosas.
Favor agradecido.
Fe rompida.
Felisarda.— Mármol de Felisarda.
Ferias de Madrid.
Fianza satisfecha.
Fingido verdadero.
Firmeza de Leonarda.
Fortuna merecida.
Fortunas de Belardo.
Fray Martin de Valencia.
Francesilla.
Fregosos y Adornos.
Fuente-Ovejuna.— Todos á una.
Fuerza lastimosa.
Fundación de la Albambra de Gra-
. nada.
Fundación de la Santa Hermandad de
Toledo.— Dos hermanas bandoleras.
Galán agradecido..
Galán Castrucbo. — Rufián Castrucho.
Galán de la Membrilla.
Galán de Meliona.— Hamete de To-
ledo.
Galán escarmentado.
Gallardas macedonias.
Gallarda toledana.
Gallardo catalán.— Catalán valeroso.
Gallardo Jacimin.— Hidalgo Al)encer-
raje.
Ganso de oro.
Garcilaso de la Vega.
Gata de Mari -Ramos.— Jardín de Var-
gas.
Genovesa.
Genovés liberal.
Gloria de Ñapóles.
Gloria de san Francisco.
Gobernadora.
Gonzalo de Córdoba. — Mayor victoria
del Ave-Mana.
Gran capitán de España.
Gran cardenal de España. — Don Gil
de Albornoz.
Gran cardenal de España,— Don Pe-
dro González de Mendoza.
(•randezas de Alejandro.
Gran duque de Moscovia.— Empera-
dor perseguido.
Gran pintora.
Gran prior de Castilla.— Hijo déla mo-
linera.— Mas mal hay en la aldehuela.
Gran rey de Persia. — Contra valor no
hay desdicha.
Grao de Valencia.
Guanches de Tenerife.— Conquista de
Canarias. — Nuestra Señora de la
Candelaria. .
Guante de doña Blanca.
Guardar y guardarse.
Güelfos y Gibelinos.
Guerras de amor y honor.
Guerras civiles.
Guia de la corte.
Guzmanesde Toral.
Hacer bien á los muertos. — Don Juan
de Castro.
Halcón de Federico.
Hamete de Toledo. — Galán deMeliona.
Hay verdades que en amor.
Hazañas del Cid y su muerte.
Hazañas del segundo David. {MS. au-
tógrafo, biblioteca de Osuna.)
Hechicera de Argel.— Mayor desgracia
de Garios V.
Hechos de Bernardo del Carpió.— Ca-
samiento en la muerte.
Heredero del cielo {auto).
Hermosa fea.
Hermosa aborrecida. — Desdichada
firme.
Hermosura de Alfreda.
Hidalgo Abencerraje». — Hidalgo Jaci-
min.
iLVín
Firmeía en la desdicha. — Ataviado
leal.
Floras de don Juao.^Ricoy pobre tro-
cados.
Hijo de si mismo.
Hijo piadoso.—Bobemia convenida.
Hi^o sin padre.
Hijo venturoso.
Historia de Mazagatos.— Mazagatos.
Historia de Tobías.
Hombre de bien.
Hombre por su palabra.
Honor contra la fuerza. — industrias
contra el poder.
Honor desacraviado.— Comendadores
de Córdoba.
Honor en el agravio.— Libertad en la
traición.
Honrado con su sangre.
Honrado hermano.— Horacios.
Honrado perseguido.
Honra por la mujer.
Humildad y la soberbia.
Ilustre fregona.— Amante al uso.
Imperial de Oíon.
Imperial Toledo.
Imperio por fuerza.
Inclinación iiatui>al.
Infanta dese^ perada.
lofanu Grídonia.— Cielo de amor ven-
gado.
Inuinta labradora.
Infiíile don Fernando de Portugal.
Ingratitud vengada.
Ingrato.
Ingrato arrepentido.
Inocente Laura. — Traiciones de Ri-
cardo.
Inocente .sanj^re.— Carbajales.
Intención castigada.
Isla del Sol (auto). {MS, autógrafo', ^t-
biioteca de Osuna.)
Jardín de amor.
Jardín de Vargas.— Gata de Mari-Ra-
mos.
Jorge toledano.
Juan de Dios y Antón Martin. *- Sao
Juan de Üios.
Judía de Toledo— Paces de los reyes.
Juez de su misma causa.
Jueces de Castilla.
Jueces de Ferrara.
Juventud de san Isidro.
Laberinto de amor. — Prueba de los
ingenios.
Laberinto de Creta.
Labrador del Tórmes.— Lo que puede
un agravio.
Labrauor venturoso.
Lacavo Ungido.
Lágrimas de David {auto).
Lanza por lanza , la de Luis de Al-
mansa.
Laura perseguida.
La/.arillo de Tórmes.
Leal criado.
Lealtad , umor y umistad.
Lealtad en el agravio.
Lealtad en la traición.- Honor en el
agravio.
León apostólico.— Cautivo coronado.
Lev ejecutada.
Libertad de Castilla. — Conde Fernán
González.
Libertad de san Isidro. (Debe ser It
Juve.iiud de san Isidro.)
Limpieza no manchada. -* Santa Bri-
gid:i.
Lo cierto por lo dudoso.— Mujer firme.
CATALOGO CROiNOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
Loco por fuerza.
Locos de Valencia.— Hospital de locos.
Locos por el cíelo.
Locura por la honra. — Agravio di-
choso.
Lo fingido verdadero. — Mayor repre-
sentante san Ginés. (No creo sea
suya.)
Lo que está determinado.
Lo que ha de ser.
Lo que hay que fiar del mundo.
Lo que pasa en una tarde. {MS, autó-
grafo, biblioteca de Osuna.)
Lo que pasa en una veuta.
Lo que puede un agravio.— Labrador
del Tórmes.
Lucinda perseguida.
Llave de la honra.
Llegar en ocasión.
Madre de la mejor. ( Creo sea un auto
de Valdivieso.)
Maestro de danzar.
Magdalena.— Mejor enamorada.
Mal casada.
Maldito de su padre. — Valiente ban-
dolero. *
Mal pagador en pajas.
Margarita preciosa {auto).
Marido mas firme. — Eurídice y Orfeo.
Mármol de Fetisardo.
Marqués de las Navas.
Marqués del Valle.
Marqués de Mantua. — Baldoviuos y
Carloto.
Mártir de Florencia.
Mártires de Madrid. (Creo es de Mira
de Mescua.
Mas galán portugués.— Duque de Ber-
ganza.
Mas mal hay en la aldchuela que se
suena.— Gran prior de Castilla.— Hi-
jo de la Molinera.
Mas pueden celos que amor. — Dama
comendadora.
Mas valéis vus , Antona , que la corte
toda.— Duquesa de Bretaña.
Mas vale sallo de mata que ruego de
buenos.
Matrona constante.— Matrona ilustre.
Mayorazgo dudoso.
Mayor corona.
.Mayor de los reyes.
.^ayor desgracia de Carlos V.— Hechi-
cera de Argel.
Mayor dicha en el monte.
Mayordomo de la duquesa de AmalQ.
Mayor hazaña de Alejandro Maguo.
Mayor imposible.
Mayor prodigio.
Mayor Rey de los reyes.
Mayor victoria.
Mayor virtud de un rey.
Médico enamorado.
Mejor alcalde el Rey. —Tirano de Ga-
licia.
.Mejor enamorada.— Magdalena.
Mejor maestro el tiempo.
Mejor mozo de España.
Mejor representante San Ginés. — Lo
fingido verdadero. (Creo es úaUore-
to^ Cáncer.)
Melindres de Beiisa.— Bizarrías de Be
lisa.
Mentiroso.
Mérito en la templanza.— Ventura por
el sueño.
Merced en el castigo.
Mesón de la corte.
Milagro por los celos. — Don Alnro de
Luna.
Milagros del desprecio.
Mirad á quién alabais.
Misacantano {autoY
Mocedades de Roldan.
Mocedades de Bernardo del Carpió.
Molino.
Monstruo de amor.
Monstruo de la fortuna.— Reina Jutna*
—Marido bien ahorcado.
Monteros de Espinosa.
Montes de Gelboé.— David perseguido.
Moza de cántaro.
Mudable.
Mudanzas de la fortuna. — Sacesoí de
donBeltran de Aragón.
Muerte del Maestre.
Muertos vivos.
Muerto vencedor.
Mujeres sin hombres. — Amazonat.
Mujer firme.— Lo cierto por lo dudoso.
Muza furioso.— Prisión de Muza.
Nacimiento de Cristo.
Nacimiento del alba.
Nacimiento de ürson y Valentin.— HQoB
del rey de Francia.
Natividad de nuestra Señora {auto).
Nadie fie en lo que ve , porque ae en-
gañan los ojos.— Engaño en el aolOo.
Nadie se conoce.
Nardo Antonio, bandolero.
Naufragio prodijgioso de don Manvol
de Sonsa.- Principe trocado.
Necedad del discreto.
Nerón cruel.— Roma abrasada.
Niña de plata.— Burla vengada.— Cor-
tes galán.
Niñeces del padre Rojas. {MS, auió§nh
fo, biblioteca de Osuna.)
Niñez de san Isidro.
Niño diablo.
Niño inocente de la Guardia.
Niño pastor (auto).
Nobles como han de ser.
Noche de San Juan.
Noche toledana.
Nombre de Jesús {auto),
^'o son todos ruiseñores.
Novios de Hornachuelos.
Nuestra Señora de la Candelada.—
Guanches de Tenerife {áuio).
Nueva victoria de don Gonzalo de Cór^ '
doba. {MS. autógrafo, btblMteCB é§
Osuna.)
Nueva victoria del marqués de SaalO
Cruz.
Nucvo-Mundo descubierto por CotoA»
Nuevo mundo en Castilla. — Oeacabri*
miento de las Batuecas.
Nunca mucho costó poco.
Nuevo oriente del sol {ouU),
Obediencia laureada.— Primer Cérifl
de Hungría.
Oveja perdida {auto).
Obras son amores.
Ocasión perdida. .
Octava niuraxilla.
Once mil vírgenes.— Santa Crsolt.
Otomano famoso.
Oracios.
Paces de los revés.— Judia de Toletf».
Padres engañaJos.
Padrino desposado.— Argelao* rcf dt
Alcalá.
P.ijedela Reina.
Palabra mal cumplida.
Palacios de Galiana.— Amores de Car-
los.
Paloma de Toledo.
Pao 7 el palo (auto).
CATÁLOGO CHONOLÓaiCO Y ALFABÉTICO.
Pastonü de Jacinto. — Pastoral de Al-
bania.
Pastoral de la siega.
Pastor iograio (aii/0). —Pastor lobo.
Pastor Fido.
Pastoral de los celos.
Pastoral encantada.
Pedro carbonero.
Pedro de ürdemalas.
Peligros de la aasencia.
Peralus.
Perdidoo de Bspaña. — Cerallos , su
descendencia.
Pérdida honrosa. — Caballero de San
Joan.
Peregrina.
Pfrit»ñez.— Comendador de Ocaña.
Perro del hortelano. — Amar por ver
amar.
PersegnlJo.
Piadoso aragonés. (US. autógrafo ^ bi-
Niúieem de Osuna. ) ^
Piadoso Teneciano.
Piedad ejecauda. — Pimeoteles y Qui-
Dooes.
Pleito por la honra.— Valor de Fernan-
dioo.
Heitos de Inglaterra.
hbn mas poderoso. — San Juan de
Mos.
Pilreza estimada.— Riqueza mal na-
Mreza no es vileza.
Pobrezas de Reinaldos.
Poder vencido. — Amor premiado.
P»der en el discreto. ( MS, autógrafo,
^üúteea de Oiuna,)
Pooeesde Barcelona —Jardín de amor.
Poreeles de Murcia.
Porfía basta el temor.
Porfiando vence amor.
Porfiar basta morir. (Creo es la de Ro~
9ete.)
Por la puente , Joana.
Porti^esa.— Dicha del forastero.
Postrer godo de España.
Prados de León.
Premio de la hermosura.
Premio del bien hablar.
Premio en la misma pena.— Merced en
el castigo. — Dichoso eo Zaragoza.
Primera información.
Primer Carlos de Hungría — Obedieo-
citiaoreada.
Prímii colpa del hombre. — Creación
dd Birodo.
Primer Falardc— Fajardos.
Primer Medicis. — Quinta de Florencia.
Primer rey de Castilla.
Primer rey de Persia, Ciro. — Contra
fabr no hay desdicha.
Pr»cipe carbonero.
Priacipe despe5ado.
Pnadpe don Carlos.
Principe Escanderbec. — Gran Jorge
Castríoto. (Creo es de Belmonte.)
Principe ignorante.
Príncipe inocente.
Príncipe melancólico.
Principe perfecto {\.^ y 2." parte),
f,WS.muiófraf0,hébliete€ade Osuna.)
Prisiones de Adán (auto).
Prisión sin colpa.
Privanza del hombre.
Prodigio de Etiopia. — Santa Teodora.
Prodigo de lalndia.— San Josafat.
Profetisa Casandra.
Prudencia en el castigo.
PnH»ba de los amigos. {MS. autógrafo,
I tenor Olézaqa.)
Prueba de los mgenios.— Laberinto de
amor.
Prueba de la paciencia.— Ejemplo de
ca$:adas.
I Psíquis y Cupido.
, Puente de Mantible
Puente del mundo {auto).
Quando Lope quiere, quiere.— Castigo
sin venganza.
Querer la propia desdicha.
Querer mas ysufrir menos.
Quien ama no baga fieros.
Quien bien ama tarde olvida.
Quien todo lo quiere todo lo pierde.
Quien mas no puede.
Quinta de Florencia.— Primer Médicis.
Quinas de Portugal. (Creo es de Tirso.)
Ramírez de Arellano.
Ramilletes de Madrid. — Dos estrellas
trocadas.
Rayo del cielo.
Rey Wamba.
Rey de Frigia.
Rey don Pedro en Madrid.— Infanzón
de lliescas. (Creo es de Tirsos Cía-
r amonte.)
Rey don Ramiro.— Ultimo godo.
Rey don Sebastian.— Principe de Mar-
ruecos.
Rey íingído.— Amores de Sancho.
Rey sin reino.
Reina de Lésbos.
Reina doña María.
Reina Juana de Ñapóles.— Marido bien
ahorcado.
Reina loca.
Remedio en la desdicha. — Abindar-
raez y Narvaez.
Renegado Ougído.— Argel de amor.
Resistencia honrada. —Condesa Ma-
tilde.
Rico avariento. ( Creo es In de Mira áe
Mescua.)
Rico y pobre trocados. — Flores de
don Juan.
Riqueza mal nacida. — Pobreza es-
timada.
Roberto.
Robo de Dina.
Roma abrasada. — Crueldades de iNe*
ron.
Rómulo y Remo.
Roncesvalies.
RuGan Castrncho.
Ruiseñor de Sevilla.
Rústico del cielo. — Santo hermano
Fraucisco.
Saber por no saber. — San Julián de
Alcalá.
Saber puede dañar.
Salteador agradecido.
San Adriano y Natalia.
San A*gustin —Divino africano.
San Andrés carmelita.
San Antonio de Padua. — Divino por-
tugués. (Creo es de Montalvan.)
San Basilio el Magno. — Gran columna
fogosa.
San Benito Palermo. — Santo negro
Rosambuco. *
San Diego de Alcalá.
San Jerónimo— Cardenal de Belén.
San Ildefonso.— Capellán déla Virgen.
San Isidro de Madrid.
San Josafat.— Prodigio de la India.
San Julián. —Animal profeta. — Dicho-
so parricida. (No creo sea suya.)
San Julián de Cuenca.
XLIX
San Julián y santa BasHisa.— Amantes
no vencidos.
San Martin. .
San Nicolás de Toleotino. — Santo de
los milagros.
San Pablo.— Vaso de elección.
San Pedro Nolasco.
San Roque.
San Segundo de Avila.
Santa Brígida. —Limpieza no man-
chada.
Santa Casilda.
Santa Justa. — Casamiento con Cristo.
Santa Liga.— Batalla naval.
Santa Inquisición {auto). (Creo es de
Mira áe Mescua.)
Santa Polonia.
Santa Teodora. — Prodigio de Etiopía.
Santa Teresa de Jesús.
Santa Úrsula y once mil vírgines.
Santiago el verde.
San Tirso de Espafta.
Santo de los milagros. — Sao Nicolás
de Tolentino.
Santo Negro Rosambuco.— San Benito
de Palermo.
Santo Tomás de Aquino.
Sarracinos y Aliatarcs.
Sastre del campillo. (Creo es la de
Belmonte^ cuy^ MS. autógrafo está
en !a Iriblioteca áe Osuna.)
Secretario de sí mismo.
Secreto bien guardado.
Selva confusa.
Selvas y bosques de amor.
Sembrar en buena tierra.
Semíramis.
Serrana de Burgos.
Serrana de la Vera. (Creo es la de Ve-
les áe Guevara.)
Serrana del Tórmes.
Servir á buenos.
Servir á señor discreto.
Servir con mala estrella. *
Siega (att/d).— Pastoral de la Siega.
Sierra de Espadan.
Sierras de Guadalupe.
Siete infantes de Lara. — Bastardo
Mudarra.
Si no vieran las mujeres.
Sin secrelo no hay amor.
Síquis y Cupido.
Sonerbia abatida.— Humildad y la so-
berbia.
Soldado amante.
Sol parado. — Ascendencia de los
maestres de Santiago.
Sortija del olvido.
Sucesos de don Beltran de Aragón. —
Mudanzas de la fortuna.
Sueños hay que verdades son. — Tra-
bajos de Jacob.
Sueños de los reyes.— Carboneros.
Sufrimiento del honor.
Sufrimiento premiado.
Tan bien hagas cuanto pagues.
También se engaña la vista. —Nadie fie
en lo que ve.
Tollos de Menéses. — Valor, lealUd y
ventura {áos partes).
Templo de Salomón.
Testigo contra sí.
Testimonio vengado.
Tirano de Galicia. — Mejor alcalde el
Rey.
Tirano castigado.
Toisón del cielo {auto).
Toledano vengado.
Toma de A\ora.
Toma de Longo por el marqués de
Saota Cruz.
DD. C. DE L.-ii.
CATÁLOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
Tonto de la aldea.
Torneos de Aragón.
Toriveos de Valencia.
Torre de Hércules.
Trabajos de Jacob. — Sueños bay que
verdades son.
Tragedia del rey don Sebastian.— Bau-
tismo del príncipe de Marruecos.
Tragedia de Aristea. — Aristea.
Traición bien acertada.
Traiciones de Ricardo. — inocente
Laura.
Tres diamantes.
Triunfo de la limosna (auto).
Triunfo de la lealtad.
Triunfo de la Iglesia (auto).
Triunfos de la humildad y daños de la
soberbia.
Triunfos de Octa?itno.
Turco en Viena.
Ultimo godo.— Rey don Rodrigo.
Urson y Valentín. — Hijos del rey de
Francia.
Valeriana.
Valiente bandolero. — Maldito de su
padre.
Valiente Céspedes.
Valiente Juan de Heredia.
Valor de Fernand ico. — Pleito por la
bonra.
Valor de las mnjeres.
Valor de Malta.
Valor, fortuna y lealtad. — Tellos de
Menéses [dos partes).
Vaquero de Mora&a.
Vargas de Castilla.
Varona castellana (catalana).
Vaso de elección.— San Pablo.
I Vellocino de oro.
; Venganza de Gaiferos.
i Vengadora de las mujeres.
1 Venganza venturosa.
! Ventura de la fea.
Ventura en la desgracia.
Ventura por el sueño. — Mérito eu ia
templanza.
Ventura sin buscarla.
Veneno saludable.
Verdadero amante. — Amor constante.
(Gs la primera comedia que escribió
Lope, á los once años.)
Ver y no creer.
Viaje del hombre (auto).
Victoria de ia honra.
Victoria del honor.
Vida y muerte del Cid.— Noble MartiD
Pelae7.
Villana de Getafe.
Villanesca.
Villano en sn rincón.
Villano prodigioso.— A un tiempo rey
y vasallo.
Virtud, pobreza y mujer.
! Viuda , casada y doncella.
I Viuda valenciana.
¡Vizcaína.
Wamba.
Vuelta de Egipto (aM/0).
Yerros por amor.
Zegries y Abencernijes.
Ricardo del Turía.
El doctor Alfonfo Ramón. ¡ Suerte sin esperanza.
i Venganza honrosa.
Español entre todas las naciones.— Cié- .
rigo agradecido.
Santo sin nacer y mártir sin morir.—
San Ramón. '■ Beltigera española.
Sitio de Mons por el duque de Alba. < Burladora burlada.
Tres mujeres en una. Fe pagada.
Vida y muerte de san Vicente.
Progne y Filomena.
Quien malas mañas ha.
Quien no se aventura.
¡ Tragedia por los celos. (MS. autégrü-
i fo^ biblioteca de Osuna.)
•Verdad averiguada y engañoso casa-
I miento.
' Vicio en los extremos.
Miguel Sanches (el Divino),
Guarda cuidadosa.
El canónigo Franoífco Tárrega (1).
Cerco de Pavia.
Cerco de Rodas.
Duquesa constante. |
Enemiga favorable.
Esposo fingido. |
Fundación de la orden de la Merced. '
Gallarda Irene. !
Perseguida Amaltea.
Prado de Valencia.
Principe constante.
Sangre leal de los montañeses de Na- ;
varra.
Suertes trocadas y torneo venturoso. |
Gaspar de Aguilar.
Amantes de Cartago.
Fuerza del interés.
Gitana melancólica.
Gran patriarca don Juan de Ribera.
Mercader amante.
No son los recelos celos.
Nuera humilde , ó la nueva humildad.
(1) De ios autores valencianos existe,
tanque rarísimo, algún ejemplar (véase
oaeslra. introducción al tomo anterior} en
dos tomos ó partes, tituladas, la primera Do-
C€ comedia» de cuatro poetan naiurale» de Va-
ieneitt, 1606, y Barcelona, 1609; y la segunda,
Sorle de ia poeiU» española , ihutrado del sol
de doce comedias» que forman segunda parte
de Laureados poetáis valencianos.— \íAtXit\9,
1Ht6.— Ambos tomos contienen nueve come-
dias de Tárrega , siete de Aguilar, dos de
Gulliem de lastro, cuatro de Hicardo del Tu-
ria, una de Boíl y otra de Beoeito.
DonGoillem de Castro y Bel vis (3).
Amor constante.
Allá van leyes do quieren reyes.
Caballero bobo.
Conde Alarcos.
Conde de Irlos.
Cuánto se estima el honor.
Curioso impertinente.
Degollación de san Juan Bautista.
Desengaño dichoso.
Dido y Eneas.
Don Quijote de la Mancha.
Donde no está su dueño, está su duelo.
Dudoso en la venganza.
Enamorado muJo.
Enemigos hermanos.
Engañarse engañando.
Fuer^ de la costumbre.
Fuerza de la sangre.
Humildad soberbia.
Ingratitud por amor. ( Autógrafo, bi-
blioteca de Osuna.)
Justicia en la pie<lad. :
Manzana de la discordia y robo dCi
Elena. (Con Mira de Mescua. ) ^ \
Maravillas de Babilonia.
Mal casados de Valencia.
Mejor esposo san José.
Mocedades del Cid (I.* y 2.» parte).
Nacimiento de Montesinos.
Narciso en su opinión.
Nieto de su padre.
Pulgar en propia moneda.
Perfecto caballero.
Piedad en la justicia.
Pretender con pobreza.
Prodigio de los montes y mártir del
cielo.—Santa Bárbara.
(9^ De Guitlcm de Castro hay dos partes
ó tomos. Valencia, 1621, 16i5, que com-
prenden vciute y cuatro comed ia?.
Don Carlos Boíl.
Marido asegurado.
Pastor de Menaudra.
Migoel Beneito. ^^
Hijo obediente.
Licenciado Joan Grijalet.
Adversa fortuna del caballero del Es-
pirílu Santo.
Bastardo de Ceuta.
Próspera fortuna del caballero del Es-
píritu Santo. ^
Damián Saliutrio del Poyo.
Adversa fortuna de Ruy López OáVa*
los.
Premio de las letras por el rey don Fo- ^
lipe II.
Privanza y caida de don Alvaro de LwHu
Próspera fortuna de Ruy López Dávi*
los.
Licenciado Mejia de la Cerda.
Doña Inés de Castro (tragedia),
Andrés de Claramonte.
Ataúd para el vivo v tálamo para ti
, muerto. (MS, autigrafo, MMiCé
de Osuna.)
Católica princesa Leopolda.
De Alcalá á Mddrid.
Deste agua no beberé.
De lo vivo á lo pintado.
CATÁLOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
L1
De los mu^ritcs de amor el silencio es
f I mejor.
Dote del Rosario (av/o).
Favores de la Virgen (auto).
Gnn rey de los desiertos, san Onofre.
Hooradó con su sangre.
Homo de Babilonia.
Inf^lice Dorotea.
Inobediente, ó la ciudad sin Dios.
Iitfaote de Aragón.
Jdra de B;iltasar.
Major Rey de los reyes.
Pii5oieenie el sol, salióme la lana , san-
• ta Teodora
Ref don Pedro en Bfadrid. — Infanzón.
de lllescas. (Creo es de Tirso.)
Ri;;or y la inocencia.
Tan dé san Antón,
^aliente negro en Flándes.
Ga«pac de Avila.
Dicha por malos medios.
Familiar sin demonio.
Follerias de amor. (.WS., señor Duran.)
Gobernador prudente.
Gno Séneca de España, Felipe 11.
hisde las pendencias,
le^peto en el ausencia.
Seolencia sin firma.
Serfir sin lisonja. — Familiar sin de-
monio.
Todo cabe en lo posible.
Valeroso español y primero de su casa.
Venga lo qoe viniere.
Jaan Qairós , jnrado de Toledo.
Amantes de Teruel.
Amor, ingenio y mujer.— Tercera de
sí misma. (MS. autógrafo^ biblioteca Amor y amistad.
de Osuna.) \ Amor medico.
Amparo de los hombres. Amar por arte mayor.
Arpa de David.
Animal profeta. (AÍ5., biblioteca de
' Osuna.)
Caballero sin nombre.
Carboneros de Francia, y reina Sevilla.
Casa del Taur. {MS., biblioteca de
Osuna.)
Circe Y Polifemo. (Con Montalvan y
Calderón.)
Clavo de Joel. {MS., señor Duran.)
Conde Alarcos.
Confusión de Hungría.
Cuatro milagros de amor.
Desgraciasdel rey don Alonso el Casto. \ Cautela contra cautela.
Ei*mi(año galán y mesonera del cielo. Celosa de sí misma.
Amor y celos hacen discretos.
Amazonas de las Indias. — Hazafiat de
los Pizarros (2.' parte).
Amona García.
Aquiles.
Árbol del mejor fruto.
Averígüíelo Vargas.
Burlador de Sevilla — Convidado de
piedra.
Balcones de Madrid.
Caballero de Gracia.
Castigo del pensé qué.— El que fuere
bobo no camine.
Ksclavo del demonio.
Examinarse de rey. {MS. en la Biblio-
teca Nacional.)
Celoso prudente.
Celos con celos se curan.
Cobarde mas valiente.
Exemplo de la desdicha y capitán Be- Cómo han de ser los amigos,
lisario. {MS. autógrafo^ biblioteca de t Condenado por desconfiado.
Osuna.) I Condesa bandolera— Ninfa del cielo.
Fénix de Salamanca.
Fe de Hungría (aif(o).
Galán, valiente y discreto.
Galán secreto.
Hija de Carlos V.
Hombre de mayor fama.
Hero y Leandro.
Inquisición {attto).
Conquista de Valencia por el Cid.
Dama del Olivar.— Lorenza la de Es*
tercuel.
DesdeToledoá Madrid.
Del enemigo el consejo.
Don Gil de las calzas verdes.
Doña Beatriz de Silva.— Favorecer á to-
dos y amar á ninguno.
Jura del príncipe de Asturias ( au- ' Elección por la virtud.— San Pío V.
Famosa Toledana. {MS. autógrafo, bi-
blioteca de Osuna.)
Licenciado Jostiniano (Lúcat ).
Lofojos del cielo, santa Luda. (líS.
auúgrafoy biblioteca de Osuna.)
Cristóbal de Meta.
P«Qpejo {tragedia).
Liceneiado Gaipar de Mesa.
Z\ Bmto ateniense {auto de 1602). {En
la bi^ioteca de Osuna. )
Miguel Saochez Vidal.
La isla bárbara. {MÍ. autógrafo, bi-
küQteem de Osuna.)
Hurtado de Velarde.
Les fíete infantes de Lara {tragedia).
AloBto Morales.
Conde loco.
Doctor Mira de Mesona.
Adúltera virtuosa , $anla María Egip-
ciaca.
Adversa fortuna de don Bernardo Ca-
brera.
to). {^MS., biblioteca de Osuna.)
Uses de Francia.
Lo que puede el oír misa.
Lo que puede una sospecha.
Lo que toca al valor, y príncipe de
Orange.
Havor soberbia humana de Nabuco-
donosor.
Marqués de las Navas.
Mas vale fingir que anrar.
Mártires del Japón (auto).
Mártires de Madr¡d(atf/o).
Monte de piedad {auto).
Negro del mejor amo. — San Benito de
falermo.
No hay burlas con las mujeres.
No bay reinar como vivir.
No bay dicha ni desdicha hasta la
muerte.
Nuestra Señora de los Remedios(aM/o).
Obligar contra ^u sangre.
Pastor lobo (a{//0).
Palacio confuso.
Pedro Telonario (flrw/o).
Primer conde de Flándes. {MS., biblio-
teca de Osuna.)
Prodigios de la vara, y conquista de
Israel.
Principe de la Paz y trasformaciones
de Celia {auto).
Rico avariento.' San Lázaro.
Ronda y visita de la cárcel {auto).
Rueda iie la Fortuna.
Sol á media noche y estrellas á me-
diodía.
Tercera de si misma.— Amor, ingenio
y mujer.
Vida y muerte de la monja de Portu-
gal.
Tirso de Molina (1).
Alvaro de Luna ( 1 ." y 2.* parte ).
Amar por señas.
Amar por razón de estado.
(1) De Tirso exi.sten en colección cinco
partes ó tomos, Madrid, 1^7 á '1636, que
comprenden sesenta comedias, y además tres
eo la obra lítala da Cigarrales de Toledo.
Cu Madrid y en una casa. (Atribuida á
i Rojas.) ,
Esto si que es negociar.
Escarmientos para el cuerdo.
Fingida Arcadia.
Firmeza en la hermosura.
Honroso atrevimiento.
Huerta de Juan Fernandez.
Joya de las montañas.— Señora Orosia.
Lealtad contra la envidia. Tercera par-
te de Hazañas de los Pizarras.
Lagos de san Vicente.
Mari-Hernandez la gallega.
Marta la piadosa.
Mayor desengaño.
Mejor espigadera.
Melancólico.
Mujer que manda en casa.
Mujer por fuerza.
No hay peor sordo que el que no quie-
re oir.
Palabras y plumas.
Peña de Francia.
Pretendiente al revés.
Privar contra su gusto.
Por el sótano y el torno.
Prudencia en la mujer.
Quien calla otorga. Segunda parte del
Castigo del pensé qué.
Quien habló pagó.
Quien no cae no se levanta.
Quien da luego da dos veces.
Quinas de Portugal.
Reina de los reyes.
República al revés.
Rey don Pedro en Madrid ó el Infan-
zón de lllescas. (Se cree de Tirso,
aunque el MS. de la biblioteca de
I Osuna la atribuye á Claramonle.)
I Romera de Santiago.
I Santa Juana (1.% 2." y 3.* parte ). {MS.
i autógrafo, en la biblioteca de Osuna.)
i Santo y sastre.
Siempre ^yuda la verdad.
Tanto es lo de mas como lo de menos.
Todo es dar en una cosa. Primera
parte de Hazañas de los Pizarroii
Venganza de Tamar.
I
Ln
Ventura con el nombre.
Ventura te dé Dios, hijo.
Vergonzoso en palacio.
Vida y muerte de Heródes.
Villana de la Sagra.
Villana de Vallecas.
CATALOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
I También tiene el sol menguante, como ;
la luna creciente.
Tres edades del mundo.
■ Tres portentos de Dios, y principe de Amistad contra el amor.
Marco Antonio Orir.
.Luit Veles de Guevara.
Abadesa del cielo {auto).
Águila del agua y batalla naval de Le-
panto.
A b que oblica el ser rey.
Agravios perdonados (tf0<pffr/^«).
Amor en vizcainoy los celos en francés. ' Árbol de la vida.
—Torneos de Navarra. | Cautiva libre.
Amotinados de Flándes. ¡ Entre dia j noche
Asombro de Turquía , y valiente tole- * Kscuela divina.
la Iglesia.
Verdugo de Málaga.
Virtudes vencen señales. —Negro rey
bandolero.
Maestro Jote Valdivieso (1).
Autos.
Amistad en el peligro.
Ángel de la Guarda.
daño Francisco de Ribera.
Atila, azote de Dios.^La silla de san
Pedro.
Amor hace prodigios. —Celos hacen
estrellas.
Batlasara. (Con Coello y Rojas. )
Caballero del Sol.
CatallanSerrallonga.(Con ñojasy Coe-
llo.)
Celos son bien y ventura.
Celos hacen estrellas. — Amor hace
prodigios.
Cerco del Peñón.
Cerco de liorna ||>or el rey Desiderio.
Corte del demonto.
Conquista de Oran. — Gran cardenal
de España.
Correr por amor fortuna.
Cristianísima Lis.— Azote de la here-
jía.
Creación del mundo.
Cumplir dos obligaciones.— Duquesa
de Sajonia.
Diablo está en Canfillana.
Diego García de Paredes. — El valor
no tiene edad.
Espejo del mundo.
Hermosura de Raquel (L" y 2.' parte).
Hijos de la Barbuda.
Juliano Apóstata.
Lo que piensas hago.
Luna de la Sierra.
Mas pesa el Rey que la sangre.— Ho-
nor de los Guzmanes.
Mesa redonda (aiíto)
Montañesa de Asturias.
Niña de Gómez Arias.
Nueva ira de Dios.— Tamorlan de Per-
sia.
Obligación alas mujeres. (Es casi igual
á la tie Cumplir dos ol)ligaciones.)
Ollero de Ocaña.
IHeito del diablo con el cura de Ma-
dridejos. (Con Rojm y Mira de Mes-
cua.)
Privilegio de las mujeres. (Con Rojas
y Coello. )
Principe esclavo, ó Escanderbek (L*
y ±* parte).
Rev en su imaginación. {US. autógra'
. ¡Vf tenor Duran.)
Rey muerto.
Reinar después de morir, Doña Inés de
Castro
Restauración de España.— El Alba y el
hol.
Rosa de AlejaadriR
Serrana de la Vera
HbHoteca de Owna.)
Santa Susana.
Si el caballo Ttisban muerto.
También la afrenta es veneno. (Con
Coello y Rojoi. )
Ferias del alma.
Fénix de amor.
Flor de lis de Francia.
Hijo pródigo.
Hombre encantado.
Hospital de locos.
Loco cuerdo, sao Simeón.
Locos de Toledo.
Locura.
Nacimiento de la mejor.— Madre de la
mejor.
Nacimiento de Cristo.
No le arriendo la ganancia.
Peregrino del cielo.
Serrana de la Vera.
Siquis y Cupido.
Villano en su rincón.
Luí* Beltnonle BeriD«de«.
Deuda bien satisfecha.
Virgen de los Desamparados de Valen-
cia.
Don Rodrigo de Herrera.
Batalla de Claviio.— Voto de Santiago.
Castigar por defender.
Del cielo viene el buen rey. •
Fe no ha menester armas, y venida del
inglés á Cádiz.
Primer templo de España.
Segundo obispo de Avila.
Doctor Felipe Godinez.
Acertar de tres la una.
Adquirir para reinar. — Glorias de Ist-
bela.
Aun de noche alumbra el sol.
Basta ii/lentarlo.
Cautelas son amistades.— Lo que me-
rece un soldado.
De buen moro buen cristiano.
Divino Isaac {auto).
Horca para su dueño.— Aman y Mardo-
queo. — Reina Ester.
Ha de ser lo que Dios quiera.
Lágrimas de David. — Rey mas irire»
pentído.
Ludovico el Piadoso.
Milagrosa elección.
O el fraite ha de ser ladrón, ó el ladrón
ha de ser fraile.
Acierto en el engaño, y robador de sn ! Paciencia enlos trabajos.— Trabajos de
honra. i Job y prueba de la paciencia. .
Afanador el de Utrera. | Premio de la limosna {auto).
Aun tiempo rey y vasallo. (Con otros. ) Primer condenado.
Amor y honor. —Respeto, honor y va
lor.
Casarse sin hablarse.
Conde de Fuentes en Lisboa.
Darles con la entretenida.
Desposado por fuerza.— Olvidar aman-
do.
Diablo predicador.— Mayor contrario
amigo.
En riesgos luce el amor.
Fiaren Dios.
Fiestas de los mártires {auto).
Fuerza de la razón.
Gran Jorse Castrioto.
Hazañas ae don García de Mendoza.
Hortelano deTordesíllas.
Legado mártir— San Pedro.
Mejor testigo el muerto. (Con Calde-
rón y otro.)
Mejor tutor es Dios. ( Con Calderón y
otro,)
Renegada de Valladolid.
Robador de su honra. — Acierto en el
engaño.
Sancha la Bermeja.
Sastre del Campillo. {MS, autógrafo^
biblioteca de Osuna.)
Provecho para el hombre.
San Mateo en Etiopía.
Soberbio calabrés.
' Soldado del cielo, san Sebastian.
í Virgen de Guadalupe.
t
t
j Don Diego Jimenes Ebcwo.
I C<;los en el caballo.
Encubierto.
I Engañar para reinar.
i Mayor hazaña de Carlos V.
: Médicis de Florencia.
' Príncipe don Carlos.
! Quien ralla otorga.
I Santa Margarita.
! Valiente sevillano.— Pedro Lobon fL*
I y 2." par/e).
Blai de Meta.
Cada uno con su igual.
Don Antonio Foloh de Card
Didoy Eneas.
Satisfecho. {MS. aut^rafo, biblioteca
de Osuna.
Siete estrellas de Francia— San Bruno. ' Marina la porquera.
I (.VS. autógrafo, biblioteca de Osuna.) Mas es el servir que el reinar.
, santa Catalina. I Trabajos de T*lises. Lo mejor es lo mejor,
a. {US. autógrafo^ j Tres señores del mundo, y triunvirato Mas heroico silencio.
de Roma. Obrar contra su intención.
{i) Del mze^uo Valdivieso existe un tomo JJ<> siempre mienten éefialea.
é parte, tilalado Doce mU^s sacrmnentaiei g I rragmáUca de amor.
d99 fmedUi divina» del mafttro Jote de Vencer el fuego es vencer.
Vai^iPiew, Toledo, 16tt
CATALOGO CRONOLOGÍCO Y ALFABÉTICO.
Lili
Alonso de VatrM.
lozas hay si hay iii]iirlas.
Don Mnmm de Jásregoi (i).
Taido.
■ AloiMo Jerónimo de Salas
BnrbadUlo (i).
sla de Celestina. — Hidalgo pre
lido.
tramposo y pobre.
-do Escarraman.
t)ia Flora mal sabidilla.
pos de amor.
ía de España y Francia.
Don Bernardo Mlaeliado.
Cerco de Dio.— La pastora Alfreda.
Don Juan de Silva.
Locara cuerda.
Lo que puede la aprensión.
Mocedades del duque de Osuna.
Violencias del amor.
Vicente Etquerdo.
Fuerte, animoso, sagaz y valiente Mar-
tin López Ayvá.
Ilustre fregona.
Marte y Venus en Paris.
Mina de amor.
Toledana en Madrid.
.ms de Góngora y Argole (3). , Jacinto Alomo Maluettdn*.
rcarlino.
I Tena tona,
tas de Isabela.
Maestro Alfonso Alfcro.
nenes Mesenio.
rede Portugal.
I de la Soledad.
I de la Salceda.
Don Alonso del Oastillo
Solorsano (4).
o satisfecho,
ma de Valencia,
dado del cfelo (auto).
és del Cigarral,
izgo Figura.
a de Norlingen y el infante de
oanía.
Je Florisbella.
^on Antonio de Haerta.
Mancas de Juan deEspera-en-
I.
lidores y amigos.
r bien sin ajeno daño.
Don Agtistin Collado.
leo restaurada , y gran sepulcro
fisto.
^edro Fernandez de Castro,
conde de Lémus.
onfDsa.
Don Joan de la Pena.
e Peralfillo.
Hipólito Vergara (5) .
or de la Virgen , san Fernando.
Magdalena.
San Luis Beltran.
S.into Tomás de Viltanneva.
Sitio de Tortosa.
Don Juan Ruis de Alaroon (6).
Amistad castigada.
Anlicristo.
Crueldad por el honor.
Cueva de Salamanca.
La culpa busca la pena.
Desdichado en fingir.
Dueño de las estrellus.
Empeños de un engaño.
Examen de maridos.— Antes que te ca-
ses mira lo que haces.
Favores del mundo. — Ganar per-
diendo.
Ganar amigos.— Lo que mucho vale
mucho cuesta.
Industria y la suerte.
Manganilla de Meliila (magia),
i Mudarse por mejorarse.— Dejar dicha
por mas dicha.
.No hay mal que por bien no venga.--
Don Domingo de don Blas.
Paredes oyen.
Pechos privilegiados.- Nunca mucho j
' cosió poco. I
Prueba de las promesas.
Quién engaña mas á quién. >
Uuien mal anda mal acaba. !
Semejante á sí mismo.
Tejedor de Segovia (úm partea).
Todo es ventura.
Verdad sospechosa.
Joan Delgédo.
Cómo se engañan los celos.
Prodigio de Polonia.— San Jacinto.
Don Gabriel Booángel.
El emperador fingido.
Nuevo Olimpo.
Don Jerónimo Lafuente..
Enpfiar con la verdad.
Mejor flor de constancia, santa Cata-
lina.
Veneno en la guirnalda y triaca en la »
fuente.
Don Diego Muget y Solis (7).
Cazador mas dichoso.
Como ha de ser el valiente.
Ermitaño seglar.
Firme lealtad.
Generoso en España.
Iffualdad en los sugetos.
Venganza déla duquesa de Amalfi.
Triunfos de amor y fortuna.
Don Antonio Herrera.
Las doncellas de Madrid.
Don Jacinto Herrera.
Duelo de honor y amistad.
Don Diego Mogtsa.
&ta en sos obras poéticas. 1 Denionio en la mujer.— Rey ángel de
a «os ROTelas , cuentos y otros libros ' Sicilia.
eacioD. , Ofensa y venganza en el retrato-
B sos obras Nrícas. i
B sos libros de novelas, coentos y ,
(6) De Alarcon hay eu coleeeion dos par-
) el libro de la vida del saato ley dos
do.
tes, Madrid, 1638, Barcelona, 16S4, que
comprenden veinte comedias.
Don Juan de Benavides.
Loca, cuerda, enamorada. — Acertar
donde hav error.
Apolo V Dafne.
Conquista de Almería. —Nuestra Sé-
Hora del Mar.
Marte español.
Licenciado Gabriel de Roa.
Arriesgarse por amor.
Batalla del amor {auto).
Esclavo del'mas impropio dueho.
Fénix de Tesalia.
Premiar al liberal por rescatar su for-
tuna.
Francisco Lopes de Zarate,
Hércules furente {tragedia).
Galiota del conde de Niebla.
Don Sebastian Fraaciaco
de Medrano.
Nombre para la tierra y vida para el
cielo. •
Venganzas de amor.
Pedro Garoia Carnero.
Fuente de las virtudes.
Don Gabriel del Corral.
La trompeta del juicio.
(7j La parte de comedias de Nugel v So-
Ils fué impresa en Éraselas, 1626.
uv
CATÁLOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
Don Andrés Alaroon y Rojas.
La hechicera.
Don Alonso de Osuna.
El pronóstico de Cádiz.
Fingir i a propia verdad.
Milagros del Serafiu.
Don Antonio de Mendosa (1).
Cada loco con su tema.— El indiano
monUíués.
Celos sin saber de quién.
Celestina.
Don Juan de Espina en Hilan.
Empeños del meniir.
Marido hace mujer y trato muda cos-
tumbre.
Mas merece quien mas ama.
No hay amor donde hay agravio.
Querer por solo querer.
Quien mas miente, medra mas.
lliesgos que tiene un coche.
Sucesos prodigiosos de don Pedro
Guerrero.
Don Antonio Goello.
Adúltera castigada.
Amiga mas verdadera, y Virgen del Ro-
sario (a/z/o).
Arcadia fingida.
Árbol de mejor fruto.
fiallasara. (Con Rojas y Guevara.)
Catalán Serrallonga. (Con A(y/ff« y Gif«-
vara.)
Cárcel del mundo (auto).
Dar la vida por su dama. — El conde de
Sex. (Atribuida á Feiipe IV.)
Dicho y hecho.
Dos Fernandos de Austria.
Lscuela de la fortuna. — Esclavo de la
fortuna.
Lo que pasa en una noche. —Empeño
de seis horas.
Lo que puede la porfía.
Peor es urgallo.
Por el esfuerzo la dicha.
Privilegio de las mujeres. (Con Rojas
y Velez.)
Yerros de naturaleza y aciertos de la
fortuna. (Con su hermano donjuán.)
{MS., biblioteca de Osuna.)
Don Juan Coello Ariai.
Robo de las sabinas.
Luifl Quiñones de Benavente.
Loas y Entremeses.
Don Lope Liano.
Remardo del Carpió en Francia.
Matías de los Reyes.
Agravio agradecido.
Dar al tiempo lo que es suyo.
(1) Hay an tomo de obras Ut\c»% v có-
micas de Xenodia, qse comprende seis co-
medias.
De mentira sacar verdad.
Enredos del diablo.
Qué dirán, y donaires de Pedro Cor-
chelo. (Atribuida á Lope.)
Vida y rapto de Elias.
Don Juan ó don Franotsco de
ViUegas.
Buen caballero maestre de Calatrava.
Cómo nació san Francisco.
Cuerdos hacen escarmientos.
Culpa mas provechosa.
Despreciada querida.
Eneas de la Virgen y primer rey de
Navarra.
Lealtad contra la ley.
Lisonjear en palacio.
Lo que puede la crianza.
Lo que pueden los engaños.
Lucjdoro aragonés.
Marido de su hermana y mentirosa
verdad.
Mas piadoso troyano.
Morica garrida y hermanos amantes.
Padre de su enemigo.
Portugués mas heroico.
Venganza y el amor.
Don Jerónimo de Villaixan.
A gran daño gran remedio.
Mas valiera callarlo que no decirlo.
Ofender con las finezas.
Sufrir mas por querer mas.
Venga lo que viniere.
Quiñi a de Sicilia. (Creo e& de Martínez.)
San Agustín.
Transformaciones de amor.
Francisco Suares.
Lucero de Verona, san Pedro Mártir.
Don Francifoo la Cerda.
Universidad de amor.
M aeitro Juan Gabesas (2).
Kngañar para casarse.
Empeños que hace amor.
Galán y esclavo uno mismo.
Calan bobo.
.Matar por celos su dama.
Morir á un liempo y vivir.
No hay castigo contra amor.
Parto de las montañas.
Prelensor de su madre.
Principes de Tesalia.
Querer por hacer querer.
Reina mas desdichada.
También hay amor sin celos.
Doctor Juan Peres de
Montalvan (3).
Aborrecer lo que quiere.
A lo hecho no hay remedio, y principe
de los montes.
Amantes de Teruel.
{i) I.a parte iraprcsi en Zaragoza, 16...
(3) De .Montalvan liay dos partes, impre- '
sas, laprimera en Alcalá, 1H58, y la segunda i
en Madrid, 1639, y reimpresas en Valencia |
eu 165i. Compreadeu ambas veinte y cuatro
comedías.
Amor es naturaleza.
Amor, privanza y castigov y forte
de Seyano.
Amor, lealtad y amistad.
Caballero del Febo {auto).
Cardenal de Morón.
Celoso estremeño. (Creces la de L€
Centinela de honor.
Cómo se guarda el honor.
Como amante y como honrada.
Como padre y como rey.
Cuerdos hay que parecen locos.
Cumplir con su obligación.
De un castigo dos venganzas.
Defensor de la fe y principe [
digioso.
Desdicha venturosa.
Deshonra honro.sa.
Desprecios en quien ama.
Dichoso en Zaragoza. (No creo es
ya.)
Divino portugués san Antonio de
dua (auto).
Doncella de labor.— Marica la del
chero.
Don Florisel de Niquea.— Para con
dos hermanos.
Dos jueces de Israel,
fcimpeños que se ofrecen.
Rscanderbek {auto).
Fin mas desgraciado.
Ganancia por la mano.
Gitana de Ménfis.— Santa María Eg
ciaci {auto).
Gitanilla de Madrid.
Gravedad en Villaverde.
Hijo del Serafin, san Pedro Alcánt
{auto).
Hijos de la fortuna.— Tergenes y C
riquea.
La Lindona de Galicia.
Loque son juicios del cielO'
Lucha de amor y amistad.
Mariscal de Biron.
Mas constante mujer.
Mas puede amor que la muerte.
Monja Alférez.
Morir y disimular.
Mudanza en el amor.
Mujer de Peribañez.
Natividad del Señor {auto).
Nazareno Sansón.
No hay vida como la honra.
Obrar bien, que Dios es Dios.
Olinipa y Vireno.
Palmerin de Oliva. — Encantador! 1
cinda.
Pedro Urdemalas.
Polifemo {auto).
Por el mal vecino el bien.
Premio de la humildad.
Principe peregrino y prodigio en
namarca.
Puerta macarena (!.• y 2.* parte).
Remedio, industria y valor.
Reinar para morir.
Higor de la inocencia.
San Juan <^apistrano (irtffo).
Santo Domingo el Soriano {auto).
Segundo Séneca de España.— Princ
don Carlos.
Sentencia contra si.— Húngaro mas
liente.
Señor don Juan de Austria.
Ser prudente y ser sufrido.
Templarios.
Toquera vizcaína.
Valiente mas dichoso.— Don Pedro
rart.
Valor perseguido y traición vengad
Ventora en el engaño.
Un gusto trae mil disgosios.
CATALOGO CRONOLÓGICO Y ALFABÉTICO.
LY
OTROS AUTORES DE AQUEL PERÍODO CUYAS COMEDL\S SE IGNORAN.
El COÜDt DE LA CoROitA.
Om EsTÉiAN DB Prado.
D05 DlE«M> TOfAII.
El cotkdc de Sirocla.
DoR Dicco Collazos.
Dos Gaspar del Arco.
LictjicuDO Fblips Bernardo del Cas-
tillo. •
doi 10r€s totar.
fhn Fraücisco Gotierrez Cadagua.
DqR FCRIfARDO LODE^A.
tkn Fra:icisco de Quctedo Villegas.
LiCBxciADo Jerónimo Fernaidez Mon-! Don Antonto Ibarra.
. ; Do?f Fernando Larrüa.
TERO.
Maestro José Cisneros.
Don Pedro de la Barrera.
Príncipe de Esquilache.
Marques de Javalquinto.
Manoel López.
Doña María de Zatas.
Don Joan de la Porta Cortés.
Don José Pellicer y Tovar.
Don Pedro de Mendoza.
Don Pedro Vargas t Machuca.
Don Pedro Mesía de Totar.
I Don FraTicisco Miracles.
Don Diego de Villegas.
El conde de la Hoca.
Don Alonso Üeinoso.
Marcelo Díaz de Calle-Cerrada.
Gregorio López Madera.
Don Alonso de Rozas.
Don Andrés Tamayo.
Don Diego de Vera OrdoSez.
Don Joan de Tapia.
Al final de la segunda parte de este Catálogo ( que irá en el tomo siguiente ) se colocarán las
eomedias publicadas anónimas, de uno ó mas ingenios^ cuyos verdaderos nombres no haya po-'
ido averiguar. — En ellas no es posible aventurarse á seguir un orden cronológico, y por eso no
le señalan aquí las que pudieron corresponder á este período, que comprende solo hasta 1635,
hacerlo de todas y por el orden puramente alfabético al final del Catálogo»
COMEDIA FAMOSA
DE
LA RUEDA DE LA FORTUNA,
COMPUESTA
POR EL DOCTOR HURA DE MÉSGUA.
LOA.
HALA DE ECHAR MUJER, Y EN HÁBITO DE LABRADORA.
e en un monte on rey,
I caza una tarde
or de su gente,
rincipes y grandes;
a mediodía
n rayos tales ,
ndo á Faetón, su bijo,
ra vez arrogante;
viendo el tiempo
dose el aire,
el cielo de nieblas
t tempestades.
:boza el pastor ,
el caminante,
[>n los pilotos
nzo de las naves;
ley un montero
de aquellos pinares
a c.Tseria,
sion bastante;
)r unas peñas
los y arrayanes ,
?s eí rumor
linaba el aire;
e eh un manso arroyo
an los umbrales
il labrado cortijo ,
olmos delante;
:lRey, y entrando,
que se sentase,
r el dueño y huéspeda ,
en su casa, honrarle.
I labrador apenas
i personas reales
&%a su aposento,
Cuando en hielo se deshace.
Entró su pobre familia
A decirle que no aguarde ,
Pues le quiere ver el Rey,
A que el mismo Rey le hable;
Tiembla el labrador de nuevo ,
Mira el sayt) miserable ,
Las abarcas y las pieles,
Y de vergüenza no sale;
El pobre cortijo mira ,
Como vigüela sin trastes ,
Hecho de pajas el techo
Sobre unos viejos pilares ;
Llamó á su mujer, y dice:
«Mujer, á huéspedes tales,
Si no es el alma , no tengo
Casa ni mesa que darles;
Salid y decilde al Rey
Que no es mucho me acobarde
Ver su persona real
En mis pajizos poHales;
Que coma en la voluntad ,
Que es mesa que á Dios aplace,
Y duerma en el buen deseo.
Que no tengo masque darle;
Que vos , como sois mujer.
Pues no hay cosa que no alcancen ,
Hallaréis gracia en sus ojos , .
Y al fin podréis discul()arme.>
Dicen que entró la mujer
Muy temerosa á hablarle.
Por la obligación que tienen
De cuanto el maridfo mande ;
Y el Rey, muy agradecido
A su vergüenza notable,
Cenó y durmió mai contento
Que entre holandas v cambrayes.
Yo pienso, senado ilustre ,
Que es esto muy semejante
De lo que hoy pasa á Riquelme
Con este humilde hospedaje.
En cada cual miro un rey,
Un César, un Alejandre ;
Su pobre familia mira.
Que es la que á serviros trae.
Si no salió el labrador
Teniendo á su rey delante ,
Quien ve tantos ¿qué ha de hacer.
Sino lo que veis que hace?
Mandóme, como mujer.
Que saliese á disculpalle;
Fué la obediencia forzosa ,
Aunque rústico el lenguaje.
No os ofrece grandes salas.
Llenas de pinturas graves
De celebradas comedias
Por autores arrogantes ;
No os ofrece ricas mesas.
Llenas de gusto y donaire.
Sino voluntad humilde,
Que es la que con reyes vale;
Perdonad al labrador.
Pues boy en su casa entrastes ,
Porque me agradezca á mí
Las mercedes que hoy alcance;
Cid la pobre familia ,
Ya los labradores salen ,
Mientras que vuelvo á la corte,
Besóos los pies , Dios os guarde.
í^í).C.Mt.-n.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
BAILE CURIOSO Y GRAYE,
Cuando desde Aragonvino la Infanta
A casar con don Juan ^ rey de Castilla,
Las fiestas que se- hicieron en Sevilla
Ilotas olvida el tiempo ^ y hoy las canta.
Después que los castellanos
Hicieron muestra gallarda
Con máscaras y sortijas.
Toros y j«egos'de caíias,
Mantener quiso uu torneo,
£n servicio de su dama ,
Un gallardo aragonés.
De ios Pardos de la ca^ta;
Airoso terció la pica.
Furioso juega la lanza.
Dando con destreza y brío
Los cinco golpes de espada.
Con la gloria de aquel dia
Ganó de su gloria el alma ,
La cual , venida la noche ,
Le admite dentro en su casa ;
Con amorosas razones
Consiguen sus esperanzas ,
Y ella , abrazándole, dice,
Al despedirlos el alba :
<t Mirad por mi fama,
Caballero aragonés.
— Por tus amores, Señora,
Cuanto me mandes haré.
i»Mas ¿cómo la ha de guardar
Quien á sí guardar no pudo?
•—Con solo saber callar
Que la guardéis no lo dudo.
— Seré como piedra mudo,
Y eterna fe guardaré ;
Por tus amores , Señora ,
Cuanto me mandes haré.»
En un corrillo otro dia ,
Sin nombrar p^tes, sa^^laba ,
Y un adivino celoso
Dio cuenta dello á su dama ;
Sus blancas manos torcia.
Sus delgadas tocas rasj^a ,
Y llam&do á su presencia ,
Con este desden le trata :
fliAlabásteisos, caballero.
Gentil hombre aragonés;
No os alabaréis otra vez.
«Alabásteisos en Sevilla
Que teniades linda amiga ,
Gentil hombre aragonés;
No os alabaréis otra vez.»
Sin admitirle disculpa.
Que se ausente della manda ,
Y él jura de no volver
Hasta volver en su gracia.
VA tiempo gastó la ira;
Mas, como el amor no gasta,
La dama llora su ausente,
El retrato que miraba ,
Y la dama le demanda :
« Y mi bien , ¿cuándo vendréis ? »
Y finge que le responde:
« Lindo amor, no me aguardéis ;
»Que si de mi partida
Pué causa un disfavor,
Si no cesa el rigor.
Yo no volveré en mi vida;
Yo quedo arrepentida ,
Y mi bien, ¿cuándo vendréis?»
Y Unge que le responde:
«Lindo amor, no me aguardéis. j»
En hábito de romero
Un pajecillo despacha
Para que dé en Zaragoza
Al caballero una carta. .
Cuando llegó el pajecillo.
Al salir de la posada
Encontróle el caballero ,
Desta manera le habla :
« Homérico , tú , (jue vienes
Donde mi señora está ,
Di, ¿qué nuevas hay allá?
» — Estáse la gentil dama
A sombras de una alameda
Dando suspiros al aire,
Y á su fortuna mí! quejas ;
Dióme que os diese esta carta
De su mano.v de su letra ,
Que al escribirla , sus ojos
Llenan el papel de perlas ;
Y dijome de palabra
Que á Sevilla deis la vuclia ,
Adonde seréis su esposo
En haz y en paz de la Igle.'^ia.'
Con el amor y el deseo ,
Como con ligeras alas ,
Vuelve el galán á Sevilla,
Y asi le dice á su dama:
«A ser vuestro vengo.
Querida esposa.
—Dulce esposo mió,
Veni en buen hora.
» — Tras lieros desdenes.
Que la vida acortan
Y al amor pudieran
Negar la victoria ,
A ser vuestro vengo ,
Querida esposa.
—Dulce esposo mió,
Veni en buen hora.»
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
PERSONAS.
ERADOR MAURI-
ERATRIZ AüRE-
. , su mujer,
capitán general.
LEONCIO, capitán general.
LA INFANTA TEODO-
LINDA.
EL PRÍNCIPE TEODOSIO.
MITILENE, dama.
CÓSROES, caballero.
HERACLIANO, j
IIERÁGLIO, [villanos.
UN LIMOSNEROP
FOCAS, villano robusto.
Dos CAPITANES.
MÚSICOS.
Criados.
Gente db la miucia de
acompañamiento.
lCto primero.
Orden los que pudieren , con
I despojos y banderas , y á la
FILIPO.
FILIPO.
ésar famoso,
lo poderosa
I blanca Alemania
sada Etiopia;
en los hombros suslenlas
. Asia , Europu ,
tu nombre eterno
¡uilas de Roma;
ceñida la ícente
nmorlal corona,
el otro mundo
lle^iarcon tus obras;
leí Ártico belado
tórrida zona
\buto a tu imperio,
r nuestras victorias,
üdo , Señor » venimos
anCoustantinopla,
üeTos esclavón ios
eHisia huyendo tornan.
ando queda el reino;
'flipresas prodigiosas,
SOQ espanto del mundo,
^gainialdas de gloria.
* i los muros soberbios,
• lií estrellas se coronan,
9«esas altas almenas
"'Orine luna locan.
'siti ejercito ufano,
''gerjievitorjosa,
"^ hárbaros despojos
^ilardos brazos booran ;
^a región del aire,
' entapi¿au y adornan
^miiiüs banderas,
is soJdados tremolan.
ine en cadenas de oro
niiJ cautivos lloran
jida desdichada
bertad preciosa.
mil hombres me diste,
y tres rail traigo agora;
recio de mil cristianos
comprado esta pompa.
^" dejo sin almas,
con TI da tan poca,
•«esperando ía muerte
^«03 ¿achinera
Lní*""^ 'a trompa.
Temblando están de to imperio
Los Alpes, Nervía, Bordona,
Galia, Germania, Bretaña,
La Tropobania v Moscovia,
La (iera invencible Scitia ,
La Tartalia belicosa,
La inculta y áspera Armenia ,
La celebrada Polonia ;
Ya de todas las naciones
Mas barbaras y remolas
Tributo le ofrecen unas ,
Y treguas te piden otras.
Los indios vienen con oro.
Los sumios Tienen con rosas,
Los tirios con carmesí ,
Los alarbes con aromas.
Los citas con algodones,
Los egipcios con aljófar,
Los corintos con sus vasos,
Los fenicios con sus conchas.
Cada nación en tributo
Te da las riquezas propias.
Porque las crezca el valor
En tu mano poderosa.
Todos repiten tu nombre ,
Todos tu fama pregonan,
Con mas lenguas que tenia
La confusa Babilonia.
Sírvete de ver la entrada
De tu gente victoriosa ;
Porque los ojos del Bey
Con mirar solo dan honra.
Remunera con palabras
Sus hazañas viloriosas ;
Que aun en boca de los reyes
Son necesarias lisonjas.
Mostrándote agradecido.
Podrá una palabra sola
Mas que el tesoro guardado
En tus doradas alcobas.
Descubre en público el roslro,
Que á las gentes atíciona ;
Porque será ver tu cara
El triunfo de mi victoria.
No me premian majestades,
Ni plata me galardona;
Solo quiero la presencia
Que tantos reyes adoran.
Solamente con tocar
La púrpura de tn bola
Dejaré de totlo punto
A mi fortuna invidiosa.
Mi inclinación es servirte.
Premios no me correspondan.
Porque la virtud se mueve
Con el premio de sí sola.
Deja besarte los pies,
Y tus sumilleres corran
Esa cortina, que cubre
Tu majestad grandiosa.
Corren una cortina^ y está en un tri-
bunal, en la grada alta , EL EMPE-
BADOR MAURICIO, y en otra baja
EL PRINCIPE TEODOSIO, su hijo,
y LA INFANTA TEODOLINDA, iu
hija, y DOS criados en pié , bajo las
gradas,
EMPERADOR.
Hoy , capitán vencedor.
Corona en tas sienes vea
El sol de su resplandor;
Tu misma victoria sea
El premio de tu valor.
Hacerte inmortal procuro,
Y harán tu nombre seguro
Desde el Bótis al Idáspes
Columnas de varios jaspes
Y estatuas de bronce duro.
Todas tus empresas ricas
Pondré en aceradas planchas,
Pues que mi fama publicas.
Mi temido imperio ensanchas,
Mis tesoros multiplicas.
Si á los bárbaros enojas
Y tu espada en sangre mojas,
Un laurel he de ponerte
Que ni el tiempo ni )a muerte
Puedan marchitar sus hojas.
nupo.
Solo, Señor, me aGcíona
[Llega á besar elpié al Emperador.)
Besar tus pies ; que ellos solos
Enriquecen mi persona.
EMPERADOR.
Cuanto abarcan los dos polos
Te diera, con mi corona.
INFANTA.
Capitán gallardo y bravo.
{Ap. Bien verá, cuando le alabo.
Que en amarle me anticipo.)
PRÍNCIPE.
Es muy gallardo Filipo.
INFANTA.
Es gran varón.
FILIPO.
Soy tu esclavo.
INFANTA.
Por tan dichosa venida
En albricias vuelvo á darte
De mi alma y de mi vida
Aquella pequeña parte *
Que me quedó á la partida.
Tocan cajas dettempladas y trompa
ronca , y arrastrando un estandar-
te , salen en orden LEONCIO, de-
trás, de luto f armado , y lleva en la
cabeza una corona de ciprés y un
bastón quebrado, y MITILENE, de
cautiva,
LEONCIO.
Ronca la trompa bastarda ,
Destemplado el alambor,
Vestido el cuerpo de lato,
Y de ánimo el corazón ;
Arrastrando el estandarte.
Que ufano en alto se vio.
Con solo aquesta cautiva,
Aunque de extraño valor.
El pecho lleno de heridas.
Porque nunca atrás volvió ,
Coronado de ciprés.
Hecho piezas el bastón ;
Si son ceremonias tristes,
¡Oh famoso Emperador !
Usadas del gue es vencido ,
Ya verás cual vengo 50.
Nunca tu ejército viera
El levantado pendón
De los persas vitoriosos
Tan á costa de mi honor;
Nunca yo volviera vivo,
Pluguiera al eterno Dios
Que entre mi sangre vertida
Diera el alma á su Criador ;
Pero quiso mi desdicha
Librarme en esta ocasión
De la pena de la muerte ,
Para dármela mayor.
Nunca logró sus deseos
Quien desdichado nació ;
Que aun la muerte le aborrece,
Si el vivir le da dolor.
Una sintiera muriendo,
Y viviendo siento dos:
La pérdida de tu gente
Y de mi noble opinión.
Mi vida solo llorara;
Mas ay, que llorando estoy
Uniejército de vida.
Que el Gero persa quitó.
Llegué un desdichado dia.
Cuando está el dorado sol.
Entre los cuernos del Toro,
Cobrando fuerza v calor.
Mil prodigios, mil agüeros
Nos causaron confusión :
En un funesto ciprés
La corneja nos cantó ;
Tembló la preñada tíerra.
De lástima ó de temor;
Los montes se estremecieron.
Sonó en el aire una voz ,
Mostróse el sol encendido
De un encamado arrebol ,
Sudaron las naves sangre,
Y llovieron el sudor.
Antes de dar la batalla
Cuyo Un cantando voy,
Inlinitos buitres vimos
Cortar el aire veloz;
Acobardóse la gente.
Porque la Imaginación
Puede mas que la verdad,
Cuando tiene aprehensión ;
Animéla dando voces,
Pero no me aprovechó;
Que no hay fuerza en las razones,
Que dé al cobarde valor ; *
Y aunque puede al desmayado
Animar la exhortación ,
Y el ejemplo puede tanto.
Que á veces es vencedor;
Si el temor es general ,
BL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Tímida la inclinación ,
La fortuna adversa cierta
Y el enemigo mayor.
No animaran las palabras;
Que en guerras jamás suplió
Faltas de fuertes Aquíles
Un Ulíses orador.
Acometimos primero ,
Porque esta aceleración
Es parte de la victoria ,
Si hay igual competidor.
El nuestro fué desigual ,
#En número nos venció ;
Cien mil personas juntaron
De su bároara nación.
A los principios fué nuestra
La victoria ; mas. Señor,
La fortuna tiene siempre
Mudable la condición ;
Vueltas de ruedas veloces.
Humo negro, tierna flor,
Blanca sombra, débil caña ,
Cosas inconstantes son.
No hay cosa firme y estable ;
Lo que cuerpo vivo es hoy
Mañana es cadáver frió;
Todo va en. declinación.
La melancólica noche.
Triste para mí , cubrió
Los horizontes del mundo
Con su negro pabellón ;
No descubrió el sol hermoso
Su lucido aparador
De estrellas , porque entre nubes
La alegre luz se escondió.
Cosro, el primer jefe persa
Que desde el fuerte español
Hasta el antipoda oculto
Eterna fama ganó.
Sobrevino de repente,
Y vimos mas confusión
En el ejército nuestro
Que en la torre de Nembrot.
Derramada y fugitiva,
>íuestra gente el alma dio.
De pena y de rabia , al punto
Que pronunció esta razón ;
Digo al fin que, desmayada
Nuestra gente, del rumor
Que hicieron, nuevo son.
En tropel desordenado,
Nuestro ejército huyó,
Cogiendo los enemigos
De copete la ocasión,
t Ay pérdida desdichada !
Ay cielo santo! Ay rigor
De la mudable fortuna
Y de la parca feroz !
Infinitas muertes dieron
Sin engaño ni traición ;
Que yo alabo al enemigo.
Porque invidio su valor.
Entre los persas andaba
Como un antiguo Sansón ,
Y como soy dMdichado,
Nadie á matarme acertó.
Hasta la tienda real
Pude entrar; que el escuadrón
De guarda, con la Vitoria
Seguro , se descuidó.
En ella estaba esta dama ,
Que á la lumbre de un farol
Se ligaba dos heridas
Que en pecho y brazo sacó.
Llegué a asirla, defendióse,
Y aunque mas se defendió,
Anauises fué de estos hombros,
Meaea de este Jason;
Por causar algún enojo
Al príncipe vencedor
La he cautivado, y traído
Con no pequeña afición ;
Vencido vengo del persa,
Pero de mi mismo no ,
Pues no he llegado á su mano.
Aunque la tenca afición.
Esta es la trágica historia ;
No tengo la culpa yo.
Sucesos son de la guerra;
Mátame ó dame perdón.
EMPEBADOR.
¿Cómo es posible que he oido
Razones de hombre que viene
Infamemente vencido?
¡Qué poca vergüenza tiene
El que cobarde ha nacido !
iVivo delante de mi
Has atrevido á ponerte?
Cobarde, bárbaro, di,
¿Para todos hubo muerte ,
Y la faltó para tí?
Cómo la muerte inconstante,
En mi ejército arrogante.
Habiéndote de encontrar
A tí en el primer logar.
Te dejó, y pasó adelante ?
Sentimiento natural.
Cuando de otro está vencido.
Tiene cualquier animal ;
Mas tú, que no lo has tenido ,
No eres hombre natural.
Justo de hoy mas ha de ser
Qué á tu honrado proceder
Parca de la patria nombres.
Pues que truecas cien mil hombí
Por una flaca mujer.
La deshonra y vituperio
Tu corazón idolatra;
Basta que en nuestro hemisferio
Ha nacido otra Cleopaira
Para asolar el imperio.
No es razón que así esté armado
Un capitán que ha buido ,
Ni ese pecho afeminado
De acero esté guarnecido ,
Pues de miedo está aforrado.
Del lado le sea quitada
La espada , siempre envainada ,
8ue hombre por mujeres trueca
ile ya con una rueca.
Pues no riñe con espada.
{Vanle desarmando , como va dici
Atarle también conviene
Las manos, porque sagaz
Huyendo del persa viene ;
No tenga mano en la paz.
Si en la guerra no la tiene.
Y ya que en él está mal
Ser capitán general.
Tú, Filipo, lo has de ser.
INFAÜTA.
Muy bien sabrá defender
Tu corona imperial.
PRÍNCIPE.
El soldado vitorioso
Qué á su rey hace famoso ,
Es razón que premio aguarde;
Que el castigo del cobarde
Le hace mas animoso.
FILIPO.
Poderoso Emperador,
Casos de fortuna han sido ;
Y así, no ha de estar. Señor,
Desconfiado el vencido
Ni seguro el vencedor.
No hay en el mundo igualdad.
Ni estado en seguridad
Espera quien desconfia;
Que á la noche sigue el dia ,
Bonanza á la tempestad.
Los estados son violentos ;
Y ansí, con estas memorias
os peiísamientos
andes Vitorias
lodes TeDcimientos.
DO le des ;
I el mondo es
5, adferso y vario,
:ió SQ contrario
1 venza después.
LEOIfClO.
', en quien confio
mi afrenta mandes ,
el caso mió
citos grandes
de Darío.
s semejantes
Oria no borres ;
rbios gigantes
3as y con torres
> de'elefanies;
jrreados,
levantados,
ndose de vista ,
des conquista
el sol dorados,
podrás hallar,
indo el ancho suelo,
n comparar
lias del cielo
las del mar ;
;d pompa dichosa,
y pone en tierra ,
a, invídiosa,
> de la guerra,
iste y dudosa.
EMPERADOR.
una atribuyas
i flaquezas tuyas.
LEONCIO.
eñor, tanta infamia ?
EMPERADOR.
eras y no buyas.
is manos atrás^ y pénenle
una rueca,)
ajas delante ,
en la plaza un dia
valgo inconstante
u cobardía
semejante.
LEO.XCIO.
) amparo sigo,
s y jueces
ta que ha tenido
ció tantas veces
!Z que es vencido.
1 á mirar con cuidado á Mi-
' emperador Mauricio , Teo-
ríncipe, y Filipo.)
le venganza os pida,
I alDia ofendida ;
íBgo de ser ;
; hilar y torcer
t>re de mi vida.
6 que revelada
ierra en que reinas,
^ de tu espada
» nieve que peinas
fe dejen bañada.
caben las sucesos ,
'do lus excesos ,
*¡ mondo forme aprisa
° os de Artemisa
""'Ur lus huesos.
psaMililene:
'ma como yo
¡ ^n poco le tiene
'^ que le venció.
^ que pudieren , en orden y
^*^niarte arrastrando ; lie-
•^oiicw, tocando cajas.)
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
MniLElCE.
Volver por ti me conviene.—
No es ley ni bien que deshonres
Lo que honrado debe ser;
Vencedor es, no te asombres.
Porque hay en Persia mujer
De mas valor que mil hombres ;
Y yo. que á este agravio salgo ,
Mas que mil persianos valgo ,
Pues si trae mil veces mil
Por un ejército vil.
Mira tú si ganas algo.
Y el príncipe que ha vencido
Tu ejército acobardado,
Tanto el vencer ha sentido,
Que diera lo que ha ganado
Por solo lo que ha perdido,
Y aun le diera su corona.
Porque estima mi persona ;
Que tan bien el arco flecho.
Aunque no he cortado el pecho,
Como bárbara amazona.
Tu capitán es valiente.
Atrevido con valor,
Y reportado prudente;
Que esta es U virtud mayor
Para quien gobierna gente.
Si vencedor no escapo,
La fortuna lo ordenó,
Dudosa, adversa y esquiva.
EMPERADOR.
Agora digo, cautiva.
Que mi capitán venció.
MITILENE.
El que Vitoria ha tenido
Salga á probar mi valor;
Y asi verás cómo ha sido
Mas fuerte que el vencedor
El mismo que me ha vencido.
EMPERADOR.
(/4p. Su hermosura es celestial ,
Mi apetito natural,
Y en cosas de inclinación
Tiene fuerza la ocasión.)
Salte afuera, general.
príncipe.
{Ap, O le ha cobrado afición,
O con celosos enojos
Quiere doblar mi pasión.
Dándole está por los ojos
A beber el corazón.)
Filipo , el Emperador
Manda que salgas.
filipo. (Ap.)
Amor,
¡Qué veneno me estás dando !
PRÍNCIPE.
¿No has oído lo que mando?
FILIPO.
¿Queme mandas?
INFANTA. {Ap.)
i Ah traidor!
¿Divertido en mi presencia ,
Contemplando otra mujer?
FILIPO. {Ap.)
¡ Ay amor, con qué Violencia
Muestras en mí tu poder!
PRÍNCIPE.
Filipo, ¿tanta licencia?
FILIPO.
A servirte estoy dispuesto. {Vase.)
EMPERADOR.
Tú, Teodosio, sal también,
Y todüs lugar me den.— -
Ah Príncipe, salte fuera.—
¿Ya estáis vos de esa manera?
8
Parecido os habrá bien ,
César.
PRÍNCIPE.
Señora, ¿me llamas?
EMPERADOR.
Yo soy quien llamo.
PRÍNCIPE.
¿Qué quieres?
EMPERADOR.
Que ansi no mires las damas.
PRÍNCIPE.
Agradan me las mujeres,
Y esta mas.
EMPERADOR.
i Qué fácil amas!
Repórtate y salte aibera
A enfrenar esos intentos.
PRÍNCIPE.
¡ Ay persiana ! ¡ quién tuviera
Mas almas que pensamientos ,
Y en tu altar las ofreciera ! {Yase,)
EMPERADOR.
Ya, cautiva, en quien confio.
Es tan grande tu poder ,
Que aunque el tiempo es como rio.
Que atrás no puede volver,
Hoy has vuelto atrás el mió.
Con tus parles mas que humanas
Las fuerzas del aRna ganas,
Tus ojos me dan pasión.
Porque hacen refracción
En la nieve de mis canas.
Con amorosa inquietud
Siento UB honrado temor
De fénix en mi virtud ,
ue, abrasándome en tu amor,
a vuelto á la juventud.
MITILENE.
Esa nueva alteración,
Que tu vieja edad pretende.
Merece mi corrección.
Pues si mi rostro la enciende ,
La templa mi condición.
Persiana soy.
EMPERADOR.
Yo el monarca
?ne el orbeesféricoabarca,
en el ancho mar es mió
Desde el mas veloz navio
Hasta la mas débil barca.
El mundo de polo á polo
Tendrás, sino eres ingrata;
Oro te dará el Pactólo,
Los franceses montes plata,
Arabia su fénix solo.
Mal fin en mis reinos haya
Si en las faldas de tu saya
No me parece que miro.
En conchas del mar de Tiro,
Los olores de Panca}[a.
El alarbe que hoy sujeto,
Cíñendo corvado alfanje.
Dará el bálsamo perfeto.
Sus blancas perlas el Gange ,
Sus panales el Himeto,
El elefante marfil.
La ballena ámbar sutil,
Sciptia verdes esmeraldas ,
Y para hacerte euirnaldas.
Todo el año se hará abril.
MITILENE.
Si tu sacra majestad.
Porque su cautiva vivo ,
Muestra en mí su potestad.
El cuerpo tengo cautivo,
Pero no la voluntad.
Nunca lascivos amores
Me enseñaron mis mayores;
6
De una pica me enamoro,
No (le perlas, piala y oro,
Guirnaldas, bálsamo y flores.
EMPERADOR.
¿•Quién eres?
MITILENE.
Una persiana
Que en los ejércitos vengo.
INFANTA.
Pues ¿quién te ha hecho inhumana?
MlVlLEKE.
Mi noble sangre ; que tengo
Odio á la nación 'romana.
INFANTA.
¿ Qué romano fué atrevido
A ofender tanta belleza?
Sale EL PRÍNCIPE TEODOSIO.
■rriLENE.
De ningún hombre lo he sido ;
Mi misma naturaleza,
La inclinación me ha traído
Su memoria y su valor.
PRÍNCIPE.
De la memoria no aparto.
(Ap. Perdone el Emperador ;
Que está raí pecho de parto ,
Y ha de nacer este amor.)
El ejército desea
Ver tu rostro.
EMPERADOR.
Cuando sea
Tiempo saldré.
PRÍNCIPE.
Mi pasión
No pide esa dilación.
EMPERADOR.
Lugar daré á que me vea ;
Vete, César.
PRÍNCIPE. {Ap,}
Es violento
El irme en estar ocasión ,
Porque la gloria que siento ,•
Remora es del corazón,
Que para su movimiento,
i Ay mi persiana gallarda!
Como el alma tiempo aguarda
Para hablarte, desespera ,
Porque aun el alma que espera
Ofende cuando se tarda. (Vase.)
Sale FILIPO, por otra puerla,
FILIPO.
Aunque la maten mis celos,
Vuelvo ya determinado
A ver loi rayos ¡ oh cielos !
Del sol que Pcrsia ha criado
Entre sus montes y hielos.
INFANTA.
Otra vez la torna á ver.
¿Qué hago, que no persigo
Su vida? Pues la mujer
Es el mayor enemigo
Cuando da en aborrecer.
[Pórtese delante de Mililene el principe
Teodosio, y Filipo habla con el Em-
perador^ mirando á Mililene.
No la tiene de mirar ;
Luna soy, que he de eclipsar
Este sol para sus ojos.
FILIPO.
¿Dónde pondré los despojos
Desta guerra?
INFANTA.
¿No hay lugar
Para tratarlo después?
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
FILIPO.
Los gallardetes no cuelgo
Hasla que bese tus pies.
{Ap. ¡ Ay cautiva!)
INFANTA.
Yo me huelgo,
Ingrato, que ñola ves.
FILIPO.
Como entre nubes parecen
Unos pedazos de cielos,
Que en mis ojos resplandecen.
INFANTA.
Muriendo estoy destos^ celos ;
No la has de ver.
FIUPO.
Me escurecen
Tus brazos, mi sol divino.
(Hace ademanes de cubriUa la Infanta,
y él porfia por vella.)
MADRICIO.
Mientras que lo determino,
Rige la gente.
INFANTA.
Traidor,
Mal disimulas tu amor.
FILIPO.
¡ Ay, qué rostro peregrino
Sobre mis hombros estriba ! ( Vase.)
MAURICIO.
El poder de tierra y mar
Todo es tuyo ; haces reciba
Tu alma , que á cautivar
Venisle, no á ser cautiva.
Dará el mar, si me regalas,
El nácar de sus espumas ,
Y el fénix rosadas alas
Para que sirvan tus plumas
De penachos en sus galas.
Teodolinda, favorece
Mi causa , pues entristece.—
Quite el ¡ardin tus enojos,
Y en él harán estos ojos
Lo que el sol cuando amanece.
INFANTA.
Servirte y obedecerte
Mi pecho humilde desea.
Sale EL PRÍNCIPE TEODOSIO,
con una daga en la mano.
PRÍNCIPE.
Si impidiere mi mal fuerte,
Aunque mas mi padre sea.
Le tengo de dar la muerte ;-
Aunque no lo debe ser ,
Ni me parió su mujer;
Que, según los aborrezco,
Hijo de tigre parezco,
O fui trocado al nacer.
MITILE^E.
Que soy muy dichosa digo.
( Vanse la» dos de la mano. )
PRÍNCIPE.
Adentro van ; yo las sigo. ( Vase.)
MADRICIO.
Ksta es la gloria primera
Que d¡ó al hombre su enemigo.
¿Otra vez Teodosio aquí?
No son presunciones buenas,
Y pues siempre que lo vi
Se me han helado las venas.
Ninguna sangre le di.
No es mi hijo, y si lo es,
Me aborrece; muera pues.
No contradiga mi gusto;
Que quien quiere mi disgusto,
Querrá mi muerte después.
Sale HERACLIANO, con un ga
báculo, y HERÁCLIO, de villa
HERACLUNO.
Heráclio, ¿qué te parece
La corte y esta arrogancia?
herAclio.
Que no es hombre de importanci
Quien la corte no merece.
heracliano.
Muchos hay que, retirados,
Buscaron la soledad.
herAclio.
Cansóles la voluntad
El peso de los cuidados.
Esta pompa y edificio.
Las damas , la bizarría ,
El trato, la policía,
El orden de los oíicios.
Mueven mas mi corazón
Que el ganado, caza y sierra.
HERACLIANO.
¿Te agradan cosas de guerra?
HERÁCLIO.
Es mi propia inclinación ;
Yo confieso que en el yermo.
Aunque mas el perro ladra ,
Mejor que en la dicha cuadra
Entre mis ovejas duermo.
Como las gobierno y domo
Cuando mis silbos las llaman ,
Sus tiernas ubres derraman
La blanca leche que como.
Danme la fuente y el rio.
Entre plata y cristal tierno,
Leche por agua el invierno ,
Nieve pura en el estío;
Los campos, con su quietud,
Mis espíritus levantan ,
Las dulces aves me cantan ;
Todo es gusto y aun salud.
Mas la trompa, el atambor.
La gente , la urbanidad ,
La corte , la majestad
De un rey, de un emperador.
Mas me inclina y mas me alegra.
HERACLIANO.
Todo me cansó una vez ,
Cuando nevó la vejez
Copos en la barba negra.
La Emperatriz ha salido.
Despachando al limosnero.
Es un ángel.
BERJlCLIO.
Verla quiero.
Sale LA EMPERATRIZ AURELI.
sin galas , dando dineros al IX
ÑERO.
EMPERATRIZ.
Pocos pobres han venido.
LIMOSNERO.
Nos manda el Emperador
No darles , y me recelo.
. EMPERATRIZ.
Si es la limosna en el cielo
Como en el suelo el favor,
¿La niega?
LIMOSNERO.
Y á todo vicio
De la mujer ni el vasallo
No es decillo ni escocballo;
lima tiene Mauricio.
losna . ( Yase enojado.)
BERACLUlfO.
Pues la mano
I merecí , los pies
:izon que me des.
EMPERATRIZ.
imoso Ueracliano !
HERACLIANO.
ne tu majestad ;
>n el traje que tengo
montaña le tengo,
yo mi urbanidad.
EMPERATRIZ.
s a Heráclio?
HERACLIANO.
Sí, Señora;
no puedo venir.
EMPERATRIZ.
5te?
HERACLIANO.
Y podrás decir
?> un Héctor agora,
corles de los reyes
r mancebo mas bizarro;
rimiento de un carro,
e, con cuatro bueyes.
;erocorre ysalta,
g:una vez ha alcanzado
zoelo remendado
montaña m.ns alta.
I ciiarLana fría
)n bravo y furioso,
vaguido del oso,
l»o melancolía;
eal lobo, oso y león
obarda y deslierra;
e todo, a la guerra
extraña inclinación.
HERÁCLIO. {Ap.)
da tratan de mi;
iperatriz me ha mirado,
> querrá hacer soldado?
no alejíre nací,
qué deidad me inclina
tetar su presencia
mor y reverencia ,
á una cosa divina.
etos están mis brazos
llegar áabrazalla.
cUó, bárbaro, cilla ,
ala Emperatriz abrazos?
1 quitarse mejor
\üein\ pecho desea,
íeiiro. y aunque sea
i4áe\ Emperador,
í Viento, [Siéntate en el tribunal.)
HEnACLIA?(0.
\o be deseado
Pwesie galardón me des
»w® decirme quién es
5*f*cUo,á quien he criado;
WcomoiaraajesUd
J« lo eiíTió lan pequeño,
f^^ffo, imagino y sueño,
V^^% en la verdad.
^^'^e dormido Heráclio en la silla.)
jj EMPERATRIZ.
^^a6ríré quién es;
^^^la corazón
Pséi
^rn, ^"»*íun
.^¿Qarencion,
>eto después.
uJíf* como sabes,
^l^sar, con Mauricio,
,« monarca del mundo
¿4astro al polo frió.
^y no* emperador
LA RUBOA DE LA FORTUNA.
Mostróme amoral principio,
Y aborrecióme después;
Hombre al fin , y amor del siglo.
Pero, como son la paz
De los casados los hijos.
Pedí al cielo me los diese
Y soñé extraños prodigios.
¡Ay cielos, aij rigor, ay cruel castigo!
Cumpla estos sueños Dios solo conmigo.
Durmiendo, á mi parecer.
Temblaban los edificios
De la gran Constantinopla,
Corriendo de sangre rios.
Dentro del mar y en la tierra
Sonaban grandes gemidos ,
Hasta los pájaros daban
Articulados suspiros.
Entre arreboles de sarffere
El sol estaba escondido.
Era un crepúsculo el dia ,
La noche un escuro abismo.
Yo, confusa y temerosa ,
No de mi propio peligro.
Iba al templo, y admirada
De los secretos juicios ,
Hallábalo profanado
De bárbaros enemigos ;
Que es el castigo mayor
Que da Dios al cristianismo.
Entre estas calamidades
Un trágico caso he visto.
Que el corazón me suspende
Las veces nue lo imagino.
; Ay cielos ! etc.
Un traidor, aunque cobarde.
De humildes padres nacido.
Ya en el ejército nuestro ,
Vanaglorioso y altivo ,
Del gran imperio triunfaba,
Pasando en él á cuchillo
A mis hijos , á mi esposo
Y á este cuello triste mió.
Dábanos Dios esta muerte
Por los pecados y vicios
Del Emperador, mi esposo.
¡ Triste caso, á estar cumplido !
¡Ay cielos! eic.
Aunque es verda^ue los sueños
No tienen de ser ^idos,
Por ser confusas especies
De aquellas cosas que oímos ,
Cuando son malos se temen ,
Porque suelen ser avisos
De Dios, que en sus obras tienen
Invesligables caminos.
Todos los casos adversos
Parece que traen consigo
Mas crédito y certidumbre
Que los sucosos propicios.
/ Ay cielos ! etc.
Al fin , tras de muchos sueños,
De la manera que digo ,
Parí á Heráclio; desde entonces
Le has tenido á tu servicio.
A tu casa le llevaron ,
Y en su lugar puse un niño,
Hijo de una esclava escita
Y de un esclavo fenicio ;
Fué la culpa de esconderlo.
Porque suceda en mis hijos
FA imperio si se escapa
Del riguroso martirio.
/ Ay cielos, ay rigor , ay cruel castigo!
Cumpla estos sueños Dios solo conmigo.
Sospecho que ya se cumple
El influjo (iestos signos.
Porque ya el Emperador
Su conciencia ha destruido.
Aunque ya viejo, es cruel,
Ks avariento y lascivo ,
Y aun á la fe de crisliano
Le va corriendo peligro.
Mas i ay de mi , cómo juzgo
Defetos de mi marido !
Yo he mentido , Heracliano ;
Juzgúele Dios, que le hizo.
HERACLIAKO.
¡Sueños extraños! Inquieta
Estarás con el temor.
HERÁCLIO. (Enlféiueños,)
Pues que soy emperador ,
El ejército acometa. *
Heráclio soy, viva Cristo,
Con su cruz he de vencer ;
Ya se puede acometer^
Buenos presagios he visto.
Emperador del Oriente
Y del Occidente soy ,
Vengando la muerte estoy
De una cordera inocente.
HERACLUIfO.
Dormido habla consigo.—
Despierta , Heráclio, despierta.
HERÁCLIO.
Capitán , cierra la puerta ;
No se escape el enemigo.
HERACLIANO.
¿Quién en palacio y de dia
De espacio á dormir se pone?
HERÁCLIO. ( Despierta y bájase del
trono. )
Tu majestad me perdone
Mi necia descortesía;
Porque, como allá dormimos
Sin respeto ni atención ,
No mudamos condición
Cuando á la corte venimos.
EMPERATRIZ.
¿Qué soñabas?
HERÁCLIO.
Niñerías ,
Imposibles confusiones ,
Que causan las ilusiones
bel sueño y sus fantasías.
Cosas que ni pueden ser;
Sueños, al fin, mal formados
De casos imaginados.
EMPERATRIZ.
Yo los tengo de saber.
HERÁCLIO.
Soñaba que emperador
Era de toda la tierra,
Y que estaba en una guerra
Y escapaba vencedor;
Mil disparates.
HERACLIANO.
Seria
Cómo te asentaste mal
En esa silla imperial
Y le dormiste.
Salen EL PRÍNCH>E TEODOSIO, con
una daga desnuda y asido de MITI-
LENE , y ella con otra.
PRÍNCIPE.
PorGa,
Y verás de tu hermosura
El cristal ensangrentado
Si estás á mis ruegos dura ;
Que un amordemasiado
Suele parar en locura.
Siento, después que te vi ,
Un letargo, un frenesí,
Y he de curar mal tan fuerte
Con tu amor ó con tu muerte.
Que hay dos extremos en mi;
Elige pues lo mejor.
Que en tu mano está.
8
■rriLBifi:.
No quiero
Ni mi muerte ni ta amor.
príncipe.
Pues ¿qué?
■ITILEIIE.
Qae pruebes primero
Si bay eo tus braios valor.
príncipe.
Son tas ojos muy bumanos ,
Y fítciles mis antojos.
mitilene.
SAp, Por los cielos soberanos,
)ue si muere |)or mis ojos,
ue ba de morir por mis manos. )
umane el pecho ; que en él,
Si el ftiego de amor no mata,
Le entraré esta daga.
pRínaPE.
Infiel,
Premia mi amor.
■ITILBNE.
Soy ingrata.
PRÍNCIPE.
Dame vida.
MITILENE.
Soy cruel.
príncve.
Sosiégate.
MITILENE.
Soy un mar.
PRÍNCIPE.
¿No me quieres ver ni bablar?
MITILENE.
. Soy basilisco y sirena,
Que con ver y bablar doy pena.
PRÍNCIPE.
Dámela, que al fin es dar;
Denme pena tus enojos,
Tu vista y tus labios rojos.
Mas lú no hablaras ni vieras
Si la ponzoña tuvieras
En la boca y en los ojos.
EMPERATRIZ.
¿Qué es aquesto? ¿En mi presencia
Solicitándola estás
Sin recato y con violencia?
PRÍNCIPE.
¿ Qué mujer tnvo jamás
verdadera resistencia ?
Si es violencia ó voluntad,
* Desacato ó liviandad.
Deje de darme consejos.
EMPERATRIZ.
Si los padres y los viejos
Tienen esa autoridad,
¿No la puedo yo tener.
Que tu propia madre soy?
PRÍNCIPE.
Mi gusto tengo de hacer.
{Tira de MUHene.)
MITILENE.
Mira que yo un monte soy.
Que no me podrás mover ;
Pues ofenderme deseas ,
Aunque mas príncipe seas.
Vive el cielo, qae te mate.
EMPERATRIZ.
Teodosio, tal disparate...
{Porfía el Principe de llevarte á Mili-
lene, y defiéndela la Emperatriz.)
príncipe. '
Ni me hables ni me veas.
EMPERATRIZ.
¿Hay tan ciega obstinación?
Tos apetiloa reporta.
EL DOCTOR MIRA. DE M¿8CUA.
PRÍNCIPE.
Yo sigo mi inclinación.
EMPERATRIZ.
Déjala.
PRÍNCIPE.
Daréte.
EMPERATRIZ.
Corta.
PRÍNCIPE.
Toma pues ; un bofetón
Dejaré en tu rostro escrito ,
Que mi voluntad coníirmes ,
Y no impidas mi apetito.
HERÁCLIO.
¡Ejes del cielo, eslad firmes
A tan bárbaro delito!
Estrellado firmamento.
Planetas que vueltas dais
Con el rapto movimiento.
Montes, casas¿ no os caigáis,
Con tan extraño portento;
Ánseles santos y ouenos,
¿Como no nos dais desmayos?
Nubes en aires serenos ,
iCómo no os rompéis con rayos
Ni nos asombráis con truenos?
1 Cómo tú, tierra pesada.
Que, de metales preñada,
Nombre de madre mereces ,
No tiemblas ni le estremeces
Viendo una madre agraviada?
Vosotros, ojos, que atentos
Contemplastes tal mijger.
Llorad, haced sentimientos.
Pues no los quieren hacer
El sol ni los elementos.
A tener razón , lo hicieran;
Sosiega ya , corazón,
¿Qué movimientos te alteran?
Que siento aquel bofetón
Mas que si á mí me lo dieran.
Mano infame, mano ingrata.
Mano que mnerde rabiosa
Al dueño que bien la trata ,
Y víbora ponzoñosa.
Que á su misma madre mata;
Buho oue aborrece # dia ,
Y con hambrientos antojos
Matar sus padres porfia.
Cuervo que saca los ojos
A la madre que le cria ;
Toma la espada, inhumano.
Bárbaro mas que cristiano ;
Pues qne piedad no te enseña
Con los padres la cigüeña.
Apréndela de un villano.
( Llévale adentro d palos.)
PRÍNCIPE.
Este villano ¿qué intenta ?
herAclio.
Darte muerte.
PRÍNCIPE.
¡Ah de mi guarda I
HERÁCLIO.
Ira soy de Dios sangrienta.
Porque el castigo no tarda
A quien sus padres afrenta. •
EMPERATRIZ.
Hecho pedazos te vea
Brevemente, aunque esto sea
Con la muerte de los dos ;
Pero no , que ofende á Dios
Quien mal á nadie desea.
HERACLIANO.
¿No sabrá el Emperador
Tanta infamia, tanta mengua?
EMPERATRIZ.
Callarlo será mejor.
MrraENE.
Inmóvil tengo la lengua ,
De cólera y de dolor.
Sale HERÁCLIO.
HERÁCLIO.
Haz que le den muerte dura.
EMPERATRIZ.
No importa ; que fué locura.
p HERACLIANO.
Gusano de seda fuiste, \
Que en tus entrañas trajiste
Tu muerte y tu sepultura;
Eres muro y planta altiva.
Que en tus brazos has criado
La hiedra que te derriba.
EMPERATRIZ.
Di que soy quien ha engendrado
Ese amor y esa fe viva.
HERÁCLIO.
En venganza y desagravio
No has meneado los labios ;
Con tu paciencia me aflijo.
EMPERATRIZ.
¡Qué bien pareces mi hijo
En el sentir mis agravios !
Para quitar la ocasión
A un loco , será razón
Que se lleve Heracliano
A la persiana.
HERACLIANO.
Yo gano
Un dichoso galardón.
MITILENE.
Venirme mas bien no pudo.
Porque allí las piernas quiebre
Al jaoali colmilludo.
Corra la tímida liebre ,
Saque del agua el p^z mudo;
Seguiré la veloz gama.
El otoño , cuando brama ,
Hasta que caiga herida.
En la yerba guarnecida
Con la sangre que derrama;
Daré á las aves ligeras
Ya prisión y ya rescate.
HERÁCLIO.
Cuando no sigas las fieras.
Aquí tienes quien las mate ,
Como sus servicios quieras ;
Las montañas de su altura
Destilarán agua pura ,
Si á honrarlas tus ojos van ,
Y en su cristal dejarán
Los rayos de tu hermosura.
EMPERATRIZ.
Idos laego á las montañas;
Que es peligroso el palacio.
HERÁCLIO.
Son bárbaras sus hazañas.
EMPERATRIZ.
¡Quién te volviera despacio
Otra vez á sus entrañas!
MITILENE.
Ya por los montes suspiro.
HERACLIANO.
De tu modestia me admiro.
EMPERATRIZ.
Toma , Heráclio.
(Dale una sortija, y él bésaie l^"
HERÁCLIO.
Eres muy firan^^
Ap. Esta emperatriz me arraik-
~1 alma cuando la miro.)
^
\CTO SEGUNDO.
» FILIPO T LA INFANTA
TEODOLINDA.
WFANTA.
tiempo antiguo y fuerte
icios deshace ,
I del que nace
i y triste muerte ,
la Tanidad
e cualquier riqueza,
arde pobreza
la calidad ,
lipo, el ausencia
lerte del amor.
riLiPo.
hace mayor
es breve.
INFAJITA.
En la apariencia;
asente y olvidaste.
FILIPO.
Djos ó mis cielos,
s sospechas y hielos
mor engendraste.
L PRINCIPE TEODOSIO t LA
PERATRIZ AURELIANA.
PRÍXCIPE.
ojusta, tigre hircana,
eel ser que mediste,
reme á mi persiana.
EMPERATRIZ.
ñ fui tigre tiera ,
)odré querer mal ,
eDobay otro animal
m á sus hijos quiera ;
1 mano cruel y avara
irse á entrar pretendió
:Dire de quien salió,
so entrar por la cara ;
, eDmendarte procura ,
íendenne no le cuadre ;
Dios respetó á su madre,
ser Dios.
prí.ncipe.
¡Gentil locura !
f qué me tiene abscondida
iwal ímor de amor mala ,
<pe es bella como ingrata ,
qoe es alma desta vida,
qweshonrajuzy palma
Diiboorado pensamiento,
J«e es rapto movimiento
«>s cielos de mi alma?
f W ha ligado y deshecho
J^JOsqaelQi me daban,
wiro donde paraban
Wrosdemipecho?
«T»iiíela persa, ó muera,
"Pieoiuramoslosdos.
EMPERATRIZ.
?|<wa. poes que bay Dios,
ij^^jasto considera;
d/if''^''Dmano es sueño,
,f*^ofreflado amor
J^¿a//o traidor
efiw^^^o, (De rodillas.)
e del amor
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
Muchas veces te he engendrado.
Contigo fui liberal ,
Colunas mis brazos fueron ;
En peso un tiempo tuvieron
Ese edificio mortal.
Hijo de mi corazón ,
Pues no te pido que seas
Con tus padres otro Eneas,
Huye de ser Absalon.
INFANTA.
Tu majestad , ¿ para qué
Arrodillada se ha visto
A mi hermano? Solo Cristo
Mejor que su madre fué ,
Solo de virgen podia
Arrodillarse á sus pies. —
Y tú , Teodosio , ¿ no ves
Que esta es nueva tiranía?
¿ No has visto que no conoce
La paternal reverenciad
PRÍNCIPE.
¿Quién me dio tanta paciencia?
EMPERATRIZ.
También él la reconoce.
PRÍNCIPE.
Algún demonio me ha hecho
Que os aborrezca , y me incita.
FILIPO.
César y principe, quita
Esa cólera del pecho ;
La Emperatriz, mi señora
Y vuestra , demás de ser
Madre, emperatriz, mujer.
Como su ídolo te adora;
Por cuatro razones debes
Su respeto y reverencia.
príncipe.
¿Quién te dio tanta licencia ,
Que á mi persona te atreves?
FILIPO. *
El ver que de buena gana
Me has hecho- siempre merced.
PRÍNCIPE.
Hidrópico soy , mi sed
Es beber la sangre humana ;
La tuya derramaré.
Si aconsejas desa suerte.
FILIPO.
Si te sirves con mi muerte.
Mi espada propia daré.
{Dalesu espada.)
Saca con ella. Señor,
Vida y alma racional
Del vasallo mas leal
Que ha tenido emperador;
Mas mi palabra le empeño
Que , aunque le falte razón ,
No cometerá traición
Por no volverse á su dueño.
A tu voluntad ofrezco
Este cuello y esta espada.
PRÍNCIPE.
i Oh, quién la viera empleada
En las vidas que aborrezco !
Sale EL EMPERADOR, t UN CRIADO
con él.
EMPERADOR.
No me da mí rabia espacio.
Porque en cólera me enciendo ,
Y con un rayo pretendo
Asolar ese palacio.
¿Cómo el cuerpo desta casa.
Que vida y alma no tiene,
Fallándole Mitiiene,
No se deshace y abrasa?
Cómo no das esta vez
9
Muerte á aquesta que ha escondido
El claro sol que ha salido
Al alba de mi vejez?
Dame, falsa , dame, ingrata ,
Una cautiva que adoro;
Guarneceré con su oro
Esos cabellos de plata.
Su cristal hermoso trae ,
Trae su alabastro, importuna,
Porque sirva de coluna
A esta vida que se cae.
Dame el alma c(ue deseo.
Dame mi espejo intiel;
Porque si me miro en él ,
De menos edad me veo.
Hipócrita , ¿dónde tienes
El ídolo de mí amor?
{Arrástrala délos cabellos.)
EMPERATRIZ.
Espera , aguarda. Señor ;
Lleno de cólera vienes.
EMPERADOR.
Este cabello villano
Por fuerza te arrancaré.
EMPERATRIZ.
A la montaña se fué
En casa de Heracliano.
No entendí darte disgusto ;
Perdona , no estés con ira ;
Que ofendes á Dios, y mira
Que es riguroso , aunque justoi
EMPERADOR.
¿ Qué dices y reprehendes ?
Hipócrita , sal de aquí;
No estés delante de mí ,
Que me enojas y me ofendes.
INFANTA.
Amor, si remedio esperas ,
A seguir su sol disponte,
Que ya se puso en el monte.
Porque es refrán de las fieras.
FILIPO.
Con la razón que tenia ,
Viendo el mal que ausente estaba ,
Mi corazón palpitaba ;
Pero yo no lo entendía.
EMPERADOR.
Filipo , partirte puedes
Por mi cautiva gallarda;
Serás el águila parda
De mi bello Ganimédes.
Alba serás del sol mío
Que traerás sus rayos de oro ;
Serás mi claro Pecloro ,
Argos serás de otra lo;
Para su venida empiedra
De granates los caminos.
Viste los montes y pinos
De arrayan y verde hiedra;
Alumbren la noche negra.
Cuando nie$!an luz los cielos.
Volcanes y Mongíbelos;
Tiren paveses tu coche.
Como pintan al de Juno;
Y al rénix que arriba tiene
Trajera al de Mitiiene,
A no ser el fénix uno.
Al Príncipe te anticipo ,
César te hago de Roma,
Mi púrpura propia toma ;
Tú Alejandro , soy Filipo.
Sale LA EMPERATRIZ AURELIANA,
con una carta del Padre Santo.
EMPERATRIZ.
Nuestro santo pontífice Gregorio,
Que ahora en Roma está con gran pe-
[ligro,
10
Señor, ha despachado dos legados
Con esla carta para ti, recibe
El recado que traen, si eres servido.
EMPERADOR.
;Ya no sabe Gregorio que aborrezco
Sus cosas? ¿Para qué cartas me envia?
Déjeme el Papa ya.
FILIPO.
La carta leo.
[Lee.) «Gregorio, obispo de Roma,
» siervo de ios siervos de Dios; á ti, Mau-
» ricio, emperador de Orienl/e y Occi-
> dente, salud y gracia y bendición
» aposlólica : Hijo en Cristo , la Sede
> Apostólica y la Iglesia , en estas par-
» tes occidentales y reinos de Italia muy
k perseguida de infieles, princípalnien-
» te en la ciudad de Roma , que está
» cercada de lombardos , y yo dentro,
» sin poderla favorecer, si Dios por su
» divina misericordia no la ampara de
» parte suya ; encarecidamente pido
» favor, y bástele represenlar el peli-
» gro al defensor de la Iglesia, para que
9 acudas cun su ejército. *Dios sea en
» vuestra gracia, amén. Fecha en Roma,
» en las extiendas de mayo del año de
- » mil trescientos y ires.»
EMPERADOR.
Imposible ha de ser darle socorro ;
Sus trabajos padezca , si los tiene ;
Vuélvase el portador, y déle aviso
Del mucho desamor que al Papa tengo.
EMPERATRIZ.
Señor, mire tu grandeza
Que un cuerpo son los cristianos ,
Y no es bien que estén las roanos
(contrarias de la cabeza.
Cuerpo es la Iglesia, Se&or,
Y sufrirá muclios males
Si los miembros principales
No le prestan el favor.
Cuerpo el Papa . y el Rey es
Brazos deste cuerpo misto,
La cabe/a solo es Cristo ,
Y los demás somos pies.
Si al cuello no dan favor
Los brazos con fortaleza ,
Enojarse ha la cabeza,
Y los pies peligrarán.
Como el Papa por su oficio ,
De la Iglesia eres coluna ;
Pues Si de dos falta una.
; No se caerá el rdiflcio?
Dios con ella se desposa,
Tu brazo su escudo es ;
Repara los golpes pues ,
Porque no den en su esposa.
Su mano da el cortesano
Cuando cae una mujer ;
La Iglesia quiere caer.
Dale, Emperador, la mano.
EMPERADOR.
Hipócrita , mal nacida ,
No me cansen tus sermones ;
Vive el cielo, que en prisiones
Tíenos de acabar la vida ;
LlevacHa luego á una torre.
JXFANTA.
¡Señor!
EMPERADOR.
No mas me prediques
Ni á mis órdenes repliques. —
Llévala tú.
CRIADO.
¡Señor!
EMPERADOR.
Corre ;
Que padezca y sufra es justo,
Pues no me tiene aGcion,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
La que niega rol opinión
Y contradice mi gusto.
{Llevan á la Emperatriz y suena ruido,)
\ Váleme Dios, qué ruido !
¡Qué extraño temblor de tierra!
FILIPO.
Será la gente de guerra ,
Que algún motin ha movido;
Ponte , Señor, tras de mi ,
Porque, estando desta suerte,
Descargue el golpe la muerte
En mis hombros , y no en tí.
Cuando no fuere á la vista
De tus ojos de provecho ,
Un muro será mi pecho.
Que el ejército resista.
{Torna á sonar,)
EMPERADOR.
No es tierra ; que son, creo.
Batallas de hombres armados,
En el aire congelados ;
¿No los veis?
FILIPO.
No los veo.
EMPERADOR.
¿ No veis el cielo teñido
Con la sangre que se vierte?
¿ No veis la pálida muerte?
FILIPO.
Solamente oigo el ruido.
Sale FOCAS, con una espada,
EMPERADOR.
¿Veis una persona airada.
Que me mira con rigor?
FÓCAS.
Mauricio , eí Emperador ,
Morirá cbn esta espada.
EMPERADOR.
¿Viste en el aire pasar.
Con una espada de fuego.
Un monstruo?
FILIPO.
Sí , Señor.
EMPERADOR.
Luego
Mi muerte no ha de tardar.
¿Oíslelo?
FILIPO.
Sí, lo oi.
iVístelo?
EMPERADOR.
nLIPO.
También.
EMPERADOR. ( Siéntase. )
No son
Casos de imaginación.
¡Ay, infelice de mí !
Mi sangre está hecha hielos,"
El alma empieza á temer;
Nadie se puede esconder
Del castigo de los cielos.
Viva el hombre con recelos
De la justicia divina,
Que á los soberbios derriba.
Solo al humilde levanta ;
Al Cn es justicia santa ,
Que ni tuerce ni declina.
Desde el Austro al polo frío
Llegan con ancho hemisferio
Los limites de mi imperio.
Dios hizo el mundo, y es mió;
Mas es mundo , en él no fio.
Volver quiero el pensamiento
A Dios , <iue es el pensamiento
Donde el alma ha de estribar.
David soy; aaiero llorar
Sin suspender mi tormento.
CRIADO.
En sueño y melancolía
Está ; á solas le dejemos.
nLiPO.
Cosas prodigiosas vemos
En este trágico día.
{Yanu,)
Queda durmiendo EL EMPERADOH
sale FÓCAS, como la visión, con i
espada, y se la pone al pecho,
EMPERADOR.
Rey ni emperador se escapa
De padecer mal tan fuerte.
FOCAS.
Focas te ha de dar la muerte,
Porque aborreces al Papa.
EMPERADOR.
tQue me matan, que me matan!
Fílipo, socorre , ayuda ;
Con una espada desnuda
Mi vida vieja desata.
¡Que me muero , que me muero!
¡Ay Jesús! dame la mano ;
Que me mata aquí un villano.
Sale FILIPO.
¡Ay, qué tribunal espero!
FILIPO.
El Emperador da voces.—
¡Ay Señor, Señor! ¿qué tienes?
EMPERADOR.
Filipo, á buen tiempo vienes.
¿Esas sombras no conoces?
Saca , Filipo , la espada ;
Líbrame destas visiones.
FILIPO.
Si son imaginaciones.
EMPERADOR.
¿Los que me dan muerte airada?
Dales, Fílipo.
{Saca la espada Filipo.)
FILIPO.
No veo
Quien te ofende.
EMPERADOR.
Aquí á este lado ;
Dales , Filipo.
FILIPO.
Admirado
Estoy y verles deseo.
EMPERADOR.
Filipo, aquí se vinieron;
Castiga su atrevimiento.
FIUPO.
Ya les doy, y nada siento.
EMPERADOR.
Déjalos, que ya se fueron.
¡ Ay ! Dios justo es mi Dios bueo(^
¿Conocerás un villano.
Que Focas se ha de llamar
( ¡ Dichoso caso lozano! ),
Bajo de cuerpo y moreno?
FILIPO.
Buscaréle bien.
EMPERADOl.
Advierte
Que aquí me lo has de traer;
Porque este tiene de ser
El que me ha de dar la muert^^*
Dios me quiere castigar
Nslio lo desea ,
en esu Tidá sea.
kl Papa be de dar;
peratm es may santa ,
ra íDtercesora
jasto Juez , qae ahora
sentencia me espanta.
^len HERÁCUO t músicos.
BERÁCLIO.
s la faente qae tiene
ijas cristal y perlas ,
\ cuando á cazar ?iene
^ á coger v beberías
iarda Mitilene.
) aquí está calurosa ,
ido su agua dicbosa ,
voces y le aviso
era como Narciso ,
• su imagen dichosa.
■ósicol.®
e se nos ofrece.
■csico^.^
eo Chipre parece.
HEKÁCLIO.
euna alegre salva,
iseiíores del alba
nis ojos amanece.
HDSICOS.
T dó viene la cazadora ,
^iva y prende
amorosa,
IITILENE, can arco y flechas,
nte desciende
da y hermosa
sol cuando sale
ido el aurora ;
ente viene ,
rre inviaiosa
y labios
$ aguas doran,
y hombres mata
idora ,
'.utiva y prende
I amorosa.
BERÁCLIO.
reces , decendieodo ,
lad quieres que trate,
que se va poniendo*
qae al suelo se abate
1 que viene riendo;
reboza, por mi mal,
leDie esta murmurando
e dientes de cristal ,
.'QdieDdo está y brindando
3 \abios de coral ;
^que 4 tus movimientos
Bga mis ojos atentos
►rp(K\érleDie ofrecer;
ape quisiera tener,
■waoleogo peosaipientos.
MITILEIÍE.
kSo&boündos?
HERÁCUO.
y Bien nacidos ,
» como en creer nn t'ifHon
¿üDiBoeiicreer no Urdan,
J«»€n díl alma atrevidos ,
"«t^ill^Seacfthapflan
J ^oelTen
! se acobardan,
arrepentidos.
-^«esqieenire fieras tratan,
«■snunos matan las fieras,
I* «'los OJOS me Balan
LA RUEDA DE LA FOBTüNA.
HERÁCLIO.
Con amor teme el tirano.
Oye el sordo y habla el mudo ,
Calla el loco, entiende el rudo,
Y es político el villano.
MITILENE.
Yo en el grado que te quiero,
A ninguno quise bien.
BERÁCLIO.
Dulce amor , ¿qué mas espero?
Dadme alegre parabién
Deste favor lisonjero.
MÚSICO i. ^
¿Cómo de caza te ha ido?
MITILENE.
A tiempo has interrompido
Su plática regalada;
En la espesura intricada
Un ciervo dejo herido ;
Entre robles se escondía ,
Paciendo tomillos tiernos,
Y como el cuerpo cubría.
Mostrando un árbol de cuernos,
Roble seco parecía ;
Movióse en espacio breve ,
Ansí dije: «Loque veo
Ciervo es que pace ó bebe ;
Porque aquí no canta Orfeo,
El que los árboles mueve. »
Dispárele satisfecha
Una jara tan derecha,
Que al medroso ciervo dio,
Y por el monte abajó
Mas ligero que una flecha ;
Por hondas bocas iguales
Sangre y espuma vertía ,
Y ansí dejaba señales,
Que la tierra parecía
Copos de nieve y corales;
Corrió al Qn tan diligente.
Que llegó á una clara fuente ,
Y allí bebiendo y bañando.
Se está ahora desangrando
Para morir dulcemente.
BERÁCLIO.
Eres hermosa Diana ,
Eres el margen florido
Desta fuentecilla ufana
Por las veces que has bebido
Su cristal. {Echase y canta.)
MITILENE.
De buena gana.
BERÁCLIO. (Canta.)
Con la música y ruido
Del agua blanda , mi dueño
Dulcemente se ha dormido^
Y su rostro con el sueño
Rosado está y encendido;
Al valle quiero bajar
Por rosas para enramar
Sus cabellos y sus faldas.
MÚSICOS.
Vamos todos por guirnaldas ,
Dejémosla reposar.
(Vanse,)
Queda durmiendo MITILENE , y sale
LEONCIO, todo vestido de pieles.
LEONCIO.
Puede la música tanto ,
Que como alicornio vengo
De una cueva que aquí tengo,
Húmeda ya con mi llanto.
Castigóme el cielo santo
Con afrenta amarga y dura ;
Mas hoy en esta espesura
Ha suspendido mi pena
Esta voz , que fué sirena
il
Del mar de mi desventara.
A vencer los persas fui ,
Y en los cuernos de la luna
La Rueda de la fortuna
Me subió, pero caf;
Y en una plaza me vi
Con una rueca en el lado;
Y ansí , viéndome afrentado,
A los montes me subí
Y aquel amor me ha faltado.
¿Qué ninfa por agua viene
A esta fuente clara y pura,
Que sueño á su margen tiene?
O esta es la misma hermosura ,
O es la bella Mitilene.
¡Oh dulcísima ocasión
Del estado en que me veo! .
¿Si es ella? Si es ilusión?
Si es imagen del deseo
Que está en la imaginación?
El corazón se ha alterado ,
Como á su dueño ha mirado.
Ella es, «yo la despierto;
Mas no querrá aun hombre muerto ,
Que tal es un afrentado.
Despierta no me ha querido,
¿Y ansí he de abrazarla yo
Ahora que se ha dormido?
Tente , apetito , eso no ;
Que es amor descomedido.
Entre estos lentiscos quiero
Mirarla con afícion,
Y seré el hombre primero
Que se venció en la ocasión,
Teniendo amor verdadero.
Sale EL PRÍNCIPE TEODOSIO,
con DOS CRIADOS.
PRÍNCIPE,
Bosques oscuros, que tan peregrinos
Merecían los célebres pinceles
De Timantes, de Céusis y de Apeles,
Tenidos en el mundo por divinos;
Cuyos frondosos y elevados pinos ,
Verdes bayas, lentiscos y laureles,
Cipreses imitáis los chapiteles,
Y os miráis en arroyos cristalinos ;
Si de sombra servís á mi enemiga
Cuando viene á las tiestas con despojos
De las tíeras que mata en la espesura.
Decidme dónde está, porque la siga.
Si acaso de las hojas hacéis ojos
Para mirar despacio su hermosura.
CRIADO.
Sin ser destos montes planta.
Yo podré decirte della ;
Mírala allí.
PRÍ.NCIPE.
Imagen bella
De la gloria bella y santa,
Luciendo va como viento
Entre enebros y lentiscos.
Que en verla me dan tormento.
Alad pues á la cruel
Que claramente me mata ,
Mas hermosa y mas ingrata
Que fué otro tiempo el laurel.
(Llegan y átanla^ y él toma el arco.)
MITILENE.
¿Qué es aquesto?
PRÍNCIPE.
Una afición.
MITILENE.
¿Quién me ató?
PRÍNCIPE.
Quien te ha adorado.
Un príncipe apasionado.
i2
MITILEÜE.
Mejor dirás la pasión. —
Traidores, viles, villaDos,
¿Qué inlentais? Qué pretendéis?
Del miedo que me tenéis
Os picó atarme las manos.
Fantasmas del blando sueiío
En que he estado divertida ,
¿ Qué queréis?
PRÍnCIPE.
Hallar mi vida.
MITILENE.
¿Quién te la quila?
pRÍifciPfe:.
Mi dueño,
Yo te di mi libertad
Y ahora me has de querer,
Y por fuerza be de vencer
Tu rebelde voluntad.
MITILENE.
¿Cómo has de poder forzarla,
Pues aun no 4a fuerza Dios ?
PRÍNCIPE.
Dándote muerte.— Los dos
De un árbol podéis atarla ;
Con sus flechas ha de ser
Muerta, si mi gusto niega.
{Atañía.)
LEONCIO. (Ap.)
Yo quiero ver dónde llega
El valor desla mujer.
MITILEXE.
Bárbaro , que nombre cobras
De traidor en pensamientos.
En el alma, en los intentos.
En palabras y en las obras.
Plega Dios que te diviertan
El alma eternos pesares ,
Y las flores que «pisares
En serpientes se conviertan.
Sígate un oso herido.
Para que mas bravo sea ,
Una ti^re que no vea
Los hijuelos que ha parido;
tjn toro agarrocheado
Encuentres, y un elefante
Que tenga siempre delante
Un áspid recien pisado.
Fieros leones encuentres ,
Que salgan de la cuartana ,
Porque con rabia inhumana
Te sepulten en sus vientres.
Haz desatarme, traidor,
Y nuestras fuerzas probemos.
PRÍNCIPE.
En mi pecho hay dos extremos :
Que aborrezco y tengo amor.
Si en la parte que te adoro
No me dan tus ojos guerra ,
De las peñas de la tierra
Sacaré la plata y oro.
De las entrañas saladas
Del mar, que sorbe las vidas ,
Sacaré perlas asidas
De conchas tornasoladas.
Tuyas serán , tu mi dama
Mientra?; üon rayos eternos
Dore al toro el sol los cuernos
Y al pez argente la escama.
Pero si te muestras fuerte.
Del extraño amor que siento
Saldrá el aborrecimiento.
Procurándote la muerte.
MITILENE.
Rompe mi pecho , traidor ,
Y un pelícano seré ,
Sue con él sustentaré
is hijos, que es el honor ;
Tíra,^caba, tira.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
PRÍNCIPE.
Advierte
Que en este mortal estrecho,
Lo que hay de la flecha al pecho
Hay de la vida á la muerte.
MITILENE.
Y lo que hay del suelo al cielo
Habrá de mis pensamientos
Á tus cobardes intentos.
PRÍNCn>E.
Que me ha de vencer recelo ,
Y demudar la conciencia ;
Que , pues presume de fuerte ,
Menospreciando la muerte.
Tema su misma vergüenza.
MITILENE.
Leona es mi honra , villanos ,
Que ligada se defiende,
Y con Tos dientes ofende.
Si está herida en las manos.
Perro seré que, guardando
Este honrado proceder ,
Cuando no pueda morder
Llamaré gente ladrando.
Montes, aves , plantas , fieras ,
Tened en esta ocasión
Alma , piedad y razón.
LEONCIO.
SÍ tendrán, porque no mueras.
CRIADO L^
Las hojas vienen hablando
A amparar esta mujer.
CRIADO 1.^
Huye, Señor.
PRÍNCn>B.
Descender
Quisiera al valle volando.
( Vanse el Principe y los criados. )
MITILENE.
¿Qué fiera, qué labrador.
Qué deidad ha pretendido
Mi defensa? Ángel ha sido
De la guarda de mi honor.
Sale FILIPO, mirando un retrato.
FILIPO.
Mientras yo descanso un rato,
Pregunta por algún hombre
A quien llamen de ese nombre
Y parezca á ese retrato.
¡ Qué espectáculo divino
No es la gloria que deseo !
En un espejo me veo.
Mirando lo que imagino.—
Dulcejuez y testigo
De mi amorosa pasión,
¿Qué es aquesto?
MITILENE.
Una traición
Que usó el Principe conmigo.
Desátame , General.
FILIPO.
Con mi amor, esta ocasión
Ha de perder la opinión
De cortesano y leal.
¡En qué peligro me veo!
Los cielos me están mirando,
Y aquí me va despeñando
Rl caballo del deseo ;
La buena ocasión es fuerza ,
Gozarla quiero por fuerza ;
Pero no, (|ue soy honrado.
Yo la voy a desatar.
MITILENE.
¿Neme desatas?
Sale LEONCIO , y escóndese,
LEONCIO.
Ya tengo ,
Cuando á desatalla vengo ,
Otro caso que mirar.
•nLiPO.
La ocasión es poderosa ;
Hace al cobaroe cruel.
Ladrón hace al hombre fiel ,
A la verdad mentirosa ;
Traidor hace al que es leal.
Lascivo al mas continente ,
Riguroso al que es clemente ,
Y corto al que es liberal.
¡Cuántos hombres han estado .
En esta resolución ,
Y una pequeña ocasión
Ciegos los ha derribado !
Mitilene , tu hermosura
Sirva á esta planta de hiedra,
Y tü del todo eres piedra ,
Estando inmóvil y dura ;
Desde el punto que te vi
Te adoré ; como soldado ,
En las batallas que be dado
Nunca la ocasión perdí ;
Si ves que te doy la muerte ,
¿Has de dejarte gozar?
MITILENE.
Mil muertes pienso pasar.
FIUPO.
Una mujer es tan fuerte ,
Que la vida aventurado
Por su honra , no es razón
Que venza una tentación
Al que quiere ser honrado;
Noble soy y temo á Dios ,
Honra quiero , y Dios es gloria.
(DesáU
LEONCIO.
: Ay Filipo , esa Vitoria*
Hemos ganado los dos !
MITILENE.
Buscando voy deseosa
Uno que me dio la vida.
Luego vuelvo.
FILIPO.
Esa vida
Es honrada y animosa.
LEONCIO.
Solo queda el amistad
Que me ha tenido; consiente
Que agora salga , y le cuente
Mi extrema necesidad.
Como afrentado he vivido
En los montes retirado ,
Me siento necesitado
De dineros y vestido ;
De pasar me determino
A los persas ; y asi , salgo
A pedir que me dé algo
Para ponerme en camino.
Pero dudo, y no estoy cierto
Si con este nuevo estado
La condición ha trocado ;
Mejor es llegar cnbierto.
Vergüenza y desdicha están
En el que á pedir comienxa ,
Y es mas desdicha v vergüenia
Si pidiendo no le dan. —
Caballero, si hay piedad ( ü
En los capitanes fuertes ,
Mi vida está entre dos OMMrtas»
Agravio y necesidad ,
Y como vos fui soldado
Y tuve riqueza alguna ,
Pero la adversa fortuna.
Soberbia, me ha derribado;
Rico pensaba morir,
ro pobremente,
)T como U fuente ,
já para sabir,
ya lo que yo fui ,
fueron oíros soy ;
en el mund(^, y ya estoy
er mandarme a mi.
iroome el estado ,
es mayor en la gente
ms del oreseote
invidia ael pasado;
tiempo y no pedi ,
pobre aunque mas diera ,
i rico estuviera
menos que yo di ;
estado como un sueño,
candólo soñé,
do, desperté ,
e en otro dueño ;
»duz, siendo mió,
n la rueda subió,
ro el aguase vio,
i bajado vacio.
! obliga á que te pida
a; asi tu privanza
szca la mudanza
iesdichada vida.
FIUPO.
mostrado en el cubrir
ro que noble has sido ,
siempre al bien nacido
vergüenza el pedir;
iendo al necesitado ,
no se comide,
e con vergüenza pide ,
i lo pida prestado,
to se ha de llamar;
«rá caso cierto
has de pedir cubierto
0 tengo-de dar;
a corte voy subiendo,
1 miedo de vivir,
be encontrado al subir
e viene cayendo,
con favor ¿e gana ,
0 se puede estado ,
aero prestado,
de otro dueño mañana;
1 mió te daria,
to del desconfío,
común , que boy es mió ,
será otro dia;
nde amigo se vio
»eso, en mi privanza;
mundo su balanza,
1 otra subí yo ;
a pues remediarte
os pobres despojos;
diera, y nun los ojos
rimas quieren darle,
zoo su piedad ,
izosun lazo estrecho,
ma vida mi pecho ,
aa su voluntad ;
Gue en adversidades
)lo imitas muy bien ,
aquí también
ebir voluntades,
e así no te asombres;
corazón me has quebrado
le tan desdichado,
s menester otros hombres.
LEÚ5CI0.
ir mal tan airado ,
lespues de haber pedido,
haber recibido ,
»lo de haberlo pasado.
ÜTILENE , y Leoncio se cubre,
MITILENE.
bay causa que lo impida,
LA RUEDA DÉ LA FORTUNA.
Honra y luz de los mortales,
Yo te pido agradecida
Esas manos liberales,
Que saben dar una vida :
Mas tu venida me honró
Que el padre que me engendró.
Porque si yo la perdiera.
Mayor mi deshonra fuera
Que la honra que él me dio ;
Y si saberla guardar
Mas es que darnos la honra ,
Padre te puedo llamar.
Que en guardarme vida y honra.
Hoy me vuelves á engendrar;
¿Quién eres?
LEONCIO.
Dos fui, y soy uno.
MITILENE.
Extraña naturaleza ,
Dos hombres asido en uno.
LEONCIO.
Dos fui, mas yo y «ni riqueza.
Ya soy pobre y soy ninguno^
MITILENE.
¿ Tanto has sentido el perder ,
Que pierdes también el ser?
LEONCIO.
Sí ; que en haberla perdido.
Tan otro soy del que he sido,
Que no me has de conocer.
MITILENE.
¿ Qué es tu riqueza perdida?
LEONCIO.
Vida y honra.
MITILENE.
¡Gran deshonra!
¿Quién fué causa?
LEONCIO.
Tu venida ;
Por ella perdí mi honra,
Quizá mi hacienda y mi vida.
MITILENE.
Si te la puedo volver,
Como sm deshonra sea.
Pídeme.
LEONCIO.
Podrás hacer
Lo que mi pecho desea,
Sin ganar y sin perder.
MITILENE.
Harélo pues, pero advierte
Que tengo de conocerte.
LEONCIO.
Cuando ya vivir me sienta.
MITILENE.
¿No vives?
LEONCIO.
No ; que una afrenta
Es mayor mal que la muerte ;
Entonces te pedifé.
MITILENE.
Esta será desde ahora
Prenda y fe. {Dale una sortija.)
LEONCIO.
Estará esa fe
En el alma , que te adora.
Salen HEHACLIANO t HERAGLIO, y
LOS MÚSICOS , cantando,
MÚSICOS.
El alba en las flores
Su aljófar vierte
Para la cabeza
De Mitilene,
13
HERACLIAlfO.
Todos guirnaldas te hacen
De flores no cultivadas,
Amajpolas encarnadas
Entre los trigos se nacen ;
Romero que en las montañas
Flor cenicalo nos deja,
De quien saca miel la abeja
Y ponzoña las arañas ;
Flor de gallomba amarilla.
Toronjil y trébol tierno ,
Que nos quila la polilla;
Poleo, con que las garzas
Suelen purgarse en las selvas.
HERÁCLIO.
Flores son , pero ningunas J
Tan finas como mi amor.
MITILENE.
Por esas flores pudieras
Hallarme ya de otra suerte.
HEBÁCUO.
¿De qué modo?
MITILENE.
Con la muerte.
HERÁCLIO.
¿Siguiéronte algunas fieras?
MITILENE.
Mas que fieras, un traidor.
Que me ha ligado durmiendo ;
Pero á no volver huyendo,
Él probara mi valor.
HERACLIANO.
Es tanto su atrevimiento.
Que ya este viejo desea
Saber quién tu origen sea.
MITILENE.
Contarélo, estáme atento.
Yo , famoso HeracUano ,
Nací en el reino de Persia ,
Y el cielo me dio aquel nombre ,
La desdicha y la nobleza ;
Gozó el Revuna serrana.
Enamorándose del la ;
Que es el Rey como la muerte,
Que no tiene resistencia.
En cinta quedó anuel dia ,
Y ojalá el cielo le aiera
La esterilidad de Sara,
Aunque entonces no era vieja.
Cumpliéronse nUeve meses.
Llego mi parto, y mi estrella
He sacó al mundo, llorando
Sus desdichas y miserias.
Nací pues y fui criada
Entre los montes y sierras,
Y ansí á la guerra y la caza
Me inclinó naturaleza.
Cazando el Principe un dia ,
Con el calor de una siesta ,
Llegó á la sombra de un pino
Y me vio durmiendo en eíla ;
Desperté sin conocelle.
Me avergoncé en su preseccia ;
Que naturalmente todos
A sus príncipes respetan.
La majestad de los reyes
Es tan grande y tan severa.
Que aunque no los conozcamos,
Nos provoca reverencia;
Pero la sangre real.
Que da vida á nuestras venas.
Nos dio la afición entonces
Con una amistad estrecha.
Nunca fué el Príncipe á caza ,
Qae yo á su lado no fuera ,
Ni sin tenerme presente
Descansó en la verde yerba.
Al fin llevóme á la corle;
Fui sin gusto, porque en ella
Anda la verdad vestida
Con máscara de vergüenza ;
Después en su compañía
Iba también á las guerras,
Y mas de cuairo naciones
De solo mi nombre liemblnn.
Creció nuestro mutuo amor
Cuando supimos quién era,
Y apañónos la fortuna,
Con sus mudanzas adversas.
El desdichado Leoncio,
Que ahora llora su afrenta ,
Desterrado del imperio,
Lle^ó una noche á mi tienda;
Defendíme de sus brazos,
Pero vine sin defensa
Por dos livianas heridas , •
Y fui en las suyas presa;
Nunca el Príncipe , mi hermano.
Me vio, porque las tinieblas
De la noche lo impidian,
Y el ser su victoria cierta ;
Pero después no ha sabido
De mi ; que, si lo supiera ,
Mi libertad procurara
A costa de su cabeza.
HERÁCLIO.
Detente , do digas mas ;
Calle, Señora , tu lengua,
Porque me llevas el alma ,
A tus razones atenta.
Nunca el Hey enamorado
Tu dichosa madre viera ,
Nunca gozara aquel dia
Su recatada belleza.
Nunca tuviera ocasión
De gozarla, nunca fuera
Tan generoso y fecundo ,
Para que tú no nacieras ;
Nunca el Príncipe cazara ,
Nunca llevarle quisiera
A la guerra ni á la corte.
Nunca al imperio viniera;
Y ya que lodo fué así ,
Para darme mayor pena ,
Nunca te vieran mis ojos,
Que en vano tu luz desean.
Pluguiera al eterno cielo
Que humildes padres te diera
Kl generoso principio
Que tiene ya tu grandeza ;
Fuera un villano tu padre.
Tu patria una pobre aldea,
Tu sangre como la mía ,
Porque yo te mereciera ;
Que ya un tosco labrador
No es posible que merezca
Mirar el rostro divino
De una gallarda princesa.
¡tCsperan/as mal logradas!
¡Imaginaciones muertas !
i Afición desengañada!
: Loco amor, alma indiscreta !
Pero si los propíos hechos
Suelen suplir la nobleza ,
Que á los que nacen humildes
La naturaleza niegao,
A los ejércitos voy ,
Y por el Dios que gobierna
L-n mundo, cuatro elementos,
Once cielos y una Iglesia ,
Que en las ásperas montañas
No has de verme hasta que tenga
Tianadas por estas manos
Honra propia y fama eterna.
Mis hazañas han de darme
Loquea ti naturaleza,
Y acaso querrás entonces
Que tus favores merezca. ( Vose
MlTILeNE.
Escucha, Heráclio» detente.
)
EL DOCTOR HIRA DE MÉSGUA.
HERACUANO.
Hijo, aguarda... oye... espera...
Una vez determinado,
Difícil será su vuelta,
i Ah sangre no conocida!
¡ Cómo te inflamas y alteras
Con la bizarra memoria
De generosas empresas !
Algún dia querrá el cielo...
■ITlLEflE.
¿No es labrador?
IIERACLIA?(0.
Sí ; que siembra
Esperanzas de un imperio,
Y ha de coger fruto aellas.
{Vanse.)
Salen EL EMPERADOR MAURICIO
T UN CRIADO.
CRIADO.
La Emperatriz , mi señora ,
Viene á verte.
MAURICIO.
Norabuena ;
Que sí ha llegado mi hora ,
Culpas que esperan tal pena
Piden tal íntercesora. (Siéntase.)
Sale LA EMPERATRIZ AURELIANA.
EMPERATRIZ.
Llámame tu majestad ;
Y así , he venido. Señor,
.\ tu voz con humildad ,
Con paciencia á tu rigor
Y con gusto á tu piedad ;
Bien puedes ser riguroso,
Que tanto como piadoso,
Te he de querer y estimar.
EMPERADOR.
Hoy ha empezado á temblar
Mi corazón animoso.
Devota , santa , piadosa ,
Pacifica, religiosa.
Discreta, humilde, obediente,
Mártir que sufre paciente
Mi condición rigurosa.
Ruega á Dios, pues es tu amigo ,
Que en la muerte que me invia
Se resuelva mi castigo ;
Ampárame , santa mia ,
Yo mismo fui mi enemigo ;
Ave soy que no he volado
Porque, del cebo engañado.
En la red del mundo di ;
Pez he sido que me asi
Del anzuelo del pecado;
Nave del mundo es mi pecho,
Que de vicios se cargó ;
Mas ya llegando al estrecho.
Mis pensamientos y vo
Pedazos nos hemos hecho.
Árbol he sido lozano ,
Que en flores pasó el f erano ,
Pero el invierno ha venido,
Y sin fruto roe ha cogido ,
Que tal es un mal cristiano.
Ha sido con propiedad
Primavera mi vejez,
Otoño mi mocedad ;
Y así, será mi vejez
El invierno de mi edad ;
Virgen he sido dormida ,
Que, sintiendo la venida
Del esposo, desperté ,
Y sin aceite hallé
La lámpara de mí vida. «
Préstame lo que has guardado.
Virgen cuerda, mujer fuerte;
Qae ya mi esposo ba llamado
A las puertas de la muerte
Y temo verle enojado.
Levántase, y salen FIUPO t FOCAS,
labrador.
m
RLIPO.
Con diligencias no pocas, .
Entre los montes y rocas
Un labrador he hallado
Con las señas que me has dado
Y con el nombre de Focas.
EMPERADOR.
Este es el mismo villano
Que yo soñaba , este viene
A ser conmigo inhumano.
¡Qué extraño aspecto que tiene!
¡ Cómo parece tirano !
Tiemblo de haberle mirado;
Este será mi cuchillo.
FILIPO.
Con su muerte estás guardado.
EMPERADOR.
¿Cómo podré yo impedillo.
Si Dios lo ha determinado?
Es cobarde.
FlUPO.
EMPERADOR.
Si es cobarde ,
Será razón que se guarde
Del el valiente y el fiel ,
Porque siempre el que es cobarde
Es traidor, y asi es cruel ;
Mas yo no me be de guardar ;
Mis culpas quiero pagar ,
Y á mi Dios tendré contento.
Regalando el instrumento
Con que me ha de castigar. —
¿Quién eres?
FÓCAS.
Un monstruo ful.
EMPERADOR.
¿Y tus padres?
FOCAS.
Mi fortuna
Y el mar, porque en él nad ,
Y una barca fué mi cdna
Hasta que á tierra salí ;
Un pescador me sacó ,
Y como á mi me crió
Con palmas y verdes ovas
Y leche de mansas lobas ,
Soy melancólico yo;
Con esta melancolía
Me suele dar un furor,
Que imagino cada dia
Que mato al Emperador;
Esta locura es la mia.
Salí, críeme y crecí.
Entre estos montes vi? i ,
En tus palacios estOT ;
Yo mismo no sé quién soy, j
Quién he de ser ni quién laL ^
KMPERADOa.
Este prodigio se note.
FILIPO.
Maulo, ten confianza;
Tu sangre no se alborote.
EMMUUDOR.
Mira que es mala crianaa
Quitarle á Dios el aaote.
FlUPO.
Si es, al contrario, mentira ,
Cualquier suceso soñado
En él se convierta.
IMPKEADOA.
Mira
:go ¿ Dios enojado ,
larle mas ira.
nupo. .
!i^a es natural ,
el bralo irracional
couservar la vida.
EJPeRADOR.
tes á mi homicida...
>, c]ue es mayor mal.
i pagar desia suerte
ados, ¿no es mejor
pague con la muerte?
FILIPO.
Tdooa al pecador.
CMPERADOR.
.. Mas ove, advierte :
me ha Je castigar,
quiebro esta Tara ,
e puede faltar?
FILIPO.
stá,no fallará.
EIPERADOR.
> le quiero malar.
Faipo.
'ios te ha perdonado.
EMPERADOR.
muerte... Detente;
a mayor pecado
n hoóibre inocente ,
IOS solo culpado?
eiio lia de ser nienlira ,
I muerte es ?erdaJ.
es.
nupo.
Temo , Señor,
;üos.
EMPERADOR.
También los lemo ;
aerte.
FOCAS.
¿Qué rigor,
U qué aí^ravio, qué extremo
> este labrador?
EMPERADOR.
bien dice... Espera,
liegueDiossu luz;
1 ;ibrazo quisiera
izarme á la cruz
)¡os quiere que muera. —
á mi «labrador,
, que ya es amor
taza de matarle;
ue quiero abrazarte.
FOCAS.
6mo á mi , gran Señor?
EMPERADOR.
zos un lazo son
da muy estrecho ;
s, qué extraña pasión !
mal siento en el pecho,
abrasa el corazón ;
mi muerte has venido,
emorquehe tenido
mi muerte pretendo ;
DO la teme muriendo,
viviendo la ba temido?
.D hombre de importancia,
lo ambos á dos ;
ele tu ignorancia.
rócAs.
:s aquesto?
EMPERATRIZ.
Déle Dios
Q de perseverancia.
{ya$e Fáeoi,)
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
EMPERADOR.
Figura que , pasando el tiempo , en-
[gaña,
Flor que marchita el caloroso estío.
Ampolla hecha en el agua p por frió,
Correo de la muerte, débil caña;
Sombra que hace lela de una araña.
Ave ligera, despeñado rio.
Hoja del árbol y veloz navio
Que navega esie mar á tierra extraña;
Un punto indivisible, un breve sueño,
Corrido sueño y muerte prolongada
Es la vida del hombre desabrida.
¡ Miserable de mí ! si es tan pequeño
El curso de mi edad, que es casi nada,
¿Por qué pasé tan mal tan corta vida?
ACTO TERCERO.
Sale un ejército de soldados en orden
de guerra^ y el parche tocando delan-
te , detrás dos CAPitAif es.
CAPITÁN i.°
Rimbombe el son del sonoroso parche.
Publicando el motin que se ha movido.
CAPITÁN 2.**
Kl ejército quiere que elijamos
Emperador que ampare nuestra Iglesia.
CAPITÁN 1.°
Desnúdese la púrpura Mauricio ,
Y muera en su vejez su infame vicio.
Tocan cajas, y sale LEONXIO, vestido
de pieles, con la rueca.
LEONCIO.
Romanos , capitanes del ejército ,
Los que siempre mostrasteis vuestros
[ánimos
Encasos de fortuna adversa ópróspera;
Soldados valerosos, que el imperio
Tenéis en vuestros hombros, conser-
[vándole
Contra las fuerzas de naciones varias,
Mirad de la fortuna el espectáculo.
Que á las entrañas de los montes aspe-
[ros
Enternecer podrá , causando lástimas;
Contemplad la ruina y la miseria
De un hombre que se vido en los Elí-
[seos ,
Y resbalando por los aires lóbregos,
Al abismo bajó, profundo y cóncavo ;
Estimado me he visto entre los cesares,
Que solo me faltó vestir la púrpura,
Y agora entre las bestias mas selváti-
[cas,
Alimentos me dan silvestres árboles;
Leoncio soy, si duran las reliquias
Ueste nombre infelice en las memorias;
Miradme, si podéis no dando lágrimas;
Contemplad de mi vida el caso trágico.
Yo fui el que vencí los medos y árabes.
Yo puse el yugo en la cerviz indómita
De los partos feroces y los vándalos,
Y del imperio dilaté los limites;
Un segundo Jason del mar Océano
Me llamaron á mi los fuertes húngaros,
Y vosotros , un Hércules católico ,
Que al mundo* daba vueltas , hecho un
[émulo
Del sol, que vueltas da por los dos tro-
[picos;
Mas ya después que el número infinito
De los persas venció nuestros ejerci-
ólos,
I Lloro mi afrenta triste y melancólica.
15
Veis aqaf el premio de mis nobles mé-
[rllos.
Este es el triunfo raro y honorilico,
{Saca la rueca.)
Este es el galardón que dan los princí-
[pes;
A aqueste corazón , que con espíritu
Pensaba de imitar á los eliopos,
Con esta débil rueca se vio en público.
Capitanes invictos y magnánimos,
¿Qué premios esperáis de un reyco-
[lérico?
Agravio es vuestro, y yo muero llo-
[rándolo;
Sí aunque el mundo venzáis del Austro
[al Ártico,
Y de nuevo ceñis ¿ los antípodas ,
Discrepando una vez de casos próspe-
[ros,
Mi afrenta habéis de ver en vuestros
[ánimos ;
¿No os lastima mi mal? No os causa
[cólera?
No altera vuestra sangre esta ignomi-
ínia?
No lloran vuestros ojos, apiadándose ?
No late el corazón sus alas próvidas?
En vuestros pechos fuertes, ya tanfá-
[ciles.
Si ya el Emperador es otro Cómodo ,
E imita con sus vicios á lleliogábalo,
¿Qué esperáis, capitanes, defendiendo-
Elegid , elegid otro pacifico, [le?
Justiciero, clemente, afabley próspero;
Mauricio enelgohicrho está decrépito.
Aunque en la vida sigue á lus sobt^r-
[bios;
Mírenme todos ya, compadeciéndose.
Vestido de unas pieles, como sátiro.
Huyendo de las gentes mas que un
[bárbaro.
Eximid, eximid nuestra república
Del tirano poder de aqui'ste s:4rapa ,
Que á lloma desampara y al Ponlilice.
¡ Viva la gloria del eterno Artílíce !
CAPITÁN 1.®
¡Viva Leoncio, désele el imperio.
La púrpura se vista !
TODOS.
i Viva , viva !
CAPITÁN 1®
Mauricio es avariento y no nos paga ;
Un soldado queremos que gobierne
El imperio de Oriente.
TODOS.
¡Viva, viva!
LEONCIO.
Ejército romano , yo no pido
Que carguéis esa máquina en mis hom-
[bros ;
No soy Hércules yo, no soy Atlante ,
Que sufra tanto peso en mis espaldas.
TODOS.
A Leoncio queremos.
CAPITÁN i.^
El ejército
Da voces eligiéndote ; corona
Tus sienes de laurel, púrpura viste.
{Pénenle una corona de laurel, y le-
veníanle en hombros,)
LEONCIO.
¿En efecto el ejército me elige ?
TODOS.
Sí.
LEONCIO.
¿Soy emperador?
TODOS.
¡Viva Leoncio!
i6
LEO?fCIO.
Pues qae ya de común consentiroieDto
El imperio me dais , y yo lo acelo ,
Lo primero que mando es, que León-
[cío
No viva ya afrentado , y á mi cargo
Tomo su agravio y honra , su persona
Por leal ai imperio le declaro ;
Y pues no tuvo culpa en ser vencido,
Bastón de general le restituyo ;
¿Venis en ello?
CAPITÁN 2.^
Siendo tú Leoncio ,
Y siendo emperador, venga tu agravio.
LEONCIO.
No es bien que emperador y alto mo-
Satisfaga el agravio de Leoncio, [narca
Y ya que general honrado vivo.
El imperio y la púrpura renuncio,
Porque el mundo no entienda que pre-
[tendo
Riqueza ni interés, sino el bien públi-
Otro elija el ejército , y rotulen [co ;
Mi nombre , pues venció mi ánimo al-
[tivo.
{Quítase l(í corona.)
CAPITÁN 1.**
¿Quién lo hade ser?
SOLDADO 1.°
Justino.
CAPITÁN i.®
Es muy cobarde.
SOLDADO 2.°
Filipo es general.
CAPITÁN i. ^
No querrá serlo.
CAPITÁN 2.°
Germano Quinto sea.
SOLDADO 2.°
• Es avariento.
CAPITÁN 2.0
Persio Cuarto.
SOLDADO 2.°
Es loco.
LEONCIO.
Demetrio.
CAPITÁN 1.*
Es muy crueL
SOLDADO i.^
Liberio.
SOLDADO 2.^
Es viejo.
LEONCIO.
Tómense votos, llámese á consejo.
{Tocan cojas , y viene una águila volan-
do, y trae una espada en los piés^ y
déjala caer en el tablado.)
¿Quién ha visto prodigio semejante?
iJn águila caudal entre las uñas
lina espada se lleva.
LEONCIO.
Ya la deja
En medio del ejército , y ligera ,
La lóbrega región del aire corta,
Oponiéndose al sol con ojos firmes.
La espada milagrosa levantemos.
CAPITÁN 2.*
Letras de oro en el pomo de la espada
Están grabadas.
LEONCIO.
Y dicen...
CAPITÁN 2.®
Tenia y reina solo un dia.
LEONCIO.
¡Temeroso portento ! La cuchilta
¿Qué tal es?
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA.
CAPITÁN i.°
En la vaina está aforrada ;
Que mi fuerza no basta á desasilla.
CAPITÁN 2.°
Pruebo á sacarla yo ; ¡ difícil caso !
LEONCIO.
Dámela á mi también ; es imposible.—
Capitanes, ya entiendo este prodigio;
Esta espada se cuelgue deste árbol,
Y todos los soldados , uno á uno,
A quitarle la vaina llesuen luego,
Y aquel que desnudarla mereciere ,
Es el dueño, sin duda, á (^uien el cielo
Esas letras escribe, y quien conviene
Que el imperio gobierne.
CAPITÁN 1."
Bien has dicho.
Pongámosla en los ramos deste árbol,
Y á recoger se toque porque lleguen
Los soldados al campo no vencido.
{Tocan caja y cuelgan la espada,)
\ Oh fortuna mudable ¡Ayuda ahora
Aqueste corazón, brazos y pecho,
¡ Mal haya mi desdicha ! no la arranca.
SOLDADO 1.0
Brazos y manos , yo seré Cósros ,
Un Cebóla he de ser, y be de quemaros
Si no la desnudáis. ¡ Ah, voto á Cristo!
SOLDADO 2.0
Hoy pienso renegar de mi fortuna
Si no la desenvaino. ¡ Voto al cielo,
Que es arrancar un monte! Hoy reniego
Mil veces de mi mismo y de la espada.
CAPITÁN 2.®
Águila parda . que en tus uñas negras
Diste la espada, si eres algún diablo.
Vuelve pcTr mi si no la desenvaino;
Mas ya puedes volver, que soy un puto.
Sale FOCAS, desnudo^ con un cordel.
FOCAS.
¡ Inconstante fortuna , cielo airado !
¿Qué pretendes haber de un miserable.
Que en el mundo no cabe su desdicha?
¡Soberbio mar! ¿Por qué no me ane-
[gaste
En las hinchadas olas que criaban
Tus espumas azules y salobres ,
Cuando de tí nací, como otra Venus?
¡Fieras del monté! ¿Cómo me negas-
[tes
El funesto sepulcro en las entrañas ,
Cuando leche me distes desabrida?
Nunca sintiera tanto la miseria
En que ahora he venido, y no me viera
Aborrecido del linaje humano.
Árboles verdes , sustentad mi cuerpo ;
Tú, lazo estrecho, aprieta mi garganta;
Ciega el órgano ya por donde espira
El pulgón oeste cuerpo desdichado.
( Pone el cordel en la rama , y échasele
al pescuezo,)
CAPITÁN 1.0
¡Oh bárbaro sin fe ! Esperad , ¿ qué in-
FóCAS, [lentas?
Dar desdichado fin á mis desdichas.
Rematar una vida lastimosa ,
Que aborrecen los hombres y los cielos.
CAPITÁN 2.*
¿Por qué pierdes ahora la paciencia?
f FOCAS.
Porque naciendo, no conozco padres ;
Porque viviendo , nunca tengo gusto;
Porque estando en los montes con po-
Gl pasado bochorno del estío [breza,
Y la nevada escarcha del enero ,
A los palacios de Mauricio vine ,
Y siendo de su mano rega lado ,
El Príncipe, invidíandomi desdi
Aun los pobres sayales me ha qn
Y me escapé , huyendo de la mu(
LEONCIO.
Dinos tu nombre.
FOCAS.
Yo me llamo Fi
LEONCIO.
Un hombre que nació Un infelic
Algún suceso no pensado espera
Llégate á desnudar aquella espa(
SOLDADO i.® (i4p.)
: Un bárbaro que está desesperad
Y que casi le quitan de la horca ,
También ha de probar y entrar ec
{Desenvaina la espada^ y suena ^
un trueno.)
LEONCIO.
¡Válgame el cielo, qué prodigio (
¡ Focas emperador!
CAPITÁN 1.0
El cielo quiere
Que emperador tengamos prodií
SOLDADO 1.0
¡Focas, Víctor!
CAPITÁN 2."
Corónense sus sic
Del precioso laurel que Roma ti
SOLDADO 1.^
¡ Víctor es Focas !
{Levantante en hombros.)
TODOS.
¡Viva, viva F^
FOCAS.
Soldados, capitanes valerosos,
¿Burláis de mí?
CAPITÁN 1.0
No, tuyo es el iro|
De púrpura te viste , y con diadei
Adorna la cabeza , que es del mi
De la silla quitemos á Mauricio.
Focas la ocupe , v acometa el caí
A los muros que honró ConsUutii
FOCAS.
¡Cielos eternos! ¿Cómo tenéis j
Los extremos mayores deste moi
I Ah rueda de fortuna variable.
Vueltas extrañas das ! Tente, Toi
¿Emperador soy ya?
TODOS.
Si ; i viva Foc
FOCAS.
Mauricio ¿no lo es?
TODOS.
¡ Muera Manrie
FOCAS.
Ya aceto ; acometamos al paladc
Porque* quiero emprender la m
Aunque me dore solo un breve d
(Llevante en hombros los soldad
LEONCIO.
Aunque á Mauricio persigo ,
Me desmaya y desatina
Su riguroso caitigo;
Que al bien nacido lástima
El daño de su enemigo. '
Dejar pienso descui&do
El ejército alterado;
Que todo lo que es mal hecho,
Aunaue venga en so provecho.
Le aborrece el que es honrado.
SaU HERÁCLIO.
■EMÁCLIO.
éa ^bíerna en el real?
Leoncio,
¿bete parecido mal?
BBRÁCUO.
ersooa, do tas pieles;
iércitos crueles
fiera es general.
LC05C10.
& quieres?
BERÁCLIO.
Ser alistado.
Lcoacio.
isóte el ser labrador ?
HERÁCLIO.
0 en mi nn ánimo boorado,
;»iro á mas.
LEONCIO.
Esfalor;
MDe , nnero soldado.
(Vanse.)
1 EL EMPERADOR MAURICIO T
EL PRINCIPE TEODOSIO.
PRÍNCIPE.
operador iobamaoo,
de p^dre piadoso,
amor.
EMPERADOR.
Es cortesano;
ras tan iovidioso
tipo j de un villano,
le dar algún favor
soldado, ¿ un labrador,
nnlo y es regocijo ;
r eso para el hijo
de Taltar el amor,
'galos DO merecen
rrersa condición ,
eoando el hijo parece
^e sa inclinación ,
ti padre le aborrece.
PRÍ*fCIPE.
7ta hijo?
EHPEIUDOR.
Te crio
I, jen tu madre fio;
¡mperalrtz no fuera ^
)pia madre , creyera
>eras tú bijo mío;
i santa y te parió ;
tu padre pareces ,
e soy muy malo yo.
PRÍZfCIPE.
o al Gn aborreces
empre te aborreció.
fSPERADOR.
borreces?
PRÍNCIPE.
Si , y desea
azoD...
EIPERADOR.
¿Qué?
príncipe.
Tener
ismo imperio.
EMPERADOR.
Ansí sea ;
sí malo has de ser,
o pedazos te vea.
{Tocona rebato.)
^leWLf^O; alborotado.
riLiPo.
» invicto, tn peligro nota,
DD. C. DK L..n.
LA RUEDA J)B LA FORTUNA.
Que eres hombre , aunque rey ; teme la
/v ... [muerte;
Que el ejército infame se alborou,
Y el vulgo novelero ha de ofenderte,
Perdida la vergüenza, y la fe rola ;
¿Quién puede resistillos? Huye, ad-
Que el animoso prevenido tarde [vierte
Hace al valiente timido , cobarde.
El confuso tropel desordenado
Al que tiene tu voz derriba y mata ;
El erario común ba despojado ,
Que es prodigio el amor de ajena plata.
Con cólera y furor desenfrenado
Alcázares derriba y desbarata.
En efecto, SéÜor, sus viles bocas
r4illan tu nombré y apellidan Focas.
El vulgo, como toro, en voz del Papa,
Te viene á cometer ; no son eternos
Los reyes ; si no es Dios, nadie se es-
[capa;
Sacude por los hombros los gobiernos.
El mundo universal sirve de capa.
Has dejado él imperio entre los cuernos;
Correr podrás sm carga tan pesada;
Que el mas dulce reinar es tener vida.
EMPERADOR.
Ampara al que te engendró ,
Templa esas entrañas fieras.
PRÍNCIPE.
Fénix seré César yo;
Que he menester que tú mueras
Porque empiece á vivir yo.
EMPERADOR.
Hijo, en tu amparo me fundo.
príncipe.
Soy un Hércules segundo.
Tú viejo Atlante , v por eso
Te quiero quitar el peso
De la máquina del mundo ;
Sin duda el vulgo desea
Que emperador venga á ser.
EMPERADOR.
Plega al cielo que ansí sea ;
Pero si malo has de ser.
Hecho pedazos te vea. —
Filipo , pues me tuviste
Siempre , como noble , amor,
El ejercito resiste.
nLipo.
Escóndete ya« Señor;
Que tus palacios embiste.
( Yase el Emperador , p tocan al arma.)
\
Salen d la puerta alcunos soldados » y
Filipo los detiene.
¡ Pueblo ciego y atrevido !
¿No veis que traición ha sido?
soldado 1.°
La libertad se desea.
FILIPO.
El Rey , aunque malo sea,
Ha de ser obedecido ;
¿Por qué la espada se toma
Contra nuestro emperador ?
^SOLDADO 2.*
Porque con tributo toma
La gente, y no dio favor
Al pontífice de Roma.
FILIPO.
Ya la dio , volveos atrás.
Sale EL EMPERADOR , y retírales.
Señor, ¿adonde te vas?
EMPERADOR.
Aunque huyendo ansí me*fui ,
Confuso me vuelvo atrás *
Que no advierto ni serás...' {Vase,)
i1
SOLDADO i.®
Prenderle tenemos.
FILIPO.
Antes
Con sangre habéis de ablandar
Esos pechos de diamantes.
SOLDADO 2.^
Servirános de incitar;
Que somos como elefantes.
FILIPO.
Tente , ejército cruel ;
Que he de morir antes que él. —
Huye; ¿no ves lo que pasa?
Retíralos, y sale EL EMPERADOR
MAURICIO.
¿MPERADOR.
¿Es laberinto mi casa ,
Que no acierto á salir del?
Huyo , y me vuelvo turbado
Al mismo puesto; ¡ ay de mí,
Pecador y desdichado! (Vase.)
FILIPO.
Soldados, vengo yo ansí
Porque es de Dios solo el dado ;
Y aquel rigor y malicia
Con máscara de justicia
Os ha cubierto los ojos;
Quebrad en estos despojos
{Vales dando la capa y la ropilla^ una
cadena, ¡as sortijas y la bolsa.)
La cólera y la codicia ;
Templad , templad vuestros pechos ,
Saquen estos eslaoones
Lumbre de fe en vuestros pechos.—
Tornad salir EL EMPERADOR
MAURICIO.
¿En el peligróle pones?
Escóndele en este estrecho ;
Huye , Señor , de palacio
Mientras que yo los regracio.—
Tomad , Tomad.
SOLDADO 2.°
Vuelta al juego.
{Yanse los soldados con las prendas,)
EMPERADOR.
Huí de prisa, mas luego
Aquí me vuelvo despacio ;
La majestad ofendida
De mi Dios me causa asombros.
FILIPO.
Sube en mi espalda atrevida ;
Que Atlante serán mis ojos
De los cielos de tu vida ;
Aunque me huelles y pises
A la parte que ir deseas.
Será con que me avises
Que soy católico Eneas
De un viejo y cristiano Anquises ;
Tu libertad asi fundo.
Huyendo iremos los dos.
Pues soy Cristóbal segundo ,
Y tú pareces á Dios ,
Porque pesas mas que un mundo ;
Mover no puedo la planta;
{Prueba andar con él á cuestas , y no
puede.)
¡ Quién fuera agora Atalanta
O Dédalo en el andar ! #
EMPERADOR.
A quien Dios quiere humillar ,
En vano el hombre levanta.
FILIPO.
Montes sustento pesados ,
Y el dejarte me lastima
Entre bárbaros soldados.
i8
EMPERADOR.
Bien dices ; qae traes encima
El monte de mis pecados.
Poco importa tu serTício,
Si la mudable fortuna
Me derriba , si es su oficio ,
Y no basta una coluna
Para tan bajo edificio.
iQué confusos sobresaltos
Son estos? De mal tan fuerte
No estamos los reyes faltos;
Que es como el rayo la muerte ,
Que rompe edificios altos.—
Salen LA EMPERATRIZ AURELIANA
T LA INFANTA TEODOLINDA.
¡ Ay btía amada! Quisiera
Que el ejército tuviera
Benignidad de elefante ,
Para ponerte delante.
Como inocente cordera ;
Mas el lobo hace la presa
En el cordero mejor. —
Llévalas, Filipo, apriesa ,
Y vivan por tu valor
La Emperatriz y Princesa.
EMPERATRIZ.
Huyamos, aunque primero ,
Por fif ¡ves y yo muero ,
Digo, Señor, que, temiendo
El caso que estamos viendo.
Aguardando tu heredero,
A Teodosio no pari ;
Hericlio es el que he parido ,
Que está en los montes; y ansí ,
Porque sea conocido ,
Tu sortija real le di ,
Y Heracfiaoo le cria.
Perdona, y guárdete Dios.
EMPERADOR.
Extrañas nuevas me invia ;
Procurad vida á los dos ,
Y mejor que fué la mia.
EMPERATRIZ.
Vete , Señor, á esconder.
(Abraza la emperatriz Aureliana
al emperador Mauricio.)
EMPERADOR.
No es posible lo que dices;
Sov árbol que en mal nacer
Eché en el mundo raices,
Y no me puedo mover;
Rama deste tronco viejo,
¿Cómo tus brazos no toco?
{Abraza á la hija.\
L^FARTA.
Abrazos V alma pretendo
Darte , siempre agradecida.
EMPERADOR.
Los brazos estáis haciendo
Puntales , porque es mi vida
Pared que se está cayendo. —
Llévalas, Filipo, luego;
Que en lágrimas las anego.
FlUPO.
Salgamos á las montañas.
iRPAirrA.
Bañando van mis entrañas
Montes de nieve y de fuego.
EMPERADOR.
La muerte habéis de temer,
Que es toro que está en la plaza,
Y yo la capa lie de ser ,
Í|ue mientras me despedaza ,
lii cobro 08 podéis poner.
{Vaiue.)
EL DOCTOR MIRA DE MJÍSCUA.
Sale FOCAS , y los capitanes p solda-
dos, T EL PRINCIPE TEODOSiO, y
tocan cajoi.
CAPITÁN i.®
Todo el palacio rendido
Tienes ya
FOCAS.
Verme deseo
De la púrpura vestido ,
Ya que en la rueda me veo
De la fortuna subido.
CAPITÁN 2.**
¿Cómo Mauricio no muere?
SOLDADO 1.'*
Deja esa ropa; que quiere
Vestirla el Emperador.
EMPERADOR.
Si la merece mejor.
Dios le guarde y le brospere ;
Cabeza he sido de Europa,
Mas á quitármela viene
El ejército de tropa ,
Y hombre que cuerpo no tiene ,
Bien podrá pasar sin ropa.
SOLDADO 2.*
Déjanos , Señor , ponerte
Esta ropa.
PRÍNCIPE.
¡Feliz suerte!
EMPERADOR.
Pues venis á desnudarme ,
Uieu cerca estoy de acostarme
En la cama de la muerte.
FOCAS.
Para quitar la ocasión
De que se me atrevan otros ,
Acabe la pretensión
De aqueste, y á cuatro potros
Le ligad.
príncipe.
Sucesos son
Y admiración de soldados ;
Pero los cíelos pretenden
Que mueran despedazados
Hijos que la madre ofenden,
Soberbios y mal criados.
FOCAS.
Pue^ que el imperio procura ,
Désele esta muerte dura ;
Que estando ansi dividido
Todo el reino y adquirido.
Vendrá a ser su sepultura.
EMPERADOR.
Hijo, si mueres , advierte
Que á Dios lágrimas le des ;
Que quien muere desta suerte,
Cisne desta margen es ,
Que da música á la muerte.
PRÍRCIPE.
Si sus obsequias cantando
Muere el cisne , yo hombre soy ,
Que nace y muere llorando.
FOCAS.
Mi tapete has de ser hoy,
Porque quiero pisar blando.
No quiero alfombra ninguna ;
Que en tu vejez importuna
Quiero aue estriben mis pies.
En señal de que esta es
La Rueda de la fortuna.
EMPERADOR.
Soberbio en tu trono estuve ,
Y Dios, que es investigable.
Hoy me denlba y te sube.
: Antidoto saludable
De la soberbia que tuve!
Un soberbio emperador
Tenga la pena y molestia
DeNabucodonosor;
Que es bien que padezca bestia
El hombre que es pecador.
{Echase á loe pies de Fi
FOCAS.
Si un Alejandro esculpido
El mundo en el pié ha tenido ,
A ser mas eterno vengo;
§ue el mundo en las manos teng*
á los pies quien le ha regido.
¡Oh tragedia nunca oida !
¡ Fortuna descomedida !
j Confusión de Babilonia!
Basta ya esta cerimonia ;
Quitalde la vieja vida ,
Atravesalde en el pecho
Esta. (Dale la etp
EMPERADOR.
Labrador bizarro ,
¿Por qué tanto mal me has hecb<
Pero , como soy de barro.
Fácilmente me has deshecho ;
Con regalos , con terneza
Tu extraña naturaleza
Traté , bien podrás decillo ;
Mas ¡ay ! que afilé el cuchillo
Para cortar mi cabeza.
FOCAS.
Ten paciencia ; Dios lo ordena
Por sus secretos juicios.
EMPERADOR.
Su madre, de gracia llena.
Alcance del que mis vicios
Se purguen con esta pena.
HERÁCLIO. (Ap.)
Su muerte está recelando
Mi triste imaginación ;
Los ojos están llorando ,
Pulsando está el corazón ,
Los brazos están temblando.
¿Qué es aquesto? ¿Ajeno mal
Me lastima desta suerte?
¿ O es el temor natural
Con que acobarda la muerte
El ánima racional?
SOLDADO 2.**
¿Cómo lloras tú, criatura?
# HERÁCUO.
El no llorar ni gemir
Mirando una sepultura
O viendo un hombre morir.
No es valor, sino locura.
FOCAS.
Con un aplauso pomposo
Publicad que sov del suelo
Emperador prodigioso ,
Y si espada me da el cie|o,
Conviene ser religioso.
(Sacan al emperador Mauricio, é
sado con la espada.)
SOLDADO 2.®
Ya está el pecho atravesado.
FOCAS.
Muera, solo porque sea
Hasta en morir desgraciado,
Y solo su muerte vea
Ese villano ó soldado.
( Vanse , y quedan el emperador J
do y HerdeHo.)
EMPERADOR.
Gracias á Dios podré dar ,
Pues debiéndote eata muerte.
Hayas venido á cobrar.
Porque no hay dolor mas (taerte
Que es deber y no pagar ;
le be pedido ,
qae pobre be sido;
es liberal
principal ,
en lo corrido;
ser pagado
dame luz
0 prestado
de la cruz,
acreditado.
HERÁCLIO.
ogre vertida ,
osas penas
cuerpo da vida ,
das las venas ,
oy su' homicida.
EMPERADOR.
esto , muerte airada ,
tú tan impia ,
oaginada ,
cada dia
olvidada?
eres dudosa ,
lerte, animosa ,
IOS atrevida,
endo lo olvida ,
s peligrosa.
BERÁCLIO.
estra flaqueza
imo mi pecho,
» mi tristeza ,
irvan de lecho ,
a mi cabeza ;
y agonía
li compañía;
>olo,Seüor;
ísdicba mayor
1 la muerte envía.
EMPERADOR.
agradecerte
lae me has dado ;
s, que en solo verte,
me has dorado
de la muerte?
!te de mi ,
jo, y mozo fui,
lencia espero ;
> rey , aunque muero
como nací.
s?
BERÁCLIO.
Soy un villano
EMPERADOR.
ualquier cristiano
>r de Dios es,
son la mies,
í y otra es grano ;
rede aquestas dos?
decir Roma.
HERÁCLIO.
iDdréis grano vos,
[oe la paloma
Q de Dios.
EMPERADOR.
nombre, hermano.
BERÁCLIO.
EMPERADOR.
Qién le crió?
BERÁCLIO.
Heracliano.
EMPERADOR.
Dios! ¿quién te dio
desta mano?
HERÁCLIO.
^Wi , mi señora.
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
EMPERADOR.
Calla, Heráclio, calla; ahora
El alma me ha desmayado
Este gusto demasiado. (Desmáyase.)
HERÁCLIO.
¡ Qué tiernamente que llora !
Y para mas lastimadme,
Quedó del hablar ya falto.
EMPERADOR.
Viendo la muerte tardar,
Ha llamado al sobresalto
Para acabar de matarme.
¿Qué dices, Heráclio? Calla,
Porque breve vida siento ;
La muerte quiere quitalla,
Y la deGende el contento ,
Y están los dos en batalla.
¿Tú eres Heráclio ?
HERÁCLIO.
Yo soy.
EMPERADOR.
¿Que así á conocerte vengo ?
Mi Heráclio, muy pobre estoy.
Un hora de vida tengo.
En albricias te la doy;
Y ¿ he de morir? No me aflijo ;
Abrázame.
HERÁCLIO.
¡ Qué atícion !
EMPERADOR.
Tú sin duda eres mi hijo ,
Que lo dice el corazón
Con último regocijo ;
Como en mi pecho te pones ,
Y juntos los corazones.
De sentir sus movín.ientos ,
Conozco tus pensamientos
Y sé tus inclinaciones ;
¿No sientes que eres mi hijo?
HERÁCLIO.
Muéstraslo, á mi parecer,
En morir con regocijo,
Y yo lo doy á entender.
EMPERADOR.
¿Tu sangre, Heráclio, no siente
La alieracion de mi pecho.
Viendo su imagen presente?
Dame ya un abrazo estrecho
Para morir dulcemente.
La muerte me martiriza;
Que en desdichas fénix soy,
Y en ti mi fe se eterniza ,
Porque has venido á ser hoy
Gusano de mi ceniza.
Por librarle y defenderte
Entre montes le han criado;
Vive encubierto , y advierte
Que aborrezcas el pecado,
Que fué causa de mi muerte.
Si el imperio pretendieres
Y la púrpura vistieres,
Ampara como á cristiano
Al ponlifice romano
Cuando en peligro le vibres ;
Que es la llave que abrir sabe
El arca en que Cristo cabe;
Y ansí , guardarla conviene.
Porque, si guardarnos tiene ,
¿Cómo puede abrir la llave?
Nunca tengas olvidada
La muerte y eterno abismo.
Pues tu principio es de nada ,
Y has de volver á ese mismo
En el fin de la jornada.
El mundo es mar que aneeando
Anda aquel que á Dios no baila;
No peques pues , y en pecando,
La penitencia es la tabla
19
En que has de salir nadando.
Toma siempre el buen consejo,
Honra al clérigo y al viejo.
Reparte á pobres tus bienes,
Y por si soberbia tienes ,
Pobre y humilde te dejo;
Castiga al que lo merece.
No pongas mucho tributo;
Que mas en Dios resplandece.
Infeliz puedes llamarme ,
Y en la desdicha imitarme.
Que un mundo te pude dar
Ayer , y hoy has de buscar
Limosna para enterrarme.
HERÁCLIO.
Señor , bendición te pido,
Ya que en la voz y eo el tacto
Por Jacob me has conocido.
EMPERADOR.
Dios te bendiga.
BERÁCLIO.
Aqui estoy
Para un pecho endurecido.
EMPERADOR.
Abrázame ya ; que entiendo
Que con el grave dolor
El alma se va saliendo. —
En vuestras manos. Señor,
Este espíritu encomiendo. •
(Abrázanse , y queda muerto el empe-
rador Mauricio , y tocan dentro flau-
tas 6 la música que hubiere.)
HERÁCLIO.
i Ay años bien fenecidos !
¡Cuerpo helado y sin sentidos !
Voces te he de dar; perdona ,
Que pienso, como leona ,
Resucitarte á bramidos.
Disteme el ser de criatura ,
Y yo quisiera pagarte;
Mas es tal mi desventura ,
Que lo mas que pueáo darte
Es la pobre sepultura.
(Vase, llevando el cuerpo.)
Sale MITILENE t HERACLIANO.
HERACLIANO.
¡ Gran mal !
MITILENE.
¿Si es nueva dudosa?
HERACLIANO.
La fama de nuevas malas
Tiene ligeras las alas ,
Y es la del bien perezosa.
MITILENE.
Llegaremos á los muros.
HERACLIANO.
Como padre y como viejo,
Ni lo mando ni aconsejo ;
Que no estaremos seguros.
Salen FILIPO , LA INFANTA TEODO-
LINDA Y LA EMPERATRIZ AURE-
» LIANA.
FILIPO.
¿Vienes cansada?
INFANTA.
De suerte.
Que me ha faltado el aliento.
EMPERATRIZ.
Y yo mil desmayos siento.
FILIPO.
¿ Son de hambre?
EMPERAmiZ.
Son de muerte.
20
IHFANTA.
F'ilipo» ¿dónde nos llevas?
Que pasar de aquí es gran yerro.
FILIPO.
En la falda deste cerro
Hay, Señora, algunas cuevas;
En ellas podéis estar
Recatadas y escondidas ,
Para conservar las vidas ,
Que el mundo os quiere quitar.
HERACLIAIfO.
¡Ob, mi Señora!
INFANTA.
Los cielos
A Mítilene han traído ,
Porque matarme ban querido
Con bambre , temor y celos.
BERACL1A?I0.
¿Dónde vas?
EMPERATRIZ.
Voy temiendo
El ejército alterado ,
¿Y mi Heráclio...?
HERACUANO.
A ser soldado
Se me ba venido buyendo ;
Que sigue su inclinación.
HITILEflE.
Dame tos manos.
EMPERATRIZ.
Los brazos
Te be de dar.
FILIPO.
Y serán lazos
De mi amorosa prisión ;
Bien 08 podéis esconder
De una escuadra desmandada.
EMPERATRIZ.
Filipo, voy desmayada.
{Vanse todos, menos Filipo.)
iAlipo.
Yo buscaré de comer ;
No sé si acertado sea
Ir por ello á la ciudad ;
No , porque es temeridad ,
Mejor será alguna aldea ;
Pero ¿cómo, si be quedado
Sin dinero ni vestidos ,
Que todo lo be repartido
En el motín? ¡cielo airado!
¿Qué mudanza es la que miro?
En un hora tanto mal :
Ya Alejandro liberal ,
Ya mas pobre que Buiro.
Salen LEONCIO y dos soldados.
LEONCIO.
Que me aflige el alma , os digo ,
Y no es de bombre el corazón
Que no tiene compasión
Viendo muerto á su enemigo.
FILIPO.
^Leoncio, mi amigó, viene^
Bastón trae de general ,
No dudo que en el real
Sus cargos antiguos tiene ;
Tal estoy, y á tiempo viene
Que puede ser liberal ;
Pero mil vueltas ba dado
En su estado, y yo no sé
Si el amistad y la fe
Se mudan con el estado.
Quiero llegar embozado.
Porque ^1 que pide importuna ,
Y no hay miseria ninguna
A que va puede venir.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA*
Pues la mayor es pedir
A Rueda de la fortuna. —
Caballero, mi esperanza
Es teatro en quien me fundo
Represente su mudanza ,
Yo el personaje segundo
De la comedia Privanza;
\% representé un leal ,
Luego un capitán triunfando ,
Y después un general ,
Y ya estoy representando
Un pobre á lo natural ;
Fui leal porque serví ,
Vencí por llegar á tiempo ,
Y triunfé porque venci,
Y en un minuto de tiempo
Muy rico y pobre me vi ;
Representé un vencedor
En la jornada primera ,
Y aquesta, que es la postrera,
Representé lo peor;
Si muero desta caída.
Será mi vida tragedia
En desgracia fenecida;
i Quiera Dios hacer comedia
Del discurso de mi vida !
Hoy tengo á quien sustentar; *
Aunque es justo el recebir,
Tanto en el dar suelo hallar ,
Que, con ser muerte el pedir,
Vengo á pedir para dar;
Dio siempre y jamás pidió
La familia que alimento;
Y así , soy cigüeña yo ,
Que quiero darle sustento
Al mismo que me le dio;
Y si es pedir un estrecho
Que la sangre hace sudar ,
Un pelícano me ha hecho ,
Pues que quiero alimentar
Con la sangre de mi pecho ;
Como el mundo es un tablero ,
En que no hay persona alguna
Que nu juegue y sea tercero ,
El naipe , que es la fortuna ,
Me dijo muy bien primero.
Pude al principio ganar;
No me quise levantar,
Perdí todo el resto junto,
Y estoy esperando punto
Para poderme esquitar.
LEORCIO.
Mucho tu desdictia siento;
Que en el teatro violento
Deste mundo y sus locuras
Hice tus mismas figuras,
Que yo también represento.
Jugué, ganaba, perdí,
Otro mi resto ganó,
Mas barato le pedí ;
Y ansí , con lo que me dio ,
Al juego otra vez volví ;
Suertes he empezado á hacer,
Aunque, temiendo perder
El naipe de la fortuna ,
No quise parar á una ,
Que emperador pude ser;
Quiseme al fin levantar,
Y en barato te he de dar
Lo mismo que recibí ,
Cuando otra vez lo pedí
Para volverme á jugar;
Yo recibí buena obra ,
Y Dios me la dio en empeño;
Pagar quiero, tú la cobra.
Porque el hombre pobre es dueño
De lo que al rico le sobra.
Aunque nos parecen dadas
Las limosnas , son prestadas ;
Como arcaduces vivimos ,
Que damos y recibíiúos ,
Y andan las suertes trocadas.
(Ap. Este tiene calidad ,
Y á Filipo me parece;
Saber tengo si es verdad ;
Que una industria se me ofrcc
Para probar su lealtad.)
FILIPO.
Las prendas mismas me ha dat
Que en las montañas di yo ,
A él fué sin duda el soldado
Que limosna le di yo , .
O mejor diré , prestado;
En todo lo be de imitar.
En el dar ^ en el recibir ,
En el subir y l)ajar ;
Él me ba enseñado á pedir,
Y yo le be enseñado á dar.
Salen HERACLIANO, LA EM
TRIZ AURELIANA y LA IX
TEODOLINDA.
Llamar quiero á Heracliano ,
Que vaya á comprar comida.
BERACUAKO.
Mejor estás escondida ;
No salgas, que es muy tempra
FILIPO.
¡Ah , Señora! ¿Dónde vais?
^No advertís que no es cordur:
Siendo secreta v segura
Esta cueva donde estáis?
mítilene.
Viéndola en tantos temores ,
De su lado no me aparto.
EMPERATAIZ.
Soy como mujer de parto ,
Que me inquietan los dolores.
INFANTA.
Yo consuelo sus enojos
Llorando ; que al alma vuelvo é
La razón , y la resuelvo
En lágrimas de mis ojos.
Salen LEONCIO, cousoldaih
alabardax.
LEONCIO.
¿Venís ya bien advertidos?
SOLDADO i."
Si , Señor.
LEONCIO.
Yo be de esperar,
Y el suceso he de mirar
Entre estos sauces crecidos.
SOLDADO 2.*
Filipo, el Emperador
Tu vida y honra perdona ,
Y has de elegir la persona
Que quisieres.
HERACUANO.
Gran error
Fué salimos de las coevas.
SOLDADO 3.®
Escoge pues , si ha de ser
Vida de alguna mqier
Desas que contigo llevas.
nLiPo.
Y cuando yo haya elegido ,
¿ Han de morir las demás?
SOLDADO 2.^
Sin cabezas las verás.
FILIPO,
¡Oh, qué riguroso ba sido!
Pero desta vez procuro
Defenderlas con mi muerte.
SOLDifeO 2/
cosible defenderte;
muchos, sDoaos cíenlo ;
que has de elegir ;
a es Rueda de fortuna,
FIUPO.
I de T¡v¡r sola una,
»s han de morir!
>el aloia roe tiene;
una es mi señora ,
i estima y adora ,
oro á Mitilene.
é extraña confusión !
lelias he de elegir?
le será morir
;ar a esta elección.
■ITILENE. '
¿qué te suspendes,
le coD armas estamos?
FILIPO.
ierto lo que pretendes;
^cion natural
emperatriz alega ;
llene me ruega
', que es liberal;
> agradecimiento,
^r (|uiero á la Infanta ,
Qca de mi levanta
s del pensamiento.
is ojos están
iciertos peregrinos
I bailado tres caminos,
*r adonde van ;
onfasion roe admiro,
í de bacer? Dios me resuelva;
qué parte me vuelva
a todas tres las miro.
1IIFA>TA.
alma que te adora
rza alguna que cuadre ,
;o tengo madre ,
*te que es tu señora,
«ratriz tenga vida ,
ne en su amparo vienes,
elegirla, si tienes
alma agradecida,
fo, y mi madre viva;
adasen la elección?
s que alguna aflcion
racional te priva.
FILIPO.
.Señora, verdad.
b Ubre ha de ser ;
.jorque ba de vencer
Mm\ la lealtad ;
¿^ré librar á dos,
<íi«!OYeogaá morir?
SOLDADO 2.**
«'Mias,dice,elegis?
FIUPO.
,„ , i Santo Dios I
"^ confusión ine viene,
^'« razón tiene presa,
*' íttiero á la Princesa •
ro«'ero á Mitilene ;
?/Jocesa me adora ,
7L^^ aborrece ;
¡^ tiestas merece
íW ^ POP ella ahora 1
Pcido o ^ ^ ninguna ,
Jf eDamorado;
jj'üilosa carrera!
el h ^^^ inquieto ,
oJÍ^^^Jre mas discreto
^g^do seyiera!
- ^t corazón
LA RUEDA DE LA FORTUNA.
Mitilene me arrebata ,
Hallo luego el alma ingrata
Y me llamo ala razón;
Yo me voy determinando,
Y por solo agradecer ,
He de morir y perder
A la que estoy adorando;
Y á Mitilene gallarda
Me resuelvo en lo mejor ,
Y aunque me niega el amor,
La ingratitud me acobarda.
Viva la Infanta , y perdona ;
>Que contigo he de morir.
MITILENE.
Has acertado á elegir,
Como noble.
LEONCIO.
Una corona
Merecerá tu lealtad,
Y la vida que yo tengo
Es de todas, y ansí vengo
Humilde á tu majestad;
Mauricio es muerto , mas tanto
Su muerte se ha de estimar.
Que se puede celebrar ,
Pues que murió siendo santo.
Tras la noche del morir
Salió el alma con el alba ,
Hiyóse el cielo , y con salva -
Dios le salió á recebir.
Mártir ha sido , y prometo
Que en mi no ha caido culi^a ;
Que el ejército disculpa
Mí buen celo.
EMPEBATRIZ.
¿ Que en efeto
El Emperador nfinrió?
¡ Ay extraña desventura !
¿Cómo podré estar sigura?
LEONCIO.
Si podrás , viviendo yo :
Moriré en vuestra defensa.
EMPERATRIZ.
Mis prodigios se cumplieron ;
Secretos misterios fueron
De la Majestad inmensa.
Sale CÓSROES, cataltero.
CÓSROES.
Soldados y capitanes
Del ejército romano ,
Los que sujetáis al mundo
Desde el Antartico al Austro ,
Los que bárbaras naciones
Estáis siempre conquistando ;
Egipcios, tártaros, medos,
Calibes y garamantos,
Y otros godos . indios negros ,
Alarbes, persas y partos,
Masejetes y argatisos.
Citas, armenios y francos;
Los que tenéis todo el orbe
Lleno de vuestros soldados ,
De los campos Aberinos
Hasta los Elíseos campos;
Pues sois señores del mundo,
Eligiendo con aplanso
Emperadores de Oriente,
Y del Ocidente echarlos ;
Escuchadme , yo soy persa ,
Y vengo desaliando
A Leoncio, gonejral;
Del ejército gallardo
De Persia vino vencido ;
Que la fuerza de mis brazos
f^o pudieron resistir
El poderoso contrario.
Robónos el sol hermoso
Del ejército persíano ,
91
Que el príncipe de aquel reino
Aquiles fué de sus rayos.
La gallarda Mitilene
A los persas ha faltado ,
Y á la pérdida no iguala
La Vitoria qué alcanzaron ;
Restituyanos la dama
Que ya el orbe ha eternizado ,
Y yo quiero conquístalla
Cuerpo á cuerpo , salga al campo ;
Si no aceta el desafio ,
DéUa á rescate, que traigo
Valor y precio por ella , .
Que un reino no vale tanto :
Doce caballos famosos ,
Que en Lidia los engendraron
En doce tártaras yeguas
Los vientos desenfrenados ;
Bozales de plata y oro ,
Mas no jaeces bordados ,
Que en sus espaldas desnudas
Suben los persas bizarros;
Diez mil romanos cautivos.
Que cuando fué desdichado
Perdió su adversa fortuna.
Aunque su valor mostraron;
Traigo púrpura de Tiro,
Telas de Persia y Damasco,
Y vuestros Césares muertos
Traigo vivos de alabastro ;
Entregúeme la cautiva
Que sol en Persia llamamos ,
Reciba el rico rescate
O salga desafiado.
MITILENE.
Déjame á mi responder.—
Oye , persa temerario ,
Que al general desafias.
Siendo un cruel estebano ;
Si á Mitilene ba traido ,
Venciólo como soldado,
Y como noble, le hizo
Que no recibiese agravio ;
Si Persia tanto la estima ,
Estimada está aquí en tanto ,
Que es miserable el rescate
Que pródigo estás llamando ;
No se aceta el desafio.
Porque el general romano,
Si no es con principe ó rey ,
No puede salir al caibpo.
CÓSROES.
Pues yo, que le desafio.
Bien pueao desafiallo ,
Que soy el príncipe persa.
MrriLENE. ^
¡Gran Señor , querido hermano ,
El alma triste me alegras ,
Y ya te esperan mis brazos !
CÓSROES.
¡Oh famosa Mitilene,
Voy á dejar el caballo. ( Váse.)
Salen los capitanes tras HERÁ-
CLIO.
CAPITÁN 2.®
Muera , muera, capitanes.
El atrevido villano
Que á Focas ba dado muerte ,
Y ya le lleva arrastrando.
CAPITÁN 1.®
Si se esconde en esos montes .
Se ha de librar , y es gallardo ,
Que el ánimo y el temor
Son alas y vuelan tanto.
(Súbese Heráclh á un montecillo.)
LEONCIO.
¿Qué es esto que pretei
32
CAPITÁN 2."
Dar á un mozo temerario
Mil muertes.
LEONCIO.
¿Qué ba cometido?
CAPITÁN 2.°
Un delito extraordinario :
En el palacio imperial
Pudo entrar, y con un lazo
Puesto en el cuello de Focas ,
Salió del mismo palacio ;
Muerte le dió^, y su fortuna
Lugar y ocasión le ba dado
Para escaparse ligero
Del rigor de nuestras manos.
HERÁCLIO.
Soldados y capitanes
Que el orbe habéis conquistado,
i No es^eshonra que os gobierne
iJo^ómbre desesperado ,
Un bárbaro en las costumbres ,
Monstruo en las obras y trato ,
Enemigo riguroso
De nuestro linaje humano?
Que le di muerte conBeso,
Porque con ella be ?engado
La de Mauricio, mi padre ;
Su hijo soy, no os dé espanto.
Hasta aqui viví encubierto
En casa de Heracliano;
La madre tenéis presente
Deste corazón hidalgo;
Porpropria naturaleza
Al imperio soy llamado.
Vida quiero , no el imperio.
Que es miserable teatro.
HEBACLIANO.
Ejército valeroso ,
La verdad os dice Heráclio ;
La Emperatriz , mi señora ,
Le ha tenido disfrazado ,
Temiendo de la fortuna
Aquestos sucesos varios ,
Que en su infeliz nacimiento
Los cielos pronosticaron.
Verdadero cesar nuestro
Es sin duda , y está claro
Que la sangre generosa
Venga al padre desdichado.
{Híncanse de rodillas al ejército la em-
peratriz Áureliana y la infanta Teo-
dolinda.)
EL DOCTOR MIRA DE MÍSGUA. |
EMPERATRIZ.
Si con los hombres piadosos
Pueden las mujeres algo,
V lágrimas enternecen
Los corazones de mármol ,
Una huérfana y viuda
Ahora os piden llorando
Piedad y vida de un hijo
Y de un infeliz hermano.
A mi esposo me quitasteis.
Que ya el cielo está pisando.
Pues que pagó con su muerte
Sus descuidos y pecados.
Ejército riguroso.
Capitanes y soldados ,
Sargentos y centuriones.
General , maestre de campo ,
Heráclio es mi propio hijo ;
Sed clementes, sed humanos.
VOCES. {Dentro,)
¡Viva Heráclio! Viva Heráclio!
LEONCIO.
Entre el aire suenan voces.
VOCES. ( Dentro.)
¡Viva Heráclio ! Viva Heráclio I
J.E0NC10.
Si ya su nombre celebran
Con voces los cielos santos ,
Heráclio es emperador.
CAPITÁN i.®
¡Viva Heráclio !
CAPITÁN 2.*
¡Viva Heráclio !
{Desciende Heráclio del monte al ta-
blado, )
LEONCIO.
El rey no fué que de Focas
Estaba pronosticado ;
Rija Heráclio nuestro imperio.
¡Viva Heráclio !
TODOS.
¡Viva Heráclio !
{Coronante.)
Sale CÓSROES.
CÓSROES.
Mi gallarda Mitilene ,
¿ Donde estás? Dame tus brazos.
MITILENE.
Estoy, príncipe famoso ,
Tu venida deseando.
COSMES.
¿Quién es el emperador?
MITILENE."
El que ahora han coronado.
CÓSROES.
Dale al príncipe de Persia
Las manos.
HERÁCLIO.
Felice caso;
Los brazos tengo de darte ,
Y á Mitilene la mano
De esposo.
LEONCIO.
No puede ser ,
Porque la suya me ha dado.
MITILEXE. ^
Leoncio, ¿qué estáis diciendo?
LEONCIO.
Con esta sortija hablo.
Por ella me prometiste.
Entre esos altos peñascos ,
Cuando una vez te di vida ,
Que pidiese ; ya ha llegado
El tiempo á la condición ;
Que no pierdes, y yo gano.
MITILENE.
2Tu fuiste? ¡ Válgame el cielo !
Obligada estoy y callo;
Digo que si.
LEONCIO.
Pues ahora
Serás esposa de Heráclio;
Vencerme quiero á mi mismo.
Él es señor, yo criado ,
Y él merece solamente
Ser tu esposo.
EMPERATRIZ.
¡Leal vasallo !~
Filipo , dale á la Infanta
La mano , pues has ganado
La honra que has de gozar.
FILIPO.
Dasme honor.
INFANTA.
Vivas mil años;
Y la historia prodigiosa
Aqui tiene fin. Senado,
No La Rueda de fortuna.
Porque siempre está rodando.
i
COMEDIA- FAMOSA
TITULADA.
LAN, VALIENTE Y DISCRETO,
DEL DOCTOR MiaA DE MÉSGUA.
PERSONAS.
ÜESA DE MÁN-
ELISA.
DON FADRfQUE.
RAMÓN.
DUQUE DE FERRARA.
DUQUE DE PARMA.
DUQUE DE URBINO.
FLORES.
UN MAESTRO.
Damas.—Miísicos.
^ADA PRIMERA.
K DUQUESA T PORCIA.
PORCIA.
le morió ta hermano,
y la tristeza
1% á ia belleza
ro soberano.
Mániua bas heredado
nelancolía?
DOQDESA.
grande la porfía
elo y an caidado.
PORCIA.
lé cuidado fuerza
o y tu pesar?
DIQUES A.
inanne á casar,
• de bacer por fuerza.
PORCIA.
es la inclinación.
DUQUESA.
) bodas me ofenden ;
hoslosque pretenden,
frar la elección.
hle ELISA.
ELISA.
jo de buen gusto
'^'oreocia, y fuera
•íD placer te diera.
DOQDESA.
^oconieda susto;
? cada momento
'üfece.
ELISA.
Imagino
^^por un camino,.
;^ dar contento ;
• *) ajedrez ,
ttUgo puede.
DDQÜE8A.
Si no es furioso , se quede.
PORCIA.
Ya habrá quien alguna vez
Te divierta.'
DUQUESA.
Si el casarse
Es un vivir con morirse ,
¿ Por qué muerte ha de decirse
Aquello que es cautivarse?
Mal mi cuidado se olvida ,
Porque es una acción incierta ,
Que se yerra ó que se acierta
Por el tiempo de la vida.
El errar en otra acción
Disculpa suele tener;
Y así , en esta es menester
Mas cuidado que elección.
Sale VLGMS&, de loco.
PLORES.
Guarde Dios la buena gente,
Y guarde también la mala ,
Por si hay della en esta sala;
Pero mi malicia miente.
Que entre damas tan hermosas
Cosa mala no se halló.
Pardiez , que á ser Páris yo ,
Fuérades las tres las diosas.
DUQUESA.
La manzana ¿á quién se diera?
FLORES.
Para quitarme de dudas,
Si Páris las vio desnudas ,
Ropa fuera , ropa fuera.
DUQUESA.
¿Cómo te llamas?
FLORES.
¿Quién vio
Tan necia pregunta? Di.
Otros me llaman á mi;
Que 1)0 he de llamarnúí yo.
DUQUESA.
Tu nombre pregunto , amigo.
FL0ME8.
¿ Quién es un santo Taron
Con esclavina y bordón,
Que trae un perro consigo
Con un pan, sin que le asombre
El verle una llaga aquí?
DUQUESA.
San Roque.
FLORES.
¿San Roque?
DUQUESA.
Si.
FLORES.
Luego ¿ya sabéis mi nombre?
DUQUESA.
Y ¿de dónde eres?
FLORES.
No soy ;
De la tierra solo he sido ,
Pues de la tierra he salido,
Y á ella caminando voy.
PORCIA.
Sentencioso quiere ser.
ELISA.
Diz que es poeta , Señora ;
Y sin sentidos un hora
Se está para componer
Sus metros. •
DUQUESA.
Loco discreto,
Hazme unos versos á mi.
FLORES.
Siénteme pues , porque asi
Quiero pensar un soneto.
PORCU.
¿Si vino de Parma ayer?
DUQUESA.
Si.
PORCIA.
Tres potentados son.
DUQUESA.
Don Fadrique de Aragón
También viene á pretender.
u
PORCIA.
¿Quién es ese caballero?
DQQUESA.
Pobre, pero celebrado;
Noble , pero despreciado.
PORCIA.
¡Ob, qué malo es ese perro!
DUQUESA.
Deudo dicen que es cercano
Del re? de Ñapóles, sol
De Ilalia.
PORCU.
Medio español
Y medio napolitano.
Presumido j codicioso.
Tu estado pretenderá.
DUQUESA.
Hacer imagino ya
Un examen riguroso
De todos mis pretendientes ;
Ese loco ¿nos ba oido?
ELISA.
Él está muy divertido,
Y rumiando allá entre dientes
Sus consonantes.
DUQUBSA.
Despeje.
FLORES.
Consonantes bav á boca ,
Toca, loca, emboca, choca...
PORCIA.
¿Qué importará <iue le deje,
hi es loco y se divirtió?
DUQUESA.
Dices bien ; que no embaraza.
FLORES.
Plaza, taza, calabaza.
Coroza , ; coroza no !
DUQUESA.
Digo, Porcia , que me ofende
Ver que mis estados sean
Lo que estos hombres desean;
Pues ninguno me pretende
A mi por mi solamente.
Cuando mi hermano vivia,
¿ Cómo entonces no tenia
Amante ni pretendiente?
Ello es codicia , y no amor ,
Lo que á estos cuatro ha traido;
Imaginar que yo be sido
La deseada es error,
lina industria percibí:
Caprichosa quiero ser.
Si he de examinar y ver
Quién me quiere á mi por mi,
Y no por el grande estado.
PORCIA.
Dificultoso será ,
Pues cada cual mostrará
Que ha venido enamorado;
Servir v gaf^ntear
Ks fácil al que enamora ,
Y muchas veces. Señora ,
Vale mas fingir que amar;
¿Quién penetra la intención ,
Y cuáles ojos discretos
Son linces de lus secretos
Que están en el corazón?
DUQUESA.
Porcia , muy posible es todo;
Humano lince he de ser.
Yo lo tengo de saber;
Escucha , sabrás el modo.
Las dos en grave cUusura
Cerradas siempre nos vimos , •
Y como dicen, vivimos
En hermosa sepoliara.
EL DOCTOR MIRA DE MÉ8CUA.
Nadie me vio en la ciudad ; ,
Si mis criados prevengo ,
Logrado el capricho tengo
Con mucha facilidad.
Piense cualquiera que hoy
Ser mi pretensor profesa ,
Que eres. Porcia, 1^ Duquesa,
Y que yo la Porcia soy.
El papel de Serafina
Has de hacer cuando nos vean
Esos que á Mantua desean ;
Y si alguno se me inclina
Como a Porcia y como á pobre ,
Será amante verdadero ,
Y tendrá el lugar primero.
Aunque hacienda no le sobre ,
En aquesta pretensión.
PORCIA.
¿Podrá estar secreto?
DUQUESA.
SI,
Porque los hombres que á mi
Me conocen pocos son ,
Y no saliendo de casa ,
Con cuidado viviremos,
Y mas, que nos parecemos
Algo las dos.
PORCU.
¿Y si pasa
De nosotras el secreto?
DUQUESA.
Cuando esto se baya sabido ,
Como dicen, ¿qué hay perdido,
Sino solo este conceto
Que formé? Pero verás
Cómo lo he de conseguir.
PORCU.
Desde hoy empiezo á fingir.
DUQUESA.
Mas he pensado ; oye roas :
Podré en cualquier ocasión
Que ellos se junten aqui ,
Ser yo mas dueño de mi
Siendo la conversación
Contigo; escuchando yo ,
Podré mirar con efeto
Cuál es mas cuerdo i discreto.
Hasta ahora no se vio
Condición como la mia ;
El que inclinarme quisiere
S«*a solo el que tuviere
Gala, ingenio y cortesía;
Con eminencia galán
Quiero que el amante sea ,
Y en él la virtud se vea
Que en los diamantes, que están
Cuando brutos deslucióos,
Como piedras ordinarias,
Y visos de luces varías
Exhalan cuando pulidos.
También le quiero valiente ;
Que el ánimo y corazón
Dicen quién es el varón
Que del>e ser eminente.
Con estas dos calidades
Satisfechos y advertidos
Quedan los ojos y oidos ;
Pero si el ingenio añades,
Cesará el conocimiento
De mi noble inclinación.
Pues será la discreción
La luz del entendimiento.
PORCIA.
Y ¿cómo ha de ser, me di ,
Que esa noticia tengamos?
DUQUESA.
Quiero que un festín bagamos
En casa esta noebe ; asi ,
Cogiéndolos sin pensar.
Cuál es mas galán veremos ;
Que para los dos extremos
Que faltan , habrá lugar.
FLORES.
El soneto acabé; plaza.
Que mi musa no está loca ;
«A la Duquesa alabará mi boca.
Si el cielo me la libra de mordaza
DUQUESA.
En verso medido empieza.—
Id delante y proseguid.
PORCU.
Elisa y Porcia , venid.
DOQUISA.
Vaya al jardin Tuestra tlteza«
FLORES.
f ¿Quién vio pálida flor de calaba]
Ttepandopor las puntas de una re
DUQUESA.
Basta; ¡ qué! ¿es verso?
PORCU.
Agudeza
Es propia de locos.
DUQUESA.
Id
Vos ddante , y proseguid.
PORCIA.
Vaya al Jardin vuestra alteza.
(Vatuf.)
Salen EL DUQUE DE URBINO, E
FERRARA t EL DE PARMA.
FERRARA.
Hermosa es Mantua.
PARMA.
Es empeño
De quien la fama ha salido.
URSINO.
Mi imán poderoso ha sido
La hermosura de su duefio;
Ella me trae solamente.
FERRARA.
¿La habéis visto?
CRBUIO.
Nunca.
FEMARA.
¿Pues'
CRSIIIO.
Tan grande su fama es.
Que si en cuatro partes miente.
Le ha de quedar hermosura ,
Para ser la mas hermosa
Venus que Uñó la rosa
De carmín y sangre pura ;
No ha sido en la antigüedad
Tan celebrada ; de modo
Que , aunque no la imite en tod(
Será inmensa su beldad.
Las cosas grandes no pueden
Ser pintadas como son ,
Porque á su misma opinión
Las mismas cosas se exceden.
Un ciego ver deseaba
El hermoso rosicler
Del sol , V para saber,
A todos 10 preguntaba.
Cuál le pintaba y decia
Que era un orbe de luz varia,
Y singular luminaria ,
Padre y principio del dia;
Cuál le figuraba que era
Una luz con movimiento.
Que á faltar conocimiento ,
Por Dios adorada fuera.
Vio después el arrebol
Celeste con regocijo ;
po pinUr, dijo,
;1 sol , sino el sol.»
do coBtempleoios
sura y sol divino
oesa \ inugÍDO /
ráodola, diremos :
as beroMsa! Oh dama
! otras espumas !
iguas, cortas plumas
las de la fama.
aeDcia y del arle
recida foiste;
isma supiste
Le y alabarte.»
FEBRARA.
)r duque de Urbioo,
is ooticia della ;
é su luz bella
sotecamloo.
re que deseaba
D otra ciudad ,
curiosidad,
0 preguntaba
iáe allá venian
creta y hermosa
igió por esposa »
i respondían :
30 la conocemos.»
ae pudo templar
le Tino aumentar
llares extremos ,
: «Si no es hermosa,
el gustóla goce,
* nadie conoce
a y virtuosa.»
sucede á mi :
nosa be preguntado ,
) la ha alabado ,
en: «No la vi.»
lia novedad,
nirado : c Mujer
ha dejado ver,
*ne de deidad.»
PARMA.
; Ferrara , ó sea
atrevimiento,
este argumento ,
>cuencia , que es fea.
1 puede encubrir
púrpura y nieve ,
en átomo tan breve
illar y lucir.
mi desvario ,
ido ni creyendo;
razón pretendo :
lo cae junto al mió.
mte en apariencia
ro competidor;
me falla de amor
ra de conveniencia.
ÜRBIKO.
ando esta verdad
Vanna , nos confiesa ,
i«ü(kr la Duquesa ,
anucba nuestra amistad,
'•pves amor honesto
Kni envidia oo admite ,
ka cual se solicite
Mil, sin que por esto
ítte mas acepto fuere
ap emulación alguna;
fcílamoróUfortumi
Mflicha i quien quisiere.
FERRABA.
¡«[eoTidiisalsol,
"^w son de rabí s.
?;•» ¿qué me decís
''«í hacienda ni estado.
GALÁN, VALIBNTB Y DlSGRBTO.
A titulo de pariente
Del rey don Alonso, intente
Lo que habemos deseado?
I DRBIIfO.
tCasi solo se ha venido;
¡Y asi, en nuestros galanteos ,
'En festines y torneos
Ha de quedar deslucido.
PARMA .
pues , amigos , torneemos ,
Y la sortija corramos,
fustas y máscara hagamos,
Deslucido le dejemos.
FERRARA.
£l viene , y querrá tratarse
Con nosotros igualmente.
URBIKO.
Por ahora es conveniente
Sufrir y disimularse;
Pero estando en la presencia
De la hermosa SeraGna ,
Sufrirlo no determina
Mí cordura y mi paciencia.
FERRARA.
Lleve desaires iguales
A la soberbia que tiene.
PARMA.
Aquí á propósito viene
Hablar por impersonales.
Salen DON FADRIQUE T RAMÓN,
criado.
DO:^ FADRIQUE.
Guarde Dios á vuecelencias
Con salud y larga vida.
URBino.
Guarde al señor don Fadríque.
PARMA.
¿Quién dudará que le obligan
Venir á Mantua retratos
De la hermosa Serafina?
DON FADRIQOE.
Bien puede dudarlo el Duque ,
Porque no tengo noticia
Que haya retrato ninguno
Ce beldad tan exquisita.
Y si dicen que á Alejandro
Retratarle no podía
Sino Apeles , ¿qué pincel
A los perfiles y lineas
Desta deidad se atreviera «
Sin temblar en la osadía.
La mano al lienzo arrimada,
Y sin turbarse la vista
A los rayos de sus ojos ,
Mayormente si se imitan
En dos cosas con el arte ,
Agua y luz? Cosa es sabida
Que los vivos y excelentes
Objetos turban y olvidan
Nuestros sentidos; el sol ,
Cuando llega al mediodía ,
iQué ojos de águilas y linces
Hay que á sus rayos resistan?
Cuando por las siete bocas
El Nilo se precipita,
Sordos deja á los que moran
En las riberas vecmas.
La nieve , que en los Tifeos
Está en el tálamo antigua,
El tacto humano entorpece;
La oriental especería
Y ios aromas suaves
Que la Arabía fructifica ,
El olfato alteran siempre
A quien por ella camina^
El néctar dulce que labra,
Chupando flores en Híbla
La abejuela , estraga el gtrsto.
Siendo esto asi, ¿ quién podría
Retratar rayos de luz ,
Mirando nieve tan viva ,
¡Atendiendo , resistiendo
;Los aromas que respiran ,
¡Las razones que4>ronancian
'De elocuencia peregrina?
JQuién un objeto tan alto
Reducir pudo á medida
lY proporción con el arte ,
Copiando luz tan divina?
ORBirco.
I Oh, qué afectado discurso!
PARMA.
Dejémosle que prosiga
Con su escudero.
FERRARA.
Else&or
Don Fadríque se publica
Enamorado y leioo.
PARMA.
Bien dijimos que venia
Con pretensiones á Mantua.
{Vanse las duques.)
DON FADRIQUE.
Discretos son , si adivinan
Eso los señores duques.
RAMOH.
Estos , con celosa envidia ,
Te han hablado descortés.
OOIf FADRIQUE.
Con igual descortesía
Serán tratados de mi.
Sale FLORES , de galán gracioso.
FLORES.
Hallaros solos es dicha.
DON FADRIQUE.
Seas, Flores, bien venido;
¿Qué tenemos?
FLORES.
Que la vida
He de dar en tu servicio.
Salió bien la industría mia ;
Fingime loco , y mandóme
Que en su casa y corte asista;
Y así , de sus esperanzas
Tengo de ser una espia.
Advierte en breves palabras
Que á Porcia manda que finja
Ser la Duquesa , porque ella
Fingirse quiere su prima ,
Para ver si de esta suerte
A su hermosura se inclinan.
DON FADRIQUE.
¿Es hermosa?
FLORES.
El mismo sol,
Es la aurora , y es el día ,
Es la tarde , y no es la noche;
Mujer es que encapricha.
Esta noche hay un sarao,
Y en ella Porcia fingida
Quiere examinar cuál es
El mas galán ; no se vista
Aquel pájaro que dicen
Que nace de sus cenizas
Mas galán que tú , Sefior;
Vén pues , y al abril imHi.
Duque de Mantua has de ser;
Alerta, mira que sirvas
A la que se llama Porcia ;
Advierte que es Sertffia ,
No enamores la Duqttesa.
DON FADRIQUE.
Si me iodastrias , si me avisas
De lo que pasa en palacio.
La Duquesa ha de ser mia.
FLORES.
Será tuya la mas bella
Que los campos vieron » ninfa ;
i mi sayo jironado
Y á mi ignorancia flngida
Me vuelvo ; vete con Dios ,
Pues de mi ingenio te fias.
( Vanse,)
Sale LA DUQUESA.
DUQUESA.
Este jardín ameno ,
De flores, plantas y de frutas lleno,
El cielo nos retrata ;
Ese estanque de plata ,
El cielo es cristalino ;
Las ruedas de esa azuda, que es camino
Del agua arlifícioso.
Son móviles primeros;
Las rosas son luceros
Del firmamento hermoso ;
Las otras flores bellas.
El numeroso ejército de estrellas;
El girasol , que mira
Al poniente una vez, y otra al levante;
El sol , que el cielo gira ,
Y la luna menguante ,
O ya de su luz llena
La Cándida azucena ;
Estrellas, luna, sol, fuentes y flores,
Tpdo me enseña amores ,
Y yo sola me hallo
Sin saber qué es amor ni deseallo.
Esa hiedra se enlaza ,
Y el tronco de los álamos abraza ;
Alli la flor de clicie pena amando ,
Y á Apolo va buscando ;
Trepar quiere la murta por la parra ,
Y amanao la violeta la pizarra,
Besándola ha nacido;
Alli canta en su nido
El ruiseñor amores;
Alli rayos del sol aman las flores ;
Alli las fuentes quiebran
Su crisul , y celebran
La jomada que hoy hacen
Al mar, adonde nacen ,
Y á quien enamoradas .
Se vuelven despeñadas;
La flor de clicie , murta, yerba y flores,
Todo me enseña amores ;
Y yo sola me hallo
Sin saber qué es amor ni deseallo.
Sale PORCIA.
PORCIA.
¿Sola Tuestra alteza?
DUQUESA.
SI,
Aunque no estoy sola , di^o.
Las veces que estoy conmigo.
PORCIA.
Un sabio lo dijo asi :
Ya están los competidores
Avisados, y vendrán.
DUQUESA.
Di , Porcia , ¿ qué fingirán ?
¿Que vienen nuertos de amores?
PORCIA.
¿Dónde ha de ser el festin ?
DOOVESA.
Paréceme que ei sejor
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA;
En aqnese cenador «
Palacio destejardin.
Sale FLO^KSf de loco,
FLORES.
AlerU , madama mia;
Que hay marranos en campaña.
DUQUESA.
Todo es temas con España.—
Mira, Roqne, yo querría
Que me digas la ocasión
De quererlos mal.
FLORES.
Diréla :
Yo anduve con una muela ,
Canlarillo y carretón ;
ff Amolar cuchi,» decia,
Y con esto eché sin cuenta
A perder cuanta herramienta
En la pobre España habia.
De un lugar á otro pasaba ,
Y un español encontré.
Gallego pienso que fué ,
Pues descalzo caminaba.
Con un rio nos topamos ,
Y él , que sin botas venia,
Dijo que me pasarla ,
Como en la venta bebamos
A mi cosu ; yo acepté ,
Y estando en medio del rio ,
Me dijo el caballo mió :
cMonsiur;»respondile: «¿Qué?»
Replicóme: «Di, ¿cuál es.
Sin mentir ni estar medroso ,
Cuál es rey mas poderoso,
El español ó el francés?»
Yo respondí con temor :
ff Tu rey tiene mas poder ;»
Y dejándome caer.
He dijo: «¿A tu rey traidor?»
Escápeme medio ahogado,
Y cuantos asi me vian ,
Me tiraban y decian :
cGabacho, pollo mojado.»
DUQUESA.
Ya no me espanto que tengan
Enojado á Roque asi.—
Porcia , traigan luz aqui.
PORCIA.
¿Vendrán los músicos?
DUQUESA.
Vengan.
{Vanse la Duquesa y Porcia.)
FLORES.
Heme aquí loco en juicio ,
Muy falso y muy socarrón ,
Como muchos que lo son
Por holgar y andar al vicio.
En las cortes y palacios
Usan muchos desta treta.
Uno haciéndose poeta ,
Y borrando cartapacios.
Si no de Apolo, de Baco,
Hace versos de horizontes.
Ecos, relaciones, montes,
Y no es loco , que es bellaco.
Otro insulso majadero
Cargado de hábitos hay ,
Tan sin donaire . que tray
En la boca al mismo enero.
Otro que anda todo el dia
Lleno de ocio y de pereza ,
La canilla en la cabeza ,
Con circunsuncías de espía.
Otro locuras fingía ,
Y á sus bodas convidaba,
Diciendo que se casaba
Con cierta señora ; un dia
Con docientos le amagaron.
YáiasesoseYolvió;
Mas la música salió,
Y los tres duques llegaron.
Sale EL DUQUE DE URBINO.
URRmo.
Bello jardín, to belleza.
Aunque irracional y muda,
Remedando está sm duda
La hermosura de su alteza;
Que al pintar naturaleza
Sus divinos resplandores,
La tabla de los colores
Y pinceles arrojó ,
Y con esto derramó
Nieve y jazmín sobre flores.
Sale EL DUQUE DE FERRARA
FERRARA.
Cristal , que un mármol pequeiío
Estás siempre retratando.
Bien sé que estás envidiando
La hermosura de tu dueño ;
Porque el alba , con el ceño
De ver su rostro excedido,
Y que Serafina ha sido
Mas hermosa , ella lo siente ;
Y asi , forman esu fuente
Las lágrimas que ha vertido.
Sale EL DUQUE DE PARMA.
PARHA.
Murtas , que en Chipre habéis sido
De Venus verde guirnalda.
Remedando á la esmeralda.
Que su color no ha perdido;
Si la madre de Cupido
Hallasteis allá envidiosa,
Aqui estaréis mas hermosa ,
Pues hallaréis mas divina
La pianta de Serafina
Que el cabello de la Diosa.
Sale DON PADRIQUE.
non FADRIQCE.
Murtas , rosas y cristales ,
En quien ese jardín llueve
Copos y aromas de nieve ,
Si sois rasgos y señales
De los rayos celestiales
De vuestro dueño , hermosas
Son las sombras tenebrosas ,
¿Que será la luz divina?
Sombra sois de Serafina ,
CrisUles, murtas y rosas.
FLORES.
Majaderos cortesanos
Los cuatro me parecéis ,
Pues todos cuatro queréis
Ser duquesos mantuanos ,
Y auno solo dirán si;
Par diez , sí duquesa fuera ,
Bien sé yo quién escogiera.
URRllfO.
¿ A quién , loco?
FLORES.
Cuerdo, á mi.
Salen damas , PORCIA , U DUQl
T UN MAESTRO, y iiéntoMe P
en una tilla , tfUstrtt duques <
banco, y cantan,
■líaioos.
Al festin de la hermnaduquom
De Mantua gentil
ie« tnenen aprteia ;
I iervirla profeta ,
nú ahril.
FLORES.
, señora Daca ,
ano almoradux ,
i pueda ser dux
Ja , j aun de Luca.
0 le queréis
robusto , voz gruesa ,
aquel. Duquesa,
ica le queréis.
si se ha de decir;
uereis enano
Qomantuaoo,
habéis de elegir.
^>añol no hablo ,
iqoe es galán como el sol,
ícto español ,
ece al diablo.
Parma , Ferrara ,
uquesa es,
D delGn francés,
stado, linda cara,
orcia , y no dichosa ,
las dama perfeta,
ser fea , es discreta,
necia , es hermosa,
d , amantes nuevos,
, ni dueña ni dama,
cómo se llama ;
i sorbe cien huevos ,
ien hace una trova ;
le se llama Elisa
1 cara de risa ,
e alegre ó boba,
co desiasdonias,
e empieza á barbar
ro de danzar,
n de ceremonias,
icirio en suma,
0 leca tos son
es de canción,
as en vez de pluma. —
loque , sentaos ,
1 festín ha de ser.
PORCIA.
;ue se ha de hacer
ro de saraos.
DOX FADKIQUE. (Ap.)
Porcia promete
ermosura rigores ;
o anduvo Flores.
MAESTRO.
n paje un ramillete.
PORCU.
estro , aquestas flores.
■ACSTRO.
yo las llegue á dar,
la hade danzar;
lama , señores ,
na vez.
DRBI50.
Siendo asi ,
es habéis de dar.
FERRARA.
n he de empezar.
DOÜ FADRIQUE.
el ramillete á mi.
MAESTRO.
enestioD les provoco ,
le atrevo , Señora ;
os las flores agora.
PORCU.
nmHlele este loco
«Ble quisiere dar;
íá I» competencia,
^n los tres pacieobia.
GALÁN, VALIE^TTE Y DISCRETO.
ÜRBINO.
Volvámonos á sentar.
PLORES.
A mi las flores me dan ,
Y loco en darlas seré ;
2 A quién, á quién las daré?
Dóyselas al mas galán.
(Dáselas á Fadrique»)
DUOOESA.
;^Cómo , di , si es español ,
El ramillete le diste?
FLORES.
Luego ¿no entendéis el chiste?
Porque le peguen los tres.
DON FADRIQUE.
No atribuya vuestra alteza
Lo que hiciere á grosería ;
Yo confieso que venia
Adorando esa belleza;
Pero amor, naturaleza
Segunda , mi inclinación
Forzó con tanta pasión
Después que otra dama vi,
Qne, estando fuera de mi ,
No supe hacer la elección.
Amor , deidad poderosa ,
En mi su fuerza mostró ;
Una cosa pensé yo ,
Y el amor hizo otra cosa.
Ir suele á coger la rosa
Un galán en el jardín,
Y encontrándose el jazmin.
Sus Cándidas flores coge ,
Sin que la rosa se enoje ,
Pues se queda rosa en fin.
Adorando las estrellas ,
Muchos hay que al sol negaron ,
Las estrellas envidiaron
Entre tantas luces bellas;
Sois el sol , alba son ellas,
Y alba la que mi alma adora ;
Perdonadme , gran Señora ,
Si se atreve un español
A negar flores al sol
Por dárselas al aurora.
Porcia tome el verde ramo ,
Haciéndole celestial,
Y recíbalo en señal
De que su amante me llamo ;
Del alma la riqueza amo ,
Las del mundo son extremos ,
Que españoles no queremos.
8i la inclinación bajé,
Danzar el altanóse;
Porcia, la baja dancemos.
{Danzan los dos,y cantan los músicos.)
MÚSICOS.
Al festín de la hermosa duquesa
De Mantua gentil
Los galanes vienen apriesa ,
Cada cual servilla profesa.
Galán como abril.
DUQUESA.
Su alteza es dueño y juez;
Dé el'ia el ramillete , diga
Que el feslin otro prosiga.
PORCIA.
Délas Roquillo otra vez.
FLORES.
Duquesa , esos son errores
Mayores que mi locura ;
¿Soy yo mayo por ventura ,
Para andarme dando flores?
A ninguno mas se den;
Ya no es fiesta , pues emideza
Otra dama , y no su alien.
ÜRBINO.
Este loco ha dicho bien;
f7
Porque sa alteza debía
Ser suplicada primero.
PORCIA.
Basta , ningún caballero
Salga á la oefensa mía ,
Que me enojaré ; y agora
Cese el festín.
DON FADRIQUE.
Del error
De mi no pasado amor
Ya os pedí perdón. Señora.
{Yanse, y queda la Duquesa la postrera^
y Flores,)
FLORES.
Señora Porcia , escuchad :
Al español que está fuera
Una burla hacer quisiera ;
No os vais tan presto, esperad.
DUQUESA.
¿Aun el enojo te dura?
FLORES.
Ce, español, ce, que te llama
Aquí fuera cierta dama ,
Con mas dicha que hermosura.
Vén , español, me dirás
Unos requiebros aquí. —
: Ay , que viene tras de mi!
10 me escondo aquí detrás.
Sale DON FADRIQUE , y Flores se es-
conde detrás de la Duquesa.
DON FADRIQUE.
¿Quién me llamó? Ya he notado
Que voz de un ángel ha sido;
¡Oh ({uién fuera el escogido !
Porcia, como fui llamado.
Con gusto vengo y forzado ;
Que si el fuego artificial
Va en forma piramidal
A su elemento, asi yo
Busco la voz que llamó
Como á centro natural.
No fui...
DUQUESA.
DON FADRIQUE.
Si muero yo ,
A ese no , en rigor extraño ,
Máteme tu dulce engaño.
No me desengañes , no.
Quien cosa alegre gozó
En el sueño ( ¡ pasión fuerte !),
Que es ensayo de la muerte ,
Disgusto suele tener.
Con ser soñado el placer.
De que alguno le despierte.
Un enfermo deliraba,
Y grande rey se fingía ;
Imperios y monarquia
En su locura gozaba ;
Sanó , y alegre no andaba ,
Diciendo: «Gracias no doy
A quien me da salud hoy ,
Pues era rey soberano.
Enfermo , y estando sano ,
Un hombre ordinario soy.»
Soñé que me habías llamado ,
Y en mi altiva fantasía.
Pudo causarme alegría
Este bien , aunque soñado ;
Deliré , sol me he juzgado
Que llamó á la hermosa aurora ;
Si este sueño mí alma adora ,
Y esta locura qiie veis.
Señora , no me sanéis:
No me despertéis , Seftora.
DUQUESA.
Este loco os ba liamado. —
Vele de ahí.
{Vase Flores.)
DON FADRIQUK.
Loco faera
Quien á la voz no viniera
De un loco , que me ba tornado
Cuerdo á mi , pues digo osado
Que bailé en este jardm verde
Quien mis delirios acuerde ,
Si los otros locos son.
Porque solo está en razón
Quien por vos el seso pierde.
DUQUESA.
Amante de SeraGoa
Habéis venido, SeQor;
No es de buen gusto el amor
Que á otra bermosura os inclina.
¿Quién deja la clavelina
Por el pálido albeli?
Quién menosprecia el rubí
Por laí morada amatista?
Sea vuestro amor con vista ,
No esté vendado por mi.
Vos pobre , yo sin estado ,
Seremos sin duda alguna
Delirios de la fortuna ,
Risa y fábula del bado ;
Festejad , enamorado ,
La belleza singular
De^SeraOna ; mudar
Objeto DO es de prudente ;
¿ Quién se admira de una fuente ,
Viendo el piélago del mar?
DOi^ FADRIQUE.
No os lo niega mi osadía ,
Ni mi locura lo crea ;
Amor pompas no desea.
Si yo soy vuestro, y vos mia,
Ricos fuéramos los dos,
Yode amor, vos de bermosura ,
Vos de luz , yo de ventura ;
Hazlo , amor , pues eres dios.
Si fuente os habéis llamado,
Permitid que sin aviso
Me mire , como Narciso ,
Kn vos , de mi enamorado ;
Que estando en vos transformado ,
Ya no so;^ yo, sino vos ,
Y estuviéramos los dos ,
Yo Narciso , si vos fuente ,
Viéndonos eternamente;
Hazlo , amor , pues eres dios.
DUQUESA.
Daros licencia no quiero.
DON FADRIQUE.
¿Palabras tan rigurosas?
DUQUESA.
Si , oue me faltan dos cosas ,
Que be de examinar primero.
DOX FADRIQUE.
Siendo así , la vida espero.
DUQUESA.
Son dlficilesJas dos.
DO?l FADRIQUE.
Y vencidas, ¿querréis vos?
DUQUESA.
¿Qué be de querer?
D0!« FADRIQUE.
¿Qué? Querer.
DUQUESA.
¿Podrá ser?
* DOÜ FADRIQUr.
Sí puede ser.
Hazlo , amor, pues eres dios.
EL DOCTOR MIRA' 0B BfÉSCUA.
JORNADA SEGUNDA.
Salen PORCIA y LA DUQUESA.
PORCIA.
¿Amas, Señora?
DUQUESA.
Esa fué
Inútil curiosidad ;
Dueño de mi voluntad
Eternamente seré.
PORCIA.
Si el español se te inclina,
Y viste que es mas galán ,
Tus efectos estarán
Movidos.
DUQUESA.
Hoy , Serafina ,
Cuatro cosas , es verdad.
Quise examinar y ver,
Y agora para querer
Tengo andada la mitad.
Mas soy tan dueña de mí ,
Que be de vencerme y no amar ;
Del amor be de triunfar.
No quiero amor.
PORCIA.
Siendo asi,
Dame para amar licencia.
DUQUESA.
Amor sin licencia viene.
PORCIA.
Tu respeto me detiene.
DUQUESA.
Ama , pero con prudencia;
No deslustres mi figura ,
Pues Serafina me llamo ;
Ya que saben que no amo ,
No sepan que ama mí becbura ;
Pero ¿ á quién te bas inclinado?
PORCIA.
A don Fadrique , Sefiofa ,
Que me desprecia y te adora ,
Y eso mismo me ba obligado.
DUQUESA.
i Qué mujeril condición !
Mira , Porcia : yo quisiera
Que tu voluntad tuviera
Gse amor ó inclinación
A uno de esos duques, pues
Todos te muestran amores ,
Siendo tan ricos señores ;
Don Fadrique es pobre , aunque es
De ilustre genealogía.
PORCIA.
No importa, obligada estoy.
Sí ama á Porcia y Porcia soy.
DUQUESA.
¡Extrafia sofistería!
¿ Ama el nombre ó la persona ?
PORCIA.
Paréceme que te pesa.
DUQUESA.
Porcia , gran malicia es esa ;
Pero en efecto me aboba
Permitirte que ames; ama ,
Mira, inquiere y favorece,
Con la atención que merece
La obligación de una dama.
PORCIA.
Esto consigo lo trae
Mi decoro y advertencia ,
Pues amo con tu licencia.—
¡ Hola !
M« PLORES.
FLORES.
¿Señora?
PORGU.
¿Quién bay
jEn la antecámara?
I FLORES.
! Está
iUn hombre, que no quisiera
Verle jamás allá fuera.
DUQUESA.
Su loca tema será.
FLORES.
Pues Porcia , de mí enfadada ,
Porcia males me desea ,
Plegué á Dios que yo te vea
Con el español casada,
Que es la mayor maldición.
DUQUESA.
¿ Está don Fadrique abf ?
FLORES.
¿Fadri... quién?
DUQUESA.
Fadrique.
FLORES.
Si,
Porque es-pera de Aragón.
PORCU.
Dile que entre.
FLORES.
¿Al alfeñique?
Entrad , buen bombre; que yo
No sé vuestro nombre , no ;
Solo sé que acaba en ¡que.
Sale DON FADRIQUE.
DON FADRIQUE.
Sí me manda vuestra alteza
En qué le sirva , seré
Tan dichoso , que tendré
Por imperio , por grandeza ,
Por noble timbre y blasón
De mis armas , de servilla
Con este y esta cuchilla ,
Rayo que fué de Aragón.
PORCIA. (Ap.)
Embarazada me veo;
¿Cómo diré mi cuidado?
DUQUESA. (Ap.)
PareQe que me ha pesado.
Eso no ; grave trofeo
Yo misma be de ser de mi.
Corazón , no sintáis pena.
Ame Porcia norabuena;
Vamonos , alma , de aqiii. (Vn
DON FADRIQUE. {Ap.)
I Aj , que se va la Duquesa f
1 Si el verme la da pesar?
Mas , pues me vom6 á mirar ,
Sin duda que no le peib.
PORCIA. (Ap.)
O este fausto, ó la graodeta
Que fingida represento ,
No le dan atrevimienlo.
O no ve en mí la belleza
De Serafina cruel ,
Si ba sido bdI inclinación;
Mas dígale mi pasión
Al descuido este papel.'
DON FAMltfUE.
Ya que no me habéis booradOt
Mandándome , mi sefü^rt;
Licencia me dad agoni
Para volver d^lcSádo.
roacu. (Ap.)
que DO me ha entendido ,
el papel no miró.)
peí se cajó.
DOlf FADRIQUE.
0 se me ba caído.
PORCU.
ladle.
DO?f FAORIQOE.
No es fineza ,
kcato se llama. —
is , ¿ hay una dama
\ nn papel i su alteza?
Sale LA DUQUESA.
DOQCCSA.
¿; yo estojaqní.
PORCIA.
.0 cuidado tarda.
OOQOESA.
a , si estoy de guarda ,
a es que me toque á mí.
PORCIA. {Ap. á la Duquesa.)
a, si estás queriendo ,
qué me permitiste
DCQUESA. (Ap. á Porcia.)
¿Yo querer? Yo amar ?
;añas , TuéUome á entrar ;
te , Po reía , mentiste. ( Vase.
DOrV FADRIQUC. {Ap.)
rerán estas salidas
-añoa? Sospecho
roceden de su pecho.
PORCIA.
>os va en Mantua?
DON FADRIQDE.
Señora ,
) me puede ir á mi
1 tierra en quien vi
*Jos juntos agora,
le el ano se encubrió
de mi presencia?
PORCIA.
doy para eso licencia,
üdo conmigo.
D0:« PADRlQOe.
Yo
> qup sentis enojos
lel mi pasado error.
PORCU.
os labios hay rigor ,
jes hay en los ojos.
Sale LA DUQUESA.
DCQUESA. {Ap.)
entro no sosiego ;
ber de qué me aflijo;
> que por mi se dijo
oso desasosiego • .
DO?l FAORIQOE.
dré decir, Señora,
I cielo sin nubes vi ,
ol , fénix de rnbi ,
perlas del aurora.
PORCIA.
fa pienso que me ha entendido
quiere. ¡Ajinfelice!
eratína lo dice,
•usé que ba]l)ia salido.)
queréis. Porcia?
Pretendo ,
B, que sola DO estés.
GALÁN, VALIENTE Y DISCRETO.
PORCU.
Necio advertimiento es,
Pero ya tu intento entiendo.
DUQUESA.
Vén á escribir.
PORCIA.
Luego iré.
DUQUESA.
{Ap. Sí la llamo y la porfió,
Se sabe el engaño mió;
I Qué he de hacer? La sufriré.)
¿Para qué estás porfiando.
Si ves que ya no te quiere?
PORCU.
Yo sé que por mi se muere,
Aunque tú lo estés negando.
DUQUESA.
El papel no alzó.
PORCU.
Fué necio ,
O no le vio.
DUQUESA.
Fué desprecio ,
O si no , miralo agora.
{Deija caer un guante.)
DON FADRIQUE.
{Ap. o con cuidado ó acaso
Cayó un guante de mi cielo.
Por dar estrellas al suelo ,
Yéndose el sol á su ocaso ;
Alzarlo quiero atrevido.)
Este guante se os cayó.
DUQUESA.
Á Queréis que le tome yo?
Vos mismo habéis advertido
Que no es decente primor
Llegar á (Prendas oe dama.
DON FADRIQUE. {.Ap.)
Ella se lia enojado ó ama.
DUQUESA.
Favor es , y no es favor.
( Vanse la Duquesa y Porcia.)
DON FADRIQUE.
Corazón , buenos quedamos,
Sin saber si es mal ó bien ,
Si fué favor ó desden;
El ingenio discurramos.
Ella no ha querido el guante,
Porque á mi mano llegó;
Lueg^ ¿á mi me despreció?
Luego ¿en vano soy su amante?
Ella guante no ba querido
Por dejarme ¿ mi con él ;
Luego ¿no ha sido cruel?
Luego ¿estoy favorecido?
Ambos argumentos son.
Que están en balanza igual ,
No espero el bien, dudo el mal ;
;0h bárbara confusión !
¿ No dijera , airada y fiera ,
Que allí el guante no quería,
Si á mi me favorecía?
No dijera... Si dijera.
iNo dejara, antes tornara.
El guante , ofendida allí ,
Si me despreciara á mi?
No dejara... Si dejara.
La duda se queda en pié ,
Confuso esté mi albedrio ;
Ya temo , ya desconfió.
Mujer ó monstro, ¿qué haré?
Aquel emblema eminente
Del fauno , que convidó
Al hombre y manjar le dio ,
Uno helado , otro caliste ,
Viene á propósito ; estaba
El fauno coBsideraodo ^
39
Que el manjar que estaba helando ,
Con soplos lo calentaba
El hombre ; y también notó ,
Aunque bárbaro imprudente ,
Que el manjar que era caliente
Con sus soplos enfrió.
c Vele , le dijo , al momento ;
Que no quiero compañía
Con quien calienta y enfria
Con solo su mismo aliento.»
Lo mismo diré , aunque amante:
Vete , mujer singular ,
Porque no quiero adorar
A quien da en un mismo guante
Calor de bien celestial ,
Hielos de mortal desden.
Guante que parece bien,
Guante que parece mal.
Sale FLORES. .
PLORES.
¿Qué tenemos? ¿Hay mohína?
DOIf FADRIQUE.
¡Qué esfinges los hombres amen!
FLORES.
Esta noche hay otro examen :
Saber quiere Serafina
Quién es mas cuerdo y discreto;
En aqueste cenador
Hay conclusiones de amor;
Vén prevenido en efeio ,
Que sepas mas que el diablo.
No hables á tiento ni á bulto ,
No hables afectado y culto ,
No me juegues de vocablo;
No hables apriesa ni espacio ,
Di valimiento , desaire.
De buen gusto , de buen aire ;
Que es lenguaje de palacio.
Di antonomasia , bien suena,
Di crepúsculos del día ,
Habla con antipatía.
Di perífrasis ; i qué buena !
Di versos claros y graves ,
Aunque no importa saber
Sino embustes , para hacer
Que entiendan todos que sabes;
Vele, Señor, á estudiar.
DON FADRIQUE.
Flores , no hay arte en efeto
Para parecer discreto ,
Si no es el serlo , ó callar.
FLORES.
Mucho hablar de locos es ,
Y de bobos callar mucho ;
Vete , pues ; que un avechucho
Ha salido de los tres.
DOTf FADRIQUE.
Flores , mira , bueno fuera
Que leyera este papel.
FLORES.
Yo haré que responda á él , '
Aunque responder no quiera.
Sale EL DUQUE DE URBINO.
Bien vengas, duque de Urbino;
Vuestro nombre es muy felice ,
Porque quien Urbino dice ,
Por fuerza pronuncia vino.
, URRINO.
Si tórtola en verde ramo
Arrulla , y cada gemido
Alma irracional ha sido,
Queestd diciendo evo amo»;
Si á la música y redamo ,
Que de su consorte alcanza ,
Rayo de pluma, se lanza ,
AmayjeBperafiíTor,
{Vate.)
30
¡Teniendo yo mas amor.
Tengo menos esperanza !
Sí la leona mas tíera
En los ásperos desiertos
Pare sus nijuelos muertos ,
Y darles la vida espera
Bramando, de la manera
Que su bruto amor alcanza;
Si espera tener mudanza
Kn sus ansias y dolor,
¡Teniendo yo mas amor,
Tengo menos esperanza t
PLORES.
¿Qué estáis glosando entre tos?
URBIXO.
Roque , valerme podéis.
flores.
¿Cómo de un loco os valéis ?
ORBlIfO.
Como lo somos los dos;
Cuerdo serás si me traes
Deste papel la respuesta ,
Y otra tendrás como aquesta.
FLORES.
¿Nada de contado dais?
Como pagáis el traer ,
Pagad también el llevar.
Porque son simple es fiar,
Y embustero el prometer.
URBlüO.
Bien has dicho , Roque , toma ;
Haz que lea este papel.
{Dale una cadena.)
FLORES.
Para que responda á él ;
Idos luego , porque asoma
Otro moro en la estacada.
«Cadena al cuello me puso ;
Mi locura será el uso ,
Si es locura aprovechada. (Vase.)
Sale EL DUQUE DE FERRARA.
FERRARA.
El tiempo todo lo cria ,
Todo el tiempo lo deshace ;
El sol hermoso renace,
Y después fenece el día.
Rayos Júpiter envia;
El semblante negro y fiero
Del aire pasa ligero ;
Sale el iris de color ,
Y solamente en mi amor
Ni hay mudanza, ni la espero.
FLORES.
¿Qué hay, duque de Ferrara?
FERRARA.
{Áp, Si este loco un papel diera
A la Duquesa, ya fuera
Quien mi temor consolara.)
¿Sabrás hacer que este lea
La Duquesa?
FLORES.
Si sabré;
Pero no se le daré.
FERRARA.
Si le das , habrá presea ,
Y aun otros premios mayores ,
Si respuesU, Roque, ves.
FLORES.
Mirad , hay oficios tres
En España de señores,
Y á mi se me han olvidado ;
Referidlos al iosunte.
FERRARA.
Pienso que son almirante ,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Condestable , adelantado ;
Estos tres pienso que si.
FLORES.
Agrá dame este postrero ;
Cou ese oficio le quiero.
FERRARA.
Un diamante y un rubí ,
Que son de Ceilan , dirán
Mi amor y mi estimación.
FLORES.
¿ No son vuestros ?
FERRARA.
Míos son.
FLORES.
Dice que son de Ceilan.
Yo tendré cuidado ; adiós.
FERRARA.
Mira, Roque, que le lea.
FLORES.
Parma viene ; no nos vea
Hablar á solas los dos. ( Vase,)
Saie EL DUQUE DE PARMA.
PARMA.
Tal vez fácil instrumento,
Que nunca se imaginó ,
Dificultades venció ,
Pudo mas que el agua y viento;
En el húmedo elemento
La nave mas impelida ,
De un pequeño pez asida ,
Suspensa en su cuerpo está ;
Quizá este necio será
Instrumento de mi vida. —
Roque , ¿sabrás (no lo dudo)
Decirle bienes de mí
A la Duquesa?
FLORES.
¿Yo? Si;
Que en efecto no soy mudo.
PARVA.
Mira que me has de alabar
A mi mas en su presencia.
FLORES.
Pues ¿no tienes mas prudencia?
iDe un loco te has de fiar?
Haz cuenta que ya lo digo ;
Pero solo no diré
Que eres liberal.
PARVA. •
¿Porqué?
FLORES.
Porque no lo eres conmigo.
PARMA.
Diamantes hay.
FLORES.
No los quiero ,
Porque las piedras parecen ,
Si los hombres amanecen
Cuerdos una vez. Dinero
Es el punto y es el centro
Donde va todo á parar.
PARMA.
Esta bolsa has de tomar.
{Dale una bolsa,)
FLORES.
¿Qué caballos corren dentro?
¿Rucios, bayos ó castaños?
PARMA.
La diferencia no ignoro;
Bayos son , pues que son oro.
FLORES.
Guárdete el cielo mil años ,
Y á la Duquesa también.
Porque si tn amor U «gtrm ,
Habrá una duques Stm
Y un duque Matusalén.
(V«
Salen LOS DUQUES DE URBÍN*
T DE FERRARA.
URRIHO.
Como á centro natural,
A este palacio venimos.
PABMA.
De esa suerte bien veréis
Que estoy en el centro mío.
FERBARA.
Don Fadrique no le pierde.
PARMA.
Cortés fué , pues no ha querido
Competencias con nosolrot.
URRIHO.
Blasonando á Mantua ?ino.
Que adoraba la Duques^;
Mas sucedióle lo mismo
Que á silvestre mairiposa
t¡ue á una rosa pone sitio,
Cercándola alrededor.
Para beberle el roclo
Del alba , menudo aljófar
En aquel carmesí vivo ;
Y luego viene á sentarse
En la malva y el espino ,
O en otra yerba mas vil.
FERRARA.
Si es arrogante y no rico.
Ame á Porcia, C|ue es tan pobre ,
ó de vano perdió el juicio ,
Y enamore una criada.
PARMA.
Para verle deslucido ,
Pues que caballo no tiene ,
Corramos mañana, amigos ,
Sortija.
FERRARA.
Él viene ya;
Corrámosla , bien has dicho.
Sale DON FADRIQUE.
DON FADRIQOE.
Señores duques , si un tiempo
Competidores nos vimos.
Ya les dejo el campo solo ;
De la pretensión desisto
De la Duquesa.
ORBIRO.
Bien hace ;
Porque este es mejor camino
Para no quedar burlado
De su esperanza.
FERRARA.
Y bien hizo ;
Que aunque es Porcia una criada,
Que habrá de estar en servicio
De uno de nosotros, tiene
Buena cara , hermoso brio.
DON PADR1QQB.
La Porcia que adoro yo,
Y la dama que yo sirvo ,
Los dos imperios del orbe *
Por quienes ha merecido.
Ni en discreción ,4ii en belleu,
Ni en la sangre, ni en aviso
La iguala dama ninguna;
Y con los tres no compito,
Porque son mis pensamieqios
Los orbes, los epiciclos
Por donde van los planetas
Siguiendo el cabello rito
Del sol.
URBÜIO.
Por machos respetos,
)i]qQesa debidos,
ao ba de redadrse
fio oí desafio \
ued TOS ana justa
e célebre circo «
otando esa opinión.
DON FAOBIQUE.
atendré.
FKREAIA.
Pnes, Urbino,
s ; que para mañana
¡esta real publico.
{Yanse Urbino y Ferrara.)
DOÜ FAD11QDE.
lera me ba cegado ,
k> que be prometido ;
;omo estoY en desgracia
7 Alonso ,' mi tio ,
•allos ni dineros
abora. ¡Ah desvarios
fortuna cruel!
los montes y el abismo
aguas encerradas
Q tesoros tan ricos,
>mbre TÍ¥a anhelando
drópicos designios ,
ito de sus entrañas;
b1 humano artificio,
cóncavos del mar ,
bÓTedasy riscos,
montes, sus tesoros
i la luz de los siglos;
luego la fortuna
parta á sualbedrio,
loca y miserable
s Tarones mas ricos!
Sale FLORES.
FLORES.
he dado tu papel.
la eu tu aspecto miro;
ienes? Di.
DON FADRIQOE.
Que una jusla
e célebre circo
mantener, siendo,
que tú sabes , Iro ,
'e mas celebrado
poetas antiguos.
FLORES.
iendomi dueño? No. *
bre mientras yo vi?o?
engañado , Señor ;
idena , un bolsillo
tortjjas te entrego,
>rtan excesivo,
edes comprar libreas
líos ; estos mismos
motejan de pobre ,
bao contribuido
compitas con ellos;
lien y sal lucido ,
tM han de dar , si puedo.
nOÜ FADRIQCE.
Flores, un prodigio
lad ; eres las flores
|oien llueve el rocío
>ra , brindando aljófar ,
en los prados floridos
n cálices de rosas
rimas que ha vertido.
FLORES.
añol, 7 esto basta,
con leaMad te sinro
GALÁN, VALIENTE Y DISCRETO.
Tanta , que , con ser criado ,
No soy, Señor, tu enemigo.
{Van$e.)
Sale PORCIA t LA DUQUESA.
PORCIA.
Pues sola te puedo hablar ,
Mil quejas pretendo darte.
DUQUESA.
Dilas ; que quiero escucharte.
PORCIA.
' ¿Habrá quien pueda parar
Un caballo en la carrera ,
Águila que va ligera
O delfin que corta el mar?
Pues di , ¿cómo será bueno
Que tú detener pretendas
Caballo que ya sin riendas
Y que no sabe de freno ;
Ni al águila mas suprema ,
Que, volando caudalosa ,
Hecha del sol mariposa ,
Las alas en él se quema;
Ni al delfln, ave sin nlumas.
Que en los piélagos del Norte
No habrá ravo que asi corte
Montes de nieve y espumas?
Si es amor águila, en fio.
Que alas tiene y es veloz ;
Si es un caballo feroz.
Si es un ligero delfín
Que nada en llanto y en fuego ,
¿Por qué amar me permitiste ,
Y en el centro me pusiste ,
Para detenerme luego?
DUQUESA.
Escucha , Porcia : ¿qué rio
En sus principios no es fuente ,
Que se pasa fácilmente?
Qué árbol, pompa del estío,
Y majestad singular ''' «'
Que en la campaña se ve.
En sus prineipíos no fué
Vara fácil de arrancar?
Amor, como planta , crece ,
Árbol copioso y sombrío ;
Amor crece como rio ,
Abismo del mar parece;
Pero en su principio honesto
Es fuente breve y escasa ,
Que fácilmente se pasa.
Vara que se arranca presto.
Impedir quise tu mal ,
Vitorias ae amor enseño.
Cuando es un árbol pequeño ,
Cuando es un breve cristal.
Sale FLORES , con tres papeles.
fLORSt.
Señoras muy principales ,
Roque el secretario viene,
Y aquí las consultas tiene ;
Despachemos memoriales.
Solos estamos los tres ,
Despachemos; estos dos
Son , Duquesa , para yos,
Y este para Porcia es.
PORCIA.
¿Papeles me traes á mí?
FLORES.
Dejad, Duquesa , quereros
De esos duques majaderos.
PORCIA.
Respond^rélos asi :
Porcia , rompe ese papel.
DUQUESA.
Sin verle, ¿no es tiranía?
31
PORCIA.
Rómpele , por vida mia.
(Rómpele los dos papeles.)
DUQUESA.
¿No he de responder á él?
{Lee.) «Amo sin ser entendido ,
«Gimo sin ser escuchado ,
•Lloro sin ser consolado,
•Muero sin ser socorrido.»
FLORES.
i Qué lastimado que ama !
DUQUESA.
¿Quién le escribió?
FLORES.
„ Esa basura;
CiSe que es el mas figura ,
Que no sé cómo se llama.
DUQUESA.
Bien canuda ha de sonar
La letra.
PORCU.
¿Respondes?
DUQUESA.
No;
Dos versos añado yo
Para poderlos cantar. {Escribe,)
PLORES.
Hola , músicos, ¿ no Teis
Que entran los duques y es hora?
Salen los cuatro p mJsicos, p sién-
tanse. ,
DUQUESA.
La Duquesa, mi señora.
Manda que esto le cantéis.
FLORES.
Sin cuatro amantes tan fieles
No podemos tener fiesta.
A mis duques la respuesta
Darán aquestos papeles;
Y á tí , español , la darán
Los músicos.
PORCIA.
Deseosas
De saber algunas cosas
Todas mis damas están.
URBIIfO.
Discurramos bien ó mal ,
Proponed.
PORCIA.
Si una mujer
Sola hubiese de tener
Una cosa buena, ¿cuál
Mas conveniente seria?
URSINO.
Si le da naturaleza
Ilustre sangre y nobleza ,
La parte mayor tendria;
Que lo noble y generoso
Da estimación y ventura,
Aunque no tenga hermosura
Y aunque le falte lo hermoso.
FERRARA.
iQué imperio, qué nación fiera
La hermosura no ha vencido?
Si hermosa hubiera nacido,
Reinos é imperios tuviera;
Todo lo sabe vencer
Una belleza preciosa;
Sin ser noble, siendo hermosa ,
Feliz fuera esa miyer.
DON FADRIQDB.
El hnmbre oe nuAstO
n ini r
Ü
32
Gran varón , sin ser honesto,
Porque tiene que apelar
A virtud y bizarría ,
Discreción y valentía,
U otra virtud singular?
Siempre el hombre será honrado
Si afrenta no ha recibido ;
La mujer asi no ha sido;
Que solo tiene librado
Su honor en honestidad ;
De suerte que si á una dama
Le fiillase buena fama,
¿Qué le importa la beldad ,
Ni el ser en todo perfeta ,
Ni la humana discreción?
Con tener buena opinión ,
Es noble» hermosa y discreta.
FLORBS.
Enamoróme el conceto.
Vítor, vítor le dijjera ,
Pardiez, si español no fuera;
Él es galán y discreto.
ML^sicos. (Cantan.)
Amo iin ser entendido ,
Gimo sin ser escuchado.
Lloro sin ser consolado ,
Muero sin ser conocido.
Ame, gima , llore y muera
Quien vida y favor espera,
PORCIA.
;CuAl amante elegirá
Una mujer, si es prudente?
¿El mas galán ó valiente
O discreto ?
' ORIINO.
Claro está
Que al valiente elegiría.
Que la estimación segtfra
Da á la mujer la hermosura ,
Y al hombre la valentía.
La delicada belleza
Hace ala muJer mujer,
Y al bÉhbre hace hombre el tener
Espíritu y fortaleza.
FERRARA.
Galán , amante y felice
Se confunden ; no se llama
El valiente de la dama.
Sino que el galán se dice ,
Por ser virtud de mas peso;
Y asi, en los festines dan
El premio al que es mas galán
Las mismas damas por eso.
PARVA.
Si galas estimación
Con el dios de amor tuvieran ,
Sus alas del fénix fueran ,
Y sus plumas del pavón.
Desnudo amor y eos alas ,
Solo en sus flechas se lia ;
Luego ¿quiere valentía?
Luego ¿amor no quiere galas?
FERRARA.
Alas de colores tiene.
ORSINO.
Por las flechas es temido ;
Que las alas son su olvido.
FLORES.
Luego ¿lo errará el que viene?
DON FADRIQOE.
La discreción es unión
De todas virtudes ; que es
Cuerdo , prudente y cortés
El que tiene discreción.
Si en él virtud de prudente
Y de cortesano están ,
Sabrá á tiempo ser galán ,
Sabrá á tiempo ser ulleote.
EL DOCTOR MIRA DE "MÉSCUA.
Si es valentía , en efeto.
Guardar la vida y honor ,
¿Quién ha de saber mejor
Ser valiente que el discreto?
Principalmente , Señora ,
Que la gala pertenece
A la edad , y esta florece
Como en el tiempo la hora.
A la fuerte juventud
Es dada la valentía ,
Y en la vejez se resfria
Esta gallarda wtud.
El hombre joven se engaña ,
Si en verdes años se fia.
i Oh, qué bien que lo decía
Un gran poeta ae España
En un soneto , que advierte
8ue pasa la vida así
omo rosa y alhelí!
¿Cómo dice?
DUQUESA.
DOÜ FADRIQUE.
De esta suerte :
Flores que fueron pompa y alegría,
Despertando al albor de la mañana,
A la tarde serán lástima vana ,
Muriendo á manos de la noche fría.
Aquel carmin que al cielo desafia,
Iris listado de oro , nieve y grana ,
Será escarmiento de la vida humana;
¡Tanto comprehende el término de un
[día!
A florecer las rosas madrugaron ,
Y para envejecerse florecieron;
Cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres sus fortunas vie-
En un día nacieron y espiraron, [ron:
Que, pasados los siglos , horas fueron.
FLORES.
Aunque soy loco en palacio ,
Cuerdo otras veces ¿e sido ;
Y asíyina cosa he leído
En lafobras de Bocacio ,
Que quiero experimentar.*-
Duquesa , una flor me dé
Del cabello.
PORCIA.
¿Paraqoé?
FLORES.
A Urbino se la he de dar.— (Dásela.)
Tomad^¿ Quién tiene una banda?
PARMA.
No la traigo.
FERRARA.
Fué mi olvido.
FLORES.
Al español se la pido ;
Haced lo que Roque manda.
DON FAMIHÍUE.
Tómala pues. (Dale una banda.)
FLORES.
Tomad vos.
Dona Porcia , mi seQora ,
Sin escrúpulos, y agora
Disputen cuál de los dos
Es el mas favorecido.
FERRARA.
Ninguno, pues son favores
Dados de locos errores.
URSlIfO.
Ninguno favor ha sido ,
Pues la dama no los da.
FERRARA.
Supóngase si los diera.
URRIRO.
Mas favorecido fuera
Si en mi mano pfopk está
Lo que eu bu eabello estuvo.
DON FAMUQUC.
Mío es el mayor trofeo ,
Si en manos de Poreit feo
Banda que mi pedio tuvo.
URBINO.
Esta rosa es favor , pues
Diré que fué \nt del dia.
DON FADRIQI^e.
Y la banda que fué mia ,
Pero ya de Poida es.
ORBLfO.
Favores las damas dao ,
Y el favor le trae qoieo ama.
DON FADRJQOI.
¿No es mas que tenga la dama
Prenda alguna del gaJao?
URSINO.
Desde hoy me empiezo á e^onar.
DON FADRiQCE.
Desde hoy empiezo á vivir.
URBINO.
Gloria ha sido el recibir.
DON FADRIQUE.
Mas glorioso ha sidoel dar.
PORCIA.
Prendas á quien adoró
Da el sugeto que es amado.
DON FADRIQUE.
Luego ¿sov galanteado.
Pues que doy las prendas yo?
PORCU.
(Ap. \ Celos exhalan mis ojos !
Si la ocasión tengo asida
De 8er duquesa ungida ,
Templar tengo nis enojos.)
Gran enfado he recibido;
No entres , loco , mas aquí ;
¿Qué flor no fenece asi?
Qué flor engaño no ha sido?—
Tomad vuestra banda vos.—
Idos , duques , en buen hora.
DUQUESA.
Muy terrible estás, Se&ora.
FERRARA.
Sin favor quedan los dos.
(Vanse todos, mesm la Dsi^ueaa f <
Fadrique.)
DUQUESA.
¿Ah, español?
DON FADRIQUE.
¡Oh, qué alegría!
Vueseñoria ¿qué manda?
DUQUESA.
Que no os pongáis esa banda ,
Proponiendo que M mia ;
Sin voluntad la tenia.
Que no fué antojo liviano
Tomarla de vue^^tra maoo ;
Rompedla , como la flor
De la Duquesa.
DON FABaiQOB.
Señora,
Si es que pretendéis ahora
Que no parezca favor
Trayéndola , ¿no es mejor
Que os la vuáva? No lo digo
Porque asi favor consigo.
Sino porque claro está
Que mas segura estarA
I)e mi con tos que
Señora mía ,
muestra belleza;
biio su alteza
r que no quería,
e fué luz del día
a mano, un instante
ser estrella errante ,
leí soberano
e vuestra mano
•ra de un amante.
DUQUESA.
: en mi poder?
»edazos vos.
D0:« FADRIQUE.
la entre los dos ,
mismo que romper;
}dré traer,
ii está partida,
la parecida ,
otero no lo digo;
na no está conmigo,
os me dais la vida.
DUQUESA. *
erla lo consiento.
DOÜ FADRIQUE.
el cuerpo son
lesto y una unión
da y un aliento ,
sin alma siento,
tía y mi voluntad
vuestra deidad ,
'me ni morir.
laga y pártela, y cada uno se
\ueda con tu parle.)
la ba de vivir
de esta mitad.
DUQUESA.
»ombra ligera
esperanzas son.
D0!<f FADRIQUE.
i en la canción:
ma, llore y muera
la y favor espera » ?
DUQUESA.
>€ra, dije yo;
uíen no esperó.
DOIf FADRIQUE.
erar no he de poder?
DUQUESA.
examen que ver.
DOIf FADRIQUE.
ré entonces?
DUQUESA.
No.
D0?l FADRIQUE.
i muerte ha sido;
erar has de negar?
DUQUESA.
[uien dice esperar,
al>er conseguido.
DOIf fadriq\}e.
fa dicba be tenido?
duquesa.
rar no os consiente
DO.f FADRIQUE. {Ap.)
Amor, detente,
tas dudas nos dan.
DUQUESA. {Ap.)
creto y galán ;
mor que sea Taliente.
GALÁN , VALIENTE Y DISCRETO.
JORNADA TERCERA.
Salen RAMÓN t FLORES.
FLORES.
Pues de Ñapóles llegaste
En dia de tanta fiesta,
Ramón , todas esas voces
Que has escuchado , celebran
Vitorias de don Fadrique,
Mantener en una tela.
Que es una justa ; y mandó.
Caprichosa, la Duquesa
Que torneo de á caballo
Fuese , y no justa.
RAMOir.
¿ Qué intenta
La Duquesa en tal rigor?
FLORES.
Quiso que á peligro vieran
Sus vidas los caballeros
Que la sirven y festejan ,
Por examinar cuál es
Mas valiente ; es una tema
En que ba dado esta mujer,
Aunque locura parezca ,
Que ha de ser quien es su amante
Valiente por excelencia ,
Ya que en otras calidades
Los ha probado.
RAMÓN.
No cuentan
De mujer ninguna tal.
FLORES.
Es con todo extremo bella
Y fantástica ; diez dias
Há qué encubre su grandeza.
Fingiéndose Porcia, y pueden
Su cuidado y diligencia
Disimular y fingir
Sin que esos duques lo entiendan.
Ella sale, Ramón; vete,
Y no te vea su alteza.
{VateHamon.)
Sale LA DUQUESA.
DUQUESA.
¿Que hay, Roquillo?
FLORES.
¿Qué hade haber?
Mucho pesar y tristeza
De que ese español soberbio
A mis tres amigos venza.
¡ Que no quiera la fortuna
Derribar tanta soberbia
Española ! Que no hubiese
Un gigante de gran fuerza,
De algún libro desatado
De caballerías necias.
Que, descomunal y bravo.
Su pan de perro le diera!
¿Habéis visto algún cohete
Andar cruzando la tierra ,
Aqui y allisin parar,
Hasta (lue cruje ó revienta?
Asi anaaba aquel matante ,
De uno en otro con presteza
Dando golpes, que era ver
( ¡ Ah , Porcia , cuánto me pesa ! )
Cuatrocientas herrerías ;
Un juego de bolos era;
El español los birlaba ,
Pues también birló al qae llega.
{VOH.)
S3
Sale EL DUQUE DE URBINO.
URBINO.
\ Oh , Porcia ! Oh , señora mia !
En hora dichosa y buena
Te veo , donde podré
Suplicar que favorezcas
Mi pretensión ; Porcia ilustre ,
Seis mil dudados de renta
Ofrezco para tu dote ,
Si dispones que yo sea
Duque de Mantua y esposo
De aquella ingrata belleza
De Serafina.
Sale DON FADRIQUE.
DUQUESA.
Señor,
Haré por vos cuanto pueda.
URBINO.
Desde el punto que te vi ,
Porcia hermosa, dije: «Aquesta
Ilustre sangre contiene ,
Y parece hermosa piedra
Engastada en metal pobre.»
¿ Quién , mi señora , te viera ,
Que no conociera luego
El ánimo , la grandeza
De tu pecho generoso?
Al si que me bas dado , es fuerza
Que, alegre y agradecido.
Tu esclavo perpetuo sea.
\ Qué mal pueden encubrirse ,
Cuando pulsan las estrellas
Sus visos y resplandores !
DUQUESA.
Vete, Duque, en hora buena;
Que tu dama seirá tuya.
URBINO.
Tuya mi vida y hacienda. (Vase.)
DOX FADRIQUE. {Ap.)
Fortuna adversa, ¿qué es esto?
«Luego conoci quién eras;
¡ Qué mal pueden encubrirse ,
Cuando pulsan las estrelhis
Sus visos y resplandores !»
Amor , ó muerte ó paciencia.
DUQUESA.
Don Fadrique , ¿estáis cansado
Del torneo?
DON FADRIQUE. {Ap.)
i Que no muera
Quien oye tales razones!
«El sí que me has dado, esfuerza
Que, alegre y agradecido.
Tu esclavo perpetuo sea.»
Serafina elige al Duque ,
Ella le dijo quién era;
Mi desengaño ha llegado ,
Pero mi muerte no llega ;
Porque, si el morir es dicba ,
La vida ha de ser eterna.
DUQUESA.
Don Fadrique de Aragón ,
¿Qué suspensión es aquesta ?
DON FADRIQUE. {Ap.)
«Y tu dama será tuya.
Tuya mi vida y hacienda.»
Yo la vi , yo lo escuché ;
Amor, ó muerte ó paciencia.
DUQUESA.
Ya parece fr<^n' —
Despierta,* auvi,d4 ¡rta.
' ?AD1 s,
aeño
)D. C DE L.-u.
51
DUQUESA.
4 Qué te divierte?
DON FADRIQUC.
El oirte.
DUQUESA.
¿Qaé te suspende?
DON FADRfQUE.
Mis quejas.
DUQUESA.
¿Qué has oido?
DON FADRIQUE.
Mis desdichas.
DUQUESA.
¿Qué tienes?
DON FADRIQUE.
No sé qué tenga.
DUQUESA.
¿Qué te aflige?
DON FADRIQUE.
¿Qué?LaTida.
DUQUESA.
Y ¿qué sientes?
DON FADRIQUE.
No perderla.
DUQUESA.
¿Qué dices?
DON FADRIQUE.
No sé qué digo.
DUQUESA.
No te entiendo.
DON FADRIQUE.
Ni me entiendas;
Por eso pido al amor
Que me dé muerte ó paciencia.
DUQUESA.
Yo no asisti en el torneo;
En él estuvo su alteza
Tras de verdes celosías ,
Pero yo he estado indispuesta.
DON FADRIQUE.
¿Aun esto mas? ¿Eso falta?
Í' Sabes , di , cómo sustenta
Dste brazo que yo sirvo
La mas celestial belleza
Deste mundo?
DUQUESA.
Asi lo has dicho
En el cartel.
DON FADRIQUE.
Pues si es esta
La causa deste torneo ,
No hunralle con tu presencia
¿ No fué cruel tiranía ?
Y si lo viste y lo niegas,
¿No es sequedad mas cruel?
DUQUESA.
Cuenta , don Fadrique , cuenta
El suceso del torneo.
Para que yo te agradezca
El mantenello y contallo.
DON FADRIQUE.
ÍAp. Disimularé mi pena
lasta mayor ocasión.)
Escucha , y es bien que adviertas
Que la cólera me obliga
A contalle sin modestia.
Llegó el día del torneo,
Y un cartel...
Di'QUESA.
Delente, espera;
Pues ¿qué cólera es la tuya ?
DON FADRIQUE.
¿No quieres tü que la tenga ,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Si veo que diste un si
AlduquedeUi'bino?
DUQUESA.
Es necia
Esa presunción , Fadrique,
Y á palabras tan groseras
No doy yo satisfacción.
{Hace que se va.)
DON FADRIQUE.
Espera , Señora , espera.
DUQUESA.
Vuelvo por solo escuchar
Esa relación ; empieza.
DON FADRIQUE. (Ap.)
Yo no entiendo esta mujer.
DUQUESA.
Refiere , ó voyme.
DON FADRIQUE.
Está atenta.
Murmurando de mi porque servia
Dama de la Duquesa , y yo enojado,
Respondí que en beldad y bizarría
Ninguna deste mundo la ha igualado ;
Y que tanta verdad defendería
Con valor en campaña ó en poblado.
A la plaza salí , gallardo y fiero ,
Con nombre del Dudoso Caballero.
Y cuando...
DUQUESA.
Esperad un poco ;
Primero es razón que sepa
Porqué os llamáis el Dudoso-
DON FADRIQUE.
Pues ¿hay mas dudas que tenga
Un amante desdichado?
Siempre confuso me dejas
Con acciones á dos visos :
Ya me das de amar licencia ,
Ya matas mi confianza ,
Ya la licencia me niegas ,
Ya me dejas con un guante ;
Enojo en los labios muestras ,
Piedad en los ojos tienes;
Ya la banda me desprecias ,
Ya la admites, ya la rascas,
Ya te quedas con la media.
Eres, en fin , parecida
á la que llamaron hiena ,
Animal tan enemigo
Del hombre , que con cautela
Vuestra voz tinge, y suspende
Et caminante, que piensa
Que es afligida mujer.
Sigue 1<1 voz de la fiera ,
Da en sus garras , halla muerte ,
Y ella, furiosa y sedienta,
Vusc á una fuente á beber,
Y al ver su rostro se acuerda
Que mató á su semejanza ;
Y allí con lágrimas tiernas
Llora el mismo que mató.
De donde dijo un poeta ,
De aquellos que las auroras
Tienen á sus masas gratas : [ras?
«Si me quieres matar, ¿ por qué me llo-
Y si me bus de llorar , ¿ por qué me ma-
DUQUESA. [las ?»
El ignorante halla dudas
Donde no las hay. ¿Piensas
Que has tenido viso alguno
De favor? Bien claras muestras
Te di siempre de no amar;
Y pues en vano te quejas ,
Quéjale contigo mismo.
(i4p. ¡Qué cruel estoy!)
{Hace que ^e va.)
DON FADRIQUE.
Espera ,
Ya me matas. {Ap. ¡Oh , qué Circe!)
DUQUESA.
Refiere , ó voyme.
DON FADRIQUE.
Está atenta .
De la batalla ó fiesu llegó el día;
Era cada halcón florido mayo.
Vieron primero la persona mit
Sobre los hombros de un hermoso bayo
Pisó el circo gentil con bizarría
Aquel hijo delBétis y de un rayo ,
Haciendo, como diestro en los torneoí
Corvetas una vez , otra escarceos.
Caminando á la tienda de cjimpaña,
No cesaban las cajas y clarines.
Las damas renitieron : cViva España;
Y aun me vertieron candidos jazmioei
Una sirena, cuya voz engaña ,
Llevada sobre él mar de dos delfines,
Mi empresa fué; la letra: «En estácala
Me lleva amor para anegarme el alma.
Pero si me abraso en celos
Y mi corazón revienta
Con agrá v¡o% declarados,
¿Cómo desata la lengua
Palabras disimuladas ,
Si dijiste al Duque, fiera.
Que no te ves en la fuente
Por no convertirte en cera?
¡Ah piedad ! queda contigo.
Que con una cruel te quedas;
Que yo no puedo contar ,
Cuando agravios me atormentan ,
Acciones que no agradeces;
Tú me matas.
DUQUESA.
Oye , espera ;
El Duque me dijo a()ttl
Que por él intercediera
Con la Duquesa , que hiciese
Por su amor la diligencia ;
Sí, le dije; y este si
Escuchaste.
DON FADRIQOE.
No pretendas
Dar color á mis recelos.
DUQUESA.
Engañaste , y si supiera
Que de mí se imaginara
La mas mínima sospecha «
No diera satisfacción
A palabras tan groseras.
DON FADRIQOK.
No hay quien te entienda , mujer;
Prosigo desta manera.
Salió a la plaza Urbino» fUéelprijlier
Una selva de plomas ha sacado
De color verde , y nácar el cimero ;
Cuando el viento su til lasbi hondeíA
Ya parece un abril , ya son enero;
Un árbol pareció que está nevado.
Hondas eran del mar las varias plUM
Pues mezcladas se ven olas y espOH
Con señas á batalla me pro? oci »
Un duelo de dos tigres te dibuja.
Ya para el corso la trompeta toca t
Ya sacamos las lanías de la e^ja;
Ya acometemos, y con furia loca
No hay asta que no rompí y que Boa|
Tocaron los pedazos las regiones D
Del fuego, descendiendo bechotei
[boM
Los brazos á hi espada el doelote¡
Tanio los yelmos combatieron elitti
Que fraguas de Vulcano perecían,
Y relámpagos eran las estreHat;
Como nocturnas sombras no se viiB
El vulgo se admiró de ver esireliat:
Mi contrario quedó tan sin sentido*
Que ni bien era muerto ni dormido.
Ya esperal^a eu el paeslo el deFenif
í
Oae el írís se Tislió de sa librea ;
Corrimos , y el ciballo le arrojara
Si al arzón no se asiera ; tiUibea ,
Ya cae j ja no cae • ya si , no para
El caballo , y él libre se pasea ,
PQés su dueñq perdió sentido y freno,
Caando mi lanza fué rayo sin traeiio.
Aqni el de Pama me provoca al duelo,
La roerte lanza puesta ya en el ristre ;
Exhalaciones faimos , que en el cielo
Kobay Tísla perspicaz que nos registre.
Sq caballo se tío correr en pelo ,
SíB silla , sin señor que le administre;
Porque en tierra cayo , y medir pudiera
La que habrá menester cuando se mué-
fra.
Eatnndo Tau después aventureros
Por mostrar so valor ganando fama,
Ta con las lanzas , ya con los aceros ,
Aqueste me acomete, aquel me llama;
Yo, invocando el iavor de dos luceros ,
Qne son los bellos ojos de mi dama ,
Ferr z en los estribos me levanto.
Matando unos de envidia , otros de es-
[panto.
Todo es aplauso, todo alegres voces,
Crece la admiración, la noche llega ,
Aquellos coo valor, estos feroces.
Todos me embisten , invención fué
- .. ^ [griega;
Corren ligeros, sombras son veloces,
iqiel repara , el otro no sosiega ,
IKicnrro sin parar, cólera tengo,
lochos me cercan , el agravio vengo.
Las damas dicen paz, el sol se puso,
Suena España ana voz, otn^VÍtoria ,
hsmó la noble, el vulgo va confuso.
Salgo sin mi , tú estás en mi memoria;
Dichas prevengo, de infeliz me acuso,
lallóme mi pesar, perdi mi gloria;
Tayo en efeto soy , y mis deseos
Serrirán á tos plantas de trofeos.
DUOOBSA.
Nw estar agradecida.
DON FADKIQCE.
Y :cQándo lo mostrarás ,
S hoy un Iavor no me das?
DUQUESA.
Ittta no estar ofendida.
DOH FADBIQUE.
ilequé?
DUQUESA.
De que me han contado
tM on guante rompiste mió.
DO^ FADBIQUE.
Weik) ftié de mi albedrio ,
¡ná si está bien guardado ;
msiesie se cayó,
hnor ao es vuestro , Señora ;
¡Mhíe algon favor ahora ,
u que vea claro yo ,
m u» visos de engañado ,
(■e dais premio á tanta fe.
DUQUESA.
Boy «D £ivor os daré.
D03r FADRIQUE.
¿Ano DO estoy ezaminado
le todo pauto? Yo sí
tee ne pudiera quejar
te vos, de ver olvidar
is Bcdb banda que os di.
DUQUESA.
Si es esta, ¿qoé pretendéis
k brores lisonjeros?
D0!f FADBIQUE.
jWr , para agradeceros
Qoe esa banda no olvidéis.
DOQOIU.
)to»io IM jugMit OMBle.
[
GALÁN , VAUENTE Y DISCRETO.
DOX FADBIQUE.
¿Qué queréis con tantos fieros?
DUQUESA.
Vivir para agradeceros
Que no olvidéis ese guaule.
{Yanse.)
Salen FLORES v RAMÓN.
FLOBES.
Licencia esta noche ha dado
Su alteza de hacer terrero
A cualquiera caballero.
BAHO!f.
I Don Fadriqne está avisado?
FLOBES.
Vé tú , y avísale presto;
Que yo me quiero quedar
Ocupando este lugar.
Porque nadie llegue al puesto.
Salen arriba PORCIA t ELISA.
POBCIA.
Elisa , por tu consejo
Hago esfuerzos , y me inclino
Desde hoy al duque de Urbino ;
La española afición dejo.
Para olvidarle ¿qué haré.
Cuando su amor me detiene?
ELISA.
Piensa qué defectos tiene ;
Di males del.
POBClA.
Sí diré.
ELISA.
¡Oh , si te viese duquesa!
POBCU.
Con esperanzas estoy,
Y aunque fingida lo soy,
l)e serlo así no me pesa.
Canta alguna cosa , amiga.
ELISA.
¿ Qué letra quieres que cante?
POBCIA.
Una que mi mal espante;
Una que engaños me diga.
ELISA. ( Canta. )
Esperanzas lisonjeras.
Que solo tormento dais
Mientras vivis y pasáis ,
Como verdes primaveras.
Sale LA DUQUESA en lo aUo.
DUQUESA.
Porcia , ¿música sin mí?
POBCIA.
¿Que no es vuestra , mi señora ?
ELISA.
A cantar empecé ahora.
DUQUESA.
¿Ha venido alguno?
POBCIA.
Sí.
DUQUESA.
¿Qué caballero ha llegado?
ELISA.
¿Quién mi música oyó?
FLOBES.
Yo.
ELISA.
Pues ¿tu VOZ se OJO?
FLOBES.
No , no,
Porgue yo canto endiablado.
35
El duque de Urbino vino ;
Si halla en su clamor amor,
Será el disfavor favor,
Y su desatino tino ;
Que enamorado estoy hoy.
ELISA.
¡ Qué lenguaje , ó barbarismo !
FLOBES.
Soy el eco de mi mismo.
Ya he dicho que Urbino soy ;
No me han de ocupar el puesto
Tres duques , como de ases.
POBCIA.
Hoy temí que te cansases;
Calan saliste y dispuesto ,
Y aun estábamos las dos
En las rejas de estas salas,
Alabando tantas galas
Con gusto.
FLOBES.
Mas, juro á Dios...
POBCIA.
Bien la empresa no se via ;
Decídnosla.
FLOBES.
Fué extremada :
Una pandorga pintada,
Y asi la letra decía :
t Amor no quiere pandorgas;
Mas ¿qué se nos da á los dos ,
Si yo no soy el pandorgo ,
Ni sois la pandorga vos? »
POBCIA.
i Qué mal mote!
FLOBES.
Es misterioso.
POBCIA.
La empresa del de Ferrara
Quisiera saber.
FLOBES.
Admira:
Un hombre pintó , que mira
Si es la noche oscura ó clara ;
La ventana cerró , y á eso
Las alacenas abría,
Y así la letra decía :
c Obscura está , y huele á queso. »
ELISA.
¿Corría buen temporal?
FLOBES.
Para ratones , Señora.
Sale DON FADRIQUE.
DOB FADBIQUE. (Ap.)
Pensaba yo que no era hora ,
Y tardé , pensando mal.
Ocupado está el terrero ;
Plores es quien lo ocupó.
FLOBES.
No sé quién es quien lle^ó ;
Mi amo es , llamarle quiero.
DUQUESA.
La del español queremos*
FLOBES.
Entre sus plumas y galas
Pintó un fénix con sus alas.
Quemándose los extremos.
POBCIA.
¿Por letra?
FLOBES.
Bruto amó á Porcia;
Peroyo, espaik)] ilo.
Amo á Porcia y ikw . bmto.
S6
PORCIA.
Aun las mejores son esas.
FLORES.
Tal es el españólete.
DON FADRIQDE.
(Ap, Sin dada es él.) Flores , vete.
FLORES.
Fáltanme dos mil empresas.
Otro en su empresa na pintado
Un doctor con su orinal ,
Y un mercader que el caudal
En bayetas ba empleado;
Era el mercader poeta ,
Y la letra de primor :
ff Ando tras este doctor
Para Tender mi bayeta.»
DON FADRIQUE.
Vete , loco.
FLORES.
Yamefoy. (Vaw.)
Salen los tres duques.
FERRARA.
El lugar nos han tomado.
URBlMO.
Pena de quien ba tardado.
PARHA.
Breve será , si es dichoso.
FERRARA.
¿Quién es?
don FADRIQUE.
¿Y quién lo pregunta ?
FERRARA.
Es el duque de Ferrara.
DON FADRIQUE.
Don Fadrique el que está aquí.
FERRARA.
Si nos impedís la entrada
A estos jardines , adonde
Cae la luz de esa ventana ,
No seréis cortés , si viendo ,
Cuando la Duquesa aguarda ,
Que hable Porcia , y no su alteza.
DON FADRIQUE.
No bá mucho que en la estacada
He dicho , y he sustentado
En esa pública plaza ,
8ue á la dama que yo sirvo
inguna del mundo iguala ;
Y querer que deje el puesto
Es volver á la demanda.
URBINO.
Luego ¿ vos imagináis
Que el salir de fiesta y gala
A la calle en un caballo «
Correr dos ó tres lanzadas
Es una gran valentía ,
Y que reñir en campaña
De veras , será lo propio?
DON FADRIQUE.
Sé que puse aquí las plantas
Para no volver atrás.
PORCIA.
Sin duda que le maltratan ,
Si tü no bajas , Señora.
DUQUESA.
Mira , Porcia , que te engañas.
ELISA.
No engaña , señora mia;
Que no es vencer en campaña
Ser mas diestro en pelear.
DUQUESA.
¿Tú tienes desconfianza
De don Fadrique?
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
PORCIA.
Si tengo ,
Porque son verdades claras
Las que esos señores dicen.
DUQUESA.
Ya me tenéis despechada
Las dos , y los tres cobardes
Que allí blasonan me agravian ;
Sea locura ó capricho ,
Yo os veré desengañadas. — '
Caballeros , ¿á quien digo?
Del que ese lienzo nos traiga
(Arroja un lenzuelo.)
La Duquesa ó yo seremos.
PORCIA.
Eso es beber sangre humana ;
Entrañas tienes de tigre.
PARMA.
Será del duque de Parma.
URBINO.
Será del duque de Urbioo.
FERRARA.
No , sino del de Ferrara.
DOT FADRIQUE.
ÉA quién digo , caballeros?
leterminen ya quién gana
Esa Vitoria de lienzo,
Porque después de ganalla ,
Me la dé el que la tuviere.
URBINO.
¡ Qué soberbia !
FERRARA.
¡ Qué arrogancia !
DUQUESA.
Con la rabia que me dieron
Vuestras villanas palabras ,
No supe lo que me hice.
PORCIA.
Baja á remediarlo , baja.
{Vanse la Duquesa y Porcia.)
DON FADRIQUE.
Con modestia lo pedia ,
Pero si soberbia llaman
Pedirlo del uno, ahora
A todos es la demanda.
Denme el lienzo, caballeros.
URBINO.
Ya no son esas palabras
Nacidas de bizarría ,
Sino de soberbia , y tanta ,
Que á ser cobardía llega ;
Que aun es acción temeraria.
Reñir con uno no quiere
Quien á tres juntos agravia ,
Si es forzoso que los tres
No riñamos con ventaja.
DON FADRIQUE.
Buen remedio : si los dos
Dan el lienzo al uno , llana
Queda la cuestión conmigo.
FERRARA.
¡Arrogancia temeraria!
Escucna , Duque de Urbino ,
¿No adviertes y no reparas
Que si es Porcia quien le echó ,
Es prenda de una criada,
Y no te toca el tenerla ?
URBINO.
Bien está advertido , basta ,
Quiero darte aqueste gusto ;
Si esa prenda es de tu dama ,
Tómala , alienta con ella ,
Cobra nueva vida , alcanza
Ese favor que deseas ;
Porque sea mas hazaña ^
Mataréte , y ese lienzo
Te servirá de mortaja.
DON FADRIQUE.
I El lienzo al fin me entregáis?
URBINO.
Si , porque es de una criada ,
Y no es prenda de mi dueño.
DON FADRIQUE.
El lienzo que te acobarda
Me da á mí tanto valor ,
Que es reñir con gran ventaja ;
Ya estamos tantos á tantos ,
Desocupen la campaña.
{Acuchill
Salen las damas.
PORCU.
Baste, baste, caballeros.
¿En mis jardines espadas?
DUQUESA.
Es un rayo don Fadrique ,
Dueño mis ojos le llaman ,
Ya mi desden se acabó ,
La corriente de mis ansias
Se ha desatado ; j ay de mí I
Él es dueño de mí alma.
Sale DON FADRIQUE , con el lia
la espada demuda,
DON FADRIQUE.
Si este lienzo es el favor
Que me tenéis ofrecido ,
De vos no lo he recibido ,
Que lo ganó mi valor.
Si banda fué del amor ,
Amor verá que es despecho
Haber de mis riesgos hecho
Vuestros livianos antojos ;
Si hay piedad en esos ojos ,
¿Cómo hav tigres en el pecho?
Cuatro vidas arriesgáis;
Mal , Señora , me (]uereis ;
Costosa experiencia hacéis ,
Pues así me aventuráis.
Tomad el favor que dais ;
Llamarle favor no es bien ,
Desden sí , y rigor también ;
Y así , aunque el lienzo he ganado
Vengo á ser el desdichado ,
Pues gozo vuestro desden.
En Castilla sucedió
Que una dama arrojó un guante,
En presencia de su amante ,
A unos leones; entró
El galán , y le sacó ,
Y lueffo, á su dama infiel.
Le dio en el rostro con él ;
Agravios no haré tan claros,
Pero tengo de imitaros
En ser conmigo cruel.
Quedad , Señora , con Dios ;
Que yo me voy ofendido
De mí , por agradecido ,
Por ser ingrata, de vos;
Mal estaremos los dos
En dos extremos tan raros;
Quiero ausentarme y dejaros ,
Perderme quiero y perderos ,
Quiero morir de no veros ,
Cuando vivo de adoraros.
El alma , en vos divertida,
Goza con dichosa suerte
Vida que parece muerte ,
Muerte que parece vida ;
Y si es la gloría finffida
Y es la pena verdadera ,
Mas vale que ausente muera
i el morir es morir;
ida que DO es yivir
ir desta manera.
{Hace que se va.)
DOQDBSA.
adrique , espera , aguarda ;
cooGeso mi error.
* no tenerte amor ,
anza faé gallarda
e ta espada te guarda,
lo la ocasión te di ,
I me prometí,
recelé tu muerte .
e ?ide que el perderte
as perderme a mi.
dama castellana
I amante un bofetón ,
» la mesma razón ,
tu mano la grana
rostro ; y si Yillana
mo parecería ,
iiéndome este día
Le tan soberano ,
, no te faite mano ;
Lienes esta mia. *
Salen los tres duques.
le á tos tres descontente ,
>richo logro asi ,
GALÁN, VALIENTE Y DISCRETO.
Pues á un amante la di
Galán , discreto y valiente.
Amor niño finge y miente ,
Yo, Duque, soy Serafina;
Que asi mi amor determina
Quien ^e quiere y aborrece ;
Mantua á vuestros pies la ofrece.
DON PADRIQUE.
Mas qttiero esa luz divina.
FERRARA.
Vive Dios, que merecéis
Por este agravio , esta injuria ,
Que á Mantua abrase mi furia.
DUQUESA.
Grande enemigo tenéis.
URBIKO.
Ferrara , no os enojéis
De lo que á mi me tocó.
DOX PADRIQUE.
¿Qué bárbaro se atrevió
Así delante su alteza,
Arriesgando su cabeza?
PARHA.
¿Quién dacá ese riesgo?
DON PADRIQUE.
Yo.
37
Sale PLORES.
PLORES.
Y yo el cuchillo daré
Agora que hay ocasiones
De dejar estos jirones
Quien loco en su seso fué.
i No me preguntan por qué
Juana Flores fué mi maare ?
No hay locura que me cuadre ^
Confieso que cuerdo estoy
Mientras no digo que soy
El Rey , el Papa ó Dios Padre.
URBUVO.
Yo adoré , no me ha pesado.
DUQUESA.
Yo tengo dueño, en efeto ,
Galán , valiente y discreto.
PARIA.
Yo el premio de enamorado.
DOIf PADRIQUE.
Yo el pago de mi cuidado.
FERRARA.
Yo , aunque en Mantua mas blasonen,
Hallo parles que me abonen.
DUQUESA.
Y yo la dichosa fui.
FLORES.
La comedia acaba aquí ;
Vuesas mercedes perdonen.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
HAY DICHA NI DESDICHA HASTA LA MUERTE,
DEL DOGTOa MIRA DE ME8GUA.
PERSONAS.
EY DON GARCÍA.
ÜY DON 0RD05Í0.
[)IEGO PORCELOS.
VKLA.
MONGANA , gracioso.
CARRASCO.
LA REÍNA DOÑA VIO-
LANTE.
DOi^A LEONOR.
ISABELA.
MARCELA.
BRIANDA , esclava.
Un criado.
Uka espía.
Soldados.
Mtfsicos.
3RXADA PRIMERA.
al arma , y salen con rodelas y
úasdesnudas PORCELOS t DON
A , MONGANA i CARRASCO.
DON VELA.
qne al arma han tocado.
PORCELOS.
estes de don Garda
arma noche y día.
DOIf VELA.
ID tener desvelado
de don Ordoño.
PORCELOS.
evenidos están.
DQ-S VELA.
) treguas harán
ores del otoño.
PORCELOS.
encastilla nacimos,
do nuestra intención
ni rey de León ,
jos segundos fuimos
stras casas, es bien
nuestra grande amistad ,
da de lealtad ,
lo nombre nos den
des y de Oréstes.
DO?f VELA.
vieron semejantei
que fuimos infantes ;
as , no manifíestes
labras h1 amor,
nido en lazos estrechos,
la informa en dos pechos,
da y un valor.
PORCELOS.
as estrellas y Dios
íin él no hay astro alguno)
lorDOshaceinno,
Con privilegio de dos,
No nos perdamos, no erremos,
Don Vela, nuestra venida;
Dividamos esta vida ,
Que con un alma tenemos.
Don Ordono y don Garcia
Hijos legitimes son
De Ordoño, rey de León,
Y pretenden este día
Ambos el reino, y alegan ,
Don García que es mayor,
Don Ordoño que al traidor
Las cristianas leyes niegan
La corona, y que él lo fué
Contra sus padres; de modo
Que el derecho de ambos todo
Puesto en las armas se ve.
Y si ahora quiere Dios
Que muerto quede ó vencido
El que hubiéremos servido,
Perdidos somos los dos ;
Porque , siendo como digo,
Es cierto que su favor
No ha de dar el vencedor
A quien sirvió á su enemigo.
DON VELA.
Ordenad, don Diego, vos
Lo que habéis de hacer de mí.
PORCELOS.
Mi parecer es que aquí
Nos dividamos los dos.
Con arte se ha de ayudar
A la fortuna y la suerte ;
Que aun siendo fatal la muerte,
Tal vez se suele excusar
Con el ingenio y discurso.
No nos perdamos los dos ;
Al un rey serviréis vos ,
Y yo al otro, y asi el curso
De la rueda de fortuna
Contrastar y detener
Podremos, pues suele hacer
Las mudanzas de la luna.
Si venciere vuestro dueño,
I Vos me ayudaréis después ;
Mi amigo sois, y no es
Este consuelo pequeño.
Si acaso venciere el mió.
Para ser vuestro nacf ;
Fiaros podéis de mi ,
Como yo de vos me fio ;
Y asi con ingenio humano
Amor nos ha dividido ,
Porque , estando uno oaido,
El otro le dé la mano.
DON VELA.
Bien decis; que la amistad ,
Para mas satisfacción ,
En la misma división
Nos da perpetua unidad.
Al homore naturaleza
Los brazos ha dividido ,
Para que, el uno perdido ,
Otro ampare la cabeza.
El capitán que es prudente ,
Mezclando fuerzas con artes,
Por no arriesgarse, en dos partes
Suele dividir su gente.
Contra la suerte importuna
En esto hallamos remedio ,
Pues cogeremos en medio
La rueda de la fortuna;
Y á su correr y volar
Con el paso presuroso, »
Como acostumbra, es forzoso
Que en el uno ha de parar.
PORCELOS.
¿ A qué rey queréis servir?
Vuestra elección es la mía.
DON VELA.
Yo serviré á don Garda.
PORCELOS.
Yo á don Ordoño ; y decir
Pudiera en esta ocasión
Que mayor dicha me fuera
Que vuestro dueño venciera.
Porque mas satisfacción
Tengo de vos qne de mi ;
Y venciendo don Garda ,
Pendiera la did^ mit
40
De vuestra mano ; y asi ,
Mas segura la luvíera
Que si la adquiriera yo.
Aunque ya digo que no;
Porque si dichoso fuera
Con Ordoño, claro está
Que, si un alma en los dos vive.
Ni es infeliz quien recibe
Ni es mas dichoso el que da.
DO:<f VELA.
Ya vuestros brazos espero.
PORCELOS.
De su amorosa pasión
Ha saltado el corazón
A recibirlos primero.
MOXGAIfA.
Pues vemos estas finezas ,
^Quiere que los dos seamos
Dos monos de nuestros amos?
CARRASCO.
y aun monas de las cabezas.
MOI^GAIfA.
Carrasco , mucho te quiero;
Cuanto tuviere, por Dios ,
Que ha de ser coman de dos,
Excepto moza y dinero.
CARRASCO.
Al cobrar nuestro salario»
Vino V tabaco serán
Tan de ambos, que no sabrán
Cuál es dueño propietario.
No ha de haber cosa partida
Entre los dos ; de tal suerte ,
Que engañemos á la muerte
Cuando se engulla una vida.
■OlfGAlfA.
Voto á los rayos de Apolo,
?ae si pendencias tenemos,
an uno los dos seremos ,
Que has de reñirlas tú solo;
Y mientras riñas» bebiendo
Estaré, para que asombre
Que esté en dos partes un hombre ,
Bebiendo á un tiempo y riñendo.
CARRASCO.
El valor se ha de ver boy.
MOXGANA.
Si el valiente por guardar
Su pellejo ha de matar.
Carrasco, valiente soy ,
Pues cuando guardo la vida.
Mato la sed.
PORCELOS.
Bien está ,
Camino el tiempo abrirá ;
Cada ejército convida
A que mostremos los dos
Nuestra ilustre sangre en ellos.
DON VELA.
Adiós, don Diego Porcelos.
PORCELOS.
Amigo don Vela, adiós.
M0!f6ArfA.
Sin cumplimientos ni ruegos
Nos iremos dos mosquitos.
CARRASCO.
Adiós, honra de coritos.
■OlfGANÁ.
Adiós, honor de gallegos.
{Vansedúñ Velap Mongana,)
CARRASCO.
Pienso, Señor, que has errado
En haber hecho elección
De Ordeño ; rey de León
Es Garda; desterrado
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA.
Ordoño estaba en Galicia,
A quitarle el reino viene;
Difícil es, porque tiene
El mayor mayor justicia.
PORCELOS.
Carrasco, de mi nació
El dividirnos ; no fuera
Puesto en razón que eligiera
Lo que es mas seguro yo.
Cuanto mas que nunca sabe
El hombre el mejor camino
De la dicha, porque vino
Siempre acaso. No se alabe
De que el camino eligió
Dichoso persona alguna ;
Que está buena la fortuna
Donde menos se pensó.
CARRASCO.
Aqui viene Ordoño.
PORCELOS.
Quiero
Ofrecerle mi persona ,
Y déle Dios la corona
De un católico hemisfero.
Tocan cajas, y tale EL REY DON
ORDOÑO y SOLDADOS.
REY.
¿Queme aconsejáis?
soldado!.^
Señor,
Que la batalla no des ,
Porque su ejército es
En las fuerzas superior ;
Mas gente y mejor armada
Es la suya ; mi consejo
Es retirarse.
RET.
Eres viejo ;
Tienes ya la sangre helada.
soldado 1:°
No me culpes si perdieres
Tu gente en esa maleza.
PORCELOS.
Déme los pies vuestra alteza.
RET.
Dime, soldado, ¿quién eres?
PORCELOS.
Don Diego Porcelos soy,
Un hidalgo de Castilla ,
Que á tu servicio real
viene ofreciendo la vida.
Cuando es razón que en campaña
Los castellanos te sirvan,
No es justo que se excusase
Mi generosa familia.
Este nombre, este apellido ,
De española sangre antigua ,
FényL es en mi ; yo solo,
Sin que nadie me com()ita.
Soy Porcelos; y asi, quiero
Que nazca de mis cenizas
Segunda vez este nombre ,
Y en España eterno viva.
Si yo en tu servicio mancho
Esta famosa cuchilla.
Mezclando púrpura humana
En las ondas cristalinas
De ese rio ; si á tus pies
Dichosamente derrioa ,
Como un halcón bien templado.
La varia plumajería
De su hueste y los leones
Coronados, que iluminan
Con los ra>os de sus ojos
Las banderas enemigas ,
¿Qué mas gloria para mi?
Vive el cielo, que me incllDan
Sus estrellas á servirte;
Y aunque es elección la mia.
Parece que la arrebatan
Con una fuerza divina.
Ya en las guerras de Navarra ,
Ya en las fronteras moriscas.
Negué al ocio, y di experiencia
A mi hidalga bizarría.
Si á quien soy correspondí.
Ajenas lenguas lo digan ,
Aunque no se alaba aquel
Qut informa de su justicia.
Esto he dicho porque alegre
Vuestra majestad reciba
Los deseos que mi alma
Le consagra y le dedica ,
Y también porque he mirado
El real de oon García
Con atención, y aunque ahora
Tiene gente mas lucida ,
Como el nuestro, aunque menor,
Dentro de un hora le embista ,
Segura está la victoria.
Si va la caballería
En frente del escuadrón,
Y allí el bagaje camina.
Es la razón porque el aire
Nuestra ayuda solicita.
Que en las espaldas nos da
Tan fuerte, que las encinas
De esas montañas arranca ;
Y siendo razón precisa
Que en los ojos les dé el polvo,
¿Quién duda, quién desconfia
Del vencimiento? Pues ciegos.
No ha de haber quien nos resista.
Demás de que, siendo ahora,
Como vemos, mediodía.
Ganamos el sol. pues queda
Sobre las mas altas líneas
Del Auge, á nuestras espaldas,
Y es fuerza que si declina ,
Crezca el viento, y los caballos.
Partos del Andalucía,
Como son estas campañas
Tierra blanda y arenisca,
Y las lluvias le han faltado.
Formarán nubes que impidan
Al ejército contrario
Animo, fuerzas y vista.
Y si en esto, gran señor.
Natural filosofía
Tiene crédito, yo he visto
Que vuelan buitres por cima
De su ejército graznando.
Presagios de su ruina ,
Pues dicen los naturales
Que mortandad adivinan.
Ea pues, insigne Ordoño,
Rey hasta aqui deQfilicia,
A quien el cielo y las aves
Nuestros reinos pronostican ,
Manda que toquen alarma;
Y ahora, que no imaginan
Los contrarios que has de darles
La batalla, porque miran
Tus fuerzas muy inferiores,
A Fabío Máximo imita •
Que con el arte jr la industria
Abismos acometía
De escuadrones y de tropas.
Las victorias que publica
Mas celebradas la fama
Son aquellas que se quitan
Al ejército mayor.
Sirva, Señor, mi venida
De trompeta, porque soy
Rayo que Júpiter vibra.
Furor que el cielo desata.
Flecha que Marte fulmina.
Prodigio que el mar aborta ,
ae el fuego fabrici ,
oeste león,
r blasón de Castilla ;
mas soy. Señor,
]e ta milicia.
BIT.
>, qae no me dieran
o y alegría
s de los romanos ,
as de los scitas.
►s brazos , Porcelos.
SOLDADO i.<^
ga ana espía
lo contrario.
Sale UNA ESPÍA.
BIT.
de nuevo?
KSPÍA.
Que dos bijas
í Navarra vienen :
;ofi don García
I casar, Leonor
laña : y unto fian
oría, qne el Rey
e en sn tienda misma
in, sin qne pasen
r de Castilla
oldado ha venido,
azones incita
ganen el puesto;
se llama.
POBCELOS.
Brillan
ñas, envidiosos,
del sol.
BEY.
Embista
lército primero
' la infiíntería
caballos.
FORCELOS.
Cierra ,
asion nos anima.
sacando ¡as espadas, y que-
ia solo Carrasco.)
CARBASCO.
ena de moros
no es gran desdicha
os cristianos
>o su sangre misma
ñas ? Ya acometen ;
nfusion y grita ,
rror ; unos y otros
I apellidan,
ero en la batalla ,
alma me lastima
iflicto tan grande,
tengamos crisma.
^ia¡¡a con orden , y saliendo
en dos los que hablan.)
►ON GARCÍA T EL REY.
DON CABCfA.
I hermano mayor
tiranizas?
BET.
r á mi padre ,
en sn misma vida
con violencia.
•Oü CABdA.
)r.
BET.
Es mentira;
sa de los cielos.
NO HAY DICHA 10 DESDICHA HASTA LA
DON 6ABCÍA.
En vano, Ordeño , porfias.
{Yanse los dos.)
Salen MONGANA t CARRASCO.
MONGANA.
Mongana soy , buen Carrasco ;
¿Cómo de veras me tiras?
CABRASCO.
No te conozco ; pelea.
MONGANA.
¿Cómo quieres tú que riña
Con mis amigos?
CARRASCO.
Contrarios
Somos ya ; riñe , gallina.
MONGANA.
Ojalá que yo lo fuera ,
Pues siéndolo, volaría.
CARRASCO.
Riñe, liebre.
MONGANA.
Si lo fuera.
Correr pudiera. ¿No miras
A don vela, mi señor.
Que mata , asuela y derriba?
CARRASCO.»
¿Por qué no miras también
A Porcelos, que es la grima
De tu gente?
MONGANA.
Vuelve el rostro,
Verás qne vienen aprisa
Marchando mil elefantes
Con sus castillos encima.
CARRASCO. {Vuelve el rostro.)
¿Por dónde?
MONGANA.
Por el infierno.
CARRASCO.
¡ Ah cobarde ! allá caminas.
{Vase uno tras de otro.)
BfUERTE. 41
POBCELOS.
Contra tos soldados, sl ;
Contra tu persona, no.
CABBASCO.
Pues aquí viene un soldado ,
Con quien habrás menester
Tu valor; dale á entender
Quién eres. *
Sale DON VELA , ¡meando á don
García.
DON TELA.
Iré á tu lado.
DON GABCÍA.
A animar Iré mi gente ;
Si ese vences , he vencido. (Vase,)
POBCELOS.
Si en su lugar has venido ,
Menester has ser valiente.
DON VELA.
Ya lo sentirás.
POBCELOS.
Sale DON DIEGO PORCELOS , acu-
diillando á DON GARCÍA.
POBCELOS.
Cuando todos van huyendo
De mi valor y mi furia,
¿Tú me aguardas? Ya es injuria
De la fama que pretendo.
DON GARCÍA.
Verás quién es don García ,
Alma y fuerzas de León.
PORCELOS.
Bien merecerá perdón.
Señor, quien no os conocía;
De vos retiro la espada,
Que, siendo de buena ley.
Cortar no sabe en un rey.
Porque es majestad sagrada.
DONCABCiA.
No atribuyas á respeto
Lo que fué temor; pelea.
POBCELOS.
i Hay respeto que no sea
Temor también? Yo prometo
Que miro en ti una deidad
Tan oculta y superior.
Que , animándome el valor.
Me acobarda la lealtad.
DON GABCÍA.
Hombre que á Ordoño sirvió
¿No ha venido contra mi?
¡Don Diego !
i Don Vela !
DON TBU.
POBCELOS. .
Pésame, á fe,
De encontrarte aquí.
DON VELA.
¿Porqué?
POBCELOS.
Porque mi brazo recela
Ofenderte, y la amistad
Ha de estar con el honor
En el lugar inferior,
Y el honor es la lealtad.
DON VELA.
A nuestros reyes servimos ;
Amigos somos, ¿qué haremos?
POBCELOS.
La obligación que tenemos :
Morir, porque i eso venimos.
DON VELA.
Será reñir contra mí.
POBCELOS.
Yo pareceré soldado
O loco ó desesperado ,
Que se da la muerte á si ;
No podemos excusallo.
¡Viva mi rey!
DON TELA.
¡Viva el mío!
POBCEHOS.
¡ Oh vasallo de gran brio !
DON VELA.
¡ Oh valor de gran vasallo !
POBCELOS.
En dividirnos erramos.
DON VELA.
Encontramos fué desdicha.
POBCELOS.
¡ Qué mal buscamos la dicha !
DON TELA.
Pues muramos.
POBCELOS.
Pae« muramos.
¿ Estás , don Vela , ctosado?
DON TELA.
Cuidado tengo de ti.
POBCELOf.
Mas mi amigo eres aií ;
Qne te quiero moy honrado.
41
DON TELA.
Casi por rendirme estoy.
PORCELOS.
Eso no haremos jamás ;
Tú, porque en mi pecho estás;
Yo, porque tú imagen soy.
DON VELA.
Si nuestra la causa fuera ,
Rendirme yo fuera ley.
PORCELOS.
Pues que sirves á tu rey ,
Amigo, (u amigo muera.
DON VELA.
¿Quién ha visto tal crueldad?
Contra tí son los aceros.
PORCELOS.
Dios y el Rey son los primeros;
Después entra la amistad.
DOX VELA.
Si morimos, fama y gloria
Serán dos triunfos pequeños.
PORCELOS.
£1 boncr de nuestros dueños
Consiste en nuestra victoria.
DO.N VEU.
Pues, amigo, á pelear
Hasta morir ó vencer.
PORCELOS.
Si me matas, vengo á ser
Mas tu amigo.
{Tocan cajas.)
DON VELA.
A retirar
Han tocado.
PORCELOS.
Ya los dos.
Sin ser traidores, podemos
Retirarnos.
DON VELA.
Retirémonos.
PORCELOS.
Pues adiós, amigo.
DON VELA.
Adiós.
(Vanse los dos.)
Salen EL REYíDON GknCÍK.vencido;
CARRASCO T MONGANA.
REY.
Tus esperanus vencf ;
Rinde el ánimo también ,
O daréte muerte^
DON GARCÍA.
¿A quién
He de dar la espada?
RET.
A mi.
SaUn DON VELA y PORCELOS.
DON VELA.
A ta lado estoy. Señor;
Que quiero morir contigo.
DON GARCÍA.
Ya no es tiempo, Vela amigo.
Sino de mostrar valor
Con la paciencia: v<m)cíó
Quien menos razón tenia.
Ya soy solo don (¡arda ,
Vencido y preso; rey, no.
REY.
Rinde , soldado , la espada.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA.
DON VELA.
Cuando mi rey la ba rendido ,
Honra mía es ser vencido ,
La defensa es excusada ;
Dos fuertes cuchillas ves ,
Oh vencedor soberano :
La de mi rey en tu mano ,
La del vasallo á tus pies.
REY.
Levanta esa espada , Conde.
PORCELOS.
¿Quién ese nombre merece?
REY.
Solo el que á Marte parece
Y á su sangre corresponde.
PORCELOS.
Titulo es nuevo en España.
REY.
Nuevo es también ta valor.
PORCELOS.
Los pies te beso , Señor.
REY.
Tuya es la victoria, hazaña
Digna de Porcelos es;
Nuevas honras darte quiero :
También es tu prisionero
Ese soldado.
J»ORCELOS.
Tus pies
Otra vez humilde beso.
Mil siglos te guarde Dios,
Y asi seremos los dos ,
Tú mi dueño y yo tu preso.
MONGANA.
Este titulo de conde
¿Qtté significa?
CARRASCO.
No sé.
MONGANA.
Conde , sin decir de qué ,
Honras son de viento.
CARRASCO.
Y ¿dónde
Piensas que estás?
MONGANA.
Donde acabo
La vida , y llantos escacho.
CARRASCO.
No te desconsueles mucho ;
Que, en efecto, eres mi esclavo.
Sale UN SOLDADO.
SOLDADO.
La que reina de León
Vino á ser, llega á mediar
Vuestras discordias.
DON GARCÍA.
Yádar
A mis ojos mas pasión.
Salen LA REINA y DOSA LEONOR»
de camino t y acompa5íamiento.
RELNA.
Reyes famosos, ¿coando á bodas vengo,
Hallo batallas entre dos hermanos:
Los tálamos dichosos que yo tengo,
¿Son tumb.isy sepulcros de cristianos?
Cnando los labios con amor prevengo
Para besar alegre vuestras manos.
Debiendo estar unidas y trabadas,
¿En vuestra misma sangre están man-
[chadas?
Envaine la razón vuestra cuchilla ,
Corónense de pat vuestros deseos.
Y desterrad los moros de Castilla ,
Si con sed anheláis de mas trofeos.
Que dilatando van desde Sevilla
Su imperio hasta los altos Pirineos,
Rompiendo con orgullo y prez bizarra
Las antiguas cadenas de NaTarra.
(Ap, Ni sé cuál es Ordofio oi Garda;
Mas ya conozco al uno en la tristeza,
Y al otro he conocido en la alegría;
Afectos que nos dio naturaleza.
Con que las almas hablen cada dia.)
Ea, Señor, aliéntese su alteza; [tante
No ha de enseñar el que es varón cons-
A la adversa fortuna mal semblante.
No estar alegre aquí fuera locura.
Corto valor será mostrarse triste;
Un rostro has de mostrar y unafigurt
Al bien y al mal, si generoso fuiste.
Considera. Señor, cuan poco dura [te.
La dicha de los hombres; montes vit-
Que columnas del délo han pareddo,
Y las olas del mar los ban sorbido.
Para morir con vos y para amaros,
O viviendo ó muriendo, habré venido;
Del amor conyugal ejemplos raros
Seremos, á pesar de humano olvido;
Vuestra sombra seré, y acompañaros
Pretendo, aunque este reino habéis
[perdido.
No me desposo yo con la corona ;
¿Qué reino como el almay la persona?—
Y á ti, cruel y bárbaro ambidoso.
Que pretendes reinar tiranamente ,
¿ No hay un rayo del cielo poderoso
Que fulmine esepechoó le escarmiente?
¿De qué sirve que estés vanaglorioso.
Si ves que la fortuna es loca y mienttf
Seguridad promete, v nos engalla;
Hablen aquí los términos de Bspafii.
No llegues á triunfar de la Tictoria;
Las garras del león que tiranizas.
Deshaciendo ta pompa y vanaffloria.
Con roja sangre y pálidas cenizas
En los anales borren la nerooria
De tu renombre, y las espumas rizas
Del mar del Sur en piélaáos crueles
Den fúnebre pasaje a las bajeles.
RET.
¡Conde!
PORCELOS.
¿Qué manda ta alteza?
RBT.
Vive Dios, que causa amor
Este singular valor.
Esta celestial belleza.
PORCELOS.
En Navarra la servi
De menino, y á mi ver.
No hay mas perfecta mujer.
RET.
i Deidades son las que yí !
DON garcía.
Señora, infelice ha sido
Vuestro valor soberano ,
Pues que viene á dar la mano
A un hombre preso y rendido.
A ser reina de León
Salisteis de vuestra casa;
Ya habéis visto lo que pasa.
Vueltas de fortuna son.
REINA.
No han de decir en Castilla
Que fui vana y ambiciosa ;
Señor, yo soy vuestra esposa.
DON garcía.
¡Oh valor! Oh maravilla #
De las mujeres!
NO HAY DICHA NI DESMGHA HASTA LA MUERTE.
iS
IST.
Detente;
»n tu misma espada
> daris manchada
sma san^.— Ardiente
Mide, mi pasión ;
lego 4 Violante.
K> seré y sa amante;
sos pies un león.
POaCELOS.
si Tuestra alteza
de un rey Tenia ,
; ser de don García ,
▼moa fineza.
•sa es el reinar ;
D rey no ha de ser
le otro, y tener
ne preso ha de estar
TíTa. i Habrá ninguna
!siime el valor,
rezca al vencedor
ídela fortuna?
REIlfA.
ro, 4 tú me aconsejas
anza y elección?
POKCELOS.
I rey de León
ire vencido dejas ,
Janza bizarra.—
í ¿ persuadir,
»Dor.
DO^A LEOÜOR.
Ap. Y á sentir
lo que en Navarra.
Diego ! A y cruel amor !
para olvidar,
lo á tropezar
eo tu rigor.)
4 Ordoño no es
n y mas valiente?
REI.'VA.
á tan fácilmente
isejos me des?
DOÜ CARCÍA.
I bastado, tirano, .
lidora invasión
no de León,
rer dar la roano
:e, y ver perdida
e un rey v nn amante?
¡no y sin Violante ,
é quiero la vida?
s á desafío
; determine el duelo
sa.ya que el cielo
ira contrario mió.
BET.
o está obligado
reso un rey así.
DON GARCÍA.
n Vela por mi ;
í Otro soldado.
RST.
rcelos.
DOIf VELA.
Mi rey,
n la espada á im Veía,)
el reino bap perdido,
gitímo ha sido
iraleza y ley;
rto que'si la roano
á mí rey le da ,
? un rey se dirá ,
•osa de UB tirano.
PORCELOS.
la naturaleza
«iBo< eminentes,
El derecho de las gentes
Da el imperio y la grandeza.
En las armas consistió;
Y así, es rey mas celebrado
El que reino ha conquistado.
Que aquel que reino heredó.
DOn VELA.
Esa fué sofistería
Del ingenio; que no hubiera
En el mundo , si eso fuera ,
Ni traición ni tiranía.
PORCELOS.
Si el vasallo con malicia
Se opone á rey. soberano ,
Decirse debe tirano ,
No el que emprende con justicia.
DON VELA.
Y el pretender la mqjer
Tras el reino, á su pesar,
¿Cómo se podrá llamar?
PORCELOS.
Accidente del poder.
DON VELA.
Y ¿no es violencia?
PORCELOS.
Aun no ha dado
La mano.
DON VELA.
Ya hay resistencia.
PORCELOS.
; Cómo puede haber violencia ,
Mejorándola de estado?
DON VELA.
Yo lo contradigo.
PORCELOS.
Aquí
Lo estoy defendiendo yo.
(Empuñan las espadas.)
DON VELA.
Y ¿no es injusticia?
PORCELOS.
No.
DON VELA.
Luego ¿tiene razón?
PORCELOS.
Sí.
DON VELA.
Pues así espero la palma.
{Riñen.)
PORCELOS.
Esa á mí me está debida.
DON VELA.
¡Ay amigo de mi vida!
PORCELOS.
¡ Ay amigo de mi alma !
{Pénense en medio la Reina y doña
Leonor.)
REINA.
Y esta ¿es acción generosa?
DO.^A LEONOR.
(Ap. Mi antiguo amor no consiente
Un suceso indiferente
Y una victoria dudosa. )
Esperad , suspended luego
Las armas; que en esto es
Don García aescortés
Y poco bizarro, ciego
De su pasión. Di , García,
No queher que reina sea
La que servirte desea
¿Rs amor? Es bizarría?
¿Preso y vencido, pretendes
Mujer de tanto valor?
Las leyes rompes de amor»
La razón de amor ofendes;
Amar es querer el bien
De lo amado, aunque haya sido
Con daño propio.
DON GARCÍA.
Vencido
Soy de tu razón también ;
Dueño no se ha de llamar
De la divina Violante,
Ni merece ser su amante
Un hombre particular; {De rodillas,)
Yo suplico á vuestra alteza
Que , pues á ser reina vino,
Siga la ley del deslino
Esa singular belleza.
REINA.
A nadie fuerza esa ley ;
No esté así , que en mi opinión
Tiene mas estimación
Nacer rey que morir rey ;
Porque sin duda ninguna
Superior es la grandeza
Que da la naturaleza
A la que da la fortuna.
PORCELOS.
¿Qué determinas. Señora?
REIN A.
Dudo y temo.
PORCELOS.
¿Qué es dudar?
Qué es temer?
REINA.
Es conservar
Mi opinión.
PORCELOS.
¿Piérdese ahora?
REINA.
¿Yo ambiciosa?
PORCELOS.
¿No es peor...
REINA.
¿Qué? Prosigue.
PORCELOS.
Que se diga
Que es amor el que te obliga?
REINA.
No, siendo honesto* el amor.
PORCELOS.
Y la ambición ¿no es defecto
En la que es sangre real?
REINA.
Defecto fué natural.
PORCELOS.
Luego ¿Uamaráse afecto?
REINA.
¿Qué importa que afecto sea?
PORCELOS.
te mas lícito.
REINA.
¿Porqué?
PORCELOS.
Porque es propio.
REINA.
Impropio fué.
PORCELOS.
¿Cuándo?
REINA.
Cuando lo dosea.
PORCELOS.
Ya es valor.
REMA.
¿GómofRte?
FORCELOS.
¿No es valor noble deseo?
RClIfA.
Un reino es breve trofeo.
PORCELOS.
¿Para quién?
REINA.
Para el amor.
PORCELOS.
Laego ¿amaste?
REINA.
Al que tenia
Por dueño sí, que conviene.
PORCELOS.
Muda objeto; ¿qué mas tiene
Ordeño que don Garcia?
REINA.
El haber sido primero.
PORCELOS.
Como rey le imaginaste.
REINA.
Es verdad.
PORCELOS.
Pues ¿rey hallaste?
REINA.
Dices bien; pero...
PORCELOS.
_ . ^ ^ No hay pero;
Rema has de ser de León.
REINA.
Ya me tienes convencida.
PORCELOS.
Déte el cielo larga vida.
{Están los reyes desviados, y ellos en
medio.)
REY.
¿Quién la venció?
PORCELOS.
La razón ;
Ya es tuya aquella hermosura.
RET.
Y tú, don Diego, has de ser
El juez y chanciller
De mis reinos.
PORCELOS.
Soy tu hechura.
RET.
Ifasta ahora no vcnci ,
Poraue el fin de la victoria
Es el triunfo y es la gloria ,
Y esa, Violante, está en tí.
REINA.
Yi , Sefior, que esto ha de ser,
Ed mi mano hallaréis vos
Fe y aiAor. ¡Válgame Dios !
¿Esto et casarse, ó caer?
(Al darle la mano, coa.)
DO^A LEONOR.
¡Ibl agüero!
PORCELOS.
Es error vano;
No bty agüeros.
RET.
Esto ha sido.
Que mis brazos ha pedido
Su amor al darte la mano ;
Y de aquella sigedon
8ue has tenido, Ce levanto ,
00 el matrimonio santo,
A ser duefio de León.
REINA.
¡Ay Leonor, cómo he temblado !
EL DOCTOR MIRA DE MJ&SCUA.
DOi^A LEONOR.
¿Cuándo tu sueles temer?
RET.
Cuando gano esta mujer.
Este reino, este soldado,
ftPara mi es felice dia.
DO^ GARCÍA.
Por tí solo , amigo, siento
En mi desdicha tormento.
DON VELA.
Tu mal siente el alma mia.
DOÑA LEONOR.
Aun vive mi voluntad. .
PORCELOS.
Tuyo soy y tuyo fui.
DON VELA.
Don Diego, acordaos de mi.
PORCELOS.
Sagrada fué mi amistad.
DON VELA.
Y desdichada mi suerte.
PORCELOS.
Ningún sabio se ha llamado
Dichoso ni desdichado
Hasta que llega la muerte.
JORNADA SEGUNDA.
Salen EL REY t PORCELOS.
RET.
Después que el reino poseo
Con imperio singular.
Por tenerte mas qué dar,
Tener mas reinos deseo ;
Que, como vives en mi ,
Una misma cosa fuera
Que para mi los tuviera ,
O tenerlos para ti.
PORCELOS.
A tantas obligaciones
Responda por mi el silencio.
Tu esclavitud reverencio.
Hierros en el alma pones ;
Mas, ya que estás generoso.
Una merced me has de hacer,
Para aue yo pueda ser
De todo punto dichoso.
Sírvate don Vela, que es
Cl mas noble caballero
De Castilla.
RET.
Consejero
Sois de mi estado. Marqués.
PORCELOS.
Títulos has inventado
Para darme ; ¿partiré
Con él, gran señor?
REY.
A fe
Que me dan mucho cuidado
Los moros de Andalucía.
PORCELOS.
Ya que servirte no ouieres
De don Vela , si le hicieres
Algunas mercedes, fia
Que serán agradecidas
De los castellanos luego.
RET.
Rürgos es vuestra, don Diego.
PORCELOS.
Déte edades repetidas
El cielo , que ha coronado
De dicha á tu majestid ;
Pero, Señor, la amistad
Me obliga á ser porfiado;
(Vase entrando el Rey, y U
Pórtelos.)
Vuélvase libre á su tierra
Don Vela , y preso no esté
Un hombre ilustre , que fué
Rayo fatal en la guerra.
RET.
Volver quiero para dar
Satisfacción al deseo ,
Con que anhelando te veo
Por vencer y porfiar;
Don Vela ¿es muy noble?
PORCELOS.
RET.
Si.
¿Con qué amor y bizarría
Él que sirvió á don Garda
Me podrá servir á mi?
Siendo noble, claro está
8ue , viendo preso á su rey ,
o me ha de servir con ley ;
Siempre á su dueño tendrá
Mas inclinabíon , y dalle
La libertad no conviene;
Que si amor á su rey tiene.
Ha de procurar sacalle
De la prisión en que está ,
Como noble ^ de valor;
Y asi , don Diego, es mejor
Que esté preso ; bastará
Que tú contigo le tengas
Con su homensJe en León.
Tu casa es noble prisión ;
Si anda libre , no prevengas
Mas honra , mas libertad ,
Si en mi servicio reparas ;
Que hasta tocar en mis aras
Ha de llegar tu amistad.
PORCELOS.
Entre dos imanes sigo
La luz de un norte pequeño;
Entre el gusto de mi dueño
Y el provecho de mi amigo
Partido está el corazón,
Y vivo estando partido.
Porque milagros han sido
De amistad y obligación.
Sale DON VELA.
DON TELA.
Amigo y señor, ¿podré
Dar a mi mismo cuidado
Parabién de que ha llegado
Mi liberud?
PORCELOS.
No lo sé.
DON VELA.
¿Por qué no, siendo los dos
Un cuidado y un tormento?
PORCELOS.
Con el grave sentimiento.
Ni sé de mi ni de tos;
Sé á lo menos esüt dSas
Mis fortunas Usa. siniestris ;
Mis mercedes serán vuestras ,
Y vuealrts prisiones mias.
DON VELA.
Pues ya . amigo, no pretendo
Libertad; otra priskm
Padece mi corazón.
PORCELOS.
Declárate ; no te entiendo.
DON TELA.
Leonor hermosa es su dnello,
César faera,
el mando pequeño,
nperiosla diera,
re j desdichado ,
^ra que podia
alu osadía?
i te has turbado,
on Diego, al momento
nis antojos,
á mis ojos,
i pensamiento.
PORCELOS.
; pero sentí
imposibles.
DO.^V YCLA.
Hoy
to feliz soj ;
ngo.
PORCELOS. {Ap.)
4 Ay de mi!
DON TELA.
e mi amor te inquieta.
POBCELOS.
Dr me maravilla.
DON TELA.
una esclavina
hermosa y discreta ,
to de Leonor?
PORCELOS.
ozco.
DON TELA.
Ella ha sido
in papel me ha traído.
PORCELOS.
a mas que favor.
DON VELA.
;,yome voy;
seqae he contado
oroso caldado,
qoe la amigo soy. ( Vase.)
PORCELOS.
^habrán sucedido
lismo tiempo dos muertes?
foquemos las suertes :
el ravorecido
H»or, y tú del Rey.
Leonor, yo pensaba
udo también estaba ;
fdebo, que es ley
fiistad; declaró
^ y dicha conmigo,
iiDero, soy su amigo,
p 5 ojos selló;
lyuieoe favores,
)UoDor me ha engañado?
'<alle mi cuidado
^os ) cou rigores.
I DOSa LEONOR tBRIANDA,
esclava,
BRIANDA.
1)61 Conde está aquí.
IK)ÑA LEONOR.
ti 2lma lo decia
Kreta alegría
«es de verle sentí. —
Diego mió?
POBCELOS.
Ese nombre
uMÜgoo de tos labios ;
ivies,no,coo agravios
lientos de un hombre.
iftoé digo? A don Vela ofendo
*weto pablico;
(celos significo,
"ensa agravio pretendo.
NO HAY DICHA NI DESDICHA HASTA U MUERTE.
¿ Qué he de hacer? Solo callar ;
¿Qué he de hacer? Solo sentir;
¿Qué he de hacer? Solo morir;
Sentir, morir y callar.
Cosas son que han menester
Fortaleza y discreción.)
D05IA LEONOR.
¿Qué accidente, qué pasión
Te divierte del placer
Que en mi presencia tenias?
PORCELOS.
Siempre estuve eu tu presencia
Con respeto y reverencia.
DOÑA LEONOR.
¿Cuándo, don Diego, solías
Hablar tu con sequedad?
Tú no me llamabas dueño?
¿Cómo me miras con ceño?
¿Es mudanza? Es gravedad?
PORCELOS.
Es desdicha y es respeto,
Es ley y es obligación.
{Ap. i An fuerza de mi pasión !
Ab fuerza de mí secreto!)
D05ÍA LEONOR.
45
¿Respeto y desdicha han sido
Los que causan tu mudanza?
PORCELOS.
No hay amor sin esperanza ;
Donde hubo amor hay olvido.
DONA LEONOR.
¡Qué lenguaje tan grosero
Y tan extraño de tí !
PORCELOS.
(Ap, Perdido dentro de mí ,
Como en un desierto , muero ;
Por via de dar consejo ,
Con la amistad cumpliré ,
Con los celos y mí fe.
Ni lo digo ni me quejo.)
{Sale la Reina á la puerta^ oyéndolo,)
Señora, no he merecido
El bien y favor pasado.
Mejórate de cuidado.
Perdóname si , atrevido,
Te doy consejo. En León
Hay varones singulares.
Que abrasen en tus altares
Victimas del corazón.
Estima alguno, por quien
De la mejora del gusto,
De lo acertado y lo Justo
Te vengo á dar parabién.
Vela atenta en tu cuidado,
Vela bien en tu deseo.
Vela en tu mejor empleo.
{Ap. Ya lo he dicho y lo he callado.)
{Yase.)
DOÑA LEONOR.
¿Qué dices?
BRIANDA. (Ap,)
Cul^ssonmias;
Amores y engaños son
De mí mala condición.
DOÑA LEONOR.
Ingrato, esas villanías
Bien merecidas están
De aquella que favorece
Hombre c|ue no lo merece.
¿Agradecimientos dan
Los hombres desta manera
A quien los ama y adora?
BRUNDA. ^
La Reina está aquí , Señora.
DOÑA LEONOR.
Para que callando muera.
Sale LA REINA.
RELNA.
Esto importa remediar. —
Entra, Brianda, á pedir
Recado para escribir.
BRUNDA. (Ap.)
Miedo tengo, y no pesar.
De lo hecho ; amo a don Vela ,
Y así , en nombre d'e Leonor,
Le engaño con el favor.
El amor todo es cautela.
REINA.
Quisiera no haber oido
Los enojos con que estás ,
Aunque nunca oyera mas ,
Aunque perdiera un sentido;
Que mejor le hubiera sido
A quien oyó la sirena ,
Nacer sordo, sí en la arena
El alma deja en despojos.
¿De qué nos sirven los ojos ,
Si es el ver para mas pena ?
iTú confiesas que has amado.
(Vase,)
tú favores confiesas?
¿Son propias acciones esas
De quien la sangre ha heredado
De reyes , que han coronado
Sus escudos de leones?
¿Cuándo á villanas pasiones
Se abatió cual mariposa
El águila caudalosa,
Coronada de blasones?
Leonor, Leonor, aunque sea
Honesto el amor, lo debe
Cubrir con montes de nieve
La que ser buena desea.
Si el Conde te galantea,
Consentirlo tó> y callar.
Por favor pudoxbastar ;
Pero amor, quejas y agravios,
Ni al corazón ni á los labios
Los debe el alma fiar.
DOÑA LEONOR.
Negarte lo que has oído
Fuera loco atrevimiento;
Amé en Navarra.
REINA.
Ya siento
El disgusto repetido.
Que negarlo hubiera sido
Respeto y virtud mas clara,
Y negándose, repara
Lo que á saberse comienza ;
Que es ramo de desvergüenza
El confesar cara á cara.
Sa¡e BRIANDA, con recado de escriinr,
BRIANDA.
Aquí está la escribanía.
REINA.
Déjala en ese bufete.
Porque quiero escribir; vete.
BRIANDA. (Ap.)
¡Oh si ya volase el dia
Para hablar con esperanza
Al que mi amor engañó!
Cautivo está como yo;
Amor da la semejanza. (Vate.)
REINA.
Lo que yo dictare escribe;
Quiero enmendar tus errores.
Borrar quiero los favores
Que el Conde de ti recibe.
DOÑA LEONOR.
Un error tan acertado
Diíldl es de emiendar»
46
Y mal se pueden borrar
Favores qoe amor ba dado.
RBINA.
Consoltar se debe el modo
De escribir esle papel.
D05ÍA LEONOR.
Y plega á Dios que cou él
No veugas á errarlo lodo.
Saie EL REY d la puerta,,
REY.
La Reina está con Leonor,
Escribir querrá á Mavarra ;
¡Ab mujer cuerda y bizarra,
Dulce objeto de mi amor !
Desde aqui pienso mirarte ,
Rayos tus ojos serán ;
Desde aqui soy tn galán ,
A hurto pienso adorarte.
Una cadena yrubi.
Que el rey de Toledo, Azar ,
Me envió , te vengo á dar ;
¿Qué imperio no es para ti?
DOÑA LC0?I0R.
¿Haslo ya pensado?
REIRÁ.
Sí.
RET.
Al rey su padre responde.
REI.'VA.
«Conde Pói celos...
RET.»
¿Al Conde
Escribe la Reiua? ¿Si
Algo le querrá mandar?
005ÍA LEOKOR.
Porcelos.
REINA.
»Si te be estimado...
RET.
Discretamente le ha honrado ;
Ella me querrá Imitar.
DOSÍA LEONOR.
Amado.
REÜU.
De esa razón
Tu loca pasión colijo ;
Amado tu boca dijo,
Lo c|ue está en el corazón.
Estimado dije.
D0.1a LEONOR.
Así
Va escrito.
RET.
Bien lo advirtió ,
Aun el eco la ofendió.
¡Qué honestidad!
REINA.
Por aquí
Este papel no va bueno;
Otro toma.
RET.
¡Qué atajada
Se ve la mujer honrada ,
Escribiendo á un hombre ajeno !
Todo es recato y temor,
Todo es pesar y medir
La razón que ha de escribir,
Porque no parezca amor.
REINA.
«Conde don Diego Porcelos...
RET.
Dejarla quiero... Mas no.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA.
Que quizá es cosa que yo ,
A su instancia he de hacer.
DOJ^A LEONOR.
, • Celos.
REINA.
»No niego que te he eslimado,
»Y que favores te di.
REY.
¡ Dios me valga ! ¿Estoy en mi?
¡ Oh necio desconfiado!
Los reyes ¿no favorecen?
De estos favores habló ,
Claro está.
D05ÍA LEONOR.
Di.
REINA.
•Pero yo
» Siempre te amé.
RET.
Aqui padecen
Ilusiones mis oídos ,
Engaños mi entendimiento ,
Mi corazón desaliento.
Miedo y horror mis sentidos.
¿Cómo es esto? ¿Yo dudar?
YO temer? Mas ¡ qué imprudencia !
¿ Por qué no tengo paciencia
Para atender y escuchar?
DOÑA LEONOR.
Amé.
REINA.
•Con sola intención
>De no pasar adelante.
RET.
¿Qué es lo qué escucho?
REINA.
»Y tú, amante
•Atrevido, ¿aun en León
•Pretendes mas mis favores?
RET.
Pasos á mi muerte doy.
Herido de un rayo estoy ,
Áspides piso entre flores.
REINA.
•Ama en otra parte pues;
•No me mires ni me escribas.
RET.
Ya son injurias mas vivas,
Parasismo fatal es
El que siento; pero mienten
Mis oídos, ilusiones
Son de equívocas razones ,
Mienten mis ojos, no alienten
Contra mí mortales flechas.
Vive Dios, que estoy corrido
De que hayan en mi cabido
Sombras de viles sospechas.
El Conde fué mi trofeo ,
La Reina es án^el divino ,
Miento yo si lo imagino,
Mataréme si lo creo. ( Yate.)
DOÑA LEiKOR.
Acabemos ya , Señora ;
Que atormentándome estás.
REINA.
No quiero que escribas mas;
Quédese el papel ahora ;
Peor será que tu letra
Llegue á sus roanos ;v asi,
Tú misma te enmienda á tí
Con mi ejemplo ; mal |>enetra
Su rorazon quien no sabe
Disimular sus pasiones,
Y dirigir su) acciones
A virtud con rostco mve.
Los libros de devoción
De noche me bas de leer;
Borrar quiero y deshacer
Esa fácil impresión
De tus afectos.
005ÍA LEONOR.
Señora...
HlEINA.
No repliques, sangre mia
No tendrás si bizarría
No muestras «I Conde ahora
En desprecios ; si cruel
No rompes amantes lazos,
Yo misma te haré pedazos ,
Mas que he hecho á ese pape!
{Rompe i
No puedo, no, consentillo;
Soy esquiva y singular.
D05ÍA LEONOR.
¿Tanto delito es amar?
REINA.
Tanto delito es decillo.
{yan$e.)
Sale CARRASCO t MONG
CARRASCO.
¿Cómo no me ve, Mongana?
Una vez de cuando en cuando
Véame ; que yo le mando
Un vestido.
I MONGANA.
Esta villana
Fortuoilla me ha cansado ;
¡ Qué grosera es v qué necia
¡Cuántos méritos desprecia !
Cuántos sin partes ha honradc
CARRASCO.
Envidia, envidia común
Es tal queja y tal razón
De los que bribones son.
■ONGANA.
No se acaba el mundo aun.
CARRASCO.
¿Qué es aun?
MONGANA.
¿Aun no podeni
Hablar bien los pobres?
CARRASCO.
No.
MONGANA.
Solo está este parque, y yo
Estoy picado; juguemos ,
Carrasco, y la gravedad
Quédese á un lado esu tarde
CARRASCO.
Juguemos, aunque me atuari
El Rey.
MO.XGANA.
¿Quién?
CARRASCO.
Su majestad.
MONGANA.
Pícara dicha importuna ,
¿Esto veo, y sin remedio?
^Qué he de ver con ojo y me<
bino tuertos de fortuna?
CARRASCO.
Tiende tu capa en el suelo.
MONGANA.
L Es porque está mas raida?
tiéla aquí que está iendiJa,
Y en efecto me consuelo;
Que hace calor.
CARRASCO.
iQn^caadal
Alcania Moaganar
NO HAY DICHA NI DESDICHA HASTA LA MUERTE.
47
■OÜCAXA.
Aqaf
uinto hay en mi.
{Alza por el naipe.)
CARRASCO.
UD hospital ;
ien , ei naipe es mío,
ongana.
■OM;A?rA.
Esta espada, {Quítatela,)
sombrero, me enfada.
CARRASCO.
-derá, yo lo tío.
M0.^GAI«A.
jasta aqui se promete?
dos.
CARRASCO.
Cobarde es;
ey.
■OTVGANA.
Una , dos , tres ,
itro, cinco , seis , siete ;
k¡ parte.
CARRASCO.
¿ Y celebra
Dañera el ^anar?
tengo de jugar,
1 rosario me enebra
as?
Carrasco los naipes , y mien-
íongana los coge , le lleva el di-
la capa y espada y sombrero.)
■O.^GANA.
No regañemos ,
>je el naipe, soez;
cogeré esi a vez,
paciencia juguemos.
toa suerte los muerde ,
temas qae un lechon?
atened compasión
desdichado que pierde
iinente;nii parte
ioblada , un real
•do mi caudal,
e de bailar; de este arte
«medrar. ¿Qué? qué?
Kb, capa y sombrero,
woysu dioero?
iirrasco! Él se me fué
odo, demonio, caco. —
W)res!por mi amor,
^ien me enseñe una flor
l^ráun bellaco?
ííayolan pobrete
^a tan desmañada,
o sepa la puñada,
>da ni el panderete ?
Sale DON VELA.
DOÜ TILA.
ja de llegar,
I de la luz trofeo,
iéceoie ei deseo,
'Sé lisonjear.
• parque te espero,
lóieD te desafia ;
!o la luz del dia
res de este hemisfero.
■ONGANA.
es este, ¿qué be de hacer?
exco jugador
»(a ó nadador ;
o he de perder,
me he de arrojar ;
lé ImeDa está y templada !
Fu fu ; lindamente nada
Quien nada sabe ganar ;
{Nada en el tablado.
A la garganta me llega ;
No nada on cisne mejor.
DON TELA.
¿Estás loco?
MONGANA.
Si, Señor,
Y aun borracho; hombre que juega
Sin ramillete de flores
No es hombre de habilidad.
Pégasme la adversidad;
Que solo dan los señores
Su desdiclia á los criados ;
Vete , pesia mi linaje ,
De León.
DON VELA.
¿Y el homenaje?
MOKGANA.
¿Adonde mas desdichado
Que aqui?
DON TELA.
No me has de llamar
Infeliz de esa manera.
En palacio hay quien me quiera ;
Ya anochece , y he de hablar
A cierta dama.
MONGANA.
¿Quién es?
DON TELA.
No lo has de saber.
M0.1GANA.
Reviento
Por saberlo, y aun lo cuento
Desde ahora.
DON TELA.
Toma pues
Tu capa.
MONGANA.
¿Qué capa?
DUN VELA.
Espero,
Dulce amor, en la estacada. —
Toma tu espada.
MONGANA.
¿Qué espada?
DON TELA.
Cúbrete.
MONGANA.
¿Con qué sombrero?
DON TELA.
¿Jugaste?
MONGANA.
Y están perdidos.
Di quién es la dama ya ;
Alguna dueña será
Viuda de siete maridos.
DON TELA.
Pues, necio, infame, decid :
¿La espada se ha de jugar?
¿Cómo habéis de acompañar?
MONGANA.
Con piedras , como DaTid. ( Vase.)
Sale PORCELOS.
PORCELOS.
Vientos que moTeis las flores
De este parque sin sosiego »
Templad ahora mi fuego,
Y llevadme los rigores
Del pensamiento; temphK!,
Y haced que apacibles setn
Tres cosas que en mi pelean :
Celos , amor y amistad.
) DOK TELA.
¿Es don Diego?
PORCELOS.
Amigo mió,
Es el que vuestro ha de ser;
bi aura Tengo á coger
Deste parque hermoso y frío.
DON TELA.
Yo, amigo, Tengo á esperar
La noche que Ta llegando;
Amando estoy y esperando.
A Leonor tengo de hablar.
Porque asi me lo mandó
En este papel; no sé .
Síá leerlo acertaré,
Como la luz se ausentó.
PORCELOS.
Distintamente se Ten
Las letras ; en hielos ardo.
DON TELA.
«Aquesta noche os aguardo.»
PORCELOS.
Considera , amigo, bien
Que esta no es su letra. {Ap, Y yo
Penas del alma desato.)
DON TELA.
Quizá para mas recato
La letra disimuló.
, PORCELOS.
Pudo ser. {Ap. VuelTa mi pena
A afligirme el corazón.)
DON VELA.
Ya que está de confusión
Y sombras la noche llena ,
Amigo Conde, perdona,
Este puesto guardarás.
PORCELOS.
No te negaré jamás
Vida, caudal y i)ersona.
¿A aué de cosas me obligo
De dudas y de tormento?
Y solo siento que siento
Los amores de mi amigo.
Sale EL REY por otro lado.
RBT.
Ni el corazón en mi pecho ,
Ni yo en mi casa he cabido ;
A los campos he salido
A dar voces á despecho
De mi recato y decoro;
Oiga la noche mi llanto.
¿Que un hombre que estimo tanto
Y una mujer que yo adoro
Puedan ofenderme? Error
Será de mi fantasía ,
Y la Reina notarla
Aquel papel á Leonor
Para el Conde, que quizá
La sirTe y la galantea;
Esto fué, y aunque no sea ,
Me he de vencer y será.
Asómase BRIANDA4 /a ventana.
PORCELOS.
Ya abrieron esa ventana ;
Leonor será.
DON VBU.
L pnes.
Aqal hAv ffAnte . a es
Del
48
PORCBLOS.
lobumana
Es la fortuna conmigo,
Que ha dado pies de pavón
A mi bizarra ambición
En la vida de un amigo.
DON VEU.
¿Es Leonor la qoe á la aurora
Ha anticipado?
BRIANDA.
Leonor
Es la que os habla , Señor,
Y Leonor la que os adora.
RET.
Leonor pienso que nombró.
PORCELOS.
Á Adora dijo? ¡Ay de mi! »
Si no es que bien no entendí,
Ella en erecto olvidó.
RET.
Oír quisiera si es ella.
DON TELA.
Mi Leonor, si os he obligado,
Diré que no me ha olTidado
De todo punto mí estrella.
RET.
Mi Leonor dijo sin duda ;
i Ob« sí fuese este don Diego!
Dame, noche, tu sosiego,
Habla por mi, nocbe muda.
BRIANDA.
Don Vela, testigos son
Los cielos de mis favores.
RET.
Á Don Vela ha dicho? ¡Ah rigores
De mi pena y confusión !
PORCELOS.
Un hombre está allí parado,
A reconocerle voy ;
Que 3[0 mismo amparo soy
De mi injuria y mi cuidado. -^
Caballero, en cortesía
Pedirle y rogarle quiero
Que desocupe el terrero.
RET.
Cierta es la desdicha mía ;
Que no es quien habla á Leonor
Porcelos. antes le guarda
Las espaldas, i Ah bastarda
Naturaleza de amor!
Quiero le Men y me ofende ;
Mataréle.
PORCELOS.
Caballero,
Pues otro llegó primero ,
Vayase , si no pretende...
RET.
Él es , no quiere ¿ Leonor;
Y pues á él otro acompaña ,
Aquí hay traición, no me engaña
Mi sospecha ; lo mejor
Es retirarme y pensar
Bien mis dudas t sospechas. —
Agravio , deten las flechas ,
Afloja el arco al pesar. (Vase.)
BRIANDA.
Don Vela, como es temprano.
Anda gente en el terrero;
Mas tarde otra nocbe os quiero.
{Vate,)
DON TELA.
Adiós , ángel soberano.
PORCELOS.
Mal hice en no conocer
Quién era ; que un poderoso
EL DOCTOR MtRA DE MÉSGUA.
Fuerza es que tenga envidioso.
Mi enemigo puede ser;
Sígole. (Vase.)
Sale MONGANA, con un asador, embo-
zado , con una rodela , y una cazuela
por sombrero,
DON TELA.
¿Quién Tá? Quién es?
MONGANA.
Un fíel criado que tienes.
DON TELA.
¿Cómo de esa suerte Tienes?
MONGANA.
Vengo del modo que ves
A guardarte las espaldas.
Por si te buscan traidores ;
¿Qué te bandado?
DON TELA.
Mil faTores.
MONGANA.
Mas valieran esmexaldas
Y aun cuartos ; yo lo primero
Que en las cocinas topé
Me vestí , porque no sé
De espada , capa y sombrero.
DON TELA.
Esa es gracia necia y fría.
MONGANA.
¿Yo gracejo para mí?
Si no me vistes asi ,
Te he de acompañar de día ;
¿Quién es la dama tan blanda.
Que quiere á un pobre?
DON VELA.
Es un cielo.
(Vase,)
MONGANA.
Bien lo mereces ; sabrélo ,
Aunque muera en la demanda. (Vase,)
Sale EL REY, y sacan luces.
RET.
Poned las luces ahí,
Y dejadme solo; estoy
Tan fuera de mí , que soy
Una sombra del que fui.
¿De qué me sirve reinar.
Si mi poder es tan breve,
Que el agravio se me atreve
Como hombre particular?
Y en medio deste tormento ,
Lo oue mas he de sentir
Es el no poder decir
A ninguno lo que siento.
¡Hola!
Sale PORCELOS.
PORCELOS.
¿Señor?
RET.
¿Conde, amigo?
PORCELOS.
No me honréis asi , Señor.
RET.
(Áp. ¿Vos contra mí? Vos traidor?
Yo me engaño, sombra ha sido ;
¿Contra mi atrcTido tos,
cTantándoos yo del suelo?
Mas ¿qué mucho, si en el cielo
Sucedió lo mismo á Dios?
¿Contra mí roí propia hechura ?
No puede ser; ¿contra mí
Hombre i quien el ser le di?
(lo puede ser, es locan.
Vencerme tengo, y en Tez
De matarle , le daré
Esta cadena, que fué
Hermoso labor de Fes.)
Dos Joyas me han presentado :
Esta , don Diego , es la una ;
Con TOS parto.
PORCELOS.
A mi fortuna
Estaré mas obligado.
RET.
Decid al merecimiento
Y á mi amor.
PORCELOS.
Prendas de esclaro
Son las cadenas.
RET.
Alabo
La humildad t el rendimiento.
Don Diego , oime Terdad,
¿Amas?
PORCELOS.
Señor, galanteo,
Doy prisiones al deseo
Y enfreno la Toluntad ;
Que amaba podré decir,
Y mi dama está cruel ;
Muerte me ha dado un papel ,
Fuérzaos no amar y sentir ;
Un papel , que hoy he leído.
Aunque no era de su letra ,
Vida y alma me penetra.
RET.
(Ap. ¡Qué escucho! Estoy sin sei
Si de su letra no fué,
¿Cómo recibes pasiones?
PORCELOS.
Eran suyas las razones.
RET.
Ap. Mis dudas aTerigQé.
Jn papel, que boy be leído,
Aunque no era de su letra ,
Vida y alma me penetra.
Ello está bien entendido :
La letra fué de Leonor ,
De la Reina las razones;
¿Qué quiero mas preTenciones?
Disimulemos , rigor. )
Conde, casaros deseo;
Leonor , mi prima , ha de ser ,
Si gustáis, Tuestra mujer.
PORCELOS.
Ap. ¡En ([ran turbación me tco!
)ecir Quisiera de si;
En medio don Vela está,
Y si favores le da ,
Me ofendo también á mi.)
Si Kustarayo,Seik)r,
Y ahora estoy de tal arte ,
Que... Mas no.
RET.
Si en otra parte
Tenéis, don Diego, el amor.
No 06 casaréis ; no os turbéis.
PORCELOS.
Amo, y para no agraTiar
A unamigo,elolTidar
Es forzoso.
RET.
Bien baeeii,
Y bien claro habéis hablado;
Idos, y pensadlo bien.
PORCILOt.
Vida los cielos te den.
RIT.
No os caséis , no Tais turbado.
(Voie Poreti9$ Muy Imr^wié
íí
í
Sale LA REINA.
REINA.
iOr y dueño mió ,
is ojos desean;
visto en todo el día ,
ID siglo eu vuestra ausencia.
SET.
le huelgo de veros,
ero juular esta puerta ,
resolución
ifo de mis penas.)
REINA. {Ap.)
iiieludesta el Rey.
RET.
REINA.
¿No decis reina?
RET.
aé cruel es el agravio !
ior DO bay elocuencia.)
razones , Señora :
rrtesbiente vuelvas;
bas de partirte. {Ap. Tente ,
escubras mas , lengua.)
REINA.
e Dunca se previno ,
, Señor , con mas fuerza;
IS leueis de rayo :
ruuerle y después truena.
iiiB tan de repente ,
Itiempo las hiciera;
I mar, varón insigne,
s s^Diblantes nos muestra.
DOQ ctfoo? Vos callando?
Da profunda tristeza?
ecinne que me vaya ?
iK)vedades son estas?
que os canso , dueño mió ,
uQiilüe esclava vuestra
is dejarme en palacio,
por esposa y reina.
(kíü ;tl cao que se ha criado,
oe mas inútil sea ,
t) de casa, Señor?
Dort lealtad merezcan
>riTiIegios de un bruto.
iva murtal belleza
icoídado j amor,
sé, y estoy satisfecha
Kiioos amará taqto,
{De mayor dicha tenga;
íier ingrato por ser
blí no es excelencia
onbre particular,
>to mas en la grandeza
1 rey, semejante á Dios ,
nojasticia gobierna
). acciones y vasallos,
eñor, resistencia,
(eijcia á las pasiones ;
hiü estado secretas
abora , proseguid
silencio y modestia ;
)jdeuR rey famoso,
iguos reyes soy nieta ,
merezca por mi ;
irán algunas lenguas
á modo de repudio
ú padre me vuelva
ida y ofendida?
, Dios DO lo quiera,
pnos sepa la causa
? , Señor , me destierran
}s ojos de su luz;
vos todo es tinieblas.
Suelve el Rey la espalda.)
\é, por qué» Señor mió?
9 merezco respuesta?
in saber de qué,
D. C. DE L.-D.
NO HAY DICHA NI DESDICHA HASTA LA
Mal es que no se consuela.
Pues, vive Dios, que he de ser
Kn las llamas destavela.
Como Cebóla el romauo;
Abrasar tengo con ella
{Toma una bujia, y quiere quemar
la mano.)
Esta mano , ó la ocasión
De mis desdichas y penas
Tengo de saber de vos ,
Por(iue consolada muera;
Ya que lástima no os doy ,
Horror os daré , que pueda
Sacar piedad de ese pecho,
Mejor diré de esa piedra.
REY.
Si los ojos abrasaras ,
Como la mano... (Deja la vela
REINA.
No es esa
Palabra de un rey cristiano;
No es hijo de la prudencia
Lo que esa razón promete.
Vive el cielo, que de estrellas
Se corona , y son los ojos
De esa luminosa esfera ,
Que mis pensamientos sou
De mas gallarda pureza
Que sus altos rosicleres.
En llegando á tal ofensa ,
No hay humildad , no hay amor ,
No hay recalo , no hay paciencia ;
Tigre soy, haré pedazos
Cuanto encuentre. Vuestra alteza
Enmiende y borre lo dicho ,
Advirliendo que á la lengua
Con candados de marOl
Encerró naturaleza ,
Como liero animal , pues
Si se desata y se suelta ,
Con heridas incurables
En las honras hace presa ;
Animal es prodigioso,
Su velocidad detenga ,
Enfrene su curso leve ,
Hable con tiento , y proceda
Mas advertido y mas cuerdo ;
Porque las palabras nuestras
Sou ríos que atrás no vuelven ,
Si no es con infamia y mengua,
Diciendo que hemos mentido.
Mis ojos cun evidencia
Símbolos son del recalo ,
La nieve, las azuce.ias.
Los rayos del sol no han sido
Jeroglílicos ó empresas
De la virtud, como ellos.
Los que imaginan y piensan
Lo contrario son traidores ;
;, Que mucho que me enfurezca,
l^onsiderando y sintiendo
Los misterios que en si encierran
Palabras que son caballos
Preñados de gente griega?
¡Si los ojos abrasaras
Como la mano! Revienta
Mi pecho cólera y fuego.
Es un Mongibelo , uu Etna.
Por los cielos soberanos ,
Que con esa espada diera
Muerte á esta vidainfelice,
A no saber que se alegra
Vuestra alteza con mí daño ,
Y aun con esa espada mesma
Le diera muerte , á no ver
Que es acción villana y fea;
Que es sacrilegio atreverse
A aquella deidad iniñensa
De los reyes. Ya me oyeron ;
Disimulo pues , y eu esta
Confusión yo desperté;
MUERTE. . 49
Hálleme , Señor , sin fuerzas ,
Y sin sueño tan pesado,
i Qué alegre esta quien despierta
De ilusiones y fantasmas !
RET.
Violante ha estado niuy cnerda
Disimulando ; con esto
Encubramos las sospechas.
Sale DOÑA LEONOR.
D05ÍA LEONOR.
A las voces he venido,
Sin saber la ocasión...
RET.
Esta
Es piedra contra los sueños.
{Dala una sortija,)
.)
Tomadla pues, y no crean
Mas en ellos vuestros ojos.
REINA.
Por disimular la aceptan
Mis manos.
RET.
Y yo os la doy
Por hacer mas experiencias.
JORNADA TERCERA.
Sale PORCELOS, DON VELA tMON-
GANA.
PORCEIX>S.
¿Al fin murió don García
Eu las prisiones ?
DON VELA.
Asi
Me viene á fallar á mi
La esperanza que tenia;
Solo ese resquicio abrió
A mi dicha la fortuna.
Ya no hay esperanza alguna.
MONGANA»
Buen veutanazo nos dio.
PORCELOS.
Si la potencia divina
Es quien la fortuna mueve ,
Desconliai* no se debe.
Pues , donde no se imagina...
MONGANA.
Eso dicen de la liebre,
Donde no piensan saltó,
Pero de la dicha , no.
DON VELA.
Bárbaro , harás que te quiebre
La boca.
PORCELOS.
Gusto de oillo;
Dejadle.
DON VELA.
Vétedeahi,
0 calla , Mongana.
MONGANA.
Aquí
Trovaré aquel estribillo :
< ¡Oh terribles agravios, [labios! »
Mátanme de hambre y ciérranme los
DON VELA.
Nunca hablaste sin dar pena.
MONGANA.
Como de esas tü me das.
PORCELOS.
¿Coa necesidafl estás?
so .
Toma , amigo , esta cadena.
1I05GANA.
Muy bien se la paedes dar.
Anímale , que es cobarde ;
Las cuatro sou de la tarde,
Y podemos comulgar ;
Como están mis tripas anchas
A estas horas, asi viva ,
Que puedo vender saliva ;
¿Hay quien quiera sacar manchas?
PORCELOS.
Aunque es dádiva del Rey,
¿En quién mejor empleada?
DOIf VELA.
La merced es excusada.
PORCELOS.
Tomarla tienes.
9 DOlf VELA.
Si es ley
Obedecer, tuyo be sido.
¡ Ab picaro !
MORCARA.
¡Qué regalo!
No fué el estribillo ma'o ;
La cadena le ba valido.
PORCELOS.
Digo , pues » que la desdicha
Es vivir desconfiando.
Nadie sabe en qué ni cuándo
Le ba de venir la desdicha.
¡Cuántos en lo que tuvieron
Por dichas, la muerte hallaron !
¡Cuántos, cuando no pensaron ,
tticos y alegres se vieron !
Don Vela , mientras vivimos
No hay buena ni mala suene ,
Hasta que llega la muerte .
Sue es el fin á que nacimos,
orir bien y á la vejez
Es la dicha verdadera ;
Y así, el hombre, hasta que muera ,
No puede , no , ser juez
De su mala 6 buena suerte.
Vivir es dicha ; al morir
La dicha se ha de advertir.
Si es mala ó buena la muerte.
Quien muere bien es dichoso,
Uuien muere mal , desdichado.
Ün astrólogo afamado
(Aunque siempre fui dudoso
De la Judíciaria yo)
Me dijo (el cielo lo impida )
•Que seré dichoso en vida,
Y no en la muerte.
DOR VELA.
Mintió :
Ni te acuerdes ni lo creas;
Eres varón singular ,
Y asi , el cielo te ba de dar
Aun mas vida que deseas.
PORCELOS.
Será asi para los dos ;
Astrólogos no crei.
Vivir bien me toca á mi ,
Lo demás le toca á Dios ;
Que, como yo haya vivido
Bien creyendo y bien obrando ,
Muera yo del modo y cuando
El cielo fuere servido.
Voyme á ver al Rey. ( Vase.)
DOR VELA.
Adiós.
MORCARA.
Ya podrás h.icer retablos ;
El beñor úa los diablos
Sea bendito, que los dos
Quedamos solos , toquemos
Ese divino metal ,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Tras quien va todo animal ,
Kspejo en quien todos vemos
Nuestras hermosas acciones.
¡ Oh cadena humana y bella.
Si fueran los de Marsella
Tus gallardos eslabones !
Pienso que falsa has de ser.
Porque, habiéndote tocado
La mano de un desdichado ,
Alquimia te has de volver.
DOR VELA.
Vele pues en hora buena ;
Que á una persona deseo
Hablar, y viene.
MORCARA.
Y aun creo
Que has de darle la cadena ;
Déjate de esos amores.
Pagar podemos asi ,
Que han de llover sobre mi
Tus cansados acreedores ;
Y me habrá de suceder
(Temiéndolo estoy por puntos)
Lo que á tres ciegos, que juntos
Rezaban para comer.
Dijo al uno una tapada :
« Tome ese escuelo , Tomé ,
Y repártalo.! Y se fué ,
No dejando á Tomé nada.
Regocijados deste arte ,
Los ciegos se concomieron ,
Y sus partes le pidieron :
«Tomé , mi parte , mi parte.»
Él juraba á Jesucristo ,
Y ninguno le creía ;
Y hubo ciego que decia :
«Si, se lo dio, yo lo he visto.»
Sin mas ni mas intervalos ,
Confundido en los dos modos ,
Andaban á palos todos ,
Y se molieron á palos.
DOR VELA.
Vete ya.
MORCARA.
Dime quién es
La tal dama.
DOR VELA.
Bestia , vete.
MORCARA.
¿Es mondonga del retrete?
sépalo , y muera después.
Sale DRIANDA.
(Vate.)
BRIAROA.
Vi á don Vela, y he venido, •
Como blanca mariposa.
Siguiendo la luz hermosa ,
Que su cuna v tumba ba sido. —
¿ Señor don Vela?
DOR VELA.
Brianda ,
Aurora de mi consuelo ,
Iris sacro de mi cielo ,
Mensajera por quien anda
Comunicándose el bien
De mi vida y de mí amor.
Dime , ¿cómo está Leonor?
DRIARDA.
Buena , y amando también.
DOR VELA.
Dale esta cadena , y ruega
{Dale ia cadena,)
Que la acepte , y en su pecho
La vea yo, satisfecho
De que favor no me niega ;
Por la extraordinaria liecbura ,
Ya que no por el valor,
Digna ha sido de Leonor.
BlIARDA.
Luego la daré.
DOR VELA.
Procura
Hacer mis partes.
BRIARDA.
Es cierto.
DOR VELA.
¡ Quién te diera un gran tesoro ! ( V<
. BRIARDA.
En las finezas del oro
De mi amor está encubierto ;
Disculpada es mi malicia.
Remedio á mi amor prevengo ,
Y ya se verá queten^
Mayor amor que codicia ;
La cadena labe de dar.
Sale üOÑk LEONOR.
DO.^A LEOROR.
¿Brianda?
BRIARDA.
Señora mía ,
¿ Cómo te va de alegría ?
Cómo te va de pesar?
DORA LEOROR.
De todo tengo , aunque son.
Entre mis quejas y amores , «
Las horas tristes mayores.
BRIARDA.
Asi dice una canción :
c ¡ Ob sí volasen las boras del pesa
Como las del placer suelen volar !i
Esta ha de estarte muy bien ;
Ponte al cuello esta cadena.
DO^A LEOROR.
¿Quién te la ba dado? Que es boeo
BRIARDA.
No me preguntes de quién.
do5a lboror.
i Ay , si de don Diego fuera !
No te quiero examinar.
BRIARDA. (Ap.)
Don Vela se ba de engañar ,
Si la cadena la ve ;
También en deuda me está
De que me voy, porque viene.
DOÑA LEOROR.
¿Qué mujer tu agrado tiefie?
Discretamente te vas.
{Vase Brianda.)
Sale PORCELOS.
PORCELOS.
Aquí me encuentro á Leonor,
Y con dos afectos lucho ;
Mucho es mi respeto, y mucho
Es en en el alma el amor.
¿Llegaré? Tengo temor *
De otender á la amistad.
¿ Callaré? Será crueldad
No explicar mis propios daños.
¿Hablaré? Diráme engaños.
¿ Huiré? Tengo voluoud.
DO^A LEOROR.
Conde , pasad adelante.
¿ Qué teméis ni qué dndals ?
¿Suspenso al verme quedáis?
¿Sois acaso aquel amante
Que prometió del diamante
La firmeza y resplandores ,
Lo fino de los colores
De la rosa , bija del mayo.
NO HAY DICHA NI DESDICHA HASTA LA MUERTE.
51
xa del rato
' de los amores?
POBCELOS.
9sla que ha jurado
>lo de amistad ,
d de la lealtad ,
Jo del cuidado ,
I del amado,
> del olvido ,
que ürme ba sido ,
Le de la esperanza ,
le la mudanza ?
DOÑA LEOnOR.
f lo be cumplido.
PORCCLOS.
dado , Leonor.
DOÑA LEOrfOR.
afirmo , don Diego,
de luz el ciego ,
arde de valor ;
▼os falló el amor ,
mo por antojos
verdes y rojos,
»bjetos se ol'recen ,
erdes parecen ,
color en los ojos.
POBCELOS.
is crédito y fe
re que eslima y ama,
le dice la dama
lo mismo que ve ,
«za, engaño fué,
:l enieudimieolo ,
t del cumplimiento ;
, que estoy en mí ,
creer lo que vi ,
^Dtir lo que siento,
la pecbo me adora ,
idora á mi amigo ,
adoras , conmigo
ra ve¿ traidora,
ieo eres , Señora ,
le traidora bas de ser ,
erero no querer;
)s dos favoreces ,
oidora dos Teces ;
lOQstruo , y no mujer,
do es el decir
ratiiad y mi pena ;
N)r Olí esa cadena ,
ibas de recibir,
amigo be de sentir ,
amor ingrata fueres ;
ii«D soj y quién eres,
s males que espero;
iK) me quieres muero ,
rési me quieres.
DOÑA LEONOR.
s enigmas y encanto ,
as confusión mia;
eatjeodo tu alegría ,
[»reheudo tu llanto;
razones me espanto ,
i^eaetro; y así,
Dísma me perdí ;
lenguaje tan sucinto
las an laberinto ,
DO sepa de mi.
POBCELOS.
sa voz de sirena,
orne los oídos.
DOÑA LEONOR.
ledra sin sentidos.
POBCELOS.
riedra, esa cadena
liabones y ordena
^e hiriéndome están ,
le arroie un volcan
íhsoio de ceotellas.
DOÑA LEONOR.
¿Para que me abrasen ellas?
POBCELOS.
Eres nieve ; no podrán.
DOÑA LEONOR.
Eres ingrato.
PORCELOS.
Tú infiel.
DOÑA LEONOR.
TÚ falso.
PORCELOS.
Tú fementida.
DOÑA LEONOR.
Mientes, Conde , por tu vida.
PORCELOS.
Cadena , parque y papel
Son testigos.
DOÑA LEONOR.
¡ Ab cruel !
¡ Tanto engaño , tanto enredo !
AlapueríaDOfi y EIK, y escucha.
PORCELOS.
Déjame , Leonor.
DOÑA LEONOR.
No puedo.
PORCELOS.
Libre soy.
DOÑA LEONOR.
Y esclava soy.
PORCELOS.
¡Cómo , si rabiando voy !
DOÑA LBONOR.
¡ Cómo , si llorando quedo !
{Ásele de la capa.)
PORCELOS.
Suelta la capa. ^
DOÑA LEONOR.
La palma
He de alcanzar.
PORCELOS.
No podrás.
DOÑA LEONOR.
iNo vale tu cnpa mas
Que un alma? Suéltame el alma.
PORCELOS.
Engaña el mar con su calma,
Y tú con esa dulzura.
DOÑA LEONOR.
¿Cuándo engaña fe tan pura?
PORCELOS.
Si finge amor.
DOÑA LEONOR.
Es error ;
Mas bien dices , no es amor
El que llega á ser locura.
{Vase Porcehssin ver á don Vela.)
DON VELA.
¿ Esto escucho , y vivo estoy ?
Esto be visto , y tengo vida?
Villana, falsa, homicida.
Tirana del ser que soy ,
Pues vida me dabas , hoy
Desestimas tu belleza.
Tu recato, tu nobleza
Y el alma que yo te di ;
¿ Cómo te lleva tras si
fu misma naturaleza?
¿ Desta suerte , desta suerte
Se premia mi inmenso amor?
Eres símbolo, Leonor,
Del engaño y de la muerte.
DOÑA LBOMOB.
Hombre , ¿quién eres? Advierte
Con quién hablas; que , á mi ver,
Vienes loco.
DON VELA.
Puede ser;
Que locos hace una pena.
{Ap. ¡Que trayendo mi cadena
Esto diga una mujer !)
Si amor á don Diego tienes ,
¿Cómo me engañas á mi?
DOÑA LEONOR.
Loco, ¿qué dices?
DON VELA.
Qué vi
En ti amor , en él desdenes.
DOÑA LEONOR.
Hombre ú demonio, ¿á qué vienes?
DON TELA.
A ver tus muchos engafios.
DOÑA LEONOR.
¡Qué sucesos tan extraños !
DON VELA.
Los que con el alma toco.
DOÑA LBONOK.
¡ Hola ! Echad de aquí este loco.
DON VELA.
¿Locuras son desengaños?
DOÑA LEONOR.
Haréte matar.
DON VELA.
Ya muero
A manos de tus rigores.
DOÑA LEONOR.
¿Qué dices?
DON VELA.
De los favores
Que me diste desespero.
DOÑA LEONOR.
Hombre , vete.
DONVEU.
Oye, áspid fiero.
DOÑA LEONOR.
¿Quién eres?
DON VELA.
Quien te ba adorado.
DOÑA LEONOR.
Y ¿quién soy?
DON VELA.
Quien me ha engañado.
DOÑA LEONOR.
¿Yo te vi?
DON VELA.
Ni me has de ver.
DOÑA LEONOR.
i Qué desdichada mujer!
DON VELA.
Yo si que soy desdichado.
{Vase cada uno por tu puerta.)
Sale MONGANA.
■ONGANA.
Viéndome desaliñado ,
Pobre, mal vestido y roto ,
¿Quién dirá que soy devoto
De sab^r lo nue h^ pasado?
Por sal (1 ^n es la dama
De doii , señor,
^^nde '^ s wü amor,
os ..de la cama,
tm soldado
despeje V
58
Con sus barbazas de hereje,
Hasla el jardín be llegado;
Por Dios, que la Reina sale;
¡ Qué santa mujer! Qué bermosu!
be las flores es la rosa ,
Mas que toda España vale.
SaU LA REINA.
REIKA.
i Hola ! Avisad ¿ las damas
Que á los jardines me voy;
Si melancólica estoy ,
Hagan pálidas retamas.
Hagan llores y ja7.mines
Lo que el discurso no ba bccbo;
Mas si el mal esti en el pecho ,
No hay remedio en los jardines. {Va$e.)
■OXCASIA.
La Reina es cosa sagrada;
0ella no puedo saber
Quién es aquesta mujer
Tan servida y recatada^
Van saliendo las damas, con bandas y
hablando.
A esu be de llegar primero ;
Ingeniosa es mi cautela.—
Criado soy deéon Vela.
{Hace reverencia.)
DOfÍA LEONOR.
Pues ¿ qué importa , majadero?
HONGAIfA.
No sois vos, pues respondéis
Tan á secas.
noSÍA LE0:«0R.
Anda , Isabela. {Vau.)
$a/0 ISABELA, ddíflia.
IIOKGA?fA.
Criado soy de don Vela.
ISABELA.
Muy buena alhaja tenéis.
MONGA XA.
También me responde mal.
Sale MARCELA , dama.
Esta se llama Marcela.—
Criado soy de don Vela.
MARCELA.
Servis á lindo hospital.
MONGAIfA.
Esta tampoco ha de ser.
SaU BRIANDA.
Una esclavina bufona
Sale Umbien, y es persona
A quien he de acometer.
BRIANDA.
¡ Qué aprisa la Reina va!
Aun k las damas no espera.
MONGANA.
Mas ¿si aquesta galga fuera ?
Pero presto se sabrá.—
Criado soy de don Vela ,
Mi Señora.
BEUNDA.
Huelgo, áfe.
De conoceros.
MONGANA.
Ya sé
(Todo el tiempo lo revuela)
Que le dais muchos favores.
BRIAXDA.
Luego ¿ ya me ba conocido ?
{\ase.)
EL POCTOR MIRA DE MÉSCUA.
MONGANA.
¿Qué? Muy bien , y agradecido
IDslá suspirando amores.
BRIANDA.
Este rubí le has de dar
En albricias; ¿que ha gustado
Que yo le quiera?
MONGANA.
Doblado
Dice que ahora ba de amar.
BRIANDA.
Buenas nuevas te dé Dios ,
Rso mis ojos desean ;
Voyme , porque no nos vean
Solos hablando á los dos.
La sortija es extremada ,
Tráigala desde hoy por mi.
{Ap. A la Reina la cogi.
Esclava y enamorada ,
¿Qué no ha de hurtar?) ( Vase.^
MONGANA.
¡ Dos mil cruces
Me hago! La perrengue ha sido;
Lindamente lo he sabido ,
Y por lindos arcaduces.
¡ Oh cuánto necio blasona
Que dama de partes tiene,
Y es, cuando a saber se viene,
Un punto mas que fregona!
Don Vela y don Diego son.
Sale DON VELA t PORCELOS.
DON VELA.
Esto, amigo, me ha pasado.
PORCELOS.
De todo estoy admirado.
MONGANA.
Déte mas admiración
El que sé quién es tu dama.
DON {EL A.
¿Qué dices, loco?
PORCELOS.
Que yerra
Tu gusto amando á ana perra ;
Una galga es quien te llama
Suyo.
DON VELA.
Y ¿cómo lo has sabido?
MONGANA.
Ella me lo dijo á mi,
Y le envia este rubí ;
Piensa que la has conocido
Y que la quieres.
PORCELOS.
Don Vela ,
Eso es sin duda , Brianda
En estos enredos anda ,
Suya ha sido la cautela.
No era letra de Leonor ,
Y aun siempre yo sospeché
Que la voz suya no fué.
DON VELA.
¡Habrá desdicha mayor!
Echó la fortuna el sello
En perseguirme y burlar.
MONGANA.
El rubí puedes tomar.
DON VELA.
Ni he de tomarlo ni vello.
A la bufona embustera
Se le vuelve.
MONGANA.
Si, mañana.
PORCELOS.
Toma esta bolsa , Mongana,
Por ese rubí ; y no qviera
Caer en la necedad
De volverlo.
■OKGANA.
No caeré.
PORCELOS.
Esto se gaste, que fué
Atreverse mi amistad ,
Y en habiéndose gastado ,
Tü me avisarás después.
DON VELA.
A quien desdichado es ,
No hay consuelo, ni aun sonado.
PORCELOS.
En mi he vuelto, corazón;
Dame albricias, alma mía ;
Toma , toma mi ale^a ,
Dame , dame tu pasión.
Alentad, ojos» deseos.
Alentad , no siendo eitraños;
No me matéis, desengaños.
Con el placer, deteneos.
■ONGANA.
En estos jardines anda
Ya la Reina.
PORCELOS.
Verdad es ;
Retirémonos los tres.
DON VELA.
i Que me engañase Brianda !
{Vanse.)
Sale LA REWA t DOSA LEOM
REINA.
Desnudó el invierno frío
Estas ramas del jazmín ,
Monarca deste jardín ;
Y las albas del estío.
Llorando en él su rocío ,
Restauraron su belleza ,
Y la arrugada corteza
Vio su pompa natural ;
Y sienao yo racional ,
¿Es eterna mí tristeza?
Esta fuente casí'helada.
La estación del tiempo fría ,
Calla con melancolía ,
fin si misma aprisionada ;
Vino mayo, y desatada
Corrió con mas ligereza ,
Dando al aire con belleza
Martinetes de cristal ;
Y siendo yo racional ,
¿Es eterna mi tristeza?
El pajarillo , que muerde
Esos ramos y esas flores.
Cuando copia los colores
De su pluma el campo verde.
La voz rompe , el color pierde
Que infundió naturaleza
En su viudez , y asi empieza
Su música accidenul;
Y siendo yo racional ,
¿Es eterna mi tristeza?
DO^A 1.1090».
Señora , la causa di
De tus tristezas.
REINA,
No Sé.
DOÜA LIOMOt.
¿No ha de haber reoiodio?
iB>
DOJlA LSONOft.
¿Quieres que te canieiit
NO HAY DICHA NI DESDICHA HASTA LA MUERTE.
85
BKOIA.
Sí.
DOXA LBOROR.
te paes, y li pena
divertirás.
REHIA.
podrá ser jamás.
DO^A LEOHOR.
al cnello esta cadena ,
>de labor africana,
e ha Tísto en León
iríosa perfección.
KEDfA.
lier medicina es vana,
r , el Rey se ba cansado
, enfadado me mira,
n le ofrece á Elvira ;
techo enamorado ,
DO tiene otro estudio
mar con impaciencia,
mas del Rev la ausencia
afrenta defrepudio.
DO^A LEOÜOR.
ogaño. — Cantad.
RKIÜA.
Crece
I si música das;
alegre alegra mas,
iste mas le entristece,
■tsicos. (Cantan.)
: está y ofendida
\n reina de Caríago ,
r ha sentido la ausencia
tel piadoio troyano.
ido ai fuego se arroja,
lamas se aumentaron ,
f lágrimas de amor
íes son, y no llanto.
REI?TA.
tien. — Encended f(ie$;o ;
en desdichas me abraso ,
> juntar en mi muerte
i fuego, rajo á rayo,
i pena , faria á furia ;
os cielos me negaron
vida , amor á amor ,
á gloria , labio á labio.
DOÑA LE0?I0R.
accidente es este tuyo?
EL REY, T im CRIADO con un
retrato y que le da al Rey.
CRIADO.
s. Señor, el retrato
«pediste de Elvira;
ragoza le traigo. (Vase.)
REt.
! has servido muy bien.
» mirarla despacio ,
e ba de ser de mis penas
io y el reparo ;
sospechas no mueren,
ciertos mis agravios ,
icion será hermosa
lella que estoy mirando,
lo , cuánto mas gallarda
lante qne esta ? Cuánto
lel ángel (¡qné temo!)
itmwo y mas bizarro?
a es esta de aquel sol ,
es esta de aqoel rayo;
qué importa mi amor,
konorestá temblando?
Músieos. {Cantan.)
r Hora dét ejemplos
antes , Ero y Leandro ,
Unidos en una muerte ,
En una fe y en un mármol,
REINA.
Dichosos aquellos dos.
Que fenecieron amando.
Si eran honestas sus vidas ,
Sí eran sus amores castos.
Dejadme arrojar á mi
Sobre los duros peñascos
De ese parque; mas ¿qué importa.
Si no he de encontrar ios brazos
De mi esposo?
RET.
Las tristezas
De la Reina van pasando
Adelante cada día ,
Y yo no me satisfago
De mis dudas ; déme el cielo
La muerte ó el desengaño ;
Pero junto lo estoy viendo ,
En su cuello estoy mirando
Desengaño y muerte. ¡ Ah cielo !
Lo que te pedi me has dado.
A No es aquella mi cadena?
Sin vergüenza y sin recato
La trae al cuello , diciendo
Que se la dio un hombre falso.
Ea , á sentir me retiro ;
Ea , ya á morir me aparto ;
Ea, acabemos con esto,
Muramos, honor, muramos. (Vase,)
BRIAIfDA.
Mirando te ha estado el Rey
Entre esas flores y ramos ,
Y se le cayó en el suelo
Un retrato de la mano.
REIXA.
Dámele ata ; dame luego
Ese veneno ó letargo,
En que duermen mis sentidos.—
Idos todos , retiraos.
D05ÍA LEOXOR.
¡Que niegue el Rey á esla fe
Deudas de amor !
BRIAKDA.
¿Qué intervalos
Son estos ? (Yase.)
D05ÍA I^OXOR.
No los entiendo ;
El seso le va fallando. ( Vase,)
(Quédase la Reina hablando con el re-
trato.)
REfNA.
Elvira, entremos en cuenta
Las dos ahora , y sepamos ,
Yo tu bien , y tú mi mal ,
Yo tu dicha , y tú mi agravio.
Mas hermosa eres que yo ,
No lo niego; pero ¿cuándo
No es la hermosura infeliz?
Ejemplos tenemos raros.
Naturaleza y fortuna
Usan efectos contrarios;
Al dar belleza , al dar dicha ,
Las dos nos truecan las manos.
( El Rey á la puerta , escuchando.)
Elvira , escarmienta en mi ,
Que me he visto en el estado
Que has de tener, y has de verte
En el que yo estoy' llorando.
Dichosa tú , que tendrás,
Cuando lleguen los trabajos
De tu espíritu , consuelo
En lo que á mi me ha pasado.
Hallarás en mi un ejemplo
De fe, de amor, de recato.
Desdichas y mas desdichas.
Unas tengo, otras aguardo.
Mira , Elvira , que al Rey quieras ;
Solo anhelen tos cuidados
Por amarle como yo,
Pero no podrá ser tanto.
Mas ¿cómo tengo paciencia
Para mirarte de espacio,
Y para darte consejos
Contra mí , qne en celos ardo ,
Contra mí , que llamas hielo?
Pensamientos soberanos »
Deseos no conocidos
Y amores nunca estimados ,
Plega al cielo que yo vea
Al dueño deste traslado.
Con los áspides que ahora
El alma me están chupando;
Plegué al cielo que yo goce
Las quejas y desengaños .
Que tendrá.
Sale EL RET.
Nada;
(Yau,)
arr.
¿Qué es esto?
REINA.
Tomad allá ese retrato.
RET.
Cuando á buscalle venia ,
Sospechas y dudas hallo.
Que me contrastan de modo
Que suelen vientos contrarios
Impelir y detener
Un bajel , que zozobrando
Se ve en ondas de zafir ,
Se ve en montes de alabastro.
Vi la cadena , y oi
Palabras que eran regalos
Del amor mas verdadero.
Del corazón mas humano.
¿Preguntaré quién la dio?
¿He de andar averiguando.
Como hombre vil, las injurias?
No han de salir de los labios.
Sale PORCELOS.
PORCELOS.
Horas há que no te he visto;
Dame , gran señor, la mano ;
Que el día que no la beso ,
Estoy tan desazonado.
Que de nada tengo gusta
RET.
Llega, don Diego, á mis brazos.
PORCELOS.
Sin la mano , no hay favor
Que me satisfaga.
RET.
Ei^traños
Son tus modos de obligar ;
(Ap. Pero ¿qué be visto? ¡Qué vaso
De veneno estoy bebiendo !
En el rubí que le he dado
A la Reina , mis dos joyas,
Como amantes , se han trocado;
¿Qué mas desengaños quiero?
Bastan , honor, estos cargos;
Por agraviado me doy,
Cuando bastó sospecharlo.)
Don Diego, venid conmigo.
PORCELOS.
Siempre seguiré tus pasos.
RET.
A las doce dé la noche
E» este parque os aguardo.
Salen al balcón pOlSk LEONOR
Y BMk^ülí, esclava.
D05ÍA LBONOR.
Brianda, en este balcón ,
Ya qne la noche ha venido,
Espero restítaído
A mi pecho el corazón.
Hablarme qaíere don Diego,
Repetir querrá sus quejas ;
Y asi , be venido á estas rejas
Con algún desasosiego.
Darle pretendo un favor,
Si viene como sol ia;
Vé á traer , Brianda mia ,
Una banda de color.
BRIAFIDA.
Hnélgome ftiucho que estés
Alegre; Umbien lo estoy,
Pero por la banda voy.
Yo te lo diré después. (Vate.)
DOÑA LBOnOR.
Vengas , oh noche, en buen hora ;
Si amor me da tus favores ,
Tus estrellas serán flores ,
Tu obscuridad será aurora.
Salen PORGELOS v CARRASCO.
PORCELOS.
Carrasco, vuélvete á casa.
CARRASCO.
¿Cómo te puedo dejar?
PORCELOS. *
Solo esta noche he de andar.
No has de saber lo qne pasa ;
Mira que me enojaré
Si no te vas.
CARRASCO.
Tuyo soy.
(Áp. Aunque finjo que me voy.
En este parque ipodré
Esperar ; que soy leal ,
Y aun puedo estar reposando ,
Porque él suele estar hablando
Una noche natural.
Aqui me tiendo, y él hable
Cuanto le venga á la boca.)
(Pénese un liento en la cara , y la capa
por almohada, y duerme,)
D05ÍA LEONOR.
¿Quién á nuestras rejas toca?
PORCELOS.
(Ap. Ella respondió; ¡notable
Es su cuidado ! ) Leonor,
¿Quién se pudiera atrever
A estas rejas , á no ser
Animado de tu amor?
D05ÍA LEONOR.
: Ay Conde! Gracias al cielo,
Que mas apacible vienes.
PORCELOS.
Razón de culparme tienes.
DOÑA LEONOR.
Habla paso.
PORCELOS.
No hay recelo
Ya en mi amor ; que el Rey me dijo
Qne tú mi dueño has de ser.
DOÑA LEONOR.
\ Oh, qué dichosa mujer!
PORCELOS. ^
Oh, qué inmenso regocijo!
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Sale MONGANA.
HONGANA.
Siguiendo voy y acechando
A este bellacon ; que muero
Por vengarme. Como un cuero
Está durmiendo y roncando.
Ya una burla le prevengo ;
Que , como aprendo á escribir.
Mi tintero ha de venir
Siempre aqui. Si del merengo,
Seré un famoso varón ;
Aunque esto será barato,
Con que cuelguen mi retrato
En alguna procesión.
Tinta le echo en las dos manos,
Pues las tiene tan tendidas ;
(Échale tinta.)
¡Oh ! véalas yo mordidas
De dos valientes alanos.
PORCELOS.
},Tik\ , Señora, has de decir?
Darásme gran desconsuelo.
¿Tú temores? Vive el cielo ,
Que de amante he de morir.
DONA LEONOR.
Y yo. Conde, he de quererte
Hasta que deje de ser ,
Y aun mi amor ha de exceder
Los términos de la nmerte.
(Pica M^igana d Carrasco con una pa-
ja en% cara ^ y él se tiñe al refre-
garse con las manos.)
MONGANA.
Vos mismo seréis , Carrasco,
Quien la burla os haga así ;
¿ Pica la mosca? Eso si ,
Eso será untar el casco.
¡ Oh , si un áspid le picara !
No está oira mano segura ;
Déte el cielo la ventura
Como te pones la cara.
Él se pone negro y fíero ;
Borracho debe de estar.
Pues no acierta á despertar.
Espada , capa y sombrero
Cobré ya. —No ha de dormir
• (Quítaselo.)
Quien tiene enemigos, loco.—
Otra vez le pico y toco ,
Acábese de teñir. (Yase.)
PORCELOS.
¿Cómo he de irme sin señal
De tan verdadero amor?
Cómo he de irme sin favor
Que hacerme pueda inmortal?
DOÑA LEONOR.
No os iréis; dame esa banda
Azul, que el alma me alegra ;
¡ Ay ! que la arrojé , y es negra ;
¡ Oh , qué necia estás, Brianda !
(Arroja la banda.)
PORCELOS.
¿Qué importa el negro color?
Ningún agüero me muestra ;
Que en el haber sido vuestra ,
Está , Señora , el favor.
DOÑA LEONOR.
Adiós , Conde , hasta mañana ,
Que volváis á ser el dia
De mi luz y mi alegría. (Vase.)
' PORCELOS.
Vos el alba soberana. —
¡Oh banda , cuánto he estimado
Teneros por prenda hermosa
De la que ha de ser mi esposa !
Vuestro color no ha turbado
Mi esperanza y mi alegría ,
Que la noche negra y fea
El amante la desea
Mas que el rosicler del dia.
¿Quién es? ¿Qué gente?
CARRASCO.
Ninguna
Hay ; que sin espada estoy.
PORCELOS.
¿ Quién eres , hombre?
CARRASCO.
¿Quién soy?
¿No conoce baeiendo luna?
PORCELOS.
¿Eres sombra ó monstruo feo?
CARRASCO.
Pues que no me ha conocido ,
Quiero callar.
PORCELOS.
Negro ha sido
Esta noche cuanto veo.
CARRASCO.
Él me mandó que me fuese ;
No quiero enojarle mas. (Vm
PORCELOS.
¿ Cómo callando te vas ?
Pero ¿qué recelo es ese.
Corazón ? Negro seria ,
Que estaba durmiendo aquí ;
Nunca en agüeros creí ,
Dios es quien todo lo guia ,
Porque el mundo engaña y miente
Bien es que algunas señales
Han precedido á los males,
Pero todo es accidente.
Muerte y vida Dios la da ;
No hay potencia humana cierta ;
Las doce son , y la puerta
Siento abrir; el Rey será.
Sale EL REY.
REY.
¿Es el Conde?
PORCELOS.
Sí , Señor.
REY.
¿ Venis solo?
PORCELOS.
Solo vengo.
REY.
Esperad un rato. (Va
PORCELOS.
Tengo
Un linaje de temor:
Que no entiendo para qué
Solo á estas horas y aquí
Me quiere el Rey; pero á mi
¿ Qué me importa ? No lo sé ,
Ni es bien sabello ; tsperar
Me toca y obedecer.
(Siintaseen unaH
Misterio el Rey ha de ser*
Que no se ha de escudriñar;
Pero esta melancolía,
Este cuidado y temor.
Que serán de nuestro bmaor.
No se han de hacer prolecia ;
Que han de ser-afectos vmm» ,
Pasiones de ánimo erranies»
Porque nunca estáv oouataiites
Los pensamientos hamanot.
El Rey me mira estos dias
Con semblante difereHe ;
Luego causa suficiente
Tienen mis melancolías.
Na HAY DÍCHA NI DESDICHA HASTA LA
ia se ba cansado ,
lioariassoD,
D declinación
legan á so estado.
« ni envidiosos
; vanos temores,
; qne ni hay traidores
o ni hay quejosos.
►ien, viVobien;
?1 Rey, yo leal;
r que recelo mal?
go , si es vaivén
una, ¿qué importa?
injurias ofrezca,
no las merezca;
las larga . corta
lando el morir
m pálido ceño
a engendra sueno,
9dré dormir. {Duérmese.)
Sale EL REY.
RLY.
de un desdichado
doy, pues deseo
dad . y me veo
el obligado,
ente y leal
'I Coiíde me ha servido,
|oe me juzgo ofendido,
lo querer mal.
10 se durmió.
V aqni que decir;
uede dormir
11 rey ofende? No.
son y antojos
;lias: la traición
es como el león ,
•rra hion los ojos,
me descuidado,
' , sin temor;
ede ser traidor
II sosegado?
, yo lo dejo;
n vehementes
is , piedad, ¿mientes?
me ofendo y auejo,
go ; si por dicha
recto soy;
maerle te doy,
; tu desdicha.
espada , y al mismo tiempo
puñaladas y y él se de fien-
i silla. )
PORCELOS.
Dios! ¿Quién da muerte
►nle?
RET.
Un rey justo,
a con disgusto,
ntraría mi suerte,
rza.
PORCELOS.
Señor, Señor,
I , no te ofendí ;
) me matas?
RET.
Si,
e ve mi amor;
ero que ninguno
raidor has sido
■btoy ofendido,
ro queda el uno
; saben lo cierto ,
'stigo es ,
é después ,
i haberte muerto.
PORCELOS.
jra siento mas.
En ansias tan infelices ,
Las palabras que me dices
Que la muerte queme das.
¿Traidor don Diego Porcelos?
Ño puede ser ; desdichado
Eso sf , pues levantado
Se vio en los cietos, y dellos
Tu me has dejado caer,
Para desdicha mayor.
¿ En qué te ofendí. Señor?
Vive Dios , que él ha de ser
Quien descifra mi lealtad ,
Quien me de al morir paciencia ,
Quien ampare mi inocencia ,
Pues es la misma verdad.
Tener espada quisiera
Para fendirla á tus pies ,
No por defenderme , que es ,
Cuando tú gustas que muera.
La defensa una traición ;
Culpado debo de estar ,
Pues tú me quieres matar.
Siendo tan recto varón.
Culpado seré sin duda ,
Pero no sé en qué , Señor ;
¿Cómo, dime , tanto amor
En tanto rigor se muda?
Por ser tu hechura ( ¡ ay de mi ! )
Lástima darte pudiera
Verme deshacer. ¡Quién fuera
Pobre hidalgo como fui !
Tres cosas son las que hoy
Te encomiendo , si te obligo:
Mi honor, mi cuerpo, mi amigo,
Porque el alma á Dios la doy.
Y muriendo dcsta suerte ,
Mi dicha no tuvo efeto ;
¡Qué proverbio tan discreto!
Que no hay dicha hasta la muerte,
[Cae junto al paño , y tápale con él.)
REY.
¡Ah leyes del mundo! Ab sabios!
¿Cómo no enmendáis las leyes,
Pues es forzoso á los reyes
Vengar asi sus agravios?
Mas ¿ qué he de hacer ? Yo lo hice
Porque esté secreto asi ;
¡Ah miserable de ti!
Ah venturoso infelice!
No ha de haber ojos que crean
Que yo le quise matar ;
Prevenidos han de estar
Los que importa que le vean.
Hola.
Salen LA REÍNA, DOÑA LEONOR y
BRIANDA , con luz.
DOXA LEO^fOR.
¿Qué quieres, Señor?
Rumor de espadas senti.
REINA.
Señor, ^vos estáis asi?
Vos ministro del rigor?
¿Para esto me habéis mandado
Venir aquí?
REY.
Mirad luego...
(Aquí se turba) á don Diego...
DOÑA LEONOR.
¡ A y corazón desdichado!
Ay mí esposo I Ay dueño mío !
Ay caballero leal!
¿Quién te ba dado mnerte tal? ,
REY.
¿Qué dices?
DOÑA LEONOll.
De mi albedrio
MUERTE.
Era el dueño, y yo del sayo ;
A mi esposo me han quitado.
REY.
Luego ¿él te quiso?
REINA.
Ha mostrado
Gran flaqueza el pecho tuyo.
Si cuando yo te noté
Aquel papel , se le diera.
Tu amor ocasión no hubiera
De la flaqueza que ve
El Rey en ti ; ¿tú, Leonor,
Has de decir que has tenido *
Amor? Si piedad ba sido,
¿ Por qué le llamas amor?
Lástima decir podrías
De lástimas; pero no»
Que si muerte el Rey le dio.
Fueran las lágrimas pías
Injustas ; el Rey lo ba hecho,
Justicia debió de ser ;
Él es rey y tú mujer.
Ten valor, sosiega el pecho.
Esta cadena me has dado.
Que á ti el Conde te la dio ;
No quiero cadena yo
De un hombre tan desdichado
O tan traidor; toma pues
Tu cadena ; y vos , Señor ,
Oid aparte , y Leonor,
Por osada y descortés ,
No me tendrá si me escacha.
¿Vos cruel y vos tirano T
Vos matáis por vuestra mano?
Esa indignidad es mucha.
¿No podíades mandar
Que lo matasen , si habia
Hecho alguna alevosía?
Y ¿qué delito fué amar
A Leonor , para dar muerte
A un hombre que os ba servido
Con tal amor , y c|ue ha sido
De un león bramido fuerte?
»
Ea, Señor, ¿qué dirán
Las historias de Castilla ,
Si vuestra misma cuchilla
Corta los cuellos que están
Sirviéndoos con tal cuidado ?
RET.
Señora , ¿qué es de un rubí
Que en prendas de amor os di?
REINA.
Esa esclavina le ha hurtado,
Y ella dirá á quién le dio.
REY.
Dilo.
RRIAIfDA.
Señor , la verdad
Es qne tuve voluntad
A don Vela , y me engañó
El diablo , y se le di.
REY.
Válgame Dios , y ¡ qué extraños
Son del hombre los engaños !
(¡Ay infelice de mi!)
¿Que di la muerte á an amigo?
Mi error á furia provoca ;
Tu eres reina , á ti te toca
Darme un ejemplar castigo.
Toma esa espada , da muerte
A un homicida cruel
Del vasallo mas fiel.
No viva , no , desa stifsrte
Hombre que para vengar
Sus sospechas no inquirió
La verdad , y se engañó.
REINA.
Va mi 9 os he de dar ,
• ríe.
S6
KET.
Entre don Vela,
A quien llamar he mandado.
Sale DON VELA.
Ya no serás desdichado ,
Si es que el cielo te consuela.
A ese varón heredaste,
Sus títulos y su renta ,
Sus oflcios, y á mi cuenta
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Quedáis siempre, porque amaste
Al que mató esta cuchilla ;
A fe que han de hacer mención
De Ordofio , rey de León ,
Los anales de Castilla.
REI7IA.*
Don Vela ha de dar la nano
A Leonor , pues es trasunto
Del infelice difunto,
A quien , no el rigor tirano,
Sino su misma desdicha ,
Dio la muerte. ?
IM>1I TKLA.
Yo no sé
Cómo he vivir , si hallé
Mayor desdicha «n la dicha.
RET.
TÚ has mejorado la suerte.
DON TELA.
Murió un hombre sin segundo ,
Y asi se ve que en el mondo
No hau dicha ni desdicha hasta
[muer
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
iBLIGAR CONTRA SU SANGRE,
DEL DOCTOS MIBA DB MÉSGUA.
PERSONAS.
PE DE ESTRADA.
URClA VELAZ-
r
DON NUNO DB CASTRO.
DOÑA SANCHA.
DOÑA ELVIRA.
COSTANZ A, 6fMa.
LAIN.
m JUStiaA MAYOR.
AÑORADA, «HmI^.
UN. ESCUDERO.
UN CRIADO.
)RN\DA PRIMERA.
DON ÑUÑO T DON LOPE, viejú.
DON lluSO.
m Lope de Estrada, hemos lleea-
í frondoso sitio, hermoseado [do
la Qodosa corriente,
íoisQfiíicorre, j nace fuente;
curso, impidiendo al sol ardores,
I de piala, ciñe esa rihera,
sno de cristal , riega esas flores.
DON LOPE.
Kiene que ver eso con llamarme,
li solo merme?
pva que riñamos?
DON NU.^O.
Perdonarme
"rancio podéis; qne, si atreverme
caros aqui solo be querido,
^Qlopede E<trada, porque ofdo
"í razones déi?» un rato atento ;
«5 voesiras conmigo, en ocasio-
[nes»
parecen agravios que razones.
DON LOPE.
, ^os^jo que os di de Oel amigo.
•JoeenelRcy siento es de vasallo
^ que no bailo
**cederme pueda , [ceda,
íoe aqaí yo mismo á mí me ex-
DON NÜÑO.
J ?** Verdad ; mas ja que sigo
I Vl^^ me babeís ocasionado,
^n^e , don Lope, mas templa-
g tengoTode los retiros [do.
*o» noestrorey? Qué culpa ten-
[go
í***^»» te ¿voces, con suspiros,
7- ^a^iwl la infaosU suerte?
*««ce atrevido yo en su muerte?
«WN LOPE.
*• las aocioiies del Monarca
f«e ea olidos colocados
Son como reyes casi yeiiendos,
Cuando efectos do son detiranit.
No las ha de Impedir dega osadía.
Ni murmurarlas; porque eo esta parte
El que murmura de su rej con arte,
Con gusto, con cuidado,
Aunque premio no tenga el merecerlo,
O amael qtiees traidor, ó quiere serlo.
Alfonso amórtenla;
Vos y vuestros parientes (¡qué osadía!).
Con ánimo traidor (¡qué Infame he-
[cho !),
Romplstes de Raquel el blanco pecho,
Puiliendo, como nobles cistellanos,
Depuestos los aceros de his manos.
Con blandas anejas y piadosos ruegos,
Vencer (1k Alfonso tos ardores ciegos.
Dejáraisle gozar lo qne qnerla;
Que un dia llama ¿ voces i otro día,
Y suele en la delicia mas ufana
Lo que hoy parece bien cansar nafiana.
V cuando el rostro un rey atento entre-
A sns vasallos, y á la foz no niega [ga
De sus piadosas quejas los oídos.
Débese permitir que los sentidos
Cocen tal vez delicias ,
Deleites ó caricias.
Pues para obedecer de amor las leyes.
Hombres como nosotros son los reyes.
DON iioSío. .
No niego esas verdades ;
Pero, con descompuestas libertades ,
Hacerme vos culpado
Gn lo que yo, don Lope.Dobe pecado,
Es querer, si se mira.
Que baga su efecto contra tos la ira.
BOU LOPE. [leis.
Culpado fuisteis Vos, un traidor fnls-
Tome elacero,aunqneen mi débil ma-
Venganza de esta afrenta. [no,
DON NOffO.
Va me pesa, por Dios; fué desvario.
DON LOPE.
Aun tengo ftaersas, no me ftiUa brio.
DON ÑOÑO.
¿Qué pretendéis?
Halaros.
DORIlUffn.
Quisiera, arrepentido, reportaros.
DON LOPE.
SI no refila, os auitaré.
DOR mño. (Ajp.)
Furioso
Le tiene ya la injuria, y animoso
Quiere vengarse. Defenderme hitento;
Que, en todas ocasiones.
Ha sido la defensa acuerdo siblo, *
Pues DO hay qne asegurarse del agrá-
DON LOPE. [vio.
Flacas las fderzas de mi brazo siento.
{Entran rtíUndút reUránéue éim
Upe.)
DONROfO.
No i tan justos pesares me ocasiones;
No midas mas ta acero con el mió.
DON LOPE. {Dentro.)
Moertosoy.
Sale DON ÑUÑO , eon la e$páda en la
DOHNOffO.
¡Avdemlloeo-brio!
Ciego y predpft^ t
Ya difunto cadáver le be dfjado.
Retirarme pretendo, •
Porquejne signe gente, á lo que entlen-
No buscaba sn muerte ; [ do.
Efectos son de mi Infelicesaerte.
{Yaee.)
Salen DOÑA SANCHA v LAIN, i GOS-
TANZA T DON GARCÍA.
DORCátCU.
Sancha, tos C09ai no entiendo;
Yo vivo y muero qncjoaó ,
Pues si en tn favor reposo.
En tus desdenes ne eaeiendo.
S8
A un mismo tiempo que miras
^ii firme verdad (Jicbosa,
Mí voz escuchas piadosa,
Y liraiia le reliras.
¿Cómo puedes^ Sancha mia,
Permitir, si en tu beldad
Halló jugarla piedad.
Que le baílela Urania?
DOXA SANCHA.
¿Yo tirana? Aquí llegaste.
Perdido por la maleza
De esa encumbrada aspereza,
Y albergue en mi casa hallaste.
RefiTísieme tu historia.
Que de la guerra venias
De Cuenca , y que en pocos dias
Se consiguió la victoria ;
Que á Rúrgos, donde se encierra
VA padre que le dio ser,
Las treguas ibas á hacer
Del cansancio de la guerra.
Porque el Rey, algo obligado
De un liero accidente loco.
Dejó á Toledo há muy poco,
Y á Rúrgos se ha retirado ;
Que una hermana, en fín, te dio
Et cielo, hermosa bebdad.
Que desde su tierna edad
En las Huelsasse crió.
Porque la faltó su madre;
Que del convento ha salido
Ahora, porque ha venido
Con Alfonso el rey tu padre.
Y ()orque mas amparada
De mí tu nobleza vieras.
Me referiste que eras
Garci-Velazquez de Estrada.
Yo, que tu nombre escuché.
Sin ver que un hermano tengo
En Rúrgos, á quien prevengo
La obediencia, que entregué
Con voluntad mas que humana,
A tropel I é, lirme en ella.
Los recatos de doncella
Con los respetos de hermana;
Y aunque en parte recelosa ,
Por las razones que ves ,
Quise admitirte cortés
Y aposentarle piadosa.
Mira pues qué tiranía
Cabe en aquesta verdad ;
O ha sido error mi piedad ,
O es culpa mi cortesía.
DON GARCÍA.
¿No dices mas?
PONA SANCHA.
Pues ¿qué ha habido,
Que á mi el decirlo me impida?
DON GARCÍA.
Lo que callas de encogida ,
Yo lo diré de atrevido.
La primera vez que oiste
Mi amoroso pensamiento,
Culpaste mi atrevimiento,
Pero no me despediste.
Segunda v^z llegué osado.
Aunque temí tu disgusto.
Y e^cuchásteme con gusto , •
Mirásieme con agrado.
Y un dia, que los favores
Del mirar y del oir
Pude, Sancha, conseguir,
Saliste á coger las flores
Reste músico arroyuelo.
Cuya voz nace halagüeña
En la boca de esa pefia ,
Y iiiuere en tumba de hielo.
Mí mano aquí bulliciosa,
Pofque gloria distribuya.
Andaba tras de la tuya,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Como abeja tras la rosa.
Tú, que con vergüenza aprisa
Tejes púrpura en tu cielo ,
Cubriste á la mano nn velo,
Y descubriste la risa.
Dudó la ignoraneia mia
Si f ra la risa en tu intento
Pesar de mí atrevimiento
O burla de mi osadía.
Mas mí afecto soberano
Me dijo, porque portie :
«Jamás boca que se rie,
Suele negar una mano.»
Su nieve, y así el sosiego
Como le usurpo al sentido.
Con mis labios, atrevido.
Quise ver si era de fuego.
Vilo; y en esta porfía,
Desvanecido y ufano.
Ni retiraba^ tu mano ,
Ni te enojaba lamia;
Y así, con esta violencia...
DOÑA SANCHA.
No prosigas.
DON GARCÍA.
Callaré.
LAIN.^
Mí Coslanza , siempre'fué
Discreta v sabia advertencia
No esturbar al que llegó
A la ocasión que desea ;
Como yo los pies menea ,
Y harás lo mismo que yo.
Sigúeme, aunque no te cuadre ,
Pues sabes que tuyo .soy.
COSTAKZA.
Por no estorbarlos me voy;
Que eslo aprendí de mi madre.
( Vanse Cosiama y Lain.)
DOÑA SANCHA.
Ya estamos solos ahora;
Que reGeras te permito
Lo demás, Garci-Velazquez ,
Que tu lu empeño has conseguido.
DON GARCÍA.
¿No has dicho que has de ser mia ?
DOÑA SANCHA. •
Es Verdad que yo lo he dicho;
Pero en la distancia que hay
Del pronunciarlo al cumplirlo ,
Temo (¡ay de mí!) que has de ser
Como el amante tingido,
Que huyendo estragos de Troya,
Por los undosos zaliros
Le condujo hasta Cartago
Leve leño y blando lino.
DON GARCÍA.
Pues A temes que imite á Eneas?
DOÑA SANCHA.
Eso temo yeso miro;
¿Sabes lo que obró inconstante?
DON GARCÍA.
Huésped fué de Elisa Dido,
Vencióse de su belleza.
Perdió sin alma el juicio.
Palabra la dio de esposo,
Gozóla, y después, \encido
De la iugratitud, huyó.
DOÑA SANCHA.
¡Oh cruel! Oh fementido!
¿Que huyó después de gozarla?
DON GARCÍA.
Hasta hoy ha merecido
Por eso nombre de ingrato.
DOÑA SANCHA.
Yo lo creo; ya me inclino
A resistir tas intentos.
Vete, por Dios; yo te pido
QuQ te vayas y me dejes.
DON GARCÍA.
¿Qué dices, Sancha? Qaé has dicho?
DOÑA SANCHA.
Que te vayas , don García.
DON garcía.
Pues lo que el troyano hizo,
¿ Quieres que mi amor lo (ñgae?
DOÑA SANCHA.
Hombre fué, y hombre bas nacido ;
Pues bástame aquel ejemplo
Para temer el peligro.
DON garcía.
El mármol será Inconstante
Con mi pechó, el bronce...
DOÑA SANCHA.
Digo
Que no quiero ser despojo
De las llamas y el cuchillo.
Vete, ó por Dios , que la vida
Me quite.
DON GARCÍA.
Tanto la estimo ,
Que solo porque la tengas,
Voy á perder el sentido.
{Hace que se va.\
DOÑA SANCHA.
Pero con discurso poco
Pronuncio lo que has oido.
Error ha sido culpable;
Porque, alentó al beneíicío.
Sabrás vivir obligado ;
Porque hasta ahora no he visto
Señas en mí de otra Elisa,
Ni en tus palabras indicios
Para temerle otro Eneas,
Falso amante y fugitivo.
Mi huésped eres, esláte.
(Ap. No sé dónde muero ó vivo.
Quiérole. y mí daño teiuo;
Temo el daño, y me retiro;
Vase, y mátame su auseacia ;
Pues, cielos, ¿por qué lo envío.
Si no he de vivir sin él?)
DON GARCÍA.
Hallarás en tus desvíos
La sinrazón de intentarlos
O el pesar de consentirlos.
DOÑA SANCHA.
No puedo mas; que luchando
Están los discursos míos.
Con valor para vencer.
Con temor por ser vencidos.
La verdad es que le qniero;
Ya lo dije, ya está dicho;
Pero cuando considero
Kl mayor daño, reprimo
Mis afectos, y quisiera .
Antes de haberme rendido
A su fuerza, ser no mármol ,
Depósito helado y frío ;
Porque pienso que ha de darme
Raslante ocasión mi olvido.
No digo para quitarme
La vida , que no es castigo
En quien llega á aborrecer.
Que muera lo que ha querido.
Sino para...; mas no quiero.
Aunque lo siento , decirlo.
Entiende lo que quisieres ;
Que ni pongo con juicio
En mi acciou lo que ejerd.
Ni en mi boca lo que digo.
DON GARCÍA.
¿Qué temes, Sancha? Qué temes.
I ¡lastre has nacido?
*, besaré ta mano.
{Dale la mano.)
DONA SANCHA.
lis intentos reprimo,
oe, por Dios; que tienes
s palabras hechizos.
Y yo no sé lo que tengo;
stos lances consentidos
n siempre á ser estragos
onor mas defendido.)
DON GABCÍA.
eré ta esposo juro,
eré tu esposo aCrmo ;
le mal quisiere goce ,
de mi lo que sigo ,
oque paaeciere ,
1 siempre lo que vivo,
esposo no me vieren ,
la, los presentes siglos
^resmas?
DOÑA SANCHA.
Que te recojas.
DON GARCÍA.
odre, si me desvio
s ojos.
DONA sa:«cba.
¿No podrás?
DON garcía.
mis glorias confirmo.
DOÑA SANCHA.
tli se va á tu cuarto,
esia puerta al mió.
DON GARCÍA.
Riendo tus pasos.
DOÑA SANCHA.
be enseñado el camino ;
más tá lo verás,
la ocasión no has temido. ( Vase.)
DON GARCÍA.
voy, amor; á voces
rm'oso imperio publico ;
le la vida, pues
spojo es mi juicio.
{Vase tras ella.)
LAIN T COSTAmk.conunaluZy
y pénenla en un bufete.
LAIN.
e, Coslanza, vas con tanta prisa?
COSTANZA.
?r esta luz sobre no bufete.
LAIN.
obos coDeso,áquienlo ignora;
tere luz, Costanza , la señora.
COSTANZA.
» lo que dices? Malicioso eres.
IJklN.
se bailan sin luz muchas muje-
COSTANZA. [res.
ihora, Lain, y en este suelo
liemos los dos, porque parlando
mos la noche.
LAIN.
¿Estás burlando?
i estas noches todas que han pa-
[ sado
asistido, Costanza, yo á tu lado,
lé este suelo enladrillado quíe-
[res
lora sea colchón de mi descanso?
COSTANZA.
miedo, Lain, ^rqae de noche,
ma de gigantes y dragones.
OBLIGAR CONTRA SU SANGRE.
Inquietan esta sala mil visiones.
( Quiere levantarse , y áetUnelo Cos-
tanza.)
LAIN.
Mil vi; ¡qué linda cosa, por mi vida !
A buen puerto á ser huéspedes llega-
[mos;
Llamar quiero á mí dueño; que nos va-
COSTANZA. [mos.
Repórtate; no el miedo te alborote.
LAIN.
Tengo gota coral, y si no excuso
Estos lances, Costanza, aunque te
[asombres.
No me podrán tener juntos diez hom-
cosTANZA. [ bres.
Aquella laz se muere.
LAIN.
¡Ay de mi triste'.
COSTANZA.
Cielos, ¿qué es esto? El alma se aniqui-
Mira que está espirando, despavila. [la;
LAIN.
Voy; que sin luz la vida se me acaba.
Ya despavilo. Peor está que estaba.
{Mata la luz.)
COSTANZA.
¿Qué es lo qae has hecho?
LAIN.
¿No lo ves? La vela
Se cansó de ser sola centinela ;
Desdichas mias son.
COSTANZA.
¡Linda osadía !
¿Yo á escuras con un hombre?
LAIN.
;0b fiera arpía!
¿Engáuasme, y ahora melindricos?
Este es encanto que mi mal señala;
Llena está de gigantes esta sala.
¿Adonde estás, mujer?
{Anda á buscarla.)
COSTANZA.
No has de saberlo.
LAIN.
Al viento ya le habrás encomendado ;
Que eres bruja sin duda.
COSTANZA.
Oye, ruin hombre ;
Hable mas bien, óharéleque se asom-
LAiN. [bre.
Harto asombrado estoy, y mas oyendo
Tu voz en tantas partes; aquí hablas.
Allí respondes, hacia allá preguntas;
Deten el golpe, mira que me apuntas.
COSTANZA.
¿Que apunto yo?
LAIN.
i Qué formidable seña !
Un gigante en la mano ase una peña ,
Y con amagos fieros de homicida ,
Me quiere trasladar á la otra vida.
¡Jesús!
COSTANZA.
¿Qué fué?
LAIN.
La peña me ha tirado,
Y si no huyo el golpe con presteza.
Me despoja de sesos la cabeza.
COSTANZA.
Ahora bien entiendes mis razones;
Mas no cuando te pido me des algo.
LAIN.
Con eso mas de mi paciencia salgo;
»9
;Qué quieres que te dé porque me sa-
uel peligro en que estoy? [ques
COSTANZA.
Lo que tuvieres.
LAIN.
No tengo, vive Dios, un real tan solo;
Pero si tu piedad libre me escapa.
Te daré este sombrero y esta capa.
COSTANZA.
Arroja.
LAIN.
Veslo ahi.
{Arrójale el sombrero y la capa y y ha-
ce Costanza que abre una ventana. )
COSTANZA.
Ahora , amigo ,
Abriendo esta ventana , porque Apolo
Con su luzjlnmina ya los campos,.
Conocerás, pues ya decirlo puedo'.
Que elenreuofué mió, y luyo el miedo.
{Vase.)
LAIN.
Ya es de día, por Dios; esta picana
Me ha engañado, ^ como no le he dado
Un tan s<^iTo cuatrín, ni darle espero.
Me ha quitado mi capa y mi sombrero.
Sale DON GARClA.
DON GARCÍA.
¡Lain!
LAIN.
Pues, Señor, ¿qué es esto?
DON GARCÍA.
Felicidades que puso
El amor en quien indigno
Se constituyó por suyo.
Vamos de aquí ; ¡presto, presto!
LAIN.
¿Qué dices?
DON garcía.
Que luego á Burgos
Partamos; porque esta tarde
Sajicha, que asi lo dispuso
Con mañosa discreción ,
También se parte ; lo uno ,
Porque, si en las soleaades
Tanto tiempo nos veo juntos ,
Conspirará la malicia
Armas contra nuestros gustos;
Y también porque se impida
Que sepa su hermano Ñuño
El hospedaje, á quieu yo
Tantas dichas atribuyo ;
Que en Burgos, ella en su casa,
> o en la mia , sin que alguno
Lo entienda, para gozarnos ,
Es bastante disimulo.
LAIN.
Aguarda, Señor, aguarda.
Luego ¿jugóse, pregunto.
La pieza mas importante?
¿Con el silencio nocturno
Rindióse Troya?
DON GARCÍA.
Rindióse.
LAIN.
En aqueso finca ; ¡ oh punto !
¡Qué dicha!
DON GARCÍA.
Con el respeto
Que en mi adoración infundo ,
Lain, has de hablar de Sancha.
Ullf.
¿ AndnTo el amor desnudo?
¿Qaedó ul?o de desdenes?
Quedó velloso de gustos?
i Hubo despojo de enaguas,
Desabrigo de coturnos ?
¿Examinóse el agrado?
¿ Explicóse lo venusto?
¿Durmiéronse los temores?
¿Extinguiéronse los sustos?
¿Veneróse el bello encanto?
¿Admiróse el blando bulto?
¿Qué bubo, en fin?
nOTf GABCÍA.
Eres un necio ,
Bárbaro, ignorante, rudo.
Si imaginas que las dichas
Me hau de robar el discurso ;
En las deidades ¿ quien
La veneración dio culto
Lo que se alcanza se debe
Presumir que ser no pudo.
Basta que sepas, Lain,
Que en el fuego que me cupo
De los incendios que Sancha
De sus dos soles compuso.
Donde, batiendo las alas,
Llegué á ser vivo trasunto
Del ave que en sus aromas
Desperdicia sus orgullos ,
Tantos alientos me infunde.
Que dellos con ma^or triunfo ,
A pesar de las cenizas ,
Renace fénix segundo.
LAIIf.
Aguarda, mi rey; dejando
Eso de Fénix, ¿qué hubo
En lo de prisión eterna ,
En lo de jendirse al yugu?
Di, ¿juraste de inaridor
Doif garcía.
Juré, en fin , de serlo suyo.
LAIN.
Fuego del cielo consuma
A quien tiene tan mal gusto ;
; Qué! ¿marido te he de ver?
Mas no importa ; es de futuro,
Y es siempre el jurar de serlo.
Para llegar, el consumo
Tomar á cambio en las Indias ,
Y dar libranza en el turco.
DON GARCÍA.
Esposo be de ser de Sancha.
LAIN.
¿Quién te dice que no juzgo
Que á mi me ha de estar mejor
El maridaje que escucho?
Andallo, eso si; habrá tiesta.
Que habrá librea no dudo ;
Juzgarán los que me vieren.
Si juzgarán, que me cubro
De alguna capa v sombrero.
Según lo que salto y bullo.
DON garcía.
Vén, partamos; porque es tarde.
UIN.
Otro poquito; presumo
Que estoy sin sombrero y capa.
oozi garcía.
¿Y la tuya?
LAIN.
Ese es un punto
Muy delicado.
DON GARCÍA.
¡Qué flema!
LAIN.
Vive Dios, qoe no me bario.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
DON GARCÍA.
Acaba.
LARI.
¿Cómo que acabe?
O eres sordo , ó yo soy mudo ;
¿He de ir desta manera
En un rocinante zurdo ,
Hecho titere con alma?
DON GARCÍA.
Cúbrete.
LAIN.
Tomadle el pulso.
5a/<s DON A SANCHA.
D05ÍA SANGRA.
Señor, ¿ya os vais?
DON GARCÍA.
TÚ me has dado
Orden, mi bien, y licencia.
DOñk SANCHA.
Quisiera fuera obediencia,
Mi señor, mas no cuidado ;
Que quien con tal brevedad
Se parte y me deja, siento
Que muestra arrepentimiento
O arguye infidelidad.
DON GARCÍA.
Sancha, voy tan abrasado ,
Tan ciego, loco y rendido.
Que vivo de agradecido
Y muero de enamorado.
Y aunque así mi vida ignoro.
Con las dichas qoe merezco ,
No sé si lo que agradezco
Es menos que lo que adoro.
Fuera de que, si esta tarde ,
Mi bien, á Burgos le vas,
Allá mas despacio harás
De mis finezas alarde.
(Llaman.)
DOÑA SANCHA.
Aguarda ; ¿qué golpes son
Aquellos ?
DON tiVKo. {Dentro.)
\ Costanza! — ¡Andrada !
DOÍf A SANCHA.
Ñuño es quien llama.
Salgo.
Turbada
Salé COSTANZA.
COSTArtZA.
D05ÍA SANCHA.
¡Terrible ocasión!
COSTANZA.
De turbaciones acorta ;
Busca remedio.
DOÍÍA SANCHA.
Es en vano.
¿Qué es esto?
Sale ANDRADA.
AÑORADA.
I^uño, tu herDdano.
DOfiA lAIICIA.
¡Ay de mí !
DON GARCÍA.
Tu vida importa.
LAm.
Esto á mi suerte alribuTO.
DOffAtiUlCBA.
iQué suceso tao impío!
En ese aposento mío ,
^Que mejor le diré tuyo.
Te esconde con ts cni^,
DON GARCÍA.
Mirar por tu honor quisiera.
DORk SANCHA.
Yo cerraré por defuera.
(Ciérraloi Sancha, y tuabtéáUmm
dan Ñuño.)
ANitADA.
Priesa trae de tlgvnettidftdo;
Indicios da se porfií.
DO^ASAHCBA.
Y tú, en entrando mi bemuno,
Andrada , saca á ese llano
Los caballos de García,
Con cuidado y sin sentirse;
Que, cuando en sosieso manso
Ñuño se entregue al descanso ,
Podrá salir y partirse.
ANDRADA.
Voy. (y^<
DOÑA SANCHA.
¡Quién Ul desdicha vio!
Abre aprisa.
COSTANZA.
Es excusado.
Porque mi señor ha entrado;
Que Andrada pienso que abrió.
Sale DON NUSO.
DON N05fO.
Cierren las puertas; ninguna,
Cosianza, sin- Ihive quede.
DOSa SANCHA.
Hermano, señor, ¿qué es esto?
{Ap. i Oh, qué demudado viene !
Un hielo cubre mis venas.)
¿Era tiempo que vinieses
A ver á tu hermana y ver
Esta casa, que parece,
Al pié de ese verde monte ,
Que la ciñe y no la ofende.
Digno edificio de AlftNiso ?
Tuya, Ñuño, será siempre.
Que para eso la heredé
De inigo Tello Menéses,
Nuestro tio; mas ¡ay triste !
¿Cómo pregunto? ¿No atiendes
A mis razones, hermano?
DON NC.^O.
El honor, Sancha, que á veces...
D05ÍA SANCHA. (Ap.)
Por honor comienza (¡ay cielos!);
Él sabe mi amor, y quiere.
Después de habérmelo dicho ,
Vengar su agravio en mi muerte.
¿Dónde iré?
DON NU.SÍO.
Pues ¿auB no sabes
Mi pena, y así te vence
La turbación? Oye, eicttcht.
DO.XA SANCHA.
Dilo, acaba , si no quieres
Que la dilación me ofend»;
Dime presto lo que tienes.
DON NU^O.
Una desdicha, que ayer
Me obliffó, Sancha, á etcondemw •
Y cuanao mas con la noche
Seguro paso me ofrecen
Las sombras, qvt ne ueivheo
Que no las ternt f Iti Imeflé,
S«is legoas, qae haj hasU aqui
Desde Burgos...
IK)5U SAHCflA. (Ap.)
Ya parece
Qae se desaboga el alma.
90H ÜU5Í0.
Corrí en un hijo del Bétis;
Porque, aonqne en tantos pesares
Debida atención me niegues,
O mis desaciertos culpes ,
O mis errores condenes.
Como noble , me recojas ;
Gomo sabia, me aconsejes;
Como prudente, me animes ,
Y cómo bermana , me alientes.
DOÑA SAnCBA.
La Tida es tuja; prosigue,
ooa ñuño.
Ya sabes los accidentes
Qae en Toledo resultaron,
Sancba berouoa, de la muerte
De Raquel.
OOXA SANCHA.
Nadie lo ignora ;
Pero si al caso presente ,
Que tú le llamas desdicha ,
baporta para saberse
{Ap. Todo lo escucba García),
Referirlo, hermano, puedes.
DO!f IfUÑO.
Eq Toledo, imperial solio.
Donde undoso el Tajo vierte
Cristal, que sus basas lame,
Oro, que su pié guarnece,
Ea cuto espacio no hay
Edificio que no apueste
A daracioD con eü tiempo,
Y €00 el rajo ¿ lo fuerte ;
4qai, pues, lo inevitable
Df I hado infeliz consiente
Qoe á Raquel, bella judía ,
Sa imperio Alfonso rindiese.
llQcbos en el Rej cnipaban
El injusto error, al verle
Keodido á una hebrea quien
Rindió tantos moros reyes ;
Por parecerlos que estaba
T>D fuera de sí , que á veces
A los despachos negaba
las horas mas competentes.
r.Moera Raquel!» dicen, cuando
wa Lope de Estrada quiere
Evitar resoluciones
CoQ el consejo prudentes,
Y i mí y á cuantos conmigo
A la qecuefon se ofrecen
Dqo : cAonque Alfonso en Castilla,
Noestro rey, mas se divierte
£a el cariñoso halago
Qae en la vox del pretendiente ,
So espiritu generoso
Cierdas enmiendas promete;
Y asi, pues sois desta causa.
Codo V o, todos Jueces,
Ko el inror pueda en vosotros
Loque la prudencia puede.»
Con gusto escuché á don Lope ;
Mas los demás, en quien siempre
Foé firme el intento , así
Le reaiKmdieron, rebeldes :
cl^ra qae beróicas hazañas
Baga Alfonso, j le venere
La admiración 6 le admire
Píoble atención elocnente ;
Para que, en fin, consigamos
Que la pokeiidad muestre
Su imagen en duro bronce
T so nombre en minnoi breve ,
üo es JIU40 <ll«Uiraltr
OBUGAR CONTRA SU SANGRE.
El afecto donde vierten
Soberbios montes de fuego ,
Mares de cenizas breves. »
Y asi, cuando, ausente Alfonso,
Diestro cazador, previene
A ciervos del monte flechas,
Y á garzas del viento redes , ,
De Raquel llegan al lecho,
Adonde, como otras veces.
Su sol, dormido en su ocaso ,
Negaba luz á su oriente ,
Y cuales hambrientos lobos ,
Que de las dormidas reses,
A pesar del que las guarda.
La sangre intrépidos beben;
Así, pues, los conjurados
El pecho hermoso, inocente ,
De la descuidada hebrea
Rompieron inobedientes.
Volvió el Rej, j cuando el rostro
Ver de su dama pretende.
Halló pálido cadáver
La blanca animada nieve.
Miró el desmayado bulto,
Y en.su distancia una fuente.
Que en humor sangriento rojo
Va deshojando claveles.
Los cabellos que le dieron
Madejas de oro luciente.
Duro plomo derretido ,
Bañaao en sangre, le ofrecen.
Loco y sin vida, á sus labios
Le arroja el fiero accidente,
Solo por ver si los suyos
Algún aliento les deben.
Mas, como no respiraron,
Y advirtió que los que albergue
Fueron del nácar mas puro
Cárdenos lirios embeben ,
Tanto su sudor le hiela.
Tanto su amor le suspende.
Que le creyeron estatua
Los que por rey le obedecen.
Pero volvió en sí, juzgando
gue, aunque el sentir es á veces
ntendimiento , el valor
Es mas ingenio en los reyes.
Pártese á Burgos, por ver
Si podrá olvidar, ausente ,
Lo que en su aliento fué vida ,
Lo que en su memoria es muerte;
Pero la imaginación
Tanto daba en ofenderle ,
Que viendo un dia en su coarto
Don Lope al Rey poco alegre
Y retirado , me dgo :
< Señor Ñuño, no padece
Culpas de atrevido quien
A las experiencias cree ;
Si dejaran vuestros deudos
Y vos de mi voz vencerse ,
Fallaran nubes que ahora
Este sol entristeciesen.»
Callé, y una vez que al campo
Fuimos los dos, grocuréle
Quejoso desengañarle»
Y cortés satisfacerle.
Dijele , en fin : «Ya sabéis ,
Señor don Lope, que siempre
Son vuestros nobles consejos
En mi obediencias corteses,
Y que por ellos el rostro
Negué al error, que rebeldes
En Raquel, contra el rey nuestro.
Los castellanos cometen.—
No negasteis. Traidor fuistes,»
Replicó el viejo impaciente.
Yo, como á la sangre mia
Aquella palabra olende , *
Vites infamias la impone,
Porque no sequé se tiene
La traición, que aon loa que ignoran
Lo que es honor, la aborrecen.
Enmudecido, del rostro
Perdido el color, ausente
La razón, ciego el discurso, •
Sin mí mismo llegué á verme.
Armado de nube de iras,
Tanto, que en espacio breve
Los amagos de la vista
Los sentí rayos ardientes.
Desenvolví las palabras ,
Respondiéndole que miente;
Y desnudando el acero,
Vengpr su agravio pretende.
Mas como cobra un mentís *
El honor que allí se pierde.
Procuré con mil perdones
Obligarle y detenerle.
Porfió á querer herirme,
Y yo, como el defenderme
Me toca en fin, y de brios
Sus muchos años carecen.
Ya por hado ó por desdicha,
Ya por destreza ó por suerte.
Mi punta en su anciano pecho
Abrió camino á la muerte...
Quedé...
DON GARCÍA. (Llama á la puertü.)
Abre, Ñuño.
D0.\A SANCHA.
¡Ay demí!
DON nvsño.
¿Quién da golpes?
D05ÍA SANCHA.
Hoy se pierden
Mi vida y mi honor, Cosianza.
Mira si es gente que viene
Siguiendo á Ñuño.
COSTANZA.
Ya voy.—
;0h, lo que el ingenio puede! (Vase.)
DOÑA SANCHA.
Sin vida estoy; ¡qué desdicha!
Quisiera impedir no oyese
García lo que dispongo ;
Aqui el valor me conviene.
DON NONO.
¿Quién puede ser el que llama?
DO.^A SANCHA.
Desde esta pieza, que tiene
Una ventana á ese cuarto ,
Lo verás conmigo; vente.
(Tirando del , lo muda á la otra parte
del tablado,)
DON NüfKo.
Aparta , veré quién es.
D05ÍA SANCHA.
Aguarda , hermano, detente ;
No te arrojes al peligro.
DON ÑUÑO.
¿Quién puede ser?
Sale COSTANZA.
COSTANU.
Mucha gente ,
Que indif^nada solicita
O tu prisión ó tu muerte ;
Y como cerrar mandaste
Las puertas, es evidente
Que una espaciosa ventana.
Señor, que esa pieza tiene ,
No muy alta, les ha dado
Lugar para que subiesen.
DON garcía. (Vuelve d llamar,)
Abre, ó roniperé la puerta.
62
DON nvño.
Esta espada ha de valerme.
DONA SAKCHA.
•
Mejor remedio á ta vida
Tu hermana Sancha previene;
Sal por una puerta falsa,
Que mira á ese monte, y vete;
Sube en tu caballo apriesa,
Y por las sendas mas breves
Te vuelve á Burgos, pensando
Que, pues le juzgan ausente,
Nadie en él te buscará;
tíue de mí seguro puedes
Partir, pues sabré seguirte
Y aun del riesgo defenderte.
Ea , vuela ; ese Pegaso
Anima tan velozmente ,
Que sus balidos ijares
Tu diligencia condesen.
DON NÜÑO.
Bien has dicho; Oíoste guarde. ( Vase.)
COSTANZA.
Buena fué la^industria.
DOÑA SANCHA.
¿Fuese?
COSTANZA.
Mirarélo. {Vate.)
DON garcía. {Dentro.)
¡Ah Ñuño infame!
No tu vil traición recuerde
Miedos en ti, que me impidan
Vengar la manchada nieve
De las canas de mi padre ;
Abre, traidor; abre, aleve ,
O haré las puertas pedazos.
{Abre doña Sancha.)
Salen DON GARCÍA v LAIN.
DO.^A SANCHA.
Ya está abierto ; ¿qué pretendes?
DON GARCÍA.
¿Dónde está Ñuño?
DOÑA SANCHA.
A Burgos
Se partió; si no lo crees,
Por tuya tienes la casa.
DON GARCÍA.
¿Que esto tus engafios pueden?
Temió mi valor tu hermano.
DOÑA SANCHA.
Quien nació Castro no teme.
DON GARCÍA.
Sac^ los caballos presto;
Que he de seguirle.
LAIN.
Conviene
El seguirle; mas repara...
DON GARCÍA.
Acaba.
LAIN.
Ya te obedece;
El ir sin capa y sombrero
Es lo que mas me entristece. ( Vase.)
DON GARCÍA.
Vengaré, viven los cielos ,
Mi agravio.
DOÑA SANCHA.
¿Que asi me deje
Quien á ser de mi albedrío
Fiero robador se atreve?
Que asi las glorias de amante
Ingrato bárbaro niegue ,
Y acciones tan vengativas
Contra mi sangre recuerde?
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
¿Qué es esto , Garci-Velazquez?
Qué es esto ? ¿ Ahora nrevienes
Falsedades que te infamen ,
Desprecios que me atormenten,
Descréditos que te culpen ,
Libertades que me afrenten?
¿Este es el bien que gozaste ,
Las Gnezas que me debes,
Las dichasque mereciste ,
Los favores que posees?
Vuelve, esposo; no permitas.
Señor, que mis gozos breves
Justa desesperación
Los ultraje y los desprecie.
Mira...
DON GARCÍA.
Sancha, no son buenas
Esas lágrimas que viertes
Para quien ve que á su padre
Violenta mano le hiere;
Para un hijo, que ayer vio
Sus canas pompa de nieve,
Y hoy de un sepulcro de mármol
Cenizas las juzga leves.
La obligación que me corre
Nadie la conoce y siente
Mejor que yo mismo, Sancha.
Yo sé lo que me conviene ;
No ignoro lo que te debo ,
No niego lo que mereces ,
No desmayo en la palabra ,
No huyo lo que pretendes;
Pero aquí mi muerto padre
Me dice á voces que quiere
Que helado bulto le estime ,
Que cadáver le venere ,
Que ruina le obedezca ,
Que polvo le reverencie.
Que a la venganza me anime,
Que la aclame , que la aceche ,
Que la investigue animoso ,
Que la ejecute valiente ;
Y así, tus voces en mi
Será imposible que esfuercen
Lástima que las escuche
O piedad que las despeñe.
Los cielos, Sancha, te guarden ;
Queda adiós, que no consiente
Mas dilación un agravio
Ni mas tardanza una muerte.
DOÑA SANCHA.
Aguarda, espera, no huyas;
Oye, escucha, mira, advierte
A pesar de mis desdichas.
¡Que estos rigores ordene
La fortuna ! Buena auedo ,
Mí robado honor padece.
El ladrón huve tirano ;
Mí hermano la culpa tiene.
García quiere vengarse.
Ya temo que he de perderle.
Pues acabadme , pesares;
Acabadme, porque quede ,
Sí estrago de lo que soy,
Lástima de lo que fuere.
JORNADA SEGUNDA.
Salen EL JUSTICIA y muchos criados,
acuchillando á DON NUf^O, y ¿I reti-
rándote, y el Juiticia no saca la es-
paila.
DON NÜÑO.
Yo no he de darme á prisión ,
Don Pedro, aunque me matéis;
Porque es mas segara cosa
El no dejarme prender.
JOSTICU.
Don Ñuño, que os be avisado
Que estos lances excuséis ,
No lo ignoráis , y que siempre
Vuestro amigo he sido fiel ;
Mas si vos, poco advertido.
Delante de mi os ponéis.
No puedo excusar, don Ñoño ,
Las órdenes de mi rey.
DON NUffO.
¿Qué orden os ha dado Alfonso?
JOSTICU.
Que OS mate ó prenda.
DONlfUÍ^O.
Escmel.
¿ Así se mata en Castilla
Un Castro?
JUSTICIA.
Podrálo hacer
Quien , como yo , nació Lara ,
Si no se deja prender.
DON ÑUÑO.
Señor Justicia mayor,
Si de ese modo ha de ser,
Deste pretendo librarme.
JUSTICIA.
i Muera ! ; Prendedle !
DON ÑUÑO.
No haréis ;
Pbrque son rayos de acero
Cuantos movimientos veis.
{Métele á cuehilladst.]
Sale DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA.
Voces en la calle siento ,
Y aun parece que tropel
De gente acuchilla un hombre,
Y que él , animoso , á hacer
Llega desprecio de todos.
i, Quién será ? Que conocer
No le puedo, porque yo
De tan poca edad á ser
Del convento de las Huelgas
Tierno depósito entré.
Que á nadie apenas conozco.
Mucho le aprietan; mas él
Huye el riesgo, y prevenido
Socorro pide á los pies ,
Por habérsele quebrado
La espada (¡ ay desdicha infiel !).
Temí no fuera mi hermano;
Que, como por la cruel
Mano de un fiero alevoso
Murió mi padre, el que fué.
Si hoy sombra en bóveda triste.
Rayo en la campaña ayer,
Pienso que á mi hermano llegan
A herirle el pecho también;
Que quien nació como yo ,
Seguir con violencia ve
A la voz de la corneja
Lo funesto del ciprés.
Sale DON NUNO, aibofotnéé,
sin espada.
Señora !
DON ÑOÑO.
DOÑA BLTiaA.
;Ay de mi!
D0!INU5to.
Bscnefaad.
DO^A ELVIRA.
DOn ÑUÑO.
El temor suspended ;
el Justicia mayor
;or y con poder
ga á que me retire
rigurosa ley ,
1 seguimiento viene ,
urden tiene, del Rey
a , para llevarme
i c^istillo de üclós.
ahora y lo intentó;
udo el peligro infiel ,
a á la espada pido ,
me, como veis ;
impararme en la casa
primero encontré,
is si no me engaño , aqui
m Diego Porcel;
osa es esta sin duda,
a hablaré después.)
Seúora, quién sois,
n vuestro dueño es.
nací, no con dicha;
ín vos consuelo fiel ;
estro hermoso rostro.
Imirado el mundo ve,
oslo de los aíios
iuiifaiido el clavel.
DOÑA ELVIRA.
ala vuestro cuidado
; piedad cortés
íicer que os tenga oculto
sentó que vei¿.
a os doy de ampararos;
odeis entrar en él,
J.
DON NÜNO.
Vos me dais vida. ( Entrase.)
DOÑA ELVIRA.
I guarda seré,
>asUiute defensa ,
que lo venga á ser
uiauo, y llevarle pueda
mas seguro esté.
Sale DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
tt.'nnana, y divtrtida,
r al tiempo^ atención ;
(:^ imaginación
lella sangre venida
^tro padre, es debida
ítfzaal accidente
ar al mal presente;
e siempre alivio halla
^dicha que se calla
Jolor que se siente.
DOÑA ELVIRA.
Señor, un momento ,
|ue yo puedo entre tanto
mi forzoso llanto ,
bído sentimiento ;
lora el ricror violento
uslicia huyó
>allero , y se entró
r sagrado aquí ;
hermano, amparo en ti ,
m mi piedad halló.
I sala que ves
:oDde ; llamarte quiero.
DON GARCÍA.
I acción !
afaera.
DONA ELVIRA.
i Ab caballero!
OBUGAR CONTRA Sü SANGRE.
Sale DON ÑUÑO.
«
DON RLÑO.
Después
Que obligado... (¡ay de mi!)
DON GARCÍA.
¿Es
Sueño ó verdad lo que miro?
Verdad es ; pero la admiro,
Y crédito no la doy.
DON ÑUÑO.
¡Oh, qué infeüce que soy !
Pues cuando á sagrado aspiro ,
Y es forzoso que presuma
Que le hallo en un amigo.
Me conduce á mi enemigo
El hado fatal en suma.
DON GARCÍA.
Huyendo montes de espuma ,
Solicita peregrina
Puerto la nave, y vecina
Al abrigo que procura,
Se ve, cuando mas segura,
Ser de un huracán ruina;
Asi tú, que á lo inhumano
De una prisión te negaste ,
Cuando sin ella te hallaste ,
Miras tu muerte en mi mano.
Destrozo sangriento vano
Serás hoy de mi cuchilla ,
Y pues eres navecilla ,
Que abrigo al puerto le debe.
Seré huracán que te lleve
A ser estrago en la orilla.
DOÑA ELVIRA.
¿Que este es Ñuño?
DON GARCÍA.
El que atrevido
Nuestra sangre derramó.
DOÑA ELVIRA.
Pues ¿cómo de mi fió
La vida, que he defendido?
Mas si tan atento ha sido ,
Noblemente confiado,
Consulu á lo que obligado
Vive en tu sangre el valor.
DON GARCÍA.
A matarle.
DOÑA ELVIRA.
No es error
La venganza en tu cuidado ,
Ni que muerte á Ñuño des;
Mas si cuando de su pecho
La confianza que ha hecho
Acerado escudo es ,
Reserva el castigo pues
Para mejor ocasión ;
Que ahora, en la prevención,
De cualquier sangriento estrago
Será mas culpa el amapo
Que después la ejecución.
Lo ingrato que en ti acredito
Es voz de esa confianza,
Porque deja tu venganza
Muchas señas de delito.
Ventajas mil te permito
Para borrar tu inquietud ;
Obra con solicitud ,
Porque la ofensa que ultraja
Se ha de vengar con ventaja,
Mas DO con ingratitud.
DON GARCÍA.
{Ap. ¡Oh cuánto mi agravio siento !
Oh qué dudoso me hallo!
Si escucho á mi hermana, callo;
Si miro á Ñuño, me aliento.
¿Qué haré, si al golpe violento
63
Se arroja ciego el sentido ?
Templarme en lo prevenido ;
Porque es mas noble cuidado
Estimar lo confiado
Que castigar lo atrevido.
Y aunque con justo ardimiento
Solicito la venganza,
Pone en mi la confianza
Leyes de agradecimiento.)
¿Qué te hizo el flaco aliento
De un anciano, en que se via
La espada, cuando reñia ,
Para impedir el suceso.
Que mas á su mismo peso
Que á la mano obedecía?
Üe un t^duco sin vigor.
De quien , aunque eu mármol jrace ,
De sus cenizas renace
A despertar mi dolor.
¿Qué hazaña fué, qué valor.
Matar con ciega osadía
A quien cuando roas fingía
Esfuerzo (¡ue le alentaba.
De puro viejo, dejaba
De vivirlo que vivia?
Ahora entre sombras nombra.
Aunque cadáver las mide ,
Tu ciego error, y despide
Una voz en cada sombra.
A mi me anima, no asombra,
Mira cuál es lo inhumano
De tu acción, pues ya gusano.
Por la boca de la herida ,
Culpa su voz despedida
La violencia de tu mano.
DON ÑUÑO.
Castigo de un noble pecho.
Que casi llega á informarle ,
Es el correrse y pesarle
De aquello mismo qu^ ha hecho;
Y asi, remite el despecho
Con que ver quieres vengado
A tu padre, bulto helado;
Que á mi, al pesar remitido.
Lo que tengo de corrido
Me sobra de castigado.
Y tan falto de razones
Me deja tu proceder ,
Que callo por no poder
Igualarte en las acciones ;
Y tantas obligaciones
Hoy en mi afecto declaras.
Que si á ti, pues lo reparas.
Confiado te he vencido ,
Yo, de puro agradecido ,
Quisiera que me mataras. —
Y á vos , Señora , que daros
Mil gracias quisiera, veo
Que solo puede el deseo
Con el silencio alabaros.
No imperio , para borraros ,
Tenga el tiempo, esa beldad ;
Halle en la posteridad
Culto elevado , y asombre
En mármoles vuestro nombre,
Y en ecos vuestra piedad.
( Hace que se va.)
Fuese?
DOÑA ELVIRA.
DON GARCÍA.
Mal seguro va.—
Señor don Ñuño, advertid."
DON NÜÑO.
¿Qué es lo que mandáis?
DON GARCÍA.
Oid.
DON %V7Í0.
El gusio obediencia os da.
64
ooif garcía.
Mejor vuestra mano está
De una espada acompañada;
Porque si alguno lograda
Vuestra prisión quiere ver,
Mal os podréis defender.
Si os faita« Ñuño, la espada.
Tomad esta; que interés
Me corre en que la admitáis ,
Pues quiero que os defendáis,
Para mataros , después.
Yo os la doy , aunque no es
Sin riesgo, pues si os la dejo,
Y advertido os aconsejo
Que evitéis algún destrozo,
AuiKfue me veis que soy mozo ,
Me mataréis como á viejo;
DON ifuKo.
A e^^la liberalidad
Siempre be de vivir atento ;
Tanto, que mi rendimiento
Se halle en mi voluntad.
Huella en'la presente edad
Las mas altivas cervices,
Pero en acciones felices ,
Con que tanto satisfaces.
Si obligas con lo que haces.
No ofendas con lo que dices. ( Vase,
DON GARCÍA.
¡Válgame Dios!
DONA ELVIRA.
¿Qué te ofende?
Igual á tu sentimiento
Ks el mió; á tus cuidados ,
Los que mortales padezco;
Busca ahora tu venganza.
DON GARCÍA.
¿Permítesme que del riesgo
Deje ausentar ^| contrario ,
Y ahora me alientas? Veo
Que es necia tanta piedad.
Donde el agravio no es menos.
DOÍ^A ELVIRA.
La que ha tenido bástanle
Materia es para que el tiempo
La guarde en labrados jaspes;
No te pese del afecto
Piadoso, porque pisar
El blando humillado cuello ,
Herir á la confianza.
Ultrajar el rendimiento ,
No diera honor á la herida.
Sino vil infamia al hecho ;
Y no te valgas ahora
De decir que mis consejos
Son los que á tu brazo el golpe
De la venganza impidieron ;
Que los ánimos heroicos
Libran con bastante acuerdo
La ejecución á la mano,
Y á la prudencia el acierto.
Desta te has valido ahora ,
Para lo demás esfuerzo
Te dio tu sangre; investiga,
Busca ocasiones , atento.
En que á la tormenta suya
Concedas seguro puerto ;
Y si le faltaren manos
Y ánimo con que el deseo
Logres , yo, que hija soy
De aquel que, en polvo deshecho.
Llanto debe á tu memoria ,
Te daré para el efecto
Un ánimo en cada voz
Y una mano en cada aliento. (Yate.)
)
EL DOCtOR MIRA DE MÉSCUA.
Sale LAIN.
LAIN.
Pensalivo estaba el Cid...
V no mas, aquí me quedo ;
Porque mi amo lo está en Burgos,
Y el Cid lo estaba en San Pedro.
DON GARCÍA.
¡ Lain!
LAIN.
i Señor !
DON GARCÍA.
Tu lealud ,
Tu diligencia y secreto
Hoy mi venganza aseguran.
LAIN.
No el secreto será menos
Que la lealtad con que vivo.
DON GARCÍA.
La vida te va en tenerlo.
LAIN.
Al caso vamos, por Cristo.
DON garcía.
Di, ¿qué forma ó qué remedio
Tendré, Lain, para dar
Muerte á mi enemigo tiero?
LAIN.
Eso ha menester espacio.
DON GARCÍA.
¿Qué espacio?
LAIN.
Pues ¿mucho es? Menos
Es parecer de un letrado,
Y mira catorce textos,
Que dar la muerte á un cristiano.
DON GARCÍA.
¡Ay de mi! Buen consejero
Hallo en mis locas desdichas.
Vete, por Dios.
LAIN.
¿Es buñuelo?
Déjemelo usted pensar.
Que yo lo diré bien presto ;
Mas ya voy cerca sin duda.
Ve aquí el modo, yo le tengo :
Yo me he de íingir al punto
Un embajador, que vengo
De Suecia ; lü has de ser
Mi porta-brazos, y luego
Después que al Rey mi embajada
Se la baya dado en secreto,
Iré á visitar las damas;
Y cuando á mirar el bello
Rostro yo llegue de Sancha,
Y los dos solos estemos ,
A Ñuño irás, que aguardando
Estará para el efecto,
Y con tu daga , animoso ,
Romperás su duro pecho.
Y si Sancha se turbare,
Diré : cDama, deteneos;
Que esto que miráis es cosa
Que allá usamos los suecos,
Y mas los grandes señores;
Porque siempre nos comemos
Un caballero en gigote.»
DO.'t GARCÍA.
No hay insufrible tormento.
En los que mas siente un alma,
Como el de escuchar á un necio.
Vele, por Dios, no me mates ;
Vete, y déjame.
LAIN.
No puedo;
HasU aquí borlas han sido ;
Pero ya que el sentimiento
Con que vives se traslada
A ser dolor en mi pecho ,
Vive Dios, que has de vengarte
DON GARCÍA.
¿Hablas de veras?
LAIN.
¿Dirélp?
Sí , que le importa á mi amo ;
Mas no, que el castigo temo.
Jura que no has de enojarte.
DON GARCÍA.
¿Que jure? Pues tú ¿qué has b*
LAIN.
En fin, tú me has de jurar
Que podré decir sin riesgo
De tu enojo y de mi vida
Una cosa ; en eJ remedio
De tu venganza consiste.
, DON GARCÍA.
Si eso ha de ser, yo te ofrezco
Mi palabra por quien soy;
Asi mi brazo y mi acero
Felices logreo la herida
Que solicitan atentos.
Para que por ella Nuiío
Vierta el suspiro postrero,
No he de enojarme.
LAIN.
Pues digo
Que soy de Costanza dueño.
DON GARCÍA.
¿Qué dices?
LAIN.
Que si te enojas ,
Romperás el juramento,
Y cesará la maraña.
DON GARCÍA.
Admiro tu atrevimiento;
Pues ¿qué dicha se me sigue
A mi de tu amor?
LAIN.
Si entro
De noche á ver á Costanza,
Si hasta su cámara llego.
Si las llaves de la puerta
Ella guarda en su aposento ,
¿Qué mas dicha ha de seguirte?
Entiéndeme , pues te entiendo;
¿Qué quieres? Tu cMado soy.
Lealtad guardo, valor tengo.
DON GARCÍA.
Pues di , ¿cómo á entrar le atreví
En casa de Ñuño?
LAIN.
Eso
Con mucha facilidad.
DON GARCÍA.
Mal me resisto ; ¿y el riesgo?
LAIN.
No me ha sucedido mal.
DON GARCÍA.
¿Si te ve Ñuño?
LAOf.
Eso temo.
DON GARCÍA.
¿ Sancha?
UIN.
Esa sí me bi
DON GARCÍA.
¿Qué dice Sancha?
LAIÜ.
Es un cielo;
3ra lu mudanza.
DO?f GARCÍA.
a . cnanto en mi pecho,
oharnie , vive
'1 sufrimiento ,
I amor me llama,
1 hennano ha hecho !
; que en tus brazos
r' que hallara en ellos
í^nio á mi Yida ,
ida á mi aliento ,
reñidas batallas
•iscos (encuentros
nje hiciera entonces
fi hombros el cuello
ídir sepulcro ,
iña, san^iento.
LAin.
2 estás! Animate.
DON GARCÍA.
qué poco esfuerzo
para esta empresa
Sancha me acuerdo !
^cómo dispones
n^iDza?
LAIX.
Pienso
impedimento poco;
ue á disponerlo
d mañosa
mi tosco ingenio;
lo en obscura noche
idos el sueño
rado viva ,
Q ver.ns dentro
lu enemigo
DON GARCÍA.
cho, piadosos cielos!
r ti mi brazo
*ste heroico hecho, •
10 . cuanto fuere ,
iritu poseo.,
idas me infunda
ver el cuerpo
nígo, que en mí
¡osos trofeos ,
á tí agradecido ,
js las ofrezco.
LAI5.
idad?
D0?l GARCÍA.
Eres ángel ,
hoy mas un cielo ;
bra/os.
LAIM.
Por Dios,
mes; que te temo.
D0:< GARCÍA.
s? Si me gulas
oír mis deseos,
caudal es tuvo ,
ni vida te quiero.
LAIX.
Jesos! ¿Quién tal dice?
'"Taso, que me quemo,
«rdas de Virgilio,
?n églogas diciendo
"•Posfí^r estaba,
■ "n lacayo feo
?''^a y sin narices ,
^ »o nazareno .
¡'ortle mortaja,
'onao de cuerpo,
>ipoi« coD tima.
'• C, BE L..n,
OBLIGAR CONTRA SU SANGRE.
non gÁpÍcía.
¡ Oh qué gustoso me aliento !
Animo, Garcj-Velazquez,
Pues lleváis para este empeño
Un rayo en la blanca espada ,
Un agravio en el esfuerzo ,
Un dolor vivo en el alma,
Y un muerto padre en el pecho. ( Vfl«0
> LAIN.
Animo, Lain ; qvui ya
Qobra su juicio entero
üou García, y aunque os vistes
En peligro no pequeño.
Sois Lain, y habéis de hacer
Como quien viene de buenos. ( Vase.)
Salen COSTANZA y DOÑA SANCHA,
alborotadas,
COSTANZA.
¡ Señora , Señora !
DOXA SANCHA.
¡Ay triste!
¿Qué tienes?
COSTANZA.
Con grande priesa
And rada en casa entró ahora ,
Y dijri (|ue una pendencia
Mi señor había tenido
Con el Justicia, y quedella
Resultó encontrarse luego,
Dentro de su casa mesma ,
Con don García, y que juntos ,
Según él se teme, es fuerza
Que se hayan dado la muerte.
DO^A SANCHA.
;. Hay mas tormentos 1 ¡ Que tenga
Tanto sufrimiento el alma!
Que al imperio no ee venza
De la desdicha, y se humille
Tristemente á su inclemencia !
¿ Para qué quiero la vida ?
Sfl/d DON ÑUÑO.
DON NO.^0.
Costanza, solos nos deja,
Y entra una luz.
DOÑA SANCHA.
¡ Ya DO siento
Caliente sangre en las venas !
COSTANZA.
La luz tienes aquí.
DOi^A SANCHA.
Vete.
COSTANZA.
Voynic; en la calle me espera
Lain ; al punto que le deje
En mi aposento, las puertas
Cerraré, como otras veces. (Vgte.)
DO.IA SANCHA. '
(Ap. ¡Ay de mí ! Sin duda queda
Muerto mi esposo; que el rostro ,
La turbación, la tristeza
('On que Ñuño entra en su casa,
Me ofrecen bastantes señas.)
¡ Muerta soy!
DON NÜÑO.
¿Qué tienes, Sancha?
Qué causa te desalienta?
DONA SANCHA.
Dijéronme que tuviste
La vida ahora tan cerca
De la muerte, que de solo
Verte á mis ojos , es fuerza
65
Que me mate la alegría ,
Como á otros matan las penas ;
Mas ¿cómo vienes tan triste?
DON HÜKO,
No sé qué te diga.
DO^A SANCHA.
Cierta
Es la desdicha que temo ;
No lo niegues pues..
DON NU^O.
Quisiera...
DOÍ^A SANCHA.
¿Quitaste la vida (¡ay cielos!)
A García?
DON no5ío.
Bueno queda.
D0Í9a SANCHA.
Acaba, pues, de arrojar
Esa voz; que me atormenta
Aun pensar la dilación ,
Ñuño, que has tenido en ella.
(Ap. Eso sí , pase el tormento ;
Huid del alma, tristezas ;
Buscad albergue, pesares;
Gustos , contentos* no hay fuerza
De los pasados enojos
Que vuestro poder no venzan.
Loca estoy; ¡ mi amante vive!)
DON NDiSíO. *
Pues ¿ cómo tan descompuesta
Te tiene ese nuevo gozo ?
DO^A SANCHA.
Hermano, porque si hubieras
Muerto al hijo , como al padre ,
Sobraran con inclemencia
Para nosotros palabras
Injuriosas en tas lenguas,
Rencor en los corazones ,
Y faltara quien nos diera
Descanso á nuestro cuidado,
Y á nuestras voces orejas.
¿Bueno está, vive García?
DON ñuño.
Hice, hermana , resistencia
Al Justicia mayor, que anda
Con orden del Rey expresa
Para prenderme ; me na dicho
Que en mi casa me esté , y sea
De manera , que me niegue
A sus ojos, porque es fuerza.
Si llega á verme, que el orden
Que el Rey le ha dado obedezca.
En fin , hermana, faltóme
La cuchilla en la pendencia.
Entré á esconderme en la casa,
Sin que ninguno me viera,
De Diego Porcel, y viendo
Una hermosa dama en ella,
Y entendiendo ser su esposa,
Le pedí favor, y atenta
A su sangre, me le oñrece;
Juzgó entonces ella mesma
Que yo la habia conocido ;
Porque has de saber que esta
Dama que digo es la hermana
De García, que en las Huelgas ,
Convento que edilicó
Nuestro Alfonso con grandeza,
Ha vivido, porque en él
Entró desde edad muy tierna ;
Y á esta casa , que don Diego,
Por retirarse á su aldea ,
Dejó^ se mudó Garcia
Con su hermana, por la pena
De vivir la que la sangre
De su muerto padre riega.
En fin, no me conoció.
Escondióme; cuando entra
GarcJ-Velaiquei de Estrada,
Y qaerleiida con violencia
Ejecutar bu venganza ,
DeluTO el golpe ella mesnia ,
Dindole i entender, hermana ,
Que, pues JO con diligencia
Us las manos del Jasiicia
He acoKi í lai snjas, era
Descrédito de su sangre
Faltarme sagrado en ellas.
Redújose mi enemigo,
Y no solo su noble»
Para salir de su casa
Libres me dejó las nnerias .
Has para teñir me di&
En esta i-spada defensa.
Hira si ea junto el afecto
De mi penoM (risteía,
Paes maté al padre de qnien
Y tan heroicas me obliga
A que mi error encareica,
A que su agraTío y mi culpa
Arrepentido lo sienta.
DOÍt SIKCB*.
Y ;eD qué quedaste eon él ?
En que ahora con mas fuerr.a ,
Con ma( cuidado, con mas
Solícita ddigencia.
Dice qne me ha de bascar.
DOÜA SAICH*.
íl riesgo?
Fué mi amparo, j quien discreía
Quiso que Igualase entonces
Su piedad it su belleza-
A ElTira debo la tida.
bien está, no te entristezcas;
Que para conlóelo tuyo
Lo que he escuchado me alíenla ;
Va es hora de recogerle.
Lo mismo hacer puedes.
doSa sMcnt.v
Entra.
M):! nvHo.
¡ At don Lope, quién al mundo
Volverle vivu pudiera! (('"O
Garcia suspende el golpe
ANoüo.perosu enojo
Ni le olvidan) le deja ;
Y doña Klvira, esU fuá
Has prudente y mas discreta.
Has cuerda eu'lo eieculivo ,
Has piadosa en la defensa.
Pues ella escucha mis toces;
Que quien supo A lu clemencia
Sar lugar en la venganza ,
Ofrecer! mas atenta
Noble remedio á mt agravio
Üdolcc alivio a mi queja. (Yate.)
Sale DO» GARClA.
Luliorniel.qnehSTnlirientulaiieiipaj:
De la vida : asi }o huleando vengo
A Nuiíu , mi enemigo.
Tomo esta 1« por ver si en loque sigo
He lleva su e^leodor sId erobatiio.
EL DOCTOR HIRA DE H^SCUA.
Dejo á mi hermano... \\j triste!
DOn GARCU.
(Qué te asombra?
;Kres vana ilusión? ;Qu i éD eres, strni-
DuN GARcIt. [briT
Samlira de lo que fui.
¡ (Jué falso engaño! [lo?
En tu Inconsiancia mi infeliz empleo
Kn tu injusta mudanza mi deseo.
En tus locos desprecios mis tenioi
.s falsj
. prtimi
Sin que en tanta ruina
A mis ojos vecina
Una esperanza tes ,
iVi ulienlo alguno crea,
Sino solo tormentos.
Agravios , escarmientos ,
Engaños, impaciencias.
Deshonores, violencias.
Penas, inramia, llanto;
V asi veris , salieado de este encint
Que yo, afligida, triste, cuidadosa.
Sin honor, impacienle, t<
Sin la vida, sin cuerpo . despreciada.
Llego i ser, viendo tu tirano olvido.
Sombra de lo que soy j loque hesido.
pon oabcía.
Un alienln, una vida, un alma hallo.
Que en U mi voz inspira ,
V aunque mi amor por ofendido callo,
Noenmimemoriaelbien gozada espira.
Pues al favor de mi pasada gloria.
Va, Sancha, he de ser tujo; soberano
Dueño mío serás, pero primero
He de lomar venganza de tu hermano.
{Vaú entrar,titeliine¡e dúña Sancha.)
MÍA SANCHA.
iC6mot¿Quéd¡ces*¡0hquétrance lie-
Señor, mi bien, espera ; [n>!
¡Qué turbación! illesolacion tan fiera,
Uñando roe ves aquí, sigues furioso!
jEres tú quien dichoso,
Ouien rendido en mis brazos.
Formó con tierno afecto dulces lazos.
Quien la azacena candida fragante
Al jardín de mi honor robu triunfante,
Donde, bellezas dilatando, era
Adorno casto de su misma esfera?
Tiarcia, esposo, mira
Cuín pocoelalma enml temor respira,
Limites pon al vengalito Intento ,
Veris mi rendimiento,
Que si antes amoroso
Trofeo de tu ruego fué glorioso ,
Hoy en desdichas tantas
Seri despojo humilde delus planUs.
DOIIGAaCU.(ltp.)
¡Oh, qué desdicha! Qué infellcesuerle
Es la mia! pnescuando
Con animo mas fuerte
Riesgos mayores vengo airopellando,
V i la venganza aspiro.
He suspenden lar "~'
N'o son lügrimas, , ...
ÍiiZ)inenlo cuantos merecieren verlo;
Ltquiílas perlas son , que la corriente
Dichosa anima de nna jotra fuente.
Que en sus ojos formó naturaleza.
Naciendo de aquel risco de belleu.
"h, qué beldad! Qué liii!Qaéhermo<
lé cielo soberano! [esirelli
il rajo abrase la violenta mano
iNnno, pues por ella,
irsn sangrienlojbirbaro desiroic
orlas qne gozar puedo do las gozo.
señor, iqné respondes i mi mego?
son garcía.
le soy de nieve j que me abrasoa
i tu llanlo quisiera, [fbego,
mque me ves de bronce , serdecert
rdona. Sancha hermosa,
I impidas mi osadía ;
le Ñuño ba de muir.
I d enirar, y ieiiineU tíujaía , n-
niindaie d la puerta.)
doSa sakcha.
¡Qaé tillinia!
é acción tan afreniosa!
stamenle ae infama [M.
ien no es cortésal ruego de DMd^
I permitió de Elvira la advertencia
pulsos en tu casa i la violencia,
:en la mia resistes mi ppriía?
Dándola sangre, dime.ba merecUi
is que las voces de un amor retid i do!
es, don García, advierte, [mnetie
le de mi hermano no has de ver ll
ii con el rigor que en ti conoces
osero p ornares, daré voces,
lados hay en casa .
rea tengo parientes;
>s yo. que basto sola, j q«eiioesc*H
I iiiimo he nacido, con los dlenlet,
<n la furia qne tes en mis enojos,
in el fuego que sale üe mis ujuí,
) fenecer mi vida se adelanta,
rldiré en pedazos lu gargaiila.
lira, acaba ; ^qué aguardas!
ú esperas? Qué te tardas?
mis brazos te entrega ; *
esi la muerte bascas demiberM-
s de pasar por ellos , [ao,
puede ser, si con violencia liega
s brazos i vencellos
birbara porfía,
le sean los tuyos sepoltura mía.
non GAicf A.
]. Sin doda qne me enseña
>er de su materia alguna peña ,
ilgnna Gera horrible
espantosa crueldad en mi aieían,
es nome vence Sancha cuando Ilon.
ca alabanza ámi piedad procuro;
fspe,el bronce dnro
uril obedecen ,
yo, que en mi nobleza resplandcM
s hechos que heredé de mil majo-
de ponera ligrimas rlgorea, [rcc
ágnmas de quien por si merñtof
jame, Sancha, ir; jo le obedoeoi
seguiré a tu hermano. *
á la venganza animaré la muo,
á ti quiero escucliarte,
vene ni bablarte,
:i mi tampoco verme ,
vivir ni alentarme ni eutendeiBe;
lo desesperado.
a juicio, tío alma, de«dÍdtw)o,*
diratboriioate,
c\ mas altVvo j empinado nonio
ibeisop me dé ocoho.
Odie ^ piMo bvlto
. «mW se iradade itn aHento,
:> <,nA>' ■ ivaOa d« litrat allnoolo,
^<^^ tan nwAva mtü» pot^
^¿( i^u\m cao «niias locas
-^^\^\uu>'miuttteht«hMtÍi,
le un padre en QD sepulcro hela-
loríales enojos [do,
^decido al llanto de lus ojos.
(Yase.)
I>05fASAríCHA.
da, escucha , tente. —
arioso que parlel
o importa ya, si á ver presente
«peranza liego
irlirse obligado de mi ruego;
y de mi ! que temo el ausentarse.
liO bastatia ¡ay cielos!
oso retirarse
amor, de mi voz, de mis desvelos,
tiempo , tirano,
raudo la muerte de mi hermano;
hora, que veo
a conseguido mi deseo ,
lie (|ue me deja ,
n alma se aleja,
>or no ofenderme ;
i no quiere verme ,
uye de mis ojos,
luereen sus enojos,
a á desesperarse ,
la gruta de un monte ha de en-
¡ve sin aliento , [ tregarse,
e las lieras ha de ser sustento ?
e esto escuche cuando mas rendi-
[da?
iben ya los cielos con mi vida,
'rae eñ el mal que en mí se emplea,
j que pise, claridad que vea!
ORNADA TERCERA.
.AIN , huyendo de DON GARCÍA,
r le sigue con la daga desnuda.
LAI.%.
s!
DON GARCÍA.
No te han de valer
oces.
LAHf.
Si me alboroto
r desnuda una daga,
te espantas?
DOM GARCÍA.
No hay estorbo
[ue tu Gn no llegue.
LA1!«.
doy.
DO^ GARCÍA.
Mas me provoco.
LAIN.
me matan sin mi gusto !
DO:^ GARCÍA.
raidor!
LAIN.
Óyeme cómo
3 que causa tu ira.
IM>:« GARCÍA.
be de hacer, si veo que solo
lié en casa de don Ñuño?
LA IX.
» el suceso todo •
)xa me abrió /a ti»,^^tk
rriba.Iospfés Jf^^*^'
aposento; el^^yp^"
ol ras reces ; ^b ^'¡O r
jiodar á mis »L^^O^^
iro , 9gaárdi^0s . ^^ ^
OBLIGAR CONTRA SU SAIjíGRE.
Yo, que me vi centinela
De aquella torre, me asomo
Para ver si alguno había
Que me sirviese de estorbo.
Bajo la escalera, llego
A la puerta, reconozco
Que no hay un alma; y así.
Quité con tiento el cerrojo.
Entraste arriba, subimos,
Y dijisteme animoso:
cLain, vigilante guarda
Del puesto (jue ves le nombro;
Si alguno á mipedir subiere
Gl hecho á mi mano heroico.
Pon de tu acero á su espalda
La punta, y al pecho el pomo.»
Y apenas mi puesto guardo,
Cuando ciertos pasos oigo.
Que, desmientiendo las selvas, lf|
Me parecieron de corcho.
Dije: «Esta es dueña; ¿qué haré?
Si me ve, perdidos somos.»
Y asi, porque oo me viese ,
Ni yo descubrir tampoco
En su tumba una mortaja.
Ni un ab initio en su rostro ,
O por si era dueña enana.
Dueña en vísperas de hongo,
Cimenterio de poquito,
Y réquiem aeternam romo.
Me retiré, y cuando pienso
Que seguro me arrincono ,
Cai por un agujero
O inüerno, tan frío y hondo,
Que si llamas no brotaba,
Respiraba helados soplos;
Su altura eran dos estados,
Mejor lo dirán los lomos
Y el sentido, pues del golpe
Quedé sin uno y sin otro.
Busco la puerta, y en vez
De hallarla, un clavo topo ,
Que, sin jugar á la polla ,
Les dio á mis narices bolo.
Voy tentando las paredes,
Y la mano en parte toco.
Que ni .y si fué culebra ,
Si lagarto ó si demonio
El que me dio tal bocado
Con dientes tan ponzoñosos.
Que huber servido pudieran
Al fiero dragón de Coicos;
Mas viéndome sin remedio, .
Los inconvenientes todos
Junto, y digo : « Si do^ voces ,
Oirá lo Ñuño , y su enojo
Vengará en mi ; si adelante
Paso, encontraré al^un hoyo,
Donde me sepulte vivo.»
Y así» por remedio escojo
Sentarme y estarme quedo;
Casi dos dias del modo
Que ves estuve gimiendo,
Con que tal fisura tomo.
Que en esqueleto con vida
Desmayado me transformo,
Hasta que entrar á Costanza
Vi por un postigo angosH ,
Que yo , de temor , no hallé ,
Y entonces despedí ansioso
Tan (laca voz, que por flaca
Pudieran llevarla en hombros.
De su vestido me así,
Y ella, que, volviendo el rostro.
Vio en mi una cara de muerto,
Dio voces, llamó socorro.
Conocióme, á Sancha avisa ,
Y como aliento no gozo,
Las dos al desmayo mío
Dieron pistos de bizcochos.
En Un, Sancha me regala.
Presto mis alientos cobro ,
67
Porque con pechugas de aves
Dulcamente les soborno.
Así estuve^así me vi;
Ahora, ya que te inforuio ,
Conocerás que merezco ♦
Mas tu piedad que tu enojo.
OOM GARCÍA.
Todos son enredos tuyos.
LAIN.
¿Que esto escacho y no me torno
Yerno ? ¿Es enredo la cara
Con que á lástima provoco?
Á Dos dedos menos el pico
De la nariz, que á ser romo
Se pasó, de puntiagudo?
¿El dolor con que pregono
Desconcertada la espalda?
Si esto es enredo, á ser novio
Antes me iré que sufrirte.
DON GARCÍA.
No hallo remedio á mi a^ogo.
Pues cuando entre negras sombras
Mil dificultades rompo,
Y á la garganta de Nufio •
Casi la cuchilla pongo ,
Sale Sancha y me detiene ,
Al golpersirve de estorbo ,
Si no la escucho se enoja ,
Voces da ^no respondo;
Llora, y elUanto parece
Que van vertiendo sus ojos
Perlas, que, como claveles ,
Llueve la aurora en su rostro ,
O que á la púrpura el cielo
Cubre de nevados copos.
Pues mi fiero dolor sea
Mi muerte, pues cuidadoso.
Ni á Ñuño en sa casa mato.
Ni á Sancha en mis brazos gozo.
(Vaie.)
LAIII.
Furioso parte mi amo;
Mucho temo lo furioso.
Pues yo me iré muy á espacio;
Porque cuando borrascoso
Anda el juicio del amo ,
Y el entendimiento es corto ,
Puede de un golpe á un criado
Cíclope hacerle de un ojo;
Y asi , para no ponerme
En lances tan peligrosos ,
Mejor que el andar apriesa.
Será el andar poco á poco. (Viue.)
Salen DOÑA SANCHA t COSTANZA,
con mantos , y UN ESCUDERO.
D05ÍA SANCHA.
Todo está como asombrado;
Tan gran soledad me admira.
COSTANZA.
¿ Dónde Elvira estará ?
]>05fA SANCHA.
Mira
Si parece algún criado.
ESCUDERO.
Yo llamo y no me han oido ;
Ni un jazminillo hay que ladre.
(Uame,)
DOSÍ A SANCHA.
En Gn, es casa sin padre.
Triste albergue sin marido.
COSTALEA.
¿ No tiene á su hermano?
DO^A SANCHA.
BsUano
Has la sombra de un esposo
Que la vista Je O" ^
Vuelto i llimir. (Llama
CDSTAHU.
Pasos oigo.
( Vante Coilansa y el etcadcro.)
5afeD0NA ELVIRA,
;Ñohaj un criado ahí afuera T
¿Quíeseato?
DOA* SANCHA.
740 le alborotes;
Daóa Sancha soj ile Castro. —
Dejaünos solds.
¿Tú pones,
Doúa Sancha, el pié en mt casa ^
* doSasancba.
No temas oí te congojes.
BOftk n-twA.
KoRa saucba. *
Pues ai DO, abora conoce
opiados
me ba (tallo ¿nfeo.
BL DOCTUR HfRA DK HGSCUA.
Pues sé que si a su noticia
Oae loca ekcuta accione*,
Üue las caita por tnjiislas,
O lasiiie);a si las o^e!
Tu hermano, cual otro Eneas,
fia lia (le tiaber ley <|ne las venza.
No tía de lialier ijaien tas reToi)ui-,
il^on itoñu Sancha de Castro,
Conm igo tratot tan dobles ,
Con quien por sangre j por lustre
Y para adorarte bronce.
A responderte no acierto.
>^^ ba, de Ter
Sancha
Sera la
doIa sahcia.
;Asi te burlas de mi r
Vonomcharlojamii:
¡W "%
hermano.
DOÜASAIWU.
Ea , baste ; qae alrcTidu
i'sl
tro 7 tengo an bermano,
o tiene cabeza.
Do5ÍA ELVIBA.
"espaesta enfadada ,
scio enojo arguyo
a cabeza al tnyo ,
la tiene cortada.
D05ÚL SANCHA.
!cia estás ! De la mano
> saldrá el castigo.
DOÑA ELVIRA.
Irá ; porque contigo
a de casar mi bermano.
DOÑA SANCHA.
, que el verte me enfada ;
aun verme no mereces.
DOÑA ELVIRA.
lonrarte cuantas veces...
Sale DON GARClA.
D0:« GARCÍA.
s esto, Elvira?
DOÑA ELVIRA.
No es nada.
DOÜ GARCÍA.
;aba.
DOÑA SANCHA.
Bien mi fama
0 y mi bonor perdido.
DO.^f GARCÍA.
Ehira, loqueba sido.
DOÑA ELVIRA.
táselo á tu dama.
DOÑA SANCHA.
!es ; verá mejor
aunaue no se venza ,
)z la desvergüenza
respuesta el dolor,
a (¡ab cielos!) me llama
lía, y yo. que ser
n de Alfonso mujer
que no su dama,
:n rabiosas fatigas ,
, aunque sé conocerlo,
ofende tanto el serlo
ue til me lo digas.
s boora el ofenderse,
afrenta ba de ad?ertirse
ksiste en el decirse
mas que en el hacerse.
|uedo, bien bonrada,
gravios rendida,
lesprecio despedida
1 engaño afrentada.
in , 00 bay medio que cuadre
le miran mas sabios;
izco dos agravios ,
is muerte de un padre.
Jéis cuál es-mayor
y mas conocida:
« pierda una vida ,
se infame un bonor.
rerlo y el decirlo
trará , sin dudarlo,
|ue sabrá vengarlo,
o qoe sabe sentirlo.
ne sin resistencia
ise be de ser luego ,
^ se aplaque en el fuego
^mple en la violencia;
que al dia os oculte
itxe sombras temidas,
»ar de vuestras vidas,
lármol qu^os sepulte,
f* de ser ; mi valor
ar desde boy empieza
OBLIGAR CONTRA SU SANGRE.
Un desprecio en la nobleza
Y una afrenta en el honor. (Vase.)
DON GARCÍA.
Doña Elvira , Ñuño, el dia
Que á tu amparo se entregó ,
Fiel seguridad halló
En tu piedad y la mía ;
Vida le dio tu porfía ;
Y ahora, que a Sancha ves
Casi humillada á tus pies ,
Tú, que con tu enojo luchas.
Ni agradecida la escuchas ,
Ni la respondes cortés.
A mas dudas me provoca
Ver, cuando el acero empuño,
?ue estás cuerda para Ñuño ,
para Sancha estás loca.
Términos villanos toca
En ti la razón ya ciega ,
Pues cuando el valor se niega ,
Mas obedecer pretende
A las iras del que ofende
Que á las voces del ^ue ruega.
No digo que tú admitieras
De Sancha el ruego amoroso ,
Ni que pecho generoso
Liberal le concedieras,
Pero que le agradecieras
Mas cortés la voluntad ;
Porque es mayor calidad
Qae halle con seguro abrigo
El ruego del enemigo
Valimiento en la piedad.
Aunque el sufrir es bajeza
De uno la descortesía ,
El tenerla yo, seria
Falta de mayor nobleza;
Y asi , el ver que á (u grandeza
La cortesía no esmalta ,
Me ofende , porque mas alta
Generosidad previene
El dársela á quien la tiene
Que el pedirla á quien le falta.
DOffA ELVíRA.
Sí de Sancha no admití
El ruego, y le desprecié
Ciega y enojada, rué
Por el dolor que hay en mí ;
Mas, con el pesar que á ti
Estos desprecios te dan ,
Que ya prefiriendo están
Contra tu opinión colijo
A los aciertos de hijo
Las piedades de galán.
Mas gloria tengo adqnirida
En dar á Nudo sagrado.
Que tú, porque te ha pesado
De dejarle con^ji vida.
Este pesar homicida
Es de la acción de tu pecho;
Porque en quien mal satisfecho ,
Lo liberal no le aplace ,
Quila el ser bien el que hace
El pesar de haberle hecho.
Si yo descortés be sido ,
Soy bija y siento mi agravio ;
Mas tú, amante y poco sabio ,
Eres cobarde y rendido.
De mi padre el pecho herido
Pide venganza bastante ;
Y asi , en voz tan importante.
Es mejor, aunque te aflija,
El ser descortes por h^a
Que cobarde por amante.
Garc\a , va basta ; ea ,
Niega á lascivos placeres
Los aciertos de quien eres,
En la venganza fe emplea ;
O si no, porque se vea
Cuánto mi dolor en vano
Persuade á un vil bermano,
Vive Dios, en mí ofendido ,
Que lo que tú no has sabido.
Lo sepa vengar ífú mano. ( Vase.)
l ON GARCÍA.
Sancha sin bonor me llama.
Quien me engendró quiere ser
Ven^^ado. ¿ He de obedecer
A mi padre ó á mi dama?
Pero la deuda me infama ,
Mi ignorancia es conocida ,
Pues con razón advertida
Parece , en cualquier cuidado.
Mas bien un padre vengado
Que una dama obedecida.
Si ; pero cualquiera afrenta
En mujer, suelen sentirla ,
Vengarla y aun recibirla -
Los extraños por su cuenta ;
Pues si esto es así » ¿qué intenta
El discurso? Ya eternizo
En mi á Sancha , hermoso hechizo;
Porque la afrenta impaciente,
Si la venga el que la siente ,
La deshaga el que la hizo.
Pues ¿qué aguardo? Ya es mi esposa
Sancha; y : qué^dlrá Castilla.?
Dirá que el alma se humilla ,
De don Ñuño temerosa.
¡ Ay honor ! (¡qué fuerte cosa!)
El qué dirán me fatiga ,
Pues lo que á esta voz obliga,
Para que mas satisfaga ,
Es razón que no se haga
Solo porque no se diga.
Perdona, Sancha, perdona;
Que si tu queja me culpa.
La obligación me discolpa ,
Cuando el rigor me ocasiona;
Y pues la atención pregona
Intentos que restituvo
Al ánimo , en quien concluyo
La satisfacción que elijo ,
En haciendo como hijo.
Haré después como luyo.* (Vase.)
Sale UN CRLVDO, con un papel ^ y
LAIN, deteniéndole.
LAI.V.
Aguárdese un poco, aguarde.
CRIADO.
Quiero á don García hablar.
LAIR.
Primero le he de avisar.
Aguárdese; que no es tarde.
CRIADO.
Importa darle un recado ,
Y con brevedad no poca.
LAlIf.
A mi solo entrar me toca ,
Porque nací su criado ;
Los que no lo son , no dan
Voces ni se entran aprisa.
¿Qué sabe si está en camina
O como su padre Adán?
^No hay mas de con tal violencia
EntfDmcallá?
CRIADO.
Bueno está.
LAIN.
No está bueno ni estará ;
Que no ha de entrar siu licencia.
Que se retire le pido ,
No mi enojo quiera ver;
Que esto no lo puede hacer
.Sino es un entremetido.
Sálgase.
CRIADO.
No es ai ido.
Estando j » <
70
SaU DON garcía.
DON GARCÍA.
; Qué es eso?
LAI?I.
No hay quien se valga
CoD eSte necio criado ;
Porque tiene en el furor.
Con quien licenciosb llama,
Para entrar basta la cama ,
Resabios de embajador.
CRIADO.
Ñuño , mi señor, me dio
Para vos este papel.
DON GARCÍA.
¿Qué puede querer? Mas él
Diga lo que dudo yo.
{Lee.) cHe sabido que ves y vues-
»tra hermana publicáis, muy eu mí da-
»ño, lo que pasó en vuestra casa, y
»que los miedos de vuestra resolución
ume retiran de vuestros ojos; y así, os
«aguardo esta tarde en MiraQores, con
• espada y eapa, para que mas bien po-
•dais conseguir vuestra venganza, ó
»yo desmienta el descrédito en que
>me habéis puesto. ^Nuño de Castro.:»
Ñuño será obedecido ;
Id con Dios.
CRIADO.
Quedad con él. (Vase,)
LAIIf.
Malo, por Cristo ; i papel
De desafio ! ¡ Perdido
Soy!
DON GARCÍA.
Vén conmigp, Lain,
Y pon silencio en tu boca.
LAIN.
¿Qué he de hacer? Callar roe toca;
Si no, llegara mi fin.
( Vanse.)
Salen DON ÑUÑO t EL MISMO CRIA-
DO, cfdndi?/^ tfn papel,
DON NUSÍO.
¿Qué dices? ¿Papel ¿mí?
CRIADO.
Digo, Señor, que un criado
Me lo dio de don García
Para ponerlo en tus manos ;
En él verás si es verdad.
DON NU.XO.
Sus letras me dan cuidado ;
Dice así ; dejo al valor
Lo que pudiera el engaño ,
Pues en la venganza es justa
Mas la industria que las manos :
(Lee.) «A las seis en MiraQores ,
»Nuño, esta tarde os aguardo,
•Solo, con espada y capa , «
•Porque animosos veamos ,
•Vos sin riesgo vuestra vida ,
•O yo mi padre vengado.»
Esto es ya reputación;
Con la tardanza me agravio;
Mas los cielos, don García,
Saben de mi aífecto cuánto
Me pesará de reñir
C¿>ii quien así me ha obligado.
<^' tú lo quieres , no puedo ,
¿^^que lo sienta, excusarlo;
" ^que estos lances precisos ,
^ ^ al honor importan tanto,
'^ ^^ rutados parecen
/
/"a
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Mas bien que considerados.
Ya es hora ; quédate en casa. (Vase,)
CRIADO.
Con el orden que me ha dado
Doña Sancha ya he cumplido ;
Los íines disponga el hado
De manera, que dichosa
Límite ponga á su agravio. {Vase.)
Sale DON GARClA, solo.
DON GARCÍA.
Valor Qu el Castro arguyo,
Pues ha querido buscar
Pecho en mí , donde acertar
Pueda , como yo en el suyo.
En el puesto estoy; mejor
Es*adelanlarme en esto;
Que llegar antes al puesto
Es crédito del valor;
Pero me quiero advertir
Que , ya que estoy esperando.
Sea solo imaginando
Que ul enemigo he de herir ;
Que quien piensa inadvertido
Que el otro le ha de vencer ,
En la ocasión se ha de ver
Muy cerca de ser vencido. —
Gente he sentido , sin duda
Es Ñuño de Castro.
Sale DON NÜ^JO.
DON NO^O.
{Ap. Llego
Corrido de que García
Se haya adelantado al puesto ;
Pero íio importa, si yo
No tardo conforme al tiempo.)
Pocas veces se ha dejado •
{A don García.)
De ver que correspondiendo
Vive el valor á la sangre.
DON GARCÍA.
Con las armas lo veremos.
Al meter mano, sale DOÑA SANCHA,
con espada ceñida y una pistola.
DOÑA SANCHA.
Aguarda; que llega Sancha.
Suspended el movimiento
Délas armas, porque oigáis
Lo que ofendida he dispuesto.
DON ÑUÑO.
¿Qué es lo que intentas? Aparta.
DONA SANCHA.
Vive Dios , que paso el pecho
Del que mi voz no escuchare.
DON GARCÍA. {Ap.)
Mas que á Ñuño, á Sancha temo.
DONA SANCHA.
Los papeles que llegaron
Hoy á los dos, del ingenio
Mío traza fué, adbitrada
Para juntarnos y vernos
Donde lodos , animosos ,
El perdido honor cobremos. —
García, sin padre estás;
No te inquietes, porque luego
Tiempo habrá para que des
A la venganza el esfuerzo. —
Hermano, el honor te falta;
Esto si es desdicha , esto
Fenecer á la violencia
Del mas penetrante acero ;
Mas, como el que le robó
Está presente, no pierdo
Para restaurarle el brío ,
A quien valiente obedezco.—
Garci- Velazquez de Estrada ,
Escoge, antes que pasemos
Adelante , lo que quieres :
Ser mi esposo, ó que tu cuerpo ,
Sin vida , ocupadoD sea
Lastimosa deste suelo;
Y no pienses que, aunque armado
Un escuadrón de mis deudos
En lo umbroso de aquel sitio ,
Que álamos adornan , dejo.
Me he de amparar de sus armas,
Me he de valer de su imperio
Para castigar tus culpas ;
Para vengar tos desprecios
De doña Elvira , tu hermana.
Atiende á lo que pretendo ;
Porque antes que despidas
El no por la boca, Gero,
El plomo de esta pistola
Te habrá robado el aliento.
DON GARCÍA.
Traición, Sancha, ha sido tuya,
Pues con tus parientes mesinos
Me obligas á que me case.
DON NÜÑO.
Señor don García, el tiempo
Que há que falta vuestro padre,
Siempre habéis andado atento,
Procurando vigilante
Vuestra venganza en mi pecho ;
Siendo así , ahora me toca
Cobrar el honor que pierdo.
DOÑA SANCHA.
Aparta , Ñuño, pues yo.
Que he venido á disponerlo ,
Sé que sabré conseguirlo. —
En la dilncion hay riesgo;
García, di, ¿qué respondes?
DON GARCÍA.
Que me mates , que este pecho
Dividas; verás en él
Fieramente combatiendo
A la fe con que te adoro,
Y al amor con que venero
De mi padre las cenizas.
DOÑA SANCHA.
¡Ah García ! ya te entiendo;
Ya el sí dices , aunque callas.
Claro está que tus afectos
Arrojan el si , que el alma
Nunca ha tenido encubierto.
Mas no lo prosigas , calla;
Que, aunque tú, inhumano y üero,
Miraste mal por mi honor
Y despreciaste mis ruegos ,
Yo ahora, mas generosa ,
Mirar por el tuyo quiero.
Solo porque no publique
La voz durable del tiempo
Que de temor dijo si
Un tan noble caballero;
Y así , para conseguir
Lo que ingeniosa pretendo , •
Basta nue lo diga el alma,
Y que lo calle el deseo.—
Parientes , ya don García
Dice á voces que es mi dueño.—
{Hau que habla adent
Ya eres mi esposo. Pues mira
Cuánto te estimo, que quiero.
Por serlo, que hoy a tu padre
Vengues en mi hermano mesmo.
Bien puedes reñir, y»ba;
Y no imagines queteogo
Parientes que le defiendan ,
Que fué sok fingimiento.
ríe á qoe dieras
á mi éeseo.
tn enemigo ,
zosleofrexoo,
;oD su flda ;
da, que mas presto
egúe la muerte
la á su peelio.
ado de dom Garc(a,y apun-
ta á dan Ñuño,)
DON IfU^O.
]ae baces, dofia Sanclia?
D05U 8A2ICBA.
DOH RU^O.
[f fin saugrieDto
1 nació mi hermana?
rigor tan fiero?
DOÑA SANCH4.
es mas un marido,
no mnclio menos,
; aquí con el tuyo
liante acero ,
ríe en peli^ ,
isarle ael nesgo.
OBUGAR CONTRA SU SANGRE.
DOlC GABCU.
A mujer que tanto sabe ,
Dificultades venciendo,
Obligar eonira iu sangre ,
Fuera ?illano y grosero
Quien no la diera y rindiera
Nobles agradecimientos.—
Ñuño , por Sancha te estimo.
Por ella reüir no puedo
Contigo ; tu hermano soy.
DON vmño.
Yo tu amigo verdadero.
Salen LAIN t AÑORADA.
taiN.
Gracias i quien lo ha hecho todo.
¿Sancha con boca de fuego?
Ballesta y lanson habla
Solamente en aquel tiempo ;
Mas la ballesta se deja
Para cuando Alfonso el Sexto
Tome juramento al Cid.
DON GARCÍA.
Siempre, cuando los discretos
Disponen los fines, hallan
Tan acordados aciolos.
71
A Nufio daré mi hermana.
DOH RUflO.
Glorias con ella poseo.
LAIN.
Yo la llevaré las nuevas
Desie feliz casamiento ,
Por excusar, advertido, §
Que murmure algnn diñrelo»
Si i casarse por el aire
Vino volando á este puesto.
DOÍlA SáRCBA.
Costanza , Lain, es taya.
LAIN.
No será , porque no quiero.
boíaíamíu.
;Aiiladespfeeiait
LA».
Si;
No te espantes, ponme tomo.
Aunque me ves boiiiiNre ahora ,
Transformaciones de eiervo.
DONOABCiA.
Si no ha sabido , sefiores ,
Por su ignorancia, el hugenlo
OtUúor eanira m umgre^
Castigo será el ser nedo.
COMEDÍA FAMOSA
TITULADA
A
DE SALAMANCA,
POR
EL DOCTOR MIRA DE M¿teüA.
GAKCERAN, taba-
0.
E HORACIO.
BELTRAN.
lUAN.
PERSONAS.
DOÑA HGNCÍA.
LEONOR.
ALEJANDRA, dama,
LEONARDO, criado.
SOLANO, lacayo.
RIVERA.
OUV^RA.
CAMILO.
RUGERO.
DON TELLO.
VILLENA.
FUNES.
UN CORREO.
UN CRIADO.
ORNADA PRIMERA.
)05ÍA MENCÍ A, con vestido largo
ibito de san Juan , t LEONOR,
rifldíz, como capigorrón,
LEOROR.
¿no estás desengañada?
DOÑA MERCÍA.
encible mi amor ;
! fatigues , Leonor.
LEOXOR.
ara es extremada.
ÚA, dooa Meucia,
estas cosas van,
a de ser don (íarceran
dicion y la mia.
eses baque saliste
amanea tras é! ,
aliar rastro de él,
falencia corriste;
*a quieres que esté
Irid? ¡qué desatino!
DO.^A MERCÍA.
Ice amiga ! camino
is pasos de mi fe.
LEONOR.
w bas mil veces jurado
3rte obligación?
DORA MERCÍA.
iad.
LEOROR.
¿Qué es tu intención ?
da pena y cuidado?
vidó, ¿no es costumbre
hombres olvidar?
ieoesque llorar,
e ba de dar p^adumbre?
DORA HERCÍA.
Diga ! mi inquietud
No tanto la causa amor ,
Cuanto el áspero rigor
De su fiera ingratitud.
La noche que se partió
Aquel cruel, mil amores
Me dijo, que fueron floras,
Que su ausencia marchitó.
Y aquella extraña mudanza
Y no pensada partida
Me trae y llefa perdida
Tras una vana esperanza.
LEOROR.
Pues advierte que este traje
Tu pretensión no asegura ;
Medio mas fácil propura ,
No afrentes á tu linaje.
DORA MBRCÍA.
No hay, Leonor, dificultad,
De ese temor te retira;
Que en la corte no se mira
(^on tanta curiosidad.
Criado del gran Prior,
Que yine esta primavera, vU f-^
He dicho que soy,
LEOROR.
Quimera
De tu loco y ciego. amor.
DORA MERCiA.
Pues ¿quién ba de reparar
Que soy mujer?
LEOROR.
Tu hermosura
Lo dirá y mi desventura.
DORA MERCÍA.
iAp. Aquesta me ha de acabar.)
Pues ¿ no asegura á los dos
Esta cruz y esta sotana?
LEOROR.
Sí, Señora, que cristiana
Soy, por la aracia de DJos ;
Mas hay diablos alguaeile/s
Que no se espantan de cruces,
Que ven mas entire dos luces
Que los linces mas sbtiles ;
Que, aunque te llames don Carlos ,
Yyo Jaramillo el mudo.
No es fácil desengañarlos:
Que no ba de ser tu recato
Tan grande , que alguna vez
No te miren á la nuez
Y á los puntos del zapato ,
Y echen de ver que eres macha ,
Y por la hebra el ovillo
Saquen, y de Jaramillo
Descubran también su lacha.
Y en tal traje , esa cruz blanca
No es la que le ha de salvar ,
Aunque te quieras llamar
La Fénix de Salamanca;
Que á la visita primera ,
Sin tener duelo y cíemencia ,
Un alcalde nos sentencia
A hilar en una galera.
Tú , si algún tropiezo das,
Como viuda varonil ,
Volveráste á tu monjil,
Entera como te estáis.
Pero ¡ay de mi! mal pecado
Si su cólera desfoga -
La sala , y quiebra la soga
Por mí, como lii^s delgado.
Mira que aquellos señores
Sacan de la faltriquera
Destierro, azotes , galera,
Y aun dicen que squ favores.
Huyamos de la ocasión ,
Comámonos dos ca|[)onés.
Lo que han de cokner soplones ;
Vamonos con bendicióti,
l^orqueyo querria.tlegar
A tálamo que bien cuadre ,
Sí por ventura mi padre
Me pretendiere casar.
DOÑA MERCÍA.
¡Qué terribles desatinos
Estás diciendo !
74
LEOÜOR .
Señora ,
Todo sucede eo un hora
Por posadas y caminos.
Soledla ventana ALEJANDRA
Y LEONARDO.
LEONARDO.
Mi señora , ¿no es gallardo
Don Carlos, nuestro vecino?
LEONOR.
Que DOS miran imagino.
ALEJANDRA.
Tienes buen guslo, Leonardo;
¡Qué bien que pisa y qué airoso!
Qué bien heclio es, qué galán!
LEONOR.
Señora , mirando eslán.
DO^A mencía.
Calla , y miren.
ALEJANDRA.
¡Qué gracioso!
¿Sabes quién es?
LEONARDO.
Caballero ,
Y del Piamonle.
LEONOR.
Repara
Que te miran.
ALEJANDRA.
Gentil cara.
LEONOR.
Habíale, queeslás grosero.
ALEJANDRA.
Hombre será principal,
LEONARDO.
El hábito lo con6rma,
Y lu buen gusto me aGrma
Que no te parece mal.
ALEJANDRA.
Es asf , mas aunque fuera
Un ángel , lo que poseo
En tanto estimo , que feo
Y losco me pareciera ;
Porque no hay comparación ,
Si eslá de por medio el Coude.
LEONARDO.
Y él también te corresponde
Con igual comparación.
ALEJANDRA.
¿Ha venido el coche?
LEONARDO.
SL
D05ÍA MENCÍA.
Si respondiera que no ,
Al sol le pidiera yo
Prestado el suyo.
LEONOR.
Eso sí.
Muy bien empiezas, Señor ;
Habla con argentería.
ALEJANDRA.
El coche del sol seria
Para mí grande favor.
DOÑA MENCÍA.
¿Quereisle? Que cuando el sol
Prestado no me lo diera,
^'^ 1 medio de su carrera
«^^^ le quitara.
ALEJANDRA.
Espaijo/
bizarro encarecer.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
DONA MENCÍA.
Que también los extranjeros
Tenemos nuestros aceros. •
ALEJANDRA.
Muy bien se os echa de ver ;
Mas fuera temeridad
Meleros en tanto aprieto.
DOÑA MENCÍA.
Vence tan alto sugelo
La mayor dificultad.
LEONARDO.
Mira que es tarde, Señora.
DOÑA MENCÍA.
¿ Dónde va¡<(?
ALEJANDRA.
Al campo salgo.
DOÑA MENCÍA.
En vos veo, á fe de hidalgo.
Lo que del campo enamora ,
Y agraviaisos si decís
Que salís al campo.
ALEJANDRA.
¿En qué?
DOÑA MENCÍA.
Alejsndra, ¿no se ve
Que fuera de vos salis?
Porque las perlas berfnosas
Que el alba vierte en las flores ,
Y matizados colores
De sus mejillas de rosas ,
Viento sutil y amoroso,
Vuentes, que risa y cristal
Vierten por el arenal
Argentado y espacioso ;
Todo lo ve quien repara
En tan divina pintura ,
Que del campo en la hermosura
Es copia de vuestra cara;
Y así , no tenéis , por Dios ,
A qué salir ni á qué iros ,
Que no hay para divertiros
Mas que miraros á vos.
LEONARDO.
A fe, que es gallardo mozo;
¡ Qué bien que cerró el conceto!
ALEJANDRA.
¡ Qué vecino tan discreto!
LEONARDO.
¿Qué hará sí le crece el bozo?
ALEJANDRA.
Deseo con mas espacio ,
Señor don Carlos , gozar
De vuestro pico.
LEONARDO.
Picar
Queréis en el pobre Horacio.
DOÑA MENCÍA.
Cuando fuéredes servida ;
Que cerca está la posada.
ALEJANDRA.
Adiós.
DOÑA MENCÍA.
Ella va picada.
LEONOR.
Tú ¿cómo quedas?
DOÑA MENCÍA.
Perdida.
Salen DON BELTRAN t DON JUAN.
DON BELTRAN.
Este don Carlos , don Juan,
¿Es fraile oes caballero?
LEOIIOM.
No hagas la calle terrero ;
Que viene allí el Capitán.
DON JOAN.
Caballero y i)rincipal.
Según estoy informado ,
Que pasa á Malta , y criado
Del gran Prior.
( Hablan al oído Leonor y doña Ue\
LEONOR.
No hagas tal ,
Que es el viejo mal sufrido
Y se pica de valiente;
Del pié te mira á la frente.
DOÑA MENCÍA.
Vamos; que me han conocido.
( Vanse todos^ menos don Beltn
y don Juan.)
DON BELTRAN.
Hablarle quiero.
DON JUAN.
Seria,
Si no hay otro fundamento ,
Notable deslumbramiento ;
Sosegaos , por vida mía.
DON BELTRAN.
¿Qué fundamento mayor
Queréis, don Juan, que encoulra
Cada día en esta calle?
DONJUÁN.
No hay sin celos firme amor.
Si el encontrar cada dia
A don Carlos os enfada ,
¿Qué he de hacer, si su posada
Tiene enfrente de la mia?
Celos tuvisteis ayer
Del conde Horacio, y cuidado
Hoy, Capitán , os ha dado
Don Carlos; puedo temer
Que también de mi mañana
Tendréis sospecha y temor.
Con tantos celos y amor
Os adorará mi hermana.
DON BELTRAN.
Mientras que la posesión
No tiene el galán que ama,
Señor don Juan , ae su dama.
No halla alivio su pasión.
Y así , en tanto que no sea
Alejandra mi mujer ,
No dejaré de tener
Celos de quien la pasea.
DON JÜAK.
Nadie , don Beltran , festeja
Su calle ui su ventana ,
Ni a ningún hombre mi hermana
Silla ha dado ni ha hecho reja ;
Que su honrado nacimiento ,
Recato y honestidad,
Refrena la libertad
Y acobarda el pensamiento;
Porque no hubiera señor ,
Por grave y rico que (toera ,
Que a raya no le tuviera
Su honestidad y valor.
Y es demasiado reñir ,
Si sale en coche , ó si no ,
Dónde va , quién se le dió,
Y del bien y el mal gruñir ;
Mas creo que brevemente
Vendrá la dispensación ,
Con que vuestro cortion '
Se asegure fácilmente •
Y una ves qne estéis casado.
Como dueño de mi hermana.
Tapiad la puerta y ventana,
No la dejéis ir al Prado;
No salga, en silla 6 en coche,
(Vase.)
adre, abuela ó tia ,
I eDpreDsadedía,
I eslura de noche ;
tío y cunado,
, me perdonad;
I mor y la amistad
?ncia me han dado;
[nereis divertir
del fresco un rato,
1 Prado.
DON BELTRAN.
¡Qué inpralo
oor me ba de salir !
DON JCAN.
IS?
DON BELTRAN.
Ya voy tras vos.
á caballo luego ;
celoso fuego
e apagar, por Dios;
la da la ocasión,
daño amenaza ;
? ofrece una traza ,
I en ejecución ;
^uedo, aquesta noche
ejar la posada
los desocupada ,
yo \ele y trasnoche;
huésped es conocido,
?ro poderoso,
ubre, si está celoso,
\ue un ofendido. {Vase,)
)0N GARCERAN y SOLANO,
de camino.
DON GA<t!ERAN.
tomaste posada ?
SOLANO.
Carmen.
ÜO.N GARCERAN.
¿Preveniste
SOLANO.
Si.
DON GARCERAN.
¿Qué trujíste?
SOLANO.
n, una empanada,
dices...
DON GARCERAN.
Bien las como.
SOLANO.
abrito extremado,
ipos...
DON GARCERAN.
Regalado
SOLANO.
ienen tanto lomo!
le de camero...
DON GARCERAN.
lanido, no es malo.
sola.no.
n...
don GARCERAN.
Gentil regalo;
tío buen despensero.
solano
te y moscatel
imbres ; que sin vino
la mesa el tocino
aotivo en Argel.
DON GARCERAN.
O bieo qué cenar.
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
SOLANO.
¿Que es buena cena?
DON GARCERAN.
Extremada.
SOLANO.
Pues vén , la verás pintada ,
Que no hay mas que desear.
En esta calle primera ;
Que parece que el pintor
Üió á los gazapos primor ,
Y sazón á la ternera.
¿Nó me dirás , por tu vida ,
Qué bolsón diste á Solano
Para que te tenga , ufano,
Mesa y cama prevenida?
DON GARCERAN.
Luego ¿no tienes dineros?
SOLANO.
¿De qué los he de tener ,
Garceran, si desde ayer
Estamos los dos en cueros?
DON GARCERAN.
¿No te di trescientos reales
En Valencia?
SOLANO.
No lo niego;
Mas oye la cuenta , y fuego
Podrás ver si están cabales.
. {Saca un papel.)
«Cuenta de lo que Solano
Ha gastado en el camino.»
DO» GARCERAN.
¥ dala tamlM|jbt vino.
^■■tao.
A fe que ed^^^Htta mano;
Se en la remlflfm
En la maleta yedfln;
Por dos muías di á Machin
Noventa, y me vine á pié.
Ves , ahí tienes la mitad;
ítem veinte (|ue perdiste ,
Y dos que á una moza diste ,
Que tuvo necesidad.
Ciento en comida y posada
Desde Valencia hasta aquí,
Diez y ocho que bebí
De vino en esta jornada.
¿Cuántos faltan , si has contado ,
Para los trescientos?
75
¿Justos?
DON GARCERAN.
Treinta.
SOLANO.
DON GARCERAN.
Justos.
SOLANO.
En la cuenta
Estoy, por Dios, engañado;
Que treinta menos cuartillo
Al huésped di de señal,
Mas, por falta de orinal,
Me acuerdo , compre un jarrillo ,
Y con aquesta partida
Están los treinta cabales;
Mira tus trescientos reales,
Y la cuenta concluida.
DON GARCERAN.
Toma, vende esta cadena.
SOLANO.
Del dinero ¿qué has de hacer?
DON GARCERAN.
Mientras negocio, comer.
SOLANO.
¿Comer dices? Bien me suena ;
Has, gastada, ayunaremos
Al traspaso cada dia.
Señor, ¿qué estrella te guia ,
Que tan mal viaje traemos?
Qué pretendes?
DON GARCERAN.
Irme á Flándts
Con un entretenimiento ,
Y entre tanto hacer asiente
Con uno de aquestos grandes.
• SOLANO.
¡Qué! ¿quieres servir?
DON GARCERAN.
Solano ,
El que no sirve no medra ;
De un olmo^guiero ser hiedra
Para que me dé la mano.
Con el de Pastrana ó Feria
Pienso tratallo mañana.
SOLANO.
Con el de Feria ó Pastrana
Repararás tu miseria;
Que, como grandes señores ,
No harían las cosas pequeñas..
Apostaré que te sueñas
General, con sus favores.
DON GARCERAN.
Mal estás 000 el servir.
SOLANO.
Pues ¿no quieres que esté mal?
Servir, Señor, á su igual,
Es , don Garceran , vivir ,
Y no á un señor soberano ,
Que has de estar delante de él
Como el ángel san Gabriel ,
Con el sombrero en la mano ;
Y si llama , con mas olas
Ha de ser que tiene el mar.
Sin servir puedes pasar ;
Ándate , Señor, á solas ,
Y si no, vuelve los ojos
A aquella Fénix divma.
Deja la corte , camina ,
Concilla tantos enojos ;
Da la vuelta á Sabimanca,
Que allí está doña Mencia ;
Ya conoces su hidalguía.
Voluntad segura' y franca.
Viudo estás, no hay qué temer;
Resuélvete, Garceran;
Que allí esperándote están
Con hacienda y con mujer.
Mas cuando della me acuerdo,
Y de tu íiera mudanza ,
Mi imaginada esperanza ,
Como los sentidos , pierdo.
DON GARCERAN.
Dices bien , que fué rigor.
Mas no lo pude excusar ;
Que dejarla fué estimar,
Como era justo, su honor.
SOLANO.
Pues decirle á la partida :
cQuedad con Dios,» ¿qué importaba?
DON GARCERAN.
Deja esa materia , acaba.—
¡Ay ausente de mi vida!
SOLANO.
¿Hay intervalos, Señor?
¿Qué discurres ó qué sientes?
DON GARCERAN.
Memoria , no me atormentes
Con tan extraño rigor.'
SOLANO.
¿Date la viuda cuidado?
DON GARCERAN.
aol
podria.
78
solaho.
¡Necedad! Toma alegría;
Mira este famoso Prado ,
Esta mezcla de colores
£d jar(ffnes diferentes ,
Ballir y saltar las fuentes ,
Reir y alegrar las flores.
Los varios coches qne en tropa
Discurren por la alameda ,
Que, hiriendo el viento en la seda,
Caminan con viento en popa;
Las damas qne á los estribos,
Con su donaire español.
Salen, dando luz al sol.
Como á su ^alan cautivps^
Esta confusión , que espama ,
Y esta grandeza, que admira ,
De tama verdad mentira.
Que se celebra y se canta;
De tanto amor sin amor,
De tanta gente perdida,
De tanta bárbara vida ,
De tanto gentil señor;
De taoip a pié caballero
Que se ve y se disimula ,
De tanto bonete y muía ,
De tanto mulo y sombrero;
De tanto ciego con vista ,
De tanto malo buen hombre,
De tanto sabio sin nombre ,
De tanto loco alquimista ;
De tanto ingenio abatido »
De tanto necio encumbrado ,
De tanto ingrato, olvidado
Del favor que ha recibido ;
De tanta dama pelota ,
De tanto galán pelote ,
Que se viste y come á escote
De lo que la pobre escota.
DON GARCEIUII.
¿Has de hablar hasta mañana?
SOLANO.
Mucho la ocasión provoca ;
Por Dios, que me iba de boca ,
Y hablaba de buena gana.
DON 6 ARO ERAN.
Retírate aquí, Solano;
Veremos pasar la gente.
Salen EL CONDE HORACIO, ALE-
JANDRA T RUGERO.
BORACIO.
Fresco está el Prado.
ALEJANDRA.
Excelente.
BORAGIO.
Lindo sitio.
OONCARCERAN.
Y linda mano ,
Gentil mujer.
SOLANO.
Por mi fe.
Que es buena ropa.
BORACIO.
Rugero ,
Avisarás al cochero
Que dé la vuelta.
ROCERO.
Si haré. {Vase.)
ALEJANDRA.
E/íir/ii\\\Q en él es mejor;
(/¿/¿'¿'^learnic ha sido exceso,
f i^//M mi ali;iin ruin suct'SO.
lfÍ^!'J_^Q llegar. Seíior;
^ aera xux áe^si*i\iWT7k
por aqiii á mi ht*rmaiK).
'f'/yc'M
EL DOCtOR MIRA DE MfiSCUA.
DON OARCERAN.
Gallarda mujer. Solano.
SOLANO.
¿Hay ya nueva picadura?
¿Hirióte con baliestHfa
El dios ciego y herrador?
HORACIO.
Mi bien , aqueste temor
Con razón me manmlla ;
¿Tan poco mi fe te debe.
Que un flaco temor te impide?
ALEJANDRA.
¿Flaco te parece? Mide
Con mi amor tu gusto breve ;
Verás , Conde, si es razón
Que tema, como mujer ,
Lo que puede suceder
En semejante ocasión.
Don Beliran anda celoso,
Don Juan no sospecha en vano,
Y si es el uno mi hermano ,
El otro se llama esposo.
No quieras paguen mis ojos
Lo que han de sentir perderte.
;Ay Dios, qué trance tan fuerte!
¡ Qué ciertos son mis enojos!
Huerta soy» Conde.
HORACIO.
¿Qué viste?
ALEJANDRA.
A mi hermano y don Beltran.
HORACIO.
¡Bravo temor! ¿DMMIán?
Hacia acá vienen ^^^^Mi!
Perdida soy; negHHpí»
Apresura tu carreriS!^
¡ Ay Dios ! si el coche tlniera.
Sale RUGERO.
Aquí está , Alejandra, el coche.
HORACIO.
Repórtate.
ALEJANDRA.
No es posible ;
Que temo ser conocida.
HORACIO.
Toma el coche.
ALEJANDHA.
Estoy perdida, {y ase.)
HORACIO.
Y de cobarde, terrible.
SOLANO.
Ya toma el coche.
CON GARCERAN.
Turbada
Parece que va ; cayó.
SOLANO.
¡ No csluv ¡era cerca yo !
¡ Bien vestida está y calzada !
GARCERAN.
¿Qué viste?
SOLANO.
Lo que encender
Pudiera un mármol: manteo
Que lo guarneció el deseo ,
Que lio hay masque encarecer;
Algo de la media y pié ,
Que , con un zapato justo ,
Parece que brinda al gusto
Para descalzarle , á fe.
Mas parecióme tener
Una falta , y no lo es ;
Que tener grande» los pies
Es sobra en una mujinr. ,
Rcnuao.
En qué exlráfii conftuíoii
Estoy metido , pues v«o
A riesgo lo que deseo ,
Y en la mano la ocasioo.
Si voy con elfa, destruyo
Su opinión ; y si me quedo ,
A ley de qoieo soy , no puedo
Excusar lo que rehuso.
Si el coche ven , por las pias
Han de conocer su dueño;
En grave ocaskm me empeiío ,
Desdichas son esta» mías.
¡Qué solo que me bao dejado
Mis criados I Ni un amigo
De los qne comen conmigo
No descubro en todo el Prado;
Pero allí está de camino
Un hombre , á lo que parece;
Que en él el cielo me ofrece
Todo mi bien imagino.—
¿Caballero?
SOLANO.
¿ A quién , SeRor ,
Llamáis?
HORACIO.
A los dos.
SOLANO. ,
Ded:
t ; Ah caballeros ! > ^ue asi
Os responderán mejor.
DON GAtCBRAN.
¿ No callarás, majadero?—
¿Qué manda vuestra mercé?
■ORACIO.
En vuestro talle s^e
Que sois noble cAltero.
DON GARCERAN.
SI importa serlo, Seitor,
Para serviros, yo be sido
Desgraciado, aunque he tenido ,
Siendo humilde, algún valor;
Y si con él puedo y valgo ,
Me podéis, Señor, mandar,
Y de mí os asegurar
Como del mejor hidalgo. '
HORACIO.
De que lo sois , muestra clara
Me da vuestra gentlhíza,
Porque se ve la nobleza
En el lenguaje y la cara ;
Pero, porque cierta dama
De prendas y de valor.
Con la tardanza , su honor
Se aventura y se disfama ,
No quiero el tiempo gastar
En ofrecimientos vanos;
Que con términos mas nanos
La merced pieMo pagar.
Solo os suplico, entre tanto
Que pongo á sal vo aquel coche ,
Si ya no quiere la noche
Encubrirle con su manto.
Detengáis dos caballeros
Que por aquí han de pasar.
Sin quedéis. Señor, lugar
A desnudar los aceros.
El uno es mozo y galán ,
Y el otro, aunque cano | viejo,
Es su brio y su despejo
De un valiente capitán.
Plumas trae negras y espada
Guarnecida de aiaujte;
Si erráis las señas, seria
Perderme en esta JoruMle.
DON «ARomntN.
No tenéis mas que informarme.
Seguid el coche, Sefior;
Que en ocasiones de honor
bien-Jtventuiargie.
s soD conocidas;
eis, Se uor, partir;
i están paca os servir
das y dos vidas.
HOtAClO.
is manes mil Teces.—
ii$;os , seréis
;ta «mistad jueces. {Vase,
DO.X GARCKRAIf.
as tú?
SOLAIfO.
>A detener
s en que venimos,
il paso que trajimos, -
rán menester.
DOX OAlCERAff.
é son postas, loco?
S0LA2V0.
irres, Garceran.
mVf GARCBRAiN.
aguidos le dan.
SOLAW).
me estimas en poco;
le un placer. Señor,
Jr lo que imagino;
)n$ejo tras el vino
ser el peor,
r <|u¡én es el hombre
quí partió ligero,
marte primero
lidad y nombre,
mpeñádo á estorbar
mbres este paso ;
que pasoá paso
quieren pasar ;
» de hacer, si su porfía
n grande , en rigor ,
asen por temor
s con cortesía?
mee, no es ocasión
ir á las manos,
s dos cortesanos,
»uena opinión?
eñimos, ¿hay vidas
; acero sangriento?
;aso es de momento
>stas prevenidas.
D0:<f GARCERAN.
urrido, Solang,
»mor,. altamente;
el cobarde es prudente.
SOLANO.
atreMdo iitsano.
D0?r GARCERAN.
5 que prevenir
é tener temor ;
elo lo hará mejor
;> sepas pedir,
los que recelas
n á pasar ,
ras sin malar ,
te faltan espuelas;
engo de acudir
estoy obligado ;
al]4>ra que he dado,
esperar, no de huir.
> hacer bien se ofrece ,
T á quién se hace ,
e mas satisface,
ello mas se agradece.
SOtJiNO.
es; mas digo mal,
r si cena á oscuras
* quien te aventuras ,
I cirio pascual;
irced o tú ni vos,
¿eiceleiitta,
LA FÉNIX f>Z SALAMANCA.
Por quien se pueda en conciencia
Reñir y matará dos;
Que seria gran desastre
Ser este tal hida|gote
Un escudero guisote
O por gran ventura un sastre.
DON CARCESAIf.
Sin duda que es caballero.
SOLANO.
¿Caballero? ¿En qué lo vistes?
DON GARCERAN.
¿ Los guantes de ámbar no olistes?
SOLANO.
¿ No podría ser guantero?
DON GARCERAN.
Espera ; que aquestos son.
SOLANO.
Tentemos la de Bilbao ;
Aunque estuviera en el Orao
Mejor que en esta ocasión.
Salen DON BELTRAN v DON JUAN.
DON JOAN.
No ha de encubrirles la nopbe
La libertad de los dos.
DON RRLTRAN.
Aguijemos ; que , pon Dios ,
Que van juntos en el coche.
DON JUAN.
¿No tomaremos razón
Si han pasado por aqui?
DON BELTRAN.
¿ Qué hay que tomar ? Yo los vi .
DON JUAN.
Ciega mucho la pasión ;
Informémonos primero.
DON BELTRAN.
¡ Qué flema tenéis extraña ! .
j Oh ! ¡ Nunca viniera á España !
informaos pues.
DON JUAN. '
Caballero, i
¿Há rato que estáis aqui?
DON GARCERAN.
Toda esta tarde.
DON JUAN.
¿Ha pasado
Por aqui un coche encarnado?
DON GARCERAN. |
Un coche no, coches sí. i
DON BELTRAN. I
De este tiran cuatro pias , I
Que gobieroan dos cocheros.
SOLANO.
¿Llevan libreas?
DON JUAN.
' Vaqueros
Azules.
SOLANO. I
Habrá diez dias
Que ese coche vi en Valencia , j
Y en él al Virey , por Dios.
DON BELTRAN.
No hablan « lajcayo, con vos.
Solano.
Lacayo con reverencia.
DON JUAN.
No seáis hablador ,4ieripaDo;
Que no venimos de humor.
77
DON GARCERAN.
E^l&es.un.Ioco, Señor. —
¿Que no.has de callar , Solano?—
Aunque he visto con cuidado
Y admiración juntamente '
Aqueste Prado excelente
Y los coches que han pasado ,
No he visto por él pasar,
Ni atravesar la carrera.
El que decis ; yo quisiera...
DON aeltran.
Que no hay que nos informar;
Que por ac|ui fué , y la vuelta
Tomo hacia Atocha, don Juan.
SOLANO. (i4p.)
¿ Don tenemos?
DON JUAN.
DoiLBeltran...
SOI«AIU).
¿Otro don mas? Qae^b^y revuelta...
POK juah.
Seguidme.
DON <f^aC|ERAN. ^
Será cansaros ; ^
Mas si buscarle os importa ,
Por otra senda mas corta
Que vais, he de suplicados;
Que allí delante, un amigo
Está hablando con su dama,
Y importa mucho á su fama
No tener ningún testigo.
Haced lo, por vida mfá.
Que en la corte á un forastero
Hacer suele el caballero .
Amistad y cortesía.
DON BELTRAN.
Ya fuera mucho trabajo
Y notable desatino
Dejar el cierto camino
Por buscar incierto atajo ;
Que para ciuien va de prísa
Es demasiado rodeo.
DON GARCERAN.
No hay duda , sino que creo
Que la ocasión es precisa ;
Mas córreme, á. mí, mayor
Obligación y cuidado.
Sí un amiffo me ha dejado . •
Encomendado su honor.
Halle esta vez á los dos
Gentileza y cortesía ,
Porque, si pasáis, sería
Descomponerme : por Dios ,
Que la mujer es nonrada
Y el amigo coDOcido,
Y por ventura habrá sido
Forzosa la retirada.
DON BELTRAN.
impórtanos conocer
Quién va en aquel coche.
DON GARCERAN.
A mi
Que DO paséis por aquí.
DON BELTRAN.
¿Cómo no?
DON GARCERAN.
Aquesto ha de ser.
(Meten mano,)
SOLANO.
Antes que acuda al reclamo
Del chas, chas, alguna gente.
Guardaré , como valiente,
Las espaldas de mi amo.
Cuchilladas son ; acade.
doAa HENCU.
Parecen me forasteros:
Aguija.— Caz, caballeros,
(■aicfigo.y oadiesemude.
Ri'Urémonos, üon Juan.
Hucha merceil me liaréis.
íAp. fijos. j,'1"<^ ^s esioigue veis?
S- No es esto tlou Garceran !
o vs este el ingrato? ¡ Cielos !)
Fué camplir mi obligacioii
V amparar una mujer.
DO Ha mescía.
Dien ba sucedido. Aquí
He
Aqal os espero.
poüA llE^cl*. (Ap.)
Leonor.
Ko le apartes de bu lado. (Va
ooSá u encía.
Ser mi cuidado
Y milornieDio major.
Sale EL CONDE HORACIO.
Llegué urde.
La [ormenta,
Gracias ¡t Dios que ba pasado.
¡ Oh I ' Nunca ciñera al iaijo
iQae ha ,
. do:í cahcehan.
^^ .loco.noafrenles
-aspadas bíd KSpeio;
EL DOCTOR MIRA DB HÉSCUA.
Que anduTíeron, os prometo ,
Perdone vaeseBoria
algo he andado grosero;
Sois la misma cortesía.
Vue.señuiia perdone
perdón,
^ifi Terdad,
DOM CARCERAil.
Conozca vueseBorla
ino, mi criado,
n hombre en quien no haei
Pesar ni melaacoJIa.
Sale DOiSa NENCIa.
?slá hecho. Señor;
mo me dad de amigo
De aquellos tiidal^os.
Haré lo que me iwdis :
Apellidos I
Don Viceou
m
Que les so; su servidor.
SOLANO.
Luego ^malarios JO puedo
Si los encuenlroT
También
He dad la vuestra.
SOLANO.
Esli bien.
DON SABCERAN.
Vállenle estis.
tOUNO.
Tollo es miedo.
Decidme, jr no os divirtáis.
Lo que os tengo suplicado.
doSa nescIa.
Síes secreto, aqui apartado
Estaré.
aoBACio.
Huj bien esUJs.
Déhole vida j bcnor
A esle nohle caballero.
So; agradecido, ; auiero
Saber de qalcu soy deudor.
iv>rque les
Porque les
Hasta que.
Salí...
doIIa itHcb.
iAf de mil Leonor,
Que aquí mi blsioria
.Québis(oriaóqii4cil«l»i«t
DOffAME.'VdA.
) has estado atenta
ice este ingrato?
LEONOR.
io, y soy una bestia,
i es este?
DO.^A M ENCÍA.
Si,
LEO?(OR.
irj mi lengaa «
III hombre casado
de venta en venta.
DOÑA M ENCÍA.
res? No lo sabia.
HORACIO.
itos no os diviertan;
nte.
DONA VENCÍA.
Señor,
jeis en San Esteban.
DON GARCERAN.
vi una mujer,
'inosaybeila
I sol y que los cielos;
iero encurecella ,
etú aGlar
qoe me degüella ,
[ir la memoria
lige y aiormenla.
)ue venia
he con dos dueñas,
honestidad
de vergüenza.
)yó misa ,
>to que en la iglesia
te vi en la gloria ,
le su presencia,
unerse en su coche,
estaba á la puerta,
;odo turbado,
la reverencia,
f hizo lo mismo; •
lejúme en tinieblas,
de aquestas vistas
0 y su querella,
ar á su casa
supe quién era,
i aumentó el deseo
eraría empresa;
isada esta dama
1 don Saavedra ,
I choque de un caballo
rando en unas liestas ;
cipal señora,
izman y Fonseca
lejor Siingre ,
>eis mil de rejila.
partes divinos,
ió el cielo , anejas
la calidad ,
e, por excelencia ,
ra Sáfos un tiempo
^1 milagro Grecia,
ie Salamanca
todos á esta,
abtarla y servir
martes tan bellas ,
isase mi amor
*$ de quien era.
iempo la ocasión,
I su corta greña ;
iré en su casa ;
rmino agradéla.
cir sus favores
r las e<itrellas.
DOÑA HEIVCÍA. {Ap.)
, si este TíUano
ámi fama honesta;
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
Que si de lo que no hizo
Se alaba, esta daga fiera
Le sacará el corazón ,
Y haré que rabiando muera!
DON GARCERAN.
Mas pongo al cielo testigo
Que luécon tanta limpieza,
Que no la toqué una mano.
DOÑA MENCÍA. {Ap.)
\ Ay Garceran! bien pudieras...
Hoy mi vida te consagro,
Y mil , si tantas tuviera ;
Y ¿qué mujer no da el alma
A un hombre de buena lengua?
DON GARCERAN.
Creció con el largo trato
Nuestro amor, de tal manera,
Que era mi alma una Troya ,
Y la suya otra Aquilep.
Por mancebo me lema ,
Y persuadirse pudiera;
Que casados estudiantes
Muy pocas veces se encuentran,
enternecióme su engaño ,
Y lastimóme la afrenta
Que de ofendella y burlalla
A su honor venir pudiera ;
Y asi , resuello á morir
A las manos de la ausencia ,
Que noá ofender el cabello
Mas corto de su cabeza ,
A la ocasión di de mano .
Venci mi propia flaqueza.
Dejé libros , cartapacios.
Amigos, ciudad v escuelas;
Vsiii hablarla palabra
Ni escribir solo una letra,
Solo con este criado
A mi casa di la vuelta.
Turbóse mi fiero hermano,
(^ayó mi mujer enferma ;
Que aparecerse así , acaso
Sangre y corazón altera.
Sintió en mis ojos la cau.sa ,
Y crecieron las sospechas
De mi amor, su enfermedad,
Y acabó con su carrera.
Lloré su muerte temprana ;
Que no hay vida tan entera,
Que no la consuman celos
Y que ñola acaben penas.
Viudo, quise partirme
A Salamanca , y lo hiciera ,
Que la fe me aseguraba
Úe aquella adorada prenda.
Si un amigo con quien tuve
Alguna correspondencia ,
Que trataba de casarse.
Por cierto no me escribiera.
Di crédito á sus razones ;
Que si se muda en presencia
La mujer siu ocasión.
Ausente ¿qué hará? Y con ella
Al fin mudé parecer;
Y partiendo de Valencia ,
A aquesta corte he venido
A pretender por la guerra ,
Para que en Italia ó Flándes ,
Si se rompieren las treguas ,
Acabe con mis desdichas
Una pistola francesa.
HORACIO.
Suspenso me habéis tenido ,
Garceran, y entre las cosas
Que he oído maravillosas.
Ninguna me ha parecido
Tan digna de admiración
Como, amando y siendo amado,
Dejar un hidalgo honrado
Perder tan buena ocasión;
79
Porque pocos, os prometo.
Tuvieran tanta cordura;
Que siempre el que ama procura
Que llegue su amor á efeto.
DOÑA MENCÍA.
Anduvo don Garceran
Como honrado caballero.
HORACIO.
No hay negaros lo primero;
Pero él hizo mal galy.
DOÑA MimCÍA.
Peor fuera ofender la fama
De tan principal mujer.
noRAcrb.
La ocasión rto ha de perder.
Señor don Carlos, quien ^«ma;
Y quédese comenzada
La cuestión para otro día;
Que de Garceran querría
Saber si tiene posada.
DON GARCERAN.
Si, Señor ; que mi criado
La tiene ya prevenida.
HORACIO.
La mia os tengo ofrecida ,
Si de ella no estáis prendado;
Que caballos y dinero
Tendréis á vuestro servicio.
DON GARCERAN.
Serviros , Señor , codicio ,
Que es el premio verdadero ;
Mas vino en mi compañía
Un caballero, y los dos
Posamos juntos.
HORACIO.
Sin vos
Voy descontento, á fe mia ;
Pero aguardaréos mañana
A comer.
DON GARCERAN.
Iré á recibir
Merced.
HORACIO.
Bien sabréis cumplir.—
Túnambien.
SOLANO.
De buena gana.
(Vase el Conde Horacio.)
DOÑA MENCÍA.
Por ganarme por la mano
El Conde , no os be ofrecido
Lo que él mismo...
DON GARCERAN.
Agradecido
Os esloy.
SOUNO.
Y está Solano.
DON GARCERAN.
Yo OS juro, á fe de quien soy.
Que he estimado conoceros
Tanto , que solo con veros ,
Mirando mi bien estoy;
Que sois del original
Mas bello que formó el cíelo
Perfectísimo modelo
Y retrato natural ;
Y no os pese parecer
A aquella Fénix divina:
Que beldad mas peregrina
No alcanza humana mujer.
DOÑA MENCÍA.
Antes me quiero estimar
En mas de lo que hasta aquí ,
Pues habéis hallado en mí
Cosa que os pueda agradar;
Y si estribaren mi presencia
.«o
•
Parte de vu^slrp contento,
No haré , os juro , ni an momento
De vuestros ojos ausencia.
Sale RIVERA.
BITCRA.
¿Señor don Carlos?
DOÑA MENCÍA.
Rivera ,
¿ Hay en qué os j|peda servir?
RIVEBA.
Vengóos , Señor, á pedir
Una cosa bario ligera
Para vos , que p^ra mí
£s, don Carlos « l}ien pesada ;
Que VOS; liallaréis posada
Mucho mejor que os la di ;
Pero tal tiuésped , seria
Toparle grande aventura.
DOÑA mencía.
Pues ¿ quién quitarme procura
Mi posada ?
BIVBBA.
Dicha es mia.
Por el Rey está tomada
Para cierto embajador,
Y aquesta noche , SeSor ,
lia de estar desocupa^da ;
Que ya la ropa banlraido.
DOÑA IIE?(CÍA.
V ¿la mia?
RIVERA.
En mi aposento
La metí. En el alma siento
No haberos mejor servido;
Pero volveréis , que presto
Se irá aqueste embajador ;
Que me debéis mucho amor,
I habéis de pagarme en esto.
DOXA MENCÍA.
De diferente manera
Lo siento; que es gran ganancia
Tener huésped de importancia.
RIVERA.
No , por vida de Rivera.
DOÑA MENCÍA.
Vé tú , y búscatne posada ,
Jaramillo , y acomoda
La ropa.
DO!f GARCERAN.
Llévenla toda
A la<que tengo tomada;
Que allí cerca de la mia
Os armarán una cama.
DO.ÑA MENCÍA.
Por ventura tendréis dama ,
Y no querrá compañía.
DON GARCERAN.
No la tengo, por mi vida.
DOÑA MENCÍA.
Pues con esa condición
La aceptaré.
LEONOR.
¿Qué invención
Es esta? Que vas perdida.
DOÑA MENCÍA.
Antes me pienso ganar,
Leonor, por este camino.
LEONOR.
Yo seré mal adivino ,
Si no hubiere que llorar.
DON GARCERAN.
ye/t/(M^ ; sabréis mi posada.
„ ^ SOLAIIO.
' -^^raroillovoactí?
EL DOQTOR.MIRA DJE.MÉSCpA.
LEONOR.
Yo soy.
SOLANO.
La mano me dé
Por amigo y camarada ;
Que la cama es buena y ancha ,
Limpia la ropa y el bombre ,
Que por la cara y el nombre
Yo haré que metan ensancha;
Que de ese nombre un pariente
Tengo en Alcalá, y honrado,
Que goza , á fe desoldado;
Libros y vino excelente.
LEONOR.
Toco , y haga buen provecho
Lo que hubiéredes bebido.
SOUNO.
Es el capón escogido.
LEONOR.
Adiós, Rivera.
{yoMt todos, menos Rivera.)
RIVERA^
Esto es hecho,
Que de esta suerte asegura
El Capitán sus recelos ;
Que con dineros y celos ,
No hay cosa que esté segura.
JORNADA SEGUNDA.
Salen SOLANO y, LEONOR.
LEONOR.
Bien has comido , Solano.
SOLANO.
I Y bebido, Jaramillo:
Que el clarete y el tinüllo
Andaban de mano en mano ;
Pero, por Dios , que no estabas
Despacio, á mi parecer.
Si después de bien comer,
Los huesos mondos chupabas.
LEONOR.
Todos comimos , Solano ;
Pero en el beber me 'diste
Quince y falta...
SOLANO.
Bien dijiste ;
Mas soy montañés , hermano ,
Y como la tierra es fria.
En naciendo nos dan vino,
Y con esto y con tocino
Medra el muchacho y se cria ;
Y así, aunque beba del santo,
Que es lo que alborota mas.
Borracho no me verás ,
Alegre sí tanto cuanto.
LfeONOR.
Luego ¿ no lo estás , Solano ?
SOLANO.
Algo siento en la cabeza, t
Mas remedio est9 flaqueza
Con acostarme temprano ;
Pero si duermo tan mal
(iOmo anoche , en cuatro dias
Las tristes lágrimas mias
En piedras harán señal.
LEONOR.
El nuevo l^uésped lo baria ;
Mala noche te habré dado.
SOLANO.
¡Qué ! ya estoy acostumbrado
A dormir con compañía. 9
Mas uo sé yo qué sentí,
Que estuve muy inquieto ;
Aunque si guardo secreto.
Tú medirás...
LEONOR. (y4p )
¡Ay de mí!
Si sabe que soy mqjer ,
Perdida soy.
SOLANO.
No le altefes.
LEONOR.
¿Yo? ¿De qué? (Ap. ¡Pobres mujci
SOLANO.
No hay que negar.
LEONOR.
¿Qué be de ba<
SOLANO.
(Ap. Verdad es lo qoe sospecho.)
De hoy mas podrá itnmillo
Buscar amo.
LEONOR. (Ap.)
¡Que un ovillo
Me hiciese tan sin provecho!
SOLANO.
Que no es delito. Señor,
Que por muchos buenos pasa ,
Que el remedio tiene e%etsa,
Y launturilla mejor;
gue una sarna se repara
on mucha facilidad.
LEONOR.
¿Yo sarna?
SOLANO.
¿ Y es calidad
Mentir en cosa tan clara?
LEONOR.
En mi vida la he tenido.
¿Hay tan fiero pensamiento?
SOLANO.
Luego ¿ yo soy el que miento?
MuAtra. {Miróle ¡as manos.) Mal
Limpio estás. [presami
LEONOR.
Y ¿era. Solano,
Aqueste el secreto?
SOLANO.
Si.
¿Dequéteries?
LEONOR.
De al;
Suelta, déjame la mano.
SOUNO.
Dejóla ; mas, Jaramillo»
Si no es sama; yo soy mnerto.
Que algún contagio eocobierto
Debe de ser, no bay Sofrilio;
Porque cuando le acostaste •
Cierto otorcillo me cNste,
Con que el alma me encendiste
Y las entrañas me helaste ;
Y tras esto, un comeaoo»
Un fuego vivo, una llana ,
Que ni yo cabía en la cana,
Ni en el cuerpo el corazkm;
Y si acaso me extendía f
Y con los pies te tocaba ,
Un no sé qué me pleaba
Que como pulffa mord&a ;
Y con aquesta inqoietttd
Tuve noche toleaana.
Jaramillo, unamanaana
Es mi vida y mi salad;
Si eres, como sor tu amigo.
Di la verdad» 00 hvhgaeñ;
razoD que roe pegues
iormir contigo,
s?
LEONOR.
¿Québedeteoer?
ctraoa locara?
SOLANO.
nderme procura
r y comer.
LEONOR.
• estás respondido,
vino es calor,
a Dio es mejor,
lego escondido,
lucbo entre día,
¿no ha de estar,
ras á acostar ,
angre y fría ?
es, de beber,
sosegado ;
tú destemplado
ar y el comer.
SOLANO.
iss.itisfecho;
«*ces he bebido
er, y no he sentido
in sin provecho.
K:be sabremos
I el sueño el vino.
LEONOR. (Ap.)
»specba, imagino,
ijer.
SOLANO.
¿Qué tenemos?
» estéis entero,
into os recaláis,
migo durmáis
istro primero.
( Vanse.)
CONDF: HORACIO, DON
UN, RUGERO y DOÑA
HORACIO.
e presio el coche,
en prevenida
no y mas cumplida
no á media noche.
D0\ GARCERAN.
uerte tratáis,
convidados,
eren pesados,
causa dais;
la la abundancia
lares preciosos,
'sünes Famosos
i Italia y Francia;
que a porHa
a momento
el mar y el viento,
olateria.
HORACIO.
líempre ó mi mesa
buen ordinario,
► es necesario
cía, queme pesa;
a ba sidocoaiida
cuatro amigos,
)S enemigos
mas cumplida;
anjero granjea
> voluntades
cesidades ,
I cosa no sea.
SOLANO.
en que te acudieron
9oiiieD un lado,
LA FfiNiX DE •SALAMANCA.
Aquel dia que en el Prado
En estrechó te pusieron !
Cree que no hay que esperar
De aquestos comeliiones,
Que de ellos y somajones
Hay muy poco que fiar;
Porque saben acudir
Con mucha mas afición
Al doblón que á la ocasión , •
A comer que no á reñir. %
HORACIO.
Digo que estás excelente,
Y con la cuestión del Prado,
Has , Solano, despertado
Mi descuido impertinente ;
Que el papel que me escribió
El Capitán noheldido.
DON GARCCRAN.
Extraño descuido ba sido.
SOLANO.
Pues ¿quién comiendo leyót
Que papeles que se envían
Estando el hombre sentado
A comer, piden prestado,
Si acaso no desafian ;
Que, como es hora tan cierta,
Pegan luego, y es mejor,
Mif nlras comieres , Señor,
Uund;ir que cierren la puerta ;
Que lal papel puede ser
El que te dieren comiendo,
Que te relaje, leyendo,
El deleite del comer.
{Ue el Conde Horaéio para si.)
DON GARCERAN
Elocuente estás.
SOLANO.
El vino
Habla como un Cicerón.
ÜO^A hengía.
¿ Qué os escribe?
HORACIO.
Celos son.
DONGARCERA?!.
Parece que estáis mohíno.
HORACIO.
¿Qué hora será?
DON GARCERAN.-
¿Qué es aquesto?
¿Quién os perturba y altera?
HORACIO.
Saber cuántas son quisiera.
SOLANO.
Las quince darán bien presto.
DON GARCERAN.
¿Qué os escribe el Capitán?
HORACIO.
Dravatas con cortesía;
Creo que me desafia.
Leed le, don Garceran.
DON GARCERAN. {Lee.)
« Seni i miemos con sombra de agrá-
»vios piden satisfacción como si lo fue-
i>ran ; que á no procurarlo , ni yo fue-
>ra quien soy, ni Alejandra quien es;
«pues portio y marido, tengo obliga -
»cioná solicitar. Con uno de misami-
»gos aguardo á usía en el campillo de
» Doña María de Aragón, á las dos, don-
»de, si razones no satisfacieren mi que-
2)ja , habré de remitilla á las armas. --
»De la posada. — Don Beliran.»
HORACIO.
¿Qué os parece?
81
DON CARCBIAN.
Que es el vi^o
Bizarro, que teme y ama ,
Que quiere ser de su dama
Galán , marido y espejo ;
Que aseguréis su temor.
Que es soldado y caballero.
Cumpliendo, Conde, primero
Con vos y con vuestro honor,
Y con tiempo prevenir
El suceso y compañía ;
Y pues son dos, de la mia
Os podéis , Conde , servir.
hOfih MENCÍA.
¡ Ay de mí! (i4p- ¡Con qué temores
Lucha mi imaginación I)
Mas cuerda resolución
Se puede tomar, señores;
Que si reñis, es la dama
La que aquí viene i perder,
Si no tiene la mujer m
Mas que perder que su fama;
Que dirá, sin resistencia.
El fiero vulgo atrevido
Que por Alejandra ba sido
Esta celosa pendencia ;
Y el olor, si bien se advierte ,
De una mocedad sabida
Se imprime tanto en la vida.
Que aun no le borra la muerte.
HORACIO.
Don Carlos , son excelentes
Vuestras discretas razones ,
Muchas mis obligaciones,
Justos los inconvenientes ;
Que estimo á Alejandra, y quiero
Su honor tanto como el mió;
Mas rehusar el desafio
Es mengua de un caballero.
Pues ¿qué medio podéis dar
Que asegure este temor ?
Porque si acudo al amor,
La honra ba de peligrar.
DOÑA VENCÍA.
Cumplir podéis fácilmente ,
(^onde , con entrambas cosas;
Que ni son dificultosas
Ni tienen inconvenientes.
A las dos ha de agualdar
El Capitán ; si es pasada
La hora determinada ,
Llegar tarde no es Uegar ;
Y si el papel con cuidado
Leistes , no os desafia ,
Antes se queja , y sería
El responderle acertado ;
Mas ha de ser de tai suerte.
Que de lo que está sentido
No os deis vos por entendido. '
DON GARCERAN.
Muy bien don Carlos advierte.
DOÑA MENCÍA.
Aquesto, don Garceran ,
Es lo que importa ; que pasa
El dia, y se va á su casa
A cenar el Capitán ;
Cena , acuéstase tempranOy
Y á la mañana despierta
Con resolución mas cierta
Y con pacecer mas sano.
Levánuseyoye,misa,
Ve á Alejandra , y sus ebojos
Olvida , viendo sus ojos ;
Sus celos, viendo su risa.
Y Alejandra de su parte
Ablandará sus rigores;
QueV <^nn los favores
Te M a de Marte.
6
HORACIO.
Aunque dicen que el consejo
Mas seguro ba ae tener
Tres cosas, porque ha de ser
De amigo, de sabio y viejo,
El vuestro, don Carlos , sigo;
Porque de las tres , las dos
^lán nacidas en vos ,
Que sois prudente y amigo.
Y si es mejor responder
Que no ver al Capitán ,
Hagámoslo, Garceran.
DON GARC ERAN.
Has que escribir se ba de hacer.
HORACIO.
Pues ¿hay en qué reparar?
DON GARCERAN.
Algo be pensado; escribid.
HORACIO.
A mi aposenlp venid.—
Vos, Señor, á visitar
Podéis ir, mientras escribo,
A Alejandra, estos enojos;
Mirad si sienten sus ojos
Que es el alma con quien vivo.
(Vanse todot, menos doña Mencia
y Leonor.)
DOÑA hencía.
Diréle de vuestro amor
Mil imposibles.
LEONOR.
¿ Es hora
Que le pueda hablar, Seüora?
DOÑA mencía.
Ni aun agora lo es, Leonor ;
Que aquestas cosas de Horacio
Hacen me olvide de ti.
Que para saber de mí
No me dan siquiera espacio;
Que preguntarte deseo
Cómo te va con Solano.
LEONOR.
Con buen gigante villano
Con pocas fuerzas peleo.
DOÑA MENCiA.
¿Tan presto Unta flaqueza?
LEONOR.
Pues veste con él , Señora ,
No una noche , sino un hora ,
Veremos tu fortaleza.
DOÑA MENCÍA.
¿Por ventura ha sospechado
Que eres mujer?
LEONOR.
Desventura
Fuera saber por ventura
Lo que yo tanto he guardado.
DOÑA mencía.
Pues ¿ qué hay , Leonor, que le asom
LEONOR. ["'^®
Lo que se puede temer;
Conocerme por mujer,
Y echar de ver que soy hombre.
Y porque con tiempo trates
Del remedio por rodeos,
Me ha dicho, no sus deseos,
Sino algunos disparates ;
Y por eso es mi temor
Mas grande que el qme parece;
Que si la ocasión se ofrece,
/ Qué hará la pobre Leonor?
DOÑA MENCÍA.
Iquila una cama luego ;
'ero mira que es mas sano
segurar á Solano,
o se eudeoda mas el fuego.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
Deja pasar unos días ,
Y después de asegurado,
Muda cama y deja el lado,
Que hace tus flaquezas mias.
LEONOR.
Yo lo haré ; mas por (a cuenta
Y por la de Garceran
Correill si algún desmán
Sucede.
DOÑA MENCÍA.
Ponió á mi cuenta ;
Y agora aqui has de esperar
A que acaben de escribir ,
Y é don Garceran seguir,
Y de él no te has de apartar ;
Que es belicoso, y entiendo
Que han de salir á buscar
Al Capitán, y atajar
Este disgusto pretendo.
Y si pasare adelante,
Leonor mia, como el viento,
Me avisarás al momento.
LEONOR.
No habrá rayo semejante.
(Vanse.)
Salen DON JUAN, ALEJANDRA,
LEONARDO y otrOs.
DON JUAN.
Dejadnos solos; la puerta
Lleve Leonardo tras sí.
ALEJANDRA.
No importa , déjala asi.
LEONARDO.
¿Cierro, ó dejaréla abierta?
DON JUAN.
Cierra , acaba.
(Vase Leonardo.)
ALEJANDRA.
Y la ventana;
¿Quedarémonos á oscuras?
DON JUAN.
Para reñir tus locuras
Lo hiciera de buena gana ;
Que es tanta tu liviandad ,
Que verte sin luz gustara ,
Porque, no viendo tu cara.
Te hablara con libertad ;
Mas , pues tantas atrepellas ,
Alejandra , sin sentillas,
La vara para decillas
Tendré que tü para hacellas.
Dime , mujer mas ligera
Que tu vano y ciego amor,
¿Quién , sino tú , con su honor
Tan pródiga y loca fuera ?
No entiendo tus desvarios ;
Di , atrevida , lo que intentas ,
Porque la memoria afrentas
De tus padres y los mios.
¿Tü con el Conde en un coche ,
Y a vista de tanta gente ,
Te pascas libremente,
Y tan cerca de la noche ?
¿Qué puedes tú pretender.
Sino tu infamia, del Conde?
Pero por ti me responde
Ser mujer y ruin mujer.
i Y que estés ya tan perdida
Que le quieras por galán.
Afrentando al Capitán
Y quitándome la vida!
Vuelve en ti ; con mas cuidado
Tu vida traza y ordena ;
Que la mujer, cuando es buena ,
Es un reloj concertado ;
Que el móvil y el fundamento
De esta admirable infendon
Es la medida razón
Y asentado entendimiento.
Son las ruedas los sentidos.
Que con tardos movimientos
Detienen los pensamientos.
Cuando pasan de atrevidos.
Las pesas son el nivel
Con que el bien 6 mal obrar
Se ha de medir y pesar.
Como en un peso fiel.
El índice que señala
La hora los ojos son ,
Que dicen del corazón
Si la tuvo buena 6 mala.
Es el volante el temor,
Y aquel contino pensar
Que ba de correr sin parar
Hasta la muerte el honor.
Despertador, la memoria
De quién es y á quién se ofende,
Guando deslustrar pretende.
De sus mayores la gloria.
Es la campana su fama ,
Que si no la tiene buena ,
Por mas que la cubran , suena
Y entre todos se derrama.
Es relojero el cuidado.
Que á no tenerle, ha de estar
Alborotado el lugar,
Y el reloj desconcertado.
Y si de ti no le tienes,
Siendo á tu honor importante ,
Del reloj un semejante
A ser propiamente vienes.
Y asi , instrumentos pesados
Por fuerza vendréis á ser ;
Que el reloj y la mujer
Suenan mal desconcertados.
ALEJANDRA.
¡Jesús , y qué gracia, hermano.
Tienes para predicar!
¡ Qué lenguaje para orar!
¡ Qué acción ! ; Qué sacar de mano!
Que , según has ponderado
Mis liviandades y errores.
Son mis delitos mayores
Que el mas horrendo pecado.
¿Yo hablé al Conde , yo. don Joan,
Con tanta desenvoltura?
Sueños serán , por ventura.
Tuyos ó del Capitán.
Cuanto mas , que si sali
Ayer al campo, ¿en qué erré
Contra la empemda fe
Que á mi tio distes v di?
Que si tan leve ocasión
Pudiera descomponer
La honra de una mujer ,
Buena andaba la opinión.
Si han de andar tan concertadas
Como el reloj , á fe mia
Que en la corle cada día
Oyeras mil badajadas.
Y si así tu lengua infama
Su sangre, ¿qué hari la ajena?
Mujer ninguna habrá buena
Ni honesta, ni limpia Cima.
DON JOAR.
¿Es agravio con rigor
Kepreuder tu liviandad?
ALEJANOaa.
Fuérzasme la voluntad ,
Que es el agravio mayor.
Cisasme , y al yngo pones
Dos novillos desi|(Qal«;
Mal las partes principales
Del matrimonio compones.
Y tan desigual partido,
¿Cómo quieres qoe no coadrot
Sá á quien puede ser mi pidro
spor mtrído?
tienes amor;
rmele , del Conde
jr.
DON JCAN. •
No se esconde
el desamor,
es tu tío un hombre
ipal y honrado,
ble y por soldado
lo su nombre,
irán del Cooseio
vicios mañana ?
:e cansa, liviana?
ALEJANDRA.
;gusto y viejo.
DOX JUAN.
o? Pues despacio,
y sin pasión
y ojos pon
na de Horacio,
nperfecciones
inta á la frente ,
alan ni es valiente,
as ocasiones,
s calidad
ni es mejor,
)s fuerza ó valor
la verdad ;
-e tan á dis{;usto
, que la enfada,
sí , ¿qué te agrada?
ALEJANDRA.
ser de mi gusto.
DON JOAN.
e ! (Saca la daga.)
ALEJANDRA.
¡Jesús! detente;
mi. Señor!
e el resplandor
le repente.
lONARDO Y OLIVERA.
OLIVERA.
Juan?
DON JUAN.
Olivera ,
pitan, mi tio?
OLIVERA.
DON JOAN.
'u desvarío
;a , quisiera ;
rá ocasión ;
ia?
oli\t:ra.
Escucha aparte;
la sin duda Marte.
LEONARDQ.
lapitan son.
ALEJANDRA.
io! en grande aprieto
o donjuán.
LEONARDO.
¿Porque?
DON JUAN.
:es?
OLIVERA.
Lo que sé ;
, en efecto,
ívé el papel.
DON JUAN.
salió el Capitán?
OUVERA.
rez Guzman.
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
DON JUAN.
Buen amigo tiene en él.
Por tí , Alejandra , por ti
Anda la corte revuelta.
ALEJANDRA.
¿Por mi?
DON JUAN.
Calla, desenvuelta. —
Vén , Olivera , tras mí. ( Vase.)
ALEJANDRA.
¡ Ay d^ní, Leonardo amigo»
Üetenl^que va enojado.
LEONARDO.
Si haré, mas será excusado;
Que está don Juan mal conmigo.
{Vase.)
ALEJANDRA.
¡ Qué de espinas , amor, entre las flo-
De tus deleites tienes escondidas, [res
Y qué de días y horas desabridas
En el breve placerde tus favores! [res
¡Qué de pesares siembras entre amo-
De glorias y esperanzas prometidas,
Y qué de sobresaltos en las vidas
Que asegurar pudieran sus temores !
Si eres tan falso , amor , que diverli-
[dos
Nos llegamos á tí , ¿ qué dulce engaño
Es este, con que, amor, nos traes per-
[didos?
Mas ¡ay de mi! que, conociendo el
[daño,
Juzgamos por tan cuerdos los sentidos.
Que tenemos por loco el desengaño.
Sale LEONARDO.
LEONARDO.
No le he podido alcanzar;
Que con los pies parecía
Que volaba, y no corría.
ALEJANDRA.
Bien te sabes disculpar.
Salen VILLENA y FUNES , trayendo
el uno un vestido de mujer y manto,
y el otro unos chapines con vkillas de
plata.
LEONARDO.
Aquí están Villena y Funes.
ALEJANDRA.
Platero y sastre han venido ;
A mal tiempo es el vestido.
FUNES.
¿Y el manto?
ALEJANDRA.
El manteo.
FIJNES.
El lunes.
ALEJANDRA.
Póngale en ese bufete,
Y venga por la mañana ;
Que agora no tengo gana
De probármele.
FUNES.
El ribete
Advierta vnesamerced
Que se me debe, y la seda ;
La cuenta á Leonardo queda. (Vase.)
ALEJANDRA.
Acaben ya ; déjenme.
Señor Villena; el cuidado
Estimo, que va curioso
85
El joyel , como precioso,
Y el san Jacii^to extremado.
TILLENA.
Aquestas cosas no son
De las que cuidado dan.
Porque al señor Capitán
Tenffo mucha obligación.
Pidióme se le buscasen
Estas joyuelas también ,
Y si te parecen bien ,
Que en tu poder se quedasen.
ALEJANDRA.
Y ¿qué son?
VILLENA.
Apretadores
De diamantes.
ikLEJANDRA.
Serán caros.
VILLENA.
Tienen fondo y son muy claros
Y de lindos resplandores.
ALEJANDRA.
No me contentan en nada,
Como venga por sus manos.
VILLENA.
Casar viejos cortesanos
Con mozas, triste jornada.
Al fin , ¿no contentan?
ALEJANDRA.
No;
Véalos el Capitán,
Quizá le contentarán.
VILLENA.
No haré tal desorden yo , *
Si habiéndomelas pedido
Horaóio, no se las diera.
ALEJANDRA.
Del Conde las recibiera^
Como fuera mi marido.
VILLENA.
Es gran cosa hombre de estade
Y mozo.
ALEJANDRA.
No me áé pena.
Y ¿mis chapines, Villena?
VILLENA.
Aquí los trae mi criado.
ALEJANDRA.
Muestra. ¡Qué angostas virlllas!
VILLENA.
No se usan mas de dos dedos.
ALEJANDRA.
Echan á perder los ruedos ;
Ya me cansan.
VILLENA.
Pues hundillas.
LEONARDO.
Hoy no estás de buen humor.
ALEJANDRA.
Estoy , Leonardo , perdida ;
Cánsame mí propia vida.
LEONARDO.
¿Qué tienes?
ALEJANDRA.
Miedo y amor.
VILLENA.
No quiero daros disgusto.
ALEJANDRA.
Toma , guarda esos
(Ponen lúsfi^ ^nn éi \
io SO"
yi
84
• VIUBMA.
No prometen bueaos fin^s
Bodas coD tan poco gusto. ( Vase.)
ALEJANDRA.
¿Faése Villena?-
L¿OIfAllDO.
Ya es ido.
ALEJANDRA.
\ Qué oficiales tan pesados!
Con ellos 7 mis cuidados
Se cansará el mas sufrido.
LEONARDO.
Don Carlos ^iene , Señora.
Sale DOf^A MENCtA.
' DO{<ÍA ibucía.
¿Bella Alejandra?
ALEJANDRA.
Mis males
No son , Leonardo , mortales ,
Pues mi suerte se mejora.
DOÑA MENCÍA.
¿En qué puedo yo serviros?
ALEJANDRA.
Toma esta silla, y sabréis
Mi dolor, pues conocéis
La causa de mis suspiros. —
Y tú con atentos ojos
Mira desde ese balcón
Quién entra ó sale.
LEONARDO.
Ocasión
Es para nuevos enojos. (\a$e,)
DOf«A HENCÍA.
Quisiera con mas espacio
Y con mas gusto escucharos;
Que sabéis tan bien quejaros
Como atormentar á Horacio.
ALEJANDRA.
Si supiésedes , Señor ,
Lo que por él ba pasado ,
Ed mas hubiera estimado
El Conde mi fe y amor ;
Que el cuchillo á la garganta
Puedo decir que be tenido.
Que de un hermano atrevido
Fué crueldad fiereza tanta.
DOÑA VENCÍA.
Tanto rigor no es posible,
Si no es ¿on grande ocasión ;
Que sin ella la pasión
' No hace á un hombre tan terrible.
ALEJANDRA.
¿Qué mayor que la pasada ,
Y conocer que á su tío
Trato con tanto desvio,
Y estuve tan apretada?
DOÑA HENCÍA.
Pues de aquesos disfavores,
Asperezas y desvíos
Nacen otros desvarios,
Y por ventura mayores.
Sabed oue ha desafiado
Hoy el óapitan al Conde.
ALEJANDRA.
Siemprf" , Señor , corresponde
Con el temor el cuidado.
Este suceso temi ;
Qt/e mi corazón leal
/>^^nosticó tanto mal.
DOÑA hencía.
os alborocéis ;oi,
^ por boy eslá segure
^ oioguD desmán suceúíi.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCUA.
ALEJANDRA.
¿Quién hay que atajarlo pueda?
DOÑA ÜBNCÍA.
Yo, Alejandra, lo procuro ,
Y con el mismo cuidado
Un principal caballero.
ALEJANDRA.
¿Quién es?
DOÑA MENCÍA.
Aquel forastero.
Tan valiente como honrado ,
Que por el Conde y por vos ^
Puso en peligro su vida.
ALEJANDRA.
De amistad tan conocida
Somos deudores los dos.
Deseólo conocer
Por lo que de su persona
Me ha aicho Horacio Colona.
DOÑA MENCÍA.
Súbelo muy bien bacer ;
Él os vendrá á visitar.
ALEJANDRA.
Decidme, Señor, ¿mi tio
Fué quien bizo el desafio ?
DOÑA MENCÍA.
Y el que babeis de regalar.
ALEJANDRA.
¿De qué suerte , si es el Conde
El dueño de mis sentidos?
Sale LEONARDO.
LEONARDO.
Señora , somos perdidos.
ALEJAXDBA.
¿Qué dices? Habla , responde.
LEONARDO.
Que con don Juan , mi señor ,
Viene el capitán.
aleja:<idra.
¡ Ay triste !
¿Qué pecho humano resiste
Nuevus de tanto dolor?
Que sí aquí os halla don Juan ,
Temo alguna desventura,
Y mayor me la asegura
La furia del Capitán.
DOÑA HCXCÍA.
¿Llegan cerca?
LEONARDO.
En esa esquina
Están parados hablando.
DOÑA MENCÍA.
Una traza estoy pensando.
ALEJANDRA.
Yo mi muerte.
DOÑA MENCÍA.
Es peregrina.
Dadme de presto un vestido
De los vuestros; que ya he estado
Otra vez tao apretado ,
Y esta traza me ha valido ;
Que la cara, talle y brio
iNo lo han de echar á perder ;
Que yo haré que por mujer
Me tengan tu hermano y tio.
ALEJANDRA.
Pues vele aquí ; que parece
Le tenia prevenido
Para este efecto.
DO.ÑA MENCÍA.
Nucido
Me vendrá.
LIOHABDO.
A vestirse empieee;
Que yo á la puerta estaré,
Y avisaré con cuidado.
ALEJANDRA.
¿Hay Ul? El talle es pinudo.
DOÑA MENCÍA.
¿Parezco bien?
ALEJANDRA.
Bien , á fe.
DOÑA MENCÍA.
Yo soy muy lindo y bien bedio.
ALEJANDRA.
;Qué buenas piernas y pies!
DOÑA MENCÍA.
Esto para ti no es
Ni de gusto ni provecho.
Esconde aquestos despojos »
Pues con estos me reoaevo.
ALEJANDRA. {Ap,)
: Ay Dios , qué gentil mancebo!
Tras él se me van los ojos.
DOÑA MENCÍA.
¿Hay chapines?
ALEJANDMA.
Si.
DOÑA MINCÍA.
Pues muestra.
ALEJANDRA.
¿Caerás con ellos?
DOÑA MENCÍA.
No haré ;
Que tiento da al que no re,
La necesidad , maeslri.
¿Ando bien?.
ALEJANDRA.
Tiénesmeloca;
De tu destreza me espanto;
¿Quieres toca?
DOÑA MENCÍA.
No ; que el manto
Me podrá servir de toca.
¿Puede alguno , por ventura ,
Juzgarme por hombre?
ALEJANDRA.
No,
Porque el cielo Igual te dio
El ingenio y la hemiosnra.
¡ Qué bieu te está el (rsje!
LEONARDO.
Aviso;
Que suben ya la escalera.
ALEJANDRA.
Oigo.
LEONARDO.
¡Jesús!
ALEJANDRA.
¿Quétetttera?
LEONARDO.
Ver un ángel de improviso.
Que el hábito y el semblante
Al mas tentado provoca.
ALEJANDRA.
Leonardo , sella la boca
Con este rico diamante.
(Dale una torUji
LEONARDO.
No hablaré mas que moa piedra.
¿Hay mas graciosa loTenciou?
DON BELTRAN T DON JUAN.
W>N JUAN.
gar i It ptsion ,
il caso ¿qaé le medra?
o , si sois senrido ;
sus soQ cosas pesadas.
DOX BELTRAÜ.
ríe dos cuchilladas
era coDcInido.
ALEJAIIDBA.
IDO , lio y señor ,
in verme? ¿Qué es aqaesto?
iescuido tao presto y
»s de poco amor;
QO haberme divertido
;ta dama, mi amiga,
^dad enemiga
la hubiera sentido.
DOX BELTRAN.
ira , sí entendiera
vertirte podia,
las horas del dia
alara y sirviera;
como estoy tan cierto
i vista le da enojos ,
BU mi pones los ojos
íB un cadáver muerto,
nie, porque veo
doy disgusto en verte,
lome de esta suerte
ello que mas deseo.
DOÑA hencía.
s ha dicho , os prometo,
dos mil excelencias.
voy BELTRAIV.
ias son apariencias.
DOÑA ME!(CÍA.
s amor y respeto.
ALEJANDRA.
e he sido desgraciada
lio: estoy corrida
que no sea creida
) estoy menos culpada.
DOJf JCAN.
do, ¿no echas de ver
ocada está mi hermana?
LEOr^ARDO.
oche á la mañana
firmeza en Ja mujer.
D05ÍA HEKCÍA.
e desconfianza.
Ü0^ BELTRAN.
son del amor.
DON JUAN.
lo, ;||de mí!
Leonardo.
¿Señor? .
don JUAN.
é nueva mudanza. —
quién es , por tu vida,
I hermosa mujer?
LEONARDO.
fe.
DON JUAN.
\p. ¡ Tan presto arder !
'Sto el alma rendida! )
pondes?
LEONARDO.
Una amiga
ermaoa. {Ap. ¿Hay tal suceso?)
DON ÍUA2I.
onardo ! pierdo el seso.
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
lionaudo.
¿Qué tienes?
DON JUAN.
Amor lo dlsa.
Y ¿sabes cómo se llama?
LEONARDO.
No lo sé. (Ap. i Gracioso loco !)
DON JUAlf.
¿Ni dónde vive?
LEONARDO.
Tampoco.
DON JDAIf.
Tanto mas crece mi llama.
DON BELTRAN.
Oigo que vivo engañado ,
Y en albricias del favor.
Los quilates de mi amor
Prueba en la fe que te he dado.
LEONARDO.
¡Qué! ¿te has ofendido?
DON JDAN.
Mira,
Leonardo, aquella mujer,
Y podrás echar de ver
Lo que suspende y admira.
Mira en sus ojos dos soles,
Que despiden claros rayos ,
Y en sus mejillas dos mayos
Con nativos resplandores.
Mira en su boca cifrado
Un paraíso terreno ,
Y mira un cielo sereno
Ed toda junta pintado.
LEONARDO.
6 Hay tan extraño accidente ?
Señor , vuelve en tí , ¿qué es eso?
Que todo es de carne y hueso,
Ojos , mejillas y frente.
Quiérote desengañar;
Mas será echarlo á perder.
DON BELTRAN.
Qliiero , sobrina , creer
Lo que pudiera dudar.
Sale OLIVERA.
OLIVERA.
Un criado crafere hablarte,
Del conde Horacio.
DON BELTRAN.
Olivera ,
Hile que ya salgo fuera.—
Don Juan , escjacha á esta parte.
ALEJANDRA.
¿ De quién ha sido el recado.
Que se dio con tal secreto?
DON BELTRAN.
De un amigo , te prometo.
ALEJANDRA.
¿ Amigo , y tan recatado?
DON JUAN.
Oecis bien ; ya no se excusa ,
Como el recado primero.
ALEJANDRA.
¿Dónde vais?
DON JUAN.
Un caballero
Nos aguarda.
( Vanse todos, menos doña Mencia
y Alejandra.)
ALEJANDRA.
Estoy confusa.—
Don Cario», el corazón
Me dice que es el recado
Del conde Horacio.
DO.SÍA mbncía.
Cuidado
Me da tu imaginación ; *
Pero de él saldré bien presto.
Ayúdame á desnudar.
ALEJANDRA.
Mira que vuelven á entrar.
D05ÍA VENCÍA.
¿Jaramillo?
Sale LEONOR.
LEONOR.
¿Qué es aquesto?
Señor, ¿qué invención , qué traje
bis aqueste, qué vestido?
DO^A HENCÍA.
Después sabrás lo que ha sido.
ALEJANDRA.
Don Carlos , ¿es vuestro el paje?
DÓÍlA HENCÍA.
Mío es , y de él sabremos
Aquello que recelamos,
Porque tanto cuanto amamos
Viene á ser lo que tememos.
i Dónde queda Garceran ,
Jaramillo?
LEONOR.
Con Horacio
Le dejo junto á palacio.
Esperando al Capitán ,
Que para darle un recado
Le salió á bascar Rugero.
ALEJANDRA.
Mi temor fué verdadero.
D05ÍA lENCÍA.
Y con causa mi cuidado.
ALEJANDRA.
Vestios luego al momento ,
Y procurad atajar
El daño , no deis lugar
A algún suceso sangriento.
No llegue su desvarío
A hacerle tan lastimoso ,
Que pierda en el Conde esposo,
Y en los dos, hermano y tío.
DOÑA MENCÍA.
Mucho mas que tu temor
Es , Alejandra , mi pena ;
Pero aquesta traza ordena
Para tu remedio amor.
Toma un manto , ^ no te asombres
Si acaso milagros vieres;
Que amor hace hombres mujeres,
Como hace mujeres hombres.
Que de esta suerte tapadas,
Y sin otra compañía.
En tu firme amor confia
Que hará mas que sus espadas.
En hacerlo no aventuras
Tu honor, ni el caso es liviano.
Si del Conde y de tu hermano
£1 sosiego y bien procuras.
ALEJANDRA.
¿Qué no haré por redimir
Vida que tanto me cuesta?
LEONOR.
Señor , buena anda la fiesta.
DOÑA HENCÍA.
¿ Cómo acertaré á salir?
Salen HORACIO , DON GARCERAN t
SOLANO.
DON GARCERAN.
Armi podemos , Señor ,
' erar al Capitán,
HOBACIO.
Ha sido , don Garceran ,
La resolución mejor.
DON GARCERAIf.
Hablarle es mas acertado,
Porque escribe el mas prudente ,
Sin pensar, pesadamente ,
Si acierta á estar enojado.
Y aquesta opinión es mia ;
Que no hay arma tan cruel ,
Que hiera como un papel
Escrito con demasía.
HORACIO.
Según se tarda Rugero ,
No ha dado con él.
SOUNO.
Por Dios,
Que si salen mas de dos,
He de reñir el postrero.
Ya vienen los bravoneles.
DON GARCERAIf.
¿Son ellos, Conde?
HORACIO.
Ellos son.
SOLANO.
Señores, anden á un son
Espadas y cascabeles»
Salen PON BELTRAN t* DON JUAN.
¡Qué brava salva se han hecho
Con los sombreros ! Si calva
Tuviera alguno, la salva
No le hiciera buen provecho.
HORACIO.
Aquí, señor Capitán,
Me ha traido un papel vuestro.
Si no puntual , con gana
De serviros y de serlo.
Bien podéis con libertad
Decirme qué es vuestro intento,
Que de lo que aquí pasare
Seguro estará el secreto;
Que con atentas orejas
Escucharé, como reo,
El cargo, que pongo en duda
Podáis con justicia hacerlo.
DON BELTRAN.
Señor Conde, el cargo es justo,
Y si, como justo, recto
Fuera el juez, condenado
Estábades en derecho.
Ya sabéis mi calidad ,
Y también ef parentesco
Que tengo con Alejandra,
Y mi pretensión tras eso,
Y que es su hermano don Juan
Tan honrado caballero.
Que es digno que se le guarde
Justo y debido respeto.
Pues siendo así , vos , Señor,
Con músicas y paseos
Hacéis pública la causa
Y evidentes los efectos ;
Que á pié , á caballo y en coche ,
Como si fuera terrero
La calle de los Preciados,
Os preciáis de ser molesto;
Y que una larde en el Prado,
A vista de todo el pueblo ,
A su pesar y disgusto ,
Alpistes su coche siguiendo;
^''%ras esto , tan pesado ,
^{z^^ atrevido y tan necio,
^^? ^ al paso df sus caballos
/^^^ caminando el vuestro.
^^ ^áas estas cosas, Conde,
EL DOCTOR MIRA DE MÉ8GUA.
Me han dicho, v yo las sospecho,
Y sospechas informadas
Hacen el caso mas cierto.
Y porque entendáis que agravios
No consienten ni consiento.
Sus deudos como su sangre ,
Ni yo como esposo y deudo ,
A este lugar para hablaros
Os llamé , donde pretendo,
O acabar con mis cuidados,
O asegurar mis recelos; '
Que si á costa de mi honor
Vuelan vuestros pensamientos
Las alas les quebraré ,
Como á locos y soberbios.
HORACIO.
Otras veces , Capitán ,
Mas reportado v mas cuerdo
Pienso que me nabeis hablado
Y sobre este caso mesmo.
Pero agora echo de ver
Que está vuestro entendimiento
Con la pasión, deslumbrado,
Y el discurso poco menos.
Y que lo estiis, cosa es llana,
Pues no veis que es un ejemplo
De honestidad Alejandra ,
Como de hermosura un cielo.
Que limpiamente la he hablado
Algunas veces, confieso;
Y si es culpa que me carga ,
Yo , Capitán , me condeno.
Mas puédoos asegurar
Que de su recato nonesto
Nadie podrá murmurar,
Vive Dios, sino mintiendo.
Y quien la infama y mormura
Sois los dos , pues falsos sueños ,
Locas imaginaciones.
Admitís por casos tiertos.
Mengua es de hombres principales
Tener de una mujer celos ,
Si es la mas segura guarda
Ni pedíllos ni tenellos;
Y así. Capitán , de hoy mas.
De tan flacos fundamentos
No levantéis edificio
Que os venga á servir de entierro.
DON JDAN.
Conde, el Capitán, mi tio,
No es de los hombres plebeyos
Con quien se pueda tratar
Con tan desigual imperio;
Ni yo , siendo su sobrino,
Lo he de consentir. Tratemos
Lo que importa, que palabras
No son de ningún efecto;
Que él se queja con razón ,
Y con la misma me quejo.
Como mas interesado
En su daño ó su provecho.
DON GARCERAN.
¿ Qué quejas , qué sinrazones,
Qué agravios , qué sentimientos
Son estos , si son mayores
Los del Conde que los vuestros?
Si andáis de noche y de dia
Por todo el barrio inquiriendo
Si pasó por vuestra calle ,
A qué hora y á qué tiempo ;
Si habló Alejandra , si acaso
Por avisarla habló recio ,
Enfrente de su ventana ,
Al lacayo ó al cochero;
Diligencias excusadas ,
Impertinentes desvelos ,
Que no sirven para mas
Que infamarla y ofenderos.
Y de vos. Señor, me espanto
Que , consultando al espejo.
No echéis de ver que han pasado
Por vos ya sesenta inTiernos;
Y es vergüenza que se diga
Que un hombre de canas lleno
Ande acuchillando esquinas
Cuando ha de darnos consejos.
Dejad ya , por vida mia ,
Amorosos devaneos.
Valentías de soldado
Y locuras de mancebo. '
Y si habéis de andar , Señor,
Cada dia en estos pleitos.
Acabarlos de una vez
Es el mas fácil remedio ;
Que ya en el Prado perdí
En otra ocasión el miedo
Al herir de esas espadas
Y al brío de aquesos pechos.
DON BELTRAN.
¿Sois vos aauel gentil hombre
Con quien el pasado encuentro
Tuvimos don Juan y yo?
DON GARCERAN.
El mismo soy.
DON BELTRAN.
{Ap. Ya reviento.
Ya son mis celos mayores ,
Y mis temores mas ciertos ;
Que este fué quien hizo espaldas
A mi afrenta y vituperio.)
Sobrino, el Conde sin duda
Nos ha ofendido.
SaUn DOÑA MENCÍA T ALEJANDRA
cubiertas con mantct, y LEONOR
detrás , en hábito de hombre.
ALEJANDRA*
Agagemos;
Que dan voces.
SOLANO.
Vive Dios,
Que es el Capitán acedo.
Temor tengo que ha de haber
Algún diluvio sangriento ;
Si de esta escapo , ermitaño
Tengo de ser o ventero.
DON lOAN.
Pues ¿qué aguarda an ofendido?
Meted mano.
ALEJANDRA.
Caballeros ,
{Descúbrenu.)
Mirad quién tenéis delante.
DON JOAN.
Alejandra , ¿qué es aquesto?
HORACIO.
¿Don Carlos?
DON GARCER^
^. ^ ¿DoñaM^a.
Senor^?...
DOÑA ■BNCfA.
Paso, estáis ciego;
¿No me conocéis?
DON GARCEIAII.
i Ay triste!
Perdonad , que estov sin seso;
Que , como dentro del alma
Traigo , don Carlos , impreso
Aquel fénix de bermosara ,
Y sois su retrato bello.
Toda el alma se alborota
Cuando de repente os veo,
Y mas en aqueste traie»
Que en solo veríe ardo y demblo.—
¿Qué os parece de esto, Cosde?
HORACIO.
I Tiéneme el caso suspenso.
D0%1 aERdA.
to , Conde , ha de ser
0 priucipal remedio;
liad , (]ue después
sí fué de momento
La transformación.
DOIf GARCERAIf.
lirable sa ingenio.
DON beltran.
ts esto, Alejandra ingrata?
i á darme ?eneno
vista , y encender
i cólera j mi fuego?
ALEJANDRA.
go sino á excusar,
eñor, loqnetemo,
mi honor el que padece ,
»7 la que mas pierdo,
^ra mi suerte avara
ífda con el suceso
no que tanto amo
ne tanto quiero.
DO."*! BELTRAR.
e quieres?
DON JUAN.
¿Tú me eslimas?
DOÑA HENCÍA.
Capitán, dejemos
sas que traen consigo
jaños verdaderos ,
imigo del Conde.
DO.^ BELTRAN.
ligo?
DOÑA HENCÍA.
Sí; yo os lo ruego.—
i. Señor, os suplico
e seáis buen tercero.
DON JDAN.
1 podré disponer
lotad que no tengo,
es vuestra, ya no es mia?
DOÑA HENCÍA.
)ondo á quien no entiendo.
DON JUAN.
aparad en mis ojos ,
OS dirán lo que siento;
orno lenguas del alma ,
s lo están diciendo.
DOÑA HBNCÍA.
»tá , ya os he entendido ;
^gocio acabemos ,
d á vuestro tio;
spues nos hablaremos.
DON JUAN.
, Señor , á mi hermana
I dama de por medio;
na el llanto obliga,
le la otra el ruego.
oso, voluntario
e hacer; al Conde hablemos,
litir mas descargo
confesión que ha hecho.
DON BELTRAN.
por daros gusto.
DOÑA MENCÍA.
er con juramento
ifirme esta amistad.
DON JUAN.
á lo de menos.
DON BELTRAN.
•\ Conde de su parte
)casion , yo la aceto.
HORACIO.
señor Capitán ,
estar satisfecho.
íí
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
DON BELTRAN.
Pues con esa condición
Ser vuestro amigo prometo. —
Y en vuestras hermosas manos
Hago homenaje de serlo.
{Da las manos ú Mencia»)
DOÑA HENCÍA.
Vos, Alejandra» lo mismo
Pedid al Conde.
HORACIO. (Ap.)
¿Qué es esto «
Querida Alejandra mía?
ALEJANDRA.
Fuerza de amor.
HORACIO.
Yo lo creo.
ALEJANDRA.
Dadme la mano. ¿Juráis ,
Conde, como caballero,
De ser su amigo?
HORACIO.
Si juro.
Ap. Como juréis vos primero
e ser mi esposa.)
ALEJANDRA.
Sí juro.
DOÑA MENCÍA.
Pues hágaos muy buen provecho,
Como malo al Capitán,
Si os pusiere Impedimento.
ALEJANDRA. {Ap.)
No lo entienda; habla. Señor,
Mas bajo , y á lo que os debo
No añadáis obligaciones.
DOÑA MENCÍA. {Ap.)
De serviros yo las tengo.
Como servidor del Conde.
ALEJANDRA.
Señores , aquesto es hecho.
HORACIO.
Adiós , señor Capitán.
DON BELTRAN.
Guárdeos , señor Conde , el cielo.
DOÑA HENCÍA.
Dad la mano á vuestro tío ;
Que yo á vuestro hermano quiero
Hacer aqueste favor.
DON JOAN.
Por él , Señora, os las beso.
{Yanse todos^ menos Solano.)
SOLANO.
Jaramiilo, este tu amo
Debe de ser hechicero.
Escolar ó nigromante ;
Porque aquellos embelecos
Y aquestas transformaciones,
¿Quién las hace sino aquellos
Que andan de viga en viga
Y vuelan de techo en techo?
Y si es asi, Jaramiilo,
Di le que yo se lo ruego ,
Que no me convierta en ganso ,
Sino en vino de Alaejos.
87
{Vase.)
JORNADA TERCERA.
DOÑA MBNCÍA.
Enamorarse don Juan
Ha sido , don Garceran.
Mucho mejor que engañarlos.
¿ Qué ha dicho el Conde?
DON GARCERAIf.
De placer.
Esti loco
DOÑA MENCÍA.
Salen DOÑA MENCÍA , DON GARCE-
HAN; LEONOR y SOLANO.
DON GARCERAN.
Bien salió el disfraz, don Carlos^
Y con razón ;
Que tener la posesión
De quien bien quiere no es poco ;
Y pues sus cosas amor
Las ha puesto en tal estado ,
Las vuestras me dan cuidado,
Y veros sin él mayor.
Vos queréis bien , vos amáis ,
Y tan principal mujer
Ausente no puede ser,
Pues presente la olvidáis ;
Que quien tiene amor constante ,
Aunque lo amado esté ausente,
En todo tiempo presente
Lo ha de juzgar el amante ;
Y así, pienso que perdida
Tenéis la memoria de ella.
DON GARCERAN.
¡ Ay, don Carlos ! vive en ella ,
Que quien ama tarde blvfda ;
Que las cenizas estái\
De aquel incendio calientes ,
Y aquellos dias presentes.
Que malas noches me dan.
D05ÍA MENCÍA.
No sé cómo concertar
Tanto arder, penar, sufrir.
Con no la ver ni escribir,
Ni alguna disculpa dlar;
Que si como vos la amara ,
Fueran como mis deseos
Las cartas jf los correos
Que escribiera y despachara.
DON GARCERAN.
Pues ¿quién tendrá atrevimiento
De escribir á una mujer
Tan principal , sin temer
Su ira y su sentimiento?
Que si cuando me partí
De Salamanca lo hiciera ,
No dudara ni temiera
Escribirla desde aquí.
Pero quien usó con ella
Tan desigual cortesía ,
Escribiéndola , seria
Hacer mayor su querella.
DOSÍA MENCÍA.
No tenéis qué reparar
Ni qué dudar ni temer;
Que quien bien supo querer,
Tarde y mal sabe olvidar.
Escribilda este ordinario;
Yo también escribiré
A persona que le dé
Las cartas , si es necesario.
Que cuando tenga entendida
La ocasión de vuestra ausencia ,
Hallaréis sin resistencia
Dulce y alegre acogida.
DON GARCERAN.
Escribámosla en buen hora,
Y ha de ser entre los dos.
DOÑA HENCÍA.
Mejor lo haréis solo vos.
DON GARCERAN.
Teme el alma , que la adora.
LEO.NOR.
¿No ves la conversación
De nuestros amos, Solano?
EL DOCTOR MIRA DE NfiSCUA.
SOUflO.
Si no marmnran , hermano,
Tratan nuestra perdición ;
Qae estos pelones listados
Descansan con nuestras penas ,
Y son pebres de sos cenas
Decir mil ác sus criados.
DON GARCERAIf.
Saca aqoi fuera , Solano ,
El recado de escribir.
(Ya Solano por el recado de escribir.)
DO^A mencía.
Tú, Jaramillo, acudir
Puedes al correo temprano,
Y buscárosme quien parta
A Salamanca ¿ las veinte.
Porque traiga brevemente
Respuesta de acuesta carta.
Pero no va jas , detente .
Qae hablar quiero yo á Morales ;
Qne piden despachos tales
Mas solícito expediente.
Sale SOL AlfO, con el reeaéo de escribir.
SOLAHO.
Aquí tienes el recado
De escribir y de contar,
De mentir y de engañar ,
De notar y ser notado.
¿Falta otra cosa?
DON GARCEBAir.
Poner
Este bufete á este lado.
souno.
(Ap, Todo lo quiere pintado
Quien no tiene que comer.)
¿ Está bien ? ( Pone el bufete,)
nOff GABCERA.'f .
Llega otra silla.
SOLANO.
Y aun dos he llegado. 2 Hay mas?
Que si como mandas das ,
Serás sefior de Tobilla.
DO.S'A hchcIa.
No OS divierta aqueste loeo;
Empieza á escrioir.
DOS GAKCERAN.
Solano ,
Galla.
DO^A HENCfA.
Sosegad la mano,
Sin borrones , poco á poco.
DO?l GARCERAN.
Diréla mi soledad
Y la larga pena mia ,
Pintaré mi cobardía
Y mi Qrme voluntad ,
Mis suspiros y mi llanto,
Con que me abraso y me anego.
DOÑA XCNCÍA. {Ap.)
¿Qué es esto, amor*^ ¡Tanto faego,
Y en mi p«'cho hielo tanto!
Pero conviene á mi honor
Hacer de su fe experiencia ;
Que es justa la rcbistencia.
Aunque Qrme sea su amor.
SOLANO.
Jaramillo , ¿no penetras
Lo que escriben ?
LEONOR.
Ni es posible.
SOLANO.
PMnr^afí no hay imposible.
LEONOR.
Paes ^^qoéesJoqueeicríbeo?
SOLANO.
Letras,
Y juntas harán razones,
Y las razones dirán
Que pide don Garceran
Preslados ciertos doblones ;
Que yo imagino que al Conde
Kscribe mi pobre amo,
Porque siempre á este reclamo
Hidalgamente responde.
LEONOR.
Diferente pensamiento
Ks el mió; qne escribir
Tan conformes es decir
Que tenemos casamiento.
SOLANO.
Pues ¿quién se quiere casar?
LEONOR.
Don Garcei;an , ó me engaño.
SOLANO.
Librea de fino paño
No se podrá despintar.
¿Quién es la novia?
LEONOR.
Una dama
De Salamanca.
SOLANO.
Es famosa ,
Si es una viuda hermosa
Que allí celebra la fama.
LEONOR.
Ella será ; no hay prudencia
Donde hay voluntad y amor.
D05ÍA VENCÍA.
Bien escrita está , Señor.
Cerradla y tened paciencia ;
Que yo la despacharé
Con otra mia esta tarde ,
Y el lunes , á lo mas tarde.
Respuesta de ella tendré.
GARCERAN.
Ya está cerrada.
do9a vencía.
Rogad
A quien tenéis por patrón
Que llegue á buena ocasión ,
Y venga con brevedad.
don garceran.
Tomad la carta , qne en ella
Libro todo mi tesoro ;
Que si á los ojos que adoro
Llega , nací en buena estrella.
DOÑA MENCÍA.
¿ Dónde me esperáis?
DON GARCERAN.
En ca<(a
Del conde Horacio os aguardo.
DO^A MENCÍA.
Adiós.
DON garceran.
Vuela, tiempo tardo.
SOLANO.
Tardo es el tiempo , él se casa.
Salen DON JUAN t DON BELTRAN.
DON RELTRAN.
Aquesta dispensación
.Me trac, don Juan , desabrido.
DON JUAN. •
¿De Roma no ha respondido
El curial?
DON RELTRAN.
Solo un renglón ,
Dos miSMs há , y remití
Por cada letn efeo retles;
^\v^ para dar á enríales
No hay plata en el Potosí.
Dicen procura favor
Con el cardenal Golooa.
DON JCAH.
Para tan grave persona
En la corte está el mejor;
El conde Horacio es sofavino
Del Cardenal , y eo la nano
Le tenemos.
DOH BELrBAH.
NoestálteBo,
Don Juan , aqoese ctnino.
POlf lOAÜ.
Llano estará, si es d Coode
Vuestro amigo declarado.
DON BELTRAN.
Amigo reconciliado
Mal y nunca corresponde;
No le hablaré , aunque la vida
Me importe ; que si en el pecho
Costumbre el rencor ba hecho,
Con dificultad se olvida :
Que mis celosos temores
Batallan siempre conmigo ,
Porque con capa de amigo
Suelen , don Juan , ser mayores.
DON JUAN.
Terrible sois.
DOH BELTRAN.
Ya lo veo ;
Pero yo me enmendaré.
Sale OLIVERA.
OLIVERA.
Gracias á Dios, que te bailé.
DON BELTEAN.
Yo se las doy , que te veo.
¿Hay algo de nuevo?
OLIVERA.
Sí.
De Roma el despacho.
DON BELTEAE.
Albricias
Tendrás , como las codicias ,
Si traen carta para mi. —
¿Tenéis qué hacer?
BORiOAE.
81 , Señor.
DON BELTRAR.
Pues yo me llego al correo. ( V«
DON JOAN.
Con extraño hombre peleo.
Todo es celos y temor;
Pésame de haberle dado
A mi hermana por mujer ,
Porque juntos han de ser
Un ejército encontrado ;
Que ¿cuándo paz han tenido
La paloma y el milano.
Mujer moiui y viejo cano.
En un lecho y en un oidot
Salen ALEJANDRA T LEONOR.
ALEJANBEA.
¿Fuese el Capitán, mi Uo?
DORIOAR.
Ya se fué. *
ALBIANDEA.
¿Vendrá tan presto?
»
ALEJAJVDRir.
Don Juan , ¿qué es esto?
hermana ese desvio?
ojos, ¿qné tienes?
a pena y caidado?
dama enojado?
íios ó desdenes?
lo tan venturoso ,
I , que haya llegado
á ser desdichado ,
las á estar dichoso ;
irme no has querido
Dí cómo se llama
hermosa dama
rae desvanecido,
de perlas y oro ,
memo te obliga ,
é mujer , qué amiga ,
i ángel que adoro,
zona , en qué lugar
a apartado,
eseo ni el cuidado
1 podido encontrar?
alejaudra.
muy obligada ,
I , para que te diga
aquella mi amiga,
nosa y retirada.
I>0?r JDA!«.
itarme no quieras
s que dan pesar ;
e sabré obligar
gusto y cou mas veras.
ALKIAÜDBA.
reñirme?
00?f JCAN.
No haré.
ALEJA?(DRA.
lepena?
DOX JUAN.
Tampoco.
ALEJANDRA.
laguita ?
oo:f JUAN.
Fui loco.
aleja:<ídra.
tazarme?
DON JCAN.
¿Porqué?
ALEJANDRA.
i Prado algún día
e el Coooe á hablar ,
de acuchillar?
DON JUAN.
•arate seria.
ALEJANDRA.
I calle pasa
nase al balcón ,
iber reprensión?
DON JOAN.
i metas en casa ;
ipures , que harás
nt^roe mi locura ;
> en tu cordura
lo excusarás.
^? Dilo, hermana bella.
ALEJANDRA.
con claridad;
I día de amistad
•odre decir de ella?
;u nombre, te prometo ,
, que 9e me ha olvidado;
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
Pero della y de su estado
Te informa , como discreto ,
De don Carlos , porque él sabe ,
Como Garceran , quién es ,
Y harásio por Interés.
Es la mujer mas suave , ^
Mas cuerda y entretenida ,
Mas agradable y graciosa,
Mas dulce y mas amorosa
Que he conocido en mi vida.
Y dejóme tan prendada,
Que visitarla quisiera,
Y aquesta tarde lo hiciera,
A saber de su posada.
DON JOAN.
Pues voyle, Alejandra, á hablar;
Que trazar con él querría
Que pueda en tu compañía
Verla , hablarla y visitar. ( Vage)
Sale LEONARDO.
ALEJANDRA.
Leonardo , ¿ no es extremada
La locura de un hermano?
LEONARDO.
Desengañarle temprano
Es cosa mas acertada;
Que amor y pasión tan fuerte
Pueden quitarle el juicio;
Que el demasiado ejercicio
De la fantasía es muerte.
ALEJANDRA.
Estáme bien que don Juan
Trabe amistad con los dos.
LEONARDO.
A él le está mal , por Dios ,
Y peor al Capitán.
Ya entiendo tu pensamiento,
Y el tín á que corresponde ;
Que la amistad cou el Conde
Apoyas.
ALEJANDRA.
Ese CR mi intento;
Porque el Capitán , Leonardo ,
Me cansa con su porfía.
LEONARDO.
Pues para aquel triste dia
Que te desposes te aguardo.
ALEJANDRA.
i, Yo desposar con mi tío?
¡Jesús! Leonardo, primero
Me mataré.
LEONARDO.
Intento Aero.
En Dios, Señora, confio ;
Porque en la dispensación
Tenia dilicullad ,
Y es mucha la autoridad
Del Conde en esta ocasión.
ALEJANDRA.
lüs verdad , pero el temor
Enflaquece mi esperanza ,
Porque es la descontíanza
Hija bastarda de amor;
Hablar al Conde quisiera.
LEONARDO.
Iréle á buscar, si quieres.
ALEJANDRA. •
¡ Ay mi Leonardo! Tú eres
Mi remedio; parte... Espera.
SaU RUGBRO.
ALEJANDRA.
Rugero , seas bien venjdo.
¿ Y el Copde?
RDCERO.
Queda en la calle.
ALEJANDRA.
Di que se apee ; que bablalle
Deseo.
tEÚKkUUO,
Intento atrevido.
ROCERO.
Voyle á avisar.
(Vase.)
LEONARDO.
Rematada ,
Sefiura, estás; vuelve en ti.
No quieras se acabe aquí
La tragedia comenzada.
¿ No te escarmienta el aprieto
En (jue te viste , pasado ?
Habíale, mascón cuidado;
Tenle amor, mas con secreto.
Teme á tu hermano mayor
Yá las canas de tu tio.
Tu peligro , si no el mió ,
Mi vida, si no tu honor.
No pienses aue el Conde es Carlos,
Que se puede disfrazar,
Fingir ni disimular,
Ni has de volver á engañarlos.
ALEJANDRA.
Que no hay temor que me impida ;
Que quien tan de veras ama
Atropella con su fama.
Con honor , hacienda y vida ;
Y no estés tan temeroso ;
Que cuando venga don Juan
Y mi tío el Capitán
Hallaránme con mi esposo.
•
Sale EL CONDE HORACIO.
HORACIO.
Mi bien , ¿ tan grande favor
Con tantos inconvenientes?
ALEJANDRA.
Señales son evidentes.
Conde , de mi firme amor
Y del peligro presente ,
Que es la causa que me obliga
A que despacio te diga
Lo que el alma sufre y siente.
LEONARDO.
Si ha de ir la conversación
Tan despacio , considera
Que en esta sala primera
No estáis bien.
ALEJANDRA.
Tienes razón.
HORACIO.
Eres , Leonardo , discreto.
ALEJANDRA.
En la pieza de mi estrado
Nos entremos; ten cuidado.
LEONARDO.
Y yo ¿qué tendré?
ALEJANDRA.
Secreto.
Salen DON GARCERAN t SOLANO.
DON GARCERAN.
¿ Que yo me caso , Solano?
SOLANO.
Y ¿fuera gran maravilla
Estar ingerto en Castilla
Un naranjo valenciano?
DON GARCERAN.
Y ¿que es con do&a Hencla ?
90
SOUÜO.
Así me lo (lió á entender
Jaramíllo.
DON CARCERAN.
Puede ser;
Mas no es tal la suerte mía.
¿HaloBOuado?
SOLANO.
No sueña ,
Porque no duerme jamás.
DON CARCERAN.
¿Cómo vive?
SOLANO.
Bueno estás;
Vivirá mas que una dueña.
Es encantado ; experiencia
He hecho de esta verdad
Por tener necesidad
De asegurar mi conciencia ;
Que no sé qué he sospechado
Después que duerme conmigo,
Y de un cristiano y amigo
Sospechar mal es pecado.
DON CARCERAN.
¿Qué sospechas?
SOLANO.
Lo que temo ;
Que es hermofrodíto.
DON CARCERAN.
Extraño
Juicio.
SOUNO.
Pues no es extraño;
Que es hermofrodíto ó memo.
DON CARCERAN.
¿Qué dices?
SOUNO.
Buena es la risa.
DON CARCERAN.
Necias imaginaciones.
SOLANO.
Si se acuesta con calzones ,
Y se cose la camisa ,
Y se viste con estrellas ,
Y se entra en la cama á escuras,
¿Son muestras estas seguras
Para presumir bien dellas?
DON CARCERAN.
Pues ¿ quieres tú condenar
Lo que es recato v limpieza?
¡ Bueno estás de la cabeza !
SOLANO.
Muy malo debo de estar ;
Pues juro á Dios que el coserse ,
Madrugar y recatarse.
No dormir y retirarse ,
Y en la cama recogerse ,
{^ue tiene algún fundamento ,
Y mayor que el que barrunto;
Pero ya he dado en el punto ,
O no tengo entendimiento ;
Y es, don Garceran, forzoso
Que una de dos ha de ser:
Que es Jaramíllo mujer,
Y si uo mujer, potroso.
DON CARCERAN.
Entrambas cosas, Solano,
Son posibles. Mas ¿qué has hecho,
Pues que no te has satisfecho,
Estando del pié á la mano ?
SOUNO.
/?n*egúntale á mi cuidado
j^^Cj que de noche procuro,
jr ^s mientras mas me stseguro,
ÍT^^^ ''^llo meóos descu'tdiuo.
^"^ flojo 8J él disjoiafa ,
EL DOCTOR MIRA DE MÉSGUA.
Y dejóle asegarar.
Mas sí le vuelvo á palpar,
Vuelve el anca como mala.
DON GARCERAlf .
Tú traes leirible contienda;
Pero por eso no dejes
La empresa , aunque mas le aquejes,
Y él se resista y defienda ;
Que si es mujer, de su engaño
Otro se infiere mayor.
Porque sus trazas amor
Guia por camino extraño.
Salen HORACIO t RUGERO.
HORACIO.
¿Eo qué me puedo emplear,
Que me esté tan bien , Rugero ?
ROCERO.
Mira lo que haces primero.
HORACIO.
Que no tengo que mirar ;
Ls Alejandra hermosa ,
Rica, honesta, limpia, afatJle,
Discreta , dulce, agradable,
Cuerda , sabía y virtuosa ;
Y quiérela tanto , en suma,
Que á don Juan se la pidiera,
Aunque en las malvas naciera ,
Como Venus en la espuma.
SOLANO.
El Conde , don Garceran.
DON GARCERAN.
¡Oh Señor! Seáis bien venido.
¿Qué buen viento os ha traído?
HORACIO.
Salí á buscar á don Juan.
DON CARCERAN.
¿Qué le queréis?
HORACIO.
Consultar
Con él cierto parecer.
Salen DOÑA MENCtA t LEONOR.
DO^A HENCÍA.
¿ Es hora ya de comer,
Solano?
SOLANO.
Y aun de cenar.
DOÑA HENCÍA.
¿Qué hace tu amo?
SOLANO.
¿ Estás ciego?
¿No le ves entretenido
Con el Conde?
DOÑA HENCÍA. (Ap. á Leonof.)
¿Hasme entendido?
LEONOR. (Ap. á doña Mencia.)
Sí, Señor.
DONA HENCÍA. (Ap. ú Leonof. )
Pues parte luego.
(Vaie Leonor.)
DOÑA HENCÍA.
¿Podré , señores, terciar
En esta conversación?
DON CARCERAN.
Llegáis á buena ocasión ;
Que ahora se empezó á entablar.
DOÑA HENCÍA.
Y ¿qué es el juego?
HORACIO.
De damas.
DOffA URCÍA.
Y ¿qué se Juega?
HORACIO.
Favores.
DOÑA HEIfCÍA.
Mirón soy , do tengo, amores ,
Ni son para mí sus llamas ;
Jugad los dos en buen hora ,
Que yo miro desde afuera.
DON GAaCElAR.
Por daros gusto lo hiciera ,
Mas hallóme pobre agora.
DOÑA HENCÍA.
Pues tened firme esperanza
Que presto caodal tendréis.
Con quien perdáis y ganéis.
Con quien tanto bien alcanza.
HORAaO.
Mas pobre soy en mi estado
Que en el suyo Garceran ,
Si alimentos no me dan ,
Por verme tan empeñado ;
Que Alejandra en este punte
Al juego de bien amar
Me ha acabado de ganar
Cuerpo y alma , todo Junto;
Y como la cantidad
Es infinita en rehenes.
Como mas seguros bienes,
Le dejo mi libertad.
DONGARCIRAlf.
Tales pérdidas , Señor,
Por ganancias las tened;
Mas quien os cogió en la red
Era gentil cazador.
HORACIO.
iQué mas redes que razones
Dichas con labios suaves?
Ni qué cazador , que graves
Y fuertes obligaciones?
Resuelto estoy , Garceran ,
A casarme , mas quisiera
Ordenallo de manera
Que lo supiera don Juan.
noNGAaciHAii.
Antes soy de parecer
Que no lo sepa , si es llano
Que ha de procurar su hermano
La boda descomponer;
Que si está su fe empeñada ,
Y la hermana prometida,
Antes perderá la vida
Que romper la fe Jurada;
Y en tal caso es acertado
Meteros en posesión ,
Que si la dispensación
Llega, os hallaréis burlado.
HORACIO.
Vendrá con dificultad ;
Porque de Roma be nbldo
Que con ellos no ha querido
Dispensar su santidad.
DOÑA hbncIa.
Que dispense ó no. Señor,
Yo me ofrezco á daros llano.
Como á la hermana , al hermana.
No os embarace el temor;
Que don Juan , agradecido.
Se me muestra boy mi galán.
HORACIO.
Ya me ha dicho Garceran
Lo que pasa.
noÑAmicU.
Está perdido;
Hoy en la calle me habló ,
Y con el alma en la boea
Me dijo su pasión loau
non GABCESAII.
el disfraz le picó?
DO.SÍA HERCÍA.
i cada dia»
lejaodra iostramento
doresa tormento,
mis manos le envia;
sin duda don Juan
»edidoque le diga
rra aquella su amiga
egó al Capitán ,
lie dicho que yo
zoo, 7 el cuitado
me ha preguntado.
I>0?l GABCERAIf.
;añástele?
DOÑA ■ ENCÍA.
No;
¡je ser verdad
7 bieA la conocía;
óode Tivia,
, estado 7 calidad ,
había enviudado,
) menos su tormento ;
ra en so pensamiento
asenta casado.
DOX GARCERAIf.
ia burla ! Decf ,
dijiste que era?
DO 5a hercía.
Extraño
^rá el engaño:
s partes le di
lia doña Mencía
olvidáis ausente.
D0?l GARCERAIf.
raviais ; que presente
la memoria mía.
don Carlos intenta ,
ingeniosos modos,
riamos á todos,
s en una afrenta.
DOXA MENCÍA.
podéis decir
reais lo que pasa;
, dije , era su casa ,
verme ba de venir.
DON GARCERAN.
so , habrá de haber
I transformación.
DOXA MENCÍA.
roerá.
SOLANO.
Aquestos son
e ser mujer.
DOÑA MENCÍA.
tocas he hecho
á Jaramillo.
SOLANO.
Te este monacillo
n buen dia sospecho.
HORACIO.
urla ha de ser.
DOÑA M ENCÍA.
la hacen mayor
ipitan. Señor,
tais la mujer?
SOLANO.
burlas, por Solano,
linguna ; arredro
ne, si esto medro.
LEONOR Y UN CORREO.
LEOÜOR.
is tanta prisa , hermano.
LA FÉNIX DE SALAMANCA.
CORREO.
Vengo cansado, y deseo
Descansar siquiera un rato.
LEONOR.
El caminar no es buen trato.
CORREO. *
Ni vida la del correo.
DOÑA MENCÍA. ,
¿Qué hombre es ese , Jaramillo?
LEONOR.
El peón que despachaste.
DOÑA ^NGÍA.
Pues, bachiller, ¿qué pensaste
Primero para decíllo? —
Seáis , hermano , bien venido.
DON GARCERAN.
Solano, dale un doblón
De albricias á este peón,
P^ra beber.
CORREO.
Ya he bebido.
SOLANO.
Pues yo no, 7 á vuestra cuenta
Me beberé la mitad.
DON GARCERAN.
Dale dos.
HORACIO.
La brevedad
Lo merece.
DON GARCERAN.
Dale treinta.
DOÑA MENCÍA.
¿Traéis cartas?
CORREO.
Este pliego.
DON GARCERAN.
Abridle presto. Señor.
DOÑA MENCÍA.
Sosegaos.
DON GARCERAN.
¿Quién, con temor,
Tiene , don Carlos, sosiego?
DOÑA MENCÍA.
/.Sabéis si estaba don Tello
De camino?
CORREO.
Antes que 70
De Salamanca partió.
DOÑA MENCÍA.
No ha llegado.
CORREO.
Detenello
Pudo cierta viuda hermosa.
Que á esta corte ha de venir.
DON GARCERAN.
¿No sabéis á qué?
CORREO.
A vivir.
DON GARCERAN.
¿Vístela?
CORREO.
Vila; es famosa,—
Y algo en la fisonomía
Le parecéis. Señor, vos.
DOÑA MENCÍA.
Bien, á fe.
DON GARCERAN.
{Ap. Conde, por Dio»,
Que es esta doña Mencia )
¿Abristeis el pliego?
91
DOÑAHENCÍÁ.
Sí.—
Idos en buen hora, amigo.—
Tú le despacha.
CORREO.
¿Qué digo?
¿Qué es del doblón?
SOLANO.
Vesle aquí.
(Vase el Correo.)
DOÑA MENCÍA. (Lee.)
«A don Garceran. >
DON GARCERAN.
¿ A quién ?
DOÑA MENCÍA.
A vos dice.
DON GARCERAN.
No lo creo;
Que i los tristes el deseo
Les da por bríyula el bien.
{Toma la caria.)
HORACIO.
Abridla , no seáis pesado.
Leed sin desconfianza;
Que en brazos de la esperanza
Muchos, sin vos, se han librado.
DON GARCERAN.
Abierta está.
HORACIO.
Leed.
DON GARCERAN.
Ya leo.
DOÑA MENCÍA.
No he visto amor tan cobarde. *
DON GARCERAN.
:A7, don Carlos! Dios os guarde
De veros como me veo ,
Tras tantos meses de olvido.
(Lee.) «Cruel fugitivo Eneas ,
»Con el gusto que deseas
«Recibió tu carta Dido;
>Que no pudo la crueldad
>De tu rigurosa ^usencia
«Descomponer la asistencia
>Demi firme voluntad.
>Que me has tenido quejosa
» Puedo decir con razón ,
»Mas 7a apruebo la ocasión,
»Y digo que fué piadosa;
9 V asi, estimando tu fe ,
«Admitiré tus disculpas;
«Que culpas que excusan culpas
«Mal condenarlas podré ;
«Qoe tu mudanza, en rigor ,
«Hace en mí m^yor efelo;
«Que en lo que en ti fué respeto,
«En mi viene á ser amor.
«Estemelleva tras tí,
«Y porque est07 de partida,
«Ten lástima de mi vida
«Por la que tengo de ti;
«Que hasta verte , alegre dia
«Si hora sin ti ver espero.
«De Salamanca, á primero
«De ma70.— D0^a Mencia. »
DOÑA MENCÍA.
¿Qué OS pareced ¿Estáis contento?
DON GARCERAN.
Y tan loca de placer
El alma, que á encarecer
No lo acierta el sentimiento.
Carta de consuelos llena
Y privilegio rodado ,
Pqr donde est07 excusado
Dell merecida pena;
99
Carta que en el mar inderto
De mi conlinao penar
Sois caria deii.arear,
Que me encamináis al puerto;
Carta de pago y remate
De todas cuentas pasadas ,
En su memoria olvidadas,
Para que sus dudas trate;
Carla ejecutoria mía,
Tan en mi favor ganada, «
Que al alma sirve de honrada
Y generosa hidalguia;
Carla mia, real decreto.
En donde vienen librados
Los frutos de mis cuidados ,
Premio de mi amor perfeto.
Bendigo, carta, la mano
Hermosa que te escribió *
La lengua (lue le dicló,
El estilo soberano;
El papel, la tinta, pluma.
Apacibles instrumentos ,
Que, tocados, mis tormentos
Deshiciste como espuma;
Bendigo...
DO^A MENdA.
Don Gnrceran ,
; Sobre qué pueblo bendito.
Ciudad , provincia ó distrito
Tantas bendiciones van?
HORACIO.
Finezas, don Carlos, son
De su amor.
S0LA50.
Y su locura.
Pues quila el oficio al cura,
Y incurre en excomunión.
* DON GARCERAH.
, Biét) me tratáis.
DOÑA MENCÍA.
¿Queréis ver
Lo que me escriben a mi?
DON GARCERAK.
La sustancia referí.
DOÑA MCMCÍA.
La carta podéis leer ;
Que me dicen es, como ves,
Con el cuidado que dieron
Las cartas que se abrieron.
nON GARCCRAN.
Y este doaTello ¿quién es?
DOÑA MEÜCÍA.
Un honrado caballero ,
Con quien en su mocedad
Tuvo mi padre amistad
En Saboya, y boy le espero.
LEONOR.
I No sabes que ha de Teñir
Don Juan?
DOÑA VENCÍA.
Ya lo sé.
LEONOR.
¿Qué esperas?
HORACIO.
En fin , ¿que queréis de veras
Burlalle?
DOÑA ME?(CÍA.
Ycomoá veálir
Me voy, esperadme un rato;
Que de estas burlas aue veis
Los dos conocer pourt'is
S4 son veras las que trato.
( Vanse doña Mencla y Leonor.)
HOHACIO.
mi don Carlos extremado.
EL DOCTOR MIRA DE MÉSCÜA.
DON GARCERAN.
Y de un ingenio excelente,
Y de verle tan prudente
Y tan mozo me be admirado.
Débole, Conde, la vida;
Que él ha sido mi remedio,
Pues por andar de por medio
No está en penas consumida.
Por él de doña Mencia
Veré aquel cielo sereno ,
Y veré mi pecho lleno
De contento y de alegría.
HORACIO.
¿No pensáis bacerfifii viene,
Alguna demostración?
SOLANO.
Librea habrá de invención.
DON GARCERAN.
¿Qué ba de hacer el que do tiene?
SOLANO.
Si te tienes de casar,
No se excusa; hazla del paño
Que en las caras traen ogaño
Las damas de este lugar ;
Con guarnición de un castillo,
Si no la quieres de espada ;
Gala al fin no muy usada.
Mas es de acero y martillo.
Los herreruelos suizos.
Que nunca parecen mal ,
Con cuellos de Portugal,
Que un moro los hará chicos ;
Y echarásles pasamanos
De corredor o escalera.
Con botones en hilera ,
Que asientan los cirujanos.
Sus bandas de arcabuceros
Y ligas de venecianos ,
Con que saldrán mas ufanos
Que Durandarte y Gaiferos.
Jubones, al parecer.
Del verdugo de la villa.
Que los corla á maravilla.
Tan cortos, que es un placer.
Y porque presto se estragan
Los sombreros , acomoda
Sus cabezas á tu moda.
De gorras que nunca pagan.
Y asi, de balde vestidos.
Tus pajes y tas lacayos
Saldrán como papagayos
Y como pascua Ooridos.
DON GARCERAN.
Tienes buen gusto. Solano;
La invención me ha satisfecho.
SOLANO.
Es librea de provecho
Y de invierno y de verano.
HORACIO.
Gracia has tenido.— Dinero
No OS ha de faltar; vestid
Cuatro ó seis pajes, lucid ,
Trataos como caballero ;
Que con una letra mia
Os dará mí mercader
Lo que fuere menester;
Que él me presta y él me fia.
SOLANO.
¿Qué fia? ¿Sobre qué prenda?
HORACIO.
¿Aquesto te da cuidado?
SOLANO.
No sin causa me le ha dado.
HORACIO.
Fíame sobre rol hacieoda.
SOLAXO.
¿Adminístratela?
■OftACiO,
5L
SdLANO.
Lastimosa perdicioo.
DON GARCEIAII.
Arbitrios, Solano, son
De ahorrar.
SOLANO.
Y de gastar, di,
Y de mayores empeños;
Que estos adminlsüradores
Son de la hacieoda sefiores,
Y verdugos de sos doe&os; ^
Y peor SI es mercader.
Que dulcemente defcQella
Y fieramente desuella
Al tiempo del meoester.
Y si llegáis á sacar
Paño ó seda, sin reptro
Lo peor y lo mas caro
Te nan de venir siempre é daf ;
Y así desmedra tu hacieoda
Por donde piensas qoe gana ,
Y el otro rica y afana
Tiene su bolsa y su tienda.
Mas acertar no se excasa ,
Garceran, lo que te ofrece t
Pero no se lo agradece;
§ue dicen que no se asa,
mete con la librea
Vestidos para tí y todo,
Y vestiráste á lo godo.
Que es gala que mu campea.
Calceta medio botarga.
Jubón con panta de armar,
Ferreruelo alcarcafiar
Y la ropilla ancha y larga ;
Sombrero sobre la frente.
Corto y sin pegar el coelio,
Peinado y larso el cabello,
Josto y voz á lo dolieote.
DON GAICBRAR.
No me descontenta el traje.
SOLANO.
Toda la gente de hamor,
Con ponta y collar de honor,
Gntre escuderetey paje ;
Gente, al fin, de media saela,
Kn la corte entreverada «
Como tocino de ijada,
Ni bien trucha ni tmcbaela.
DOHGAnCEtAI.
Pues ya me parece mal
Que este hábito tnijeni
Un gran señor; le siguiera
Como premátlQa real,
Pero de gente ordinaria.
Ni por imaginación;
Porque tiene la eleccioB
Civil, disconforme y varia.
Salen DOfitA MENCIa, m kMtú
viuda, T LEONOR.
DO^A HIHCÍA.
Dime si salgo bien poeita.
LKOROn*
Tú te lo sabes ; el alba
Pareces coando despterU
Y á las puerUs del aol llama.
HonAao.
Volved , Garceran, lot <4ot;
Veréis, entre nabet blancas,
Prodigiosos resplandores
Y maravillai extraftaa.
DON GAICEIAX.
Muerto soy, Conde. A traición ;
Que quien con la nsU mata»
ayo poderoso
lerto por lis espaldas,
ncía, señora
>ertad esclaT3,
mis pensaroientos»
3ue 00 biistarda ,
e qae le veo?
le queme amas?
neae ser posible,
ne escuchas y callas.
SOLAKO.
)n Garcerao , posible
lombre con lanías barbas
de ver que es don Carlos,
¡er, con quien habla?
DO^A MENCÍA.
s don Garceran ,
reportáis , que haga
rale con yos.
D0:*f GARCIBAlf.
Señora, lan brava,
1 para conmigo !
D05ÍA MEIfCÍA.
in fíera! ya pasa
descortesía
uria pesada. —
>, dame presto
a ; que á cuchilladas
saber si soy hombre
cobarde ú flaca.
BOftAao.
s ; don Garceran,
!as son esas vanas?
lis de Ter que es don Carlos,
el mismo que trata
descanso y el mió,
está con tocas largas?
DO.'^ GARCERA5.
), Conde amigo;
(lino no halla
so entendimiento
r desta cahna.
HORACIO.
illaréis , no os dé pena.
SOLADO.
1 viene.
HOnACIO.
Y Alejandra,
: engaño, Rugero.
SOLA?(0.
igmasson estas varias?
DON JUAN , ALEJANWIA
Y LEONARDO.
DOÑA ■E.^CÍA.
Alejandra !
ALEJANDRA.
Amiga ,
>timof a desgracia,
dicha ha sido aquesta?
ida y ayer casada ?
DOX JÜA5.
eciere ocasión,
le no se ofrezca , trata
de mi remedio.
DONA MENCÍA.
diré, don Juan?
ALEJANDRA.
Nonada;
Garceran y al Conde;
e diré tus ansias.
DO.^A MENCÍA.
mas quedo.
i
FÉNIX DE SALAMANCA.
DON GARCERAN.
¿Solano?
SOLANO.
¿Señor?
DON GARCERAN.
Mira bien , repara ,
¿No es esta doña Mencía?
SOLANO.
¿Todavía estás en babia?
Digo que se le parece
Como un huevo á una castaña.
DON GARCERAN.
No son, sino sus facciones.
SOLANO.
No, Señor, sino contrarias ;
Y hay la misma diferencia
Que entre la silla y la albarda.
DON GARCERAN.
¿Qué dices? ¿Estás borracho?
SOLANO.
Y lú ¿qué estás? Calabaza.
HORACIO.
¿ No es graciosa la pendencia ?
Garceran , ¿es de importancia
Que sea agora ó no sea
Don Carlos ?
SOLANO.
¡Locura extraña!
ALEJANDRA.
Cuando sepa la verdad
Don Juan, no importará nada.
Decidle , Carlos , que el Conde
Es mi esposo y que se cansa
Si piensa quede su lio
He de ser mujer forzada.
Yo sé romperá por vos
Con promesas y palabras ;
Que inconvenientes mayores
Quien tiene amor desbarata.
DO.ÑA MENCÍA.
Llamadle.
ALEJANDRA.
Hermano, don Juan ,
Llégate mas cerca, acaba.
DONJUÁN.
¿Quién mira al sol , sin temer
Los rayos que le amenazan?
HORACIO.
¿ No os divierte , Garceran ,
El ver allí lo que pasa?
A don Carlos dice amores
Don Juan.
DON GARCERAN.
Con ellos me abrasa.
nORAGlO.
¿Tenéis celos?
DON GARCERAN.
Celos tengo.
Celos , Conde , celos^ rabia.
Sale DON BELTRAN. .
DON BELTRAN.
Señor don Juan, ¿qué es aquesto?
¿ Vos aquí , y con Alejandra?
p Con mis propios enemigos
Tanto gusto, amistad tanta?
DON JOAN.
No os alborotéis , Señor,
Hasta que sepáis la causa;
Que á darle el pésame vino
A esta señora mi hermana ;
Que ha enviudado, como veis;
Y en semejantes desgracias
Han de ocurrir las amigas ,
Como es justo, á consolarlas.
DON BELTRAN.
Y ¿quién es esta señora?
DON JUAN.
Aquella bizarra dama
Que os compuso con el Conde
Cuando la cuestión pasada.
Pienso que será mi esposa ;
Que desde aquel día el alma
Le rendí , y ella es , Señor,
El cuerpo donde descansa.
DON BELTRAN.
¿Es principal?
DON JUAN.
Partes tiene
Divinas ; de Salamanca
Es natural.
Sale DON TELLO y UN CRIADO.
CRIADO.
Aquí vive;
Esta es. Señor, su posada.
DON TELLO.
Avisa , Medrano; espera.
Que esta es mi sobrina. — Abraza ,
Doña Mencia, á don Tello.
DO0ÍA MENCÍA.
TÍO, de muy buena gana. .
DON GARCERAN.
¿Qué es esto que estoy mirando?
¿Doña Mencía se llama.
Caballero , esta señora ,
Y no don Carlos?
DON TELLO.
i Qué gracia !
HORACIO.
¿Qué decís. Señor? ¿Mujer
Es el que habláis?
DON TELLO.
¿ Esta casa
Es de locos ó de cuerdos?
Sobrina , ¿es torre encantada?
¿Qué es lo que estos caballeros
Ponen en duda?
DO^A MENCÍA.
Mas larga
Relación pide. Señor,
Su admiración.
SOLANO.
¡Inventara
Satanás mayor embuste !
Pero ¿qué ingedios se igualan
Al de mujeres? qué enredos.
Ni quién como ellas los traza?
DO^A MENCÍA.
Despaes os diré, Señor,
Mi historia en breves palabras.
Baste , Señor, por agora
Que me halláis, si uo casada ,
Concertada por lo menos.
Con un hombre en quieo se hallan
Gentileza y gallardía ,
Lealtad , amor, fe, dbnsiancia ;
Y solo vuestra veoida
Aguardé, porque me honrara
La generosa presencia
Y respeto de tus canas.
DON TELLO.
Y ¿quién es el caballero,
Señora , con quien te casas?
OOf A MENCÍA.
El sefior don Garceran.
94
DON GARCERAN.
¿Qué hombre mortal alcanza
Tanto bien ? Dame tus brazos.
DO^A HENCÍA.
Y el alma , Señor , con ellos.
DON GARCERAN.
Y vos , don Tello , esas plantas ,
Por la merced que recibo
De aquesas manos hidalgas.
DON TELLO.
Con- el amor que Mencia
Os doy mis brazos.
DON JUAN.
Hermana,
¿Qué es esto que estoy mirando?
ALEJANDRA.
Pues ¿de qué, don Juan , te espantas?
Efectos son del amor.
DOÑA MEXCU.
Habíame , bella Alejandra.
ALEJANDRA.
Agora con mas razón.
DOÑA MENCÍA.
Jaramillo, ¿por qué callas?
LEONOR.
¿He de hablar sin ocasión?
DON TELLO.
¿Es tu criado?
DOÑA MENCÍA.
Y criada.
DON TELLO.
Esta es Leonor.
LEONOR.
Si, Señor ;
Leonor soy y vuestra esclava.
EL DOCTOR MiaA DE MÉ
SOLANO.
¡Cómo! ¿También Jaramillo
Era mujer? ¡Que en mi cuadra
La haya tenido dos meses ,
Y no haya sabido nada !
Señor don Carlos primero,
Y doña Mencia , octava
Maravilla , mas famosa
Que no las siete nombradas.
Pues dos meses de aposento
Tuve con aquesta ingrata
Con nombre de Jaramillo,
Haz se quede en mi posada
Con nombre de mi mujer.
Porque asi me desagravia.
DOÑA HENCÍA.
Quisiera darte á Leonor,
Solano, mas no le agrada
A Leonor tu casamiento.
SOLANO.
¿No? Pues fraile soy sin falta.
Sale CAMILO.
CAMILO.
¿Señor Capitán?
DON BELTRAN.
Don Juan ,
La dispensación sin falta
Os trae el señor Camilo.
CAMILO.
No ha querido mi desgracia ;
Antes os vengo á decir
Que su santidad el Papa
No ha querido dispensar,
Porque...
DON BELTRAN.
No digáis las causas ,
Basta decir que no quiso ;
w
Que en tales casos no batU
Ser el curial diligente.
No naci para Alejandra.
DOÑA HENCÍA.
Pues por el Conde sopHco
Al señor don Juan su hermana
Le dé por mujer , y á vos
Tengáis por bien que se haga.
DON BELTRAN.
Yo, Señora , se lo ruego ;
Que mi sobrina levanta
Su nombre con su grandeza,
Y yo intereso su gracia.
HORACIO.
Besóos las manos. Señor,
Por tan generosa hazaña.
DON JUAN.
Pues el Capitán, mi tío.
Tan fácilmente se allana,
Alejandra es vuestra , Conde,
Y ella sola es la que gana ;
Que el que pierde aqai soy yo,
Pues burló mis esperanzas
Y mi amor doña Mencia ;
Pero escogió como sibia.
DON GARCERAN.
Paciencia, señor don Juan;
Que burlas, y mas de damas.
Podéis tener por favores ;
Y pues la noche está en casa ,
Y la cena prevenida.
No hay sino á placer gozalla.
DON BELTRAN.
Es el consejo de amigo.
DON GARCERAN.
Perdón , Senado, se agaarda,
Y demos con ésto fin
Al Fénix de Salamanca.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
PESA GL Rl¥ QUE LA SANGRE, iBLASON DE LOS GDZHAIS,
COMPUESTA
POR LUIS VELEZ DE GUEVARA.
PERSONAS.
EY DON SANCHO.
ÍFANTE.
LLONSODEGUZMAN.
PEDRO , $u hijo.
DON ÑUÑO.
DON JUAN RAMIRO.
DOÑA MARÍA.
ELVIRA , criada.
EL MAESTRE.
AREN JACOR.
ALiATAR.
JAFER.
COSTANILLA.
ülf ATO.
Un ATAHBOR.
Criados. — Moros.
)RNADA PRIMERA.
uena ruido y grita , cajas
y trompetas.)
COSTANILLA, con unas astas,
T ALIATAR , moro.
COSTANILLA.
mas preguntador
1 señor en su lagar
ido de heredar,
0 no da en cazador,
*s lo que quieres de mí?
ALIATAR .
la causa, cristiano,
i grao fiesta.
COSTANILLA.
Africano ,
^^^le libre de tí,
Drá cosa que no intente.
ALIATAR.
guarde.
COSTANILLA.
Si e6 Dios ,
labrá para los dos.
:hame atentamente :
ancho, rey de Castilla
^on , por la gracia
1 dicen comunmente)
Ds y su buena maña,
lien , por ser valeroso ,
iTO en Castilla llaman ,
o mayores los hechos,
le es tan grande su fama ;
el Décimo Alfonso,
rador de Alemania,
gocijo de haber
o á sus reales plantas
an ciudad de SeYilla ,
or los Cerdas estaba ;
Cairo español , esta
Dnia castellana,
ejército de almenas ,
Este escándalo de casas;
Esta , adonde , según dice
El refrán, por común patria
Le dio , á quien Dios quiso bien ,
De comer ; esta, no octava
Maravilla, al fin, sino
Primera de todas cuantas
Hoy está arrullando el tiempo,
Y ayer pregonó la fama ;
A quien el Guadalquivir,
Profundo foso de plata ,
Viene estrecho para espejo ,
Y se lo deja áTriana;
En cuyo cristal de mundos
Muchas selvas se trasladan ,
Desde su torre del Oro
Hasta su puente de tablas.
(Perdóneme la oración,
Aunque la alargue de zancas
Este paréntesis, que es
Debido á las soberanas
Grandezas de tan insigne
Población, de tan bizarra
Ciudad, que, á pesar de siglos,
Rlaspn hermoso es de España.)
Al fin, don Sancho, en alegres
Muestrdl de empresa tan alta ,
Se deja lisonjear
De las fiestas que le trazan
Los hidalgos de Castilla;
Y don Enrique, á esta causa ,
Su hermano, que solicita
Su amistad por causas tantas,
De aquella nave que trujo
El lienzo en lugar del agua ,
Con la grandeza que has visto ,
Con la nobleza y la gala ,
Sale , llevando los ojos
De los hombres y las damas,
A mantener un torneo
En el campo del Alcázar.
Todos los aventureros
Son Haros, Castros y Laras ,
Ricos hombres de Castilla ,
Aunque entre ellos se señala
El bravo don Pedro Alonso
De Guzman, que es á quien guarda,
Leal cuanto cuidadoso.
Un noble león las espaldas;
Que en una ocasión que tuvo
Con los moros , entre tantas
Con que á España inmortaliza
Su heroica sangre Guzmana ,
No pudiéndole rendir,
Estando á pié, con la espada
No mas en la mano , haciendo
Mas riza que en una plaza
Hace agarrochado un toro
De Tarifa ó de Jarama,
Que no hay valor que se atreva
A desjarretalle, y sacan
Lebreles y armas de fuego.
Que son diligencias vanas
Contra su indómita furia ;
Desta suerte , de una jaula
Arrojándole esta fiera.
En vez de poner las garras
En sus entrañas sangrientas ,
Se vino humilde á sus plantas
Por celestial influencia.
Virtud ó secreta causa
De su pecho, j desde entonces
Sigue doméstica y mansa
Sus pasos , tanto, que todos
El caballero le llaman *
Del León , pero es león
De los caballeros hasta
En tener de disfavores
Del Rey mil veces cuartana;
Que, con haberle servido
A él y á su padre en tantas
Ocasiones, no le han hecho
Una merced señalada
De cuantas están haciendo
Cada dia á tantos mandrias ,
A tantos zurdos y necios ;
Condición pintiparada
De la infame fortun^ja ,
A los méritos contraria.
Solamente la ha tenido
En casarse; que esta basta
Mas que todas, puesjnerece
Por dichosa prenda amada
A la gran doña María
' Coronel, la se«nbni
V lüerimas de (al ntcar,
Luceros de Ul aurora
Y hermoso sol di a
•Jñ armada
^íSSSí'
LtJIS TELEZ DE GUETASA.
Hahoma quede contigo.
Y sau üios canmigo vaya. (Voie.)
Vo llego i ocasioD exiraGa,
Sí Alá mis inientos guia ,
A fia.
EspaSa ,
ha deiriunfar
Por el brazo de Aljaiar,
Sb^ toma ,
Mi oembre be de eiernizar.
Yt parece que la llesta
Ra dado las calas
fl as.
Salín LOS TORNRAMis , con $(imbrer»t
de plumat, t EL MAESTRE, áe iar-
l>a;vluego, ELRLY.
t dos, al Qq ,
'^ i>lju,
Ilau ií
(íueá
Eü un Itoldan paladín ,
lír láott Urgel de la Harj ,
í^*lércules.uo Sansón.
,<pC!^1»frc, una monUña ,
-^ •jíeniardo.nn Cid, uo Marte,
'" «=«bLlDeDCadlillaiM.
Vo me llamo Coslanilla,
Escudero de la casa
Del aran don Alonso Pereí
OeCui'"" •"'nordetCspaüa,
De
De
haya,
oAé m
Cada ardiente reOejc
Despreció ser de su
Las astas . Ig
lolo,
Jaas-
[tllla
wfir espejo;
fulminadas,
A
de pinmai,
j
de acero.
E
V
del deseo,
" . ■
a d«l sol la noche fria.
Sevilla, que esli utana
He ser de la grandeza caslellena
Heroica, impirea esfera,
Del Bétis alegrando la ribera,
Y alcieP'"!"
reiuclia ,
nn.
Después del nueto modo
■en ido;
enamorado;
'Sy rey con ella ,
Porque aola es «-.ODarqnta.
Por mi j por ella os beso
CoD los braioi le cooSeMí,
Ed esa esfera
Fijar tu nombre agoardo.
Aunque «allard
En ti
?ue lo eoosDia
odos h esa ríe abora
La mano aguardan.
Lleguen en buen bor
Que etloy con raion nao
De tener en el suelo castellano
Tan urandes, tan leales
Vasatlus, que pudieran , siendo tale
Sin ser de amor empeño, fñ
Ser cada caaldeunnueromuadodui
Guarde Diosa
Pues con favores tan illoa.
Con tan beróicas mercedes.
Honra lan grandes taMlloa.
HET.
Manso
propio, I
De la tenencia merced
De Tarifa, y en los aHos
Soy, SeAor,
Siendo quien ny, TUMtro Molno;
pon ALomo.
Vo toy. Señor, doo Alooao
Perca de Guinun.
Y mi beredero.don Pedro
Alonso, de qnlmi agwardo
En Tuesiro atnído bwtica*
MAS PESA EL REY QUE LA SANGRE.
97
RKT.
BicD está.
DO?l ALONSO.
¡ Extraño
;o! ¡Raro desvio!
desden !
D0?r PEDRO.
Muy mesurado,
DOS recibe el Rey,
eso qae es agravio
Titirío los dos
;ho extremo, pues cuando
s bace favores,
edes bace á tantos ,
ramenie á los dos
ponde. i Hay otro hidalgo
or sangre en Castilla
s, ni tiene otro brazo
eroso que el vuestro,
acero mas bizarro?
de en muchos imperios
intos mundos hallarlos ,
'ios!
DO?l ALONSO.
Pedro , en el rey
lar el vasallo
de los pensamientos;
tendrá de tratarnos
uerte causa el Rey ,
sotros no alcanzamos ;
usan siempre traidores
cortes y palacios,
desacreditar
néritos honrados;
mucho que conmigo
ambien encontrado,
rodido dar envidia
de a'gun cortesano,
cobaríle y lisonjero,
e, que no he faltado
1 ^oy; lo demás corra ,
ic le toma á su cargo,
Mita de la fortuna;
ulpa ser desdichado.
REV.
, Maestre , al fío ha sido ,
el torneo os nombraron
•z, el que mejor,
s del infante , ha andado?
MAESTRE.
concuerdan, Señor,
e de lisonjearos ,
? don Alonso Pérez
ha andado mas bizarro.
REY.
e, ¿qué don Alonso
' Que en Caslilla hay tantos
peilido, que dudo
D se debe ese aplauso.
MAESTRE.
Alonso, Señor,
Je Guzman le han dado
segundo.
DO:i ALOXSO.
Y primero
hos que, blasonando ,
> han ganado un bonete
iterizo africano ;
^ngo de banderas
Ifanjes de Damasco,
in;as y tablachinas,
i templo sevillano
o, como el abril
as y flores los campos.
RET.
stra soberbia , Pérez
cman, estoy cansado
s días bá, y sentido
OD. G. OE L.-ii.
Mucho mas de vuestro trato;
Que, para hablaros asi ,
Este lance he deseado ,
Porque delante de todos
Os quise hacer este agravio.
DO:i ALO?(SO.
Palabras de un rey. Señor,
Con enojo, no agraviaron ,
Pero pueden ser veneno.
Yo no imagino, no alcanzo
Que os pueda haber deservido
Después que os besé la mano
Por mi rey, y se entregó
Sevilla, que de sus altos
Muros hoy laurel os teje.
Que gocéis por largos años.
RET.
Bien me basta para ofensa,
Y me sobra para enfado.
Saber de vos que seguisteis
Contra mi la voz del bando
De mis sobrinos, haciendo
Que Sevilla tiempo tanto
Se obstinase á mi poder.
DON ALONSO.
Los Laras, Haros y Castres
Hicieron lo mismo, el tiempo'
Que no se desengañaron
Del derecho que tenian
Los hijos de vuestro hermano;
Pero, después que del vuestro
Los días nos informaron ,
La mano os besamos todos
Por nuestro rey soberano.
En la plaza de Sevilla,
Con el debido aparato,
L'ívanté el pendón por vos,
El alcázar entregándoos
Y la ciudad ese día
Que ios nobles ciudadanos
Por mi homenaje os hicieron;
Y en mil fiestas he mostrado
Los deseos de serviros ;
Pero , pues sois tan ingrato,
Que, en vez de hacerme mercedes,
Me hacéis públicos agravios.
Yo me desnaturalizo
De vos, pidiéndoos el plazo
Que loo fueros de Castilla
Dan á todos los vasallos
Pjra salir destos reinos.
r«
(!uando por iguales casos
Lo mismo que yo ejecutan ;
Que no habrá rey tan extraño.
De quien no espere mercedes
De mas gloriosos aplausos.
REY.
Desde luego os lo concedo;
Y aunque son los señalados
Del término treinta días,
Esta misma noche os mando
Que no durmáis en Sevilla,
Triana ni San Bernardo;
O por vida de la Reina
Y del príncipe Fernando,
Mi hijo, que la cabeza
Os ponga á los pies.
DOX ALONSO.
Yo parto
Luego, con la brevedad
Que vuestra alteza ha mandado,
Contento de obedecerle ,
De servirle mal |>agado ,
Y algún dia echará menos
Esta espada y este brazo. -^
Vamos, Pedro.
DON PEDRO.
Ya voy, padre,
Siguiéndoos, ya que imitaros
No pueda, y saben los cielos
Que voy por ojos y labios
Escupiendo basiliscos.
MAESTRE.
Señores , acompañando
Salgamos á don Alonso
Pérez de Guzman , pues cuantos
Hay en la sala y en Castilla,
Ricos hombres y hijosdalgo ,
Todos somos deudos suyos
Por su mujer y su hermano.
DON ALONSO.
No, caballeros; yo llevo
Lo que me basta en los años
Tiernos de don Pedro Alfonso,
Mi hijo y mi mayorazgo,
Y en ese león, que siempre
Me sigue, domesticado.
Guardándome las espaldas
De Cngidos cortesanos ,
De palaciegos traidores ,
De lisonjeros ingratos ,
De dueños desconocidos,
De amigos y deudos falsos.
MAESTRE.
Señores, vamos con él ,
Pues es nuestra sangre.
TODOS.
{Vanse.)
Vamos.
REY.
Todos tras él han salido.
¡ Notable resolución !
INFANTE.
En Castilla y en León
Esta costumbre han seguido
Cuando sale desterrado
De la presencia del Rey
Un noble.
REY.
No es justa ley,
Y todos me han indignado.
INFANTE.
Ese consuelo. Señor,
Se le concede al que va
De su rey ausente, y da
De don Alonso el valor
Ocasión para mayores
Demostraciones con él :
Que es el vasallo mas Oel,
Y por sus antecesores
No debe nada á los reyes
De (bastilla y de León,
Y de tan grande opinión,*
Que tienen fuerza de leyes
En Castilla sus deseos;
Y á ser lenguas sus almenas,
No podrán contar apenas
Los africanos trofeos
Con que viene cada dia
De las fronteras, después
De ser...
REY.
Rasta , Enrique; que es
Muy cansada grosería
Hablar de un hombre tan bien.
Con quien estoy yo tan mal.
INFANTB.
Señor, si yo en caso igual
No llego á templaros, ¿quién
Lo ha de intentar?
REY.
Yo sé, Infante ,
Vuestros intentos.
IKFAHTB.
Los mios
7
96
Son de rendirie albedrios
A TUCKBtros pies.
REY.
Adelante ;
ue en vos be experimentado,
n mayores estrecbezas,
Mas lisonjas que finezas.
iifyiifTE.
Vuestra alteza se ha engañado.
RET.
Vos, infante Enrique, vos
Me habéis engañado á mi
Muchas veces.
inrARTE.
Siempre fui
Leal.
RET.
Mientes, ¡vive Dios!
INFARTE.
Vive Dios, que be dicho tanta
Verdad como vos.
{Saca la daga el Rep.)
Sale AUATAR.
RET.
Villano,
Puesta en la daga la mano,
Y con desvergüenza tanta,
Pedazos te baré con esta,
Sacaréte el corazón.
ALIATAR. {Áp.)
Yo entro en notable ocasión.
IRFARTE.
Irme te doy por respuesta,
Ya que quiso hacerte el cielo
Mi rey. (Vase.)
RET.
Vete, ó vive Dios^.
ALIATAR. (Ap.)
Uno se fué de los dos.
RET.
¿Quién es?
ALIATAR. (Ap.)
Que ea el Rey, recelo,
Este.
RET.
Un moro se entró acá.
ALIATAR. (Ap.)
El Rey es, pur los retratos
Que be visto.
RET.
¡Oh hermanos ingratos I
ALUTAR. {Ap.)
El Rey es; ¡válgame Alá !
¡Qué espantosa vista tiene
Con el acero desnudo
En la mano! Apenas dudo
Si estoy cen alma.
RET.
¿Quién viene.
Moro, en tu pecho , que asi ,
Sin avisarme, bas pisado
Estas salas?
ALIATAR. (Ap.)
¡Que me he helado !
Mármol soy, y Alistar fui.
RET.
¿No respondes?
ALIATAR.
Ten, Señor,
razo , baja el acero;
yo, cuando...
LUIS VELBZ DE GUEVARA.
RET.
Primero
He de saber...
ALIATAR. (Ap.)
j Qué temor
Este cristiano na infundido
Tan notable en mi , que apenas
Siento con sangre las venas,
Pulsa con alma el sentido!
RET.
Moro, tu intento me di;
Que esa turbación...
ALUTAR.
Yo sé
Que lo sabes; de Alá fué
Permisión venir asi
A tus manos, que él te ha hecho
De mis intentos sin duda
Revelación, y desnuda
Me bas visto el alma en el pecho.
Yo confieso que venia.
De Aben Jacob enviado,
A matarte, confiado
En la heroica valentía
Deste brazo, que Mahoma
Ha hecho contra el cristiano,
Tantas dieces africano
Azote ; pero Alá toma
A su cargo tu defensa
De suerte en esta ocasión ,
Que aun con la imaginación
No be podido hacerte ofensa.
Esta fué de entrarme asi
La causa, porque las puertas
Hallé de tu cuarto abiertas,
Y apenas te encontré aquí
Con el acero en la mano,
Cuando me faltó el valor.
Estatua me hizo el temor,
Y hombre quise ser en vano.
A tus pies estoy rendido ;
Si de tus manos merezco
La muerte, el pecho te ofrezco ,
Nunca de nadie vencido.
Rómpele, pues no te puedo
Resistir; que el verte airado
En el delito me ha helado,
Y me ha encantado en el miedo;
Como en su mayor raudal
Apresurado arroyuelo
Nace de plata, y con hielo
Muere senda de cristal ,
Tu vista pone en cadena
Las almas; que mi furor
Se ha rompido en el valor.
Como el mar en el arena.
RET.
Levanta , pierde el temor;
Que yo en rendidos no mancho
Mi acero, que soy don Sancho,
Y el Bravo me llama el suelo
Castellano, y no merece
Brazo que á mí se atrevió
?ue le dé la muerte yo ;
u valor te favorece.
Tu ardimiento te acredita.
Tu temeridad te abona ,
Tu confesión te perdona ,
Tu temor lo solicita.
Poique nos dé, en conclusión,
A los dos fama este dia ,
A ti tan grande osadía*
Y á mí tan nuevo perdón.
La vuelta no te resisto;
Libre este suceso cuenta ,
Y á Aben Jacob representa
Solamente lo que has visto.
Retrátale mi semblante
Y el valor que en mi le admira,
Y diie que de Algecira
El ejército leTante*
Y que al Aflrica se vuelva ,
En fe desta relación ,
Antes que sa remisión
Con mi vida lo resuelva ;
Que entonces no le eoocedo
Lo que hoy; que, aunque en liveiieic
Fuga le dejé la vida ,
No le perdonaré el miedo.
Y en rehenes y en sefial
Desta palabra, le envió
(Empeño del valor mió)
Este desnudo pufial.
Con que me hallaste en li mano •
Que oe la vaina saqué
Para castigar la fe
Mal segura de un hermano ;
Que hay que temer tanto en ni ,
Y en él tanto que dudar,
Que aun amas le quiero dar
Y añadir ntoero^n ií.
Porque en llegándole á ver.
Me dé, aunque apele il hnif ,
Mas aceros que rendir
Y mas hombres que vencer.
Toma.
AUATAl.
Muestra.
RET.
Vete agora
En paz.
ALIATAR.
Alá, soberano
Monarca, te haga cristiano
Rey del ocaso al aurora.
RET.
¿No te vas?
ALIATAR.
Ya, ya me voy.
RIT.
¿Qué aguardas?
ALIATAR.
Mas ancho mundo;
Que en ti, oh Mahoma segondo.
Viendo prodigios estoy.
(Vmue.)
Sqlen DOÑA MARÍA , DON ALONSO
T DON PEDRO.
DOilAMAliA.
¿Qué es esto, mi bien? D din
De la mas lucida fiesta
ue vio Castilla, después
ue reinan revés en ella ,
n que vos habéis andado
El mas bizarro, aunque, aicilt
La envidia, os desacredite
Con la lisonia la ausencia;
Cuando los nombres pvMicaB,
Cuando las damas conSeaan
Que les llevastes los olot.
Sin perdonar las estrellas;
Cuando me habéis parecido
Mejor, aunque me pndiertn
Dar celos las atenciones
De tanta airosa belleit
Sevillana, que narece
Que sobre las píiamat vieetrai
Llovió el amor ooraiones ,
Granizó abril primaveras;
Y en fin, ¿en tanta alegría
Venís con tanta tristeía.
Con desabrimiento tanto,
Pidiendo botas y espaelas»
Con diversiones tan rarti»
Con suspensiones tan nnevisf
¿Qué traéis, esposo
i Ay doña María ! Aj prendí
ADoada ! Ay espada mia !
aalA HÁilA.
Hablad, mi bien ; crae á la lengua»
Que es mía , como los ojos .
No es bien que menos le deba ,
Pues ellos me están habtando
Mii confosiones de penas,
Y ella paede disflnzaUas,
T anra, lo regatea.^
Pedro amigo, ¿qné ocasión
Trae ?neslro padre, que pneda
Obligalle á que no dé
Parte á ? nestra madre della?
Deddmela tos.
non psnao.
Señora,
Bastante es la que le fueru
A eomadecer.
boía maeía.
Ab sefior,
Ab esposo, no os enmudezca
Mi desdicha, pnes mi amor
Os merece mas finezas.
¿Qué tenéis?
DON ALONSO.
Voy á morir
Esta noche, sin qne pneda
Te oer remedio mi vida ,
Tener mí muerte defensa. #
nO.^A HARÍA.
¿De qué suerte, esposo amado T
DON ALONSO.
Si he de hacer de tos ausencia,
¿Xo es muerte , de tos partir,
Pues que TÍTimos á medias
Con un alma tos y yo?
no^A aABÍA.
¿Partiros de mi?
DON ALONSO.
Por fuerza ;
Ooe senrir á un rey ingrato
Obliga k estas inclemencias.
HoT me desnaturalizo
De Castilla, por ofensas
Qae me ha hecho el Rey delante
De coanta goda nobleza
Salió del torneo, y quiere
Que luego, esta noche ínesma ,
Salga dftSeTilla y salga
De mi. Ved, esposa, si esta
Es causa para sentilla.
do9a nAiU.
Dejad qne os responda i ella
Coó las palabras del alma,
Qoe son lágrimas que eocierran
Coocepios de sangre muda ,
De qnien el silencio es lengua.
Siempre lemf, tras de tantas
Felicidades y buenas
Fortanas, pensión alguna ,
Qoe no hay qnien TíTa sin ella ;
Testa, después de la muerte,
• Es la mayor que pudiera
Pagar mi amor á la euTidia.
DON ALONSO.
Vi bien, mi Talor os deba
Esfuerzos para alentarme ;
)0Toy con el alma Tuestra,
Y TOS quedáis con la mía t
Y para retrato os queda
Pñlro en mi ausencia. Señora,
Que también es alma mestra.
Ko bay sino tener Talor;
Qve Algecíra está mny eerca ,
Adonde ?oy á ferrir
MAS PESA EL RBY QUE LA SANGRE.
A Aben Jacob ea la guerra ,
No contra cristiano rey ,
Porque eso á mi sangre fuera
Inexorable delito ;
Y aunque don Sancho me ofenda
Con tantas demostraciones.
Voy ¿ obligalle, con muestras
De quien soy, i Aben. Jacob
Que las alarbes banderas
Contra sus contrarios reyes
Moros al África TuelTa,
Y alli scrTille, ganando
Famas, glorias y riquezas ,
Siempre Gozman, siempre Bueno,
Hasta que don Sancho crea
Que lo soy, y en su serricio
Importante le parezca.
Yo daré presto por tos
SecreUmente la melta.
Con la decencia que es jtisto ;
Y entre tanto , el alma os IleTa
Por alma suya, dejando
La mía por alma Tuestra.
Sale COSTANILLA.
COSTANILLA.
Señor, ya están los caballos,
Como mandaste, i la puerta
Del jardin; y si no he Tisto
Mal, por esas cuadras entra
El infante don Enrique
Ahora.
Sale EL INFANTE.
, INFANTE.
Desia manera
Me obliga vuestro Talor,
Guzmnn el Bueno, á que Tenga
A vuestra casa.
DON ALONSO.
Señor,
Siempre debi á Tuestra alteza
Grandes faTores.
INPANTC.
Yo Tengo
En persona á daros priesa
Para sulir de Sevilla ;
Porque esta noche, en defensa
Vuestra, tuTe con el Rey
Un encuentro , en que pudiera
Arriesgar honor y Tida,
Y huyendo de so fiereza,
Determino á Portugal
Pasarme, aunque me detenga
En Sevilla algunos días.
Retirándome á las CueTas
Primero , porque me importa
Esperar una respuesta
Del rey de Aragón.
DON ALONSO.
Infante ,
Siempre de vuestra grandeza
'Recibi grandes favores,
Y otro aguardo que á este exceda.
INFANTE.
Pues no andéis corto conmigo.
DON ALONSO.
Ya sabéis cómo es muy desda
Del de Portugal, Enrique,
Doña Maria, y su alteza
Este parentesco eslima
Tanto , que á Pedro desea
Criar en su casa. Hacednos
Merced de que efecto tenga
Esto ; llevadle con tos.
Para que en edad tan tierna
Vaya mas acomodado »
Y con mas crédito poeda
Ir su persona á las plantas
De don Dionis.
QfFANTE.
Esa prenda,
Guzman, me acreditaré
A mi con el Rey, y en esta
Ocasión es para mi
La lisonja, la fineza
Que mas estimo.
DON ALONSO.
Mil años
Vuestra alteza ftiTorezca
Sus esclavos.
nVANTB.
Guárdeos Dios,
Doña Maria.
DON ALONSO.
¿Qué esperas,
Pedro? Bésale la mano
Al Infante; ¡llegti, llega!
k INFANTE.
Mas cerca tenéis los brazos.
Yo aTisaré cuando sea
Tiempo de que Pedro parta
Conmigo. Nada os detenga
Mas, don Alonso, y salios
De SeTilla con presteza ;
Que está enojado don Sancho
Por la ocasión de los Cerdas,
Y no sin causa le llama
Castilla el BraTo ; no sea
La remisión de partiros
Causa de alguna trasedia.
Y adiós; que yoá la Cartuja
También me retiro. (Ya$e.)
DON ALONSO.
Él sea
En Tuestro fsTor, Enrique.—
Ea, Señora , esta ausencia
Es forzoso ejecutar
Mas presto que yo quisiera.
Dadme los brazos, y adiós;
Valor mostrad y prudencia ;
Que no ten^o que encargaros
Las obligaciones Tuestras ,
Y adiós.— Pedro, adiós, t el cielo
Permita qne á ^eros TuelTa,
Como deseo.
DON PED80.
£l os traiga
Como esta casa desea ,
Y como yo he menester.
DoffA había.
En tan desdichada ausencia,
Valor de mi pecho noble ,
Guardadme , para la vuelta
De don Alonso, la Tida.
COSTANILLA.
Ya está con botas y espuelas
Nuestro camarada.
DON ALONSO.
¿Quién?
COSTANaLA.
El león.
DON ALONSO.
Nunca tus Teras
Son Otras.
D05ÍA «abCa.
Quedo sin Tida.
DON PEDRO.
Sentir, no llorar, quisiera ,
Y no parece Talor.
DON ALONSO.
En dos partes se me queda
100
El cnraxon dWidldo.—
Vamos.CosUmlla.
Vaella nos dé Dios á IllspaDa
Aunque de garracba sea.
(VflMÍ.)
JORNADA SEGUNDA.
S4len ABEN JACOB i ALlATAR.
ALUTAH.
E< nn retrsio, en efelo.
De kU, con el mundo airado,
. Coando rmmi
Adiirel
En él el
Todo 5^ ser
YaIÜ
lorir le ha de m
cobarde ; i
«!*■
Ponrr el mundo i miii pies ,
interés,
De RU cristiano alfaqni;
Y esp nue íjS ,
LlerindolfflM
^rms§
W^« Áí?¿i
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Mancha del nombre africano,
Púrpura vii.— ^Qué liay.Jafer?
Besarle. iEntrarán?
IBEN.
Emblema la que me orreco
Tu relación. Eniren pues;
Que sobre eslas almohadas.
Donde siempre audiencia doj,
Esperin dolos esloj.
jUandasque entren sin espadas t
ABEN.
Jafer, entren como vienen ¡
Quédela mano el acero
Cristiano no he de dejar.
Salen DON ALONSO t COSTANILLA.
VeuRa All
;; levanli
Agora los dos del suelo.
El cielo tu vida aumente.
Decid, ii qu¿ babeis TenidoT
__ _jie, jes sol Mi España
Ce1ebr;jdo en ios mayores ;
Desia Kran casa soy bijo.
Eii Sevilla, y deseoso
tocóme,
y alcaide
Oe su alcAz^r y su torre;
DoQ Suncbo el Bravo (que reine | Los nobles han d« ci
bon cn b corte .
■AS FCSA EL lET QTE Lk SJL!9GK.
m
sos obligadoi
ofensas de reyes,
ksallos crisoles,
a j última, en fin,
D Jacob, qbe sobre
9 has de argninentar
>, ni hacerme en orden
I , en SQ desprecio,
comparaciones ;
de permitínne bacer
k cristiano me Xoqne
mente , y en todas
cíales ocasiones ,
spañol Patrón nuestro,
>stras lanas conocen ,
[)ellidar, diciendo
le los alambores :
España y Santiago,»
ioz que da corazones,
condiciones dichas,
uólicoy noble,
sobre la cruz
»pada , en arreboles
os tantas veces
, desde que Joven
abril en mis labios
•ñas premisas flores ,
irte con lealtad ,
' qne al África asombre,
dos Asías con ella,
;on , caando tremolen
7. los tafetanes
;es , que vio Olorónies,
tu imperio, rindiendo
s rebeldes se oponen
á la majestad
a lava, aunque broten
>nas africanas
lí piélagos de hombres ,
olando á la firmeza
palabra ese monte,
esnme clernidndes
f: celestes faroles ;
el escollo, que al mar
tmenajes se expone
.ierra, esa columna
lá con el cielo al tope,
le aspira á gigante ,
le se alienta á torre ,
le se mienta acero,
que se obstina bronce ;
üoy don Alonso Pérez
i de Guzman , y pone
10 en mi pecho cuanto
lü) cutre muchos orbes.
ABE?C.
ano, por Alá, que eres
imero á quien conoce
ación mi albedrío,
d de constelaciones
!las; llégate y dame
trazos.
DOÜ ALONSO.
Los tuyos honren
'cbo, heroico monarca
ifrica.
ABEN.
Desde hoy corre
ilorpor cuenta mía,
sde hoy tu sangre noble ,
[ian, te hace de mi pecho
o, con tantos honores ,
admiren el mundo; dame
ano, que no hay quien goce
favor, si no son
nuestros sucesores
princii^ de todas
4ras mujeres, y cobre
U vida ese cobarde ,
estaba aguardando el golpe
e acero, que en mi mano
JQaeía
Tu
Me
vendaba
1^
fcgfwi tott el Ifuric
éiáéfH
barái ta esciaro.
De tB rey es , DO te asoMbfe,
vas ALOSso.
¿Q«é dices!
Despacio sabrás d órdea
Coa que vino a aii poder.
Tóiaale. y do te alborotes;
Que quiero qae la priaiera
Presea qae aiis favores
Te dan , sea de tu rey.
Porque sas estimacioaes
Le vinieron en el giado
Que tú publicas á voces.
DON AL03CS0.
Mil veces la beso^y puogo
Sobre mi cabeza y sobre
Mi honra y vida. Aben Jacob,
Y la guardaré , en tu nombre
Y en el suyo, lo qae el cielo
Me dejare 'vi\ ir, y honre
Ahora el derecho lado
Mío hasu que yo la tome
A su poder.
COSTAIQLLA.
Vuestra real
Morería me perdone,
Y me dé á besar sus manos.
Sus plantas ó sus Ulones ,
Y conozca á Costanilla ,
Que ha sido escudero al trole
Del tal Guzman , y os espera ,
Si no es alzarse á mayores
Con la fama y la fortuna.
Volviendo k verme en la torre
Del Oro de mi lugar.
Como volvió Lanzarote
Cuando de Bretaña vino.
DON ALONSO.
Estas no son ocasiones,
Cosunilla , para burlas.
COSTANILUI.
¿Espero yo que le informes
Dos horas á Aben Jacob ,
O Aben KSaú, y me pones
Límite en que mis deseos
Sepan los Aben Jacotes?
Todos venimos de Adán.
ABEN.
Guzman , ya de mis acciones
Eres alma, y porque creas
Que esta verdad corresponde
A la experiencia, principio
Quiero dar luego. — i Jafer?
JAFKR.
Señor.
ABEN.
Haz que á marchar toque
El cainpo, y desde Algecira,
Para que se embarque , tome
La vuelta del mar ; que allí
Trescientas fustas, que ponen
En confusión ft los tientos
Arrogantes, porque asombre
A España , nos serviráin
De puente al África.
DON ALONSO.
Sople
ltes>Aeb«yd
MKAIANSa.
1k ta coroaa veadria
Estiecboslos
\a kksparcbes y aMUles ,
Para obedecer el órdea
Qae aie bas dado, se previeaea
(l»f.)
Daaos , Jafer, das bastoaes ;
Qae el Gauaaa y yo igmalBwate
A b caapaca salobre
DelBur ~
Los
Sa/tfJAFBM.
Aquí están.
ABEN.
Muestra, Jafer,
T hax qne esotro d Gazain boare.
DON ALONSO.
Sobre el cido ne levaous.
Toca ahora á marchar.
COSTANUXA.
Oye,
Señor león , á sa tierra
Vamos : no hay sino dar orden
De pagar el hcKspedaie
De Espaiu ; que los leones
Honrados siempre proceden
Como quien son.
DON ALONSO.
Con el orden
Pueden hacer la señal
l^s clarines y atambores.
Tocan y vanse; sale D05(A MARIA t
DON PEDRO, de eamino^ ¡f bl ato.
DOJÜA BAliA.
Esta carta habéis de dar
A don Dionis , Pedro mió.
Rey de Portugal y tio
Vuestro ; Uegadle á besar
La real mano á su alteza
Con don Enrique el infante ,
Y hasU que el Rey os levante
Con los brazos , que es anexa
Al parentesco debida.
No os habéis de levantar.
Ni cubriros sin mandar
Que lo hagáis; y á esto, por Tida
De vuestro padre , que estéis
Con atención desde ahora,
Porque no os tengan...
DON PEDKO.
Señora,
En mi un retrato veréis
De los dos, porque deseo
Ser un cristal de los dos.
DoiiA haría.
Guárdeos muchos años Dios;
Que en vos su retrato veo.
Partid-08 luego, y volved
A darme otra ves los bnxos,
Y adiós.
non PEDRO.
Adiós.
101
DOffA HARÍA.
A pedazos
El alma se me va ; haced ,
Pedro, lo que os he encargado.
DON PEDHO.
Yo voy, Señora, advenido. (Vase,)
DOÑA HARÍA.
Pnes guárdeos Dios; sin senlido
Mi corazón ha quedado.
Pues se han partido de mí
Dos almas ; mi vida cese.—
¿Elvira?
Sale ELVIRA.
ELVIRA.
Sellora.
doÍIa haría.
¿ Fuese
Pedro?
ELVIRA.
Ya partió de aquí.
D05ÍA HARÍA.
Dame una silla, y al punto
Trae aquí papel y tinta ;
Escribiré á don Alonso,
Si es que el dolor no me priva
De sentido.
{Saca Elvira recado de escribir,)
SLVniA.
Yt está aquí.
DOfiÍA HARÍA.
Cierra esa puerta, y avisa
Que nadie entre donde estoy.
ELVIRA.
Ya voy. (Vaie.)
DOffA HARÍA.
Vete: adTos, Elvira.—
iCon qué palabras podrán
bpresar las ansias mías
- De dos ausencias tan grandes
Los sentimientos gue privan ,
Para podellos copiar.
De razón , al alma mia?
Don Alonso de Guzman ,
Dnefio y serrar de mi vida ,
Después que anegada en llanto.
Después que vuelta en cenizas ,
De mis suspiros al ftiego,
Me dejó aquella partida.
La de Pedro me ha dejado...
¡ Ay de mí !
Sale ELhEY.
REY.
Doña María,
No 08 alborotéis.
D05ÍA HARÍA.
Señor,
Señor, ¿un rey de Castilla
A estas horas en mi casa?
REY.
A vuestra casa me obliga
Venir Enrique á estas ñoras ,
Porque, demás de ana espía
gue tengo de sus intentos,
6 que en ella se retira
Por sagrado de mí enojo ;
Y como nadie podía
Atreverse en vuestra casa
A intentar esta pesquisa,
Vengo yo mlstno en persona.
D05ÍA HARÍA.
B/enpi^^\tf^ por mí misma
ExcBM^ W^ vuestra alteza ,
Cama^::^ las injustas iras
esposo os obliga ras
Conoí
LUIS VELBZ DE GUEVARA.
Con tan nuevas osadías ;
Que esta casa solamente
Es sagrado que publica
Veneraciones de reyes ,
No de infantes de Castilla,
De vuestra esfera huyendo;
gue aquí ni aun el sol porfia
ntrar, mi marido ausente ,
Que se desnaturaliza
De vos por vuestros agravios ;
Que á Pedro, que es sangre mia ,
Alma de mis pensamientos
Y alivio de mis desdichas ,
No le he querido tener
En ella, porque los días
Que estoy de mi dueño ausente ,
No quiere alivio mi vida.
REY.
Con vuestro valor compite
Vuestra beldad peregrina;
Mayor sois que vuestra fama ,
Puesto que ella me decia
De vueslra hermosura extremos;
Que toda sois maravillas ;
Y por vida de Fernando,
Si vuestros ojos me^miran
Con menos desdenes , rayos
Que toda el alma fulminan
De un rey, aunque ella mas
De soles nos acreditan.
Que á don Alonso, á don Pedro,
Que á vuestra heroica familia...
DOÑA HARÍA.
Vive Dios , si vuestra alteza
Con palabras tan indignas
De quien soy pasa adelante ,
Y lo que en oiensa mia
Pasos ha dado, no vuelve
Atrás con la misma prisa.
Que á entrar los encaminó
La vil sangre fementida
De algún forzado enemigo.
De auien las honras se fian
En las mas ilustres casas ,
?ue dé un ejemplo á Sevilla
á España , que el mundo asombre,
Y abra ese balcón y diga
A voces que es un tirano,
Y un rey que desacredita
Las casas de sus vasallos.
Tan nobles como la mia ;
Que cuando , para agraviarme ,
Me juzguéis sin compañía.
No penséis que estoy tan sola,
Que no estoy conmigo misma.
Esa es la puerta del cuarto
Por donde entrastes ; que pisan
Estos ladrillos los reyes
Viniendo á honrar muy de dia
De sus dueños los blasones ,
Que sus Coroneles pisan ,
Con los que orlan los escudos
De los reyes de Castilla;
Y pues tan desalumbrado
Venis á que os dé noticia
De quién soy esta experiencia,
Quiero con esta bujía.
Dándoos luz, salir delante
De vos.
REY.
¡ Mujer no vencida !
do5a haría.
Venid.
REY.
¡ Invencible pecho ! .
DOffA HARÍA.
Aquesta es doña María
Coronel , don Sancho el Bravoi
Nueva Evádnes en Sevilla.
(Éntrale alumbrando con la bujía.
Sa/«DON ALONSO, armada MU peta,
espaldar y gola^ y una rodela de aee^
ro á las espaldas » y bl lboh y COS-
TANILLA, armado d U yraeUso.
DON AL0H90.
Deja ahora, Costanilla ,
Los (dballos arrendidot.
COSTAmLLA.
Mejor será que en los prados
Se entretengan desta orilbt
Que las playas africRDas
Guarnecen y lisonjeiD ,
O ruego á Dios que te vetn ,
En las que miro cristiaiíat.
De esotra parte del mar
Estos desterrados plés «
Aunque demos aJ través
En Tarifa ó Gibraltar.
DON Aunifo.
Eso llegará algún dia ;
Que bien me tienen sin mi
Las soledades aquí
De Pedro y doña Haría.
COSTAmLLA.
Dios se lo perdone al ray
Don Sancho y á sos bra? ezu ,
Que te obliga á hacer fioexat
Con otro de ajena ley,
Y á mi á comer alcuzcns
Y cabra, habiendo en Sevilla
Lenguados , que á Coetanilla
Le hicieran agora el bot ,
Y una cola, con perdón ,
De bacallao, que á un cristiano
Vuelve emperador romano.
DON ALOHSO.
¿Vino el león?
COSTAmLLA.
El leotf
iCuando deja de venir?
Cuándo en la posada espera?
Aquí está , que annqoe yo quiera
No me dejará mentir ;
Pero ¿cuándo has de decirme ,
Pues has callado hasta aqni,
A qué venimos asi?
DON ALONSO.
Bien puedes atento oírme.
Aben Jacob Almansor,
Pagano rey, á quien sirvo
Con las finezas que sal>es
Y con la lealud qne has visto ;
Como bárbaro sin fe.
Como poderoso Impio,
Mudable como señor
Y cobarde conio rico»
Mal seguro de mi pecho.
Con quien el cristal no es liaq>io.
Porque son de mis entrañas
Viriles los hechos mios;
O por envidias seereMM
De encubiertos enemigos,
O por lo que en mis agravios
Don Sancho el Bravo le ka escrito.
De los favores pasados
Tanto se extraiía conmigo,
8ue sé que Intenta mi m«ene
on manifiestos indicios;
Mas , como estov del comí
Aplauso favorecido
En Afirica,noseatrera
A declarar sus designios^
i^r no desacreditarse
De justo, de agradedde.
Con la atención 4e sus ralees,
) De quien estoy tan bienqnisto:
bftjo d preteito
Jerosos bríos ,
Dtore ó ne arriesgae
árdaos peligros,
pone en el mayor
pecbo DO vencido
o dar cuidado
¡ue fama conquisto,
qae en estos campos,
o ó por prodigio
QO, para asombro
eideros siglos ,
sierpe tan fiera
istrnotan peregrino,
verdad las mentiras
Dlextos antigaos;
rriblesrandíeza,
\ gentilhombre un risco
atara , y parece
aeve an monte vivo,
con el aliento
el aire frió,
en de maertas aves
s torbellinos;
>z se pace nn valle ,
* bebe an rio,
red barredera
as y de apriscos ;
adable faror,
leblos convecinos,
ie carne faeran ,
tan los edificios.
le estas arenas
s basilisco,
'lotes escamas,
legro vestido,
dicen qne tiene,
del bipognfo,
que no vuela con ellas,
s plantas cuchillo,
n la sombra empaña
medio el estío,
'be á cada paso
0 nn parasismo.
;te orco africano,
1 sarracino,
inadosy fieras,
3mbres se ha comido,
[dieran estar
? su vienre vivos,
oras no tuviera
)s tantos vecinos,
ese portento ,
ror, este vestiglo,
ligado Aben Jacob»
efecto venimos,
i tres ha de ser
esa : lo qne al leoncillo
vo sé que puede
Alcides mismo.
s i nuestras manos
; deremitillo;
ino tener valor,
cañóles nacimos.
COSTAKILLA.
;i 00 estoy borracho,
oas, por Jesucristo ,
levantado acaso
algún tabardillo,
lo es, joro á Dios;
ino que el frontispicio
I luego, y te pongan
ierpes defensivos.
DO^ ALOüSO.
aprovechan va
as, sino los bríos
^suelto corazón.
costjlhilla.
íes?
BOlf ALONSO.
Esto que digo,
MAS PESA EL REY QUE LA SANGRE.
Y esto que ha de ser.
COSTANILLA.
¿Estás
Endiablado? ¿Quién le ha dicho
Que resuelto para sierpes
El corazón he tenido?
Estoy, el dia del Corpus ,
Con todos mis diez sentidos
Temblando de la tarasca.
Sin veneno ni colmillos.
Hecha de lienzo pintado
Y alfajias, porque he sido,
Para contigo y con Dios,
Siempre medroso de mío ;
Y ¿una sierpe de las señas
Que has pintado y que no has visto,
Quieres que embista? Eso no.
DON ALONSO.
Eso sí, estando conmigo;
Que soy español y noble,
Y su testa ne prometido
A Aben Jacob, cuando fuese
Del dragón infernal mismo.
COSTANILLA.
¿Fuiste con san Jorge acaso
A la escuela cuando niño?
¿Tienes ensalmos de apelo?
¿Griástete en algún libro
De caballerías? '
DON ALONSO.
Oye;
{Dentro ruido,)
Que pienso que á los relinchos
De los caballos, la sierpe
Se abale.
COSTANILLA.
¡Extraño ruido!
Parece que esa montaña
Se viene abajo. ¿Silbitos?
Mosquetero de comedia
Habéis sido, voto ¿ Cristo.
DON ALONSO.
Ea , animal generoso.
De los brutos no vencido.
Rey, esta fiera es vasallo
Rebelde á tu señorío
Irracional; obedezca
Hoy el directo dominio
Que debe á la majestad
Del imperio campesino ;
Que otro león á tu lado
Va en mi , á eternizar contigo
Su nombre, á pesar del tiempo,
De la envidia y del olvido.
Santiago, cierra España. (Vase.)
COSTANILLA.
Cierra España, y Jesucristo
Vaya conmigo también:
Que voy á los intestinos
Desla bestia á ser Jonás
De las musas, y me pinto
Entre el higado y el bazo.
Hecho ermitaño del limbo. ( Vate.)
fOB
Salen AREN JACOR y iioaos,
con adargas.
ABEN.
Salgamos á ver el fin
Deste cristiano enemigo,
De entre este escuadrón de robles ;
Que hoy de su pecho fingido
En esta sierpe me venga
Mahoma. Estad , como digo,
Todos atentos, guardando
Mi persona deste Olimpo
Con alma, que escupe un mar
I De veneno en cada silbo.
ALMTAK.
Ya parece aae el león
Que le ayaaa, mal herido
Se rinde, y el acero.
En vano manchado y tinto
En la ponzoña del mónstrao,
Qne corre á su precipicio.
Prueba k esgrimir.
JAFER.
Ya parece
Que entre sus pies ha caldo.
ABEN.
Sepulcro le da de escamas, .
Arrojándosele el tibio
Torreón encima agora^
A pesar de sus arbitrios.
Pero agora de la fiera,
Que sale un golfo imagino
De sangre, inundando el prado,
Midiende el fiero vestigio
Con las espaldas la grama;
Y el cristiano no vencido
Con el acero cruzado
Le derriba el cuello altivo.
COSTANILLA.
Victoria por don Alonso
Pérez de Guzman.
ABEN.
¡Qaé miro
Y qué escucho juntamente !
¿Hay mas extraño prodigio?
Lleno de tierra y de sangre,
Lleno de saña y'de brío.
Llega el cristiano arrogante.
¡Manoma , oue has permitido
Este pesar a mis ojos!
Sale DON ALONSO, con la rodela y es-
pada llena de sangre^ t COSTANI-
LLA , con la cabeza de la sierpe.
#0N ALONSO.
Esta, Aben Jacob, que ha sido
Aliento de mis hazañas,
Y hoy de todos mis servicios,
Inffrato dueño, es la fiera
Cabeza del mas temido
Monstruo que en estas arenas
Abortó el sol y el abismo.
A pesar de su fiereza ,
Ya mi palabra he cumplido ,
Como has visto con los ojos,
Atalayas y testigos
De tan invencible empresa
Y de tantos triunfos ricos,
C«omo Túnez, Fez y Argel
Lo confiesan , y rendidos
Hoy & tus pies por mi brazo,
Son del impeno morisco
Nuevos heroicos despojos.
Mas , pues á ver has venido
Mi maerte, desconfiado
De mi acero, y al peligro
Deste animal arriesgaste
La opinión que ha conseguido
Un hombre como 3[0, asombro
De tos fieros enemigos
Y del mundo, pues no cabe
Dentro del el valor mió;
Quédate con los que tienes
En mi ofensa á los oidos.
Lisonjeros y cobardes ,
Alarbes y advenedizos ;
gae no quiero servir rey
rael , desasradecido.
Fácil , modable, tirano.
Que me trueca por castigos
Las mercedes, y las honras
I Por afrentosoi soplicios;
iOI
Que cuando me falte leño
Que al español patrio nido
Me vuelva, sobre los hombros
Salobres dése mar mismo.
Pues es de fclspana, pondrá
Eq salvo este brazo altivo. (Vase.)
COSTANILLA.
Y el de Costanilla, perros,
Pues su moiilou he sido.
Maladlos.
ABEN.
TODOS.
Mueran.
COSTATIILLA.
A ellos,
A ellos, león amigo;
8ue no es malo, á falta de olla,
n jamón de un galgo frío.
(Vanse.)
JORNADA TERCERA.
Sale DON ALONSO, DOÑA MARÍA
Y COSTANILLA.
nOX ALOItSO.
Al fin, en esta íicsta , como digo,
De una pequeña roca contiada, [go,
8ue, siendo para un pez estrecho abrí-
ontra un lebeque le pidió posada,
Me arrojo, y á pesar de mi enemigo.
Corlándole los cabos con la espada.
Tan veloz á la fuga me provoca,
Que imagino que me llevé la roca.
Los remos luego entre los dos asimos,
Y para que pasase á la carrera.
Cuando no fueran alas, pies le dimos
Al lagosiin pintado de madera;
Con la furia que al mar acometimos,
IVrdimos al león en la rfbera.
Si de su ingratitud no fué cuidado,
Hasta tomar en el bajel sagrado.
Kra un alarbe pescador el dueño,
Que, de tan nuevos huéspedes seguro,
(»uidado y redes, con el mar y el sueño.
Reparte el africano Palinuro;
Arco la plaza fué, flecha fué el leño.
Por remos plumas tiro al cristal puro,
Y como el sol dorando estaba el día,
Blanco de aquella apuesta parecía.
El pescador alarbe, que despierto
Otros remeros vio volando el pino.
Que soñaba pensando, y lo mas cierto
Que loco imaginaba un desatino.
Probó á dar voces al vecino puerto,
Y hallólo todo campo cristalmo,
Porque, si el sueño es muerte, el trueco
[alabo
De estar con vida ó esperarse esclavo.
Kl león, porque solo en la ribera.
Huyendo vio que el berberisco buco
Sorda navaja de las olas era.
Como á esgajar el mutacen ó el luco.
Donde África le dio solar de fiera,
Feroz al mar so disparó trabuco.
Y marino hipogrifo de otro Astolfo.
A espumas y á bramidos creció el golfo^
Entonces el escollo fugitivo
Hemos amaina , y aguardar procura
Al leño irracional el bajel vivo.
Que en velas de guedejas se asegura;
Cuando el piélago sordo al bruto altivo
Le dio en lugar de puerto sepultura;
Que, como sordo en lin, el mar violento
Del animal equivocó el intento.
La luz común temblando al sueño esca-
Anticipó el horror la sombra fria, [so.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Y con los privilegios del ocaso
Violó la noche términos del dia ;
Y en el rendido, en el preñado vaso
Beberse el golfo el aquilón queria,
Y delincuente sobre el mar profundo,
Sopló la \\i¿ y á escuras dejó el mundo.
El golfo ciego, y de caduco, cano,
De la fusta por báculo se asia ,
Inútil lastre siendo el africano.
Con mi Acates rendido en la crujía;
Ya con un remo en la siniestra mano,
A César con Amidas parecia,
Hasta que en una isleta, que el mar moja
Como resaca el viento nos arroja.
Kra, mirado bien después, un risco,
Que descollado sobre el mar estaba.
Sálvale que, vestido de marisco.
Con el eternidades apostaba ;
De aqueste pues marítimo obelisco.
De tantas flechas de cristal aljaba,
El soplo de los vientos inhumanos
Siete días nos hizo ciudadanos;
Hasta que, levantando el mar baudera
De paz, en una calma plateada ,
Tan blanda, tan suave y lisonjera.
Que abriendo la fustilla á la jornada.
Descubriendo de España la ribera
A tres auroras desta madrugada,
Y aunque el leño llegó casi en pedazos,
Tomé puerto en Tarifa y en tus brazos.
DONA HARÍA.
No pudo mas el deseo
Estar ausente de vos;
Que, como anima á los dos
Sola el alma que en vos veo.
No quise mas diferir
Partir á buscar mi vida.
Que, entre los dos dividida,
Ni era morir ni vivir.
Asi á Tarifa venía
A buscar embarcación ,
Buscando, como es razón ,
Vuestra dulce compañía.
Doy al cielo soberano
Gracias de haberos hallado
Antes de haberme embarcado.
COSTANILLA.
¿Es posible que en cristiano
ÍPaís ponemos los píes,
Y que se «icabó el trabajo
Inmenso de mar abajo,
Y mar arriba después?
¿Que haya sido con encuentro
Tan dichoso? Loco estoy.
Pienso que soñando voy.
¡Oh Itispaña, del mundo centro!
Volveré á besar mil veces
Esa arena deseada ,
La tierra os linda posada.
Quédese el mar á los peces.
M:d haya (piien inventó
Fustas en que el mar correr.
Sino muías de alquiler,
En quien Adán caminó.
DOÑA MARÍA.
No sé tal de la Escritura.
COSTANILLA.
Yo sí , que fui sacristán,
Y me reveló de Adán
Grandes secretos el cura.
DOÑA MARÍA.
¡Qué de veces te envidié.
Costanilla, porque andabas
Con don Alonso 1
COSTANILLA.
Envidiabas
Sin entendello; que á fe.
Que sí de la sierpe el dia
Con él me vieras al lado,
Que me hubieras envidiado
Muy poco, señora mía.
DON ALONSO.
Mucho siento que el Maestre,
El invencible Mendoza .
Tan vecino esté á la^ muerte.
D05fA HARÍA.
La vejez y los cuidados
Desta plaza, que defieode
Ta n cerca de Berbería ,
En este trance le tiene ;
Que está sin gente Tarifa ,
Y aunque inexpugnable, puede
Mucho número de moros.
Como se dice aue viene
Con Aben Jacoo agora.
Darle cuidado, y previene
Este recelo, pidiendo
Al Rey socorro de gente ;
Y se entiende que en persona
Guarnecer don Sancho quiere
Este presidio, y le aguardan
Ya por momentos qoe llegue.
DON ALONSO.
Tráigale Dios con la vida;
Que á estas fronteras con? i^ne,
Y han menester sus vasallos;
Que, aunque sé que me aborrece,
Ks mi natural señor,
Y esto mi lealtad le debe ;
Que no dudo qoe otra vez,
Airado contra mí, intente
Aben Jacob la conquista
De España, aunque inütilmenle.
Teniendo rey tan heroico
Y vasallos tan valientes.
COSTANILLA.
Para colona de un hiundo
Basta ese brazo valiente.
Ese acero no vencido.
DON ALONSO.
Pero, volviendo al pariente
Que entregué á Knriqae, Señora ,
Que es justo que del me acuerde,
Y que como de tal hijo
Las nuevas saber desee,
¿Qué tenemos del?
DO.SÍA HARÍA.
SeSor,
No quiso á Enrique acogelle
En Portugal don Dionis,
Temiendo mal no ponerse
Con don Sancho, y á la raya.
Según Pedro brevemente'
Escribió, envió á intimalle
Este desengaño, y fuese
Al África despechado ;
Y Pedro , que copia siempre
Vuestras flnezas, no quiso
Dejalle, pensando verse
Quizá con su padre allá«
Aunque lo estorbó la saerte.
Porque yo primero os goce
En España.
DON ALONSO.
Extrañamente
Lo siento; pero de Enrique
Confío que sabrá bacelle
Merced, como & mi bisti agora*
Y amparalle y defendelle.
DO.^A haría.
Hágale dichoso Oloi,
Y dé la vida qoe puede.
DON ALONSO.
Ertlremos en el castillo.
Pues decís que ya el Maestre,
De enfermedad de sos aftos.
Está cercano á la muerte.
MAS PESA EL REY QUE LA SANGRE.
M, y salen DON ENRIQUE, Ya Casulla fué testlRO
De mis finezas coi^él ;
105
ton, T DON PEDRO, en cuer-
iBCN JACOB, con baiton, y
ABEif.
rdos lefios,
[into ese eleinenlo dueños,
laladiones,
I frica nos escuadrones;
es tras proeces
0 abrasado basta ios peces,
fsias ritieras
is, de jinetas, de banderas,
is medias lunas,
ido prósperas fortunas
ios recelos,
dos añaden á los cielos ;
lan los montes
juiero colgar los horizontes
tafetanes, [nes.
Tcrme triunfar salgan gala-
ISFANTE.
ifos asegura
tanta florida arquitectura ;
tiempo tres esferas
1 tres armadas primaveras.
ABEN.
, heroico Enrique,
os pies de Amir Abomenique,
mi heredero,
os tuyos, y ponerte espero
ismos á España ,
Sancho el Bravo, si acompaña
el brazo suyo,
> injrrato y enemigo tuyo,
e Alá castigo,
la historia de Rodrigo,
e, Aliatar. de las espías
s campañas corren estos dias;
mi llegada ,
]uién Tarifa es gobernada,
lente síibe
te dentro de milicia cabe.
D0?l PEDBO.
ni, Enrique, be venido
lote, con la fe
visto; mas ya que sé
to que has traido
a hermano , ofendido
inrazones, quiero
como caballero
estoy obligado;
de un padre engendrado
1 ser retrato espero.
I África :ilcanzalle,
África seguí
)s, adonde oí
sa para iroitalle.
0 es, voy á buscalle,
1 natural que sigo;
del rey enemigo,
e á su ofensa me niegue,
sible que llegue
o yendo contigo,
rencia; que quiero
e á mi casa, adonde
?, que corresponde
or con su acero,
ato verdadero
t que copió tendrá,
lecido dirá,
en sus brazos esté :
que guarda esta fe,
gre Gnzmana está.»
INFANTE.
Iro Alfonso, yo sigo
•xtode rol agravio:
r de Alfonso el Sabio,
aocbo mi enemigo.
Mas. pues bárbaro y cruel ,
Ingrato conmigo ha sido.
Lo que me usurpa le pido ;
Que también soy rey como él.
No son los que intento yo
Alevosos desatinos,
Y en los Cerdas, mis sobrinos.
El mismo ejemplo me dio,
Y Adán no le repartió
A Castilla mas que á mí.
Hijo de Alfonso naci,
Y él no nació su heredero;
Ser rey de Castilla quiero.
Pues hijo de su rey ful.
Del vuestro padre agraviado,
Se desnaturalizó,
Y al África se pasó.
Adonde ha desobligado
A Aben Jacob, que le ha honrado,
Y á su rey ha deservido.
DON PEDRO.
Mi padre ha correspondido
A Aben Jacob y á su rey,
A su patria y á su ley,
Con la lealtad que h.1 debido;
Y quien dijere otra cosa
En África y en España,
Siempre diré que se engaña;
Que su espada valerosa
Tanto ensalzó, victoriosa,
De África el blasón pagano
Con ti nombre castellano,
Que puede con mas razón
Llamarse, como Scipion ,
Hoy el Guznian Africano;
Sin dejar de hacer jamás
Por su rey tantas íinezas ,
Que le han sobrado proezas
Para muchos reyes mas,
Y estos presto las verás
Tú y Aben Jacob y yo.
Con esta uue me ciñó
Lo defenderé entre tanto ,
Dando en esta edad espanto
Al mundo, á mi padre no.
Que sabe que he de cumplir
Con mi sangre desta suerte.
Invencible hasta la muerte.
Si el valor pudo morir.
INFANTE.
¿Qué es esto?
DON PEDRO.
Hacer y decir
Lo que debo á Dios y al Rey,
A mi padre y á mi ley.
INFANTE.
Estoy de cólera ciego. —
Quitadle la espada luego.
{Empuñan lodos ios espadas.)
ABEN.
Celin , Aliatar, Muley.
AL! ATAR.
Tu arrogancia es excusada ,
Cristiano ; el acero venga.
DON PEDRO.
Todo el mundo se detenga:
Que no he de rendir la espada
Menos que en sangre bañada
Africana; que me altera
Poco todo un campo.
INFANTE.
Afuera ;
Dejadme llegar á mí.
DON PEDRO.
Al mundo no temo ansí.
INFANTE.
Dadme, don Pedro, el acero.
Porque con él templar quiero
A Aben Jacob.
DON PEDRO.
Vesle aquí ;
Que menos que á tu persona
No rindiera en este lance
Acero del lado mió
Y que me ciñó mi padre.
INFANTE.
Celin y Jafer, agora
Preso á mi tienda llevadle,
YquedeJimen Jiménez,
Ayo suyo, por su alcaide;
Que esto, aunque rigor parece,
Por ahora es importante.
(Llevan á don Pedropreso.)
JAFER.
Yo vengo de las espías,
Señor, como me mandaste.
Informado.
ABEN.
Y ¿qué has sabido?
JAFER.
Que el anciano venerable
Mendoza murió en Tarifa^
Y que es de sus homenajes
Por don Sancho alcaide...
ABEN.
¿Quién?
JAFER.
El que quieres que hoyase llame
Tu enemigo, don Alonso
Pérez de Guzman.
ABEN.
¿Las paces
Hizo con el Rey tan presto?
¿De los agravios de antes
Sancho está tan satisfecho.
Que de una plaza tan grande
Le da la tenencia?
INFANTE.
El Rey,
Aben Jacob, es mudable.
ABEN.
En las manos me le pone
Alá para castigalle.
¿Qué gente de guarda dicen
Que tiene?
JAFER.
Poca, aunque parte
Un capitán por alguna.
Que tiene en los aduares ,
Alojada , de Sevilla
Don Sancho el Bravo, y esparce
Nuevas, diciendo que viene
El Rey en persona á dalle
Socorro, y que está tan cerca,
Que le aguardan esta tarde.
ABEN.
Tarde llegará, aunque llegue;
Porque muchas horas antes
Rendida hallará á Tarifa.—
Escalas al muro.
TODOS.
Al muro.
Toca al arma.
ABEN.
TODOS.
Al arma.
ABEN.
Baje
Segunda vez á mis pies
España el cuello arrogante.
(Vanse,)
Í06
Salen al muro DON ALONSO, DON
ÑUÑO T COSTANILLA.
DON ALONSO.
En vano el asalto intentan
Los escuadrones alarbes;
Que son muros de sus muros
bstos pecbos de diamantes.
DON NU5Í0.
Allegándose infinitos.
En el foso del combaten;
Se retiran.
COSTANILLA.
Antes quieren
Hacer con que el campo pase.
DON ALONSO.
Será para el otro mondo
Todos, teniendo delante
Estos corazones.
DON ÑUÑO.
Tocan ,
Señor, clarines y parches
A recogerse.
COSTANILLA.
El perrito
Que agora del Toso sale
Gateando, vive Dios,
Que le he conocido sastre
En Marruecos; aquel es
Buñolero, aquel peraile.
Boticario aquel que huye,
8ue le han dado sus jarabes
amaras de miedo agora;
Aquel que lleva el alfanje
Desnudo, y va de su yegua,
Siue se le va, en los alcances,
i mal no me acuerdo, hacia
Junto al alcazaba zaques ;
Aquel cojo borceguíes,
Y aquel jibado alpargates ;
Aquel moro tuerto era
Maulero de capellares.
Cabra pesaba aquel zurdo,
A<]uel calvo, por las calles
Higos y pasas vendía;
Todos son canalla infame.
DON ALONSO.
Por el campo atentamente
Discarro, y aunque el Infante,
gue contra su hermano viene
n este ejército alarbe
Con Aben Jacob, dos veces
He descubierto, señales
De que con él venga Pedro
No he visto ; sospechas grandes
Me dan sus ciegos intentos.
Demás de sus vanidades ;
Al fín, miedos y recelos
Propios del amor de un padre.
El cielo, como piadoso.
Con la vista desengañe
Mis intentos.
DON NoíHo.
Otra ves
Marchan las bárbaras haces
Hacia la muralla, y dellas
A pedir plática sale.
Con un atambor no mas.
Un moro.
DON ALONSO.
Será mensaje
De Aben Jacob Almanzor,
En partidos, en desaires,
En amenazas envuelto.
ABEN.
Cuando esto, Enrique, no baste.
Apelaremos al medio
Postrero.
LUIS VELEZ DE GUEVAfeA.
DON NU5fO.
Ya llega al margen
Del foso el embajador.
DON ALONSO.
Y yo á esta almena á escuchalle.
AUATAR, con un atambor, hace teñal
al muro,
ALIATAR.
Llamad al Alcaide.
DON ALONSO.
Aquí,
Moro, te aguarda el Alcaide ;
¿Qué quieres?
ALUTAR.
Cidí Gusman ,
Alá-Quibir te acompañe,
Y á los tuyos juntamente.
DON ALONSO.
Cid Aliatar, Dios te guarde.
ALIATAR.
Aben Jacob, mi señor,
Rev de Fez y Tarudante ,
Y de Marruecos y toda
Rl Afriea junta, grande
Miramamolin , conmigo
Te saluda.
DON ALONSO.
El cielo ampare
Su imperio.
ALIATAR.
Y te pide luego,
Rogándote de su parte
Con la paz , (|ue la tenencia
Desta plaza inexpugnable,
Que á tu cargo tienes hoy.
Se la enirec[ues, y te pases
A su servicio otra vez ;
Que, después de perdonarte
Los agravios aue le has hecho,
De Oran , de Ceuta y de Tánger
Te hará jeque ; que le importa
Esta fuerza , pues es fácil
Que, ella rendida, después...
DON ALONSO.
No pases mas adelante.
Aliatar, vuélvete y di
A Aben Jacob que si sabe
gue soy yo quien de Tarifa
s gobernador y alcalde,
Y sabe el valor que tengo,
Y le conoce el infante
Don Enrique, ¿cómo intenta
Temeridad semejante?
Sue si cuando le servf ,
e las fuerzas y ciudades
Que me confió, y que yo
Le gané á precio de sangre
Tan buena, á sus enemigos
Rendi una almena, cobarde.
Ni desleal á la fe
Que siempre juré guardalle
Mientras le sirviese , cuando
El tirano en tantos trances
De afrenta v muerte me puso;
De cuyos riesgos triunfante.
Me admiró siempre la envidia
De todos sus capitanes.
Que pues hay dodentos mil
Moros, langostas alarbes.
Que cubren-los campos, bien
Podrá rendir, sin rogarme.
Con ellos estas almenas,
Que son asombro del aire.
Que lo intente, y verá cómo.
Aunque un siglo las asalten ,
Le responden estos pechos.
Que son ricos homenajes;
8ae sf , como hoy espertmot ,
os llega el socorro tarde
Que Sevilla nos envía.
Por no dejar sin él antea
Desamparada á Tarlb •
Y contra vuestros atf^njea
Salgo á correr la canpafia
Coa los caslellanos Martea»
No tienen para huir
Aben Jacob y el Infante
Tierra ni mar en el mviido.
Cuando adargas y torbamea«
Lunas y asus se volvieraa
Mundos de tierras y marea.
ALUTAl.
Con esa respuesta ▼oelf o.
BORALOaaO.
Ya tardas.
ALUTAR.
¡Valor notable!—
AUrobor, toca la vuelta
Del campo.
COSTANILLA.
Novaelmeoaaje.
Si Aben Jacob es tuxienco
De la costa que se ube»
Oliendo bien.
ARBIf.
¿Qué tweflioa,
Aliaur?
ALIATAB.
Para indignarte ,
Soberbias obstinaciones
Dése cristiano arrogante.
ABEN.
Ya yo conozco este perro,
Y no es menester tratalle
Cortésmente.— Hágase, Enrique,
Lo que resolvimos antea.
IRFANTB.
Retiraos mientras yo llego.—
¡ Ah, Pérez de Guzman !
DON ALONSO.
Hable
Vuestra alteza.
IIVAIITB.
¿GoBoeeia
Esta prenda?
Sarán á DON PEDRO, $m curpa. eM
das las mano* y venimUaltMtré,
DONAUMiaO.
Si ea mi aaitfre,
¿No he de conocella , Enrique?
Aunque pudiera extraftaruM
Verle desu suerte, i Adeude
Lleváis maniatado, Infaate,
Ese cordero inoeente»
Que aun apenaa balar a^iet
larAim.
Al sacrificio, Guimau,
Si no tratas de irntrepruM
A Tarifa antes que el aol
A los antipodas Dale ;
gue estoy con Aben Jacob
mpeñado en esto, y taae
El honor.
DON ALONSO.
¿DiteámlhQo,
Enrique, para tratalle
Oeste modo? iTua enojoa
Con el Rev quieres que pague
Esa Cándida paloma ,
A cuyo pecho ae abateu
Tantos moriaeos haleaual,
Deseosos de eebarw
En esas entrtiaa mlaa,
MAS PESA feL REY QUE LA SANGRE.
107
de Un noble tañare?
ae amparalle debiM,
no paso que honralle,
1 eoemigo, Enrique?
I5FANTB.
, Gazman , estos lances
)der redocime ;
0 te be dícbo, dame
'a , ó en la garganta
lesta amada imáf^en
ntorchar el cochillo
o, sin que baste
do i estorbarlo. Blira
saelTes.
DON ALOÜSO.
¡Bravo trance
'1 amor j el bonor,
ibos i dos se combaten!
aremos, amor ; qné haremos,
qne para tan grande
sentenciarse pueda
r de entrambas partes?
K>s en dos balanzas.
Rey, aquila sangre,
ie lá Tictoría
ios quien mas pesare,
e mi sangre pongo
^edro. ▼ admirables
la edad , lo entendido,
és, lo cuerdo, el arte,
ni beredero, el ser
isa de sus padres
1 inocencia suya,
»r inimitable,
ima de su muerte,
vida el rescate,
mas que poner, pues mas
la lanza no cabe.
PB la del Rey ahora,
ner logar, las grandes
nones que tiene
illo de mis partes,
lad lie mis mayores,
, el pleito homenaje
las manos del Maestre
ombrándome alcaide
¡Fa , esta ocasión
r los mismos ultr:^es,
'jas, que ha de ser esto
boy ba de acreditarme
fi el mundo, el saber
la piedad de padre ;
i el fin del valor
r el mayor examen
I eterna , que espera
r de los Guzmanes.
esta balanza pesa,
amor, perdonadme;
tre la sangre y el Rey.
ta el Rey que la tangre.
DO?f PEDRO.
; alzar los ojos
*To ¿ los de mi padre,
r lavozdel pecho,
ido de mirarme
nerte ; yo he tenido
>a, pues del Infante
espada y mi honor.
DON ALOÜSO.
icio no os espante ,
e, que hasta aqni ha sido
speos ion notable,
causado la crueldad
I en el pecho de un padre;
»ues estáis resuello
talle, yo. Infante, ^
lorballo, rindiéndoos
a , si arriesgase,
tiijo, sino mas hijos
ne gotas de saop-e
Este brazo no vencido.
El que me ponéis delante.
Porque para la sangrienta
Ejecución , ya oue os falte
Piedad , no os ralte el acero,
Este, que para tan grande
Ocasión, no sin misterio
De mi valor admirable.
Vino á mi poder, del Rey,
Porque tan bien le emplease,
Os le arrojo y veisle abi;
Y si en el campo faltase
§uien lo ejecute, también
o bajaré á ejecutalle;
Que en mi no ha de desmentir
Flaqueza de amor cobarde;
8ue soy don Alonso Pérez
e Guzman el Bueno.
DON PEDRO.
Padre ,
Padre, escuche.
DON ALONSO.
Ya no es
Tiempo, Pedro, de llamarme
Con ese nombre, que obliga
A terneza los diamantes.
Pedro, vos habéis de ser
Mi padre de aqui adelante.
Pues vos habéis de dar vida
A mis hechos inmortales
Con vuestra invencible muerte.
Nada, Pedro, os acobarde.
Morid como caballero ;
Que aunque ha de derramarse
En vuestra sangre la mia ,
Mas pesa el Rey que la sangre.
DON PEDRO.
Padre y señor, no penséis
Que con el nombre de padre
Quise enterneceros, no,
Como muchacho y cobarde ;
Llamaros fué solamente.
Porque nada os sobresalte,
Para deciros qoe voy
Contento, entre estos alarbes,
A morir por Dios, por vos.
Por el Rey y por mi madre;
Que es mi patria España al fin ,
Que cuando de vuestra parte.
Que es imposible otra cosa ,
Vuestras quejas intentasen ,
Vertiera mi sangre yo
En ocasión sem^ante.
Cuando en mi solo estuviera
Toda la de los Guzmanes,
Y la del mundo y mil mundos
En mí solo se cifrase;
Que entre mi sangre y el Rey,
Mas pesa el Rey que la sangre.
DON ALONSO.
Don Pedro Alonso, eso es ser
Mi hijo ; el brazo arrogante
Del africano al suplicio
Con remisión no os aguarde.
DON PEDRO.
Adiós.
DON ALONSO.
Adiós, hasta vernos
En el cielo.
ABEN.
Retiradle,
Y alza, Aliatar, este cerco,
Porque Ja sangre derrame
Dése vil cristiano.
DON PEDRO.
Aforos ,
No ha de haber muerte que espante
Mi pecho, que, con la fe
Que profeso, en este trance
Morir osaré invencible,
Como tierno leonés Marte,
Como de mi rey vasallo.
Como hijo de tal padre.
Como cristiano y Guzman ,
Como caballero y mártir.
Mátenle, y sale DON ALONSO, eon /«
rodela á las espaldas, quitándosela
COSTANILLA, i DO^A MARlA.
DO^A MARÍA.
Seáis, Señor, bien Mesado;
¿En qué el asalto paro?
DON ALONSO.
Aben Jacob lo intentó,
Y después, desengañado
De la resistencia nuestra ,
Se retiró , haciendo extremos
El bárbaro.
D05ÍA HARÍA.
De Pedro?
¿Qué tenemos
DON ALetiso.
El Infinte muestra
Que le estima , y brevemente
Pienso que lo hemos de ver;
Que lo excusa basta poder
Hacello sin que acreciente
En Aben Jacob alguna
Sospecha en esta ocasión ,
Pues vi^e, aunque sin razón ,
Ayudanao á la fortuna.
DOSÍA MARÍA.
Con vida le traiga el cielo
A nuestros ojos.
DON ALONSO.
Señora ,
SI hará ; comamos ahora.
Si os parece.
COSTANILLA. {Ap.)
No vió el suelo
Mayor valor.
D05ÍA HARÍA.
Ya está aqui
(Sacan la mesa,)
La mesa.
DON ALONSO.
Sillas llegad
Y entre la vianda.
DO.^Á HARÍA.
Andad
Por ella.
COSTANILLA. {Ap.)
^ Quién mostró asi
Constancia , habiendo dejado
Su hijo en lance tan fiero?
DON ALONSO.
Yeros boy contenta espero.—
(Yoees y algazara dentrc.)
iQué es esto que habrá causado
Tan peregrino alboroto?
Dadme la rodela luego;
Que deste desasosiego
Tan peregrino, que han roto
Los moros algún portillo
En la muralla sospecho,
Y quiero que por mi pecho
Entren.
DO^A HARÍA.
Heroico caudillo.
Tus pisada9 seguiré. —
Dadme otra rodela á mí ;
Que, pues Coronel nací,
De su valor lo seré.
( Vase.)
(Vase,)
m
Sa¡e DON ALONSO, con la etpada
desnuda , t COSTANILLA.
COSTANILLA.
No pases mas adelante;
8ue el postigo que han abierto
o es en el muro, y es cierto
Que ya no será importante
Para el que ba hecho el acero
Que esgrime tu heroica mano;
Porque ya el golpe arricano
Tu Isac rindió á su cordero
La vida, y Aben Jacob,
Desesperado, recelo
8ue alcanza el sillo ; déte el cielo
as salvaguardias de Job,
En la constancia paciencia;
Que hoy á Dios has imitado
En haber sácrifícado
Tu hijo.
DON ALONSO.
A SU providencia.
Con el debido decoro,
Gracias le rinde mi fe ;
Que, vi?e Dios, que cuidé
Que entraba la vi^la el moro,
volvámonos á acabar
De comer.— ¡ Oh Palas nueva !
I Dónde tu valor te lleva?
Sale DOÑA HARÍA , con espada
y rodela.
DO^A MARÍA.
A seguirte y á imitar
El tuyo. ¿Qué ha sucedido?
DON ALONSO.
El moro, desconfiado
Del cerco, el campo ha airado.
D05ÍA MAhfA.
Grau cosa ; y Pedro ¿ba venido?
DON ALONSO.
Por la vista, .^ mi pesar.
Se ha exhalado el corazón.
D05ÍA HARÍA.
Y ¿aquestas lágrimas?
DOH ALONSO.
Son
Las que habéis vos de llorar;
Que tanto á la fe deliets
De lo que pretendo amaros.
Que basta el llanto quiero daros,
Porque á mi costa lloréis.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
DOÑA HARÍA.
Luego ¿Pedro es muerto?
DON ALONSO.
Yo
A la muerte...
DOÑA HARÍA.
¿Qué? ¡Ay de mi!
DON ALONSO.
Por Tarifa le ofrecí;
Oue el moro me amenazó
Con él si no la rendia ,
Y para que mas seguro
Lo intentase, desde el muro
Le eché el puñal que traía ,
Porque mi lealtad pregone
F.l sol ; ya ha rendido ahora
Pedro á la inclemencia mora
La vida.
D05ÍA HARÍA.
Dios le perdone;
Y si su vida ha importado
A la obligación que os llama ,
Mas vive Pedro en la fama ,
Que su muerte ha eternizado;
Que aunque en mi intente el dolor,
Por madre, extremo violento,
No se atreve el sentimiento,
De vergüenza del valor.
DON ALONSO.
El mió afrenta.
DOÑA HARÍA.
Salgamos
Ahora á dar al blasón
De Guzman , como es razón ,
Sepulcro.
DON ALONSO.
; Gran mujer !
DOÑA HARÍA.
Vamos.
(Vanse,)
Salemf^ JUAN RAMÍREZ, con el guión
de Castilla, y soldados ; y luego EL
REY, con bastón de general, y descu-
bren un palio negro, y DON PEDRO,
degollado y el puñal hincado junto
á él, lleno de sangre ; y luego salgan
DON ALONSO T DOÑA MARÍA , (^/i
luto, arrastrando estandartes-
DON ALONSO.
Este es el presente, invicto
Don Sancho, que nuestros pechos
Guardan en esta ocasión
Para tu recibimiento.
Don Pedro Alfonso, mí hijo.
Dirá, entre so sangre enTadto,
Que ha sabido ser leal
Su padre en dichos y en hechos
A su rey; y este puñal.
En su garganta sangriento,
?ue á Aben Jacob enviaste,
á mi poder trujo el cielo
Para ser ho]r por mi mano
El valeroso instromento
De su muerte v de roí fama ,
Contra la envidia y el tiempo;
Que desta suerte /S^Sor,
De las quejas que tenemos
Satisfacción han tomado.
Haciendo su nombre eterno
Los vasallos como yo.
RBT.
Que sois el mejor, confieso,
Que á Rey ha besado roano,
Y este ha sido el mavor hecho
Que ha celebrado la historia
De romanos y de griegos ;
Y cumpliendo con algunas
De las finezas que os debo,
Estas mercedes os hago,
Y diga en el privilegio:
Por cuanto vos don Alonso
Pérez de Guzman el Bueno
Imitastes á Abrahan
Con mas inyencible esfuerzo.
Él en el dicho no mas,
Y vos en el dicho y hecho ,
De una vez sacrificado
A Dios y á mi el hijo vuestro,
De Niebla os hago señor.
De Sanlúcar y del Puerto
De Santa María , Palos.
Huelva, Sidonia y Trigueros;
Y á la gran doña María
Coronel le doy, sin esto ,
A Olivares y al Algaba
Para chapines; y el cielo
Os guarde en so compañía ,
Que es de matronas ejemplo;
Y con aquesto, en Tarifa
Entremos á honrar el coerpo
De don Pedro Alfonso.
TODOS.
Y tenga
Fin con tan alto suceso
El Blasón de los Gutrnanes,
En cuyos heroicos pechos
Mas pesa el Rey que la sangre^
Y perdonad nuestros yerros.
COMEDIA FAMOSA
TITUUOA
INAR DESPUÉS DE MORIR,
DE LUI8 VELES DE OÜBWJÜUÍ.
PERSONAS.
kLONSO DE
DOK PE-
DOÑA BLANCA, infanta
de Navarra.
DONa INÉS DE CASTRO,
dama,
ELVIRA, criada.
VIOLANTE , criada.
EL CONDESTABLE DE
PORTUGAL.
NüNO DE ALMBIDA.
EGAS GOELLO.
ALBAR GONZÁLEZ.
DlONlS, í*»"^-
Ml)siCOS.MUZADOIIt.
AcOIIFAÍlAaiBIITO.
lA trímera.
cantando, EL PRINCIPE
r EL CONDESTABLE.
os. (Cantan.)
t tan hermosos,
ffos soberbios
i vuestra luz,
1 alto empleo.
PkÍJICIPE.
icsico].*^
Dcipe sale.
IÓ8IC0 2.°
príncipe.
;i sombrero.
COS. {Cantan.) .
la influencia
•« incendios,
de mi llanto
á tanto fuego.
PRI.^IFE.
a de cuanto
mo y siento ! —
otad.
■tsico 1.®
Digamos
10 nuevo.
:os. {Cantan.)
imanares t
or tnés,
i aseo ,
juardar fe.
PBÍ?fCIPE.
li cuidado
bacer,
! el alma ,
ecbo ¿loes.
Volved , ToWed, por mi vida ,
A repetir otra Tex
Aquesa letra ; cantad ,
Que me ba parecido Jljien.
Hiisicos. (Cantan.)
Pastores de Manzanares^ etc.
Pli.'VCIPB.
Pues los pastores publican .
Que tanta hermosura ven
Ln la deidad de mi amante t
Con justa causa diré
Que en perderme, fui dicboio.
Por tan soberano bien.
Siempre que llega al Moodego,
Parece que solo al ver
A mi Inés bella, las aves
Quisieran besar su pié.
Las ulanlas, de su acidad
Reciben fruto; no hay mes
Que en viéndola no sea mayo ,
No ba V flor que á su rosicler
No tribute vasallaje.
Si aquesto es verdad, sí es
Dueña de aves y plantas,
Y de todo cuanto ve
El cielo en la tierra bermosa ,
No la lisonjeo en ser
También vo su esdavo, amor;
Pues á mi Inés me humillé.
Pues me rendi á su bermosori,
A voces confesaré.
Diciendo con toda el alma,
~A los que amante me ven :
«Pastores de Manzanares,
Yo me muero por Iqés,
Cortesana en el aseo.
Labradora en guardar fe.»
Sale BRITO, de camUio.
BRno.
Déle vuestra alteza i Brito,
Principe, á besar sus pies.
palRciPi.
Brito, ifais bien venido :
¿Cómo dejaii á mi Meo?
BltTO.
Déjame alentar un pooo,
Y luego te lo diré;
^m aun no pienso míe he Regado;
ne un rocín de Lucifer,
jue el portugués llaBMjMftey
gne güfoü llama el firaocét,
ridon el napoUtano,
Y algunas veees ciM/ler,
De tan altos pensamieeUw,
Que en subiendo esdiu del,
Anda i ooees coiiel sol,
Y á cabezadas después ,
Me trae sin tripas, aoe todas
Se me han subido ala mies
A hacer gárgaras eoB ellas.
Sin lo que loca al borrén ,
8ue viene haciéódose medas
esa1moo«
Calla, no des
Suspensión á mi cuidado ;
Sino, dime, ¿cómo fué
Tu vüje f Cnenla, Birlio ;
Que ya deseo saber
Nuevas de mi herqiosa prenda*
Pabla, Brito.
saiTO.
Bneñoáfe; -
Para contarlo, quedemos
Solos los dos.
paiüciPB.
Dices bieD. —
Condestsble, desficjad ,
Y é esos mágicos les den, '
Cuando no por forasteros.
Porque han celebrado á Inés ,
Mil escudos.
COIIMSTABI.I.
Despijid.
110
PRÍÜCIPB.
Id con Dios.
MÚSICO 1.^
El cielo dé
A Tuestra alteza, Señor,
Un siglo de vida , amén.
PRÍNCIPE.
Id con Dios.
MÚSICO i.®
¡ Qué gran valor !
MÚSICO ^.'^
i Qué cordura!
MÚSICO 1.**
Ociavio, vén ;
I No es señor quien señor nace,
Sino quien lo sabe ser.
( Yanse los músicos y el Condestable )
PRÍ:<ICIPE.
Ya, Brílo, quedamos solos; • _
bime, ¿cómo queda Inés? ^
Cómo la dejasic, Brito?
Responde presto.
BRlTO.
A perder
El sentido cada instante
Que entre tus brazos no esté.
PRÍ.NCIPE.
¿Y Alonso y Dionís?
BRITO.
El uno
Es jazmín y otro clavel ,
Y cada cual es retrato
De los dos.
PRÍNCIPE.
Has dicho bien ;
Prosigue, prosigue, Brito.
BRITO.
Oye y te la pintaré,
Si de tanta beldad puede
Ser una lengua pincel.
Llegué á Coimbra apenas
Ayer, cuando el blasón de sus almenas
A un tiempo hicieron salva
Los músicos de cámara del alba,
£1 sol y luego el dia,
Y primero que lodos , mi alegría.
Guié los pasos luego
A la quinta, Narciso de Mondcgo,
Que guarda en dulce empeño
La beldad soberana de tu dueño ,
Cuando, dando al aurora
Celos el sol , parece que enamora
El oriente divino
De Inés, sol para el sol mas peregrino.
Que aun no he llegado creo;
Piso el umbral, y en eUaguan me apeo ;
Que gustan los amantes
Uue les vayan contando por instantes,
I*or puntos, por momentos.
Las dichas de sus altos peusamieiitos;
Que brevemente dichas.
No les parece que parecen dichas.
Al fin al cuarto llego.
Alborozado, sin aliento, y luego
A las cerradas puertas.
Solo á tu amor eternamente abiertas.
Dos veces toco en vano.
Que en este oriente aun era muy tem-
8i bien tu hermoso dueño, [prano;
Hendida á su cuidado mas que al sueño.
Voces dio ü las criadas,
Mf nos de mi venida alborozadas.
Perdóneme Violante,
A quien mas debe el sueño que su
Mas yo, como es mi vida, [amante ;
La (luíero bien dormida y bien vestida,
Esté ausente y presente,
Porqae mi amor es menos penitente.
LUIS VBLEZ DB GUEVARA.
PRÍNCIPE.
Pasa, Brito, adelante,
Y con mi amor no mezcles á Violante,
Ni burles en mis veras;
Que espero nuevas de mi bien.
BRITO.
Esperas
Las que siempre procuro
Yo traerte , vive Dios. Al íin el muro,
El oriente dorado
De aquel sol, de aquel cielo franquea-
Sin reparo ninguno [do,
Corro los aposentos uno ¿ uno,
Y no paro hasta donde
Está la esfera que tu sol esconde.
Su amor me desaiumbra ,
Y sin la permisión que se acostumbra.
Verla y hablarla trato ;
Que el alborozo precedió al recato.
Entro, al íin, sin sentido,
Y en el dorado tálamo, que ha sido
Teatro venturoso
Mas de tu amor que del común reposo,
Amaneciendo entonces,
Y enamorando mármoles y bronces.
Les ojos en estrellas ,
En nieve y nácar las mejillas bellas.
En claveles la boca ,
La frente y manos en cristal de roca.
En rayos los cabellos,
Entre Alfonso y Diouis, tus hijos bellos,
Asidos á porfía
( Por maternal terneza ó compañía).
El cuello de alabastro.
Deidad admiro á dona Inés de Castro,
Aurora en carne humana,
Tiriciudo abril con la mañana,
Todo un cielo abreviado,
Y al sol de dos luceros abrazado.
Quedé tierno y dudoso;
Que, como de aquel árbol generoso
Tan hermoso pendían.
Racimos de diamantes parecían ;
Ella, amor ostentando,
Aunque de honestidad indicios dando,
A la nieve divina
De púrpura corriendo otra cortina ;
Que de tales mujeres
Siempre son los recatos sumilleres;
Mas encendida aurora
Sobre las almohadas se encorpora,
Y ya, como embarazos.
Deja á Dionls y Alfonso de los brazos,
Que, de sentido ajenos.
Pavores y ternezas no echan menos;
Tanto en tan dulce empeño
Pueden los pocos años con el sueño.
Y con ansia iníinita.
Antes que una palabra me permita
Ni besarla una mano
( Recato portugués ó castellano),
Me dijo : c¿Cómo dejas
A Pedro, Biito?» Y con celosas quejas
Prosiguió, mas hermosa
Que lo está una mujer que está celosa.
Porque han dado los celos
Hasta el color uue visten á los cielos.
Tu tardanza culpando
En Santaren con doña Blanca, cuando
Tu padre la ha traido
Para tu esposa.
PiÜNCIPC.
Perderé el sentido,
Brito, si Inés no lia
Todo su amor á toda el alma mis.
Primero verá el cielo
Su vecindad de estrellas en el suelo.
Verá la noche fría
Que puede com|>el¡r al claro dia ,
Que falte la tirmeza
Con que adoro á Inés.
BMTO.
Oigt la ilteu;
Basta, basta, no ofusques
Mí relación , ni imposibles bosques
Mal guisados, ni modos ,
Que yo los doy por recibidos todos ;
Y lo mismo hará el doefto
Por quien te has paeslo en semejante
Al íin escucha atento. [empeño.
PRÍNCIPE.
Prosigue.
BRITO.
Como digo de mí cneoto...
PRiHaPB.
Acaba.
BRITO.
Vén conmigo.
La tal hiés, en la ocasioa que digo.
Finezas y ansias junta ,
Y entre falsa y celosa me pregunta:
«Di me, Brito, ¿es bizarra
Dofia Blanca, la infanu de NtTam,
De Pedro nueva empresa ,
Que viene á ser de Portugal princesa?!
Yo la respondo entonces,
Haciéndome de pencas y de gonces :
«r Aunque Blanca no es Tea ,
Es contigo muy poca sa tarea.
Moneda mal segura.
Que no puede correr con la hennoava,
Y si intenta igualarse
Contigo, muy de noche ha de pasarse.
En esto despertaron
Dionis y Alonso, y juntos pregantaroa
A una voz por su padre;
Enternecióse, oyéndolos, la madre,
O fuese amor ó celos,
Tocó á anegar en l^rimas dos délos;
Y en lluvias tan eitraftas,
Sartas de perlas hizo las pestañas,
Que en sus luces hermosas.
De perlas se volvían mariposas ;
Y abrasándose en ellas.
Granizaron los párpados estrellas ;
Y viendo contra el dia.
Que abajo tanto cíelo se Tenia,
Calmando sus recelos ,
Di le tu carta y serenó sus cielos.
Cedióse á su alegría,
Convaleció de su tristeza el dia.
Quedó el sol sin nublado.
Porque de aquel desprecio ayoCuada
Al úliimo suspiro
Mucho cristal obró para lafiro.
Tomó el pliego y besóle,
Y tres ó cuatro veces repasóle
Con señas diferentes.
Que es costumbre de espias y de ausea-
Pidió la escribanía, [tes.
Volvió otra vez á perturbarse el düa.
Los cielos se cubrieron,
A la tinta las lágrimas soplleroo;
Y mientras escribía.
Un alma en cada lágrima cabla.
Siendo en tantos renglones
Lasalmasnuichasmasquelaaraioiita.
Cerró llorando el pliego.
Sellóle, despachóme, y partihMfo
Otra vez por la posta « [ta;
Parecí éndome el mundo seodaaogoa-
Y con el «fuera, aparta».
Entré por Sanureu , y esta es so carta.
PRÍNCVB.
Levanta, Brito, del suelo;
Que solo tú puedes dar
Tal alivio á mi pesar.
Tal fin á mi desconsuelo.
Toma esta cadena , Brito,
En tanto que á besar llego
Las letras de aqueste pliego.
Que Inés con el llamo m escrito.
»UTO.
Beta Biny eohonboeBa ,
Kestras que, tomada i peso,
Prinero yo también peso
Las letras desta cadeoa.
El Rey.
FaiHGIFB.
¿Mi padre?
BKITO.
Sefior,
Kl mismo.
PliflGlPB.
Gaardaré el pliego
lye Inés.
BRITO.
Y yo ¿ guardar iré
10 cadena , que es mejor.
SaUELmy DON ALONSO.
aiT.
¿Priadpe?
FBiliaPB.
Señor.
¿Qaé hacéis?
paiüciPE.
¿Tos aquí?
IBT.
No bay que admiraros
De qae Tenga yo á bascares,
Mro, paes tos no lo bacels.
To os quisiera báblar despacio.
PBi.'fCIPE. (ilp.)
Hoy corre mi amor fortuna. .
BET.
¿Quién sois fos?
BBITO.
Sefior, soy una
Sabandija de palacio.
BET.
¿De qué al Principe senris?
BBITO.
Deaoxo fidalgo.
BET.
Bien,
t De camino estáis también?
BBITO.
Seysumaza.
BET.
¿Quédecis?
BBITO.
Que f oy siempre con su alteza
Adonde quiera que Ta.
BET.
T aun donde no Ta.
BBITO.
Esa es ya
■atidosa sutilexa.
BET.
Algo desembarado
BBrro.
Si , SeBor poderoso ;
Qne en palacio al Yergonsoso
Stanpre el refrán ha culpado.
BET.
¿Cteo os Ifaimais?
BBITO.
Brito.
BET.
¿Vos
Sois Brito? Ya quién sois sé;
Sois hombre de mocha fé.
BBITO.
Eso si, SeBor, par (Uof,
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
Porque con ella he servido
A su alteza , como ya
De mi satisfecho está.
PBilfClPB.
Es Brito muy entendido ;
Con razón le estimo y quiero,
Téngole notable amor.
BET.
Para que le hagáis favor
No habrá menester tercero ;
Que en esto debe tener
Gran maña y agilidad.
BRITO.
Mintió á vuestra majestad
Quien fué de ese parecer;
?ue á su alteza no le han dado
an pocas partes los cielos,
gne naya menester anzuelos
n el ardid del criado.
No me ha menester á mi
Para ninguna facción ,
Porque los méritos son
Siempre terceros de si.
Y cuando en alguna se halle
Dificultosa de obrar.
No ba de ir, ni es justo, á buscar
Alcahuetes á la calle;
Porque el Principe es humano,
Y alguna vez se enamora,
Aunque á esta plaza hasta ahora
No le he tomado una mano.
Vuestra majestad real
Perdone esas baratijas,
Porque hasta en las sabandijas
La defensa es natural.
Y adiós ; que contra cautehis
De palacio asisto en mi.
Que estoy indecente asi
Con botas y con espuelas. (Va$e,)
BET.
Pedro, los que hemos nacido
Padres y reyes, también
Hemos de mirar el bien
Común mas que el nuestro.
príncipe.
Ha sido.
Padre y señor, atención
Debida á esa majestad ;
¿Qué me mandáis?
BET.
Escuchad ,
Veréis que tengo razón.
Yo os be casado en Navarra
Con la Infanta, que Dios guarde,
Y en.Lisboa á vuestras bodas
Se han becho fiestas , y tales,
Que todos nuestros ndalgos
Procuraron^señalarse,
Dando muestras con su afecto
De ser nobles v leales.
Después que llegó la Infanta,
He reparado que sale
A vuestro rostro un disgusto.
Que os divierte de lo afable ,
Os retira de lo alegre ;
Y solo pueden llevarse
Aquestos extremos, Pedro,
Donde hay mucho amor de padre.
Doña Blanca disimula ,
Y aunque la causa no sabe,
Piensa que sin duda es ella
Causa de vuestros pesares.
Hacedme gusto de verla
Con amoroso semblante ;
Principe, desenojadla,
Que es vuestra esposa; no halle,
Cuando con vos tanto gana.
El perderse en el ganarse.
Yo os lo ruego como amigo,
Os lo pido como padre ,
ilt
Os lo mando como rey,
No deis lugar á enojarme.
Ella viene ; aquí os quedad ;
Prudente sois, esto baste. (Vaie.)
PRÍNCIPE.
:Ay Inés, cómo por ti ,
Loco, rendido y amante,
Ni admito la corrección ,
Ni bay ventura que me cuadre !
Sale LA INFANTA.
INFANTA.
Guarde Dios á vuestra alteza.
príncipe.
¿Señora?
INFANTA.
¿Principe?
príncipe.
Dadme
La mano á besar.
INFANTA.
Señor,
Deteneos; que no es galante
Acción que beséis mi mano.
Cuando advierto que no sale
Ese cortesano afecto
De marido ni de amante.
Yo, Señor, soy vuestra esposa;
Y debéis considerarme
Reina ya de Portugal ,
Si fui de Navarra infanta.
PRÍNCIPE.
(Ap, Eso no, viviendo Inés.)
Señora, solo un instante
Os suplico que me deis
Audiencia ; sentaos y hable
El alma, que muda ba estado,
Hasta poder declararse.
Decid.
INFANTA.
PRÍNCIPE.
Atended.
INFANTA.
Ya oigo.
Pasad, Principe, adelante.
PRÍNCIPE.
Casé, Señora, en Castilla
(Obedeciendo á mi padre)
Primera vez con su infanta ,
?ue en globos de estrellas yace,
uve desta dulce unión
Un hijo, y puesto que sabe
Vuestra iilteza estos principios,
Paso á lo mas importante.
Cuando mi difunta esposa
Vino conmigo á casarse.
Pasó á Portugal con ella
Una dama suya , un ángel ,
Una deidad, todo un cielo ;
Perdóneme que la alabe
Vuestra alieZa en su presencia,
Que, informada de sus partes,
Importa, porque disculpe
Osadas temeridades.
Cuando advertida conozca
La causa de efectos tales.
Era al fin (por acabar
La pintura desta imagen.
El retrato deste sol ,
Deste arcbivo de deidades)
Doña Inés de Castro Coello
De Garza, que con su padre
Pasó á servir á la Reina,
Mejor dijera á matarme;
Y aunque siempre su bermosura
Fué una misma, ni un instante
Me atreví. Señora, á verla
Con pensamientos de amante;
DE LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Que i sola mi esposa enlcncea
Hendí il« tMZ
Hasu que.
Le coti6 el
"£,
Buarde ,
iliieulo
ahora
Desde este Instante, Señora,
llesde aqueste ' Tanta,
■■•■
Uue(¡>rasolde$nlux,
Atemo i sus muchas eradas.
Vivo en ella tan unido
*; lalla.'
se hace
me Talle
M mi causa
On,
AraLosdemiUrmeu,
V Mempre Sí
Mu«ria, ÍS amada,
f(!í
SHTíV .
5
.",:
UuerOinoiios ISÜÍSJ
Y olvidado de mi, viendo mi muerte
Eo su deidad, la dije desia saerle -.
•Nunca peiiséquu pudiera.
Üe mi pena v mi dolor ;
" 'íisi
(Jueaquein
Cómo en esta luí bermosa
Ho ful
Esla dÍTÍoH mujer,
V ella , viéndome rendido
Y en su hermosura perdido.
Pagó con agradecer.
t: 'fi planta
Üoe ,
iNo li f. SS '^* I"*""'*
«ya.
Y ^
A m
X o
gue es mejor, p;ira obligarla,
Cuando íiertP,
Decirlo
Pues cu i
>3 reina, en Alemauia,
Un Castilla y Aragón
asista el cuerpo
Alia donde tengo el alma. ( V'oie.)
I^FkNTS.
;Han sucedido ^
Que el sol el ocaso dora;
Y antes que sea mas larde,
Pues Pedro do vieue , quiero
Retirarme.
TIOLAMTB.
Siempre espero
Que hagas do tu gusto alarde,
Sio cuidados amorosos.
DOÜjl is^.s.
Violante, no puede ser:
Que en la que llega i querer
'- ' ly instantes mas gustosos
.33 que daá su cuidado ;
j,Uué será uo haher teuidu
Ui Pedrot
nOLAniz.
' Le habrá tenido
El Rey, su padre , ocupado ;
Desecha jala tristeta
Que te aOlBe.
I«^A IHÍS.
No le asombre;
aunque Pedro ea re;, es hombre
[io olvidos.
TIOI^ASTB.
Su alte»
Soloen ti vive. Señora,
tu amor le desvela.
DO^jt init.
Como el jgwi; m
Advierto que esta delante.
Contrastando mi fortuna.
Una betmosa Venus , una
Vi
Mira til si mi fortuna
I n felice poede f er.
Que i la mas cuerda mi^er
Se la de dos la ;
Toma
Ya que esta la quinta «.
viotsHn.
Descansa , Señora, pvei.
Do.1i ati.
Todo disgusto me da.
TlOLAItri.
jQuieres, Señora, qae cante,
l'ara diverlir tu pena ,
Una IcLrilla muy buena,
Que te alegre?
DoSi mis.
Sl.VIoIanle;
Canta, ; no por alegrar
Hi pena le lo consiento.
Sino porque i mi tormento
Quisiera un rato alivljr.
Sale DOSA INÉS, en traje de cata,
coa cKopela , s VIOLANTE, errada.
;No estiscansada, Señora!
Si, Viólame, V irisie estoy;
Hiela el Hondego me toy.
Saudade milla.
(C«Un.)
Adorando atittMt,
Loquedettllítnti:
Ui pena V lermtmfa
Se trufoue en eoHltnt
Can dttlee pqrflt.
DOÑA KIKS T TIOLAríTK.
Saudade miña ,
¿Cando vosveria?
%iola:(te. {Canta.)
miña saudade^
Caro siñor meu,
¿\ quién diré eu
Tamaña verdade?
La miña vonlade
Cuidadosa persuade
Denoitey dedia;
Saudade siiña,
¿ Cando voi ve riaf
tiola:<te.
Parece que se ha dormido,
^ con paso diligente
Voeke atrás la hermosa foeoie
To«io el curso suspendido;
Dejarla quiero al beleño
D.'>le descanso, entre tanto
One da treguas á su llanto^
A¡ boles, guardadla el sueno. {Vate
Salen EL PRINCIPE y BRITO.
PKÍHCIPE.
Gracias á Dios , Brito amigo,
Que he salido á ver mi bien ;
¿yuién fué mas dichoso? Quién
l uJo igualarse conmigo?
¿Posible es , Brito, que estoy
üonde pueda ver mi esposa,
huiré cuya llama hermosa
Sniple mariposa soy?
BRITO.
Tan posible , que llegamos
A la (juinta, que está enfrente
Lh I Mundego.
príncipe.
Aguarda, tente.
BRITO.
,lLs visto algo entre los ramos?
pRÍ:«ciPC.
¿>o ves á Inés celestial ,
\iu«- aqiii a la visU se ofrece?
BRITO.
Que está dormida parece
, Al marj;»!» de aquel cristal
Qae la fuente vierte ; calla.
No la despiertes , Señor.
PRÍ?(C1PE.
Diselo, Ürilo, á mi amor.
BRITO.
Lnego ¿quieres desperUlla?
PRÜSCIPE.
Quiero. Brito, y no quisiera
Impedirla el descansar.
BRITO.
S«»rá lástima inquietar
Su j-osiego.
POSA tsts. (Soñando.)
Tenle, espera.
PRÍNCIPE.
Parece que habla. "
BRITO.
Estará ,
Señor, entre sueño hablando.
PRÍTICIPE.
¿^ué oslará mi bien soñando?
BRITO.
( onü^o el sueno será.
bo\\ INÉS. ( Vuelve á hablar como.
ñando.)
Une me mata ; tente , aguarda.—
t Alonso, Dionís , Violante ?
DD. C DE L.-u.
.)
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
PRÍNCIPE.
Deja, Hrilo, que adelante
Pase, porque ya se larda
Mi deseo eu ver despierto
Mi bello sol.
BRITO.
Llega ¡)ues ;
Pero despertar á Inés
I Será grande desacierto.
DONA I MES.
No me maien tus rigores ;
; Por qué me quitas la vida ,
Pedro, Pedro de mi vida?
Esposo, mi bien.
PRÍNCIPE.
Amores,
Mucho he debido al pesar
Que en tí ha ocasionado el sueño.
Pues te trajo, hermoso dueño.
En mi pecho á descansar.
DOÑA INÉS.
Pedro, Señor, dueño amado.
PRÍNCIPE.
¿Qué tienes, Inés?
Do>íAiNÉs.(D«/?i>r/a.)
Soñaba
Que la vida me quitaba...
PRÍNCIPE.
¿Quién?
DO.NA INÉS.
Un león coronado,
Y que á mis hijos (¡ ay cielos! )
De mis brazos ajenaba ,
Y airado los entregaba
( Aun no cesa mi recelo )
A dos brutos , que inhumanos
Los apartaron de mí.
PRÍNCIPE.
¿Eso, Inés, soñaste?
DOÑA INÉS.
Sí.
PRÍNCIPE.
Fueron tus recelos vanos ;
Desecha, Inés, el dolor.
Cóbrale mas valerosa;
Si bien estás mas hermosa
Con el susto y el temor.
DOÑA INÉS.
¿Eres mió?
PRÍNCIPE.
Tuyo soy.
DOÑA INÉS.
Y tuya mi fe será.
BRITO.
¿Adonde Violante está?
A pedirla celos voy.
DOÑA INÉS.
Nunca como hoy, dueño mió,
Temí de mi amor mudanzas ,
No porque de tí no fio,
Sino por ser desdichada;
Apenas de nuestra quinta
Salí á caza esta mañana,
Cuando vi una lorlolilta
Que entre los chopos lloraba
Su amante esposo perdido ;
Yo, de verla lastimada.
Llegué á temer que mi suerte
No me trajese á imitarla;
Vi luego que de una vid
Un olmo galán se enlaza,
Y envidiosa de sus dichas ,
También se me turbó el alma,
*^- Pues un tronco bruto goza
Posesión mas bien loj^rada,
Y yo apenas gozo el bien ,
Cuando lodo el bien me falta;
{Vase.)
1i3
Y como en la tortolilla
He visto mas declaradas
Mis sospechas temerosas ,
Siendo yo tan desdichada ,
¿Qué mucho, Pedro, que tema
Llegar á imitar sus ansias?
PRÍNCIPE.
Inés , si el sol en la tierra ,
Como produce las plantas.
Infundiera en cada ílor
Una deidad , y llegara
A reducir las bellezas
Con las de tu hermosa cara
(Que es la roayor^ dueño mió)
En otra mujer, palabra
Te doy que, siendo yo tuvo,
En mi corazón no hallara"
Ni un cortesano cariño.
Ni una amorosa palabra.
Ni un pequeño ofreciuiiento.
Ni un afecto en que mostrara
Átomos do la afición
Con que te adoro; que tanta
Fuerza tiene tu hermosura
Desde que está relraiada
En mi pecho, que tu nombre
Tiene por objeto el alma ;
Alonso y Dionís ¿adonde
Están?
Sale ALONSO, niño.
ALONSO.
¿Padre?
PRÍNCIPE.
Prenda amada,
¿Y vuestro hermano?
ALONSO.
Señor,
Ahora merendando estaba;
¿Quieres que vaya á llamarle?
PRÍNCIPE.
Sí, mi vida.
DOÑA INÉS.
Espera, aguarda.
Salen BRITO y VIOLANTE, alboro-
lados.
BRITO.
Señor, Señor, oye.
PRÍNCIPE.
Drilo,
¿Qué dices?
VIOLANTE.
¿Señora?
DOÑA INÉS.
Cielos ,
¿Qué es esto? Dilo, Viólame.
VIOLANTE.
Dilo, Brito; que no puedo.
PRÍNCIPE.
¿De qué os turbáis? Hablad.
BRITO.
Por la orilla del Mondego,
Y el camino de la quinta.
Tres coches han descubierto,
Y del Rey parecen.
DOÑA INÉS.
¿Hay
Mas desdicha?
PRÍNCIPE.
Vé en un vuelo,
Y reconoce quién es.
BRITO.
Ya yo he visto, aunque de lejos ,
Que el Rey y la Infanla vienen ,
Mvar González con ellos,
\ Egas Coello.
ii4
PRÍ5C1PE.
Ambos son
Dos traidores encubiertos.
VIOLANTE.
Ya llegan.
DO^A i:rÉs.
Pues JO me voy
A retirar.
príncipe.
Deteneos ,
Señora ; que estando yo
Con vos, no hay que temer riesgo.
Salen EL REY y LA INFANTA, ALVAR
GONZÁLEZ, EGAS COELLO y acom-
pañamiento.
RCT.
Aquesta es la quinta; entrad. —
¿Pedro?
, príncipe.
Señor, ¿qué es aquesto?
INFANTA.
Ahora empieza mi venganza.
DOÑA INÉS.
Ahora empiezan mis celos
RET.
Ahora empieza mi castigo.
PRÍNCIPE.
Ahora empieza mi tormento.
ALVAR.
Ahora se enoja el Rey.
EGAS.
Ahora la echa del reino.
VIOLANTE.
Ahora te echan á gateras.
BniTO.
Ahora te dan docicntos,
Por alcahueta, Violante.
VIOLANTE.
Miente y calla.
BRITO.
Callo y miento.
RET.
No sé cómo reporlarme.
En íin, principe don Pedro,
¿Ocasionáis á que haga
Vuestro padre estos excesos
De salir, para buscaros
Fuera de la corte?
DOÑA INÉS.
.Cielos!
Temiendo estoy su rigor;
Pero, con todo, yo llego.-r-
Déme vuestra majestad
A besar su mano.
RET.
¿El cielo
Mayor belleza ha formado?
De mirarla me estremezco —
¿Cómo os llamáis?
DO.ÑA INÉS.
Doña Inés
De Castro.
REY.
Alzaos del suelo.
DOÑA INÉS.
Quien :'i vuestros pies se nc.
Goza, Señor, de su centro.
Pues en ellos...
REY.
Levantad.
LCIS VELEZ DE GUEVARA.
DOÑA INÉS.
Toda mi ventura tengo.
REY.
¡Qué honestidad ! qué cordura !
¿Quién es este caballero?
PRÍNCIPE.
Un deudo cercano mió.
REY.
También vendrá á ser mi deudo;
Muy lindo es.— ¿Cómo os llamáis?
ALONSO.
Alonso, al servicio vuestro.
REY.
Por vuestro abuelo será.
DOÑA INÉS.
Tiene muy honrado abuelo.
REY.
Y muy hermosa y muy noble
Madre.
INFANTA.
¡ Qué ha sido esto, cielos!
REY.
Vamos.
INFANTA.
i A esto el Rey me trae !
Perderé el entendimiento.
ItEY.
Venid , Inranta.
EGAS.
Señor,
Ved que para vuestro reino
Este inconveniente es grande.
ALVAR.
Y con este impedimento
De doña Inés, doña Blanca
No logrará su deseo
De cas;ir en Portugal.
REY.
Ya lo be mirado, Egas Coello ;
Mas no es ocasión ahora
De salir de tanto empeño.
ALONSO. \
Diidme la mano. Señor,
Y la bendición.
REY.
¡Qué bueno!
¡ Hay mas gracioso mucliaclio !
LNFANTA.
Mis desdichas voy sintiendo.
REY.
Adiós, duna Inés.
DO.ÑA INÉS.
Señor,
Guarde mil años el ciclo
A vuestra real majestad.
Para mi señor y dueño
De mi aibedrio'.
REY.
¡Inés!
¡ Cuánto con el alma siento
No poder aquí, aunque quiera,
.Mostrar lo mucho que os quiero!
fiRlTO.
Violante , adiós ; que me voy.
VIOLANTE.
Brito, adiós ; que lo deseo.
PRÍNCIPE.
Adiós , Inés de mi vida.
DOÑA INÉS.
Ad'os, adorado dueño.
PRÍ.NCIPF.
¡Muerto voy!
DOÑA INÉS.
;Yo voy sin alma!
PRÍNClFr.
¡Qué desdicha!
DOÑA INÉS.
i Qué tormento !
JORNADA SEGUNDA.
Salen LA INFANTA r ELVIRA, criaé
INFANTA. .
Esta es ya resolución ;
No me aconsejes, Elvira.
ELVIRA.
Infanta, señora, mira
Que aventuras tu opinión.
INFANTA.
Aunque lo advierto, no ignoro
También que en desprecio tal'.
Una mujer principal
Atrepella su decoro;
Deja ya de aconsejarme ,
Y repara que, agrtviarda,
Ofendida y despreciada.
He de morir ó vengarme;
A muchas han sucedido
Desprecios de voluntad»
Mas no de la calidad
Que yo los he padecido ;
Kieii que Inés es muy bizarra,
Y aunque hermosa llegue a verse.
No es justo llegue á oiioutrse
A una infantado Navarra;
Que compitiendo las dos.
Aunque es grande sa belleía.
Para igualar mi grandexa
Es poco el sol , vive Dios.
ELVIRA.
El Rey sale.
INFANTA.
Pues, Elvira,
Déjame sola; que ahora
lie de hablar claro.
ELVIRA.
Señora...
LNFANTA.
Obedece , calla y mira. .
ELVIRA.
Ya me voy, y ruego al cielo
Que se acabe tu cuidado.
INFANTA.
I'^l agravio declarado
No admite ningún consuelo.
Sale EL RET» solo.
RET.
Dejadme solo, Coello ;
Que á solas pretendo hablarla.
Quisiera desenojarla.
INFANTA.
{Áji, Pues me ofrece sn cabello
La ocasión , quiero lograr
Mi intento.) ¿SefiorT
RET.
¿Indanta?
INFANTA.
¿Tanto favor? ¿Merced lanU?
¿Que vos me véngala á honrar?
¡Gran ventura!
RET.
Blanca hermosa •
Tanto os estimo y venero.
Tanto, bella Infanta, osqaiero.
Que fuera difícaltosá
La acción qne para serviros
No em|irendiera ; y esleifeto,*
Hijo Je Tueslro respeto.
He obliga siempre asistiros
i:cHi au uiodú afecto, y tal,
Que en lo discreta y bizarra.
Dudo si sois en Navarra
N^itida ó en Portugal.
r.oD tanto favor tratáis
Mi fe, que ciega os adora,
Vfae coufusa el alma ignota
bl modo con que me honráis ;
Teiü advierte mi cuidada,
\ leudo estos extremos dos ,
Que me tiabeis querido tos
Habür como despojado,
Y 3<ivertido del rigor
Que el i*riDCÍpe usa conmigo,
tlomo so padre y so amigo,
Me mostráis en vos su amor.
RCT.
^ Yjí qué estaba divertida,
Htjauíij, vuestra alteza?
I2CFANTA.
Solo en pensar la presteza,
(•r:ifi señor, de mi partida.
RET.
aUido con tal bréredad ,
loranta, os qaereis partir?
mrAXTA.
E<o le quiero decir;
Oiga vuestra majestad :
PurcoDcierto de mi hermano,
\ muestro ( mudos pesares ,
HoT bable la estimación.
Los demás afectos callen ),
A este mar de Portugal ,
De Doesiros navarros mares ,
tu upa ciudad de leños,
Eq aii;i escuadra volante
Ul* delfines , (|ue volaba
A cuDipeiencia del aire,
l.i»';iue. Señor ( ¡ ay de mi!),
I II lune5, para mi martes,
Uae en el dueño, y no en el dia,
SecofJiienen los azares;
1- oé tan próspero y feliz
Lsie deseado viaje,
(¿ne parece qoe anunciaban
Tao \ebturosas señales
Presagios de la desdicha
Que alíora liega á atormentarme ;
S4lii> vuestra majestad
A recibirme y honrarme
1 en >u persona y amor,
Que 5i>n afectos de padre;
^ cuando al Principe (¡ay cielos !)
K^pnaba, para darle,
büire la mano de esposa,
Tioruos requiebros de amante,
Fo>»'síoo del aibedrio.
Uniendo las voluntades ,
Sope que quedó en Lisboa,
Siu que su cuidado pase
Siquiera ú saber con quién
Su alteza espera casarse ;
Este cuidado, ú descuido
Cuidadoso, fueron parte
Para empezar ( ¡ qué desdicha ! )
Toda el alma á alt>orotarse,
Y a temer lo que lloré
Dentro de pocos instantes.
Cuatro veces murió el sol
Kn los brazos de la tarde.
Por cuia muerte la noche
Vi^tió íntos funerales ,
Piiniero que de su coarto
Kaese al mío á visitarme;
Si fbé agravio ji mi decoro.
Juzgúelo qaieo amar sabe.
Al feo vaestra majestad
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
Fué á visitarle una tarde ;
Lo quo le mandó, no sé ,
Mas bien puedo asegurarme
Que en defender mi justicia
Seria lodo de mi parle;
Al Un me vio, y lus empeños
Que tuve solo un insiUnte
Que le (fl audiencia, no es bien
Que mi lengua los relate;
Bástame, siendo quien soy.
Que los ^epa y qne los calle ;
Que, á no ser dentro de mi
Tan bizarra y tan galante,
¿Cómo pudiera pasar
Por el tropel de desaires
Que me han sucedido^ Cómo,
Sin que abortara volcanes,
Que en cenizas convirtiera
A quien intentó agraviarme
Atrevido jr poco atento?
Vamos , Señor, adelante,
Y perdonad que los celos
Lleguen á precipitarme,
Y el corazón á los labios
Se asome para quejarse.
Pasadas mu(!has injurias,
Que es bien que en silencio pase,
A una quinta del Mondego
Fui, porque vos me llevasteis,
A volver mas despreciada
Que me habla mirado antes.
Pues se siente mas la ofensa
Cuando delante se hace
Üe quien , mirando el desprecio.
Llegará á vanagloriarse;
Esto, Señor, que parece
Que es sentimiento que hace
Mi persona en exterior,
Según os muestra el semblante,
No es sino que asi he querido
Üe mi suceso informarle, '
Porque sepa que no ignoro
Lo ({ue vuestra alteza sabe ;
Que, á no ser asi , es siu duda
gue no pasara el desaire
Üe ir á requebrar los nietos,
Cuando me ofreció vengarme;
Y á no ser asi también ,
¿Cómo pudiera llevarse
Que doña Inés compitiera
(Aunque son muchas sus partes)
Conmigo? Que no lo hermoso
Igualar puede á lo grande.
Decid al Principe vos.
No como rey, como padre,
Qu^sus empeños disculpo;
Que ha acertado al emplearse
En quien tan bien le merece,
Y que mire, cuando agravie,
Que no todas , como yo.
Podrán desapasionarse.
Este pliego es á mi hermano,
Donde le pido que trate
De enviar por mi, siu que sepa
Lo que ha podido obligarme ;
Que no es bien que 1^ dé cuenta
De semejantes desaires.
Con mi parlida. Señor,
Pongo Un á mis pesares,
Principio al gusto de Inés,
Y medio para qne trate
Don Pedro su casamiento.
Sin que yo pueda estorbarle ;
Que, aunque ya lo está en secreto,
Como llegó á declararme.
Parece que aumenta el gusto
Sal)er que todos ¡o saben.
Adiós, Señor; no me tenga
Tu majestad ni me trate
Jamás sino de partirme ;
Porque seria obligarme
A que haga, por detenerme,
4IK
Lo que no por despreciarme ; ,
Que, aunque ahora soy prudente ,
No sé, en llegando á enojarme,
Si me valdrá la prudencia
Para no precipitarme.
No detenerme es cordura ;
A mi cuarto voy, que es tarde.
No hay, Señor, de qué advertirme ;
Que, pues IICL^ué á declararme,
Todo lo habré ya mirado
(¡Voy muriendol); el cielo os guarde.
REY.
Oye, Infanta.
INFANTA.
A lon.<o invicto.
Vuestra majestad no mande
Que un instante me detenga,
O vive Dios, que á esos mares,
Parténope desdichada.
Me arroje para anegarme. (Vase.)
REY.
¿Alvar González, Coello?
SaUn LOS dos.
ALVAK.
¿Señor?
REY.
Partid al instante,
Y detened á la Infanta.
AL VA».
Ya voy. {Yase.)
EGAS.
El Principe sale.
REY.
No sé cómo de mi enojo
Ahora podrá librarse.
; Qué asi me empeñe mi hijo I
Irme quiero sin h:il>1arle;
Que si le hablo, sosptfclio
Que no podré reportarme.
Sale EL PRÍNCIPE, solo.
PRÍIUCIPK.
Señor, ¿vuestra majestad
Conmigo airado el si'mbiaiile?
¿La espalda volvéis, S«'TH»r,
A vuestra hechura?
REY.
Dejadme ,
No me habléis; que estoy cansado
De ver vuestros disparates. .
Principe, no me veáis ;
Kgas Coello, aquesta larde,
De Samaren al castillo
Le llevad preso, allí pague
Inobediencias que han sitio -■
Causa de males tan grandes.
ECAP.
¡ Qué principe tan prudente!
PRÍNCIPE.
Pues yo, Señor, ¿por qué?
REY.
Baste ;
Ahora veréis si es mejor
Obedecer ó euojarme. ( Vase.)
PRINCIPE.
En ün, Coello, ¿que voy
Preso á Samaren?
EGAS.
Asi
Lo manda su alteza ; á mi ,
Que noble criado soy.
Me toca el obedecer.
príkcipe.
¿Sois alcaide?
ii6
EGAS.
El cuidado
Y el guardaros ba Gado
A mí noble proceder
Y ásola la lealtad mía;
Y asi I es forzoso el hacerlo.
príncipe.
Si ahora anochece , Coello,
Mañana será otro día.
EGAS.
En cualquier aurora es
Mi lealtad muy de español.
PRÍNCIPE.
Mil cosas fomenta el sol,
Que las deshace después.
EGAS.
Yo sé que llego á servir
Con fe, Señor, verdadera ;
Y asi, muera cuando muera,
Como os sirva con morir.
PRÍNCIPE.
Creo que pena os ha dado
El verme que preso voy.
EGAS.
Sé que vuestro esclavo soy,
Y que solo mi cuidado
Os sirve dias y noches.
Como criado de ley.
PRÍÍ^CIPE.
Coello, sirvamos al Bey ;
Id á prevenir los coches.
{Yase Egas Coeilo.)
Sale mi iO.
¿Qué hay, Drilo? Qué le parece
De estrella tan importuna?
BRITO.
Üestonosda la fortuna
Cada dia que amanece.
PRÍNCIPE.
¡Qué doloroso trasunto!
¡ Muerto estoy! ¡ Estoy perdido !
BRITO.
Solo Belerma ha vivido
Con el corazón difunto.
príncipe.
Parte, Brito, dile á Inés. .
¿Asi te vas?
{Hace Brito que se va.)
DRITO.
¿Por qué no?
príncipe.
¿Qué le dirás?
BRITO.
¿Qué sé yo?
Ya te lo diré después.
Quisiera, Señor, ponerme
En la ii;lesia de San Juan,
IN>r({ue esperezos ine dan
De que el Bey ha do prenderme.
PRÍNCU^E.
¿ Y eso temes , Brito? Vete ;
Mas ¿iH)r qué te ha de prender?
BRITO.
Fácil es de conocer:
'Porque he sido tu alcahuete;
Y en ocasión semejante
Llegara á sentir de veras
Ir á hogar á galeras ,
t.onio iiw dijo Violante.
l'RÍNCirE.
Brito, vé á la esposa mia ,
Y dila que pierdo rl s«»«o
Hasta quf» la ve:».
LUIS VELEZ DE GÜEVABA.
BRITO.
Y tras eso,
¿Cómo el Bey preso te envía?
PRÍNCIPE.
Pues si preso me quería,
¿Para qué dos veces preso?
Que á explicar mi sentimiento
No basto, y si á eso te obligo,
Di todo lo que te digo.
Pues no cabe en lo que siento.
BRITO.
Diréle que partes ciego
Por su amor, lo que la adoras.
Lo que suspiras y lloras
Cuando te abrqsa su fuego.
PRÍNCIPE.
A mucho te has obligado ;
Que el mal á que estoy rendido
Bien cabe en lo padecido.
Mas no cabe en lo explicado.
Dila que el Rey inhumano...
Oye, Brito, y no la aflijas,
Y aquellas dos perlas, hijas
De aquel nácur castellano...
BRITO.
No te enternezcas, Señor;
Mira que llorando estás.
PRÍNCIPE.
¡Ay, Brito ! no puedo mas.
BRITO.
¿Adonde está tu valor?
Préndale el Rey, que el proceso
Podrás romper algún dia.
PRÍNCIPE.
Mas si preso me quería,
¿ Para qué dos veces preso?
( Vanse.)
Salen D05ÍA INÉS y VIOLANTE.
VIOLANTE.
¿Acabaste ya el papel?
DOÑA INÉS.
No.
VIOLANTE.
Pues ¿cómo?
DOÑA INÉS.
He reparado
Que no cabrá mi cuidado
Ni mis iinezas en él.
VIOLANTE.
¿Leíste la glosa?
do.ña inés.
Si,
Y es tal , que pude llegar,
Cuando la miré, á pensar
Que se escribió para mí.
VIOLANTE.
¿Sábesla ya?
DONA INÉS.
Ya la sé.
VIOLANTE.
¿Toda?
DOÑA INÉS.
Nada hay que te espanto ;
.Mientras estuve. Violante,
I-ji mi cuarto, la estudié.
VIOLANTE.
¿Quieres decirla. Señora?
DOÑA INÉS.
Sí, Violante, aquesta es;
Atií'nile.
VIOLANTE.
Ya escucho.
I»0>A INÉS.
Pues
No te diviertas ahora.
Mi vida, aunque sea patíon,
yo querria no perdelta.
Por no perder la ocasión
Que tengo de estar sin ella.
Dichoso y favorecido
Me vi, Nise, en ud instante,
Y luego pasé de amaDte
A extremo de aborrecido ;
Mas, aunque airado Cupido
La flecha trocó en arpón.
No pudo ser ocasión
Para desear mi muerte;
Que he de querer, por quererte,
Mi vida , aunque sea pasión.
El alma con que vivia
Se fué á tí, cuando pensaba
Que en mi pecho la hospedaba.
Como tuya, siendo mia,
Y aunque la pérdida via.
Sin formar de amor querella ,
Contento me vi sin ella;
Mas, á no ser en despojos,
Nise, de tus bellos ojos,
yo querría yoperdella.
Gobierno del nombre han sido
Voluntad y entendimiento.
Con que, á la razón atento.
Mientras hombre fui, he vivido ;
Pero, después que Cupido
Puso en tí mi inclinación ,
Puede tanto mi pasión.
Que jamáSj bella mujer.
No te quisiera perder.
Por no perder la ocasión.
Cautivo y sin libertad
Vivo después que te vi ,
Y aunque viví en mi sin mi ,
Rendido á tu voluntad,
Esperé de tí piedad: •
Pero, después que á mi estrella
Tu imperio, Nise, atropella,
Es tan contraría mi altura.
Que ella misma me asegura
Que tengo de estar sin ella.
Sale BRITO.
BRITO.
Esconde, Inés, si es posible.
Que no será fácil, de estos
Peligrosos dulces ojos
Los hermosos rayos negros;
Esconde, por vida tuja.
La canícula, lo fresco.
Lo florido, lo nevado.
Lo apacible, lo severo.
Lo buscado, lo temido,
Lo juguetón , lo compuesto.
Le alegre, lo mesurado.
Lo lindo, lo mas que bejto
De esa cara ; que un nublado
No le ha de faltar aun cielo
Donde hay tantas pesadumbres.
DOÑA INÉS.
¿Qué dices?
BRITO.
Vete de presto ;
Que viene la Infanta acá.
DOÑA IHÉS.
¿La Infanta adr?
BRITO.
Pretendiendo
Hallaren esa ribera.
Por no perder el trofeo,
Tna garza que del aire
Doy ha derribado, cutiendo
Que ha de llegar.
DOÑA III^S.
Ove, Brilo,
<. Garza?
Si.
BRITO.
DOÑA Ules.
Y ¿ella la ha muerto?
BRITO.
ha sido ; que á volar
escuadrón soberbio
ros salió armada.
DOÑA INÉS.
*oD seria de celos,
10 á matarme á mi.
BRITO.
Ia7^n soberbio,
ieiida en una mano,
otra mano uno dellos,
is como una Palas
racha de Venus.
DOÑA INÉS.
lie Dios ! ¿qué he de hacer f
retirarme, quiero
me vea ; mas no,
a es mejor acuerdo
ia y ver si pueden
nos cumplimientos
la.
BRIXO.
Dices bien.
DOÑA INÉS.
lora de mi dueño,
le dejaste, Brilo?
ei principe dun Pedro
BRITO.
Vonque de su parle
) isitarte vengo,
le sepas. Señora,
pasa allá de nuevo,
osible; solo digo
ira que te puedo
AT que esta noche
á verte.
DOÑA INÉS.
¿Cierto?
BRITO.
Cierto.
DOÑA IKÉS.
, Brilo, 4 qué hay
ifanta ?
BRITO.
Que la veo
0 á tí.
DOÑA INÉS.
En hora mala
á estorbar mis intentos.
.A INFANTA, ALVAU GONZA
EGAS COELLO y cazadores.
I?ÍFANTA.
be sentido perderla.
ALVAR.
lió. Señora, el vuelo
que ha sido imposible
arla.
ISFAJITA.
El aire creo
1 si la habrá transformado
olar mas ligero,
íella, envidioso, pudo
• ligereza.
DOÑA IISÉS.
El cielo
uestra alteza, Señora^
la que yo deseo.
IKFANTA.
i estuviera muy bien ;
levantad del suelo;
iqui?
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
DOÑA INÉS.
Si esta ventura .
De hablaros, Señora, y veros,
Por estar aqui, he ganado ,
Decir sin lisonja puedo
Que solo he sido dichosa
Aqueste instante que os veo.
INFANTA.
¿Cómo estáis?
DOÑA INÉS.
Para serviros ,
Como mi señora y dueño.
INFARTA.
{Ap. Parece que está muy triste ;
;, Sí ha sabido que á don Pedro
Le prendió el Rey? Es sin duda ;
Pues amor, examniemos
Si podéis vivir en mi;
Que, aunque nmerlo ya os contemplo,
Para llegarlo á creer
l«'alta el último remedio.)
Triste estáis.
DOÑA INÉS.
¡Señora! ¿Yo?
INFANTA.
No OS aflijáis; que os prometo
Que me holgara de poder
Daros, doña Inés , consuelo.
El Príncipe en asistiros
Nunca pudo ser eterno.
Siempre ha menesler casarse ;
Ya lo está conmigo.
DOÑA INÉS.
¡Cielos!
¿Qué decís?
INFANTA.
Que á Samaren,
Cumo ya sabréis, fué*i>reso ,
Y saldrá para que así ,
En un dichoso himeneo.
Junte dos almas, que vos
üabcis dividido.
DOÑA INÉS. (Ap.)
Esto
No se puede ya llevar;
Que, fuera de ser desprecio,
Son celos ; nadie ha vivido
Cuerda en llegando á tenerlos.
Responderla quiero.
INFANTA.
Inés,
Suspended un poco el vuelo
Con que altiva habéis volado ;
Reducios á vuestro centro
Y sírvaos de corrección,
De aviso y de claro ejemplo ,
Que una blanca garza , hija
De la hermosura y ilel viento ,
Voló esla tarde, y alliva.
Cuando ya llegaba al cielo,
La despedazó en sus garras
Un gerifalte soberbio,
Enfadado de mirar
Que á su coronado ceño,
Desvanecida, intentase
Competir ; esto os advierto,
Inés, no mas que de paso;
¿Ya me entenderéis?
DOÑA INÉS. (Ap.)
No puedo
Callar ya.
ALVAR.
Mucho la Infanta
Se ha declarado.
EGAS.
Yo temo
Alguna desdicha aquí.
DOÑA INÉS.
Infanta, con el respeto
il7
Que á tanta soberanía
Se debe, deciros quiero
Que no ajéis de mi jiobleza
Lo encumbrado con ejemplos.
Yo soy doña Inés de Castro
Coello de Garza, y me veo.
Si vos de Navarra infanta,
Reina de aqueste hemisferio
De Poi'tugal , y casada
Con el príncipe don Pedro
Estoy primero que vos ;
Mirad si mi casamiento
Será, Infanta, preferido ,
Siendo conmigo hoy primero.
No penséis, Señow, no
Que es profanar el respeto,
Que debo hablaros asi.
Sino responder que intento
Desempeñar á mi esposo ,
Pues si él asiste en mi pecho ,
Con él habláis, no conmigo ;
Y puesto que soy él, debo,
Si hablas como doña Blanca,
Responder como don Pedro.
INFANTA.
Inés, ¿cómo os olvidáis
Que la que cayó del cielo
Era garza? ^
DONA INÉS.
Y también blanca ,
Según VOS dijisteis.
INFANTA.
Bueno;
ÍVos me respondéis á mi
íquívocos desacuerdos ?
DOÑA INÉS.
Mal he hecho yo. Señora.
ALVAR.
¿Que así perdiese el respeto
A lanta soberanía?
DOÑA INÉS.
¡ Si dice (válgame el cielo )
Que era blanca !
INFANTA.
Bien está ;
Retiraos.
DOÑA INÉS.
Amor, ¿qué es esto?
EGAS.
El Rey viene ya.
INFANTA.
Afi enojo
Quiero reprimir.
DOÑA INÉS.
Yo entro
Temerosa y afligida.
Vamos, Violante ; que espero
Hallar en Dionis y Alonso
A mi pena algún consuelo.
(YanseJnésy Violante.)
Sale EL REY y acompañamiento.
RET.
Lograr no pensé el hallaros.
BRITO.
Voy á decir á don Pedro
Todo cuanto ha sucedido. ( Vase.)
RET.
Hija, Infanta, ¿ qué es aquesto ?
¿Cómo ha pasado la tarde
Vuestra alteza en el empleo
De la caza?
infanta.
Gran señor,
En la falda de este cerro,
Que la guarnece de plata ,
Un cristalino arroyuelo,
Descubrimos una garza;
V auu<|ue al remmilur el vuelo
Perdió la vida, volvió
A vivir, Señor, de nuevo ;
Que no'tengo cou lu garza
Ni jui'isdicion ni empleo.
Después que una garza á mí
Con viles celos me lia muerto.
REY.
No os entiendo.
INFANTA.
j Ay gran señor !
Pues bien podéis entenderlo;
Que no esta enigma difícil
Ni es el engaño encubierto.
Doña Inés ahora acaba
De decirme que don Pedro
El principe es ya su esposo;
Y aunque él lo dijo primero ,
No lo creí, poY juzgar
Que pudiera ser incierto;
Mas después (pe doña Inés,
Sin decoro y sin respeto.
Se atrevió á decirlo aquí ,
Ha sido fuerza creerlo.
RET.
¿Que la modestia de Inés,
Virtud y recogimiento,
Pudo atreverse á perder
La veneración que os tengo?
Vive Dios, Alvar González ,
Que el Principe, loco y ciego,
Ha de ocasionarme á dar
Con su muerte uu escarmiento
Tan grande, que á Portugal
Sirva de futuro ejemplo.
Yo remediaré esta injuria.
INFANTA.
Señor, el mejor remedio
Es el no buscarle, pues
Desde este insiaule os prometo
Olvidar; que solo olvido
Puede ser, si bien lo advierto,
Medio paia ([ue se acabe
Mi enojo. Señor, y el vuestro.
REY.
¿Qué os parece, Alvar González?
ALVAR.
Señor, si ya todo el reino
Espera con alegría
Este feliz casamiento.
Será grande inconveniente
(Asi , gran señor, lo entiendo)
üue no llegue á ejecutarse;
Y así , fuera buen acuerdo
Apartar á dona Inés
De Portugal.
OEV.
¿Cómo puedo,
Si está casada ?
ALVAR.
Señor,
Cuando aqucse Impedimento,
Que es el mayor, no se pueda
Heinediar...
REY.
Dadme consejo.
ALVAR.
Me parece que la vida
De Inés...
REY.
¿Qué decís?
AI.VAH.
Entiendo...
RbY.
Declaraos; ¿ por ifué teméis?
Acabad.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
ALYAB.
Tengo por cierto
Que peligrara.
REY.
¿Porqué?
ALVAR.
Señor, porque en solo eso
Consistía el que pudiese
Gozar la Infanta á don Pedro.
INFANTA.
Eso no; que mis agravios.
Aunque ofendida los siento,
No han de pasar á poder
Conmigo mas (lue yo puedo.
Viva mil siglos Inés;
Que, si hoy por ella padezco.
No es culpada en mis desdichas;
Yo si, pues yo las merezco.
REY.
Vamos á mirar mejor
Lo que se ha de hacer en esto.
ALYAR.
¿A la ciudad?
REY.
No; auc estoy
Cansado y algo indispuesto.
Vamos á la casería
(Alvar González) de Coello.
INFANTA.
¿ Está cerca ?
ALVAR.
Si, Señora.
REY.
Disponed, piadoso cielo,
Modo para consolarme;
Que si aquesto dura, temo
Que me han de acabar la vida
Pesares y sentimientos.
INFANTA.
Vamos, Señor.
REY.
Vamos, hija.
INFANTA.
¡Qué valor!
REY.
¡Qué entendimiento!
INFANTA.
¡ Qué prudencia !
REY.
¡ Qué cordura !
Dadme la mano; que quiero
Ser vuestro escudero yo.
INFANTA.
Tanto fa\or agradezco. '
IIEY. '
¡Quién viera de aquesta suerte,
blanca hermosa, á vos y á Pedro!
( Yanse.)
Salen D05ÍA INÉS y EL PRÍNCIPE
DON PEDRO.
DO.Sa INÉS.
Digo que no me aseguro.
PRÍNCIPE.
¿Posible es que no conoces
Que es imposible engañar,
Inés, tus hermosos soles?
Cese el disgusto, bien mió,
Y acábense los rigores ;
No me mates con desdenes,
basta matarme de amores.
¿Tú enojada? Tú tan triste?
i Cómo puede ser que borren
Nublados de tu disgusto
Tus hermosos esplendores ?
Habla, Inés, dime tu pena ;
i Por qué, mi bien , no respondes
Mas vale, si he de morir.
Que me refieran tus voces
La causa por qué me matas;
No es bien que, sintiendo el golpe,
Cuando no ignoro el morir,
El por qué, mi bieo, ignore.
D05ÍA IN¿8.
Señor, esposo, mi ?ida ,
Dueño mío, Pedro.
PRÍNCIPK.
Ahorre
Tu lengua, Inés, epítetos,
Y dime ya quién te pone
A ti en tales descoosaelos
Y á mi en tantas coofasiooes.
D05ÍA INÉS.
Tu padre...
PRÍNCIPE.
Dilo.
DOilA IN¿S.
Pretende...
PHÍNCIPB.
Prosigue, mi bien. •
D05lA iNis.
Dispone...
PaiMCIPB.
¿Qué te turbas?
ttoñk IN¿S.
Que te cases.
PRÍNCIPE.
Si aquesos son tus temores ,
Inadvertida has andado ,
Pues sabes que en todo el orbe
No he de tener otro dueño.
OO.^A INÉS.
Aunque miro los acciones,
l'^sposo y señor, dispuestas
A hacerme tantos favores.
Es bien adviertas ^ae ja
La fortuna cruel dispone
Que te pierda, dueño mió,
Y que de tus brazos goce
La Infanta, que te previene
Tu padre para consorte;
Y puesto que no es posible
Que seas mío, ni que logre
Mas finezas en tus brazos.
Será fuerza que me otorgues,
Pedro, dueño de mi alma,
Piadosas intercesiones.
Para que el Rey, de mi vida
La vital hebra no corte.
Con tus hijos viviré
En lo áspero de los montes .
Compañera de las fieras,
Y con gemidos feroces
Pediré justicia al cielo.
Pues c[ue no la bailé en les hombres .
De quien de tan dulce lazo
Aparta dos corazones.
Mis hijos y yo. Señor,
Con tiernas exclamaciones.
Huérfanos ^ sin abrigo,
Daremos ejemplo al orbe
De los peligros que pasa
Y á cuantas penas se eipone
Quien, sin ver inconvenientes,
Se casa loca de amores.
Por lo que un tiempo me quiso.
Señor, es bien que me otorgue
Esta merced; no padeica
Quien fué vuestra, los rigore»
De una liyusticia, mi bien;
8ue mármoles hay v bronces
uc harán vuestra nma eterna.
Ahora es tiempo de que note
La mayor fineza en vos;
Mostrad, mostrad los blasones
De Tuestra heroica piedad.
Para que conozca el orbe
One si matarme el Rey ba pretendido»
Me habéis, querido dueño, defendido
Con valiente osadía y fe constante,
Por mujer, por esposa y por ainaute.
PRÍ!<(CIPE.
No creyera, bella Inés,
Que jamás desconfiaras ^
De la fe cmi que te adoro.
Alza del suelo, le?anta ,
Enjuga los bellos ojos;
noe las perlas que derramas
Parecen mal en la tierra;
Ed uis oúcares las guarda,
Que no hay en el mundo quien
SeatreTa, esposa, á comprarlas.
Si mi padre la cerviz
Me rierribaní á sus plantas ;
Si la Infanta, que aborrezco ,
U Tjda. Inés, me quitara,
Porque mi padre contento
(.•oedjse y ella vengada,
.No solo fuera so esposo,
Pero To de mi garganta'
Derribara la cabeza
Primero que me obligara
A (l^cir si; que te adoro
De ul suerte, prenda amada,
Que sin ti no quiero vida.
¿Conipliréisine esa palabra?
PBÍnClPE.
Digo rail veces que sí. ^'
Pues va mi temor se acaba;
Y ¿como habéis quebrantado
La prisión?
PRÍNCIPE. *
Esta mañana
A E^as Coello le pedí
)le dejase que llegara
A rene ; y auaque es traidor,
íeinieodó que me enojara,
>u me impidió.
do?Ia knés.
Pues, Señor,
Volved antes que las guardas
Os echen menos ; que es tarde,
Y Tolvedme á ver mañana.
PRf:<(ClPE.
AJios. Inés.
DO^A nés.
Adiós, Pedro;
.No me olvides.
príncipe.
Excusada
F.sti, esposa, esa advertencia.
DO^A I.>é8.
^Si vuestro padre os lo manda?
PIIÍ5CIPE.
No Miede tener mi padre
Jurísdieion en mi alma.
ooxA inÉs.
4 Y si la Infanta porfia?
príncipe.
Anoque porfíe la Infanta.
DOSa INÉS.
,. V si el reino se conjura ?
príncipe.
Aunque en crueles iras arda.
OOÍÍA iwts.
4iTknia firmeza?
PRÍNCIPB.
Soy monte.
REINAÜ DESPUÉS DE MORIR.
D05ÍA mes.
¿Tanto amor?
príncipe.
Solo le Iguala
El tuyo.
DONA INÉS.
¿Tanto valor?
príncipe.
Nadie en valor me aventaja.
DOÑA INÉS.
¿Tan grande fe?
príncipe.
Sí ; que, ciego
A tus luces soberanas.
No es menester que te vea
Para que te adore.
DO.ÑA INÉS.
Basta;
Ea, adiós, mi bien.
PRÍNCIPE.
Adiós.
i Quién contigo se quedara !
DO^A I?(ÉS.
i Quién se partiera contigo!
¡ Muerta quedo !
PRÍ.XCIPE.
i Voy sin alma !
DOÑA INÉ9. ^
Adiós, adorado esposo.
príncipe.
Adiós, esposa adorada.
(Vanse.)
H9
JORNADA TERCERA.
Dicen dentro cazadores.
UNO.
Tó, tó, por acá; acudid
Aprisa al sabueso, aprisa.
OTRO.
Al valle, al valle, á la fuente;
No se escape; arriba, arriba ;
No se nos vaya.
BRiTo. ifientro.)
Estos son
Cazadores de Coimbra.
UNO.
Subid al monte, subid.
OTRO.
Huyendo va la corcilla
Hacia la fuente ; acudid.
Sale EL PRINCIPE y BRITO.
PRÍNCIPE.
¡Ay dona Inés de mi vida!
Parecióme que, acosada ,
Mal llagada y perseguida.
Hacia la fuente llegaba.
ORITO.
¿Quién, Señor?
príncipe.
Mi Inés divina.
BRITO.
¿Otro agüerito tenemos?
PRÍNCIPE.
Sin duda fué fantasía ;
Porque , á ser verdad, es cierto
Que mi esposa no se iria^
Brito, á arrojar á la fuente ,
Sino á la^ lágrimas mias.
BRITO.
De Samaren has venido,
Y ya estamos de la quinta
Una legua poco mas ;
Presto la verás muy flna
Entre tus brazos.
PRÍNCIPE.
i Ay cielos!
BRITO.
Y ahora ¿por qué suspiras?
PRÍNCIPE.
Porque no llego á sus brazos.
BRITO.
Todo eso es hazañería.
PRÍNCIPE.
Di, Brito, que este es deseo
De gozar la peregrina
Deidad de Inés, que es tan grande,
Que solo pudo á ella misma
Igualarse ..
BRITO.
Asi es verdad.
PRÍNCIPE.
Todas las flores de envidia ^
Suelen quedar...
BRITO.
¿De qué suerte?
PRÍNCIPE.
O agostadas ó marchitas :
La rosa, reina de todas.
Mirando á mi Inés un día,
Quedó, corrida de verla,
Pálida y envejecida;
EL clavel, Brito, agostado.
Cuando miró en sus mejillas
Mas viva púrpura envuelta
En sangre de Venus fina.
Dijome un bello jazmín :
«Jamás, Principe, permitas
Que tu Inés vea las flores ;
Porque en viéndolas , corridas ,
No se atreven á creéer,
Y tras si propias perdidas.
Siendo maravillas todas ,
Dejan de ser maravillas.
BRITO.
Cuando te ha hablado el jazmín,
¿Que te ha dicho esas mentiras?
Ten seso y vamos al caso.
PRÍNCIPE.
Advierte, pues; yo queria,
Poruue ninguno me viese.
No llegar hasta la quinta;
Y para el caso, esta carta
De Santaren traigo escrita,
Porque desde aquí la lleves ;
Y otra también prevenida
Traigo para el Condestable ;
Llévalas pues.
BRITO.
Y ¿me envías
Con estas cartas á mí ?
PRÍNCIPE.
Pues ¿á quién jamás se fia
Mi pecho, sino es á tí?
Parte, acaba.
BRITO.
Y si por dicha
Me encontrase Alvar González
Y Egas Coello, que privan
Con el Rey tu padre ahora,
Y hecha general visita
De todas la$ faltriqueras.
Viesen las cartas, y vistas ,.
Me mandasen ahorcar ;
i
120
Pregunto, Señor, ¿seria
Diieii viaje el que hul>ia iiecho?
PRÍ.NCIPR.
No lemas, porque le anima
Mi valor.
BKITO.
i Qué linda flema!
Si estoy ahorcado por dicha
Una vt*z , ¿ de qué provecliu
Lo que me ofrecéis seria
Para mí? ¿Podrá valerme
Tu valor en la otra vida?
l'Ri.NCIFE.
Brilo, llevarlas es fuerza.
BIUTO.
Pues ¿por qué causa á la visla
De la quinta le detienes?
príncipe.
Porque mi padre en la quinta
Me dicen que está de Coello,
Que á cay.ar vino estos días ,
Y no quiero que me vea.
URITO.
Y si prosi¿(uen la enigma
De la gar¿a estos dos sacres,
Que l;r prisión solicilau
De Inés ; pregunto, Señor,
¿Qué hará el Principe?
PRÍNCIPE.
¿Por dicha,
Aquesos sacres villanos
Se atreverán á mi vida?
Porque, guardada mi garza
Y alentada de si misma.
Aunque con tornos la cerquen.
Aunque airados la persigan,
Hemontará tanto el vuelo,
Que la perderán de vista.
Y los sacres altaneros,
Cuando vean que examina
Por las campañas dej aire
Toda la región vacia',
Cansados de remontarse,
En mirándola vecina
Del cielo, que es centro suyo,
Y en él á lúes esculpida ,
Si la buscan garza errante.
La hallarán estrella fíja.
BRITO.
Lindamente la has volado;
Di ya lo que determinas.
PRÍNCIPE.
Que partas, Brito, al Mpndcgo;
Que yo te espero en la (luinla.
Que está de allá media tegua ,
\ una legua de Coimbra.
BRITO.
Allí estarás escondido
Mientras yo aviso a la ninfa
Mas hermosa de la tierra.
príncipe.
Sí, Hrito, allí determina
Mi amor quedarte esperando;
Allí la esperanza mia ,
Hasta ({ue le vuelva á ver.
De un cabello estará asida ;
Allí mi amor, mal bullado.
Aguardará (pie le digas
Sí puede llegar á ver
E\ obj .'to que le anima;
Allí, Drilo, viviré.
Si es que puede ser que viva
Quien tiene, como yo tengo,
hn otra parle la viila.
BRlTO.
Alli puedes esperar
A que luego allí te diga
Lo que allí ha pasado alli;
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Que has dicho una retahila
Deallíes, para cansar
Con allies á una lia ;
¡Cuerpo de Dios, con tu alli !
PRÍNCIPE.
Dita muchas cosas, dila
Que las niñas do mis ojos.
En su memoria perdidas,
Si bien como niñas lloran.
Sienten también como niñas.
BRlTO.
¡Viva el príncipe don Pedro !
PRÍNCIPE.
Di que Inés , mi dueño , viva.
BRlTO.
¡ Qué amor tan de Portugal ! *^
PRÍNCIPE.
¡ Qué beldad tan de Castilla ! (Vase.)
Salen en lo alto bOÑ\ INÉS y VIO-
LANTE, con almohadillas.
DONA INÉS.
¿Qué hora es?
VIOLA.NTE.
Las tres han dado.
DOÑA INÉS.
Trae , Violaiile , la almohadilla.
VIOLANTE.
Aquí está ya.
OO.ÑA INÉS.
Pues sentadas.
Esto que falta del día
Estemos en el balcón.
¡ Ay demi!
VIOLANTE.
¿Porqué suspiras?
DO^A INÉS.
Porque desde ayer estoy
Sin el alma que me ar.ima.
VIOLANTE.
¿Cantaré?
DO.XA INÉS.
Canta , Violante;
Divierte las penas mías.
VIOLANTE. (Canta.)
Es verdad que yo la vi
En el campo entre las flores ,
Cuando Celia dijo así :
t¡Ay, que me muero de amores!
¡ Tengan lástima de mí!»
DOÑA INÉS.
Aguarda, espera. Violante,
Deja ahora de cantar;
Que temo alguna desdicha.
Que no podré remediar.
VIOLANTE.
¿Qué tienes, señora mia?
¿Hay algún nuevo pesar?
DO.NA INÉS.
Por los campos del Mondego
Caballeros \i asomar,
Y según he reparado ,
Se \an acercando acá.
Armada gente los sigue;
¡Válgame Dios! ¿qué será?
¿A quién irán á prender?
Que aunque puedo imaginar
Que el rigor es contra mí ,
Me hace llegarlo á dudar
Que son para una mujer
Muchas armas las que traen.
VIOLANTE.
Jesús, Señora, ¿eso dices?
DOÑA INÉS.
Violante , no puede mas
Mi temor; pero ▼olTamos
A la labor , que será
Inadvertida prudencia
Pronosticarme yo el mal.
Salen EL REY, ALVAR GONZALE!
EGAS COELLO y CEirre.
RET.
Mucho lo he sentido , Coello.
ALVAR.
Señor, vuestra majestad ,
Por sosegar todo el reino ,
No lo ha podido excusar.
EGAS.
Señor , aunque del rigor
Que queréis ejecutar.
Parezca que en nuestro afecto
Haya alguna voluntad ,
Sabe Dios que con el alma
La (fuisiéramos librar ;
Pero lodo el reino pide
Su \ida, y es fuerza dar.
Por (¿uitar inconvenientes,
A dona Inés... -
RET.
Ea, callad.
¡ Válgame Dios Trino y Uno !
¿Que así se ha de sosegar
El reino? A fe de quien soy ,
Que quisiera mas dejar
La dilatada corona
Que tengo de Portugal ,
Que no ejecutar, severo,
be Inés tan grande crueldad.
Llamad , pues, á doña Inés.
COELLO.
Puesta en el balcón está,
Haciendo labor.
RET.
Coello ,
¿ Visteis tan grande beldad?
¿Que he Je tratar con rigor
A quien toda la piedad
Quisiera mostrar?
ALVAR.
Sefior,
Si severo no os mostráis,
Peligra vuestra corona.
RET.
Alvar González, callad;
Dejadme que me enternezca ,
Si luego me he de mostrar
Riguroso y justiciero
Con su inocente beldad. —
¡ Ay, Inés , cómo , ignorante
Desta batalla campal ,
Es poco ;iCero la aguja
Para defenderte }a! —
Llamadla , pues.
ALVAR.
^Doña Inés?
Mirad que su majestad
Manda que al punto bajéis.
RKT.
¿ Hay mas extraña maldtd?
DO^A inís.
Ponerme á los pies del Bey
Será subir, no bajar.
{Quitanse del balCM.)
ALVAR.
Va viene.
RKT.
No sé por dóode
La pudiera ¡ av Dios! librar
Dcste rigor, desta pena ;
Mas, por Dios , qoe he de intentar
Todos los medios posibles.
Egas foello , mirad
^e yo no soy pane en esto,
\ si es que se puede bailar
Modo p;tra que no muera ,
Se basque.
EGAS.
Llego á Ignorar
El modo.
ALTAR.
Yo no le bailo.
BET.
Pues si no le bailáis, callad ,
Y á uada me repliquéis.
Salen DOx^A INÉS , los rl^os t VIO-
LANTE.
DO^A l.^ÉS.
Vaestra majestad real "
Me dé SUS plantas, Señor;
Üiouis , Alonso , llegad ,
\ besad la mano si Key.
REY. {Ap.)
.Qué peregrina beldad!
,\ alga te üios por mujer!
¿Qoíéu te truju á Portugal?
DOÑA INÉS.
¿No me respondéis. Señor?
RET.
D^joa Inés , no es tiempo ya
Sino de mostrarme airado ,
Porque vos la causa dais
Para alborotarse el reino, .,
Con intentaros casar
Con el Principe; mas esto
Es fácil de remediar
Con probar que el matrimonio
>o se pudo bacer.
Doyjí IKÉS.
Mirad...
RET.
Iiit's, no 08 turbéis, que es cierto;
Vos DO os pudisteis casar,
Mendü mi deuda, con Pedro
Sin dispensación.
DOXA ints.
Verdad
Fs . Señor, lo que decis ;
Mas antes de efectuar
El matrimonio se trajo
La dispensación.
hET.
Callad ,
Noramala para tos,
Dofia Inés , que os despeñáis ;
Poes si es como tos deds ,
Sera fuerza que muráis.
OOXA IXÉS.
De manera, gran Señor,
Une cuando vos confesáis
Qae soy deuda vuestra , y yo.
Atenta á mi calidad,
Ostentando pundonores.
Negada á la liviandad ,
Para casar con don Pedro
La dispensa tuve ya,
¿Mandáis que muera ¡ay de mi!
A mantis desia crueldad?
Laego¿el baber sido buena
Queréis, Señor, castigar?
RET.
También el hombre en naciendo
Parece , si le miráis
De pies T manos atado ,
Reo de desdichas ya ,
Y 00 cometió mas c«lpa
Qne nacer para llorar. i •
\os nacisteis muy hermosa, *^
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
Esa culpa tenéis mas."
{Ap. No sé , títc Dios , qué hacerme.)
EGAS.
Señor, vuestra majestad
No se enternezca.
ALTAR.
Señor,
No mostréis ahora piedad ;
Mirad que aTcnturais mucho.
RET.
Callad , amigos , callad ;
Pues no puedo remedialla ,
Dejódmelu consolar.
¡ Doña Inés, hija , Inés mía !
DOÑA LXÉS.
¿Estoy perdonada ya?
RET.
No , sino que quiero yo
Que sintamos este mal
Ambos á dos, pues no puedo
Librarte.
DONA INÉS.
¿Hay desdicha igual?
¿ Por qué , Señor, tal rigor?
REY.
Porque todo el reino está
(Conjurado contra vos.
DO^A INÉS.
Dionis , Alonso, llegad,
Suplicad á vuestro abuelo
Que me quiera perdonar.
RET.
No hay remedio.
ALONSO.
i Abuelo mió !
DIONÍS.
¿No ve á mi madre llorar?
Pues ¿por qué no la perdona?
RET.
{Ap. Apenas puedo ya hablar.)
Inés, que mueras es ft:erza ;
Y aunque la muerte sintáis.
Sabe Dios , aunque yo viva.
Quién ha de sentirlo mas.
DO.SÍA INÉS.
No siento. Señor, no siento
Ksa desdicha presente,
Sinu porque Pedro, ausente,
Tendrá mayor sentimiento;
Antes viene á ser contento
Kn mi esia suerte homicida ;
Que perder por él la vida
Nu h:i sido nada, Señor ;
Por(|ue há mucho que mi amor
Se la tenia ofrecida.
Y cuandu tu majestad
Quiera quitarme la vida,
La daré pur bien perdida;
Que en mi viene á ser piedad
Lo que parece crueldad;
Si bien, en viendo mi muerte
Y mí desdichada suerte ,
Morirá también mi esposo,
Pues este rigor forzoso
No será en él menos fuerte.
De parte os ponéis, Señor,
De Blanca , que al bien excede ,
Y ayudar á quien mas puede
Es llaqueza , no es valor.
Si el cielo dio á Pedro amor,
Y á mí, porque mas dichosa
Mereciese ser su esposa ,
Itellcza , del tan amada ,
No me hagáis vos desdichada
Porque me hizo Dios hermosa.
Sed piadoso, sed humano;
¿ Cuál hombre , por lo cortés ,
Vio una mujer á sus pies.
Que no la diese una mano?
Atribulo es soberano
De los reyes la clemencia;
Tenga pues en mi sentencia
Piedad vuestra majestad ,
Mirando mi poca edad
Y mirando mí inocencia.
No os digo tales afectos.
Aunque es mi dolor tan fijo ,
Por mujer de vuestro hijo.
Por madre de vuestros nietos ,
Sino porque hay dos sugetos,
Que, muerto el uno, ambos mueren;
Pues si dos liras pusieren
Sin disonancia ninguna,
Herida sola la una.
Suena estotra que no hieren.
¿ Nunca , di , llegaste á ver
lina nube, que basta el cielo
Sube, amenazando el suelo,
Y entre el dudar v el temer.
Irse á otra parte a Terter,
Cesando la confusión ,
Y no en su misma región?
Pues en Pedro esto ha de ser;
Siendo nubes en su ser.
Son llanto en mí corazón.
¿ No oiste de un delincuente ,
Que, por temor del castigo,
Llevando un niño consigo,
Subió á una torre eminente ,
Y que por el inocente
Daua sustento foizoso
A entrambos el juez piadoso?
Pues yo á mi Pedro me asi ,
Dadme vos la vida.á mí.
Porque no muera mi es()OSO.
RET.
Doña Inés , ya no hay remedio ;
Fuerza ha de ser que muráis ;
Dadme mis nietos, y adiós.
DOÑA INÉS.
lA mis hijos me quitáis?
Uey don Alfonso, Señor,
; Por qué me queréis quitar
La vida de tantas veces?
AdTertid, Señor, mirad
Que el corazón á pedazos .
Dividido me arrancáis. <
RET.
Llevadlos, Alvar González.
DOÑA INÉS.
Hijos míos , ¿ dónde vais ?
Dónde vais sin vuestra mqdre?
¿Falla en los hombres piedad? —
¿ Adonde vais , luces mías?
iCómo que así me dejais
En el mayor desconsuelo
En manos de la crueldad?
ALONSO.
Consuélate , madre mía ,
Y á Dios te puedes quedar;
Que vamos con nuestro abuelo ,
Y no querrá hacernos mal.
DOÑA INÉS.
¿Posible es. Señor, rey mío.
Padre, que asi me cerráis
La puerta para el perdón?
¿ Que no lleguéis á mirar
Que soy vuestra humilde esclava?
¿ La vida queréis quitar
A quien rendida tenéis?
Mirad , Alfonso, mirad
Que, aunque os lleváis á mis hijos,
Y aunque su abuelo seáis ,
Sin el amor de la madre
No se han de poder criar.
Ahora , Señor, ahora
i»
Es el licmpo de mostrar
El mucho poder que tiene
Vuestra real majestad.
¿Qué me respondéis, rey mió?
REY.
Doña Inés, no puedo liallar
Modo para remediaros,
Y es mi desventura tal ,
Que tengo ahora , aunque rey,
Limitada potestad. —
Alvar ()Onz:dé%, Coello,
Con doña Inés os quedad ;
Que no quiero ver su muerte.
DONA INÉS.
i Cómo, Stffior? ¿ Vos os vais ,
Y á Alvar González y á Coello
Inhumanos me entregáis?—
Hijos , hijos de mi vida. —
Dejádmelos abrazar. —
Alfonso, mi vida, hijo,
Dionis, amores, lorntid,
Tornad A ver vuestra madre.—
Pedro mió, /.dónde estás,
Que así te ulvidas de mi?
¿Posible es que en tanlo mal
Me falte tu vista , esposo?
i Quién te pudiera avi.^ar
bel peligro en que , afligida.
Dona Inés, tu esposa, está !
REY.
Venid conmigo, infelices
Infantes de Portugal —
i Oh nunca , cielos , llegara
La sentencia á pronunciar,
Pues si Inés pierde la vida.
Yo también me voy mortal.
{Vate con los niños.)
DONA I.XÉS.
¿Que al fin no tengo remedio?
Pues rí7 Alonso, escuchad :
Apelo de aquí al supremo
Y divino tribunal ,
Adonde de lu iniuslicia
La causa se ha de juzgar.
(\anse.)
Sale EL PRÍNCIPE, con una caña en I
ia mano.
príncipe.
Cansado de esperar en esta quinta,
Donde Amaltea á sus abriles pinta
Con diversos colores ,
Vistosos colores de arrayan y flores.
Sin temer el empeño, * [dueño:
Me he acercado por ver mi hernioso
A esta caña arrimado ,
Que por humilde solo la he estimado,
Pues al verla me ofrece
Que en lo humilde á mi esposa separcce,
Entré por el jardin, sin (¡ue me viera
El jardinero ; paso la escalera , [do,
Y sin que nadie encasa haya enconlra-
lle llegado á la sala del estrado.
¿Hola, Violante, Inés, Brilo, criados?
¿Nadie respon<le? Pero ¿qué enlutados
A la vista se ofrecen?
El Condestable y Ñuño me parecen.
Salen EL C0NDE8TAIILE y NÜÍ'JO,
con lutos.
C0:(0ESTAIlLC.
¡Válgame Dios!
RUNO.
El Principe es sin duda.
CONDESTABLE.
Yerta tengo la voz^ la lengua muda.
pRhcfPB. I^nuevo?
Condestable, ¿qué es esto? Que hay de
LUIS VELEZ DE GUEVAIU.
CONDESTAILE.
Decidlo, Nufio, vos.
WÜÑO.
Yo no me atrevo.
PRÍNCIPE.
Decidme, ¿qué os motiva á dudas tantas?
CONDESTABLE.
Dénos SU majestad sus reales plantas.
PRÍNCIPE.
Mi padre ¿es muerto ya?
CONDESTABLE.
Señor, la Parca
Cortó la vida al ínclito monarca.
pbíncipe.
Pues ¿adonde murió?
CONDESTABLE.
Eu la quinta ha sido
De Pgas Coello, porque habia venido
Su majestad á caza, y de repente
I.e sobrevino el último accidente
De su vida, y de suerte nos quedamos,
Que , con haberlo visto , lo dudamos.
pnÍNOlPE.
Aunque con justo llanto
Deba sentir haber perdido tanto.
Mi mayor sentimiento
Es no haberme llamado
Para verle morir; mas, pues el hado
Dispuso ; adversa suerte !
Que no llegase al tiempo de su muerte.
En sus honras verán boy sus vasallos
En cuanto en el dolor llega á pagallos.
Excediendo á la pena desta nueva
Todo el dolor y pena que yo deba.
Y pues mi Inés divina es tan hermosa,
Mi muy amada esposa.
Ya que alegre y contenta
Hoy su grandeza en I^ortugal ostenta.
Todo en aqueste día.
Si hasta aquí fué pesar, será alegría.
Llamad á mi Inés bella.
CONDESTADLE.
¡ Qué desdicha !
, PRÍNCn>R.
No se dilate. Ñuño, aquesta dicha.
Xlamal , llamad al punto á mi ángel
CONDESTABLE. [bcllO.
Sepa lu majestad que E^as Coello
Y Alvar González á (^astilla han ido.
PRÍNCIPE.
Sin duda mis enojos han temido ;
Alcaii/adlos, (jue quiero
Ser piadoso, no airado y justiciero;
Y á los pies de mi Inés luego postrados.
De mí y la Reina quedarán honrados.
ÑUÑO.
¡ Oh desdicbada suerte !
CONDESTABLE.
Hoy recelo del Príncipe la muerte.
( Vanse Ñuño y el Condestable.)
PRÍNCIPE.
¿Que ha llegado ya el dia
En que pueda decir que Inés es mía,
Que alegre y que gustosa
Reinará ya conmigo Inés hermosa?
Y Portugal será en mi casamiento
Todo fiestas , saraos y contento.
En público saldré con ella al lado;
Un vestido bordado [no.
De estrellas la bice hacer, siendo adivi-
Poique conozcan, siendo Inés divina.
Que cuando la prefiero.
Si ellas estrellas son , r4la es lucero.
¡ Ob , cómo já se tarda ! [aguarda!
¡ Qué pensión siente quien amante
¿Cómo hablarme no viene?
Mayores sentí mleotoi me praTl6oe.
A buscarla entraré ;^ue tengo celos
De que á verme no salgan sus dos cielos.
U9(A voz. {Canta.)
¿ Dónde vas, el caballero?
Dónde vas, triste de Uf
Que la tu querida esposa
Muerta es , que yo la vi.
Las señas que ella tenia
Bien le las sabré decir:
Su garganta es de alabastro,
Y sus manos de marfil.
PRÍXCIPE.
Aguarda , voz funesta,
Da a mis recelos y temor respaesta;
Aguarda, espera, le:.te.
Sale LA INFANTA, de tuto,yle detUna.
INFAKTA.
Espera tú, Señor; que breTemente
A lu real majestad decirle quiero
Lo que cantó, llorando, el jardinero.
Con el Rey, mi señor (que muerto yace.
Por cuya muerte todo el reiao hace
Tan justo sentimiento),
A divertir un rato el peasamieoto
Salí á caza una tarde,
Haciendo á mi valor vistoso alarde;
Llegué á esa quinta, donde yace moer-
Este dolor advierto, [to ;
¡ Oh cielo ! Ob nena airada !
Hallé una flor hermosa, peroijada;
Quitando ¡oh dura pena!
La fragancia á una candida asacena,
Dejando el golpe airado
l'n hermoso clavel destigarado,
Trocando con airado desconsuelo
Una nube de fuego en duro hielo;
Y en lin, muestre valor hoy tngrande-
A quitar hoy al mundo la belleza, [za.
Provocándole á ello
Alvar González y el traidor Coello.
Con dos golpes airados
Arroyos de coral vi desatados
De una garganta tan hermosa y bella,
Que mi lengua no puede encarecella ,
Pues su tersa blancura
Dechado fué de toda la hermosura.
Parece que no entiendes
Por 1 ts señas quién es, ó que pretendes
Quedar, de sentimiento.
Por basa de su Infausto monumento ;
Mas, para que no ignores
Quién pa<lecio estos bárbaros rigores,
Yo te diré quién es, estadme aleirto;
Que de sangre sembrando sentimiento.
Sabrás (|ue es mármol ya, ya es frío hie-
Murió lu bella Inés. [lo.
príncipk.
¡Válgame el cielo!
{Dtamáyase.)
INFANTA.
Del pesar que ha tomado [do.—
El nuevo rey, ¡ ay Dios! se ha desmaya-
¿Ciuballeros, fidalgos, hola, geote?
Sale EL CONDESTABLE y gkudos.
CONDESTABLI.
¿Qué manda vuestra alteía?
INFANTA.
Un accidente
A 1 Rey le ha dado; remediadle al punto.
Pues temo es ya difunto ;
Que yo, compadecida
De que la hermos^lncs perdió hi vida
Y de a(iueste esnecticulo aangrieBlo«
En las alas del viento,
Laslimada j amante,
A NaTarra me parto en este instanle.
{Vase,}
CONDESTABLE.
El Rey está desmayado. —
Rey de Portugal, Señor,
Ose , cese ya el dolor
Qae el sentido os ha añilado.
Si Toestra esposa ha faltado,
No faltéis vos; id severo,
Riguroso, airado y fiero.
Contra quien os ofendió ;
Onien amante os advirtió.
Os admire justiciero.
pBúciPE. ( Volviendo en si.)
Si loes hermosa murió,
«Nofué por Quererme? Si.
^Moriera mi loes aqui
^i DO me quisiera? No.
Laego la causa soy yo
Deia pena aue le han dado.
¿Cómo, Pedro desdichado.
Si iDés murió, vivo quedas?
Cómü es posible que puedas,
No morir de tu cuidado?
Ko lio, Inés, ¿por mi ha sido,
Por mi, que ciego te adoro
(De cólera y pena lloro),
[ Lamaerle que h.'xs padecido
f Síd haberla merecido ?
¿Coál fué la mano cruel
Qae de mi inocente Abel
(A pesar de mi sosiego).
Bárbaro, atrevido y ciego ,
Corló el hermoso clavel ? —
¿Qué me detengo? Vo voy,
Vof i ver mi hermoso bien.
¿Uiiién, cielos divinos, quién
Ife ha olvidado de quién soy?
¿Cómo reportado esioy?
Aguarda, Inés celestial ;
I (^ue también estoy mortal.
No le partas sin tu esposo ;
Que me dejarás quejoso
Si 00 partimos el mal..
CO?IDESTABLE. "
«Dóode vas. Señor?
PRÍRCIPE.
A ver
A mi doña Inés hermosa,
A mi difunta , á mi esposa ,
A la que reina ha de ser.
CORDESTABLE.
Mirad qoe podéis perder
1.a Tjda , Seüor.
PRÍNCIPE.
Callad,
Dejad que la vea, dejad
Qoe en sus brazos llegue á verme ;
^ae no bago nada en perderme,
Perdida ya su deidad.
REINAR DESPUÉS DE MORIR.
Sale NüNO.
NUSO.
Ya á Alvar González y Coello
Presos trajeron , Seíior.
PRÍNCIPE.
Mostrar quiero mí rigor
Kn los dos. — ¡ Ay ángel bello !
Quisiera poder hacelto
Gn estos dos inhumanos,
Matándolos con mis manos. —
Sin que mi piedad inciten ,
'Por las espaldas les quiten
Los corazones villanos;
Y para mayor tornienlo,
Procuren , si puede ser,
Que lüs dos los puedan ver
Antes que les falte aliento.
Y luego, para escarmiento,
(.on dos crueles arpones ,
Kntre horror y confusiones.
Queden mil pedazos hechos ;
¡ Así pudiera en sus pechos
Haber muchos curazones!
Veamos ahora á Inés.
CONDESTABLE.
Gran señor, no la veáis ;
Mirad que asi aventuráis
La vida ; vedla después.
PRÍNCIPE.
¿ Por qué lástima tenéis
De mi vida, si estoy muerto?
Verla quiero , pues advierto
Que no puede ser mayor
Mi tornienlo y mi dolor.
CONDESTABLE.
Ya, gran señor, está abierto.
{Descubren á doña Inés muerta , sobre
unas almohadas.)
PRÍNCIPE.
¿Posible es que hubo homicida
Fiero, cruel y tirano,
Que con sacrilega mano
Osó quitarte la vida ?
ÁÍ'ómo es posible, ¡ay de mí!
Cómo, cómo puede ser
Que quien á mi me dio el ser,
Te diese la muerte á ti?
Por su cuello ¡ pena llera !
Corre la púrpura helada.
En claveles desatada.
¡ Ay doña Inés! iQuién pudiera
Detener ese raudal,
Dar vida á ese hermoso sol ,
Dar aliento á ese arrebol
Y soldar ese cristal !
¡ Ay mano! ya sin recelo
StT alabastro pudieras.
Que hasta ahora no lo eras,
Porque te faltaba el hielo.
Ya faltó tu bermoso abril ;
Si bien |)iensa mi cuidado, .
Inés, que le has irasformado /
En estatua de marlil. /
Si la vida te faltó.
Tampoco, Inés, tengo vida,
123
Pues mi hermosa luz perdida,
No estoy menos m\ierto yo.
Ñuño de Almeida, á Violante
De mi parte la decid
Que os entregue una corona^
Que yo á mi espo.sa la di
Cuando me casé , en señal
De que reinaría felíz^
Si viviera.
NÜNO.
Voy por ella. {Vase.)
príncipe.
Vos, Condestable, advertid
Que os encarguéis del entierro,
Llevándola desde aquí
A Alcobaza con gran pompa,
Honrándome en ella a mi;
Y porque yo gusto de ello,
fcll camino haréis cubrir
De antorchas blancas, que envidie
Kl estrellado zalir,
Todas diez y siete leguas ;
Que tanibieii lo hiciera así '
Si , como son diez y siete, ■'>*..
Fueran diez y siete mil.
( Vase el Condestable.)
Sale Mjr^O, con la corona, y besa la
mano á doña Inés.
. ÑUÑO.
Esta es la corona de oro.
príncipe.
De otra manera entendí
Que fuera Inés coronada;
Mas, pues no lo conseguí,
Kn la muerte se corone. —
Todos los que estáis aquí
Besad la difunta mano
De mi muerto seralin ;
Yo mismo seré <*I rey de armas.
Silencio, silencio, oid :
Fsta es la Inés laureada ,
Esta es la reina infeliz
Que mereció en Portugal
Reinar después de morir.
SaleEL CONDESTABLE.
CONDESTABLE.
Murieron los dos, á quien
Espalda y pecho hice abrir.
PRÍNCIPE.
Relirad el cuerpo hermoso
Mientras uue voy á sentir
Mi desdicha.— ¡ Ay bella Inés I
Ya no hay gusto para mí ;
Que. faltándome tu sol,
¿Cómo es posible vivir?
Vamos á morir, sentidos;
Amor, vamos ii sentir. {Vase.)
CONDESTABLE. '
Esta es la Inés laureada.
Con que el poeta da fin
A su tragedia, en quien pudo
Reinar después de morir.
COMEDIA FAMOSA
DS
LOS HIJOS DE LA BARBUDA
COMPUESTA
por LUIS VELEZ DE GUEVARA.
D05ÍA BLANCA DG GUEVARA,
911^ es la Barbuda.
RAMIRO, I ^..
DON GARCÍA, rey de Navarra.
IRRACA SXSCHEZjfíi hermana.
DOSa MARGARITA, reina de
Francia.
PERSONAS.
ROBERTO, su lio.
MARSILIO, rey de Zaragoza.
CELIDORO, general de Martilio.
SANCHO, labrador, gracioso.
MUDARRA, escudero viejo.
DONOLFOS,t«/ii«tó.
ilHE^, caballero,
SANTIAGO APÓSTOL.
UN FIDALGO.
UN VIEJO FRANCÉS.
UN TAMBOR.
Dos PADRINOS.
Cuatro franceses.
Otros caballeros frascbses.
Algunos moros de acompañamiento.
Músicos.— Guardas.
ACTO PRIMERO.
Hacen ruteo dentro, y dice EL REY
DE NAVARRA.
RET.
Atravesá el cercado.
infatte.
¡ Ah caballeros !
Por aqni.
JIMEN.
Por aqui.
RET.
Del monte á brío
Acodan los lebreles y monteros.
JIMEN.
£1 Rey dejó el caballo.
Salen EL REY t EL INFANTE DON
OLFOS, JIMEN y los demAs, á lo an-
tiguo, y por oíra parte SANCHO,
lacador,
RET.
En el sombrío
Robredo el jabalí se me ba escapado.
SANCHO.
Lleve el diabro, amen, tanto jodio;
¿Non dejarán facer al borne honrado
Coando dormiendo finca; no i qaien di-
Cuiden de salir luego del cercado, [go?
IBT.
Aqoeste labrador fabla conmigo.
infante.
Non conoce á la Tuesa señoría,
O es algún borne sandio.
JIMEN.
Fabla, amigo,
Con mas mesura.
SANCHO.
¡Arre allá! ¿Novia
Que es montiBa vedada?
JIMEN.
Ved , hermano.
Que es el rey de Navarra, don García.
SANCHO.
Pues ¿qué? De ella os salid.
INFANTE.
¡Sandio villanol
SANCHO.
¿Ha de enforcarme el Rey por ber mi
Además que mentis. [oficio?
INFANTE.
El borne es llano,
Y cuida que no hace perjuicio;
Perdona su sandez.
SANCHO.
Si atrás me fago.
Non fablarán ^ á mi pesar , de vicio ;
¿ Qué digo? Arre allá , salgan del pago.
INFANTE.
¡ Ah labrador desaguisado !
SANGRO.
Ahuera,
Non les dé con la honda un Santiago ;
Non me cuiden meter en la mollera
Qu'es el Rey, con marañas v falsías ,
Que yo ya me huocíllara si lo viera ;
Yo guardo aquestas cercas como mías,
Que son de la mi dueña ; salid ende.
RET.
Saladas son del terco las porfías ;
A non saber cuan poco se le entiende.
Le mandara enforcar , Olfos infante.
INFANTE.
Un home poco doecho non ofende.
SANCHO.
Yo desembrazo , ó pasen adelante.
RET.
Matalde.
SANCHO.
Non lo fablo tan de veras.
Guarzooes, refrena tan mal talante;
Que non so moro yo.
RET.
Dejalde.
JIMEN.
Hoy vieras,
A non fablar el Rey, muy mala guisa
Déla tu vida, y bien pagado fueras.
SANCHO.
De qu*es aqueste el Rey este me avisa;
Irme quieq^.
RET.
¡Ah gañan! Volvé, ¿qué digo?
Espera, non vos vais tan apriesa.
SANCHO.
Él ha cuidado darme otro castigo ;
Perdona mi sandez , que non sania
Que su mercé era el Rey, Dios es testi-
RKT. [go.
¿De quién es esie monte y casería
Que este oerctdo y este arroyo cierra?
i
i
tM
KAKC1I0.
De un» (luefia iln [irandu Hilatguln,
Que Ihiiiiaii 'u Barbuda rn csia liin
Sk'iJilii su I. ^1 i:uev;ii
DelusL-i intiLTi
Due (lostiuos iiui! cnviuJú di; ürluii
[Un,
CiiiiiIoshij(i;i|ii(rlteiiP barr»i;ai
Utie mvlli/.us nos <liú su ían{;rc
Sin
^■ti
isgaíiaiips.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
la íiesia pasa
Kii csla ípupsia j rica casería ; * [sa.
Que lan alto va el sol, que cisuclo alira-
Lslo iqaé linca de ta corle mia?
A I )j unas (toce millas.
j.Qué dt'ri'[o se lililí» en sa persona.
Únela Ihmian Harbulla?
«A^cno.
Sold'-menie
Lo que sus huercas ic¿
Noi^
Ya
Mil
parecu que el cieln i|ue la fi/o,
Al facerla varón, trocó la stierle;
Que le (lió su valor, que iiun deliiera
üue es fi'niLra, si iiu un lióme inaj cas
tito
iPodré escurrirme ahora, con la viies!
Espera un poco.
Pasta agora ¡
La Torca me amenaza con la fuesa.
4Q11G Taré?
Y salga en él la enamorada ei
Salr UUOARRA.
HUnAHHA.
Doña Bhnt^a du Uuevara ,
Barbuda pur suli reno ¡ubre ,
Viuda de Unnn Ue Lara ,
Gran llilalgo ¿ rico lióme ,
llf- :i1iukni{{0 y sangre rara.
Guírilevos Dios, escodero.
De mi. non ,
Sino solu el
Y ñncü ,iqui Dio
Que vos maude el R«v erguir.
ORDO So.
ruidoque.idoroalgnn lanío.
íQué le íiabcmo» deilccir?
Vo 1c hblkrA eolre Unto.—
' .ii wnorla
Pido la mano )' los piás ,
HtT.
Henos qnema el sol del dia.
Señor, la maoo donad
A Ordoñuelo j i Ilamfro,
Mis lijos ambos.
Tomad,
Fldalgos . qu'en dambos miro
Vuesiro peclio de lealtad.
Erguidlos del sacio agora ,
Faced olro acaiamienlo
Al crguirvos.
En buena bora.
RAaBOM.
Uabeisme liado conleoto.
Valga vos iiuesa ítelidra.
Que en además mu; grande cazadora.
Olios , de verla i fe me da deseo.
Escorriréaie.
(inarda la mesnada
Que tes en mi compafia.
sAücno.
BtT.
iPüdráse nqnesiasiesia acalorada
Ouií
Asaz, Señore: [da;
Que del mundo muí bien esiá ab;isia-
Purqucson suyas deslv atreilrdurc
Todos dehesas ,
Disde '5**;*;
Habrá ^ ffliiVftS'í
Ue lo«
LlenosSSÍ -i ;
l'ara el ne
rH*!
Perdona ^U
Que uta
Que non fuera en lasobras tan ncxqiii-
l'artr;n,y díte dría parle mia
A iRiadueiía qw esta siesta qnierc
A(|al linear el rete don García ;
Y mtenlras cu ci-nU el sol Hricre ,
l'asBTCon la mi eenie en la su casa,
SI I )a volnniad «nya le plugaiero.
Acula ni ie II lo* les.
■ET.
Ferinosa , don Olfos, es.
BAHBUD*.
Llegad, j non vos lurbédes;
Faced la p mm
Conmigo , de aquesta guisa ;
Erguid siempre la eslalura.
Lo que facen les avisa.
¡Qué divinal fcrmosura!
Sea la
RABIRO.
La gorra el Itej se ha quitado.
BARBUDA.
Fácemc mesura á mi;
" ü las Tumliras es usado
Acatar ri'jesansi.
iNon cuidéis, Ramiro, vos
Qu'es Ir mesura á k» dos ,
Rsia
eiiunesjuElaraun
Que se tifian los Rc^roi
I vaesa bendición,
indolos caballeros,
redo garzones son.
KET.
i'nen edad cumplida ;
illos, iadaeüa tionrada,
BARBUDA.
Para olra venida
jad , por vuestra vida ;
ráii mas membruda edad ,
ra . Señor, yantad ,
[is yantares esperan ,
nagúer quisier que huerau
) la mi voluntad ,
n la mi casa non quiero
5S Tuesos guisadores
I de vaiitar; qu*espero
yantares mejores,
ndo menos dinero.
i> (hitarías lian dejado
¡lo la su labor,
irá bien sazonado ;
ímbras guisan mejor
borne utas aguisado;
s he , como confio,
píos de leclie y fruta
jeste vergel sombrio,
as penas enjuta
jóFar del rocío;
üso vos daré luego
I salsa, que le cuadre
qu*el perni I gallego,
vientre de su madre
un cabrito al fuego ;
0 con salmorejo
gazapo ó conejo
e venga á las nanees ;
vos daré perdices ,
ara invierno las dejo,
vos podré un pichón ,
in pollo con agrax,
olla, en conclusión ,
estimo masen paz
lantos yaniares son ;
;(a fincaba guisada
1 nueso menester,
lo bien abastada ;
as queréis comer,
ara una empanada
id.i ik lo aldeano,
se hacen aquí ,
» gusto cortesano,
no de un jabalí
alé ayer por mi mano ;
^an. ál tín, y reciente,
)1 de aqueste dia,
anco, que solamente
llanca nieve fría
a el estar caliente.
por postre garrida
le sanen y algunas
V con nuesa vida , .
por aceitunas,
le asentéis la comida.
BET.
lueña ¿qaédecis?
I?ÍFANTE.
as non fíciera el preste
oplona ó de Paris.
BET.
)iros, que le cueste
cien maravedís. —
o desto, por Dios,
os vuestros fijos dos
de llevar cdnitiigo.
BARBCDA.
ús jurado , non digo
; os reproche á vos.
de roay baeo látante ,
LOS HIJOS DE LA BARBUDA.
Sirvan-os de aquí adelante.
Pues es de ííav-orra ley
Servir el fidalgo al Rey.
BEY.
Ya tienen edad bastante.
BARBUDA.
Llegad , fijos , y besad
La mano á su señoría
Por esta merced ; llegad.
OUDOSO.
F.n la vuesa compañía ,
Reye , que la Trinidad
Guarde mil eras y remos.
REY.
Fidalgos de prez.
RAMIRO.
Los dos
Servirvos procuraremos.
REY.
Guárdevos, fidalgos, Dios.—
Ea á yantar; ¿qué facemos?
Olfos yantará conmigo
Y doña blanca.
BARBUDA.
Señor,
A facerlo no me obligo ;
I Yantad al vueso sabor,
Y buena pro os faga.
REY.
Digo
Que se faga vuestro gusto.
BARBUDA.
Non yanto yo con los bornes.
REY.
Es, doña Blanca, muy justo.
BARBUDA.
Non es mal querer los bornes ,
Sinon á mi estado injusto ;
Que á una dueña que el velado
Como el mió le ha faltado ,
En mas lóbrego lugar
Sola tiene de yantar,
O le será mal'contndo.
Perdonad el no poder _
Recibir ese favor
Por enviudar la mujer.
REY.
Quiero todo vueso honor,
E mas non cuido queret*.
MUDARRA.
Ya los yantares están
En la tabla aparejados.
BEY.
El olor farta que dan.
BARBUDA.
Entre los vuesos criados
Mis fijos os servirán;
Oescubridvos los capotes.
{Toma las capas Mudar ra.)
REY.
Blanca , adiós, basta después.
( ¡ Ay amor, non me alborotes! )
BARBUDA.
Beso vuesos reales pjés.
REY.
Algunos sabrosos motes
De amor quiero que me cante ,
Mientras como en su discante,
El mí meloso cantore. ^
INFANTE.
A los dos dará sabore.
it7
Id , fijos.
BARBUDA.
REY.
Venid , Infante.
BARBUDA.
Escuchad , Modarra , un poco.
MUHARRA.
Mandad á la vuesa pro ,
Que lo faré al punto yo.
{Ap. Finco en tanta gente loco.)
BARBUDA.
•
Ataviadvos , Mudarra ,
Y lo mejor que ser pueda ,
De vuesa gorra de Seda
Y la calza mas bizarra ;
Del mas enlocido sayo
Que á vos el veros conhorte.
Porque habéis de ir á la corle,
De mis dos fijos por ayo.
Y á Sancho, el que en la montiña
Ha guardado hasta agora ,
Dejando luego á la hora
El traje de la campiña.
Por ser garzón de fieldad ,
Le pondréis un atavío
De los que el velado mío
(Haya buen siglo), escochad.
En su desposorio díó
A los pajes de librea ,
Y ved , Mudarra « que sea
El que mas allí eoloció.
Que linca en el mí almacén
Aquesta librea toda.
Con las mis ropas de boda
A buen recado también;
Faced, Mudarra, esto cedo.
MUDARRA.
Yo faré el vueso mandado,
Y cedo estará á recado ;
Porque, maguer que no puedo
Por la mi gota escorrer
Como quisiera , y faré
Cnanto fuere en la mia fe.
Sin pa^or podrédesir;
Que, si Dios me d^ su ayuda ,
Han de ser ( maguer soy viejo)
De toda Navarra espejo
Los fijos de la Barbuda.
BARBUDA.
Dios á las sus fechorías
Done buena man derecha ;
Que sin él non aprovecha
Humana fuerza en los días.
Cuido que cantan ; amén
Que le tengo d>scochar,
Veamos si es el cantar
De sotil metro también ;
Que cuando metro y tonada
Se aunan en una pieza
Con pareja sutileza ,
Es una cosa agraciada ;
Mas si es del rey cantador,
Tendrá sutiles cantares,
Y le farán los yantares.
Con el cantar, mas sabor.
Mi)sicos. {Cantan dentro,)
Conde Claros ^ con amores
Non pudiera reposare^
Apriesa pide el vestido.
Apriesa pide el calzare ;
Presto está su camarero
Para habérselo de daré;
Que quien adama non duerme ,
Y mas cuando celos haye;
Salto diera de la cama ,
Que parece un gavUane;
Que es con amores el lecho
Mármol duro y lid campale.
BARBUDA.
i Qué sotil qa'es la canción !
Non la quisiera perder
Por todo el preciado haber
De los qae eo Navarra son.
1»
MÚSICOS. (Cantan,)
Las calzas se pone el Conde
Apriesa^ y non de vagare;
Que amores de blanca niña
Llamándole apriesa estañe.
Sale SANCHO, con vestido gracioso ^
con gorra y capa^ y dice.
SANCHO.
Y yo quisiera saber
Estas cómo han üe fincar;
Que en lan estrecho lu{(ar
Non sé cómo he de caber.
Emparedado me huu puesto,
Y en dos embudos metido;
dontru el Rey ¿qué he cometido,
Que ausi me fíuca? ¿Qu^esesto?
Calzas , calzas convas dos ,
Que ya el mi letigio veis,
Por la virtud que tenéis
Y vos ha donado Dios ,
Que me digáis de qué {;uisa
Os tengo de ataviar;
Que non vos puedo pasar
A cubrirme la camisa.
BARBUDA.
Este es Sancho ; apuesto viene
De la librea.
SANCHO.
; Ay de mi ,
Que la mi dueña está aquí !
BARBUDA.
¿Oh Sancho?
SANCHO.
Non sé qué tiene,
La mi señora, este traje,
Que atavialle no puedo,
Nin me cuido partir cedo,
Nin soy bueno para paje.
BARÜUDA.
¡Oh mal mañoso garzón !
¿Eso habédi's de decir?
(^edo habédes de partir.
Maguer (jue digáis de non ;
Que vos laré si vos cojo...
{Tómale del brazo, y cáensele las cal-
zas.)
SANCHO.
¿Qué me habédes de facer?
BARBUDA.
Menuzos en mi poder;
Vos non sabéis , si me enojo...
SANCHO.
Basta, fincado de mi,
Que finco un brazo tollido.
BARBUDA.
¿Non me habédes conocido?
Ah villano, fmca aqui.
SANCHO.
Déjame , non me desragas.
BARBUDA.
¿De cuándo acá, el mal garzón ,
Non acatáis mi razón?
Agora subid ahi,
Y ponedvos la bujeta ,
Que en ellas fmcacosella.
SANCHO.
¿Dónde?
BARBUDA.
Del sayo prendclla ;
Polidvos esa coleta ,
Ponedvos bien el capolo,
Mevaldü al uso y erguido,
Que non fuera tan lucido
Si fuera de ehamelote;
Poned derecho el plumaje
En vuestra gorra velluda
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
SANCHO.
Hoy el diabro y la Barbuda
Por huerza me hacei paje.
Sale AlUDARRA.
UUDARRA.
Ya el Rey ílncó de yantar.
BARBUDA.
¿Que ha yantado me decis?
Vudarra, apuesto venis.
MUDARRA.
Lo que pudejalaviar.
BARBUDA.
¿Ha yantado asaz el Roy?
HUDARRA.
Y asaz también la su gente
Con el Reye juntamente,
La vuesa íidalga grey;
(^omo dueña de valia
Y la mejor de Navarra
Habéis comprido.
BARUUDA.
Mudarra ,
Deuda os de la (idalguia.
Sale EL REY y ios demás.
RET.
Los yantaros han fincado.
Por mi fe, muy á sabor.
barbuda.
Faceismc merced , Señor.
RKV.
Pueña, vos me habéis honrado.
barbuda.
Cedo vos queréis partir.
REY.
Si , que Urraca , la mi hermana ,
Me aguardando buena gana ,
Y esto le cuido decir;
h'áblaré con ella asaz
De la vuestra fidalguía.
• BARBUDA.
A la vuesa señoría
Beso los pies.
RET.
Finca en paz ,
Y acordavos de mí , Blanca ;
¿Quen me dio el mi corazón?
Llevo la vuestra faicion
Adonde el alma me arranca ;
Que non sé, á fe, qué cosquillas
Los vuestros ojos me han fecho,
Fechiceros en el pecho
Con amorosas mancillas.
BARBUDA.
Non cuido lo que decis ,
Nin lo cuidaré jamás.
RET.
¿Ingrata sois además?
BARBUDA.
Ya es tarde; ¿vos no pañis?
RET.
Aquí finco, .si me parto.
Dueña, con vuesa persona.
BARBUDA.
Si hoy vades para Pamplona,
Non t'enédes tiempo farto.
RET.
; Non me quenVles cuidar,
Blanca, en el mi afán amargo?
BARBUDA.
A mis fijos vos encargo,
Y Dios vos deje lograr.
RET.
No:i cuido qu'el pedernal
Tenga tan duro Ulaote.
BARBCÜA.
Fijos, finca aqui delante.
Que Dios vos libre de mal.
RAMIRO.
A la vuesa bendición.
La nuesa madre, esperamos.
ORDO.^O.
Aquí humillados fincamos.
BARBCDA.
Dios vos rija el corazón.
Solas tres cosas vos quiero
Decir en antes que os vades ,
Consejos de que os valgádes
En la corte : lo primero
Es de non sufrir algano
Baldón al honor molesto ;
Lo segundo, después deslo.
De non decillo á nin|;unro ;
Lo tercero, en que jamás
En mentira tropecédes;
Que con eslo y las mercedes
Del Reyirédesá mas,
Y serédes ambos dos
Prez de vuesa fidalguía,
Y alc:incevos, con la mia,
La bendición de mi Dios;
Besad la mano y partid
Con el Rey, nueso señor,
Y dónevos Dios honor
En la paz como en la lid.
RAMIRO.
La fe de mi parte os doy.
La nuesa señoia y madre.
De qu'el nome de mi padre
Non manche el non ser quien soy.
ORDOÍlO.
Yo de mi parte también.
BARBUDA.
El mi querido Ordoñnelo,
Guárdevos un siglo el cielo
Y la Trinidad, amén. —
Tened , Mudarra, cuidado
Contino de su enseñanza.
Que vos dé Dios buena danza,
Y enviarédcs por recado'
Para los sus meuesteres;
Y ende con el Rey partid.
SANCHO.
A este paje bendecid ,,
Prez de todas las miserea;
Que voy con farto pavor
A la corte.
BARBUDA.
El Rey se ta."
SA7ICB0.
¿Aun un dedo no habri
Pam mi?
RET.
Sino de amor.
Vamonos.
inrATirE.
{Granfermosura!
REY.
Veré si ausencia mcaplaea.
BARBUDA.
A la mi señora Urraca
Faced |)or mi una mesura,
Y adiós.
RBT.
Adiós.— Voy finado.
SAKono.
Adiós, prado, adiós, monllfia,
Adio^, manso arroyo brando,
el Tergel y azuda ,
1 sé si 08 podré ver ;
llevaa á perder
r de la Bartmáa,
{Yanu.)
IRACA tMAKSILIO, rey moro,
mdo en un retrato que trae,
URRACA.
•mandas , moro fiero,
no sombra me sigues?
Le ba donado osadía
e mis cuadras pises?
>Des pavor, el moro,
its guardas , que asisten
lo la mi persona
^ que eo Navarra vive?
le falta García,
«ano, eo casa , to viste
3 el corazón,
mis cuadras libre,
lie Urraca, su bermaaa,
ra que si se tinque
ulaDte,tefaga
gas ventura triste;
ven mis tídalgos
ertes adalides,
nncbo qu*en menntos
adonde saliste ;
ro, de las mis salas,
aantes que me obligues
i done la muerte.
MAisiLio. (Pintando.)
éranos matices ,
r, ob nieve , oh perlas!
podrá ser posible
con fuerza bumana
á que os imite?
CRRACA.
ué faces? Responde,
T aquí non finques;
r'ienen mis porteros,
e sino naciste.
MARSiLK). (Pinta.)
jos , soles graves.
ORRACA.
ue pintas.
MARSILIO.
No dicen
Q los ojos del cielo.
URRACA.
»o calla j prosigue,
>r por dónde ba entrado,
tincara invesible;
r^ado en el mi cuarto,
o de los jardines;
a me parece;
ré? Non es melindre ,
va á decir verdad ,
tengo terrible.
■ARSILIO.
is, bermosa Infanta,
e solo con (|ue mires
ibrasar la tierra ,
a tu luz resiste;
a de tu belleza
abrasado vive,
taragoza noble ,
ella se te rinde;
os de los cristianos
s que dentro sirven
taños cada dia
anzas que dicen ,
ndes, que quiere amor,
• rev tan invencible,
a abrasalle el alma,
íllando imposibles,
na á don barcia,
D. C. Dc L.-u.
LOS HIJOS BB LA BARBUDA.
Tu hermano, Infanta, pedirte,
A cuya embajada sola
Ayerá Navarra vine;
lüucargóme de su parte
Que cuando fuese posible
Procurase verte , Urraca;
Y yo promesa le hice,
Y que por tener tu imagen
Menos confusa que vive
En su pecho retratada ,
Por no haber viste el origea ,
Un retrato le llevase
Con que en su verdad se afirme ,
Prometiéndome una bermant
Con un millón de cequíes ;
Y jurando de panelle
Dentro en su mezquita insigne
Junto á Mahoma, engastado
Eu balajes y amatlstes ,
Para que lodos los moros
A adoralle se arrodillen ,
Y como á su Alá respeten ,
Enciensen y sacrifiquen»
Llegué á Pamplona, bascando
Mas ocasión convenible
Para este intento entre tanta
Que viene tu hermano ; dye
A un moro, qu*et la hortelano
De tus reales jardlnelí ,
De los que se cautivaron
Cuando al de Lean venciste,
Mi pensamiento, vencido
De dádivas que no piden ,
M posibles que no alcancen ;
Por un testigo que^irre
Para bajar á ese bosque,
Que el sol arroyuelos ciñen ,
Escondido pude estar,
Y entre unas murtas y mimbret
Me aconsejó que aguardase ,
Diciendo que á los Jardines
Sola bajabas las tardes;
Y aguardé como me dice,
Cuando á poco espacio veo
Que los arroyos se ríen ,
Que los ruiseñores cantan
Moteles mas apacibles ;
Que vierte el aurora perlas ,
Que el abril los campos viste ,
Tejiéndole al sol guirnaldas
De claveles y alhelíes;
Y fué, que al jardín bajabas,
Dando á los campos abriles ,
Risa á las aguas, motetes
A los ruiseñores tristes ,
Guirnaldas al sol , y rayos
Que le abrasen y le eclipsen ,
Perlas al alba, y aliento
Al ámbar y á los Jardines.
Quedé admirado de verte;
Mas ¿ qué mucho que mé admire
Sin merecer solo el cielo
De que su manto no pises ?
Un rato estuve suspenso ,
Como á quien la noche embiste
Alguna vez de repente.
Que está sin vista , aunque mire.
Pero después que los oíos
La luz de espacio aperciben ,
Ven la luz y quien la lleva ;
Y viéndola, cleeo quise
Hurtarle con el pincel
Esa belleza imposible.
El ariifício á mis ojos,
Ningunos entonces Hbíres,
Entre tanto que robaban
Tu blancura los jazmines ,
Y el carmesí de tus labios ,
Los claveles carmesíes,
Entre la murta y laureles
A Venus me pareciste,
Cuando con tapido andsiba
i»
Por los jardiaet de Chipre,
O cuando sale á Utmar
Al alba que se le ríe.
Con dientes de eatf«Nis UnUs»
En el carro datoaeiSÉai,
Al alabar el l>08qaeJo
Del retrato, te partiste.
Y yo , como miré el sol ,
Tras tus bellos ojos vine;
Segai tus pasos, Sin terme
Seguro deste inposibte.
Por retratarte y mirarte.
Basta que á verme volviste.
La novedad te admiró;
Pero dejar de ségotfte
Sin acabar el retrato.
Ni pude. Urraca, ai qaise;
8ae , coma sor «oble , infanta ,
s razoa qaa detembía
Cumplir mi palabra al Rey,
Ya que fué al mió y le dije.
Y ansí , sin ieiutt (i Miando
Y á cuantos cristianen ülflMai
Acero cruzado al lado ,
Lo que be proaaeiido hice. -
Y como á nobles y i reyes ,
Porque en algo fte ejerciten.
Un oficio les ensefiin.
Como siempre ociasos viven;
La pintura me e; seüáron,
Con que ba anendo qoe pinté
Amor, para el cielo an sol.
Para loe bomlMret tn tfifae,
iJn cielo para la tierra ,
Para el fuego un imposible,
Para el mar ana sTttna,
Un veneno para el altoi ,
Para el sentido ana esfinge,
Y para Marsilio un nóaaoma
Tan bello como terrible.
I»RACA.
Válasme naestra Señora;
Moro , 1 qaé dello bas fablado !
HARSIUO.
Si te pintara el cuidado
Del que por fama te adora ,
Paera imposible acabar
En la eternidad del aUtia,
Que cualquier sentido calma
Cuando le llega á|>inur;
Siendo en los locos bosquejos
De sus colores obscoras ,
Sombras todas laa venturas,
Y las esperansaa l^os.
URRACA.
La vaesa mandaderia
No tendrá el Moro sazón ;
Que los que cristianos son
Non precian la morería.
En balde babédes venido;
Conténteos el retrato ,
Que vos cuesta tan barato,
Fincando Un atrevido,
Y volvedvos noramala ;
Ved que vos laré prender.
HARSIUO.
No tiene Espaite poder
Para echarme de la sala;
Y perdona no guardarte
En esto solo el decoro.
Sa^fta ndda^ eomo que llBía EL Wí,
y dicen dentro.
RBT.
Avisa á la InfiMita.
waacá.
MovOf
Ponedvof de ftqiiétti fule ;
130
?ae caido que Tiene el Rey,
yo en peligro me veo.
9 HARftlUO.
No importa; hablalle deseo.
Sale JIMEN.
DRBACA.
¡ Oh Jimen , home de ley !
JIMEN.
Ya el vueso hermano ha llegado.
URRACA.
Él finque muy bien tenido.
JlHElf.
¿Qné moro es este atrevido,
\lue en el vueso cuarto ha entrado?
URRACA.
Un mandadero que viene
Para mi hermano/
illIElf.
¿AnsfY
URMACA.
Ya entra ; espérale aqui.
JMEIf.
Sañudo talante tiene.
Entra EL REY, EL INFANTE DON
OLFOS , T RAMIRO Y ORDOÑO, iin
espadas y con (forras en las manos ^
T MUDARRA T SANCHO.
Ya llega el Rey, mi señor.
URRACA.
Muy bienvenido seádes ,
Garcia.
RBT.
¿Cómo flncódes.
Urraca?
URRACA.
AI vueso favor.
¿Venides bueno, el mi hermano?
RBT.
Para faceros merced.—
Llega , mesura faced ,
É demandado la mano
A Urraca, la infanU vuesa ,
Fidaigos.
RAMIRO.
Es gran razón.
URRACA.
¿Quién estos gañones son?
RET.
Ya de la mesnada nuesa,
{Ramiro y Ordoño se arrodillan^ y
Urraca les hace señal que se levan-
ten , y prosigue el Rey :)
A quien donar cuido ayuda ;
De la casa de GueTara
Y de la antigua de Lara,
Y fijos de la Barbuda .
Una dueña y rica fembra
Fermosa además, por Dios ,
Sue en esta ocasión de vos
uy luengamente se Hembra
Y vos face la mesura ,
En cuya casa he pasado
El calor, y me ha donado
De yantar, que en la espesura
De su montiña cercada,
Yendo en pos de un jabalí ,
Viniendo á Pamplona , di
De caza con mi mesnada.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
URRACA.
Garzones apuestos son.
RET.
Faced que nuesas doncellas
Dellos se sirTan.
URRACA.
Con ellas
Fablarán á su sazón,
E cuando fiestas hobiere
Sus posaderos tendrán ,
E á servir se fallarán
Cuando yo yantar quisiere.
MET.
¿Qué face este moro aqui?
URRACA.
El rey Marsilio le euTia
Con una mandaderia.
RET.
Llegad, moro, en ante mi.—
Allegadvos .posaderas. —
Sentadvos , urraca , vos
En par de mi ; quiera Dios
Que sea por bien.
(Llegan sillas ^ y hace Marsilio acata"
miento.)
MARSIUO.
¿Qué esperas,
Que no me mandas sentar?
RET.
Posad-os, morOf^n buen hora ;
Que no me membraba agora.
MARSIUO.
Don Garcia, ¿podré hablar?
Marsilio, famoso rey
De la insigne Zaragoza ,
Saludes muchas envia,
Don Garcia , á tu persona ;
Y dice que , enamorado
Por fama, aunque ha andado corta,
En alabar la belleza
Que de tu hermana pregona ;
Porque á veces el amor.
Que su fuerza poderosa
Hacen de las alabanzas
Ojos por donde enamora ;
A Urraca Sánchez te pide ,
Por mi, para dulce esposa,
Ofreciéndote á Colima ,
Su hermana , en cambio deslotra.
Y con ella , en Aragón
Diez villas las mas hermosas
Que tü señalar quisieres ,
Siendo en tu corte las bodas,
Y jurando eternamente
Amistad con tu corona ,
Y dándote cada un año.
Por feudo y parias forzosas,
Cien yeguas de Andalucía,
De diferente piel todas,
Y cada cual un retrato
De la soberbia española ;
Cien alfanjes berberiscos ,
Veinte jacerinas cotas ,
Cien adargas de Marruecos,
Cien lanzas y treinta alfombras,
Las veinte de seda y lana ,
Las diez de plata y aljófar.
Labradas por turcas manos
De una de Constanlinopla ;
Y que de veinte mujeres
Que tiene Marsilio y goza ,
Solamente será Urraca
El dueño, reina y señora.
A esto vengo solamente ;
Mira que á Navarra importa
La amistad del rey Marsilio.
Tu respuesta espero ahora.
RIT.
Dlle á tu rey , mandadero»
?ue finco á la su persona
enudo además, por cierto ,
Por los bienes que me otorga ;
Mas que los reyes que son
En Navarra Jamás donan
Sus hermanas nin sas Qjas
A gente pagana y mora.
Además , que Urraca Sánchez ,
Mi hermana , quiere ser monja,
Y á ser casada , non cuida
Ir con moro á Zaragoza.
Esto podrédes fablidle.
MARSILIO.
No está sigurt Pamplona.
i Ay de su furia. García !
Tú la verás como Troya.
Peligro corre esta vez
Tu cabeza y tu corona;
Porque á una voz de Manilio
Temblará Navarra toda.
(Uéganse Ramiro p Ordoño , cada u
d sulado de lasiíUtfifáice Ramiro
RAMIRO.
Can ladrador, muy mas quedo;
Que vos metiera en taboca,
A no fincar aquí el Rey,
Lo que á los canes afoga.
ORRO.^0.
Galgo , fincad mas espacio ,
Y acatad nuesas personas ;
Non vos meta en la traiUa.
MARSniO.
Sois para mí todos sombru.
RBT.
Non fableis mas, mandadero;
Partid vos de la mi casa.
MARSIUO.
Para daros muerte Importa.
mFAHTB.
¿Quieres, Señor, que le mate?
jiMiir.
¿Gustas que muera?
MARSIUO.
Ya habUn
Muchos delante del Rey
Que me den la muerte ahora.
Quien se atreviera á tener
Fuera de aqui esta victoria.
Sígame , alzando ese guante ;
Que al rio espero.
TOROS.
Bn buena hora.
(Vase , y echa un $umsU emtísaá
y llegan todos d eooeiU^ y témm
y r empente los dos nermsMOS.)
ORDOÍlO.
Suelta , Ramiro; ¿abort del?
RAMmo.
Deja, Ordoño.
ORDdIo.
Amimeloci.
Yo le he ganado primero;
Deja.
ORROtO.
Cuida , que me eaojas.
Si aquí non finearR el ftej...
otioio.
A non fincar so penoMU-
MAMIRO. ^
ORDOÑO.
TemaUra.
lABIBO.
OSDOÍiO.
ta que se rompa.
RAMIRO.
] me es asaz.
ORDOSIO.
nitad me sobra
irle primero.
RAMIRO.
con la gloria.
RET.
íes , Tolved ende ,
RAMIRO.
Yuesa corona
de obedecer.
ORDO^O.
yz nos YoWemos.
RET.
des de palacio ;
s usada cosa
ndadero muerte,
>n face deshonra,
esme , ¿ con qué
dabais agora,
ido con espadas ?
RAMIRO.
ianos,coolaboca.
ORDOÑO.
i un roble un renuevo?
RAMIRO.
, en tales cosas
el ánimo y saña
pada que mas corta.
RET.
ois buenos Gdalgos.
RAMIRO.
salios nos honra.
RET.
'é caballeros,
izgan Tuesas obras.—
Jrraca.
Sale UN FIDALGO.
FIDALGO.
Cuido
«y de Zaragoza
por mandadero
I Tuesa persona.
RET.
s lo fabia, fidalgo?
nDALGO.
iros de Pamplona,
moros de i caballo,
sto partir que asombra ;
imeda escondidos
Jaban, j pregonan
>us adalides.
RET.
» las sus zozobras;
tengo , que bastan
I morisma toda.
;, y auedan los fijos de la Bar-
ia ^ Jimen y el Infúnte. )
JIMC?I.
de las sus manos
tQ, nuesa Sefiora. .
LOS HIJOS DE LA BARBUDA.
INFANTE.
Fidalffos, cuando fincaren
Con el Rey tales personas
Como nos, tos non tengádes
Ardid á las tales cosas ;
Que, á serdambos caballeros
Armados, fuera esto agora
Reprochado en otra guisa.
jimeh.
Atended que vos non cojan
En otro que tal mis manos.
MÜOARRA.
Pablad bien en la mal hora;
Que si les faltan espadas,
Aquí finca esta mohosa.
SANCHO. '
Y yo finco aqui también
Con mis calzas y mi gorra.
INFANTE.
Qnitadvos dende.
SANCHO.
Quitadvos;
Non vos despachurre, i Hola !
RAMIRO.
Nota, Ordoñ, cómo fincamos.
ORDOffO.
Ambos fincamos sin honra.
RAMIRO.
Por los evangelios cuatro,
De non facer otra cosa,
En fincando caballero,
Sinon vengar mi deshonra*.
0RD05Í0.
Lo propio á los cielos juro.
SANCHO.
Si alguna espada hay de sobra,
Yo fincaré á vuestro lado,
Y daré muerte ¿ Mahoma.
ISi
ACTO SEGUNDO.
Sale DON GARCÍA, rey de Navarra,
RET.
Amor, fijo de madre mal nacido
E de un martillador, el dios ferrero.
Pues es mi corazón un posadero,
¿ Por qué me faces, di, tan mal partido?
De tus coyundas fasta agora erguido
Finco mi cuello libre y altanero,
E agora fino con rigor mas fiero
Que si un volcan tuviera en el sentido.
Agro-dulce eres» carrasqueño y
[brando,
E como el aire, estás sin peso y tomo;
Eres fantasma que se ve y se esconde.
Un no sequé, que viene no sé cuan-
Abura non sé qué, ve no sé cómo, [do,
Mata non sé conque ni sé por dónde.
SáU MUDARRA.
MODARRA.
De un vueso macero he sido,
Señor, llamado.
RET.
Es verdad;
Con vos quiero en poridad
Pablar, que habédes venido
En ocasión farto buena.
HOAARRA.
Señor... ¿Qué me querrá el Rey Y
Un fidalgo soy de ley,
E mi reale está llena
De honradas fechorías
Que mis pasados han fecho ,
Que legaron al mi pecho
Prez de muchas fidalgulas;
Que vueso padre y abuelo
(Que buen si^lo hayan, amén)
Pudieran decir mas bien,
Y todo el navarro suelo,
Qu*esta costilla sin par,
?ue finca ya á cama afin,
iene sangre por oUId
De moros de allende el mar.
REY. ,
De la vuestra fidalgoia
Finco acontentado asaz ;
Yo vos quiero para pai,
Mudarra, en la cuita mia ,
Non para lides vos quiero.
MUDARRA.
Pues manda al vueso sabor.
RBT.
t Habédes tenido amor?
)¡ffádesme, el escodero:
¿Habédes querido bien?
MODARRA.
Non es home , don Garda ,
Quien non finca en garzonía
Cuando barragan también ;
Y fablando en poridad
Con vos desto, el mió señor.
Mas canas me ha puesto amor
Que non la mi luenga edad.
A duras penas tenia
Cuarenta años, bien pequeña
Edad , cuando fice dueña .
Una fembra, don García,
Que me costó amargas penas ,
Tristes cuitas, negro afán.
Ser tan mozo barragan.
Fincando en tierras ijenas.
Mas ¿non me diréis qué ha sido
La causa desta llamada.
O qué fembra vos agrada.
Por quien fincáis sin sentido?
Que yo, de la parte vuesa.
Le sabré fablar razones ,
gne convierta los baldones
n amorosa denuesa.
¿A quién tenédes amor?
BIT.
Por la vuesa doña Blanca
El ánima se me arranca.
MODARRA.
¡Válgame nueso Señor!
RET.
i De qué fincáis amarrido ?
MODARRA.
Del vueso mal pensamiento;
Por el santo monumento
lu'en San Mames finca erguido
n el jueves de la Cena,
u*es mover un pedernal ,
na sierra, otro que tal
A la vuesa cuita y pena;
Qu*es fembra la dueña mia
Que vos yantará los ojos,
Si fablais vuestros antojos.
De la vuesa altanería.
iCuidádes que la Barbuda
Fembra es, Señor, por thi?
RET.
■*'»T H t>. aqni
I '.« iTUda;
e uet
• •
De ni parle este papel.
Que T3 el mi atnar dentro del ,
Lnengat mercedes tenaides;
Qae neo bome *os ttil
De los ricos de Nafirrt.
Ed mi poder,
EicocÉid,
Este papel lalleyad,
E cuaiioo Blanca voi Tea,
De mi parle le dlrédes
Cómo finco por sn acaor;
Qae;ne faga mai fiTor,
E que la Taré mavedes ;
Due por la su fermosfira
Finco ua siDdio.
Pablad.
Que busco la solet'"'
Cuidando
Y que finco
Si Don cuidK
(tue IlDCa poco dd día.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
ic ba Tccbo el interés
Ligero como ud azor. ( fose.)
RIT.
«bir i Urraca,
is palacios también.
Salgan huyetti» EL mFANTE , JI-
UEN V OTROS DOS , p frw dellM OR-
D0Í4O, RAMIRO T URRACA, ieU-
niináoh*, y las gduiius.
OHDOÍlO.
FiueD, Ramiro, los dos.
tlAlilBO.
E Iodos os
Si non los depende Dios.
Ramiro. OrdoBo. fincad;
DeieneüTosenmal hora.
OIIDOfO.
u nuesa reina j seilora ,
Non es tiempo, perdonad.
i Por qaé ba sido I* ocasión f
AUToeuseltoru.
Non mengua de la verda
Un pelo.
ETOS.Olfos'éUawii,
Venid canmigo; que loiKO
Que rabiar.
Sancho, finca juDloinoa;
Ñon salgas del nucM lado.
siHcno.
NonBncodemnjbiieagndo,
Asi me perdone Oio*.
•n.
is espadas tea qñitad,
onnoía.
Y si nos Doa le Ui 4H>M.
iCóniobadeserf
taiicio.
Horflocamos
En gran peligro.
KT.
Ll^d.
Ninguno tenga osadia
IRA CDAIM.
DemándevosloeldIaUo.
MBOKO.
Esto es darle al honor
La Tenganu d« tm aUnJe.
■AHGIa.
Lo uesno dice el m paK
Sen
mero comon.
RET.
podédes prendellos ,
os.
ÜBBACA.
Dejaldos ir;
tan Talientes garzones
n buenos galardones.
RET.
s qaerádes sufrir,
I, sus demasías;
bleis mas adelante.
URRACA.
os deste talante
! las mesnadas mías.
RET.
Urraca, con Dios «
e non fableis mas deso.
URRACA.
esas manos tos beso.
RET.
aré con los dos.
URRACA.
aiéo pudiera librarlos, *
ndonallos pudiera,
scapallos siquiera
j, doblas j caballos!
uién les padiera dar
^1 mismo corazón !
INFANTE.
iltaneces son
e se ban de castigar.
JIMEN.
; joro que non fué
sandia altanería
Dsa , don García ,
n. causa ó por qué,
las mercedes vuesas»
ooD tal brevedad.
REY.
é por mi voluntad,
lado tales denuesas ;
Olfos y Jimeo,
su madre perdido,
iquesio he querido
i sus fijos bien.
INTARTE.
>n aquesta ocasión,
sabédes trazar,
les su amor gozar ;
sus dos Ajos son
iion. non pongo duda
aando de amor non fuera,
liganros siquiera ,
Je sacar la Barbuda,
ildos , 7 á buen recado
rision los tendrédes,
ügro los pondrédes ,
i seádes rogado
arbuda, y podrédes
o faga por vos
so sabor.
RET.
Por Dios,
que en mi pro fablédes;
de aquesa guisa,
Doclie los dos quiero
irnos al su terrero
go. é cuando la risa
>a empiece, podremos,
e nos tope persona,
' de vuelta en Pamplona ;
otonet Hevarémos
igao esta jomada
LOS HIJOS DE LA BARBUDA.
Mas ahina que pudieran
Si alcotanes todos fueran ;
Que ya fincará avisada.
Porque con el su escudero
Se lo he enviado á fóblar;
Y allá podremos llevar
El mi cantor, porque auiero
Que cante á mi remembranza
La mas polida canción
Que tenga en esta ocasión ;
E pues la noche se lanza ,
Llena de paños de luto.
Sobre la tierra , cuidemos
En partir.
JIMEN.
Partir podremos,
E cuida que saques froto.
Además que cualquier fembra.
Rogada oe un rey, fará
Lo que demandares.
RET.
Ya
De sus lumbreras se cembra
El azul vergel del cielo;
Bien podremos aguijar
Nuesa jornada, é llegar
A ver el mi amor.
INFANTE.
El suelo
Cuido revolver y dar
Venganza al mi bonorcon esto,
Y después el su denuesto
Por Navarra publicar.
Pues en faciéndolo el Rey,
Lo hemos de saber los dos.
JlMEN.
Cuido beberles, por Dios,
La sangre.
UFANTE.
Es muy justa ley.
REY.
¿Qué fablábades los dos?
INFANTE.
Es, Señor, en la vuesa pro ;
Gozarás á Blanca.
RET.
Y yo,
Olfos, fí neme después.
(Vanse.)
Salen RAMIRO t ORDOÑO.
RAMIRO.
Finqúense los trotones arredrados ,
Ordeño, fasta tanto que haya nuevas
De Sanchuelo.
ORDO^O.
Ramiro, ¿non venia
A la par de nosotros? ¿Quése ha fecho?
RAMIRO.
Cuido que le han pescado.
ORDOÍiO.
Non es home que deje de guardarse;
No le tengas pavor de guisa alguna.
RAMIRO.
Atiende un poco, bermaoo.
ORDOAO.
Gente suena , á mi ver.
RAMIRO.
Pues finca , Ordoño,
A guisa de lidiar; que cuido en antes
Finar aquí que non donarme preso.
0RD05Í0.
Otro que tal será tu hermano Ordoño.
ÍS5
Sale SANCHO, con un tíenzo de dinero.
SANCHO.
Non sé por dónde voy nin dónde finco,
Qu*en lobreguez tamaña non se puede
Divisar el camino; ellos agora
Fincan de aquí dos leguas arredrados.
RAMIRO.
Para mieutesy Ordoño, si este es home.
OR005ÍO.
Home parece.
SANCHO.
¡Válgame san Pedro I
Homes fincan aqni.
ORDOJIO.
¿Quién va?
SANCHO.
¡Oh mezquino!
ORDOffO.
¿Quién va?
RAMIRO.
¿Non fabla?
SANCHO.
Non; qne finco mudo
De pavor y además finco oliscado.
RAMIRO.
¡ Sanchuelo !
SARCHO.
El nio señor Ramiro,
Donadme vuesos pies dos mil vegadas;
Que me finco con vAi recien parido.
RAMIRO.
¿Qué te has fecho?
SANCHO.
Viniendo en pos d*enlrambos.
Arredrado finqué de los trotones*
Por non poder calcorrear á guisa
De vuesa furia, cuando de los muros
Del palacio del Rey me llamó Urraca,
E donándome en este mocadero
Algunas joyas suyas de valia ,
Que yo vos las doMseme ha mandado,
Y que con ellas vos partáis al punto;
Que el Rey cuida faceros un denuesto
Si vos coge á las manos; non vos cale
Sinon partidvos cedo, porque el Rey
Non venga contra vusco de consuno.
E á Ordeno, en poridad me dijo Urraca,
Que le tiene talante y bi^en querencia,
E que finca en su pecho figurado.
Ved qué se ha de facer; que los merinos
E maceres del Rey fincan buscándoos.
RAMIRO.
Ea, Ordoño, perdamos á Navarra;
Quizá en tierras sujetas á otros reyes
Nos farán mas merced qu'el nuesopro-
[prio;
Que nadie fué profeta en la su tierra.
0RD05fp.
Pablas, Ramiro, bien; vamos, Ramiro;
Finqúese España adiós, vamos áFran-
RAMIRO. [^>*
Has sdlo un parecer en antes quiero.
ORDOÑO.
¿Cuál es?
RAMIRO.
Non vamos ambos de consuno,
Sinon que cada cual su senda siga
A dar con la aventura que topare,
Y el primero que finque con alguna*
Faga pleito hopenige, so la pena
De alevoso á su sangre, de que cedo
Llame al otro; j partamos estas Joyas
Para el nueso viaje.
ormmIo.
fíü la buen hora;
Vedes aquí , RauHiiOt la mitade.
154
lANCflO. [sa
B yo ¿con quién he de irt O ¿de qné gui-
Me han de partir entraint>os. si non
[quieren
Facer conmigo como Salomone
Fizo con aquel fijo de dos madres?
RAMIRO.
Yo donaré una traza con que a^ora
Nin«ino de los dos finque quejoso ,
Maguer con él non vaya; por los ojos
Se ponga aqueste mocador Sanchuelo,
Y al que primero de los dos donare
Un abrazo, con aquese finque.
ORDOÜO.
Fágase ansi.— Venid aci, Sanchnelo,
Ponedvos este mocador en somo
De los vuesos ojos.
SANCHO.
Non quisiera
Abrazar con la nariz y todo
Algnn robre de aquestos.
OROOÑO.
Vaya luego
La nuesa prueba; idvos arredrando,
E vendrédes después bacía nosotros. -
SARCHOf
A la gallina ciega desta guisa
Jugaban los irarzones en mi aldea.
(Ap, ¡Si aquí fincara algún pozo ahora!)
Dios me depare aquí buena man dre-
ORno5ío. [<^ba.
Venid agora, Sancho.
RAMIRO.
Nonfablédes;
Que Tendrá por la ñiblaá tos, Ordeño.
SANCHO.
¡Válgame san Tobías, que fué ciego!
Desta vegada voy.
OROO.^O.
Ramiro ha sido
El de la suerte ; buena pro le haga.
SAlfCRO.
Quitadme pues el noocadero.
RAHIBO.
, Daca ,
E partamos de aquí cedo ; qu*es tarde.
SANCHO.
I(on cuidé Yer mas en la mi vida.
RAMIRO.
Ea, Ordeño, á facer el homenaje.
ORDOivo. {Entre la$ manos de Ramiro.)
Juro á los cuatro santos Evangelios
E á la sangre que tengo de Guevara,
Clara juntamente , que sí tengo
Ventura alguna en tierras extranjeras,
Que sea de Ramiro la mitade.
RAMIRO.
Lo proprio juro yo sobre esas manos .
SANCHO.
E yo, entre las de entrambos, juro é fa-
Lo mesmo de mi parte. • [blo
RAMIRO.
Adiós con esto.
Ordeño hermano.
ORDOffO.
Dadme un abrazo,
Edévos Dios muy buena man derecha.
RAMIRO. [mano.
Lo mesmo faga á tos; membráos, her-
En las lides é trances que tuvié^edes,
Después de Dios é de su Madre santa.
Del apóstol Santiago, pntroo nueso,
A quien España toda acata tanto.
Que dicen que le ven los que le invocan
En las sus lides y en sus trances todos ;
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
E su favor nos donará ; que somos
Tonudos á focello por navarros,
E por sus caballeros juntamente.
ORDOftO.
Ese será de mi de aquí adelante
El nome que apellide.
RAMUO.
Adiós , hermano
Ordeño.
ORDOÑO.
Sancho, fíncate adiós.
SANCHO.
Adiós, Ordeño;
Que unas ancas me fincan de un trotón,
Que ha de facer que las verdades fable,
Qu*enantes que yo á Francia llegue.
Amancillado dellas, ir fenchido, [cuido
Al revés de los otros infanzones.
Do nunca me da el sol, de lamparones.
(Vame,)
Salen LA BARBUDA t MUDAKRA.
BARBUDA.
En fin, los mis fijos dos
Fincan caballeros ya ;
Denuesa de quien es da
El Rey, ayúdele Dios.
MUDARRA.
Vos fincádes muy tonuda.
La mi dueña, al su mandado ;
E á fe que me dio un recado ,
Después desto, la Barbuda ,
Para vos , en que denuesa
Mas talante é voluntad ,
E si va á decir verdad ,
Asaz le atañe á la vuesa
Agraciada fermosura.
BARBUDA.
Que fableis , el escodero.
Mas claro conmigo quiero ,
Ansi Dios vos dé ventura ;
Que non entiendo, por Dios,
Lo que fabiádes agora.
MUDARRA.
La mi dueña é mi señora ,
¿Solos fincamos los dos ?
BARBUDA.
Ya lo veo.
MUDARRA.
Pues atended.
Fablad.
BARBUDA.
MUDARRA.
El Reye vos tiene
Buen talante, y aquí viene,
Para faceros merced,
Con un papel que os envía.
Este sartal que vos dona ,
Que de la mesma persona
De su madre á don García
Le fincó en el testamento ;
De granates finos es ,
Con su perla , quien después
Vos face prometimiento
D'engastonárvosla en oro ;
Que rabiando en porídad,
Por la santa Trinidad ,
Que vos dé todo un tesoro ,
Si le querédes facer
Favor á la su demanda.
Mostradvos , Blanca , mas branda ;
Que un rey tiene gran poder,
b vos puede engastonar
En oro y en plata ansí.
Rico home me face á mí ,
Sí os domeña mi fablar;
Non pierda yo aqueste haber,
Nin vos este bien perdádes;
Que pagar las volunlides
Non es nuevo en la mujer.
E finca esta noche aquí ,
A darvos con su cantor
Una música al albor;
Doledvos del y de mi.
iNon tomádes el sartal?
Non tomádes el pspel?
Mostradvos branda cod ¿I »
Non fagádes ende ál.
RAUDDA.
Callad , el mal escodero;
Que os faré , si mas fabiádes ,
La cabeza en dos mitades»
MUDARRA.
Mezquino de mí , aqui muero.
RARBODA.
¿De cuándo acá, el mal fidtlgo.
Con sartal é con billete.
Vos han fecho mi alcahuete
Promesas de ningún sigo?
tVos sois , Mudarra , nacido
In solares de Navarra?
Vos del primero Mudam
Decendés, el mal nacido?
Vos con estas fechorías
Venís de la cortea mi?
Estoy por facer. . . {A$ele ée U
MUDARRA.
Aqui
Fincan hoy todos mis dits.
RARRUBA.
Non sé qué castiffo en vos
Pudiera facer al fin ,
Viejo sandio, home ruin ,
Mal dicho seáis de Dios.
Estoy por darvos azotes»
Que reventédes con ellos ,
Por mesarvos los cabellos
E pelarvos los bigotes.
¿A una fembra como yo...
MUDARRA.
Tened, la dueña garrida.
Cuita á mi mezquina vida.
(Ap, El demoño me aftació.)
MÚSICO. (Ctiilf é€iUr0.)
Fonte frida, fánte /Wtfc,
Fonte frida con omor^
Todas ¡as avecillas
Cantan cuando nace el ioi,
AHÍ canta la calandria ,
Alli canta el ruiseñor.
Allí canta el silguerHlú
Y el chamariz parlador»
Si non fué la tortoliUa^
Que nunca cantara^ «#»,
íiin reposa en rasM oeráo «
íiin pisa yerha nin fior,
RARRUBA.,
Este es el Rey, é sin duda
Hoy pienso vengar mi houra.—
Dadme , escodero roin.
El vueso capote tos,
E loma vos un pavés,
E de las espadas dos
Que fincan con él perdidas «
Donadme la que es mejor;
E venid ep pos de mi,
Faciendo buen cortzoo.
{Pénese la cepa ée Misi&nm f
Sale EL REY, EL INFANTE DONOL
FOS,JIMENtBL MÚSICO.
MUDARRA. (4|il.)
¿Dónde me lleva esta doe&a?
El-demonio me afbcM.
■teco. (Cania.)
}$a en rama verde f
■ yerba nin flor,
á la tu compañía
'te se la llevó.
I MU ballestero;
té mal galardón ,
te á cosa que tire
ara á su favor,
j que yantare ,
aga mala pro ,
apartó dos quereres
0 Juntado el amor.
i BARBUDA , con capa y eS"
y MUDARRA, con una rodela,
n reconociendo.
BARtCDA.
tides de amor mas;
quebraré , el cantor ,
lie eo la cabeía.
MÍSICO.
e Dueso Señor!
BARBUDA.
puerta de mi casa
onseotiré, non;
tertais á quien duerme,
que os tiene amor.
■¿sico.
\ sandeces Tenídes !
is, borne, con Dios;
sabéis por quién canto.
BARBOOA.
>jor que non vos ;
al albor cantádes,
les de plañir vos.
{Dale un espaldarazo.)
MÚSICO.
la tordido, ¡ayde mí!
RET.
ona al mi cantador ?
BARBUDA.
ona que pudo;
¡ui vuelve otro albor,
jrdilles el alma
:oanlos con él son.
>en qu'cs de mi dueña,
ida , este quiñón,
istillo además?
1 este alrededor
e osar requestar
X) Di infanzón
á Blanca le ataña
0 de su honor.
■CDARRA. (Ap.)
loo algún desmán
ndo de pavor,
i pavés cubierto ,
apago estoy.
RET.
arzón de su casa ,
la paz de Dios;
»erlo solamente
DOS el perdón.
BARBUDA.
ré yo de esa guisa ,
i irédesvos;
óer fueseis el Rey ,
1 fincaréis hov.
m
ITIFAÜTE.
este villano.
BARBUDA.
» como traidor
intos con vos fincan,
abajo.
LOS RUOS DE LA BARBUDA.
■UDARRÁ.
Non voy
A guisa para lidiar ;
Que finco de mal olor.
Aguardarle en su retrete
Cuido que será mejor.
JIMER.
Home del demoño, tente.
BARBUDA.
Non es ya buena sazón ;
?ue finco lleno de saña ,
he de matarvos, por Dios.
HIPANTE.
Home, mira qu*es el Rey.
BARBUDA.
Buena burla es, por quien soy ;
; Aquí babia de fincar
El Reye, nueso señor?
Nos vos valdrá esa qpentira.
JIHEN.
Fablá, Señor, fablá vos.
RET.
El Rey es; bome , detente.
BARBUDA.
Ya vos conozco en la voz.
Perdonad mi desacato,
Asaz es estopor hoy;
E fincad vos norabuena.
Que sí sois el Reye , sois
Tenudo á hooorar las gentes
Que vuesos vasallos son.
Non vos engañe ninguno ,
Nin cuidéis que podréis vos,
Con todo el vueso poder.
De aquesta dueña de pro.
Que vive en este castillo.
Ver la sombra de un favor;
Que non el honor conquistan
Nin dádivas nin canción ;
Y arredrad vos deste puesto,
Que si lo sabe, vos doy
Palabra de que á Pamplona
Volédes como un falcon. (Vase.)
RET.
Parece sombra ; parece,
Olfos, fantasma o visión.
¿Habédes visto jamás
En bome tanto furor?
JiMEIf.
Santiguados nos enTia.
RET.
Non es este corazón
De menos que la Barbuda,
Non puede ser otro, non ;
Vamos á Pamplona aprisa ,
Que ya el blanco resplandor
De la alborada da nuevas
Que non finca luengo el sol.
MÚSICO.
Aquí aguardan los trotones.
RET.
¿Cómo vais, el mi cantor?
MÚSICO.
Atordldo todavía
Del golpe que m*endonó.
RET.
Guareceréis en Pamplona.
MÚSICO.
Non tornaré á cantar yo
En parte que la Barbuda
Pueda escocbarme mi voz.
13b
I Tocan á marchar , y salen moros t CE-
LIDORO, general t y llevan en la
bandera el retrato de DOÑA URRA-
CA, y detrás HARSILIO, rey moro.
marsiuo.
El Ebro arriba marchen las hileras
De los fuertes infantes y eaballos ;
Irán , narcisos , viendo sus riberas :
Que si Maboma sale á contemplallos,
La traza me ha de dar para mi esposa,
O ha de quedar Navarra sin vasallos;
Que le miro en su esfera luminosa ,
Por partir tan viciosa y tan bizarra,
Salir á ver mi gente belicosa ,
Gran descendiente de la antigua Sarra,
Por quien los sarracenos apellidan ,
Estos serán sus rayos en Navarra ;
Por bocas hechas en sus pechos pidan
La gloria general de mi aeseo , Tdan;
Aunque Castilla y Francia me lo fmpi-
Que si alcanzo, Profeta, este trofeo,
Lncensaré tu hueso en Meca santo
Con pastillas de alárabe y ubeo ,
Verá el sol el retrato que levanto
En mi bien , en fe de aquesta impresa.
Con sus rayos y su luz espanto ;
Esa es la infanta de Navarra, y esa
Ha de ser ó mi muerte ó mi ventura,
Mirad si mi valor poco interesa;
Que si Alejandro conquistar procura.
Al mundo por hacerse sin segundo,
¿No vale mas que el mnndo esta her-
[mosnra?
Porque si es cielo sn rostro., en razón
[ñindo
8ue vengo á ser, si gano sn belleza,
ayor que si |;anase á todo el mundo.
Toquen las cajas, y á marchar empiesa.
Valiente Celidoro, que tus manos
No me aseguran poco.
CELIDORO.
Tu mndeza
Me anima , sol de reyes africanos ,
Marsilio invicto, para que sea hombre.
De mi todo el valor de los cristianos;
Que en Aracon ninguno de tu nombre
Ha dejado dfe ser rayo de España,
Y cada cual al mundo inmortal hombre.
Y no era menester para esta hazaña
Intervenir, Marsilio, tu persona;
Que bastaba el valor que me acompaña.
Tú verás cómo ponpo la corona *
De Navarra en tus pies, si no te entrega
Esa belleza que tu amor pregona ,
O costará lo que la hermosa griega
Costó al troyano, el inspugnable mnro«
Que ya al castigo de tus manos llega.
MARSIUO.
O gozarla ó morir en él procuro ;
Bajen , marchen i trozos las hileras,
Y no volver al Ebro jamás juro
Sin traer este sol á sus riberas.
{Vanse.)
Sale RAMIRO t SANCHO, y luego
UN FRANCÉS.
RAMIRO.
A Dios gracias, oue miramos
Las murallas de París.
SANCHO.
Ramiro, buenos andamos ,
Gastando maravedís ;
Que va non sé qué gastar ;
¿Que hemos de fócer agora.
En gastándose el dinero?
n 0.
¿1 i I a?
ibllwbiMvelMialkio,
Ceno «I cXfo da Zamora ■
Qqe 1 padecer «tbu males
Va, cohm Ioi doi metqainoi,
Por eios andum'alM,
De noche por loi oamioos ,
!•
«benoi cambiaito,
gs 00 tiechot non son
LleuD ello de mal grado,
i Oh mil hajai el trolaa !
une loagfter que de godüddi,
De lai ancas jo daspnea
Lit «enU, ^e en el camino
Son maiQT qoe proploí pié»
Aneat <h cualquier nKloo.
Llena de gaerraa esU,
Fraaela ; ¿404 beoue de ficerT
■MUO.
A este «eaimoe ici.
Pnei ye m» eiWa volfer
ANararra.
■anan.
jCónojaT
aiMCHD.
Poce i poco, con loa pI4i;
Qne no <uiero lldea jo.
Dónacne licencia pnei ,
Ebtsau buena pro,
wuuro, 4I paii francéi ;
One 1 la fe qoe Ordoüo ha Techo
Lo qu yo qatero facer ,
I del n ttbec Mtpecbo.
««nao.
Nos raed* Ordofto teoer .
Bancbo, ua nengoado pedio;
Vo sé que no Bocari
Sin mi , apurando el Talor
Qae la sa sangre le da.
Fágale moj buen ubor;
Que yo non Bacará aei,
niocaidoenlrarenParU.
Donadme , ti (ot ier>ia ,
Para poderme lomar.
Catorce miraTedla.
aunao.
Talaeu, Sancho, molesto.
Ron qniero venne perdido;
Íne eres todo varentlas
todo aindlos eitremos ,
Kn camino* é hMlerlsi ,
Qne ya los dos parecemos
Libro de cabal I erial.
Si DOD U du la pÍBicnla ,
ÍiBcedatmauB pialo
alboroiaalaneta.
Sin que UiiqM baU w gato
A quien 000 le Uunei cuenta;
E quieres que ios fraaceses
Ealiendao id razonar
Cor lejoi y con refeees.
■AHiao.
Eeo fui en solo uu logar,
Dea Togada.
B*m«o.
SI i« mita ei eta 1
Vo le fago la promua,
y atiende , non teas pesado .
One ba tonado un alambor ,
S nua trómpela lamfeim.
LtlES TELEZ DR OUSVARA.
SANCHO.
Este ba sido el mi paior.
Non saena cosa mas bien ;
Aqnl viene un lidiador ,
Quiero fablarle é saber
A qué locan.
FKANCtS.
Ya el contrario, *
Seguro que ba de vencer.
Marchar quiere ; necesario
Seri el irlo i entretener.
Fagádesme merced , si en la mesnn '
Délas lides se face , de decirme
Qué trompetaa ion estas y alambores.
iSoiseapaDon
Al grado Tueso, amigo.
fR*ireí«. [miie,
Bien se m echa de ver en la leiwua j
V en no saber también estas civiles
Guerras de Francia. (Áp. iQuéhuen
[talle tiene!)
Uagñer que muchas cosas be esco'
Narradme la ocasión. [cbado,
raARGta.
Cirios Capelo ,
Rey de Francia, murió sin heredero,
Aunque dejú i madama Margarita ,
Has aermosa qn'el sol . su hija I egi tima;
Vcomo i Francia no la heredan bem-
Preiendeuallusnyo apoderarse, {tiras,
Teniendol LeoguadoCT i la GascuBi
De su parte , de Francia , y aunque el
iPapa
Moderarlo ba querido, es imposible,
V anal revuelta vive Francia lodu,
V estí París porjlan^rita agora ,
Con la mayor BreiaBa y DelUnado,
V por Roberto lo demis , que aqueste
Es el nombre del tio, que por causa
Ü'eicusar muertes entre naturales.
En guerras tan odiosas, determina ,
Teniendo en su poder i un ciiraDjero,
El hombre mas valiente que se halla
En Francia ni en Europa por concler-
Que se remita i dos espadas tolas [to.
La juslicía del reino. ; Margarita
Condescendió por eiitar mas muertes
Con Roberto, su lio, j desta saerte
Determinada de poner el caso
Enmenostiempoenmauosdelasuerle;
Ye1plasoeshDy,ynobaTnlnsaDsolda-
Quese atreva a salir al desano; [do
Qoe algunos que pudieran , estin todos
Estropeados y mal heridos desle ,
Que en elúlilmoencuentroquese tuvo,
Paréela rayo con la espada y laiña;
V los demís, sabiéndola experiencia,
No quieren verso muerte y su deshon-
Vpara aqueste efe to solamente [ra¡
Tocan el atambory la trompeta.
Afligida y confusa, Uargsriía
A Roberto me envia porqnc el plaio
Alargue un dia maa.
■uiao.
¡Cato notable!
Pues volved , y dedide i Margaiila
Que un español navarro j caballera.
De la casa de Lara é de Guevara.
Qoe ha por nomeRamlro.non consiente
"^ue vades i decir eso á Roberto,
I que cuido tomiresa demanda.
FltÁtlCÍS.
Eres la redención de Hargirits :
¿Dónde Anca, ñrasoés?
vatRcts.
En ene llai
tiKlH. [I
Pues hasme armar, francés , y d
Que non cuide (ene* pavor ahm»
QueboyAnearlporaÜ lebu de Fra
U eo la estacada locarémoa ambo
riARcii. fci ,
Fra ■ees, camii
Hoy, Sancho, be depnbarel valor
V el aventón mía jiinUmeate.
sancno.
Por el mió mal coooct un duda
Lot pjot de la Barquía-
Súlenpor det parte* Uatampu i«
vaANcncs, U REINA DO^A H
GARITA T ROBERTO.
El cielo sin duda alguna
Ut necesidad miró.
aoBcaro.
Mi jutiicla el cielo vl6,
Poes me ayuda la foctoM.
Ya mi espennu conSa
De hacerme dnebode Francia.
aoakiHk
Hoy la franceaa arrogancia
Domará la suerte mía.
Hqv «a espafiol mi honor
Solo quiere restaurar.
Hoy imposible e* peuaar
Qne otro saldrá vencedor.
[loy veri el sude iTaatfét
Has seguro su país.
aoBiMTO.
9oy he de entrar en Paria
[:on Margariu á mía plés.
lElU.
Iqui presto se verá.
ülaro está qne se ha da «w.
r sé quién ha de voikw.
UIIA. .
ilguno se engallará.
guales son laa «^«daL
HBBnrál.*
:omo lo demás lamUen.
KOMITO.
Lnego en esUDdo qae estén
Las rodelas embrazadají
Para pelear, podremos
Dejallos.
Sea enbaeahora;
Timónos.
Ya es tiempo agora
De que reñir les dejemos.
SANCHO*
T también cuido mirar
De lo mas loeogo que pueda;
Algnn mal no me suceda
Qae yo tenga qne corar.
BAmao.
Hoy mi enemigo desfogo.
oanoSío.
Hoy desfago mi «lemigo.
MüUlO.
Santiago finqoe eonmigo.
OBBOÍiíO.
Finqne coamigo Santiago.
SAniBO.
I
I
I
otaofio.
Agvardn.
lÜÜIIRO.
¿Qué es esto.
Ordeño?
ORDoXo.
¿Ramiro hermano?
RAHIBO.
Dóname tos brazos. «
oaDo5ío.
Llano
Está el nñ peclío con esto ;
¿Que desta suerte, Ramiro,
Nos Tengamos i encontrar,
T en an tan laefio lugar?
íQaé feo?
ROBBITO.
iQaé es lo gue miro?
En Tez de darse la muerte
Se dan entrambos los brazos.
«reiría.
Eo amigables abrazos
Tmecan el enojo fuerte.
ROBERTO.
¿Si se conocen y son
De ona nación los dos ? ¡ Cielo !
REIXA.
Orc son fia duda recelo
Eatramix» de una nación.
ORDOKO.
Fincando en este lugar,
i Ya qué cuidamos facer?
RAMIRO.
Ta DO poode menos sor,
SiBon que bemos lidiar ;
hxqne amtK>s bemos donado
Las ouesas palabras ya ,
e quien la palabra da,
ruca i cumplirla obligado ;
Enonsco aquesta vegada
Fnera dos reyes ban fecho.
ROBERTO.
Alguna traición sospecho.
RAtflRO.
Ta estamos en la estacada ;'
Face , OrdoDO, em esta parte ,
Qoe DOS mira Fraaeia toda ,
Tfidia.
LOS BIJ08 DE LA BARBUDA.
ORDOfiO.
Pues acomoda
Tus armas , navarro fuerte ,
Y que non somos faz cuenta
Hermanos, sinon dos furias,
Y non fagamos injurias
En nuesa palabra.
RAMIRO.
Intenta*
I0RRO5l0.
Guárdate , mi hermano, ya.
RAMIRO.
4 Yo? Goardadvos vos 4 vos;
Que á mi me guardará Dios ,
Que por ambos juntos va.
ROBERTO.
Otra vez se ban embestido,
Usanza debe de ser
De su nación ; yo he de ver
A Francia como be querido.
MARSILIO.
Ambos se han arrodillado
A las fuertes cuchilladas
Oa las valientes espadas.
RAMIRO.
Irgámonos.
ORROSÍO.
De buen grado.
ROBERTO.
En pié se ban fuello á poner;
Valiente es el enemigo.
RAMIRO.
Non cnidáVa que conmigo
Tesón pudieras tener.
ORDOflO.
Lo mesmo cuidaba yo,
Ramiro.
RAMIRO.
Lidiemos pues,
Qu*está mirando el francés ,
Que nuestro furor pasmó ;
Ordeño, ferido estás.
* ORooAo.
Tú lo estás también, Ramiro.
RAMIRO.
¿Qué habemos de facer?
ORDOÜO.
¿Podrémosnos facer mas?
RAMIRO.
Pues uno de ambos importa
Que se afinoje rendido.
ORDOÍlO.
Non me parece partido
Bueno para mi , pues corta,
Ramiro, tanto mi espada
Como la vuesa.
RAMIRO.
Es ansi ;
Mas ha de Unporiar aquí
Facerlo tú esU vegad^i
Por ezcusar mas rigor ;
Porque sé que solicita
Mas justicia Margarita,
I E por tu hermano mayor.
ORROflO.
Aqui non hay menorías.
RAMIRO.
Mira que puedo con esto
i: Fincar, Ordeño, en (^ran puesto
I Para vuesas fecnorias;
Y tú no, pues que non puedes
Desposarte con Roberto,
Cuando mas al descubierto
Te quiera facer mercedes ;
E yo si con Margarita ,
Si saco de la estacada
487
Vencedora la mi espada , .
Qu*es lo que non facilita.
ROBERTO.
De su plática me.edmiro.
Maguer non es justa ley,
Solamente por verte rey
Se puede facer, Ramiro;
Y eso de muy mal talante.
RAMIRO.
Pues volvamos á lidiar.
ORDOÑO.
Non sé c6mo he de acertar
Con tantos homes delante ;
Farto vergonzadamente
He fecho tu voluntad.
(Vuelven d tocar y 4 pW^ai», (i CQC eft
el iuéU Ordoño.),
ROBRRTO.
Extraña temeridad
De la forlURR inclemente.
REIRÁ.
Darme el cielo solicita
Lo que es mió, hoy, Roberto.
ROBERTO.
Estoy, de cor^e , muerto.
VOCES. (Dentro,)
Victoria por liargarita.
ROBERTO.
EsU es tr^iokuau ¡ Al ^mi ! ( Vai^.)
REIKA.
Verá mi acero tu cuello.
RAMIRO.
Tus nobles franceses arma ,
Y no temas, Margarita.
REI?IA.
La vida, e.'^pañol , te debo,
Y el honor.
RAMIRO.
Con este nuevo
Soldado, que vos imita ,
Y este infanzón que he vencido,
Y que por guerra he fincado
Conmigo, perdé cuidado
De que verédés rendido
Al vueso enemigo cedo.
VOCES. (Dentro.)
¡VivaHoberto!
RAMIRO.
A Paris
Vos recoge.
VOCES. (Dentro.)
A San DIonis.
RAMIRO..
Yo VOS ganaré, si puedo.
A Francia, teniendo al lade
Este vencido que vedes ;
Que después cosas verédes
Que vos darán grande agrado;
Y agora fincad i Dios ,
Que vamos á pelear.
vocBSb (Dentro.)
¡Alarma!
REIRÁ.
Yo voy á dar
Orden en Paris. (Va$e.)
RAMIRO.
Loados
Farémos en tanto estrago
En ellos con vuesa gente.
VOCES. (Dentro.)
San Dionis , al puente , ni puente.
RAMIRO.
S
iS6
OftDOÜO.
Sattiago,
gue ese nos dari ajada
D este traDce y alan.
Franceses, mirad qae Yan
Loifijoi de la Barbuda.
ACTO TERCERO.
SaU SANCHO, veiíido de pelegrina, i
lo gradaso,
SANCHO.
Otra vegada te veo,
París, famosa dadad.
Maguer con necesidad.
Escarmientos de un deseo.
Que ftié el qne i España pugnó
De llefarme por füir.
De entre lides non morir,
E mas lid fallé alU yo ;
Huí del Alego y di en las brasas ,
Fallando en Navarra agora
De gente de Aragón mora
Llenas las cristianas casas;
Porque su reye Marsilio,
Por vengar el su denuesto,
En necesidad la ha puesto.
Sin entrarle humano auxilio,
E vuelvo con nuevo afán ,
Rodeando el mundo entero,
Enflgura de romero;
No me conozca Calvan.
Dios te defienda, Navarra,
Porque no hay homes que basten
Ni fuerzas aue la contrasten
A esta canalla de Sarra;
En París fallar espero
Nuevas de mis amos dos.
Si non fincan ya con Dios
En su reino verdadero;
Mas , según soy acuitado
De ventura, será cierto
El haber entrambos muerto.
Porque el bien me hará menguado.
La ciudad está de fiestas ,
E por las plazas é calles
Homes de aguisados talles
E fembras asaz compuestas
A las dos mil maravillas ,
Cruzan á pié y á caballo.
Por Dios que he de demandallo;
Que tan dispuestas cuadrillas
Apellidan grande fiesta.
Dos bornes vienen aqui.
Salen nos niARCEScs.
raAifcis i.®
En toda mi vida vi
En Paris tan grande fiesta.
FRANCÉS 2.*
Como en Margarita adora,
Da á los pesares de mano.
SANCHO.
¿Señores?
FRANCÉS i .*
Perdona, hermano.
( Yanse loe f ranéese t.)
SANCHO.
Non pido limosna agora. —
Fuéronse sin atender;
Priesa de las fiestas tienen.
Por esotra parte vienen
Otros dos.
LUIS TELEZ DE GUEVARA.
Salen otros dos franceses.
FRANGÍS 5.*
Si se ha de ver,
Por acá será mejor.
FRANCÉS 4.®
Es lugar mas conveniente;
Que allí hay junta mucha gente.
SANCHO.
Al paso salgo.— ¿Señor?
FRANCÉS 3.*
Perdona ; que no hay qué daros.
(Vame los franceses.)
SANCHO.
Todos cuidan que les pido
Limosna ; finco aborrído.
¿Cómo podré encubertaros ,
Pobreza ó necesidad.
En cualquier cosa molesta?
Que aun para darme respuesta
Me facéis mala amistad.
{Suena ruido dentro^ y dicen, sin saUr
fuera : )
VOCES. {Dentro.)
Por acá.
SANCHO.
Toda Paris
Por esta plaza atraviesa.
VOCES. (Dentro.)
Aprisa.
OTROS. *
Por aqui, aprisa.
SANCHO.
Ya salen de San Dionis ;
Nadie non ha de pasar
Sin darme cuenta.
VOCES. (Dentro.)
Andad pues.
Sale un venerable VIEJO, ¡tancas,
y abrázase Sancho déL
SANCHO.
Por la veracmz, francés ,
gue me habédes de escuchar,
me he de agarrar de vos
Fasta saber lo que quiero.
VIEJO.
¿Quién eres, hombre?
SANCHO.
Un romero,
gue va pidiendo por Dios,
quiero de vos saber
Estas fiestas por qué son ;
Que otros en esta sazón
Non me han querido atender,
Porque entré agora en París.
VIEJO.
Y ¿de dónde eres?
SANCHO.
De España.
VIEJO.
Bien , español , desengaña
Tu atre>imiento en Paris;
Y agora en Francia es raion
Que en todo contento os demos ,
Pues los dueños qne tenemos
Hijos de esa tierra son ;
A cuyo noble ardimiento
Debe nuestra libertad ,
Si va á decir la verdad.
SANCHO.
¿De qué guisa?
tuio.
Eitáme itesto.
Estando Fraoda partida
En dos enemigos baodof
Por Margarita y Roberlo,
Pretensores del Estado;
Margarita, por ser hQa
De aquel valeroso Carica
Que le llamaron Capelo^
Como sa ascendleoie Miague,
Y Roberto...
SANCBO.
Tateaabido
Antes, francés, este caso,
E cómo dos bornea hueiioa.
Españoles y navarros ,
Hermanos , sin conocerse.
Salieron á verse al eampo^
En que fincó vencedor
El mayor de los hennanos ;
Que en ese tiempo á flaTarra
Me torné por los trabí^
De tantas lides dvilea.
Que no me daban agrado.
Por muchos incon? enieotes.
TJEJO.
Esos, la parte avadando
De Margarita, signieroo
A Roberto en trances lanlof,
Con el valor mas notable
Que españoles han mostrado.
Que en breves dias las piantu
De Margarita besaron
Los rebeldes enemigos
Con la muerte del tirano.
Agradecida la Reina
A tantas hazañas , mano
Dio de su esposa á Ramiro,
El mayor de los hermanos,
Y hoy en San Dionis sa casas
Con el mayor aparato
8ue ha visto jamás Paria
on otros reyes pasados ;
Porque Francia adora en ellos.
Viendo que han sido sos braios
Su libertad y remedio
En el peliffro mas árdao.
No hay señor nigrande A Francia
Que con ezcesivoagastoa
No muestren lo qne lea deben
En libreas y en criadoa;
Está cifrado en la Iglesia
De San Dionis todo cnanto
Hay de hermoso y noble en Francia,
Del Uin á sus AlpoB altos;
Y es el común regociio
De suerte , que de Pando
A San Dionis, todo es : €¡ Vivan
Nuestros reyes nracbosaios!i
Ya la música parece
Que da señal que acabaron
La misa y las ceremonias ,
Y salen del templo santo.
Tocan chirimtat p aatm CAnauBM
FRANCESES DE ACOnPAÜAminO, Y Ri
MIRO T ORDONO, á la ftmU», L
REINA D0f9A MARGARITA «• m
dio, y diga , al «i/Ir, OrétH^ :
oaooHo.
Las carrozas.
CABAlXEaO I,*
Plaxa.
aAnmo.
Ya
Llegó á su ponto el deseo »
Como imposible lo creo,
con el bieo está,
lan^ríu bella,
divina herroosara,
reo mi ?eninra,
gozando della.
REINA.
randarte francés
a 7 ternura estáis!
lAHlAO.
le TOS sois me dais
12 , pues es
) muy recibido,
empre suele ser
de la mujer
de su marido ;
no es natural
lermosura del suelo,
cielo y sois del cielo,
es mas principal.
SANCHO.
]ué es esto que miro !
^andeza que ¥a !
tinco ya
dejado á Ramiro;
fablalles quiero,
|ue no me podrán
como á Gal?an ,
de romero.
0IID05Í0.
'oza real
ga Sancho de rodiUm.)
SAIfCHO.
^rez del francés,
os Tuesos pies.
RAMIRO.
>a&oI ?
SANCHO.
¡Hay tal!
)ceis á Sanchuelo,
e?
RAMIRO.
¿Sancho, fijo?
SANCHO.
laisnn abracijo?
RAMIRO.
Sancho, del suelo.
SANCHO.
ludado habédes
río del rej,
guardas e grey ;
nbrado ?os vedes,
fa ré i s favores
» los primeros,
los caballeros
▼uesos favores.
RAMIRO.
>s faré mercedes ,
le vuesa tornada,
>n merece nada ;
10 vos vol vedes?
SANCHO.
iplona cercada
de Zaragoza,
arra destroza
>a con la espada.
RAMIRO.
nueso Señor !
ORDOÑO.
la Trenidad!
RAMIRO.
. , Sancho, verdad?
LOS HU08 DE LA BARBUDA.
SANCHO.
Con farta cuita y dolor.
Sale LA BARBUDA por enfrente del
tablado^ á caballo^ eon una lat\za en
la mano,
BARBUDA.
: Ah, fijos de la Barbuda ,
Los que , armados caballeros,
En ef altar de Santiago
Habéis homenaje fecho.
Jurando, como vasallos
E como fídalgos buenos,
De defensar vuesa ley,
Vueso reye é vuesos deudos,
Vuesa patria, vuesa sangre,
Vecinos é forasteros ;
Los que decides que sois
De nobles y leales pechos,
E de la casa de Lara,
E Guevara por lo menos;
Los que habéis ganado á Francia
Por la voluntad del cielo,
G gozando su corona.
Además fincáis soberbios ;
Doña Blanca de Guevara»
Fija del conde don Pedro
De Oñate, é la vuesa madre.
Los vuesos descuidos viendo,
Con la licencia debida ,
A Margarita y aquellos
Que vos van acompañando
Vos viene á facer un rielo;
Riétovos, como traidores
E cobardes caballeros.
El pan, 1a carne v el vino,
E lodos cuatro elementos.
La tierra que vos sustenta.
Si vos Calentare el fuego ,
El agua que os da bebida.
El aire que vos da aliento.
Las armas é los vestidos ,
Festines , justas , torneos ,
Vuesos cuerpos, vuesas almas.
Los sentidos lodos vuesos ,
Vuesas obras y palabras,
Vuesos mismos pensamientos ,
El sol que os da luz , é fasta
Las sombras de vuesos cuerpos ;
Y además de estar rietados.
Finquéis mal dichos si dentro
De tres horas non salides
Del homenaje soberbio
De París, para ayudar
(]on vuesos brazos y aceros
Al vueso rey don García ,
Y oiro que tal después desto
A la vuesa infanta Urraca ;
Que el rey de Aragón , Marsilio,
Con veinte mil moros cerca
A Pamplona , desfaciendo
Con sus morismas escuadras
Las demás villas é pueblos;
Que las gentes que han podido,
A Vizcava se fuyeron.
A esto fincádes tenudos ,
Salí en su defendimiento.
Llevad escuadras de Francia ,
Pasad apriesa los puertos ,
Sepa el moro de Aragón
Que tiene gente el Rey vueso
Para echarle de Navarra,
Con Mahoma, á los infiernos;
Olvidad sus malandanzas ,
Porque en tal sazón no es tiempo
Que se miembren los fidalgos
De tuertos que el Rey ha fecho ;
Además que non empecen
En los vasallos los tuertos ;
Que la lealtad se ha de ver
En los mayores denuestos;
Que yo de la mesma guisa
Pudiera facer lo mesmo.
E acudo cual fijadalgo
A la obligación que tengo.
i. Qué facédes? qué cnidádes ?
Enlazad las armas cedo ;
Que á esto solo de Navarra
Fasta la gran París vengo.
RAMIRO.
Aguarda , madre y señora.
OROOÍiO.
Señora, aguarda.
BARBUDA.
Non puedo.
RAMIRO.
Fíncate en París agora ,
Fasta que nos aliñemos.
BARBUDA.
Non puedo dentro en sus muros
Fincar, porque es juramento
Fecho al apóstol Santiago ;
Fuera de Paris espero.
Tres horas os doy de plazo,
E si non salis tan presto ,
Con el ríelo que vos fago,
Seáis maldlchosdel délo.
(Revuelve eleabaUo y vate,)
.Ramiro.
Ordeño , al arma , partamos
A Navarra.
ORDOSÍO.
Ya en el necbo
El corazón me da saltos
Por verme , Ramiro, en ella;
Tenudos somos á dalle.
Por el nueso juramento
E por fidalgos, ayuda
Al nueso rey ; non tardemos ,
Non nos empezca , pasando
El prazo que nos da el rielo.
La maldición de mi madre.
RAMIRO.
Ea , franceses , aquellos
Que halicis sido en mis conquistas
Tan valientes caballeros ,
Vamos á Navarra todos.
Todos á mi rey libremos.
Restaure Francia Navarra ,
Como restauró su reino ;
Volved las galas de bodas
En arneses v en aceros.
Franceses , a España , á España.
FRAKC^S 3.®
Tras de vosotros iremos
A ganar la casa santa.
REINA.
Yo también digo lo mesmo ;
Vamos donde vos aguarda ,
Mostrando su noble pecho.
Doña Blanca , roí señora.
SANCHO.
Vamos , y finquen los perros.
(Yanse,)
Salen MARSILIO, r^y m^ro , t GELI-
DORO.
MARSILIO.
Pues tanto han aguardado, Celldoro,
En cumplir mi promesa , determino
Rendir al corvo alfanje v brazo mero
Desta ciudad el muro cristalino;
Las lunas blancas , las arístas de oro,
En honor del imperío sarracino ,
Abrasarán, poniendo mis fortunas.
140
En Tez de las trístit, medias lanaa .
Hoy á mis planUa rendiré ¿Pamplona,
Y gozaré por fuerza de su infanta,
No como compañera en mi corona ,
Que con Navarra agora se levanta ;
Que, puesto que merezca su persona
En la insigne Arasen grandeza tanta,
Será mi amiga infame á su despecho.
Por vengar el agravio que me ba hecho.
—Ordena los infantes y caballos.
Que hoy el último asalto darles quiero;
Y para mas á mi furor Ilevallos.T^ero,
Dése un pregón en todo el campo en-
De que á fuego y á sangre los vasallos
De mi enemigo rey pasar espero,
Y que doy saco abierto v libres manos
A todos mis valientes africanos.
Perezcan todos, sarracinos fuertes.
Teatro sea aquesta vez Pamplona
De dos contrarías y enemigas suertes,
La de Navarra y la de mi corona;
Todo seri tragedia, sansre y muertes;
Que hoy ¿ ninguno mi furor perdona;
Y entre la mortandad de tanta gente.
Reverencien ¿ Urraca solamente.
Y cuando de la furia 6 del provecho
Fuereis llevados de su vista acaso.
Mirad que vive dentro de mi pecho ,
Y en sus soles bellísimos me abraso;
Ese sagrado solo amor ha hecho
Contra la pena del rigor que pago :
Urraca es mi Mahoma, y es su casa
Y su mezquita el alma que me abrasa.
CCL|IK)RO.
A cumplir tu mandado voy, Marsilio,
Ejecuta tu gusto, y lo que goza [xilio;
Pamplona , sin que tenga humano au-
Lleva á que mire al Ebro en Zaragoza.
La fama apreste otro español Virgilio,
Pues hoy tu gente toda la destroza,
Y asi en Pamplona como en Troya es-
[criba
Segunda historia , que sin muerte viva.
(Vate Celidoro, y queda el rey Marti-
na solo,)
HARSIUO.
Hola muralla fuerte de Pamplona ,
gue parte ¿ vos, Harsilio, enamorado,
ara ceñir su sien de la corona ,
Que tiene vuestro muro coronado ;
Ya vuestra muerte y su rigor pregona.
Ved que á vuestras almenas parte aí-
[rado;
Que solo con el fuego de sus ojos.
Cenizas han de ser vuestros despojos.
SaU UN MORO.
■ORO.
Agora llegan dos embajadores
De tu contrario don Garcia , y piden
Que licencia les den para hablarte.
MARSILIO.
Ya vienen á mal tiempo ; si pretenden
Que mi furor se vuelva atrás, decildes
Que se vuelvan al punto.
■ORO.
Yo imacino
Que procuran rendirte la ciudad.
■ARSILIO. [cia,
Decildes que entren á mi real presen-
Que quiero ver lo que me quieren.
( Vate el Moro, y prosigue MarsiUo : )
Sin duda que ba temido don Garcia
El castigo cruel que se le acerca.
LDB YSLEZ DI GUEf ABA.
Salen EL INFANTE DON OLFOS t
JIMEN, por embajaiorei^ y uoros,
con ellos,
niFANTI.
Donad los vuesos pies á estos fldalgos.
■ARSILIO.
Decid á qué venís , arrodillados ,
Que á todos los navarros desta suerte
He jurado escuchar, por el desprecio
De vueso rey.
iifFAirrE.
Non somos los navarros
Fidalgos homes que eso consentimos;
Además, Olfos y Jimen erguidos
Vos hemos de fablar, non de otra
■ARSILIO. [suerte.
Decid vuesa embajada de ese nodo.
JtUEN.
¿Asiento no nos dan , como escostiim-
A los embajadores? , [bre
■ARSILIO.
No lo uso ,
Y por eso os escucho en pié, navarros;
No me repliqí^eis mas.
INFANTE.
Dice Garcia ,
Nueso señor y rey, que por no verse
En tan misero estado con los suyos.
Que te dará , Marsilio, lo que pides,
Si le aguardas dos días sofamenlv ;
Porque aguarda respuesta de Castilla,
Con quien ha consultado este negocio.
■ARSILIO. ' [teade
Ya os entiendo, navarros, que pre-
Con eso entretenerme don Garcia ,
Para que en ese tiempo de Castilla
Y de León pueda tener socorro. —
Prendeldos por aquesto, y juntamente
Por este desacato a mi persona ;
Que no pienso á García respondelle.
INFANTE.
Eso es contra los fueros y las leyes
De nobres mandaderos.
JMEN.
Non se face
Esto como es razón.
■ARSILIO.
Prendeldos , digo.
INFANTE.
Non facéis como rey.
■ARSILIO.
Llevaldos presos,
( LUvanhi presos los moros. )
Y de sus embajadas la respuesta
Sea poner al muro las escalas,
Sacando los aceros excelentes ;
Al arma , moros de Aragón valientes.
(Yau,)
Salen CELIDORO t UN TAMBOR.
CELIRORO.
Échese el bando al rededor del maro ,
Porque su muerte sepan los navarros ;
Que aquesto es hitimalles la sentencia.
TA^ROR.
Marsilio, rey de Zaragoza y cuanto
El Ebro baila y ven los altos montes
De Jaca , de su seta escudo , y rayo
Del cielo y de Mahoma, descendiente
De la casa de Fez y de Marruecos ,
Hace saber á todos sus soldados
Cómo hoy asalM el niro dePafliploii
Pasando á sangre y Ibego á coanios '
[^
Dentro del con el nonbre de navam
Y dando libre saco en sos hacienda!
Mándase apregooar, porque ánoti<
De todos venga. ( Toca la caji
CKLIOOIO.
Ya de mi hado creo
Que derribar sus almenas veo.
(Yauu.)
Asómase á la mutila BL REY D€
GARCÍA T URRACA SÁNCHEZ.
BIT.
I Escuchastea el preg oo »
Urraca?
ORRACA.
Ya le escaché.
BET.
Hoy se ha de mostrar la Ka
De los que uavarros son ;
Maguer que dentro en IPasploiMi
Ya tan pocos han fincado.
Que tan solo esté gnardlado
El muro de mi persona.
E ¿de mi cuenta non faoea
Mas qutiíde mis adalides?
Mejor soy para las lides»
Rey, que non para las paces.
Verédesme, rey García ,
Esta vegada en la lid.
Como uueso abuelo el Cid ,
Por vuesa vida j la mil.
RET.
De vueso pecho y valor »
Urraca, tengo cuidado;
Que sois un vivo traslado
Del Cide , nueso sefior.
Ya conozco vueso pecho»
Que me guarde Dios» amén;
Mas don Olfos y Jimen .
Decidme ¿qué se habrán hecho ,
Que non parecen? Kl pragoa
Ha Uegaao á su mesnada.
Urraca, con mi embijada.
Si non linean en prisión.
Por no hacerme mas denaeito.
DBRACA.
Dios descubra la verdad.
REY.
Ya se llega á la dodad
La morisma , y mada» pieMo
Para facer el asaUo,
Que tanto el moro desea.
Dios con musco , Urraea ,
ORRACA.
Non vos done sobresalto ;
Que por el Dios en quo adoto.
Que desde aqveslo íngmt
Tengo de despacbomr
A todo este campo mof».
{Tocan la$9sii&$.)
Salen los moros qua pmikren ees
calas, 1 MARSILIO V CKUDOaO
■ABtlLIO.
Ea , al asalto , soldados ;
Estas escalas ligad*
Al muro , y en él aMMlrad
Cómo sois rayos airados.
¡ Al arma puta!
ICT.
Soliflieiite
lio lesU sin mas grey ;
, Urraca , y so rey
Dtra de nuesa geaie^
aue basta asaz
Ma la morería.
i Marnlio em el rey den García.)
■ÁRSU40.
hoy el fin , Garda ,
furia pertinaz;
le pienso ifoe ponerme
isioD semejante
slleza delante,
qae no acierte á ferme.
>zaré su hermosura,
ir de su rigor,
esta vez el ? alor
!ces á la locura,
los emba}adores
presos y cautivos,
ideced que esláo vivos;
orír¿n , no lo ignores;
) quiero mas contigo
;rto , treguas ni paces.
KET.
rey bárbaro faces.
■ABSILIO.
rcano tu castigo ;
i quieres huir
e mi furia inhumana ,
ite con tu hermana,
ras de morir.
lET.
verás cómo bajas ,
>iendo á duras penas ,
> de las almenas,
drador, fecho rajas.
ORRACA.
bárbaro, ¿qué esperas?
gente sarracina.
■AISILIO.
i , Urraca divina ,
sistirme pedieras»
, si en aauesle estado
quieres dar, Garcia ,
é la furia mía
rio arrebatado,
:orso es imposible
ít en su furor ;
«lamente el amor
Üera hacer posible.
RET.
o la mi voluntad
lela , moro, fuera ,
í antes te la diera
lesta necesidad ;
mandé decir
cuidaba aguardar
li en dos días , fué dar
o para Teñir
^Jb algún socorro;
e al fio cualquier ardid
metido en la lid ;
esta sazón me corro
lides que he de facer,
rme ansí , de pavor
I , el moro , á mí honor ;
vida be de perder,
mejante rencilla
n mis blasones hoy ;
I, moro, que soy
el Cid de Castilla,
aerto vos santiguaba ,
wj oaTaiTO eieedo.
LOS HUOS DE LA BARBUDA.
HARSUJO.
Ya escucharos mas no puedo.
¿A qué mi furia asuardaba.
Sabiendo vuestra locura ? —
Toca(ial arma y subid ,
Peseá la sangre del Cid;
Que he de gozar su hermosura.
{Tocan latea jat y arriman lasescalat,
y suena dentro grita y vocee de Quer-
rá , desnudando las espadas , y em-
piezan á subir los maros. )
HARSILIO.
Al arma, soldados.
RET.
Dios
No desampara jamás.
URRACA.
Sube, can, y fallarás
A lodo el mundo eu los dos.
Salen RAMIRO, ORDOÍ^O y LA BAR-
BUDA, con el ejército de Francia , y
dan tras de los moros á cuchilladas,
RAMIRO.
¡ Santiago , Francia , España !
ORDO^O.
¡Francia , Francia ! España cierra.
BARBUDA.
¡Santiago, guerra, guerra !
CEUOORO.
Señor, vuelve á la campaña;
Porque con Francia v su ayuda
Cubren los rayos del dia ,
En favor de don Garcia,
Los fijos de la Barbuda.
Conozcan tu brazo füerCe
Y tu fortuna bizarra.
HARSILIO.
Acabará con Navarra
Francia otra vez desa suerte.
BARBUDA.
Ea , fijos , faced un lago
De su sangre en la campaña.
RAIIRO.»
¡ Santiago , Francia , España!
ORDOÑO.
¡Francia , España, Santiago !
( Arremeten unos contra otroSy dándose
de cuchilladas^ y tocan las cajas, y
los españoles y franceses retiran
adentro los moros.)
URRACA.
Santiago van diciendo
Los fijos de la Barbuda ,
Los que ganaron á Francia
Y la tuvieron por suya ;
Aquellos dos, que parecen
Con aquellas blancas plumas
Sobre franceses sombreros ,
Que en Navarra no se usan.
¡Qué bravamente que fieren
Y á los moros desmenuzan !
Sus espadas son dos rayos
Que al sol le ciegan desnudas.
¡ Qué bien la su madre, Blanca ,
Los anima y los afucia !
¡Oh, qué bien lidia con ellos
Entre la morisma chusmal
Yo vos dono la palabra ,
García , que vuesa cuita
Tenga remedio ron esto.
141
RIT.
Del cielo vino esta ayuda ;
Vamos, Urraca , á espéranos;
Que p parece que iiiiunotan
La victoria que deseo.
URRACA.
Venzan amor, como cuidan.
La Trinidad los ampare ,
E á los contrarios destruya ,
Que hoy restauran la Navarra
Los flojos de la Barbuda.
(Vanse.)
Salen MARSILIO> como espantado , y
MOROS, con las espadas demudas,
HARSILIO.
¡ Oh Mahoma ! ¿qu'es aq uesto ?~-
Celidoro, aguarda, escucha;
¿No has mirado por el aire ,
Con una espada desnuda ,
En un caballo, á un cristiano,
Sue con las armas alumbra
as que el sol, y sobre el pecho
Otra espada roja cruza?
GBUMRO.
Ya le he visto en su hipogrifo
Hacer en tu oampo Injuria ,
AtropelIandocoUvél
Cabezas que en sangre surcan.
MARSILIO.
¿No le Tes venir ahora.
Esgrimiendo como pluma
La espada? Huyamos, que Tieoe,
Y da espanto su figura.
Salen moros, retirándose de LA BAR-
BUDA, y hay batalla fkera, y can
ella sus dos Mjos ORDOÑO t RAMI-
RO, y aparece arriba, en un caballo,
SANTIAGO, eammmespada demuda.
BARBUDA.
¡Santiago, Santiagol
SAimAGO.
Navarros, ese os ayuda.
No temáis, con esta espada ,
A la contraria fortuna.
MARSIUO.
Detente, cristiano Alá ,
Que tus armas nos deslumhran.
RAMIRO.
¡Santiago, Santiago!
SANTUGO.
Navarros, ese os ayuda.
(Mátenlos acuchilladas, y siguenlos.)
Salen EL REY DON GARCtA t UR-
RACA, y diga RAMIRO dentro:
^ RAMIRO.
I Victoria, Francia , victoria ;
Victoria, Navarra!
RET.
. Suban
Las gracias desta merced
Al cielo ; que debe muchas
Navarra.
URRACA.
A los que le llaman
Non desfaTorece nunca
El que en somo de once cielos
Del menor guaaiio enida.
i43
Ábranse todas las puertas
De Pamplona, paes segaras
Fincan con tan grap victoria ;
Cántese nuestra ventara.
Sale UN FIDALGO.
FIDALGO.
Con la virtud y despojos,
É con toda Francia junta ,
Entran por Paniplona ya
Loi fijos de la Barbuda.
Y ella , como es adalid
Desta impresa y de otras muchas,
Guia el triunfo.
RBT.
Urraca , vamos
A verla ; que es cosa justa
Honrar la su fldalgufa.
FIDALGO.
Ya tu salida se excusa ;
Que las ordinarias agas
Su buena venida anuncian.
Salen RAMIRO, ORDOKO t LA RAR-
RUDA, p LOS DEMÁS que talieron de
socorro, con EL REY MARSIL10,j9f e-
«o, T CELIDORO.
BARBUDA.
Donadnos la vuesa mano.
RET.
Erguidvos, sol , prez é luna
De la casa de Guevara ,
Que boy de mas con vos se ilustra.
E vos, Ordeño é Ramiro,
Dadme los brazos; que en fucia
De vuesos brazos non finca
Navarra en mala ventura.
RAMRO.
Santiago vos ba dado
La viclorla.
RIT.
E vuesa industria.
ORDOÜO.
Para serviros, buen Rey,
Non hemos de menguar nonca.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
RAMIRO.
A vos , la señora Urraca,
Facemos nueva mesura.
URRACA.
Dios vos guarde , los fidalgos, *
Que amparastes nuestras cuitas.
ORDOSÍO.
Ya VOS lo debemos esto.
URRACA.
E además , Ordeño • mucha
Voluntad que yo vos tengo.
0RD05Í0.
Dévos Dios buena ventura.
RAMIRO.
Ya son Olfos j Jimen
Libres, Rey de las obscuras
Prisiones , con otros muchos
Que allá estaban.
RET.
Non hay duda ,
Sino que sois los fidalgos
De mas prez.
SANCHO.
Pero¿á mi ayuda
No me endonádes las gracias ,
El Rey?
RAMIRO.
Es home de burlas ,
Es el nueso paje Sancho.
SARCBO.
El vueso dicho me atufa ;
Por la santa veracruz.
Que be lidiado un hora justa.
Como el Cid sobre Rabieca ,
Contra los moros de Fácar.
RET.
Dlanca , por vuestro valor
E la vuesa hermosura,
Habédes de ser mi esposa ,
E reina en Navarra, é suya
De Ordeño de Lara , Urraca ,
Pues Ramiro su ventura
Halló en Francia.
BARBUDA.
En nueso reino
Vivádes edades muchas;
Al Tueso mandado estoy.
RIT.
De la vuesa casa ilustran
Nuevas reinas de Navarra .
ORDOÍfíO.
E yo vos fago mesura
Por el bien que me Cicédes.
URRACA.
Y todo mí pavor fuya.
Pues alcancé mi deseo.
SANCHO.
Porque non finque en ayunas ,
Veladme á mi con Marsilio,
Que aqui finca como Judas.
RAMIRO.
Por estrenas destas bodas
Me le donad, con la junta
De los moros principales.
RBT.
Prendas son, Ramiro, tuyas;
Faz d ellos á tu bneo grado.
RAMIRO.
Libertad les doy segura.
Con que torne a Zaragoza ;
Haciendo homenaje y jura
Feudataria á tu corona.
MARSILIO.
Son aquí las parías justas ;
Yo las juro y las prometo.
RAMIRO.
Yo á gozar de mi fortuna
Volveré á Francia.
SANCHO.
E yo ¿cómo
Fincaré en tal desventara?
¿iré contigo?
RAMIRO.
Conmigo
Irás ; presto te atribulas;
A Francia quiero llevarte.
SANCHO.
Como en ancas no me sobas
De un trotón como el nasado ,
Vamos á ver sus monararas.
asr.
Ansí á Navarra 7 á Fnneia,
De la esclavitud maa dora
2ue han tenido , libertaroa
os fijos de la Barbudsk
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
EL OLLERO DE OCAÑA,
DE LUIS VELEZ DE GUEVAEAi
PERSONAS.
lNCHO ANZÚRfiS.
)B LARA.
BLANCA.
ELVIRA.
MARTIN.
DON NüNO.
EL REY.
FORTÜN.
UN ALCAIDE.
UN CRIADO.
AcoiPAÜAHiEirro.
IRNADA PRIMERA.
DON SANCHO ANZÚRES t
MENDO.
METIDO.
» de perder el seso.
w>:í sancho.
me Teogo á casar
oslo, ¿no he de dar,
en Un feliz suceso,
is del mayor exceso
visto ingenio perdido?
lo haber conocido
i Tentorosa suerte
le acabar con la maerle ,
obrarme el sentido.
I Blanca de Lara
ier tan principal ,
t sangre noble es igual
as ilustre y clara ;
iraleza avara
odola enmudeció,
ué no he de pensar yo
va la ha de guardar,
olver á imitar
»mo que ella le dio?
HENDO.
i , y Payo de Lara,
igro, con sus amigos
J08.
DON SANCHO.
A ser testigos
Inen que el sol envidiara.
endo ! advierte , repara
divino poder,
ro he llegado á temer,
T el mas alto empleo
Icanza humano deseo,
I de que pueda ser.
■CNDO.
, so hermana, viene ,
biiam y hermosa.
DON SANCHO.
¿Qué flor, en viendo á la rosa,
Gala ni hermosura tiene?
Luz y resplandor contiene
El sol, y con su favor
Luce la estrella menor,
Pero en distancia tan bella.
Una es sol y otra es estrella ,
Y entrambas dan resplandor.
Salen PAYO DE LARA , BLANCA T
ELVIRA, y acompañamiento.
BLANCA.
Muerta , Elvira, me has de ver
En llegando i dar la mano.
No te cases.
ELVIRA.
BLANCA.
Es en vanot
Porque debo obedecer
A quien no puedo perder
El respeto y la obediencia.
\ Oh fiera y mortal sentencia !
PATO.
Sancho Anzúres, este día
Libró el cielo mi alegría,
Dando mis años licencia.
Porque con disfraz hartado
De la alegre juventud.
Renace en mi la virtud
Del mozo mas alentado;
Pero, si miro un traslado
En vos , del alma que os doy,
Y como en espejo estov.
Viendo en Blanca mi alegría.
Mis años son deste día,
Sancho, pues comienzan hoy.
DON SANCHO.
Señora, si el ofreceros
El alma darme pudiera
Mas calidad , presumiera
Que llegaba a mereceros ;
Porque son tan verdaderos
Los afectos de mi amor.
Que , ¿ ser gentil, sin temor
Pensara, en fuego deshecho.
Que estaba Infusa en mi pecho
La inteligencia mayor.
BLANCA.
Con vuestro ingenio sutil
Me queréis mostrar. Señor,
Sue tenéis en vuestro amor
as de galán que gentil;
No pinta el templado abril
Mas bien su hermoso dosel
Que vos vuestro afecto fiel ,
Y con tal gusto, que siento
Que os tomáis todo el cootento
Para dejarme sin él.
ELVIBA.
¡Qué bien que le da i entender
Su poco gusto mi hermana !
Pero su esperanza es vana,
Y mi desdicha ha dé ser.
En amar y aborrecer
Vive trocada la suerte ;
Que en mis ojos Sancfio advierte
Una afición conocida,
Y viene á ofrecer la vida
A quien le diera la muerte.
PATO.
Don Sancho, las condiciones
De nuestro contrato son.
DON SANCHO.
Ya yo sé mi obligación.
Fundada en justas razones ;
Aunque hay varias opiniones
En Castilla, mas yo siento
ue me toque el juramento
ue hizo mi padre al Rey.
PATO.
Si ; que es derecho v ey
Cumplirle su ti
DO.l SAI
Ya sé ) el dif i <
Deió '"
8
en
«ai
144
Deio los pesados lances
Del rey de León soberbio,
Que pretendió la tutela ,
Por hermano del rey muerto;
En coya bárbara guerra
Los castellanos hicieron
Que el fiero leonés comprase
Con sangre sus escarmientos ;
Pero mientras se templa
Su furor, aquel mancebo
Bizarro, aquel que á la fama
Da mas blasón en sus templos ,
Aquel don Ñuño Almegir ,
Que del ambicioso fuego
Leonés sacó al niño AlK)nso,
Y con su manto cubierto,
En un español Pe^iso
Lo llevó a su patrio suelo,
Cobrando Avila aquel dia
Blasones que envidia el tiempo ;
Aunque ahora (falsas nuevas
Serán sin duda) entre hierros
Moriscos rindió la vida ,
Que esta fama hay en Toledo
Después que tuvo esperanzas
De León y fué creciendo
El niño rey, los oídos
Qae escuchaba! Ifsonjeros
Admitieron mas licenck ,
(|ue en el paternal decreto
Concedió Sancho á sus años ,
Pues en el último acuerdo
Mandó que hasta que tuviese
Quince años , de su reino
No tomase posesión ,
Y que los alcaides puestos
Por el difunto don Sancho
No le entregasen l«s pueblos ,
Haciendo á fuer de Castilla
Pleitesía y juramento.
A vos V don Pedro Auzúres,
Mi padre, dejó á Toledo
En tenencia el Rey ; murió
Mi padre » y yo, que le heredo
La futura sucesión ,
Por la obligaeioii <t«e tengo.
Hago aquf el mismo bomeaaú® t
Como espafiol caballero :
Que hasta que el rey Alfonso
( Pues es castellano fuero)
Tenga quince años y un dia.
De no admitir en Toledo
Ni so persona real
Ni provisiotí ni decreto
Suyo, respondiendo siempre
Con humilde acatamiento
Y protesto los agravios,
Y que de la fuerza apelo
Para él mismo, y de morir
Por cumplir el testamento
De su padre; pero en cuanto
Al vasallaje que det>o.
Como á mi rey natural ,
Juro también y prometo
De servirle en paz y en guerra
Con mis amigos y deidos ,
Con armas y con caballos ,
Con provisión y dineros
Contra el bárbaro Almanzor»
Rey de Córdoba, poniendo
Sobre el coronado alcázar
Y en las torres de Toledo
Los católicos pendones
De Alfonso, porque los tiempos
Digan que ofrezco ta vida
A quien las puertas le cierro.
PATO.
Dadme , den Sancho, los brazos;
Que en vuestro ftifor SQStevto
Para Alfonso centra ÁlfoMO
Este pedazo de délo.
LUIS VBLEZ DE GUEVARA.
Esta ceremonia sola
Faltaba para ofreceros
La dichosa posesión
De Blanca , y quieran los cielos
Que goce el gusto Castilla
Que yo á mis años les niego.—
Daos las manos.
BLAIfCA. (Ap.)
i Ay don Nutío !
Cuando el mundo está diciendo
A voces hazañas tuyas ,
i Dejas el mejor empleo
De tu r.lma en mano ajetia?
Si no es que las nuevas fueron
Ciertas de que en Calatrava
Rendiste el valiente pecho
A los cordobeses moros.
DON SANCHO.
iPedrá la forMHia^ el «ieaipe
Ni la envidia , cuando sean
Contrarios de mis deseos ,
Quitarme este iyien?
MENDO.
Señor,
Aun no es tuyo.
DON SANCHO.
Calla, Mendo;
Que en posesión tbn vecina.
Dudo q«e 60 ponga en medio
Ni aun la muerte.
MARTIN. {Uéntr^ k4i€ien4o ruido.)
Yo be de entrar.
PATO.
Mirad quién es.
MENDO.
Un correo.
PATO.
Pues no le neguéis la entrada.
Sale MARTIN, con alforjai y bctag, ce-
rno carreú.
MARTIN.
Mejórense de porteros ,
O vive Dios, que las cartas
Se las dé al primer flamenco
Que pasare por la calle.
PATO.
¿No veis que es orden que tengo
Dada en casa ?
MARTIN.
Pues si es orden ,
Guárdenla para un convento ;
En la puerta de Visagra
Mas de treinta ballesteros
Me tentaron , y aun querían
Espulgarme los gregüescos ,
¿Y aun aquí no estoy seguro?
¿Traigo algún moro encubierto
Para ganar la ciudad?
Pues ¿qué me estio deteniendo
Ballesteros ni criados?
PATO.
Para otra vez , os prometo
Que no os detengan.
MARTIN.
A otra
Sabré lo one hay en Toledo,
Y ataré siempre las cartas
A la cola de un vencejo,
Y él vendrá á pedir el porte ;
Mira á quién alce este pliego.
PATO.
«A don Sancho Anzúres,» dice.—
Tomad.
■Aftnií.
Traigo oomisioo
Para dársela jo mesmo ;
Porque también los correos
Somos personas de orden.
DON SANCHO.
Mostrad pues.
MARTIN.
Sosiegue el pecho ;
¿Vuesarcé es don Sancho Anzúres?
DON SANCHO.
Si, yo soy.
MARTIN.
Mirese en ello.
DON SANCHO.
Sieo4o jro, ¿qué hay qoi mirar?
mmun.
Déme un fiador.
DON SANCHO.
Majadero,
Si la carta es para mi ,
¿Qué mepedis?
MARTIN.
Yo me entiendo ;
El fiador de las albricias
Le pido.
DON SAIKBO.
Yo las prometo:
(De dónde viene esta «arta?
MARTIN.
¿También vuesarced es de esos?
Civilidad ; pues ¿la fecha
No lo dirá? El majadero
Que, dando el reloj , pregunta
Las cuántas son , es lo mesmo.
llONfiARCa«.
En el dia mas dichoso
Que vio en su discurso el tiempo,
Que alentó glorias boauMis »
Que vio premiados deseos ,
¿Qué me puede suceder.
Que no sean dichas? Correo
Que viene pidiendo albricias ,
Claro está que algon suceso
Dichoso me está aguardando ;
Que, aunque á las glorías que eiper
En la posesión de BlaacH
No puede llegar contento
Que las igiule , serán
Adorno Ilustre á lo menos.—
¡Oh carta ! Feliz presasio
De mi bien , tus letras neso.
Embebido en mi alegrfi.
SLAHCA. (Ap.)
No ofrece minóte el tienfo
Que no sea un parto engaioio
De la esperansa que engendro;
Mas es aborto infelis.
Pues ante mis cjos veo
La tirana posesión
Del que me ofrecen por dnoio.
DON Sanano.
¿Tan ciegos están mis ojeo»
Tan rudo mi entendimienlo,
Que en esUs letras qae Iwiio
No Incurren algan fooonoT
Si no es que el mismo placer.
Con galán advertiniienlo.
Se me ha disfrazado abonu
Para que lo compro á procao
De tan mortales avisoo»
Otra vez las letras loo.
(Lee,) c DonSandiOiidferiyqncí
•muier que pretenésb pnrn eunn
»se ha visto en otroo bmnon, i '
>la posesión qno mpoinlft á
•dueño. »
Blanca, don
^AfO.
; haciendo extremos
icion y de enojo.
BLANCA. (Ap.)
¡stef. sentimientos
lerte que me aguarda.
ra don Sancho á Martin.)
(esano y discrelo
^nciio! Aposiaré
mira con intento
i me viene bien
?l gusto gran ropero)
Je sus vestidos.
D0:m SA5CH0.
le voy prosiguiendo.
* Y si estos avisos no sirven
?pgaño» y ciego en vuestro
rosegnis en vuestros deseos,
) mono á doña Hlanca, no fal-
üasiiiia quien manche su tá-
t) sangre vuestra.»
, ¿ quién te dio esla carta ?
MARTi:«r.
cías se me han vuelto
iba.
PAVO.
Don Sancho,
eis?
D0:« SAlfCHO.
Siento en el pecho
! vertiendo llamas. —
a puerta.
MARTIX.
Teneos ,
es cerradores,
que estos instrumentos
jii á vestir,
suudar.
ELVIRA.
¡Qué inquieto
?po5o! ¿Qué tiene?
PATO.
fin nuevo exceso
lenta, si es posible.
DO>' SA5CH0.
dará mas presto
a.
■ E5D0.
Ya he cerrado
tas.
MARTIX.
¿A un correo
e pidiendo albricias
li puerta 1 Ksto es hecho ;
lo, y pierdo, doblado
ilbricias de perro,
PAYO.
; Dios! En mi honor,
I cosía sustento
sngre, ¿hay mancha ahora ,
e Castilla espejo?
^rú mí vida.
DON SANCHO.
Hombre.
MARTÍN.
»mbre.
DONSAÜCBO.
Si luego
ees ia verdad ,
n el tormento
e inventó la ira.
MARTI :f.
►, joro y prometo,
lo de los siglos ,
Iqs que asistieron
ky de decir
EL OLLERO DE OCAÑA.
La verdad , como la siento
Yo en el corazón sencillo. «
DON SANCHO.
Dímela pues.
MARTIN.
«Padre nuestro.
Que estás en los cielos.» Esta ,
Aunque esté de enojo ciego,
iNü dirá que no es verdad ;
Esta sé y esta confieso.
DON SANCHO.
Otra es la que te pregunto.
MARTIN.
Si es mas desta , será el Credo.
En malos infiernos arda
El espaííol ó tudesco
Que inventó cartas misivas.
PAYO.
Sancho, escuchadme primero
Que se haga mayor examen.
MARTIN.
¿Por una carta este aprieto?
¿Que escriba rail pesadumbres
Un hombre desde Toledo
Al Cairo, y el portador.
Hijo de puta, muy hueco.
Lleve cuatrocientos palos
En seis renglones y medio?
DON SANCHO.
Mi discurso no está ahora
Para volar pensamientos
Sobre disculpas tan vnnas ;
Lo que toco y lo que advierto,
Es lo que á voces me pide ,
Por ser quien soy, el remedio;
Sosiégate , no té turbes.
MARTIN.
Yo fuera el dichoso.
DON SANCHO.
El yerro
No le has cometido tú ;
Libertad tiene un correo
De entrar á dar unas cartas
En propio y ajeno reino.
¿Quién te dio el pfiego?
MARTIN.
Mi amo,
Diego Bellido, el ollero
De Toledo.
DON SANCHO.
¿Qué me dices?
Ma\or daño es el que temo;
¿ No es aquel de quien España
Heficre bárbaros hechos,
Con voz de atroces delitos?
MARTIN.
El mismo.
DON SANCHO.
¿ Y está ya quieto
EnOcaña?
MARTÍN.
Está ya un santo;
El jueves le desmintieron ,
Y no respondió palabra.
Lo que mas hizo, en cogiendo
Solos losdesmentidores,
Fué matar al uno dellos
Y subirse al campanario.
DON SANCHO.
Y ¿sabes quién es el muerto?
. MARTIN.
Sí, Señor; Martin Anzúres.
DON SANCHO.
Mi primo es, viven los cielos,—
Señor, el entrarme importa
145
Hoy en Ocaña.— Deseos ,
No os malogre la tardanza.
PAYO.
Pues ¿no teméis vuestro riesgo,
Cayendo en manos del Bey?
DON SANCHO.
¿ Y no importa el honor vuestro
Mas que mi vida , Señor?
Yo he de salir de Toledo
A matar este villano.
Que, desatando venenos
De la lengua y de la pluma ,
Es un basilisco fiero
Contra las honras y vidas;
No antepongáis á mí pecho
Templadas prudencias vuestras ,
Porque he ae salir si encuentro
En el campo, no soldados
De Alfonso, sino soberbios
Almanzores y Tarifes,
Con mas escuadras que dieron
Nombre á Jérges.
PAYO.
Pues estáis
Tan ciegamente resuelto
Al peligro que os aguarda ,
Quiero prevenir primero
Que salgáis, sueltas espías.
Que os avisen , en volviendo,
Si está el camino seguro.
DON SANCHO.
En el valor de mi pecho
Llevo la seguridad.
PAYO.
En buena opinión has puesto,
Blanca, el honor de mi casa.
BLANCA. ,
¿Qué decís , que no os entiendo,
Señor?
PAYO.
Que tu liviandad
Ha puesto en mi lengua freno,
Para sentirla callando,
Para callarla moriendo. ( Vase.)
BLANCA. {Ap.)
Fortuna feliz, si yienes
A estorbar mi casamiento, ^
No sea con la pensión
De tan dañado secreto.
DON SANCHO.
Mendo, preven dos caballos ;
Que has de ir conmigo.
MENDO.
Dos vienlos ,
En sus imágenes brutas,
Verás con abs4e fuego.
BLANCA. .
¿Don Sancho?
DON SANCHO.
¿Qué me mandáis?
X BLANCA.
Pues ¿yo lambien os merezco
El disgusto que os han dado.
Que respondéis tan soberbio.
Que casi vais animando
Descürtesias?
DONnSANGHO»
Respetos
Las llamad , cuando pudiera
Con tanta causa penferlos.
Que viera el sol mis enojos
Dirigidos á ofenderos.
¿Qué decís?
BLANCA.
DON SANCBO.
Qnefos...
10
BLANCA.
Dedd.
DON SANCHO.
Sois TOS...
BLANCA.
¿Qué soy?
DON SANCHO.
El sugeto
De mi dolor.
BLANCA.
¿De qué suerte?
DON SANCHO.
Dejadme.
BLANCA.
Esperad.
DO.^I SANCHO.
No puedo.
BUNCA.
¿Porqué?
DON SANCHO.
Porque estoy corrido.
BLANCA.
¿Deque?
DON SANCHO.
De mi loco empeño.
BLANCA.
Y ¿por qué ba sido?
DO.X SANCHO.
Por VOS.
BLANCA.
¿Quéarresgastes?
DON SANCHO.
El empleo
Del alma.
BLANCA.
Y ¿ no merecía
Ser su sagrado mí pecbo?
DON SANCHO.
A ser ella la primera,
filen decis.
BLANCA.
I Qué escucho , cíelos !
¿Vos presumís...
DON SANCHO.
Y aun aiirmo
Que fué mal perdido el tiempo
Que en vos la puse.
BLANCA.
¿Porqué?
Pero advertid el respeto
Con que en España me miran.
DON SAIVCHO.
Pues abran puerta al silencio
Las quejas y los agravios.
t BLANCA.
Mirad que quiero saberlos.
DON SANCHO.
¿Cómo podréis encubrirlos ,
Siendo vos la causa dellos?
BLANCA.
Es enigma entretenida,
Que en la carta os escribieron.
DON SANCHO.
A lo menos me avisaron
Que ciñeron vuestro cuello
Otros brazos.
BLANCA.
{Ap, Cruel don NuSo,
iTú revelaste el secreio
De conquistados favores,
Siendo favores honestos?)
Y ¿qué pretendéis ahora?
DON SANCHO.
Que vos me deis el consejo
Que be de tomar.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
BLANCA.
Pues , don Sancho,
Creed que solo un remedio
Podrá ser en tanto agravio.
Que os libréis del mal concepto
Que contra mí honor tuvisteis ,
Y es, teñir el blanco acero
En la sangre del villano
Que vos creéis, como necio;
Y sí decís que es bajeza
Igualar su nacimiento
Villano con vuestra sanf^re,
Matándole cuerpo á cuerpo,
Estáis, don Sancho, engañado;
Que en lo que ahora haoeis hecho,
Parecéis imagen suya,
Y aun presumo que le ofendo ;
Y ansí, podéis sin excusa
De ocasión . nobleza y tiempo.
Reñir con él, y mirad
Que no despreciéis, soberbio,
Al contrarío que buscáis
Por villano ; porque entiendo
Que sabrá también mataros
El que se puso á ofenderos.
DON SANCHO.
Advertido y obediente
Voy, Señora ; pero el premio
De la venganza aue busco
¿Cuál ha de ser?
MARTIN. (Ap.)
\ Pobre Ollero !
DON SANCHO.
Dilatad , cielo, las horas;
Quizá me darán remedio.
BLANCA.
También os dará la mano
La misma que os dio el consejo.
(Yante.)
Sale DON ÑUÑO, vestido de labrador,
DON Nü5Í0.
Al mar, del Ábrego herido.
Puedo mí vida igualar,
Que es un proceloso mar.
De mis fortunas vencido;
Acosado V perseguido.
Hallo el descanso en morir;
Llegan tan sin prevenir
Las ocasiones, que he hallado
Que obligan á un desdichado
A no podellas sufrir.
:Ah Blanca ! Norte eclipsado
De mi entendimiento ciego.
Cuando á tu vista me llego
Huye tu luz mi cuidado;
En un piélago abrasado
Siento ya, ingrata , anegarme,
Y porque puedo vendarme.
Mientras puedo respirar.
Te has dado prisa á casar
Para acabar de matarme ;
Ay Dios, que ya llega tarde
La diligencia mayor ;
Ríndase el alma al dolor, (Siéntoie.)
Pues vive en pecho cobarde ;
Sus luces recoja y guarde
El sol , que en púrpura enciende
E\ hacha, porque se ofende
Que ya sus lineas señale ;
Que, aunque para todos sale ,
Para dichosos se entiende.
Sa/f MARTIN.
MARTIN.
El alba cariampollada
Salió despeñando al miedo,
Y despertando eo Toledo
Platillos de Daranjada.
De mi Dotuma joratda
Cuenta estrecha pienso dar
A quien me hizo caminar
Con priesa y miedo excesiva ;
Mas, como no haya misiva ,
Todo se puede llevar.
Esta cruz ¡qué linda seña!
Me ha dicho en esta campaña
Que me falta para Ocaña
Una legua harto pequeña ;
Pero el bosquecillo enseña,
Y sin miedo imaginado.
Que en él tiene sepultado
Ermitaños cimarrones,
Y pienso que está de nones
El hombrecillo sentado.
Añagaza es , bien lo veo;
Cogido me han, como lobo.
En la trampa; lindo robo
Harán á un pobre correo.
DON NU^Q.
Si no me engaña el d¿eo.
Este es Martin , que do impide
Sombra el sol» que el cielo mide.
Martin , mi voz no te asombre.
MARTIN.
Ladrón que me sabe el Dombre ,
Hasta la camisa pide.
DON NDÜO.
Llega, no tengas temor;
Que yo soy.
MÁRTIR.
( Ap, Este es mi amo.)
Ladrón , si eres el reclamo
Deste escuadrón salteador,
Pide el oculto favor
De quien te arroja al camino;
Que soy Hércules divino,
Si tú , ladrón , eres Caco,
Y aun para matarte, Baco
Me dio un montante de vino.
DOIf NUffO.
Alegre vienes.
MARTIN.
Afuera ,
Que soy hombre temerario;
Pero contra un incensario
¿Quién dudara y quién temiera?
Oh Señor, saber qnisiera
Quién te ba puesto en libertad.
DON RDÑO.
Deidad es la oscuridad
De la noche, que ella podo
Dar en el silencio mndo
Nombre á una temeridad ;
Mas ¿qué sentencia bastraido?
MARTIN.
Mi diligencia sabrás;
Si me tardo un año mas ,
Hallo á Blanca con marido.
DON Nidio.
Seas mil veces bien venido ;
Siéntate, Martin; ¡ah deloa»
Testigos de mis desvekw
Tan justos I ¿Al fi A te diste
La carta ?
■ARTDr,
Y muy carí-trisle,
Armó borrasca de celos;
Hizo aprestar un caMlo
Para venirte á buscar.
Dommffo.
Dichoso será el la^r
En que yo poeda eneooCnllo.
No es menester desenlio ;
Que, sin que nadie lo impida.
Aprestó ya su partida.
DON KU5Í0.
enturosofui?^
;apor aquf,
albricias la Tida.
MARTIN.
riera muy mal ;
)s verdes espacios,
de aquestos bosques,
es caballos,
Hileros del Rey,
retienen cazando,
reí enojo
;ausado don Sancho
no de Lara ,
i dos le ban cerrado
sa Toledo
s , y son agravios
^va mal el Hey;
tu contrario
Dtigo, es fácil
3nderloó matarlo
íes don Sancho viene
con un criado,
as mismos celos,
roja á averiguarlos
asta que le digas
ó Blanca los brazos ;
can el cuerpo,
rán el trabajo
)n él , que es noble
in pobre villano
lie, pues quieres,
ríe salario,
daños ajenos
tu descanso ;
0 digo por mi,
lana ahorcando
de Salamanca,
qué puñetazos
con una daga
bre, perdí el trabajo
nrosos estudios;
sirvo dos años ,
andamos á monte
nía y vidriado
DON KüNO.
Calla, Marlin;
mpo es el desengaño
rancia en que vivo.
35 SANCHO. {Dentro)
n ese caballo.
Levántase Martin.)
MARTIN.
1 campaña Oliveros,
que me han burlado
?; don Sancho es esie.
liegue ; bizarro
on valiente brío
DON NÜNO.
Que llegó el plazo,
el bien que deseo?
5fl/e DON SANCHO.
DON SANCnO.
lan mal premiado,
nieras conmigo?
a ser villano
el temor le ausente,
ts del caballo
llevar basta Ocaña ;
atadas las manos ,
rta villanía.
MARTIN.
ntd qae me alaron ,
DOS llegado ya,
I qae mira es mi amo.
EL OLLERO DE OCAÑA.
DON SANCHO.
¿Eres tú Diego Bellido,
Kl Ollero?
DON NÜ.SÍO.
Muy de espacio
Os haré la información ;
Bien podréis ir preguntando
Lo demás; que yo respondo
Que soy el Ollero.
DON SANCHO.
; Bravo
Orgullo! ¿y á quién malaste
En Ocaña?
DON NUNO.
Es cuento largo.
Sale EL REY, que será niño, t
FORTÜN.
FORTON.
Vuestra alteza se detenga,
Porque be vislo dos milagros
Juntos, á don Sancho Anzúres,
Y aquel famoso villano,
Diego Bellido el Ollero.
REY.
Y llego á ver en entrambos
Cumplido el mayor deseo.
Vendrá sin duda don Sancho
A valerse del favor
De un hombre lan celebrado
Por su valor en t)spaña ;
Quiero, Fortun , escucharlos
Mientras los monteros llegan.
FORTON.
Si no se escapa volando.
Quedará don Sancho preso.
DON NUNO.
Ya os d'go que desacatos
Contra mi rey natural ,
Me muero por castigarlos.
REY.
Escucha.
DON NC5Í0.
Y vuestro primo,
Martin Anzúres Hidalgo
(Como Castilla pregona),
Pudiera enfrenar los labios
En cosas que al Rey se ofende ;
Que hay en España villano
Que, en locándole á su rey.
Subirá á hacer pedazos
Al mismo sol , voto á Dios.
REY.
¡ Bizarro valor !
MARTIN. (i4p.)
Burlaos
Con el lal ollero.
DON NüiSío.
Dijo,
Ovéndole hombres honrados
( ^ bastaba estar yo entre ellos),
Que hasta no sé cuántos a&os
Era mal hecho entregarle
A Toledo á un rey muchacho.
Yole respondí que Alfonso,
Que viva por siglos largos.
De catorce años, tenia.
Para regir sus vasallos,
Ingenio y capacidad
Mejor que vos y que Payo
De Lara , porque los reyes
Ganan el común aplauso.
Aunque niños, con los ojos,
Y que merece el agravio
De no entregarle á Toledo
Castigo ejemplar; notaron
Todos mi resolución,
Y Anzúres, soberbio y Taño,
147
A otras cosas que le dije
Me desmintió, no Á su salvo ;
Que, antes que los que escuchaban
Llegasen á remediarlo.
Tenía dos estocadas
Por los pechos, y tomando
Iglesia, me defendí
Desde la torre, tirando
Las penas que le servían
De sustento al campanario.
MARTIN.
Pues ¿ no le dije en Toledo
Que es mi amo un echa-x^antos?
DON NONO.
La hambre, al fin, enemiga
Común , y los varios casos
Que destinan mi fortuna.
De la torre me sacaron
Entre luces y entre sombras
De los rayos mal formados
Del alba , alegre , par Dios,
De ir á Toledo á informaros.
Mus bien que con cartas muertas,
Con voces vivas; cansancio
Y desesperada pena
De las desdichas que traigo
Tan sobre mis hombros siempre,
A suspender me obligaron
El camino y la intención.
Esta es la verdad ; si acaso
Fuera de vuestros designios.
Que también podréis juntarlos
A esta nueva relación ,
Queréis por deudo, don Sancho,
Vengar al difunto Anzúres,
Lugar os ofrece el campo
Para vuestras bizarrías ;
Y no penséis que es agravio
De vuestra nobleza ilustre
Ver vuestro acero manchado
En sanare de quien os busca,
Con opinión de villano.
REY.
¿Ha habido esfuerzo mayor?
Si este no fuera villano.
Hiciera su nombre eterno.
DON SANCHO.
Pues las órdenes que traigo
Son de matarte; que en ti
Ha de morir el agravio
De tu lengua y de tu pluma ;
Y para que veas que pa^o
El valor de que te precias.
He de hacer contigo campo.
Igualando las personas
Y las armas.
DON NU.^O.
Con los brazos
Os pagara este favor,
A estar conformes entrambos.
DON SANCHO.
¿Qué armas tienes?
DON NO^O.
Esta espada
Y broquel, y desarmado
El pecno.
DON SANCHO.
Yo una rodela
Traigo al arzón del caballo ,
Pero vestida una cota ;
Y advierte que es, si la traigo,
Por el riesgo del camino;
Porque para ti , yo basto
Para quitarte mil vidas.
DON NUffO.
Con ana podré pagaros.
HARTÜf.
De Medina Tiene el aire.
En verdad.
148
DON 8ARCB0.
Pues desarmados
Hemos de reñir, la cola
Será menos embarazo.
DON wño-
No, no os desabriguéis ;
Que habréis venido sudando,
Con la priesa del camino ;
Demás, que aunque fuesen rayos
Los aceros desia cota ,
Tengo pujanza en él brazo
Para juntar los extremos,
Si alguna punta os alcanzo.
DON SANCHO.
(Ap. No he fisto mayor valor
En hombre; ¡qué poco caso
Hace de verse conmigo!)
Mendo, quiu del caballo
La rodela.
( Vase don Sancho.)
FORTUN.
Aquí está el Rey.
DON NUÍ^O.
Ob Señor, dejad mis labios
Honrados en vuestras plantas.
RET.
Por ser tu delito honrado,
Le perdono ; pero ahora ,
Pues te ha venido á las manos
Ocasión en que á tu rey
Puedas servir en el caso
Mas importante, has de hacer
Con Sancho Anzúres campo,
Entreniéndote en él
Hasta llegar mis criados,
Para que prenderle puedan.
DON NuSlo.
¿Y si llegase á matarlo?
MARTIN.
Pan y mejoría.
RET.
Estuviera
Seguro del embarazo
Que siente en él mi deseo.
A Toledo me han cerrado
Payo y Sancho, tan soberbios,
Que no podré sujetarlos
Si DO es con esta prisión.
Demás, que vo no me llamo
Rey si me faíia Toledo,
Porque en Toledo cifraron
Los cielos grandezas mias.
DON NC^O.
Si en esto hubiera librado
Vuestra alteza la corona
Del Asia, con el romano
Imperio... Don Sancho viene;
Encubrios en esos ramos,
Señor; veréis la batalla
Mas bizarra que en tealros
De Roma admiró el valor.
RET.
Fortun , con priesa y cuidado
Vé á recoger los monteros,
Porque todos á caballo
Cerquen la salida al bosque.
{Encúbrete el Rey entre lot ramos.
FORTUN.
Presa es segara.
DON N1)5Í0.
¿Hasta cuándo,
Fortuna enemiga mia ,
Irás con tan fuertes lazos
Eslabonando peligros?
LUiS VELEZ DE GUEVARA.
Sale DON SANCHO , con rodela y la
cota en la mano, y ¿chala en el tuelo.
DON SANCHO.
Esta es la ventaja.
DON N0>ÍO.
Hidalgo,
¡Valor!
DON SANCHO.
Ahora bien puedes
Librar tu vida en las manos ;
Que he de llevarte á Toledo
Preso ó muerto.
DON NU5Í0.
Corlo plazo
Tomaste para una empresa
Que un ejército africano
Dudara en él conseguirla.
DON SANCHO.
Pues hoy bastará un don Sancho.
{Pelean loidot,)
DONN05íO.(i4p.)
•Bravo aliento! Es noble en fin,
V riñe con celos.
DON SANCHO. {Ap.)
¡Tanto
Me dura un villano, citólos !
No vi esfuerzo mas bizarro
En hombre; ya pongo duda
En la promesa.
DON NU.XO.
De espacio;
Que bien tenemos que hacer.
DON SANCHO. {Ap.)
Vive Dios, que me ha admirado
El sosiego con que riñe.
DON RüSo. {Ap.)
No está mas Qrme un peñasco.
Si fuera olra pretensión ,
Pienso que dejara el campo
Con honradas condiciones.
RET. {Ap.)
Buen caballero es don Sancho,
Pero el villano me admira.
FORTON. {Dentro.)
Hacia el bosque los caballos.
Por acá ; no se nos vaya.
DON SANCHO.
¿Qué es esto, cielos airados?
DON Nu5ío.
Vuestro peligro el mayor;
Ya os han cerrado los pasos
Monteros del Rey, que manda ,
O prenderos ó mataros.
Mas no permitan los cielos
Que cuando vos, tan hidalgo
Y cortés, dejds la cota
Por veiitaja, peleando
Con tanto valor, os mate
Con mas venfaja un villano.
De la que trajisteis vos.
Subid en vuestro caballo
Con la priesa que el peligro
Os pide; que el tiempo es largo
Para volvernos á ver.
) DON SANCHO.
Corrido voy, y obligado
A pagar esta amistad.
DON NC5íO.
Presto veréis al villano
De Ocaña dentro en Toledo,
Para acabar nuestro campo.
{Vase don Sancho.)
SaleelKE^.
RBT.
Hombre, ¿qué has hecho?
DON KDflíO.
En mi f ida
Pude con injusto trato
Acabar hazaña honrosa.
RET.
Pues ¿ no ves que me has quitado,
En su prisión ó su muerte.
Mi mas seguro descanso?
DON ÑUÑO.
¿Está en África Toledo?
¿Son scitas, persas ó partos
Los que la guardan. Señor?
¿ No son tus mismos vasallos
Tan leales como el mundo
Conoce? Pues ¿qué cuidado
Te da el de Lara y Auiúret?
Apenas verán los rastros
De tus huellas en Toledo,
Cuando con d toboso aplauso
Te coronen^; yo lo digo
Y sustentaré.
RET.
En tus manos
Estriba el bien que perdí.
Pero ahora yo no alcsnio
Cómo he de entrar en Toledo,
Porque prevenir soldados,
Y contra vasallos mios.
No es hecho de rey cristiano.
DON NDJSO.
Pues si tus ojos han sido
Jueces del valor bizarro
Que dentro en mi pecbo vive.
Fia de mi espada v brazo
( Cuando me falte la industria),
Claro Alfonso , tu descanso.
Vamos, Señor, á Toledo;
Que con el disft*az que trazo...
MARTIN.
Encamisada tenemos.
DON NOfiO.
En su alcázar, coronado
I De almenas^ bas de comer
I Mañana.
■ARTIN.
¿El Ollero es barro?
En la fama de tus bedios
Va seguro y conflado
Alfonso; de ti me fio; .
Que pues diste á tu contrario
Libertad por no prenderlo
Con ventaja, caso es llano
Que guardarás á tu Rey. —
Apercebidme caballos.
DON ndIIo.
A Toledo, gran señor.
Si en el Danubio un Tlllano
Dio paso á César, ¿qué mncbo
Que con aliento £pilardo
Dé paso á su Rey ahora
Otro villano en el Taio?
(VoMie.)
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON SANCHO, ith.
DON tARCBO.
Blanca á que mate me eavit
Al que su honor ofeiidi6.
.7".
vencido yo
»sina cortesia.
i arrogante y fiero,
lo la suerte en vano,
el traje an villano,
*ato un caballero,
iriosos desvelos,
;n las ansias roías
an cortesías
ro con celos.
Ivirá. ¡Oh tirana
e mortal ensayo!
to como á rayo
sol de su bermana.
Sale ELVIRA.
ELVIRA.
bo, seáis bien venido.
habréis despachado;
•r sin riesgo llegado,
trmacion ha sido.
D0!« SANCHO.
ra se aventuró
lunqueno era mía;
> que debía,
que me encargó,
.'garé á sus ojos,
nejados me vean,
u mi pecho pelean
15 de sus enojos?
a ! Tú podrás
;>lar los rigores
I.
ELVIRA.
En vuestros amores,
10 tendré jamás
la dicha, que sea
el bien que esperáis.
DON SANCHO.
rqoé?
ELVIRA.
Porque no estáis
lesiro amor desea,
pocas memorias
rmana. {Áp, ¡Airados cíelos!)
^ con injustos celos
lis penas notorias
r á mí tercera
10 bien que pretendo?
DON SANCHO.
e dices me ofendo.
I me aborreciera,
y en el semblante
;ra dado á entender.
'la obedecer,
suceso inconstante
la, y luego aun no
nca mi venida.
ELVIRA.
sé que está ofendida ,
I gusto forzó,
llegó, al parecer,
I á daros la mano.
DON SANCHO.
;e8
ELVIRA.
Que ha sido en vano
r pretender.
DON SANCHO.
quiere Blanca?
ELVIRA.
No.
DON SANCHO.
e quién lo sabes?
ELVIRA.
Della.
posible vencella;
o me declaró.
EL OLLERO DE OGAÑA.
Y dice que antes el sol »
Hecho segundo Faetonte,
Servirá de basa á un monte
Del hemisferio español ,
Y que la caliente pira
De oloroso calambuco.
Adonde el Fénix caduco,
Para renacer, espira.
Que, en .vez de cenizas pardas,
Engendra fenicios vuelos.
Dará ardientes Mongibelos
Y basiliscos por guardas ;
Y de sus ardientes bocas,
A quien la envidia se atreve.
Saldrán piélagos de nieve.
Que el fuego convierte en rocas;
Y el mar, abollando espumas,
Sin hacerle el viento señas.
Hará parecer las peñas
Cisnes de erizadas plumas;
Y primero en su rigor
Hallará la muerte olvido.
Que llegue á ser su marido
Hombre á quien no tiene amor.
DON SANCHO.
¿Qué mas bien puede pintar
Ella misma su desden?
ELVIRA.
Pues ella viene, de 2|uíen
Os podéis, Sancho, informar.
Sale BLAN'CA , mirando en un retrato,
DON SANCHO.
Divertida en un retrato
Viene; ¡qué rigor tan nuevo!
Venenos ardientes pruebo,
Que por las venas dilato.
¿Blanca otro amor? ¿Es posible?
; Y que burla mi deseo?
Ya sus imposibles creo.
Viendo el mayor imposible.
BLANCA.
Ingrato dueño mío,
¡Con qué mortal licencia
Estás bebiendo olvidos en mí ausencia!
Sí vives cuando el alma que te envío
Le hace mayor fuerza á mi albedrio,
¿Que inmóvil roca hubiera,
A quien el Tajo á solas
Besa con labios de risueñas olas.
Que mis Quejas oyera
Sin ablandarse, si diamante fuera?
Los tiernos ruiseñores,
A mis quejas atentos.
Enternecen con lástima los vientos,
Y desprecian el bosque, selva y flores.
Llorando ausencias y cantando amores.
DON SANCHO.
Fuego influyen estrellas;
Cobarde es la paciencia.
Déme el celoso ardor noble licencia,
Y quede entre justísimas querellas,
Despojo fíero de sus manos bellas. ~
¿ Señora?
BLANCA.
Seáis bien llegado,
Señor don Sancho, á Toledo.
DON SANCHO.
Ya templó mi furia el miedo,
Como el soberbio criado ,
Que delante del señor.
El respeto le enmudece.
BLANCA.
Vuestra Vitoria me ofrece
Vuestro natural valor ;
Excusado es preguntar
Sí á aquel villano matastes.
Decid , Señor, «i le |uillflftt<»fi.
Que es lo que |
119
Mi dicha ; que en la yenganza
De mi honor, estando á cuenta
Vuestra, el valor me presenta
Tan coUnada la esperanza ,
Que vo en esta breve ausencia ,
Por lo que me prometistes.
Solo en saber que salistes
Hice la duda evidencia;
Tanto, que podéis quitar.
Yendo á defenderme á mi ,
A César lo del vencí , /
Dejando el ver y el llegar.
Pues el alma, acreditando
El bien que en vos comprehendo.
Sé que le vencisteis viendo,
Y le matastes llegando.
DON SANCHO.
Mas que César prometí ,
Pero en el venci falté.
Señora, porque llegué
Y vi, pero no venci.
Hallé en el campo un Tillano,
Que su culpa confesó.
BLANCA.
¿Matástesle?
DON SAÍICHO.
Blanca, no.
BLANCA.
¿Masque hay valor soberano,
Aplidado al enemigo?
Mas que referís historias
De las antiguas memorias.
Cuando se perdió Rodrigo,
Y que el montañés Pelayo
Fuera con él un cordero,
Y que el portugués vaquero.
Que fué para Roma un rayo.
Fuera cobarde con él?
DON SANCHO.
Si todo os lo decís vos...
BLANCA.
Y que ansí me ayude Dios,
Que estoy ya de parte del;
Porque un hombre que ha tenido
Tanto aliento y bizarría.
Mejor que vos merecía
El nombre de mi marido.
DON SANCHO.
¡Qué presto faltó la fe
En cuya virtud vivía
Mi amor, pues le respondía
El vuestro ! Mas ya se ve
La falta de vuestro amor
El) el desden que mostráis.
¡ Qué presto mudada estáis !
BLANCA.
¿Quién os lo hi dicho. Señor?
DON SANCHO.
Elvira pudo advertir
Cuánto mi amor se engañó.
BLANCA.
Pues ¿qué culpa os tengo yo,
Si ella lo quiere decir?
DON SANCHO.
Y ese retrato ¿no aumentft
Mi sospecha acreditada?
BLANCA.
La curiosidad me agrada f
Huélgome que tengáis cuenta .
Con mis acciones, sin ser
Hasta ahora dueño mío.
El retrato, es desvarío
Pensar que os ha de ofender;
Que entre unos sueltos papeles
De mí padre pude ahora
Verle, y lo que roe enamora
Es la fuerza en los pinceles,
Con que la valiente mano
LUIS TELEZ DE GUEVARA.
(Huí.)
■ itusioa me engaña
OuTelS
Es del
Ihs abara por mis celos. (Voii
Sale HABTIN t D0I4 mÜO.
¿Hubiera loco en Toledo
Ni en ra
Dlme, Señor, lo qae ordenai.
MN kdSo.
(jue escoi
■MTIH.
Aquí (¡enes mi obediencia
flat matar.
Oíd, Seaora,potD¡oi.
I Pareceos díBcalioso
El remedio?
pon lAücno.
No es piadoso.
BLÁKCA.
Yo DO 09 quiero monje i toí.
DOK SANCHO.
Hoslradmeelreiralapues;
Sabré lo que be de borrar.
Sabed primero matar;
Que el borrar ser! deapnes.
¿Qaéie Tea?
■LAKCA. {Muitirale el retrato.)
Nada porcl advertid
del Ud ,
pelea.
Hozo, Talieote y gallardo,
Dio luces de mayor fama.
V i sabéis
i't^i lal con ellas;
¡Qué milagro si las cuelgan?
Calla, Hartin; que me matas.
Nom
Hubo
Plega
Pues,
Aqni no haj
Ki la edad ; @gsi
Por lo que e M
De Talor tan
m los cleloa,
W ícelos,
en mi mano
V pues en la ,
Perdeldos,si los tenéis.
V el remedio no oUldeU
bu santa comodidadf
~!Hlia
adencla
V callas, leescucbaráT
saben d^ cuenta,
i son justicia,
le quedado fuera ,
I la han de ejecutar,
n mí? La madera
rmas me acompañe,
í de vivir en tierra
justos pastores,
;arán una estrella,
r ser con desdicha
iquella ballena,
queste diluvio
iquelia humareda.»
>atero; y yo
oda esta tierra
contra ti;
rdo sí la dejas.
las hormas;
s ollas nuestras
slas á Egipto;
o compran cazuelas.
DO'S NCSO.
) estás, Martin ;
enes.
MARTIN.
Espera;
IOS junio á los muros.
DON NÜÑO.
ido por la puerta
a algunas guardas.
MARTIN.
Itero apela
i lleguen.
DON ÑUÑO.
¡ Oh Alfonso !
, como te vea
0 coronado. —
i?
MARTIN.
No me encarezcas
e de hacer ; prevenido
razones hechas,
iñar diez gitanos.
DON NÜ.ÑO.
perad ; que llega
atento á ejecutarse.
( Vanse.)
í SANCHO, eon dos guardas.
DON SANCHO.
icia despierta
?n ojos que fingen
r fábulas griegas
jter aue os presente
3 en la advertencia.
>ejado el Rey ,
Toledo cerca ;
capé de sus manos,
mi buena estrella.
is es imposible
is valientes fuerzas
» ; querrá valerse
ís y estratagemas
aros la entrada,
que en su defensa
ida, y me importa
irar las sospechas
»o honroso) dejar
1 Toledo , y fuera
artida, á no hacerse
loman las obsequias
itorey don Sancho,
'do las celebra
-ato piadoso ,
s legítima deuda.
, amigos, velad;
osotros se pierda
Itada opinión.
EL OLLERO DE OCAÑA.
GUARDA i.°
Si los que la entrada intentan,
Don Sancho , no fueran hombres ,
Átomos sutHes fueran
Del sol que miras , en vano ,
Con armas ó con cautelas
De griegos, podrán medir
Los umbrales destas puertas.
GUARDA 2.^
No dará paso en la entrada
Criatura que alientos tenga
Para formar voz humana ;
Ni edad ni sexo reserva
Nuestra vigilante guarda.
Nuestra cuerda diligencia.
Seguro puedes hacer
Del muerto rey las obsequias,
Dando á caducas cenizas.
Señor, memorias eternas:
Que á nuestro cuidado solo
Dejar la guarda pudieras.
DON SANCHO.
Esta que os toca os encargo ;
Que en las demás ya se ordena
El mismo cuidado y guarda.
Adiós , amigos , alerta. (Vase.)
GUARDA 2.*^
Miedos son de ios alcaides ,
Porque de Alfonso es quimera
Presumir que se arrojase
A tal peligro.
MARTIN. (D^n/ro.)
¿Tropiezas ,
Burro de cien mil aemonios?
Á Piensas que es carga de leña ,
Que no importa cuando caigas?
Mira que son ollas nuevas.
Burro infame ; ¡ya cayó !
La tierra volvió á su tierra ,
Y el barro volvió á su barro.
{Suena ruido como que se quiebran
ollas.)
Salen EL REY, DON ÑUÑO
y MARTIN.
DON ÑUÑO.
¿Cayó el burro?
MARTIN.
Y la cosecha
Se perdió estando espigada ;
Ya todas las ollas quedan
Mercaderes á quien falta
Toda su correspondencia.
DON ÑUÑO.
¿Qué dices?
MARTIN.
Que ya han quebrado
Todas.
DON ÑUÑO.
i Malos años tengas
Y mal San Juan! Pues., sobrino.
Si viste que era tu hacienda,
¿No le ayudaras al burro?
RET.
Si yo estuviera mas cerca ,
Ko cayera el asno, lio.
GUARDA 2.®
¿Qué es esto?
DON NDÑO.
Mas me valiera
Que en Ocaña te quedaras ,
Y á Toledo no vinieras ,
Para dejarme perdido.
GUARDA 2.®
¡ Pobre ollero ! bien emplea
Su caudal.— Decid buen hombre...
iSl
DON ÑUÑO.
Déjeme, Señor, y tenga
Lástima de mi desdicha;
Muy bien volveré á mi tierra ,
Perdido el pobre caudal.
MARTIN.
Señor, dijo una hornera
Que á la entrada se hacían
Los panes tuertos ; no quieras
Que, por lo menos , volvamos
Bizcos.
GUARDA i.®
¿Cuántas ollas eran,
Buen hombre?
MARTIN.
¿Queréis pagallas?
Porque os haremos la cuenta ,
Y os las daremos baratas ,
Aunque perdamos en ellas.
DON ÑUÑO.
¡Que esto me baya sucedido
Por este rapaz! La priesa
Con que anoche me decía
Que á Toledo le trajera.
Pues no la has de ver, par Dios;
Que no he de entrar, aunque quieran
Los guardas..
GUARDA 2.°
Pues ¿no la ha visto?
DON ÑOÑO.
No, Señor; que es la primera
Vez que le saco á volar;
Quiere ver la santa iglesia.
Porque yo le he encarecido
Que es una valiente pieza ;
Y pues me quebró las ollas,
Y ya no puedo hacer venta.
Le quiero dar por castigo
Que sin ver la iglesia vuelva.
GUARDA 2.*
No tenéis razón, hermano^
Que, si tropezó la {>est¡a.
No tiene culpa el muchacho.
DON ÑUÑO.
Mas sabe de lo que piensan ;
No ha de entrar.
RET.
Pues si be de entrat*
Si estos señores me dejan.
GUARDA 2.®
Si dejamos.
DON iruÑo.
Plega á Dios
Que una desgracia os suceda
Si le dejareis entrar.
MARTIN.
No será de las pequeñas.
Si para ver á Toledo
Lo trajimos , no parezca
Que castigáis al muchacho
Por lo que el jumento peca ;
Y pues los honrados guardas
(Y plega á Dios que lo sean
Del sepulcro el Jueves Santo)
Nos dan para entrar licencia,
Han de ver si se ha quebrado
También la bota; aue en ella
Traemos agua de Yépes.
GUARDA 1.^
Hermano , á todos nos pesa
Del mal suceso ; tened ,
Pues es forzoso , paciencia.
DON ÑUÑO.
Por la piedad que bao tenido,
Quisiera...
GUARDA i.^
iQué?
M>It KDÜO.
DalJes cuenta
De lo que el Rej...
COkilAA 3.°
Di , prosigue.
Esperen mi poco y beban.
¿Abora saben
Que te prometió i la cepa
De su madre no casarse,
y por la coiiiinencia
Kcharan ;
. . .- , ,,_, si iolraj "
l)c Madrid la dicbal
Anieiiaxara esia lierrii
Con un g<-ulil agaacero ;
Par<iue allá cai^ taberna
Es un diluvio-
Es vino de dos orejas.
GUAlink i."
No tiene adobo ninguno.
DDNMU^a.
Huir buen provecho let baga.
Paes ¿adonde las celei>ran T
cetBD* 3.°
En San Bomau.
DOn ND^O.
iAh sobrino!
Mole has de olvidar, ten cuenta,
Que dicen que se lia juntado
Ed San Itoraao la nobleza
De Toledo.
Vamos , tío ,
Antes que icaben la flesia.
DON niiSo.
Déjame dar uD aviso
Ha de etilrar, t que le esperan
En su alcázar a comer.
¡Vilgamc el cielo! ¿Qné estrella ,
Para nosotros dii^hosa.
Te f{uiA . por<|ue nos dieras
Aviso tan importante? ■
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
En entraiii
GUAHDÁ !.°
No quiera el cielo que sea
Tan iiit'e1Í7, nuestra suerte.
Que jior nuestra puerta venga.
Cerralda bien, por si acaso;
One hav cnsaBos y hay cautelas. -
Eiiira, sobrino; qne es larde,
Y esiarínen las acequias
Del Rey.
Tío.
Dichosa venida.
Queden norabuena ,
Honrados guardas.
GOAItDk f."
El Cielo
Con salud i Ocaña os vuelva.
Y j,qué liemos de hacer del asnoT
Poro con él se entretengan ,
Porque haya una ftuanla mas;
'■ le poca es la diferencia.
{Eaimn.)
:o en Toledo.
íAUVft
Por la ocupación del día ,
Guarde la Ténganla mia
Y la vuestra, por poder
Kji^cutarla mejor
pluma
Siempre se advierte y se admira ;
No importa que sea mentira.
honrar.
Queda can lengua un villano.
aunque ei lionor
Los ofldos con plftdoM
Memoria del Re7,'que tiene
Dios en Otra mejor vida.
E oiremos.
DON SkIKBO.
Bienpreteoida,
Con la guarda que cooTiene ,
Está la ciudad ; las puertas
Vieron diligencias mías.
Ei descuido en tales dia*
Hace las desdichas ciertas;
Pero donde está el cuidado
Vuestro, uo barí falta el mío.
BLAHC*.
Que be de ver por tos confio.
Suncho, mi bonur resuurado.
[Ven á entrar, y tvenamiile* itirm
iu'ié es estot ;Húsica alegre
De Irompetaseu latorre.
Cuando celebramos honras
De rey muerto? iQné desorden
Dio causa i esta novedad?
Déla
)S dan toces.
Aparece en le alU, en ana torre,
RF.V NiSo.oraratfe,» DOS Sl'í
con Vt ta mane, i
\b» armai de CatliHa, t MARTI>
Donmrfto.
Oid "'-1 '"iHiAinn.
Sale HENDO.
¡VivaelBej,
Pues de nuestros et
Es el duetki!
¡AKonsoviil!
. ...jeran las opiniones
Que la posesión le impiden.
Perdido soy ; los rigores
Del Itey teme ya mi vida.
Siempre i los bomildm ojen
Los retes ; con la obediencia
V la lealtad nos socorra
La necesidad presente.
p»o.
Con mil
BtT.
A tu industria debo
Has dlcbo! ' 1
Vieron en
DON ndRo.
; Ves cómo todos conoceo
Que ere* su rey, J uetperaB
Tao leales y c<ni€onnes,
Qne es Toledo solo no cuerpo
Y una voz?
IkCT.
Será ta nombre
Famoso al mundo.
DON KU.^O.
Seoor,
Si he merecido farores
Voeslros, la merced mayor...
RET.
Pide; qne es justo qne logres
Tao heroica hazaña.
DON :mño.
A Sancho
Anznret, Señor...
ItKT.
No toques
Al perdón de quien merece
K castigo.
DON ifoffo.
Pues revoque
La sentencia tu piedad ,
O f«rderé los faTores
Oae de tu gracia recibo.
Pa3io y Sancho son Jos hombres
Qae en Cspañn te han servido
Mas bien; quejas intenciones
Savas han sido leales ,
Complieodo el legado y orden
Que dejó In padre.
RET.
Ati
Deben el perdón.
PATO.
Temores
De 00 rey enojado están
Amenazándome á voces.
VARTIN.
A mi , señores alcaides ;
¿Cómo no olieron el poste?
Las {Toardas se les cayeron ,
Malas cerradoras ponen ;
Pero es la llave maestra
El Rey. que las abre y rompe.
Los cali»ados se confiesen;
Qoe b<^Qios de ir dando garrote
Hasta que toquen á vísperas ,
YsoD ahora las once.
[Vanutodos^ menos Payo y don
Sancho.)
Salen BLANCA t ELVIRA.
PATO.
Hijris , vosotras podéis,
Por mujeres, en quien pone
Siempre la piedad los ojos ,
Aplacar al Bey.
BLANCA.
No borres
Ta valor con tal flaqueza:
Qoe , aunque á sus plantas te postres,
Como deuda natural ,
Has de mostrar los blasones
be tu sangre en el valor,
Qoe tanto España conoce.
Lleguemos á recebir
A Alfonso.
ELVIRA.
Las turbaciones,
Señor, arguyen delitos,
Y no es bien que los apoyes
Con el miedo en la presencia
Del Rey.
I
EL OLLERO DE OCAÑA.
Sale MENDO.
HENDO.
Señor, no te asombres.
Aquel villano, el ollero.
Que junto á Ocaña, en el bosque
Hiñó contigo...
DOX SANCHO.
Prosigue.
HENbO.
He visto aqnf.
DON SANCHO.
El que en la torre
Tremolaba el estandarte ,
Aclamando el Rey á voces.
Es sin duda ; que el asombro
Trujo al alma turbaciones
Para enajenar la vista.
BLANCA.
Pues si los cielos conocen
Mi ofensa, y porque la pague
Le han truido, no perdones
Su infame vida, don Sancho.
PATO.
Si le vimos en la torre.
Con Alfonso, claro está
Que, entre los demás leones ,
Trujo al villano por guarda.—
No le ofendas ni le toques ,
Anzúres.
BLANCA.
¿Caducos años
Ha de haber para que borre
Mi honor con villanas lenguas?
Padre , ¿la vida antepones
A mi honor? No eres mi padre.
Pues quieres con miedos torpes
Vivir afrentado.
PATO.
Espera.
BLANCA.
Mi resolución conoces.—
Sancho , si mi amor eslimas ,
Junta la guarda que importe,
Y por restaurar mi honor.
Prende á ese villano. {Vate,)
PAVO.
En bronces
Viva tu heroico valor.—
Sancho , el temor me perdone
Del Rey; sin honra no debe
Guardar la vida el que es noble;
Cóbrala, pues la pretendes. {Yaie.)
MENDO.
Señor, no fallarán hombres
Qie le maten.
Sale DON ÑUÑO.
DON NONO.
Sancho Augures,
Cumple tus obligaciones;
Sangre y valor te acompaña ,
El lugar señala adonde
Podamos ir á matarnos;
Porque es mandato y es orden
Del que con dichosos lazos
Gozó de Blanca favores;
Y me manda expresamente.
Porque tus disignios borre ,
Que con mi riesgo te male.
Que no con viles traiciones.
DON SANCHO. (.4/7.)
¿Hay mas apretado lance?
¿Huho imposibles mayores
Entre deudas conocidas
Y entre celosas pasiones ?
i83
La amistad con que me obliga
Los celos la descomponen ,
Y es el mismo que me ofende
Villano, naciendo noble,
Por(|ue el retrato publica
Que á su imagen corresponde.
¿ Qué he de hacer en tantas dudas ,
Cielos?
DON NU5Í0.
¿Cómo no respondes?
DON SANCHO. (Ap.)
Digo, ¿malaréle? No;
Que es infamia de mi nombre.
Pues ¿la promesa de Blanca
Y mi amor, que es cielo inmóvil.
Adonde su imagen vive?
Muera pues, y no se asombre
Quien supiere qne á un villano
Le rompa las excepciones
De la amistad que le debo.
Pero ¿qué dirán los hombres
De tan grande alevosía?
¿ He de dar informaciones
Al vulgo de que mi amor.
Que imperio no reconoce.
Es quien le mató?
DON NDÑO.
¿Qué dices?
DON SANCHO.
Que hasta que pasen tres soles
No puedo reñir contigo.
DON NI?iSl0.
¿Porqué?
DON SANCHO.
No me apures , hombre.
DON ÑUÑO.
Pues ¿dentro en Toledo lemes ,
Donde es fuerza que te sobre.
Con el poder, el valor?
DON SANCHO.
Aun no sabes mis temores
De qué proceden. (Ap. \ Ah celos!)
Ya me estáis diciendo á voces
Que mi venpnza permita
Para que mis dichas logre. —
Oh villano disfrazado.
Nunca me diera en el bosque
La vida tu hidalgo trato.
Que tantos lazos me pone,
Y con su ejemplo me enseña
A cumplir obligaciones. —
Ea. perdonen mis celos,
Blanca y mi amor me perdone;
Pero si al rostro le miro,
Vuelve con nuevo desorden
A abrasarme el mismo fuego
Que cuando, en vivos colores,
Vi su retrato en las manos
De Blanca ; Qnea^as nobles
De una pagada amistad.
Hoy tomo vuestras 1 ¡clones ,
Para decir que mi honor
Os sigue , porque os conoce.
( Vuélvele.)
DON NU.^O.
Pues ¿cómo el rostro me vuelves?
DON SANCHO.
Poi:que te importa.
DON ndRo.
No formes
Tan cautelosas quimeras.
DON SANCHO.
Vete en paz.
DON NDÑO.
¿Con qué temores
Me amenazas?
DON SANCHO.
Con la muerte.
Ii6
BLANCA.
Dedd.
DON SANCHO.
Sois TOS...
BLANCA.
¿Qué soy?
DON SANCHO.
£1 sageto
De mi dolor.
BUNCA.
¿De qué suerte?
DON SANCHO.
Dejadme.
BLANCA.
Esperad.
DO?l SANCHO.
No puedo.
BUNCA.
¿Porqué?
DON SANCHO.
Porque esloy corrido.
BLANCA.
¿Deque?
DON SANCHO.
De mi loco empeuo.
BLANCA.
Y ¿por qué ha sido?
DON SANCHO.
Por vos.
BLANCA.
¿Quéarresgastes?
DON SANCHO.
El empleo
Del alma.
BLANCA.
Y ¿ no merecía
Ser su sagrado mi pecbo?
DON SANCHO.
A ser ella la primera,
Bien decís.
BLANCA.
{ Qué escucho , cielos !
¿Vos presumís...
DON SANCHO.
Y aun atírmo
Que fué mal perdido el tiempo
Que en vos la puse.
BLANCA.
A Por qué ?
Pero advertid el respeto
Con que en España me miran.
DON sa:<icho.
Pues abran puerta al silencio
Las quejas y los agravios.
. blanca.
Mirad que quiero saberlos.
DON sancho.
¿Cómo podréis encubrirlos ,
Siendo vos la causa del los?
BLANCA.
Es enigma entretenida.
Que en la carta os escribieron.
DON SA.NCHO.
A lo menos me avisaron
Que ciñeron vuestro cuello
Otros brazos.
BLANCA.
{Ap. Cruel don NuSo,
A Tú revelaste el secreto
De conquistados favores,
Siendo favores honestos?)
Y ¿qué pretendéis ahora?
DON SANCHO.
Que vos me deis el consejo
Que he de tomar.
J
LUIS YELEZ DE GUEVARA.
BLANCA.
Pues , don Sancho,
Creed que solo un remedio
Podrá ser en tanto agravio,
Que os libréis del mal concepto
Que contra mi honor tuvisteis ,
Y es, teñir el blanco acero
En la sangre del villano
Que vos creéis, como necio;
Y si decis que es bajeza
Igualar su nacimiento
Villano con vuestra san$;re.
Matándole cuerpo á cuerpo,
Estáis, don Sancho, engañado;
Que en lo que ahora habéis hecho,
Parecéis imagen suya,
Y aun presumo que le ofendo ;
Y ansi, podéis sin excusa
De ocasión , nobleza y tiempo,
Reñir con él, y mirad
Que no despreciéis, soberbio,
Al contrario que buscáis
Por villano; porque entiendo
Que sabrá también mataros
El que se puso á ofenderos.
DON SANCHO.
Advertido y obediente
Voy, Señora ; pero el premio
De la venganza que busco
¿Cuál ha de ser?
MARTIN. {Ap.)
] Pobre Ollero !
DO?l SA?ICHO.
Dilatad , cielo, las horas;
Quizá me darán remedio.
BLANCA.
También os dará la mano
La misma que os dio el consejo.
(Yante,)
Sale DON WÑO, vestido de labrador,
DON NU^ÍO.
Al mar, del Ábrego herido.
Puedo mi vida igualar,
Que es un proceloso mar.
De mis fortunas vencido;
Acosado y perseguido.
Hallo el descanso en morir;
Llegan tan sin prevenir
Las ocasiones, que he hallado
Que obligan á un desdichado
A no podeilas sufrir.
¡Ah Blanca ! Norte eclipsado
De mi entendimiento ciego.
Cuando á tu vista me llego
Huye tu luz mi cuidado;
En un piélago abrasado
Siento ya, ingrata , anegarme,
Y porque puedo vendarme.
Mientras puedo respirar.
Te has dado prisa á casar
Para acabar ae matarme ;
Ay Dios, que ya llega tarde
La diligencia mayor;
Ríndase el alma al dolor, (Siéntase.)
Pues vive en pecho cobarde ;
Sus luces recoja y guarde
El sol , que en púrpura enciende
El hacha, porque se ofende
Que ya sus lineas señale ;
Que, aunque para todos sale ,
Para dichosos se entiende.
5a/^MARTLN.
■ABTIN.
El alba cariampollada
Salió despeñando al miedo,
Y despertando eo Toledo
I Platillos de naranjada .
De mi notuma Jomida
Cuenta estrecha pienso dar
A quien me hizo caminar
Con priesa y miedo excesiva ;
Mas, como no haya misiva ,
Todo se puede llevar.
Esta cruz ¡qué linda seña!
Me ha dicho en esta campaña
Que me falta para Ocaña
Una legua harto pequeña ;
Pero el bosquecillo enseña,
Y sin miedo imaginado.
Que en él tiene sepultado
Ermitaños cimarrones,
Y pienso que está de nones
El hombrecillo sentado.
Añaji^aza es , bien lo veo;
Cogido me han, como lobo.
En la trampa ; lindo robo
Harán á un pobre correo.
DON NO^Q.
Si no me engaña el deseo.
Este es Martin , que no impide
Sombra el sol, que el cielo mide.
Martin , mi voz no te asombre.
■ABTlN.
Ladrón que me sabe el oombre ,
Hasta la camisa pide.
DON Noido.
Llega , no tengas temor;
Que yo soy.
MABTIlf.
( Ap, Este es mi amo.)
Ladrón , si eres el reclamo
Deste escuadrón salteador.
Pide el oculto favor
De quien te arroja al camino;
Que soy Hércules divino.
Si tú , ladrón , eres Caco,
Y aun para matarte, Baco
Me dio un montante de vino.
DON NUÜO.
Alegre vienes.
■ARTfN.
Afuera ,
Que soy hombre temerario;
Pero contra un incensario
¿Quién dudara y quién temiera?
Oh Señor, saber quisiera
Quién te ha poeslu en libertad.
DONNUfto.
Deidad es la oscuridad
De la noche, que ella pudo
Dar en el silencio mudo
Nombre á una temeridad ;
Mas ¿qué sentencia has traído?
MARTIN.
Mi diligencia sabrás;
Si me tardo un año mas ,
Hallo á Blanca con marido.
DOlIROfiO.
Seas mil veces bien venido;
Siéntate, Martin; ¡ab dolos ,
Testigos de mis desvokx
Tan justos ! ¿ Al fitt le disto
La carta ?
■AirtN.
Y muy cari-trisle.
Armó borrasca do celos;
Hizo aprestar un cabalto
Para venhrte á buscar.
Doimojlo.
Dichoso será ol logar
En que yo paeda oncoatrello..
«AITOI.
No es menester dososllo ;
Que, sin qae nadie lo impida.
Aprestó ya sa partida.
¿Que tan veotaroso faif-
tomo venga por aqui,
Te doj de albricias la vida.
MARTIN.
No te estaviera muy mal ;
Qae en esos verdes esiiacios.
Márgenes de aquestos bosques ,
Eq voladores caballos,
Hoj los monteros del Rey,
Que se entretienen cazando,
Por divertir el enojo
Que le ha causado don Sancho
Y Pa3>o Nano de Lara,
Porque los dos le han cerrado
De la ramosa Toledo
Las puertas , y son agravios
Que los lleva mal el Hey ;
Y si viene tu contrario
A verse contigo, es fácil
Mandar prenderlo ó matarlo
El Rey, poes don Sancho viene
No mas ae con un criado.
Ciego de sos mismos celos ,
Pues se arroja á averiguarlos
Contieo, hasta que le dlgus
A quién dio Blanca los brazos ;
Y si le pescan el cuerpo.
Te excusarán el trabajo
De reñir con él , que es noble
Al Go, tú un pobre villano
Impeninente, pues quieres,
Sin señalarle salario,
Remediar daños ajenos
A costa de tu descanso ;
También lo digo por mi,
Qae , la sotana ahorcando
De gorrón de Salamanca,
Por no sé qué puñetazos
Que le di con una daga
A UD hombre , perdí el trabajo
De mis honrosos estudios;
Há que te sirvo dos años ,
Y siempre andamos á monte
Con la manta y vidriado
A cuestas.
DON RUNO.
Calla, Martin;
Qae el tiempo es el desengaño
De la ignorancia en que vivo.
DON SANCHO. {Deutro )
Nendo, ten ese caballo.
(Levántase Martin.)
■ARTIN.
Ya está en campaña Oliveros.
Vive DioSf qoe me han hurtado
La sangre; don Sancho es este.
No se le niegue ; bizarro
Viene y con valiente brío
Español.
DON NONO.
¿Que llegó el plazo,
Cielos, del bien que deseo?
Sale DON SANCHO.
DON SANCHO.
¿Yeniste tan mal premiado,
Qoe DO vinieras conmigo?
Pero basta ser villano
Para que el temor te ausente.
A las ancas del caballo
Te be de llevar hasta Ocaña ;
Mas será atadas las manos ,
Por pagar tu villanía.
■ARTIN.
Haga cuenta que me ataron ,
Y qoe bemos llegado ya ,
Porque el que mira es mi amo.
EL OLLERO DE OCAÑA.
DON SANCHO.
¿Eres tú Diego Bellido,
b:i Ollero?
DON ÑOÑO.
Muv de espacio
Os haré la información ;
Bien podréis ir preguntando
Lo demás; que yo respondo
Que soy el Ollero.
DON SANCHO.
¡ Bravo
Orgullo! ¿y á quién mataste
En Ocaña?
DON ÑUÑO.
Es cuento largo.
Sale EL REY, que será niñOj t
FORTÜN.
FORTON.
Vuestra alteza se detenga,
Porque be visto dos milagjros
Juntos, á don Sancho Anzures,
Y aquel famoso villano,
Diego Bellido el Ollero.
REY.
Y llego á ver en entrambos
Cumplido el mayor deseo.
Vendrá sin duda don Sancho
A valerse del favor
be un hombre tan celebrado
Por su valor en España ;
Quiero, Fortun , escucharlos
Mientras los monteros llegan.
FORTON.
Si no se escapa volando.
Quedará don Sancho preso.
DON ÑUÑO.
Ya os d*go que desacatos
Contra mi rey natural ,
He muero por castigarlos.
REY.
Escucha.
DON ÑUÑO.
Y vuestro primo,
Martin Anzúres Hiaalgo
(Como Castilla pregona).
Pudiera enfrecar los labios
En cosas que al Rey se ofende ;
Que hay en España villano
Que, en tocándole á su rey,
Subirá á hacer pedazos
Al mismo sol , voto á Dios.
RET.
¡ Bizarro valor !
MARTIN. (Ap,)
Burlaos
Con el tal ollero.
DON ÑUÑO.
Dijo,
Ovéndole hombres honrados
( t bastaba estar yo entre ellos),
Que hasta no sé cuántos años
Era mal hecho entregarle
A Toledo á un rey muchacho.
Yo le respondi que Alfonso,
Que viva por siglos largos,
üe catorce años, tfuia.
Para regir sus vasallos ,
Ingenio y capacidad
Mejor que vos y que Payo
De Lara , porque los reyes
Ganan el común aplauso.
Aunque niños, con los ojos,
Y que merece el agravio
De no entregarle á Toledo
Castigo ejemplar; notaron
Todos mi resolución,
Y Anzúres, soberbio y vano,
li7
A otras cosas que le dije
Me desmintió, no -á su salvo ;
Que, antes que los que escuchaban
Llegasen á remediarlo,
Tenia dos estocadas
Por los pechos, y tomando
Iglesia, me defendí
Desde la torre, tirando
Las peñas que le servian
De sustento al campanario.
«ARTIN.
Pues ¿ no le dije en Toledo
Que es mi amo un echa-£antos?
DON ÑUÑO.
La hambre, al fín, enemiga
Común , y los varios casos
Que destinan mí fortuna,
De la torre me sacaron
Entre luces y entre sombras
De los rayos mal formados
Del alba, alegre , par Dios,
De ir á Toledo á informaros.
Mas bien que con cartas muertas.
Con voces vivas; cansancio
Y desesperada pena
De las desdichas que (raigo
Tan sobre mis hombros siempre,
A suspender me obligaron
El camino y la intención.
Esta es la verdad ; si acaso
Fuera de vuestros designios.
Que también podréis juntarlos
A esta nueva relación ,
Queréis por deudo, don Sancho,
Vengar al difunto Anzúres,
Lugar os ofrece el campo
Para vuestras bizarrías ;
Y no penséis que es agravio
De vuestra nobleza ilustre
Ver vuestro acero manchado
En sanare de quien os busca,
Con opmion de villano.
RET.
¿Ha habido esfuerzo mayor?
Si este no fuera villano.
Hiciera su nombre eterno.
DON SANCHO.
Pues las órdenes que traigo
Son de matarte; que en ti
Ha de morir el agravio
De tu lengua y de tu pluma ;
Y para que veas que pa^o
El valor de que te precias.
He de hacer contigo campo,
leualando las personas
Y las armas.
DON ÑUÑO.
Con los brazos
Os pagara este favor,
A estar conformes entrambos.
DON SANCHO.
¿Qué armas tienes?
DON ÑUÑO.
Esta espada
Y broauel , y desarmado
El pecho.
DON SANCHO.
Yo una rodela
Traigo al arzón del caballo ,
Pero vestida una cota ;
Y advierte que es, si la traigo.
Por el riesgo del camino ;
Porque para ti , yo basto
Para quitarte mil vidas.
DON ÑUÑO.
Con una podré pagaros.
■ARTOf.
De Medina Tiene el aire,
En \erdad.
I
148
D0N8ARCB0.
Paes desarmados
Hemos de reñir, la cota
Será menos embarazo.
DON mvño-
No, no os desabríRueis ;
Que habréis venido sudando,
Con la priesa del camino ;
Demás, que aunque fuesen rayos
Los aceros desta cota.
Tengo pujanza en él brazo
Para junur los extremos,
Si alguna punta os alcanzo.
DON SANCHO.
Ap, No he fisto mayor valor
¿n hombre; ¡qué poco caso
Hace de verse conmigo ! )
Mendo, quiu del caballo
La rodela.
( Va$e don Sancho.)
FORTÜN.
Aquí está el Rey.
DON NO.^0.
Ob Señor, dejad mis labios
Honrados en vuestras plantas.
RET.
Por ser tu delito honrado,
Le perdono ; pero ahora ,
Pues te ha venido á las manos
Ocasión en que á tu rey
Puedas servir en el caso
Mas importante, has de hacer
Con Sancho Anzúres campo,
Entreniéndole en él
Hasta llegar mis criados.
Para que prenderle puedan.
DON NU^O.
¿Y si llegase á matarlo?
■ARTIN.
Pan y mejoría.
RET.
Estuviera
Seguro del embarazo
Que siente en él mi deseo.
A Toledo me han cerrado
Payo y Sancho, tan soberbios.
Que no podré sujetarlos
Si DO es con esta prisión.
Demás, que yo no me llamo
Rey si me falta Toledo,
Porque en Toledo cifraron
Los cielos grandezas mias.
DON N05Í0.
SI en esto hubiera librado
Vuestra alteza la corona
Del Asia, con el romano
Imperio... Don Sancho viene;
Encubrios en esos ramos ,
Señor; veréis la batalla
Mas bizarra que en teatros
De Roma admiró el valor.
RET.
Fortun , con priesa y cuidado
Vé á recoger los monteros.
Porque todos á caballo
Cerquen la salida al bosque.
{Encúbrese el Rey entre loi ramot
FORTUN.
Presa es segura.
DON NU5Í0.
¿Hasta cuándo,
Fortuna enemiga mia ,
Irás con tan fuertes lazos
Eslabonando peligros?
LUIS VELE2 DE GUEVARA.
Sale DON SANCHO , con rodela y la
cota en la mano^ y échala en el suelo.
DON SANCHO.
Esta es la ventaja.
DON NU.NO.
Hidalgo,
¡Valor!
hO'Jk SANCHO.
Ahora bien puedes
Librar tu vida en las manos ;
Que he de llevarte á Toledo
Preso ó muerto.
DON Nu5ío.
Corlo plazo
Tomaste para una empresa
Que un ejército africano
Dudara en él conseguirla.
DON SANCHO.
Pues hoy bastará un don Sancho.
{Pelean lot dos,)
D0NN0SÍ0.(/4p.)
•Bravo aliento! Es noble en fin,
Y riñe con celos.
DON SANCHO. (Ap.)
¡Tanto
&íe dura un villano, cielos !
No vi esfuerzo mas bizarro
En hombre; ya pongo duda
En la promesa.
DON NU.ÑO.
De espacio;
Que bien tenemos que hacer.
DON SANCHO. {Ap.)
Vive Dios, queme ha admirado
El sosiego con que riñe.
DON ND^O. {Ap.)
No está mas Crme un peñasco.
Si fuera otra pretensión ,
Pienso que dejara el campo
Con honradas condiciones.
RET. {Ap.)
Buen caballero es don Sancho,
Pero el villano me admira.
FORTON. {Dentro.)
Hacia el bosque los caballos,
Por acá ; no se nos vaya.
DON SANCHO.
¿Qué es esto, cielos airados?
DON NU5Í0.
Vuestro peligro el mayor;
Va os han cerrado los pasos
Monteros del Rey, que manda,
O prenderos ó mataros.
Mas no permitan los cielos
Que cuando vos, tan hidalgo
Y cortés, dejáis la cota
Por ventaja, peleando
Con tanto valor, os mate
Con mas ventaja un villano.
De la que trajisteis vos.
Subid en vuestro caballo
Con la priesa que el peligro
Os pide; que el tiempo es largo
Para volvernos á ver.
) DON SANCHO.
Corrido voy, y obligado
A pagar esta amistad.
DON ND5Í0.
Presto veréis al villano
De Ocaña dentro en Toledo,
Para acabar nuestro campo.
{Ya$e don Sancho.)
Saleel^KS.
RBT.
Hombre, ¿qué has hecho?
DON Kofto.
Pude con injusto trato
Acabar hazaña honrosa.
En mi vida
RET.
Pues ¿no ves que me has quitado,
En su prisión ó su muerte.
Mi mas seguro descanso?
DON NU5Í0.
¿Está en África Toledo?
¿Son scius, persas ó partos
Los que la guardan. Señor?
¿ No son tus mismos vasallos
Tan leales como el mundo
Conoce? Pues ¿qué cuidado
Te da el de Lara y Auaürea?
Apenas verán los rastros
De tus huellas en Toledo,
Cuando con dfcboso aplauso
Te coronen^; yo lo digo
Y sustentaré.
RET.
En tus manos
Estriba el bien que perdi.
Pero ahora yo no alcanzo
Cómo he de entrar en Toledo,
Porque prevenir sojdados,
Y contra vasallos míos.
No es hecho de rey cristiano.
DON ÑUÑO.
Pues si tus ojos han sido
Jueces del valor bizarro
Que dentro en mi pecho vive.
Fia de mi espada v brazo
( Cuando me falte la industria),
Claro Alfonso , tu descanso.
Vamos, Señor, á Toledo;
Que con el disftaz que trazo...
■ARTRC.
Encamisada tenemos.
DON ÑUÑO.
En su alcázar, coronado
De almenas^ has de comer
Mañana.
■ARTIN.
¿El Ollero es barro?
En la fama de tus hechos
Va seguro y confiado
Alfonso; de ti me Go; .
Que pues diste á tu coutrario
Libertad por no prenderlo
Con ventaja, caso es llano
Que guardarás á tu Rey. —
Apercebidme caballos.
DON ÑOÑO.
A Toledo, gran señor.
Si en el Danubio un Tlllano
Dio paso á César, ¿qué mocho
Que con aliento gallardo
Dé paso á su Rey ahora
Otro villano en el Tajo!
(VOMtf.)
JORNADA SEGUNDA.
Sale DON SANCHO, 9§Í0.
|M>II SAIICIO.
Blanca á que matt m» «avia
Al que su honor otMidift»
YToelvofencidoyo
De :o mesma cortesía.
Ba50Qéle arrogaote y fiero,
Y echando la suerte en vano,
Rallé en el traje an YÜlaoo,
Y en el trato un caballero.
Y entre furiosos desvelos.
Descubren las ansias mias
Villano con cortesías
Y caballero con celos.
ísu es Elvira. ¡Oh tirana
Fuerza de «nortal ensayo!
. Ya la temo como á rayo
Del bello sol de su hermana.
Sale ELVIRA.
ELVIBA.
Don Sancho, seáis bien venido,
üavbien habréis despachado;
Que haber sin riesgo llegado,
Clara información ha sido.
DOlf SANCHO.
Por Blanca se aventuró
Mi Tída, aunque no era mia;
^oliice loque debía,
N^ DO lo que me encargó.
¿Cómo llegaré á sus ojos,
Sin que enojados me vean ,
Cuando en mi pecho pelean
Las causas de sus enojos?
¡ At Elvira ! Tú podrás
Sob templar los rigores
De Blanca.
ELVIRA.
Ed vuestros amores,
Sancho, no tendré jamás
Tan buena dicha, que sea
Parte en el bien que esperáis.
DOIf SANCHO.
Poes¿porqné?
ELVIRA.
Porque no estáis
Donde vuestro amor desea.
Ck;u[>aís pocas memorias
D^mi hermana. {Ap. ¡Airados cielos!)
;Por qué con injustos celos
U;iceis mis penas notorias
Al alma v á mi tercera
Uel mismo bien que pretendo?
DO.^Y SANCHO.
De lo que dices me ofendo.
Si Blanca me aborreciera,
Eu la voz 7 en el semblante
Lo hubiera dado á entender.
No poderla obedecer.
Causó el suceso inconstante
Mi fortuna, y luego aun no
Sabe Blanca mi venida.
ELVIRA.
Poes vo sé que está ofendida ,
Y que' su gusto forzó,
Aonque llegó, al parecer,
Coaienu ¿ daros la mano.
0O!f SANCHO.
¿Qué dices?
ELVIRA.
Que ha sido en vano
Porfiar y pretender.
OOIf SANCHO.
( No me quiere Blanca ?
ELVIRA.
No.
DON SANCHO.
Pues ¿de quién lo sabes?
ELVIRA.
Della.
Será imposible veocella;
Sa pecho me declaró.
EL OLLERO DB OGAÑA.
Y dice que antes el sol ,
Heclio segundo Faetonte,
Servirá de basa á un monte
Del hemisferio español ,
Y que la caliente pira
De oloroso calambuco.
Adonde el Fénix caduco.
Para renacer, espira,
Que, en .vez de cenizas pardas,
Engendra fenicios vuelos,
Dará ardientes Mongibelos
Y basiliscos por guardas ;
Y de sus ardientes bocas,
A quien la envidia se atreve.
Saldrán piélagos de nieve.
Que el fuego convierte en rocas;
Y el mar, abollando espumas.
Sin hacerle el viento señas.
Hará parecer las peñas
Cisnes de erizadas plumas;
Y primero en su rigor
Hallará la muerte olvido.
Que llegue á ser su marido
Hombre á quien no tiene amor.
DON SANCHO.
¿Qué mas bien puede pintar
Ella misma su desden ?
ELVIRA.
Pues ella viene, de 2|uien
Os podéis, Sancho, informar.
Sale BLANXA , mirando en un retrato,
DON SANCHO.
Divertida en un retrato
Viene; ¡qué rigor tan nuevo!
Venenos ardientes pruebo.
Que por las venas dilato.
¿Blanca otro amor? ¿Es posible?
¿Y que burla mi deseo?
Ya sus imposibles creo.
Viendo el mayor imposible.
BLANCA.
Ingrato dueño mió,
¡Con qué mortal licencia
Estás bebiendo olvidos en mi ausencia!
Si vives cuando el alma que te envío
Le hace mayor fuerza á mi albedrio,
¿Que inmóvil roca hubiera,
A quien el Tajo á solas
Besa con labios de risueñas olas.
Que mis {|uejas oyera
Sin ablandarse, si diamante fuera?
Los "tiernos ruiseñores,
A mis quejas atentos.
Enternecen con lástima los vientos,
Y desprecian el bosque, selva y flores.
Llorando ausencias y cantando amores.
DON SANCHO.
Fuego influyen estrellas;
Cobarde es la paciencia.
Déme el celoso ardor noble licencia,
Y quede entre justisiiuas querellas.
Despojo flero de sus manos bellas. :—
¿Señora?
BLANCA.
Seáis bien llegado ,
Señor don Sancho, á Toledo.
DON SANCHO.
Ya templó mi furia el miedo,
Como el soberbio criado ,
Que delante del señor,
El respeto le enmudece.
BLANCA.
Vuestra Vitoria me ofrece
Vuestro natural valor ;
Excusado es preguntar
Si á aquel villano matastes.
Decid , Señor, si le hallastes.
Que es lo que puede dudar
119
Mí dicha ; que en la venganza
De mi honor, estando á cuenta
Vuestra, el valor me presenta
Tan colmada la esperanza ,
Que vo en esta breve ausencia ,
Por lo que me prometistes.
Solo en saber que salistes
Hice la duda evidencia;
Tanto, que podéis quitar.
Yendo á defenderme á mi ,
A César lo del venci ,
Dejando el ver y el llegar.
Pues el alma, acreditando
El bien que en vos comprehendo,
Sé que le vencisteis viendo,
Y le matastes llegando.
DON SANCHO.
Mas que César prometi ,
Pero en el venci falté.
Señora, porque llegué
Y vi, pero no vencí.
Hallé en el campo un villano,
Que su culpa confesó.
¿Malástesle?
BLANCA.
DON SAÍfCHO.
Blanca, no.
BLANCA.
¿Mas que hay valor soberano,
Aplidado al enemigo?
Mas que referís historias
De las antiguas memorias,
Cuando se perdió Rodrigo,
Y que el montañés Pelayo
Fuera con él un cordero,
Y que el portugués vaquero.
Que fué para Roma un rayo.
Fuera cobarde con él?
DON SANCHO.
Si todo OS lo decís vos...
BLANCA.
Y que ansí me ayude Dios,
Que estoy ya de parle del ;
Porque un hombre que ha tenido
Tanto aliento y bizarría.
Mejor que vos merecía
El nombre de mi mando.
DON SANCHO.
¡Qué presto faltó la fe
En cuya virtud vivía
Mi amor, pues le respondía
El vuestro ! Mas ya se ve
La falta de vuestro amor
En el desden que mostráis.
¡ Qué presto mudada estáis !
BLANCA.
¿Quién os lo há dicho, Señor?
DON SANCHO.
Elvira pudo advertir
Cuánto mi amor se engañó.
BLANCA.
Pues ¿qué culpa os tengo yo,
Si ella lo quiere decir?
DON SANCHO.
Y ese retrato ¿ no aumeata
Mi sospecha acreditada?
BLANCA.
La curiosidad me agrada;
Huélgome que tengáis cuenta .
Con mis acciones, sin ser
Hasta ahora dueño mío.
El retrato, es desvarío
Pensar que os ha de ofender;
Que entre unos sueltos papeles
De mi padre pude ahora
Verle, y lo que me enamora
Es la fuerza en los pinceles,
Con que la valieute mano
villano
Oue ilrjuteij maUíT.
DON SAifcao.
Oid, Seüora, por Dio*.
No es piadoso-
Yo no os quiero monje i vos.
iroR SAKcno.
Hostradme el reiralo pues;
Sibti lo que be de borrar.
Sabed primero malar;
Que el borrar seii después.
iQaé U Importa que le veal
iLANGA. {Muitírale elrtírale.)
advenid
del Cid ,
;j gallardo,
Uló luces de majTor fama.
V ; sabéis
[Ap. En ardo,
Cielos; que he fisto mi muerte.)
Aquí DO bav escrito oonibre
Mía
Y pues eu la vuestra estriba ,
Perdeldos.si los tenéis.
y el remedio no olvidéis
Con ven^anra ejecoliva.
y advertid pai
Blanda ma
Diamante. K 7tt ^'
Que de fS^ ;>^
Hasflcil para borrar
Lo que os da celoc en vano.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Sale MARTIN y DON ^USO.
i;llubiera loco en Toledo
Dime, Señor, loqoe ordenas.
donhdSo.
Solo que cal larlln,
■ca,
Uue esRuciiarl W
MARTIN.
Aqni tienes mi obediencia
Aunque aprieta
Tanto la J^S 'M fga
30 lis;
Pero es e rey,
^Qa¿ milagro si las cuelgan 1
DON KuDo.
Calla, Martin;
MARTID.
Non
I.OS jueces 31!
Y callas, le escucbarí.
Va ^^^1
e saben d^ cuenta,
ce son justicia,
be quedado fuera ,
^D la han de ejecutar,
en mil La madera
lormas me acompañe,
tie de vivir en tierra
>s justos pastores,
rearan una estrella,
or ser con desdicha
' aquella ballena ,
aqueste diluvio
; aquella humareda.»
apatcro; y yo
; toda esta tierra
ia contra ti ;
erdo si la dejas,
ió las hormas;
las ollas nuestras
loslas á Egipto;
no compran cazuelas.
DO?l NüSO.
vo estás, Martin ;
tienes.
MARTIN.
Espera ;
irnos junto á los muros.
DON XÜÑO.
ilido por la puerta
;ra algunas guardas.
MARTIN.
patero apela
lie lleguen.
DON NÜÑO.
¡Oh Alfonso!
O. como te vea
do coronado. —
ya?
MART1?{.
No me encarezcas
he de hacer ; prevenido
Je ra7X>nes hechas,
ganar diez gitanos.
DQN ÑUÑO.
esperad ; que llega
) intento á ejecutarse.
{Yante.)
)N SANCHO, con dos guardas,
DON SANCHO.
lancia despierta
cien ojos que fingen
lor fábulas griegas
lester que os presente
;ro en la advertencia,
msejado el Rey ,
; Toledo cerca ;
escapé de sus manos ,
le roí buena estrella,
mas es imposible
' las valientes fuerzas
iro ; querrá valerse
ides y estratagemas
anaros la entrada,
id que en su defensa
li vida, y me importa
purar las sospechas
raso honroso) dejar
a á Toledo , y fuera
partida, á no hacerse
: Román las obsequias
unto rey don Sancho ,
)ledo las celebra
larato piadoso ,
!es legitima deuda,
lo, amigos, velad;
vosotros se pierda
KlUada opinión.
EL OLLERO DE OCAÑA.
GUARDA i.*^
Si los que la entrada intentan,
Don Sancho , no fueran hombres ,
Átomos sutiles fueran
Del sol que miras , en vano ,
Con armas 6 con cautelas
De griegos, podrán medir
Los umbrales destas puertas.
GUARDA 2.°
No dará paso en la entrada
Criatura que alientos tenga
Para formar voz humana ;
Ni edad ni sexo reserva
Nuestra vigilante guarda ,
Nuestra cuerda diligencia.
Seguro puedes hacer
Del muerto rey las obsequias,
Dando á caducas cenizas.
Señor, memorias eternas;
Que á nuestro cuidado solo
Dejar la guarda pudieras.
DON SANCHO.
Esta que os toca os encargo ;
Que en las demás ya se ordena
El mismo cuidado y guarda.
Adiós , amigos , alerta. (Vase.)
GUARDA 2.^
Miedos son de los alcaides ,
Porque de Alfonso es quimera
Presumir que se arrojase
A tal peligro.
MARTIN. (Dentro.)
¿Tropiezas,
Burro de cien mil aemonios?
;; Piensas que es carga de leBa ,
Que no importa cuando caigas?
Mira que son ollas nuevas.
Burro infame ; ¡ya cayó !
La tierra volvió á su tierra ,
Y el barro volvió á su barro.
[Suena ruido como que se quieVran
ollas.) .
Salen EL REY. DON NÜÑO
y MARTIN.
DONNUffO.
¿Cayó el burro?
MARTIN.
Y la cosecha
Se perdió estando espigada ;
Va todas las ollas quedan
Mercaderes á quien falta
Toda su correspondencia.
DON ÑUÑO.
¿Qué dices?
MARTIN.
Que ya han quebrado
Todas.
DON ÑUÑO.
i Malos años tengas
Y mal San Juan! Pues., sobrino,
Si viste que era tu hacienda,
¿No le ayudaras al burro?
REY.
Si yo estuviera mas cerca ,
No cayera el asno, tio.
GUARDA 2.®
¿Qué es esto?
DON ÑUÑO.
Mas me valiera
Que en Ocaña te quedaras ,
Y á Toledo no vinieras ,
Para dejarme perdido.
GUARDA 2.^
¡ Pobre ollero ! bien emplea
Su caudal.— Decid , buen hiwilxfe.*
451
DON ÑUÑO.
Déjeme, Señor, y tenga
Lástima de mi desdicha;
Muy bien volveré á mi tierra ,
Perdido el pobre caudal.
MARTIN.
Señor, dijo una hornera
Que á la entrada se hacian
Los panes tuertos ; no quieras
Que, por lo menos, volvamos
Bizcos.
GUARDA i.^
¿Cuántas ollas eran,
Buen hombre?
MARTIN.
¿Queréis pagallas?
Porque os haremos la cuenta ,
Y os las daremos baratas ,
Aunque perdamos en ellas.
DON ÑUÑO.
¡Que esto me haya sucedido
Por este rapaz! La priesa
Con que anoche me decia
Que á Toledo le trajera.
Pues no la has de ver, par Dios;
Que no he de entrar, aunque quieran
Los guardas..
GUARDA 2.®
Pues ¿no la ha visto?
DON ÑOÑO.
No, Señor ; que ea la primera
Vez que le saco á volar;
Quiere ver la santa iglesia,
Porque yo le he encarecido
Que es una valiente pieza ;
Y pues me quebró las ollas,
Y ya no puedo hacer venta.
Le quiero dar por castigo
Que sin verla iglesia vuelva.
GUARDA 2.®
No tenéis razón, hermano^
Que, si tropezó la liestia.
No tiene culpa el muchacho.
DON ÑUÑO.
Mas sabe de lo que piensan ;
No ha de entrar.
REY.
Pues si be de entrai*
Si estos señores me dejan.
GUARDA 2.^
Si dejamos.
DON ÑUÑO.
Plega á Dios
Que una desgracia os suceda
Si le dejareis entrar.
MARTIN.
No será de las pequeñas.
Si para ver á Toledo
Lo trajimos , no parezca
Que castigáis al muchacho
Por lo que el jumento peca ;
Y pues los honrados guardas
(Y plega á Dios que lo sean
Del sepulcro el Jueves Santo)
Nos dan para entrar licencia,
Han de ver si se ha quebrado
También la bota; que en ella
Traemos agua de Yépes.
GUARDA i.®
Hermano , á todos nos pesa
Del mal suceso ; tened ,
Pues es forzoso , paciencia.
DON Nu5ío.
Por la nifldad que han tenido,
(
onAaoA 1.*
i51
DON NONO.
Dalles cuenta
De lo que el Rey...
GUARdA 2.°
Di , prosigue.
DON NUXO.
Esperen un poco y beban.
MARTIN.
Por Dios, que viene bailando
En la bota.
GUARDA 1.^
; Cosa nueva !
¿El vino baila?
MARTIN.
¿Ahora saben
Que le prometió á la cepa
De su madre no casarse,
Y que, por la continencia
Y la puridad que guarda ,
Baila en la cuba y se alegra?
Y si acaso el tabernero
Lo casa , se desmadeja ,
Que no parece que es él.
El que comenzare tenga.
DON NU^O.
Échales vino.
MARTIN.
Echarán ;
Y á fe , que si lo trajera
De Madrid la dicha bota ,
Amenazara esta tierra
Con un gentil aguacero;
Porque allá cada taberna
Es un diluvio.
GUARDA 1.^
\ Buen vino !
MARTIN.
Es vino de dos orejas.
GUARDA 2.^
No tiene adobo ninguno.
GUARDA 1.°
No le echaron cal.
MARTIN.
Ni arena.
DON NU5íO.
Muy buen provecho les haga.
GUARDA i.^
Por Dios , que han de Ir á la iglesia
A ver las honras del Rey.
DON NCÑO.
Pues ¿adonde las celebran ?
GUARDA 3.*^
En Sao Román.
DON NONO.
¡ Ah sobrino!
No te has de olvidar , ten cuenta ,
Que dicen que se ha juntado
En San Román la nobleza
De Toledo.
RCT.
Vamos, tío,
Antes que acaben la fiesta.
DON NU5Í0.
Déjame dar un aviso
De mucha importancia.— Adviertan ,
Y lo sé de buena parle.
Que tienen al Rey muy cerca ,
Y dicen que disfrazado
Ha de entrar, y que le esperan
En su alcázar a comer.
GUARDA i.^
.Válgame el cielo! ¿Qué estrella.
Para nosotros dichosa,
Te guió , porque ñus dieras
Aviso tan importante? -
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Entra , amigo; que quisiera
Ser tan poderoso agora ,
Que vieras la recompensa
Igual á tu beneficio. —
El rastrillo se prevenga ,
En entrando estos villanos.
GUARDA ^.^
No quiera el cielo que sea
Tan infeliz nuestra suerte,
Que por nuestra puerta venga.
DON NUNO.
Cerralda bien, por si acaso;
Que hay engaños y hay cautelas. —
Entra , sobrino ; que es tarde ,
Y estarán en las acequias
Del Rey.
REY.
Dichosa venida.
Tío.
DON NURO.
Queden norabuena ,
Honrados guardas.
GUARDA 1.^
El cielo
Con salud á Ocafia os vuelva.
MARTIN.
Y ¿qué hemos de liacer del asno?
Poro con él se entretengan ,
Porque haya una guarda mas;
Que poca es la diferencia.
(Entran.)
Salen DON SANCHO y PAYO ,
BLANCA Y ELVIRA.
BLANCA.
No OS juzgaba yo en Toledo.
Si pensáis tocar mi mano
Sin que muteis al villano,
Daros desengaño puedo
De que imposible ha de ser.
DON SANCHO.
Por la ocupación del dia ,
Guardé la venganza mia
Y la vuestra, por poder
Ejecutarla mejor
Mañana.
BLANCA.
Disculpa ha sido
Bastante ; pero advertido
Quiero que os deje mi honor
Que no puedo blasonar
De la sangre que me alienta ,
Si en el mundo hay quien me afrenta
Cuando me llego á casar.
La ofensa de lengua ó pluma
Siempre se advierte y se admira ;
No importa que sea mentira.
Que basta que se presuma ;
Que los blasones que son
De mas alta calidad ,
Tanto como la verdad ,
Los sustenta la opinión ;
Y asi, vos podréis en vano
Presumir que os puedo honrar.
Si, llegándoos á casar, '
Queda con lengua un vdlano.
PAYO.
Blanca , aunque es mi ^)roprio honor
El que defiendes , quisiera
Que don Sancho no pusiera
Tan á riesgo su valor.
Ya que la suerte dichosa
Le pudo otra vez librar.
Sale MENDO.
MENDO.
Ya es hora de comenzar
Los oficios con piaidosa
Memoria del Rev, que tiene
Dios en otra mejor vida.
ELVIRA.
Entremos.
DON SANCHO.
' Bien prevenida ,
Con la guarda que conviene ,
Está la ciudad ; las puertas
Vieron diligencias mias.
PAYO.
El descuido eo tales dias
Hace las desdichas ciertas;
Pero donde está el cuidado
Vuestro, no hará falta el mió.
BLANCA.
Que he de ver por vos confio,
Sancho, mi honor restaurado.
{Van á entrar, y suena música detroi
petas y atabales, p vanse Blanca
Elvira.)
PATO.
¿Qué es esto? ¿Música alegre
Dt! trompetas en la torre.
Cuntido celebramos honras
De rey muerto? ¿Qué desorden
Dio causa á esta novedad ?
DON SANCHO.
De la torre nos dan voces.
Aparece en lo alto, en una torre,
REY ^\^0, armado, y DON Ni:
con estandarte en ¡a mano, i
las armas de Castilla, i MART1>
DON rd5ío.
Oid , oid , ciudadanos
De Toledo, cuyo nombre
En SUS anales el tiempo
Por leales antepone
A los mejores vasallos
Que vio el mundo, el sol conoce;
Vuestro rey tenéis presente.
Para que aquí le corone
La lealtad que le debéis,
Y él , agradecido, os honre.—
¡Viva Alfonso! ¡Alfouso viva!
Sin que ambiciones Jo estorben :
¡Viva Alfonso! {Tremola el ettandot
VOCES. {Dentro.)
¡Viva el Rey ,
Pues de nuestros corazones
Es el dueño!
GOAIDA.
¡Alfonso viva!
Y mueran las opiniones
Que la posesión le impiden.
PATO.
Perdido soy ; los rigores
Del Rey teme ya mi vida.
DON SANCHO*
Siempre á los humildes oyen
Los revés ; con la obediencia
Y la Icñltad nos socorre
La necesidad presente.
PATO.
¡ Alfonso viva ! y corone
Toledo su augusta frente
Con mil triunfantes blasones.
RCT.
A tu industria debo el día
Mas dichoso que los hpmbres
Vieron en humanas glorias,
DOR wño,
¿ Ves cómo todos conocen
Que eres sa rey, y te esperan
Tan leales 7 eonCormes,
Que es Toledo solo an cuerpo
YoDa voz?
RCT.
Será ta aombre
Famoso al mondo.
von üuÑo.
Seoor,
Si be merecido favores
Voestros, la merced mayor...
RET.
Pide; que es jaslo qae logres
TiQ heroica hazaña.
DOÜ ?IOÑO.
A Sancho
ADzúres, Señor...
RRT.
No toques
AI perdón de quien merece
Xi castigo.
DON nnüo.
Pues revoque
La sentencia tu piedaa ,
O perderé los favores
Qot; de tu gracia recibo.
Payo V Sancho son Jos hombres
Qne en Españ» te han servido
Mas bien; quejas intenciones
Soyas han sido leales ,
Compliendo el legado y orden
Que dejó lu padre.
RET.
Atí
Deben el perdón.
PATO.
Temores
be un rey enojado están
Amenazándome á voces.
3fARTl!f.
A mi , señores alcaides ;
¿Cómo no olieron el poste?
Las guardas se les cayeron ,
Mabs cerraduras ponen ;
Pero es la llave maestra
El Rey, que las abre y rompe.
Los cul|>ados se confiesen;
One hemos de ir dando garrote
Hasta que toquen á vísperas ,
Ysooahora las once.
{Vanu todos, menos Payo y don
Sancho.)
Salen BLANCA t ELVIHA.
PATO.
Bijas, vosotras podéis,
Por mujeres, en quien pone
Siempre la piedad los ojos ,
Aplacar al Rey.
BLANCA.
No borres
Ta valor con tal flaqueza;
Qoe , aunque á sus plantas te postres,
Como deuda natural ,
Has de mostrar los blasones
be tu sangre en el valor.
Que tanto España conoce.
Lleguemos á reccbir
A Alfonso.
ELVIRA.
Las turbaciones,
Señor, arguyen delitos,
Y no es bien que los apoyes
CoQ el miedo eo la presencia
Del Rey.
EL OLLERO DE OCAÑA.
Sale MENDO.
MENDO.
Señor, no te asombres.
Aquel villano, el olleto,
Que junto á Ocaña, en el bosque
Hiñó contigo...
DO.X SANCHO.
Prosigue.
■ENbO.
He visto aquf.
DON SANCHO.
El que en la torre
Tremolaba el estandarte ,
Aclamando el Rey á voces.
Es sin duda; que el asombro
Trujo al alma turbaciones
Para enajenar la vista.
BLANCA.
Pues si los cielos conocen
Mi ofensa, y porque la pague
Le han traído, no perdones
Su infame vida, don Sancho.
PATO.
Si le vimos en la torre.
Con Alfonso, duro está
Que, entre los demás leones ,
Trujo al villano por guarda.—
No le ofendas ni le toques ,
Anzúres.
BLANCA.
¿Caducos años
Ha de haber para que borre
Mi honor con villanas lenguas?
Padre , ¿la vida antepunes
A mi honor? No eres mi padre,
Pues quieres con miedos torpes
Vivir afrentado.
PATO.
Espera.
BLANCA.
Mi resolución conoces.—
Sancho , si mi amor estimas ,
Junta la guarda que importe,
Y por restaurar mi honor.
Prende á ese villano. ( Vase,)
PAYO.
En bronces
Viva tu heroico valor.—
Sancho , el temor me perdone
Del Rey; sin honra no debe
Guardar la vida el que es noble;
Cóbrala , pues la pretendes. ( Vaie.)
MEXDO.
Señor, no faltarán hombres
Qie le maten.
Sale DON NüNO.
DON N05Í0.
Sancho Anzúres ,
Cumple tus obligaciones;
Sangre y valor te acompaña ,
El lugar señala adonde
Podamos ir á matarnos;
Porque es mandato y es orden
Del que con dichosos lazos
Gozó de Blanca favores ;
Y me manda eipresamenle,
Porque tus disignios borre ,
Que con mi riesgo te mate.
Que no con viles traiciones.
DON SANCHO. (.4/7.)
¿Hay mas apretado lance?
¿Hubo imposibles mayores
Entre deudas conocidas
Y entre celosas pasiones?
i83
La amistad con que me obliga
Los celos la descomponen ,
Y es el mismo que me ofende
Villano, naciendo noble.
Porque el retrato publica
Que á su imagen corresponde.
¿ Qué he de hacer en tantas dudas ,
Cielos?
DON NUÍ^O.
¿Cómo no respondes?
DON SANCHO. {Af.)
Digo,¿malaréle?No;
Que es infamia de mi nombre.
Pues ¿la promesa de Blanca
Y mi amor, que es cielo inmóvil.
Adonde su imagen vive?
Muera pues, y no se asombre
Quien supiere que á un villano
Le rompa las excepciones
De la amistad que le debo.
Pero ¿qué dirán los hombres
De tan grande alevosía?
¿ He de dar informaciones
Al vulgo de que mi amor.
Que imperio no reconoce ,
Es quien le mató?
DON ND^O.
¿Qué dices?
DON SANCHO.
Que hasta que pasen tres soles
No puedo reñir contigo.
DON NcSo.
¿Porqué?
DON SANCHO.
No me apures, hombre.
DON NÜNO.
Pues ¿dentro en Toledo temes ,
Donde es fuerza que te sobre ,
Con el poder, el valor?
DON SANCHO.
Aun no sabes mis temores
De qué proceden. {Ap, \ Ah celos!)
Ya me estáis diciendo á voces
Que mi venpnza permita
Para que mis dichas loyre. —
Oh villano disfrazado,
Nunca me diera en el bosque
La vida tu hidalgo trato.
Que tantos lazos me pone,
Y con su ejemplo me enseña
A cumplir obligaciones. —
Ea. perdonen mis celos ,
Blanca y mi amor me perdone;
Pero si al rostro le miro.
Vuelve con nuevo desorden
A abrasarme el mismo fuego
Que cuando, en vivos colores,
Vi su retrato en las manos
De Blanca ; flnezas nobles
De una pagada amistad,
Hoy tomo vuestras 1 iciones ,
Para decir que mi honor
Os sigue , porque os conoce.
( Vuélvese.)
DON ND.SÍO.
Pues ¿cómo el rostro me vuelves?
DON SANCHO.
Poi:nue te importa.
DON KÜÑO.
No formes
Tan cautelosas quimeras.
DON SANCHO.
Vete en paz.
DON NU5Í0.
¿Con qué temores
Me amenazas?
DON SANCHO.
Con la muerte.
LUtS VELEZ DE GUEVARA.
Sue nn lachaado conmigo
xlremos y oposiciones.
DOM SANCHO.
Por villano Irás contento,
V »ínúedáo, por noble.
(VaBt«.)
No engendra el ferox da
Que «fio moiir le veo,
5*^
Si la hubiera , i no ser noble.
'¿Quién la intenta?
Mis criados.
¿Porqué?
PON SAIKHO.
Porque llenen urden.
; be quién?
JORNADA TERCERA.
Sale UARTIN,»>J0.
Démeel dolor de tan injusta muerte
suerte
lio.
La liisioriamas cruel
jEí mnjer?
V con rigores
De Dera.
DOü nnílo.
¡Oh enemiga mia!
V ¿cómo no te dispones
A inatamie?
So J quien wy.
U0.'< NDÍtO.
iQué pretendes t
Qae no Ignores
Que te )iago.
Va conüeso
Tan justas obligacinnes;
Pero no sé i quién pagallas.
Po:i st:(CKO.
Pues ¿nomcTesT
Va Teo un hombre
?ue me vnetve las etpaldjs;
el alma , auuqne reconoce
F*TO.
[ño.
Vuestra ciudnilpisóCon reales plantas,
Inventor Tué de ia pena,
Pero no nsiütid al castigo.
Basia para liel testigo
I::! pueblo que i verle llega.
Solo podia estribar
Dispones
Vuelve el ros
D0:< SANCHO.
No pnedo.
i Por qué?
Porqne los que me oyen
Te han de matar si le miro,
Pues Terin irai feroces
En mis ojos conira ti.
BON tinSo.
Queda en pai.
DON SAKCWl-
La Tida logrea
HatU qae Tuet*as i Tenne.
DOK kdSo.
SI veré, como te Importe ;
al
Porqoe le sirva de s
Sale» PAVO, DON SAXCIIO t BLAN-
CA, FXVIRA r un CRUDO.
as y alas ligeras ,
en cisne ¡nadando,
)rTÍvircaDlaDdo,
:antandOf te mueras!
irriba DON NüSO, atadas
95, y todos los que pudieren
DON ÜÜXO.
emigos soberbios
africanos,
311 es y envidias ,
\ y amigos falsos,
eldades, injurias,
dido en largos plazos ,
la mujer? ¡ Ab cielos!
iveocibles peñascos
i elcorazon
, que, animando
a femenil,
alegres pasos
lorir? ¿Que pueda
cimiento tanto ,
asándose , no quiere
iendo y penando
0 darme tiempo
mis agravios?
roca invencible ,
el mar de mi llanto,
tos pardos montes,
furor armados,
yerba aborrecen ,
arse de ingratos;
i que yo en lasaras
itates turbados
igre que espera,
1 mar lusitano
cando á voces
riberas del Tajo
do cocodrilos,
liscos mirando.
ca hacia arriba^ y reconóce-
le y túrbase.)
BLAirCA. (Ap.)
conmigo sean ;
mis ojos turbados?
:a me conduce
montes tesalios?
sme da sus yerbas?
so sus encantos?
's don Nufio? ¡Cielos!
letengo? Qué aguardo,
stauro su vida,
jn nuevos agravios
di honor en lenguas
re V de don Sancho?
DON NUSO.
irdais , ministros Geros
erle? Si el espacio
? es eternidad ,
da.
BLANCA.
Esperaos,
, detened el curso
or.
MARTIN.
¿Qué milagro
Kqní hay manganilla,
r ! no bagamos caso
>ension ; caer
ortante; ya has dado
no la resfries,
screto azotado .
le ya el perdón,
la espalda en blanco,
el negocio estaba
ir en el asno,
vista del pueblo;
Di megos vanos
ngan.
EL OLLERO DE OGAÑA.
BLANCA.
Bajalde ;
Que para cierto descargo
Su declaración importa.
MARTIN.
Si importa, subo y desato.
DON SANCHO.
Ya la piedad de su muerte
Forma mayores agravios.
Ya con duplicados celos
Nuevas injurias aguardo ;
¿Si Blanca le ha conocido?
Si es el mismo del retrato?
Que si es él , yo soy el muerto.
BLANCA.
¿A qué aguardáis? Desataldo.
DON No5fo.
Martin , déjame morir.
MARTIN.
Pues vé á morir allá bajo
En buena conversación.
DON ÑUÑO.
No es piedad la que ha mostrado
El pecho desta mujer.
MARTIN.
Sefior, hágase el milagro,
Y mas que lo baga mi abuela.
DON SANCHO.
Las rosas se le mudaron
Y el rostro á Blanca; en los ojos
Le ofrece el alma al villano.
ELVIRA.
Luces descubre mi amor
Del bien que espero.
BLA?IGA.
Apartaos;
Que me importa hablarle á solas.
PAYO.
Admiro tan nuevos casos.
¡ Cómo nos enseña el tiempo !
DON ÑUÑO.
i Por qué desatas los lazos
he la muerte? ¿Es, por ventura,
Porque en el pequeño espacio
Desta cruel suspensión ,
Sienta la muerte que aguardo
Con mas inmenso dolor?
MARTIN.
i Qué atento está el secretario!
BLANCA.
¿Don Ñuño?
DON ÑUÑO.
Enemiga mia ,
¿Qué te han hecho los extraños
Sucesos de mis desdichas ,
En tu servicio empleados ,
Que de fiscales le sirven?
f Para qué rigores tantos
Tus crueldades ejecutan?
¿Tan grandes son los agravios
Del amor con que te adoro,
Que merecen castigarlos?
¿Con casarte no bastara?
Matarme...
BLANCA.
¡Ay Ñuño!
DON NÜÑd.
¿Este pago
Merece mi amor, ingrata?
BLANCA.
Advierte, mi bien...
DON ÑUÑO.
¡ Qué en vano
Te disculpas, cuando muero
Por no ver llegar tus brazos
A otro cuello !
iJ»
BLANCA.
Si me escuchas,
Verás de mis desengaños
Mi amor y vecdad tan nobles.
Que no has de poder borrarlos
Del corazón donde viven.
Si á mis oídos llegaron
Nuevas de tu muerte. Nano,
Y dijeron que un villano
He infamaba , presumí
Que tu le hablas revelado
Nuestros secretos amores;
Y porque mi honor manchado
Restaurase su opinión...
DON ÑUÑO.
¡ Ah falsa !
BLANCA.
Escucha.
DON ÑUÑO.
¿Qué engañoi
Trazas para mas tormento?
Bien dices que soy villano,
Pero no para creerte;
Mira que te está esperando
Tu esposo, y bien te merece.
Porque es muy galán don Sancho,
Agradecido y valiente;
Pero si en tu pecho ingrato
Pueden algo ruegos míos,
Te suplico que la mano
No le des hasta que vo
Hap estas peñas del Tajo
Rojo monumento mió.
BLANCA.
No hay alma que baste á tanto.
Mi bien , que escucharte pueda; '
Mira que le das mal pago
A la fe mas invencible,
Al respeto mas hidalgo
Que ven los ojos del cielo ;
Advierte que mi descanso
Está cifrado en tu vida.
DON ÑUÑO.
Pues poco podrás jaezarlo ,
Porque he de morir.
DON SANCHO.
¡Oh celos!
¿Qué aguardáis? Comunicando
Se esiíin las almas. — SeAora,
Adonde hay testigos tantos ,
Mucha liviandad parece
Que le pidas tan de espacio
Cuenta á un villano, que pudo
Manchar tu opinión.
BLANCA.
Dejaldo;
Que es cierta declaración
Hecha en el último paso,
Que importa á mi honor saberla.
. MARTIN.
Es un dicho del diablo;
No le acabará en seis horas.
DON SANGRO.
Dure mientras yo me abraso.
BLANCA.
¿Qué determinas. Señor?
DON ÑUÑO.
Morir.
MARHN.
Y es lo mas barato.
BLANCA.
Mira...
DON ÑUÑO.
Ya no hay que mirar;
Que está ya desesperado
El sufrimiento.
F»*«CA.
MSUn
196
DO?l Iftl5Í0.
No ; que llegaron
Tarde.
BLAXCA.
Pues no te reduces.
Hemos de morir entrambos ;
La mano le quiero dar,
En tu presencia, á don Sancho.
DON r<i3f?o.
No, mi bien ; traza otra muerte.
MARTIN.
Por Dios, que se fué al atajo.
No es nada bobo el mancebo.
BLANCA.
¿Qué intentas?
DOX ÑUÑO.
Pedir mil afios
De yida al cielo. Señora,
Para gastarla adorando
Tus OJOS.
DON SANCHO.
¡Tiernos se miran, •
Cielos !
MARTIN.
Ya va declarando. '
BLANCA.
Trazaré tu libertad;
Que no faltarán engaños
Para desvelar sospechas.
DON NO^O.
Ñuño es ya tu humilde esclavo.
BLANCA.
Y Blanca quien te conoce
Por señor.
DON IIUÑO.
A este criado
Podrás descubrirte, Blanca. '
BLANCA.
Será importante. — Llcvaldo
A la prisión , que el tormento
Le hará , aunque mas obstinado,
Que conúese quién fué el dueño
Déla carta; que un villano
Que jamás supo mi nombre
No pudo, con temerario
Atrevimiento, escribir,
Con testimonio tan falso,
Manchas de mi limpio honor.—
{Llevan d Ñuño,)
¿Y eres tü su leal criado?
MARTIN.
Para lo que le cumpliere.
{Ap, Aquí me rompen los cascos,
Y pago los de las ollas.)
BLANCA.
Dime...
MARTIN.
Si juro.
BLANCA.
En cerrando
La noche...
MARTIN.
¿Noche, j cerrada?
BLANCA.
Me has de ver con el recato
?ue pide el suceso mió ,
llevarás á tu amo
Unas joyas y orden mío.
Para que se libre.
MARTIN.
Andallo,
Pavitas ; ¿mas que el Ollero,
Ha de amanecer jurado
De Toledo?
PATO.
Voy contento,
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Hija , de ver que templaron
Tus enojos su aspereza.
BLANCA.
Cuidado con el villano.
DON SANCHO.
¿No basta que tú le tengas?
BLANCA.
¿Qué dices?
DON SANCHO.
Que se aplacaron
Tus iras , y que le guardas
La vida.
BLANCA.
Si ha declarado
Que no tiene culpa, ¿quieres
Que muera, Sancho?
DON SANCHO.
En el campo
Le verás muerto á tus ojos.
BUNCA.
Pues ¿fáltanle al otro manos?
DON SANCHO.
¿Ya tuledeGendes?
BLANCA.
Veo
Que tiene razón, don Sancho.
( Yanse.y
Salen EL ALCAIDE t DON NUf^O.
ALCAIDE.
Puedes creer que en mi vida
Tuve contento mayor;
Aplacaráse el rigor
De Blanca con la venida
Del Rey, que entrará mañana,
Para honrar el casamiento
De Sancho y Blanca, y su intento
Mudará con mas humana
Piedad.
DON NU.5Í0.
Y ¿se casarán
Mañana?
ALCAIDE.
Solo se espera
A Alfonso ; mucho Quisiera,
Porque es Sancho el mas galán
Caballero que en España
Luce en la campaña armado ,
Que en el término aplazado
Le vieras en la campaña ,
Según castellano fuero ,
Esperar si hay quien impida
Su casamiento; convida
La fama del caballero
A ver su dichosa suerte.
DON N05ÍO.
Pues ¿quién se la ha de estorbar?
ALCAIDE
Nadie se ha de aventurar.
Teniendo cierta la muerte.
Pero Toledo murmura
Que Blanca ofreció primero
La mano á otro caballero ,
Y que puede, por ventura.
Con poder y con amigos.
Estorbar el casamiento.
Y asi. con bizarro aliento,
Siendo jueces y testigos
Alfonso y Toledo, quiere.
De sol á sol , sustentar
Sancho que puede casar
Con Blanca, y si acaso hubiere
Quien lo impida, peleando
Morir ó vencer.
DON NOÜO.
No habrá ;
Cierta su Vitoria está.
ALCAIBI.
Todos lo están deteaodo;
Pero también hay quien diga
Que si don Nufio viniera.
Que el casamiento impidiera.
Entre la hueste enemiga.
Asaltando á Calatnva,
Dicen que murió ; no ha habido
Castellano tan temido.
Todas las vecei que entraba
En 1.1 batalla vencia ;
Después del fuerte Bernardo,
No ha habido hombre mai gallardo
Ni valiente; bien nodia
Don Sancho dejar la empresa.
Si con don Nufto lidian.
DON iioffo.
^' don Sancho le matara.
Castilla, del moro presa,
¿A quién debe las memorias
Y laureles vencedores?
Don Sancho es de los mejores
Caballeros que en historias
Nuestras conserva la fama
En hojas del tiempo.
ALCAIDE.
¿Del
Dices bien , si con cruel
Sentencia tu vida inflima ,
Y condenándote i maerte.
Es ejemplo de crueldad?
DON RllffO.
Eso tiene la verdad,
Que el enemigo la advierte.
Soie MARTIli
■AITIN.
Señor, no sé á lo que Ten|[o,
Ni aun lo que traijgo no se.
Sancho...
DOlf RUflíO.
Prosigne.
MAITIN.
Si haré;
Que ya la prosa prevengo.
Al tiempo que me arrojaba
En casa de Blanca...
DON iio5fo.
Di.
MARTIII.
Me dio un papel para ti ,
Y que solo me encargahia
La priesa , y este también
Para el Alcaide; tomad.
(Oa/tf á eaéM umú e/<«r
DON MOJio.
No será mi libertad.
ALCAIDB.
Junto os ha venido el t^ien;
Libre estáis , orden eipreto
Ks de don Sanclio ; estUiMd
Su generosa piedad.
MÁRTIR.
¿Hubo mas feliz tuceio?
Mira lo que á U te escribe;
Que, por Dios, q«e es Inicb amigo.
DON KUfíO.
: Que en pedio de mi encmlfo
iMedad y clemencia vhel
{Lee.) «Orden envió al Alcalde
> darte libertad; con ella, si ere»)
> ballero , y con disfras de vBtamoy
> leudes á Blanca , paedes salir i
i ñaña al campo de la Vffa i oalorl
» con las armss mi caasmlenlo , p
» que te cueste la vida 6
i Vitoria. Ei Rey, qae por
(Vase.)
, será el jaez, y janlamente el
> de las bodas del que saliere
or. — Don Sancho.*
>igueteelcielo
xidqoe be hallado en U ;
?;o , pero en mi , •
adoso desvelo,
una voluntad
ida de sue.*te,
1 tiempo ni la muerte
eo de tu amistad.
ALCAIDE.
cancho la recibes,
la ejecución,
paz.
DOTf FII)5Í0.
En tu prisión,
ra \ei me recibes. —
a mayor hazaña
ríbe el tiempo has de ver.
MARTIN.
DO?! fiüñO.
Hoy has de conocer
ervísie eu Ocaña.
(Yante.)
len MENDO Y FORTÜN.
■ENDO.
1 cielo que no sean
idas estas bodas.
FOBTON.
Jene don Sancho
rmas la Vitoria;
que no hay en Castilla
so intento se oponga,
in duda aljiuna
sesión dichosa.
MENDO.
lismo grado asisten
jra y la deshonra;
klor se ha librado
la suerte.
FOBTCJI.
¿Pregona
io Vitorias suyas,
dudas ahora
le tiene tan cierta?
oean trompetas y cajas.)
«ENDO.
le marciales trompas
a Alfonso á ocupar
asiento.
F0RTÜ5.
Las honras
i la vista los reyes.
meudo.
scaadras numerosas
guardas de Castilla ,
cercan y coronan,
1 generoso Alfonso.
VOCES. {Dentro.)
>laxa; afuera, afuera.
FORT0!«.
'a Roma envidiosa,
^ palestra asistiera.
■E?n>o.
ebe Toledo áRoma,
irte de Alfonso?
FORTÜW.
El entra
jestad suntuosa.
focan anja* y trompetas.)
EL OLLERO DE OGAflA.
Sale EL REY , y siéntase en un trono;
DON SANCHO , PAYO y acompaña-
miento.
DON SANCHO.
Invicto Alfonso , pues eres
Sol de España , á quien coronan
Rayos del mayor planeta.
Hoy, á la usanza española,
VencOf no á pedir mercedes
Por Tas hazana^hcróicas
De mis pasados, que dieron
A castellanas historias
Tanto lustre, ni las mias,
Por quien tiene tu corona
Tanto aumento; solo pido
Tu justicia en tan honrosa
Pretensión. Payo de Lara,
Que me apadrina y me honra,
A dona Blanca, su hija.
Me prometió por esposa.
Ella lé obedece en todo,
Pero vive temerosa
De una carta que escribió
Un villano , y que presona
Que tiene otro dueño Blanca ;
De que , ofendida y quejosa ,
Esta pidiendo venganza,
Y que sustente las horas
Que seña'a el castellano
Fuero, hasta que el sol se ponga;
Que no hay sugeto en Castilla
Que pueda impedir mis bodas;
Y que en espirando el sol.
Como ninj^uno se oponga,
Seré su dichoso dueño.
Lo que te suplico ahora,
Gran señor, es, que si hubiere
Quien ofrezca su persona
A la batalla, que olvides
Tu clemencia generosa ,
Dejando que en esta vega
Manche el uno en sangre roja
La yerba que la guarnece ,
Porque no ha de ser esposa
Blanca de ningún hidalgo
De Castilla, si blasona
El competidor que vive.
Favores que la deshonran.
REY.
Siento que os aventuréis ;
Que eslimo vuestra persona,
Don Sancho; pero fiad
En vuestra suerte dichosa.
Que no ha de haber en Castilla
Quien vuestro valor conozca.
Que á disgustaros se atreva.
DON SANCHO.
Ya vuestro favor pregona
Mis dichas.
PATO.
Hijo , el valor
Ha de restaurar mi honra.
{Tocan un clarín,)
Ya la trompeta señala
Que viene á impedir las bodas
El que dio aviso al villano.
HENDO.
Marciales galas le adornan.
FORTON.
Mujer parece en el traje.
MENDO.
¡Oh, qué gallarda y airosa
demuestra!
FORTON.
Nueva Camila
Parece, en la selva Ausonia,
Armada contra el Utino
Escuadrón.
187
pato!
La misma diosa
De las batallas la envidia.
MENDO.
Las plumas blancas y rojas
En rayos de oro es un monte
Que su cabeza coronan.
Persia y Tiro le prestaron,
Para hacerla mas hermosa ,
Púrpura y telas de oro.
Que sobre la yerba arroja.
{Tocan cajas y trompetas.)
Sale BLANCA por el palenque , y EL-
VIRA, que la apadrina.
BLANCA.
Alfonso, rey de Castilla,
Cuyas armas vencedoras
Tiembla el bárbaro africano ,
Yo soy Blanca , la que llora,
Entre mal perdidos bienes.
Las ausencias lastimosas
Del que el alma reconoce
Por dueño, cuyas memorias
Mis pesares eternizan;
Y asi , en el plazo y las horas
Que viíestra ley determina.
Aventurando mi propria
Vida , he venido á impedir.
Si la muerte no lo estorba ,
Mi casamiento yo misma ,
Porque sin vergüenza y nota
De infamia no puede ser
Sancho mi esposo; y pregona
La fama y mis proprios ojos
Que el que entre confusas sombras
Del temor de vuestro enojo ,
Disfrazando su persona ,
Encubrió Castilla, es vivo ,
Don Ñuño Almejir, que en hojas
De eternidades' escribe
Las hazañas mas honrosas,
Lo^ servicios mas leales
Que han dado regias coronas ,
Y es mi esposo.
Don Ñuño?
RET.
¿Dónde está
{Tocan ca¡as.)
Sa/0 DON ÑUÑO, armado.
DON NO^O.
A vuestras heroicas
Plantas rinde humilde el cuello
Quien de la furia ambiciosa
Del rey leonés, vuestro tio.
Con hazaña tan honrosa ,
Que la está aclamando el tiempo
Para futuras memorias ,
Os libró, y quien en las guerras
Os sirvió con las Vitorias
Que reconoce Castilla
Y que los alarbes lloran ;
A cercar á Calatrava ,
Que Almanzor, por su persona ,
Defendió con mas escuadras
Que vio en sus márgenes Troya ,
Enviastes por caudílle
De las castellanas tropas
A Mendo de Benavides,
Gran soldado , y que se apoya
Su fama en sus proprios hechos ;
Donde yo, con generosa
Humildad (cuando pudiera
Mas bien gobernar á Rnropa
Que Augusto en su t vírate) ,
Os servi con mi pen ,«,
Como soldado »
Los moros , con
i88
Tan recientes , ofendían
Con palabras afrentosas
Desde el muro ¿ nuestro campo,
Y al son de bárbaras trompas,
A escaramuzar salían ,
Volviendo siempre con honra.
Un dia, al romper del alba,
Nuestras tiendas alborota
Abenjusef, un sobrino
De Almanzor, y con injuriosas
Palabras le pidió campo
Al General , donde tudas
Las escuadras castellanas
Le oyeron , y por lisonja
De los vientos, á VéS tiendas
La lanza y jineta arroja,
Saliendo á un bosque á esperarle.
Yo entonces, con cautelosa
Bizarría, armado en blanco,
Sin dar de mí ausencia nota ,
Salí al frondoso palenque.
Donde con soberbia pompa
De su misma vanidad
Estaba el moro, y con pocas
Palabras le di á entender
Que era el general. No asombra
El recio viento las selvas,
Desnudándole las hojas
Con mayor furia , que el moro.
Con la esperada Vitoria,
Revolvió la yegua, y yo,
Con presteza caudalosa,
Ajustándomeal caballo,
Le esperé ; fueron dos rocas
Las que el encuentro sintieron;
Pero el moro, entre consojas
Mortales , abierto ol pecho ,
Falseado el ante y la cota ,
Barrió con mil paramentos
De oro las yerbas rojas ,
Donde el alma desatada.
Voló á las oscuras sombras.
Huyeron luego seis moros.
Que guardaran su persona ,
Si bien pude aprisionar
Al uno , que desta {{loria
Dio la nueva á nuestro campo.
Mendo, con alma envidiosa.
Supo que yo con su nombre
Fingido acábela heroica
Empresa que me eterniza,
Y por ofender mis glorias
Me dijo : «Mucho me ofendo
Que la opinión lan notoria
Al mundo de hazañas roias
Aventuréis vos ahora,
Valiéndoos del nombre mió ,
Donde la suerte dichosa.
Que dicha fué , y no valor.
Pudo trocarse , dudosa
Por lo menos , y dejarme
Con la infamia y la deshonra
De haberme vencido un moro.»
Mas yo , Señor, con la poca
Prudencia que da una afrenta ,
Le dije : «Por ser notorias
De aquel moro las hazañas,
Y serle tan fácil cosa
El mataros, y que al campo.
Por ser general , le importa
Vuestra vida, quise daros
Sin peligro la Vitoria ;
gue á salir tos, estuviera ,
D mi opinión, muy dudosa.»
LUIS YELEZ DE GUEVARA.
Ciego de furioso enojo,
Mendo , dejando las postas
Y guardas, sacó la espada ,
Y embrazando la lustrosa
Rodela , bizarro y diestro
Me acometió. Nueva historia
Pide esta batalla, Alfonso;
Mas ya sabéis que las rojas
Trenzas del sol descubrieron
En la campaña arenosa
Muerto al General; yo luego,
(^on vergüenza lastimosa ,
Mirando la ofensa vuestra ,
Y sin caudillo la heroica
Empresa de Calalrava ,
Aborrecido de todas
Las castellanas banderas ,
Y mi muerte tan forzosa ,
En desgracia de mi rey.
Puse el pecho, antes que rompan
Luces del alba dormida.
Coronada de oro y rosas ,
Al mus bruto atrevimiento
Que honró con laureles Roma.
Tomé una escala , y al muro ,
Entre fugitivas sombras
Oe la noche, la arrimé,
Y diciendo : « No perdonan
Royes tan graves uelilos ;
Muera quien quita la honrosa
Opinión del rey que sirve; »
Y llamando entre animosas
Voces al patrón de España ,
Trepé al muro, á cuyas sordas
Voces despertando aí sol ,
Me vio revuelto en las tropas
De los turbados alarbes ,
Que al son de trompetas roncas
Avisaron nuestro campo ,
Que, con envidia gloriosa
De verme lidiando solo ,
Poniendo escalas , se arrojan.
Animados con mi ejemplo,
A proseguir la vitoría.
Ganóse al fin Calalrava ;
Pero yo , con vergonzosa
Pena del enojo vuestro,
Perdí con razón las glorias ,
Por no padecer las penas
Que en vuestro enojo se apoyan.
Con el disfraz de villano
Emprendí Utn espantosas
Hazañas, que han merecido
La gracia que os pido ahora.
Retíreme al fin á Ocaña ,
Porque con alma amorosa
Confieso á Blanca por dueño,
Si la muerte no lo estorba.
Mis amorosos disignios
En vuestra presencia heroica ,
Será por armas , Señor,
Blanca mí adorada esposa.
PATO.
Con admiraciones pagan
Los sentidos tan dudosas
Noticias.
BUkNCA.
Su vida temo.
MARTIIC.
Ya no hay que temer.
REY.
Memorias
Dejará tu nombre eternas.
Yo te perdono , aonqoe cobras
Con tu vida on enemigo,
Y en pretensión amorosa ,
En valor y en calidad
Te iguala.
• DON SANCHO.
Fuera costosa
La experiencia de su enojo,
Cuando á don Ñuño le sobran
Tanto amor como justicia,
Y en su peregrina historia
Se confiesa por su daeño
Doña Blanca. No es tan corta
Mi capacidad*. Señor,
Cuando los celos lo estorban ,
Que pretenda mano ajena ;
Pero, pues á todos honra
Vuestra presencia , querría ,
Señor, que fuese mi esposa
Su hermana Elvira , que eslimo,
Por sus prendas generosas .
El amor que me ha mostrado.
BEY.
Y seré de entrambas bodas
Hoy el padrino.
DON SANCHO,
Don Ñaño,
Ya nuestra amistad pregonan
Mis brazos y el parentesco.—
Blanca , merecida es|i08a
De Ñuño, dalde la roano.
BLANCA.
Para c|ue queden memorias
De mis dichas , contra el tiempo ,
En mármoles que no borran ,
Con inmortales requiebros
Mi mano tienes muy pronta,
Y el alma también con ella.
5a/« ELVIRA.
MARTIN.
Aquí está Elfira.
BEY.
Bien cobras
Tu amor, Elvira , i doo Sancho.
blyiba;
Claro está , cuando me abona
Vuestra mano , podré dar
La mia á Sancho; que ahora,
En licenciosos arrQlloa«
Soy de su luz oiaripoaa.
DON SAHCBO.
Yo . Elvira , estoy tan cooteato ,
Que la fama con notoria
Solicitud pregonara
Lo que mi pecho atesora ;
Pero esta mano es testigo ,
Con lo cual verás gustosa
Si pago cuidados tQjos,
Si te quito tus congoj»».
{DaU la mano é0n Stmdk9 é CIm
■ABTIX.
Y YO ¿acaso soy fintasnaat
¿ No hay alguna motilona ,
Aunque haya estado en Gilleia,
Como no despaoie en goidaf
DON HUllO.
Premiado saldrás, Martin,
Dando á su famosa historia
?iTí El Ollero úeOe^l^^
Si nuestras falus perdonan.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
. DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA,
COMPUESTA
POR UnS VELEZ DE GÜEVABA.
PERSONAS.
ON PEDRO.
ELO.
DE RIBERA,
DON SANCHO.
DON GARCÍA.
DON ALVARO.
RODRIGO , gracioso.
CARRASCA ,
alcaldes.
ZALAMEA,
doñamarIadgpadilla.
doña esperanza.
DON JUAN DE RIBERA.
LEONOR , criada.
Criados,
acompaí^aiiiento.
I ADA PRIMERA.
REY DON PEDRO, LOPE
>, DON SANCHO, DON GAR-
N ALVARO, todot de noche.
RET.
lede conmi(;o,
1 Lope Soteio.
( Vanse )
LOPE {Ap.)
evo recelo.
RET.
LOPE.
ñor?
RET.
¿Sois mi amigo? *
LOPE.
Toestra alteza
rezcoser.
RET.
yo he menester...
LOPE.
or?
BEY.
Vuestra cabeza.
LOPE.
9
RET.
No OS turbéis;
ístros hombros la quiero,
>ta suerte espero
me serviréis;
brazo y espada
DO ha salido,
contra el olvido
tice patria amada,
Y la cristiana cuchilla
Contra el moro eternizando...
Pero, esto aparte dejando ,
¿Cómo dejais á Sevilla?
LOPE.
Buena, Señor , y quejosa
De que la favorezcáis
Mucho menos que estimáis
Su fabrica generosa.
Y aquel rio, en quien mirando
Su vistosa majestad ,
Es Narciso la ciudad;
Pues sin ra/.on despreciando
La maravilla africana
Del alcázar que vivis.
Los veranos os venís
A pasar á Cantillana.
Aunque os puede disculpar
Esta casa de placer,
Que'llegan á enriquecer
Guadalquivir y Viar,
Esos caudalosos rios.
En cuyo sitio dichoso
Vuestro abuelo generoso
Trasladó el cielo los bríos
Del alarbe sevillano.
Habiendo vencido ya ;
Porque á propósito está
Para pasar el verano.
Pero, con todo, Sevilla
Siente vuestra ausencia ansí.
RET.
¿Cómo estas noches, decí,
Don Lope , está la Almenilla?
LOPE.
Llena de barcos y gente.
RET.
¡Bravas damas!
LOPE.
Muchas hay
Entre estopilla y cambray ;
Mas, pobre del que esté ausente,
Con la mas Grme mujer.
Aunque su amor mas le importe.
RET.
Esa es ya plaga de corte.
LOPE.
Líbreme Dios de querer
Mujer ninguna que tenga
El amor por granjeria.
RET.
Andar desnudo solia
En tiempo de Bras y Menga ,
Mas ya le quieren vestido
Y lleno de oro las damas;
Perdonen las castas famas
De Penélope y de Dido.
LOPI.
Han dado en tal desatino.
RET.
¿Y la niña sabia?
LOPE.
EsU
En el Candilejo ya.
RET.
Algo vendréis del camino,
Aunque es tan corto,. cansado,
Y es razón que descanséis.
Pues vuestra posada veis ,
Donde hablando hemos llegado.
LOPE.
Volveré con vuestra alteza.
RET.
No tenéis á qué volver;
Que aquí es donde he menester,
Don Lope, vuestra cabeza.
LOPE.
Pues vuestra alteza comience
A mandarme.
HET.
De V08 fio
Que me sirtais.
LOPE.
¿Qué albcdrio,
Qué imposible el Uey no vence?
Porque es dueño soberano.
nEY.
Kn esa palabra espero
Que haréis como caballero.
LOPE.
Esta espada y osla mano,
Esta sangre y osle pecho
A vuestro sei vicio están.
REY.
Vuestro huésped Perafan,
Don Lope, según sospecho,
Tiejie una hija, y se llama
l)oña Esp(>ranza, tan bella,
Tan cuerda y sabia doncella,
Que es espejo de la fama.
Sé que la tenéis amor,
Y que ella no os quiere mal ,
Y que, por seros igual
En la sangre y el valor.
Pretendéis casar con ella.
Eslo ha de cesar aquí.
Porque habéis de hacer por mi,
Don Lope, mas que por ella.
Y no solo esto ha de ser.
Porque no me canse en vano ,
Oue del cristal de su mano
Un papel tengo de \er.
En que admita mis deseos;
Que los reyes es razón
Que gocen la posesión
De tan divinos empleos.
De suerte que venga á hacer
Toda la voluntad mia ,
Sin que de dona María,
Ni el cielo, si puede ser.
Venga á entenderse jamás;
Que lo que á hacer os obligo
Se suele por un amigo
Ofrecer, y un rey es mas.
LOPE.
Señor, mire vuestra alteza...
RET.
No hay que replicarme ya,
Y advertid que en esto os va
No menos que la cabeza. {Vate.)
LOPE.
¿Inventó la Urania
Mas riguroso tormento.
Ni vio humano entendimiento
Desdicha como la roia^
¿Que Dionisio atormentó
Con celos, nial de que muero,
Que á Nerón , por ser mas fiero
Tormento, se le olvidó?
¡ Ah poder! ¿Tanto hns de ser,
Que llegues al albcdrío.
Siendo imperio y señorío.
Que al cielo negó el poder?
Vive Dios, que aunque me dé -
Mil veces la muerte injusta,
Que no he de hacer lo que gusta,
De mi honor contra la fe ;.
Que mayor rey es amor,
Y le debo mas decoro
Mientras á Esperanza adoro ;
Que la vida y el honor
Son para ocasiones tales.
Piérdase todo primero
Que yo pierda el bien que espero
De sus ojos celestiales.
En un laberinto he entrado.
Que no podré salir del ,
Porque don Pedro es cruel ,
Mozo, rey y enamorado,
Y yo su vasallo soy.
i Ah Rey ! Pero con la ley
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Del amor, no hay rey, no hay rey;
Sí hay rey, sí hay rey. ¡ Loco estoy J
Sale RODRIGO, de camino.
RODRIGO. (Cantando.)
¡Áy! que desde Vienes
/t Cantiliana
Hay una legüecita
De tierra llana.
('^antando y medio dormido,
He llegado á la posiída
Con bota y sin camarada;
Notable milagro ha sido.
;Qué bien debió de picar.
Después que en aquella venta
Me dejó haciendo la cuenta.
Pues no le pude alcanzar,
Don Lope! Yo apostaré
Que descansa , porque agora
Todos duermen en Zamora ,
Sino es (|uicn camina á pié.
;LQné hará á estas horas Leonor,
Mientras vela mi cuidado?—
;. Quién va?
{Vaá entrar, y encuentra á don Lope.)
LOPE.
Un hombre desdichado.
RODRIGO.
¿Es don Lope, mi señor?
Mosca de celos tenemos,
Respingo habrá temenrio.
LOPE.
Quien tiene un rey por contrario
Hará mayores extremos.
RODRIGO.
¿Un rey? Guarda fuera, y mas
Es(a buena pieza.
LOPE.
Aquí
Estoy, Rodrigo, sin mí.
Adiós, adiós.
RODRIGO.
¿Dónde vas?
LOPE.
No sé , por Dios, dónde voy.
i Ah Rey ! Pero con la ley
Del amor, no hay rey, no hay rey ;
Sí hay rey, si hay rey. ¡ Loco estoy!
{Vase.)
RODRIGO.
i Oh enamorado don Lope !
Cual no se ha visto jamás.
Loco y temerario vas
Tras tu cuidado al galope;
De doña Esperanza son
Celos, que es discreta y beHa,
Y querrá por dicha hacella
El Rey doña Posesión.
En la posada se ha entrado
Por un po.stigo que halló
Abierto, si no bajó.
Pienso, á abrirle algún criado.
V si no me engaño, á fe.
Mi Leonor sale.
Sale LEONOR.
LEO?rOR.
i Ob lacayo
De mi vida ! Como un rayo.
Oyendo tu\07, bajé.
A don Lope, tu señor.
Encontré cuando bajaba,
Pero no sé qué llevaba.
Que no me habló.
RODRIGO.
Está , Leonor,
I
Con no sé qué achaque nuero.
Que en Cauíillana le ba dado.
Que le tiene con cuidado.
LEONO '.
¿Toca en celos?
RODRIGO.
No me atrcTo
Que en eso hablemos, sí á tanto
Ha llegado su rigor;
Que de secreto, Leonor,
Me precio.
LEONOR.
Pues eulre tanto
Dame esos brazos , Rodrigo.
RODRIGO.
Leonor mia , aquí los tienes.
LE0:(0R.
¿ Cómo de Sevilla vienes?
RODRIGO.
Celoso, Dios me es testigo.
LE050R.
lí!ual me tienes tú á mi
El tiempo que te has tardado.
RODRIGO.
Vive Dios , que no he mirado
Un manto, pensando en ti ,
Y que hemos síilo cartujos
Yo y dou Lope, mi señor.
Dame tú cuenta, Leonor
(Si no es meterme en dibujos),
De lo que por acá pasa.
¿ Hay por los ninfos del Rey,
Siendo los dos muía y buey,
Portal de Belén mi casa?
¿Mírate algún lindo tierno?
¿Da en hablarte muy despacio
Algún tonto de palacio
Por el estilo moderno?
¿ Desvanécete algún paje
De excelencia ó señoría?
¿Llévate la cortesía
Los ojos tras el buen traje?
A Hace de noche terrero
Algún barbado tiplon?
¿Hay ciútica? Hay faToron
De cabellito en sombrero?
¿Hate algún bravo pedido
Chelos de mi , á lo cruel ,
Y en pepitoria ó pastel
Mis nances te ba ofrecido?
Que aunque hayas muerto en agraz
Mis favores de este modo,
Yo te absolveré de todo;
Que soy celoso de pai.
¿Lloras?
LEORO».
¿ No quieres qae llore ,
Viéndome tan mal pagada?
lODRICa
Pasada por agua, amada
Leonor, querrás que te adore,.
Siendo de mi corazoo
ídolo huevo no mas.
Porque esas perlas que eiUa
Vertiendo, del alba soo,
Y han de hacerle fitta agora.
Que á llamar al sol coaUeoia,
Colorada de vergtkenuí.
De ver que eres tú su aurora.
LEONOa.
Entra, que es tarde, ; la' espera
La cama mullida yau
aoaaico.
¿Y cenar?
LIOROII.
NofiíMari;
Que aquí esti tu deapéMcm. .
R0D1I160.
e tiene ud mal nombre
idas.
LEONOR.
Yo con'fieso
íes razón , mas eso
ue Judas fué hombre.
RODRIGO.
r habiera sido,
; su desenfado
>e hubiera ahorcado
hiera arrepentido.
00 hay poner dudas,
;llas ofender,
en besar y vender
era mujer es Judas.
LEONOR.
i de todas mientes.
RODRIGO.
ncarado mentís!
r huele y sabe á anís
pasa por tus dientes.
LEONOR.
» looo, á acostar ;
á la casa dormida.
RODRIGO.
Leonor de mi vida.
LEONOR.
Klrígo de Vivar.
(Yante.)
)05iA HARÍA DE PADILLA
DON ALVARO.
D05ÍA VARÍA.
?n llevó el Rey, decí ,
• aro, en compañía ?
DON ALVARO.
«ancho, á don García,
iul ierre y á mi
Ti ha I te, 'imagino
Cantillana encontró
.ope , que llegó
dbe de camino.
1M>5ÍA VARÍA.
ómo le habéis dejado?
DON ALVARO.
quedar con él
DOÑA VARÍA.
Quizá por él
cosas se han trazado,
Sevilla á ese efeto,
espnesla ha venido,
»erle parecido
hombre mas secreto.
DON ALVARO.
pe es cnerdo, y sabrá
dar, como es justo,
ra alteza disgusto.
DOÑA VARÍA.
raro, claro está
me burlo.— ¿Quién es?
DON ALVARO.
ado don García.
Sale DON GARCÍA.
DOÑA HARÍA.
DON GARCÍA.
El Rey ya venia. .
D05ÍA VARÍA.
^ le dejaste 4 pves?
DD. G. DE L.— n.
EL DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA.
DON GARCÍA.
Con don Lope se quedó ;
Que quiso con él hablar.
DOÑA VARÍA.
i Qué repentino privar!
DON GARCÍA.
Que trujo, imagino yo,
Negocios de estado y guerra
De importancia, que tratar
Con el Rey.
DOÑA VARÍA.
No hay que dudar,
Esto algún secreto encierra ;
Que no puede menos ser
Privanza tan repentina.
DON GARCÍA.
Don Lope es persona dina
De alcanzar y merecer
Cualquier favor de su alteza,
Por su ingenio y su valor.
DOÑA VARÍA.
¿Digo yo menos. Señor?
¿Qué me quebráis la cabeza?
DON GARCÍA.
Vuestra alteza me perdone.
Que enojarla no pensé;
Que esto en don Lope se ve,
Cuando yo no lo pregone;
Que mns bienquisto criado
No tiene en su casa el Rey,
Y esto es cumplir con la ley
De amigo.
DOÑA VARÍA.
Ya estáis cansado.
DON GARCÍA.
Vuestro humilde esclavo soy.
DOÑA VARÍA.
Basta.
DON ALVARO. (Ap.)
No puede llevar
Ver á don Lope alabar.
DON GARCÍA.
El Roy viene.
DOÑA VARÍA.
Y yo me voy. ♦
Al irse doña María , sale EL REY,
y detiénela.
RET.
¿Qué es esto, señora mia?
¿ Porque yo vengo os vais vos?
No huyáis de mí ; que, por Dios,
Que es faltar el sol al oia
Faltando vuestra belleza.
Deteneos, no os escondáis;
Que no es bien que os encubráis
Cuando á amanecer empieza; ^
Mirad que ocaso me hacéis.
DOÑA VARÍA.
Licencia me habéis de dar;
Que quiero daros lugar
Para que á don Lope habléis. {Vase.)
RET.
Celos son. Culpa he tenido
En no avisar los criados ;
Pero, ciego en sus cuidados,
¿Qué amante fué prevenido?
Divertir es menester
Agora á doña María,
Porcjue , celosa, podía
Venirlo todo á entender;
Y su ciega condición.
Celosa en extremo, temo.
Porque la quiero en extremo ;
Que, aunque con loet afición
A Esperanza solicito,
Suya es el alma en rigor.
Porque una cosa es amor,
Y otra cosa es apetito ;
Y la amorosa porfía ,
En los dos es desigual ,
Que Esperanza es temporal ,
Y eterna doña Maria.
Mayor gusto solicito
De sus celosos desvelos;
Que entrarse á dormir con celos
Es comer con apetito. {Vase,)
Sa/« PERAFAN DE RIBERA , t;ie;V? , y
DON LOPE.
PERAFAN.
Seáis, señor don Lope, bien venido.
Que debisteis llegar poco cansado ,
Pues menos que soléis habéis dormido.
¿Cómo venís?
LOPI.
Con no sé qué cuidado.
Que á los hombres no faltan cada'dla.
Que me tiene confuso y desvelado.
PERAFAN.
Si es falta de dinero, no querría
Que anduvieseis tan poco cortesano,
Qne no os sirvieseis de la hacienda mía;
Que , á fe de caballero y cortesana,
Y amigo vuestro, en 6n, y por la vida
[no.
De Esperanza y de don Juan, su herma-
Que de Granada vuelva á la medida
Que piden mis deseos, que no hay cosa
Que yo os pueda negar, de vos pedida.
No es lisonja, por Dios, sino forzosa
Obligación, que debe á la nobleza
La sangre de mi pecho generosa.
LOPE.
Estimo, como debo, la largueza
De vuestro noble y ¿eneroso pecho.
Mas no es falta de hacienda mi tristeza;
[cho.
Que ya estoy de quien sois tan salisfe-
Que, á ser de esa ocasión, hoy excusara
Las ofertas, Señor, que me habéis he-
En ocasión mas superior repara.' [cho.
PERAFAN. [tra.
Amor debe de ser; que en la edad vues-
Naturaleza misma ío declara, [tra.
Que hasta en los brutos escomun maes-
Y enseña á amar las fieras y las plantas,
Comoconlaexperiencianoslomuestra.
Sois mozo, sois galán, y tenéis tantas
Partes, que merecéis rendir con ellas
Hasta las luces de los cielos santas.
Serviréis dama de palacio; estrellas
Del imperio, inmorUt k los zafiros.
Emulación de imágenes mas bellas;
Adonde son aromas los suspiros.
Holocausto las lágrimas, y donde
Con sola voluntad podré serviros;
[ponde.
Que aunqneelcasoá mi edad no corres*
Os iré á hacer espaldas al terrero ;
Que á ningún trance lavQez meesconde.
Yo volveré á ceñir el limpio acero.
Que ociosamente vive ,• descuidado
De aquella fama que ganó primero.
Bien me podéis fiar, doD Lope, el lado;
[u.
Que yo os prometo dar tan buena caen-
Que volváis con mis años disculpado.
LOPE.
Bien en vuestro valor me representa
La sangre que tenéis mayores bríos,
Yel favor queme hacéis toiño ámi cuen-
¿ Cómo estáis de salud? [ta.
11
161
FERAFAlf.
Como los ríos,
Que dan tríbulo al mar, camine^ agora,
Cpn los achaques ordinarios míos;
Pero para serviros.
LOPE.
Mi señora
DoBa Esperanza ¿cómo está?
PERAFAlf.
Dormida,
Pero siempre muy vuestra servidora.
LOPE.
Déle el cielo salud y larga vida,
Y tenjca aquel empleo que merece
Su virtud y nobleza conocida.
PBRAPAN.
Pero que sale á veros me parece;
Que la ha obligado d madrugar elgusto
8ue el alborozo con razón la ofrece
e la venida vuestra.
LOPE.
Y es muy justo.
Si paga como debe mi deseo.
PERAPA?f.
De los extremos de Esperanza gusto,
Que en acudir á vuestras cosas veo.
Pluguiera á Dios se hiciera el hospedaje,
Pero vos vais tras mas dichoso empleo;
Y aqui es razón que este discurso ataje.
Sah DO^A ESPERANZA.
DO^A RSPERATIZA.
Vos seáis tan bien llegado.
Señor don Lope, á esta casa.
Como de límite pasa
El haberos deseado.
¿Cómo venis?
LOPE.
i Cómo puedo
Venir con ese favor,
Oue á vuestro raro valor
Obligado siempre quedo?
Ya se que salud tenéis.
DOÑA ESPERA:«ZA.
Con ella os pienso servir,
Y no quiero recebir
Esta merced que me baceis.
En pié, que es justo de espacio
Que los huéspedes gocemos
De vos, y no que dejemos
Que siempre os goce el palacio.
Alcance un poco la villa.
Señor don Lope, de vos.
LOPE.
Soy vuestro esclavo, por Dios.
(Siéntanse.)
DOÑA ESPERANZA.
i. Cómo OS fué, pues, en Sevilla?
Que i gusto hayáis negociado
Deseo, como es razón.
LOPE.
Cumpli con la obligación
De caballero y soldado;
Y tuve tan buen suceso.
Que me he tardado seis dias,
Y pudieran las porfías
Llegar á mayor exceso ;
Porque era materia odiosa
De puertos y de lugares»
Y en cosas particulares
Suele ser dificultosa.
DOÑA ESPERA!fZA.
¿Habéis visto muchas damas?
Que las sevillanas son
Bizarras.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
LOPE.
Y con razón ,
De las amorosas llamas
Esferas pudieran ser.
Por In limpieza y el brío;
Pero el pensamiento mió
No está para echar de ver
Beldad ninguna, ocupado
En mas divina porfía.
DOÑA ESPERA?VZA.
¿Qué amorosa hipocresía !
Qué fíneza y qué cuidado!
LOPE.
Pésame que me tengáis
Por falso.
DOÑA ESPERANZA.
Los hombres son
De una misma condición.
LOPE.
Mal lo entendéis, si juzgáis
A todos de una manera.
DOÑA ESPERANZA.
¿Quién ausente firme ha sido?
LOPE.
Quien con firmeza ha querido.
DOÑA ESPERANZA.
Ya no hay quien tan firme quiera.
LOPE.
Confieso que eso es verdad.
Porque no tiene segunda
Mi firme amor en el mundo.
DOÑA ESPERANZA.
Que haya segundo dejad.
Pues es tan grande, señor
Don Lope, el mundo.
PERAFAN.
¿Tú quieres
Defender á las mujeres.
Que no sabes qué es amor?
Para (|uien lo entiende deja,
Esperaiicica, estas cosas ,
Que en materias amorosas
Yerra el que mas aconseja ;
Que amor es filosofía
De celos, temor y ausencia.
Que ha menester experiencia.
DOÑA ESP RANZA. {Ap.)
Y ¿qué mayor que la mia?
PERAFAN.
Aunque esto, que es natural
A la mas ruda mujer,
Se ensena sin aprender,
Y mas si les está mal ;
Que por eso como fieras
Son de los hombres tratadas,
En tenerlas encerradas ,
Cubiertas de vidrieras.
De rejas y celosías;
Y dijo, á mi parecer.
Muy bien cierto bachiller.
De aquestas filosofías.
Que esto del amor, que á pocos
Tener con gusto consiente
Jamás, era solamente
Para muchachos y locos.
Perdone el señor don Lope,
Si ha parecido osadía;
Que en tan larga cofradía
No hay cuerdo nuc no se tope;
Que también acá hemos sido
De los muchachos y locos;
Que se han escapado pocos
Desta guerra con sentido.
Pero , esto aparte dejando ,
¿Cómo está Sevilla?
LOPK.
Boent,
Y de mil grandezas lleot.
DOÑA ESPERANZA.
Siempre vivo deseando
Ver su grandeza romana,
Poraue desde que nacf,
Jamás del murosali,
Don Lope, de Cantillana;
De que contra el tiempo ingrato
Tanto cuentan , qae quisiera
De su fábrica y ribera
Tener siquiera un retrato.
LOPE.
Si os satisfacéis agora
Con el de un tosco pincel ,
Que es má relación, con él
Podré serviros. Señora.
DOÑA ESPERANZA.
Ilaréisme merced notable.
PEKAPAN.
Y á todos.
LOPE.
^ Pues atencloo,
Y escuchad la relación
De su fábrica admirable.
PERAFAN.
Mirad que si me durmiere.
Que me habéis de perdonar.
LOPE.
(Ap. No sé cómo puedo hablar.)
Haced lo que gusto os diere ;
Que de cualquiera roauera
Recibo merced de vos.
(Ap. Reventando estoy, por Dios.)
rERAFAX.
Mirad que Esperanza espera.
DOÑA BSPBBANEA.
Y de suerte, que imagino
Que la he de tener presente.
LOPE.
Escuchadme atentamente;
Que serviros determino.
Hércules, hijo deAlceo
(A quien las claras hazaliat
De tantos Hércules quieren
Que le atribuya la fama).
Viniendo con las columnas
(Que por Non plus ultrM estaban
Donde se acaba la tierra
Y comienza el mar de Bspsfta)
A las riberas del río
Guadalquivir (africana
Dicción, que quiere decir
Qui-viri grande, y rio Gml4ffl)«
Que llamaron los antiguos
Réiis, Bélica llamada,
Por él, toda la provincia,
Desde el rio Guadiana,
Que hoy se llama Andalucia,
Corrompido de Vandalia,
Nombre antiguo, porque M
De Vándalos habitada;
Viendo su apacible slúo,
Y agradecido á las aguas
Del padre de tantos rios.
Que al mar mayor feudo pigaOv
A Sevilla edificó.
Cuya fábrica gallarda.
Por His|)alo, un hijo su|0,
Hispalis fué del llamada.
Coronóla Julio César
Después de fuertes munllaa»
Por reina de las ciudades
Y por colonia romana ;
Aunque, según Kstrabon,
Fué antes que Roma Itedada
Cien lustros, que, á
íntos años pasan.
; tiempos después
iron gentes varias ,
indalos, suevos,
citas, garamantas ,
? vino á poder,
igo y por la Caba,
igeüia española,
ion africana.
<:o corrompieron
y gentes varias
lis el nombre antiguo,
n polas mudanzas,
llamarse vino,
os del Arabia
'on Isvilia ,
'ngua castellana
reciendo siempre
dezas con su fama ;
Jo á su conquista
y la invicta espada
rey don Fernando
r héroe y monarca
jamás la Europa),
1 invicta planta
soberbios muros,
i Pérez de Vargas,
enees de los reyes
a es corte, á causa
ciudad mas noble,
insigne y bizarra;
llosa, que, haciendo
p soberbias casas,
[uíso que el Bétis
; al mar de Espaíía ;
ípiendo por enmedio,
je agora aparta
parte á Sevilla,
I parte á Triana;
ificios bellos
itan la batalla,
lar en medio el río,
ue escaramuzaran;
hablarse en las treguas
r»uente de' tablas,
ce barcos puesta,
las amarrada,
e se comunican
tbilonia tantas
tas, que al peso
^los no descansa ;
arriba del rio
artuja santa,
preciarse de mudos,
lengua del agua;
uoso edificio,
itrassus monjes callan ,
is piedras por ellos
?nguas de su fama;
torre del Oro,
ne celebrada,
sirve el sordo Bétis
> espefo de plata,
a famosa puente,
) se trasladan
s de árboles secos,
§ hojas son jarcias,
•nde el año todo
1 con otras tantas,
iGro de los cielos
cielos de esmeraldas ;
dentro de sus muros
vera se halla
, que ha jurado ser
a ciudadana ;
vos edificios
) enero acompañan
stido de verde,
bordado de nácar,
tres mil casas tiene ,
Iguala abundancia
ide, que pienso que hay
EL DIABLO ESTA EN CANTILLANA.
Tantas fuentes como casas ;
Tan hidrópica es su sed ,
O su vecindad es tanta,
Que un rio entero se bebe,
Sin que al mar le alcance nada;
Que es el dulce Guadaira,
Que el muro á Sevilla asalta,
Por los caños de Carmona,
Con cristalinas escalas.
Cuyas aguas, porque nunca
A pagar tributo salgan
Al mar, dentro de sus muros
Las hace Sevilla hidalgas.
Su iglesia mayor, que fué
Mezquita alarbe y musáica,
Labor en fábrica ilustre,
A la de Efeso aventaja.
Cuya gran torre parece,
Por artificiosa y alta,
O pasadizo del cielo,
O que es del sol atalaya.
Cuando pintar quiso Ovidio
Del sol la luciente casa.
Con columnas de Epiropos
Pintó su famoso alcázar j
En cuyos estanques fríos.
Desde la noche hasta el alba,
Se aconsejan las estrellas
Y se enamoran las plantas,
Y donde cisnes y peces.
Cambiando plumas y escamas,
Hacen con flores y murtas
Tornasoles de las aguas;
Sin mil edificios bellos.
Que son gigantes sin alma,
Que, á competencia del cielo,
Sobre el viento se levantan.
Tiene Sevilla ei^efeto
Trece puertas, once plazas.
Mil calles, docientos templos,
Que á la antigüedad espantan ;
Es fértil , alegre y rica,
Insigne en letras y en armas,
Y no ha menester' la corte
Para ser del mundo patria ;
Y por remate de todo.
En la perdición de España
Dio nobleza á las Asturias ,
A Galicia y á Vizcaya,
Un san Isidro á León,
Una im.'igen soberana
A Guadalupe, al martirio
Dos valerosas hermanas.
Que fueron Justa y Rufina,
Y á las arrianas armas
Un príncipe Hermenegildo,
Columna de la fe santa,
{Duérmese el viejo,)
Y un Laureano, que, haciendo
Sus manos fuente de plata,
Llevó su misma cabeza
A la tirana venganza;
El mejor emperador
A Roma, y envidia á Mantua,
Un Silio Itálico, Homero
Español con justa causa.
Todo le sobra á Sevilla,
Que es la maravilla octava;
Mas, faltando tu belleza,
Todo á Sevilla le falta.
DONA ESPERANZA.
De mí padre al sueño puedo
Agradecer esa extrafia
Lisonja.
LOPE.
Pluguiera al cielo
Fuera lisonja, Esperanza,
Que no hiciera...
DOÑA ESPERANZA.
No prosigas.
m
LOPE.
Eso mismo el Rey me manda.
noñk ESPERANZA.
¿Quéesloque dices?
LOPE.
No sé.
DOf^A ESPERANZA. .
¿Qué tienes?
LOPE.
Estoy sin alma.
DOÑA ESPERANZA.
Mi bien, ¿qué te ha sucedido?
LOPE.
Quererte el Rey, Esperanza.
DO.ÑA ESPERANZA.
¿El Rey?
LOPE.
Y me manda al fin
Que desde boy te deje.
DOÑA ESPERANZA.
Aguarda;
Pues ¿sabe el Rey que te quiero?
LOPE.
Nunca un malicioso falta.
Lince de los pensamientos.
Que penetra cuanto pasa.
Tú has dado sin dada al Rey,
En esta ausencia, Esperanza,
Ocasión para tenerla,
Que eres mujer, y eso basta ;
Mal haya quien de mujer
Confia prendas tan altas
Como el gusto y el honor
Y la voluntad , mal baya.
DOÑA ESPERANZA.
Basta, don Lope *^ no intentes.
Por disculpa a tus mudanzas,
A costa de ofensas mias ;
Que por puerta ni ventana
No he dado ocasión al Rey,
Ni al mismo sol que intentara
Darte celos, por mi honor.
Por mi sangre y la palabra
Que tienes de que he de ser
Tu esposa, que esta bastara.
Miente el Rey si te lo ha dicho.
El mundo y todos se engañan.
LOPE.
No puede mentir el Rey ;
Perdona, Esperanza amada,
Que él me ha dicho que te ha visto.
Mas la parte no declara ;
Bien puede ser de la tuya
Que no le hayas dado causa
Para intentar tus favores.
Él en efeto me manda
Que te deje de querer.
Siendo imposible, Esperanza,
Y no solo que te deje ,
Sino que contigo haga
Que le quieras, y me obliga.
Con notables amenazas
Del honor y de la vida,
8ue de tu mano le traiga
n i>apel , para que sirva
De testigo á mis palabras.
Con esta merced anoche
Me recibió, cuando al alba
Pude con lágrimas tristes ,
Si no imitar^ apiadarla ;
Lo que faltó de alli al día,
Con mis celos, con mis ansias ,
La cama y el pecho mió,
Hice campo de batalla.
DOÑA ESPBRAlfZA.
¿Qué importa que quiera el Rey,
Si no es dueño de las almas?
164
Lora.
i Ay, mi Esperama perdida!
OO^A ESPERANZA.
Mi padre despierta; aparta.
PERAFAN. (Detpierla.)
Dormime , y cumplí, por Dios ,
Lindamente mi palabra;
¿En qué va mi relación?
LOPE.
En este ponto se acaba.
SaU RODRIGO.
BODRIGO.
Dame tos manos.
D05ÍA ESPERANZA.
Rodrigo,
Seas bien venido.
RODRIGO.
Estaba
Por besarle los chapines
Mil veces, honra de España,
A ser casta cortesía.
PEBAFAN.
¿Ya , Rodrigo, no nos hablas?
RODRIGO.
Hablar y servir por cierto ;
Dame tos manos.
PERAPAN.
Levanta;
¿Cómo dejas á Sevilla ?
RODRIGO.
Como siempre, buena y brava ;
Dime un filo en el corral
De los Olmos, y una mandria
Tovo no sé qué conmigo
Sobre si pasa 6 no pasa ;
Llevó una mojada á cuenta,
Siguióme la gurullada,
No pude tomar iglesia
Ni embajador, y en las ancas
De la muía de uu dolor
Me escapé con linda gracia.
PERAFAN.
¿En las ancas de la muía
De un dolor ?
RODRIGO.
Pues dime, ¿ hay casa
Be embajador, hay iglesia.
Hay torre, hay tierra del Papa,
De mayores preeminencias?
Pues hay médico que acaba
De malar cuarenta enfermos ,
Y no hay quien le pida nada.
En poniéndose en la silla.
Pnes lo mismo es en las ancas ;
gue el platicante mas zurdo,
n asiendo fa gualdrapa.
Aunque mate, es como asirse
De una iglesia á las aldabas.
Hay aqueste.privilégio
En las muías dotoradas.
Desde el portal de Belén.
PKRAFAN.
i Notable humor!
Sñl€ LEONOR.
LEONOR.
¡Gran privanza!
PEKAFAN.
¿Qué es eso, Leonor?
LEONOR.
. KIRey
Se apea de «n coche en casa.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Y dicen que viene á ver
Al señor dun Lope.
PERAFAN.
i Extraña
Merced y raro favor !
LOPE. {Ap.)
Ya empiezan mis celos.
VOCES. (Üeníro.)
i Plaza 1
Sale EL RE Y, C(?n AC0MPA5ÍAufE?(T0.
REY.
Por decirme que indispuesto
Os sentís, y que en la cama
Estabais, don Lope, quise
Veniros á ver.
LOPE.
Las plantas
Reales de vuestra alteza
Mil veces beso.
REY.
En el alma
Estimo el hallaros bueno.
PERAFAN.
En honrar. Señor, posada
Tan corta, imitáis á Dios,
Siendo esta.
REY.
{Ap. ¡Bellera rara!)
Vuestra casa, Perafan,
Puede pasar j>or alcázar;
Levantad. ¿Es hija vuestra?
PERAFAN.
Sí, Señor, y vuestra esclava.
REY.
No tenéis h^o?
PERAFAN.
Señor,
En la guerra de Granada
Sirviendo está á vuestra alteza.
Imitando á las hazañas
De sus pasados ; bien supo
Vuestro padre <qne Dios haya).
En lo de las Algeciras,
Si fué cobarde mi espada.
REY.
Va, Perafan de Ribera,
Sé quién sois; doña Esperanza
Estuviera ( ¡eran belleza ! )
Mejor en palacio.
LOPE. {Ap.)
El alma
Se me sale á cada vuelta
Del Rey y á cada palabra.
PERAFAN.
Vuestra alteza me perdone ;
Que soy solo, y en mi casa
No hay quien mire por ini hacienda.
Sino Espcrancica.
REY.
Basta.
PERAFAN.
Juan está ahí, en quien podéis
Hacer merced á esta casa.
Pues por sangre y por servicios...
REY.
No está la paga olvidada.
{Ap. i Qué honestidad ! qué hermosura!
Apenas los ojos alza ;
Vive Dios, que me ha cansado
Miedo y respeto.)
LOPE. {Ap.)
I Qué extraña
Ocasión de ctloe, cielos !
RBT.
{Ap. A su fama se adeianta
De su retrato también.)
Adiós, Perafan.
LOPE.
Hoy tf ata
Mi muerte, Esperanza, el Rey.
DOÑA ESPERANZA.
Ten de quien soy confianza,
Y no receles.
LOPE.
Advierte...
BEY.
¿No venis?
« LOPB.
Si, Sefior.
( Vanse todos, menos Leonor y Rcá\
LBonoR,
¿No me hab
nODlIGO.
Yo me acordaré de vos,
Leonor.
LEONOR.
¡ Qué extraña nndaRza!
nODRIOO.
Voy muy grave eon el Rey,
Y pienso qoe por lo ama.
Desde esta noche ha de andar
El Diablo en CmtUiUmm,
JORNADA SEGUNDA.
SaUñ DOSA ESPERANZA y LOI
LOPB.
Esto me importa la vida;
Al Rey tienes de escribir.
D05ÍA ESPERANZA.
Es obligarme á morir.
LOME.
To fe tengo conocida,
Y lo qoe te pido sé
Qoe tiene uiflcollad
Para con lo volonlad,
Qoe tan Crnoe siempre (¡sé;
Pero en aqoesla ocasión
Haz coenta, Esperinsa mia,
Qoe excosas mi mnerte.
D05ÍA BSmANZA.
EIdia
Qoe mayor obligación
Me has de deb^, liideser
Este.
Lorp.
No Ueon Ingar
La vida para pagar
Las qoe te Ileso á dektr;
Qoe el Rev esli enamorado.
Y no hay borlaraa eon él ,
?oe es resuelto y os cmal»
esta palabra lo ke dada
Tú, como cuerda, saMi
Con 80 amoroso desvclD
Contemporizar; qpeel'cM^
Qoe no ha negado lamín
Remedio á todadnadlelm.
Contra esie móoalnid impísmnno
Vendrá á desciMr alfaño
Entre tanto m wMslni ékÉa,
Con qoe tenga «Miimamar
El doleo fin <i«6 '
<m^.Lk.s\::.
»OÑA ESPERANIA.
no gustas sea ;
• fuera mejor
de ajena mano,
oí leira á la suya
í?
LOPE.
Ha visto la tuya,
tentarlo en vano.
OO.XA ESPERANZA.
LOPB.
blígóme á mostrarle,
e «^ngaño penetra,
irla tu letra,
quisiera engañarle,
igar ni pude;
ha visto, Esperanza;
«ler de un Rey alcanza
miientos que mide;
■> del tiempo espero,
genio divino.
DOÑA ESPERANZA.
lo determino.
LOPE.
so que hay tintero,
>apel.
jan recado de escribir.)
DONA ESPERANZA.
No pudieras
don Lope, cosa
Tías dificultosa.
LOPE.
ni bien, ¿qué es|>eras?
me aguarda el Rey.
DOÑA ESPERANZA.
a pluma, y voy
•, y en mi no estoy,
>y contra la ley
ü amor.
LOPE.
Es verdad.
DO.XA ESPERANZA.
espucsde los celos,
leriio los cielos
bir sin voluntad.
LOPE.
s estoba de ser;
: «Señor.»
DONA ESPERANZA.
• Señor.» (Escribe.)
LOPÍ.
grande amor.»
DOÑA ESPERANZA»
cAmor.»
LOPE.
e me dio á enteuder.»
DOÑA ESPERANZA.
1er.»
LOPE.
«Y agradecida.»
DOÑA ESPERANZA.
«Agradecida. »
LOI»R.
intentar pediera.»
DOÑA KSPERAPrZA.
k
LOPE.
tSí le estuviera.»
DOÑA ESPERANZA.
cEsluviera.»
LOPE.
iroás. por tu vid»;
EL DIABLO ESTÁ Elf CANTILLANA
Que yo estoy perdiendo el seso.
Esto mas te deba yo.
DOÑA ESPERANZA.
Haré lo que gustas.
LOPE.
iVtó
Mas nuevo y raro suceso
La tierra, desde que amor
Tantas historias admira?
Hlscribe, mi bien, y mira
Que entretengas, sin rigor
l)e desden ni desengaño.
Con las razones al Rey;
;iHay mas rigurosa ley
Que esté mi vida en ini daño?
DOÑA ESPERANZA.
Ya acabé; ¿quiéresle ver?
LOPE.
Ciérralo; que si estllleno
Kse vaso de veneno,
Sin verle le he de beber.
DOÑA ESPERANZA.
¿Ha de ir con cubierta?
LOPE.
Sí;
Que es para ei Rey, y el primero.
DOÑA ESPERANZA.
Segundo escribir no espero.
LOPE.
Séllale también; que ahi,
Esperanza, el sello está ,
Y pluguiera á Dios que fuera
De suerte, que no le hubiera.
DOÑA ESPERANZA.
Yo he hecho, don Lope, ya
Tu gusto.
LOPE.
Nunca'fué nuevo
En tí , mi bien.
DOÑA ESPERANZA.
Toma. {Dale 0l papel.)
LOPE.
Adiós.
DOÑA ESPERANZA.
Adiós. (Vase.)
LOPE.
¡Ay papel! en vos
Mi vida y mi muerte llevo. (Vate.)
Sale EL REY DON PEDRO, DON
GARCÍA, DON ALVARO y criados.
RBT.
Confusa imaginación ,
Que los sentidos despiertas,
Para la guerra del alma
Hagamos un poco treguas;
Divirtámonos un poco;
Que no es razón que sin ellas
De una vez se pierda todo.
Que es muy de casa fa guerra;
Rey soy, y tengo poder,
Cuando el mundo lo hnpidiera.
Para gozar de Esperanza;
Tratemos de otra materia :
¿Qué hay de nuevo en Cantillana?
DON GARQÍA.
Hay una cosa bien nueva,
Que trae. Señor, el lugar
Sin seso.
REY.
¿De qué manera?
DON GARCÍA.
Dicen que de pocas noches
Acá, que á las doce y medit.
Mucha gente de la villa, ■ -. ■*
m
Como tan tarde se acuestan.
Por ser verano, ha encontrado,
Arrastrando una cadena
Y dando tristes gemidos,
Una fantasma tan fiera,
Que 6 la casa de la f illa
Mas alta con la cabeBt
Iguala y aun sobrepuja ,
Y por esta causa mesma
Hay mil enfermos de espanto.
REY.
Siempre tuve por quimera,
Don García, estas fantasmas.
DON ALVARO.
Rien puede ser que lo sea.
REY.
Estas toelen siempre ser
Fábulas de las aldeas;
Que es la ignorancia inventora,
Y amiga de cosas*naeY)as;
'Acuérdeme que decía,
Hablando en esta materia,
Un hombre de mu? buen guslo
Y no menos experiencia.
Que tres cosas en su vida
No supo jamás lo que eran
Ni dio crédito, que son.
Leguas, dueades y doncellas.
DON Alvaro.
Esto dicen muchos, v hay
Criados de vuestra altexa
Que también la han encontrado.
BEY.
Mentirán, por Tida vnestra.
DON garcía^
Don Lope me contó anoche
Que ha escachado las cadenas
Y los gemidos, salieado
De palacio.
BEY.
Si él lo cuenta.
Verdad debe de détoir.
DON OARCf A.
Y él de si mismo confiesa
Que no se atievió á esperarla.
REY.
Pues en don Lope no es mengua
De valor, pues oe su espada
Sabemos tantas proezas.
noN Al? ARO.
Don Lope viene, Sefior.
REY.
Venga muy enhorabuena.
Sale LOPB.
¿Qué nuevas tenemos, Lope?
LOPE.
¿Qué nuevas, Señor? Maj buenas.
REY.
¿Hay papel?
LOPE.
Y á vuestro gasto.
REY.
¿Que albricias no me pidieras?*
Porque te diera á Sevilla.
LOPE.
Basta tu gusto por ellas.
REY.
Idos, y dejadnos solos.
DON Alvabo.
I'** ' ndo con so alteza
i«x^, todos sobramos.
166
DON garcía.
¿Qaé se puede hacer? Paciencia.
( Varue todos, menos el Rey y Lope.)
LOPE.
Toma, Señor, el papel. {Dásele,)
RET.
Mil veces, don Lope, deja
Que le bese y que le adore.
LOPE. {Ap.)
Y ¿ mi que de celos muera.
RET.
(Lee.) «Señor, vuestro grande amor...»
Pues dando crédilo empieza
A mi amor, de pagar son
Las muestras mas verdaderas.
(¿etf.)c Don Lope me dióá entender...»
LOPE. {Ap.)
No iguala nada á mi pena.
REY.
{Lee,) «Y agradecida...»
LOPE.
Estoy loco.
RET.
{Lee,) «Pagarle intentar pudiera,
»Si le estuviera ámi honor,
> A mi sangre, á mi nobleza
»Tan bien, como ser esposa
»De don Lope, que este os lleva;
»Yo le adoro, y na de ser
»Solo él mi dueño en la tierra,
» A pesar del mundo todo;
»No se canse vuestra alteza. —
TtÜoña Esperanza, mujer
» De don Lope.»
(Vuelve á mirar á Lope.)
LOPE.
El Rey se altera,
Y roe ha mirado enojado,
Si no me engaño.
RET.
¿Que tenga
Tal atrevimiento un hombre,
Un vasallo, que en mi ofensa
Cosa intente semejante,
Y con esta desvergüenza
Traiga á mi mano un papel.
Con mas que puntos y letras,
Soberbias y desengaños ?
LOPE.
¿Qué confusión es aquesta?
iQué ha escrito Esperanza alli.
Que aqui me tiene sin ella?
{\ase el Rey d Lope, empuñada la es-
pada.)
Parece que el Rey se viene
A mi con la mano puesta
En la espada.
RET.
Vive Dios,
Que estoy, villano...
LOPE.
Detenga
Vuestra alteza su furor;
Mire, escuche, espere, advierta
Que yo, que nunca...
RET.
¡ Traidor !
LOPE.
Repórtese vuestra alteza,
Y tráteme bien, que soy...
RET.
' ¿Quién sois?
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
LOPE.
Una hechura vuestra.
RET.
Yo os volveré al primer nada.
Sale DOÑA MARÍA.
DO^A MARÍA.
Señor, ¿qué voces son estas?
¿Vos con don Lope enojado?
Parece imposible.
LOPE. {Ap.)
Apenas
Tengo sangre en que la vida
Estribe; ¡an causa secreta!
¡Que en los reyes pueda tanto!
D05ÍA HARÍA.
Colérico estáis.
RET.
Esfuerza,
Por lo que debo á un suceso
Que después sabréis.
LOPE. {Ap.)
Cabeza,
Temblando estáis en los hombros;
Veneno mezcló en las letras
Esperanza para el Rey,
Porque yo a sus manos muera.
RET.
¿Don Lope ?
LOPE.
¿Señor?
RET.
Besad
Luego la mano á su alteza;
Y prevenid la partida ,
Que importa vuestra presencia
A mi hermano don Enrique
En aquesta justa empresa
Que intenta contra Archidona;
Y en ocasiones como estas,
A vuestro valor la paz
Le está mal , habiendo guerra.
D Í^A MARÍA.
El Rev como es justo os honra ;
Que allá la persona vuestra
Le podrá servir mejor.
LOPE.
Déme la mano tu alteza.
D05ÍA MARÍA.
Dios os traiga con Vitoria.
LOPE.
Los pies de vuestras altezas
Mil veces beso.
{Éntrase dona María.)
Vuelve LOPE.
RET.
Advertid
Que no habéis de estar apenas
Dos horas en Cantillana,
Sin ver ventana ni puerta
De doña Esperanza, ó ved
Si os estorba la cabeza.
Cope.
j Ah vano amor ! ya quedarás contento.
Si de verme dictioso estabas triste.
Pues solo una esperanza que me diste.
Pluguiera á Dios se la llevara el viento.
Llévate mi celoso pensamiento
Allá, con los sentidos que ofen- liste;
Queáquion penas con ligrimas resiste.
Es alivio faltarle entendimiento.
O quítame á lo menos la memorít,
Gomo las espenmai de mis dichas
En una solamente me bas quitado.
No se me acuerde la pasada glor
Que ne hay mayor desdicha en las d
[dicl
Que haber sido dichoso QD desdicha
(Vffí
Sale DOÑA ESPERANZA r LEONC
D05ÍA ESPERANZA.
; Ay Leonor, mucho se tarda
Don Lope; culpa he tenido
En haber con el Rey sido
Tan resuelta.
LEONOR.
Espera, aguarda ;
Eso que miras agora,
¿ No mera razón de estado
De amor haberlo mirado
Primero ?
D05ÍA ESPBRAMZA.
Quien ciega adora.
En nada, Leonor, repara.
LEOIK».
Pues ten agora valor.
D05ÍA ESPERAIOA.
Cuando le muestra el amor.
Que es muy poco es señal clara ;
i Ay ! No puedo sosegar.
LEONOR.
¡ Qué temerosa mujer !
DOÜA ESPERARÍA.
Pues me permites querer.
Permíteme recelar.
LEONOR.
Recela, mas no de suerte
Que venga á ser el recelo
Tu muerte.
DOÑA Esnaukmu.
Ya no es eon suelo
Defenderme de la muerte.
Vuelve á abrir esa ventana;
Que parece que escuché
A don Lope.
LCOROa.
Ilusión ftié ;
Pero no ha sido tan nna;
Que pienso que ha entrado acá
Rodrigo.
Sale RODRIGO, muy triüe,
D05U BSPKtANXA.
Rodrigo mío,
¿ Y don Lope ? Mudo y ftio
Te quedas. Responde ya;
¿Queda en paladot
noaaico.
Sefiora,
Si no te dice el serntlante...
D05fA BSmáNIA.
Tente, tente, no prosigas;
Que si es desdicha, no es larde.
Lo que me mandas
DOJf A BSmAXIA.
lAy Rodrigo, si acertases
A decir que está áim Lope
Libre y vivo!
Diosle cufde;
Que vivo y libre camina.
Aunque sin acompalsTle
Ningún criado.
Jíi!
1K>5ÍA ESPERANZA.
¿Qaé dices?
RODRIGO.
ermítes que hable,
mns temo luego,
n7^r, que me atajes
cofma en los clienies
)rca en los gaznates.
D0\ A ESPERANZA.
me has asegurado
á Ubre y vivo, dame
) de su camino.
RODRIGO.
me sin turbarme.
DOÑA ESPERANZA,
rgo.
RODRIGO.
Yo venia ,
ostumbro, á buscarte
>, cuando veo
sus umbrales sale,
) extremos de loco
ido de coraje
y espuma al \iento ;
I los mismos umbrales
o-? postas, y en una,
isieron delante,
pié en el estribo,
fuste por el aire.
s y seguite;
I, con razones tales,
> á hablar, ajustando
los alacranes :
», queda con Dios;
ssdichas semejantes
guno en el mundo
) que me acompañen,
loeño que adoro
s que pretendió darme
e con su papel,
re ni me aguarde;
}ue estoy agradecido
r, por otra parte
idenado á destierro
0 tan notable;
^mo promete,
en su papel, constante,
me deja el Rey
1 ni la hable.
esa de Archidona
donde matarme
s celos primero
oriscos alTanjes.*
el caballo ^ica...
DOÑA ESPERANZA.
ks ni te alargues
das pinturas,
lo son mis males. —
or!
LEONOR.
¡Señora mia!
DOÑA ESPERANZA.
recelé en balde I
mpre en sus desdichas
as los amantes.
I, Leonor, mis manos,
10 tuvieron arte
íar, siendo cosa
¡eres tan fácil!
:n rayo la pluma ,
Querle darme,
e haberlas escrito,
I letra un áspid.
lástima todas
i firmeza saben ;
sienten de ausencia
i y mudables,
r.
EL DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA<
LEONOR.
Señora, espera.
RODRIGO.
Señora , escucha.
DOÑA ESPERANZA.
Ya es tarde
No hay que excuchar ni advertir,
Dejadme hacer disparates;
Que es desdicha notable
Morir de firme una mujer amante.
Plegué á Dios, Rey, que le dé
Muerte un villano, un alarbe,
Y cuando falle un Bellido,
Que don Enrique le mate.
Plegué á Dios que no te herede
Tu hijo, y entre tu sangre
Revuelto tu cuerpo veas,
Y como villano acabes. —
Y tú , dueño de mis ojos ,
Que vas imitando al aire ,
Vuélveme el alma ó permite
Que le siga y que te alcance ;
Porque, cuando á detenerte
Mis pensamientos no basten,
Kl fuego de mis suspiros
Es posible que le abrase;
Que yo, haciendo dellos alas ,
También partiré á buscarte.
Como amante salamandra,
Que nunca del fuego sale.
£spera, mi bien, espera;
^o te alejes, no te apartes,
Y eslima en menos la vida.
m
¡ Señora !
LEONOR.
RODRIGO.
Escucha.
DOÑA ESPERANZA.
Dejadme ;
Que es desdicha notable
Morir por íirme una mujer constante.
{Vase.)
RODRIGO.
Pues queda su amante aquí,
Señora Leonor, aguarde;
Que há diasque no la veo,
Y está un poquito intratable.
Ya sabe que no me voy,
V cómo he quedado, sabe.
Sin amo, y que he menester
Que vuestra merced roe ampare.
Aunque me falle don Lope,
Su clemencia no me falte.
Pues sobre el vino y pemiles
Tiene el poder y las llaves.
Mira que está mi remedio
En tus manos celestiales.
LEONOR.
«Yo me acordaré, Rodrigo,
Devos.i)
RODRIGO.
Si ha sido vengarte
Por el mismo estilo, vive
El cielo, que no te alabes
De este desden , si á rebato
Toco de ausencia esta tarde.
LE07I0R.
¡Qué poco pienso llorar,
Si aqueso que dices haces!
Porque un médico me ha dicho
Que son las lágrimas sangre ,
Y á mi cualquiera sangría
Llega á punto de enterrarme ,
Cuanto mas siendo en los ojos;
Dios mil años me los guarde.
RODRIGO.
Luego ¿ no te dei
Mis amorosos pesares
Loque á Esperanza don Lope?
LEONOR.
Rodrigo, no todas hacen
En el mundo esos extremos;
Porque dicen las comadres
Que suceden mil desdichas
De firmezas semejantes.
Líbreme Dios de ser necia. •
¡Jesús, Jesús!
RODRIGO.
Persignarte
Con esta daga quisiera,
Porque mejor te admirases.
Fregona ingerta en doncella ,
Doncella de Dios lo sabe,
Muía gallega, eu efelo. (Va á darla.)
LEONOR.
Tale, Abrahan , tale, late;
Que es desdicha notable
Morir sin gana , á manos de un salvaje.
{Vate.)
RODRIGO.
Bien te has vengado , enemiga.
Plegué á Dios que mueras antes
Que lo que en amor me debes
En viles celos me pagues.
Plegué á Dios que cuando friegues.
Plegué á Dios que cuando laves ,
El jabón y el estropajo
Que á toda sobra te falte.
Plegué á Dios que cuanto guises
Se te caiga del aloahafe,
Y cuando tengas mas gusto.
Te yerre un vestido un sastre ;
Que yo me diera la muerte
Con esta daga mudable ,
Para vengarme de ti ,
Si no pensara matarme;
Que es desdicha notable [nandez.
Que quede España sin Rodrigo Her-
(Vase.)
Salen EL REY y DOÑA MARÍA,
de caza.
«
REY.
Sirva de hermoso esmalte á la belleza
Desle apacible sitio la esmeralda ,
Y esa de plantas áspera maleza ,
Salvaje por el pecho y por la espalda:
Mira ese arroyo, que á bajar empieza
Desde ese risco basta esa verde falda,
Qué de racimos de cristal de roca.
Que desperdicia cuando al valle toca.
Mírale luego, al son de los amores
De tantas aves, cómo se dilata.
Ya haciendo pasamanos de las flores.
Ya entre las yerbas vibora de plata.
Todo convida , amor inspira olores.
¡Dichoso el que estas soledades trata
Sin pena, ociosamente descuidado.
Libre de la ambicioo y del cuidado!
' ¡Oh grande imperio de quietud ! Oh
[vida
La mas sabrosa, dulce y regalada ,
De pocos en el mundo conocida ,
De muchos, sin buscarte, deseada!
Hoy tu apacible sjtio me convida.
Mas que del fiero jabalí la armada ,
A apacentar la vista en tu hermosura.
Adonde siempre la esperanza dura.
DOÑA HARÍA. [(]¡j|s
El nombre de Esperanza bá muchos
Que anda valido en yos, y me han con-
[Udo
Que os cuesta algún cuidado y aun
[porfías
Una esperanza de otro yerde prado.
IOS, y qu¡9ien
DO era justa ley,
te tuviera el Rey
;anay grosera;
eso consisiíria
)n Lope el remedio
! en otro humano medio.
jisle ádoQ Garda?
I>OX A ESPERANZA.
ni mal.
LEONOR.
La tibieza
itado peor,
i el Rey?
OO.SÍA ESPERANZA.
No sé, Leonor.
{Suenan guitarras.)
LE0:V0R.
m la calle empieza.
DOÑA ESPERANZA.
Rey ; que don García
ino esta mañana.
n poco á la ventana ,
ida y por la roía.
DO^A ESPERANZA.
;o gusto, antes quiero
rme en este estrado.
LEONOR.
il grosera bas dado.
DOÑA ESPERANZA.
icrte vivo y muero.
úsicos. {Cantan dentro.)
ros soles de Albania
idorando Itrsi ,
ros, que al del cielo
fa luz que les piden.
DONA ESPERANZA.
úsicostan cansados!.
LEONOR.
igradar?¿Es posible
mando desta suerte,
)ces no te obliguen,
no viniera el Rey
ícerlas?
DOÑA ESPERANZA.
Viven
)s las alegrías
pensamientos tristes,
iicos. {Vuelven á cantar.)
mosa y per soberbia
9 de imposibles ^
r sol destos campos,
ra de quien la stgue;
del triste ,
ere el cielo que en el viento fie!
érmese doña Esperanza.)
LEONOR.
se ; aue solamente
uerido rendirse.
iejar que descanse
neza invencible. {Vase.)
:spERANZA. {Habla en sueños.)
lueñode mis ojos,
lido ; que os partisteis
lima, y me dejasteis
f con vos siempre firme.
los brazos, mí bien ,
biedra, ceñidme;
vuestra. ¿Qué es aquesto?
»N LOPB, y levántase doña Es-
peranza.
Dtfas, m\ bien, te impideo?
EL DIABLO BSTÁ EfV CANTILLANA.
¿Vos conmigo desdeñoAof
Vos enojado? Vos triste?
¿Celoso estáis? Esperad ,
No os vais, escuchad , oídme;
Iré tras vos dando voces.
¡Ah, mi bien! .
( y ase á entrar por donde está don Lo-
pe, y encuentra con él.)
DON LOPE.
¿Qué empresa sigues,
Esperanza, deste modo?
DOÑA ESPERANZA. {Despitrta.)
¡Ay! ¿Quién eres?
DON LOPE.
Yo soy.
DOÑA ESPERANZA.
¿Finge
Esto el sueño todavía ,
O eres sombra que te vistes
Del original que adoro?
DON LOPE.
Si duermes, despierta, y ciñe,
Mí vida, esos dulces lazos
A quien te adora tan Grme
Como tú misma.
DOÍ^A ESPERANZA.
¿Qué es esto,
Mi bien?
DON LOPE.
Venir ¿ servirte ,
Venir á verte, á adorarte.
DOÑA ESPERANZA.
Señor, parece imposible.
¿Por dónde entraste?
DON LOPE.
Por ese
BaicoR, que de oriente sirve
A tus ojos cuando quieres
Dar á los campos abriles;
Que , como ladrón de casa ,
Por aquella parte vine
Que asegura el sordo Bétis,
Que duerme entre juncia y mimbres;
Que con la fama y recelo
Desla fantasma que dicen,
No hay envidioso que escuche,
Ni malicioso que mire.
DOÑA ESPERANZA.
Con música en esta calle
Al Rey encontrar pudiste.
DON LOPE.
Primero se fueron todos.
DOÑA ESPERANZA.
Don García me persigue
Por el Rey.
DON LOPE.
Será mandado.
Es fuerza que determines
Ir entreteniendo al Uey,
Que importa á los dos; resiste
A tu misma condición;
Que haber escrito tan libre
Y con tantos desengaños ,
Como pienso que escribiste,
Pudo ser causa, Esperanza ,
De mi muerte; hasta que miren
Los cielos nuestros deseos
Con mas venturosos fines;
Que todo al poder del tiempo
viene á mudarse y rendirse ,
Y mas en el que es mudable ,
Viendo la empresa insposilrfe.
Tú á sus ruegos, Esperanza,
Siempre cortés y díHcU,
Sin darlo jamás favores*
Es bien que contempoiktt;
Que es, en efeto, absoluto
Dueño de todo, t coosisten
Nuestras dos vioas en eso.
Puesto que llego á pedirte
La cosa mas peligrosa
Que á las mujeres se pide;
Mas, conociendo tu pecho,
No es razón que descouñe.
DOÑA ESPERANZA.
Con eso solo me ofendes.
DON LOPE.
Perdona si te ofendiste ;
Que quien ama confiado
O es necio ú está muy libre.
Todas las noches vendré ,
Y adiós; que el alba se ríe,
SI no me engaño, Esperanza ;
Que ya despiertos lo dicen
Los gallos de Canlillana,
Y no quiero que ál partirme
Me encuentren sns labradores ;
Que los villanos son linces.
Y fálleme la tierra, el agua, el vten-
[10,
La luz del sol, que cnanto vive alcanza,
Y de mis enemigos la venganza , [to;
El propio honor, el mismo entendimien-
El ánimo á la sangre, el nacimiento.
En mis desdichas esperar mudanza,
Y deberte, Esperanza, la esperanza ,
Que es el mas apretado juramento;.
Fálteme Dios en la postrera suerte
Que hay del vivir humano al postrer
[sueño.
Cuando á este trance su clemencia
[pida.
Si tuviere poder la misma muerte
Para quitarme , regalado dueño.
El amor que te tengo, con la vida.
DOÑA ESPERANZA.
Pues primero será la noche día, [no,
Y niebla el sol , verano el cano invier-
La guerra paz, lo temporal eterno,
Disgusto el bien, pesar el alegría; '
Volverá el tiempo atrás, y en la por-
[fia
De la fortuna varia habrá gobierno.
Pena en la gloria y calma en el infierno,
Que deje de adorarte el alma mia ;
Que no podren mudarme deste in-
rtento
El Rey ni el sol, si lo que.vemeoirece.
Que por ti todo lo desprecio y piso ;
Que la mujer, aunque es igual al
Sí sale firme, esniritu parece [viento.
En no volver atrás en lo que quiso.
JORNADA TERCERA.
Salen todos los que pudieren, armados
graciosamente, v RODRIGO, de sa-
cristán; CARRASCA, alcalde labra-
dor, T ZALAMEA , vejete alcalde ^ y
sacan caja de guerra. -
ZALAMEA.
Hagan alto las hileras
En aquesta encrucijada ,
Que es por donde salir suele >
Este demonio ó fantasma,
i^ frente del escuadrón
M( á mi y a Carrasca ,
i .Jcio, en efeto.
esdeCatUllaiMi.
i70
El Sacristán esté á punto
Con el gaisopo y el aj^ua ,
Para en oyendo el ruido...
IIODRIGO.
Por las aleluyas santas,
Por los kiries y responsos.
Que lenco de zampuzarla
En el caldero , aunque venga
En figura de tarasca.
Mal conocen los señores
Alcaldes la temeraria
Virlud del sacristán nuevo ,
£1 valor y las palabras.
Conjuros sé, conque puedo
Arrojar esta fantasma
Al Rollo de Écija. Miren
Adonde quieren que vaya.
CARRASCA.
Mira, el Rollo, sacristán.
No la ha menester; echadla
A Vienes, que hay una legua ,
Cuando aguas y lodos baya;
Que, par Dios, si entonces ella
La legua que be dicho pasa
Viva, que no ha de quedar
En un mes para fantasma.
ZALAMEA.
Harto mejor será. Alcalde,
Que llegue allá descansada ,
Porque sepan los de Vienes
Que hny valor en Cantillana
Para hacerles mal.
CARRASCA.
Decid ,
Zalamea, ¿cuándo falta
Para eso, cuanto y mas donde
Hay tan bellacas entrañas
Como en nosotros?
ZALAMEA.
Decidlo
Por vos, compadre Carrasca ;
Que, á pesar de todo el mundo,
Yo las tengo muy hidalgas.
CARRASCA.
¡Qué hambrientas que las tendréis!
ZALAMEA.
iQoé queréis? ¿ Han de estar hartas
De pan, ajos y cebollas ,
Como las vuestras. Carrasca?
CARRASCA.
Por eso bien que las vuestras,
Por no parecer villanas.
Nunca nan comido tocino.
ZALAMEA.
Mentis por medio la barba.
CARRASCA.
Y vos por esotra media.
ZALAMfeA.
¡Villano!
CARRASCA.
¡ Hidalgo sin branca !
ZALAMEA.
¿Eso es falta?
CARRASCA.
Pues ¿ hay cosa
Que á lodos haga mas falta?
ZALAMEA.
A mi no; que mi nobleza,
Tan conocida , me basta.
CARRASCA.
Si descendéis de Longinos ,
Claro está.
ZALAMEA.
Por la Giralda
De la torre de Sevilla ,
LUIS VBLEZ DE GUEVARA.
De un papaco, que la vara
Os la rompa en la cabeza.
CARRASCA.
No se os debe de dar nada
De la crisma que hay en ella.
RODRIGO.
Ea , señores , no vaja
Esto á mayor rompimiento.
CARRASCA.
Agradeced , Martin Gala ,
Al Sacristán; que yo os diera
A entender...
RODRIGO.
Digo que basta.
CARRASCA.'
Basle muy enhorabuena.
RODRIGO.
81 no, sea en hora mala.
CARRASCA.
El Sacristán nos perdone ;
Que tiene razón.
RODRIGO.
No falla
Sino perderme el respeto.
¿ No saben que en esta cansa
Traigo las veces del Cura,
Y su bonete y sotana ,
Y puedo descomulgarlos ,
Como quien no dice nada,
Y casarlos siete veces, •
Si se me antoja?
ZALAMEA.
Esa es mala
Üurla , por Dios.
RODRIGO.
No me enoje;
Que volveré las espaldas.
Dejándole , si son necios,
A cuestas con la fantasma.
CARRASCA.
Señor sacristán Rodrigo,
Perdone vuseñoranza ,
Para que Dios le perdone;
Porque si mos desampara.
Somos perdidos.
RODRIGO.
Está
Muy bien ; dése agora traza
De cómo hemos de embestirle.
ZALAMEA.
Con el guisopo y el agua
Ha de ir delante de todos ,
Cuando loquemos al arma ,
El Sacristán, y nosotros
Guardándole las espaldas.
RODRIGO.
Y ésta fantasma, en efeto,
¿Qué hora tiene señalada
Para venir?
ZALAMEA.
A las doce
Y media, poco mas, baja
De aquella ermita á la villa,
Y poco á poco á la praza
Por aquestas cuatro calles.
Eslu ha dicho Blas de Olalla ,
Que la vio. oyendo el ruido.
Pasar desde su ventana,
Y estuvo sin habla un dia.
. CARRASCA.
Antena está con tercianas
De haberla visto una noche
Desde lejos.
ZALAMEA.
La Polanca
Malparió un hijo.
CABRASCA.
Anton Crespo,
De escuchar desde su cama
El ruido , habrá tres dias ,
Y serán cuatro mañana.
Que no come y que se sale.
Como tinaja quebrada.
RODRIGO.
Pasará gran pesadumbre.
Si de esa suerte lo pasa.
Y ¿en qué figura , en efeto ,
Aparece esta fantasma?
Porque estemos prevenidos.
ZALAMEA.
Todos cuantos della hablan.
Diferencian en el modo :
Unos dicen que es muy blanca,
Y tan alta, que pasea
Los tejados con la cara ;
Otros que es un bulto negro.
Otros que es como una vaca ,
Con I res cabezas, echando
Por todas tres humo y llamas;
Mas ninguno se conforma
Con el otro.
RODRIGO.
¡Enigma extraña!
Esta noche lo veremos.
Alerta ; no se nos vaya
De las manos.
ZALAMEA.
Si ella viene
Esta noche á Cantillana,
Le mando mala ventura.
CARRASCA.
Yo prometo desollarte,
Y á la puerta de la iglesia
Colgarla, llena depaíja.
Adonde todos la vean.
R DRIGO.
¡ Oh, qué graciosa alcaldada!
¿Que es espíritu no veis?
CARRASCA.
Porque no lo sea.
RODRIGO.
¡Extraña
Simplicidad !
(Suena dentro nti4§ de eaienat.)
ZALAMEA.
Imagino,
Si mi vejez no me engaña.
Que han sonado unas cadenas.
CARRASCA.
Y han vuelto á sonar.
RODRIGO.
Malhaya
Quien no tiene nny gran miedo.
(Suenan gemiioi dentro.]
ZAUMBA.
Parece que un toro brama.
RODRIGO.
Y aun un infierno de toros.
A todos tiembla la bartn.
(Vuelven á uñMf gamíém.)
Otra ; vive Dios , que está
El Diablo en Cantm&mu
CARRASCA.
Sacristán, esto se acerca ,
Salgamos tocando al ama ,
Y comenzad el coi^iirOi
TODOS. (A V§€U\
\ Conjuradla , coi^oradía !
Roomoo.
Copiürela Barrriiás.
BL DUSLO BSTi EH CAKULLAMA.
«dU Leocadia,
I , saoU Entemii ,
da, santa Engracia!
antosmevalgao.
C*UUSCA.
mo que U etpere.
MDUGO.
De bnena gana.
rmrie, f encuentran een
Re»)
iuiM (lado igora
I parta. Aparla:
laiinoqne esta
ni Caniülsaa.
(Vaiw.)
lON garcía T EL REY.
na le ban tenido.
icen que la han tIsIo.
iagenteTlIlanal
« miedo corren,
;er de'imporuncla
, pues delta Boerle
Ya , al parecer,
nenoi ingrata ,
MMhe me ba dado,
n de hablar, palabra ,
la. Señor,
de las pasadas.
iedra , Garda.
acii. (Txra una piedra)
anellaimisansias
ran, don Garda,
Mon deoperiarla,
DOn GAtClA.
Pues nya
■a, j piedra i piedra
ideamornoliasla.
1. {Vuelve d tirar etra pie-
'ate , Garda.
nefio queme engaña...
[Yate don CartU.)
iE( EipennuT
Es mi bieo!
PKRAHK. (Áp.)
Eatoestibneno;
Lu piedras no me engañaba».
MT.
iNo respoodeiiT
Caballero
Corlesano ü de la casa
Del Re;, hacedme TaTor
y estamos ei
Adonde con poca a
Deucredilane puede
Entre malicias tí llanas ;
Y no es bien hacer terrero
A cosía de opinión tanta.
Ni que del I, por Itacer aedan,
En mi bono r tanta* pedndaa,
?De descalabréis mi (ida
despertéis mi rengania.
Si pretendéis casamiento
V sois noüle, las Tentinas '
N'a solicitéis con piedras;
Que puertas tiene mi casa. {Éntn
■ET.
Entróse; por Dios, qne el Tiejo
?ue tiene prudencia rara
valor. irrémcTNo;
babrl *neIto á la cj —
ella saldri, porque el sol
■ el alba saiga.
i ncon Teniente
PKUWt.
Hihlio es este, ala dada,
Qne ba llegado ; bien te acaban
Los recelos de esta noclie
Coa nuenstan deseadas. (V»u-)
DOlli BSFnUKU,
Va, dtieño del alma mb ,
Vuestra remisión enlpabat
V me ba debido por VOS
Huchu ligrimas él albi.
HRLOK.
■i bien , DO ha podido ser
llenos, puesto qneestl ei sima
Siempre con tos.
i tn hermana.'
N jiui. (Dtairf.)
Un hombre esU alli o» ella ,
sombras iw me emitan.
Piuran. (Oenln.}
iDn hombre T MUsle.
¡Aydelol
t^ ptiedes, mi bien , le escapa ;
Que son nii padre j nennsDo.
non LOra.
No te aiboroiei, apsrta ,
" DO temu mlentrts Tieres
a este brtio esta e^ada.
Salen PERAFAÑ t DON JDAN ,
rimero que e!
Qué de pensiones aue pagas I
Aunque rencedor de todo.
El mundo tiembla tos armas.
Lisonjea, amor, mis penas.
Pues me esLts debieudo tantas ,
Con bacer qae lodos duerman ,
V solo vele Esperanaa.
Has, viTe el dele, qne agora
Sale un hombre de so casa;
U be de malario, por Dios,
O conocerle.
SaleVERXFKtl.im e^adantrofuel.
Paeseaonn
En TOS tan poco respeto,
Caballero, las palabras,
V me obligáis. Tire Dios,
Que con las obras os baga
Conocer que sois grosero ,
Y os be de echar con la espada,
Pnes no puedo con raiones,
De la calle i cuchilladas,
Veréis quién soj, aouqne TieJo;
Porque el valor nanea Talla
Donde lia y sangre noble.
(Vate el Rep tía haear ett» de ¿I
Fséee
Sin responderme palabra,
Y vive Dios, que parece
Que es el Rey, si no me engsBt
El crujido de laa piernas^
Pesara me que Cepera ma
Dé al Rej ocasión Dtnganí ,
Siendo de don J na n berma W
¥ de aquesta sangre hija.
00.1 jasü. (Dtmfre. )
Ten de aqueste esirll» j ilama.
tOATUt.
iQoiénhrei.bombre?
M»Lora.
Don Lope,
DneBo de do Ha Bqienmt.
jQnléoTIH.
MR Lon.
' DoD LDpe,Sotelo. '
.-rtuiú.
iDonLopet
MUtLora.
iDe ([oé te e^niuT -
riatran. '
De Ten» en mi can anal.
m
Sale EL REY, viMiéndote^y acompa-
íiAHiEirro.
lET.
{Pesadas noches!
DOX GARCÍA.
Ningunas
Tiene mas cortas el año.
RET.
Iláccnlas mas importunas
De un dulce amoroso engaño
Tantas contrarias fortunas;
Que en las sabrosas porfías
De las esperanzas mías,
Que tan poco bien me ofrecen ,
Siglos las horas parecen,
Y eternidades los días.
Sale ÜOÑK MARf A , y toma la halla.
Dadme la toalla.
DO^A HARÍA.
Aquf ,
Para servirosla, estoy.
RET.
¿Vos tanta merced á mi?
Do5íA haría.
Sí ; sois mi rey.
REY.
Vuestro soy.
DO^A MARÍA.
Quiero ver. Señor, si ansí
Puedo granjearos mas.
Pues nunca alcancé jamás
A gozar de vos un hora.
RET.
Siempre habéis de estar. Señora,
Con celos.
D05ÍA VARÍA.
Ya es por demás
El poiler vivir sin ellos,
Pues siempre lenco ocasiun
De pedillos y tenellos.
RET.
Vanas ilusiones son.
Ifas valor fuera vencellos;
Que por los hermosos ojos,
Soles \iicstros celestiales ,
Que son quimeras y antojos.
DO^A MARÍA.
Siendo ciertas las señales .
¿No lo hau de ser los enojos?
IBT. ^
¿CierUs?¿Cómo?
DO^A MARÍA.
Tomaos vos
Cuenta á vos mismo, y veréis
Si en vano os culpo.
RET.
Por Dios,
Que os engañáis, pues sabéis
Que un alma somos los dos,
Y es de auien sois desigual
Que habléis en cosa tan vil.
DOXA HARÍA.
Si amáis, no os parezca mal ;
Que aunque es materia civil,
Es de causa criminal.
REY.
Sí ; pero á tales personas
Los celos nunca han llegado ,
Que son lineas de otras zonas ,
Porque siempre han res|)etado
Los cetros y las coroBas;
LUIS VELEZ DE GUBVABA.
Y cuando atrevidos fuesen ,
Fuera bien que se vencieseD.
DO^A MARÍA.
Vos en salud os sangrasteis;
Que á don Lope desterrasteis
Porque no se os atreviesen.
RET.
Ya es eso, por Dios, pasar
De celosa a maliciosa.
DONA MARÍA.
Siempre lo debe de estar
La que llega á estar celosa;
Que celos es sospechar.
RET.
Desa suerte no es certeza.
DOSÍA HARÍA.
Con vuestra alteza no arguyo ;
Porque á ser soQsta empieza.
DON GARCÍA.
Perafan y un hijo suyo,
Para entrar á vuestra alteza ,
Piden que puerta les déu.
DOÜA HARÍA.
No falta sino que venga
Doña Esperanza también.
La audiencia no se detenga
Por mí , esperando no estén ;
Honradlos, pues, en efeto,
A hacerlo estáis obligado
En público y en secreto;
Porque á un suegro y á un cuñado
Se les debe ese respeto. {Yase.)
REY.
Todo desta vez lo dijo.
¡Notable es doña María !
Pero ¿para qué me aflijo?—
Haced entrar, don García,
A Perafan y á su hijo.
Agora corre este humor,
Y ha de perdonar si en mi
Viere causa 6 su rigor.
DON GARCÍA.
Ya est¿ Perafan aquí.
Salen PERAFAN y DON JUAN.
PERAFAN.
Danos tus plantas, Señor.
REY.
Dios os guarde, Perafan
De Ribera, — y seáis vos
Muy bien venido, don Juan.
DON JUAN.
Mil años os guarde Dios »
Y del helado alemau
Al etiope abrasado
Dilate vuestro valor
Con vuestro nombre.
REY.
¿Eo qué estado
Queda la guerra?
DON JUAN.
Señor,
Estas trep;uas fin le han dado.
Pide partido Arcbidoaa
Para ser de la corona
De Castilla, y á esteefeto.
Aunque sin gusto, os prometo
De que falte mi persona.
Con este pliego me envía
Enrique.
REY.
¿Queda mi hermano
Con salud?
MM JOAN.
Salud tenia
Cuando partí , aiiiM|«t el venno
Ha durado la porfía
De la guerra.
HET.
Yo deseo
Haceros merced , doo Juan ,
Porque vuestro valor veo
Y el que tiene Perafan,
Y acudir quiero al em|>leo
De doña Esperanza.
PERAFAN.
Agora
Hay ocasión.
BEY.
¿De qué saerte?
PERAFAN.
Don Lope Sotelo adora
Sus partes , y aunque divierte
Tras la espada vencedora .
De Enrique, en etta Jorinda,
Con las armas el amor.
Esta cédula firmada
Del nombre suyo, Sefior,
(Dale al Rey la cédula:)
A doña Esperanza dada.
Como es razón reconoce,
Y determina cumplilla ;
Que obligaciones eonoee
Del hospedaja Castilla
Ansí mil años os goce.
Que nos honréis, s! bay lugar.
Dando á don Lope licencia
Para venirse á casar ;
Porque puede con su ausencia
Riesgo nuestro honor pasar.
Esto don Juan, por merced.
Que pediros ha traido;
Lo que interesamos ved,
Y á lo que él os ha servido
Aquesta merced haced,
O á lo que mi padre y yo
A vuestro padre y abuelo.
REY. [Rémpe la eéMa.)
Desta suerte.
PERAFAN.
ipalénmfliió
Jamás tan heroico celo.
Que la obligación romplót
Vive Dios, que no babets beebo
Lo que debéis al valor
Desta sangre y desltt pecho.
DON JOAN.
Si con nuestro deshonor
Queréis quedar saiisCecbo
Del enojo que tenéis
Con don Lope, Tive Dios,
Que pagar no pretendéis
Lo- que debéis á los dos.
Y que á los dos obliguéis...
PCRAFAlf.
A un desatino.
REY. (Entránúou^ mmIm á eUm.)
¿Qué es oslo?
PBBAPAB.
Señor, yo...
DON JOAN.
Yo...
MT.
Basta ya.
DONJBAlb
Echó la fortuna el reste.
¡ Que nos despreciase nsl!
PEiaraii.
Otro secreto bay aqaf :
Mas que sabemos toséM ,
Que lo sospeobéy por Bits
(Veai
le descubrí ,
e lo deslumbre
egaste, don Juan.
DO.^ JUAN.
PBRAFAN.
?resuino que fué
^¡e DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
lefior Perafan ,
:ro Talor se ve.
don Juan su alteza
te así como estáis,
^ de la cabeza ,
lana salgáis
PERAFAN.
Bien su alteza empieza
mos.
DON GARCÍA.
Perdonadme ,
s justo, los dos
3vas disculpadme. (Vase.)
DON JUAN.
r, y Ti ve Dios...
PERAFAN.
in.
DON JUAN.
Padre, dejadme;
>lera reviento.
PERAFAN.
mos al Rey ;
; haber mas sufrimiento
lor.
DON JUAN.
Esta es ley
isto pensamiento.
PERAFAN.
' de importar.
Dde van sus leyes ;
do bemos de pensar ,
, que aciertan los reyes ,
?r y callar,
sttcia y razón ,
es desatino ;
ios, en conclusión,
tiumano y divino,
ra apelación.
(Vanse,)
U ESPERANZA, RODRIGO
T LEONOR.
DOÑA ESPERANZA.
RODRIGO.
A pedirle vengo
r la bendición ,
^terminación
on don Lope tengo.'
al en el oficio ,
lamarse ansí ,
an , porque aquí
liogun oeneGcio;
Dorzar no se gana
es destruirse,
n dado en no morirse
ay en Cantíllana;
dico está enojado
'a , y descompuesto
¡o, y por esto
nses ha colgado»
ido el boticario
EL DIABLO ESTÁ EN CANTILUNA .
Y el médico que ban de estar
Seis veranos sin matar,
Gomo suele de ordinario.
Esta es la causa. Señora,
Que con don Lope me lleva,
Si la guerra no me prueba '
También.
DOÑA ESPERANZA.
No intentes agora
Hacer mudanza ninguna.
Quédate^ Rodrigo, en casa
Mientras de don Lope pasa
Y de mi amor la fortuna;
Que será muy brevemente.
Aquestas nuevas te doy.
RODRIGO.
Tu esclavo, Señora, soy
Y lo seré eternamente.
Vivas mas años que un censo
Perpetuo, que una muralla.
Que la manta de Gazalla ;
Porque, con tu ayuda, pienso
Ser de Leonor, á pesar
Del tiempo, dueño.
LEONOR.
Eso no,
Miguel de Vargas; que yo
Mojor me pienso emplear.
Guando haga ese disparate.
RODRIGO.
Pues ¿qué? ¿ Aun no somos amigos?
LEONOR.
Vienes oliendo á bodigos.
RODRIGO.
¡Pluguiera á Dios!...
DOÑA ESPERANZA.
No se trate
De pesadumbres agora.
LEOXOR.
No entendí verte jamás
Alegre, y pienso que estás
De mejor numor. Señora,
Si no me engaño. Imagino
Que hace algún efecto el Rey;
Porque un rey á toda ley...
DOÑA ESPERANZA.
Mi padre pienso que vino
Y mi hermano.
RODRIGO.
Pues ¿está
El señor don Juan aquí?
DOÑA ESPERANZA.
Desde anoche llegó.
RODRIGO.
Ansi
De don Lope nos dará
Famosas nuevas.
DOÑA ESPERANZA.
Rodrigo,
Lo que te he dicho es lo cierto.
BODRIGO,
Plegué á Dios que al dulce puerto
Llegue don Lope contigo,
Tras tantas olas de auseocia,
De celos y de temor.
Yo quiero dar al señor
Don Juan hoy, con tu licencia ,
La bienvenida.
Salen PERAFAN y DON JUAN.
m
Esperanza.
PERAFAN.
Aquí está
RODRIGO.
Bien veaido
Vuesamerced haya sido ,
Que era deseado va
De todos sus servidores.
{Habla daña Esperanza can su padre
en secreto.)
¿Vuesamerced viene bueno ?
DON JUAN.
Perdonad; que soy ajeno
De quién sois.
RODRIGO.
Estos señores
Siempre me han hecho merced ,
Y les estoy obligado.
DOÑA ESPERANZA.
Es de don Lope criado
Rodrigo.
RODRIGO.
Vuesamerced
Desde boy por sayo me tenga.
DON JUAN.
Guárdeos Dios.
PlltAFAN.
Esto ha pasado:
El Rey nos ha desterrado;
Que desta suerte se venga
De sus celos y de ti.
DOfVA ESPERANZA.
En casa os habéis de estar.
Sin (|ue salgáis del lugar,
Y dejadme hacer á mí ;
Que el Rey quiere ser llevado
Por bien.
PERAFAN.
Tu hermano ha venido ,
Esperanza , sin sentido.
DOÑA ESPERANZA.
Venid, y perded cuidado;
Que no hay del Rey qué temer
Mientras mi industria os ampare,
Y si yo no le engañare ,
No me llamaré mujer.
{Vanse doña Esperanza^ su padre y
hermano,)
RODRIGO.
¡ Ah doncella I
LEONOfl.
¿Qué nos manda?
RODRIGO.
Que procure componeníie
Donde duermÉ.
LEONOR.
Luego ¿duerne?
RODRIGO.
Y mas si es la cama blanda.
LEONOR.
¿No le desvela el amor?
RODRIGO.
El suyo en toda mi vida.
LEONOA.
Luego ¿hay otro?.
RODRIGO..
No me pida
Tanta cuenta. * .
LEONOR.
¡Qué rigor!
ROPRIGp. .
He dado Isn esto.
LEOHOR.
¡Oh, qné bueno!
roí
YomeToy;mifc
i06
DON GARCIa.
¿Qué se puede hacer? Paciencia.
( Vatue todos, menos el Rey y Lope.)
LOPE.
Toma, Señor, el papel. (Dásele,)
BET.
Mil veces, don Lope, deja
Que le bese y que le adore.
LOPE. (Ap.)
Y ¿ mí que de celos muera.
REY.
(Lee.) «Señor, vuestro grande amor...»
Pues dando crédito empieza
A mi amor, de pagar son
Las muestras mas verdaderas.
(Lee.) c Don Lope me dio á entender...»
LOPE. (Ap.)
No iguala nada á mi pena.
BET.
(Lee,) «Y agradecida...»
LOPE.
Estoy loco.
REY.
(Lee,) «Pagarle intentar pudiera,
»Si le estuviera á mi honor,
»A mi sangre, á mi nobleza
»Tan bien, como ser esposa
»De don Lope, que este os lleva ;
»Yo le adoro, y na de ser
>Solo él mi dueño en la tierra,
» A pesar del mundo todo ;
»No se canse vuestra alteza.—
itDoña Esperanza, mujer
»De don Lope.»
(Vuelve á mirar á Lope.)
LOPE.
El Rey se altera,
Y me ha mirado enojado,
Si no me engaño.
BEY.
i Que tenga
Tal atrevimiento un hombre,
Un vasallo, que en mi ofensa
Cosa intente semejante,
Y con esta desvergüenza
Traiga á mi mano un papel.
Con roas que puntos y letras,
Soberbias y desengaños ?
LOPE.
¿Qué conrusion es aquesta?
iQué ha escrito Esperanza allí.
Que aquí me tiene sin ella?
(y ase el Rey á Lope, empuñada la es-
pada.)
Parece que el Rey se viene
A mi con la mano puesta
En la espada.
BEY.
Vive Dios,
Que estoy, villano...
LOPE.
Detenga
Vuestra alteza su furor;
Mire, escuche, espere, advierta
Que yo, que nunca...
REY.
¡Traidor!
LOPE.
Repórtese vuestra alteza,
Y tráteme bien, que soy...
REY.
' 4 Quién sois ?
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
LOPE.
Una hechura vuestra.
REY.
Yo os volveré al primer nada.
Sale DOÑA MARÍA.
D05ÍA MARÍA.
Señor, ¿qué voces son estas?
¿Vos con don Lope enojado?
Parece imposible.
LOPE. (Ap.)
Apenas
Tengo sangre en que la vida
Estribe; ¡ali causa secreta!
¡Que en los reyes pueda tanto!
D05ÍA HARÍA.
Colérico estáis.
REY.
Esfuerza,
Por lo que debo á un suceso
Que después sabréis.
LOPE. (Ap.)
Cabeza,
Temblando estáis en los hombros;
Veneno mezcló en las letras
Esperanza para el Rey,
Porque yo a sus manos muera.
REY.
¿Don Lope ?
LOPE.
¿Señor?
REY.
Besad
Luego la mano á su alteza;
Y prevenid la partida ,
Que importa vuestra presencia
A mi hermano don Enrique
En aquesta justa empresa
Que intenta contra Archidona;
Y en ocasiones como estas,
A vuestro valor la paz
Le está mal , habiendo guerra.
D ÍIa HARÍA.
El Rev como es justo os honra ;
Que allá la persona vuestra
Le podrá servir mejor.
LOPE.
Déme la mano tu alteza.
DO^A HARÍA.
Dios os traiga con Vitoria.
LOPE.
Los pies de vuestras altezas
Mil veces beso.
(Éntrase doña Marta.)
Vuelve LOPE.
BEY.
Advertid
Que no habéis de estar apenas
Dos horas en Cantillana,
Sin ver ventana ni puerta
De doña Esperanza, ó ved
Si os estorba la cabeza.
Cope.
j Ah vano amor! ya quedarás contento,
Si de verme dictK>so estabas triste.
Pues solo una esperauza que me diste.
Pluguiera á Dios se la llevara el viento.
Llévate mi celoso pensamiento
Allá, con los sentidos que ofenliste;
Queá quien penascon ligrimas resiste.
Es alivio faltarle entendimiento.
O quítame á \o menos la memoria.
Gomo las esperanzas de mis dichas
En una solamente me has quitado.
No se me acuerde la pasada gloria
Que ne hay mayor desdicha en las de
[dichi
Que haber sido dichoso un desdichad*
(Vate
Sale DOÑA ESPERANZA r LEONOI
Dci^ÍA ESPERANZA.
; Ay Leonor, mucho se tarda
Don Lope ; culpa he tenido
F.n haber con el Rey sido
Tan resuelta.
LEOÜOR.
Espera, aguarda ;
Eso que miras agora,
¿ No fuera razón de estado
De amor haberlo mirado
Primero ?
D05ÍA ESPERANZA.
Quien ciega adora,
En nada, Leonor, repara.
LEONOR.
Pues ten agora valor.
005ÍA ESPERANZA.
Cuando le muestra el amor.
Que es muy poco es spñal clara ;
¡ Ay I No puedo sosegar.
LEONOR.
i Qué temerosa mujer !
DOSÍA ESPERANZA.
Pues me permites querer.
Permíteme recelar.
LCO?IOB.
Recela, mas no de raerte
Que venga á ser el recelo
Tu muerte.
DOilA ESniANZA.
Yanoeseoniaelo
Defenderme de la maerle.
Vuelve á abrir esa ventana;
Que parece que escoclié
A don Lope.
LEONOR.
Ilusión fué ;
Pero no ha sido tan vana;
Que pienso qae ba entrado acá
Rodrigo.
Sale RODRIGO, muif Mtte,
D05ÍA BSPEIANZA.
Rodrigo mió,
¿Y don Lope ? Modo y frío
Te quedas. Responde ya;
¿Queda en palacio t
Roaaieo.
Seliora,
Si no te dice el semblante...
DoffA BsmAina.
Tente, tente, no proslgai;
Que si es desdicha, no ei tarde.
ROBBIQO.
Lo que me mandas liaré.
no5fA asPEBAiou.
¡Ay Rodrigo, si acertases
A decir que está don Lope
Libre y vivo!
aoaaieo. >
Dlosleoiiarde;
Qne vivo y libre camina.
Aunque sin acompaftarle
Ningún criado.
ESPERAIfZA.
Qué dices?
ODRICO.
que hable,
o luego,
le me atajes
en los clientes
os gaznates.
ESPERA?(ZA.
ísegurado
í vivo, llame
camino.
lODRIGO.
turbarme.
ESPERA!^ZA.
lOBRIGO.
0 venia,
jro,á buscarle
ido veo
ibralessale,
mos de loco
coraje
ima al viento ;
lismos umbrales
itas, y en una,
1 delante,
n el estribo,
por el aire,
íguíle;
1 razones tales,
blar, ajustando
icranes :
da con Dios;
has semejantes
en el mundo
me acompañen.
0 (]ue adoro
í pretendió darme
1 su papel,
me aguarde ;
sloy agradecido
►r otra parle
ado á destierro
1 notable;
) promete,
,u papel, constante,
deja el Rey
la hable.
de Archidona
ide matarme
los primero
eos alfanjes.»
aballo pica...
5a esperanza.
i le alargues
pinturas,
son mis males. —
LE0!S0R.
\ Señora mia !
>>-A ESPERANZA.
celé en balde !
pre en sus desdichas
los amantes.
Leonor, mis manos,
. tuvieron arle
ir , siendo cosa
:res tan fácil!
k rayóla pluma,
uerle darme,
; haberlas escrito,
letra un áspid.
lástima ledas
í firmeza saben ;
sienten de ausencia
» y mudables.
y-
EL DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA.
LEOIfOR.
Señora, espera.
RODRIGO.
Señora , escucha.
DOÑA ESPERANZA.
Ya es tarde.
No hay que excuchar ni advertir,
Dejadme hacer disparates;
Que es desdicha notable
Morir de firme una mujer amante.
Plegué á Dios, Rey, que te dé
Muerte un villano, un alarbe ,
Y cuando falle un Bellido.
Que don Enrique le mate.
Plegué á Dios que no te herede
Tu hijo, y cnlre tu sangre
Revuelto tu cuerpo veas,
Y como villano acabes. —
Y tú , dueño de mis ojos ,
Que vas imitando al aire ,
Vuélveme el alma ó permite
Que te siga y que te alcance ;
Porque, cuando á detenerle
Mis pensamientos no basten ,
El fuego de mis suspiros
Es posible que te abrase;
Que vo, haciendo dellos alas ,
También partiré á buscarle,
Como amante salamandra,
Que nunca del fuego sale.
Espera, mi bien, espera;
iNo te alejes, no te apartes,
Y estima en menos la vida.
LEONOR.
¡ Señora !
RODRIGO.
Escucha.
DOÑA ESPERANZA.
Dejadme ;
Que es desdicha notable
Morir por firme una mujer constante.
{Vase.)
RODRIGO.
Pues queda su amante aquí,
Señora Leonor, aguarde;
Que há diasque no la veo,
Y está un poquito intratable.
Ya sabe que no me voy,
Y cómo he quedado , sabe,
Sin amo, y que he menester
Que vuestra merced me ampare.
Aunque me falle don Lope,
Su clemencia no me falte.
Pues sobre el vino y pemiles
Tiene el poder y las llaves.
Mira que está mi remedio
En tus manos celestiales.
LEONOR.
«Yo me acordaré, Rodrigo,
De vos.»
RODRIGO.
Si ha sido vendarle
Por el mismo estilo, vive
El cielo, que no te alabes
De este desden , si á rebato
Toco de ausencia esia larde.
LEONOR.
¡Qué poco pienso llorar.
Si aqueso que dices haces!
Porque un médico me ha dicho
Que son las lágrimas sangre ,
Y á mí cualquiera sangría
Llega á punto de enterrarme ,
Cuanto mas siendo en los ojos ;
Dios mil años me los guarde.
RODRIGQ.
Luego ¿no le deberán
467
Mis amorosos pesares
Loque á Esperanza don Lope"
LEONOR.
Rodrigo, no todas hacen
En el mundo esos extremos;
Porque dicen las comadres
Que suceden mil desdichas
De firmezas semejantes.
Líbreme Diosde ser necia. •
¡Jesús, Jesús!
RODRIGO.
Persignarte
Con esta daga quisiera.
Porque mejor te admirases.
Fregona ingerta en doncella ,
Doncella de Dios lo sabe, ^ . , .
Muía gallega, en efelo. (Va á darla.)
LEONOR.
Tale, Abraban , late, tate;
Que es desdicha notable
Morir sin gana , á manos de un salvaje.
{Vase.)
RODRIGO.
Bien le has vengado , enemiga.
Plegué á Dios que mueras antes
Que lo que en amor me debes
En viles celos me pagues.
Plegué á Dios que cuando friegues.
Plegué á Di3S que cuando laves ,
El jabón y el estropajo
Que á toda sobra te falte.
Plegué á Dios que cuanto guises
Se le caiga del alnabafe,
Y cuando tengas mas gusto.
Te yerre un vestido un sastre ;
Que yo me diera la muerte
Con esta daga mudable ,
Para vengarme de tí ,
Si no pensara matarme;
Que es desdicha notable [nandez.
Que quede España sin Rodrigo Her-
y vasCt)
Salen EL REY t DONA MARÍA,
de caza,
REY.
Sirva de hermoso esmalte á la belleza
Deste apacible sitio la esmeralda ,
Y esa de plantas áspera malexa ,
Salvaje por el pechó y por la espalda:
Mira ese arroyo , que á bajar empieza
Desde ese risco hasta esa verde falda,
Qué de racimos de cristal de roca.
Que desperdicia cuando al valle toca.
Mírale luego, al son de los amores
De tantas aves, cómo se dilata,
Ya haciendo pasamanos de las flores,
Ya entre las yerbas víbora de plata.
Todo convida , amor inspira olores.
¡Dichoso el que estas soledades trata
Sin pena, ociosamente descuidado,
Libre de la ambición y del cuidado!
¡Oh grande imperio de <1«*®*"^^^.^5¡
La mas sabrosa, dulce y regalada , .
De pocos en el mundo conocida.
De muchos, sin buscarle , deseada!
Hoy tu apacible sitio me convida.
Mas que del fiero jabalí la armada ,
A apacenur la vista en tu hermosura.
Adonde siempre la esperanza dura.
do5Íaiiar(a. [días
El nombre de Esperanza há muchos
Oue anda valido en vos, y me han con-
^ [lado
Oue os cuesu algún cuidado y aun
^ [porfías
I Una esperanza de otro Yerde prado.
i68
Y estas deben de ser mclancoli^s
Qae queréis diverlir de euamorado;
Que sois muy tierno vos.
REr.
Como ios cielos,
Os vestís siempre de color de celos;
Que ha hecho amor en vos naturaleza
La costumbre ordinaria de pedillos,
Aunq;u> :) ofender llegáis vuestra be-
Solo en imagínanos. [tieza
DO^A MARÍA.
Divertillos
Con eso procuráis.
Saie DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
Ya la aspereza
Desta montaña, á quien sirvió de grillos
Este arroyuelo en el invierno helado,
Ya en plata fugitiva desatado ,
El cerdoso animal penetra agora,
Acosado de perros y monteros ,
Porque desde la risa del aurora
Le han seguido valientes y ligeros.
Primero que la noche encubridora.
Hecha pavón soberbio de luceros,
Baje, podéis seguirle con ventaja. Ha.
Porque al cristal de aquella fuente oa-
REY.
Vamos, Diana desta verde selva.
Porque Venus por vos tome venganza,
Cuandoá los ojos de su Adonis vuelva.
Del campo flor con inmortal mudanza.
DO^A MARÍA.
La montería al valle se revuelva.
¡Don García!
RET.
DON GARCÍA.
¡Señor!
REY.
¿Qué hay de Esperanza?
DON GARCÍA.
Habléla.
REY.
Y ¿qué responde?
DON GARCÍA.
No despide.
REY.
¿Podré perderme?
DON GARCÍA.
Sí.
REY.
Caballos pide,
Y mira no me pierdas, don García;
Que contigo he de hacer esta jornada,
Podráse asegurar doña María,
Porque ha dado en andar desconfiada.
DONA MARÍA.
Por aquí taena ya la montería.
[Suena ruido de caza.)
' DON GARCÍA.
La traza de la caza fué extremada.
REY.
i Oh , quién viera premiar tantas fine-
Dox GARCÍA. ['^^s!
Caballo y palafrén á sus altezas.
[Van$f,)
Salen LEONOR y PBRAFAN.
PER AFÁN. .
¿Adonde está retirada'
Esperancica, Leonor?
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
LEONOR.
En su aposento , Señor.
PERAFAN.
¿Qué tiene?
LEONOR.
No tiene nada.
PERAFAN.
Pues ¿qué novedad «s esta ,
Si suele salirme al paso?
¿ Siéntese indispuesta acaso?
LEONOR.
Triste SÍ, mas no indispuesta.
PERAFAN.
t Triste? Sin duda que ha sido ^
a ocasión deste rigor
Que con don Lope, Leonor,
En desterrarle ha tenido
Sin mas ocasión el Rey
Que su misma voluntad ;
Que es cobarde la crueldad,
Y á ninguno guarda ley.
¿Quién le vio ayer comenzar
A privar, que no dijera
Que aquesto imposible fuera?
•Ocasión debió de dar,
Puesto que me parecía
Don Lope buen caballero.
Llama á Esperanza ; que quiero,
Porque acostarme querría,
Darle primero unas nuevas
De su hermano.
Sale D05>A ESPERANZA.
DO^A ESPERANZA.
Cuando oí
Tu voz, á verte salí.
PERAFAN.
Mal dice Leonor que llevas
Este destierro, Esperanza,
De don Lope.
DOÑA ESPERANZA.
Señor, si ;
Que, como posaba aquí ,
También el pesar me alcanza ;
Que el trato del hospedaje
Siempre engendra voluntad.
PERAFAN.
Y yo le tengo amistad;
Mas no Jiay quien el gusto ataje
De un rey mancebo, y quizá
Con una punta de celos.
Estos son necios desvelos;
Lo que él quisiere será.
En mi casa estoy seguro.
Sin ninguna pretensión ,
Sin envidia ni ambición;
Que solo vivir procuro.
A ese muchacho quisiera , .
Pues es tan hombre de bien ,
Y lo merece tan bien.
Que el Rey mercedes le hiciera;
Que yo no pretendo mas.
DOÑA ESPERANZA.
¿Qué has sabido de mi hermano?
PERAFAN.
Que antes que pase el verano
Vendrá á verme.
DOÑA ESPEBAMZA.
Tú me dai
Muy buenas nuevas. (Ap. ¡áy. Dios!
¡ Cuánto esforzarme procuro !)
PERAFAN.
Hizo treguas con el moro
Granadino ya por dos
Meses Enrique, y levanta
El sitio, y contra Arcbidoos
Marcha también en persona,
A conquistarla, con tanta
Resolución, que la villa
No se le resistirá
Una semana , y dará
Luego la vuelta á Sevilla. .
DOÑA ESPERANZA.
Tráigale con bien el cielo.
PERAFAN.
Bien puede ser que perdón
Alcance en esta ocasión
Del Rey don Lope Sotelo,
Cuando la guerra se acabe.
Si ha sido leve el disgusto.
DOÑA ESPERANZA. (i4p.)
Nunca el amor es tan justo,
Que perdonar celos sabe.
PERAFAN.
Esto me escribe tu hermano.
DOÑA ESPERANZA.
¿ Recogerte determinas ?
PERAFAN.
Los viejos somos gallínss
En acostarnos temprano;
Y asi , recocerme quiero.
Recógete tu. .
DOÑA ESPERANZA.
Si haré.
Dios te guarde.
PERAFAN.
Dios te dé
Buen sueño. [Yue.
DOÑA ESPERANZA.
El mortal espero.
LEONOR.
La esperanza eres peor
Que se puede imaginar.
Pues te pones á esperar
Cosa tan mala.
DOi^A ESPEIAHIÁ.
¡Ay, Leonor!
i Qué poco sabe tu pecho
De amorosa voluntad ¡
LEONOR.
Ella es mucha necedad,
Y hay muy pocas qae li liin hecho.
DOÑA ESPERANSA.
Soy de a(]uesta condición ;
¿Qué quieres?
LEONOR.
Qae ni uso seas.
Si ser discreta deseas,
Y vivir, en conclusión.
Mira tú en lo que han pando
Esas que firmes han sido.
Si fábulas no han mentido
Y autores se han engyftado.
Tisbe murió con li espada
De Píramo; Ero tasabien
A Leandro hizo sarien,
Y murió en él estrellada;
Y otras muchas, qae t\ anor
Las tri^o al último exceso.
DOÍlA ESPERARBA.
Y ¿no dejaron con eso
Eterna fama, Leonor?
LEONOR.
¿De famas babits amn?
¡Qué amor tan geottl proüBfai!
OO.ÑA BtfSRanA.
Nunca de cansarme d^w.
LEONOR.
Tengo lástima , Sofión,
DOS, y quisiera
moen justa ley,
te tuviera el Rey
lea na y grosera;
eso consisUria
on Lo()e el remedio
e en otro humano medio,
lijiste ádoD Garda?
DOXAESFEBANZA.
ni mal.
LEONOR. . .
La tibieza
siaüo peor,
á el Rey?
DaÑA ESPEBANZA.
No sé, Leonor.
{Suenan guitarras,)
LEONOR.
en la calle empieza.
DOÜA ESPERANZA.
I Rey ; que don García
vino esta mañana.
L1^!<(0R.
ID poco á la ventana ,
vida y por la roia.
OO^A ESPERANZA.
go gusto , antes quiero
arme en este estrado.
LEONOR.
til grosera bas dado.
DOÑA ESPERANZA.
iuerle vivo y muero.
lusicos. {Cantan dentro.)
nos soles de Albania
adorando Tirsi ,
aros, que al del cielo
la luz que les piden,
DOÑA ESPERANZA.
Qúsicos tan cansados!,
LEONOR.
agradan? ¿ Es posible
antando desta suerte,
oces no le obliguen ,
3 no viniera el Rey
•ecerlas?
DOÑA ESPERANZA.
Viven
¡os las alegrías
pensamientos tristes,
•sjcos. {Vuelven d cantar.)
rmosa y per soberbia
ga de imposibles,
er sol destos campos,
bra de quien la sigue;
y del triste ,
iere el cielo que en el viento fie!
uérmese doña Esperanza.)
LEONOR.
)se ; Que soiameote
[]ueriao rendirse.
dejar que descanse
-meza invencible. {Vase.)
F^pERANZA. {Habla en sueños.)
dueño de mis ojos,
^nido ; que os partisteis
alma, y me dejasteis
y con Vos siempre firme,
los brazos, mi bien ,
> hiedra, ceñidme;
y vuestra. ¿Qué es aquesto?
O.N LOPE, y levántase doña Es-
peranza.
loKas, flii bien, ie iiopldea?
EL DIABLO ESTÁ Eff GAMTILLANA.
¿Vos conmigo desde&oeof
Vos enojado? Vos triste?
¿Celoso estáis? Esperad ,
No os vais, escuchad , oídme ;
iré tras vos dando voces.
jAh, mi bien! .
( Vase á entrar por donde está don Lo-
pct y encuentra con él.)
DON LOPE.
¿Qué empresa sigues,
Esperanza, deste modo?
DONA ESPERANZA. {Despierta.)
i Ay! ¿Quién eres?
DON LOPE.
Yo soy.
DOÑA ESPERANZA.
¿Finge
Esto el sueño todavía,
O eres sombra que te vistes
Del original que adoro?
DON LOPE.
Si duermes, despierta, y ciñe,
Mi vida, esos dulces lazos
A quien le adora tan 6rme
Como tú misma.
DOÑA ESPERANZA.
¿Qué es esto,
Mi bien?
DON LOPE.
Venir ¿ servirte ,
Venir á verle, á adorarte.
DOÑA ESPERANZA.
Señor, parece imposible.
¿Por dónde entraste?
DON LOPE.
Por ese
Balcón, que de oriente sirve
A tus ojos cuando quieres
Dar á los campos abriles;
Que , como ladrón de casa ,
Por aquella parte vine
Que asegura el sordo Retís,
Que duerme entre juncia y mimbres;
Que con la fama y recelo
Desla fantasma que dicen.
No hay envidioso que escuche ,
Ni malicioso que mire.
DOÑA ESPERANZA.
Con música en esta calle
Al Rey encontrar pudiste.
DON LOPE.
Primero se fueron todos.
DOÑA ESPERANZA.
Don García me persigue
Por el Rey.
DON LOPE.
Será mandado.
Es fuerza que determines
Ir entreteniendo al Rey,
Que importa á los dos; resiste
A tu misma condición;
Que haber escrito tan libre
Y con laníos desengaños ,
Como pienso que escribiste,
Pudo ser causa. Esperanza ,
De mi muerte; hasta que miren
Los cielos nuestros deseos
Con mas venturosos fines;
Que lodo al poder del tiempo
Viene á mudarse y rendirse ,
Y mas en el que es mudable ,
Viendo la empresa imposible.
Tú á sus ruegos, Esperanza,
Siempre cortés y difídi.
Sin darle jamás favores,
Es bien que contemporices ;
Que es, en efeto, absoluto
Dueño de todo, ? consisten
Nuestras dos vidas en eso.
Puesto que llego á pedirte
La cosa mas peligrosa
Que á las mujeres se pide;
Mas, conociendo tu pecho,
No es razón que desconíie.
DOÑA ESPERANEA.
Con eso solo me ofendes.
DON LOPE.
Perdona si te ofendiste ;
Que quien ama confiado
O es necio ú está muy libre.
Todas las noches vendré ,
Y adiós; que el alba se rie,
SI no me engaño, Esperanza;
Que ya despiertos lo dicen
Los gallos de Cantillana,
Y no quiero que ál partirme
Me encuentren sns labradores ;
Que los villanos son linces.
Y fálleme la tierra, el agua, el vien-
[lo,
La luz del sol, que cuanto vive alcanza,
Y de mis enemigos la venganza , ¡;to;
El propio honor, el mismo entendimien-
El ánimo á la sangre, el nacimiento.
En mis desdichas esperar mudanza,
Y deberte, Esperanza, la esperanza ,
Que es el mas apretado juramento;.
Fálteme Dios en la postrera suerte
Que hay del vivir humano al postrer
[sueño.
Cuando á este trance su clemencia
[pida.
Si tuviere poder la misma muerte
Para quitarme, regalado dueño.
El amor que te tengo , con la vida.
DOÑA ESPERANZA.
Pues primero será la noche dia, [no,
Y niebla el sol , verano el cano invier-
La guerra paz, lo temporal eterno.
Disgusto el bien, pesar el alegría; '
Volverá el tiempo airas, y en la por-
[fia
De la fortuna varia habrá gobierno.
Pena en la gloria y calma en el infierno,
Que deje de adorarte el alma mia ;
Que no podrán mudarme deste in-
rtento
El Rey ni el 8ol,sf !o que vemeorrece,
Que por tí todo lo desprecio y piso ;
Que la mujer, aunque es igual al
Si sale firme, espíritu parece [viento.
En no volver atrás en lo que quiso.
JORNADA TERCERA.
Salen todos los que pudieren, armados
graciosamente, t RODRIGO, de sa-
cristán; CARRASCA, alcalde labra-
dor, Y ZALAMEA , vejete alcalde , y
sacan caja de guerra. •
ZALAMEA.
Hagan alto las hi as
En aquesta encru^. a ,
Que es por dond^ • suele >
Este demonio A ^^„jna.
La frente del dron
Mos toca i « - . ,
Por el ol .
D<
no
El Sacristán esté á punió
Con el gnisopo y el agua ,
Para en oyendo el ruido...
RODRIGO.
Por las aleluyas santas,
Por los kiries y responsos,
Que lenco de zampuzarla
Ln el caldero, aunque venga
En Ggura de tarasca.
M.il conocen los señores
Alcaldes la lemeraria
Virtud delsacrislan nuevo ,
El valor y las palabras.
Conjuros sé, con que puedo
Arrojar esta fantasma
Al Rollo de Écija. Miren
Adonde quieren que vaya.
CARRASCA.
Mira» el Rollo, sacristán ,
No la ha menester; echadla
A Vienes, que hay una legua ,
Cuando aguas y lodos baya;
Que, par Dios, si entonces ella
La legua que he dicho pasa
Viva, que no ha de quedar
En un mes para fantasma.
ZALAMEA.
Harto mejor será. Alcalde,
Que llegue allá descansada ,
Porque sepan los de Vienes
Que h»y valor en Cantillana
Para hacerles mal.
CARRASCA.
Decid ,
Zalamea, ¿cuándo falta
Para eso, cuanto y mas donde
Hay tan bellacas entrañas
Como en nosotros?
ZALAMEA.
Decidlo
Por vos, compadre Carrasca;
Que, á pesar de todo el mundo,
Yo las tengo muy hidalgas.
CARRASCA.
¡Qué hambrientas que las tendréis!
ZALAMEA.
;Qué queréis? ¿ Han de estar hartas
De pan, ajos y cebollas,
Como las vuestras, Camsca?
CARRASCA.
Por eso bien que las vuestras,
Por no parecer villanas*
Nunca han comido tocino.
ZALAMEA.
Mentís por medio la barba.
CARRASCA.
Y vos por esotra media.
ZALAMEA.
¡Villano!
CARRASCA.
¡ Hidalgo sin branca !
ZALAMEA.
¿Eso es falta?
CARRASCA.
Pues ¿ hay cosa
Que á todos haga mas falta?
ZALAMEA.
A rol no; que mi nobleza.
Tan conocida , me basta.
CARRASCA.
Si descendéis de Longinos ,
Claro está.
ZALAMEA.
Por la Giralda
De la torre de Sevilla ,
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
De un papaco, que la vara
Os la rompa en la cabeza.
CARRASCA.
No se os debe de dar nada
De la crisma que hay en ella.
RODRIGO.
Ra , señores , no vava
Esto á mayor rompimiento.
CARRASCA.
Agradeced , Mariin Gala ,
Al Sacristán; que yo os diera
A entender...
RODRIGO.
Digo que basta.
CARRASCA.'
Basle muy enhorabuena.
RODRIGO.
Si no, sea en hora mala.
CARRASCA.
El Sacristán nos perdone ;
Que tiene razón.
RODRIGO.
No falta
Sino perderme el respeto.
¿No saben que en esta causa
Traigo las veces del Cura,
Y su bonete y sotana ,
Y puedo descomulgarlos ,
Como quien no dice nada,
Y casarlos siete veces, *
Si se me antoja?
zaumea.
Esa es mala
Burla , por Dios.
RODRIGO.
No me enoje;
Que volveré las espaldas,
Dejándole, si son necios,
A cuestas con la fantasma.
carrasca.
Señor sacristán Rodrigo,
Perdone vuseñoranza ,
Para que Dios le perdone;
Porque si mos desampara.
Somos perdidos.
RODRIGO.
Está
Muy bien ; dése agora traza
De cómo hemos de embestirle.
zalamea.
Con el guisopo y el agua
Ha de ir delante de lodos ,
Cuando toquemos al arma ,
El Sacristán, y nosotros
Guardándole las espaldas.
RODRIGO.
Y ^la fantasma, en efelo,
¿Qué hora tiene señalada
Para venir?
ZALAMEA.
A las doce
Y media, poco mas, baja
De aquella ermita á la villa,
Y poco á poco á la praza
Por aquestas cuatro calles.
Esto ha dicho Blas de Olalla ,
Que la vio, oyendo el ruido.
Pasar desde su ventana,
Y estuvo sin habla un dia.
. CARRASCA.
A n tona está con tercianas
De haberla visto una noche
Desde lejos.
ZALAMEA.
La Polanca
Malparió un hijo.
CARftASCA.
Aoton Crespo,
De escuchar desde su cama
El ruido , habrá tres dits ,
Y serán cuatro mañana,
Que no come y que se sale.
Como tinaja quebrada.
RODRIGO.
Pasará gran pesadumbre,
Si de esa suerte lo pasa.
Y ¿en qué figura , en efeto ,
Aparece esta fantasma?
Porque estemos prevenidos.
ZALAMEA.
Todos cuantos della hablan.
Diferencian en el modo : '
Unos dicen que es muy blanca,
Y tan alta, que pasea
Los tejados con la cara ;
Otros que es un bailo negro.
Otros que es como una vica ,
Con I res cabezas, echando
Por todas tres humo y llamas;
Mas ninguno se conforma
Con el otro.
RODRIGO.
¡Enigma extraña!
Esta noche lo veremos.
Alerta ; no se nos vaya
De las manos.
ZALAMEA.
Si ella viene
Esta noche á Cantillana ,
Le mando mala ventara.
«
CARRASCA.
Yo prometo dcsollarl^t
Y á la puerta de la iglesia
Colgarla, llena de paíja,
Adonde todos la vean.
R DRIGO.
¡Oh, qué graciosa alcaldada!
¿Que es espíritu no veis?
CARRASCA.
Porque no lo sea.
RODRIGO.
¡Extnfta
Simplicidad!
{Suena dentro nUé$ 4e eUenu.)
ZALAMIA.
Imagino,
Si mi vejez no me engafia.
Que han sonado anas cadenas.
CARRASCA.
Y han vuelto á sonar.
RODRIGO.
IMIíayí
Quien no tiene muy gran miedo.
(Suenan gemiim éetUra.)
ZAUMBA.
Parece que an toro brama.
RODRIGO.
Y aun un infierno de toros.
A todos tiembla la barba.
{Vuelven á sonar geadioi.)
Otra ; vive Dios , qoe e¿á
El Diablo en CantiUmm,
CARRASCA.
Sacristán, esto se acera ,
Salgamos tocando al ama «
Y comentad el eo^inro.
TODOS. (A 90C$Í,l
¡Conjuradla, coi^radh!
lODMWI.
i Coqjárela Earrabás.
CARRASCA.
ZALAMEA.
inla Leocadia,
, santa Eufemia ,
la, santa Engracia!
RODRIGO.
bernuncio.
ZALAMEA.
intos me valgan.
CARBASCA.
ao que la espere.
RODRIGO.
)e buena gana.
arse, y encuentran con el
Rey.)
mos dado agora
parte. Aparta;
a sino que está
n CaníUIana.
{Vanse.)
3N GARCÍA Y EL REY.
DO:V GARCÍA.
la te han tenido.
REY.
ra se engañan
;en que la han visto.
DOX GARCÍA.
I gente villana !
REY.
^ miedo corren,
»r de importancia
pues desta suerte
? desamparan,
os podremos
la hermosa causa
DON GARCÍA.
Ya , al parecer,
lenos ingrata ,
oche me ha dado,
a de hablar, palabra,
I , Señor,
le las pasadas.
REY.
edra , García.
CÍA. {Tira una piedra.)
REY.
n ella á mis ansias ,
an, don García,
zon de«iperlarla.
DOX GARCÍA.
i; que parece
lormido.
REY.
Pues vaya
I , y piedra á piedra
ie amor no basta.
. {Vuelve á tirar otra pie-
dra.)
ado, y parece
tierto'una ventana.
a ventana, y está en ella
*ERAFX^, viejo.
REY.
te,Garcia.
eñe qoe me engaña...
^asedan García.)
EL DIABLO ESTA EN CANTILLANA.
PERAPAN.
Un hombre á este balcón pienso
Que se acerca.
REY.
¿Es Esperanza?
Es mi bien?
PERAFAN. {Ap.)
Esto está bueno ;
Las piedras no me engañaban.
REY.
¿No respondéis?
PERAFAN.
Caballero
Cortesano ú de la cusa
Del Rey, hacedme favor
Desta que veis respetarla ;
Que es de un noble caballero,
Que su honor y sangre guarda,
Y estamos en una aldea ,
Adonde con poca causa
Desacreditarse puede
Entre malicias villanas;
Y no es bien hacer terrero
A cosía (le opinión tanta.
Ni que deis, por hacer señas,
En mi honor tantas pedradas.
Que descalabréis mi vida
Y despertéis mi venpnza.
Si pretendéis casamiento
Y sois noble, las ventanas
No solicitéis con piedras;
Que puertas tiene mi casa. {Éntrase,)
REY.
Entróse; por Dios, que el viejo
Que tiene prudencia rara
Y valor. ¿Iré me? No;
Que él se habrá vuelto á la cama,
Y ella saldrá, poraue el sol
Primero que el alba salga.
¡Oh amor, al inconveniente
Qué de pensiones que pagas!
Aunque vencedor de todo,
El mundo tiembla tus armas.
Lisonjea, amor, mis penas,
Pues me estás debiendo tantas ,
Con hacer que todos duerman ,
Y solo vele Esperanza.
Mas , vive el cielo , que agora
Sale un hombre de su casa;
U he de matarle, por Dios,
O conocerle.
Sale PERAFAN,co» espada y broquel.
PERAFAN.
Pues causan
En vos tan poco respeto.
Caballero, las palabras,
Y me obligáis, vive Dios,
Que con las obras os haga
Conocer (|ue sois grosero ,
Y os he de echar con la espada,
Pues no puedo con razones,
De la calle á cuchilladas,
Veréis quién soy, aunque viejo;
Porque el valor nunca falta
Donde hay sangre noble.
{\ase el Rey sin hacer caso de él.)
Fuese
Sin responderme palabra,
Y vive Dios, que parece
Que es el Rey, si no me engaña
El crujido dé las piernas.
Pcsaráme que Esperanza
Dé al Rey ocasión ninguna ,
Siendo de don Juan hermana
Y de aquesta sangre hija.
DO.N JUAN. {Dentro. )
Ten de aqueste estribo y llama.
m
PERAFAIV.
Mi hijo es este, sin duda,
Que ha llegado; bien se acaban
Los recelos de esta uoche
Coa nuevas tan deseadas. (Yase,)
Salen DOf)A ESPERANZA y DON
LOPE.
D05ÍA ESPERANZA.
Ya, dueño del alma mia ,
Vuestra remisión culpaba ,
Y me ha debido por vos
Muchas lágrimas el alba.
DON LOPE.
Mi bien , no ha podido ser
Menos, puesto que está el alma
Siempre con vos.
KRAFAN. {Dentro.)
Entra, Juan;
Despertarás á tu hermana.
DON JUAN. {Dentro.)
Un hombre está allí con ella ,
Si las sombras no me engañan.
PERAFAN. {Dentro.)
¿Un hombre? Mátale.
DO^A ESPERANZA.
i Ay cielo!
Si puedes, mi bien , te escapa ;
Que son mi padre y hermano.
DON LOPE.
No te alborotes, aparta ,
Y no temas mientras vieres
En este brazo esta espada.
Salen PERAFAN y DON JUAN ,
con espadas desnudas.
PERAFAN.
¿ Quién eres , hombre?
DON LOPE.
Don Lope,
Dueño de doña Esperanza.
DON JUAN.
¿Quién? Di.
DON LOPE.
Don Lope Sotelo.
PERAFAN.
¿Don Lope?
DON LOPE.
¿De qué te espantas?
PERAFAN.
De verte en mi casa ansí.
DON LOPE.
Para ese seguro guarda
Doña Esperanza una firma
De mi mano, en que declara
Que es mi esposa. Reportaos;
Que podrá ser de importancia
El hal)erme hallado aquí
A todos, con la llegada
Del señor don Juan ; que el cíelo
Para mi bien esto traza.
Volved, con esto, los dos
Las espadas á la9 vainas ,
Pues sabéis quién soy.
PERAFAN.
Entremos.
DON JUAN.
i Notable aventara!
PERAFAN.
Extraña.
{É$tim$e.)
m
Sale EL REY, vUliéndose ^ y acompa-
Í^AIIIENTO.
BET.
¡Pesadas noches!
DON GARCÍA.
Ningunas
Tiene mas cortas el ano.
REY.
Hácenlas mas importunas
De un dulce amoroso engaño
Tantas contrarias Tortunas;
Que en las sabrosas porfías
De las esperanzas mías.
Que tan poco bien me ofrecen ,
Siglos las horas parecen,
Y eternidades los dias.
Sale DOÑA MARÍA , fj toma la toalla.
Dadme la toalla.
DO.^A MARÍA.
Aquf ,
Para servírosla, estoy.
REY.
¿Vos tanta merced á mi?
D05ÍA HARÍA.
Sí ; sois mi rey.
REY.
Vuestro soy.
D05lA MARÍA.
Quiero ver, Señor, si ansí
Puedo granjearos mas ,
Pues nunca alcancé jamás
A gozar de vos un hora.
REY.
Siempre habéis de estar, Señora,
Con celos.
D05ÍA HARÍA.
Ya es por demás
El poder vivir sin ellos,
Pues siempre tcnco ocasión
De pedillos y tenellos.
REY.
Vanas ilusiones son.
lias valor fuera vencellos;
Que por los hermosos ojos,
Soles vuestros celestiales ,
Que son quimeras y antojos.
DO^A HARÍA.
Siendo ciertas las señales ,
I No lo bau de ser loe enojos?
REY. ^
¿CierUs?¿Cómo?
DO.SlA HARÍA.
Tomóos vos
Cuenta á vos mismo, y veréis
Si en vano os culpo.
RET.
Por Dios,
Que os engañáis, pues sabéis
Que un alma somos los dos,
Y es de quien sois desigual
Que habléis en cosa tan vil.
D05ÍA HARÍA.
Si amáis, no os parezca mal ;
Que aunque es materia civil.
Es de causa criminal.
REY.
Sí ; pero á tales personas
Los celos nunca han llegado ,
Que son líneas de otras zonas ,
Porque siempre han respetado
Los cetros y las eoromas;
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Y cuando atrevidos fuesen ,
Fuera bien que se venciesen.
DO^A MARÍA.
Vos en salud os sangrasteis;
Que á don Lope desterrasteis
Porque no se os atreviesen.
REY.
Ya es eso, por Dios, pasar
De celosa a maliciosa.
DOÑA MARÍA.
Siempre lo debe de estar
La que llega á estar celosa;
Que celos es sospechar.
REY.
Desa suerte no es certeza.
D05ÍA MARÍA.
Con vuestra alteza no arguyo ;
Porque á ser soflsta empieza.
DON GARCÍA.
Perafan y un hijo suyo.
Para entrar á vuestra alteza ,
Piden que puerta les den.
DO^A HARÍA.
No falta sino que venga
Doña Esperanza también.
La audiencia no se detenga
Por mi , esperando no estén ;
Honradlos, pues, en efeto,
A hacerlo estáis obligado
En público y en secreto;
Porque á un suegro y á un cuñado
Se les debe ese respeto. ( Vase.)
REY.
Todo desta vez lo dijo.
¡Notable es doña María !
Pero ¿para qué me aflijo?—
Haced entrar, don García,
A Perafan y á su hijo.
Agora corre este humor,
Y ha de perdonar si en mi
Viere causa á su rigor.
DON GARCÍA.
Ya está Perafan aquí.
Salen PERAFAN y DON JUAN.
PERAFAN.
Danos tus plantas, Señor.
REY.
Dios os guarde, Perafan
De Ribera, — y seáis vos
Muy bien venido, don Joan.
DOlf JUAN.
Mil años os guarde D!os ,
Y del helado alemán
Al etiope abrasado
Dilate vuestro valor
Con vuestro nombre.
REY.
¿En qué estado
Queda la guerra?
DON JUAN.
Señor,
Estas treguas fin le han dado.
Pide partido Archidona
Para ser de la corona
De Castilla, y á este efeto.
Aunque sin gusto, os prometo
De que falte mi persona.
Con este pliego me envía
Enrique.
REY.
¿Queda mi hermano
Con salud?
JOAN.
Saltid tenia
Cuando partí , auii<|iM eJ verano
Ha durado la porfía
De la guerra.
REY.
Yo deseo
Haceros merced , doo Juan ,
Porque vuestro valor veo
Y el que tiene Perafan,
Y acudir quiero al empleo
De doña Esperanza.
PERAFAN.
Agora
Hay ocasión.
REY.
¿De qué suerte?
PERAFAN.
Don Lope Sotelo adora
Sus partes , y aunque divierte
Tras la espada vencedora .
De Enrique, en esta Jornada,
Con las armas el amor.
Esta cédula firmada
Del nombre suyo, SeikMr,
{Dale al Rey la cédula.)
A doña Esperanxa dada,
Como es razón reconoce,
Y determina cumplilla ;
Que obligaciones eonoce
Del hospedaje. Castilla
Ansí mil años os goce.
Que nos honréis, si hay lugar.
Dando á don Lope licencia
Para venirse á casar ;
Porque puede con su ausencia
Riesgo nuestro hotior pasar.
Esto don Juan, por merced.
Que pediros ha traído;
Lo que interesamos ved,
Y á lo que él os ha servido
Aquesta merced haced ,
O á lo que mi padre y yo
A vuestro padre y aouelo.
REY. (R$mpe la cédula.)
Desta suerte.
PERAFAN.
ipafénnremló
Jamás tan heroico celo.
Que la obligación rompl6t
Vive Dios, que no habéis heebo
Lo que debéis al valor
Desta sangre y deste peefco.
DON JOAN.
Si con nuestro deshonor
Queréis quedar saiisíécbo
Del enojo que tenéis
Con don Lope, TÍv« Dios,
Que pagar no pretendéis
Lo- que debéis á los dos .
Y que á los dos obliguéis...
PEftAFAlf.
A un desatino.
REY. {Entrándoie , melM é eiht^)
¿Qué es esto?
Señor, yo...
DON JOAN.
Yo...
■ST.
Basuya. (V«i#
DON MAR.
Echó la fortuna el rtslo.
¡ Que nos despreciase anal!
PKMFAII.
Otro secreto hay aqil:
Mas que sabeasos lOMM ,
Que lo sospeoM, for B\m
L*<
ledeseabrl,
e lo deslombré
sgaste,dooJaao.
00.1 JOAN.
PBltArAIf.
'resamoqnefaé
üie DON GARCÍA.
D07I 6A»GÍA.
^or Perafim ,
ro Tilor se fe.
ion Jaan su sltoa
3asi como estáis,
de laeabeta,
ana salgáis
KlAFAR.
íen SQ aUeza eiipieza
Qoe.
ooncAicU.
Perdonadme «
justo, los dos
vas disculpadme. (Voie.)
DOX J0A9I.
y Tive Dios...
FnAPAN.
I.
DON JUAH.
Padre, dejadme;
era re? iento.
PKBAPAR.
IOS al Rsiy ;
baber mas snfrimíento
)r.
BOX JUAN.
Esta es ley
lo pensamiento.
PEftAFAN.
ie importar,
ie vao sos leyes;
> hemos de pensar,
:|ae aciertan los reyes ,
' y callar,
icia y ra«m ,
s desatino ;
s, en oonelnsion,
imano j dirlno ,
apelación.
i ESPERANZA, RODRIGO
T LEONOR.
05ÍA BSPIBAXZA.
■0DRI60.
pedirte vengo
a bendición ,
TmlnacioQ
I don Lope tengo.'
en el ofldo ,
marse ansí,
i,perq«eaqrai
ignn beneficio;
inarnosegana
idestniírse,
dado ejn no morirse
enCantillana;
co esti enojado
, y descompuesto
,ypnretio
otlfeoterio
No se trate
De pesadumbres agora.
Lioifoa.
No entendí ?erte Jamás
Alegre, y pienso que estás
De mejor humor, Señora,
I Si no me engafio. Imagino
I Que hace algún efecto el Rey;
Porque un rey á toda ley...
BO^A ESPiaAlfZA.
Mi |)adre pienso que Tino
Y mi hermano.
- B00W6Ó.
Pues ¿está
El seBor don Juan aquí?
DOÑA ISPIBARU.
Desde anoche llegó.
BOMIM.
De don Lope nos dará
Famosas nuevas.
. BO^ ESPIBANZA. •
Rodrigo^
Lo que te be dlcbo es lo derlo.
BODlWOt
Plegué á Dios que al diUee pneri»
Llegue don Lope eottlgo»
Tras tantas olas de anaeoeii»
De celos y de temor.
Yo quiero dar al sefior
Don Juan hoy, con tu Uoeneii ,
La bienvenida.
Salen PERAFW t DON JUAN.
• • • • • ■ <
EL DIABLO ISTÁ BN CAHTILUNA
Y el médico qne han de estar
Seis veranos sin malar,
Como suele de ordinario.
Esu es la causa. Señora,
Que con don Lope me lleva.
Si la guerra no me prueba *
Tam.bien,
DOffA ESPCRAIfU.
No intentes agora
Hacer mudanza ninguna.
Snédate, Rodrigo, en easa
ientras de donLope pasa
Y de mi amor la fortuna;
Que será muy brevemente.
Aquestas nuevas te doy.
BOBBieO.
Tu esclavo. Señora, soy
Y lo seré eternamente.
Vivas mas años qve-nn ceoio
Perpétuo\,qae ana muralla»
Que la manta de Cazalla ;
Porque, con tu ^yuda, pienso
Ser de Leonor, á pesar
Del tiempo, dueño.
LieilOB.
Eso no,
Miffuel de Vargaa ; que yo
Mejor me pienso emplear.
Cuando haga ese disparate.
RODIIfiO.
Pues ¿qué? ¿ Aun oo somos amlgo^
LIOlfÓR.
Vienes oliendo á bodigos.
B0MI6O.
¡Pluguiera á Dios!...
BOÜA BSPIBAIOA.
m
Vuesamerced baya sido,
8oe era deseado ya
e todos sus servidores.
(Habla éMia Et/ferañM& can iu padre
' en^aerela,)
iVaesamerced fteDeboeno?
no?i íoAii.
Perdonad; que soy ^eno
De quién nm.
Boonoo.
Estos señores
Siempre me han liecho merced ,
Y les estoy obligado.
BOÜABSfBRAUA.
Es de don Lope criMlo
Rodngo.
Vuesamerced
Desdé bey por aa|o mt tenga.
•emuAii.
Guárdeos Dios.
Munut.
Beto ha pasado:
El Rey nos ba deatenrado;
8ne desta soetle se venga
e sus celos y de ti.
•OiUlBMmAlliA.
En casa oe habéis de estar»
Sin ane aalgais del lagar,
Y dejadme hacera mi:
Que el Rey quiere aer Befado
Por bien.
vnurAir.
Tq bermamo ba Tenido »
Esperanza , sin sentido.
BoftAisrauíisA.
Venid, y perded enidado ;
Que no hay del Rey. qué temer
Mientras mi Indoatrln oí ampare»
Y si yo no le eñgafihre ,
No me llamará mqier.
i (Vanu defa Eyenwtte» w pHne y
BODueo.
¡Ahdoncellnl
iQoéMSMBdat
^nK^a^^^m^^^f%
Qneprocnre oongpeahrte
Donde doemih»
iMfoidnermet
•OBBMO.
T mas si es la cama blanda.
LBOHOKi
iNo le deavelt el aaort
Esperansa.
PUAPUI.
AqirfHístá
BOBWaOk
Bieavwiido
El sayo en todi inl vida.
• vtímaL
Lnegoibayelret .
_ N^aeplda
T^eoenfia. ■ * ^
LIOROB.
" iQnériforL .
ngpueg. ....
He dado fin esto.
• u .' •
Mnol
Yo
174
De mano de su mercé
La cama.
LEO.XOR.
Picaño , lleno
De mas vino que de amor,
¿El se hace grave conmigo?
RODRIGO.
¡Obi por vida de Rodrigo,
Que eslá donosa Leonor.
LEONOR.
¿Qué lanío? Que me das guslo.
RODRIGO.
Di á lu Raían que me vea,
Si ser dichoso desea ;
Que haceros merced es juslo.
LEONOR.
Bergante.
RODRIGO.
Basta. (Vase.)
LEONOR.
No hay cosa
Que cause tanto pesar
En el mundo , como estar
De un despicado celosa. ( Vase.)
Sale DON LOPE , de noche.
DON LOPE.
Noche, en cuyo atrevimiento
Mis recelos se confian ,
Mis esperanzassé fían,
Y alienta mi pensamiento ;
Vos seáis tan bien venida
Como fuisteis deseada
Del alma mas abrasada
Que se vio de amor perdida.
Vuestra ciega oscuridad
Ampare mi loco amor,
Y mi celoso temor
Vuestra obscura majestad ;
Que, $in poder resistirme ,
Vengo en tan dichoso empleo
A gozar lo que poseo.
Siempre amante, siempre firme;
Y antes de la deseada
Hora en aue á Esperanza V'eo,
Me trae loco el deseo,
Con la vida aventurada.
Dadme, dichosas paredes.
Las nuevas de mi bien ya ,
Pues en vosotras está
Al sol haciendo mercedes.
Permitid , paredes mias ,
Mi dicha al Rey responded ,
Porqué de tan gran merced
Haga amor las alegrías.
Gente parece que ha entrado
En la calle, y debe de ser
Cortesana, al parecer.
Que el alma no me ba engallado.
El Rey es. Volverme quiero ;
Que en la ordinaria señal
Le he conocido ; que mal
Hago en esperar, si espero
Ningún bien, pues ha venido
A la ordinaria porfía
De la esperanza que es mia.
Perdiendo voy el sentido. {Va$e.)
Salen EL REY, DON GARCÍA , DON
ALVARO V DON SANCHO, de noche
todos,
RET.
Un hombre atraviesa allí.
Que me da que sospechar;
O le tengo de matar,
O reconocerle. Aquí
Os quedad por breve espacio
Los dos, y \eDga García
LUIS VELBZ DE GUEVARA.
Haciéndome compañía
Solamente, y á palacio
Ninguno vuelva hasta tanto
Que todos vuelvan conmigo.
DO ."T garcía.
Como tu sombra te sigo.
{Vanse don García y el Rey.)-
Sale DOÑA MARÍA, en hábito
de hombre.
DOf^A MARÍA.
Noche, en cuyo obscuro manto
Se amparan tantos secretos
V se ven tantas verdades.
Lince de curiosidades,
De tu muda sombra efetos,
A descubrir vengo en tí.
Por perdida centinela,
El mal que el alma recela;
Gente parada hay allí.
DON SANCHO.
¿ Si es el Rey ?
DON ALVARO.
¿Es don García?
DO.>ÍA MARÍA.
Los criados del Rey son.
DON SANCHO.
¿Es vuestra alteza?
DOÑA MARÍA. {Ap.)
Ocasión
Me da la sospecha mia
Para conseguir mi intento,
Pues con ellos no está el Rey ;
A tanto obliga la ley
De un celoso pensamiento ;
Quiero fingir que el Rey soy.
Que los debió de dejar
Entre tanto que él fué á hablar
A quien tantos triunfos doy.
DON SANCHO.
¿No responde?
DON ALVARO.
¿Quién es?
DOÑA MARÍA.
Yo;
Seguidme.
DON Alvaro.
El Rey es.
DOÑA MARÍA.
: Ah celos!
¿Qué mal han hecho los cielos ,
Que á vuestro infierno igualó?
{Vanse.)
Salen EL REY t DON GARCÍA.
REY.
Ilusión debió de ser,
O le dio mi pensamiento
Alas con que venció al viento.
DON GARCÍA.
No tienes ya que temer,
Que Ks|>eranza está rendida;
Que ha podido tu rigor
Engendrar en ella amor.
RET.
Con eso guarda li vida
De su padre y de su hermano.
DON GARCÍA.
Y aguarda en ese balcón ,
Si no es imaginación.
DOÑA ESPERANZA. {Al bolCOn.)
¿Ce?
DON GARCÍA.
No he imaginado en nno;
Que te ha hecho sefias agort
Para que llegues.
RET.
García,
A tu puesto te desvía,
Y á las aves del aurora
Apenas deja pasar.
DON GABCÍA.
Lo que me mandas haré. ( Yate.]
RET.
Vino este bien que esperé ,
Tuvo mi dicha lugar
En gloria tan soberana.
DOÑA ESPERANZA.
Para tu esclava nací,
hbt.
Ya no dirá amor por mí :
¡Ay larga esperanza vana!
Que tras el cien en que doy
Tantos alcances al cielo,
¿Cuántas noches há que vaelo,
Cuántos dias há que voy?
DOÑA ESPERANZA.
Siempre venció la porfía
La mas imposible empresa.
Si de hacer guerra no cesa.
Con un día y otro día,
Porqne la que es mas tirana
Se rinde , como lo estoy.
Engañando al dia de hoy,
Y esperando el de mañana.
RET.
Para estimar tanto bien.
Habéis hallado, Esperanza,
Sin caudal la con6anza,
Y el pen.samiento también ;
Ya no vive el albedrío
Con leyes de embajador.
Que después que tengo amor.
Es muy mas vuestro que mió ;
Haced, deshaced, mandad.
Dad vidas, alzad desl^ierros,
Y de mis celos los hierros,
Como locos, perdonad.
Con tal que la causa dellos
No vuelva á Teros jamás.
DOÑA ESPCMAIOA.
Eso es lo que eslimo en ais.
BET.
Vuestros negros ojoa bellos
Son dueños del alma mia.
{Suena ruido de eadenmi áMfr» )
Pero ¿ qué es esto ?
DOÑA ESPBIAIUA.
¡ Aydemí!
- MBT.
¿ Qué es lo que tenéis? Ded ,
Luz del sol y sol del dia.
{Vuelven á $omr.)
DOÑA ESPEIARZA.
¿No escucháis, SefiorT
aiT.
Ta efcaebo
Unas cadenas; ¿qué liaporta?
DOÑA ESPERAmLA.
Vuestro valor os reporta.
nsT.
Aquí no es menester moelM.
{Qu4}mueéeiitr§.)
DOÑA BSmAllU.
^Los gemidos no escseMif
RET.
Pnes ¿de qoién ioo kwgeaüdot?
DOHa HMUiHIMi
¿ No ha llegado á les oMoi
s, el tiempo que estáis
illana, esta Gera
la?
REY.
Es burla, por Dios.
DOÑA ESPERANZA.
quede con vos;
lima ct temor me altera,
madme. {Vate.)
BET.
Cerró
ina ; ¡ miedo extraño !
José ra, ó me engaño,
); ¿iréme? No;
)Z otra vez suena,
lente dilatado;
;n la calle ha entrado,
indo una cadena,
o blanco, tan fiero,
ha causado temor,
er tanto valor.
SaU LA FANTASMA.
le y hablarle quiero;
e viene hada mí.
>s que he de mostrar
sin recelar;
) debo á guien soy. — Di
res y qué me quieres,
e vienes buscando
rme, deseando,
:osa; ¿quién eres?
lanca, que de esposa
diste la mano?
dríque, mi hermano?
\i Juao de fnestrosa?
madre? Responde,
le mí has menester;
e prometo hacer
pidas, aquí ú donde
; mas importante
cargo y descuento;
a escucharte atento,
3ngo bastante.
>ondes ni haces nada?
cerle hablar procuro,
DO sé otro conjuro
cero de mi espada.
bulto y la cadena, y queda Lo-
cota y broquel, espada, media
rilla y montera.)
RET.
en el suelo dio,
spada y broquel ,
ortento cruel
KÜgio quedó;
oii valor me alabo. —
, fantasma ó difunto,
í al infierno junto,
soy don Pedro el Bravo.
t retirando don Lope^ y el Rey
acuchillándole.)
una puerta DON GARCÍA, y
ra DON ALVARO, DON SAN-
r D05a MARÍA.
DO?f SANCHO.
se vuestra alteza,
es irritar al Rey. .
DOÑA MARÍA.
mea guarda ley
á ser celoso empieza.
DON GARCÍA.
*08, si es posible,
se por cortesía.
EL DIABLO ESTÁ EN CANTILLANA.
bOXA HARÍA.
De guarda está don García ;
Esta vez es imposible
Dejar de pasar delante ,
Aunque vos al paso estáis.
DON SANCHO.
¿Otro imposible intentáis?
DOÑA MARÍA.
Seré á vencerle bastante.
DON GARCÍA.
¿Quiénes?
DOÑA MARÍA.
La Reina.
DON GARCÍA.
SeSora ,
¿ Vos desta manera^
DOÑA MARÍA.
Ansí
Vengo buscando sin mí
A quien vos buscáis aj;ora.
Por ver este desengaño.
DOÑA ESPERANZA. (DeUtrO.)
¡Que matan al Rey!
DOÑA MARÍA.
¡Ab cielo!
Mayor desdicha recelo ;
Venid , venid.
DON GARCÍA.
¡Caso extraño!
{\ame,)
Salen acuchillándose EL RE Y t LOPE.
LOPE.
Suspenda la invicta espada ;
No me mate vuestra alteza.
REV.
¿Quién eres?
LOPE. {De rodillas,)
Un desdichado,
Que amor...
REV.
¿ Por amor comienzas?
Disculpa tienes bastante;
Levanta del suelo.
LOPE.
Deja
Que en él humilde te pida
Primero perdón.
RET.
¿Qué esperas?
Ya te he perdonado, alza.
LOPE.
Con esa palabra, es fuerza
Que sin máscara te bese
Los pies, y decirte pueda
Quién soy.
REV.
¿Quién eres?
LOPE.
Don Lope
Sotelo.
RET.
Pues ¿ desta manera?
LOPE.
Fuerza de amor pudo tanto ;
Que desde la noche mesma
Que me pediste á Esperanza
Para dejarme siu ella ;
Porque imaginé, Señor,
Que en teniendo algunas maestras
De mi voluntad, habías
De condenarme á su ausencia ;
Por prevenirlo, tracé Blas años
Esta fantasma; que intenta Rey de Gi
i78
.ii
Amor imposibles cosas
Contra el poder y la fuerza.
Cuando dejar me mandaste.
De Archidona por la guerra,
A Cantillana, Señor,
No estuve una legua apenas
Ausente del bien que adoro,
Y la misma estratagema
Usando todas las noches.
Entraba á gozarla y verla ;
Hallóme don Juan, su hermano,
Y Perafan de Ribera
Con ella, y queriendo darme
Muerte los dos por la ofensa
Hecha á su-casa y honor.
Enseñó Esperanza bella
Una firma de mi mano;
Fueron á hablarte con ella ;
Vine á saber el suceso.
Encontróme vuestra alteza ;
A su invencible valor
No bastó mi estratagema;
Esta es mí historia, mi culpa.
Mis celos y vuestra ofensa.
Si no me disculpa amor.
Aquí tenéis mi cabeza.
Salen PERAFAN, DON JUAN , DOÑA
ESPERANZA, LEONOR v RODRIGO
por una puerta, y por la otra, DOÑA
MARÍA, DON GARCÍA , DON ALVA-
RO V DON SANCHO.
PERAFAN.
No importa que el Rey agravie.
Para que la sangre nuestra
Vertamos por él.
DOÑA MARÍA.
Llegad.
DON GARCÍA.
Señora, aquí está su alteza.
DON ALVARO.
El Rey está aquí.
DOÑA MARÍA.
¿Señor?
RET.
Señora, ¿qué es esto?
DOÑA MARÍA.
Fuerza
De mis celos, imposibles
De vencer de otra manera.
DOÑA ESPERANZA.
Cielos, aquí está don Lope ;
¿Qué novedad es aquesta ?
PERAFAN.
Vuestra alteza nos perdone ;
Que, puesto que vuestra alteza
Nos mandó de Cantillana
Salir esta tarde mesma,
Y DO lo habernos cumplido,
Las voces que en esa reja ,
Dio Esperanza nos obliga.
Sin reparar en la pena
Que nos fué puesta. Señor,
A ofrecer á vuestra alteza
Nuestras haciendas y vidas.
RET.
Que ese amor os agradezca,
Perafan, es justa cosa;
Don Lope Sotelo sea
De doña Esperanza esposo.
LOPE.
Al sol te f<
rL
i76
KET.
Con lá mayor encomienda
De Castilla, que es lo menos
Qne debo á ?Destra nobleza.
PERAfAX.
Guárdeos el cielo.
RET.
De nn tercio
Doy á don Jaan de Ribera,
Pues es tan ^ande soldado,
Porque me sirva en la guerra.
DON JUAlf .
Sobre vuestros hombros ponga
Su imperio el sol.
RET.
Y á vos, reina
De Castilla y de mi alma.
Que es de vuestro sol esfera,
LUIS VELEZ DE GUEVAIU.
Palabra de nunca daros
Celos, porque sé que llegan
A perderos el respeto.
D05ÍA MARÍA.
Guárdeos el cíelo, que es deuda
De mi amor.
DO^ÍA ESPERANZA.
Estoy confusa
Y no creyendo yomesma
Lo que estoy viendo.
LOPE.
Después
Sabréis, Esperanza bella,
Grandes cosas.
rodAigo.
A Rodrigo,
Que los pies te bese deja ,
Pues fué sacrlstiii por If
Mas de noa semana y media.
LOPE.
Guárdete Dios.
LEOMHI. /
Dame á mi
Tus manos también.
rodrigo. .
No quieras;
Que estaba agora fregando,
Y no es mucho al ámbar buelan.
RET.
A palacio.
RODRIGO.
Dando aqui «
Porque á sus casas se vuelvan.
De Éi Diablo etíá en Cantüiana,
Senado, fin la comedia.
COMEDIA FAMOSA
TITDUDA
.A LUNA DE LA SIERRA,
DE LÜI8 VELEl DE GUETAEA.
.A.
i.
PERSONAS.
GIL DEL RÁBANO.
GURA.
EL PRINCIPE DON JUAN.
EL MAESTRE.
DON GUTIERRE.
GUZMAN.
LA REINA DOÑA ISABEL.
EL REY DON FERNANDO.
ORTUN.
Crudos.
GlHTE.'
AcoarAíUiiiiiTo.
NADA PRIMERA.
lAESTRE DE CALATRAVA,
no, T DON GUTIERRE, dan-
is cartas, y criados.
DOX GUTIERRE.
la Reina son.
MAESTRE.
insa me apeo,
s traía el deseo
reneracion.
I>0!1 GCTIERRE.
en Sierra Morena
(ioha encontrarle;
onquista parle ,
»s heroicos llena,
^ Isabel,
a el moro andaluz
orle á Adamuz;
isla mirarse de él
a, lio ha de dar
Casulla. Fernando
D , sosegando
.0 popular,
-alma en ella;
fia uo ha tenido
Ure tantas que han sido,
ca ni mas bella.
iDcipe don Juan
S larde el cielo,
re de sa abuelo)
ieoe; quedan
iorena honor;
a Diana ,
I, eo mas soberana
kdónis mejor ;
|ae ha de venir
oche ó á hacer dia
lea.
1IAB8TR1.
ADdalucia
Podrá, á su iombra, rendir
Con el África á Granada ,
Y mas si en esta ocasión
Deja una mano al bastón
Y otra remite á la espada ;
Que , Palas nueva española.
En ausencia de Fernando ,
La estoy armada esperando
De las grevas á la gola ;
Y ruego á Dios que á sus pies
Goce Granada , rendida ,
Como el fénix , mejor vida
Y mochos triunfos después.
Dadme licencia, señor
Don Gutierre, sin que sea
Grosero , que el pliego lea.
DON GOTIBRRK.
Eso es recibir favor.
Maestre , de vuecelencia
En tan dichosa ocasión ,
Pues echáis de ver que son
Logros de mi diligencia.
MAESTRE.
(Lee.) «Ilustre maestre de CaUtnva,
» primo nuestro: El Re? partea Aragón
»a sosegar algunos alborotos que hay
»en a^uel reino, cansados de sa aa-
asencia; y yo es fuena, entre tanto,
»que vaya á Andalucía , como lo bago,
»y hacer á Adamuz plata de armas pa-
»ra la empresa de Granada , en com-
>pañia del serenísimo principe don
» Juan, nuestro muy caro y moy amado
>hijo. A don Gutierre, nuestro criado,
» hemos encargado la diligencia de este
•pliego , para que os le dé en la parte
«que de Andalucía os encontrare, dán-
»aome por muy bien servida en esta
•ocasión que os veáis conmigo en Ada-
•muz, porque he menester vuestra
•persona con la brevedad posible.—
•Guárdeos Dios. De Ciadad-Rei|l, etc.
»— Isabel,»
Mil siglos su nombre vlya
En Castilla y eoLeoD,
Y dichosa saceslOD
De don Juan goce. ¡Qué altiva.
Qué heroica , qué soberana
Mqjer! qne, masqaeen dndadet
Ni reinos, en voluntailes
Reina con deidad buiana;
Dueño es de loseoraiones
De sus vasallos, y el mió
Es mas suyo, que confio ,
Con victoriosos blasones,
En su nombre conquistar
Las dos Áfricas, después
Que deje puesta á sat plés
A Granada; que alentar
Pueden tan nobles fivores ,
Tan soberanos alientos ,
Para mas arduos intentos «
Para conquistas mayores ;
Que no puede ser nlogana
DiOcultosa, alentada
De su valor y esta espada.
DON OOTlEftai.
Dicha fué de mi fortuna ,
Cuando del Andalucía
En la raya pose el pié ,
Encontraros.
HAESTRI.
Haslofbé,
Sefior don Gutlerve . mía ;
Vaca una encomltnda esti ,
De que os habéis de servir
Por el porte.
DONSmniMB.
Redbir
■De vos mercedes es ya
Conocido en el valor
De la sangre 900 tenéis.
Por la mucha que me baoaii
La mano os beso»
«AKSTay.
Doo'
De
1
Iapta^ yo n
honrar
178
Glorioso, antiguo blasón
De la cruz de Calalrava.
DON GUTIERRE.
Quien vuestro valor no alaba ,
Deshace su eslimacion ;
Que es empresa concedida
A ninguno.
MAESTRE.
. Guárdeos Dios;
Que está mi sangre de vos
Pagada y agradecida.
VOCES. {Dentro,)
Parad ; que se apea aquí
Su alteza.
DOIf GUTIERRE.
El Príncipe creo
Que llega solo.
MAESTRE.
Eldeseo
Que para servirle en mí
Vive por alma, no entiendo
Que tanta dicha me niegue.
Sale EL PRÍNCIPE DON JUAN, mwo,
de camino , y geiyte.
PRÍNCIPE.
Hasta que mi madre llegue ,
Pasar de aquí no pretendo.
DON GUTIERRE.
El Principe es; llegad pues ,
Maestre , besad su mano.
MAESTRE.
Dadme, señor soberano
De Castilla, vuestros pies.
DON GUTIERRE.
Fernán Gómez, el maestre
De Calatrava , Señor.
PRÍ.NCIPE.
Maestre, á vucsiro valor
El pecho es justo que os muestre,
Con los brazos.
MAESTRE.
Guarde el cielo
Esa prudencia temprana ,
Esa dichosa mañana
Que en el castellano suelo
Nos empieza á amanecer,
Muchos anos.
PRÍNCIPE.
Guárdeos Dios ,
Maestre, pues que con vos
Del africano poder
Queda Castilla triunfante.
¿Cómo venís?
MAESTRE.
Con deseos
De daros nuevos trofeos
Del sarracino arrogante.
¿Cómo viene vuestra alteza?
PRÍNCIPE.
Con gusto de ver el día
En que del Andalucía
He de gozar la belleza.
MAESTRE.
Justamente os enamora
Su fama.
PRÍNCIPE.
Grande la tiene
En mi opinión.
MAESTRE.
¿Cómo viene
La Reina , nuestra señora?
PRÍNCIPE.
Trae salud , gracias al cielo;
Que para bíeo de Aragón ,
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
De Castilla y de León
La goce.
MAESTRE.
Viva en el suelo
Español edades mil ,
Logrando en nuevas esferas
De imperios las primaveras
De vuestro dichoso abril.
PRÍNCIPE.
En un jabalí cebada,
De la sierra en la espesura ,
Imitarse á sí procura ,
Nunca de nadie imitada;
Que, mientras que de la guerra
No llega el original.
Con valor á nadie igual
Su imagen busca en la sierra;
Pero ya sobre un caballo,
Que parece que ha nacido
En él el manto florido
De quien es abril vasallo ,
Pisa con aire gentil ,
Siendo del sol maravilla ;
Que, como es reina en Castilla,
Es potentado en abril.
Bien merece su deidad
Estos requiebros de un hijo
Tan galán suyo.
MAESTRE.
No dijo
Vuestra alteza á majestad
Tan gloriosa cosa alguna
Que pueda llegar á ser
Extremo, pues su poder ,
Su valor, de la fortuna
También vasallaje alcanza ,
Siempre el efecto juntando
Al ser heroico, formando
Los lances de la esperanza^.
Sale LA REINA D()5iA ISABEL , con
taquero, sombrero y venablo, y cfLiK-
DOS con ella.
DOÑA ISABEL.
Pasead ese caballo
Mientras tomo la litera.
Pues aquí el Príncipe espera.
MAESTRE.
Y con su alteza un vasallo ,
Que á besar los pies os llc^a.
Haciendo en vuestro servicio
De su pecho sacriíicio.
DO^A ISABEL.
Maestre , jamás os níesa
Mi amor á tanta verdad
Los brazos. ¿ Cómo venís?
MAESTRE.
Cuando entiendo que os servís
En mí desta voluntad ,
Es forzoso que la vida
Y que la salud me sobre.
D05ÍA ISABEL.
Don Gutierre albricias cobre
Roy de vuestra bienvenida.
Pues tuvo tanta ventura ,
Que os encontró con mi pliego
En el camino.
MAESTRE.
No le niego
Que debéis á la fe pura
Con que deseo serviros.
Esa íiueza.
Da^A ISABEL.
Maestre,
Que menores os las muestre,
Ks no honrarme y desluciros.
MAESTRE.
Con vuestra grandeza sola.
Juvenil y soberana ,
Nueva Palas castellana ,
Semíramis española ,
Mayor empresa pudiera
Tener el fin deseado.
DOÑA ISABEL.
Bien mi valor ha dejado
Experiencias en la fiera
Que acabo de dar agora
Muerte.
PRÍNCIPE.
Vuestra majestad
Cansó á todos.
DOÑA ISABEL.
Es verdad ,
Pero salí vencedora ;
Que del espumoso diente
Dos veces acometida ,
Rindió en despojos la vida,
Y la sangre á la corriente
De una sierpe de cristal ,
Que, fugitivo arroyaeU),
Cuando dejó de ser hielo ,
Fué lisonja de coral.
PRÍNCIPE.
Permitidme , gran Señora ,
Pues tanta ocasión mo obliga,
Que fuisteis de Adonis, diga,
Y de Venus vencedora.
( Vase, y vuelve á salir luegi
DOÑA ISABEL.
Guárdeos Dios , Juan , j al Maestre
Agasajad.
MAESTRE.
Yo be quedado
Solo con veros pagado.
DOÑA ISABEL.
Por la cenefa silvestre
De este arroyuelo de piala
Baja huyendo, al parecer.
Una mujer.
PRÍNCIPE.
Y mujer
Que parece que retrata
Ll vestido al arrebol
Del día.
MAESTRE.
Sí, y el cabello.
Esparcido por el cuello.
Parte rayos con el sol.
DOÑA ISABEL.
De pocos años parece
Y de beldad soberana.
MAESTRE.
No obliga así la maOana
Las aves , cuando amanece,
A que la canten amores,
Como en ardiente fatiga
La serraneja se obliga
De las aguas y las llores.
PRÍ-tCIPE.
Ya llega desalentada
A tus plantas; que imagino
Que por fin de sa camiiio
Las busca.
DOÑA ItAMU..
Vendré BgnfiídB.
Sale PASCUALA,
PASGUAU.
¿Está aquí la Reiot?
8f.
fabciuía,
4 Adonde?
* ^■^AnMim.^m.Jt^ tm
I Oh gloriosa
islilla! Asi
aperios , que á rayos
espai'iol ;
ina haufia
ioml)res<iueosdarí,
pe doQ Juan
itiai
Señora ,
e atenta agora:
nal que ipe altera,
o asombro,
relia -Si erra ;
' que edilicio ,
n|ietcncia
e inlentaroD
-abeza ;
lidiosa ,
illas rt-ini,
Ida (.airia
«cion disereía;
0 eo la aldea
1 que ha;) no trajo ,
:osv lieslas,
aliiíado,
masirenras,
i liien b<fclia.
del pueblo,
■ntaji.'
\o conltesan ;
a barra lira .
' le llega,
ucba
le pagaba '
padecida ,
¡I quisiera,
o peosamiealos,
igar aquella
O 3 que guardaba
LA LUNA DE LA SIERRA.
Con tan grande Srmeza.
>o sé si berm*"'
;as,iliúen llamarme
La Luna de ¡a Sierra.
Sin iluda adivinaron
prueba
Ji\i% segura y contenta ,
Libranidoen esperanzas
Venturas laniociertas.
Al SOI de
La Luna
>e reiüUu.)
medias,
en prendas ,
Leva nía ;
COfÍA ISABIL.
ina, en tierra
han dado
5>íílíi Ji
Para que de e)
Salvedad ,
Haj quien hallarla pueda ;
¥ por una ventana.
En la grama, en la irena
Del margen de este arrojo ,
Que esparto de estas peñas.
Las lugitivas plantas,
A mi muerte liberas,
U al bien que no aguardaba ,
Encontré con las nuevas.
Tomad esta palabra
Uemi.
rasciuLA.
Veas, eterna
Ed León ; en Castilla,
Eternas primaveras.
¿Cómo os llamáis?
Pascuala.
Es vuestra cara buena ,
Las pascuas dais íi todos.
: Qué gracia \ Qué belleza I
Llegad , besad la mano
Al Principe.
Los pies besaré ; todo.
mfHCiFB.
Alzad, serrana bella;
Que á fe , que sois muj Iludí.
180
Razonable hermosura,
Eo fin , para la sierra.
príkcipe.
Pues no me ha parecido»
Por viJa de la Reina ,
Maeslre , otra en mi vida
Tan hermosa como esta.
MAESTRE. ^
Espántame, viniendo
De mirar vuestra alteza .
La beldad toledana,
Narciso de su vega.
Este es un tronco duro,
Sin alma y con corteza.
prí.^cipe.
Antes es alma toda ;
No sé, la serraneja
Me ha ganado la dicha ,
Y si licito fuera
A un principe de España...
No sé lo que me hiciera.
MAESTRE. (Ap,)
No puedo divertirle ,
Pero la diligencia
Ganará por la mano
Al Principe la empresa;
Aunque no es cuidadosa
En él la competencia;
Que son amores niños,
Y el viento se los lleva.
DOÑA ISABEL.
Vamos , Principe.
PRÍNCIPE.
i Hola!
La litera.
MAESTRE.
¿No piensa
Vuestra alteza á so madre
Acompañarla en ella?
PRÍ?ICIPE.
No , Maestre ; á caballo
Los dos iremos.
D0:<i GUTIERRE.
Llega ,
Con otro del Maestre ,
Un caballo á su alteza.
DO^ÍA ISABEL.
Pascuala.
• PASCUALA.
¡ Gran Señora !
OOi^A ISABEL.
Fiad de mi grandeza ;
Que os be de hacer justicia.
PASCUALA.
Asi mi fe lo espera,
Asi mi amor lo aguarda
De tan heróic^eina.
DOAa ISABEL.
Id conmigo, y venios
Cerca de mi litera.
MAESTRE. {Áp.)
Volved por mi , sentidos;
Porque voy con sospechas
Que ha de volverme loco
la Luna de ía Sierra.
(Vame.)
Salen GIL DEL RÁBANO, alcalde, y
BARTOLA, villana gracioia, poruña
parte, y por la otra MENGO, villano
Ifraeioio,
GIL.
No lien, Mengo, de pasar
De hoy las dos bodas; Bartola,
Por no ser novia tan tola ,
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Ayudará á bien casar,
Como á bien morir pencuda,
A Pascuala, porque está
Diz que algo cerril.
MENGO.
Ya
Bien podéis llamar al Cura ,
Alcalde, porque Pascuala
Ha de casarse con vos,
Aunque le pese par ños
Norabuena ó noramala ;
Que no ha de volverse atrás
E\ concierto que hemos hecho.
Las coces son sin provecho
Y los brincos por demás;
Que no ha de ir con su intento
Delante; sufra molestias.
Que la mujer y las bestias
Sientan el paso después.
Debajo queda encerrada
De esta llave en mi aposento,
Y basta her el casamiento.
No ha de aprovecharle nada;
Porque no ha de ser Antón,
Su primero pretendiente,
Que está del lugar ausente,
Lo que el pensó.
GIL.
Con razón ;
Que sos su mayor hermano ,
Y corre por vuestra cuenta
¥A casarla, aunque ella intenta
Herlo por su propia mano.
Dadla hacienda á toda ley ;
Que lo demás es morir.
MENGO.
Por el Cura podéis ir ;
Que aunque lo estorbara el Rey,
Pascuala no ha de dejar
De ser vuestra, brinque ó salte.
Llore ó sospire.
GIL.
No falte
Por mi, yo le vó á llamar.
Si posible es, abrandalda;
Bartola queda con vos ,
Y pues para en uno sos.
Entre tanto descozalda ,
Porque salga de los pies.
Mejor, Mengo, que el hablalla
Servirá de pasealla ,
Para correila después. {Va¿e,)
MENGO.
Bartola, ¿has quedado aqui?
BARTOLA.
Sí, por la gracia de Dios.
MENGO.
Solos estamos los dos ;
Llégate mas háncia mi.
BARTOLA.
No puedo ; que esto pegada
Con la tierra, de virgüenza.
MENGO.
A hacer la prueba comienza;
Que no puedes perder nada.
BARTOLA.
Mengo, ¿no es mas fácil cosa
Que tute llegues?
MENGO.
Si, á fe.
BARTOLA.
Mas guárdale no alce el pié ;
Que soy algo relijosa.
MENGO.
Rijosa querrás decir;
Y eso es de burras no mis.
BARTOLA.
Mengo, burras bailarás,
Si lo quieres advertir,
También en dos pies, y vo.
Cuando tanto se atropella,
Só burra, pues só doncella.
MENGO.
Pues burra doncella, jo ;
Que parece que trotáis.
BARTOLA.
Mengo, el dimoño me abarra
Si pienso ser vuestra barra.
■BNGO.
Si haréis. Bartola; que estáis
Viendo cerca el alcacel.
BARTOLA.
Contentaréme, enojada.
Con mi paja y mi cebada.
MENGO.
Bartola , el desden crael
Deja, pues estás aqui.
No des en nuevos antojos ;
Que me muero por tus ojos
Desde el punto que te vi.
Y tanto tanto en ta cara
Todo mi calletre obriao.
Que por casarme conUgo,
De ser obispo dejara.
BARTOLA.
Mengo, en no siendo sencillo.
Cuando en malicioso deis.
Por novio comenzaréis,
Y acabaréis en novillo.
MENGO.
Guarda huera, aqueso no;
Trabas os pondré á los pies.
BARTOLA.
Dejaldo para dempai
Que el Cura, Mengo, llegó.
Salen EL CURA t GIL DEL RÁBAN*
alcalde,
CURA.
Dicen que la Reina pasa.
Alcalde, por el lugar,
A Adamuz.
■ENCO.
Podrá posar
Del Escribano en la casa ,
Que es la mijor de la aldea
En anchura y edificio.
Que herle aqueste servicio
Todas las veces desea
Que ellos pasan por aqui;
Aunque vien la Reina sola
Con el Principe.
CORA.
Bartola»
Guárdeos Dios.
BARTOLA.
Yaestóslaini,
Acercando poco á poeo.
cu..
¿Cómo os fué, Mengo?
MCNCO*
Estóloeo,
Porque es Bartola oa dlmoio;
Coz tira , que do hay Uagalla
A comenzar k donar.
Ella se vendrá á amansar
En llegando á enaltiardalla ;
Dejad que os ecbe á loa dos
El Cura el yago, y veréa
Qué mansos esUli deoifvet.
Como unos huejt$ da Dloi^
»:
mnebtt lu palihns
riiBonio sagrado.
i loca el cuidado,
e meler las cabras
ala vn el corral;
1 de mal parecer,
Por ser mujer
iliacer mejor; ¿qué ir
eeslsr á Pascuala
le, bombre tan rico
La mala
D \a trae asi ;
Q es cosa de víenio
ira, oiro jumento
' que le contiene.
dopersuaditta
fior camino ;
' érelo muchacha.
I lieoe borracha.
ra samen tero ,
■r, de mi vencida ,
ueíira , por vida
1er Borreguero.
junas raiones
ada Escretura,
bachiller j cura ,
riilos Aniones;
uTTiana permile
eis iwa pecho human«
■na edad, y siendo
Jel sol milagro,
tse por Tuerza
ICO mal formado.
JigioTeslido,
nudo peñasco,
alma que af|aellos
I sierra etián dando
i la dureza
LA LORA DE LA 8IERIIA.
Cerno al pasajero eipanlo
Cuando de noche los mira,
Perdidoy sombras sofiando?
Y lú, Mengo...
"ENCO. (Ap.)
Aquí so muerto,
; Cómo es posible que lamo
Puedas
n íngel humano!
\lealde. Justicia?
CIL. (Ap.)
I)él en la ti
Para vicarios del cielo.
En lugar de apacigiiallos,
Seáis cómplice eu foriar
BAHTOLA.
Aquí espero un mal suceso.
Aqui una tragedia aguardo.
_De la w
' ^ Unto
Se diferencian las ,
Lo que haj del bien i los daños.
Lo i|ue hav del sol i la noche,
Üe la gloria i tos trabajos,
Dtl piicrio al ttolfo, del cielo
' la tierrj, del tirano
lamido, de la muerte
A la vida, del descanso
Alinlierno, de los celos
Al a
s quisisteis atrefer,
Va.
OtL.
No hay qoten lo resista.
^o fué Hoberlo el Diablo
Tan ladino ; numledor
Como él ra.
Parecéis mirmol.
Préndale Poncio Pilalo.
N'o le dejéis que se lleve
A Pascuala.
Yo me abraso
De celos, pero de miedo
Esto, Bartola, temblando.
Terciana debe de ser.
Sj/e ANTÓN.
jDóndebabeii
Puesto i Pascuala, Tíllanos,
Que no esti en [oda la casa ,
Por masque la he examinado t
Vén aci, Mengo.
WMCo. (Ap.)
Aqnl hné
Mi ño.
*MroH.
iDúnd. ^ ' '""r
llónde
De estos í
Digo. Antón, que la he dejado
, Encerrada en e«te mismo
Aposento, que con Unto
I Furor abriste el postre».
181
ANTÓN. '
¿Cómo no está allí, villano?
MENGO.
Hidalgo, yo no lo sé;
Debe de haberse á los campos.
Por la ventana , escorrido.
ANTÓN.
Muerto soy si lo ha intentado.
Traidor, dime dónde está. (Arrójale.)
MENGO.
Pues ¿ sé lo yo por acaso?
Yo no la vide arrojar.
ANTÓN.
Basta que lo haya intentado,
Para que se baya quizá
0 muerto ó despedazado
Entre esas peñas.
CURA.
No habrá ;
Que es mujer, y son al gato
Semejantes en las vidas.
ANTÓN.
1 Burlas cuando estoy rabiando ?
vive el cielo, que no deje
En las que tenéis, ingratos.
Una apenas , ni en el mundo
La que me falta buscando.
¿Dónde te escondes, Pascuala?
¿Qué nube de tus dorados
Bayos, Luna de la Sierra,
Sombra es tirana? Si acaso
Escuchas, mira que soy
Anton« que la vuelta he dado
De la amarga ausencia que hice
De tus ojos soberanos ;
Antón, que viene á perder
Por ti mil vidas; tus brazos
No me niegues, Luna hermosa,
Guando, por recien llegado
No sea , porque primero
Que muera pueda gozallos. —
Paredes que un tiempo fuisteis
Orientes, y agora ocasos.
Del sol que adoré por mió.
Dadme á Pascuala; peñascos.
Que de la Sierra-Morena
Sois antiguos muros y altos
Contra las guerras del tiempo,
Contra inclemencias del marzo,
¿Dónde encubrís vuestra Luna?
¿Qué triste menguante ó cuarto
Fué aqueste, que contra mí
Flechan los cielos, de llantos
Y suspiros? i Loco estoy !
MENGO.
Eh la trampa habemos dado.
ANTÓN.
No he de dejar, vive Dios,
En esta casa, villanos.
Un ladrillo sin que vuele
Por el aire hecho pedazos.
Hasta que me deis la Luna
Del espejo en que retrato
El alma que tengo suya.
Boldan soy enamorado
Y celoso juntamente ;
Morid todos á mis manos.
(Da tras ellos,)
GIL.
Antón, teneos ; que só
El alcalde.
ANTÓN.
Yo no guardo
Bespetos á quien no quiso,
Justicia representando ,
Guardarme justicia á mi.
LUIS VELEZ DE GUBVABA.
BARTOLA.
Bercebú se ha desatado ;
Conjuradle, Cura.
CURA.
Vade
Arredro.
ANTÓN.
¡ Que me abrasq !
MENGO.
Al gallinero. Bartola.
BARTOLA.
En el humero me zampo,
Mengo.
GIL.
Y en el pozo yo.
ANTÓN.
Dadme á Pascuala, villanos,
Aguardad.
MENGO.
Aguárdete
El demonio,
ANTÓN.
Hoy se ha cifrado
Todo un infierno en mi pecho.
Dadme á Pascuala, villanos.
{Éntranse huyendo, y Antón tras ellos
á cuchilladas.)
Sale LA BEINA DOf^A ISABEL , EL
PRÍNCIPE, EL MAESTRE, DON
GUTIERRE y criados, y la Reina
puesta la mano en la cabeza de PAS-
CUALA.
PASCUALA.
Esta en efeto, Señora,
Es la casa de mi hermano.
DOÑA ISABEL.
Por eso en ella me apeo. —
¿Qué rumor es este?
Salen todos, como entraron, huyendo,
y ANTÓN tras ellos,
TODOS.
Hnigamos.
DON GUTIERRE.
¡ Hola ! mirad que está aquí
Su majestad.
MENGO.
Por sagrado
Nos valga contra este loco.
ANTÓN.
A esa voz, si fuera rayo.
Me detuviera en mi propio
Furor. Mas ¿qué estoy mirando?
¿No es Pascuala la que veo? —
Pascuala, dame los brazos.
PASCUALA.
Detente, Antón; que ya es este
Otro tiempo.
ANTÓN.
¡Extraño caso!
¿Otro tiempo puede haber
En nuestro amor?
PASCUALA.
¿ No está claro,
Si tú te ausentaste, Antón,
Y yo soy mujer?
ANTÓN.
¡ Qué aguardo
Para morir!
PASCUALA.
Ten paciencia;
Que me casa de su mano
La Reina , nuestra señora.
AirroN.
No hay paciencia en tales casos.
¿Tú has de casarte coa otro?
¡Qué bien Luna te llamaron
Por las mudanzas, cruel !
PASCUALA.
No bagas extremos ; que estamos
Delante su majestad.
ANTÓN.
Sin seso estoy.
PASCUALA.
Pues cobrallo.
ANTÓN.
Mataréme.
PASCUALA.
¡Disparate!
ANTÓN.
¡ Ab fiera !
PASCUALA.
Quejaste eo vano.
ANTÓN.
Daré voces.
PASCUALA.
No hay remedio.
ANTÓN.
Pues ¿cuál será?
PASCUALA.
El excosallo.
ANTÓN.
¿ Por qué te vas?
PASCUALA.
Por DO oírte.
ANTÓN.
i Ay, que muero!
PASCUALA.
Eso DO, estando
Viva yo, querido Auton ,
Que para tu vida guardo
La vida que tengo tuya.
ANTÓN.
Cielos, ¿qué es esto? ¿Ed quécios
De confusiones estoy
Muriendo y resucitando?
PASCUALA.
Ya está. Señora , aquí Antón,
Que es con quien estuve hablando.
DO^A ISABEL.
Está bien, Pascuala.
ANTÓN.
El Cielo
No me niegue el bien que aguardo
DO.^A ISAUL.
¿Quién es el alcalde aquí?
GIL.
Yo soy. Señora.
MENGO.
¡ Hay mas raro
Suceso!
DOffA ISABEL.
¿ Cómo OS llamáis?
GIL.
Con perdón vuestro, me llamo
Gil del Rábano, Sefiora.
doAaisabiIh
Seréis indigesto.
«IL.
Y harto.
DOilA ISAtIL.
Y ¿ quién es MeDgot
MEN«0. (Áp.)
EstooslMcko;
Lo que debo, esti ves pago.
Lindamente de la ftiena
Mi carilla se ha vengado.
DO^A ISABEL.
Dé conciencia, decid,
de Pascuala hermano»
se la dais á Gil
»aiio, hombre tan basto
)Dtrarío ásQ gusto?
■ENGO.
acá los serranos
mos las mujeres,
n la corte, buscando
nfos los maridos;
acá se los buscamos.
Rábano es alcalde
ar, rico y cristiano
i cuarenta agüelos ,
í pies y de manos
loria á Dios ; y pienso
0 basta para damos
e para un marido,
ar escudriñando
che, alio ó pequeño,
recho ócorcoTado;
esto importara, hubiera
[nejantes casos
es de maridos,
s hay de caballos,
esto, por crncierto
iariola me caso,
si fueran frenos,
hermanas trocamos;
no sos servida
quedemos casados
suerte, aquí está el Cura
ernos despachado ,
verá á su casa
ánades cantando,
as de las bodas,
Qzar un bocado.
DO^A ISABEL.
era en balde venido,
í?rto Antón, que esperamos,
de las jornadas
1 lugar.
A5T0N.
Si en mi daño
uda la fortuna,
a Antón, deseando
s reales plantas,
ta dicha...
DOÑA ISABEL.
La mano
Pascuala, Antou,
iempo habéis llegado
dos tan dichoso ;
le haceros me encargo
El Príncipe y yo,
boda apadrinando,
iremos, haciendo
lura no haya ocupado
lO que ha estado aquí
A?IT0N.
O estoy soñando ,
ente mi deseo
niro á lo que paso.
PASCUALA.
sson, Antón mió;
mano y los brazos.
Arrrojc.
edo darte el alma,
, pues te la he dado.
oy ; si no me mata
. poder es flaco
Tiuerte con ella.
príncipe.
que me ha pesado
la visto. Maestre,
trazos y la mano
tico labrador.
LA LUNA DE LA SIERRA.
MAESTRE.
Son en calidad entrambos
Iguales.
PRÍNCIPE.
Con la hermosura
No hay sangre que ¡guale.
DOÑA ISABEL.
Vamos,
Para que tenga la boda
Efeto.
ANTÓN.
Vivas mas años,
Indita Isabel , que el sol.
DOÑA ISABEL.
Antón, vos sois muy gallardo,
Y merecéis solamente
A Pascuala.
ANTÓN.
Soy esclavo
De tus pies, y á tu grandeza
Hoy debo la vida.
DOÑA ISABEL.
Alzaos.
♦ ANTÓN.
¡Cielos, posible es que es mia
Pascuala! Fértiles prados
De Sierra-Morena , montes
Coronados de peñascos ,
Arroyos que los cristales
Vais por ella despeñando.
Aves que llamáis al día ,
Galanes cétíros mansos
De la noche, que, en lentiscos
Y romeros retozando ,
Despenáis mas presto al sol ,
Pedidme albricias; que salgo
Con ser dueño de Pascuala
Después de recelos tantos.
MENGO.
Señora, no quede yo,
Ya que soy de Antón cuñado.
Sin casarme con Bartola,
Porque parezca , acabando
Con entrambos casamientos.
Fin de comedia ; aunque estamos
Tan al principio de aquesta.
Que la estoy viendo y soñando.
DOÑA ISABEL.
Mengo, en buen hora.
MENGO.
Bartola ,
Llega á besarle la mano
A su majestad por esta
Merced.
BARTOLA.
Si no es que me empacho.
Allá vó —Su rabanencia
Me dé á besar los zapatos,
Porque me casa con Mengo,
O por su merced me caso;
Que será como abrazar
El verdugo al ahorcado.
DOÑA ISABEL.
Alzad , Bartola; que yo
A los dos tendré cuidado
De hacer merced.
MENGO.
Guarde Dios
A su señoría el prazo
De un tramposo, que es eterno.
GIL.
Y á mí, que me habéis dejado
De nones, ¿qué pensáis herme ?
DOÑA ISABEL.
Alcalde perpetuo os hago
Del lugar.
i85
GIL.
Guárdeos el cielo.
DOÑA ISABEL.
Bien podéis desayunaros.
Cura, en los dos casamientos.
CORA.
Quisiera , para acaballos,
Ser en aauesta ocasión ,
Que á todos queréis honrarnos.
Arzobispo de Sevilla.
DOÑA ISABEL.
Bien lo creo. Licenciado.—
Venid , Príncipe.
PRÍNCIPE. {Ap,)
;No he visto
Mayor donaire! ¡ Qué falso
Anda conmigo el deseo !
MAESTRE. (Ap.)
Loco me llevas, serrano ,
De envidia de ver la luna
Que tu esperanza ba gozado.
ANTÓN.
Dame la mano, Pascuala.
MENGO.
Bartola , dame la roano.
GIL.
Praza.
MAESTRE. (Ap.)
i Ay Lana de la Sierra!
De tu luz voy recelando
Que me ha de faltar por siglos
Y me ha de matar por cuartos.
JORNADA SEGUNDA.
Salen ANTÓN t PASCUALA.
PASCUALA.
Al fin, Antón, ¿te vas?
ANTÓN.
Voyme, Pascuala,
Para sacar el trigo de las eras,
Que de la parva que á ese monte iguala.
Colmar, gracias á Dios, la troj esperas.
PASCOALA.
Aun madrugando el sol, mira tu gala.
ANTÓN.
Tú madrugas á abril las primaveras.
Dichoso yo, que al lado tuyo espero
Que me despierte el gallo y el lucero.
¡Cuan bienaventurado el casamiento
De dos conformes almas, como el mió,
[miento.
Donde es cualquiera un mismo pensa-
Es una voluntad y un albedrio;
[tentó;
No hay reinar como el bien de estar con-
Sin gusto es todo humano desvario ;
Que al César, al monarca mas augusto.
Todo le falu si le falta el gusto, [sa,
Guarde Dios á Isabel, Pascuala hermo-
Que nos dio de comer en nuestra aldea.
En la mediana suerte venturosa
Que el ambicioso rico no desea.
Busque en el mar el hambre codiciosa
[plea.
Del mercader, que tanta ciencia em-
Logros á su esperanza de otra suerte,
Tres dedos apartado de la muerte.
Precíese el poderoso , rodeado [ros.
Del escuadrón hambriento de escude-
De la sangre real, del alto estado.
Que le repiten tantos lisonjeros ;
Que yo, Pascuala, á tu dichoso lado,
1S4
O mirando dormidMtns laceros,
O amanecieBdo de mi vida al polo,
Solo me eoTídio, qae te gozo solo.
PASCOALA.
Amado Aoton, galán y esposo mío,
Poes cuando al campo vas, y lu Pascaa-
No sabe si es mujer ó si es rocío, [la
Qoe, de ti ausente, el alba no la iguala,
Como amante, ; qué loco desvario!
Pieuso que te entretiene otra zagala
[da,
Masbermosaqueyo, masbien prendi-
Y entre temor y amor pierdo la vida.
[do!
¡Ob, qué presto que Mengo se ba vestí-
Antón, dame los brazos, y en las eras
Acuérdate de mi, pues yo me olvido ;
[ras.
Que esto es, Antón amado, amar de ve-
¡Qué flojo abrazo! Aprieta mas, queri-
Ausente de mis ojos; mas. [do,
ANTOÜ.
¿Qué esperas?
PASCOAU.
Juntarme tanto á ti, que eternamente
Estar pudiese de tu pecbo ausente.
ANTOlf.
Vamos, Mengo.
Salen MENGO t BARTOLA.
«NQO.
Bartola.
BARTOLA.
Mengo mió.
■creo.
A las eras me voy.
BARTOLA.
Vete en buen bora.
Hgnco.
Bartola, ¿sientes mucbo este desvio?
BARTOLA.
Sintiéralo si fuera para una bora ;
Mas con tanto marido , en el esUo,
Una alma se at>ocborna labradora.
Que al lado tuyo paso los trabajos
De un purgstorio de cebollas y ajos.
Deja que me dé el aire, si es posible,
Por lo menos un mes.
MBNGO.
Amor me tienes.
No lo puedes negar.
BARTOLA.
Amor terrible,
V, Mengo, mucbo mas cuando no vie-
ME?(Go. [nes.
Tú me pagas. Bartola, en lo posible.
El poco que mis ansias entretienes; [ro,
Queiuroi Dios,quecuandov^rteespe-
Quisiera ver á Bercebú primero, [de,
Pero no puedo mas; quien mas no pue-
Con su mujer se acuesta de ordinario;
Antón se va, contigo el cielo quede.
BARTOLA.
Como no vuelvas, vé con Dios.
MlfCO.
¡Qué varío
Es, Bartola, tu amor!
BARTOLA.
Al tuyoeicede;
Eres un almirez de boticario
Para los ojos mios.
■tuco.
Tü, Bartola,
Una barra con saya.
LUIS VBLEZ DE GUEVARA.
Airroif.
Vamos, bola.
MERGO.
Oleadme despacio, Antón bermano;
Que eso es muy de cuñados.
BARTOLA.
i Ob ! Pniguiera
Al que las vidas bace de su mano.
Que aqueso de olearos verdad fuera.
■E5G0.
Agradezco el deseo.
PASCOALA.
Adiós, serrano
Del alma mia.
ANTÓN.
Puesto el sol, me espera.
PASCOALA.
Eso fuera volver, Antón, mas presto ;
Que, volviendo tü el rostro, el sol seba
BARTOLA. [puesto.
No llores: ¿vase á Flándes? ¡qué zagala
Tan tierna de Carona, niña en suma.
Que la terneza con la edad iguala!
Como puchero chico baceft espuma ;
Cebolla sois , Antón , para Pascuala;
Andad con Dios.
AUTOR.
i Quién tatn veloz pluma
[ees,
Del pensamiento que en tu amor ofre-
Para volver á verte muchas veces !
MENGO.
Vamos, Antón.
ANTÓN.
Adiós; voy sin sentido.
(Vase.)
BARTOLA.
De nácar las mejillas se arrebola.
MENGO.
Bartola, ya me voy.
BARTOLA.
Pues ¿no te bas ido?
MENGO.
Esa esperanza es mas que amor, Barto-
BARTOLA. [la.
Galápago eres, Mengo, no marido.
MENGO.
¿Cómo quedas?
BARTOLA.
Gozosa en quedar sola.
MENGO.
Adiós.
BARTOLA.
Adiós.
MENGO.
Y advierte, por mas gozo.
Que á la noche me aguardes en un pozo.
(YOie,)
BARTOLA.
En él caigas, prega á Dios,
Porque no vuelvas acá.
PASCOALA.
Pocos recelos os da
ilmor, Bartola , á los dos.
BARTOLA.
Siempre fué amor necedad,
Pascuala, entre los casados.
Porque los gustos gozados
Menguan de la voluntad.
PASCUALA.
Antes los gustos, que son
Los que alamor siempre alientan.
Se abrman mas y acrecientan,
Bartola, en la posesión.
¿No bas visto, Bartola, el fuego,
Que mientras mas leftt abrasa.
Mas llama el abre embanEi,
Y en faltando mengua loego?
Pues asi es la voluntad.
Que mientras goza lo qae ama.
Siempre levanta mas Uama.
BARTOLA.
No sé, Pascuala, en tu edad.
Cómo has alcanzado tanto.
PASCOALA.
Bartola , con la experiencia
No hay imposible en la deocia
De amor.
BARTOLA.
De tu amor me espanto.
PASCOALA.
Antón me ba enseñado á amar;
Que en este quinto elemento
De amor el entendimiento
Sabe no mas navegar.
Sin él no hay. Bartola, amor.
BARTOLA.
Debe de faltarme i mi
Y á Mengo; que nanea vi,
Hermano siendo raa^or.
Que en eso te pareciese
Menos, ni en nada.
PASCOALA.
Bartola,
El alma r^r^^ sola
Al cielo.
BARTOLA.
Si te pudiese,
Pascuala, con gasto bal>nr.
Pues solas hemos quedado,
Lo que tanto bas alcanzado
De amor y saber amar.
Alguna cosa, Pascuala,
Que te importa te diría.
PASCUALA.
¿A mi de amor?
RARTOLA.
Ser podría.
PASCUALA.
Si es de Antón, qae se tefiala
En alguna traición nueva
Contra mi, dándome celos.
Asi, Bartola, los cielos
Le guarden, que aunque la prueb:
Sea costosa , me lo digas ;
Que querer saber sa nul.
También es de amor señal ,
Y verás cuánto me oblinf.
¿ Es mujer de nuestra aldea ,
Doncella, casada, soiat
Dime la verdad. Bartola,
Si la habla ó la pasea.
¿Dala músicas? ¿Regala
Sus amigas, sus vecinas?
¿Pónase por las esqoiiiaa?
aARTOUL
No es nada de aao, Paaciala.
PASCOAIiA.
Pues ¿qué es. Bartola?
Tabrava
Condición , dora yaUveatia.
Habíame claro.
aAatOLA.
Elmaeam
De la cruz de Galatrava,
Aquel galán caballero
Que con la Reina Yeoia,
Y-con la insignia eobria
Roja el pecbo...
rASCHALA.
Al caso etp«ro
i. Bartola.
Bartola,
'laemecuenusilén
queja esloj
LA LUNA DE LA SIERRA.
De su loca jireleDsloii,
, soy mujer ;
□o hacerme
airen l*r
Saltn EL MAESTRE t GUZHAN.
NAKSTHt. {Ap. d Guiman.)
Goiman,
Con esla trar.a be de verla ,
íji aldea.
Todo el oro to airopella.
■ ARtOU.
YaT«j.
tíSCVAUí.
BARTOLA.
■S rico j discreto
o (jalan.
leoguaconqueiotiicieras: ÍYa$e.)
¡Tirte ahuera
Las plantas vnei
Beso, SeSor.
rRfNcm.
DOSk ISASCL.
; Vos melancálicD, Juan?
Vos, Pniici|ie, con iriste»!
Maestre, el
Salir liuy
Porque
' Matando
DiTeriiise; tened cuenta
' Con su persona, y servidle.
Como de vuestra nobleta
Confio.
MAtSTRE.
: causáis mucba peoa
Deveros asi.
Guárdeos el cielo, y eternas
Kn Castilla y en Li-oo
Vuestras alabanzas sean ;
con vos en .^damuz
uemis
PIllNCm.
Maestre, todas las deudas
Quo os tengo.
No aguardéis c
ola. Bartola,
ñas adelante 1
•f de las mujer
Melaucúllcos.
DOÍA ISABtL.
No fuera
Para mi de menor Rusto
PIlfKCtPE.
Maestre, uii amigo sois,
' vos solo me es rnena
Uueesiojsinmi.
NAtSTRe.
Vuestra alteu,
Como de si , de mi puede
Con Dar.
rMNCirE.
A
De
idu veneno eitii;
i¡ Antón no adorara,
lar no faltara
clinacion medió;
plico que alioirc
No lo haríi
pnÍKC[l>B.
F.1 Maestre tiene prendas .
Tan grandes, oue mas en e
il madre.
1 Pascuala,
Que I4 Luna déla- Sierra .
La llamao por otro nombret
FitlllCi?K. .
Maestre, si ; y de manera
Su beldad me tiene loco,
He tiene triste auaúseíicia ,
i86
Que, aunque no saben la causa,
Por lo menos la tristeza
Han echado de ?er todos.
Yo con vos tengo de vella
Esta noche en su lugar.
Buscad traza con que sea.
Para que os deba el ser mío,
Para que la vida os deba;
Que la ocasión de la caza
Ha de ser la estratagema
Deste pensamiento.
MAESTRE.
{Ap. \ Cielos !
Para quien ama la mesnia
Causa, ¿ hay suceso ú caso
Mas apretado? De veras
Tomó el principe don Juan
La empresa.) No es esta empresa
Para obligaros á tanto ;
Una villana grosera
Con un principe de Espafia
Hace grande diferencia .
PRIKCIPB.
La villana es para mi
Mas alta que las estrellas;
Que la muerte y el amor.
Deísta manera se precian
De igualar todas las cosas.
MAESTRE. (Ap.)
No miro traza ni senda
De hacellc dar paso atrás,
í Qué notable competencia !
PRÍKCIPE.
Maestro, vamos de aquí ,
Que el amor y el sol me llevan
Los rayos, á ver los ojos
D8 la Luna de la Sierra.
MAESTRE.
Vamos, Señor. (Ap, Vive Dios,
Que ha sido en mas baja esfera
Mis esperanzas la Luna,
Pues cuando ha de crecer mengua.)
(Yanse.)
Sale PASCUALA.
PASCUALA.
Ya comienza á anochecer,
Y no acaba de llegar
Antón. ¡ Qué necio pesar
Embaraza mi placer!
¿Qué ocasión podrá tener
En las parvas tan groseras
Con mis ansias lisonjeras.
Buscando á mí muerte modos,
Cuando van volviendo todos
Los zagales de las eras?
¿Qué tendrá mi labrador?
¿Quién en ellas le entretiene.
Cuando parece que tiene
Acabada la labor?
: Ay sobresaltos de amor!
No ofenda vuestro poder
Mi quietud; que en el saber
Su amor nada me acobarda,
Y pues en el campo tarda.
Mas le queda á Anión que hacer.
Claro está que si no fuera
Asi , cuando el plazo pasa,
A mis brazos y a su casa.
Como los demás, volviera ;
Que ya la estrellada esfera
No ocupa lumbre ninguna ;
Ya resplandece la luna,
Y la de la Sierra en tanto.
Sin Antón, convierte en llanto
Su luz, si ha tenido alguna.
De la puerta del lugar.
Con esta nueva ocasión.
Hasta que veoga mi Antón
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
No me pienso levantar.
Aqui le pienso esperar.
Sentada ; que podrá ser
Que tenga tanto poder
VA deseo que le aguarda,
Que abrevie el siglo que tarda
Desde el pesar al placer.
Envidiaré desde aquí,
De mis vecinas casadas,
No estar mejor empleadas,
Pues yo tan dichosa fui ;
Sino el mirar ¡ay de mí !
Que tan venturosas son
En esta mesma ocasión
De mis ausentes sentidos.
Que han llegado sus maridos,
Y que no llega mi Antón.
BARTOLA. {Canta dentro.)
Estábase ¡a aldeana
A la puerta de su aldea.
Viendo venir por la tarde
Los zagales de las eras,
PASCUALA.
Bartola es esta que canta,
Y parece que la letra
Que con mi tristeza dice ;
blscuchalla quiero atenta.
BARTOLA. {Canta dentro.)
Cargados los altos carros
De espigas doradas llevan ,
Yá sus rústicos cantares
Van ayudando las ruedas.
El zagal de Inés venia ,
El de Casilda y Lorenza,
Como son vecinas suyas.
Crece su envidia y su pena.
PASCUALA.
Con lágrimas ha de ser
La creciente. ¡Qué discreta
Y qué enamorada copla
Y suspensión de mi ausencia !
BARTOLA. {Canta dentro.)
En esta imaginación
Salieron luna y estrellas
A ver tan lejos del alba
La suya llorando perlas.
Cuando vio que ya tauian
La campana de la queda
A recoger los zagales ,
Dijo , mirando á la puerta :
tfoca la queda, mi amor no viene;
Algo tiene en el campo que le detiene.
PASCUALA.
No cantes , Bartola,
Mas, si te parece ,
Necias profecías
De mi amor ausente,
heja, si es posible.
Si no es que es adrede.
De darme pesares.
Dándome placeres.
Los primeros versos
Que cantaste alegre
Para divertirte,
Y á mi me entretienen ,
A las ansias mias
Tan medidos vienen,
Que se vistió el alma
De ellos dulcemente;
Mas cuando llegastes
Por ofensa hacerme
A mezclar en ellos
Sospechas crueles ,
Que una alma adivina,
Que un pecho padece.
Que una ausente llora,
Que una Ürme tiene.
Toda la lisonja
Que me hiciste pierdes ;
Que son con pensiones
Tiranas mercedes.
Mas ¡ay! que sin dodt
Pueae ser que fuesen
Avisos que al alma
De mi ausente vienen ;
Que cuando al aldea
Todos los ausentes
Zagales casados
De las eras vuelven,
Y -él solóse tarda,
Y ocasiona, ausente,
Que al salir la luna
La suya le espere ,
Algu tiene en el campo
Que le detiene.
BABTOLA.
TÚ vives , Pascuala,
Presurosamente;
Querer tan aprisa,
A olvidar me huele.
Vete mas despacio;
Que luz que da siempre
Tantas llamaradas.
Apagar se quiere.
Taninien Mengo es hombre,
Y también no viene;
En mis confianzas
Tus prisas se enseñen.
Bueno es que te mates
Por cosas que tienen
Remedio tan fácil ,
Como el de que esperes.
Vive mas al uso ,
Ten frema, y entiende
Que somos mentiras
Hombres y mujeres.
PASCUALA.
¡Ay Bartola! aparta.
Deja que me queje;
Que amor que no es firme.
Ni cela ni siente.
Aunque Antón roe oWide,
Pretendo querelle.
Con estos extremos.
Desde aqui á la muerte.
No juzgues por una
Todas las mujeres.
Pues ves que yo adoro.
Como tú aborreces.
Déjame que tema.
Déjame que piense.
Pues Mengo no asoma
Y Antón no parece;
Que algo tiene en el campo
Que le detiene.
Salen EL PRINCIPE t EL MAESl
DON GUTIERRE t GUZMAN.
PRINCIPE.
Maestre, llegad á hablarla ,
Y decidla que me tiene
Tan sin mí , que me ba obligado
A que venga de esta suerte
A ver sus hermosos ojos ;
Decid que amor no consiente
En las esperanzas largas.
MACSTU.
¡Notable lance!
PBbfaHi.
Maestre,
Mirad que adoro k Pascuala.
■AISTU.
Yo voy; vuestra alteu deje
Su pretensión i mi cargo.
¡Pascuala!
Me MENGO.
lUNGO.
luesebtiteteDldo
ton le promelo
ian Higael qne viene ,
le lesgi meior
, el marido es ese.
ESTKE, {Ap. al Priacipe.)
no Hengo, el hermano.
i Qaé es lo qae quieTes!
ceoar. Bartola;
go para comerme
is ollas de Egipto,
■jkRTOLD.
CoD hambre vi ene a.
PllnclPE.
res.Haestre, i mas,
MAESTRE.
Señor. Dilalaba,
!a Anión no viniese,
rniíícíre.
Llega ; que esto; ,
ámame, impaciente.
;DzaAii. iÁp. al MaeOre.)
iQuá dices, SenorT
esnR. {Ap. á Caimán.)
I brazos , Anión. {Abrátúle.)
ni, cielos! ¿Quién eres?
qae, COD este traje,
adorarte j averie;
re so;.
oro; tns desdenes
bilen Ion abriles
-speranus verdes.
U LUVi DE U SIERRA.
Sa¡e ANTÓN, vaU á abraxar
y demuela.
rjkSCDALA.
lAatonl
ETascnala , detente.
pRlnciPC. {Ap. ú 4on Gutierre.)
Gutierre, el maride vino.
HKOAIA.
¿NomeabraiasT
AHTON.
jQaé hombre ese*!
Que estaba contigo hablandot
¡Labrador!
PnestnolereaT—
¡ Labrador, Antoo !
No huele
Esle i labrador. ispecbas
De las paces
No me rompáis las alegres
Oue goza el alma ; qne so;
Hirldo.)
ÍASCDALA.
iQué teiuspendeT
«KTON.
Vamos, Patcnala , de aqal.
Vamos.
En quien ífWt
rASCOALA.
Sin mi vo; ; mal baya , ami
La ie[iida del Maestre.
i>a<iiciPB,
En mala ocasión llegó
El Antón.
jQué le parece
ra alteía que haf'
Mtacin.
Antes de irme, enamoralla.
aAIITRI.
Bien dices.
rBlNCÍK.
Vamos, Maestre.
{9ánte.)
(Yae.)
Stíe» ANTÓN i PASCUALA , M eta.
rUCDALA.
posibl isi ,
SI DO sois V lio.
Mas dn^o de mi albedrlo
BiTOt.
i88
Vienen oliendo, por Tida
Tuya ; que en la ropa blanca
Arrojé un mayo de rosas
La primavera pasada.
Huele, buele.
AlfTOJr.
A tí me huelen ;
Que de tu boca retratan ,
Para el campo y para el dia ,
Olor el abril y el ámbar.
De tí aprendieron las rosas
A competir con él nácar.
PASCOALA.
Este es el pan y el cuchillo
Y el salero...
ANTOII.
Saca , saca
La olla.
PASCUALA.
Ya voy por ella ;
Que á fe que está sazonada
yndamenle; que la eché.
Con la salpresa de vaca ,
Un ganso y una paloma
Y una lonja jaspeada
D^ tocino de la sierra ,
Que puede comerla el Papa.
¡ Oh , cómo saltan, Antón ,
Los garbanzos !
AlfTON.
No se iguala
Con esta dicha otra alguna.
PASCUALA.
Mientras que con la cuchara
Gobierno las escudillas ,
Corta pan.
A5T0N.
. ¿Qué rey alcanza
lietud ,
Esta quietud , esta paz,
Para el cuerpo y para el alma?
O no hay verdad en la tierra ,
O sola es verdad Pascuala.
{Comienza Antón á cortar pan ^ y Pas»
cuala á sacar in olla , y cantan den-
tro, y suspéndese Antón á medio
cortar.)
Mdsicos.
La Luna de la Sierra
Linda es y morena.
PASCUALA.
ÍrVo cortas el pan , Antón?
lira que tengo sacada
La olla, y voy á sentarme
Contigo á cenar.
ANTOJI.
¿Qué cantan,
Pascuala, en la calle?
PASCUALA.
Apenas
Les entendí una palabra.
Zagales deben de ser.
Que tomando el fresco se andan
Por el lugar.
ANTOIf.
Imagino
Que á cantar vuelven. Aguarda.
MüsiGos. (Cantan.)
La Luna de la Sierra
Linda es y morería^
ANTÓN.
A tí, Pascuala, parece
La canción.
PASCUALA.
A las zagalas
Del lugar siempre les hacen
Coplas los mozos que cantan ,
Y ya tabes que ninguna ,
LUIS VELEZ DB GUSTARA.
Antón, de aquesto se escapa. —
Cena, cena.
ANTÓN.
Bien podrían
Perdonar ¿ las casadas :
Que ya sé que á las doncellas
Les hacen versos y enraman
Las puertas.
PASCUALA.
Tienes razón ,
Y ellos mas, sí lo excusaran ;
Mas la libertad soltera
Incurre en mayores fallas.
Cena y déjalos; que ya
Han pasado. ¡Malas pascuas
Y mal San Juan les dé Dios !
ANTÓN.
Amén, amén.
PASCUALA.
A Dios gracias ,
Que con tu cara no puede
Competir el sol.
ANTÓN.
Pascuala,
Cenemos.
( Vuelven á cantar.)
PASCUALA. (Ap.)
Mal haya, amén,
El Maestre ; á Calalrava
Muerto esta noche le lleven
Antes que amanezca el alba.
MÚSICOS.
Luna , que reluces.
Toda la noche me alumbres.
ANTÓN.
;Oira luna! Vive Dios,
Que tanta luna me cansa.
PASCUALA.
Cena , Antón , por vida tuya.
ANTÓN.
No quiero cenar, Pascuala.
PASCUALA.
¿He de pagar, Antón , yo
El enfado que te causan
Esos villanos?
ANTÓN.
No sé.
Pascuala , de cenar trata ;
Que yo cenaré después.
PASCUALA.
Yo he nacido desdichada.
ANTÓN.
Esos no son labradores.
No son guitarras serranas
Estas , ni aldeanos versos
Aquellos ; sombras me espantan
Aquí.
PASCUALA.
i Loca estoy ! ¿ Qué haré ?
¿Llamaré á Mengo?
ANTÓN.
No; basta
El desvelo del honor.
Que mas adelante pasa.
¡ Oh pese á mí ! ¡Tanta luna
Sobre mi honra! ¡Mal haya
El hombre aue con mujer .
be nombre famoso casa.
PASCUALA.
Antón , vuelve en tí ; pues eres
Cuerdo , repórtate, aguarda ;
QuéTya que tienes de mi
Satisfacciones tan altas ,
No es justo, Antón , te moleste
Lo que por la ealle pasa.
ANTÓN.
Dices bien , tienes lazon.
Loco de cólera estilMi
De ver que, sabiendo todos
Los bríos que tengo, do hayan
Mas , Pascuala , esos mancebos
Respetado nuestra casa.
Novedad me ha parecido ;
Mas la mocedad gallarda
Les disculpa.
PASCUALA.
A cenar v oelve.
ANTÓN.
Norabuena.
PASCOALA.
Y noramala
Para quien , contra mi gasto,
Los gustos me sobresalta.
{Ap, Prudente y cuerdo anda AdIob.)
ANTÓN.
No comes, Pascuala, nada ,
Y está como de ta mano
La olla.
PUCDALA.
Todo te baga
Muy buen provecho ; qoe á mí
Me sustenta...
{Dan con una piedra en ¡a ventana.)
ANTÓN.
4 Fué pedrada?
PASCUALA.
No sé, Antón ; mas me parece
Antojo.
ANTÓN.
Antojo y Pascaab ,
Debió de ser. Yo no ceno
Mas ; perdóname y levanta
La mesa en cenando ló.
PASCOAU. {Ap.)
Toda esta noche es borrasca.
Cielos, ¿en qué os ofendí.
Que desta suerte roe agravia
Vuestro rigor?
ANTÓN. (4p.)
Piedras tiran ,
Antón, los que os amenazan
En el honor ; si es de vidrio.
Haceros gran daño aguardan.
¡ Que estos dados me sucedan
Por Pascuala ! Mas Pascuala
Me tiene amor, y aonque tiene
Tan poca edad , tiene canas
En la cordura; mases
Hermosa y solicitada
De algún señor de la corte.
Que trajo, por mi desgracia ,
La Católica Isabel
A Adamuz ; que siempre pasa
Por aquí desde Castilla ;
Puede ser. Sospechas, basta ;
Que me matáis.
PASCUALA.
Antón mío,
¿Qué suerte ha sido, contraria ,
La que nuestras paces rompe.
La que nuestros gustos agóaf
ANTÓN.
Pascuala , yo estoy sto él ;
Déjame agora.
PASCUALA.
¡Qnéeitrilai
Desdichas !
ANfON.
Estoliido
PASCUALA.
¿Dónde vas, Antoot
AIITOg.
Loego doy la voelli.
PASCUALA.
Espera,
chime.
ATfTOTI.
¡ Mal baya
que coD mujer
hermosura casa ! ( V<ue.)
PASCDAtA.
0 de Mengo
ya entró.—; Oh TÜIana
¡Fiero Maestre!
ie'o que una lanza
1 cruz del pecho
de Granaaa.
desdichas mías
se encontraran!
Sale BARTOLA.
BARTOLA.
Pascuala !
PASCUALA.
Bartola,
BARTOLA.
A Mengo de la cama
ton , y le está
no sé la causa.
PASCUALA.
ido.
BARTOLA.
¿Yo?
PASCUALA.
Tú, siendo
lemas cuñadas.
j?
BARTOLA.
PASCUALA.
Si me siguieres
aleves plantas ,
lor que encierran
BARTOLA.
La Serrana
en el que muestras,
le ni te iguala,
rayo pareces ;
ijer que se escapa
abones de oro ,
cocerla nada.
( Vanu.)
PRÍNCIPE, EL MAESTRE,
TIERRE T GUZMAN , con
^os de labradoreSy y icsicos,
,tEL ALCALüliGILOEL
I con ellos.
L'Sicos. {Cantan.)
ire$ de junio á Osuna
el Sol, tallóme la Luna,
PRTSaPE.
i ba puesto el sol ,
ue esperaba
salir tampoco.
DON GUnCRRE.
as gozarála
Eodimion.
PRÍnCIPE.
ino, que tanta
i lener. — Volved
bacedle rajas
a con piedras.
■AESTRS. (i4p.)
iDiamos la caza
solamente.
hk LUNA DB LA SIERRA.
PRÍNCIPI.
La postrera letra Taya. .
MÚSICOS. (Cantan.)
En los olivares de Jutito d Osuna , etc.
príncipe.
La puerta han abierto ahora ,
Eu lugar de la ventana,
Y dos hombres han salido.
MAESTRE.
Será Antón , de camarada
Con su cuñadillo Mengo ;
Que se pica de la ampa
El villanchón.
Salen ANTÓN , embozado, con capa y
espada , t MENGO , armado d lo gra*
cioso.
príncipe.
Salí, Alcalde,
Y despejadlos.
GIL.
¿Qué manda
Su alteza? Que no he entendido,
Con todas mis alcaldadas.
Este modo de ber justicia.
MAESTRE.
Despejar es hacer plaza ,
Que es echar á Antón de aquí.
GIL.
Habrara para mañana.
Allá vó, como un hereje.
¡Miren de qué suerte habrán
Los principes! Finco ¿ Dios,
Que son gente endimoñada.
MENGO.
Pienso que ¿ guardar me llevas
Un molimiento.
ANTÓN.
Si guardas
El de mi honor, Mengo, no es
El de menos importancia.
MENGO.
¿Qué orden me das?
ANTÓN.
La que vieres
Ejecutar ¿ mi espada.
MENGO.
¿Sabes tú que tengo yo
Pergeño para estas danzas?
ANTÓN.
A pocos, oyendo el son
De los aceros , les falta.
MENGO.
Yo soy, Antoú , uno de ellos.
ANTÓN.
Esta es gente cortesana...
: Vive Dios! Las sombras foeron'
Verdades, y no fantasmas.
MENGO.
Un hombre como una torre, .
Del un lado, y á esta banda
Otros dos ó tres ó ciento,
Que vienen con buena gríida
Remedando la justicia.
AirroR.
¿Es el Alcalde?
GIL. •
¿ No basta
Lo que he dicho paira serlo , .
V ver dos palmos de vara
Alcololando la lana ? '
m
Salen PASCUALA t BARTOLA, em-
bozadas, con sombreros , capa y es-
pada.
PRÍNCIPE.
Otros dos vienen de guarda.
HABSTUL
Serán amigos de Antón.
GIL.
No hay que replicar palabra ;
Despiojar es lo que imporu.
ANTÓN.
¿Vos venís haciendo espaldas.
Alcalde, á los que^pretenden
Desacreditar mi casa ?
Vive Dios, que á tos y á ellos...
GIL.
No hay que replicar palabra ;
Despiojar es lo que importa.
MINGO.
Antón , el Alcalde rabia
Porque á espulgar nos entremos.
PASGIULA.
Hoy me verás, si Antón saca
La esnada , hacer maravillas , '
Bartola.
■AITOLA.
Buen humor gastas
Para mí , que , aunque esté Mengo
Sin tripas y sin entrafias,
Her no tengo cosa alguna.
ANTÓN.
Antes que de aquí me parta
He de conocer. Alcalde ,
La gente que o% acompaña.
GIL.
Si pensáis ber resistencia.
Os saldrá, Antón, á la cara;
Que hay mas de lo qae pensáis
Alli.
AlfTON.
Por la misma cansa
Lo he de hacer, sí, pese al mondo.
«L.
Tené , no saquéis la espada.
ANTÓN.
Mengo, ahora es tiempo.*
Aben
Se me han caldo las bragas ;
\ Notabre desgracia ha sraD I
«ABSTIB.
Entrémonos, si t6 mandas;
Que no es bien aventurarte
Entre esta gente villana;
Y déjame á mi con ellos.
Verías cómo á cuchilladas
No dejo hombre en el aldea.
raÍNCIPB. /
No me aconsejéis qtoe haga
Lo que' no hicierais, Maestre,
Viendo empnSar las espada*;
Que los hombres como yo .
No han de volver las espaldas.
PASCUALA.
Esta es ocasión , Bartola ,
Para una gloriosa haufia.
ANTÓN. .
Vive Dios , < á todos Juntos^
Oshagapc s. .
100
APCTON.
Parece qae esas palabras
Han puesto respeto en mi.
Gil).
El Príncipe es. ; Noramala
Para vos y para Mengo ! ,
ANTÓN.
Señor, ¿vuestra alteza estaba
En este rústico traje?
¿ Una deidad soberana
Uumanais con esa jerga?
príncipe.
Desaciertos de la caza
Me derrotaron , Antón,
Con Fernán Gómez de Lara,
El Maestre, á vuestra aldea,
Y en este traje gustaba
Rondar y tomar el fresco.
Esta noche en vuestra casa
He de pasarla, y después
Volver á Adamuz al alba.
ANTÓN.
Seuor, mi casa es estrecha
Para grandeza tan alia ;
La del Alcalde y el Cura
Y escribano son mas anchas.
Si no excede mis deseos,
Vuestra alteza podrá honrallas ;
Que la mia es corta esfera
A luces tan soberanas.
PRÍNCIPE.
El cielo , Antón , de tu Luna
Ser no puede esfera escasa
Ni aun para el sol.
ANTÓN.
Vos lo sois
Del cielo hermoso de España.
(Ap. ¡Maldiga el cielo esta Luna,
Su hermosura y mi desgracia !)
PRÍNCIPE.
Entrad.
ANTÓN. {Ap.)
¿ Qué es aquesto , cielos?
MAESTRE. {Ap, á Guitnan.)
Guzman , el Principe trata
De darme muerte.
PASCUALA.
¡Ay Bartola!
Mas desdichas me amenazan.
PRÍNCIPE.
Vamos.
GIL.
El Príncipe quiere
También cebarse en Pascuala,
i De buena me escapó Dios!
MENGO.
Mucho me huele mi hermana
A principesa de alquimia ,
Que después nos saldrá falsa.
DARTOLA.
También puede ser que sea
Maestra ue Calatrava.
MENGO.
Guarde Dios mi pertinencia.
ANTÓN.
Loco voy. ¡Cíelos, mal haya
El hombre que con mujer
De mucha hermosura casa !
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
JORNADA TERCERA.
Salen EL PRÍNCIPE DON JUAN, de
camino; EL MAESTRE, DON GU-
TIERRE, GUZMAN, ANTÓN i PAS-
CUALA.
PRÍNCIPE.
¿Pascuala?
PASCUALA.
¿ Señor ?
ANTÓN. {Ap.)
Si ya
Acabase de irse , cielos ,
Tanta ocasión de mis celos...
PASCUALA. {Ap.)
Antón en brasas está.
PRÍNCIPE.
Pues hasta salir el sol,
Y la virelta del lugar,
No hemos podido gozar
De vuestro hermoso arrebol ,
Pues como si hubierais sido
De otro hemisferio hacéis,
Y siendo Luna, os habéis
Toda la noche escondido;
Siquiera á la despedida
De tan ingrato hospedaje ,
Par.1 darnos buen viaje.
Hayos á abril , cielo y vida.
Alzad , Pascuala, los ojos.
PASCUALA.
Mejor, Señor, van así;
Que, como no están en mí.
Sino en Antón , por despojos
Los tengo en los pies de An^n ;
Y este es todo mi interés,
Que son mis ojos sus pies,
Y sus pies mis ojos son ;
Porque , pa^ra no ser mios
Ni suyos en dulces calmas,
Antón y yo con las almas
Trocamos los albedríos ,
Porque el amor nos iguala
Con una misma atención ;
Que los mios son de Antón ,
Y los de Antón , de Pascuala;
Y así, en lo que me mandáis
No es posible obedeceros.
Si es fuerza que para veros
A Anión mis ojos pidáis.
PRÍNCIPE.
¡Qué notable villaneja !
MAESTRE.
Con su belleza también
De un parto nació el desden.
DON GUTIERRE.
Un momento no la deja
Del lado el patán.
PRÍNCIPE.
No he visto
Villano mas malicioso.
MAESTRE.
Por eso mismo es celoso.
PRÍNCIPE.
Gutierre, un mármol conquisto,
Su dureza podrá usar
Un yunque. Luego, el villano
Siempre al lado , ha sido en vano
Poder á Pascuala hablar»
Y ha de ser.
DON GUTIERRE.
Decid...
MAE8TRK.
Uamallo,
Aanane esté mas advertido.
Llevándole entretenido
Hasta ponerse á caballo ;
Que entre tanto yo podré
Hablar á Pascuala.
PRÍ.XCIPE.
A todo
Por Pascuala me acomodo;
¿Cuándo vencida veré
Mi amorosa pretensión?
MAESTRE.
Presto, si puedo.— Ya es Urde ;
Pascuala, adiós.
PASCUALA.
Dios os guarde.
PRÍNCIPE.
Quedaos vos conmigo, Antón.
ANTÓN.
¿ Señor?
prLxcipe.
Decid...
ANTÓN.
¿Qué mandáis?
PRÍNCIPE.
Pasa adelante.
ANTOR.
Ya voy,
Aunque con el alma estoy
Eu Pascuala.
PRÍNCIPE.
Pues pisáis
Estos montes cada día,
¿ Dónde hay mas caza?
ANTÓN.
Señor,
Si buscáis caza mayor
De la que esta tierra cria.
No podéis matarla aqoi ,
Porque no aguarda el ojeo
Jamás de ningún deseo:
Aunque allá en los bosques, sí,
De la corte, porque están
Mas fáciles á la mano.
PRÍNCIPB. {Ap,)
¡ Qué entendido es él flllaoo!
MAESTRE. (Kp,)
i Qué malicioso patán!
pRL^ara.
Adiós , Pascuala.
ANTÓN. (Ap.)
¿Otnfest
PASCUALA.
A la Reina, mi sefton.
Beso ios pies.
PRÍ.XCIPE.
En bueiriiori.
{Ap. No vi mas dulce esqsiTei.)
ANTÓN.
Mirad que es moy Urde |a,
Y podra el sol ofenderot.
ptiHan.
Mas me abrasan los laeorot
Que se me poneo.
Sale el alcalde GIL DBL IIÁBlifO.
GIL.
El camino despiojando,
Y que entra elsol adfcriid.
ndMavs.
Vamos , Alcalde.— Venid,
Antón, que foy nroevMido
El informarme oa tos,
Como plálico en la Uem.
LA LUNA DE VK 91ERRA.
m
las eaxa que eodem.--
ala?
AirroR. (Ap.)
I Otra YesT
pr(iicipk.
Adiós.
PASCOALA.
s Dios COD bien.
GIL. (Ap.)
Yo digo
Principe és lindo gallo.
príkcipe.
ponerme á caballo
) qae tengáis conmigo.
Airroif.
Toy sifTiendo.
PRÍMCIPI.
Y yo voy
I.
GIL.
Praza.
f todos f menos Pascuala y
Maestre.)
PASCUALA.
Ya se han ido,
is i Dios.
MAESTRE. {Ap.)
Sin sentido
ral Príncipe estoy,
señala enamorado ;
;>erdone el respeto,
mor es ciego.
PASCOALA.
¿ A qué efeto
eslre se ha quedado?
MAESTRE.
►rarle y persuadirle
e me debes , Pascuala ;
imor ninguno iguala.
DO eres roca ni sirte ,
onujer, y i lus pies
s un hombre rendido,
mto alarbe ba cencido,
Inra á mi amor no estés;
ncjpe es niño, al fia,
sentido pretende
iTores, que no entiende
lor el principio y fin ;
D el alma te adoro,
redarte, Pascuala,
se á tu beldad no iguala,
er poco, un monte de oro ;
rete 4 CalatraTa,
e te ferás servida
> la Reina, por vida
s dos soles ; aljaba
s flechas de los cielos
los rayos de amor,
:a on rado labrador,
e está maundo á celos ,
amaestre.
PASCUALA.
Maestre,
istimo para mi
1 labrador, que á ti
irece un silvestre ;
»Umo aquel sayal
cabré cómo corteza
laella rustiqueza
Ima i ninguna igual,
•dolé satisfecho
irme amor que en mi alaba,
la cmi de Galatrava
te está abrasando el pecho.
ir Antón me parece
la montera y el sayo
arrado, qveelmayo
ido gaUo tmanece
el
A los campos andaluces;
Mas el disanto me agrada
Su polaina pespunteada.
Mas salir entre dos luces
Al campo con su gabán
Y la espada me enamora.
Que lo puede estar la aurora
Viendo al sol menos galán ;
Mejor me suena al oído
Su voz, viéndole llegar
A Antón del campo al lugar,
Oliendo á trébol florido,
A lentisco y á romero,
Oue la música mejor.
Ni del ámbar el olor
Cortesano y lisonjero ;
Y aunque tan tonto y silvestre
Antón te parezca ¿ ti ,
Es mayo, es sol para mi,
Príncipe, rey y maestre;
Su amor, sus celos adoro.
Que es de mis ojos Narciso
Mi Antón , y en esto que piso
No estimo lus montes de oro.
Bien puede en esta 'ocasión
Tu tema desengañarte;
Que no volviera i mirarte
Si te volvieras Antón.
MAESTRE.
Eres rústica en efeto.
PASCOAU.
Quiero bien.
MAESTRE.
Eliges mal.
PASCUALA.
Antón, Maestre, es mi igual.
MAESTRE.
A tus desdenes sujeto.
Un disparate he de hacer.
Porque estoy loco.
PASCUALA.
Arre allá ;
No OS lleguéis tanto, y mira
Que, agraviada, soy mi^er,
Y aunque me veis con tan poca
Edad , sabré hacer con vos.
Maestre, que...
MAESTRE.
¡Vive Dios,
Que en el ámbar de tu boca
Mis labios he de sellarte !
PASCUALA.
Ya veréis cuál es mas fuerte.
MAESTRE.
¿ De qué modo?
PASCUALA.
Desta suerte;
Que soy Luna, si eres Marte.
(Sáeaie ¡ü espadM.)
Sale ANTÓN.
AirroN<
Maestre, el Principe...; mas
¿Qué es esto?
MAESTRE.
Son bizarrías
De Pascuala.
AirroN.
Y dichas mias,
Que no he de olvidar jamás;
Que hallar con espada asi
A Pascuala, me señala
Que está volvlAndo Pascuala
Por el houAP « ^ »• ^í» ;
Y veros á '
Maestre, bo »
De que etlá o
Quien honra aJena atropella;
Que, como os liabeis qu^ado
A deshoras con mi honor,
De su justicia el rigor
Las armas oajia quitado;
I Que á quien quedarse procura ,
I Asi es nitfu que le suceda.
Pues no hay después de la queda
Ninguna espada segura.
PASCUALA.
No puedes estar ausente
Donde estoy presente, Antón.
ANTÓN.
En esa satisfacción ,
Ausente yo, estoy presente:
Dame, Pascuala, la espada.
PASCUALA.
Toma.
ANTÓN.
Y TOS , sefior Maestre,
Antes que roja se muestre
De vergüenza, no manchada
En la sangre granadina.
Mirándose en el poder
De una atrevida mujer
Que á guardar su honor se inclina,
Volvedla á honrar en el vuestro
Con valor á Marte igual.
Pues es su acero inmortal
Amparo y escudo nuestro;
No piense el moro andaluz
Que libre de vos se ve ; '
Que parece mal que esté
Esa cruz sin esta cruz. '
Perdonad la mano neda
Que toca, siendo villano.
Acero que en vuestra mano
Los rayos del sol desprecia,
Y á Pascuala penionad ;
Que bien merecen perdón
Atrevimientos que son
Hijos de tan tierna edad.
Volvedla á ce&ir, segundo
Cid , de quien sois satisfecho.
Aunque con la cruz del pecho
Podéis dar espanto al mundo;
Y pues con mano no escasa
Hacemos merced podéis ,
Os suplico que olvidéis
Vos y el Principe esta casa.
Si pagarme deseáis
Haber vuestro huésped sido;
Que dirán que por mando *
De hermosa miyer me honráis;
?ue es la aldeana simpleza
an maliciosa y tan mala.
Que la luna de Pascuala
Me pondrán eft la cabeza.
■abstíe.
Antón , el Principe y yo
Os deseamos boorar.
ANTONi
Menos no es justo esperar
De los dos , pues tanto os dio
El cielo que repartir
A ios demás, que nacimos
flumildes, y dar pudimos
Lo que hemos de recibir;
Pues de unos mismos primeros
Padres, por diversos modos,
Maestre, venimos todos.
Villanos y caballeros; '
Que solamente el poder
Nos pudo diferenciar,
Y qiuen honra saibe dar.
Mayor la tiene á tener;
Que averiguado está ja
Que cuando tanto.eonviene.
Quien la quita, no la tiene,
Y quien la tiene, la da.
O mirando dormidos tas luceros,
O amaDeciendo de mi ?ída al polo,
Solo me envidio, que te gozo solo.
PASCUALA.
Amado Aoton, galán y esposo mío,
Pues cuando al campo vas, y lu Pascua-
No sabe si es mujer ó si es roció, [la
Que , de ti ausente, el alba no la iguala.
Como amante, ¡ qué loco desvarío!
Pienso que te entretiene otra zagala
[da.
Mas hermosa que yo, mas bien prendi-
Y entre temor y amor pierdo la vida.
[do!
¡Oh, qué presto que Mengo se ha vesti*
Antón, dame los brazos, y en las eras
Acuérdate de mi, pues yo me olvido ;
[ras.
Que esto es, Antón amado, amar de ve-
¡Qué flojo abrazo! Aprieta mas,queri-
Ausente de mis ojos; mas. [do,
AIfT0:«.
¿Qué esperas?
PASCUALA.
Juntarme tanto á ti, que eternamente
Estar pudiese de tu pecho ausente.
ANTÓN.
Vamos, Mengo.
Salen MENGO t BARTOLA.
■BNGO.
Bartola.
BARTOLA.
Mengo mió.
MENGO.
A las eras me voy.
BARTOLA.
Yete en buen hora.
MENGO.
Bartola, ¿sientes mucho este desvio?
BARTOLA.
Sintiéralo si Tuera para una hora ;
Mas con tanto marido , en el estio.
Una alma se abochorna labradora,
Que al lado tuyo paso los trabajos
De un purgatorio de cel)ollas y ajos.
Deja que me dé el aire, si es posible,
Por lo menos un mes.
MBNGO.
Amor me tienes.
No lo puedes negar.
BARTOLA.
Amor terrible,
Y, Mengo» mucho mas cuando no vie-
MENGO. [nes.
Tú me pagas, Bartola, en lo posible.
El poco que mis ansias entretienes; [ro,
Queiuroá Dios,quecuandov^rteespe-
Quisiera ver á Bercebú primero, [de,
Pero no puedo mas; quien mas no pue-
Con su mujer se acuesta de ordinario;
Anión se tb, contigo el cielo quede.
BARTOLA.
Como no melvas, vé con Dios.
MCIIGO.
¡ Qué vario
Es, Bartola, tu amor!
BARTOLA.
Al tuyo excede;
Eres un almirez de boticario
Para los ojos mios.
MKNGO.
Tú, Bartola,
Uoi borra con saya.
LUIS VBLEZ DE GUEVARA.
ANTÓN.
Vamos, hola.
MENGO.
Oleadme despacio,' Antón hermano;
Que eso es muy de cunados.
BARTOLA.
\ Oh ! Pruguiera
Al que las vidas hace de su mano,
Que aqueso de olearos verdad fuera.
MENGO.
Agradezco el deseo.
PASCUALA.
Adiós , serrano
Del alma mia.
ANTÓN.
Puesto el sol, me espera.
PASCUALA.
Eso fuera volver, Antón, mas presto ;
Que, volviendo tú el rostro, el sol se ha
BARTOLA. [puesto.
No llores: ¿vase á Flándes? ¡qué zagala
Tan tierna de Carona, niña en suma.
Que la terneza con la edad iguala!
Como puchero chico haceft espuma ;
Cebolla sois , Antón , para Pascuala;
Andad con Dios.
ANTÓN.
i Quién fuera veloz pluma
[ees,
Del pensamiento que en tu amor ofre-
Para volver á verte mochas veces !
MENGO.
Vamos, Antón.
ANTÓN.
Adiós ; voy sin sentido.
(Vase.)
BARTOLA.
De nácar las mejillas se arrebola.
MENGO.
Bartola, ya me voy.
BARTOLA.
Pues ¿ no te has ido?
MENGO.
Esa esperanza es mas que amor, Barto-
BARTOLA. [la.
Galápago eres, Mengo, no marido.
MENGO.
¿C«ómo quedas?
BARTOLA.
Gozosa en quedar sola.
MENGO.
Adiós.
BARTOLA.
Adiós.
MENGO.
Y advierte, por mas gozo.
Que á la noche me aguardes en un pozo.
{Vase.)
BARTOLA.
En él caigas, prega á Dios,
Porque no vuelvas ac¿.
PASCUALA.
Pocos recelos os da
Amor, Bartola , á los dos.
BARTOLA.
Siempre Tué amor necedad,
Pascuala, entre los casados.
Porque los gustos gozados
Menguan de la voluntad.
PASCUALA.
Antes ios gustos, que son
Los que alamor siempre alientan.
Se aürman mas y acrecientan.
Bartola, en la posesión.
¿No has visto, Bartola, el fuego.
Que mientras mai lefia abrasa.
Mas llama el aire embaraza,
Y en faltando mengua loego?
Pues asi es la voluntad.
Que mientras goza lo que ama.
Siempre levanta mas llama.
BARTOLA.
No sé, Pascuala, en tu edad.
Cómo has alcanzado tanto.
PASCUALA.
Bartola , con la experiencia
No hay imposible en la ciencia
De amor.
BARTOLA.
De tu amor me espanto.
PASCUALA.
Auton me ha enseñado á amar;
Que en este quinto elemento
De amor el entendimiento
Sabe no mas navegar.
Sin él no hay. Bartola, amor.
BARTOLA.
Debe de faltarme á mi
Y á Mengo; que nunca fi,
Hermano siendo mavor,
Que en eso te pareciese
Menos, ni en nada.
PASCUALA.
Bartola,
El alma psrece sola
Al cielo.
BARTOLA.
Si te pudiese,
Pascuala, con gusto habrar.
Pues sotas hemos quedado,
Lo que tanto has alcanzado
De amor y saber amar.
Alguna cosa, Pascuala,
Que te importa te diría.
PASCUALA.
¿A mi de amor?
BARTOLA.
Ser podria.
PASCUALA.
Si es de Antón, que se tefiala
En alguna traición nueva
Contra mi , dándome celos.
Asi, Bartola, los cielos
Le guarden, que aunque la pruebí
Sea costosa , me lo digas;
Que querer saber su mal.
También es de amor sefial ,
Y verás cuánto me oblifas.
¿ Es mujer de nuestra aldea ,
Doncel la , casada «sola t
Dime la verdad , Bartola ,
Si la habla ó la pasea.
I Dala músicas? ¿Recala
Sus amigas, sus vecinas?
¿Pónese por las esquinas?
RARTOLA.
No es nada de eso, Paicsala.
PASCUALA.
Pues ¿qué es. Bartola?
BARTOLA*
Ttt brava
Condición , dura y.sUvetln.
PASGOAkA.
Habíame claro.
BARTOLA.
El maestre
De la cruz de Galatrara,
Aquel galán caballero
?ue con la Reina venia,
con la insignia cubría
Roja el pecho...
PASCOALá.
Al caso espero
, Bartola.
BARTOLA.
Aquel
is prumas tremola
rere...
PASCUALA.
Bartola f
que me cuentas dél?
ue ya estoy
de quién es
BARTOLA.
Aquese, pues...
PASCUALA.
echo.
BARTOLA.
Ya voy.
PASCUALA.
BARTOLA.
rico y discreto
» galán,
ierra te dan...
PASCUALA.
rtola, alefeto.
BARTOLA.
)or tu hermosura
; causas, nombre,
> y gentilhombre,
labrarte procura,
•gió en lahuente
er, y me dijo
desden prolijo,
» fácilmente
ibntear ;
uede enriquecer,
ascuala, mujer.
son llorar
imas razones ;
ena me dio
i mí me echó
Tza de doblones
I del sayuelo,
ü al sol desafian,
nol abrandarian.
e era su abuelo
I padre un infante,
)ersona sola
PASCUALA.
Día, Bartola,
nas adelante ;
y de las mujeres
is de hablar así,
hallarse aquí
es pareceres
que estoy corrida
li hermano casada
que mi cuñada
) es que en la vida,
brando quimeras,
;erés que dieron ,
üs cuñadas fueron
e ser terceras,
itesco tirano,
nquísto jamás!
la suegra no mas
'mas inhumano,
a cadena allá,
lio impertinente ,
arece serpiente
idu veneno está ;
estre que yo,
li Antón no adorara,
lor no fallara
clinacion medió;
plico que ahorre
LA LUNA DE LA SIERRA.
De su loca pretensión,
Porque la vida de Antón
Y honor por mi cuenta corre ;
Porque, obligada de ver
Que prosigue en su porfía,
Haré un desatino un día ;
Que, agraviada , soy mujer ;
Y que procure no hacerme
Mal casada , ni afrentar
Mi opinión en el lugar.
Con despertar á quien duerme.
Que cuando Isabel no quiera
Corregille ycastigalle,
Sabré yo hácello y matalle ;
Y á tí, si otra vez, tercera
Del Maestre, me trujeras
Recaudo sin enmendarte,
;Vive Dios, que he de cortarte
La lengua con que lo hicieras! (Vaie.)
BARTOLA.
íTirte ahuera! Un carretero
Mas gordo no pudo echar
El «vive Dios»; no hay que habrar,
Mal negocia el caballero.
No hay quien vueso amor le meta.
Paciencia, Maestre hermano;
Que ha tenido mala mano
Bartola para alcahueta. {Vate.)
Salen LA REINA DOÑA ISABEL y EL
PRÍNCIPE.
D0Í9a ISABEL.
; Vos melancólico, Juan?
vos, Príncipe, con tristezas?
Vos, en esos verdes años,
Con suspensiones tan nuevas?
Mirad , Juan, qué es vuestro gusto,
No me tengáis con sospechas
Tan varias; que os quiero bien,
Y me causáis mucha pena
De veros asi.
PRÍNCIPE.
Señora ,
Guárdeos el cielo, y eternas
En Castilla y en León
Vuestras alabanzas sean ;
Que con vos en Adamuz
Y en la parle mas desierta
Del mundo mejor me hallara
Que en las delicias hibleas
Üe los jardines de Chipre,
En los pensiles de Persia,
Kn los elíseos de España
Y en los asombros de Grecia.
Adusta sangre ocasiona
Muchas veces estas muestras,
Sin que tenga acá en mi pecho
Mas ocasión la tristeza.
Hoy, con vuestra permisión,
Salir á caza quisiera ;
Que por Iq que tiene el campo
De esperanza en la librea ,
Contra los efetos es
Melancólicos.
DOÑA ISABEL.
No fuera
Para mí de menor gusto
El ir con vos ; mas la priesa ,
Príncipe, de los negocios
No me quiere dar licencia.
Vaya en vuestra compañía
Sirviendo, como desea,
El maestre Fernán Gómez,
Con que á la persona vuestra
No le hará falta la mia.
PRÍNCIPE.
El Maestre tiene prendas .
Tan grandes, que mas en eso
Que en lodo me lisonjea
Vuestra majestad.
SaUn EL MAESTRE y GÜZMAN.
MAESTRE. (Ap, á Guzman.)
Gnzman,
Con esta traza he de verla ,
Y licencia de Isabel.
Hoy, si es posible, en su aldea.
Fingiré que voy á caza;
Que el Alcalde nos apresu
Vestidos de labradores
A la usanza de la sierra.
GUZMAN.
Todo el oro lo atrepella.
MAESTRE.
Aqui está la Reina ; aguarda.
DOÑA ISABEL.
Maestre.
MAESTRE.
Las plantas vuestras
Beso, Señor.
PRÍNCIPE.
Guárdeos Dios.
DOÑA ISABEL.
Maestre, el Príncipe ordena
Salir hoy con vos al campo,
Porque pretende en la sierra,
Matando algún jabalí ,
Divertirse; tened cuenta
Con su persona, y servidle,
Como de vuestra nobleza
Confío.
MAESTRE.
{Ap. \ Extraña ocasión
Se pone en medio á mi empresa !
Replicar es grosería.)
Señora, cuando su alteza *
Toda esa merced me ha^a,
La debe á las experiencias
De mis deseos.
PRÍNCIPE.
Rien sé.
Maestre, todas las deudas
Que os tengo.
DOÑA ISABEL.
No aguardéis mas.
Pongan los coches y vengan
Los monteros, y alegrad
Al Príncipe, que es la prenda,
Maestre, que quiero mas.
Como á Fernando no sea. ( Vate.)
PRÍNCIPE.
Maestre, mi amigo sois,
Y de vos solo me es fuerza
Fiar una inclinación
Que me detiene suspensa
El alma en tantos discursos.
Que estoy sin mi.
MAESTRE.
Vuestra alteza,
Como de si , de mí puede
Confiar.
PRÍNCIPE.
Asi dan muestras
De vuestras obligaciones,
Maestre, todas las señas.
Yo estoy loco desde el dia
Que vi aquella serraneja
Que con aquel labrador, '
En esa vecina aldea.
Casó mi madre.
MAfiSTRE.
¿Pascuala,
Que \^ Luna de.la. Sierra .
La llaman por otro nombre?
PRÍNCIPE. .
Maestre, sí ; y de manera
Su beldad me tiene loco, ^
Me tiene triste su ausebcia ,
i86
Que, aunque no saben la causa,
Por lo menos la tristeza
Han echado de ver todos.
Yo con vos tengo de vella
Esta noche en su lugar.
Buscad traza con que sea,
Para que os deba el ser mío,
Para que la vida os deba ;
Que la ocasión de la caza
Ha de ser la estratagema
Deste pensamiento.
MAESTRE.
(Ap. ¡ Cielos !
Para quien ama la mesma
Causa, ¿ hay suceso ú caso
Mas apretado? De veras
Tomó el príncipe don Juan
La empresa.) No es esta empresa
Para obligaros á tanto ;
Una villana grosera
Con un principe de España
Hace grande diferencia.
príkcipb.
La villana es para mi
Mas alta que las estrellas ;
Que la muerte y el amor.
Detesta manera se precian
De igualar todas las cosas.
MAESTRE. (Ap.)
No miro traza ni senda
De bacelle dar paso atrás,
í Qué notable competencia !
PRÍNCIPE.
Maestro, vamos de aquí ,
Que el amor y el sol me llevan
Los rayos, á ver los ojos
D8 la Luna de la Sierra.
MAESTRE.
Vamos, Señor. (Ap, Vive Dios,
Que ha sido en mas baja esfera
Mis esperanzas la Luna,
Pues cuando ha de crecer mengua.)
(Yanse.)
Sale PASCUALA.
PASCUALA.
Ya comienza á anochecer,
Y no acaba de llegar
Antón. ¡ Qué necio pesar
Embaraza mi placer!
1 Qué ocasión podrá tener
E)n las parvas tan groseras
Con mis ansias lisonjeras.
Buscando á mi muerte modos,
Cuando van volviendo todos
Los zagales de las eras?
¿Qué tendrá mi labrador?
¿Quién en ellas le entretiene.
Cuando parece que tiene
Acabada la labor?
¡ Ay sobresaltos de amor!
No ofenda vuestro poder
Mi quietud; que en el saber
Su amor nada me acobarda,
Y pues en el campo tarda.
Mas le queda á Antón que hacer.
Claro está que si no fuera
Asi , cuando el plazo pasa,
A mis brazos y a su casa.
Como los demás, volviera ;
Que ya la estrellada esfera
No ocupa lumbre ninguna ;
Ya resplandece la luna,
Y la de la Sierra en tanto.
Sin Antón, convierte en llanto
Su luz, si ha tenido alguna.
De la puerta del lugar.
Con esta nueva ocasión,
Hasta que venga mi Antón
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
No me pienso levantar.
Aquí le pienso esperar.
Sentada ; que podrá ser
Que tenga tanto poder
E\ deseo que le aguarda,
Que abrevie el siglo que tarda
Desde el pesar al placer.
Envidiare desde aquí.
De mis vecinas casadas,
No estar mejor empleadas,
Pues yo tan dichosa fui ;
Sino el mirar ¡ay de mi !
Que tan venturosas son
£n esta mesma ocasión
De mis ausentes sentidos ,
Que han llegado sus maridos,
Y que no llega mi Antón.
BARTOLA. {Canta dentro.)
Estábase ¡a aldeana
A la puerta de su aldea^
Viendo venir por la tarde
Los zagales de las eras,
PASCUALA.
Bartola es esta que canta,
Y parece que la letra
Que con mi tristeza dice;
Éscuchalla quiero atenta.
BARTOLA. {Canta dentro.)
Cargados los altos carros
De espigas doradas llevan ,
Yásus rústicos cantares
Van ayudando las ruedas.
El zagal de Inés venia ,
El de Casilda y Lorenza.
Como son vecinas suyas.
Crece su envidia y su pena.
PASCUALA.
Con lágrimas ha de ser
La creciente. ¡Qué discreta
Y qué enamorada copla
Y suspensión de mi ausencia !
BARTOLA. {Canta dentro.)
En esta imaginación
Salieron luna y estrellas
A ver tan lejos del alba
La suya llorando perlas.
Cuando vio que ya tardan
La campana de la queda
A recoger los zagales ,
Dijo , mirando á la puerta :
• Toca la queda, mi amor no viene;
Algo tiene en el campo que le detiene.
PASCUALA.
No cantes. Bartola,
Mas, si te parece ,
Necias profecias
De mi amor ausente.
Deja, si es posible.
Si no es que es adrede.
De darme pesares.
Dándome placeres.
Los primeros versos
Que cantaste alegre
Para divertirte,
Y á mi me entretienen ,
A las ansias mias
Tan medidos vienen.
Que se vistió el alma
De ellos dulcemente;
Mas cuando llegasles
Por ofensa hacerme
A mezclar en ellos
Sospechas crueles ,
Que una alma adivina,
Que un pecho padece.
Que una jiusenle llora,
Que una lirme tiene.
Toda la lisonja
Que me hiciste pierdes ;
Que son con pensiones
Tiranas mercedes.
Masjay! que sin duda
Puede ser que fuesen
Avisos que al alma
De mi ausente vienen ;
Que cuando al aldea
Todos los ausentes
Zagales casados
De las eras vuelven,
Y él solóse tarda,
Y ocasiona, ausente,
Que al salir la luna
La suya le espere,
Algo tiene en el campo
Que le detiene.
BARTOU.
TÚ vives , Pasciula,
Presurosamente;
Querer tan aprisa,
A olvidar me huele.
Vete mas despacio ;
Que luz que da siempre
Tantas llamaradas.
Apagar se quiere.
Tannbien Mengo es hombre,
Y también no viene ;
En mis conGanzas
Tus prisas se enseñen.
Bueno es que te mates
Por cosas que tienen
Remedio tan fácil.
Como el de que esperes.
Vive mas al uso ,
Ten frema, y entiende
Que somos mentiras
Hombres y mujeres.
PASCUALA.
¡Ay Bartola! aparta.
Deja que me queje ;
Que amor que no es firme.
Ni cela ni siente.
Aunque Antón me olvide.
Pretendo querelle.
Con estos extremos.
Desde aquí á la muerte.
No juzgues por una
Todas las mujeres.
Pues ves que yo adoro ,
Como Id aborreces.
Déjame que tema ,
Déjame que piense.
Pues Mengo no asoma
Y Antón no parece;
Que algo tiene en el campo
Que le detiene.
Salen EL PRÍNCIPE t EL MAES1
DON GUTIERRE T GUZMAN
PRfXCIPE.
Maestre, llegad á hablarla ,
Y decidla que me tiene
Tan sin mí , que me ba obligado
A que venga de esta suerte
A ver sus hermosos ojos ;
Decid que amor no consiente
En las esperanzas largas.
MABSTRI.
¡Notable lance!
raüfCiM.
Maestre,
Mirad que adoro á Pascuala.
■AISTU.
Yo voy; vuestra alteu deje
Su pretensión á mi cargo.
¡Pascuala!
Sale mnco.
miifio.
PAfGCALA. *
¡Meogo!
■KRGO.
Ya Viene
ue se ha detenido
er unos bueyes
yesita aunas cabras,
Q rebosando leche.
PASCUALA.
>idíeras albricias? '
MERGO.
tú , si quisieres.
PASCUALA.
on te prometo
an Miguel que viene ,
.' tenga mejor
■KNGO.
cielo prospere ,
hermosa, tu dicha.
[«apE. (Ap, al Maestre.)
el marido es ese.
5TBE. {Ap. al Principe.)
3 Mengo, el hermano.
MENGO.
BARTOLA.
i Qué es lo que quieres?
MEi^tGO.
:enar , Bartola ;
y para comerme
ollas de Egipto,
BARTOLA.
Con hambre vienes.
PBÍ?(C1PE.
s , Maestre , á mas.
MAESTRE.
^ñor. Dilataba ,
Antón no viniese ,
PRÍJÍCIPE.
Llega ; que estoy ,
nante , impaciente.
MAESTRE.
'.MA.v. (Ap. al Maestre.)
)ué dices, Señor?
TBE. (Ap, á Guzman.)
sin seso de verme
:on este estorbo.
PASCUALA.
li Antón es este. —
>razos, Anión. (Abrázale.)
, cielos I ¿Quién eres?
MAESTRE.
e, con este traje,
orarte y á verte ; .
soy.
PASCUALA.
Desvia.
MAESTRE.
o; tus desdenes
en los abriles
eranzas verdes.
BARTOLA.
Aolon ! Pascuala.
PASCUALA.
jy!
BARTOLA.
No te alteres ;
jeres se culpan
LA LUNA DB LA SIERRA.
■AB8TBI.
En buce fuerte
Llegó Antón ; yo me retiro.
Sale ANTÓN, vale á abrazar Paicuala^
y detiénela.
PASCUALA.
i Antón!
Airroif.
pascuala , detente.
PRínciPE. (Ap. á don Gutierre.)
Gutierre, el marido vino.
PASCUALA.
¿ No me abrazas?
AlfTOIl.
¿Qué hombre es este
Que estaba contigo hablando?
PASCUALA.
Un labrador solamente,
A quien por ti preguntaba ;
Que también dice que viene
De las eras, y pensando
Que eras tú. Antón, neciamente
Los brazos le daba. Tanto
Los deseos desvanecen
A los amantes y engañan ,
Cuando firmemente quieren.
AHTOll.
¡Labrador!
PASCUALA.
Pues i no le ves?—
¡ Labrador, Antón !
AIITON.
No huele
Este á labrador. (Ap. Sospechas
Villanas , guerras aleves
De las paces del amor ,
No me rompáis las alegres
Que goza el alma ; que soy
Marido.)
PASCUAU.
i Qué te suspende?
AlfTON.
Vamos, Pascuala , de aqui.
PASCUALA.
Vamos.
ANTÓN. (Ap.)
Sombras del oriente
De mi honor y confianza ;
No me espantéis locamente;
Que amor y honra tengo yo,
Y cada cual por si puede
Hacer eretos mutables
Kn quien menos alma tiene. (Vase.)
PASCUALA.
Sin mí voy; mal haya , amén.
La venida del Maestre. (Vase.)
prIkcipb.
En mala ocasión llegó
El Antón.
MAESTRI.
^ ¿Qué le parece
A vuestra alteza que hagamos?
PRÍNCIPE.
Que. pues los músicos vienen ,
La llamemos, como al sol,
A las dichosas paredes
Que soh oriente del suyo;
Porque quiero dé eáta suerte ,
Antes de irme, enamoralla.
MAESTRE. *
Bien dices.
PRÍNCÉPE.
Vamos» Maestre.
(Vanee,)
187
Salen ANTÓN t PASCUALA , en cata,
PASCUALA.
Mi bien , mi esposo , mi Anteo»
Vos, que mi amor conocéis ,
Mis pensamientos sabéis »
Pues tenéis mi corazón ;
Preguntalde en oeasion
Que podáis estar sin mi »
Si es posible, amando así ,
Si no sois vos, Antón roio.
Mas dueño de mi albedrio
Que yo, que con él nad.
Desde que tuve experiencias
De amaros, bien sabe Dios
Que no he quitado de vos
Ni sentidos ni potencias;
Que, en presencias y en ausencias,
Os quiero tan igualmente ,
?ue cuando estáis de mi ausente, . .
anto en vos estoy sin mi ,
Que estéis mas presente aqaí
Que si estuvierais presente.
Parece que dijo el cielo.
Cuando al darme se sefiala ,
Sea para Antón Pascuala
En teniendo mortal velo ;
Que antes que viniese al saelo,
l*ara vos me formó Dios»
Poniendo nn alma en los dos.
Con tanto amor, tanta fe,
Que solamente podré
Querer á Dios masque ¿ vos.
ANTOII.
Pascqala , ¿con qué ocasión
De satisfacciones tantas
Hoy conmigo te has valido
Masque otras veces, Pascuala?
¿ He m enester yo de ti
Que con tantas muestras y ansias ,
Con desconfianzas tuya),
Pascuala , me satisfogas?
He menester que de nuevo
Las obras de tus palabras
Lo (|ne te debo me enselien,
V digan lo qne me pagaa?
¿No sé yo qnién eres tu
V de la suerte que tratas , '
En mi presencia y ausencia.
La vida de Antón y el alma ,
V que es tu amor el mayor
Que, después que tiene aljabas,
Arco, flecha, venda y plumas ,
Ha visto el nieto delsgoa?
Por vida tuya y por vida
De tu beldad soberana.
Que me tienes ofendido
De verte desconfiada.
Yo he estado necio contigo;
El cuidado de la parva
Tan divertido tne tiene ,
Hasta qiie se encierre en casa
Todo a^uel trigo, que estoy
Sin mi, y contigo, Pascuala,
Usando mil groserlaa.
Dame esos brazos, y guarda
Esas lágrimas hermosaa
Para que las beba el alba. '
Cenemos, por vida tuya;
Que Bartola y Mengo tratan
De dormir, v no éí razón
Que les envidiemos nada.
PASCUALA.
Todo está , Ánton , prevenido;
Siéntate, Antón de mi alma ,
En esta silla , entre tanto
Que te pone tn Piacn^lt
La mesa, qoe i fe qoepoede
La nieve menos pisada
Excusar la compVlioda
Con los miníeles; al arar
_j
i88
Vienen oliendo, por fida
Taya ; que en la ropa blanca
Arrojé un mayo de rosas
La primavera pasada.
Huele, buele.
ANTOJI.
A ti me huelen ;
Que de tu boca retratan ,
Para el campo y para el día ,
Olor el abril y el ámbar.
De tí aprendieron las rosas
A competir con él nácar.
PASCUALA.
Este es el pan y el cuchillo
Y el salero...
ANTÓN.
Saca , saca
La olla.
PASCUALA.
Ya voy por ella ;
Que á fe que está sazonada
Undamenle ; que la eché,
Con la salpresa de vaca ,
Un ganso y una paloma
Y una lonja jaspeada
Dft tocino de la sierra ,
Que puede comerla el Papa.
: Oh , cómo saltan , Antón ,
Los garbanzos !
Airroü.
No se iguala
Con esta dicha otra alguna.
PASCUALA.
Mientras que con la cuchara
Gobierno las escudillas ,
Corta pan.
A5T0PI.
. ¿Qué rey alcanza
Esta quietud, esta paz,
Para el cuerpo v para el alma?
O no hay verdad en la tierra ,
O sola es verdad Pascuala.
{Comienza Antón á cortar pan , y PaS'
cuala d sacar 1n olla , y cantan den-
tro, y impéndete Antón d medio
cortar.)
Miisicos.
La Luna de ia Sierra
Linda et y morena.
PASCUAU.
ifCo cortas el pan , Antón?
Mira que tengo sacada
La olla, y voy á sentarme
Contigo á cenar.
ANTÓN.
¿Qué cantan,
Pascuala, en la calle?
PASCUALA.
Apenas
Les entendí una palabra.
Zagales deben de ser,
Que tomando el fresco se andan
Por el lugar.
ANTÓN.
Imagino
Que á cantar vuelven. Aguarda.
Müsicos. (Cantan,)
La Luna de la Sierra
Linda et y morena,
ANTÓN.
A ti, Pascuala, párete
La canción.
PASCUALA.
A las zagalas
Del lugar siempre les hacen
Coplas los mozos que cantan ,
Y ya tabes que ninguna ,
LUIS VELEZ DB GUEVARA.
Antón, de aquesto se escapa.—
Cena, cena.
ANTÓN.
Bien podrían
Perdonar á las casadas :
Que ya sé que á las doncellas
Les hacen versos y enraman
Las puertas.
PASCUALA.
Tienes razón ,
Y ellos mas, si lo excusaran ;
Mas la libertad soltera
incurre en mayores fallas.
Cena y déjalos; que ya
Han pasado. ¡Malas pascuas
Y mal San Juan les dé Dios !
ANTÓN.
Amén, amén.
PASCUALA.
A Dios gracias ,
Que con tu cara no puede
Competir el sol.
ANTÓN.
Pascuala,
Cenemos.
(Vuelven acontar.)
PASCUALA. [Ap.)
Mal haya, amén.
El Maestre ; á Calalrava
Muerto esta noche le lleven
Antes que amanezca el alba.
MÚSICOS.
Luna , que relucet.
Toda la noche me alumbret.
ANTÓN.
¡Olraluna! Vive Dios,
Que tanta luna me cansa.
PASCUALA.
Cena , Antón , por vida tuya.
ANTÓN.
No quiero cenar, Pascuala.
PASCUALA.
; He de pagar, Antón , yo
El enfado que te causan
Esos villanos?
ANTÓN.
No sé.
Pascuala , de cenar trata ;
Que yo cenaré después.
PASCUALA.
Yo he nacido desdichada.
ANTÓN.
Esos no son labradores.
No son guitarras serranas
Estas , ni aldeanos versos
Aquellos; sombras me espantan
Aqui.
PASCUALA.
¡ Loca estoy ! ¿ Qué haré ?
¿Llamaré á Mengo?
ANTÓN.
No; basta
El desvelo del honor,
Que mas adelante pasa.
¡ Oh pese á mi ! ¡Tanta luna
Sobre mi bonra! ¡Mal haya
El hombre que con mujer .
be nombre lamoso casa.
PASCUALA.
Antón , vuelve en tí ; pues eres
Cuerdo , repórtate, aguarda ;
QuéTya que tienes de mi
Satisfacciones tan altas ,
No es justo, Antón , te moleste
Lo que por la calle pasa.
ANTÓN.
Dices bien , tienes razón.
Loco de cólera esnbt
De ver que, sabiendo todos
Los brios que tengo , no hayan
Mas , Pascuala , esos mancebos
Respetado nuestra casa.
Novedad me ha parecido;
Mas la mocedad gallarda
Les disculpa.
PASCUALA.
A cenar vuelve.
ANTÓN.
Norabuena.
PASCUA u.
Y noramala
Para quien , contra mi gasto.
Los gustos me sobresalta.
{Ap, Prudente y cuerdo anda AntOD.)
ANTÓN.
No comes, Pascuala , nada ,
Y está como de tu mano
La olla.
PASCUALA.
Todo te baga
Muy buen provecho ; que á mi
Me sustenta...
(Dan con unapiedra en la ventana.)
ANTOH.
¿ Fué pedrada?
PASCUALA.
No sé, Antón ; mas me parece
Antojo.
AirroN.
Antojo , Pascuala ,
Debió de ser. Yo no ceno
Mas ; perdóname y levanta
La mesa en cenando lá.
PASCUALA. (Ap.)
Toda esta noche es borrasca.
Cielos, ¿en qué os ofendí.
Que desu suerte me agravia
Vuestro rigor?
ANTÓN, (^p.)
Piedras tiran ,
Antón, los que os amenazan
En el honor ; si es de vidrio.
Haceros gran daño aguardan.
¡ Que estos daños me sucedan
Por Pascuala ! Mas Pascuala
Me tiene amor, y aunque tiene
Tan poca edad , tiene caoU
En la cordura; mases
Hermosa y solicitada
De alf^un señor de la corte*
Que trajo, por mi desgracia.
La Católica Isabel
A Adamuz ; que siempre pasa
Por aqui desde Castilla ;
Puede ser. Sospechas, basta ;
Que me matáis.
PASCOALA.
Antón mío,
¿Qué suerte ha sido, contraria,
La que nuestras paees rompe.
La que nuestros gaslot agú?
AUTOR.
Pascuala , yo estoy sin él ;
Déjame agora.
PASCOALA.
¡Qnéezinlai
Desdichas !
Airfbif.
Esto |ia do aer.
PASCOALA.
¿Dónde vas, Anioof
Airroii*
Pasetala,
Laego doy la vnelii.
Muchame.
ANTÓN.
bre que con mujer
:ba hernotura «u ! (Vu
PUG1UUI.
ent» de Mengo
.bel se eDCODlrano!
Sale BARTOLA.
[Pucoalat
PASGDilL*.
Bartola,
bajT
A HeDEO de la cam
^ADtoD.TieesU
ido; noaéiacaasa.
bas sido.
iVo?
MSCDiLA.
TÚ, siendo
ilisdemiscoBadas.
de Tas?
PAUoau.
Si me sigaieret
■enosakTes plañías,
;elTal<vqueeDCierran
(COW.)
I EL PRINCIPE, EL MAESTRE,
•] GUZHAN, <C»
■tísicos,
ya>d«,3^ GIL DEL
lBANO
■cucos. (Canfoft.)
K tlinre» dtjitnla i Ouma
nemí el M. tatiime ¡a Luna.
i te me ha puesto el lol ,
lúa que esperaba
|Diere sat ir tampoco.
SON GDTIBaU.
tk loua de la sierra.
Lapoitnnieinfa]». .
■úneos. {Cantan.)
En IM glivaret de jtaUo á Otuna , etc.
ralKCiM.
SerJi Antón , de camarada
Mengo ;
laampa
Salen ANTÓN, eabetade, eeneapan
eipa4a,i MENGO, armado i ¡egra-
eÍMO.
ralNCin.
Salí, Alcalde,
Y deipdadlos.
GIL.
iQn¿ manda
Sn altetaT Que no he Mtendido,
Con todas mil alcaldadas,
Este modo de her Justicia.
BAMnc.
Despejar ei hacer plaia ,
Que es echar i Antoa de aqni.
GIL.
Habrara para mañana.
Allí Tó, como un hereje.
¡Miren de qoA tuerte habrán
Los principes! Finco i Dios,
Queson gente eudimoDada.
Pienso que 1 guardar me llcTai
Un molimiento.
Si guardu
El de mi hooor, Mengo, no ea
El de menos Imporiancfa.
■■NGO.
iQué orden me das!
La que Tieres
EjecnUr i mi espada.
■■neo.
: Sabes til que tengo yo
Pe^eao para estas daniaiT
airrOM.
A pocos, oyendo el ton
SaUn PASCUALA t BARTOLA, em-
lictadu,eM tmireni, ofafei-
pad».
rnlxctPR.
Otros dos vlenea de guarda.
De los aceros, les falu.
■INOO.
Vo lojí Antón, ano de ellrá.
IHriHt.
Esta es gente cortesana...
j Vite Dios ™"
Verdades, y no fantaamu.
Un hombre eomo Doá torre, .
Del na lado, j i, esU banda
Oirosdositresúetanto,
Que Tienen eos buena grtcla
Remedsndo la jnsUctt.
amm.
1 Es el Alcalde t.
i No baita
Lo que he didiopañ letlo^
VTer dos palmos de nra .
AlcololaooolalBÚT'
Serín amigos de Antou.
unoR.
¿Vos venís
Alcalde, i
Desacredil
Vive DioB,qDe A voi ; • eiios...
«IL.
No hsT qoe repllar palabra ¡
Despiojar a* lo qae finpMta.
Hoime,?íf/'3 «ea
La espada , uicer martiUlia ,
tda.
Boen bmnar gastas
Para mi , que , annqne etté Mengo
Sin tripas j tin eniraias,
Her DO tengo cosa alguna.
Antes que de aqui nM parta
He de conocer, Alcalde ,
gente que os aemnpsBa.
«L.
-. peoiaia ber resltteneia.
Os saldrl. Anión, i la cara;
Que ha; mas de ¡O i)ue pensáis -
Tesé, DO saqueb la espada.
aNTofl.
Mengo, ahora es Ueopo.*
Nolabre deicracia ha il
lo han de volirer lis espaldas.
PASCIULA,
Eauet
Panul
aKTon. .
vi>q ittat, que ttodoi jautos
.^ia^ÉI
190
ANTÓN.
Parece qae esas palabras
Han puesto respeto en mí.
GID.
El Piincipc es. ¡ Noramala
Para vos y para Mengo ! .
ARTO.'í.
Señor, ¿vuestra al teía estaba
En este rústico traje?
¿ Una deidad soberana
Ilumanais con esa jerga?
PRfXClPE.
Desaciertos de la caza
Me derrotaron , Antón,
Con Fernán Gómez de Lara,
El Maestre, á vuestra aldea,
Y en este traje gustaba
Rondar y tomar el fresco.
Esta noche en vuestra casa
He de pasarla, y después
Volver á Adamuz al alba.
AMON.
Seuor, mi casa es estrecha
Para grandeza tan alta ;
La del Alcalde y el Cura
Y escribano son mas anchas.
Sí no excede mis deseos.
Vuestra alteza podrá bonrallas ;
Que la mía es corta esfera
A luces tan soberanas.
PRÍNCIPE.
El cielo, Antón, de tu Luna
Ser no puede esfera escasa
Ni aun para el sol.
A.^TON.
Vos lo sois
Del cielo hermoso de España.
(Ap. ¡Maldiga el cielo esta Luna,
Su hermosura y mi desgracia !)
PRÍNCIPE.
Entrad.
ANTÓN. {Ap.)
¿ Qué es aquesto , cielos?
MAESTRE. {Ap. á Guztnan,)
Guzman , el Príncipe trata
De darme muerte.
PASCUALA.
i Ay Bartola!
Mas desdichas me amenazan.
PRÍNCIPE.
Vamos.
GIL.
El Príncipe quiere
También cebarse en Pascuala,
i De buena me escapó Dios!
MENGO.
Mucho me huele mi hermana
A principesa de alquimia ,
Que después nos saldrá falsa.
DARTOLA.
También puede ser que sea
Maestra de Calatrava.
MENGO.
Guarde Dios mi pertinencia.
ANTÓN.
Loco voy. ¡Cielos, mal haya
El hombre que con mujer
De mucha hermosura casa !
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
JORNADA TERCERA.
Salen EL PRÍNCIPE DON JUAN, de
camino; EL MAESTRE, DON GU-
TIERRE, GUZMAN, ANTÓN i PAS-
CUALA.
PRÍNCIPE.
¿Pascuala?
PASCUALA.
¿ Señor ?
ANTÓN. {Ap,)
Si ya
Acabase de irse , cielos ,
Tanta ocasión de mis celos...
PASCUALA. {Ap.)
Antón en brasas está.
PRÍNCIPE.
Pues hasta salir el sol,
Y la \trelia del lugar,
No hemos podido gozar
De vuestro hermoso arrebol.
Pues como si hubierais sido
De otro homisrerio hacéis,
Y siendo Luna, os habéis
Toda la noche escondido;
Siquiera á la despedida
Üe tan ingrato hospedaje ,
Par.) darnos buen viaje.
Rayos á abril , cíelo y vida.
Alzad , Pascuala, los ojos.
PASCUALA.
Mejor, Señor, van así;
Que, como no están en mí.
Sino en Antón , por despojos
Los tengo en los pies de An^pn ;
Y este es lodo mi interés.
Que son mis ojos sus pies,
Y sus pies mis ojos son ;
Porque , pa^ra no ser míos
Ni suyos en dulces calmas,
Antón y yo con las almas
Trocamos los albedríos ,
Porque el amor nos iguala
Con una misma atención ;
Que los míos son de Antón ,
Y los de Antón , de Pascuala;
Y así, en lo que me mandáis
No es posible obedeceros.
Si es fuerza que para veros
A Antón mis ojos pidáis.
PRÍNCIPE.
¡Qué notable villaneju !
MAESTRE.
Con su belleza también
De un parto nació el desden.
DON GUTIERRE.
Un momento no la deja
Del lado el patán.
PRÍNCIPE.
No be visto
Villano mas malicioso.
MAESTRE.
Por eso mismo es celoso.
PRÍNCIPE.
Gutierre, un mármol conquisto,
Su dureza podrá usar
Un yunque. Luego, el villano
Siempre al lado , ha sido en vano
Poder á Pascuala hablar,
Y ha de ser.
DON GUTIERRE.
Decid...
MAE8TRI.
Llamallo,
AuDoue esté mas adrertido,
Llevándole enlretem'do
Hasta ponerse á caballo ;
Que entre tanto yo podré
Hablar á Pascuala.
PRÍ.XC1PE.
A lodo
Por Pascuala me acomodo;
¿Cuándo vencida veré
Mi amorosa pretensión?
MAESTRE.
Presto, si puedo.— Ya es Urde ;
Pascuala, adiós.
PASCUALA.
¡ Dios 08 guarde.
PRÍNCIPE.
Quedaos vos conmigo, Antón.
ANTÓN.
¿Señor?
PRÍNCIPE.
Decid...
ANTÓN.
¿Qué mandáis?
PRINCIPE.
Pasa adelante.
ANTÓN.
Ya voy.
Aunque con el alma estoy
En Pascuala.
PRÍNCIPE.
Pues písala
Estos montes cada dia ,
¿ Dónde hay mas cazat
ANTÓN.
Señor,
Si buscáis caza mayor
De la que esta tierra cria,
No podéis matarla aquí ,
Porque no aguarda el ojeo
Jamas de ningún deseo:
Aunque allá en los bosaoet, si,
De la corle, porque están
Mas fáciles á la roano.
PRÍNCIPE. (Ap.)
¡ Qué entendido es él fillano!
MAESTRE. {Ap.)
i Qué malidoso patán!
PRÍNCIPE.
Adiós , Pascuala.
ANTÓN. (Ap.)
¿Otra fes?
PASCUALA.
A la Reina, mi señora,
Beso los pies.
PRÍNaPE.
En bueohon.
{Ap, No vi mas dulce esquives.)
ANTÓN.
Mirad que es may tarde ya,
Y podra el sol ofeoderos.
Mas me abrasan los lacerof
Que se me ponen.
Sale el alcalde GIL DEL RÁBAHO.
en.
Ya está
El camino despiojando,
Y que entra el sol MlTefUiL
HliRCtni.
Vamos, Alcalde.— Venid,
Antón, que voy nrocvando
El Informarme oe tos,
Como platico eft la Uem.
caza que encierra.—
i?
AWTON. (Ap.)
¿Olravez?
PRÍNCIPE.
Adiós.
PASCUALA.
^ios con bien.
GIL. {Ap.)
Yo digo
incipe es liúdo gallo.
PRÍNCIPE.
[lerme á caballo
ue veogais conmigo.
ANTÓN.
f sirviendo.
PRÍNCIPE.
Y yo voy
GIL.
*raza.
odo8, menos Pascuala y
Maestre.)
PASCUALA.
Ya se han ido,
á Dios.
MAESTRE. {Ap.)
Sin sentido
I Principe estoy,
lala enamorado ;
done el respeto,
ir es ciego.
PASCUALA.
¿A quéefelo
ire se ba quedado?
MAESTRE.
ríe y persuadirte
ne debes, Pascuala;
or ninguno iguala,
eres roca ni sirte ,
ijer, y á tus pies
in hombre rendido,
0 alarbe ha vencido,
a á mi amor no estés;
ipe es niño, al íin,
ntido pretende
)res, que no entiende
r el principio y íin ;
>1 alma te adoro,
darte, Pascuala,
á tu beldad no iguala,
poco, un monte de oro ;
te á Calairava,
e verás servida
1 Reina, por vida
ios soles; aljaba
lechas de los cielos
; rayos de amor,
un rudo labrador,
^stá matando á celos ,
maestre.
PASCUALA.
Maestre,
imoparami
labrador, que á tí
íce tan silvestre;
imo aquel sayal
bre como corteza
ella rustiqueza
a á ninguna igual ,
ole satisfecho
ae amor que en mí alaba,
cruz de Calatrava
está abrasando el pecho.
Vnton me parece
monter.a y el sayo
•ado, que el mayo
) galán amanece
el
LA LUNA DE LA SIERRA.
A los campos andaluces;
Mas el disanto me agrada
Su polaina pespunteada.
Mas salir enlre desluces
Al campo con su gabán
Y la espada me enamora,
Que lo puede estar la aurora
Viendo al sol menos galán ;
Mejor me suena al oído
Su voz, viéndole llegar
A Antón del campo ai lugar,
Oliendo á trébol florido,
A lentisco y á romero.
Que la música mejor,
Ni del ámbar el olor
Cortesano y lisonjero ;
Y aunque tan tonto y silvestre
Antón te parezca á ti ,
Es mayo, es sol para mi,
Príncipe, rey y maestre;
Su amor, sus celos adoro.
Que es de mis ojos Narciso
Mi Antón , y en esto que piso
No estimo tus montes de oro.
Bien puede en esta ocasión
Tu lema desengañarte;
Que no volviera á mirarte
Si le volvieras Antón.
MAESTRE.
Eres rústica en efeto.
PASCUALA.
Quiero bien.
MAESTRE.
Eliges mal.
PASCUALA.
Antón, Maestre, es mi igual.
MAESTRE.
A tus desdenes sujeto,
üii disparate he de hacer,
Porqut estoy loco.
PASCUALA.
Arre allá ;
No os lleguéis tanto, y mira
Que, agraviada, soy mujer,
Y aunque me veis con tan poca
Edad , sabré hacer con vos,
Maestre, que...
MAESTRE.
¡ Vive Dios ,
Que en el ámbar de tu boca
Mis labios he de sellarte !
PASCUALA.
Ya veréis cuál es mas fuerte.
MAESTRE.
¿De qué modo?
PASCUALA.
Desta suerte;
Que soy Luna, si eres Marte.
(Sácale la espada.
Sale ANTÓN.
ANTON^
Maestre, el Príncipe...; mas
¿Qué es esto?
MAESTRE.
Son bizarrías
De Pascuala.
ANTÓN.
Y dichas mías,
Que no he de olvidar jamás;
Que hallar con espada asi
A Pascuala, me señala
Que está volviendo Pascuala
Por el honor que le di;
Y veros á vos sin ella.
Maestre, es también señal
De que está con armas mal
191
Quien honra ajena atrepella ;
Que, como os habéis quedado
A deshoras con mi honor.
De su justicia el rigor
Las armas osjia quitado;
Que á quien quedarse procura ,
ASÍ esüien que le suceda.
Pues no hay después de la queda
Ninguna espada segura.
PASCUALA.
No puedes estar ausente
Donde estoy presente, Antón.
ANTÓN.
En esa satisfacción ,
Ausente yo, estoy presente;
Dame, Pascuala,'la espada.
PASCUALA.
Toma.
ANTÓN.
Y vos, señor Maestre,
Antes que roja se muestre
De vergüenza, no manchada
En la sangre granadina.
Mirándose en el poder
De una atrevida mujer
Que á guardar su honor se inclina,
Volvedla á honrar en el vuestro
Con valor á Marte igual.
Pues es su acero inmortal
Amparo y escudo nuestro;
No piense el moro andaluz
Que libre de vos se ve ;
Que parece mal que esté
Esa cruz sin esta cruz. '
Perdonad la mano necia
Que toca, siendo villano.
Acero que en vuestra mano
Los rayos del sol desprecia,
Y á Pascuala perdonad ;
Que bien merecen perdón
Atrevimientos que son
Hijos de lan tierna edad.
Volvedla á ceñir, segundo
Cid , de quien sois satisfecho.
Aunque con la cruz del pecho
Podéis dar espanto al mundo;
Y pues con mano no escasa
Hacernos merced podéis ,
Os suplico que olvidéis
Vos y el Principe esta casa,
Si pagarme deseáis
Haber vuestro huésped sido;
Que dirán que por marido .
De hermosa mijjer me honráis ;
Que es la aldeana simpleza
Tan maliciosa y tan mala,
Que la luna de Pascuala
Me pondrán en la cabeza.
■AESTRE.
Antón , el Príncipe y yo
) Os deseamos honrar.
ANTÓN.
Menos no es justo esperar
De los dos , pues tanto os dio
El cielo que repartir
A los demás, que nacimos
Humildes, y dar pudimos
Lo que hemos de recibir;
Pues de unos mismos primeros
Padres, por diversos modos,
Maestre, venimos todos,
Villanos y caballeros;
Que solamente el poder
Nos pudo diferenciar,
Y quien honra sabe dar,
Mayor la viene á tener ;
Que averiguado está ya
Que cuando tanto conviene.
Quien la quita, no la tiene,
Y quien la tiene, la da.
492
MAV8TBB. {Ap.)
Perdiendo estoy el senlido ; •
No he visto mayor valor
En mujer ni en labrador.
ANTOJf.
Mirad que el Principe es ¡do.
MAESTRE.
\ Qué invencible resistencia !
Qué celos tan cuerdos!
Sale DON GUTIERRE.
DOK GUTIERRE.
Ya,
Maestre, esperando está
El Principe á vuecelencia.
MAESTRE.
Vamos, don Gutierre.
DON GUTIERRE.
¿Cómo
Con la serraneja os fué?
MAESTRE.
Es un peñasco ; no ve
Diamante el sol, en el plomo
De aquel sayal engarzado.
Mas hermoso ni mas duro,
Y yo voy menos soguro,
Mas loco y mas abrasado.
( Vanse lot do».)
ANTOlf.
¿Fuese en efeto?
PASCUALA.
Allá vayas
Y no lomes , ruego á Dios.
ANTO^f.
Pascuala, tú y yo á otros dos;
Que parece que te ensayas,
Con el acero en la mano.
Para serrana amazona.
PASCUALA.
Como estimo tu persona
Y mi honor, Antón, en vano
Todo el ri^or de los cielos
Puede venir contra mi.
ANT05.
Ya en el puerto calmar vi
La tormenta de mis celos.
Sale BARTOLA, huyendo, t MENGO,
deirá» de ella , con una tranca en la
mano.
ME.'VGO.
Bartola, espérate, pues
Que presto hiciste negocio.
AKTON.
; Qué es esto, Bartola? ¿Es ocio
De estar holgando?
MERGO.
No es
Sino el mismo Barrabás,
Que tengo en el corazón.
Dejadme llegar, Antón ,
Con esta tranca no mas.
BARTOLA.
Tenedle, cañado.
AUTOri.
Mengo,
Ved que estoy por medio yo.
MENGO.
No 05 espante , Antón ; que só
Marido y quillotros tengo.
FASGOAU.
¿Qué son quillotros?
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
MENGO.
Diabros ;
Que este nombre les conviene.
BARTOLA.
Bien se ve, Antón, que los tiene,
Pues usa de esos vocabros.
MENGO.
Si los debo de tener.
Dejádmela espachurrar.
ANTÓN.
¿Por qué la queréis matar?
MENGO.
No mas de porque es mujer.
Que basta para delito.
BARTOLA.
Malos años para vos.
PASCUALA.
Sin sentido estáis los dos.
MENGO.
Y yo mas, pues no le quito
La luenga.
BARTOLA.
La luenga á mi ,
Siendo mujer, no podres;
Antes los ojos.
MENGO.
Dempues
Lo veréis ; cuando de aquí
Pascuala y Antón se vayan
Y'o os asentare la mano.
BARTOLA.
Gil del Rábano es mi hermano,
Y es alcalde; cuando os trayao
Vuestras cóleras á tanto,
Que me queráis maltratar.
El os sabrá enquillotrar.
MENGO.
De nada de eso me espanto.
Ya le sabré apostar yo
Las cuentas. Mas no ha podido ;
Que, siendo vueso marido,
Só mas que alcalde.
BARTOLA.
Eso no ;
Que el Alcalde, á toda ley.
Es sobre todo.
MENGO.
Mentís;
Que DO es sobre mi.
BARTOLA.
Argois
Mal ; que el Alcalde es el rey.
MENGO.
Ni aun su zapato.
BARTOLA.
¿El Alcalde
Su zapato?
MENGO.
Del Rey si ,
Y puede serlo el Sofí.
BARTOU.
No os han de salir en balde,
Mengo, tantas herejías
Como contra el Rey habrais.
MENGO.
Yo os haré que no gruñáis.
BARTOLA.
No en mis días.
MENGO.
Si en mis dias.
PASCUALA.
¿Hay tan graciosas porfías?
ANTÓN.
Mengo, demasiado andáis.
Dejadme.
BARTOLA.
¿Qué percanis?
HBIfOO.
Enviudar hoy.
BARTOLA.
No ea mis dits.
MENGO.
En los míos ha de ser,
Si puedo.^DeJadme, AnU»;
Veréisme de un coiCorroQ
Soldemente , sin mujer.
BARTOLA.
Primero yo sin marido,
Y oiga Dios mis oraciones.
AHTOII.
Según todas las razones •
Celos parece que han sido;
Yo pretendo averígnallo.
MENGO.
¿Gruñis?
BARTOU.
Si ; ¿qué me qaerédes?
MENGO.
Iránse pues los güespédes,
Y comeremos el gallo.
BARTOLA.
El gallo que heís de comer,
Mengo, no pienso ser yo.
MERGO.
¿Uabrais?
BARTOLA.
iQnléD me lo quitó?
Yo he de habrar hasta caer.
PASCUALA.
Basta, Bartola ; que estáis
Con Mengo demasiada.
BARTOLA.
Sos SU hermana y mi cañada;
Y asi, en su favor habrais.
PASCUALA.
Bartola, de la nzoo
Siempre mas pariente be sido;
Quien no estima sn marido
No hace de si estimación.
Airroii.
También , Pascuala, anda Mengo
Extremado con Bartola;
Que poner una vez sola
Manos en su mujer, tengo
Por acertado el marido
Cuando averiguó sa ofensa,
Y no cada vez que piensa
Lo que él quiere qoe baya sido.
MIHGO.
Si VOS le hubierais bailado.
Decidme, en una ocuion
A vuestra mujer, Antón,
Lo que no le nubieraísdado,
Y mas cuando es tan costosa
Prenda como esu cadena,
¿Qué hicierais? Juigá en U 4
Vuestra causa.
ANTÓN. (4|i.)
NorMwsa
El pensamiento nn instante
Desde el temor al recelo.
¿Qué cadena es esta, délo?
Bartola no tiene amante
Que la pueda dar presea
Que tenga tanto valor.
Porque no mereció nmor .
Mujer necia, sobrtta.
Tercera debe de ser
De la que el alma Mt I
sirve en una casa
cosa una mujer.
PASCUALA.
qué , Bartola, ha sido
dencía ?
BARTOLA.
No sé ;
|ue me descuidé,
a dado mi marido»
a, con la cadena
dio ¡ trisie de mi !
tre para tí.
PASCUALA.
Bartola, esa pena
a de haber osado
a tú primero.
BARTOLA.
le el caballero.
a:stopc.
labeis , Mengo, sacado
e la dio?
HBNGO.
No be tenido
»ara tanto yo ;
que ¿quién preguntó
r, siendo marido,
n que contestase
AIlTOIf.
Pues eso es asi,
e con ella á mí,
ira ser que alcanzase
í vos con ella yo ;
le mi que os diga
ad.
ME?fGO.
Eso me obriga.
A?iTO?(.
esa cadena.
MENGO.
Hoy dio
fío si me ha sido
i; tomad, Antón.
AMTO!«í.
nueva conrusion
i poner el sentido!
ena, vil prisión
3nras! Ah cadena,
'. metal sirena,
sueño á la razón !
ra disfrazada !
ijo embajador,
rs en oro al honor
por embajada !
a de tantos males,
jue tanto costáis!
iones que sacáis
e los pedernales !
de la opinión,
>, al fin lisonjero!
ya el hombre primero
ió la estimación !
PASCUALA.
e dio la cadena,
, de color perdido,
se ha suspendido ;
se da una pena
á esotra. ¡Ay Bartola!
lo perdone, amén.
BARTOLA.
e negociado bien?
PASCUALA.
sido la causa sola
año.
AMTOff.
Cuerdo espero
lanera poner
^io ; esto ba de ser.--
). C. DB L.-n.
LA LUNA DE LA SIERRA.
Bartola , á solas te quiero
Hablar.
PASCUALA.
La verdad le di;
No le niegues nada á Antón,
Pues le importa á mi opinión.
BARTOLA.
¡Ay desdichada de mi!
¿Cómo le he de confesar
Que tu alcahueta he querido
Ser?
PASCUALA.
Di que engañada has sido.
ANTÓN.
Vénme entre tanto á ensillar,
Mengo, la yegua ; que quiero
Llegar á Adamuz.
IIE.NGO.
Ya voy.
ANTÓN.
¿Pascuala?
BARTOLA.
Tembrando estoy.
PASCUALA.
¿Qué mandas?
ANTÓN.
Porque no espero
Quizá esta noche volver,
Fíchame para el cammo
Unas lonjas de tocino,
Y magras, si puede ser;
Unas nueces, queso y pan ;
Que al cuidado que sustento
Bástale para alimento.
PASCUALA.
¿Dónde tus intentos van?
ANTÓN.
Tú sabrás después el fin ;
Queda segura y quieta,
Y sácame la escopeta;
Que es Sierra-Moreua al fin.
PASCUALA.
Vayase Mengo contigo.
ASTON.
10 importa, Pascuala mia;
Mejor voy sin compañía. —
Bartola, vente conmigo ;
Que quiero hablarte primero,
Como he dicho ; no te alteres.
BARTOLA.
Mal conoces las mujeres ;
Desbucharte, Antón , espero
Cuanto tengo en las entrañas,
Sin que quede cosa acá.
ANTÓN.
Temiéndolo el alma está.
PASCUALA.
tln confusiones extrañas
Me deja Antón.
ANTÓN.
\ Vil metal.
Hoy veréis, no esta\?do loco
Ni siendo César tampoco.
En qué os estima el sayal !
{Vanse.)
Salen LA REINA D05íA ISABEL, EL
PRÍNCIPE T EL MAESTRE.
DOÑA ISABEI4.
Vos seáis tan bien venido
Como mi amor os desea ;
Que habéis hecho de una noche
Un siglo con vuestra ausencia.
¿Dónde la pasasteis , Juan?
PRINCIPE.
Señora, en aquesa aldea
493
Donde casastes á Antón
Y á Pascuala ; que en su mesma
Casa nos aposentamos
El Maestre y yo.
DOÑA ISABEL.
i Está buena
La serraneja ?
PRÍNCIPE.
Notable
Y esquiva sobre manera,
Después de casada.
DO.^A ISABEL.
Antón
Será celoso ; que es bella,
Y se casó por amores
MAESTRE.
Algo el villano se muestra
Cuidadoso.
nOfik ISABEL.
No me espanto ;
Que de su naturaleza
Lo llevan los de su sangre.
PRÍNCIPE.
Pidióme al partir que os diera
Un recaudo de su parte.
DOÑA ISABEL.
¿Cómo os fué, Juan, en la sierra?
PRÍNCIPE.
Diverlímecon la caza
Notablemente; la vuelta
Muchas veces be de dar
Por allá; que la tristeza
Melancólica no tiene
Otro antidoto.
MAESTRE. (Ap.)
¡Qué nuevas
Para Antón y para mí !
PRÍNCIPE.
Al Maestre le agradezca
Vuestra majestad, Señora,
Lo que delM) á las finezas
Üe darme gusto.
MAESTRE.
Yo soy
Esclavo de vuestra alteza,
Y lo deseo mostrar
En mayores experiencias.
DOÑA ISABEL.
El Maestre es Fernán Gómez
De Lara, y de sus finezas
Siempre me prometo, Juan ,
En la paz como en la guerra,
Como de tan gran vasallo.
Servicios que le parezcan.
MAESTRE.
Vuestra majestad. Señora,
Me honra siempre, y su grandeza
Mis deseos acredita
Y mis servicies alienta.
(Ap. Y este es el mejor que puedo
Hacer contra mí, en ofensa
De mi amor. ¡Ay Luna hermosa,
Los peñascos de tu tierra.
Mas que parto de tus montes,
Hijos son de tu dureza!
¡Qué abrasado que me envían
Los desdenes y asperezas
Tuyas!)
PRÍNCIPE.
¿Maestre? ■
MAESTRE.
r.
PRÍN
Rn la i re íDcia
sen
15
■ÁEBTBE.
Noicrinilcecn,
Siendo vi
D<'l <:ol
Mañana liemos <9e viitver
A la Mea; que la aldea
Es mi cielo, Fernán Gumet
Con la Luna de la Sierra.
A su majeslad conceüa
El cielo tan buen tí aje
Como sus reinos Jetean
Y hsD mcnesier.
Gnirdeos Dios,
Maestre: que ser espera
Del valor Toesiro, iGatigo,
En \a granadina empresa;
V usi, es Tuena dilatarla.
Sale ORTUN.
t'or el la
y el Maestre.
■AcsTRB. {Ap. al Principe.)
i Si es Antón?
OOSl, ISjtBEL.
AnoiableiicmpolleKa.,
audwncia
abiertas
V vasallos
Las vol j paerlas
Los re jes.
Sale AMTOS.
Va entró.
UüT.sne. [Ap. al Príncipe.)
AotoD ei.
í Qai noTedad Je la aldi>a
Le trae á Adamuz, buscando
A la Reina, á vuestra alte»
VimtT
ANTÓN.
Vueiin majestad
He d(' Misp¡í«.
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
noüA isab»:l.
Tiempo de vernos*
ScSora ,
Las aves nnclunias vuelan
Ku las (¡nieblas no mas ;
iNuiic.t á los rayos se acercan
Del sol.
Vos, con vuestra Luna.
^o queréis maa sol ni estrellas.
ANTÓN.
Señora, una labradora
Que gada, '
Con Anión, liasta que muera,
A h merced qtte de vos
La liermosura de la sierra
Es tainl)ieii como sus flores,
Uue las marchUati T secan
>marchuati TSeí
ia el sol ; eliiíri
UOIÍA ISABEL.
illay esperanzas ú muestras
Moia es Pascaala;
Tiempo, Señora, la queda,
Si vive ; descanse agora.
Kl l'riMcipe os honra , y cueiila
Ifue iiiiocite le aposcuiasteis.
nácenos
Aunque
Tan Luniilde ; tan estrecha,
Que puede , para oirás veces
jjue saltea 'á caía, leuella
Pur cicusaUa.
Es Antón
Tan cumplido, que quisiera
Haber leiiido un paljcio
Para ral.
A quien os desea
Servir ilcheis hacer siempre
Herciíd y honras ; que esto á cuenta
be los principes está.
DOSA ISABEL.
i A qué lia sido vuestra bncna
Vemdj. Anión, ct> «reto ,
Buscando principe, reina
Lo primero,
á bes.ir la tierra
iras plantas reales,
One al maestre Fernán Gomrz,
Gloria de la crur bermeja
De la amiüiia Calilrav»,
Atioclie en mi casa mecna
iu lengua.
.10, j de vuestra
ledloali.
Le mandaréis que no Ma
'i mi agravio
JIMÍ'-II
Con la yegua j ii engpM
rRlHOM.
No se cuenii del
Ortun, did e*i cadaM
Al Maestre, jrpWM «I Mqr
Ks raería qoe 1 AJl— « m
Por la p<nt>, f uJu MitM
, sa gnaden
n Ir desde aqal
e, y no tengt
▼alor, que es cansa
lades, y ad?ierU
íbe recelar
rer ¿ nadie ofensa
sde honrar; qae hay villano
monio, con la afrenta,
1 la obstinación ,
; demonio venera
en viéndola huye,
uces no respetan.
:lpe no imagine
16 es principe y vea
ales de amor,
de soltar |as riendas,
tere con agravios
os, para ofensas
ienao á ningano
puesto que sea
a el primer hombre
í 7 en preeminencias ; '
»or vida del Rey!
iden y alteran
itra la justicia ,
í los reinos defensa ,
I poder y las armas ,
i segara tenga,
e ni vasallo,
mbtos la cabeza. {Vase.)
ORTUN.
hombre, y viendo airada
¡estad, no tiembla?
PRflfCIPC.
i dejó su enojo.
JIAESTRE.
valor me deja.
{Vanse.)
PASCUALA T BARTOLA.
BARTOLA.
la verdad
á plano enefeto,
nton es discreto ,
honestidad,
a necedad
ena en segundo
le todas me fundo
las para eslo están;
rendimos de Adán
cípio del mundo.
Mengo de haber
a en mi imaginado,
bo de soldado,
que se fué á ver
estre, hasta her
i pertinencia ,
lede la violencia
iqlad ayuna ,
is de la luna,
le Valencia,
irlas con el Antón ;
te se mosquea
icalle desea.
PASCUALA.
tn esta ocasión,
D condición.
RARTOLA.
»l me da mas pena
lelva la cadena ,
nadie» en caso fgual ,
ílva la seSal
aun le condena.
PASCUAU.
irtola.plagniera
ilabras y todo,
del Miamo Biodo,
LA tUNA DE LA AERRA.
Volverlas Antón pudiera.
Porque con el oro fuera
Cuanto mi honor desdoró.
BARTOLA.
Lo mismo me hiciera yo;
Volviérales por sus listas
Las palabras y las vistas;
Pero la cadena, no.
PASCUAU.
Temiendo estoy si daria '
Vuelta esta noche al logar.
BARTOLA.
Tú has querido sola estar,
Pues á Mengo, que podía
Hernos aquí compaofa ,
Ir tras Antón obligaste...
PASCUALA.
Poco, Bartola, alcanzaste
Del temor que el ampr cria;
?uien amó siempre temió,
nunca en la cosa amada ,
Por mas que esté confiada.
De nada se aseguró ;
Que, á tener licencia yo
De ir tras él » como finé Meugo,
Mas seguro le preveng^i
Escudo en toda ocasión ;
Que para ofensas de Antea ,
Por alma un diamante teogo.
RARTOLA.
No has sido poco campestre
Diamante duro y helado.
Pues labrar no te has dejado
De un príncipe y un maestre.
PASCUALA.
No hay poder á quien yo maestre
Inclinoao corazón.
BARTOIA.
Antón con justa raioo
Pagará tu amor y fe.
PASCUALA.
Herraduras escaché ;
¿Si llegó. Bartola, Antón?
Sale MENGO.
HBR60.
Sosiégate ; que no ha sido,
Pascuala, Antón, sino Mengo.
PASCUALA.
Di, Mengo : pues ¿dónde queda
Antón?
■K2I60.
No menos que preso.
PASCUALA.
¡ Preso ! ¡ Ay de mil
MERGO.
No te alteres,
Y contaréte el suceso;
Que un poco de viento ba sido
La causa de quedar preso.
PASCUALA.
¿ Por qué ha sido la prisión ,
Alfín?
HRirod.
Al salir del paebro.
Porque llevaba eargada
La escopeta le preadieroii,
Y mandóme te aviMte.
PASCUALA.
¿Que es lodo un poco de Tiento?
No <^A 1a ^^osa
Nii
Kl pauBC
QaeeiU
Nk
i. • •
Yo fof, como ne ttlmdaste.
En el rocín del biflMfoi
Que nunca he visto aaimil
Tan alto depensainieatos;
Y dando conmigo % ^da
Paso tn la estrella de Véa«s«
Y otras veces aii lot mismos
Retretes de los Inseriios ,
Llegué á Adamoz: qué pafece
gue entré, entrando por el paei>lo^
nanajaala de loóos;
Todos son temas diTéfsoA^
Unos habrando eotre si » **
Otros trocando dineros,
Estos engañando & estotros,
Y otros eDgaltando ft aqselioa;
Unas fantasmas. Upadas
Con mas inaatoa, aie dyaroa
Qae eran mujeres* | jo
Lo tave por embauco.
Iban anos á eaballO}
Y otros É pié, maa dispoealos.
Que á los calMllos servían ,
Y no al daelk). de eaeaderoa.
Andaban hombrea odosoa
Cosas extraBaa vendiendo.
Hacia abijo y hiela arriba.
Que yo no paedo enlendeflos.
Mas de dneaenta aigaacUes,
Gofk escrlbabos epgenoÉ,
Oliendo por las cÁqoiaM
Delitos como podencos.
Una bendición da sattfes ,
En cada portal cosiendo
A largo hilván los vestidos,
Y i puñaladas los dueños.
Paróme y dije : ¿Esta es
La corte? Gracias al cielo.
Que, Ubre de tantos sastras,
Alguaciles^ cabaltaMa,
Embastes, nwnllfas, tramitas.
Polvo y lodo» viva Mango
En su lugar y en sa arado.
Mas seguro y mas quieto.»
Llegué con esloá palado,
Y i Antón encontré sabiendo
En la yeffoa» y los dos Jontos
Noa volvíamos contentos
Al lugar, coaadoal didira,
Que nunca bahija «BeMatfos,
Con un alguacil noa urna ,
J&das de barba y eaballo i
Tan poco en cosa niaguáa
Desméntidor de su pelo,
Que, porque lleiaba Antón
Cargada y dos balas, dentro
La escopeta, dio eou él
En la cárcel, y ponlaUdo
Embargada en ún masón .
La yegua, dio coauta da alio,
A un alealde, de cuarenu
?ue debe da l^aber sospecho,
yo al Maestre, eoa gaaa
Que se lo dijese luego
A la Reina, qua aa estaba
Bous y espítalas poakado.
Para salir por la jpoata
A recibir k Toledo
Al R^r* que dit que también
Viene la posta conlaodo,
Y se encarga da acabaHo : r
Y Antón, por si acaso al tiampo
Se dilatase, ma anfl|i
A que te dé parte da ello. .
Porque no estéis con euloado,
Y ft qae me irualva al nmnaiito.
Y sospecho qué éaia nocte,-
Antes del Ifliro da aeoafdo,
Sei á imposibia aottalla, ■
Si antes, por bar algún flrqiee,
No eatá ventosa la «ala '
Y sueltan algnaoa ftémmi
196
PA8G0ALA.
Irme pretendo contigo,
Mengo, á Adaoiuz.
MENGO.
Lo primero
Que me encargó Antón, Pascuala,
Es que no salieses de estos
Umbrales, porque es su causa
Fácil.
PASCUALA.
Pues obedeciendo.
Yo le quiero despachar
Con camisas y dineros.
MERGO.
Eso si, porque en la corte
Todo se acabó con ellos.
{Yarue todot, menos Bartola.)
BARTOLA.
Dos cortesanos be visto ,
Si no me engaño, en el puebro
Por esta calle que sale
Al campo, y el uno de ellos
Del Maestre me da el aire ;
Como el sol se va poniendo,
Nu se (li\isan los rostros,
Sí acaso antojos no hueron.
Salen EL MAESTRE t GUZMAN,
de camino,
MAESTRE.
Nunca, Guzman , la ocasión
Me dio mejor lo> cabellos ,
Ni amor con gusto jamás
Ayudó mas mis deseos;
Que salir á recibir
A Fernando, y quedar preso
Antón, parece que ban sido
Vm mi ventura portentos.
Penlonc Isabel, perdonen
Del PriiuMpe los respetos,
Los clesdeiies de Pascuala
Y di'l villano U»s rolos.
¿1^'ué órdtMi le.^ di>le, Guzman,
A iu> demás cabilhros
Y criados que conmigo,
Oi'oy diamantes vertiendo.
Hoy de Adamuz ban salido?
GDZMA?f.
Que en ese lugar primero,
Que es La Conquista, le aguarden.
MAESTRE.
Fué como tuyo el acuerdo.
Estas las paredes son
Que adoro.
BARTOLA.
El Maestre creo
Sin duda es.
MAESTRE.
¿Es Bartola?
BARTOLA.
Bartola, á servicio vuestro.
Pergeño tengo nolabre;
Luego os conocí.
MAESTRE.
No es tiempo
De que en palabras. Bartola,
Este poco que hay gastemos.
Preso queda en Adamuz
Antón.
BARTOLA.
Ya sé que está preso,
Y que no podrá venir
Esta noche; que estáis muerto
Por amores de Pascuala ;
Que son vuestros pensamientos
De gozar esta ocasión ,
Y los mios son de heros
LUIS VELEZ DE GUEVARA.
Toda la merced, Maestre,
Que yo pueda ; porque os tengo
Lástima.
MAESTRE.
Daréte toda
Mi hacienda y mi vida.
BARTOLA.
Menos
Os ha de costar Bartola.
Yo os meteré en su* aposento
Esta noche; procurad
Her vos lo demás, que entiendo
Que hay pocas Lucrecias ya
Mano á mano y cuerpo á cuerpo.
MAESTRE.
Serétu^clavo, Bartola.
BARTOU.
Dejadme mirar si á Mengo
Le ha despachado Pascuala
Para Adamuz, y con esto.
Pues la noche nos ayuda ,
A abriros la puerta vuelvo. (Vate.)
MAESTRE.
Guzman , de gusto estoy loco ;
¿ Es posible que del cielo
be Pascuala he de gozar
Esta noche? ¿Que me veo
Tan cerca del bien que estaba,
A mi parecer, tan lejos?
De albricias de mi alborozo,
La primera te prometo
b^ncomienda que vacare.
GUZMAN.
Mil veces los píes te beso.
Sale ANTÓN, con escopeta, t MENGO.
MEXGO.
Dicha fué encontrarle. ¿ Al Ün
La Reina supo el exceso,
Y mandó luego soltarte
Libre y sin costas ?
A?ITOX.
No debo
Poco á la grandeza suya,
i Estaría Pascuala haciendo
Extremos con mi prisión ?
MEKGO.
Lo mas que pude la tengo
Conhortada.
ANTO.N.
Por mas que hice.
No pude llegar al pueblo
Antes de ponerse el sol.
Mete en el establo, Mengo,
La yegua y ese rocín ,
Mientias yo á los brazos llego
De Pascuala.
Sale BARTOLA.
BARTOLO.
Entrad.
MAESTRE.
Guzman ,
Sigue mis pasos.
A?rroji.
¿Qué es esto?
Dos hombres á los umbrales
De mí casa juntos veo ,
Y parecen cortesanos ;
Las puertas les han abierto,
Y á entrarse dentro caminau.
ME.\GO.
¡Brava llaneza!
arto:».
¡ Esto, cielos,
A mis recelos faltaba ! *
Loco voy.
maestre.
Airrox.
i Ah caballeros !
MAESTRE.
¿Quién llama?
ANTOÜ.
Dos hombres solos,
§ue son de esa casa dueños
en ella quieren entrar ;
Si acaso sois pasajeros
Y buscáis posada, no es
Mesón este, aunque esté abierto
A estas horas ; que será
Descuido de los de deotro,
O esperarnos á nosotros
Volver de Adamuz.
MAESTRE.
Recelo
Que Antón es ese, Gazman...
Pero no; quedaba preso.
CUZMAR.
Parece imaginación.
ANTÓN.
Estos son sin duda, Mengo,
El Principe y el Maestre,
Que, con ocasión de vernos
En Adamuz, preso á mi,
Y á ti conmigo, esto han hecho.
MAESTRE.
Guzman , ¿ no pudiera ser
Que fuesen galanes estos
De Pascuala, y que, en ausencia
De Antón, nos estén fiogieodo
Que son Mengo y él?
MEMGO.
Postigo
Tiene, Antón , la casa; entremos
Por él, si el Principe soa
Y el Maestre, pues con ellos
No hay burlas, son desviarse.
Airroii.
Nadie en mi casa es mas daefio
Que }0.— ¡ Hidalgos ! — No parece
Sino'que los dos se han hecho
De mármol, que ni responden
Ni se van.
MERCO.
Notable miedo
Tengo en los gúesos meüdo.
ARTOII.
Y para estos casos tenoo
Este amigo con dos batat.
Que son almas de este caeipo,
Y cuentas de sacar alous,
Y se harán guardar respeto
Si aprieto el gatillo; aqnl
No hay mas joyas ni dineros.
Si vuesas mercedes son
De la profesión qne |ileneo(
Que el mucho honor
Cosa de poco provecho
Para gente tan honrada.
Apártense, ó vive el cieio.
Que el pedernal no se ha^
De rogar.
HAISTM.
Él es resuelto
Yillano y tiene
Y no pudiera ser
Este valor que ha
Que de marido ; trateapÉ
IH)r ahora de dejar
La empresa, p«ei ▼!•• é Hcaft
Tan notable.
No hay cosa
Ya
is, Nüngo, que esloy
?r lo que no he hecho,
me unu de bola.
acaljaseJ juego.
niaginacioD
elarin, g tale LA REINA DO-
BUL, EL ALCaLÜE y *coié-
Jilicia lio muesire,
LA LUNA DE LA SfERRA.
Saíen ANTÓN, PASCUALA , MENGO
I BARTOLA.
AUTO».
!T Fernando,
fule del Haeslre,
smo efecto deciau
de Adamuz con él.
Habrá pasado
CON mucha prisa ,
vos i|uien le espera.
toCES. {ütniro.)
la; fuera, fuera.
tariii.g talen EL HEY DON
<D0, EL PHlSCII'E, EL
lE y TODO EL AC0Ili'».\íHlE.1-
Vi Ja lengo
lesiros brazos vengo.
debéis pagáis.
lonles
lan grande ,
■ desconforme
WDgreyel nacimiento
Le dio, enlre sus labradores.
De La Luna de la Sierra
^^ se opone;
es pies
f alores :
Hallé t idI puena doili .-es.
..., Isabel, me casasteis ;
A vuestros plés vencedores
non FiniuKDo.
¡IVolableTillanoI
aoSk ISABEL.
lEilraño!-
Vueslro furor se reiiorle.
Lo demás
Siglos Caslillt te goce,
A mparo de las majeres
I milagro de los hombres.
BAdTOLl .
Todas diremos lo mismo.
Vos, Bartola, sus de gonces
"—a Tiento que pasa.
ANTOB.
1^1 vicio tu Ti da logre
Para que le mire dueüo
De dos polos, de dos orbes.
Praxa i sos dos jameslades.
Y aqol se da lln, sehol^H,
Sin tragedla ni desKiiiia ,
M casamiento i la iinslre,
A La Luna úe la Sierra.
PASCUALA.
Voestras mercedes perdonen.
'•* /•-*
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
UN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL,
DEL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
PERSONAS.
EY DON SANCHO, barba.
UINCIPE DON CARLOS , su
DON JAIMK DE AHAGON, galán.
DON JUAN DE ZÚfílGA, id.
NEBLÍ, gracioso.
DONA SOL ABARCA, dama.
D05ÍA COSTANZA , dama.
l^iÉS, esclava.
Dos CRIADOS.
UÑADA trímera.
)N JUAN DE ZLÍÍIGA y NEBLÍ.
DON JUAM.
i'bli , hien venido.
NEBLÍ.
Juan, ya me lieiies
[liona.
ÜO.N JUAN.
Galán vienes.
ISEOLÍ.
npre yo lo he sido,
DO?í JCAX.
en la Erancia te ha ido ?
NEBLÍ.
udad es París.
OOÜJUAN.
i Flor de Lis
paña dichoso fruto.
NEBLÍ.
usencia visten lulo
las de aquel país.
le va con Coslanza?
Wi'S JUAN.
uedo querer yo
Dza.
neblí.
¿Porqué no?
DOIf JUAN.
, con feliz mudanza
Jaime, esa esperanza.
:ra siempre conmigo,
. ya no la sigo,
• á un sol, no (e asombre;
) y Sol es su nombre,
le'claro contigo,
tengo que contarte :
estoy en secreto.
neblí.
¿tú eres el dificreta?
Tú el valiente como un Marte?
Tú el navarro Durandarte,
A quien vi en Francia llamar
El Non de España y no-Par?
Aunque digo neciamente;
Ahora eres mas valiente.
Pues te atreviste á casar.
Y ¿quién es de tantos modos
Tan pesada compañía,
Que si es fea, es solo mia«
Y si es hermosa, es de todos?
¿ Yo metido hasta los codos
En empeños y cuidados?
Mas tente allá tus enfados ;
Que yo, aunque me hables eo ello.
No pienso decirte aquello
De suegros y de cuñados.
DON JUAN.
Calla, hasta saber despaes
La mujer que yo elegí ;
Lo que he pasado» Neblí ,
De penas en solo uii mes ;
Mas razón es , razón es,
Que cueste diíicultAdes
Bien de tantas calidades;
Sol que sale, luna llena,
Y cielo en noche serena,
¿No son tres grandes beldades?
Pues mayor es la que adoro.
El sol es un rey tan bello,
Que de su mismo cabello
Hace su corona de oro ;
Mas depone su decoro
En su ocaso, y se introducea
Astros que de noche lucen ;
Si otras damas son estrellas.
Mi sol siempre luce, y ellas
Siempre con él se deslucen.
La luna, luz plateada *
Del cielo, hermosa es sin duda,
Pero hermosa que se muda,
Porque es su beldad prestada;
Ya está llena, ya menguada;
Mas mi esposa celesuai ,
Astro que está siem^rt igual» . <
Es con luz propia, no aiéna ,
Luna que está siempre llena
De su beldad natural.
Hermoso es todo ese telo
Estrellado, mas no vive;
Ser mas perfecto recibe
Cualquier viviente del suelo;
Mi esposa también es cielo.
Mas tan viva en cada acción.
Que alma todas ellas son;
Y así, es, con gloriosa paíma.
Supuesto que toda es alma ,
Cíelo sin imperfección.
Luego tal belleza alcanza,
Que es cielo y cielo viviente,
Sol, y sol sin occidente.
Luna, y luna sin mudanza ;
Logróse pues mi esperanza,
Y gozo sin duda alguna
Tres hermosuras en una.
Tan sin defecto y tan bella.
Que se han enmendado en ella
El cielo, el sol y la luoa.
neblí.
Por Dios, que lo has dicho bien,
Hayas hecho mal ó no;
Mas voy al caso, que yo
Sé hablar de veras también ;
¿Qué sol es este con quien
Casado, don Juan, te hallo?
DON JUAN.
No sin causa te lo callo ;
Pero, en fin, ya estás aqui ,
Y aunque es tan secreto, k tí
Y á don Jaime he de fiaílo.
Aquí vendrá, aqui le espero ;
Que á eso be venido á palacio.
A don Jaime pues de espacio
Contar esta historia quiero ;
Y asi, no te la reBero,
Porque tú la oirás con él.
48 tu
fiel;
JOO
Sale DOÑA COSTANZA, con manto,
Y DON JAIME.
DON JAIME.
; Ay Co.<;lanza ! ¡í^uahlaü tienen
En U lo hermoso y cruel.
DUNA COSTANZA.
Don Jaime, vos sois galán ,
Y os eslimo de manera,
Que á vos sin duda os quisiera,
Si no adorara á don Juan ;
Todos los gustos están
Contrarios, que él me aborrece
Al paso que mi amor crece ;
Pero «I vos os satisfaga
Que quien vuestro amor no paga,
A lo menos lo agradece.
Con esto, dadme licencia;
Que ver al Rey solo espero.
Allí está don Juan, no quiero
Hablarle en vuestra presencia,
No porque habrá competencia,
Qui* eso puede asegurar
Amistad tan singular,
Sino porque de mi gusto
Tendréis vos celos , y es justo
No daros este pesar.
DON JAIME.
¿Podréis lograr el intento
De hablarle al Uey?
DOÑA COSTANZA.
Yo tendré
Orden de verle, aunque sé
Su perpetuo encerramiento,
Y que vuestro valimiento
Podrá introducirme; adiós. (Vase.)
DON JOAN.
Jaime, vo os espero á vos;
Mas no llego cuando os veo
Con Costanza; que deseo
No estorbaros á los dos.
DON JAIME.
Don Juan, yo lo creo así.
Al Rey quiere hablar ahora.
Quizá de \os, que os adora
Tan ciega como hasta aquí.
DON JUAN.
No tengáis celos de mi;
Que, si ella en cruel ha dado,
^ O os tengo ya asegurado.
DON JAIME.
Ya sé, don Juan, lo que os debo.
Decidme lo que hay de nuevo;
Que me tenéis con cuidado.
DON JUAN.
Escuchadme pues; que es deuda
A obligaciones pasadas.
En el peligro presente
Hablaros con contianza :
Yo suelo amar tan secreto,
Que esa íineza ordinaria
De no decírselo á nadie.
Porque otros también lo asaban ,
Me pareció vil, y á solas
Andaba yo dando traza
Cómo poder esconderlo
De la mitad de mi alma;
Y hallé el modo; que un amante
Que como yo se recala.
Ni aun á vos su amor os dijo.
No porque de vos se guarda,
Sino por |K)der preciarse
Que el secreto Je su dama,
Si illa media alma lo tía,
A la otra media lo calla.
Casado estoy en secreto :
Con esta primer palabra
Os digo que ya sin duda
Seréis dueño deC'ostauza.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
No penséis que me he casado
Secretamente por falta
De méritos en mi esposa ,
Que mas urgente es la causa ;
Ni por ser tan desvalido,
Que he visto apenas la cara
Al rey don Sancho, <|ue hoy reina,
Siendo yo Zúñiga, rama
De Iñigo Arista, y pudiendo
En mi Ciipilla y mis armas
Ver, por número de estrellas.
Tantas lunns otomanas;
Bien que al Rey, por su retiro,
Castilla, Aragón y Francia
Ya comunmente don Sancho
El Encerrado le llaman ;
Y así , don Carlos, su hijn.
Con libertad mas bizarra,
Ya casi dueño gobierna
La corona aun no heredada.
Yo, don Jaime de Aragón,
Miré á doña Sol Abarca,
A quien sabéis nue dio sangre
La casa real de Navarra ;
Viia, y fuéronse tras ella
Los OJOS, que la miraban,
Tras los ojos los afectos.
Tras ios afectos las ansias ,
Tras las ansias los suspiros.
Tras los suspiros el alma,
Y tras el alma un deseo
De tener muchas que darla.
Sol , con ser sol de mi estrella.
Quizá Igualmente inclinada
Con un precepto inviolable,
Me dio licencia de hablarla.
Porque me mandó imperiosa,
Aunque cuerda y recatada.
Que por Torzosos respectos,
Que á nuestro amor importaban,
Ni aun á vos os lo dijese.
Era el caso de importancia,
Y yo juré la obediencia ;
Si fué culpa, perdonadla.
Hablábame pues, y viendo
La nota y la vigilancia
De unas Vecinas curiosas,
Quizá mal intencionadas
(Que hay en las guerras de amor
Quien sin trabajo y sin paga
Se estará toda una noche
Siendo posta i una ventana).
Dejó de hablarme en la calle,
Y por una puerta falsa
Me entró un amor verdadero
A clausura tan sagrada.
Es la ocasión entre amantes
Áspid que muerde y halaga,
Hiena que mata y que llora.
Sirena que duerme y canta.
Yo amante y favorecido.
Ella fina y obligada.
Yo importuno :i los favores.
Ella á las porfías blanda ;
La resolución postrera
No es menester declararla;
Que hay sucesos que se dicen
(>on lo mismo que se callan.
Ya pues ambas voluntades
Últimamente empeñadas
Con favores, que á los fines
Groseras dichas alcanzan ,
Supe que el Príncipe (¡ ay triste! )
Tan loco á Sol adoraba,
Que, habiendo de ser su esposa
La serenísima infanta
De Araron, con quien están
Sus bodas capituladas,
A pesar del Rey, su padre.
Ni lo atiende, ni se casa
Su alteza, pues que de noche
La misma calle rondaba.
PorGado amante y cie^
Mariposa de su llama.
Supo mi amor; que ana noche
Me vio salir de sa casa
De mi Sol , y conocióme,
Pues luego con voz turbada
Me dijo : c Don Juan, teneos;
El Príncipe esquíen os habla.
Hijo soy de vuestro rey;
Yo, yo adoro á Sol ingrata,
Yo no puedo mas, yo muero;
Si alguna dicba os dio entrada,
I caro de tanto fayo.
El mismo Principe os manda
Que no volváis mas á Tcrla;
Pues yo la adoro, olfidadla.»
Aquí,' Jaime, quedé muerto,
Helóseme en la prganta
La* voz, y en la tierra inmobles
Fueron (te mármol las plantas;
Mas ya en Gn, cuando en el pecbo
Respiró la vital aura,
Y usó de sus facultades.
Con el calor desatadas ,
Empecé á hablar, y atajóme,
Diciéndome : cDon Joan, basta;
Esto ha de ser sin respuesta,
'Aunque mas razones naya.»
Fuese, j yo quedé sintiendo
Violencia tan temeraria.
Como deudor tan forzoso
De obfigacion tan honrada.
Dijele á Sol el suceso,
Y temerosa, dio traza
En secreto á nuestras bodas.
Por quedar asegurada :
Yo, por el Principe, quise
Excusarme y excasarla.
Temiendo quizá las qaejas
Aun mas que las amenazas;
Mas lágrimas de mujer,
Sol con justicia tan flau.
Yo convencido, y la deuda
A honor de sangre tan alta;
Cáseme con tal secreto.
Que sola Inés, una esclava.
De Sol confidente, sabe
Que está conmigo casada ;
Adorámonos loados,
Y aunque son muy limitadas
Mi hacienda y la soya, Jaime ,
Entre unas pobres alhajas,
Estoy tan rico con ella,
Que, sí es la mujer honrada
Corona de su marido.
No invidio al mayor monarca;
Y vive Dios, que'á Castilla
Dispusiera una jomada
Por ver á un deudo de Sol ,
Si no temiera dejarla ;
Y si no me voy, porfia
Su alteza con uf instancia.
Que en celos averiguados
Temo iras ejecutadas
Y aun otros futuros males.
Figurad entre las ramas
Que forman en ana selva
Verdes techos de esmeralda ,
Dos pajarillos amantes.
Que con unas pobres |MJas
Van fabricando su nido
A los pollueloíi que aguardan,
Y que un cazador astato.
Cuando todo el nido saca.
Quita á los padres qae Tinn,
Y á los hijos qoe á Taz taigas;
Pues veis aqai mi reCrilo
En las verdes esneramas
De un matrímoalo secreto ;
Deseo yo entre las alai
O los rayos de mi sol
Ver felizmente abrif^da
liebott, cuando
«odas esperiMlas
mente, aunque pobres,
os nido ó casa ,
» al padre y queriendo
is asechanzas
nadre en el nido,
iroorosa y casta;
le, que, crael ,
Da vez lo acaba,
padres que mueran ,
>s que no nazcan,
pues ¿ pediros ,
toda la privanza
;>e,qoe si acaso
ber loque pasa,
que esta celoso,
itiffua amistad baga
n las ocasiones ;
es tan apretada,
ima, don Jaime,
li , que me agravian,
rqiosura inocente ,
tud soberana,
hado dichoso,
otas veras ama,
0 amor padece,
de vos se ampara,
ampararme es deuda,
lobleza hidalga
ego de justicia
1 piedad de gracia.
DOn JAIME.
yo os buscaré luego;
(hora á esia sala
I Principe salen ,
se persuada
) me habéis hablado,
I la misma causa
migo no os vea.
DON iUAtf .
, hasta mañana.—
IfEBLÍ.
Tamos ; que quiero
iés á mi ama,
l)arca y es Sol , •
cuando levanta
sol del suelo
\ con que anda ,
luz se ajusta
oro se calza.
te^ebUy don Juan.)
L REY Y BL PRINCIPE.
PBilICIPB.
jesttid. Señor,
*e ; que me cansa
€ no es matarme.
RCT.
rida es batalla.—
¿qué decís de eslo?
DON JAIME.
', que me espanta
:ipe tan sibio
IR ordinarias.
. RBT.
« tengo casado
iolanle, hermana
ro el Coarto, fénix
a y de España ;
re, pues tengo
mente y canas,
« consejos cuerdos
es gallardas.
rnixciPB.
de morir.
RBT.
dofia Gotlmn
AUN DE NOCHB ALUMBRA EL SOL.
Me refirió todo el caso,
Y que dofia Sol Abaroi,
Que ama en secreto á don Juan,
Con quien de casarse trata
La misma Costanza, inquieta
Al Principe muy humana. i
PIÜNCIPE.
Hable vuestra majestad
De ese sol con mas templanza ;
Que no es mas puro el del cielo.
Aunque á mi su luz nne abrasa.
RET. (Ap.)
jt}ué bien parece entre él regio
Esplendor esta bizarra
Generosidad ! Que el hombre
Que con sus celos infama
La mujer que quiere, y mas
Cuando no piensa dejarla,
O no tiene entendimiento,
O buena sangre le falta.
OOIf JAIME. (Ap.)
Don Joan está en gran peligro.
A caza saldréis mañana ;
Que quiero que os divirtáis.
PRÍNCVB.
Veré alif representada
En las fieras mayor fiera ;
Mas me entristece la caza.
RET.
Id á la Gasa del Campo.
PRÍ.^CIPB.
Digo que iré donde manda
Vuestra majestad. Señor.
RET.
No me volváis las espaldas;
Que os Quiero mas que á mi vida.
Escribid, porque se parta
El correo á Zaragoza ;
Que eso solo es lo que aguarda.
PRÍIflUPE.
Vayase sin cartas mías.
RET.
¿ Cómo ha de ir sin vuestras cartas ?
PRÍNCIPE.
Porque muero.
RET.
Dios 08 guarde.
PRÍirapB.
Vuestra majestad se vaya,
O yo me iré.
RET.
Bueno está ;
Que arguye poca constancia
Rendirse á pasión tan necia.
Que por serlo es porfiada.
Casaos pues, y obedecedme
(^on el rigor y observancia
Que debéis á un rey y padre,
Que mas que á si mismo os ama ;
O por el siglo dichoso
De la Reina, que, elevada
A mejor corona, pisa
Zafir del supremo alcázar,
Que, á pesar de vuestro afecto.
Que asi la razón arrastra,
Os castigue rigoroso.
Si lio en vos, en quien lo causa. (Yéie.)
DON JAIME.
Señor, ved que vuestro padre...
PRÍNCIPE. •
Jaime, no me digas nada;
Yo esioy resuello. Don Juan
De Zúñiga ha entrado en casa
Del Sol que adoro, después
Que con paciencia excusada
Le avisé que la olvidase,
»1
8
Pues que yo no la olf Idaba.
Traidor ftaé, pues volvió á verla;
Su muerte es Justa venganza ',
De mis celos; ya es de noche ,
Id luego y ejecutadla. .
BOU JAIIIB.
Señor, Prhiclpe, sois Justo,
Y á vos don Juan no os agrafía ,
Porque yo sé...
PRÍNCIPE.
No sabéis.
Cosa que importe á mis ansias
Ni á mis celos; vive Dios',
Que ha de morir.
BON JAIME.
SI se igualan
La piedad v la Justicia
En las deidades humanas,
Como á tal...
^ PlbfCIPB.
'Esta et sentencia '
ue pasó en cosa Jmgada ;
o ha lugar la apeUcToo.
non JAIME.
Si ; mas hay, cuando es eontrárlai
Suplica á vos de tos mismo.
PRÍIfCIPB.
¡Jaime!
OOR JAIME.
Señor, vinculada
Os tengo á vos mi obediencia.
PRÍNCIPE.
Pues no repliquéis palabra ;
Acabad su vida, ó dad
La vuestra por acabada.
DON JAIMB.
Sí daré si se la quilo,
Pues en la suya están ambas.
Salen DOflA SOL t JNÉSf etclauñ.
INÉS.
¿Qué es lo que escribe Costaoza
En este papel?
nOÍlA SOL.
Ignora
Mi casamiento, en ope ahora
Ni de ella haré confianza ;
Y así, me escribe qoe quiere
Ser mi huéspeda unos dias.
intt.
Tú ¿qué respuesta le en? las?
OOffASOI.. ^
Inés, bien claro se infiere ;
I Cómo he de tenerla en casa,
Siendo ya don Juan mi esposo,
Y el secreto tan fontoso T
i
Td no sabes lo que pasa?
>on Juan la quiso muy bien,
Y pienso, si a casa vtene.
Que es de celos que de él tiene.
DOffASOI..
Yo lo presumí tamUen;
Mas don Juan me satitface
Tan leal, que mis recelos
Aun no han llegado á «epjcelos;
Con todo, ai don . hace
A Castilla so Joma
Traeré á CostAosii .^., {o,
aa •
Aunque
?uec
emo hrl„
Ln~ ^jdo,
, í dom.
O,
. ou ém
n
S02
Mes.
¡Ay señora, qué galán
Vi ayer al Principe yo !
El suele decirme á mí
Sus penüs, y vo le digo
Que pierde el tiempo contigo.
DOÑA SOL.
No, Inés, no ba de ser así.
lluego ¿gustas que le dé
Alguna esperanza?
DO.^A SOL.
Necia,
En mí tuviera Lucrecia
Menor flaquera y mas fe.
INÉS.
A quejas muy repetidas
Le despido yo ; ¿ q»é quieres?
DOÑA SOL.
Inés, si al Principo vieres,
No quiero que le despidas,
Porque esto es llegarlo á oir.
Sino que huyendo, te vengas
Tan apriesa, que no tengas
A quien poder despedir.
INÉS. (Ap.)
En vano á su honor resisto.
Sufra el Principe el desden ;
Que no puedo mas.
Sfl/ér/iDONJÜANv NEIíLÍ.
DOM JUA?I.
Mi bien ,
Un siglo há que no te he visto ;
llablu á Neblí sin recelo,
Que es un ¡uiliguo criado,
De quien siemi>re me he fiado.
KEKLÍ.
Neblí soy, pues al sol vuelo.
DOÑA SOL.
Por leal á tu señor.
Te estimaré.
NEBÜ.
Ahoni sf
Puedo Humarme Neblí ,
Con alas de este favor.
nÉs.
¿Neblí se llama, gaiau?
.>F.BLÍ.
Y con hambre eterna estoy
Templado siemiire ; que soy
Neblí pollo de don Juan.
nts,
¿Neblí pollo es todavía?
Pensé que mudado de aire.
KEBlA.
La esclava tiene donaire ,
Y es docta en volateria.—
Dime tú tu nombre á mi.
IMÉS.
Inés me llamo.
KEBLÍ.
Alto pues ;
Garza parece la Inés,
Que ha de volar al Neblí.
I?(¿S.
Luego ¿es consecuencia clara
Que algo quieres darme?
."fEBLÍ.
Niego ■
La consecuencia y el luego.
ixAs.
¿No tiene Sol buena cara?
rvBBLi.
De límistc.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
IRÉS.
Ella es mujer
De buena vida y costumbres ,
Mas solo da pesadumbres.
NEBLÍ.
Muy pobre debe de ser.
INÉS.
No serlo, pues es tan bella ;
¿ Date á tí mucho don Juan ?
KEBLÍ.
Ya los señores no dan ;
Son muy pobres él y ella.
DO.ÑA SOL.
Don Juan, ¿no es aquel don Jainie?
Sale DON JAIME.
DO?l JAIME.
i Qué desdichada hermosura! —
Señora Sol, Dios os guarde.—
Don Juan, mal se disimula
El sentimiento en los ojos.
DON JUAN.
Gran mal su tristeza anuncia.
DON JAIME.
itetirense esos criados.
DON JUAN.
Salios allá.
NEBLÍ.
No me gusta
La prevención.— Inés, vamos.
{Vanse.)
DOÑA SOL.
Don Juan, pues aquí te busca
Don Jaime, que soy tu esposa
Le habrás ya dicho sin duda,
Y si no, yo se lo digo;
Porque menos se aventura
En revelar el secreto.
Que en juzgar él, si lo juzga, ,
Qutr pudo hallarte en mi casa,'
No siendo yo esposa luya.
DONJUÁN.
Sol, ya don Jaime lo sabe ;
Pero su tristeza es mucha,
Pues á los ojos se viene.
DON JAIME.
No sé, don Juan, cómo cumpla
Con tantos respectos juntos ,
Entre penas tan confusas.
Su alteza manda que os mate,
Y aunque, entre miedos y dudas ,
A tanta resolución
Hice réplicas algunas ,
Quiso tomarlo á su cuenta,
Cuundo ve que, si lo rehusa.
Se lo encargarán á otro.
Que fácilmente concluya
Con mi vida y con la vuestra;
Que ninguna está segura
Si peligra la del otro,
Pues es de ambos cada una.
El Príncipe es el juez
Que esta sentencia pronuncia,
Y el delito es vuestro amor
( ¡ Vive Dios, que es feliz culpa ! ),
Y piensoqne mi desdicha
Es el íiscal que os acusa,
Pues me han hecho á mí el verdugo
Que la sentencia ejeruta.
Este es el caso : yo vengo
Sin resolución ninguna
A ponerh* en vuestras manos ;
Vos calláis y Sol se turba.
Don Juan, muchas vidas tengo;
Que ya la vuestra y la saya
Tengo por proprias, y ya
No es n)i desdicha tan suma,
Que no queréis ano sean nts;
Que, porque sera ventora
Tener yo machasque daros,
Dejaré de tener mucbas.
DON JOAN.
Yo 00 sé, por Díos« don Jaime,
Con qué palabras reduzca
A brevedad tantas penas ;
Y así, vuestra amistad sopla
Lo que falta á mi discorso;
Que, aunque la acción es injosta.
Si vos para ejecotalla
No buscasteis coyuntora.
Corréis peligro, y si dais
Noticia al Itey, se disgusta
Con vos el Príncipe, y veo
Que el morir vos no se excosa.
Vos mirad por vos, don Jaime,
Viendo también esta HoTía
Que tiene al sol tan noblado.
Esas perlas de alba pora.
Que en azucenas y rosas
Ni el mismo sol las enjuga;
No me pesa á mi por mi
Esta virtud que se encombra
Sobre si misma, y tau alta
Pisa fueros de fortuna;
Siento no mas que si moero,
Como tórtola viuda,
Que ahora con su consorte
Tan dulcemente se arrolla.
No posará en ramo verde,
Y entre las selvas osearas
Pedirá endechas prestadas
A las aves mas noetamas.
Maldiciendo entre sos iknslas.
Entre sus penas y angustias.
Los arroyos que lo ríen.
Las fuentes que lo mormoran.
Esto quiero que os lastime;
A mí , sin naevas consultas.
Dadme á fieras que me eomaa
O á llamas qoe me consoman ,
O echadme al mar, dkmde el sol
Cada noche se sepolta,
Y cada mañana, en qaien
De lo moptal se desnuda ,
Fénix del agoa renace
De entre las ondas profiradas;
Que allí á mi bien la fe fiva.
Sí la esperanza dlfonta.
En todo aquel alabastro.
De infaustas cenizas oraa ,
Consagrará monumentos
A las edades futuras.
doSa sou
Señor don Jaime, en los ojos.
Donde la elocuencia es moda,
Mucho mejor que en los labíis.
Oran dos almas ocultas;
Sobre la gloria de darse,
l'na por otra la usoipa.
Cada cual tan ambiciosa
De hacer la flneza suya*
Que en la misma resistencia
Con que están luchando á ina.
Vienen á injuriarse al tiempo
Que obligarse mas procnraa;
Mas no luchan desconformes»
Porque, si i luchar se jaÉla«t
No se juntan por lachar*
Que antes por jontarae lochao; .
Porque hav no sé qoé ilnijc
De paz en la misma locha.
Pues los mismos qoe pelen
Se abrazan cuando sa IiüvÍn;
No las despartáis, don Jaime»
Antes una misma punta
Saque ambas almas la taem
De la mano mas robusta ;
De una ves rompa
ie dificulta,
e UD golpe solo
n dos vidas juntas,
una desdichada,
-ueldad y la astucia
tra lo inoceote
able vinculan,
io ya en ambos cuellos
leridastan duras,
mi la primera,
n Juan la segunda.
DON JAIME.
bien podrá en vos mismo
uien lo procura;
1 Sol, vuestra esposa,
sen su alma, en cuya
Jad tenéis
no caduca,
r de la eternidad,
? los siglos dura,
a m piona luego;
répor disculpa
s ido á Castilla;
;os que resultan
joyo.
DOX JtAIf.
¿Vos sabéis
1 Principe promulga
a mi tan severa ?
DO queréis que huya
fieligroá Sol?
de piedad usa,
á que la Heve.
D0?( JAIVE.
á que discurra
f á que bbre el tiempo,
íis en aventura,
á Sol ahora,
ridas y la suya.
DO.^A SOL.
Juan no ha de ir sin mí ;
0 que nos conduzca
na misma vida
;ma sepultura.
asa movible
á quieu aseguran
que la apuntalan,
-asque la fundan,
an viviente
«alada espuma,
Isoproprio le alienta
:íI le estimula;
le pino con alas,
viento sin plumas,
nes d»? agua vuela,
5 de aire surca;
L>le albergue, cuando
leños se ayuda,
iiiiinando siempre
lismos que la ocupan,
; á sus moradores
ipre tan conjunta,
no pueden mudarse
Qbien no se muda ;
íempre y tan (irme,
apararlos nunca,
1 hundirse ó deshacerse
íligro que no sufra.
Jaime, yo y don Juan,
mas, que son una,
▼ey marinero
nto golfo tluctúa;
casa portátil
vive y en que él triunfa
suenes de miedos,
olas de injurias ;
ra es ya mi llanto
ae la ínueda,
fuere yo, ha de ir ;
cacioD no se excusa,
AUN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL.
Y es fuerza que con él vaya
Su pobrecilla chalupa.
Contra quien tanto «lemento
En tanto mar se conjura.
Mas no importa, él vive en mi,
Y yo soy casa tan suya,
Que tengo de ir donde' él fuere ,
A pesar de mayor furia ;
Porque no le he de dejar
Hasta que, en igual fortuna ,
Las rocas me hagan pedazos
O los abismos me hundan.
DON JAIME.
Ved, SeñoM, que á quedaros
Os obliga la cordura;
Que si os vais los dos, es fuerza
Que os sigan y que os descubran,
Y (|ue don Juan muera entonces.
DON JUAN.
Don Jaime, nadie presuma
Que el deseo de la vida
Tan engañoso me adula ,
Que yo me vaya sin ella ,
Y deje mi honor en duda.
DONA SOL.
¿Cómo en duda? Luego ¿en mi
Son posibles las calumnias?
Luego ¿este sol tendrá eclipses
Por mudaí zas de la luna?
Luego ¿escuadrones formados,
Que vibrado fresno empuñan ,
Que ciñen luciente alfanje
Y visten morisca aijuba ;
Etna que incendios aborte ,
Nube que rayos escupa.
Con truenos que al firmamento
Ksiremezcan las columnas.
Osarán á mi constancia?
Vele, y verás cuan segura
Armadas huestes desprecia
Y fiier/as de reyes burla.
Yo íjucdo conmigo misma.
Vele, (ligo, y no atribuyas
Rsle alienlo.á confianza
Ni este valor á locura.
DON JUAN.
Muy bien dices; pero advierte...
DON JAIME.
Don Juan , sin tardanza alguna
Os habéis de ir.
DON JUAN.
Yo iré donde
Por unos dias me encubra ,
Con que vos os encarguéis
1)0 mí bien.
DON JAIME.
Don Jaime os jura
Ser gunrda de su recato,
De atonta, tan importuna.
Que, siendo ella sol, y yo
Águila, qu*» no se ofusca,
Examinarán mis ojos
A rayos de Sol -tan para.
DON JUAN.
Pues yo buscaré, luz roía,
Ocasión mas oportuna
Para llevarle conmigo;
Tú verás qué poco dura
La ausencia. Abrázame ahora.
DONA SOL.
¡Ay, don Juan, que el sol se anubla!
DON JAIME.
Porque vuestra ausencia crean ,
Pudiera Sol ^ con industria ,
Traer consigo á Costauza.
DONA SOL.
Si la traeré; que ella gusta •
De estar conmigo unos dias.
905
DON JAIME.
Pues don Juan se vaya.
D05ÍA SOL.
Suban
Hasta el cielo mis suspiros.
Justicia, amor; que me hurtan
El mejor tiempo á mi vida.
DONJUÁN.
En. habiendo coyuntura.
Vendré á verte. Adiós, mi bien.
DOÑA SOL. *
Mira que á mi centro acudas.
DON JUAN.
Tú eres un sol que me abrasas.
DOÍ^A SOL.
Tú un astro que al sol ilustras.
DON JUAN.
Tú la causa de mis dichas.
D05ÍA SOL.
Tú el dueño de mis venturas.
DON JUAN.
Yo soy tu esposo y tu amante.
DONA SOL.
Yo esposa y esclava luya.
JORNADA SEGUNDA.
Salen INÉS y DOSa COSTANZA.
D05ÍAC0STANZA.
Diréte, Inés , lo que sabes ;
Porque mientras lo repito.
Parece que lo acredito.
INÉS.
Pues empieza, porque acabes;
Que decirme lo que sé
Es darme encono.
DOÍ^A COSTANZA.
En efeto
Se fué don Juan con secreto,
Y yo, después que se fué,
Huéspeda de Sol estoy
Aqui en su casa.
iNés.
Adelante.
DO^A COSTANZA.
Temo que es don Juan su amante.
INÉS. {Ap.)
Leal, aunque esclava, soy ;
No he de decir lo que sé.
Pues no digo que es su esposo ;
Mas basta hacer un engaño
Al Principe, tan extraño.
DONA COSTANZA.
Quiso el Principe, celoso,
Matarle. Don Jaime á mi
Me ha dado da todo cuenta;
Por eso don Juan se ausenta,
Pero está cerca de aquí.
Yo pues , que con tal porfía
Casarme con él pretendo ,
No sé si, necia, defiendo
En su persona la mia;
V como para aplacar
Ál Príncipe el medio era
?ue Sol le hablara y quisiera,
ella, en fin, no le ha de hablar:
Porque él piense, aunque engañado,
§ue tiene á Sol reducida ,
asi don Juan tenga vida ,
Que este solo es mi e>ii<i«Ho ,
Hurtándole á Soft el •
204
A hablarle de noche vengo
Al jardín, y le enlreiengo,
(lomo ya vés. No te asombre
Que, hublándome, haya creído
Que soy Sol; porque, demás
Que no ha hablado á Sol jamás,
Siuo de paso , yo he sido
Tan sagaz, que, por poder
Engañarle mas segura,
Busco noche tan obscura,
Que ni el bulto pueda ver.
Yo pues junio desta fuente
Hablo al Principe y le digo
Que soy Sol. Tft eres testigo,
Que sienmrete hallas presente,
Que no falto á m¡ decoro ;
Que sí mi honor peligrara,
No, Inés, no lo aventurara
Por don Juan , porque le adoro.
Él , en efecto, que entiende
Que le habla Sol , ya no extraña
Los favores, y se engaña
Oon lo mismo que aprehende;
Que en sola la aprehensión,
No en si mismo , está el contento.
(;ozo es decir humo y viento;
O nada ó mentira son
Los bienes de amor, Inés,
Pues, engañada la idea ,
No está el gusto en que lo sea ,
Sino en pensar que lo es.
INÉS.
Costanza, todo lo advierto.
¿Queda mas?
DONA COSTANZA.
Su alteza, en (In ,
Me ha hablado en este jardín
Tres noches, y está muy cierto
Que hablando con Sol está ;
De modo que asi ha tenido
La dicha ae haber creído
Que Sol favores le da.
Con que, en ardid tan extraño,
Lograremos yo y su alteza.
Él su engaño en mi fineza,
Yo mi fmeza en su engaño.
Sale DON JAIME.
DON JAIME.
Sin que me sientan he entrado.
Todo la industria lo pudo;
Mientras el silencio mudo
Recatos presta al cuidado;
Que, guardando ajeno honor,
Si es ajeno el de mí amigo,
Las sombras del miedo sigo
Con los pasos del temor.
Adonde el ardid se atreve.
Fiado á noche tan ciega ;
Que el sol hay noches que niega
La luz que á los astros bebe;
Porque há tres que, á mi pesar,
Al Prhicípe, aun no lo creo,
Argos desdichado, veo
En este jardín entrar.
Ojalá averigüe aqui
Si es (irme Sol como bella ;
Que 00 ha habido culpa en ella ,
Como no hay descuido en mi.
Sale EL PRÍNCIPE.
PRINCIPE.
Gran dicha fué hallar abierta
La puerta ; gócese el fin
De mi dicha en el jardín ,
Que me dio franca la puerta.
Sol mía , ahora veré
La verdad que tu amor tiene.
CosUDia , el Prindpe Tiene.
EL DOCTOR FELIPE GÓDINEZ.
DOÑA COSTANZA.
Pues no le vayas.
INKS.
No haré.
PRÍNCIPE.
Gente hay aqui. ¿Es doña Sol?
DOÑA COSTANZA.
Sol soy. Habla sin recelo.
DON JAIME. (Ap.)
Sol dice que es. Vive el cielo ,
Si es natural arrebol
La vergüenza en una dama ,
Sin luz ni arrebol está
Este cielo ; que no hay ya
Fe ni verdad en quien ama.
PRÍNCIPE.
Pues determinado vengo.
Al salir de tu jardín,
Vi anoche un bullo, y en lin , ,
llnblo claro, celos tengo.
Temo que es don Juan, á quien
No habló don Jaime, ó no quiso;
Que ambos andan sobre aviso,
Pues que se guurdan tan bien.
Vengo pues determinado
A no perder la ocasión ;
Que esto es dar satisfacción
De una vez á mi cuidado.
DOÑA COSTANZA.
No tengáis celos ; que os quiero
Mas que á mi, y es temor vano
Que un principe soberano
Los tenga de un escudero.
Vos sois mucho mas galán
Que todos, y yo. Señor,
No tengo á ílon Juan amor ;
Que no os compile don Juan.
DON JAIME. {Ap.)
El daño es cierto. ¡Ay, amigo.
Qué buena cuenta que di
De tu honor!
PRÍNCIPE.
Sol , si basta aqui
He sido cortés contigo ,
Ya, sin el úliíino empeño.
No creeré que á mí me quieres.
Dueño de ti misma eres;
Hazme de ti misma dueño.
DOÑA COSTANZA.
(Áp. Válgame aqui la cautela.)
Señor, quien de veras ama.
Mas los riesgos de la dama
Que los del honor récela.
Costanza pues es ahora
Mi huéspeda ; yo os promolo
Que está cerca, y el secreto
De mi amor y el vuestro ignora.
Apenas ñor el oriente
Saldrá el sol cuando se vaya;
Podrá ser que ocasión haya
Mejor la noche siguiente.
Venid entonces, pues es
Honor de quien os adora.
{Ap. Remedíese el daño ahora ;
Que otro ardid habrá después.)
PRÍNCIPE.
Oye, la noche que viene
Quiero lograr mi ventura ;
Tanto mi amorte asegura.
DON JAIME.
Atajar esto conviene
Con prudencia y discreción;
Que, aunque en Sol el vil intento
Pasa ya de pensamiento.
Aun no llega á ejecución.
PRÍNCIPE.
Cerca me has dicho qae está
Costanza. Adiós; que, en efelo,
A ti le importa el secreto. {Vate.
DON JAIME.
El Principe se fué ya.
Estoy, vive Dios, aqui
Por tomar de Sol fengauza;
Mas ha dicho (lue GosUnza
Estaba cerca de allí.
Voyme; que quizá darán
Los cielos traza mejor
Para preservar su honor
Y defender á don Juan. (Vfli^j
1N¿S.
Costanza, ¿qué estiis {tensando?
DOÑA COSTANZA.
Inés, otro nuevo ardid
Para quietar á su alteza.
Téngole pues de escribir,
Firmándome doña &/,
Pues va ser ella fingí.
Que Costanza no se ba ido;
Que no tiene que venir.
1NÍS.
Bien puedes ; que él no conoce
(Yo sé bien que esto es así)
Ni tu letra ni la suya.
DOÑA COSTAICZA.
Todo es temer y fingir.
Sale DOfSA SOL.
DOÑA SOL.
Mientras don Juan me destela,
No sé qué rumor sentí ,
Sí quien sus ausencias sienle.
Puede otra cosa seolir.
Vientos, si fuisteis saspirot ,
Y acaso á saber venís
Si me acuerdo de mi esposo,
Volved, decidle que si.
DOÑA COSTARÍA.
Sol es esta.— Sol, ¿qué bascas?
DOflí A SOL.
Costanza , ¿tú estás tqai?
DOfiA COSTARU.
; Ay, amiga ! Parecióme
{Ap. Aquí es forzoso meotir)
Que escuclié á ^od Joao, j Tíne,
Por no despertarte i ti ,
Con Inés, á ? er quién en.
DO^A SOL.
¿Qné dices? ¿En mi Jardlo
Don Juan de nocheT(Ap. EfloesfaeR
Disimular y sufrir.)
na^A COSTARÍA.
Pensé que á mí me buscaba.
¿Quieres recogerte?
D0.1U SOL.
8i;
Mas no, ya me he desvelido.
Tú sola te puedes ir;
Q ue yo con Inés me qMdo.
DO.^A cosTAmuL {Áp.)
Bien de ambos ricigos talL {T§M
ni¿t.
¡ Ay, Sol , pasos be leMldo!
DON JUAN T neblí , em§ §m
SfttffM.
RltLL
Ya estamos en el Jardín.
¿ Qué habernos de bncer abora?
MW JOAR.
No dejará Inés de abrir.
Si llamas á aquella reja ,
Qae está enramando on jMOidn.
BOffASOL.
! baré? Yo estoy maerU ,
á hablar dI á huir.—
UotiQaiéoTa?
DON JOAN.
\ Luz aria !
DOSÍASOL.
lan!
RBBli.
¡Inés!
lilis.
¡Neblí!
DO.ÑA SOL.
lío estoy turbada
>dad. Decid,
beis Tenido?
DON JOAN.
Sol,
i Terle y vivir,
¡enes acá el alma,
estabas aquí?
DOÑA SOL.
«, estos arroyos
luevas de mi ,
lO lengua las aguas. —
s, que reis,
i mi ventura;
le ¿ aquel alhelí
% murmurando
iies de marfil;
quizá cuidadoso ,
riene á inquirir,
es que sois tan darás,
10 se lo decis?
DON JUAN.
ICOS de un bosque escritos
igo mas de mil,
Jejo que crezcan ,
s escríbi
s, cu va alma misma,
sos de sentir,
lágrimas abre
> buril.
:á de mi letra
eza infeliz
no negro: tYo.
»razon asi;>
un olmo, con quien
la una vid :
el cielo la mano
isiere dividir.»
me dices nada
ime?
DOÑA SOL.
Ayer le vi,
í muy severo.
t arrepentir
sido tan piadoso ;
í espanto; que» en fin,
rincipe enojado.
DON JOAN.
les presumir
¡me? Él me dio vida,
oe se la di.
doSa sol.
[ue JO me ensañe ;
raste en venir
e, que Gostanza
ispeda ; y asi ,
volver.
DONJUÁN.
No, bien mió;
ceieslial zafir
Iba* precursora
ennosorobl.
íí
AUN DB NOCHE ALUMBRA EL SOL.
DOÜA SOL.
Mira el riesgo á que te pones.
DON JUAN. *
Muy bien me podré ^encubrir
Por un dia de Gostanza,
Oculto en tu camarín ,
Por verte á hurto algún rato.
neblí.
Sol , ya don Juan no se ha de ir;
Que el sabe ser tan secreto ->
Que todo cuanto le oi
Suspirar en esta ausencia,
L.0 ha suspirado en latin ,
Bien que haciendo ambos un doo,
Como el agua en el anis;
Que dejé mi amor en cierne
También yo cuando me fui:
Yo maestro de un cuquillo,
Y él de un jilguero aprendiz ,
Don Juan cantaba por Sol •
Y yo entonaba por MI.
DO.^ SOL.
Digo, don Juan , que te quedes;
Ya no quiero resistir.
Por si han sentido rumor.
Llegue en público Nebli,
Como que busca á Gostanza.
Tú á mi me puedes seguir.
DONJOA.t.
Ap. ¡ Que esté Sol tan á deshoras,
^on Inés, en el jardín,
Y que resista el quedarme !
i Oh, cómo suele ser vil
La imaginación humana.)
Bellísimo serafín.
Un primer ímpetu ha sido;
Perdona , si te ofendí.
{Vante daña Sol y don Juan,)
mtA,
Nebli , ¿no me dices nada?
neblí.
Inés, quiero Irme á dormir;
Que he andado toda Irnoche
En un tejado ó rocin ,
Consultado en caballero.
INÉS.
Apenas te conod ,
Cuando te fuiste I aventuras.
Escudero de Amadis;
¿A qué ha venido tu amo?
neblI.
Hace frío, aunque es abril,
Y viene á buscar el sol.
Si hay acaso po^ ahi
Algún planeta traido.
Que á mí me pueda servir.
También roe parió mí madre,
Como la suya al Sofi.
mis.
¿Has cenado?
neblí.
No, por Dice, •
Si verdad he de dedr.
Yo tengo sed , hambre y fHo.
¿Tienes algo de pemil.
Como un trago die lo caro?
Porque esto de san Martin ,
Según lo que abriga, siempre
Tiene capa que partir.
INÉS.
¿Pásaslomuymal?
nehj.
May mal.
mis.
Lástima tengo de ti.
Vamos ; que te quiero dar
Los blsineos de vna perdis
Y lo tinto de ona bota.
NKBLl.
¿Quién te regala?
mis.
NebU,
El Príncipe , úii seflor.
NlBLf.
i Válgame el seSor san Gil !
¡Pesia mi abuela , qué vida
Se rompe en este país !
Sol habrá dado en el cbiste.
Su alteza gasta gentií;
Inesilla, como boba ,
?uerrá comer y vestir,
don Juan anda arrastrado ,
Como otro fray Juan Goarin ,
Marido muy crtmÍDat,
Contra el intento dvil.
Bien haya cuerdos de abota ;
Que lo que éa tiempo del Gld
Se llevaban las tMceraa,
Toman ellos para ai.
Soíen EL REY t DON JAIME,
$n jjMríaeiú,
DON JAU».
Sefior, dofta Sol se 0%
De mí y de vos. Justa ley
Es que la defienda oo rey
De un principe que porfia;
Y asi , á avisaros eovfa ,
Tan honrada como belte,
gue esta noche quiere veila
a alteza determinado.
Ap. Con este ardid he mirado
or don Juan, por mi y por ella.)
^,
Sol tiene gran calidad ;
En fin, ¿defleode aa honor
Del Principet
DORIAnB.
SI , Sefior.
(Ap. ¡Ojalá fdert verdad!)
IBT.
ípdé ciega es la voluntad ,
Pues crece en la reslsteoela !
DONJAnS. (Ap.)
Diciendo al Rey que es vfiolenda,
Le obligo á que lo repare,
Y si él no lo remedia^.
Yo haré mayor diligenda.
Don Jaime, el Prloeipe fiene.
Idos ; advertido quedo. {Vi
Sah EL PRINCIPE.
nÜNGIM.
Noche, que preatas al nledo
Laa sombras que tu horror llene...
MI padre está aquí ; ooofleDe
Disimular mi espenuza.
■ST.
En fin, ¿no hay ea vds'mudtniaT
PBíNaPB. (4p.)
Sol , hermosura del día ,
Esta noche serás mía ,
Sin que lo impida Costaiza. .
aiT.
Una carta he recibido
De la Infanta , Tueairaeaposa,
Y está d^ voB lau qu^ioaa ,
Gomo yo por voaeoffddo.
Amigo vuestro, os lo pido,
StffeyypadfBiOslOMMHio;
906
Que es mandar y estar rogando,
Aunque es acción nial segura
Poner en cerviz tan dura
Yu^o de imperio tan blando.
Y SI Sol no US da ocasión,
Y llega h tal vuestro exceso,
Que la preferís por eso
A una infunta de Aragón ,
Tomaré resolución
Con vos y con ella.
PRÍNCIPR.
¿Quién
Habla de mi anior tan bien.
Que esloos lia dicho?
RKY.
Parece
Que, en vez de acabarse , crece
Vuestro amor con el desden.
PRÍNCII'E.
Pues si crece á mas esfera
Con los desdenes, no uséis
Üe ellos con Sol , si queréis,
Señor, que menos la (¡uiera.
Quien la ofende en vano espera
Que yo me mude jamás ;
Mas volverá un no atrás
Üe lo que basta allí ha corrido
Cuando agua le han añadido.
Con que es fuerza correr mas.
Sed pues con Sol mas clemente;
Quizá cesando el rigor.
Quitaréis fuerza al amor
Y raudal á la corriente;
Rio es mi amor, si no es fuente ,
Que no puede atrás volver.
Lnade dos ha de ser :
Yo dejo á vuestro albedrío
Que quitéis el agua al rio,
O que le dejéis correr.
REY.
Carlos, las fuentes porlian ,
Manando siempre; á la mar
Van los ríos sin parar;
No así los gustos se guian.
Muchos que ahora querían,
Sequedad después mostraron,
Y de amar se retiraron;
Luego, aun amando, no fueron
Ríos, pues atrás vol vitaron ,
Ni fuentes, pues se secaron.
Según esto, ¿qué será
Amor ? Un arroyo breve,
Que correrá mientras llueve,
Y luego se acabará.
Tal vez, cristal puro, va
<*.orriendo del monte al llano,
Y es, aunque presuma ufano
Que su caudal será eterno ,
Censo que impuso el invierno
Y lo reuiroió el verano.
Ahora, que por ventura
No tengo sed, corre aprisa
Amor, y entre falsa risa ,
Me va ofreciendo agua pura.
Mientras el invierno dura ;
Mas vendrá el eslío luego,
Y hallaré, si á beber lle«o.
Donde agua el invierno vi ,
Guijas secas, que de sí
Estén arrojando fuego.
Sol no os quiere, yo lo sé;
No vais esta noche allá;
Que hacerla fuerza será
Infame acción.
prHcipe.
Rif n se ve
Que hay quien avisos os dé;
Mas si ya á saber se pasa
Que el sol de noche me abrasa.
La relación no fué cierta ;
EL DOCTOR FKLIPE GODINEZ.
Que primero me dio puerta
hin sus ojos que en su casa.
REY.
¿Cso es asi?
príncipe.
Sí, Señor.
La pasión perdió el respeta
Al decoro y al secreto.
rey.
(Áp. Sin duda la tiene amor
Don Jaime, y de ajeno honor
Mace capa a proprios celos.)
(iárlos, escuchad recelos
De quien ser su esposo espera ;
Ponjue un celoso se altera
De ver azules los cielos. (Vate.)
Sale NEBLÍ, con un papel en la mano,
?(EBLf.
Dije á ('Ostanza que vine
A saber de ella. Creyólo,
Y me lió este papel ; '
Pues no es de Sol , yo me arrojo ,
Y se le doy á su alteza. —
Señor, si fuere amoroso
El billelillo y de gusto,
Kse es el porte que cobro.
Su dueño dirá la lirma.
PRÍ.XCIPE.(/lp.)
La firma es de Sol.
NEBLÍ.
El rostro
Ha demudado. ¿Hay tramoya?
PRÍNCIPE.
Dice el papel de este modo :
(/^^e.)«Señor: Cosí anza no ha querido
»irse, y yo, por dúsimular, no he mos-
)*lrado' gusto de que se vaya; y así,
» hasta que yo le avise, no veiiga al jar-
>din vuestra alteza, á quien me guarde
>Dios, como (\ese.o.'Doña Sol Abarca.^
Esta es traición, vive el ciclo;
Sin duda ha vuelto celoso
Don Juan en secreto, y yo
Por él la ocasión no logro. —
¿ Quién eres ?
NEBLÍ.
Señor, un loco.
Que suele hablar enjuicio;
Don Neblí me Hamo, y po.so
En casa de Sol.
PRÍNCIPE.
Pues habla
En seso conmigo un poco.
¿Has visto toda la casa
De Sol? Que, aunque hoy son escollos
Tanto jaspe y alabastro
Del edifícío ya roto.
Hay reí ion ¡as de haber sido
Palacio ue reyes godos.
NEBLÍ.
Señor, hoy la anduve toda;
Y tanta grandeza , el oro.
No ya enterrado cadáver.
Sino convertido en polvo;
(Cuanto pórfido labrado
Y cuanto artesón con oro
Hace en su misma ruina
Derribado mauseolo.
¡ Cuántos torreones altos.
Que barrcna:)an el globo
De las estrellas, ahora
Son nuestro ejemplo y asombro ,
Pues con trémula vejez.
En unos puntales toscos.
Como en báculos, se tienen
Tan caducos promontorios!
¡ Qué traidores son los años !
¡Con qué silencio en^ñoso
Hurtan los pasos al miedo
Y las crueldades al robo !
Clama quien fué á la memoria ,
Y en vez de oír los sollozos
Del lamento, en huellas mudas
Dejan monumentos sordos.
¥a pues el mayor concepto
De la arquitectura, el monstruo
Que de la ciencia fué parlo.
De la fortuna es aborto ;
Quizá porque á tanto olimpo
Como era pasto glorioso ,
La tierra fué ñoco Atlaole
Para sostenerle en hombros;
Siendo propriedad del cielo
Tan miserable destrozo»
Desengaño al presumido
Y escarmiento al ambicioso.
PRÍNCIPE.
Bien sabes hablar de veras.
nbblí.
Soy poeta y hoAibre docto.
VoV al caso : vi su estrado,
Su retrete, su oratorio.
Su camarín y aun sa cama ;
Que cuando yo me abochorno
De curiosidad , no soelo
Dejar roso ni belloso.
paiNara.
Y ¿en qué cuarto esli don Juan
DeZúQiga?
NEBLÍ.
No conozco
Ningún Juan yo. {Ap. ¿Si Costanu
Le dio en el papel el soplo?)
príncipk.
En este papel me avisan
Que Sol le esconde, y qae Codo
Me lo dirá el portador.
nebU.
Señor (gran peligro corro).
Puede ser que este don Joan
Esté allí ; mas vo soy corto
De vista, y no íe vería.
príncipc
Si tuviste buenos ojos
Para ver toda la casa,
¿Cómo te faltaron solo
Para no ver á don Joanf
RCiU.
Óyeme un cuento famoso :
—Era un cura gran tahar,
Pero tan poco devoto.
Que por jugar oo rezaba.
El Obispo, cscrupDloso,
Supo el caso. Hamo al cora,
Y di jóle con enojo :
«¿Qué es esto? «Ctoionoreu?*
Y d cura, sin alboroto*
Respondió : t Sefior llastre.
Ya be probado con anteojiM,
Y no veo.» AqoÍ el Obispo
Replicó luego : cPnes ¿cóao
Ve á jugar, v no á mir Ta
Y el respondió preaofoao :
* Hágame á mi cada lelft, .
Usía , como el u do oran •
Y leeré el libro del rezo
Como el de cnarenta j oobo.»—
El cuento se está aplicado.
Sin andar por drcttníoqviot.
Vi la casa, y no * don Joan:
Pues lo que el can mporao:
Haga ¿ don Joan vicrtim alteai.
Aunque no üene mú
Ddc como una casa,
; , aunque veo poco.
príncipe.
me diste el papel,
f(EBLÍ.
Yo me recojo
, como bs gallinas ,
ellas y yo lo somos. {Yase.)
PRÍXCIPE.
aré para averiguar
ae engaña? Ya tomo
ion : esta noche
uscar cauteloso
uan dentro en su casa,
o que un amor loco
rompió al secreto,
:o ¿ tantos votos.
e la cortesía ;
e eslá rigoroso,
entretiene ó me burla,
:a me pone estorbos ,
in me ofende, don Jaime
idente alevoso,
piedad ; nue, auAque debo
• con pecno heroico,
o que estoy sitiado
m i gos poderosos,
fuerza entregar la plaza,
le entrare el socorro.
lien D05ÍA SOL y NEHLI.
DOÑA SOL.
dijiste h Coslanza,
entró tan de repente?
NEBLÍ.
estado hoy impaciente,
itó la mudanza
ostro, y fuese en fin :
iciera á haber sospechado
tá todo hoy encerrado
an en tu camarín !
do5Ia sol.
iquíelud lo atribuyo;
mo que tú colijo.
nraLÍ.
os, que al Irse me dijo
uel papel no era suyo
don Juan sabe el aprieto
? me vi con su alteza,
de romper la cabeza ;
cosa como el secreto-)
DONA SOL.
^do á don Juan llamar. —
1, bien puedes salir.
r la puerla, y tale DON JUAN.
DOX JUAN.
nalos son de sufrir
izos del esperar !
pajarilio amante
)rision todo el dia,
US pasos, Sol mía ,
é alegre al instante
; anunció un arrebol
)r la puerta vi ahora ;
saludé al aurora
^nsajera del so! ;
nando vi que estaba
iza contigo hablando,
¡en lloré, imaginando
i sol se me nublaba.
DOÑA SOL.
10 llores, dueíío mió ;
;te sol, querido esposo,
beber caloroso
; ojos el rock) ,
AUN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL.
Con que se ha refrigerado.
Ya vuelvo á decir que llores;
Que á estos líquidos amores
En el pecho enamorado
Aposento les he hecho ;
Porque lágrimas que son
Pedazos del corazón ,
Bien estarán en el pecho.
Sale INÉS.
INÉS.
Sol , escóndase don Juan.
Yo iba ahora á abrir la puerta ,
Y viendo que estaba abierta ,
Menos cortés que galán ,
El Príncipe se entró en casa.
D05ÍA SOL.
Luego sabremos qué es esto.—
Mi bien, escóndete presto.
DOM jua:(.
Ya délos límites pasa
La violencia; cerca estoy
Para acudir, si importare.
NEBLÍ.
Rogando á Dios que en bien pare ,
Mientras no para, me voy.
{Vanse Neblí ¿Inés.)
Sale EL PRÍNCIPE.
PRÍNCIPE.
Sol , sin tu licencia vengo ;
Mas si tú al amor la niegas,
¿ Cuándo esperaron los celos
A que les diesen licencia?
En un papel me avisaste
Que esta noche no viniera ,
Porque Cüstanza era estorbo
Para cumplir tu promesa.
Rompí el secreio jurado.
No te pongas tan suspensa,
Que parece que me escuchas
Como quien se hace de nuevas.
doña sol.
Yo advertí á Inés que cerrase,
Y mandé que á nadie abriera.
PRÍNCIPE.
Celoso estoy, no te admires
Que contra tu gusto venga;
Porque dicen unos celos
Lo que callan rail Gnezas.
DON jdan. (Ap.)
No tengo honor, pues no muero.
¿ Esperaré la respuesta ,
O lomare, autes de darla,
Satisfacción de mi ofensa?
doña sol.
Si á algún villano de Asturias^
A quien jamás la tijera
Llegó á emendar con el arte
La desmelenada greña ,
Hubiera , Señor, oído
Una injuria tan violenta,
Un desafuero tan torpe.
Una atrocidad tan nueva,
Pensara que no era eu ambos
Común la naturaleza ;
Porque hay hombres de quien dudo
Si son hombres ó son (¡eras.
Mas en un príncipe , en vos,
En cuyas heroicas venas
Tantos diferentes reyes
Tan convenidos se mezclan ,
Es miedo, es error, es pasmo ,
Es asombro, es inclemencia ,
Es injusticia, es infamia ,
Es tiranía, es afrenta ,
Es temeridad, es ira.
Es impiedad, es violencia.
207
Es alevosía, es furia ,
Es escándalo, es vileza ,
Es rabia, es furor ; mas ¿cómo
Podré reducir á cuenta
Todo lo quedes, pues no hay
Indignidad que no sea?
¿Yo promesa? Yo papel?
¿Quién tan loco á la alta esfera
Del sol levantara el vuelo,
U osara á tanto planeta
Ver en su eclíptica erranlo ,
Que abrasado no cayera,
Icaro altivo ó Faetón
Despeñado de sus ruedas?
Yo soy doña Sol Abarca.
El príncipe es vuestra alteza ;
Confesao que es Qccion todo
Cuanto habéis dLcho en mi ofensa;
Que, con ser la traición tal ,
Y yo ser yo, que en materia
De honor no es posible que hayn
Mas que ser que ser yo mesma ,
Por ser vos el aue lo dice ,
Yo misma no se si crea
Mas haberla dicho vos
Que ser yo incapaz de hacerla.
DON JUAN. {Ap.) .
Confiada ha respondido ;
O es conocida inocencia ,
O es que me parece que es
Loque me holgara que fuera.
PRÍNCIPE.
De oírte estoy tan confuso,
Que sé responderte apenas ;
Tú misma ¿ no me dijiste
En el jardín aue le viera
Esta noche? V esta tarde
¿ No me escribi.ste tú mesma
Que no viniera hasta tanto
Que tú otro aviso ^le dieras?
Pues ¿cómo así me respondes?
^ DON JOAN. {Ap,)
Ea, mi desdicha es cierta.
Yo>¿no la hallé en el jardín?
¿No me persuadió la vuelta?
No me resistió el quedarme?
No me habló mal de la ausencia
De don Jaime? Pues ¿qué aguardo?
DOÑA SOL.
La admiración no la deja
Articulará la voz
Ni el uso libre á la lengua.
¿ Yo os he hablado en el jardín?
Yo os he escrito?
PRÍNCIPE.
Espera , espera ,
No prosigas. Vive Dios,
Que son ciertas las sospechas
De mis celos, y que tengo
De averiguarlos; que es fuerza
Que te esté escuchando alguno ,
Pues hablas de esa manera.
DON JUAN. (Ap.)
Por eso lo está negando :
Vive Dios, que es evidencia ,
Pues sabe que yo la escucho.
Vil mujer, ¿á qué me fuerzas
A que te mate y me maten?
¡Oh, lo que siento que mueras!
Su alteza, que no se ha ido.
Cuando mi nonor me da priesa.
Te da esto poco de vida ;
No sé si se lo agradezca.
PRÍNCIPE.
Entremos á ver tu casa ;
Vén c<
«•
e si entra,
208
Y ve á Junn , ba de matarle !)
¿Üóiide vais?
príncipe.
Tuda he de verla,
Vive Dios.
DON JUAM. (Ap.)
Necio respclo v
Me detiene.
DON JAIME. {Da golpes dentro.) ■
Abran las puertas,
O las ecbaré en el suelo.
DON JUAN. (.4p.)
Voz de don Jaime es a(|uclla.
DON JAIME.
¡Abran aquí!
príncipe.
¿Quién da voces?
Sale DON JAIMB.
DON JAIME.
:Qué graciosa resistencia !
Yo puedo allanar la casa ;
Que traigo orden de su alteza. —
Señor, ¿vos estáis aquíf
DON JOAN.
;0h amigo , á qué tiempo llegas !
PRÍNCIPE.
¿Qué es esto? ¿A qué habéis venido?
DON JAIME.
{Ap. Aquí ha de entrar la cautela.)
Señor, como soy tan vuestro,
Y dicen que tenéis queja
Porque no maté á don Juan,
Vengo á hacer la diligencia
('.on diez valientes soldados,
Porque una espía secreta
Me (lijo que estaba aquí.
(Ap. Buen amigo soy; que mientras
Don Juan está allá seguro.
Yo le excuso acá su afrenta.)
DON JUAN. {Ap.)
Luego ¿Sol no le engañaba?
i Hay tal traición !
DO^A SOL. {Ap.)
Luego ¿ eran
Verdad mis miedos?
PRÍNCIPE.
Don Jaime,
Allanad la casa y vedl.1 ;
Entremos juntos.
D05ÍA SOL
¿Qué es esto?
¿Asi en Navarra respetan
La casa de doña Sol?
Yo iré, y cerraré la puerta
Por de dentro.
Hace que cierra la puerta , y ábrela
con ímpetu , y sale DON JUAN.
DON JUAN.
Aparta, enemiga ;
Yo la abriré y saldré fuera,
SI con todos los candados
Del mismo inticrno las cierras.
Don Juan de Zúñiga soy.
PRÍNCIPE.
¡Hay semejante insolencia!
DON JUAN.
I Vive Dios, que estaba aquí !
DON JAIME.
¡ Notable desdicha es esta !
DONJUÁN.
Verdad os dijo la espía,
Don Jaime, aquí estoy.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
DON JAIME. {Ap.)
h\ piensa
Que soy desleal amigo;
Mas, como yo no lo sea.
Piénselo ahora, no importa.
PRÍNCIPE.
Tanto el enojo me ciega.
Que he enmudecido.— Matadle.
DON JUAN.
Mataráme vuestra alteza
Después que yo mate á Sol.
DOÑA SOL.
Mi bien, esposo (¡estoy muerta!),
No me espanto, si has oído
Al Príncipe, que te tengan
Temeroso sus palabras,
Por no decir sus quimeras ;
Pero inálamc, bien haces,
O me mataré yo mesma ,
No porque yo te he ofendido.
Sino porque tú lo piensas. —
Señor, don Juan es mi esposo;
Ya lo digo, que ya es fuerza.
DON JUAN.
i Oh cruel! Antes ahora
Callarlo tra mas prudencia,
Por no revelar la infamia
Cuando el secreto revelas.
.Mas ya, en efecto, lo has dicho;
Y así, mi venganza vea
Quien ha sabido mi agravio.
DON JAIME.
Teneos, donjuán.
DON JUAN.
Solo resta
Que un falso amigo me estorbe.
PRÍNCIPE.
Mucho debo á mi paciencia
O á mi admiración. — Don Jaime,
liace<l que al punto le prendan. —
Dun Juan, yo os dije una noche.
Testigos son sus estrellas ,
Que no hablásedes á Sol;
Pues ¿cómo, sin mi licencia.
Os casasteis en secreto?
No quiero esperar respuesta. —
¿Qué gente tenéis, don Jaime?
DON JAIME.
Diez de la guarda.
príncipe.
Pues ea.
Vayan con don Juan los ocho ;
Que los otros dos se quedan
Con doña Sol, porque quiero
Que en su casa quede presa.
D05ÍA SOL.
¿Por qué me prendes á mí?
PRÍNCIPE.
¿Por qué? Porque, siendo deuda
De mi casa, te ca&'iste
Antes que yo lo supiera.
DON JUAN.
Aquí me han di hacer pedazos
Priii.ero que lo consienta.
Sol ha de venir conmigo.
PRÍNCIPE.
A no estar en su presencia,
Yo mismo os diera la muerte.
DO.^A SOL.
Déjate prender, no temas ;
Que tiempo habrá que te vengues ,
Cuando mí verdad no creas;
Y rev hay, aunque le llaman.
Por la omisión con que reina ,
El Encerrado don Sancho.
A pesar pues de aparieocias,
Vé seguro de mi honor;
Que«si ofendido te hubiera.
Supuesto que me importaba ,
La culpa ya descubierta.
Tener quien me defendiese ,
Claro está que no quisiera,
Por satisfacerte á tí ,
Desobligar á su alteza.
DON JAIME.
Don Juan , ved que esto es forzoso.
DON JUAN.
Apelo á Dios de la fuerza.
Rey tenemos en Navarra.
DO^A SOL.
Yo daré de esto al Rey coenta.
Tú da treguas á la duda ;
Que, no aando masque treguas, ,
Sí no te están bien las paces ,
Volverás luego á la goerra.
PRÍNCIPE.
Prevenir quiero el peligro. —
¡Don Jaime!
DON JAIMI.
{ Señor !
príncipe.
No sepa
Mi padre que están casados.
Si es que el vivir no os da pena.
Quédense con Sol dos guardas ,
Que salir no la consientan ,
Porque no avise á mi padre.
DON JAIME.
Vamos, don Juao.(i4p. Noespmdeocia
Decirle culpas de Sol
Hasta ver si se nunediao.)
DO^A SOL.
¡ Ay, qué amor tin desdicbído!
príncipe.
¡ Ay, qué ingratitud tan beUa!
DOR JAIME.
¡ Ay, quién os mostrara el alma!
DON JUAH.
¡ Ay, que á un tiempo me hicen goem
Un rey que de nada caidí.
Un principe que gobierna ,
Una mu^cT que me agraTia
Y un amigo que me mega!
JORNADA TERCERA.
Salen DON JUAN t NEBLÍ.
keblí.
Don Juan, quéjate de quedo ; -
Preso desde anoche estáft
Y tales suspiros das.
Que á las guardas pooei miedo;
Y dicen, muy vigilantes.
Que sus pesadumbres soo,
A fuer de descomonioQ «
Que son de particlpontat.
Jaime habló al Rey, y qaliá
Por orden suya, en w eocbe
Llevó á doña Sol anoche
A su quinta , adoude está ;
Que dió al Rey taolo cuidado
El caso de mi señora.
Que le ban de llamar ahora
Don Sancho el Desencerrado.
DOÜ JO&II.
Déjame, por Dios, NebU.
mcaU.
Calla ; que quité no ea derlo.
Hoy vi las Qores del taerto,
laDdo las vi,
ecto de ta esposa ,
de virtudes llena ,
ureza eu la azucena
Udad en la rosa,
sol enire nublados,
ni presencia llovieron
itales , que fueron,
ion desatados,
. derretidos,
menos serian
s las que corrían,
los detenidos.
DO.N JUA?f.
qael don Jaime?
NEBLÍ.
Él
es.
DON JDAIf .
.e.
NEBLÍ.
Voyme ala quinta,
presa y la pinta;
I está también Inés. ( Vase.)
Sale DOxN JAIME.
DON JAIHE.
D, el Rey OS espera,
loiere hablar muy espacio ;
itáis , id á palacio.
DON JUAN.
ami?
DON JAIME.
¿Qué os altera?
desde anoche pasa
) al Rey; y así, vengo
en suya, y la tengo,
)S vais á vuestra casa;
?, aunque hubiera importado
da la verdad,
icho á su majestad
Sol estáis casado,
asi me lo previno
ipe, y no conviene
anto á quien tiene
so proprio destino,
in, sin dificultades
os libre, y yo quiero
$ de mi primero
(liga otras novedades,
is que, arrepentido
s vida, os busqué
Ira casa, y no fué ,
n, todo aquel ruido
pensáis, vive Dios;
ia fué forzosa,
rdar á vuestra esposa,
natarosá vos;
lié para prenderos,
obo secreta espía ,
esumir podía
snces pudiera veros ;
enistes, y á mí
iuviastes á avisar,
pude yo pensar
íbades vos allí?
n esto me agraviasteis,
á buscaros no,
á vos os hallé yo
vos sin mí os hallasteis;
o pues que no fuera
scurso haber creído
úérades vos venido
o no lo supiera^
;tá que no mataros
leros intentaba,
cierto que os buscaba
no pensaba hallaros.
DONJUÁN.
me, si os debo mucho,
. C i»E L.-n.
AUN DG NOCHE ALuMBAA EL SOL.
Todo pienso que os lo pago,
Pues de vos me satisfago
Con solo lo que os escucho;
Supuesto pues , ya lo advierto,
Que por matarme no fuistes,
Algo sin duda supisles
De mí y de Sol , y si es cierto,
Y sois verdadero amigo,
}. Cómo me calláis mi afrenta ?
Cómo lo mismo no intenta
Mi honor con vos que conmigo?
Si fuimos uno hasta aquí,
Y un amigo en otro está,
¿ Cómo otro yo no sois ya,
Y no obró en vos como en mí?
Don Jaime, en vos ha^ mudanza;
No estoy ya en vos, vive Dios ,
Pues estoy en mí , y no en vos ,
Tratando de mi venganza.
DON JAIME.
(Ap. ¿Qué haré , que hasta ahora en fin
Su agravio efeto no tiene?
Sin novedad , no conviene
Decirle lo del Jardín.)
Por Dios, don Juan, que me espanto
En que discurráis tan poco;
El Principe, de amor loco,
Anoche lo estuvo tanto.
Que entró en vuestra casa, y yo.
Que guardarla prometí ,
Con aquella inaustria fui
Solo por saber que entró ;
Vos sois muy gran caballero.
No puede en acción ninguna
Correr vuestro honor fortuna.
DON JUAN.
Jaime , el honor verdadero.
Sé , en buena filosofía,
Que de la virtud procede,
Y que la virtud no puede
Ser en mí sin acción mía ;
Mas el mundo desordena
Tan ciego esta rectitud ,
Que hay honor que no es virtud ,
Pues pende de acción ajena;
Y siendo dicha en rigor,
Y no honor, lo quenoadquiere
Por sí mismo el que lo quiere ,
Dice el mundo que es honor ,
Y llega algún virtuoso
A tan infeliz estado.
Que es virtuoso, y no honrado.
Solo porque no es dichoso.
DON JAIME.
Pues eso no os toca á vos.
Vamos á lo que hay de nuevo ;
Que no sé cómo me atrevo
A decíroslo, por Dios.
El Rey habló en mi presencia
Al Príncipe, y él le dijo :
«f Señor, yo soy vuestro hijo,
Y sé que os debo obediencia;
Mas ya con resolución
Os quiero desengañar :
No, no me pienso casar
Con la infanta de Aragón,
Antes lo he de hacer de suerte,
Que á Sol pueda dar la mano. »
Conforme á lo cual, es llano
Que piensa daros la muerte
Para casarse con ella.
DON JUAN.
¿Qué decís?
DON JAIME.
Que á él le está bien
Ser dueño de un sol con quien
El del cielo aun no es estrella ;
El Rey pues, muy ofendido
De que por Sol no se case »
Me mandó que la llevase
M9
A mi quinta sin ruido.
Donde ella está cuidadosa.
Porque desde anoche intenta
Dar al Rey de todo cuenta,
Y decir que es vuestra esposa ;
Mas no la han dado lugar,
Y como he dicho, tammen ,
Callé yo, porque no es bien
Dar á su alteza pesar.
Vos veréis a! Rey ahora ;
Hablad le claro, no sea
Que algún grave mal te vea,
Porque el casamiento ignora.
DON JUAN.
Fuerza es ir do el Aey me llama,
Pero conviene al suceso
Verme con Sol antes de eso.
DON JAIME.
¿Qué pretendéis?
DON JUAN.
Ya la fama
Habrá dicho su prisión;
No sepa que soy casado
El Rey, que no es acertado,
Don Jaime, en esta ocasión;
Antes veré á Sol , y de ella
Sabré por qué el Rey ia prende.
DON JAIME.
Si ya el Príncipe pretende,
Don Juan, casarse con ella.
Muy fácil es de saber.
DON JUAN. {Ap.)
Puede ser que el Rey me impida
Que yo quite áSol la vida,
Si la ve que es mi mujer ;
Después de muerta, sabrá
Mi justicia y mi venganza
A un mismo tiempo.
DON JAIME.
Costanza
Pienso que á la quinta va
A ver á Sol, como amiga.
Bien que tampoco ha sabido
Que ya sois de Sol marido.
Ni es bien que yo se lo diga ,
Por no ver su sentimiento;
Vos , por mi voto, al instante
Ved al Rey ; yo voy delante
Por saber bien el inteato
Del Principe; que ya es tarde,
Y temo algún accidente.
DON JUAN.
Yo veré muv brevemente
Al Rey y á Sol ; Dios os guarde.
(Vase don Jaime.)
Anles que á Sol llegue á ver.
Consultad, honor, conmigo
A qué voy v á qué me obligo,
Qué debo decir y hacer;
Que, ó Sol lo dejó de ser,
O en nube densa, luz rara
De virtud no se declara ;
Que tal vez la verdad pura.
Para el que la ve está oscura,
Pero en si siempre está clara.
Dice Jaime que su alteza
Pretende, quizá no en vano.
Matarme, y darle la mano ;
¿Qué diré de esu fineza?
Diré, ojalá con certeza.
Que es consecuencia forzosa,
Pues tan ciega mariposa
Arde el Príncipe en su llama ,
Que ella no quiere ser dama.
Pues él la pretende esposa.
Él dos veces afirmó
Lo del jardín y el papel,
Y ^iiA. I ada, á él
»)oneg6.
i4
> ■+
■¿á
t02
nés.
¡Ay señora, nué galán
Vi ayer al Principe yo !
El suele decirme á mi
Sus penas, y vo le digo
Que pierde ei tiempo contigo.
DOi^A SOL.
No, Inés, no ba de ser así.
Luego ¿gustas que le dé
Alguna esperanza?
D05ÍA SOL.
Necia,
En mi tuviera Lucrecia
Menor flaquexa y mas fe.
INÉS.
A quejas muy repetidas
Le despido yo ; ¿ qué quieres?
DONA SOL.
Inés, si al Principe vieres,
No quiero que le despidas.
Porque esto es llegarlo á oir.
Sino que huyendo, te vengas
Tan apriesa, que no tengas
A quien poder despedir.
INÉS. {Áp.)
En vano á su honor resisto.
Sufra el Principe el desden ;
Que no puedo mas.
SaUn DON JUAN t NEHLÍ.
DO.X JDAN.
Mi bien ,
Un siglo hh que no te he visto;
llablu á Neblí sin recelo.
Que es un antiguo criado.
l>e quien siempre me he liado.
REQLi.
Nebli soy, pues al sol vuelo.
DOÑA SOL.
Por leal á tu señor.
Te estimaré.
NEBUi.
Ahora si
Puedo llamarme Nebli ,
Con alas de este favor.
nÉs.
¿Nebli se llama, galán?
NF.BLÍ.
Y con hambre eterna estoy
Templado siemiirc ; que soy
Neblí pollo de don Juan.
mes.
iNcblí pollo os todavía?
Pensé que mudado de aire.
neblí.
La esclava tiene donaire ,
Y es docta en volatería. —
Dime iix tu nombre á mi.
INÉS.
Inés me llamo.
NEBLÍ.
Alto pues ;
Garza parece la Inés,
Que ha de volar al Nebli.
INÉS.
Luego ¿es consecuencia clara
Que algo quieres darme?
NEBLÍ.
Niego •
La consecuencia y el luego.
INÉS.
¿No tiene Sol buena cara?
NEBLÍ.
De limiste.
EL DOCTOR FELIPE 60D1NEZ.
INÉS.
Ella es mujer
De buena vida y costumbres ,
Mas solo da pesadumbres.
NEBLÍ.
Muy fK)bre debe de ser.
INÉS.
No serlo, pues es tan bella ;
¿ Date á tí mucho don Juan ?
NEBLÍ.
Ya los señores no dan ;
Son muy [)obres él y ella.
DO.ÑA SOL.
Don Juan, ¿no es aquel don Jaime?
SaU DON JAIME.
DON JAIME.
¡Qué desdichada hermosura! —
Señora Sol, Dios os guarde.—
Don Juan, mal se disimula
El sentimiento en los ojos.
DON JUAN.
Gran mal su tristeza anuncia.
DON JAIME.
Uetirense esos criados.
DON JUAN.
Salios allá.
NEBLÍ.
No me gusta
La prevención.— Inés, vamos.
{Vanse.)
DOÑA .SOL.
Don Juan, pues aqui te busca
Don Jaime, que soy tu esposa
Le hubrás ya dicho sin duda,
Y si no, yo se lo digo ;
Porque menos se aventUM
En revelar el secreto.
Que en juzgar él, si lo juzga, ^
Quo pudo hallarte en mi casa,*
No siendo yo esposa tuya.
DONJUÁN.
Sol, ya don Jaime lo sabe ;
Pero su tristeza es mucha.
Pues á los ojí>s se viene.
DON JAIME.
No sé, don Juan, cómo cumpla
Con tantos respectos juntos ,
Entre penas tan confusas.
Su alteza manda que os mate,
Y aunque, entre miedos y dudas ,
A tanta resolución
Hice réplicas algunas ,
Quiso tomarlo á su cuenta.
Cuando ve que, si lo rehusa ,
Se lo encargarán á otro.
Que fácilmente concluya
(^on mi vida y con la vuestra;
Que ninguna está segura
Si peligra la del otro,
Pues es de ambos cada una.
El Príncipe es el juez
Que esta sentencia pronuncia,
Y el (Icliio es vuestro amor
( ¡ Vive Dios, que es feliz culi>a ! ),
Y pieiisoque mi desdicha
Es el fiscal que os acusa.
Pues me han hecho á mi el verdugo
Que la sentencia ejecuta.
Este es el caso ; yo vengo
Sin resolución ninguna
A ponerle en vuestras manos ;
Vos calláis y Sol se turba.
Don Juan, muchas vidas tengo;
Que ya la vuestra y la saya
Tengo por proprias, y ya
No es ii)i desdicha tan suma.
Que no queréis que sean nts;
Que, porque será ventora
Tener yo muchas que daros.
Dejaré de tener muchas.
DON JOAN.
Yo DO sé, por Dios, don Jaime,
Con qué palabras reduzca
A brevedad tantas penas ;
Y así, vuestra amistad supla
Lo que falta á mi discurso ;
Que, aunque la acción es injusta.
Si vos para ejecutalla
No buscasteis coyuntura.
Corréis peligro, y sí dais
Noticia al Key, se disgusta
Con vos el Príncipe, y veo
Oue el morir vos no se excusa.
Vos mirad por vos, don Jaime,
Viendo también esta lluvia
Que tiene al sol tan nublado,
Esas perlas de alba pura.
Que en azucenas y rosas
Ni el mismo sol las eqjuga ;
No me pesa á mí por mí
lüsta virtud que se encumbra
Sobre si misma, y tan alta
Pisa fueros de fortuna;
Siento no mas que si muero.
Como tórtola viuda,
Que ahora con su consorte
Tan dulcemente se arrulla.
No posará en ramotrerde,
Y entre las selvas oscuras
Pedirá endechas prestadas
A las aves mas nocturnas.
Maldiciendo entre sus ansias,
Entre sus peuas y angustias.
Los arroyos que lo ríen.
Las fuentes que lo murmuran.
Esto quiero que os lastime;
A mi , sin nuevas consultas.
Dadme á Qera» que me coman
O a llamas que me consuman ,
O echadme al mar, dkmde el sol
Cada noche se sepulta,
Y cada mañana, enqoiea
De lo moptal se desnuda .
Fénix del agua renace
De entre las ondas profíiudas;
Que alli á mi bien la fe títs,
Si la esperanza difunta.
En todo aquel alabastro.
De infaustas cenizas oraa ,
Consagrará monumentos
A las edades futuras.
DOSÍA SOL.
Señor don Jaime, en los ojos.
Donde la el(»cuencia es moda.
Mucho mejor que en los laliies.
Oran dos almas ocoltas;
Sobre la gloria de darse,
l'iia por otra la usurpa.
Cada cual tan ambiciosa
De hacer la íineza suya.
Que en la misma resistencia
Con que están luchando á una«
Vienen á injuriarse al tienqio
Que obligarse mas procuran;
Mas no luchan desconformes,
Poniue, si á luchar se joutan»
No se juntan por luchar.
Que antes por juntarse luebín ; .
Porque hav no sé qué liuje
De paz en la misma tocha.
Pues los mismos que pelean
Se abrazan cuando se Injurian;
No las desliaríais, don Jaime,
Antes una misma punta
Sanoe ambas almas la fhieni
De la mano mas robusta ;
De una vez rampa ambw pcebM,
ediBeolta«
e an golpe solo
idos vidas jautM, .
una desdichada,
aeldad y la astada
ira lo iooceoie
ible Yincalao,
10 ^a en ambos cuellos
leridas tan duras,
mi la primera,
n Juan la segunda.
DON JAIME.
, bien podri en vos mismo
uien lo procura ;
a Sol, vuestra esposa,
s en so alma, en cuya
Jad tenéis
. no caduca,
r de la eternidad,
e los siglos dura.
'amplona luego;
iré por disculpa
is iao á Castilla;
gos que resultan
goyo.
DOn JUAN.
¿Vos sabéis
ú Principe promulga
a mí tan severa ?
no queréis que buya
peli^áSoi?
de piedad usa,
• i que la lleve.
DON JAIME.
á que discurra
y á que bbre el tiempo,
eis en aventura,
á Sol ahora,
vidas y la suya.
doRa sol.
Juan no ha de ir sin mi ;
ro que nos conduzca
ma misrafa vida
sma sepultura.
:asa movible
á quien aseguran
s que la apuntalan,
^rasque la fundan,
tan viviente
salada espuma,
alsoproprio le alienta
tal le estimula ;
de pino con alas,
viento sin plumas,
ones de agua vuela,
3s de aire surca ;
ible albergue, cuando
f- leños se ayuda,
;aiiiinando siempre
mismos que la ocupan,
ís á sus moradores
mpre tan conjunta,
s no pueden mudarse
imbieo no se muda ;
siempre y tan (Irme,
impararlos nunca,
la hundirse ó deshacerse
>eligro que no sufra.
11 Jaime, yo y don Juan,
limas, que son una,
late y marinero
tanto golfo fluctúa;
a casa portátil
él vive y en que él triunfa
is suenes de miedos,
>s olas de injurias ;
¡rra es va mi llanto
que la inuada»
efuerefo, badeir;
iicacioo no se Isxeiisa,
AUN W IfOGHB ALUMBRá EL SOL.
Y es fuerza que con él Taya
Su pobrecilla chalupa.
Contra quien tanlo^lemento .
En tanto mar se conjura.
Mas no importa, él vive ep mi,
Y yo soy casa tan soya.
Que tengo de Ir donde'él fuere ,
A pesar de mayor íüria ;
Porque no.le he de dejar
Hasta que, en igual fortuna ,
Las rocas me hagan pedazos
O los abismos me hundan.
DON JAIME.
Ved, Señora, que á quedaros
Os obliga la cordura;
Que si os vais las dos, es Itaerza
?ue os sigan y que os deiícubrau,
que don Juan muera entonces.
DON JOAN.
^on Jaime, nadie presuma
?ue el deseo de la vida
an engañoso me adula ,
Que yo me vaya sin ella ,
Y deje mi honor en duda.
DOffA SOL.
iCómo en duda? Luego ¿en mi
Son posibles las caluimilas?
Luego ¿este sol tendrá eclipses
Por muda I zas de la luna?
Luego ¿ escuadrones formados,
Que vibrado fresno eropuftan ,
Que ciñen luciente alfanje
Y visten morisca aijuba ;
Etna que incendios aborte ,
Nube que rayos escupa.
Con truenos oue al firmamento
Estremezcan las columnas.
Osarán á mi constancia?
Vele, y verás cuan segura
Armadas huestes desprecia
Y fuerzas de reyes burla.
Yo quedo conmigo misma.
Vele, digo, y no atribuyas
Esle aliento.á conQanza
Ni este valor á locura.
DON JOAN.
Muy bien dices; pero advieste...
DON JAIME.
Don Juan , sin tardanu alguna
Os habéis de ir.
DON JOAN.
Yo iré dondQ
Por unos dias me encubra ,
Con que vos os encarguéis
De mi bien.
DON JAIMK. ■
Don Jaime oft jora
Ser guarda de su recato ,
De atenta, tan importuna.
Que, siendo ella sol, y yo
Águila, que no se ofusca,
Examinarán mis ojoa •
A rayos de Sol tan pora.
WM JUAN.
Pues yo bascaré, luz mia •
Ocasión mas oportuna
Para llevarte conmigo;
Tú verás qué poco doia
La ausencia. Abráiame abon.
•OilASOL.
¡Ay, don Juan, que el sol se anubla!
DON JAUIB.
Porque vuestra aaseocia crean ,
Pudiera Sol ,, con industria »
Traer consigo á Costauza.
DOfÍA SOL.
Si la 'traeré; qué ella giasU •
De esur coamigo OMt 4lM.
DONJAni.
Pues don Juan se vaya.
boÜASOL..
Subao
Hasta cíclelo mis sosiiiros.
Justicia, amor; que me hurtan
El mejor tiempo 4 mi vida.
DON lOAM.
En .habiendo eoyoptora.
Vendré á verte. Adiós, mi bien. ,
DOSÍA SOL. *
Mfra que á mi centro aeradas.
DOA JUAN.
Tü eres un sol que me abrasas.
DOffASOL.
Tú on astro qoe al sol ilustras.
DON JOAN»
Tú la causa de mis dichas.
DOffASOL.
Tú el duefio de mis venuuras.
DON JOAN.
Yo soy tu esposo y m amante.
DOJlA^SOL.
Yo esposa y esdavt toya.
JORNADA SEGUNDA.
Salen 1NÉ8 t DOKa COSTAMZA.
D0.1A COSTANZA.
Diréte, Inés , lo qoe sabes ;
Porque mientras lo repito.
Parece que lo acredito. '
INiS.
Pues empieza, porque acabes;
Que decirme lo que sé
Es darme encono.
doHacostanu. ,
Enefeto
Se fué don Joan eou secrelo •
Y yo, después que se foé, .
Huéspeda de Sol estoy
Aqui en su eau.
' más.
Adelante.
OOffA OUSTANU.
Temo que es don Joan so amante.
más. (Ap,)
Leal, aunque escbífa, soy ;
No be de decir lo qoe sé.
Pues no digo que es su esposo ; ,
Mas basta Caeer on engafio
Al Principe, Un extralto.
OQÜA CO^TAHUL
Sniso el Principe, celoso,
aurle. Don Jaime á mi
Me ha dado de todo enema;
Por eso don Inan se ansaota,
Pero está cem de aqoL
Yo pues, qoe eoatalporfla
Casarme coa él pretendo, '
No sé si, necia, defiendo
En su pí^írsona la mía;
f como para aplacar
Al Príncipe el medio era
?oe Sol le hablara y quisiera,
ella, en fin, no te ba dks biélar:
Porque él piense, annqo» engallado,'
?ne tiene á Sol redndda, .
ut don Juan tenfi vida.
Que este solo es Menidado ,
BirUndole
204
A hablarle de noche vengo
Al jardín, v le cnlrctengo,
Como ya ves. No te asombre
Que, hablándome, haya creído
Que soy Sol; porque, demás
Que nu ha hablado á Sol jamás,
Siuo de paso , yo he sido
Tan sagaz, qué, por poder
Engañarle mas segura ,
Busco noche tan obscura.
Que ni el bulto pueda ver.
Yo pues junio destu fuente
Hablo al Principe y le digo
Que soy Sol. Tft eres testigo,
Que siempre le hallas présenle,
Que no falto á mi decoro ;
Que si mi honor peligrara,
No, Inés, no lo aventurara
Por don Juan , porque le adoro.
Él , en efecto, que entiende
Que le habla Sol , ya no extraña
Los favores, y se engaña
Con lo mismo que aprehende;
Que en sola la aprehensión,
No en sí mismo , está el contento.
Gozo es decir humo y viento;
O nada ó mentira son
Los bienes de amor, Inés,
Pues, engañada la idea ,
No está el gusto en que lo sea ,
Sino en pensar que lo es.
INÉS.
Costanza, todo lo advierto.
¿Queda mas?
DOÑA COSTANZA.
Su alteza, en (In ,
Me ha hablado en este jardín
Tres noches, y está muy cierto
Que hablando con Sol está ;
De modo que asi ha tenido
La dicha de haber creído
Que Sol favores le da.
Con que, en ardid tan extraño.
Lograremos yo y su alteza.
Él su engaño en mi fíneza,
Yo mi íineza en su engaño.
Súle DON JAIME.
DON JAIME.
Sin que roe sientan be entrado.
Todo la industria lo pudo;
Mientras el silencio mudo
Uecatos presta al cuidado;
Que, guardando ajeno honor.
Si es ajeno el de mí amigo.
Las sombras del miedo sigo
Con los pasos del temor.
Adonde el ardid se atreve.
Fiado á noche tan ciega ;
Que el sol hay noches que niega
La luz que á los astros bebe;
Porque há tres que, á mí pesar,
Al Principe, aun no lo creo.
Argos desdichado, veo
En este jardín entrar.
Ojalá averigüe aqui
Si es (irme Sol como bella ;
Que no ha habido culpa en ella ,
Como no hay descuido en mi.
Sale EL PRÍNCIPE.
PRÍNCIPE.
Gran dicha fué hallar abierta
La puerta: gócese el íln
De mi dicha en el jardín ,
Que me dio franca la puerta.
Sol mía , ahora veré
La verdad que tu amor tiene.
INÉS.
Costanza , el Principe tiene.
EL DOCTOR FELIPE GÓDINEZ.
DOÑA COSTANZA.
Pues no te vayas.
INKS.
No haré.
PRÍNCIPE.
Gente hay aqui. ¿Es doña Sol?
DOÑA COSTANZA.
Sol soy. Habla sin recelo.
DON JAIME. {Ap.)
Sol dice que es. Vive el cielo ,
Sí es natural arrebol
La vergüenza en una dama ,
Sin luz ni arrebol está
Este cielo : que no hay ya
Fe ni verdad en quien ama.
PRÍNCIPE.
Pues determinado vengo.
Al salir de tu jardín,
Vi anoche un bullo, y en íin , .
Hablo claro, celos tengo.
Temo míe es don Juan, á quien
No habló don Jaime, ó no ^uiso;
Que ambos andan sobre aviso.
Pues que se guardan tan bien.
Vengo pues determinado
A no perder la ocasión ;
Que esto es dar satisfacción
De una vez á roí cuidado.
DOÑA COSTANZA.
No tengáis celos; que os quiero
Mas que á mi, y es temor vano
Que un principe soberano
Los tenga de un escudero.
Vos sois mucho mas galán
Que todos, y yo. Señor,
No tengo á don Juan amor ;
Que no os compile don Juan.
DON JAIME. {Ap.)
El daño es cierto. ¡Ay, amigo.
Qué buena cuenta que di
De tu honor !
PRÍNCIPE.
Sol , si hasta aqui
He sido cortés contigo ,
Ya, sin el último empeño.
No creeré que á mí me quieres.
Dueño de ti misma eres;
Hazme de ti misma dueño.
DOÑA COSTANZA.
(Ap. Válgame aqui la cautela.)
Señor, quien de veras ama.
Mas los riesgos de la dama
Que los del ííonor recela.
Costanza pues es ahora
Mi huéspeda; yo os prometo
Que está cerca*, y el secreto
De mi amor y el vuestro ignora.
Apenas por el oriente
Saldrá el sol cuando se vaya;
Podrá ser que ocasión baya
Mejor la noche siguiente.
Venid entonces, pues es
Honor de quien os adora.
{Ap. Remedíese el daño ahora ;
Que otro ardid habrá después.)
PRÍNCIPE.
Oye, la noche que viene
Quiero lograr mi ventura ;
Tanto mi amor te asegura.
DON JAIME.
Atajar esto conviene
Con prudencia y discreción;
Que, aunque en Sol el vil intento
Pasa ya de pensamiento.
Aun no llega á ejecución.
PRÍNCIPE.
Cerca me has dicho que está
Costanza. Adiós; que, en efelo,
A ti te importa el secreto. (Vfl#f.
DON JAIME.
El Principe se fué ya.
Estoy, vive Dios, aqui
Por tomar de Sol venganza ;
Mas ha dicho uue Costanza
Estaba cerca oe allí.
Voyme; que quizá darán
Los cielos traza mejor
Para preservar su bonor
Y defender á don Juan. (VffJ^)
INÉS.
Costanza, ¿qué estáis pensando?
DOÑA COSTANZA.
Inés, otro nuevo ardid
Para quietar á su alteza.
Téngole pues de escribir,
Firmándome doña Sol,
Pues ya ser ella flngi.
Que Costanza no se ha ido;
Que no tiene que venir.
inís.
Bien puedes ; que él no conoce
(Yo sé bien que esto es así)
Ni tu letra ui la suya.
DOÑA COSTANZA.
Todo es temer y fingir.
Sale bOf^k SOL.
DOÑA SOL.
Mientras don Juan me desvela,
No sé qué rumor sentí ,
Si quien sus ausencias siente.
Puede otra cosa sentir.
Vientos, si fuisteis suspiros ,
Y acaso á saber vénis
Si me acuerdo de mi esposo,
Volved, decidle que si.
DO^A COSTANZA.
Sol es esta.— Sol, ¿qué buscas?
do9a sol.
Costanza , ¿tü estás aqui?
D05ÍA COSTARÍA.
¡ Ay, amiga ! Parecióme
{Ap. Aqui es forzoso mentir)
Que escuché á don Jaso, j Tine,
Por no despertarte á ti ,
Con Inés, á ver quién en.
DO^A SOL.
;;Qué dices? ¿En mi ]ardin
Don Juan de noche? (Ap. Elloesfaen;
Disimular y sufrir.)
DaNA COSTARÍA.
Pensé que á mi me boscaba.
¿Quieres recogerte?
D05U SOL.
Si;
Mas no, ya me he destelado.
Tú sola te puedes ir;
Que yo con Inés me qaadk).
DO^A COSTARÍA. (Ap.)
Bien de ambos riesgos salí. (TÍMi
1R¿S.
¡ Ay, Sol , pasos be sentido !
DON JUAN T neblí , Cdm fW
RBBÜ.
Ya estamos en d Jardín.
¿Qué habernos de faaeer abora?
•OR JOAR.
No dejará Inés de abrir,
Si llamas áaqnellarcjit
Que está enramando un
05ÍA SOL.
1 Yo estoy maerta ,
>lar ni á huir.—
tíaiénvs?
ON JOAN.
05ÍA SOL.
¡ Luz mia !
NEBÜ.
Inés!
IKÉS.
¡Neblí!
NEaLi.
»XA SOL.
oy turbada
Decid ,
'enido?
OX JUAN.
Sol,
e y vivir,
acá el alma,
tas aquí?
K^A SOL.
tos arroyos
s de mi,
gua las aguas. —
sreis,
entura;
:]uel alhelí
rmn raudo
e marfil;
á cuidadoso ,
¿ inquirir.
e sois tan claras,
lo decís?
ON JUAN.
le un bosque escritos
lasdemil,
|ue crezcan ,
ibi
a alma misma,
e sentir,
Das abre
I.
mi letra
feliz
gro : «Yo.
•n así;»
mo. con quien
vid :
lo la mano
( dividir.»
ices nada
OÑA SOL.
Ayer le vi,
r severo.
pentír
.ao piadoso ;
nto; que, en fin,
•e enojado.
ON JUAN.
esnmir
Él me dio vida,
la di.
05ÍA SOL.
• me ensañe ;
en venir
i Gostanza
i; y así,
r.
ON JUAN.
No, bien mió;
lial zafir
•ecttrsora
so rubí.
AUN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL.
DOffA SOL.
Mira el riesgo á que te pones.
DON JUAN. *
Muy bien me podré ^encubrir
Por un dia de Gostanza,
Oculto en tu camarín ,
Por verte á hurto algún rato.
NEBLÍ.
Sol , ya don Juan no se ha de ir;
Que él sabe ser tan secreto»
Que todo cuanto le oí
Suspirar en esta ausencia.
Lo ha suspirado en latin.
Bien que naciendo ambos un dno.
Como el agua en el anís;
Que dejé mi amor en cierne
También yo cuando me fui;
Yo maestro de un cuquillo,
Y él de un jilguero aprendiz ,
Don Juan cantaba por Sol ,
Y yo entonaba por Mi.
no^ SOL.
Digo, don Juan, que te quedes;
Ya no quiero resistir.
Por si han sentido rumor.
Llegue en público Neblí,
Como que busca á Gostanza.
Tú á mi me puedes seguir.
DON JUAN.
Ap, : Que esté Sol tan á deshoras,
^on Inés, en el jardín,
Y que resista el quedarme !
;0h, cómo suele ser vil
La imaginación humana.)
Bellísimo serafin,
Un primer ímpetu ha sido;
Perdona , si le ofendí.
( Vanse doña Sol y don Juan.)
INÉS.
Neblí, ¿no me dices nada?
NEBLÍ.
Inés, quiero irme á dormir;
Que he andado toda Irnoche
En un tejado ó rocín ,
Consultado en caballero.
INÉS.
Apenas te conocí ,
Cuando te fuiste I aventuras.
Escudero de Amadis;
¿A qué ha venido tu imo?
neblí.
Hace frió, aunque es abril,
Y viene á l)uscar el sol.
Si hay acaso poi^ ahí
Algún planeta traído.
Que á mi me pueda servir,
También roe parió mi madre,
Como la suya al Sofl.
íí
¿Has cenado?
INÉS.
nebU.
No, por Dios, •
Si verdad he de decir.
Yo tengo sed , hambre y ÍHo.
¿Tienes algo de pemil.
Como un trago de lo caro?
Porque esto de san Martin ,
Según lo que abriga, siempre
Tiene capa que partir.
INÉS.
¿Pásaslo muymal?
neblL
May mal.
mis.
Lástima tengo de tí.
Vamos; que te quiero dar
Los blwicos de ena perdis
Y lo tinto de ana bota.
¿Quién te regala?
más.
NeUi,
El Principe, mi sellor.
riblL
¡ Vil|;ame el sefior san GH !
i Pesia mi abaela , qaé rida
Se rompe en este pais I
Sol babri dado en el chiste r
Su alteza gasU genti^;
Inesilla, como boba ,
?aerrá comer v ? estir,
don Joan anda arrastrado,
Como otro fray Joaa Gaarin ,
Mando muy crimiDal,
Contra el intento dvil. *
Bien haya cuerdos de ahon ;
Que lo que éa tiempo del Cid
Se llevaban las tareeras.
Toman ellos pan si.
Salen EL REY t DON JAIME,
en paíach,
aoN MU».
Sefior, dofia Sol se fia
De mi y de vos. Josla ley
Es qae la defienda aa rey
De un principe qae porfla;
Y asi , á avisaros envía ,
Tan honrada como belta.
Que esta noche quiere vella
Su alteza determinado.
(Ap. Con este ardid be mirado
Por don Juan, por mi y por ella.)
Sol tiene gran calidad ;
En On, ¿dieflmide sa honor
Del Principe?
aoNJAnn.
Si, Sefior.
(Ap. ¡Ojalá fuera Tardad !)
■BT.
ípúé ciega es la volantad •
Pues crece en la resisteoeia!
aONiAO». (Ap.)
Diciendo al Rey aoe es Violeiieia»
Le obligo & qué lo repare,
Y si él no lo remedíala.
Yo haré mayor dlligenoa. .
Don Jaime , el Prioeipe fiene.
Idos ; advertido qaedo. {Vi
SaU EL PRlNQPB.
faÍRClK.
Noche, qae prestas al miedo
Las sombras qoe ta horror tiene...
Mi padre está aqoi ; oonfieae
Disimular bií esperanaa.
BIT.
En fin , ¿ no bay eo vos'modaosaf
rafNaPB. {Ap,)
Sol , hermoaura del dia ,
Esta noche serás mía ,
Sin qae lo impida Coflaftia. .
IIT.
Una carta he recibido
De la Infanta , Tmastra esposa*
YestiidevostanqiaQlou» - -
Gomo yo por ToaeonBdOf
Amigo vaeatroi os lo pido»
SI, rey y padsoioa lo naMo;
.)
206
Qae es mandar y oslar rogando.
Aunque es acción mal segura
Poner en cerviz tan dura
Yu^o de imperio tan blando.
Y SI Sol no os da ocasión,
Y llega á tal vuestro exceso,
Que la preferís por eso
A una infanta de Aragón ,
Tomaré resolución
Con vos y con ella.
PRÍNCIPR.
i, Quién
llahla de mi anior tan bien.
Que eslo os ha dicho?
REY.
Parece
Que, en vez de acabarse , crece
Vuestro amor con el desden.
PRÍNCIPE.
Pues si crece á mas esfera
Con los desdenes, no uséis
Üe ellos con Sol , si queréis,
Señor, que menos la quiera.
Quien la ofende en vano espera
Que yo me mude jamás ;
Mas volverá un no atrás
Üe lo que hasta allí ha corrido
Cuando agua le han añadido.
Con que es fuerza correr mas.
Sed pues con Sol mas clemente;
Quizá cesando el rigor.
Quitaréis fuerza al amor
Y raudal á la corriente;
Rio es mi amor, si no es fuente ,
Que no puede atrás volver.
Cna de dos ha de ser :
Yo dejo á vuestro albedrío
Que quitéis el agua al rio,
O que le dejéis correr.
RET.
Carlos, las fuentes porlian ,
Manando siempre; á la mar
Van los rios sin parar;
No asi los gustos se guian.
Muchos que ahora querían.
Sequedad después mostraron,
Y de amar se retiraron;
Luego, aun amando, no fueron
Ríos, pues atrás volvieron ,
Ni fuentes, pues se secaron.
Según esto, ¿qué será
Amor ? Un arroyo breve.
Que correrá mientras IlueTe,
Y luego se acabará.
Tal vez, cristal puro, va
Corriendo del monte al llano,
Y es, aunque presuma ufano
Que su caudal S(Tá eterno ,
Censo que impuso el invierno
Y lo rcdiroió el verano.
Ahora, que por ventura
No tengo sed, corre aprisa
Amor, y entre falsa risa ,
Me va ofreciendo agua pura,
Mientras el invierno dura ;
Mas vendrá el eslío luego,
Y hallaré, si á beber llego,
Donde agua el invierno vi ,
Guijas secas, nue de sí
Eslén arrojando fuego.
Sol no os quiere, yo lo sé;
No vais esta noche allá;
Que hacerla fuerza será
infame acción.
PRÍNCIPE.
Dien se ve
Que hay quien avisos os dé;
Mas si ya á saber se pasa
Que el sol de noche me abrasa,
La relación no fué cierta ;
EL DOCTOR FELIPE GODÍNEZ.
Que primero me dio puerta
Cn sus ojos que en su casa.
REY.
¿Eso es asi?
PRÍNCIPE.
Si, Señor.
La pasión perdió el respeta
Al decoro y al secreto.
REY.
(Ap. Sin duda la tiene amor
Don Jaime, y de ajeno honor
Hace capa á proprios celos.)
Carlos, escuchad recelos
De quien ser su esposo espera ;
Ponpie un celoso se altera
De ver azules los cielos. {Vate.)
Sale NEBLÍ, con un papel en la mano,
neblí.
Dije á ('Obtnn/a que vine
A saber de ella. Creyólo,
Y me (ió este papel ;
Pues no es de Sol , yo me arrojo,
Y se le dov á su alteza. —
Señor, si fuere amoroso
El billelillo y de gusto.
Ese es el porte que cobro.
Su dueño dirá la Ijrma.
PRÍNCIPE, (/t/?.)
La firma es de Sol.
NEBLÍ.
El rostro
Ha demudado. ¿Hay tramoya?
PRÍNCIPE.
Dice el papel de este modo :
(Lee.)'(Seuor: Cosi anza no ha querido
»ir.o:e, y yo, por disimular, no he mos-
Mirado' gusto de que se vaya; y así,
> hasta que yo le avise, no venga ál jar-
>din vuestra alteza, á quien me guarde
>Dios, como áeseo.'Doña Sol Abarca.n
Esta es traición, vive el cielo;
Sin duda ha vuelto celoso
Don Juan en secreto, y yo
Por él la ocasión no logro. —
¿Quién eres?
neblí.
Señor, un loco,
Que suele hablar enjuicio;
Don Neblí me llamo, y poso
En casa de Sol.
PRÍNCIPE.
Pues habla
En seso conmigo un poco.
¿Has visto toda la casa
De Sol ? Que, aunque hoy son escollos
Tanto jaspe y alabastro
Del edificio ya roto,
Hay reliouias de haber sido
Palacio (le reyes godos.
NEBLÍ.
Señor, hoy la anduve toda ; .
Y tanta grandeza , el oro.
No ya enterrado cadáver.
Sino convertido en polvo;
Cuanto pórGdo labrado
Y cuanto artesón con oro
Hace en su misma ruina
Derribado mauseolo.
¡ Cuántos torreones altos.
Que barrenaban el globo
De las estrellas, ahora
Son nuestro ejemplo y asombro ,
Pues con trémula vejez.
En unos puntales toscos.
Como en báculos, se tienen
Tan caducos promontorios!
¡Qué traidores soo los años!
¡(^on qué silencio engañoso
Hurtan los pasos al miedo
Y las crueldades al robo !
Clama quien fué á ia memoria ,
Y en vez de oír los sollozos
Del lamento, en huellas mudas
Dejan monumentos sordos.
¥a pues el mayor concepto
De la arquitectura, el monstruo
Que de la ciencia fué parlo,
De la fortuna es aborto ;
Quizá porque á tanto Olimpo
Como era pasto glorioso ,
La tierra fué poco Allante
Para sostenerle en hombros;
Siendo propriedad del cielo
Tan miserable destrozot
Desengaño al presumido
Y escarmiento al ambicioso.
PRÍNCIPE.
Bien sabes hablar de veras.
NBBLf.
Soy poeta y horttbre docto.
Voy al caso : vi su estrado.
Su retrete, su oratorio,
Su camarín y aun sa cama :
Que cuando yo me abochorno
De curiosidad , no soelo
Dejar roso ni belloso.
Y ¿en qué cuarto esli don Joan
DeZúfiiga?
neblí.
No conozco
Ningún Juan yo. {Ap, ¿Si Costanu
Le dio en el papel el soplo?)
PRÍNCIPE.
En este papel me aYísan
Que Sol le esconde, y qae todo
Me lo dirá el portador.
neblí.
Señor (gran peligro corro).
Puede ser que este don Joan
Esté allí ; mas vo soy corto
De vista, y no fe verla.
PRÍNCIPE.
Si tuviste buenos ojos
Para ver toda la casa,
: Cómo te faltaron solo
Para no ver á don JoanT
neblI.
Óyeme un cuento famoso :
—Era un cura gran tahvr,
Pero tan poco aevoto,
Que por jugar no rezaba.
El Obispo, escrupnloso.
Supo el caso, llamó al cara,
Y díjole con enojo :
«¿Qué es esto? « c6mo no reta?*
Y el cura, sin alboroto*
Respondió : « Sefior ilastre.
Ya be probado con antecjos,
Y no veo.» Aqoi el Obispo
Replicó luego : «Pnes ¿cóoio
Ve á jugar, v no á rearfi
Y él respondió presaioao :
* Hágame á mi cada lein* .
L'sía, como elu da oraa,
Y leeré el libro delreio
Como el de coarenta y ocho.!—
El cuento se esli aplicado*
Sin andar por drcünloqaios.
Vi la casa, y no á don Joan :
Pues lo que el cara reapqpdo:
Haga á don Joan vieatra alten,
I Aunque no tiene mal U»o,
deelpi^dí.
MS(MW>
(V#«.)
m atcrigvar
piatTatoBo
lesiro CB sb w^,
• «■ aaior loeo
éóalifcreio,
•lOSTOlOS.
Ntesa;
I rigoroso,
lieaeómebiirla,
ponee&iorbos,
ofende, don Jaime
f alevoso.
J: aae. aaftqne debo
>ectio heroico,
estoy siliado
poderosos,
a eotref ar la plata,
rare el socorro.
oSa sol t neblí.
»0$A SOL.
e á Costanza,
tan de repente?
5EBLL
lo hoy impaciente,
nndanza
y fuese en Gn :
£ haber sof^pechado
o boy encerrado
ta camarín !
DO^A SOL.
ad lo atriboyo ;
le tú colijo.
ÜKBLÍ.
;e al Irse me dijo
ipcl no era suyo
Joan sabe el aprieto
i con su alteza,
nper la cabeza ;
como el secreto.)
DO.^A SOL.
]on Joan llamar.—
D paedes salir.
i^r/a, y sa/¿ DON JUAN.
BOü JOAÜ.
son de snfrir
leí esperar !
¡lio amante
n todo el dia,
sos, Sol mia ,
^ al instante
ició un arrebol
•aerta ▼! ahora ;
é al aurora
(ra del sot ;
>Ti que estaba
otfgo bablando,
»ré, imaginando
le Bie nublaba.
DOÍf A SOL.
'es, dueño mió ;
I, querido esposo,
r caloroso
•1 roció,
AW W HOCm AUmU EL SOL.
Con que se ka rifti|pef<0w
Ya Twehro á decir que lloKs;
tae á estos líquidos anorat
n el pecbo ensMondo
Aposento les be hecbo ;
Porque ligrimas que son
Pedazos del corazón , •
Bien estarán en el pecbo.
Stíe IICCS.
uás.
Sol . escóndase don Juan.
Yo iba ahora ii abrír la puerta ,
Y Tiendo que estaba abierta ,
Menos cortés que ftalan »
El Principe se entró ea casau
soSasol.
Luego sabremos qué es eslo.—
Mi bien, escóndete presto.
SOR JQAH.
Ya de los limites pasa
La Tioleada ; eerea estoy
Para acudir, si importare.
ucuJ.
Rogando é Dios que en bien pare ,
Mientras no pera, me voy.
(Ymu NeNÍéÍ9ét.)
Sale EL PRtfICIPB.
paisciPB,
Sol , sin tu licencia Tengo :
Mas si tú al amor la niegas,
¿ Cuándo esperaron los celos
A que les diesen Ucencia?
En un papel me aTisaste
Que esta noche no Tiniera ,
Porque Costanza era estorbo
Para cumplir tu promesa.
Rompí el secreto jurado.
No te pongas tan suspensa.
Que parece que me escuchas
Como qnieo se hace de nueras.
DOÍlA SOL.
Yo advertrá Inés que cerrase^
Y mandé que á nadie abriere.
Celoso estoy, no te admires
Que contra tu gusto Tenga;
Porque dicen unos celos
Lo que callan mil finezas.
DOÜ JOAfl. (Ap.)
No tengo honoTt pues no muero.
¿Esperaré la respuesta.
O tomaré, antes de darla,
Satisfacción de mi ofensa?
doíIasol.
Si á algún Tillano de Astúriiis,
A quien jamás la tijera
Llesó á emendar con el arte
La desmelenada greña,
Hubiera , Señor, oído
Una injuria tan Tiolentt,
Un desafuero tan torpe.
Una atrocidad tan nueva.
Pensara que no era en ambos
Común la naturaleu;
Porque hay hombres de quien dudo
Si son hombres ó son Derss.
Mas en un principe , eo vos.
En cuyas heróleas venas
Tantos diferentes reyes
Tan convenidos se meiclan ,
Es miedo, es error, espumo, .
Es asombro, es inclemeaela ,
Es injusticia, es Intimia , .
Es tiranía, es afrenta ,
Es temeridad, es ira.
Es impiedad , es vioienels ,
BsaleTosli«estola«
Es escándalo, es vllesa ,
Es rabit« es fiuror ; mes ¿i
Podré redüdf A ttiem
Todo lo quedes, p«es no bay
Indignidad q«e no setl
¿Yo promesit ToMpelf
¿Quién un loeo á la alte eslén
Del sol leTsetara el vselo,
U osara á tanto iiliMie
Ver en su edlptia errante ,
Que abrasado no cayera,
Icaio altivo 6 Peston
Despefiado de s«s nedtsT
Yo soy d<rila Sol Abares,
El prmeipe es vsestn altea:
Confiesad que es tata todo
Cuanto babeb fUf^be es mi ofensa ;
Que, con ser la iraieioa til ,
Y yo ser yo, que e« metetti
De honor no ee poslblt q«e baya
Mas que ser qm ser y» mesma ,
Por ser vos el ose lo dice» -
Yo misma no se si eree
Mas haberla diebo tos
Que ser yo toeepat de bsesvli.
M» IUAII. (4^0 .
Confiada ba lespondido;
O es conocida inoeeMda ,
O es que me parece que es
Loque me holgara qÍM Aiera.
PthlCM.
De oirto estoy taa eontoso.
Que sé respondertoapeaas ;
Ttk misma i no me dyiste
En el jardin que to viera
EsU noche? V esu larde
¿No me eMriblsto I& aesma
Que no viniera basto tanto
Que tA otro aviso pe dieras?
Pues ¿cómo asi ase raspowles?
^ aou luaii. {Ap,)
Ba, mi desdicha es elerto.
Yo.¿no la hallé en el Jardin?
ÍNo me persiudió la voelto?
lo me resistió el quedarme?
No me habló mal de la ausencia
De don Jaime? Pues iqué ag|iardo?
holUaciH
La admiración oo la deja
Articulará lavct
NI el uso libre á la lengua.
¿ Yo os be hablado eu el Jardbi?
Yo 08 be escrito?
ralMmt.
No prosigas. VlveDlos, * /* .
Que son ciertas las sospesas
De mis celos, y que tengo
De averiguarlos; que es fteérta
Que to esté «seucaando alguno, *
Pues hablas de esa minera.
SOR JUAII. (Ap,)
Por eso lo eslá negando :
Vive Dios, que es evidencia ,
Pues sabe que yo la escucho.
Vil mi^er, ¿ á qué me Atenas*
A que to mato y dw «Míen?
¡Oh, lo que siento que Braeras!
Su alteía, qi^a BOgc ha ido»
Guando mi hcaor me da pffiesa«
Te da esto poeo de vida i
No sé d se lo aiAdeica.
niuoipw»
Entremos 4 ver la caaa ;
Vén conmigo.
{Ap. i Ay, Moa, que si itttra.
208
Y ve á Juan , ha de matarle !)
¿Dónde vais?
PRÍNCIPE.
Toda he de verla,
Vive Dios.
DOX JUAN. (Ap.)
Necio respeto v
Me detiene.
DON JAIME. (Da golpes dentro.)-
Abran las puertas,
O las echaré en el suelo.
DON JOAN. {Áp.)
Voz de don Jaime es aquella.
DON JAIUE.
¡Abran aquí!
PRÍNCIPE.
¿Quiéa.da voces?
Sale DON JAIMB.
DON JAIME.
¡Qué gracio.sa resistencia !
Yo puedo allanar la casa ;
Que traigo orden de su alteza. —
Señor, ¿vos estáis aqui?
DON JOAN.
¡Oh amigo, á qué tiempo llegas!
PRÍNCIPE.
¿Qué es esto? ¿A qué habéis venido?
DON JAIME.
(Ap. Aqui ha de entrar la cautela.)
Señor, como soy tan vuestro,
Y dicen que tenéis queja
Porque no maté ¿ don Juan,
Vengo á hacer la diligencia
Con diez valientes soldados,
Porque una espía secreta
Me dijo que estaba aquí.
(Ap. Buen amigo soy; que mientras
Don Juan está allá seguro.
Yo le excuso acá su afrenta.)
DON JUAN. (Ap.)
Luego ¿Sol no lo engañaba?
¡ Hay tal traición !
DO^A SOL. (Ap.)
Luego ¿ eran
Verdad mis miedos?
PRÍNCIPE.
Don Jaime,
Allanad la casa y vedlá ;
Entremos juntos.
D05ÍA SOL
¿Qué es esto?
¿Asi en Navarra respetan
La casa de doña Sol?
Yo iré, y cerraré la puerta
Por de dentro.
Hace que cierra la puerta , y ábrela
con ímpetu , y sale DON JUAN.
DON JUAN.
Aparta, enemiga ;
Yo la abriré y saldré fuera,
Si con todos los candados
Del mismo inOerno las cierras.
Don Juan de Zúñiga soy.
PRÍNCIPE.
¡ Hay semejante insolencia !
DON JUAN.
i Vive Dios , que estaba aqui !
DON JAIME.
¡Notable desdicha es esta!
DONJUÁN.
Verdad os dijo la espía,
Don Jaime, aquí estoy.
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
DON JAIME. (Ap.)
bl piensa
Que soy desleal amigo;
Mas, como yo no lo sea.
Piénselo ahora, no importa.
PRÍ.XCIPE.
Tanto el enojo me ciega,
Que he enmudecido.— Matadle.
DON JUAN.
Maturáme vuestra alteza
Después que yo mate á Sol.
DOÑA SOL.
Mi bien, esposo (¡estoy muerta!),
No me espanto, sí has oído
Al Príncipe, que te tengan
Temeroso sus palabras,
Por no decir sus quimeras ;
Pero mátame, bien haces,
O me mataré yo mesma ,
No por(|ue yo te he ofendido ,
Sino porque tú lo piensas. —
Señor, don Juan es mi esposo;
Ya \o digo , que ya es fuerza.
DON JUAN.
i Oh cruel! Antes ahora
Callarlo er;i mas prudencia.
Por no revelar la infamia
Cuando el secreto revelas.
.Mas ya, en efecto, lo has dicho;
Y así, mi venganza vea
Quien ha sabido mi agravio.
DON JAIME.
Teneos, don Juan.
DON JUAN.
Solo resta
Que un falso amigo me estorbe.
PRÍNCIPE.
Mucho debo á mi paciencia
O á mi admiración. — Don Jaime,
Haced que al punto le prendan.—
Don Juan, yo os dije una noche.
Testigos son sus estrellas ,
Que no hablásedes áSol;
Pues ¿cómo, sin mi licencia.
Os casasteis en secreto?
No quiero esperar respuesta. —
¿Qué gente tenéis, don Jaime?
DON JAIME.
Diez de la guarda.
PRÍNCIPE.
Pues ea,
Vayan con don Juan los ocho ;
Que los otros dos se quedan
Con doña Sol, porque quiero
Que en su casa quede presa.
DO.^A SOL.
¿Por qué me prendes á mí?
príncipe.
¿Por qué? Porque, siendo deuda
De mi casa, te casaste
Antes que yo lo supiera.
DON JUAN.
Aquí me han di hacer pedazos
Primero que lo consienta.
Sol ha de venir conmigo.
PRÍNCIPE.
A no estar en su presencia,
Yo mismo os diera la muerte.
DOÑA SOL.
Déjate prender, no temas;
Que tiempo habrá que te vengues ,
Cuando mi verdad no creas;
Y rey hay, aunque le llaman.
Por la omisión con que reina ,
El Encerrado don Sancho.
A pesar pues de aparieocias,
Vé seguro de mi honor;
Que, si ofendido te hubiera.
Supuesto que me importaba ,
La culpa jra descubierta.
Tener quien me defendiese ,
Claro está que no quisiera,
Por^tisfacerte á ti ,
Desobligar á su alteza.
DON JAIME.
Don Juan , ved que esto es forzoso.
DON JUAN.
Apelo á Dios de la fuerza.
Rey tenemos en Navarra.
DOÑA SOL.
Yo daré de esto al Rey cuenta.
Tú da treguas á la duda ;
Que, no dando mas que treguas, ,
Si no te estáu bien las paces ,
Volverás luego á la guerra.
PRÍNCIPE.
Prevenir quiero el peligro.—
¡Don Jaime!
DON JAIME.
f Señor!
PRÍNCIPE.
No sepa
Mi padre que están casados»
Si es que el vivir no os da peoa.
Quédense con Sol dos guardas ,
Que salir no la consientan.
Porque no avise á mi padre.
DON JAIME.
Vamos, don Juan.Mp. Noesprudeocia
Decirle culpas de Sol
Hasta ver si se romedian.)
DOÑA SOL.
¡ Ay, qué amor tan desdichado!
PRÍ.NCIPE.
¡ Ay, qué ingratitud tan bella!
DON JAUIB.
¡ Ay, quién os mostrari el alnial
DON JOAR.
¡ Ay , que á un tiempo me hacen guem
ün rey que de nada cuida ,
ün príncipe que gobierna ,
Una mujer que me aaravia
Y un amigo que me uegn !
JORNADA TERCERA.
Salen DON JUAN T NEBLÍ.
NEBLÍ.
Don Juan , quéjate de quedo ; -
Preso desde anoche estás,
Y tales suspiros das.
Que á las guardas pones miedo;
Y dicen, muy vigilantes.
Que sus pesadumbres soo,
A fuer de descomunión ,
Que son de participantes.
Jaime liabló al Rey, y qais*
Por orden suya, en un eodie
Llevó á doña Sol anoelM
A su quinta , adonde está ;
Que dió al Rey tanto cafcMdo
l£lcasode mi señora.
Que le ban de llamar ahom
Don Sancho el Desencerrado.
DOH.'JOAII,
Déjame, por Dios, NebIL
maLi.
Calla ; que quizá no es eierto.
Hoy vi las flores del baertOt
laDdo las vi,
ecto de tu esposa ,
de virtudes llena ,
ureza eu la azucena
lidad en la rosa,
sol enlre nublados,
li presencia llovieron
tales , que fueron,
on desatados,
derretidos,
menos serian
i las que corrían,
los detenidos.
DON JUAN.
]uel don Jaime?
NEBLÍ.
Él es.
DON JOAN.
e.
neblí.
Yojme á la quinta,
presa y la pinta;
está también Inés. ( Vase.)
Sale DON JAIME.
DON JAIME.
I, el Rey OS espera,
oiere hablar muy espacio ;
láis , id á palacio.
DON JCAN.
ámi?
DON JAIME.
¿Qué os altera?
lesde anoche pasa
al Rey; y asi, vengo
?n suya, y la tengo,
s vais á vuestra casa;
\ aunque hubiera importado
ia la verdad,
cho á su majestad
Sol estáis casado,
asi me lo previno
¡pe, y no conviene
mto á quien tiene
;a proprio destino.
II, sin dificultades
)s libre, y yo quiero
de mi primero
liga otras novedades,
sque, arrepentido
> vida, os busqué
ra casa, y no fué ,
n, todo aquel ruido
tensáis, vive Dios;
¡a fué forzosa,
rdar á vuestra esposa,
íiataros á vos;
lié para prenderos,
ubo secreta espía ,
esamir podia
►nces pudiera veros ;
^Distes, y á mí
uviastes á avisar,
)nde yo pensar
bades vos allí?
1 esto me agraviasteis,
á buscaros no,
i vos os hallé yo
TOS sin mí os nallaslcis;
[> pues que no fuera
5curso haber creído
iérades vos venido
> no lo supiera,
lá que no mataros
eros intentaba,
cierto que os buscaba
no pensaba hallaros.
DON JOAN.
ie, si os debo mucho,
a DE L.-ii.
AUN DE NOCHE ALüMBt^A EL SOL.
Todo pienso que os lo pago,
Pues de vos me satisfago
Con solo lo que os escucho;
Supuesto pues , ya lo advierto,
Que por matarme no fuisles,
Algo sin duda supisles
De mí y de Sol, y si es cierto,
Y sois verdadero amigo,
¿Cómo me calíais mi afrenta?
Cómo lo mismo no intenta
Mi honor con vos que conmigo?
Si fuimos uno hasta aquí,
Y un amigo en otro está,
¿ Cómo otro yo no sois ya,
Y no obró en vos como en mit
Don Jaime, en vos hay mudanza;
No estoy ya en vos, vive Dios ,
Pues estoy en mí , y no en vos ,
Tratando de mi venganza.
DON JAIME.
(Ap. ¿ Qué haré , que hasta ahora en fin
Su agravio efeto no tiene?
Sin novedad , no conviene
Decirle lo del iardtn.)
Por Dios, don Juan, que me espanto
En que discurráis tan poco;
El Príncipe, de amor loco,
Anoche lo estuvo tanto.
Que entró en vuestra casa, y yo.
Que guardarla prometí ,
Con aquella industria fui
Solo por saber que entró ;
Vos sois muy gran caballero.
No puede en acción ninguna
Correr vuestro honor fortuna.
DON JUAN.
Jaime , el honor verdadero,
Sé , en buena filosofía,
Que de la virtud procede,
Y que la virtud no puede
Ser en mi sin acción mia ;
Mas el mundo desordena
Tan ciego esta rectitud ,
Que hay honor que no es virtud ,
Pues pende de acción ajena;
Y siendo dicha en rigor,
Y no honor, lo que no adquiere
Por sí mismo el que lo quiere ,
Dice el mundo gue es honor ,
Y llega algún virtuoso
A tan infeliz estado.
Que es virtuoso, y no honrado,
Solo porque no es dichoso.
DON JAIME.
Pues eso no os toca á vos.
Vamos á lo que hay de nuevo ;
Que no sé cómo me atrevo
A decíroslo, por Dios.
El Rey habló en mi presencia
Al Principe, y él le dijo :
« Señor, yo soy vuestro hijo,
Y sé que os debo obediencia;
Mas ya con resolución
Os quiero desengañar :
No, no me pienso casar
Con la infanta de Aragón,
Antes lo he de hacer de suerte,
Que á Sol pueda dar la mano. »
Conforme á lo cual, es llano
Que piensa daros la muerte
Para casarse con ella.
DON JOAN.
¿Qué decís?
DON JAIME.
Que á él le está bien
Ser dueño de un sol con quien
El del cielo aun no es estrella ;
El Rey pues, muy ofendido
De que por Sol no se case ,
Me mandó que la llevase
M9
A mi quinta sin ruido.
Donde ella está cuidadosa.
Porque desde anoche intenta
Dar al Rey de todo cuenta,
Y decir que es vuestra esposa ;
Mas no la han dado lugar,
Y como he dicho, también ,
Callé yo, porque no es bien
Dar á su alteza pesar.
Vos veréis al Rey ahora ;
Hablad le claro, no sea
Que algún grave mal se vea,
Porque el casamiento ignora.
DON JOAN.
Fuerza es ir do el Rey me llama,
Pero conviene al suceso
Verme con Sol antes de eso.
DON JAIME.
¿Qué pretendéis?
DON JOAN.
Ya la fama
Habrá dicho su prisión;
No sepa que soy casado
El Rey, que no es acertado,
Don Jaime, en esta ocasión ;
Antes veré á Sol , y de ella
Sabré por qué el Rey |a prende.
DON JAIME.
Si ya el Principe pretende,
Don Juan, casarse con ella.
Muy fácil es de saber.
DON JOAN. (Ap.)
Puede ser que el Rey me impida
Que yo quite áSol la vida,
Si la ve que es mi mujer ;
Después de muerta, sabrá
Mi justicia y mi venganza
A un mismo tiempo.
DON JAIME.
Costanza
Pienso que á la quinta va
A ver á Sol, como amiga. ^
Bien que tampoco ha sabido
Que ya sois de Sol marido.
Ni es bien que yo se lo diga,
Por no ver su sentimiento;
Vos , por mi voto, al instante
Ved al Rey ; yo voy delante
Por saber bien el intento
Del Príncipe ; que va es Urde,
Y temo algún accidente.
DON JOAN.
Yo veré muy brevemente
Al Rey y á Sol ; Dios os guarde.
{Vase don Jaime.)
Antes que á Sol llegue á ver.
Consultad, honor, conmiffo
A qué voy y á qué me obligo,
Qué debo decir y hacer;
Que, ó Sol lo dejó de ser,
O en nube densa, luz rara
De virtud no se declara ;
Que tal vez la verdad pura.
Para el que la ve está oscura,
Pero en si siempre está clara.
Dice Jaime que su alteza
Pretende, quizá no en vano.
Matarme, y darle la mano ;
¿Qué diré de esu fineza?
Diré, ojalá con certeza,
Que es consecuencia forzosa,
Pues tan ciega mariposa
Arde el Príncipe en su llama ,
Que ella no quiere ser dama,
Pues él la pretende esposa.
Él dos veces afirmó
Lo del jardín v el papel,
Y ella, confiada, á él
Otras dos se lo negó.
14
ÜO
Si, pero oyéndolo yo,
Negar, fué miedo al castigo;
Sí , pero como ella, digo,
Si asegurarse quisiera,
Que mas segura estuviera
Con su alteza que conmigo;
Pues ¿cómo á mi me obligaba,
Y uo al Principe, con quien ,
Si ambos se querían bien.
Libre á mi pesar quedaba?
Mas la culpa, que es esclava,
Tiene esa vil sujeción.
Porque, de su propria acción
Naturalmente forzado,
Está cobarde el pecado
Delunte de la razón.
Yo vi á Sol en el jardin ,
Y sí estuvo en él su alteza.
La ocasión... Mas no hay flaqueza
Humana en un seraün.
i Ay, que la ocasión, en Gn,
Hinde la virtud mayor,
Y de su mismo valor
Es escrúpulo forzoso
Que aun antes de ser su esposo,
La debí imperios de honor!
Grosero argumento ha sido;
Has ninguna mujer cuerda
A sí el respeto se pierda
Con quien no es ya su marido;
Que al que serlo ha prometido.
No es obligarle, antes es
Üesde alli para después
Dejarle desobligado.
De proceder confiado,
Y de presumir cortés.
Yo voy, bava ó no evidencia.
Que aquí el rigor no es exceso,
A fulminar el proceso
Y á ejecutar la sentencia ;
Ven^a Sol ¿ la presencia
Del juez, como delincuente,
Y sea eterno su occidente.
Si han sido ciertos mis celos ;
Pero ¡defendedla, cielos.
Si es verdad que está inocente !
Salen DOÑA SOL, D05IA COSTANZA
t INÉS.
D05fA SOL.
Seas, Coslanza, bien venida.
DOÑA COSTAIfZA.
Sol , aunque anoche me fui ,
Porque todo ayer te vi
U cansada ú desabrida.
Hoy supe que hubo en tu casa
Anoche un grande ruido,
Pero no lo que habia sido,
Y vengo á ver lo que pasa,
Y por (lué causa estás presa
En esta quinta.
005ÍA SOL.
Costanza,
Ya haré de ti confianza.
Si es que de mi mal te pesa ;
El Principe...
DOÑA COSTANZA. (Áp.)
Mi papel
Entra aquí.
DOÑA SOL.
A don Juan halló
Anoche en mi casa. {Ap. Y yo.
Que estoy casada con él ,
Quiero decirlo.) Halló, digo,
A don Juan, que muy secreto
Vino á mi casa.
DU.>A COSTANZA.
¿En efelo
Don Jurn estatta contigo?
EL DOCTOR FELIPE GODfNEZ.
(Ap. ¡ Ah falsa amiga ! Cierta es
Mí sospecha, en fin.
DOÑA SOL. (Ap.)
Adora
Más ciega á don Juan ahora ;
Callar quiero hasta después.
DOÑA COSTANZA.
Pues Sol, yo adoro á don Juan,
Y si me agraviáis los dos.
Le he de decir, vive D:os,
Que el Principe es tu galán ,
Y quien no falta quien diga
Que le hablaste en el jurdin
Estas noches; que si, en fin.
Eres tú traidora amiga.
Yo lo dispondré de modo.
Que tu marido no sea.
Si él ingrato lo desea.
DOÑA SOL.
(Ap. Fuerza es remediarlo todo ;
Que confirmará el engaño
Don Juan sí tal le dijere;
Yo finjo pues que él la quiere.)
Costanza, no es ese daño
Que temo yo; él supo que eras
Huéspeda mía ; y asi.
Te buscó en mi casa á ti.
DOÑA COSTANZA.
¿Qué dices? ¿ Hablas de veras?
¿A mi me buscaba?
DOÑA SOL. (Ap.)
¡ Ay cielos !
No me dés mas ocasión.
DOÑA COSTANZA.
Perdóname, Sol ; que son
Muy vengativos los celos,
Y no saben tener ley.
Contigo pienso quedarme
Esta noiMie, hasta enterarme
Por qué te tiene aquí el Rey.
Sale NEBLÍ.
NEBLÍ. (Ap.)
Costanza está aquí ; yo callo,
Y disimulo.
DOÑA COSTANZA.
Neblí ,
¿Qué buscas? ¿A Sol?
NEBLÍ.
A tí
Te busco, donde te hallo;
A verte, desde la torre
Don Juan me envía, aunque preso.
DOÑA COSTANZA.
¿Cómo está?
NEBLÍ.
Perdiendo el seso ;
Muy mal viento es el que corre.
Figura un bruto en la plaza.
Cuando, irritado una tarde.
De tanto vulgo cobarde.
Feroz se desembaraza ,
Y súbitamente asido
l'n alano de la oreja.
En la repetida queja
Del impaciente bramido.
Siente con ansia mayor
Hallarse entre su pujanza ,
Presto para la venganza.
Que herido para el dolor ;
Así con igual afán...
DOÑA SOL.
Necio, excusa el proseguir;
Porque no te he de sufrir
Que lo apliques á don Juan.
NEBLÍ. (Ap.)
Inés, ¿no es don Juan su esposo?
Paes á tiempo me ha dejado.
Que, al animal compando.
Era aquí muy peligroso.
W)^A COSTANZA.
¡ Qué largo es este jardin !
Forman una selva oscura
Las plantas, cuya espesura ,
Que se dilata hasta el fin.
Quizá con mas sombras hoy.
Retrato el miedo dispone. '
DOÑA SOL.
¡ Ay Costanza ! el sol se pone.
Temiendo la noche estoy.
DOÑA COSTANZA.
Sol , con Jaime viene alli
Su alteza ; yo me retiro. ( Yau
Salen EL PRÍNCIPE t DONJAINE
PRÍNCIPE.
Don Jaime, con esto miro -
Por doña Sol y por mí.
DON JAIHB.
Pienso que su majestad
A don Juan llamó, y enliendo
Que ambos os vienen sigaiendo
DOÑA SOL.
¡Oh, cómo es falsa amistad
La de don Jaime ! ¿Qué liaremos?
PaÍRGIPE.
Sol , no te vayas, espera.—
Salios los dos allá raerá.
múB.
Vamos, Neblí , y escuchemos.
(Eicóndeiue.)
PRÍNCIPE.
Yo vengo aquí (no te alteros)
A ofrecerte en mi persona
Derecho á la real corona.
El modo ya tú lo infieres;
Que dar la muerte á don Juan
No es rigor, sino justicia.
Pues le avisé , y con malicia
Pasó á esposo, de galán.
Muera pues don Joan, y luego
Serás mí esposa.
OO^ASOL.
SeikMT,
¿Cómo es ciego vuestro amor.
Pues en mí es lince, no ciego?
Imaginad, sí no pierde
Quizá por muy repetida
La comparación , asida
A un olmo una hiedra verde,
Que en recíproca amistad
Se unen los dos de tal modo.
Que en las partes de este todo
No hay unión, sino unidad ;
Pues cuando á entrambos los liga
Tan estrecho abrazo, adonde
Ella se tiene, él se esooode,
Ella le guarda, él ae abriga;
Demos que un ingenio d«ro
El olmo cortar espera,
Y llevar la hiedra entera
Para que sirva en ud moro;
Entero, inténtalo en fano;
No, Señor, no puede ser.
Limitóse aqui el poder;
i*or(|ue esa robusta nano
Puede en la unión que deshace.
Cortar el olmo, y no puede
Hacer que la hiedra quede
Para que al muro se enlace,
Poroue ella entre el rigor iero
Se cine al olmotau fiel,
Que ningún golpe da en él.
Sin que dé en ella primero.
PftlHCIPB,
de mis agravios
;¿qaé rigor
»culto ba añadido
t condición ?
por la vida ;
adre, mandó
que sacase
le la prisión ;
a quinta, y temo,
Docbe pasó,
irado te mate,
itisfaccion
kstiila y ricos ;
ne, queyo
uando importe ;
mbien no voy,
i mi fineza
á mi opinión.
DOÑA SOL.
ñor, gue en presencia
digáis vos
ue en mi no ba babido
ginacion,
liguéis abora,
me; yoosdov
icias que os debo ;
o Que nació
o de la culpa,
le era mayor
icusarme,
ra obligación.
»erar á mi esposo;
locencia bay valor
5go.
PRÍNCIPE.
; A mi mismo
ae me babló
DOK JAIME.
Yo confieso
dmiracion
ndo y escucbando.
PRÍNCIPE.
*rla mejor,
ado un papel
IXÉS. {Áp.)
iqui entro yo,
udé al enredo.
D05ÍA SOL.
í letra vos?
scucha don Jaime ,
la á mi bonor.
NEBLÍ. {Ap.)
leí billete?
uyo, por Dios,
ilicar á mi amo
)aracion.
PRÍNCIPE.
aquí resuelto;
as ó no,
tar á don Juan.
IN¿S.
Dstanza voy,
, gran peligro
n tiene; mas no,
está casado. (Vase.)
^OÑA SOL.
mío quien sois;
:ia.
PRÍNCIPE.
No bas de irte...
te la üey ;
icbo al decoro,
Ja ocasión
ia y lu agravio.
AUN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL.
doAa sol.
Vos de vos sois vencedor;
Pero para entreteneros
Sabrá Costanza mejor;
Yo la enviaré á que os asista. {Yate,)
Mi
Sale NEBLl.
NEBLÍ.
No es mal entretenedor
Para un principe un Neblí.
PRÍNCIPE.
i No eres tú quien me llevó
Un papel?
NEBLÍ.
(Ap, Esto es muy malo.)
Éralo, mas no lo soy.
PRÍNCIPE.
Pues ¿por qué no lo eres ya?
NEBLÍ.
Porque el tiempo es muy veloz,
Y cuantas cosas ban sido,
O son otras ó no son.
PRÍNCIPE.
¿Sirves áSol?
neblí.
Soy sirviente
De don Juan y servidor
De vuestra alteza; ya sé '
Que es muy gran regalador,
Y que Inés come perdices.
PRíifCIPE.
Luego ¿ Inés te reveló
El secreto, y tú á don Juan?
NEBLÍ.
Yo sov un gran bablador;
Nada be dicho.
PRÍNCIPE.
Si bablas tanto,
En tu misma confesión
Dices que lo has dicho todo.
NEBLÍ.
i Hay tal argumentador!
¿ Es esto lo de haber visto
La casa, y á don Juan no?
Pues juro á Dios, que en mi vida
lie sido saludador.
Ni fuelle ni sacabuche.
Ni Judas ni Galalon ;
Desde que os di el biHetillo,
Que á mi Costanza me dio.
No be respirado.
PRÍNCIPE.
¿ Costanza
Te dio el papel?
NEBLÍ.
Sí, Señor;.
Bien que me dgo después
Que era ajeno.
DON JAME.
iSi es traición
De Costanza? Ella sin dada
El papel os escribió.
PRÍNCIPE.
Don Jaime, la que me hablaba
En el jardín ¿no era Sol?
Pues Umbien me escribió ella.
DON lAiME.
Decis bien.
PRÍNOPE.
Ella temió
Sin duda á don Juan, su esposo,
Y con tan justo temor,
Fió á Costanza el secreto.
DON JA.ME.
Costanza viene.
NEBLÍ.
Chitoo»
Se&or NebM; que.esto creo
Que va de mal en peor.
(Vm.)
Sale DOÑA COSTANZA.
DOÍUCOBrAlIZA. (A^.)
Dijome Inés que sa alteza
Quiere matar con rigor
A don Juan, y si él me qalere ,
Resuelu otra vez estoy,
Que el Principe es muy cortés.;
y pues nó es casada Sol ,
Y asi en hablarle ella misma
No perdiera mucbo honor,
Y hablarte yo en nombre de ella
Es flneza, y no traición.
Pues doy la vida á don Joan ,
Mi intento aynde el amor:
Que tengo de hacer que viva, ^
O tengo de morir yo.
peírgipe.
Costanza, á baen tiempo llegas.
. DOÍlA COSTAIIIA.
Si , porque Sol me envió
Para que yo en nombre taya
Os dé una satisfacek».
Dice qae anoche la bablastes
Donde don Joan os oyó,
Y aquí, oyéndolo don Jaime ;
Y asi, con afectación
Lo negó todo ambas veces;
Mas yo, como sé qae vos
De Jaime os fiáis, os hablo
Delante de él sin temor.
Es Sol el recato mismo;
Y así, el papel qae os llevó
Neblí pasó por mi mano,
Y como somos las dos
Desde entonces muy amigas,
Pide que os esconda yo
En el jardín : qae esta noche
Os quiere hablar en sa amor.
ralRCip^
¿Qué dices, Costaua?
OOffA CQtTAlllA.
Digo *
Que vengáis sin diladon
Adonde esperéis oculto.
rafHCiPB.
Vamoa; qoe con ta fkvor «
g ulero, aunque maera abrasado,
er mariposa del SoL
(ymue.)
DON jaiíe.
; Vióse maldad semejante?
Vive Dios, qae es ya fonoeo
Dar cuenu de esto á sa esposo;
Que ya no hay ardid bastante
Para preservar so honor,
Y mostrar mi buena ley ;
Mas él viene con el Rey*.
Salen EL REY y DON lÜAN.
Donlalroe estáaqaL
BON lAlHB^
Sefior,
¿Vosenmiqabita?
MY..
iSitáeneUa
El Principe t
1 lAnúi.
p. ai ;
1 I
C
DON JOAN.
¿Y Sol DO es aquella
Qae allí retirada miro?
Sola cou Inés esU.
REY.
Don Jaime, yo dejé ya,
Como vos veis, mi retiro,
Y el Principe hará que deje
El rey de Aragón su tierra,
Y que, infestada con guerra.
Toda Navarra se queje;
Pues cuando no bay otro modo
De curar un cuerpo, el arte
Suele cortar una parte,
Porque no perezca el todo.
Yo llamé á don Juan, porque él
Diese de Sol mas noticia;
Que quiero ser con justicia
Cruel , si he de ser cruel ;
Y aunque creí que los dos
No aprohárades mi intento.
Él es quien me pone aliento.
Ahora os consulto á vos :
En tan divina hermosura,
Sin mas culpa que q«erer
A mi hijo, ¿be de poder
Eclipsar con sombra oscura
Dos soles de beldad , llenos
De honestidad y decoro?
¡Oh, con qué afecto lo lloro !
Pero no puede ser menos.
DON J0A?l.
Jaime, con el Rey he hablado
Con tal ardid y cautela.
Que de mí no se recela.
RET.
Supuesto lo que ha intentado
El Principe, á mi pesar.
Cuando importa al bien del Rey
Y de todo el reino, es ley
Que muera el particular;
Y así , pues deía á una infanta
De Aragón Carlos, y espera
Casarse con Sol, Sol muera;
Que, aunque el tiempo crueldad tanta
Guarde en viviente alaba^stro.
No há mucho que en Portugal
Otro ejemplo en todo igual
Nos dio doña Inés de CasUco;
Bien veo que Sol es bella,
Pero sé que favorece
Al Príncipe, y que padece
El reino todo por ella.
DON JUAN.
En íin, ¿sabéis que ella á él
Le ha favorecido?
. RET.
Sí.
DOIf JUAN.
Pues dejadme el caso á mi;
Que ninguno mas cruel
Le dará la muerte luego.
DON JAIVE.
Con esto se vengará
Don Juan sin riesgo, pues ya
Obra el Príncipe tan ciego ;
Fuerza á un mismo tiempo ha sido
Y razón, don Juan la mate.
REY.
Pues ,don Juan, no se dilate.
DON JUAN.
Don Jaime, ¿qué habéis sabido?
¿Cómo habláis ya de otro modo ?
Salen D05ÍA SOL t INÉS.
D05ÍA SOL.
Si el Rey está aquí, bien puedo,
EL DOCTOR FELIPE GODINEZ.
Inés, hablarle sin miedo,
Y darle cuenta de todo.
RET.
El jardín es dilatado;
Llevadla, en caso de duda.
Donde, aunque el Principe acuda ,
Ya esté el caso ejecutado.
INÉS. (i4p.)
¡ Av Dios ! don Juan es aquel;
¡$ol tiene riesgo preciso,
Si yo á don Jaime no aviso
Para que la saque de él.
DON JAIME.
Esta es Sol , Costanza habló
Por ella al Príncipe; en fin,
El la espera en el jardín ;
De aquí me llevaré yo
A Inés ahora, y la suerte
Favorable con vos anda.
El mismo Rey os lo manda;
Dadle á doña Sol la muerte.
DON JUAN.
Idos con Dios.
DON JAIME.
Inés , vamos.
{Van se.)
DON JUAN.
Sol, si, porque ya es de noche,
No me ves, yo soy tu esposo,
Y su noble acero es este.
. DOÑA SOL.
Don Juan, Señor, oye, aguarda;
Mira, bien mío, que vienes
Engañado todavía,
Y que al mayor delincuente
Le guarda el juez un oído.
DON JUAN.
Yo puedo seguramente
Matarle, que el Rey lo manda ;
Pero no digas que mueres
Sin haberte oído; dime.
Mujer falsa, esposa aleve,
¿No dijo ahora Costanza
Al Príncipe que se viese
Aquí contigo?.
hOÍÍk SOL.
¿Qué dices?
DON JUAN.
Don Jaime estaba presente.
Que lo oyó todo. .
DOÑA SOL.
DoD Jaime
Es traidor.
DON JUAN.
¿ Y qué le mueve
AI Rey, que también me dice
Que al Príncipe favoreces?
DOÑA SOL.
El Rey se ha engañado.
DON JUAN.
El Rey
Es deidad, mentir no puede.
DOÑA SOL.
El estar mal informados
Es desdicha de los reyes.
DON JUAN.
¿No te dijo en mi presencia
El Príncipe claramente
Que te habló en el jardín ?
DOÑA SOL.
Sí.
DON JUAN.
¿Y que escribiste un billete?
DOÑA SOL.
También lo dijo.
DONJUÁN.
I Es verdad
Uno y otro ? No lo niegues.
DO.ÑA SOL.
Todo es falso.
DON JUAN.
¿Yyo á deshora
No te hallé junto á una fuente
En tu jardín ?
»OÑA SOL.
Si me hallaste.
DON JUAN.
¿Qué hacías sin recogerte.
Con Inés sola, tan larde?
DOÑA SOL.
Sentí rumor, levánteme ,
Hallé á Costanza.
DON JOAN.
Don Jaime
¿A qué ftié anoche?
•o A A tOL.
A prenderte
Por dar al Príncipe g«sto.
DON JUAN.
Pues ¿y qué testigos fieles
Presentas contra su alteza ?
DOÑA SOL.
Mi amor, mi fe.
DONJUÁN.
No presentes
Testigos tan falsos.
DOSLkSOL.
¿Falsos?
Pues si estos do te convencen,
No tengo otros, ni en mi bay cu
Mátame luego, bien puedes.
DON JUAN.
¿Tan huérfana es to verdad f
¿ Es posible que no tienes
Un testigo que te abone.
Una presunción que alegues?
¿No hay lugar para que digas
Al Principe que te muestre
El papel? Ya hemos llegado
Adonde las ramas creeen
Sombra á la noche, repara.
Sí acaso sin culpa afueres.
Que por el Rey y per mi
Debo matarte dos veces.
{L49Mta U •
Salen DOSA COSTANZA t LL
CIPE , T DON JUAN tiene el
suipenso p temPImnéo.
¿ Siempre me has de ver á oscu
Mal Sol te llamas, Sol mía.
DON JUAN.
¿Quién nombró á Sol?
PRlNCItE.
Yasiesdt
Si el sol da laces tan poras...
MMJUAN.
Sol dijo otra ves, ¿qnées esto?
raiNcirc.
Quiero pues, deidad kermosa,
Pues fuiste en secreto «spMa
De don Juan (dfgolo presto),
Darle á él la muerte, y á ti
La mano de esposo fleK
doíIa coítmsa.
Luego ¿casada cm él
Está Sol?
PBÍIfCIPE.
misma á mí
>si lo estás?
DOÑA SOL.
osUnza son ;
I hay traición.
DONJOA?!.
amos mas. -
DOÑA SOL.
ii nombre el engaño !
las claridad
I verdad
el desengaño!
er arrebol
al sol nombra,
de la sombra,
oche alumbra el Sol,
PRÍNCIPE.
se galán...
COSTA?fZA. {Ap.)
perdiendo;
I don Juan defiendo,
o donjuán,
está casado?
DOÑA SOL.
3 ! Dios manifiesta
;Y, DON JAIME, NEBLÍ,
RiADos Con hachas.
PRÍ?(CIPE.
ué luz es esta?
REY.
teis avisado.
DOn JAIME.
descubierto
JO.
PRÍNCiPE.
Costanza,
y?
LVACOSTA.XZA.
La esperanza
I Juan (no acierto
¿Don Jnan?
RST.
DON JUAN.
Si me da Ucencia,
Señor, vuestra majestad
Para quietarme, es forzoso
Aun otro examen mayor ;
Que el que es verdadero bonor.
Siempre es muy escrupuloso. —
Costanza, no seas testigo
Contra la verdad, advierte
Que si doy á Sol la muerte.
Podré casarme contigo;
Dime, en fin, sin que la alteres.
Toda la verdad desnuda ;
Que á ti te importa.
DOÑA COSTANZA.
Sin duda
Probar mi nobleza quieres ,
Pues ocasión tan forzosa
Me estás dando abora aquí
Para levantar por tí
Un testimonio á tu esposa ;
Mas no, no lo quiera el cielo.
Yo hablé al Principe, el papel
Le escribí yo, mas con él
Puedes salir de recelo.
AUN DE NOCHE ALUMBRA EL SOL.
A decirlo ), á mi y 4 fnés
Nos hizo engañaros; to
Os hablé siempre, Sol no.
RET.
Carlos, ¿qué es esto?
príncipe.
El Rey es.
DON JAIIE.
Sol con donjuán está aquí,
A tiempo que dan los cielos
Tal desengaño á sus celos.
PRÍNCIPE.
Pues ¿Sol no me escribió á mi?
DOÑA COSTANZA.
No, Señor.
DOÑA SOL.
Esta es piedad
De mas alta providencia.
915
DONIAIIIB.
Señor, esta es la verdad.
NEBLÍ.
Costanza el papel me dio,
Y al Principe le di yo.
PRÍNGIPB.
Aquí está el papel, n^irad
Si la letra conocéis.
DONJUÁN.
EsU letra es de CosUnsa.
PRÍNCIPE.
Aquí resta mi venganza.
DON JUAN.
Ahora, aunque me matéis.
Pues ya todos sin contienda
Saldremos de tanto abismo,
Y quiere Dios que lo mismo
'^ue me ofendió me defienda ;
jne si allí Costanza eogtña,
tiendo Sol, Sol es aqaí y
Que desengaña ; y asi«
Lo que engaña desengaña.
PBÍNCm.
Y á mí el primer arrebol
Del desengaño me alcanta.
Pues hablando con Costanxa
Como si fuera con Sol,
Veo que también en ella
Es fantástico el plaeer.
Pues lo mismo ^ene á ser
Imaginarla ó tenella ;
Voy á casarme á Aragón.—
Dale á Coslansa la mano,
Don Jaime.
DON JAUB.
Yo soy quien gano.
BET.
Pues ea. pedid perdón
Al Senado.
pbímcifb.
Esoospromela
Quien suplir defectos sabe,
Porque la comedia acabe
I Agradecido el poeta.
».
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
)S MÉDICIS DE FLORENCIA,
DE DON DIEGO
<!,. \:-i,
DE ERGUO.
PERSONAS.
EL DUQUE ALEJANDRO.
COSME DE MÉDICIS.
LAURENCIO DE MÉDICIS
ISABELA , dama,
CEFIO, w padre.
LEONORA , criada.
JULIO, laeape. '
CLAUDIO.
OCTAVIO. •— AcoiPAifAuniTo.
ADA PRIMERA.
'ro müiiica y atabales y vo-
fingiendo gran fiesta,)
), muy viejo f medio des-
t la espada en la mano , t
, su hija , del mismo modo^
ole, Y LEONORA.
CEFIO.
a hermosa .
míe pueblo, fatigado
ibre ociosa,
go á sacudir osado ;
es la puerta ,
ios por mi mal abierta.
lerida .
xcusar de infame muerte
I vida ,
lonrado y burle de mi suer-
rao vencidos [te,
ue me tienen prevenidos.
a en la mano
rdor la sangre ardiente,
tenta en vano
ma el ánimo valiente.
aré voces,
índiré la puerta á coces.
ISABELA.
9r, ¿qué es esto?
)s levanta de la cama
fscompuesto?
qué valor, envidia ó fama,
so hado
ntomal precipitado?
Q que Florencia,
las bodas de su dueño,
ompetencia ,
bo y despertáis del sueño
a dormida,
olvido y de valor vestida?
CEFIO.
e Isabela!
». fiesta ocasionada
lima en vela.
ISABELA.
¿Por qué, Señor, la fiesta no os agrada?
CEFIO.
¿Por qué? Porque ha perdido
Su libertad mi patria. ¡ Estoy corrido!
Abre la puerta, y muera.
ISABELA.
No lo permita Dios. Dejad tal hecho,
No salgáis allá fuera,
O abriréis vos la puerta y yo mi pedio,
Si la mar de mis ojos
Se atreven á pasar untos enojos.
Si ese tronco desnudo
De la villana muerte es derribado ,
¿Quién servirá de escudo
En la prolija guerra de mi bado?
Vuelva al clavo la espada , [da.
O en mi pecho, Seítor, quede envaina-
CEFIO.
¡Oh amor, (^ué no has podido!...—
No llores, bija, mas, suspende el lian-
Que me has enternecido. [to:
¡Tanto puede el amor y el amor tanto!
ISABELA.
Dame , padre, las manos.
CEFIO.
¡ Oh Médicis ! Oh patria ! Oh dudada-
ISABELA. [nos!
Descansa aqui conmigo.
¿Qué nuevo mal ahora te desvela?
CEFIO.
¡ Ah Alejandro enemiffO ! —
Ah, si fueras varón', bija Isabela!
ISABELA.
De varón tengo el pecho.
CEFIO.
Oye mi mal.
ISABELA.
Ya , padre , lo sospecho.
CEFIO.
Guillermo de los Opasos,
Tu abuelo, amada «abela ,
De la casa de los Pazos
Lustre y honor ▼ cabeza ,
Casó con nieta de Cosme
De Médicis. que en Florencia
Llaman padre de la patria ,
Padrastro mejor dyeran.
Murió con este renombre,
Y por sus ffrandM riquezas.
Sus dos hijos , Cosme y Pedro »
Su nombre y lugar heredan.
La humildad , que encubre fallas.
Fué causa de que pudieran.
Siendo los pies de su patria.
Ser de su patria cabezas.
Casaron ilustremente,
Y destos dos, en Florencia
Quedaron Laurencio ¥ Julio,
Gente liviana y soberbia ;
Los cuales, des^aneddCNi
Con sus ofidos y roitu,
Desestimaron JDOtí sangre, .
Que es la mejor de sus f eiias.
Agraviaron á mis deudos .
En el honor y en la badenda,
Sin ver que la sangre noble
No sufre ninguna aftanta.
Determinaron los Pazos
De matarlos, aunqu^fbera
Solos, sin armas, dühnimido.
En d Seba^ ó la iglesia ;
Y juntando sus amigos
Y hasta mil hombres de guerra ,
?ulsieron vengar su igrario
liberur á su tierra.
Y un domingo, dé mañana.
En ReparaUJa Itella ,
Donde dios ii)aa á misa ,
Aguardaron á la puerta,
Y entrando los dos hermanos ^
Pagó Jnlio su soberliia ,
Y se les libró taurendo.
Sin que maurlo pudienm.
La gente vulgar 7 ^Ableí
Atrevida, loca jrH' %.
Viendo á Mío y«k ^Ma^
Tp niw .
216
Y murieron sin defensa.
Ño quedó Pazo en Italia ,
Reliquia antigua de Grecia,
Sino fui yo, que por niño
Me libré de su fiereza.
Creci , y conmigo el enojo,
Y aunque solo y sin hacienda,
Por Italia y por el mundo
Resucité mi nobleza.
Hizome la Señoría
Dictador, por ser quien era.
Pensando aplacar mi furia
Sin otras tantas cabezas.
Entonces Carlos Octavo
Pasó á Italit á hacer guerra,
Y ganando ¿ Loca y Pisa,
Llegó á cercar á Florencia;
Al cual fué con embajada
Pedro de Médicis, que era
Hijo del difunto Julio,
Desgraciado por herencia.
Tratóle medios de paz,
Y quiso mi suerte buena
?ue le engañase el francés
nos dejase sin fuerzas.
Dióle á Pisa y á Liorna,
Petra-Santa v Cerecena,
Que son las llaves de Italia ,
Con que abrió á su mal las puertas.
Volvió contento al Senado;
Mas cuando entendió Florencia
El concierto de las paces,
Rabiaba de enojo y pena.
Echóle la Señoría
Afrentosamente fuera,
De donde tomé ocasión
Para humillar su soberbia;
Y si no vengué mi agravio
En quien me hizo la ofensa ,
En itn me vine á vengar
En toda su descendencia ,
Pues por lo que hizo Pedro
Los desterré de Florencia,
Publicando por traidores
Los que fueron padres della.
Saqueáronles las casas,
Y de sus soberbias puertas
Hice borrar los escudos.
Honrados de armas ajenas;
De las calles y las plazas
Quité sus estatuas bellas,
Que las temí , por ser tantas,
Aunque eran bultos de piedra.
Quise hacer derribar
Las suntuosas iglesias
Que hizo Cosme el Primero,
Porque su nombre muriera;
Pero por santas y muchas ,
No ejecuté mi sentencia ,
Olvidando yo su a|;ravio,
Y los Médicis su tierra ;
Hasta que, por mi desgracia ,
Carlos Quinto, de quien cuentan
Que ha de sujetar al mundo.
Y otros mil mundos que hubiera,
Quiso vengar este agravio,
Haciéndonos cruda suerra
Por contemplación oel Papa,
Sangre desta gente Oera.
Sujetónos , como sabes ,
Y es tal mi fortuna adversa ,
Que dio á Alejandro de Médicis
El estado de Florencia;
Y por atarnos las manos,
Y que nadie no le ofenda.
Le casa con Margarita,
Hija natural del César;
Que sin duda quiere Carlos
Levantar á las estrellas
Esta casa, pues la funda
Sobre tan preciosa piedra.
Mañana ha de entrar triunfando
DIEGO XIMENEZ DE ENCISO.
Con Margarita en Florencia ,
Dejando asolada Italia
Con tantos gastos y fiestas.
Ya perdió la libertad
Mi amada patria, mi tierra;
Ya los Pazos se acabaron ,
.Ya los Médicis comienzan.
Palacios vive Alejandro,
Yo una casilla pequeña ;
En humilde lecho duermo,
Él duerme en cama de seda ;
En su mesa sobra todo.
Todo me falta en mi mesa ;
É 1 viste brocados ricos ,
Yo visto una pobre jerga;
Él manda todo un ducado.
Yo no le tengo de renta ;
Con hija del Rey se casa,
A ti un villano te espera;
A él le sirven, yo me sirvo ;
De mi huyen , ¿ él se allegan ;
Él es señor, yo vasallo.
¿ Tengo razón , mi Isabela?
¿No es esta bastante causa
De mi enojo y de mi pena ,
De ver que, cuando yo rabio.
La ciudad les hace fiestas?
¿ Para qué quiero yo vida ,
Sí ya murió mi nobleza?
Para qué son estas canas , {Mésase.)
Si el pueblo no las respeta?
Para qué alcancé mis armas.
Si no he de vengar roí afrenta?
Toma allá la vil espada, {Arrójala,)
Dame , Isabela , una rueca ;
Yo me rindo á la fortuna ,
Pues lo ha querido mi estrella.
Mas ¿quién na de ser valiente
Con tanta edad y pobreza?
¡ Ah , mi Isabela querida !
Si valiente joven fueras ,
Libertaras á tu patria
Y tu nombre engrandecieras;
Mas , ya que no quiso el cielo
Sino hacerte flaca y hembra ,
Persígnelos con las armas
Que te dio naturaleza.
Maldice al duque Alejandro;
Di , como yo, mi Isabela ,
Que de su estado no goce
Y que mal logrado muera ;
Que su mavor enemigo
Sea gran duque de h lorencia ,
Y le mate á puñaladas
El amigo que mas quiera.
Más te quisiera decir;
?ue estoy rabiando de pena ,
pues me faltan las manos.
Quisiera tener mil lenguas. ( Yase.)
LEONORA.
Fuese llorando.
ISABEU.
Leonora ,
Muy viejo está ; cada día
Por cualquiera cosa llora.
LEONORA.
Graciosa melancolía
Es en la que ha dado ahora.
ISABELA.
Son reliquias del valor
De aquel pechazo famoso ;
Mas ¿qué importa, si el rigor
De haao mas poderoso
Sujeta esfuerzo mayor?
Este enojo envejecido
Con los Médicis me tiene
Sin hacienda y sin marido;
Y así , Leonora , conviene
Que cobremos lo perdido.
Uno dellos Jit de ser
Mi esposo.
LEONORA.
¿Casarte quieres?
¿Estás loca?
ISABELA.
¿Qué he de hacer?
Las que son nobles mujeres
Algún dueño han de tener.
Mi padre se va acabando.
Quiero quedar con marido.
LEONORA.
¿No ves que le está adorando
El Duque?
ISABELA.
Si está perdido,
Yo también.
LEONORA.
¿Estás soñando?
ISABELA.
Ríen despierta estoy, Leonora.
Esto ha cíe ser; el consejo
No se hizo para ahora.
LBONOIA.
¿ La vida de on padre iriejo
Has de aventurar. Señora?
ISABELA.
Pues ¿yo la aventuro?
LEONORA.
Si;
Que el Duque io ha de matar.
Si te casas.
ISABELA.
¿Cómo'? Di.
LEONORA.
Porque en él se ha de vengar
Del casamiento y de ti;
Que los enojos pasados
De hijos , padres y abuelos.
Por tu amor disimulados.
Por tu desden y sus celos
Han de quedar castigados.
ISABELA.
El Duque es un gran señor;
No hará una cosa tan fea.
LEONORA.
A mayor poder, mayor
Peligro; y cuando no tea.
Soltera estarás mejor.
Yo, Isabel , no me casara,
Y lo que tú no recibes
Del Duque , yo lo toflura;
Que eres muy necia , pues vives
Pobre con tan buena cara.
ItkMELk.
Yo no me he de obligar;
Que el menos valiente amor
Vence al mas bravo Interés,
Cuanto mas que tengo honor,
Y el Duque casado es.
No se ha de casar conmigo ,
Aunque nol leu me sobre;
Y así , mi Leonora , digo
?ue quiero marido pooro,
no poderoso amigo.
Cosme de Médicis rué
La inquietud de mi soaiWD»
Y á quien doy la mano y fe.
LBORORA.
Bien pintan al amor ciego.
Pues tantos daños no ve.
Cosme, un hombre ab<MTecido
Del Duque, y tan desgraciado.
Tan pobre y tan abatido ,
¿Puoo ocupar tu cuidado,
Y mano y fe le hu rendidot
» mucho mejor
Laurencio casaras,
ibipn te tiene amor,
at Duque, ; mafldans
) esto no se hiciera,
-lia le ti a de estaüo
ui]iie amaro y que diera,
I lu honor ofendiera!
un que á su disgusto
SI;
mor no hay caso injusto,
lias, ¿qui^meva i mí
i~[o ó su disgusto?
(]ue es enemigo
leel Duque cruel,
( (iriva, yo digo
-no prive conmigo,
ece mejor
lu'tue ignora su amor, '
iesliacer su hecimra
II 11' le es traidor.
■ ps peligroso;
u!go no iia de creer
lomlire tan poderoso
;on prelender.
erini honor perdido,
mueran padre 6 madre,
1 ; y si, ofendido,
I Duque i mi padre,
gaá las doce á vt
de hahlarie has jiensado?
rdin le lie de hablar.
placa mi llama;
: ser lüdu penar.
) puestos los ojos
rucio. ^Quc he de hacer
tcar mis enojos,
iife de mis di^.-^pojosí
despreciado,
nisnia me he olvidado.
I brazo apercibe,
guna Uaia, amor ,
lorfia proiiieie
I este billete
placar tanto ardor.
;scribe en él
LOS UÉDICIS DE FXORENCIA.
\ Cosme que venga i casa;
Vo quiero dar el papel
A Laurencio, pues se abrasa
tln el hielo de Isabel.
Vendrá i verla, y yo, vestida
Con sus ropas, ayudada
De la noche, tendré vida.
Pues que vendré i ser gozada
l)e quien jamás fui querida.
Alto, yo me determino.
Mas ¡ay Dios! Cosme se ha entrado
ICn casa, y viene mohiuo ;
Mas i quién licencia le lia dado
Para tan gran desatino!
Pero si dueño ha de sor
lie todo, bii'n puede enlmr.
1^1 es, quiérome esconder;
Que si me ve , le he de dar
Él papel que no ha de ver. [VaM.)
Entran COSHB v CLAUDIO, eríaio.
Déjame , Claudio, no me des consejo;
(Jue quiero bien y estoy deleruinaJo.
Ut-jüine CQlrar, y muera.
Ya te dejo.
E\\ casa de Isabela le has entrado.
Sin respetar áCeúo, In enemigo,
Al necio vulgo ni auu al Duque airado.
¿Qué pretendes aquir
Que seas teslrgo
De la lealtad de mi hidalgo pecho ;
Verásme batallar á mi coaroigo,[cho,
Verisme, en fuego y ligrimas dcshc-
Vcncerme á mi, que es la mayor Vitoria.
Ko pongas el valor en tanto estrecho.
Véncele a hora en no emprender tal gto-
Noveasá Isabel, ¡10 inleniesianto; [ria.
Harto b a ras de vencer á la '
Vele; que sale! sosegar mí llanto
Mi querida Isabel.
ISABELA.
Cos me, iqué es esioT
Conjusta causa mehasmovidoápena.
No Iccscríbiqueenpübiicoy tanpres-
Si le vieron entrar, si, maldispueslo
lili padre, noestuviera recogido.
Fuera hoy tu lin.
Pluguiera i Dio», Señora;
Quemayormal mi liado ba prevenido.
^i tuse papel tuyo, ni esta es hora
Dcsospechar,aunqueeslademiinuer-
isABEM. íie.
Vo acabo de escribirle con Leonora ,
Yno te hubodehallar;pero ¿qué suerte
Tan adversa le obliga i inmenso llanto?
i Que mayor mal (¡ab cielo!) qae per-
la abei*. ( derte?
¿Perderme i ml7 ¿Qué cansa puede
COSME. [lanío?
Hi desdicha, que puede lo imposible,
V hechoáianlos males, nome espanto;
No te merezco yo.
Í17
ISABEt-A.
Va HSlás terrible.
Ya tu rabioso enojo has declarada ;
Advierte que al amor todo es posible.
Sin duda, dueño mío, le has cansado
De pretenderme, viendo mi dureía,
Y esiás y» do esperar desesperado. '
Si mi papel leyeras , tu aspereza
Trocaras en favor, y te juígaras
Por digno ducQo de mayor nelleía.
Las glorias del amor siempre son caras;
Va se acabó el rigor, yasoyluesposa.
i Oh, qué bien que te piulan con dos
Fortuna vil, ahora tan piadosa.
Cuandoesfuerzaperder eidueiíomio!
Va llegas larde, rol Isabela hennosa.
Vo, que aumento con lágrimas el rio;
Vo, que ablandé esos montes sospi-
Vo , que tlTl muriendo, ardiendo en
[frió;
Yo, que gasté diez ahoi deseando ;
Vo, que fui ejemplo i iirmes amadores;
Y yo, que te be vencido porliindo ,
So te puedo gozar. ¡Tristes amores!
¿Que no he de ser lu esposo? Nolocreo.
Y ¿que he de malograr tantos favores!
Que be de huir cuando rendido veo
El mármol que ablandé! iPierdoelKn-
Oye, Isabel, el Un de mi deseo. [Ildo!
Cosme, ¡estás loco!
Si;qaetebepcrdldo.
(4 lodo ette romanee ha ií etter Isa-
bela alentltima á Cosme, hacieudo
grande tenlimitnto at fin deil.)
Ya sabes, bella Isabela,
Y escúchame , aunque lo sabes ,
Cómo me dejó mu^ pobre
Juan lie MáJicis, mi padre.
Aquel capitán famoso
Que, entre mil hechos notables,
Dio la vida por la Iglesia ;
Mas ¿quién por Dios es cobarde T
Por lo cual mi madre triste,
HariadeSalviaiis,
Üesde Florencia, mi patria.
Cuando persiguió mi sangre.
Mandó al capitán Oloa
Mas Otón, compadecido
De una inocente y un ángel ,
No ejecutó la sentencia;
Tiempo habrá en que yo le pague.
Allí estuve hasta que el Papt,
Hi lio, mandó llevarme
A Roma con Alejandro,
ti gran duqne, que Diosgiurde.
Allí fui tan estimado
Y me Mee tan amable.
Que fuera señor de Italia,
A no ser noble mi sangre.
Serví al Duque, aScionúne
Su condición siempre afablet
Su gah y entendí miento.
Su valor, grandeza j lallei
Y al paso que me iDclioé,
Por mi estrella y por sos parles,
A amarle, me aborrecía
248
Con festines y con versos ,
Con ser su tercero infame ,
Le ganó la voluntad.
Yo, con decirle verdades.
Con darle buenos consejos
Y estorbarlo muchos males ;
Con pretender toda Italia
Kn Florencia coronarme.
Quise ser mas que gran duque,
Ser del Duque amigo grande.
Con librarle de la muerte,
En el campo y en la calle.
Dos veces, que dos traidores
¡Ay Dios! quisieron malarle ,
Me aborreció con extremo;
Y tanto Laurencio vale ,
Que él vive soberbio y rico,
Y yo pobre y miserable.
En fm, asi pasé en Roma,
Hasta que guerras y paces
Hicieron duque á Alejandro.
¡Plega á Dios que el mundo mande!
Venimonos á Florencia,
Donde para tantos males,
Mi Isabela, te vi un día ,
Y muchos rondé tu calle.
Sirvióte el Duque también,
Y quiere amor que no basten.
Para rendirle á su ruego,
Interés, fuerza ni arte;
Y que pueda mi pobreza.
Premio de un dichoso amante ,
Y mi verdad ó mi ruego
O mi ventura ablandarte.
DíjoJe mi amor Laurencio,
Y que era maldad notable
Que yo sirviese á su dama ;
Y tú,* mi Isabel, bien sabes
Que no le ofendi jamás.
Dijole que me matase,
O me echase de Florencia,
Para que á su amor te ablandes.
Parecióle bien al Duque;
En fin, me llamó esta tarde ,
Y encerrado en su aposento,
C'On bien airado sembl:mie,
Me dijo aquestas palabras :
«Cosme, los que son mi sangro
Jamás hicieron traición,
Y las vuestras son tan grandes.
Que os destierran de Florencia.
Partios luego, y esto baste. >
Yo le pregunté la causa ,
Y él, aunque prudente y grave.
La dijo ; porque los celos
No guardan secreto á nadie.
Neguéle nuestros amores ,
Dije que estaba ignorante
De los suyos ; snpliquéle
Que en Florencia me dejase.
Representé mis servicios
Y el deudo de nuestros padres ;
Dijo que no. Repliquéle,
Y ya enojado y afable ,
Dijo : «Cosme, partios luego;
Lo que pedisno es tan fácil,
Que no me importe la vida.
Pues sois causa de mis males.
Isabela os quiere bien;
Yo la adoro, y sus crueldades,
Sus desdenes, sus rigores.
Del amor que os tiene nacen.
Yo estoy rabiando de celos ,
Y aunque me ponéis delante
Mis grandes obligaciones.
Mis tormentos son mas grandes.
Cosme, primo , amigo, muero ;
Que una pasión tan notable
No es amor. Dios me castiga ,
Pues me da la muerte un ángel.
Si es verdadera amistad
La vuestra, si sois mi sangre ,
DIEGO XIMENEZ DE ENCISO.
Lástima os dé ver que muero ,
Dad remedio á mis pesares ;
Ahora, ahora es el tiempo
Que, con prudencia admirable,
Ganéis el primer lugar
De los amigos leales.
Venceos vos , que yo no puedo ;
Primo, amigo, remediadme.
Dejad , dejad á Isabela ;
Partios al punto, ó matadme.»
Dijo; y echado á mis pies,
Siendo sus ojos dos mares,
É\ quedó mudo, yo loco
Entre mil ansias mortales.
La amistad que tengo al Duque,
Y tu amor, contrarios grandes.
Empezaron la batalla,
Y el amor vencido sale.
Bien sé, Isabela querida.
Que la vida ha de costarme;
Pero al Duque he prometido
No verte jamás ni hablarte.
Muera yo, y el Duque viva.
Pues con morir y dejarte.
Seré ejemplo de amistad
Y ejemplo seré de amantes.
Mira si tengo razón
De sentir tantos pesares.
Pues me destierran de Italia
Cuando pudiera gozarte.
Quédate , Isabela, á Dios ,
Pues son tantos mis pesares ;
Que tuve el bien solamente
Porque sienta mas dejarte.
ISABELA.
¡Cosme, Cosme ! Apenas puedo
Hablar. ¿Cómo? ¿Que toparles?
¡Turbada estoy! ¡Muerta estoy!
¿Qué es esto? No puedo hablarte.
¿La causa tu primo el Duque?
¿Tú partirte? Tú dejarme?
¡Cosme, que muero de amor!
COSMF..
Ahora, ahora, pesares.
Ahora, ahora es el tiempo
De embestirme y de matarme.
Ea, que Isabela ílora;
Ea, memoria , acordadine
De tantos perdidos bienes.
De tantos ganados males.
Amor, que pierdo á Isabela ;
Desden, que llegó á rogarme ;
Celos, que pretende el Duque,
Y es enemigo muy grande.
Tiempo, la ocasión se pierde ,
Rigor, que he dejado á un ángel ;
Olvido, ciue ya me ausento ;
Ahora, ahora, pesares.
ISABELA.
Cosme, si el amor (¡ay cielos!).
Si la lealtad, si la sangre,
A una mujer... ¡Ay, no puedo!
Av, Cosme, no puedo hablarte!
¿Oue me olvidas? Que me dejas?
¿Tú partirte ? Tú olvidarme ?
¿Para qué quiero yo vida?
¡ Loca estoy !
COSME.
Soy de diamante.
Mal haya la boca, amén.
Mal haya la lengua infame
Con que prometí á mi primo,
Querida Isabel , dejarte;
Mal haya la vil estrella
Que fue causa de inclinarme
A quererle mas que á mi ;
Mal haya el traidor cobarde
Que dijo nuestros amores,
C^usa de lodos mis males ;
Malhaya...
ISABELA.
Delenle, Cosme,
No des palabras al tire.
Yo sola lengo It culpa.
Yo no me quejo de nadie,
Yo ocasioné mi desprecio;
Porque , llegando & rogarte ,
Diste principio á mi olvido,
Propia condición de amantes.
¿Para qué vanos discarsos?
Para qué extremos tan grandes?
Para qué lágrimas falsas?
Que no podrás engañarme.
¡Oh falso, oh ingrato, oh cruel!
¿Qué amistad , lealtad ó sangre
Obliga á un amante noble
A una hazaña lan infame?
¡Venganza, cielos, venganu!
C08HI.
¡Venganza, cielos, maUdBie!
ISABELA.
¿Yo no soy también tn prima?
Yo no d^Jo por amante
A un gran duque de Florencia,
Señor de mil voluniadesT
Y cuando tú me repliques
Que no pudiera casarme
Con el Duque, Cosme mió,
Cosme del alma, ¿lá sabes
Que Laurencio, so privado.
Conmigo quiere casarse?
COSME.
¿Qué dices?
ISABELA.
Lo que me debes.
Lo que dije ; no te espantes.
Pregúntalo á mis criadas,
A las rejas de esa calle,
A esos muros de mi casa ,
De mi duro pecho imagen.
Mas rico que tü es Lanrendo,
El priva y nunca privaste,
É\ me busca y tú me dejas ,
l'l es firme y tú eres rácil ;
Y con todo, á tí le adoro.
Tu pobreza me es amable.
Tu desprecio es el que eslimo,
{Vgseáarrojir.
A tus pies qniero arrojarme.
COSME. (Tiénela.)
¡Prima!...
ISABELA.
Aqui be de dar la vida,
O la palabra has de darme
Y la mano de mi esposo.
COSME.
¡Señora!...
ISABELA.
¡Qué! ¿Estás cobarde?
¿Quién tiene imperio co las almas?
COSME.
¿ Qué be de hacer fo contra un áng<
Qué es esto? Cuando i Ltnrencio
Da el Duque Unios lugares,
Sin tener yo en toda Italia
Ni aun tierra para enterrarme ;
Cuando le lleva i palacio,
Y á mi manda desierrama
De Florencia ; lél , an inidor,
Y yo, ejemplo de leales^
Su misma dama pretende;
Cuando yo, por no enojarte ,
Mi dama dejo y mi vida.
:Ah monarcas mlserablOB,
Los que elegís mal prifadol
Callen los romanos, eálloD
Los griegos, y no celebren
Tantas nobles amistades;
nía es la mayor,
n príncipe tan amable
Ja un mayor amigo!
•s, aue be de matarle,
ue na de hacer ofensa,
• yo? i Que esto pase !
(Quiere irse.)
atar á Laurencio;
en que ahora repare
Duque me ha obligado,
iiigo, y esto baste.
ISABELA.
mi bien, ¿que me dejas?
COSME.
ue es fuerza dejarte ,
y ruego á Dios
?nemigo me mate
dé venganza al Duque,
lueracomo infame ,
^s dueño del alma ;
; no puedo darte
de casamiento ,
y de no casarme
me des tú licencia,
on es mas grande
onorque del gusto;
implido con dejarte,
iré, mi Isabela,
stro amor con matarme.
ISABELA.
,no tiene remedio?
íes á mi padre. —
jeñor!...
COSME.
¿Qué das voces?
lieres que me maten!...
e mataré yo.
( Va á sacar la espada.)
ISABELA.
losme, y no me acabes;
1 punla'á mi pecho,
'ás tantos niales,
me! ¿qué haré sin ti?
paz y no le cases,
iior mi tormento.
COSME.
de pasar tus umbrales?
un rayo para un triste?
ISABELA.
'osme ; Dios te guarde.
COSME.
abel. mas que á mí.
e quediis?
ISABELA.
¡Qué! ¿Te partes?
{\anse.)
rVrRKNCíO, de noche, muy
, T JL'LIO , su criado , con lin-
JULIO.
ás, Laurencio, espera.
LAURENCIO.
f)y; que, á no estar loco,
tuviera en poco
) amor ofendiera,
tiene el contento
I ventura mía ,
p amor en un día
íglosde tormento,
posible que Leonora,
dio este papel ?
tosible que Isabel
a, busca y adora?
Jí aquel imposible,
:il de vencer?
i
LOS MÉDICIS DE FLORENCIA.
iOh amor ! grande es tu poder,
Todo á tu imperio es posible.
Vuélveme, Julio, á alumbrar;
Que pienso que estoy soñando.
JULIO.
Laurencio, estás deseando,
Y eso te hace dudar.
YA papel es de Isabel ,
Y me lo dio su criada ;
No es tu ventura soñada.
LAURENCIO.
Oye« mi Julio, el papel.
{Lee.) « Pudo el tiempo y el amor
»Dar iin á tantos enoios;
»Vos me rendís mil uespojos,
» Yo os confieso vencedor ;
• Esta noche de mi amor
«Triunfaréis en mi jardín ;
»Ved primero que es el fin
»EI casamiento tratado ;
«Mirad que hay árbol vedado,
»Y es mi honor el serafin.»
JULIO.
¿Creerás que ya estás despierto?
Creerás que Isabel te adora?
LAURENCIO.
Creeré que pudo Leonora
Darme vida, estando muerto.
JULIO.
Y no creerás que has perdido
I juicio?
LAURENCIO.
Sí lo creo;
Mas ¿quién cumplió tal deseo,
Que le quedase sentido?
j Yo tu esposo ? El seso es poco ;
Loco estoy ; j que he de gozarle !
JULIO.
Bien haces, si has de casarte,
En haberte vuelto loco;
Que así disculpa tendrás
De hacer tan grande locura.
¿ Casarle llamas ventura ?
Adelante lo verás ;
Dime, ¿cómo no reparas
En que el Duque, mi señor,
La tiene á Isabel amor?
¿ Ya se nace con dos caras?
No lo aprendiste de mi ;
Jamás requebré tu dama;
No hay gusto como la fama,
Muy á lo viejo nací.
Mira que aventuras mucho,
Y que al Duque debes mas.
LAURENCIO.
Vive Dios, que loco estás ,
Y aun yo lo estoy, pues te escucho;
Mas me debo á mi que á él.
No quiero morir de amor,
Y mas quiero ser traidor
Que perder á mi Isabel.
JULIO.
Es resolución de amante,
Pero no de caballero.
LAURENCIO.
Calla, y mira, majadero.
Que viene gente.
JULIO.
Un gigante
Mas largo que una esperanza
De corle me ha parecido ;
Paga de tramposo ha sido,
Concertadme esta mudanza.
Temblando estoy de temor,
Y vengo acá por valiente.
219
Salen CLAUDIO v COSME.
CLAUDIO.
Sin duda que es esta gente.
COSME.
Dos son.
CLAUDIO.
Tanto que peor.
COSME.
Ellos son.
JULIO.
Mírenlo bien ;
No nos den por dar á otros.
LAURENCIO.
¿Qué es esto? ¿Quién sois vosotros?
COSME.
Escuchad, Laurencio.
LAURENCIO.
¿A quién?
COSME.
Cosme, vuestro primo, soy.
LAURENCIO.
¿Qué queréis?
COSME.
Vengo á buscaros ,
Yaparte quisiera hablaros.
UURENGIO.
Empezad ; que ya lo estoy.
COSME.
Estoy, Laurencio, ofendido
De vos.
LAURENCIO.
¿De mi?
COSME.
De VOS, Si.
LAURENCIO.
Pues ya me tenéis aquí.
COSME.
Desterrado y perseguido,
Por vos, salgo de Florencia,
V.i\ el campo os quiero hablar;
Que allá os he de preguntar
Si os dio Alejandro licencia
Para pretender su dama.
LAURENCIO.
¿Soissu tulor?
COSME.
Soy SU amigo.
LAURENCIO.
Pues desde aquí , Cosme, os digo
Que tanto el Duque me ama ,
Que os quitó á Isabel á vos
Solo por dármela á mi ;
¿Queréis mas?
COSHE.
No és para aquí.
LAURENCIO.
Es mi mujer, vive Dios.
COSME. (Enojado.)
Salios, en siendo mas larde,
A Miraflor, gran traidor.
LAURENCIO.
Yo os aguardo en Miraflor.
COSME.
Adiós pues.
LAURENCIO.
El clek» os guarde.
(Yanse Cosme y Claudio,)
JULIO.
¿Qué es esto?
LAÜRBKCIO.
Obra de pariente;
No quiere mas de matarme»
Y paró en desafiarme.
JOLIO.
¿Y qué has de hacer? Que es valiente.
LAÜRRRCIO.
¿Qué? Gozar á mi Isabel
Mientras él está al sereno.
JULIO.
Como hidalgo, que andas bueno.
LAURENCIO.
Así he de vendarme del;
Porque yo he de publicar
Que sali y él no salió.
JULIO.
Lo mismo me hiciera yo,
Mas bien tienes que pensar.
Considerar que Isabel
Te llama para casarte,
Tu primo para matarle ,
No sé cuál es mas cruel ;
Elige el riesgo menor,
O salir desafiado,
O muerto, ó salir cisado;
Que no sé cuál es peor.
LAUaENClO.
Gracioso estás, oye un poco ;
Que han abierto aquel postigo
Üe Isabel.
JULIO.
Dios sea conmigo.
LAURENCIO.
i Ay mi Julio, que estoy loco!
JULIO.
Por Dios, que es bien menester.
Sale LEONORA.
LEONORA.
¿Es Laurencio ?
LAURENCIO.
El mismo soy;
Rato há que aguardando estoy.
LEONORA.
¿Sabéis lo que habéis de hacer ?
La puerta se quede abierta,
Porque podáis fácilmente
Salir, si mi padre os siente ,
Sin que oiga que abrís la puerta ;
¿Traéis criado?
LAURENCIO.
Y muy fiel.
LEONORA.
Pues quédese aquí aguardando,
Y entrad , y os iré guiando ;
Que está oscuro.
LAURENCIO.
Mi Isabel ,
¿Cuándo be de poder patrar
Tanto amor?
LEONORA. (Ap.)
Bien lo he engañado.
LAURE.fCIO.
Guarda, Julio, con cuidado
Esta puerta.
iVan8f.)
JULIO.
Hombre á la mar.
Entróse , pero yo quedo
CiOn notable riesgo aqui ;
Pero ¿qué se me da á mi?
Animo, que todo es miedo.
Luego veinte han de venir;
Pero ¿no bastarán dos?
iQué digo dos? Vivo iMos,
Que de uno piensa huir.
DIEGO XIBIENEZ DE ENCISO.
Parece que tiene gente;
Miedo les quiero poner.
Pues ellos no han de saber
Si soy gallina ó valiente;
Pongo la capa á lo bravo,
Y sueno espada y broquel.
Sale EL DUQUE, muy galán, v OCTA-
VIO, tuertado, de noche.
DUQUE.
Aquí vive mi Isabel.
JULIO.
Bueno va, la industría alabo.
DUQUE.
Aquí vive la belleza
Que adoro, y yo muero aquí.—
Octavio, yo me perdí.
OCTAVIO.
Mucho quiere vuestra alteza.
DUQUE.
Resístese y es hermosa.
OCTAVIO.
Escribirla.
DUQUE.
No me escribe.
OCTAVIO.
Regalarla.
DUQUE.
No recibe.
OCTAVIO.
¿No es pobre?
DUQUE.
No es codiciosa.
OCTAVIO.
¿ No es mujer?
DUQUE.
Y necio vos.
OCTAVIO.
Olvidarla.
DUQUE.
Es fuerte el gusto.
OCTAVIO.
Forzarla.
DUQUE.
No será ju.<Uo.
OCTAVIO.
Pues encomendarse á Dios.
DUQUE.
Octavio, no bailo medio
Para remediar mi suerte ,
Y entre la vida y la muerte ,
El morir es mi remedio ;
Cada noche vengo aqui ,
Y aun no me ha querido hablar.
OCTAVIO.
Fuerte cosa es porfiar
En lo Imposible.
DUQUE.
i Ay de mi !
OCTAVIO.
Muy bueno está vuestra alteza
Para tralar de casarse.
DUQUE.
Mujer que puede mudarse
Es mi mal.
OCTAVIO.
Brava dureza.
DUQUE.
Vamos ; que estoy con disgusto.
OCTAVIO.
¿Falta Laurencio?
nOQIMC.
fío es eso;
Aunque vo, Octtvio, eoafleso
Que sin él no teogo gusto ;
Débele grande amistad,
Y estimóle mas que á mí ;
Pero ¿ no está un hombre alti ?
jouo. {Ap.)
Ya me vieron.
DUQUE.
Esperad ;
Que me cuesta ya cuidado.
Porque no alcanzo ft qué fin
En la puerta del jardín
De Isaliel está parado;
Mucho holgara coDocelle.
0€TaflO.
Buen talle tiene.
JULIO. (Ap.)
„ . , Aqui es ello;
Colgado estoy d« aa cabello.
DUQOB.
Llegad á reconocelle.
JULIO. (Ap.)
Acabóse la roarafia ;
El diablo me trajo aquL
OCTAVIO.
¿Caballero?
JUUO.
¿Dice á ni?
OCTAVIO.
Sí.
JULIO.
Pues pienso q«e se «igaoa.
Porque no soy caballero.
OCTAVIO.
¿No es caballero?
lUUO.
No, á fe.
OCTAVIO.
Pues ¿quién es?
JUUO.
Yo no lo sé.
OCTAVIO.
Será algao gran miijadere.
JUUO.
Por Dios, que me conoció;
Pero aunque es gran barbarisnio
No conocerse á si mismo.
No soy el primero yo.
OCTATIO.
Él es loco.
JUUO.
Dice bien ;
Pues sirvo sin ser premiado.
ODOUB.
Octavio, ¿quién es?
OCTAVIÓ.
Hadado
El hombre en no decir qaiéa •
Y parece hombre de bamor.
Que acaso se paró alU.
JUUO. (Ap,)
No va muy malo basta aqnli
Si saliera mi sefior.
OGTATla
Dice que es nn meadero,
\ dice verdajd el boonbfa.
auooB*
Haced ([oe diga sv nombre.
(Kif^/veOelMa dirifo.)
OCTAVlp.
Majadero ó caballas«^
<^ .«.«.> « .^.1
do lo paede ser,
>os que me digáis
sois ó cómo os llamáis,
i i o quiero saber,
saféis UD enfado.
JDLIO.
de muy buena gana;
)r cosa tan liviana
llera enojo es pesado.
, para éntrelos dos,
y snstre; mirad
'uedo decir verdad.
OCTAVIO.
iréismela, por Dios.
JULIO.
;, escuchad un poco ;
áunque es mi oílcio mentir,
erza lo he de decir,
que tengo de loco.
OCTAVIO.
ecid el nombre.
JULIO.
¿El nombre?
or Dios, que lo he olvidado ;
)o estar bautizado.
OCTAVIO.
es que te mate, hombre?
JULIO.
cierto.
OCTAVIO.
El nombre di.
JULIO.
¡os, que va de veras;
me ha metido en quimeras?
llamo don Piali.
OCTAVIO.
re de moro y con don?
JULIO.
nes en Berbería.
OCTAVIO.
» loco y desvaría.
JULIO.
los I oníbres lo son,
no por su camino.
I»ÜQÜE.
'■ quién era?
OCTAVIO.
Si;
a don Piali.
DrtíUK.
otable desatino!
)y de muy buen hn¡uor
•curas; echitdlo
esa puerta ó matedlo;
todo celos amor.
OCTAVIO.
omhre, sastre ó poeta,
J la calle al punto,
la.
JULIO.
Todo junto,
ífior estafeta,
gran confusión estoy,
er lo que he de hacer;
íes me dan á escoger,
da que ya me voy. ( Vase
OCTAVIO.
lé.
DUQUE.
Ya me ha pesado,
, que se haya Ido
erle conoddo ;
on grande cuidado,
al panto Iras él,
dio ó traedlo aquí.
LOS MÉDICIS DE FLORENCIA.
OCTAVIO.
Yo voyr
DUQUE.
Yo no estoy en mi,
¡ Oh celos de amor cruel!
;, Si era galán de Isabela,
Mas venturoso que yo?
/Si fingió ser loco ó no?
Mas sí ; que amor es cautela.
Quiero llegarme al postigo.
Quizá podré averiguar
Mis celos; que mi pesar
Hoy ha de acabar conmigo.
Vive el cielo, que está abierto.
Cierta mi sospecha ha sido;
¡ Que no hubiera conocido
A quien de celos me ha muerto !
Que haya auien goce el favor
Que no pude merecer!
Mas fué elección de mujer.
Que apetecen lo peor.
Ardiendo estoy y temblando; [sigo?
¿Qué haré?¿á quién busco? á quién
>ías ¿cómo, abierto el postigo,
En la calle estaba hablando?
Gran mal hay ; ¡ viven los cielos,
Que tiene dentro el galán !
¿Los dos gozándose están ,
Cuando yo muero de celos?
Este guardaba la puerta,
Y yo no quiero aguardar
Que me acabe aquí el pesar,
Pues que la he hallado abierta;
Vive Dios, que he de saber.
Entrando allá, quién ha sido
El hombre que lia merecido
Gozar tan bella mujer. {Vase.)
JORNADA SEGUNDA.
Saie LAURENCIO, dé lamisma suerte
que entró en el Jardín , de noche , y
LEONORA.
LEOnORA.
Mi Laurencio, tarde es ya.
LAURENCIO.
No es tarde , aguardad un poco.
Mi Isabela ; que estoy loco.
¡ Cuan presto el tiempo se va !
En mi vida no os he hablado,
Y ya que os hablo, no os veo,
Y apenas el bien poseo,
Cuando el tiempo se ha pasado.
¡ Oh, si nunca amaneciera !~
Oh Apolo, deten tu coche,
Y haz eterna aquesta noche.
Asi en mas feliz carrera
Alcances la fugitiva
Dafne, no en laurel frondoso.
Sino en medio cuerpo hermoso,
Menos ligera y esquiva.
LEONORA.
;, Quién mas que yo desearra,
aurencio, qae fuera asi?
LAURENCIO.
Mas ¿cómo me be de ir de aqui
Sih ver vuestra hermosa cara?
Sin luz del sothe gozado,
Y entre tan grande ventura,
Siendo sol vuestra hermosura ^
A escuras me habéis d^do ;
Tened, mi bien, encendida
Luz, y estad muy conGada ;
Que pareceréis goza
Lo mismo que preU. ■• .
í
LEONORA.
Será el milagro mayor
Que ha hecho amor.
LAURENCIO.
Es verdad ;
Pero en tan grande beldad
No es el miíagTo de amor.
Sino de vuestra hermosura.
LEOXORA.
Dejad eso; que ya es tarde.
Señor, asi Dios os guarde,
Que será gran desventura
Si acaso mi padre os siente ;
Llevaos la llave con vos,
Y cerrad, y guárdeos Dios,
Yvenidma&ana.
LAURENCIO.
Ausento
De vos, ¿cómo tendré vida?
¿Cuándo be de poder gozaros
Sin miedo? Quiero abrazaros,
Del alma liermosa homicida.
LEONORA.
Adiós, mi Laurencio.
LAURENCIO.
Adiós.
LEONORA. (Ap.)
Yo le he engañado muy bien. ( Vase.)
LAURENCIO.
¡ Oh, mal haya el tiempo, amén,
Que nos divide á los dos!
Adiós, plantas, adiós, fuentes.
Que con el agua y el viento
Celebrasteis mi contento ;
Pero ¿qué es esto? Allí hay gente.
Sale EL DUQUE , muy despacio , del
modo que entró en el jardín; Lau-
rencio se aparta, em^zado^ entre
unos ramos,
DUQÜB.
Por todo el jardín he andado,
Y no he visto á nadie en él.
Perdona, casta Isabel ,
Este celoso cuidado ;
Yo ofendí tus generosos
Pensamientos soberanos.
Mas son los celos villanos;
Y así , son muy maliciosos.
¡Oh cuan venturoso fuera
Si en este jardín gozara
Mi Isabel , si se ablandara !
Mas es diamante y yo cera. —
Plantas, decídselo vos.
Asi el viento bullicioso
Siempre con soplo amoroso
Os regale ; mas ¡ ay Dios!
{Mira á Laurencio.)
¿No está allí un hombre encubierto?
i Ah ingrata ! ¿perdón te pido.
Cuando el galán escondido
Gozas, habiéndome muerto?
Sin duda que este es el hombre
A quien el otro aguardaba.
Cielos, gozándola estaba ;
Sabré, vive Dios, su ttombre;
Pero ¿el honor de Isabela?
¿Qué honor cuando estoy rabiando?
LAURENCIO.
Acá se viene llegando,
Gran mal el alma recela;
¿Si es Cefio, que me ha sentido?
Mas no; que si Ceíio fuera.
Con mas cólera viniera
A cobrar so honor perdido.
Sin duda que es escudero
zzz
Po casa, ó es mi criado,
Quo por burlarme se ha entrado
£ii el jardín.
bUQDF..
¿Caballero?
LAI'REXCIO. (Ap.)
No es su voz, f ya se abrasa
101 alma; ¿quién puede ser?
La T07. quiero conocer;
Mas hombre fuera de casa,
Kstando Julio ú la puerta.
No es posible; mas ¡a)' cielos!
Que ha dado vida á mis celos
Dna fe que juzgo muerta.
¿ Si es otro galán que ha muerto
A Julio y ha entrado en casa?
DUQUE.
¿Qué es esto que |)or mi pasa?
No sé si yerro ni acierto;
Si doy á este hombre la muerte,
Ks forzoso que al ruido
Despierten, j/ soy perdido;
Que no es bien que desla fuerte
Ande un duque de Florencia,
Que ha de casarse mañana
Con la beldad soberana.
Hija del César; paciencia,
Paciencia, celos y amor;
Mas, si se acierta á saber,
¿Qué dirá el mundo, si el ser
Le debo al ICmperador?
Y mas con hija de un hombre
Queá Italia revolverá
Por vengarse.
LAURENCIO. {Ap.)
¿Quién será?
DUQUE.
Ahora bien, yo sabré el nombre;
Quiero sacarle á la calle
O al campo, esto es lo mejor.
LAURENCIO. (Ap.)
¿Si es el Duque, mi señor?
Que es su vuz, su andar, su talle.
DUQUE.
¿Ah hidalgo?
LAURENCIO. {Ap.)
Quiero lingir
La voz, (jue el Duque es sin duda ;
Hoy la fortuna se muda.
¿ Qué he de hacer? Qué be de decir?
DCQUE.
A mi me importa saber
Quién sois y qué hacéis aqui.
LAURENCIO. {Ap.)
Si lo ha sabido ( ¡ay de mi ! ),
¿ Qué tengo de responder ?
¿ Si conoció mi criado
A la puerta? Si avisó
Cosme al Duque? Pero no;
Que , aunque enemigo, es honrado.
DUQUE.
¿Seis sordo? ¿Qué baceis aqui?
LAURENCIO. {Ap.)
Animo.
DUQUE.
Decidme el nombre.
LAURENCIO.
¿Quién me lo pregunta?
DUQUE.
Un hombre.
LAURENCIO.
Jamás á un hombre temí ;
Si sois deudo ó pretendiente
De mi Isabela, yo soy
Su primo, V casado estoy
Con ella. Si sois prudente ,
No alborotemos la casa ;
DIEGO XiMENEZ DE ENCISO.
?ue estoy casado en secreto,
es bien que tengáis respeto
A Isabela.
DUQUE.
¿Aquesto pasa?
De celos no estoy en mi.—
Yo gusto de respetar.
Por su honor, este lugar ;
Mas salgámonos de aquí ;
Que en el campo ó en la calle
Sabréis que no puede ser
Isabel vuestra mujer .
LAURENCIO.
Ap. (irán traza, yo he de engañarle.)
n el campo es lo mejor.
DUQUE.
Pues señalad el lugar.
LAURENCIO.
{Ap. De Cosme me he de vengar.)
Al valle de Miraflor.
DUQUE.
Pues seguidme.
LAURENCIO.
Ya yo os sigo,
Pero no por esta calle.
{Ap. A (iOsme hallará en el valle ;
Hoy morirá mi enemigo.
Kn gran peligro me vi ,
Pero muy bien me he librado ;
Cosme me ha desaliado,
Y el Duque sale por mí.)
{Vanse,)
Sale COSME, como salió en la primera
jornada.
COSME.
Cansado ya de esperar
Mi contrario en Miraflor,
Sale á campaña mi amor.
Con él he de pelear ;
Sí llego á considerar
Que por el Duque cruel
Dejo á mi amada Isabel,
Peno, dudo, rabio y digo
Que yo soy un Gel amigo,
Pero no un amante liel ;
¿Qué haré, fuerza de mi estrella,
Que amar al Duaue me inclina?
Rara influencia alvina.
Que tanto gusto atrepella.—
Perdóname, Isabel bella.
Que le dejo y no te olvido ;
Y pues al campo he salido.
Ya pienso vencer asi,
Poraue, en venciéndome á mi.
Lo demás doy por vencido.
Sale EL DUQUE , (/¿«pacto.
Alli viene un caballero,
¿Si es acaso mi enemigo?
El es; esta vez castigo
La traición de un lisonjero.
DUQUE.
Un grande rato há que espero
A mi contrario en el valle ;
Gran necedad fué dejalle.
Sin darle en el jardín fin ,
Pues al salir del jardín
Se me fué por otra calle.
Agradézcalo á Isabela
Y al César, que su temor
Pudo obligar á mi amor
A sufrir esta cautela ;
Pero en vano se desvela
Quien jamás tuvo ventura.
No vi noche mas oscura.
Yo mismo á mi no me veo.
Que no halle k qoien deseo
La misma noche procon ;
Apenas sé dónde estoy.
¡ Oh noche! Un bolto está tlU,
Sabré si es él.— ¿Sois tos?
COSME.
a;
Meted mano, qne yo soy;
Yo soy, acabad ; que estoy
C^insado ya de esperar.
DUQUE.
También lo debéis de estar
De vivir.
. eos».
Y muy cansado,
Y como desesperado.
He de morir o malar.
DUQOB.
Pues yo os vi con menos fieros
No há mucho, y con mas padeodi.
Y antes que os mate, licencia
Me dad para conoceros.
COSIE.
No salen los caballeros
Al campo á burlarse asi.
DUQUE.
Decid quién sois.
COSHB.
Yo.
DOQUB.
4 Vos?
COSBE.
Si.
Loco de cólera estoy;
Villano, ¿ignoras que atf
(^o.sme, tu primo?
DUQUE.
¡Aydemi!
COSHE.
Cosme soy, el desdichado
A quien tanto has persegaido ;
Cosme, del mundo temido,
Y Cosme, del mando amado :
Soy quien tres veces le ha dado
La vida al Duqoe cmel ,
Y soy su amigo mas fiel «
Quien le acudió en so pobreu,
Quien le sirvió en sa rlqneía
Y quien le lia dado á Inbel;
Sov á (|uien roas lia debido
Y a quien peor ha pagado;
Soy quien sale desterrado...
El traidor me ha conocido.
COSHB.
Por lo bien que le he servido,
Y soy quien tan pobre estoy»
Pud leudo ser daqae hoy
De Florencia.
¡ Hay cou igiial
I
eos».
Y matando á no desleal ,
Sabrás, Laurencio, qviái soy.
DOQOI.
Basta, Cosme, ya lo sé.
cosas.
¿Qué es esto? ( i Válgame Dios!)
nüQQg.
Fuerza es que fdérades vos
Quien tan alevoso faé.
¿Esueslapalabraylé
Que me dlstoisT Mas, m la.
Sois hombre bajo y müi ;
Bien cumplís eijaramealo.
Prometerlo en mi apoieoco,
Ygourlaeneijaroa.
oe no 08 he btllado
iél, y que es traición
rencio, ó ilnsioo,
lantomeba pasado;
mo habéis confesado
Isabel sois marido,
mismo lo be sabido ;
rano? soy cruel?
amigo mas fíel ?
5 mal lo bien servido?
COSME. {Turbado.)
iyojardin?yoamor?
Amiento? ¿Tú aqui?
cío... No te ofendí.
DUQUE.
do estás? ( ¡ab traidor ! )
de Miraflor
I desafiados;
mos bien apartados ,
tete; qne, por Dios,
n nno de los dos
de acabar mis cuidados,
ne puedes negar
fo acabo de ?er;
H es tu mnjer,
quien te hade matar;
», no bas de gozar
que por ti be perdido.
COSME.
alabra be rompido,
• be desafiado,
I jardin me bas hallado,
Je Isabel marido.
DCQUB.
dor, no han de valer
gidas humildades.
COSME.
as de escuchar verdades,
gran señor, la muerte.
(Arriba la espada.)
DUQUE.
i , porque desta suerte
n mi dolor;
a espada, iHidor,
ataré sin ella.
que le va' tirando de etíocadaSf
tme con la daga ó el broquel se
nde^ y éníranse.)
COSME.
ñas desdichada estrella !
aguarda, oje, Señor.
sien LAURENCIO t JULIO.
JULIO.
iejé el postigo por cobarde,
orqae Alejandro no me viera ;
i no ser nuestro Duque ( Dios le
[guarde),
rara en el jardin ni yo me fuera.
LACREffCIO.
vano hagas de tu pecho alarde;
SO ahora, porque el alma espera
qué dice Cefio al papel mió.
JULIO.
arrogancia y su vejez me rio.
LAURENCIO.
o?
JULIO.
Llegué i su casa.
LAUREKCIO.
Di adelante.
JULIO.
sfio pregunté; salió el buen viejo,
ncaducOr altivo y arrogante,
» los hombros de Isabel filé es-
[pejo,
Mío, Señor,^sbnrió de Atlante;
LOS HÉDiaS DE FLORBNCU.
Dile el papel, leyó, tomó consejo
Consigo, pidió el báculo^ y despacio
Y bien confuso llega ya á palacio.
LAURENCIO.
¡Oh si llegara ya!
JULIO.
Ya estará en casa.
LAURENCIO.
¿Vistea Isabela?
JULIO.
No, mas vi i Leonora;
Es hembra altiva y de favor escasa ,
No me valió decirle sol ni aurora.
Ni aquello que me biela y que me abra-
LAURExcio. [sa.
¿Qué dijo de Isabel?
JULIO.
¡Oh! que te adora.
UURENCIO.
¿ Qué mas te preguntó ?
JULIO.
Fiestas y entrada
Üel César; que por ti no han visto na-
LAURENCIO. [<l9*
¿Por mi?
JULIO.
Por no enojarte no han salido.
LAURENCIO.
¡Oh venturoso yo con tal esposa!
JULIO.
No hay ventura. Señor, sobre marido.
Gasté lindo almacén y culta prosa,
No me quedó ni talle ni vestido,
Galán ó desairado, fea ó hermosa,
Aderezos de calles y caballos.
Que , por ser viejo, dejo de pintallos;
I La salida del César á la empresa
De Lulero, y sus falsas herejías,
Sus partes, el valor de la Duanesa,
Lugares, ceremonias, cortesías.
Familia, ostentación, comedia, mesa.
Juegos, fiestas, saraos, alegrías,
Y por sentir á Cefio en tu aposento.
No digo en un romance todo el cuento.
LAURENCIO.
A recibirle voy; que es sangre mía. *
CBPiO.
Asi pues, aunque ya no ciño espeda.
No aguardo dentro en casa & mi ene-
^nel
Sale CEFIO.
CEno.
Laurencio, Dios os guarde.
LAURENCIO.
¡Ab Cefio, tio!
¿Cuándo mi casa mereció estedia?
CEFIO. [brío;
Cuando el tiempo burló mi antiguo
Que á ser cuando fortuna obedecía.
Por fuerza, ño por gracia, el brazo mió,
(Uoru,)
No pisaran mis pies estos umbrales^
Presagio triste de mayores males.
LAURENCIO.
No hagáis menos mi gusto con la pena.
Que causa aquese llanto, esos enojos.
CEna»
El alma, como está de males llena.
Revienta por la boca r por lorojos;
No os admiréis, queelbadomecondena
A que rinda á su imperio estos despo-
No luenga edad lasangre tiene neladi ;
Que este brato, que im tiempo fué cas-
De los tiranos Medicis, ahora [tigo
Restaurará su patria vencedora ; '
¿Queme queréis y adonde ? Qué á esto
[vengo;
Las armas y hora señalad, que es tarde.
LAURENCIO. [detenga
¡Ab Cefio! ab padre! ah tío! ¿en qué
La auda lengua, en la rasoncobaroe?
No os desafio yo, mi patria vengo;'
Que es caso feo que Florencia aguarde
Dueño tiraoOy eselavltud pesada.
Teniendo ese consejo y esta espada ;
Si los Médicis fberon sangre mía,
Sangre mia también los Pazos fueron;
Ya todos con rigor f ti^iiia
Se vengaron, sinecios se ofendieron;
Acábense los bandos, llegue el dia
Tan deseado, que mis ojos vieron ,
Que olvidéis vuestro enojo" y seait mi
^ (Alborece Cefio.) [padre;
Dadme á Isabel y libertad mi madre.
Haced, Señor, mi suerte venturosa.
Merezca, si es posible, ser marido,
Padre y sefior, de mi Isabel hermosa,
Pues el si de su boca he merecido;
Haced también mi patria ventoroü,
Sue toda Italia ayuda me ha ofreeido;
ay armas, ocasión, gente y dinero,
Y solo el si de vuestra boca espero.
csrio.
¡ Hay tal maldad I hay tal atrevimiento !
¡ Cuan vana siempre fué la vil riqueza!
j Que q uepa en tu arrojado pensamiento
Igualar tu caudal ooo mi nobleza?
¿Mi hija me has pedido en casamiento,
Cuando por mi lini^e y su noblexa
El mismo César me pareca poco?
¡ Soberbio presumir, oh joven loco !
i Tan bien salieron los ilustres Pazos
De otra vea que casaron en tu casa?
VA al te atrever, q«je te haré pedazos,
' aun pol tos, con el fuego que meabra-
[sa?
¿La manoá mi Isabel? ¿f 'uáudo mid m-
[ios.
Aunque AleJaiM|l0 con él sol if casa.
Han de eclipsar los Médids tiranos?
iLa mano á mi Isabel, teniendo manee t
Quédate, vano, rapaelllo, loco,
La manoá mi Isabel?
LAÜRKKCIO.
Cielos, ¿qué es esto?
Tío, Señor, etpucba, espera un poco;
Considera mas bien lo que be propues-
GEno. [tp.
A nueva furia mi rigor provoco.
UURKIICIO.
crli
Mas, dejando esto aparte, este criado
Metilo vuestro paDel y giírn cuidado ;
Decismequeos ardeei da.
Porque tenéis q.. .
> UURKIICIO.
MfanLSefior,qae el cie)o lo ha dispuesto;
Advierte que he gc«ado á mi Isabela.
CBfío.
¿Es verdad lo que dices, ó es cautela?
¡Válgame Dios!
UURBHCIO.
Señor, yo li he fondo;
Del alma y del Jardin teügolásüaves;
Sin tu guate con ella estoy casado.
Mi calidad y hacienda yá lo sabes; .
Considéralo menos enojada;
No determina biea los casosjrtives
La cólera; si'énetlo.teheofiíidido.
Perdón mil veces á tas pies te pido.
cuno. [u
Clek», |qiié.eioiMÍMil¿|Mdn tautaafired-
Aa.
224
Guardasteis este viejo tantos auos?
;^Cóino es posible que mi honor con-
[sienta
Oeste traidor tan viles desengaños?
La misma honestidad mi casa arrenla;
i. Isabela gozada por engaños?
No puede ser, es virtuosa, es sabia ;
Mas, si es mujer, ¿que dudo? Ella me
[agravia.
¿Qué haré, cielos, qué haréY Dadme
[consejo.
Pues que me habéis dejado sin sentido.
LACRENCIO.
Señor, lo que conviene te aconsejo,
Mira que soy tu sangre y su marido.
CE FIO.
Calla, villano, calla; qno, aunque viejo.
Sabré cobrar mi honor, si está perdido;
A Italia he de alterar y al mundo.
{Vase.)
LAURENCIO.
Padre,
Oye á Florencia, pues la llamas madre ;
Su libertad ofrezco; aguarda , espera.
¡ Hay furia igual ! hay condición mas
[vana!
¿Que roe niegue á Isabel, cuando pu-
[ diera
Ser duque de Florencia v de Toscana?
¡Hay mas triste suceso! Abios pluguiera
Que la mano mas vil , mas inhumana
Te quitara, Alejandro, estado y vida.
Pues por ti pierdo mi Isabel querida;
¿Qué haré, si ha de matarla? ¡Estoy
Mal haya el Duque, amén, [sin seso !
Sale JULIO.
JULIO.
¡ Favor notable !
No se ha visto de amor tan grande ex-
[ceso;
El gran Duque, y con serlo, mas afable,
Te visita en tu cuarto.
LAURENCIO.
¡Tlay tal suceso !
JDUO.
En la antesala está ; ¿no es variable
La fortuna. Señor?
LAURENCIO.
¿Vióá Cefío acaso?
JULIO.
No lo ha visto ninguno.
LAURENCIO.
¡Extraño caso!
Entra EL DUQUE, muygaJan, ^acom-
pañamiento.
DUQUE.
¿Laurencio, primo?
LAURENCIO.
¡Grao señor! ¿que es esto?
¿Tan grande exceso ha hecho vuestra
[alteza
Con un criado suyo, el mas humilde?
DUQUE.
Comome habéis falladoalgunasnochcs
A tan grandes festines de palacio
(En secreto.)
Y en f an grandes pesares de allá fuera,
Y me escribisteis que os faltaba el gusto
Y la sa!ud, he estado con cuidado,
Y vengo á visitaros por enfermo;
¿Cómo os halláis?
LAURENCIO.
Confuso y aun corrido
DIEGO XIMENEZ DE ENCISO.
De la merced que vuestra alteza hace
A esta humilde hechura de sus manos.
Las cuales beso por merced tan alta ;
Ya estoy bueno. Señor.
DUQUE.
Ea, estad bueno;
Que he menester, Laurencio, vuestra
[vida;
Y por si os dura, primo, la tristeza,
Villacayan es vuestra, cuyos prados.
Montes y sierras, rios y jardines
Han obligado á olvido a los antiguos;
Que fueron maravilla de los hombres,
Y no es mucho que haga maravillas
Por daros gusto, pues que no le tengo
Si os falta á vos.
LAURENCIO.
Los pies de vuestra alteza
He de besar, porque, poniendo en ellos
{Híncase de rodillas.)
La boca, signifique en las acciones
Lo que calla la lengua, de turbada.
DUQUE.
Los brazos tengo yo para mis deudos,
A quien eslimo tanto; alzad, Laurencio.
Déjennos solos; que quisiera hablaros.
LAURENCIO.
Despéjennos la sala, caballeros.—
{Vanse.) [teza?
Ya se han ido ; ¿qué manda vuestra al-
DUQUE.
Quisiera de un traidor una cabeza ;
Muy enojado estoy.
LAURENCIO.
Señor, ¿conmigo?
DUQUE.
No, Laurencio; ¿con vos? Andad, pa-
LAURENCio. [rienle.
Mil vueltas habia dado el pensamiento,
Imaginando, gran señor, la causa,
Y no la hallaba.
DUQUE.
Claro está, Laurencio.
LAURENCIO. [alteza?
¿ Quién, Señor, ha enojado á vuestra
DUQUE. [me,
¿Quién pudiera atreverse sino es Cos-
Con liado en el César, que le estima
Por la fama que tiene en toda Italia ?
Cubrios, Laurencio.
LAURENCIO.
Gran señor.
DUQUE.
Cubrios.
Ya os conté que la noche desdichada,
Víspera de mis bodas venturosas.
Que no me acompañasteis, fui á lacalle
De mí Isabel, adonde hallé aquel hom-
[bre
Arrimado al postigo, á quien Octavio
Nunca pudo alcanzar.
LAURENCIO.
Ya lo he escuchado,
Y cómo en el jardín estaba Cosme ,
Y llevó á Miraflor á vuestra alteza.
Como si allf estuviera lo sé todo.
DUQUE.
Quise matarle, y arrojó la espada ;
Mas no por eso se aplacó mi enojo.
LAURENCIO.
¿Hirióle vuestra alteza?
DUQUE.
nien quisiera,
Pero no me aguardó; yo estoy celoso.
Muera Cosme, Laurencio.
LAtmnicio.
Cosme maera.
DOQOE.
Temo que en Trebia títítí escondido,
Y Trebia está muy cerca de Florencia;
Sóbrame amor, y fáltame paciencia.
LAD1IEKC10.
Poder te sobra, sí lefilu dicha.
DUQUE.
Pues venza mi poder á mi fortuna;
A este hi|)ócrita adora toda Italia,
Los foragidos le apellidan Dnqoe;
Y en ün, ama á Isabel* que es mas de-
[iíio.
Y en sumuerte,LaareDCio,eslámiTida,
La quietud de mi estado y es mi goto.
UDRBICCIO. po.
Que te obedezca todoelmmidoeijiii-
DDQDE.
Llámenlo por edictos y pregones,
Y en tanto que el proceso se fnlmiüs,
El poder y el amor, invictos jaeces,
Me mandan que yo goce ¿ mi Isabeh
O por fuerza ó por gusto.
LAURERCIO.
(Ap. }Eitn2oeiso!)
¿De qué suerte, Sefior?
DUQUE.
AlaDnqaen
Le he dicho que Isabela es prima siia.
Muy pobre y muy hermosa, y qaeso
[esjasio
Aventurar la fama de mi sangre.
Permitiendo que vf va con nn TÍf¡o
Tan pobre como Ceflo y tan caduco;
Que la traigamos luego 6 mi palacio
Por dama de su alteza, donde pienso,
(jozándola, acabar con mis pask»es,
Y con Cosme, y con cuantos intenlam
Quitarme el bien que yo no he mere-
[ddo.
No puedo mas, Laarendo; estoy ce-
[W
Rabiando estoy, estoy desesperado.
LAuaiifcio. (Ap.)
El cielo contra mise ha eonjnrado.
¿Podré estorbar resoloclon tan grndtf?
¿Qué dices?
LAOIBÜCIO.
Que advierta ToesCra alteza
Que aventura su estado y so penosa
Si goza de Isabela sin sa gusto.
DOQUI.
¿Por qué? Hablad.
LAmBRCIO.
Quisiera no SHjailt.
DUQUE.
Decid , Laurencio.
LAOBEKCIO.
Es belieoio d padn,
La ofensa grande, tiene unebos dcn-
Y los Médicis somos Un odiosos, [das.
Que con pequeña cansa nnestra paUii
Se ha de alterar y sacudir el jago*
Que tan pesado les parece á todos. [M#.
La libertad, Sefior, siempre túé ama-
Y el señorío que adqulrw la fnená
Está sujeto á fáciles madamas.
Mire bien vuestra alteza loqoe intanli.
nOQUB.
No os he visto jamás mas etoeneate
En persuadirme cosan de ni gvstR
La prudencia ¿no erUa el mayor daM
husma».
Si , SeOor.
íes ¿qué harét ¿Temeré en dnda
ita modania de mi esudo,
iMir de mi muerte el fin preciso?
010 á Isabel!, yo soy muerto ,
tq & Isabela, tendré Tida ;
yo, Terémos quién se atreve
itado y persona.
LAUaCRClO.
Mejor fuera
i bidera mudanza de su casa ;
fieoe i palacio, mi señora
"Ka aue descubra este secreto,
i\ César lo entienda por sus car-
irtjQDE. [iats.
loy gran delito contra el César?
en que , delindola en su casa,
B Cosme á su placer las noches,
do yo las noches y los días?
no me canséis.
LAUUICIO. (Ap.)
lAf , prendas mías!
¿qué baré? ÍDirele mi secreto?
í suerte esta, que ha de matar-
nuQDE. [me.
N>ner, Laurencio, la carroza,
s á la casa de Isabela,
seréis testigo de Usuerte
ablandará Gefio, mi enemigo.
LAURCIfCIO. (Ap.)
esboora babré de ser testigo.
nuooB.
leíante, y avisad ¿ Cefio
! aguarde en su casa.
LAOnBItfO. lAp.)
Estoy sin alma;
n la priTanza, hacienda y yida,
! cierran los labios. Matarélo ;
10 he de sufrir tan grande agra-
DOQOE. [vio.
ecis? Qué tenéis?
LAOlElfCIO.
Estoy sin gusto
que mestra alteza persevere
esolucion. Temouo gran daño.
nuocK.
e amor ni admite desengaño.
( Vame.)
! ISABELA, muy bizarra,
ISABEtA.
o en vos en este apartamiento,
estoy viva, ausente de mi vida?
é el vivir con la partida,
» posible qne este daño siento?
oto, ¿cómo del humano aliento
>riva una pena tan crecida ?
le la pena estíi en el alma asida,
ta eo 10 inmortal 4 mi tormento?
[90,
cómo el alma se quedó conmi-
tió, mi Cosme, á acompañaros,
le Toestro cuerpo el masamigo?
luisiera partir allá á gozaros;
rae solo el bien de amaros sigo,
jé por no dejar de amaros.
e LEONORA , alborotada.
LBOROBA.
, seSora mia !
ilbridaa de un gran gusto.
>•
ISABBLA.
¡Ay, Dios! ¡Qué bien em u\
et prosigue;* {presto I
LOt MÉDICIS IMB PLORBNCfA.
UOlfOBA.
No puedo mas; que estoy muerta,
Porque de solos dos saltos
Subí toda la escalera.
A Cosme he visto en la calle.
ISABELA.
¿En la calle?
LEONOBA.
Y en tu puerta.
ISABELA.
¿Qué dices?
LEOROBA.
Que esti en tu sala.
ISABBU.
¡ Loca estoy! ¿Quién tal creyera?
¿Daré voces? Pero no.
Contento, tened paciencia ,
Que importa disimularos;
Que amor huye de quien ruega.
Pruebe Cosme mis desdenes;
Que el que no sabe de penas
No sabe estimar Jos sustos,
Y lo ficil se desprema.
Sale COSME.
COSME.
¡Isabela! ^
ISABELA.
I Cosme!
COSHE.
Bueno.
Haz que se salga allá fbera
Leonora.
ISABELA.
¿Leonora?
31.
¿Qué quieres?
18ABI(LA.
COSilE.
Morir quisiera.
ISABELA.
Bueno es, Cosme, tener vida ,
Y para que no la pierdas ,
Podrás irte de mi casa ;
Que si lo sabe su alteza.
Castigará Justamente
Que hayas vuelto ¿ entrar en ella ;
Que quien es tan fiel amigo,
Quien hace tantas finezas.
Que deja su misma dama
Cnsi entre sus brazos muerta ,
Es lástima que amancille
Con una hazaña tan fea
La bien divulgada fkma,
Que lM)rró la suya Grecia.
Si aquel ardor invencible.
Con que intentó tu soberbia
El desprecio de mi amor.
No le aviva ta nobleza , * , •
;Qué hará de Untas estatuas .
Con que ba intentado noreddB
Celebrar tan grande baisBa,
Haciendo tu nroa eterna? .
¿Esta es palabra de noble?
Esta es, Cosme , la promesa
Que al Duque y i Dios hidste?
¡Qué presto dli lavqelta!
Ahora bien, vé Mo« ;
Que, aunque «-«««« ■•* a ¿
PorlobienqiM ^^
Yo ( Aré I
Niria. ■ ••••«■
No'i
1 eU 0«ali».«.vf
§ae temo que m nos vuelva;
con tanto. Dios te guarde.
(Hace tma reverenda w eemo fueeevat
9 ^Maneta Cosme,)
cosn.
Aguarda, aguarda, Isabela ;
Que vo no voho á rogarte
Ni á hacer al gnm Duque ofensa.
Vuelve, y no, vana, presumas
Que con desprecio me venza
Ni tu discreción valiente
Ni tu hermosura discreta.
A tu casa be vuelto ahora
Solo por saber quién sea. •
Quien mereció en tu Jardín
Mas que un duque de -Florencia;
Quién entra por el postigo
A gozar la primavera
Que en tos mejillas d.e rosas
Vinculó natiiraleaa;
Quién ftaé ^galan vedloroso...
ISABBU. {Seeneia páam golpe eñ la
mmi§a pan ooUane.)
Detente, Cosme, no quieras
Disculparte con mi fnfkmla.—
La pueru, Leonora, derra,
Y ecba de casa ese loeo.
GOSBB.
La puerta, Leonora, derra,
Y abre á la noche el pMtigo
Del Jardín para mi afrenu.-*
Vive Dios, que has de escacharme.
Habla mas paso.
SI hiciera,
A no estar loco y rabiando.
Afuera , locas promesas.
Hechas i un tirano- dneiio.
Que solo lisonjas premia* •
Afuera, valor.soberblo ;
Que no hay valqr qué se atreva
A resistir en el alma
EJércÍtosdebeUeza.(7M^dletfMil!M.)
Celoso estoy V reniHdo;
Si hav algún hombre que tenga .
De nieve ü de bronca el pecho 1^
Intente aocioo coaio aquesta.
(Ifini úloakdm.)
Celoso vengo á saber
Quién en tus Jardlñei entia
A gozar el dalee flrvto
aue sembraros tais ternaiai ;
uién es á quien das la mano
De esposa, para que sea
Tirano de mi ventura ,
Salteador de-mis Anraas;
A quién lindes los ftivores.
Que hacer dieboao pudieran
Al mismo amor, si atievido
Osara á tan alta empresa ;
A quién en solos dos días
Abres, Isabel, la p«ier&«
Si en Untos afioa no pudo
Hallarla mi dkba abierta.
Porque promeU no-verte ,
Mal havAtAn Til prOOMaB,.
Ta , I A lieiMt dueio ;
L4^V
PUCb
Y qUto »•
¿Soba
lasl
Los<
irlo»
Itt
326
Callando me das tormento, '
Y tú el delito coníiesas.
Ahora bien, yo te be perdido,
Y es muy juslo que te pierda
Quien dejo por su enemigo
La mas estimada prenda;
Mas si es verdad que ios ruegos,
En la muerte ó en la aasencia.
De los que bien se quisieron
Suelen tener mayor fuerza ,
Yo, que estoy mortal , te ruego
Que saber de tí merezca
Si bas escogido á Laurencio
Por dueño de tu belleza ;
Que con verdad que me digas ,
Partirá el alma contenta ,
Y celebrarán tus bodas
Mis funerales exequias.
ISABELA.
Primero llegue mi muerte.
¡Ay, mi bien! ¿hablas de veras?
Que entendí que tus disculpas
Buscabas entre tus quejas.
¿Yo bodas, y con Laurencio ?
YO jardín? Yo amor? Yo puerta?—
Leonora, ¿qué enredo es este?
LEONORA. (Ap.)
Quiero disculpar su ofensa ,
Fingiendo otro nuevo agravio.
ISABELA. {Ponga á Leonora á la puerta,
y éntrese.)
Será disculpa muy necia. —
Yo, Cosme» no soy mujer
Üe quien presumir pudieras
Bajas venganzas de amor ;
Que es doctrina de otra escuela.
Revuelve toda la historia
De tu amor y mi firmeza ,
Y verás en mil ejemplos
Cuánto te quiere Isabela.
Laurencio, el Duque y el mundo,
Igualado á tu pobreza.
Los estimo en lo que piso ,
Y -esto le doy por respuesta.
¿Quieres mas?
COSME.
Viven los cielos.
Que fué tan cierta mi ofensa
Como yo soy desdichado ;
Mira SI hay cosa mas cierta.
Laurencio en tu misma calle ,
Queriéndole yo echar della ,
Me juró que era tu esposo ;
Y por tu nonor, Isabela...
ISABELA.
¡Quedo corrida!
COSME.
Y yo muerto.
Y con mi lealtad muy necia
Le llamé traidor al Duque;
Y él , entre risa y soberbia ,
Me dijo, entre mil agravios :
«Yo no pretendo á Isabela
Para el Duque, el Duque si
Para mi ; y porque ella
Me favorezca y te olvide.
Te destierra de Florencia.»
No le creí , y por vengarme,
Le repliqué que se fuera
Al valle de Miraflor,
Donde entendí que mi ofensa
O mi vida dieran fin;
Pero son ambas eternas.
Alli le esperé hasta el alba.
Que entóneos, en vez de perlas.
Salió sembrando desdichas.
Cogiendo yo el fruto deltas.
Vi venir un caballero,
Y el deseo, no las señas,
DIEGO XIMENEZ DE ENGIBO.
Me persuadió ser Laurencio ;
Quise matarle, y pudiera.
Si al descubrirse no viese
Al gran duque de Florencia.
Quedé atónito y suspenso ,
Todas las acciones muertas;
Y el Duque, muy enojado,
Kntre bien injustas quejas.
Me dijo que en tu jardín
(Atada tengo la lengua)
Vio entre sus plantas un hombre;
Y preguntando quién era,
Le dijo que era tu esposo,
Y pensando que esta ofensa
O esta ventura era mía.
Me quiso matar por ella.
¡Pluguiera á Dios! Pero, en fin ,
Mi lealtad y mi nobleza
Huyeron del Duque airado;
Que aun la natural defensa
Entendí que le ofendía,
Y por desusadas sendas
Vengo, Isabela , á tu casa.
Mira tú ahora, Isabela ,
Si yo no entré en tu jardín.
Quién en tus jardines entra.
ISABELA.
Esa es invención del Duque.
Si tus celos no te ciegan ,
Te sacarán de tu engaño
Las razones de mi ofensa.
Si dices que me pretende
El Duque para que sea
Esposa de su criado ,
¿Qué mucho que el Duque quiera ,
(E$té atento Cosme á la disculpa d$
Isabela.)
Infamándome, obligarte
A que dejes á Isabela?
Desafias en tu nombre
A Laurencio, y cuando esporas
En el campo ta enemigo ,
Sale á matarte su alteza.
Claro está que si Laurencio
Al Duque no lo dijera.
Que no lo supiera el Duque
Y que al valle no saliera.
Ese es concierto de entrambos;
Y cuando mi esposo fuera
Laurencio, ¿ para qué fin
Una mujer de mis prendas
Entretuviera á su primo?.
Calla , Cosme ; que es vergüenza
Sufrir tu necia lealtad
Ni hablar en estas materias.
Vete luego de mi casa ,
Ni me escribas oí me veas ;
Vete presto.
COSME.
Aguarda, escucha.
Vuelve, por Dios, Isabela ,
A referir lo que has dicho ;
Que va el desengaño apriesa
Alumbrando mis sentidos;
Mas ¿quién del Duque creyera
Que, para darla á Laurencio,
Me quitara á mí mí nrenda ?
De un grave sueño aespierto.
Afuera , celos, afuera;
Que Isabela es mi mujer.
ISABELA.
Eso es si quiere Isabela.
COSME.
Sí querrá ; que injustos celos
No fueron jamás ofensa
Que no merezca perdón;
Pero ¿qué loco creyera
Que los señores engañan ,
Que los señores no premian ?
i Ah gran duque ! Ab primo mío !
Ah Alejandro! ¿Aif fe dejan
Servicios de tantos afios?
Así el honor se atrepella
De una mujer priudpaJf
Mas ¿qué importa que asi sea.
Sí yo estoy deseo^ñadof
Basta ya, locas qaímens.
ISABCU.
En fin, ¿he de perdonarte?
COSME.
Sí; que es deidad la belleía.
ISABELA.
Ahora, Cosme, yo te adoro,
No hagamos las burlas veras ;
Tuya soy.
cosas.
Dame los brazos.
ISASEM-
Sí daré , porque lo creas.
¿Por el Duque me deJalMS?
COSM.
Isabel , no lo refieras;
Que, aunque fué el delito gnve.
Bastó el dfejarte por pena.
Pongamos remedio eo Codo.
ISABELA.
Lo que importa es 9nemegaíeras,
Que fies mas del amor.
Que á tu enemigo no creas ,
Que ha de ser dnefio tirano ;
Que te salgas de Florencia ,
Que á mi me lleves contUo;
Que le demos coenta al iCés^r,
Para que escriba i mi padre
Y remedie tu pobi^za.
COSME.
Yo, mi bien , quiero lo miSMio.
ISASKLA.
Fácilmente se conciertan
Amantes que bien se quieren.
COSHI.
Baste estas paces por faena,
Que yo merezca tos brazos.
ISABELA.
Yo los doy , porqoe me creas.
Sale LEONORA , miy tj^ieu.
LEOIIOBA.
¡Señora, grande desdicha !
ISABKLA.
¿Qué hay, Leonora t Ulo apriesa.
LEO?IOnA.
Tu padre casi difunto»
La barba toda revaelia ,
Los ojos llenos de llanto»
Con gran cólera y gran priesa
Por la escalera se sobe,
Y ya le siento aquí ftiera.
ISABCU.
¡Válgame Dios ! ¡jQné desgnri I
Si te vio entrar, jo wo^ ■
cosas.
No es posible qne me fíese;
Ten aliento.
ISABELA.
Abre la puerta
Deste tocador, Leonora.—
Escóndete, Cosme, y cierra.
( Escóndese CottM em d
Sale CEFIO» wmg tík&rlUB.
csrio.
¿Está en cau Isabela Y
.- <.«.*. « *L-. .'
I tui M oa9i á ta aarf teio.
CBffW. (Ap.)
▼erdad? Si ei eaotelt?
de ÜTiaodtd me h|i dadoipdido,
iiieoí SQ madre,
y láTor contra el amor de padre.'
nandasT
csno.
¿EsUssola?
ISABELA.
ra esU eD la sala.
GIPIO.
Salte afuera.
:n oDa y olra ota
a mi bonoren mar de afrenta fie-
os aqol a^ono? [ra.)
ttáilLA.
OaéTiejoestámi padre, qué im-
nos oye. [poriano!)
OBflO.
Inferné,
a Til de mis honradas canas,
ú es bien que te llame,
pie las aras del honor profanas;
gercilla loca;i
enchillo de mi ?ida poca,
a de aquel brocado
jieron los griegos y latinos,
uo qoe ha abrasado
imenajetdemi benor divinos ;
s si el ser me debes,
sin mi gasto? ¿A miteatreves?
ISABELA.
¡Señor!...
cosnB.(Ap.)
¿Qué es esto?
OEFIO.
fo nombre se estremece el orbe?
COSM. (Ap.)
lortnna el resto.
CEFK).
igo brazo qne mi afrenta estorbe.
tSAlILA.
, escacha nn poco.
COSME. (Ap.)
lo sabe todo; yo estoy loco.
itará á IsabelaY
CEFiO.
engo de escacharte?
ISABELA.
Mi disculpa.
csno.
tlgana cántela.
ISABEU.
engafié jamás , ni hallo culpa
inocente pecho.
, ¿quién te ha enojado? ;Qué te
nerta , qaé ventana, [be hecho?
estas, qné vestidos, qué paseos,
aaúga liviana,
iBoe poisamleotos, qué deseos
Jamis has visto?
CERO.
eva ftiria el ánimo revisto.
na hipocresía
delibrarte de mis fieras manos,
i|oe la sangre mia
Hte con los Médlois tiranos,
las Infame deHos
(le la ocasión por los cabellos.
ostro de mitasa
de tngaltti é ta oinrldaf
LOS II1ÍDICI8 Ds ¡n/^hmcih.
ISABELA. (Ap.)
Él sabe lo que pasa.
cosan. (Ap,)
Si la quiere matar, vo soy perdido;
Sue el honor y la vida
e de arriesgar por Isabel querida.
CEPIO.
Tú elegiste, en efeto,
Como mujer, y yo con estos brazos
Estorbare qoe un nieto
Junte otra ves los Médicis v Pazos.
(Qmfr0 darla.)
ISABELA.
¡SeSor!...
cosm. (Ap.)
¿Saldré? ¿Qué espero?
ISABELA.
Padre, escúchame y muera.
COSME, (ip.)
Yo primero...
CETIO.
¿Qué tengo de eseneharte,
Si Laurencio de Médids..;
COSME. (i4p.)
iAh délo!
GEno.
Ha llegado á gozarte?
ISABELA.
¿Laurencio á mi?
COSME. (Ap,)
¿Qué oi? Rabio de celos.
GEno,
Por el jardín ha entrado
Laurencio y te ha gozado, y te hascasa-
Yo lo sé de su boca. [do.
ISABELA.
¿Posible es que á Lanrendono conoces?
El míente, (ilp. {Yo estoy loca!
Cosme lo escucha todo.)
GOSME. (ilp.)
Daré voces,
Porque mi pena es tanta.
Que no cabe del pecho ala garganta.
Engañóme Isabela.
ISABELA.
Laurencio te ha engaftado.
COSME. (Ap.)
Tú me engañas.
ISABELA.
¡Ay, padre, que es cautela !
COSME. (Ap,) [fias!
¡ Ay, que muriendo, amor, me desenga-
ISABELA.
Llama á Laurencio luego,
Y apercibe el cuchillo, el laso, elftiegOi
Si en mi presenda osado
Que me gozó, ni aun que me habló, -di-
Con mi infemia ha intentado [jere;
Qoe me cafe con él 6 desenere.
Pues ¿tal de mi has creído T
CBPIO.
SiendomiUer, On poco te heofendido ;
Mas si con tanla {nfamla
Laurencio ha Metendldo el casamlen-
Si fueras Laida 6 Lamia [to,
(Siendo mi hija), á tanto atrevimiento
Diera castigo tanto, - , «
8ue fuera ftalfa mar desaogrey llanto,
ejaréte encerrada.
Y yo iré por 1 , agaárda an
Y si no estás .., [poce;
Deste sobw.».. nealüllo loee
Túveí *'
Y si lo
lUBEU.
AqoirSeftar, te empero.
COSME.
¿Cerró la paeru?
ISABELA.
Si.
¿Cerró la puerta?
Procura abrir; qne muero.
¡Oh, quién tuviera la del alma abierta,
V quedara en tal calma ,
Que , pues morl^ mi amor, muera mi
¿pe qné sirvió, Isabela, [alma!
Si es verdad qoeLanrendo te ha goza-
Dar con tan vil cautela , [do,
Vidayvent|iraáanmaerio,áandesdi-
Dejárasme en mi suerte , [chado?
No sintiera otra' vei desdicha y muerte.
Sin seso estoy, yo libio ;
Ábreme, si es pMible, qoe no cabe
En tu casa mi agravio.—
Cielos, ¿qué es esto?
ISABBU.
Eioacha; que no hiy Uave.
COSME.
¿Qué pregunto á los cielps?
¿Quéj
¿Esto
es amor?
ISABBU.
illl Cosme!...
I Estos son cdos!
BUBB14.
Si acabo de decirte
Que Laurencio pretende mi deshonra,
¿Por qué has de persamürie
A que dice verdadf
Porque ata honra
Ninguno se atreviera,
Ni-á tu padre Lmireneio lo dyera ,
Anosertamaddo.
Ábreme ya, o hi puerta haré pedazos.
ISABILA.
Mi bien, mi padre ea ido
Por Laurendo ; yo quiero que tus bra-
Me den muerte afrentosa. [zos
Si d^ere el traidor que soy sa esposa.
¿Hay mider semeJuHet
Abre, isabeUnoiiiteates nuevo engafto;
Si la puerta esdiamante.
No aguimlaré tan flcfro deiengafio.
*■ ISABELA.
Pues aguardar no qnieres.
Muera de amor por qnlon de netogmoe-
Acábemetaeipada. .[rea.
GOSHE.
¿Qué Intentai, Isribel?
Morir eenllge.
Detente.
Soyhoaia4«i'
Quiero aeaj^r, psea tiinulli j^ eoélnl-
Ddblenqáeyottnla* [go
uéjmu»
Ya te he didlo vAdafLae es mi marido;
Aguarda el «nopluin.
kb.
ááti
COSME.
No aguardo por lo menos menor daño.
Y vive Dios, si es cierto
Que se atrevió Laurencio á tu deslion-
Que aqui ha de quedar muerto, [ra,
Yo con vida y sin celos, tú con honra.
ISABELA.
Escóndete ; que vienen.
COSME. [ nen!
:Oh,cuán gran fuerza las mujeres lie-
• * ^ {Vate.)
Sale CEFIO.
CKFIO.
Apeoas pisé la calle.
Cuando encontré con Laurencio
En un coche, tan apriesa,
Tan turbado y tan suspenso,
Que apenas me conocía ;
Paró, y dijele, en efeto,
Con cuántas veras negabas
Tu infelice casamiento.
cYo he dicho verdad, responde ;
Gran mal hay. Vamonos presto
A casa ; que ha de ir el Duque
A ver á mi prima luego.»
Yo, extrañando la visita,
Medio loco, y él sin seso,
Llego con Laurencio á casa.
ISABELA.
Pues dile que entre á Laurencio.
Entra LAURENCIO.
LAURENCIO.
Ya, Isabela , estoy aquí ;
Ni sé si vivo ó si muero.
Escucha á lo que he venido.
ISABELA.
. Mejor seré que primero
Averigüemos verdades.
COSME. (i4p.)
Aflojad un poco , celos.
ISABELA.
¿Sabes, Laurencio, quién soy?
COSME. (Ap.)
Bien empieza.
LAORERCIO.
Bueno es eso
Para quien está sin vida.
Si lo haces por respeto
De las canas de tu padre,
Sé, Isabel, que eres mi dueño.
ISABELA.
Si dices que me has gozado
Y casádote en secreto
Conmigo, digo que mientes
Como infanie caballero;
Y si á mi honor le atreviste
Por ver á mi padre viejo,
Para vengar mi deshonra
Valor y nobleza tengo.
Confiesa cómo has mentido;
Y si no, viven los cielos.
Que he de ahogarte entre mis brazos.
Porque seas escarmiento
De alabanzas fabulosas
De galanes destos tiempos.
LAURE?ICI0.
Parece que hablas de veras;
Si supieras qué hay de nuevo,
No negaras lo que pasa.
ISABELA.
¿Qué pasa, traidor Laurencio?
LADREÍICIO.
¿Niegas que eres mi mujer?
DIEGO XltlENEZ DE ENGISO.
CERO.
Di la verdad.
ISABELA.
Si , lo niego.
COSME. (Ap.)
¿Qué importa, si él lo confíesa?
laure:(Cio.
Si por el miedo lo has hecho
De tu padre, advierte, prima.
Que ya es diferente tiempo.
VA Duque viene á tu casa,
Cansaao de los desprecios
De pocos años de amante;
Que el poder se cansa presto.
Quiere llevarte á palacio,
Y ya por fuerza ó por ruego
Me dice que ha de gozarte ;
Que ignora mi casamiento.
Mira . Isabel , si es razón
Que á tu padre le neguemos
Que estás casada conmigo,
Y que pongamos remedio
En tu deshonra y la mia,
O que yo rabie de celos.
CEFIO.
¿Quedan mas males , fortuna?
COSME. {Ap.)
¿Quedan mas desdichas, cielos?
CEFIO.
¿El Duque le pretendía?
COSME. {Ap,)
Engañado me ha Laurencio ;
No sabe el Duque su amor.
ISABELA. {Ap,)
No vio igual desdicha el tiempo.
¿Qué haré, que Cosme lo escucha?
Pues que no he perdido el seso
Cuando estoy perdiendo á Cosme ,
No es posible que le tengo.
CEFIO.
¿Qué respondes , Isabel ?
ISABELA.
Respondo que es otro enredo.
Padre, Alejandro pretende
Que me case con Laurencio,
Y si me lleva á palacio ,
Será porque tenga efecto ;
Que el Duque lo sabe todo.
LACREÍiCIO.
No lo sabe , vive el cielo.
(Ap. ¿ Hay mudanza tan nolable?)
Mira no presuma desio
Que tienes piedad del Duque.
CEFIO.
{.Ap. Cordura es mudar consejo.)
Isabel , dime verdad ,
Pierde el temor y el respeto ;
?ue yo quiero perdonarle,
cómo tú quieras, quiero
Que te cases con tu primo,
Y los dos me deis un nieto.
Con que olvidemos agrarios.
ISABELA.
¿Qué es casarme ? Plega al cielo
Que si tal cosa ha pasado
Jamás por mi pensamiento.
Que aqui me trague la tierra.
COSME. {Ap.)
¿Tiene mas pena el infíerno?
LAURENCIO.
Isabel, ¿estás en ti?
Si los ci preses nincstos ,
Si las hiedras amorosas ,
Que envidiaron mis requiebros;
Si las estatuas hablaran ,
Si las fuentes, que tuvieron
Mudas eDtoneef laf lengoit.
Por dar buen ejemplo al viento.
Contaran Duestroi amores.
No los negaru tan presto.
Isabel , en fin mujer,
¿Posible es que , coaodo vengo
Casi sin alma ata casa.
Procuras que salga muerto?—
CeOo, ¿no es esta la llave
De tu jardín? Dime , CeOo,
¿Esta es letra de Isabel?
{Dale el papel que le dio Leúnora)
Lee el billete.
ceno.
Ya lo leo.
LAUMEliao.
; No me llama? No me da
Palabra de casamiento? «
No me señala el jardín
Por tálamo, y el silencio
De la noche por la hora
Del mas felice saceso?
ceno.
Esta es , Isabel , ta letra.
ISABELA. (Ap.)
Cielos, ¿qué es esto qae veo?
:E1 papel que escribí k Cosme
Está en poder de Laonado!
cosas. {Ap,)
Aqui se acabó mi vida ;
¡Calló Isabel !
LAOURG».
DI que míenlo.
ISAKLA.
Digo que mientes mil veces.
i Loca estoy !
CEFIO.
Del mal el menos.
Isabel , deja locaras;
Mas quiero que sea mi jemo
Laurencio que ta galán
Alejandro. Ya esto es hecho.
ISABELA.
Mira que no estoy casada.
CSPIO.
Pues si no lo estás, yo quiero
Que con Laurencio te cases.
Dale la mano.
LACimCIO.
¿Qué es esto?
Qué intentas , si te he gotado?
COSK. (Ap.)
¡Que esto escucho! Qae esto veo!
ISABBU.
Padre, yo no he de eM^me,
Porque ni quiero ni paedo;
Que estoy casada con otro.
Con quien te diré i sa tiempo.
Si liviandad te parece.
Pon tú la espada , vo el omUOv
Y quitándome la vida i
No me culpará mi dacÁo.
csno.
¿Hay Un grande deivergienaf
cos«. (Ap.)
Conjuráronse los délos
Con mi desdicha este dia.
CKffML
Mataréla.
LADMHPe.
Tente, Celo;
?ue al Duqae sienie da la eaUe.
o averigaaré el mlsttrlo *
Desta modaoia , y ea Iiééo
mos los dos remedio
eslra afreou.
GSPIO.
Sobrino,
las, yo soy to saegro,
Idé iiaestros enojos ;
hamildad y el respeto
le me boscsste padre ,
ligaron y rindieron.
LAOIERCIO.
és besaré mil veces.
CEPIO.
;a, hijo , del saelo «
Je á Isabel del Daque ;
i Isabela yo espero
iri lo que la mandare.
LAUaSHCH).
padre; no lo entiendo.
(Vanse,)
Saie COSME.
COSME.
)ose ya? Abre, Isabel,
ode salir; ouetemo
í de acabar boy con lodo ;
e de casa presto.
Dios, de dar voces;
e abraso , ¡ faego , fuego !
ISABELA.
osme, mi discolpa ,
aras satisfecho.
COSME.
tes que disculparte,
I , yo te creo,
escribiste el papel ,
llamaste á Laurencio ,
e diste la llave
din , ni le bailó dentro
oe, ni estás casada ,
ue dedr no puedo ;
i quiere mi desdicha
me acaben mis celos,
e, ó diré que estoy
ado en tu aposento,
le me mate el Duque.—
(Da voces.)
DCio! — ¡ Alejandro!— ¡Cefio!
ISABELA.
I, mi señor, mi Cosme,
pierdes y me pierdo;
y á cualquiera parte
Miona y el tiempo
>jare, vé a buscarme ;
le papel de Laurencio
scribi , mi Cosme ,
lotable engaño en esto.
ottora lo envié ;
tale tú el suceso,
o el Duque me lleva;
), Cosme, bien me acuerdo
día que te partías
gnote si te dieron
ipel, y olvídeme
irle y de rompello.
; verdad , teo cordura ;
^o dia querrá el cielo
ras desengafiado.
COSME.
9, babel; que muero.
ISABELA.
▼oees.
COSR.
¡VifeDlos! .:■' ■
LOS MÉDIGIS DE FLORSNCliL
Entra LEONORA.
LEONORA.
El Duque , Laurencio v Cefio
Aguaraan en la antesala.
, ISABLLA.
t Ay Cosme! enciérrate presto;
Que vo salgo á recibirlos. —
Tú, Leonora, avisa, luego
?ue se vaya el Duque, á Cosme,
cuéntale, mientras vuelvo,
A quién diste mi papel.
Mira, Leonora, que temo
Gran traición en este caso. —
Y si este tirano fiero
Me llevare á su palacio.
Haz , Cosme , lo que te ruego. (Fem.)
LEONOEA.
Vete con Dios, no aventures
MU vidas por irnos celos.—
Yo vuelvo en yéndose el Duque. •
COSME.
Di me , Leonora , primero
La historia deste papel.
LEOROEA.
Luego; que ahora no puedo. lVa$e.)
COSME.
¡Ah Leonora! espera, aguarda. —
Fuese. ¡Otro engafio, otro enredo!
De concierto están las dos.
¡Ah Isabel , cuan tarde veo
Que te has burlado de mi !
Pues desta vez querrá el cielo
Cuelgue la roja cadena
En el soberano templo
Del divino desengafio.
Pues con tal rigor me has hecho
Testigo de mis desdichas ;
Que ya no las llamo celos.
JORNADA TERCERA.
Salen ISABELA t LEONORA, e^m ca-
potillos y sombreros de camino ^i
COSME , con gabán tf una ct^adüla^
muy galán,
ISABELA.
No admires, Cosme ingrato.
El verme en Trebia en traje peregrino;
Que amor abre el camino ,
Vence dificultades;
Admira mi firmeza.
Soberbia vencedora de iu alteza.
Dejásteme en las manos
De poderoso amante.
Que á la flaqueza mia
Opuso su poder y btzarrla , ^
Ejércitos lormaiido
Contra mi gran nobren
De ambición y riqueza ;
Y viéneste, filósofo,
A ver sabias abejas .
Entre rudos pastores ,.
Componer escuadrón contra las flores.
Cuando mis ojos triste*^
Excediendo los maf es .
Lágrimas vietrteii,.queilamabupfrUf
Y con tus labios Ibas á cogerlas,
Te vienes muy de espado
A ver nativas fiientes ,
Alabas sus resurtes (Üferentet*
Que. lazos de cristal, riegan del cielo
fin diluvios de aljófiur ^ este suelo.
Del jabalí cerdoso
Aleoncjoaedroso,
Del simple mlartüo
Al águila real , que es su caudillo ,
Hasta el pez inocente ,
Con red, perros y anzuelos
Les baces cruda guerra.
En el aire, en el aguay enla tierra;
Y no ves, descuidado,
Mayores asechanzas
De un duque despreciado,
gue con mmos sosiego,
n aire, en agua, en tierra , si no en
Con celos te hace guerra , [fuego.
De que tiembla va d aire, el agua y
El desdichado día [tierra.
Sue en mi retrete te de|é escondido
e llevó á su palacio
EsediiqQe.tirano;
Alli mi padre aneano.
No como flaeo viejo,
A mi defensa remitió ^ consejo ;
Prendióle . j por vengarme
Le conté á la Duquesa
El intento amoroso
De su traidor espoio;
Soltó á mi píadre luego,
Y llevóme á mi casa;
Llamé á Leonora al punto .
Y enojada, preguntó [Cosme,
Qué es de «n papel qne, siendo para
Se le entregó a Lanrenelo.
Y quién de mi jardín le dio la llave.
Niega que no lo sabe ;
Despídela de casa,
Y con rigor promete
Descubrir el enredo del billete;
Quise dejarlo todo
Sin darte mas disculpa;
Que no se debe dar donde nobay culpa.
Viendo tu infame trato ,
Tu duro corazón» tu pecho ingrato,
Cuando con mil pregones
Rn las públicas ¿laEas
Con libelos y ecUetos,
Dicen ya libremente
Que contra el Duque cói^vaste gente,
Y tienes prevenidos ^
Los mas de los rebeldes foragidos.
Oféndese Florencia,
Adonde «ras amado; fcbado.
8ue siempre ftié bienqpiiistó eldesai-
I pueblo se amotina.
Matan los pregoneroi/
Y rasgan los.editos,
Y en alabauafteaniMan loa delitos ;
Y el Duque, roas prudente.
Con perdonarle, apacigaó la gente;
Mas temen que en secreto
No te quite la vida; que es diaoreio.
Con este penaamleoto ,
r^ya voz se derrama por Florencia,
Pido al viejo liceneiat.
Y á Trebia parto al piulo
Con solos dos criados #
Secretos y obifgadoa ,
Fingiendo qne^venin
En santa romeHa
A esta vecina Iglesia
De la Virgen del Hiierto ,
One es mar,nave, fterol,eilrellay paer-
Aqui , Cosme , he llegsidOt [lo.
Aunque ofendida, 4 verte;'
Por ezcusar Ui oMéne
Vengo á desengalan^
SI ea que qnieren loa dekw ;.
Detiiaiqpslos.eeloB; .
Vengo á ofirecerte osada.
Si temes tu enemigo,
Un jDoraion que sieaipre está contigo.
Dé mi pequera eaaa*
Mr al auaenlarm qvieres,
Traigoettjoyaiyaftoro '
^.
230
Y en rica voluntad pobre tesoro.
Dispon de todo ahora ,
Y examina á Leonora
Y busca al desengaño;
Prueben también tu daño ,
Que YO á ofrecerle vengo
Un alma que no Icngo ,
Una mujer rendida,
Un pobre caudaliilo y esta vida.
COSME.
Yo confieso, Isabela,
Que , en Trcbia retirado ,
Quise vivir del todo descuidado ;
Dieron mis ignorancias juveniles
A cortes y ú ciudades treinta abriles,
De donde, sino aumento,
Saqué desengañado un pensamiento.
Pensé que mi pobreza
Me sirviera de muro; [seguro;
Que el pobre en cualquier parte está
Y vineme .n esta aldea.
Donde en dulce reposo
Vivia , ni envidiado ni envidioso;
Ni del Duque me acuerdo,
Ni en nada soy culpado.
Sino en ser desdichado;
Ni be visto foragidos,
Ni conjurado gente ,
Pero siempre padece el inocente.
Aqui , como los dias
Permanecen eternos,
Revuelve la memoria
Nuestra amorosa historia.
Aunque procuro ciego
El buscarte disculpa ,
No la hallo, Isabel , todo te culpa ;
Pues que un papel y llave ,
Que, aunque calla Leonora, bien losa-
Mandaste (]ue me djga [be,
A guien dio tu billete;
Déjasme en tu retrete,
Y después de una hora
Viene por mi Leonora ,
Sácame de tu casa
Sin decir lo que pasa
Ni contarme el suceso ;
Vengo, perdiendo el seso,
A retirarme á Trebia ,
Yc(ilpasme de espacio
Que con el Duque te dejé en palacio.
Señor desta alquería,
Entre pastores rústicos suspendo
El alma en armenia.
Déjame aquí , Isabela, yo me entiendo;
Déjame entre estas I nenies ,
Murmurando de estados diferentes,
Y que entre peñas viva.
Fatigando la caza fugitiva
O admirando el misterio [perio;
Del prudente escuadrón del dulce im-
Quedela vil fortuna
No temo cosa alguna ,
Pues en su fácil rueda
No ha quedado ya mal que me suceda.
Ni yo ausentarnie quiero; [tranjero.
Que el pobre en cualquier parte esex-
Venga el Duque á mi aldea.
Que no suele morir quien lo desea,
Y tú vuelve á Florencia
A entregarle á Laurencio
El corazón y vida,
Y el oro que has traído;
Que el oro mas precioso
Es no vivir de nadie temeroso.
LEONORA.
No respondas. Señora ;
Viva tu honor, y muera ya Leonora ;
Que si hasta aquí he callado,
tué malicia, fué miedo, fué cuidado.
Yo quiero bien á Julio,
Criado de Laurencio ;
DIEGO XIMENEZ DE ENC1S0.
Del alma y del jardín le di la llave ,
Delito fué de amor , si bien fué grave.
Encontréle la norhe
Que me mandó Isabela
Que te diese el billete ,
De tantas desventuras alcahuete.
Detúveme con Julio ,
Y por hacerse tarde,
Le rogué que á tu casa
Te lo llevase luego,
Y con su engaño , dilatado fuego;
Porque el traidor, ingrato.
Con bien doblado trato
Se lo entregó á Laurencio ,
Y aun le entregó la llave ,
Con que ha dado colores
A fingidos favores ;
Y porque no se case,
A costa de su fama.
Publica que Isabel le adora y ama;
Que en su jardín ha entrado.
Que le ha escrito el papel y se ha ca-
sino fuera mentira, [sado.
No negara Isabel el casamiento,
Pues su padre gustaba ;
Y baste por discolpa ,
Aunque en esto no hay culpa ,
Conocer á Laurencio.
COSME.
No digas mas , Leonora ;
§ue yo te he perdonado,
tu me has satisfecho. — [cho ;
Perdóname , Isabel , lo que yo he he-
Que aunque sufrir quería ,
Por los OJOS brotaba el alegría.
Tejamos mil abrazos
Con amorosos lazos ,
Celebren mis pastores
Nuestros dulces amores.—
Prados, ya llegó el día
En que Isabel es mia ;
Cantadle la Vitoria
Al santo desengaño.
Divino triunfador del ciego engaño.
ISABELA.
Deja , Cosme querido,
Extremos y recelos ,
Y guárdame un favor para otros celos;
Lo que ahora conviene
Es , que partas á Roma ,
Aunque pierdas tu hacienda
Y no goces tu prenda ,
A ampararte del Papa ,
Y á este tirano arrójale la capa.
Mira que está celoso ,
Y es cordura temer al poderoso ;
Teme tu injusta muerte ,
Y después no te quejes de tu suerte;
Que en torno de la luna [na.
Los mas son los que se hacen su fortu-
COSFE.
Dices bien , Isabela ;
Huya aqui la verdad de la cautela.—
Claudio, ensilla caballos.
ISABELA.
¡ Ay Dios! ¿qué gente es esta?
Sale EL DUQUE, con criados cón pisío-
las,
DDQOB.
Dadles con las pistolas la respuesta ;
Ese es Cosme , matadle.
COSME.
¡Válgame Dios!
ISABELA.
Huyamos , qae es el Duque.
COSME.
Huye , Isabela , al coche. {Yase.)
MIQOI.
Cielos , ¿qué es lo qae eacnchot
Qué es lo que miro, cielos?
; Vengo á matar y mnéromede celos I-
Oye , Isabela , espera. —
Tened esa majer y Cosme nmera. —
Aguárdame; que rabio.
Que averiguo mí a|(nf io ;
Yo mismo fui testigo
Del bien de mi enemigo. —
Muera Cosme, criados ,
Pues mueren mis deseos malogrados.
Tened La ligereza
De esa mujer ó mónttmo de bellea;
Y tú , monte gigante.
Si te duele mi mal , ponte delante,
O en tan fíera huida
En duro mármol quede convertida;
¡Oh esquiva desdeikoaa, [sa!
Pues que buyes del sol , virgen froodo-
{Vase el Duque por ¡a parte danée fté
ItabeL)
Sale COSME , huyendo, Hn eipaü.
cosn.
Altas montañas de Trebit ,
Cuyos empinados riscos
Con las estrellas se miden,
A competencia de Olimpo ,
Amparad á un desdietanaao.
Cuyos llantos y suspiros
Robustas piedras ablnndan,
Triste aumento de los mios.
Temblando estoy j turbado.
j Válgame Dios! ¿qué habii sido
De Isabel y de Leonora?
JDLio. (DeiUre,)
Hola,abu.
Voces he oido,
¿Si vuelve el Duque á mtlarmef
Pero sin raxon me allUo.
Un hombre es solo y i pié;
Auimo , corazón mió.
Sale JULIO, deeamimo^ VMfMt frsna-
mtmeñU.
JULIO.
Hola, ahu ; ¿que no liaya vh atan?
¿En qué comedia se ba visto
Que ialte un pastor á un liombn
Que se perdió en un camiaof
¿Adonde estará esta ermlu
Donde Isabela ba Tenido?
Estoy por romper las eanss;
Yo he dado en gentil oficio.
{Quítate ta etpUé é Cmmt)
COSÍ
Suelta la espada , ?UlaB9.
jüLie.
Ladrones dieron conmigo ;
(Van ie9HM4ani§
Señor, hasu la camlss»
Hasta quedar , como tedio»
En el puro cordobán ,
Está todo á tu serfieío.
COSMB.
¿No eres Julio?
JDLIO.
Julio soy.
Mas del miedo estor tan fkio ,
Que mas pareteo Dieivmbre.
COSIB.
Julio , ¿ no me bas conocido?
JULIO.
' está que estaba;
le mates te pido.—
i el muudo sin Julio;
aejará el estío ,
ir sacristanes.
COSME.
ventura ha sido!
)ré si Leonora
mentira dijo. —
asteal Duque acaso?
JULIO.
le lejos, le he visto
»lvja á Florencia.
COSMR.
as errado el camino?
JULIO.
en esa moniafia ,
serte prolijo ,
íncia y tu mano.
COSXE.
0 que hablar contigo;
vas?
JOLIO.
Ap. Aquí es Troya ,
, pescóme vito.)
>r, con un despacho
ice, tu tío.
cosug.
5 estado tú en Roma ?
JULIO.
íes , y ayer venimos
• y yo por la posta.
COSSE.
e el despacho, amigo.
JULIO.
Señor ?
COSME.
El despacho.
JULIO.
es! ¿quién tal dijo?
empacho del Papa?
COSME.
í , lo que te digo,
3 mil puñaladas.
JULIO.
^o roe dará poquito.)
)ma enhorabuena ;
orte te pido
ejes ir ; que es larde.
COSME.
eñaréel camino;
una criada
I?
JULIO.
He conocido
1 y otras muchas.
COSME.
? Leonora digo.
tado?
JULIO.
¿ Gozado?
conoces sus bríos !
COSME.
nos tienes llave
lin.
JULIO.
¿Quién lo ha dicho?
COSME.
Leonora.
JULIO.
DI que miente;
ve del postigo
dio á Laurencio.
LOS MÉDIGIS DE FLORENCIA.
eosn.
Luego ¿ tú no la has tenido?
JULIO.
¿Yo, Señot? ¿Para qué efecto?
COSME. {Ap.)
Celos, donde no hay resquicios
Para el sol entráis vosotros;
Sutiles sois y atrevidos.
JULIO. (Ap.)
Leonora de Barrabás,
¿ Qué es esto? ¿en qué me has BMtido?
COSME.
¿rfo te dio un papel Leonora,
Que me dieses?
JULIO.
To no he visto
Mas que uno para mi amo ;
¿ Quieres que pierda el jfiricio?
¡Qué notable testimonio!
COSME.
Y dime, Julio, ¿has sabido
Si á Isabel gozó Laurencio?
No lo digas.
JULIO.
No lo digo.
COSME.
{Ap. Engafiádome ha Isabela ;
¿Quién vio tan nuevo martirio f
¿Celos en taza penada?
Para morir resucito.)
¿Es de Laurencio esta caCta?
Di la verdad.
JULIO.
Armqoe sirvo,
En mi vida fui alcahuete.
COSME.
Presto veré si has mentido.
(Lee el H^reterito.)
«A la Señora Isabela ,
Que Dios guarde.»
JULIO.
¿Cómo dijo?
COSME.
¿A Isabela escribe el Papa?
JULIO.
Vendrá errado el sobrescrito.
COSME.
Temblando rompo la nema.
JULIO.
{Ap. Abrióla; yp soy perdido.)
¡ Ay Señor, qué mal ha heebo!
COSME.
Ya estoy muerto, ya estoy vivo.
{Lee Cosme , y va mirando á Julio de
cuando en cuando, y hace muchas
acciones de miedo.)
«Mi bien , yo he llegado bueno
»De Roma y á tu servicio,
»Con tus cartas y regalos
«Alegre y favorecido;
«¿Prométesme que en Florencia
«Me dirás con qué motivo
«Negaste á Cebo, tu padre,
«Que estás casada conmigo?
«Sabe Dios que lo deseo,
«Y si á verte no he partido,
«Es porque me manda el Duque
«Que no sal^ja á recibirlo ;
«Vente , y deja las novenas ,
«Y no pongas en olvido
«Hacer favores á Cosme;
»V escribirásmesi ha dicho
toEn palacio que es to esposo,
«Para que el Duque , mi primo ,
«Haga quitarle la vida.
«Dios te guarde.— 7tf marido,^
Cíelos, ¿qué es esto que feo?
JULIO. (Ap.)
No doy por mi vida un higo.
COSME.
¿Para matarme, Isabela,
Me das favores flngidos?
Amor, ¿qué ofensa te be hecho?
Cuando apenas he subido
Con mi esperanza á la cumbre.
Me derribas al abismo?
Sisifo soy de tu infierno.
JDUO. (Ap.)
Yo tengo gentil aliño,
Probóme el alcahuetazgo.
COSME.
Vive Dios, que, pues has sido
Tercero de mis aesdkhas ,
Que has de llevar el castigo.
(Va Cosme á quererle ahogar, y cáese-
le á Julio otra carta.)
JULIO.
Señor, mira qoe me abogas;
Que me valgan, te suplico ,
Las leyes de embajador.
COSME.
Otra carta se ha caido ;
Alza esa carta, villano;
Muestra.
JULIO.
San filas sea conmigo.
Válgate el diablo por hombre.
COSME.
Asi dice el sobreserito :
cA Bartolomé Valorio.»
¿No es aqueste un foragido
Enemigo de Alejandro?
j Notable mal imagino !
{Lee.) < Yo vengo ahora de Roma,
«Y dejo ya prevenidos
«Para libertar la patria
«Los soldados que os he escrito;
•Venios á Florencia al punto,
»Y aquí sabréis el designio
«De todos los conjurados ;
»Y porque me importa , amigo,
«Matad lue^oal portador,
«Que es Julio, un criado mió.—
^Laurencio.*
JULIO.
¿Qué es lo qoe dices?
¿Esto llevaba conmigo?
¡Hay tan gran bellaquería !
Buen pago de mis servicios ;
¡ Ay señores, qué mal hombre !—
Cosme , tengo de decillo ,
Es un traidor, vive Dtos;
: Jesús ! á no dar contigo,
Me hubiera muerto Valorio.
COSME.
¡ Con cada letra me admiro !
t Libertar quiere á Florencia
aurencio?
JUUO.
Estoy sin sentido.
COSME.
Dime, Julio, ¿qué hay en esto?
JULIO.
Quiere matar á tu primo.
COSME.
¿Al Duque?
JUUO.
Al Duque.
cosn.
¿Es posible?
Al Dugue? j ExtnAo delito !
i , Jalio • ¿cómo lo sabes?
\>
252
JULIO.
Porque lo trató conmigo,
Pretendiendo con regalos
Obligarme al homiciuio ;
Mas yo, que toda mi vida
No ofendí á Dios en el quinto ,
Le dije que no mil veces;
Y asi , no anduvo advertido
En fiarme este secreto.
Aunque larde , lo previno
Con el porte del despacho.
COSME.
Amor y a<:;ravlos olvido
Kn tocándome en la vida
Del amigo mas querido ;
Carácter fué tu amistad ,
Pues del alma no han podido
Sacarle tantos agravios. —
Julio , yo me determino
A qne vamos á Florencia ;
Sepa el Duque los delitos
Deste traidor.
JULIO.
¿Estás loco?
¡Qué espantoso desatino!
Tú no sabes lo que pasa ;
¿ Mo es mejor que entre estos riscos
Aprendamos á ermitaños.
Que en esta edad es oficio?
Yo apostare que á estas horas
Dentro en Florencia ha metido
Laurencio cuatro mil hombres,
Y mas , (lue son infinitos
I^s linajes conjurados ;
Que, como Alejandro ha sido
Muy tirano, están quejosos
Y afrentados los vecinos.
No vamos allá , Señor.
COSME.
¿Que en tan notable peligro
Está el gran duque Alejandro?
i Cuántas veces, señor mió ,
Te previne esta desdicha !
Mares son , que no son rios^
Mis ojos. — Julio, ¿québare?
¿Con qué industria, con qué arbitrio
Podré dar la vida al Duque ?
Pero ¿ para qué me aflijo ?
Yo voy á entrarme en Florencia,
Y con la espada que ciño
Te defenderé del mundo,
Y al son de mis tristes gritos
Moveré á pieÜad las piedras,
Si faltaren mis amigos.
Ya voy, ya voy, Alejandro ;
No temas, que yo estoy vivo,
Y si yo llegare urde,
Al fin moriré contigo. —
Camina á Florencia, Julio.
JULIO.
Vive Dios , que vas perdido. (Vase.)
Salen LAURENCIO t LEONORA.
LAUREJíCio. [dabas,
Perdona, que aunque supe que aguar-
No he podido salir ; vengo de Roma
De visiur al Papa , nuestro tio,
Que está muy malo.
LEONORA.
¿Y tú no vienes bueno?
LAURENCIO.
Yo vengo, mi Leonora, á tu servicio ;
¿Cómo está mi Isabel?
LEONORA.
Con gran cuidado.
LAURENCIO.
¿Dlóle mis cartas Julio, mi criado?
' DIEGO XIMENEZ DE ENGISO.
LEONORA. [nuevo?
De espacio estás; ¿no sabes qué hay de
Como en tus cartas á Isabel le mandas
Que favorezca á Cosme, fué á la ermiu
De la Virgen del Huerto, junto á Trebia,
Y sabiendo aue el Duque andaba á caza,
Casi á sus OJOS se arrojó en la quinta
De Cosme, donde el Duque los ha visto,
Y por poco perdiéramos las vidas.
LAURENCIO.
No pude desear mejor suceso, [seso.
Ya el Duque me lo ha dicho; pierdo el
F'l fué á matar á Cosme por su mano.
Viendo el favor que tiene ese villano ;
librós&á su pesar, y viene loco.
LEONORA.
Según era su gente, no fué poco ;
Metióse Cosme en el frondoso monte ,
Y del Duque temblaba el horisoute;
Isabela en el coche que tenia
Volaba apar del viento, no corría; [do.
Mas pienso que este Cosme es tan ama-
Que los mismos soldados le han librado.
LAURENCIO. [deroso.
No importa , no ; que el Duque es po-
Él le vendrá á matar ; que está celoso.
LEONORA.
Dejemos esto, y vamos á otra cosa :
Un recaudo te traigo de tu esposa ;
Como negó á su padre el casamiento
En tu presencia , y por estar ausente.
No le ha dicho la causa, está afligida.
LAURENCIO.
En tu boca, Leonor, está mi vida;
Dime , ¿por qué lo hizo mi Isabela?
Que no en vano ad miraba su mudanza ;
Lahidustria de mujer todo lo alcanza.
LEONORA.
Porque su padre la matara luego
Si confesara que eras su marido;
Que el gusto que mostraba era fingido.
No se atrevió a decirlo por sus cartas ,
Ni aun de sus manos se atrevió á escri*
[birle;
Yo fui la secretaria en esta ausencia ;
Teme que ha de matarla.
LAURENCIO.
¡Extraño viejo!
LEONORA.
Pero Isabel te adora de tal suerte ,
Que vida le será por ti la muerte;
Quiere esta noche hacerte una visita
En tu cuarto.
LAURENCIO.
¿Qué dices?
LEONORA.
Lo que pasa,
Porque ya no es posible ir á su casa ;
Levantó las paredes , y el postigo
Lo tapió de tal suerte , que es ventura
Que aun el sol halle paso á la abertura,
LAURENCIO.
Leonora, ó tú me engañas, ó yo sueño;
¿Isabela en mi casa y yo su dueño?
LEONORA.
Sí , mas con tal melindre y condiciones,
Oue te has de reír mucho; estáme aten-
[to.
Lo primero, que no ha de haber persona
Dentro en tu cuarto.
LAURENCIO.
Claro está, Leonora.
LEONORA.
Pues que no ha de estar claro es el
[segundo;
No quiere que baya hu» UeneTcrgOen-
LAUREIICIO. í'*-
No te espantes, Leonora, ni te rías;
Dila que noches be de hacer los dias.
Ni habrá gente ni luz ; pide otra cosí.
LEONORA.
Que de tu cuarto me bas de dar la llaveí
Porque, si acaso sales con el Doqne,
No estemos en la calle.
LAURENCIO.
Bien previene ;
Mas, como el Duque y yo somos amigos,
El Duque tiene llave de mi coarto,
Y del cuarto del Duque yola tengo,
Y son llaves maestras del palacio,
Y temo, como es unta la privanu,
No quiera visiurme.
LEONOBA.
Pues ¿qué liiipoitaT[le?
¿Habrá mas de esconderse eo to retre.
LAURCKGIO.
Dices bien , ¿Isabela Tendrá sda?
LEONOEA.
Yo me vendré con ella, pero al puato
Me volveré por si llamare el viejo.
LAUaBIlCIO.
Esta es la llave, y esU noa cadena
En albrícias del ffoslo queme bas dado;
Dila á Isabel... Mas no la digas nada.
Di que el contento meba dejado mado.
LEONOEA.
Mujer que quiso bien » todo lo podo.
LAURBtCCIO.
El Duque sale ; vé con Dios , Leonora.
LBOROBA.
No verá la cadena mi se&ora. [Vta)
Sale EL DUQUE.
DOQUI.
¿ Laurencio?
LAORERCIO.
¿ Gran sefiorf
DUQDB.
Partios al ponto,
Y decidle á Isabel (que ya ha Tenido
De Trebia , según dUo el Secreurio)
Que esta noche en so casa ó eo b ma
La he de gozar, ó que bededarlawier-
A su padre y á Cosme, so marido, [te
Por quien ya mis justicias hso partido;
Esto ya no es amor, sino porfía.
LAURENCIO. (AP-)
Fortuna y celos, ya ba llegadoel día;
Muera el Duque esU noche , moen el
[Doqoe;
Nouble traza el cielo me ha ofrecido.
DCQOO.
¿Novais,LaurencioT
LAURBHCIO.
Haz cuenuque he Tenido, {fue.)
Stíe OCTAVIO.
OCTAtlO.
No sé , Señor, si lo diga ;
Cosme te pide licencia
Para hablarte.
DUQUE.
No hay paciencia;
¿Posible es que no castiga
El cielo este atrevimiento?
Mátele luego la guarda.
OGTATIO.
Muera Cosme.
Sale COSME.
COSME.
Espera, aguarda;
no merece mi iniento
iTguroso castigo.
DUQUE.
?resmaiarme, traidor?
quieres aquí?
COSMB.
Señor,
imea solas contigo;
mpona.
DUQDB.
¿Conmigo á ti?
COSME.
ae bien seguro estás.
DUQUE.
ae quieras , no podrás
me. — Salios de aquí.—
(Vase Octavio)
quieres , que solo estoy?
iteulas?
COSME.
Desengañarte ;
ncio quiere matarte.
DUQUE.
? Mientes , no te doy
o, no be de ofender
>n el pensamiento
•encio; mas tu iniento
laro se deja Ter.
illasle otra traición
le disculpar las tuyas?
COSME.
icíones son las suyas,
llades mias son.
^s cartas, y después
des mandar malar.
DUQUE.
de poderme engañar.
COSME.
tú Terás Quién es;
r quiere á Florencia.
DUQUE.
osme,que es mi amigo
:io,yquees tu enemigo ;
le , y con prudencia
ígocio tan grave ;
lables, Cosme, así
n quiero mas que á mí ;
3 que nadie sabe
se siente el dolor
lidiando conmigo;
•fensa del amigo
ravio mayor,
íosme , por romper
is; que mi afición (Arrójalas )
ne tan gran traición
quiero creer.
COSME.
'ermedad mayor
da voluntad;
lu enfermedad ,
urga , Señor.
DUQUE.
i bien, yo he llegado bueno.»
esto , Cosme ?
COSME.
Lee mas.
DUQUE.
e celos me das?
dlcina , es veneno.
COSME.
tbrás la ocasión
LOS MÉDICIS DE FLORENCIA,
De tus rabiosos recelos.
Porque rae maten tus celos,
Fmgió Isabel mi afición ;
Porque la vieses conmigo,
Sabiendo que ibas á caza,
Fué á visitarme, y fué traza
De Laurencio, mi enemigo,
guien en su jardín hallaste
Fue á ese traidor, que no á mí ;
Julio me lo dijo así.
Mira de quién te fiaste.
DUQUE.
No está esta carta firmada.
COSME.
¿Disculpas buscas á amor?
Lee la otra carta, Señor,
Donde verás confirmada
La mayor alevosía
Que cupo en pecho crlsüano;
Tu amigo, tu primo hermano
Contrasta tu monarquía ;
El pueblo y los foragidos
Contra tí están conjurados;
Mas de cuatro mil soldados
Armados y prevenidos
Tiene dentro de Florencia ;
Abre los ojos , Señor.
DUQUE.
Basta , muera este traidor.
Pues la amistad , la clemencia...
¿Dónde está Julio?
Llega, Julio.
COSME.
Aqui está.
Sale JULIO.
JULIO.
Estoy turbado.
DUQUE.
Julio, seáis bien llegado.
JULIO.
Beso tus pies.
DUQUE.
. . ¿Quién podrá
Resistir tanto dolor?
Alzad del suelo, y creed,
Julio , que os haré merced ;
¿Qué hay en esto?
JULIO.
,, , ^ Gran señor.
Verdad es cuanto ha contado
Cosme, y yo buen testigo
De lo que trató conmigo,
Y de haberme despachado
Con los pliegos que has leído.
Perdíme, á Cosme encontré,
Levó las carias , y á pié
A darte cuenta ha venido ,
Sin que reparase en nada;
Que es notable su lealtad.
DUQUE.
Ejemplo de la amf stad .
Gloria de la edad dorada ,
Dadme, Cosme, mil abrazos.
Engañóme este traidor;
Yo me vengacé.
COSME.
Señor,
Yo no merezco tus brazos ,
Déjame besar tus pies.
DUQUE.
Vos veréis lo que os estimo;
Sois mi aipigo, y sois mi primo.
JDLÍO.
Laurencio , Señor.
COSME.
files.
HB
Bajaos, Cosme, al cenador
Del jardín , porque el criado
No me escuche.
COSME.
Ten cuidado
^0 le mate este traidor.
{Vanse Cosme y Julio.)
Sale LAURENOHD.
LAURENCIO.
Déme albricias vuestra alteza.
DUQUE. (Ap.)
Saltos me da el corazón ,
¿Qué haré?
LAURENCIO.
Señor, ¿qué ocasión
Causa tan grande tristeza?
DUQUE.
¿Venissolo?
LAURENCIO.
Solo vengo.
DUQUE.
Cerrad la puerta.
LAURENCIO.
¿La puerta?
DUQOB.
Si.
LAURENCIO. (Ap.)
¿Qué es esto? ¿Si fué cierta
Mi sospecha ? Ya prevengo
Mi disculpa.
DUQUE. (Ap.)
¿Que es posible
Que Laurencio sea traidor?
LAURENCIO.
¿Tú lágrimas , gran Señor?
Tú , á quien nada es imposible?
DUQUE.
Yo lloro, Laurencio, si;
Que disculpa en mi valor
bstar en mi pecho amor,
Y es niño, y llora por mi ;
Lloro, y pretende mí llanto
Mi ignorancia disculpar ;
Que es muy fácil de engañar
Un hombre que llora tanto.
Como la fortuna he sido,
Pues con mi necio favor
He dado el lugar mejor
A quien oo lo na merecido.
Muro soy , quise enlazar
La hiedra entre piedra y piedra ,
Y viene á ser esta hiedra
Quien me quiere derribar.
LAURENCIO.
No te entiendo ; solo digo
Que , aunque en callar tu secreto
Ganas nombre de discreto ,
No lo ganarás de amigo.
DÜQOB.
[ Ah Laurencio , á Dios pluguiera
No lo fuéramos los dos !
LAURENCIO.
¡Oh gran Señor ! ruego i Dios ,
Primero Laurencio muera.
DUQUE.
Cuando intenUsteis quebrar
Las estatuas que tema
Roma , y el pueblo os queria
Con justa causa matar,
i No os lihrA ? no os defendí ?
I p, '^ dí^ ^te estado
. ' «lUé no 08 he dado ?
H létydeini.
Víl:;'
2S4
Pues ¿por qué con Ul rigor
(Leedf, Laurencio) babeis querido
El nombre de agradecido
Trocar por el de traidor?
¿No sois mi dueño y amigo?
¿Porqué me queréis matar?
Por qué os queréis conjurar
Con Valorio, mi enemigo?
¿Tanta gente prevenida
Para matarme á traición?
¿No basta o A sinrazón
Para quitarme la vida?
Que estáis quejoso sospecho.
Solos estamos los dos;
Por mi os suplico y por Dios
Que me digáis qué os be hecho.
Si son celos, ¿á qué ñn ,
Si amáis á Isabela , amigo,
No os declarasteis conmigo
Cuando os hallé en el jardin?
No á una mujer, todo el mundo
Os diera, según os quiero,
Porqufiá Alejandro el primero
No ha de exceder al segundo.
Si es envidia de mi estado,
¿Qué envidiáis lo que tenéis?
Decidme lo (luc queréis
Y de qué estáis enojado.
Bien os podéis declarar;
Que aquí estamos sin testigos.
Laurencio , seamos amigos ;
Que yo os quiero perdonar.
LADREKCIO.
¡Ah señor! si vuestra alteza
Tal ha llegado á creer.
Solo puedo responder
Que me corte la cabeza.
Es verdad que yo escribí
A Valorio, y procurado
Ver quién esiá conjurado
En Florencia contra ti.
Con todos hice amistad
Por saber sus intenciones,
Y tratando estas traiciones,
Hice mayor mi lealtad.
Mil veces te he descubierto
Muchos traidores así,
Y si no fuera por mí ,
Quizá ya te hubieran muerto.
Juntar ahora quería
Tus contrarios en Florencia,
Para que sin resistencia
Los mataras en un dia.
Y si no t(* lo he contado.
Fué hasta tenerlo hecho.
Pensando que de mi pecho
Estuvieras confiado.
A Julio quise matar.
Porque uicen que trataba
Matarte , y se lo pagaba
Cosme, que quiere reinar;
Y ellos dos, sin duda han sido
Quien estas cartas te han dado ;
jtUn enemigo, un criado.
Son los hombres que has creído?
Esta carta de Isabela
Es falsa, no es de mi mano
Ni trae firma; este villano
Habrá hecho esta cautela.
Pregunta si tengo amor
A Isabela , mi señora ;
Ella vendrá á verte ahora ,
Y sabrás si fui traidor.
Sabe , Señor, de tu dama ,
Sí es verdad que te he ofendido,
Que si fuera su marido,
No la trajera á tu cíima ;
Y en tanto dame liceircla ,
Sí no me quieres matar.
Porque yo no pienso estar
En palacio ni en Florencia.
DfECO XIMENEZ DE ENCISO.
DUQQE.
¿Qué me dices? Que Isabehí
A mi gusto está rendida ?
Vuestra es , Laurencio, mi vida ;
Traición , engaño, cautela
Fué cuanto me habían contado,
Y por haberlo creído ,
Perdón mil veces os pido;
No estéis, Laurencio, enojado.
¿Qué os respondió la belleza
Que adoro ? ¿Mostró disgusto?
LADREIVCIO.
Solo en cosas de su gusto
Me hace merced vuestra alteza.
Fui , llegué , hablé y vencí ;
Temió Isabel tu crueldad ,
Rindióse , y por su beldad
Todo tu estado ofrecí ;
No pidió mas de una cosa.
DUQOE.
¿Qué fué, Laurencio?
LAURENCIO.
El secreto.
DUQUE.
Mil veces se lo prometo;
Es discreta cuanto hermosa.
LAURENCIO.
Dijo que no has de tener
En todo tu cuarto guarda.
DUQUE.
Quien á un seraGn aguarda,
¿Qué guardas ha menester?
Ni habrá guardas ni criados.
Yo solo en mi cuarto es|)ero;
Amigo, mirad que muero
A manos de mis cuidados.
Id presto por Isabel ,
Presto, presto ; que estoy loco.
Rendida Isabel, es poco
Mis estados.
LAURENCIO.
¿Ya soy fiel?
DUQUE.
Dame , Laurencio , los brazos.
LACRE.fCIO.
Mira, Señor, no te mate.
DUQUE.
Dejad ese disparate ;
Poned redes, armad lazos
Contra nuestros enemigos;
Que á fe que he cogido dos.
Que me han de pagar, por Dios ,
Ll revolver dos amigos.
LAURENCIO.
¿Quién son?
DUQUE.
No se ha de saber
Hasta que venga Isabela.
LAURENCIO.
Voy por ella. {Ap, Esta cautela
Ser duque me ha de valer.) (Vase,)
DUQUE.
¿Octavio ?
OCTAVIO. ,
¿Señor?
DUQUE.
Mandad
Que no haya en mi cuarto gente ,
Publicad que estoy ausente ,
Y luego al punto bajad
Por Julio y Cosnr.e al jardin,
Y en el cuurto de Laurencio'
Con secreto y con silencio
Los entrad ; ^a tendrá fin
El ídolo de Florencia ,
Y acabarán mis enojos ;
Cubrid á los dos fot ojos ,
Y prendedlos con prudencia ,
Sin que pueda haber testigos.
OCTAVIO.
Laurencio se habrá de holgar.
DUQUE.
En albricias le he de dar
Presos á sus enemigos.
Si los prendo en otra part« ,
Se ha de alborotar Florencia.
OCTAVIO.
Digo, Señor, que es prudencia;
Venza á la fortuna el arte.
Dame la llave, Sefior.
DUQUE.
Solo mi quietud procoro.
OCTAVIO. (Ap,)
No hay hombre que esté seguro
Del pecho de este traidor. (Ffie.)
DUQOK.
Quiero entrarme á desnudar;
¡ Válgame el cielo , que be oído
Un espantoso gemido !
Apenas acierto á andar.
Temblando de espanto estoy;
Allí una mujer roe Ilannr,
¿ Quién puede ser ? ¿ Si es mi dama ?—
Aguárdame, que ya voy. —
¿ Es aquel Laurencio? SI. —
Laurencio, ¿tanto rioor? —
Que me mata este traidor ;
Hola, gente.— ¿Estov eo si?
: Extraña melancolía !
Loco estoy, voyme á acontar ;
¡Cuan juntos suelen andar
El pesar y la alegría! (Fcm.)
Salen COSME v JULIO » qttíiini$iekt
ligoi ée l§i 0/9$,
cosn.
Aguarda, aguarda, no cierres.
Octavio , y verás coán presto
Acabo, como Sansón*
Con la vida y con el templo.
JULIO.
Esta es gran bellaqneria ,
No pudiera haberla hecho
Un zurdo ni un cejijunto.
¿ Ves algo T Que yo no veo.
cos«.
Solo veo mi desdicba;
Duen pago , Julio , buen premio
De mi lealtad ; ¿ dónde
JULIO.
No lo sé , que vine ciego ;
Mas, según la escnridaa ,
Estaremos en los tersos
De algún poeta muy culto;
¿ Estamos ahora baenosT
¡Oh lealudde BerceM!
Si hubiera en aquesta tiempo
Danés Urgel el Leal «
Fuera mas traidor que «n ourvo.
Yo temo que ha de matarme.
ItLIO.
Desto has de estar muy contento.
Porque dentro de cien aBos
Estarán los libros llenos
De tn nobleu y lealtad.
(Cam$ fM Unm tojiasru.)
Escucha , Jnlío ; qae pienso
Que abren la pMrti.
lOLIO.
Mal afió.
COSMB.
;0h qné terribto, oh qué feo
Es el rostro de la muerte !
Sin espada estoy , y ¿ qué barétnos?
JOLIO.
Morir, poes somos leales.
COSIIB.
¿AbríeroD, Julio?
JOLIO.
Yaabrieroti.
Sale LfeONORA.
LBOnOKA.
I Ob escura , apacible noche ,
Siempre piadosa á los ruegos
De Teolarosos amantes ,
En tos sombras me encomiendo ;
Favorece mi osadía. —
Laurencio , señor Laurencio.
cosin.
Julio , Toz es de mujer ;
Si es de Isabela , yo muero.
Eu piedra me he convertido.
lULlO.
Para marido eras bueno.
LEONOBA.
Laurencio , Isabela soy.
COSIIE.
At, Julio, rabio de celos ;
Isabela ha preguntado
Por Laurencio ; este aposento
Es de Laurenao sin duda.
JULIO.
Fingirme Laurencio quiero. —
Cé , Isabela , habla roas paso ;
Que debe de estar despierto
El Duque.
LBOlfOlA.
i Hacia dónde estás?
JCL10.
Conmigo mismo no acierto.
LEONOBA.
¿Estis solo?
J0UO.
Solo estoy,
Bien puedes darme dos besos.
LEOlfOBA.
¿Hase sabido de Cosme?
JULIO.
Si, Isabela, ya está preso.
LEOlfOBA.
Dale ffracias á bíí industria ;
Sibe Dios lo que me huelgo.
JUUO.
Dios te dé mocba salud.
LEOlfOBA.
: Caántas Teces perdí el sueño
Deseando esta ocasión ,
Para decirte el intento
Con que le negué á mi padre
El amor que te confieso !
Aborrécete de suerte ,
Qae, en sabiendo el casamiento,
le diera mil puñaladas.
JULIO.
Machas son; bastaban menos.
LEOBOBA.
CoD la llave que enviaste
He Tenido á tu aposento ,
Vergonzosa y afrentada
De mi amor y mis deseos.
LOS wtmm im ftA^MncuA,
Huélgome que eMés i escuras »
Y en este mudo silencio
Piensa el remedio de todo ,
Pues sabes que eres mi dueño*
COSttB.
El que has pensado, enemiga ,
Sera...
LEOBOBA.
Detente ; ¿qué es esto?
COSME.
Dar venganza á tanto agravio.
LEOHOBA.
¿Laurencio?
COSHE.
No soy Laurencio ;
Cosme soy.
LEOKOBA.
¡Válgame Dios!
Cosme , Señor, ¿ qué te be hecbo?
Advierte que soy Leonora.
COSME.
¿Quién?
LEOlfOBA.
Leonora.
JULIO.
Lindo cuento.
LEOlfOBA.
No me mates , oye un poco ;
Que , pues hoy mueren tus celos i
Bien puedes darme la vida.
COSME.
Loco me tiene el contento. —
Leonora , pues ¿cómo entraste
En el cuarto de Laurencio ,
Tomando el nombre á Isabela ,
Sin haber en su aposento
Luz , amante ni criado?
LEOlfOBA.
Es peregrino el suceso :
Por engaño me ha gozado
Laurencio , siempre fingiendo
Que soy Isabel.
COSME.
¿Qué dices?
LEOlfOBA.
La verdad , Cosme , te cuento;
Conmigo estuvo en su casa
En el jardín.
COSME.
i Santos cielos !
¿Cuándo>erecf este dia ?
Darte mil abrazos quiero.
¡Oh dichoso desengaño,
Dulce fin de tantos celos ! —
¿ Cómo os librasteis del Duque ?
LEONOBA.
Corrió la posta el cochero
Para llegar á mi muerte
Y á descubrir este enredo ;
La llave , el papel , las carfis ,
Todo es traza de mi ingenio ;
Que Isabel no tiene eufpa.
COSME.
Leonora, todo lo creo;
Que para mi desengaño
Bastaba hallarte aqui dentro. -—
i Ah , mi Isabela ofendida !
Tuyo soy, si quiere el cielo ;
Celebrad todos mi gusto.
JULIO.
¿No será mejor primero
Buscar por dónde escaparnos?
Que yo ne estado mas atento
A aquella palabra U(we
Que á tu amor i^á tu embeleco.» *
Dame la llave, Leotiora. .
COáME.
No temas ni tengas miedo;
Que yo te doy la palabra ,
Como noble caballero,
De ampararte.
LEOlfOBA.
Dios le guardé ;
Con eso he cobrado aliento.
Vamos y abriré la puerta,
COSME.
Tente , aguarda.
JULIO.
A lindo tiempo.
COSME.
Parece que oigo ruido ,
Y entre el confuso silencio
De la noche tristes voces.
JULIO.
I Válgame Dios! ¿qué es aquesto?
COSME.
Escucha , Julio.
JULIO.
Si escuclio.
{Ruido como que te queja el Duque.)
COSME.
¿Si será en el aposento
Del Duque, que está aquí cérea?
jAy Julio , gran mal sosfyecho !
El Duque es muerto sM duda.
JULIO.
¿Qué me dices?
COSME.
Lo que temo.
Solo esta vez me he turbado ,
Todo me ha cubierto un hielo ;
Julio , ¿escuchaste otros golpes?
No hay duda , Alejandro es muei^to,
Y yo he de vengar su muerte.
JULIO.
¿Otras lealtades tenemos?
COSME.
Para ahora es el valor;
Mi Julio , avisa al momento
Justicias y capitanes ,
Y á mis amigos y deudos
Diles todo lo que pasa ,
Y cómo tiene Laurencio
En Florencia foragidos ;
Toca al arma , cierra presto
Las puertas de la ciudad ,
Convoca en mi ayuda el pueblo.
Que me tiene grande amor ; •
Llamen á Isabel y á Cefio ,
Y prendan los conjurados. —
Tú, Leonor, despierta luego.
Si quieres vida , el palacio.—
Ea , valiente mancebo ,
Ea , Leonora gallarda ,
Que con la daga que tengo
He de dar muette al traidor,
O tengo de quedar nnierto.
(Yame,)
Sale^h DUQUE, tfeMMtf, ton un cah-
delero en la mano , una vela, un es-
eabelillo, muy herido y ensangren^
lado, Y LAURENCIO trat de él, con
una daga en la mano.
ouqOE.
¿Tú me matase
LADBEBCIO.
Yo te mato.
9S0
DOQÜK.
Hola , criados , favor.
LAURENCIO.
Muerte, tirano.
DUQUE.
¡Ob traidor!
¡Qué bien me pagas, ingrato!
¿Qué te be becbo?
LáUREIfCIO.
Darme celos.
DUQUE.
Ya yo te ofrecí mi dama.
LAURENCIO.
Quiero reinar, quiero fama.
DUQUE.
¡ Yaledme , piadosos cielos!
: Ab Cosme , amigo fiel,
Por mi mal no te creí,
Y boy me vengo á ver asi !
Ya yo estoy muerto ; cruel ,
Déjame.
LAURENCIO.
Acaba , tirano.
DUQUE.
Pero boy morirás conmigo.
LAURENCIO.
Suelta , Alejandro , enemigo ;
* Ay! el pulgar de la mano
Me ba arrancado con los dientes ;
¿Ay , que rabio de dolor !
¿ Qué es esto , iufame , traidor ?
Corazón , ¿esto consientes? —
El Duque cayó en la cama,
Quiero correr las cortinas. —
Alma , ¿qué es lo que adivinas?
Qué temes ó quién te llama ?
Qué baré? En extraña ocasión
Vino á palacio Isabela.
Apagado se ba la vela ,
Notable es mi confusión;
A Isabel quiero avisar
Y á Ceño ; yo eslov turbado.
¿Si daré aviso al Senado?
ibertad , (|uiero gritar,
Libertad. \o tengo atada
La lengua ; ¡notable miedo !
¡Libertad! Hablar no puedo.
COSME. (Dentro.)
La puerta tiene cerrada ;
i Qué maldad ! Ecbadla al suelo.
LAURENCIO.
¿Qué es esto? Dios sea conmigo ;
¿No es la voz de mi enemigo?
Castigo ba sido del cielo.
GOSXE.
Dictador , soldados , pueblo ,
Muerto es el duque Alejandro
En su cama á puñaladas.
OCTAVIO.
¿Aquf Laurencio encerrado?
COSME.
¡ Ab traidor ! que bas muerto al Duque.
LAURENCIO.
¡ Socorredme , cielos santos !
COSME.
No bao de valerte los pies.
DIEGO XIMENCZ DE ENCISO.
CEno.
Fortuna , ¡ tantos trabajos !
LEONORA.
¡Gran lástima ! Del balcón
A la calle se ba arrojado
Laurencio, y Cosme tras él.
ISABELA.
¡ Ay Dios! ¡sí seban muerto entrambos!
JULIO.
Yo voy también á arrojarme;
¡Vive Dios , que está muy alto!
TODOS. {Dentro.)
Muera el traidor, muera , muera.
COSME. {Dentro,)
Dejadme con él, soldados.
CEFIO.
Sin duda Laurencio es muerto.
Hoy dará fin de los Pazos
El nuevo enemigo mío.
Mirad desde aquí el palacio
Todo cubierto de gente ;
Mira el popular aplauso
Que lodos baccn á Cosme.
:Gran maldad! Los conjurados,
Los rebeldes foragidos
cViva Cosme muchos años»
Apellidan, «Cosme viva»
Repiten desde el villano
Al mas noble de Florencia ; ,
Los viejos V los mucbacbos
Van diciendlo «Viva Cosme»;
Hoy el prudente Senado
Le levanta por gran duque.
VOCES. {Gritan dentro.)
¡Viva Cosme mucbos años!
CEFIO.
Cumplióse mi maldición :
Murió el inrausto Alejandro
A las manos de su amigo ;
Duque es su mayor contrario.
JUMO.
Salto y brinco de placer.
Sale COSME y los demás.
COSME.
Murió el traidor á mis manos ;
Mil puñaladas le di ,
El corazón le be sacado,
Bebí su alevosa sangre «
Y en el mirador mas alto
He hecho poner su cuerpo
Para escarmiento de tantos. —
Mostrad le, para que teman
{Muestran á Laurencio muerto.)
Rebeldes y conjurados. —
Este es Laurencio, Florencia.
Escarmentad, ciudadanos;
Que aun no be vengado la muerte
Del malogrado Alejandro.
ISABELA.
Si acabará de vengarse
Vuestra alteza , cuyo estado
Dure mas que el mismo tiempo.
Señor, á mi padre anciano
Manda derribar del cuello
Su cabeza; que aquí estamos,
íí
Él para sufrir It mnerte ,
Yo para morir llorando.
COSME.
Yo responderé á so tiempo ,
Isabela , y entre tanto
Hago dictador perpetuo
A Otón , poraoe asi le pago
Haberme daao la Ttda ,
Y á Octavio mi secretario,
Y á Leonora entraré monja ,
Pues me encargué de so amparo. -
Y á ti , Julio Taleroso,
Por premiarte do te ctso ;
Yo te daré...
JUUO.
No des nada ;
Que con eso estoy pagado.
COSME.
Con todo , toma una vUlt
La mejor de mis estados ,
Y aquí verás cómo ei boena
La lealtad.
JUUO.
j Gentil despacho!
Ap. Agradécelo á la lláfe
e Leonora.)
G08MB.
i Estoy iofiando?
Cielos, ¿que ha llegado el dia?
Isabela , vo te be dado
Palabra de no casarme
Sin tu gusto , y boy me caso;
Mira si me das licencia.
ISABELA.
Señor , no estaba obligado
Un gran duque de Florencia
A cumplir lo que bajando
Cosme de Médicis.
COSIB.
Bien y
Pero siempre estimo tanto
La palabra que dio Cosme,
Que hoy te da el Daqne la mano;
Pide licencia á ta padre,
cino.
A tus pies arrodillado
Pido perdón de mia cnlpts.
C08HB.
Dadme , gran Cefio» kM braiof ,
Que de esu suerte os etitígo;
Lo pasado sea pasado.
ISABtLA.
Déjame besar tas pies.
COSBB.
No quieren eso mis brtiM.
Vamos á ver la Doqoesa,
Que , def mavada en sa cuarto ,
Aguardará al duqneniiefo,
Y a dar entierro á Alejandro;
Cuya verdadera bistoiia.
Como se ha representado*
La escriben muehos «llores.
JDUO.
No bas de llamarlos Sendo.
COSBB.
Pues con esto dará fin
Lo tragedia de At€¡miéf>
A
m\
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
L CIELO VIENE EL BUEN REY,
• ■ ^
GOIPCKSTA
POR DON RODUGO DE HERRERA.
PERSONAS.
SRIGO DE
EL DUQUE.
USANDRO.
MOSCÓN, gracioso.
BATO , villano,
LAURA , iu Mia.
LA REINA.
UN PáSTORQLLO.
M|)SICOf.
)A PRIMERA.
FEDERICO, alborotado,
lo ai vestuario.
EET.
f fuerle ,
la misma muerte ;
itrevido
li nombre esclarecido?
ra llama
las luces de mi fama ?
; enojos
los rayos de mis ojos?
i me rrfilo,
i al cielo no permito ?
»ersona
nlia la corona ;
presagio triste
medios de mi dicha asis-
D mis huellas [te,
( cielos las estrellas,
>ados muros
ílor uo están seguros ;
as alas
firmamento escalas.—
nios,
iided ; i qué desvarios!
;andro, moscón
KL DUQUE.
USA?(DRO.
MOSCOU.
§ desastre...
DCQOE.
¿Qué cuidado..
LlSAlfOBO.
MOSCÓN.
bligó?
DUQOE.
Te ha despertado?
REY. [do!),
Lisandro, Moscón, Duque (¡estoy perol-
Una ilusión no mas Tue del senado.
usAiiaiio.
Pues ¿cómo, grao sefior?
DOQOK.
Dinos la cansa.
MOSCOU.
Y en contar la ilusión do pongas pausa;
Que también en palacio! los boiones
Nos toca examinar las ilusiones.
BET.
Referiré á los tres lo que ha pasado»
Y no por dar alivio á mi cuidado,
Sino por hacer burla desta suerte
Del sueño, del temor y de la muerte.
A ese jardin de palacio
Esta mañana , contento,
Como acostumbro otras feces,
Sali á escuchar los parleros
Ruiseñores, que, trinando
Dulces y amantes requiebros ,
Remoras son de las aguas
Y sirena de los Yientoa;
Y contemplando en ios eoadros ,
De varias flores cubiertos,
Vi que galán el favonio.
Blandamente lisonjero,
A las mas reden naoldaa
Iba arrullando y B&eciendo
En sus verdes cunas, donde
Prisiones breves tuvieron.
Y acercándome 4.1a fuente
Que de Cupido y dcrVénns
Brotan dos estatuas vivas
De alabastro tan perfecto,
Que puede naturaleza
Rendir al arte su fngenio;
La imaginación llevada
De las caricias del sueño ,
En un éxtasis soapensa
Dejó el alma , recogiendo
Mis potencias y sentidos
En las prisiones del cnerpo;
Cuando la idea eonftisa
En aquel mortal belefio
Me representó á la vista
Lo que diré, estadme atentos.
Parecióme áne bi^Jaba
De lo mas aito del eiéío
Un pijaro hermoso, en qnlén
Eran tantea los relíelos
Despedidos de so» alas,
Que crei que estal» viendo
El iris, que en las tormentas
Muestra colores diversos
Y en giros tomasoladoi
Da la pai al bemlaCerlo ;
Y haciendo puntas y tomos
Sobre mi ooronat abriendo
El pico tenai, entonces
Dijo en humanos acentos
Estas ratones : c Urano
Rey de Sldlia , á quién dieron
Hircanas tigres, sin duda.
La substancia de sos pechos ^
i rótnA. fii . er"<^ i ^ **revne»
D«i.~,„. ^ -•
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238
Seca arista , frágil torre ,
Sí á los primeros encuentros
Has de ser burla del aire ,
Y de la tierra escarmiento?
. Si eres águila caudal ,
¿Cómo abales tanto el vuelo,
Cómo remontas tan poco
Tus altivos pensamientos?
En lo noble de mis puntas
Toma generoso ejemplo,
Pues constante, cara á cara,
Al sol los rayos le bebo.
No pierdas, no, por bastardo.
Tu legítimo derecho;
Y pues ciego en las porfías
Deslustras tu Daciputento,
De la corona real
De la púrpura y el cetro
Pienso despojarte abora.»
Y con el pico sangriento
La corona me llevó
De la cabeza , tan presto,
Que, aunque defenderla quise ,
No pude estorbar su intento ;
Y con vuelo arrebatado
Cortó las nubes ligero,
Siendo en el golfo del aire
Viva imitación del leño.
Que, sacudido del Noto,
Que, castigado del £uro.
Abollando montes de agua ,
Vuela con alas de lienzo;
Hasta que en un laberinto
De nubes quedó encubierto.
Sin que pudiesen mis ojos
Volver otra vez á verlo ,
Por mas que del laberinto
Procuraron ser Téseos.
De la Vision asustado.
Despertó mi pensamiento,
Y llamando á los sentidos ,
Sobre el caso discurrieron ;
Pero, como á la razón
Se debe lugar primero.
La razón me ba aconsejado
Que no le niegue á mi esfuerzo
Hacer caso de ilusiones;
Pues , cuando fuera decreto
Celestial este que he oído
(Lo que en un sue&o no apruebo),
Es tanta la bizarría
De mi corazón , que pienso
Que contra el decreto mismo
Se opusieran mis alientos.
¿A mí funestas visiones?
A mi presagios funestos?
¡Vivo yo, que estoy corrido.
Aunque no hago caso de! los!
{Ap. Fur burlas de sus amagos.
Saber de los tres deseo
Si en lo que he visto haber puede
Encubierto algún misterio.)
A ti , Lisandro, te loca ,
Por la experiencia de viejo.
Aconsejarme.— A tí. Duque,
Por mi privado y mi deudo. —
Tú , Moscón , por lo jocoso,
Siempre murmuras grosero
Las acciones de palacio ;
Y' asi, que digas pretendo
En esta ocasión también
Tu burlesco sentimiento,
Para que á Qo tiempo los cuatro
Del presagio nos burlemos ;
Para que la envidia vea,
Para que conozca el tiempo
Que no temo á las desdichas,
Ni á sus amagos no temo ;
Y que , á pesar de amenazas ,
Reinar eu Sicilia espero ,
Sin presagios, sin asombros.
Sin ilusiones, sio miedos.
DON RODRIGO DE HERRERA.
Sin azares, sin temores.
Sin prodigios, sin portentos;
Porque de mi gran valor.
De mi majestad é imperio.
No puede temerse mas
Ni puede esperarse menos.
DUQUE. (Ap,)
¡Grap soberbia!
LBAlfDRO. (i4p.)
¡ Presunción
Extraña !
REY. {Ap.)
Saber pretendo
De los tres las intenciones.
LISAKORO.
Responda el Duque primero
A la propuesta.
DUQUE. (Ap.)
Si digo
Que esta presagio es severo ,
Será fuerza que se enoje,
Y destcrráiiüomc, temo
Perder á Laura, á quien amo;
blsia vez de lisonjero
Me he de vestir.
lET.
Decid , Duque.
MOSCOff . {Ap.)
i Qué brava la estoy urdiendo I
DU^UE.
Claro se advierte. Señor,
Que el pájaro que ligero
Te arrebató la corona,
Es la fama, cuyo vuelo.
Tal vez licenciosa, llega
A lo mas alto y supremo
De las esferas ; y es claro
El ser la fama , supuesto
Que, siendo también deidad.
Envidiosa de tus hechos,
Te quiere usurpar la gloria.
Y en subir al cielo luego
Tu corona, dio á entender
8ue solo merece el cielo
uardar joya tan sagrada.
Porque sean sus luceros
El esmalte que la adorne.
Este es el feliz portento,
Si no me engaño, que has visto.
Donde claramente vemos
Cuánto á los cielos agrada
La constancia de tu reino.
Pues gustan que se coloque
Entre los astros mas bellos.
Bien discurre.
RET.
voscort.
(Ap. Quiero al Rey
Pagalle con la de rengo;
Que, si no lisonjeamos
b)n palacio, no comemos.)
Yo digo que el p^arole
Es el amor, que, aunque ciego.
También le pintan cou aUs
Los antiguos y modernos.
Este, viendo que, amoroso.
Como atrevido y severo,
A un tiempo eres fiel amante
Y eres valeroso á un tiempo.
Conociendo que le usurpas
El ser valiente y ser tierno,
A quitarte la corona
Vino en forma de mochuelo ,
Quizá para dedicarla
A Vulcano, que, aunque herrero.
Es on efecto su padre;
Porque es propio de los necios
Querer ostentar íiniijes,
Auuque en las malvas nacieroD ;
Si no es que se 1» llevó
Para coronar á Venas
En los jardines de Chipre
Por reina de tos deseos.
RET.
El que discurre tan bien
Merece, aunque es corto premio,
Esta cadena. (Dale um cadeno.)
MOSCÓN.
Será
Rico blasón de mi coello.
¿Es toda de oro?
RET.
¿Quién duda?
■OSGO.^.
Vivas mas años que aa eaerro.
(Ap. ¡Lo que vale la üioiúa!
Aprended , mirones, desto.)
RET.
Di, Lisandro, si has mirado
Con tu discurso y prudencia
Deste sueño la sentencia
Y deste engaño el cuidado ;
Que para que con verdad
Burle la deidad mas alta ,
Solo tu consejo falta ,
Solo falta tu piedad.
LISANPRO.
Si hay conocimiento eo U
De la verdad , gran señor,
Podrás saberla mejor
De ti propio que de mL
No pide otro documento
O la verdad ó el engaño,
Sino un propio desengaño
Y un propio conocimiento;
Y asi , entiendo que, an|U|U0 hm ^^^^
Su parecer los demás,
Al ün, Señor, quedares
Por tí mas desenga&jido»
RKT.
¿Te excusas de responder
A mi gusto ?
LISAKMM.
Simecxcoso;
Que estoy dudoso y confeso
Si agradarte be de saber;
Pues proponiendo lo gntlo .
Y no sola la verdad ,
No me deja libertad
De responder lo que •• jaala.
(Ap. Ya la diacorduda stelo
Que mis voces han do bacer.
Llegándose á enlroneltff
Entre las deste inttmwMnln:
Y aunque el alma laa eeMio
Y alabe la suavidad.
No ha de haber diflcallad
En que la cnerda ao quiebre.)
(AWIaeMi«IA#f.
Jamás pretendí con arte.
Oh gran monarca , deeirto
Lo que poede dlTerlirte,
Mas solo desengañarte ;
Y ahora mas, coando ea cierto
Alffun venidero daHo.
Advierto tu desengaño.
Y tu gran peligro advierto.
El sol tus años namero
Con los dias de su vida,
Y el ave propia homicida.
Que vive al punto qae mnipr^;
Tus hazafias solemniceb
Las mas remotas ragfionea,
Y tus Jnsignei blasones
Los mármoles etenrioen.
No Juzgues que es ilnaioa
El sueno, oh Rey, qno proTanu;
Antes por lisoi^aa
s que lo son ;
na deidad suprema ,
la adore el borabre»
u justicia asombre
>oder se tema,
tiempos pasados ,
lascara ai vicio ;
;ran desperdicio
)S mal gastados.
) que hay Deidad ,
acciones asiste,
i engañar pudiste
; la verdad ;
^ que está presente;
espera, aguarda;
larece que tarda ,
jue consiente,
r la inclemencia
lelo y no prohibe,
una mano escribe
erte la sentencia,
o que vestia
plumas bellas,
aban las estrellas
fuego despedía ;
í que, rompiendo
;upa el aire vano,
lurel soberano
estabas durmiendo,
o divino,
grande obstinación,
go ó el perdón ,
Josa , previno,
es de quitarte
no quiera el cielo
mpla mi recelo,
) que has de emendarte.
lET.
mosco:!.
podrá callar.
REY.
debe estar loco.
MOSCÓN.
:es vi hablar poco
ha excusado de hablar.
LISAMDRO.
Dor...
REY.
Basta ya;
zo lan fuerte habría,
ofenderme podría ,
rme el reino va?
que por escalas
de cielo en cielo,
1 empireo mi vuelo,
las etéreas salas,
i hay deidad que asombra,
10 rey soberbio humilla ,
de ser mi silla ,
[la de ser mi alfombra.
MOSCO .N.
barás á Moscón
no extraordinario ,
o el Aries ni Acuario,
icerni el Escorpión;
, Yaya con Dios ,
le enseña á hurtar;
, porque en adular
icemos los dos.
REY. {Á LUandro.)
mas en mi presencia,
go de Palermo;
i peñas de un yermo ,
fieras audiencia.
LISANDRO.
raidorme destierras,
:ulpas me castigas ;
iades, si , me obligas
DEL CIELO VIENE EL BUEN BEY.
Al albergue de una» sierras ,
A la rústica campaña
De unos brutos, de unas fieras.
Que, por no ser lisonjeras.
Menos su amistad me daña.
REY.
No tan lejos has de estar
De la corte; que he advertido,
Que, viendo lo que has perdido.
Te causará mas pesar.
La aldea que junto al baño
Adonde á bañarme voy
l£stá , por cárcel le doy
A tu fiero desengaño.
LIS ANDRÓ. (Ap.)
Al piadoso cielo rue^o
Que mitigue sus enojos.
REY.
¡ Que no te maten mis ojos !
Que no le abrase mi fuego !
Vete.
LI SANDRO.
Con gusto me voy.
Pues es el tuyo la ley.
REY.
Sabes que siempre soy rey.
LISANDRO.
Tú , que fiel vasallo soy. (Vau.)
DUQUE.
Señor...
REY.
No hay que replicar.
{Ap. Que, pues no miré al decoro
De su hija, á quien adoro.
No me queda que mirar.)
{Hablando con Moscón aparte,)
Hanme dado algún cuidado
De mi Laura los enojos.
MOSCÓN.
Mas bien gozarás sus ojos
No estando el padre á so lado.
DUQUE.
Y yo en perpetuo disgusto
Podré mas presto acabar.
Si es forzoso renunciar
En un tirano mi gusto.
REY.
Los cazadores prevén ;
Que con los halcones quiero
Olvidar á ese grosero.
MOSCÓN.
H:irás, gran señor, muy bien ;
Y de camino podrás
Gozar del baño templado ;
Que el calor es extremado.
REY.
Prevenido lo tendrás.
MOSCÓN.
A ponerlo por efeto
Mi voluntad se sujeta.
REY.
Aquel pájaro me inquieta.
MOSCÓN.
No á mi, que soy con respeto,
Cuando mis gracias ensayo,
Al pájaro semejante
En lo picudo y rapante ;
Mas de donde diere el rayo. (Vaie.)
Salen LA REINA y LAURA, dama.
REINA.
Mejor que yo alcanzarás ,
Laura, su perdón ahora.
LAURA.
Ya coDoceriSy sefiora ,
Qae de |pkl.ie|;iir« estás.
RUNA.
Vivas los años. Señor,
Que quien es tuya desea.
REY.
Y esos mismos años vea ,
Reina y señora, tu amor.
REINA.
(Ap. ¡Que disimule mis celos,
Temiendo una Urania,
Cuando en una dama mía
Conozco en el Rey desvelos ! )
A tus pies, Señor, te ruego
Vuelva Lisandro á la corte.
REY.
Es el castigo mi norte.
La venganza es mi sosiego.
REINA.
Mira bien que su ad?ertencia
Se ajusta coa la razoo ,
Porque estos amagos son
Del cielo.
, REY.
Ha sido imprudencia ,
Y la debo castigar.
REINA.
Antes fué conseja fiel.
R^Y.
¿ Venisme á rogar por él ,
O venisme á predicar?
REINA.
Llega tú , Laura , y suplica
Para tu padre el perdou.
LAURA.
Aunque es mucha mi razón ,
Eso á la razón implica.
DUQUE. (Ap.)
Perdóneme la lealtad
Que á un rey se debe tener.
Pues no tiene que perder
Quien pierde la libertad.
REINA.
Llega tü, Laura.
REY. (Ap.)*
Por verla
Solo pedirme y rogarme ,
Me parece que he acertado
En desterrar á su padre.
LAURA,
Los servicios que en tu casa ,
Siempre leal y constapte ,
Lisandro, Señor, te ha hecho,
Referirlos es cansarte;
Mas cuando nace el olvido
De ignorancia, no de achaque»
Si de venganza ó de enojo ,
El decirlos no es culpable ;
Pue:» es de razón tan fuerte.
Cuando la forman verdades.
Que, á pesar de los enojos.
Causa recuerdos bastantes.
Apenas hubo en Sicilia,
Cuando victorioso entraste
Por las puertas de Palermo
(A pesar del valgo infame).
Quien aclamase tu nombre;
Porque fué el temor bastante
Hacer que todos temiesen
Y tu poder recelasen ;
Cuando la espada en sa diestra ,
El enojo en su semblante.
La razón en lo prudente,
Y los premios en lo afable.
Volvió en amor los temores.
Lo aborrecible en lo amable,
Dejando en todo ta reino
Llanas las dificultades.
El de Ñapóles , vencido,
Quiso el p9saje estorbarte
232
JULIO.
Porque lo Irató conmigo,
Pretendiendo con recalos
Obligarme al homicidio ;
Mas yo, que loda mi vida
Mo ofendí á Dios en el quinto ,
Le dije que no mil veces;
Y asi , no anduvo advertido
En fiarme este secreto.
Aunque larde , lo previno
Con el porte del despacho.
COSME.
Amor y aji^ravios olvido
En tocándome en la vida
Del amigo mas querido ;
Curácier fué tu amistad ,
Pues del alma no han podido
Sacarte tantos agravios. —
Julio, yo me determino
A qne vamos á Florencia ;
Sepa el Duque los delitos
Deste traidor.
JULIO.
¿Estás loco?
¡Qué espantoso desatino!
Tú no subes lo que pasa ;
¿ No es mejor que entre estos riscos
Aprendamos á ermitaños.
Que en esta edad es oficio?
^ o apostaré (|ue á estas horas
Dentro en Florencia ha metido
Laurencio cuatro mil hombres,
Y mas , 9ue son infinitos
l^s linajes conjurados;
Que, como Alejandro ha sido
Muy tirano, están quejosos
Y afrentados los vecinos.
No vamos allá , Señor.
COSME.
¿Que en tan notable peligro
Está el gran duque Alejandro?
i Cuántas veces, señor mió ,
Te previne esta desdicha !
Mares son , que no son rios^
Mis ojos. — Julio, ¿qué haré?
;(^on qué industria, con qué arbitrio
Podré dar la vida al Du(¡ue ?
Pero ¿ para qué me aflijo ?
Yo voy á entrarme en Florencia,
Y con la espada que ciño
Te defenderé del mundo,
Y al son de mis tristes gritos
Moveré á pieÜad las piedras,
Si faltaren mis amigos.
Ya voy. ya voy, Alejandro ;
No temas, que yo estoy vivo,
Y si yo llegare tarde,
Al íin moriré contigo. —
Camina á Florencia, Julio.
JULIO.
Vive Dios , que vas perdido. ( Vaie,)
Salen LAURENCIO v LEONORA.
LAURENCIO. [dabas,
Perdona, que aunque supe aue aguar-
No he podido salir ; vengo ae Roma
De visitar al Papa , nuestro tio.
Que está muy malo.
LEO:VORA.
¿Y tú no vienes bueno?
LAURENCIO.
Yo vengo, mi Leonora, á tu servicio ;
¿Cómo está mi Isabel?
LEONORA.
Con gran cuidado.
LAURENCIO.
¿Dlóle mis cartas Julio, mi criado?
' DIEGO XIMENEZ DE ENCISO.
LEONORA. [nuevo?
De espacio estás; ¿no sabes qué hay de
Como en tus carUs á Isabel le mandas
Que favorezca á Cosme, fué á la ermita
üe la Virgen delHuerto, junto áTrebia,
Y sabiendo que el Duque andaba ácaza,
Casi á sus OJOS se arrojó en la quinta
De Cosme, donde el Duque los ha visto,
Y por poco perdiéramos las vidas.
LAURENCIO.
No pude desear mejor suceso, [seso.
Ya el Duque me lo ha dicho; pierdo el
Él fué á matar á Cosme por su mano.
Viendo el favor que tiene ese villano;
Librósdiá su pesar, y viene loco.
LEONORA.
Segnn era su gente, no fué poco ;
Metióse Cosme en el frondoso monte ,
Y del Duque temblaba el horizonte;
Isabela en el coche que tenia
Volaba apar del viento, no corría; [do.
Mas pienso que este Cosme es tan ama-
Que ios mismos soldados le han librado.
LAURENCIO. [deroso.
No importa , no ; que el Duque es po-
Él le vendrá á matar ; que está celoso.
LEONORA.
Dejemos esto, y vamos á otra cosa :
Un recaudo te traigo de tu esposa ;
Como negó á su padre el casamiento
En tu presencia , y por estar ausente,
No te na dicho la causa, está afligida.
LAURENCIO.
En tu boca, Leonor, está mi vida ;
Dime , ¿por qué lo hizo mi Isabela?
Que no en vano admiraba su mudanza ;
La industria de mujer todo lo alcanza.
LEONORA.
Porque su padre la matara luego
Si confesara que eras su marido;
Que el gusto que mostraba era fingido.
No se airevióádecirlopor sus cartas,
Ni aun de sus manos se atrevió á escri-
[birte;
Yo fui la secretaria en esU ausencia ;
Teme que ha de matarla.
LAURENCIO.
¡Extraño viejo!
LEONORA.
Pero Isabel te adora de tal suerte ,
Que vida le será por ti la muerte;
Quiere esU noche hacerte una visita
En tu cuarto.
LAURENCIO.
¿Qué dices?
LEONORA.
Lo que pasa,
Porque ya no es posible ir á su casa ;
Levantó las paredes , y el postigo
Lo tapió de tal suerte , que es ventura
Que aune! sol halle pasca la abertura.
No quiere que baya ku, Uenetergñeii-
LACRENCIO. I *■•
No te espantes, Leonora, ni te rías ;
Dila que noches be de hacer los dias.
Ni habrá gente ni luz ; pide otra cosa.
LEONORA.
Que de tu cuarto me bas de dar la llavci
Porque, si acaso sales coa el Duque,
No estemos en la calle.
LAURENCIO.
Bien previene ;
Mas, como el Duque y yo somos amigos,
El Duque tiene llave de mi coarto,
Y del cuarto del Duque yo la tengo,
Y son llaves maestras del palacio,
Y temo , como es unta la privanza ,
No quiera visiurme.
LEONORA.
Pues ¿qué importa? [le?
¿Habrá mas de esconderse en tu retre.
LAURENCIO.
Dices bien , ¿Isabela vendrá sola?
LEONOEA.
Yo me vendré con ella, pero al punto
Me volveré por si llamare el viejo.
LAURENCIO.
Esta es la llave, y esU una cadena
En albríciasdelgustoqaemebasdado;
Dila á Isabel... Has no la di|^ nada;
Di que el contento meba dejado mudo.
LEONORA.
Mujer que quiso bien « todo lo pudo.
LAURBNaO.
ti Duque sale ; vé con Dios , Leonora.
LEOHORA.
No verá la cadena mi se&ora. (VMse.)
Sale EL DUQUE.
LAURENCIO.
Leonora, ó tú roe engañas, ó yo sueño;
¿Isabela en mi casa y yo su dueño?
LEONORA.
Si , mas con Ul melindre y condiciones,
Oue te has de reir mucho; estáme aten-
[to.
Lo primero, que no ha de haber persona
Dentro en tu cuarto.
LAURENCIO.
Claro está, Leonora.
LEONORA.
Pues que no ha de estar claro es el
[segundo;
¿ Laurencio?
DÜOUI.
LAURENCIO.
¿ Gran seitorT
DUQUE.
Partios al punto,
Y decidle á Isabel (que ya ha tenido
De Trebia , según dyo el SecreUrío )
Que esta noche en su casa ó ea la mía
La he de gozar, 6 que he de dar la muer-
A su padre y á Cosme, su marido, [te
Por quien ya mis justicias han partido;
Esto ya no es amor, sino porfla.
LAURENCIO. (AP-)
Fortuna y celos, ya ha llegado d día;
Muera el Duque esta noche , muera el
[Duque;
NoUble traza el cielo me ht ofirecido.
DCOCI.
¿No vais, Laurencio?
LAOBERCIO.
Haz cuentaque he venido. (Fcfe.)
SMle OCTAVIO.
OCTAVIO.
No sé, Señor, si lo diga;
Cosme te pide licencia
Para hablarte.
DDQOE.
No hay paciencia;
¿Posible es que no castiga
El délo este atrevimiento?
Mátele luego la guarda.
OCTAVIO.
Muera Cosme.
Sale GOSMB.
COSIIB.
Espera, aguarda;
Oae DO merece mi intento
Tan rigaroso castigo.
DDQDE.
¿Ouiéres matarme, traidor?
¡Qué quieres aqui?
COSME.
Señor,
Déjenme á solas contigo;
Qae importa.
DÜQDB.
¿Conmigo á tí?
COSME.
Si ; que bien seguro estás.
DUQDE.
Aunque quieras , no podrás
Matarme. — Salios de aquí.—
(Yase Oaavio.)
;Qué quieres , que solo estoy?
Qué intentas?
COSME.
Desengañarte ;
Laurencio quiere matarte.
DUQUE.
¿A mi? Mientes , no te doy
Crédito , no be de ofender
Solo con el pensamiento
A Laurencio; mas tu intento
bien claro se deja ver.
¿>o bailaste otra traición
Con que disculpar las tuyas?
COSME.
Las traiciones son las suyas ,
Ljs lealtades mias son.
Lee estas cartas, y después
Me puedes mandar malar.
DUQUE.
>o bas de poderme engañar.
COSME.
Lee, y tú verás auién es ;
Libertar quiere a Florencia.
DUQUE.
Mira , Cosme , que es mi amigo
Laurencio, y que es tu enemigo ;
Repórtate , j con prudencia
Trata negocio tan grave ;
>o me bables, Cosme , asi
De quien quiero mas que á mí ;
Advierte que nadie sabe
Lo que se siente el dolor
Que está lidiando conmigo ;
Que la ofensa del amigo
Rs el agravio mayor.
Estoy , Cosme , por romper
L.as cartas; que mi aScion [Arrójalas.)
Es tal , que tan gran traición
Yo no la quiero creer.
COSME.
Es la enfermedad mayor
La rendida voluntad ;
Sana de tu enfermedad ,
Pasa la purga , Señor.
DUQUE.
(Le«.)cMi bien, yo be llegado bueno.»
iQué es esto , Cosme ?
COSME.
Lee mas.
DUQUE.
¿Porga de celos me das?
No es medicina , es veneno.
COSME.
Ue , y sabrás la ocasión
LOS MÉDICIS DE FLORENCIA.
De tus rabiosos recelos. .
Porque me maten tus oelos^
Fingió Isabel mi afición ;
Porc|ue la vieses conmigo ,
Sabiendo que ibas á caza.
Fué á visitarme, y fué traza
De Laurencio, mi enemigo.
Quien en su jardín bailaste
Fué á ese traidor, que no á mi ;
Julio me lo dijo asi.
Mira de quién te fiaste.
DUQUE.
No está esta carta firmada.
COSME.
¿Disculpas buscas á amor?
Lee la otra carta. Señor,
Donde verás confirmada
La mayor alevosía
Que cupo en pecho cristiano ;
Tu amigo, tu primo bermano
Contrasta tu monarquía ;
El pueblo y los foragidos
Contra ti están conjurados ;
Mas de cuatro mil soldados
Armados y prevenidos
Tiene dentro de Florencia ;
Abre los ojos , Señor.
DUQUE.
Basta , muera este traidor.
Pues la amistad , la clemencia...
¿Dónde está Julio?
HB
Llega, Julio.
COSME.
Aqui está.
Sale JULIO.
JULIO.
Estoy turbado.
DUQUE.
Julio, seáis bien llegado.
JULIO.
Beso tus pies.
DUQUE.
¿Quién podrá
Resistir tanto dolor?
Alzad del suelo, y creed ,
Julio , que os haré merced ;
¿Qué hay en esto?
JULIO.
Gran señor,
Verdad es cuanto ba contado
Cosme, y yo buen testigo
De lo que trató conmigo,
Y de haberme despachado
Con los pliegos que has leido.
Perdíme, á Cosme encontré.
Leyó las cartas , y á pié
A darte cuenta ha venido,
Sin que reparase en nada;
Que es notable su lealtad.
DUQUE.
Ejemplo de la amistad ,
Gloria de la edad dorada ,
Dadme, Cosme, mil abrazos.
Engañóme este traidor;
Yo me vengai;é.
COSME.
Señor,
Yo no merezco tus brazos ,
Déjame besar tus pies.
DUQUE.
Vos veréis lo que os Astimo;
Sois mi aipigo, y sois mi primo.
JULIO.
Laurencio , Señor.
COSME.
DUQUE.
Bajaos, Cosme, al cenador
Del jardin , porque el criado
No me escuche.
COSME.
Ten cuidado
No le mate este traidor.
{Vanse Cosme y Julio.)
Sale LAURENOID.
LAURENCIO.
Déme albricias vuestra alteza.
DUQUE. {Ap.)
Saltos me da el corazón ,
¿Qué haré?
LAURENCIO.
Señor, ¿qué ocasión
Causa tan grande tristeza?
DUQUE.
¿Venissolo?
LAURENCIO.
Solo vengo.
DUQUE.
Cerrad la puerta.
LAURENCIO.
¿La puerta?
DUQUE.
Si.
LAURENCIO. (Ap.)
¿Qué es esto? ¿Si fué cierta
Mi sospecha? Ya prevengo
Mi disculpa.
DUQUE. {Ap.)
¿Que es posible
Que Laurencio sea traidor?
LAURENCIO.
¿Tú lágrimas , gran Señor?
Tú , á quien ñaua es imposible?
DUQUE.
Yo lloro, Laurencio, si;
gue disculpa en mi valor
star en mi pecho amor,
Y es niño, y llora por mí ;
Lloro, y pretende mi llanto
Mi ignorancia disculpar i
Que es muy fácil de engañar
Un hombre que llora tanto.
Como la fortuna he sido ,
Pues con mi necio favor
He dado el lugar mejor
A quien no lo na merecido.
Muro soy , quise enlazar
La hiedra entre piedra y piedra ,
Y viene á ser esta hiedra
Quien me quiere derribar.
LAURENCIO.
No te entiendo ; solo digo
Que , aunque en callar tu secreto
Ganas nombre de discreto ,
No lo ganarás de amigo.
DUQUE.
! Ah Laurencio , á Dios pluguiera
No lo fuéramos los dos !
LAURENCIO.
¡Oh graur Señor ! ruego á Dios ,
#rimero Laurencio muera.
DUQUE.
Cuando intentasteis quebrar
Las estatuas que tenia
Roma , y el pueblo os quería
Con justa causa matar,
1 No os libre ? no os defendí ?
Y citando me dio este estado
El César , ¿ qué no os he dado ?
Dueño sois del y de mi.
I
I
\
S54
Pues ¿por qué con Ul rigor
ÍLeea , Laurencio) habéis querido
DI nombre de agradecido
Trocar por el de traidor?
I No sois mi dueño y amigo?
Á Por qué me queréis matar?
Por qué os queréis conjurar
Con Yaiorio, mi enemigo?
¿Tanta gente prevenida
Para matarme á traición?
¿No basta eA sinrazón
Para quitarme la vida?
Que estáis quejoso sospecho.
Solos estamos los dos;
Por mí os suplico y por Dios
Que me digáis qué os he hecho.
Si son celos, ¿á qué fin ,
Si amáis á Isabela, amigo,
No os declarasteis conmigo
Cuando os hallé en el jardin?
No á una mujer, todo el mundo
Os diera, según os quiero,
Porque á Alejandro el primero
No ha de exceder al segundo.
Si es envidia de mi estado,
¿Qué envidiáis lo que tenéis?
Decidme lo que queréis
Y de qué estáis enojado.
Bien os podéis declarar;
Que aquí estamos sin testigos.
Laurencio, seamos amigos ;
Que yo os quiero perdonar.
LAURENCIO.
¡Ah señor! si vuestra alteza
Tal ha llegado á creer,
Solo puedo responder
Que me corte la cabeza.
Es verdad que yo escribí
A Yaiorio, y procurado
Ver quién esiá conjurado
En Florencia contra tí.
Con todos hice amistad
Por saber sus intenciones,
Y tratando estas traiciones,
Hice mayor mi lealtad.
Mil veces te he descubierto
Muchos traidores así ,
Y si no fuera por mí ,
Quizá ya te hubieran muerto.
Juntar ahora quería
Tus contrarios en Florencia ,
Para que sin resistencia
Los mataras en un dia.
Y si no te lo he contado.
Fué hasta tenerlo hecho.
Pensando que de mi pecho
Estuvieras confiado.
A Julio quise matar.
Porque dicen que trataba
Matarte , y se lo pagaba
Cosme, que quiere reinar;
Y ellos dos, sin duda han sido
Quien estas cartas te han dado ;
¿Un enemigo, un criado.
Son los hombres que has creído?
Esta carta de IsaMa
Es falsa, no es de mi mano
Ni trae firma; este villano
Habrá hecho esta cautela.
Pregunta si tengo amor
A Isabela , mi señora ;
Ella vendrá á verte ahora ,
Y sabrás si fui traidor.
Sabe , Señor, de tu dama ,
Si es verdad que te he ofendido,
Que si fuera su marido.
No la trajera á tu cama ;
Y en tanto dame liceircia ,
Si no me quieres malar,
Porque yo no pienso estar
En palacio ni en Florencia.
DíBCO XIMENBZ DE raCISO.
DUQUE.
¿Qué me dices? Que Isabela
A mi gusto está rendida?
Vuestra es , Laurencio, mi vida ;
Traición , engaño, cautela
Fué cuanto me habían contado,
Y por haberlo creído ,
Perdón mil veces os pido;
No estéis, Laurencio, enojado.
¿Qué os respondió la belleza
Que adoro ? ¿Mostró disgusto?
LAURCrtCIO.
Solo en cosas de su gusto
Me hace merced vuestra alteza.
Fui , ll^ué , hablé y vencí ;
Temió Isabel tu crueldad ,
Rindióse , y por so beldad
Todo tu estado ofrecí;
No pidió mas de una cosa.
DUQUE.
¿Qué fué, Laurencio?
LAUBERCIO.
El secreto.
DUQUE.
Mil veces se lo prometo;
Es discreta cuanto hermosa.
LAURENCIO.
Dijo que no has de tener
En todo tu cuarto guarda.
DUQUE.
Quien á un serafin aguarda,
¿Qué guardas ha menester?
Ni habrá guardas ni criados.
Yo solo en mi cuarto espero;
Amigo, mirad que muero
A manos de mis cuidados.
Id presto por Isabel ,
Presto, presto ; que estoy loco.
Rendida Isabel, es poco
Mis estados.
LAURENCIO.
¿Ya soy fiel?
DUQUE.
Dame , Laurencio , los brazos.
LAURENCIO.
Mira, Señor, no te mate.
DUQUE.
Dejad ese disparate ;
Poned redes, armad lazos
Contra nuestros enemigos;
Que á fe que he cogido dos.
Que me han de pagar, por Dios ,
El revolver dos amigos.
LAURENQO.
¿Quién son ?
DUQUE.
No se ha de saber
Hasta que venga Isabela.
LAURENCIO.
Voy por ella. {Ap, Esta cautela
Ser duque me ha de valer.) (Tase.)
DUQUE.
¿Octavio?
OCTAVIO. ,
¿Señor?
DUQUE.
Mandad
Que no haya en mi cuarto gente ,
Publicad (|ue estoy túsente ,
Y luego al punto bajad
Por Julio y Cosme al jardin ,
Y en el cuarto de Laurencio'
Con secreto y con silencio
Los entrad ; ^a tendrá fio
El ídolo de Morencia ,
Y acabarán mis enojos ;
Cubrid á los doi lof ojos ,
Y prendedios con prudencia ,
Sin que pueda haber testigos.
OCTAVIO.
Laurencio se habrá de holgar.
DUQUE.
En albricias le he de dar
Presos á sus enemigos.
Si los prendo en otra parte ,
Se ha de alborotar Florencia.
OCTAVIO.
Digo, Señor, que es pradenela ;
Venza á la fortuna el arte.
Dame la llave, Sefior.
DUQUE.
Solo mi quietad procaro.
OCTAVIO. (Ap.)
No hay hombre que esté iegaro
Del pecho de este traidor. (F«^-)
DUQOE.
Quiero entrarme á desnudar;
¡ Válgame el cielo , que be oido
Un espantoso gemido !
Apenas acierto á andar.
Temblando de espanto estoy;
Allí una mujer me llamar,
¿ Quién puede ser T ¿ Si es mí dama ?—
Aguárdame, que ya voy. —
1 fcis aquel Laurencio? Si. —
Laurencio, ¿tanto ri^or? —
Que me mata este traidor;
Hola, gente.— ¿Estoy oo mlt
: Extraña melancolía !
Loco estoy, voyme á aoostar ;
¡Cuan juntos suelen andar
El pesar y la alegría! (Fai«.)
Salen COSME t JULÍO, pMné$ulM
ligoi de /m ti^i.
COSR.
Aguarda, aguarda, oo cierres.
Octavio , y verás coén presto
Acabo, como Sansón,
Con la vida y con el templo.
lOUO.
Esta es gran beltaqneria.
No pudiera haberla beebo
Un zurdo ni un ceJUanto.
¿ Ves algo ? Que yo no too.
eos».
Solo veo mi desdicha;
Huen pago , Julio , buen premio
De mi lealud; ¿dónde eal—üit
JULIO.
No lo sé , que vine ciego ;
Mas, según la escaridad.
Estaremos en los versos
De algún poeta muy coito;
¿ Estamos ahora buenos T
¡Oh lealtad de Bercebá!
Si hubiera en aqneito tiempo
Danés Urgel el Leal «
Fuera mas traidor qoe u
com.
Yo temo que ha de miarme.
JDLIO.
Desto has de estar muy contento.
Porque dentro de cien a&os
Estarán los libros llenos
De ta noble» y leaNnd.
(CMMfwelfin/fl
.)
Escucha , Julio ; qne pienso
Qoe abren la pneiti.
JULIO.
Mafio.
COSHfe.
;0h qué terrible, ob qué feú
Es el rostro de la muerte !
Sin espada estoy , y ¿ qué barétnos?
JOLIO.
Morir, paes somos leales.
COSME.
¿ Abrieron, Jolio?
JOLIO.
Ya abrieron.
Sah LEONORA.
LBOlfOftA.
I Ob escura , apacible noche ,
Siempre piadosa á los ruegos
De veoiarosos imantes ,
En tas sombras me encomiendo ;
Favorece mi osadía. —
Laurencio , señor Laurencio.
cosn.
JoJio , Toz es de mujer ;
Si es de Isabela , yo muero.
Eu piedra me be convertido.
JULIO.
Para marido eras bueno.
LEONORA.
Laurencio , Isabela soy.
COSME.
Aj, Julio, rabio de celos ;
Isabela ba preguntado
Por Laurencio^ este aposento
Es de Laureoao sin duda.
JULIO.
Fingirme Laurencio quiero. —
Cé , Isabela , babta roas paso ;
One debe de estar despierto
El Duque.
LBOlfOBA.
i Hicia dónde estás?
JULIO.
Conmigo mismo no acierto.
LBOIIORA.
¿Estás solo?
JULIO.
Solo estoy,
Bien puedes darme dos besos.
LEONORA.
¿Hase sabido de Cosme?
JULIO.
Si, Isabela, ya está preso.
LEONORA.
Dale ffracias á mi industria ;
Sabe Dios to que me buelgo.
JUUO.
Dios te dé mtfdMi sahid.
LEO^fORA.
¡Cuántas Teces perdí el sueño
Deseando esta ocasión ,
Para decirte el intento
Con que le negué á nrt padre
El amor que te confieso !
Aborrécete de suerte ,
Que , en sabiendo el casamiento,
ie diera mil puñaladas.
JULIO.
Machas son; bastaban menos.
LEONORA.
Con la I1a?e que enyiaste
Be Tenido á tu aposento ,
Vergonzosa y afrentada
De mi amor y mis defteos^
LOS MÉDtGld IMS I^L6Afi!«C!A.
Huélgome que eltés á escuras ,
Y en este mudo silencio
Piensa el remedio de todo ,
Pues sabes que eres mi dueño.
COSME.
El que has pensado, enemiga,
Será...
LEONORA.
Detente ; ¿qué es esto?
COSME.
Dar venganza á tanto agravio.
LEONORA.
¿Laurencio?
COSME.
No soy Laurencio ;
Cosme soy.
LEONORA.
¡Válgame Dios!
Cosme , Señor, ¿ qué te he becbo?
Advierte que soy Leonora.
COSME.
¿Quién?
LEONORA.
Leonora.
JULIO.
Lindo cuento.
LEONORA.
No me mates , oye un poco ;
Que , pues boy mueren tus celos ,
Bien puedes oarme la vida.
COSME.
Loco me tiene el contento. —
Leonora , pues ¿cómo entraste
En el cuarto de Laurencio ,
Tomando el nombre á Isabela ,
Sin haber en su aposento
Luz , amante ni criado?
LEONORA.
Es peregrino el suceso :
Por engaño me ha gozado
Laurencio , siempre fingiendo
Que soy Isabel.
COSME.
¿Qué dices?
LEONORA.
La verdad , Cosme , te cuento;
Conmigo estuvo en su casa
En el jardín.
COSME.
¡ Santos cíelos !
¿Cuándo'merecf este dia ?
Darte mil abrazos quiero.
i Oh dichoso desengaño,
Dulce fin de tantos celos ! —
¿Cómo os librasteis del Duque?
LEONORA.
Corrió la posta el cochero
Para llegar á mi muerte
Y á descubrir este enredo ;
La llave , el papel , las carOs ,
Todo es traza de mi ingenio ;
Que Isabel no tiene eulpa.
COSME.
Leonora , todo lo creo;
Que para mi desengaño
Bastaba hallarte aqui dentro. — -
i Ah , mi Isabela ofendida !
Tuyo soy, sí quiere el cielo ;
Celebrad todos mi gusto.
JULKk
¿ No será mejor primero
Buscar por dónde escaparnos?
Que yo oe estado mas atento
A aquella palabra llave
Que á tu amor n^k ta embeleco.» '
Dame la llave, LeOtHnra.
COáME.
No temas ni tengas miedo;
Que yo te doy la palabra ,
Como noble caballero,
De ampararte»
LEONORA.
Dios te euarde ;
Con eso be cobrado aliento.
Vamos y abriré la puerta,
COSME.
Tente, aguarda.
JULIO.
A lindo tiempo.
COSME.
Parece que oigo ruido ,
Y entre el confuso silencio
De la noche tristes voces.
JULIO.
¡ Válgame Dios! ¿qué es aqueáto?
COSME.
Escucha , Julio.
JULIO.
Sí escucho.
{Ruido como que se queja el Duque.)
COSME.
¿Si será en el aposento
Del Duque, que está aqui cérea?
¡Ay Julio , gran mal sosfrecho !
El Duque es muerto süt dttda.
JULIO.
¿Qué me dices?
COSME.
Loque temo.
Solo esta vez me he turbado ,
Todo me ha cubierto un hielo ;
Julio , ¿escuchaste otros golpe.<;?
No hay duda , Alejandro es muerto,
Y yo be de vengar su muerte.
JULIO.
¿Otras lealtades tenemos?
COSME.
Para ahora es el valor;
Mi Julio , avisa al momento
Justicias y capitanes ,
Y á mis amigos y deudos
Diles todo lo que pasa ,
Y cómo tiene Laurencio
En Florencia foragidos ;
Toca al arma , cierra presto
Las puertas de la ciudad ,
Convoca en mi ayuda el pueblo.
Que me tiene grande amor ; •
Llamen á Isabel y á Cefio ,
Y prendan los conjurados. —
Tú, Leonor, despierta luego.
Sí quieres vida , el palacio.—
Ea , valiente mancebo ,
Ea , Leonora gallarda ,
Que con la daga que tengo
He de dar muerte al traidor,
O tengo de quedar muerto.
(Vamt.)
SaleEL DVQflEydeÉmíéh, con Ufé eañ^
delero en la mano , una vela, un es-
cabelillo, muy herido y emangren"
lado, Y LAURENCIO Iras de él, con
una daga en la mano.
Tú me matas?
0U(^
UE.
LAURENCIO.
Yo te mato.
SS6
Hola , criados , favor.
LAURENCIO.
Maerte, tirano.
DUQDK.
¡Ob traidor!
i Qué bien me pagas , ingrato !
¿Qaéte lie becbo?
LAURENCIO.
Darme celos.
DUQUE.
Ya yo le ofrecí mi dama.
LAURENCIO.
Quiero reinar, quiero fama.
DUQUE.
¡Yaiedme , piadosos cielos!
¡ Ah Cosme , amigo fiel,
Por mi mal no te creí ,
Y hoy me vengo á ver asi !
Ya yo estoy muerto ; cruel ,
Déjame.
LAURENCIO.
Acaba , tirano.
DOQUK.
Pero boy morirás conmigo.
LAURENCIO.
Suelta , Alejandro , enemigo;
' Ay! el pulgar de la mano
Me ba arrancado con los dientes ;
¿Ay , que rabio de dolor !
¿ Qué es esto , infame , traidor ?
Corazón , ¿esto consientes?—
El Duque cayó en la cama ,
Quiero correr las cortinas. —
Alma , ¿qué es lo que adivinas?
Qué temes ó quién te llama ?
Qué baré? En extraña ocasión
Vino á palacio Isabela.
Apagado se ba la vela ,
Notable es mi confusión;
A Isabel quiero avisar
Y ¿ Ceño ; yo estoy turbado.
¿Si daré aviso al Senado?
ibertad , auiero gritar.
Libertad. Yo tengo atada
La lengua ; ¡notable miedo !
¡ Libertad ! Hablar no puedo.
COSME. {Dentro.)
La puerta tiene cerrada ;
¡ Qué maldad ! Ecbadla al suelo.
LAURENCIO.
¿Qué es esto? Dios sea conmigo ;
¿No e) la voz de mi enemigo?
Castigo ba sido del cielo.
COSME.
Dictador , soldados , pueblo ,
Muerto es el duque Alejandro
En su cama á puñaladas.
OCTAVIO.
¿Aqui Laurencio encerrado?
COSME.
¡ Ah traidor ! que has muerto al Duque
LAURENCIO.
i Socorred me , cielos santos !
COSME.
No bao de valerte los pies.
DIEGO XIMENEZ DE ENCISO.
CEFIO.
Fortuna , ¡ tantos trabajos !
LEONORA.
i Gran lástima ! Del balcón
A la calle se ba arrojado
Laurencio, y Cosme tras él.
ISABELA.
¡ Ay Dios! ¡si se han muerto entrambos!
JULIO.
Yo voy también á arrojarme;
¡Vive Dios , que está muy alto!
TODOS. {Dentro.)
Muera el traidor, muera , muera.
COSME. {Dentro,)
Dejadme con él, soldados.
CEFIO.
Sin duda Laurencio es muerto.
Hoy dará fín de los Pazos
El nuevo enemigo mió.
Mirad desde aqui el palacio
Todo cubierto de gente ;
Mira el popular aplauso
Que todos hacen á Cosme.
:Gran maldad! Los conjurados,
Los rebeldes foragidos
«Viva Cosme muchos años»
Apellidan, «Cosme viva»
Repiten desde el villano
Al mas noble de Florencia ;
Los viejos V los muchachos
Van diciendo «Viva Cosme»;
Hoy el prudente Senado
Le levanta por gran duque.
VOCES. {Gritan dentro.)
¡Viva Cosme muchos años!
CEFIO.
Cumplióse mi maldición :
Murió el infausto Alejaodro
A las manos de su amigo ;
Duque es su mayor contrario.
JULIO.
Salto y brinco de placer.
Sale COSME y los devás.
COSME.
Murió el traidor á mis manos ;
Mil puñaladas le di ,
El corazón le he sacado,
Bebi su alevosa sangre ,
Y en el mirador mas alto
Hu hecho poner su cuerpo
Para escarmiento de tantos. —
Mostradle , para que teman
{Muestran d Laurencio muerto.)
Rebeldes y conjurados. —
Este es Laurencio, Florencia.
Escarmentad, ciudadanos;
Que aun no be vengado la muerte
Del malograd o Alejandro.
ISABELA.
Sí acabará de vengarse
Vuestra alteza , cuyo estado
Dure mas que el mismo tiempo.
Señor, á mi padre anciano
Mnnda derribar del cuello
Su cabeza; que aqui estamos,
lí
Él para sufrir It muerte ,
Yo para morir llorando,
cosns.
Yo responderé á su tiempo ,
Isabela , y entre tanto
Hago dictador perpetuo
A Otón , poraue así le pago
Haberme daao la ?ida ,
Y á Octavio mi secretario,
Y á Leonora entraré monja ,
Pues me encargué de so amparo. -
Y á ti , Julio valeroso.
Por premiarte do te caso ;
Yo te daré...
JUUO.
No des nada ;
Que con eso estoy pagado.
COSHB.
Con todo , toma ont viHa
La mejor de mis estados,
Y aquí verás cómo es boena
La lealtad.
jmjo.
I GentU despacho!
Ap, Agradécelo á la llave
e Leonora. )
COSME.
¿Estoy soñando?
Cielos , ¿ que ha llegado el día ?
Isabela , vo te be dado
Palabra de no casarme
Sin tu gusto , y hoy me caso ;
Mira si me das licencia.
ISABELA.
Señor , no estaba obligado
Un gran duque de Florencia
A cumplir lo que ba jarado
Cosme de Médicis.
cosas.
BieOt
Pero siempre esümo tanto
La palabra que dio Cosme»
Que hoy te da el Duque la mano;
Pide licencia á ta padre.
cario.
A tus pies arrodillado
Pido perdón de mis culpas.
COSME.
Dadme , gran Cefio, los braios «
Que de esu suerte os castigo ;
Lo pasado sea pasado.
ISABELA.
Déjame besar tus pies.
COSME.
No quieren eso mis braiot.
Vamos á ver la Daquesa*
Que , def mavada en sa coarto ,
Aguardará al doqaenoe^«
Ya dar entierro á Alejandro ;
Cuya verdadera historia.
Como se ha representado»
La escriben níiuebos aotores.
JOUO.
No has de Hamarios Seoido.
COSME.
Pues con esto dará fin
La tragedia de Ateimién.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
DEL CIELO VIENE EL BUEN REY,
COMPUESTA
POR DON RODRIGO DE HERRERA.
PERSONAS.
EL REY FEDERICO DE
SICILIA.
ÁNGEL.
EL DUQUE.
LISANDRO.
MOSCÓN, gracioso.
BATO , villano.
LAURA , su hi¡a.
LA REINA.
UN PASTORCILLO.
Mifsicos.
JORNADA PRIMERA.
Sale EL REY FEDERICO, alborotado,
mirando al vestuario.
RET.
Soeño pesado y fuerte ,
Iniágeo fea de la misma maerle ;
¿Cómo te has atrevido
Al blasón de mi nombre esclarecido?
Cómo ta obscura llama
Podrá eclipsar las luces de mí fama ?
iTu con ciegos enojos
Piensas turbar los rayos de mis ojos?
¿No Tes que, si me rrrilo,
Aan esa gloria al cielo no permito?
Ed vano á mi persona
QoiUrás de Sicilia la corona ;
j}ae aunque el presagio triste
Siempre en los medios de mi dicha asis
También sabrán mis huellas [te,
Dominar eu lot cielos las estrellas,
Y aun sus sagrados muros
De mi noble valor no están seguros;
Poes con ligeras alas
Sabré poner al firmamento escalas.—
Hola, criados mios ,
Escachad» atended ; ¡qué desvarios!
Saltn LISANDRO, MOSCÓN
T EL DUQUE.
LISANDRO.
íQuépena...
llOSCOIf.
¿Qué desastre...
DDOOE.
¿Qué cuidado...
LISANDRO.
Te aflige?
■OSCOlf.
Te obligó?
DÜQCE.
Te ha despertado?
MT. [do!),
Lisaudro, Moscón, Duque (¡estoy perdi-
Una ilusión no mas fué del sentido.
USAIIDRO.
Pues ¿cómo, gran sefior ?
ODQOB.
Dlnos la causa.
HOSCOlf.
Ven contar la ilusión no pongas pausa;
Que también en palacio á los bufones
Nos toca examinar las ilusiones.
REY.
Referiré á los tres lo que ha pasado,
Y no por dar alivio & mi cuidado.
Sino por hacer burla desta suerte
Del sueño, del temor y de la muerte.
A ese jardin de palacio
Esta mañana, contento,
Como acostumbro otras veces.
Salí á escuchar los parleros
Ruiseñores, que, trinando
Dulces y amantes requiebros ,
Remoras son de las aguas
Y sirena de los vientos ;
Y contemplando en los cuadros ,
De varias flores cubiertos,
Vi que galán el favonio ,
Blandamente lisonjero,
A las mas recieo nacidas
Iba arrullando y meciendo
En sus verdes cunas, donde
Prisiones breves tuvieron.
Y acercándome ^Jsi ñiente
Que de Cupido y de Venas
Brotan dos estatuas vivas
De alabastro tan perfecto,
Que puede naturaleza
Rendir al arte su fngenlo;
La imaginación llevada
De las caricias del soeño.
En un éxtasis suspensa
Dejó el alma , recogiendo
Mis potencias y sentidos
En las prisiones del cuerpo;
Cuando la idea confusa
En aquel mortal beleño
Me representó á la vista
Lo que diré, estadme atentos.
Parecióme que bajaba
De lo mas alto del cielo
Un pájaro hermoso, en quien
Eran tantos los reflejos
Despedidos de sus alas.
Que creí que estaba viendo
El iris, que en las tormentas
Muestra colores diversos
Y en giros tornasolados
Da la paz al hemisferio ;
Y haciendo puntas v tornos
Sobre mi corona, abriendo
El pico tenaz , entonces
Dijo en humanos acentos
Estas razones : c Tirano
Rey de Sicilia , á ouién dieron
Hircanas tigres, sm duda.
La substancia de sus pechos ,
¿Cómo, di , cruel , te atreves»
Desvanecido y soberbio,
A profanar el decoro
De los divinos preceptos?
Cómo no guardas justicia ,
Permitiendo que en tu reino
Descubierto el riffor ande
Y^sté el buen celo enculiierto;
Que el pobre padezca injurias,
Que el rico logre trofeos,
Perdoa el facinei^oso,
Y el obediente desprecios?
iNo adviertes que tu grandeza
Es frágil arista al viento.
Torre a la furia del rayo,
Flor á las iras del cierzo?
¿Cómo dices de constante ,
Cómo blasonas de eterno,
Seca arista , frágil torre,
Sí á los primeros encuentros
Has de ser Imrla del aire ,
Y de la tierra escarmiento ?
. Si eres águila caudal ,
¿Cómo abates tanto el vuelO;
Cómo remontas tan poco
Tus altivos pensamientos?
En lo noble de mis puntas
Toma generoso ejemplo,
Pues constante, cara á cara,
Al sol los rayos le bebo.
No pierdas, no, por bastardo,
Ta legitimo derecho ;
Y pues ciego en las porfías
Deslustras tu oacimlenio,
De la corona real
De la púrpura y el cetro
Pienso despojarte ahora.»
Y con el pico sangriento
La corona me llevó
De la cabeza , tan presto.
Que, aunque defenderla quise ,
No pude estorbar su intento ;
Y con vuelo arrebatado
Corló las nubes ligero ,
Siendo en el golfo del aire
Viva imitación del leño,
Que, sacudido del Noto,
Que, castigado del Euro,
Abollando montes de agua ,
Vuela con alas de lienzo;
Hasta que en un laberinto
De nubes quedó encubierto,
Sin que pudiesen mis ojos
Volver otra vez á verlo ,
Por mas que del laberinto
Procuraron ser Téseos.
De la visión asustado ,
Despertó mi pensamiento,
Y llamando á los sentidos ,
Sobre el caso discurrieron ;
Pero, como ¿ la ruzon
Se debe lugar primero^
La razón me ha aconsejado
Que no le niegue á mi esfuerzo
Hacer caso de ilusiones;
Pues , cuando fuera decreto
Celestial este que he oído
(Lo que en un sueño no apruebo),
£s tanta la bizarría
De mi corazón , que pienso
Que contra el decreto mismo
Se opusieran mis alientos.
¿A mi funestas visiones?
A mi presagios funestos t
¡Vivo yo, que estoy corrido.
Aunque no hago caso del los!
(i4p. Por burlas de sus amagos,
Saber de los tres deseo
Si en lo que he visto haber puede
Encubierto algún misterio.)
A ti , Lisandro, te toca ,
Por la experiencia de yiejo.
Aconsejarme.— A ti. Duque,
Por mi privado y mi deudo. —
Tú , Moscón , por lo jocoso.
Siempre murmuras grosero
Las acciones de palacio ;
Y así, que digas pretendo
En esta ocasión también
Tu burlesco sentimiento.
Para que á un tiempo los cuatro
Del presagio nos burlemos ;
Para que la envidia vea.
Para que conozca el tiempo
Que no temo á las desdichas.
Ni á sus amagos no temo ;
Y que , á pesar de amenazas ,
Reinar en SiciUa espero ,
Sin presagios, sin asombrof.
Sin Ilusiones, sio miedos.
DON RODRIGO DE HERRERA.
Sin azares, sin temores.
Sin prodigios, sin portentos;
Porque de mi gran valor.
De mi majestad é imperio ,
No puede temerse mas
Ni puede esperarse menos.
DUQUE. {Ap.)
i Grap soberbia!
LISANDRO. (Ap.)
\ Presunción
Extraña !
BEY. {Ap.)
Saber pretendo
De los tres las intenciones.
LISANDRO.
Responda el Duque primero
A la propuesta.
DDQOE. (Ap.)
Si digo
Que este presagio es sav«n> t
Será fuerza que se enoje,
Y desterrándome, temo
Perder á Laura, á quien amo ;
Esta vez de lisonjero
Me he de vestir.
lET.
Decid , Duque.
«OSCOff. (Ap.)
i Qué brava la estoy urdiendo !
DUQUE.
Claro se advierte, Señor,
Que el pájaro que ligero
Te arrebató la corona.
Es la fama , cuyo vuelo.
Tal vez licenciosa, llega
A lo mas alto y supremo
De las esferas; y es claro
El ser la fama , supuesto
Que, siendo también deidad.
Envidiosa de tus hechos.
Te quiere usurpar la gloria.
Y en subir al cielo luego
Tu corona, dio & entender
8ue solo merece el cielo
uardar joya tan sagrada.
Porque sean sus luceros
El esmalte que la adorne.
Este es el feliz portento.
Si no me engaño, que bas visto.
Donde claramente vemos
Cuánto á los cielos agrada
La constancia de tu reino.
Pues gustan que se coloque
Entre los astros mas bellos.
Bien discurre.
REY.
«oscoii.
(Ap. Quiero al Rey
Pagalle con la de rengo;
Que, si no lisoiúeamos
En palacio, no comemos.)
Yo digo que el pajaróte
Es el amor, que, aunque ciego.
También le pintan cou alAS
Los antiguos y modernos.
Este, viendo que, amoroso.
Como atrevido y severo,
A un tiempo eres fiel tmtnte
Y eres valeroso á uú tiempo,
Conociendo que le usurpas
El ser valiente y ser tierno,
A quitarte la corona
Vino en forma de mochuelo ,
Quizá para dedicarla
A Vulcuno, que, aunque herrero.
Es en efecto su padre;
Porque es propio de los necios
Querer ostentar linajes.
Aunque en las malvas uacieroo ;
Si no es que se la llevó
Para coronar á Venus
En los jardines de Chipre
Por reina de tus deseos.
acY.
El que discurre tan bien
Merece, aunque es corto premio.
Esta cadena. (Daie una cadena.)
MOSCÓN.
Será
Rico blasón de mi cuello.
¿Es toda de oro?
RET.
¿QoiéD d«da?
MOSCÓN.
Vivas mas años que ao coerfo.
{Ap. ¡Lo que vale la litoi^a!
Aprended, mirones, detto.)
RIT.
Pf, Lisandro, si bas mirado
Con tu discurso y prudencia
Deste sueño la sentencia
Y deste engaño el cuidado ;
Que para que con verdad
burle la deidad mas alta ,
Solo tu consejo falta ,
Solo falta tu piedad.
LISAMDRO.
Si hay conocimiento en ti
De la verdad , gran señor.
Podrás saberla mejor
De ti propio que de mi.
No pide otro documento
O la verdad ó el engaño •
Sino un propio desengaño
Y un propio conocimiento ;
Y así , entiendo que, aa|iqiif ^ip dado
Su parecer los demis,
Al bn. Señor, quedarás
Por ti mas desengañado.
RKT.
¿Te excosas de responder
A mi gusto?
LiaoMO.
Si me excaso:
Que estoy dudoso y confuso
Si agradarte he de saber;
Pues proponiendo In gasio,
Y no sola la verdad .
No me deja libertad
De revender lo qoa es julo.
(Ap. Ya la discordaocia ttelo
Que mis voces has de ' ^
Llegándose á entremeleff
Entre las desle iMStruMoaio;
Y aunque el aioaa las coKehro
Yalabelasnavidad,
No ha de haber diAcaltad
En que la cuerda te quiebro.)
(BaHm€m€Íñ09)
Jamás pretendí con arle.
Oh gran monarca , dedrto
Lo que puede divertirte,
Mas solo desengañarte ;
Y ahora mas, cuando es derlo
Alffun venidero daño.
Advierto tu desengaño.
Y tu gran peligro advierto.
El sol tus años numere
Con los días de su vida.
Y el ave propia homicida,
Que vive al punto que moiC'^;
Tus hazañas solemnieoii
Las mas remotas raglonea.
Y los Jnsignet blasones
Los mármoles eiamlceQ.
No Juzgues que es IIqsIoq
El sueno, oh Rey, quo profants;
Antes por lisoiiias
Conoce las que lo son ;
Qoe hay una deidad suprema,
Digna que la adore el bomhre.
Que por su justicia asombre
Y por su poder se tema.
Jazga los tiempos pasados ,
Quiu la máscara al vicio ;
Verás el gran desperdicio
De los años mal gastados.
Acuérdale que hay Deidad ,
Que á tus acciones asiste,
A quien dí engañar pudiste
Nioegarlela verdad;
Que vive y que está presente ;
Disimula > espera , aguarda;
Con que parece que tarda ,
Y parece que consiente.
A Baltasar la inclemencia
Sufre el cielo y no prohibe,
Hasta que una mano escribe
De su muerte la sentencia.
Aquel rayo que vestia
£1 iris de plumas bellas ,
Que arrojaban las estrellas
O que el fuego despedía ;
Aquel ave que, rompiendo
Lo que ocupa el aire vano.
Hubo el laurel soberano
Mientras estabas durmiendo.
Es el aviso divino,
Que á tu grande obstinación,
O el castieo ó el perdón ,
Como piadosa , previno.
Amenaza es de quitarte
El reino ; no quiera el cielo
Qoe se cumpla mi recelo ,
Pues creo que has de emendarte.
RBT.
Calla.
■óseos.
No podrá callar.
RET.
Sin duda debe estar loco.
MOSCOU.
Pocas veces vi hablar poco
Quien se ha excusado de hablar.
USANDRO.
Y asi , Sefior...
RET.
Basta ya;
¿Qué brazo tan fuerte habría,
Qoe á mí ofenderme podría ,
Y a quitarme el reino va?
ViTa yo, que por escalas
Del aire, de cielo en cielo.
Llegue al empíreo mi vuelo.
Llegue á las etéreas salas.
Donde, si hay deidad ^ue asoml)ra,
Y que á un rey soberbio humilla ,
El sol ha de ser mi silla ,
La luna ha de ser mi alfombra.
MOSCÓN.
Y alli le harás á Moscón
Algoo sino extraordinario ,
No siendo el Aries ni Acuario,
Ni el Cáncer ni el Escorpión;
La Libra, vaya cop Dios ,
Por lo que enseña á hurtar ;
Y el Can, porque en adalar
Nos parecemos los do^.
REY. (i4 LUandro,)
No estés mas en mi presencia,
Vete luego de Palermo;
Predica á peñas de un yermo,
T dente fieras audiencia.
LISAIIDRO.
No por traidor me destierras,
No por culpas me castigas ;
Por verdaaes, si , me obligas
^
DEX CIELO VIENE EL BUEN BEY.
Al albergue de unas sierras ,
A la rústica campaña
De unos brutos, de unas fieras,
Que, por no ser lisonjeras.
Menos su amistad me daña.
RET.
No tan lejos has de estar
De la corte; que he advertido.
Que, viendo lo que has perdido.
Te causará mas pesar.
La aldea que junto al baño
Adonde á bañarme voy
hlslá , por cárcel le doy
A tu fiero desengaño.
LISANDRO. {Ap.)
Al piadoso cielo rue^o
Que mitigue sus enojos.
RET.
¡ Que no te maten mis ojos !
Que no te abrase mi fuego !
Vete.
LISANDRO.
Con gusto me voy.
Pues es el tuyo la ley.
RET.
Sabes que siempre soy rey.
LISAKDRO.
Tú , que fiel vasallo soy. ( Vase.)
DUQUE.
Señor...
RET.
No hay que replicar.
Ap. Que, pues no mire al decoro
e su hija, á quien adoro,
No me queda que mirar.)
(Hablando con Moscón aparte,)
Hanme dado algún cuidado
De mi Laura los enojos.
HOSGOy.
Mas bien gozarás sus ojos
No estando el padre á su lado.
DUQUE.
Y yo en perpetuo disgusto
Podré mas presto acabar.
Si es forzoso renunciar
En un tirano mi gusto.
RET.
Los cazadores prevén ;
Que con los halcopes quiero
Olvidar á ese grosero.
MOSCÓN.
Harás, gran señor, muy bien ;
Y de camino j)odrás
Gozar del baño templado ;
Que el calor es extremado.
RET.
Prevenido lo tendrás.
MOSCÓN.
A ponerlo por efeto
Mi voluntad se sujeta.
RET.
Aquel pájaro me inquieta.
MOSCÓN.
No á mi, que soy con respeto.
Cuando mis gracias ensayo,
Al pájaro semejante
En lo picudo y rapante ;
Mas de donde diere el rayo. (Yate,)
Salen LA REINA t LAURA, dama.
REINA.
Mejor que yo alcanzarás ,
Laura, su perdón ahora.
LAURA.
Ya conocerás, sefiora .
Que de mi segara estás.
«9
RUNA.
Vivas los años, Señor,
Que quien es tuya desea.
REY.
Y esos mismos años vea ,
Reina y señora, tu amor.
REINA.
(Ap. ¡Que disimule mis celos,
Temiendo una tiranía ,
Cuando en una dama mía
Conozco en el Rey desvelos ! )
A tus pies. Señor, te ruego
Vuelva Lisandro á la corte.
RET.
Es el castigo mi norte.
La venganza es mi sosiego.
REINA.
Mira bien que su advertencia
Se ajusta con la razón ,
Porque estos amagos son
Del cielo.
« RET.
Ha sido imprudencia ,
Y la debo castigar.
REINA.
Antes fué consejtf fiel.
R^T.
¿ Venisme á rogar por él ,
O venisme á predicar?
REINA.
Llega tú , Laura , y suplica
Para tu padre el perdón.
LAURA.
Aunque es mucha mi razón ,
Eso á la razón implica.
DUQUE. (Ap.)
Perdóneme la lealtad
Que á un rey se debe tener.
Pues no tiene que perder
Quien pierde la libertad.
REINA.
Llega tú, Laura.
RET. (Áp.y
Por verla
Solo pedirme y rogarme ,
Me parece que he acertado
En desterrar á su padre.
LAURA*
Los servicios qtie en tu casa ,
Siempre leal y constante ,
Lisandro, Señor, te ha hecho,
Referirlos es cansarte;
Mas cuando nace el olvido
De iguorancia, no de achaque,
Si de venganza ó de enojo ,
El decirlos no es culpable ;
Pues» es de razón tan fuerte.
Cuando la forman verdades.
Que, á pesar de los enojos.
Causa recuerdos bastantes.
Apenas hubo en Sicilia,
Cuando victorioso entraste
Por las puertas de Palermo
(A pesar del vulgo infame),
Quien aclamase tu nombre ;
Porque fué el temor bastante
Hacer que todos temiesen
Y tu poder recelasen ;
Cuando la espada en su diestra ,
El enojo en su semblante,
La razón en lo prudente,
Y los premios en lo afable.
Volvió en amor los temores.
Lo aborrecible en lo amable,
Dejando en todo tu reino
Llanas las dificultades.
El de Ñapóles , vencido,
Quiso el pas^e estorbarte
940
Por el mar, con treinta velas ,
Del cerúleo golfo ultraje ;
Y cuando faltó en tu reino
Quien rompiese, quien cortase.
Vengativo y animoso ,
Esos montes inconstantes,
Con solos cuatro navios,
Que» opugnando tempestades ,
Si no fueron del mar ¡teces,
Kran de sus ondas aves ,
Ecbó á pique diez bajeles ,
Hizo estremecer los mares ,
Y haciendo en todos su presa ,
Obligó á su rey besase
La tierra donde sus plantas
Procuraban humillarte.
Treinta heridas ennoblecen
Aquel pecho de diamante,
Y adornan por él tu alcázar
Cincuenta y cuatro estandartes.
¿Quién te ha servido mas firme?
Quién te asistió mas constante?
Quién te aconsejó ma^ábio
Ni te sirvió menos fácil?
Y hoy, cuando esperaba el premio
De trabajos tan leales,
¿Quieres pagarle eq desprecios,
Quieres en destierro darle
El premio de sus victorias
Y el precio de sus verdades?
Mira, Señor, que si intentas
De esta suerte castigarle.
Mis le premias que castigas ,
Si el mundo la causa sabe;
Pues los mas remotos reinos,
Del suceso no ignorantes.
Dirán que le has castigado
Porque no quiso adularte.
Si esta razón no te obliffa ,
Si estas causas no te valen
A que, piadoso , revoques
La sentencia que firmaste ,
Dame licencia , Señor,
Que su destierro acompañe.
Para que estorbe mi ausencia
Que digan lenguas mordaces
Lo que á tu deidad desdice.
Lo que en tu pecho no cabe.
Demás de que es menos fuerte
Una bala, un baluarte,
Que á pretensiones mi pecho ;
Pues soy, si mujer, bastante
Para resistir promesas,
Para no oir libertades.
Para defender honores
Y para ilustrar linajes.
Esto te he dicho , Señor,
Pira que el vulgo inconstante,
O los que en palacio asisten ,
De ti con recato hablen;
üue eres mi rey, en efecto,
Y á los vasallos leales
Siempre los reyes han sido
En las tormentas la nave.
En los peligros el puerto ,
En la pérdida el rescate.
En los daños el remedio ,
En las penas el Acates ,
En los riesgos el asilo,
Y todo el bien en los males.
rei:ía. (Ap.)
¿Si es fingido?
DUQOI. {Áp,)
¿Si pretende
Divertirme?
REINA. (Ap.)
¿Si engañarme
Quiere de nuevo? ¡ Ah traidora!
REY. (i4p.)
: Con qué gloriosos esmaltes
Doró el hierro de mi amor!
DON RODRIGO DE HERRERA.
DUQUE. (Ap.)
No es tiempo ahora, verdades.
REY.
Basta , Laura , no haya mas.
{Ap, Por quien soy, que tus enojos
Me llevan tras tí los ojos.)
LAURA.
¿ La licencia no me das ?
REIÜA.
Lo que Laura me ha pedido.
Es solo que la conceda
Que dejar la corte pueda ,
Y esto á vuestra alteza pido ;
Y asi, en querer ausentarse.
Por ver á su padre ausente.
Muestra que, estando presente ,
Ha de gustar de quedarse.
REY.
Lo que tu ruego no alcanza,
Por imposible ó injusto.
No conseguirá otro gusto
Ni gozará otra esperanza.
{Ap. Perdona, Laura, el desvio
Con que tus soles me ven ;
Dígale amor que el desden
Es Ungido, que no es mió.)
(Hablando con ella,)
Volverá Lisandro presto
Del destierro á oue le obligo;
Que es siempre Lisandro amigo
Y en quien mi defensa he puesto.
LAURA.
Beso tus pies, confiada
En tu palabra.
REY.
Perdona;
Que el ave que mi corona
Llevó, avarienta y osada ,
Me desvela, hasta que pueda
Darla entre los aires muerte.
MEIRA.
Espero, volviendo á verte,
Saber que sin vida queda.
REY.
Laura, cesen los enojos;
Que el perdón no será tarde.
LAURA.
El cielo tu vida guarde.
REY.
Para gozar de tus ojos.
(Ap, bien á la Reina he engañado.)
RSUIA. (Ap.)
¿Si Laura me ha divertido?
DUQUE. (Ap.)
Sin pulsos llevo el sentido.
REI.'IA. (Ap.)
Celos, con mayor cuidado.
Pues que sufro su rigor,
Andemos de aqui adelante.
DUQUE.
Ya que toy de Laura amante,
Sabré si es firme su amor.
(Xanu,)
Ha de haber una enramadM con unos
escalones^ por donde b^je EL ÁNGEL,
ricamente vestido ^ al son de música
de chirimías.
ÁNGEL.
Ya llegó, Sicilia, el dia
Donde en consuelos presentes
Se muden penas pasadas,
A pesar de un rey que tienes.
Ya llegó, pueblo oprimido,
A ese monstruo que te ofende ,
O la piedad si se eoniieiidt,
O el castigo si es rebelde.
Aquella deidad suprema,
Cuvo fíat obedecen ,
El bruto, aunque no discurre ,
Y la planta , aunque no siente ,
A mí, que soy so mioistro.
La licencia me concede
Para derribar la estatua
Que á las estrellas se ttrere ;
Pues de la suerte que cuando
Parece que se estremecen
Los mas levantados montes
O se desunen los ejes
Del cielo, porque en las nubes
Rompe el aire, que le ofende.
Sale el fuego, que le oprime.
Suena el trueno, que le hiere,
Cuando perece el ganado.
Cuando el ave no parece,
Y se humillan por el suelo
Los alcázares mas fuertes ;
Si después de la tormenta
El dia claro amanece ,
Ahuyenta el sol nems nubes,
Y en su esplendor las convierte;
Así de justicia el sol
Saldrá al mundo tan alegre.
Que, á pesar de tanta noche
Y de tempestad tan fuerte.
Pise los montes mas altos.
Los valles humildes huelle
Entre al soberano alcázar,
Y goce el rústico albergue.
Vuestro rey seré entre tanto,
Y corrigiendo las leyes
De este tirano, que el gusto
En lugar de la ley tiene,
(Gobernaré vuestro reino.
Dando lugar á que aliente.
Hoy, que na de entrar en el bafio,
Cuando el real vestido deje.
Tomaré su forma y traje,
Y perderá él la que tiene;
Quedando en rostro y facciones
Tan otro, tan diferente ,
Que ninsuno le conoxca ,
Siendo fábula á las gentes,
De los varones desprecio
Y de los niños jagoele.
Un gabán rústico y pobre
Traeré del pajixo albergue
De un villano de eu quinta:
Que, aunque tanto á Dios ofende
El pecador, nunca Dios
Deja de acordarse siempre
De su abrigo ; pero ja
Hacia el baño con sa gente
El Rey camina, después
De fatigar los celestes
Distritos con los neblíes.
Que licenciosos se atre? eo
A penetrar las esferas
Con espíritu valiente.
Hasta que á la altiva gana
El coral liquido beben ;
Porque es tanta su crueldad ,
Y su codicia tan Rierte,
8ue, después de haber quitado
onras y haciendas, pretende
También que las simples aves
Su misma sangre le peebee.
Mas hoy, dichosa Puermo,
Verán tus campos alegres
Deshecho todo el encanto
De esta venenosa sterpe.
De este hlso cocodrilo ,
De esta flera hiena , de este
Centro de toda maldad.
Golfo de todo deleite.
Yo soy el pijaro altivo
I Que le usurpé de lu sienes
DEL CIBLO VIENE EL BUEN REY.
•orqae en ellig
menie. ^^
«n'er^-' ^
1, . '■***.
El humor
üandu en
Ico in^Dio,
Ven toda m
:n las párpeles
{ Vate al ion ie la música.)
i de [u muerte ,
un cariño,
Sieiidu citara de pluma
Un músico pajarillo,
>ia serpiente.
De un ciiopo, sauce 6 al
Desde donde
ADA SEGUNDA.
LA REINA Y LAURA.
■mta
^ara;nue Intenta
dio OorMo
IBS memorias ,
Del ti
Bea los senlidos.
Para
LADRA. {Ap.)
Sube
qsf suspensiones
; eo la Reina miro?
B««. (4;..)
scara me quito.
des, Señora,
le el Rev se tía partido
^
Ue quien no
.ÍS.í.*l.
La K
boy
No ÍSfÜS^ «i
nanífestarlos,
os conmijín;
comunicados
Tamo favor
B te lie merecido.
elos tiu hiera diclio
len del sol mismo.)
LAURA. (4p.)
'é con enojo
ndo por el prado
1 piala un hilo,
a de cristal ,
ira de vidrio,
lelrimenlo sujo
C. DE L.-n.
a colegirlo ;
Solo ad vierto que, di'Spues
I palacio te ban traído.
I que b JO,
3ne mi inienlo
liteido.
A 11 le festeja el Daqia
le mando,
suplico
mi piedad ,
el caito hechiio
aQos
KüíSKmiosiigloi,
I tus bodaí
I»
ego laberinto,
uue*.
A la primera propuesta
ssüsr
iQné beróicos briosl
Pero como la obediencia
Es tan precisa en tas hijos,
Daréle cuenU i ran»<l'e ;
Qae no es mió mi albedrio,
Si su licencia me falta.
REINA.
{Ap. ¡Cielos, si se ha arrepentido !)
{Esíos versos apriesa , con turbación
alegre.)
Eso no te dé cuidado ;
Verás cómo facilito
Que venga luego á la corle ,
Donde lo (lue propusimos
Efecto dioboso tenga.
LACRA.
En tu gusto me resigno.
Como 10 quiera mi padre
RCIMA.
Yo, Laura, á ello me obligo.
LAURA.
¿Estás contenta?
REIMA.
A mis brazos
Llega, no visto prodigio
Del honor y la lealtad.
LADRA.
A vuestras plantas me humillo.
REINA.
¿Cumplirásme la palabra?
LACRA.
¿Quién lo duda?
REINA.
Mucho estimo,
Laura, tan noble fineza.
LACRA. {Ap.)
¿Hay mas extraño capricho ?
REINA.
Parece que viene eente.
Volvamos á mi retiro ;
gue no quisiera que alguna
ama ñus hubiera oido,
y le diera deslo parle
A mi esposo Federico.
Vamos apriesa, y advierte
Que eu tu palabra comió.
LAURA.
Como mi padre lo quiera.
Señora, lo dicho dicho.
REINA. {Ap.)
Amor, vencf.
LACRA, (ilp.)
Tantas dudas
Ya parecen desvarios.
( Van se.)
Digan adentro EL REY, EL DUQUE v
MOSCÓN, antes de salir al tablado.
RET.
Selladle á los neblíes las pihuelas;
Que el recelo á la garza pone espuelas.
MOSCÓN.
En columbrando el Rey al pajaróte.
Quitadle luego al sacre el capirote.
(Salen ahora.)
RET.
Diversas aves se han volado.
DCQCE.
Extrañas.
Las grutas de estas ásperas montañas.
En vez de fieras, estas aves crian .
Que hasta las nubes penetrar porfian.
RET.
Aquel ave ó prodigio se me esconde.
Sin que sepa el lugar, sin saber dónde
Sus poiluelos sustenta , el nido tiene.
Ni eu qué parte del aire se entretiene.
DON RODRIGO DE HERRERA.
MOSCÓN.
Sin duda que amenaza tu desastre
El pájaro a quien Plinio llama sastre;
Si no fuera cernícalo ó milano,
Debió de ser el pájaro escribano.
Que con su pluma vuela por los aires;
Y si acaso te enfadan mis donaires,
Diré que ha sido un pájaro casero ,
Que llaman en palacio despensero.
RET.
Cansado estoy de la volatería.
MOSCÓN.
Y yo del tropezón del haca mia;
Que quien corre la tierra y mira al cié-
Esmiiagro no ruede por el suelo, [lo,
DCQUE.
Al baño, gran señor, hemos llegado.
MOSCÓN.
Es el baño del Cisne muy nombrado.
RET. [me;
Entrad conmigo. Duque, á desnudar-
Que intento divertirme con bañarme.
{Vanse el Rey y el Duque.)
Sale EL ÁNGEL, y quédase al paño,
ÁNGEL.
La hora llegó ya de su castigo,
O de la justa emienda á que le obligo;
A mudarle la forma voy mandado [dado.
Del que es quien es, y nunca se ha mu-
( Vase.)
MOSCÓN.
Pues (]ue tan solo, en efeto.
Os dejan, señor Moscón,
Vos tenéis linda ocasión
Para decir un soneto ;
Mas si esta heroica poesia
No es de ingenio tan srosero,
Murmurar un rato quiero
Del Key, pues me da osadía
El ser yo del Rey criado.
Lo^irar pienso la ocasión ;
Mas quedo, señor Moscou ;
Que anda el mar alborotado,
Y es infamia el murmurar.
Lengua mia, callar puedes ;
Que, aunque no hay aquí paredes
Que te puedan escuchar.
Nunca el silencio dio enojos,
Y para darte congojas.
Tienen los árboles hojas.
Que tal vez les sirven de ojos.
Los plebeyos no han de ser
Registro á las majestades;
Mas saben bien las verdades,
Y las sabrán defender.
De ser leal se destierra
Aquel que al rey no perdona,
Pues no pulen la corona
Los buriles de la tierra;
Y si mi rey no previene
Honor á las justas leyes.
Para enseñar á los reyes
Ministros el cielo tiene.
Sale EL DUQUE.
DCQCE.
Ya el Rey se queda bañando,
Y manda que aquí le aguarde
Hasta que avise.
MOSCÓN.
La larde
Está á bañar convidando.
DcgcE.
Qué hará Lisandro, Moscou ,
k^
esia cercana aldea ?
MOSCÓN.
A quien soledad desea.
Palacios los camfKM sod ;
Demás que el sabio, el prudente.
Nunca mas acompañado
Que cuando está retirado
Del comercio de la gente.
' DCOOE-
Dices bien; que aqueUas flores
Aun no fingen lisonjerai.
Colores son verdaderas
Sus naturales colores.
Aquí las aves cantar
Suelen al amanecer.
Solo por entretener,
Y no por lisonjear. '
Cuando los arroyos bellos
Son despeñados Faelontes,
Besan los pies á los montes,
Pero no murmuran dellos.
MOSCÓN.
En tanto que el Rey se bata.
Entretengamos el tiempo.
DUQUE»
Dices bien. ¿Tienes amor?
MOSCÓN.
No le he tenido ni tengo.
DUQUE.
Eso ¿cómo puede ser.
Siendo galán y mancebo?
MOSCOU.
Has preguntado muy bien;
Escucha mi pensamiento :
Yo, según mi natural ,
Amar quisiera, esto es cierto;
Pero el amar se me acaba
Al punto que considero
Que, como muía sin tacha.
No hallo muJer sin defecto;
Mas esto se na de entender
Hablando de lo plebeyo.
No de hermosuras que tocan
En lo noble y lo supreno.
DUQUE.
Muy bien has hecho la sal? a.
{Ap. Oirle con gusto pienso;
Que, si va á decir verdad.
Aun tiene gracia en lo nedo.)
Prosigue, Moscón, prosigue;
Que me holgaré.
MOSCOH.
Oye atento :
Si es moza, se hace de pencas.
Diciendo : «No trato de eso.»
Si es pasante, busca andones
Con que teñirse el cabello,
Y si se repara bien ,
No es ámbar tino su aliento.
Si es flaca, ¿qnién pnede baber
Que enamore un esqueleto?
Si es gorda, sin ser Terano,
Abochorna y quita el soeftc;
Si es alta, parece azul «
Como la miren doleos;
Si es enana, es menesler
Humillarse por el soelo,
O ponerse de cuclillas»
Para decirla un secreto.
Pues si tiene buenas manos.
Dios nos libre del exceso
Con que á puras manotadas
Acicala y pule un cuento;
Si buenos dientes, los labios
Arregaza haciendo un f|esto«
Y á cualquiera cbanta tfae
La risa por los cabeikM ;
Si es discreta, va se sabe
Que DO la falta lo feo;
sa, el ser una tonta
?le de derecho ;
lo referido,
inion, es lo menos;
son, si bien se mira,
res defectos,
todas comprehenden,
has se hallan sin ellos,
as generales
'amoyas y enredos
ijeies. ¿Quién hay
I los embelecos
guedejas, moños,
1 diciendo memento,
e ayer fuiste raso,
loy eres tercio- pe lo?
)rá, digo otra vez,
con sufrimiento
iones, las mudas,
laques y ungiíenios
n algunas mujeres
arse de nuevo?
I las que se lavan
clara de enero;
.oliman y todo
ciaras de huevos ,
e. piedra-lumbre,
miel y espejuelos,
eismil porquerías,
m en sus pellejos
i sudor se le antoja
permite el lienzo.
>s pues abajo,
blillado vemos
como si fuera
1 un desconcierto,
un brazo le dan,
el cartón á hueco,
tan los guarda-infantes,
^llines, los ruedos,
uas, las polleras,
litos del infierno,
á un hombre honrado
ibo que está dentro,
sencial olvido,
jorno me acuerdo;
Jerhay que no pida?
o ha de quedarse muerto
ime» desvergonzado,
iviame» grosero?
uque; ¿yo querer?
orar? ni por pienso,
i^n muchas de las hembras
xcesos contemplo,
•nes depravadas,
laulas y embelecos,
»bre todo, piden,
pienso que eché el resto.
DUQUE.
3 me has entretenido;
{Dale una sortija.)
ta sortija en premio.
MOSCÓN.
m de los duques
mis herederos.
DUQUE.
|ne sn majestad
baño, y no sé
n presto; sabré
gana novedad.
ÁNGEL, con el mesmo vestido
Rey ó con otro parecido.
Á.^GEL.
que ya me be bañado.
DUQUE.
(qué razón ha habido
Tte á solas vestido,
nos bayas llamado?
DEL CIELO VIENE EL BUEN REY.
ÁNGEL.
•
Yo propio quise vestirme ;
Que, para bien acertar
A gobernar y mandar.
Tal vez «conviene el servirme;
Que, aunque rey tan recto me hallo,
Porque el pueblo no se queje,
No es justicia que le deje
Toda la carga al vasallo.
MOSCÓN. {Ap.)
A fe , que es esta razón
Nueva en ud rey tan tirano.
DUQUE.
Aun todavía es temprano ,
Que apenas las cuatro son.
ÁNGEL.
No importa, á Palermo vamos ;
Que entonces no será vicio
Todo el honesto ejercicio,
Cuando bien le moderamos.
DUQUE.
¡ Gran prudencia !
MOSCÓN.
¡ Gran mudanza 1
Él ha trocado el pellejo;
Que no es suyo este consejo
Ni tampoco esta alabanza.
ÁNGEL. (Ap.)
De Dios es bien que veáis
El poder, rey atrevido,
Donde vos, desconocido
De todos, os conozcáis.
Es de Dios orden y ley
Que de este que le enemista
Tome forma y traje vista ,
Con traje y forma del Rey.
Saldrá del baño desnudo,
Y no hallando su vestido,
Se vestirá mal sufrido
{Señala entre las ramas, adonde ha de
estar, no muy encubierto ^ un sayo
pulido de labrador,)
Aquel , que es de un pastor rudo;
Con que vestidos los dos,
En la soberbia en que está,
El tino conocerá
Lo que puede y sabe Dios.
DUQUE. (Ap.)
Sospecho que se ha quedado
El Rey, Moscón, divertido.
ÁNGEL.
Vamos pues. ( Vm^.)
DUQUE.
Él ha salido
Del baño en otro trocado.
¿Si es de algún sueño ilusión?
De nuevo admirarme quiero. {Yase.)
M0SC02I.
Él ha salido cordero.
Habiendo entrado león.
Si la vista no me miente,
Y no es del deseo engaño.
Sin duda dejó en el baño
El pellejo de serpiente. (Vaie.)
Sale EL REY del baño, á medio vestir ^
y dice antes de salir,
RET.
¡ Duque! — j Criados ! — ; Moscón !—
¡ Compañeros , hola, bola !
¿Mi persona dejais sola,
Y mas en esta ocasión?
¿ No me venís á vestir?
¿Qué es esto? ¿Nadie r mdc?
¿ Dónde e i« • villanos . , le ?
¡QuéUNi
U3
¡Hola, Duque! por quien soy.
Que á todos mande matar,
Y aun no se podrá templar
El enojo con que estoy.
Ua Monjibelo es mi pecho.
Que me enciende y que me abrasa ;
¿Si esto acaso en sueños pasa?
Que ha sido ilusión sospecho;
Que sueño no puede ser,
Pues que estoy despierto ; Teo
Ser engaño, y traición cre«^
De quien me quiso ofender.
Esta es la puerta del baño ,
Este es campo , y monte aquel,
Este arroyo, aouel vergel;
Luego no es del sueño engaño.
Mas sin duda oue estoy loco,
O la memoria ne perdido.
Pues en sombras del olvido.
Dudas piso, incendios toco.
El vestido me han llevado ;
¡Que esto sufro, pesia al cielo!
Que no pueda yo de un vuelo
Llegar al cielo estrellado,
Y en lugar de la escarlata
guemi persona ha luddo,
orlar ahora un vestido
De sus estrellas de plata !
Al mismo Dios me opondré,
Y si quisiere estorbarme.
Con él pretendo igualarme.
PASToaaLLO. (Dentro.)
Calla, blasfemo, sin fe.
REY.
¿Qué voz entre aquestas ramas
A mi decoro se atreve?
A mas cólera me mueve;
Abrasaré con mis llamas
Todo el monte; pero no»
Registraré su maleza. —
¿Quién se atreve á mi grandeza?
Quién la ha profanado?
Sale ahora EL PASTORCfLLO, puH-
damente vestido , guarnecido el va-
quero de armiños.
pASTonauo.
Yo.
BEY.
Di me, ¿quién ereaf
PASTORCILLO.
Un Diik>,
Con el valor de gigante.
REY.
¡ No vi rapaz semejante !
Vestido de blanco armiño,
Al alba envidia le da
Y al mismo sol desafia.
¿ Cómo has tenido osadía ?
Cómo un átomo podrá
Oponerse á todo el sol?
O no debes de saber
Que soy el Rey.
PASTORCILLO.
Podrá ser;
Pero ningún arrebol
De su grandeza en ti veo.
El Rey en palacio está.
Yo le dejo abora allá.
BEY.
¡No lo creo, no lo creo!
PASTORCILLO.
Si tú la fe no conoces,
¿Cómo puedes tener fe?
Bien esta duda escuché
De lo altivo de sus voces
Y de su soberbia vanii.
i*4
De su loca fantasía ;
Que la gloria de este día
Será un infíerno mañana.
No ofendas al cielo mas,
Trata de enmendarte pío;
Que la vida humana es rio.
Que volver no puede atrás.
Acuérdese su merced
De Goliat el gigante,
Que un paslorcillo ignorante
Le puso eu el cuello el pié.
¿Como el temor no le incita
La estatua de aquel Nabuco,
Pues, cual si fuera un trabuco,
La derribó una cbinila ?
RET.
Niño sabio, disfrazado
Con el traje de pastor,
No conoces mi valor.
Pues sin temor me oas hablado ;
El rey Federico soy,
Aunque desnudóme ves;
Arrodíllate á mis pies.
PASTORCILLO.
Mejof levantado estoy ;
No le haré tal ceremonia,
Aunque me haga mas cariños;
8ue soy uno de los niños
el horno de Babilonia.
REY.
¿Cómo de Escritura sabes.
Si la experiencia te falta?
PASTORCILI^.
En la Alemania roas alta
Aprendí cosas muy graves,
Y de modo concebí
Las ciencias, sin estudiar.
Que es imposible olvidar
Lo que una vez aprendí.
REY.
Sin duda que es hechicero.—
Vete al momento, rapaz.
PASTORCILLO.
Tengamos la Gesta en paz,
Serenado caballero.
RET.
MaUréte. ( Va á acometerle.)
PASTORCILLO.
No podrá.
REY.
Mas ¡qué grave suspensión
Me acobarda el corazón !
Temblando en mi pecho está.
PASTORCILLO.
Aunque me ve rapaz tierno,
A otro pastor muy rehecho
Le hice yo rodar el trecho
Que hay desde el cielo al inflerno;
Y aun ahora, si se sube
A mayores, con un pié
Tan alto le arrojaré.
Que le clave en una nube.
RET.
Vete ya de mi presencia ;
Que no sé qué miro en tí ,
8ue de mis culpas aquí
oy me acusa tu inocencia.
PASTORCILLO.
Ahora si que me voy,
Pues me empieza á tener miedo.
RET.
Mover las plantas no puedo;
Sin duda hechizado estoy.
PASTORCILLO.
Voyroe , pues de mi se espanta ,
D iciendo aquesta letrilla :
DON nODRIGO DE HERRERA.
«Dios levanta al que se humilla,
Y humilla al que se levanta.» {Waie.)
REY.
Esto que por mi ha pasado,
A nadie habrá sucedido.
¿Que no tenga yo un vestido
Ni venga ningún criado?
(Va hacia una enramada^ donde ettará
un sayo pulido de labrador.)
Pero un rústico vaquero
Piadosa me da la tierra,
Cuando el cielo me hace guerra ,
Porque hacerle guerra espero.
{Vaee vistiendo el vaquero.)
Quiero abrigarme con él ,
Pues mi mal lo quiere asi ;
Y no porque me honre á mí ,
Mas por darle honor ¿ él.
HATO. (Dentro.)
Pues se fué á Palermo el Rey,
Cantando me daré priesa
A buscar por la dehesa
El novillejo y el buey.
(}!« MÚSICO, ipentro.)
Novillejo perdido.
Quizá por engañado ,
¿ Cómo dejas el prado^
De flores guarnecido^
Y por fragosas ¡trenas
buscas el vil sustento entre las peñas?
OTRO MÚSICO.
Amado novillejo^
Y mil veces amado f
Como al fin te he criado ,
Perdido no te dejo.
Vuélvete d la querencia; [da.
Que, como buen pastor j siento tu ausen-
RET.
Con las voces que he oido
De estos pastores , siento
No sé qué movimiento.
Apenas entendido ;
Que soy íiera perdida,
Y oigo un pastor que diópor mí la vida.
MÚSICO 2.^
/ Cómo te engalanara
De flores, si te viera!
^ MÚSICO 3.®
Yo en tu rescate diera
El alhaja mas cara,
RET.
Alabaré tu nombre ; [bre. —
Mas esto es conocer que yo soy bom •
¿Ah, pastor?
Sale BATO, segundo gracioso.
Yo.
t'
RATO.
Á Quién llama?
' RET.
BATO.
Habéis acaso sabido
e un novillejo perdido?
REY.
¿Tú no sabes quiéu soy?
BATO.
No.
REY.
;, No me conoces , villano?
El Rey soy.
BATO.
¡ Linda fegura !
RET.
Humillarte á mí procura.
BATO.
¿Yo humillarme? Será en vano.
¿Quién eres?
RBT.
El Rey.
BATO.
¡ Mamola !
¡Lindo rey mos ha venido!
El loco es entretenido.
REY.
Por Dios que te mate.
BATO.
Hola,
(Saca la honda.)
Si dos ripios arrebato ,
Le he de abollarla mollera.
¡ Qué ridicula quimera !
BIT.
Yo soy el Rey.
BATO.
Yo soy Bato.
Poco el ser rey se le encaja.
Aunque yo le be visto ogafio
Lindo como flor de bdUdo.
BIT.
¿Adonde?
BATO.
En una bar^a.
REY.
¡ A qué furias me provoco !
BATO.
Mas ¡ay ! ¿ No es este el faqoero
Que me faltó, dominguero?
Sin duda le hurtó este loco;
Ki es.— Sois lindo ladrón ,
El vaquero habéis de dar ,
O entended que hemos de andar
Entrambos al mojicón.
(Quiere quitarle el vaquero.)
■ BEY.
¿Criados, Duque?
BATO*
¿Llamáis
Otros tales como tos T
Soitá el vaquero, ó por Dios ,
Que mis manos conozcáis.
Sale LISANDRO, weeiiU ie calor.
LtSAROIIO.
Aparta. ¿Qué es esto. Bato?
Qué te ha hecho este pastor?
BATO.
Se finge loco. Señor,
Y es mayor ladrón que on gilo ;
Dice que es el Rey , y el sbto
Que trae puesto me le hurtó.
bey*
Lisandro , ¿ el Rey no soy yo?
BATO.
¡ Oh qué linda fror de mayo !
LISANSBO.
¿Tú eres el Rey?
BIT.
¿NomeT«st
LISAMBBO. ^
Porque te feo lo digo.
BIT.
¿También tu eres mi enemigo?
Si no lo soy yo, ¿quién es?
USAMBBO.
El que yo abora encontré
Hacia Palermo.
IST.
¿Bspotilde?
¿ Vlóse golpe mas tetrible?
Dime,¿ no te desterra?
BATO.
: Mir«n qué lindos regalos !
Sí fuera Lisandro yo.
Porque el tal le desterró
Le diera cuatro mil palos.
Lindo loeo hemos hallado ,
Fiesta ha de haber en la aldea;
Venga mi vaquero, y sea
Rey ó loco.
RET.
i Ah cielo airado!
LISANDRO.
Déjale; que, aunque no es
Rey , por lo que representa
No se le ha de hacer afrenta.
BATO.
Yo le cobraré después.
LISANDRO.
Yo OS daré olro vaquero.
BATO.
Con aquesto, callaré.
REY.
Pues , Lisandro, ¿esa es la fe
De vasallo y caballero?
i Así á tu rey desconoces ?
LISANDRO.
No eres al Rey parecido
En el rostro ni el vestido.
REY.
Mientes ; que bien me conoces.
BATO.
¿ Qué le trujo por aqui ,
Señor mueso amo?
LISANDRO.
Buscar
En qué poder olvidar
Los enojos que hay en mí.
Quise ver esos sembrados ,
Como esU cerca la aldea.
BATO.
Si ir á palacio desea ,
Señor Rey, aqui hay criados.
REY.
Ir á Palermo deseo,
Y veréis el desengaño.
BATO.
El Duque , si no me engaño ,
Viene, la posta corriendo.
REY.
Haéigome de su venida ,
Porque mi verdad veréis.
Sale EL DUQUE.
DUQUE.
Lisandro , en buen hora estéis.
LISANDRO.
Gaarde el cielo vuestra vida.
DUQUE.
De lejos os conocí,
Y así el camino he torcido ;
Eo albricias, solo os pido
Los brazos.
LISANDRO.
Veislosaquí.
{Abrázanu,)
DUQUE.
El Rey 08 alza el destierro,
Y que á Palermo veugais
Manda.
LISANDRO.
Donde VOS estáis,
Qoe baya mas privado es yerro.
DUQUE.
Teoed , Lisandro , por llauo
DEL CIELO VIENE EL BUEN REY.
Su favor , porque hoy le vemos
Tan irocaao , que tenemos
Rey santo por rey tirano.
En Palermo entrar no quiso
Sin que os viniese á llamar.
LISANDRO.
Le habrá querido trocar
Del cielo aquel santo aviso.
REY.
1 Qué rey á Lisandro llama ,
Si yo soy el Rey ? — ¿ No veis
Que aquí vuestro rey tenéis ,
Que os defiende, quiere y ama ?
Así el Duque lo dirá.
DUQUE.
¿Hay tan raro frenesí ?
REY.
¿Cómo os partisteis sin mí?
LISANDRO.
En esa locura da.
REY.
No estoy loco; que es engaño.
¿ No os acordáis que esta tarde...
BATO. (i4p.)
El cielo mi juicio guarde.
REY.
Conmigo fuistes al baño?
DUQUE.
Es verdad que al baño fui
Con mi rey y mi señor;
Pero, loco labrador,
Yo no te conozco á ti.
REY.
¡ Que este negarme procura!
LISANDRO.
Llevarte al Rey bien será.
DUQUE.
Y es cierto que gustará
De su graciosa locura.
BATO.
Él quiere , pues no replica;
No vaya , Rey, muy despacio ,
Pues con él habrá en palacio
De todo, como en botica.
REY.
Lisandro, si de vasallo
Os preciáis , ahora es bien
Que de los vuestros me den
Al punto el mejor caballo.
LISANDRO.
Otra vez le vuelve el mal.
REY.
Hágase luego mi gusto ,
Que ir á la corte no es jasto
A pié mi grandeza real ;
Que allá pretende mibrio
Al rey que el nombre me ha hurtado
Retarle á caballo armado,
Y matarle en desafio.
BATO.
Mal la maraña penetra ,
Señor rey de paramento.
Porque esta jornada intento
Que vaya al pié de la letra.
LISANDRO.
Antes, por el pundonor.
Un caballo le he dar.
BATO.
Yo le pienso acompañar.
DUQUE.
¡Qué lástima!
USANDRO.
¡Qué dolor I
245
BATO.
Señor Rey, téngase á buenas ,
No haga locos desatinos ;
Que hay en la corte pepinos,
Naranjas y berenjenas.
DUQUE.
Vamos , porque el Rey espera.
LISANDRO.
Vamos , Duque.
(Vanse Lisandro y Bato.)
DUQUE. {Ap,)
Esta ocasión ,
Para lograr mi afición.
Mas viva ser no pudiera;
A Laura le pediré ,
Pues el Rey tan otro está.
Amor, vuela , pues que ya
Te lo merece mi fe. ( Vase,)
REY.
Mentido rey, allá voy ;
Espérame, reino ingrato ;
Que no te saldrá barato
El creer que loco estoy ;
Porque mi brazo, recelo
8ue ba de ser en dura guerra
scándalo de la tierra
Y asombro de todo el cielo. ( Vase.)
JORNADA TERCERA.
Sale EL IVUQUE, vestido ricamente,
con banda y sombrero de plumas,
DUQUE.
Mientras que el rey Federico
Con Lisandro dando está
Audiencia , j Moscón me avisa
Que ya quiere comenzar
La Gesta , adonde Palermo
Hoy confirma su lealtad ;
Pues que Laura me ha avisado
Que en un balcón estará
De los que caen al terrero.
Contento quiero llegar;
Que no profana el decoro,
No , de palacio un galán
Cuando, como yo, pretende ,
Sin esperanza, obligar.
Demás, que al rey Federico
Veo tan trocado ya ,
Que él y la Reina sin dada
Oe Lisandro alcanzarán
El sí que esperando estoy.
Permite, oh ciego rapaz ,
Que llegue el dichoso dia
De tanta felicidad.
Sale LAURA á uña ventana.
LAURA.
Al Duque avisé viniese
Al terrero, gue culpar
Le intento de que en dos dias
No me haya visto; mas ya
Mira al balcón cuidadoso
Y se pasea galán.
La seña haré.
(Hace señas con un pañuelo.)
DUQUE.
Laura es;
Bien lo maestra la señal
De aquel ondeado lienzo,
Que es mi bandera de paz.—
(Llega al balcón.)
1 Cuándo mereció mi afecto ,
Auoqoe siempre fué leal.
L
t46
Caidadosas asistencias
De tan suprema beldad?
iPor la tarde de un balcón
Hacéis oriente? Será
Por equivocar al mundo
De Febo el curso solar.
Ved que dos soles ¿un tiempo
El mundo abrasar podr&n,
Si bien uno , de corrido ,
Ya se va corriendo al mar.
LAURA.
Duque, ¿sin verme dos dias?
Si mientras de mi te alejas ,
8ue soy tu vida , y me dejas
uniendo , ¿ cómo viviast
O ausente, en mi amor trdias,
Fénix , cuyo fuego soy.
Que, como me exbalas , voy
Llegando á mi fin , y cuando
La vida me estés quitando ,
Vida con morir te doy.
Contemplóme aquella fuente ,
Cuya desalada plata ,
Si viva á una antorcha mata
En 8U golfo trasparente ,
Muera por el consiguiente ,
La enciende tierno y esquivo
Fuego , y como te percibo
En mi , y en ti me convierto,
Vives de achaque de muerto,
Mueres de achaque de vivo.
Mas yo , Duque , te imagino
Fuente del sol , que es un hielo,
Cuando la mitad del cielo
Borda su esplendor divino ;
Y en saliendo el vespertino'
Lucero, á sus orbes rojos
Tributa ardientes despojos ;
Asi es fuego tu violencia
A la noche de mi ausencia ,
Y nieve al sol de mis ojos.
Amar es un desear.
Que el dorado arpón esmalta ,
Con que si el deseo falta ,
£1 amor ha de faltar ;
Y asi , te puede culpar
Mi fe , pues faltar arguyes;
Si de tu vista la excluyes.
No ocasiones su querella.
Porque cuanto huyeres della ,
Tanto de qaien eres huyes.
DUQUE.
Si deseo el amor fuera ,
En cumpliéndose cesara ,
Porque nadie deseara
Lo mismo que posevcra ;
Desea el bien (|uien le espera ,
Y no quien le ha conseguido,
Amando correspondido ;
Y asi, nació destinado,
Al deseo lo esperado ,
Y al amor lo poseído.
Luego mi feliz trofeo
No arffuye contradicción ,
Pues la misma posesión
Que aun no poseéis poseo;
Y en el desearla veo
Que iamás estar ocioso
Pueae el afecto amoroso.
Pues siendo el acto inconstante ,
Implica que viva amante
Quien no vive deseoso.
Sale MOSCÓN, y quédate al paño.
■OSCOIf.
Aunque es tiempo de avisarle ,
No le pretendo avisar.
Pues tan fino en el terrero
Hablando con Laura está.
Lo que le toca á mi o&cio
i
DON RODRIGO DE HERRERA.
Es ver si puedo escuchar
Los requiebros que la dice ,
V los que ella le dirá.
Por ver sí algo se me pega
De amor; mas es por demás.
DUQCK.
¿Quién solicita y procura
Que me hagáis tanto favor?
LAURA.
Amor.
DUQUE.
Y á empresa tan superior
¿ Quién me alienta y apresura ?
LAURA.
Ventura.
DUQUE.
Y cuál será en tal altura
í\ premio de mi ardimiento?
L\ORA.
Contento.
DUQUE.
Ya pues con mayor aumento
De mi fineza os obligo;
Pues en serviros consigo
Amor, ventura y contento.
LAURA.
Si fué cruel mi hermosura,
¿Quién incita vuestro ardor?
DUQUE.
Amor.
LAURA.
Cuando él despida el rigor.
Vuestra fe ¿qué me asegura?
DUQUE.
Ventura.
LAURA.
¿ Y si en mi el afecto dura
Igual con el rendimiento?
DUQUE.
Contento.
LAURA.
Pues yo con mayor aliento
Aumento mi amor, por ver
Qué tengo ahora en tener
Amor» ventura y contento.
DCQUE.
Tiene un amante en tener
Amor crecido y robusto ,
Gusto;
Faltando el desden injufto.
Se le acrecienta el querer
Placer;
Y el verse corresponder.
Va adquiriendo cada dia
Alegría.
Dejad pues la cobardía ,
Y amor juntos frecuentemos ,
Porque con esto tendremos
Gusto , placer y alegría.
LAURA.
Confieso que habrá en querer,
Sin género de disgusto ,
Gusto ;
Y que tener será justo ,
Viéndose corresponder,
Placer *
Pero está tan al perder
A cualquiera niñería
La alegría,
Que yo, en tan necia porfii
Llegando á considerar,
No quiero con tanto azar
Gusto , placer ni alegría.
{Tocan clarines dentro,)
DUQUE.
Este belicoso acento
Me avisa que es tiempo ya
De ir á la fiesta. ¿Quién vio
Que una fiesta dé na pesar?
Adiós , mi Laura.
LAU R A . (A rrójale una banda verdemar) .
Esa banda
En mi nombre llevarás ,
Y no extrañes el color,
Que en el color verde-mar
Hay esperanzas , que en ondas
Te orrece tranquilidad. ( Yate.)
DUQUE.
De buena esperanza el puerto
Sin duda habré de tocar
Con tal favor.
MOSCÓN.
Vuecelencia
No enamore un punto mas ;
Que ya los duques y condes.
Marqueses otro que tal.
Para correr las sortijas
Juntos en la plaza están
De palacio , aunque me han dicho
Que el Rey no se quiere hallar
En la tal tiesta ; no entiendo
Deste rey el natural :
Ayer aturdía el mundo ,
Y hoy en aturdirse da.
DUQUE.
Vamos apriesa.
■oscoii.
Sin dada
Con favor tan singular»
Que has de llevar de codillo
Los premios á los demás.
{Vanee.)
Salen EL REY t BATO.
BATO.
Que acompañe á aqueste loco
Me ha sopricado mi amo.
¡ No es mala la comezón !
{Está peneaiÍ90 el Ref .)
No podría hacer el diabro
Vestido de tan buen gusto
Como es un loco aforrado
De lo mismo; porque jo
Diz que tengo lindos cascos.
Frío debo ser sin duda.
Pues me aforran de venno.
BBT.
No es natural , no es posible
Lo que está por mi pasando;
Superior causa sin dada
Es causa de mis agravios.
BATO. (Ap.)
¡ Qué figuras que está haciendo!
Atento lo esto mirando ;
A la he , que si se emperra»
No dó por mi vida an coarlo.
BBT.
Si creyera que era el délo
Origen de tantos dallos.
No estuviera , no, sesoro
El mas luciente topacio
8ue en su cámara de estrellas
uarda el firmamento atara.
Poc<) es esto, el mismo Dios
No lo estuviera.
B4T0.
iSnnPabro!
A hereje este rey de loeot
Va por sus pasos conlfdos.
Vén acá. ¿No es eatoaiit
Señor, yo sónul afaUaaQ,
Mu buen católico» y ctto
Que solo de Dios el brazo
Es el todopoderoso ;
Y en esa fe confiado.
Le dejo para auien es ,
Aaoque me dé mas trabajos.
REY.
En fin , eres de la tierra
El mas humilde gusano ;
Estaba por arrojarte
Desde ese balcón abajo,
Y si no , en aquel estanque ,
Foso que guarda á palacio.
BATO.
¿Soy yo Leandro? Só Flor,
Üe quien me dijonangaño ,
Y afirman los fabuleros,
Que , como huevos entrambos ,
Ella se murió en tortilla
Y él fué por agua pasado ?
4. En estanco echarme á mi?
¿Soy yo por dicha tabaco?
¿Arrojarme de un balcón?
4 Soy yo basura ?
RET.
Villano ,
Vele al momento.
BATO. (Áp.)
i San Lésmes !
RET.
4 Aun te detienes?
BATO. (Ap.)
\ San Mauro !
RET.
^Eres sordo?
BATO. {Ap,)
\ San Panuncio !
RET.
¿No respondes?
BATO. (Ap,)
¡San Macario!
RET.
^No le vas?
BATO.
{Ap. ¡Válgame el Credo!
Eicepio el Poncio Pilato.)
Ya S4* irán ; que no son bestias ;
^ aun se irán por todos cabos ,
Sin que sea menester;
Ma<; adviértole entre tanto
(^ue se ha de estar cepos quedos ,
Mi rey , porque un soldado
Tudesco, como un gigante^
Esta esa puerta guardando ;
Que es un frasco con bigotes ,
Y con guarda-infante un jarro.
REY.
A una legión de demonios
No temo, ¿y quieres, villano,
Que tema soto á un tudesco,
Que es fuerza que esté borracho ?
BATO.
Tal me sucediera á mi ;
Mas aconsejóle , hermano ,
Qoe no se llegue á la puerta ,
Porque le ba de hacer , y es craro ,
Moy vecino de Moguer,
Qaé está cerquita de Palos.
RET.
Véi<> , grosero , de aquí ;
Que ¡vivo yo...
BATO.
Esto tembrando.
RBT.
Qve de Qo puntapié te arroje
Mas allá del otro cabo
Del maado ! y muy poco be dicho.
DEL CIELO VIENE EL BUEN REY.
BATO.
Él lien pulsos temerarios;
Co rriendo vó , y á este loco
Que le guarden dos mil diabros.
{y ase.)
RET.
Ahora , ahora , discursos ;
Ahora , ahora , cuidados ;
Razón , entremos en cuenta.
Pues que solo me han dejado.
Cuando al campo sali ayer,
Me hizo Palermo el aplauso
Que á su rey natural debe ;
Y cuando estuve en el campo,
Me respetaron por rey
Cazadores y criados.
Entré en el baño; ojalá
No hubiera en el baño entrado ,
Pues fué golfo de veneno ,
Si no de ponzoña lago,
Adonde nueva Medea
Introdujo sus encantos.
Hey Federico entré en él ,
Pues todos lo confirmaron ;
Pero cuando del salí ,
A mis criados llamando,
No pareció mi vestido
Ni tampoco mis criados.
Doy voces , nadie responde ,
I rn teme , blasfemando
Del mismo Dios ; cuando an niño.
Que salió de entre unos ramos ,
Me reprehende severo.
Pero ¿para qué me canso
En traer á la memoria
Los desprecios de Lisandro,
Las sinrazones del Duque ,
Las necedades de Bato ,
i Afirmando que soy loco,
Siendo su rey soberano?
En lin , yo entré por las puertas ,
De Palermo, en un caballo ,
Sin que nobles y plebeyos
Me hiciesen el agasajo
Y cortés acatamiento
Que á su rey debe un vasallo.
Llego á palacio, y sabiendo
La Reina cómo he llegado,
No me sale á recibir ,
Ni Laura , aquel dueño ingrato;
Que de todas mis desdichas
Ninguna he sentido tanto.
Pues cuando la mujer propia
Desprecia á su esposo , y cuando
La dama tributa olvidos
A su mismo rey , son casos ,
Que, á no afirmar que estoy loco
Después que salí del baño,
Dijera bien que ellos solos
La locura me han causado.
Mandar luego que no entre ,
Aunque lo intente, en mi cuarto ,
Cerrarme todos las puertas ,
Dejarme por guarda á Bato ,
Un rústico labrador.
Todos son indicios claros
De que , ya cansado el cielo ,
Me ha dejado de su mano,
Y que aauel prolijo sueño
Fué veruadero , y no falso ;
Si bien yo no he de creerlo
Hasta que Dios , mas templado
Conmigo, lo manifieste
En un prodigio ó milagro;
Aun(][ue su verdad , sin dada ,
Me dice en avisos tantos.
Pero, con todo , yo mismo
He de ver mi desengaño.
Aqui ha de estar un espejo
De armar, cristalino y claro ,
Donde me vi machas veces;
917
Miraré si estoy trocado
Mi rostro en él , si mi talle
No es tan perfecto y bizarro
Como solia , siquiera
Por desmentir tantos labios
Venenosos , que me están
El decoro inficionando ;
Porque solo esta experiencia
A mis dudas le ha faltado ;
Mas antes que, sumiller.
De su cristal y sus marcos
Llegue á correr la cortina.
Le ue de informar de mi agravio.
Y paes verdad siempre dice.
De lisonjas no me valgo
En esta ocasión , aunque
Tanto de ellas me be pagado;
Por(]|ue á quien verdad observa.
La hsonja es desacato.
Solo al cristal pediré ,
En sus verdades fundado,
En sas rectitudes cierto ,
Que antes que pronuncie el ftUo
De mi muerte ó de mi vida,
Mire con piedad mis años ,
Con decoro mi corona ,
Con atención este caso;
Porque acabe de creer
Mis dudosos embarazos ,
Que no soy ya Federico
Y que estoy de juicio falto.
( Vase llegando al espejo; antes de cor^
rer la cortina , el Rey dice este soneto,)
Lámina breve , en quien mi pecho in-
[lenta
Ver I a sentencia de mi vida ó muerte ;
Golfo dudoso , adonde, si se advierte ,
He de hallarmi bonanza ó mi tormenta.
Cristalina verdad , que representa
Al hombre en el teatro de la suerte
Una y otra fortuna , y se convierte
Toda en el hombre, de lisonja exenta.
Tengo aliento y temor y extraño
[espanto,
Pues ver mi mal ó bien en tí es precisa,
Por descifrar las dudas de un engaño.
Manifiéstale va tu claro aviso,
Y sea mas piadoso el desengaño
Que el que en otro cristal lloró Narciso.
( Corre la cortina,)
Pero ¿qué es esto , cielos inhumanos?
No han sidojay triste! mis recelos va-
1 Qué rostro es el ^ne veo . '[nos.
Pálido , flaco, macilento y feo?
¡ Qué horrible ceño ! qué visión extraña!
Ya digo que Palermo no se engaña ;
Ya disculpo; ay de mi ! los que decían
Que á mi rostro y mi voz no conocían.
En bruto trasformado
Me tiene mi desdicha ó mi pecado;
Iba á decirlo, mas callarlo quiero.
Que no es bien que lo crea , aunque lo
[infiero. —
Cristal que la verdad á todos dices ,
Esta vez , por mi mal , te contradices ;
Yo soy el rey, el mundo bien lo sabe :
Pues ¿cómo ahora de mi aspecto grave
Las facciones desmientes? [tes.
Cómo la verdad callas ? Mientes ,mieD*
¿ Asi intentas que yo tu verdad crea ?
Dispon que en ella á mi contrario vea ;
Si no, diré, si aquí no te provoco»
Que soy el cueroo yo, y tü eres el loco.
US
Sale EL AkgEL, »n etvettiicpare-
tíi« al que el Rey deiá ett el baño,
con corona s cetro , p quédate al pa-
ño, y el Rey le eilá mirando abierto
eneletpe¡o.
IwíL. [cuinto,
¡Ohcuinloun [leoíilíirle cueat», oh
A Dios piadoso, jujliciero j santo I
Paesel cristal contempla divertido,
Y en él se ha visto ja desconocido ;
Con insignias de rej pretenda ahora
Que asi se vea en mi , ja quese igtwra;
E[i el cristal iuiento estar visible,
Pero en las demás partes inTísible.
1 Quién es el robador de mi corona,
SusiiiDtD civil de mi persona ,
A quien Palermo aclama ,
Usurpándome elnomhre,hoiior j fama!
(Pónete el Ángel detrat del Rey , y le
te en el etpejo.)
ÁNGRt. (Áp.)
Ahora le verás , que paso i paso
Cerca de li me voj,
DET.
¡Terrible caso!
Has ¡»j cielo! iqu¿ miro!
-, Ya su retrato en el cristal admiro '.
Ahora si, cristal, puedo llamarte
Verdadero. (Retírate el Ángel.
Retiróme i esta parte.
UT. (Dice eiio no mirándote al et
pejo.)
pecho ha durado;
(Vuelve á mirarte el etpejo.) [do
Sindudaqueestp espejo está encanta
Ya no parece en é\, ni en esta sala
HajmasqDRyo^iquédesven tura igual
A la mía ! volver a terlo Intento,
(Cnaado acabe ette verta, ha de volee
el Ángel á ponerte junto al Rey.)
Sabrf si fué ilusión del pensamiento
Pero legiinda reí vuelvo ú miralle
Con mi rostro, corona, brio y talle.-
Encanlador tirano, espera un poco.-
No hay duda ; |tiPÍo!, yo me vuelvolo
(Etiáie queda el Ángel.) [co
¡ Oh, quién pudiera unirse consusbra
Y hacerle entre los míos mil pediiios
¡Que fortuna medé, siempre envidios!
D<»dicha real , la diclia mentirosa!
HaSfpucs constante, no hace movi
Desaliarle interno; [mient(
Porque, auní|ue en sombra veo mi cotí
Nunca «eri juicio temerario [trarit
gne vo le rete aquí , pues mi desvel
umple con esto con la lej del dnelí
Supaestoque á mi agravio ae esta suei
No puedo hallarle para darle mu ertí
(Vuelve A mirarte et Rey al etpejo
Pues me usurpaste la corona j brio.
Hoy te reto y te llamo íi desafio ;
Heulido Rey, responde si le aceptas
Pues tanto mn fatigas y me inquieta!
(Hace la uüal el Ángel eon la cabexa
Une *i con la cabeza has respoiidíü
jCnmplirísloqueaquIme liaspromi
(Vuelve «nn Id cabevt á decir que t.
Va lambien con la seña lo asegura.
DON RODRIGO DE HERRERA.
les vele ahora, y defender procnra
1 corona de mi.— Ya no parece;
(Apártate el Ángel.)
paso de la duda el temor crece,
la joya en el peclio me lia quedado,
ne de tantas fortunas me han dejado;
ibre ella haré me prestealgun vasallo
ipada y banda, armas y caballo,—
Uses burlador, espera, espera
Lie baje un rayo de la quinta esfera ,
e escaparás de mi invt'nctbie mano ;
ues ya conozco que si Diosteampara.
un no podré mirarte cara acara,
ta,u '''"'■*
a parece que tratas de enmendarle.
engajo.cieloE, ensuenmiendaparte,
I descrío lie de salir ; que ínBero
ue ha de ser este el medio verdadero
ara que reconozca su pecado
uanao á mis pies se vea derribado ;
si el perdón aclama arrepentido,
tuedará vencedor, siendo vencido.
Dentro mUtiea de trompeta» a ataba'
lillot, como que ettdn en la fieita.)
Ista música me advierte
lúe ya esta fiesta acabaron ;
'asaré desdé esta cuadra
I salón grande, y dejando
(Tocan trompetal y ehirimiat.)
LisANDHo. (Dentro.)
Viva Federico!
■osco:<. (Dentro.)
¡Viva!
umvDM. (Dentro.)
flva el rey de sicilianos,
>ues, cual Fénix, eoire arotnai
i^as plumas ha renovado.
heim. (Dentro.)
Decid que viva mi esposo
belices y largos años.
Sale EL ÁNGEL, mlrandoalveHuarié.
Leales vasalloa mioi,
Hucho agradezco el aplauso
Que me nacéis, mucho el festejo ;
^0 os prometo de premiaros ',
Pito sí de mi gobierno
Estáis satisfechos tatito.
Cuanto de mis sinraiones
Estuvisteis agraviados.
Désele at cielo la gloria.
Has no i mi, fieles vasallos.
Pues un rey agradecido
Supo hacer de un rey iugralo.
Sale LA REINA.
Esposo, Seflor. ;qDé es esto!
í Ahora tan rplirado.
Cuando Palermo os aclama
Kn festivos aparatos?
5a;0 LAURA.
uniA.
Federico invicto, ahora
Que os está el pueblo aclamando
Salomón de nuestros licmpus ,
: Os estáisen vuestro cuarto!
Salen LISANDRO T MOSCÓN.
Sefior, ^taa grande retiro!
SeiJor,idespreciotan raro!
^o ocultéis vuestra peno di.
No ostentéis bolo recalo.
No malogréis sus detignlot.
MOSCOU.
No ofendáis sni agasajos.
Ved que un rey agradecido
Es del puebloespejo claro.
uou.
Ved que un rey et sol qne llmtra
Todo un reino coa sui njoa.
LtSJtltDHO.
El sol de Sicilia sois,
V alma de todos tus campoc
■oscon.
Ved que i su rdno e* nn rey
Lo que i un paje hambrlenio na pialo.
Lo que A'unt dneDi bd moo)fl ,
V a un poeta mucboe CBaru».
ilISKL.
Esposa, reina j sefion,
Laura, Lisandro, admlraroi
No es justo de mt retiro.
Porque aunque juigalt qne be Cftado
Ausente, siempre presente.
Vuestros afectos mirando
Estoy, y de todo el reino.
Sin que mo canse eraberuo
La distancia ; qae et amor
Que dentro eo mi pecbo guardo
A las ciencias iiae apreool.
Eso me han facilitado ;
Va sé, Laura, qne eata larde
Al Unque estuviste hablando
Dosde un balcón del terrero,
V que U Reina j Liaudro
Tratan de tu caMmlento
Con el Duqoe, j no mt eipulo,
SI hoy seri aa espOM Laara ;
Porque ya en mi ae acabaron
Todas aquellas Bneíatt
Que viste en tlempoa paaidoi.
LADMA.
;SeEor! (Ap. iQnlén ■« lo baliri dicho*)
iiieiL.
No, no léñela qne atnilarM.—
Esposa, LlsanüTO amigo,
Hoy dari Laura la mano
Al Duque.
LBMIMO.
Tnt plantac beM>.
KOU.
■ereica, eipoao, tna braua.
íhgu..
Vuestro Boy jlo he da ur;
Que el amor qae mt anaalanB
Es en carider inpreto;
Y asi, no puedo h '-
81 el bnen rey del délo vine,
Eate del délo b« balado.
urna.
De no ángel aln dnda •• lodo
Cuanto ha dicho y ovanlot '
HMCOli. (Af.)
Boy ae ha nalto aabotl
El que ayer faé topo malo ;
Yo apostaré qae las tripas ,
Hígado, bofes y bazo
(Va llegando á él, y el Ángel le mira
mucho.)
Me esti penetrando ahora ;
Pero ¿qué temo? qué aguardo?
Hablarle intento.
ÁflGEL.
^Uoscon?
■oscotf.
Gran señor, muy olvidado
Vuestra majestad me tiene ,
Pues ya en los nidos de hogaño
No hay pájaros; ¿qué se han hecho,
Señor, tantos favorazos
Como solías hacerme?
ÁNGEL.
Ya estoy en otro trocado.
MOSCÓN.
¿A mí , que al juego del hombre
Siempre te seguí de ganso,
Me tratas de esa manera ?
ÁNGEL.
De bufones no me pago.
■OSCON.
Yo, que fui perro ventor
De amor en la caza y Kalgo,
Que las perdices y liebres
Te las traía á la mano,
i Es posible oue merezca
Esos desvíos?
ÁNGEL.
Bellaco,
Calla los errores mios ,
Pues que yo los tuyos callo.—
Denle una ración, y aprenda
Algún oñcio entre tanto;
Pero, sí no le aprendiere,
Vaya á galeras.
■OSCON.
{Ap, San Franco
De Sena sea conmigo.
Pues el comer me han quitado.)
Aprended, flores, de mí ;
Bufbues, con todos hablo.
{Toca dentro la máiica, y disparan al-
ffunos arcabuzaios.)
Sale EL DUQUE.
DUQDE.
Federico generoso,
Nunca be entendido hasta aquí ,
Viendo triunfo tan glorioso,
Lo que es el ser rey ; y asi,
Hoy te juzgo el mas dichoso,
Hoy con exceso se abona
Lo grande de tu corona ;
Desde hoy temerán tu espada
Desde Isf Alemania helada
Hasta la Tórrida Zona ;
El oro, á quien avarienta
Guarda en sus cofres la tierra.
Siendo de si misma afrenta.
Por no hacer al mundo guerra ,
Hoy á tus pies se presenta ;
Los diamantes, que centellas
Son ó pedazos de estrellas ,
Hijos bizarros del sol ,
Por ilustrar so arrebol ,
Roy son alfombra á tus fauellas ;
Lo que mas llegué á admirar
Fué tanto monte de abeto
Que en sos hombros sufre el mar,
Y á quien tienen tan sujeto.
Que aun no se puede quejar;
Caballos soo de madera ,
Pues cada cual ( sí se altera
DEL CIELO VIENE EL BUEN BEY.
Neptuno, que en ondas crece )
Domado bruto parece
Castigado en la carrera ;
Y aunque del Euro y el Noto
Se ven tal vez oprimidos.
Despreciado el alboroto.
Siempre guardan entendidos
Las iaeas del piloto ;
Las galeras, que suaves
Son á las ondas mas graves ,
Tan veloces discurrían ,
Que á la vista parecían
Oel mar voladoras aves ;
Los pintados gallardetes,
Que eran del viento copetes ,
Formabau entre arreboles
Fatigados tornasoles.
Volátiles ramilletes;
Asustaba de manera
El estruendo de los tiros.
Que asombraba la ribera ;
El fuego en ardientes giros
Asaltó la cuarta esfera;
Los príncipes y señores
De Sicilia, los mayores
Que en la sortija se hallaron,
£n la destreza mostraron
De su sangre los primores;
El que mas diestro lució,
De toda jactancia falto,
Y los premios se llevó.
Fué ej gran duque de Montalto,
Príncipe de Paterno;
Sobre el sombrero llevaba
Toda una selva de plumas ,
Que al viento lisonjeaba.
En un bruto que nadaba
Por el mar de sus espumas;
Y el caballo, cuya piel
La de un tigre parecía.
En lo brioso y lo fiel
Parece que conocía
Quién iba montado en él ;
Pues castigado del arte.
Tanto el freno le sujeta.
Tanto lo diestro reparte ,
Que es un monte si se quieta,
Y es un rayo cuando parte;
Como se templa y se írrita.
Equivocado parece.
En la destreza aue imita.
Que la espuela le entorpece
Y el bocado le agilita ;
Pues tan á compás corvetas
Formaba el bruto al estruendo
De las cajas y trompetas.
Que me pareció que haciendo
Iba en el aire floretas;
Con tal destreza blandía
Su heroica mano la lanza,
Que della un círculo hacia.
Dando el pueblo en so alabanza
Mil vítores de alegría ;
Su hijo, Adonis galán.
Que es conde de Cartagena,
A (fulen el lauro le dan ,
Salió airoso á la Jineta
En un tostado alazán;
Era el bruto ardiente rayo,
Parto del Andalucía,
En la firmeza Moncayo,
Y su frente parecía
De plumajes todo un mayo.
Tan atento discurrió
El Conde, que con verdad
Muy bien puedo decir yo
Que mas de una volontad
Con la sortija llevó;
Quedaron absortos todos
De ver en tan pocos aoos
Todo el valor de los godos;
Y así, los propios y extraSof
«9
Le aclaman por varios modos;
No hav principe mas lucido.
Mas afable, mas querido.
Mas liberal y cortés;
Que en efecto en todo es
A su padre parecido ;
El de Terranova vi.
Bizarro, fuerte español.
En un bayo, que creí
Que, á ser codicioso el sol ,
Le quisiera para si ;
Pero anduvo desgraciado,
Porque al pasar la carrera ,
El caballo , alborotado,
Hizo que á la breve esfera
No tocase el fresno herrado ;
De Castilla el almirante.
Señor de Módica, fué
El que lucido y triunfante
Mostró la lealtad y fe
Que á su rey tiene constante ;
En on picazo, que al viento
Parece (|ue desafia,
Entró bizarro y contento
El bruto, porque tenia
El nombre de pensamiento ;
Lo demás, por no cansarte.
En silencio dejaré ;
Solo digo en esta parte
Que cada cual dellos fué
Hijo de Palas y Marte;
Callarlo es consejo sabio.
Porque no les hago agravio,
Pues puede su relación
Caber en la admiración.
Mas no caber en el labio.
De vestidos y bordados
No te alabo los primores ,
Pues adviertan mis cuidados
Que en ser de tales señores ,
Ellos se están alabados;
En fin, bien puedes tener
En tu reino coníianza
Desde ahora, pues el ver
En ti, Señor, ul mudanza,
Su mudanza viene á ser.
ÁNGEL.
Estimo la relación ,
Y Palermo no se admire
Que á su aplauso me retire ,
Y mas en esta ocasión ;
Porque de un buen rey argayo.
En el pesar ó el placer.
Para todos ha de ser,
Pero nunca ha de ser sayo;
Nadie tiene menos parte
En si que on rey.
DUQOE.
Es asi.
ÁNGEL.
Pues todo fuera de si ,
Sin saber de si se parte;
Por lo coal alabo yo
A ona entendida persona
guo, viendo la real corona
n el suelo, no la alzó.
Diciendo : t Aqoel te levante
Qoe tu peso no conoce.»
BEOfA.
Tal príncipe el reino goce
Por tiempo qoe al tiempo espante.
MOSCÓN.
No entiendo el estilo avaro
Del Bey, aonqoe lo procoro :
Con los demás habla oscoro
Pero conmigo muy claro ;
Y no es este desatino,
Iflode qoitarme
no
El comer, y esto es bablarfne
Pan por pan, vino por Tino.
{Tocan dentro trompetas y cajas hacia
la parte por donde entrará después
el Rey, armado y á caballo.)
050S. (Dentro.)
Guarda el loco.
OTROS. (Dentro.)
Al desafío.
VOCES. (Dentro.)
Guarda el loco, que va al duelo.
BCIICA.
Mas ¿qué es esto? Qué rumor
Es el que embaraza el viento
En el palio de palacio t
LISARDRO.
A saberlo voy.
ÁNGEL.
Teneos ;
Que la causa ya la sé.
MOSCÓN. (Ap.)
¡ Que ya la sabe tan presto !
Aunque este rey me na entendido,
Por Cristo, que no le entiendo.
ÁNGEL.
Tiéneme desaGado
Cierto principe encubierto.
MOSCÓN.
Yo apostaré que es el loco
Que de la aldea trajeron.
¡Linda fiesta!
ÁNGEL.
Y roe es forzoso
Cumplir con la ley del duelo ;
Que, aunque atirman que está loco.
Me quiere quitar el reino.—
Dame un peto y espaldar.
Que en esa cuadra de adentro
Le hallaréis.
DCQUR.
Ya voy por él.
REINA.
Esposo, Señor, ¿qué es esto?
Vos batalla con un loco?
ó discorria de vos eso.
i
LAURA.
¿Qué es esto? ¿Vos desafio?
ÁNGEL.
No temo, Laura , los riesgos.
LISANDRO.
Por vos saldré á la batalla.
MOSCÓN.
¿Qué batalla ó qué embeleco?
Que es un pobre mal trapillo.
ÁNGEL.
Eso no es de caballeros ,
Pues fuera gran cobardía
El no reñir por mi mesmo.
•
Sale EL DUQUE, con las armas,
DUQUE.
Aquí están, Señor, las armas;
Mas siento que á tanto empeño
Pueda obligaros un loco.
ÁNGEL.
Duque, no puede ser menos ;
La causa sabrás después.
(Yase armando, y tocan dentro.)
Armadme, Duque, y sea presto ;
Que el rumor se va acercando.
DON RODRIGO DB HERRERA.
REINA.
i Es posible que no puedo
Disuadiros?
ÁNGEL.
No es posible
Que yo pueda obeaeceros;
Que nay en este desafio
Oculto un grande misterio.
LAURA.
Federico es todo enigmas.
LISANDRO.
Que no le alcanzo confieso.
ÁNGEL.
Desde esa ventana baja,
Que está cercana al terrero.
Veréis, Señora, con Laura,
hesta batalla el suceso,
Que será feliz sin duda.
REINA.
Asi del cielo lo espero.—
Vamos, Laura.
LAURA.
Ya tosigo;
Alguna desdicha temo.
(Vame.)
DUQUE. (Ap.)
¡ Que baya venido este loco
A estorbar mi casamiento!
USANORO.
Algún prodigio se aguarda.
DUQUE. (Ap.)
Sin duda no la merezco.
U3ANDR0.
Si gusta tu majestad.
Los dos padrinos seremos.
ÁNGEL.
No be menester mus padrinos
gue la justicia que tengo,
iitrad ; que por esta puerta
Salimos luego al terrero.
(Éntranse por una puerta, y salen lue-
go por la otra )
LA REINA T LAURA se asoman á una
reja baja que ha de haber, y salen
EL ÁNGEL, EL DUQUE T LISAN-
DRO.
ÁNGEL.
Palermo está alborotada,
Y ya á mi contrario veo.
Que bácia nosotros se viene ;
Hoy se ba de ver un portento.
(Tocan.)
RUNA.
Ya descubro en la palestra
A mi esposo.
(Vuelven á tocar.)
LAURA.
Y todo el pueblo
Ha concurrido, admirado
De ver tan nuevo suceso.
DUQUE.
Ya llega.
US ANDRÓ.
Bizarro viene.
ÁNGEL. (Ap,)
Permitid, Autor supremo,
Que este Luzbel atrevido
Pida perdón de sus yerros.
Salga, al son de trómpelas y u¡ü$, EL
rey; á caballo, armado de todas ar-
mas^ pero no saque calada la puera,
porque pueda representar mejor, y
BATO, vestido de lacaya ridicula-
mente, que le viene acompañando; y
estando no lejos del taklado^ diga,
RET.
Rey intruso, rey fantasma.
Que te precias de hechicero.
Pues tu persona no he visto
Sino es en sombras ó en saefios ;
Tirano de mis acciones .
Ladrón de mis pensamientos ,
Usurpador de mi honra
Y escándalo de mi reino; '
Tú, oue, gerifalte altivo,
Sienoo gavilán ratero.
Mi corona arrebataste
Con rapantes instrumentof,
Oye mi verdad ahora,
Y advierte que no pretendo
Declararte con palabras ,
Sino con obras, mb hechos;
Ya sabes que en la palestra
Cristalina de un espejo.
Breve campaña de luces»
Corto espacio de refl^ioa.
Te llamé noble y valiente,
Y te persuadí sofero
A este campal desafio.
Como se ve, cuerpo á caerpo;
Por señas el si me diste ,
Y ya veo que fué cierto.
Pues con tan bizarros briot
En la palestra te veo;
Condeso que desde ahora
Mayor envidia te tengo.
Pues muy bien ser rey mereee
Quien sabe cumplir nn doelo ;
Previénete á la batalla.
Pues que ya permite el tiempo
Que se descubran engaita
De fingidos devaneos.
En cuyo circo sin duda
Entrambos á dos veremos ,
Yo, si es mío tu valor.
Tú, si el mió es tuyo mesmo ;
Segunda vez te provoco
Y con verdad te prometo*
Que al ver real tu persona, '
He tenido algún recelo;
Y á ser capaz de temor
Mi siempre invencible pecbo.
Dijera en esta ocasión
Que me has infüodido miedo.
Y por Dios , á quien parece
Que va humilde reverencio*
Después que un cuerpo te adasiro»
Que enfrenara mis intentos»
Si no creyera que el mondo» .
Si no viera que mi reino
Me ba de impnUr de eobttds
Después de tantos trofeos;
Y fuera gran cobardía »
Si con valeroso esfiíeno
L^ confirmara mi lengón»
No lo afirmara mi acero.
Amokl.
Desmonu ya del calMilIo;
§ue, aunque tu estilo
amblen veo qne te Importa
Que este duelo no deJoiMS.
wn,
Tenme el caballo.
BATO.
Que este loco el del
._ii
Ta qne estas abigarradas
Me ban matado, y oome ban mnerlo.
{Apéase el Rey,)
DUQUE.
Veloz desmonta.
USAMDRO.
Su brío
No es , DO , de bumilde sugeto.
KEITÍA.
Mi f ida de un hilo pende.
LAURA.
Y la mía de nn cabello.
■OSCOff.
Gran cortesia ha mostrado.
Yo por loco no le tengo;
Qae alabar al enemigo,
Parece malo y es bueno.
ÁNGEL.
Paes en la estacada estamos ,
Suene el bélico instrumento.
{Tocan de cuando en cuando.)
RET.
Saca la espada , que ya
La mía también prevengo,
Y guárdate de mi furia.
ÁXGEL.
Eso á tí te lo aconsejo.
REY
i Gran pulso! * {Riñendo.)
Á.^GEL.
¡Valiente brazo!
RET.
En Taño herirle pretendo.
LISAIIDRO.
i Airosamente batallan I
MOSCÓN.
i Qué bien riñen!
{Riñen,)
DUQUE.
¡Por extremo!
LAURA.
Valor el loco ha mostrado.
EEINA.
¡ At , Laura ! i mi esposo temo.
ÁNGEL.
Herirme intentas en vano.
REY.
¿Qué será , qne, aunque lo intento ,
>o puede hallarle mi espada ,
Y solo acuchillo el Tiento? (Cae )
Mas ¡ ay de mi , que he caldo !
{ Pónele el Ángel el pié sobre el pes-
cuezo, jf tiene levantada la espada,)
ÁNGEL.
Para que sea tu cuello
El alfombra de mis pies,
«¿Qoiéo como Oíos ?i di , soberbio.
RET.
Piedad , campeón Tállente ,
Piedad , heroico mancebo ;
Porque no sé qué en ti admiro,
Ko sé qué en tu espada adTierto,
Que rayos ardientes Tíbra
Contra mi.
DEL CIELO VIENE EL BUEN REY.
»l
ÁNGEL.
¿Qué sientes de eso?
RET.
Siento que el brazo de Dios ,
A quien, perjuro y blasfemo,
Negué tantas Teces , es
G1 que me castigó ; y siento
Que eres tú ministro suyo.
ÁNGEL.
Pídele perdón , que es cierto ;
Que pues te ha sufrido malo ,
También sabrá hacerle bueno.
RET.
Si hasta aquí no le adoré ,
Ahora le adoro y creo ,
Y en su defensa y Terdad
Perderé mi Tida y reino.
Sus preceptos guardaré ,
Reedificaré sus templos,
Que por mi culpa han estado
Profanados y deshechos.
ÁNGEL.
¿Así lo prometes?
RET.
Sí.
ÁNGEL.
( Ap, Y yo, que lince penetro
Su corazón , reconozco
Que es verdadero su efecto.)
Levanta ahora á mis brazos. —
Sicilianos , caballeros ,
Príncipes , grandes , señores ,
Senadores y plebeyos,
El arcángel Miguel soy ,
Que, por divino decreto
Del que es Motor soberano,
Bajé á ejercer el gobierno
De Sicilia , lastimado
Su amor de Ter los excesos,
Las injusticias , los daños
De Federico soberbio.
Mudé su forma en el baño.
La suya tomé, queriendo
Dios mostrarle de esta suerte
De su gran poder lo inmenso.
Lo que ha pasado habéis Tisto,
Ahora admirad de nucTo
Lo que Teréis ; á su forma
Ya segunda Tez le he Tuelto ;
Quitadle ahora las armas.
{Quitante la celada.)
DUQUE.
¡Gran prodigio!
LISANDRO.
¡Gran portento!
ÁNGEL.
Este es Tuestro rey , y este
Gobernará el reino vuestro ,
Tan otro de aquí adelante ,
Que á los demás sea ejemplo.
Besadle todos la mano,
Y reconoced atentos
Que en los mayores conflictos
El buen rey viene del délo.
Esposo.
REINA.
RET.
Reina y señora ,
Vasallos y compañeros.
LISANDRO.
Ya todos te Teñéramos.
DUQUE.
Ya todos te obedecemos.
BATO.
Yo pienso que esto dormido.
MOSCÓN.
Yo que estoy soñando pienso.
ÁNGEL.
Qaedad en paz , sicilianos ;
Porque al alcázar supremo
Me TuelTo del Trino y Uno ;
Y aunque me voy, no me ausento ;
Que con tos siempre estaré.
Porque Teais en mi ejemplo
Que el buen rey del cielo viene.
{Vase.)
TODOS.
Asi todos lo creemos.
BATO.
Como un pájaro toIó.
LAURA.
Ya surca el golfo del Tiento
LISANDRO.
¡ Gran dia !
DUQUE.
¡ Felice suerte !
REINA.
Sepa el mundo este suceso.
RET.
Laura , tu esposo es el Duque.
LAURA.
Soy tu esclaTa.
DUQUE.
Tus pies beso.
RET.
Mi camarero mayor,
Levantad.
MOSCÓN.
¡ Qué lindo es esto !
RET.
Y á mi priTado Lisandro
Yo le daré muchos premios.
REINA.
Laura, por mi cuenta corren
De hoy mas tos muchos aumentos.
BATO.
Yo me Toy á mi alquería
A colgar estos greguescos.
Para que sirTan á Judas
Los juéTes del prendimiento.
MOSCO.X.
Yo me voy á meter fraile ;
Qne en fin alli comeremos.
REINA.
Decid que mi esposo viTa.
TODOS.
Viva por siglos eternos.
DUQUE.
Teniendo aquí fin dichoso
Este caso verdadero.
COMEDIA FAMOSA
TITCUDA
)l]ELO DE HONOR Y AMISTAD,
POB DON JACINTO DE HEBBERA
PERSONAS.
DON GARClA.
DON RAMÓN.
EL REY.
LA REINA.
DON 8ANCH0.
TERESA.
LEONOR.
HERNANDO.
Soldados. — Criados.
ACTO PRIMERO.
lien LEONOR t TERESA.
LEONOR.
iermana, lo que siento
.'uojarte conmigo,
tan claro te digo
falta entendiniieuto.
ecia eres en lodo,
Q no sabes enojarle,
ibia en esta parle,
saber buscas modo,
lo eo tí conocer
de ingenio tan graves;
saber que no sabes,
rincipio de saber.
TERESA.
é Glosofias,
callar. En Un,
bas tenido al jardin?
LEO:«OR.
, de mi te lias
le hermana mayor;
oseando el remedio
los, be bailado un medio
de lograr nuestro amor.
na, roí señora,
;on, be yo servido
a; y tú, que has venido
sma plaza agora,
s don Sancho de Lara,
> padre, está sirviendo
ierra al Rey, entiendo
por tu buena cara,
buen nombre en palacio;
bermosara, Teresa,
credítarse apriesa,
4:recioD despacio.
TERESA.
, dime este argumento,
le yo de verdad
tamoD voluntad?
LKOtlOR.
a letra es el caento
De un galán que se caraba
De la vista, y al dolor
Preguntó : t¿Yeo mejor?»
TERESA.
Quiérole, que es cosa brava.
LEONOR.
¿Quisiérasle para esposo?
TERESA.
Y ¡cómo que le quisiera !
LEONOR.
¿ Y si él DO quiere?
TERESA.
Que quiera.
LEONOR.
¡Qué ingenio tan lastimoso !
TERESA.
f. No es don Ramón de la casa
Del conde de Barcelona?
No tiene gentil persona?
Pues si conmigo se casa.
Nuestros hijos ¿no serán
Deste linaje también?
LEONOR.
En fln, tú le quieres bi6u,
Y él es discreto y galán.
Mas /.quién quieres que lo sea
De tu ingenio?
TERESA.
¿Por qué no?
Pero si soy boba yo,
Tú eres peor, que eres fea.
LEONOR.
Fea soy, pero ansi vivo
Discreta, no digo nada;
Pero soy desconfiada ,
Que es el acto positivo
Que prueba mas la nobleza
De la discreción; no quiero
Disputar cuál es primero :
El ingenio ó la belleza.
TERESA.
Leonor, á mi no me agravia
Que lo pongas en dispula;
La raposa es muy asíala
Y la gallina no es sabia ;
Y iras eso, pienso yo
Que cualquier hombre se inclina
A comer de la gallina ,
Y de la raposa no.
LEONOR.I
Déiate de esa locura ;
Sabes cuiíilo (lesconfio
De mi ingenio, por ser mÍo
Y por follarme hermosura ;
Que ¿ don Garda de Haro,
Su amigo de don Ramón,
Uiré con inclinación ,
Y boy le escribí, hablemos claro,
De letra mía un panel,
Diciéndole que Se llama
A este Jardín una dama.
Sin haberle dicho en él
Mi nombre; porque he temido.
Si viéndome no le agrado, *
O que no venga llamado,
O que no vuelva escogido.
TMESA.
Pues ¿qué pretendes?
LBONOI.
Hablar
De noche aquí á don García;
Y en efecto, si de dia
(Sin poderlo yo excusar.
Aunque lo he de resistir)^
guislere verme, imagino "^
o ardid ó un desatino.
TERESA.
Acábalo de decir ;
Que siempre los que revienltn
De discretos son pesados.
LEONOn.
Di que los desconfiados
Dudan todo lo que intentan.
Digo qae ha de verte i ti '
Si quiere verme.
Con eso?
TBftESA.
¿Y qaé hará
Liipgo ienamonlle iiuieres
Luii lu incenio y mi lieriiiosui
Dios le dv buena veniun ;
FluT de mi lo que quisieres.
T<i igii W-
llalilarie ile nocUe (|uiero
Cciii nombre tajo, inRenlosi,
Porque le temo eiclaida
A lipor poco eiilenilida,
Como i mi por poco lieroiOM.
Lindamenlc lo acomodas,
¡üliquébieo! iQoeyodedia
Vi.u á Ramón y á García
Uii> de lejos , J que todas
Me quede vo sin II I
Eso, Leonor, es mascar
A dos carrillos.
Tesil^o
Sería de lodo conmigo;
V usl, no baj que recelar.
laño.
r.asa
Dcd
Llámese Ramón i engaóo,
Hus;lilblarélede diaT
No, que le conocerán ;
Yasl.soloteverin
Don RamoD j don Garda.
En lin, ¿he de liacer de modo
QuenomecoDOEcanT
Sí.
Ya Tiene. ^ tle de estar aqni T
LEonuH.
Como yo ba) de estar i todo.
.Solea DON GARClA t HERNANDO.
Jardín y dama sin nombre,
O ea cúmo ó es aveotun.
DON C4KCU.
La burla teroo.
^Ks don García?
(Ap. Aqnietti;
Has la noche es tan oseara.
Que no la he de ?er la cara.)
Yoh
Que
Lo
Por quijo Tenüo á este Jardín...
DON JACINTO DE HERBERA.
Vos habéis Tenido en lin,
Pues seáis muy bien venido.
íQuícn está con vos aquí!
Una criada lan bella
Y lan otra yo, que i ella
La babeis de tener por mi.
{Ap. No te descubras, Teresa.)
¿Y con vos?
iieii:<a:ido.
ttn camarada,
QaeiMHlri con la criada
Comer en segunda mesa.
1 mucha Di poca
¡Qué bien respondel
¿No hay manjar del alma?
lERESA.
¿Adunde
Tienen las almas ta boca?
BERKANDO.
En U nariz.
Puede ser ¡
Por eso el buen olor suele
Alencar; que cuando huele,
Debe un alma de comer.
HEKXANDO.
Por Dios, que sois entendida ,
Kl ingenio sois primero.
Vos el primer majadero
Que me lo ha dicho en mi trida.
¿Conoces i don Ramón?
Es muf galán caballero.
Aquien aprecia!
Higolo por no ser necia ;
Que lodo el mnndo
Que lo :^ ;
Has, aunque por serio calle,
Por lo menos en imaile
No muestro mi necedad.
LEOnOR.
La duda puede hacer pauta
SWÍRUal.
cnil
a pertecctoi
Con sos mismas tnspentlonei
O se embarau ü se olvida.
?uiérelas ambas, y entre una
otra lan partida espera.
Que ninguna deja entera
Por nu dejar á ninguna.
Elerada la raron
Mieolrai ^
Si podrí
Qu Sffi
En TOS cou el ser discreta;
Y asi, cuando la Ini dé
L i Unta Tentara,
de oíros,
gora.
Mal me eslari le Tea
Pésame qoo I mi.
DON uDda.
Bien dicen , ciego es qalea ana.
No es ciego, poei quiera Ter.
DOH GitlCiA.
Con las demds lo ha de ser
asl,eiesneDelkM¡
Que sou TOS l>
SI Inclináis la
Los caballo* de so eocto.
Deshaga aqnl >
¡Oialtlofdflli
I con mas furia agora,
brando entre sus plantas
las liernoosos luceros
guna deshecha estrella,
\o caiga ó centella,
ledé luz para veros!
LEOr^OR.
, después que os vi,
ra con mis enojos
le al cielo los ojos!
le, celosos de mi,
ten de azul los cielos;
m que os amo Grme,
que han de deslucirme
lis luces ó sus celos.
I>0!H GARCÍA.
í debéis mucho amor;
por fuerza he de veros.
LEONOR.
hablaros y quereros.
D0!« GARCÍA.
ame ese rigor.
LEONOR.
en fin queréis verme?
D0:« GARCÍA.
Si.
LEONOR.
fa me empeñé en esta empresa;
a cara á Teresa,
me vio el ingenio á roí.)
don García, la dama
oy sacare en el tocado
s de listón dorado,
s quiere v esa os llama.
Gran ardid se me ha ofrecido.)
DON GARCÍA.
, ¿la dama á quien viere
s doradas me quiere ?
or mismo ha tenido
rcion, gala y decoro ,
le, después de nublado,
ea el sol coronado
ores 6 rayos de oro.
LEONOR.
ya es hora, don García,
cogernos.
DON GARCÍA.
Adiós. {Yase.)
HERNANDO.
iue mondonga sois vos;
si esa bobería
gaño.
TERESA.
Toma allá
¡amante.
HERNANDO.
Ya sé
oís muy boba.
TERESA.
¿Porqué?
HERNANDO.
le es muy bobo el queda. {Yase.)
TERESA.
t>r, ¿qué hay de nuevo? ¿Has dado
principio i tus amores?
LEONOR.
j daréte unas flores
dce ayer para el tocado ;
le has de salir con ellas
otre las demás damas
Reina.
TERESA.
Entre tus llamas
I no sé qué centellas,
e arder yo misma quiero.
DUELO DE HONOR Y AMISTAa
Escríbele otro papel
A don Ramón , y di en él
Que en las rejas del terrero
Le puedo esta noche hablar;
Hahiarásie tú por mi;
Y yo, que, asistiendo allí.
Tengo de oir y callar.
Por ser necia, habré de ser,
Según lo que agora iníiero,
Gomo tahúr sin dinero.
Que mira á mas no poder.
LEONOR.
Pues sea ó no sea locura,
Gon esta experiencia Intento
Súber si el entendimiento
Puede mas que la hermosura.
{Vanse.)
Salen EL REY t DON RAMÓN.
REY.
Mientras don Sancho de Lara
Está de los infieles
Defendiendo mi corona,
Truje á palacio en dos veces
A sus hijas, Leonor
Y Teresa, en cuya nieve.
Que fuego interior anima»
Que espíritu blando enciende.
Entre afectos encontrados
Y entre afectos diferentes.
Hallé un hielo que roe abrase
Y un incendio que me hiele.
Yo, en fin, adoro á Teresa.
¿De qué estás triste? ¿Parece
Que te ha pesado de oírme?
DON RAMÓN.
Señor, aunque á mí me pese,
¿Qué importa, si sois mi rey?
REY.
Luego, Ramón, ¿también tienes
Amor, como yo, á Teresa?
DON RAMÓN.
Gonfíeso que de repente
Al corazón, por los ojos.
Entró un veneno tan fuerte.
Que cupo en la primer vista ;
Mas mi lealtad, si conviene,
Será antídoto que cure
Aun mayores accidentes.
REY.
Pues, Ramón, porque averigüen
Experiencias lo que debes
A mi confianza, quiero
Que, sin que la Reina llegue
A entender este cuidado.
Solicites diligente
Que me hable á solas Teresa.
Tú le has de dar mis papeles,
Y procurarme los suyos ;
Ya advierto el inconveniente,
Ya sé el riesgo á que te expones;
Pero, demás de que excedes
En entendimiento á todos.
Esta acción mia merece
Que con fe igual me compitas,
Para que seamos sleinpre.
Yo el cuerdo mas connado,
Tú el mas leal conGdente.
DON RAUON.
Aquí dio On mi esperanza ;
Dejad que los pies os bese,
Dudoso á cuál debo mas
De dos aféelos valientes :
O á la confianza en vos.
Que ningún peligro teme, .
O á la fe en mi, que asegura
Que os confiáis cuerdamente.
aiT.
Hablemoff pues de Teresa.
Salen DON GARCÍA t HERNANDO.
HERRANDO.
i Jesús, lo (lue me encareces
La discreción de esa dama !
Si todas las noches duermes
Asi, presto serás loco.
DON GARCÍA.
Avísame cuando vieres
Plores de listón dorado
En un sol , á cuyo oriente
Serán hoy entre las flores
Mis pensamientos alegres.
Invisibles pajarillos
Que le canten mil motetes,
HERNANDO.
Esos conceptos de flores.
Esos vivos ramilletes
Que en la cabeza, entre rosas,
Gomo en facistol viviente,
Gantan la solfa del alba.
Ser sus prisioneros pueden
En la jaula de la mano.
DON GARCÍA.
Galla; que está el Rey presente,
Y muy valido con él
Don Ramón , á cuyas sienes
Dan la virtud y la sangre
Tan merecidos laureles.
DON RAMÓN.
Don García; vuestra alteza
Le dé licencia que llegue
A don García de Haro.
DON GARCÍA.
Tendrá el lugar que merece
Don Ramón, si con vos priva.
REY.
Deseo favorecerle;
¿En fin, sois grandes amigos?
DON GARCÍA.
Señor, Pilados y Oréstes,
Niso T Euríalo, Acates
Y Eneas , y finalmente,
Efestion y Alejandro,
Guando todos se cotejen
Con nosotros dos, apenas
Nombres de amigos merecen.
REY.
Bien sabéis encarecerlo.
DON RAMÓN.
Señor, vuestra alteza piense
Que los dos somos tan uno,
Que porque un monstruo no fuese
De dos cuerpos, se han unido
Las dos almas solamente.
REY.
Bien podéis terciar. García.—
Ramón, por entretenerme.
Me hablaba en doña Teresa.
Wm GARCÍA. *
Materia al hablar se ofrece.
Por recien venida agora.
DON RAMO?!.
No sé si su Ingenio puede
Ser igual á su hermosura.
REY.
Panto, don Ramoo, es ese
En que yo he pensado á solas.
Figuremos dos mujeres ,
Una fea y entendida,
Otfá que, al contrario, fuese
Muy hermosa, pero necia ;
¿Cuál eligieras?
2S6
DON RAMOÜ.
Parece,
' Señor, que á la mas hermosa ;
Porque á los ojos se viene
La misma hermosura, y entra
Por ellos mismos á hacerse
Oulco Urano del alma.
Tan buscada, aun cuando ofende ,
Tau amada, aunque castigue.
Tan servida, aunque no premie ,
Que, sin haber corazón
Que en Gn no se le sujete,
Kn la misma tiranía
Es dueño de cuanto quiere.
La hermosa, si es necia , calle,
Y en el silencio se muestre
Mas señoril hermosura.
Mas serena y mas decente.
Venga un hombre fatigado
De sus pretensiones; entre
A mediodía en su casa,
Salga á recibirle alegre
1)na mujer muy hermosa ,
No hay fatiga que no cese.
Y si dicen que el ingenio,
Que es todo espíritu, excede
A la corporal belleza.
Digo que mientras dependen
De los órganos del cuerpo
Las almas inteligentes.
Como todas sus acciones
De los sentidos se mueven.
Lo espiritual olvidan
Y lo sensible apetecen ;
Y así, vemos que las gracias
Suelen causar mas deleite,
Aun(|ue son tan materiales.
Que con la risa se sienten ,
Y que el mas sutil discurso,
Porque es espíritu, suele,
O tener menos aplausos,
O cansar á los oyentes.
REY.
Yo soy de opinión contraria,
Don Ramón ; porque no siempre
Hay luz para la hermosura.
Hay velos que nos la nieguen,
Hay mantos que nos la tapen.
Hay distancias que la alejen.
Hay paredes ^ue la escondan ,
Y hasta las mismas paredes
Dicen que tienen oídos.
Porque todo lo penetren
Las acciones del ingenio.
£l pasa á ver los ausentes
En el mas remoto clima ,
No hay estorbos que le cerquen.
No hay mares que le detengan.
No busca rayos lucientes.
No huye sombras oscuras.
Que, como él á sí se tiene,
No necesita de nadie
Para que le manifleste.
No es tan noble la hermosura ;
Que antes claro se convence
Que busca favor prestado.
Mendigando ajenos bienes;
Que distante no se alcanza,
Cubierta no se concede.
Encerrada no se goza,
Y sin luz no puede verse.
DOX GARCÍA.
Añada mas vuestra alteza :
Que se acaba ó se envejece
La hermosura con los años ,
Y el ingenio escomo el fénix,
Que renace de sí mismo,
Y mejor, que el fénix muere
Para nacer, y el ingenio
Se mejora inmortal siempre ;
Por eso vemos que el tiempo,
DON JACINTO DE HERRERA.
Quizá, ó porque nos parece,
A vista de nuestro engaño,
Que va al paso de los bueyes,
Con surcos de arrufas ara,
Si bien en campo viviente
De la esquilmada hermosura,
Tierra ya Qaca y estéril ;
V el inj^enio, cuanto mas
Frutiíicado, mas fértil
Le labran los mismos años;
Da frutos permanecientes
De noticias y discursos ,
Con tal sazón, que en sus mieses
Rs todo grano pesado.
Sin mezcla de paja leve.
De aquí es también que en los viejos
La sabiduría crece.
Que suele ser en los mozos
Como fuego en leño verde ,
Donde, aunque se ven las llamas,
Como es materia rebelde ,
O se apagan ellas mismas
O el humo las oscurece ;
Pues, por mucho que arda el fuego
Hasta que el leño se seque ,
Si entre el humo á veces luce.
Se esconde entre el humo á veces.
Tal es la sabiduría :
En los verdes años prende
El fuego en ellos; mas , como
Hay pasiones que se mezclen
Entre estas oscuridades.
Si en una acción resplandece,
En otra se ofusca, dando
iiumo que los ojos ciegue ;
Pero en la edad seca luce
La sabiduría, y vense
Arder las llamas mas puras,
Que , como no se detiene
Su acción en la resistencia
De la mocedad, parece
Que quedan libres del humo
Que causar el verdor suele;
De modo que á la hermosura
La sabiduría vence.
Pues esta triunfa del tiempo,
Y aquella con él perece.
HERNAriDO.
Señor, vuestra majestad
Se sirva de conocerme
Por algebrista de amor,
O por humor, que pretende
Tener lugar con los grandes.
Cubrios pues.
REY.
HERRANDO.
¿ Qué mas tiene
Un grande que yo? Cubrirse,
Pensando que lo merece ;
Cúbreme, y pienso lo mismo.
¿Qué hay ya que nos diferencie?
Que las cosas desie mundo
Son comedia larga ó breve ;
Porque no son como son ,
Sino como se aprenden.
Filósofo estás.
REY.
BERÜANDO.
Señor,
Entre tantos pareceres.
Quiero dar también el mió.
A mí hermosura roefecil;
Bien que las almas son almas
Que allá discurren y entienden ;
Mas mientras en cuerpos viven,
Con los cuerpos se entretienen.
Eso de sabiduría.
Esa razón ó esos entes
Con tantas formalidades,
Son muy buenos para el vientre
De una idea de Platón.
A mi una moza, que pegue
De gorda antes' que ae flaca,
Ni tan circular que ruede,
Ni tan buida que pique ;
Que oro por cabellos peine.
Que del colodrillo al moño,
Sobre limpias trenzas, siembre
Flores al mayo, con perlas
8ue el alba misma le Iluere;
na frente por lo blanco.
De mosquetas ó mosquetes,
Donde están los buenos gustos.
Como en campo, frente a frente ;
Unas cejas ó unos arcos
Con que el amor atraviese
Al corazón su flechita;
Unos ojos tan alegres,
Que con donaire sus nifiai
Parlen cuanto al alma vieren ;
Tan vivos, que no se duerman,
Y tan castos, que degüellen
Con una vista Judit
A un pensamiento Holoférnes;
Unas pestañas archeras
Que á estos ojos, como á reyes
De los sentidos, los guarden;
Unas mejillas que vierten
Líquida á partes la erana.
Cuajada á partes la Teche;
Una nariz no muy grande.
Ni chica extremadamente,
Ni roma ni borromea.
Sino nariz de que aprende
Dulces perfiles Timantes,
Derechas lineas Apeles;
Una boca compasada ,
Adonde el ámbar aliente.
Adonde el alba se ríe
Con dos labios ó claveles.
Custodia de una muralla
De jazmines ú de dientes;
Una barba, en cuyo hoyo
Muertas mil almas se eutierreo;
Porque matar cuerpos solos
Ya son muy civiles muertes.
Esta es la que elijo yo
^Mientras carne se comiere;
Que esotra dama doctora
Será buena para un Tíéraes.
La Reina viene.
Salen LA REINA, T TERESA, cm /l^
res dorada» «n el tocñá$^ $ otiü
DAMAS.
REINA.
¿Es posible
Que tanto tiempo me dele
> uestra alteza? 4 En qae lo pasa?
Que yo sin oírle y verle
Confieso que apenas títo.
RCY.
(Ap. La Reina sin dada entiende
Mi amor.) Vuestra alieíaaabe
Que yo la pago igoalmeale.
DOÜ CARCU. (Ap,)
Hernando, doña Teresa,
La recien venida. Üene
Flores de listón dorado.
Su entendimiento exceleaie
Admiré anoche, y agora
Su hermosura me fospeode.
■EIXJL*
(Ap, \ Qué atento la mira el Reí*.
Causa mis sospecbaa tieaen.)
Buena ha venido TeroM.
¡Gran lástima que quisiese
Naturaleta eitremarac.
lo desta suerte
x> que es tan gallardo
I tan diferente.
licbo que es muy necia.
REY.
lasion, bien se infiere.
DON GARCfA.
s, que si es posible
'einas envidia reine,
.eina está envidiosa;
mpetirla se atreve
ación misma apenas.
.EONOR , con flores doradas
también,
LEONOR. (Ap.)
[ue dudoso quede
as Qores doradas
Teresa.
DON GARCÍA.
Detente,
, Hernando; ¿qué es esto?
1 el cabello teje
con las mismas flores.
HERNANDO.
m García, echar suertes.
DON RAMÓN.
dona Teresa
entendida?
REINA.
Creedme,
e mil necedades.
DON RAMÓN.
a, pues lo consiente,
lecia, pero es hermosa.
REY.
scucha, y no vuelve
nuy necia es, pues calla.
TERESA.
en bien se me acuerde,
ste que no hablase
30 me conociesen?
LEONOR.
sa.
TERESA.
Según eso,
O hablar libremente ,
ya me han conocido.
LEONOR.
»s palabra , antes piensen
modesta has callado.
HERNANDO.
^1 discurso es este :
i:)caron las flores ;
;s necia, y infieres
>onor la' del jardín,
, cuando Dios quisiere,
i ser el leño seco
mo sabia, gobierne
itaotinopla al turco,
i\ á Muley Jeque ,
e á la verdad no es Tea ;
> te desconsueles,
una mujer á escuras
*T aunque sea sierpe.
DON GARCÍA.
orque calla es necia ?
^e ser que desprecie
alendo la Injuria?
ad mas eminente
le luego, aunque el hombre
D la blasfemie?
:ierto, antes callando,
ndo al que la ofende,
:ios de ser verdad
luego no se vengue.
\b. G. DI L.^n.
íí
DUELO DE HONOR Y AMISTAD.
HERNANDO.
Digo que es deidad Teresa.
LEONOR.
Ap. Aquí el ingenio se esfuerce
ara ayudar el engaño.)
Don García, ¿ no es pruaente
Doña Teresa ? Mi hermana
Sufriendo está estos desdenes
Por los celos de la Reina.
DON GARCÍA.
Luego, Leonor, ¿el Rey quiere
A Teresa?
LEONOR.
Sí, García.
DON GARCÍA.
¡ Quién, sino mujer tan fuerte,
Vencerá su ingenio mismo?
Hernando, ^qué te parece?
¿Soy buen intérprete?
HERNANDO.
Digo
Que desde luego te pueden
Añadir á los setenta.
LEONOR.
Teresa, ¿qué aguardas? Yete.
TERESA.
¿Escribiste aquel papel ?
LEONOR.
Tú puedes ir y traerle ;
Que, escrito de letra mia,
Le dejé sobre el bufete
Del estrado.
TERESA.
Yo haré luego
Que se le dé ó se le lleve
El criado de García.
Leonor, y cuando estuvieres
Con Ramón, ¿no podré hablarle?
LEONOR.
Veremos lo que conviene.
Vete agora.
TERESA.
Y si te pide
Que le abraces y requiebres,
¿Podré requebrarle yo
Y abrazarle?
LEONOR.
¡ Qué inocente I
TERESA.
Voy por el papel. ( Vase.)
DON GARCÍA.
Hernando,
Fuese aquel ángel, y fuese
Tras ella mi pensamiento.
DON RAMÓN.
Por seguirla, en impacientes
Suspiros exhalo el alma.
LEONOR.
Ciego amor, fuerza es que yerre
Si la razón no me guia.
Voymedeaquí. (Vase.)
HERNANDO.
¿Qué resuelves?
DON 4;arcía.
Pedirle señas mas ciertas,
Y que diga claramente
Su nombre.
HERNANDO.
Y á san Antonio,
Que hace hallar lo que se pierde,
Que te depare tu juicio.
(Yanse.)
RBIRA,
^Vuestra alteza se di? ierlet
No está «qol.
RBT.
Seguí á Teresa.
REINA. (Ap.)
El mismo mal se remedie «
A sí mismo. Háblela el Rey;
Que, si su ignorancia advierte.
El dejará de quererla.
Paciencia, celos crueles ;
Que , aunque en si las majestades
Efectos comunes sienten,
Es bien disimulen reinas
Lo que sintieron mujeres.
REY.
¿Viene vuestra alteza?
RBtlfA.
Vamos.
Sale HERNANDO, y da un papel á dw
Ramón t y mírale el Rey,
BBRICANDO.
Este mandó que te diese
Teresa.
RBT.
{Ap, Un papel le ha dado.)
Vaya vuestra alteza, y déme
Licencia para quedarme.
DON RAHON.
Tal soy, que no he de leerle
Hasta que el Rey lo haya visto.
RBT.
Ramón, ¿cuyo es el billete?
¿Parece que te has turbado?
Tú mismo sin responderme
Te has entregado á tí mismo ;
Que hay sangre tan delincuente,
?ue, pomo manifestarse
andar recatada siempre,
En el corazón se esconde;
Pero, como también suele
Robar el color al rostro ,
Al tiempo del esconderse.
En el mismo robo entonces
La conocen y la prenden.
DON RAMOlf.
Antes si el color se roba ,
Señal de que se enflaquece
El corazón , y la sangre
Acude por socorrerle ;
Indicios da de tan buena ,
Que al corazón fovorece
Para alentarle á que baga
Quizá mas de lo que puede. '
Este es papel de Teresa.
HERNANDO.
Según esto, el papel debe
De ser para el Rey ; mi amo.
Que por Teresa se muere ,
Echó buen lance, y yo be sido ,
Sin saberlo , el alcahuete.
Voy á decírselo todo. ( Va$e,)
REY.
En fin, ¿Teresa te quiere ?
DON RAMÓN.
No* sé lo que el papel dice.
RBT.
Dice el papel de esta suerte.
{Lee.) c Don Ramón , no es culpa mia
•Que, habiéndoos visto, os quisiese;
•Deseo esta noche hablaros:
•Pagadme esta deuda y vedme
•En las rejas del terrero,
•Porque sus yerros acierte. »
¿ Quien asi te escribe es necia?
No he visto papel mas breve.
Ni con mas buen aire escrito.
DON RAVON.
¿Que ella me llama j me roegue,
17
Y qae es fuerza ser yo ingrato ?
Valedroe» deiot, vafedme.
RET.
Ramón , yo estoy sospechoso;
Ksos suspiros ardientes,
Gse semblante tan triste
Me han dicho cómo procedes.
DO^ RAIOlf.
Señor, que & Teresa adore
£1 alma, y que no la altere
Este papel , no es posible;
Exhalóse un vapor lete,
Subió hasia media región ,
Turbó el aire de repente
Y enmarañóse una nube ;
Permitid , Señor, que truene
Al tiempo que aborta el rayo,
QuB se sacuda y se quiebre,
Husta que se haya deshecho
Por los ojos que la llueven.
Dad tiempo a la tempestad ;
Que , después que se serene
El cielo, nublado agora ,
Y que la tormenta cese ,
Mi lealtad, que es sol, á quien
Turbar vapores no pueden ,
Se aparecerá mas clara
A pesar de inconvenientes.
JIEY.
Don Ramón , habla á Teresa;
Que yo quiero estar presente,
Y averiguar si es tan necia
Como la Reina encarece.
DON RAMÓN.
Digo que debe ser mudo
Y ciego el que es obediente.
RET.
Juntos iremos á hablarla,
Y ambos seremos Jueces
De su entendimiento.
DON RAION.
Amor,
Dame paciencia 6 la muerte.
RET.
Ruégale á Dios que sea necia ,
Si quieres que te la deje.
JORNADA SEGUNDA.
Sale EL REY t DON RAMÓN.
DON RAMÓN.
Señor, confieso que lia sido
Vuestra heroica couÜanza
Favor tan alto, que alcanza
Al cielo donde he subido;
Mas esta merced os pido.
Porque os importa h vos esta.
Teresj el vivir roe cuesta,
Y hablarla yo, de amor ciego.
Es como aplicar al fuego
Una materia dispuesta.
Vos veiiisá examinar
Sí es necia ó si es entendida ;
Muy á costa de mi vida
Lo queréis averiguar.
Mas mandarme estar y hablar
En amorosa contienda
Con dama que asi se prenda,
Y que yo amara tan tirme ,
Parece que es persuadirme
Vos mismo á que yo os ofenda.
En Un , vuestro amor me obliga
Que, estando juntos los dos ,
DON JACINTO DE HERRERA.
Yo solo, oyéndolo tos.
Fingidos amores diga.
Temo que no se consiga
El fruto de estas quimeras;
Que entre burlas lisonjeras
Oecréis vos que estoy fingiendo ,
Y yo, que lo estoy sintiendo,
Quizá lo diré de veras.
Ved pues que es peligro exlrafio
Lo que vuestro amor me manda ;
Que el amor es peste blanda ,
Es apetecible engaño ;
Cierra los ojos al daño
Tal vez un suave olvido ,
Con que se aduerme el sentido,
Y en ios brazos de ese sueño
Pasa á obligación de empeño
La burla de haber fingido.
RET.
Ramón , el peligro sé ;
Pero aunque ¿Teresa amáis.
También sé que acrisoláis
En el riesgo vuestra fe;
Demás de que le hablaré
De ese modo , y de otro no.
Pues ella á vos os llamó.
Vos sois quien sois, y en efeto
Me habéis de tener respeto.
Estando presente yo.
En fin , vos habéis de hablalla ,
Y ver, sin que ella me vea.
Si es necia.
DON RAMÓN.
Ojalá lo sea;
Pues, siéndolo, podré amalla.
Salen TERESA t LEONOR á la reja.
LEONOR.
Déjame hacer ; oye y calla.
TEBESA.
¿Diz que el Rey quererme espera?
N'o le querré aunque se muera.
LEONOR.
Yo lo dispondré de modo
Que lo remediemos todo,
Y que don Ranoon te quiera.
RCT.
Ya la ventana han abierto.
Llega , Ramón ; que yo aqui
Estaré jmito de ti.
LEONOR.
¿Quiénes?
DON RAION.
Un vivo y un muerto.
LEONOR.
Don Ramón, si es eso cierto.
Tendréis en mi buen lugar ,
Porque os vengo á desear
Vivo para quien os ama,
Y muerto nara otra dama
Qde celos la puede dar.
Tendréis por atrevimiento
Llamaros cu un papel ,
Y habréis conocido en él
Ya mi poco entendimteniu.
No sé si os diga que siento
Ver lo mal que se interpreta
La acción quizá mas perfeta ;
Porque lio hay mas discreción
Que saber en la ocasión
Despreciar el ser discreta.
{Ap. Mucho importa proseguir
Aquella cautela mía
Con que engañé á don García.)
Todo os lo quiero decir.
En fin , yo vine á sentir
A la Reina con los celos,
Y tanto, viven los cíelos,
Mi fe de leal se predi •
Que antes pareceré necia
Que dar á su alteza celos.
RET.
Vive Dios, que á ti te adora,
Y que á mi me ha despedido;
Pero ¿qué te hi parecido?
DON RAMÓN.
Que es muy necia, y veo agora
Que la Reina, mi seAora ,
Tiene razón.
RIT.
Antes ves
Que habló discreta y cortés.
DON RAMÓN.
Vuestra alteza no se queje ;
Que es necia porque la d^Je»
Pero no porque lo es.
RET.
Basta, tú tienes razón;
De lo pasado me pesa.
Que hacerte hablar ft Teresa
Es ponerte en ocasión ;
Despídete, don Ramoa *
Mas no te vayas de aqal;
Que habré de frme tras ti ,
Y es tan discreta, que eRliendo
Que la estaré siempre oyendo.
Aun hablando contra mi.
LEONOR.
¿ Parece que estáia inspeoso?
RON RABÓN.
Pensando debo de estar;
Que pienso que hay que pensar
Contra un amor tan inaeaso.
TBRESA.
i. Fué pulla aquello del pienso,
Leonor? Que, como soy ruda.
Por mí lo dijo sin dada.
LEONOR.
¡ Hay bestia ígoal 1
TBRESA.
iQaémoleslía!
En eso si que soy oesUa ,
Pues he de estar siempre imidi.
DON RAMÓN.
¿No estáis sola?
LBONOtt.
Deste empleo
Es testigo una crMt.
DON RAVOH.
Todo DO ha de Imporur atda.
LEOm».
Muy poco alentado os teo.
DON RAHOR.
Las alas corté al deoeo;
Y así , me voy por lo llano,
Y aun asi temo oo en vano
Tropezar en la llanoiai
Sí no me tiene sn alleía*
O vos no me dais la mi
La mano ha pedido ; jo
Se la daré por detrás.
Como que tú so la dan.
LBONOt.
¿Mano qnerels?
iPorcnéoof
Claro está, poes la pidió.
DORiuaoir. «
¿De mi os borláis tos UlSfttot
Yo nara tener i qntas
Va á caer no fal§o
a mano esU eriida ,
e ella es tendrá mas bien.
n«i9A.
aqui , que es ntiá pelll
!¥e.
Graciosa est&is.
rraasA.
aqni, ino la tomáis?
luedareme coD ella.
OOIV KAVOA.
is lo que be Imaginado?
speraoais al seftor^
)revioo vaesiro amor
I para el criado.
LEOIfOB.
os del Rey, mi rey?
DOH BAHON.
>, no estoy celoso ;
e eo mi es lo mas forzoso
lir con laboena ley.
LIOROR.
tanto amáis á Teresa?
s de decirlo presto.
DON RAHOH.
ne á mi.
IBT.
Ramón , ¿qué es esto?
DOIl BAIOH.
'or dicho de priesa ,
0 ha sido en mi, atanqóe eá mió;
e en unta breTedád ,
ccion de la voluntad ,
10 del albedrio.
LEOIfOI.
rdad , ¿sabréis qaeret?
DOÜ RAlOlf .
»se de amor alguno?
LionoR.
eréis ser para en mío
eresa?
•011 RAIOIt.
Puede ser.
LKOKOB.
le ser? Gentil respuesta.
lo esperé, y era Justo ,
pérboles del susto
gustos de la fiesta ,
tondeis al casamiento
m flemático amor?
DOn BAUON.
3 estáis de buen humor,
»nderé con un cuento.
)nle á un caballero
irmuracion que habla
mucho que mentía ,
lyo á un pa]e : t To quief o
ndarme; á tf te encargo
i estés siempre conmigo,
Iguoos cuentos digo ,
lo vieres que me alargo
que Toy a decir,
le , estanda alli junto,
capa al mismo punto,
me dejes mentir.»
i6 el paje ocasión,
amo en la primera
tetir, que en fin ya era
:1a su inclinación,
c Bn una casa mia
1 sala de mil pasos
g o, y no son escasos. -^
itos de ancho tenia 1é
uto luego un oyeñt^ ;
el p^e le tiró
eapa,yrespond1é;
wtho Di túmk V AkiM'AD.
Replicaron los défluii:
f Pues ¿cómo a^i lo irüiMfeÉ,
Que á sala tan \átmk eehásCM
Seis pasos de anciio rio mMi
Y á los que le nreguutafeii
Respondía él ál pasar:
c Mas le quisiera yo éohtt»
Sino que no me dejah>0.i^
RBTi
Yo me aparto, y fingiré
Que llego agora.
BOIf BAVON;
PadedMá
Me dé amor; mas |(ente*?fén^,
Yoyme.
• LÉOVOil.
¿PorqnéUnai^rleiM?-
áiY.
¿ Quién Tá?
ñON BAUON.
¿(SiuiéBes?
BM.
El Rey floy.
DOÜ UAUOlt.
Yo don Rsnidb¿ qtte i tei^eáa.
Que aqni gomaba del fréáeo,
Hablé de paso.
Bit.
fto os Tean
Aqui otra vet ; idos luego.
LEOnOB.
Ramón se va, el Rey se queda;
Yo me retiro, habla iti ,
Y finge qué eres tfi mesma
Laquehashabládohtfsfiíagora. {YaH,)
TEBBSA.
Dicen que^ como yo aprenda
A hablar bien y tenga Iii|fenl6^
Podré parecer díaerela.
Rien arguye so éimek
El cuento del ftientirOao;
Yo castigaré mi ofensa ,
Por ?ida da ni ctfrcná.
Teresa hermosa, aqui esfft
Un rev que os pide Ucencia
Para decir que 01 adoM.
¿ No respondéis ?
TBBB8A.
Linda téM
Era el raso éüái del deto^
Si no se mancbata apriesa.
BIT.
Antes nunca hay aocldenfé
Que deslustre su líidpleza.
TEBÍESA.
Pues las nubes ¿no son manchas?
{Ap. Vive Dios, une se hace necia
Agora , que había conmigo.)
Teresa, hablemos de veras;
Ya sé que eres- entendida.
TBBBSA.
No hay que sacaí^ eonsaéuéAelafl;
Que á don Raaum quiero bien j
Y él no querri que yo os quiera.
' BIT. '
¿Qué te ha dicho donRtméú?
TEBBSA.
(Ap. Yo oí decir á un poeU
Que el amar todo es enibustes.)
DI jome que no os quisiera,
Porque soy ^na Ínocente«
Y es uor fierodes la Reina.
b'et.
Luego ¿don Ramón me Teude?
tftMSA.
Poco hnporta gueAcs^da,
Si yo áo UÉ quicri) i^mpníf»
No le hágala AiaL (Ají. Ya me peai -
De haber dicho esta mentira.)
SbMh don GARGIa t HERNANDO.
DOHUABnU.
Hernando» si galaotea»
Según lo que me d^ialOt
El Rey á Teresa «y ella
Le escribe, no hay que dudar;
Porque , confome í esta cuenta «
Leonor es la del JiraUu .
■BBllAlfBO.
Pardios , quft LaoDor ue ea fea 9
Aunque se inihiie ella mls«a ;
Porque, de puro dlacreta.
Di6 en ser muy desconfiada.
]N>R GABCfA..
Si en una venüiiá destaa .
La hallase icsátt» no ntenft(r
Contentarme ya con sefitfs»
Sino con que me hable claro. .
Probemos ventura . espera ;
Que alli está un bnUo, que tiene
De altor mas de dos ÉtairiéKuaá;
\ i«^ qué Gósá tan alta ! .
BOBOAncÍA.
Calla, gallina, no témaa;
Que un hombre. es como los otros.
Dios, por su santa demcMia «
Me libre de horas OMiigu^as
Y de iJintasmas qué creaean.
Mira que hablas con tu rey.
smiáiiB*.'
Vive GriM^quéelReyera;
Mira tú si era bta ait04
Pues era It aüsma akeü;
BtT.
Teresa, tu sangre oflmdefi
Con ese entilo.
non oauolJ. (Ap.)
feresu
Es la que está eaa el Aeiy.
Diga el Rey lo que d4ent
Una discreta, y dirélo ;
Será el sacrisMu aii idleu ,
Y yo seré la caBMBna»
gue, como ftl nüoen It escuela
leva el BHieslro jla mauof
A ella re llet a Ulenmt
El sacristán qué n ttm.
.BdAáAfteU.
¡Hay tan noúible respoeaCaf
Bien me lo dQd LeOMNr;
Por no agravUfr A hrKéna
Se finge nedarfutfMi. .
BsAlttibú.
Y¿quédir¿MÉsllUení . ^
Vmad que Ttítesa él fidoaT
»e««ÁiclA» ^ ^
Verás coQ qué átotmieit
Diacurre hahráminaae á al.
Éfffi/ - <
Canudo de tñi sjuMlitM » ' ^ ^
Quiero dejarte. ^ (f!M.)
HERRANDO.
Él se va.
García, ¿ qué aguardas ? Llega.
Sale LEONOR á lo reja.
LEONOR.
Recógete ; que es muy tarde.
TERESA.
Adiós, que voy muy depriesa;
Que me estoy durmiendo toda. ( Vase.)
DON GARCÍA.
I Podrá llegar quien desea
Sacar fruto de unas flores ,
Teresa hermosa, á estas rejas?
LEONOR.
¿Es don García?
DON GARCÍA.
Es un alma
Rendida á vuestra belleza,
Que, por culpa de unas flores,
Es esta noche alma en pena.
LEONOR.
¿Eran las flores doradas ?
DON GARCÍA.
Quizá estuvo en la materia
La culpa , y el caso hizo
Un monstruo de dos cabezas;
Que, ó las unió algún error,
O las mueve un alma mesma.
LEONOR.
Bien supiera responderos
Que aun en los monstruos no yerra
La intención de quien los hace;
Que asi pienso que lo enseña
La mejor filosofía.
DON GARCÍA.
¿Adviertes de qué manera
Discurre agora ?
LEONOR.
Hablar sé.
Aunque celos de la Reina
Me han hecho necia.
HERNANDO.
Ha sido
Necedad que lo parezca
Quien es Séneca con mono.
DO.N GARCÍA.
¿En fin , sois doña Teresa ?
En fin , sois la mas hermosa ?
LEONOR.
En fin , soy quien es roas vuestra.
DON garcía.
¿El Rey-estaba con vos?
LEONOR.
¿Tenéis celos?
DON garcía.
Será fuerza.
Si dais VOS misma la causa ,
Que quien tenga amor los tenga.
LEONOR.
Yo tí los tendré , vos no;
Porque quizá en vuestra idea
Habrá mudanzas de objetos.
DON GARCÍA.
Tan superior á la rueda
De la fortuna es mi fe.
Que aprenden de su firmeza
A ser firme el firmamento
Y á ser íljas las estrellas;
¿Qué amago de otra hermosura ,
Qué impulso de deidad nueva ,
Violará el culto á estas aras ?
Doy que á mi fe verdadera
La a|K>stasia de amor,
Primer ímpetu, se atreva
^
DON JACINTO DE HERRERA.
Con voluntario deseo,
Acción de apetito apenas ;
¿Qué pasión mal corregida ,
Qué inclinación lisonjera
Querrá turbar sol tan claro ,
Que en vapor no se resuelva ,
Que en humo no se deshaga
O en aire se desvanezca?
¿Vistes marinos embates,
Que en margen de opuesta arena
Quebrados se desvanecen ,
Desvanecidos se quiebran ;
Tan deshechos en si mismos ,
Que, aunque locos no escarmientan,
Espumas vuelven humildes
Las que olas vienen soberbias?
Pues sea un mar inconstante
La condición inquieta
De la variedad humana ,
Entre embates y violencias ;
Haya pensamientos, olas
Que , amenazando firmezas ,
Lleguen, como á opuesta playa ,
Donde mi amor las espera;
Que, como allí al dar el golpe
Es tanta la resistencia ,
Con su mismo ímpetu todas
Suelen quebrarse en sí mesmas.
La arena soy, tornen luego
Porfiadamente necias;
?ue, ya que no escarmentadas ,
o las volveré deshechas.
LEONOR.
Veis todos esos favores?
eis todas esas finezas?
He está pesando de oirías.
DON GARCÍA.
¿Porqué?
LEONOR.
Porque es cosa cierta
Que me las decis á mí
Pensando en otra mas bella.
DON GARCÍA.
No digáis tal.
HERNANDO.
Ahora bien,
Yo d esparzo esa pendencia
Con una presunta breve :
Aquella criada , aquella
Mondonga que da diamantes,
¿Querrá un rato de conversa?
LEONOR.
No está aquí.
HER.NANDO.
Con ser tan tonta,
Dice algunas agudezas
Cuando habla de don Ramón.
LEONOR.
Aunque de Ramón me cuentan
Que es muy grande amigo vuestro,
La ley en que no dispensa
Un amante es el secreto ;
Ni don Ramón ni el Rey sepan
Que me habláis vos, porque importa;
Y advertid mas : que el Rey piensa
Que yo quiero á don Ramón.
DON GARCÍA.
Luego ¿el Rey tiene sospecha
De don Ramón ?
LEONOR.
Sí, García.
DON garcía.
Como á don Ramón no ofenda,
Silencio eterno os prometo.
LEONOR.
Pues cumplidme esa promesa.
DON garcía.
Pondré un candado á mis labios.
HERRANDO.
Y ya en mi boca está puesta
La chapa y la cerradura ,
Aunaue para tales puertas
Los ae mi cámara suelen
Tener sus llaves maestras.
LEONOR.
Adiós ; que encargo el secreto,
Y no es razón que amaoeica^
Y DOS descubra el aurora.
HERNANDO.
Adiós ; gue ya las tinieblas
Van apriesa á recogerse.
DON GARCÍA.
Y el alba viene tan cerca ,
Que con blanco pié á la noche
Le pisa la falda negra.
(Yanse.)
Sale DON RAMÓN t LA REINA.
REINA.
Esta noche, don Raraon ,
Sé que con vos salió el Rey;
Y advierto la buena ley,
No me deis satisfacción ,
Que debéis ser obediente
A cnanto el Rey os mandare.
Aunque el afecto repare
En alKun inconvenieote;
Que claro está que su alteza
No empeña su voluntad
Adonde la necedad
Es pensión de la belleía.
DONRAHON.
Don Sancho de Lara ajgora
Ha vencido una batalla.
Con que hoy Aragón se halla
Libre de^la seta mora ;
Y cuando al fin desta empresa
Le esperamos vencedor.
Le honrará el rey mi sefior.
{Ap. Celosa está de Tereaa. )
Fuera deque, es mas qae todos,
Que vuestra alteza lo quiere,
Y si de Teresa infiere.
Viéndola hablar de aquel modo,
O callar, que ei igooranie.
Vuestra alteza este advertida
Que es con extremo entendida .
Y que quizá es Importante
Fingirse necia.
REma.
¿Porqné?
DON HAHOH.
Porque yo la adoro, y ella .
Tan ingrata como bella •
Tan mal me paga eala fe.
Que, deseando que 50
Venga en amarla á cantarme^
Procura desagradarme;
Por eso en ser necia diót
O en parecerlo.
asma.
RaoMM,
Vos me engáñala.
DONHAMMI.
Bato es clerio.
¿Sabéis lo que agora advleno?
Que tiene al Rey aadon.
Pues á vos DO 08 qniere bien ,
?ue pudieraia aer su esposo^
que , viendo al Ret cetoto.
Os trata á Tnn ron dos^ —
O por engañarme á ni,
Qoizá ser necia ba '
-'•'i
DON BAIOIf.
alteza ba discarrido
iTor.
REI?rA.
Es asi.
0 yo os quitaré á vos
del Rey.)
D0:r RAMO?(.
Deseo
' leal.
REINA.
Ya lo veo.
ien, idos con Dios;
ley viene.
Sale EL REY.
REY.
Salios fuera.—
non, no os vais.
DON RAMÓN.
Con ira
que el Rey me mira. ( Vase.)
REY.
>s; que allí os espera
rcia, vuestro amigo.
REINA.
1 alteza está enojado,
be de haber escuchado
habló Ramón conmigo;
le me dijo aqui
que quiere á Teresa ,
si así lo confiesa.)
REY.
ijo Ramón de mi?
REINA.
que estaba agora
iida una discreta,
*rque á mi me respeta,
ue todo lo ignora.
Yayos mis recelos;
dicen que se precia
niosa , y se hace necia
•smentir mis celos.
REY.
lipas á culpas añade ;
mon quiere en efeto
(a . y en secreto
iiia persuade
1 sos celos impida
ito ; luego los dos
limos. Vive Dios,
ba de costaría vida.)
mon es desleal;
I alteza ha declarado
ñor ó su cuidado;
»a, aunque hace mal,
I engaño después,
esira alteza lo siente,
strar que está inocente
ido que lo es.
RE1!1A.
necia , por lo menos,
erlo parecido.
Sale HERNANDO.
HERNANDO.
\ veces bao perdido
enos por ser tan buenos,
's que el secreto oyó
sa , está rabiando
cirio el buen Hernando»
len Hernando soy yo.
REINA.
a alteza y don Ramón
íoeD en que haber sido
I necia es fingido.
DUELO DE HONOR Y AMISTAD.
HERNANDO.
Yo llego á linda ocasión;
A decillo me resuelvo.
REY.
Pienso que de dar andiencia
Es hora ya ; con licencia
De vuestra alteza, me vuelvo. (Vase.)
HERNANDO.
Dé vuestra alteza la mano
A un criado tan discreto,
?ue nunca guardó secreto ;
llamen á un escribano,
Diré mi dicho.
REINA.
¿No es
Vuestro señor don García?
HERNANDO.
Yo asisto á su señoría.
Declare el testigo pues
Con toda solemnidad;
El cual, después de haber hecho
La cruz conforme á derecho,
Prometió decir verdad.
{Ap. Yoles doy con la del martes.)
REINA.
Decid, y ved que ha Jurado
El testigo.
HERNANDO.
Preffonlado
Que si conoce a las partes
Y de aquesta causa tiene
Noticia, dijocfuesí.
Preguntado si es así
Que es embustera solemne
Teresa , dijo que es cosa
Notoria que se recata
Y se finge mentecata
Porque la Reina es celosa.
Preguntado si Teresa
Quiere al Rey, aunque lo esconde ,
Kste testigo responde
Que la garatusa es esa;
Y que este testigo dio
A don Ramón un papel .
Que ella le escribió, no á él ,
Sí al Rey, porque él le leyó.
Preguntado si es amigo
El dicho Rey de la dicha
Doña Teresa , ó por dicha
Lo pretende, este testigo
Dijo que eii su alteza cabe
Ser dueño de todas juntas ;
Pero á las demás preguntas
Responde que no las sabe ;
Que otros que por interés
Dicen , siempre se descocan ,
Y dijo que no le tocan
I^as generales, y que es
De un año, si bien se inclina
Que en el segundo va entrando ;
Y lo firmó, don Peritando
Fernandez de Fernandina.
Pero todo lo que aquí ,
Con descuido ó con cuidado,
Dijo del Rey va testado.
Non vala , que no es así.
REINA.
Bien , yo te doy en tu dicho
Por ratificado ya.
HERNANDO.
Pues, Señora, si ello está
Dicho ya, lo dicho dicho.
re:na.
Toma, y dime cuanto oyeres
Deste amor.
HERNANDO.
Seré estafeta
De toda nueva secreta ;
Reina de las reinas eres.
961
Salen TERESA y LEONOR.
TERESA.
Di lo que quieres decirme.
LEONOR.
La Reina está agora aqui ;
Vele.
TERESA.
¿Comerámeá mi
La Rema? No quiero irme.
REINA.
¿Teresa?
TERESA.
Señora mía.
REMA.
¿Cómo te va en Zaragoza?
TERESA.
Dicen que soy buena mou ;
¿Qué importa la boberia?
BEINA.
Muda de lenguaje ya ;
Que es eso que fingir quieres,
indignidad en quien eres.
TERESA.
Leonor, mi hermana, dirá ,
Que sabe hablarme á mi inodo.
Lo que eso quiere decir.
REINA.
A tu padre he de escribir,
Dándole cuenta de todo,
Si no me dices por qué
Esta locura has fingido :
Dime verdad , ¿ por qué ha sidot
TERESA.
¡ Qué brava historia que sé!
Murmuraban del león
Que tenia mal aliento
De boca , y él, descontento
De tener esta opinión.
Como es rey este animal ,
Mandó que todos le oliesen
La boca, y luego dijesen
Si le olia bien o mal.
El que llegaba, decia:
tMal le huele á tuestra tUeza ;«
Y él, con enojo y braveza.
Le mataba y le mordía.
Fué la zorra , v preguntada :
«Huéleroe mal ?• respondió :
Tengo romadizo yo ,
< Y no be podido oler nada.»
REIHA.
Y tú la fábula dices ,
De astuta y de maliciosa.
TERESA.
Debió de hablar la raposa ,
Como yo , por las narices ,
Por fingir con propiedad.
HERNANDO.
Lo mismo quiere ella hacer.
LEONOR. (Ap.)
Esta ha de echarme á perder.
TERESA.
Oigan la moralidad.
BBINA.
Ya pasa de necia á loca.
TERESA.
El Rey me parece á mi
Que pide mucho, y que asi ,
Le huele muy mal la boca.
Es como el león bizarro,
Y en pedir no comedido ,
Pues en oliendo que pide ,
Ser zorra y tener catarro.
REINA.
¿Tú sufres esto á tu bermtoa T
TERESA.
Hablando en la discreción ,
Diré otra comparación
De la zorra, harto galana.
LEOKOB.
¿Posible es que no te corras?
HERNAJfDO.
¿Bebéis vino?
TEBBSA.
¿Yo? En mí vida*
HERRAICDO.
Pues ¿cómo sois tan leida
En la historia de las zorras?
RE1?(A.
No hallo remedio que cuadre,
Todo es duda y confusión ;
Pero esta reportación
Debo á don Sancho , su padre.
LEONOR.
(Ap, Temiendo estoy algún daüo.)
Don Ramón me dijo á mi...
REINA.
Ya sé que quieres...
TERESA.
¿A quién?
¿A don Ramón? Hago bien.
REINA.
Todo es cautela y engaño ;
Don Ramón me dijo á mi
Que Teresa le aborrece ,
Forzoso el rigor parece.
Teresa , mira por ti ;
Que haré una demonstracion.
Ya sé que Gngir te quieres
Ignorante, y no lo eres.
TERESA.
¿Dijoos eso don Ramón?
Pues sabed que aunque ya sea
Mi discreción tan famosa ,
§ue yo soy necia y hermosa ,
Leonor discreta y fea.
REINA. •
Si me hablas mas de ese modo.
Te he de castigar, Teresa.
TERESA.
Leonor, ¿mas que me echan presa,
Y que me pones de lodo?—
Yo os quiero hablar al oído.
LEONOR. {Ap.)
Si lo dice y no lo niego,
Se sabrá el engaño luego;
Ya el remedio he prevenido.
Yo quiero decir también
Que es fingida su ignorancia.
TERESA.
Alto, lo digo en sustancia :
A don Ramón quiero bien ,
Y si discreta me halló.
Es porque Leonor le ha hablado
De noche, y ha publicado
Que quien le hablaba era yo.
REINA.
Leonor, ¿es esto verdad?
LEONOR.
¿Cómo verdad? Yo ¿qué puedo
Decir, sino aue es enredo ,
Como lo es fa necedad?
TERESA.
Señora , ella si se precia
De enredadora.
LEONOR.
Confieso
Que decís verdad en eso.
Como en decir qae eres necia.
DON JACINTO DE HERRERA.
REINA.
Ahora bien , dejadlo ahora ;
Que yo lo averiguaré.
LEONOR.
Claro el eipbuste se ve.
REINA.
Idos con Dios.
LEONOR.
¡Ah traidora!
¿Qué has hechp?
TERESA.
Decir quien eres.
LEONOR.
Yo te daré raíl enojos.
TERESA.
Leonor, ya he abierto los ojos ;
Agora haz lo que quisieres.
{Vanse Teresa y Leonor,)
Sale EL REY.
RET.
Mal reposa quien bien ama ;
Necio es amor, pues porfla.—
Hernando, llama á Garda.
REINA.
He de ver para qué Uama
A Garcia el Rey.
HERNANDO.
Él viene;
El lobo está en la conseja.
RET.
Solos á los dos nos deja.
REINA.
Oír á los dos conviene.
{Vate Hernando, y pónete la Reina
detrás del paño,)
Sale DON GARCÍA.
REY.
García , seáis bien venido ,
A solases quiero hablar;
Yo soy rey y vos vasallo ,
Ya veis á qué os obligáis.
Yo quiero bien á Teresa ,
Yo hice en mi voluntad
A don Ramón mi tercero ;
Y él , como yo, 4 mi pesar.
También la quiere; ¿qué es esto?
¿También como él os turbáis?
Hien hacéis; que una traición
Debe aun oída alterar.
E\ fué el mas leal criado,
Y tan desleal es ya.
Que mi amor dijo a la Reina.
Vos pues me habéis de vengar;
Muera , muera don Ramón.
No importa que vos seáis
Tan leal amigo suyo ;
Que antes asi será igual
A la injuria la venganza;
Porque es sin duda igual ,
Pues el mas leal ofende ,
Que le mate el mas leal.
REINA. (4p.)
Ya este amor está sabido ;
Escuchemos lo demás.
RET.
2 Parece que estáis confuso ?
Obedeced y callad.
DON garcía.
Por fuerza he de obedeceros ,
Que os lian informado mal ;
Porque la fe en don Ramón
Ks, como el cielo, incapaz
De impresiones peregrinas.
Si al número celeaüal
Astro añadido pareee
Un cometa, ha de juzgar.
Quien lo ve , que no eq el cielo.
Sino que en el aire está;
Porque el cielo incorruptible
No admite en si novedad.
Los mismos ojos se engañan,
Y los oídos están
Sujetos á oír traidores.
Señor, engañado estáis ;
No os alteren apariencias ;
Sabio sois, diferenciad
De los cometas los astros.
Dov que es forzoso dudar
Si 'fue desleal Ramón
O sí vos os engañáis ;
Doy que en uoo y otro bay dudas.
El sabio, cuando las hay.
No ha de pensar lo mas fácil ;
Pues mas fácil es pensar
Que vos estáis engaña4o
Que no que él fué desleal.
RET.
Mal discurrís, don Garda ;
¿Cómo me puedo engañar,
Si á mi la misma Teresa
Me dijo con libertad
ue quería á don Ramón,
. que él arbitrios la da
Para que á mi no me quiera?
Hoy le habéis de matar.
DON OARCÍA.
{Ap. Ya Teresa me previno
Que el Rey, aunque es falsedad ,
Piensa que ella a Ramón qaiere.
Pues si a él la vida va.
Aunque yo arriesgne la mia,
Bien me puede perdonar
El secreto de Teresa»
Que he de dedr la verdad. )
Señor, no á don Ramón solo,
Aunque esto pudo bastar; ,
A vos, á mi f á Dios debo
Lo que ya diré, escuchad;
Que aunque firágil lefio entregue
A tantos golpes de mar»
No es bien, ñor salvar b vida.
Que peligre la amistad.
Teresa, que tan astuta
Como fina sabe amar.
Por mas fe, por mas secielo
O por mas seguridad.
Dijo que á Ramón qnéria.
Pues , Señor, no lo creáis «
No á Ramón, á mi me quiere;
Yo, yo adoro su beldad.
Si hay culpa , en mi está la culpa.
No en Ramón , que es un cristal
La firme fe de su pecho »
Que no se puede quebrar;
PorquOf si el cristal ae quiebra.
En los pedazos podrán
Parecerse muchas caras «
Y él una tiene no mat.
Yo pues, por su discreción .
Aun mas que por so beldad ,
Amo á Teresa, y á ella.
Aunque vos Aie la quitáis «
Se le van tras mi los ojos.
¡Oh , cómo es mu necedad
Fiarse de ojos bumanoOi
Que son ojos gue se Tan!
Mucho sentiré perderla ;
Vos no admlreb» pvea aa
Que á la causa dd dolor
Sea el sentimiento Igoal;
Sino que en una raion ,
Donde no hay capacidad
Para una pena tan grande»
Tenga la vida lugar.
en el mltmo alentarme,
Dto he de gastar,
erza he de vivir raeuos
» me alcanzare mas.
REINA. (Ap.)
edadora es Teresa,
que hay que averiguar,
onúesa'don Garcia
tiene voluntad
no á don Ramón ;
la dado en publicar
don Ramón á quien quiere?
p me ha dicho verdad.
idre he de escribir
quiere remediar
sa, á Zaragoza
^a con brevedad. (Vase.)
REY.
lede ser, don Garcia ,
a no quiera pagar
on , y á vos os (juiera ;
, vendiendo lealiad,
que la adoraba.
ÜOX GARCÍA.
Señor, lo afirmáis,
uedo yo replicaros?
REY.
Msteis excusar
ríe á Ramón; que agora
c hay facilidad
Teresa me engañe,
reía quiere mostrar
amigo de Ramón;
ue con claridad
I averiguado lodo,
le disimular.)
oy «lesengañando,
esa he de olvidar;
orzoso que á ella
I don Ramón perdáis;
il elefíis, Garcia.
DO.X GARCÍA.
iicil decir á cuál :
e he dado el alma,
nbien se la di ya;
lo merecen todo,
OS el cielo en paz ;
todo el duelo hay ninguno
icíl de ajustar
Mitre dama y amigo,
\e honor y amistad.
{Vansc.)
ORNADA TERCERA.
i/^ LA REINA Y LEONOR.
RKINA.
'. tu ingenio no mas
ion ardid extraño,
hasta aqui el engaño
ui confesando estás ;
aiHjue primero tu hermana
laró, tú de modo
persuadirlo lodo,
n oyéndnte, era llana
I cuanto me decias;
jasta haberme enterado,
ey he desengañado ,
lo mas en quejas niias ;
eya olvido á Teresa,
ion hizo en efeto
) escribiese en secreto
idre, y ya me pesa,
enso que llegará;
DUELO DE UONOR Y AMISTAD.
Porque al punto se partió.
No temas; que aqui estoy yo,
Tan desenojada ya.
Que , pues de mi se confia
Tu desconfiado amor,
Te doy palabra , Leonor,
De c;isarte con García.
LEOifOR.
Esa merced es igual ,
Señora , á vuestra grandeza;
Pero advierta vuestra alteza
Que ha do recibillo mal
(larcía si de repente
Sabe que me hablaba á mí ,
Y no á Teresa.
REi:fA.
Es asi ;
Discurres como prudente.
Gon ardid y á pausas sea ,
Leonor, el desengañallo.
LEONOR.
Una diferencia hallo
Entre la necia y la fea;
Que la necia puede ser
Menos necia con el arte,
Que entre el estadio se parte
Y entre el ingenio el saber ;
Y asi, Teresa no es ya
Tan necia como- solía; ,
Yo soy fea todavía ,
Y lo seré, claro está ;
Porque la exterior belleza
Del afeite, antes es vicio.
No estriba en el artificio,
Sino en la naturaleza.
Sa/#ELREY.
REY.
Gon cautela be persuadido
A la Reina que no quiero
A Teresa, aunque ya espero
Cobrarme; que estoy perdido.
Tal con los celos me hallo,
Porque á uno de dos adora ,
Bien que he sufrido hasta agora.
Sin poder averiguallo.
Don Sancho Urda por puntos ;
Por ver cuál la quiere , intento
Proponer el casamiento
A entrambos apíiigos juntos.
{Tocan cajas.)
REINA.
Oye, que suena ruido
De cajas ; tu padre viene.
LEONOR.
Y el Rey la noticia tiene.
Pues para verle ha salido,
Gon despojos que ya entrega
A la corona real.
REY.
Leonor, el nuevo Aníbal ,
Don Sancho, tu padre, llega.
{Tocan cajas.)
Salen DON SANCHO y soldados.
DOK SAKC0O.
Antes de merecer los pies reales,
Que pido vencedor y humilde adoro,
Si no Vitorias al deseo iguales.
Triunfos diré medidos al decoro;
Escribidlos en láminas fatales ,
Vos para fama, para ejemplo el moro ;
POi*quo la eternidad, que en bronce im-
[prime,
Gon vivientes caracteres lo anime.
Echa á rodar la poderosa mano.
Que á toda acción su lérmíno limita.
Esa bola del tiempo por el plano
De la espaciosa eternidad que habita ;
Él rueda á su destino soberano.
Ella en sí misma duratá infinita, [llama
Triunfad del también yos; que Dios se
Inmortal en el ser, vos en la fama.
Por vencer á Jofar, rey de Valencia,
Que en medio de sus huestes parecía
Gentro de la mayor circunferencia
Que líneas terminó en la fantasía,
Gon no sé qué linaje de impaciencia
Vuestro ejército insigne esperó el día;
Porque, como el vencer era preciso,
Dar la batalla prevenida quiso.
Quísola dar, y dióla, y venció en ella
Tan presto, que la misma verdad halla
Que primero que el dalla fué e) Yeoce-
[lla.
Porque quiso vencella antes de daHa;
Pues si al fin layitoria está en querella,
No venció la batalla en la batalla.
Vencióla por haberlo antes querido ;
Y así, antes de yencer , ya habia ven-
[cido.
En un instante la que el aire cierra
inmensa copia y presumió segura
Medir al cielosu ámbito, ya en tierra
Se está midiendo á sí su sepultura.
Jamás tan gran matanza oyó la guerra;
Si la curiosidad sumar procura
Guantes murieron, dudo si el puarismo
Faltará á loscuriososóási mismo.
El que contara las arenas , creo
Que las cabezas moras no sumara;
Pero excediólas tanto mi deseo,
Que multitud menosprecié tan rara.
Pues, aunque otro dejara en tal trofeo
De sumarlas. Señor, porque no hallara
Número igual á las moriscas rocas,
Yo las deje por parecerme pocas.
Huyó Jofar, seguíle diligente [puerto
Hasta el Grao de Valencia, en cuyo
Un bergantín previno cuerdamente.
Présago el corazón de mal tan cierto;
Llegué pues á la orilla, y de repente.
Tendido el lienzo todo en campo abicr-
Vi que volaba el bergantín alado, [to,
En su cáñamo mismo amortajado.
¿Quién vio en marina playa veloz nave,
Que animado bajel, delfín con |>lumns,
Volar en agua, en aire nadar sabe ,
Batiendo á un mismo tiempo alas y es-
[pumas?
cBien es, le dije, oh fugitiva nave,
Que de marino pájaro presumas.
Pues batiendo las alas de tus Veías,
Nadas el airey por el agua vuelas.» [ve,
?uise alcanzarle en hombros de aire le-
á mí un aviso me alcanzó, que agora
Duda la causa que al efecto debe
La confusión ó el modo que la ignora .
Leí la carta misteriosa y breve,
En que dice la Reina, mi señora :
« Gonvieneque caséis luego á Teresa;
Ya vendréis vencedor, venid apriesa,
Yásualtezadiréisqueyooslomando.t
Señor, el rey sois vos, la Reina escribe;
Nosé si, mientras yo fele estoy dando,
Me quita á mi el honor quien le recibe;
Mas si no llega la desdicha cuando
Tarde el remedio al daño se apercibe,
Ya anticipé el marido v la obediencia,
Bien que ha de preceder vuestra licen-
fcia.
A don Juan Pimentel traigo conmigo,
El joven mas galán, el mas valiente.
Tantas veces horror del enemigo ,
Guantas su acero fulminó luciente.
A mí, á mi hija, á mi familia obligo;
Tal yerno, tal esposo, tal pariente
Elegir supe con igual fiqeza.
Déme los pies agora Tuestra alteu.
Loi braiM daré t
Tu
uiiífecha
á sospecha,
! escribiros ;
Don SaiKbo, jro ot eacrlbi
bformadi can eDgafio;
Yo os llamé , jo ot ieteagtño.
Que agora
y i Teresa, qne ya viene.
LEOnOR.
Seáis , padre v seAor mió,
Tantai veces Dli
Caautas
Todo de tu amor lo Oo.
Sale TERESA.
nittik.
Yace en an ironco con idea obacnra
Una ler ocnlio,
Que W.
'tSi ianianie j el topacio
K. VitK nJDr.sDlucImienio;
Labróme igual csiudio, aunquíde
[espacio,
Y recibió otro ser mi enlendlmienlo;
¡Tanto puede el estilo üe palacio I
DON aUKio.
Llega, Tereaa.
TIRBSA.
Seáis,
Padre j seüar, bien reñido ;
La mano y los pié* os pido
Cuando los brazos me dais.
Habiendo venido tos.
Bien se ve que era lingida
La necedad ; ¡ qué bien sabe
Heiclar lo il^re ; lo grave!
DON JAONTO DE HERRERA.
DosauMm.
Ya Teresa es entendida;
Su modo de bablar exinSo.
A Gírela j i Ramón
Üe cuil Teresa ba de ser.
Leonor, con cuidado espero.
Hasta ver lo que responde
Don García.
Señor, sesnn h« loferido,
Casada,
Con don Juan el casamiento.
Agora bablad i los dos. (Cne.)
Salen DON GARCÍA t DON RAMÓN.
non KAMON.
Claro eiti que i vos os debo
La gracia del Rej: j asi,
Después que le hablaste, vi
Kn sn attexa nn rostro nuevo,
I'UES convirllú los enojos
En agrados de semblante.
DOR saicIa.
Por voa fS^
Suelo ji#¡??5?eu >ni ojos.
Ramón, Carola, aqof esto;
lleguéis.
Kn gaicIa.
Aquí dos vida* tenéis,
V aun puedo decir que os doy
Dos juntas cocada uno;
Porque esttn ya tan unidas
Las aimas^w^ bId dos vidit
non ■ANÓN.
V es bien asi; qde mostraros
Ninguno
Si . ditid
Solo una que dan».
Cuando las vidas juntáis
Darla a ood Joan Pimeotel ;
Y qne asi , coniene t««|o
I palmeóte be de*ea«o
Una
Oís,
Vetf
Vo (VMfj
poiiGAncla. (Ap.)
Ípnede caber en una alou
las susp en alones T
DORUiait. (4^.)
¡Noté
Si á nn tiempo mlamo en m peebo
Has dudas I
non uacU.
DoD Ramón, dadme lagar
Quiero i^
Estrecho viene t la pau
ODt del marido
I buena mujer;
m Tirtud deste amor,
ifne, Apolo seré ,
i la sigo beldad ,
canzarla laurel.
García , que a^ora
ros si la queréis ,
?, pues no lo tie sabido,
ebeis de querer.
D, mal argumento ;
la quise también,
lié mi amor; de donde
ircia f inferiréis
liarle al buen amigo
ontra la buena lev
nistad ; claro esta,
) á TOS os le callé.
, habiendo tos callado ,
que puede ser
•mo callé y la quise,
rais TOS 7 calléis.
DON GARCÍA.
mon, ya en el jardin,
as Tentanas, la bable
sa algunas noches,
advertí su saber,
penetré su ingenio;
le de dia admiré
1 en sus mejillas,
izucena y clavel,
gusto de Teresa ,
! ni tratamos del ,
in nuestra su opinión ,
damos disponer
linguno de entrambos;
oto dudaré
|ue á su alteza agora
os de responder.
es la quise, que dudo
ps parecido a quién ,
Adonis como yo,
soy como él.
lije' este amor á tos,
i quise obedecer
:^pto de callarlo;
I pesar del cruel
de este imperio suyo,
acuerdo que una vez
iportó á nuestra amistad,
*eto quebranté;
uera yo, y Tivid vos ;
K) importa. Casaos pues
»resa. pues la amáis;
0 á Dios la cocéis
IOS ó mas edades
1 esa extendida piel
cielos letras de oro
I los sijilos leer.
' á Dios que logréis juntos,
;alada vejez,
s hijos, tantos nietos,
penas vos los contéis ,
madre, en vuestra mesa ;
;o á Dios otra vez
jantos hijos os diere,
ietos con gozo os den ;
s nuevos mundos crie
filos, solo porque
1 hijo el imperio
mundo entero le deis;
yo los mismos años
óo vos, para ver
lichas, que en la idea
mente imaginé.
que os hablo turbado ,
le lo digo; diréis
n Qn lo siento; y respondo
I despecho de mi fé,
I primer moTimieato
titOy infiel
DUELO DE HONOR Y AMISTAD.
Vasallo de la razón ,
Rebelde un instante fué ;
Pero ya está corregido ,
Y vive Dios, que, á poder.
Con la boca, con los dientes,
Con las manos, con los pies
Le hollara y despedazara,
Corrido que pueda haber
En corazón que os rendí,
O en alma que os entregué,
Un primer ímpetu deste,
O una acción sola de aquel ,
Que falte á nuestra amistad
Y atienda al propio interés.
DON RAMÓN.
Ya no quiero yo casarme ,
Don García; vos podéis
Dar á Teresa la mano.
DON GARCÍA.
Si mudáis de parecer,
Don Ramón, porque pensáis
Que quizá Teresa fué
Liviana en acción mas leve,
¡Vive Dios!...
DON RAMÓN.
Paso , tened ;
Que os estáis precipitando.
Luego que os tí proponer
Que me casase con ella,
Del todo me aseguré;
Pues cuando escrúpulo Rlguno
Pudiera el caso tener.
No me aconsejarais vos
Lo que no me estaba bien.
DON GARCÍA.
Pues casaos.
DON RAMÓN.
Eso no ;
Lo que tos habéis de hacer,
García , es casaros luego ;
Que , si á don Juan Pimentel
Quiso dársela don Sancho ,
Querrá luego responder
Que no puede porque á vos
Osla tiene dada el Rey.
Padezca yo, que no importa,
Y cuantos, amigo Íiel,
Bienes á mí me rogasles
Se logren en vos amén.
DON GARCÍA.
¿Sois vos mas amigo mió
Que yo vuestro? ¿No podré
Oponerme á vuestro amor,
Como al mió os opoueis?
Ramón, dama tan discreta
A vos os querrá escoger.
Digámosle al Rey que vos
Con Teresa os casaréis.
DON RAMÓN.
Mucho replicáis , García,
Atended , pues , atended ;
No lo hagáis ya por vos mismo ,
M porque la merecéis.
Ni porque , en fio , estuvisteis
Mas lejos de su desden ,
Sino porque yo lo quiero.
¿Ya no me replicaréis?
DON GARCÍA.
Vos sois tan amigo mío ,
Que yo sé que no queréis
Lo que yo no quiero; yo
Porque á vos no os está bien ,
Ni quiero que lo queráis ;
Luego ya no la queréis;
Y así, no la quiero , cuando
La dejéis vos de querer. «
DON RAMÓN.
Tiempo perdéis y ocasión ;
Ved qae i don J««i Pimentel
La dará luego don Sancho ;
Pues ya es ajena , haced
Que sea vuestra, j no de otro.
DON garcía.
Don Ramón , no me apretéis ;
Por fuerza habéis de sentirlo.
Forzoso en vos ha de ser
El pesar de no gozarla ;
Pues si la habéis de tener,
Don Juan os la dé , no yo ;
Que puesto en razón no es
Que el mas extraño os le excase ,
Y el mas amigo os le dé;
Y añadid mas , qae yo quiero
Que TOS mismo lo inzgaels.
i. Será amistad verdadera
Que cuando mi amigo esté
Llorando aquí el bien perdido ,
gue Te en ¡geno poder ,
sté yo entre mis placeres
Gozando este mismo bien?
No , Tive 'Dios ; que ser debe
El pesar , como el placer ,
Coman entre los amigos»
Y si acaso respondéis ,
Porque es otro yo mi amigo,
Que vos, sujeto á esta ley.
En cualquier bien gae yo tenga»
Parte como yo leñaréis;
Eso , Ramón , macho menos ,
Porque en cuanto á la mnjer,
No ha de ser tan otro yo,
Que tenga parte también.
DON BAMON.
Esas razones militan
También por mi; pedid pues
Mas término aqaf á sa alteza.
DON garcía.
Término le pediré ,
Mas ya podrá conTenlrnos
Esta razón ; que después
Que sé que a Teresa amáis
(La causa oculta no sé.
Quizá por estar mas lejos
De poderos ofender).
Vive Dios, que su hermosara
Me parece menos bien.
DON ramón.
Pues después que yo he sabido
Que vos amarla sabéis ,
Me parece á mi mejor;
O porque la miro en fe
De que ha de ser Tuestra esposa ,
O porque así venga á hacer
Algo mas cuando la dejo
Por amigo tan fiel.
DON GARCÍA.
Yo no la quiero.
DON RAHOH.
Yo sí.
Sale HERNANDO, ecn dot papeUt.
HERNANDO.
Señor, señor , i llegaré?
DON GARCÍA.
¿Qué quieres, Hernando?
HERNANDO.
Hablarte ;
Ciego estás , poes qae no tos ,
Ni por resc|aicios el gusto »
Ni por brújula el papel.
Mandóme que te le diese
Leonor , mas dióme á entender
Que es de Teresa, sa hermana.—
Don Ramón , como me des
El porte , aqai tienes otro ;
S66
La misma Teresa Aié
Qaien me le dio por su mano.
D0.1 CARCÍA.
Yo leeré el mío , leed
El vaeslro vos.
DON RAMÓN.
Ya le leo.
HEni«A?(DO.
Tormentas suelen correr
Estas damas de alto bordo,
Naves que cuando se ven
En gran uiélago engolfadas,
El mas diestro timonel ,
Resistiendo olas de celos,
Está de mar en través,
U da en bajios que, como
Para nadar este pez
Pide mucha agua , por grande ,
Alli se puede perder.
¡Ob bien haya una fragata.
Acomodado bajel ,
Que en las costas de la mar
Tan poca agua ha menester,
Que en cualquiera parte nada!
DON GAICÍA.
Ramón , al jardin iré;
Que allá me llama Teresa.
DON RAMÓN.
A mi me llama también.
DON garcía.
Yo, porque á vos os elija ,
Voy allá.
DON RAMÓN.
Yo, porque os dé
A vos la mano de esposa.
QER.ifANDO.
Ambos servís á Raquel
En Teresa , pues Leonor,
Cuando al uno se la den ,
No es Lia la engañosa.
Sale EL REY.
RET.
Confuso vuelvo á saber
La respuesta ; obligaciones
Tengo á don Sancho , f, qué haré ?
Templar mi afecto.^Garcia,
Ramón , ¿en qué os resolvéis?
DON GARCÍA.
Que de término pedimos
De aqui á mañana.
{Vanse.)
REY.
Está bien ;
Idos con Dios.— No te vayas ,
Hernando.
HERNANDO.
Yo esperaré
La merced que ya adivino.
RET.
VéD acá , yo soy el Rey ;
¿Goal de losamigos quiere
A Teresa?
HERNANDO.
¿ Hasme de hacer
Merced si lo digo?
RET.
Si.
HERNANDO.
Pues, Señor, don Ramón es
El que se muere por eHa.
RET.
¿Y don Garcia?
■IRNANOO.
También.
DON JACINTO DE HERRERA.
REY.
Teresa ¿á cuál quiere?
HERNANDO.
A entrambos.
REY.
Ahora bien , yo mandare
Que venga potro y verdugo.
HERNANDO.
No, Señor; esa merced
No es la que yo he adivinado,
REY.
Pues di la verdad.
HERNANDO.
En Pez
La hubiera creido un moro ;
Teresa escribió un papel
A Ramón , otro á García.
Forme agora un bachiller
En arles el silogismo ,
O sic argumentor , qui^n
Kscribe á dos quiere á dos ;
Pues á dos , como se ve ,
Escribe Teresa , ¿luego
A dos debe de querer?
Juzgúelo, y si no dijere
El artista mas so^z
Que es buena la consecuencia ,
Que me ahorquen por un pié.
REY.
¿Qué les dice en los papeles?
HERNANDO.
Que en el jardin se han de ver
Esta noche.
REY.
Pues , Hernando ,
No digas que yo lo sé.
HERNANDO.
A mi secreto apostemos ;
Que callar no he de poder.
{Ap. A la Reina he de decirlo.)
REY.
Pues apostemos también
Que te cuelgan de una almena.
HERNANDO.
Vaya de cuento : una vez
Llegó á pedir cierto pobre ,
Salió á darle una mujer
De buen talle la limosna ;
Miróla el pobre, y pardiez
Que la requebró alentado ;
Que entonces debía de haber
Amor también para pobres,
Que había menos interés.
Oyóle el marido , y dijo :
< Ah , señor pobre de bien ,
¿ Quiere apostar que le doy
Mil palos? » Respondió él :
« Señor, no quiero apostar ;
Dios guarde a vueaamerced.9
REY.
Pues calla, si no es que quieres
Ver tu cuello en un cordel.
HERNANDO.
Vaya con Dios vuestra alteza ;
Que yo nunca apostaré.
{Yante.)
Salen LEONOR y DON GARCIa.
DON GARCÍA.
Teresa , un ángel humano
Admiré en vos , mas coníieso
Que preferí con ezceso
Vuestro ingenio .soberano.
Yo pensé mros la mano ;
Pero el tiempo descubrió
Que Ramón ot mereció ;
Y asi, á dejaros me obligo;
Porque, amándoos talantgo,
Os ame dos veees yo.
El tiempo todo lo acaba ,
Mas vengo á quejarme dél«
Porque reveló infiel
Lo que tan secreto estaba.
El mar, que la arena lava.
Suele en ondas dilaurse.
Que vienen solo á qaebffirie;
A tu misma imitacioo
Los bienes del tiempo son
Que llegan para acabarse.
iNadíe pues podrá sentir
Aun entre bienes placer.
Pues todos vienen á ser
Efimejas del vivir.
El agosto ha de Yenir ,
?ue caduca pompa abrasa,
en fin , si con mano escasa
Un pasatiempo da el tiempo.
Ese mismo pasatiempo
Nos dice que el tiempo pasa.
Solo no teme estos daños
El campo en invierno triste;
Pues pasa el tiempo , y le viste
De nuevo todos los años.
De sus mismos desengaños
Le despoja , aunque le muda ;
Mas hasta en esto es sin doda
Que caduca el tiempo anciano ,
Pues viste el campo en Yerano,
Y en invierno le desnuda.
LEONOR.
García , pródigo estás
De mi favor ; ¿quién te d^o
Que yo á don Ramón elQOt
Sí á ti te adoro no mas?
Pero, en fin , gusto me das.
Pues prefieres con fineit
El ingenio ala belleza.
Habla á la Reina, Garda;
Que toda esU causa mi»
Ya está en manos de sa lUen.
DON «AtcU.
No es posible que Ramo»
Me haya engañado; vo sé
Que sí 08 adora por fe ,
Le queréis por eleccloiu
LIOIOB.
Ya ha llegado la ocasión
De que en esu diferencia
Dé la Reina la sentencia.
Salen en otro pmie DON RAMO.^
Y TEHBSA.
DOR BAIOR.
Teresa mia , Garda
Estndueno,ydUemia,
Perdona la inadverleiicii.
Yo vine obediente aqnl :
Di lo que mandas » que i él
Le llamaste en un papel ,
Teresa , y en otro a mi.
La voz he extralUdo en Ut
Ríen que mudarla solías
Cuando necia te flngiu ;
Y asi , tampoco la estralio.
Saldrá el sol del deseiigaio«
Y deshará sombras frías.
Salé EL REY.
Confbso , triste y dvdoio
Vengo á este Jaitlln
Porque á don SmhIio m
La razón de estar
:Mí^^
S porqne ya es forzoso
lolor qae en mí asiste,
io de quien resiste
amor; ¡cielos! ¿qué hará
tan justamente está
50 , confuso y triste ?
DO^ RAMÓN.
!sa hermosa !
RET.
Ramón ,
con Teresa. ¡Cielos!
0 ¿ Ramón me da celos ?
DON GARCÍA.
a , imposibles son
listad y mí afición.
RET.
a dijo también
1 á otra parte; ¿á quién
bablando? Vive Dios,
e ha dividido en dos
uerer á entrambos bien.
1 LA REINA, DON SANCHO
T HERNANDO.
REINA.
, DO temas, Hernando.
HERNANDO.
le ir á confesar
ra alteza, yo lo dije,
erro , fué necedad ,
lengua mia , y el Rey
estra alle¿a dirá
lenga le ha dado celos
r cosquilloso Bras.
labrá cordel y almena.
REINA.
ene disimular
1 Rey á Teresa quiere;
le su padre, que está
to, no lo confirme.
DON SANCHO.
a, ¿qué me mandáis
jardín ? ¿ A qué efecto
leis á este lugar
;s de eso, en mí presencia
criados mandáis
10 aquí con dos hachas ?
REINA.
Tenido á remediar
•stras hijas , don Sancho ;
e en el jardín están
íamon y con García ;
•émoslás de casar
DUELO DE HONOR Y AHISTAD.
Ambas juntas de una vez ;
Que el Rey, mi señor, quiz^
Busca en el jardín lo mismo.
HERNANDO.
Lo que dije no es verdad ,
Yo hablé por boca de g^nso.
¡ Que quise en Gn apostar !
Que en fin hube de decillo !
¿Mas que los palos me dan.
Que no le dieron al pobre ?
LEONOR.
García , si eres leal ,
Dame la mano de esposo.
TERESA.
Ramón , si sabes amar,
Yo soy tuya , y tú eres mío.
DON RAMÓN.
Teresa, nadie es igual
En méritos á García.
REY.
Sin duda debe de estar
En una parte Teresa ,
Y en otra el eco.
REINA.
Aquí está
El Rey, y las hachas vienen.
HERNANDO.
Digo otra vez que no hay tal ;
Yo miento y tataramiento.
LEONOR.
Esta mano me has de dar.
De que has de ser mío.
Salen criados con hachas,
DON GARCÍA.
Cielos ,
¿Qué luz es esta?
REINA.
Llegad.
DON GARCÍA.
¿ Qué es esto ? ¿con quién estoy ?
REINA.
Don García , agora estáis
Con quien siempre habéis estado;
Su alteza os vino á buscar,
Por saber que en el jardín
De noche á Leonor habláis ,
Como á Teresa Ramón.
Don Sancho quiso vengar
Con las armas esta injuria;
Pero si os cansa la paz ,
Ociosa es aquí la guerra ,
167
Y aunque el Rey tenga pesar
De hallaros aquí , es tan sabio ,
Tan cuerdo , tan liberal
En dar perdones de ofensas ,
Que por mí os le ha dado ya.
HERNANDO.
El Rey roe mira. ¿Qué dice
Agora su majestad ?
Pues le toca , y nos tocó ,
No haga sino callar..
RET.
(Ap, La Reina es prudente, y pudo
Con tanta facilidad
Moderar mí enojo.) El vuestro
Podéis, don Sancho, templar.—
Don Ramón , dadle la mano
A Teresa.
DON SANCHO.
Si gustáis
Vos , Señor, yo no replico ;
Pues responderé á don Juan
Pimentel que vos lo hicisteis.
REINA.
Don Ramón , ¿ á qué aguardáis ?
DON RAMÓN.
¿Qué respondéis, don García?
DON GARCÍA.
Que aunque estimé la beldad ,
Preferí siempre el ingenio;
Que el suceso pudo hallar
Medio para convenirnos ,
Pues vemos con claridad
Que miramos á Teresa ,
Y que Leonor suele hablar;
De modo que hay dos en una ,
Tan perfecta cada cual
En su esfera , que es un todo ;
Y fué invención singular
Que, pues los dos somos uno
Con tanta conformidad ,
Sean ellas una también ;
Porque asi con lazo igual
Se casen dos que son uno
Con dos que es una no mas.
DON RAMÓN.
Pues doy la mano á Teresa.
DON GARCÍA.
Yo á Leonor.
DON RAMÓN.
Y perdonad
Las faltas, Senado ilustre;
Que entre ano y otro galán ,
Llamó á este caso el poeta
Duelo de honor y amisfad.
39!
COMEDIA FAMOSA
niULADA
GALÁN TílAMPOSO Y POBRE,
DE ALONSO JBBOimiO DE AALAE BASDADIUO.
PERSONAS.
DON LOPE « §9Um trum-
pno.
MONDEGO, $u criado.
DON GaACIa, eabüUero
lemUt.
DON DIEGO, hemwM ée
don Garcia.
DON FERNANDO, eabtík'
ro ieviüano.
DON RODRIGO, eabaUero
tuamrtü.
DOflA ISABEL, viiMla.
DOSa IN£S, m hijo.
MARIHA, Mteva.
FBUao» criadc de d&n
Tltt lUOKABOt.
JORNADA PRIMERA.
DON LOPE T EONDEGO.
■OHDIttO.
Digo, SeSor, que to primo
Ha llegado de Leoo.
Caliicada opinión
Gozt, y por ella le estimo.
Este bombre es don García ,
T por escrito emprimé
Coa él ; ¡ qoé bien que corté
Ingenio j ploma aquel dia!
■OHDEGO.
Por Dios que es notable treta.
DON LOPB.
ÍDe eso ti?es admirado?
Inebos primos be ganado
Ea f irtod üe la esufeu.
■ORDBGO.
¡ Qié graciosos desatinos!
DONLOPS.
Anpara mas te prevengo;
iQne te enanus? primos tengo
wefios j ultramarinos.
Pies solo para emprimar
Con algún hombre afamado,
Gen u& eartas be pasado
De la otra parte defamar.
Suelo yo con gracia extrafia
( Aecion que nadie rae veda)
Pasnme por la arboleda
De los linajes de Espáfta ;
De donde con osadit
Confdrme el ingenie ^uela ,
TM fez desg^o una «boela ,
TMamMouMtis •
Tengo de quien me amparar»
Porque yo suelo mudar
Mas abuelos que vestidos.
■0RDI60.
Considerado tu bnmor»
Tienes...
non Lora.
Dime lo que sicotes.
HOXDSaO.
Recámara de parientes,
No de vestidos, Señor;
No he visto mayor Crescura
De condición.
nORbOK.
Como voy
Por esta arboleda , estoy
Amenísimo.
■611DI6O.
Procura
Mejorarte de accideotes ,
Porque esos árboles son
Muy secos, v no es rason
Que de sombras te contentes.
Campaña es poco segura
La selva por donde vas*'
Que las roas veces podrás
Perderte por su espesva. .
Busca fruto con astuto
kigenio, y mas no te ultrajes;
8ue arboledas de Ün^cs
an Oor mucha y poco fruto.
Deja las vanas ficciones
De esa arboleda molesta ;
ue no hay mas liella llorásta
ue un taíegon de debloa«k
ue el oro se cofwidert , - -
en justa razón se ftiadt.
De elhomhre Mngni 8egíuid|i,
Que ennoblece i la' primen;
Y asii, cualquiera inorial .
Tiene en su sangre tesoro,
Porque la segunda es oro,
Y la primera coral.
noKLora.
Oye. que á loe enlendidoe
Se debe satiaCMcr;
Por Dios, que Jea-lie de' hacer
Gran tanqueta á tus oidos.
SiotrosálairaBidad
Consagran este deseo.
Yo solamente le empleo
En férUl uUlidad.
De estos deudos adquiridos
Con arte, f ya coafirmados.
Saco yo premioi lioiirados^
L>ogro frutos muy inisidos;
Y asi, huésped me he de hacer
Del que á ser mi huésped viene.
■oiiaéeo.
Grande aparato previene
Tu ingenio.
•oxiore.
Pues ha de ser.
Tu atrevimiento me agn^a; .
Blurria singular.
Por Dios, que he^le.emparentar
Con él hasta ea la posada.
Parece que siento ruido.
. BOX LO».
Dices verdid, ya llegó.
Y no al puerto que él pensó.
BOHLOrU.
En el puerto se ha perdido.
Sttbfr la esealefh siento.
970
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBAMLLO.
DON LOPE.
También la sube el que va
A la horca.
HONDEGO.
No será
Esle menor escarmlenlo.
D0:( LOPE.
Escucha , por vida mía.
MO:^DEGO.
Como un mármol pienso eslar.
DON LOPE.
Oye; que quiero soltar
Toda la volat eria. {Habla alio.)
El juicio lengo perdido.
Salen DON GARCIa y FELICIO,
y apártame á un lado.
FELICIO.
Parece que está enojado.
DON GARCÍA.
Aun en mf no ha reparado,
Üe el enojo divertido.
Helirémonos aquí ,
Y su indignación sabremos.
{Retírame mas.)
■OÜDECO.
Señor, templa tus extremos.
DON LOPE.
No cabe templanza en mi.
¿ Esta casa me alquilabas ,
Si en ella un hombre morió
De peste? ¿Quién le engañó?
HONDEGO.
Tú. que tu enpfafio buscabas,
Dándome (an grande prisa.
Que busqué, mas no elegí.
DON LOPE.
No son buenas para aquí
Ni aun apariencias de risa.
Responde mas mesurado.
M0NDE6O.
Como el mal alio . murió
De una seca que le dio
Este buésited desdichado.
Tus furores no se alteren,
No te admires, no te asombres;
¿ Es mucho morir los hombres
De lo que los años mueren?
DON GAaCÍA.
Riñe con mucha razón.
FKLICIO.
iQue á ser su huésped venias,
Y en camino te ponías
De la barca de Aqueron?
DON LOPE.
Busca luego una posada
Y ropa, porque en la mía
Hay malicia desde el día
Que estuvo en casa apestada.
HONDEGO.
:0h edad ciega y alevosa,
Triste yo, que en tí nací,
Pues basta la ropa en ti
Se sabe hacer maliciosa!
Mas compétele á esta edad
1^ malicia con iusiicia ;
Que mal faltará malicia
A quien sobra necedad.
DON LOPE.
¿Gracias dices, ignorante?
Vive el cielo...
MONDEGO.
Siempre vive,
Y no scnriclo recibe
De memoria semejante,
Pues siempre te veo acordar
De el cielo en los juramentos.
DON GARCÍA.
No deis mas seña á los vientos.
Templad el justo pesar.
Mirad que soy don García.
DON LOPE.
Agora con mas razón
Crecerá la indignación
Que en mi pecho se encendía.
Üime, ¿dónde hospedaré
A mí primo, dime dónde?
MONDEGO.
Mí turbación te responde
Con humildad que no sé.
Pues hay deudo y amistad ,
Perdone, y su estrella siga;
Que una casa seca obliga
A tan grande seciuedad.
Bsto no admite dispau.
Antes es opinión llana,
La casa mas seca es sana,
Y esta osseca, áüñqüé no enjuta.
Si por tal huésped enojos
El verla si'ca le da.
Llora, y húmeda estará
Con el agua de tus ojos.
Tu llanto el remedio gaste;
Que si el bien nace de allí ,
Le podrás decir así
Que en los ojos le hospedaste;
Mas conlra la se(|uedad
Medio mas fácil Hítenla;
En el pozo le aposenta ,
Y sobrarále humedad.
bó^ LÓPf .
A la muerte le condeno;
Será hospcdalle traición
En la casa donde son
Aun las paredes veneno.
Pues después que entró tan fuerte
La muerte á verter sus iras.
Estas paredes que miras
Están cebadas en muerte.
MONBEOO.
Pocas en Madrid verás
Que no eslén por su camino
De uno V otro desatino
Apestadas mucho mas.
La casa mas noble peca
De sera, bien claro está ,
Pues que en ninguna se da;
Mira si hay cosa mas seca.
Yo no pido por temer
Algún suceso bien malo;
Si algo dan, es con un palo,
Y aun este seco ha de ser;
Que hoy la sequedad, Señor,
Tan exiendida á estar viene.
Que aun tal vil dádiva tiene
Sequedad, y no verdor.
Seco está el mundo y no crece
Sino en ser grosero y vil ;
Que solo el pródigo abril
Dádivas verdes oirece.
ftON LOPE.
Mas injuria me propones
Con la excusa que me das , .
Pueslo que apestado estás
Aun en las mismas razones.
DON GARCÍA.
Mis criados han bascado
Para sí cierta posada
Tan compuesta y aliñada.
Que excede á su humilde estado.
Desde aquí buscar podremos
Con nuestra comodidad
Mas pompa y autoridad ,
Pues en muchas la bailaremos.
DOMLOK.
jL Yo, que os babia de hospedar.
Vuestro huésped he de ser?
DON GABClA.
Hoy tenéis de obedecer.
DON LOPE.
Vuestra luz me ha de guiar.
DON GARCÍA.
Adiós, que en casa apestada
Ya es mucha conversación
Esta.
( Vame don García y FelieU.)
DON LOPE.
Salió la Invención
Tan sutil cono acertada.
Ihillísioio embuste.
MONDEGO.
Airoso
IHeittes dtfn Ul desenfado ,
Que en tí el mentir ba ganado
Un distrito prodigioso.
Gran provincia es el mentir.
Después que leguas le aumentas
Y distancias le acrecientas;
Al fín ¿irás?
DON LOPE.
¿No be de irt
Ya tenemos asentado
Que á comodidad aspiro,
Y que á las leyes no miro
De un ingenio recatado.
MONDEGO.
Bien haces en no tratar
Con el honor melindroso ,
Que es un enfermo achacoso.
Que siempre se ba de guardar.
Cualquiera soplo le blere
De la lama ; ¿k qaiéa no MM«
Cosa que es tan delicada.
Que de un ventecillomaeref
Envidio tu desenfado.
Con tu despejo me ajuslo.
De las escuelas de el gnslo
Debes de ser liceadado
Yaunretor;qaeel.
Tuyo me deja advertido
Que de el gusto mal regido
Digno retor puedes ser.
DONUIPI.
Soy de los gustos boteon.
MinfDBGO.
¡ Qué dulce tendrás It f ida !
SaU FELICIO.
FBLICIO.
Ya os espera prefeaida
Posada y buena Inlendon ,
Porque enmiende la sfrganda
Lo que falu á la primera.
DOHLOn.
Nuestra amisUd verdadera
Sobre la intención ae fnndd.
Hoy don García me ba preso
Con nuevas obligaciones.
Aumento á su amor blaaoaes.
En él gloria y en mi eieeso.
Decilde que ya ba feaido
La noche, y que be de ir prlmeA»
A ver de cierto locero
Los rayos que aae baa batido.
Yo procuraré abre? lar.
Reciba por vosml'eicaí
Que aun aqai el alna ■• \
Que no le voy á bnaear^
jr
MONDBGO.
qué buf D caballero
unslur leonés!
ando y fácil! ¿No fes
leoii se hace cordero?
I 60 su fantasía
Igole enfadoso
acto caballeroso
' la hospedería;
er muy caballero,
,u bolsa sin daño,
en Madrid todo el ano
le mesonero.
, ó pesia á mi linaje...
D07( LOPE.
MONDEGO.
fu VOZ no me impida ;
I hacienda comida
icer del hospedaje.
DON LOPE.
er la bizarría
y otra hermosa dama ,
lumen lo de la fama
0 hermoso del dia.
MONDEGO.
; que tengo a(iul
•y damas dos papeles,
US intentos inUeles
de premiar asi.
»de doña Isabel ,
>n ser madre , parece
er nació, y este ofrece,
ia, aunque no mas fiel ,
doña Inés.
DON LOPE.
Pudieras
albricias pedido.
HONDEGO.
s tan bien eoieudido ,
n manos lisonjeras
lo que no pedí;
ce el mérito mayor
»er pedido, Señor,
mo que merecí.
Señor; que es gran mengtia
lidalgo entendimiento
gue el merecimiento
scuidos de la lengua.
DON LOPE.
oro maternal
i Isabel la quiero
ar, leyendo primero
jpel magistral,
idiá cuatro razones;
9 la madre muy sucinta.
MOXDEGO.
án de buena tinta?
serán conclusioues.
L0?f LOPE.
•.) fEn la puerta de el jardín de
isa, que sale al campo, os espe-
ta noche entre doce y una; mi
itad os llama, t mucho masía
lad del sitio. — Dios os guarde.t
«1 no me mintió.
mohdbgo.
nuestra en su brevedad
io y autoridad.
D05 LOPE.
ao belleza negó.
MO.IDEGO.
la graciosa Inés,
uya y tan perfeta ,
1 iguala en ser discreta ^
»y Seüor.
GALÁN TRAMPOSO Y POBÜÉ.
DON LOPE.
¿ Este es ?
Pues también será pulido;
Que es la Inés gran papelista.
Aun apenas tengo vista.
MONDEGO.
Pienso que está el sol dormido. *
Pero al íin le podrás leer;
Que un escrúpulo ha quedado
De luz, confuso y turbado..
DON LOPE.
Si; que breve viene á ser.
{Lee.) « Entre doce y una os espero
Bcsta noche en la puerta de el jardin
»de mi casa, que mira al campo; el
«sitio es solo, y la hora le hace mucho
«mas. — Dios os guarde.i
MONDBGO.
¡Qué poco habladoras son
blsias damas por escrito!
Bien escriben de poquito,
No forman tercer ringlon.
Pero en tan pocas razones
Tu perdición te han pedido.
DON LOPE.
Es mi ingenio mas lucido
En las fuertes ocasiones.
MONDECO.
4 Contra dos puedes pelear ?
DON LOPE.
Puedo pelear y vencer.
■0NDE60.
¡Oh prodigioso poder!
DON LOPE.
Oféndesme con dudar.
Los ingenios femeninos
Son cumo alamos hojosos.
Sin fruto vanagloriosos
Entre arroyos cristalinos.
mondego.
Pues ¿no es fácil de quitar
Tanta hoja?
DON LOPE.
Yo podré ;
Que cierzo airado seré,
Que las sabré desnudar.
HO.NDEGO.
¿Cierzo dices? No quisiera
Verte imitar los cuidados
De el cómilre de los prados,
Que les dice : «Kopa fuera.»
. DON LOPE.
¡Oh, qué ingeuio tan verdoso!
Hacia los prados te vas;
Vamos.
MONDEGO.
Voy muerto.
DON LOPE.
Serás
Testigo de un c.iso honroso ;
Pues engañar dos mujeres ,
Vengando á los demás hombres,
Merece inmortales nombres.
MONDEGO.
¿Que tan grande empresa esperes?
Pues cuando Eva importuna
Comió lo que no debía.
No pensó el diablo que hacia
Poco en engañar á una.
Desde entonces viene á ser
Gran tragona esta canalla ,
Pues buscó, para engañalla ,
Cosa que era de comer.
DON LOPt.
Vén , y mi ingenio verás
Vencedor, nunca veneléo.
S7i
M0NDE60.
Quedará el diablo corrido ,
Un protodiablo serás.
Si tú engañas sus extraños
Engaños con rostro tierno ,
Podrán llevarte al infierno
A leer cátedra de engaños.
( Yanse.)
Salen DO^tA ISABEL t D05IA LXÉ8.
D05fA ISABEL.
¿ No te quieres acostar?
DOÑA INÉS.
Es noche para gozada ,
Que es hermosa.
DOi^A ISABEL.
Y tú pesada.
DoüA mis.
Título es que roe ba de honrar;
Que el ser liviana es delito ,
En calidad cual la roia«
DOÑA ISABIL.
i Qué vana bacbillerial
Con vergüenza te permito
Que ocupes este lugar.
{Ap. Cómo la engañe no sé.)
DOÑA INÉS. (Ap,)
Grande mi desdicha fnó;
¿Cómo la pddré engañar?
Que á mi madre, que jamás
A este lugar salió,
Antojo y parto le dio
Tan sin tiempo.
DOÑA ISABKU
Necia estás ,
Y si es aue tu inadvertencia
En su obstinación se está,
Mi chapín castigará
Descuidos de Ca obediencia.
Salen DON LOPE t MONDEGO.
MONDEGO.
Ya te aguardan en el puesto;
Tu estrago tengo de ver.
non LOPB.
Antes mi gloria; en vencer
O morir la gloria be puesto.
DOÑA isABEi» (4p.)
¿Que esta no se quiso entrar?
Don Lope es^ y tedgo miedo
Que se vuelva.
DOÑA irís. {Ap,)
Apenas puedo
Mi espíritu sosegar.
Mi madre será ocasión
De que don Lope retire
Sus pasos, porque suspire
Fuego eterno el corazón.
DON kon.
Mi paso 4eterHiinado
Alaba.
MOlfBIGO.
Tras el suceso
Que antes. Señor, te confieso
Que me dejas laslimado.
Mas que no hazaña, locura
Es empresa semejante ;
¿Oh buen caballen) andaiíté.
El cielo te dé ventura!
( Llégase don Lope embozado.)
non LOPE.
Jamás entendí que diera
La noche luces tan claras
Entre sus sombras araras,
Liberal y lisonjem;
973
Ooe en la iloUre claridid
Uu Tueitn be I leía envía,
HcDMe fénix el día,
y naere U eicuriüad.
i>o5Ia isti.
¡lesos! haigamoa,
DOÜX lS:kBEL.
Huí gamos.
Pnet ¿de quién T Don Lope soj,
fjue liecbo en este cam))o estoj
Ave de kui verdes ramos.
■OHDEGO.
Dices bien.
■o:tDECO.
He aplico
A que eres ave, Seüor;
gue quien es lan liablador,
s fuerzi que Lenga pico.
nO.UlSASKL.
Ri veras lau escondido
Kn tieros
yX-^fl vero»
Wedo DO* pado poner.
A mi me le puso lauío,
Que de el r<>cebido espanto
PurgaTme habré meiiester.
Melindre,
N(
¿No anduvo grados* ; grave!
Slbablasdelapui^.DO.
Por Dios; que el aire dejo
Oliendo lodo i jarabe.
Concepto 110 solenices,
Cu)'o efeio dividido,
Si es bueno pr ' -'
Hace ofensa i
Písame de hat>vr turbado
ALONSO JERÓNIMO DE SAUS BABBilHLLO.
ro
s
imealó
estrellas
Que se
iElora
ao:inco.
termjIapUU
Que es la mas copiosa geote
Ue moneda suspiróos ,
Tan astuta y socarrona.
Que entre el e,
— 10 modo no entendido
DO'tl.OPC
Boca tienes de serpiente,
lun la Tlrtud do perdona.
00,4a ISIBIL.
Hónrenos
Pues cesó el inconveniente.
Cou un cngaüo las dos
Se burlan; calla, j veris
Que las he de engañar mas.
Hallo y pagúetelo Dios.
DON I.OPE.
¡ Oh noche
Que rué el ,
Pues te
A ID silencio le debo.
Tanlo hablas, que conviene
ella mude sus sentidos,
eu oídos
Todo lo que en ojos tiene.
Dime si te recogieras
Oe buena gana i dormir.
■OKDISO.
Primera tengo de oír
Que
DOX Lort.
¿QulÍD te lo avisaT
■OHDECO.
Blanca j rubia j toda risa ,
Por tuerza necia ha de ser.
Con que, siendo esto verdad ,
Que bien ser verdad parece,
Lo primero que amanece
En el mundo ea necedad.
iQoé buena noche he pasado!
Huchas como esta quieten.
Aunque jo i major esfera
ne impidió propoDella
Cuanto ote goao eo amalla.
Doíi tSAiEL. lAp.)
Esto lo ha dicho por mi.
íoSí Mia. {Ap.)
Sin duda por mi lo dice.
Bien i las doa sailsfice.
■O.TBKO.
Pienso que aun ;o te creí.
ahij:
noli* nKi. lAp.)
Su grande ingcDlo advertí,
A que le adate MC alienta.
i Ha} parlenia mas cercana
Que rol madre ! B1 qae es discrels
i Qué bi«D dic» su ConcMo 1
Lloro mi
Auoqne
Que, ,
Bien digno d
DOH« ISAitL.
Si aqni la dama esta viera...
Persuádase 1 que lo esU,
Y bable con ella.
Sert
DesUrnUA.
■ OHKGO.
Eapcn.
EnglBalas , y verta
CAmo a lodos te prcflnM;
Que qnieren mMlaa Matañs
A qaiea las engaSa nu.
BOU u>n.
Dilera: •Sefiorania.
■orotoo.
I Ce ban favorecido I
DOflLOn.
s Toj obligado.
Dente premiado ,
uré lo perdido.
Nis. (Áp, á doña habeh)
) qae esU, qaé grave !
SABCL. (i4p. á doña Inét,)
desTanedó.
DO^ note. (Ap,)
DO me entendió.
DO^A ISABEL. (Áp,)
; poco sabe.
w^A iriiís. (i4p.)
le amor!
D02I LorK.
Y tan fuerte,
0 á manos de amor.
HORDEGO.
se sin dotor,
)sa tal muerte.
3 morir de amores,
or necio morir,
garme á rendir
s de dotores.
malicia ved ,
»n mano pesada
te consaltada ,
lera merced;
do saber codicio
d mal perdida ,
nsalta mi vida
era nn oficio,
lias, sos recatos,
10 turban y alteran?
idas consideran
ó Tireinatos.
DON LOPE.
entidtí.
■OICDECO.
¿Por Dios?
DON LOPE.
ndego, camina;
a frontera esquina
tn bombre.
HONDEGO.
Y aun dos.
DOSÍA ISABEL.
campo, no alborote
vijase luego.
* nuestro sosiego,
1 que se note.
DON LOPE.
e pueden entrar
lercedes seguras.
■ORDEGO.
lárdales locuras;
inclino i malar,
I mal regida
>n quien estoy mal ;
itante y mortal ,
o soy bambricida.
M>ÍIa ISABEL.
presa.
■OHDBGO.
Creed
» soy temerario ,
mas de ordinario
o con la sed.
íbras de tocino
sucftar,
la amatar
q<ie del tino.
M L.— n.
GALÁN TBAMFOSO Y POIftf .
Nace con todoo y deji
Su vida al vino ; advertir
Ouiere en nacer y en morir
Que es mi sed cristiana vieja.
DON LOPE.
Vamonos; que sin comer
Puedes la sed provocar»
Porque para tanto bablar
Bien has menester beber.
DOffAINáS.
Adiós, 7 vaya ocupado
En esa dama.
DONLOni.
Sibaré.
doAaisabil.
No la olvide.
DON LOPE.
No podré.
Que es alma de mi cuidado.
DoJlA mis. (Ap,)
Mi madre ruega por mi.
DOÍIa ISABEL. (Ap,)
Mi hija por mi rogó.
D05fAINÍS. (Ap,)
Amor, tu industria venció.
DO^A ISABEL. (^Jl.)
Amor, venciste y vencí.
(Vanse kts das,)
HOlfDlGO.
i Oh prodigioso pintor,
Cuyos ilustres colores
Dan al aire tantas flores,
Tantas plumas al amor!
¿Quién era el hombre que viste?
Porque yo, aunque dye dos,
A ninguno vi , por Dios.
DON LOPE.
Ove, pues no me entendiste :
Yo, que la incomodidad
Menor siempre la condemo.
Por excusar de el sereno
La molesta calidad»
La plática concluí
Con aparente invención.
■ONDEGO.
Declárame tu intención.
DON LOPE.
Pregunta.
MONDKGO.
¿Pregunto ati I
DONLOrC.
PregunUr puedes sin nSedo.
■ONDEGO.
¿Soy yo tonto ó gran sefior»
Que preguntan sin tenor?
DONLOPB.
Lo primero te conceda.
■ONDEGO.
Di, ¿por qué causa easMoras
Amadreybya?
DON LOPE.
Has andado
Curioso y determinaSo.
■ÓNDIWO.
Dime, entre estas dos sefioras ,
Aunque es la madre miv bella »
¿No era la b^a m^or?
DONLOnS.
Yo no soy preso de asor»
Tengo interesable estnHa;
La hija tiene de re»ia...
■OHMMK
¿Cuánto?
D(UILOK«
Hasta tres mH ducados.
«ft
■cmwbbo*
¿Sqq fieles?
Taoltai^oDladoit*
Que no resbalé en Ja eneQÚi.
¿Tres mil todos efetlvoi
Y que s0 pueden palpar ?
DONLOn.
¿Dodas?
■oRsecto.
Puesinobededndar»
SI soelen ser rogltlvost
fil qae hov conqnistar pretende
Al dinero loco va, =
Pues en un castUto eüi .
Donde un león le defiende.
Sus armas be oontenplado, ^
Y hallar dinero no eH>ei09
Porque sé que etti el dinero
En un castillo encantado.
DORUIPB.
Oye» si no es qué esu gloria
Me la quieres divertir.
■oNDieo.
Muy bien puedes proeegnir
Con tn «finerada historia.
IMI LOH.
¿Al fin la historia le agrada?
Dala el oro tal valor,
Que esM es la hlstotfa, Mior,
Mas digna de ser contada.
DON LOPE.
La madre eoa;aii hermano
De este selof dte Garda,
?ae á ser mi hnéaped venia,
rae un nleito.^ea case llano
. Que con el ha de adir,
I Porque tiene en sn lévor
*■ Dos sentencias.
Ty Seftof ..•
aoirtopB.
Di, Men pandes prosegntr.
V.
¿Cnádto el mayoraigo vilef
nONLOH.
Siete mil escodes ti yo.
A quien nunca aBMf wrié*
Por mas qne el folpe aeMie,
Voy con doa fines, j ten,
gne si la madreen peatiraáa .
n el pleito, aiaque enlifegada
Mi alma jotóa É bo afldon ,
La desmentiré la" tsasa ,•
Y de la htja seré;- :
Mas sí vence, entre|^
Toda el ahna I la Madinia.
■onnEeo.
: Siete mil ! ¿Tanto dteera
A una hembra sé le nanas def .
Hacienda es qué aiúlir.piyede
Lm «litas de.ivi bliiíadero. .
¿Son todos enrcarojpnrof "7
•oiilomk;
¿Habla dé aeragaa^t
■peaiee.
De ese modernia le han dado
Siempre. -
lOllLOR.
¿PorlMoat •'-.
■epaino. :.
^ \ , . PérélJorQ.
Cuando á nm dan u tcwte,
Y el oro qne en él le lian
48
274
Es á precio de su afán,
A este tal le aguan el oro ;
Y asi, pobre laimagino
Entre tantas vanidades :
Que vo busco puridades
Eq el oro y en el vino.
DON LorE.
El gusto inas lisonjero.
Poco ú mucho viene aguado.
MO!VDEGO.
De la fortuna he pensado
Mil veces que es tabernero ,
Y aun grande borracha y tal .
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
¿Qué dices?
DON LOPE.
MONDEGO.
Probar lo (quiero.
Cuando á uno le dan dinero
Es vino de Ciudad-Real;
Mas cuando suelta el corriente
De las penas, digo yo
Que entonces se emborrachó
De el vinazo de Torrente.
DON LOPE.
Docto en los vinos estás.
MONDEGO.
En sus nombres, no en sus obras.
DON LOPE.
Fama de vinoso cobras.
MONDEGO.
Calla; que otros lo son mas.
Di, ¿viene con don Garcia
Su hermano?
DON LOPE.
Viene don Diego
Esta noche, y trae, Mondego,
Fuego á la esperanza mia.
MONDEGO.
¡Cómo ! ¿Don Diego se llama?
DON LOPE.
Don Diego, uu mozo valiente,
Sagaz, cortés y prudente,
Buena dicha y mejor fama.
Este trata de casarse
Con ella, para excusar
El pleito y asegurar
Los peligros de anegarse;
Y por rendilla mejor,
Con su hermano, (|ue es muy rico,
Trata ¡qué mal signiÜco
(Si no muero) mi dolor !
De casar á su hija bella.
Con que ellos gozan de estado
Seguro, y yo, desdichado,
Quedo á remar con mi estrella.
Luego á esta calle vendrán
Los dos.
MONDEGO.
¿Sin duda?
DON LOPE.
Es muy cierto;
Yo vengo tan encubierto,
Que no me conocerán.
MONDEGO.
Dos hombres vienen allí.
Escucha.
DON LOPE.
SaUn DON GARCÍA t DON DIEGO,
embozado.
DON GAECÍA.
Entrar no podemos,
Siendo tan tarde.
DON DIEGO.
Veremos
Las rejas.
DON LOPE.
Oyes.
MONDEGO.
¿Yo?
DON LOPE.
Sí.
{Embózame don Lope y Mondego.)
MONDEGO.
Bien conocí á don García.
DON LOPE.
Y yo al otro, que es don Diego;
Estos con tirano füe^o
Afrentan la gloria mía.
DON DIEGO.
A las puertas del jardín
Dos hombres, hermano, veo,
Y mi curioso deseo
Saber quisiera á qué Gn.
MONDEGO.
Yo pienso que estos intentan
Reconocernos.
DON LOPE.
Mi engaño
Les previene un grave dafio.
Tal, que en él su sangre afrentan.
Llámame tü señoría ,
Y déjame hacer á mí ;
Alza la voz y di así :
«Señor, ¿donde va vusía?!
Que la respuesta veloz
Yo la daré prontamente.
Acertada y conveniente.
Mudando el tono y la voz.
MONDEGO.
¿Dónde va vusía?
DON LOPE.
Vamos ;
¿ En este campo qué hacemos,
Pues de este jardín tenemos
El fruto que deseamos?
( yante don Lope y Mondego. )
DON DIEGO.
Sigámoslos, don García.
DON GARCÍA.
¿Ya, don Diego, para qué.
Si entre estas sombras hallé
Aun mas luz que pretendía?
Que con soberbia osadía
Dijese, porque perdamos
El juicio, si honor gozamos :
< ¿Bn este campo qué hacemos.
Pues de este jardín tenemos
El fruto que deseamos?»
¿Qué es esto, hermano? Un veneno
Por mis venas ha corrido,
Negras nubes ha vestido
El cielo de amor sereno ;
Cayó el rayo sin el trueno,
Y sin prevención, fué tanto
El horror, que, helado el llanto,
Aun no ha podido correr;
Que aquí menos vino á ser
El golpe que no el espauto.
DON DIEGO.
Arrebátanme furores.
Todo soy congoja y lulo
De ver que estos gozan fruto
Donde nos niegan las flores;
Han pensado mis temores
Si es que este nos conoció,
Y con arte se valió
De lenguaje malicioso.
¿Quién seria tan curioso,
Pues que agora llegué yo?
Decid, generoso acero ,
Resplandeciente y lucido.
¿Qué suefio 08 ha suspendido»
Perezoso y lisoi^aro?
Dad el linAte poitrero
A mi vida ; no ei rigor
Este sangriento furor.
Pues dais con isnal efeto
Paz eterna á misogeto,
Y escarmiento con su horror.
DON GAICU.
Cuando los pasados diat
En este gran mar entré
De la corte, las miré
Triunfar de dos sefioriis,
Pero que á sus bizarrbs
Despreciaban fué opinioo ;
Mas yo ausente, la ocasión
(Tal no pronuncian los labios)
Abrió puerta en mis agnTíos
Con llaves de la traidob.
Dirás tú que porfiado
A tu infamia te be traído;
Véngate en mi, aungne no he sdo
En tal bajeza culpaoo;
Porque yo desesperado»
Mncno mas, mientras me advierte
Mas razón , amo la muerte,
Y aun yo propio me matara.
Porque aun en esto quedara
Desobligado á la suerte.
Recelo que por allí
Viene una luz , y será
La justicia, y hida acá
Se llegan.
DOIf MICO.
Pienso que si;
Vamos, ¿qué hacemos aquí?
No demos nueva ocasloo
Para nuestra perdición.
Cayendo en mas triste estado;
Basta Gue me han desarmado
Los celos al corazón.
{\an$e.)
Salen, con una linterna^ ObN BODRI-
GO Y DON FERNANDO.
DON FEBIUBIO.
Este alguacil vuestro amigo
Haber venido pudiera,
Y esta gente no se ftaera
Sin reconocella.
DON aoBM«o.
Diga
Sue tenéis mucha raxon;
as otra noche podremos
Buscar otro, y goiarémos
Mas á tiempo la ocasloa.
DON nCMIAIIM.
Ser Gno amigo mostráis;
Vuestro amor es infinito.
Pues me ayudáis á an delito
Sin que la raaon sepáis.
Mas escuchad.
DoR looawo. '
Vuestro gwto
Me sirve á mi de raaon.
DONFEMAimO.
Juzgue vuestro coraioB
Si debe llamarse lóalo.
Sevilla es mi patna ilostiOi
Que el mar y el sol Hioq|sai,
Aquel engendrando el ovo,
Y este en traerlo É sw
Que solo por adnialla ,
Preñadas de oro uaYegan
Por desiertos cristnIiiMa
Naves ricas y soberUai.—
Ciudad, cayo aleáiar mIiIo»
Confiesa mayor defima
A la sombra do na
Que á las torreo que le
, generoso Alcides ,
ombro aplica y sustenta,
ivencibie Allante
, tantas esferas;
por sn patrocinio
;ual reverencia
ilestra las armas
academia las letras,
ciudad, que, siendo
mpo de riquezas,
animosos tas buscan,
os las desprecian,
na hermana lucida,
nte competencia
rora y de el abril,
. flores y mas perlas,
nslres tesoros
nanto i'orque sea
e prodigó el cielo
stidad avarienta.
1 una aldea á quien
viste de amena
on á SQ rostro,
(\ue copiar le intenta,
rió, rendida
fatigar las selvas,
su venablo llevaba
rer paso á las Ceras,
angre de los brutos
•ecer la yerba,
e sus tiranías ,
se vengaba en ellas,
snas vio su edad
iete primaveras,
i su rostro retratos
su edad años cuenta ,
mis padres la llaman
a, mas con fuerza
[inlad , despreciando
nte su opulencia,
ertida se hallaba
za y satisfecha,
lebieron suspiros
harás asperezas,
udad halló aplauso
:|ue se dijo en ella
rcitaba su oiicio
ilustre materia ;
illá cazaba brutos,
I nr.ayores fuerzas
deseos libres
lidos en sus quejas,
isaron mis padres
dad que se asienta
aceros y signos,
os firme que bella,
lana solicitaron
nbres de ilustres prendas,
o y presuntuoso,
ron pobres finezas,
eccion se detuvo,
ándose á sí niesma,
entre intereses grandes
adoso se muestra,
es que al menos rico
naba la grandeza
ninio y sus virtudes,
•n generosas eran,
llego allí un don Lope,
ibre que no se precia
valor que su aumento,
spada y larga lengua.
también casarse
a, y bailó la empresa ,
atrevida , burlada
liciosa y no cuerda,
conseguir su intento,
ente al mundo cuenta
nentídos favores,
n nombrallos es torpeza.
6se persuadido
luestra diligencia
GAUN TRAMPOSO Y POBRE.
Le buscara para dalle
Bien por el mal que nos deja.
Consultó conmigo el caso
Mi hermana cuando las rejas
De un convento fueron cárcel
De aquella infeliz belleza.
Déjela depositada ,
Y partí con fíeles nuevas
De que en esta corte asiste,
Siendo la fábula en ella.
Supe (fue aquí en esta casa,
Cuyos balcones y rejas,
Siendo jueces de este campo,
Coronan sus alamedas ,
Con arrogante osadía
A ciertas damas requiebra.
Bien livianas si le escuchan ,
Perdidas si le desprecian.
Y fiado en la amistad
Que entre los dos se profesa,
Vínculo fiel y seguro
Lazo de correspondencia,
Te truje en mi compañía.
Para que mi amparo fueras.
Por si acaso mayor daño
Prevenían las estrellas;
Y para reconocer
A don Lope esta linterna.
Porque no se errara el golpe.
Que entonces en mi alma diera.
Mas, porque sin la justicia
Nadie á reconocer llega
A otro, que á ella tan solo
Se concede esta licencia.
Esperaba ese afguacil,
Y para que también fuera
Testigo de mi venganza ,
Aunque en pesadas cadenas
Me entregara á la prisión ,
Porque así lograra en ella
El no haber quedado en duda.
El vengador de mi afrenta.
DON RODRIGO.
¿Cómo se llama la bella
Causa de vuestra jornada?
175
Leonor.
DON FERNANDO.
DON RODRIGO.
Leonor?
DON FERNANDO.
Celebrada
Tanto Sevilla por ella.
Que ella es todo su ornamento.
Este retrato os dirá
Si es que igualalla podrá
Cuanto ilustra el firmamento.
Y alabaréis igualmente
Con espíritu elegante
Tanto de bello al semblante
Cuanto al pincel de valiente.
DON RODRIGO.
Llegalde á la vecindad
De esta luz, rara belleza ,
En quien la naturaleza
Juntó gracia y majestad.
De espacio le quiero ver.
Yo osle volveré mañana.
DON FERNANDO.
Advertid que es de mi hermana.
DON RODRIGO.
Lo que debo sabré hacer ;
Es por ver en competencia
Este y otro de otra dama
Que allá celebra la fama.
DON FERNANDO.
Habrá mucha diferencia.
Temed esos resplandores,
Sí no es que acaso queréis
El retrato que traéis.
Abrasarle en sus colores.
Este retrato podrá
Ser de esotro incendio ci6go;
Que uno tabla y otro faego,
Fácil el remedio está.
DON RODRIGO.
Mas sois amante que hermano.
DON FERNANDO.
Es un cielo mi Leonor ;
Todo el imperio de amor
Se ha reducido á su mano.
Los elementos mejores
La imitan ( feliz destino ),
El agua en lo cristalino,
Y el fuego en los resplandores.
Demos fin á esta venganza;
Que en Sevilla la veréis.
DON RODRIGO.
Con ese favor hacéis
Lisonjas á mi esperanza;
Mas dudo de mis estrellas
Tan singular maravilla ,
Porque vella, y en Sevilla ,
Es ver dos cosas may bellas.
JORNADA SEGUNDA.
MARINA, DON LOPE t MONDEGO.
HARINA.
Mis señores me mandaron
Que á vuesamerced dijese
Que á la Trinidad se fuese
A misa, V que no esperaron
Porque habian de oír primero
Un sermón docto.
DON LOPE.
Está bien ,
Bella esclava, en quien se ven
Hierros de un bárbaro fiero.
El mas impío fué del suelo,
Pues sacrilego y tirano.
Errar quiso con su manó
Un grande acierto del cielo.
Prodigiosas maestras daba
De sacrilega osadía.
Pues quiso errar á porfía
En lo que el cielo acertaba.
Y en campo tan descubierto
Qaedó, por su deshonor.
Mas conocido el error,
Y sin ofensa el acierto.
MONDEGO.
Con dama tan berberisca
Requiebros no has de perder,
Que pienso que ha de tener
Ciertos resabios de arisca;
¡Qué amores tan singulares
Por lo ardiente y lo emperrado!
Dirás que estás abrasaao
De amores caniculares;
Si no es queja por las bellas
Luces que ofrece en despojos.
Digas que ves en sus ojos
Los canes que son estrellas.
De este amor can no hay dudar
Será fiel, y no cobarde ;
Tendrás amor que le guaiyle,
Y no de quien te guardar.
Por esto su noble trato
Celebro, estimo y venero,
Que en Madrid es el primera
Que ha dejado de ser gato.
Amores perros me alientan ,
Porque otros con sos excesos
Deiau á on hombre en los huesos,
Y á estos , huesos los sustentan.
■AURA.
Bien bufoniza el sirviente.
MOIfDEGO.
i Qué presto que me mordió !
Al príoier golpe arrojó
Las tenazadas del diente.
MARINA.
Sin duda sois gran señor.
Pues con vos liabeis traído
Siervo que es entretenido
Con' lenguaje moledor.
Los señores singulares
En todo venis á ser;
Gente llamáis de placer
A los que dicen pesares. (Vase.)
■OIIDBGO.
No vi galga mas hidalga;
¡Qué veloz!
D0!« LOPE.
¿Veloz?
M0NDE60.
Tal siento;
Si me alcanzó el pensamiento ,
¿No es velocísima galga?
DOlf LOPE.
Sabe que esta es de su dueño,
Privanza que le gobierna;
Y yo con esta acción tierna
En un negocio la empeño
Que mucho me ha de valer;
Que yo sin particular
Fin no supiera gastar
Tanta prosa.
■ORDEOO.
Asi ha de ser,
Y es justo al negocio acuda.
DOR LOPE.
Gran dificultad encierra.
■05DEG0.
Pues sí ayuda bien la perra,
Será tu perra de ayuda.
DOR LOPE.
Ella le ha de disuadir
A su amo el clsamiento.
MOROEGO.
Escucha, que pasos siento ;
Temo que vuelve á venir.
DOR LOPE.
¡ Qué notable desatino!
A mil errores te ofreces.
MORDEGO.
Siempre los perros dos veces
Suelen andar el camino.
Salen DON DIEGO t DON GARCtA.
DOR DIEGO.
Docto sermón.
DOR GARCÍA.
Este orador sagrado
De erudición cristiana y de elocuencia
Rica y feliz es campo cultivado.
Donde el ornato es flor, fruto la ciencia;
Este es el prodigioso Uorlens¡o(1), ar-
[mado
Espíritu de luz, que sin violencia
Alumbra, mas no abrasa; que al mas
[ciego
Reparte luz, sin castigar con fuego.
DOR LOPE.
¡Oh señores! ¿tan presto habéis oído
Misa y sermón?
DOR GARCÍA.
La misa hemos dejado
¡li El maestro Hortenslo Félix Paravicino,
celebrado escritor y predicador de la época.
ALONSO JBRdNIHO DE SALAS BARBADILLO.
I Para después; que estoy ciego y'herido I
I Deun fuego Codo sombra en mi cuida-
— Don Diego, escucha. [do.
{Habla al oído á don Diego.)
DON LOPE. {Ap, á Mondego.)
El caso sucedido
Anoche entre los cuatro ha levantado,
I Mondego, estas borrascas de recelos;
I Que son nublado de el amor los celos.
DOR GARCÍA.
Don Lope, solo os quiero.
MORDEGO.
.... Tú entendiste
Muy bien su pecho.
DOR LOPE.
Vete, y vuelve luego.—
García, vuestro rostro grave y tríste[go;
Me ha empeñado en un gran desasosie-
Decídme vuestro mal en qué consiste.
DOR GARCÍA.
¿Estamos solos?
DOR LOPE.
Ya se fué Mondego.
DON DIEGO.
Y yo cerré la puerta, don García.
DOR GARCÍA.
Exequias hago á la esperanza mia.
Don Lope, bien sabéis mi fe,mi ardiente
Voluntad para vos.
DOR LOPE.
¿Queréis agora
Diferir con un término imprudente
Vuestro intento? Ya sé que sois aurora
Que amaneció mis dichas, y el oriente
Donde con nuevos rayos se colora,
[los.
Vertiendo en mi bien prósperos numen-
DOR GARCÍA.
No vengo yo á pediros cumplimientos.
Vamos al caso.
DOR LOPE.
Vamos norabuena.
DOR GARCÍA.
¿Bien sabéis que mi hermano y yo trata
Bodas con ciertas damas?
DOR LOPE.
[mos
La cadena
Conozco que os ha preso.
DOR GARCÍA.
Prosigamos;
Apenas aqui ayer, con la serena
Ícamos
o bus-
La calle deatas damas (¡caso fuerte!).
DOR LOPE.
Vamos á la ocasión que así os advierte.
DOR GARCÍA. [mQ%
Dos hombres alli hallamos, y entendí-
Que eran señores \mí confusamente,
Que por írsenos luego no pudimos
Aun percibir sus señas ; ailigente
Cualquiera de nosotros, emprendimos
Seffuillos, pero pudo aquel presente
Dolor atarnos con la misma pena,
Porque es la adversidad fuerte cadena.
Tú , que eres tan antiguo cortesano.
Di quién son estos dos.
DOR LOPE.
Contra miijeres,
Y principales, es vil, es villano [rea
Quien no enfrena la lengua ó parece-
Del vulgo vario. (Ap. Aquí es cuando me
Fortuna y si me ayudas, si tú quieres.)
DOR DIEGO.
No os receléis de amigos tan
DOR LOPE.
¿Rede hablar mal de damas
¿Que pudiese.caber en la pur
De unas mujeres nobles tal e
DOR DIIGO.
Habla mas claro, rompe la pe
De tu discurso, ó mal lograr <
De tus primos veris.
DOR LOPE.
Con la ej
De el deudo, que me obligaste
A no cumplir con el silencio ji
Que se debe ¿ su honor>por d;
El marqués Fabio, el conde P
Pasearon por su calle algunos
Pero nunca roe dijo mi recelo
Que aquellas fuesenmas queb
Mas la fama vulgar cubrió de
Su honor con sospechosas fai
Que hubo vecino (engáñanse 1
Que dice que pasaron sus um
Sus umbrales, y en tiempo sos|
Y aun dicen que el Marqués de
( No lo creo por Dios), rouyjact
Que el uno y otro dallas poseí
Aun mas que procuraron ; yo,
En vuestro nombre, el golpe i
Injuriado ¿ las luces délos cié
Que el polvorín de amor labra
DOR DIEGO.
No mas, don Lope ; estoy deseí
Tanto, que aunque esU en <
Proseguir quiero el pleito, pr
Deste bárbaro error, desta ma
Violentas guerras me propone
Mas yo, despreciador de esta <
No quiero viles paces; que me
La ambición de vivir soore la f
De no pasear su calle Joranent
Hago, para lo que es eiisrooral
DOR GARCÍA.
Y yo lo mismo juro.
DOR LOPB. {Ap,)
Coo Olí inU
Salí ; proseguiré con engañallai
DOR MIGO.
¿Qué decís?
DOR LOPE.
Que celebro el sentí
Justo, y que asi se debe castiga
{Ap. tOhquéempe8edoesloy!Y:
A los últimos ñudos de este eni
DOR MKGO.
Y esos señores ¿sigueo obstina
La pretensión de gustos tan iqj
DOR LOPE.
Tal vez si de ellas soa importon
Porque ya los dlTiertea otros g
{Ap. La verdad es q«e fueroe d
Y que los desterrtnm los dlsn
De los desdenes de b» d«BM h
Mas yo sigo el error do aiis citn
Yo voy á misa, volveté i bMcar
¡Cuánto me pesa babtioe rtferk
Vuestra desdicht, v a» poder Ul
De un grave dolorí (
MNi meo,
ToflslQjcorfi
Y yo desesportdo.
DOW
¡Oh
■viro
GALÁN TBAHPOSO Y VOBIIB.
D?!pi(»rme ep lu s*nfire, si pudiera.
Kn f <^ bien que dos Mitón*» italliDOS
Se burlen ti tía nuestra, i|ite en Cas lilla
Tanliis blasones aoM suberanos,
\)f la fama consEanleaiaraTjllu;
Havo será de insallns lan llranní,
A los Tientos desnuda, mi t-ucbilla.
Saber quiero ta casa.
DON CARCl*.
Etcuchi, advierte.
Suiuiubrileeseránlecboen su muerte.
No. iHirqiie de esie modo
Nuestra veogaiiu; que esL _
Ha de ser de elUs mismas. [ braies
OOK DIEGO.
He parece
Que te ilDminan rajos celestiales;
l'rrosolo apa duda se me ofrece.
DON CMCl*.
Vo quiero que la duda me sefiales.
El no pasar sn calle haber jurado.
\d te puedo absolver de ese cuidado.
Condicional el juramento
Bkiaios, «oloeu cuanto 1 eiiamorallas;
V »ú. como listamos otro intento, [lias
No se quiera ■uuqae vamos A rondi-
La puerta.
DOB DIFCO.
Dices bien , j ¡o consiento
Cisligallas; pretendo con venRallas,
^aes bago asi su error mas conocido,
IJaf aun estoj mas furiosoque oléudl-
[dr
DOH lODIIGO.
Perdonad el entrarnos sin licencia
íKstá en osa el se&or don LopeT
MK CAUCflt.
Agora
Hiio. lleTado de la misa, ausencia,
TiesoTamosloidosporquejracshora.
íHabeisle de esperar!
Es diligencia [ra.
Une eoo cualquier tardanza se enipeo-
Eoirad donde os sentéis.
Con que ja empieio Asosegar mlsm-
[rias;
Que el ver qne la Tengnnii se iiecina
Suspende y entretiene los furores.
En breve relación diré.
Don FEUntnDO.
V* espero.
'ieue^n parte da délo.
>npe que nn pinor teaia
In retrato de ella, extremo
le Imitaciones, y anuble
tobo por ser tan perfeío.
'edisele con el oro.
' resistióse, ofreciendo
kipiaric tan llel , qve pneda
Estos umbrales
hilan.
MM GAacÍA.
Ko A los que son tan principales.
DON FCiNARDO.
Aadadcnn Dios; qneesdiade preeelo,
T pienso que es mu; Urde.
Solamente
Kos llevara la misa.
(Vaaw dm Garda f don Diego.)
¡Qué discreto
f qué cortés!
Pasando del mar las ondas ,
Que sacrilego j soberbio
A los cielos desalia
En ta campaña del Tiento,
Cuando, arrebatando arenas
Ue lo profundo del centro ,
Quiere manchar la hermosura
Ue lanlo dorado espejo,
A Méjico be navegado
Tres veces, mas con deseos
De ambición que de codicia,
Honrada si, no avariento;
Porque, siendo jo en Navarra,
Mi patria, di los mas boeiios
(Que en lo que es lan conocido
Ser mi coronista puedo).
Le quiero obligar al Rej
A que me baga, como Intento,
Merced de la roja insignia,
Portada de ilustres pechos ,
Testimonio de la sangre '
Leal, j lucido premio.
Que aun después de muerto eine
Ue pompa al mjrmol desierin.
Viniendo pues en la Ilota
Ultima con buen suceso,
No dado del mar acaso,
Uebido í piadosos ruegos.
Puse los ules en SeTilla,
Gran madre y copioso puri>h)
De admiraciones consumes
En edificios soberbios.
Vi á Leonor, tu hermosa
Cuyo poderoso incendia.
Sin perdonar lo sagrado.
Pidió al alma reudimiealo.
Con imperioso desden
Estragos hizo jdeeprecios,
O por blasonar lictoriaa,
" ~iara dar escarmientos.
hiendo su calidad,
lebrar quise himeneos
Con ella, y hacer dlcbosoí
Uis años con tal acierto;
Cuando el Consejo, que rige
Tantosdislaoteslmperios,
Adonde el sol y la luna
Se bacen tribntarloi naestroi,
Al tiempo que me propuse.
Con blando y cortes iogenlo ,
k intercesores felices
De tao alio casamiento.
Para el servicio del Rey
He llama, dándome eu esto
Ocupación mas ilustre.
Bien que opoesii i mi amor tierno.
Fué la obediencia forzosa;
Queenlasnobl«iel
De superioreí lan ti
untos les m
II mism
)ciuso tuvo su efeto.
ti lin parti con el uno.
¡ue es este, i quien diferencio
■or la cinta verde, hermosa
IduTacion de el deseo.
:eis meses há que en Madrid
!sloy de amores lan ciego,
)ae aunque muchos eortesanoa
le ctlIHcan por necio,
..a calle Mayor y el Prado,
Teatros tan lisonjeros,
)ae baila el rey de tos teuiidoi
)ulce susfiension en ellos,
>0D diligencias extrañas
lujo, eicnio y aborrezco ,
)e su trtfago ofendido,
)e su pompa descontento.
..uego qne i Madrid llegaste
re vi, y el oculto fuego
)ue en ta sangre está encendido
'uso en tu amor sus extremos,
«in saber por qué, ofrecí mé
I servirte con esfuenos
Tan f^andei como lA sabes.
Tan líeles como jo siento.
Mas cuando en esta pasada
Soche retrato lan bello
l'i en tus manos, conocí
La cansa de estos efetos.
}uise llevarle i mi casa,
( entre dudas y recelos
lunté los dos, y crinformel
Ser uno me res)Mndieroo.
Kemando, á Leonor adoro;
De mi bacienday nacimiento
füilra informarte ía corle.
En quien lengo ilustres deudos.
Üiroela por cara esposa; -
Que altíTO me la prometo.
Si no ultrajaren desdlctias
Lo que abonaren los méritos.
DOK rEaNAKIM.
Aunque tu relación con enalquier parte
He pudiera causar admlraeionea,
' ' " lil pintf
lo Sel, 1
(Támsle ¡oi retralM.)
Déjamelos ver JDnlos; ¡oh prodigio.
Adonde Tiene brere ta alabanza
De la mas elocnente confianza!
No alabes al pbilor, responde Inego
A mi importuno amor; a Leonor pido,
Uame i Leonor, ó pediré i los cielot
Que Qecben contra ti rayos de ira ,
Merézcala el amorqueen mise ensena.
V adiierla tu poder i quién desdeBa;
Mira que soy amor, no soy Rodrigo.
DON reHNUIDO.
En los casos tan grates mas despacio
Consulto i h razón ; espera y ama,
y no des mas aumentos k tu llama.
Hoefao tienen las bodas de infelices
Caando sin elección sefaacen por gasto;
f78
Con PASOS caminemos soñolientos,
Y no seremos Jaego de los fíenlos.
DON RODRIGO.
Paes vuélveme el retrato.
DOIf FERNAIIDO.
¿Cuál?
DON RODRIGO.
El mió,
Que con la cinta verde se señala.
DON FERNANDO.
No pidas tanto.
DON RODRIGO.
Pido lo ^u ees justo;
Que estas no son violencias de mi gusto
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
I Salen DON DIEGO t DON GARCÍA.
DON FERNANDO.
Pues advierte, Rodrigo. En la dichosa
Patria donde naciste tengo un tio.
Que en la virtud y sanare resplandece,
Decoro al tiempo y majestad al mundo,
De quien desesperó tener segundo.
Con su hijo, y mi primo, hemos tratado i.ou vieu
Las bodas de Leonor, que han^de.se- | ^^^ ,g ^^^^^^^ artificioso.
DON garcía.
Déjase entender
Ya por lo menos lo mas.
Yo desde boy be renunciado
Aun el mirar sus umbrales ;
Que con desengaños tales
No puedo amar obstinado.
DON DIEGO.
¿Aun se está aqui el forastero
Que busca á don Lope?
DON garcía.
Si.
DON DIEGO.
Y aun me ha parecido á mi.
Por lo que en él considero,
Que este hombre no está gustoso,
Y que el negocio que tiene
Es de gran peso.
DON GARCÍA.
Conviene
tQué me queréis? Aqot estoy
'ara todo prevenido;
Después de esta venganza generosa ,
Si los hadoá la ofrecen venturosa.
Y no es bien que mi hermana allá casada
El bello robo de su rostro enseñes;
Que en las tierras pequeñas aun los bue-
[nos
Escándalo y horror hallan en menos.
Si fuera en esta corte ó en Sevilla ,
Con tu casto deleite dispensara.
Pues jamás ofendieron los pinceles
La honestidad de las mujeres íieles.
DON RODRIGO.
Escúchame, por Dios.
DON FERNANDO.
No habrá razones
Con que puedas vencerme ; en casa es-
DON RODRIGO. [pCrO.
Oye, detente.
DON FERNANDO.
Estoy algo ofendido.
DON RODRIGO.
¿De quién?
DON FERNANDO.
De aquel pintor que, licencioso.
Roba el valiente rostro de mi hermana,
Pues le profana su avaricia necia.
Que poniéndole en precio, le desprecia.
(Yase.)
DON RODRIGO.
¡Ay de mi, cuan vanamente
Esparcí mi confianza.
Pues peligro en la bonanza
Por un pequeño accidente!
Desdicha ha sido la mia
Tan singular, que no hubiera
Quien su daño previniera.
Porque no se conocía ;
?ue ya mi infelicidad
anto en mi mal se entretiene,
Que á mis desdichas previene
Invención y novedad ;
Porque es tanta la aspereza
Que en mi estrella conocí.
Que aun ha mudado por mi
Su estilo naturaleza.
Mas ya que aquí me quedé
Con mi espada valerosa.
Hoy en la sangre alevosa
Deste hombre me vengaré.
Pero el no haberle jamás
Visto me puede traer
Daño.
DON DIEGO.
Déjame solo, y sabrás
Después el suceso lodo.
DON GARCÍA.
Fio del prudente modo
Tuyo que le vencerás;
Y conviene peneiralle
El alma, porque no sienta
Don Lope aun sombra de afrenta
En casa que ha de amparalle.
DON DIEGO.
Soy del mismo parecer;
Déjame solo.
DON GARCÍA.
De modo
Me voy, que me quedo todo
Contigo. (Vase,)
DON DIEGO.
No es menester.—
Caballero, ¿á quién buscáis?
DON RODRIGO.
Ya cuando á misa os partistes.
Señor, de mi lo entendistes.
DON DIEGO.
Por don Lope preguntáis;
¿Conoceisle?
DON RODRIGO.
No, Señor;
Pero el hombre que venia
Haciéndome compañía,
Que es persona de valor,
A lo que de él entendí,
Le conoce.
DON DIEGO.
No creáis
Tal.
DON RODRIGO.
Pues ¿por qué lo dudáis
Tanto?
DON DIEGO.
Porque no es asi.
DON RODRIGO.
¿Qué certidumbre tenéis
De que se engañó?
DON DIEGO.
Si él fuera
Hombre que me conociera ,
Viéndome como me veis.
Ya me hubiera conocido.
DON RODRIGO.
Luego ¿vos sois?
DON DIEGO.
Sí, yo soy;
Que entonces, porque partí .
A cumplir con tanta prisa
La obligación de la misa,
A conocer no me di.
DON RODWCO.
¿Posible es que pudo errarse
En vuestro conocimiento
Un hombre de entendimiento?
DON DIEGO.
Es fácil el engañarse.
Yo soy, ved qué me queréis ,
Porque, si me lo ocultáis,
Justas sospechas me dais
De que otros fines tenéis.
Hablad con resolución;
Que ya no saldréis de aqui
Sin que de vos para mi
Yo conozca la intención.
DON BODRIGO.
Voy al caso.
DON DIEGO.
Al caso id.
DOll RODRIGO.
¿En Sevilla no estavistes
Algún tiempo, v de allá distes
Después la vuelta á Madrid?
DON DIEGO.
No lo niego.
DON mODRIGO.
¿Festejasies
A doña Leonor, que es dama
Que dio ocasión i la fama
(Con lo que vos la inbmastes)
De espanto y admiradonT
DONMEOO.
[Ap. Tal mujer no conod ,
Pero diréle que si.)
Adoré su perfecion , .
Fué su beldad peregrina,
Y aun boy la memoria adoro
De aquel honesto tesoro ,
De aquella beldad divina.
(Ap. Bien le excaso por aqui
A don Lope algún disgasto.)
DON RODniOO.
Vuestro proceder injusto
Me trae por ella y sin mi.
DON DISCO.
Decidme, ¿cómo entendéis,
Señor, de mi vida tanto?
DON BOMMO.
¿De esto recebis espintoT
Sé mucho mas.
DON DIBGO.
iQaé sabeist
Declldo, por vida mia.
(Ap. Ya en esto soy mai cariosa
be lo que importa.)
Doa aonaKO.
Esfonoso
Cumplir con la cortesía.
Haré lo que me mandáis:
Sé que aqui i doña Isabel
Y á doña Inés con inael
Trato á un tiempo eoaiMMaís,
Las que viven en la calla
De el Rio, las dos qae son
Madre y hija.
DON.MHO.
(i4|hOifaocaakm
Hallé por examinalle,
De la misma que boMba
Diferente, y para iiil
Mas importante.) Es as!.
ae aun yo ignoraba;
á vuestro intento.
DON RODRIGO.
desafiaros;
;an)po he de mostraros
vuestro pensamiento,
lustre belleza
dama ofendistes.
DON DIEGO.
jornada bicistes
míe fiereza !
juiero el violento
ni noble espada,
la casa alterada
)ga á nuestro intento;
yo corazón
iado á vencer,
ipre de tener
s de ostentación,
po con recato
sin cuadrilla;
illarse en la villa
de apáralo,
aun el que muere,
I jamás postrada ,
iuuda la espada
mdece que hiere,
iñana un criado
peí , y el logar
habéis de esperar
id.
DON RODRIGO.
Voy avisado.
DON DIEGO.
con gran secreto.
DON RODRIGO.
ido y prudente,
amen justamente
I y discreto. {Vase.)
\ale DON GARCÍA.
DON GARCÍA.
, hermano?
DON DIEGO.
Admiración,
I, para mí.
DON GARCÍA.
; ha entregado en ti
ala turbación?
DON DIEGO.
Lope ¿es pariente
DON GARCÍA.
Él que si porfía ;
genealogía
e tan diligente,
lya averiguado;
la correspondencia
y diligencia
lis causas ha mostrado ;
r que me hospedara
>a, que lo hiciera
(Sgracia no hubiera,
tentó le estorbara;
iar con principal
ín traje decente,
pensar que es pariente
DON DIEGO.
s mala señal ;
n vuestra licencia ,
eriguar su vida,
iso que anda vestida
le y vil apariencia.
DON GARCÍA.
hermano, los verdores
líente lozanía,
se llega el día
GALÁN TRAMPOSO Y POBRE.
De dar fruto entre esas flores ;
Que ese indicio cauteloso.
Quizá en el viento fundado.
Puede llevarte arriscado
A un precipicio furioso.
Navegar mares inciertos
Desmiente prosperidades,
Porque á las temeridades
Se deben pocos aciertos. —
¿Qué es lo que quieres, Marina?
Sale MARINA.
MARINA.
Vuestras primas han enviado
Un bien gracioso recado.
DON GARCÍA.
Pasa adelante, camina.
MARINA.
Dicen con grao bizarría
Que , pues que no vais á veilas,
A veros vienen hoy ellas.
DON GARCÍA.
Diráslas que don García ,
Por no esperarlas, se fué
De casa.
DON DIEGO.
Mas cortésmente
Responded.
DON GARCÍA.
Como lo siente
VA alma , lo pronuncié. ( Yage.)
MARINA.
¿Cómo se fué tan furioso?
DON DIEGO. (Ap.)
Si lo que yo sé supiera ,
Menos furioso se fuera;
¡Qué huésped tan alevoso!
Mas yo quiero moderallas
La embajada de tal modo.
Que ni me despida en todo.
Ni me empeñe en esperallas.
Por quedar indiferente
Para lo que resultare
De lo que hoy examinare
De este fingido pariente;
Que es tal, que después que oí
Su artifícioso rodeo.
Traigo hecho espada el deseo
Contra él y contra mí.
¿Y querrá que no resista
Mi hermano á tanta vileza,
Juzgando que es gran nobleza
Dar crédito á un quimerista ?
Que siendo tan bien nacido
( Aunque en eso hablo por mí),
Es desconocerse á sí
El no haberle conocido.
MARINA.
De tu parte ¿qué diré?
DON DIEGO.
{Ap. Responder cuerdo querría ,
Sin arrogante osadía
¿Cómo templarme podré ?)
Diráslas que nos llamó
Un ministro de los graves
Para un dicho, y que no sabes
El gran secreto, y que yo
Fui del respeto llevado,
Y también porque vinieron
Dos alguaciles, que hicieron
Volver el gusto en cuidado.
¿Oyes?
MARINA.
Señor.
DON DIEGO.
Dilo así.
MARINA.
De ese modo lo diré.
979
DON DIEGO.
Engaño, yo os seguiré
Tanto, que acabéis en mí.
A los ñlos moriréis
De la razón que en mí está ,
Aunque mas fácil será
Que vos á mí me acabéis. ( Va««.)
MARINA.
Porque estas bodas divierta
Don Lope, ofrece copioso
Dinero, tan poderoso.
Que á la traición me despierta.
El orden pienso guardar
Que me dejó don García ,
Y á estas damas su osadía
Bárbara representar.
Olvidaré de don Diego
La prudencia con que habló.
Cuando modesto intentó
Templar de su hermano el fuego;
Que así pretendo irritar
Sus pecnos, y con veneno
De tantas malicias lleno.
Celosa guerra sembrar.
Mas en el arte y el modo
De atención me be de yaler,
Que no me quiero perder
Por aventurarlo todo;
Que es digno de eternos daños.
Casi inGerno merecía ,
El que mal logró en un día
Estudio de muchos años.
Parece que ya paró
Un coche, no me ensañé ;
Este la trompeta fue
Que á batalla me llamó.
En mis engaños sutiles
Fácilmente han de perderse;
Que un esclavo ha de valerse
Aun de las fuerzas mas viles.
Salen DOÑA ISABEL t DOf)A INIÍS.
DOi^A ISABEL.
¿No están mis primos acá?
MARINA.
No están acá, mis señoras;
¿Quién son las bellas auroras?
Duplicado el sol está.
¿Tales primas en el suelo
Mis dueños han conseguido?
Parentesco han contraído
Con los luceros del cielo.
D05ÍA IN^.
¿Qué alentada loianía
De su natural salió?
Dime, amiga, ¿quién llevó
Lisonjas á Berbería?
Tierra que palmas produce
¿Cómo lisonjas consiente.
Si en ellas un diferente
Fin se reconoce y luce?
Antes las palmas severas
Virtudes solían premiar.
Mas ya saben adular,
Como viles lisonjeras.
MARINA.
Apostaré que es doncella.
DOSÍA IN¿S.
Dime, ¿de qué lo inferiste?
■AHINA.
Por lo que en la palma diste ,
Vendráste á quedar con ella.
DOfiÍA INÉS.
La palma tuve ocasión ,
Y por eso la tomé.
S80
MAIimA.
De tu virgen sangre fué
Justísima pretensión.
DO^A iNiis.
¡Qué ladina ! qué discreta !
No tiene precio.
MARINA.
Si tengo.
Porque á ser vendible vengo,
Y no hay cosa tan nerfefa,
Que, en llegando a ser vendible.
Ño tenga precio y desprecio ;
Que todo está en darse aprecio.
* Do5ÍA mts.
Es su donaire increíble.
MARINA.
¡Con qué terneza que os miro!
Bendigo mi esclavitud.
Pues por ella la virtud
De vuestras almas admiro.
¡Ay, suspiro descuidado!
Mas no, cuidadoso fué.
DOÑA ISABEL.
Gomo cautivo se ve,
Suspira el pecho abrasado.
MARINA.
No se empeñó mi suspiro
En mi triste cautiverio;
Causas de mayor misterio
Son, que al siíencio retiro.
En vuestro amor se engendró
Este suspiro violento,
Y por eso atrevimiento
Tan licencioso tomó;
Porque si en mi se engendran,
Sordo de el alma saliera,
O entre los labios muriera
Sin que el viento le gozara.
¿Cómo tú puedes tener
Años cincuenta de edad ,
Y tan perfeta beldad
Eo ellos resplandecer?
OO.SÍA ISABEL.
¿Quién lo dice?
MARINA.
Don García,
Mi señor.
DOSfA ISABEL.
¿Mi primo?
MARINA.
Sí,
En quien mil señales vi
De traidora alevosía.
Señora, aunque le dé pena ,
Te dice esto quien te ama :
Cuando te nombra te llama
La prima Muiusalena;
Y hoy, levantando yo un plato,
Notando tu ancianidad,
Dijo que tenias edad
Para cualquier vireinato ;
Mas yo, que miro esos dientes.
Que, ¿ las de el aurora iguales,
Sobre esos rojos corales
Son perlas resplandecientes.
Presumo que se burlaba.
DOi^A ISABEL.
Necias burlas son, Marina.
HARINA.
Mía ha de ser la mohína,
Pues que contra mí fundaba
El engaño que aquí veo
Con mis ojos desmentido.
DO^A INÉS.
De mí ¿qué te han referido?
Porque saberlo deseo.
MARINA.
DyeroD de tí estos días.
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
Y hoy, si no estoy engañada.
Que eres mijú^^r tan delgada ,
Que ser concepto podías ,
Y aun pluma para escribir
En escuelas, aunque en suma
Está con pelo esta pluma ,
Porque sabes maldecir.
Don Diego dijo : cEs la niña
Toda melindres y enfados,
Y un duende de los estrados,
?ue anda con ropa y basquina ;»
concluyó (que el decoro
Tanto te ha perdido, Inés)
Que eres zancarrón con pies,
Envuelto en seda y en oro.
DOÑA INÉS.
Bien ves que te han engañado ;
Descübrese la quimera ,
Pues si yo zancarrón fuera ,
Tú me hubieras adorado.
MARINA.
Ved con qué gentil despejo
Con el zancarrón me dio.
DOÑA ISABEL.
El gracejo te pagó
En moneda de gracejo.
MARINA.
Pues mas piedad pienso fuera
Dejar las burlas suaves,
Y hablaros en veras graves.
Aunque su golpe os doliera.
DOÑA ISABEL.
Habla, Marina, di quién
Te impide, verdades quiero.
MARINA. {Ap,)
Al fin dcsondo el acero.
DOÑA INÉS.
La muerte nos está bien.
MARINA.
Apercebid la paciencia ;
Que es tal la oescortesía
De mi señor don García ,
Que con loca inadvertencia
Dijo á voces que se fué
Por no esperams ; su bennano ,
Aunque anduvo mas bumano...
DOÑA INÉS.
¿Por qué te turbas?
HARINA.
No sé.
Aunque si sé ; porque vi
Poco menor sequedad
En él, V esta libertad
Se funda, á lo que entendí.
En que traen los pensamientos
En otra parte ocupados,
Divertidos y entregados
Al arbitrio de los vientos,
Y hacen tan loca tíneza
Por damas, que están las tales
Lejos (le seros iguales
En calidad y en belleza.
DOÑA ISABEL.
Bien puede amor cegar cualquier deseo
Y triuiifur de un espíritu constante,
Que se opone arrogante
A sus violentas leyes.
Temidas y adoradas de los reyes.
Q ue esté en otras memorias ocupado
Y coiiiru la mzon tiranizado
Mi primo, ni lo dudo ni me ofendo;
Acto de amor jamás le reprehendo,
üue es lU)re el albedrío,
Y busca novedades licencioso,
Que en la inquietud pretende su repo-
Mas al ejercitarse [so;
En descortés desprecio ,
En vez de amante, nos le ofrece necio.
Pudiera ser despojos de otra dama,
Y ser cortés conmigo ;
Mas yo ya le prevengo tal castigo,
Que en mi satlsfaccioo,ooiiioeD su afren
Traiga fuerza violenta. [u,
MARINA.
Tanto vuestro decoro han ofendido,
jue hablan de vuestro casto honor cou
[sañi,
Y et uno al otro cauteloso engaña ,
Diciendo con espíritu atrevido
Lo que yo aun no lo Ho de los labios.
Que no han de proooneiar vuestros
DOÑA ISABBL. [aglRVioS.
Cielos, de las virtudes prolectores,
Fidelísimo amparo
De la honesta esperanxr,
Castigad esta ofensa;
Que tanto atrevimiento
Injuria al sol y le apadrina el viento.
No es bien que tantos bárbaros errores
Manchen de nuestrobonor las casias flo-
fr«¡i;
Dime, querida Inés, ¿cómo ¿los cielos
Presentas tus agravios?
oo^A iR^ [bios.
Llama es la que fué parpara eonusla-
Y el que antes pecho fué, volcaa de ee-
[Ioí;
Mas yo tengo la espada prevenida,
Que con noble vénganla ,
Vida de mi esperanza
Será y fin de su vida;
Que el esposo que tengo yo elegido
No reconoce igual en todo el suelo.
DO^A ISABEI..
El mío prenda fué dada del cielOb
DO.^A iHés.
No puede hacer al mío oompeteoda.
D05ÍA ISABSL. (Ap.)
i Ay Dios, cuanto estimara
Poder hablar agora iibrememe,
Y pasar á los labios desde el pecbo
El nombre de don Lope, el deseqgafio
De esta que competirme ha pretOHlRÍo
En la elección dichosa de marido.
DO^A ]N¿S.
(Ap. Amor, á no ser larga esU llemelí,
Publicara aquel último secreto
Que en mi deposiuste,
Viera mi madre el ventoroso efelo.
Pues conociendo que i don Lope adoro,
La pusiera ambición tanto tesoro.)
Mas ¿qué hacemos aqnl tan diverüiiji
En nuestra propia lujuria T
Espire el corazón llamas y faría.
DOÍIa ISABBL.
Administre venganza.
Crezca fuerzas al dafio,
Que en este desengaiio
Disculpa llevó para mi rnadana.
hoñk isnts.
Yo pediré sus armas i loa délos.
DO.^A ISABMI*.
Bástanme á mí las qae me dan losfelos.
( Vanie daña hñM y dMe /•#!.)
MAMIIIA.
Arded, arded las dos; qoe asi coBVie«e
A aquel que en esforur estos engaAoi
Puesta su dicha tiene ,
Pero yo, al escapar de tantos daloi.
¿Cómo sin dafio puedo? '
Mas, ay ¡qué tarde meba llegado el nie*
¿De que efelo seri I legando tarde? [do*
Animaos pues, espirito cobarde.
Sigamos nuestra snerCe,
Pues es acción glorioaa ,
■OKDCCO.
tera! (O, to, to,
la dijo s*l ahi,
nos sale de aquí?
porqué no ladró
> me sifltiá qae enlraba?
ojazos; si aguzas
iste acá en loa ojos,
tote, por mi vida .
íclas requiebro! míos t
n ioifo amoroioi;
raiebros laa Tinosos
a requiebros Trios.
■OKDEGO.
moi, lo belleía
la miro me debe...
rnos en qnien bebe
aqne, j noflaeM.
NO^DEGO.
mejilla*. Señora,
jCAmoasi'
MONKGO.
es palla para li
i.HariDí, en dientes.
•DsilKodenuevo
:l panto?
SI, Ȏn;
6AUN TRAMPOSO ¥ POfiDE.
■oneiGo.
Tni dientes temí;
Quiérolos librar asi
Ue peligro i mis zancajos.
Delante bmde caminar
Esta vez, y no te alteres.
Porque si acaso caíerea ,
Te pueda yo levan lar.
■ONDEGO.
Voj delante.
Soj perra, j tú lorra.
MORPEGO.
At dn voy coa mi enemigo.
(VOHM.)
JORNADA TERCERA.
DON LOPE, MONDEGO T HARINA.
SI.SeBoT.
■ONDKCO.
Siempre engañant ^_ _
U flereía del león. {HábMt o¡ tldt.)
Mega el oído y apli—
El entendimienlo ei
¡astresydepoeías.
Por Dios. pereeriDR nnlon ;
¿Cámo se pueden anlrt
Los poetas 1 los sastres
Bien pupden ser comparados,
Paes, seuun son desgraciados.
Todos ellos son deeastres.
■OKBEM.
Ya no, gracias alHecínas,
Cuyas rérti les olivas
Ofrecen luces tan vivas
K nuestras musas amenas.
HA UN*.
¡Oyel que mis dueños vienea.
i Qué |>resto que los oy6!
HORPEGO.
No los oyó, los sacó
Por el oiralo; que tienen
Marijíudo natural
Los perros, que i su señor
Conocen por el olor.
Safen DON GARCf A T DON DIEGO.
Don Lori.
No bablas bien si no hablas mal.
Va va de Juego, lea cuenta ;
¡Jesús, ieius! (Caeion L«pe.)
■OIOESO.
Él cay6.
DON GAMCU.
iNoesdoDLope?íQa4ledÍór
■ OHDEGO.
La triste
Sobre el
Quitéraosiiá
Los botoaes.
Por Dios, qne es genis piadosa.
»tiii:iA.
Llevarle i la casiaea oom
Has segura.
aORDESO.
Gran piedad.
Seguir tu consejo quiero;
" — "•*» que yole de ayudarle.
toáút.j de-
dan Lope,)
la !
]Qué dichoso ei el marido
" e tiene mujer luive
. . dolencia lai^ y grave ,
De SQ agrado aocorrldet
Oué bien te sabe -servir!
Uué apacible le enlrellene!
Es por el
En pei>sar
Si es que
No es por
ÍEntrate UmtUae, eo» dm lepe en In
m
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
DON DII60.
Este papel se cayó
A don Lope, qne en el pecho
Le traia, y satisfecho
Quedaré con verle yo.
DON GARCÍA.
Eso no, por vida mía;
Qne se le hemos de volver
Sin leerle ; que viene á ser
Género de alevosía
Leerle sin su voluntad.
DON DIEGO.
Leerle con la mía quiero.
DON GARCÍA.
No es acción de caballero,
Sino mucha liviandad.
DON DIEGO.
Yo para esto degradarme
Quiero de la fantasía
De tama caballería;
Por Dios, que he de aventurarme.
DON GARCÍA.
Mirad que le romperé.
DON DIEGO.
No romperéis, vive...
DON GARCÍA.
Hermano,
No juréis.
DON DIEGO.
Quitad la mano,
Si asi no excusáis que os dé
Luz de tantas invenciones;
Que yo del papel coníio
Que no vendrá muy vacío
De engaños y de traiciones.
No beber el desengaño
Queréis; pues ello ha de ser.
Prevenios á beber
La muerte de vuestro engaño. *
Leo.
DON GARCÍA.
Estoy tan persuadido
De vos, que diré que sí
Para vos, no, para mi.
DON DIEGO. {Khre e\ papel p léelo.)
También me daréis oído.
Firma el conde Pinabelo;
¿Veis cómo hay mucho que ver?
DON GARCÍA.
Presto ; que puede volver
Mondego.
DON DIEGO.
Justo recelo.
{Lee.) c Habiéndoos pedido por un
«papel, de mi parte y de la del mar-
•qués Fabio, aavirtiésedes i vuestros
«huéspedes excusasen el acudir de no-
>che ¿ la calle de aquellas damas ma-
»dre y hija , por excusar el aventura-
>llos y el aventurarnos, dijistes al
• criado de palabra que esos caballe-
aros eran vuestros huéspedes y deu-
>dos, y que á tan libre petición respoii-
•deriades mejor cou la espada que
>con la pluma; advertidme con el por-
vtador dónde me queréis dar esa res-
vpuesta, y sea luego. Dios os guarde.
%—El conde Pinabelo, 9
DON GARCÍA.
Suspenso os habéis quedado.
Vuestra injuria habéis leído ;
Por don Lope ha respondido
Rl cielo, en él agraviado.
Con el fuego de amor íiel.
Que en este papel esconde ,
Gallardamente responde
Por nosotros y por él.
No seáis ingrato , por Dios,
De hoy mas; que, en la opinión mía.
Cuanto por vos respondía
Os está acusando á vos.
¿Quién tal caso no admiró,
l*ues él os dio y vos le distes,
Él bien que no merecistes.
Vos mal que no mereció?
¿Al fin calláis?
DON DIEGO.
Os confieso
Que me da bien que pensar
El suceso, y por pagar
Lo que debo á este suceso,
Y también satisfacer
Unas dudas que liav en mí ,
Que fácil las admití,
Y no las puedo vencer,
Al alférez he de hablar
Don Martin, que há muchos años
Que á don Lope trata.
DON GARCÍA.
Extraños
Caminos queréis buscar.
DON DIEGO.
Voyme, porque ya anochece,
Y esta hora señalé
De verme con él. {Va$e.)
DON GARCÍA.
Diré
Que jamás os amanece. —
De esta ofensa á mí me alcanza
Aun mas que mi hermano piensa ;
Que es en mí mayor la ofensa
Que en él la desconfianza. —
¿Qué hace el enfermo, Marina?
Salen MARINA v MONDEGO.
MARINA.
Siéntese mas aliviado.
DON GARCÍA.
Gracias doy á tu cuidado.
MONDEGO.
Es enfermera divina.
DON GARCÍA.
Como á mi propia persona
Le regala ; no ne tratado
Caballero mas honrado.
MONDEGO.
Señor, tu virtud le abona.
DON GARCÍA.
La virtud que asiste en él
Le ilustra y le califica,
Que es joya preciosa y rica.
Digna de su pecho fiel.
MO.NDEGO.
Vos le honráis.
DO.X GARCÍA.
bien justamente;
Que i un varón tan valeroso
Mas le amo por virtuoso
Que por mi deudo y pariente. (Vate.)
Sale DON LOPE.
DON LOPE.
¡ Qué bien hizo su papel
El papel!
MONDEGO.
Tú has negociado
Barato, pues no ha costado
Matar fuego tan cruel
Mas que solamente un pliego
De papel ( hazaña brava).
No pensó que se mataba
Jamás con papel el fuego,
Y mas fuegos semejantes
Al que aquí Thooi arder.
Porque el papel suele ser
La leña de los amantes,
PrincipalmeDte de aquellos
Que son, con nedas llsoigas.
Trasgos de tornos de moDJas,
Que el papel habla por ellos.
DON LOPE.
Razón será qne coofieses
A mi ingenio este blasón.
■AMIIA.
Poco papelistas son
Estos amantes leoneses.
Mal ser fulleros mostraron;
Que amor quiere penetrarse.
HORDEGO.
No supieron descartarse,
Y encartados se quedaron.
DORLora.
Esta vuelta de cadena
Recibe, Marina mía ,
Y espera de mi, confia.
MONDBOO.
Oye, señora morena,
Mire que no espere nada
Mas que lo mismo qne ve :
Une el espera siempre ftaé
Dádiva desesperada ;
Y así , yo tan solo creo
En lo que miro presente ;
Que el espera es propiameMe
Didiva para nn hebreo.
Solo en la esperania como
De Dios, porque esta es efeto.
non LOPB.
Por eso dijo nn discreto
Que es Dios lindo nayordoBo.
HOROBCO.
Verdad es que experlmeiito
Con mas verdad cada día.
DOR LOMC.
El que la dijo tenia
Claro ingenio y nadmiento. (Vi
■ORDKGO.
Buena cadenilla, y tal.
Que en tí cobra mas tesoro.
Porque se realza el oro
En tus manos de cristal.
■AMIIU.
¿Crisul yo? Qniía, desvia ;
Caro requiebro.
■ORono.
¿Porqnét
■ARIRA.
Porque si es de cristal , ftaé
Comprado en la platería.
MONDEGO.
Por jazmines las celebro.
MARIRA.
Mal requiebro.
nORMMO.
iPorqvéaalt
Háaiiu.
Es requiebro temporal.
Pasa ionio y no hay reqviebio;
Esa alabanza florida
Casi á ser ¡i\|uria viene.
Porque es Un mortal, qie Itae
Solos dos meses de vida.
Oír requiebros qnialera
Nuevos á la poesia.
Sin Ir i la platería
Ni esperar la primavera.
(FmmeJ
I
laU DON RODRIGO, solo.
DON RODRIGO.
indo voy, sin ver
me llevan las plantas,
\ mas que felices;
len las desdiciías alas.
>erio doro de amor,
íiito dolor del alma
bra del sol perdí,
í luz de mi esperanza!
na tabla en el tiempo
I I.1S ondas airadas
I de mi fortuna,
reme sin tabla,
el campo, j aquellas
puertas déla casa,
n don Lope fabrica
I sus esperanzas,
donde don Fernando
noche pasada
)s hacer su sangre
de nuestras espadas.
Sale DON FERNANDO.
DO!f FERIf Alf DO.
odrlgo parece
ue en acciones varías
vertimiento muestra
»a de mi ignorancia.
el retrato al tiempo
en él pude á mi hermana
«guardo á sus bodas,
is primeras fallan,
esuncion de el hombre.
Mímente se engaña
ue alargarse deja
tiva conGanza !
I consejo fué el mió,
persona bizarra
Rodrigo pregona
rtodes soberanas!
>so que se pasea
itileza bizarra!
}a empuña; ¿si busca
iesprecios venganza?
cólera ciego ,
a visto, y como se halla
campo tan solo,
rado en voces alias.
hOS RODRIGO.
', vive Dios.
DO?f FERIf ANDO.
jo, gran palabra;
|ue estos son fieros
á mi vida amenaza.
DOX RODRIGO.
e la osadía.
DON FERNANDO.
osadía llama
ríe yo el retrato,
erbia arrogancia.
3s estas dudas;
ándonos cara á cara,
!rá su silencio,
ré roí inorancia. —
eis, señor don Rodrigo?
s turba y sobresalía ?
DON RODRIGO.
nando, y sabrás
¡iras la causa,
que sin el retrato
te entre las llamas
Itivos deseos,
os de la parca ,
le don García ,
conmigo estabas,
! don Lope, aquel
abe de ta Auna.
GALÁN TRAMPOSO Y POBRE.
Hablóme, y recebi espanto,
Porque, habiendo tú su cara
Visto, le desconociste.
Mas son del tiempo mudanzas.
Quedamos desafiados,
Y que yo le señalara
Por un papel, fué concierto.
El campo, el día y las armas.
Mas apenas me partí
Para disponer la traza.
De que di cuenta á un amigo
Digno desta cünfíanza,
Cuando él, que bien le conoce
Há dias, me dijo tantas
Víjezas de sus costumbres.
Que me orendí en escuchallas,
Pues por lo menos le hablan
En el rostro y las espaldas
Hecho afrentas vergoiizosas
Sin defendello su espada.
Yo sé bien que de este campo
Noche alguna apenas Taita ,
Con ofensa de estas rejas,
A (¡uien dice que idolatra.
Verteré su sangre vil ,
Y si aquí , por mi desgracia.
No viene antes que amanezca,
Le he de matar en su cama.
Tan lleno de este furor
En mi pensamiento estaba ,
Que dije á solas conmigo,
Verliendo veneno el alma :
< Matarcle, vive Dios,»
Y después con mayor saña :
«Pagaráme la osadía,»
Como si con él hablara.
Yo cumpliré la promesa,
Moslrando en fineza tanta
Que soy lu mayor amigo,
Y muy galán de tu hermana.
DON FERNANDO. (Ap,)
Engañóse mi discurso.
¡ Oh presunción necia y bárbara,
Pues lo que fué en mi defensa ,
Yo por mi ofensa juzgaba!
Sin duda que es don Rodrigo
Gran caballero en España;
Que este valor generoso
Nace de valiente causa.
A mí herm.ina darle quiero,
Pues que mi primo dilata
Estas Dodas, fiel indicio
De que no sabe estimallas.
DON RODRIGO.
Daréle muerte esta noche;
Porque yo larga distancia
Tengo de estar de Madrid
Mañana al nacer del alba.
DON FERNANDO.
¿Cómo, don Rodrigo? ¿Dónde
Te partes?
DON RODRIGO.
Voy á Navarra,
Que desde allá de mi padre
He recebido una carta
En que el venerable viejo
Dice que le sobresaltan
De la mas común y cierta
Aciucllas últimas ansias.
Solo ocasión tan forzosa.
Solo tan urgente cansa
Pudiera llevarme; ¡ay cielos!
Que en las últimaF palabras
Dice que loque le obliga
Mas á verme antes que salga
De este mundo, es darme el orden
(Aquí el ánimo me falta)
Que he de tener en casarme,
Porque ha elegido la dama.
DON FERNANDO.
¿Casar te quieres, Rodrigo?
DON RODRIGO.
Yo no quiero, él me lo manda.
Mira la carta.
t>0N FERNANDO.
Obedezco.
DON RODRIGO.
AI fin con mis propias plantas
Pasos doy hacía la muerte,
Y será ventura hallarla.
¿Hasla visto?
DON FERNANDO.
Si, la firma
Quiero ver, ver y besalla ;
¿ Don Diego de Beamonte
Es tu padre?
DON RODRIGO.
¿Qué te espantas?
DON FERNANDO.
Porque es tu padre mi lio,
Pero di, ¿cómo te llamas
Mendoza?
DON RODRIGO.
Porque el hacienda
Muda el apellido y casa.
DON FERNANDO.
De esto ha nacido el engaño ;
De tan forzosa inorancia
Se apadrina mi disculpa.
Toma los brazos y el alma^
Primo, tu esposa es Leonor.
DON RODRIGO.
En las mayores borrascas
Se pacifican las ondas.
Los vientos su fuerza amansan.
DON FERNANDO.
Sabe, primo, que ella es
La dama que te señala
Por esposa, y podrás verlo
De cartas que me acompañan.
Pero antes que consigas
Su mano hermosa, con manchas
De la sangre de don Lope
Tengo de lavar mi fama.
La noche llega, y escura ,
Tanto, que pienso que traza
La muerte de este alevoso
Que de sus sombras se ampara»
Muera el aleve.
DON RODRIGO.
No dudes.
Mas oye una industria extraña ,
Y es, que si acaso justicia ,
Como en el lugar hay tanta,
Al mismo tiempo llegare
De la ocasión , por templalla
Y bacella que nos respete.
Hemos de usar de esta traza :
Tú has de llamarme el Marqués,
Yo á ti el Conde, y será causa
De qie si nos retiramos.
Si no es grande la desgracia ,
Elijan el no seguirnos.
DON FERNANDO.
Con tal prudencia lo trazas.
Que me obligas á entregarte
Un gran tesoro del alma.
Los dos retratos recibe ;
Que es bien digna confianza ,
Si bas de ser dichoso duefto
De el original que aguardas.
DON RODRIGO. (Uahlú cou lo$ do8 fctra-
tos.)
ÍOh vosotros, del sol copias mas bellas,
^onde tanto se esfuerzan los colores.
Que ambiciosas os buscan las estrellas
ALONSO JERÓNIMO OE SAUS BAABADILLO.
Por robaros robados resplandores !
iCómo pudo el pincel copiar centellas,
Mentir acciones y Gngir ardores?
Suprema fué de el arle valentía
Kn fe de la verdad que aquí mentía.
Retratos de Leonor os miro, y tales,
Que, viendo perfecion tan ingeniosa,
Os juzgo ser, como ella, originales,
Viva verdad, no sombra mentirosa;
Porque su luz, que en rayos inmortales
Suave nace , y crece prodigiosa ,
Os ha lan igualmente conmutado,
Que sois conmutación, y no traslado.
Cualquiera de vosotros me parece
Único, aunque sois dos (suma grande-
Daplicadüs el número os ofrece, [za),
Y únicos os propone la belleza ;
Eterno oriente sois, que permanece,
Sin que decline el sol de la fíneza
De aquel nativo resplandor primero.
Jamás occidental, siempre lucero.
A vosotros consagra por trofeos
Mi vista sus espíritus sutiles,
Poraue aquí ve excedidos los hibleos,
Y baila mas ilustrados los pensiles;
Canora voz de espíritus orfeos ,
O sacro emulación de los abriles
Mas fértiles os cante; que vo en tanto
Aprisiono la voz y espero el canto.
DOTf FERÜANDO.
Vuelve á pedir el alma á los pinceles,
Mira que te la llevan fugitiva; [fieles.
Que no es bien dará sombras, aunque
Lo que se debe á la belleza viva ;
Kn esta imitación no te desveles ,
Pues te aguarda virtud mas atractiva:
Mira que viene gente, escucba, espera.
DON RODRIGO.
Vengar la injuria de este sol quisiera.
Salen DON GARCÍA t DON DIEGO.
DON DIEGO.
Supe que este don Lope es embustero,
Y que en la corte nasa introducido
A la gran dignidad de caballero;
Al fin es caballero permitido.
Comprólo con lenguaje lisonjero
Y con temeridades de atrevido;
Que aquí tal vez se premian osadías
Y son las libertades bizarrías.
El marqués FuImo, el conde Pinabelo
Fueron fantasmas que formó su enga-
[fio,
Con que injuriando á la verdad del cíe-
[lo.
Manchó esta casa ^ fabricó su daoo ;
Mintió culpas el vil, con que so celo»
Que fué tan atrevido como extraño,
Dando veneno en la fingida afrenta.
Irritar nuestros ánimos intenta.
De vuestra liviandad estoy corrido.
Que abracéis por legítimo pariente,
Sin haber gran examen precedido,
Al que trofeos y blasones miente.
DON GARCÍA.
¿Testigo fiel no hicistes vuestro oído
Aquella noche, y vistes libremente
Hablar aquellos hombres embozados?
DON DIEGO.
No hay secreto constante en los criados;
Porque el suyo ba contad o cómo Tueron
Los dos de aquella fábula inventores.
Y aquellos dos serM)res se fingieron ,
Ostentando mentidos resplandores;
Que á la fortuna asi imitar quisieron.
Que tal vez pasar suele á los honores
Mas altos los mas viles velozmente,
Sin aplauso y con queja de la gente.
DON GAECiA. [gi||o,
Pues yo aun sigo las sombres de mi en-
Y en esta calle hasta el brillar del dia
Tengo deestsr , pidiendo al desengaño
Mus luz que el rayo de el oriente envia ;
Al Conde y al Marqués basco y condaño
Castigo juBto y fiel de so osadía.
Verter su san^e en este campo espere,
Dando insignias de púrpura al acero.
DON PERXA?(DO.
¿Si este don Lope es?
DON RODRIGO.
No lo parece.
DON FERNANDO.
Sus pasos seguiré.
DON RODRIGO.
Los tuyos sigo.
DON DIF.GO.
Hacia acá viene gente.
DON GARCfA.
El mido crece;
Don Diego, acometamos, vén conmigo.
DON RODRIGO.
Pienso que la pendencia nos ofrece
Esta gente.
DON FERNANDO.
Si no es nuestro enemigo,
¿Habernos de reñir?
DON RODRIGO.
Yo relilria ,
Porque huir la ocasión es cobardia.
DON FERNANDO.
Yo siempre lo he tenido por prudencia.
DON RODRIGO.
Cuando no está á los ojos; mas llegada.
En cualquier hombre noble es indecen-
[cia
Negalla el rostro y retirar la espada.
DON GARCÍA.
Desocupad la calle.
( Ponen mano.)
DON RODRIGO.
Esa violencia
La veréis en los dos ejecntada.
DON DIEGO.
i Oh loco cuanto vano atrevimiento !
DON FERNANDO.
i Oh aleves! vuestro fin será violento.
DON garcía.
Defiéndense los dus con gallardía.
Salen tres embozados, con una
linterna.
DON FERNANDO.
Per allí pasa luz^ viene gente.
Retirese, Marques, voeseñorla;
Que es la justicia.
DON RODRIGO.
Si; aoe es indecente.
Conde, que aqní nos halle.
( Vanse don Femando y don Rodrigo.)
DON 6ARCÍ4.
Al claro dia
Iguala tanta luz.
DON DIEGO.
Vamos.
DON garcía.
Detente ;
Que no son la josticia , y cuando sea,
^gué importa que nos halle y qoe dos
Ya se fueron. [vea?
DON DIEGO.
Quisiera haber reñido
Antes con estos por el libre modo
Con qoe DoetUes iwnhtoa tai ban h
Con su lux. [ríi
DOlf «AlCk.
En Madrid ae «vfre todo.
MmWEGO.
VoentodaspaitasMgrflHiyiBalsifHdi
DON GAlClA.
Yo en la corle á so estilo Bie aeomod
Que no me toca á mi fabrícaí- tejes
A los ojos sagrados de los rejes.
Ya el vil nombre no darás
A don Lope de embustero;
Que á tan noble caballero
Mas reverencia tendrás.
Ya al Marqués y al Conde oisle.
DON DIECO.
Sí, pero aun qoeda mi pecho
De este hombre mal saüsfecbo.
DOR garcía.
¿Dudas lo mismo qoe visle?
De los bombres pnncipalef
Habla con estimación;
Que es igual obligación
Hablar bien de los igaales.
Con fácil credulidad
A sus émulos creíste,
Error con que desmentiste
Nuestra antigua calidad.
¿Quién dudaqoe le bailarías
En on corrillo deaqaellot
Qoe peinan barba y cabisUoi
Y adolteran damenast
Y admirando sos Talieniel
Brios vanos, tal te hfcittet
Que el veneno recébiate
De estos Narcisos serpimtei.
Si es que te qaierea easar
Y dispensar lif iandadei»
Sin ofender calldadea
De otros, le poedes mancbar;
Que, vive el cielo, qoe eslof...
El lo sabe.
BOX BIBCO.
Hermano, aspara.
Y el respeto considen
Que por anciano te doy.
Suspende lan vanas ftariai.
Corrige vanas pasiones,
Y de las repreliensionea
No hagas parte las iiijoriai.
¿Cómo me das casamiento
Tan desigual ; engaRoaa.
Cuando ves q«e «aiof «rfoio
Aun de los patos del vienlol
Yo no niego lo qna «i.
Que fuera temeridad*
Mas también haré verdad
Lo que de don Lope oL
DON GABCÍA.
¿Adonde?
D09 MCGO.
En este lagar
Mismo ; porque quien e^ten.
Aun mas de lo qae qnlsteía
Tal vez suele averígoar.
DOH GABCÍA.
Yo estoy del soeño TODCido.
DON MWO.
Lo mismo es qoe de el engafto;
Mal verás al desennAo
Qiando de él te haHaa rend la.
Alienta las luces noertaa
De tus ojos, mal vencidas;
Que diligencias dormidas
No hallan verdadea dcspiefiaa.
Noble v perfela benaandad
Te obliga á aslsür
De tu verdad fni tcatlgo,
Seráslo de mi rordad;
;.í-uL.-
Jne acMO mgtinto
dÍMUrM an i|(m Mp««,
olo el verdadero,
vano j MtpMtow.
lega cDidadoM,
R DON LOPE tMONDBCO.
GAUIf TlUapOBd 7 P
Parece que i dar me Tienes
Un prevenido Tejimen,
Y al liempo de amanecer
Serí como el tíemgio fíio.
DON Lori.
Llama.
■ONDECO.
Seri desvario
Tener aqm por espía
AlgQD duendo gran parlero!
(.YamtlctAu.)
MN DIEOO.
Yo conseguí la flloria.
DON GAICU.
Con la iDi qae el alba da
Todo lo he fisto.
Él sen
MORDEOD.
tron, que al floree ienie
dejas rendir!
ampo de el mentir
ecbas tan cortamente?
Díeoie de aaelm lento.
doulopb.
ico casamiento
inga cajidid
aiTelicidad.
o se quiere morir.
mal en Sevilla
ento; aqai do sá
í el caso saldré.
r llamen primero ,
I el suceso.
MK CJtBCU. (Ap.)
iQaién
pe de bomore de bien
idara el acero!
DOHLOPI.
>, iltioa lao recto ,
lagaa deipenar.
Deja de filosofar.
HOnDEGO.
Hágolo mu; pocas veces.
DON LOM.
V esas d
Porque liegas t cansar.
ININ DtESO. {Áp.)
Don Lope
Con mi
Talle y voz.
DON CAHClA. (Ap.)
Dequejamásiocrel.
jQuét
Lm cfaKo dan,
Y el albi eapteía i reír
Dequenot ?Jí^
En la
Pienso que geou b« sentida.
DON t«n.
Yo también,^
■oRdem.
Di lo que tu
Quede
Vendrá
Tan reodido j tan fOrtoso,
Y caatelosa en el trato !
Dos dias 00 pieoio MUr
En Madrid.
ALONSO JERÓNIMO DE SALAS BARBADILLO.
A estas mujeres; que iutenlo
Castigar su atrevimiento.
DOÜ DIEGO.
¿Si te quieres despeñar?
DON GARCÍA.
Díme, ¿qué mas despeñado?
DON DIEGO.
¿Llamas? Estarán durmiendo.
D0:< GARCÍA.
Las ventanas van abriendo.
DONDIEGO.
Pues ¿para qué han madrugado?
1>0N GARCÍA.
Ayer supe yo que habían
De ir Atocha esta mañana ,
Que á esta empresa soberana
Devotas se prevenían;
Que aunque en vida libertada
Viven coa des.^.sosiego.
Cenizas tienen del fuego
De esta devoción sagrada.
DON DIEGO.
Ya ellas salen.
DON GARCÍA.
Bien sabia
Yo que había prevención.
DON DIEGO.
Madrugó la devoción ;
¡ Qué temprana romería !
Salen DONa ISABEL y DOSA INÉS.
DON GARCÍA.
No llegues ; que desde aqaí
Mas atentos las veremos ;
Aunque no, llegar podemos.
¿Qué te parece?
DON DIEGO.
Que sí.
DON GARCÍA.
¿Adonde tan de mañana?
D05ÍA ISAREL.
Respuesta dar no debía
A vuestra descortesía.
DON GARCÍA.
Sí haréis: que sois cortesana ,
Y estáis en el proceder
De la corte puntual.
DON DIEGO.
En el campo estamos mal.
D05ÍA ISAREL.
Visita no me ha de hacer
En mi casa el que se huyó
De la suya cuando en ella
Puse los pies.
DON GARCÍA.
Merecella
Aun por eso pienso yo;
Que después que al Pinabelo
Y al Fabio marqués y conde
Vuestro gusto corresponde
Sin el honrado recelo.
Tendréis por muy buen partido
Que no os vea el que pudiera
Impedirlo.
D05ÍA ISAREL.
No creyera
Que érades tan atrevido,
A no ver el licencioso
Lenguaje que agora usáis,
Plática en que ya mostráis
Ser mas libre que curioso.
Las mujeres no podemos.
Aun las de mas altos nombres,
Excusarles á los hombres
Sus extremados extremos.
Las vanas galanterías
Que el Conde y Marqués tuvieron.
Si como fuego nacieron ,
Fueron humo en breves dias,
Pues cuanto ellos arriscados
Siguieron su liviandad ,
Con igual velocidad
Volvieron desengañados.
Mas ^para qué cuenta os doy
A quien ni debo ni es justo?
DON GARCÍA.
De este proceder injusto,
Señora, admirado estov.
¿ Que esto se sufre en BÍÍadrid ?
DONA INÉS.
Esto siempre lo veréis.
DON DIEGO.
¿Por qué el discurso rompéis?
DON GARCÍA.
Escuchad las dos, oíd.
Si la noche que mí hermano
En Madrid puso los pies,
Que há tan poco tiempo, que es
Aun moderno cortesano,
Los dos la puerta paseaban ,
Y en altas voces decían
Que de este jardin tenían
El fruto que deseaban,
i. i^ómo con tanto furor
Lo que es tan cierto negáis,
Y dar sombras procuráis
A tan claro resplandor?
DO^A ISAREL.
Pues si apenas há diez dias
Que aquí tu hermano llegó.
DON DIEGO.
Tantos há que vine yo.
DO^A ISAREL.
Si es así, ¿cómo podías
Ver á los que están ausentes
Há cuatro meses y mas?
¿Que en ser quimerista das?
Que tan sin vergüenza mientes?
¿Cuándo esos hombres tuvieron
Favores, aun de las vanas
Vistas que dan las ventanas.
Que para ellos no se abrieron?
A toda la vecindad
Examina, y sabrás de ella
Si es resplandeciente estrella
La de nuestra castidad.
DON GARCÍA.
¿Estoni^as?
D05IA ISAREL.
¿Esto aBrmas?
Ni eres noble ni pariente
Mío, pues tan libremente
En tu opinión te confirmas.
don DIEGO.
Esto no es para tratado
En el campo; aquí entraremos
En tu jardín , y podremos
Hablar con menos cuidado.
Ya que allá dentro no quieres
Darnos lugar.
DON GARCÍA.
Aun aquí
Estamos mas bien.
D05ÍA ISAREL.
Sea asi ;
Di todo lo que supieres.
DON DIEGO.
Yo digo : ¿negar podéis
Que aquí un don Lope os pasea?
D05ÍA ISAREL.
Eso no, y quiero que sea
Mi esposo, porque paguéis
Vuestro desprecio y locura.
DOROBftO.
Por cierto que es el empleo
Isual con vuestro deseo.
Estimad vuestra ventnn.
DOSÍA ISABBL.
Haré tanta estimación
Por mi gusto y vuestro date,
Que antes que se cumpla el aiio
Tendrá premio su inteacion.
Sin duda será mi espoio.
DOflfAIRSS.
Eso no lo puede ser;
Que yo he de ser so mqjer;
Mi casamiento es fonoso.
DO^A ISABgL.
¿Qué dices?
DOÜA INÉS.
Que tengo aquí
La cédula que él me aló,
Y otra aue fe hice yo
Tiene él mía.
DOSÍA ISAIBL.
¿Él tedió i tí
Cédula? Por vida mía.
Que el embuste bueno fuera
Si igual burla nos hiciera.
DO^AIHliS.
Presto mostrar la podía.
DOflA ISABEL.
Veamos.
DoSíA imís.
Toma.
D05ÍA ISABEL.
Estaos
Su letra, y su firma es esta.
DOH DIEGO.
¿ Qué me dices de eaU fiesta?
¿Es bien que engifiado estés?
¿Qué dices?
DON OAICIa.
Tan alevoso
Hombre en mi vida no vi.
DOftA ISABEL.
¿Que don Lope enclem en si
Un trato tan cauteloeo?
Dice las mismas razones
Tu cédula que la mía.
DoftAmát.
Pues su intención ¿qué aeriat
DOÜAISABIL.
No entiendo suB intendOMS.
Sale HARINA.
DOlC €ABCÍA.
¿TÚ en esta casa» MarlDa?
Triste de mi, yo wof Bverta»
Disciplina tengo cierta.
DONBIMO.
Diga, ¿por qué el roatin MiMt
A solas la he visto kablar
Con don Lope el emboatero^
Y ella no menos ; al infiero
Mal , ¿ podrinme caaUfar?
ISteakiatí
SeQor.
DON MICO.
Déjate veneer;
Habla claro 6 motMs.
ÍlniUladaga.vaalnris
iuanto pretendoa aaber.
Vuestro haáped,qMpioeHa
.iXé^i^fuiJ'.^
I á ftieria de engafios,
ido 00 casamiento
lauque por medios b^os ,
t^oras engaña
ímpo. solidundo
con la mas rica . *
» que llegare el caso,
na quiere bien ,
es tan interesado,
lue le esti mejor
i á lo justo f santo,
iere acomodarse
i modo, faltando
listad á las leyes,
o del buen trato,
rosotros, sefiores,
a nocbe un engaño
kiaros de esta puerta.
»0N niBGO.
dices.
■AaiifA.
Verdad trato ;
su criado y él
ores titulados
eron , y el don Lope
, la Toz mudando :
4e campo qué hacemos,
i este jardm llevamos...
DO!C GAaclA.
«cucha, no prosigas.
OOñk ISABEL.
I
D05ÍA INÉS.
i Oh infame !
DOX gabcía.
¡Oh villano!
■ARIIIA.
intento con esto
ros, j apartaros
is damas, v que yo
e al trato falso.
0 que asi lo hice ,
10 arrebatado
nesas y intereses,
1 habrán de salir vanos.
DON DIEGO.
^esion de tu culpa
lelve. ¡Oh suceso raro !
go falso ! Quisiera
tigo á tanto agravio.
s allá , Marina ;
oca de los esclavos
anto que sean traidores ;
inügos me espanto.
K)N FERNANDO T DON
DRIGO.
DOlf aOORIGO.
Ion Lope, acá fuera
labra.
]K>II DIEGO.
Engañado
; que no soy don Lope,
»gaño que fué tanto
nupa el ser su amigo ,
i pretendí librarlo
istro valiente acero,
RO-
GALAN TRAMPOSO Y PORRE.
Teaieroso de su dafio ;
Mas ya que traiciones tantas
Sé de su vida, entregaros
Juro la persona misma,
Y con mi espada y mi braao,
Para la satisfacción
Vuestra, proneto ayudaros, '
Y tomar a costa mhi
Vénganla de vuestro agravia
¿Cuáles? N
DOH RODRIGO.
Intentó en Sevilla,
Insolente, v no bizarro,
Bodas con Leonor hermosa.
Hermana de don Fernando ;
Y porque la disfamó.
Pretendimos, con matarlo.
Satisfacer nuestra Injuria.
DON DUKGO.
Lograránse vuestros pasos.
DOlf RODRIGO.
Anoche aqui nos fingimos
Dos señores titulados
En este campo, queriendo
Sin riesgo nuestro matarlo;
Mas estorbólo una luí.
DON DIEGO.
¿Qué os parece de esto, hermano?
De aqui nació el confirmarse
El engaño en los dos tanto.
DON RODRIGO.
Él ha de venir agora
Aqui, que de su criado
Lo tenemos entendido;
Qm bo fué poco engañarlo.
DON GARCÍA.
Haced una cosa todos.
DON RODRIGO.
¿Qné?
DON GARCÍA.
Dejad puesto en mis manos
El castigo de este hombre.
DON RODRIGO.
; Todos en ti le dejamos.
DON GARCÍA.
Pues para principio del ,
Es bien nos halle casados ;
i Dame la mano. Señora.
doíIainés.
El alma doy y la mano.
DO^A ISABEL.
I Y yo también á mi primo
' Don Diego.
DON RODRIGO.
Aqui celebramos
Todos nuestro casamiento.—
Primo, tus brazos aguardo.
DON FERNANDO.
Yo te doy la mano, prhno,
Por Leonor.
DON RODRIGO.
Yo el alnu y braios.
Llegué al puerto de mts gloHu.
DOR.DffGO.
Caso admirable y extniKo.
Suspensión ; don Lope ffeue.
Maora.
»0N RODRIGO.
Salen DON LOPE v MONDEGO.
DON LOPE.
De veros lAe espanto
Tan conformes ; gran desdicha.
¡Jesús, Jesús!
doíIa isarbl*
i Oh villano 1
Tus injurias, tus vileías,
?ue aun son veneno en los labios ,
odas tos culpas se saben.
DON DIEGO.
Marina de tus engaños
Ha dado larga noticia.
■ONDEGO.
En la trampa habernos dado.
Vive Dios, que nos espera
Gentil bonraaca de palos.
DON RODRIGO.
Vive Dios , que ha d^ morir.
DON garcía.
Ya tenemos uentado
Que yo he de darle el castigo.
DONRODRlfiO.
Por lo que hicieres pasamos.
DON garcía.
¿Qué haces, Marina?
■ARINA.
Aquí estoy.
DON GARCÍA.
Marina, desde hoy te hago
Libre, y le doy por esposo
A don Lope, y yo te mando,
Don Lope, no lo Chuses;
Porque, por el cielo santo.
Que te pasemos el pecho
Todos cuantos aquí estamos.
DON LOPE.
Obedezco á m! desdicha.
DON (BAfiCÍA.
Asi quedas cutigado.
DON LOPE.
DIme, 4 por qué deste modo ,
Morir podiendo en tos braioe?
DON GARClA.
Tu colpa fué pretender >
Casamiento neo y alio;
Y asi, yo te doy la peme
Con el mas pobre y i»M báJo.
' OOIIDEOO.
Venga la gau de casa.
DOURODUGO.
¿Paraqoé?
I
Porque eitá llano
Qoe, al A al amo dan la pena ,
Yo coo la gata me caso.
RON LOPE*
Mittbrieadiómelsoalov
Perdonad, varoñee lAbioe ,
Al GaUm iTMRifMic y peHs^
SI hay perdonen yinros tantos.
^ "
kfh
m
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
EL MAYORAZGO FIGURA,
DE DON ALONSO DE CASTILLO SOLOBIANO.
PERSONAS.
lEGO.
UAN.
CDRO, anciano.
4f ARINO , lacayo.
FELICIANO, criado.
DONa LEONOR, dama.
LUISA, fif erUda.
DOÑA ELENA, dama.
INÉS, su criada.
HERMENEGILDO, tríada.
DRBINA , oicudara.
Dos GIIAMM.
ACTO PRIMERO.
I DON DIEGO T FELICIANO.
FELiaANO.
la pasión de amor.
DON DIEGO.
domas, Feliciano;
i el sosiego en mi mano
as dura su rigor.
nina doña Elena
lacjon i mi mal ,
le Te que es Un morlal.
FELICIANO.
e duele lu pena ;
nezaSflus desvelos
oco la ban obligado,
lilata lu cuidado.
DON DIEGO.
os bago á los cielos
1 Grmeza, en afición,
rvir y en adorar
me llega á igualar
antos nacidos son.
isié mi deseo,
údo della admitido,
o que va dirigido
Ice y casto himeneo;
que muestra voluntad
stima de mi fe,
e que dudoso esté
remio de mi lealtad,
nunca esto? mejorado
cha , y de dia en día
i la esperanza mia
érmino dilatado,
la representé ,
¡ mi dícba mejora,
to la obliga deudora,
ersuadirla llegué
lie bonre con su mano
lar fio i mis pasiones.
FELICIANO.
rosigue en dilick^es
mal
DD. C M L^— n.
DON DIICO.
Si, Feliciano,
Hasta tener yo en la flota
Cartas.
FELICIANO.
Ver quiere primero
Certezas que ta dinero
No ba peligrado eo derrota ;
Y bailo que es an vil cuidado
Dar, la que trata de amar,
A interés primer lugar.
Sale MARINO, de camino ^ con fieltro.
■Aimo.
Gracias á Dios, que be llegado.
DON DIEGO.
Marino, seas bienTenido.
MAIUIIO.
Esos pies permite darme.
DON DIEGO.
Alza, Marino, á abrazarme.
¿ Cómo en Sevilla te ba ido?
MAMNO.
Bien , pues fui por un socorro,
Y traigo toda una berenda.
FELICIANO.
No es nada la diferencia.
DON DIEGO.
¿Cómo?
MARINO.
Salto, brinco, corro.
Estoy loco de contento.
1^ DIEGO.
Sosiega ; ¡ qué loco estAs !
' HAMNO.
Señor, si albricias no das
De tu dicba, de tu aumento.
No esperes saber de mi
La nueva que estoy callando.
Albricias.
DON DIEGO.
Yo te las masdo.
■ARINO.
¿Buenas?
.DON MEGO.
Boenaa.
HAEINO.
¿Cierto?
MW MEGO.
Si.
MARINO.
Pues digd en breves risones
Que ta tío se murió, .
Y so badenda te mandó,
Que en bamn j patacones
Son dosdenlos mil ducados ,
Que con esta- flota vienen,
Y en Sevilla te los tienen
Seguros ya y registrados;
Honrado tío has tenido.
DON MEGO.
Téngale Dios en el dek».
MAMNO.
Y A nosotros en él suelo
Nos dé contento cumplido
Con berenda tan bonirada.—
¿ No digo bien, Fdldano?
nucuuo. *
Y aun reblen.
MAliNO.
¿A qué cristiano
El heredar no le agrada?
Sea oonsudb de tu pena
Tanta banray patacón.
DON MEGO.
Ya se llegó la ocasión
En que seré dol&a Elena,
A quien esümo y adoro.
Dueño desta cantidad. .
{Ap. Aunque es poco A cñ beldad
Darla de Creso é tesoro.)
MAamo.
Este pliego ei de tu agente ;
En él aviso te da .
De lo que haa sabido ya
De mi, aunque mas latamente.
Abi viene el teataniénto
Detu tio, queveiia;.
Ysllicendamedaai .
i9
290
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
Porque con hambre me siento,
Me upropiíicuo á la cocina
A ver si hallo un bocado
Que me deje consolado
De un hambre íiera y canina. {Vasei)
DON DIEGO.
Vele muy enhorabuena. —
Haz regalar á ese loco. —
Todo cuanto tengo es poco
Para ti, querida Klena.
{Vause.)
m
Salen hOS\ LEONOU y LUISA, con
mantos.
LUISA.
Señora, ¿no me dirás,
Por mí amor y por tu vida,
Dónde con esta salida
Tan secretamente vas?
Tú hus dejado al escudero,
Prevenida y recatada,
(^on embo70 y disfrazada;
Aunr|ue es término grosero
l'na criada saber
Lo que tú qtierrás negar ,
Perdona; (|ue el preguntar
£s tentación de mujer.
¿Puedo saber de tu intento
La causa? Dila, Señora ,
A quien tu designio ignora.
¿Ls amor el fundamento?
DOÑA LKONOB.
Acertaste, Lui&a mía;
Con este disfraz, amor
Quiere que sufra un rigor
Con que ofenderme poriia.
LUISA.
¿Y merécelo el sugeio?
DONA LEONOR.
Pues, si no lo mereciera,
¿Saliera desta manera?
LUISA.
Que es dichoso le prometo.
DOÑA LEONOR.
Antes su dicha no sabe,
Si es dicha quererle yo
Con tanto amor.
LUISA.
¿Cómo no?
Abra el secreto la lla\e,
Y revélame lu pena.
Si de consuelo carece,
Y mi amor le lo merece ;
Que estoy de tu empleo ajena.
DOÑA LEOKOR.
Como há tan poto que estás
Kn mi servicio, no sabes
Mi tormento y penas graves ;
Pues escucha y las sabrás.
Kn aqui'l dia festivo
De aijuella antorcha divina,
Prodigio de santidad.
Del gran precursor Daptisln ,
De aquel sagrado profeta
Que en general solemnizan.
Con aplausos y alabanzas.
La cristiandad , la morisma ;
I»ara celebrarle alegres,
Kn el abril de una quinta
A una opulenta merienda
Nos juntamos seis amigas.
Yace este ameno jardín
Tan cerca de las orillas
Del humilde Manzanares,
Que sus plañías fertiliza,
llonqiieiido fue la carroza
Sus vidrieras crislalinas ,
Hasta llegar al lugar
Que gustos me prevenía.
Después de haber del gozado
Las rosas, las ininutisas,
Los jazmines, los claveles.
Las jasneadas clavellinas,
IL\ alhelí variado.
El adonis, la siiinga,
El narciso, la retama
Y flor de la maravilla ;
Después que en los surtidores
Aumentó el contento risa ,
Los descuidos castigados
Con las burlas prevenidas;
Cansadas de travesear
Por los cuadros que matizan
Hermosas flores que el alba
Guarnece de argentería ,
Nos retiramos gustosas
A la casa, donde babia
Hermosas y alegres cuadras.
Debiendo á la pulida
Del dueño un compuesto adorno
De escriLorios, mesas, sillas
Y pinturas excelentes,
Ikcieopara la vista.
Hacíase la merienda
En una estrecha cocina.
Debajo de aqueste cuarto,
Y para darse con |)risa
Solícito el cocinero.
No vio saltar una chispa
Desde la lumbre á unas pajas;
Obró la materia \iva
Tan prestamente, que el fuego,
Prendiéndose en las vigas
Del techo, comenzó á arder
Con llamas tan excesivas.
Que sitiaba nuestra estancia,
Imindicndola salida
Con su poderosa fuerza ;
Mus temiendo una desdicha
Mis cinco amigas, salieron
Animosits y atrevidas ,
Dejándome dentro sola ,
Del humo desvanecida;
Donde en (al conflicto puesta ,
Mirando cómo peligra
Mi persona , en tanto riesgo
De favor destituida.
Con llanto y piadosos ruegos
Al jardinero pedia
Que del riesgo me librase;
Mas el no se determina.
En esta aflicion estaba,
Cuando se apea en la quinta
De su coche un caballero.
Que el ruido que en ella oía
Le trujo á saber la causa ;
Y informado que corría
Peligro, entre el humo y fuego.
Mi vida, puesta á las iras
De su furor, al momento
La capa del hombro quila,
La espada y la daga arroja
Con talabarte y pretina.
Y sin mirar al peligro
De las llamas excesivas ,
Que abrasaban ya las puertas,
Los techos y cuanto había,
Con un ánimo increíble
Entró por mi á toda prisa.
Temiendo haber hecho el fuego
Todo mí cuerpo ceniza.
Y hallándome desmayada,
Con el susto y aconia
De verme en peligro tal ,
Del fatal riesgo me libra.
Sacóme en brazos afuera.
Alegrando con mi vista ,
Viéndome libre del daño,
A mis llorosas amigaft.
Con el aire que me dí6,
Volvieron á cobrar vida
Mis sentidos, que basta enlonces
Enajenados tenia.
Vuelta ya en todo mi acuerdo,
La acción generosa y pia
Del caballero esiimc
Con muestras de agradecida.
Puse en él la vista atenta ;
i Nunca la pusiera, Luisa!
Pues me cuesta desde entonces
Verme del amor vencida.
Lo airoso de su persona,
Su talle, su bizarría
Y mi obligación, que es mas,
Dieron con fuerzas crecklas
Con mi libertad en tierra.
Que en lo severa y alliva
Jamás le rendí al amor
El feudo que solicita.
Acompañóme hasta casa.
Adonde con inas caricias,
Mas gusto y mas agasajo.
Por la merced recibida.
Le rendí de nuevo gracias,
Todas ellas dirigidas
A que de mi nuevo amor
IJevasc de alli premisas.
No lo debió de enieuder,
i'ues cuando su cortesía
Me promeiió visitarme.
Nunca llegó esta visita
Ni pisó mas mis umbrales.
Como si en toda su vida
Me hubiera visto ni hablado;
Cuatro meses \ik que lidian
Mis penas con mis desvelos,
Y la memoria enemiga
Me está acordando sus partes,
Poniue con esto me aflija.
Procuré con resisleocias
Hrparar las balerías
Que el amor me estaba dando;
Hiceme fuerza á mi misma;
Mas á la fuerza de amor.
De quien muy pocos se Utran,
llesistirla es abrazarla.
Repararla es admitirla.
Viviera con esta pena
Hasta acal>ar con mi vida.
Que á tanto ohlisa el recato.
Si ayer, que al Cirmeo ftal i misa,
En su iglesia no mirar»
Que este galán asistía
Al lado de una embozada.
Donde, puestos de nwíUlas,
Hal)laron cosa de un bora.
Los celos, centellai vivas
Del amor, pudieron dame
Tal pasión y tal fatiga.
Que, á ser licito, estorbara
La conversación, perdida
Con la pasión de los celos;
A tanta cólera obligan.
Desde entonces no sosiego,
Por<|ue los celos me Irritan,
Que son en pechos de amantes
Los (lue en ellos siembran císbus.
Para remediar mi daibo
Hoy mi intento detennioa
Üuscar á este caballero
Dentro en su posada misma ,
Y saber del con certeza
Si tiene dama que sirva.
Si tiene dueHo que adore.
Si tiene empleo & que alista;
Si le llene, el deseoflAo
Vendrá á ser la medicina
De mi pasión amorosa,
Y harán pausa mis ponías.
Si vive libre, sabré
Con halagos, coo caricias,
Agasajos y temcuft,
>s mas libres obligan,
le, enamorarle,
lie en festivo dia,
junte la i||;Iesia
Mitades disiinlas.
LUISA.
nente lo has trazado
en confusión no vivas ,
) con tal silencio;
drás larga noticia
ilidad y parles
caballero?
DOÑA LEONOR.
Amiga,
abidoque se llama
go de Acana.
LUISA.
Mira
'orie es lodo engaños.
UO.NA LEONOR.
r está en Galicia ;
inme que desciende
le prosapia y limpia.
LCISA.
bacienda no has sabido?
DO.\A LEONOR.
tiene un lio en ludias,
ji sus pretensiones
uerza y solicita.
LUISA.
co.
DONA LEO.NOR.
No reparo
:ienda.
LUISA.
Tú eres rica,
s para los dos.
DOÑA LEONOR.
j;o en seguras fincas
ii ducados de renla,
moneda efeciiva
e ahorra mi tutor,
su poder deposita.
LUISA.
uzgo el mas dichoso
}e, si es que su dicha
alcanzarlu mano.
DOÑA LEONOR.
B á Dios que lo consiga !
seré tan dichosa.
USA. {Hace que repara.)
)lver desa es(|uina
que vi á don Juan.
DOÑA LEONOR.
me faltan desdichas,
ba conocido acaso?
LUISA.
tan desconocida,
dudo.
DOÑA LEONOR.
Que no haya
punto en todo el dia
te hombre no me canse.
I, Luisa, camina.
LUISA.
iremos el paso.
DOÑA LEONOR.
entura es la mia,
10 bailo gusto sin pena
lento sin desdicha.
(Vanse.)
DOSA ELENA É mfá , criada.
DOÑA ELENA.
'. el p.npel á don Diego
:Qíia ?
EL MAYORAZGO FIGURA.
INÉS.
Señora, si;
En su casa se le di.
DOÑA ELENA.
; Sabes si le llegó el pliego
bel agente de Sevilla?
INÉS.
No sé que le baya llegado.
DOÑA ELENA.
¿Ni tú se lo has preguntado?
INÉS.
Exceder de la cartilla
Que le toca á iina criada
Ya peca en bachillería.
DOÑA ELENA.
Dirás que es descortesia.
INÉS.
Es tenerme por cansada.
Lo (|ue del puedo decir.
Es que siente en su pasión
Yer en ti poca aticion.
Cuando se alienta á servir,
A amar, querer y estimar
A tu hermosura.
DOÑA ELENA.
Está bien ;
No morirá del des<len
Ni tampoco de esperar.
INÉS.
¿ No iguala á tu calidad?
DOÑA ELENA.
Sí.
INÉS.
;, No puede ser tu esposo ,
Si con tu mano es dichoso?
DOÑA ELENA.
Hay una dificultad,
Que esa ejecución dilata.
INÉS.
¿Cuáles?
DOÑA ELENA.
No aprietes, Inés,
En querer saber cuál es.
INÉS.
Eres á su amor ingrata.
Salen con priesa DOÑA LEONOR
LUISA, embozadas,
DOÑA LEONOR.
Si favor queréis hacerme ,
En esta ocasión le espero;
Seguida de un caballero
Que pretende conocerme,
¿Adonde podré esconderme?
DOÑA ELENA.
Sosegaos.
DOÑA LEONOR.
Estoy mortal;
Que es mi pena desigual.
DOÑA ELENA.
No tenéis de qué temer ;
Que no ba de osarse atrever
En casa tan príncipaL
DOÑA LEONOR.
Aquí viene; estoy perdida.
DOÑA ELENA.
Perded , perded el temor.
Sale DON JUAN.
DON JUAN.
Señora doña Leonor,
Ya estáis de tni connrída.
Y aunque no sea
En mi favor (piM
291
La fortuna veloz pasa
Por mis dichas con porfía),
Por singular, este día
Es justo meterle en casa.
Prestadme un ralo atención
En la ocasión que se ofrece.
Si es que esta dicha os merece
Tanto tiempo de aflcion.
DOÑA ELENA.
Aquí no será razón
Que á esta dama disgustéis
Ni nuevo susto la deis ;
Dejalda, Señor, por Dios.
DON JDAN.
¡Qué mal tercio que bailo en vos !
Qué poca piedad tenéis !
DOÑA ELENA.
Escucbalde un rato os pido.
DO^A LEONOR.
No tenéis que persuadirme ;
Que cuanto puede decirme
^ a yo lo iengo entendido.
Dirá ([ue, de amor perdido,
Dos anos há que me adora,
Que me sirve y enamora.
Dando de mi olvido quejas
A los hierros de mis rejas
Desde la noche á la aurora;
Dirá que siempre el cuidado
Fué aumento de su Urmeza;
Diiáme que á su fineza
Ningún amante ba igualado;
Que portia mal pagado,
Y que ha de perseverar
En querer servir y amar,
Aunque admitirle no quiera ;
Que esta es la mas verdadera
Eineza para obligar ;
Dirá que sin intención
Del premio que nunca alcanza.
Ama, que es sin esperanza
De llegar á posesión ;
Y aunque veo su afición.
Como objeto nunca ba sido
De mi gusto, perdón pido.
Respondo sin obligarme
Que lo que gasta en amarme
Es todo tiempo perdido.
Ya con este desengaño
Cesará vuestra porfía.
DON JUAN.
Con lodo, por cortesía.
Aunque conozca mi daño,
Y aunque yo os parezca extra&o
De vuestro gusto, me oid.
DOÑA LEONOR.
Pesado estáis.
DON JUAN.
Advertid...
DOÑA LEONOR.
No tenéis que me cansar.
Que no os tengo de escuchar ;
Porfiad ó persuadid.
Que ya os tengo respondido.
DONJUÁN.
Leonor hermosa.
DOÑA LEONOR.
Cansado
Sois ; ¿eslo ba de ser forzado?
DON JUAN.
Mi bien.
DOÑA LEONOR.
No seáis atrevido.
DON JOAN.
Leonor.
202
Sale DON DIEGO, al paito.
DON ALONSO DE CASTILLO SOLOfiZANO.
DOXA ELENA. (Ap.)
Don Diego ba venido ;
Pésame de su venida.
DON JUAN.
Ingrata, fiera, bomicída,
D05ÍA LEONOR.
Ya OS be dicho que os cansáis.
D05ÍA ELENA.
Lo que os suplico es que os vais.
DO.t JDAN.
Iré sin alma y sin vida,
Mas logrando mi porfía ;
Porque os be de ser molesto,
Y habéis de oírme.
Sale del todo DON DIEGO.
DON DIEGO.
¿Qué es esto?
DO^A ELENA.
Una pesada osadía.
A esta dama , que venia
De embozo y bien descuidada,
Y también á su criada.
Las siguió este caballero,
Algo pesado y grosero ;
Y ella, de verle asustada,
De mi casa se valió ,
Y alteroso y porfiado,
Hasta esta cuadra se ba entrado,
Y licencia la pidió
Para hablarla, estando yo
Delante ; mas no ha querido
Dar á sus quejas oído,
Antes, atajando el daño.
Con un claro desengaño
Severa le ha despedido ;
Y aunque su severidad
Ha visto, hablarla porfia.
DON DIEGO.
Con damas no es cortesía
Ir contra su voluntad.
DON JCAN.
Vive ajena de piedad
Con quien debe obligaciones.
DON DIEGO.
Las amantes aficiones.
Que en guerra de amor se alistan.
No con fuerza se conquistan
Cuando persuaden razones.
DON JUAN.
Esas DO me quiere oir.
DON DIEGO.
Pues no es justo porfiar
Con quien no quiere escuchar.
(Tómale de una mano
Conmigo habéis de venir;
Fino amar es persuadir.
DON JUAN.
Mal se apagará mi llama ,
Si he visto que no me ama.
DON DIEGO.
Pues yo, que servir os quiero.
He de ser vuestro tercero
En persuadir á esta dama.
{Vanse los dos.)
DO^A ELENA.
Gracias á Dios, que se fué.
DONA LEONOR. {Ap.)
Ya estoy con desasosiego
Ihi haber visto aquí á don Diego ;
Si esta es su dama sabré.
DO^A ELENA.
Ya que no hay de qui(>n temer,
Bien os podéis descubrir.
.)
D05ÍA LEONOR.
En poco os pienso servir.
Que es malo lo que bay que ver;
Pero, por no ser ingrata
Adonde favor hallé.
Obedezco.
{Descúbrense las dos,)
DOÑA ELENA.
Bien se ve
Que el cielo el favor dilata
Con vos con tan franca mano,
Que esa belleza disculpa
De vuestro amante la culpa,
Aunque es su desvelo en vano.
DO.NA LEONOR.
Suplicóos no lisonjeéis
A quien piensa desde agora
Ser muy vuestra servidora.
D05ÍA ELENA.
Sobrado favor me hacéis;
Mas de vos quedo a^^raviada
De que me hagáis lisonjera.
Cuando coa verdad sincera.
Sin mostrarme doble en nada.
Alabo vuestra hermosura.
DO.SÍA LEONOR.
Ese excesivo favor
Ofrece pagar mi amor
Con fe de amiga segura.
DO^A ELENA.
Yo muy vuestra lo be de ser.
D05ÍA LEONOR.
Tendrá mi afición aumento.
DONA ELENA.
Tomad por un rato asiento.
DOÑA LEONOR.
Siempre os he de obedecer.
{Siéntense en sillas 6 almohadas, y las
criadas en el suelo.)
DOÑA ELENA.
¿Vuestro nombre no sabré?
DOÑA LEONOR.
Doña Leonor de Guzman
He llamo, y vivo á San Juan.
DOÑA ELENA.
En lo mismo os pagaré;
Yo me llamo dona Elena
De Leiva y Sotomayor.
DOÑA LEONOR.
{Ap. i Oh , si pudiese mi amor
Hallar alivio en su pena,
Y salir de mi cuidado
Si es cosa suya don Diego !
Que no puedo hallar sosiego
Hasta haberlo averiguado.)
Confieso que agradecida
A vuestro hermano le estoy,
Y que deudora le soy
Mientras Dios me diere vida;
Porque aliviarme de un susto
Y sacarme de un cuidado
Ha sido favor sobrado.
Que al fin me excusó un disgusto.
DO.ÑA ELENA.
Don Diego es tal caballero,
Que me holgara, aquesto es llano.
De tenerle por hermano.
Según le estimo y le quiero.
DOÑA LEONOR.
{Ap, Eso es malo.) Yo entendí
Que vuestro hermano seria.
¿Es vuestro amante?
DOÑA ELENA.
Porfia
Hallar afición en mi ;
Mas yo, aanqae le doy entrada,
No es con fina voluntad.
DOÑA LEONOa.
¡Qué! ¿Fáltale calidad?
DO.^A ELENA.
No; que la tiene sobrada.
DOÑA LEONOR.
Pues ¿por qué oo le mostráis
Amor?
DOÑA ELENA.
Reparo pmdeote
En no casar pobremente.
DOÑA LEaNOR.
¡Oh, qué cuerda en eso andáis!
iAp. Albricias, corazón mió;
Que aun inclinación no es
La que mira en interés.)
DOÑA ELENA.
Díceme que tiene nn tio
En Indias, con quien ba estado,
Y afirma áue en plata y oro
Tiene un inmenso tesoro;
Asi me lo ha ponderado,
Y de lo que aquí le envía
Aquesta verdad se inflere.
DOÑA LEONOR.
Si esposo os estima y qoiere.
No estéis á su amor tan fria.
DOÑA ELENA.
Yo estimo en mocho i don Diego;
Mas aquesta estimación
No llega á ser afición
Que me dé desasosiego.
Sé que tiene calidad ,
Sé que su amor y cuidado
Los quilates han mostrado
De una fina voluntad ,
Y que su excesivo amor.
Su le y su mucha asistencia
Merecen correspondeneia
De voluntad y favor;
Mas yo, que i mi estimación
He de observar con recato,
Con dilaciones le trato ;
Que es primero mí opinión.
Don Diego no tiene hacioida,
Siró aquella que le da
El tio, que en Quito tstá.
Mientras que por él pretenda ;
Si yo con él me casase
Sin mirar esto primero,
Y las barras ó el dinero
De su tio le faltase,
¿No será gran necedad,
Guiados por aficiones.
Aumentar obligaciones
Al estado y calidad,
Sin tener, Leonor, con qué,
Siendo atlante de mi estado
Un dote muy moderado.
Que de mi padre heredé?
Su tio puede morirse.
La hacienda puede eolrasparse,
O el tio puede mudarse,
Y de darla arrepentirse.
Y como está en condición
De haber en esto mndaua,
No me fundo en la espcrana*
DOÑA LBOKOa.
Mas vale la posesión.
DOÑA BLSIU.
Mi amor no ha llegado á ser
En mi cosa de caiuado;
Si don Diego lo ba pcnndo,
Mi fingir fué entretener.
Al que la mano le diere
Con amor y voluntad,
Ha de tener cantidad
ida , porqae se ioGere
lia he de portarme,
conforme i quien soy,
irte, donde estoj,
1 de aveatajarme.
i la mano dé,
o tenga paciencia ;
ba de obrar la evidencia ,
papel la fe.
DO^A LE0:<0R. {Ap.)
me he ase^^urado
aae imagmé ;
alta que esté
0 desengañado;
fácil de nacer
> en su posada,
n interesada
pretender
sa?
D05ÍA ELENA.
¿Quédecis?
D05ÍA LEONOR,
las como vos
n, mas de dos
le aquí advertís
I.
OO^A ELENA.
No mirando
1 lograr so deseo,
en gusto el empleo,
ese llorando.
DO.^A LEONOR.
vos instruida
rme recatada ,
'é asegurada
tptos de advertida;
de exceso pasa
, quiero dejaros.
(Levántese.)
D05ÍA ELENA.
Diga, á visitaros.
DOÑA LEONOR.
honrar mi casa,
ie su dicha alarde ,
•e favor en vos.
DO.^A ELENA.
ecibirle.
BOÑA LEONOR.
Adíes,
a.
DOÑA ELENA.
El cielo OS guarde.
(Vanse la8 dos.)
INÉS.
a he de ser ;
cobrado afición.
LUISA.
las amas son,
s¿qué han de hacer?
INÉS.
han concertado,
nos veremos.
LUISA.
loe nos demos
s de razonado.
{Varue.)
>N DIEGO T FELICIANO,
su criado.
DON DIEGO.
;o me ha pasado.
FELICIANO.
:remado cuento.
DON DIEGO.
rabajo hallé
EL MAYOEAZGO nCURA.
Al penado caballero;
Porque era tal su porfia
(Después de ver su despreek),
Queriendo hablar con la dama)
Poi^ decir su pensamiento.
Que tuve mucho qae bacer
Con persuasiones vrnegos
En despejarle de al li«
Que estaba muy recio y terco.
FELICIANO.
Sin confrontación de estrellas
Jamás se ha logrado empleo.
DON mBGO.
Opuesta debe de ser
La de aqueste amante tierno
A la de su dama Ingra^,
Pues no premia sos deseos
Aun(|ue conoce sa imor.
Sale MARINO.
MARINO.
Dos damas de lindo aseo.
De gentil garbo y prendido
Y de rumboso despejo
Dicen qué quieren hablarte.
DON DUGO.
Entren, Marbio, al momeoCo.
marino:
Ya tenéis franca la entrada.
Salen DOfíA LEONOR t LUISA,
embozadas,
DOfiÍA LEONOR.
¿Podré hablaros en secreto?
DON DIEGO.
Podréis , tomando una silla.
DOftA LEONOR.
Aunque sea por poco tiempo,
Por daros gusto, la ocupo.
DON DIEGO.
Hola , despejad.
MARINO.
Dejemos
Este par de rebanadas
Acompaiíando al torrezno
Üe mi amo, que las pringue ;
Que sabrá muy bien hacerlo.
( Vanse los des.eriados,)
DOÑA LEONOR.
Cierta dama principal*
Que muestra buenos deseos,
Don Diego, que vuestras dichas
Siempre vayan en aumento ,
Me ba mandado que os pri^nte
Si en Madrid tenéis emp^os
De amor con alguna dama
Para fin de casamiento;
Y que me digáis verdad,
Fiándoos de su silencio.
Que os promete de tenerle.
Mirad que os importa hacerlo.
DON DUSGO.
(Ap, Exnuisita es la embicada,
Y de embozo cuando menos.)
Síp ver á quién me descubro ,
Nunca secretos revelo.
Sí os descubrís, os diré
La verdad.
DOÑA LBONOÜ.
Yo iQ prometo.
DON DIEGO.
Jurad que lo compllréis.
DOÑA LEONOR.
Por todos los juramentos
Que pueden jurarse, digo
Que lo haré. ¿Estáis satisfeeboT
M
DON DIEGO.
Pues álg6, hablando verdad,
Que es4e mi amor el objeto
Una dama desta corte.
DOÑA LBOVOt.
¿YeselnoiBbreT
DON DIEGO.
¿También teoso
De decirle?
D0Ííirl<fONOR.
No se éxtns*.
DON DIEGO.
Ponelsme eo notable aprieto.
Llámase pues dofta Elena
De Lelva, á qolencon extremo
Quiero y adoro. \
doíUlboror.
iYoápagi?
B02f DIEGO.
Mochas esperanzas tengo ,
Porque lo aflrma'sn amor, *'
Sue en dalce y casto himeneo
e de merecer sa mano.
DOÑA LIONOk.
¿Cierto?
DON DIEGO.
Téngolo por cierto.
DOÑA LIOROIU •
Poes de aqoesas eertidombres
Salen contrarios socasoa,
Gomo podréis esperar.
DON DIEGO.
Poes ¿en qué ofendida os tengo,
Que eso me pronostiquéis?
DOÑA LIONOII.
Bn nada ; solo os advierto,
Porqae deseo serviros,
Sae en dofli Elena hay pretexto,
asta veros hareda<kl,
No dar sa eonsentímiento
En daros sa btaiiMsa mano;
Y sé bien la eaasa desto,
8ae es él desear portane
on fausto y con ladmiento.
Con b hacienda qae-esperaís ;
Su amor nanea llegó á sedo,
Sos carlfios son flngldos.
Todo es mentido y sapnesto^
Y al fin , padecéis engafto.
DtmMÉoo. •
¡Váloame el piadoso deloi
¿Puédeme aqaella bermosara,
Puédeme aquel éngel bello
Engallar? No ; aqaib&y malicia
De algún envidioso peoio,
Qae quiere estorbar la nimm
De dos corazones tiernos
Con miilidosos embastes.
Dama qae entre negras velos
Derramando estáis pefmofi&a
Contra mí , dedros poedo
Qae, al paso qae me dl|^ .
Ponderando, encireeieado.
Los engaííos de aoü dama ,
La estimo- 1« >finro y qaléro. '
Mi^er nuc H rk «A Aooibre,
Es G • V «a
Qae .. « ir.
DOÜALI
PaespAwm^v
Yf M«- ¡bv
reie,)
304
DON DJEGO.
Vo OS he visto, y no me ucuerdo
Adonde.
De vuoslra idea,
Fuerza de niayfft* sujeto
O» ha borrado mi imagen.
/, No os acordáis va del fuego
En que á una dama librastcs?
DON DIEGO.
Y aunque anduve tan i^rosero,
Que no os volví mas á ver...
DO.S'A LEO?iOR.
Quien vive por gusto ajeno
lista en todo disculpa<io;
Que lo mus priva á lo menos.
Ñas los empeños de amor
En los que son caballeros
No estorban la coriesiu
Con las damas.
DON DIEGO.
Yo os coníleso
Que me conozco culpado ;
Enmendaréme del yerro.
DOÑA LEO.NOR.
Tarde habéis dado en la cuenta ,
Y aun lainbitMien la (|Ueos veo
Incrédulo y persuadido
A que os aman con exceso.
Pues , don Diego, abrid los ojos ;
Que yo, que de rasa vi'Ugo
\)e doña Elena, que soy
La une hice aquel desprecio
De don Juan de Üracanionte,
Galán porliado y necio ,
Sufie de boca de Elena
C.uanlo os he dicho, y os vengo
A dar aviso de todo;
Perdonad mi atrevimiento.
Y á la dama que me envia
Le daivis la culpa desto,
Que ostii de vos lastimada
porque malográis desvelos ;
Que os tiene un poco de amor,
Y si no llega á su aumento.
Es porque Elena lo estorba.
Que es ile vuestro amor el centro.
Puede muy bien competirla
Kn beldad, entendimiento.
En lo ain»so v bien prendido,
Y en hacieiufa , pues es cierto
Que tiene seis mil ducados
De renta en juros y censos.
Que )a ha heredado su casa ;
Mas ;.por qué canso y molesto
A quien está enamorado
íUhí relaciones y cuentos?
(Miedáos con Dios, advertido
Jie que experiencias ha hecho
A muchos escarinentados,
Y que vos lo estéis deseo.
Adiós.
DON DIKGO.
Esperad, .Señora.
Oidnic, oídme.
DOÑA IT.ONOR.
No puedo;
Que bago gran falla en mi casa.
DON DIKÜO.
El iiondire saber pretendo
De e.sa dama que decis.
DOÑA LEONOR.
Sídicilaldo primero;
Que será f.icilidad
Kl decíroslo tan pn*sto.
DON DIEGO.
Yo lo sabré cu vuestra casa.
DOÑA LEONOR.
Si la acertáis , porque temo
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
Que ya se os habrá olvidado
Con vuestros divertimientos.
{Vanse doña Leonor y Lnm.)
DON DIEGO.
Hola, Marino. .
Salen MARINO y FELICIANO.
MARI.NO.
Señor.
DON DIEGO.
Feliciano.
FELICIANO.
El garbo es bueno
De uua de las embozadas,
Y parece de buen pelo.
DOH MEGO.
Solo ha venido á advertirme
Que Elena me está ungiendo
Amor y soy engañado.
FELICIANO.
Ella está en mi pensamiento.
MARINO.
Pues^dc embozadas te crees?
DON DIEGO.
Con el rostro descubierto,
Feliciano, me ha advertido
Que esta es la dama del fuego
Que yo libré de la quinta ,
Y la que á aquel caballero
De>preció en casa de Elena.
FELICIANO.
Es un ángel de los cielos.
Exrédela en hermosura
.\ doña Elena, pidiendo
Perdón á tu amor, Señor.
DON DIEGO.
Yo lo conozco y conlieso.
FELICIANO.
Harto mejor te estuviera
Que mudaras galanteo
Con esta, porque he sabido
Que posee , aquesto es cierlo ,
Seis mil ducados de renta.
MARINO.
¿Cuando menos?
FELICIANO.
Cuando menos.
DON DiE<;o.
C^on esto tengo entendido
De la dama el pensamiento ,
Que por si misma me hablaba.
FELICIANO.
¿Deque modo?
DON DIEGO.
Es lindo cuento.
Coronisla de si misma
Se hizo, y con fundamento,
Pues dijo en todo verdad.
Ella ha mostrado deseos
Y gusto de que la sirva.
Poniendo en otro sugeto
Sus méritos y sus partes.
MARINO.
Pues, Señor, manos y á ello.
FELICIANO.
Que d(»ña Elena te engaña,
llá dias que lo sospecho;
Y aun los dos lo conferimos.
Si te acuerdas. ■
DON DIEGO.
No lo creo ;
La experiencia te dará
Entera noticia desto.
Hacerte ; qne la rerdMl
No tavo el rostro escBbintff.
■ABOO.
Doña Elena (e repodie,
Y para poder hacerio
Sin ñola de groser la.
Oye una iRiza qoe le*go
Pensada, coo que s^rás
Si te tiene amorperfeio
A tu persona ó bacieoda.
Yo be de lingirme heredero
De tu lio, ser !■ primo.
Y que de las Indias vengo
Rico, ufano v here^lado
Por manda áel tesiaraeolo :
Que será fácil fingirle ,
Con la noticia que le«go
De todos sus reqaisilos.
Diráselo á Elena lae|to
Con ¿ent i miento fingido*
Y de mi podra creerlo
Después, poroue la be de ver;
Y puedo bien bacer esto,
Poroue aquí nunca me ba visto.
Lo (Jemas que adTertirémos
Dejo para mas despacio.
Con esta experiencia inleolo
Saber si te uniere á ti
O si quiere k tu dinero.
Vente coumígo á traiario.
DOn MECO.
Alabo tu pensanienlo.
Póngase en ejecución ;
Que salir de engafios qoiero,
Y no vivir engañado
Con pena y desasosiego.
HAnoco.
Mujeres, alerta, alerta;
Que todos os enlendenot.
Para una, bay otra tramoA.
Para un enredo^ oiro^oraé».
ACTO SEGÜKDO.
Salen DON DIEGO, D0!ÍA ELENA
t INÉS.
DO^A U.CSU.
Yo he llegado á conocer,
Don Diego, vuestra irísleta.
DON DIKCO.
Presente vuestra belleta,
¿Cómo la puedo tener?
DO^A ELE.^A.
Dejad el lisonjear;
Que á mil pasos se os conoce.
Por mas que el valor la emboce.
i Hase perdido en el mar
La Ilota?
IftOZI MICO.
No se ha perdido;
Que ya á Sevilla ba llegado.
boSa ileha.
Pues Á aué os puede dar cnldidf ?
(Ap. Malas nuevas ba tenido.)
¿Haos Tenido el pliego?
DOH Meco.
a,
Y en esa carta Yeréis
Lo (|ue saber pretendéis,
Y yo en mi ausencia lenL
(JMfWftfrü
cEl señor don Podio dt
ro tío, murió luego que par-
flota del Viviif el año |)asado.
) de docientos mil pesos ensa-
, con que funda un mayoraz-
laciendo heredero del al se-
on Payo, vuesiro primo , que es
e lleva osla , con cargo de daros
ida un año trecientos ducados
menios; lie sentido mucho ver
Ja la voluntad de vuestro lio, y
or estar \os ausente, no consi-
e vuestros méritos. Dios os con-
y guarde muchos aíios.— Jorge
a i do. 9
D0>A ELENA.
/on habéis sentido
el torcido intento;
deste sentimiento
parte me ha cabido,
rdris por obediente
un mal considerado,
jzon olvidado ,
0 al (jue vio presente.
DON DIEGO.
mi pena mayor.
DO.NA ELENA.
) darla á entender,
*'¿o, os han de vah'r
1 prudencia y valor.
1 estas [)artes dos,
os vemos adornado,
tan consumado
ca mano de Dios,
t hombre principal
;cidenle una herencia,
• en ingenio y prudencia
su mayor caudal,
si rva'de consuelo
e en vos juntas estén,
) en muy pocos se ven,
uezas que os dio el cielo.
DON DIEGO.
os, hermosa Elena,
ida «^1 alto cielo,
5 sido con tu consuelo
la de mi pena,
podré en tu servicio
livalente paga
al favor satisfaga?
re'/co en .sacrificio
la , que tuya es
jue te conocí ,
será para tí
de corto interés,
ic yo no sea el dichoso
edó tanta ri(|ue/.a,
to de firmeza
le fiacer venturoso.
. DONA ELENA.
a íjue he detener
eslima.
DON DIEGO.
(Ap. ¡ Ab malicia!
tusasen dt* codicia
lía firme mujer?)
o, mi Elena, gustáis
radecido y ufano,
, yo vuestra mano,
to me dilatáis?
tos escudos son
; medah de alimentos,
\'¿o cuatrocientos
eiita en conclusión,
ma vuestra beldad
a á dicha tao alta,
de hacienda le falta
su voluntad.
DONA ELE.XA.
'go, alajar un daúo
EL MAYORAZGO FIGURA.
Que os espera ya es clemencia ,
Si abraza vuestra prudencia
Un desnudo desenpño.
Mi opinión es lo primero
Que ha de mirar el cuidado
Y al aumento de mi estado.
Que á mi afición le prefiero.
Vuestra renta es moderada
Para vivir con el porte
Que yo deseo en la corle;
Que he de vivir ajustada
A un limitado vestir
Y á un moderado comer,
Y desto no hay exceder
Si en descanso he de vivir;
Que el poco tener impide
Cualquiera desmán ó exceso,
Pues vivir medida á un peso
Con mi gusto no se mide.
Andar en coche prestado
Quien de suyo no le tiene.
No es cosa que les conviene
A mi calidad y estado.
Querer que salga de aquí
Para vivir en Galicia,
Ni el deseo lo codicia
Ni eso pasará por mí.
Pues damas de cortos dotes
Lo* han excu.sado casadas,
Por no vivir disgustadas
Entre abarcas y capotes.
Mi dote es tan moderado.
Que aun á mi gasto no alcanza,
Y es mas rica mi esperanza
Que lo (¡ue habéis heredado.
Yo sin dote, y pobre vos,
Viviremos con despecho;
Esto es mirar al provecho
Que nos importa á los dos.
DON DIEGO.
No el desengaño y consejo
Con que enfriáis mí afición
Me han causado admiración,
Sino vuestro gran despejo.
Que tengo por cosa rara,
Subiendo la afición mía.
Decirme vuestra osadía
Los pesares cara á cara.
Que causara menor daño
Quien mis acciones abona
Que por tercera persona
Me enviara el desengaño.
Kn mi no juzguéis disgusto,
Queja alguna ó sentimiento;
Que vuestro procedimiento
No me ha cogido de susto.
De vuestro amor fui avisado
Que á interés se ha reducido,
Y pues que me halla advertido ,
Ya estaba desengañado.
Que tenga vuestra opinión
El primer lugar es justo,
Cuando á la hacienda, y no al gusto,
Os lleva la inclinación.
Dusque vuestra bizarría
Dueño muy á su provecho,
Ya que su afición ha hecho
Trato de mercaduría.
Y su esperanza pretenda
No descaer de su estado,
Halle marido hacendado ;
Que amor carece de hacienda,
llaga á mi primo favor
Y déle el lugar primero.
Si en virtud de su dinero
lia de engendrarse su amor.
DONA ELENA.
El consejo he de lomar.
295
DON DIEGO.
Veráse en varios aprietos
Si ha de sufrir sus defetos. '
DO.NA ELENA.
Yo se los sabré enmendar.
Como él me tenga afición.
DON DIEGO.
Dudo verle reducido ;
Que es un potro mal sufrido.
DONA ELENA.
Mucho floge la pasión.
5fl/í;ÜRBINA, escudero.
URDINA.
Don Payo de Cacabdos,
Caballero galiciano, .
Quiere besar vuestra mano.
DONDIEGO. (.4p.)
Aquí me vengan los cielos
Desta ingrata fementida,
Que en amarme ba sido avara.
URBINA.
Es la figura mas rara
Que he visto en toda mi vida.
¿Daisle, Señora, licencia?
D05ÍA ELENA.
Sí , porque verle deseo.
DON DIEGO. {Ap.)
Hará muy gentil empleo.
Sale MARINO, vestido d lo antiguo^ con
follados, y HERIlENEGf LDO, criado.
DOÑA ELENA.
Entre luego en mi presencia. h
MARINO.
Conducido de an sirviente,
Que mis gustos amplifica
Y mis penas modifica,
A vuestra mansión algente,
Serafinica señora.
Vengo á adorar el fulgor
Que supera en esplendor
A la en que habita la aurora.
DO.^A ELENA.
Seáis, Señor, bien venido.
MARINO.
Verifico que lo soy.
Si próximo á vos estoy.
DQÑA EL-ENA.
Tal favor no be merecido.
(Ap. Extraña y rara figura,
Inés amiga.)
iNés.
Admirable,
Aunque el talle es razonable.
DON DIEGO. {Ap.)
Mi venganza se asegura.
MARINO. {Reparando en don Diego.)
Admiro en mi señor primo
El aquilino valor.
Pues no le ciega un ardor
Tan esp leúdeme y opimo.
¡ Oh qué heroico os Ostentáis
En el brillar y el arder!
Inmortal debéis de ser.
Pues que no periclitáis.
DON DIEGO.
No me envidiéis venturoso.
■ARWO.
Arguve calamidad
Que delante esta beldad
Estéis poco leticioso.
DON DIEGO.
No estoy bueno.
206
MARINO.
¿En tal distrito?
Pero sin dudn será
Porque lo visible eslá
De tantas luces ahilo.
DO!V DIEGO.
Yo os dejo, bien empleada
Elena ; dadme licencia
Que deje vuestra presencia.
DOÑA ELENA.
El cielo os guarde.
DON DIEGO. (Ap.)
Burlada
Mi esperanza con mi amor
Suedan, cese ya el desvelo:
as de aqueste agravio apelo
A lus ojos de Leonor. {Vase.)
DOÑA ELENA.
Tomad silla en que sentaros.
MARINO.
Como el réquies apetezco,
Sin replicona obedezco.
{Siéntense lot doi.)
URBINA.
Es el mismo conde Ciaros.
MARINO.
Con la duplicada lumbre
Hacen los solf s visivos
Delictos ejecutivos,
Si es en vos, fénix, costumbre.
Con júbilo aparatoso
El alma tiestas publica,
Porque esta dicha me indica
Premisas de feliciuso;
Y como al sol me apropincuo ,
Inquino en su claridad,
Que me tiene opacidad
Y estirpe derclíncuo.
Válgame su pulmiud.
Si nu lo impide el recuto.
Que yo no me quede abstrato
De mirar tal celsitud.
DOÑA ELENA.
Aunque tan crespo lenguaje
Dude el llegarle á entender,
Para poder ri»s|)onder.
Porque lisonjas ataje
(Qne y<i por tales las tengo) ,
Digo que, si no lo son ,
Üellas hago estimación.
MARINO.
Dd tal absurdo me abstengo,
Y á tanto golfo me entrego
De luz fulgente y brillante,
Que me temo naufragante.
DOÑA ELENA.
El primer galán que en fuego
Anegarse sij^^nifíca
Sois vos, Señor.
MARINO.
Es verdad ,
Mas es tal su potestad.
Que el alma me clarifica ;
Que esa beldad luminosa
Mi alma abrasa y enciende.
DOÑA ELE.>A.
¿Mucho?
MARINO.
Sí, porque la prende
La parte garabatosa.
DOÑA ELENA.
Lo exquisito del lenguaje
Me agrada, y mas su afición.
MARINO.
Suplico preservación
De vilipendio y ultraje;
Que amor rapaz y gigante
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
Quiere que de tos arguya
Ser la perfecta aleluya
Para un corazón amante ;
No ha de zozobrar mi vida.
Si vos la dais esperanza.
DOÑA ELENA.
Ya muestro de la alabanza
Los colores de corrida.
MARI.XO.
¡ Oh ! Quién tuviera facundia
Docia. erudita y locuaz,
Para alabar de esa faz
Matices de verecundia;
Con sus rosas y sus flores
CalUMi abriles y mayos.
Que pueden ser los lacayos
De esos célicos primores.
Si afecta acaso orfandad
De empleo, en nue se acredita
Esa gran beldad, admita
Mi encendida voluntad.
Esto hablando vulgarmente.
Porque lo culto no ofenda ;
Que temo que no se entienda.
DOÑA ELENA.
¿ Y si ofendéis al paciente ?
MARINO.
flasta saberlo seria
Ignorancia, y no traición;
Pero si hay prosecución,
Ya es tacaña tiranía ;
Deidad tan miraculosa
Tiranizarse no es bien.
DOÑA ELKNA.
Irritóse de un desden.
M\RINO.
¿Desden? Acción injuriosa.
DOÑA ELENA.
1^1 mostró la fugitiva,
Y al lin mudó parecer.
MARINO.
Debió en vos de conocer
Condición vindicativa.
Mas, volviendo á miestro ensayo
De amor, ¿vos no me diréis,
Asi mil sig'os gocéis.
Qué os parece de don Payo?
DOÑA ELENA.
Que sois gentil caballero.
MARINO.
Solo y en vos idolatro.
No trampeo ni enmohatro,
No miento y traigo dinero;
¿ Quereisme con esto?
DOÑA ELENA.
Sí;
Que es opuesta esa opinión
A las que del siglo son.
MARINO.
Lo que seré siempre ful.
DOÑA ELENA.
De vuestra herencia querría
Sat>er cómo se mudó
Vuestro tio, y os dejó
Su hacienda.
MARINO.
Fué dicha mía.
DOÑA ELENA.
Ya espero la relación
Con lo que de Indias traéis.
Como en culto no me habléis.
MARINO.
Impreco vuestra atención.
Don Pedro de Acuña y Castro
De Andrade, mi señor tio.
Que en el reino de Galicia
Tiene sa solar antigoo ,
Hermano fué de mí madre
Y del padre de mi primo ;
De suerte que eu parentesco
Gozamos de nn grado mismo.
Sirvió en Fláudes cuarenta años,
Y mereció el premio digno
De su valor, pues le dieron,
Perpétoo, un gobierno en Quilo.
Pasó al Pírú, donde pndo
Hacer un consorcio rico
De casi cíen mil ducados ,
Pero gozóle sin bíjos.
Granjeó por su persona
(Sin la manda que le hizo
Su esposa cuando murió)
Otros cien mil pesos, cinco
Mas ó menos, que en la cvenu,
(<omo coronista fino.
Nunca me quisiese errar,
8ue me parece delicio ;
u manado se ha el lengiuje.
¿Qué os parece?
DO^A ELEÜA.
Que habéis sido
Galán en serme obediente.
UAAVSO,
Ya por vuestro gusto vivo.
Viéndose pues divicioso
Don Pedro, graso y fornido
De patacones y barras,
Enviar á la corle quiso
A don Diego, conociendo
Que, ambulante comoaciifo,
Haria en su pretensión
Carabanas de solicilo.
I'retendia introducirse
En el rojo iagartismo
Del patrón de lasEspaOu;
Un hábito...
DOJiA ELEHA.
Ya be entendido.
HAMM.
Mi primo, en vez de acudir
A .solicitar ministros
Y á cortejar presidentes*
Dábase gentiles filos
De venéreas locudones*
Y el deseo cupidineo
No dejaba malograr»
Que no es en esto remiso.
Viendo mi tio la mora
En su despacho, y el Upo
De su sobrino (avisado
Que cursaba el lusonisao).
Fué tal la melancolía
Que desto le sobrevino*
Que dominando en su alma.
Amenazó á su individuo.
Hallándose ya iii esiremk^
Y que en término sudólo
Le dan vida limitada.
Para testar se prevluo.
De sus bienes una parte
Dio á su alma, y del rcsidM
A mi me consüluvó
Por su heredero ínottiliao«
Con gravamen peosmario.
Que tenga desto mi priMO
Congrua y alimeniaciou;
Que no tuvo del olvido.
Esto dispuesto, su nal
Le hizo rendir el eapIrUa
Con el último resuella
¿ l^esnello?
oolUu
¡Qué!¿esláiialdkhor
V'.^ r-
D05ÍA RLBNA.
f baja voz, don Payo,
lis por (érmiDOS Ínfimos.
MARINO.
Jé la clavija tanto
léelo primitivo,
rso los arrabales
beyo Calepino.)
edé al lin ( no os admire,
todo para serviros)
los niii pesos.
DOÑA ELKNA.
¿Tanlo?
MAftno.
verdad, Hermenegildo?
nERMEIVEGlLDO.
3 y catorce mas.
MARno.
10 sé bien {guarismo,
y muy cierto en la cuenta ;
coniüdor único.
HERMENEGILDO.
0 le sirvo en casa. ^
MARINO.
yael viaje propincuo
paña , me embosqué,
do un gran navio
a mí ropa y plata ;
Bétis, claro rio,
?on toda la flota
e susto y peligro,
el holandés piraLi
darla pellizco.
1 y oro traeré
lio y cuarenta y cinco
•s.
D05ÍA ELENA.
Gentil hacienda.
MARINO.
erdad, Hermenegildo?
HERMENEGILDO.
r.
MARINO.
La pedrería
antes, y ¡qué ricos!
parlíia encajas;
1 carbunclo tan lino,
fico y fondoso,
•spleudenles visos,
ibia mas que una antorcha.-
■rdad, Hermenegildo?
HERMENEGILDO.
INÉS. (Áp.)
Mucho se alarga
'go.
DOÑA ELENA.
Yo he creído
lito aquí reliere,
1 el Pirú su tio
>mbre muy poderoso.
MARINO.
lacbambo, un sobrino
iba, esta piedra,
que Acholimbo
I señor don Pedro,
lento, un prodigio;
a mil ducados. —
•dad, Hermenegildo?
HERMENEGILDO.
lio se contiene.
MARINO.
guapil de zafiros.
DOÑA ELENA.
lapil?
EL MAYORAZGO FIGURA.
MARINO.
(Jd escritorio.
DRBINA.
Eslos nombres de los ludios
Chilindrinas me parecen :
Guapil , Guachambo, Acholimbo,
£1 demonio los pronuncie.
MARINO.
ítem, traigo en un tabicho
Cien topacios.— ¿No es rerdad?
HERMENEGILDO.
Sí, Señor, con un jacinto.
MARINO.
Del jacinto no me acuerdo;
De memoria le he perdido.
HERMENEGILDO.
Ni yo de los cien topacios.
MARINO.
El criado de corrido.
De que el jacinto olvidé.
Negar la partida quiso
De todos los cien topacios.
DOÑA ELENA.
Es honrado.
MARINO.
Y fidedigno.
¿Engullís bien chocolate?
DOÑA ELENA.
En Madrid se ha introducido
Tanlo, que todos le toman,
Hombres, mujeres y niños.
MARINO.
Hacen bien los madrileños;
Yo traigo en catorce líos
Cosa de ochocientas cajas.—
¿ No es verdad, Hermenegildo?
HERMENEGILDO.
Y Otro lio, donde vienen
Jicaras y molinillos,
Y cuatrocientas toallas
Indias.
URDI.XA.
Por Dios, que nos vino
A medida del deseo
De mi señora, que ha sido
Tahura de chocolate,
Y aun loes.
DOÑA ELENA.
A él me Inclino.
MARINO.
Itom, traigo un papagayo
Tan bien plumado y jarifo.
Tan pulquérrimo y jovial,
Tan faceto y tan festivo.
Que es solo la perfecion
De todos los que hay en Quito.
DOÑA ELENA.
¿Habla bien?
MARINO.
Eso le falta ;
Pero en él he conocido
Una habilidad tan rara.
Que, si no me miente, afirmo
Que dentro de breve tiempo
Hable como un descosido.
INÉS.
Lindo humor tiene el don Payo.
DOÑA ELENA.
Apostaré que es prodigio
De pájaros el que trae.
^ IKÉS.
¿Ll parla mucho?
MARINO.
Jnnnito,
Aunque habla de alimentos.
Porque su padre aun es vivo •
297
Y no ha hereda'do su habla.—
¿No es verdad, Hermenegildo?
HERMENEGILDO.
Sí, Señor.
MARINO.
Merezca, Elena,
Que vuestro clavel diviso
Pronuncie un si, que me haga
De vos vuestro esposo digno ;
Que en cuanto á mi calidad,
Cacabelos, mi epiciclo.
Publicará en ululatos.
Confesara en alto? gritos.
Que de un Pantilio en un Pavo,
Y de un Payo en un PanUlio/
Se deriva mi progenie
Hasta nil, que me apellido
Don I»ayo de Cacabelos,
Noble en el reino galicio.
DOÑA ELENA.
No os respondo por ahora.
Si bien, don Payo, me inclino
A vos.
MARINO.
{Ap. Mejor á la hacienda.
En que á lo largo he mentido.)
¿Quedo, Elena, en vuestra gracia?
DOÑA ELENA.
Quedáis.
MARINO.
¿ Qué tanto?
DOÑA ELENA.
No OS digo
De presente cuánto sea.
MARINO.
¿Para ser favorecido
Basta?
DOÑA ELENA.
Basta.
■ARINO.
A riveder.
Bello objeto querubluico,
Arcangélico, seráfico.
Balbuciente me despido.
Las locuciones me faltan.
Efecto de amantes finos.
Adiós, adiós.
DOÑA ELENA.
1^1 os guarde.
MARINO.
Para ser vuestro manípulo
Con bendición de la Iglesia.
{Ap. Los pulmones 11^ fritos.)
{Vansf Marino y Hermenegildo.)
INÉS.
^Que este á don Diego le gane
La dicha?
DO.ÑA ELENA.
Sí; que ha venido
Con runfla de muchos pesos,
Y yo el dinero codicio.
INÉS.
Pues ¿un marido figura
De los tiempos de Rodrigo
De Vivar quieres tener?
DOÑA ELENA.
En casándose conmigo.
Yo le mudaré el pellejo,
Sí es menester; que al marido
Tonto la sabia mujer
Le hace cuerdo y entendido.
INÉS.
Sí eso emprendes, mucho liarás
De un loco que muestra bríos.
DOÑA ELENA.
Yo be de hacer de un loco un cuerdo
En breve.
206
DON ALONSO ÜE CASTILLO SOLORZANO.
INÉS.
No le replico.
(Vanse.)
t'RUlNA.
Eü. Iiágiinse oslas bodiis,
yui/.á niedraió un Yí»sl¡do ;
Que después que di en poela,
Ni tcn¿;u un cuarlo ni víslo. {.Vase.)
Salen DON PKDRO . tiejo, y DON
JIAN.
liOX JUAN.
Como osdi}(o, mi cuidado
Nace de Icnerla amor;
Pero siempre hallo en Leonor
I .oiiira mi su rostro airado.
Si«^niricola en mis quejas
lina lirme/a segura,
Y á mi lernoza es mas dura
Que lus hierros de sus rejas,
llasla agora mi paciencia
Su rigor ha lolerado ;
Mas creciendo mi cuidado,
Mengua en ella la clemencia.
Viéndome pues afligido,
Y que en su gracia no medro,
Mi pasión, señor don Pedro,
Por su alivio os ha elegido;
Persuadid á !a belleza
De vuestra sobrina amada
A que se muestre obligada
De mi amor y mi firmeza ,
Para que en casto himeneo
Goce con dulces prisiones
El logro de mis pasiones.
La dicha de aqueste empleo.
1)0:« PEDRO.
Señor don Juan, advertido
Me deja vuestro cuidado
De las ponas (luc ha pasado.
Las ansias que ha padecido.
Sé que os allige el desden
Que halláis en Leonor hermosa,
Y (|ue el alma no reposa
Hasta tener este bien;
Y asi, me ofrezco á serviros,
(iomo dirá la experiencia,
Y de que tengáis paciencia
Ño he menester advertiros ;
Que he de elegir ocasión
En que á Leonor pueda hablar ;
Que empleos se han de tratar
Con gusto, tiempo y sazón.
En lodo seréis servido.
Vivid de hoy mas alentado,
Pues de lo que habéis pasado
Me dejais compadecido.
Con el desden y crueldad
Los firmes no desfallecen ;
Que las muv damas carecen
Ue¿to (lue llaman piedad.
Y de lances semejantes.
Hallo (|ue las mas hermosas
Con acciones rigurosas
Acrisolan sus amantes.
Yo llevo lirme esperanza
De persuadir á Leonor.
El premio esperad de amor;
Que (piien no espera no alcanza.
DON JUAN.
Los pies quisiera besaros ^
Por el bien que me ofrecéis.
DON fEDIlO.
Preslo, don Juan, os veréis
Con mayor dicha envidiaros.
DON JUAN.
Mi esperanza estriba en vos.
DON PKDRO.
Haré que el premio no tarde.
Yo me voy.
DON JUAN.
El cielo os guarde
Mil anos.
DON PEDRO.
Don Juan, adiós.
( Vanse.)
Salen DOiSÍA LEONOR y LUISA,
criada.
DOÑA LEONOR.
Vuélveme, Luisa, á decir
Eso.
LUISA.
Daráte mas pena.
DONA LEONOR.
¿Don Diego en casa de Elena ?
LUISA.
Yo le vi entrar y subir
La escalera, que, advertida
De la calle, lo miré.
Donde un hora le aguarde
Que saliese.
DONA LEONOR.
Estoy perdida
De celos.
LUISA.
En vano das
En querer á qnien no te ama ,
Sabiendo que tiene dama ;
Engañada y ciega estás.
Sale DON LIEGO.
DON DIEGO.
.Conocido ya el engaño
En el proceder de Elena,
He ofrecido la cadena
Al templo del desengaño.
Confieso que en tanto daño,
Que mi sufrimiento apura.
Desconfiado en la cura ,
Rindiera el alma en despojos,
A no hallar en vuestros ojos
Medicina en su hermosura.
Estimo el ser avisado
De vuestra cuerda advertencia.
Para (lue con la experiencia
Hiciese pausa el cuidado.
Y asi, aunque no escarmentado
De amar con seguridad
A esa divina beldad,
H(4'mosisima Leonor,
Con mayor caudal de amor
Mudo eií vos mi voluntad.
Ku vos amaré á la dama
De quien fui favorecido.
Sin que el tiempo ni el olvido
Apaguen mi ardiente llama.
Aventajaré á (luien ama
Con mas fe, con mas firmeza ,
Y si hallo en vuesira belleza
Que á esos ojos soy propicio,
Dar mi alma en sacrilicio
Será la menor fineza.
{Vase Luisa.)
DOÑA LEONOR.
Eftiimo en vuestra mudanza
Efectos de la experiencia,
D(»n(le pudo la evidencia
Dar muerte á vuestra esperanza.
Perdida la confianza
En ojos de engaños llenos.
;^ Amáis los mios por buenos?
jOh, qué mal gusto tenéis,
Don Diego, pues pretendéis
El venir de mas á menos!
hOS MECO.
Si antes amé ciegameiite,
De la pasión olvidado.
Ya miro desengañado
El bien que tengo presente;
Y lo que mi alma siente
Viene en mi acción i explicarse,
Y no debe comienarse
Su intento, bella Leonor,
Cuando prelemle mi amor
Mudarse |)or mejorarse.
DO^A LE050R.
Yo sé que rneslra memoria
No se olvidará de Elena.
DON DIEGO.
Nanea se vuelve á la pena
El que se goza en la gloria.
doRa leoüor,
A beldad que es tan uoluría.
Conocido agravio es
El que la hacéis descortés.
DON DIEGO.
La vuestra no me concede
Que ame donde precede
Al amor el ínteres.
Como el tahúr qoe jugando
Ha su dinero perdido,
Y con caudal uias crecido
Le emplea, el juego madasdo ;
Asi yo, que estaba amando
A Elena, perdiendo alli.
Mi desgracia conocip
Y con mas caudal de amor
Me mudo á juego mayor;
Que espero ganar aqui.
D05ÍA LBOHOR.
Emplead todo el caudal
A ese juego, y no se mude.
Aunque el tabur siempre acude
Adonde le tratan maL
DO!f Dieoo.
No es siempre fortuna igual;
En el juego del querer
Correspondencia ha de hab^.
DOfkk LCOROR.
No faltará entre lot dos.
DON DIEGO.
Pues si esa tengo de tos*
¿ Cómo podré yo perder?
DOftA LEOIfOl.
¿Cómo supistes de Elena
Su simulada ambición?
DOIf DIEGO.
Con una nueva invención.
Que fué alivio de mi peut.
La flota de barras llena
Eh|)eraba, y que la orilla
Rompiese su errada quilla,
Y que en ella yo tocase
La plata que me llegase
En salvamento & Sevilla.
El aviso me llegó,
Í¡ue trujeron dos criados,
ion docientos mil ducados.
Que mi tío me maudé.
DOf^A LIOMNI.
¿Viviendo?
DOH DlEflO.
No; que murió.
DO^A LCOKOI.
Mochos aSos los gocéis.
DOÜ MEGO.
Dueño de todo seréis.*
De todo aqueste dinero
Finjo & un bcayo henderé.
DOSa LEOliOS.
Bueno.
DON DIEGO.
intención sabréis,
ha acudido,
ido de ia herencia,
Jo Klena audiencia,
)res prometido,
por lo marido
»r su hermosura,
*a se asegura.
DO>A LEOKOR.
1 de la ambición!
DOy DIEGO.
!S de ia razón,
1 marido tígura.
Sale LUISA.
LUISA.
e ha venido...
DOÑA LEONOR.
LUISA.
>ofia Elena de Torres.
DON DIKGO.
i\ tiempo que lle^a,
lichas ittlerrunipel
DO.XA LEONOR.
señor don Diego,
mmigo no os íope,
i camarin estéis
).
DON DIEGO.
Como importe
' gusto, ol)edc7.co,
I mío se malogre.
DONA LEONOR.
aljeis de esconder.
, y no os enoje
: que mi fama
\ que ande en opiniones.
DO.N DIEGO.
e de obedeceros,
li placer se estorbe. (Vase.)
^\ ELENA, LNÉS y UUüINA.
DOÑA ELENA.
>lla.
DOÑA LEONOR.
Elena hermasa.
DOÑA ELENA.
)s corresponde.
DOÑA LEONOR.
iga, bien venida;
lO aquestos favores. —
(Abrázanse.)
as.
LC1SA.
Aquí están.
[Siéntanse.)
DOÑA ELENA.
ocupaciones
badü al deseo ,
Leonor, que goce
le visitaros.
DOÑA LEONOR.
sar dilaciones
igas es llaneza
ya sé que la corte,
)S divertimientos,
I ocupaciones ;
las muy precisas,
stáis? Mas si es conforme
stra la salad,
eidad corresponde.
DOÑA ELENA.
muy para serviros,
EL MAYORAZGO FIGURA.
Aunque falten los primores
Que de mi rostro hngis;
El vuestro sí que en el orbe
Le admiran por un prodigio
De belleza y perfecciones.
DOÑA LEONOR.
Y esa ¿no es adulación?
DOÑA ELENA.
No; que estas verdades oyeu,
Leonor, vuestros otdos,
Ajenas de adulaciones.
Sale LUISA.
LO ISA.
El señor don Pedro sube
A verte.
( Altérase Elena.)
DOÑA LEONOR.
No os alborote.
Doña Elena, su venida,
Si pensáis que es algún joven.
Porque don Pedro es anciano,
Y mi tio.
DRBINA.
Recatóre,
Porque pase por melindre
Entre estudiadas acciones.
Sale DON PEDRO.
DOÑA LEO.NOR.
Seáis, Señor, bien venido.
DON PEDRO.
Sobrina mía , en quien |)one
Tantos primores ei cielo.
DOÑA LEONOR.
Haccisme siempre favores.
DON PEDRO.
¿Quién es, Leonor, esta dama?
(Hácela cortesía.)
DOÑA LEONOR.
Es doña Elena de Torres,
Señora y amiga mia.
Dama principal y noble.
DON PEDRO.
Pues quiero, con su licencia,
Qoo me escuchéis dos razones,
Que os importan, en secreto.
DOÑA ELENA.
El que me tratéis, señores.
Con llaneza es lo que estimo.—
Oid lodo cuanto importe,
Leonor, al señor don Pedro.
DOÑA LEONOR.
Merezca de vos perdones
Esta primera llaneza.
DOÑA ELENA.
Sed á su mandato dócil.
(Yanse doña Leonor, don Pedro y
Luisa.)
INÉS.
Hermosa sala.
DOÑA ELENA.
Extremada.
IIRBINA.
Todo en ella está conforme,
Y en igual correspondencia
Bufetes y contadores.
DOÑA ELENA.
¿ No celebráis las pinturas?
URBINA.
En esta amenaza á Adonis
El cerdoso jabalí
Por dejarle á buenas noches ;
Aquí Caropa sarca el mar,
«99
Combatida de temores.
En la (aurífera piel
En que se disfraza Jove.
DOÑA ELENA.
Historia entendéis, Urbina.
URBINA.
Deslo de trasformaciones
Sé mucho.
INÉS.
Pues hacéis mal
En DO hacer una que importe.
URUINA.
¿Vés?
1.%ES.
Que de viejo caduco
Os volvaii en fuerte joven.
URBINA.
Pegómela la taimada.
DOÑA ELENA.
Este camarin responde
A esta sala; en él se ven
{Mira adentro.)
Países , medallas, flores,
Y algunos buenos retratos
De los pinceles mejores
Desia corle. Mas ¿qué es esto?
Inés, ¿quién es aquel hombre
Que alli procura esconderse?
INÉS.
No será bien que lo ignores ;
Don Diego de Acuña es.
DOÑA ELENA.
¿Don Diego?
INÉS.
Si las facciones
No me engañan , él es cierto.
DOÍ^A ELENA.
¡Oh tramoyas de la corte!
Nunca entendí que Leonor
Diera á venéreas pasiones
Lugar. ¿ Don Diego en su casa ?
INÉS.
Si en la tuya no le acoges.
Él busca donde'le admiteu ;
Tus curiosas atenciones
Este daño han descubierto.
No te ofendas ni te enojes.
¿Pésate que esté don Diego
Aqui?
D05ÍA BLBKA.
Sí.
Bien se conoce
En tí cuáncelosa estás;
Pero si en don Payo pones
Tu afición y aun ta codicia.
No es justo que te congoje
Aquello que has despedido.
DOÑA ELENA.
Son mis vanas presunciones
Tan remontadas, Inés,
Que en verle libre á aqueste hombre
De mí dominio me abraso.
INÉ.S.
Desprcciástele y mudóse.
SaUn D05!A LEONOR v LUISA.
DOÑA LCONOB.
Perdóname, hermosa Elena.
DOÑA ELENA.
{Ap, De gentil humor me coge ,
Cuando de verla me ofendo.)
¿Y tu tio?
DOi^A LEONOR.
Despidióse,
Y fuese por otra puerta.
500
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
Do5ÍA ele:>(a.
Leonor, tantas (üvcrsiones
lio hallado eii aquesta sala,
Oue, advirtiendü en los primores
De oslas valientes pinturas.
Me l:an causado admiraciones.
DOÑA LF.O.'^iOK.
Razonables son algunas.
DONA ELENA.
Knlrp las que reconoce
Por mas celebres lu gusto,
0»e muestra mas perfecciones,
Hay una en tu camarín.
INKS. (.1p.)
Con la pasión, declaróse.
DO^A LEOMOR.
(.\p. ;Ay Dios! ¡ Si ha visto á don Diego!
Ya estoy llena de lemotes.)
¿Ks retrato ó es país?
DOÑA ELEXA.
Ks cl retrato de un hombre
Que un tiempo adornó mi sala ;
Parecióme bien entonces,
Pero deshiceme del.
DOÑA LEOXOR.
Contra el gusto no hay ra/ones;
Yo apetecí esa pintura,
Informada de pintores
Qup era de pincel valiente,
Y á su alabanza es conforme.
DOÑA ELEIfA.
¿AI fín la estimas en mucho ?
DOÑA LEONOR.
Tanto, que cuanto compone
ICste camarín y sala,
Y los tesoros mayores,
Su valor no igualaran
A mi eslima.
DOÑA ELK.'fA.
No conoces
Lo que es pintura, Leonor.
DOÑA LEO.XOR.
Tú menos, pues los valores
Del pincel mas natural
No permites que te honren.
DOÑA ELENA.
\'a me ofende tu osadía.
DOÑA LEONOR.
Como al retrato no toques.
Porque no se ofenda el dueño.
Sufriré tus sinrazones.
Yo no juzgo (|ue sea agravio
Que lo que defectos pones,
Desestimas y desprecias.
Yo le e^lime y yo le compre.
DOÑA ELENA.
Pobre pintura has comprado.
DOÑA LEONOR.
Sin marco parece pobre ,
Mas yo se le haré muy rico.
DOÑA ELENA.
Del metal de los doblones
Será bueno.
DOÑA LEONOR.
¡Qué! ¿te burlas?
DOÑA ELENA.
No, |»orqne sé que en tus cofres
Hay materia para hacerle.
Quédate con Dios, y goces
E\ retrato muchos años.
DOÑA LEONOR.
A costa de tus pasiones
Me estará muy bien gozarle.
DOÑA ELENA.
Adiós.
005ÍA LEONOR.
Él tus dichas logre.
(Vanse doña Elena y Urbina.)
INÉS.
Mi ama va mas picada
Que puede estarlo un jigote.
LUISA.
Y la mia habrá comido
Pimientos ó mostachones.
{Vanse.)
Sale DON DIEGO.
DON DIEGO.
Cuando el suelo que pisáis
Yo le respete y acíore.
Aun no pago lo que os debo.
DOÑA LEONOR.
Habéis andado algo torpe
Kn no cerrar esa puerta ;
Que huir de censuradores
En amantes es cordura.
DON DIEGO.
Pues cuando Elena se enoje,
Los i)esares la atormenten
Y los suspiros la ahoguen ,
Nada me puede importar ;
Que amor, que preceptos pone,
Solo me manda quereros
Y que olvide otros amores.
DOÑA LEONOR.
Yo os lo agradezco, don Diego.
Temo que mi tio torne ;
Y así , Señor, os suplico
Que, excusándome temores.
Os vais , porque aquí no os halle.
DON DIEGO.
Harto lo siento, mas voyine.
¿Cuándo os he de ver?
DOÑA LEONOR.
Mañana.
DON DIEGO.
¿Sin falta?
DOÑA LEO.NOR.
No hay dilaciones
Donde el amor hace esfuerzos.
DON DIEGO.
Si el tiempo veloz no corre.
Tendré mil siglos de ausencia
Hasta que e.sa dicha goce.
DOÑA LEONOR.
Adiós. (Vase.)
DON DIEGO.
Adiós, mi Leonor.
Tiempo, apresura la noche;
Que los mas breves instantes
Son siglos entre amadores.
ACTO TERCERO.
Salen DON JUAN t DON PEDRO.
DON JUAN.
Ya de vuestra boca espero.
Señor don Pedro Narvaez,
Una respuesta que sea
El alivio en mis pesares.
¿Qué ha respcmdido Leonor?
No pretendáis dilatarnr.e
El gozo que el alma espera
r.ou tanto afecto.
DON PEDRO.
Escuchadme.
Yo bailé k Leonor de tUíii ,
Ocnpadt con un ingel :
Tal me pareció ana dama»
Qae me dijo apellidarse
Daña Elena ; es moy hermosa,
Y con su liceDcia, aparte
La hablé en vaeslra prelension.
Referíla vuestras parles.
Vuestra constancia y amor.
Que no las ignora nadie.
DON JCAn.
¿Qué os respondió?
DOlC PEDRO.
Siae conoce,
adest
Pero que no tiene intento
Por ahora de casarse;
Que es mu^ moza para verse
Con los cuidados qne trae
El mairimonio, que son
A veces intolerables.
Dios sabe, señor don Joan,
(Uiánio lo siento uo darle
A vuestro amor la respuesta
Que merecen sus quilates.
Forzarla á que se os Incline,
Aun no es empresa de un padre.
Cuanto mas de mi, que soy
Su tio.
D0?( JDA5.
Mi amor constante
Pierde méritos con ella ;
Aquesto sin duda nace
De que en otro amor se obliga
Leonor.
DON PEDIO.
Es gran disparate
Que tal cosa os digan de ella;
Su recogimiento es gnnde,
Y imnca ha dado al amor
Ni feudo ni vasalbje.
Aquesto debéis creerme;
Y porque se me hice tarde
Para hacer una visita
Que es de cumplimiento, dadme
Licencia, y quedad con Dios,
Señor don Juan. (Ffl
DON JOAS.
Él 08 guarde.--
Desde hoy, Leonor, me despido
De tu amor, pues que no Talen
Para contigo nuezas
Que obligaran voluntades.
Kn tus helados desdenes
Vino mi fuego á apagarte.
Que antes pudiera su fderu
Dar llamas por cien volcanes.
A doña Elena de Torres,
Dama hermosa y de huen talle,
1^ he hablado algunas veces.
Después que no quiso darle
Audiencia doña Leonor
A mi amor firme y constante.
Es bizarra con extremo ,
A esta pretendo incliname,
Y aun pedirla por esposa ;
Y quien podri nacer mis partes
Será don Diego de Acullá,
Que me alirman con verdades
Que es mucho suyo, y aun deudo;
Por su medio sera ficll
Conseguir mi nuevo IntenlOé
Pero mi dicha le trae
Eu esta ocasión aqoL
Sale DON DIEGO, CM MN»'
SaniiM§$,
¿Don Juan?
DORMMO.
DO.'f JCAK.
¿ Don DJego? Esta larde
) que esa cruz
pecho dio esmalte,
por largos siglos,
icomienda mas grande
den militar.
LO^ DIEGO.
•s, amigo, os guarden.
ayer recibí
del Condestable
).
D0:*( JUAN.
Gran señor.
DOIS' DIEGO.
nil honras hace,
qué serviros pueda?
DON JUAN.
ic ofrece en qué os canse.
D0?( DIEGO.
nso es el serviros,
id pues á mandarme ;
m Juan, vuestro intento.
DO.N JUA.X.
)tic¡a bastante
;is de que Leonor,
, severa y grave,
ecia mis'ünezas
líiir obligarse,
ido ya de intento.
DO?l DIEGO.
aél ¿amáis en otra parle?
Diego; á doña Elena
ps; (]ue despicarme
ido del desden.
DOX DIEGO.
lenle lo mirastes.
DO.N JUA?I.
leñéis en su casa
'ntrada , y sé que os hace
•as y mil favores,
dmiiicndode nadie
sino de vos ;
ira que yo alcance
I de merecerla,
i para mi grande,
intercesor
I Elena; dadme
lor, con persuadirla,
Jola mis parles,
1 mano de esposa,
con ella honrarme.
D0?( DIEGO.
ste ha ignorado el amor
lena he tenido grande,
e descubre su intento,
e certificarse
oy queriendo ahora ;
que se desengañe.)
onJuan, vuestro intento
do bien en mudarse;
Elena un serafín
eldad , y es notable
10 entendimiento,
anchos ventajas hace.
yo haré por serviros
fna , será darle
e vuestra intención
estras calidades,
digo que desea
)ruto, de un ignorante,
»rimo que Dios me dio
porque hacienda trac
Indias) ser su esposa ;
D, aunque sea mi sangre,
aborrezco este empleo,
EL MAYORAZGO FIGURA.
Estorbaré que se case
Con él , y os admita ¿ vos.
DON JUAN.
En todo sabréis honrarme.
¿ Cuándo os veréis con Elena ?
DO?l DIEGO.
Presto, donjuán; esta tarde.
DO?l JUAN.
Fiando en vuestra amistad,
No será justo que os canse
Mas; quedad con Dios, don Diego.
^ {Vase.)
DON DIEGO.
La vida el cielo os alargue. —
Ya vuelto casamentero
El que ha sido galán antes,
Va á solicitar á Elena
Que se emplee y que se case
Con don Juan ; hoy he de verla,
Aunque sea contra el gravamen
Que Leonor me tiene puesto,
Que ni la vea ni hable.
Si se enojare, podré
A mi salvo disculparme;
Mas los enojos no duran
Entre los firmes amantes. (Yase,)
Salen INÉS, y MARINO tras ella.
MARINO.
Inés bella, Inés gentil ,
Del amor ardiente rayo,
Que le haces la mueca al mayo
Y la mamona al abril ,
No se esquive tu persona
Contra mi cariño así ,
Porque será hacerme á mí
La mueca y aun la mamona.
Póngase á lu fuga tregua.
Porque con ac^uesto solo,
Ni yo vendré a ser Apolo,
Ni tú Dafne de la legua,
tiscüchale á uu caballero
Cuatro razones de amor,
Fainiliarismo esplendor;
Espera, espera.
INÉS.
Ya espero.
MARINO.
De la planta á la nariz,
V desde alli hasta el cabello,
Es todo tu bulto bello.
¡Quién hacerte genitriz
Pudiera de un bello infante!
INÉS.
Heme venido á enojar
Que me requiebre en vulgar.
¿Piensa que soy ignorante?
MARINO.
Por el ínclito abolorio
De mi prosapia en Galicia,
Que en mí no ha habido pigricia;
Que entendí que el auditorio
Era de estofa mediana
Y que cualquiera parlado
Le pudiera ser de agrado.
iNés.
¿Jnzg^stesme chabacana
ü con ingenio bisoño?
Pues mas de dos entendidas
No me igualan presumidas
Con enaguas y con moño.
MARINO.
Ya afecto credulidad,
V pues esa perfcciou
Pide culta locución ,
Oiga mí verbosidad.
Nise, que cubicularia
301
Eres de Elena, y ultrajas.
Haciéndole mil ventajas,
A la tropa famularia ,
Cos(]uilÍosamente intima
Tu tulgoroso esplendor,
Rayos a un flamante amor.
Que fué embrión y se anima.
Y pues domina imperiosa
En mí tu luz, Nise bella,
Sea venérea centella,
Y no chispa fulgurosa.
Conoce afectos anejos
Al amor que has visto en mí.
Para que goce de. ti
El premio con mil amplejos.
Halle mi pesar leticia
En tu fámula beldad,
Y de sooarronidad
Expele toda nequicia.
iNás.
Si á la mentida afición
En que os fingís con empeño
Premiara amando, á mi dueño
Fuera hacerle gran traición.
Y así, disculpa. Señor,
Esta cortedad aquí.
Que no os puedo dar por mí
Esperanza de favoi*.
Perdonad, señor don Payo.
MARHIO.
Poco, Elena, os obligó.
Pues para ampielarla yo
Me estáí's negando el ensayo.
INÉS.
No queráis por lo indirecto
Dar estímulo al cuidado.
MARINO.
Por Dios, que se OS ha pegado
La roña de mi dialecto;
Con un brazo y otro brazo,
Nise, podéis injciar
Aquesto del abrazar.
Dejando el culto embarazo.
INÉS. (Ap.)
Es de don Payo el humor
Tal , que , si noble no fuera,
Por mi galán le admitiera,
Porque le he cobrado amor.
MARINO.
No impetra la persuasiva.
Aunque hable á lo gongorio.
Que circuya el bello emporio;
Ea, sed ejecutiva.
Tanto dais en porfiar.
Que, por no ser enfadosa.
Os abrazo.
MARino.
Linda cosa.
Sale URBINA, y los ve abrazados.
DROIRA.
Esto se llama abrazar.
Bueno va, por Jesucristo ;
Que en los tres años que he amado
A tal dicha no he llegado.
iNés. {Reparando en el viejo,)
El escudero me ha visto ;
¿Qué importa?
URSINA.
Esto es negociar
Con brevedad , no morir
Con esperar y servir,
INÉS.
Llegalde, don Payo,á hablar.
MARINO.
Seáis, Urbioa, bien venido.
303
o R BINA.
Lo contrario liabia pensado.
MARINO.
¿ Cómo ?
IR DINA.
Ser muy nial llegado.
MARl.'iO.
{Ap. Socarrón me ha respondido.)
¿Dónde está mi Blena hermosa?
URSINA.
En visita la dejé.
MARINO.
¿Con...?
CRUINA.
Con una dama.
MARINO.
¿A fe?
URBiNA.
Que enfrente de casa posa.
MARINO.
lY cuánto se tardará
Kn venir?
URBINA.
Ya voy por ella.
MARINO.
No os detengáis.
URBINA. (Ap.)
La centella
De celos me abrasa ya.
¡ Con qué priesa me despide
Para acrecentarme enojos!
MARINO.
¿Tenéis nubes en los ojos?
URBINA.
Una y pero no me impide
El ver sin dificultad,
Aunque sea dar un abrazo.
i>és. {Ap. )
Blalicias tiene el pelmazo.
MARINO.
Hablando aquí en puridad ,
¿Vistcisme abrazar á Inés?
URBINA.
Y deso estoy muy celoso,
Pues no he sido tan dichoso.
Aunque la sirvo años tres.
MARINO.
Y eso ¿es para casamiento?
URBINA.
Pues ¿ para qué había de ser?
Ámola para mujer.
MARINO.
¿\' es con su consentimiento?
URBINA.
Sí he de deciros verdad.
Ella siempre me desdeña,
Muy esquiva y zahareña.
INÉS.
No le ten(;o voluntad.
URBINA.
Llamóla en versos constantes;
Que me precio en la poesía...
MARINO.
ftle gusta, por vida mía.
URBINA.
Despeño de los amantes,
Hoca, mármol, risco helado,
Peña altiva y fuerte acero.
INÉS.
Todo es porque no le quiero.
ORUINA.
Págame mal mi cuidado;
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
l.nos versos la hice ayer,
Que dedico á su rigor.
MARINO.
Oi^^úmoslos, por mi amor.
¿Son cultos?
URBINA.
No los sé hacer.
MARINO.
Vaya de versos.
URBINA.
No son,
Señor, de los realzados ,
Pero son acomodados
Para decir mi intención.—
Si gusta Inesarda que sufra y que calle,
Amando, queriendo, sufriendo y velaii-
¿Cómo lo podré, si be estado mirando
Tomarla apretada medida á su talle?
Cuando ella ineaburre, yo dallequeda-
Querer, mas querer, sentir y llorar, [He,
Hasta que vea que no hay que esperar,
Y que me pone de pies en la calle.
MARINO.
Repente composición,
Y al suceso del abrazo.
URBIKA.
Con tal prontitud los trazo.
MARINO.
Muy á lo de Mena son.
INÉS.
Así los compone Urbina. i
URBINA. I
Oíros me veréis hacer
A vos, que tomáis placer
Con esposa y concubina. (Vate.)
MARINO.
Huyendo se fué el vejete,
En diciendo la malicia. —
Inés, no tengas trislicia.
INÉS.
Es un soplón.
MARINO.
Y un pobrete.
La hoja quedó doblada ;
Volvamos á nuestra historia.
INÉS.
No se verá en esa gloria.
MARINO.
Inés mia , Inés amada,
Inés con hombres cortés.
INÉS.
Repórtese ; que está loco.
MARINO.
En la materia que toco,
l'n poco te quiero, Inés.
INÉS.
Poco y tan poco será.
Que casi á ser nada venga ;
Otra de amor le mantenga.
Pues que tan hambriento está.
MARINO.
Óyeme, niña, pues es
Mi amor festivo y solene...
Mas, poroue tu ama viene,
Yo te lo diré después.
Saien DOÑA ELENA, y (IRRINA, 9Ií<;
la trae del brazo,
DONA ELENA.
¡ Qué calurosa que vengo !
Quítame, Inés, ere manto;
Que en el tiempo del eslío
Aun el soplillo es pesado.
ÜRBIIU.
Apretóle el tejedor.
DOfA ELE1IA.
¿Aquí está el señor don Pato?
MARINO.
Aquí me tiene Cupido,
A fuer de rito judaico.
Intruso en la cspectacion,
Mas ííjo que lo esli ou máraiol.
DOÑA ELENA.
¿ No estaba con vos Inés?
■ABIRO.
Aquí entretuvo el caldado.
CHINA. (A^.)
Y aun el gusto.
INÉS.
Calla, viejo.
ORBINA.
Solo por mí honra callo.
DOSa ELENA.
¿Tenéis carus de Sevilla?
■AtlIfO.
Si, Elena ; Jorge Grimaldo,
Mí agente, me lia remiüdo
Cosa de diez mil ducados
En plata doble, y me tiene
Lleno de tedio y espanlo
Ver la poca cantidad
De dinero que ha labrado
La casa de la mooeda.
DO^A ELE.'CA.
Deben de labrarla tantos.
Que para todos do habrá.
MAaiNO.
Ya dice que á otro ordinario
Me enviará mas cantidad.
Con lo que allá me he dejado
De plata, perlas y piedras.
DO^A BLEICA.
Ya con lo que os ha enviado
Les podemos dar principio
A nuestras bodas.
MARINO. (Ap.)
Andallo ;
Sal quiere el huevo; diezniil
Es el principio del nato;
¿ Qué vendrán á aer los medios
Y losiines? Batacaio
Puede temer cualquier bolsa
Que le viniere á las manos.
I>05ÍA BLBHA.
Tracemos, pues, los vesUdos.
«ARISIO.
Auséntense los criados.
Que siento no hablar calloso;
Que es lenguaje desairado
El vulgar, y en estas cosas
El culto no he de gastarlo.
DOJUUiKlU.
Decís muy bien.— Vos, UtUn
Y Inés, despejad entrambos,
Y dejadnos aqui I aolas.
MES.
Pormf,yoobedeaco. ' •
UIMSIA.
Vamos.
DOfAKLDU.
Tomad silla.
«AaiNO.
TamesleBto.
noffAunu.
De aquestos dief mil dMtdsii
más qwe se esperan,
joyas trazo,
s /coches, silla,
de criados
scalera arriba
calera abajo.
HARUO.
,'S!á.
DOÑA ELENA.
Lo primero...
MARINO. (Áp.)
:)¡é en la boda entramos.
DO.^A ELENA.
'O vestidos,
ses del año
¿Qué colores?
ser cabellado,
a, color
se usa.
MARINO.
Y los calvos
!o desean,
I lela ni en raso.
DO>A ELENA.
icar.
MAIilNO.
No es cosa
Lo.
DOÑA ELENA.
Andáis errado.
MARINO.
do ese color.
DOÑA ELENA.
MARI.NO.
roríjiie he juzgado
? nácar visle,
ido por el Haslro,
3n los rastreros
le livianos.
DOÑA ELENA.
ser.
MARINO.
Víiya pues,
nüeis los milanos,
y alíaneques,
'este guisado.
el verdegay?
DOÑA ELENA.
O eo papagayo.
MARINO.
or muy honesto ;
Indias'le usamos.
DOÑA ELENA.
>s tan mal uso.
oguerado.
MARINO.
déla nogada?
DOÑA ELENA.
bamor vais gastando!
MARINO.
o me burlo á fe,
)y mentecato,
ido decolores.
DOÑA ELENA.
ly de veras hablo.
MARINO.
1.
DOÑA ELENA.
Otro he de hacer...
MARINO.
DONA ELENA.
m\.
EL MAYORAZGO FIGURA.
MARINO.
¿Oscuro ó claro?
¿Célico ó celoso?
DOÑA ELENA.
Azul.
MARINO.
¿De aqueste azul ordinario?
DOÑA ELENA.
Sí.
MARINO.
Los negros lo apetecen.
DOÑA ELENA.
Será de lama, y bordado
De negro.
MARINO.
Bueno, me gasta;
El buen capricho os alabo.
¿ No trazáis oiro pajizo?
DOÑA F.LENA.
Rn los tiempos de Pelayo
Fué valido ese color.
MARINO.
Tenéis el gusto extremado ;
Que dama que de pajizo
Se viste esiá en él penando,
Como alma del purgatorio.
Con llamas por lodos lados.
DOÑA ELENA.
Otro vestido haré verde.
MARINO.
La esperanza de los asnos
Se acabará con mirarle
Cuando le estén deseando.
DOÑA ELENA.
Será de lama de flores.
MARINO. {Ap.)
De arbolan lo habrá loma<lo,
Verde y llores que prometen
l^n verde y llorido mayo.
DOÑA ELENA.
Parece que estáis de üsga.
MARINO.
Soy tan generoso y franco.
Que siento que me deis cuenta
l)e lan misérrimos gastos ;
Gastad á vuestra elección.
DOÑA ELENA.
Coche y silla haré.
MARINO.
Yo esclavos
Os compraré.
DOÑA ELE.NA.
No sean negros.
MARINO.
No serán , porque, mir.mdo
Llevar á una dama negros,
Juzgarán pechos cristianos,
Y mas si sale de noche,
Que va en poder de los diablos.
DOÑA ELENA.
Una cosa, mi señor,
Es la que he de suplicaros.
En que me habéis de dar gusto.
MARINO.
Siempre á dárosle me allano.
DO.ÑA ELENA.
Que habéis de olvidar lo anligao
Y vestir lo cortesano ;
Al uso quiero ese talle.
Que es de muchos envidiado.
MARINO.
¿Cortesano he de vestirme?
OOflÍA CLEÜA.
SI, mi señor.
805
MARINO.
¿Repudiando
De don Olfosy don Bueso
La escarcela y los follados?
DO.ÑA ELENA.
Eso mismo es lo que pido.
MARINO.
Oid un cuento en el caso.
En dulce barraganfa
Dos amantes engarzados
Estuvieron largo tiempo ;
Mas llególe el desengaño
A la dama, y á su dueño
Le dijo (el rostro bañado
En lágrimas) que quería
Ser monja, y dejar el trato
Lascivo oe su amistad,
Pidiéndole para el santo
Intento dote y ajuar.
Con todo lo necesario.
No sintió el galán la fuga
De su compañía tanto
Como el pedirle aquel dote;
Que dijola mesuraao :
c Señora del alma mía,
De amiga á monja es gran salto;
Quedarse en beata puede.
El intento minorando. »
De follados á calzones
Tan de repente no paso;
En calzas me quedaré.
DOÑA ELENA.
Bien está el cuento aplicado.
Saie URBINA.
ÜRB1NA.
Don Diego de Acuña quiere
Besar, Señora, las manos
A vuesancé.
MARINO.
Yo me voy.
DOi^A ELENA.
¿Porqué?
MARINO.
Porque me ha cansado
Que con mis proprios papeles
Haya pretendido un hábito,
Y que le tenga en los pechos.
DOÑA ELENA.
¿Hábito?
MARINO.
Y de Santiago.
DOÑA ELENA.
Ha sido término rain.
MARINO.
Superchéríco, tacaño,
Y trecientas cosas mas ;
Por otra parle me escapo.
DOÑA ELENA.
Decid que suba don Diego.
(Yate ürbina.)
MARINO.
Adiós, mi bien ; mas despacio
Trazad lo que conviniere. (Vate.)
DOÑA ELENA.
El cielo os guarde mil años.
Sale DON DIEGO.
DON DIEGO.
Aunque á novedad Juzgúela
Mi venida, habiendo tanto
Tiempo que no vengo i veros,
Como embajador be osadú
Llegar á tuestra presencia.
504
DO^A ELENA.
De ese mililar órnalo
Itecibid mi norabuena.
DON DIEGO.
Yo la admito muy ufano ,
Y este y los dcMnas aumentos
Que tuviere, los consagro.
Señora, á vuestro servicio.
DOÑA ELENA.
Tengo por milagro raro
Que aquí os permita venir
Aquel serafín humano
Que os gobierna el albedrio.
DON DIEGO.
No os entiendo.
DO.NA ELENA.
No me espanto,
Que hablo oscuro ó en griego ;
La bella Leonor, el pasmo
De la beldad, el prodigio
Del orbe.
DON DIEGO.
Pues decid, ¿cuándo
Tiene aquese imperio en mi?
DO^A ELENA.
Gracia tenéis cu negarlo.
Yo be visto un retrato vuestro
En su camarín.
DON DIEGO.
¿Retrato?
DONA ELENA.
Miento; que fué original.
DON DIEGO.
Fué de los ojos engaño.
DONA ELENA.
Nunca me engaño en la vista.
DON DIEGO.
Dicha fuera haber llegado
A tanto bien.
DOÑA ELENA.
¿Disimulos
Cuando yo lo he visto y cuando
Todos saben que la amáis?
Mas en efelo, ¿por cu^^nto
Tiempo os ha dado licencia
Que estéis aquí?
DON DIEGO.
Por un ano
Y por mil; porque Leoiior
No me veda (hablando claro,
Como sabe que la adoro)
Que hable con vos, cuando he dado
En olvidar vucslro nombre.
DONA ELENA.
(Ap. D(í pesar y celos rabio.)
Decidme á lo que venís.
DON DIEGO.
Rl tiempo que lo dilato
Viene á ser muy contra mí.
DOÑA ELENA.
Creólo; vamos al caso.
DON DIEGO.
¿Rien conocéis á don Juan
De Üracamonle?
DOÑA ELENA.
Ese hidalgo
¿No era amante de Leonor?
DON DIEGO.
Sí , mas su amor ha mudado
En vos; es noble y es rico,
Desea que vuestra mano
Honre la suya y su casa.
Por tercero me ha enviado
Para tratar deste empleo,
Y es que se engañó, juzgando
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
Que soy muy vuestro valido ,
Y que podría yo tanto
En esto , que él consiguiese
Su intento; ved con espacio
Si os conviene, porque pueda
Darle á quien la está esperando
De vos alegre respuesta.
DOÑA ELENA.
¿Tan lejos son vuestros barrios.
Que ignoráis que á vuestro primo
Estimo y quiero?
DON DIEGO.
¿A don Payo?
DOÑA ELENA.
Al mismo.
DON DIEGO.
¿Ilablaisme de veras?
DOÑA ELENA.
De veras, don Diego, os hablo.
DON DIEGO.
¿Para esposo?
DOÑA ELENA.
Para esposo.
DON DIEGO.
Pienso que os estáis burlando.
DOÑA ELENA.
No me burlo.
DON DIEGO.
Pues á un hombre
Loco, desigual , menguado,
¿ liabeis de elegir esposo ,
Cuando es llamado de cuantos
Le conocen en Madrid,
Por necio y por mentecato.
El mayorazgo Figura?
DOÑA ELENA.
Don Diego, con él me caso.
DON DIEGO.
Mucho os anima el dinero ;
Que la persona y el trato
De tan menguado sugeto
No han hecho en vos tal milagro.
DOÑA ELENA.
No despreciéis vuestra sangre.
DON DIEGO.
Aunque no trato de amaros.
Siento que hagáis tal empleo,
Y si puedo, he de estorbarlo.
DOÑA ELENA.
Estorbarlo no podréis.
DON DIEGO.
Si haré , que yo tengo mano
Con personas'muy de arriba ;
Que no he de ver malograros ,
Casada con tal figura.
DOÑA ELENA.
¿Sois vos mi tutor acaso?
Pues porque no lo intentéis.
Sin el debido aparato
Que á mi calidad se debe.
Con el vestido que traigo
He de casarme. mañana,
Sin aguardar á mas plazos.
DON DIEGO.
(Ap. Eso es lo que deseo.)
Pues con lo po o que valgo
Habéis de ver si lo estorbo.
DOÑA ELENA.
Será término villano.
Dejad luego mi presencia ;
Que, de mi desden picado.
Os queréis vengar.
DON DIEGO.
*Vo?
soSailbiul
Si.
DON DIE60.
¿No veis que na e lie despicado
Con Leonor, y mi Leonor
Es portento soberano
De la beldad, qne aventaja
A todas, como el sol claro
A las lucientes estrellas?
DOÜA ELENA.
Quedaos para mentecato. (V
DON DIEGO.
Perdida va, de celosa;
Llcgarásele su plazo,
Y entonces conocerá
Lo que cuesta ao dMeqgaDo. (I
Salen á una reja LUISA t DO
LEONOR.
LOISA.
Fresca noche.
DOÑA LEONOa.
Será baena
Si don Diego presto viene,
Y estorbo no le detiene.
LOISA.
Ya no será doña Elena.
DoffA LEoiroa.
De eso vivo bien segara;
Que estoy cierta de so amor.
LUISA.
Apeló de su rigor
A tu diviua hermosura.
DO^A LEONoa.
Lisonjera, Luisa, estás.
LOISA.
No es lisoi>ja , te proneio:
Que don Diego fué discreto
En ir de menos á mas.
D05ÍA LEOÜOB.
Mucho es Elena.
LUISA.
Siea;
Has donde Leonor está,
Cualquiera la d^ará
Por tan hermoso interés.
Sale UKHWO ^ é€ »0ek€.
■Aano.
Noche, amparo de mochieloi.
De lechnus y de buhos.
Que sin herencias de muertos
Te vistes de negro luto,
¿Adonde hallaré á mi amo.
Que le busco á 8omo^n^jo,
Cubierto á lo envergonaate,
Huyendo de los ooneniioa.
Para que no mecoooicaa?
DOÜA
Alli be divisado un bullo
Que por esta calle b^a.
LUISA.
¿Si es don Diego?
DOÜA LBoma.'
Yo lo dado;
Que le es inferior en talle.
LOSA.
Hombre parece do nrigo.
«AlfllO.
Dos damas honrau los Uerrof
Desu reja; eoo mi! güilos
Me apropincoo donde hay I
Guarde el cielo kH eotaiM t
os brillantes faces,
n el sol es mendrugo
lendigando rayos.
LUISA.
*e llega con humos
lar.
DO.^A LEONOR.
Gracejemos
|ue tiene buen gusto.
LDISA.
;a con despejo.
MABI?(0.
ae el farol nocturno
s en esa reja
e muchos sustos,
ue tenéis mas luz ,
abejaruco,
íidines busca ,
e y vagabundo,
vuestra beldad
^zca un minuto
o, si lo permite
or verecundio.
LUISA.
iste es el galán
DOÑA LEONOR.
¿El lacayo? Dudo
él.
LUISA.
Yo le conozco;
10 grande amigo suyo
siró en una calle,
él no dificulto,
ue babla deste modo.
MARINO.
de hablar á lo mudo,
torpe en hacer señas,
é aquí muy burdo.
DOÑA LEONOR.
?r con quién se habla
|ue se mire mucho.
OÍS?
MARINO.
Soy un caballero
lamo don Gerundio
ue.
DOÑA LEONOR.
¿DeVitoque?
MARINO.
aci en el Maluco,
)qaes de allá
res en el mondo.
DO.ÑA LEONOR.
ñas , y descubrid
MARINO.
i la descubro,
rostro de carne.
DOÑA LEONOR.
aera del uso.
MARINO.
, que es moza gentil ,
que un boquirubio
lo por su belleza.
DOÑA LEONOR.
cis?
MARINO.
Que sois un sumo
> de la beldad ,
lantos atributos
eren, merece mas
o plenilunio.
DOÑA LEONOR.
lameDle habláis.
, C DI L.— n.
EL MAYORAZGO FIGURA.
MARUIO.
He profesado el estadio
De esa ciencia.
DOÑA LEONOR.
Asi parece.
MARINO.
Si queréis, con vuestro indülgeo,
Que me llegue un poco mas ,
Aunque sea darle un susto
Al alma, que ya os adora ,
Recto llego y sin condumio.
DOÑA LEONOR.
Llegad.
{Llegúese Marino mas,)
MARINO.
La reja me indica
( Huyendo de lo menudo
Sus hierros ) que por lo raro
Puedo algún favor futuro
Esperar, y el optativo
Está con muchos Impulsos
De hacer una rara prueba ,
Por si acaso halla conducto
Para apropincuarme allá.
LUISA.
Señora, aunque sea disgosto
Para el penante lacayo.
Tú verás cómo le burlo;
Haz que ejecute en la reja
Su deseo, y en el punto
Que con la prueba se salga...
DOÑA LEONOR.
Ya te entiendo.
LUISA.
Pues yo acudo
A llamar á dos criados. {Éntrese.)
MARINO.
Tanto á ese sol me vinculo,
Esclavo deesa beldad.
Que con mas valor que un Macio
Pruebo allegarme mas cerca.
( Entre la cabeza por la reja , y cójale
doña Leonor por las orejas^ y ténga-
le asido,)
San Pascasio, san Panuncio,
San Lésmes, san Romualdo,
San Panialeon, san Bruno,
Las auriculares formas
De mi semblante rotundo
Me las desquician del casco.
Salen dos criados, de figuras^ con más-
caras,
CRIADO 1.®
Guatizambo.
CRIADO 2.*^
Califurnio.
CRIADO 1 .^
Aroga, aroga ; qae es tiempo.
CRIADO 2.^
Desnuda.
{\anle quitando los follados y ropilla,
y quede en calzoncillos.)
CRIADO 1.®
Ya le desnudo.
MARINO.
¿Qué hacéis, hombres mascarosos?
CRIADO 1.**
Probamos con un conjuro
A despojarle la ropa.
Para que en el mes de julio
No le dé tanto calor.
MARINO.
Del pensamiento abrenuncio;
Las coces me han de valer.
{T(rúi4$
806
CRIADO 2.°
No harán, señor macho nicio;
Que en nuestro poder está
La ropa.
CRIADO 1.*^
Vaya al profdndo.
{Vanseeon la ropa.)
MARINO.
Soltadme vos, doña Urganda.
DOÑA LEONOR.
Vade retro.
MARINO.
Lindo gusto;
Lo que yo la he de decir
Me ha dicho, yo me escabullo;
{¡Éntrase doña Leonor.)
Por Dios que he quedado bueno,
Ellos me lían dejado in pluribus
Solo con pafios menores ;
El término ha sido sucio,
Pero mas socio estoy yo;
{Échase la mano atrás.)
¿ Que esta gente sufra el mundo?
Sale DON DIEGO, de noche.
DON DIEGO.
Pienso que vengo algo tarde,
Y en Leonor no diUculto
Que á esta hora e>té despierta,
Viendo que be tardado mucho;
No pensé que era tan tarde.
MARINO.
San Barlahan, san Mercurio
Me saquen de aqueste aprieto;
Que diez hombres de consuno
Vienen á embestir conmigo;
Ya, de miedo, estoy sin pulsos.
DON DIEGO.
Un bulto diviso blanco.—
¿Quién va?
MARINO.
Todo el apatasco
Del pelear me acomete.
DON DIEGO.
¿Quién va, digo?
MARINO.
Un garipundio,
Un pelagallo, ana liebre.
DON DIEGO.
Este es Marhio.
MARIKO.
Sao Janeo
Y el cirio pascual me libren.
DON DIEGO.
Diga, pues se lo preganto,
¿Quiénes?
MARINO.
Una ánima en pena ,
Qae viene del otro mando.
DON DIEGO.
¿Qué pide el ánima?
MARINO.
Paso
Para topar lo que busco.
DON DIEGO.
¿Y qué busca?
MARINO.
Unos calzones;
Qae aquestos no están enjutos.
DON DIEGO.
Eftte AS el paso qae doy,
A: ócuerpoT
. {fiéUá$e9p9láaraxos.)
306
HABIBO.
Un diluTio
De demonios se ha soltado.
DON DIEGO.
¿Es Marino?
MARINO.
Soy un pulo.
Pesar de quien me parió.
DO.X DIEGO.
Perdona si el filo agudo
Te pudo hacer algún daño.
■ABINO.
No me le ha hecho, aunque pudo ;
Pero con espaldarasos
Me has dado lindo pan duro.
DON DIEGO.
¿Cómo esUs de esa manera?
luaiNO.
En empresas poco ducho.
Una me ha salido mal ,
Con que me hallo desnodo.
DON DIBGO.
¿Cómo?
MARINO.
Vamonos á casa.
Si quieres que por menudo
Te lo cuente ; que deseo
Que te rías con buen gusto.
DON DIEGO.
Vamos ; que Leonor hermosa
EsUr¿, á lo que presumo,
Acostada ; esta es su casa.
MARINO.
¿Su casa? Casa de briyos
Se puede llamar mejor.
DON DIEGO.
¿Porqué?
MARINO.
Tardaréme mucho
En contar lo que ha pasado;
Allá, que estaré seguro,
Lo sabrás, y que he de ser
Novio mañana del rubio
Seralin de doña Elena.
DON DIEGO.
En eso hay que decir mucho.
MARINO.
Desde hoy escarmiento en ser
Curioso ; que los magullos
De la espada de mi amo
Me han pautado todo el bulto.
(VcfiM.)
Sale DOi^A ELENA, muy bizarra,
INÉS.
D05Ia ELENA.
¿Pusiste aquel pomo, Inés?
inAs.
Ya queda puesto en la sala,
Y con el calor eihala
Olor á estas piezas tres.
DO^A ELENA.
¿ Estoy bien tocada?
iNés.
Si.
DO.SÍA ELENA.
¿Qué te parece el vestido?
INÍS.
Que es muv bizarro y lucido,
Y todo esta airoso en ti ;
No está mas galán el mayo.
{Ap. Con poca faena se miente.)
D05ÍA ELENA.
¿Si me habrá sido obediente
Ed el Tes tirse don Payo?
DON ALONSO DE CASTILLO SOLORZANO.
inAs.
Es de tan extraño humor.
Que en su tema extraordinaria,
Temo una gala contraria
Al uso de mas primor.
DO^A ELENA.
Leonor estaba avisada,
Y se tarda ya en venir.
IN¿S.
Querrá en tus bodas lucir.
Bien prendida y bien tocada,
Y en eso se taribrá.
DO.XA ELENA.
Tocarse i lo de palacio '
Requiere, Inés, mucho espacio.
INáS.
En casa la tienes ya.
Salen DOÑA LEONOR, con oiro vettiáa,
T LUISA, con mantos,
D05ÍA LEONOR.
Amiga, ¿babrásme culpado
Mi tardanza?
DOÍ^A ELENA.
A tu hermosura
La adorna tal compostura.
Que no es mucho haber tardado.
DOKa LEONOR.
La tuya puedo decir
Que está con primor tan raro,
Que aventajas al sol claro
En el brillar y lucir.
LUISA. (Ap.)
Muy para ser novia estás ,
Inés mia, te prometo.
INÉS. (Ap,)
Adulas á lo discreto.
. LUISA. (Ap.)
Te engañas si en eso das.
5a/<; URSINA.
URSINA.
El señor don Pavo y toda
La nobleza que le asiste
Suben la escalera.
DOfiA LEONOR. {Ap )
Triste
Fin pronostico á esta boda.
Salen MARINO, con calzat y nueva gala
ridicula ¡Wf^ ÜIKGO, DON JUAN,
DON PEDRO y CRIADOS.
MARINO.
A objetos tan luminosos.
Que espeleii luces difusas,
¿Qué vigor resistirá,
Próximo á su esfera ebúrnea ?
Tremulante la osadía.
Mil deliquios la circundan,
Y afecta retrocedencias
Cuando piensa que conculca.
D05ÍA LEONOR.
Notable modo de hablar.
D05ÍA ELENA.
Del esposo que me ilustra ,
Menos encarecimientos
Harán su Te mas segura.
MARINO.
Doméstico y nada serio
Este amante se vincula
A que del casto himeneo
Le pongan yugo y coyundas.
MÜAIURA.
Yo estimo vaestn bimlliid
Y conozco mf venlor».
DOM nvRO.
¿A qué se agMfda, feftom?
uitau.
A que solo Yengt el cara.
DOR DIEGO.
Antes que el párroco Ilegae,
Y el casamiento concluya.
Propongo un inpediHMolo.
OOftA BUHA.
Don Diego, nopoBgilidadM;
Que yo tengo ae cauroM,
Y será osadía mocha
Querer estorbar ori anplN,
Que nadie en él diflcalia;
Don Payo ha de ser ni tt^m»
«AMlfO.
Pluguiera á la excelsa y put
Majestad del gran Jebova
Que celebrara estas niipdii;
Pero no puedo. Señora.
DOSa ELENA.
¿Quién lo estorba?
MARINO.
La fortoDi,
Que no me quiso hacer DoUe.
DO.^A ILBNA.
¿Cómo no?
MARINO.
La maña astau
De mi amo me vistió
A lo de Ñoño Rasara,
Poroue en el juego de amor
Os aiese ana garatusa.
Yo no me llamo don Payo
Ni soy de la noble aleirsia
De la antigua Cacabelos;
Que es mi patria la Gorafa.
Lacayo soy de úom Ücgo,
Que el mandil y alnohau oía,
Y es mi nombre Antón Maiiao;
Aquesta es la verdad pura.
¿Este hombre diee verdad,
O miente?
eolia LceMoi.
AsilQi
Don Diego.
MNIMICO.
En todo U
Porque, viendo ea voe la
Codicia y el poco amor
Que á mis penu, nU ancostias.
Que á mis ansias y deavelos
Mostrabais, porque la dada
De si me amábala ó no
Se viese en verdad denadi,
Fingi á Marino hereden
De la cantidad y aooia
QuedemitloMiedé;
Presentóse á esa hemosan,
Y vos, sin advertioüealo
De verle decir lecaras»
Codiciosa de aa baefeoda*
Sin la razón qve oi tínén,
Le baciadesvaeitroc^pefo;
Estorbarlo fUé cordón.
DoiUiLau.
L Que esto se asase eoaaifo>
i que no tenga nlagaia
Persona que mi
Solicite?
nollA
Noletarbaa
Amenaas á deo
QueesAndradey
DOffA ILKfA.
I Joan, esta maoo
ira si procura
ilor mi venganza.
DO!f JUAN.
ra dicha sama,
itoy desposado.
DOÍIa KLEIfA.
n?
DON JOAN.
Una prima suya
Deudo oon Diego.
005ÍA ELENA.
mas desventaras?
DON DIEGO. ^
qnede sin boda
dslre junta,
or es mi esposa.
DO^A LEONOR.
ni maoo.
EL MAYORAZGO FIGURA. .
■AUNO.
Alehiyi.
DON PIDBO.
Goceisos por largos afios.
DOSTa ELENA.
Yo me voy triste v confesa ;
Que estoy rabiando de celos.
{Hace que $e va, y deHénela don Diego.)
DON DIEGO.
Grosería fuera mucha
Apuraros mas, Elena;
Que mi venganza no apura.
Acompañad á mis bodas
Con otras, que las procura
Don Juan, que no está casado»
Como ha dicho.
DON JOAN.
Si es que gasta
Mi señora dofia Elena
Darme su mano, en la culpa
Del mentir pido perdón.
m
DOftABLSNA.
Aunque agraviada me turbio
Tantos pesares, la dov;
Que no he de olvidarlos nunca,
Aanque perdone i don Diego.
■AllilÓ.
Escudero de iveotnrú.
Lacayo por otro nombre,
Inés y Luisa mé Juzgan ;
De las dos i hay quien me quiera?
mis.
Yo no, porque no me arguyan
Que bailó en mi fieUklad.
unsA.
Ni yo tampoco ; que ottoea
Tuvo pláticas conmigo.
MABmo.
Pues á reveder, mia cholai ;
Que celilMto me quedo.
Démosle fin, si os disgusu,
Al interés castigado
Y al If ayer ««|f# Fí$ur9.
*
310
FABIO.
A cosía de mi dinero
Te puedes aventurar ;
Que con él has de suplir
Las Tallas de la razón ;
Porque ayunar no es razón,
Y ya lo empiezo á sentir ;
Mas adviene que aqiii sale,
Y el Alcalde le acompaña.
DON ANTOMO.
Es una figura exlraúa.
FABIO.
No hay ninguno que le iguale.
DOIl A.ITONIO.
Vamonos; que no es mi intenlo
Que por ahora me vea.
FABIO.
Como tú quisieres sea.
Vamos; un loco hace ciento.
( Yante.)
Salen DON COSME, ridiculamente ves-
tido de luto; EL ALCALDE t FUfciN-
CAHRAL.
Do:« COSIB.
Yo soy don Cosme de Armenia
Í Alcalde y fralelo mió),
)e8de el arca del diluvio
Derivado y procedido;
Que , como afectó mansión
Aquel nadante edificio
En los escollos de Armenia,
Donde tomé mí apellido,
Noé, mi señor abuelo.
Dio cuidado al tercer hijo
Que ¿ mí estirpe generosa
Le diese honroso principio;
Y asi , de lo mas selecto,
Turo, substancial y primo
De su sangre me engendró
Para honra de estos siglos ;
Tanto, que, en su parangón
Con lo terso y con lo limpio,
Son escoria los cristales,
Son basura los armiños.
Yo, que oslaba descuídadOi
Hetirado y recogido
En mi patria de este io)
Corto, y estrecho epiciclo.
Acertó 6 pasar |>or ella
El Hinioso Carlos Quinto,
Que iba a casarse á Sevilla
Con la hija del invicto
Don Manuel de PoNugal.
Vile, \ióaie, y conocido
Por su cercano pariente.
Quiso llevurme consigo;
Que , si no lo ha por enojo,
Yo y el César somos primos
Por' la linea de Jafet;
Esto lo saben los niños.
Y si no me engaña el iirbol
Que curiosos han escrito,
Esti nuestro |»areutesco
A grados seis mil j cinco.
Dos soles vieron á un tiempo
En el hético distrito.
Veraniego el de don (>)sme,
Y el de Carlos invernizo.
1^1 , viendo cuan mal se avienen
Dos luminosos abismos
De esplendor en corto espacio
( Escarmentado en el bijo
Del planeta Barbarroja,
Que , atropellando los signos.
En la etiope sartén
Dejó á sus patriólas fritos).
No quiso que allí asistiese,
Y con I igor eipalsivo.
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
Me retrocedió á Almodóvar,
Mi solar y centro antiguo.
No sé YO si el buen Alcalde
Mí periodo habrá entendido;
Que le juzgo, en la fachada,
Que es poco metafórico.
Diga la verdad.
ALGALDI.
Señor,
Aunque tengo aqueste oficio.
No me le diero« |K>r letras,
Sí por hombre bien nacido;
Que, si por letras se diera.
Juro por el pan bendito
Que de toda la cartilla
Nunca he pasado del Christut,
DO?l COSME.
Según eso, ¿ estará ayuno
Del discurso narrativo.
Sin entenderme palabra?
ALCALDK.
Es asi como lo ha dicho.
Ilabraroie de esa manera
Es meterme en leborriutios ;
Por acá sOlo se habrá
Pan por pan, vino por vino.
D0¡« COSME.
Digo (pues que el buen Alcalde
Es tanto del plebeismo)
aue el Emperador, mi deudo,
a gustado y fué servido
Que con dos mil escudejos
De renta hiciese retiro
A Almodóvar, mi solar;
Esto, haciéndome marido
De la hermosa Zacateca,
Hija del cacique Urriquio,
Nacidos en Cbuquizaque
Y á España recién venidos;
Con lu cual y con mi suegro,
Y el aparato debido
A nuestras autoridades,
A Almodóvar nos volvimos;
Donde , de comer los dos
Ensaladas de pepinos.
Pagando la postrer deuda.
Se pasaron a otro siglo.
Murió al fin mi cara esposa,
Murió mi suegro anerfdo.
Sin haber visto del dote
Ni un ¡lapagayo ni un mico.
Quedé con doi mil de renta.
Corta hacienda al fausto alüvo
De mí garbo, poraue soy
De España grande legitimo.
ALCALDE.
¿Qué es grande?
D0!( COSME.
Forrar meollo
Con fieltro y tafetán liso
Delante el Emperador.
ALCALDE.
Cobijarse, ya he entendido.
DOü COtMi.
El Emperador, mí deudo,
Cubrirme cien veces hizo.
Con que soy cien veces grande.
ALCALDE.
¿Tantas? Nanea tal he oído.
DO.^ COSME.
Parecióme el lugarejo
De Almodóvar corto sitio
Para ostentar mi grandeza,
Y sus villanos malignos.
Quise venirme á Toledo ,
Mus . por un mal de zollipo
Que tengo, temi sus calles ;
> este lugar be escogido.
Que ne diceD qioe et s« teaple
Sano, apacible y beaigMO,
Iffual á mi complesioa.
Vengo un poco deslucido
De criados de mi casa;
Que de Almodóvar los hijos
No se quieren desleCaír
De los paternos bodigos ;
Y asi , le rogué al Alcalde,
Dándome el recién venido.
Que me inqairiese sifTieBies,
Advirtiendo que me sirvo
Con puotualisíDo afecto,
Y que el criado que etajo.
Han de ooocnrñr co cí
Lo noble, discreto y Ihapío.
Señor, de lo mas granado
Del pneMo os migo escogido
Lo mijor.
Yo he menester
Cosa de seis pijecillos.
nj|?ICAUAL.
Para llenarse de sama, .
En entrando, de improviso,
O para lamer los putos.
Si no los hallan lamidos.
DOM COSIE.
Un pmdente mavoidoBO,
Un camarero solicito.
Un maestresala severo
Con fondo en caballerizo:
Sobre todo, an secretario.
Que, como tan mal escribo
(Propio de hombres de mi porte).
Me deshago, ne destriio
En escribir de mi mano.
ALCALM.
En todo seréis servido;
Todos esperan aAien.
Dox cosn.
A remunerar me obHgo
El cuidado del AIcsMe ;
Que soy muy agiadecido.
ALCALML
Al punto entraran aqni. (íi
nOM OOSHK.
Mas hombre de bien no be visls
Que el Alcalde.— Pnencmal,
¿Qué te has Hecho?
FUERCABBAI..
Andar perdido
En hosca de aqueste alcalde.
DON
Pues ¿ en lagtr tan
Te pierdes?
Pan otra vn
He menester, como i alto.
Traer puesto en lu espaldaí
Rótulo de pergamino.
DOMCOSHI.
¡ Qué vulgar gradoso eras
Cuando no pecas en fHo!
FQKKcaaaAii.
He jurado en cantimplora,
Y asi tengo helados Qicbos.
Salen EL ALCALDE, flM TOBIBil
LLÓRENTE t DON AlfTGSUO, i
ettudianía.
Aqui tienes lossIrvIaniaiL
¿Cómo os llamáis?
TOBIMO.
¿YoYToHbte
DOK coas.
TorSbio Penee
ediaoa.cMifinno;
; mi caiiMrero.
aprícho en YrsUros?
TOMBIO.
ri no le ture ,
lará capricho.
OOÜ COSHC.
ros Tsestro sooibre.
LLORCTITE.
terrosme^ligo.
IK>!t 008II.
ote de Bamst
las vuestro apellklo ;
esala aeréis.
laestretal»?
FOBICAMUL.
Esto es lindo;
Qor, ¿ dos manos
los cudiiUos
ijesy en la mesa.
lloreutc.
sala me inclinu,
jos 7 reveses
lo y lo cocido.
DOX cosiut.
á fe de quien soj ;
el despejo j brío.
re?
FAtlO.
Pascual me Uaroo
DON C0S>E«
No lo admito.
»? No me gusta.
FABIO.
lombre, no oficio.
DON COSMB.
ion Pascual Zapata;
ro derivo
PUERCARRAb.
Asi lo harán
guras del siglo.
Mm cosirs.
Jomo mayor
PAttO.
>i en eso os sirvo,
cío me empleo.
DON COSME.
D vos be conocido,
•nómico objeto
a lo* ojos míos,
tomar mohatras
cial , sois único. —
lO os llamáis, mancebo?
M» ANTONIO.
imo doo iomiago
icaci.
F««f6ABRAL.
¿De qué?
DON ANTONIO.
icaci.
PVBNCARRAL.
Haldfgo
do cien veces,
de ser tit cálao?
domántobio.
r.
M. HUtOOtS BEL aGáRftiL*
FOWMMIHUm
Yolohuwi*. . V
MR COtM.
Parece que hab mCreddo
Solo la pluma esta «ente;
Raer el don es precito
Si os bago mi secretaHo.
DON ANTONIO.
Dalde, Señor, por raido.
DON GOBMX.
Y aun el vestido repudio.
DON ANTONIO.
Por causa de un benefleio
Que tengo, ando desta mbHa.
DON COSMC
Traelde, mientras le f\áo
Al Papa un caballerato.
Para que podáis vestiros
De seglar, y gozar del.
DON ANT0R16.
Yo, señor don Cosme, escribo
Francés, redondo, bwtardo,
Gótico, asentado, grifo.
Procesado, y eo sMsIeagiiat.
PetílCARRAL.
Sabéis mas que Galepino.
DON ANTONIO.
Escribiré en toda* ellis
A un conde, á «n duque, i an obispo,
A un principe, ü un potentaip.
Aunque sea el Palatioo;
A un rey, ¿ tt» emperador,
Y al que se ponoel aAiUo
Y tiara de san Pedro.
DON COSME.
Hombre, ¿de dónde has caldo,
Tan nacido para mi?
¿Tuvo mas dicha un Judio?
DON ANTONIO.
Hago mis pocoa da teños ,
Y en culto taosliieo aaeribo.
DON COSMB.
¡En culto! ¿qué mu deseo?
PUBNCARBU».
[Vive Dios, que le ha venido
La horma de su espato !
Topó Sancho ¿ m reeino.
aoN oostfi.
Solo conudor OM falta.
DON ANTONIO.
De castellano y gttarlsmo
Sé también sus ?6gias todas.
DON cosiw.
También haréis ese^flcio.
AliCALDE.
Los pajes traeré mañana.
DON ooaai.
Al secretario remito
La elección da lodos ^loa.
. DOS AMTQIM.
Es favor muy excesivo.
DOK
Zardacaz, mi wcvimhm/,
Asentaréis en mis ttbroa
A don Pascual, don Uorema,
A vos y al buen don Toribio.
Salen LEONOR t MARINA, ietrUUmúi.
LBifiaa»
En este prado* qoa Flota
Esmalta de bella» torta,
I Donde en su espaoia «l^itfura»
Entre lucidos eoiaMt,
Su aljófar blanco It awora ;
Aqui, donde te Amaltea
Su bella copia esparcida ,
Y en lo84:uadroa Mt HermoMi
La república flofkh;
Con aromas'npa toeroi ;
Vengo para DO OAopaikwmo
Con Lauro, que, maBdo flrvle^
Pasa i necio y 4 eaMaraiio ;
Que aqui podr^ divertirme,
Y sin su vistaalegrarriie.
■AtOUli
Tanta es tu riffurldad
Gomo s« lÉOflEfe paoléaibi.
MOROIU
Si te he de dedr inMt
Cuanu mas ea su ^éumtítL
Es menos mi voUiiilid.
Hf
c
Nouble es la rebd4lk
LBomm*
Quiérole mtl. '
pUtflU.
Naetmm-
Da ocasión ean ad porffftt
Que amcr €00 ta#a patino.
Si á otra endeudo, íii)ifMHMk«
X No es Igual para m oeooM?
SI lo quiere vuetlvo fraOft,
¿Obedecer 00 oaftMPioiOT -
IXOIIOO.
Quien con mi gusto íioa^tíif^
EsU de serlo andoi^.
Tu esqvlf ott lüapero.
No es de mi gMto, Ifiírloi.
¿Sabes, herauíBO» «léliioi^t
iQoé?
«Aoom.
Q«po á oiri Hifti oolMliiio
Tu amor.
¿DéBéet
Alfi^roilím.
Promélote qoo m$ nptdi
Su término y eoriaUu
i ConfesarAM oülHidif
iTan presto? Nó, IboniMm arii»
Jtegame mas rwjMm
YogoiomllliMrlM«. . ^,
Mas cuando indtaiJnM koMifiw
Servida eonlgnaí
Te aseguro qoo
En Celio la vol
No porqoo sirva torteo ■
Debes de CelloogMdMe; ^
Que eo Uiuro k<| MtfflMig.
Del pttedoiileiottiM0i
Poosundotagnlloei; '
Que, si yo hoUeM 4o amir»
ParasordedraSiWife;
DON ALOSSO DEL CASTILLO 80LORZAN0.
i Sin ler de U conocido ?
No me pueden engañar
Panes que tiene exLeriore»
t Aunque jo ignore qoián sea),
liguas de alcanzar favor.
Los tu JOS sé que desea.
LEONOR.
Antes veri mis rigores.
Sale DON ANTONIO.
La be lie» de las Dores
Naestra vista liionjea.
La república vistosa
Henos
Asisür
Con lo
Celio. aniHine de vi
Cuanto mas la ponderéis,
ooi AHTono.
Agravio i mi amor le baceis
Puso, con 1
Partes tan ^
Alientos dé mTespérania,
Lo que faltú en la alabanza
Sobró en la contemplación.
¡Ha; tal
LEONOR.
¿NosoisborobreT
DO-t ANTONIO.
Pues ¿I será mi 6t
DON COSME.
No me desagrada el casco
Üel lugar.
jTiene équites generosos!
No entiendo.
A la plebelsma
Esté templado el Alcalde.
No entiende de prosa critica?
¡ Oh I Solo Pero Botija
Tien diei hijos, todos macbot,
V otros Untos Juan Pinill».
MU coOB.
He agrada, i fe d« inlca tof ;
Kecnudante Benitrfas.
¿HajdiversioaT
ILUL».
jConrentrat
¿De qiüénl
Cua eoUMenida
De jaego, qnlere decir.
SLCatM.
Tempondat le ejerelti.
^AquéJnegosT
ALCALM.
Al noto;,
V también fi U mallUi.
DON COSK.
¿Coa la lengvaó ooo 1m naipe)
ALCALBB.
Con todo, si
iNoosiDU) ^
Y con encaje )u ptatuT
ALCALH.
Na, Sefior.
Dox cosn.
Nal gnsto tienen.
Vo pasaré triste vida
£n el corlo iagarejo.
¡Y de la esfera remlnea
Haj faces de boent data*
No entiendo é sn seBorit.
Henos lo
niHCAaiAi..
Dice si en Orgu bs; nflbs
De buena cara.
¿Si ha; caballeros aqnlT
Dé eso bailara carestía ;
Hidalgos de buena data.
De alcurnias bien ingreldas.
Hasit dos.
Prop6ngins« sus familias.
DON COSME.
Adefesios
FDi:<CAHAL.
Dice que si muí ti pitean
Hidalgos de.su linaje.
ueespaiaal
Jizo por santa Lucia
Nueve iBos la major Mb
Hila como una perdida.
edad lai desea.
ALCALBC
Asi ;o no lo entendía;
Haj aqni muf bnenumi
is tiene tomo Urfai,
MNCOin
íBers
ALCALBE,
Veráslas un día de iMta.
me canso en loarlas,
ieneá la vista?
alido á ver el prado.
FUK?fCAnRAL. (Ap.)
s , que se le arrima
trio á la una.
de cerca la mira !
Y l)obo ni muy lerdo.
DOX A.\T0I«10.
Leonor querida;
jedo aquí esperar.
>s me desvia
que al prado viene
r, con su venida,
M:e deste bien.
LEONOR.
DOrf AlfTONIO.
ios, prenda mia.
( Vase hacia don Cosme.)
DON COSME.
á fe de quien soy,
la ; es muy jarifa,
produce Orgaz?
ALCALDE.
DON COSME.
Me refocila.—
, secretario,
» la labradorcilla
] hablabais?
DO.f ANTONIO.
Señor,
zo de la Encina,
do labrador,
avor.
DON COSME.
Se inclina
á confabular
dalde noticia
soy y del deseo.
DON ANTONIO.
viré. (Ap. ¡ Qué desdicha ,
hubiese de venir!)
FOF.NCARRAL.
>, que no es luerta.ó bizca!
neja me contenta ;
>la entretenida
>r, yo me llego
DON ANTONIO.
onor mia,
le de Armenia j ay Dios !
iblarte, y yo querría
is presto que puedas
>, y te despidas.
as de llamarle.
LEONOR.
ire señorías
r el tal don Cosme.
DON COSME.
>s ; que se apropincua. —
de la labradora.
LEONOR.
Señor.
DON COSME.
Por mi vida,
8 rebuena cara,
itos rostros cria !
s el nombre?
LEONOR.
Leonor.
DON COSME.
lo de mi prima,
abéis aleluyado
e réquiem traía ;
EL MARQUÉS DEL CIGARRAL.
Que ese garbo y ese brio
Es túmulo de amidcia,
Y el recreo de los ojos
Mi cuerpo desiotesUnao.
LEONOR.
¿Venis, Señor, á burlaros?
DON COSME.
¿Cómo á burlar? Por la linea
Del patriarca mi abuelo.
Que, olvidando chilindrinas,
Son cuantas digo verdades;
Que aturde, encanta y hechiza
Ese simétrico palmo,
Esa beldad serafina.
¿Es labrador vuestro padre?
LEONOR.
Sí, Señor.
DON COSME.
¡ Qué corta dicha
Tengo en que no fuese conde!
LEONOR.
¿ Por qué causa ?
DON COSME.
Porque había
De honraros como á mí esposa ;
Mas, pues no me facilita
El villano estirpe el serlo.
Humanaos á concubina
Del mas noble caballero
Que las historias antiguas
Celebran en prosa y verso.
LEONOR.
Suplico á vueseñoria
Me trate con mas respeto ;
Que, aunque en humildad nacida,
Me precio de ser honrada.
Haga de mí mas estima ;
Que si, villana, no igualo
A la noble jerarquía.
Mis pensamientos la exceden.
DON COSME.
¡Altivez remonta ti va!
DON ANTONIO.
Ya estoy con menos temores ;
Que Leonor es entendida,
Y ha de despreciar de un loco
Los amores y caricias.
{Llégase Fuencarral á Marina.)
FOENCARRAL.
Vuesamerced, mi señora,
Vuelva el rostro, si se digna
De hablar con este sirviente.
Que ya apetece su vista.
MARINA.
¿ Qué manda vuesamerced ?
FOENCARRAL.
;0h cuerpo de mi, qué linda!
¡ Qué lindaza y qué Itudona
Es vuesarced! ¿No sabría
Cómo se llama, mí reina?
Por mi fe , que me lo diga.
MARINA.
Pues ¿qué le importa saberlo?
FUENCARRAL.
Mucho, porque la codicia...
HARINA.
¿Quién?
FUENCARRAL.
Mi alma, cuando menos.
¿Cómo se llama?
MARINA.
Marina.
FUENCARRAL. {Liegánúose,)
i Ay Marina de mí alma!
VARINA.
Apártese allá.
515
rCENCARRAL.
Cberisca,
Cberibayo.
MARINA.
¿Qué?
FOBNGARRAL.
Un fa? or.
MARINA. (Dándole un bofetón.)
Tome, si del necesita.
DON ANTONIO.
¿Qué ha sido?
FOENCARRAL.
No ha sido nada ;
Fué tomarle la medida
Al tamaño de este rostro.
¡ Por Dios, que es la moza arisca!
Salen LORENZO, villano vi^o,i UN
CABALLERO delpriarde San Juan.
LORENZO.
Aquí está el señor Alcalde.
ALCALDE.
¿Qué hay, Lorenzo?
LORENZO.
Todo el día
Os andamos á bascar.
ALCALDE.
Tengo la condición misma
Del Key, que donde no está
No le hallan.
CABALLERO.
Aquí os traía
Del gran Prior esta carta.
ALCALDE.
¿Del gran prior de Castilla,
Don Fernando de Toledo?
CABALLERO.
Del mismo ; tomad.
ALCALDE.
^ ¡Qué dicha!
CABALLERO.
Él había devenir;
Mas un achaque le obliga
A hacer cama y a quedarse;
\ así, en su lugar me envía.
ALCALDE.
Pues yo no la sé leer ;
Léala su señoría
Por mi.
DON COSME.
Mostrad ; que me place.
Así dlcela misita:
(Lee.) c Luego que el Alcalde reciba
» esta , se vea con Lorenzo de la Encí-
> na , un labrador de ese lugar , que
» tiene, en nombre de h^ja suya, á doña
» Leonor de Toledo, mí sobrina , bija
>de un caballero de la casa de Alba.
» Yo había de ir por ella; roas, por estar
• indispuesto, va en mí lagar don Die-
»go de Toledo, mí deudo; lleva vestí-
» dos, carrozas y gente qae la acompa-
» ñe hasta Consuegra, donde la espero.
«Hágame merced qae la partida sea
» luego, con el decoro qae se debe;
» que lo agradeceré.— El gran Prior»*
ALCALDE.
¡ Juro á mi, Lorenzo hermanOy
Que me huelgo qae esa niña
Sea bija de tales padres!
LORBMO.
■'-«cnb La Ir tei
su
ALGALil.
No hay hombre en toda la villa
Qae haya pensado otra cosa.
loueneo.
Uoa tarde que veoia
De la ciadad de Toledo,
De an cigarral que en la cima
De ese ribazo hace asiento,
Y al hermoso Tajo mira.
Oigo que me están Mamando
A voces con mocha prisa.
Vuelvo del camino, llego,
Y atando allí la pollina,
Subo á ver quién me llamaba,
Por una escalera arriba.
Hallo en la primera sala,
Con manto v tocas tendidas.
Una venerable dueSa ,
Que me pregnnu dónde iba.
Yo se lo dije , y sacando.
Envuelta en ricas mantilias,
Una niña, me la da,
Diciendo ^ue importaría
?ue en mi lugar se criase;
ofrecióme, por primicias
De la paga, una cadena.
Que pesa mas de una libra
De oro, que tengo guardada.
Yo, tomando mi eluquilla,
Traté de criarla en casa.
Porque acertó á estar parida
Mi mi^'er de esotra moza.
Desde aquel dia me libran
Cada pascua cien ducados,
Y galas con que se vista
Leonor á la usanza nuestra.
Yo, haciendo buena mochila
Deste dinero, he comprado
Olivares, casas, vifias,
Y estoy rico, gloria á Dios.
ALCALDE.
Es la historia peregrina.
HARINA.
¿Qué es esto, Leonor hermosa ?
LBONOR.
¡ Haberme dado esta dicha
Los cíelos, naciendo noble.
De prosapia ilustre y limpia!
HARIXA.
¿Llevarásme allá contigo?
LEOÜOR.
Tendréle en mi compañía.
Como hasta aquí, como hermana.
HARIXA.
¿ Seré allá doiía Marina?
LEO.'VOR.
Claro está.
■ARIXA.
Estaráme bien.
LORENZO.
Dadme vuestros brazos, hijas ;
Mal dije , doña Leonor.
LEONOR.
Amor de padre me obliga
Tenerle siempre respeto
Mientras yo tuviere vida.
DON COSHI.
No se ponen mal los bolos
Con la moderna noticia
De que ya es noble Leonor;
Ya emprendo aquesta conquista.
Aspiremos á himeneo
Con festejarla y servirla ;
Ya olvido el concubinarme,
Aun pensarlo es grosería. —
Decid, Señor, al Prior
Cómo ba leido su epístola
El gran don Cosme de Armefrta,
DON AL0II80 DEL CASTILLO MLORZANO.
Y á no estar coo las inaignfaa
Funestas de su viodes»
Era la ocasión precisa
Para ir acompañando
La beldad de su Sobrina;
Que le doy mil norabuenas,
Y que, pasados diez días.
En que el año viudal
Cumplo, le haré una visiu
Con expulsión de bayetas;
Que no es bien que mi tristfeia
Asome por sus umbrales
Cuando es tiempo de alegría.
CABALLERO.
Yo se lo diré al Prior.
DON ANTONIO.
No va mal , bien se encamina
Mi pretensión deste modo ;
Estaráme bien que asista
Don Cosme, amante en Consuegra
De esta beldad peregrina;
Que allí le diré quién soy.
DON COSME.
Venid , señora sobrina ;
Que ya por la casa de Alba
Somos todos de una pinta,
Y yo muy cercano deudo.
LEONOR.
De tal favor soy indigna.
DON COSME.
El brazo tomad.
Miioa.
Mi padre ¿queda Imenot
non iStíto.
Está
Como es Alba de nn César g«
Alumbra siempre aq^el pafe
Precursora del sol tan tominc
Mas sus cartas fqae en dar b^.
Os dejarán, leyéndolas, gustos
Y las nuevas qneoedoy^aeredi
Han sido con afecto deseadas
Sabed , primo y sefiér « que rae
Una dama en mi casa, y decir p
?uees su hermofvra la mayor
como á tal el labio le concede
DON i^lGO.
¿Quién es?
LEONOR.
¡Señor!
DON COSME.
Esto ha de ser, no resista
Vueseñoria ; que ya
Bien merece señoría. (Dale la mano.]
(Ap. Flechas de amor son sus ojos ,
Penetrantes, punzatlvas;
i Los pulmones me ha abrasado !)
¡Hola ! los coches, aprisa.
JORNADA SEGUNDA.
Venida porrcntura
Hija de don Garoia de Toledo,
Embajador en Roma.
DONfÜMO.
¿Dónde
moa.
En Orgaz encubierta se criabí
Su madre, retirada en on coo^
Espera de mi primo la venida
Y el me escribió de Roma qw
A Consuegra su bfja sea traída.
Al punto obeded su laaBdamí
Aquí la tenso, y os de mi serv
En cuanto de su gusto se le oí
Mas no hago nada » que ella lo i
Un don Cosme de Armenia
[gi
Que á Sevilla llevó el César coi
Con quien su ma^Jeotad se halli
DON tlllOO.
Conózoole muy bien, ftojwan
Salen EL GRAN PRIOR DE SAN JUAN
1 ÜON tfilGO , eabaliero,
paiOB.
Seáis, primoy señor, muy bien venido.
DON IÑiaO. [¿Q.
Vos, primo, gran Prior, muy bien halla-
Qoeno exagero el gusto que he tenido
De veros en Consuegra descansado.
paioa.
No es nuevo el ser de vos favorecido,
Y todo lo debéis á mi cuidado;
Que siempre he deseado con afecto
Ver de vuestros aumentos el efecto.
DON ífhGO,
La nueva del empleo de mi h( rmano.
Que supe habrá muy poco en Lombar-
Df'l servicio del Césarsoberano [día,
Y del Duque, mi tio, me desvia.
paioa.
¿Cómo dejáis al gran mooarcí hispano?
DON ÍRlGO.
De nuevo le dejé sobre Pavía.
FSioa.
i Gran valor I
DOR IRioo.
Por sus hechos se le debe
El décimo lugar entre los nueve.
Este, para vivir con aaas ropos
Se vino á Orgaz, y en la ocasión (
Que traje á mi sobrina, me ha
Con el que fué por ella no gran
ooif fftoo.
¡Que don Cosme do Armeifa e
Tengo de verle.
PMon.
Dice • aOrma 3
Que de Noé su osUrpo so derii
Por línea recta.
ooH fmo.
¡KsoéIobfoOf
El tema nada tieoo do taveatir
Pues que desciendo del loda e
PMoa.
Loque de nuevo aqooscoienia
Es el decir que él solo do aW *
Ayer se cumplió el plaso promi
En que ha señalado m f enida.
•ojf Mmo.
Y si con vos le traéis eocrotedh
Pasaréis en Consaogfi alegre
Siendo de vos honrado y a^o
Su persona tendréis dosvaoed<
Agasajando á un gran traban d
Que entre los sayos prlflueiposc 11
Sale FUBNCARttAL»«M /te^
rotRCAsaaL.
.Gradas á Dios« qm ko topado
Con palacio !
rUINCABlUL.
y ventura igual
,A(pii bos llegado?
DO:>f IÑIGO.
imos acá ;
no al Prior.
FUERCAtaAL.
és será mejor,
lo me los da.
FKIOR.
, primo ?
rüE!«CARaAL.
Es un lacajo
»sme , hombre importante,
ció semejante
mayo basta otro mayo ;
ver. gran Prior,
le, y le ha parecido
esto advertido,
su precursor.
FUOR.
;nf.
DON ixiGO.
Es extremado.
FUENCARRAL.
T asi, conviene
ido el amo essolene,
a fiesta el criado.
PRIOR.
«como es justo,
osme la llegada ;
a sido deseada
.0 y sumo gusto.
DOÜ i^lGO.
a venido aqui
loo Cosme f
F o Uf CARRAL.
Es su iuteoto
3rgaz de asiento.
DOlf iñiGO.
5 cierto?
FOE.*(CARRAL.
Señor , si ;
haber veinte dias
gaz habernos llegado,
patria han tripulado
i sienes vacías ;
de Sevilla.
oox i^lGO.
ella hermosa indiana,
n se casó en Tríana?
FUEnCARRAL.
n le dieron papilla.
ue de refriados
padre cayeron
5. y se murieron ,
alivió sus cuidados.
nos homicidas
m fin; ¡gran poder!
uegro y una mujer
las de treinti vidas.
o y mujer viudo
timiento poco;
;d llora á un suegro es loco,
e canta, sesudo.
e se obstenló
o, y fué, á mi entender,
lerder la mujer,
le el César le dio.
' pues hacendado,
esoniido y necio ,
traiar con desprecio
ico y estirado.
> el villanaje
n altivez al fin,
elen al mastín
i gozques ultraje ,
BL MARQUÉS DEL CIGARRAL.
Tal se halló mi presumido
De villanos acosado.
Con (|ue á su patria ba dejado,
Y á Orgaz, Señor, se ha venido.
DON iiliGO.
¿Cómo le va de locura?
FUENCARRAL.
Gracias á nuestro Sefior,
Cr.da dia está peor.
Siempre su tema le dura ;
Ha dado ahora en pensar
Que si en España tuviera
Un lugar, que del pudiera
Nuevo titulo tomar,
Y ser grande hecho y derecho;
Porque tal se juzga ya...
DON i.Síioo.
Si en eso no mas está,
Dalo, Fuencarral , por hecho;
Que yo tengo un chjarral ,
Que está cerca de Toledo »
De donde decirte puedo
Que es marqués.
FniOR.
No decis mal ;
Mas, pues él os ha de ver,
Decirte mejor seria
Que este titulo le envía
Con vos el César.
IfON Í5ÍIG0.
Placer
Me habéis en la traza dado.
FUENCARRAL.
No dudo yo que logréis
La burla, que le dejéis
De juicio ya rematado;
Mas él debe de venir.
PRIOR.
Ya nos lo dice el rumor
De la gente.
DON Í5ÍIG0.
Gran Prior,
Salgárnosle á recibir.
Salen DON COSME , ga¡an ds figura,
ACOMPAÑAMIENTO T DON ANTONIO,
galán t vestido de seglar.
PRIOR.
Sea vuestra señoría
Muy bien venido á su casa.
DON COSME.
Para recibir merced
De vusía es mi llegada.
PRIOR.
¿Cómo viene vuecelencia?
DON COSME.
{Ap, Eso si, pesia á mis barbas,
Quien excelencia quisiere,
Anticípese á llamarla.)
Para servir á su lencia ;
tlsta tierra de la Sagra
Es tan estéril de coches,
Que raras veces se hallan ,
Aunque den por uno solo
Los dos ojos de la cara ;
Y asi , he venido de Orgaz
En una tordilla haca.
Que, á tener vuelo, de tordo
Pudiera bien estimarla;
Mas es de tan realzado
Trole, que traigo las aneas,
(^on la gran trotoneria,
Mas que bayeta frisada.
PRIOR.
A saber yo su venida,
Mi carroza le enviara.
M5
DON con».
Hiciéraisme gran merced.
DOn 15(160.
\ Don Cosme !
DON conuc.
¡VentQi-a tanta!
¿ Vos, don Iñigo, en Consuegra?
DON ifflGO.
Llegué aqui de vuestra patria ,
Adonde á buscaros ftei.
DON COSME.
Pues ¿hay algo de importancia
En que yo pueda serviros?
DON iffiGO.
Al partirme para España,
Me mandó el César que os viese ,
Y que os trajese una carta
Y un titulo de marqués.
DON COSME.
¡Al fin primo y al fin Anstria!
DON ííllGO.
Fui á Almodóvar, donde supe,
Don Cosme, vuestra mndanza;
A Orgaz partí en vuestra busca...
raioR.
Y habrá como dos semanas
Que yo aquí le be tenido ,
Convaleciendo en mi casa
De unos achaques del mar.
DON COSME.
Es de la salud madrastra.—
¿Cómo dejais en Milán
A mi tio, el duque de Aibá?
DON iJflGO.
Con buena sahid le dejo.
DON COSME.
¿Qué hay de guerra?
DON Í.^IGO.
El César traU
De darle asalto é Pavia.
DON COSME.
A gobernar sus escuadras ,
Yo se la diera en las uñas
En dos horas de tardanza.
PRIOR.
¿Quién tiene vuestro valor?
DON COSME.
Eso se pierde auien anda
A elegir por oficiales ,
No soldados , sino mandrias ,
Exceptando al duque albano ,
Que ese es soldado de fama.
PRIOR.
A estar allá mecelenda ,
Allanara toda Italia
El César en poco tiempo.
ÍAp, Es la flgura mas rara
fue pienso ver en mi vida.)
A ese brazo y á esa espada
¿Quién la iguala en todo el orbe?
DON COSME.
Ninguno, Prior, lalgoala;
Has, volviendo i lo del título...
FOENCAUAL. (A^.)
Lo del título le escarba,
Y muefe ya por saberlo.
DON C(
¿Es, Señor, debo Jata?
BON fl
Marqués I.
r
No I
316
DON C08IE.
Calla , necio.— ¿DÓDde cae
Ese logar?
DON iftco.
Eo la falda
De ese monte de Toledo.
PRIOR.
Media legna bav de disUnda
Desde la cladau á él.
DON COSME.
¿Vecinos?
DON f5ÍIG0.
Quinientas casas.
DON COSME.
¿Qué iglesias?
DON Í5ÍI60.
Seis.
FUENCARRAL.
La mayor
Se llama Santa Leocadia ,
Su abogada.
DON COSME.
¿Tú qué sabes?
FDENCARRAL.
Estuve una temporada
En el Cigarral , Señor.
DON Í9ÍIG0.
Es excelente su fábrica.
DON COSME.
¿Qué naves?
FOENCARRAL.
Cuarenta y cinco.
DON COSME.
Sin duda el seso te falta.
FVENCARRAI«.
Las cuarenta le añadí;
Cinco tiene.
DON COSME.
He de ampliarla.
Podemos pedirla obispo ;
Que me escribo con el Papa.
PRIOR.
Si eso es cierto, jo no dudo
De que catedral la haga.
DON iÜIGO.
Deslucirála Toledo,
Con quien ninguna se iguala.
FUENCARRAL.
Y será ver de pareja
Una pulga y una abada.
DON COSME.
¿Cuántos monasterios tiene?
DON ÍSlGO.
Franciscos de la observancia,
Dominicos y agustinos.
FOENCARRAL.
Y hermanos de la capacha.
DON COSME.
¿Tiene lonja?
FUENCARRAL.
De tocino
No faltará en cualquier casa.
I Lonja ! Pues ¿esto es Valencia,
Sevilla ó León de Francia?
DON COSME.
¿Tiene corral de comedias?
DON ifilGO.
No, Señor ; Umbien le falta.
DON COSME.
Harémosle un coliseo
De arnuitectura romana ,
Adonae le represente.
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
FUENCARRAL.
Y adonde por fiesta salgan
Onzas, tigres y leones,
Grifos , dragones, tarascas ,
Que lidien con caperusas.
DON COSME.
¡Qué á lo largo disparatas!
PRIOR.
Precioso está su lacayo.
DON Í5Í1G0.
Muy al tiempo con él anda.
PRIOR.
Es un gentil socarrón.
DON i^lGO.
Y aun el que arrimado calla ,
No me parece que es menos.
PRIOR.
Asi lo muestra en su traza.
DON COSME.
Cogeisme tan empeñado ,
Don íñigo, que me falta
Cadena , cintillo , broche ,
Pasador ó sortijaza
De diamante, como el puño ,
Que daros; mas, sin ser paga
(Que dejo para su tiempo),
Os daré una perra braca.
La mejor de todo el orbe.
FOENCARRAL.
Si no estuviera con sama.
DON ÍÑlGO.
Estimaréla por vuestra.
DON COSME.'
Muy bien podéis eslimarla;
Que baila con gran primor
La capona y zarabanda.
PRIOR.
¿No me preguntáis , Marqués ,
Por mi sobrina?
DON COSME.
Cranfálta
Fué perderla de memoria.
Este titulo lo causa ;
Que me pone su alborozo
Olvido en las imporUncias.
Dad licencia que la bese
Las manos.
FOENCARRAL.
Por la tardanza
Pensé que se iba á un carrillo,
De dos que tiene en la cara.
PRIOR.
Decid á doña Leonor
Cómo don Cosme la aguarda
Para hacerla una visita ;
Que aquí puede en esta sala
Salir para recibirla.
{Vaseel criado.)
DON COSME.
Por Dios , que tenéis bizarra
Sobrina , señor Prior ;
Que es toda la flor, la nata
De la perfección ; ¡ es linda t
A tener licencia amplia
Del Emperador, mi deudo ,
Os prometo que (gustara
De juntarme en himeneo
Con su beldad soberana.
PRIOR.
En eso yo gano mucho,
Y si es que de veras habla
Vuecelencia , yo me obligo
Ganar del César la gracia.
DON COSME.
Haréisme mucha merced ;
Que está tan oonslatiiiida
Mi alma á m perfección,
Que ya no ei mil mi alma.
SaUn LEONOB T MARINA.
y ACOMPAffAMnRTO.
PBIOS.
Aqui viene mi sobrini.
DOICCOSMB.
:0h, qué bien la están las galas!
Me gusu , á fe de marqués;
: Por Dios, que vieoe buarra!—
Vueseñoria le dé
A besar sus manos blancas
Al marqués del Ciorral,
Y aqueste favor le ntga.
LBOlfOM.
Vueseñoria, Selk>r«
Honre siglos esU eua
Con esa heroica presencia.
Sillas , ¡ hola!
DON cosas.
Sillas tnfgan;
Que quien Un de ssieuto tiene
Una afición asentada •
Sentido del seoUmiento
Que los sentidos me encanta.
Que se siente está asentado.
FOERCaSRAL.
Y pues en T^o le agurdan,
Sentido al sentar se sienta
Con las antífonas malas.
DON airronio.
Cielos, ¿qué es esto qae wo?
: Qué gloria que siente el slna
Con la visu de Leonor!
Sus bellas luces me abnaan.
*. Qué nuevo ser que le da
El vestirse como dama!
Bien pueden en lo prendido
Cederle todas ventaja.
¡Ay Leonora de mi vida,
Causa hermosa de mis ansias,
Dueño de mi libertad
Y objeto de mi espemnia.
Quién pudiera bablarte á solas!
DOH cosnc.
Ya me ha dado la palabn
El Prior, Leonor herniosa.
Que seréis mi esposa cara.
Pidiendo licencia al César;
Y será dicha muy rara
El serlo de un caballero
De la mas noble proaspia
Que hay del diluvio basta ahora
PHIOft.
A lo menos es bien randa.
Señas hago á mi aobrina
Que conceda con sn plática.
Porque á don Cosme enamora.
LROMMI.
Si es que mi tio lo trata ,
(k>ncediendo con so nalo,
A él estoy subordinada.
¡ Que esos vivientes daveles,
Custodias de aqnesa c^a •
Liocuaz centro ae deseos.
Pronuncien esas palabras!
Que ese anhélito vital •
De quien se produce el ambir,
Organizado necbo vot.
Tantos livores me han !
\ De contento pierdo el seso!
ruEHcauuL.
La ponderación ca b^ia ;
..>^„
dos cibriolaa
benaoM dama,
US ¡era estorbo
) tambieo.Seóora;
tanda , que es su jaula.
MI.. {Üigate i Marina.)
;aT i la pía ja
en tanto la TrutaT
le seda, t basta. —
liceT Que responde?
.s no s« iratan ,
derde su eslima,
ilia lacaya.
FUe^CARIlJlL.
liqaeeloue
la ban borrado
rtai de rillaDa ;
Tíne t lo caito ,
EL 1IARQU£9 DEL CIGARRAL.
Va prevCDida le aguirdi.
Vamos, primo.
[W
(Vdiue tBd¡>t,meiuit Leonor y Marina.)
UCOKOR.
¿Qué me dices deste amanleT
(Jue es aoa
U mas cele
Para entretener bastante.
Ver qué * a no. qué arrogante
De Jo vulgar se desvia,
Y en lo señor se cooQa,
He causa risa, ; no pvci.
Él Tunda en su tema loca
R\ titulo ; señoría ;
El marguii del Cigarrat
Se intitula.
Hale venido
Este titulo nacido
A lo tonto 3 perenal.
PnesU, Celio, ei
UlTido, j
Que es el r "
Deslsual e
■^
Haced" '
Es loca
El seguir un imposible.
MNANtOino.
\ Qué rigorl
Mutilo.
DonuTonio.
¡Terrible I
No haj* remedio.
BOU UITORIO.
;HI piedadT
Adonde
VWe la I
De los Vargas j Ramlreí;
■ ABIN*.
Quiero obedecerte. (1
LEONOR.
ué es esto, amorT Trance faene!)
SaU DON ANTONEO.
DOn jtRTONlO.
Si la memoria ba dejado
En el estada presente
Vito acuerdo de on anaenle ,
Que por vos vire en cuidado,
Dúl lusar nocLurnoslioces;
Dado ■ la libtc soliura.
De la tirtiid dislralmc.
^h . cuinio le Imporra al noble
Km su osadía
({}je mal con lo uobtedice)
En reaislirme mil teces
Ooiiini alcaldes y alguaciles;
Acción qac á la sangre iliislre
te desmi' :ODlradice,
el major crimen.
Hasta los veinie j sv\» años
Tuve esia vida tnsufribie,
i lo de Aquiles.
mr " 1 Sevilla ,
'£S admite
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLOBZANO.
La copia de S
üueáaer»
Parli üe
Que t>¿Í^diTÍdei;
Custodia
Perlas qi
',7/
Tan eicei«nle t sublime,
One al darla ,
La mavur le HiMi'f
Hacen i! ¿i-^^,
Vgue
Asista por
Ocultando
Del patrón de l^paña insigne
De la ropilla j la capa
Las dos cruces carmesíes.
AtJ ral pena} cuidado
X tiriniaveras
tas rosas j los jaimhies;
V porque el lugar notaba
Kl verme liablarte j seguirle >
iguates
■UKVimas arme.
¡99 ' anle.
Obligó
Oue me lias i escubrlrmc.
Esto es verdad, mi Leonor ;
1^ Hile.
0 no Celio;
1^ 'm,'] admites,
A los ojos de Hatilile.
Iré á morir donde nadie
Sepa mi muerte iurelice,
Porque no le culpe, ingrata,
Kl muí pago qua me diste.
Generoso don Amonio,
Si el (lisfrai os ocultaba,
Siempri; vuestro ser me daba
üe quif i] erais testimonio.
Ku es el maior patrimonio
Ed ja mujer la beld^
Uuién \o sea La declarsdo,
liurbr'quise del cuidado
En que os puso mi bermosura;
P' que me ai
Hs m
¡^^ estimación
á amarlas llego,
Don Antonio, que os enliego
Alma s vid) ; Tueslraa soD-
Entre
MarGI
Puso ei
Flechas
Al que [
Pues du
Tanto fu
iprelon d« girgiau.
oottumam.
i Eatoj que labio «•«Ñi»l
yo besara flojo,
os tao apretado?
DO!f AirroNio.
dine.
DON OOSMI.
¡Hay tal locura I
moosatrevísieis?
aré que le disteis
:on lamedura,
aciencia se apura! '
l.EOTIOR.
8 mego, SeAor.
DON COSME.
besueador
'emedio sano,
poner a la mano,
oiño, un babador.
LBOKOa.
í Tuestra señoría
i su secretario
! tan temerario;
I tomo por mía.
irme venia
DTíase un favor ;
^ndo vuestro amor,
que porfiaba,
banda le daba;
a verdad , Seúor.
ti favor nl^no,
iado leal ,
ido y principal,
cesarme la mano;
jerto y esto es llano,
lis satisfacciones
usar presunciones.
DON COSME.
»ldad me agasaja,
9jo se me baja ,
a« á los latones.—
io, yo os culpé
o y sin nzon ,
ue á degollación
ente os condené ;
locieudo esa fe,
io os quiero dar ;
podréis tomar.
rOENCAllllAL.
»sa que le conviene ,
rao costa que tiene
ríe de expulgar.
DOH ANTOXIO.
aestra señoría
).
DOÜ COSME.
Eso sí besad ;
í bay facultad.
LEOROB.
•para lamia;
a banda.
DON COSME.
Este dia
itad se acrisola.
LEOJVOa.
DOM COSME.
Secretario, hola.
DON ANTONIO.
DON COSME.
Advertid, hermano,
lesta que llevo es mano.
DON A.M0N10.
or.
DON COSME.
Y no es estola.
(Yante,)
BL MARQUÉS DEL CIGARRAL^
JORNADA TERCERA.
Salen EL PRIOR, DON MlGO, LU-
PERCIO p OTEO CRIADO.
DON ÍXIGO.
Escríbeme mi prima en esta carta
Que á Madrid, donde está, luego me
Que espera mi venida. [parta;
LDPERCIO.
Rs lástima de verla qué afligida
Sin don Antonio vive.
DON Í.VIGO.
Admirado roe tiene lo que escribe;
Que desde que á Sevilla hubo partido,
Nueva ninguna del no le ha veuido.
PRIOR.
Presumo que se ha muerto.
LÜPERCIO.
Eso tenemos todos por muy cierto.
DON iklGO.
Como Sevilla ampara varias gemes
Y abunda de valientes,
Habrá encontrado alguno.
Antes de haberse visto con su tío,
Que, con la \ida, le quitase el brio;
üe allá ¿qué escril>en?
LUPERCtO.
El señor don Diego
Está üesto con gran desasosiego,
Temiendo que alpasar Sierra-Morena,
Que nunca de ladrones está ajena,
Le han quitado la vida.
DON ÍRlGO.
Es presunción que deja ser creída.
PRIOR.
Descansad, y por estos cuatro días
Podréis tener paciencia ;
Que importa de rol primóla asistencia.
LUPERCIO.
Hágase vuestro gusto.
pRioa.
Haced que le regalen,qtt« eamiylaslo;
Dejad , primo, la pena y el mfado.
{Vanse los criados,)
DON i!VlGO.
Pienso (fue don Antonio cotí cuidado
En Sevilla está oculto, y de su ef^posa
Examina sí es cuerda y virtuosa.
PRIOR.
Decis muy bieu. Señor.
DON Í^GO.
El cielo quiera
No sea trofeo de la Parca fiera.
PRIOR.
Sabed, Señor, que para haceros flastas
Toros he prevenido,
Y al Marqués baí aobriaa le ha pedido
Fingiéndose del tal enamorada^ [da.
ue en la plaza se obsteote á darlania-
DON ühco,
¿Don Cosme piensa hacello?
raioa.
Al principio dudó, va viene en ello ;
El socarrón lacayo le amonesta
Que no dé risa y cause mayor fiesta ,
Si no está ejercitado:
Mas él, muy presumklo y confiado,
Viendo que va sus dudas son pesadas,
Aürma que oa de dar cuatro lanzadas.
DON Migo.
Será fietu
«
810
mioi.
Asi lo espere.
DON Í5fl60.
Rodarán el caballo v caballero;
¿Cuándo serán los toros?
PRioa.
Yo quisiera
Que mañana en la tarde los hubiera;
Mas esta noche tengo prevenida
Una burla al Marqués, y por mi vida ,
Que habernos de reír.
DON iñiQo.
Si es ya precisa,
Desde luego. Prior, prevengo risa.
PRIOR.
A mi sobrina tengo dado aviso.
Que ser el todo en esta burla quiso.
DON iftlGO,
Decid la burla.
PRIOR.
Ahora en ningún modo.
Venid conmigo, allá lo sabréis todo.
(Vanse,)
Salen t de noche ^ DON COSME
Y FUENCARRAL.
DON eos».
No se ha visto , Fuencarral , ,
En todo el ancho bewKTerio
Hombre mas feliz qee yo.
PeftNCARRiA.
Ereslo con grande extreno.
DON COSME.
¿Que, de dos días venido,
Este rostro y este cuerpo
Hiciesen tal batería
En aquel divino pectio
De aquel ángel?
rUBROAMAL
No Nfie espanto.
DON COSME.
Eso puede lo perfbto.
fobnoarral.
Ereslo mucho, Marqués.
DON COSME.
Todos me lo dicen, y yo me lo veo ;
Al fin me avisa Leonor
Que saldrá á hablarme, y aun pienso
Que he de tener oeaalon
Para entrar.
rOáMARnAL,
Dalo por hecho.
DON COSII.
Perdida estará por mi.
rmcHcAKnAL.
Sí, Sefior; sal quiere el huevo.
DON COSME.
Fuencarral, yo la discatpo.
Teniendo en mi tal objeto.
FUENCARRAL. {Ap,)
: Qué confiado está el tonto
De lindo ! Él verá may presto
La burla con que le aguarda
La que le llana al terrero.
DON GOSHB.
Noche, refugio y amparo
De los humanos deseos ,
Que te pones por los hombres
El capoE de pafte negto ;
Capa de cualquier engafto.
Manto de cualquier enredo,
Asilo de toda maula.
Sombra de todo narlelo;
No dijes iMenavifa
390
Del taller del firmamento;
Embólales su luz pura
Con tapabocas de velos.
Halle en ti el señor Apolo
L'n capote tan severo,
> Que se retire de dar.
Por lux de estrellas, bostezos.
Seas, noche, finalmente,
Mas lóbrega con tu ceño
Que son las obras de un culto ,
Que habla chino y suena armenio;
Que te ofrezco , si me amparas,
Por victimas á tu templo,
Una lechuza, dos buhos.
Tres zorras y seis mochuelos.
5(i/« EL PRIOR, DON tfillGO y criados,
con lanterna y luz cubierta,
PRIOR.
Ya don Cosme está en la calle.
DON Í.XIC0.
Vámosle, Prior, sieuiendo;
Que ha de ser linda la burla,
Si llega á tener efeto.
PRIOR.
Paróse.
DON COSME.
Este es el balcón.
FOEXCARRAL.
Míralo bien.
DON COSME.
El tercero
He dijo Leonor ; la seña
Para que salga prevengo. (Silba.)
DON iftlGO.
Ya silba, la seña hace.
Sale LEONOR á un balean,
LEONOR.
¿Es el Marqués?
DON COSME.
Si, mi bien.
LEONOR.
Habéis venido á mal tiempo.
DON COSME.
¿Cómo?
LEONOR.
Porque está el Prior
Aun todavía aespierto.
DON COSME.
Pues aqueste cuarto ¿es suyo?
LEONOR.
Si, Señor; que el mió tengo
Detrás del, y no hay ventana
Por adonde poder vernos.
DON COSME.
Por Dios, que me da cuidado.
LEONOR.
No tenpis. Marqués, recelo;
Que , SI se duerme el Prior,
No se diferencia un muerto.
DON COSME.
Pues ¿qué me mandáis que haga?
LEONOR.
Por si le viniere el sueño.
Quiero que estéis acá arriba,
Porque la ocasión gocemos.
DON COSME.
¿ Cómo?
LEONOR.
Echándoos ana escala.
DON COSME.
Ya viniese.
LEONOR.
Ya va al suelo.
{Árrcja la escala,)
DON ALONSO DEL CASTILLO 80L0RZAN0.
¡Hay dicha como la
Fuencarral, ¿qué di
DON COSME.
mia Ín-
dices desto?
FUENCARRAL.
Que eres. Señor, como el César:
Venir, ver y vencer luego.
DON COSME.
En estando yo allá arriba ,
Vele luego al punto.
i Sube por la escala,)
FUENCARRAL.
Harélo.
PRIOR.
Él sube con lindo brío.
DON t.^IGO.
Tal piensa que le va en ello.
(Eitá den Carne en lo alto, y Fuen-
carral vate,)
LEONOR.
importa aguardar aqui.
Si no teméis el sereno.
DON COSME.
Que no hay sereno que ofenda ,
Cuando hay calor en el pecho.
LEONOR.
Lo que os encargo. Marqués,
Es que esperéis con silencio,
Sin moveros de un lugar.
Mientras que dejo en sosiego
Al Prior ; porque, si os siente,
Hay peligro.
DON COSME.
Ya lo veo;
Que es un César el Prior,
Y yo muy poco Pompeyo
Para resistirme aquf.
LEONOR.
Adiós; que al momento vuelvo.
{Hace que cierra y vase.)
DON COSME.
¡Lindo, por Dios, me ha dejado !
Botijón (le agua parezco.
Que le ponen á enfriar.
¡Oh amor! oh rapaz! oh ciego!
¡ En cuántos peligros pones
A los bravos caballeros
Como yo !
PRIOR.
De burla vaya.
DON ÍSÍIGO.
El habla á mudar comienzo.
(Llégase al balcón.)
DON COSME.
¿Quién me llama?
DON í»ÍIGO.
Atienda, escuche :
Si se ha subido á ese puesto
Para darle algún araño
A la ropa ó aldinero
Del gran prior de San Juan ,
Cuatro guijarros, que tengo
A propósito escogidos.
Le harán tortilla los sesos.
Si no me arroja la capa,
Espada y daga al momento.
El sombrero y la valona ;
Y esto sin tardanza.
DON COSME. (Ap,)
¡Bueno!
¡ A lindo tiempo ha venido
kste nublado pedrero !
Si esto le sucede á un grande,
¿Qué ha de esperar un pigmeo?
No sé qué me he de decir
En el caso ; por lo meóos
Este me rompe loi eaieot,
Y si el tiro sale Inderlo,
Despertará la pedrada
Al Príor. ¡ Hay Ul aprieto!
DON íillGO.
¿Qué determina?
DON COSME.
(Ap. jAoDporfia!)
Oiga, señor caballero;
Ezctfiselo, si es posible.
Darme este desabrimiento;
Que no soy ladrón , por Dios.
DON iñteo.
Por el diablo querrá serlo.
DOR COME.
Por quien vaesirced mandare ;
Soy amante.
DON fÜICO.
No lo creo.
DON COSME.
Créalo por Jesucristo.
DON i^lGO.
Déme lo que pido luego,
O aquesta piedra le hará-
Saltar el ojo derecho.
DON COME.
Tente, hombre del demonio;
§ue puedes dejarme tuerto,
en un grande es fealdad.
PRion. (Ap.)
Apenas teuerme pnedo
De risa.
DON COtMB.
¡El cielo me ayude!
DON ÍAigo.
¿Tiro?
DON GOSMB.
Un monaso pareieo.
Perseguido de mucbacboa ;
¡Válgame todo el Salterio!
DON tRlCO.
De esta vaya.
DONCOSHB.
Tente, tente,
Y taratente ; ¿ oaé es etlo?
¿Yo he de sufrir docpedndu?
Para una no hay celebro.
¡ Ay amor! ¿cómo coDtfentet
Que hagan este vilipendio
Üe un amante, foudoen grande?
Gozar la posesión qniero
Del marqués del Ciflarral.
¡ Oh quien el libro del duelo
Y una luz tuviera aquí »
Para saber lo que debo
Hacer en esta oenalon!
Mas, pues no acerté á triflrie,
Pacieucia.
DON ÜbflO.
¿Qué me responde?
Qué me dice?
noNOtsai.
Que te entrego
Todo lo que roe has pedido.
{Arroja la espaúm^ mIsm y smkrm
DONfAlCO.
Pues aun no quedo contenió;
Déme ropilla y callones.
DON cosas.
Son cateas.
noH f Sioo.
No importa serlo;
Ea, déme lo qne pido.
Dan cosni.
¿Guando MMoosf
Don cMHC.
« los inllernos,
lo qae U he dtdof
qoíen mas Inno.
« lo riie|[o>
I Míe el (tbs
mes del cielo.
I don ÍMgo f el Prior.)
lie te (ten
•¡ cuatrocientos
u costillas.
>UESa á la ventana á v
bacinica; lia de etlar mat
VOtíi:.
loebe.eneitremo!
(Éntrate.)
ek. IliUfQCilffDSb CIGAItlfarL:
iQoícn es! Hostnd eu luí.
{SaUlla:,
Es gran descomedimiento
Que Ira ten ad un marqirts.
{Wtt Hei criadM.]
frión';
iSeBordon Costnettendos;
, íA estas bens de eu (nene?
m:< coih.
A ludar.grin Prior, rango.
nl«.
¿A nadar por NifldMT
DON cosn.
Ha; gran calor ea mi pecho.
P»tOJl. -
A mucho 01
Para la- aalud 110 e* bnei
DOR tíioo.
Cuando ha; calma de
Pues lo decís, iü lo apruebo.
DOR ISlGO.
Pues jsio restido os Tenis
"^r las calles?
M>n cosne,
:Aqiieato merallabal
egmiía, le'ru^o.
inenomeettibieD.
CKMOO S.o
I b circel luego.
Do:( CDsae.
El mi dendo,
wrme i mi.
el Prltr f dm ÍMga.)
C ox L.— a.
Henos ropa Iri^o A'
En el c:iaipo damascen^
(4p. Couiu nohan rlsto la escáli',
Valgome del embhleco.)
' raioi.
Venios, SeQor, acortar;
Que si sahe aqueste eieeio
Mi sobrina , ha de pMatle.
DON com.
Hucha Tolunlad lá debo.
Llega dn cnuno cm m mKM*.
IsieTesli'db IIcTaba
L'n ladroncillo, ; corriendo
Le al cantó.
Mostrad ;pkreee
Hucbo, grao don Cosme, al vneiin
Doncosn.
Vo le dejé en esa esqnlnk, .
Por irme con menos pese
Abañar.
MinMieo.(A>.)
Bien dlslnmli.
Que le hajan
;AIQn ñoqui
MIOK.
No, Señor, porque oa qnerettak
Apto para dar liDfada. .
Dejarle el Prior desnudo
A don Cosme.
FABIO.
¡ Extraña cosa !
DON ANTO.'VIO.
Leonor, que lince afícion
A don Cosme y le regala,
Prevenida de una escala,
Le hizo subir á un balcón,
Donde lo dejó al sereno ;
Y don ífiigo después
Le hixo arrojar al Uarqués
Todos sus vestidos.
FABIO.
¡ Bueno !
Quedaría sazonado
Al sereno y sin vestido.
De los vientos combatido.
DON ANTO.flO.
Muy mala noche ha pasado;
Mas aquí sale.
FABIO.
Y con él
Don íñígo.
Sale vistiéndole DON COSME , DON
í5;iG0 T FUENCARHAL.
DON COSME.
Estoy atento.
Do:v f^lGO.
El primer advertimiento
Al que en lanzada es novel,
Es, que en un caballo seguro.
No inquieto ni revoltoso.
Ha de ostentar en el coso ;
El que lleváis es un muro
En firmeza.
DOX COSIE.
¿Y en lealtad?
DOK Í.NIGO.
Es do los del gran Prior
El mas leal y mejor
Caballo, al íin de bondad.
DOX COSME.
¿Cómo se llama?
DON íníico.
£1 Rodado.
DON COSME.
Ya el nombre me hace temor;
Que si del vengo á caer.
Seré en basura rodado.
DON ÍÑIGO.
Saldréis con calzas y cuera,
Con gorra y cuna terciada.
Ancha y corladora espada.
Que al sol deslumbre en su esfera ;
Sacaréis cuatro lacayos
Osados y toreadores.
Con tan lucidos colores ,
Que parezcan cuatro mayos ;
Esto di lauto, el caballo,"
Que entonces irá sin vista,
Por(|ue cuando el loro embista,
Pueda mejor esperallo.
Daréis vuelta por la plaza,
Orrecíendo liberal
Salutación general,
Que lo cortés no embaraza;
Y después que con lozana
Presencia veros dejéis.
El puesto que tomaréis
Será junio á la ventana
Donde esté doña Leoi¡or,
Con la lanza provenida.
Aguardando la salida
Del loro de mas furor;
Saldrá el toro, y contra vos
DON ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
Se vendrá luepo derecho;
Entonces con (irme pecho,
Encomendándoos á Dios,
Tuerte sobre los estribos,
Y con la lanza en la mano.
Del iiero bruto inhumano
Rendiréis los incentivos;
Advírliendo que la lanza
Vaya siempre su cuchilla
Apuntando á la espaldilla.
DON COSME.
i, No es mas seguro á la panza?
DON ÍNIGO.
SI es, mas no está en el uso.
DON COSME.
¿Que hasta en esto del matar
Al uso habemos de andar?
; Reniego de tal abuso !
Y si acaso el golpe errase.
Porque el torillo le huyese,
Y á mi caballo embistiese ,
¿Qué he de hacer?
DON Iñigo.
Si á eso llegase.
Sacar entonces la espada
Es precisa obligación,
Y pegarle de antubion
Una y otra cuchillada.
DON COSME.
¿ Y si el toro, mas ligero,
Viendo que el golpe se ha errado,
Contra mi caballo, osado.
Quisiese ser mondonguoro,
\ dándole con ventajas
Cornadas con su fiereza.
Me hiciese con mi cabeza
Alzar del suelo las pajas?
DON I.^IGO.
Entonces con mas valor
Iréis contra el toro fiero
A reñir el blanco acero.
DON COSME.
Paréceme que es horror ;
Y será mas acertado,
Entre tanta tabaola,
Buscar de una cabriola
El seguro de un tablado.
DON f^lGO.
Huir con tal prontitud
Parecerá mal, Señor.
DON COSME.
Pues ¿no pareceré peor
Echado en un ataúd ?
DON Í5ÍIG0.
Fea es la vida sin fuma,
Y al fin afrentoso empleo.
DON COSME.
.Mnerto, ¿no estaré mas feo
A los ojos de mi dama?
DON ÍNIGO.
Bien sé que os estáis burlando.
Pues fio de ese valor
Que lo habéis de hacer mejor
Cuanto mas lo estéis dudando;
Y porque el Prior me espera.
Adiós, Señor.
DON COSME.
Él os guarde.
DON i^lGO.
Daréis envidia esta larde
Al mismo sol en bu esfera. ( Vase.)
DON COSME.
No os pondero, secretario,
En lo que me aguarda hoy;
En grande peligro voy.
DON autonio.
Va veo que es temerario.
Mas ese esfuerzo sabrá
Desempeñarse de todo.
FUENCABSAL.
Si no le pone de lodo
Algún toro; que sí hará.
DON COSME.
; Quién, oh Leonor soberana.
Esta acción dejar pudiera!
¡ A malas lanzadas muera.
Si la doy de buena gana!
(Yante.)
Saie LEONOR, $o!a.
LEONOI.
Amor niño, dios Yendado,
Poderoso entre los dioses ,
Pues no se libró niogano
Destos dorados arponei ;
Asi del arco que ejerces
Todos los tiros se logren.
Sin que al arco de tus Hechas
Se o¡)ongan pechos de bronce,
Que en castísimo himeneo
Dejes, amor, que se gocen.
Para ejemplo de flmieía,
Dos amantes corazones.
Sale DON ANTONIO.
DON ANTONIO.
Tan á buena ocasión llego,
Leonor hermosa, uae os oyen
Mis venturosos ofoos.
tEOXOI.
Que os hago siempre bfores.
Sale DON ISlOO.
DoaiSico. -
En busca del gran Prior
He venido, y no sé dónde
Pueda estar; ¡tqui Leonor,
Retirada con un hombre!
Aqueste presumo qaeet
Secretario de don Cosme (
Desde aquí ^ré escucharles,
Pues este paño me eaooode.
(Árrtmm
LEomm.
Rogando estaba i aquel dios
Que tiene en Ghlpro su corte,
Que liberal me entregase...
DOTIARTOSnO.
¿A quién?
LEONOa.
A U,á quien escoge
Siempre el alma |H>r n dueloi
Pues otro no le conoce.
DON fihoo.
¡ Qué es esto, cítios« que
¡ Oh Leonor, mal o
Con la sangre qup herui&aie!
¿Es justo que te enamores
De un hombre no conocido»
De un hombre de b^o porte.
Que son servidos á un loco
Sus calidades majorett
noxA^Tomo.
|Ay Leonora de mi f Ma!
En un caos de oooAiaionei
Me veo.
¿Cómo, mi Meuf
DON Airromo.
Siguiendo el dichoso
De tu beldad, he pasado
eos labradores
Itero en Orgaz;
|ue mis temores,
ades iguales,
an posesiones,
emes, Leonor,
m Prior no se enoje,
don le d»*claras,
I resoluciones ;
engo á decir...
li bien, ¿qué lemores
lecen?
LFOXOR.
¿Qué, mídueSo?
hO\ A.XTONIO.
'^sion que me estorbe
|oi en Consuegra.
LEONOR.
e haber, que te importe
bien, tal mudanza Y
ludables los hombres.
do:* íSigo:
a que escucho
concepto forme,
fndola, me veo
s confusiones.
LEO.XOR.
io, yo presumo
llano horizonte
i estar llamando,
es primores
la, prima vuestra,
lias sinrazones
bo en no ir h verla ;
iMien hora adonde
)or« mas riquezas,
jos mayores ;
á llegar á amaros,
^uala en el orbe ;
que este pecho,
:omo dócil ,
zcais, ingrato.
W)if k:nomo.
isaciones,
á mi fe,
r, las que me pones,
do ser ejemplo
ladores ;
is de mijprima,
des perfecciones,
>. perlas» pl:iia,
m padre en dote,
losa Leonor,
3 me desazonen;
)uede perderse
B yo te adore ;
>l>líga á ausentarme
de esos soles,
in criado mió,
gó Y me conoce,
madre cartas
breve negocien
e mi tío
él la dispone,
*la consuelo
sy aflicciones;
aoe digo,
do, con orden
)r cuatro dias,
lesta le corren
a, y le alegran
as diversiones;
ado asistiere
i no me tope
•ra, es forzoso
ar DOS aloje
lio.
oü f.^ico. (Ap.)
\ Qoé escucho !
, por su Informe,
EL líAROUéS DEL CI6ARRAL:
> He bailado aqai i «nS sobrino, .
Que hace el amor qae so emboce.
LBORO».
Mi bien, de lo que teméis
Yo os quitaré los temoreá •.
('«on que os escondáis el tiempo
Que estuviere aquí ese hombre.
Fingios, Señor, enfermo ;'
Aqueste medio se tome.
D07I Airromo.
Decis lúen, yo os obedezco ;
Mas, si piedad no socorre,
Ooblaréisme las pasiones.
LEONOR. •
Yo lo prometo, mi bioD..
DOlf ARTOKIO.
Honradle con brazos dobles
A este cuello.
LEOltOR.
Adiós, mi bien.
DON ANTONIO.
A enfermar voy.
LEONOR.
Sea de amores.
(Vatue Leouor y don Antonio,)
.' DON I5ÍI60.
Sin dar lagar i la traía
Kn que van los dos conformes ,
Daré cuenta al gran Prior
De aquestas dos aficiones»
Y haré que á Leonor la case,
Porque don Antonio logre,
(ion la beldad que desea.
Sus amantes pretensiones.
Sale EL PRIOR y dn criado.
PRIOR.
¿Primo?
DON li^IGO.
Seüor.
prior:
Do buscaros
Vengo.
DON iSílGO.
Este lugar me esconde,
Donde he sabido on secreto.
PR10R¿
¿Podré saberle?
donÍíVigo,
Disponen
Dos personas de esta casa
Casarse.
PRIOR.
Algún gentil hombre
Seré y alguna criada.
DON iiiico.
Gente es de mas alto nombre.
PRIOR.
¿Quién? iAUéreu.)
DON ÍNICO.
Cuando menos Leonor;
Vuecelencia se reporte;
Que si le digo el galán,
Podrá ser no se aluorote.
PRIOR.
¿Es don Cosme T
DON Í5ÍI60.
{Eso estonybveno!
PRIOR.
¿Quiénes?
DON lÜIOO.
i« vof porto
Que 4oa < uéttf marqués.
PRIOR.
S^cadme de confusiones,'
O decidme si os burláis.
•ÓRMIGOw
Perdonsd, Prior, los temores ;
Que don Antonio Bamireí ,
Nobleyalenti(doJÓ?en,' •
Secretario del MarquCs ,
Es el que se deseoooce
En aquel bumildo.tnje.
Vio á Leonor, enamoróse.
Vendo i casarse ^ Sévina,
Y entre aquellos labradores
De Orgaz se quedó i servirla.
PRIOR. *
iQuémedeeis'f '
dcínWioo.'
' Lo que "oís.
Si eso es cierto^ como creo,
Y los dos están conformes,
Quiero que al punto. Secas^.
DON 45(100.
No hay cosa que mas Importe.
I^RIOR.
Yo ofreceré á tnl sobrina
Diez mil ducados de dote, "
Sin la bádendaiie su padre.
DON Ijliuo.
Sea con mu bendiciones;
La venida de Lupercio
DIO á mi sobrino lemores .
De que fuese conocido,
Y ¿ su dama cuenu dióle '
De esto, y bau ceneeriado
Que él se baga doliéme.
PRKNU
I Viese
Trau mM bien ordenada!
MNfiflUO.
i Cuándo faltan inTeMkmes
Entre dos que Meo 8e4|«lereB f
Hoy quiero que se deaposen ;^
§ue rol sobrina mi^ea
n muestro sobrino un hooibre
Entendido y prindpal.
noNÜiQd. .
En f os tiene quien le fcoon.-^
{RuUo uuM tentro*)
1 Qué ruido es ^itoT
.^RHNU
' 8itt duda
Que ocasionan estas- voees -
Los loros.
Mmliioo.
¿Cómo?
tos prueban,
Y eligen los toreadOfOi
Cuáles se imcMien emrrer.
ÍSmnéoin9nfMÍéo.) * ,
DON flioo.
Otra vei el raido se oyó.
i Yálgate Dloíi por Marqués I
tiion.
¿Qué bay, FoeiManjUf ,
noicAiiáL.
Al Marqués Jo InsMeéado...
3Ü
DOxN ALONSO DEL CASTILLO SOLORZANO.
Do:i iüiGO.
¿Qué?
FUCnCABRAL.
¡ Válgame san Onofre !
L-na desgracia muy grande
En el encierro.
Do:« i^lGO.
¿Cogióle
El toro?
{Etié hablando el Prior con iu criado,)
FUERCARRAL.
Peor.
DON f^lGO.
¿Qué ha sido?
fue:>(Carral.
¿No me dejaréis que tome
Aliento?
DO.f Í5ÍIG0.
Di.
FUENCARRAL.
De esta va.—
Musas, bien es que os invoque.
PRIOR.
La brevedad os encargo.
CRJADO.
A servirte se dispone
ftli obediencia.
PRIOR.
Salgan luego,
Porque luego se desposen.
{Yase el criado.)
fl'e:«carral.
Para salir don Cosme á dar lanzada ,
Acción á tu sobrina prometida.
Por ser novel en ella muy dudada,
Y después de dudada, bien temida,
?ui$o acertarla, haciéndola ensayada,
hallaado que el encierro Iccoflvidaf
Púsose en su caballo de hierro,
Y ostentóse con lanza en el encierro.
Ocupa el coso con la lanza al lado,
Y en pálido color el suyo muda, [do
Cuando el toril despide un bruto arma-
De doble punta, fuerte como aguda.
Dos veces le emprendió, y acobardado.
Huyó del , y el Marqués., viendo que
[duda,
Dtcele en altas voces con mohina :
c Voto á Dios, que el torillo es un galli-
[na.»
La falta enmienda el yulgo novelero,
Dando al pasado toro sustituto,
Que al coso cabriolas dé ligero
Con faz sañuda y con impulso bruto;
Fuera yo corooista muy grosero.
Si el describir su forma no ejecuto,
Y aunque no mo valdré de la cultura.
Atención, que me embarco en la pintu-
[ra
Cuello de fuelle, frente de proceso.
De caracteres crespos enlazada.
Adonde la armazón, el doble hueso,
Efectos hace de la Parca airada ;
Cerdas enriza por el lomo grueso,
\íu pies cortos, barriga dilatada ,
Los ojos arrojando fuego vivo,
Y el todo, aun sin ofensa, vengativo;
Negro el color, sin ser de Monicongo,
llumr) despide sin tomar tabaco, [go,
Y uniéndoseá la tierra mas (fue el hon-
Procura á cualquier panza darle saco;
Cada cual pone cu cobro su mondongo,
De|)ósi(o de Céres y de Raro ; | nns
Que ochan de ver que el toro tiene ga-
Üue baya para su fíesta mas ventanas.
Esta copia feroz del dios Ton.inte,
Bufando truenos, despidiendo rayos,
Salió al coso con arma penetrante.
A caza de librea de lacayos ; [gaDt<>,
Vibra el corvo instrumento, que, arro-
Fuera fin de tordillos y de bayos. •
Viendo pues su fiereza los peñones.
Con cuidado refuerzan sus calzones.
Sin hacer, escarbando, cortesía
ÍTitn propio de los brutos de su raza),
)edon Cosme antevio la valentía.
Haciéndole que mida la ancha plaza
De segundo rebote su porfia ;
Las fajas de las calzas desenlaza ,
Quedando el gran jinete , del suceso.
Dándole el sol donde le dio á don Due-
[so.
En hombros de peones le han traído,
Y de los topes casi derrengado.
PRIOR.
Pésame del suceso que ha tenido;
Haremos regalarle con cuidado.
Sale DON ANTONIO, LEONOR y
CRIAnOS.
DO?l ANTONIO.
Esos pies, gran Prior, humilde pido.
PRIOR.
Seáis, señor don Antonio, bien hallado;
Que nos viene con vuestro desembozo
A mi sobrina dicha y á mi gozo.
DON L^ICO.
Abrazadme, sobrino, y estad cierto
Que de vuestro recato fui la espfa
Que al Prior vuestro amor ha aescu-
non ANTONIO. [i)ierlo.
Ha sido todo para dicha mia.
fuencarral.
Sin don Cosme se hace esteconcierto;
A decírselo voy, [Vase.)
LEONOR.
Ya llegó el dia
De mí tnn deseado.
PRIOR.
Dad la mano
A don Antonio.
DOX AÜTONIO.
Aquí yo solo gano.
LEONOR.
Tomad.
PRIOR.
El cielo os haga muy dichoso;
Eslimad en Leonor lau buen empleo.
DON ARTONIO.
Acciones de ese pecho generoso,
Darme el bien á medida del deseo.
PRIOR.
De este consorcio aguardo temeroso
La furia del Marqués.
nON IÑIGO.
Queda muy feo.
Pues á doña Leonor halla casada
Cuando está su persona estropeada.
Sale DON COS.ME , armado ridUfUa-
mente con un chuzo y una rodela^ t
FUENCARRAL.
DON COSSIE.
Si no mirara. Prior,
Falso, atrevido, perjuro.
Que el ejercer crueldades
Es propio de los verdugos;
Si no mirara que soy
Primo de un César Augusto,
V que deben mis acciones
Dar admiración al mundo,
No dudara en este lance
Ensartaros uno á uno.
Como si fuérades cuentas ,
; Con el hierro de este cbnio.
¿Qué es ensartar? Poco be diebo;
No dudo. Prior, no dudo
Que os hiciera pepitoria,
Asi como os hallo juntos.
¿ Pepitoria dije ? E» nada;
(In Jigote muy menudo
Con esta espada os hiciera.
Para comérmele al punto;
O derribando esta casa.
Os diera el último susto,
A no temer, cual Sansón,
Quedar con todos difunto;
Que la perfeta venganza
(Asi el duelo lo dispuso)
Ha de ser que el ofensor
No ha de sacar ni on rasgoño.
¿Es bien que mientras me pongo
Cara k cara con un bmlo.
Con mas valor que lo bideran
Cicerón ni Quinto Cúrelo,
Donde siendo estropeado.
Por desgracia, y no descuido.
Librándose mis caderas
De no admitir dos tarugos.
Deis á la bella Leonor
A un doméstico, ik un alumno
De mi casa, por esposa.
Sin prevenir mi disgusto?
¿A un hombre de quien se sabe
Que funda el aumento suyo
En los puntos de una pluma.
Para subirse de punto?
¿ Olvidando en mi persona ,
Claro estirpe jr valor sumo.
Que le herede, cuando mejios.
Desde el general diluvio ;
Reconocidos de cuantas
Se agregaron de consono
En las bodas del gran Carlos
Al niúr^en del Bétis puro?
¿ L'n hombrecillo trivial
lia de profanar el culto
De la deidad mas hermosa
Que mira el planeta rabie?
¿ Qué me podéis responder
Al delito que os acuso j
Decid, ingrato Prior,
Sino callar como va arado?
raioa.
Refrenad, seHor Narqnéi,
Los coléricos Impulsoa,
Y bov de mis satisfkdones
Veréis cuin bien me diacnipo.
El que de vuesos papeles
Hasta ahora car^o lavo.
Es don Antonio Ramlrea,
Que ha estado eu Orgaz ocnllo.
En el traje que lehallastes,
Vasallo de amor desnado,
Y en el fuego de sus aras
(*n acrisolado Hocio ;
Sirvió k la bella Leonor
Desde un agosto hasta on jallo,
Pasando por su beldad
Mil amantes Infortonios;
Conformes las volonlades,
Don tñigo (con su goito)
Ha hecho esle caaamieotts
En que vienen loa dos junios;
Esto se hizo poruoe el César
Me avisa en on plien soyo
(Que esta noche me na iraldo
Un apresurado nuncio)
Que alli pretende easaros
Con una infanta del Casco»
Que ha venido de so liem
A que el Pontiflce Somo
La dé el agua del baoUuio.
DoxUheo.
Yendiamanica^ea
das, oro y plata
i un millón de escudos.
PRIOR.
teDgo prevenidos
! partáis al pumo
rúen queme envía;
i casamiento á gusto.
DON COSME.
asi, gran Prior,
sobrina tripulo;
ni secretario,
los dos en uno.
esa quiero dejar,
tá cierto el escrúpulo,
nada que comiere
EL MARQUÉS DEL CIGARRAL.
No ba de faltarle repulgo.
Veamos el orden del Cesar;
Con la Infanta me Tincalo
En apacible bfanenéo.
FUEÑCAIIBACr.
Vamos, y echemos de rumbo;
¿Qué bas de bacer á Fuenctrral!
Vizconde.
DON cosic.
FOENCARBÁL.
¿Vis qué? ¡ Abrenuncio
El vizcondado ! No quiero
Ser bizco ni cejijunto.-
DOii cofim.
Serás lo que tú quisieres.
FDBKCAIBAL.
Alto pues ; destf f et subo *
A oQcio de mas Valor»
Si no se me mehe eobomo.
DORCOSIB. V
De Tueitras bodas, Séfiort,
Tenéis padrino aeguro-
En mi.
LEONO».
Ráceteme merced.
^ON OOSHB.
Es lance que no le excoso;
Deseando^ gran^eoado^
Qiie baya sido Yoeatro gusto
El mtKrqnéi M (^rruL
Perdonad sus jemt macboi.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
ÍL DIABLO PREDICADOR,
Y MAYOR CONTRARIO AMIGO,
DE LDIS DE BELMONTB BEBHDDEZ.
PERSONAS.
.NO, gafan.
ARDÍAN DE SAN
CISCO.
^ERNADOR DE
LUZBEL.
OCTAVIA , dama,
JÜA^K, criada,
TEODORA.
LUDOVICO.
SAN MIGUEL.
ASIIODEO.
FEA Y ANTOLIN.
FRAY PEDRO.
FRAY NICOLÁS.
ALBERTO,, _, .
CEUO, \cruaai.
UN HIÑO lesijs.
NUESTRA SEAORA.
TmK8 POm8.^ClllAB0S.
\NADA PRIMERA.
I LUZBEL, en un dragón,
LUZBEL.
oscuro reino del espanto,
. del dolor, mansión del llanlo;
a de otro daño sin recelo,
l>eracJon es el consuelo !
tú, de quien mi rabia fía
oble 7 eterna monarquía
rno en mi ausencia ,
i voi.
kSMODEO por tm escotillón,
ASMODEO.
Ya estoy en tu presencia;
aé te ha obligado
le llames?
LUZBEL.
¿No lo has penetrado?
ASMODEO.
cipe, si bien creo que es mucha
I.
LUZBEL.
Y la mayor.
ASIOOEO.
Pues dila.
LUZBEL.
te helado vestiglo,
forma tri forme
ito en su Apocalipsi
renturoso jóTen,
>er los que el yugo
nperio reconocen ,
lino de dos días
iliTiieliaaiorbe»
Escucha.
Y de diez partes, las nueve,
Por las justas periAsiones
Del Criador eterno, yacen
A mi obediencia conformes.
Los bárbaros, sacrificios
Me ofrecen, t adoraciones
En las mentidas estatuas
De barro, de hierro y bronce.
La morisma en so Til secta,
Y también otras naciones.
Que en una verdad disfrazan
Mil diferentes errores,
Sin que á ninguna de tantas
Sus distantes horizontes
La disculpe de que al Dios
Que todo lo hizo ignore , '
Pues no hubo en toda la tierra
Clima tan Ignoto, donde
No llegasen, explicadas
Por alguno de los doce
Discípulos, las verdades
De los cuatro historiadores;
Ni parte donde el cruzado
Leño, ya en llano ó ya en monte,
No quedara por testigo
De su pertinacia torpe.
Solamente algunas p^rie»
De la Europa se me oponen,
Adorando al Uno y Trino,
Y al Verbo por Dios y Hombre ;
Pero, aunque en ellas bay machos
Jardines de relleiones.
Cuya agradable Irmncia
De sus penitentes llores
Penetra el eterno aleizar,
Para que á Dios desenoje
De lo mucho que le ofenden
Los mismos que le conooen.
Los que me cían mas tormento
Son ( : oh ! mi rabia me abogue)
Esos hijos ( sin noikibrarle
Seri fuerza qae le nombre)
De aquel, pormenor lús grandéi
De aquel, mas rico por pobre.
De aquel retrato de iMoe
Humanado tan eonfprme.
Que si en un pesebre GrutO
Nació, Franciaco, por árdea
TaAibien divina, uu pesebre
Para orieote suyo escoge. -
Si tuvo, como máectro.
Doce discipoloe, doke
Fueron los que ileFraadáco .
Siguieron tam'blen el norte.
Si el imo morió aoapenao
De un árbol, no hay qolea ignore
Sue otro de los de Frandaco .
urió pendiente de nn-foble.
Si de Jesús el sagrado
Culto, la lluvia de asotes
Le trasformó en labwinU»
De sangrientoe tornasolei ;
De la sangre de Fran¿iseo, '
Todas las babltatíones
Ene tuvo parecen Jainef»
ilpicadas de sus golpes.
Si i Cristo la toHin^e turba
Le tejieron de eambrffnes
Impla y regia diadema,
Oue le hiera y le corone ,
Trancisée, en robusta sana.
Solo en los pafios menores.
Castigando pensamleoloe ,
Inculpable pbr Tolooes;
Revoleado entre sos puotas.
Logró la ana ferdores
De laurel, que coronaron
Penitencias tan feroces.
Si cinco pontau abrieictfn
En aquel árbol trUbnue, .
Al cielo en su Aolpr Mno». .
Siempre ablertu parí ef hiMabre,
No fué sa retrato eá ella
Francisco, aunque yo lo How*
Sino original traslado.
Pues en una viloB leorde
i»
328
De manoís, píes y costado,
Con iiicieibles favores
De Dios, mereció Francisco
En una. cinco impresiones
De penetrantes lieiidas.
Que al recibirlas entonces
La (liclia de su contacto
Le lisonjeó los dolores.
Hasta otro Tomás curioso
Tuvo, que incrédulo toque
La herida de su costado,
A cuyo cruel informe.
Un éxtasis doloroso
Le dejó á Francisco inmóvil ;
De suerte que le juzgaron
Por tránsito sos menores.
Los hijos pues desie humilde
Portento de perfecciones.
Con el fruto de su ejemplo.
Son mis contrarios mayores.
Que el Hacedor soberano
Castigara oposiciones
De quien, siendo su criatura,
Pretendió de Criador nombre.
Vaya, que aun no fué el castigo
A mi delito conforme,
Y no solo no me ofende,
Pero me añade blasones;
Que su sacrosanta Madre
Pusiera en mi cuello indócil
La planta, cuyo cotunio
De serafines compone,
No me iiriio ; que si es reina,
Por infinitas razones.
De las nueve órdenes i)ellas,
Tronos y dominaciones.
Puesto que perder no puedo
Mi ser angélico noble.
Mi reina es, y no me ultraja
Que su pié mi cerviz dome,
hoto tengo por injuria
Que á tantas persecuciones
Estos miseros descalzos
Tantos vencimientos logren ;
Que el ser tan flacos contrarios
Los que á mi poder se oponen,
De mi altivez acrecientan
Mas las desesperaciones.
Ellos al cielo conducen
Mas almas que ese salobre
Piélago produce arenas ;
Mas que cuantas plumas torpes
De tantos heresiarcas
Han conducido legiones
De espíritus al inuerno.
Y no, Asmodeo, te asombre ;
Que si este mal no se ataja.
Muy presto no ha de halier donde
Los remendados mendigos
La bandera no enarbolen
De aquel que, por su vaHen'e
Humildad, mereció el nombre
De gran alférez de Cristo ;
Y qu]e aquella silla ^oce
Sue perdi, cuando intentaron
is soberbias presunciones
Fijarla en el solio trino,
Poniendo en arma su corte.
Para esta empresa te llamo;
No fácil te la propone
Mi ciencia , porque después
De la del celeste monte,
A ninguna tan diflcH
Se atrojaron mis rencores:
Porque la regla que guardan,
Como sabes, estos hombres,
Es la apostólica vida,
Y no por inspiniciones
Solamente Instituida,
Porque Dios mismo esta orden
Dictó á boca, que Francisco
Fué su secretario entonces ;
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ.
El cual le dijo, piadoso
Para con sus posteriores :
«¿Quién, Señor, guardará regla
Tan cruel, que se compone
De veinte y cinco preceptos
Sin glosa ni explicaciones,
Con |)ena de mortal culpa.
Siendo humano?» Y respondióle :
t Vo criaré quien la guarde,
Francisco, no te congojes.»
Mas no le dijo aue todos,
l'niforinenienl^ acordes.
La goardariaii ; que fueran
Vanas nuestras pretensiones.
Parte á España, y en Toledo,
Que es hoy de sus poblaciones
La mayor, siembra impiedades
En los de mediano pdrte
Y en los gremios, oue estos son
Los que a estos fVatles socorren.
Estorbando que en sus pechos
La devoción fuerzas cobre :
Que son, en lo que aprenden.
Tenaces los españoles.
No en los ricos te embaraces ;
Que masque tus persuasiones
Hará la ambición en ellos;
Y aunque vean dos mil pobres ,
No harán reparo ninguno;
Que, como nunca estos hombres
Ven de la necesidad
La cara, no la conocen ;
Esto en general, que en todas
L^s reglas hay excepciones.
Vo en esta ciudad de Luca
Me quedo, donde di&ponen
Mis cautelas que estos frailes
La conservación no logren
De un convento que han fundado,
Haciendo en sus moradores
Que las limosnas conviertan
En vergonzosos baldones ;
Que ya casi persuadidos
Los tengo á que son mejores
Limosnas las que se hacen
A quien con obligaciones
Lo pasan miseramente
Que á los que vienen con nombre
De religiosos mendif;os,
Sin que á la ciudad importe.
Entre los demás que tengo
Para que mí engaño apoyen.
Hay aquí un rico avariento.
Con quien fuera el que supone
La parábola, piadoso
Y liberal, cuyo nombre
Es Ludovico, y ya llega
De Florencia su consorte.
Tan infeliz como hermosa
Y cuerda, pnes antepone
A su rasión la obediencia
Del padre, que, siendo noble.
Con este ambicioso biuto
La casó por verse polire.
Pero es devota de aquella
De todos los pecadores
Abogada, que la libra
De estas imaginaciones.
Pero ya llega á so casa ;
Parle á España, que aunque ínToqueo
En su avuaa estos mendigos
Las divinas protecciones.
He de hacer que esta segunda
Nave de la Iglesia choque
En los escollos de impíos
Y rebeldes corazones.
Negándoles el sustente,
O que en losbajios toque
De la natural flaqueza,
Con que por lo menos logre
Que en su poca conflanza.
Sin que el piloto lo estorbe,
Zozobre, si no se pierde,
O encalle, si no se rompe.
ASHODCO.
Príncipe de las tinieblas,
A tus preceptos responde
Obedeciendo Asmodeo.
Desde hoy estén á tu orden
Los espíritus impuros
Del español horizonte ;
Presto verás los del tosco
Sayal con fuerzas menores.
Si Dios mismo en favor suyo
Su autoridad no interpone.
(Sub0 Atnuxieo en el mum irwt
LUZIEL.
Estos frailes dejarán
Desamparado ei convento,
Pur la falta del sustento.
Si hoy limosna no les dan ;
Que con solo un pan aver,
Que un pasajero les díó.
Todo el convento comió;
Mas hoy no le han de tener,
Que aunque el Guardian ha salido,
Viendo su necesidad,
A pedir por la ciudad.
Ninguno le ha socorrido.
Mas esta la casa es
De Ludovico, y por ella
Va entrando su esposa bella;
Pero llorará después
El haberse reducido
De su padre á la obediencia ;
Que su amante, de Florencia
Desesperado ba Tenido,
Siguiéndola.
!
Salen LUDOVICO, éeemmiB.90
DOS ; y fw otra pMerlñ OCTAVl
JUANA.
LVDOTICO.
COBOdó
Sin duda las ansias miat
Vuestro padre, poes dof dias
La dicha oie anticipó;
Aunque también be scnlido
El que no me haya avisado.
Para que hubiera lagrado
El halneros recibido.
Con la ostentación fonosa*
Diez millas de la ciudad.
OCTAflA.
No quiero mas vanidad.
Señor, que ser vacatn esposa;
Y asi, no os quise oblipr
A una flneza excusada.
JCAICA. (ilji.)
Es que ya viene infénaada
De lo quo siente •! gastar.
LOaOTMO.
Muy bleu babeiarasponMou
JOARA. (Ap,)
¡Qué presto se lia oonfbraiado!
OCTATU. (Ap,)
Horror el Terle Me ka (hdo.
¡ Qué desdichada |ie nacido!
JOAXA.
¿Qué te parece?
OCTATU.
No sé.
Déjame ; que estoy sin Tida.
LuiBBL. lAp.)
La mujer está afligida;
Pero bien tiene dCqoíL
Porque es el bombra
mantos encierra
de la tierra.
LL' DO VICO.
es4á mi an>or
»s llamar uiia,
iéndolo no lo creo.
OCTAVIA.
(1 qtie mi deseo
ver este dia.
SaJe UN CRIADO.
CRIADO.
incaballpro,
ano se llama,
hablar.
LCDOVICO.
¿Feliciano
Mucho me espanta.
JUAIfA. (Ap.)
enido si^^uiendo.
OCTAVIA. (Ap.)
me faltaba.
LCDOVICO.
^ espera?
CRIADO.
Tu llceocia.
LUDOVICO.
dueño de mi casa
de licencia?
Sale FELICIANO.
FFLICIATCO.
•n fuera excusada
; p<»ro MI pe
I de J legar acaba
sposa. y mi visita
16 os embarazara.
LUDOVICO.
liciano, fuera
e«ii*a amistad tanta,
$ tan ilustres
empre, no embarazan ,
so que es mi esposa
euda.
PELICI4ÍI0.
Y muy cercana ;
>o el padre la tuvo
tan recatada ,
jniéá conocerla;
I que la vi casada
la tuve por otra.
LCDOVICO.
osa bien extraña.
OCTAVIA.
'ion de mi padre ,
>eit, fué la causa.
PELICIAnO.
I mucha obediencia. —
odovico, á Octavia
que yo deseo.
JUASA. {Ap.)
iráse mañana.
LUZBEL. (Ap.)
que la goce poco,
00 la ampara.
LCDOVICO.
ba sido la venida
Que me alegrara
len muy despacio.
FELICIANO.
«oca es mi patria ;
imente vengo
* de mí mediaBa
i loqaelNiqíiedftdo,
EL DIABLO PREDICADOR.
Y salir luego de Italia,
Porque mi intento es servir
Al (¡ran César de Alemania,
Pues ya de mis pretensiones
Murieron las esjkeranzas.
be veinte años en Florencia
Rntré. donde (ileileaba
De por vida un mayorazgo,
ik)n asistencia del alma.
Vióse el pleito sin citarme,
Y aunque mi abogado estaba
Presente, en quien yo tenia
Neciamente confianza.
Nada en mi defensa dijo.
Porque la parte contraria
Sello con oro sus labios ;
Que con solo uoa palabra.
En que el hecho consistía.
Vieran mi justicia clara.
Cu lin, perdí el pleito.
LUDO vico.
Amigo,
Todo el oro lo contrasta.
No hay cosa que lo resista.
LUZBEL. (Ap.)
Yo he de hacer, cuando no caiga,
Que trq)iece en la sospecha.
FELICIANO.
Que esa es verdad asentada
Se ha visto bien, Lodovico,
Rn vos y en mi prima Octavia,
Pues por hombre poderoso
Gozáis la fénix de Italia.
LUDOVICO.
Decis bien.
OCTAVIA.
Aunque el ser vos
Parte tan apasionada
Me aseguren de que son
Lisonjas vuestras palabras.
Si en la intención no me ofenden,
Va\ lo que suenan me agravian.
Yo me casé por poderes
Sin ver con quién me casaba ;
Claro está que no gustosa,
Pero tampoco forzada ;
Que no tienen albedrio
Mujeres nobles y honradas.
Pero si yo fuera mia.
Ni todo el oro de Arabia,
Creed, señor Feliciano,
Oueá casarme me obligara
Con Ludavico, y decirle
Que fué su hacienda la cansa.
Cuando fuera verdad, fuera
Verdad poco cortesana.
FEUCIAXO.
Yo le he dicho lo que siento
Con llaneza, en confianza
De la amistad.
LUDOVICO.
Yo sintiera
Que de otra suerte me hablaras.
LUZBEL. (Acercándote á Ludouic o,)
Mas de Octavia la respuesta,
Sí bien se ntostró enojada,
Parece que es disculparse.
LUDOVICO. (Ap.)
Sin duda que quiso Octavia
Disculparse con su dendo.
Por ser su nobleza tanta.
Que se casó con un hombro
Que en la sangre no la iguala»
Pues le dijo que, ¿ ser suya»
Conmigo no se casara ;
Aunque también ser padi«ra...
Pero es ilusión.
Salen EL GUARDIAN t FRAY ANTO-
Llff , que es lego,
GOARMAX.
Deo fffuUiat.
FftAT AirrOLlíl.
Por siempre, pues callan todos.
umoTico.
¿Cómo se entran en mi casa
Sin llamar? Con estos frailes
Tengo oposición eitraña.
OUAftaiAN.
Abierta estaba la luierta.
LOZUEL. (Ap.)
Con este no hago yo fatla ;
Voy adoude mas imp^rie. (Va$e.)
JOASIA.
Buen lance ba ochado mi ama.
Looovteo.
Paes ¿á qué entraron?
G0ABDU5.
Entramos...
FBAT ANTOUN.
Por voto mlo no entrara.
CUABDIAN.
A darte el parabién...
LUOOTICO.
Buen<^.
CUARDIAtf.
A ti y Mu esposa Octavia,
Y á pedirte que h(^ siquiera
( Porque el sustento nos falta)
Mandes que nos den 1 i ¡rosna.
u»N)noo.
Hoy está mov ocupada
Toda mi familia, padrea ;
Váyance, que me embarazan.
GUARDIAN.
Pues en el dia que lomas
Posesión tan deseada
De ti , sobre ser tan rico
Como el que mas en Italia,
áNo le darás á Dios algo,
O en hacimiento de gracias,
O en albricias, cuando aabes
Que nuestros hermanos pasan
Necesidad tan extrema ,
Que aun nos ba faltado el agua?
Loamico.
Yo he menester lo que tengo ;
Y si el sustento lea ialla ,
¿Por qué la ciudad no dejan?
GUARBIAN.
No es tan poca la constancia
De los hilos de Francisco ;
Dios volverá por so causa.
Moviendo los corazones
Y serenando borraseas.
Que ba levantado el inflenio
En ti 7 en toda tu patria.
LUDOVICO.
Salg&n de mi casa luego,
O saldrán por las Yeutanas,
Viven los cielos.
FELICIAXa
Teneos.
FRAT AKTOUJf.
Vémonos, padre.
LÜDQVICO.
* "^¿Qoé aguardan?
Vayanse presto.
JOAIIA.
¡AT,Stftoral
4 Con este has dé vifir?
330
OCTAVIA.
Juana,
Morir será lo mas cierlo.
Pues naci tan desdichada.
LDDOVICO.
Trabajen para ci sustento,
O esperen aue se le traiga
Et que instituyó la regla.
GUARDIAÜ.
El demonio por ti habla.
FRAY AlfTOLCf.
No tal ; que él no ha menester
Al demonio para nada.
LUDO VICO.
i Hay mayor atrevimiento !
FELICIANO.
Padres, por Dios que se vayan.
LDDOVICO.
Matad esos vagamundos.
FELICIANO.
¿Qué decís?
OCTAVIA.
Esposo, basta.
FBAT A?(TOLIN.
Por mi padre san Francisco,
One le íia de servir de vaina
El que llegue, á este cuchillo.
GUARDIAX.
Hermano...
FRAT ATFOLIÜ.
Dios no me manda
Que me deje malar.
GUARDIÁN.
Vamos,
Y tengamos confíanza ;
Que Dios dijo á nuestro padre
Que jamás á su sagrada
Relij^lon le faltaria
El sustento.
FRAT AÜTOLIN.
Pues ya larda,
Padre mió.
GUARDIAN.
Tenga, hermano
Anloliii, fe y esperanza.
FRAT ANTOLIN.
Fe y esperanza me sobran ;
La caridad me hace falta.
{Vanse los dos.)
LUDOVICO.
No volvieran al convento
Si presentes no os hallarais
Vos, pur vida de mi esposa.
JUANA.
Este no es cristiano.
OCTAVIA.
Calla.
FELICIANO.
En lástima se convierte
Ya de mis celos la rabia.
Sale UN CRIADO.
CRIADO.
Ya las mesas esláu puestas,
Y los músicos aguardan.
LUDOVICO.
Entrad, porque honréis mi mesa.
FKI.ICIAN0.
(.\p. Pur si puedo hablar á Octavia
\.o .iropto.) Yo soy quien puedo
Honrarse con merced tanta.
Vamos.
OCTAVIA. {Ap.)
Que se quede siento.
LUIS DE BELMONTE BERMÜDEZ.
LUDOVICO. (Ap.)
No creí que lo aceptara.
OCTAVIA. (Ap.)
¡Ay Feliciano! ¡Qué presto
De mi has tomado venganza !
{Vanse.)
Salen EL GUARDIAN, v FRAY ANTO-
LIN , con piedras en las manos.
GUARDIAN.
Deje Ins piedras.
FRAT ANT0L1N.
¿Cómo que las deje?
Y si sale un criado de este hereje
Tras nosotros, verá con la presteza
Que un pardellasleescondoen la cabe-
GUARDIAN. [''3-
La crueldad y la ira , [mka
Fray Antolin, deste hombre no me ad-
En tan protervo como impío pecho ;
Solo me admira el huracán deshecho
Que el demonio en seis dias solamente
lia levantado en la piadosa gente
Que limosna nos daba ; [taba.
Que, en fin, aunque no mucha, nos bas-
FRAY ANTOLIN. [so
Padre Guardian, mientrasqueda el avi-
A nuesiro general, será preciso
Los cálices vender.
GUARDIAN.
No querrá el cíelo
Que llegue á tan notable desconsuelo
Nuestra ueéesidad.
FRAT ANTOLIN.
¡Qué gentil flema!
Pues¿áquéhadellegarsiyaeslaexlre-
[ma?
Mas estas piedras que convierta espero
En pan un cierto amigo tabernero.
Que hace su fe milagros cada dia.
GUARDIAN.
Siu duda, con el hambre, desvaría.
FRAT ANTOLIN.
Que hará pan de las piedras imagino,
Quien sabe convertir el agua eu vino.
GUARDIAN.
Aquí vive Teodora; llame, hermano,
A su puerta.
Llama t y sale LÜZliEL.
LUZBEL. (Ap.)
Esta vez llamará en vano.
TEODORA. (Dentro, como enfadada.)
¿Quiénes?
FRAT ANTOLIN.
No tiene traza la Teodora
De dar nada.
GUARDIAN.
Dos frailes son, Señora,
Franciscos.
Sale TEODORA.
Perdonen.
TCODOftA.
MU hijos son primero.
(Vue
FRAT ANTOLIN.
La razón es eoocloyente.
GUARDIAN.
¡Oh lo que sabe la ioferDil serpieM
LUZBEL. {Ap»)
De poco os admiráis ; mas ja, lotptn
fie mi el Gobeniador, ^-ieae irriudo
Miácia esta parte condacirle espero.
FRAT AirrouN.
De la serpiente qaerellanne quien
GUAKDIA3C.
¿A quién!
FBAT ANTOLIN.
A Dios : que es mucho alreTimic
El hacer que nos quiten el soslcuti
Las demás tentaciones.
Silicios, disciplinas y oraciones.
Puedo vencer; mas no es para sufrid
Tentación que nos quite li comida
Que el natural derecho es lo prin
Ayer nos dejó un pan un pasajero,
Y antes que le sol tara de las m)oo
Todos á él nos fuimos como alanos
Y el buen hombre, asustado y aflig:
Viéndose de los frailes embestido.
Juzgó su muerte cierta;
Y sacando los pies hicia la paerta.
Decía : c Yo no he hecho mal oiogí
Padres, ténganse allá ; ¿tantos i on
GUABMAH.
Padre, pues Dios lo permite.
Que esto nos convleoe crea.
FBAT AHTOLm.
Yo lo creo, en cuanto al alma;
Pero una hambre tan Befa,
Padre Guardian, mnchodado
Que á mi cuerpo le convenga;
Y si el demonio me embiste,
Quien no come no pelea.
G0AUU1C.
Seráfico padre mío,
¿Qué es esto? En tan opolrata
Ciudad, tan cristiana y noble,
¿Permitís vos que conTieru
Contra vos , en vueUros hyos»
Del demonio la cautela
Tantos blandos coraiones
En duras rehcldea piedras?—
Bárbara gente , mirad
gue vuestros sentiiloa dega
I enemigo dé toda
La humana naloraleía.
Dad limosna á san Praneiseo;'
Que no hay empleo q«e tonga
Tan segura la ganancia,
Pues todo el cielo graniea.
Dadle á Dios algo ; qae el pobre
Es su semejania mema.
No le cerréis, ciudadanos,
A la piedad las or^as.
riAT AHTOUIÍ.
LUZDEL. (Ap, á Teodora.)
Tienes hijos, y estás pobre.
TEODORA.
Padres, pidan limosna á quien le sobre;
Que yo tengo en mi casa
Muchos que sustentar, y es muy escasa
Mi hacienda.
GUARDIAX.
Sí será, mas ni un bocado
De pan en toda la ciudad me han dado;
Dánosle tú, por Dios; que en él espero
Que le pague.
^Mas que en vet depan folresas*
" ■ lefi
Sí no callad
Padre, caraados de lefia,
ftí nn ««alia ▼
Salen EL GOBERNADOR f caui
T LUZBEL éttréi é$ H.
No
Que ciudad que tá gobleniii
Alboroten eitM friHia,
Que ser hnmildeifpfowain
.«
GOBERMADOR.
Cfcs son estas , padres?
é la ciudad alteran?
GUARbIAX.
dor generoso,
?s porque nos niegan
umhrada limosna,
el pereciT es fuerza ;
'eligion ni tiene
? tener hacienda;
>iedad cristiana
I la ampara y sustenta;
á en segura finca,
'Sta es la vez primera
> á frailes franciscos,
villa mas pequeña,
lito.
LUZBEL. {Ap )
Si les falt.-),
; la ciudad no dejan?
GOBERNADOR.
psla ciudad es, padre^
a, que solo en ella
litado el sustento,
londe le tengan
mas prudente medio
s fácil.
GOARDIA?^.
Quien gobierna
tan ilustre y quien
e Cristo profesa,
jponde? ¿Qué mas
)e respondiera?
LOZBCL. {Ap,)
ifres?
GOBERNADOR.
Pues ¿conmigo
on tal desvergüenza?
es pobres tenemos,
es de esta tierra,
trabajar no pueden,
obligación primera
adad sustentarlos,
losna mas acepta
ellos. Vayanse luego,
e de mi presencia ;
ve Dios...
GUARDIAN.
Los infieles
e sayal respetan
>adre san Francisco ;
que tú le desprecias,
cristiano, sin duda
el demonio tu lengua.
GOBERNADOR.
?Te sino la tuya,
f justamente pueda
ir tu atrevimiento.—
ad luego que, pena
dimiento de bienes,
*n la ciudad se atreva
imosna á estos hombres.
(Vase , y lo» criados.)
FRAY ANTOLIN.
gente tan perversa ,
li de mas pregonarlo.
GUARDIAN.
in bárbara fiereza
en un pecho cristiano!
aas Diocleciano hiciera?
GOBERNADOR. {DcntrO.)
los de aqui ó maiadlos.
FRAY ANTOLlN.
la hemos hecho.
TOCES. {Dentro.)
¡Maeran!
EL DIABLO PREDICADOR.
I LUZBEL. (Ap.)
No es eso lo que pretendo.
FRAY ANTOLLN.
Por Dios, que nos apedrean ;
Huyamos, padre, al convento.
Pues que le tenemos cerca.
GUARDIAN.
Gente sin fe, deteneos.
FRAY ANTOLIN.
Corra ; que en la diligencia
Consiste salvar las vidas.
VOCES. {Dentro.)
¡Mueran estos frailes! Mueraa!
FRAY ANTOLIN.
Aprisa , padre.
GUARDIAN.
Dios mío,
¿Qué persecución es esta ?
{Vanse ios dos.)
LUZBEL.
Logré, á pesar de Francisco,
Mi intento ; ya será fuerzi
Que el convento desamparen;
Pero ¿qué resplandor ciega
Mi vista?
Aparecen el NlfJO JESÚS, cubierto el
rostro con un velo,i SAN MIGUEL.
SAN MIGUEL.
Infernal serpiente ,
Yo humillaré tu soberbia.
¡Miguel!
LUZBEL.
SAN MIGUEL.
¿Cómo imaginaste.
No ignorando la promesa
Que hizo el Criador h Francisco,
Quitarle el sustento puedan
Üe tu envidia los engaños?
LUZBEL.
Ninguno con mas certeza
Que yo sabe que no puede
Fallar su palaWa inmensa ;
Mas faltar su confianza
Puede, y ya su gran fineza,
Que ya , si aun no les falla,
Indecisa titubea;
Pero mi triunfo no estriba
F.n que estos hombres no tengan
Kl alimento preciso.
Sino en los que se le niegan.
SAN MIGUEL.
Pues tú mismo lo que has hecho
Deshaz, para (|ue obedezca
Ludovico la ley santa.
LUZBEL.
;Yo contra mi mismo? ¡Pesia
Mi desdicha !
SAN MIGUEL.
Y fabricar
Otro convento, en que tenga,
A pesar tuvo, Francisco
Mas hijos de su obediencia.
LUZBEL.
Pues yo, ¿cómo?
SAN MIGUEL.
No repliques;
Lo mismo has de hacer que hiciera
Francisco. Vé á su convento,
Y á sus frailes con prudencia
VA querer desampararle
Ke|)rehende, y por tu cuenta
Corre desde hoy su alimento,
Y ha de ser para que poedao
Sustentar algunos pobres,
33f
Como lo manda la regla.
Que Dios dictó; parte lu^o»
Y hasta tener orden nueva.
Lo que te mando ejecuta.
Sin que en nada retrocedas ,
Porque otra vez i Francisco
En sus frailes no te atrevas.
{Va sulnendo la apariencia poeod poco^
mientras Luzbel dice estos versos.)
LUZBEL.
Preciso es ; mas permitidme
Que de tan cruel sentincla
Mis sentimientos apelen
Al alivio de la queja.
Vos ¿no le disteis al hombre,
Porque it lo mejor atienda.
Dejando aparte los cinco
Sentidos, las trei potencias?
jL A la voluntad no basta
Su entendimiento por rienda ?
También al entendimiento
¿Su memoria no le acuerda
La brevedad de la vida.
Que hay muerte, que hay gloria y pe-
Si esto no basta , ¿ na tiene [na?
Celestial inteligencia.
Que le auxilia por instantes?
Bien ventajoso pelea ,
Pues yo no tengo mas armas
Que su natural llaaueza.
Si estas vuestra soberana
Absoluta Omnipotencia,
No solamente me quila
Tantas veces que use de ellas,
Sino hoy me manda que vo
Contra mi mismo las vuelva,
¿Para qué son permisiones?
Sálvense todos , no tenga
El hombre voluntad propria;
Solo se cumpla la vuestra;
Pero ¿para qué me panso.
Si el ejecutarlo es fuerza?
Porque, á mi pesar, los hombres
A obedeceros aprendan.
A un tiempo se cubre la apariencia^
vase Luzbel, y salen EL GUARDIAN,
FRAY ANTOLlN, FRAY PEDRO T
FRAY NICOLÁS.
FRAY ANTOLlN.
A tanto extremo ha llegado.
GOARDIAN.
Padre, ¿eso ba sucedido?
FRAY ANTOLlN.
Milagro patente ba sido
El haber vivos llegado.
FRAY NICOLÁS.
Jamás en tan grande aprieto
Convento nuestrcí se vio.
GUARDIAN.
Limosna tal vez faltó;
Mas perderles el respeto
Con extremo semejante,
Tan á cara descubierta ,
No se ha visto.
FRAY AtlTOLUI.
Hasta la puerta
Llegó el escuadrón volante
De muchachos, disparando
Piedra?, y ano dijo : cGsta
Vaya del leso á la testa.»
Pero no se fué alabando
El mancebo, voto á tal ,
Del intento , aunque fué vano;
Que yo lleva l)a en la mano
Como un puño an pedernal,
Y á darle las gracias fué.
832
gi;am>iax
Pero¿Ie hizo algnn mal?
FRAY A:VT0LIX.
No;
Las narices le aplastó.
GUARDIAN.
¿Qué dice, hermano?
FRAT A^TTOLIN.
Sf,áre.
GOARDIAN.
Pero ¿le hizo sangre?
FRAT ARTOLIX.
Risa
Me da ; pues ¿no era forzoso?
guardia:!.
¡ Jesús ! ¡ Sangre en un religioso !
FRAT AUTOLIN.
A bien que no soy de misa.
FRAT PEDRO.
Padre Gunrdian, ya nos ?emos
Con tan gran necesidad.
Que sHlir de esta ciudad
Luego es fuerza; no esperemos
A que después no podamos.
FRAT NICOLÁS.
El esperar á mañana,
Padre», es esperanza vana ,
Y de la suerte que estamos, -
Otro día mas pudiera
Con las vidas acabar.
GUARDIAV.
A poderlo remediar
Con la mía, la perdiera
Gustoso en esta ocasión.
Por lo que se ha de decir,
Y porque lo ha de sentir
Toda nuestra religión.
FRAT ArrroLiif.
Solo |)or la fe la vida,
Padre, se debe perder;
Mas morir de no comer
Es necedad conoclila.
Que al derecho natural
NinRun precepto prefiere;
Y el primero que yo viere
Con pan, por bien* ó por mal ,
Conmi{^o habrá de partir.
Aunque un obispo te traiga,
Y si no, caiga el que caiga.
GUARDIÁN.
¿Eso un fraile ba de decir?
FRAT ANTOLIN.
Y lo haré.
FRAT NICOLÁS.
Padre Gnardian,
Nuestro padre san Francisco
Manda que, si no quisieren
En algún pueblo admitirnos,
Pasemos donde seamos
Con caridad recibidos;
Sin que prevenir pudiera
Que donde la ley de Cristo
Profesan nos maltrataran.
Ni que hubiera tan impío
Gobernador, que mandara,
Pena de bienes perdidos,
Que nadie nos dé limosna.
GUARDIAN.
Padres, ya estoy convencido;
En su custodia llevemos
El Sacramento divino
Descubierto basta salir
De la ciudad , que no fio
De esta gente ; las reliquias
Llevariambien es preciso,
Repartidas entre todos.
FRAT ANTOLIN.
Y el hermano jumentillo
LUIS DE BELHONTE BERMUDEZ.
Las casullas y ornamentos
Llevará, si es que está vivo;
Porque ayer le hallé comiendo
De su refectorio mismo
La mesa.
GUARDIAN.
Vamos.
Sale LUZBEL , vestido de fraile.
LUZBEL.
Deogralias,
Hermanos. (Ap, ¡Fiero castigo!)
GUARDIAN.
¡Válgame Dios! ¿Quién es, padre?
Que de verle aqui me admiro.
FRAT ANTOLIN.
¿Por dónde ba entrado este fraile?
FRAT NICOLÁS.
Por la puerta no ha podido;
Que yo la cerré.
LUZBEL.
No hay puerta
Cerrada al poder divino.
El es quien (sin que pudiera
Excusarme) me ha traído
Desde tan ignoto clima,
gue el puesto donde yo asisto,
n mi vocación constante.
El sol , general registro,
O le perdonó por pobre,
O dejó por escondido.
GUARDIAN.
Dígame, ¿qué nombre tiene?
LUZBF.L.
Mi nombre es y mi apellido
Fray Obediente Forzado,
De antes Querub...
FRAT ANTOLIN.
Vizcaíno
Debe de ser el tal fraile.
Cr ARDÍAN.
Parece varón divino.
FRAT ANTOLIN.
Bien su palidez lo muestra.
LUZBEL.
Pues jamás tan encendido
Tuve el espíritu.
GUARDIAN.
Padre,
Díganos pnes á qué vino;
Que nos tienen recelosos
Sus palabras y el prodigio
De entrar cerradas las puertas.
Algún engaño imagino
De nuestro común contrario;
¡Temblando estoy!
FRAT ANTOLIN.
Yo apercibo
Hisopo y agua bendita.
Por si acaso es el maligno.
LUZBEL.
No teman y estéome atentos:
Orden traigo de Dios mismo
A boca de reprehenderles
La poca fe que han tenido.
Los que siguen la bandera
Del gran alférez de Cristo,
iLa plaza que les entrega
Desamparan fugitivos?
No há dos dias naturales
Que puso el contrario el sitio ;
¿(iómo desmaya tan presto
De vuestra es[>eran2a el brio?
Los que debieran ser rocas.
De corazones impíos
A los embates, ¿qué oponen,
Siendo culpa lo indeciso,
A riesgos amenazados ,
Temores ejecutivos?
Sabiendo que á nuestro padre
Prometió Dios que á sus hijos
No faltaría el sustento ,
¿Incurren en un delito
Tan grande como el pensar
Que pueda lo que Dios dijo
Faltar? (Ap. ¡Que yo tal pronaneie*
Crean {Ap. ¡Volcanes respiro!)
Que cuando de todo el orbe
Cerraran á un tiempo mismo
Los vivientes racionales
A la piedad los oídos.
Los ángeles les trajeran
El sustento prometido
De su Criador, ó el demonio,
Porque fuese mas prodigio.
FRAT AKTOLIN.
Con el fervor echa llama
Por los ojos.
COARMAÜ.
Padre mió.
Bien se ve que es enviado
De Dios, pues tanto Imd podido
Sus palainras, que mH vidas
Diera primero á los filos
De la hambre, qne dejar
De mi padre san Francisco
La casa.
FRAT KDRO.
No babrá nlngnno
De sus verdaderos hijos
Que no dé por Dios la vida.
FaAT mcoUs.
Y estarán todos corridos»
Padre, de baber intentado
Volver la espalda al peUgro.
LüZBBL. (Ají.)
Lo que fué natural miedo.
En mérito liao oonrertido ;
:Qoé presto á lo mejor TielTca
Los que de Dios aaistidoi
Están!
FIUT AirroLiN.
Padre, esta es prégala:
Estándome yo qoedito.
Sin buscar algo qae coma,
¿Será padeeer martirio
Por Dios el morir de haülMe?
LOIBBL.
Juzgo que do; mas le afliao
Que coma mny presio.
rmAT urrouK.
Luego
Fuera mejor^ padre mió;
Que ya se derra el guante.
LOtnn..
Hermanos, coa sacrlMos
Satisfagan la «menea
Queja del Aoior divino;
De su alimenlo an encarno
Desde luego, haciendo o6eio
De limosnero.
raAT AUTOUSI.
¿Limosnas
En esta ciudad? He rio.
Presto saldrá de
Que el hermano ha de ir
raATA^rauí.
Yo no me atrevo.
Fray Aniolhi.
No
HkJ ATTOLIlf.
¿Quién le dijo
LUZBEL.
Yo le conozco. —
tan, no dé indicio
>ra esas puertas.
GCARDlAlf.
•I ; no replico.
FRAY ANTOLCf.
¡k se cura
le el olorcillo
soaudiaü. {Ap.)
Mas ya el cielo
ién es aviso,
os!
LUZBIX.
A los frailes
esUn rendidüs.
;oardia:«. (Ap,)
« pórtenlo
es es preciso.
LCZBEL. (Ap.)
oro, y no teman ;
as TO les asisto,
rá Je lobos
e Francisco.
GOAROIAX.
Dios en triaca
a convertido.
mrdian^ fray Pedro y fray
f quedan ioios fray Antolin
)
LUZBEL.
'giienas, padre,
ga lo preciso
: que ma ñafia
1 jaioeniillo.
PRAY A5T0U:f.
volveremos
• con lo mismo
os.
LOZBEU
Tan cargado
r« sin pedirlo,
legar al convento
o.
FRAT AXrOLIIf.
Y aon molido,
rotraa los muchachos.
LOZBEL.
íes va co5mÍi(o;
'aslestrtfsiiere,
recelar peligros.
PKAT ARTOUN.
fué?
LOEBSL.
Porque ya tienen
^^ntrarío amigo.
SADA SEGUNDA.
GUARÜUN, FRAY PEDRO
: FRAY NICOLÁS.
FRATKOaO.
BprodigkMe,
irdian; sos porUiUos
nano desmienten.
GCAUHAII.
)t sanios leemos,
EL DUBLO PBimCáDOR.
Padre, portentos tmo grandes,
Y eran numanos.
FRAT lllGOfiS.
Bscieno',
Y que podia Dios en este
Obrar lo que en aquHtos,
Y mas, si fuere servido.
PfUT FEDRO.
Claro es(& ; pero no e» esa
Lo que nos tiene conftisos,
Sino ignorar en qué refno
O en qué prorincla este santo
Tomó el bibilo^ porque esto
Ni él ha querido deeirio.
Ni hemos podido J^Mtlo;
Con que josgo q«e ne. es fsiikei
GUMISIAm (Ap,),
Ni aun quisiera pareeerlo.
FRAT mcoLis.
Yo he pensado que.es. Elias,
Porque manda con imperio
Notable y con espereuu
GUARSIAir. {Ap,)
No asistía en tan ameno
País.
FRAY FIMO..
Yo éneo que es ángel.
GOASMAH. {Ap,)
Puede ser;, pero no boenob
FRAT FUMMK
Porque sufrir ctdi di»
Un trabajo tan inmenso
(^omo andar la dndad tod*
Y asistir en-el oonYonlo,
Que labra con- tanta prieatt
Trabajando y dispemendo ,
Y hallarse presente en eaaR>
Cuando importa, siendOjcaerRO
Humano, fuera imposible,
Sin que ial vez por lo-rocnos
El cansancio le rindiera^
GOAanii:!..
Solo asegurarle miedo.
Padre, que Dios le ha eoTiado;
No examinen sus misterios.
A fray Forzado obedezcan
En tocio, pues cnanto ba heoh»
Y cuanto ha mandado ee Justo;
Que yo también- le obedeteoA
Y soy sugaardian.
Sale FRAY ANTCHUm.
FRAY AltfOLllf.
No hají^ parte^
Scgura.de este hechicero;
Dos gazapos n^e ba slftado.
Que escondí en un agujero.
Con una vara de hondo;
Por mi mal vino al contento.
Él ha dado en perseguirme;
GOARMA?!.
Fray Antolin , poes^jaa presto
Se vuelve á casa?
FRiuTAinroMm
Si, padre;
Que dos veces- el Jumento
Y yo venimo» cargadOif .
Y es fuerza volverme Ittego;
Qne quedan muchas linoBiiai
Por traer.
Gracias si ri
¿Dónde queda nra9> I
No sé ; que si ■ ^
Cuando éi
Bn la obra del eovfVQCo
Que labra esté todo el die ;
Pero no dej» por ese-
De entrar en^oMs^de Mll^essasb
>É1 camina masque^ei viento,
Y trabaja por den^hoiinihres;
En la fabnca un madero
No le pudieron sabir
Veinte hombres^ 1le06 k este itongo»
Y asiéndole por el caixs
A no agaebsrse tan presto
! Los qne arriba* le etbemlNuí,
Los birla, f Tienen*ii vmltor, '
CUAMMAll. '
Esa bien se Ve q^ne es fttena
iSobrenatonl. . ' . .
I - PM4T AXTOLM; .
AtlénAMM
i íLukk que pireee bn ángeF,
Y otras Teces %ñJBh dele
Pone lee qiflS^jKbiMMV \
Como nn lefsLjr|e eotteelio
8ae, aunque eiuisimaié^tieM
nchos males eneoblertos,
Y sin dadi.qite sen llagas:
Qoebnelemuj. aÉal.eisi'dHa
De Dios.
eiDAJIiUll.
Calle; qaayiftflaiML
SaiéLmVOf.
tOXRSL.
üeo graHé$i
GDARUAII.
BnUr tierra? cielo
ibi
Se las-détt ásgeles f faOQbres.
PRAX Axreuii.
Temor me caosii j respeto.
raATtfeaoi
Y á todos.
Seabieaifa^idft *
So caridad.
LUSBEL.
Vlija Inegí»»
, Fray Antolin, a la casa
De don César;- qveaüMciio
Seis aTes -y aiiüíalaseifiS.
Tráigalas , y al.enüBnnero
Lasentregne. - '
FBAt AnOfcOk
Venga conml^aijraf fedre^. (.F«k)
ÍEn qoé estadtf cleMf padre-
^ray Obediente» el^^eifettlO'
One labrar-
Ta est& aqdiade^
«lua^uii.^ -.
¿De todo, panto!) ^'
ElblNWao
Le falta. •
COAtMAll. ..
Qoe me Wtdiilfido
LabreTedadleesfáftaet *
Lttait;
Poes btfiTendd cinéd meaea
Ooe se abrieren H>a-ali«fiaatoat
-Me han parecido, eieaiftea;
Mas de mi narteíao he naeato
Sino el baManne nrwcwé
A lAdoa, biBScar dinero '
V ar la añpHeeM»}
ir, al el Aaie»tietaar-
33i
Me lo hubiera lu'rmilido,
£n cinco dias, y en menos.
Hiciera mas que cien hombres
En cinco meses han hecho.
CUAnDIAM.
(Áp. No darme por entendido
Será mejor.) B¡i»n lo creo;
IV'ro Dios no hace mila;;ros
Sin necesidad de hacerlos.
LUZÜEL.
Fü niila{;ro yo le hiciera;
Qucí bástanle poder lengo,
!di Dios no me lo coartara.
GUARDIÁN.
Ya de c^uién es estoy cierto;
Ño ha menester explicarse.
LOZDF.L.
No lo ignoro. (Con falsedad.)
GUARDIAN.
Y de qae es menos
Su poder que el de mi padre
San Francisco.
LUZBEL.
El valimiento,
Padre duardian, que su padre
Tiene con el Rey eterno.
Es su poder, y (pie es grande
Por esa parte confieso:
Mas no es poder el poder
Que necesita del ruc^o.
OrARDIAN.
Pues ¿qnó poder no procede
Del de Dios?
LCZREL.
No argumentemos.
Tenga humildad; que conmigo
El que sabe mas es lego.
GUARDIAN.
Eso nunca lo he dudado;
Mas no pudo por lo menos,
Con cuanto puede y alcanza,
Lograr su mayor deseo.
LUZIIKL.
¿No? Pues diga, padre , ¿en mí
Qué castiga Dios?
GUARDIAN.
Su intento.
LUZBEL.
Él es muy buen religioso,
Padre Guardian, pero necio.
Guindo yo llegué, ¿no estaban
Cobiirdemente resueltos
A dejar él y sus frailes
Desamparado el convento?
Luego ya do parte suya
Logré mi intención, supuesto
Que, por mirarlos vencidos,
Se puso el Criador en medio.
Déle gracias del prodigio
Que mira ; pero creyendo
Que, á ser su constancia mas,
Fuera mi castigo menos.
GUARDIAN. (Ap.)
Muv bien me ha mortiiicado.
LUZBEL.
Es proci.^o hacer lo mesmo
Que, vivo, hiciera Francisco;
Mire si pesar tan fíero
Será morlificarion
Mayor, sobre el vituperio
De que el sayal de Francisco
Me disfrace, aunque supuesto.
GUARDIAN.
Nunca se \ió tan honrado
Desde que cayó del ciclo.
LUIS D£ DELMONTE DERMÜDEZ.
LUZBEL.
La memoria le ha faltado,
Con el desvanecimiento
Que le ha dado, pues se olvida
De que su origen primero
Procede de polvo ó barro.
GUARDIAN.
No me olvido; l)ien me acuerdo
De que Dios al primer hombre
De aquel barro damasceno
Hizo con sus propias manos;
Y el ángel le costó menos
Cuidado, pues con un fiat...
LUZBEL.
Esa materia dejemos.
Que ni es de aqui ni él la sabe;
Además de que no tengo
I^*rm¡s¡on de responderle.
¿Cuándo (luiere que empecemos,
Padre, la luodacion nueva?
GUARDIAN.
Si le parece, sea luego..
LUZBEL.
A mi me importa ; ¿qué frailes
La han de empezar?
GUARDIAN.
Yo no puedo
Nombrarlos; á cargo suyo
Está elegir los sugetos
Y el número; por mi cuenta
Corre .<%olo el cumplimiento
De todo lo que ordenare.
LUZBEL.
¡Qué falso está ! Pero el tiempo
Llegará preslo en que puse
Otra vez de extremo á extremo.
GUARDIAN.
Dios querrá que tus astucias
Nos den mas merecimiento.
LUZBEL.
Si Dios lo ha de hacer, no dudo
Que será fácil; mas ellos
Ya sé yo cómo pelean.
GUARDIAN.
Que soy de barro confieso.
LUZBEL.
Mire que ya s:ís ovejas
Entran á pacer, y pienso
Que al pa.stor esperan ; vaya
Y cuide de que, en comiendo.
No se esparzan, porque puede
Perderse alguna.
GUARDMN.
Yo creo
Que es ociosa diligencia ;
Mas él las guard^ si hay riesgo,
Pues Dios le lia traido á ser
De sus ovejas el perro. (Vaie,)
LUZBEL.
Fuerza será, pues rabiando,
Morder á ninguna puedo;
Mas de otra suerte algún dia
Yo y el pastor nos veremos. {Vate,)
Salen FELfCíANO t JUANA.
FELICIANO.
¿Salió Ludovicoya?
JUANA.
Sí , mas te cansas en vano ;
Que á no verte, Feliciano,
Resuelta mi ama está.
FELICIANO.
¡Tanto rigor!
JUANA.
No es rigor;
Que antes me ba dado á entender...
FELICIARO.
¿Qué?
JUANA.
Que el no quererte ver
Nace de tenerte amor;
Que es virtuosa y honrada,
Y dice que aun el mas le\e
Pensamiento excusar debe.
Pues ya eu fin está casada.
Su pa(lre anduvo cruel.
FELICIANO.
Al fiu ella fué vencida.
JUANA.
\ mire á quién ; mejor vida
Pasáramos en Argel.
No se ha visto hombre tan Gom,
Si algún pobre se U* lleg»,
Y mas mientras mas le riie^'a.
Solo un fraile limosnero
De san Francisco porGa,
Y le trae desesperado:
Nunca limosna le ba dado,
Pero él viene cada dia,
Y le ha querido malar:
Pero S(ilo con que el santo
Le mire, le poue espanto,
Y no se atreve á llegar.
A un pobre ayer un criado
Un poco de pan le dio,
Y al punió le despidió.
Después de muy uiallralado.
Mi señora no ha tenido
Moneda de plata ó cobre
Con que dar limos:. a á un pubre.
Ni él lo hubiera consentido.
De esto está tan afligida
Mi ama y con tal teknor.
Que el verle la cau^a horror.
FELICfAXO.
Juana, aunque doy por perdida
Mi esperan/a, le líe de hablar
Esta vez. quiera ó no qatera;
Pero será la postrera.
JUANA.
Pues si lo quieres lograr,
A esa cuadra te relira:
Que sale, y se ha de volter
Luego que te llegne á ver.
FKLICIAKO.
Bien dices. (Et/rc
SaU OCTAVIA.
OCTAVIA.
¡Qué mal lo mira
El padre que, Mlamente
En su codicia raiiilado,
A su hija la da esiado!
Que la mujer mas prodeale.
Si á su esposo aborrecieMlo
Está, y á otro tiene anor.
Bien podrá guardar ra honor,
Pero vivirá muriendo.—
¡Juana!...
JQAXA.
¿Que siempre hu de etfi
Hablando contigo?
OGTAVU.
81.
JBAXA.
Feliciano ba estado aquL
OCTATU.
No le vuelvas ft oonbrir.
Si algún gusto quieres darme,
Mientras yo presente esté.
lOAXA.
De aqui adelante lo haré.
Tenle.
Suclia.
FEticuno.
lehisdeescacli^rnie
t;qQcer>miTida
ne ni hablarle.
> (lara culparme.
FELICIANO.
negarme puedes
nn mes me oculiaslo
tilo padre?
ulpa ¿asíante,
il¿ lio Icnl arte,
la lener puede
e In sangre
mpido palabra
ec«s lirinatle !
ípltcarnn
i tu semillante,
defposasen,
loe jamás
ste k iiailie,
prl posIrcTO
I confesaste.
lu qae pagaste s
^i so estandarte,
fe la posta
n tas ventanas,
ns umbrales.
lobles...
- Teme ;
i mi decoro ralle,
que tú fuiste
mis pesares.
<eclias tu Te
laba casarme
dr« mismo,
ode mi madre,
de mi empleo,
ote te hallasie.
nqneaqneldla
lo sin citarle,
-diste, puesto
stetianarleT
ibntoa megos,
de Importarte,
'elida no,
^les fírmase?
1 ese papel
dbs antes
ilieedia?
abii detanie.
'mbanxases,
él qae 10 j lu^ra,
lo presen taslvT
el si le diera
EL DIABLO PREDICADOR.
De mi desdiclia i mi padre.
Delante de lanU (tente,
Diie, Tolvlendo i mirarte:
•Va llegú el lance fortow.i
¿Por qué entonces no llegttte T
iFuera Justo. FeÜciauo,
Callando lú, que yo halilaaef
iQuá imponú que me sirrierat,
tlecljo estatua de mi calle.
Soldado de amor, diex anos.
Si en la ocasión me bltutet
fsie papel dice (sudta):
«No hay deque sobreMlUrte;
Que esposa tufa e* OcbTia.i
íQuIén es quieo puede queJarMf
A voluntad tuya pase
b:t piau ¡ jquién ftaera parle,
Confesando jo ser mió.
Para dejar decolirarleT
Yo hice, en no, Feliciano,
Cuanto pude de mi p«rie;
Arbitrio en la pleito Aliste,
Contra mi leieniencUtie;
Por ti padezco la pena
De cautircrlo lao gnnde-
Y pesado, que mi «tda
Seri el precio del reieiie;
V puesto que la ofendida
Soy. j til quien te teogaate.
Vele, j no vaelTaai lerme; .
Porque si en estos nmhrales
1*01163 las plantas, barí,
Vive el cielo, que le mala
l.udotico . i qnlcn th pioprlo
Me vendiste, no mi padre.
Supuesto qi:e los dos ñitmos.
Yo Infeliz <riü cobarde. (F«ii
LDDOTICO. (Álplü).)
i, Qué escuchot ¡ Vlilgime el cielo!
FELICUXO.
i Que i m decoro minie
Entonces culpas, OeiiTlaT
Gentil disculpa: ¿pensaste
Que era pleilo de reTista?
raucuno.
¡Sinmlestoj!
JDIHA.
Vele; que ft larde,
V vendrá su esposo.
LODOTuo. (DoKiv.).
¡Ilolat
nuu.
Hejor seri qae (e baile
Soto; adiós.
Sale LUDOVICO.
LUOOTIcb.
¡Loco csioj! (Que loidoa fuimos.
Yo infeliz ; lA cobardea
¿LudovicoT
LDDOTKO.
iFeliclaaoT
reucujiQ.
ATeroseiieslelnaiante
Entré; mas ya me Tolvia.
Ved si tenéis qué n
reucuM.
La hacienda mía de campo
Mar deapaelo, y ahora ea tarde.
Yo iré i bnstaroa.
AdhN. (Vete.)
Vneatra ilda el elehí goanle
lAp. Para que ^ te la quite);
mo mi peogro ea grawle'.
Porque aoD roaeboi adi dentha ,
Y son los rasa prlMlpBlea
De la ciudad, coa qnéeafUerta,
Cnandoeon li «Ma esoape,
Blperdectoda ntlwclMda.
y si ¿1 primero IM ^aale
De OciiTla , j eaella el pleito
gaeperdii.MesUDeylpBUe .
oFelidaaoalohMa.' -
Esteii
OcUvI ¡n
Kaam<
Para<i
am.
¡11 espirando eatoj
Va decllnA mi foni
Ene9iadÍce:tL ,_,_
Y en esla : t Ufa •> Octarla.s
Primero Teria.fnbaae.
To mncfte, f ¡veo loa «Idos.
louA. (.llMie.)
tQae las pedana defuéf
las DO ha repando en alloe ¡
Nosécómolnlnaale.
EslOT con unnal d« madiv.
Y elbnmo de toa pspélH
He le qnlu.
Este DO es mal; qae e« aehaqae.
. LneofiM.
Asi lo enlteodo; iqné eaneraaf
VétfldeaqaL ^
"w pites.
No me loea (
A Feliciano
A Octavia
Y della lo ~-
Prlmero i I
LlcBae SL ... I
m allreotá. M
536
Podrán impedir que acudan
A sus voces las criadas ,
Y ahogada... Pero ya culpa
Mí cólera la tardanza.
Al irte, sale LUZHEL por la misma
puerta y le detietie.
LUZBEL.
Dule á san Francisco alguna-
Limosna. {Ap. \ Que yo impidiera
De Octavia la muerte ii^usu!
Mas Dios lo manda.)
LCDOTrCO.
No sé
Cómo no temes mi furia.
Fraile, fantasma ó demonio;
Sin duda tu muerte bascas.
i. (Jiuó me persigues , si sabes
Ya por experiencias mnclias ,
Que en mi no ha de hallar limosna
Tu religión ni ninguna?
¿Qué me quieres?
LUZBEL.
Reducirte;
Que la Omnipotencia suma
Me lo manda , y es forzoso
?ue con sus órdenes cumpla,
puesto que le ol>edece
Quien de los tilos y puntas
De la invencible gundana
No puede temer la furia ,
Obedece tú . no e.^iperes
Qne el término de tus culpas
Llegue , míe está ya muy cerca.
Dale , Lndovíco, aíguna
Parte á Dios, de las riquezas
Que en esas arcas ocultas ,
Para que por ese medio
Puedas aplacar su justa
Indignación, y piadoso.
Sus auxilios le reduzgan
A restituir.
LCDOVICO.
Detente;
Que me admiro de que sufra,
Viven los cielos, mi rabia
Tus descompuestas locuras.
¿Yo limosna? Vele luego;
Que mi hacienda , poca ó mucha,
Mí fortuna me la ha dado.
LUZBEL.
Ludovico, no hay fortuna ,
Ni es laque tu hacienda llamas,
Absolutamente tuya.
Y no solo la ad(juirida
Con viles cambios y usuras
Oro es toda de quien ia goza.
Sino la del que madruga
Para el trabajo h la aurora.
Comiendo de lo que suda.
Todos los (¡ue en esos campos ,
Tal vez con piadosa lluvia.
De la fierra , común madre ,
Rompen las enirauas duras ,
Y en sus senos animosos ,
Por depósito, sepultan
Del antecedente agosto
La rica mies grana y rubia ,
Después de muchos afanes
Y esperanzas mal seguras.
Como á dueño de la tierra ,
Su diezmo á Dios le tributan ;
Y él lo entrega á sus ministros ,
Con orden de que consuman
Kn sí solo lo que basta ,
Conforme el puesto que ocupan ;
Y como sus mavordomos ,
En los pobres distribuyan
Lo dcm.ís, que Dios en ellos
Todas sus rentas vincula.
LUIS DE BELMONTE DERMUDEZ.
Cuantos adquieren riquezas
Con lo que al pobre le usurpan,
No verán de Dios la cara.
Si no es que la restituyan
Como les fuere posible ;
Y esto ninguno lo duda.
Pues i, cómo tú de la hacienda
Dueño absoluto le juzgas,
Siendo corneja , vestida
De tantas ajenas plumas?
Imprudente almendro, advierte
Que, según mis conjeturas,
Será de iiidniías planta»
Escarmiento tu locura.
LUDOVICO.
En tu vida he de vengar,
Hipócrita, mis injurias.
LUZBEL.
No te muevas, que no sabes
Quién soy; atento me escucha.
Mira que en ti solamente
No hay resquicio ni disculpa,
Porque el común enemigo
De todos lu bien procura ,
No solo por oprimido ,
Mas también porque sin duda
Le ha de quitar muchas almas
El ejemplo de la tuya.
Go7a ocasión tan dichosa;
Ni tus potencias perturba
Ningún espiritu impuro ,
Ni tus sentidos ofusca.
Justicia y misericordia
De Dios en su muerte luchan ;
Déle á la misericordia
Tu arrepentimiento, ayuda.
Mira que de su justicia
La divina espada empuña ,
Y que su inmensa paciencia.
Que es la vaina que la oculta ,
Se ha cansado ya ; ¿qué aguardas?
Mira que ya la desnuda ,
.Mira que el brazo levanta,
Mira que el golpe ejecuta.
LUDOVICO.
Ya me arrepiento.
LUZBEL.
(Ap, ; Oh , pese
Al infierno !) Pues ¿qué dudas?
í^a caridad es la puerta
Del perdón, nor ella busca
La entrada; dame limosna.
LUDOVICO.
Eso no.
LUZBEL.
Vil criatura ,
Peor que Luzbel te juzgo ,
Pues si él pudiera , sin duda
Fuera su arrepentimiento
Tan grande como su culpa ,
Y tú , pudiendo , no quieres.
LUDOVICO.
Pues esta vez, aunque huyas.
Te he de malar.
LUZBEL.
No te acerques,
Porque hüré que se reduzga
Tu forma á menos (|ue á tierra ;
Que aun eso no has de ser uunca.
LUDOVICO.
: Hola , Alberto , Celio ! este hombre
Me atemoriza y asusta.
Salen ALBERTO, CELIO, OCTAVIA
T JUANA.
CELIO.
Señor , ¿ qué mandas ?
OCTAVU.
¿Qué es esto?
ALBEKTO.
¿Por qué das voces?
JUANA.
Sio dada
Que ha sido el fraile la causa.
LUDOVICO.
¡Que en mi casa no se eannl)
Lo que mando! ¿No os hedicbo
Que no dejéis eoirtr Duoca
A este fraile ?
en. 10.
Por la paerta
No ha entrado.
ALBCIITO.
Es cieno.
joaxa.
Sisduüi
Qne es santo.
OCTAVIA.
Padre, por Dios,
Que excuse una desveftlara.
LUZBEt.
A estorbar la vuestra vine.
¿La mia?
Si.
OCTAVU.
LUZBEL.
OCTAVIA.
Fuera injotla.
LUZBCL.
Ya sé que estás 1 Docente,
Mas los indicios os ciripM.
OCTAVIA.
Pues ¿qué haré?
LDZBBL.
Yo
Aconsejar: que la faa
Es coufesaros enlpadii
OCTAVIA.
Yo espero en la siempre pan
.Madre de Dios, que mt
UJDOVICO.
Hombre , vela , y no pret..»
Que mi firme intento onidctt
Tus palabras fmporlants;'
Que aunque fuertnTnff rh|i«M
Las de Creso y Midas Janlas,
No hallarás en ori K
LlffBll.,
No hemos menester la imi;
Tú necesitas de darla.
Que á mis frailes soliran nMClMa
Pues oue coa ellaa MuteatM
Trescientos pobréa en Laca.
Ya te dejo; pero mlñ
No añadas colpas á cttl^:
Que está inocente qoiei pl
Que tu deslionor pror ara.
{Ap. ¡ Qne mi soberbia li
En tan infame coyunda
Oprima el Criador eterno I
¡ Oh nunca , Francisco, oÉ
A humildad tan poderosai
Se opusieran mis asUÉcias!) (M
LOaOVIGO.
Este salie ya mi afrenta ;
En la quinu, mas ocnlla
Podrá estar so muerte» ca
Que pueda saiir de L
Ponieudo en salvo mi
Lo mejor será que
ocravuu
¿Eso dices, nMlár
LÜDOTICO.
Octavia ,
le me disgusta
ue por unos días ,
ú en ella me basca ,
os de ir á la quinta.
;es?
OCTAVIA.
jEso prepfonUs?
ido decir, si sabes
oiuotad es tuya?
LUDO vico,
aponerla carroza.—
rio, para que suplas
gociosmi ausencia,
rás.
ALBERTO.
Pues tú gustas,
é
LDOOVICO.
Vamos, Octavia.
JÜA.XA. (Ap,)
este disimula
;>ara matarle.
OCTAVIA. (Ap.)
:ia me asegura.
LUDOVICO. (Ap.)
eras , infame ,
i que mi injuria.
(Vanse.)
tU FRAY ANTÜLIN.
FRAY AXTOLIN,
lio mi maña
el donado,
f^safiado
bre, á la campaíía;
la he de matar,
persecurion
; fraile Nerón
leda librar,
escondo me quita,
ro no puede ser ,
i pueda valer
las exquisita.
$alo consigo,
nos suyas no caiga,
blfgado á que traiga
bienes conmigo.
s traigo rellenas;
)n la costumbre ,
á pesadumbre ,
de alacenas.
Íue este fray Forzado
•ajo no enferme;
come ni duerme,
Iritu be pensado,
que mas asombra ,
os por la calle,
vuelvo á miralle,
rpo no hace sombra.
Dio fundando
n prisa tanta ,
logar se espanta ;
re regañando,
pecho presumo
ibaco de hoja ,
iliento que arroja
ices es humo,
ido en perseguir
arme comer;
le ha de valer,
a de prpsumir
y en el convento,
é seguro,
ly lejos del muro;
lo me siento,
señorea ,
guno pasare ,
DE L.-ii.
EL DIABLO PREDICADOR.
Primero que en mi repare ,
Es fuerza que yo le vea.
Polla , empanada y pernil
Traigo ; que es bueno imagioo
El pan ; mas lo que es el vino,
Puede arder en un candil.
A Heliogábalo me igualo ,
Y nunca el comer condeno
Si lo que se come es bueno ,
Porque todo es de regalo.
Yo, en ñn , no tengo otro gozo.
Mi estómago es un abismo,
Y cuanto como, es lo mismo
Que si cayera en un pozo.
No ha de estar de manifiesto
Todo; conforme comiere
Saldrá , porqu§ si viniere
Alguno, lo esconda presto:
Salga el pernil.
Sale LUZBEL.
LUZBEL.
„ - i Qué cruel.
Señor, os mostráis conmigo I
¿Yo amigo de mi enemigo?
¿Sirviendo al hombre Luzbel?
¡Oh, pese á la peoamia!
¿ De Francisco sostitato
Es ¡ oh poder absoluto !
Quien quiso dar luz al dia?
Basta tan fiero tormento ,
Y cuanto me habéis maudado,
Señor, está ejecutado;
Que de este rico avariento
La proterva obstinación
Solo la podrá vencer
Vuestro absoluto poder.
A estorbar la ejecución
De dar muerte á su mujer
Voy. (Ap. Ya el lego se ha sentado
A comer lo que ha ocultado
De mí ; mas no ha de comer
Nada de loque ha traído.
De esta suerte haré que crea
Que no le he visto, y me vea.)
FRAY ANTOLIN.
Pardiez , que no le ha valido
A fray... ¡ Válgame san Pablo !
¿ Cómo este fraile llegó
Tan cerca , sin verle yo?
Santo es ; mas no es sino diablo.
No me ha visto.
( Guarda ¡o que estaba comiendo.)
LUZBEL. (Ap.)
Ya guardó
Lo que á comer empezaba.
FRAT ANTOLIIf .
Pues que no puedo escaparme.
Preciso es llegar.— Deo graíiat.
LUZBEL.
¿Fray Anlolin?
FRAT A?rTOLIlf.
Padre mío,
¿Dónde va?
LUZBEL.
Voy á la granja
O quinta de Ludovico,
A impedir una desgracia ;
Mas él ¿á qué vino al campo?
FRAY AI«T0LI?r.
Es que el médico me manda
Que ande todo lo que pueda,
Y sea por tierra llana,
Porque tengo humores gruesos.
LUZBEL.
Si en el comer se templara ,
Los humores consumiera;
Seis frailes se sostentaran
Con lo que el padre Antolln
Come.
FRAY ANTOU^r.
No tengo otra falta.
LUZBEL.
De esa se originan muchas.
Porque la regla relaja
De su padre san Francisco,
Y la devoción estraga
También de sus bienhechores ,
Viéndole por las mañanas,
Y aun por las tardes, tomar
Chocolate en veinte casas.
FRAY ANTOLIN.
Padre , lo que me dan lomo,
Y esto mi regla lo manda.
LUZBEL.
Mas esto se entiende cuando
Con necesidad se halla.
FRAY ARTOLin.
Muchas veces he querido
Vencer de mi hambre el ansia;
Mas no he podido, que luego.
Con los regalos que sacan ,
Me engaña el demonio.
LUZBEL.
Miente *
Su flaqueza es qnien le engafia*.
A Hale propuesto el demonio
Alguna vez, entre tantas.
Que la gula no es pecado ?
FRAT AirrOLIN.
No, pero gula se llama
Comer sin gana, 7 á mi
Jamás me faltó la gana.
LUZBEL.
Su hambre y la sed que tienen
Los hidrópicos son falsas.
FRAT ARTOUlf.
No tal ; que cuanto yo como
Es salida por entrada.
LUZBEL.
i No come en el refectorio,
De pan , como de vianda ,
I La ración suya y la niia ?
FRAT AXTOLIN.
Sí , Padre.
LUZBEL.
Pues ¿no le bastan?
FRAT AHTOUIf .
Dos raciones son «hermano ,
Para mi dos avellanas.
LUZBEL.
Que no reviente me admira.
FRAT ARTOLm.
Gracia ha tenido.
LUZBEL.
Se engaña;
Que. á tener gracia , noliablert
Perdido, hermano, mi patria.
FRAT AirroLm.
¿Su patria perdió por eso?
LUZBEL.
Si , porque perdí la gracia
De mi rev, y faé preciito.
Aunque a mi pesar, dejaría.
FRAT ARTOLin.
¿Qué reino es ese?
LUZBEL.
Está en clima
Tan remoto. argonania
Ninguno le -«=ieiibierto ,
Yserái Lwmi a.
83
337
358
FIUT AHTOLIIf.
Pues, 8Í no le han descabiertOi
¿Quién le trajo al Padre?
LUZBEL.
¿ Cuántas
Veces he dicho á los padres
Que Dios?
FRAY ANTOLIN.
La boca me tapa.
Alli vienen unos pobres.
LUZBEL.
¿Ah, hermanos?
FBAT ARTOLIlf.
¿Por qué los llama?
Déjelos; que andan buscando
Sitio para su matanza.
LUZBEL.
Lleguen , hermanos.
FRAY ARTOLIH.
Si aquí
No podemos darles nada ,
¿Qué los quiere?
LUZBEL.
Si luYieran .
Necesidad , no Aliara.
Salen tees pobres.
POBRE i.®
Nuestro santo limosnero
Es.
POBRE 2.*
Padre mío.
POBRE 3.*
Bien haya
Quien por nuestro bien le trajo
A Luca.
LUZBEL. (i4p.)
Y por mi desgracia.
¿Comieron en el convento?
POBRE i.°
Llegamos tarde.
FRAY AirrOLIN.
Esa es trampa;
Que ¿ los tres , y yo presente ,
Les dieron hoy su pitanza.
POBRE 1.^
Pero tengo seis chiquillos ,
Y ^ mi mujer en la cama.
FRAY ANYOLIÜ.
Si de esa suerte procrea,
¿Quién á sustentarlos basta?
POBRE 2.®
Pues yo tengo nueve , y nunca
Sale mi mujer de casa,
Porque es manca y es tullida.
FRAY AirroLiif.
Nueve ha parido, ¿y es manca?
Vayanse con sus mujeres
A una isla despoblada ;
8ue en poco tiempo pondrán
n ejército en campaña.
POBRE 3.^
Yo no tengo hijo ninguno;
Mas tengo un padre, que pasa
De nóvenla años.
FRAY AlCTOLIIf.
En vano
Refieren aqui sns plagas ;
Vayan después al convento.
LUZBEL.
Mucho siento que no traiga ,
Hermano , algún regalillo
Para la que está en la cama
Enferma ; mírelo bien.
LUIS DE BELHONTE BERMÜDEZ.
FRAY AirrOLIN.
¿Qué he de mirar? ¿Es matraca ?
LUZBEL.
Pues vo los llamé , y es fuerza
Que lleven algo.
FRAY AirroLiü.
Pues haga
Que una docena de cuervos
En ios picos se lo traigan;
Que aqui no hay otro remedio.
LUZBEL.
Sí habrá , tenga confianza ,
Y á sus mangas eche , hermano,
La bendición.
FRAY A!CT0LIIf.^(4p.)
No hay humanas
Diligencias contra este hombre;
Él me vio comer.
LUZBEL.
¿Qué aguarda?
FRAY ANYOUn.
Mejor será que eche el padre
La bendición á sus mangas,
Y deje las manganetas.
LUZBEL.
No me repliaue palabra ;
Porque haré...
FRAY ANTOLIÜ.
Ya le obedezco;
Pero de tan mala gana ,
Que no será de provecho.
LUZBEL.
La bendición ya está echada ;
Mire ahora lo que el cielo
Envia.
FRAY ATTOLlIf.
No envia nada ;
Hilero salló este milagro.
LUZBEL.
No gaste conmigo chanzas;
Saque de la manga izquierda
Meclio pemil, que ese basta
Para ese pobre y su padre.
FRAY ANTOLIN.
Aqui no hay remedio.
POBRE 2.*
; Extrema
Maravilla !
POBRE 3.*
Si por cierto.
LUZBEL.
Cocido está.
POBRE 1.®
¡Cosa rara!
FRAY AirroLix.
Y aun digerido estuviera ,
Si un instante se tardara
El padre.
LUZBEL.
Déle á ese pobre.
FRAY ANTOLL*!.
Mejor es que le reparta
Entre los tres.
LUZBEL.
No le pido
Consejo ; déle á Dios gracias,
Y tenga fe.
FRAY ANYOUN.
Los milagros
Como este se obran con mafia.
FRAY AirrouR.
Tome,
Y mal provecho le haga.
LUZBEL.
Para este pobre • que tiene
A su mujer en la cama ,
Saque una polla.
FRAY AlirOLIlf.
Si hay polla,
Que quede repuesta líasta.
LUZBEL.
Ya le he dicho...
FRAT ARTOLn.
No se enoje.
(Ap, Los diablos lleven tu alma.)
Aqui está ya , lome.
POBRE 1.*
Y viene
Cocida y salpimentada.
FRAT ARTOLIS.
La salpimienta se vaelva
Solimán.
LOZBCL.
Una empanada,
?ue tiene dentro ongaaapo,
está en la derecha mangí,
Saque al momento.
FRAY ANTOLUL
LMUiDec;
Tome.
POBRE 3.*
Quien con Dios alcanza
Tanto, etemameuie vira.
LUZBEL.
(Ap. Esa es mi mayor de^tracia.)
Saque un pan.
9otmt i.*
Un pan et poco.
FRAT ARTOIJDI.
No hay mas.
FonB i.*
Habrá sido mía
La cosecha , pues no envían
Mas de un pan.
POS» S.*
PannonoslWia.
#OBtB 5.*
Mucho nos dan , porqoe cris aBo
Le abarató la abnndsnds.
FRAT AHTOUL
Pues tierras hay, que sHqneiN*
Un pan cada gota oe aoSt
Lloviendo á pedir de Bses,
El pan no se abantan,
rosan I.*
Padre, ¿habrá un trago dsTiss?
FRAY AHTOUR.
¿Vino Umblen? | Colaban!
unan-
Pues saque nna.
FRAT AITOUI.
Padro inio«
Ad\ierta qne es cargo doalaa.
Déjele para las mins;
Qne es vino del cielo.
Désele pues.
LUZBEL.
POBRE 2.®
Venga.
í
Tienen de ese propio vine;
Qué espen ? La calaban
es dé.
FRAT AHTOUR.
Tomen ;qnon4w
Les dien calabasadas.
IM, padre mió.
pSKU tlD MDU !
iVaiut.)
le dita nada.
IIT MTOLIH.
Dios le pido
» lep* nada
oso , T úénte
, pero baré ,
ane no trata ,
Gaardian le envíe
iraca»!
ide coDili .
■4Ur coa la aiada
odo el día ,
de cabra,
río coma
liere el ansí*
le b «alisfaga
) que pidiere;
tomar Di aun agua
! ; ] idTieria
s esconde nuda.
til lirTOLITI.
fraj Forzado ,
lo loque manda.
do i la qaioia
lOeUTla.
rUT AHTOLIR.
k»veT
LOIHl..
íjoial
»UII,I
BL Dtuio nutuaooB.
Tan cerca de mi Uegira «
Ni qoe por eilenao tlen
Cnanto trata en las inaagM ¡
Hai pasarme lodo nn día
Comiendo nnaTeieachama;
V sapneslo que no bi; parta
De su vlsia resarrada ,
Como me io-fíieren dando
Lo etconderé en nia eMrafias. (Yam
SalM FEUCURD T CELIO.
CEIM.
i dioea qne te lia ariaado
Ho:
del coche talgao
altarme preseoie.
Fa*T autolih.
una legna larga ,
« Uqar t tiempo?
UtzaiL.
tMite me basta. (
VBIT «ItTOI-m.
«ce*! El lieoto
ano mee)
EsU eae bombre , « no ea bruto
Creer lo qne ba neelado.
Si en SD qalQta «lUa primero
Que íUlegneT '
nLtcuiro. '
O ea ciato 6 no
Lo qne Inana ne atM; '
"' - - cierto, por caballero ,
_ __ ^rimoMifOf imante t
AOnuviadebollbrar.
Qne si es derto qqe ha laUdo
Con Terdad lo qne ba pasado.
Yo sot el qoc le ba agraviado;
Qoe Ociana ne le ba dfoidldo.
Y viéndome solo aqni.
Puesto qne tiene valor,
O JO lograra mi amor,
O i\ se Teogari de n(.
Con tos eabalia eipera ,
De esos robles encubierto.
Giue.
Por aní , si qaed6 Roberto
Crqi
eli
líos?
PonjDO pqdlera,
SI estamos dos, encgbrir
So Intención, si es qae la tiflM.
Has ya la carroia Tiene;
Sin du<Ia qalerea sailr
De ella , porqoe ae ba parado.
Vele.
Acecbandoetiaré,
Y si lii]porUae,sa]dri;
Pero ten mucho enldado,
Qne ea Gero.
£l lo da á entender ;
Pero de esto mismo InBero
Lo contrario, qne no es fiero
El plomo lo hará nwlor.
{Adunde vals, FólicianoT
- unan.
Ya sé h) <iu osha tiUdó ;
Y no ea Justo qne pe eajiaiila-
QnererenMUocadDM
Comptlr con Ia.oUrgsdw
Deeabaiierojamantsi:
Pero no pasen de séiu.
Volveos por laarboM*.
SId que Lndovlea nneda
Veros ,; drfadne » olí.
Qlke vos podrNt M rigor ,
Si os a jodaro la iMita ,
De OcUvU aunar la ■■«U,'
«•• no oaUiwloU rilmor :
I qnien anime ba enviado
irboMrloda^
Advieru n paridad .'
Qné esto hoasbra lo h« da penar
Kl ríwwio. f pMdbMt
Qne le arnilá IB maldad
A otro ma|9i 4aaiaito.
Tramdojo. VaidMa
(MeadeUai,MÍiitf^
Poder qu resWa al ■lo.
Presto : qna d eoeha kaa dalado.
_ Prodiiloae;
En fln , de Oioa «nnado.
%:
mm LUDonco $ (niiAm, .
me espanta
(ejonslo,
Y turbado.) Padre, voj...
330
OCTAVIA.
Juana,
Morir será lo mas cierto,
Pues nací tan desdicbaJa.
LUDOVICO.
Trabajen para cl sustento,
O esperen oue se le traiga
El que instituyó la regla.
GUARDIAN.
El demonio por ti habla.
FRAT AIVTOLn.
No tal ; que él no ha menester
Al demonio para nada.
Ll'DOVICO.
\ Hay mayor atrevimiento !
FCUCIAKO.
Padres, por Diosqae se vayan.
LUDOVICO.
Matad esos vagamundos.
FELICIAKO.
¿Qué dccis?
OCTAVIA.
Esposo, basta.
FRAT A5T0LIPI.
Por mi padre san Francisco,
Que le ha de servir de vaina
El que llegue, á este cuchillo.
GUARDIAS.
Hermano...
FRAT A?rrOLIN.
Dios lio me manda
Que me deje matar.
GOARDIAK.
Vamos,
Y tengamos confianza ;
Que Dios dijo á nuestro padre
Que j»má8 á su sagrada
Religión le faltaría
El sustento.
FRAT A5T0LI?!.
Pues ya tarda.
Padre niio.
guardia:!.
Tenga, hermano
Antoliii, fe y esperanza.
FRAT AKTOLlü.
Fe y esperanza me sobran ;
La caridad me hace falta.
(Vanse los dos.)
LUDOVICO.
No volvieran al convento
Si presentes no os hallarais
Vos, por vida de mi esposa.
JUANA.
Este no es cristiano.
OCTAVIA.
Calla.
FELICIANO.
En lástima se convierte
Va de mis celos la rabia.
Sale UiN CRIADO.
CRIADO.
Y;i las mesas están puestas,
Y los músicos aguardan.
LUDOVICO.
Entrad, porque honréis mi mesa.
FKLICIAKO.
(.\p. Por si puedo hablará Octavia
I.o aropto.) Yo soy quien puede
lioiinirse con merced tanta.
Vamos.
OCTAVIA. {Ap.)
Que se quede siento.
LUIS DE DELMONTE BERMUDEZ.
LUDOVICO. (Ap,)
No creí que lo aceptara.
OCTAVIA. {Ap.)
jAy Feliciano! ¡Qué presto
De mi has tomado venganza !
{Vanse.)
Salen EL GUARDIAN, v FRAY ANTO*
LIN , con piedras en las manos,
GUARDIAN.
Deje Ins piedras.
FRAT ANTOLIN.
¿Cómo que las deje?
Y si sale un criado de este hereje
Tras nosotros, verá con la presteza
Queun pardellasleescondoen la cabe-
GUARDIA.1. [y-^-
La crueldad y la ira , f mira
Fray Antolin', deslc hombre no me ad-
En tan protervo como iinpio pecho ;
Solo me admira el huracán deshecho
Que el demonio en seis d ias solamente
Ha levantado en la piadosa gente
Que limosna nos daba ; [taba.
Que, en fin, aunque no mucha, nos bas-
FRAT AMT0LI.1. [gQ
Pudre Guardian, míentrasqueda el avi-
A nuestro general, será preciso
Los cálices vender.
GUARDIAN.
No querrá el cielo
Que llegue á tan notable desconsuelo
Nuestra ueéesidad.
FRAT ANTOLIN.
¡Qué gentil flema!
Pues¿áquéhadellegarsiyaeslaextre-
[ma?
Mas estas piedras que convierta espero
En pan un cierto amigo tabernero.
Que hace su fe milagros cada día.
GUARDIAN.
Sin duda, con el hambre, desvaría.
FRAT ANTOLIN.
Que hará pan de las piedras imagino,
Quien sabe convertir el agua en vino.
GUARDIAN.
Aquí vive Teodora; llame, hermano,
A su puerta.
L/a'na,^#a/^ LUZBEL.
LUZBEL. {i\p.)
Esta vez llamará en vano.
TEODORA. {Dentro^ como enfadada,)
¿Quiénes?
FRAT ANTOLIN.
No tiene traza la Teodora
De dar nada.
GUARDIAN.
Dos frailes son, Señora,
Franciscos.
Sale TEODORA.
Perdonen.
LUZBEL. {Ap. á Teodora.)
Tienes hijos, y estás pobre.
TEODORA.
Padres, pidan limosna á quien le sobre;
Que vo tengo en mi casa
Muchos que sustentar, y es muy escasa
Mi hacienda.
GUARDIAN.
Si será, mas ni un bocado
De pan en toda la ciudad me han dado ;
Dánosle tú, por Dios; que en él espero
Que le pague.
TEODORA.
Mis hijos son primero.
{Vate.
FRAT ANTOLIN.
La razón es cooclayente.
GUARDIAN.
¡Oh lo que sabe la iufemal serpieole
LUZBEL. {Ap,)
De poco os admiráis ; mis ya, io»pirad(
fie mi el Gobeniador, viene irritado;
Wiácia esta parte condacirle espero.
FRAT AirrouN.
De la serpiente qoerellanne quiero.
GCARDIA5.
¿A quién?
FRAT ANTOLIN.
A Dios : que es mocho atrevimif ot
El hacer que nos (|uiieael sustcuio.
Las demás tentaciunes,
Silicios, disciplinas y oraciones.
Puedo vencer; mas no et para sufrida
Tentación que nos quite la comida;
Que el natural derecho et lo prioero
Ayer nos dejó un pan un pasajero,
Y'antosque le soltara de las manos
Todos á él nos fuimos como alaRo^:
Y el buen hombre, asustado y afligido
Viéndose de los frailes emlMstido,
Juzgó su muerte cierta;
Y sacando los pies hacia la pserU,
Decía : c Yo no he hecho mal DÍogoM
Padres, ténganse allá; ¿unios á bbo?
GÜAaiHAif.
Padre, pues Dios lo permite.
Que esto nos conviene crea.
FRAT AHTOLDf.
Yo lo creo, en cuanto al alna;
Pero una hambre tan fiera.
Padre Guardian, muehodado
Que á mi cuerpo le eonvenga ;
Y si el demonio me embiste.
Quien no come no pelea.
GOAROIAX.
Seráfico padre mió,
¿Qué es estoT En tan opalenCa
Ciudad, tan cristiana y noble,
¿Permitís tos que conTlerta
Contra vos , en voesiros byos»
Del demonio la cautela
Tantos blandos ooraioaes
En duras rebeldes piedru?'
Bárbara gente , mirad
gue vuestros sentidos ciega
1 enemigo de toda
La humana naiuraleía. ,
Dad limosna á un PrandiflD;
Que no hay empleo qne iMg*
Tan segura la ganancia*
Pues todo el cielo granjea.
Dadle á Dios algo; qne el pobre
Es su semiíjanta mesasa.
No le cerréis, ciudadanos,
A la piedad las or^as.
FÍAT ARTOLlll.
;.Mas que en vez de pao folTeasif
Padre, carsados de lefia,
Si no calla ?
Salen EL GOBERNADOR f cauNí,
T LUZBEL éttréi é$ éi.
LOUBL. (Ap.)
Nopemius
Que ciudad que lA gobiernas
Alboroten estos frailes.
Que ser humildes profesan.
GOBEnitADOR.
bs son estas , padres?
la ciudad alteran?
GUARDIAN.
ior generoso, ^
s porque nos niegan
imhrada limosna,
el perecer es fuerza ;
eligion ni tiene
tener hacienda;
iedad cristiana
la ampara y sustenta;
k en segura finca,
sta es la vez primera
á frailes franciscos,
illa mas pequeña,
ito.
LUZBEL. (Ap)
Si les faltn,
la ciudad no dejan?
. GOBERNADOR.
sta ciudad es, padre^
I, que solo en ella
Itado el sustento,
)Dde le tengan
das prudente medio
fócil.
GOARDIAff.
Quien gobierna
in ilustre y quien
í Cristo profesa,
ponde? ¿Qué mas
e respondiera ?
LUZBEL. (Ap.)
^res?
GOBERNADOR.
Pues ¿conmigo
n tal desvergüenza?
5 pobres tenemos,
s de esta tierra,
*ahajar no pueden,
bligacion primera
dad sustentarlos,
»sna mas acepta
Nos. Vayanse luego,
de mi presencia ;
B Dios...
GUARDIAN.
Los infieles
sayal respetan
id re san Francisco ;
ue tú le desprecias,
ristiano, sin duda
I demonio tu lengua.
GOBERNADOR.
re sino la tuya,
justamente pueda
tu atrevimiento.—
d luego que, pena
ímiento de bienes,
I la ciudad se atreva
nosna á estos hombres.
{Va$e , y ¡oí criados.)
FRAY ANTOLIN.
(ente tan perversa ,
i de mas pregonarlo.
GUARDIAN.
I bárbara fiereza
n un pecho cristiano!
if Diocleciano hiciera?
GOBERNADOR. {Denlfo.)
•8 de aquf ó matadlos.
FRAT ANTOLIN.
I hemos hecho.
TOCES. [Dentro.)
¡Mueran!
EL DIABLO PREDICADOR.
LUZBEL. {Ap.)
No es eso lo qtte pretendo.
FRAY ANTOUN.
Por Dios, que nos apedrean ;
Huyamos, padre, al coaYento,
Pues que le tenemos cerca.
GUARDIAN.
Gente sin fe, deteneos.
FRAY ANTOLIN.
Corra ; que en la diligencia
Consiste salvar las Yiqas.
TOCES. (2^ff0.)
¡Mueran estos íVailes! Hueraa!
FRAY AirrOLLN.
Aprisa , padre.
GUARDIAN.
Dios mfo,
¿Qué persecución es esta ?
{Vanse tos dos,)
LUZBEL.
Logré, á pesar de Francisco,
Mí intento ; ya será fuem .
Que el convento desamparen; .
Pero ¿qué respbndor ciega
Mi vista ?
Aparecen el NlflO JESÚS, eubiérhel
rostro con un velo ^ t SAN HIGUEL.
SAN MIGUEL.
Infernal serpiente ,
Yo humillaré tn soberbia.
LUZBEL.
¡ Miguel !
SAN MIGUEL ,
¿Cómo imaginaste.
No ignorando la promesa
Que hizo el Criador á Francisco,
Quitarle el sustento puedan
De tu envidia los engaSos?
. LUXBCL.
Ninguno con mas certeza
Que yo sabe que no puede
Fallar su palabra inmensa;
Mas faltar su confianza
Puede, y ya su gr^n fineza,
Que ya , si aun no les fii|ti,
Indecisa titubea;
Pero mi triunfo no estriba
En que estos hombres no tengan
El alimento preciso.
Sino en los que se le niegan.
SAN mCUBL.'
Pues tú mismo lo qne has hecho
Deshaz, para que obedezca
LudoTico la ley santa.
luzbel;
¿Yo contra mi mismo? ¡Pesia
Mi desdicha 1
SAN MIGUEL.
Y fabricar
Otro convento, en qné tenga,
A pesar tuvo, Francisco
Mas hijos de so obediencii.
LUZBEL.
Pues yo, ¿cómo?
SANHIGOBL.
NorepllqQM;
Lo mismo has de hacer qio'bleten -
Francisco. Vé á f a contenió, -
Y á sus frailes con prtHtadá '
El querer desamptwe.
Reprehende, y por to enenla
Corre desde noy su aümeald ,
Y ba de ser para que pModMi
Sustentar afganos pooret,-
Como lo manda la rdgla,
Que Dioi dictó; pairle InogOr -
Y hasta tener míen naem.
Lo que te mando ejecuta,
Sin que en nada retrocedas ,
Porque otra let á Francbco
En sus frailes no te «treTas. ^
(•Fa subiendo !a apariencia poe$á poea^
mientras LuzM dice estíi tfersos.)
luzbel.
Preciso es ; mas permitidme
Que de tan cruel sentincia.
Mis seniimlentoi apéfen *
Al allYio de la «fueji.
Vos i no le diitete al hombre,
Porqne k lo mejor atienda ,
Dejando aparte loi cinco
Sentidos, las tre4 potencias?
jL A la Yolantad'no t»a8ta'.
Sq entendimiento por rienda f
También al entoifaimbnlo
tSu memoria no le acuerda
a brevedad de la rida.
Que hay muerte, que hay gloria y pe-
Si esto no iMiU , 1 00. tiene [na?
Celestial inteligeücU,
Que le aaiiiia por instanties?
Bien ventajoso polM, -
Pues yo nq tengo mai annts
gue su natortrilaqiiezi. '
i estas vuestra aooeraiia
Absoluta Omnipotencia,
No solamente me quita
Tantas veces qué ose do elbs,
Sino hoy me manda qaevo
Contra mi mismo lu Yndva,
¿Para qué son perm^ioneif
SálYense todo'i ; ño taiHii
El hombre volnntAd propria ; .
Solo se cúmplala vaestra;
Pero ¿para qué me eanso.
Si el ejecutarlo es (berza t
Porque, 4 mípeisár, los hombres
A obedeceros aprendan.
A un tiempo $e athre^ la aparienOa^
pase Luzbel^peaka BLGUABDIAN,
FRAY ANTOLIU, F^AY PEDRO T
FRAY NICOLÁS.
A unto extremo ba llegado.
qii*nniAÍi.
Padre, ¿eso ba laeedidot
PÉAT AÜTOLUC.
Milagro pateiite ba «ido
El haber vivos llégalo.
raav iogoláí.
Jamás en Un gnodé «nieto
Convento no&rff ae n6.
aokwám.
Limosna Ul vea ffll^;
Has perderles el reqieto
Con extremo anmcjante.
Tan ircaraiieicaWarttig,
* No se ba visto. /
PftATAtmUH.
Btat* la paettt :.
Llegó el eseiudroE vof amé
De mnebacboa, düpifMido
Piedrar^y boo dQo^. «BsMi
Vaya del lego A la leata.»
Pero no se foé aUbaadb .- '
eimanoebo,V9toAlal»
Del Intento , «taftqiia M vliMih
Que yo ilavabi en la Mfto
CooM 00 imla !■ MéHlal,
YádarleWéndiísM.
S9S
cvahoiaiv.
Pero ¿ le hito algnn mal?
FRAY AXTOLHf.
No;
Las narices le aplastó.
GUARDIAN.
¿Qué dice, hermano?
FRAT AirrOLlN.
Sí,áfe.
GUARDIÁN.
Pero ¿le hizosaugre?
FRAT ARTOLIN.
Bisa
Me da ; pues ¿no era forzoso?
GOARDIAN.
¡ Jesús ! ¡ Sangre en an religioso !
FRAT ANTOLIR .
A bien que no soy de misa.
FRAT PEMO.
Padre Onnrdian, ya nos vemos
Con tan gran necesidad,
Que salir de esta ciudad
Luego es fuerza; no esperemos
A (]ue después no podamos.
FRAT IflCOLÁS.
Rl esperar á mañana.
Padre, es esperanza vana ,
Y de I» suerte que estamos, "
Otro dia mas pudiera
Con las vidas acabar.
GUARDIAII.
A poderlo remediar
Con la mía, la perdiera
Gustoso en esta ocasión,
Por lo que se ba de decir,
Y porque lo ha de sentir
Toda nuestra religión.
FRAT ANTOLflf.
Solo por la fe la vida,
Padre, se debe perder;
Mas morir de no comer
Es necedad conocida.
Que al derecho natural
Ninfl^n precepto prefiere;
Y el primero que yo viere
Con pan, por bien* ó por mal ,
Conmigo habrá de partir.
Aunque un obispo te traiga,
Y si no, caiga el que caiga.
GÜAlIDlAlV.
¿Eso un fraile ba de decir?
FRAT ANTOLIN.
Y lo haré.
FRAT NICOUS.
Padre Gnardian,
Nuestro padre san Francisco
Manda que, si no quisieren
En algún pueblo admitirnos,
Pasemos (Ion de seamos
Con caridad recibidos;
Sin que prevenir pudiera
Que donde la ley de Cristo
Profesan nos maltrataran.
Ni que hubiera tan implo
Gobernador, que mandara,
Pena de bienes perdidos.
Que nadie nos dé limosna.
GUARDIAN.
Padres, ya estov convencido;
En su custodia llevemos
El Sacramento divino
Descubierto hasta salir
De la ciudad , que no (lo
De esta gente ; las reliquias
Llevariambien es preciso ,
Repartidas entre todos.
FRAT ANTOLIlf.
Y el hermano Jumentillo
LUIS DE BELHONTE DERMüDEZ.
Las casullas y ornamentos
Llevará, si es que está vivo;
Porque ayer le hallé comiendo
De su refectorio mismo
La mesa.
GUARDIAN.
Vamos.
Sale LUZBEL , ve^Háo de fraile,
LUZBEL.
Beogréliai^
Hermanos. {Ap, ¡Fiero castigo!)
GUARDIAN.
¡Válgame Dios! ¿Quién es, padre?
Que de verle aqui me admiro.
FRAT ANTOLIN.
¿Por dónde ha entrado este fraile?
FRAT NICOLÁS.
Por la puerta no ha podido;
Que yo la cerré.
LUZBEL.
No hay puerta
Cerrada al poder divino.
El es quien (sin que pudiera
Excusarme) me ha traído
Desde tan ignoto clima,
gue el puesto donde yo asisto,
n mi vocación constante,
El sol , general registro,
O le perdonó por pobre,
O dejó por escondido.
GUARDIAN.
Dígame, ¿qué nombre tiene?
LUZBEL.
Ni nombre es y mi apellido
Fray Obediente Forzado,
De antes Querub...
FRAT ARTOLIN.
Vizcaíno
Debe de ser el tal fraile.
Gi' ardían.
Parece varón divino.
FRAT ANTOLIN.
Bien su palidez lo muestra.
LUZBEL.
Pues jamás tan encendido
Tuve el espíritu.
GUARDIAN.
Padre,
Díganos pues á qué vino;
Que nos tienen recelosos
Sus palabras y el prodigio
De entrar cerradas las puertas.
Algún engaño imagino
De nuestro común contrario;
¡Temblando estoy!
FRAT ANTOLIN.
Yo apercibo
Hisopo y agua bendita,
Por si acaso es el maligno.
LUZBEL.
No teman y estéome atentos :
Orden traigo de Dios mismo
A boca de reprehenderles
La poca fe que han tenido.
Los que siguen la bandera
Del gran alférez de Cristo,
iLa plaza que les entrega
Desamparan Aigitivos?
No há dos dias naturales
Que puso el contrarío el sitio ;
¿Cómo desmaya tan presto
De vuestra esperanza el briof
Los que debieran ser rocas,
De corazones Impíos
A los embates, ¿qué oponen,
Siendo culpa lo indeciso,
A riesgos amenazados ,
Temores ejecutivos?
Sabiendo que á nuestro padre
Prometió Dios que á sus hijos
No faltaría el sustento,
¿Incurren en un delito
Tan grande como el pensar
Que pueda lo que Dios dijo
Faltar? {Ap. ¡Que yo tal pronuncief)
Crean {Ap. ¡Volcanes respiro!)
Que cuando de todo el orbe
Cerraran á un tiempo mismo
Los vivientes racionales
A la piedad los oídos.
Los ángeles les trajeran
El sustento prometido
De su Criador, ó el demonio,
Porque fuese mas prodigio.
FRAT ANTOLIN.
Con el fervor echa llama
Por los ojos.
COARMAII.
Padre mió.
Bien se ve que es enviado
De Dios, pues tanto ban podido
Sus palalnras, que mil vidas
Diera primero á los flios
De la hambre, que dejar
De mi padre san Francisco
La casa.
FRAT PEDRO.
No habrá ntngvno
De sus verdaderos bijot
Que no dé por Dios la vida.
FRAT roCOLiS.
Y estarán todos corridoa*
Padre, de haber intentado
Volver la espalda al peligro.
Lo que fué natural miedo.
En mérito han con?ertldo ;
:Qué presto á lo mejor ▼nelfcn
Los que de Dios asistidos
Están!
FRAT ARTOLIN.
Padre, esta es pregmrta:
Estándome yo qoedito.
Sin buscar algo c|ae.eoBia,
¿Será nadeeer maitlrio
Por Dios el morir de iMnJIn?
LOBSBL.
Juzgo que no; nas le ataM
Que coma moy presto.
raAT aaroLOL
Lnege
Fuera mejor^ padre mío;
Que ya se derra el
LUtaBli.
Hermanos, con saerflMot
Satisfagan la Maorow
Queja del Autor ditlao;
De su alimenlo bm «dcmiio
Desde luego, badendo oi&eio
De limosnero.
raAT AinroLui.
¿Linosoas
En esu ciudad? le rio.
Presto saldrá da este
Que el hermano ha da ir
raATA^treuiL
Yo no me atrevo.
FrayáDloUB.
lifO.
Mo
FRAT AXTOLIlf.
¿Quién le dijo
9
l.t'ZBCL.
Yo le conozco. —
relian , no dé indicio
abra esas puertas.
GUARDIAN.
;el; no replico.
FRAY AMOLIÍf.
na se cura
í]ae el olorcillo
re.
GOARDIAM. {Áp.)
Mas ya el cielo
iiién es aviso.
Hos!
LU7.BFJ..
A los frailes
e eslán rendidus.
GUARDUn. {Ap.)
5te portento
iles es preciso.
LUZBEL. (Ap.)
coro, y no teman ;
Tas vo les asisto,
arñ (fe lobos
de Francisco.
GUARDIAN.
I Dios en triaca
ha convertido.
uardian^ fray Pedro y fray
y quedan tolos fray AntoHn
LUZREL.
irguenas. padre,
iga lo preciso
; : que manara
el junoeDiilIo.
FRAY A^ÍTOLIX.
e volveremos
o con lo mismo
nos.
LCZDEL.
Tan cargado
er, sin pedirlo,
llegar al convento
do.
FRAY AÍJTOLm.
Y aun molido,
lentran los muchachos.
LCZBEL.
mes va conmigo;
tras les «ffsliere,
6 recelar peligros.
FRAY AXTOLIX.
qué?
LUZBEL.
Porque ya tienen
contrario amigo.
INADA SEGUNDA .
GUARDIAN, FRAY PEDRO
Y FRAY NICOLÁS.
FRAY PEDRO.
>n prodigioso,
ardían; sus portentos
mano desmienten.
GUARDIAPf.
os santos leemos ,
EL DUBLO PREDICADOR.
Padre, portentos tan grandes,
Y eran humanos.
FRAY NicoiJls.
Es cierto,
Y que podia Dios en este
Obrar lo que en aquHlos,
Y mas, sí Tuere serYído.
FRAY PEDRO.
Claro eslá ; pero no e.s eso
Lo que nos tiene confusos.
Sino ignorar en qué reino
O en qué provincia este santo
Tomó el hábito; porque esto
Ni él ha querido decirlo.
Ni hemos podido saberlo;
Con que jor^o que no es fraile;
GUARDIAIf. {Ap.)
Ni aun quisiera parecerlo.
FRAY RICOLÍS.
Yo he pensado que es Elias,
Porque manda con imperio
Notable y con aspereza.
GUARDIAIf. {Ap.)
No asistía en tan ameno
País.
FRAY PEDRO. -
Yo creo que es ángel.
GUARDIAIf. {Ap.)
Puede ser; pero no bueno.
FRAY PEDRO.
Porque sufrir cada diar
Un trabajo tan inmenso
C'Omo andar la ciudad toda
Y asistir en el convento,
Que labra con tanta priesa,
Trabajando y dispeniendo ,
Y hallarse presente en casa
(Cuando importa, siendo cuerpo
Humano, fuera imposible,
Sin que tal vez por lo menos
El cansancio le rindiera.
GUARDIAX.
Solo asegurarle puedo,
Padre, que Diosle ha enviado;
No examinen sus misterios.
A fray Forzado oi)edezcan
En todo, pues cuanto ha hecfio
Y cuanto na mandado es justo;
Que yo también le obedezco,
Y soy su guardián.
Sale FRAY ANTOilN.
FRAY ANTOLI?f.
No hay parte
Segura de este hechicero;
Dos gazapos roe ha siftado
Que escondí en un agujero.
Con una vara de hondo;
Por mi mal vino al convento.
Él ha dado en perseguirme.
GUARDIAN.
Fray Antolin , pue8.¿Xan presto
Se vuelve ácasa?
FRAT AirrOLIÜi
Si, padre;
Que dos veces el jumento
Y yo venimos cargado»^
Y es fuerza volverme luego;
Que quedan muchas limosuaa
Por traer.
GUARDIAX.
Gracias al cielo;
¿Dónde queda fray Forzado?
FRAY AKYOUX.
No sé ; que solo le vea
Cuando él quiere que le vm.
SS9
En la obra del convento
Que labra está todo el día;
Pero no deja por eso
De entrar en mas* de mil casas.
Él camina mas que el viento,
Y trabaja por cien hombres;
En la fabrica un madero
No le pudieron subir
Veinte hombres; llegó k esJle tiempo,
Y asiéndole por el cabo>
A uo agacharse tan presto
Los que arrU)a le esf)erahan.
Los birla, yi vienen al srtelo;
í GUARDIAN.
Esa bien se ve que es (herza
Sobrenatural.
FRAT ANTOLIX
A tiempos
Está, que parece un ángel,
Y otras veces en el eiele
Pone los ojos, j: brama*
Como un toro, y '/«sospecho
Que. aunque éi disimalai tiene
Muchos males encubiertos,
Y sin duda.que son llagas;
Que liuele muy mal el sid^vo
De Dios.
GUAilDUn.
Calle; queyarviejie.
Sale LUZBEL,
LUZBEL.
Deo gratias,
GUARDIAN.
En la tierra y cielo
Se las den ángeles y hombres.
FRAT ANTOUN.
Temor me causa y respeto.
FRAT PEOaOi
Y á todos.
GUARDIAIf.
Sea bien venido
Su caridad.
LUZBEL.
Va va InegOt
Fray Antolin, á la casa
De don César; qoe allá dejo
Seis aves y unasotonservas.
Tráigalas , y al enfermero
Las entregue.
FRAT AlITOUftr
Voy volaiKUr. —
Venga conmifso, fray Pedro. ( YauJ)
GUURDUlf.
¿En qué estado tiene, padre
Fray Obediente, el coBTento
Que labra?
Ya está acabado.
¿De todo puntof
URIVL.
£iblaoq«eo
Le falta.
GUARDIAIf.
Que me faa idroirado
La brevedad le confieso.
LUZBEL.
Pues habiendo cinco meses
Que se abrieron loscimÍentos«
lie ban parecido elen afios;
Mas de mi parte no be puesto
Sino el hallarme oresenle
A todos, buscar olnerO' ■-
Y trazar la afffaileotQrfe;
Pero, si el Autor eferno
53i
Me lo liubiiTa piirmilido,
£n cinco (lias, y en menos,
lliciiM'a mas qnc cien hombres
En cinco meses han hecho.
GUARDIAN.
{Áp. No darme por entendido
Será mejor.) Ri<*n lo creo;
iVro Dios no hace mila;;ros
Sin necesidad de hacerlos.
LUZUEL.
Fl milagro yo le hiciera;
Que bástanle poder tengo,
Si Dios no me lo coartara.
GUARDIAN.
Ya de cviiién es estoy cierto;
No ha menester explicarse.
LUZBEL.
No lo ignoro. (Con falsedad.)
GUARDIAN.
Y de que es menos
Su poder que el de mi padre
San Francisco.
LUZBEL.
El valimiento.
Padre (Guardián, que su padre
Tiene con el Rey eterno.
Es su poder, y que es grande
Por esa parte conlieso:
Mas no es poder el poder
Que necesita del rue^o.
GUARDIAN.
Pues ¿qué poder no procede
Del de Dios?
LUZBEL.
No argumentemos,
Tenga humildad; que conmigo
£1 que sabe mas es lego.
GUARDIAN.
Eso nunca lo he dudado;
Mas 1)0 pudo por lo menos,
Con cuanto puede y alcanza,
Lograr su mayor deseo.
LUZBEL.
¿No? Pues diga, padre, ¿en mí
Qué castiga Dios?
GUARDIAN.
Su intento.
LUZBEL.
Él es muy buen religioso,
Padre Guardian, pero necio.
Cu-indo yo llegué, ¿no estaban
Cobardemente resueltos
A dejar él y sus frailes
Diísamparado el convento?
Luego ya de parte suya
Logré mi intención, supuesto
Que, por mirarlos vencidos.
Se puso el Criador en medio.
Déle gracias del prodigio
Que mira ; pero creyendo
Que, á ser su constancia mas.
Fuera mi castigo incnus.
GUARDIAN. {Ap.)
Muy bien me ha mortificado.
LUZBEL.
Es preciso hacer lo mesmo
Que, vivo, hiciera Francisco;
Mire si pesar tan fiero
Será morlifícarion
Mayor, Sfdire el vituperio
De que el sayal de hrancisco
Me disn-ace, aunque supuesto.
GUARDIAN.
Nunca se vio tan hoiira<lo
Desde que cayó del cielo.
LUIS DB DELMOiNTE RERMÜDEZ.
LUZBEL.
La memoria le ha faltado.
Con el desvanecimiento
Que le ha dado, pues se olvida
De que su origen (irimero
Procede de polvo ó barro.
GUARDIAN.
No me olvido; bien me acuerdo
De que Dios al primer hombre
De aquel barro damasceno
Hizo con sus propias manos;
Y el ángel le costó menos
Cuidado, pues con un fiat,,.
LUZBEL.
Esa materia dejemos.
Que ni es de aquí ni él la sabe;
Además de que no tengo
Permisión de responderle.
¿Cuándo quiere que empecemos.
Padre, la ruodacion nueva?
GUARDIAN.
Si le parece, sea luego..
LUZBEL.
A mí me importa ; ¿qué frailes
La han de empezar?
GUARDIAN.
Yo no puedo
Nombrarlos; á cargo suyo
Está elegir los sugetos
Y el número; por mi cuenta
Corre solo el cumplimiento
De lodo lo que ordenare.
LUZBEL.
¡Qué falso está! Pero el tiempo
Llegará presto en que pase
Otra vez de extremo á extremo.
GUARDIAN.
Dios querrá que tus astucias
Nos den mas merecimiento.
LUZBEL.
Si Dios lo ha de hacer, no dudo
Que será fácil; mas ellos
Ya sé yo cómo pelean.
GUARDIAN.
Que soy de barro confieso.
LUZBEL.
Mire que ya süs ovejas
Entran á pacer, y pienso
Que al pastor esperan ; vaya
Y cuide de que, en comiendo.
No se esparzan, porque puede
Perderse alguna.
GUARDIAN.
Yo creo
Que es ociosa diligencia ;
Mas él las guard^ si hay riesgo,
Pues Dios le lía traído á ser
De sus ovejas el perro. (Vate.)
LUZBEL.
Fuerza será, pues rabiando,
Morder á ninguna puedo;
Mas de otra suerte algún dia
Yo y el pastor nos veremos. {Vate,)
Salen FELICIANO t JCANA.
FELICIANO.
¿Salió LudoTÍco ya?
JUANA.
Sí , mas te cansas en vano ;
Que á no verle, Feliciano,
Resuelta mi ama está.
FELICIANO.
¡Tanto rigor!
JUANA.
No es rigor;
Que antes me ba dado á entender...
PELICIAXO.
¿Qué?
JUANA.
Que el no quererle ver
Nace de tenerte amor;
Que es virtuosa y honrada,
Y dice que aun el mas leve
Pensamiento excusar debo,
Pues ya en fin está casada.
Su padre anduvo cruel.
FELICIANO.
Al fin ella fué vencido.
JUANA.
Y mire á quién ; mejor vida
Pasáramos en Argel.
No se ha visto hombre tan Cero,
Si algún pobre se le llega,
Y mas mientras mas le rue^a.
Sulo un fraile limosnero
De san Francisco porGa,
Y le trae desesperado;
Nunca limosna le ba dado,
PtTO él viene cada dia,
Y le ha querido malar;
Pero snlo con que el santo
Le mire, le pouf espanto,
Y no se atreve á llegar.
A un pobre ayer un criado
Un i)uco de pan le dio •
Y al punto le despidió.
Después de muy maltratado.
Mi señora no ha tenido
Moneda de plata ó cobre
(^on que dar limos:. a i un pobre,
Ni él lo hubiera consentido.
De esto está tan afiigida
Mi ama y con tal temor,
Que el verle la causa borror.
FELICIA NO.
Juana, aunque doy por perdida
Mi esperan/ a, le he de hablar
Esta vez. quiera ó no quiera;
Pero será la postrera.
JUANA.
Pues si lo quieres lograr,
A esa cuadra te retira:
Que sale, y se ha de volver
Luego que te llegae á ver.
FELICIANO.
Bien dices. (Evfrfii
Sah OCTAVIA.
OCTAHA.
¡Qué mal lo mira
El padre que, Mlameole
En su codicia fu miado,
A su hija la da estado!
Que la mujer mas pradeole,
Si á su esposo aborredeiMlo
Está, y á otro llene amor,
Bien podrá guardar sv hooor,
Pero vivirá muriendo.—
¡Juana!...
JUANA.
¿Que siempre has de esta
Hablando conligo?
OCTAVIA.
Sf.
iOASA.
Feliciano ha estado aquL
ÓCTATU.
No le vuelvas é nombrar.
Si alpiii gusto qoieret danM,
Mientras yo présenle eslé.
IDAKA.
De aquí adelante lo baré.
orende el nombrarme!
Suelta.
FELICIUTO.
e bas de escocí i^rme
; que en mi rlda
-le ni bablarie.
para cnlparmc.
TELKWyO.
negarme puedes
ni Tioleiiciai
Ipa b asi ante,
enes, piiesio
A ríolcnlarie.
a tener puede
Id sangre
■pido palabra
ceslirniasie?
plica ron
lu semblante,
!sier mentir
lesposascn ,
te i uudic,
«I postrero
confesaste.
u que págastes
!, en guerra vira
ui su estandarte,
fe t> posta
mpo consta me.
l (03 ventanas,
is umbrales.
- Tente ;
i mi decoro falte,
Qne tú fuiste
ais pesares.
aba casarme
¡e avisarle;
Iré mismo,
■ de mi madre,
ite te hallaste,
■s que aqnel día
o sin citarle,
liste, puesto
te^narle?
tantos ruegos,
te importarte,
eliciano,
les firmase?
dias antes
licedl)*
Ibas delante,
> instrumento
mliarazases.
él que soy tuya,
o prese ntasieT
el si le diera
EL WKBLO PREDICADOR.
De mi desdicba i mi padre.
Delante de lanu gente.
Dije, TOl viendo i mirarte:
*Ya llegó el lance fonoso.i
jPor qué entonces no llegule T
iFuera justo, Keliciauo,
Callando tú, (^ae jo balilaseT
;Qué imporlú que me sirrieru,
ilecJio estatua de mi calle.
Soldado de amor, dlex alios.
Si en la ocasión me bllaiteT
IQMltaUelpapA)
t'sle papel dice (auelt«):
•No baj de qué lobrcHllarle;
Que espou toja et OctaTla.»
¿Quién es quien puede qnejanef
A voluntad luya puse
li^lplaioi iqulén fkiera parte.
Confesando jo ser mió.
Para dejar de cobrarlet
Yohice, eonn.t-elidaQO,
Cuanto pude di mi ptrie;
Arbitrio en tu pleito tnltle.
Contra mí lesenieocUiie;
Por ti padezco la peoa
Da cauítTerlo tau grande
V pesado, qae mi Tida
Serl el precio deJ metía;
V puesto que la ofendida.
SoT.T túquieataTengaile.
Vete, jnoTDelTaiiTerme;
(Rngmelpaptí.)
Porqae si en estos umbrales
l'oiies las plantas , liaréi
vive el cielo, que le mate
Ludovico , i quien lú proprto
He vendiste, no mi padre,
luesto q li e los dos fuimos ,
infeliz <r tú cobarde. (Fui
LDDOTICO. (Mptiü.)
i Qué escucbot ¡ Vilgame el cielo !
FELICUüO.
^ & tu decoro ntrlse
Entonces culpas, OciariaT
tUXtlA.
Gentil disi:Dlpa:¿penuMe
"■•- "TU pleito de m\ai*
ni estoy!
IDAK*.
Vete ; que es larde ,
V vendrá su espou.
LUDovKO. (Ofuln.)
¡ Hola !
Mejor seri que le btlle
Solo; adiós. ' (Vaw.)
rsLicuno.
Vele ¡-que yo
Tengo disculpa batíanle.
Safe LUDOVICO.
¡Loco estoy! iQue loi doi
Yo infelis j tú cobarde.! .
Ludovico T
tFeliclaM>r
rEUGuao.
A veros en este inslanie
lintré; mas ya me Tolvla.
LDOOVICO.
Ved si tenéis qué mandirme.
rr.uciun.
La bacieada rala de campo
Quisiera que no» cotnprateU; ■
Pero ello le ha da tratar -
Hoy deaptelo,} ahora ea tarde.
Yo iré i, boicaroi.
Vuestra *tda el cle|o guarde
Up. Para que yo te la qulle};
Pwo mi peligro ea grairta,.
Porque son mncfaot sdi donthi ,
V ton los maa priMlpalae
De la. ciudad, con qneeaftiena ,
Cnindocon la «UacaouB,
ElMrdecw||enlbaclaM¿.
y *i ét primero fM aaaaiie
SDe Oei»*ta , 7 etelb tf pleito
ueperdiA.no ef ' ■--••-
nFelUanomlft
Parat
Slnm:
Letra
El de
Dice:
te
Primero verai, iniamo.
Tu maerle, fifen loa cfelos,
(VmíIm *Mrrt¡ar¡éipeéatM,'\
ÍQue los pedaina deJMél
laa no ha répando ea alloe ;
No >é c6mo loe lennte. .
&/« JUANA.
Estoy con no mal da padar,
Y el bnoM de loa Mpélea
Me le qulu.
LUNvica. .
No ee la^ IMI
ParaiumelelreiMdlo.
JUU.
Etie DO e> mal; que éa aefaaqMé.
[Ap. ¡ Jesiu queoialJtfBMMl
Me fuera por do .alnrie.)
No me loea 1 ñl ÚHr
336
Podrán impedir que acudan
A sus voces las criadas ,
Y aliogada... Pero ya culpa
Mi cólera la (ardaii'xa.
Al irtet sale LUZBEL por la misma
puerta y le detietie,
LUZUEL.
Dale á san Francisco alguna:
Limosna. {Ap. ¡ Que yo impidiera
De Oclavia la muerte ii^jusia!
Ñas Dios lo manda.)
LrDOTICO.
No sé
Cómo no temes mi furia,
Fraile, fantasma ó demonio;
Sin duda tu muerte buscas.
4, Quó me persigues , si sabes
Ya por experiencias muchas ,
Que en mi no ha de hallar limosna
Tu religión ni ninguna?
¿Quó me quieres?
LUZBEL.
Reducirte;
Que la Omnipotencia suma
Me lo manda , y es forzoso
9ue con sus órdenes cumpla,
puesto que lo obedece
Quien de los tilos y puntas
De la invencible guadaña
No puede temer la furia ,
Obcdoce tú , no esperes
Que el término de tus culpas
Llegue , cinc esiá ya muy cerca.
Palé f Lndovico, aíguna
Parte á Dios, de las rinuczas
Que en esas arcas ocultas,
Para que por ese medio
Puedas aplacar su justa
Indignación . y piadoso ,
Sus auxilios t'e rcduzgaa
A restituir.
LDDOMCO.
Detente;
Que me admiro de que sufra,
^iven los ciclos, mi rabia
Tus descompuestas locuras.
¿Yo limosna? Vete luego;
Que mi liacíenda , poca ó mucha,
Mi fortuna me la ha dado.
LUZBEL.
Ludovico, no h:iy fortuna ,
Ni es la que lu hacienda llamas,
Absolutamente tuya.
Y no solo la adquirida
Con viles cambios y usuras
Oro es toda de quien ia goza.
Sino la del que madruga
Para el trabajo .i la aurora.
Comiendo de lo que suda.
Todos los (\ue en esos campos ,
Tal \c7. con piadosa lluvia.
De la tierra , común madre ,
Rompen las entrañas dnras ,
Y en sus senos animosos ,
Por depósito, sepultan
Del antecedente agosto
La rica mies grana y rubia ,
Después de muchos afanes
Y esperanzas mal seguras.
Como á dueño de la tierra ,
Su diezmo á Dios le tributan ;
Y él lo entrega á sus ministros ,
Con orden de que consuman
Kn si solo lo que basta ,
Conforme el puesto que ocupan ;
Y como sus mavordomos .
En los pobres distribuyan
Lo dcm.^.s, (|ue Dios en ellos
Todas sus rentas vincula.
LUIS DE BELMONTE DERMUDEZ.
Cuantos adquieren riquezas
Con lo que al pobre le usurpan,
No verán de Dios la cara,
Si no es que la restituyan
Como les fuere posible ;
Y esto ninguno lo duda.
Pues i, cómo tú de la hacienda
Dueño absoluto te juzgas ,
Siendo corneja, vestida
De tantas ajenas plumas?
Imprudente almendro, advierte
Que, según mis conjeturas,
Será de infinitas plantas
Escarmiento lu locura.
LUDOVICO.
En tu vida he de vengar.
Hipócrita , mis injurias.
LUZBEL.
No te muevas, que no sabes
Quién soy; atento me escucha.
Mira queen ti solamente
No hay resquicio ni disculpa,
Porque el común enemigo
De todos lu bien procura ,
No solo por oprimido ,
Mas también porque sin duda
Le ha de quitar muchas almas
El ejemplo de la tuya.
Goza ocasión tan dichosa;
Ni tus potencias (terlurba
Ninguo espíritu impuro.
Ni tus sentidos ofusca.
Justicia y misericordia
De Dios en su muerte luchan ;
Déle á la misericordia
Tu arrepentimiento, ayuda.
Mira que de su justicia
La divina espada empuña ,
Y que su inmensa paciencia,
Que es la vaina que la oculta ,
Se ha cansado ya ; ¿qué aguardas?
Mira que ya la desnuda.
Mira que el brazo levanta.
Mira que el golpe ejecuta.
LUDOVICO.
Ya me arrepiento.
LUZBEL.
(Ap. \ Oh , pese
Al infierno !) Pues ¿qué dudas?
í^a caridad es la puerta
Del perdón, ñor ella busca
La entrada; uame limosna.
LUDOVICO.
Eso no.
LUZBEL.
Vil criatura ,
Peor qup Luzbel te juzgo ,
Pues si él pudiera , sin duda
Fuera su arrepentimiento
Tan grande como su culpa,
Y tú , pudiendo , no quieres.
LUDOVICO.
Pues esta vez, aunque huyas.
Te he de malar.
LUZBEL.
No te acerques ,
Por(|uc haré que se reduzga
Tu forma á menos (jue á tierra ;
Que aun eso no has de ser uunca.
LCDOVfCO.
¡Hola , Alberto , Celio ! este hombre
Me atemoriza y asusta.
Salen ALBERTO, CELIO, OCTAVIA
T JUANA.
CELIO.
Señor , ¿ qué mandas ?
OCTATU.
¿Qué es esto?
ALBERTO.
¿Porqué das voces?
JUAIIA.
Sio dada
Que ha sido el fraile la causa.
LUDf^TICO.
¡Que en mi c^sa no se cumpla
Lo que mando! ¿No oa be dicho
Que no dejéis entrar nunca
A este fraile?
CELIO.
Por la puerta
No ha entrado.
ALBCBTO.
Es cierto.
JOAXA.
Siflduda
Que es santo.
OCTAVIA.
Padre . por F)ioi,
Que excuse una desventara.
LUZBEL.
A estorbar la vuestra vine.
¿La mía?
Sí.
OCTAVU.
LUZBEL.
OCTAVIA.
Fuera injosla.
LUZBEL.
Ya sé qne estás inocente •
Mas los indicios os culpan.
OCTAVIA.
Pues ¿qué haré?
LCZBKL.
YbiMdaospneds
Aconsejar: que la fbn
Es confesaros enlpadá*
OCTAVU.
Yo esperó en la siempre pan
Madre de Dios , qne me
LUDOVICO.
Hombre , vete , y no preí
Que mi firme intento nraden
Tus palabras imporlanas;'
Que aunque fueran mff rlqanss
Las de Creso y Midas Janlas,
No hallar&s en mi linoana.
LDIBBL.
No hemos menester la tuja;
Tú necesitas de darla ,
Que á mis frailes solmn Biehas,
Pues oue con ellas snsleQlan
Trescientos pobres en Laca:
Ya te dejo; pero rain
No añadas culpas á enlpM;
Que está inocente qaleii
Que lu deslionor procan
{Ap, ¡ Qne mi soberbia ii
Kn tan infame coynndn
Oprima el Criador etcrao!
¡ Oh nunca , Fnnclseo, oh
A humildad tan poderota
Se opusieran mis astOciAs!) {f^
LUDOVICO.
FMe sabe ya mi afrania ;
En la quinta, mas otolU
Podrá estar su muerte » es i
Que pueda saUr de Li
Poniendo en salvo mi ~
Lo mejor será que Inyw.
ocravtté
¿Eso dices, nccI^T
LDDOTICO.
Octavia ,
lie roe disgusta
}ue por unos días ,
sí en ella me busca ,
IOS de ir á la quinta,
ees?
OCTAVIA.
¿Eso prepfuntas?
ledo decir, si sabes
voluntad es tuya?
LDDOVICO.
iz poner la carroza.—
erto, para que suplas
egocios mi ausencia ,
aras.
ALBERTO.
Pues tú gustas,
ré
LDDOYICO.
Vamos , Octavia.
JDAfíA. (Ap,)
! este disimula
paia matarle.
OCTAVIA. (Ap,)
icia roe asegura.
LÜDOVICO. {Ap.)
verás , infame ,
¡O que mi injuria.
(Vame.)
laU FRAY ANTOLIN.
FRAY A5T0LIPI,
tillo mi maña
II el donado,
iesafíado
nbre, á la campaña;
z la be de malar,
1 persecución
te fraile Nerón
)oeda librar.
0 escóndeme quita,
►tro no puede ser ,
ie pueda valer
mas exquisita,
sgalo consigo,
anos suyas no caiga,
obligado á que traiga
s bienes conmigo.
:as traigo rellenas;
*0D la costumbre ,
rá pesadumbre ,
D de alacenas,
oue este fray Forzado
abajo no enferme;
í come ni duerme,
piritu be pensado.
' que mas asombra ,
tos por la calle,
a vuelvo á miralle,
erpo no hace sombra.
ento fundando
on prisa tanta ,
5l lugar so espanta ;
pre regañando.
1 pecho presamo
tabaco de hoja ,
aliento que arroja
rices es bumo.
dado en perseguir
ejarme comer;
3 le ha de valer,
ha de presumir
OT en el convento,
iré seguro,
my lejos del muro;
¡lio me siento,
o señorea ,
alguno pasare ,
. DE L.-u.
EL DIABLO PREDICADOR.
Primero que en mi repare ,
Es fuerza que yo le vea.
Polla , empanada y pernil
Triiigo ; que es bueno imagino
El pan; mas lo que es el vino,
Puede arder en un candil.
A Heliogábalo me igualo ,
Y nunca el comer condeno
Si lo que se come es bueuo,
Porque todo es de regalo.
Vo, en fin, no tengo otro gozo«
Mi estómago es un abismo,
Y cuanto como, es lo mismo
Que si cayera en un pozo.
No ha de estar de manlHesto
Todo ; conforme comiere
Saldrá , porqu^ si viniere
Alguno, lo esconda presto;
Salga el pernil.
Sale LUZBEL.
LUZBEL.
i Qué cruel.
Señor, os moslrais conmigo!
¿ Yo amigo de mi eMemigo ?
¿Sirviendo al hombre Luzbel?
i Oh , pese á la pena mia !
¿De Francisco sostitato
Es ¡ oh poder absoluto !
Quien quiso dar luz al dia?
Basta tan fiero tormento ,
Y cuanto me habéis mandado,
Señor, está ejecutado;
Que de este rico avariento
La proterva obstinación
Solo la podrá vencer
Vuestro absoluto poder.
A estorbar la ejecución
De dar muerte á su mujer
Voy. {Ap. Ya el lego se ba sentado
A comer lo que ha ocultado
De mi ; mas no ha de comer
Nada de loque ha traído.
De esta suerte haré que crea
Que no le be visto, y me vea.)
FRAY ANTOLtir.
Pardiez , que no le ha valido
A fray... ¡Válgame san Pablo !
f. Cómo este fraile llegó
Tan cerca, sin verle yo?
Santo es ; mas no es sino diablo.
No me ha visto.
( Guarda lo que estaba comiendo. )
LUZBEL. (Ap.)
Ya guardó
Lo que á comer empezaba.
FRAY ANTOLin.
Pues que no puedo escaparme,
Preciso es llegar.— Deo gralias.
LUZBEL.
¿Fray Antolin?
FRAY AIVTOLIN.
Padre rolo,
¿Dónde va?
LUZBEL.
Voy á la granja
O quinta de Ludovico,
A impedir una desgracia ;
Mas él ¿á qué vino al campo?
FRAY ANTOLi:*!.
Es que el médico me manda
Que ande todo lo que pueda,
Y sea por tierra llana ,
Porque tengo humores gruesos.
LUZBEL.
Si en el comer se templara ,
Los humores consumiera ;
Seis frailes se sostentaran
Con lo que el padre Antolin
Come.
FRAY ANTOLIN.
No tengo otra falta.
LOZBKL.
De esa se originan muchas.
Porque la regla relaja
De su padre san Francisco,
Y la devoción estraga
También de sus bienhechores
Viéndole por las mañanas,
Y aun por las tardes, tomar
Chocolate en veinte casas.
FRAY AlfTOLDf.
Padre, lo que me dan tomo,
Y esto mí regla lo manda.
LUZBEL.
Mas esto se entiende cuando
Con necesidad se baila.
FRAY ARTOLIH.
Muchas veces he querido .
Vencer de mi hambre el ansia ;
I Mas no he podido, que luego,
Con los regalos que sacan ,
Me engaña el, demonio.
LUZBEL.
Miente '
Su flaqueza es quien le engaña*.
¿Hale propuesto el demonio
Alguna vez, entre tantas ,
Que la gula no es pecado ?
FRAY ANTOLIN.
No, pero gula seUama
Comer sin gana, y á mi
Jamás me faltó la gana.
LUZ8EL.
Su hambre y la sed que tienen
Los hidrópicos son falsas.
FRAY ANTOLIN.
No tal ; que cuanto yo como
Es salida por entrada.
LUZBEL.
¿No come en el refectorio.
De pan , como de vianda ,
La ración suya y la roía ?
FRAY ANTOLIN.
Si , Padre.
LUZBEL.
Pues ¿no le bastan?
FRAY ANTOLIN.
Dos raciones son «hermano ,
Para mi dos aYellanas.
LUZBEL.
Que no reviente me admira.
FRAY ANTOLIN.
Gracia ba tenido.
LUZBEL.
Seennña;
Que. á tener gracia , no nabiera
Perdido, hermano, mi patria.
FRAY ANTOLIN.
¿Su patria perdió por eso?
LUZBEL.
Sí , porque perdi la gracia
De mi rev, y fué preciso.
Aunque a mi pesar, dejarla.
FRAY ANTOLIN.
¿Qué reino es ese?
LUZBEL.
Eitá en clhna
Tan remoto, qué argonauta
Ninguno le ba deseobierto ,
Y será noticia Yana.
337
858
FBAT ARTOLIlf.
Pues, 8Í no te han descoblertOi
¿Qoién le trajo al Padre?
LUZBEL.
¿ Cuáotas
Veces he dicho á los padres
Que Dios?
FBAT ANTOLIlf.
La boca me tapa.
Alli vieocD unos pobres.
LOZBBL.
4 Ah , hermanos?
nUT AlTTOLlIf.
¿Porqué los llama?
Déjelos; qne andan bascando
Sitio para su matanza.
LUZBEL.
Lleguen, hermanos.
FRAY ANTOLIH.
Si aqui
No podemos darles nada ,
¿Qué los quiere?
LUZBEL.
Si tuYieran s
Necesidad , no ftiliara.
Salen ties pobres.
POBRE i."
Nuestro santo limosnero
Es.
POBRE 2.*
Padre mió.
POBRE 5.*
Bien baya
Quien por nuestro bien le trajo
A Luca.
LUZBEL. {Ap.)
Y por mi desgracia.
¿Comieron en el convento?
POBRE i.^
Llegamos tarde.
PRAT ANTOLm.
Esa es trampa;
Que á los tres , y yo presente ,
Les dieron boy su pitanza.
POBRE i.®
Pero tengo seis chiquillos ,
Y i mimvjer en la cama.
PRAT ANTOLIlf.
Sí de esa suerte procrea,
¿Quién á sustenurlos basta?
POBRE 2.**
Pues yo tengo nueve , y nunca
Sale mi mujer de casa,
Porque es manca y es tullida.
PRAT ANTOLIlf.
Nueve ha parido, ¿y es manca?
Vayanse con sus imperes
A una isla despoblada ;
8ae en poco tiempo pondrán
n ejército en campaOa.
POBBE 3.®
Yo no tengo hijo ninguno;
Mas tengo un padre, que pasa
De nóvenla años.
FRAY ANtOLIN.
En vano
ReOeren aqui sus plagas ;
Vayan después al convento.
LUZBEL.
Mucho siento que no traiga ,
Hermano , algún regalillo
Para la que está en la cama
Enferma ; mirelo bien.
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ.
FRAY ANTOLm.
¿Qué he de mirar? ¿Es matraca ?
LUZBEL.
Pues vo los llamé , y es fuerza
Que lleven algo.
FRAY ANTOLIN.
Pues haga
gue una docena de cuervos
n los picos se lo traigan ;
Que aqui no hay otro remedio.
lozbel.
Si habrá , tenga confianza ,
Y á sus mangas eche , hermano,
La bendición.
FRAY ANT0Lnf.^(i4|».)
No hay humanas
Diligencias contra este hombre;
Él me vio comer.
luzbel.
¿ Qué aguarda ?
FRAY ANTOLIN.
Mejor será que eche el padre
La bendición á sus mangas ,
Y deje las manganetas.
luzbel.
No me repliaue palabra ;
Porque haré...
FRAY ANTOLIN.
Ya le obedezco;
Pero de tan mala gana ,
Que no será de provecho.
LUZBEL.
La bendición ya está echada ;
Mire ahora lo que el cielo
Envia.
FRAY ANTOLIN.
No envia nada ;
Huero salló este milagro.
LUZBEL.
No gaste conmigo chanzas;
Saque de la manga izquierda
Medio pernil, que ese basta
Para ese pobre y su padre.
FRAY ANTOLIN.
Aqui no hay remedio.
POBRE 9.*
í Extrema
Maravilla !
POBRE 3.*
Si por cierto.
LUZBEL.
Cocido está.
POBRE 1.®
¡Cosa rara!
FRAY ANTOLIN.
Y aun digerido estuviera ,
Si un instante se tardara
El padre.
LUZBEL.
Déle á ese pobre.
FRAY ANTOLIN.
Mejor es que le reparta
Entre los tres.
LUZBEL.
No le pido
Consejo ; déle á Dios gracias,
Y tenga fe.
FRAY ANTOUN.
Los milagros
Como este se obran con maQa.
FRAY ARTOUR.
Tome,
Y mal provecho le haga.
LUZBEL.
Para este pobre , que tiene
A su mujer en la cama ,
Saque una polla.
FRAY AirroLOf.
SI hay polla,
Que quede repuesta basta.
LUZBEL.
Yalehedlcbo...
FRAY ARTOUR.
No 86 enoje.
(Ap. Los diablos lleven tu ahas.)
Aqui está ya , tome.
PORRI i.*
Y viene
Cocida y salpimentada.
FRAY ARTOLIN.
La salpimienta se melva
Solimán.
LUZML.
Una empanada.
Que tiene dentro un gaiapo,
Y está en la derechR nuBÍa,
Saque al momento.
FRAY ARTOLUL
UuuDa:
Tome.
PORRI 3.*
Quien con Dios alcanza
Tanto, eternamentd vira.
LOXRCL.
(Ap. Esa es mi oíayor desgracia)
Saque un pan.
FORRE i.*
Uopianeapoeo.
FRAT ARTOUI.
No hay mas.
POBU i.*
Habrá iMaaila
La cosecha, paesnoMifiaB
Mas de un pan.
PORRB 1.*
Probo Mi Mta.
#0RRB S.*
Mucho nos dan , porque eala alo
Le abarató la abandandii
FRAT AinOUB.
Pues tierru hay» fnw «MquelNr
Un pan cada goU de ana.
Lloviendo á pedir de mcr.
El pan no se aberatert.
Padre, ¿habrá 00 trafedevioa?
FRAY AmOUR.
¿Vino Umbien? i Giloban!
Désele pues.
LUZRRL.
POBRE 2.®
Venga.
Pues saqne ona.
FRAT AMTOUR.
Advieru qoe es cargo de alma.
Déjele para laaaalau;
Que es vino del eiekK
Bacasa
Tienen de eie propio «loo;
, Qué espMR t La calaban
lyueesi
Les dé.
PRAT ARTOUR.
Tomen; qoe 014*
Les diera calabaiadM.
LUZBEL.
en ir.
POBRE 2.*
Primero
isar sus plantas.
LUZBEL.
allá.
POBRE 3.°
No quiere
idezcamosnada.
LUZBEL.
POBRE 2.®
Adiós, padre mió.
aspereza tan santa !}
{Vanse.)
LUZBEL.
écele justo
»ensas las mangas
¡to tan sagrado?
FRAY ASTOLIJI.
LUZBEL.
O me diga nada.
FRAY AKTOLIN.
de I>ios le pido
to no sepa nada
ligioso , y déme
¡ mil patadas.
LUZBEL.
án , pero haré ,
andarse no traía ,
ire Guardian le envié
lio á su casa
donde comia ,
le estar con la azada
0 lodo el dia ,
us de cabra,
dorio coma
pidiere el ansia
aturaleza ;
Que la satisfaga
.1 lo que pidiere;
de tomar ni aun agua
krte ; y advierta
me esconde nuda.
FRAY AXTOLIM.
re fray Forzado ,
todo lo que manda.
LUZBEL.
;ando á la quinta
con Octavia.
, FRAY ANTOLIN.
juf los ve ?
LUZBEL.
Mi vista
is lejos alcanza ;
Antolin , que allá
do.
FRAY ANTOLIN.
¿Que allá me aguarda?
iremos juntos?
LUZBEL.
No;
do del coche salgan
1 hallarme presente.
FRAY AJÍTOLIN.
ay una legua larga ,
a de llegar á tiempo?
LUZBEL.
instante me basta. {Vase
FRAY A?(TOLIIf.
il veces! El viento
; ya no me espanta
haberle yo visto ,
■)
EL DUBLO PREDICADOR.
Tan cerca de mi llegara ,
Ni que por extenso viera
Cuanto traía en las mangas ;
Mas pasarme todo un dia
Comiendo una vez es chanza;
Y supuesto que no hay parte
De su vista reservada ,
Como me lo fueren dando
Lo esconderé en mis entrañas. (Vase,)
Salen FELICIANO y CELIO.
CELIO.
Si dices que te h^a avisado
Juana de que receloso
Está ese hombre , ¿ no es forzoso
Creer lo que ha recelado.
Si en su quinta estás primero
Que él llegue?
FELICIANO.
O es cierto ó no
Lo que Juana me avisó;
Si es cierto, por caballero ,
Por primo suyo y amante »
A Octavia debo librar.
CELIO.
1 Y quién te ha de asegurar
De SI es cierto?
FELICIANO.
Su semblante;
Que si es cierto que ha sabido
Con verdad lo que ha pasado.
Yo soy el aue le ha agraviado;
Que Octavia no le ha ofendido.
Y viéndome solo aqni,
Puesto que tiene valor,
O yo lograré mi amor,
O él se vengará de mi.
Con los caballos espera ,
De esos robles encubierto.
CELIO.
¿ Por aué , si quedó Roberto
Con ellos?
FELICIANO.
Porque pudiera,
Si estamos dos, encubrir
Su intención, si es que la tiene.
Mas ya la carroza viene ;
Sin duda quieren salir
De ella, porque se ha parado.
Vele.
CELIO.
Acechando estaré ,
Y si importase, saldré;
Pero ten mucho cuidado,
Que es fiero.
FELICUNO.
Ello da á entender;
Pero de esto mismo infiero
Lo contrario, que no es fiero
Quien lo quiere parecer ;
Mas ganaré por la mano,
Si al verme muda el color.
CBUO.
El plomo lo hará mejor.
Sale LUZBEL.
LUZBEL.
¿Adonde vais, Feliciano?
FBLICUNO.
Padre...
CELIO.
iPor dónde ha venido
El Santo?
FELICIANO.
(Ap. Admirado estoy
I Y turbado.) Padre, voy...
LUZBEL.
Va sé lo que os ha traído ;
V no es Justo que me espante
Querer en esta ocasión
Cumplir con la obligación
De caballero V amante;
Pero no paséis de aqni ,
Volveos por la arboleda ,
Sin que Ludovico nneda
Veros , y dejadme a mi ;
Que vos podréis en rigor,
Si os ayudare la suerte ,
De Octavia excusar la muerte,
Mas no quitándola el honor ;
Pues quien aquí me ha enviado,
Vida y honor le dará »
Y á su esposo templará;
Bien podéis ir conOado.
rELICUNO.
Advierta sn caridad
Que este hombre le ha de perder
El respeto ,j puede ser
Que le arroje su maldad
A otro mayor desvario.
LOKBBL.
Trayendo yo, Feliciano,
Orden de Dios, no hay humano
Poder que resista el mió.
CBUO.
Presto ; que el coche han dejado.
rBLIGIAHO.
Ya le obedezco gustoso ,
Varón santo.
CELIO.
Prodigioso ;
En fin , de Dios enviado.
( Vanse.)
LUZBEL.
Señor, si por tantos modos
Podéis vos librar del riesgo
A esta mujer, y también
Reducir á ese protervo ,
Rebelde , avariento, monstruo ,
Solo con el querer vuestro.
Pues redujo la codicia
Delpublicano Mateo,
¿ Por qoé á mi me lo mandáis ,
Sabiendo vos Ique no puedo?
Pero ya los dos se acercan ,
Y Octavia , auii<íae con recelo.
Viene animosa , fiada
Del justo devoto afecto
Que á la siempre Virgen pura
Tiene ; que la ampare creo.
Que inocencia y fe aseguran ;
Que es ya divino el empleo.
Blas ya llegan.
Salen LUDOVICO t OCtAVIA.
OCTAVIA.
i Para qué ,
Cuando tan cerca tenemos
La quinta , el coche dejamos?
LUDOVICO.
Por eso mismo le d^o.
LUZBEL. (Ap.)
Por causarle mas espanto ,
Hasta que quiera su intento
Secutar, no ha de verme,
Y entonces me pondré en medio.
LUDOVICO.
Que solo te traje , Octavia,
Para dejar satisfecho
Mi agravio en tu infsme vida.
OCTAVIA.
Tú te agraviasen creerlo.
Porque yo no te he otadldo
S40
Ni aun con solo el pensamienlo ;
Que 8í le hubiera tenido,
Bastante lugar y tiempo
Tuve de ponerme en salTo ;
Pues de tu falso recelo
Me envió el cielo el aviso
Con el padre limosnero
De san Francisco.
LCDOVICO.
Pues va
Ni ese mágico ni el cielo,
De mi lian de poder librarte.
OGTAVU.
Escucha.
LUZBEL.
Tente, blasfemo ;
Que si permisión tuviera
De quien por fuerza obedezco,
Yo solo le convirtiera
En cenizas con mi aliento.
LCDOVICO.
Tus descompuestas palabras
Confirman que tus portentos
Son en virtud del demonio;
Pero lograré mi intento ,
A tu pesar , con su muerte.
LUZBEL.
La tuya veris mu; presto,
Si no 'le pides perdón
A Dios , y repartes luego
En los pobres tus tesoros ,
Pues tienen mas parte en ellos
Que tú.
LUDOVICO.
¡ De cólera rabio ! —
Encantador, embustero,
4 Dónde te escondes ?
OCTAVIA.
¡ SeSora ,
Pues vos sabéis que no tengo
Culpa , libriidme deste hombre!
LUZBEL.
Advierte , pecador ciego.
Que está tu fin muy cercano.
LUDOVICO.
Sombra ó fantástico cuerpo.
Si amenazas , ¿por qué buyes?
Mas vengaré por lo menos
En esta mujer mi agravio.
LUZBEL.
Detente.
OCTAVIA.
Sin culpa muero.—
i Virgen , dadme vuestro amparo !
{Cae como muerta,)
LUDOVICO.
Muere , infame. {Vate.)
LUZBEI*.
Pues , eterno
Señor, ¿cómo me impedís
Que con impulso violento
Guarde de OcUvia la vida.
Pues de otra suerte no puedo?
Ya dejándola por muerta.
Vuelve á la carroza el fiero
Homicida.
Sale FRAY ANTOLIN.
FRAT AIYTOLIX.
Padre mió ,
¿Qué ha sucedido, que huyendo
Va Ludovico?
LUZBEL.
Su vista
Le informará del suceso.
¿No ve á Octavia en ese campo?
LUIS DE BELMONTE BERMDDEZ.
FRAY ANTOLIN.
¡Jesús! Pues ¿no llegó á tiempo
De impedirlo?
LUZBIL.
A tiempo vine.
Mas sin duda fué decreto
Soberano.
FRAY ARTOLIlf .
¿Ñola absuelve?
LUZBEL.
Ya espiró; pero ¿qué es esto?
FRAY ANTOLIX.
¿De qué se ha quedado absorto?
LUZBEL.
Confuso estoy.
FRAY AirrOLIlf.
Vamos presto,
Y llevémosla á la quinta.
LUZBEL. (Ap.)
Algunos de sus portentos
Quiere obrar Dios con Octavia.
FRAY ANTOLIN.
¿A qué aguarda? Vamos presto.
LUZBEL. {Ap.)
Que ni al infierno ha bajado
Él alma , ni subió al cielo.
Ni ha entrado en el purgatorio,
Y naturalmente ha muerto.
FRAY A!«TOLI?f.
Pues hace tantos prodigios
Por cosas que importan menos,
A esta dama resucite.
Pues á sus ojos la han muerto ;
Que es milagro obligatorio.
{Ap. Ahora sabré de cierto
Si este es santo ó es demonio ;
Mas orando está.)
{Baja en ¡a tramoya que mejor parez-
ca , una niña que haga la Viraen,
acompañada de ángeles^ y llega ha§'
ta Octavia y tócala con las mana.)
LUZBEL. {Ap.)
Ya veo
De mi duda el desengaño;
Que , haciendo la tierra cielo ,
<:ercada de querubines.
Baja la Madre del Verbo ,
La ocasión de mi delito.
La causa de mi destierro ;
¿Que sola una devoción
Que os tiene (¡de mi blasfemo!)
A tanto extremo os obligue?
Pues ¿quién no es devoto vuestro
De cuantos á Dios conocen ,
Sino es yo, porque no puedo ?
FRAY AÜTOLllf. {Ap.)
Con Dios sin duda está hablando;
Que hace visajes y gestos.
Como suelen fas beatas.
LUZBEL. {Ap.)
¡Oh, reniego de mi mesmo!
Poslraréme á pesar mió, {Póstrase.)
Pues á la opresión que tengo
He añade el Criador que sea
Testigo de mi tormento.
FRAY ANTOLi:!.
Padre, padre, ¿con quién habla?
, ¡Jesús mil veces! El fuego
Que arroja me ha chamuscado;
Si acaso no es diablo, es cierto
Que es alma del purgatorio.
LUZBEL.
(Ap. Ya llega al cadáver yerto»
Ya con sus divinas manos
Le toca , y á un mismo tiempo
El alma á su mortal cárcel
Vuelve, y el vital aliento ;
Yt vuelve á ocupar sn trono»
Y ya su guardia, tendiendo
Las cucfaUlas de las alu»
{TocaUf y vuelve á subir en la mu
tramoya. )
Cortan con su Reina el vicito.)
Levante del suelo á Octiviiy
Hermano.
PlATAKTOLn.
Solonopoedo;
Que pesa mucho m diftuto.
LUUBL.
Viva está.
FRAT AXTOUII.
Como mi límelo.
LUZBEL.
Haga lo que yo le digo.
Sin replicar.
FRAY AirrouH.
Mii¡qaéTeoI
Voto á tal, que se revvelve.
Salen FELICIANO t CEUO.
FBLIGUHO.
Si tú le viste corriendo
Y solo, rouerit es OcUfia ;
Pero, aunque Ir oculte el ceiMro
De la tierra...
LOZBKL.
FelidaoOv
Reportaos.
FEUCIAMO,
De Toe me qn^
Mas que del vil Lodovico.
OCTAVIA.
: Qué soberano eonsaelol
Mas ¿qué es lo qne eetof mifiRds'
FRAT AXTOLBI.
Pues aquí no hay embeleeo.
Santo es á oucha-nuflilla.
FBLicuao.
¿Octavia mil?
unMO.
Teoéofi
Feliciano.
OCTAVIA.
Padre mió.
Déjeme que bese el saelo
Que pisa.
LOZKL.
Apartad, Selori;
8ue la que ea Reina del cUo
s dio la vida. ^^
OCTATU.
YumUea
Su intercesioB.
ujiiCL. (Apl)
EilOiiMlD
Mas que todas mia deadkfcw.
OCTATU.
Que sálgala de Loca oi rM|ii
Feliciano.
TaondeiíaHa
Toda salir os prometo»
Si os volTeis con Tneairo padif .
Hay mocho qae haeer primera
Que de su ausencia ae líale;
Quede este caso secreto
Por dos dias, qie teailMS.
Vos, Feliciano «TolTéoa
A la ciudad ; qne yo i Octavia
Pondré donde este sIb riisfa.
RUCIAMl
Preciso es que obedeaea ;
0 sabré primero
tía pasado?
LCIBCL.
Mafiana
epaís os prometo.
1 erad sabido
mportado este suceso
laestro amor.
Alegre
I esperanza Tueko. (F«í.)
LCZBEL.
«miso. Señora ;
I noche por lo menos
de ana dcTOta
quedaréis ; que luego
ra lo que gustare.
OCTATIA.
re nio, oo tenoo
«oer; mi albedrio
icioQ su ja dejo.
LCZiEL.
que por el camino
uén del sujo es dueño.
(Vow.)
OCTATU.
LDZBKL.
kotolio , camine.
ni4T AÜTOLIÜ .
p hambre no Teo;
me llego i la quinta.
LUZBEL.
que en el conrento
FEAT AirrOLIÜ.
Padre, una legua
rni mucho trecho,
mago se ahila.
ÍXIKL.
a que coma luego ,
[|ue solo de un salto
ta del convento
I.
FÍAT ATTOLI^r.
Téngase, padre.
LCZBKL.
liere...
nUT ATTOLIÜ.
No quiero ;
quitó la hambre.
LUZBEL.
le, j tenga por cierto
ü poder mas que humano.
FIAT AirroLüf.
r qué me advierte de esto?
LtTZBEL.
se ha de hallar muy cerca
ne juzgue muy léjós.
FBAT ATrOLI5.
fnelTO á mi duda .
o hay santo soberbio.
( Yante.)
IX ADA TERCERA.
em OCTAVIA t JUANA.
ÍCA5A.
I estoy, Señora,
«so.
EL DIABLO PREDICADOR.
OCTAVIA.
m muerte.
Como te he dicho, fué un sueño
Tan gustoso, que no puede,
Juana , explicarte mi lengua
Tal gloria , siendo tan breve ;
Pero el santo limosnero.
Que i todo se halló presente
Por inspiración divina «
Me informó de que la siempre
Virgen y madre, cercada
De paraninfos celestes ,
En mi cuerpo , ya cadiver.
Vio clara y distintamente
Poner sus sagradas manos.
Sale FELICIANO.
FELICIANO.
Y i mi de la misma suerte
Me lo ha dicho.
OCTAVIA.
Pues ¿qué es esto?
¿Cómoá entrar aqui te atreves?
FELICUIIO.
¿Cómo ? El dueño de esta casi
Me dio licencia de verte,
Por tu deudo.
OCTAVIA.
Mas no sabe
Que tú , Feliciano, eres
Quien me has puesto en el estado
Que estoy, y si no te vuelves,
Dejaré luego esta casa.
FELICUXO.
Va cesó el inconveniente
Que tuvo el poder hablarte.
Puesto que esposo no tienes.
OCTAVIA.
Aunque el padre fray Forzado
Me asegura que la muerte
Dirimió ya el casamiento,
Y á dejarme se prefiere
Libre sin estorbo alguno,
.No quiero yo que lo intente ;
Que, aunque tanto le aborrezco,
Como satisfecho quede
De mi inocencia y su engaño
Ludovico, he de volverme
Con él k vivir muriendo.
FEUCURO.
¿Qué es volver?
JUAKA.
i Jesús mil veces !
Pues ¿con hombre tan sin alma
Y tan sin Dios, que no tiene
Seña alguna de cristiano.
Volverte, Señora, quieres?
OCTAVIA.
Esto es forzoso. Ya voy.
FEUCIAÜO.
Primero que tú lo intentes
Le he de quemar en su casa.
JUANA.
Bien pudiera , por hereje.
FELIC1A!V0.
Con un hombre que la vida
Te quitó sin ofenderle ;
Vive Dios...
OCTAVU.
Indicios tuvo
Para juzgar evidente
Su agravio ; mas, supoiriendo
Que ya con él no volviese, •
Nada conseguir pudieras
Con eso, porque aunque quede
De mi voluntad el dueño.
Y casarme resolviese
Contigo, ya no es p<MH>le.
FEUCIARO.
Pues ¿quién impedirlo puede ?
OCTATU.
Tú, pues ocasión has dado
De que con razón sospeche
Toda la ciudad que tuvo
Causa para darme muerte
Mi esposo, puesto que es fuerza
?ue yo en el pleito confiese
oda la verdad del caso,
Y que, aunque estoy inocente.
Pudo juzgarme culpada
Ludovico, sin que fuese
Temeridad el creerlo.
PBUCUNO.
Y ¿ cómo desmentir quieres
Esa sospecha?
OCTAVIA.
Con solo
No ser tuya se desmiente.
JUANA.
Señora , una vez creído.
Maldito el remedio tiene.
S4t
Si tendrá.
OCTAVIA.
FEUCUNO.
Cualquiera es vano,
Porque, si preaso fuese.
Bien sabes que, si rompiste
Un papel , me quedan veinte,
Y que están todos firmados.
OCTAVU.
Y cuando no lo estuviesen ,
No los negara ; ñas ya
De nada servirte puede
Presentarlos, pues es deito
Que todos esos papeles
Prescribieron desoe el dia
Que, hallándote tú presente.
Mi infelice casamiento
Consentiste , pues no tienes
Que alegar causa ningunt
Que impedírtelo pudiese.
FELICIANO.
Causa tuve, y la mas Justa.
OCTAVIA.
Cuando infinitas tuvieses*
No te valiera ninguna
Ya en el estado presente.
Porque, cuando el juez el pleito
En favor tuyo sentencie ,
Apelaré á un monasterio.
Porque satisfecho quede
Ludovico de que nunca
.Tuve intención de ofiuderle.
FUJCIAKO.
Oye, espera.
OCTAVU.
No ne obligiies
A que dé vocea ; que el verte
Me causa horror.
JUANA.
Bs mentira.
FELICIANO.
No dudo que me aborreces.
OCTAVIA.
Necio fueras en dodarlo.
Pues tantas causu ne mueTen.
FELICIANO.
Escucha.
OCTAfU.
Suelta.
34S
SñU TEODORA.
TEODORA.
¿Qué es esto?
OCTAVIA.
No es nada ; pero no dejes
Entrar aqoi i Feliciano.
TEODORA.
I Por qué , siendo tu pariente
Y ¿ quien le toca tu amparo?
OCTAVIA.
Ni de él puedo yo valerme,
Ni quiero.
TEODORA.
Pues ¿de quién pudo
Saber en tiempo tan breve
Mí casa y que en ella estabas?
Que yo juzgué que viniese
Llamado de ti por Juana.
Sale FRAY ANT0L1N, alhorotaáo.
FRAY ARTOLIN.
Mucho ba sido defenderme
De tantos.
JUANA.
¿Qué es eso , padre
FrayAntolio?
TEODORA.
iDe qué viene
Tan alborotado?
FRAY ARTOLIlf.
Hermana,
Ha dado en pensar la senté
Que soy santo desde el punto
Que fray Forzado, mi jefe ,
Hizo un milagro á mi costa ,
Y he menester esconderme
Por unos dias ; ahora,
Cogiéndome de repente.
Con cuchillos y tijeras
Me embistieron mas de veinte.
El hábito me quisieron
Cortar, y por defenderle.
En muslos, piernas y brizos
He sacado seis piquetes
De la refriega.
FELICIANO.
Poes ¿cómo,
Con prodigios tan patentes ,
No se le llegan al padre
Fray Forzado?
FRAY ANTOUN.
No se atreven ,
Porque los atemoriza
Con la vista solamente ,
Tanto, que todos se apartan ;
Ño ha habido santo como este ;
Solo porque no le toquen ,
No permite que le besen
La manga ; pero yo creo
?ne el hábito es aparente ,
aun el cuerpo.
OCTAVIA.
¿Y hoy le ba visto?
FRAY ANTOLIN.
No quisiera que él me viese.
FELICIANO.
Él fué. Octavia, quien me dijo
Adonde estabas.
OCTAVIA.
No puede
Fray Forzado haberle dicho
Que es justo hablarme ni verme;
Que haoerte dicho la casa.
Seria porc]ue supieses.
Como tu intención ignora ,
Que estoy en parte decente.
No para que en ella entraras.
LUIS DE 6ELM0NTE BERMUDEZ.
FELICIANO.
Confieso que razón tienes;
Pero ya entré, y has de oirme.
JOANA.
Poco en escucharle pierdes.
OCTAVIA.
Di ; pero en vano te cansas.
{Hablan los doi,)
JUANA.
No digas lo que no sientes.
TEODORA.
Y el padre fray Antolin,
De nuestro santo ¿qué siente?
FRAY ARTOLIN.
Que me tasa la comida ,
Que aunque, sin otros relieves,
Mi ración como y la suya ,
Porque él ni come ni bebe,
Me quedo como en ayunas.
Que mi estómago no enciende
Lumbre para dos radones ;
Y cierto que es cosa fuerte
Cuitarle á un hombre el sustento,
no debo obedecerle
Contra el natural derecho,
Porque yo corporalmente
Por veinte frailes trabajo,
Y es fuerza comer por veinte.
TEODORA.
Pues un pollo le he guardado
Grandecito , con que almuerce ,
Salpimentado, y un bollo,
Que yo amasé con aceite.
Como de libra , y también
Media azumbre de clarete.
FRAY ANTOLUf.
Yo necesidad tenia,
Y bien grande ciertamente ;
Pero este santo es demonio.
TEODORA.
Pues aqui no bav que temerle;
Que yo cerraré la puerta.
FRAY ANTOLIN.
Aunque la calafatee.
No estoy seguro de este hombre ;
Mas los vahídos me tienen
Sin vista ; tráigalo, hermana,
Y venga lo que viniere.
(Voie Teodora.)
Que un pollo, con un bollito
De una libra, no me puede
Dañar, y es parva materia.
Lejos quedó; cuando llegue
Ya me nabré desayunado.
OCTAVIA.
Un imposible pretendes.
FELICIANO.
Esa es venganza.
OCTAVIA.
Te engañas.
Salen TEODORA y LUZBEL.
TEODORA.
Aquí está, tome.
LUZREL. (Áp.)
No puede
Este lego reprimirse;
Pero yo haré que escarmiente.
FRAY ANTOLlN.
Ya era mancebito el pollo
En verdad.
TEODORA.
De cuatro meses;
Para gallo lo guardaba.
PRAT ANTOLOI.
Puet si gallints no tiene,
¿Para qué gallo qaeria?
TEODOIA.
Para que en casa le hubiese.
FRAY ANTOUN.
Crie gallinas; aue sallo
No le falurá , si quiere.
TEODORA.
Deje las chanzas y coma,
Por si acaso...
FRAY ANTOLlN.
Yo soy breve;
En cuatro ó cinco bocados
Despacharé.
LUZREL. [Áp»)
Si pudieres.
(Atehdel$t§nñQUi.
FIAT ANTOUN.
Que me ahogo, qué me tbogo.
TEODORA.
¿Qué es eso, hermano T
FELICIANO.
¿Qaé lieos,
Fray Antolin?
OCTATU.
¿Quélehadfdo?
FRAY ANTOUN.
Que me mau ; suelta, tneke.
FELIGIAIIO.
¿Quién le hade soltar?
LDZIEL.
¿Qué es esto?
TIOMHU.
AbuenÜempovieBe
Su caridad, porque al padre
Le ha dado un mal de repente.
LIJZSBU
Apártense; que no es nada.
FRAY ANTOUN.
¡ Qué disimulado vleoe!
Este es santo? Lleve el diablo
1 alma que lo creyere.
vanwL.
¿Qué ha sido?
PRAT ANTOUN.
Buena prenob;
Que con dos hierros ardieBles
Me apretaron los gasaatet.
LOIWL.
Pues yo presumí qaefoeie.
Padre, alguna apoplejía;
Mas para después se qvede.—
Señor Feliciano, ¿voa
En esta casa?
OCTATU.
Pretemie
Que todo el lugar ooo6rme
Lo que es fuena que aeipecbe
LOiaiL*
Bien excusarlo pndierali;
Pero, de cualquiera saerte.
No quedará en vaeslro honor
El escrúpulo mas leve.—
Idos, señor FelíeiaBo ; .
Que por ahora cooTieiie
No darle disgusto i Oetif b*
rEucuNa
En todo he de obedecerle.
Padre, por mochas ráaooes ;
Mas mire que solaoiettte
Por hoy le di la palabra
De que estar aegwo pMd»
Ese hombre.
k!
LOZBEL.
Si ; aue mañana
3rá para qae se arriesgue.
nucíAmo.
o?
LUZBEL.
Nada me pregunte,
> que el plazo es tan breve.
FELICIANO.
Octa?ia.
OCTAVU.
Él le guarde.
FELICURO.
} layo.
OCTAVIA.
No lo esperes.
JUANA.
; quien mas lo desea.
LUZBEL. (i4 Feliciano,)
uro; que no puede
ie ser vuestra Octavia.
FELICIANO.
li esperanza tiene ,
en conñanza suya,
-odigioso santo es este.) {Vase.)
LUZBEL.
}ne estos por santo me tengan !
t>r rabia me mueve
opresión que padezco.)
íora Octavia, puede
er de su persona
mejor le estuviere.
OCTAVIA.
>adre, el intento mió,
e á mi pasión le pese,
ecer, mientras viva,
idovico, sí él quiere.
JUANA.
ib\e tema has dado.
LUZBEL.
)ctavia, ¿qué la mueve,
do vivir gustosa
ien ha querido y quiere ?
r quiere con el hombre
ue la Europa tiene?
JUANA. (Ap.)
en llene nuestro padre
uito de alcahuete.
OCTAVIA.
in algo lo mucho
íbo i Dios y á la siempre
LUZBEL.
Basta , no prosigas,
ixilio sin duda es este
guarda, que la asiste,
>eja que lo intente,
ira que merezca ,
}á ejecutarlo llegue,
que ya Ludovico
tan cercano tiene,
a el merecimiento
solicitarlo adquiere,
aera; mas no puedo,
)r tormento mas fuerte,
Qio he de hacer que hiciera
iCO. )
OCTAVIA.
¿Qué se suspende?
iridad acaso
|ue no me conviene,
i to que me mandare.
LUZBEL.
lósito que tiene,
que debo aprobarla;
ien que le fomente,
EL DIABLO PREDICADOR.
Y puesto que está resuelta ,
Vamos ; que el tiempo se pierde.
OCTAVIA.
Pues ¿quién le ha de hablar?
LUZBEL.
Vos misma.
OCTAVU.
¿ Yo, Padre ?
LUZBEL.
Nada recele;
Que cuida Dios mucho, Octavia ,
Del que sus pasiones vence ;
Solo al desprecio se arriesga
De ese hombre; mas le conviene
Para su merecimiento
Que le perdone v le roegue,
Que otra vez la dé la mano;
Que si ofenderla quisiere,
Orden tengo de que impida
Su impulso violentamente.
OCTAVIA.
Yo he de obedecerle en lodo
Cuanto me mande.
M5
Por ahora.
LUZBEL.
Bien puede
JUANA.
Iráste sola.
LUZBEL.
Segura va , no la deje.
JUANA.
Vamos ; pero si te quedas
Con él , adiós para siempre;
Que yo á Florencia me vuelvo.
OCTAVIA.
Poco sentirá el perderte
Quien deja lo que mas quiso
l*or lo que mas aborrece.—
Danos los mantos, Teodora.
TEODORA.
Notable corazón tienes.
{Vanse ios tres,)
P1IAT ANTOLIN.
Ahora entra el diablo y dice...
LUZBEL.
¿Cómo, si experiencias tiene
De que nada se me oculta,
No hay orden de que se enmiende,
Habiéndole yo mandado
Por obediencia mil veces
Que en el refectorio coma
Y beba cuanto quisiere,
Y no en otra parle alguna?
No es fraile quien no obedece ;
Mas yo haré que, como á bruto.
El castigo le sujete,
Y en una celda encerrado,
A comer poco se ensene.
FBAT ANTOUN.
Padre, como desde anoche
Ni aun tripas mi cuerpo tiene,
Con vahídos y desmayos,
Dando por esas paredes.
Entré aquí á desayunarme.
LUZBEL.
¿Desayuno le parece ,
Padre, un bollo de una libra
Y un pollo de cuatro meses?
Por eso gasta palabras
Ociosas, como indecentes ;
Que si un áspero silicio
Sobre sus carnes tnijese,
Y comiera lo bastante
Para vivir solamente,
No estuviera para chanzas ;
Sígame.
FRAY ANTOLIN.
¿ Dónde me quiere
Llevar?
LUZBEL.
Donde inobediencias
Porgue.
FRAY ANTOLIN.
Yo me haré dos fuentes.
Padre ; por amor de Dios
Le pido que no me encierre,
Y por aquella que puso
Sobre la infernal serpiente...
LUZBEL.
Yo lo haré; calíe.
FRAY ANTOLIN.
Ya callo.
LOSBBL.
Pero advierta que no puede
Quedarse sin penitencia ;
Dígame, ¿cuál le parece
Que cumplirá ?
FRAY ANTOLIN.
Cien azotes.
Como otro no me los pegue.
LUZBEL.
Otra penitencia quiero
Darle yo mucho mas leve ;
Venga conmigo á la casa.
Hermano, de ese rebelde
Ludovico.
FRAY ANTOLIN.
¿Queaunporfia
En pensar que ha de Roderle
Reducir?
LUZBEL.
Si ; pero sepa
9ue el postrero dia es este,
hemos de hacer el esfuerzo
Mayor que posible fuere.
FRAY ANTOLIN.
¿ Y hemos de ir, padre?
LOZBIL.
Si;
Que puede ser que aprovechen
Mas cuatro palaoras suyas
§ue cuanto yo le dijere ;
esta penitencia sola
Le doy.
riAY ANTOLIN.
Yo lo haré; mas déme
Licencia de que un cochillo
De monte en la manga lleve
De tres palmos.
LOIBBL.
¿Eso dice?
FRAY ANTOUN.
Pues ¿ con qué he de defenderme ,
Si me embiste con palabras
Malas y nada corteses?
LUZBEL.
Yo, hermano, le sosUtoyo
Mi poder; de mi se qoeiie
Si al instante qoe le diga
Que se tenga, se moviere,
Aunque esté moy irritado.
FRAY ANTOUN.
Pues vamos; qoe de esa suerte
Yo le pondré como un trapo.
{Ap, Por siieste engiAarme quiere ,
Me preveadréde goyarroeO
i Ah, padre!
LUZBEL. .
iQjaé dices t
FRAY ANTOLIN.
Que entre
En la penitencia todo,
Y por esu ^es dispense.
544
Para que me dé osadía »
En dos tragos de clarete.
LUZBEL.
Vaya.
FRAT AirroLiN.
No quedará gota. (Vase.)
LUZBEL.
: Que en esto Luzbel se emplee !
En buen estado, Criador
De cielo 7 tierra, me tienen
Mijznel , vuestro capitán ,
Y Francisco, vuestro alférez. (Vaw.)
Salen LUDOVICO, CELIO, ALBERTO
y CRIADOS.
LUDOYIGO.
¿Que el cuerpo no habéis hallado
De esta mujer?
ALBERTO.
No, Señor.
LUDOTICO.
Ese fraile encantador.
De secreto la ha enterrado.
ALBERTO.
Claro está, pues se halló alli,
Que luego la llevaría,
Y sepulcro la daría ,
Y te ha estado bien á tí ;
Porque ya en Luca estuviera
Público, y teniendo aviso,
A prenderte era nreciso
Que el Gobemauor viniera ,
Aunque es tu amigo el mayor.
LUDOVICO.
Ya yo le tengo avisado,
Y de la causa informado.
ALBERTO.
¡ Qué gentil gobernador !
LUDOVICO.
De esta y cualquier pretensión
De mi parte tengo al juez,
Y me pesa que otra vez
No pueda mi indignación
Matarla ; pero esta mano
Me acabará de vengar.
Porque no me he de ausentar
Sin dar muerte á Feliciano.
Ni aun después pienso ausentarme;
Que en estando averiguada
Mi razón , muy poco ó nada
Me ha de costar el librarme.
Solo retirarme quiero,
Por no ver á este embaidor,
Hechicero, estafador.
Con capa de limosnero.
ALBERTO.
Llamando están.
LUDOVICO.
Vé advertido
De que no dejes entrar
Sino al que i comprar viniere
Los géneros que no hubiere
En Luca, que han de pagar,
Sobre la falla, el deseo,
O los buscarán en vano;
Que si la mitad no gano,
¿Para qué mi hacienda empleo ?
ALBERTO. (Ap.)
Lo mismo hace con el trigo.
LUDOVICO.
Avísame dé quién es
Antes que entrada le des.
ALBERTO.
Claro está. (Vase.)
CELIO. (Ap,)
Grande castigo
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ.
Le ha de dar á este hombre el cielo ;
No hay seña en él de cristiano.
LUDOVICO. (Ap,)
El matar á Feliciano
Me causa mucho desvelo ,
Que por ahora ha de andar
Con cuidado y prevención.
Sale ALBERTO.
ALBERTO.
Señor, dos mujeres son
Las que te quieren hablar ;
Y la una, aunque lapada ,
De bizarro parecer.
LUDOVICO.
No me vendrán á traer.
CELIO.
Tampoco á pedirte nada
Vendrán.
LUDOVICO.
Pues ¿de qué lo infieres?
CELIO.
De que ya desengañados
Están , y aun escarmentados.
Los pobres y las mujeres.
LUDOVICO.
Entren pues, y cierra luego.
ALBERTO.
Buscar quiero á quién servir.
(Yéndose.)
CELIO.
Hoy me pienso despedir.
LUDOVICO.
Con grande desasosiego
Estoy.
CELIO.
No hay en la ciudad
Quien , en oyendo su nombre.
No di^a que tan mal hombre
No le tiene el mundo entero.
Vuelven á salir el criado, OCTAVIA t
JUANA, tapadas, y detráshlJZbEL y
FRAY ANTOLIN.
ALBERTO.
Entrad.
JUANA.
Yo estoy temblando de miedo.
octavia.
Mi arrojo ha sido terrible.
FRAT antoliü.
Sin duda estoy invisible;
i Qué linda cosa !
LUZBEL.
Hable quedo.
LUDOVICO.
¿Qué me (eneis que mandar?
OCTAVIA. (Ap.)
Turbada estoy ( ¡ ay de mí ! ) ;
¿Si entró fray Forzado?
LUZBEL.
Sí.
OCTAVIA.
A solas os quiero hablar.
{Ap, Ya mas animosa estoy.)
LUDOVICO.
Idos.— Ya decir podéis
(Vanse los criados.)
Quién sois y lo que queréis,
Pues ya estoy solo.
OCTAVIA.
Yo soy.
(Descúbrese.)
umofico.
iQué miro? Sombrt, ¿jo? ¡ Válgaim
Fantástica visión. [cif
OCTATIA.
Pierde el recelo ;
No soy Vision, no temai.
LODOTIGO.
Susto ha sid
Que ni medroso estoy ni arrepeotid
De verte muerta. Si á pedir me vin
Que haga bien por la «Una, padre ij
A él le toca , y también al fabo U8i|
Que en mi agravio fué cóoiplioe coDti|
OCTATU.
Viva estoy, no te vengo á pedir aad
Que aunque la vida me qoiló toespad
Me la volvió la Virgen siempre pm
En cuya confianM fui segura
Contigo ayer, por la inocencia nia ,
Y á quien me encomendé cuando m
Clara y distintamente [ri
Afirma que lo vi6 fraj Obediente
Forzado, á quien conneso, acndecid
Que por su intercesión me dio h vid
La crueldad te perdono.
Por la sos|>echa luya ; y para aboas
De que no te ofendía
Ni aun la imaginación de parte mil,
Aunque ya el nndo faerte
Que ató la Iglesia desató la muerte,
Otra vez...
LDDOnCO.
cierra los labias
Y vuelve al pecho la foi;
Que aun antes de prononÍBiada
Me enfurece Cu intención.
Contigo murió mi aírenla «
Y mi enemigo majTor,
Solo para que viviera.
Por tu vida intercedió;
¿Qué disculpa puedes danne.
Si escucharon tu traición
De tu boca mis oídos;
Si en el papel que rompió.
La queja que ele In ananle
Tenias, en un renglón
Partido vieron mis ojos«
Firmado mi deshonor ?
¿Cómo, vil mujer, te atreves
(i Ciego de cólera estoy!)
A pronunciar que otra vea
Vuelva á ser tn esposo joT
Vete, ó tomará mi agravio
Otra vez satisfacción ,
Y en esa infame criada.
Que ayer de mi se escapó.
Por testigo de mi agravio.
OOTAVU.
Tu necia imaginación
Te ha mentido.
JOARA.
Ifoninlicfa»
Si hubiera podido jo.
UMIOVIGO.
Quítate de mi presencia;
Y si estás libre, tu aner
Logre sa infame deseo
Con quien primero quejo
Te tuvo en sos breaos.
OCTAVIA.
Tu infame lengua; que el sol
No llegó á tocar la mum
Que nii desdicha te dió;
\ aunque á ser Biia otra vea
He vuelto en esta
Casarme con Felidano
No le está bien á nd
LDBOTICO.
ifo que Taelvas viva.
LCZBEL.
la.
FBAT AnTOLIR.
El caso liego.
LUDO VICO.
> ba de poder Francisco,
i de SQ religión
nirario, conseguir
va sin honra yo;
50 pesar...
JUANA.
¿Celio, Alberto?
FRAT ANTOLUI.
?
LUZBEL.
Sí.
frer sacar la daga, se pone
meiio ftay AntoHn.)
FRAY AirroLiif .
Téngase á Dios ,
JOS! icja de justicias.
JO ARA.
10 mármol se quedó.
LDZBF.L.
iglesia meesp«;re:
COD todo cumplió.
JUAIfA.
LUZBEL.
No liay que apresurarse.
JUAXA.
ente socedió.
OCTAVU.
ne vi tan gustosa.
{Vanselasdos.)
FRAT ANTOLIN.
ira? Ya se atufó.
LU0OV1CO.
ÓOH) tú...
FRAT ARTOLIX.
Como, si.
ÓTICO. (Contó embeUsado.)
emido ?
FRAT A!TT0LLX.
Como no;
K>der qoe fray Forzado
n mi sostitoyó.
uedito, y oiga
encia y atención
uentes palabras,
e k) mismo que yo
letras sagradas.)
LUDOVICO.
sin duda estoy.
FRAT AKTOLlIf .
ina á san Francisco,
00 su cordón ,
i meterá eo cintura
nagado rencor;
»n8u escapulario,^
10 estomaticon
llague ó componga ,
¡o Agamenón.
i son sus doblones
*llos de Absalon,
demonio por ellos
asir ; deje que el sol
pues son sus hijos,
uas á trompón
pobres qoe él hizo,
1 hospital ü dos,
inte doncellas,
or él DO lo son ;
en
BL DIABLO PREDICADOR.
Haga todo lo qoe digo
Luego al punto ; qoe, si oo,
Se irá tan derecho al cielo
Como el que de allá cayó ;
Y se lo ahorrará de misas,
De sepultura y clamor;
?ue, según su santa vida
buena disposición,
No tendrá sobre su entierro
La parroquia un si ni un no.
LUDOVICO.
¡ Lego vil !
FRAT ANTOUX.
Téngase, digo ;
Que soy yo mucho peor
Que fray Forzado.
LUDOVICO.
Mi rabia
Es ya desesperación.
FRAT AirroLix.
Vomite todos los yerros
Que su avestruz ambición
Se ha tragado, y descalabre
Con ellos á un confesor ;
Con un guijarro como este
{Saca áe la manga un guijarro,)
(No es mala la prevención.
Por si me embiste de golpe )
El gran cardenal doctor
Se sacudía los huesos,
Porque la carne voló ;
Como el cutis ó pellejo,
Que el desierto le dejó
Períjamino, aunque arrugado.
Sonaba como un tambor.
LUZBEL.
No diga mas desatinos.
Aparte.
LUDOVICO.
Un frió sudor
Se ha esparcido por mis venas.
FRAT Ai^TOLirr.
¿Por qué no melé dejó?
LUZBEL.
Calle, que es un loco; vaya,
Y diga al Guardian que yo
En esta casa le espero;
No se detenga.
FRA^T AMOLIR.
Ya voy ;
Mas su caridad advierta
Que es mia la conversión
Deste hombre, que ya le dejo
Mas blando que un algodón. ( Vase,)
LUDOVICO.
Mágico, demonio ó santo
(Que en mi determinación
Todo es uno), ¿qué te importa
Que yo me condene ó oo?
845
LUZBEL.
Siendo santo, me importara
Mucho dar un alma a Dios;
Mas siendo demonio, nada,
Que ni tu condenación
Me está mejor; el salvarte
Me pudiera estar peor.
Muchas veces, Ludovico,
Sin poderlo excusar yo.
Te be dicho (jue te enmendases,
Y que advirtiese tu error
Que el término de tos colpas
Se acercaba ; ya llegó.
Sui)lica de la sentencia.
Pide espera.
LUDOVICO.
El corazoa
Se quiere salir del pecbo.
LUZBEL.
jPoé aguardas? Pídele á Dios
Con ansias que te dé tiempo.
LUDOVICO.
No pueden tener perdón
Mis culpas.
LUZBEL.
No desconfies ;
Que esa es la ctilpa mayor
Que cometen los mortales;
Ponle por intercesor
A Francisco, y porque empiece
A ser tu amigo desde hoy,
Y en su amparo te reciba.
Dale limosna.
LUDOVICO,
Eso DO.
LUZBEL.
Mira qoe despoes de aqoella
Poderosa intercesión
De la siempre Virgen Madre,
No hay otra algooa mayor
Para el Juez divino; mira
Que, por ser so opuesto yo.
Me ha dado el mayor castigo
Que caber pudo en quien soy ;
Pídele pues que interceda
Por ti, que puede con Dios
Tanto, que es de sus devotos
Raro el que se condenó;
El hará que te dé tiempo,
Pidele su protección ,
Y á granjearle comienza;
Dale limosna.
LUDOTICO.
Eso no;
En llegando á dar limosna
A Francisco, olvido á Dios.
LUZBEL.
Pues mira qoe solo tienes...
LUDOVICO.
No has de caosarme temor.
LUZBEL.
Un breve instante de vida.
LUDOVICO.
Eso acredita qoe soo
Engafios tos persoaslones ;
Jamás me senil mejor.
LUZBEL.
SeSor,¿ es ya tiempo?
SAN MIGUEL. (Dentro,)
Si.
LUZBEL.
Rebelde, vil pecador, (Llegándose.)
Racional, fiero retrato
Mío, por opoesto i Dios,
To castigo llegó; baja
Adonde en llama feroz,
Qoe ni folmina ni alombra,
Seas eterno carboo.
LUDOVICO.
¡Aydemi! (Búndese.)
LUZBEL.
¡Yay decoáotos
Son ricos con el sudor
De los pobres! YaLozbel
Voestras órdenes compiló.
Criador de cielo y tierra ;
Ya tiene la fundación
Principio de ese convento,
Qoe mi obediencia labró;
Ya es en Loca coo extremo
GoDArai la devoctoo
rmi M fniíea; iqoé fallí
. Sennp,
r
546
Baja en una tramoya SAN MIGUEL.
8Alf IIGDEL.
Luzbel, para que sacudas
El yugo de (u opresión,
Falta que á los pobres suelvas
Lo que á los pobres quitó
Ese miserable bruto.
tUZBEL.
Pues ¿cómo be de poder yo ?
SA?raiGOEL.
No repliques , que bien puedes,
Pues Dios te da permisión ;
Y mira que solamente
Persigas la religión
De Francisco en lo que á todas ;
Pero en su alimento no. {Vuela.)
LUZBEL.
En lo que mas les Importa
Podré vengarme.— Astarot,
Del infeliz LudoTico
Toma luego forma y voz,
Para ejecutar el orden
Que tengo del Hacedor
Eterno.
Xuelve á tubir par donde u hundió el
mimo LUDO VICO.
LUDO VICO.
Ya obedecido
Estás.
LUZBEL.
Miguel me ordenó
Que, primero que sacuda
El yugo de mi opresión,
Vuelva á los pobres de Luca
Todo cuan toles quitó
£1 niisfro Ludovico;
Y porque el Gobernador
No lo impida...
LUDOVICO.
Ya te entiendo;
Vamos k la ejecución.
LU7.BEL.
Pues por la ciudad á un tiempo
Lo publique una legión
De las muchas de quien eres
Capiran, porque á tu voz
Acuda el pueblo.
LUDOVICO.
Bien dices.
LUZBEL.
Entra, y desde ese balcón
Llámalos.
{Entran Ludovico.)
LUDOVICO.
Pueblo de Luca,
Ya mi crueldad se trocó
En lástima ; venid todos,
Pobres, llegad, que otro soy.
Salen ALBERTO t CELIO.
LUZBEL.
Ya se juntan.
ALBERTO.
Padre mió,
¿Quóes aquesto?
LUZBEL.
Obra de Dios;
Quiere repartir su hacienda.
CELIO.
Pues advierta que á los dos
Nos debe muchas raciones.
LUZBEL.
Yo os daré satisfacion. (V!Me.)
LUIS DE BELMONTE BERMÜDEZ,
ALBERTO.
Todo el pueblo se ha Juntado.
CELIO.
Ya viene el Gobernador.
Salen EL GOBERNADOR y criados.
G0BER7IAD0R.
¿Qué es esto? ¿Quién ha causado
Tan grande alboroto?
LUDOVICO.
Yo.
GOBERNADOR.
Pues ¿qué intentáis?
LUDOVICO.
Que á los pobres
Vuelva lo que mi rigor
Les ha usurpado.
GOBERXADOR.
Mas ¿cómo
Entre tanta confusión
De gente será posible?
LUDOVICO.
¿No lo veis?
GOBERüADOR. {Mira dentro.)
\ Válgame Dios !
Fray Forzado lo reparte
Solo.
LUDOVICO. {Ap.)
Con una legión
De espíritus que le asiste.
Salen EL GUARDIAN t FRAY ANTO-
LIN.
FRAY A^TOLIN.
Yo fui quien le convirtió.
GUARDIAN.
Calle; que no es Ludovico
El que mira.
FRAT ANTOLIN.
¿Cómo no?
Pues ¿estoy yo ciego, Padre?
GO0ER?IADOR.
¡Oh padre Guardian !
CUARDlAIf.
Sefior.
GOBERNADOR.
;tQué dice de una mudanza
Tan rara?
Salen LUZBEL, FELICIANO, OCTA-
VIA T JUANA.
FELICIANO.
i Sin vida estoy!
LUZBEL.
No tema; que Octavia es suya.
GOBERNADOR.
Señora, á buena ocasión
Venis.
OCTAVIA. {Ap.)
La desdicha mia
Esta mudanza causó.
LUZBEL.
Ya tengo, padre Guardian,
{Llegdndose á él,)
De dejarlos permisión.
GUARDIAN.
Pues di quién eres, y vete,
Sin que les causes horror;
Que a todo el pueblo mañana
Referiré el caso yo.
GOBERNADOR.
Ludovico, mi aeüora
Octavia...
LUUIL.
Gobernador,
No prosigas ; que oi es este
Ludovico, ni soy yo
El que habéis pensado.
GOBBUUDOR.
¿Cómo?
LUZBEL.
Aunque está sin bendición,
{QmttaieelMH
Quitarme el hábito es ftaerza,
Que de disfraz n^e sirvió.
Primero aue os desengañe.
Escucbatíme sio lenior :
AI infeliz Ludovico
Vivo la tierra tragó,
Y porque tú no padlens
Impedir la ejecución
De restituir su hacienda,
Su misma forma tomó.
Con orden mia, este impuro
Espíritu. Luzbel soy;
De limosnero he servido.
Por mandamiento de Dios,
A los hijos de Francisco,
En pena de que fui yo
De negarles el sustento
Esta ciudad, el autor.
El Guardian, que esU presante,
A quien Dios le reveló,
A todo el pueblo mañana
Referirá en su sermón
El suceso mas despacio ;
Ya entre tus hijos y yo,
Francisco, ceso la tregua;
Ya vuelvo á ser tu mayor
Contrario; mira por ellos,
Que si en su alimento no.
En perturbar sa Tirtud
Se ha de vengar mi rencor.
{Einétu
oovnsiAMn.
; Raro prodigio !
FBLtClAHO.
EspanlMo.
CÜABDUn.
De todo testigo soy.
OCTATU.
No estoy en mi, de asustada.
JOAIU.
¡Buen santo!
FUATAinOLni.
¿ Que ímt&t JO
Compañero del demonlof
GOAUIAR.
Si, mas como santo obró.
rSLICURO.
Ya no hay estorbo que lapida,
Octavia, mi pretengion.
OCTAVU.
Deja que pierda primero
Desta desdicha el ~
Que en fln fué mi
GOaiBlUMB.
EsltflD^
No puedo negarlo yo.
raATAHTOLm.
En las Jomadas del cielo
Hallará sin disliodon
Este caso el que lo dade;
Merezca, si oi agradó.
Por extraño t verdadera.
Ya que no aplanaOi
"^ I
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
I RENEGADA DE VALLADOLID,
DE LÜI8 DE BELMOIITE BEBMUmZ.
PERSONAS.
PITAN DON LOPE.
ISABEL.
IZ , criada.
MELCHOR DE ACEVEDO.
NARANJO, 8U criado.
UN SARGENTO.
GARCÍA, criado.
ZULEMA,
CEILAN,
maros.
Dos BOIBRBS.
Dos MOIEBKS.
Momos.— Mokas.
)RNADA PRIMERA.
I D0f9A ISABEL t BEATRIZ,
f arroja aquella un libro.
D05ÍA ISABEL.
ices, necia? No quede
a libro devoto,
se de camplir el voto
gioii ; tanto poede
ana cieg» pasión,
estoy tan oien perdida,
zgo que tengo vida
*s que tengo afición.
, en eterna clausura ,
de una reja, cielos!
propia tengo celos ,
» mi corta ventura,
lano esmia? Si.
sa dueño mi albedrio?
como á otro señorío
le, viviendo en mi?
Q al halcón los ojos
i después mas atento
penetrando el viento,
e los blancos despojos
;arza, que se humilla
lefensa que intenta,
ís que veloz se ausenta
tabes acuchilla,
i en la alcándara estoy,
I de otra voluntad ,
la es mi libertad,
I buscándola voy;
e en la esfera de amor,
ín ya obedece el rolo,
tasto mi albedrio,
Iver al cazador;
, que es mi amor tan puro
louesto, que be sido
a eu buscar marido,
lieo mi estado aseguro.
BCATMn.
iras...
D05ÍA ISABEL.
¿Qué lie de mirar?
BEATRIZ.
Que esperamos ¿ tu hermano
De Salamanca, y es vano
Tu intento, y habrás de dar
Ocasión escandalosa
Para aventurar tu honor.
Tan ciega en tu loco amor?
DOi^A ISABEL.
Cansada estás y enfadosa,
Beatriz; no me ftierza el cielo,
Y ^tendrá el poder humano
Aliento y rigor tirano?
Necio será su desvelo
Contra un resuelto albedrio;
Llegue mi hermano.
BEATBIZ.
Ya Urda.
D05Ia ISABEL.
Llegue ; que no se acobarda
Amor que llega á ser mió.
Don Lope Ramírez es.
BEATRIZ.
¿No es el Capitán, Seüora?
DOÍIa ISABEL.
¿Eso tu simpleza ignora?
BEATRIZ.
No lo ignoro; mas después
Llorarás verte casada
Con quien tan presto se irá ,
Y sola te dejará ,
Aunque casada , burlada.
En Valladolld, ya sabes
Que forma una compafiia;
Él se ha ád ir, llegando el día
Que llores tus penas graves.
Pues si vas con él , por ser
Tan ciego tu loco amor.
Ofendes el claro honor
De una tan noble mujer.
Sin que restadral lo puedas
Con tan deslucida acción,
Arriesgando tu opinión
Si te vas y si te quedas ;
No hagas tan errado empleo.
D05ÍA ISABEL.
¿Tú te atreves á pensar
Que puedes aconsejar
A tan resuelto deseo?
Tres dias há que no me ha visto
Don Lope, y le be de escribir
Solo por dalle i sentir
Penas, que en vano resisto.
BEATRIZ.
Pues determinada estás,
Y el riesgo no consideras.
Siendo notorio el que esperas,
Luego escribille podrás. (Vase.)
DOffA ISABEL.
Tan perdidamente qnlero ,
Tan ciegamente me arrojo.
Que tiemblo mi mismo enojo
Con los desaires que espero.
Si puedo tener templanza,
Cuando he llegado á temer
Que su ausencia me ha de ser.
Aun mas que ausencia , mudanza.
Muestra.
BEATRIZ. (Saca recado de eserihlr^ y
siéntase doña Isabel.)
Tu criada soy.
Tan humilde, que, ubiendo
Los riesgos que f oy temiendo.
Sirviéndote en ellos ^oy.
(Escribe doMa Isabel)
La primer eriadft he sido
Que siente (háblela mas cuerda)
De que su ama se pierda ;
Pues si hasta ahora do ba habido.
Aunque la anden á bascar,
Quien lo sienta, bien lo hindo.
Es bien que me llame el mondo
La criada singular.
Mi miedo ésnnpertliieQte;
Que siempre la mas segura ,
S48
Aunque siente que munnora,
Murmura , pero no siente.
D05ÍA ISABEL.
Ya está escrito.
BEATRIZ.
Pues ¿qué mandas?
D05ÍA ISABEL.
Que tú se le lleves luego
A su casa.
BEATRIZ.
¿Tienen casa
Los soldados forasteros?
D05ÍA ISABEL.
Dile...
BEATRIZ.
El papel lo dirá.
{Ruido dentro,)
¡Tu hermano!...
D05ÍA ISABEL. ( Guarda el papel en la
fñonga,)
¡Válgame el cielo!
Salen MELCHOR DE ACEVEDO
T NARANJO , de estudiantei.
MELCHOR. (Ap.)
Mi hermana escribe papel ,
Que encubre de mi respeto;
¿Si hay novedad en la ausencia
De mi padre?
D0.5ÍA ISABEL.
¡Qué á buen tiempo
Llegas á tu casa, hermano!
Que la prisa que le dieron
Los pleitos á nuestro padre
Fué causa, por no perdellos,
De que solo te avisara,
Sin esperarte.
NELCHOR.
No puedo
Irá serville á Madrid;
Que fuera peligro nuevo
Dejarte sola.
D05ÍA ISABEL.
Tü seas
MuT bien venido ; c I deseo
Colmaste á mis esperanzas
Con tu vista.
MELCHOR.
Este mancebo
No viene por mi criado.
IIARAÜJO.
Por mal estudiante vengo ;
Que son las letras muy duras,
Y no las muele mi ingenio.
Tr ájeme á Valladolid
Para ver si en ella puedo
Acomodar cinco arrobas,
Que esas me han dicho que peso;
\ así, quisiera servir
A un honrado arriero.
Sin pagar siete del bulto,
Y mas cuando entre el invierno.
MELCHOR.
A caballo mal podréis
Ir sirviendo á vuestro dueño.
NARA!<iO.
¿Es un cuero mas honrado
Que yo , pues nunca le vemos
Ir á pié? Si asi gustare,
Y si no, vuélvame el trueco;
Que yo buscaré otro oficio
Holgón y de mas provecho.
MELCHOR.
Mientras le buscáis, tendréis
Esia casa.
íiir.
LUIS DE BELMONTE BERMUDEt.
Naranjo.
No me atrevo
A tenella toda , basta
Que sustente un aposento;
Que teoffo flacos puntales,
\ me echaré con el peso.
Vuesasted me dé licencia ;
Que voy» por no perder tiempo,
A repasar los oficios;
Mas naga cuenta que tengo
El reloj de mediodía
Tan ajustado en mi pecho ,
Que no daré un cuarto mas ,
Para que no me echen menos. (Va$e.)
BBATRIZ.
¿Hay tal humor de gorrón ?
MELCHOR.
. . Indicios, disimulemos
lásta acrisolar verdades;
?ue no es justo que en mi pecho
enga crédito mayor
La sospecha del concepto
Que la virtud de mi hermana.y,
Isabel , de los desees
Que has tenido siempre doy
Mil alabanzas al cielo,
Pues eliges el estado
Mas seguro, con tan cuerdo
Discurso, que no les dejas
Que merecer á mis ruegos;
Pues viendo lo que te importa,
Con tu claro entendimiento
Llegaste á desvanecer
Los cuidados al remedio.
Nobles, Isabel, nacimos;
Las memorias guarda el tiempo
En las montañas de Burgos,
Con peñas por privilegios ;
Pero si nacimos pobres,
¿l>e qué servirán trofeos.
Si en el polvo de los siglos
Se van manchando ellos mesmos?
8ue la nobleza en el pobre,
on abatido silencio,
Es á los ojos del mundo.
Mas que blasón, escarmiento;
Y asi, como lo conoces,
Te vales en tanto riesgo,
Como si fuera delito.
Del sagrado de un confento.
Mil parabienes te doy;
Dame los brazos por ellos.
Porque el alma los reciba,
Como por amor, por premio.
(Abrázala.)
DO.SÍA ISABEL.
(Ap, Muerta estoy.) ¡ Qué bien parece,
Hermano, que de tu ingenio
Copié tan justa elección.
Siendo tu voz el espejo
En que ejecutadas miro
Las dichas que no merezco!
A tu cargo está mi vida ,
Mi estado en tus manos dejo;
Que por hermano te estimo,
Por padre te reverencio
Y por estrella dichosa,
Que con lucientes reflejos
En las borrascas del siglo
Me vas conduciendo al puerto.
MELCHOR. (Ap.)
Cielos, ¿linbo mayor dicha
En los humanos deseos?
DO^A ISABEL. (Ap.)
Veneno fueron sus voces.
Áspides sus labios Iteeron.
MELCHOR. (Ap.)
¿ Si se engañaron los ojos?
D05ÍAItAKL.(Ap.)
Amor, vamos al remedio.
MELCHOR. (Ap.)
Su obediencia los desmiente.
üoñk ISABEL. (4p.)
Este es el último riesgo.
MELCHOR. (Ap.) '
Si escribió, no fué delito.
Aunque llegó á ptrecerlo
En encubrirse de mi
Con tan recatados miedos.
D05ÍA ISARCL. (Ap.)
¿Qué mujer en el peligro
No excede el miyor ingenio?
HiLCwm. (Ap.)
Dudosas sospechas niss ,
No os confirmo ni os condeno.
DO^A ISABEL, (^p.)
Bajel de mis. espéranos.
Al mar, aunque pellgreños.
HtLcnon.
Y ¿cuándo, Isabel» dispones
Que tengan dichoso efcdo
Tus deseos y los mios?
ROff A IIABBU
Yo por mi , muy Carde es ioego.
(Ap. Asi su pecho asegnro.)
ií
Ap, Ya está asegundo el pecho.)
ispondré que sea raaikant.
DOÜA ISABEL.
Con bien sea. (Ap. En menos lieap
Se puttie abrasar el mundo»
Si yo le aplico mi fUego.)
(700011 IHM c^.)
Salé NARANJO.
f>'
Ya tengo valiente ofldo.
nELCHOt.
De todo tu bien me nlegro;
Y ¿cuál es?
HABASUO.
El de soldado»
Que hace dos laces á on lleaHH)
Bien ejerciudo es honra»
Y mal usado es provecho;
Pero yo, mirado bien»
A lo segundo me tlengo.
■SLcnon.
Bien presto te acomodaste.
fCARAHJO.
No han escachado los ecos
e aquella caja sin llsTef
Pues sepan qae tiene dentro
El tesoro de la India;
Cada golpe es an misterio»
Pues en tocándola vienen
Bailando los mesoneros
A pedir lo qne nocobnn;
Búrlense con el Sargento.
A otro sonecito llnoven»
Entre suspiros y megOSt
Colchones de las pondas»
Que nunca vaeHren enteres;
Pero si á un pobre soldado
Tan poca lana le femos.
¿Es mas hidalgo un eolcM!
Vengan mas y ?aelf tn «e«
De otro barrio se ha fsniáo
Una bandera» y entiendo
Que la plantan en la ealob
nota iSAHL. (4M
¿Si me borla mi deseo?
Y ¿quiénes él capitán?
IfARAlUO.
informado vengo,
be de sentar la plaza.
»e Ramírez.
DOXA ISABEL. (4p.)
Cielos,
is dichas me engafian?
■ELCHOR.
i marcial estruendo
>aña. Carlos Quinto,
ama veoce al tiempo,
)ujia; y ahora,
olo á menosprecio
», dice que junta,
reforzados leños,
erosa armada,
re marciales trofeos
á Geilan, bajá
como sobeil)io,
la casa otomana,
I Tiene, le da alientos
le al mar despojos,
de barrer sus puertos
ironadoras balas ,
andones sangrientos,
s abollados
lazados fresnos;
ilipo Segundo,
rey, que guarde el cielo,
)rzar la plaza
socorro que vemos,
én trocara las letras
rmas!
NARANJO.
Yo las irueco,
serlas probado.
MELCHOR.
il punto vuelvo ;
ft dar unas cartas,
importan.
DO^A ISABEL.
Yo te espero
:o, obediente.
MELCHOR.
Adiós,
vaneci los recelos.)
hOñk ISABEL. (Ap.)
ca hubieras venido!
MELCHOR.
os fueron los miedos
tperiencias seguras
(catos honestos! {Vase.)
DO.SÍA ISABEL.
a daré el papel
»pe, pues granjeo
que en ella sola
rbosos remedios,
•nsamientos libres
evidentes riesgos. (Vase.)
. (Al irse Beatriz la detiene,)
, aprende callando.
BEATRIZ.
* sea palabrero.
NARA?(iO.
I veinte razones,
iü veinte provechos,
concede todas.
BEATRIZ.
na moza de asiento,
che sos desatinos.
NARANJO.
olo el primero,
rece bien ,
s : yo me resuelvo
¿perder, si gusta;
x>nde?
LA RENEGADA DE VALLAOOUD.
BEATRIZ.
Que no quiero.
NARANJO.
Esa es tacha de doncella,
Y está remediada presto;
Yo la llevaré ¿ Bujia,
Y será mi candelero ,
Alojándose conmigo.
Porque me han de dar un tercio.
Que llevaremos á cuestas
Los dos, y en llegando al pueblo,
No nos faltará un pajar.
BEATRIZ.
Sepa que yo no me duermo
En las pajas.
NARANJO.
Sea en los trigos,
Muchacha; que para el tiempo
No hay mejor cama de campo.
Lo que me mueve es el celo
Oe remediarte; que yo
Con cualquiera me contento.
BEATRIZ.
Pues vaya á sentar la plaza;
Porque en casa hay cierto pleito,
Y si salimos con él,
Le podré escuchar de nuevo. (Vate.)
NARANJO.
Yo se lo dije una vez,
Y el diablo cuatro, y aun pienso
Que me ha de echar rogadores.
Si no lo remedia el cielo.
{Tocan la caja.)
Ya estoy de pies en la calle.
Tomo esta esquina, y espero
Que la bandera se plante
Con todo aquel parlamento
Con que se entrega la posta.
[Oh, qué bizarro mancebo
Es el Capitán ! Por Dios,
Que merece su respeto
Que yo le pida un vestido;
Va viene con el Sarcento,
Que me parece también
Buen soldado y lindo cuesco.
Salen EL CAPITÁN DON LOPE
T EL SARGENTO.
CAPITÁN.
Como es primero el honor.
Las ocupaciones mias
Me han ausentado tres dias,
Para abrasarme de amor.
iQué disculpa, que lo sea,
üaréá Isabel?
SARGENTO.
¿No es bastante
GI trazar, tan 6no amante.
Que de su balcón te vea?
Discreta elección ha sido
La tuya; que asi podrás.
Pues que tan vecino estás,
Poner tu pena en olvido;
Y ella es fuerza gue agradezca
La fineza de venir
Donde la puedas servir.
CAPITÁN.
No hay amor que la merezca.
KARA?!Jo. {Liega haciendo revereneia».)
Yo, mi señor Capitán,
Si el traje no le embaraza.
Quisiera sentar la plaza ,
Aunque fuera en la del pan.
CAPITÁN.
Pues ¿cómo, siendo estudiante ,
Muda intento?
lUiAlUO.
PoÉrqotii;,
Porque las letras en mi
Están de sede vacante.
SARGENTO.
Muy rubio es para soldado.
NARANJO.
Y él ¿monda barbas?
SARGENTO.
Señor,
Parece muy hablador.
NARANJO.
Por la mano me ha ganado.
SARGENTO.
¿Qué dices?
NARANJO.
Que no se meta
Donde nadie le convida ;
Porque no ha de hablar la brida
Cuando yo hablo á la Jineta.
CAPfTAN.
¿Quiere sentar plaza?
NARANJO.
Intento
Servir al Rev en Bujia ;
Pero iré en la conipaSia,
Como no vaya el Sargento.
CAprrAN.
Pues ¿cómo se ha de quedar?
NARANJO.
Vusté lo puede decir :
Que yo me vaya á servir,
Y que él se vaya á estudiar.
SARGENTO.
Buen humor, por vida mía.
CAPITÁN.
Y muestra tener aliento.—
Plaza tenéis.
NARANJO.
Seo Sargento,
Vamos á la ropería.
SARGENTO.
¿Qué ha de comprar?
NARANJO.
ün vestido.
SARGENTO.
¿Qué dinero lleva?
NARANJO.
El suyo;
Que yo en el aire concluyo»
CAPITÁN.
Por Dios, que lo ha merecido
El despejo.
NARANJO.
Y aun dos pares
Merezco; que soy muy nombre.
CAPfTAN.
¿Cómese llama?
NARANJO.
Mi nombre
Tiene cuatro mil azares;
Naranjo, aunque estoy abom
Sin hoja.
SARGENTO.
Mas no sin Oor.
CAPITÁN.
Déle un vestido.
SARGENTO.
{Seftorl
RARAIUO.
¿Es suvo, que asi lo llora?
Nunca be podido tragar
Sargentos que recatean;
Para hombres que pelean
Se ba de tender y empefiar.
SAIGINTO.
Si pelea, yo lo ignoro.
NARANJO.
Pues bien se puede guardar;
Que un moro le ha de matar,
Y yo he de matar al moro.
CAPITÁN.
Acabe, déle un vestido.
SARGENTO.
Seo n.aia-moros, entremos.
NARANJO.
Sargento, no nos burlemos;
Que soy hombre mal sufrido,
Y en vistiéndome , sabré
Irme de la compañía.
{Yanse el Sargento y Naranjo.)
CAPITÁN.
¿Cuándo ha de llegar el dia
Que tenga premio mi fe?
Sale D05>A ISABEL al balcón,
DOXA ISABEL.
Solo esta es buena ocasión,
Aunque me dejan turbada
Miedos de mi hermano, que
Ya por instantes le aguardan
Mis desdichas.
CAPITÁN.
Ya en sus ojos
Se van templando mis ansias.
D02ÍA ISABEL.
Don Lope, en ese papel
Podéis conocer las ciusas
Que me obligan á escribiros.
(Arroja el papel y vase.)
CAPITÁN.
jCielos, cerró la ventana !
Sin flechas quedó el amor,
Y yo he quedado sin alma.
(Alza el papel.)
ÁQué puede escribir? Sus letras
Son basiliscos que matan;
Que. pues la vista me niega,
En el papel se disfrazan.
( Lee. ) c No hay paga para la ingra-
»titud como el olvido...»
Para que yo desespere,
Sin disculpas que me valgan.
¿Qué mas pruebas que nii agravio?
Pero, si admiten venganzas
No merecidas injurias,
No esperen á duplicarlas
Con proseguir lo que escribe.
Tan propio de su mudanza. (Rómpele.)
Muera yo pues de infeliz.
Pues con ofensas se pagan
Finezas de amor tan puro.
Sale NARANJO, de toldado.
NARANJO.
Mande usted tocar al arma ;
§ue vengo de arremetida,
he de llevarme una casa.
¿No conoce lo que viste?
{Ap. Él me está mirando á pausas,
Y luego á un papel rompido,
Y después á la ventana.
Donde yo soy recien huésped.
Aquí hay alguna trapaza,
Por vida de mi conciencia.)
¡Señor!
CAPITÁN.
Déjame.
NARANJO.
SI gaitas
LUIS DE BELMONTE BEBMÜDEZ.
Humor amante, descubre
Lo (]ue de las señas falta ;
Y si ese roto papel
Te ha caido en aesgracla,
Por algún desden escrito,
Que voló de esa ventana.
Yo soy de quien vive dentro.
Si puede ser de importancia.
Familiar, sin ser sortija.
CAPITÁN.
¿Qué dices?
NARANJO.
Que esta mañana...
CAPITÁN.
Prosigue.
NARANJO.
Digo y prosigo
?ue entramos por Salamanca
o y un Melchor de Acevedo,
8ue es el dueño desta casa ,
on una hermana tan prima
lín el donaire y las gracias...
CAPITÁN.
Detente.
NARANJO.
Ya me detengo.
CAPITÁN.
Amigo, en mi amparo hallas
Cuantos favores deseas.
NARANJO.
No trato de mis ventajas
Hasta aue servicios mios,
Vidriados en España,
Pasen á la Berbería ;
Pero mira lo que mandas
Aquí y en el otro mundo;
Que, si Naranjo se planta,
No hay cólera que no corte.
Porque llueve Dios naranjas.
CAPITÁN.
Pues en fe de tu valor,
Y que entras en esta casa ,
Te flo mis pensamientos.
NARANJO.
Yo pagaré la fianza.
CAPITÁN.
Alza ese papel.
NARANJO.
¿Qué dice?
CAPÍTAN.
A la primera palabra.
Despechado, le rompf.
NARANJO.
Pues ¿porqué?
CAPITÁN.
Porque la ingrata ,
Dueño suyo, sin oirme,
Me mató con amenazas.
NARANJO.
Pues ¿no le leyeras todo ?
CAPITÁN.
¿Qué humano aliento bastan
A proseguir el veneno?
NARANJO.
¿No puede haber la triaca
En la receta postrera?
Junta j prosigue.
CAPITÁN.
Me cansas.
NARANJO.
Pues descánsele el ejemplo
De dos piedras, ya que tardas
En junur dos papelillos,
Porque el uno te amenaza. —
Pleiteaban ciertos curas
De San Miguel y SanU Ana,
Probando el ano y el otro
La antigüedad de so casa;
Y el de San Mfgael an día.
Que acaso se paseaba
Por el corral de su iglesia ,
Descubrió mohosa y parda
Una losa v ciertas letras,
Que gasto tiempo en limpiarias;
Dicen : Por aquí Seiim.,,
Partió como un rayo á casa
Del Obispo, y dijo á voces :
«Mi justicia está moy Uaná,
llustrisimosedor;
Esta piedra en la entrada
De alguna cueva, por donde
El moro Selio entrabe
Para guardar los despofos
En la pérdida de Emna.»
Quedó confuso el Obispo;
Pero el cura de Santa Ana,
Que estaba presente, dyo :
c Vamos á ver dónde estaba
Esa piedra tan morisca.
Que tan castellano babfa.»
Fuéronse los dos, f entrando
A la misma parte, bailan
Rompida otra media lo»,
Y que juntándolas ambas*
Dicen : Poraquiu limpima
Las letrinas de etíñ ecM.
Junta ahora los papeles,
Y verás cómo te engafiaib
GAnTAII.
Sin fruto sigo tu hamor.
RAnAMO.
Tarde olvida quien Un ama.
CAnTAN.
(Lee.) € No bay paga para la ii
•titud como el olvido; bus, enai
•caben vengamaa en «n rendido <
»zon, os suplico téngala piedad i
•mujer mas infelia qoe ha habid
»el mundo, viniendo á socorrer
•ansias con vuestra vista.»
¡Albricias, amor, albricias!—
Tú mi sosiego restaaraa.
HAKANJO.
Vive Dios, qne mereciai
Estar dos 6 tres semanaa
En la cueva de Selln<
CAPITAI.
Pues que las dichas me ilamu.
No pierdan, por no admUdas,
L.0 que merecen gondas. (Vi
lUnAMO.
Arremetió, como an Céiar,
Con resolución biiam;
Vamos á dalle soeorrs^
Para que rinda la plata.
(FoMf.)
SaleDOflAlSABa.
noffa
Lo que fué tardante en éL
Si se niega ala verdad
De mis morulea deaveioa»
Ya no solicito, cielos.
Su amor, sino sa pMad.
Sala EL CAPITAII.
GanTAR.
Perdonadme, laabel aria:
Que el no haberoa vlüo I
D05ÍA ISABEL.
)Dgaiiios el modo.
i ala puerta ^áHáM O
T bf:atriz.
NARANJO.
oda tu ama,
iga á tu fama.
BEATRIZ.
a me acomodo.
PIARA NiO.
ba, Beairicilla;
le tu amor nada ignora,
ue tu señora
a canilla.
BEATRIZ.
para aprender
]ue be de estudiar.
CAPlTAÍf.
en aguardar.
W)5rA ISABEL.
ocbe ba de ser ;
se pinte mi hermano
honor y el mió,
e me Oo,
el silencio vano;
W^A Jf AISL.
perdona el oI?¡do
n volviendo el dia;
inque entre sombras se ignora,
se después tan bella,
pensar que no es ella
por su ausenda llora ;
la vida en la flor
lanto vire el dia,
e la sombra fría
luco resplandor,
a luz que recibe,
la gozarse quiere ;
^ mucha sombra en que muere,
3ca luz en que vive.
capitah.
mbra ha de haber ingrata
saros pueda enojos,
1 1 verme vuestros ojos
que la desata?
DOÑA ISABEL.
voz el riesgo os muestra,
li esperanza vana.
CAPITÁN.
soy.
OO.ÑA ISABEL.
Pues yo mañana
podré ser vuestra.
» mi hermano, y tengo
I pazo de hoy,
remedio esioy,
ro sí lo prevengo.
:ba, que el humo advierte
a luz respira , '
cío acaba y se mira,
ida en su muerte,
el crislal perdiendo
la á subir, mirando
speña lujando
anima subiendo,
a se introduce
lor con tanto extremo ,
el cristal que temo,
ardor que luce.
CAPITÁN.
mor ha de advertir
>il)les pudo hallar;
no ba de bajar
a de morir.
U RENEGADA DE VALLADOLID.
NARANJO.
Nuñq ha salido
También, mi seo Capitán;
Si no he comido su pau ,
Me comeré su vestido;
Y así, le debo asistir
En el peligro mayor;
Yo escuché entero sn amor,
Y estriba solo en partir;
Y mas esta noche, pues
Noche de San Juan bendito.
Que hay bulla para un delito,
Sin presumir que lo es;
Mas, por si alguien se desvela
En viéndonos ir en tropa,
Tú el Júpiter desla Europa,
Yo el Caco desta mozuela ,
Es bien que las es|>eremos
Donde seguras estén.
CAPITÁN.
Naranjo ha dicho muy bien ;
Sea en los verdes extremos
De Pisuerga. qtífe retrata
Los álamos de su orilla ,
Que besándola se humilla.
Peinándola se dilata.
NARANJO.
Alli entre coros distintos,
La granuja del lugar
Sale esta noche á formar
Bodegas y laberintos.
DO.^A ISABEL.
Entre mi pena y mi amor,
¿ Cómo os he de conocer?
NARANJO.
Cantando vo, que be de ser
Un barbado ruiseñor.
DO^A ISABEL.
Si veniste con mi hermano.
Mas fe me debes guardar,
Porque te sabré premiar.
NARANJO.
Este premio es el que gano.
DOÑA ISABEI*.
¿Queda así, don Lope?
CAPITÁN.
Así
Me premie el amor.
Sale MELCHOR.
MELCHOR.
... . , ^ iQuéesesto,
Airados cielos?
D05ÍA ISABEL.
„. i Qné presto
Mis esperanzas perdí! (Vate.)
NARANJO.
Lo dicho dicho, aunque truene
Y se hielen los naranjos. ( Vate,)
MELCHOR,
¿Cómo se atreve á mi casa
Ni el mismo sol ?
CAPITÁN.
Sosecáos,
Si aguardáis satisfacción.
MELCHOR.
Ni la pido ni la aguardo,
Cuando evidencias publican
Delitos contra el recato,
Contra el honor y el decoro
üesias paredes, que tanto
Los escrúpulos ignoran
De agravios imaginados.
CAPITÁN.
Pues tan resuelto os negáis
A la disculpa, y tan vano,
{'
Que de apariencias mentidas
Cuerdo formáis el engaño,
Decid lo q'ie pretendéis;
Que os veo sin armas, si acaso
tstragais la cortesía.
MELCHOR.
Aquí no puedo mostraros
Que sabré estorbar intentos
Y podre impedir los pasos;
Porque voces descompuestas ,
locando al honor sagrado.
Por mis que blasone limpio ,|
Basta su aliento á mancharlos;
Y así, pues sois caballero,
Pues os preciáis desoldado.
Os pido que señaléis.
Pues en la sangre os igualo.
El lugar donde yo pueda
satisfacerme.
CAPITÁN.
En el campo.
MELCHOR.
Yo os lo estimo y agradezco.
(Áp, ¡Oh vil miuerl Tú has dejado.
Con el papel que escribiste ,
1 an maniliesto el agravio,
Que aun no mereces las dudas
De llegar á sospecharlo.)
CAPITÁN.
¿Dónde queréis que os espere?
MELCHOR.
Señalad vos sitio y plazo.
CAPITÁN.
Ap. ¿Qué haré, si Isabel me aguarda.
Jf hay lances tan apretados
De amor y honor? El remedio
fcs prevenirlos entrambos
A un mismo tiempo.) Pues veo
Que de escrúpulos Un vanos
Tenéis recelo, y del viento
No os atrevéis á üaros ,
Sea en la parte mas oculta
Donde sus márgenes pardos
Baña con silencio el rio.
MELCHOR.
El valor acreditaron
La soledad y las sombras.
CAPITÁN.
Ya se vienen despeñando.
MELCHOR.
Yo con mi ofensa las bosco.
CAPITÁN.
Yo con mi razón las llamo.
MELCHOR.
Siglo es el menor instante.
CAPITÁN. (Ap.)
Y eterno el menor espacio
Para el fuego que me anima.
„ MCLCHOR.
Yo 08 espero.
CAPITÁN.
Y yo os aguardo. (Va$e.)
Sale BEATBJZ.
. D . 1 . ««l-CHOR.
¿Beatriz?
BBATRr^.
Señor, ¿qué me mtndas?
MELCHOR.
¿Quién te estaba ahora hablando?
BEATRIZ.
Un criado de tQ padre •
Que de MadHd bt lle|{¿do
Ahora. "
381
3!»
BEATRIZ.
SI.
MELCHOR.
Di que aguarde.
REATRIZ.
Voy volando. (Vase,)
MELCHOR.
¡Que forme mi propia vista
Dos opuestos lau contrarios,
Ltl)ertad en su clausura ,
Y delito en su recato !
Pierdo el sentido; mas bien
Los indicios confirmaron
La culpa; tomar don Lope
Posada en la calle, acaso
Podo ser, pero ¿no pudo
Haber sin intento entrado
En mi casa, si el papel
Oculto pudo llamarlo?
Está D05Ia ISABEL d la puerta.
DOi^A ISABEL.
Despida el alma el temor ;
Que á deseos obstinados
Las amenazas sirvieron
De espuelas para animarlos.
MELCHOR.
Mientras prevengo el remedio,
Mis intentos le disfrazo
Para asegurar su pecho;
Pero soy tan desdichado,
Que, dejando el riesgo en casa,
Voy fuera della á buscarlo. ( Va$e.)
DO^A ISABEL.
: Oh sombras del sol ausente !
M js que á la luz de sus rayos ,
Del»e mi amor al silencio,
Con que bajáis coronando
Cuantos horizontes miden
Vuestros oscuros espacios.
Sale BEATRIZ, con una luz,
BEATRIZ.
¿SeDora?
D05ÍA ISABEL.
Beatriz, ¿qué dices?
BEATRIZ.
Que salió fuera tu hermano.
DO^A ISABEL.
¿Y fué el criado con él?
BEATRIZ.
Luego salió.
D05ÍA ISABEL.
Pues llegaron
Mis buenas dichas.
BEATRIZ.
Espera,
Que está en lo que falta el daño ;
Porque me pidió la llave
De tu cuarto.
D05ÍA ISABEL.
¡Intento vano!
¿Cerró por defuera?
BEATRIZ.
Si.
DO^A ISABEL.
Con esto irá descuidado
De que otra llave será
Quien rompa los duros lazos
De obediencias malsufridas
Y respetos ¡nal guardados.
Disfrazadas hemos de ir,
Para que quede burlado
El mas atento peligro.
Aunque nos siga los pasos ;
Pero ¿qué atenciones miro,
LUÍS DE BELMONTE BERltODEZ.
Cuando libre imperio alcanzo?
Estrella dichosa sigo,
Y el bien que me ofrece aguardo.
{Vanse.)
Decoración de campo.
Dentro ruido de sonqjat y guitarras , p
talen dos hombres y dos mujeres con
mautellinai,
HOMBRE 2.<^
Aqui está bueno.
HOMBRE 1.®
Pues vaya
De música á toda broza.
HOMBRE S.*'
Muy bien ha dicho esa moza ;
Que lo merece Ja playa.
HOMBRE 1.®
Gente se acerca.
HOMBRE 3.°
Escuchad.
Salen por atraparte EL SARGENTO t
NARANJO, con capas.
SARGENTO.
¿Dónde me traes?
XARAIVJO.
¡ Qué porfía !
Gobierno la compañía ,
Pero no la soledad;
El Capitán me mandó
Que le espere donde estamos;
Iraigole porque aguardamos
Brava ropa.
SARGENTO.
Aquí estoy yo.
NARANJO.
Dos fardos son, y si veo
Que don Lope el suyo empieza,
De Holanda tiene una pieza
En tocando yo el angeo.
SARGENTO.
Pues yo me siento.
HOMBRE 1.®
Va un tono
Entre pandero y sonaja.
MARAIVJO.
Allí suena gente baja;
Si canta, no la perdono.
Porque mi seña ha de ser.
HOMBRE \°
Cante Alonso un tono grave.
NARANJO.
No cante si no lo sabe.
HOMBBE 1.®
¿Quién le mete en responder
Al pollo crudo?
NARANJO.
Podré,
Porque es noche de San Juan,
Y tú el que inventó el refrán
cDcsta agua no beberé ■.
HOMBRE i.*
¿Ah, seo estropajo?
NARANJO.
¿Ah, fregona?
HOMBRE i.®
¿Ah, seo mosto?
HOMBRE 9.®
Esa es la uva.
Safaagon.
RAMAMM.
Esa et la coba.
■oiiaB I.*
Tetotn.
RAIUIIJOU
Esa es la ñoiia*
[Canta el mútko.)
HOMBRE I .*
Ensílleme el potro rodo.
RARARJO.
El verdugo tiene otro.
HOMBRE I.*
Suba el puerco en ese potro.
HARARIO.
¿Por qué no habla limpio el sociof
■OMBMB i.*
Si voy á ti...
RARA.VO.
No lo creta,
HOHanB i.*
Déjame cantar.
NARAKIO.
No quiero;
Que canto yo.
ROMatE I.*
Como nn eaero.
RARARiO.
De ti salen las correas,
HOMBRE I.*
Pues ¿qué has de cantar, chicharT:
RARARJO.
En jácara la priaion
üe un estudiante gorrón.
BOMBEE 1.*
No te ha de fallar guitarra ;
Que tienes buen guslo.
homiebI*
VaoMM
A ver sí sabe cantar.
RARARIO.
Veréis cómo hago temblar
Playas, crisules j ramos.
{Vanse donáe\esiá Narn^^ y iuk
guitarr&^yemitM.)
A la ciudad de la careéis
Donde hay tiniettm cmir».
Que aunque entra la Isa MeM»,
Ño tiene del cíele /na.
Trajeron mi noble euerpe^
No en sepulcro mj aiaua^
Como en espaeioee eaHerre^
Horaue uine em m Jues;
Pidiéronme la paléale.,.
ROMEE I.*
¿Quién U pidió?
RARARJO.
Galla lA.
rohrreI.*
Pues ¿qué respondiste?
RAEARIO.
Quisiera uealr de Onaaa
Para que en perla» predeeas
Pagara mi eselauUaá.»
Celé mi horma ée aUear,
Pensando 4 le lie Drayat^
Asomar el almaéraba.
Mas eonoertíma en atam;
Pero apenas mepeeearaa ,
Cuando^ per Mr M /hue ,
Réstale en una eaerelag
¡mreu en quépleuUuil
I cañón de la barba
I mohino betún ;
mbir mas, no u oyeran
es de mi laúd;
m todos á verme ^
I fuera avestruz ,
I llegando d la orilla
n diciendo puf,
HOIBRE 1.^
toria mas parece
bas cantado eu Esgueva.
NARANJO.
le tú la limpiaras
é donde la oyeras.
m sereneros D05}A ISABEL t
BEATRIZ.
DO^A ISABEL.
nos ; que allí cantaron.
BEATRIZ.
e noestra seña.
HOMBRE 1.^
^rto es esle ; corramos
co la ribera.
{Vanse.)
NARANJO.
>ras galeotas
lUeráD sin presa.
DO^A ISABEL.
Beatriz.
BEATRIZ.
¿ Es Naranjo ?
NARANJO.
I es qae no me huelas ?
inora?
BEATRIZ.
Aqui está.
NARANJO.
da la rosca fuera ;
lay Santelmo en la gavia
n popa las velas.
e EL CAPITÁN, con capa.
CAPITÁN.
U escucho la voz.
DOÑA ISABEL.
arda.
NARANJO.
Quien espera
a contando siglos,
inulos las quejas.
LCnOR, con espada y broquel^
T GARClA.
MELCHOR.
i te dejo en casa,
lé intención te desvelas
lirme ?
GARCÍA.
Por si acaso
, Señor, pudiera,
ly ocasiones tantas
:he.
MELCHOR.
No se arriesgan
se precian de cuerdos;
sgo.
GARCÍA.
Que obedezca
». {Ap. No be de dejarle
o, por si le empeña
ocasión.) (Yau,)
0. C. DB L.-Q.
LA RENEGADA DE VALLADOUD.
SARGENTO.
Yo iré
A buscarle.
D05ÍA ISABEL.
Haréis que os deba
Cuanta dicha espera el alma.
SARGENTO.
En mí viene á ser ya deuda. (Yase.)
CAPITÁN.
Veré si entre aquellas sombras
Luce la luz que me niegan.
MELCHOR.
Quiero ver si k aquella parte
Está quien mi agravio iutenla.
CAPITÁN.
¿Quién está aqui?
NARANJO.
Quien te aguarda ;
Aqui está tu amada prenda.
CAPITÁN.
Isabel, cierta es mi dicha.
DOAa ISABEL.
Don Lope, ya desespera
iu tardanza el sufrimiento.
MELCHOR.
¿Si acaso el sentido sueña?
Nu ; que Isabel y dotí L> pe
Sus vucl'S me representan ;
Pero ¿ cómo puede ser
Cuando una llave la encierra?
Pero cosas tan posibles
¿ Por qué el discurso las niega,
Si el oído lo averigua
Y el agravio lo contíesa?
Mas apuremos la duda.
D05ÍA ISABEL.
Pues conocéis cuánto arriesga
Mi honor por vos...
CAPITÁN.
Mucho os debo.
DOÑA ISABbL.
Porque vuestro amor no pierda
Los quilates de tan Arme
Acrisolado áUnezas,
Y puedan lograrse á un tiempo
Mis venturas en la vuestra.
Es bien que los breves días.
Mientras la gente se apresta
Que habéis de llevar, que yo
Lsté donde el sol no pueda
Descubrirme, aunque mi hermano
Martirice el aire á quejas.
Consulte al honor venganzas
Y libre su injuria en piedras.
MELCHOR. (Ap.)
Saldrán sus intentos vanos ,
Como mis venganzas ciertas.
CAPITÁN.
Segura estaréis adonde
La imaginación se pierda.
Aunque discursos mendigueo
El indicio y la sospecha.
DOÑA ISABEL.
Vamos pues.
CAPITÁN.
Importa hablar
A un hombre, que ya me espera
Sin duda entre aquellos olmos.
MELCHOR.
Donde está viva la afrenta.
Es el lugar mas oculto.
(Sacan las espadas,)
CAPITÁN.
Pagasteis mi diligMíeia.- ^
S55
DOÑA ISABEL.
Mi hermano es e.ste (¡ay de mi!).
NARANJO.
Beatricilla, esta es la muestra;
Apela á las herraduras,
Que yo uso de las soletas.
(ymse.)
DOÑA ISABEL.
t Bastaba uu peligro, cielos ,
Para que imitar pudiera
Las raices destos troncos!
Mármol el temerme deja.
MELCHOR.
i Bravo aliento, vive Dios!
CAPITÁN.
¡Qué bien por su honor pelea!
(Riñen,)
Sale GARCÍA.
gabcía.
Señor, á tu lado estoy.
MELüHOK.
i Ah villano! no te atrevas
A ponerme en ocasión
Tan infame, con sospechas
De una ventaja alevosa.
Junto á ese tronco me esperi.
Que te he menester al punto
Que me vengue desta afrenta.
GARCÍA.
La ventaja de los dos
Para un hombre fuera ofensa. (Vase.)
CAPITA.**!. (Ap.)
Por el riesgo de su hermana,
Si entre las sombras la encuentra.
Procuro apartallo adonde
Menor su peligro sea.
MELCHOR.
Poco valor es el mío,
Viendo tan clara mi afrenta.
(Mátense riñendo, y dicen,)
HOMBRE 1.®
La justicia, la justicia.
DOÑA ISABEL.
Si tantos riesgos me cercan,
¿Qué aguardo, siendo el mayor
El que mi temor desvela?
¿Es don Lope?
Al tiempo que se quiere entrar doña
Isabel^ sale por la misma parte MEL-
CHOR, y cógela del brazo.
MELCUOa.
Esta es la causa
De mi agravio, aunque le templa
La dicha de haberla hallado.
DOÑA ISABEL.
Ya DO hay remedio á mis peoas.
Sale por otra parte EL CAPITÁN.
CAPITÁN.
El bien que á las sombras debo,
Ellas mismas me le niegan ;
¿Adonde estará Isabel,
Para que libralla pueda?
MELCHOR.
Mi criado es este, bien sopo
Granjearme su obediencia.—
García, aquesta mujer.
Ya que tu valor se arriesga,
Has de llevar á mi casa.
(Entrégasela al Capiian,)
23
354
CkPITAN.
¿Quién ha de haber que se alreva,
Si la llevo yo? E\ engaño
Ne dio lo que no pudiera
El valor.
MELCHOR.
A mi enemigo
Volveré á buscar.
CAPITÁN.
No lemas,
Señora; don Lope soy.
D05ÍA ISABEL.
Porque milagros merezca
Mi amor.
MELCHOR.
Del mayor peligro
Libré el honor, aunque pierda
En el segundo la vida.
CAPITÁN.
La noche el amparo sea
l)c tan dichosa fortuna,
Para dar luego la vuelta.
Pues amor y honor me obligan.
D05ÍA ISABEL.
Felizmente nos empeña.
MELCHOR.
Honra del que nace noble,
¡ Qué de peligros me cuestas !
D05ÍA ISABEL.
Amor despeñado, en vano
Te culpan y le aconsejan.
{Vanse cada uno por su puerta.)
JORNADA SEGUNDA.
Tocan á rebato y y talen DOS A ISABEL,
con capotillo y sombrero de camino,
Do5[A ISABEL.
¡Oh noche oscura, imftgen de mí suerte!
¿Donde entre las zozobras de mi muer-
, [le.
Sola, triste y perdida me conduces?
Cuando al alba el socorro la desluces,
El empinado monte aun no divisa,
Dando mi llanto veces á su risa ;
Perdida voy, sin senda ni camino,
Al arbitrio cruel de mi destino; [gana!
¡Oh cómo el pensamiento siembre en-
Dejé mi patria amada, dejé á España,
Y de mi amor siguiendo la osadía.
Con don Lope há que vivo yo en Bujía
Tanto tiempo, ó á mi me lo parece.
Según mi estrella las desdiclins crece.
Que de pad res y hermanos no me acuer-
[do,
Cuando amparo y honor en ellos pierdo;
Y por un hombre, que le llamo esposo
Por honestar horror tan afrentoso.
Que el voto que hice á Dios de religiosa
Me lo impide con fuerza poderosa ;
Y él engañoso, cuando no lo hiciera.
Ni trato ni palabra me cumpliera.
Kn odio va trocando mi deseo
La fealdad del delito en que me veo;
Mas ¿(pié importa ¡tirano, ay! como im-
[pída
Este afrentoso modo de mi vida?
I)e¡ada vivo del favor del cielo,
Evidencia es precisa, no recelo ;
Pues saliendo á esta quinla de Bujía
Ayer á divertir la pena mia,
Al volver esta noche, hallamos antes
Cubierto todo el campo de turbantes,
LUIS DE BELMONTB BERMUDEZ.
De una armada que el turco ha condu-
[cido;
Entra el presidio, al riesgo inadvertido,
Y al huir su violencia, apresurados,
Perdió don Lope á todos los criados.
¿Qué haré? que si enmudezco, no los
[sigo,
Y si doy voces, llamo al enemigo ;
Mas ¿cómo me han de hallar, sin saber
[dónde ?—
¿Bealriz,don Lope?— Nadie me respon-
íde.-
¿Suñor, mi esposo? — Mas mi labio
[miente ;
¿Qué haré? — Esconderme entre esos
[montes broncos,
Sepultaré mi vida entre sus troncos ;
Por aquí... mas ; ay Dios! senda no sigo
Que al paso no me siga el enemigo.
( Tocan á rebato, y retirase doña Isabel.)
Sale NARANJO, asustado,
NARANJO.
¡ Gran mal ! Como cien mil toros ,
Cien mil moros flechas llueven ;
I Cien mil demonios le lleven
Al alma que inventó moros.
Con la noche han parecido
Sin duda aquí por encanto;
Mas, Señor, ¿de dónde tanto
Moro nocturno ha venido?
De miedo, sin alma salgo;
¿Que aquí no haya quien celebre
Que viniese yo á ser liebre
A tierra de tanto galgo?
Yo me voy de cerro en cerro ;
Has, si me pescan el bato,
Virgen, ¿ que hará un pobre gato
Cercado de tanto perro ?
Pues cuáles son no lo ignoro.
Porque viéndolos estuve ;
Turbante hay como una nube,
Miren cómo será el moro ;
Miedo mío, ¿dónde estoy?
Guia, pues delante vas ,
Porqne, si no es hacia atrás.
Yo no sé dónde me voy;
Cuantos piso, moros son ;
Aqueste si que andar es
De ceca en meca. ¡ Ay mis pies!
Topé con el zancarrón. {Tropieza,)
DO^A ISABEL.
Cielos, mi muerte sospecho.
Gente llegar siento aquí.
NARANJO.
Jesús, ¡qué bulto!
DOÍ^A ISABEL.
¡ Ay de mí !
NARANJO.
Este es moro hecho y derecho.
DO.XA ISABEL.
¿Quién es?
NARANJO.
Un pobre «allego ,
Que, aunque de cristiano lloro,
De veros, si es que sois moro,
Me desbautizaré luego.
DO.^A ISABEL.
¡ Ay cielos ! ¿eres cristiano ?
NARANJO.
Sí soy, pero no me mate ;
Porque perderá el rescate
De un duque napolitano.
DOÑA ISABEL.
¿Qué dices?
NARANJO.
Merced me haced ;
Que aunque Italia, si por Dios,
Me dé excelencia, detot
No quj'ero sino es merced.
do9a isabbl.
Cielos, ya menos esquivo
Esta dicha os debo i vos.—
¿No es NaraMJo?
KAIIANJO.
Voto i Dios,
Que si no hablas, le cautivo.
DO^A llASEL.
¿Y don Lope? '
IfAKANIO.
Mi aosia es esa.
Porque todos los perdi
Por perderme mas i mi ;
Solo por Beatriz me pesa.
Que se quedó entre esos cerros;
Y ella es tal, que he imasiDado,
Si los moros la han topado.
Que ahora se está daodo á perros.
DO^A ISABEL.
¿Qué hemos de hacer?
NABAMO.
¿Corres bic
IK)5a ISABEL.
¿Porqué?
KABARIO.
Para qne arranqoenoi
De carrera, v oo paremus
Desde aqui i Jerasaleo.
DOÑA ISABEL.
Tente ; que el recelo teme.
O es tropel de gente ( ¡ay triste! ).
KABAMO.
¿Tropel? Tú qae Ul dQlste;
De muerte soy, desahneiéBW.
Sale BEATRIZ, y Up£ cúm yannj
BBATBU.
Muriendo voy de congojas;
¿Adonde me Iré?
NABAMO.
¿Tüeocjos?
BBATBU.
¿Es Naraijo de mis ojos?
RABANJO.
Si, naranja de mis hojas.
BEATB»,
Perdidos somos.
D05Ük ISABBL.
¿Qué dices?
BEAtmn.
Que de Rujia, Señora,
Saliste ayer en mal hora.
Pues somos tan infelices.
Que á don Lope an escaadroa
De moros alii bao cercado*
Y ya á Bujía han tOBMdOi
Según es su adamacion;
Escucha sos voces jB,
Que se acercan tras la mía.
TOCES. (Oenfrs.)
Por el Gran Sefior Bqjia;
Vitoria, Vitoria, Alá.
NABAHIO.
¿TÚ estás libre?
BBATBU.
Mengaado,
¿No me ves?
RABARIO.
Aunnocreia
Que hayan tomado á Bdia,
Y á ti no te hayan tomado.
BOilAnABBL.
El délo mi obstinacioo
I sin duda aqui ;
mi padre (¡ay de mí!)
nza la maldición,
nuestra muerte viene.
\ ruido dentro de cuchilladas
EL CAPITÁN DON LOPE.
CAPITA.^.
OS es imposible.
DO.^A ISABBL.
pees, ¡pena terrible!
NARANJO.
¡ qué mala voz tiene !
t Lope desdichado !
va la turba impía ;
lan ganado á Bujía,
perros de ganado!
DOÑA ISABEL.
ayudarle.
lURANJO.
¿Yo ayuda?
a dé un boticario.
DOÑA ISABEL.
tanto contrario.
NARAIUO.
iela que le acuda.
BEATRIZ.
as de favorecer?
aspada.
NARANJO.
Es cansar;
lé la he de sacar,
labe de meter?
BEATRIZ.
cobarde, calla;
ile amparo tenemos?
NARANJO.
10 nos cansemos ;
e de enlrar en batalla.
DOÑA ISABEL.
é haremos?
NARANJO.
Entregarnos;
traba pendencia,
ir la resistencia
han de echarnos,
DOÑA ISABEL.
rcan.
NARANJO.
¡Fuego !
BEATRIZ.
Espera.
NARANJO.
\ es la retaguarda ;
edes mas guarda,
ID la delantera.
DOÑA ISABEL.
inéharé en tal coníliclo?
lipas tan declaradas,
is siento gravadas,
de mi delito;
rmol es mí tibieza. '
na cautelosa!
tan pesada cosa,
•ó mi ligereza?
inmóvil me condenas,
nde ir, sino á perderme ;
is puedo moverme,
iuevo,es á penas;
o á mi temor,
lyor enemigo ;
mitad del castigo
r el error ;
10 es mi desvelo,
LA RBNBGADA DE VALLADOLID.
Cuando mí riesgo aseguro,
Parece (]ue huir procuro
Con el intento del cielo.—
¿Beatriz?
) BEATRIZ.
¿Qué dices. Señora?
DOÑA ISABEL.
Presto á seguirme disponte,
Escóndanos deste monte
La inculta maleza ahora. ( Yage,)
BEATRIZ.
Vén, Naranjo.
NARANJO.
Es degollarme.
BEATRIZ.
Pues no vienes, ¿dónde has de ir?
NARANJO.
Yo no estoy para venir.
Porque no puedo meuearme.
BEATRIZ.
¿A esta ocasión tienes miedo?
Haz corazón, y Santiago.
NARANJO.
Ya yo de las tripas bago,
Pero corazón no puedo.
BEATRIZ.
Si es que mi amor te obligó.
Vén á defenderme aquí.
NARANJO.
Vén tú á defenderme á mí;
Que mas lo be menester yo.
BEATRIZ.
Sácame deste conflito,
Aunque te mueras de miedo.
Si eres hombre.
NARANJO.
Pues no puedo,
Porque soy hcrmoflodito.
BEATRIZ.
¡Que asi me pagues!
NARANJO.
^ . Hermana,
¿Quieres que te libre?
BEATRIZ.
Sí.
NARANJO.
Pues deja enterrarte aquí ;
Vendré á sacarte mañana.
BEATRIZ.
Llévame, por Dios, á parte
Que no me halle ni me esconda.
NARANJO.
Yo te enterraré bien honda.
Porque no puedan bailarte ;
Mas ellos, Beatriz, por Dios,
Los dejes dar sobre tí
Mientras yo me escondo aqui.
BEATRIZ.
Espera, vamos los dos.
{Escóndense donde no lot vea la gente.)
Sale ZÜLEMA, moro.
ZDLEMA.
Alá nuestra dicha traza.
Pues se ha rendido Bujía
Al amanecer el día.
NARANJO.
¡Ay Beatriz ! Moro en la plaza.
ZOLBNA.
Gente habló aqui; si es rendida.
Es mia; ¿dónde estará?
955
NARANJO.
Aqui no hay nadie; hacia allá
Hay mucha gente escondida.
ZULEMA. )
¿Dónde hablaron? Mas Cellan
Viene peleando animoso,
Y un soldado valeroso
Acude á su capitán.
Sale CEILAN y otros moros, acuohi'
liando al CAPITÁN y al SARGENTO.
CEILAN.
¿Qué intentáis, bárbara gente.
Contra tan ciertos peligros?
CAPITÁN.
Solo porqae me matéis
Os provoco, aunque rendido.
SARGENTO.
Ya es resistirnos en fano.
CAPITÁN.
Antes morir solicito, *
Pues be perdido á Isabel.
Matadme ; pero ya el brio
Tenerme en pié es imposible,
Cansado, infeliz y herido.
CEILAR.
No le ofendáis, deteneos;
Que en mi nobleza es indigno
Dar á un rendido la maerte.
NARANJO.
¡Ay Beatriz! ya están cautivos ;
Como un azafrán se ha puesto
El Sargento, de amarillo.
BEATRIZ.
Calla tú; que estoy rezando.
CAPITÁN.
Si estos son hados precisos,
¿Qué importa mi resistencia?
Va en mi te da, moro invicto,
Un esclavo la fortuna,
A tus pies mi acero rindo»
En sangre africana pago,
Y no con ella te irrito;
Que aunque el daño de los sayos
Sienta un pecho bien nacido.
Entre soldados valientes ,
Aun á costa de si mismos.
Es estimado el valor
De los propios enemigos.
CEILAN.
Bien tu nobleza se infiere
Del modo con que te rindo.
VOCES. {Oentro.)
Seguidla todos.
DOÑA ISABEL. (Dentfo,)
\ Don Lope !
CEILAN.
¿Qué es eso?
SOLEIA.
Al propio peligro
V lene huyendo una cristiana
De nuestros soldados mismos.
CAPrrAN.
Cielos, Isabel es esta,
¡ Y ya la espada be rendido,
A pesar de la fortuna!
CEILAN.
A una mujer es delito;
Nadie la ofenda, soldados.
Altalir DOÑA ISABEL, topa con Cei-
lan alpe ,y ahrdxaie con él.
So
1 ISABEL.
BOMiO.
856
CKILAR.
Si haré, aunqae lu nombre ignoro.
DO^A ISABEL.
i Válgame el cielo! ¿qué miro?
¿Yo la libertad perdida?
DoiiLope(¡ay irisie!) rendido,
¿Y á un moro nombre de esposo
Abrazo? ¡qué triste indicio!
Mus quien despreció obstinada
Al que yo tuve elegido,
Por seguirla ligereza
De mi inconstante alhedrio,
Bien merece en su lugar
A un infiel ; q^ue asi ha querido
Ponerme el cielo á los ojos
Lo grave de mi delito,
Pues dándome el que merezco
En desprecio del que elijo*
A vista del mal que he hallado.
Me dice el bien que he perdido.
GElLAIf.
No vi mujer tan bizarra. —
Di quién ei-esr ; que tu brio,
Aunque de tu pena ajado.
De tu nobleza es indicio.
CAPITÁN. (Ap,)
Echó mi fortuna el resto.
DO^A ISABEL.
Si esto del cielo es castigo,
¿Qué me detengo? qué espero?
Qué aguardo ya, que no rindo
La libertad y la vida
A este cautiverio esquivo?
Fuera adorno ; que ya es tiempo
De ultrajes, y nu de aliños;
Una esclava vuestra soy ,
Que de mi infeliz destino
Solo estas seibas inOero :
Y aunque otras puedo deciros,
No las queráis saber ya ;
Que en el estado que 'miro.
Sí no enmiendo lo que soy ,
¿De qué sirve lo que he sido?
CEILATI.
Si de mi tienes noticia.
Tu temor desacredito.
Pues hallas en mi nobleza
Amparo mas que dominio.
Del bajá Ceilan el nombre
Saben los remotos indios;
Di quién eres , y asegura
Con mi valor tu peligro.
DO.^A ISAliEL.
Tras ser tu esclava , no tengo
Que darle de mí otro indicio.
Que una humilde mujer soy,
Que en un derrotado pino
Del rifsgo del mar airado
Sale á riesgo mas preciso.
Sula en ese bosque estaba;
Que en mi pena no he tenido
Mas amparo que esos troncos.
Mas albergue que esos riscos.
No es mi calidad mas que esta.
Aunque es el ultraje inio;
Calla su afrenta mi pecho;
Porque si miien soy testigo.
Es fuerza decir nii'infamia ,
Y es mas odioso delito
Decirla que eoineierla.
Pues entonces sin sentido
La emprendió la ceguedad ,
Y la reliere el aviso.
GAPITA?f. (Ap.)
El corazón me ha pasado.
Negándome, aunque es preciso.
CKILAN.
Pues ¿ á quién llamaste esposo ,
Si nadie estaba contigo?
LUIS DE BELMONTB BERMUDEZ.
DOJVA ISABEL.
(Ap. Dizfrnzar importa el yerro
De mi labio inadvertido.)
Las religiosas cristianas.
No ignoras que sin delito
Llaman esposo á su Dios ;
Y como yo mi albedrío
Con voto me obligué á serlo ,
Valiéndome deste alivio.
Le invocaba en mi congoja.
¡ Oh violencia del destino !
i Cómo en esto se conoce
Que el cielo asi mi castigo
Con providencia dispone ,
Pues en el suceso mismo,
Con la alusión del discurso
A ser forzoso ha venido ,
Pare disfrazar mí error,
Que confiese mí delito!
CEILAIf.
¡ Bella mujer, por Alá!
Cuando hoy no hubiera tenido
La victoria de Bujía,
Que há tanto que solicito
(<on asaltos y interpresas.
Esta hermosura que admito
Bastara para corona
Del triunfo que me apercibo. —
Toquen á marchar al punto;
Que pues ya el sol á estos riscos
t'.orona de oro les ciñe.
Yo ahora, por deslucirlos.
Con esta estrella, en Bujía
Triunfante entrar determino.
ZULEHA.
Tocaá marchar k Bujía.
IfARAiVJO. (Ap.)
Beatriz, que no nos han visto.
Juro á Dios , que estin borrachos.
BEATRIZ.
¡ Que se los llevan , Dios mío !—
¡ Señor, dejen á mi ama ,
Por amor de Jesucristo !
CEILAN.
¿ Qué es aquesto ?
ZULEMA.
Una cristiana.
CEIUN.
Traedla también.
ZDLENA.
En un brinco;
Que es mia la presa.
NARA.%JO.
¡AyDios!
Presa el perro en Beatriz hizo.—
Ciégale tú, san Antón.
ZDLEMA.
Venga , pues dichosa ha sido.
BEATRIZ.
¡ Ay , desdichada de mí !
¿Quién diablos hablar me hizo?
NARANJO.
Pues por eso he hecho bien;
Que he estado aquí callandito.
ZCLEHA.
Otro cristiano está allí.
CEILAN.
Prendedle pues.
NARANJO.
j San Cirilo!
ZULEHA.
Salga.
NARANJO.
Déjenme, señores;
Por la Virgen se lo pido.
IDLniA.
¿ Qué es dejar? Venga.
lURAMO.
No quiero.
ZULEKA.
¿Cómo no?
NARAWO.
Gomólo digo.
GEILAÜ.
Matadle si se resiste.
RARARJO.
No hagan tal; qae ya me rinda
Señor moro mayor, cierto
Que usté, salvo esos morillos,
Tiene un modo qne caoliva.
Mas ¿por qué á mi mebanpreodidí
CnLAR.
Buena duda.
HAIARJO.
Si soy lareo ,
Claro es que es baeDS.
GEILAR.
¿Qné has did
¿Tú eres turco?
RARARIO.
Si, Señor.
CAPITAR.
Traidor, villano, atrevido,
¿De miedo niegas la fe?
NARANJa
Torco estar, é hablar torqnilo,
E comer é beber sempre
Pasilias édatesilíos,
Sangullo , alcozcot , corceles ,
Hamhacocha , mel hormigo.
El gelip , el tat , el gen,
E soy torco, jaro á Cristo.
CULAR.
Pues Á cómo aqni entre erisHaDos
Te hallo con ese vestido?
RARARJO.
Este es disfraz para entrar
En España sin peligro.
CEIUIR.
¿AEspaSa?¿Aqnéf
RARARIO.
A predicar.
CEIUUI.
Pues ¿qué predicas?
RARARJO.
Predieo
La gran geta de Maboma ,
Y convertí á los principios
Cien cristianos.
CBILAH.
iQnéiehidem?
RARARIO.
Como estaban converüdoa .
Todos se metieron frailes.
CEIUÜI.
¿Frailes moros? No lo he visto.
Yo fundé un convento ddios.
CEILAR.
Pues si en Tnrqniá has naddo,
¿En qué parte rae?
RARARIO.
Enüidrid.
CULAH.
¿En Madrid?
RARARM.
SI.ASinFrMdiM,
Que es la Horeria vicjs.
CBILAR.
¿ Y cómo es tn nombre?
HABAIUO.
El mío
lerbey Naranjo.
si no me -bas creído ,
mame de la gela ;
en turco y morisco ,
a sé como el Credo.
CEILAN.
]ue eres no averiguo ;
confesar mi ley ;
ras de mis cautivos,
fmio de confesarla.
BEATRIZ.
s, que me haya tenido
ada este perra Ko!
NARANJO.
miedo es cuanto he dicho;
ne presto de moro,
e sea para indio.
CEILAN.
llevo en la cristiana.—
,. tomad el camino I
iece la aclamación ,
a va el triunfo conmigo.
CAPITÁN.
á morir, desdichas.
DO.^A ISABEL.
á llorar, delitos.
CAPITÁN.
a el que es infeliz.
DO^A ISABEL.
quien tan mala ha sido.
CAPITÁN.
abó mi fortuna.
DO^A ISABEL.
ipezó mí castigo.
TODOS.
I, nuestro bajá, viva !
!«ARA?IJ0.
I Basan! ¡ Ab morillo!
e el ojo á la cautiva,
pondré como un Cristo !
VOCES. [Dentro)
j tierra ! La nave va perdida.
(Vanse.)
ELCHOR DE ACEVEDO,pí>r
9 del tablado, como arrojado del
MELCHOB.
, valedme ! ¡ Ya solo la vida
ntento en tanto desconsuelo !
le tempestad, válgame el cielo !
la tabla á tierra venturosa,
alve otra vez, Madre piadosa,
iragio infeliz , que firmes lazos
i grata recibes con abrazos ;
me restauras, ya perdida,
una, en mi desconocida ! [to,
ibre maspiadosoal justo inten-
Qí viejo padre , y sin aliento,
iaba el consuelo que interesa
;omo cumplida mi promesa
o de Roma , ya logrado
rdote el titulo sagrado ;
el último gozo , tras la pena
lia hermanainfiel, falsa sirena,
robó el honor, sin saber dónde,
tierra , su maldad esconde ,
e ya, juzgándola perdida ,
(0 tan cruel llore la vida,
me habrá arrojado mi fortuna?
Traes esta, auede leño alguna
jedo inferir? Allí elevado
na de estrellas un collado ,
viso , para alegres señas ,
LA RENEGADA DE VALLADOLID.
Una cruz en lo incnlto de sus peñas.
Por este lado la ribera corre
Un bosque espeso, que con una torre
Remata en un castillo; mas ¿qué veo?
O á mis temores el recelo creo,
O (según en las senas que le noto.
Que al venir por aqui dijo el piloto)
Aqueste es el presidio do Bujía ,
A quien el turco ya tomado habia.
Tierra es de moros, que la cruz oculta
Pudo quedarse, por ser parte inculu,
Donde sus plantas aun no habrán llega-
ra j. j [3o-
Perdido soy; que aquí no habrá queda-
Albergue de cristianos, si la guerra [do
Há tantos dias que le dio esta tierra.
Mas, cielos, un rumor de gente siento;
¿Quién será ? Ya ocultarme es vano in-
[tento.
Perdí la libertad, bailé la muerte.
Mi vida dejo en manos del que acierte.
CEiLAN. (Dentro.)
Con las redes cercad esta espesura ,
Que es el sitio mejor.
MELCHOR.
I Qué desventura !
Moros son; ¿qué hede hacer; ¡Ay hado
[esquivo !
Ya aquí habré de quedar muerto ócau-
[livo.
Salen ZULCMA t CElLMi , moros,
ZDLEMA.
Este sitio á la caza he prevenido,
Quees mejor por lo inculto y escondido.
CEILAN.
Ya no queda festejo ni trofeo
Con que no haya obligado mi deseo.
Rendido de su brío y bizarría ,
A esta cristiana, de quien yo en Bujía;
Con ser el vitorio.<(o , fui el cautivo ;
Su rostro miro ya menos esquivo.
ZULEMA.
Hoy á la caza , ^ tu deseo atenta,
Sale en un palafrén, que al sol afrenta.
CEIUN.
Prevenid pues su vista áini deseo ;
Quealpasohedesalir. Pero ¿qué veo?
MELCHOR. (Ap.)
Conürmó mi desdicha el cielo airado.
ZULEMA.
Cristiano es el que ves.
MELCHOR.
Y un desdichado.
Que á vuesti os pies se vale, en su triste-
De la hidalga piedad de la nobleza, [za,
CEILAN.
¿Quién eres?
MELCHOR.
Un cristiano, que la suerte
Me sacó de los brazos de la muerte
A ponerme en tus manos.
CEILAN.
¿De qué modo?
MELCHOR.
Siendo preciso referirlo todo,
Saber no quieras mi suceso triste.
CEILAN.
Pues ¿ cómo estás aquí, y á qué viniste ?
MELCHOR.
Traído del destino.
CEILAN.
¿Deque suerte?
MELCHOR.
Aunque sé que á piedad ha de moverte.
No quiero ser prolijo en referirlo.
987
CEILAN.
La estrañeza de verte obliga i oírlo.
Dilo, pues.
MELCHOR.
Mira que es el escucharme...
CEILAN.
¿Qué puede ser?
MELCHOR.
Empeño de ampararme.
CEILAN.
Noble soy.
MELCHOR.
Eso anima lo que emprendo.
CElLAIf.
Prosigoepues.
■ELCHOR.
Escucha.
CEILAN.
Ya te atiendo.
MELCHOR.
De mi heroica patria, España,
Valiente africano , ü cuyas
Nobles pfedades veneran
Las sombras de mi fortuna,
Buscando un fiero enemigo.
Salí en vano , pues se ocultau
Para durar en mí pecho
Providencias de mi injuria.
Robóme una hermana aleve ,
Engañada de su industria ,
Si el amor no roba al alma
La parte que mas la ilustra.
Siguiendo esperanzas vanas
De mi venganza en su fuga,
A romner del mar soberbio
Llegué las ondas profundas ,
Y viendo de mis afrentas
Tan parcial á la fortuna,
Para tomar un estado
Que honrosamente la supla.
Fui á aquella ciudad insigne
Que de siete montes Junta
Los altos robustos cuellos
A su imperiosa coyunda,
Y del Pontífice Sumo
Recibí con pompa augusta
La mas sagf ada corona
Que hace deidad absoluta ;
Con cuyo poder, del pan
Trasforme la especie pura
Con cinco palabras solas ,
En todas las fflorias juntas.
Con tan alta dignidad ,
Por llevar de sus angustias
A un padre anciano este alivio ,
Que en su deshonra las lluvias
De sus ya eclipsados ojos
Desmoronaban difusas
Por la viviente muralla
La barbacana caduca,
A repetir del mar fiero
Volví las sendas incultas;
Y cuando aliento me daban
Sus tranquilas ondas surtas ,
Comenzando á libios soplos
De un asta la horrenda furia ,
Convocó gigantes olas
Contra las estrellas puras.
Salió alterado nocturno
A la campaña cerúlea ,
Y para asaltar al cielo
Se armó de torrea de espuma.
La iffoal superficie undosa
Se abrió en cavernosas «rutas ,
El viento en ellas bramaba,
Deshecho en ráfagas turbias;
Y la nave • entre el horror
De la batalla confusa ,
Naciendo y muriendo al riesgo,
358
Ya era sepulcro, ya cuna;
Ya entre ellas la gavia toca ,
Ya arenas la quilla surca ,
Y del sol y el mar aun tiempo
Se vio elevada y profunda.
Encendida y apagada
En los rayos , en la espuma ,
Turbó el temor los alientos ,
Creció el peligro la duda.
La ambición despreció el oro,
Y aun no obligó á la fortuna ,
Porque el furor de lasólas,
Cifrando el ímpetu en una,
Le dio la nave á un escollo ,
Cuyas irritadas puntas,
De verse della azotadas.
Se la volvieron agudas
Ala cara, liecha pedazos.
En venganza de su injuria.
Cubrióse el mar de despojas ,
La gente entre ellos fluctúa,
Cuál á una tabla se abraza ,
Y cuál en vano la busca.
Cuál cierra al horror los ojos ,
Abriendo el pecho á la angustia ,
Cuál á la media palabra
La voz y el alma pronuncia,
Y cuál por valerse de otro.
Ambos la muerte apresuran ;
Que donde es tanto el conflicto ,
Que el mismo remedio turba,
Mas mueren en su defensa
Que del duño que rehusan.
Yo de entre tantos naufragios.
Por altas causas ocultas,
En una tabla á esta playa
Sali á la clemencia tuya ,
Contra la furia del viento.
Que, según violencias suyas.
Vencí ; librarme en tus manos
Tiene providencia alguna.
Esta mi desdicha ha sido.
Esta su crueldad injusta ;
Pero si en tí hallo socorro,
Si en tu rigor piedad usas.
Si su inconstancia desmientes,
Si de un rendido no triunfas.
Contento harás de mi pena ,
De mi desdicha ventura , .
Bonanza de mi tormenta,
Y contra mi estrella dura,
Porque cuando el mundo todo
Rinde á su fíera coyunda ,
De mas que hombre se acredita
Quien revoca ia fortuna.
ceila:i.
Suspenso, español , escucho.
Mas tu temor asegura ;
Que en mi...
VOCES. {Dentro.)
El bruto se despeña ;
Desbocado va sin duda.
ZOI.EXA.
Señor, ¡extraño peligro !
Por las nunlezas incultas
De aquel monte, la cristiana
Va con indómita furia
Precipitando el caballo.
CEILAX.
¿Qué dices? Todos acudan
A socorrerla al instante ;
Mi vida el bruto aventura.
Seguidme todos , seguidme.
( Vanse,)
(^ MFLCIIOR.
¿Qué es esto, cielos? Qué dudas,
?ué zozobras , qué peligros
an extraños me atribulan?
Solo he quedado ; ¿qué haré?
Sin duda el cielo procura
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ.
M! libertad desta suerte.
Aquí de ramas confusas.
Que apenas el sol penetra.
Miro una larga espesura;
En ella encubrirme quiero ;
Que si es esto piedad suya ,
Del mar llegará entre tanto
Quien me socorra y la cumpla. (Yase,)
Salen EL CAPITÁN t EL SARGENTO,
de cautivóte y BEATRIZ , p cae por
enmedio del tablado D05(A ISABEL,
abrazada con una cruz quebrada.
CAPITÁN.
Ya en vano es nuestro desvelo.
BEATRIZ.
Id todos á remediallo.
SARGENTO.
Precipitado el caballo.
BEATRIZ.
i Gran dolor !
D05ÍA ISABEL.
¡Válgame el cielo!
CAPITÁN.
Llegad todos.
DONA ISABEL.
¡ Ay de mí !
CAPITÁN.
Albricias , cielos ; ¿qué he oido?
DOÑA ISABEL.
No os turbéis ; que aunque el sentido
Con la violencia perdí ,
De aquel repecho advertida,
Deste palo me vali,
Que aunque le arranqué tras mi,
Hizo menos la caida.
Mas ¡ay Dios!
CAPITÁN.
¿Qué has extrañado ?
DO.^A ISABEL.
Una cruz %s, que fijó
La piedad cristiana; yo.
Rompiéndola, la he quitado.
¡ Ay de mi , que flel testigo
De*mi culpa viene á ser!
CAPITÁN.
¿Qué miras en ella?
DOÑA ISAREL.
El ver
Mas señas de mi castigo ;
¿Yo, cuando me precipito ,
Rompo esta cruz escondida?
¿No acaso los de mi vida
Agravo en este delito?
¿Yo á Dios un triunfo le quito,
Estando en estado tal?
Ciclos , indicio es fatal ;
Que aunque, por ser nuestra luz.
Es buena señal la cruz ,
Romperla es mala señal.
Palabra de esposo di .
A Cristo, y se la quebré;
La cruz el tálamo fué
Que á este triunfo apercebl.
Yo la he rompido ¡ay de mí!
Con este caso horroroso.
Accidente es misterioso ;
Que es propio que á su despecho
Deje el tálamo deshecho
Quien ha ofendido á su esposo.
No le ofendí , y me embarqué.
Ciega, en el mar de mi horror,
Y en las velas del amor
Herir el viento dejé.
Pues ¿cómo agora saldré
Del golfo en que estoy metida,
Aunque, de la fe adTertida,
Al punto la nave acierte.
Si por quedarme en ia maerte
Rompi el árbol de la ^ida?
Esta era la última aefta
Que aquella peña guardó
De la fe ; la borro yo •
Mas dura que aquella peña.
¿Qué será da tul, ai empefta
El cielo mi culpa asi T
Qué espero , si loque alli
Se reservó, aunque emeleí,
De tanta turba de infieles.
No se reserva de mi?
CAPITÁN.
¡Que asi viniese jo i verte
Lna vez que llego á hablarte.
Cuando há lanío que aun mirarte
No me ha dejado mi suerte !
bella Isabel , ¡qué risor !
¿Tú de mi amor olriJada?
Tú de un infiel festejada
Y tan atenta á su amor?
Tú ¿en qué te puedes rendir,
Empeñando so poder,
Y yo pudiéndole ?er«
Sin que lo pueda impedir?
¿ Qué fineza no has debido
A mi afecto desdichado?
Qué culna ó Qué desagrado
Tu mudanza na merecido?
Y si no , agora , que hablarte
He podido sin recelo»
Da á mi desdicha un consuelo,
Lógrame el bien de mirarte;
De tu labio...
DOSTa ISABEL.
No prosigas.
Causa de todos mis males;
Tú me has puesto en trances tales;
Déjame pues , no mesigu.
Que por ti lloro, por \ir
A Dios y i padres dejé,
MI sangre y casa afrenüé,
Mi patria y honra perdi.
En tu rostro miro escrito
Mi error, mirarme no intentes;
Vete , no me representes
La fealdad de mi delito.
CAPITA3I.
Detente , espera , Isabel.
BEATMI.
¡ A y triste ! Don Lope , adfierte
Que viene Ceilan , y á verte
Pueden llegar.
CAriTAn.
;Qué cruel !
¿Asi te vas?
t>añk ISAilL.
He retiro
De ese error.
CAPITAR.
I Qué dieha lera!
DoXa ItABEL.
No me detengas.
CAPITA9.
Espera.
Sale CEILAN y ALfiuicosMBOS,|Mi
Capitán^ que^ per/tandf » tm»
la mano á daña /mML
CBILAM.
Aquí está. Pero ¿qué alrot
CAnTAR. (i^.)
¡ Ay délos! ¡ Puerto oeasliul
csaASi.
Pues dime, icon qué InleMlORi
Cristiano, te hallo aslf
CAPITÁN.
.. (i4p. Envano ¡aydemi!
) la turbación.)
CStLA5.
lices ?
CAMTArf . .
So intercesión
favor procorando,
estaba rogando
i templase el rigor
bajo y la prisión
;urosa y tan dura ,
ta amor-fiu hermosura
! mas atención,
téndose excasar,
igó en mi afecto triste
r la instancia que viste
va de mi pesar.
CEILA?r.
^il cristiano, atrevido,
ocar osas sn mano,
> yo lo intento en vano,
lecoro vencido?
tanto atrevimiento
io á tos males das?
mis plantas tendrás
Je tu tormento.
CAPITÁN.
>ares considera.
CBILAN.
1 tierra tu labio,
í este ultraje el agravio
gnorancia grosera.—
le.
CAPITATI.
¡ Rigor esquivo !
CElLAIf.
dle desta suerte
cadena.
CAPITÁN.
Advierte
f noble, aunque cautivo.
CElLAIf.
le.
CAPITÁN.
Tu intercesión ,
, me ha de valer.
I>OÑA ISABEL.
Uercesion te be de hacer,
) yo en la prisión?
CEILAN.
í detienes, villano?—
ile á ni furor.
CAPITÁN.
!>edezco. Señor,
or fíero, inhumano !
gratitud se vi6?
»ndo mujer instable,
2 en ser ella mudable ,
n admirarme yo.
Llévanle á empellones.)
DO.ÑA ISABEL.
gor tan cruel ,
la dura cadena
su afrenta mi pena,
padezco por él.
CRILAN.
cristiana bella ,
icias i mi deseo,
I sin riesgo te veo ;
igor de mi estrella
•zas de mi amor
identes impide,
mis afectos mide
a de tu favor.
!Jo prevenido
lir tu pesar
I venido á aumentar.
LA RBNEGADA DE YALLADOLID.
DOÑA ISABEL.
Señor, ¿con qué ba merecido
Una humilde esclava tuya
Favor que pagar no puedo ?
GEILAN.
Debiendo fínezas quedo
A mi amor, violencia es suya ;
Y si tu pecho obligado
Corresponde á lo que quiero,
Una corona hoy espero.
Que el gran Señor me ha mandado.
Solo este triunfo deseo.
Porque si vengo tu enojo,
Sea á tu planta despojo
Lo que á pii afrenta trofeo.
Sí aspiras á la riqueza,
Consagraré, aunque te agravia ,
Todo el tesoro de Arabia
Al cuello de tu belleza.
Cuanto del indio crisol.
Haciendo al mundo la salva ,
Congela en conchas el alba,
Grana en arenas el sol ;
Y porque logres mas medras ,
Ai mismo sol te daré.
Pues en tu mano pondré
Todas sus luces en piedras.
El rubí , que en ti vencido,
Mas Gno le harás agravio ,
Pues , de afrentado, en tu labio
Se pondrá mas encendido;
Y lo que roas es, un rey,
Que esposa suya te llame.
No mas de que se le aclame
Tu amor, dejando tu ley.
DOÑA ISABEL.
¿Yoml ley? ¡Cielo divino!
¿Qué superior persuasión
Tiene una infeliz razón ,
Que á ella forzada me inclino?
¿ Yo d^ tan indigno amor
A las finezas me obligo?
¡ Oh pensamiento enemigo!
Míenle tu ciego furor.
Pero quien tantos errores
Cometió en sola una acción ,
¿Qué duda en este , sí son
Aquellos casi mayores?
Cielos, yo me precipito;
Porque no está , aunque se ofusca.
Lejos de hacerle quien busca
Disculpas á su delito.
Mas si yo le cometiera ,
Ya ¿qué pudiera perder.
Si lo mas perdi en hacer?
i Ay de mi ! ¡ Desdicha Cera!
Dudé; ya esto es otorgar
En parte ; que al discurrir.
La mitad del consentir
Se supone en el dudar.
De lus tres potencias , dos
Ya de su parte ver liego.
El entendimiento ciego
Y la memoria sin Dios.
Pues sola la voluntad
¿ Qué resistencia ha de hacer ,
Cuando della en la mujer
Nácela facilidad?
Sin mí estov ; ¡ oh pensamiento!
Déjame, déjame ya.
CEILAIf.
¿Qué dices?
D05ÍA ISABEL.
¡Ay triste! Está,
Señor, con un sentimiento
Tan confusa mi memoria.
Que en mi no puedo volver.
GEILAII.
¿ No ha de bastar mi poder
Para tan poca rteMWiat.-k-..:-
309
Llamad mis músicos todos,
Resuenen sus instrumentos,
Y la caja á los acentos
Alegren por varios modos.
EOLBHA.
Ya, de tus damas seguidos.
Un vistoso alarde haciendo ,
Llegan aquí , suspendiendo
Los ojos y los oídos.
Salen , cantando y hallando , tosas las
DAMAS, d^fii<?ra4, T NARANJO eff/a»/^,
también de moro.
DAiAs. (Cantan.)
Mambraniña, goza ya Torqui,
A la niña roya velaroriri.
NARANJO.
Zac , Melec. Si esto alguna
Gracia ha tenido. Señor,
Yo he sido el compositor
Desta música pefmiui;
Que me ha costado mi) guerras
De ensayar á cada mora
Este tonillo, y agora
Le cantan como noas perras.
CBILAN.
Suplen, pues, hoy tus acentos
Del clarin la prevención
Para la caza , pues son
Alegre imán de los vientos.
NARANJO.
Pues no esperéis mas aquí ;
gue hacia las redes he oído
ntre las ramas un ruido,
Y es sin duda un jabalí ,
Que le he olido por tocino
En la sartén del deseo.
CKILAN.
Yo ya en el rumor le veo ;
Alegrarte asi imagino ,
La flecha y el arco toma.
WjñK ISABEL.
Precepto tu gusto es.
. NARANJO.
Muera el cochhio , pues es
Enemigo de Mahoma.
CEIUN,
Seguid su brio gentil;
Que yo aquí le he de esperar.
NARANJO.
Si le mato , be de colgar
En la mezquita un pemil.
DOÜA ISABBL.
Aunque aquesta traza es Tana ,
Por obedecerte iré.
( Yante h$ eri$tianoi,)
CEILAN.
A suerte feliz tendré
Que le mate la cristiana.
ZOLBHA.
Ya le van haciendo el cerco;
El verle será ventura.
Por ser tanta la espesura.
NARANJO. (Dentro,)
Hacia aqui,pues, anda el puerco.
Tiradle; que entre las hoias
Se encubre de aquellos olmos.
DOÜA ISABEL.
Ya le he tirado.
CBILAN. ^
Sin dada '*
Le acertó ; que bácia nosotros
Se viene arrojando, herido.
. y
360
Safe MELCHOR DE ACEVEDO, heri-
do con una flecha , y cae á los pies de
Ceilan,
MELCnOR.
¡Valedme , ciclos piudosos!
cf.ila:*.
¿Qué es lo que miro?
MELCHOR.
¡Aydemi!
CFJLAIf.
Hombre ó bruto, habla.
MELCHOR.
Si logro
Vuestro socorro, si baré.
GEIUN.
¿No eres tú...
MELCHOR.
¿Quién de vosotros,
Queriendo librar (¡ ay triste !
(iOn el alma el habla arrojo)
La libertad, h:i perdido
La vida de aqueste modo?
Secreto suyo es , mas ya
Falta el üliénlo forzoso.
La mucha sangre que pierdo ,
Pluguiera al cielo, que invoco,
Que, ya que muero entre iuüeles,
Fuera por la fe que adoro.
CEILAN.
¡ Extraño caso ! el cristiano
Que hoy vi en la playa solo
Es este . — Llevadle* luego.
Procurad los medios todos
Para remediar su vida ,
Aunque ya en él caben pocos.
MELCHOR.
Si él lo quiere, será en vano,
Si no es del cielo el socorro.
{Uévanle.)
Salen los cristuros.
IfARAriJO.
Aquí sin duda cayó.
00.1a ISABEL.
¿Dónde está?
ceila:!.
Vuelve los ojos ;
Verás la fíera que has muerto,
Que allí le llevan en hombros.
Un sacerdote cristiano,
Que, escondido entre esos troncos
Por extraño acaso estaba ,
Has herido desle modo.
Mira quién son , put s por fiera
Este muere entre nosotros.
NARAÜJO.
¡Que lo dije!
D05ÍA ISABEL.
¡Ay de mi triste!
¿Qué has hecho, brazo alevoso?
¿Yo á un sacerdote sagrado
Siicrile^a fleclia arrojo?
¿Yo á (Insto, en vez de una fiera,
Bárb»iamente me opongo?
¿Q?ié es esto, cielos? qué es esto?
Vo en cuanUiS acciones obro.
Contra Dios son los efectos;
Si los dudo y si los ñuto ,
Iras suyas son sin duda,
Y yu, cayendo en su oprobio.
Dejad.! esioy de su mano.
: Ay de mi ! en v:ioo lo lloro ;
Vo le dejé, y él me deja.
Precisos indicios toco
De mi desesperación ;
Dejadme, dejuilme todos,
U dadme la umerle.
LUIS DE BELMONTE BERMUDEZ.
CEILAN.
Espera.
DO^A ISABEL.
A tus pies. Señor, me postro;
Como esclava vil me trata ,
Sienta el ultraje afrentoso
Del cautiverio mi vida ,
Maltráteme á mi del modo.
Pues lo merezco mejor.
Que lloran siempre los otros;
Pise tu planta mi boca ,
Fíjense al suelo los ojos ,
Sufra mi pecho el castigo,
V no mis brazos el ocio.
Véngale al cielo, pues te hizo
Instrumento de si propio.
Para tomar por tu mano
Su venganza en mis oprobios.
CEILAÜ.
Levanta ; que en vano Intentas
Con tu despecho mi enojo;
Si á mi amor mas piedad haces
Con esos mismos ahogos ,
Mas me enamoras.
DORk ISABEL.
¿Qué dices?
CEILAN.
Que mas rendido te adoro.
DOSÍA ISABEL.
¿Que no has de lograr mi ruego?
CEILAIf.
Con afectos amorosos.
VOñA ISABEL.
¿Que has de proseguir tu empeño?
GEIUN.
Pasará de amor á asombro.
D05ÍA ISABEL.
¿No es posible que le olvides? .
CEILAN.
Sin término lo conozco.
D09a ISABEL.
Pues, cielos, ya yo be perdido
La esperanza con vosotros.
Esa me pudo enfrenar;
Mas ya que á fuerza de todos
Mis delitos no la alcanzo ,
No he de ser de tantos modos.
Va que soy ingrata al cielo,
Al bien que en ti reconozco.
CFILAN.
Pues ¿qué intentas?
DO^A ISABEL.
Resolverme...
CEILAN.
¿A qué?
D05ÍA ISABEL.
A^er tu esposa.
CEILAN.
¿Cómo?
DO^A ISABEL.
Dejando á Dios.
CEILAN.
¿Eso afirmas?
DO^A ISXRBL.
Ya no espero su socorro.
CEIUN.
¿Qué dices?
D05fA ISABEL.
Que haciendo aqni
Te.stigos para su abono
Al cielo, ál mar y á la tierra.
Hombres, fieras, montes, troncos,
Digo (|ne, ciega y osada ,
A Cristo y á su fe olvido.
De la verdad me despido,
Precita > desesperada ;
Y pues ya estoy eondenada ,
Sacra Justicia , por vot.
Bórrese de entre loa doi
De mi gloria la memoria.
Guárdese el cielo sa gloria,
Y quédese Dios adiós.
CEILAH.
Ahora llega á mis brtzoa.
BIATBII.
¡Cielos, qué errores!
HAMASUO.
¡Qnéaioaibrí
Aturdido estoy de otria.
DOfiA ISABEL.
Ya soy taya.
GKILAH.
Ya te adoro.
DOftA ISABBL.
Celima soy, no Isabel.
CBILAÜ.
Al mundo tendré envidioio;
Alabad lodos mi dicha.
doXa isabil.
Publicad mis voces todos.
CBILAll.
Pues vamos doode celebren
Mis triunfos por Tenturosos.
DOff A ISABIL.
Vamos donde eo alegrías
Se truequen tantos anofos.
CEILAN.
Gané al mundo.
DOÍIa ISABEL.
Perdi el cielo;
Pregone el clarín sonoro
De la fama que desde hoy
La renegada me nombro
De Valiadoiid, qoe á IMos
Perdi el temor y el decoro.
(Vmue.)
JORNADA TERCERA.
5a/0 NARANJO, JSÜ.
RABAHIO.
Siendo mal cristiano, medo
Ser moro al menor faiven ,
Pues, Naranjo, asirla bien
A las aldabas del Credo.
Si reniego y me aventara
A volver á España , allí
No harán comedia de al ,
Pero auto, yo lo asegaro.
Entre tanto familiar,
¿Qué será, si se repara.
Ver á Naranjo con cara
De sentenciado á queaMr?
Verme aqni ya encerotado,
Y en dia claro, es fonoso.
Pues, segiin es de dkhoao.
Nunca le llueve á Qnqaeaiadi
Habrá aquel dia en mi alarde
Turroneras y limeros.
Mucha gente j aela cocheras
Descalabrados; i gran larde!
Ko se verá el diabla eo esa;
El sambenito y la IlaaM
Quédense pan ni ana.
Que es renegada arofasa.
¡Qné bien le probó B^lil
Como yo soy bachiller
Por Huesca , ella Tiene i
Probada por Berberta.
ba sido sa estrella ,
lienilo el orden ya
1 señor el Bjjá ,
:orona con ella,
pías de su historia
e, y he de tratar,
J el las cantar,
irlas de memoria ;
doy buena maña ,
ipfimiendo pliegos,
3mer con los ciegos
Dios me lleve á España;
el viaje prevengo,
orne al Capitán ,
ío bien á Ceilan
lábilo que tengo,
ezca por mejor
go al ruego primero
oo . compañero
^1 padre redentor.
, bieo disimulas.
( Tocan.)
estivas señales
mpetas y atabales,
r Dios que no son bulas.
'ontpetas y atabales , y por una
EL CAPITÁN DON LOPE y /w
\ídieren, de esclavos ^ con almo-
, que pondrán sobre el trono
evantado, y por la otra, moros
)MPAÑA«IERT0, T DOÑA ISABEL,
ije de mora.
CEILAX.
•n tantas evidencias ,
^diton:ejor,
firmado tu amor
po y las experiencias,
roña que gano
r.co, aunque hubiera sido
Arabia ba producido
turbante otomano.
DOÑA ISABEL.
amor nos'proporciona,
ndo Que igualmente
e mi humilde frente
3S de esta corona ,
:ba agradecida ,
i con mi pena haré.
CEILAX.
ma habrá, que no esté
)sdos repartida?
DOÑA ISABEL.
1 el pesar no alcanza
s mi esposo y mi dueño.
capita:<i.
> verdad, ó sueño?
amor tal mudanza?
ver no me asombro
fe de los dos,
Qjcr que niej^a á Dios,
lucho que olvide á un hombre.
CEILAN.
le eo prisión alguna
ae ta esclavo sea ,
salga donde vea
fo de tu fortuna.
)s mas olvidados
tacioo tenebrosa,
ete el ser dichosa
Hitos desdichados.
i boy tu suerte espera
lausos felices,
á tus plantas matices
xió la primavera. —
el suelo , cristianos ,
d su dicha asi.
LA RENEGADA DE VALLADOLID.
DOÑA ISABEL.
Son áspides para mí
Flores que cortan sus manos.
FfARAlfJO.
¡ Qué zarazas tan bien dadas !
Lléveme el diablo con bien
A España , aunque allá también
No hay falta de renegadas.
Pues cualauiero dejará
Por otro el galán que Üene,
Y todas con el que viene
Reniegan del ()ue se va.
Mas obre mi diligencia ,
Porque mi embuste se acierte.
D05ÍA ISABEL.
Vosotros turbáis mi suerte.
No estéis mas en mi presencia ;
Que con airados enojos ,
Después que en nuestra elección
Opuestas las leyes son ,
Os aborrecen mis ojos.
CAPITÁN, (iip.)
¡ Ah, cómo el Juez infínito
Quiere que el castigo dé
La misma causa oue fué
Instrumento del delito!
Pero mi noble osadía
Vengar con su muerte piensa ,
Eii primer lugar la ofensa
Del cielo, y después la mia.
(Vanse ios cautivos )
DO.SÍA ISABEL.
En ciertos estorbos vanos
La imaginación tropieza;
Causan mi nueva tristeza
Esos esclavos cristianos. [to,
Y aunque pequeño V leve el fundamen
Turba mis glorias, borra tus empresas,
Cuando nos teme aquel y este elemento.
Cuando sigo la ley que tú profesas.
Cuando por mi cuidadoy pur lu aliento.
Siendo reliquias de cristianas presas,
Barudos pueblan la morisca playa
Los pinos de los montes de Vizcaya.
De aquella gruta en cuyo obscuro olvido
Algún misero esclavo preso asiste.
Suele arrancarse un racional gemido,
Por mas que el duro centro lo resiste,
Pues trabajosamente conducido,
Busca para salir el eco triste.
Por alguna rotura ó quiebra poca ,
Pasaje en las entrañas de la roca.
Su querella , en mi oida resonando,
Al paso que me irrita, me conmueve.
Me recuerda , si apelo al sueño blando.
Si alegre estoy, á mi placer se atreve,
Si canto de mi amor las dichas, cuando
La noche calla, el aire no se mueve,
Y quieto el mar con suspensión serena,
Descanso en el regazo del arena ;
Al medir con la voz el instrumento ,
Aquella pena repelida en vano
Es lazo articulado de mi acento,
Y estorbo entre Us cuerdas y la mano,
Y dilatada en la región del viento.
Sea pavor ó sea afecto humano,
Poco á poco parece que se aleja
De mi atención la |)erezosa queja, [do
¿Qué me persigues? si en mi nuevo esia-
Ya has el nombre cristiano aborrecido.
La suerte en este ser me h a transforma*
Ido,
Del otro aun las memorias he perdido,
De un padre y de un hermano aun no ba
[dejado
Señas el tiempo en mi , la patria olvido,
Que si me deshereda ó si me infama,
Hija adoptiva me llamó la fama.
Pues no bus([uen piedades balaguefias
En mis oídos, siendo imilidoref
56
Délos pasos que escudan á esas pefiast
Cresposdepiel, manchados de colores •
Y porque goce origínales señas,
Ya que la copia soy de sus rigores,
Este clamor feror, como á leona,
Parece que me aplica la corona.
CEILAN.
Pues vén al regio sitial ,
Ya que tu suerte lo quiso ;
Pero ¿cómo esos cristianos
(Tan gran descuido es delito),
Para que pueda subir
A su asiento, no han traído
La prevención necesaria?
Sirvan de alfombra ellos mismos,
Por pena á su inadvertencia. —
De tantos como han salido
De esas grutas, un esclavo
Traed.
Llégese ZDLEM A al paflo, y taque del
brazo á MELCflOR, miserablemente
vestido de esclavo^ con cadena.
ZOLBHA.
Entre los que miro,
El que está mas cerca es este.
CEILAX.
Pues asi te facilito
La subida. — Derribad
Ese animado edificio,
Para que ponga las plantas
Con imperioso dominio
Celiroa sobre sus ho9ibros.
( Derribante en el suelo.)
MELCHOR.
¡Que después que preso vivo
Tantos años há , este ultraje
Sea mi primer alivio!
CEILAN.
;^No te acuerdas de la caza.
En que equivocaste el tiro?
Pues este es el sacerdote
Que hirió tu flecha, y yo mismo ,
Según le ha trocado el tiempo ,
Desconocerle he querido;
Pisa su cerviz, ¿qué aguardas?
DOSÍA ISABEL.
Harélo. ya que me has dicho
Quien es, por desprecio suyo.
Mas, cielos, ¿cómo retiro
Mis pasos? Parece que bailo
Mas difícil el camino;
¿ Si hace repugnancia en mi
La dignidad de su oQcio?
Con la ley perdí el respeto;
Vanidad y aplauso mió ,
El pisar su frente á aqueste
Por segundo triunfo elijo ;
Mas tropecé en mis intentos.
( Téngale Ceilan.)
CEILAN.
Lograrlos será preciso.
D05ÍA ISABEL.
No se logren de esa suerte. —
Alza del suelo, cautivo;
¡ Qué bien digo yo, cristianos ,
Que con vuestra vista impido
Mis dichas! No ofenden tanto
Los ojos del basilisco.
HELCHOB.
No pisa, DO, huella humana
Sobre carácter divino.
Que es mi autoridad sagrada ,
Y soy, cuando lo ejercito ,
Entre Dios y el hombre un medio,
Pues ni yo por aa mioislro
563
Me igualo con Dios, ni el hombre
Puede igualarse conmigo.
DO^A ISABEL.
Pues asi balir tu estado
Quiero.— Señor, yo le pido
Dilates liasta mañana
Mi aclamación; que, en castigo
Dcste soberbio, pretendo
Lograr licróicos designios.
CElUIf.
Todo á tu Tor. se sujeta.
D05ÍA ISABEL.
Pues en mas público sitio,
Para ma>or vituperio
Suyo, domar solicito
Esla cristiana altivez;
Y por mas afrenta , é\ mismo
Hade ir llevando el caballo
Kn (]ue yo imite «*! estilo
De aquellos triunfales carros
De romanos y de egipcios.
MELCHOR.
Mas rigores buscáis, cuando
~á tamo tiempo que habito
Ese obscuro centro, adonde
Arrastro el peso prolijo
Destofl hierros, no ignorando
Metal del discurso mió?
D05ÍA ISABEL.
Agradece á tu fortuna
Que la luz del dia has visto.
MELCHOR.
Ese, que es consuelo en todos,
Me sirve ¿ mi de peligro;
Que viene á ser en aquel
Que entre sombras ha vivido,
Para ciega diligencia
Ver del sol los rayos limpios.
Pues, de puro noble, pasa
A ser ü:iño el benclicio.
¡ Ay infciice de mi !
DO.^A ISABEL.
Y esas deben de haber sido
Las que escuché; hasta sus quejas
Tienen imperio conmigo.
MELCHOR. (Ap.)
¡Que un padre mismo engendrase
Dos exiremos en dos hijos !
De mi pecho la obediencia ,
De aquella hermana el delito.
D05ÍA ISABEL.
¿Que es loque entre tí pronuncias?
MKLCnOR.
Aun te ofende el referirlo.
DONA ISABEL.
Dilo, esclavo.
MELCHOR.
Pues haz cuenta
Que asi lo callo y lo digo.
Regó fecunda campaña
Denso vapor, que propicio ,
Con providencia del mayo ,
Dio abundancias al estio.
Fue una propia y útil boda
La lluvia, mas no el distrito
O la heredad, mas los frutos
Variamente producidos
Y desconformes brotaron
De una influencia y de un silio;
El uno en granadas mieses
PuiiUmI y agradeci'io,
Y en abrojos v malezas ,
01 10 obstinado y remiso.
Este creció provechoso,
Y aquel , aunque en su principio
Dio féi tiles esperanzas.
Mal inclinado, previno
Amarga inútil cosecha;
LUIS DE BELMONTE BERIUDEZ.
Que, olvidando el beneOcio
De la nube contra el aire*
Tan favorable y propicio,
Arrojó viciosas puntas,
Qi/e ingrata y estéril quiso
Pagarle al cielo en espinas
La deuda de haber nacido.
D05ÍA ISABEL. (Ap.)
O es frenesí de su pena ,
O enigma que no descifro.
CEILAtf.
¡ Qué suspensa está , llevada
De sus discursos prolijos!
DOñk ISABEL.
Monstruo de paciencia raro...—
Parece que ha enmudecido. —
Hombre.. .-^A mi voz no responde.—
Esclavo...— En vano le ariimo.
¿Cristiano?
CEILAN.
MELCHOR.
Señor.
OO.SÍA ISABEL.
Al nombre
De cristiano has respondido,
Y al de hombre, monstruo y esclavo
Tu labio estuvo remiso.
MELCHOR.
De hombre, esclavo y monstruo tres
Nombres me ha dado mi suerte ;
Dicen que el término es muerte,
Y el de cristiano aun después
De morir; yo muerto estoy.
Según los indicios doy
En lo que sufro ; y asi.
Me olvido de lo que fui ,
Y respondo á lo que sov.
De aquel naufragio violento
Libré ningún bien humano,
Sulo el nombre de cristiano
Del mar saqué á salvamento.
Y esta en el fiero elemento
Deuda fué, que piedad no;
Pues, por mas que me arrojó
De todo pobre desnudo.
Quitarme ella no pudo
Lo que ella misma me dio.
D05a ISABEL.
¿Tanto estimas ese nombre?
MELCHOR.
El guardarle aiiui es preciso
Prenda que entregó la fe;
Fuera mayor el delito
Si en África se perdiera.
DO^A ISABEL. {Ap.)
; Ay de quien calla! Que avisos
Parecen , y no los quiero
Y ni vanamente oírlos.
Pues cada acento en su labio
Es una ílecha en mi oído.
MELCHOR.
Mira...
CEILAIf.
Postrado has de darla
Tu disculpa.
MELCHOR.
Ya me humillo
A sus pies.
ceila:<.
Besa la tierra
Que pisan.
MELCHOR.
No es permitido
En mi adorar planta humana.
CKILAN.
La corona que apercibo
Para su frente la ilustra.
BKLCROB.
Yo poseo, por mi oficio ,
Otra corona , qae goza
Menos temporal domioio.
CEILAN.
Vil esclavo, ¿contradices
Mi gusto?
MILCBOa.
InTenta martirios;
Que yo solo el pié Tenero
Del gran vicario de Cristo.
CIILAX.
Desta suerte. (Am
DOflA ISAiEL.
No le ofendas.
CEILAN.
Pues ¿tú estorbas su castigo?
D05JA ISASCL.
Cualquier miserable estado,
Piadosamente atractivo.
Tiene virtud de llamar
El favor há^a si mismo.
CEILAN.
Pues Tolvedle á su prisión.
MELCHOR. (Ap.)
Será su rigor alÍ?io«
Si el cielo quiere que tenga
Puerto en los naufragios mios.
CEILAN.
Y tú de aquestos iardinos
Pisa los cuadros floridos,
Mientras yo sigo tus pasos.
DO^A ISABEL. (Ap.)
iCielos ! saber determino
Por qué confusa ara dejas.
CEILAN.
Guardas, haced voestro oficio.
( Yante llevando á Melchor á ei
nes, y queda tola Ma l$abe
sednaoge por el tablado. )
D05ÍA ISARBL.
A este sitio gigante da la plava ,
Aunque sin voz, marítima átala;
Fundó en las penas, que sepultan
Siendo alberga demiseíoscaí
Salgo ¿ ver siempre el mar, va e
O va sereno esM|o de la tierra.
; Ab monstruo ajenode firmeta a
Qué de rostros mudaste i la fo:
Ceilan, con experiencia
De las distancias qae midió la d
Hacia la parte donde muere el é
Me advierte qae esti Ks^Aa,
Dije mal , que el qae taé infelit.
Que en su nataraleca es extraig
La dicha es patria delqneibabla
Cualquiera nace allá donde la I
Mi esposo es de la gran casa ote
Con que logró no principio venl
Pues, cielos, si no tengo el finí
MELCHOR. (Debajo deltaNadoM
ruido de eadeaoi.)
\ Ay de mi !
do5Ia isáan.
Yameiarbaeltrisieat
Parece que entendió mi peniaai
Mas quejas dcnncaatlmeacaeka
Vuelva d discorso áproaeíair ai
ihies, cielos, si alprnealODieaBí
Ver felices los fines de mi em^
Me qaejaré de voeslns loees M
Pues sonsegandaseanMlMeiM
Pero será, poes sos cftdoi |W|
Norte para acertar...
MELCIOB.
jVirf^en María !
DO^A ISABEL.
la he notado,
! ha respondido
otro sentido,
le mi cuidado,
ue injuria ia suerte
estancia escondida ,
tasa una vida
da á ia muerte ;
examinar
ivo el sentimiento...
scuido á mi intento
e ha de lograr;
i las tareas lleva
á estos desdichados ,
s fieros candados
desta cueva.
a misma un escotillón del
tablado.)
)lro adonde el puro
)\ llega en vano!
MELCHOB.
na?
DOl^A ISABEL.
Infeliz cristiano,
tse albergue obscuro. —
as alentado
lia que la peña
si misma enseña.
LCHOR por el escotillón ,
sin cadena.
■ELCBOR.
esencia he llegado.
DO^A ISABEL.
MELCHOR.
SÜ mal recelo.
DO^A ISABEL.
cuando he sido yo
adena mandó
HELCnOB.
Pagúelo el cielo.
DO^A ISABEL.
iqni has habitado?
■ELCHOR.
khajo, que suele,
doro esparto muele,
ulíviar su estado.
DoSa ISABEL.
3r aspereza
cautivo consiente
solamente
is en tu tristeza.
■ELCHOB.
tud no ha causado
D05ÍA ISABEL.
¿Este no ha sido
MELCHOB.
)esel padecido.
DOÑA ISABEL.
d?
MELCHOR.
El imaginado,
el alma no ignores,
¡n ella están librados ,
ibie en sus cuidados
I cuerpo eo sus dolores,
e al sentimiento
tctaal que ves ,
iniaginado es ,
il entendimiento.
LA BEMOADA DB VALLADOLID.
Los hierros eon que «t rig^r
Tiene un esclavo oprimido
Se quejan , y el ser oído
Sirve de alivio al dolor;
Y así, mas estoy sintiendo
En el Argel de una pena
La imaginada cadena
Que se arrastra sin estruendo.
D05Ia ISABEL.
Dolor de tal calidad ,
Gran causa es bien se aperciba.
MELCHOR.
Tan grande es, que en ella estriba
El perder mi libertad ;
Y mi patria, dulce nombre,
Segunda madre, pues ya
Que no le engendra , le da
Ley y costumbres al hombre.
D05ÍA ISABEL.
De muy poco afecto fué
Esa utilidad en mí ;
Las costumbres las perdí ,
Y la ley no la guardé.
Nadie, aunque mude de estado.
Pone su patria en olvido.
MELCHOB.
Ya es consuelo haber perdido
La mia, pues he notado
Que el cielo no me volvió
Adonde ya se sabia
( ¡ Ay triste ! ) la afrenta mia.
DO^A ISABEL.
¿Yáti solo te tocó?
MELCHOB.
Antes á ser mancha llega
De muchos ; que una deshonra,
Como es cáncer de la honra ,
Por el contagio se pega.
D05fA ISABEL. (4p.)
¡Su deshonra en su tormento!
¿Cuál seria la que yo
Causé en mi sangre?
MELCHOR.
El que dio
Mas muestras de sentimiento
Fué mi padre; digna acción
De pensamientos altivos,
Y aunque há tantos años, vivos
Represento en mi atención
Su pesar, su desconsuelo ,
Aquella vejez llorosa.
Aquella inquietud honrosa ,
Aquel mirar siempre al cielo.
Pues ya, como anciano estaba ,
Sintió el honor que perdía ,
Aun mas que yo, porque habia
Mas tiempo que le guardaba ;
Hendido al dolor impío,
Murió ; mi suerte lo ordena.
DOÑA ISABEL.
{Xp. Si mata á un padre una pena,
Lástima tengo del mio.j
¿Y quién la causa previno
De afectos que tanto obraron?
MELCHOB.
Un extremo, que engendraron
La imprudencia y el destino;
Una... pero aquí es preciso
No infamarla , que es mujer,
Y según llego á entender,
Parece que darlas quiso
Decoro naturaleza ,
Yu que las dio imperfección ,
Pues con nuestra estimación
Desagravia sa flaqueza.
DOÑA ISABEL. (Ap.)
A sentir su mal me obliso;
Memorias, no me turben. \:\
I
tos
MELCHOB. [kp.)
Pesares, no os renovéis.
DOSa ISABEL.
; No prosigues?
« MELCHOB.
Ya prosigo.
(Cantan abajo la copla que se sigue^ y
los dos empiecen á llorar^ mirándose
el uno al otro.)
voz. {Canta,)
En Valladolid vivía
Una dama muy hermosa ,
Que ofrecido i Dios se habia ^
Y su padre la tenia
Para monja religiosa,
DOÑA ISABEL.
Este llanto no be entendido ;
¿Cómo tu labio enmudece?
HELCBOB.
Y á tí ¿ por qué te enternece
El acento que has oido?
DO.ÑA ISABEL. , «
Lo que publica sonoro
Causa el efecto que ves.
MELCHOB.
Y yo : que como esta es
La tragedia que yo lloro.
DOÑA ISABEL.
Pues tú aumentas mi desvelo.
MELCHOB.
¿Qué escucho?
DOÑA ISABEL.
Esta sin ventura
ne á religiosa clausura
e ofreció...
MELCHOB.
¡ Válgame el cielo 1
DOÑA ISABEL.
Le dió una palabra vana
A Dios.
MELCHOB.
Pues yo venf^o á ser
Hermano de esa mujer.
DOÑA ISABEL.
Y yo su infeliz hermana.
MELCHOB.
¿Qué dices?
DOÑA ISABEL.
Verdades son.
¿Tú esclavo? El alma lo siente.
MELCHOB.
Y tú en traje que desmiente
a cristiana religión ?
¿Qué es esto?
DOÑA ISABEL.
Agraviar lafe.
MELCHOB.
¿Y tu ley?
DOÑA ISABEL.
Ya la perdí.
MELCHOB.
¿Yéldelo?
DOÑA ISABEL.
No le temí.
MELCHOB.
¿Y tu ofensa?
IK>ÑA ISABEL.
La olvidé.
«ELCHOB.
¿T el precepto?
WOñk ISABEL.
Le quebré.
i'
364
MELCHOR.
¿Y Dios?
D05Fa ISABEL.
Renegué profana.
UELCIIUR.
Pues no te rin(;:is mi hermana ,
Que ella el bautismo logró;
Y aquí, mujer, te hallo yo
Sin las senas de cristiana.
C.uando con solo tomor
Hallarte sin honra creo,
¿Sin ella y sin üios te veo?
Ya es la pinrel ida mayor.
Mas sí huyó de ti el honor,
Viento de humanos antojos ,
Üios no. aun(|ue le das enojos,
Que es luz de infinito ser ;
Ya la volveiásá ver.
En volviendo á abrir los ojos.
Llora , que asi en razón cabe,
Pues fuentes los ojos son,
Y es el arc;i el corazón ,
Que tenga el dolor la llave.
¿Lloras callando?
DOÑA ISABEL.
Es que sabe
El llanto á Dios obligar.
Las lágrimas han de hablar,
La lengua no ha de sentir,
Que es indigna de pedir
Lo nue se ain*\¡ó a negar.
Mas Dlasfema ofendí ¿ Dios,
Rompiendo la presa luego
De su piedad ; yo me anego.
Miiría, asiréme á vos.
Corramos juntos los dos.
Sed la tabla liadora
Que me salve, porque agora ,
Con las turbias avenidas,
De mi error van muy crecidas
Lus iras de Dios. ¡Señora !
Lo que os ofrecí no olvido;
Llevadme vos donde pueda
Ponerlo en ejecución ,
Yo os cumpliré la promesa:
Déme el cielo un gran dolor.
Y tú , pues tienes las señas
De divino por tu sacra
Sacerdotal preeminencia ,
Substituye el tribunal
Déla justicia suprema.
Para que, siendo tú el juez.
Yo «luien sus culpas confiesa ,
Tú asegurando perdones ,
Yo ofreciendo penitencias ,
Tú admitiéndome á la gracia,
Yo postrada por la tierra,
Tú piadoso, yo vertiendo
A lus pies Lágrimas tiernas ,
Tú representes á Cristo,
Y \o imite á Magdalena.
MELCHOR.
Agora si el amoroso
Nombre de hermana granjeas ,
Con lo que siente tu llanto.
Con lo que dice tu lengua ;
Llega á mis brazos.
D05lA ISABEL.
Mas justo
Es que á tus plantas lal deuda
Reconozca; pues quien hace
Que yo á s«.*r cristiana vuelva.
No es hermano, sino padre.
Que mi nueva vida engendra.
DON LOPE, a/ pai}0.
CAprrAN.
¡Cristiana dijo! ¿Qué escucho?
Cuando mi valor intenta
LUIS DE BELMONTE BERMÜDEZ.
La venganza, ¿qoiere el cielo
Que la «jecucion suspenda?
Dos cosas á un tiempo admiro ;
Pues siT su hermano conflesa
Aquel cautivo, saldré
De confusiones tan nuevas.
Sale EL CAPITÁN.
D05ÍA ISABEL.
A buen tiempo te ha traído
El cielo, para que sepas
Que el que ves...
CAHTAlf.
Ya esa noticia
Tarde ¿ mis oidos llega ;
Que es tu hermano me ha informado
Tu voz.
DOfiA ISABEL.
Pues la Providencia
Divina traerle quiso
Adonde por él merezca
La nueva luz que me alumbra.
Y tú , (|ue fuiste primera
Causa de tantos errores,
Dejando pasiones ciegas,
Pues ya fueran para mi ,
No lisonjas. Sino ofensas.
Testigo has de ser ahora
De la mas cristiana prueba.
De la acción mas prodigiosa.
CAPITÁN.
¿Quién tal suceso creyera ,
Que en África una fortuna
A los tres juntar pudiera?
MELCHOR.
Pero aunque el haber oido
Quien soy mi agravio me acuerda.
Por el estado en que estoy ,
Y el que profeso con muestras
De piedades, perdonara
Otras mayores ofensas.
CAPITAIf.
De hoy mas reine una hermandad
En los tres.
MELCHOR.
Di loque intentas.
OO^A ISABEL.
Yo (si Dios mis pasos guia)
He de besar las arenas
Que á la romana liara
Dan religiosa obediencia,
Sacando de esclavitud
Cuantos cautivos...
CAPITAIf.
Resuelta,
Imposibles facilitas.
MELCHOR.
¿A qué embarcación apelas.
Que hasta las cristianas playas
A salvamento nos vuelva?
DO^A ISABEL.
Con un fingido rigor
Haré aprestar la galera
Mas veloz de los cautivos ,
Que esas tarazanas pueblan ,
Y los dos saldréis conmigo.
Llevando para defensa
Los de mas satisfacion.
MELCHOR.
Del puerto las centinelas
Nos conocerán.
CAPITÁN.
Y el ir
Sin armas es loca empresa.
D05ÍA ISABEL.
Mañana es dia festivo.
En que honrarme Ceiiaii piensa
De la corona de Fes ,
GoB que Amarélet le premia.
¡ Pluguiera al cielo divino
Queta del martirio fuera !
Y como á este fio , traídos
De uoblaciooes diversas,
En la ciudad cada dia
Moros extranjeros entran ,
Creerán que sois destos mesmos;
Que á mi cargo el daros queda
Trajes que á todos disfbceo,
Y armas para qae os defiendan.
CAFITAH.
Bien lo disponéis.
■ELCIIOa.
¿YaUndo
Ha de ser?
OOJlA ISABEL.
En lo qae resta
Del dia las prevencioiiei
Dispondré sagaz ▼ atenta ,
Y entre el dormido tlleacio..
Mas recaurnos es foeraa;
Después lo sabréis.
MBLCHOB.
Eleielo
Esos discursos alienta.
DOftAISABBL.
Pues aguardadme apartados,
Por no despertar sospeeiías,
Los dos, hasta que os avise.
CAPITAII.
Tu fama ba de ser eiema.
HBLCHOB.
Tu nombre guardará el bronce.
doRa ibabcl.
Ea pues, mi celo oideba
Que me ayadeis haata el fia.
GAMTAM.
Y hasta la ciadad toprema ,
Que á siete montes las freaies
Pisa...
Y basta qoe te veas
Postrada al gran Pío Quinto,
Sacro pastor de la iglesia.
DOÜA ItABIL.
Pues advertid que el aueeso
En la dilación se arriesga.
CAPITAII.
Yo estaré atento á tn aviso.
HELCHOa.
Yo cumpliré lo qne ordenas ,
CAprrAB.
Eres voz que nos condnce.
■BLCMOa.
Y norte que nos gobierna.
DOÍÍAMABBL.
Volved.
HBLCaOft.
¿Quéadveitenetablu?
DOftA babbl.
¿Qué aventáramos en estt
Resolución?
CAriTAlf.
Ser sentidos.
noilA ISABEL.
¿ A qné riesgos nos condeoí
Ese estorbo?
■BLCMB.
Al de la
aoüAisAanb
i Rehusarás lA ptdecarii
Por la fe?
CAPITÁN.
en tos mostrara.
DO^A ISABEL.
MELCHOR.
las perdiera.
DO.^A LSABEL.
lia cristiana
d7
MELCHOR.
Por ella
CAPITAX.
isnio digo.
OO^A ISABEL.
la primera
MELCHOR.
íse es valor.
CAPITA?!.
MELCHOR.
Esa es deuda.
CAPITAL.
MELCHOR.
s ser redentora
DO^A ISABEL.
Dios lo quiera ,
sigue en sus templos
las cadenas.
ada uno por su parte.)
íATRIz y naranjo.
BEATRIZ.
ijá le ha mandado
)rra sacar,
á bien librar
onsultado ;
no en ti se emplea ,
mediante Dios,
os los dos,
ema lo vea.
flARAüJO.
aya A ese efecto
o son medios vanos;
, á falta de cristianos,
tu respeto ,
quedad contigo,
le de tener.
i ISABEL. (Dentro.)
tiano h.i de ser
leí castigo.
BF.ATRIZ.
o daño advierto,
ItARA?IJO.
on qué motivos
;1 de cautivos
ando hacia el puerto?
BEATRIZ.
'án informados,
i la ocasión.
EMA y LOS DEMÁS moros, t
ABEL, con bengala y espada
DOÑA ISABEL.
I afícion
al Bajá, soldados.
5, yo OS quiero pedir
i me volvéis á dar
no cegar,
oz para fingir. )
LA RENEGADA DE VALLADOLID.
Ya sabéis que el diligente
Afán de las centinelas
Descubrió cristianas velas
Hacia este mar del poniente;
Y yo con desvelo atente
En sus gavias levantadas
Vi las flámulas cruzadas,
Que tremolaban al viento.
Y como el cristiano ha dado
Sospechsa para poder
Desde allí reconocer;
De mi esfuerzo aconsejado
Ceilan, con poder supremo
A todos esos cautivos ,
Que intentaban fugitivos
Librarse, los echa al remo;
Que asi, para examinar
Si el enemigo se enoja ,
Dos galeotas arroja
Sobre la espalda del mar.
ZI3LEMÍI.
¿Y desta sarta no es cuenta
Naranjo por lo cuadrado?
También es acomodado
Para galeote; ¿qué intenta?
¡ Qué liolgazan y vagamundo
Con estos cuartos está !
IVARANJO.
Conservarlos, porque ya
No se halla un cuarto en el mundo.
DOÑA ISABEL.
Corra una misma fortuna ;
Y pues ya con ciego espanto
La noche tiende su manto
Sobre el rostro de la luna,
Llevadle.
NARANJO.
Siento el dejar
Esclava á Beatriz , por ver
Que lú la podrás vender,
Y ella se sabrá alquilar.
BEATRIZ.
¿Tú galeote?
ZDLEMA.
¿Qué te alteras?
Yo me casaré después
Contigo.
NARANJO.
Lo mismo es
Casarse que ir á galeras.
( Llevan á Naranjo los moros. )
ZULEMA.
Vaya al remo.
DOÑA ISABEL.
{Ap. Estos parecen
Rigores y son piedades.)
Tú, Beatriz...
BEATRIZ.
¿Qué es lo que ordenas?
DOÑA ISABEL.
Que retirada me aguardes
Junto á esas ramas.
BEATRIZ. (Ap.)
¿Qué intenta,
Que del silencio se vale?
DOÑA ISABEL.
Ya de avisarlos es tiempo.
Pues los tengo hacia esta parte,
encubiertos con la noche.
Disfrazados con los trajes.—
Salid á la playa , amigos.
Llegúense al pañoMEhCnO^ DE AGE-
VEDO, EL CAPITÁN Y EL SAR-
GENTO, en trajes de moros , con es-
padas y broqueles.
MELCHOR.
Ya esta voz nos satisface.
DOÑA ISABEL.
Ea, cristianos, ó al viento
El pardo lino desate
Nuestra industria , ó á la fe
Estas vidas se consagren.
MELCHOR.
Cristiano valor esconden
Los moriscos almaizares.
CAPITÁN.
De tan buen soldado fio
Resoluciones mas grandes.
SARGENTO.
A vuestro lado, don Lope,
¿Quién ha de morir cobarde?
DO.^A ISABEL.
Venid siguiendo mis pasos.
MELCHOR.
La noche ha cubierto el aire,
Y con sus mudos horrores
Se oyen del mar los embates.
CAPITÁN.
Pisemos con tal silencio.
Que entre las obscuridades
De nuestros mismos oídos
Nuestras huella's se recalen.
MELCHOR.
Para que las atalayas
Que sobre los baluartes
Están no puedan sentirnos.
Cuidemos que al aprestarse
La galera, lentamente
Las áncoras se levanten ,
Que mudo el timón se mueva,
Que al dar orden de que zarpen ,
De banco á banco á la proa
Sorda la palabra pase ;
Y que bogando á cuaiíeles
Cada remo en golpes graves.
Templadamente castigue
Las ondas para que callen.
CAprrAN.
¿Aseguraste á Ceilan?
DOÑA ISABEL.
Ya no hay prevención que falte.
Salen por otra parle CEILAN
T ZULEMA.
CEILAN.
Como nuestras costas corren
Cristianas velas, me trae
Receloso este cuidado.
CAPITÁN.
Gente viene.
DOÑA ISABEL.
¡ Qué notable
Riesgo! ¿Si nos han sentido?
CEILAN.
¿Qué tropa es la que tan tarde
Pisa la playa?
ZULEMA.
Será
La escuadra que á rondar sale
El puerto.
DOÑA ISABEL.
Pues & embarcamos,
Aunque sigan nuestro alcance.
Bien nos anima.
CAPITAH.
566
HBLCHOB.
Resuella
Vencerás diOculiades.
D05ÍA ISABEL.
¿Qué estorbo humano ha de haber,
Cuando llevo á Dios delante?
{Yante.)
CElUIf.
Sí es la ronda del presidio,
¿Cómo con descuido fácil
Se fué sin reconocernos t
EOLKIIA.
Si no es que al oído engañen ,
Del mar, que azota esas peñas ,
Siento romper los cristales
Sordos remos, que sus ondas
Repetidamente baten.
CEILAIf.
Para saber lo que ha sido,
La luz nos dan los celajes
Del día , que ya amanece ;
Mas, cielos, ¿qué bajel sale
Del puerto, dejando rotas
Las amarras y los cables?
HELCHoa. {Dentro.)
Bogad con brío , espafioles.
DOXA ISABEL. {Dentro.)
¡\'irgen, Taledme, ayudadme.
Pues sois mi amnaro y la luz
De mi salvación !
LUIS DE 6ELM0NTE fiERMUDIZ.
CElLAll.
¡ Notable
Cosa! La voz de Celima
Es la que oigo. De coraje
Ardo en iras ; ^qué es aquesto T
Zulema, al panto, al instante
Dos galeras apercibe.
TODOS.
¡Iza , boga , buen viaje !
Tocan clarines y cajoi; llega hasta la
mitad del patio la galera^ donde irdn
DOf^A ISABEL, MELCHOR, EL
CAPITÁN , NARANJO T BEATRIZ.
DO.^A ISABEL.
Ya, Cellan , el cielo quiere,
A mi intento favorable.
Que aquel sacrilego error
Con esta acdon se restaure.
Yo protesto en tu presencia ,
Ya que la negué inconstante.
Que confieso el del bautismo
Nunca borrado carácter.
Y el no quedarme resuelta
Donde con mí propia sangre
Vuestros crueles martirios
Ilustres memorias labren ,
Es porque aquestos cautivos
Libertad feliz alcancen.
Y los demás que se embarcan
Sobre esotro teño errante.
?ne ya entre rizas empuñas
iendeiasTelaaalaire;
Y aunque bollar quieras las ondjs
Con tus proas en mi akaoce,
Tremolo en señal de guerra
Este sagrado estandarte ,
A un tiempo defensa y norte.
Para que no me acobarden ,
Ni las flechas , ni las balas.
Ni los Tientos, ni los mares.
Toca á embarcar ; ya te sigo.
CAIITAÜ.
Valor habrá que te aguarde.
■KLCnOB.
Cristiano esfuerzo leoeaoi
HABARJO.
Beatrícilla va por lastre,
Señor.— Zalema.
ZULUIA.
Deü,
Si te alcanzo, be de f engame.
■ILCBOB.
El cielo nos encamine.
{Tocan Msfsi.)
TODOS.
¡ Buen Tiaje, buen Tia^!
CBIUB.
Y aqui estahamfldeploBtt
Piadosa disculpa aleanee.
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
DER CON LAS FINEZAS,
DEL LICENCIADO DON JEBONIMO DE VILLAIZAN.
PERSONAS.
CE-
OCTAVIO, galán.
BLANCA, dama.
ELVIRA, 8U prima.
DOROTEA, criada,
DON GARCÍA, padre de
Blanca.
DESVÁN, iíriado.
FABIO, criado.
.IMKRA.
ELVIRA.
'a.
'oiifíoja
moja,
idmira.
a,
ora,
a.
Pues,
lora?
ir
or,
nor,
cir;
oir
Ivido;
(Jo
L)S
0.
constante,
o,
riendo,
lante,
n semblante
5 señas,
2 empeñas;
s
5 callas
í enseñas.
bajeza,
Amar cobarde es flaqueza,
Y culpa engañar, querida ;
Y asi , un alma repartida
Ni podrá amar ni temer,
Porque, si se ha de querer
Con decoro y con primor,
La vida de un solo amor
Toda un alma ha menester.
BLANCA.
Oye, Elvira, que primero
Daré la vida contenta,
Que permita, que consienta
Culpa en mi amor verdadero.
Solo á Enrique eslimo y uuiero;
Que , aunque al Conde le lie sufrido
Y escuchado, no he temido,
No, que salga vencedor
De un amor íirme otro amor.
Ni he estimado ni creido.
i. No se ve eJ Etna eminente
Ser, V mostrarse en un bulto.
Vivo ^longibelo oculto
Y helada sierra aparente?
¿Qué mucho, pues, que yo intente
Ser Elna mejor adonde
Con Enrique y con el Conde
Soy una breve mentira.
De nieve en lo que se mira,
De fuc^o en lo que se esconde?
Y ;. que importa que me explique
Su fe el Conde, si en rigor
r>l me eslá hablando en su amor,
Y yo pensando en Enrique?
Y así , porque no me aplique
Luz que después me acobarde,
Ha^o del incendio alarde,
Porque en un duelo reñido
Aprende para vencido
Ll que se teme cobarde.
Quien habla en si ha de olvidar
No eslá muy íirme en su amor,
Ni está bien con su valor
Quien no le sabe empeñar.
¿Qué hiciera yo en adorar
A Enrique sin resistencia
De otro amor, de otra violencia?
Luego á mas mérito nace ,
Porque hay glorias que las hace
Mayores la competencia.
ELTIBA.
Confieso que quiso mas
La que mas supo vencer;
Pero ¿dejará de ser
Mas firme la aue jamás
Dio ese agrado que tú das
A otro amor? Nadie lo ignora ;
Luego tu Te se def dora ,
Pues esa atención fingida
Que das á lo que seolvida.
Quitas á lo que se adora.
Y esto es solo discurrir
En un buen duelo de amar.
Donde no se han de buscar
Conveniencias de vivir;
Porque en llegando á advertir
Que es absoluto señor
El Conde , que tiene amor.
Que Enrique es noble, tü hermosa,
La ocasión muy peligrosa,
Muy delicado el honor,
El vulgo muy atrevido.
Tu padre muy alentado,
El peligro muy hallado,
El remedio mal sabido ;
Que no ha de ser tu marido
El Conde, que lo ha de ser
Enrique, y vals ¿perder,
El la vida y tú la fama;
Que eres mucho para dama,
Y poco para mujer;
Que el Conde te quiere á tí,
Y finge que á mi me quiere;
Que Octavio , mi amante , maere
De celos que no le di ;
Y que entrando el Conde aqui
Con Enrique, puede ser
Que cada uno llegue á ver
Su agravio en particular ;
Que entrambos se han de enojar«
Y que en fin se han de saber;
Que el Conde no ha de sufrir
Desaire en ridad ;
Que Enriou... . lo dad,
Disculpas wm ti
368
Ni lú has de poder cumplir
Con lodo: peligros son.
Prima, en cnya confusión,
Contra lu estado v el mió.
Crece el d:iño, falta el brio
Y enmudece la razón.
BLANCA.
No es nuevo en mi discurrir
¡Ay Klviral en mi pesar.
Mas ni me alrevo á olvidar
A Enrique ni ¿ resistir
Al Conde, y no puedo huir
Un mal y otro repetido,
Y de los dos, be tenido
Por medio mas acertado
Tener al Conde engañado
Que aventurarle ofendido.
EL\1RA.
Doy que pueda ser cordura
Esa atenta prevención.
A la verdad, ¿no es traición
O fineza mal segura,
Cuando Enrique con fe pura
Toda el alma te mostró.
Encubrirle que te amó
El Conde, y aventurar
A que él se pueda enojar,
Pues se lo callaste?
rla:<ca.
No;
Porque, estando en mi seguro
El decoro de mi amante.
Mientras yo con fe constante
Dilalarle un mal procuro ;
Aunque boy su enojo aventuro
Si sus celos no le digo.
Pues con callarlos le obligo.
Como mi intención sea buena,
Y yo le excuse una pena.
Mas que se enoje conmigo.
Demás deque es conveniencia,
Decente al suyo y mi honor.
Callarle á Enrique otro amor.
Porque , viendo otra asistencia,
Temiera de su violencia
Lo que tú temiendo estás,
Y aunque él se esforzara mas,
En algún temor cayera
Quizá, de que no pudiera
Satisfacerse jamás.
Y entre un cuidado celoso
Y un descuido asegurado.
Mas le quiero sin cuidado
A Enrique que cuidadoso ;
Sin ser querido es dichoso.
No turbe su dicha ahora
Una sospecha traidora,
Poniue aun mentida la ofensa,
Hace infame al que la piensa
Y dichoso al c^ue la ignora.
Finalmente, si le diera
Cuenta á Enri(|ue de otro amor.
Viendo empellado su honor
Con el Conde, ser pudiera
No verme roas , y esto fuera
Para mi el mayor pesar.
Luego es fineza el callar.
Pues aunque los riesgos toco,
No le quiero yo tan poco.
Que le quiera aventurar.
ELVIRA.
A todo me has satisfecho.
BLANCA.
Bien sabes lo que be vencido
Con el Conde, y que he querido
Sacarle el amor del pecho;
Mas, no siendo de provecho
Mostrarme con él severa,
He dispuesto, la primera
Nuche que me venga á ver.
EL LICENCIADO DON JrilONIMO DE VlLLAIZAN.
Declararme, y ha de ser,
Escucha, de esta manera.
{Hablan las dos.)
Salen ENRIQUE, DESVÁN t DO-
ROTEA.
ENRIQDB.
¿Qué hace Blanca?
DOROTEA.
Con su prima
La dejé haciendo labor.
B?(RIQUE.
¿Podré hablarla?
DOROTEA.
Si, Señor ;
Porque sé yo lo que estima
Tu persona, y se holgará
De saber que estás aqui ;
Mas las dos vienen alli.
BLANCA.
Enrique ha venido ya;
Disimula, no le des,
Elvira, qué sospechar.
ELVIRA.
Mucho tenemos que hablar.
BLA?fCA.
Pues déjalo hasta después.
ENRIQUE. {Llegándose.)
¿Blanca?
BLARCA.
¿ Enrique? {Ap, Amor, anima
El fuego que en los dos ardej
ENRIQUE.
Dijome el Conde esta tarde
Que vendrá á ver á lu prima;
Que, como sabes, la adora
Cortés, galán y discreto,
Confiando este secreto
De mi lealtad ; yo. Señora,
Como tanto el verte estimo.
Que vivo mas, según creo,
A cuenta de lo que veo
Que á cuenta de lo que animo ;
Queriendo, con la ocasión
De avisar á Elvira, hablarte
Este rato , y acordarte
Mi siemprefírme afición.
Me vine un poco delante ;
Si mucha licencia ha sido.
No estima, no, ser querido
Quien no es solicito amante.
BLANCA.
Está tan lejos en ti
De ser culpa esa licencia.
Que en tu amor fué diligencia,
Y agradecimiento en mi.
Juzga, pues, si enamorada,
Cortés, atenta y gustosa,
Podrá tenerme quejosa
Lo que me tiene obligada.
ENRIQUE.
¡ Ay, Blanca, lo que te debo !
BLANCA.
¡ Ay, Enrique, esto es amar !
ENRIQUE.
Déjeme el cielo pagar
Fe tan firme, amor tan nuevo.
BLANCA.
¿ Hablaste á mi padre?
ENRIQUE.
Sí.
Blanca.
BLANCA.
¿Y qué respondió?
EIIRIQCC.
Como lo esperaba yo.
BLANCA.
Habló so piedad por mi;
¡Que estos ratos nos impida.
Por querer á Elvira, el Conde!
KNmOOB.
Mal á nuestro amor responde
Su piedad encarecida.
BLANCA.
Esfuerza mi engaño, Elvira,
Hablando á Enriqae.
KLTltA.
SI haré.
{Áp, : Que asi se engañe ana fe
Que a ser inmortal aspire!)
ENRIQUK. (Ap.)
:Que el Conde me esté estorban
ÍA) que amor me esU ofreciendo
BLANCA.
i Que cuando le estoy queriendo
A Enrique, le esté en^ñando!
ENMQOB.
Mas, si á buena lux se mira.
Mayor la desdicha faera •
Si el Conde á Blanca quisiera;
Mas vale que quiera á Elvira.
BLANCA.
Mas, si por haberle amado.
Pude llorarle perdido.
Ctmio en mi no esté ofendido,
No importa qae etlé engallado.
DBSVAII.
¿Dorotea?
DOROTEA.
¿Qaé hay. Desván?
DESVÁN.
Mil requiebros atrasados.
Que, de puro estar gnardtados.
Sentidos pienso qae esUn.
DOnOTlA.
¿Con eso sales aliora?
DBSTAR.
Pues ¿con qaé qaieret qae saka.
Que menos cueste y mas nlgaf
Está Enrique á ta sd&on
Hablando en cosas de amor,
Y desde que losoi.
Me em(>ortuguesé, y sentí
Tíernisimo.
DOftOTlA.
¿EsoesAuer
O arrendajo?
DBSfAÜ.
Soy perdido
Por hacer cnanto veo hteer ;
Y asi , como vi querer.
Quiero como on deseotido.
b inal mente , no hay aecionv
Buena ó mala, aaesl vao
Hacerla, no la deseo;
Y puede aquesta paaloB
Tanto en rol , qae eoow «a dl|
Que á un hombre Iban a
Se le quedasen rnlnndo
Todos , fné la rabia mia
Tal , que en el asno snbi,
Y pedí qae me aiotí
Porque i él no le i
Y me mirasen á mi.
DOaOTKA.
Desran, may malo cssaíHr,
Y á macha cosu y iiak#
En esto del arraadijB
•-• ■•.*íí.
iiedo reprímir;
0 estoy en pié
1 acomodado,
a bien senlado,
ilagros, sí á fe.
DOROTEA.
or eso lo dejas,
adra nos saldremos
JODde nos sentemos.
DESVÁN.
Dte me aconsejas.
(Vante.)
ELVIRA.
el riesgo en que estoy,
y aunqae procuro,
inion que aventuro
gustos que os doy,
^1 galanteo
e , no me he atrevido
rarle ofendido,
empeñado le veo.
BLANCA.
;e es lance forzoso,
ligo que hiciera
ímo, si me viera
le un poderoso.
ENRIQUE.
ras, Blanca, estando
>eño en que estás ,
npre se obliga mas
ido que engañando.
BLANCA.
sirve despedir
10 se ha de apartar?
ENRIQUE.
asegurar
o puede sentir.
ELVIRA.
inte no Gara
honor, me ofendiera.
ENRIQUE.
la entretuviera
oante, la dejara.
BLANCA.
nante y poderoso,
eno para ofendido.
ENRIQUE.
ara marido
é galán celoso.
ELVIRA.
mucho apretar.
ENRIQUE.
Qucbo permitir.
BLANCA.
jara morir.
ENRIQUE.
;)iera matar.
BLANCA.
rique; considera
bien que me amenaces.
ENRIQUE.
) lo qne haces,
lo que yo hiciera.
BLANCA.
iné dices?
ELVIRA.
Digo
smo temor me dan
para galán
luepara marido;
>o que viene gente.
BLANCA.
CoDde?
ENRIQUE.
Puede ser;
C. DE L.— n.
OFENDER CON LAS FINEZAS.
Y pues le ha de entretener
Elvira, cuando se siente
El Conde, Blanca, procura
Dejar la conversación
Y salir, pues la ocasión
De hablarnos es tan segura.
¿Qué dices?
BLANCA.
(Ap. Esto es peor.)
Que me holgara de poderle
Dejar al Conde, y hacerle
Este gusto á nuestro amor;
Pero dejar sola á Elvira
Con ^ Conde, y dar lugar
A que se canse en hablar.
No es justo; tras esto, mira
Lo que quieres, que eso haré.
ENRIQUE.
Tienes razón; yo pedí
Como amante.
BLANCA. (Ap.)
Bien salí
Del peligro en que me hallé.
ELVIRA.
El Conde.
ENRIQUE.
Pues, Blanca, adiós.
Hace que se va y y sale EL CONDE.
CONDE.
¿Enrique?
ENRIQUE.
¿Señor?
CONDE.
¿Qué bacias?
ENRIQUE.
Avisarlas qne venias
A Elvira y Blanca, y las dos
Te esperan.
CONDE.
Pues ten cuidado,
Por si viene don García.
ENRIQUE.
En la diligencia mía
Queda el ries^zo asegurado.
{Ap. ¡ Hay linaje de desdicha
Como la que veo, cielos.
Que, sin darme el Conde celos,
Me estorbe el Conde la dicha! {Vase.)
BLANCA.
¿Se fué Enrique?
ELVIRA.
Ya se fué,
Y entró el Conde.
BLANCA.
Pues , Elvira,
A esa cuadra te retira,
Déjame con él.
ELVIRA.
Sí haré,
Blanca ; mas saber deseo
Qué intentas.
BLANCA.
Desengañar
Al Conde, y asegurar
El peligro en que me veo ,
Si se sabe su aticion ,
Porque ha de ser mi marido
Enrique , y porque he temido
Su resuella condición.
ELVIRA.
Cuerdamente lo has pensado.
BLANCA.
Pues adiós, Elvira.
ELVIRA.
Adíes.
{Ap. En tanto que hablan los dos,
809
He ocupará mi cuidado;
A escribirle un papel voy
A Octavio, que, como es primo
Del Conde, aunque yo lo estimo,
Ha dado en pensar que soy
La dama que el Conde ama;
Y temiendo su disgusto.
Por no faltar á su gusto
Quiere faltar á su dama.
Y aunque Blanca me encargó
Este secreto, perdone
Blai^ca y su temor me abone,
Porque soy primero yo.)
CONDE. {Ap,)
Dudo qué misterios son
Quedar Blanca v irse Elvira;
No sin novedaa me admira
En Blanca esta permisión.
BLANCA. (Ap.)
Mucho mi opinión desdigo
En quedar sola, pues voy
Siempre á perder; mas no estoy
Sola cuando estoy conmigo.
CONDE. {Áp,)
Pero sin duda que trata
De premiar mi amor quejoso.
BLANCA. {Ap.)
Cuando el remedio es dudoso,
Le pierde el que le dilata.
CONDE. {Ap.)
Pues ¿qué dudo, que no llego
A lograr tanta ventura?
BLANCA. {Ap.)
Pues ¿qué aguarda mi cordura,
Que no atiende á mi sosiego?
CONDE. {Ap.)
Lógrese mi amor constante.
BLANCA. {Ap.)
Quede mi fe encarecida.
CONDE. {Ap.)
Sin Blanca no quiero vida.
BLANCA. {Ap.)
Viva la fe de mi amante.
CONDE.
¿Blanca?
BLANCA.
¿Sefior?
CONDE.
No creí
Hallarte á solas un día.
BLANCA.
Diligencia ha sido mia.
CONDE.
¿Aun eso mas?
BLANCA.
Señor, si.
CONDE.
La mano por la fineza.
BLANCA.
No porque os halléis conmigo
A solas...
CONDE.
¿Qué decís?
' BLANCA.
Digo
Que me escuche vuestra alteza.
Dos años há que me mira
Vuestra alteza , Dios le guarde
Para blasón generoso
De sus nobles catalanes;
Dos años há que mé mira
C^ortés, secreto y amante.
Tan atento á mi decoro.
Tan su lo en sus pesares,
Que t lobUear el fuego
{Vase.)
U
570 EL
Que en mudas cenizas arde,
Guardó el cilor en el pecho
Sin dar la llama al semhlanie.
¿Parece le á vuestra allez.a
Que fué mucho el ocultarse,
El vencerse, el resÍRlirse?
Mucho rué , pero repare
En (|ue yo, sútndu mujer.
En ve/, ,'sí , de hacer alarde
Del ser querida, pudiendo
Desvanecerme s-us parles
Generosas, me negué
A estos aplausos vulgares.
£n esto tiempo. Señor,
Vos asistente, yo afable;
Vos punlual, yo corles;
Vos siempre íino en guardarme
Del vulj^o, yo siempre ;itenU
A que al honor de mi sangre
Ni con sospechas se injurie
Ni con indicios se manche ,
Convinimos en que Elvira
Diese h entender... Mas si sabe
Vuestra alteza , claro está.
Tan por menor estos lances,
¿'De (|ué sirve referirlos
Segunda vex, ni acordarse
Que es princiiie, yo mujer,
Vasallo leal mi padre.
Mi estado el mas peligroso
Y el vulgo mas vigilanie?
Pasemos :^ lo que importa;
Escúcheme , y no se canse ;
Qne le he menester ahora
Mejor principe qne amante.
COXDE.
No es posible divertirme,
Porque de tus ojos salen...
¡Ay blanca!
BLANCA.
¡Pese ¿ mis ojos!
Cuando mi honor |»ersuade
Vivamente mi peligro,
¿Ellos con vicleiicia íácil
Le divjerieu, ó le informan
. Menos seguras verdades?
Vueikira alteza no lo crea,
Gran Señor, mientras yo habit;
llaga esio por mi, ó fí no.
Vive Dios, que me los saque.
COMDE.
Bueno está, Blanca.
BLANCA.
Señor,
Ni os enoje ni os espante.
Cuando mis ojos me ofenden,
Qne airada los amenace ;
Porque sí la tirania
De unos ojos puede y hace.
Ocasionando un deseo.
Que se deshonre un linaje ,
Aunque ciegue mi hermosura.
Mucho mas vendrá á importarme
Un rigor que me asegure
Que unos ojos que me infamen.
COXüE. (Ap.)
¡Notable mujer!
BLANCA. (A//.)
Enrique,
Esto es quererte y honrarte;
Mucho me debe iii amor.
Plegué á Dios que me lo pagues.
CONDE.
Prosigue, Blanca; que ya.
Sin divertirme á mirart'e.
Te escucho atento ; prosigue.
BLANCA.
Digo pues. Señor, qne aparte
Vuestra alteza su razón
LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLálZAN.
De su albodrio, y repare
Qué fin pretende en su amor;
Porque en las dificultades,
Quien no previene his lines,
Bien merece nue le falten
Los sucesos Vuestra alteza,
Claro está , no ha de casarse
Conmigo; pues, aumiue es cierto
Que apurando calldaaes.
Doña Blanca de Cardona
No cede á ninguno en sangre.
Es conde de Barcelona
Vuestra alteza, y es mi padre
Vasallo suyo ; y en tin, •
No es posible que me engañe
Yo á mi misma de manera.
Que, en fuerza de ser mi amante,
Crea qne su amor le obligue
A que conmigo se case.
Pues pensar que á las lisoidas.
Que á los ruegos, que al eximen
De su amor, be de ser rosa
Cuya púr|»ura fragante
El que la buscó posible
La solicitó cadáver.
No, Señor, ponpie si tiene
La rosa beldad que atrae.
También para su defensa
Tiene espinas que la guarden.
¿Para quién es el vencerse.
Sino para un hombre grande,
Que, dueño de su fortuna.
Dentro de sí misiuo cabe?
Válgame ron \nestra alteza
Lo que me ha querido; alcance.
Como adorada lisonjas.
Como afligida piedades
Y como mujer consuelos,
Por(|ue á los dos nos alaben
De (|ne ha sabido vencerse
\ yo he sabido rogarle.
CONBE.
(Ap. Mudo he auedado, T t)0 tengo
¡Ay de mi! que replicarle.)
Blanca, jamás de mi amor
Es|)eré, el cielo lo sabe.
Ni mas premio que tenerle
Ni mas dicha que adorarte;
Vivir y amar solo quiero.
Déjame que viva y ame.
BLANCA.
¿Y mi honor?
CONDE.
¿ No se asegura
En mi fe muda y constante
El secreto, pues ha estado
Mi amor en la noble cárcel
Del pecho, sin qne á los ojos,
Por indicios, por señales,
Salga jamás?
BLANCA.
No hay secreto,
No, que pueda asegurarse
Del tiempo, de la fortuna.
Del amor, de sus pesares.
De las sospechas del vulgo.
De los desvelos de un padre.
Y aun se esfuerza este peligro,
Des[»ues qne Enrique, á quien trae
(Consigo, á mi nadre habló
Para que con él me case,
Y los dos se han convenido,
Y ya para efectuarse
Esperan su gusto, y este
No hay razón por qué les falte.
Enrique está disculpado,
PoMjue piensa qne es amante
De Elvira ; yo, no es posible
Que la respuesta dilate
Sin hacerme sospechosa.
Vos no sufriréis desaireSt
Ni Enrlqne es hombre en qiitB
Podré segura casirme.
Oyendo otro anor. JnnUd
Aquestas dífícaltades,
Y haUaréis que nna flneti
Sola, aunque mu; inportaote.
Os qtieda que hacer por ni,
Qne es venceros, y dejarat
Libre, para que yo pueda...
GOHDft.
Oye, espera; ¿qué esdcjaiMT
Qué es sufrir que otro t« quien,
Y yo de celos me abrase?
¿Ves cuántos inconTeoienles
Me has propuesto? Pues nai CkÜ
Es atropellaríos todos
Que vencerme ni olfidarle.
Pues cuando lodos se junieo
Contra mi . si no Itastarea
Las ternuras, las finesas.
Con rigoreSt con cnieldadei...
BLAICCA.
No prosiga vuestra altexa
(>)n la razón, ni la acabe
Tan en descrédito nio.
Que después, cuando se halle
Quieto el inímo, le pe^e
Que su voz la prannndase.
Yo le be propuesto wils duda;
Tome, pues, tiempo basiaait
Para responderme ft ellas.
Porque es mi raiou un grmáe,
Que la ha de recouocer
Maf or cuanto mas pensara
En'ella ; y pues ne eacarcos
Tanto sus cuidados, pase
La dilación por Oneía;
Que por lo menos es darle
Ocasión para qne voelvt
Otra vez á visitarme.
CONM.
Admito, Blanca, el eons^,
Pero me lo das en balde;
Porque he de
Eslo mismo.
Porinslanlai
Muda empeSos d arbitrio
En las personas realeft.
cohm.
El qne elige lo mejor
Se obliga á no ser mudable.
Lo mejor es lo mas justo
En un príncipe coMUaie;
Y ahora déme lioenda
Vuestra alteza, porque es tarde.
GosaC (AfO
:Ay de mí! ¡ Cuin imposiile
Está el remedio á mis mala:
blaiica.(4pJ
guiera Dios que mis desdkhtf
se enmienden ó se acabes.
co:iaB. (AfJ
Un volcan llevo en el pecho.
BLABG*>
{Ap. El cielo libre á mi uatü)
¿No os vais. Señor f
GeRK.
Yamifif-
iLAiica.
Vivid felices edades.
COJiMi
Mas vale, si he de peidirok.
4 Qué decist
OOflDI»
e el cielo os guarde.
iVmue,)
\0 Y DOROTEA, eon
e un papel en la mano»
I paño,
NWOTEA.
Tenido
ero no be podido [ra.
I ahora; este es de EItí-
m:tatio.
lOIIOTKA.
lefior.
k:tatio. •
Machóme admira.
OltOTIA.
OCTAVIO.
ue Juzgaba
resfera se abrasaba
mosura.
OROTEA.
altad y ta cordura; [ra,
»ett0f , queamanle espe-
{ue es su mejor esfera.
ITAW. [Ap.)
Vazárseme ha querido
mea, no ha podido ;
^eiiraje me señala
í mala,
alido,
lie ámala se ha metido.
OaOTEA.
iciéndote este agravio.
CSfAIf.
HieaconOclatio?
NiOtKA.
qní; leeyreí^ponde
btvir» corresponde.
cavío. [dos.
irle Elvira mis cuida-
{Lfe el papel aparte.)
i|3VA?f
► mas? ¿Celo* Armados
enírarse ha preieiiftí-
»cba de marido? [do
fe<(ar. por Dios eterno.
I del infierno: [ra,
Blanca y su bermo^^u-
Kora,
aolencia,
ira ni paciencia.
:tavio.
\ mjmda tu señora
oche ; vuelve ahora,
gusto.
«OTIA.
{Vase.)
:tavio.
lecerla es justo.—
uerer ahora Elvira,
mira
í de mi se ha recatado,
oche le he encoiiirado
[puerta? [cierta
, qué importa que sea
Ira quien me llama,
nega, mí temor quien
los ojos m ios, [tima,
f temen sus deavios?
SSTAN.
papel? Lindo reclamo;
OFENDER CON LAd FQrEZASr.
Ya rabio por decIrselo-á mi amo.
Pero bien puede ser, ?erdadet emrao,
[so,
A unque á esus tablas se le títere el car-
Que a los lacayos^HM»» les«aidado
El soliloquio y el paioféado.
Bien puede ser que aea
Elvira á quien Octavio galaniet,
Y no Blanca, es verdad ; peros! el Conde
Ama á Elvira, que á Octavio eorrespoo^
OIréleal Conde que los dos le infaman.
Aunque me meta en lo que no me lia-
Pero el Conde sale aquí, [mati.
Y viene Enrique eon él.
OCTATIO.
El Conde sale; ¡ab cruel!
Vengúeme el amor de U.
%
Salen EL CONDE , DON CARCIa y
ENRIQUE. ^
DON GARCÍA.
Dip:o, Señor, que he casado
A Blanca, y que sob espere
Vuestra licencia.
COIVDt'.
{Ap, Vo muero.)
Bien está.
Mm saadÁ.
Sé que la lie útéo
Mando su igual; que ISorlqucf
Es tan bueno como yo,
Y mí nobleza buscó
Qui'en su estimadoo publique.
coitas.
También fuera bien, Garcia,
Que vuestra elección sopüera
Yo primero, porque fúrerá
Primera eleccKtit la mfa;
Pero vos lo habéis mirado
Mejor.
DOR CAaCÍA.
Vuestro gusto...
C0M>B.
PHmdy
¿ Qué hay de nuevo? (4fr. Mal reprimo
bhte ardor disimulado.)
ettHiooe. {Ap,)
Parece que á don Cairela
l.e habló con draabrimieuto
Kl Conde en mi caaamieuto,
Y recelo...
co:vDB. {Ap.)
¡Ay Blanca mia!
ENRIQUE. {Ap.)
Con mil pensamientos lucba
Mi amor.
COIVDB. (Ap.)
Esto me contiene.
OCTAVIO.
Disgustado el Conde Viene.
COliOE.
¿Enrique?
BüaiQÜK.
¿Señor?
CONDE.
Escucha.
OCTAVIO. {Ap,)
Su desatención me admira,
Y de ella me he de valer.
Porque no me estorbe el tef
Esta noche k doña Elvira. (Far««.)
D05 GARCÍA. Paes y(
El Conde se ha puesto i babUf
Con don Enrique, y infiero
m
.)
Que bablao desfi'vidft; qtiiero
Darles á lOs dtfs lugar. (F<
' StSfáff.
Paréoeme qijúi mé qué^ó
Con mi. ir ala nueva ; ¡iues
Yo se la daré despves
A Enrique, si abora dd |MMdd.
Dejémosle que sosiegue ;
Que una mait na<fvi,- es Rtao
Que llega siempretteipraoo, *
Por urdisimo que llegue. • (Füti)
eomiik-
Digo pues que ilfli (Sahallero
Rico y noble se íhi ampaAdo
De mi ñivor y píeodadcb
Para que yo sea tercero
Con Blanca en su ea« ~
Poreso,ciiao&oloiiíl
A don Garcia, respondí
Con aquel desalintelenUii,
Pesándome de que hublM '
Traládolo antes eoollgo.
. BNltOPB.
A saber yo...
C0ÍIM«.
No lo difw,
Enrique, porque me pes»
De la fortuna etqoe «aláit
Sino por darte á eaieoder
La causa que tuve • y ver
Quién tiene adquirido mas;
Y asi, pues es tan diaerelía
Blanca, y babri declarada -
Ya á su prima su euidadbi
Por(|ue no bay cosa watt^lá
Entre las dos» lioy veré ,
Enrique, á mi Eívira lieüa.
Yendo td conmigo, y de ^lla
Siú embaraios saliré
De Blanca lá inelinadoii ,
Porque, siendo pveMdo
Kl une ella hubiere tlq^ldo.
Mude el otro de alielou.
Yo no falte é lo que ea Justo» *
Obre bien la intendMi mS^
Quede honrado iIob Oénria
Y case Blanca á wm gvsi».
Pues si espera vuestra ilvesá'
A que ella eiya, jo sé .
Que en su estimación tettM...
(Ap. Peroren mi serl^lM^leza- '
L.a presuuciott.)
COÜOB.
¿Quédeieiast
(Ap. Yo muero si él me
BiiaHHii. .(Ap.)
Mucho me examina el Ce«te;
Despacio, sospechas mia^:
' CONiB.
{Ap. Pevoaqtti estt Bhrique, f IuéHi
Me llevó ftten de mi -
Mi pena, que me reudf ;
De mi descuido wm eipiíilo;)
Enrique, esto qn^i asi ;
Bata noche irás ooamfgo»
mmifti».
Tu esclavo soy.
Gom.-
Totnamifo.
BManM*
ilrés esta noche r
COIIÉlf.
%i
BIT
ai
373 EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZálf.
ENRIQUE. (Ap.) Resistir el «alanteo
, ., „, ,, . . Cielos Del Conde fuera indignarle,
( ¡ Ah Blanca ! ), quiera el amor, Engañarle
gue se engañe mi temor No fué reprimirle, y creo
En sus dudas y mis celos. (Vase,) Que no ha de ser reportarle ,
CONDE.
Cuando mas pienso mis males,
Me parecen mas, y menos
Míos son, porque están llenos
De peligros desiguales ;
Yo no he de poder conmigo
No querer á Blanca ; pues
Ser con ella descortés
Tampoco, porque desdigo
Al decoro y la piedad
De un príncipe generoso ;
Verle á mi costa dichoso
A Enrique es mucha bondad ;
Echarle de Barcelona
Es escándalo mayor,
Manifestarle mi amor
Es no estimar mi persona
Y confesar que le temo ;
No temerle es imposible.
Llevarle es pena terrible ,
No llevarle es loco extremo;
Porque haberme acompañado
Siempre, y excusarme ahora,
Es decirle lo que ignora,
Y hacerle andar con cuidado;
Ver á Blanca es obligarme
A responderla ; excusar
Este lance es intentar
Consumirme y acabarme;
Pues ¿qué medio he de eligir,
Con queá Enrique no le ofenda
En el honor, Blanca entienda
Mi fe, y yo pueda vivir?
(Vase,)
Sale BLANCA.
BLANCA.
Ya que mis mudos agravios
Fueron de mi amor despojos,
Mis enojos
Salgan del pecho á los labios,
Y dfil silencio á los ojos;
Que no es mucho que oprimidas
Mis penas caliGcadas,
Por guardadas,
Me consuelen referidas ,
Pues me afligieron calladas;
Y'o amo á Enrique y tengo honor,
Y cuando su fe acredito,
Oiru permito
Para que en mi sea favor
Y en su sospecha delito;
Si el Conde en su amor prosigue,
Y Enrique le está asistiendo,
Y yo sufriendo,
¿Qué importa que yo le obligue.
Si él piensa que yo le ofendo?
Buena me ha puesto el amor.
Pues aunque lleve adelante
El ser constante,
A riesgo tengo mi honor
En las dudas de mi amante ;
Y aventurada su vida
En la indignada grandeza
De su alieza.
Mi fe no ha de ser creida,
Y lo ha de ser mi flaqueza :
¿Quién le hnrá creer á Enrique
Que el encubrirle otro amor
Fué favor.
Por mas que lo califique
Su peligro y mí irmor?
Teniendo á Enrique engañado.
Ofendo su calidad,
Ks verdad ;
Pero haberle confesado
Fuera costosa lealtad.
Pues aunque intente mi amor
Al Conde desengañar,
Y asegurar
Sus sospechas y mi honor,
No nos da el Conde lugar;
Con que no hay razón ni hay medio
Para aclarar desengaños
Tan extraños.
¡ Oh lo que huye el remedio !
Oh lo que alcanzan los daños!
En fin, no es posible huir
La muerte, la infamia, el llanto.
¡Cielo santo.
Si el padecer es morir,
No dure mi vida tanto!
Salen ELVIRA t DOROTEA.
ELVIRA.
En fin, ¿dijo que vendría
Esta noche?
DOROTEA.
Sí, Señora.
ELVIRA.
i Ay dueño del alma mia'l
Hoy verás que quien te adora
Engañarte no podía.—
Ten cuenta pues, Dorotea,
Por si viene.
DOROTEA.
Bien está. (Vate,)
ELVIRA.
Por el patio me hallará,
Y cuando alguno me vea.
Por el jardiu se saldrá.
BLANCA.
¿Elvira?
ELVIRA.
Blanca, ¿qué hacías?
BLANCA.
Conmigo á solas estaba.
Pensando las penas mias.
ELVIRA.
Todo con morir se acaba.
BLANCA.
Eslas crecen con los días.
ELVIRA.
¿Hablastesal Conde?
BLANCA.
Sí.
ELVIRA.
¿Y te respondió?
BUNGA.
Que no.
ELVIRA.
Pues ¿qué temes?
BLANCA.
¡Ay demi!
ELVIRA.
Harto mas padezco yo,
Y sin causa.
BLANCA.
¿Cómo así?
ELVIRA.
Como tú á Enrique le callas
Que el Conde te tiene amor,
Y en ti el callar es mejor,
Porque empeñada te hallas
En sus deudas y en tu honor;
Pero vo, que en el amor
Del Conde no tengo parle,
Y teogo, por obligarte.
Aventurado mi honor.
Mejor me podré quejar,
Blanca, pues roe llego i ver
En un preciso pesar»
Donde es forzoso perder,
Y nunca puedo ganar.
BLARCA.
No pierdas el beneficio,
Encareciéndolo, Elvira;
Que el que es Hberal de oficio,
El don en sus manos mira.
Mas no en su boca el indicio.
ELTUA.
Prima, no te has de enqjar
De que, viéndote afligir.
Te quiera yo consolar
Con traer y conferir
Junto al tuyo mi pesar ;
Porque, á la Yerdad, nad
Tan tu amiga, que haré mas
Por tu gusto que por mí.
blauca.
Eres mi amiga, y jamás
Esperé menos de ti.
Salen EL CONDE, EmUCí
T DOROTEA.
DOnOTCA.
Nunca para mestra alten
Hay puerta cerrada.
CORDI.
¿Enriqíe?
ISiaiQlIB.
¿Gran señor?
c<Hmi.
Demilinna
Puedes fiar que ella aplique
El remedio i la iristeía.
BLAÜCá.
El Conde.
ELTUA.
Sin duda Tieie
A responderte.
n»Hin.
Sehor,
Quien en sus tristens tieie
Tan discreto valedor.
Gran forluua se prerieie.
.UTIU.
Blanca, adiós.
■URCA.
¡AypriMlyi
Saber el alma desea
La respuesta que me da.
(ft
¿Señora?
CLTUA.
¿Quéhay, OoNMit
DOaOTSA.
Ocuvio en el patio esli.
SLYItA.
Pues Tamos ; porque has de ah*
Luego del Jardin la poertai
Porque si acierta i teñir
Mi lio, hallándola abierta,
Se pueda Octavio salir.
(Vaiue£/HfWf JtartCfc)
coinB.(4p.)
Hasu que llegué i mirar
A Blanca me parecía
No me habían de fSiUar
Razones, y que tenia
Mil respuestas que la dar;
Pero luego que la fi
Me lurbéi eunoded ;
I»
li aao mirar sét
1 Tista olvidé
s discurrí.
iLATfCA. (Ap.)
an gran señor,
querer usar
nira mi honor.
CONDE.
puedo excusar.)
BLANCA.
ior?
COÜDE.
Ya mi amor,
I ó mi locura,
lleco á ser
tu hermosura
I responder
BLANCA.
Bien segura-
acia y valor
Señor.
CONDE.
Ap. Pierdo el sentido.)
.. {Ap. Estoy perdido.)
BLANCA.
CONDE.
ae tengo amor.
BLANCA.
» advenid...
CONDE.
dvertir, si conoces...
íabcía. {Dentro.)
náj oid.
CONDE.
el que da voces?
BLANCA.
sa; proseguid.
QCE. (.4/ paño.)
I con Elvira,
a le be oido
liero avisarlos ;
! ¿qué es lo que miro?
I Conde á solas,
divertido,
ai ! ) tan hallada,
slirios,
borotado,
>, y yo muy fino ?
s, qué de cosas
be sentido !
{Sale.)
CONDE.
ENRIQUE.
eñor?
CONDE.
¿Qué es esto?
ENRIQOE.
rda he sentido
B entré á avisarte
*!), y que imagino
los dos entrar.
CONDE.
BLANCA.
¡ Gran peligro !
i el mas costoso,
dos miro
ite de Enrique
X)NDE. {Ap.)
\ ofendido
¡ue, 7 me ha pesado
OFENDER GOlf U8 FINEZAS.
De que á solas «e baf a Tiste
Con Blanca; ¿qué haré?
ENBIQDE. (Ap,)
4 Eran estos
Los embarazos precisos
De hablarme?
BLAlláA.
(Ap, Aqui de mi amor;
Que para el riesgo se hizo
El ingenio y la presteza,
Pues con el estorbo mismo
Con que él pudiera alargar
Su casamiento conmigo.
He de adelantarle yoj
Señor, mi padre ha sabido
Que hay gente aquí dentro;, es derto
Que no ha de dejar retiro
Que no vea, v pues no es justo
Que os halle i solas conmigo
bn mi cuarto y á estas horas,
En este aposento mió
Os entrad, quedando Eoriqne
Por dueño de sus indicios ;
Que, pues los dos han tratado
Que sea Enrique mi marido,
Es menor inconveniente
Achacarle, en tal peligro,
A su amor esta fineza
Que á mi honor este delito.
ENRIQOB.
Vuestra alteza no se esconda,
Gran señor; que yo no be dicho...
BLANCA.
Enrique, ahora no estamos
Para andar en roas arbitrios ;
El mejor es el mas breve.
CONDE.
Yo, Blanca, á nada replico,
Por tu honor y por ta padre. (Yñse.)
ENRIQUE.
Yo he de perder el juicio.
DON garcía. (Dentro,)
Suelta, Elvira, ó vive Dios,
Que haga un extremo oootigo;
Saca una luz á este cuarto.
Salen DON GARCÍA, ELVIRA t DO-
ROTEA, con luz.
BLVIRA.
Espera, Señor.
DON (BARGIa.
Yo be visto
Entrar un hombre aqui dentro,
Y aunque viejo, tengo bríos
Para...— Señor don Enrique,
¿En mi casa? (Ap. Mal resisto
El enojo y la venganza.)
¿Cuando yo, reconocido
A vuestra sangre, os ofreíoo
A mi bija y facilito
La intercesión con el Conde,
Vos con medios tan indignos
Y escándalos tan costosos
Al honor de Blanca, al mió
Y al vuestro también, asáis
Tan mal de todo?
BLANCA. (Ap.)
• Corrido
Está Enrique, y yo mortah
ELVIRA.
{Ap. Notable ventara ha sido
Poderse escapar Octavio
Sin que le viese mí tío.)
Cierra el jardín, Dorotea.
DON GARCÍA. (Ap.)
Mucho á Enrique le he reñido.
ENRIQUE.
(Ap. ¿ Qué he de hacer, pues si
I •
P^ra abonar mis designios,
gne 00 soy yo el bomore i qoien
otra bascando,le obligo
A que mire el eaarto y baile
Al Conde, que esti eiooncttdof
Finalmente, vengo i ser
Reo y actor de an delito,
?ae si le niego me agnTio,
me ofendo si le digo : ,
Pues conceder la sospetíia»
Y obligarme i ser marido
De Blanca, caando en-mts eeloe
Tantos riesgos exálBtño,
Es resoincloo culpable;
Pero entre Untos peligros,
Siqnele yo libre ai Conde
De un desaire tan indigno ;
Sue despaes nadie en mi aljrenta
a de fonar mi albedriQ.) *
Señor don García» tanto
Vuestro di^^osto be aeAtldo»
Que quisiera (si por Dioe)
No haber entrado ni visto
A Blanca, porqae qaien tanto
Como yo desea sOrrlros,
Por no daros Iin4>e8ac
No se bascara un ali?io ;
Vine á veros nara itords
GueoU de que ya, advertida
El Conde.en nuestro conderlo, '
Obligado á loe servicios^ '
De mi casa y de la vuestra
(Que los príncipes-invictee
Nunca mas lo son que cuando
Honran á los suyos), vino
En mi casamiento ; estaba
Sola Blanca, y yo muy 8no,
La ocasión muy á la mano,
El riesgo no prevenido.
Vos ausente, ciego amor :
Juzgad si con lo que he dicho.
Queriendo bíen.i ua dama,
Biciérades vos lo mismo. '
DON OAacl A.
Aunque debiera ofeiidenM,
Enrique, de que atrevido
Profanásedes en B^nca
Lo sagrado de este.sitio.
Como á bQo 'os reprendo,
Y os perdono como á bQo;
Y si hasta aqnl vos y* yo,
A fuer de nobles, ounlmos.
Con intervención oel Conde,
Y no por otro camino.
Disponer nuértros coneierM,
Ya es roñoso, ya es predao...
Pero esto no es para atfui ; -
Enrique, venios conmigo.
nmiODi. (Ap.)
Esto es peor, ijiorque el Conde
?oeda acá dentro escondidí^
Blanca... Mienten mis celos,
Y mientoyo si innaglno
Que en su opinión.!.
noROAncU.
' ¿No venia,
Enrique?
miiein. (A^O
¡ Cielos divinbe.
Solo contra mi indignados.
Nunca pafa mi propicios !
¡ Ay Blanca, ay GoM«^ ay amor,
Ay celos, ay bonM \\ .
A buen iJe.niF)A • habett Iraido»
Pueshalloel vi odelpeUgro.-
JLIo
OSf
\
V
•*I
374
Sate EL CONDE.
CONDE.
Ahora, que puede el alma
Üe lus eugaiios fíiigidos
Quejurse, culpaiiüu...
BLANCA.
Espere
Vuestra alteza, y advenido
De mi honor y de mi esposo,
No ofenda al blasón anliguo
De Cardonas y Muncudas;
Ya es Eiirií|ue mí marido.
Si hasta ahora, temerosa
De su poder, he admitido
Con lisonjas aparentes
Galanteos permitidos.
Ya son ajenos mis ojos.
Ya teo(jü dueño, á quien rindo
Él alma, ya no he de dar
A otra atención mis sentidos;
Y así, no hay medio, Señor,
Ni le siento ni le admito.
Entre morir ó casarme.
COMUB.
Oye, mi bien, dueño mió.
BLANCA.
Perdóneme vuestra alteza
Si grosera me desvio
Sin responderle, aunque pienso
Que con desaires le ohligu;
Porque celoso y amante,
Puderoso y despedido.
Es tuerza, viéndome ajena,
Que entre quejas y suspiros
Tuerza su decoro el llanto
Y aje su semblante el brío
O el despecho ó el enojo;
Y pues ya , con lo que ha visto,
Fuera culpa el eslimarlo.
Será lisonja el uo oirlo.*—
Elvira, acompaña al Conde.
CO>DE.
Si va mi dolor conmigo.
Yo basto para mis niales.
ELVIRA.
Gracias á Dios, que han salido
Libres mi vida y honor
De tan ciego laberinto.
(Vau.)
(Vase.)
JORNADA SEGUiNDA.
Salen BLANCA t DOBOTEA.
bla:<ica.'^
Dime otra vez, Dorotea,
Y otras muchas, lo que pasa.
DOROTEA.
Que busqué á Enrique en su casa
Tercera vez.
blanca.
¿Quién desea
Volver á excusar su mal
Sino yo? Y dime, ¿te habló
Desván ?
DOROTEA.
Y me lo negó.
BLANCA.
¿Que en fin viste á Knrique?
DOROTEA.
Porfiar! Dij^o, Señora,
Que antes de llamar le oi,
Y que se escondió de mi.
¡Hay tal
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAttAN.
BLANCA
¡ Que asi ofenda á quien le adora !
DOROTEA.
Y agradéceme que callo
Cosas, que si las supieras,
C olvidaras ó murieras.
BLANCA.
Pues dilas, porque me hallo
A tiempo que pasaré
Los desaires que hace Enrique
Conmigo, porque no aplique
Mas diligencias mi fe;
Y cucntamelo de modo,
Que me ofenda mas y crezca
El pesar, y lo padezca
El alma, y me afiíja todo.
DOROTEA.
Digo que le oi. y después,
Para llamar mas segura.
Le vi pur la cerradura
De la llave; llamé pues;
NeiAáronme ¿ Enrique, y vi
Su espada, capa y sombrero
Puesto en una silla; quiero
Entrarle á buscar, y atli
F'né el turbarse los criados
Y el enfurecerme yo;
l^eronada me valió;
Y en fin, dejando apurados
Todos los indicios, viendo
Que en vano era mi porfía,
l.e dije que yo sabia
Que Knri(|ue me estaba oyendo ;
Y asi, pensaba contarte
Cuanto habia visto, y Desván,
Con un burlesco ademan.
Dijo : « Deja de cansarte;
Porque no te ha de servir
Que te oiga, si es mí señor
De los sordos el peor;
Digo, el que no quiere oir.»
Supe también que no ha vuelto
Enrique á palacio mas,
Y que á no volver jamás
A su alteza se ha resuelto ;
De donde puedo inferir
Que es verdad cuanto has pensado,
Y que el Conde le ha mandado
Apartarse y desistir
De su amor. Este es, Señora,
El fin que tienen tus dichas.
BLANCA.
¡ Ahora, ahora, desdichas!
Pesares, ahora, ahora ;
Mas ¡ay, que llego a advertir
Que un pe>ar v oiro pesar
Ninguno basta h malar,
Y todos saben herir !
«.Vióse traición semejante
En un hombre bien nacido?
¿Enrique ingrato y querido,
Y yo ofendida y constante?
¿ ti á .nborrecer y huir,
Y yo á rogar y querer?
¡(íh mal haya la mujer
Que su amor llegó á decir
Jamás, por(|ue el mas rendido
Amante, el mas lisonjero.
Tarda en ofender grosero
Lu que en juzgarse qneridol
Pues no ha de alabarse el Conde,
Ni Knri(|ue, ni la fortuna,
Ni el amor, que en su importuna
Acción mi lealtad se esconde ;
Ponjue para las porfías
De I Conde tengo mi honor,
Para el grosero temor
De Enrique, las ansias mias;
Para la fortuna tengo
El uo tener que perder.
Y para el amor, d aer
Yo quien de mi amor me vengo;
Llore pues, pero no tanto.
Que elija el llorar remedio
Para arder ; dése al remedio
Lo que se ha de dar al llamo.—
Dorotea, yo he llegado
Al esudo que has sabido;
Sin ser cul|Kada be creído
Que el Conde se ba declarado
Con Enrique.
DOROTEA.
Ser podia ;
Mas ¿qué intentast
BLANCA.
Dorotaa,
Parezca delito, v sea
Fineza la verdad mía;
Ocasión he de buscar
De ver al Conde, y si faé
Muda hasta ahora mi fe.
Pues sé morir, sabré baUar.
La voz sola me quedó;
Piérdase, pues uie perdí.
Porque no ha de babereami
Nada que sea mas que )0.
Salen OCTAVIO f ELVIBL
OCTAVIO.
Según esto, yo me bolean
Que el Conde y Biaocí ce vieran,
Porque los dos dispusieran
Cómo Eurique se aquietara.
ELTllA.
Blanca está aquí.
OCTAVIO.
Pues, Selon,
¿Será bien hablar con ella
Del Conde?
BLVItA.
Si, y ofreetOt
Tu favor puedes aboia.
DOBOTBA.
Disimula.
Mal podri.
■LtlIA.
¿Blanca?
ílauca.
¿BlTira?
iLfma.
Diasoslida
Parece que estás.
■LAMA.
NoesMda.
OCTAVIO.
Si de mi os guardáis, me iré.
Blanca ; mas quiero advefíiroi
Que sé vuestro mal, y espero
Que yo he de ser el prinirro
De quien habéis de serririii
Si le queréis remediar.
ELTOU.
Prima, en vano es recataraoi
De Octavio, que ha de aya*i>*»
Y es por quien ba de pasar
Cualquier medio qne soyitm*'
Para aquietar el cuidado ^^
De Enrique, pues le ha mi^jf.
Su ausencia el Coude. y lii*^
Por el riesgo de lo hoesr.
Tanto, que te ofrece aqai
Su persona.
•LAMá.
iElCoada?
no.
Si.
CA.
s SU amor,
Idaii.
ocia
ausencia
no.
, mirad
sa ofensa
í procura
ira
ando piensa
lt
'0t^«rar
nnjer,
dos.
:CA.
Inrado
le honrado,
no.
¡os;
imada,
ndido,
lirada,
e medio,
lió
0 yo
iro medio
:a.
adonde
1 el Conde?
RA.
CA.
n bien
la ido,
Miar
>ar
no he salido?
ni mal,
I sé;
>jé
•al
na ,
espero
10
llama ;
es señor
parar;
•star
)or
n mi casa,
iber
o arder
! abrasa.
RA.
eplique
s buen medio
iietlio
huso á Enri(iue ;
•rrerer,
iscgurar,
isar,
r;
esconde,
le error
or;
sino el Conde?
la de oir,
^re»T,
)der
lir;
OFENDER CON LAS FINEZAS.
El tiempo ha de hacer mayor
Cada día este pesar»
Y tú no has de declarar
A lu padre tu temor;
Y así, el mas preciso modo
De abonar tu honor es ver
LuejiO al Conde, y disponer
Medios que lo abracen todo.
OCTAVIO.
Paréoeme que procura
Vuestro honor Elvira.
DOROTEA.
Ahora
¿ En qué reparas, Señora,
Y mas cuando estás segura
De que Enri(|ue ven{ra á verte,
Cuando aun buscado se esconde?
BLANCA.
Octavio, bien sé que el Conde,
Si atiende á quién es, y advierte
Que por su ocasión estoy
l.asiiniada y ofendida.
Su honor, su estado y su vida
Debe arriesgar ; mas no soy
Tan vana, que me lo crea,
I an fácil, que me asejíure.
Ni tan necia, que procure
iNo pensar si lo desea;
Y si ha llegado á creer,
¿Qué es creer? á sospechar,
A lingir ó n imaginar
Que el verle yo pudo ser
Sombra, indicio ó presunción
De algún agrado...
OCTAVIO.
Señora,
Solo atiende el Conde ahora
A abonar nuestra opinión;
Que esto es lo que debe hacer
ÍA que se precia de honrado
C'Uando tiene aventurado
El honor de una mujer.
DLANCA.
Pues, Octavio, ya que advierte
El rie-ígo en que estoy el Conde,
Ya que á quien es corresponde.
En un peligro tan fuerte
Me valdré de su valor
Contra mi desdicha; pues.
Por amante, por cortés.
Por galán y por señor.
Debe ampararme, y de vos
Lo tío.
OCTAVIO.
Creed también
Que procuro vuestro bien
Y el de Enrique.
ELVIBA.
Octavio, adiós. (Vase)
OCTAVIO.
Él os guarde. {Yase.)
BLANCA.
fiorolea ,
Ten cuenta, porque vendrá
El Conde.
DOROTKA.
Pues entrará
Sin que ninguno lo vea. . {Vase.]
BLA>CA.
Digo mi mal, mi pena no se entiende;
Vivo sin a!ma, adoro sin ventura ;
Celoso el Conde, mi quietud procara;
Amado Enrique, mi lealtad ofende.
Mi ardor me hiela, su temor me en-
[cíende.
En mí es finesa lo que en él locura.
Todo m." presunción me lo asegura,
Y nada mi ventura comprebeode.
97K
Amor, pues maerta con llorar teobli-
[go;
Cielos, pues fíel vuestra piedad imploro;
Penas, pues vuestras iras no mitigo,
Lograd las ansias con que á Enrique
[lloro,
Persuadid la verdad con que le sigo
O quitadme la fe con que le adoro.
( Va$e,)
Salen ENRIQUE f DESVÁN, di noche.
DESVÁN.
En fín, ¿te has determinado
A verte con don García?
EKRIQUC.
Sí, porque era cobardía ,
Después do haberme negado»
Enviándome hoy á pedir
Don Carcia, en un papel.
Que venga á verme con él
A su casa, no venir.
DESVÁN.
Y ¿cómo piensas hablarle?
i. De yerno cabizcaído
O de amante despedido?
Pues, si llegas á quitarle
El mi señor j me parece
Que enfurecido te habla,
Que se endemonia, se endiabla,
Se ensayona ó se ensuegrece.
ENRIQUE.
¡ Qué ignorancia ! Entra á avisar
Que estoy aquí á don García.
DESVÁN.
Voy; pero saber quería
En esto de ver y baldar
A Blanca, si hay ocasión ,
Cómo te va.
ENRIQUE.
Bien, porque
Ya en mi vida la veré.
DESVÁN.
¡Notable resolución!
l^ero no se compadece
Proponer no verla mas
Con estar adonde estás
Ahora; antes me parece
Que hablaras recio al ectrar,
Y por si te llegó á oír.
Saldrás de espacio al salir,
Y entonces te lia de pesar
Cada pié un quintal.
ENRIQUE.
¡Qué poco
Sabes de honor!
DESVÁN.
Es verdad ;
Pero tú de voluntad
Sabes menos.
ENRIQUE.
Cuanto toco
Me afrenta en mis celos, cuando
Tan á mi costa estoy viendo
Que el Conde me está ofendiendo,
Que Blanca me está onfci^ñando;
Y fingiendo que ama á Elvira
El Conde, la tiene amor
A Blanca, y cuando mi honor
Confiando se retira
A sentir el no poder
Estar con ella, creyendo
Que lo mismo está sintiendo
Blanca (¡ay de mf !). llegué á ^er
Su culpa tan evidente,
üue con fácil persuasión
Me niega á mi la ocasión,
Y al Conde <»> la conKit>nte.
Pan í < I
376
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZAN.
El huir, el recelar,
Y para el Conde el hablar,
El permitir, el querer.
Tan desiguales extremos
Caben en un alma y puede
Amar, que Blanca se quede
A solas ; pero dejemos
De darle á un pecho afligido
Esto mas que padtTer,
Pues cuando es culpa el querer,
Es pena el haber querido;
Y asi , no me acuerdes mas
La causa dt; mi mal; deja
De renovarme una queja,
De que no espero jamás
Consuelo ó satisfacción.
Blanca es mujer y me olvida.
Soy noble, y está ofendida,
Y aumenta mi indignación
Si me acuerdan su desden ;
Esta es acción natural,
Y no quiero pensar mal
De lo que he querido bien.
DESVÁN.
Vive Dios , que lo has tomado
Muy de veras.
EKRIQUE.
Si está lleno
El corazón del veneno
Que el Conde y Bhnica me hau dado,
¿Es mucho que por los ojos
Y por la boca se salga,
Sin que la medida valga
A reprimir los enojos?
No, Desván.
DESVÁN.
Tienes razón ;
Mas ¿cómo, estando compuesto
De amor tu pecho, tan presto
Se hn llenado el corazón
De sospechas? ¿Nopodian
Resistir, si lo ¡mentaban,
Las finezas que se esl:iban
A los celos que venian ?
ENRIQUE.
Y aun por ser mucho el amor
Que tuve a Blanca, este olvido.
Nuevamente introducido.
Es tanto, porque al favor,
A la fineza, al adrado
Sucediendo la sospecha.
Quedó aquella fe deshecha,
Aquel sol tiranizado;
Y como el que un vaso tiene
Lleno de un licor sabroso,
Si echan de otro venenoso
Cantidad menor, se viene
A apoderar el veneno
De todo el licor, de modo
Que el vaso es veneno todo,
Y eslá de ponzoña lleno;
Asi el pecho, aunque se vio
Lleno de amor, alimento
Dulce de mi pensamiento.
Luego que en él se mezcló
Kl veneno de los celos.
Creciendo su tirania.
Cuanto fué dulce alegría
Volvió en amargos desvelos.
DESVÁN.
Al discurso me acomodo,
Y aun(|ue hasta aquí le dudé.
Le admito, y le esforzaré
Con un símil á mi modo.
¿Comiste acaso avellanas,
Y al gustar de su comida ,
No has partido una podrida ,
Después de cuarenta sanas,
Y aquel mal sabor es tal,
Que te hace arrojar también
Las que te supieron bien ,
Porque una te supo mal?
Pues aplica á tus recelos,
Si es que el efecto has sentido,
Aunque yo nunca he creido
Que sean verdad tus celos.
Cuanto al Conde, antes me ajusto
A (|ue Blanca c<irresponde
A Octavio, y que trjia el Conde
Su casamiento y su gusto;
Porque darle la criada
De Blanca un paj^el, y luego
Por la noche, entrando ciego
A dejar averiguada
Su sospecha don García,
Haberle visto primero
En el patio hacer terrero
A una reja, donde habia
(;eiiie, y dando yo á la calle
La vuelta, verle salir
Por el jardín, y encubrir
De mí su rostro y su talle.
Bastantes indicios son
Para pensar que es Octavio,
Y no el Conde, el que á tu agravio
O á tus celos da ocasión.
ENRIQUE.
Mas de una vez he dudado.
Sí, que pueda ser el Conde
A quien Blanca corresponde;
Poniue desde que enojado
De aquesta casa salí,
Y al Conde con Blanca hallé.
Como en palacio no entré
Ni á verá Blanca volví.
De esta calle no he faltado
Noche ninguna, y no ha habido
Sombra que pueda haber sido
Ocasión de algún cuidado.
En cuyos mudos desvelos
Blanca empeñada se vea;
Mas doy que el Conde no sea
Dueño fatal demiscelos;
Doy que sea Octavio el galán
De Blanca; ¿será por eso
Menos culpable suceso,
Y en mí engaño? No, Desvao.
Ya quise á Blanca, y creí
Que era firme su belleza;
Ya me dio celos su alteza,
Ya en las dudas consentí.
Neguéme á Blanca, á su padre
Y al Conde : á Blanca, por ver
Que en mi honor no puede haber
Satisfacción que me cuadre;
A su padre, porque ya
Celoso y honrado intento
Esturbar yo el casamiento
Que él facilitando está;
Al Conde, porque es mi dueño,
Y no le he de ocasionar
A su amor otro pesar
Y á mi lealtad otro empeño;
Y pues se niega mi fama
A una beldad que me ciega,
A un amigo que me ruega,
A un principe que me infama,
Y finalmente, al jtoder
De mi propia voluntad.
Que no es la dificultad
lionde hay menos que vencer,
Kii el lance |)eligroso
Donde em|>eñado me ves.
Me disculparé cortés.
No me casaré celoso.
Entra pues, y á don García
Di que aguardándole estoy.
Vov.
Espera.
DESVÁN.
ENRIQUE.
DESfAR.
Ya DO Toy.
ENRIQOE.
Uo hombre sale , desvia.
Sale DON GARdA.
DON GARCÍA.
Ya tarda Enrique , y creí
Que anduviera mas cortés.
DESfAN.
Llega, ¿ qaé dadas ? É\ es.
KNRIQUI.
Señor doo García, aqaí
Me tenéis.
d8n GARCÍA.
Enrique, seaii
Bien venido, y ya colijo
Qae es verdad que sois mi hijo.
¿En qué?
ENIIQOB.
DON GARCÍA.
En lo qae me costáis;
Pues desde la Docbe cuando
Con Blanca os bailé, Janás,
Enrique, os be visto mas
En mi casa; y preganlando
Por vos en palacio, oi
Decir que no habéis enlndo
A ver al Conde; be peüado
Si hay algún pesar; y asi,
Cuatro veces os busqué
Para ofreceros mi casa
Y mi persona, y si pasa
La pena adelante, rué
Coru mi dicba en no hallaros,
Y por eso os escribi.
Mas no estamos bien aquí;
Entrad, que tengo qae hablaros
Muchas cosas.
BIMQIS. (Af.)
Esto ahora
Faltaba (¡ah soerle enemiga!];
Con mas tinezas me obliga
Don García cuando ignota
Su desdicha y mi temor.
DOR GABCfA.
¿QuédecisT
EHEIOOI.
QueeaaaBislsd
Os sabré estimar.
DOR garcía.
Entnd. (fií
;Ah cielos! Ab Blanca! Ahloioi:
¿Quién, quién me dyeraini
l^ue habían de sentir mis aaleí
Ll pisar estos umbrale^
Que aun besar no merecif (V<b
DBITAR.
Los dos se entraron ; ¿qoéhiré.
Sino dormir ó cantar,
O tener miedo ó pennr
Mis pecados? No lo sé.
Salen DOROTEA, EL CORÜ
T OCTAVIO, i4 méki.
Con dos hombres bmí, porDioii
Viene sola una mijen
Muy firme debe de aor.
Que no tiene mas de doa:
Y pues el rato me troecaBí
Y yo no me le be hoacadi».
Ya vo sé lo que he PMdo;
Quiero Ter lo qae elloi pee
^ ^.
j
DOROTEA.
»Qtnir Tuestra altesa;
e aguarda.
DESVÁN.
¿Cómo?
CO^^DK.
OCTAVIO.
ran señor!
DESVA7I.
Tomo
pan la cabeza
en ; estos dos
).
OCTAVIO.
¿Te be de aguardar?
CONDE.
OCTAVIO.
bajo á esperar
CONDE.
Adiós.
OCTAVIO.
Adiós.
onde y Octavio , cada uno
por tu lado.)
DESVÁN.
leDO!
DOROTEA.
Allí está an hombre
le da cuidado
DESTAN. (i4p.)
Y ¡ qué pagado
¡que que me asombre
salle no pasa
mi un azar!
K>mbras ha de hallar,
s cuerpos en casa ?
DOROTEA.
aquí?
DESVÁN. {Ap.)
Aquesta es
K partido
»or entendido
e visto.
DOROTEA.
Hable pues.
DESVÁN.
; baste el rigor,
del fregado.
DOROTEA.
o? •
DESVÁN.
Que se ha bajado
il corredor.
DOROTEA. {Ap.)
Mos ! ¿Si le ha visto
1 alteza?
DESVÁN. {Ap.)
\ Hoy muero !
DOROTEA. {Ap.)
r al Conde quiero
DESVÁN. {Ap,)
Mal resisto
DOROTEA.
¿Qué hacías, Desván?
DESVÁN.
18, mi señor,
~BOROTBA. {Ap.)
Esto et peor.
OFENDER CON LAS FINEZAS.
DB8TMI.
Y eansado del lagaiB,
Al corredor me subi. .
DOROTEA.
Aunque quiera hablar, no puedo,
Desvao; porque tengo miedo
De que nos hallen aqui.
DESVÁN.
Adiós.
DOROTEA. (Ap.)
Prevendréle i Ocuvio
De que Desvao levió eotrar,
Por si puede deslumhrar
Su sospecha, cnerdo y sabio;-
Y diréle lo que pasa,
De camino, 4 mi señora.
Que está con el Conde ahora,
Y Enrique dentro de casa. (Voie.)
DESVÁN.
Esto se va disponiendo
Todo ío peor que puede.
Plegué a Dios que yo noipede
Por las costas ; v asi , entiendo
Es cuerda resoíncioo
Coger la de Villa-Diego
Antes que se encienda el ftiego
Y haya mayor confusión. (FoM.)
Salen EL CONDE t BLANCA.
CONDE.
Prosigue, Blanca, en tn intento.
BLANCA.
Vuestra alteza, gran señor,
Me escuche.
CONDE.
Siempre mi amor
Vive á tu opinión atento.
BUNGA.
Acordarle, Señor, á vuestra alteza
Lo que debe á su sangre, á su nobleza,
A su amorosa llama,
A mi padre, á mi esposo y á mi fama,
Ks pensar que ha podido
Entregarlo al olvido;
Y pues no es acertado
(Suponiéndole principe olvidado)
Infamar su decoro
Para abonar las penas quejo lloro;
El tiempo es breve, el lance peligroso^
El lugar sospechoso.
Yo mujer, vos ^alan, mi padre honrado.
Mal seguro mi estado.
Común el daño, el riesgo conocido;
Oiga pues, y sabri á lo que ha venido.
Enrique no me ha visto desde el dia
Que, airado, quiso la desdicha mia
Que solos no$ hallase;
No es mucho que temiese y^Be auseo-
Porque encontrar quien ama [itae;
A solas k su dama
Hablando con un hombre
De nobles partes y de ilustre Domlire,
Y no ver mas sus ojos
Por no templar en ellos sai enejes,
No esdesaire, es valor, no es groseria,
Fineza es noble; porque do seria
Sino infamia y bajeza
Tener que ponderarle á la belleia.
Vos sois la causa , vos el tastntnieiito
De las penas que siento, ■
De los aaños que lloro ;^
De vos me valgo, vuestro esmi decoro,
Y mi opinión es vuestra;
Haced alarde , haced bizarra mnettra,
Principe esclarecido,
Del valor adquirido.
Del honor heredado,
Poi rae. lastimado
J fiotToestrómtírepUque.
Sattoflgaae Enrique, '
Cáseme JO, renédieaemiraiiii; .
Una mujer compadecida ob llama
Para que le ampara j solamente [te.
Quiero que bagáis eü laocasionpreBen-
Noloque debe hacer «o noble amante
O nn principe conataMe,
Sino 10 que on hidalgo caballero. 1^
Cualquier particular. SoloeMo quiero;
Pues, por miiier, de nadie me ampa-
' [rara,
goe á 90 cosu mi honor no procoian .
sta es. Señor, mi pena y mi fiuiga;
Si á piedad oa obliga, - . -
Para que la sépala os he llanidce
Ved lo que os toca-hacer á ley de too-
com». {nao.
Respondiendoá los cargos qne me has
[hecho.
Digo, BUnca (Ap. ün ▼jalean tengo en
[el pecho;
Porque la adsra el alma j ser inteiita
Tercera de su smory.de mi afirenu);
Digo pues que no he fisto
>Bnríqae. (Ají. Jlal. resisto
Este ardor.)
ILAIfCA.-
{QoéliPstorbatot
COHM.
A-li memoria
Blandas lisoigas de mi ant%na gloria
(¡ Ay Blanca!) me acordaron.
StAHCA,
Hirad
comiB.- ^
No os enojéis, ya se pasaron;
Y pues me habeia llamado para hacer-
. [tne
Dueño de vneatm pena, he de Tcncer*
[me.
Procurando de Enrique el casamiento;
Y advertid que no cb poco lo que in-
Porqueosamodeanerte, [l^ha*
Que lo quenopndÍera,no« la muerte,
Queera encubrir mi amor, voestro de-
[coro
Lo hs podido (¡ay de mi!); porgue es
Tan firme, tan eonalanle, [Moro
Que, á ser posible^,..
SLAffCA.
KepaseadeUnte
Vueslraalteía; repare que naesmedlo
Ese de procnrarme i mi el reoMdkif
Y la opinión k Enrique.
ilaion tienes,-
Blanca, enlascnlpasqne á nü amor pr«-
Pero esutido contigo, [Tienes;
Aunque i callarme obligo,
Publican mis enojos
Laa lenguas de los ojos;
SI no puedes conttao no encjurte,
Yo no puedo conmigo no miarte.
blaiig*.
Pues por quitar la csñsst wm iré.
I»"
. . ISspera,
Blanca ; nohagasB|tcwP*"U^*EP<NMra;
YamCfoy.
.IVos es gnarde^ (Visas.)
Demifa
Que asegure tahonerlsaleneion mliL
¡Quién babré(iay deM tyamorl) qve
Que pMÍda HMoéottm aaf, qoe aea
En mi oplolñn (hrsoJMi r
S7S
fiL LICENCIADO DON JBRÓNWO M VltLAIZAN.
Rogar amante y padecer celoso?
Pero tanto podra qvien tanto adora.
Salen Mi paño DON GARCÍA
T ENRIQUE.
DOR garcía.
Por no dar qué decir, no salgo abora,
Enrique, á acon)pau;iro8.
ERRIQUR.
Aqai habéis de quedaros.
DOTI carcía.
Adiós, hasta mañana; y estad cierto
Que no baste á estorbar nuestro con-
El Conde. [cierto
( Vate.)
C0?(DE.
Un hombre sale; ¿si es su padre
De Blanca?
ENRIQUE.
No hay consuelo que me cuadre.
Cuando adoro... Mas ¡ ay de m\ ! «Qué
O lo iiní(e el deseo, [veo?
Odelcuüfto de Blanca... (¡Qué recelos!)
Vamos (le espacio, celos.
{Se va el Conde encubriendo , y Enrique
le va siguiendo.)
Salen al paño BLANCA t DOROTEA.
BLANCA.
¿Enrique con mi padre?
DOROTEA.
Si , Señora ;
Desván lo dijo ahora.
BLANCA.
No es posible que el r.onde haya salido;
Quiero avisarle, para que, advertido,
Se recate de Enrique.
DOROTEA.
Haslo pensado
Muy bien.
CONDE.
Algún criado
Debo de ser; y cuando no, no quiero
Que llegue á conocerme. ( Vaee.)
ENRIQUE.
Rabio, muero
De celos; ^á estas horas
jAh sospechas traidoras!) [bío!
in el cuarto de Blanca un hombreV ¡Ra-
Peroensusanprevent^aré mí agravio;
Mas no, porque está encasa don Gar-
ícla,
Y es publicar su inraniia con la mia.
Seguirle quiero hasta la calle, adonde.
Sime niega quién es...
{Llega Blanca á detener á Enrique,
creyendo que es el Conde.)
BLANCA.
{Ap. Este es el Conde.)
Vuestra alteza. Señor...
. ENRIQUE. {Ap.)
¿Qué es lo que escucho?
Con nuevos daños lucho.
¡Ah proceder ingrato!
BLANCA.
Procure con recato
Salir, y no publique
Mi error, porque esti Enrique
Con mi padre, y no es Justo que lo vea.
ENRIQUE.
Dime después que tus mentiras crea.
Fácil, ingrata, aleve...
BLANCA.
¡Ay Dios! ¿Qaé m «ftto?
¿Es Enrique?
íi
ENftIQOB.
No soy sino on compueito
De desdicha y de agravios.
BLANCA.
Saliérase mi vida por los labios
Ames que en tu creido desengaio
Oyeras á tu costa y en mí dauo,
Con señales tan ciertas.
Deshonras vivas y verdades muertas.
ENRIQUE.
Dime ahora, injusto duefio
Üe mi infamia; dime ahora.
Después de agravios creídos.
Mal estudiadas lisonjas.
¿Kra el Conde (¡oh rubia! oh celos!),
Muerte del honor, ponzoña
Del alma, desasosiego
Buscado de la memoria?
;A estas horas de tu cuarto
Sale el Conde? Y ¿á estas horas
Yo sintiendo mi desdicha,
Tú buscando mi deshonra?
Que no perdone mi vida
Quien á su honor no perdona;
Si me olvidas, ¿para qué
y\o buscas? Y si le adoras,
¿Para qué le engañsis? ¿Tanto
Tu facilidad te informa,
o te divierte, ó te inclina,
O te persuade, ó le postra ,
Que aun no obras con disculpa
La elección? Siendo una sola,
Fueras ingrala á mis penas
Y agradecida á las otras.
A mi en mi casa me ruegas,
Y en la tuya me deshonras;
Tú á entrambos nos ofendes ,
Y con ninguno te abonas.
Mátame pues, vence, triunfii
De los dos; y pues no importan
Prevenidas adveriencias
Contra vanidades locas.
Añade culpas á culpas
Y celosa celos; goza
Del Conde...
BLANCA.
Bueno está, Enrique ;
Bastan los cargos, reporta
El alivio que en tus quejas
Buscan tus ansias celosas
Tan á mi costa, y repara
Rn que, si sufrí hasta ahora
Desesperaciones tuyas.
Fué porque atendió tu boca
A tu queja, y no h mi agravio.
Que es muy diferente cosa.
ENRIQUE.
Dices bien , tienes razón :
Yo te ofendo, tú me adoras;
Yo me engaño, tú me obligas;
El (iCnde no viene á cosa
De mi agravio, ni él ha estado
Aqui.ni sallas ahoi'a
A qne de mi se guardase.
Sueno fué, mentira y sombra
Mi temor; cuando lé hallé
Hablando conti);o á solas ,
Tratiiba mi cas:imi<'nto,
Y él quiere i Elvira , y no «s otra
La ocasión de su cuidado.
¿Hay mas que decir?
BLANCA.
Reporta,
Enrique, el pesar ardiente
De las penas que te ahogan ,
Y repara...
ENRIQUE.
Vive Dios,
Blanca, si el salir me estorbas,
Sae por este corredor
e arroje, porque eonoicas
De mi amor desesperado
La barbaridad mas loca.
Déjame, y no des lugar
A que tu padre nos oiga ;
Quede entre los dos secreta
Tu culpa, y fia, Señon,
Que te la sabré callar.
Pues soy á quien mas le importa
Tu honor, tu persona j vida;
Y ya tan sola una cosa
Te pido, y es, que me dejes
Morir de mi pena propia:
Que adores al Conde es justo
En apacible concordia :
Blandas lisonjas le animen.
Pues tiernos lazos le adornan;
Que padezca yo vencido.
Que vivas tú vencedora,
Pero sin verme jamís:
Porque, siendo ya forxosa
En mi muerte mi desdicha,
O mi infamia en tus lisonjas,
Curando penas con penas.
Hoy me conviene, hoy me importa.
Pues no he de excusar mí muerte.
Elegir la mas dichosa.
Muriendo de mi desdldm
Antes que de tu deshonra. [fue.
BLANCA.
Enrique, Señor, mi bien
(¡Oh desdicha rigurosa!),
¿Asi te vas? Oye, escncha:
Si mi vida, si mis obras
Han pensado contra li
Leve culpa, fácil sombra...
¡ Ay de mi , cuan en mi dafio !
A\' de mi. cuin á tu costa
Te han salido mis Uneus,
Pues crece tu agravio eo todas!
Si encubro el amor del Coode
('.on prevención amorosa.
Por no avivar tus sospechas,
Besulta en culpa notoria
De mi verdad el secreto:
Si hablo con el Conde i solas
Para estorbar su cuidado,
Con resolución heroica
ConUrma Enrique sos oilos;
Y si salgo cuidadosa
A prevenir su recato.
El |>rimero con quien topa
Mi desdicha es con mi amante.
;En qué, cielos, os ew^s
La verdad , que ios loems
Contra quien la dice liiforaas?
Llore la mayor desdicha,
Cues es la mayor de ludas
Ofender c^n tasfinezoa
Y agraviar con las liso^ias.
JORNADA TERCERA.
Salen EL CONDE t OCTAVIO pv ■
puerta, t ENRIQUE
OCTAVIO.
Enrique ha venido ya.
poxoi.
Déjame i soles coa ¿L
{Vm
¡Aydemi! ¿QuA ■!•
El Conde?
C050B. (4|k)
lAbpeaacffvel!
-*u.
3 el cielo esti
i 2)mor, pues me obliga
r»r mi y por su houor,
á Knrique le diga
?. Pacieucia, amor;
. fuerza que prosiga.
ENRIQUE. {Ap.)
anoche (¡ay de mi!)
20. y llamarme abora ;
que pa8ó alli,
; su amor la adora;
Octavio aquí ;
Octavio, y quedar
»!i mis recelos;
1 qué han de parar
s y oíros celos,
y olro pesar?
co?fDe.
s tengo de vos,
ENRIQUE.
Aunque yo no sé
ciertas, no, por Dios,
f>rornraré
' á las dos.
CONDE.
há que no me veis,
y no lo acertáis;
ido en mi amor tenéis
AT, le aventuráis
el iros que hacéis,
vio ayrr á mi lado,
pstra ausencia ha sahido,
erlo que habrá pensado
edesKívorecido
.» habéis enojado?
. error, cuando aquí
islad de los dos
mi pecho os di,
."ulpado á ^os,
16 mudable á mi.
ENRIQUE.
or, si yo creyera...
t^ame bios! ¿Quién pensara
> qiiej2s me diera
?) Si imaginara,
if>r, que os ofendiera
eros...
CONDE.
Esta queja,
, toca á mi amor
él os aconseja ,
is culpa. Mi vnlor
ra ; y así , la deja
ilisfaccion.
>r. callad y sufrid.)
los cargos son
;unda.
ENRIQUE.
Decid,
é notable confusión!)
CONI E.
• causa dil:il;iis
lir con don GüiTía,
os? No rfS|Knid;iis;
a dilación de uu dia
os ocasionáis ,
leli^ra el honor
a, la calidad
dre, vuestro amor
I propia autoridad.
ENRIQUE.
lo que escucho. Señor?
; que ba procedido
Jilacion áf mi ,
teis cuan desabrido
Ire respondí
OFENDER CON LAS FINEZAS.
De Blanca, y vos, advertido,
Recatado, leal y atento,
Crevendo que era mi intento
Darít* otro dueño, templasteis
Vuestro amor, y dilatasteis
Hasta ahora el casamiento.
Pues no, Enrique ; no ha de ser
Causa de agravios mi gusto;
Blanca es ya vuestra mujer.
Lo contrario no era justo;
Y así , no se debe hacer.
Don García es la persona
A cuya pluma y espada
Le debe mas Barcelona ,
Vos sois honor de Moneada,
Blanca es honor de Cardona.
Don García se querella
De mí , y no hay medio que cuadre
Sin casaros. Blanca es bella;
Y a.sí , cumplid con su padre ,
Con vos, conmigo y con ella;
Y así, Enrique, efiectuad
Vuestra boda , y excusad
La queja de don García,
La de su hija y la mía.
Pues todos dicen verdad.
Quedará Blanca obligada,
Su padre reconocido,
Barcelona asegurada.
Vos dicho-so, yo servido, -
Y mi intención bien lograda.
ENRIQUE. {Ap.)
i,Qué escucho? ¡Oh penal Oh rigor!
Pero ¿qué duda el valor,
Que al Conde...
CONDE.
¿No respondéis,
Enrique? Pero queréis
Lograr (claro está) el amor
De blanca, y sacarme á mi
Del escrúpulo en que estoy.
{Hace que f va.)
ENRIQUE.
Rspera, Señor; si fui
Ciego amante, noble soy,
Vuelva mi opinión por mí.
Cuando sabe vuestra alteza
Mi calidad, mi nobleza.
Mi valor y mi lealtad,
No es menester...
CONDE.
Esperad ;
;.flácia dónde se endereza
Prevención tan excusada
Como acordarme el valor
De vuestra sangre heredada?
ENRIQUE.
Para advertiros. Señor,
Que en vos... Pero aquí no es nada,
Si'ñor... {Ap. De espacio, recelos.
No os asoméis á los labios.
Pues si os itronuneian mis celos.
Serán en mi rostro agravios
Los (pie en el alma desvelos.
No os halle la voz '{amas;
Si p| Conde me aprieta mis«
Temo...)
COKDE.
{Ap Él se ba declarado;
Pero yo estoy ya empeñado,
Y no he de volver atrás.)
Si ücaso son prevenciones
Para no os casar, Enrique...
ENRIQUE.
No son sino prcsmcionet
De honor, para qot n« ipHipw
Violentadas intescioiift
Vuestra altexa. v .**}.<.-•'. /s
97»
ooroi.
Boeno está,
Enrique.
BlfRIQÜE.
Si os ofendía
Mi sangre, vertedla ya ;
Porque manchada no es mia,
Y vertida lo será;
Y pues nunca os ofendí.
No será mucha fineza
Verterla una vez por mi ,
De cuantas por vuestra alteza
En el campo la verti.
conns.
¿Qué decís?
ENRIQUE.
Que desde el dia
Que mi amor os declaré,
Y os dio cuenta don García
De mi boda, como bailé
Que vuestra alteza tenia
Otro intento, desistí
Del mió! {Ap. Excusarme quiero
Sin riesgo de Blanca, si
Falté á mi dolor, núes muero,
Pero no me falle á mí.)
Y así , Señor, vuestra alteza
No se empeñe en procurar
Esta boda por Qneza
D<' Blanca, ó procure dar
Otro dueño á su belleza.
CONDE.
{Ap. Enrique está receloso
De mí , yo estoy empeñado,
Blanca tiene peligroso
Su honor, Enrique es honrado,
Don García está quejoso;
Si aprieto á Enrique, le aumento
Sus sospechas ; si me voy.
No logra Blanca su intento;
Y si le logra, le doy
A mi amor otro tormento.
Pues ¿qué he de hacer? Qué? Morir
Primero que con.sentir
Que por mí llegue á perder
Su honor Blanca ; esto ha de ser,
A todo le he de salir.)
Enrique, Blanca ba llegado
A quejarse de que he sido
Yo quien su boda ba estorbado,
Y piensa que yo os impido
El que no estéis ya casado;
Y pues yo no os lo impedí,
Y ella cuerdamente aqui
Mira el riesgo de los dos.
Ni yo he de perder por vos.
Ni ella ha de perder por mi;
Y pues vos se la pedisteis
A su padre, y admitió
Vuestra persona, y me disteis
Parte á mi , y él publicó
La elección que vos hicisteis ,
Y es t:in bueno don García
Como vos, y es sangre mia
Blanca , y ya se lia publicado
Que en s'n casa habéis entrado
(>>mu galán, y sería
(<ulpa grave en su opinión
Dejar sin satisfaceioii
Este escándalo, qae está
Hoy pendiente, y lo será ,
Si ven cuan sin ocasión
No os casáis, y han de creer
Los que han llegado á pensar
Que es Blanca vuestra mujer.
Que en mí haltasieis qué temer,
(I en ella qné remediar.
Blanca se fale de mi ,
Su padre es noble; y aei ,
Pues somos uno los dos »
No ot bagáis ingrato á toa
380
Ni me bapfais tirano á mi.
Yo debo hacerle favores
A don García , y si vos
Heredáis, serán mayores ,
Claro está , pues sois los dos
Mis dos vasallos mejores.
Casaos, pues; pero si ciego
Dejais de cumplir conmigo,
Obrará mi enojo luego,
Siendo mayor el castigo
En los desaires del fuego ;
Y justamente indignado
De veros escrupuloso ,
Cuando os dejo asegurado,
Quien no me atendió piadoso ,
Me habrá merecido airado. {Vaie,)
ERRIQOE.
¿Qué es esto, honor? ¡ Ay de mi !
Sentidos... Mas yo me engaño,
Porque despreciarme así
El Conde, es yerro, es engaño,
Es ilusión ; yo mentí.
No puede ser, mis oídos
Me engañan , y cuando no.
Mi honor viva , pues le echó
Esta culpa á mis sentidos,
Pero á mi príncipe no.
¿Salir el Conde a desliora
bel cuarto de Blanca , y cuando
Sé que la sirve y la adora ,
Y de mí se están guardando ,
Casarme con ella ahora ?
; Oh violencia! Oh (irania
bel poder! no te empeñaras
A menos cosía, y seria
Piedad tu airada porfía,
Si la vida me quitaras
Solamente, y no el honor ;
Pero ¿qué importa el rigor ,
El ruego y la tiranía.
La violencia ó la porfía
Del Conde? Muestre el valor
Rostro esquivo á los rigores ,
Pecho firme á las violencias,
Y entre agravios y favores.
Prefiera mis conveniencias
El duelo de mis amores.
5a/« DESVÁN.
DESVÁN.
¡Señor, ah, Señor! ¿estás
Solo?
ENRIQUE.
Desván , ¿qué me quieres?
DESVÁN.
No puedo decirte mas,
Mientras no me respondieres
Si estás solo; ¿así te vas?
ENRIQUE.
Suelta.
DESVÁN.
Señor, como bacías
Visajes y tropelías,
Y vi que á solas hal)1abas,
Óue allá te lo preguntabas
Y allá te lo respondías.
Que hablabas á alguien creí.
ENRIQUE.
Aparta, necio ; ¡ ay de mí !
DESVÁN.
Oye, escucha: la criada
De Blanca...
ENRIQUE.
¿Qué dices?
DESVÁN.
Nada.
ENRIQUE.
Pero si ya la perdí ,
¿Qué pregunto?
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZAR.
DESVÁN.
Con Octavio
La vi ahora.
ENRIQUE.
Cierra el labio,
Infame ; pero, Desván ,
¿De veras? ¿Adonde están?
¡ Oh lo que sufre un agravio !
DESVÁN.
Junto á palacio les vi.
ENRIQUE.
¿Qué dices?
DESVÁN.
Verdad, por Dios.
ENRIQUE.
Pues sigúeme.
DESVÁN.
Voy tras tí.
ENRIQUE.
¡ Ay ingrata ! (Va$e.)
DESVÁN.
Plegué á Dios,
Señor, que me saque á mi
De loco, y á ti de amante;
Porque estoy, se^un infiero
De nuestra vida inconstante.
Trocado ya en escudero
De alguncaballero andante. (Vate.)
Salen OCTAVIO y DOROTEA.
DOROTEA.
Lo que te he dicho pasó
Anoche.
OCTAVIO.
¡Notable azar!
DOROTEA.
Por excusarle un pesar
A Enrique, se le aumentó.
OCTAVIO.
¿Y Blanca?
DOROTEA.
Pierde el sentido.
Padece, suspira y llora ,
Porque tiene honor, adora
A Enrique y le ve ofendido ;
Enñn...
OCTAVIO.
Aquí están los dos.
Salen ENRIQUE t DESVÁN por la
misma puerta.
DOROTEA.
Me encargó que este papel
Le diese ál Conde.
ENRIQUE. (Ap.)
i Ah cruel!
{Saca Dorotea un papel de la manga.)
DESV.\N.
Ya escampa.
ENRIQUE.
Pues, vive Dios,
Que he de averiguar por mi
Quién es dueño de este agravio ;
Aqueste papel, Octavio,
No es para vos.
{Llega Enrique por detrás, y le quita-
rá á Dorotea de la mano el papel que
va á dar á Octavio.)
OCTAVIO.
¿Cómo?
DESVÁN.
Aquí
De los truenos y los ravos,
Ello bien me pueden dar;
Mas, p^r Dios, que he de sacar
De vergüeoza á los lacayos.
OCTAVIO. {Ap.)
Para el Conde era el papel,
Y ha de confirmar sa agravio
Enrique, si le ve.
B.5BIQUK.
OcUTiO,
Escuchad.
DOROTEA. (Ap.)
i Lance cruel !
OCTAVIO.
Sin el papel , nada puedo
Escuchar.
DESVAlf.
Desván, ¿qaé esperas?
Vive Dios, que va de veras;
Casi casi tengo miedo.
DOROTEA.
Nada á Blanca le aprovecha.
{Hace Desván que va á meter mamá
espada, g deUénele Emrifíe.)
DE8VA1I.
Mas ¿qué miedo hay qnemeasoobi
¿Luego le han de dar á an hoalire
Por la tetilla derecha ?
ENBIQUB.
Octavio, ó este papel
Es de Blanca ó es de Elvira.
Si es de Blanca, ¿qué os adlain
El verme empeñar por él ,
Sabiendo que ea duefio mió»
Y que en reciproco empleo
Vive feliz mi deseo
A cuenta de su albedriof
Si es de Elvira, es para el Conde
El papel, no para vos;
Pues si es de una de Ua dos,
Y ninguna os corresponde,
Fidelidad es, no error.
Aquesta temeridad ,
Pues si es de Elvira, es lealtad,
Y si es de Blanca, es aaior.
OCTAVIO.
Enrique, sea el papel
De cualquiera de las dos.
Viene para mi , y ni vos
Ni el Conde sois dueño de él.
BHRIQOB.
Pues, Octavio, yo lo tengo
Ya en mi poder, y sabré
Defenderle, y le tomé
A todo riesgo, pues vengo
Con esta resolución ;
De ella no, no he de apartanBCi
Basten ó no á discalpanne
Mi lealtad ó mi afición.
Ya me llegué 4 resolver;
Soy noble, estoy empelado,
Y no os le hubiera tomado.
Si os le hubiera de Tolver.
OCTAVIO.
Pues, Enrique, aunqae el laiv
Me obligue k veneración.
Tomaré satisfacción
D(mde se me hace el pesw;
Y pues me le hacéis aquí ,
Aquí he de vengar mi agniio.
(506011 las espada* Otimás g CaHfi
Stía DON garcía.
Cierra Espafta.
dohgabcIa.
Enrim», Odavic^
¿Qué es esto? (i^ lias ¡ aj de»i
¿Si es Dorotea ¡ay bonor!
Aquella mujeir)
.j
OCTATIO. (Ap,)
Gordído
DOBOTEA.
me ba conocido,
da. {Va¿e.)
EICBIQIIB. (i4p.)
Esto-es peor ;
itieode don Garda
D de este pesar,
!ia de resultar
mU 7 en la mia.
m á envainar las espadas.)
DESVÁN.
sÍD duda fué
>n García ba enviado,
e ba desbaratado
cólera que
ido jamás.
DON GARCÍA. (Ap,)
están los dos.
SKSVAN.
0 estando de Dios,
te es por demás.
DON GABdA.
B« ¿no sabré
rfoo del disgusto,
enojo tan justo
r caldado os dé,
ravio que por si
satisfacción ?
ne la ocasión ,
se acabe aquf.
ENBIQCE.
8 de lo que babeis visto.
OCTAVIO. {Ap.)
or ocasión
atisfaccion.
DON GABCU. (Ap.)
ospecbas resisto.
ENBIQUE. (Ap.)
desdicha fuera
1 don García.
OCTAVIO.
bonor ofenderla
a si lo dijera.)
de por medio vos,
á» no será nada.
ENBIQOE.
!S mi bonor y mi espada.
DON GABCÍA.
;aarde.
OCTAVIO.
Adiós. (Vase.)
BNBIOOE.
Adiós. (Vase.)
DON GABCÍA.
i sospecba es;
nplira mi bonor
n el valor,
i dudas después. (Vase.)
DOROTEA, como asustada.
DOBOTEA,
¿qué ba babido? Que allí
QO me be encubierto.
DESVÁN.
ibiéramos muerto
orobres de bien aquí
loscocbinos...
DOROTEA.
Voy
le á mi sefiori
>asa.
OFEÍABR con LA8 FINEZAS.
0
MSTAlh
Escacba.
DOBOTKA.
¿Abort
Estás colérico?
DESVÁN.
Soy
Sanguino en dos grados.
DOROTEA.
Pues
Sángrate, y por si te ves,
Desván, en otro trabajo,
Y la cólera después
La sangre enciende á destijo,
Gon dos azumbres ó tres
Echa la cólera abajo,
Y veréte de revés
Lo que bis refiir de tajo.
{Vmue.)
Saien BLANCA t ELVIRA.
ELVIRA.
Templa esa pena importuna ,
Dales vado á tus enojos,
Blanca , y no paguen tos ojos
Los yerros de tti fortuna.
Llora , mas sea con alguna
Templanza; porque, remfida
A esa pena repetida.
Que el corazón te enijena ,
Primero que con tu pena
Has de acabar con tu vida.
Desdicbas, cuyo ser nace
De alguna cansa secreta.
Quien las buye las respeta,
Y quien las llora las nace.
¿ Qué importa que te amenace
Amor con introducir
Sombras , que se bao de fingir.
Si es tan fácil su poder.
Que el comenzar a nacer
fis acabar de morir?
Cumple tú con adorar
A Enrique, cumpla to amor
Con tu lealtad y tu bonor,
Y déjale al cieio obrar.
VA sol se deja ignorar
De una nube, y no se deja
Vencer ; pues si él te aconseja
Su riesgo y tu cooflania ,
¿Qué mas tiene esta esperanza
En su duda que en tu qoifa?
BLANCA.
: Ay Elvira I cuando es ya
Mi pena infelice, pues
Sabiendo que el daño lo es.
No sé si el oien lo será ,
Confie el sol , porque está
Enseñado á amanecer; *
Mas, si es que teme el perder
Sus rayos para vivir.
Siempre míe se ve morir,
No sabe si ba de nacer.
No siento el verle ofendido
A Enrique, al Conde empefiado,
Mentida mi fe, burlado
Mi amor, y mi bonor perdido;
Solo ( ¡ ay Elviral ) be soitklo
Ver en mi contraria suerte
Que para que yo no acierte
Al remedio ni á la beridá.
Ni sé buscarme la vida ,
Ni sabe bailarme la c
Fineza filé el no oí
AI Conde, y el to .
Su amor, v el de-wr-
SuasistRi .*el
Su ind í '
Sus ai
Mas, t
Le tengo, mas Indionado.
Muera vo, pees be ifegaao
A ofender con las flnáai.
BLVlta* -
Pues ¿qué bu dé liaéerT
^l
iQii4téyo,
Si todo sé yerra en mi? . .
Con Dorotea lé escribí
Al Conde 16 qoe pasó
Después que anoebe sanó.
Porque no le niegue nada
A Enriqné, y porque, avisidtf
Su corcora , obre m^r»
Y quede, si no el aaor.
La opinión asegofadiu .
5«/e DOROTEA,
¿Seffoéa?
iQ«é b«y, DoroteiT
MaOTIA.
Enrique, OcUtío...
iQoéhásIdé?
nplOTIA.
Mi sefior...
. BURCA. .
iOné?
MmOTIA.
Me ba seguido.
BOBOTIA.
£i Tiene.
MnonA.
Peeenomevea.
SaU DON garcía.
voircABjcU.
¿Quién á Doretet ha enviado
roeradeciut
Ifm.)
'Sefter...
(Ap. Avn será el daftémiyor
si-mi padre la N eneoBtrada;
Eso sí, yérrenlo tode
Mis amantes prev€iKdoqee.}
BOU óáicIa.
SalgaoMS de oonhaioiies ,
Blanca, y si paede uber modo
Para prevenir ios daftot
De que me iBÜMrme el temor,
Qoe amenaian á ta bonor,
Amividayámisalloe, .
Dimelo antes q«e fea
Preciso mi agmio. Mea
Ahora es tiempe, X dettNMB
NKignno habrá que lo sea.
Hoy, qiTerieodo averlgnar
Tantos riesigoseo mi honor,
Yendo á pálido á Imsetr
A Enrique para ^nstir «
Gon él el miedlo mtifvt
De abreviar su casamiento,
Tan empelado la fl
Con Oeuvlo, qoe temí
El an delioeeso. fio. talento .
Saber de les doe eail #Mi
La cansa.) YOes ae^ir,
Ydltoennsqae pealar .
Si era acaso Dorotea .
Una miyer quedé mi
Se escondió t voM á baoelria,
Peronopadoaiañnüln / •
Mpaei^ aaaqao 1n mipl;
Insimmenios de caer
En loda alcasüeteria.
IWflA LEONO
EL LICENcrADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZiH.
Enemigo del
Sale DON PEDRO.
; Leonor!
Señor, idónde vas?
A morir.
¿Qué dices!
Digo
Que hasta hallar ii mi euemigo
No he de :.JW
De SI
mm
Muerto en .,^^
Hasta que del homicida
Que diü i tu hermano la muerte,
í enemigo de mi suerte,
Malo en fa suya mi vida ,
Me deje el eielii vengar.
DoAA LEONOR. (Ap.)
¡A; don loan del almamia!
tQué es lo i|ae diccsT
?ue no le has de apasionar
anio. (Áp. Amor m« dé elocuencia
Para ^er persuadir
BuSíJ SS?- s daíios
H le esiéii .
Porque ñores eslitii hien
Faj -^g
De 'Ion Juan, son tus amif[0.i ;
Falte al riuor la porfia;
Porquf^, s] es torpe el iHHJer
m V6 m
Don Juan j el malario Tueru
Venganza; muer
no vuelve i vi bermano.
M aducida
de tu valor;
Noech ' rder tu rigor
KK iifacTda.
S05 bija
Tu vida
Poco le del>e, l^onor.
Tu sangre, pues ahora ea mi
La despredaí ; siempre Tul
No
rueldad
i ser;
ser mujer.
&£",
deaeo,
le vi,
e parezco i mi
nln» ojos me veo
DOÜA LEONOB.
Antes me
atrevo i creer,
^ -Vas referido,
Que espejo i tu enojo lie sido,
^ ^"a piedad lo he de ser;
como un homhre enojado
Si te has mirado al espejo.
Aunque pudieras, Leooor,
BOiU LKO:iOR.
Cieb»,
tQué miroT iDon InaoT
Si se te bieiere de aaevo
Verme en tu cua, Leonor,
Mas de nuevo se me bice
El vivir sin vene jo.
doSa Ltonoi.
¿Qué es esto, don Jnu, ni U«a*
itii en mi casa!
Salir del
Subir al
Romper |^
Quebrar
Reventar
Vesioel sn^wi
Qae es la violencia maror.
UMS.
V tú, luís, ^no mi
Lo que es esto!
ir conmigo,
con tu amor,
nlla por mi enemigo;
que no es iio (jue entiendan
los agravios,
s venganzas orendan. {Vale.)
vivo en él , iqué importa?
Doiía Ana es amiga mia.
Su don Juan mi amaoie.
El
Su!
Mas poderosos ; mas ciego
"arcia, mas terrible
Mi padre, jmas Imposible
Mi volnnlad.nolo niego;
M^s, si el amor ha de ser
litar,
¿3:
mi59os
Se ha or.
Amor tengo para todos.
,A qoí efetoT
Pi
Para decírtelo
iYo, Um?
01) Juan, os ruego.
m que estoy;
indeesioy
la iinclie
SUFRIR HAS POR QUERER HAS.
Caando lo sepa, ¿qué ímporla.
Si no sabe dónde estoj?
iJe ha bascado la justicia?
tsa desilicha, Leonor,
Solo i mi Ttds ameoaia,
quleii ama j tiene honor,
s la pena mas atroz.
¿Jlayorpenaquelaír
Mavor mal los cefos sod;
Pero repara primero
(Jue lo pronuncie la voz.—
Inés, icD cuenta si vuelve
Mi padre.
Hucho me bolgan, don Juan ,
cualquier pena,
) era CIO n
ibstiiisda;
ii lias de ser mi marido,
yo le bíisla á mi opinitin
F.l ser buena par» mf.
Si para ti no lo soy.
Ante
SiKSylavoi;
s iii falto al setitimiento.
Por no fallar á mi amor,
~%% sospecha,
lio infamar tu opinión.
DOÍK LEONOR.
i rendimiento esa queja ,
Pab
No es sino
iQuiéresIe T
DO.T JMM.
Si , Sefiora ; ja me voy.
iHas que ha de venir mi padr«f
No volveri...
i Mi leBor!
doSa (.IOKO*.
¿Es burla 6 verdad , Inés!
i^ts.
i Que sube 1
DOSk LtOtCOB.
Temblando estoj.
non ivah.
Dame i besar una mano,
nodi uOHOB.
Tema, j TtiélTete. .
DON JDAH.
Leonor,
ilris i verme mafiana
Al j ardil) f
DOSa LEONOR.
Si.
Adiós.
DOAa tIOHOR.
Adiós. {Vate.)
INÍS.
Liodameole la bao tragado
Los teüores.
UBoa.
Liiego ioo
Viene el TíejoT
Veniri!
■amula el señor Lífon.
{Yante.)
Salen DON DIEGO i DON GARCÍA.
DOn DIEGO.
Aunque intentes, tiermano don Garria,
Encubrirle esa pena al alma mía.
En tu desasosiego
Conotcó lu disgusio.
CON GABCi*.
Ove, dondiego;
Va sabes nuemaiú (Ion Juan Centenas
A don Pedro de Luna, y las querejias
Sabes con quesu padre, airado, Jn lea la
Vengar sumuerle y redimir su afrenta,
POK DIEGO.
Todo lo sé, y también que su esperau-
Para Tacilllar esLa vetiganra, [za,
Por verse viejo, solo j desvalido.
Se valiúde nosotros, que hemos sida
Opuestos i don Juan. {Ap. A Ulos plu-
""'" igo fuera, [guiera
EL LICENCIADO DON JEBÓKlilO DE TILLAIZAN.
IX GARCÍA.
Dos veces pues por el estribo llego
¿V al Gd las conociste?
Ho, don Ule)
non MIGO.
Pues repórtate, r mira qne n
De Leonor dos ba tIuo; do t(
A enieuder la ocaaioo de tus e
Sale DON PEDRO.
uprim.
Yelfinquehadelenermiimorignoro.)
Sé también que es su intento
Ufreccrieisuliija en casamiento;
Sé quelo hasacetido,]i sé quees moeii
Su viriuil } nobleza.
Pues escucha:
Hada el cani[)o esta tarde me salía
A estar conmigoy con la ¡wna n>ia,
V al tiempo que pasaba
Por la iglesia mayor, parado estaba
El CDcbu de Leonor; y yo, pensaudo
Verla ú hablarla, me detuve, cuando
Dos lapadas se entraron
En el coche, y de mise recataron
Tanto, que su cuidado a vis6 el mió;
Seaullas, y porfió.
Celoso j- recalado, en conocerlas.
jQué dicesf
no:< garcía.
Porque el verlas ,
Las cortinas cerrailaü.
Las calles discurrir mas excusadas ,
Celos me añadió á ceta*.
Dos veces me Negué al estribo...
{Ap. ¡A» cielos!
(^ue era doña Ana la «ne en él venia,
> si la conoció, perdió en un dia
Nuestro amor el secreto, yo su mano;
Ellaenojóasuprimo.joítniilicrmano,
Pues si llega ásaberseuuestro intento,
Niugunobadeadmilírelcasainieitto;
V aunque cod esli dollt Ana nóvenla,
iAolableaur!) Pniigne, don Garata.
Has para las sospechas que he tralc
Basla que una criada he conocido
De Leonor, y saber me falla ahora
Si acaso era Leonora
La dama que de mi se encubrió lar
El rostro con el manto.
Ya paró el coche, jhedefer, don Di
Sisonclertasnisdlchas. [f
... , ;Eslis cieg
Advierte, don García,
Quero pase el cuidado á grosería,
Bl recelo á bajeza.
La sospecha i delito, la Bneu
■ ''-sprecio, el engafio
idencia, y la dnda i desengaño;
Que hay hombre en su sospecha I
[constan!
,. , por llevar sus celos adelante,
liara i entender, según laofensaapur
Que le importa el agravio ó le procur
V que le esti peor á su cuidado
El quedar satisfecho quu agraviado
Dou Diego, mis recelos
Desde que fueron dudas fueron celoi
üue si ellndicio fuera [r.
Tan grande, que disculpas no admitii
El alma por la boca y por los labios,
A riesgo abierto, los llamara agravio
(Ap. Si sabe dan García
Que es prima de don Juan la que vcoi
En casa deLeoiior. v á verla ha entradi
Le ha de dar mas cuidado [ni
Saber por qué se encubre y á qué vi*
Y si mas en la calle se detiene, [li
Meembararaelenlrarporla --
"" Taesler' '
)sded(
Volvimonos, hermano, y ni
A apurar mas disgustos.
Con fingidos consuelos,
jA pié y en esta cille? (Áp. ¡>
Noaciertolhablar.) Voveogo
Hucboque hablar con «os,yc
A bueo tiempo. [i
Don neeo. (Ap.)
A don Pedro le k
De encontrarte I ni pncrla;
Todo en abono mío m coocier
bOK GAacU.
Esto es forzoso; perdonad, do
DO;i DIEGO. {Ap.i
Daré la vuelta a ewtra calle, *
Vendré á ver i doOa Ana:qae Ii
Pues ya entraron en osa, tuat
tu.
i^a hermosura mayor; Toofhet
^ Leonor por esposa, ; be sen
::uando están niwalros deadei
£n mayores cuidados,
)ne no miréis por im, por miy p
'os muygalaa,nn; bella
'Conor, muerto su bermaiio,
I yo muy Tiejo, el fslgo muy ú
'ubtico en el lagar Tnetlro d«
leneUdo en mi calle el galaab
^I honor melindroso,
.a envidia ateuta, el ÜMapopd
Llgnno que to mira,
!ue parece que calla y qne ut
.uego temer pudiera
|ue crean todoi lo qna yo cret
asi, no penniui* que yo ae'n
le Leonor, ul qne a vocosacn
egundavei;raaiédiuiiecsioi
e.aDuqneeadgalaatMeaví
scindalo decenio.
His duda
celos
me empeñan»)...
BOU ni ECO.
Puesyanohasdepoder.porqncseen.
■>o:i GAHciA. [traron
Por tu culpa, don Diego,
Ko llegué á conocerlas.
boa MEGO.
iEst&s ciegol
i^ETCusarte un error le llamas cuIpaT
"íro el estar i^eloso te disculpa.
ílvámonos; repara
le apenas es de noche, y si te hallara
su puerta parado
t padre de Leonor, es tan honrado,
le de li se ofendiera.
DO:i CARCfA.
in celos no hay cordura ; aquí me es-
bo^ DIEGO. [pera.
>er locura tu recelo pasa.
00.1 garcía.
no hay consejo qne i mis celos cua-
;e he de entrar en su casa, [dre;
Mas me obliga «"«»'*" fw mi h^a lo oomíci
s, l'olopailo,oiieMem»rBi*s
!sni le admito }D.aJHUI«
asi, seguid mejor Tnettrat ici
orqne en las opWosM
ue una vea toma el nko pwn
lescaodalo pasaporamiia.
i,Beñordon Garda; anteiM
le llaméis correedMloqecHt
;coro es de los doo; j asi. piWM
le esté mi amor jeTnaairaw
i,iBmM,dinGi
ntro de vnecln oaSUril*^
to ba de ier,akanJw«ilMi
a vos esta UcMdi.
8DFBIR HA8 PTO QUBBKII ■
Porque de snerta lo piM
la del* calle...
DON noto.
Eto seria
imbos costosa grosería;
rimero que salgáis, os digo
e sacado ; ossali:iconniÍGo;
■■ «sti Tueslra duda siüsfecbi
e Tor dejando mi sospecba
; Qoé lia espera mi cai Jado
norcuT* vida be repara JoT [le
permitido, por mi mal. lósele
^to's^fvL"
ySá. ANA i KiÉS, coa marUo,
doHa asá.
I ha sacedido
Garcii, Leonor;
I Iglesia major
Mur, 5 ba segaido
MXl* LEONOR.
¡Notable azar!—
I, si os conoció '.
irnos; no lo dado.
boAa aha.
1 lemoT, qDB no pudo
nos doD García ;
jcúino esUs cotí manta
ilbas Toera ?
3f.
el Tfr, doSa Ana ,
no lu«ia mañana.
POJlA AHA.
tbeslá dónde está!
ní>.
aerta bemos pasado.
■OÍA LKOnOH.
I cocbe?
iHi-
■No, Señora.
no>A LE0:*ON.
faltaba agora
liTioesecniílailo,
de no verle liov,
babia pedido,
nís.
la puerta be sentido.
A verlo voy. (Vote.)
DOJA LEOttÓR,
.déjalo entrar,
(altes, Inés.
O, porqne después
Vna bas de llevar.
lad que ibas á ver
,' Mfk LEOXOa.
SI, dona Ana,
dg verle BaüaiM,
loj M ba podido for;
SI JO DO Toj i su ci
Pues si le vieres, Leonor,
No digas que yo he venido,
Ni que tu casa be elegido
Por sagrado de mi taoBor: .
Pues, annoue tu Deiuamieato
Bs dueflo de sa albedrlo ,'
Va sabes cómo mi lio
Tralú naestro casamiento.
V aunque él se excusó por II ,
Y yo por otro Balan,
No es bien qne enileóda don Jnai
Esta liviandad en mi.
V mas. siendo la ocailon
Don DiegO'Pajardo , pues
Su mayor contrario es ;
Va sé que por mi afleloQ
Don Diego ba de procurar
ü:sias paces , j do es bien.
Hasia que amigos esléii,
QuetollegneisomedAr.
Vo vengo i tratar el omMIo
Cómo tn padre j su bénnaMi '
Ledén A donJnanlamtno', .
Con que se apacigfke todo;
Y asi , que guardes te ruego
Este secreto .'advertid^
De qne nos va en él la vida , '
La saya y la de don Diego.
Pues aunoue boy dudosa esté ,
Suizi el délo diipondri
na dicha qne serl
Por un deli to que fué.
ooüi LBOKoa.
Cuando i tail no nslmporUra ~
?uedoa inannólosoplñi, ..
por ti DO lo encDbHéra,
Por mi guato lo eilbira ;
Hue, aunque mojer be nacido,
lamlsenestolorai.
Pues tan parecido en mi
SseJ secreto al olfido,
Jue.como jamls le halla
La voz , está persuadida
\. que el Eilenclo la olvida ,
i no es Sino qne la catia.
S»te DON DIEGO.
knnque falte i U amistad
!)e don Pedro , pues pudiera
Enojarse si supiera -
jueal respeto V calidad
te tu casa orendo-aquj ,
, Qué importa que muy Sel
ti amistad me culpe en ét,
ii amor me disculpa ímíl
Vqul están las dos.
noflAjuu.
iDouDfegoT
noy DiECo'.
,'Dona AnaT
eod* as*.
Seas bien veuMo.
non HUBO,
ii alegre y bvorecldo
os litan,
I verdad.
fue. i no baber muerto de an
hiriera de vanidad;
r aun no queda encare«ida
1 i voluntad rerdadera,
"ues cuando i tus «jos Dmefi
tuedo i deber una vid*.
Y solamente. he aenUdo
Np poder, flnu y constante ,
Nonr nna.m de aiMni«
Yetradeftvoreddo.
•oh AM.
Bafile^ don IHeso, por «i
iju i|UD iHieuv Biger por u
Gu peligroi semtlinies;
Porqne en Hetündo i om
Las flneías ban de ser
La lei»ua de les weiitM. '
Pero il«aiuos «ber« -
Hipérboles , y iLeoMr
Le agradece «Me tifOA '
BOItaiKO.
Perdonad, bella SeikM, -
A rol amer, oneadlwtlao
En bn apadUeeilBa,
Por bacer dkbost lu dna,
Hiee grosero DD mnddo.
mKa uopok; '
No babel* Sido deáaartéa,
Qne en presetU de !■ damn,
Descortesía se- llaasa
Ser con o(n nu eorlés.
AgT«deeelde,d9BDte(0, .
Para aventurar B^boMr
'V'*ifla,-6asU,'LepMr, ' ' .
SeryoDoUof^riMiitBJ^,; /
' feoláuqM».
El valor todo la alian*.
Sel* INÉS, aflHviMte.
MUíqné roldo e*esM;loé*I
i*«s.
Vengo n
Has que se et
YqoesevayadoaDL^.,
Que es doQJum.jbM.TMpwr
El eocbe y le h* visto eitrtr,
Y viei.e celosa j dege.
non nuco.
íQaé ImporbT DI qne enire asi ;
Qne nadie se ba deescoador.
•ola uoM*.
Eso es ecbume i perder.
MMk an.
Ann peor qne eiuba eali.
mMa tMmo»,
Por ess puerta , qw *■!•
Al patio, os s*Hd, BeBiir ;■?•
ese camaria te >*lñ
Advertid.
wtfAiioNoR.
Nohii;qB««dfaHlr;
390
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZÁN.
DON DIEGO.
Yo me voy.
{Vanse doña Ana y don Diego.)
DO^A LEOrCOR.
Agora, Inés ,
A doD Juan puedes abrir.
5a/tf DONJUÁN.
DON JUAN.
No vengo, Urano dueño
De mí amor y mis suspiros ,
Amante á contar mis quejas ,
Firme á obligar tus desvíos ,
Quejoso á decir mis ansias.
Triste á procurar mi alivio ,
Blando á enternecer tu amor,
Y muerto á llorar tu olvido ;
No vengo, Leonor, á ser,
A fuerza de incendios vivos
En el fuego de tus ojos ,
Fénix mejor de mi mismo ;
A ser escándalo vengo
De mi agravio , ¿ ser testigo •
De mi infamia , y escarmiento
De los dos engaños míos,
A librarme de una vez
De ese mentiroso hechizo
De tu amor, y á dar venganza
A tu padre y á mi amigo.
DONA LEONOR.
Si buscas satisfacion ,
Sabe que mi honor estimo
Mas que tus celos, donjuán ;
Acaba , descansa , dilos ;
No ande el duelo en opiniones,
Hagan las quejas registro
Del agravio , informe el alma
La verdad á los sentidos.
DON JUAN.
Porque te adoro me ofende
Tu rigor, porque te sirvo
Me desprecias, y me matas
Porque la vida no eslimo.
Cuando yo, por no apartarme
De tus ojos , solicito
Mi muerte, pues de Valencia
Por tu ocasión no he salido;
Cuando la nueva no mas
De que ayer tu padre quiso
Casarte con don García ,
Desesperado y perdido
Me trujo á verte , y me hallé
Tan bizarro en el peligro ,
Que me festejó buscado
Lo que me asustó temido.
Cuando porque me volviere,
Por soborno ó por alivio ,
Dijiste que me verlas
En el jardin , donde ha sido ,
A imitación de las flores ,
Mi amor su retrato mismo ,
Al nacer el alba adorno ,
Al morir el sol delito ,
Y cuando yo te esperaba
Para descansar contigo
De las penasen que muero
Y de la ausencia en que vivo,
¡ Con qué pena lo declaro !
Con qué (folor lo publico!
Tu coche , ¡ a^ Leonor ! tu coche
Pasar por el jardin miro;
A don García detrás ,
Sentada Inés al estribo.
Celoso tomo la espada ,
Enojado el coche sigo;
Traigo conmigo un criado,
Encargóle 8(*r registro ;
Veo apear dos mujeres.
Quiero llegar atrevido ;
Topo á tu padre á tu puerta ,
Al rostro la capa aplico ;
Vuelvo la calle cobarde ,
A esotra puerta me arrimo ;
Llega un hombre arrebozado ,
Oi^o á Inés que baja á abrirlo;
Dejo el criado á la puerta ,
Que tenga cuenta le aviso;
Pretendo subir á verte^
Defiéndelo Inés con bríos,
Detiénenme tres criadas ;
Avisante que he venido.
Oigo cerrar una puerta ,
Siento en esotra ruido ;
Hallo que vienes de fuera ,
Puesto el manto sin aliño,
La voz sin palabras hechas
Y el rostro sin color fino ;
Mira si para un agravio
Son menester mas Indicios.
D05ÍA LEONOR.
{Ap. ¿Es verdad ó es ilusión
Lo que por mi ha sucedido?)
Don Juan , advierte, repara
Que soy luya y que lo be sido.
Pero haces de suerte el cargo ,
Que parece que es preciso
Tu agravio; no acierto á hablar,
Disculpado estás conmigo.
Pero imagino , Señor
(¿Qué sé yo loque imagino?),
Que debe de ser verdad ,
Don Juan, todo lo que has dicho
Y que ha pasado por mi ;
Pero yo no lo he sabido.
DON JUAN.
Mal me asegura tu engaño.
DOAa LEONOR.
Habla quedo, no des gritos ;
Mira no venga mi padre.
DON JUAN.
Su venganza solicito ;
Viva ó muera , que no siempre
Se han de temer los peligros;
Un vivir amenazado ,
Ni le logro, ni le estimo;
Pues viviendo, looue temo.
Temo aun mas de lo que vivo ;
Y asi , acaben de una vez
Mis ansias y mis suspiros.
Dime quién es el dicnoso
Que tan preslo ha merecido
Esas finezas.
DOÑA LEONOR.
Don Juan ,
Ya te he dicho , ya te he dicho
Que se vayan poco á poco
Tus sinrazones conmigo ;
Quizá pueden ser finezas
Las que sospechas delitos.
Bien puede ser aue sean ciertos
Los recelos que tías tenido ;
Que los cargos sean verdad
Y que no lo sea el delito.
Sin intención no hay agravio ,
Ni hay ofensa sin indicio;
De la ejecución del brazo
Es el amago el principio;
Aun la violencia del ravo
Se templa en lo ejecutivo ,
Que del estruendo v la llama
Es el relámpago aviso.
Primero que el sol corone
De luz y esplendor los riscos ,
Planeta menor el alba,
Lus dora con rayos tibios.
Piedad ó costumbre sea
De lo airado ó lo benigno ,
Lo mismo que al sol el alba
Es al rayo el estallido.
Pues si guarda un elemento
Sos fueros de obras precisos,
Y DO me has dado oeuloo
De ser ingrata , y be sido
Constante á fuerza de penas,
Finne ¿pesar de peligros.
No te iníonne & ti ta agravio
Mientras yo ignorare elaüo.
DON JDAir.
Estos, Leonor, no son celos;
Agravios son conocidos.
DOfÍA LEOSIOa.
¿Conocidos?
DON JÜAH.
Y evidentes;
Yo lo he visto.
DOfU LKOXOa.
¿Tú lo bas visto!
DON JOAII.
Y tengo de conocer
Al hombre que se ba esooadido.
DOAA LEOHOt.
¿En mi casa?
DON JÜAÜ.
Sí , en ta casa.
DOÜA LEOKOa.
{Ap. iQué he de bacer? Puesiitedií
Que la que pasó en el cocbe
Era doña Ana , j qoe vino
A verse aquí con don Diego,
Ofendo el decoro mió.
Aventuro que no crea
La verdad , pongo á peligro
A do&a Ana , y embaraio
Las paces , qne, á ruego nio.
Ha de tratar con mi padre
Don Diego ; pnes jo prosigo
En negarlo aunque se eM¡e
Don Juan.) Tú estas persuadido
A tu agravio, y no bay agravio;
A mi olvido, y no bay olfido;
A tus celos, y no bay celos;
tHa de poder mas contigo
na duda en un instante
Que una fe de mncbos siglos?
bn ti han podido engafiacte
Losojosy losoidot;
Pero en mi te informa el alsu ,
?ae no puede haber meutido ;
asi, me has de creer,
Y no á ellos lo que ban dicho.
Pues DO será justo que -
Tenga crédito mas uo
Un sentido para un alma
Qne un alma para un aeatido.
DOS JDAU.
No trates de asesuranne ,
No , porque el afecto Mismo
Con que me estorbas la eslnds,
Aumentas los celos míos.
DOÜALEOWMI.
No es verdad lo que me «¡aieres ;
No hsffas con ingrato estilo
Agravio de la fineta
Y queja del beoefldo ;
Que esto es amor.
DOü JOAir.
iBsamor?
DOJlA LEOHOa.
¿Quieres verlo? Tú bas querido
Averiguar unos celos ,
Que imaginados ó vistos
Dan muerte; yo te aaejnro
La vida , el gusto , el alivio ;
Tú quieres mirar de el sol.
Rayo á rayo , el Alego activo,
?ne te abrase y que toe*
o con nublados milito
ludas y en tas celos,
amas, Jilos vises;
silisco de amor,
los celos , precito
mirar, yo le cierro
( al basilisco;
res pisar el áspid ,
asos te resisto;
'entarasaldaño,
íflendo el peligro;
n peñas , yo te gaardo ;
erdes,yo te libro;
tú bascas el daño ,
"emedio te aplico,
quien te quieres menos,
en mas te lia querido;
aes que no has de entrar,
como ya te be dicho,
mi nos importa ,
ible , y no me olvido
M>7 luya, y si vuelve
3, que está ofendido,
D daño, y no has de usar
ssias conmigo,
puede creer
ue tenga escondido
^ de tao bajas prendas ,
indo á voces publico
tuya , lo este oyendo ,
ga á resistirlo,
eal jardiu, don Juan.
^Olf JDA:t.
irás á un martirio
nagioar sospechas
*mentos fingidos.
e vuelvo, Leonor,
trado y corrido.
DOÑA LBOÜOR.
Lo y asegurado
tejor.
DON JUAIf.
Hoy perdimos ,
rision de tus ojos ,
imperio en los mios.
DOÑA LEONOR.
■é satisfacerlos.
DON JUAN.
)ré no admitirlos ;
Dtre caducas flores
loso y ofendido,
r de muchas veces.
lal hizo , qué mal hizo
e ffuardó para el rayo ,
cmó del aviso ! ( Vase,)
DOÑA LEONOR.
•
lo va , mas no importa ;
celos, lema olvidos,
quejas , finja agravios ,
ooíos , dé suspiros ,
odas y haga extremos
)So; que yo admito
techa que hoy me infama ,
daños que hoy le impido ;
ré satisfacerle ,
lojarle he sabido.
«xNADA SEGUNDA.
len LIRÓN v DON JUAN.
LmON.
, como mandaste ,
lerta de Leonor,
» rato. Señor,
10 en su casa entraste ,
Ds mujeres vi ,
SUFRIR MAS POR QUBRBR MAS.
Que hácii la casa golaron
De doña Ana; ellas se entraron ,
Tardábanse v me volvi ;
Y cuando hallarte pensé
Alegre y desengañado.
Bien herido y mal curado
De tus sospechas te hallé.
¿Qué tienes , que á todas horas,
Que con tu mal te aconsejas,
Hablas como que te quejas
Y miras como que lloras ?
Acaba ya de perder
A tus males el cariño.
Vaya el amor para niño
Y Leonor para mujer;
Que si ponderar tus daños
Tan eficaz lo porfías.
No hay don Juan para dos días, .
Y hav celos para mil años.
Vuelve en tí , dale al amor
Glpaso aae á ti te dan.
i Habías? ¿Respondes, don Joan?
A esotra puerta , Señor.
DON JOAN. pos?
¿Qué furia , qué veneno es este , ele*
¿Asi muere un amor de tantos afiM?
¿Que no baste á advertirme los engaños
Quien pudo ocasionarme los destetos?
Cuando menos pensaba en mis reee-
[los,
Y menos sospeché los desengaños,
Tanto el indicio apresuró los daños,
Que aun no tuve fugar de tener celos.
¿A quién jamás, á quién le basacedi-
Sentir sin alma y no rogar quejoso? [do
Solo á mi, que á mispenasne naddo.
Pnes ni sabe mi amor huir celoso,
NI yo puedo esperar correspondido»
Ni me deja el agravio estar dudoso.
URON.
Ya escampa ; ¿hay tal suspensión ?
El hombre trae la veleta
Como cascos de poeta
En noche de colación.
Mira , Señor, que es vulgar
Error, justo de reñir.
Que tú te dejes morir
Por quien te dejas matar .-
DON lUAN.
¡ Ay Lirón! que no has sabido
Querer mucno, pnes tan presto
Tienes el gusto dispuesto
A olvidar lo que has querido. '
LIRÓN.
Dicen los que mas se alaban
De finos enamorados
Que en celos averiguados
Las amistades se acaban.
Esto dicen todos , yo
Ni quito ni doy consuelos;
Juzga tú si están tas celos
Averiguados ó no.
DONJUÁN.
Vén acá ; solos estamos ,
Habla á mi pena.
LIRÓN.
Si haré.
DONJUÁN.
No digamos lo que faé.
Lo que pudo ser disamos.
¿No pudo ser que viniendo
A verme Leonor, laviara
Don Garda , y que siguiera •
El coche , y ella , temiendo
Que aqui la viesen entrar.
Lo quisiese desmentir.
Dándome á mi qué sentir,
Y no á él qué sospechar?
Porque si á hablarle en ^ amor
A don Gareia saliera, .
Pensar qae á que yo la viera
Pasó por aqni , es error.
Pudo ser<|ne el embotado
No entrase á ofenderme á mi;
Que la puerta qpe yo vi
Cerrar, fuese sin cuidado*;
Que él recelo y turbación
De Leonor, el estorbarme
La entrada y el obUgarme,
Con razón ó sin raion.
A no averiguar por mi
Mi amor y mis celos , ftiera
Temor de qae no finiera
Su padre , y me baHara altt.
Pues si esto padd ser,
Y pudieron ennftárse
Los ojos . y á declararse
Allega asi ana mujer,
Conmiffo, y es prineipal ; «
Y viéndome desvalido.
Me ba alentado y me na querido
Con ana fe tan igual.
Que Jamás temi esté daño ,
I Por qué be de ereer aqoi
Que Leonor me engaii|i á mi ,
Y no soy yo quien me engafiof
tnoH.
Un coche á la deshilada.
Una cortina corrida ,
Una dama muy salida,
Y una puerta moy carrada,
Y lo demás que se ofrece
Al discurso doeseltolo.
Ello no puede ser malo, •
Mas por Dios que lo parece.
Pero, pues lo abow y^,
Y en seguir ta hnñíor o|»ligo.
Si tú lo acabu contigo.
Conmigo acabado está ;
Que harta compasión merece
Qttien,á tal tiempo ha venido ,
Que se hace desentendido .
Del daño que le padece.
DONJUÁN.
Dices bien; miente e\ imor
En los ojosy los labios,
Y no mienten los agravios
Y en las dudas el booor.
ÍNo me dyo qoe vendría
i verme Leonor y á hablarme,
Y solo vino á matarme
De celos condón Gareiif >
1 Yo no vi que Im\H^ á abrir
Inés , qae estiba arrimado
Un hombre, qoe eolr^ embozado ;
gocen mi quiso reslsthr
a entrada , ooé se turbó
Leonor caaooo le avisaron ,
Que dos puertas se cerraron ,
Y que al fin no m^ dc(|6 '.
8ue entrase á desengañarme
e los celos que traían
Poes iqué iñoraaeia porfia
Vanamente i ooosolirmet
Fineza no pado ser
Para obligarme á saUr^
Poes menos que en reelsllr
Tardara en satisflwar;
Y era finesa mayor
Darme eu pena tnn . crecida
Un rigor mas á la vida
Que una sospecha al kOMr.
Luego no poede qpMrariM
Qpien de iin Janee laadodoio
Me dejó venhr enloso»
Pndiendo satisftior— ^
unov.'
Eso si , caerpo de INot ;
Acaba 4e ser galán
Redoso, qie nos leidfáii '
II
592
Por cartujos á los dos.
Doña Leonor nos afrenta,
Y su padre de doña Ana
Nos ruega , y con mucha gana ;
Toma tu paz por su cuenta,
Con que a su hija le des
La mano y le cases lue«o ;
Esto importa á tu sosiego ,
Sé con tu [>rima cortés.
Ü0:<( JUAN.
La vida me ha de costar ,
Pero no me he de vencer;
Yo no me pude valer
De violencias para entrar.
Resistiéndolo Leonor,
Esperar á que viniera
Su padre , y allí me viera,
Era otro daño mayor ;
Pues su arrenta publicaba
La de Leonor y la mia ,
Y á mi honor no le valia
Lo que á los dos infamal>a ;
Y así , pues no he de pedir
Que Leonor me satisfaga,
Y cuando por si lo ha^a ,
Ya no lo puedo admitir.
Después de aquel desengaño,
Hoy á doña Ana veré ;
Quizá así divertiré
Este amor con este engaño.
Y por lo menos verá
Leonor , si viniere aquí ,
Que de los celos que vi,
Huigo las disculpas yo.
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZAN.
Salen DOÑA LEONOR É INÉS, conman-
(08, Y EL CASERO con ellas.
DOAa LEONOR.
¿Qué hace don Juan?
GASBRO.
Aunque ha estado
Hoy mas triste que otros dias ,
Luego que á verle venias
Le juzgué mas consolado.
Habíale vdile, Leonor,
Que , pues jamás viene aquí
Tu padre, y fias de mí
Tú su vida y él tu amor,
Y nadie puede saber
Que vive aquí retirado,
Se aliente , pues le ha postrado
Tanto el pesar desde ayer,
Que temo un daño mayor. {Vate.)
DONA LEONOR.
¡ Ay don Juan ! quieran los cielos
Que se reduzgan sus celos
A la verdad de mi amor.
LIRÓN.
Inés y Leonor.
DON JUAN.
¿Qué dices?
LIRÓN.
Que son ellas, ó estoy ciego.
DO^A LEONOR.
¡ Ay Inés! temblando llego.
INÉS.
Llega , y no te atemorices.
D05ÍA LEONOR.
Porque no pienses, don Juan,
En mi agravio y á mi costa ,
Que te ha arrojado del pecho
Quien de su casa te arroja ;
Aunque mí estado me excusa ,
Aunque mi sangre me abona ,
Aunque mi amor me asegura
Y aunque mi honor me reporta,
Y algunas finezas mías ,
Pienso (fue ya serán pocas ,
Porque después de unos celos
Es tan flaco de memoria
El amor , que si una duda
A ser agravio se asoma.
Finezas de muchos siglos
Se olvidan en pocas horas;
Finalmente, aunque pudiera
Prometerme que yo sola
Valiera , don Juan , contigo
Mas que tus sospechas todas,
No quiero de sus recelos
Que adelantes las lisonjas ;
Que no estragues las finezas
Quiero solamento ahora;
Y así, por satisfacerte...
• DON JUAN.
Si eso solo te apasiona,
Leonor , yo estoy satisfecho ,
Si no lo estaba hasU ahora ,
De que fué flor mi esperanza ,
De que fué mi vida sombra.
De (¡ue fué mi dich« engaño ,
De que fué mi amor lisonja ,
De que fué mí gloria sueño ,
Y tu^amor... Pero iqué importa
Que amor, que vida , que dicha,
Que esperanzas y que gloria,
Al cabo no fué mentira ,
Flor, engaño, sueño y sombra ? .
D05ÍA LEONOR.
Anoche entraste en mi casa.
Parece que unas á otras
Se llamaban las desdichas ;
Pero ¿cuándo vienen solas?
Vi en un peligro tu vida ,
En otro mayor mi honra ,
Y en mas sospechas mi amor;
Y yo , entre tantas congojas,
Por morir de cada ona ,
No quise morir.de todas ;
No hallaba el alma en el cuerpo,
Las palabras en la boca , .
Ni en el pecho el corazón;
Pues ya en tu vida medrosa ,
Ya en mi amor desconfiada ,
Y ya en tus celos absorta.
Embarazada en sí misma
Con el susto la memoria ,
Quedé muda , y procurando
Que la atención reconozca
La verdad , auedé tan bulto.
Que anduve á buscar mi sombra.
Tuviste razón , no culpa ;
Tus dudas fueron forzosas ,
Tus celos fueron precisos ,
Tus sospechas fueron propias ;
Solo culpo mis desdichas ,
Y casi no culpo á todas;
Que hav desdichas ()ue se vienen
Sucedicias ellas propias.
En fin , yo vengo, donjuán,
A satisfacerte agora ;
Que tus celos...
DONJUÁN.
No, Leonor;—
Difícil empresa tomas ,
Si yo vi anoche en tu casa
Apariencias tan notorias.
Que para una muerte bastan
Y para un agravio sobran...
DOÑA LEONOR.
¿ No pudo ser una dama
La que se escondió medrosa
Anoche en el cuinarin?
DONJUÁN.
Sí, Leonor, y ¿quién te estorba
Que digas que fué mi prima
Doña Ana?
DOfÍA LEOROB.
Pues i f aera cosa
Muy imposible ?
DONJÜAÜ.
A lo meooi
Seria imposible cosa
Que ella proprla lo confleie.
Si las dos mujeres solas
Que anoche á su casa faeroo
Iban á eso ; ¿qué te asombras ?
Esto es verdad.
D05ÍA LBOSOa.
Mis desdichas
Pretenden volverme loca.
DON JOAN.
Bastan, Leonor, los engaños,
Que no consuelan j enojan
Para una ofensa temida;
Guarda una fiereu faeróiea
Y un consuelo adelantado
Para una fe escrupulosa;
Mas para unos celos titos.
Donde el agravio se toca.
Lastiman de nuevo el alma
Las satisfacciones eorUs,
Porque acuerdan el agravio
Y no excusan la deshonra.
Ya es tarde para disculpas.
D05ÍA LBONOa.
Don Juan, si amado blasonas
Y favorecido huyes, •
Los desaires no enamoran;
Si desvanecido piensas
Que el venir á verle agora
Es amor, y no es honor,
Será confianza loca.
Haz tú que yo no padeiea
Por tus celos en mi lioara.
Que aunque padezca en el gano,
Perdiendo mi amor , nolaporu.
Y pues me has dado á enteiider
Claramente que te enojan
Las satisfacciones mías.
Yo no quiero que las oigas
Ni las creas; solo quiero
Que , cortés con mí persoM ,
Me remitas esta iigorla,
Pues te excuso esta Uanga.
DORJOAIb
Haz que no haya temido,
Y harás que no crea agora;
Mas ya conBrméel acravlo
Cuando le temi; perdona.
Que en el duelo del hdior'
I A veces se ofrecen coaas
Que alborotan preveiMas,
Y apuradas no alborotan.
Y como el amor es miedo •
Que hace mayores las sombras»
Aunque vistas no ImportarM •
Porque no se ven importan.
Una fineza me queda ,
^Ay Leonor ! harto costosa.
Que hacer por tu booor y el bíOi
Que es no escuchar dt u boca
Satisfacción.
Do5ÍA Lionoa.
¿Yeso puede
Ser fineza?
DOH lUAII.
Si,Sebora;
Que ha; verdades desdichadaí
Y hay mentiras veutoroias.
Y si por salisfiaceniie
Vienes á decirme aliora
Verdades, no he de
Porque mis coHmIbI
En mi agravio, y lo Im
Luego el no oiru me il
Y si es mentira» leí
ipa roas; deforma
10 oír satisfacciones
ini nos importa.
DOXA LCO:tOR.
í sirve la cordura?
leí pecho á la boca
^bras, los suspiros,
el silencio rompa.
} soy yo que nadie.
DON JUAK.
B á riesgo no pongas
ad.
DO^A LE0:i0R.
Si no bastaren
i afectuosas,
1 lágrimas vivas.
DON JUAN.
le el menudo aljófar;
^e de esperar, Leonor,
olencia amorosa ;
i\ llanto en la mujer
suade y que llora,
de la fazon,
lata y que la postra;
3, arando la tierra
'a ponzoñosa,
eneno que en sí guarda,
ota y la conforta;
;e oprimida della,
a cuando la arroja,
9ude la derrama,
nata y inficiona;
mismo efecto hacen
rinnas, que todas
suelo de tu pena
de tu congoja ;
mi serán veneno
'.on, si me tocan,
r beber su ternura
iré mi deshonra.
DOÑA LEONOB.
don Juan, te resuelves
•me?
DON JUAN.
Esto le importa
»nor.
DOSa LEONOR.
¿YmisQnezas?
DON JUAN.
agravios se borran.
DONA LEONOR.
porque el llanto mió
rimas amorosas ,
iendo mis verdades,
»u tus vanaglorias;
como el arroyo
rrienie sonora
¡taba las flortís
árgen arenosa ,
(len al llanto mió
unidades locas,
licor lo que riej^o,
fiedad lo que informa;
aire templado
quejas lastimosas
ensandoquc suena.
, pensando que sopla ;
como el almendro
nameiíie ronda
I viento, oreando
en nacidas hojas;
adosos suspiros
II tus piedades sordas,
estas lágrimas mías,
10 el arroyo adornan,
genes y flores,
(lejillas y rosas ,
sprecias ingrato,
su llanto en ondas,
SUFRIR MAS POR QUERER MAS.
Para que anegue la espuma
Cuanto floreció el aljófar;
Y mis amantes saspiros,
Que como el viento pregonan
Dicha á tu amor en mis ruej^os ,
Vida al almendro en sus hojas;
Si usare mal de la dicha
Tu desvanecida pompa,
Morirá para escarmiento,
Naciendo para lisonja.
Vén, Inés ; que voy mortal.
INÉS.
No te apasiones, Señora.
DON JUAN.
Vén, Lirón ; que esto es tomar
Mis venganzas á mi costa.
Hoy he de ver á mí prima.
LIRÓN.
Con linda prisa lo tomas.
DOÑA LEONOR.
A doña Ana has de llevar
Luego un papel, que me importa.
DON JOAN.
Enternecido me dejan
VA corazón tus congojas;
Pero he de morir primero
Que consentir mi deshonra. (Vase.)
DOÑA LEONOR.
I Que desta suerte me deje
Ir don Juan! Mas ¿qué noe asombra
Que lomen celos tan claros
Venganzas tan rigurosas!
{Vanse.)
Salen BOÑA ANA y DON DIEGO.
DOÑA ANA. • •
Por no ponerte, don Diego,
En el peligro que ayer
Con mi primo, ni perder
Por descuido mi sosiego,
Aunque no es riesgo menor.
Sabiendo tu lo que pasa.
Hallarte un padre en su casa,
Que un primo en la de Leonor,
Te he llamado, porque quiero
Que tu voluntad jne deba
Otra fíneza mas nueva.
-DONDIEGO.
Mucho de tu pecho espero,
Y á todas piensa mi amor
Que satisface por mi
En aventurar por ti
De nuevo vida y honor.
DOÑA ANA.
Menos se ha de' aventurar
Y mas se ha de conseguir,
Si lo que vienes á oir
Lo vas Inefío á ejecutar;
Ya sabes cómo iraló
Mi padre mi casamiento
Con mi primo, y que el intento
A su amor lo rehusó
Por Leonor, y yo por tí ;
lambien don Diejso ha sabido
Que se dio por ofendido
Mi padre.
DON DIEGO.
Señora, si ;
Y que dio muerte don Juan
A un hermano de Leonor;
Que ella está lirme en su amor.
Aunque á mi hermano la dan
Por marido; diligencia
Que su padre ha procurado,
Y mi hermano lo na acatado,
Y (|uc está oculto en Valencia
Tu primo donjuán; ¿hay mas
903
Que saber? Sácame luego
De cuidado.
DOÑA ANA.
Mi don Diego,
Escúchame, lo sabrás.
Viendo á don Juan perseguido,
Mí padre se ha lastimado
Tan de veras, que ha olvidado
Cuantas quejas ha tenido,
Y toma por cuenta suya
Hasta el disgusto menor
De don Juan, porque su amor
De su nobleza se arguya ;
No es esto« don Diego, no.
Lo que á mí me da cuidado.
Solamente me lo ha dado
Ver que mi padre trató
Conmigo su intento, y es
Obligarle deste modo,
Y en sosegándolo todo,
Casarme con él después;
Que en los conciertos vendrá
Don Pedro es cosa sabida.
Porque nada que le pida
Mi padre le negará ;
Los encuentros de tu hermano,
Que por esta causa duran.
Cesarán si se aseguran
Que le dé Leonor la mano;
Don Juan, por verse contento,
Aunque atropello su amor.
Ha de olvidar á Leonor
Y admitir mi casamiento;
Y Leonor, que resistía
De tu hermano la esperanza
Por don Juan, con su mudanza ,
Casará con don García;
Y quedaremos así.
Después de tanto disgusto.
Yo casada sin mi gusto,
Y tá, don Diego, áín mí;
Piles pensar que yo he de hacer, '
por huir este rigor.
Cosa que falte á mi honor,
No, don Diego, no ba de ser ;
Porque si mi voluntad
Se adelanta á una bajeza.
Hoy la tendrás por í¡neza,¡
Y después por liviandad ;
Y es error introducido
Por necia razón de estado
El tenerte ocasionado
Y esperarte comedido ;
Y así , templo con valor,
Si nuestra dicha lo alcanza.
En don Pedro la venganza,
Y en don García el amor;
Porque, al paso que don Juan
Menos enemigos tenga.
Aunque otro amor le prevenga.
Mas sus fírmezas serán ;
Esto me ha tocado á mi ,
Que es imaginar los medios ,
Y el aplicar los remedios
Te toca,. don Diego, á ti.
DON DIEGO.
Pues si con eso se allana
El fin que mi amor tenia.
Yo tomo por cueiKa rola
Esas dos cosas, doña Ana;
Y sí importare también
Ser amigo de don Juan,
Sabrás que á mi cargo están
Sus paces, pues le están bien
A él, á Leonor y á los dos.
DOÜA ANA.
Bien has dicho.
DON DIEGO.
Pues , doña Ana ,
Con lo que hubiere, mañana
Te avisaré.
394
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLAIZAN.
DO^A ANA.
Adfos.
DON DIEGO.
Adiós.
{Vase,)
DONA ANA.
Eso queda bien así,
Para no quedar quejosa,
Que, pudiendo ser dichosa,
Por descuido lo perdí;
Yo he de hacer por mis cuidados
Cuanto se puede decir ;
Mas, si no se puede huir
La violencia de los hados,
Y si me viere la luna
Besar de su rueda el pié,
Esto le tocó á mi fe.
Lo demás á la fortuna.
Salen DON JUAN t LIRÓN.
LIRÓN.
Entra con el pié derecho,
Y di tres veces : < Doña Ana ; »
Y la una carabana
De olvidar habremos hecho ;
Y encomendándolo á Dios,
Que nos acuerde con bien
Del aaravlo y del desden ,
Habremos hecho las dos.
DON JUAN.
¿ Siempre has de estar de un humor?
LIRÓN,
Paciencia; que peor fuera
Que de muchos estuviera ;
Pero repara. Señor,
En que está tu prima aquí.
DON JOAN.
Pues volvámonos.
LIRÓN.
Ya no ;
Que puede ser que nos vio.
DOÑA ANA. {Ap.)
Cielos, ¿no es mí primo ? Sí ;
Él es, bien lo recelaba
El alma, cuando tt'mia
Que el daño que prevenía
Los remedios dilataba;
Ya con la seguridad
Que mi padre le ha ofrecido.
Viene á verme, y se ha atrevido
A salir por la ciudad.
LIRÓN.
Ya te ha visto, vuelve en ti ;
No des con la turbación
Muestra del pesar.
DON JUAN.
Lirón,
Disculpa es turbarme aquí ;
i No es la turbación efeto
De amor?
LIRÓN.
Si.
DON JUAN.
Pues si me he hallado
La disculpa de turbado,
?ue arguye amor y respeto,
á ungir amor entré
Cuando quiero en otra parte,
Déjame que supla el arte
Lo que no suple la fe ;
Y cuente esta turbación
Por lisonja otra belleza,
Pues ganaré la fíiieza
Sin costarme la traición.
LIRÓN.
Pues Dios te turbe c^n bien,
Y por si no te turbare.
Avisa ; que, si importare.
Yo me turbaré también.
DON JUAN. (Ap.)
Fuerza ha de ser ya hablar
A mi prima, aunque no quiera.
DOÑA ANA. (Ap.)
No hablarle á don Juan quisiera,
Mas no lo puedo excusar.
DON JUAN.
Quien por quitar mis enojos,
Prima y señora, me advierte
Que me aparte de la muerte ,
Y me acerca á vuestros oíos,
Hoy hallará en mis sentidos
8ue es muerte mas dilatada
na belleza buscada
Que mil contrarios temidos.
DOÑA ANA.
Si tuvieran tal poder
Mis oíos para rendir,
Y pudieran elegir
Las muertes que habían de hacer,
A las vidas fementidas
De vuestros contrarios fuertes
Les diera yo muchas muertes,
Por daros á vos sus vidas.
DON JUAN.
Bien vale una voluntad
La fineza.
DOÑA ANA.
Yo quisiera
Que á mí un amor me valiera,
Y á vos una libertad.
DONJUÁN.
Yo vengo cautivo aquí
De los OJOS por quien muero,
Y mas libertad no quiero.
DOÑA ANA.
¿Cautivo y con gusto?
DON JUAN.
Sí,
Doña Ana ; con gusto vivo
En la prísiou donde estoy.
do5:a ana.
También yo, aunque libre estoy,
Tengo el corazón cautivo.
{Ap. Razones sin alma son;
Amor, la fe las revoca ;
Que las pronuncia la boca
Sin saberlo el corazón.
DON JUAN. {Ap.)
A vos las lisonjas labra ;
Leonor, no te ofendas, mira
Que hay palabra que es mentira
Primero que fué palabra.
Sale INÉS.
INÉS.
Mi señora me mandó
Que aqueste papel te diera
En tu mano, y que volviera
La respuesta me encargó;
Mas ¿cómo, señor don Juan,
Vos en esta casa?
DON JUAN.
Pues
¿De qué te admiras, Inés?
INÉS.
Buen amante y buen galán.
DON JUAN. {Ap,)
Pésame que me haya hallado
Aquí Inés.
LIRÓN. (Ap.)
En el garlito
Nos cogieron.
INÉS. {Ap,)
Y el bendito
Del lacayo, el mesurado,
&
ÍQoé soearroD, qué flnnieido
le mira! ¡ Fuego de IKos,
Que los abrtse á los dot!
DOftA áNA. (Ap.)
Turbado y descolorido
Está don Joan.
IIOR lOAH.
(Ap. No qnisiera
Que me hubiera Wsto Inés,
Pues dirá Leonor después
Que eran mis celos grosera
Disculpa, y queeu mis cuidado»
Tuvieron ya consentida
La venganza prevenida
Y los celos deseados,
ué mal se enmienda un error!
s diré que vine 4 ver
A mi tío, esto ha de ser.)
Don Alonso, mi sefior,
¿Está en casa?
DonJuan^si,
Y no hay puerta para vos
Cerrada; entrad.
DOÜ tvkn.
Guárdeos Dios.
{Ap. ¿Qué extremos son estos? I
Amor, ¿qué desigualdades
Causan en mi tus fieresas?
Ausente, lloro tristeías;
Muerto ,no admito verdades;
Vivo, siento sinraiooes.
Buscando, temo mi olvido,
Y celoso V ofendido.
No escucho satisfaociosef ;
Baste la desigualdad.
Amor ; que es rigor violento
Que pague el entendimiento
Culpas de la voluntad.)
LIBOH.
¿Dónde vas. Señora?
DON JUAR.
Avef
A mi tío.
LnoH.
¿Hedeespeiv?
DOmUAll.
Si, que no me he de quedar;
Al jardin he de volver.
doSaahl
Ya se fué don iuau« aben
Muestra, Inés, ese papel.
mis.
Que respondas luego A él
Te suplica mi seBora. (fitk éi f
noftAAiA.
{Lee.) c Por hacerle, lail»*
»to, ofreciéndote mi can» M ^¡^
»á mí un pesar,! bepueeHi^
>eo un cuidado muf ^
•lacion ; dame lloeuda Mn i
ssatisfoga, oonláudole
•caso, porque no es Ji
>mi opinión culpas de tu
9cia. Dios te guarde.—^
(tal
¿Qué tengo de tmf$m
Entra, Inéis, y Hernia
Respuesta ; no vi Jamis
Tanto secreto eo mifcr.
¿Quiéresme dedr, LtaiUi
Porqué se salló. dÓBj'
Fuera del Jardiiit
Inés, de olra
Lascons;
■ -Oijív::.-
s-:. :'
, I
_ . . I
casamiento
I muy contento
r loba estimado;
asa, Inés,
I par,
ar
|ue entre en el mes
el coche
>r(inas
I las esquinas
>s de Docbe ,
is abiertas;
s adonde
le se esconde
dos puertas ;
^s mía,
K)lo, loes;
jcbos, no es
lía;
•nfusion
sntra ciego
i, y luego
on.
?(ÉS.
nanera
Ya tarda
iguarda,
;ir siquiera.
anu.)
RO Y DON GARCÍA.
GARCÍA.
le sabido
Jos Yaces habéis ido,
, y vengo
idais.
PEDRO.
A faYor tengo
GARCÍA.
ro fué el cuidado.
PEDRO.
a tarde os be buscado,
io de los dos tenia
vos ; oid, García.
imaendos cuidados;
cansados
>lijos [hijos.
> el cielo en mis dos
nde, ylamayor cual-
reíiera [quiera,
yor, on tierra calma
alma;
jnda
iento, ia segunda,
'todo á sus desvelos,
as saben tener celos,
agodemi agravio;
I sola me importuna,
oy á cada una;
s la pasión me ciega,
le primero liega ;
hijo
un dolor prolijo;
, ciego en mi vengan-
iza,
anas mi esperanza;
lieso [seso,
*\ dolor, enmienda el
le aquella sangre fría
lo padecía,
>u opinión padece,
crece
), én vos el galanteo
>snra, crecer veo
liento lo mormura,
m de la hermosura,
e mi honor me lUmat
i,7D0á8Qfiuii«;
SUFRIR MAS POR QUERBR MAS.
Y asi, pues que don Joan buYÓ mi furia,
Y la muerte de Pedro no es linaria,
Ni su venganza alivio de mis años,
Y mi vida se huye de mis daños,
Y ¿ mi nobleza y su virtud atento,
Deseáis de Leonor el casamiento,
Y á vuestra voluntad reconocido,
Su mano os he ofrecido,
Y ha de ser vuestra esposa
Leonor, me ha parecido justa cosa,
Pues ha de ser mañana 6 otro dia.
Que sea luego, y con eso ,¿ vos. Garda,
Que os bago la mayor lisoiga creo,
Pues que os acorto siglos al deseo,
Doy á Leonor estado,
Satisfacion al vulgo, á mi cuidado
Quietud, ¿ vuestros deudos aiegria,
A Valencia on buen dia,
Y Leonor, vos y yo tendremos laego,
Leonor dicha, vos gusto, y yo sosiego.
DO 21 GARCÍA. {Áp.)
Cuando de celos muero, es mi desdicha
Tal, que el amor me mata con la dicha.
Pues posible la veo,
Y me estorba lo mismo que deseo;
Pero basta asegurarmede que han sido
Engaños los recelos que he tenido,
Nula hé de dar la mano
A Leonor, pues mi hermano
Me lo aconseja ; intento
Dilatar por ahora el casamiento.
DON PEDRO.
Admirado, confuso y aun corrido
Me tiene que hayáis enmudecido
Tanto, cuanto creía
Que una lisonja á vuestro amor hacia;
¿Qué tenéis? Qué dudáis? ^Os ha pesado
De (jue hay a el casamiento apresurado?
DON GARCÍA.
{Ap. Esto ha de ser, ahora me conviene
El dilatar mi boda ; nunca tiene
A disgusto un amante
Que el fin á su esperanza se adelante,
Y mas cuando es la prenda [da
Tan superior; no quiero queseentien-
De mí tal grosería.)
Hízome novedad la dicha mia.
Como no la esperaba,
Y lo mismo que dudo, celebraba
El corazón amante;
Peligro en los informes del semblantü
Por Leonor la lisonja os he estimado,
Y pagárosla quiero de contado.
DON PEDRO.
Luego habéis de casaros.
DON GARCÍA.
¿CuAndo?
DON PEDRO.
Luego,
Esta noche.
DON GARCÍA.
No os ruego.
Señor don Pedro, que umbienqolsieiia
Yo que esta nociíe fuera;
Pero han de prevenirse algunas cosas
Que para un casamiento son foraosas.
DON PEDRO.
Eso no os dé cuidado, don Garda;
Que, pues vos la queréis, y es bija mia,
I^eonor hará mi gusto ;
Prevenidas están las vokintades
Que bastan, excusemos Yanidadet ;
Entrad, visitaréis ¿ vuestra -esposa.'
DON GARCÍA.
Señor don Pedro, oíd ; no ésjosta cosa
Que estos lances se traten
Con tanta prisa; haced que se dilaten
Hasta que llegue el tiempo convenible,
Porqoe casarme ahora es imposible..
8
Macho deds en eso. don Garda;
Y pnes nunca negó la sanare mii,-
Ni yo 06 he de rogar, sabré, aiióq|!ie
Remitir á Yioleqda# ei eom^o, [vi^o,
Y serán, castigando demasiis.
Espadas blaocas estas canas miai.
nONOAlOlA»
Discurrid como s&bio.
No hagáis agrario ioqoe 00 esagravio^
nONPBMO, . ^
Yo sé lo que es honor y lo he Sabido;
Estoy de vuestras cosas ofendido.
¿Qué cosas?
OORrURO.
Los paseos,
Rondu y galanteos .
De mi casa, ojEie han dado
Escándalo al logar ; pero vengado
Le dejaré primero qne se. entienda
Que podp haber qoien ftÉÜ sangre ofen-
non oÁipia. C^*-
Basta, jiefiordonPedro;qnonobesÍdo
Quizá el mayor e^cándaloqué ba^habidd
En vuestra casa.
OOR FESBO.
iQoé dedal .
DOfrGAICU.
Qne siento
ue , á vuestro hoAor atento,
_1 volgo le mnñnora, y que se crea
El escándalo y sea
Verdad, y esté yo cierto qoe no beshio
La cansa del escándalo cnido. (Vüe.)
MHfFBMO. [¡Ayeidos!
García, oid, noos vais.— aQaées esté?
áNo bastaban cuidados sm roedost
Pero calle la queja, hablo el amvfov
No entre d sentimiento eon^ lablOt
La voz con los enojos
Ni d dolor á iá parto con los <4os;
M| honor padece, y el pdigro es tanto»
Y asi preliera la atemnon al líanto»- ^
El remedio i la queja, Leonor salfeü
De los ojos dd vul^, y no ia valfpi
Por disculpa mi sangro y SU inocencia;
Parte secreu tengo yo en Valenda,
Donde ella viva y mueran mis enojos,
Quitándosels al vulgo de les ejos;
Esto ha deser.yo voy á^éalnMmenlo
Ponga en ejecución mi pensamiento.
Pero ella viene aqui.— Leonor, tú vio-
A buen tiempo. [nos
Sale DOflA LBOümt.
SOilA^LSOIIOa.
¿QuétlimesT
Que d disgusto en los ojos te be Iddo. -
nORPBDSO.
A tu honor y i nls canos so ba aliovido.
Infame, una sospecba.
DOtAUEOM».
(Ap.iAvDkMudssbO
MI amor y d dedonlnanr¡Desdicbagrt-
¿Amlhonort . [vo!)
noiirvnuo»
A td boniír: no lo be creído,!
Leonor, porm |l bnMon prosunldeí
Que tus ojos w dedo
Ocsflon al ddUoquibf eseuebado.
Yo propio le vongam^
Con las manos los eiioii'l0saean;
IVIro yo sé que' está al honor seguro»
Solamente procuo '. •
t •
Satisraccral Tulgn; y asi, quiero
Quiíarte de sus ojos, y al cochero
Uaiida que nonica el coche
V le lleve al jardín, porjiíc esta noche
Hude dormir «1 él; f o roj delanle.
noS/i LEONOR.
¿Tan de prisa, ScñorTAgosrda, espera;
;\'olia.sl!>rá uiuñaiíaTí.tp. ¡Ah, quién {uecoii
AtisarádonJuao!) [pudií - '•""""
Y aqaello no lo fió nidie,
Y esairo lo vieron todos;
Y don Juan , eDanda ne debe
Tanto amor... Katjomttom
De acordar flneui ni»
Pues ¿tú lebusas
ligo?
Aqneslas son excusas
Por lu comodidarl.
Nada le impida:
Mi honor es antes, j después mi vida,
Y esto ha de ser, Leonor.
Harí lu (;usln.—
Mi iiadre Ta al jardín, ; descuidado
Don Juan, mi amor culpado.
Mi padre cuidadoso.
Notada mí opinión, mi amor quejoso,
EL LICENCIADO DON JERÓNIHO DE VILLAIZAN.
Ste'ndo pAblleo el opnUo,
Vengaudo ettá tus celos.
DOÍA LEOriOR.
Qué dices?
Que le dejo con su jpiiroa,
atropellu:
.levé el papel que me mandaste, jella
tespnndiúque contigo se vería,
'•randeesla pena, |>ero no seria
>iedad el encubrírtela: repara,
i'aqueei cielo en desdichas ledeciiri.
jue es tu honor... Hasperdana:quei
[ios ojos
1^1 eco me salió de tus enojos ,
ellos lengo lanLa parte,
aniuirte mas, quiero dejarte.
(Votr)
boHk LEOMOa.
De espacio, penas . de espacio ;
So os deis tanta prieaa. enojos ;
V tiempo llegáis, desditjias;
Basten, basten los daños,
AcShese mi vida con los aflM, ,^ ^ ,„, r=mcr-:u í.
o dure el dolor mas que la lierida, |,as\„ pira tantos males,
.>1os, vamos poGoapoco;
V si vunis á matarme,
_• j - ■ Daos lugar unos á otros,
ceios, [_(,gfe pj,]a (,,11,] m niuenc ,
Jue vida babri i^iara todos;
l'ara Iodos lubra vida,
N'o porque mi esfuerzo solo
Ü I lien se lleve de
(iiclos, vuestro ripr j mi tormento, ^-p-sobíe pan „,. ,
O de nna vw me lleve el sentimiento; ^j j„j^„¿ jo i^j eslorl»
'u poder i las desdichas;
.ftnién pndk'ra avisarle lo que pasa ^„ ^^, , ,„uc,u„
Ad(inJuiu!i)ueesta I mis fuera de ua» Basporqne dellos c.
A..ft« :fl1. niii.'n i.uiIi-ri Q^g'^j p'rgienden mi mueri»
Ni buscan mi dcsahoao.
Pues sin que mate ninguna,
Afligen todas de un modo,
V asi me doblan la pena.
Halándome poco í poco.
De suerte, que no es piedad
Ki no matarme, ni atiorro
ICI nn morir, qui^ le importe
M dolor qui' mis enojos
Dilaten io ejecutivo.
?i aumentan lo riguroso.
lA quién le habrln sucedido
inKs, Las desdichasquevo lloro,
íqué das voces? Sin que lastimada pierda
uoS*i.MSoa. La vida j el juicio todo!
. ,s bien venida i pues conocei ÍÍ;^o^ f«Vdo"de KoV
El Benio .le mi padre, un «rave daüo ^^^^/^^^ttn'rZr:.
Acora. ¡Oii quién pudiera
Hacer que «e saliera !
Que aunque vive t|uejoso,
be su pena celoso.
Que mi crédito infaina,
Alinea olvida quieu ama,
M vive ni sosiega
El alma en el cuidado
Ue mi amante adorado;
Suc , viendo las desdiclias á los njos,
asía los riesffos duran los enojos.
SaU INI^S
Procura reniediar.
esoeiiraño;
Habla, di ja, Señora,
DoSa LEONOR.
li padre hiela «I jardín ahora Onha Ana de
(ed<inJuaii,corrcalíiistanle P»" '""
. , . . , vengiir procura
Kn don Juan aiiravios propios;
Mi amor divierte en sus canas.
Va la renitania, ya el odio;
Yo, constante en los peliRros,
O Ins venzo ó los reporto;
Avísale que huja.
No es lu amante
'l'aii descuidado, que l>>mer se puedi
(Jue esa id otra desdicha le suceda,
DOÜ* LEOTOH.
Mira, Inés, que se va mi padre aliora
Pocii iin|iorla, Seüora.
Habíame claro, Inés. — ; Av pena uiía
xxtt.
No está ya en ei jardín, como solía,
ÜOD Juan.
DOHn LBOIOB.
Valed me, Cielos.—
Puesídúiideesiá!
vlopnr obligarla.
Viniendo don Juan celoso,
V debiendo asegurarse.
Los desengaños le estorbo,
V Ji mi decoróme pierdo
Por no perdella el decoro;
Vieiiilo ya por su ocasión
Mí honor á riesgo notorio.
Ni i don Ju,-in le desengaño.
Ni mis llneías apnjo.
M sus secrrtos descubro,
IVi las verdadi's pregono ;
Antes contra mi se vale
Ue la iiiitta j el modo;
Has í qué me admira el suceso,
Si yo misma me desboiiro,
V por los respetos sayos
Paito i mis respetos proprioi?
Pues fué la nneaa oculta,
[le liaberlaa hecho blaaoBO,
Y ahora, que las olvida ,
Porque las pierdo lu Non.
-Qné he de hacer? Paesdidga
>e mi inocencia le Inlbrao
Y la verdad le reBero,
No lia de creerla, .v me pongo
A peligro de nn desaire
Has grosero j mascosioH;
Hacerla cargo k doBa Ana
De la obligación, tampoco.
Pues supo no agradecerla,
Y negarla labri, ; lodo;
Qne quien no eieaaa lo ingralt,
Ño excusa lo meniiroio;
Dar la mano A don Garda,
No es vengan u; hacer iwioiwi
padre mii agravioi,
liiciiar su eno^o,
Avcnluraudo la f loa
Ue don Juan;cleloi,inoba>a
I suelo i mil detdictaas!
delito se hace tordo
ro rigor? A aDasqaeja*
Mostráis indignado el rwtm'^
¡Para cuándo aon los rajos
líela esfera InmiooMi,
Si ahora en nudaí piedades
Duerme el alreT Pero leta»
Pido ai cielo m
Me vengan de quien M
Que i un ingraio, t na altina,
i^ondenarle á aer ingrUD
Es castifto j n ahorro.
Pues se le dobla la peaa.
Sin qne cueste el alborote;
V asi, pues me dleeelimpí
Que en auceso* imorosoi,
Ni son mérilos las pnMS,
Ni las Sneíaa (obonM,
Sufrir penit no ea deídlda.
Hacer nnem no «• logn>
Lograr ventnrai M «^ UHt,
Vencer p-"
Llorar di
Pedir rayos es ai .
Dejarse morir es cilp)i
V el morir matando MMh.
trotanlOCM
tantos daM
Sufrir aun ñor tutnrmn
"--■■ ifeUlM-
JORNADA TEC^
Salen DON DlgGO
308
De Leonor (porque quería
Casarla luego por dalle
Tan buen mando á Leonor),
Que no érades el mayor
Escándalo de mi calfe.
Entonces no respondí,
Y ahora vengo á saber
Qué escándalo puede haber
Que (oque á Leonor y á mi.
Si fuere cierto , García ,
La advertencia os deberé;
Si no , en vos castigaré ,
Vive Dios , la demasía.
DOn DIEGO.
Repórtale , y no le digas
Que Leonor quiere á don Juan.
DON GARCÍA.
(Ap. Cuando en tal estado están
Las cosas , poco me obligas
En encargarme el secreto.)
Señor don Pedro, yo sov
Vuestro amigo; y así , doy
(Cuenta del daño , y prometo
De cumplir cuanto ofrecí ,
Hasta dejaros vengado;
Mas, decidme , ¿os han dejado
Las llaves de un jardín?
DON PEDRO.
Sí.
DOR GARCÍA.
Pues quien os ofende á vos,
Y me da celosa mí,
Vive retirado allí.
DOMPEDRO.
¿Qué dices?
DON GARCÍA.
Que de ios dos
Temiendo quizá el castigo,
Quien puede haberlo mandado
Lo oculta , haciendo sagrado
La casa de su enemigo.
DON PEDRO.
(Ap. Aun por eso resistía
Leonor que me adelantase,
Y que al jardín la llevase ;
Muerto voy.) Adiós, García.
DON GARCÍA.
¿Dónde vais?
DON PEDRO.
Voy á tomar
Venganza de mi enemigo. {Vase.)
DON GARCÍA.
Pues para cumplir conmigo
Os tengo de acompañar ;
Que no será bien contado
De nuestra amistad estrecha
Que, dejándoos con sospecha ,
Me aparte de vuestro lado. {Vase.)
DON DIEC.O.
Con celos va y con amor;
Pero en lance tan forzoso
Mas vale que esté celoso
Que casado sin honor.
Y pues al jardín se van
Los dos , los he de seguir.
Por si le puedo advertir
De su peligro á don Juan;
Ouc una cosa es en mi fama ,
viendo mi agravio tan llano.
Ser amigo de mi hermano,
Y otra amante de mi hermana. (Ya¿e.)
Salen DON JUAN t LIRÓN.
LIRÓN.
Con grande prisa nos fuimos
Del jardín, haciendo extremos
De los ceJos que sentimos ;
Mas, por Dios , qae nos volvemos
Con mas prisa que salimos.
EL LICENCrADO DON JERÓNIMO DE VILUIZAM.
DOM JUAN.
Yo confieso que salí
Triste y celoso de aquí ;
Pero confieso también
Que salí queriendo bien ,
No hice mucho si volví.
En este jardín vivía.
Aquí de Leonor gozaba,
Y cuando ella no venia ,
Su hermosura me acordaba
Cada rosa que salía.
Yo vi una vez un jazmín
Teñir en sangre su fior ;
Dudé , repare, y en fin,
No fué sino que Leonor
Entraba por el jardín.
Y como a las luces bellas
Del sol y sus rayos rojos
Son las vislumbres centellas,
Y así , en virtud de sus ojos ,
Kran las flores estrellas.
LIRÓN.
Pues, si es tan bella Leonor,
Y hace estrellas de las flores ,
;Cómo puede ser, Sefior ,
Oír lágrimas y amores
Sin piedad y con amor?
DON JUAN.
Yo vi á Leonor, ya lo sé;
Tuve celos , ^a los vi ;
En este jardín la hallé;
Lloró , no me enternecí ,
Rogóme, y la desprecié ;
Porque amor es niño y tiene
Desigualdades, y ya
Su modo de obrar previene
Que ni ofende aunque se va ,
Ni obliga cuando se viene.
LIRÓN.
Y pues ¿qué tiene que ver
Ser niño amor con tener
Celos de Leonor , que llora ,
Con venirla á ver ahora
Y con despreciarla ayer?
DON JUAN.
Aquel llorarla perdida
Y no quererla rogada ,
Irse , y pensar que la olvida ,
Volver, y estar confiada,
Y buscarla despedida.
Todo es amor ; que amor es
Como un niño en todo, pues
Sí algo le quitan , se enoja ;
Llora , dánselo , y lo arroja
Colérico , mas después
Que se fué quien lo enojó ,
Luego que solo se vio
Y el llanto empezó á enjugar ,
El propio vuelve á buscar
Lo mismo que despreció.
Asi á un amante le quitan
Con los celos el amor.
Los celos al llanto incitan ,
Y cuando con el favor
Acallarle solicitan.
Celoso, enojado y ciego.
Desprecia el llanto y el ruego ;
Pero ^qué viene á importar
El huir y el despreciar
Si vuelve rogando luego?
LIRÓN.
Por Dios, que lo has descurrido
Bueno y rebueno , y tan bueno.
Que es de lo bueno que he oído ;
Ya ni el volverte condeno ,
Ni culpo haberte salido.
DONJUÁN.
Pues abre el jardín.
LIRÓN.
¿Yo?
DOVJOAX.
Si.
LIMOR.
¿Tan presto te has olvidado
De que ayer, cuando salí ,
Dejé m cuarto cerrado
Y las llaves levolfir
D07I JUAN.
Dices bien , do me acordaba
De que las guardé. Lirón;
Toma y abre. {Dúie mat I
LIRÓN.
Aquf se acaba
De confirmar tu pasión;
Que eso solo le ftluba.
Llego 7 abro.
DONJOAN.
LiroD , di
Al casero que volvf ,
{Enlran lo» dos por unopnert
salir por la otra , u corre m
del vestuario , y $e ieoeuhre i
din con doi rejas eubiertasieli
y Junto á ella* unos asientos.)
LiaoN.
Voy; por allí va el casero
Junto á aquel cuadro primero.
¿Quieres que le llame?
D09I JOAN.
SI;
Pero él nos ha visto y llega.
Sale EL CASERO.
Fabio, ya te vuelvo á ver.
CASERO.
¿Posible es, Sefior, que osdega
Tanto el amor, que i perder
La vida os entráis asi?
DON JUáN.
¿Qué es lo que dices?
CASBaO.
DoaJaiB,
Mirad por vos y por ni.
DON JOáR.
Pues ¿qué hay de niievof
CAsno.
Leonor y su padre aqai
Desde anoche , y qae ae vícm
Don Pedro á vivir de a^to
Ai jardín.
DOÜJVAll.
Misterio tiene
Su mudanza.
CASBIO.
No es aai inteato
Daros pena , antes previene
Vuestros peligros mi amor.
D0IIÍDA2I.
Pues ¿ qué ocasión le ím Bovido
A traer aqai á Leonor?
CAfBaO.
Con don García ha tenido
Un disgasto mi selior;
Y á lo que anoche entendí ,
Su padre la trajo aqai
Para que nadie la ven.
DOlliOAn.
(Ap, Nada escacho qne noMs
Otra pena pan ni.)
¿Don Pedro está en CMa?
cAsno.
Esta mafiana «lió.
f
DON JOAN.
CASERO.
Pierde el sentido
que os babeis ido.
DON JOAN.
ahora?
' CASERO.
Pienso yo
1 Ana está aguardando.
DONJUÁN.
la?
CASERO.
Si , Sefior.
DON JUAN.
ú cielo! ¿A Leonor
adre « dando
tiro el amor
j á enojarse
los bao venido ,
ga á retirarse?
D Leonor , qne ha tenido
¡o el ocultarse?
ida que vio
que vi yo ,
le de verlo mas.
CASERO.
Leonor te vas ?
lela llame?
DON JOAN.
No;
la me he de ir ,
ne ba de servir
la y mas cuidado.
CASERO.
I coche ha parado ,
edes salir ,
res que te vea
porque ella es
cocne se apea.
DON JUAN.
de ser descortés ,
prato á su amor sea ;
ba de ver aquí ,
r tengo de hablar.
LIRÓN.
o cometí ,
me bacen andar
aguí y allí?—
3nrte meior,
asento, adonde
r, te esconde ,
5 llave. Señor,
salen las rejas ;
liando la ocasión
•
DON JUAN.
Bien me aconsejas,
merla Lirón.
LIRÓN.
» son de viejas ;
es.
DON JUAN.
Bien se ha trazado.—
1. (Vase.)
LIRÓN.
Pierde el cuidado.
CASERO.
LIROK.
Porque me congojo
dome cerrado.
(Varue.)
SUFRIR MAS POR QÜBRRR MAS.
5ii^ DON A LEONOR. T DOÜA ANA.
DoRa LEONOR.
Luego que el coche senti
Bajó á buscarte mi amor.
do9a ana.
Porque no tengas,* Leonor,
Mayores quejas de mi ,
Te vengo k satisfacer '
De que muy tu amiga soy.
D05ÍA LEONOR.
Para la pena en que estoy ,
Todo será menester.
Sube á sentarte.
DOÜA ARA.
No, amiga ;
Ahora espacio no tengo.
Porque á venir como vengo
Solo tu pena me obliga.
D05ÍA LEONOR.
Pues , si no unieres subir,
Aquí te puedes sentar.
(Siéntaiue las dosen uno de hi btmcús.)
DO JÍA ANA.
Dices bien.
D05ÍA LEONOR.
Pues á escuchar
Empieza.
noñk ANA.
Empieza á decir,
Y no tienes que afligirte ,
Pues en llegando á escucbarte.
Tardaré en asegurarte
Lo que tardare en oirte.
{Pasa don Juan á la otra ventana.)
DONJUÁN. (Ap.)
Creí Que se hablan entrado
Dona Leonor y doña Anft',
Y junto á esotra ventana,
A hablar las dos se han sentado ;
Y pues no saben que aqui
Las oigo escondido , quiero
Saber si el mal de que muero
Es mayor que le temí.
D05Ia LEONOR.
Lo primero be de saber
Si está don Juan en tu casa ;
Porque el alma me traspasa
Pensar que se salió ayer
Para no verme jamás.
doSaana.
Ayer estuvo conmigo
Don Juan , la verdad té digo ;
Pero no lo he visto mas.
DONJUÁN. (Áp.)
Seguras las dos están
De que las escucho.
DOÑA LEONOR.
I Cielos 1
Ya no me bastaban celos ,
Sino ausencia de don Juan.
DOÑA ANA.
Prosigue , Leonor ; mas di ,
¿Hay quien nos escache?
DOÍiA LEONOR.
No;
Porque don Juan se llevó
La llave al salir de aquf .
Y mi padre piensa que
Su dueño dejó cerrado
Este coarto , y ha mandado
Que no se abra ; dicha fué ,
Para que no viara aquf
Su cama.
] Jiiáii.(4|i.) '
mía LEONOR.
Ytstabon
Puedes eseudiaaiie.
doüa aNa.
. OdU LMHOI.
Tu me escribiste on papel
(Aquí dofia Ana le láigo).
Diciendo que I^Uaportaba
A lo amor y á ta sosiego
El hablar sin embaraioe
En mi casa con ááü Diejgo
Fajardo.
borjuan.
\ Cielos 1 i qáé esenebo?
OOJiA LEONOR.
Y para entrar con secreto
En mi casa me pediste
El coche, porqoerslD riesgo '
Tú por la una paerta entrues »
Y luego en aa^heelepdo
Don Diego por la otta paerta. .
Envié el coche.
DpÜA ANA.
Ya me acnerdo»
Leonor ; y asi, jio refieras
Tan pormenor el sácese « •
Pues ni olvidóla finesa
Ni la obligación te niego.
. DOffA I.BOMOR.
No, doña Ana; muy de espacio
Te he decir lo qoe he beeoo
Por ti, con las oireonstancias
Que se Aieren ofreciendo;
Porque senas lo qae olvidas ,
Y sepa yo lo qoe pierdo.
Viole don Garefa entrar
En el co^ie^ y presamiendo
Que era yo la qaé en él iba ,
Siguió el coche desde lejos»
Y para encubrirse del
Torció el camino el eoebero ;
En fin, acertó á pasar
Por este jardín á tlraipo
Qae me esperaba don Joan.
DONJUÁN. (4p.)
Sentidos , esudme atentos
A una verdad; qne os imporu
Vida y honor caando menos.
doHa
Qaeei
Vio pasar de largo el eoébe»
A Inés al estribo, V loego
A don Garete detris;
No hilo macho en tener eeioe.
Y mas cuando^vió en ta edle
§ae entró eo^ioaado don Mego,
le resistí la entrada;*
De suerte qae entró coa niedo
Y salló con deseogalkie
Tan daros como groseros;
Y don Garda . que está
Receloso por lo Ituem^Oj
Llegando mi padre )qr«r .
A hablarle en ari enunleiito.
Perdió á mi honor el deeoro
Y á sus canas el relíelo;
De forma qoe por baeerle
Un gusto á tn amor, le lie ImoIio
A mi opinión nnoenr, -
Un agravio manüeslo
A mi padre, una icaria. ..
A mi amor y á nto deseos »
Y á mi amante, qaé es lo aMS»
Un dlsgttsto y m despreéto.
Esto me debes, dofia Ana •
Y en pago destete debo, '
Qae tratas, seg^n nelían dlebo^
Con don Jaan tn eaüittfentn.
No lo he erelde,' dofia Ana ,
400
EL LICENCIADO DON JERÓNIMO DE VILLA1ZAN.
No, por Dios , porque, á creerlo.
Ni tú , ni don Juan , ni el mundo,
M la niuerlc... Mus no quiero,
Por si hubiere de ser rayo.
Avisar con cl estruendo ;
Lo que importa es procurar
A este daño algún remedio ,
Con míe don Juan se asegure
Y mi iiouor (luede bien puesto ;
Porque, en llegando mi fama
A que la murmure el pueblo,
Y á que mi padre y don Juan
La culpen , yo soy primero;
Y no estoy tan mal conmigo,
Doña Ana , que , si no veo
Que tú te empeñas por mf ,
Como yo por ti me empeño ,
Me deje morir callando ;
Y asi, te digo que en viendo
Que faltas al beneficio,
Te. he de faltar al secreto.
donjua:«. (i4p.)
Hallando voy esperanzas
Entre los peligros , cíelos;
Si con tu nueva ventura
No estoy loco , no estoy xiuerdo.
DOSÍAANA.
Sin reportarte, Leonor,
A la amenaza y los fieros »
Porque donde no hay delito
Son las disculpas sin tiempo.
Yo no be de neaar temosa
Lo que obligada agradezco,
Poniue, á lo que yo imagino.
Sobre ser ingrato , es necio
Cl que es ingrato , por dar
A entondur que puede serlo ;
Ni he de querer á dou Juan
Ni he de olvidar á don Diego ;
Y asi, piensa fiué finezas
Hacer en tu añono puedo;
Que, sin rehusar ninguna,
Desde ahora las ofrezco.
Hablarle claro á mi primo
Y decir que no le quiero,
Es poca fineza , pues
Hacerle á un hombre un desprecio
Es vanidad de una dama.
Aunque sea con otro intento;
Y yo no he de hacer por ti
Finezas en cuyo riesgo
Me quede de mas á mas
La vanidad por consuelo.
Declararme con mi padre
Es tan poco , que es lo menos ;
Pues , siendo suya mi fama ,
Ha de procurarla atento.
Y aunque al decirle mi amor
Me salgan colores, tengo
Para su cólera un llanto
Y para su enojo un ruego.
Lo que es mas, será perderme
Tanto á mi misma cl respeto,
Que le declare á tu padre
Todo el caso, y le haga dueño
De mi honor, pues si le digo
Que no consienten mis deudos.
Cuando él persigue á mi primo,
?ue case yo con don Diego ;
echada á sus pies , le pido
La vida de don Juan , creo
Que me ha de escuchar piadoso
Y ampararme caballero.
Y don Juan, viendo que he sido
Yo la ocasión de sus celos ,
Pues los confieso yo propria ,
Será tuyo, y dejar<''mos
Castigado a don García,
Agradecido ¿ don Diego,
Desenojado á tu nadre,
A mi primo satisrecho ,
Dichosa nuestra amistad
Y desengañado el pueblo.
DO?(JUAN. (Ap,)
Declaróse la fortuna
En favor de mis deseos ;
Sola esta satisfacion
Pudo haber para mis celos.
DO^A LEONOR.
Mucho me obligas, doña Ana.
{Levántanse de donde están sentadas.)
DOÑA ANA.
Yo pensé volverme luego,
Leonor ; mas no he de salir
De aqui sin hablar primero
A tu padre.
DO^A LEONOR.
Bien has dicho.
DQÑA A^A.
Y por si dudare en ello ,
A don Diej^o he de escribirle
La resolución que emprendo
Para que se halle delante.
DOÑA LEONOR.
Inés está en mi aposento,
Y ella te dará recado
De escribir.
DOÑA ANA.
Voy al momento.
Sale DON JUAN, y está escuchando.
DOÑA LEONOR.
Busco remedioáal daño.
No porque los pienso hallar ,
Mas por ver si con hablar
Eu ellos la pena engaño ;
Pero, si no hay desengaño
Tal que á don Juan le despene ,
Aunque ya niarloso ordene
Poner en salvo sü vida ,
En vano cura la herida
Quien dentro la flecha tiene.
¡Que siendo su agravio incierto.
Sea cierto mi desnonor!
Que no le baste á mi amor
Ser firme para ser cierto !
Mi verdad han encubierto
Sus ojos V sus oídos,
Mas con fueros permitidos
(>ontra el humano poder.
Que aun les haya menester
La verdad á los sentidos.
¡ Que e^té yo amando á don Juan
Cuando él piensa que le ofendo!
¡ Yo adorando y él creyendo
Celos , que á matarle van !
¡ Que aun dejarle no podrán
Mis lágrimas satisfecho !
¡ Y que nada es de provecho !
No; pero , en tan triste calma ,
Verdades , salid del alma ,
Suspiros, dejad el pedio.
Alentad, corazón mió,
Ojos, llorad una fe.
Perdido un bien que adoré ,
Un malogrado albe'drlo ;
Sea vuestro llanto un rio
De penas, sin que jamás
Vuelva su corriente atrás ,
Porque mis ojos se alaben
De firmes y de que sal)en
Suf'rir mas por querer mas.'-
{Liega don Juan á hablaría.)
¡ Ay don Juan del alma mia !
DON JUAN.
Deja , mi bien, de afligirle;
Que aunque yo pierda el oírte ,
No ha de ser mi amor porfía.
Porque fuera grosería ,
Y usar mal del llanlo en mi.
Si después que bailé j que vi
Tan clara satisfacion ,
Sosegado el coraioñ.
Cupiera dentro de si.
Teniieodo un peligro entré ,
Y bailé ana segundad;
Mis celos la hacen verdad.
Porque al descuido lo fué;
Creíla norqae la hallé
Desnuda y no procurada ;
Porque una verdad buscada.
Cuidadosa y prevenida .
Comenzó á no ser creída
Desde que nació adoraada.
DOÑA LKOXOR.
Estoy tan hecha á morir.
Que apenas el alma advierta
Si el morir fué para verle,
O el verte para vivir.
Mas, pues uo sé distinguir
Esta gloria ni aquel daño.
Dilátese el desensaño.
Dure esta gloria fingida ,
Porque me dure la vida
Lo que durare el engaño.
Hallóle desenojado
Cuando le lloró perdido ;
Sentí que te hubieras ido.
Ya siento que bayas llegado
A peligro Je que, airado
Mi padre, te aé la muerte.
Y aunque es dicha grande el verte.
No enviarte es desvario;
Porque ahora, que eres nio,
Será mas pena el perderte.
DON JL'AH.
Déjame que logre el pecho
El bien de oirle , Leonor.
Sin que ofendido tu amor
Queue en lágrimas desbeclio.
DO^A I.E03C0a.
Luego 4 estás ya satisfecho?
DOa JO Al.
Si , Leonor, y asegurado.
DO^A LEoma.
Bien haya lo que lie llorado.
Pues cobré mi honor perdido.
DON 40A?f.
Mal haya lo que he tenido.
Pues tiive al sol enojado.
Vi en tus lágrimas mi fiMfo,
Y á mi desengafio en ellas.
Vi que tus mejillas bellas
La formaban perlas luego:
Y aunque entre celoso v dego*
De sospechas y de enojos.
Mis celos rendi en desfMjos,
Porque se lleve la palma
De los temores de un alma
Una perla de tos ojoa.
Do^A Liorna.
¿Todo ese valor les dan
A mis lágrimas abora
Tusflneíast
DOS lOAX.
Si, Seikora,
Y siempre el mismo teñdria.
doXa ucomi.
Pues vo me acuerdo, don Jais,
Coando, de piedad ^jeao.
De amor y de asravios lleao.
Sin escuchar mis enojos.
Cada lágrima en iúim€]/m
Era^n tu boca un veaeao.
DON JOA.V.
No me refleras mi error
Cuando yo lu amor relflio,
me mts grosero,
18 firme, Leonor,
mas tu amor,
IOS aqui ;
estro amor allí
«los cabrieroD.
DOXa LEONOa.
ñas salieroD
s que hoy las vi.
icba del mar,
lo el sudor frío
aquel rocío
pieza á formar;
ildia á estar
Dube ó vapor,
le mas valor
la se cría ,
pardo el día,
ecioy el color;
ta variedad ,
ue el sudor llueve,
que le bebe
•acidad ;
esigualdad
po y cubierto
! quien es cierto
danza procede?
00 le sucede
{^imas vierto.
ai cielo de amor
os cubrieron,
nbras perdieron
el valor ;
aquel temor ,
e que te adoro,
1 un tesoro ;
iba este acierto,
d que las vierto ,
>9 en que las lloro.
DON JUAN.
is tus lisonjas,
i te agradezco.
A LEONOR. (Ap.)
tras un enojo
ñor un ruego !
>N JUAN. {Ap.)
;to hacen las paces
que riñeron!
>0.^A LEONOR.
cho el quedar
satisfecho?
DOR JUAN.
>r, que volviera
) de nuevo,
llar después
) tan cierto.
i05Ia LEONOR.
] bueno, don Juan,
mas celos;
lia á cada paso
>ara ellos.
m ruido dentro. )
í! ¿no es la voz
la que siento?
tu vida.
DON JUAN.
cha temo.
Sale INÉS.
M)»A LEONOR.
vas?
IK¿S.
Señora ,
f al casero
papel llevase
^ está escribiendo,
fX), que me dijo
00 Jaan dentro;
C. DB L.-II.
SOPBIR MAS POR QpERER MAS.
Quise verte, mas tn padre ,
Con don Garda 7 don Diego,
Entraban por el jardin;
0011 JUAN.
¿Qué dices?
0OÍIA LEONOR.
Valedme, cielos.—
Don Juan, mi bieo.
DON JDAN.
No me pidan
Que huya, porque primero
Me han de nacer mil pedazos.
OOñk LBONOR.
Eso es perderme y perderos.
Mi bien , don Juan.
DON JUAN.
O han sabido
Que estoy aqui, y se han dispuesto
A tomar venganza , 6 vienen
A firmar tu casamiento.
DOÍIa LEONOR.
Yo no digo que os salgáis
Del jardín , pero os aovierto
(Muerta estoy ) que puede ser
Que vengan con otro intento.
hiScondéos en esta cuadra ,
Y cerrad vos por de dentro*
Y si viéredes mí vida
O la vuestra en algún riesgo.
Salid entonces, don Juan.
DON JOAN.
De esa manera, yo acepto (Escónfiese.)
El esconderme, Leonor.
LIRÓN. ( Dentro,)
Poco á poco , caballeros.
Saien DON PEDRO, DON GARCIa t
DON DIEGO , V traen oiido d LIRÓN.
D05ÍA LBONOR.
Cierra por defuera , Inés.
INÉS.
Bien has dicho.
DOÑA LBONOR.
Bien se ba hecho..
DON GARCÍA.
Señor don Pedro, este es
Criado suyo, y es cierto
Que está en el jardín don Jaan.
^URON.
Ni es mí amo, ni ha dé serio,
Ni lo fué, ni lo será,
Y todos los demás tiempos
De pretérito y futuro,
Perfecto y pluscuamperfecto.
DON FEDRO.
Yo dejaré de una vez
Mis agravios satisfechos \
¿Qué haces tú aqui ?s
DOÑA LBONOR.
lYo, Sefior?
(túrbuse.)
Por tu gusto... Mas primero...
Pero yo no he visto a nadie.
DON PEDRO.
Bien está, ciérrenme luego
El jardín. ¡ Ay honor mío !
DO.ÑA LEONOR.
Escuchad , señor don Diego.
DON DIEOO.
¿Qué mandáis?
DOÑA LEONOR.
Mi vida está
En grande peligro, y pienso -
Que os he de haber menesfer.
Si os acordáis. .
dohduco.
Ya mé acaerdo,
Y compliré mi palabra.
DOÑA Lióifoa. ~
¿Entendeisuef
MMMSQO.
. Ya oi entleDdo.
BONCAaciá.
Goidado muestra Leonor..
DONKMIO.
La llave de ese aposento
¿Quién la tiene?
aollA LKOHoa.
Baso perdido. .
BON psaao.'
Rompan lu puertas.
MÑALIoiM.
^ , Primero,
Señor, que adelaota paaenL..
StíeBOñkiMk.
DOÑA ANA.
i Qué alboroto ea este, cieldsr
wm PBDao.
Aparta.
aOllA LBOMOft. V
Sefior, «cucha. ' >
DON QAW^,
La pueru abren por de dentro.
DON JUAN. (Dentro.)
Abre la puerta, Leonor»
DOÑA LBONOa. (Ap.) .
Echó la fortuna el resto.
BONPBDMO.'
La voE es de mi enemigo.
DOÑA LBONÓÍL ^
Padre, señor. '
MRPIMO.
■ Vifo el cielo,.
Infame, si m» replicas..
. wm Moo. .
Esperad , señor don Pedro,
Que es vuestra h^a Leonor;
Sepamos quién es, primero,
El qoe se eseoiade, y obrad
Gomo noble y cobh> cnerdo.—
Abre esa puerta, Leonor;
Ya que encabrirío nopucMio, •
Lo imposible del peligro
Faeiliurá el reñidla
(Ahre Lionor f mis dan Intm.)
Si para tantoa agrat loa
Basta una vida que toigo,
A precio de mucha saqgre
Se ha de Tender.
lElrMpélo
Se piado dcsta mancrt <*
Amicasat
De nds calos
Ydetuofénsa,enanflda- /
Vengaré el agraiio nnoatro»
DdU LIOIIOB.
Padre, señor.
toHá-Aiu.
Primo.
nONMBOO;.
HemuÚBO.
(Terda don Pedro Ism|m y
la eepada^ p^ Leonor oe te eekm á lee
piéi^ffeenlemeneteeoee Itteepth
de : detiene im INdfi 4 «fu (rcriafif ,
.$ de§a Ane déenJnmt.}:
LIKOn.
óptenme, Inés, pi>rqae estemos
Detenidus dos i dos.
Deleiiido est&s j buefio.
DON rEDtlO.
Ruelia, infame, ó, vive Dios,
(Juc en lu y ida.
m)5Ia leoxor.
Ií:iío le taej^,
Scnor : que vengues la aitravio,
Hi delilu }' lu desprecio,
En mi Tida . y no en mi lionor,
Aunque ea el houor te oltiido ;
No be de soltar de tas piéi
Uis brazos, sin que primero
l)«s i mi voz ios oídos.
Escúchame aliora , )' luego,
Siu resistir tu venganza,
Darélavidaá tuaccroi
()ne me escuciieis solamente
Pido, Garciu, don [Negó,
Si mis ojos f mi vida.
Si mi lianto, si mi raego...
Poco se pierde en oir
A Leonor, señor don Pedro:
Quizá puede liaberdisculp;i.
A anravios tan manillesios
í Puede baber disculpas!
¿Cuáíesson?
DO^A LEO:iOR.
Estadjne atento.
Va salles que i mi bermano...
Acordarte el disgusto [i
tluando el perdón le pido.
■ Hallóse de mi herniada desmentido
Don Juan , es caballero.
Su dc.<«gravio remitió al acero.
Este, en sum:i, fué el caso;
. (juesonlasle.vcsdel honor tan graves,
Como ya tú lo sabes,
Aunque estás lastimado,
I>aH|aecrcsuoble;,vpiiesiiac¡stebonra-
Oiie lo JaigucB, te pido, (do,
Como honrado, masnoconio ofendido.
Ainalta}'oádoDJu:m;iamp(icoquiero,
Cuando estás tan severo ,
irritar tust-uojos,
Dlciéudote mi amor, porque los ojos
A la piedad le ciega
El i|ue acuerda delitos cunndo ruega.
Solo diré, Señor, que, receloso
De tu agravio penoso
Don Ju3u , quiso ausentarse ;
Esto si muy de espacio ha decentarse.
Porque el verse temido
Es el rato mejor del ofendido.
Ouedanios, pues, con sola aquella lierl-
EL LICENCIADO DON JEDÓNIUO DB TILLAIZAN.
Antes viendo su vida amenazada ,
(fuedé mas empeñada ,
r opuesta á tus rigores,
Mejoré en sus desdichas los fatores,
Cuando es acción mas fuerte ,
Avudar á una vida que á una muerte. O prevenir tu ii^jurla ,
Piedad fué, si parece inobediencia , La vida al riesgo ó i Leoí
Oponerme al ncor de tu . . .. ,
Pues mi vida á la suya defendía ,
Que, como jo le amaba, en él vivii
V si tú le mataras.
Sin mi, como sin Pedro, le quedara
Aquí , pues, retirado y escondido
Husta ahora ha vivido.
Y abora le has hallado.
Siendo cómplice ¡o deste coidado,
Donde u un ticnipo te llama
hermanoiuiJiT-
[.la,
Has, ya que lo bu nbido,
Ki huyo tu veogaiua ni li inpiíli
Aunque el peligro de Leonor nit i
Uaepublicassu iii&mlaconmi u
"- tiempo aft«ioo, por logrir ti
Primero es mi opinión, nadielo ignora; ^^^^^ 3^0^
Obra piadoso 6 milame lirino:
Que, pues dos almas tiene amorm
Basta una muerte para entnmL
Advertid, seDordoD Pedro...
DON rKDia.
SeüoT don Diego, etpcnd;
Que yo en lances de mi booar
Sé lo que m^or me ealá.
, Por vengar mi bonor be sido
tu fama. Eni.milFn,ff fl
Y asi, démosle :ibora.
Yo la voz á los labios, tú al oído
La razón , los enojos al olvido,
A la piedad las colpas.
Lugar al ruego, y al amor disculpas ;
Si vengativo, si cruel le dieras
Dura muerleá don Juan, porque le vie
En parte diferente, [ra
Llorara yo su vida solamente;
Pero si a'qnl su sangre se derrama,
El perderá la vida , yo la fama.
üueüo eres de mi honor, repara, ad-
He de ser so amigo ya.
Has me debe la opinión
De una bija por cuar
Que el dolor de un hijo Buerlii.
La mano á Leonor le dad ,
Don Juan.
A tos piel príncn.
Padre, la vida, queja
Es tuya.
u venganza porlia
■. SeEor García .
[vierte Qg aqaesio no os olendati;
, , r 1 Que, no pudiendo aer vueiin.
...,_ , . .deshonra raía, [do, Potqae salieron rerdad
\ diráti. nuesle hal aste aquí escondí- Vuestros celos, vosy jo
Que estaba ya el delito cometido. „„ venimos i obligar'
No es noble, no, quien contra el ruego , buscarla otrí marido.
(.orno nadre le atiende [orcrnTe; v vos en no lo estorbar.
Segunda vez le deberé la vida ; ^„ -i-d^
Y puesborralaofensaelquelaoivida, „ , , i.„ . ■ r_i .
Triunfemos de la ofensa y las cruelda: ^/"^-'•'^""¿L'*''''"-
' r.i... Antes diao oue lera
la por los ojos.
liga;
Yo con los ruegos, tú
O si me has de malar
Sin escuchar las lá(;r ,
Que si vas dilatando el castigarme,
Temoque no bailes vida quequiíamie
Pues desatada en láprinias v ennios.
Se habrá salido el al
Esto quise decirle, ,
Midas con lo advertido
Si mi ruego le obliga,
Mi honor enmienda y tu rigor
Mas si el perdón no alcanza.
Empieza por mi muerte la venganza.
Ahora que Leonor le lia declarado
Ui amor y su cuidado,
Y á tus plantas rendida
Mucre uiiimosa, ruega convencida.
Si no ha de enlernecrrie.
Prosiga tu venganza con mi mnertc.
Si i don Pedro maté con mano airadLi,
Agravios de mi houor veu^ó mi espada.
Porque comoáLeonor, que enniivivia,
Hiralia entonces para esposa mia.
Ven el honor me nirieron, fué forzoso
Suedar honrado para ser su esposo,
asta ahora mi vida asegaraiía
Porque mi amor calldia;
Antes digo que»
las nipilaiiM- '*'"' '""" '"' "wvor amiga,
itame Iu¿^o; ^i Busl» de mi amUUd.
SI lo estimo y lo agradrico,
Don García , y en señal
De su lirmeza,badeser
Parentesco desde hoy mai.
Dando la mano A rol prl*a
Don Diego, y le ba de pigir
Lo que a su nobleza (Mw
(Que Iodo lo supe ja)
Con alcanzar Je bu padre
El casamienlo.
Tuya mi vida seri.
uaon.
Inés, vamonos de iqal.
Porque tocan i caiar.
Eso no; libre me liiino,
V acolo mi libertad.
V aquí tiene Un iticbwl
.Sufrir mal por outrtr «•*.
Agradeced loi aeteos,
Vías faltas perdonad.
SisqFB
TRAGEDIA MAS LASTIMOSA DE AMOR,
TITULADA
CL CONDE DE SEX,
DAR LA VIDA POR SU DAMA,
DE DOH ARTOniO GOBLLO
( Atritaia al ny doi FU ipa I¥. >
<
JlNSOPf.
X.
PERSONAS.
COSME, groúhiú,
BLANCA , danta.
LA REINA ISABELA.
FLORA, crh4a.
ALCAIDE.
BoaERxa
UlU BABA.
Gmamm.
SoWAVOi.
A PRIMERA.
tro un arcabuz i !f dice
3BERT0.
lOBERTO.
REINA.
¡ Ah traidores !
lOBERTO.
gravios
ai mi sangre.
REINA.
¡Ay cielo!
lOBERTO.
ir si acaso
de la bala,
CONDE.
Ah viHanoSf
efiendo.
WBERTO.
bombre?
¡e COSME.
CONDE.
Mataros.
COSME.
is en la quinta,
ide! ¿Qué aguardo,
acorrerle?
Lindo recado!
quiera el miedo
'. Pues yo gasto
i eso espero,
4 mi amo.
CONDE.
No huyáis, cobardes traidores.
Aqueste es el Gonde.
ROBERTO.
Hayamoa;
Que se alborota la quiaU.
SaUn ROBERTO y OTRO,
con másearai.
COSME.
¿Quién Ta?
ROBERTO.
Nadie impMa el paso;
Que le meteré dos balas.
COSME.
Con mucho menos hay birto.
OTEO.
¿Quedó nraerla?
ROBERTO.
No lo sé;
¡Qué ocasión se ha malogrado!
(Vafl<#.)i
Salen EL CONDE DE SK T LA REI-
NA ISABELA, ella emem^fuaiffCO'
tula, dmedio \festir¡f€<m matearilh.
CONDE.
HuyeroD.—-¿Estiis herida t
«EBIA.
No, buena Bae sieato; «friroii
El golpe.
'I
I
No, DO los sigáis; dcjaldon.
COREI.
iPorqnér
Temo ToesM riesgo.
(¡ons.
Mocho os debo.
MnclKi oi pago
Ahora; n^as otro dit...
COlIBg.*
¿QaéT
BEnu.
* No puedo dedararoa
Mas agora, poique temo
Que de la Reina eu el cuarto
Se haya sentido raide •
Y hallarme será gran dafio
Aqui en tal tn¡e^ Im presto.. -
Yoosobedeeee.
GOQHk'
¿Es sangre? I Qi|é
Herido estoy en lu
Aunque pocow-'
ié?ffi&
hmtM
Pues lomad
Aquesta baadi; apfdáot .
La herida.
EsgfMftffor.
No es fiafor»pit»peMidty
404
Si os está bien que lo sea ;
Que en lance tan apretado
La necesidad dispensa
Lo que prohibió el recato.
(Ap. En todo parece al Conde;
Mas ¿cómo, si no lia llegado
De la guerra? Amor le ofrece
A la vista antojos vanos.)
CO.XDC.
¿Gonoceisme?
REIIfA.
Aquesa banda
Señal para hacer buscaros
Será, y adiós ; que yo esioy
I'^n grande riesgo, si acaso
Sabe la Reina este exceso:
Y asi , el secreto os encargo
De todo.
CO^tDE.
Yo os le prometo.
behia. {Ap.)
í,S\ me ba conocido acaso?
lias ¿quién dirá que yo estoy
En hábito tan humano? (Vate.)
COÍfDE.
¿Hay confusión mas extraña?
COSME.
¿Qué es esto?
C07n>E.
¿Quiénes?
COSME.
El diablo;
Cosme, que ha tenido miedo
Que puede valer por cuatro.
C0I«DE.
Cosme, ¿viste salir tú
Dos hombres enmascarados
Por aqui?
COSME.
Escuchen la flema;
Pues de aqueso es mi trabajo;
Pero dime : ¿qué mujer
Es esta que hemos soñado
Enire los dos?
CONDE.
No lo sé
COSME.
Pues ¿qué has visto?
COÜDE.
Todo cuanto
lie visto ha sido un enigma.
COSME.
Y los hombres que pasaron
Por aqui ¿quién son?
CONDE.
No sé.
COSME.
Pues ¿qué ínfleres desto?
CONDE.
Un rato
Escucha , y yo te diré
Lo que he sabido del caso :
Ya sabes cómo vem'mos
De la guerra, y que llegando
Los dos esta tarde á Londres,
Supimos que este verano
La Reina por unos dias.
Para divertir cuidados
Del gobierno, se ha venido
A aquesta casa de campo.
Que está dos leguas de Londres,
Y es de Blanca, sol liízarro
Y blanco de mis finezas,
Y yo lo soy de sus rayos.
COSME.
Ya sé que tú , por cumplir
Las leyes de enamorado,
DON ANTONIO COELLO.
Veniste á ver encubierto
A Blanca hermosa, fíado
En la llave desta puerta.
Quien otro tiempo dio paso
Mil veces á tus deseos,
Cuando esta quinta teatro
Fué de tan Bnos amores.
Antes que entrase en Palacio
Blanca á servir á la Reina.
Sé que le quedé esperando.
Sé que te entraste allá dentro.
Que hubo arcabuz y embozados ;
Sé que luve todo el miedo
Que tener puede un cristiano,
Y esto es lo que sé mas bien,
Porque lo estoy estudiando
Desde el dia eu que naci;
Y pues esto no es del caso,
Dime lo demás.
CO.XDE.
Pues oye,
Cosme, lo que has ignorado :
Entré en la quinta, cuya oculta puerta
Al mas pequeño impulso la hallé abier-
La novedad admiro, [ta;
Empiezo á caminar por el retiro
De una verde esperanza.
Que hasta venir la noche me asegura.
Pasa por esta quinta conducido
Un descuido del Támesis florido.
Liquido desperdicio ó vena breve.
Por donde el rio se sangró de nieve;
Descaminada plata ,
Que en senda cristalina se desata ,
O fugitivo aljófar transparente.
Que callado se huyó de la corriente.
Kste pues, valla undosa.
Divide el sitio ameno,
Tan denso é intricado.
Que la greña frondosa
De su crespo cabello enmarañado,
Soplando airado ó lento,
Con gran dificultad la peina el viento;
Por este, pues, camino.
Siéndome siempre el rio cristalino,
Cuando el lino se pierde,
Hilo de plata en Ial)erinto verde.
A pocos pasos advertido siento
En el agua ruido,
Hago el examen, arbitro el oido;
Nada averiguo asi, por mas que atento
En informarme insista.
Recojo la atención para la vista ;
Ella penetra ramas, y yo veo
(Escucha lo que vi, que aun no lo creo)
tina mujer divina ,
Reclinada en la margen cristalina,
Quitarse, descuidada,
Azul cendal y media nacarada.
Negros después coturnos al pié breve.
Que, primavera errante, flores llueve;
Las dos colunas bellas
Metió dentro del rio, y como al vellas
Vi cristal en el rio desatado,
Y vi cristal en ellas condensado.
No supe si las aguas que se vian
Eran sus pies, que líquidos corrían;
Así sus dos colunas se formaban
De las aguas que allí se congelaban.
El hermoso cabello, suelto al viento,
En quien con manso aliento
El céfiro lascivo se abrigaba,
El agua licenciosa salpicaba,
O fue lisonjearla el cristal frío,
O envidiosas las ninfas de aquel río.
Pensando que estuviera menos bello.
La encanecieron parte del cal>ello ;
Y como mas atento amor miraba.
Quise ver si su rostro conformaba
Con lo demás, y cuando verle piensa
Mi curiosa atención , hallo defensa
Que, de negro cendal, pudo encubrilla
El medio roKro media mascarill
Dejando libre, con beldad no p«
Lo que hay desde la barba basta la
Advertido recalo.
Que, aunque pensó qae nadie la Bi
Quiso al agua encubrir el rostro,
Que se juzgó indecente.
Porque no lo parlara la corríeol
Yo, que ai principio vi, degov tai
A una parte nevado,
Y en otra negro el rostro.
Juzgué, mirando tan divino mos
Que la nataraleía cuidadosa.
Desigualdad nnieodo tan hermo
Quiso hacer por asombro ó por i
De azabache y marOI on marida]
Tan hermosa en efeto parecía
Con la nube que el rastro le cal
Que» como la miró desde sa esr<
Por imitarle en algo, si pudiera
Antes de despeñar al mar so co
El sol se cobríó el rostro coala i
Quiso probar acaso
El agua, y fueron crístaliaovaM
Sus manos, acercólas á los hb»
Y entonces el arroyo lloró agn^
Y como tanto, en fio, se parecía
A sus manos aquello qoe bebia.
Temí con sobresalto, y no fué n
Que se bebiera parte de b nao
Llegó la noche en fln, salió dd i
Y delgado cambray cbopó el n>
De las dos azucenas u
Envidian á las flores las arenas.
Viendo que ha de pisarlas;
Y luego, en acabando de enjuga
A cubrir empezó sns dos colas
Con dos nubes de nácar fanport
Adorno suele ser, pero ¿qoiéo
Que era mayor adorno estar de
En esto ruido siento.
Oigo una voz decir : cunera, tir
Dispara un arcabas sa bala al \
Turbóme yo de ver que la profa
Ella cae á las flores de repente:
Y todo fué tan indistintamente, [
Que empezaron á obrar á un l
Ruido, voz, bala, susto y parasi
Dos hombres, dos traidores.
El rostro infame cada cual cabi
Por sí ba salido el arcabuz incie
Sacaron los aceros vengadores
Contra su pecho; entonces jo li
Llego y bagóme blanco de sa ac
RiBo con ellos, huyen recatado
De mi valor, ó su traición torbí
Yo los sigo; ella, en si restiíai
Teme en seguir los riesgos den
Con recelo me habló, ya tú loo
Esta banda me dio, jm. tú Iotís
Fuese; no sé quién es; solo be
Que esta mi^r, que enigma h
Quizá en mi corazón hubiera ei
Mas, como á tanto amor le nene
No consiente otro huésped cnd
COSUK.
Notable suceso ha sido.
COÜDI.
Vén acá.
¿Qué?
CONDI.
Quién será aquesta mujer.
La mi^er del hortelano.
Que se lavaba lu plcniM.
Necio, de veras tu
cosa.
9 veras lo digo. .
CONDE.
res enmascarados
e de la quinta,
i entrar estando
}n elb, no es
uportancia el caso.
COSME.
alguna mondonga,
honrado hermano,
i k vengar sa honor.
COKDE.
(Stás may cansado.
COSME.
n quieres taque sea?
a ha de ser milagro?
Das que unas piernas
omuy bien tapado?
una mascarilla
r Arias Gonzalo,
ilférez, Elvira
de Pilatos.
k:onde.
rte V el aseo,
e hablar, el garbo
oblezaenella.
COSME.
ne notaste tanto,
le conocerla
CONDE.
No, porque hablando
cion no es posible ;
[ue, es necio engaño
e, entre tantas damas
en en palacio
en la voz se pueda
puesta.
COSME.
Es llano,
sn ha estado ausente.
CONDE.
urde ; Cosme , vamos.
COSME.
entrará ver á Blanca?
CONDE.
itari con cuidado,
reron el ruido,
en que sin recato,
eche á perder
le tantos años.
)S.
COSME.
CONDE.
¡ Ah Blanca mía !
i me ba estorbado
e esta noche y verte
tan extraño;
lairá mi amor,
I divinos rayos ,
mandra araiente
s soberanos.
(Yanse.)
3RA , criada, y EL DUQUE
DE ALANSON.
DUQUE.
! Blanca?
FLORA.
Está vistiendo
DUOCE.
Yo he venido
o, conducido
que eatof Minuendo,
EL CONDE DE SBX.
Para hablarte en mi eoldído,
Pues eres t6 la tercen
De mi amor.
floua.
Eo vano espera .
Vuestra alteza ser pagado.
DUQUE.
Pues ¿qué dice, cuando amante
Por ella el pecho suspira?
FLORA.
Comoelki á casarse asphra*
Vuestra alteza no se espante
Que, habiendo UnU distancte, .
Tema poner su a6cion
En un duque de Alanson,
Hermano del rey de Francia ;
Y asi , ingrata corresponde ;
Que, aunque es de tan alta esfnra,
Vos sois mas. {Ap. ¿Quién le d^era
Que es porque^ ella quiere al Conde?)
DUQUE.
Yo vine, como sabrás ,
Con color de una embajada,
A Londres, y mi jornada
No fué á las paces; que mas
Fué á tratar mi casamiento
Con la Reina; y tanto gano.
Que á Londres el Rey, mi hermano,
Me envió para este intento;
Y aunque esto está en buen estiido
Con los grandes y la Reina,
Blanca, que en mi pecho reina
Hoy, me da mayor cuidado.
Este papel le has de dar,
Pero yo tengo de ver
(Este gusto me has de hacer)...
FLOBA.
En todo puedes mandar.
DUQUE,
Lo que, al leerle, responde.
FLOBA.
¿Cómo?
DUQUE.
Ocultándome aqui.
FLOMA. '
Mire tu alteza...
DUQUE.
Por mi
Has de hacer aquesto; ¿dónde
Me entraré? Pues soy cautivo
De la causa de mi pena ,
Quítame tú esta cadena.
FLOIA.
¡Qué lindo madurativo
Ablandaré! ¿Hay tal porfía?
Pues lo quiere vuestra alteza.
Éntrese en aquesta pieza,
Que sale á una galería.
{Escóndete el Duque,)
Salen BLANCA T COSME.
BLARCA.
Vuélveme á dar mil abrtxos,
COSME.
Bástame besar tus pies
A mi , Señora, y después
Merezca el Conde tus brazos;
Porque no te diese susto
El verle entrar de repente.
Porque inopinadamente
Suele dar la muerte un gusto , •
Yo me adelanto, y ¿1 Uega.
FLOBA.
{Ap. El Conde viene (¡ay de mil),
Y como el Duque esta aqui.
Ha de escuchar (¡estoy etiegat)
Cuanto pasa en sus amores; ,
Quiérolo así remediar.) '
Tu alteza se puede entrar
Un rato á ver los pHmores
gue esa bermosa galeria
n tantas pinturas llene ,
Porque una ^slta viene
A ver á Blanca, y serla
Cansancio estaros aqui;
Eu yéndose , aviaré
A tu alteza..
Saie EL CONDE.
nOQUB.
Asi lo |i«ré.
PÍLOBA.
Pues adiós; bien está asi»
GORM.
Nunca crei que llégimí
Estadiclia. ^
■LAIHU.
DneBoalo,
Solemnicen hot mis Míos
La dicha de haberte viato;
¿Vienes buenot
(Vw.)
Yalo^stóy; .
Que hasta aqui sólo lie vivloo
A cuenta del^ esperaBü ,
De ver tus ojos divinos.
¡ Ay, Conde, Ictqúe me eaestts !
OOXBB..
Í Sabes, Blanca, lo que digo?
|ue le agradezco á la ausracia
l\ haberme suspendido
La gloria de estarte viendo.
Porque agj>ra mas la estimo. >
Bien hayala auaeneis, Blanca;
Bien bayí^ amén, pues me liiio»
Solo con darme eitormento, >
Mas despierto en el alivio.
Yo, Conde, solo con verte.
Como simnpre ; mas upié dfgo?
Infórmate tü del pecEo,
Puesenélliasssistiifo, .
Y no limite la lencos
Un amor que es ufinlto.
Ni las finezas de un alma
Eche á |>erder wi sentido.
¿Qué hidert yo por pagarle Y
■UlICA.
Si eso, Conde, bas (netendldo, '
Ya tengo con flaé m pagues.
GOMBB.
Pues ¿qué dadu,*BtaocsT.Dilo..
SUIfCA.
Una merced has de hseerme. .
¿Merced, Blsnca?¿Baqtfé le sirvo?
BURGA.
MlraqnetefioelslBBS.
GOIIBB.
Ya, Sefiora, estoy corrido. '.
suma.
¿Eresmidoefto?
Taessiavtft
¿Sdy la esposa! .
OORDB.'
' Gres bleo^lo.^
.MAMÁ.
¿Qoléresiiae Biadi^í
406
CONDE.
Te adoro.
BLANCA.
Pues, en fe de eso que has dicho, —
Salios los dos allá fuera,—
{Vanse Flora y Cosme,)
Y escucha tú.
CONDE.
Ya se han ido.
{Ap, ¿Qué querrá Blanca?)
BLANCA.
Ya sabes
(Oh conde de Sex invicto)
§ue nie serviste tres años,
que al fln mi pecho esquivo
Labrar se dejó, aunque bronce,
Al buril de tus suspiros.
Pues que, con la fe y palabra
Que me diste de marido.
Te hice dueño de mi houor,
Y que no nos atrevimos
A casarnos por mi padre
Y mi hermano, que enemigos
Fueron siempre de tu casa.
CONDE.
Todo, Blanca, lo he sabido,
Y que ya, después de muertos
Tu hermano y padre, quisimos.
Dándole cuenta á la Reina,
Casarnos, cuando Filipo
Segundo, español monarca,
Contra Ingalaterra hizo
La armada mayor que nunca
Con pesadumbre de pino
La espalda oprimió salobre
De aquese monstruo de vidrio;
Y que á mi la Beina entonces
Me envió con sus navios
A procurar resistir
Tan poderoso enemigo.
Por esto no pude entonces
Casarme ; agora he venido
De la empresa, y á la Reina
Pedir(\ á sus pies rendido.
Que me case.
BLANCA.
Pues supuesto
Que es verdad lo que me has diclio,
Y que mis males te tocan
Ya como los tuyos mismos,
Bien podré seguramente
Revelarte intentos mios,
Como á galán, como á dueño.
Como á esposo y como amigo.
La reina de Ingalaterra,
Isabela, que ha tenido
Siempre suspensa la Europa
Con fuerza ó con arliíicíu.
Prendió á María Kstuardn,
Reina de Escocia y archivo
De virtudes y bellezas,
Por unos falsos indicios.
Creyó Isabela, ó creyeron
De Isabela los validos.
Que Maria fomentaba
Kn secreto los desinios
De rebeldes conjurados
(¡Qué engaño para creído!).
Llamó Isabela á la Reina
A su corte, y ella vino.
Bien como al traidor reclamo
Suele incauto pajarillo
Venir improvisamente,
Festejando su peligro,
A ser despojo sangriento
Del cazador enemigo.
Mi padre, que muchos años
Estuvo en los tiernos mios
Con la embajada en Escocia,
Siempre se inclinó al senicío
DON ANTONIO GOELLO.
De Maria y de aquel reino ;
Y yo, con el amor mismo,
Cuando nací, me crié
Con la Reina, y le ha debido
Mi amor muchos agasajos
Y no pocos beneficios.
Con esto, á mi viejo padre
Y á mi hermano Ludovico,
Por cómplices y traidores,
Los meten en un castillo.
Solo porque la inocencia
De la Reina no han querido
Perseguir, como los otros ;
Solo porque el hecho indigno
No apoyaron, como nobles;
Solo porque , siendo amigos
De la virtud é inocencia ,
Ser parciales no han fingido
De la malicia. ¡Oh, mal haya
Mil veces, mal haya el siglo
En que para conservarse.
Porque es monarca el delito.
Ha menester la virtud
Ser hipócrita del vicio !
En fin. Conde: en fin. Señor
('Con qué lástima lo digo!),
'1 eñiendo en sangre la Reina
Aquel infame cuchillo.
Noble víctima, inocente.
Fué de injusto sacrificio ;
Bella flor, que de la noche
Se defendió en su capillo,
De ignorancias del arado
Probó los groseros filos;
De atrevimiento villano
Kl antojo inadvertido
Violar pudo honesta rosa.
Que aun se recató al rocío;
Falleció blanca azucena.
De (juien se copió el armiño,
A los hielos del enero
O á los rayos del estío;
Dejóse ajar de una mano,
Deshojado clavel fino,
Y pisar de errante huella.
Destroncado hermoso lirio;
Porque, muriendo la Reina
Al arado, al pié, al cuchillo,
Al antojo, hielo y mano,
Murieron en el suplicio
Juntos flor, víctima, rosa,
Clavel, azucena y lirio;
También mi padre y mi hermano,
Por no estar bien convencidos,
Murieron de la prisión
Al lento y sordo martirio ;
Pero, en fin, como traidores,
Quedaron destituidos
De su hacienda y de su estado,
Y hasta Roberlo, mi primo.
Por pariente de mi padre.
Que no por otro delito.
Huyó el riesgo, y sin estado
Vive en Escocia escondido.
Vo, en venganza de la Reina,
Del hermano y padre mió.
Irritada y persuadida
(Que también está ofendido)
Del noble conde Roberto,
>!i primo, me determino
A dar la muerte á esta fiera,
Y quizá por su destino,
O por justicia del cielo,
Venirse ella misma quiso
A mi quinta algunos dias.
Yo, en fin, á Roberto escribo
Que venga en secreto á darla
La muerte ; que el tiempo, el sitio.
El asistirla yo siempre,
Y estar desapercebidos.
Daban ocasión bastante
Para lograr sus desinios.
Vino, y esperó ocmíob
Unos dias escoodldo;
Y ayer, bajando Isabela
Solaá losiardiues, düo
Que no hiibiese nadie enelkks,
Y yo á Roberto le aviso;
Entonces, dejando abierto
De la quiuta el an postigo.
Él la tiró una pistola
Al tiempo que de unos mirtos
Salió un hombre á socorrerla ;
Y el, por no ser conocido
Si al ruido acudiese yenle.
Se fué, dejando perdidos
A un tiempo ocasión, Tengana,
Esperanzas y desinios.
Yo, el corazón lleno de ira.
En rabia el pecho encendido.
Ardiendo en venganza el alna
Y en cólera el rostro tinto.
Pues son tnyos mis agraf icis,
Y tuyos aun mas qae mios.
Como á esposo, como i doefio,
Como á seuor y marido.
Hoy á tu valor apelo.
Mi venganza á ti te Oo;
Venga tus propios agravios,
Pues los mios te probijo.
Muera esta tirana, Cooide;
Escribe al Conde, mí primo;
Junta mis amigos todos.
Pues todos son tus amigos.
Sin riesgo puedes matana;
Porque es tan aborrecido
El nombre desta tirana,
Que. en vez de darte castigo.
Lauros le dari tu patria
A tu valor peregrino;
Y si lio, viven los cielos.
Que, si leal ó remiso,
O dudas ó no te atreves
A hacer esto que le pido.
Yo misma, yo misma. Conde,
Cuando fallara en mi primo
El valor ólaocasiOB,
Apelando á aquestos brios.
Con los dientes, con iu naaos,
O con mis propios suspiros,-
Cuaudo faltara instramcnlo
A mi afeto vengativo.
He de hacerla mas pedaios
Que ese monstruo cristaHM
Hunde cruel en su centro.
Que es vecindad del
co:iM. (Ain)
¿Hay Ul traición? Vire el cielo.
Que de amarla estoy corrido,
blanca, que es mi dulce doefio;
Blanca, á quien qnleroy estimo,
¿Me propone Ul iraiciou?
¿ Qué haré? Porque si ofendido.
Respondiendo como es justo.
Contra su traicioo me irrito,
No por eso he de evitar
Su resuelto desatino;
l^es darle cuenta á la fteiaa
Es imposible, pues quiso
Mi suerte que tonga parte
Blanca en aqueste delito;
Pues si procuro con megos
Disuadirla, es desvario;
Que es una mujer resuella
Animal lanvengallTo,
Que no se dobla á los ruegos.
Antes con afecto impio
En el mismo rendimiento
Suelen aguzarlos filos;
Y quizá desesperada
De mi enojo úni desvio.
Se declarará coa otro.
Menos leal ó mu fiuo^
iv
V
iza por ella intente
yo hacer no he querido;
íue el inconveniente
íioberto, suprimo,
ro cesa, Y ¿quién duda
por traidores ó amigos,
Duchos conspirados,
nenien sus motivos?
tenffo de librar
na del peligro;
>s, que he de barrer
)s fieros prodigios
;ion deíngalalerra;
untos conducidos
ia con mi industria ,
de venir al cuchillo;
pues á Dlanca sola,
iuasion de su primo,
'go ó con amenazas
sasdesinios.
BLA^CCA.
consultando, Conde,
itro de tf mismo
has de hacer, no me quieres;
idarlofué delito.
•s, que eres ingrato.
CONDE.
me determino.
BLANCA.
spondes ?
CONDE.
Ya te doy
uesta por escrito.
d escribir el Conde sobre un
te, y asómese EL DÜQüE.
DÜQüf . (Ap.)
irda tanto Flora
á ver he salido
ta es la que á Blnnca
ntretiene. ¿Qué miro?
le de Sex con filunca?
•mo? áEI Conde ha venido
erra ?
CONDE.
La respuesta
ludarse ha podido
'eclo, siendo ya
ides agravios míos.
Cosme, y á Escocia
ita carta, en que digo
•lo que se venga
:>s sus amigos
hilada á Londres;
la gente que rijo,
seguirá, y el pueblo,
1 estoy tan bienquisto,
muerte á la Reina.
DCQCE. {Ap.)
;ucho?
CONDE.
En corrientes rios
fame sangre pienso
su cuarto mismo,
viniendo, lodos juntos
en el suplicio.)
*sla tirana ! Muera I
lenii brazo invicto...
DUQUE. (Ap.)
traición ?
CONDE.
Deste reino
jndo este prodigio;
esar de Ingataterra ,
iz la espada esgrimo,
;ber de su sangre.
EL CONDE DE SEX.
Sa/tf EL DUQUE.
DUQUE.
No podréis mientras yo vivo.
CONDE. (Ap.)
¡Válgame el cielo!
BLANCA. (Ap.)
i Ay de mi !
CONDE.
¿Qué es esto, Blanca?
BLANCA.
¿Qué miro?
¿Cómo vuestra alteza, el Conde...
Toda soy un hielo frió.
COXDE.
Pues ¿cómo, Blanca, en tu cuarto
El Duque?
BLANCA.
¿Quién le ha metido
En mi cuarto á vuestra alteza?
DUQUE.
Nadie, Blanca; que yo mismo
Me entré acá, quizá guiado
De algún impulso divino.
Para estorbar tal maldad.
BLANCA.
Pues ¿cuándo tu alteza ha visto
En mí ocasión para hacer...
DUQUE.
Esperad; ¡qué desatito!
Por vida del Rey, mi hermano,
Y por la (pie mas estimo
De la Reina, ini señora,
Y por... Poro yo lo digo;
Que en mí os el mayor empeño
De la verdad el decirlo:
Que no tiene Blanca parte
De oslar yo aquí; que yo mismo
Mo oiiiré, hallando abierto, á ver
Esos cuadros, divertido.
Que tiene esta galería;
Y estad muy agradecido
A Blanca de que yo os dé,
No salisfacion, aviso
Desta verdad; porque á vos,
Hombre como yo...
CONDE.
Imagino
Que no me conocéis bien.
DUQUE.
No os habia conocido
Hasta aquí; mas ya os conozco,
Pues yo lan otro os he visto,
Que os reconozco traidor.
CONDE.
Quien dijere...
DUQUE.
Yo lo digo;
No pronunciéis algo, Conde,
Que yo no pueda sufriros.
CONDE.
Cualquier cosa que yo intente...
DUQUE.
Mirad que estoy persuadido
Que hace la traición cobardes;
Y así , cuando os he cogido
\íi\ un lance que me da
De que sois cobarde indicios.
No he de aprovecharme desto;
Y así , os perdona mi brío
Kste rato que tenéis
El valor disminuido;
Que, á estar todo vos entero,
Supiera daros castigo.
CONDE.
Yo soy el conde de Scx,
Y nadie se me ha atrevido
467
Sino el hermano del rey
De Francia.
DUQDE.
Yo tengo bríos
Para que, sin ser quien soy,
Pueda mi valor Invicto
Castigar, no digo yo
Solo á vos, mas á vos mismo ,
Siendo leal, míe es lo mas,
Con que queda encarecido;
Y pues sois tan gran soldado.
No echéis á perder, os pido,
Tantas heroicas hazañas
Con un hecho tan indigno.
¿Qué os ha hecho ¿ vos la Reina?
¿Por qué su privanza os hizo?
¿Qué (lesinios son aquestos?
Ea, Conde, corregtldos.
Solo yo sabré este caso;
Pero mal dije, yo mismo
No lo sabré; qne, en saliendo
De aquesta cuadra que piso.
Si agora he sabido aquesto,
Después no lo habré sabido.
Yo quedaré muy ufano
Que me debáis este aviso ;
Que yo sé muy bien que Blanca,
Si yo no hubiera saKno
Primero á vuestros intentos.
Conforme el blasón antiguo
De su sangre y de la vuestra,
Os hubiera respondido.
Ya habréis muoado de intento;
Y si no, estad advertido
Que á quien se atreve á tener
El mas oculto desinio
Contra la Reina, yo entonces.
Que la guardo, que la asisto.
Que la estimo, que la quiero.
Que la defiendo y la libro,
Atalaya á sus pisadas.
Argos á su sol divino.
Sabré ser lince que os vea
Los mas ocultos motivos.
Y sabré daros mil muertes ;
Que, si aquesta espada esgrimo.
Todo un mundo de traidores
Son pocos al valor ralo.
Miraldo mejor, dejad
Un intento tan indigno.
Corresponded á qwfen sois;
Y si no bastan avisos.
Mirad que hay verdugo en Londres,
Y en TOS cabeza ; harto os digo. ( VaMe.)
CONDE.
Corrido y confbso estoy;
¿Vióse lance como el mió?
Pero piense ahora el Duque
Mal de la fe con que sirvo
A la Reina; gue después,
Con la hazaña que imagino,
El verá que soy leal. —
Lleven la carta á tu primo. (A Blanca.)
{Ap. No he de responder al Duque
Hasta que el suceso mismo
Muestre cómo fueron falsos
De mi traición los indicios,
Y que soy mas leal cuando
Mas traidor he parecido.)
BLANCA.
;^Hubo desdicha mas grande?
Y aun mayof hubiera sido
Si no acierta á ser el Duque
El que escuchó los deslnios
Del Conde. ¡Válfene e) cielo! ,
¡Qué desdichada benacido!
Salen EL SENESCAL T LA REINA .
BBINA.
i . esto que os digo
408
SENESCAL.
El cielo santo
Nos defendió vuestra ?¡da.
REINA.
Haced pues que los soldados
De mi guarda estén á trechos
Aquesta quinta guardando
Hasta que me vuelva á Londres.
SENESCAL.
¿No será mejor buscarlos
A los viles agresores?
REINA.
¿Cómo?
SENESCAL.
Yo haré echar un bando,
Que ofrezca grandes mercedes,
El 'delito publicando,
A quien diere el agresor,
Y que será perdonado.
Si es cómplice, el que le entregue ;
Y pues son los dos culpados.
Podrá ser aue alguno dellos
Entregue al otro; que es llano
Que será traidor amigo
Quien fué desleal vasallo.
REINA.
No lo apruebo, Senescal ,
Que asi se publique el caso,
Y no quiero yo que sepan
Que hubo quien se atreva á tanto,
Que intente darme la muerte
Dos leguas de mi palacio ;
Que quizá despertaremos
De algunos que están callando
La traición con este ejemplo;
Que es gran materia de estado
Dar á entender que los reyes
Estañen si tan guardados,
Que, aunque la traición los busque ,
Nunca ha de poder hallarlos;
Y asi , el secreto averigüe
Inermes delitos cuando.
Mas que el castigo escarmientos ,
Da ejemplares el pecado.
SaU UN CRIADO.
CRIADO.
El de Sex pide licencia
Para entrar.
REINA.
Pnes¿ha llegado?
Mucho me temo... Decid
Que espere; mas no, dejaldo.
Entre.
Sale ELCOmE.
CONDE.
Si acaso merezco
Besar tus pies...
REINA.
Levantaos,
Columna de Ingalaterra;
Que va solo con miraros
Sé el suceso de la guerra.
{Ap. Locos pensamientos vanos,
Dejadme; ¿qué me queréis?)
CONDE.
Yo mismo he querido daros
La nueva.
REINA.
¿Qué hay de mi armada?
CONDE.
Libre está el reino, dejamos
De los españoles leños
Limpio nuestro mar brítano.
REINA.
¡Feliz suceso!
DON ANrONIO COELLO.
SENESCAL.
¡Gran nueva!
CONDE.
Desta suerte fué...
REINA.
Esperaos;
No quiero oir el suceso
Hasta teneros premiado. —
Senescal , haced al punto
La cédula en que le hago
De Ingalaterra almirante
Al Conde.
CONDE.
Besar tu mano
Será de tan grandes premios
El mayor.
{Llega el Conde d besar la mano d la
Reina.yella repara en la banda.)
REINA.
Debo pagaros...
(Ap, ¿Qué miro?) Porque á servicios...
[Ap. ¿No es esta mi banda?) tantos
Mi reino... ¿Cuándo llegasteis?
CONDE.
{Ap. En la banda ha reparado.)
Agora.
REINA.
^ En aqueste punto
Os apeáis?
CONDE. {Ap.)
¿Qué mas claro
Indicio que rué la Reina,
Aun cuando hubiera faltado
Loque dijo Blanca?
REINA.
¿Ahora?
No lo creo ; ¿algún cuidado
No habiades de tener
Que de amante ó cortesano
Anoche os hiciese un poco
Adelantar? Confesaldo;
Yo os perdono el haber sido
Menos puntual vasallo
Que amante, por vida mia.
{Ap. Él lo niega.)
CONDE.
A empeño tanto,
¿Quién lo negará, aunque importe
La vida?
REINA.
¿Es favor acaso
La banda, ó estáis herido?
COKDE.
Siempre he vivido ignorado
De amor ; mas ya dulcemente
La banda ha lisonjeado
Los dolores desta herida.
Que me dieron en la mano
Por serviros.
REINA.
Yo lo creo.
(Ap. ¿No bastaba, amor tirano,
IJna inclinación (an fuerte,
Sin que te hayas ayudado
Del deberle yo la vida?)
¿Queréis mucho? ¿Sois pagado
De la dama de la banda?
CONDE.
Es el sugeto tan alto.
Que aun no podrán mis suspiros
Alcanzar alia volando.
REINA.
{Ap. ¿Si anoche me conoció?
Mas esto es hablará caso.)
Y ella ¿sabe vuestro amor?
CONDE.
Aunque en batallas y asaltos
Tan atrevido y TaHeiiCe
Me mostré, no lo aoj taoto.
Que ose decirla mi amor,
Porque aun de mi le recalo.
BURA.
Pues si no se lo babels dicho.
No tenéis de qué quejaros.
COROI.
Ni aun á quejarme me atrevo.
BEIKA. (Ap.)
¿Diréle al Conde (¿qué acuardo?)
Que soy á quien dió la vida?
Mas ¡oh necia lengua! paso.
¿Será bien que sepa d Conde
Que soy la que sin recalo
Vio anoche como mujer.
Cuando deidad me ba Juagado?
Créame deidad el Conde;
Que lo que tienen de huDanoi
No han ue revelar los reyes
A los ojos del vasallo.
CONDE. (Ap,)
¿Qué es esto, locura mia?
¿Atreveréme (mal hago)
A presumir que la Reina...
Pero no ; ¡qué necio engaño,
RBIRA.
{Ap. El Conde me dió h vida;
Confleso que me ha petado.
¡Oh infame agradedmieoto,
Hue engendro mi amor bastardo;
ijo de padre traidor,
Yo te auijaré los pasos.
Ea, cordura, ¿esto nfret?)
¡Conde!
CORDB.
¡Sefiora!
RBIRA.
(Ap. Veníamos...)
¿Cómo no oa vais (Ap. ¡Bsloy loca')
A descansar?
GORDB.
Solo aguardo
Licenda.
MIRA.
Puea idoi luego.
Ya os obedezco.
Eaperáoa.
{Ap. ¿Quéese8to?)EaperadBRpoc
Y os llevaréis el deapaao
Desta merced que os he bcebo.
(Ap. ¿Que asi me rinda na ciidado?
Esta es la primera vei
Que tener el pecho iugraio
Puera en mi menos bijeia.)
Sale EL SENESCAL, era ffcnAoi
GONDB.
Confusa eatoy; ya le aguardo.
aERBiCAL.
Esta es la cédula ; firme
Vuestra alteaa.
REDIA.
Ya he fimado.-
Tomad la cédula. Conde,
De aauesia merced que os higo;
Yo misma el despacho oa do;.
Solo por no dilalaroa
La merced, porque no quiero.
Cuando me servia y os pago.
Echar á perder el premio
Con hacer que os cueste pasos.
CORDB.
El mavor premio es serviros.
(.4p. ¿Si es Unto fliTor acaso f)
KEIltA. (Ap.)
co!...
CONDK. (Ap.)
¡Necio amor!...
HEDÍA. {Ap.)
;o...
COROE. (Ap,)
Que temerario...
RBIÜA. {Ap»)
s ¿ tal bajeza...
COIfDK. {Ap.)
es subir Un alto...
REMA. {Ap.)
que soy la Reina.
COÜDB. {Ap,)
que soy lasalio.
■EllfA. {Ap )
humillas al abismo...
CONDE. (Ap.)
acercas i los rayos...
REMA. (Ap.)
rar mi grandeza...
CONDE. {Ap.)
r mi humilde estado...
lEINA. (Ap.)
s admito acá dentro...
CO?CDE. {Ap.)
omi te ?as entrando...
REINA. {Ap.)
ilre el pecho y la voz.
CONDE. {Ap.)
imes i los labios.
REINA.
Conde?
CONDE.
¡Señora!
REINA.
espues.
CONDE.
Soy tu escIaYo.
cío engaño, no me subas,
r de mas alto !)
INADA SEGUNDA.
ISME T EL CONDE DE SEX.
COSME.
Londres llegamos,
^alacio venimos?
CONDE.
i reyes asistimos
osme, descansamos.
Reina llega
quinta á palacio,
ís mas breve espacio,
ranza sosiega
)r; cada esperanza
, como se ve ,
lanca, mi fe,
Ina, mi privanza.
COSME.
dicha es el privar,
e á los mas amigos
I dentro enemigos.
CONDE.
ijo es envidiar,
|ue ser envidiado.
COSME.
as desdicha sola.
EL CONDE DE SEX.
conw,
i No Irnjlste la pistola f
COSME.
Vesla aquí, y hasta grabado
Tu nombre en ella ; mas di : '
¿Por qué la mandas traer?
CONDI.
Como habemos de volver,
Cosme, tan tarde de aqui,.
No es mocho que me preTenga;
Que la privanza ocasiona
Envidias.
COSME.
En tv peraona
No me espanto que la tenga.
CONDE.
No ha sido con otro fin.
{Ap. Del Duque estoy receloso*
Porque está muy sospechoso;
Pero no, que es noble al fin.)
Gosaá.
Ya la hemos traído, y pues i
¿ Dónde iré á guardarla agora?
CONDE.
Al cuarto de Blanca ; Flora
Te la guardará, y después ,
Pues de Blanca me despido,
AI irme la pedirás.
COSME.
Eso es lo que apruebo mas:
Porque yo siempre he temido
Azar, si saber lo quieres,
Con ese instrumento atroz;
Que sin pensar tiran eos
Arcabuces y mujeres.
¿Por qué te quitas la banda?
CONDE.
Porque á ver á Blanea puo,
Y si ella la viese acaso,
Que siempre en recelos anda,
Puede ser que me la pida.
Como curiosa y mujer,
Y me pesara , por ser
De la dama a quien di vida.
COSME.
¡Que nunca hayamos sabido
Si era dama 6 si era dueña!
¿ No dio esa banda por seña ?
CONDE.
Sí.
COSME.
Pues ¿alguna no ha habido
Que en ella haya reparado?
CONDE.
No, Cosme.
COSMB.
Este dedo diera
Solo por saber quién era;
iQue no hayamos alcanzado
Quién fuese, por mas que yo
Me desvelo V te desvelas!
De algún libro de novelas
Presumo que se soltó;
Ella era una gentil tronga.
CONDE.
No digas tal , nsyadero.
COSME.
A pagar de mldinero.
Que era dueña ó vil mondonga;
Pues que esta banda presea
Es que cualquiera la tiene.
Sin ser... Pero Blan^viene;
Escóndela, no la vea.
{T&mu l9 baiuUi en la
Sa/en BLÁNGAt FLORA.
ULAiCA. '
t Adonde... (Ap, Nó sé q«é ha ocultado
le JBl Cosme.)
coHnk.
Blanca herinoM...
■URCA* (Ap.)
¿ Qué será? Qne estoy dudosa.
¿Dónde vas? .
■LARCA.
HaméOamado
La Reina. Vente conmigo.
Iré bien acompaftada.
coRi|B. (4pdC^Mié.)
Mira qne no digas nada
A Blanca de...— Y» te tlfO.
{Ymm Bkmcm y W CpnieJy
(Ap. Con esto ^
Porque yo no me tcóidaba
De dechrlo, v 16 callalMt
Y como me lo encargó.
Ya por decirlo reviento:
Qae tengo ttlpropfedao,
gne en nn bom i la nnad ,
B me haee postema un cóento.)
Guarda, Flora ,estsi pttiola
Hasta irse el conde ciespoea;
Mira no te dé nn refés ,
Y te pec^ golpe eo bola. .
FLORA.
Pues en él cuarto la meto
Demisefiora.
COMU
C^p. ¿Habrá ya
Treinta y seis horas tai habrá) -
Qne estoy callandeM aécreiot
Allá va.) Flora... Mas no ;'
(Tcü Phr&.)
Sea peraona mas crave.
No es bien qne Flora ae alabe
Que el cuento me dcafioró.
Dos cosas Jutas (¿qné haré?)
Me están matando : ona ha síkio
Saber lo que no be sabido»
Y otra decir lo que cé«
Por saber quién fúé,.ttie mneíOi
La dama con maaearilla,
Y esta también por iéM^
Tan aolo aaberia qviero.
Muy bien el Go9de negoda.
r SaU BLANCA.
■LARCA.
Cosme, ¿cómo tan despacio
Te estás agora en palaeiOt
Si te has de partir á Eaeoda?
COfRk.
Al alba, amunie yo trasnoNObe,
Mandó el Conde qne Ri; parta.
■LARCA.
Vea aqni,^ Cosme, la eaita í
Pártete Inego esu nochét
No aguardes amas.
Bi nafe.
■LAReA.
¿Qné esconda aqnlT
compí. .
(Áp. MakUto
Es esto; si otro poqnüo
Me aprieu, ae lo dlfé.)
No es nada. (4p. Jesaa nül reeei ,
Ya se me tiene á la boca
Lapofga.)
410
BLAXGA.
Eso me provoca.
COSME. {Ap.)
¡ Qué regüeldos tan soeces
Me vieuen! ¡ Terrible aprieto!
Dilo pues.
COSME. {Ap,)
Asco me da.
BLA?(GA.
Majadero, acaba ya.
COSIE. {Ap.)
i Qué asqueroso es un secreto !
BUKCA.
Haz de mi paciencia prueba.
COSME.
Aguarda, reventaré;
Quiero decirlo, pornue
Mi estómago no lo lleva.
Protesto qu'es gran trabajo;
Meto los dedos.
BLAIfCA.
Di ya.
COSME.
Ea pues, secreto va.
Como agua fuera de abajo:
Aquesto que traigo es banda,
Y de tí la encubrí yo;
Kl Conde me lo mandó ,
Que en e.^^tos enredos anda.
A él se la dio una mujer
Encubierta y disfrazada,
Que libró de una estocada;
No supe quién pudo ser.
El Conde, aleve é indiscreto,
Porjuro, falso, cmel.
Pisaverde, cascabel ,
Turna la banda en efeto;
Y aquí la hisloria dio fin.
Y pues la purga he trocado,
Y el secreto vomitado
Desde el principio hasta el íln,
Y sin dejar cosa alguna.
Tal asco medió el decillo,
Vov á probar de un membrillo
O á morder de una aceituna. ( Vase.)
BLAKCA.
De lo que á Cosme he escuchado,
Aunque mal, he colegido
Que el (^onde anda divertido;
Y aunque crédito no he dado,
Es hombre en fm. ;Ay de aquella
Que á un hombre lió'su honor.
Siendo tan malo el mejor !
M.1S, pues lo quiso mi c?;trella,
He de apretar al momento
Que nos cosemos los dos.
¿Quién será? ¡Válgame Dios!
¿Si tiene ajgun fundamento
La banda? La Reina viene.—
Sale LA REINA ISABELA.
¿No fué al jardín vuestra alteza?
RKi:<A.
Todo cansa ; ¡qué tristeza !
Nada, Blanca, me entretiene.
BLATfCA.
¿Quiere vuestra majestad
Que llame á las damas?
RE15A.
No,
Déjame sola ; que yo
(insto de la soledad.
Haced que cante al'á fuera
Irene; ¡gran desconsuelo!
BLA?ICA.
Guarde vuestra vida el cieto
Tanto como yo quisiera. {Vase,)
DON ANTONIO GOELLO.
Sale EL CONDE.
COIfDE.
Loco pensamiento mío.
Que á un imposible desvelo
Tan reciamente me encobres
De ambicioso ó de soberbio.
Abate, abate las alas,
No subas tanto; busquemos
Mas proporcionada esfera
A tan limitado vuelo.
Blanca me quiere, y á Blanca
Adoro yo, ya es mi dfieño ;
Pues ¿cómo de amor tan noble
Por una ambición me alejo?
No conveniencia bastarda
Venza un legitimo afecto;
No hagamos razón de estado
Del gusto ni del deseo;
Congruencia, venza amor.
REINA. {Ap.)
Este es el Conde; va tiemblo.
¡Qué efeto tan poderoso !
COTfDE. {Ap.)
¡ La Reina! Volverme intento,
No me arrastre la locura.
REI5A. {Ap.)
Ciega estoy, mas irme quiero;
Venza la rázon al gusto.
CONDE. {Ap,)
Mas yo vuelvo.
REINA. {.\p.)
Mas yo vuelvo.
CONI>E. {Ap.)
¿Y Blanca?
REINA. (4p.)
¿Y la majestad?
CONDE. {Ap.)
Mas. oh fortuna, probemos;
Quei)esa mas que el amor
Una hermosura y un reino.
REINA. {Ap.)
Mas, oh cuidado, volvamos ;
Que amor, cuidado y deseo
Son muy fuertes enemigos,
Y es uno solo el respeto.
CONDE. {Ap.)
¿Hablaréla?
REINA. (i4p.)
Quiero hablarle.
CONDE. (.4p.)
Yo quiero llegar.
REINA. {Ap.)
Yo llego.
CONDE.
¡ Señora !
REINA.
¡Conde! {Ap. Estoy loca.)
CONDE.
{Ap. Cobarde estoy.) Aquí vengo.
Girasol de vuestros rayos,
A beber su luz atento!
RKINA.
¿Cómo vos en vuestra idea,
Aunque vasallo ? ¿Qué « ^«lo'
{Suene instrumento.)
CONDE.
Quieren canUir.
REINA.
Es Irene,
Y se lo mandé. (.4p. Agradezco
Que ataj:ise una locura
A mi voz un instrumento.)
voz. {Canta.)
Si acaso mis desvarios
Llegaren á tus umbraies,
La lásiima de ser wseiei
Quite el horror úe ser
BEKVA.
:Qaé bien dice! Ei extremada
La redondilla.
COÜDE.
En estreno.
BEINA.
Confieso que me ba igndado.
Por ser de amor, el coneeto.
GONDB.
Anda agora muy valida.
EBINA.
Con razón.
CONDB.
(4p. Ea, amordefo.
Con una industria á la Rema
Decirla mi amor prelesdo.)
Pues si á vaestra alleaa laato
Le han agradado estoa venos,
Yo los babia glosado
A mi imposible deseo;
Y si vuestra allesa gula,
Los diré.
BEIBA.
Mocho me h«el|a.
Repetid primero el mote,
Y airéis la glosa Inego.
CONDI.
Asi dice el mote, que.
Por ser de mi amor, ne acoerdo:
Si acaso mis duveríee
Llegaren á tus umbreiet^
IjO lástima de ser mtíee
Quite el horror de ser
BEINA.
Dse es el mote; decid
Lo que habéis glosado.
Empleío.
Aunque el dolor me provoca,
Decir mis quejas no paedo;
Que es mi osadía lan poca.
Que entre el respeto i el miedu
Se me mueren en la boca;
Y asi , no llegan tan mioa
Mis males á tus orejas ,
Perdiendo en la vos k» bríos;
Si acaso d i go"mis quejas.
Si acaso mis desvaríes.
Kl ser tan mal enticados
Sea su mayor indicio;
Que , trocando en mis caldadot
E\ silencio y vox au oficio,
Quedarán mas ponderados;
Desde hoy por astas seAales
Sean de ti conocidos.
Que sin duda son mis nales,
Si algunos mal repetidos
Llegaren á tus umkralee-
Mas ¡ay Dios! que mis cuidados.
De tu crueldad conoddoSv
Aunque mas acreditados.
Serán menos admitidos;
Que, con los otros meidadoi.
Porque no sabiendo i eoáles,
Mas tu ingratitud se deba,
Viéndolos todos igiales,
Fuerza es que en cómante ■M«i
La lástima de ser metes,
Eu mi este efeto violento
Tu hermoso desden le cansa;
Tuvo y mió es mi tormcma:
Tuyo, porque eres la cnua;
Uio, porque yo le slanlo.
Sepan, Laura, tus desvíos
Que mis malea son tan snjTM*
Y en mis cuerdos desvartoft
Kslo que tienen de ttyos
Quite elherrerd^Mti
iiemA.
iceto, lindo estilo
Dderndoefeto!
en Gn?
CONDF.
No, Seuoro ;
)te nombre es su{)uesto.
REIXA.
mi? Cobarde amante...
C07IDE.
ie, sino eOefdo.
REiXA.
enta de cordura,
:)Oco.
CO^DE.
El mas tierno
y que el anior
é tantos trofeos.
RKITIA.
haber grande amor
gado: y por eso
I la antigüedad
que creciese Anteros,
reciproco, nunca
pido; luego,
s vuestro amor,
sabrá el sugeto;
lo, no os tendrá
► amor, es cierto;
os lo tiene á vos,
crecer el vuestro ;
puede ser grande
mor, pues que vos mesmo
el beneficio
que vaya creciendo.
C05DE.
stá bien discurrido,
:o argumento;
is verdadero amor
en si mismo quieto
, sin atender
ga, á mas intento;
pondenria es paga,
ür blanco el precio
por granjeria;
amor imperfeclo,
stmga la codicia,
cuenta del premio.
REI5A.
anto á conformarse
vor ó desprecio,
stare la dama;
uando el silencio
r mucho cuidado,
dentro de un pecho,
ar por los labios,
jue por mi mal lo veo.)
CONDE.
lagar amor,
pír¡tu,y no cuerpo;
que, sí él poríia
lera á despecho
dura . el temor
lejar hacia dentro.
RErNA.
le qué?
COXDE.
De decirlo;
>agado no puedo.
REl?(A.
lé dama queréis vos,
'S quiera?
CONDE.
La que quiero,
me entenderá la Reina ?)
RCIXA.
soy yo qaien le desvelo')
EL CONDE DK SfiX.
Pues si estáis vos persuadido
Que es imposible quereros,
¿Qué conveniencia es callar?
COTCDE.
Callo porque tengo miedo
De aventurar cierta dicha ,
Que si la digo, la pierdo.
REINA.
¿Dicha?
C0?iDE.
SI , solo callando.
REINA.
^Qué dicha, si estáis diciendo
Sabéis que no admitiría
Vuestro amor?
CONDE.
Por eso mesmó.
REINA.
¿Porque no os quisieran?
CONDE.
Si.
REINA.
¿En qué lo f andáis ?
CONDE.
En esto :
Dentro está del silencio y del respeto
Mi amor; y asi, mi dicha está segura,
Presumiendo tal luz (dulce locura)
Que es admitido del mayor sugeto.
Dejándome engañar deste conecto,
Dura mi bien, porque mi engaño dura;
Necia será la lengua si aventura
Un bien que está seguro en el secreto.
No á los labios se asome licencioso
Mi amor, que perderá, desengañado,
Gloria que puede presumir dudoso.
No averigüe su mal, viva engañado;
Que esfelizquien,nosiendo venturoso,
Nunca llegaá saber que es desdichado.
REi?(A.
Pues oid lo que os respondo
Con vuestro propio argumento:
Quien callando de miedoó de respeto
Gloria que se tingló juzga segura ,
Solo aquello es feliz que á su locura
Con procurado olvido está sujeto.
Si él sojuzga infeliz ya en su conecto,
Y sabe que de necio el bien le dura,
¿Qué bienes declarándose aventura,
O (|ué males se excusa en el secreto?
Diga pues su cuidado licencioso.
Nada arriesga en quedar desengañado,
Pues que lo está también cuando du-
[doso;
Que, si de solo miedo está engañado.
Quizá hablando será mas venturoso,
Y callando no es menos desdichado.
CONDE.
Pues, supuesta la opinión
De vuestra alteza, yo quiero
Atreverme. {Áp. Ea, cuidado...)
REIISA. (Ap.)
Cordura, mucho le aliento.
CONDE.
Por no morir el mal cuando
Puedo morir del remedio...
Digo pues... {Ap, Ka, osadía.
Ella me alentó; ¿qué temo?)
Que será bien que tu alteza...
Sale BLANCA, con la banda puesta.
BLANCA.
Señora, el Duque...
CONDE. (Ap,)
A mal ttompo
Vino Blanca.
441
BLANCA.
Está aguardando
En la antecámara...
REINA. (Ap,)
¡Ay cielos!...
BLANCA.
Para entrar...
REINA. {Ap,)
¿Qué es lo que miro?
BLANCA.
Licencia.
REINA.
Decid... (Ap, ¿Qué veo?)
Decid que espere. {Ap, ¡Estoy loca!)
Decid... andad.
BLANCA.
Ya obedezco.
EBINA.
Venl acá, volved.
BLAHCA.
¿Qué manda
Vaestraalieu?
REINA.
{Ap. El dafio es cierto.)
Decidle... {Ap. No hay que dudar.)
Entretenedle od momento...
(.4p. I Av de mi !) mieutras yo salgo,
Y dejadme.
BLANCA.
{Ap. ¿Qué es aqueste?)
Yo voy. (Vaw.)
CONDE.
Ya Blanca se fué;
Quiero pues volver.
REINA. {Ap.)
¡Ah celos!
CONDE. {Ap.)
A declararme atrevido.
Pues si me atrevo, me atrevo
En fe de sus persaasiones.
REINA. {Ap.)
; Prenda mía en otro cuello!
Vive Dios; pero es vergüenza
Que pueda tamo un aiecto
En mi.
CONDE.
Según lo qae dijo
Vuestra alteza aquf, supuesto
Que cuesta cara la dicha
Que se compra con el miedo.
Quiero morir noblemente.
REINA.
¿Por qué lo decis?
CONDE.
{Ap. ¿Qoé espero?
SI á vuestra alte«a... {Ap, ¿Qué dudo?)
Le declarase su afecto
Algún aman...
ERNA.
¿Qoé decis?
¿ A mi ? 1 Cómo ? Loco, necio,
¿Conoceisme? ¿Quién soy yo?
Decid quién soy; qae sospecho
Que se os huyó la memoria.
¿Sabéis que no admite d cielo
Peregrinas impresiones
De humanos atrevimientos?
¿Cuándo, si al Olimpo, altivo,
Subir pretendió sol^erbio.
En la mitad del camino
No quedó cansado el cierzo?
Cuándo vapor contra el sol
Se entregó nube en el viento.
Que DO quedase á sus rayos
Menudos átomos hecho?
Suban pues al sol y Olimpo ^
Ya altivos y ya groseros,
412
Soplando ▼ienlo en suspiros ,
Teiiendo nube de afectos,
Y del Olimpo y del sol
A lo ardiente y á lo excelso
Quedará el viento cansado ,
Quedará el vapor deshecho.
COIVDE.
¡ Señora!... (Ap. ¡ Perdido estoy !
Atrevido pensamiento ,
Que neciamente flaste
Poca cera á mucho incendio.
La Reina, que habló sin duda
Sin intención...)
REI5A.
Idos luego.
No estéis en palacio mas.
COTIDE.
Ya obedezco. {Ap. ¿Estáis contento,
Loco pensamiento mío?
Ea pues, escarmentemos;
Buscad vuestro centro en Blanca.)
REIXA.
¿ No 05 vals ? {Ap. Mucho valor tengo.)
CONDE.
Ya me voy.
REINA.
No, no os mováis,
Y agradecedme que os dejo
Cabeza en que se engendraron
Tan livianos pensamientos.
(Ap. ¡Av recato! Aunque esto digo.
Sabe Dios lo que le quiero.) ( Vase.)
CONDE.
Adiós, ambición. ¡Ah Blanca !
:Qué arrepentido que vuelvo
bel tiempo que me apartaba,
De ambicioso ó de soberbio.
Del emp'^fio de tus ojos.
Que son el mayor imperio! {Vase.)
Salen EL DUQUE DE ALANSON
T BLANCA.
DUQUE.
No prosigas, Blanca, mas;
Ya el desengaño he entendido,
Yo me doy por advertido
Del aviso que me das.
Cuando partido un cuidado
Entre tí y la Reina vi ,
Y era solo amor en ti
Lo que allá razón de estado,
¿Dices que tienes amor
Al Conde, y que es tan forzoso,
Que le has menester esposo
Si quieres tenor honor,
Y que de honrada y constante,
No es mucho haber preferido
El que tú buscas marido
A el que á tí te busca amante?
Dices bien ; pero recelo
Que otro tuviera por culpa
La que tú das por disculpa,
Y admito yo por consuelo.
Curar quisiste, homicida,
Y fué tan cruel el medio.
Que morirme del remedio
Pude aun mas que de la herida ;
Mas yo bebí tan templado,
O de tibio ó de cortés.
El veneno, que después
Conozco que me ha sanado.
Antes, con pasión trocada.
Te he de pagar generoso
El dejarme tú celoso
Con dejarte yo á tí honrada.
Si dices que en el honor
Eres del Conde acreedora ,
Yo hablaré á la Reina agora.
Aunque me lo riña amor;
DON ANTONIO COELLO.
Yola pediré, si viene,
?ue te case, Blanca bella,
tú le dirás á ella
La deuda que el Conde tiene.
Esto mi fe te aconseja;
Y aunque se me (|ueja amor,
No importa, que mi valor
Sabrá acallarle la queja ;
Esto ha de ser, auiK|ue lucho
Conmigo y con mi pasión.
BLANCA.
Cuando una resolución
Tan de vuestra alteza escucho,
¿Qué tengo que responder.
Sino que á su aviso debo
(^«obrar el honor de nuevo,
Que perdí como mujer?
A tus plantas...
DUQUE.
Blanca, espera;
No me agradezcas asf
El hacer por tí y por mí
Lo que por mí solo hiciera.
Sale LA REINA.
BLANCA.
¡ La Reina !
REINA. {Ap,)
Cuidado mió ,
Búscame alguna disculpa;
guizá no tuvo la culpa
1 Conde. ¡Qué desvarío!
¿No le vi la banda yo?
No pudo ser que otra fuese ,
O que á su noder viniese
Sin que el («onde... Pero, no;
¿Cómo pudo...
DUQUE.
{Ap, Divertida
La Reina está ; ¡ gran tristeza!)
Un esclavo vuestra alteza
Tiene en mí.
REINA.
Guarden la vida
De vuestra alteza los cielos.
DUQUE.
Yo he venido á suplicar
Una merced.
REINA.
A mandar ,
Diga su alteza. {Ap, Desvelos,
Dejadme ya.)
DUQUE.
Blanca y yo
Pedímos una merced
Misma á tu alteza.
REINA.
Pues ved,
Rlanca. qué es lo que mandó
El Duque, ó me pedís vos.
DUQUE.
Pues por mí tu alteza hará
Lo que Blanca le dirá
Estando á solas las dos. (Vaif.)
RFHA.
¿Qué será? Confusa estoy.—
I)ecid pues.
rtLAltCA.
{Ap, Ya estoy resuella.
No á la voluntad mudable
De un hombre esté yo sujeta:
(^ue, aun(|uc no se que me olvide ,
hs necedad que yo (¡uicra
l)ej:ir á su cortesía
Lo que puede hacer la fuerza.)
Gran lsal)ela, escuchadme;
Y al escucharme tu alteza.
Ponga , aun mas que la atención ,
La piedad en las orejas.
iubela os be llamado
En esta ocasioo, do reiaa;
Que, cuando Tenso á deciros.
Por mi mal, una flaqueía
Que he hecho como m^jer,
Porque menos os parezca ,
No reina, mqjer os busco.
Solo mujer os quisiera.
■BDIA.
¿Tú flaqueza?
BLANCA.
Yo, Señora.
REIRÁ. (Áp.)
No sé qué el alma reeela.
BLAHGA.
Pues reqoiebrosjr suspiroi»
Amores, ansias, finesas,
Y lágrimas sobre lodo.
Son, aunque el bonor no qtim,
Lima sorda del secreto
En la mujer mas honesta.
¡Oh, cuan i mi costa supe
Desta verdad la esperíeuda!
Porque el Conde...
■EllU.
4 Bl Conde?
RLAXCA.
Elmifl
REIIU. (Ap.)
¿Qué escucho?
BULRGA.
Con sus teneni
De amor...
¿El conde de Sei?
BLASMA.
Sí , Señora.
BEmA.
(Ap. Yo estoy muerta.)
Pasa adelante.
BLARCA.
¡Aydeml!
Que, como Juzgo á tu alten
Tan lejos destos cuidados...
BEIHA. (4p.)
Pluguiera á Dios lo eiutfien.
BUÜICA.
No me atrevo i rarerirle
Desnudamente mis
Pues ¿qné importa? Dilasya;
Mujer soy también, no tesMi
(Ciega estoy). Dirés que el Conde.
Claro eslá/amó tubdleía;
Que hubo recados, no es nnera;
Papeles , va es cosa Ti^a;
Que le baolasie, no me espanto;
Que te encareció sua penis;
Si baria, yo te lo creo;
Que hiciste tú resistencia.
Que eres noble, daro esté;
Que dio lágrimas ; qa4s*«
Es hombre en fin, l^in sahrii;
Y que tú, un poco mas liema,
Eres mujer, no es milagro.
Admitiste sus finezas.
Te pagaste de su llanto,
Y que después, loca' y ciega,
Que incendio crece cu mpi
Amor que empezó en pavem
Eres monstruo, eres prodigio
De voluntad, de firmeaa.
De suspiros, de cuidados;
Y él, con reciprocas penas,
Te adora, sir?e y esúma.
Girasol de tu bellett.
¿ Es esto lo que pasó?
¿Has que túi desla maBoraf
415
ny^ t$
W^r
.;» ■
f.
n I .
)■ ♦• vil
I
I I !•
' '/ I
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iere,
iba,
■?
iviso!
ciso;
inpieza;
rmeza ,
celos,
velos
•o.
cion
>s celos,
aldor fuera,
1 no amara !
■A adorara,
ofendiera !
iior le Yíera,
ri honor!
en él amor,
u algún vil trato!
tuviera ingr^^to,
le traidor!
ÜUQUE DE AUNSON
EL SENESCAL.
DUQUE.
. que el suceso
ourusamente
ol palacio, sune
i'iesgo, y cuanao viene
con susto á informarse ,
1 los cielos que encuentre
•sea!, que me ha dicho
lais sin peligro; aumente
I lie vuestra alteza
o, y la libre siempre
liciones.
SENESCAL.
Porque vea
I n alteza si haber puede
Lii la traición del Conde,
sina pistola tiene
I" el nombre del Conde;
s lisonja que hacer suelen
■rtiljcesalducrjo.
<o tu alteza puede.
SEIlfA.
) «Soy para el conde de Sex.»
'•j
SENESCAL.
iiulicio es evidente
'.«^ es el Conde traidor.
.nn DOS CRIADOS á COSME) aúdo,
CRIADO 1.°
i: re, acabe.
COSME.
¿Qué me quieren?
CRIADO 2.°
No se resista ; ¿qué intenta?
CUSME.
Ya no dejo que me lleven
Como un cordero , si agora
Achacarme pretendiesen
Hesistencia.
CRIADO i.**
Avisa tú
Al gran Senescal que aqueste
Es cómplice con el Conde.
SENESCAL.
¿Qué es esto, Fabio? Qué quieres?
CRIADO 1.'*
Señor* en casa del Conde
Hallamos de aquesta suerte
Aqueste criado suyo«
Que sin duda parte tiene
En la traición de su amo,
Pues sabiendo que le prenden,
Se ausentaba.
SENESCAL.
¿Cómo entráis
Acá dentro? Haced que espere ;
Que está aqui su majestad.
REINA.
No importa; decidle que .entre.
(i4p. ¡Oh, si disculpase al Conde !)
CRIADO i.**
Llegad pues.
GOSME.
¿Tiene Juanetes
El gran Senescal?
CRIADO i.®
¿Por qué?
COSME.
Déjame que se los bese,
Por captarle la piedad.
SENESCAL.
Cómplice sin duda eres;
Porque ¿cómo te ausentabas.
Si parte en esto no tienes ,
En sabiendo que prendieron
A tu amo?
COSME.
Nadie puede
Decir que yo lo sabia;
Que hasta que aquestos crueles
Me agarraron esta noche,
ignorante estuve siempre
Del suceso; que esta tarde,
Dejándole en el retrete ,
Me fui, y no le be visto mas.
SENESCAL.
Pues ¿dónde ibas desta suerte?
COSME.
Acabara ya ; si es eso
Lo que saber se pretende ,
Dirélo con mucho gusto,
Que á mi nadie ha de vencerme
En cortesía. Yo iba
A Escocia, como un cohete,
Con esta carta del Conde
A otro conde, su pariente.
SENESCAL.
¿Qué es de la carta?
414
Salen EL SENESCAL, LA REINA y
UNA DAMA, con una luz,
REi:<A.
I^oned aqaesas consultas.
Senescal , sobre un bufete;
Que, aunque ya es tarde, es forzoso
\ erlas antes que me acueste.
BLATCGA.
Mí enemiga viene aqui ,
Sola es fuerza que se quede;
Voy á trazar mi venganza.
Pues tai ocasión se ofrece. {Yase.)
SRKESCAL.
Guarden los cielos la vida
De tu alteza, como pueden.
Para bien de Ingalaterra ,
Pues tan vigilante atiende
A su reino y sus vasallos.
REINA.
Esto es fuerza mientras fuere
Kcina ; id con Dios, Senescal.
SCIIESCAL.
Prodigio es la Reina siempre
De prudencia y de valor. ( Vase,)
RKiKA. {Siéntase en «na tilla, haya un
bufete delante della con papeles.)
¡Qué dificultosamente
El querer bien y el reinar
En un sugeto se avienen !
Déjame un rato, cuidado;
Por cuidado mas decente
Aquestos papeles miro.
Aqui dice: cEI conde Félix...»
Conde hubo de ser por fuerza
Con el primero nue encuentre;
Conde en fin. ¡Válgame Dios!
¿Si querrá mucho? Si quiere
El Conde á Blanca? ¿Quién duda
(¡Ah traidor!) que la tuviese
Kn sus brazos? Oh cuidado,
No me ajlijas neciamente.
¡Válgame Dios! ¡Qué desvelos!
Haga treguas, mientras viene
La muerte á trazar mis males.
El hermano de la muerte. {Duérmese.)
Sale BLANCA , con la pistola,
BLAIfCA.
Guiadme, pasos cobardes;
Que, si el temor os detiene.
Plumas os da mi venganza;
Sola está la Reina , y duerme
Quizá su postrero sueño;
¡ Buena ocasión se me ofrece!
Sale EL CONDE.
COKDE.
Fui á ver á Blanca á su cuarto,
Y no está en él ; y asi , viene.
Dudoso mi amor, á ver
Si por ventura está en este
De la Reina. Aqui está Blanca.
BLAIfCA.
Ea, venganza, ¿qué temes?
Esla pistola del Conde ,
Que hallé en mi cuarto, á su muerte
Será instrumento.
CONDE.
¿Qué miro?
REINA. {Entre sueños.)
Blanca me mata.
BLANCA.
¿Qué temes,
Corazón?
REINA.
De celos. Conde,
Me mata Blanca.
DON ANTONIO COELLO.
BLANCA.
Bieo puedes
Decirlo, porque te mato
De celos con esta...
{Echa la pistola contra la Reina, y lle-
ga el Conde y le ase de la pistola , y
Blanca se turba,)
CONDE.
¡Ah aleve!
¿Qué intentas?
BLANCA.
Déjame, Conde...
CONDE.
Eso no.
BLANCA.
Darle la muerte.
CONDE.
Suelta , Blanca.
BUNGA.
¡Ab infame! suelta.
CONDE.
Pues ¿tú malas...
BLANCA.
¿Tú defiendes...
CONDE.
¿Tú ala Reina?
BLANCA.
¡ Ah traidor !
CONDE.
Traidora eres.
Forcejando los dos, se dispara la pisto-
la, despierta la Reina, dentro EL
SENESCAL , y salen todos.
REINA.
¿ Qué miro?
SENESCAL.
Acudamos todos.
¿Qué arcabuz, qué ruido es este
En el cuarto de la Reina?
Qué es aquesto?
CONDE. {Ap,)
i Lance fuerte!
REINA.
¿Qué es esto, Conde?
CONDE. {Ap.)
¿Qué haré?
REINA.
Blanca, ¿qué es esto?
BUNCA. {Ap.)
Mi muerte
Llegó.
CONDE. {Ap.)
¿Hay mayor confusión ?
SENESCAL.
¿Traidor el Conde?
CONDE, (/tp.)
¿Quién puede
Salir de aprieto tan grande?
Porque si callo, se infiere
De mí el delito, y si digo
La verdad . infamemente
Echo la culpa á mi dama ,
A Blanca, á Blanca, á quien tiene
Por centro el alma ; ¿nué haré?
¿Hubo confusión mas liierte?
REINA.
Conde, ¿vos traidor? — ¿Vos, Blaoct?
El juicio está indiferente;
¿Cuál me libra? Cuál memaU?
Conde, Blanca , respondedme.
«¿Tú á la Reina? Tu á la Reina?»
Of , aunque confusamente.
«¡Ah traidora!i dijo el Conde.
Blanca dijo : tTnidor eres. •
Estas razones da entrambos
A entrambas cosas eonvieoen :
Uno de los dos me libra.
Otro de los dos me ofende.
Conde, ¿cuál me daba vida?
Blanca, ¿caá I me daba moerte?
Decidme ; mas no digáis.
Que neutral, mi ralor quiere.
Por no saber el traidor.
No saber el inocente.
Mejor es quedar conftasa.
En duda mí Juicio qoede;
Porque raando mire al ano,
V de la traición me acuerde,
Al pensar que es el traidor.
Que es el leal también piense.
{Ap. Yo le agradeciera a Blanca
Que ella la traidora fdese.
Solo á trueco de qae el Conde
Fuera el qae estaba inoceate.)
SIHESCAL.
Señora, annqae ?aestra alleía
Averiguarlo no quiere ,
A mi, por ^an senescal,
Delito tan insolente
Me toca saber de oficio,
Y mas cuando es tan nrsenle
El indicio contra el Conde,
Pues él en lu manos tiene
La pistola.
REIIU.
Decisblen;
Averiguarlo conviene.
Decid...
coma.
¡Señora!
Renu.
Decid
La verdad, saberla teme
Mi amor ; ¿ fué Blanca...
■LARGA.
¡Ajdí
REIRÁ-
La que intentaba mí nnerte?
CORDC.
No, Señora; no íaé Blaiica.
Luego ¿sois TOS?
COKOB.
{Ap. iLaaeo fRerle
No lo sé.
REIRÁ.
¿Noloiab^f
Pues ¿cómo está aqneae aleve
Instrumento en fQetfra RMtoof
CORRE.
{Ap, Cielos, ¿gaé he de re^Mi
Como yo soif aesdiduiáo...
REIRÁ.
No, sino yo.
CORRE. (Á^)
iQaéme(|áieffM,
Fortuna?
Prended al CowIb.
SBRBKAL.
¿Dónde mandáis que le Heve?
A la torre de palacio.
CORRE. {A§.)
Fortuna, ya te estrsRMeei.
Presa esté BIsnea en sa esarco
Hasta qne otra com ordsse,
Y esto mejor se afsrigfte.
ILC0HUM8BL-
GORDE. (^0
Huerto loj.
Kina. ÍAp.)
mnclio me ofendes !
Buwu. {Ap.)
■nocbo me obllgasl
«W.B.. (Ap.)
mucho me debet '.
elo qac el amarte
•o me cueste.
Khk TERCERA.
A REINA ISABELA.
Ítagiñoso;
tad quejoso
; la man,
nchiudo enlre si,
lera de mi ,
acn mi pasioD.
eaipo, cuidado ;
ligo be salido ,
■e bal prometido,
iona has bailado.
eve faa i aléala do
me; jeómopado'
a qge lo dudo,
on Blanca ;>f Irísio!
i qué respondiste
«TQne estoy mudo.
s'íSI lo estuviera
ne es el rigor?
Srna quimera,
er pudiera
oor, pues no ve.
egos eiiremos,
lo ser pensemos,
os lo que fué.
xt que DO fuera
ion de que hiciera
leoganu ? SI ,
porque ;o ol
|ae i la disculpa
! ; i ta culpa
aplicar aqui.
le de rendía
oire ne mataba.
'S quien me libraba,
i]uieB me ofendía,
^ño, pena mil ;
antol loa recelos
km; mas lajeielosl
d alma llora ;
II disculpa agora
a de los celos,
ser qae mintiera
lo que roe contó
I el Coudeí Hir,
ñauólo fingiera.
Ido eno*erdad fuera,
babeila goudo
V cuando tiento j leedid»
Entonces la bnaqiHaMilit
; Ne puede babetla olTUtdpt
Eto le Tieron nb miUiJm,
ntre encogimleBtM lábloi .
Mu; eallado cOo Im labh» ,
Hay bachiller eo los q1o«>
Cuando al dedr ras ent^
Vo sn despecho refiíl
Luego ¿i mime qoiereTH,
Esloes verdad; y al DO,
Amor, no lo tepajfo,
O sépalo JO sio mi.
¡Oh discurso escrapnloso,
Jue con réplica! preílias
De UD nuevo lodlch) me aviutl
ÍNo ri JO al Conde engatioso
'A instrumento aleroio
En so manof Cosa esclara.
¿No pudo ser que lleoin
Él i estorlMT sn tMeíoo,
V Blanca can (lulMcitm .
Eq sn mano ie dejara?
Pues él icimo, cnande mnere
Ru iDOcenoia. na disculpa,
Por no echar i si la culpa,
A Blanca T Claro se Inflere ;
Luego el CoDde i Blanca quiere,
Pues la libra con su booor.
¿Cámo.stdenirlgor
Blanca mliroa se qñefaba T
Loego ¿el Conde me naiaba,
Si i Blanca no llene «morT
lOb mal baya la agadeta.
Con que i mi pesar me itiso!
Siempre mi dafioes pAdso;
Si uno acaba, el otro empieui;
SI busco en su amor Brmeía,
Hallo en su leiltad recelos,
V si quieren mis desvelos
Diferenciar de pasión,
Convalezco i la tratcioD
Para enfermar de loicelol.
¡Oh, si el Conde traidor fOera,
Para que i Blanca no amara !
Oh, si el Conde la adorara.
Para ijue no me ofendiera!.
Ob, quién Sin amor le Tleía,
Por no rerle sin honor!
Qaién bailara en él
De la tama qne el sDoeso -
Divulga confusameote
Por lodo el palacio, supe
Vuestro riesgo, y cuando viene
Mi amor con suitoiluformarae,
Quieren los cielos que encuentra
Al Senescal, que me ha dtdiú
Que estáis sio peligro; aumente
LaTidadeToestraaiteía
El délo, y la libre Siempre
De traiciones.
smscu.
Porqae*ea
Vuestra alteas si haber puede
Duda eo la traición del Condt,
La misma pistola tiene
Escrito el nombre del Conde;
Que es lisonja que hai^ melen
Saen nos oiuw 4C081IB «M
Entre, acabe!
{QuéneqolBresT
CBIUOl*
No se resista ; (qadlftentaT
CDsn..
Ya no d^o qne me Uetea .
Cerno un corÜerOi ttagora
Achacarme prelwíHeMti
Reslsteaeia.
cauto 1.*
Aflsttá
Ba cámpUeo ewiS
¿Qaé es esto, FibioT Qn^é qoierMT'.
CUIDO 1.*
SeBor, en casa de) Cosde
RalIamosdeaqnestaiDert^ ,
Aqqeiie criado rayoL ~
Que sin dada parte ttsM , .
Ed la tnMott de saaBO,
Pnes sabiendo qu le presdan.
Se anseotabi.
Acá dentrot Haced qneeaeere;
Que eiti aquí so msi|ef lad.
(Ap. !
Llegad poes.
Cómpllee sin dida «rea;
Porqu jcóao á— MMilm,
Siparteeneito wHeMi,
En saUendo qM ifMdteroa
Ataamof
NMUaMade
Decir 9M jolo aabla;
Que hasu 4U aqpeMoa anales
HeagaiTaroBeÑbSéctak
Ignorante eMM riMWm
Diel sneeio; ntasia mU,
DeJIndidoeaalninti,
He rm, y M le be TlaU «na.
Pses jdóide Utas teta oaiÁe T
(¿».)(Soy pardal'
416
COSME.
Esta es.
SE?(ESCAL.
Muestra.
COSME.
Muestro; ¿qué mas quieren?
Miren si soyporfíado.
REirtA.
Temblando estoy; ¡oh, si fuese
Kn su favor!
SC.'VESCAL.
A Roberto...
Es la carta.
REIIfA.
Abrirla puedes.
SENESCAL.
Asi dice : (Lee.) cCoude amigo,
•Informado estoy que tienes
«Grandes quejas de la Heína,
»Y que intentas justamente
«Matarla; yo lo deseo...
nEiriA.
¡Válgame el cielo! Mostrad;
Su letra y su lirma tiene.
No hay que dudar, muerta soy.
SEMESCAL.
(Lee.) >Para que mas fácilmenle
«Nuestro intento se disponga,
«Venirte en secreto puedes,
«Con todos los conjurados,
«A Londres; que desia suerte,
«Con el pueblo que me sigue,
«Será fácil darla muerte...
COSME.
¿Hay tan gran bellaquería?
SENESCAL.
{Lee.) «Y responde brevemente
«Con ese criado mió,
«Que es hombre muy confidente.»
COSME.
¿Qué escucho? Señores míos,
Dos mil demonios me lleven
Si vo confidente soy.
Si lo he sido ó si lo fuere.
Ni tengo intención de serlo.
SENESCAL.
Preso le llevad.
COSME.
Esperen;
¿No es grandísima injusticia ,
Señor, que preso me lleven
Por confidente, sin serlo?
CRIADO 2."
Venga ya.
COSME.
Vuesas mercedes
Aguarden; ¿hay tal desdicha?
¡PorconQdenle! Aun si fuese
Por otro cualquier delito.
Llevara bien el prenderme;
Mas ¿por confidente á mí?
¿Hay mas desdichada suerte?
CRIADO 1.°
Acabe ya.
COSME.
¿Tengo yo
Cara de ser confidente?
Vo no sé qué ha visto en mí
Mi amo para tenerme
En esta opinión, v á fe,
Í)ue me holgara (fe que fuese
>osa de mas importancia
Tin sccretillomuy leve
Que sé suyo, por decirlo :
Que es que el Conde á Blanca quiere.
Que están casados los dos
En secreto; y con ser este
DON ANTONIO COELLO.
Un cuento de dos de queso,
Que no hay para untar los dientes,
Con algún cnisme cartujo
Siempre aue se me ofreciere
Lo he de uecir, juro á Dios ,
Por ver si soy confidente.
REIXA.
¿Casados el Conde y Blanca 1
COSME.
Recasados.
REIIfA.
¡ Trance fuerte !
{Ap. Malas nuevas te dé Dios.)
¿Y se quieren?
COSME.
Se requieren.
RELNA.
Idos de aquí.
SENESCAL.
Despejad.
DUQUE.
Pues ¿cómo tanto lo siente?
Si fuera mujer la Reina ,
Según lo que al Conde quiere.
Recelara... Mas no es justo.
COSME.
:0h, qué diferente tienen
La cara que no el vasallo.
Si se mesuran , los reyes!
{Vanse Cosme y los criados.)
SENESCAL.
Si vuestra alteza dudaba
La traición del Conde aleve.
Ya la habrá visto bien clara.
DUQUE.
Pues ya que ocasión se ofrece,
No será ser yo fiscal
Si una verdad os dijese,
Y mas cuando vuestra vida
Padeció el riesgo presente
Por no haberos yo avisado ;
Yo sé indubitablemente
También que el Conde es traidor;
Porque él, con otros aleves,
Que por cartas conspiraba,
Preteiidia dar la muerte
A tu alteza; yo lo supe,
Quísele matar, témpleme,
\ por ser tan gran soldado,
Pensando que aquesto fuese
Algún leve enojo, entonces
Yo con palabras corteses
Le procuro disuadir,
Y el secreto le promete
Mi voz, pensanao que ya
De su traición se arrepiente;
Pero, supuesto que el Conde
Porfía, sin que se enmiende
En su traición, y su alteza
Por tal delito le prende.
Quise darle esta noticia,
Porque si acaso sintiese
Verse amenazar sin causa
Oesta traición, la consuele
Que tiene cabeza el Conde,
Y hay verdugo que la vengue.
SENESCAL.
Y cuando tan gran traición
Disimular pretendiese
Vuestra alteza, el reino entonces
Castigará á quien la ofende.
( Vanse todos, menos la Reina.)
REINA.
Ea, amor, ya el daño es cierto ;
Morid ya, cuidado loco.
Pues que no os dejan siquiera
El consuelo de dudoso.
Ya no hay duda que os consuele,
Ya el discurso escrupuloso
La experiencia de mi dafSo
Me hizo beber por los ojos ;
Ya no hay mentira oiie finjas,
Ya no hay engafio ni abono
Que mientas, ya no bay siqoien
Ln quizá ; qoe cierto es lodo.
El Conde traidor doa veces
Me ofende, siendo uno solo,
Como á mujer en el gusto.
Como á Reina en el decoro.
El Conde quiere matarme.
El Conde, de Blanca esposo.
Ofende mi amor; el Conde
En amor me cansa oprobios.
En traición me busca moertes.
En cuidados me da enojot.
En deslealtades peligros,
Y en celos me cansa asombras;
Mas ¡ oh sentimiento! espera,
No confundas presuroso
Dos males que son dlsalnlos;
Vamonos mas poco á pocoi
Cada cual te busca entero.
Siente el uno, y luego d oCni;
Que si de noa vez los sieolei.
Quizá dirán, sospeebosos^
Que es ardid de la flaqoea,
Y no prisa del enojo.
El Conde, adorando & Blanca,
Habiendo entrado engaloso
Tan dentro de mi , ¿se baria
De la fe con que le adoro?
¿Adoro dije? Sidye;
No pienses que me equivoca.
Honor, duérmase el recato,
Esta vez ahogúese sordo;
Que confunde el sentimieDlo
La atención con el abogo.
El Conde, mi dulce dneio,
Qoe ya en mi pecho aaioroio
ídolo fué, á quien el alma
Consagró en culto devoto
Verdad en tiernas fincas,
Víctima en duros enojos.
Agua en ligrimas disuntas,
Y fuego en suspiros ronoH,
¿Con otra mqjer me ofende?
Con otra mujer? Piiea¿etao?
¿ Es Blanca mejor que jo?
¿Tiene valor mas beróleo?
Tiene mas amables partes?
Y lo que encareico solo»
¿Quiérete mas. Conde? ¿Debes
A su fe extremos mas locos.
Mas verdad á sus finens,
A su favor mas soborno.
Mas suspiros á sa pecbc^
Mas lágrimas á ans c^os?
¿Quiérete maal Has ¿qn'cs csis?
¿Yo ternuras? Vo solloaos?
Yo, á pesar de mi grandesa,
Con infame llanto dio¡|o
La púrpura real, que viste
La majestad por adorno?
Yo, en ra vos que arrqa d pecbs
Por indicio ó deahogo.
Hago el decoro eenins
Y el valor desbago en pohes?
Enjugue pues miveagana,
O bébase lo que lloro ;
Cierre la nzon vaHente
La boca, por donde arrojo
Suspiros que me ''ItftMf,
Porque, cegando loa propios.
O me ahoguen ose nwlvM
A la esfera en que los Ibnno.
¿Cuidado un tnidor ae debe,
Suspiros un alevoao.
Memoria un desleal,
Y un fementido soHoios?
¿Por un hombre que, InM,
Estando á la voca sordo
A
le en el ref mudameDte
Teces,
<s delitos le nolo.
ese {luessn viUa;
ina vei por asombro
< el Coode, ¡Dliel vasallo,
nmo relDi, me opongo;
el Conde, faJso amanle.
(Vau.)
EL COKDE ÜE SEX, EL AL
)E, COSME, V Itttga, EL SE
CAL.
ALCAIDE.
ai el gran Senescal.
Conde, jo vengo
gusto de la Reina .
qoe i mi oficio debo.
seumscai..
! 50 quiera creerlo,
lejaolos indicios;
'tid qae ja no es tiempo
clon, que maüaDa
de morir.
SEDESCAL.
Poes decid :
Tibíales i Roberto
rtaT Aqaesta firma
la Tnesira!
No [o niego.
SENESCAL.
dnqne de Alanson
OJO, en el aposento
EL CONDE DE SEX.
Es verdad.
seuiscal.
V I* pistola , pnes lemoi
Vuestro nombre allí atibado ,
iNo es vuestra?
Luego ¡vos estils calpadoT
Eso solamente niego.
Puestcómo escribiste. Conde,
La carta al traidor Roberto !
No lo sé. ■
Pnesícómoel Dnqne,
Qne escucbó vuestros intentos.
Os convence en la traición?
Porque asi lo quiso el cielo.
ir la I
ÍCómo, hallado en vuestra mano,
Is culpa el vil instrumento?
Porque lengo poca dicha.
lAp. O por decir lo mas cierto ,
Porque lengo muclio amor,
I i Dlanca culpar no quiero.)
Pues , sabed
HK^ ^^cabeía
Ha de pagar.,.
COSNI.
Malo es esto.
Culpas de TuesM desdicha.
No haj remedio?
SinESCAL.
No baj remedio.
Puet
Antes que
A mi Blan
Va negoc
■ el morir...
SENESCAL.
iQné mmdaUT
CONDI.
despertóla Reina,
bailó. Conde, ivosmesmo
>istola?
Y así , Conde, esto supuesto,
No ea bien que lo sepa Blanca,
''^ '« procura el secreto.
;SabevnstedsiimimeahorcaD!
qne el dueBo,
La torre, os venid l ,,„,
Porque os dé la Reina luego
Orden para ejecatar
Esta maerie.
Ea, val'
Boj te :
No echi
Cnandc
Noble,
Por libi
tenieroso,
iborrexco,
I mi dimaf
Piérdame ^,
Mas valgo jo qu jo ommm.*-
Trieme vu lai.
COI». ■
Voj por ella. (?«#.)
Yi que i Blanca bablar no paedo.
418
Lo que en los otros requicbro.—
Tá, amigo, aquesle papel...
COSME.
Muriénüomo estoy de sucfio.
CONDR.
Darns en su mano á Blanca ;
A Blanca, mi dulce dueño.
En habiendo muerto yo.
COSME.
Asi lo haré. Yo me entro
A dormir mientras escribe;
Porque estoy bccho dos cueros,
Si otros están hechos uno,
Con el vino y con el sue&o. {Vase.)
Sale LA REINA, con una luz y de la
suerte que salió al principio de la
comedia^ con máscara y enaguas,
REINA.
Sola está la torn^ y mudo
El palacio; que por eso ,
Por urden del Senescal ,
Al Alcalde y ({uarda ten^o
En la antecámara (¡ay triste!),
Esperando el orden liero
Para la muerte di'l Conde,
A quien yo misma sentencio.
El CiOnde me dio la vida ;
Y asi, obligada me veo.
El Conde me daba muerte;
Y así, ofendida me quejo.
Pues ya que con la sentencia
Esta parte he satisfecho.
Pues cumplí con la justicia,
Con el amor cumplir quiero.
CO.XDE.
Asi está bien ; este aviso
Me debe Blanca.
REINA.
Escribiendo
Está el Conde ; será á Blanca.
Pues ¿(|ué importa? Ya no es tiempo
Deslas cosas. Triste estado
Es cuando, estando en un pecho
Tan vivo el amor, no tiene
Para los celos aliento.
¡Ay honor, mucho me debes!
Depongamos lo severo,
Algo me deba el amor.
Y tenga también mi afecto
En mi de mí alguna parte ;
Llévame, piedad; yo llego. —
¡Conde!
CO?(DE.
¿Qué miro?
REINA.
No es sombra ,
Verdad es la que estáis viendo.
Imaginad que es posible.
Porque tiempo no gastemos
Inútilmente en la duda ,
Y haciéndoos fuerza el creerlo;
Escuchad el iin que traigo,
Sin averi|<uar los medios :
Yo soy fsi no os acordáis.
Por las señas os lo acuerdo)
Tna mujer que librastes
De la muerte.
CONDE. {Áp.)
¿Qué misterio
Tendrá la Reina en tal traje?
REINA.
En fin . Conde, yo, queriendo
Pagaros con vuestra vida
La misma vida que os debo
( Bien digo, la misma, ¡ay triste!};
Sabiendo agora, sabiendo
Que la Reina, justiciera,
DON ANTONIO COELLO.
Os da muerte, y sin rengedlo
Habéis de morir mañana ,
Habiendo tenido medio
De tomar aquesta llave
i)e la torre, que instrumento
Ha do ser de vuestra vida ,
Y lo fué de entrar á veros.
No me preguntéis el modo,
A duros la vida vengo.
Tomad la llave, y después
En la mitad del silencio
De la noche os escapad
Por un postigo pequeño
Que tiene la torre al parque,
Y vivid , Conde ; que es cierto
Que si vos morís, sin duda
kn mi vida... Pero aquesto
No es del caso. Esta es la Itave;
Tomad pues, porque no quiero
Que estos instantes usurpen
Las palabras al remedio.
CONDE.
Ingeniosa mi fortuna
Halló en la dicba mas nuevo
Modo de hacerme infeliz.
Pues cuando dichoso veo
Que me libra quien me mata.
También desdichado advierto
Que me mata quien me libra;
Que estoy. Señora, tan lejos
De ser dichoso, que ahora, '
Kn este favor que os debo,
Se valió de la desdicha
Esta dicha para serlo;
Mas, pues sois tan de mi parte,
Y el (omar aquesle empeño
De librarme solo ha sido
Por pagarme aquel primero
Que me debe vuestra vida.
Yo me doy por satisfecho
Solo con que me tro((ueis
L-n favor de tanto i iesgo
A otro mas fácil.
REINA.
Decid.
CONDE.
Para que muera contento,
Antes de morir (que vo
Sé bien que podéis hacerlo)
Merezca yo ver el rostro
De la Reina. Aquesto os ruego
Por la vida que os he dado;
Que solo para este intento
No es bajeza hacer alarde
En mi generoso pecho
Del beneficio que os hice.
REINA.
Nada con la Reina puedo;
Que, aunque estoy muy cerca della,
También della estoy muy lejos;
l*ero, si ella está ofendida
De vuestro alevoso intento,
;.Qué consuelo hallar procura
Vuestra traición, vuestro yerro
De una reina en la justicia.
De una ofendida en el ceño?
CONDE.
¿Yo ofensa?
REINA.
' Pues ¿qué descargo
Tenéis 'Hablad.
CONDE.
Solo tengo
La inocencia.
REINA.
¿Qué disculpa?
CONDE.
{Ap. i Ay Blanca!) La del silencio.
REINA.
Pues si no hay otro, morir
Es el último remedio,
Y el mas cierto el desta llave.
CO?(DE.
Ver la Reina es el mas cierto.
REIXA.
Pues , aunque para el perdón
Será ocioso aquesle medio,
Yo VOY, Conde, & procurarlo
Con ella para el coosaelo.
CONDE.
e, Dónde vatsT
RERCA.
A esio qoe os digo.
Aunque de la Reina temo
Que no habéis de veril el rostro
CONDE.
Pues esperad ; yo sospecho
Que sois lao una las dos,
Hue lo mismo que deseo
e consuelo viendo el sayo,
Conseguiré viendo el vaesiro;
Y así, yo quiero excasaros
Que os aventuréis en esto,
Pidiendo aquesto qne os digo
(Cuando vos podéis hacerlo.
Yo os ruego que os descubráis :
Que, si ver la Reina qaiero.
Viéndoos á vos, qaf*'sois ana.
Pienso que serí lo mesmo.
{Ap, Sepa que la be conocido:
Quizá bar¿ lo que le raego.)
REIRÁ.
{Ap. Pues me conoce tan cbro.
Forzoso es mudar de inte&to:
Quizá en viéndome dari
Las disculpas que deseo.)
Yo he de hacer lo que deci.«:
Pero primero os ad\ierto
Que quizá os está mejor
Que tenga el rostro cubierto;
Que tamo mi ser Iransforina
Esta máscara que tengo.
Que os espantaréis de ver
Cuánto asi me diferencio.
CORDE.
No excuséis tanto mi dicha.
REIRÁ.
Pues si esto ha de ser, primero
Tomad, Conde, aquesta llave;
Que si ba de ser instrumento
De vuestra vida , qaizá
Jan otra, quitado el velo.
Seré, qoe no pueda eHiooces
Hacer lo que ahora puedo;
Y como á daros la vida
Me empeñé por lo que os debo.
Por si no puedo después,
Desta suene me prevengo.
{ÜaU h /'<!
CORRE.
Yo os agradezco el aviso^
Y agora solo deseo
Ver el rostro de mi dicha
En el de la Reina y vnesiro.
RECIA.
Aunque siempre es mío mismo,
Este que ahora estiis viendo.
Conde, es solamente nio;
Y a<iuesteq[ue ahora oí maestro
Es ue la Rema, no ya
De quien os habló primero.
CORRE.
Ya moriré consolado;
Aunque si por privilegio,
En viendo la cara al Rey,
ooado el reo,
lailo. Señora ,
r me prometo;
omon, pues es
los da el derecho;
articular
)erdon puedo,
(|ue me ayuda
lo en mis hechos:
REINA.
Ya las sé,
[ue no me acuerdo;
obligada ,
I pagado os tengo,
.'ra otra vez
de mi pecho
estros servicios
;o de nuevo;
ra es forzoso
il recuerdo,
i vuestras hazañas ,
aros no puedo,
irlas, callaldas;
I Reina j veo
^sloy servida ,
la misma y siento
a estoy de vos ,
, considero
k ofensa cuanto
s hablan hecho;
erviri
indo no os premio,
g&enza mucha ,
poco provecho.
CONDE.
teína no puede
iad?
REINA.
No puedo.
CONDE.
nede la Reina
llanto y al ruego,
\ quien yo
•r lo menos,
; mostrarse ,
con lo mesmo,
REINA.
A la Reina
l^radecimiento
ida. Conde.
CONDE.
lo es vuestro pecho.
REINA.
la os castiga
con lo severo,
obligada os libra
con el empeño.
CONDE.
REINA.
sabéis el mo lo.
CONDE.
)?
REINA.
No.
CONDE.
No le apruebo,
REINA.
^s el mejor.
CONDK.
ais?
REINA.
No aconsejo
ontra mi justicia;
Mos halla, en saliendo,
iré mataros.
EL GOIIDB DE SBX.
COHDC.
Y ¿ es ese agradecimieolo
f)e quien me debe It TMt?
REINA.
No soy yo; pero, supuesto
Que fuese, ya yo cumplí ,
Pagando con lo que os debo.
cgifDE.
¿Solo con darme estn lU?ef
RlIRA.
Si , Conde, solo con eso.
CONDC.
Luego esta', que si camino . -
Abriera á m! vida abriendo ,
También le abrirá i mi infamia ;
Luego esta , que es instromento
De mi libertad, también
Lo habrá de ser de mi miedo;
Esta, c|ae sofo roe sirfe
Oehuir, eseldesempefio' -
De reinos que os he ganado,
De servicios que os he beelio,
Y en fin, de esa vida, de esa *
Que tenéis hoy por mi esftieno.
í Gil esta se cifra lantof
Pnes , vive Dios (estoy ciego).
Que he de hacer que ,^ ti qnoreis
Tener agradecimiento '
Y darme la vida, set
Por otro mas noble medio;
Y si no, que pueda & voces
Quejarme al mundo, diciendo
Que no pagáis beneUcios;
Que de los reales pechos
Es la mas indigna acción.
REINA.
¿Dónde vals?
coitoi.
Vil iostruineoto
De mi vida y de mi íoiamia,
Por esta reja cayendo
Del parque, que bate el rio^
Entre sus cristales quiero.
Si sois mi esperania, hundiros;
Caed al húmedo centro ,
Donde el Támesis sepulte
Mi esperanza y mi remedio;
No quiero huyendo vivir.
ÍÁrritfa la Itape.)
RBUCA.
¡Ay de mi! Mal habéis hecho.
CONDE.
Sed agora agradecida ;
Va OS he quitado este medio
De agradecerme y librarme.
Agora , agora os acuerdo
Servicios y obligaciones ;
Que es for/.oso, no teniendo
Aquel que me estaba nial.
Buscar otro medio nuevo
Do librarme ó ser ingrata.
REINA.
Ser ingrata escoger quiero
(Sin vida e^loy); que ese (nódo
Solo, á pesar del respeto.
Os supo hallar mi piedad.
CONDt.
Luego ¿he de morir?
. REINA.
Es cierto.
Yo hice por vos cuanto pude,
A pesar de lo severo :
Como mujer, os libraba ;
Como Reina, no me atrevo.
Mañana habéis de morir.
Mañana, maRana es luego.
(Ap. ¡Oh llanto! ñame publiques
Humana; que cuando oejo
410
De.serio en tener piedad ,
No lo sea en tos efetoa;)
Adiós, Conde.^
l%» fin-, apis bronoet
MniA.
Pluguiera A Dios íbera eferio;
Mas soy...
cíoimy
¿Qué soist
Yaaaiwloao.
Soy quien pondrá eü eiMansienio
Con Yoestra cabexa al mondo.
CORM.'
Por vos ineeente moero.
¿Quién me dij|era«lgtto dia... -
■snu.
Vos tenéis la colpa daio;
Qoe algnn dia pensé yo... . • ,
Mas tan poca dieba tengo^
Que os doy la miierle yo misma.
(Ap. Apenas el llanto eofireoo.
¡ Ay honor, maMiCo seas !) r
cionm,{Ap.) •
¡Ay amor, cono fl» has aouio!
MIITA. (áp.)
En él morU^ aonqaeTflfa.
CORItft. (Ap,)
En Blanca vivo aonqoe mero.
RtllUL(i4|l.) .
¡Ab, si ftaeras leall
GONW. [Ap.)
|Ab,sl
A Blanca qoSsiar« oieqos I
Safe COSME, «M MC MTfCMto flMHM.
' Gohnu
A morir llevsn al Conde,
Y él me eecaifd qoe le dfen
Aqueste panela Manea;
En muriendo , y ae^ Aiena
Servirle , poes (iii criado^
Mas por esta caoaa mei^fia
Hay rason para nobaeeflct;
Que si es mi amo, la reJAi
General de los érladOS '
Me excltaye desfa obeifiencia.
¿ Qué sera aqueste papel ?
i Testamento? Nb, almoneda.
¿ExcomanionT No, palabn
De esposo ; mas tarde llega.
Mas ya sé lo que es sin onda ;
I Es aquesta lá sentenclat
Masnolainviaraasi,
La inviara... Qoe, si es ftwna
gue enviode en.oiariendo él, .
I, pordaria boenasnoofas.
Se la debe de euTiar
A qoe se boelgoeeon ella:
Mi curiosidad es mocha,
Y no es josto qoe la tenn
Con cuatro dedoa de moho.
Sin decenuria siqoiefa ,
Desde qoe, por no aabeór
Lo qoe llevaba en sos le^s
Aquella carta del CkMide,
Estove é piqoe 7 moy eefoi
De morir por oonfldente; '
¡Maldigo la confldenela I
Esto es esearmknio, astncta,
Recelo, honor, provideoela,
Y no deslealtad^ sefiocos; ■
Y hago primero proteau
AloslacayeaSelea
Qoe se osan en laa eoniedlM
4 20
Que solo aquesto me mueTe ;
Veamos si es macbo ó hembra.
{Abre la caria,)
Viólela , ya no hay remedio;
Mas ¿qué es esio , Santa Tecla?
¿Este secreto pscondias.
Papel? Voy apriesa, apriesa,
Por si tenerle es delito,
A hacer el silencio piezas ,
A hacer el secreto astillas
Y hacerme muchas la lengua;
No me han de coyerde susto.
Pero aqui viene la Reina;
Apartado esperaré.
Salen LA REINA t EL SENESCAL ,
y apártase Coime.
REINA.
Ejecutad la sentencia.
SENESCAL.
¿Dónde morirá?
REINA.
En palacio;
Porque es fuerza que se lema
Que quizá el pueblo, alterado.
Se conspire en su defensa.
Para escarmiento le mato;
Mas no quiero que lo sepan
Hasta que el tronco cadáver
Le sirva de muda lengua ;
Y asi, al salón de palacio
Haréis que, llamados, Tengan
Los grandes y los milores,
Y para que allí le vean.
Debajo de una cortina
Haréis poner la cabeza.
Con el sangriento cuchillo ,
Que amenace, junto á ella,
Por símbolo de justicia.
Costumbre de Ingalaterra ;
Y en estando todos juntos,
Mostrándome justiciera ,
Exhortándolos primero
Con amor á la obediencia,
Les mostraréis lueco al Conde,
Para que todos entiendan
Que en mi hay valor que los rinda,
Si hay piedad que los atreva.
SENESCAL.
Yo voy. Tragedia espantosa
Hoy aqueste reino espera. ( Vate.
DON A NTOMO COELLO.
COSME.
Aguardando estuve á solas
Para hablar con vuestra alteza.
REINA.
¿Qué queréis?
COSME.
Señora, el Conde
Que dé este papel me ordena
A Blanca, en muriendo él ;
Yo, por no sé qué quimera.
Le abri , y hallando en él cosas
Dignas de que tú las sepas.
Le traigo aiiuf , por si acaso
Al Conde en algo aprovecha.
BEINA.
¿A Bbnca el papel? Mostrad;
Del Conde es aquesta letra.
{Lee.) « Blanca, en el último trance,
' »Porque hablarte no me dejan ,
»He de escribirte un consejo
«Y también una advertencia:
>La advertencia es, que yo nanea
»Fui traidor , que la promesa
> De ayudarte en lo oue sabes
»Fué por servir á la Reina ,
«Cogiendo á Roberto en Londres
» V á los que sesnirle intentan;
•Para aquesto fué la carta.
nEsto be querido que sepas
•Porque adviertas el prodigio
•De mi amor, que asi se deja
»Morir por guardar tu vida;
•Harta ha sido la advertencia.
•¡Válgame Dios ! El consejo
•Es que desistas la empresa
•A que Roberto te incita ;
•Mira que sin mi te quedas,
» Y no ha de haber cada día
•Quien, por mucho que te quiera ,
•Por conservarte la vida,
•Por traidor la suya pierda.»
Hombre, ¿qué trujiste aqui?
COSME.
¿Tenemos mas confidencia?
REINA.
Anda , avisa al Senescal
Al punto, no te detengas...
{Ap. ¡Ay Conde, que eres leal!)
Que la ejecución suspendan.
) I {Ap, No en vano el alma dudaba
So traición ; ¡ alagret míen» !
¡Viva el Conde* y viva yo!)
¡Hola, guardas! (Áp. ¿Qué refrena
Mi alborozo?) Al Condie al paoio
Le traed i mi preseoeia.
5ff/^ EL ALCAIDE.
ALCAIK.
¿Qué mandas?
KRIMA.
¿Dónde está el Conde
ALCAIDE.
Aqai está ya.
■euiA.
Paesiqaéeqicras*'
Qaé es del?
ALCA1DB.
Aqní esU del modo
Que lo mandó vuestra alieu.
(Dtieébre al Crntée éi§tll4á».
mciMA.
¡Válgame Dios! Llegó Uide.
¡Ah traidores, j qaé presta.
Qué veloz esta vez sola
Anduvo vaestrt obediendi!
Juro por la misma sanpe,
Que , á pesar de mi pacKnda,
Que esmalU el cochillo en graai
Y el suelo en corales riega;
Por esas lumbres del cielo.
Que son mariposas bellas
Que en el luminar del mando
Trémulamente se queman;
Por ese espejo del dia ,
De quien las oacbas elenas
Con qoe se alumbra la noche
Son pedazos qae se quiebran;
Que ne de dar la moerle á Bteaei.
Si en el centro, si en la esfera
Se ocultase; y entre lanío
Que aqaesU mndanaa Deis,
Cubrid aquese cadftvcr.
No mire yo tal tragedia
Hasu qae , mauodo ft Blanca,
Y vengado al Conde,
Fin su traición con sn i
Y del Senado mere
El perdón de nnestrai Mías,
Pues en serviros se
.'^^
¿í»^'
COMEDIA FAMOSA
L MARIDO HACE MUJER
Y EL TRATO MUDA COSTUMBRE,
OB DON AHTOnO HDBTADO DE MEROOIA.
DON JUAN.
DON SANCHO.
DON FERNANDO.
I DOM DIBGa
■ORÓN, f rMloM
I DOR* JUANA.
¡ OOflA LBOROR. '
\mÉS.úriaU.
I Gtimt.
i IHÉ&, eriaéei, m
alegra.
iné, picaño T
■OBon.
•t necio» ogifio,
pin loilM.
MsU ahora
e et el marido.
■ORÓN.
Rabie bien :
ombre de bien ,
celos JO.
o iniporlano,
que a ninguno
dediscwio;
oip re entendidos
; jo moero
e, loe quiero
ir j baenilre;
9t1a discreción
Merece qae le lo creiii;
Qne 00 baj contentotan Julo,
Ni puede baber nai cootanlo,
^■le bailar en do caaamienlo
iiimaclon, pal j falta.
Va talen.
Y i qué at
Delasmaor*'
Bien les tIch;
Íne (an temprano conviene
ooer pai entre eaiadoa.
Salen ¡o* detpotadoi ie Ut mane , DON
SANCHO déla 4e ÜOHK JUAKA. i
DON JUAN de laie DORA LEO-
NOR , ir con ellM hnti i DON FKH-
NANDO, tío de ¡M nowkt.
Para bien, SeDora,
ElTerhovenenaü. _.,_,
SiiT necedad doa dlcbOM*.
V dos Tentaras iln ftia.
Muchos altoi eate bien
Goceii, de mil blenei llowi.
N'o dijo mncbos j baenoi,
Quejarise el parabién.
Jlaj cosa, si bien la nirai.
En que le digan sin4leBto
Necedades denlo i denlo ,
Ymil i mil las mentiras.
Que en un plic«ne inoconts
I Peumo coB el bombñ ,
V d paraMea cm |wlglo.
Hable todo; qvo ea|m mmfn,
Pnaa ba j untu MmadM,
Qnelodat lanMcodadM
A eaqo «Míq do la longu.
Annqi
Depai
Dtroa
Kola
Lléeal
Coerd
Stbfo
Svjai
yiBT
Eatad
493
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
Ellos todo, si no es culpas,
Y ellas las culpas y lodo.
Con eslo, el de:aros os
Kl mas cuiTdo advertimiento;
Que l'ué siempre el cumplimiento
Majadero muy cortés.
Adiós, adiós.
{Quitase el sombrero, y rase aprisa,
y detiénenle,)
DON SANCHO.
Aguardad.
DO?f FERNANDO.
Esta fué prevención mia;
£1 casarse es compañia.
Yo os doy esta soledad.
DOÑA JL'AIVA.
Id con él, seguidle aprisa,
Y haced que vuelva.
DON JUAN.
Es en vano.—
Vén, don Sancho.
DON SANCHO.
Vén, hermano.
MORÓN.
Envidia me ha dado y risa
Kl viejo, que en la costumbre
De embarazo tan atento,
Le ha quitado al casamiento
Grní) trozo de pesadumbre ;
Que la noche ue la boda
Darle á un triste desposado
Con un comedión malvado
Y la parentela toda ;
Luego una cena pesada ,
Donde ostenta el gran cuidado
La torta su verdugado
Y su moño la empanada;
Y de uno y otro muy lleno,
Quedar el novio maldito,
Kiiire galán y entre ahito,
Ni para suyo ni ajeno ;
Es de las simples crueldades
l>ue ha inventado el cumplimiento,
Guarnecido el casamiento
De mayores necedades.
INÉS.
Ya anochece ; á tu amo lleva
Este aviso.
MORÓN.
Hacerlo quiero:
Que soy hombre bajo, y muero
Por dar una mala nueva.
( Vanse todos, menos doña Juana y do-
ña Leonor.)
DONA JUANA.
Ya, hermana, estamos casadas,
Y aunciue parezcan tempranos
Los preceptos que en mi lio,
Siendo pocos, fueron tantos,
Advierte que en tan ceñida
Heligion ahora entramos.
Que, á no prevenirla el gusto,
La estremeciera el espanto.
\ed la observancia en oue humilde
(Umipiíen siempre á milagros,
Heiiros lo recoleto,
Y eslrecheces lo descalzo.
La modestia capuchina ,
Kl silencio cartujano,
<^uyo encierro á campo abierto
Mudas puertas abre al campo;
Los grandes anacoretas,
Y los eremitas varios.
Las Tebaidas, los desiertos
Poblados de asombros tantos;
Pues lodo, lodo aun no es
Ln movimiento, un amago,
Tna imagen , una sombra,
Tna linea, un punto, un rasgo
De la religión en que entra
L'na mujer, profesando
En la ley de un matrimonio
Las clausuras de un rerato.
Ka religión mas estrecha
Tiene, hermana, noviciado,
Kn que el arrepeni ¡míenlo
Mude el rumbo ó vuelva el paso.
Pues cuando (que no lo temo)
Las dos nos arrepinlamos ,
ltom|>er podremos á quejas
Los cielos, mas no los lazos;
Qut> un matrimonio á disgusto
Ks guerra, es sitio, es asalto.
Donde, hasta que venza el uno,
(Tudamenle mueran ambos.
Va con volunlad ajena
Vivimos, y ya es vasallo
El albedrio, que sntre
De ajeno imperio los brazos.
Eso que nos permitieren ,
Solo será nueatro, armando.
No de flechas la obediencia,
Sino el respeto de aplausos.
Pero si libres y altivas
Exenciones profesamos,
V osadas obedecemos
Peligros y antojos vanos.
No habrá tormento ni afrenta
Que las dos no padezcamos.
Dando gemidos sin voz,
Dicie.ido injurias sin labios.
Sin paz estará la vida ,
Sin lástima los trabajos,
Los pesares sin socorro.
Sin enmienda los engaños,
Sin oidos todo el cielo,
Sin remedios todo eldafío.
Sin paciencia el sufrimiento,
\ la venganza sin manos.
D05ÍA LEONOR.
¡ Jesús, hermana ! ¡ Ay Jesús !
Deja respirar, si acaso
Lo permiten los señores
(Crespos maridos de ogafio.
No veo en tu prevenido
Sf-finon , tenebroso y largo.
Ni aquí paz ni después gloria ;
Todo es guerra, todo es llauto.
Solo te faltó sacarme
( Y era poco) entre dos palos
Cruciücado un marido,
V te juro que lo aguardo.
Mientras respondo de veras,
Quiero, aunque están olvidados,
l)ecirte un chiste, que cuento
Le llamaban los ancianos.
Daba el hábito á un novicio
Kn prior, y en acabando
La ceremonia, le dijo ,
Muy .sesudo y mesurado:
<^llijo, de la religión
Los afanes, los cansancios.
Los aprietos, los rigores.
Todo es, hijo, el primer año;
i^xm adelante, con la ayuda
De Dios y la mía, hermano.
Quisieras no haber nacido;
lauto espere el que hace tanto.»
Parécemc que el ejemplo
No es menesier aplicarlo,
V que sienies que olvidaste
Otro consuelo tan falso.
Uermana, en lo misterioso,
Kn lo austero, en lo afectado.
Queriendo hacerlos decentes,
Se hacen necios los recatos.
Ya ({ue tú del malrimonio
Las montañas me has pintado.
Los despeños, los horrores,
Los asombros, los peñascos ;
La pobre doncellería
Si que observa esos enfados ,
De una madre en la claosora,
Y en la religión de un manto;
Pero las casadas , oye.
Que de las muy cuerdas hablo,
Kn quien con lo entretenido
No se embaraza lo sanio.
¿No has visto en Madrid el rio.
Donde es tan dulce tacaño
Y mozo de tan buen aire
Kl picaro del verano,
¡«as embozadas meriendas.
Sus verdes traviesos baikis,
DlanCJi injuria de las ondas.
Fresca envidia de los ramos?
Pues todo , todo lo gozan
Casadas nobles, llevando
La vista y la confianza
De un marido atento y sibio.
¿Qué holgura licita y cuerda
Se les niega, desfrutando
El jardín mas escondido,
i:i mas público teatro
Sus repelidas visitas?
Que en nuevas y en juicios varioi
Son trompetas las seikoras.
Son gacetas los estrados;
Que entre permisiones tantas.
Lo ceñido, lo templado.
Aunque todo deuda sea,
Todo merece un milagro.
\ si soltase la vista
A lo diferente y flaco.
En quien los mozos señores
Iodos los condes tan claros^
Nada de lo diferente
He de perder; paso llano
Quiero no mas, que primores
Son discretos dMdicbados.
Nada sufro que me apríe^:
Vestido y marido holgado f
Al( gre semblante y vida ,
Alto cuello y chapín h^|o.
Taz á taz voy con mi esposo.
Yo cuerda sí él avisado,
Yo enamorada si él tierno,
Yo apacible sí él banano,
Yo ti era si él f mperiofo.
Yo enemiga si <;l oonlrario,
Yo rebelde si él lemUe.
Yo temeraria si él bravo;
Que no es ley, honor ni deoda
Sufrir un dueño, un tirano,
Muy sol>erbio de dielioao.
Muy presumido de Ingrato.
doSa jcasa.
Hermana...
DO^ÍA Lcown.
Lo dicho dicho.
DO^A il'AXA.
Pues lo esperado esperado.
DoxA LEoma.
Pues ánimo, i la batalla.
*doSa jvaiia.
Pues vencerán los cristiano».
(TffffM.)
Salen DON SANCBO v W» lU
DONSASGIO.
Yo vengo resuelto en esto.
nos JOAü.
¿Venís loco?
DOü SAXcno.
Vengo boofido.
DOR JOAN.
Nunca es honra lo esoiaado.
ItO^SAIICM.
Lo forzoso HiiRca « piulo.
í-r.
DON JÜAH.
?, que auD no es mi lio
rafio como vos;
I hizo con los dos
esco desvario,
' menos cortesana
la novedad ,
uestra es necedad
egrina y temprana,
oche dé casado,
le estar un esposo
lido, amoroso,
gre y saponado,
rigores no pocos
o estáis en poner
ra noble mujer
preceptos locos.
cuando era justo
n ansia amorosa,
stra (i^allarda esposa
iplausos al gusto,
lereis instrucciones
, desconfiadas,
0 ser desdichadas
las prevenciones?
?is c]ue vuestra esposa
le vos, desdichado,
eros por menguado
nsura piadosa?
[uereis entenderlo;
lecir á una mujer
que no ba de hacer,
:|ue puede hacerlo.
DON SANCHO.
» dicho?
DON JUAN.
He dicho, y poco;
fiera y desapacible,
menos sufrible,
1 razón de un loco.
DON SANCHO.
lo hermano mayor
ais, y escaso fuerte,
ijuria, lo que advierte
rio , y no el amor.
^eró sin pena
na ; que, si estoy
dora, no lo soy
I Di en casa ajena.
eis por prisa vana
ni esposa en paz amiga
che yo le diga
no ha de hacer mañana.
0 • sia noche irato
»i liria , \erá en eso
es culpa de su seso,
y de mi recnto;
otro cualquier «lia
rliera , fáoilmeute
1 que fué accidenie,
lo es condición mia.
a doctrina es
ij;nore, si lo ¡}?nora,
mhre que lo advierte ahora
jfrirá después.
nON JUAN.
u nueva prevención !
', hermano, dejad ;
D nia<; que la necedad
a en vos la razón.
, en íin, de acostado
de hablarla?
DON SANCHO.
Señor,
les.
DON JUAN.
¿ No era mejor
?spues lo cansado?
abrís tan fresca llaga,
os ba hecho temer
EL MARIDO HACE MUJER.
Que hiciera vuestra mujer
Lo que no queréis que haga?
Y prevención corta ha sido ,
Y no de ánimo sincero,
No prevenirla primero
De (fue erais tan prevenido.
Y ved, hermano, por Dios,
Que la ofendéis, pues ansí.
Lo que ella hiciera por si
(Creeréis que lo hará por vos.
Quitaisle en tan flaca muestra
Una gloria, en que os arguya
Que a lo que es decencia suya
Llamaréis prevención vuestra.
DON SANCHO.
Si esta noche, en íin, procuro
Poner con ley rigurosa.
Leyes, grillos á mi esposa,
¿A qué riesgo me aventuro?
DON JOAN.
Que os tengan...
DON SANCHO.
Paso , no quiero
Oirlo de vos; será
Que por necio me tendrá ,
Por villano, por grosero,
Por torpe, por desabrido,
Por cruel , por insufrible.
Por extraño, por terrible.
Por loco, por atrevido.
Pues perdone mi mujer,
Y cuantos se cansen dello;
Que todo eso quiero sello,
Y no lo que puedo ser.
DON JUAN.
Pues eso y esotro y todo
Lo seréi.s;\|ue en iin extraño
Discurso fabrica el daño.
Mas que la sustancia, el modo.
Ya tiue sois novio importuno.
Haced lo que pruebo yo:
1.0 (jue el mas necio, mas no
Lo que no hiciera ninguno.
¿Vos, con nuevo desatino
Y descaminado empeño.
No atináis á que es despeño
Lo que pensáis que es camino?
La mujer que mas se muestra
Flaca, cuando vaá perderse,
Firme suele mantenerse
Kn la coniianza nuestra;
Mas si con desconfianza
La tratamos, vengativa,
1 udo lo arrastra y derriba.
Hasta la misma esperanza.
1 enga, pues, si se acomoda
Vuestra quietud á tenella ,
Todas las virtudes ella,
Vos la confianza toda.
No os la quitéis; que si indicio
Dais en ocasión alguna
De nue os falta esta colana ,
Mucho temo el edificio.
Y tanto á temerle llego.
Que lo gue ignorante y rudo
Os erráis por no ser mudo,.
Lo pagareis por ser ciego.
DON SANCHO.
;. Kn fin, os parece error,
Y no lo aprobáis?
DON JOAN.
¡Quesea
Tan necio un necio!
DON SANCHO.
Puesea,
Discretísimo scnov,
Sepuií: v()> l(» coíHiíMÍo,
Yo lo ieu;iilo, y veremos
Ouiíii lía( (' (le ambos extremos
Fl suyo mas desdichado.
m
DON JOAN.
El vuestro ya lo habéis hecho;
Que locuras tan pesadas,
Primero que pronunciadas ,
Infaman denlro del pecho.
Y dejemos tan cansado
Coloquio; que, vive Dios,
Que, aun dichoso, vos con vos
Siempre seréis desdichado.
Safen DON DIEGO t MORÓN, y hablan
aparte los dos hermanos.
DON DIEGO.
¿Que tú lo viste? Que es cierto
Que se desposó Leonor?
O en el mundo, ó en amor
¿Cuándo se duerme despierto?
En tan injustos enojos,
Solo en mi daño creídos,
De escucharlo los oídos,
Están temblatido los ojos.
Desposarse porque fué
Conveniencia, no pudiera
Hallar mas Til , mas grosera ,
Baja disculpa la fe.
MOBON.
De toda doncella infiero,
Crecidila, que arde y muere
Por matrimonio, y que quiere,
No el mejor, sino el primero.
DON J>IEGO.
¿ Si estarán ya recogidos ?
■ORÓN.
Si cumplen con lo casados,
Hora es de estar acostados,
Pero no de estar dormidos.
¡Qué curiosidad tan valia !
Partid la envidia también ;
Tú esta noche se la ten ,
Y él á ti por la mañana.
DON DIEGO.
¡Qué vil pena, y qué bien lidia
Con ella mi fe iumortal ,
Pues llego á tener un mal ,
Que le consuela una envidia!
¿Qué haré ya sin esperanza?
MOftON.
Irle, y si á acostarte vas
Solo, de ambos tomarás
Honradísima venganza.
DON DIEGO.
Mira si parece Inés.
MORÓN.
Inés no ; pero los dos
Novios.
DON DIEGO.
¿Qué dices?
MORÓN.
Por Dios,
Que son ambos.
DON JUAN.
Ello es
Desdicha; bacedlo en buen hora,
Que es peor, y ansí lo espero.
DON SANCHO.
Tarde es, cenemos primero ;
Pero dos hombres añora
En casa ¿qué bascarán?
DON JOAN.
Pues si bay dos bodas en ella,
Y en sazón tan dulce y bella
Todo marido es galán.
Esos mozo.s^ en quien brilla
La edad, habrán entendido
Que comedia hemos tenido,
Y alegres vendrán á oilla;
Y si acertaren I ser
iU
Dados á la devoción ,
Vendrán á oír el sermón
Que baceís ¿ vuestra mujer.
DON SANCHO.
¿Donaires ahora?
DOK JOAN.
Son
Vuestras cosas de tal aire ,
Que aun haciéndolas donaire.
Se hacen desesperación.
MORÓN.
Atiende; que el un casado
Mira de marido nuevo.
OO.X SANCHO.
Con poca paciencia llevo
Lo embarazoso y lo bailado.—
Hidalgos desadvertidos,
¿Qué buscan , y tan despacio?
Que esta casa no es palacio,
Que consiente entremetidos.
{Pónese delante don Juan.)
DON JUAN.
Paso, don Sancho. ¿Qué modos
Son los vuestros? No penséis.
Cuerpo de Dios, que os habéis
Casado ahora con todos. —
Caballeros , yo creia
Que pensasteis que aqui hubiera
Alguna fiesta que fuera
Digna de vuestra alegría,
Y solo para poderos
Entretener lo estimara,
Y que todo Teslejara
A tan nobles caballeros.
■OROIf.
Vos nos habéis conocido
Cabalmente; la Maria
De Uiquclme en compa&ia,
La mujer de su marido.
Que vvuia á entreteneros
Creimos.
DON DIEGO.
Y bien lograda
Es al menos la jornada.
Que he llegado á conoceros ,
Porque vuestra cortesía...
DON SANCHO.
No es ninguna ; ¿ cumplimientos
A estas horas?
DON IDAlf.
Sentimientos
Dais á la modestia mia ;
Ya verán vuestros engaños
Que si un hora no he podido
Sufriros yo tan marido,
iQué hará Juana tantos años?
Venid , hermano ; que es tarde.
DON SANCHO.
¿Sin irse aquellos?
DON JUAN.
Primero
Nosotros.
DON SANCHO.
¿Qué?
DON JUAN.
Caballero ,
¿Mandáis mas?
DON DIEGO.
El cielo os guarde.
DON SANCHO.
Vive Dios , pues , que he de ver...
MORÓN.
i Hay tal temple de casado!
{Yante don Sancho y don Juan.)
Lástima es que haya topado
Este hombre aquella mujer.
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
DON DIEGO.
Aunque es un inexpugnable
La suya , seguirla espero ;
Pero deste majadero
Nada puede ser amable.
■ORÓN.
¿Y Leonor?
DON DIEGO.
Hame ofendido
Toda el alma ; ¡ oh , quién pudiera
Buerer la hermana ! Que fuera
rande ayuda su mando.
MORÓN.
¡Qué distintos dos hermanos !
DON DIEGO.
De hoy mas responderle espero ,
A el don Juan con el sombrero ,
Y al don Sancho con las manos.
MORÓN.
No hay que aguzar los aceros;
Si el simplón lo entremetido
Nos vistió , el otro entendido
Nos forró de caballeros.
Inés sale.
Sale INÉS.
INÍS.
i Con qué gusto
Salgo!
DON DIEGO.
¡Inés mia!
IN¿S.
I Señor !
DON DIEGO.
¿Qué imposible?
INÉS.
Ni en tu amor
Me hables ni en tu disgusto,
Y lee este papel y espera;
Pero, adiós.
MORÓN.
¿Cómo? Eso nones;
Que me has de oir mil razones.
INÉS.
A no ser pocas, lo hiciera ;
Decentar la voz no quiero
En esa migaja.
MoaoN.
Inés,
Dime ahora, y no después.
De tus amos.
INÉS.
Lo primero
Es, que ya cenando están ,
Mi amo don Juan mas gastoso.
Mas alegre, mas chistoso
Que la noche de San Joan;
Pero su hermano don Sancho
Con la visera calada.
MORÓN.
El es novio de lanzada ,
Cerviguillo corto y ancho.
¡Qué fiero y hosco es el hombre ,
Derrengada vista y ceja,*
Y sin anomio en la oreja ,
No so puede oir su nombre !
't^ Kstán con mucho alborozo
Las hembras?
INÉS.
Mi ama no;
Pero no le fiaré yo*
Viejo amor ni nuevo mozo,
iün dos airosos manteos,
Blanco y nácar descolladas,
Y en mesuras colocadas.
Envainados los deseos ,
Aguardan con bizarría
Su permitida licencia ,
De nna jniu Tiotada
La foraoaa demasía;
Y porque ja babrto cenado,
T recogerse es raiim»
Y la Docbe j la ocask»
Pide silencio al Sendo ,
Adiós; qae despaea aabrás
De loa nuevos deqMcadoi. rrii
Inéi , ¿ya no están casados?
Sepa el torco lo demás.
DON Meco.
Cuanto mas leo el papel ,
Mu falsedad me parece;
One este crédito meteré
Verdad qoe empecé ala él.
Tarde me persnadlrás
A mas fe y á menos ira;
Que es proprlo de una
Socorrerse de oin mas.
A la escasa iambrecHIa
gue ofreee en esta oeasien«
n vez del grave blandón.
La picalka lamparilla,
gue se apensó mi naso, «e%
umiando las irisies iMias
De aqoel papel.
Y engafios qae letras leo.
iQné lenemosT ¿Son discnlp»
De forzóme aqnel Nerenf
Oye; qae hasta en la
Hallan peligro las cnipaa.
{Lee.) c Sin fe nnn injuu vieleadi
»Me casó, cnando viria
«Bien hallada en ti la ida;
•Mi muerte fbé mi oiMdiaMia.
>Una Haca realatencla
•Ninguna Tictorianlcanaa;
•Ya es mi pena ta Yenpna,
•Y advierte qae en la ocasión
•Dentro de la posesión
•También cabe ana esporania.t
Morón , di , ¿qué es esto?
¿Qné?
¿Quieres qoe el alma le saqne
En décima» en badolane.
De la esperansa y la fe?
¿Esperanza?
ElentendéUo
Dejemos , si no to eooiias
A la providencia flqia.
Que llaman dormir aobie ella.
Yo bien lo entienda
Qoets
gne en promesa tan rada,
ngaño y bellaqaéria
Caben, pero no eñi
Deja ya desta cniel ,
Como dicen los nwngw— ■■■
En el jubón los cnidados.
DOÜ
Morón , los qoe están en éL
¿Inés ftiésef
Liego al
Qne el Sancho...
DORDÜfiO.
¿Sancho 86 Uami?
> de su ama.
■OROll.
por Junto
Sancho nació
on esclavo.
HoaoN.
don Sancho el Bravo ,
ipero yo.
(V«JIM.)
kNCHO T DOÑA JUANA.
DON 8AIICH0.
B, doña Juana;
honor llena,
y si es buena ,
esca temprana,
es un cuidado
da, se tiene;
que conviene,
S no es cansado.
> que os prevengo
alo no viene
que otro tiene ,
ue yo tengo.
Ia njkVA. (Áp.)
>ero y muda,
parar este hombre?
todo me asombre ,
»do la duda.
DOÜ SANCHO.
ñera hora
icer he querido
perdón os pido
lasla ahora,
que al cielo,
|os reparte ,
I cada prte
iire,ei hielo;
0 y debido
'sar ó en placer ,
irada mujer
su marido.
DoffA JCA?fA.
1 tan forzosa ,
lo advertido.
POH SAKCHO.
lo sufrido
las hermosa ;
'eprcohensiones
;billeras?
OO.^A JUANA.
»01f SARCHO.
No á mis veras
si razones.
e andar, ó yo ,
o ; que en extremos
I hora vemos
nuevo Madrid,
o gobierno
lile Mayor
un error,
Ire moderno.
5 de ir adonde
ni madre fué ,
oe se ve
> que se esconde.
s eicuso
ii ha de ser ,
! habéis de hacer
I , no por uso.
sé qué 08 diga ;
Que eligiera
Clon para nuera ,
EL MARIIM) RACB MUJBR. .
Esa escoged para amiga.
Los trajes , que en tariot modos
Son un desvelo imponiino.
No habéis de inventar fringano»
Mas podréis entrar en todos.
Otros mislerios que os rueeo.
Que ignoráis , no, no os lo algo;
Que es presto « y no soy amigo
De decirlo todo luego.
Con esto, acosteos eo tanto
jQue yo decirlo no quiero.
DOÍlA JUANA. {Áp.)
No sé cuál ponga primero ,
La obediencia ó el espanto.
DOH SAIICVO.
¿Qué re^NHideis?
M>5ÍA JCAIU. (Ap,)
iQuédesdicbas!
m>3f SANCIO*
¿ Qué deciades ibora t
DOÍIA JUAftA.
Que mi obediencia os adora.
{Ap. Necedades Un bien dichas.
Has ei5 mi esposo; auoqoe muera.
Respetaré su rigor;
Que desear, al mejor,
Pero sufrir, i cualquiera.) ( Va$e,)
DOlf SANCMO.
A\in satisfecho «o quedo
De que dije lo bastante;
Marido anduve y amante •
Quiero cumplir coa el miedo.
Para la noche primen
Algo dije , y mas hablara ,
Si otro mal no me llamara,
¡ Y quién si ya no lo fuera!
¿En hora tan sospechosa
Dos hombres? Tiemblo do oirlo;
No tengo para sufrirlo
La conu icion tan dichosa.
Toda la casa he de ver,
Y toda la he de cerrar;
Cou dudar, no hay que dudar ;
Con temer, no hay que temer.
A oscuras la casa está ,
Pasos voy sintiendo.
{Anda túdtu laipuertoi.)
Sale DON JUAN.
DON JOAH.
Undalk),
Que recelo , y que no extrafio
Que sea de todos ya.
Me ha inquietado ahora , y temo
Una fiera pesadumbre
En mi hermano , que acostumbre
Aun caminando su extremo.
noNiAimo.
El rumor siento hacia aqni ,
Mataré á quien fuere; nn bonbre
Siento allí.
Süh DORa juana.
D05U IDANA.
No sé qué nombre
A lo que pasa por mi
Pueda darle mi marido.
Aun antes de serlo en todo ,
Instrucciones, y en tal modo
Despertar de no dormido
No sé lo que puede ser;
Negarse fuego á la cama ,
Cuando á caricias de dama
Esperaba á su mqier,
¿Qué será, cielos?
DON 8AIICR0.
iQuMo fa?
Bombrei dlftgo qie be sentido.
BOffAJOAlU.
Vox eicttdié. ^ ^
^ lOlIJOAK.
Esto mido
De tín gran mal indidoa da;
Que bada d cnarto de mi hermano
Lo tiento.
nonaANCBó.
DlgaqaléBCf.
nOÍA JUANA.
¡AyJeaua!
non iSAir.
Totomo^pnaat
Aquella Ina; que no en fino
Pienso que temo. I^<ai#.)
aoHSAHcao.
Uvlda
Perderá al nO' habla preato.
StliDM JUilf.CM Jks.
nOÜAJIUURA.
Sefior,e3poao.
iOnéeaeato, .
Don Sancho, henoanot
OOftALIOliOR.
Pnrdida
Salgo de ver qne toi eapoao
Con espada y con bioqnd...
Mas ¡cielo I
•on JQAH*
¡Casoefnel!
Hombre fiera y laatlmoao.
•o5ÍAi.EO>on.
Hermana.
Perd^iíauto;
En casa raido aonll^
Sali, f nü espóia traa má .
(Ap. Pera ¿á qnél Tenerlo ea Jntto.)
La oscuridad y «I mnor
Qne cerca de «i aenüa...
Sfl# DOSá LEOHOE..
i Qné ha aldo esto, henuma sia?
BOliAJOAllA.
(Ap. PortihonoryMlfnlor»
Lo callaré.) Ilnoa tadranca
Sinüó, YO sali 9 y á.oaevaa «
Penaando...
, noicjOMi. *
Voeainaloáffaa,
Qneno ya fanaginadoMa,
Nos han de traer i MmIOm.
Siento mido , un bnlto feo»
Sinlnxaalgo.
non JOAN.
A lodo oreo
Qoe saMréia deaahunbnulo ;
¡Vos aoii noble, fifo IMoat
MHiaAncao.
Si refiis, y no en aéenlo/
No he dé guardaren reapeii.
nOHIUAll.
Pnea yo si el decoro á f oa.—
Ann no estiba raeofklQ
Don Sancho, qno aTpniloofé
Blraid|a,7looatoofO ^
?ae ann no oauifmo iof^ldo.
a huyeron ; folfiata pnaa
A recogemoa.
¿Qué homhro ta naSí^*
426
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
D0:VJUA7I.
Un liombre , hermana,
Tan despierlo como ves.
imA JUANA.
Amigas , mientras volvenios
A mirar la casa , entrad ,
Y de la noche lograd
Lo que falla.
HOXA LECTOR.
A tus extremos
Pienso, hermana, que has medido
El esposo que has topado.
DOÑA JUANA.
Siempre deberá el cuidado
Mucho mas á lo marido.
D05ÍA LEONOR.
¡ Qué honrada y qué mentecata
Respuesta !
DOÑA JU.VNA.
¿Cómo ese nombre
Le das?
DOÑA LEONOR.
Galán para el hombre,
Y para mi^er lo ingraia.
DON JUAN.
Uon Sancho , esto va en secreto ;
Alabaos que habéis llegado
A que l(» desconfiado
No puede en vos ser discrelo.
Mirad , hermano, por Dios ,
Que desdicha sin morir
Klla se sabe venir;
No la ayudéis lauto vos ;
Que os'juro...
DON SANCHO
No juréis nada;
Ktcrnamenlc he de hacer
Lo mismo.
DON JUAN.
Habéis menester
Mas surrímienlo que espada.
Kn Un , ¿ no hay remedio?
DON SANCHO.
No.
DON JUAN.
Vivid con VOS , esto os digo.
DON SANCHO.
Si para vivir conmigo
Ya sé (jue me basto yo.
¡ Oh (|ué hermano tan sin brio !
DON JUAN.
¡ Oh i|ué mujer, de honor llena !
DOÑA JUANA.
¡ ('h qué suerle , para ajena !
DOÑA LEONOR.
i Oh qué hombre , para ser mió !
JORNADA SKGUNDA.
Sale MORÓN , andando aprisa, miran-
do hacia airan , recelándose qne le
siguen // buscando dónde esconder-
se, y sale DON SANCHO tras él.
NonoN.
El Sancho con criminales
I*:isns me. sigue y niole<:la ,
Y es hombre para una fiesta
De los Hitos animales.
I slo de sií*rf»<» Irniea
Es corto requiebro.
DON SANCHO.
Él es.
■ORÓN.
El Sancho es hombre de pies.
DON SANCHO.
¿Ah hidalgo?
MpnoN.
¿Quién rae hidalguea?
¡Oh mi señor!
DON SANCHO.
Escudero,
¿Qué buscáis?
MOUON.
¡Oh mi señor!
Cieno amigo que un doctor...
DON SANCHO.
No OS lurbeis; mostrad primero
El papel.
MORÓN.
¿Yo?
DON SANCHO.
Vive Dios,
Infame.
MORÓN.
¡Terrible aprieto!
DON SANCHO.
Suelta ya.
MOnON.
Oid un secreto;
El papel no es para vos.
DON SANCHO.
Claro es que no es para mí ,
Pero será... Mal nacido,
La vida ó el papel pido.
MORÓN.
No es igual el traeiiue.
DON SANCHO.
Aquí
ílas de morir, hablador.
MOHON.
;Que me matan !
DON SANCHO.
¡Oh villano!
Sale DON JIJAN.
PON JUAN.
Voces son. — ¿Qué es esto , hermano?
DON SANCHO.
Este villano Iraldor,
Que trae un papel.
DON Jl'A.X.
¿Qué impoita?
DON SANCHO.
¿Qué tmporia , si le ha Iraido
A mi esposa?
DON JUAN.
liombre atrevido.
La injusta lengua re|)orla;
Que es imposii>le, .lunque veo
Otro mayor, (|ue es oírlo,
Y otro nius vil , que- es 'decirlo.
MOItON.
Todo es falso.
DON JUAN.
Yo lo creo.
DON ."PANCHO.
Picaño.
DON JUAN.
Apart'í.— El painel
Me dad á mi.
MOKON.
(.4/>. Esto es peor.)
Volverm»' será mejor.
DON JUAN.
Luego volveréis por él ;
Mostrad.
■OMOX.
Ved que os le doy saoo
DOlf SANCHO.
Yo le quiero ver primero.
DOK JOAN.
¿ Primero? Ni aun después qnkr,
Y deque seáis mt bermaoo
Mil veces me ofendo ; 4 en qué
Vuestra mujer, en efe lo ,
Os desmerece el mpelo ,
La confianza 5 la fe?
Pues cuando (aiinqne no hay dí<r
Kii ello ) un error hiciera,
(irán culpa digo que fuera.
Mas decirlo es mayor culpa.
{Ap. ¿Qué cosa? ¿ Para mi hrmi:ii
Papel? Quiero hacer recuerdo
Deste hombre... Si, ya me acoen
UON SAÜCHO.
¡ Qué seguridad tan vana !
ooH juaü.
Doña Juana es un espanto ,
Es un prodigio de honor,
Y después de mi Leonor,
Deningnnacreo tanto. {Abre elj"'
Será una cosa de risa
Y donaire.
D02f SAACHO.
Ved le presto.
DO!f JUAN. (j4p.)
i Válgame el ciclo ! ¿qué es eslu^
;Que no es|)erado , qué aprisa
Un veneno de ansias lleno
Por mi pecho se dilata ,
Que es mil muertes , j no mau
Por mas |iaries de veneno!
; Jesús, qué extraña locura
Y qué diferente cosa !
¿Pa()el para vuestra esposa?
¡Quién la hallara tan segura!
OOR SA^ICflO. (Ap.)
Turbado está. Otra vez digo
Que es puní mi esposa, y moere
Por deslunibrarme; eso quiere ,
Bien lo acabará conmigo.
DOÜiOAM.
(Ap. La injuria , que aun no leniu
En mi hermana ni en ajena
Mujer (¡ (|ué r;ibia ! qué peni!].
Toda bu llegado á ser mía.
Kste papel se escribió
A L(*oiior, á mi m^jer;
La desdicha puede ser.
Mas no el merecerla vo.)
Estoy furioso y corrido
De (fue vos á una inocente
Tan virtuosa y prudente
La hayáis, dou Sancho, offadi'i.'
{Ap. Con inülil piedad rengo
A cunir. porque mas pene.
La herida que otro no tiene.
Callando la que 50 tengo.)
D09ISAÜGM.
Todo el |>apcl rae ba callado,
Y es la causa toda mia ;
Con razón me lu encubría
El pír;iro del criado.
OOlf JVAN.
{.Ap. El borrador y el papel,
D«*scuido, que aun da cuidMlo,
Vienen junios, bien peniado
El agravio qne esU ea éL
El un capel vuelvo aqol,
(Cumpliendo y disinuliMlo
(<on un necio hersMm,
Me he menester para aL)
Mancebo desaoonMoi
i
vuestro ejercicio;
ruin el ofício,
ais vos (Jesdicltado.
con mas recato,
h (iiiien va ;
mas, que no os saldrá
I vi'Z tan barato,
ulnd ; (|ne os prometo
lijera...
UORON.
Vuesasled
a mucha nuMCi'<l.
menguado ó i;ran «liscreto
)nibre , que v\ billete
»r:i : vo.vme y callo.
aáis,qu(' nunca os iiallo,
•; de alcahuel»' ?
diera con un bolo!
)
DON SANCHO. {Aj).)
¡Qué bien sospecho! •
moro:». (Ap.)
, que es muy mal hecho
¡en andar solo. [Vase.)
DOM JUAN.
;¡S?
DOX SANCHO.
Yo voy adonde
a.
PON JUAN.
Gracioso extremo.
DON SANCHO.
n es; que me tomo
ado de algún conde.
DON JUAN.
s posible, hermano,
n:ises aquel
Sois cruel,
o, sois tirano,
esdichnda esposa
• mas desdichada,
:ha deshonrada,
0 basta la hermosa ?
DON SANCHO.
ue estoy satisfecho?
DON JUAN.
r tul desaliño?
D(»N SANCHO.
que imagino.
DON JUAN.
;a muy buen provecho;
1 vos viene á ser
tas liviandades.
DON SANCHO.
y digo verdades,
lereis esconder.
DON JUAN.
t*rdad, ni seenliende
i decirlo >os.
Don SANCHO,
la verd.íd es Dios;
a dice la ofende.
DON JUAN.
* se relira
encia es contraria;
e no es necesaria,
ce ser mentira,
os no hay tonnenlo
DON SANCHO.
Si esto esgr.in mengua,
erdo de la lengua
itendimienlo. (Vase.)
DON JUAN.
imigo quedo,
rme á mi mal ;
)i tan nuevo y uiortal ,
EL MARIDO HACE MUJER.
Hasta el valor hace miedo.
Mas la cara al enemigo
Volvamos. á ver; leamos
Si este monstruo que esperamos
Ks amenaza 6 castigo.
{Lee.) «Leonor, tus .«;ulísfac¡ones
ttUe brazos de ajeno dueño ,
»S¡n aplauso las escucho,
«Templadamente las creo.
«Si estás descontenta , el trato
bKs mañoso amigo y cuerdo;
vDon Juan milagros le (ia
ii>\ la ocasión de un discreto, v
A(|uí está borrado, «ingrata»
(Vulgar cosa), aquí, «no quiero
Mas di.^'culpa^vy atjui dice:
<tPara engaños sobra el tiempo.
»No re.spondi á tus papeles
»Ni recados, porque hubieron
vMenesler, Leonor, entonces
»Todo yo mis sentimientos.»
¿Satísfaciones?jt papeles? '
¿Becados? ¿Que busco y temo
Va mas testigos, y en culpa
Que aun sospechada es lo inesmo?
Mi seguridad «mi fe.
Mi caricia , mi respeto ,
.Mi confianza , hasta llegar
Al |)el¡gro de su extremo ;
Cun otro empeño á mis brazos ,
V proseguir fiera en ellos
Platicas , que aun de pensarlas
Se estremece el sufrimiento.
¿Será lo mas \aleroso.
Lo mas bizarro , entrar luego
(iOn saña , con furia y rabia,
Feroz , turbado y soberbio ,
A herir de una u)ujer flaca
Ll vil descuidado pecho,
A ensangrentar noble mano
Ln rendido infame cuello?
;. Quién dirá que es bizarría
>¡ valor? ¿Puede ser esto?
Que no resistido y fácil ,
Venganza será, y no esfuerzo.
i:n elia culpas y en mi
Agravios, (¡ue no se han hecho;
Pero ¿ he de guardar ¡ay triste !
A que se hagan , si el fuero
Del honor rayos fulmina
A escondidos pensamientos?
Sea el castigo, en buen hora,
Sañudo, airado y resuelto ;
Que honrado será , no airoso,
V hará mas ruido que ejemplo.
Pero, aunqu»* no hay otra cosa ,
Probemos otra , en que veo
Mas constancia , mas valor;
¡ Ay, si fuese mas acierto!
Leonor está aventurada.
Perdida no, pues en medio
l)e !a libertad de moza.
Solo entregada ásn imperio.
Sus licencias moderando.
Se |>ernñtió á un galanteo,
Sobornada de las dulces
Lisonjas de amante tierno.
V aficionada y servida
V obligada , puso freno
A la ocasión, y al decoro
Atados tuvo los riesgos.
Veamos si con el arte
V el cuidado recogemos
Lsta barquilla, entregada
A un aire de tantos vientos;
Que si la prudencia y maña
Por advertido y secreto
(lamino ayudase poco ,
V el cuidado obrase menos,
Entonces si llegarla
A tiempo el desnudo acero ,
Mas i>iadoso en lo mas bravo»
4S7
Mas limpio en lo mas sangriento.
Mi hermano y yo caminamos
A un mismo errante despeüo
Por sendas varias; que tiene
Muchos caminos lo necia.
Honor, estas dilaciones
Te sacrifico , y ofrezco
Mis ceguedades vendadas
Por lámparas á la templo ;
Que á los que ahora me acusan ,
Templado, celoso, espero
Poblar de espantos, de asombros ,
De horrores y de escarmientos.
Verá Leonor, verá el hombre ,
Verá el mundo, verá el cielo
Que no tiene menos furia
La espada en manos de un cuerdo.
Sale DOÑA LEONOR.
D05ÍA LE0?(0K.
Paréceme que he sentido
Hablar con voces y extremos
A don Juan.
DON JUAN.
Leonor es esta.
Yo os vengaré, sufrimiento.
D05ÍA LEONOR.
Esposo, don Juan , amigo ,
¿Qué tenéis?
DON JUAN.
{Ap. ¡Oh lisonjero
Agravio!) ¿Qué he de tener?
Una batalla , un infierno.
Un hermano que , furioso
Porque traia un mancebo
Un papel , y recatado
Se lo escondió, de ira'.lleno,
Y mas de infamia y locura.
Matarle quiso, diciendo
Que era el papel (¡qué bajeza !)
Para su esposa; yo llego.
Libro al hombre, el papel lomo,
Y hallo en 01 (i oh viles celos!)
Otra cosa ; ¡ qué distante !
Qué extraña! En pensarlo tiemblo.
En fin , tan distinta y nueva ,
Mi Leonor, que te prometo.
Que te admirara. El criado
Despido , el papel le vuelvo ,
Y á mi hermano (estáme atenta)
Con desden , enfado y ceño
Le digo : « Señor don Sancho,
El término indigno vuestro
Miente á vuestra sangre misma ,
Mas no á vuestro entendimiento.
Por mujer tenéis un ángel.
Que es muchos en el ingenio»
Ku la gracia^, en la purexa ,
En lo apacible, en lo bello.
Advertencias y regalos
Se mezclen siempre, encubriendo
Que es propia herida, y en todo
Muestre un reposo despierto.
Confiadla, divertidla,
Entretenedla, pues vemos
Que, obligada, hasta una fiera
Hace caricias al dueño.
Y cuando ella advierta y mire
Que sin castigos ni fieros.
El marido, en vez de lanzas ,
Empuña avisos modestos,
¿Quién duda que, cnerda y sabia.
En sus limites estrechos
Se recoja , y luego sean
Los escándalos ejemplos?
Que si medios tan suaves
No bastasen, hierro á hierro,
A fuego y sangre, y sin que
Ni aun cenizas deje el fuego.
Yo mismo, yo le llevara
428
La mano, y con el denuedo
Que á Leonor, si , á Leonor digo,
En igual (ranee y aprieto ,
Le pasara el pecho, el alma ;
Pero ¡ ay mi Leonor, cuan lejos
Del daño estoy ! Pero en sombras
Asombraran mis recelos;
Miedos tengo que don Sancho ,
Con su extraño desacuerdo,
Fué á inquietarla. Voy volando;
Quédate , Leonor, temiendo. (Vase.)
D05ÍA LEONOR.
En desdicha tan cruel
i. Hay dicha como la mia ?
Que este panel me traia
Morón sin duda, y con él
Topó el otro, que ha pensado
Que era para su mujer;
¿ Y que un necio sepa hacer
Buenas obras de cuñado?
Todo es como yo pudiera
Pintarlo. Siga lo honroso
Mi hermana; que un falso esposo
Lo paga desia manera. —
¿Inés?
Sale INÉS.
i>£s.
¿Señora?
D05ÍA LEONOR.
Trae luego
Los mantos.
i:<cÉs.
¿Adonde vas?
D05fA LEONOR.
Inés , después lo sabrás ;
En suma , ver á don Diego
Me importa el vivir.
Lxés.
Y en suma
¿Estás resuella?
DOXA LEOrtOR.
Infínito.
IKÉS.
Pues vuelo ; que el chapinito
Ya no es corcho , sino pluma. (Vase,)
I>05ÍA LEONOR.
;Si don Diego en el papel
Me nombró ! Pero no haría ;
Que, masque culpa, seria
Bloderna ignorancia en él.
Quiero, aunque esté mesurado,
Desic suceso avisarle ;
Que fácil será toparle .
Pues calle Mayor ó el Prado
No puede ningún ocioso
Negarlo á estas horas.
Sa/flNGS.
INÉS.
Ya
Tienes aquí el manto.
DO.^A LEONOR.
¿Está
Descogido?
lyts.
Ten ; ¡ qué airoso
Es el traje y qué de hazañas
Ha hecho un ojo tapado ,
En un Cendal emboscado
Un escuadrón de postañas !
Vamos presto; no nos vea
La hermana ó la madre Juana.
Sale D05ÍA JUANA, al querer irte
doña Leonor é Inés.
DOÑA JUANA.
¿ Dónde con mantos , hermana?
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
INÉS.
La Sancha con todos sea.
DOSÍ A LEONOR. '
Tengo una cosa forzosa
Que hacer.
nO^ÍA JUANA.
No has de salir.
D05ÍA LEONOR.
¿No?
Pues ¿ quién lo embaraza!
D05ÍA JUANA.
Yo.
D05ÍA LEONOR.
¿Conmigo tan imperiosa?
¿Eres mi madre?
DOÑA JUANA.
Soy mas;
Que te conozco, á fe mia.
INÉS.
Forma , ferma.
DOÜA JUANA.
Hermana mia ,
No te eanset, no saldrás.
D05ÍA LEONOR.
Que saldré , mil veces digo,
Aunque te pese ; que estoy
Ya determinada , y soy...
D05ÍA JUANA.
Pues yo he de salir contigo;
Que si el negocio es decente.
No estorbo yo, y no lo siendo.
No hay que salir.
]>05ÍA LEONOR.
Dien te entiendo;
Que hacer de lo impertinente
Virtud , ya es maña traidora
De la mala condición.
D05ÍA JUANA.
Leonor, tú tendrás razón ,
Mas no ha de valerte ahora;
Soe has de quedarte, ó contigo
e de salir.
INÉS.
Vén en ello ;
Que un trascantón ha de hacello.
DOÑA LEONOR.
Quiero que vaya conmigo;
Que para hacer yo mi gusto
No me estorba nadie.— Vé,
Trae el manto.
DOÑA JUANA.
Aunque yo sé
Que harás siempre lo que es justo.
Mientras tus esparcimientos
Llevas, llevarás mis pasos.
DOÑA LEONOR.
Las leyes mas que los casos
En ti sola...
DOÑA JUANA.
Tus intentos ,
Leonor, no han menester pocas;
Pónme el manto; ¿adonde has de ir?
DOÑA LEONOR.
No te lo quiero decir.
Salen DON JUAN r DON SANCHO.
DONJUÁN.
No me refieras tan locas
Diligencias.
DON SANCHO.
Por los pies
Se me escapó.
DOÑA LEONOR.
Vén , tapada.
MM lOAff.
Yo DO he de bibUrot ea nda.
Hola, ¿dónde van las tres?
DON JÜAÜ.
¿Qué OS alboroU? (¡ay de ai!)
Irán donde fuere Josio.
OONSAHCaO.
Doña Juana , yo no gusto
Que salgáis tos.
BONIUAX.
MI Leonor si;
Yo quiero que tafafs donde
Gusureis , y que Iteréis
£1 coche.
En él no saldréis;
Que á mi nada se me esconde.
. DOH JOAN.
No basas caso desio, heraana;
¿Qué dudas? ¿Por qné no vas?
DoaisAiicno.
¿Mi mujer salir ya mas
Ni asomarse * la ventana?
DOR JOAS.
Vé , LeoncNT.
DON SAliCnO.
No salgáis TOS.
DON JOAH.
Vé tú sola , y Tete al Prado.
DonsAHcno.
Haced lo que os he mandado.
Doña Juana.
VlTeDios,
Que ban de ir entrambas y ciaMai
Hay en casa.
DORSAlICnO.
MlmsúDf,
Lo que yo qaiero ha de hacer.
DOH JOAR.
Cuando sin bajexas tantas
Procedáis mas atinado.
Maloá mi tío tenemos;
Venid , pues , y á verle iiésMS.
DORSAMnOw
No me apretéis demasiado;
Sue antes en casa eneerrada
i mujer ha de quedar.
DOH lüAI.
Harto mas pndieía
Esa locura encerrada.
No he de sufriros de hoy
Que excedéis...
DOHieAV.
Preciados de mal aefHdof ,
Se obligan á safHr mas ;
Que aonqne os pese* han de Ir bs
Dofia Juana, todo el din
A la labor.
DOHJQAH.
Leonor aria «
Al Prado ^ * todo, y adíen.
( Yante don Jmmn f jlsa StneH
mis..
Frente i firenu ahora ealán
Dos opuestos escnadraMa.
DOiU HABA.
¿ A mi tan nuevas raionce f
doIai
¿Yo marido taa galán?
DOMA JOA!U.
receptos tempranos?
W>fÍA LEONOI.
aefio tan cortés?
DO.^A JUANA.
'i I losa mis pies?
D05A LEONOR'.
i todo en mis manos?
OO^ÍA JUANA.
Lé yo sin libertad ?
hOñk LEONOR.
lé lodo en mi albedrio ?
DONA JUANA.
sarmiaiteel honor mió?
D05ÍA LEONOR.
ople mi liviandad ?
DOÑA JUANA.
oesire tanta aspereza?
DOÑA LEONOR.
iga tal confianza?
DOÑA JUANA.
¡rece venganza.
DOÑA LEONOR.
írece firmeza.
DOÑA JUANA.
sobliga asi.
DOÑA LEONOR.
bliga an trato amigo.
DOÑA JUANA.
o sea contigo;
odo es contra mi. —
íosas hacer, Leonor?
DOÑA LEONOR.
Qgo bien pensado.
DOÑA JUANA.
e Mayor ó el Prado?
DOÑA LEONOR.
pensado mejor.
DOÑA JUANA.
tienes licencia
poso; ?é en buen hora.
DOÑA LEONOR.
;o salir ahora ,
|ae es todo obediencia
rtad prudente.
DOÑA JUANA.
ras son, qué pesadas
enes recatadas !
INÉS.
compás bien diferente
j en vario semblaute ,
>lillas de un nido,
fs de marido,
^ntraltos de amante,
(canso es ser mirona
arito.) En fin, ¿cejas?
ales?
DOÑA JUANA.
En fin, ¿dejas
9
DOÑA LEO.NOR.
Asi corona
tos la confianza
Larro hidalgo pecho.
DOÑA JUANA.
aquella injuria ha hecho
oto, no mudanza;
mucho en mí que perder ;
»r ser ley divina
rarle que camina
Denle , he de hacer
jamis no llegó
nrado pensamiento;
EL ttARlDO HACE MUJEtl.
Dé muestras mi sentimiento ,
Solo me perdone yo.
Bueno es querer que por si
Sea yo^á mi honor fiel.
Si ha d'e ser, mas que por él ,
Por lo que me debo ü mi.
Tener quiero entre excelentes
Parles, á mi sangre iguales ,
Perfecciones naturales ,
No virtudes obedientes.
Bajisimo natural ,
Ser bueno por complacer,
Y con afectos de ser
Lisonjero espiritual.
Yo salgo, si tú no quieres ,
Aunque nada aventurando;
Tengan freno, peroblando^
Las generosas mujeres.
Y por fineza lo cuento
El no haberle obedecido;
Que desta vez advertido
En tan pequeño escarmiento;
Que á hombre tan poco avisado
Avisarle no es injusto
Que quien no sufre lo justo ,
Que sufra lo demasiado.
DOÑA LEONOR.
Yo, hermana , no te aconsejo;
Que en hacer lo que prohibe.
He visto siempre que vive
Muy diligente el consejo.
Mas vé, Juana ; que haces bien ,
Y ambas guardemos justicia ,
Yo en pagar una caricia ,
Y tu en vengar un desden.
DOÑA I UANÁ.
Pues oye primero, hermana;
Don Sancho ¿no lo merece ?
INÉS.
Y algo mas.
DOÑA JUANA.
¿ Qué te parece?
DOÑA LEONOR.
Que en todo eres muy temprana.—
Lnlra,lnés.
IN^S.
Voy con temor.
¿ Qué , hermana Leonor, tenemos?
DOÑA LEONOR.
Yo sé, Inés...
INllS.
¡ Cuerdos extremos !
Leonor, no sois vos Leonor.
DOÑA LEONOR.
Paguemos en noble trato
Y advenida cortesía;
Que á una fe una villanía.
Ya es ser hereje lo ingrato.
DOÑA JUANA.
Inés, vén conmigo.
mis.
Voy.
¿Dónde te lleva el capricho?
DOÑA JUANA.
A no hacer lo que me han dicho.
INÉS.
Del mismo trabajo soy.
DOÑA JUANA.
Honor, no estéis vos quejoso;
Que en resolución tan nueva ,
Yo no voy, porque me lleva
La necedad de mi esposo.
(Varue.)
429
Sale MORÓN, como que huye , t DON
DIEGO deírdt.
■ORÓN.
Déjame andar huyendo todavía ,
Y no pienses que hacerlo es cobardía ;
Que huir de tonto es el valor perfeto,
Ciencia del fuerte y armas deldiscreto,
¡ Oh bendito donjuán ! Juan de buen al-
[m^
Que marido de paz, holgado y ancho,
Como contraveneno es contra Sancho.
DON DIE60. [ha visto.
El don Sancho, es frialdad; que en fin te
MORÓN.
No me preguntes mas ; que , vive Cristo,
Que aun aquí del don Sancho estoy tem-
DONDIEGO. [blando.
¿Que tan noble,cortés , piadoso y blan-
[do,
En tan duro suceso, el mismo esposo
Topó y volvió el papel ? Discreto quiso
Callar su afrenta, pero no mi aviso.
Vive Dios, que me afrento de ofenderle,
Y quiero antes vencerme que vencerle.
MORÓN.
Haces hidalgamente, ¡y qué hidalga
Mujer ! Que esta será la vez primera
Que á un cristiano galán correspondí*
[do,
Al mundohaceislosdosejemplo nuevo.
De tibio amante y de celoso manso ;
Que el don Juan,que no rifa como potro,
Es marido de teta con el ott-o.
DON DIEGO. [ociosa,
Gran tentr.cion me ha dado, y noestá
De galantear la hermana , ilustre ,her-
[mosa.
Pues, aunque honesta, en fin se ve ay u-
[dada
De aquella tempestad desconfiada
De su esposo; que están sus inquietudes
De escarmiento poblando las virtudes,
Y débame el mando impertinente
El darle la razón de lo que siente.
MORÓN. [bo,
.Dos mozas , que llamamos de buen gar-
Que ya caduco está lo de buen aire,
Y vulgar el desaire.
Desembarcan de un coche.
DON DIEGO.
Bien se huellan ;
Gallardos bríos, generosos talles.
MORÓN.
No hay mejores caballos de las calles.
Salen DOÑA JUANA t INÉS, tapadai.
DOÑA JUANA.
Villana servidumbre, y mas villana
La injusta mano que oprimir intenta
Una alma noble, que, naciendo exenta.
Bale el erguido cuello ; ¡ ah ley tirana !
¡ Oh arrogante , oh cruel soberbia bu-
[mana.
Aun de exceder tus márgenes sedienta*
Í|ue libre, que atrevida, que violenta,
urisdiccion presume soberana!
Yo, en paz criada, en resplandor nacida.
Sin conocer mis pasos el denuedo,
Al decoro, al honor viví rendida;
Mas ya esjusto poder lo que no puedo;
Que no es decente á generosa vida [do.
Que loqueobrael vaTor se deba al mié-
INÉS.
¿Sabes dónde estás?
iaés,
DON ANTONIO HUHTADÚ DB UENIXaA.
Pornueví en eítos antojoi,
Todo lo ¡añoran mis ojos ,
Todo lo dudan mis pléa.
i^iné cílleesesla?
¡Ajr quí Juana!
;No ves tanlo señor moui,
o galán desirazo
iii niijeiud humana!
Bien dutlé;
Que ele mamen le la vi.
AMoronlicvÍElDalli.
V á Leonor.
^ iQaé injuslo uombrel
dqSi. i DANA.
Ene es don Diego.
iNoesliombre
ric buen ann? (Ap. I.a Iraidura
Bien le conoee.) t üué hacemos*
jNu hablamos T
¡Uué novedad!
¿Hablar yo?
i.* ociosidad
Ks (¡rao pecado ; troquemos
Aquello que travesura
Se llama.
noSii JUANA.
Iníi.iyolan vanaT
Mas veamos si mi barman»
Disculpa bien su locura.
Tipate mas; no le vea
Moguno.
Un mamo, Señora.
Anochece á cualquier hora.—
¿Oé, galán í
im£s.
Simplón,
iConócesmet
aonoK.
;Qué1 ilüeres.
Maldita entre las mujeres?
i^ís.
M'iderado socarrón ,
I.bmaS mamo, y con recalo
Bi que llegue, jque no es
nOHon.
¿Cómo, lués?
Como es oira, meniecato.
¡Gran razón!
INÍS.
Ten le advertido
8 lie hable de lo mu; perfeio ¡
ue he dicho que es mujr discreto.
Sabe decir ■ desvalido,
Atención, galantería.
Tal vei desaire, aliñado.
Lo cierto es , pesar, cuidado.
Presumido, grotenai...
Es Leonor el turco! Llega.
Es en vano.
Fíate un poco A lo humaoo ,
Suelta el mujer.
doSá joara.
SoT lan li-ga
Rnelarl
doSajdaxa.
Gran atención la mspnesla ;
Riiena di-be de ser etu,
Pero no me lo parrce.
Otra oigamos: que |>or dicha.
Como bisoña, no entiendo
Lo mejor.
Vo no pretendo
Hacer de la fe desdicha;
Bieo con mi mal quedo asi.
i Estoba querido mi hermana!
Ya, de honrada, no esto; vana ,
M me debo tanto á mi —
Cé, Francisca, llega luego.
Pues bien , ¿ qué te ha parecido ?
DO^A JUAIA.
M sabroso para oido.
M lindo para don Diego.
Ci'e;óqneera.
jOh ciego error!
tio es mi enemiga, ni sé
Qué será, lodo se esconde ;
Pero, cualquiera que sea.
Con gran ventaja pelea.
Porque escucha y uo responde.
i Decir quién es la tapidi
Fio ha j remedio?
No, HorOD.
HOltON.
; Oh mantos de humo, que son
Criado), que no cucubien nada 1
IMÉS.
Es una mujer de bieo.
¡T.ran cosa ! pero laGnilu
Sale DON SANCHO.
De mi casa. Me m
HuTendo vengo , l»r ver
Si oso salir mi mujer:
Cuerpo A cuerpo, ; mano i m
Están, aunque divididos.
Cuatro lili (ved lo que pata).
Déjenlas salir de cata,
Que esto veriu los nuriilos.
;Quc mlroT Que son los dos
De quien Unto me recelo :
;.V ellas quién? ¡a; «antocidí
lués, Leonor; vive Dios,
(Jue son ellas. íBíealeiBÍ!
(Juá maldid ! qoé liirauiia!A(
naj eortí
Sale DON JL'AN.
¡ Qae antes de ver i mi tio
Se me escapase mi bermano!
jTerrihle hombre! El «etoK.
Uon Sancho ?
DON lAICH.
Yo digo ptetio
Todo lo que siento ;o..
Vuestro dictamen bolK>do,
Tan galante j esparcido.
Tan discreto lo marido.
Lo galán lan demañado,
Veif, don Juan , ved MoM pM
i Qué queréis darme 1 coUiJi
Que aquella es vuoalra Majef-
Cien mil reces cara i on
Meniis , j en voetira JunIi
Peosad con baja potfia
En la vuestra , no es la iA;
gue os mataré , vive d deio.
Hi pirtaii entre los dM
Vuestras locas n
Todas voesirt» ni
Son menester pora vos.
[Ap. Ellas SOD , ; kM doc h*ri
Sun aquellos , ¡aj de ■!!}
SI eso verdad fuen, 1 1M^
flBOviodelHaBih,
de»iida.
lOCSMQOSlO.
JVASU.
Kopodri;
r
\
teMitmeoMlldo
eiMctela»fea,
Tas mi, ponpM M os vei
TMsm igBonile ittrido!
i^Jcrlhiiiii»
mSajitaiu.
ftíiét»de|mé;
UMoairé,
jtadesibenuna.
bdndor.
ESif.
Algo mejor ;
» espacioso el gaslo.
MÜ IVAS.
as? No, DO Tenza
Mor; qoe religar
óblko es sacar
I i b Tergñenza.
I i prer eoir ;
oeniga! ¿qoé,qac
en tan falsa fe ,
mar y morir?
empo'mis enojos
«fieros, tiranos,
de propias manos ,
e ajeóos ojos. ( Yate.)
a0MSA5CB0.
, qoe estof corrido
I afeminado
oo«; mi collado;
arlo'i marido.
I j atrevida,
j licenciosa ,
(¿qoé es ser?) mi esposa,
liura la vida ,
qoe mí mujer
qoe en mal tan violento...
ih>5[a Juana.
irle este contento
IRÉS.
^Qoé quieres hacer?
DOXA juara.
rme aqui.
Eso no.
Dos
Ui
Q«e so te deseabnt digo ;
Qoe ro os leatwé á te dos.
BOaSáSRSO.
Ttosivíb.
COO má SBHIOi COMiigO
5o se meta vvesasleo;
A su BoJer, presimddte.
Recalada y recogida»
Puede hacerla esa roeieod.
; Hay locuras aentejaiaes!
¿Qoerer en toda ocaskm
Ser. como descomunión ,
Novio de partidpantos?
Que ni á so propio marido
Le sufriera esta se&ora
Eso que le ba dioho ahora.
aOZf ftANCSO.
Él es tan necio y sufHdo»
Que merece, y no es li^asto »
Cuanto le sucede aquí.
ooAa ioaiia.
Enmivida,Iué8,leoi
Requiebro de tan buen guato.
DON sAScno.
Yo si que tomé buen medio,
Que á mi mi^er le estorbé
El salir.
D05ÍA lUAHA.
Cierto que filé
Muy como suyo el remedio.
DON SANCaO.
Pero VOS tenéis disculpa ;
Que al marido que alcanzáis
Qualquier ofensa que bagáis
Suya es, no vuestra, la culpa.
doXajoana.
i \y Inés , que estoy corrida I
Qoe conlenlándome va.
DON SANCHO.
Este mal ejemplo haré
Que, esirecbindole la vida
A mi mujer, i su hermana
La encierre mas cada hora.
INÉS.
Hará siempre lo que ahora
Mi señora dona Juana.
DON SANCHO.
Eso le importa deberme
Su honor, porque mi recelo.. :
doIIa juana;
Déjame hablar con el délo;
Que del no puedo esconderme.
Cíelos, ¿que presuma este hombre
Que él es .qi^isa bueofjna hsoef
Cualquiera, no eono nace,
Como vire , tiene el nombro ;
La sangre es Uempo^erdldo;
fil meri is Hsstf matfif ,
aeJU JOANA.
Pues esta vei noha de ser;
La mqjer hará al marido.
ntts.
4 Cómo?
OORA JtlANA.
Con aereada diá
Baulla lo quo taé amor,
mis. '
Nunca es bueno el Mr peor.
DONSANÜHO.
tOtté mtijer.psrs ser mis I
míen marido á «iOda ley.
DOtá^lSAliA.
i Hay tsl br«to I
iNis.
Estomiero.
Y remedio no le sspero.
Sino que le Uro el mj.
JORNADA TBRCEAA.
M0 DORa LEONOB.
DOHa Lt0N0|l.
SI la nletd erlsada
Kn hombros del enero
•Be mnestra el derxo fiero
I De cr<*ft|io horror armadaí
Apaelble le tompla al blindo rsyo
De los üoitoroi eéOmi do mnyo.
81 el mir oon risas baallai
PUi el Hol lai plnmaii
Y en esooltoi dé espumál
P<ill|trsn Ihi éiirsUas,
Lneno se humillan taa hlnohadaí otan
A tlornaioalmai y á oarldaaiola» ;
Riel poderoso alradoi
De la fbrluiia doenoi
8aea su altlfo ee Ao»
De aaombroa ooronado , [tanlq»
Glorioso á un rendimiento en breve Ina-
La tempeatad serena del aambUnl(«|
Yo, que nieve no he aldoi
Kueffo ni mar fürtoaoi
NI airado poderoao,
Ni bruto embravecido,
Maa bien mejor me rendiré eonatanlo
A un marido gafan qnaá un loeoamanto
Sais DON JUAN. '
iOi JUAN.
Poseí alrequlalera, é« unto
Haber Hejadon* qio vnahc
De mi infimta la lus me lleva .
Negado á la notlota de la (
Verá Leonor, verá al t i- •
Alaveofanaaivqueau
Sin hacer del afleodo u.
Sé aufirlf por valor, no poi .
Aquí está mi culada: |ob |
Envidia noble de aal bonoi ,
Oh valiente mv|er I Ob pas p.
De la li^QBU Inquietud de tu
OhámM
MasUbre.
¡Qué en vano te obligo^
lÜM recio que #1 vos W
•••ti
te;
W4
ni
iQué
A tu I
. apadble,
tn dveftol Yw
433
DON ANTONÍO HURTADO DE MENDOZA.
¡Oh Juana! Dulce amiga honestamente.
Aun le adoras las culpas del semblante.
Y qué osada Leonor y qué insolente.
Atenta á las lisonjas de su amante ;
iOh cómo tarda! Oh si llegase, y luego!
Pero ¿á qué nueva luz estoy mas ciego?
¿Leonor aquí?
D05ÍA LEONOR.
Don Juan, mi bien, mi amigo.
DON ic\y. {Ap ) [ño?
¡Válgame Dios! ¿Es cierto? Esmasenga-
¿Llegó primero, ó yo tardé conmigo,
Con el peso y dolor de tanto daño?
D05ÍA LEONOR.
MI señor, ¿qué tenéis?
DON JOAN. {Ap.)
Aun no me obligo,
Con tanto desengaño, al desengaño.
Yo vi á Inés, yo la vi ; que en ver enojos
Pesados, verdaderos son los ojos.
¡ Ellas eran, no hay duda, cielo santo !
D05[A LEONOR.
¿Ni bien, esposo?
DON JCAN. (Ap.)
Quede el honor niio
Vengado y muera.
Salen DO^A JUANA ¿ INÉS, con
mantos.
DO\A JUANA.
Inés, quita este manto.
DON JUAN.
Inés , Juana ; ¿qué veo? ¿ Es desvarío?
D05ÍA JUANA.
¡ Qué lejos! No pensé cansarme tanto.
DON JUAN.
Como es bien, ¿ los ojos no le fio.
Respirad , corazón; perdona, esposa ,
Que eu tu hermana te miro mas hcrmo-
iNÉs. [sa.
Tu cuñado está aquí.
DOÑA JUANA.
No temo nada.
Entre , nue solo á mi temerme puedo;
Que es ruria una mujer desobligada.
Que al miedo tiene ya perdido el miedo.
{Yante doña Juana é !n¿t.)
DON JUAN. [pada,
(Ap, En mi advertencia envainarémies-
Pues salisrecbo y recatado quedo
Que lo que mas se oye y que se mira
No tiene mas verdadque ser mentira.)
Leonor.
DONA LEONOR.
Don Juan , Señor; hablad, bien mió,
¿Qué cuidados traéis?
DON JUAN.
Turbado ahora
Llego, Leonor, de ver á nuestro tio,
Que no los males desta casa ignora.
De don Sancho ha sabido el desvarío,
Y tan caducamente á Juana adora.
Que temo en tal ruina, en tantos daños,
El anciano cdifício de los años.
{Ap. Quiérola divertir en Juana ahora;
Piense,ynoenmitarbadopensamiento;
Que una desconfianza es mas traidora
Cuando no la merece un sentimiento.)
Leonor, dichosa el alma que te adora
Y á tus divinas partes vive atento;
Qneá tí, nunca ofendida ni quejosa.
Aun lo entendida te conñesa hermosa.
Voy á estorbar que el viejo apresurado
Nü'intenle aquM remedio tan ruidoso,
Para necesidad tan desdichado.
Para !• estimación tan peligroso.
¡Dichoso nuestro amor, feliz estado
El nuestro, y cien mil veces yo dichoso,
[pañia,
Que en tu amable, en tu hermosa com-
Lnvidia todo el sol la estrella mia!
{Yate.)
Salen INÉS, con manto , y DOSA
JUANA.
D05ÍA JUANA.
'nés, ya me entiendes.
INÉS.
Tanto,
Que voy luego, y á mis pies
Madrid chico golfo es
(Cuando me embarco en mi manto.
La caridad deste oflcio
Es grande ; que ellas primero
Toman hierro en vez de acero,
Y yo hago el ejercicio. {Vate.)
D05ÍA LEONOR.
Hermana, ¿cómo has tardado
Tanto?
D05ÍA JUANA.
Te lo ha parecido.
DOÑA LEONOR.
¿Si lo sabe tu marido?
DOÑA JUANA.
Leonor, llámale cuñado,
Y no hables mucho conmigo.
DOÑA LEONOR.
¿Qué es no hablar mucho? ¿ Es razón,
Sabiendo la condición
De tu esposo?
DOÑA JUANA.
Ya te digo
Que le llames tu cuñado,
Y no mas.
DOÑA LEONOR.
¿Súpote bien
La calle Mayor, en quien
El primer paso que has dado
Tuviste entera una tarde?
¿Es bueno, es justo, es decente
Que al escuadrón floreciente
Y al tierno bizarro alarde
De tanto libre mancebo
Fuese tu retiro airoso,
Lo mirado por lo hermoso.
Lo buscado por lo nuevo?
De bien acondicionado
Un hombre opinión tenia,
Pero su mujer decia :
«Si, sí ; por lo enladrillado. ■
Y así, tú , encogida t bella.
Sin la ocasión cuerda has sido,
Pero en una que has tenido
Luego tropezaste en ella ;
Y en fin, si has hundido el mundo
No mas de por un enfado,
¡Ay triste del mi cuñado,
Juana, al enojo segundo!
DO .ÑA JUANA.
¿ Cómo , cómo tú ese modo ?
¿Quién te ha hecho en lo que excedes
Tan virtuosa, que puedes,
Leonor, murmurar de todo?
¿Quién vio jamás, quién, tan potro
Lo santo, santo menguado,
Que todo lo reformado
Quiere empezar por el otro?
Si la reprehensión por tí
Empieza, tan ocupada
Estará, Leonor, que nada
Ha de sobrar para mi.
La virtud tendrá segura ,
Aunque mas tarde comience,
En el vicio quien le vence,
Pero DO qaien le mannara.
:0h virtud mal entendida,
Ya del alma falsa etlrdla.
Que todos haeen ecm ella
Conveniencias de la vida!
Nunca vi al mundo Un lleno
De maldad, que aon es nayor
Que ser malo, y ser peor
Disputar tanto el ser baeno.
A ofender no me acomodo
A ninguno, es faerza aqvl;
Pero íioy predico de U,
Y asi te lo digo todo.
doXalboshhu
Juana, correrte no qoiero;
Deja, no hagas mas estrago;
Si digo lo que no hago.
De ti lo aprendí primero.
nOJlA JOAM.
Solo un error esto
no.iA Lioscoa.
¿Yes, Juana?
nala juasa.
Qne siendo aqol
Tú la enferma, yo me fnl
A los aires de tu tierra.
(l'tfStfLeMSr.)
Soberana virtud, sendlls y dwi,
De nuestra vida estimación pnoicr
Mi alma con rendido amorveaen
La gloriosa verdad de la brraio»
Mas de ti, ¡ob vergüenza. olí sal M
Virtud bastarda, fementida j fien!
Con destrozo fatal hallar qihie ra
La preciada traición de ta locara.
Con ira noble miraré on tiraao
Esposo vil, ane en ciego barinriu
Mi quietud alteró tarbida envasa.
[aÍN«
Cielos, de mi iqné ftwra es H
Si, como mi desdicba está en n m
No estuviera umbfea éi valor ais
SaU DON SARCBO.
¡Que me detuviesen tanto
Aquellos hombres, qae ao
Pude seguirlas! Que jo
Tal sufrí ! De mi me elpanto.
DOtA JOAXA.
El cuñado de mi hermana
Viene a(|ui ; ¿si habrá traMa
Otro primor de marido?
DOaSARCIO.
Mas aqui está dote loaos.
DO.^A J0A3CA.
Veamos si me agradece
Que no sali con Leonor.
MHSAOCOO.
Buen cuidado, grande amor
Toda esu casa os nserooa ;
Que con Unu libertad
salir á Leonor dejasteis»
Que en consentirlo toi
Parte de la liviandiMl.
noXA lOAiu.
(i4p. Fortuna croei»
Marido, si esto es q04
Que vosea vil m^ier,
I Que imporu , ai yo oo ooicrof)
Si obedeció á so "
¿Qué le pides?
Booo acoeida;
I Qué imporu? Qoo aoio oi
HadeserobedecMo.
b05ÍA JOlílA.
^^l6 que será culpa?
DON SANCHO.
obedecer á un loco.
DO^A JUANA. {Ap.)
no me ayudas poco,
lastas por disculpa,
líen dudó quién así
una villanía?
venganza mía
era hacer sin mi !
DON SANCHO.
le ya preguntado
:he, dama ó señor
I la calle Mayor,
arrabal del Prado?
-asteis que informada
se relación
ciosa ocupación
1(0 no hacer uaüa,
aciosa porfía
i en calma tanto coche
I por fiesta á la noche,
r perdido el día;
ierto, el gusto, el nombre,
carroza insolente
', no solamente
ca, sino el hombre?
eso queréis saber?
^nrado trato, qué honesto!
DOÑA JUANA.
ne Dios! i Que todo esto
lacer una mujer?
io eso hubiera sido,
será, ¿no es peor
>le en la calle Mayor
I ini marido?
DON SANGRO.
re Dios, que lo ha contado,
t>an juntas lastres;
I sabré de Inés )
un marido es menguado,
> fácil que se vea ,
I lio estorba á una hermana
dida y lo liviana,
>so que lo sea.
DOÑA JUANA.
tncbo!
DON SANCHO.
Hablad ; que aun me enfada
silencio tan loco.
DONA JUANA.
lo deciros poco ;
10 os respondo nada,
icbo me lie^o á temer
a el cielo mi honor;
ique estoy en mi valor,
ntro de mujer.)
DON sa:icho.
lis. No andéis prevenida;
de saber lo que fué. {Vase.)
DOÑA JUANA.
(dicbada una fe
liero arrepentida.
mas camino á ella ,
Jo en mi perdición;
go mucha razón ,
* atrevo á perderla,
vano defenderla
en vano porfió ;
ique es vano el albedrío,
:o pude con él ,
no tener parte en él,
3 solo que es mío.
mas poderosa
igor la obediencia ,
l>^ una paciencia
I cuerda que dichosa.
DD. C. DI L.-ii,
&L MARIDO HACE MUJER.
Mas que oblij^ada, quejosa
De mi sufrimiento quedo;
Que á la razón que no puedo
Ni Valeria ni ayudarla.
No hallo en qué aprovecharla,
Si no es en tenerla miedo.
Pero sea la postrera
Resolución ; que si dura
^n don Sancho esta locura,
Puede ser que yo no muera.
Y que la venganza quiera
Vivir, pero ¿yo temello?
Caica, caiga y rinda el cuello
Mi furor: mas cuando calle
Y no pueda perdonalle,
¿Qué me hace pensar en ello?
Salen INÉS t MORÓN, muy recatados.
INÉS.
Entra, y no temas, cuitado.
MORÓN.
¿Qué no es temer? No entraré
Si no me traen una fe
De que está el don Sancho atado.
¿ Escribirme no pudiera
Leonor un billete, pues
Sabe hacerlo, y yo no?
DOÑA JUANA.
Inés,
¿Viene esc hombre?
■ORÓN.
Guarda fuera.
Por Cristo, que es la marida
De! Sancho. jOh perra traidora!
INI^S.
Quítale el miedo. Señora;
Que es un pollo de por vida.
DOÑA JUA.NA.
Señor Morón, ¿tanto miedo?
MORÓN.
Aun queda mas.
DO .ÑA JUANA.
- Lo gustoso
Hace alarde de medroso.
MORÓN.
Siempre hago yo lo que puedo.
DOÑA JUANA.
Llamarle yo habrá tenido
Por gran novedad, y es
Gusto y ocasión.
MORÓN.
Inés,
No desaten al marido;
Que me iré sin responder.
DOÑA JUANA.
¿Qué teme? Qué tiene ahora?
MORÓN.
Que vuesamerced, Señora,
Kn cuanto hombre es su mujer,
Y en solo verla me espanto.
DOÑA JUANA.
Quiero fiarle un secreto;
Que sé que es hombre discreto. ^
MORÓN.
No pensé que sabia tanto
Dona Juana, mi señora.
DOÑA JUANA.
A don Diego he menester
Hablar al anochecer
Puntualmente, que es la hora
Que luces no se habrán puesto»
Y sin luz estar convleoe.
Por si alguna gente tiene»
■ORpR.
Es un chiste muy iúm^lp í ; :
«3
Gran favor, mas tto lijcido,
Quererle á oscuras.
DOÑA JUANA.
Inés,
Advierte que hasta después
Que ha va bien oscurecido
No ha de entrar.
INÉS.
¿Nitehadeyer?
DO.ÑA JUANA.
No, hermana ; que importa asi.—
í Yo engaños? Mas por aqui
Empezaré á ser mujer.
MORÓN.
Sin luz diee que le quiere.
Que será caso cruel ;
Sin duda quiere con él
Rezar algún miserere.
Ella es sol , pero con nieblas.
INÉS.
Es muy santa, ¿qué te espanta?
MORÓN.
Es santa y semana santa,
Con ayuno y con tinieblas.
INÉS.
Tiene caprichos bizarros.
MORÓN.
Pues contigo se aconseja.
No, Inés, no ignora, no deja
El camino de los carros.
Eres. Inés, general,
Para diluvio te guarda ;
Que eres, con maña gallarda,
Alcahueta universal.
INÉS.
De lo alcahuetado, en fln,
Se ha de (lar el veneno.
Para encubrirlo al mas bueno,
Para alentarlo al mas ruin.
MORÓN.
El Sancho ya sabe hacer
Algo bueno.
INÉS.
¿Qué, Morón?
MOROV.
Vaya dicho con perdón :
Hacer mala á su mujer.
INÉS.
¿Eso es bueno?
■ORON.
Yo no quiero
Que sea mala ninguna ,
Pero si ha de serlo alguna.
Sea la de un majadero.
Si ella del novio enemigo
Se venffa, Inesita amiga ,
Yo la absuelvo, como diga:
«Don Sancho sea conmigo.»
Vamos.
INÉS.
Escucha, ¿y no llevas
-Algo que darme?
MORÓN.
De nada
Me asusto ; piensa, cuitada,
Civilidades roas nuevas;
Que darte dos de á ocho, quiero,
Segovianos de buen talle ;
8ue no he visto, sino el dalle,
osa hidalga en el dinero.
(Vffiíf^.)
Sale DON JOAN.
DON JUAN.
BsU noche muy temprano,
(Vase.)
434
Que en su posada me espera
Mí tío avisa, y quisiera
Hablar antes con mí hermano ;
Que veo resuelto al viejo
A remediar su celosa
Condición escandalosa ;
Que , desdeñando el consejo ,
Y de su paz enemigo.
No es tan necio v desigual
En estar con todo mal
Como en estar bien consigo.
Sale DON SANCHO , sañudo.
DOn SANCHO.
Herlftano, ¿habéis encontrado
Al viejo?
DON JUAN.
¿Qué le queréis?
DON SANCHO.
Ya creo que lo sabéis.
Vengo, donjuán, muy cansado;
Que me lian dicho que mi tio
Se mete y habla furioso
En si soy terrible esposo ;
Este imperio todo es mío.
Hacer puedo y deshacer.
Si á gobernarme se inclina ;
Es tio de su sobrina,
Pero no de mi mujer ;
Que es justicia destemplada j
Y muy indigna de ser
De varón grande, el creer
De uno todo, y de otro nada.
DON JUAN.
(Ap. Con su ofensa misteriosa
: Qué falso está el mentecato!
Blas responderle no trato ;
Que por mas bizarra cosa
Tengo y por mas conveniencia,
Por mas hazaña y mas gloría,
Ofrecerle la victoria
Que admitir la competencia.)
Vos sois en todo acertado.
Todo en vos es singular,
Nada en vos hay que enmendar.
DON SANCHO.
Vos seréis mas atinado,
Y con desvelo y valor.
Mas gallo de vuestra casa,
Mas fénix de vuestra brasa.
Mas lince de vuestro honor.
Que penetráis las mujeres
Con la vista tan sencilla,
Cual si un manto de Sevilla
Fuera muralla de Ambéres.
DON JUAN.
Aunque pueda responderos ,
No he de enojarme ya mas
Con vos, porque se nace mas
En sufriros que en venceros.
Pero vos, ¿qué habéis pensado
Que sois?
DON SANCHO.
Yo cuerdo, advertido,
Recatado, prevenido.
Discreto, prudente, honrado.
En mi la honra nació
Nunca de agravios manchada;
Y' en ün, ni es hombre ni es nada
Quien no fuere como yo.
DON JUAN.
No porfiaremos jam&s;
Como yo no sea ahora
Lo que vos sois , en buen hora
Sea todo lo demás.
(Yante.)
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
SaUn INÉS t DOftA JUANA.
INÉS.
Estas injurias me dijo,
Y entre amenazas furiosas.
En la daga la una mano,
Y al cuello asida la otra.
No menos que tus traiciones
Me pregunta, y en su boca
Es lo enemiga, lo infame.
La mas válida lisonja;
Y viendo que do respondo...
doAa juana.
Calla, Inés; no quieras que oiga
Afrentas, no , sino furias.
Ya en mi pecho rayos todas.
Vete, Inés, vete, no ayudes
(Va$e Inés.)
Mi enojo.— ¡Estrellas piadosas,
A muchos siempre tan blandas,
Y á mí tantas veces sordas !
¿De qué abismos prodigiosos.
De qué Libias arenosas.
Desierto ó leve poblado
De tanta infernal ponzoña,
Salió este monstruo, que intenta
Alterar la paz dichosa
De mis sentidos, que al arma
A tantas desdichas toca?
La sequedad, la tibieza.
En los maridos tan propia.
No hace á la fe menos fuerte,
Mas hácelamas costosa;
Pero la ruindad, la infamia,
La desconfianza sola,
Desquiciará de los orbes
La estable firmeza hermosa.
La fábrica de mi honor.
Tronco firme, inmóvil roca,
Constancias bate, y la injuria
Bajas flaquezas tremola.
Ya para una débil caña.
Cuya entereza es tan corta,
No soy ejemplo, y ser pude
Crédito, para ser Troya.
Sea maldad, traición sea.
Tempestad soy, que en la forma
Que en los desatados cielos.
Que sus esferas trastornan
Los impacientes arroQfos,
Arrebatados destrozan
Miescs, plantas, frutos, flores,
Yerbas, ramas, troncos y hcjas;
Avenida soy de agravios.
Tras mi llevo, ciega y loca,
Recatos, obligaciones.
Alma, gusto, vida y honra.
Veau los fieros maridos
Que es necedad peligrosa,
A la fe pintarla lejos,
Y al honor fingirle sombras.
Si las honradas me acusan,
Si las sufridas me notan.
Si me admiran las cobardes,
Si me infaman las didiosas.
Si me condenan las fuertes.
Si las cuerdas me acongojan,
Mis culpas les encomiendo
A las desdichadas solas.
SaUn DON DIEtiO i INÉS.
DON DIEGO.
No ha podido ser mejor
El tiro.
IN¿S.
Habla paso; ¿es cosa
Nueva un engaño?
DON DIEGO.
Fingirss
Juana y ser Leonor.
ixii.
Mo pongas
Colpa al temor de qoa ioycras
De su nombre» cuando Uoias
Su olvido.
non MEGO.
¡ Qué diro enp5o
Y qué oscuridad !
uifts.
Fonosa,
Porque ninguno te Tea,
DOÜA JOAXA.
A Inés escncbo.
Sefiora,
Don Diego.
DOtU iOAITA.
¿Adrertísie aquello?
unía.
No me tengas por blsoSa;
Engañar nunca se olvida.
¡Qué presto se desenoja
Quien ama !— Uegaa don Diego.
Safe DON JDAII.
MX JOAX.
Siempre no espanian _.
Un hombre ha entrado
Y en el aire y la neraoUL
Me pareció aquel; ¡oh vanas
Imaginaciones locas !
Mas ¿qué oscuridad es eslaf
Qué confusión? No se boma
Fácilmente unas noüelas
Cuando se encuentiao cou eini.
No siento i nadie» awMpw alU
Me parece...
DOS HIGO.
No
Las ocasiones, Leonor.
xLeonor? ¡ Ah cielos! Dudoa
Está el alma; que eu los qios
Y en los oidos se fianuan
Nubes, que se desuaneoei
A cualquier lus que las loca.
Mas A sufrirlo ni i creerte
Me atrevo ; que vilorleaa
He visto á mi fe, y conarigo
Están falsea mis
non
Aqui engañado he
Leonor.
¡Desdicha espantosa!
Matarélos; mas no escuche
La voz de Leonor, que Infbnn
Aun mu que el nombre.
Al
Que te vi, Lcoimn;
De don Juan, cuya
Cuyo valor, cuya gloria
Tiene opinión laniodda.
Propuse, y in no lo ii«ona«
Que tuviese asi respáo
Su espada, y aospecha odeaa.
Mi amor honrado y corles^
Que navegó esla oerrota.
Anegóse, y con sasplroe
Hiso salva á sus vidorias.
Vive en los dichosos bi
De don Juan, mil slck»
Talbien;queleeaUBe
Blas que te adoraba ~
aON JOAIL
¡Qué dicha! No pan dio
Mas no se quitas b« oln
emor y mi pena :
el modo y en la hora
s misterios la duda.
DON 0IEtfO.
» aunque no respondas,
le preguntar por qué
la tan sospechosa
llamado con el nombre
ermana , cuya historia
mrados lastima
cuerdos enamora ;
sobligada...
^Oñk JUANA.
Espera ,
I opinión le torna
»r; condona Juana
ablando.
OOn OIEGO.
Señora,
es mayor la ventara,
año mas.
]>o5[a juana.
Yo, yo propia
lé.
DOIf JUAN. {Ap.)
¡Oh preñadas penas,
\ monstruos se os antojan !
chosos desengaños !
dadas tan costosas,
haberlos menester,
perdonara ahora.
DO.^ JUANA.
1 estoy ; si han llamado
ision poderosa,
itra mí una venganza,
leba la perdona.
k este hombre, mas no
y no acierto medrosa
rme, ni me atrevo
algan vencedoras
purezas mis iras;
fe , la alevosa
on del enemigo,
irano la traidora
lianza, el severo
odo me ocasiona,
e arrastra y despeña,
>erdicion me arroja ;
vano, que es todo aire,
3dar ima fe airosa.
SaU DON SANCHO.
DON SANCHO.
i estas horas i escaras
casa?
DOÑA JUANA.
Don Diego,
lento ; que os vais luego
ico.
DON DIEGO.
¡ Qué locuras !
10 he saber primero
é llamado be sido?
DOÑA JUANA.
o habéis referido ;
quise, y no quiero
las.
DON DIEGO.
Ved que es error
peligro os deje aquí.
DOÑA JUANA.
ne en todos así.
DON DIEGO.
rara!
DON SANCHO.
Aquí hay rumor;
liciOD á temer llego.
EL MARIDO HACE MUJER.
DON DIK60.
Si para esto me ha llamado,
Yo vine desalumbrado
A no mas que á volver ciego. {Vate.)
MORÓN.
Mucho reza esta mujer;
Dejóme aqui la Inés Gera
Tan solo-, como si fuera
Algún dichoso de ayer,
Y aunque es gracia vieja el miedo,
Hoy no es gracia.
DON SANCHO.
Allí he sentido
Una voz.
DON JUAN.
¿Si habrá venido
Mitio?
DOÑA JUANA.
¿No os vais? Ya qoedo
Con vos cansada , y conmigo
Sé que ¿ esta casa tenéis
El respeto que debéis;
Y segunda vez os digo
Que os llamé á desengañaros,
Con la fineza y valor
De don Juan y de Leonor.
DON JUAN.
Ya no os quisiera tan claros ,
Desengaños merecidos;
Que aunque ya os debo el vivir,
A gran pesar del oir
Descansaron los oídos.
DON SANCHO.
La voz escucho de on hombre,
Y de una mujer la afrenta ;
Nunca hay sospecha que mienta.
MORÓN.
No hay ladrillo que no asombre
En esta casa.
DON SANCHO.
¡Ah traidora!
Hacia alli sus pasos siento.
MORÓN.
Del tenebraso aposento
La devoción temo ahora.
DON SANCHO.
i Ah ingrata !
MORÓN.
j Oh' si fuese lumbre !—
Inés de mis ojos, ¿quién
Anda aqui?
DON 8ARCB0.
; Ah infame!
MORÓN.
i Qué bien
Pronuncia una pesadunóbre !
El Sancho es.
DON SANCHO.
Llamas arrojan
Mis ojos.
MORÓN.
Huyendo salgo;
¿ Que falle á este pobre hidalgo
Parientes que le recojan?
DON SANCHO.
:Ab falsa mujer! Aquí
Morirás.
MORÓN,
i Qué! i mujer yo,
Y del Sancho? ¿Quién guardó
Tal desdicha para mi?
DON SANCHO.
Traidor, ¿di quién eres?
MORÓN.
Trate
Usté bien &sa mujer* '
488
DOÑA JUANA.
Eso es quererme perder.
DOH SANCHO.
Vive Cristo, que te mate.
MORÓN.
Temólo, y que no me goce.
DOÑA JUANA.
¿Qaevels que me hallen A osearas
Con vos?
DON JUAN.
Luces son segaras,
Estar con quien os conoce.
DON SANCHO.
¿Soltarte quieres, bergante?
■ORÓN.
En esta casa, ni adrede.
Ningún hombre honrado puede
Ser mujer un solo instante;
Y asi, perdone vusted.
Que me suelto.
DON SANCttO.
¡Ohperro! eniano
Piensas huir de mi mano.—
Hola, criados, traed
Luces, que el peligro es mucho;
Que hay traidores y aun traidora.
DOÑA JUANA.
¡Ay demi!
DON JUAN.
No estéis, SeBora,
Con pena.
DOÑA JUANA.
Otra voz escucho.
DON FERNANDO. (DentfO,)
¿ Está encantada esta easa?
i No hay luz en ella, ni quien
llesponda?
DON JUAN.
Mi tio es este.
Salir quisiera por él:
Mas no me atrevo á dejar
Sola á Juana.
DON SANCHO.
Yo he de ver
Mi afrenta antes de vengarla ;
Mas vengaréla despaes,
Hartando de gusto y sangre
A mis ojos.
Salen el vi^ DON FERNANDO, y
6BNTB con hicet,
RON rSUNlNDO.
De tropel
Entrad todos.— ¡Oh villano!
¿Tú con espadar
DON SANCHO.
Y también
Con razón.
Salen DOÑA LEONOR t INÉS.
DOÑA LEONOR.
Inés, ¿qué es esto?
mte.
¡Ay, Señora! No lo sé;
Pero sospecho gran mal.
DOÑA JUANA.
¡ Ay, don Juan ! ¿Tú aqui ?
DON JUAN.
No estés
Confusa ; que tus virtudes
A todas luces se ven.
DON FCRNANDO.
r> iio es verdad.
430
DO:i SAXCHO.
¡A qué buen liempo venisleis!
Que ahora, lío, veréis
Si mis celos son injustos,
Si es mi condición cruel.
Aquí vuestra vil sobrina,
No ya mi aleve mujer.
Encerrada con un hombre
Y á.solas está ; y si es
Tan terrible la ocasión.
Tan injusto el proceder,
Tan público su delito.
Tan convencida su fe,
Tan forzosa mi venganza,
Sin que vos lo perdonéis,
Mueran entrambos, y vivan
Mi honor y mi nombre.
DOn FERRANDO.
Ten,
Villano ; que cien mil veces
Mentirás, antes que ser
Verdad lo que has dicho ahora.
DOü SAN cno.
¿Mentir yo? Apartad, ¿novéis
Juntos allí los traidores?
Mi mujer es una infiel,
Doña Juana es una infame.
DO^A JUARA.
Miente mil veces, y quien
Lo creyere miente mas.
DO.X 8ARGH0.
¡Oh adúltera!
D0.*< FERlfAMDO.
Lucifer,
Hereje, ¿á tu hermauo mismo?
Aqui la verdad veréis
Deste bellaco.
DONA JUANA.
¿Kstáis loco?
Estáis...
DON FERNANDO.
Fuera, déjenme ;
Que yo, con solo este palo,
Tomaré venganza del.
DON SANCHO.
¡ Ah encubridor, vil hermano !
DO^A JQANA.
Mentís mas.
Salen DOx\ DIEGO t MORÓN I
espadas desnudas,
DpN DIEGO.
Ea, entrad pues ;
Que espadas siento.
MORÓN.
En las veras
Con la zurda, y sin broquel
A los Sunchos.
DON SANCHO.
¡Oh enemigos!
Estos son.
DON FERNANDO.
Falso , esta vez
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
con
A buena luz se descubren
Tus infamias.
■ORÓN.
Ténganle ;
Que está enmaridado.
I>ON DIEGO.
El raido
De las espadas, y el ser
En casa tan noble obliga...
DON FERNANDO.
Habéis entrado muy bien. —
Sobrina, no hay que esperar ;
Al punto se ha de poner
Todo el remedio, v ahora
Conmigo te llevaré;
One para apartaros luego
Vicario no es menester.
Si un disgusto solo aparta
Todos cuantos puede haber,
Es un marido ignorante.
Peligroso y descortés.
Yo los aparto, yo solo,
Y el que quisiere después
Saber en lo que ha parado
La maraña, espérese
A que la segunda parte
Se escriba, y podrá saber
Qué hará el Vicario en el caso;
Que yo disuelvo sin él.
D0.5ÍA JUANA.
Señor, sepamos primero...
DON FERNANDO.
No hay que querer ni saber ;
Juana hará lo que yo mando.
D05ÍA JUANA.
Señor, aunque siempre haré
Tu gusto, á breves razones
Todos atentos me estén.
Ser mala yo es imposible.
Ni ser buena su mujer,
Y estas dos cosas no pueden
Ni estar juntas ni estar bien.
Su suerte cada marido
Labra con su proceder;
Todo lo estraga el soberbio.
Todo lo triunfa el cortés ;
El cuerdo obliga á ventura,
El necio manda cruel ,
Ruega el honrado; v eu fin,
El marido hace mujer,
DOÑA LEONOR.
Nadie como yo lo sabe.
■ORÓN.
Ea, degradémosle
De marido.
DON SANCHO.
Yo conozco
Mi horror, mi engaño; mas ser
Mnrido en paz no es posible;
Siempre haré lo mismo.
■ORON.
Él
Es Sancho á nativitaíe;
Yo apostaré, y sin perder.
Que mas de treinta imjeres
Le apetecen.
vxím.
¿Pan qoé?
■oaoN.
Para vengarse* y hacernos
A todos esta merced.
DON DIEGO.
Señor don Joan.
DON JDAIf.
Esta casa
Os conoce, j qae sabéis
Ser honrado cabaliero.—
¿Mi Leonor?
DO^A LKOSIOa.
Don Jnan, ni bín.
DON JOAN.
¡ Qué acierto ei quererte taaio!
DOJlA LCONOa.
¡ Qué gloria es amarte !
D02I FERNANDO.
Vén,
Sobrina ; quede el ingrato
Solo consigo.
DOH JOAN.
No estéis.
Hermano, triste; qae presto
Se ha de remediar.
DOXSAMIO.
Haré
Ostentación qoe habéis sido
Mas cuerdo, pero...
DOÜA J0A3U.
Ofende»
Mí verdad.
DON SAMUO.
Yo soy el necio,
■onoii.
Por siempre JamAa amén,
Aonque otra Tea se haya dicho.
mÉs.
Eso es nuoTO cada vea.
■OtOK.
Él acabó untamenie,
Ruegaen i Jüdu por él;
Asi sea mi salad
Como queda bien nsled.
Picaro.
Y sin ler marido,
oils.
Morón, ¿no hay on poco de
Casamiento?
Esu comedia.
De las bnenas al lerés.
Tiene vicario, y no
Pero no le negaréft.
Pues acaba en '
Que esu farsa acaba Mea.
Hmmmi
aeae
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
LOS EMPEÑOS DEL MENTIR,
DE DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
TEODORO.
MARCELO.
DON DIEGO.
PERSONAS.
DON LUIS.
DOÑA ANA.
ELVIRA.
TERESA.
Tres bravos.
Criados.
[ORNADA PRIMERA.
TEODORO T MARCELO, de ea-
ino , con bota» y sin espuelas.
MARCELO.
,¿queesleesMü(]rid?
TEODORO.
Esta es la villa,
I nombre de ciudad ha desprecia-
[do;
Ive, sino admire, ¡oh coronado
0 de majestades, cuya planta
laota corona y región tanta!
[moso;
>re apacible y claro, y siempre her-
[roso,
én noalegra,oh grande, olí gene-
Madrid, tu vista y tus reflejos?
MARCELO.
Persona tiene desde lejos.
TEODORO. [bre
slapuerlade Alcalá, queel nom-
aesa calle. ¡Quéexplayaday bella!
MARCELO.
Dcbaqoees decaderas! tiene talle
íeD de traer enaguas esta calle.
TEODORO.
bizarros, qué ilustres edificios!
igantes de cal en alto vuelo !
atallas de piedra con el cielo;
s dirás ahora maravillas.
MARCELO.
is casas columbro yo en cuclillas*
TEODORO.
«tos campos, mira estos jardines,
i son á Madrid, en aires puros,
italaya en florecientes muros,
[ves,
lien bailan los cónsules mas gra-
ididos también de flores y aves,
1 cnidado y tregua á los deseos.
MARCELO.
Si, si, jardines son, pero no bibleos.
TEODORO.
¿Qué dirás deste Prado airoso y limpio?
MARCELO.
Que en dos hileras de álamos y sauces,
Con las llagas que le hacen tantas fuen-
Es verde procesión de peuitentes. [tes,
TEODORO. [ees?
Deste escuadrón de coches ¿qué me di-
MARCELO.
Nada, nada , otra vez nada en efeto;
Que los quiero guardar también secre-
TEODORO. [to.
Si murmurante vienes i la corte.
Granjearás caudal poco en esos tratos;
Que andan los maldicientes muy bara-
MARCELO. [(os.
Lo murmurante hoy, estado es donde
Todo lo que no es", aun no se esconde;
Nada me nagas hablar, pregunto solo
Si es mas que esto Madrid .
TEODORO.
Madrid es tanto.
Que en la soplada fábrica de un manto,
Y de un breve chapín en el distrito,
La Ménfls, vanidad, pompa de Egito,
La Babilonia del asirlo asombro,
[hombro.
La que al romano imperio arrimó al
Le son corta medida á competencia;
Que, si no en multitud ni en opulencia,
bn sazón, en belleza, en alegría.
Desde las blancas márgenes del día
A los negros umbrales del ocaso.
Cuanto huella del sol el rojo paso,
Ki) gusto, en majestad, en ornamento,
Madrid, con tu buen aire, todoesviento.
MARCELO.
Y el oso de sus armas ¿es airoso?
TEODORO. [oso.
Siendo, en fin , de Madrid también el
MARCELO.
Que sea ; mas ¿qué fábrica eminente.
De los mnros del sol ffaerra lucienter
Esesta, que, ceñida aun templo ancia-
Es Justa vanidad del aire vano, [no.
Que la venero aun antes que la miro ?
TEODORO.
Este es el celebrado Buen-Rellro,
Ocio sin él de on celo desvelado.
Templo que á la templanza ha levantado
Una modestia, del favor despierto.
Que poblado de luz, forma un desierto;
Bien que, de águilasya glorioso nido.
El que de un cisne fué lecho escondido,
Alcázar se descubre á un sol ahora
En las primeras lineas del aurora;
En cuyo lucimiento y compostura.
La riqueza, el aseo, la hermosura;
Asisten, con jamás vista extrafteza,
A ser número mas que á ser grandeza; ,
En lustre tan real, tan grande en modo.
Que, si no es la ambición, le cabe todo.
MARCELO. [gundo,
¿ Este es palacio nuevo? ¡Oh bien se-
Aiencion cceneral de tanto mundo,
Donde Felipe, tantas veces grande.
Seguido siempre y competido nunca
De la grandeza castellana toda,
Rico de admiración es el espanto.
En tanta varia fiesta, en triunfo tanto,
A todo , en el valor, destreza y nombre,
[hombre.
Mas que pudiera en rey, lo excede en
TEODORO.
Aqui de su grandeza y de so aliento
rto)
(Que á su buen aire si, qae todo es vien-
Altas señas ha dado; que en so diestra,
En la festiva pública palestra.
El agravio español, pesado y leve.
Con tanto honor y espíritu le mueve.
Que tiemblan los bastones en campaña
De los amagos solos de una hazaña.
Aqui, gallardo hermano y tierno esposo.
De la reina de Hongriael parlo hermoso
Celebró con mil fiestas, siendo en ellas.
isa
DON ANTONIO HURTADO DB MENDOZA.
Ob gloriosa Isabel , (as laees bellas
Alma de sus acciones, pues no en vano
Tu mérito y tu nombre soberano
Le bicieran majestad, ¿ no ser tuja;
Que es grandeza, que pide Iguales mo-
[dos
Ser galán tuyo, como rey de todos.
Aquí del generoso ilustre alcaide.
Que en lo bizarro, sin lisonja alguna,
Le pudiera ser deuda la fortuna;
A los reyes y damas juntamente.
Tan cortés, tan galán , Gno y decente.
Los festeja, que muestra que ba seguí-
Afinado, moaesto, esclarecido, [do,
Con anliffaa razón y luz temprana.
De palacio la senda soberana ;
Que es enlasdamasyesen las meninas
Aun agraviado el nombre de divinas.
MARCELO.
Ta que en Madrid estamos, ¿qué ejer-
Tomarémos los dos? [cicio
TEODORO.
Sea un oGcio
Entre noble y mecánico.
■ÁRCELO.
¿Qué? Escuderos.
TEODORO.
Ese es muy ocupado; ea, embusteros
Ha de ser.
MARCELO.
Es oficio peligroso.
TEODORO.
Siempre le be visto culpas de dicboso.
■ÁRCELO.
Vengo en él, y el primer embuste sea
Que, babiei:do¿ pora pata, que Ilama-
[mos.
Venido tantas leguas, nos calzamos
Las espuelas; que estoy escrupuloso
De hacer divorcio de las judas botas,
Que descalzarlas es gran desatino ,
Sino hay también vicarios del camino.
{Quitante fas espuelas de las pretinas,
y eáízantas.)
Ya estamos espolados y eo la corte;
Los rumbos me descubre deste norte.
TEODORO. [mos
Conviene ¡ob mi Marcelo! que siga-
La senda que nos lleva , entretenida ,
Mas que no á buen vivir, á buena vida;
Siempre estarás conforme, siempre
A cuanto yo dijere ; [atento
Jurarás cuantas cosas yo mintiere.
MARCELO.
Si la misma mentira ella en persona
Fuera de sastre en sastre
ÍVulgaricéme). nunca un compañero
.e hallara mas calial ni caballero ;
Haré verdad las cosas que tú suefias,
Y mentiré por señas ;
Y si quieres mentir mas descansado,
Y conocer quién soy, déjame abora
Mil mentiras en blanco, que yo tenga
Para llenar después cuando convenga.
TEODORO.
Abrázame, oh Marcelo ; que yo fio
Que ha de ser este pueblo tuyo y mió.
MARCELO.
; Bravo es el cadcnon !
TEODORO.
Y este ¿no es nada?
MARCELO.
Falso puede jurar de cam arada ;
Pero ¿qué sale aqui?
TEODORO.
Nada te admire;
Que en la corte,entre tantas necedtdei,
Lo menos nuevo son las novedades.
Salga DON DIEGO, empuñando la ¿i-
pada y terciando la capa , y tres
HOMRREs hablando con él d modo de
bravos.
DOÜ DIEGO.
Ha sido mucha traición
Llamarme, y sin susto^vengo;
Que para peligros tengo
Aun mas mió el corazón.
De un papel de desafio
Llamado salgo, y si es yt
Mas traición vuestra, será
Mas valor y empeño el mió.
RRATO !.•
Usté es persona muy cuerda,
Reportada v de importancia ,
Y quien anda de ganancia
No es bien que en nada se pierda.
Del labrador que el tributo
Cultiva en futnro pan,
Es solo suyo el afiín ,
Y es para todos el fruto.
La comparación se aplica :
Usted , que tantas sembró
Pintas, y el naipe le dio
Una cosecha tan rica ,
Desabroche ya esa mano
Con los amigos, pues sabe
Que en el peor año le cabe
A cada hormiga su grano.
Usted nos cierre estas bocas;
Que es justo que pague usté
Buenas m tenciones, que
Valen mucho y hay muy pocas.
DON DIEGO.
Madrid no ha visto jamás
Término tan descortés.
Si ya una dicha no es
Ganar un peligro mas ;
Comparación , gusto, intento
Pagara yo luego allí.
Silo pidieran, vaqui
Pagaré el atrevimiento.
Picaros estafadores.
{Mete mano, y todos,)
RRAVO !.•
¿Miserablito y brioso?
Buen badulaque.
RRATO 2.®
Famoso.
MARCELO.
¿A uno tres? Serán traidores,
Y es afrenta de los dos.
Teodoro, no acometellos ;
Que el ser mas ruines que ellos
No es posible, vive Dios.
TEODORO.
Dices bien.— Trines insolente,
¿Tres á solo un caballero?
{Meten mano, y huyen los valientes,)
RRAVO 2."
Huyamos.
RRAVO I.*
Y yo el primero.
MARCELO.
Muchos no hacen un valiente;
¡Qué bien huyen!
D02I DIEGO.
¡ Y qué bien
Que yo agradeceros debo
La vida , noble mancebo !
MARCELO.
Agradecedla también
Al eantndi , qiM M bonbra
De valor.
DON MICO.
BienlemotUó;
Y sepa, señores, yo
La suerte, la patria, d aiMidvt
De dos ya tan doefioi mloi.
TEODORO.
Primero es bien que de vm ,
Sepamos á quién loa doa
Obligamos ; que esos briol
No esconden vuestra fortana.
Decid, eon vuestra licencia,
¿Qoién aoii? ¿Qué ftié b pendlMi
Don MCQO.
La causa e^ no baber oingm.
Yo soy un antiguo bidalfo;
Que con mi ungro, i lo ■aioi
Ninguno se perdonara.
Si no es yo, lo caiíallero.
No de la suerte olvidado
Naci en hacienda y en dcndo.
Ni á ser pobre en lo envidioM,
Ni á ser rico en lo soberbio.
Criéme en Madrid , al icaple
Destos airea, qne en venenos
Floridos, son verdea lazos
De los dulces afioa tiemoa.
Buena opinión , le? e gnsto^
Amigos pocos 7 cnerdoa.
Alguno en la con6anza,
Y todos en el sombrero.
Algo de amor, lo baatanta
Para ser templado medio
Entre peligros de looo
Y entre corduras de neelo.
Derramado en cortealaa
Mas que en costumbres, no temo
Que oe mi lengua y mi bato
Me acose nada el ailendo.
De airosa pluma Indiciado, .
Horas entregué á los versos:
Traje, si no el mas kiddo«
El mas galán el Ingenio.
Mis ejercicios de ttoio
Y mis entretenimienlos.
Ociosidades sin qnéj^
Y descuidos sin desprado.
La comedia, el Praoo* el rio,
Y tal ves con poco riesgo
De ocasión , no de codKia,
Surcar los golfos del inego.
De aqui nació la pendeneb
Que estos tres hombres. OnglsMia
Un papel de desafio.
Firmado de nombre rieno.
Al campo ( : qné gran M^cn
Es dedrio ! ) con sn enredo
Me sacan, y en él me piden«
Betóricoa y moiesloa^
Que tributario lea sea
De mis ganandaa ; y viendo
La deavergaeou elocnenle
Y elegante atrerimlenln»
Metf mano; maa no ea Jaste
Beferiros el suceso
En qne vuestra espada aola
Fué mi escodo y fteé mllü
Y asi, pasaré á inlóraaaraa
De la obligación qne .tengo
A nobles correspondencias
Y á generosos aciertos.
Mis padres (taeron ibutres,
Y siguieron mis abuelos
lasados sendas rinenMao
A la gran sangre del reino:
Palacio y la guem« en don*
Ganaron crianaa y premios;
Piúos dei Bey y soMadoa.
Alu escuela de aqnd '
Enunayotra
0 ▼ por mMstro
1 duque, no Alba,
e los Toledos,
^cuncU linea
ndes, de los diestros
» que dio á Espa&a
undancia el cielo;
todos k sombra
mpre heroicos hechos
Gonzalo Fernandez,
los menos muerto.
corte mi padre,
s ▼ honores lleno,
nao rey Felipo,
achos consejos,
Ita de ninguno,
hábito; gran precio,
blasones tantas
Ȗal de nn pecho,
dejó varones,
Ion Pedro Tello,
a murió en la Alsacia,
fibre y cuyo acero
parte en las victorias
I, que, César nuevo,
enció, y en Felipe
.a estribó el imperio.
MARCELO.
I & embestir; que cayó
rilla en el cuento,
sopa en la miel ;
lije, raes hecho.)
Jro tello murió?
ro? ¡ Válgame el cielo!
TEODORO.
ó válgame yo, y todo!
irió el señor don Pedro?
D0:( DIEGO.
reisteis, amigo?
MARCELO.
is?
TEODORO. (Ap.)
Darme quiero
»rque en la maraña
e encajar Marcelo.
MARCELO.
ra, qué triste nueva !
IS desdichas espero,
nayor parte mia
D01« DIEGO.
aestro sentimiento
uye su vida ;
s su amigo?
MARCELO.
En extremo ;
e muerto con él.
TEODORO. {Ap.)
ios, que no lo entiendo ;
s sus coyunturas
tando embelecos.
DON DIEGO.
padre una hija ,
piadoso el cielo
, virtud y hermosura
Jel casamiento.
b'ira de Gozman
I, porque mi abuelo,
man y valeroso ,
) dos veces Bueno.
MARCELO.
otíciade todo;
nalogrado mancebo
eservó cuidado
ecató secreto.
DOn DIEGO.
nobles la han pedido
irtud y el ingenio ,
t
LOS EMPEftOS DEL MENTIR.
Si es caudal honrado nombre.
Si es dicha merecimiento.
Parece que te entristeces.
TEODORO.
De un casamiento me acuerdo.
MARCELO.
, Nada has de callar, Teodoro?
Ap, Él se da prisa.)
DON DIEGO.
En efecto,
Reconociendo sus partes
Mis parientes, siempre atentos,
No despreciando á ninguno,
Los tiene á todos suspensos;
Porque don Pedro, mi hermano,
Trató mas con gusto nuestro
En Ñapóles de casarla
Con un don Luis de Vivero.
Pidió un retrato de Elvira ,
Y enviámosle pequeño
En una carta...
MARCELO.
No pases
Adelante; que no debo
Acallar esas memorias.
Divertir este tormento.
(Ap. Aquí me marido yo.
En esie don Luis me vuelvo.)
Estrecha viene una vida
A tan mortales recuerdos';
¡Cómo tarda el corazón ,
Desatado de si mesmo!
Don Luis de Vivero (¡ ay triste ! )
Soy ; mas no soy, que no tengo
Sin don Pedro ser ni vida ;
Téngale Dios en el cielo.
TEODORO. (Ap.)
Téngate Dios en sn gloria.
MARCELO. (Ap.)
Esto es mentir á dos tengos.
TEODORO. (Ap.)
Por mentiroso de ayuda
Me trae, por Dios, cual á perro ;
¡ Oh mentiras venturosas.
Qué dicha es mentir mas presto!
DON DIEGO.
¿IVos sois don Luis?
MARCELO.
Mis desdichas
;Cómo pueden ni pudieron
Ser de otro?
DON DIEGO.
¿Y dudarlo yo.
Señor don Luis, cómo puedo ?
Que menos que 6 vuestra mano,
Que reconocido beso.
Ni yo le debiera tanto.
Ni tuviera tanto esfuerzo.
MARCELO.
Ya no es tiempo de encubrirme. —
Teodoro, saca al momento
El retrato.
TEODORO. (Ap.)
¿Qué retrato?
MARCELO. (Ap.)
Harásme que pierda el seso.
TEODORO. (Ap,)
Miente como has de mentir.
MARCELO. (Ap.)
No me vayas al enredo,
Como á la mano.
TEODORO.
Señor...
MARCELO.
Saca el retrato, grosero;
¿ Encomendóte otra cota?
¿Trájete para otro efecto?
¿ Sacó otra jbya de Italia
Ni otra reliquia mí pecho?
Sácale luego.
TEODORO.
Señor...
DON MEGO.
Él le ha perdido, y yo veo
Maravillas y milagros.
MARCELO.
Dame aqui el retrato luego.
{Anda tras él^ y Teodoro t$ esconda en
don Diego.)
TEODORO.
(Ap, Cazadores pretendientes.
Indianos casamenteros,
Vuestra infinita mentira
Se me revista en el cuerpo.)
Con las joyas y los dijes
De balajes, y el espejo
De topacios, y el carbunclo
Al tope y los camafeos.
El retrato me quitaron ;
Una vida sola tengo.
Una muerte debo á Dios,
Y á U lo demás te debo.
MARCELO.
¿El retrato? Vive Dios,
Que después que te baya muerto,
Aun tendrá sed de venganzas
Mi ardiente amable deseo.
DON DIEGO.
Descuido ha sido notable ;
Por haberme hallado en medio.
Que os reportéis os suplico.
MARCELO.
De las joyas no me acuerdo;
Pues murió don Pedro, solo
Perder el retrato siento.
DON DIEGO.
Huésped seréis esta noche
De su original , y creo
Hallaréis agradecida
A la casa ya los dueños.
MARCELO.
Teodoro, vuélvete á Italia ;
Que en ver tu sombra me muero.
Fiel eres , pero aciago ;
Bien nacido, pero necio.
TEODORO.
Diez años bá que te sirvo,
i Y salgo con este premio?
DON MEGO.
Por hacerme á mi merced,
Y por su bizarro aliento
En la pendencia pasada ,
Se ha de quedar.
MARCELO.
Nada niego
A cosas de doña Elvira
Ni á la sanare de don Tello.
Quedaos adiós, y dejadme
Volver, peregrino y ciego,
A no volver ya conmigo,
A no saber de mi mesmo.
Las cartas que á la partida
Me dio para mis conciertos ,
Para vos y vuestra hermana.
Reconocido os lo dejo.—
Saca, Teodoro, esas cartas.
TEODORO.
(Ap. Que está endemoniado pienso;
Quiero mentir á sn trote.)
También me boruroo el pliego.
MARCELO.
i Eso mas?
I o.
caso
m
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
De lo escrito ; que ji iremos
Adonde mas que papeles *
HarAn senlir ojos bellos ;
Veuld y descansaréis.
MARCELO.
iQaé descansar? Ya habrán hecho
Mi aposento mis criados;
Que quise entrar encubierto.
DON DIEGO.
Mi casa está prevenida.
MARCELO.
No ha de ser.
TEODORO.
¿Tan nobles ruegos
Desprecias?
MARCELO.
Bergante, ^tos
¿También éntreme tidejo?
(Ap. Esie hombre es la misma Filis,
Que anda en el primer concierto
Tan blando.)
TEODORO. (.4p.)
Sin duda tuvo
En la pendencia gran miedo.
MARCELO. (Ap,)
Miente mas largo, Teodoro.
TEODORO. {Ap,)
Miente mas corto, Marcelo.
MARCELO. (Ap.)
Para cosas de honra y punto
No vales.
TEODORO. (Ap.)
Proto-embustero,
Mentir para otro es mentira ,
Y solo es justo y honesto
El mentir para si mesmo.
MARCELO.
Poltrón, descuidado, fíero ,
No has de comer mas mi pan.
TEODORO. (Ap.)
Basta á los dos el ajeno.
( Vanse, haciendo muchas hazañerías.)
Salen ELVIRA t D05iA ANA.
D0.5ÍA ANA.
Elvira, los pocos anos
Mucho no pueden saber,
Y moza y linda mujer
¿Cuál de esto hará desengaños?
Celebrada una hermosura ,
Siempre estará peligrosa ,
Y no siempre está en lo hermosa
Mal hallada una ventura.
Mil galanes de mil modos
Te son festejo importuno ,
Y mientras no lo es ninguno.
Piensan que huelgas con todos.
¿Qué temes, Elvira? ¿Quién
Te puede á tí ser ingrato?
Que aunque ya murió el buen trato,
Aun os vivo el querer bien.
Yo sé un hombre que te quiere
Con tan lina ley y amor.
Que no es su tierno dolor
De lo blando, qnc se muere.
De verdad muere por ti,
Y solamente ha fiado
Su bien nacido cuidado
De amor, del alma y de mí.
No es de aquellos que en antojo:»
Ceban lodo el pensamiento,
Siendo en sus pasos intento
Cualquier noticia en sus ojos.
Tan recatado y ceñido
Vive, que en nuevo secreto
Gasta todo lo discreto
Solo en no ser entendido.
Si quieres saber el nombre,
Pues somos primas y tmlgas,
Sabe que es...
ELVIRA.
No me lo digas.
Basta saber que es un hombre.
Conocer al enemigo
Es menos riesgo, mas no
Me aseguro en eso yo,
Sino err que yo estoy conmigo.
Nada temer mi denuedo
Me hace; aue en lo esparcido
Para todo lo atrevido
Solo de mí tengo miedo.
Inclinación pensé yo
Que era amar, y yo imagino
Que se ha de amar por destino,
Pero por consejo no.
Medios lodos son injustos,
Querer por intercesión,
Poca entereza , que son
Muy licenciados los gustos.
Poco tiene merecido
Ningún hombre para mi.
Porque te parezca á ti
Muy bueno para querido ;
Y á no hacer tiro á mi hermano,
Que le amaras te pidiera ,
Porque el hombre no tuviera
Tan buenas partes en vano.
No ajustaste bien los modos
Üe culpar, no amar yo á alguno,
Que por el querer á uno.
Se pasa á quererlos lodos.
Mi condición me disculpa
Con oír extremos tantos;
Que eslán los necios espantos
Muy vecinos de la culpa.
Tú , con tantas bizarrías.
Sufrir puedes ocasiones ,
Pues aun con tus perrecciones
Temiera yo en siendo mias.
DOl^A ANA.
Perdona ; que todo ha sido
Arma falsa, nue segura
Sé qne guarda tu clausura
La víspera de marido.
Quise ver si , ya entregada
A nuevas matronerias.
Misteriosa respondías
Tus necedades de honrada;
Y tu primor nada ignora»
Aunque muy nuevo á ser viene;
Que hablar libre y mal se tiene
Por grande virtud* ahora.
ELVIRA.
Esa virtuosa insolencia.
Aun diciendo verdad, miente;
Que en nada será decente
Quien habla con indecencia.
Aun de lo que errare, no
A nadie culpar espero;
Que para buena, no quiero
Hacer mas que serlo yo.
De don Diego, y no es temprano,
Estos días he entendido
Que pasar quiere á un marido
Todo el cuidado de hermano.
Con un don Luis de Vivero,
Que en Ñápeles está ahora.
Me han dicho, y que cada hora
Se espera esie caballero ;
Y acuerdóme que un retrato
Pidió mío. y le envió
Don Diego,'aunque me encubrió
La causa con gran recato.
Pues tú con él tanto puedes.
Sabe lo que hay; que ver siento
La libertad en el viento,
Y junio al alma las redes.
Que aunque no ha de ser porfía
Ni Tolunlad nuim éú nda.
Quiero tenerla informada ,
Ya que no la tengo mU;
Pues , aunque mujer oacif
Parece mocho albedrfo.
Esto qne ba de ser un bIo,
Disponerlo tan afn mi.
D05U AIU.
Elvira, no dades dello,
Y que lo dejó efeetnado.
Que aun es mas qne concertado,
Tu hermano don radro Tello ;
Y de don Lufa he entendido
Que es persona sefialada
Por el arte y por la espada,
ILTUA.
No es harto para marido.
DO.^A AMA.
¿Qnélefklu?
ILTiaA.
¿Eeopremulas?
Noble, entendido j tannen.
Sobre todo, hombre de liiea,
Qne es todas las partes Juntas.
PO^AKA.
Lo noble lo dice el nombre,
Pero dejaste olvidada
La hacienda.
BLVRA.
Boena caballada.
Mas la mayor es el hoariire.
Sale DON DIEGO, awf eOerasfi», ]
quedante á U jmerlñ^ áa SMá#fi
puedan ter vUtoa^ Márulé § Tu
doro.
nOM DIECO.
Que aquf os detengáis oa niego;
No asustemos A nu bermam,
Y esta dicha... Mas ¿doAa Ana
Encasa?
OOffAAlTA.
Sefior don Di^go,
¿De qué Un grande alaria?
nO?l MB60.
De verte pudiera aer,
Pero lodo este placer
Es dicha de Elvira y mía;
Lo a G nado y lo galante
Perdona ; que hoy ea fonoso
Que aun basta el noonbfe de cspsfo
Sea embarazo de amante.
Hermana , Elvira , no pido
Albricias, pero merezco ..
BLTWA.
Nada hasta ahora te ofireico;
¿Qué me traes?
DORDIlfiO.
A la marida*
En un mancebo gallardo
Por sn valor.
KLVmA.
i Qué asilada
Lo escucho!
noüMUo.
Ydeboftageipada...
BLVmA.
i Triste y dudoaa lo agsavdo!
doAa ara.
Mil parabienea te doy;
Qne be nido, ai ea el Vliem,
Que es bizarro caiwHcro.
BLfnA.
: Ay prima ! raperaMlo eatoy
Entre alborozo y enidai^
Quiera Dios, pues lo aa i|mrM»
ito que has oido
> para los ojos.
Don Dieco.
«ompostara
0 hay qae adrezarse
que ba de examinarse
> la hermosura.
>tás bizarra.
Sale TERESA.
TERESA.
¿Oís.
Buen aire sopla
% como copla ,
DOTf DIEGO.
?Dor don Luis,
Mirad.
irce¡o y Teodoro poco d poco
, y Marcelo muy de figura,)
ELTIRA.
¿Cuál será?
DOXA a:ia.
lester decillo.
TERESA.
»e el hombrecillo !
D0.^A ANA.
oy con susto ya;
1 se alboroza.
TERESA.
MARCELO. {Ap.)
)e esposo embisto.
TEODORO. (Ap.)
iza.
MARCELO. {Ap.)
Por Cristo,
lo caro la moza ;
r muy caballero,
de hacer?
TlODORO. (.4/1.)
Lo enfadoso
I , pero entra airoso.
MARCELO.
30 Luis de Vivero
vira dichosa,
par.
ELVIRA. (Ap.)
¡ Qué desdicha !
DO^AA?IA. {Ap.)
d ya está dicha ;
ly él es.
MARCELO.
¡Qué hermosa!
TERESA.
>s, qué mal dejo
a reverencia,
en mi conciencia,
o ofícialejo !
MARCELO.
a Paulo Jovio,
Jesta española
deidad sola?
DOÑA A?rA. {Ap.)
lemonio del novio.
TEODORO. {Ap.)
, que es bella la Elvira !
fruto haya sacado
le el haber plantado
*ano ona mentira !
TERESA.
ro vez y media ,
Ja desta cara )
ibre le tomara
a una comedia.
LOS EMPEÑOS DEL MENTIR.
MAUCELO.
i Ah , don Pedro malogrado!
¡Cuánto , por dicha tan mia ,
Deseabas tú este dia!
No le merecí cuñado.
Es la cabeza cortada ,
Mi señora doña Elvira,
Del Pedro, y no es, no, mentira
El retratejo.
{Túrbaie Elvira.)
D0:« DIEGO.
Turbada,
Señor don Luis, es decencia
Que no se excusa.
MARCELO.
A no sello,
Tuviera yo celos dello.
ELVIRA.
{Ap. ¡ Qué vil será la obediencia ,
Que con suerte tan cruel
Se ajuste ! Mió es el sf ,
Y no puede ser sin mi
Ser desdichada con él.)
Amiga, pues ya fué dicha
En tal hora hallarte aquí,
Avuda, ayuda á que en mi
sé dilate esta desdicha.
i. Qué hombre es este, que no hay parte
En él que obligue á querido?
¡ Qué hallado, qué entremetido,
Qué mal porte, qué ruin arte !
Que no sea gentilhombre
¿Qué importa? Y sufrirle quiero
Mal aire de caballero.
Mas no mala traza de hombre.
Que esto agradase, me espanto,
A mi hermano; ¿este mi dueño?
Súfrase algo de pequeño.
Mas de hombre bajo no tanto.
DO^A AXA.
Ni aun lo pequeño es sufrible;
i Qué civil , qué desairado!
Aun el pobre del criado
Es trato mas apacible.
MARCELO.
Teodoro.
TEODORO.
¿Qué mandáis?
MARCELO.
Hola,
;LCómo, necio y descuidado.
Has de parecer criado.
Si dejas la criada sola?
En reverencias no eslás
Perito, mal las encajas.
TEODORO.
¿Cómo he de hacerlas?
MARCELO.
Mas bajas,
Cuando las fingieres mas.
(Pásase Teodoro con la criada.)
TEODORO.
Descuido ha sido; traeráse
La recámara ai momento.
DO.X DIEGO.
Quisiera que el casamiento
Esta noche se efectuase ;
Pero no es tarde mañana.
D05ÍA AÜA.
¡ Qué en ello que está don Diego !
ELVIRA.
Mí hermano en todo está ciego.
DON DIEGO.
Dichosa ha sido mi hermana
Elvira, lo agradecida
También lo muesira á su maoo ;
Que ya no solo es hermano,
441
Sino padre, pues la vida
Sabrás después de qué suerte
Me la dio, y se la he debido
Segunda vez.
ELVIRA. {Ap.)
¿Y bas querido
Pagársela con mi muerte?
TEODORO.
Mi señora, yo me llamo...
TERESA.
No quiero saber su nombre;
Mas usted, seo gentilhombre.
Tiene mas talle de amo.
Dígame, por vida mia ,
Vuesasted, al lo perdona ,
¿Y trae esta ruin persona
El señor don Luis cada día?
TEODORO.
Viene hoy de embozo.
TERESA.
Es donaire.
TEODORO.
Es de la gala el crisol.
TERESA.
Nubes habrá para el sol.
Mas no hay sombras para el aire.
TEODORO.
En Italia, entre diez mil
Infantes, en cualquier calle
Era el priiKipe su talle.
TERESA.
¿ Y limábanle el gentil
Español f
TEODORO.
¿Cómo? Y el bello.
TERESA.
¿Soncamaradas?
TEODORO.
Mal año;
Es mi amo entero.
TERESA.
Es engaño.
Ya hubiera dicho mal del ;
¿Trae vestidos muy galanos
De Italia?
TEODORO.
Y los da también.
TERESA.
Que los sabrá coser bien ,
Me lo han parlado sus manos ;
¿Era sastre ó capiían.
Señor don Luis, en Ñapóles?
TEO0ORO.
La flor de los españoles
Le llamaban eo Milán.
TERESA.
Después de á casarse, el bello
Garzón , lá que es su jornada?
¿ Qué es lo que pretende ?
TBODOaO.
Nada. .
TERESA.
Saldrá su merced con ello.
TEODORO.
¿Cómo te llamas?
TERESA.
En cuanto
Al nombre, nada hay civil ;
Teresa.
TEODORO. (Ap.)
Y Teresa Gil
En el persegalraos Mnto.
Ma MECO.
Sefior 4 U «dit
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.*.-3.- :■; Ñi ;:i .Ty^*.^ 4f le» '
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TTltfá.
^'•■f . ..." ? J i*:- r.i^S.'
KaICOjC
}h,*r^ por nbello
• * n ■ : . *4 :nKaD30 5 b«Ho.
I. TL-u L-i cj. eft qB« habrá
Cu: :u*i lili esAjius;
f^ z •rzj?. '^ne compré en Laca.
l»:cik * : i: «rroa caduca
> .: i.cicsofaio ¡aieate;
C^ja :s:.¿i j eitnfta
La:>:.*. g;a:aB£< j hermosa ,
¿.r^e ¿t hacer ñus costosa
A 1 zi'Ctdk'i de Espaüa.
ELTIlA.
Afi. Este es loco j es grosero.)
;Yini hermano?
SaU TEODORO.
TEODORO.
¿ Qué Tcstido
Mañaca...
■Al CELO.
; Qué prerenido,
Caidadoso majadero !
TEODOaO.
Te has de poner?
MÁMELO.
¿Coántos hay
Nuevos ?
TEODOaO.
Solos quince aqui.
■ÁRCELO.
Tenme el pajizo lurqní,
Y ponte tú el Terdegay.
TEODORO.
Tüde olvidar no querría
De todo. (Vafe.)
ELT1RA.
Fnera atenderle
Tan necio como quererle.
■ÁRCELO.
Deje á Italia, esposa mía .
Tan exhausta, que recelo
Que en ella solo hallarin
Suspiros de tafetán
^ quejas de terciopelo ;
AKaniíX'ts. brava cosa.
De lo que culto se llama
Tra Tesura en cualquier dama,
Y en todas codicia airosa,
A entretener Tuestra mano
Cerca de tres mil vendrán .
Que. aunque pocos, bastarán
Para pastu de un verano :
he diamanioncs brillantes
Suma y riqueu espantosa,
^ en vez de cadena y rosa.
Id cauliflor de diamantes.
CLVIIA. (Áp.)
: Qoe mi bermaoo tanto eoiafio
Ignore!
Ywehe é mlir TEODORO mm m
TBODOBO.
i Qué hacamafiana,
La tigre ó la poreelaaaf
■ÁRCELO.
; Oh qué grackMo picafio !
Teodoro, nunca estás ducho ;
Que te he dicho muy daspado.
Si has de atinar en paliao.
Que sirras bien, y 00 macho.
TEODORO.
Que era un majadero en modo
Dijeras, y andas conmigo.
■ÁRCELO.
Si dijera, ▼ si lo digo.
Servir es sufrirlo todo.—
Tráigoos, SeRora, en efeto...
{Quiere lomarla mío maac y InM
£/WraM/(idctff.)
ELVmA.
Lo qne quisiera, por Dios,
Que no o» trajerais á vos»
Y trajerais mu respeto.
TKRESA.
Mi señor Tiene.
Sale TERESA, y pMrie i emuám
Eso temo;
¿Adonde me esconderé?
KLTIRA. '
¿Esconderos? ¿pan qoéT
■ÁRCELO.
Soy recatado en oxtreiM.
TEODOROw
¿Qué bMes?
■ARCBLO.
Salir ne ha culpado.
Sale DON DIEGO.
non DOMO.
¡Qué perdonado habrá sido
El tardar !
ELTma.
Veo qne ha Tenido
El sefior don Luis cansado,
Y recogerle...
DOH RISCO..
¡Qaéígnal
Eres á mi amor I
Al panto.
Con mil eitrenos.
Cenar carne le hace mal
AdonLais,miscAor.
■AnCtLO.
¿Cómo?
Es mentira, joro á Dios;
¿ Qnién os ha sabido á vos
De facayo á mayordomo?
No sé yo cómo este podo
Mentirme tan delicado.
Sino qne estoy easeiado
A cenar siempre mendo.
Ron MECO.
¡ Qué gastoso y e^aitids.'
tóttíáa ; [bombre,
> par ■! bnMUO «Me
BedoleeoHttT
OH MtCO.
leiMieiJiHlo
■ depeorgnilo
' iqoiéa *ió
B mal talle?
f Ttreta , ii ion ¡Hego
pnerla eom» ünwnét
RDDOHO.
b» eiudo,
t luoleDle:
ütnoi te mienle
oitr demtiiido;
moT tajuio
I Urania,
ellaifueria ,
. el guato.
■AMCtLO.
I, bablaisréciol
a pane en nadiT
lo camaradl.
JOBNADA SEGUNDA.
SslM MÁSCELO T TCODOnO.
Paio, Teo4toTOi
o ba; qne ftdTerUr, p«H al dUrio;
Joi dlaa de tenUntut
NoletobntnanMailqtfa -
Un instinie de ofeodldot .
.leTon ignalesl
Le mina Igaaleí I
Yqne tamildidqae
Tú triunfal, j jola Don,
Tú la goias. JO U piarde;
Tú dueraiei an ein> lloMn,
Y en Benerow apokento ,
RepoMS, T eo can lodw, .
Ha$ qne bnésped, U hacen daeBo,
V en meu abnituole j rica
Comea con EMn, hamvdo
Compeieocla loeregalM,
Plaioi dnice* j oJoabeHoa;
La ramilla MhiMorat
ilepenáieiido,
bafnmMo,
■«■CtLO.
Criado, DO ;
! aqnl acab6
leMro engalio.
I eres digo.
■uicttj).
v^qnejoM
idi, eoradoio ;
a leulgo.
■eiínio muelle ettnenio,
<m DUg» aplaeindelu.
De tu aemUaole pt
Detpneidectbari... .
No te tnrrioan ana nedo;
V por etTMiar tu eagaSo,
Tu an» euia, qntaMVMbo ,
" B eret aebor, jmaa Bttiiidaa;
t BOJ criado, poec ve qncjo.
fio, DO masque el er' — "
De la amlitad ilnnia.
y ds la Ignaldad Imperio.
iCoerpo de Dloa! baja gaitoa
Para lodoi, j campenoa
Todos de braTos, de rieea.
De nobles j de diKretof.
Yo tie derramado por MM '
Con uiaTieitalInsenlo...-
■«acno.
;Qaé baa derraaaadot
TIODMO.
Qae BOJ...
iQnlénT
iQué dices, hombre f
Yo he de ser don Uila.
ÁU
; Qué no engaña aun en nosotros
Dentro de nosotros mesmos?
¿Quién no se miente ü sí mismo
Sangre, discreción y esfuerzo?
Y ¿ qué es mentir á los otros.
Si yo á mi propio me miento?
Caantos en Madrid profesan
En ejercicios diversos,
Mientras semblantes y nombres,
Hablo flojo y callo recio;
Ya la tela eslá empezada.
Ser menos señor te ofrezco.
No me murmures ; que estoy
Tan amo, que ya me temo.
MARCELO.
Animo, que ya me rindo;
Teodoro, embaste y & ello.
TEODORO.
Embuste, y él á nosotros
Es camino mas derecho.
Paso, que la Elvira sale :
Retiro, y volvamos luego
Con la invención tan guisada ,
Que pueda cenarla un muerto.
HAaCELO.
Invención la de la clin ,
gue en sortijas y torneos,
nire muchas, sola una ,
Una sola lleva el premio.
(Yanse.)
Sale ELVIRA.
ELVIRA.
Rlanda, risueña, cristalina fuente,
Que al hermosoexplayar de susalbores,
Si las selvas le dan cunas de flores.
Margen los campos son i su corriente;
Si festiva, sonora, airosamente
Los céfiros la van diciendo .'«mores.
Si requiebros los dulces ruiseñores,
Si el sol, tíno galán, quejas de ausentes;
¡ Qué presto en hondo valle, aunaue
[mas bella.
De turbio arroyo vil desmerecida.
En vano gime, en vano se querella!
¡ Oh yo, mil veces yo, mas ofendida ;
Que en ella aun hasta el sor murió con
[ella,
Y en mi, viviendo el ser, pierdo It vida.
Sale TERESA, apresurada.
TERESA.
Escucha atenta, Señora ;
Que hay gran novedad.
ELVIRA.
¿Yes?
TERESA.
No te lo diré después,
Sino ahora y muy ahora.
¿Sabes aué hemos entendido
En casa? '
ELVIRA.
Di mas apriesa.
TERESA.
Que este don Luis...
ELVIRA.
¿Qué, Teresa?
TERESA.
Es mentiroso, es fingido.
ELVIRA.
¿Es cierto ó es sospechado?
TERESA.
Sospechado ; pero oirás,
Que hay otra sospecha mas.
ELVIRA.
¿Qué sospecha?
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
TERESA.
Que el criado
Es el don Luis verdadero.
ELVIRA.
Que todo embuste á ser viene,
No lo dudo, pero él tiene
Mas arte de caballero ;
Mas ¿qué testigos, qué señas
Te lo obligan á decir?
TERESA.
Muchas, grandes.
ELVIRA.
¡Oh mentir,
En cuánta mentira empeñas!
Nada verdad me parece;
Que son casos imposible,
Necedades apacibles.
Que la comedia agradece.
Dime lo que has entendido;
Pero vete, que después
I^diristouo;yaes
Dicha dudado un marido.
Salen MARCELO t TEODORO, y Mar-
celo deicubierío.
TERESA.
Los dos vienen.
ELVIRA.
El semblante
Me ha de informar lo primero.
TEODORO.
Lleva quitado el sombrero,
Y en viéndonos, al instante...
MARCELO.
Ya te entiendo.
TEODORO.
Ansi lo creo.
MARCELO.
¿ En fin te has enamorado?
{En viendo que los mira Elvira, deteú-
braie Teodoro y cúbrase Marcelo,)
ELVIRA. (Áp.)
El sombrero entró quitado
El otro, y porque los veo.
Se ha vuelto á cubiir el que es
Hasta ahora don Luis.
TEODORO.
No hay Ñapóles, no hay Paria,
Sino Madrid , donde ves
Una deidad como Elvira.
ELVIRA. (Ap,)
En mi hablan, y empezar
Quiero ahora á desatar
Los nudos desta mentira.
TEODORO.
Con novedad admirado...
MARCELO.
Terrible ha sido tu intento.
ELVIRA.
(Ap. Aquel modo y hablamiento
No es respeto de criado.
Llamo al descuido, á ver cuál
Responde. ) ¡ Ah don Luis!
TEODORO.
Señora. —
¿Ves que te llama?
ELVIRA.
(Ap. Hasta ahora
Esto no sale muy mal ;
Pero corta prueba es.)
¡ Ah Teodoro !
TEODORO.
Ama mía.
ELVIRA.
(Ap, Si hace fe la bizarría ,
Mis galán ▼ mu eoitéi
Es este. ) iJn negocio icnfo
Conügo.
Divina f entnn
Grande mis; squéhcrmosua!
A ser muy dichoso ? enso
Si en qoé servirle se otrcee.
iLvnu.
De tu boen gasto lo fio,
A pesar de mi albedrio.
Que á otros mal le parece.
Aprieta mt casamiento
Tu amo don Luis de modo
Que, de ver que es mld lodo.
Me hace listima el lormealo;
Que entre suspiros j llantos
Es desperdicio el mayor*
Que en mi se gaste nn dolor.
Que puede ser para Untos;
El porfia, j ;o no paedo
Resistirme sm tn anula:
Que el morir, aun de la didat
Es lo mas bajo del miedo;
Haz siquiera por nn dia
§ue mi alma no le vea,
como soya no sea.
Yo la perdono el ser mia ;
Y esta lisonja recibe :
Que te deba yo el vivir.
Muera yo de mi morir.
Mas no de lo qne oiro vItc.
TBODOIO.
Siento, Señora, de saerte
Tu congoja, qne ofireeer
El morir por ti es hacer
Gran precio á Un Oaea nerle;
¿Quedarás agrailecida
i)e que yo á don Lnis persuada
Que no te embarace en nada?
KLVIRA.
Mas te debo qne la vida;
Perpetuo agradecimiento
En mi, Teodora, hallarás.
TEonoao.
1 Y no te obligarás mas
De que deje el casamiento
El mismo don Lnls, por darle
Mas gusto, y no qnlera verte,
Y que muera de oieoderte
Tan presto como de amarte?
ELVIRA.
Digo mil veces qne bdgata
Que á don Lnis se lo dehferL
Bellísima Elvira, capera.
■AacsLO. (Ap.)
Aqui todo se declara.
TBODoao. IHincMe de rodüln
p ttwéntue.)
Aqui tienes, aqoi ealA
A tus pies don Lula; qne en vaai
Impulso tan soberano
Puede resistirse ya.
Yo soy don Lnis, que, eUiíads
De tu retrato y la beriMsa
Relación, ; qué Uema cosa!
: Ab mancebo malogrado!
Encubierto qnise verte.
Para ver si á la pinlnra
Tu generosa hermoanra
Igualaba en alta suerte ;
Y ya que tan soberanos
Testigos bacen las paces.
No hay emboaos, no hay disfran
Hasta el alma está en tas anasi
Si te canso, harás qne vuelva,
Y que al instante me vaya,
No á los deleites del Haya,
or de la Elba,
su florido seoo
i Pazol,
ícia del sol,
1 mar Tirreno,
, sino el Levante,
s • en qae armado,
dolor soldado,
iposible amante. —
•doro, habla, di
aras quién soy.
MARCELO.
erré, aq a i estoy,
ío obedecí ;
lana y honrada,
n tiempo. Señora,
Mial la traidora ,
I isma envainada;
li engaño.
ELV1R4.
{Áp. ¿Essaeño
escncho? Este daño
recibido engaño,
a el mas pequeño;
grave parece,
e atrevo ¿juzgar,
\ imaginar
mor que merece
no engaña este hombre ;
menos ha sido
lian V entendido ;
(lueda en el nombre ;
flii, entendimiento
» desagrada;
al^o, que nada
unción da escarmiento.)
1 Luis, no extrañéis la duda,
»en3ion.)
TEODORO.
Señora,
erra y lo ignora
que no se duda ;
prudencia.
! DON DIEGO T TERESA.
DONDIEGO.
Eníin,
plática anda en casa ?
TERESA.
te digo pasa.
D0:<l DIEÚO.
lo y sin jardin
averiguar, primero
rse, la belleza
I, el dote y nobleza,
isle lo Vivero,
es mas; ¿que es Teodoro
»?
TERESA.
Ansi lo be entendido.
DOX DIEGO.
no lo has sabido ;
rimer seña ignoro.
TERESA.
jado caer
lados y criadas
bras tropezadas,
peto i verle ayer
hidalgo y aun dos,
o puridad hablaron,
\ don Luis le llamaron.
DOX DIEGO.
do, vive Dios;
que uno y otro mancebo
rdo, este lo es mas.
ELVIRA.
t^erma^o viene.) Hallar&i
LOS EMPEÑOS DEL MENTID.
Un huésped y amigo nuevo,
Hermano.
DON DIEGO.
¿Nuevo y amigo?
¿Cómo? ¿ Mas si fuese cierto?
TEODORO.
Amigo y señor, no acierto;
¡ Con qué vergüenza lo digo!
Dadme los brazos mil veces,
Y perdonad el embozo
De un amor viejo, que mozo
Caduca en estas niñeces;
Dad á don Luis vuestros pies.
DON DIEGO.
Señor don Luis, difrazado
Empezó en desconfiado
Lo que hov acaba en cortés.'
(Ap, Aquella prisa molesta
Que el otro ¿ casarse daba,
Sin duda que eiaminaba
Delgadeces de la honesta.)
Don Luis, no dudéis de nada.
TEODORO.
¡Qué bien lo habéis entendido!
MARCBLO.
Criado soy.
DON DIEGO.
Y bien lucido.
TEODORO.
Criado no, camarada.
Teodoro es deudo. {Ap. ¿Qué sientes?)
Hombre de brio y de fe.
Criado antiguo de los que
Llamamos después parientes.
DON DIEGO.
¿Cómo os habéis detenido
Tanto en Italia?
TEODORO. (Ap.)
Espantosas
Mentiras y extrañas cosas
Conmigo ; que poco os pido,
A no ser la causa muclui.
MARCELO. (Ap,)
Mezcla verdades.
DON DIEGO.
Yo quiero
Saberla.
MARCELO. (Ap.)
Del majadero
Estoy temblando, él escucha.
TEODORO.
Después que Gustavo Adolfo,
Del Norte ardiente cometa,
No contentándose rayo.
Se desvaneció centella;
Va que muerto el Duque alabe.
Arrogante y baja alteza,
A despeños levantada,
Y á mas fábricas deshecha;
Viendo los dos soles de Austria,
Que aun el balcón de Noruega
En tanta imperial garzota
Baña las garras sangrientas ;
Dos águilas de dos nidos
Tiernos desatan, que sueltas ,
Las campañas de los siglos
Vendrán á su vuelo estrechas ;
Y el grande Cuarto Filipo,
Que es tantas veces su diestra
Muro de plata al imperio.
Columna de oro á la Iglesia,
Manda partir desta corte,
Pacífico Marte en ella,
Al marqués de Leganés,
Que por camaradas lleva
Los mas bizarros soldados.
Que en San Felipe reniegan
Pretensiones, aun la« brtvei,
445
Mal sufridas de sus piedras;
El marqués de los Balbases
Le sigue, y tan presto llega
A Milán, que, 6 no las hubo,
O le ignoraron las lenguas;
Donde el claro invicto Infante,
Mas esperanzas que espuelas
Calzadas, que ya en su aurora
Le amanece en tanta estrella.
La gente entriegt al bizarro
Don Diego, y él parle, y deja
En desierto á Lombardla,
De amor poblado y de ausencia ;
Y entonces yo, aunque esperaba
Guerra mayor, sus banderas
Sigo, que un ángel las guia
Y un español las gobierna ;
Con este glorioso anuncio,
¿Qué mucho que España tenga
Victorias, y que sus armas
Libertad de Europa sean?
Juntándoseles el conde
Cervellon, parten la vuelta
De R;»tisbona, que solo
A la fama va no incierta
De este ejercito se rinde
Al rey de Hungría, que empieza
Mas con triunfos que con aik»
A formar edad tan tiernt ;
Visita el claro Femando
En Pasao su hermana bella,
Maria, que en las virtudes
No menos que en todo es reina,
Y en Rotemberg, asustando
Que las católicas fuerzas
Se junten, marcha el Infante ,
Y el Rev asalta y saquea
A Bonabcrt, y al de Grana
Le envia, dándole cuenta
Del aprieto de Norlinguen,
Y que ha entrado á socorrerla
Pólvora y gente, y que en taño
Esta expugnación se intenta ,
Si el ejército espa&ol
No acude á todo; y apenas
Oye el Infante el aviso.
Cuando cajas y trompetas
Y alborozos que ha (legado
Publican, y en altas muestras
De amor y en lucidas tropas
De una cortés competencia.
Sale á recibirle el Rey,
Su primo, y en una esfera.
En poca luz muchos soles.
Del austro á las dos estrellas.
Las caricias, los aplausos
Igualan, y las finezas
Del Rey, sin pasar de justas.
Llegaron todas á inmensas;
Comen juntos, viendo entrambos
Ejércitos, que despliegan
Estandartes de humo al aire,
Y orbes de fuego á la tierra ;
Beimar y Homs, arrogantes.
Con insolentes promesas,
El socorrerla aseguran;
Mas con militar cautela.
Haciendo punta á Norlinguen,
Se abriga de las almenas
De unos bosques ; y el Mejia ,
Diestro y sabio, que penetra
Su intento, y que con ventila'
Pelear quiere, en serena'
Frente y sosiego animoso,
Todo va'lor y prudencia.
Las órdenes y los puestos
Reparte ; que mas pelea
Que el tropel de nrachas manos,
La quietud de una cabeza ;
El teniente general
Calazo dispone y piensa
Lo mismo, en <{«« It TlOlorit
446
Antes de empeur comienza ;
El maraués de los Balbases,
Con el duque de Nocliera ,
El Cervellon, el Calato,
Con el Ten de la Reina,
Del gran don Diego advertidos,
Resuelven que una eminencia
Y el bosque se ocupe, y salen *
Í Honra espafiola j tudesca )
Cuatrocientos mosqueteros,
Y de imperiales cometas
Tres mil caballos , y al punto
Le ocupan, y aunque le alientan
Con sumo valor, los carga
Tanta ssjonia y sueca
Tempestad, que se retiran.
Quedando en esta reflriega
Preso el sargento major,
Y gloriosa desta empresa
La nación toda española;
El sajón, que no se acuerda
Del Albis, en que su abuelo ,
Blas escarmientos que arenas
Pisando, Luzbel segundo.
Pagó k gemidos soberbias;
Desamparado aquel bosque»
Leganes, que considera
Que avanzar á la colina
( i Oh gran hombre cu la experiencia
La victoria estriba, manda
Que los tercios acometan
De Bolmeser y Toral to,
Y el padre Camasa en ella
Fortifique lo que diere
Lugar la noche, y que sea
El conde Juan Cervellon
A quien todos obedezcan ;
Ansi se ejecuta, y luego
El aran du(|ue de Lorena,
De la católica li(»
General, por el Baviera,
El Rey, el Infante y todos
En el consejo concucrdan
Que el ll^ar ¿ la batalla
Conviene masque la empresa
De Norlinguen, y que el puesto
Que llaman la Montaneta
Se sustente, y al instante
Los alemanes refuerziin
Con el tercio del Idiasquez,
Sin que los tudescos quieran
Ceder ; el gran guipuzcuano
Se huye á las competencias
De la vanguardia, queriendo
Gon valerosa modestia
Que , por ganar la victoria.
Todo el pundonor se pierda ;
Frente á frente los dos campos
La batalla se presentan ,
Quinóla en que la fortuna
Mo menos que un mundo juega.
Los dos invictos Fernandos,
Gloria de España y Bohemia ,
Que antes que el temprano bozo
Dorados laureles peinan ,
En dos truenos andaluces ,
Tan fuego, que en las riberas
Del Bétis, paciendo ravos.
Centellas mintió la yerba ,
Los primeros al peligro
Se ponen, sin mas defensa
Que el respeto de las balas.
Poco seguro, aunque es deuda,
Con suma paz el semblante,
Gran presagio en quien gobierna ;
El gran Leganés, que mira
Que una bala no respeta
Lo mas real, pues al lado
Del infante 4 matar llega
A un coronel , y á don Pedro
Girón le tronche una pierna ,
tea supliea le retiren «
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
!)
Y ambos le responden : « Ea ,
Si aqui llegan pocas balas.
Ir k encontrarlas mas cerca.»
Rompe el Ímpetu enemigo
Del tudesco la flrmeza»
Y al punto los españoles
Cobran el puesto que dejan ;
Dos veces se le restauran,
Y los españoles quedan
De vanguardia, v el Marqués
Con los dos tercios los cena
Del conde Paniguerola
Y Carlos Guaseo, y que tengan
Al Cardenal valeroso
A las espaldas, y ordena
Al valiente don Enrique
De Aragón que cierre, y cierra
Santiago, y cuatrocientos
Mosqueteros, y en la mesma
Furia el borgoñon albergue ;
Y con saña tan resuelta.
Tras el Sansibier famoso
Leonato el marqués, y en nueva.
Aunque antigua bizarría,
Picofomini calienta
Con sus ardientes corazas
La batalla, y con las nuestras
Embiste el de los Balbases,
Y en ardiente fortaleza,
Gambacurta desagravia
Tanta sangre en tanta ajena ;
Yo y don Pedro Santaula
La escaramuza tremenda
Trabamos con los dragones,
Que ni con valor sosiegan
Ni con las manos descansan ;
Y en tan reñida pelea
Los bizarros enemigos.
Que en heroica ni en inmensa
Valentía quince veces
Rendir, despejar intentan
Del puesto a los españoles,
Que en fuerte, en suma entereza,
Constancia, los quince aultos
Resisten y los desprecian,
Como las inmobles rocas
Del mar ¿ las hondas lleras,
?ue en espumas se deshacen,
en su porfía se quiebran ;
Ya cansados y rendidos.
La esperanza y campo dejan
Los suecos, y en fugas viles
Cambian arrogancias necias,
c Victoria, España v Hungría, »
Gritan todos, y del César
Y de Felipe los nombres
A eternidades se cuentan.
El Rey y el Infante siguen
La victoria, y tan sangrienta,
Que veinte mil fuertes vidas
A sus plañías auedan muerltf .
Ganóse la artilíerta
Y estandartes y banderas
Trecientas: todo el bagaje,
La gloria, que la primera
Se debe á Dios, á Felipe,
A tres Fernandos, y eterna
Al Marqués y á todos; tanto
Vence en Dios quien en Dios reina.
Cuantas casacas azulea
Fueron celosa contienda
De Marte, en su sangre roja ,
Ya son lástima, y no afrenta ;
Hacen los croatos fieros
Su agosto, que sin clemeocla.
En racionales espigas.
Cuantas topan, tantas siegan;
Herido y preso el Beimar,
Libre y prisionero queda
Gustavo Homa del gran dnqot
Lorenés, y con nobleía
Enemiga y grave aaombro
El aoeeo dloe ; « s Oh mái dcrfi
Ea vuestra HuMp eunfioles!
8ue hoy leooei en nsma,
embrea no, siso pBodigioi,
Habéis sido de la gnem.»
Norlingoen ae rlnde« y etten
Las sienes (sfcmjmievenB)
Del triunfo lot doa Peraaides;
Deipáchanme con las naetas
Al hey,yelmareMporicMos,
Y con asombroi le tierra
Me detienen, pero enfaoo;
Que piratas y slrenta»
Banaoleros y peligraat
Mas que me asoatao, ae tieoblu.
Ya en presoraiBS Jomadas»
Antes a vuestra presencia
Que á Madrid ilMO, j piÍBMro
A esta dicha que i soa paeitai;
Lo demás lo babeb aabido^
Mis amorosas licencias
Perdonando ; que amor tícM
Mayor luz en las máa ciegas;
goe en la muerte de don Piedro,
n mis lástimas 9 endechas,
En mis dafios y BÜgaSv
En mis ansias y flneías.
Como al sol la nieve
Como al campo la alta slem.
Como al Jelieche las on^bi.
Como al céfiro laa selvaa.
Como al aurora laa florea»
Como al roclo lasyerbas,
A los ojos de mi EÜTira
Todos mis males ae templan.
HAtCILO.
(Ap. Válgate d diabk> ■» veees,
¡Qué gran mentira!) Dna linea
Ni una tilde le bt qnündo
A la verdad; iJesns!
Llena
De admiración y cnldado
Me dejais.
¿YhaaldodcrU
La resolución que tavo
El bandolero?
i«
UkWCMLO,
¡llayUlBMHMt
ue me echaae los aintea
ios se lo pague) en galeraa!
Que no era criado el otro.
Luego lo vi.
¿En qnég Teresa T
Trnaa.
En que no me dijo amona»
Siendo criada , y no lega.
Lo mismo pienso liaeer yo.
gLTOU.
En relaciones, en pleua
Se refiere eala batulib
Y bien pudo hallarse c
Que es bizarro; ahonMen.
Ya la mentira primera
Les creimoa, y es
Empeño y vengan
Íue quien creyó nna
ue todaa Jantes Ins
Bsteslqaeeseapalol
De los que cnalqgler princesa
Esirafia pnedepraidarse.
Sinpecado^e "
noDoio.
señora mit,
2Í8 qaedado suspensa.
BLTtaA.
peligros me amatan
ivia.
MARCELO.
La hembra
nuy en la maraña,
arrona 7 discreta...
TEODORO.
liere acertar, Seftora,
ros nada yerra.
DO:i DIEGO.
ID Lnis tiene Elvira.
ELVIRA.
I arte y la presencia
Jgo?
TEODORO.
(Ap. ¡ Ab gran embuste,
>0€oste escarmientan!)
¿qué dices?
MARCELO.
Wi^jo
ato quisieres mientas
ro en mi no quiero ;
extraña inclemencia
rrastrado, y al punto
::aste, y después destas
, asi quisiste
e, y solo resta
o en otro romance
*s á la vergüenza.
TEODORO.
la de fingir.
MARCELO.
Solo
id6(si te acuerdas)...
TEODORO.
MARCELO.
je todo lo venciste.
Dios que te lo crean.
( Yante los dot.)
DOX DiEtiO.
dado y caballero,
i; luego lo vi,
ada me engaña i mí,
el don Luis de Vivero
lO el otro, y ¡ qué bien
se conoció !
la traza yo
sposorio.
ELVIRA.
Y ¿también
que este segundo
.uis?
DOIf DIEGO.
Pues ¿no se ve?
lia me engañé.
ELVIRA.
is menos necio en el mundo
kdo; en efeto,
*o ó mentiroso,
ubre bien garboso,
in y bien discreto;
eran breves antojos
e inclinada estoy,
enos ya no doy
viados mis ojos.)
.erminas, hermano?
DOX DIEGO.
le desposarte luego.
ELVIRA.
o, eso DO, don Diego.
DON DIEGO.
irme es en vino.
LOS EMPEÑOS DEL MENTlB.
ELVIRA.
¡ Qué colérica y dudosa
Es mi suerte !
DOÜ DIEGO.
Ten paciencia;
Que á pedir voy la liceiieia.
Sale DOÑA ANA.
Mas ¿qué buen encuentro, hermosa
Doña Ana?
DOÜ A AlfA.
Tan presuroso
Primero, ¿adonde?
DON DIEGO.
Hemos sabido
(i4p. ¡Qué picón tan entendido!)
Que es el (fon Luis y el esposo
De Elvira...
D05ÍA ANA.
¿Quién?
DON DIEGO.
El criado
Del que lo fingió primero.
DOflA ANA.
¿ Prima?
ELVIRA.
En segundo Vivero,
Sí, mejor anda embocado
Mi peligro, y tan aprisa
Como ves, mi hermano intenta
El desposarme.
DOÑA ANA. '
¡Qué afrenta!
Muchos un engaño avisa.
ELVmA.
Verdad es que es gentil hombre,
En traza y modo no miente
Ni engaña, mas no es decente...
DO.^ ANA.
¿Qué hechizos tiene este hombre
Con tu hermano?
ELVIRA.
Juntos quiero
Dejaros, porque mejor
Le des á entender su error;
Ser él y ser caballero.
Sí será, pero es mas justo
El asegurarnos mas.
DOÑA ANA.
Inclinada y cuerda estás.
Mucho puedes con tu gusto;
Vete.
TERESA.
Si al fin es costumbre
¡Ay señora! que molesta
Todo marido, ya es esta
Mas honrada pesadumbre.
(Yante Tereta y Elvira.)
DOÑA ANA.
Aunque pudiera ofenderme
De tu tibieza, primero
Quejarme, don Diego, quiero
(Tanto llegas á deberme)
De lo que yerras contigo
Que de lo que en mí no actertas ;
Que mancebo te diviertas.
Que te entretengas ami|[o.
No es culpa ; que k Madrid veo
Tan acomodado ahora
( Oigolo asi I, que se Ignora
Una queja ae un deseo;
Mas que en tema vergonzosa
Pongas en tanta aventura
Una hermana, peor segura
En lo mqjer que en lo bermoBt,
¿ Dónde está tu eotendimfentoT
¿ No sabes, moso ignomitei
447
Que en Madrid á cada instante
Se pisa en un escarmiento?
Lo que pide mayor modo
Es una atenta cordura ;
No creer nada es locura.
Necedad creerlo todo;
¿Qué noticias ó qué prendu
Tienes de que cierto ha sido
Lo que otra vez te ha mentido?
DON DIEGO.
Paso, dona Ana, no ofendas
Mi obligación ni mi trato ;
Que antes me pondré ofendido
A mil riesgos de mentido
?ue no á un peligro de ingrato ;
ú no te has visto informada
De sus partes; que si oyeras
Su discrecioo 6 si vieras
Solo en su mino una espada,
Celos tuviera yo ahora
De decirlo; ¿qué mas fe
Que él mismo? Que eo él se ve
Cuando se duda ó se ignora.
DOÑA ANA.
¿Que es tan valiente?
DON DIEGO.
Es espanto.
DOÑA ARA.
En la ocasión pensar puedo
Que tuviste mucho miedo»
Pues ahora dices tanto.
DONDIEGO.
¿Miedo es pagar...
DOÑA ANA.
Ya te digo
Que sea lo que quisieres,
Que llego á temer que quieres
Casarle también conmigo;
No he visto en ansia amorou
Ley mas tierna y mas liviana;
Que si yo hiera tu hermana,
Ya me tuvieras celosa.
DON DIEGO.
Decir lo que yo te adoro
En todo el tiempo aun no cabe,
Y pues tu experiencia sabe
Que yo tus partes no ignoro,
No te quejes.
DOÑA ANA.
¿Yo quejosa?
¡Qué bajo inaisno blasón!
Que puedo en la presunción
Ser vanidad de una hermosa.
DONDIEGO.
¡ Ah qué falsa estás conmigo i
DOÑA ANA.
¡ Oh qué vano estás de ti !
DON DIEGO.
¡ Oh qué cierta estás de mi !
DOÑA ARA.
¡Oh qué necio estás contigo!
(Vaiue.)
Sale ELVIRA, tola,
ELVIRA.
Amor, ¡qué medrosa llego
A tu nombre! ¡Oh nunca, amigo,
No seas traidor conmigo I
Basta loco y sobra ciego ;
A perdonarte me enlrlego,
Si me pierdo bien eo ti,
Algo de la dicha si.
Mas de la discolpt no;
Sea lo que anuiré yo
Cuerdo en él y di«o €■ mi.
¿Un hombre tpia tIbo miM
¿48
Ha de obligar á querido?
Si ruin, le buyo marido,
Si noble, le lemo amante;
Pero siempre eitoy constante
Kn que no be de sufrirlo
Corlo empleo ; j si nació
Sin favor mi suerte alguna,
Sea baja su fortuna,
Pero con bajeza no.
Menos ofendida quedo,
Si es mi amor aborrecido
Del que debe ser querido.
Dulce amor, todo eres miedo,
Y yo toda soy recato;
Que ba llegado el falso trato
A que todo sea flngido,
Y el mas disculpado pido.
Pues todo ba de ser Ingrtlo.
A las experiencias demos
Parte de lo que ignoramos ,
Los sentidos recebamos.
Todo el hombre ayerigi^emos.
Pero aqui vienen ; fiemos
Luz tan nueva y escondida
A escucharlos. ¡Oh perdida
Dazon ! Si hay solo un nacer.
Un vivir, ¿por qué ha de ser
Tantas muertes una vida?
Salen TEODORO t MARCELO.
TEOboao.
Marcelo, ¿en qué ha de parar
Tanto enredar y fingir,
Tanto anhelar y embustir?
■ÁRCELO.
¿Viste los remos del mar
Vagando en tremenda hilera,
Y que encierra en conclusión
TanU perla de ladroo
La concha de una galcrt?
Pues de nuestro falso trato
Lo mismo imagina ahora,
Y yo se lo doy í Señora
Comparación) ue barato.
(Escucha Elvira deide la puerta
ELVIRA. (.4p.)
bien los oiré desde aquí.
TE0IX)R0.
Ella, entre dulce y terrible ,
Es rebelión apacible.
MARCELO.
¡ Ay miedo! Asi afato á mi.
ELVIRA. (Ap.)
Atención; que algo se mira.
MARCELO.
Señor Vivero fiímido,
¿Qué hemos de hacer?
ELVIRA. (Ap.)
Mas oido.
MARCELO.
Con la hermosura de Elvira,
¿Qué pillamos? Qué Vivero,
Qué don Luis y qué soldado
Es este que hemos tomado?
TEODORO.
No lo sé ; de amores muero.
ELVIRA. {Ap.)
; Ah enemigos!
MARCELO.
¿Qué mentira
Ha sido esta en que se ve
Nuestro empeño?
TEODORO.
Nadase;
Solo sé que adoro 4 Elvira.
ELVIRA. (Ap.)
Ya es tiempo.
bO'N ANTONIO HURTADO DE HfiNDOZA.
)
MARCELO.
Estamos sitiados.
ELVIRA.
Embusteros, ah traidores,
Ah infames, ah enredadores.—
i Hermano, hermano, criados!
TEODORO.
¿Qué tienes?
ELVIRA.
Ladrones son.
TEODORO.
Perdidos somos, Marcelo.
MARCELO.
Al grális-dato yo apelo.
TEODORO.
Traición, señorea, traición.
ELVIRA.
Da voces.
MARCELO.
Si, vo también
Daré voces, daré gritos
Fieros, grandes, infinitos;
¿Cómo parecerá l>ien
Que, siendo tú el conde Fabio,
Hijo del noble marqués
De Bitoldo, que este lo es...
TEODORO. {Ap,)
¡Conde, marqués!
MARCELO.
¿Tanto agravio
Se hava heclio. 6 que por solo
Que allá don Pedro, tu hermano
(Dios se lo perdone), un vano
Retrato, ii\juria de Apolo,
Le enseñó, viene muy nedo,
Enamorado y perdido
A intentar ser la marido?
Pero yo hablaré mas recio.—
Pues á casar te has venido
Con la hija del Regente,
Todo amor es vano y miente,
Ser4s , traidor, su marido ;
Iréme al Rey, iré al ConOe.
(Saca la daga^ va tra$ él Teodoro^ y
deiiéñele Elvira.)
TEODORO.
Perro, calla, ¿este secreto
Descubres?
ELVIRA.
Tened.
TEODORO.
¡Qué aprieto!
Si en el centro se me esconde ,
Le lie de matar.
ELVIRA.
Teneos.
MARCELO.
De lulia iré al presidente ;
¿A la hija del Regente
Quieres burlar?
TEODORO.
¿Mis deseos
Tan hermosos y tan Justos
Me estorbas, traidor, villano?
Solo á Elvira doy la mano.
ELVIRA.
Templad, Señor, los disgustos.
MARCELO.
No hay que temblar, conde Fablo;
Ya acaloren los disfraces,
Sépalo el mundo.
ELVIRA. {Ap.)
¿Qué haces.
Pensamiento? ¿Haréte agravio
En creer que esto es verdad ?
¿ Dudaréis? 81» ¡oh co&n fen
Cosa qncv si Ttidad MI ,
Lo ayude mi Tolsaiad !
Ea, Señora, ¿qué Bsdas?
Sé condcsn, pnes qao pacács.
Porque boy andan las ncfcedca
O revoltosas ó modas;
Las salas luego se Iraeqoea •
Zampa el dosel, y «■ tos bldaí
La sfllavuelU de espaldas.
BLVMA.
Por temer no la desflequen;
Muy en ello estás.
¡Qné larde
Que lo lomas ! Dale prien,
Sefiora ; (|ue no hay coadeu
Que su víspera no gnarde.
■LTiai.
¿Hay un simples alegrtasf
¿ Condesa y marqnesa Julo?
Dila que te llame al panto
Vuestro par de sefiónas,
Y aun presumo en mi eondeacb
Que es poco, y qne son agravios;
Que anua entre los mismos hbioi
Tropeíando la exeeleneia.
Tioaono.
Llimote proto-embnslero.
¡ Qné bien salimos! Ten eneaU
Si averiguan la regenta.
■AMCBLO.
Otro emboste mas no qnlero.
Con la bija dd Rñenle
Al momento haa descasarle;
Voy...
{Detiének Tt§d§n.)
noaoBO.
¿Procnras eseapaiie?
HAnCB4l. (Ap.)
Pluguiera k Dina.
iLTms.
OycSt tente.
No des voces, él seereio
Os guardaré. M^. T no me Uevt
Atención para la pneta;
Este es camino olseKio.)
■AaCILO.
No hay secreto, lindo espacio;
Con la lengua el lilao Tino
A engañar, porque menino
Fué desde nifio en palacio;
Yo no be de callar.
nosoM.
Traidar.
Que me destruyes.
iLTmA.
Bipfn,
Calla dos diss slqvleía.
■AICBIjO.
¿Dosdiasánnhabiadorf
¡Buen regalo: «dsigloem
Un insunte; pero harélou
iBonono. (dp-)
De aqal bien veré gnm dala.
8
{Ap. De aqni deacnliro mm tftn
Conde, don Lnla 6 Teodoro
Slue estos trea nombroste lé),
o digo qne te qveffrét
Que aun ese efedo me ignaro;
Cualquiera qneseea, ti eres
Hombre priMpnl y honrada,
En lascostombreaashndo,
Tienes lo qno no Inrioviai
I no bay eosa algiiDt
ligna, mas Tulgar,
iisu, que tasar
nbres por sa fortuna ;
arel ó seas roble,
es qae en esta parte
be de perdonarte
abre de bien y noble.
TEOBOIO.
rae al alma ilustrara
era amarte á ti,
, que vi? c en mí,
I sangre bace clara ;
* es todo español.
MAICELO.
grimas de tu madre
gente?
TEODORO.
¡Qué! No bay padre;
^sbija del sol.
o, el merced arrima,
k\ menos agravia,
desa, Elvira ó Pabia.
MARCELO.
rrflio de prima
ran cosa.
TEODORO.
Locura ;
I entera le queda.
MARCELO.
i, mientras que bereda,
I de la Futura.
TERESA.
:oalbombre de bien,
adas de condesas
oras?
MARCELO.
Si profesas,
juntado muy bien ,
lien ; si no lo son,
ser cuentas benditas;
fie llamado infinitas
ta menos razón.
TERESA.
stamos desahuciadas
ra?
MARCELO.
Eso no.
TERESA.
to que pensé yo
.aba vizcriadas.
TEODORO.
I de valor,
ue llegue, le des,
nara.
TERESA.
Los pies
^nde, roí señor.
TEODORO.
,¿qué le respondes?
MARCELO.
este ffiorno afuera,
^onder hubiera ,
os de los condes. —
i, filióla mia,
e?
TERESA.
Y cristiano viejo.
MARCELO.
10 en cualquier pellejo.
TERESA.
» su señoría 1
MARCELO.
carlines contados
TERESA.
¿Yesuncarlin...
[). C. DE L,'U,
LOS empeRos del mentir.
MAKCILO.
Cuarenta escudos.
TERESA. g
En fin,
Mas son de tres mil ducados.
TEODORO.
¿Condesa hermosa?
ELVIRA. {Ap.)
Tened;
Mas cuerda soy basta ahora.
TERESA.
i Qué triste estás! ¡ Ay señora !
¿ Hante llamado merced?
ELVIRA. (Ap.)
Dudas, yo he de averigoafos.
TIRISA,
¿Qué os parece estas venturas?
MARCELO. (Ap.)
Que hemos de quedar i oscuras
En siendo condes mas claros.
419
JORNADA TERCERA.
Salen DON DIEGO t ELVIRA.
DONDIBOO.
Dime otra vez y otras ciento.
Hermana, tan nuevo caso.
Que si á la pena le paso.
Tendré quejoso al contento ;
En fin, dices...
ELVIRA.
Que esta nueva
Novedad hay mas, y en suma,
Deslos pájaros la pluma
Tantas veces se renueva.
Que el dudarlo y el creello
En tu prudencia no mas
Consiste , y cuerdo verás...
DON DIEGO.
No pienso dudar en ello.
Aunque no haré nov<^ad
Mientras la noticia es corla;
Mas servirle, es lo que importa ,
Con mayor autoridad ;
El duplicar el cochero
Es forzoso, que á no nada
Es víspera titulada ;
Y ahora acordarme quiero
Que mil veces me escribió
Que un señor napolitano
Era su amigo , mi hermano,
Y sí tu retrato vio.
No dudes que enamorado
Te busca.
ELVIRA. (Ap,)
1 Hay facilidad
Mayor! Hay ul necedad !
¿En qué olvido se ha bañado
Su razón, oue en tanto abismo
La pone? V si algún encanto
Hay en esto, aunque no tanto,
Yo peligro ya en el mismo,
i Oh qué necio se despeña
Hombre, si merece el nombre
Quien á estar creyendo á un hombre
Con obstinación se empeña !
DOIf DIEGO.
¿Qué estás discurriendo, Elvhra?
Que es conde y será marqués ;
¿Qué mucho?
ELVIRA. (Ap.)
I Qué antigua el
La dicha de una mentira I
•0011 MIGO.
Su presencia corresponde
A dignidad tan lucida,
Y no be visto yo en mi vida
Mejor tamaño de conde.
ELVIRA. .
i A quién donaire no bicier»
Esta liviandad?
DON DIEGO.
Hermana,
Yo no be visto esta nuiñaoa
Al Conde, y buscarle..;
BLHRA.
Espera;
?ue es razón comunicarle,
ahora vendrá doña Ana.
DOIf DIEGO.
[Qué prudencia tan anciana !
No vendrá mas que á dudarlo
Todo, y con sus bizarrías
A ofender también.
BLVnA.
Don Diego,
Mira que el ver...
Entran DOÑA ANA t TERESA.
TVEESA.
Entra luego.
Zampando las señorías.
DoIIa AMA.
(Ap. Tan loca criada está
Como ellos.) ¿Primo?
DON DIEGO.
¿Señora?
DO^A ANA.
Que es mar nuevo cada bora
El dia ; comadme ya
Lo que no pudo Tereu
Con su alboroto.
DON DIEGO.
Estoet
Que el señor conde y marqués
De Bitoldo...
ELVIRA.
Lo Marquesa
Estoy temblando.
DON DIEGO.
Un retrato
Vio de Elvira, enamoróse
En Italia, y resolvióse
Con este emboto f recato
A venirse, y sin saberlo
Su padre...
DOÍIa ANA.
Fineta ba sido;
Mas ¿quécerteta ha traído
De que es él?
DON DIEGO.
Tropeaó en ello ;
Si no es conde ó son engaños.
Disputarlo ya no espero
Contigo.
doHa ana.'
Ñivo lo quiero;
Dios os conde muchos años.
Dios nos libre que eki enredos
Se cebe una voluntad;
Que llegará la verdad,
Antes que en pasos, en miedos. —
Y tú, ¿por ventura estás
Tan necia?
ELVIRA.
UegA A t ario,
Y en llegar á <£
NoUnneeli^p^-»
{^
Bpeaa;
4K0
Ved con lo que afaora viene.)
Pues ¿mi señora no tiene
Harto bulto üe condesa ?
Y á re que todos los días
A mil pobres, desta salsa,
Pienso por la puerla falsa
Dar sopa de Seílorias.
ÜOÜK AXA.
¿Conde? {Ap. Endiablados están
Todos.)
ELTIBA.
Hermano, lleguemos
A su aposento, y terémos
Si algunas señas nos da.
Papeles, en que se funda
La verdad.
DON DIEGO.
Tu parecer
Sigo, aunque no es menester.
BLTIRA.
En esta pieza segunda
Está un bufete, y en él
Muchos papeles.
(Estén en un bufete muchos legajos
papeles,)
DON DIEGO.
Veamos
Si mas testigos baUamos.
ELVIRA.
Dice el primero papel :
« Soneto en lengua italiana,
»A1 ritrato dil sigDora
•Elvireta.»
DOS DIEGO.
i Desto ahora
Qué dices? 10 apuesto, hermana.
Que es gran soneto.
DOÑA ANA.
Si es suyo^
Compondrá bien cualquier cosa.
ELVIRA. (Ap.)
No escondió lo maliciosa.
TERESA.
Soneto al retrato tuyo,
¿Es cosa mala?
ELVIRA.
Aqui trata
De negocios : cMemoriali
•De servichi principali ,
» Y calila de cásala
>Bilolda.»
D05ÍA ANA.
¿Es mucha familia?
DON DIEGO.
Pese á tal, ha emparentado
Con lo mas noble y granado
De Ñapóles y Sicilia.
DOSÍA ANA.
Temiéndome estoy de loca
También ; ¿como, buen hermano,
Te has informado temprano?
ELVIRA.
Del conde de la Bicoca,
Del marqués de la Garulla
Y del duque de los Codos
Cartas.
D05ÍA ANA.
Sus estados todos
Pienso que caen en la Pulla.
DON DIEGO.
Esa es provincia famosa
En Ñapóles.
ELVIRA.
Retirado
Está aqui un pliego y cerrado.
DOÑA ANA.
Abrirle.
DON ANTWIO «ÜRTADO M MWDOZA.
de
DP9 DIEGO.
¿Dama, y curiosa?
Dios nos guarde.
ELVIRA.
i Al marqués,' condf
•De Bitoldo, m\ señor,»
Dice.
DON DIEGO.
Todo en su favor
Habla, concierta y responde.
ELVIRA.
En español es la car^a,
Y dice asi : (Lee.) < Aunque son tantos
»De una verdad los peligros
>Y de una fe los agravios,
>La que á tu seryicJolengo,
•Como antiguo y fiel criado,
> Y que recibi en tu casa,
•La obligación de los años
•Me obliga, Hierza y compele,
•Gran señor, que abanderando
•Mis riesgos, te dé noticia
•Que tu hijo, el conde Fabio,
•Sin mirar á la grandeza
•De tu casa, al nombre claro
•De sus mayores (i qué injuria! ),
•Persuadido de un retrato
•(i4p. Dios nos ayude), casarse
•intenta, y está casado
•Con ana dama española,
• Que aunque de buen gesto y garbo,
•No es mas que una honrada hidalga.»
(Ap. No es corta alhaja lo hidalgo,
Con licencia de lo conde.)
DON DIEGO.
En el fuero castellano
No hay mas blasón que hidalguía ;
Prosigue.
ELVIRA.
(Lee.) c Y tantos engaños
•Ha hecho, que se ha fingido
»(¡ Qué indecf nda !) un mo<jle^do
• Particular caballero,
•Que ella aguardaba, y él, falso,
•Ciego de amor, claramente
•Quien es ha dicho, entregando
•A nubes tan escuderas
•Del sol los biloldos rayos,
• Y aun pienso que ofrecer quiere,
• En trueque indigno, á su hermano
•A tu hija, la señora
•Doña Quiteria Fracaso.»
D07Í DIEGO.
Eso no me lo habla dicho.
ELVIRA.
Teníalo reservado
Para albricias.
DOÑA ANA.
Yo os ofrezco
De no acusaros de ingratos.
ELVIRA.
(Lee.) « De la hfja de tu deudo
•Ni se acuerda ni hace caso,
• Doctor, mi señor ; al hombre
•No hay metérselo en ios cascos, .
» Porque he querido dar cuenta
• Al Rey; lo que llaman palos
•En Castilla es la amenaza
•Mas barata de sus manos;
• Este es el fingido viaje
»De Alemania, este el bizarro
» Aliento, en que prometía,
»Pompeyo napolitano,
»Que era César un belitre,
»Y un belleguin Alejandro;
•Este el báculo, el arrimo,
»EI bien, el gusto, el descanso
»De tu vejez.»
Eif Qokas
Ya mas. ¿Qné mas dedarato
Indicios? Qué mu taatígoi?
Yo perdono al seereUrio,
Siendo Guzman , lo tacadím).
Aunque ignora que loa altos
Linajes, oomo eata j otros.
No sufren medios nay bajos.
Si tienen meolido el nouie.
Están lucidos y claroSt
Si le tienen vmaderó.
Que en cualquier sUlo y etfada
Son mejores que ouo^ omchoi
De otras clases, ya el||caso
Del casarse los gnameua,
O los corone de tpiaosos;
A sacar cuatro doseles
Vov, y uml^ien otras coairo
Colgaduras, pues ya es tieaipo
De prevenir los dosesartes;
Vuelve el pliego, y diestrañeaie
Le deja oculto y eemdó
Adonde estaba eseondido^
Y adiós.
TtaÍBM-
\ kj miedo, ji eetiaalM
Fuesen marqueses!
•OÍA ANA.
ÉMra,
Si es falso ó sí es Abo el trato,
No lo Juzgo; mas, ya sea
Engaño ó verdad, el diaMs
No puede disponer ^^ Mea
Un embuste y un enmo;
Casi me voy persBsdfaidp;
Pero vete may despacio;
Que inclinacioayoodida
Dan mucha pjiés^ £ ^is pasos.
¡ Qué linda predicadora
Tenemos! Val al
Le viniera el aer
Lo hiciera ella
No me temas fácil »-«.,
Que no digo yo dadaodo,
Sino en altas evidencias
Y en intentos sobeiBWia,
Como es no ma^.q|aean dsdoio
Caballero, aoompaVado
De honores, que Jos Teaero
En cualquiera qne lop halla:
Tuviera cuantas graiideas
Esconde en senos avaros
El sol, ó cuantas ahora
El nuevo hermoao palacio
Contiene, qae en a desvelo
De un siempre atento aüdado,
O son triunfo de av dneio,
O son desden de i
Tarde mi paa tniberlan.
Prima; que tei^ noy n
Los deseos , y ooa edes
Los pensamientos méf^ifBKi^
Stíen TEWORO t
No es menos lo qne n^ra.
¡ Saceso eiirafio!
La tropa, \umm^
Era don Luis de Tli
¿Don Luis f
MARCELO.
Do& ¿iiíij, y al postigo
larCinVeD posada
sta 7 aatorftadá'
. .iiii.; ■ ; 1
TEODORO.
No estoy conmigo,
Ido. '* '■''■•
■ÁRCELO.
En fib^a gente,
mucháy bien Incida,
la cena ó comida
le dijigente,
olete pequeño
lalelas desata
f bastante plata,
gusto del dueño ;
verdes y rojos,
muchos, j en suma
DC¡oo,quesin pluma
Copia en los ojos }^
ras muy lucida»
hechura, pequeñas
mas ningunas señas
iron escondidas ;
rero á un vecino
sa preguntaba
iego, y si llegaba
opa, que imagino
e la impertinente
el majadero
[ue es lo primero
las novias se miente ;
eodoro, mira
os de hacer, que en los huesos
estos sucesos
)ien gorda tnénlira ;
haber fuga forzosa
; que no creta
1 la bellaaueria
ster ser aichosa.
TEODORO.
(s, cuitado? Calla,
O, ten aliento ;
¡ nuestro vencimiento
mucha batalla,
ufete, si acaso
illoban caldo
aje.
MARCELO.
Habrá sido,
.en, bravo paso;
s están, y el pliego
ladera historia
t)ierto.
TEODORO.
Ten memoria
roñes, y luego
\e á la maraña,
tiene vida.
MARCELO.
La Elvira ,
ás.
TEODORO.
La mentira
¡e, y á nadie engaña.
MARCELO.
Tías corto rodeo
' Que á esta doncella,
lo el ser tan bella.
TEODORO.
>orta, si yo lo veo?
1 sabrosa batalla
mosura, á ser viene
a que se tiene,
s la que se halla.
L0|^ EiyiP^^OS DEL {fENTW.
Salen ELVIRA, DOtÍA AJÍiA t TEAESA.
TERESA.
Ya está el CondéVidi ^5or,
En casa; ¡qué-álegre cosa
Unsefiorazo!
TEODORO.
Hov,' esposa.
Queja tendréis' de mi amor ; -
Que en no permitidos ocioS^
Me embarazan cada instante
Varias cosas, que en lo amante
Son groseros los negocios,
Y es la ocupación ahora' '
Mas justamente «frecida
A importancias de la vida,
El morir por vos, Señora^;
Sé que es locura adoraros
Sin mas méritos que el mió,
Y siendo este el desvario,
No hay mas acierto qué amaros.
* • í ; I
ELVIRA.
Si los recatos y enojos
Se hallaran mas perstfadidos,
Ni le estorban mis oidoa; ->
Ni desayudan mis ojds;
Hablad á mi prima.'
TEODORO.
Prima,
Aunque es nombre sospechoso
Para todo grande esposo.
Haré el apréófo y la estima
Que debo de su merced.
DOñk ANA.
¡ Que ni en tanta italiania
Me quepa una señoría!
Estrella tengo en merced.
MARCELO.
lisia no esté encogida;
Que ya...
DOÑA ANA.
No estés deshallada;
Que señoría llamada
Es persona agradecida.
ELVIRA.
¡ Qué poco me desvanece
Nada! Mas guerras que el nombre
Es el hombre, y en el hombre
No hay mas de lo que merece;
: Oh SI los grandes señores
Fuesen merced ! que ir guardando
El soto, ¿qué importa, cuandty
Las guardas son cazadores?
MARCELO.
¿Hay fantástica afición?
TERESA.
;No le he dicho que al cuitado
Le tengo mas desdeñado
Que á los Martines el don?
MARCELO.
¡Bravo rumbo!
TERESA.
¿Qué te quejas?
Del volumen no te asombres;
Que también traen los hombres
Guardu-infanteen las guedejas;
Solo á preguntarte vengo,
Por hablar al tiso bien.
Si eres tú Conde también?
MARCELO.
Alguna amenaza tengo,
Y no hay vivir ni hay paciencia ;
Que está el Tnondo en vil pot-fta,
Pesado por scfioria ' • ■ ■ ■
Y necio por excelencia;
Vuestra merced, ¿qué mandila
Me hacéis? ¡Que hoy Be llegue á fer
Ofensa la qoe fué ayer
Honra de un re; 4^Gai8tllla!
No te pierdas, ignorante.
No prediques.
f
i
(V«M.)
MARCELO.
Cfái^íoca;
Que en estas fiestas me loca
Mi pulpito Ib'd consoDaniel'
I ■
Entre muy t^rentrado PON pipGQ.
SOR DIEGO.
Ya quedan de rasd'dé'oro
Los tres doseles'fiaflos*; '
Que usándose tret'Mtrados...
Pero ¿aquí el Conde y leodoro?—
Hermano, vuesejioria
Me dé la maop.
TBOOOIO.
La mano
Te doy, y otra ntsde hermano.
úbn DIEGO.
{Ap. Cierto e8aqaeMo.)La roia,
En serviros ocupada.
No ha estado á un tiempo breve
A vuestros pies» come 4ebe. .
MAICBLO.
¡ Qué introducida yeansada
Esta necedad cortés' ^'^ '
Anda! que es lo eortesano,
O «yo beso vuestra mano»,
O «yo beso vuestros piós».
Sale TERESA.
TERESA.
Un criado de palacio'
Busca al Conde, nú señor. ( Vase.)
MARCELO.
¡Hay embelecó rfiayorl
ftóbÓRO.
¡Hola! '••■;■.
MARCELO.
Querrán íúúj de espacio
Que entres en las ^tfestas.
TEODORO.
Que
Entre el criado.
Entra VIS Cfi^küO,
CRIADO.
¿Yueseoria?
TEOÍM>RO.
{Ap, No le oiré, por'^ida mia.)
Sillas ; pero estoy en pié. "• -
CRIADO.
Mi señora la Condesa ,
Duquesa, á vueséóHa.
TEODORO.
i Qué grandeza y cortesía !
CRUDO.
Y ¿ mi seora la Marquesa
Suplica vayan á honrar
Las fiestas que en 6üen-Retiro...
TEODORO.
i Qué justamente me admiro !
i Y es digno de celebrar
Destos tan grandes señores.
Que, en servir siempre ocupados,
Partan tan altos cuidados
En tan diversos favores
Y tan baratos? Ninguna
Modestia á la sbnlllcanza ;
Quieien •er'wmtaitt'
UMBoaoawtai^
•r*íi
452
A sa excelencia dirá
Vuesacé que, si pudiere,
La Condesa, ó si quisiere,
Irá á servirla.
MARCELO.
Y |>odr&
Añadir el mensajero
Que si al Conde, mi seBor,
A üempo, en tanto favor,
Le llegaren, como espero,
Dos frisones de Toscana,
Toreando á lo español.
Dará envidia á todo el sol,
Y á todo lo CantiHana.
TEOOOBO.
¿QuéfiesltshayT
CRIADO.
Las mayores
De á caballo, y después dellas.
Dos comedias.
TEODORO.
Iré á fellas,
Que huelgo de sus primores.
¿Cuyas son?
CRIADO.
Es peregrina
La primera, de un lucido
Ingenio grande, escondido
En lo Tirso de Molina.
MARCELO.
La otra será mediana ;
Que es de un fidalgo que en ellas
Nada faace bien sino bacellas
Muy tarde y de mala gana.
TEODORO.
íQuóeslabistoria?
CRIADO.
La tragedia
( Bien que con lazos severos )
De dos grandes embusteros.
TEODORO.
Gran mundo es esa comedia;
Será cosa entretenida.
Vuesacé vaya en buen hora,
Y á la excelente señora
Beso la mano.
MARCELO.
Pulida
Guarnición.
DON DIEGO.
Muy gran favor
Destos señores ha sido.
TEODORO.
iQuién mucho no ha recibido
De su grandeza?
Sale TERESA t UN CRIADO.
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
TERESA.
Señor,
De parte del Almirante
Un recado.
TEODORO.
Este es cuadrilla.
CRIADO.
El Almirante.
TEODORO.
En Castilla
Gran cosa ; pase adelante.
CRIADO.
Suplica á vuesenoria
Luzga su cuadrilla, entrando
Con él.
MARCELO.
Lo estaba temblando.
TEODORO.
Atended, esposa mia;
{Vaie.)
Dígale que ya en linsje
Soy Guzman.
D05fA ARA.
Y buen galán.
TEODORO.
Aunque Enriquez y Guzman
Es antiguo maridaje.
Que de mi no determino
Sin saberlo.
(Vate el Criado.)
Doñk ANA.
¡Qué primores!
Los tres Guzmanes mayores.
MARCELO.
El haber sido menino
En aprieto semejante
Te pone; ha sido galano
Este nuevo pasamano.
TEODORO.
Y'a respondí al Almirante.
DON DIEGO.
; Qué honradazos pensamientos
Tiene, hermana ! ¿Qué respondes?
ELVIRA.
Que parecen bien los condes
A su obligación atentos.
Sale TERESA.
TERESA.
De un don Luis de Vivero,
Que de Italia hoy ha llegado.
Está á la puerta un criado.
TEODORO.
Conocí á ese caballero.
Dios le perdone.
MARCELO.
¿Qué haces,
Teodoro?
TEODORO.
Yo estoy despierto.
DON DIEGO.
¿Don Luis? ¿Quién duda que es muerto?
DO^A ANA.
¿Don Luis? ¿Si hay nuevos disfraces?
TEODORO.
Ea, ¿por qué no decis
Que entre?
ELVIRA.
En mas nuevo cuidado
Entro. ¡Buen talle!
Sale DON LUIS.
DONA ANA.
Extremado.
MARCELO. (Ap.)
Teodoro, el propio don Luis
Es, por Dios.
TEODORO.
I Cómo? ¿Qué es esto?
¿Hay dcshuello tan patente?
¿Hay maldad tan insolente?
DON DIEGO.
¿Qué es esto?
TEODORO.
Aterradle presto;
Que este el bandolero es
Que nos robó en Cataluña,
¿ Y el traidor la espada empuña?
DON DIEGO.
¡ Oh perro !
ELVIRA.
i Ay triste!
I MONum.
Despoei
De dedrotqne meatii
Mil veces, no el bandolero.
Sino don Luía de Vivero,
Soy.
TBODOBO.
Criado y doe Late
Juntamente; ja verftD
Si el que ant ves hs mentido
Puede nunca ser creído;
Y el bellaco el eapiUn
Es por lo menos» y sqiael
Que el retrato me tomó.
Mintiendo en efeelo entró;
No hay creelle.
■AICBLO.
liamos tras él;
Que se esesptri.
TIODOnO.
Eso teño.
Que es ladrón ; echadle maso.
DON LUH.
Tú mientes, como on vilisno.
¿Mentis á un condeT ¡Oh blasfem
BLvnu.
¡ Hay tan nnevas con Aulones!
DON MESO.
Matarle, si se resiste.
DOffAANA.
Harto bixarro es el triste.
niESA.
¡Qué lindos son los ladrones
En Cauluña!
■OH LUB.
¡Esto escacho!
MAICBLO.
Si las joyas trae eonsifo
Vedle, que todas me obligo
A decirlas; y ¿qaé mocho,
SI á mi cargo tantos ates
Lastave?. . .
{Etcudrtñnk.)
DOHBOfiO.
El retrato bello _^
Que yo envié i don Pedio Tcuo
Es este.
¡Qué dicha!
DON LUIS. (Af.)
Engates
Es cuanto en Madrid se lofo.
■ancno.
Cinco joyas el malvado
Nos quitó.
MmMMO.
aneó be topado.
■ABGIIjO.
La primera es ana Earopa
De rubis, bufando el loro
De ver qne muevo sos faldu
Un céfiro de esmeraldas.
TBOMMO.
Costó á mi padre an icsoio
En la almoneda de Uriteo.
: Hay tal ladrón!...^-
La misma, la misma es.
OAaCILO.
Un abnjon peregrino
Es la otra.
wm Lon. (Ap.)
iQné demonio
pudo á entaoder?
■áBGILO.
ras?
DON DIB60.
No es menester
as, mas testímonio
eo ; nn algaacil
tos; que esta prisión...
TEODORO.
que annqne es ladrón,
tes y tan gentil
, que el baen pasije
coso.
DO*"! LOIS. {Ap.)
i Hay tal suceso !
oaldad! y ¡qaé exceso
I yo sin an paje!
W3^k ARA.
le ni su cara
ID.
TEODORO.
Yo le seré
y le basto, aunque
idron de Gnefara.
ELTIHA.
Di casa?
HABCELO.
No hay trena
TEODORO.
Daos á prisión.
DON LUIS.
on? ¿A mi ladrón?
DON DIEGO.
hele una cadena.
■ÁRCELO.
tizada garduña !
DON LO».
así i un caballero ?
MARCELO.
e el ruin bandolero
mi en Cataluña?
eá empellones, y quedan tUfña
Ifia, Ehira y Teresa.)
D05ÍA ANA.
, prima; y ¿tuestas
ss ladrón?
ELVIRA.
Si es ladrón
en mi confusión
no cabe mas ;
erme no acierto,
nrrir ; que ba traido
s de un l'oragido
icias de un muerto ;
s su talle le abona,
¡ue todo va,
por la barba ya,
le por la persona.
DO8ÍA ANA.
I sea ó Vivero,
uto yo me agraTio ;
y tu conde Fabio,
no el bandolero.
ELVIRA.
ia estás del caso;
ermano?
doAaana.
Él se mejora ;
le queda, Señora,
toria Fracaso.
{Vanse.)
LOS jaiPEROS DEL ipEHTIB.
Stl# DON Luía.
wmvam.
A mf pregantaime qolopo.
Si es qne yo lo sé, qoé ba tido
Esto que me ba soeedfdo.
¿Yo muerto? Yo bandolero?
Yo ladrón, y preso yo?
Y coando buscaba aqil
Prisiones de amante sf,
Pero de culpado no.
Quise, á lo galán andano.
Ver escondida á ndespoÍM»
Y quedo á su fíats bemoia
En los grillos da otn mano;
Este conde y cnanto bailé
En esu casa turbó
Mi paz toda, y solo no
guedó turbada mi fe ;
1 original ingrato,
Que sin reparar en ello
Vio mi estrago^ f en lo bello
Solo no mintió el retrato.
Criado ni criada se Ye.
TERESA. (ApriM.)
¿ Qué intentará mi lellora?
non Loa.
Poralliva.— Ce.
TERESA.
Adeshoit,
¡Qué mala letra es la cet
DON una.
Ce, ¿á quiéb digo?
TERESA.
iQaiéoeeeea?
DON LUIS.
Llegad ; don Lnis de Vivero.
TERESA.
Gato por el mes de enero,
Aun sin tejado saltea.
Mal año.
( Huye , y eógela dan Luis.)
DON Lms. ^
En vano á los pies
Pedis socorro.
TERESA.
i Av señores!
Si bnbo tantos salteadores^
Señor Vivero montes.
Yo le pido...
DON Lms.
El salteamiento
Forzado de vos ba sido.
TERESA.
i Ay triste ! ¿quién me ba traído
Ahora á aqueste aposento?
DON LUIS.
No temáis, doncella bermosa.
TERWA.
De ese lado nada temo.
DON Lbn.
Basta de linda el extremo,
No le tengáis de medrosa.
TERESA.
¿Requebrador también es?
DON Lms.
Solo de vos saber quiero
Qué hombre es este ó (¡¿Mllero.
TERBSa.
Un infinito marqués, .
Que se casa con mi ama,
Y antes era... Pero siento
Entrar gente al aposento,
Y no e spero mas. ( Vm$ c$rr
wmvm.
¿HiyllÉlBM
De Tolcan mÉetfbfgo iRBlo
Despidtt Baj r^ieloi
Que abraaa mas qaé esta vos?
Stítn ELVIBA i DOllA ANA.
mAaaa.
Detaoordanmeeipiíilo; .
¿Aqnlvieoei?
1"
iniM ■■%
Ser ana miUer pladoift
En el puesto es btín éoia ;
Peroeaalubfapma
La piedad en la. Medad»
Y dfespiief de hilieHffOldo»
Tampoco me htfrernijulido
Qoe ea ladrón. , .,
Ata oacflQpHada
Si hay cosa qué quedo oaenra,
Nos vale.
Delom^r
Se aprovecba n sfüieador;
Pero en mi jaf oy sepua.
Quédate aquí; q¡A |o qátaro
Llegar.
Mu un*.
Qiiehajganlilmigtim
Otn Tes.
YodetenalDO
La experiencia.—. Gaballeio,
O qnDien sois, ved qi|B ba llegado
La jnsticia, qne h% sabido
Que aquí esia un preso eacoadldo;
Y estéis ó no elté» cidpii^,
Yo me resaelfo á Taieroa
Y á esdtFsra^t «n puerta
Salid, os la d^ó abierta;
Salid, ¿qué aguárdala? '
•OH una.
Debecoi
Tanto, ala deberos nada^ .
Ea merced muy ofendide;
Que antea d^aré la fida
A un cochillo^ que dudada
Mi verdad.
MlUaiu.
Ouefieuafsula.
Vamos.
oenora, esperao.
DOffAlItt.
¿Qué has bailado?
■Lvna.
¡Tm verdad.
Que si engate 5 «üi.
(Vmuel i»i ám.y
Qué prisión, quA e«
¿ éconfbSiaBMlr
Que no biei k
Una ene
Qu
•f
.aleí
m. aasf
t I
No seré yo, no, el primero
Que de mentiras fatales .
Me componga, y victoriosos
Tremole sus eslandarles.—
Salteador ó caballero,
Que en este aposento yaces
Preso en tan nueva ofendida
Cortés peligrosa cárcel.
Yo soy, yo, don Diego Tello
De Guzman ; que los Guzmanes
Ser buenos como eii.el nombre,
Es mayorazgo en la sangre ;
Que viendo que te has valido
De la memoria agradable . ,
De aquel don Luis que en.m! amor
Siempre morirá mas tarde,
Resuelto á una gentileza
Vengo, aunque tanto se agravie
Mi cuñado, tu ofendido,
Generoso, ilustre alcaide.
Casé con él á mi hermájía,
No por necias vanidades
De títulos (que en el mundo
Es mejor quien mejor nace),
Sino por ver que, jya. muerto
Don Luis, no puede guardarle
La fe y palabra del hombre.
Covunda y lazo el mas (grande;
Y aunque á tanta ofensa mia
El nombre suyo tonnaste,
Este sagrado te valga.
Defiéndate ese homenaje ;
Las puertas tienes abiertas.
Vete y lleva lo que hurtaste
O adquiriste en esos cinco
Delincuentes de diamante.
{Pone un Herno envuelto en el bufete.)
Todas las joyas te vuelvo,
Gimalo el Conde ó lo brame
Elvira y criados, deudos
Con necios nombres me ultrajen ;
Deste cuarto, que es el mió,
Una escalera á la calle
Te guie, tu norte sea
En tan borrascosos mares.
Huye luego, vete luego;
Que el Conde, á quien agraviaste ,
Fué á prevenir la justicia,
Y cuando nunca engañases,
Y el mismo Vivero fueses,
lA cuántas indignidades
Te expones? Si hallas casada
A mi Elvira « y tantas partes
Son las de su claro du^eño
En rico, lustroso y grave ,
Que arrepentirse no puede ;
Si no alguaciles y alcaldes ,
Huye desprecios, afrentas.
Desvíos, desigualdades.
Descortesías, desdenes'.
Que no digo ya desaires;
Que ser yo prisión ni grillos,
M lo admiten mis umbrales ,
Ni lo consiente nú tama,
Ni lo sufre mi linaje.
non LUIS.
Justamente á tan oscura
Tiniebla el bajo semblante
Mostráis, y intentáis conmigo
Bizarrías tan infames.
Que á tener aqni una espada.
Sin presunción arrogante.
Os pagara el necio aviso
De tan indignas piedades;
; Yo fuga ni yo valerme
De mas <|ue mi nombre? En balde
Excedéis de cortesano
La falsa engañosa margen ;
Casada ó no vuestra hermana.
Por testigo be de quedarme
De vuestro enemigo trato,
DON ANTONIO HüáTADO D% MENboZA.
De vuestro aleve hrápedaje ;
MI resolución es c^a, ,,
O sus mudanzas me abra^ni^,
O vuestras cii^á's me injurien, ,
O mis desdichs^s liie mateii. {Vase.)
TI^ODORO.
Mal me ha salido la traza,
Y barquilla fluctusnte
En olas tantas bien cruje.
Mas no desmaya la nave ;
Creí que desesperado
Se fuera, y que en ese trance
Se resolvieran don. Diego
Y Elvira ; Marcelo sale .
Con triste rostro al encuentro.
■ ■ • •
Sale MARCELO, corriendo,
MARCELO.
Si no es, Teodoro, el escape.
No hay ahora otro discurso;
De Italia dos capitanes,
Y tres criados del Vivero
En casa están.
TEODORO. ,
Baste, bsjste.
Ya lo entiendo, y no hago mucho ;
Ellos vienen á buscarle.
¿Qué haremos?
■ÁRCELO.
Desta marabá
Ofrecer segunda parle ;—
Que acabarse no es posible.
Senado.
TEODORO.
Quita, aún nos cabe
Mas esperanzas ; ea, vamos,
Que á pensar voy.
MARCELO.
Si pillaste
Las joyas, bien vamos.
TEODORO.
Deja
iCodiciIs civilidades;
Oue en su proceder se cuentan
Los hombres, y son capaces
Todos de todo: que todos
Tienen la suerte por madre.
[Vame.)
Salen DON DIEGO , ELVlRA , poSA^
ANA, TERESA y LOS criados de don
Luis.
■
criado 1 .°
¡A esta casa vino solo
Don Luis, mi señor, y un paje
iTraer no quiso ; ¿dos días
Negarle?
Dp;T qiEGO.
¿Cómo negarle?
{Cuando don Luis fuera vivo,
El que ayer vino á buscarme
Es un ladrón bandolero
Que robó al Conde.
CRIADO !.•
A un alcalde
Daremos cuenta,
ELVIRA.
Dqu Diego,
Salga este ladrón, veránle
Estos hidalgos, saldremos
Desta confusión. '
DOX DIEGO.
Llamadle;
Venga.
S9lé DON LUIS.
Salid, lad^ááid.
críalo S.*
Señor, ¿tü ladrón? , ,
DOZILOlf.,
, La cárcel
Es ya deuda» y pues lo ajcao
Vengo á buscar... ,
BOM DIMO.
Perdonadme.
Señor don Luis; quonon lo espero
Mas decid , ¿qnién, si se sabe,
Es el marqués de Bitoldo
En NápolesT
D03I LUIS. , ,
Quien se Uaiie
Tal titulo en todo el reino
No se hallará.
DOÍiÁ ÁKA.
:Qné desastre!
Doña Vitoria Fracaso
Ha fracasado. I ,
DOM DIEGO,
Al ips^n^
Busquemos estos ladrones,
Que, después de engaftos (ilei.
Se llevan las joyis; nunca
Me engañaron ios bergante!
I
Salen TEODORO T MARCELO.
TCODOBO.
Caballeros, damas; todos
Los que oyen, si el no actaiínne
De nada es precepto antiguo,
Y en lo tierno j eii IQ asíante
Aun brillan hoy Jai esiñllas;
Dulces amorosos fraudes,
Y hurtos y engafios pasaron
A blasones ceiestialea;
Atención, que nadn.YÍTe
Sin mentir; ¿no miente el aire,
Miente el día, miente d año?
Todo miente, y en el naipe
Del mundo, figura es todo,
Y todos representantes
En su teatro 7a mochos,
Y 4 nosotros bien galantes
^os ha durado tres dias.
Como comedia del arte;
El señor don Luis , en buen bon
Con dulces fecundas paces
Goce en la gloriosa felvira
En una tantas beldades;
Vuesas mercedes perdonen,
?ue el buen gasto 00 ha? Mprif
si hay vensanza, sabréms
Morir, y no de cobardes.
TEnBSA.
Este si que es discretaxOi ,
Que no dijo miente el ing^U
Siendo el qae mintió el primen.
ELinaA.
Quien tal creyó que Ul pagne.
non Lms. -
Aunque yo ignoro el «nceta.
No he de consentir qne nadie
Los ofenda.
nox mico.*
Ni yo pnedo
A una obligación negarne;
De las joyas de mi hermano.
La que mas os aj{radare
Tomad, y voWéd las otm.
nqk'Lcis.
Yo las tengo, ¿y lüT
TIODOBO.
Ese lance
gnari onfiana.
■AIGCLO.
las Joyas dejastesT
;>le DODrado !
TEODOBO.
Y aun piensot
estas necedades,
elitos y humores
pildoras de FUndes.
■ABCELO. (Ap,)
»eia, si hay maestros.
DON LOIS.
a ElTíra, dadme
».
KLTIMA.
I)e lo ladrón,
LOS EMPBflOd DBL MBHTIII.
Y que en mi noto aegaites,
No os quiero decir coseepto.
oomuifio.
Si están Ya tus falsedades
Enfainadas, ya tu mano
Pido.
Que te desengal&es
Puedes tomar por ^ctoriu»
Y por fracaso el casarte.
TIBISA.
Vuesefiorias son gente
Barau, que lo mas ttdl
Se han tomado unas enitadas
Seborias ? ergonzantea ,
Y boy se lastima cualquiera
Merced mal hallada ; pasen
A embestir bicia otros necios,
Y metiendo aqif §A momanta,
Úejo de cansar al Conde. -
¿No te casasli
¿Yoeasannet
No bar lacaylto es |i hist«ria«
Hnénana quedo.
■AKCILO.
Admirable
Auditorio, esto de embostes
Es una gab, es intima .
Que, auague se ronipe muy presta,
Anda siempre conlmén aire;
Lai^mp&ñ9i4elmmiiir
Son estos ; quien se entregare
A creerlos j á segnirios
Bscarmentará «M tarde.
COMEDIA FAMOSA
«
ATDLAAA
CADA LOCO CON SU
EL MONTAMS DiDUNO,
DE DON ANTOmO TOATADO VE WBOmomA.
PERSONAS.
PÉREZ, viejo,
¡ONOR.
IBEL, dama.
DONZA, Ha,
DON JUAN, galán.
BERNARDO, tu ami(fú,
DON LUIS DE PERALTA,
galán.
SLMONTAfttS.
UN CRIADO SUYO.
DON JULUN.
UN GRLIDO 8UT0.
UN BSCUDBaO TIBIO.
Dot wliiciiii
NADA PRIMERA.
RNAN PÉREZ , DONa ISA-
•OÑA LEONOR, huyendo del,
ALDONZ A, tia, deteniendo-
les quiere dar con el báculo.
HERIfAIf.
éter, víTe el cielo.
DO^ ALDONZA.
[ae es desatino.
HERNÁN.
*T mi sobrino,
padre su abuelo ;
I desf ergüenza pasa?
íar con tai rigor
iDo, al señor
de nuestra casa ?
arse con él
9, 7 aun las dos,
ao , vive Dios.
DOÑA ISABEL.
padre!
DOÑA LEONOR.
Cruel.
DOÑA ALDONZA.
) es mucha crueldad
irido á disgusto.
DOÑA ISABEL.
ero de mi gusto.
DOÑA LEONOR.
comodidad.
HERNÁN.
s dos, enemigas ,
OD de mis danos?
I Qué descanso de mis tfios !
Qué froto de mis fatigas!
Pobre á las Inoias pasé,
Y en ellas, por mi nobleía,
Con gran dote de rkpieía
Y de virtud me casé
Con su madre, que me dió
Esas prendas amsiitosas,
Hijas suyas en lo hermosas,
Pero en las costnmbres no;
Que, á ser viva, bien sagon
Corrigiera su bondad
Esa peligrosa edad ,
Esa Ignorante hennosora.
Faltó vuestra hermaiia« y laego
A España volví, y querna
Dar un ^erde i la edad mia
En los campos del sosiego.
Traigo mucho aoe me sobre,
Y aunque mas lo maltiplico,
Tengo tesoros de rico,
Mas no descansos de pobre.
Quisiera ser rico honrado;
Que la hacienda pelijgrosa
vive en los cofres ociosa
Y anda inquieta en el cnldado.
No quiero de indiano el iHNBbre;
Que su riqueza mexqnina
Es hacienda en la picina.
Que le Tiene á fiíltar boasbre.
Murió mi hermano mayor.
Dejó un hijo solo, lleno
Deste ordinario veneno.
Poca hacienda y mucho honor.
Quiero casarle con una
Destas, y que mi rianí
Plante en sn natarsi'
Los frutos de mi fo
Y cuando & sos peiiv
Salgo á proponer Iq<
Una piensa 4éfmiot
,Y otra dice atnrintatoi.
3osegéos, bemaiw, «■ pde«;
Qae ellas serán nbndlaniea.
¡Qné terribles! qné insoInntaaS
No qnlero*
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I»
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To no le qn
moka
Niyn,eaandoii
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Pnes antes
Ya tienen i
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ra!
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*
iNoeag*
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458
Será tirador de barra.
; Qué persona tan bizarra,
Que aun no le pintó discreto,
Que aun no dijo tierno, amable,
Cortés, ffallardo, amoroso.
Gentil, despejado, airoso,
Apacible ni agradable ! •
Pero ¿qué talle ó qué gusto
Tendrá un moceton muy recio,
Entre linajudo y necio ,
Entre pesado y robusto,
Vestido de paño azul ,
Que el negro, ajunque menos vale.
No mas de las DasAas áale
De la cárcel del battl;
Que con su oalcob j so pérto
vive en el monte, y no en casa,
Y á la noche vuelve y pasa
Tpdo el libro del becerro,
Creyendo de si después
Que aun es mas claro que Apolo,
Dando á Dios gracias de solo
Que le hizo montañés;
Y en la iglesia muy profundo,
S' en las bodas placentero,
?uerer sentarse el primero,
no beber el segundo?
Muy puesto en que su montaña
Vale mas que mil tesoros ,
Y pensaudo que es de moros
Todo lo demás de España.
HEiirux.
; Hay tal maldad? \ qaé consuelo
De mi V^et!
DOÍiÍA ISABEL.
Calle, padre;
Que él decía á nuestra madre
Esto mismo de su abuelo.
DOÑA LEONOR.
Tiene razón : muchos días
Sobre mesa lo contaba.
uch:iAii. •
Quien bien de comer acaba ,
¿Cuándo reitere hidalguías?
Esta es ya resolución.
A mi sobrino he llamado,
Y aun á Roma he despachado
Ya por la dispensación.
Los retratos le envié;
Que quiero que suya sea
La que mas le agrade, j crea
A la vista, no á la fe.
tofik ISABEL.
Menliü , pinceles ingratos,
Ninguno sea cortés;
Que es el primer montañés
Que se casa por retratos.
doXa aldo^za.
Dejadlas con sus engaños ;
Yo guiaré con mas paciencia
A la lux de la obediencia
La ceguedad de sus alios.
U ERNÁN.
Eso importa, eso ha de ser;
De vos lo (luiero flar ;
Que á mi sobrino he de dar
Hacienda, sangre y mujer.
1>05ÍA láABEL.
i Fuese ?
D05fA LEONOR.
Ya se Ule,
DOÑAALBONZA.
Sobrinas,
Hebelion; vavan sus años
A una curte de castaños
Y Babilonia de endnas.
No faltaba mas, después
Que España nos dio acogida ,
Que traducir nuestra vida,
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA
De cacique, en montañés.—
Isabel , ya mis intentos
Te descubrí, ya verías
En estas cenizas frias
Encendidos pensamientos ;
No haya mas necesidad
De advenirte.
ióñk IsXtiEL.
Ya sé , tia ,
Que la inquieta todaxia
Esa pobre humanidad.
DOÑA ALDONZA.
Hijas, en Madrid vif idios.
No hay pventesco máfor
8ue el clel gusto ; <tué en adioí
asta los rubios son primos.
No doy á vuestros autojos
Mas licencia , que, li^sparoidos»
Es dar gusto á los oidos
Y muBidoB á lo^ Oáol.
Deáiasias, ni aán pbr Icóstfairibre;
Que el papel, requiebro y trato,
Si no lo sufre el recato,
At lo admiCB la epslwnbrei
Y que tienen, iádvertid.
Otro saber diferente
De otro clima y D^ ólr9 g'ente
Estos aires de'Madrid.
No hallaréis luffar segundo
Para vuestro wj^ háiatír ;
Que para achaoues de amor
Es la botica del mundo. ( Yoie.)
DOÑA LEONOR.
¡Qué bien lo ha dicho mi tia !
Está di quié es rtdestn madfe;
Vé^áe oob Dios mi padre
Con su cansada hidalguía.
Yo vengo de buena gana,
Y esto el riñüñ'dó Tó'có'ñD&sá,
Que la sangre montañesa ;
Mas la vida castellana...
DOÑA ISABkL.
Ay amigo corazón ,
No mas me faltaba á mi
8ue un hidalgo jaba li
e los montes de León. —
Hermana, á lindo lugar.
A Madrid, hemos llegado,
?ue es la ref;ion del agrado
la provincia de amar.
¡Que talles, qué entendimientos
No hay aqUi ! Que aun loft antojos
Pasan mas allá loS ojos
De los mismos pensaúilentos.
Cuando yo á don Luis quería
En las Indias, no pensaba
Que en Madrid amor armalia
Mayor lazo át aliña mia.
Leonor, ¿qué te ha parecido
De don Juan, deste mancebo.
No Fénix ni Adonis nuevo.
Sino galán y entendido?
Que no soy de las pesadas.
Que buscan narciseriaSt
Sino verdes gallardías.
Con buen aire descuidadas.
Dime del mil perfeccionen,
{V&ie.) Mil gracias encarecidas.
Dejando en él presumidas
Las mismas aamiraclonei;
Que en su talle bien se ve
Lo infinito que merece.
¿Qué dices? Qué te parece?
DOÑA LEONOR.
Bonico, mas anda á pié.
DOÑA ISABEL.
Luego i. andar á pié es bajeza ?
Los nobles quedaran buenos
Si una bestia mas ó menos
Fuera en el mundo noblest.
Pues advierte, bermina Bit,
8ue en el ejército ya
el mundo, marcbBiHlo va
ApiélacabillerU.
DO.ÑA Lcomm.
Y dime, Isabel, te mego,
¿ Y el prímo de allende el aar?
DOHa ISABEL.
Era muy fácil templar
Tanto mar tan poco faefo.
DOAa LBONOa.
! Ay necia y/raria Isabel 1
Yo si gran éúiAo WMí;
Cpétatame iinvialai di U i
Diboe perfecciones o¿l.
Muérome por alaballo:
I No es mucho lo que merece?
¿ Qué dices? Qbé te parece?
DO^A ISABCL.
Mekído, y aun anda i caballo.
doHa uUHioa.
Pues ¿yo admitiera despojes
M übnkbA de á pié» de un Baaecbi
Pisa- barroso? No debo
Cosa tan vieja A mis o|oa.
Cuando miro en esa calle
A pié un tríate gentílbomlire,
Asco me da ver el bomijre,
Que lastima ver el talle ;
Pues en la calle Mafor,
¿Qué es mira|lemi4ini
Entre el coche del letrado
Y el caballo del señor?
AHÍ da una sofiréiUdi ,
Pasar qui\ere, y lúéso KM
Alza el azote el codaero,
Y el bravo empuña la espada.
Y porque no le permite
Su fortuna qoe se vea
En coche, rabia, desea
PraguiAtkái qbb lói qf»l
Mas si tal vez desempiedia
La calle en vano, sowecfao
8né qaeMA qdeOAr Hedto
odie mármol cono pMn.
DOÍU OABIb
Y ese tu galán cansado,
O cochista ó rociniita»
Majadero á letra v1«a.
Del pueblo mal acetado,.
¿No es cofrade de los ledos?
DOÑA.LBOHOa.
No; que cuando llnere J topa
Coche ajeno, le daapopa
Y mano derecha toow.
DOÜAISÁUL. ,
¿Que es caballero popero^
¡Oh pobre gente y molesta!
Lo que á un picaro le cnosli
Guisarse de caballero.
Vanidad, ; oh ley eatrecha!
Que esta gente vana y fravc
Solo de los otros aabe ^
Cuál es su mano derécM-
¿Yo habla de darcnidadtt
De que mi calle r^jIsM
Hombre de bramen el rislK
Y de dolor de coflBilo^ .
Yo habia de estar aajéia
De que mis favores pMa
Una ventura A hi brida
YunoflcioAlaJiMtAf
Esto, Leonor, te t uai atiB.
Aunque vano el mudooilé;
Que nunca A ninnao ^plé
Sacaron A la verraéttá.
Vaya un seftor por h Baile*
Y lleve la vista aala
AUdaAsa
ida en sú ialle.
n caballo bermoso
0 desenfado,
1 macho cuidado,
1 descuidó alfolio ;
(la detrás
y su Talo^y
carecer ééñor,
i mnchb roas ; ,
3ber)[>ía nlngfina ,
el mandó blasona ,
por su persona
lue por su fortuna;
ciinacion constante ,
bueno en todo;
es joTa de lodo
caja de diamante.
DO^A LEOXOlft.
rulprares intentos!
ma ! qué locara ,
tal hermosura
Izos pensamientos!
10 á un señor lucido
is?
DONA ISABEL.
Fuera importante
de ser amante
la de ser marido.
DO^A LEONOR.
, SOY mas prudente;
en fa escuela tuya,
que me destruya,
0 que me afrente,
ne acompaí^a
1 gran caballero
ie su dinero,
mas noble de España.
DO^A ISABEL.
>Io un hombre quiero
}, de honra y valor,
os de señor
jIos de escudero ;
enga por mengua
^ñar y ser
ido, y tener
gna y mala lengua.
I comedia llega,
banco, se siente
ada, y se afrente
él madruga y ruega,
se baje hasta el Prado,
viendo á las dos :
r gracia de Dios ,
ocin prestado.»
ecia hermana mia,
Dbicion destíerra ;
amor y la guerra,
nfanlería.
( Vanse.)
>0N JUAN Y BERNARDO,
de galanes.
BERNARDO.
% vive Dios, si me asaetean.
DON JOAN.
amigo...
bcrnar;)0.
No hay Bernardo amigo;
mocedad descomulgada?
ío las mozas por ventura ?
idre traidor k la hermosura?
, vive Cristo, aunque me ma-
DON JUAN. [tes.
«tas diciendo disparates,
n tu amistad mi amor se fia,
Tes mitad del alma mia ,
ai bien solo esik en tu mano.
GÁlifX tbkÓ CON 8Ü tkÜL
Mira tú que soy M^ y .slóy ÜfáAz^fiáL
Mira que lepg/ fi im^mm^
¿Yo afrentar desa suerte thl fmué?
Yo hacer bajeza? yo bellift]ti^t
Yo querer á una tía ? }o á una tia?
Arredro va^iis, pensamiento iojosto ;
Dios mire por ni lionra dé iril ginto.
DON JUAN. [tit,
¡Qué loco estás! ¿Que, en fio, én deñdó
No es mujer? ¡ Qué opinión tan enfado-
BEBNAüoq. [sa!
En llegando á ser Ua es otra cosa.
No hables en eso mas; que tengo hecho
Voto de castidad de t|a j suegra, .^
De madre y de paríanla cuarentona,
Y no quiero por ti ni (as enanos
Meterme por lÜ |)lca de los anos.
, OpN JOAN., ,!,..;,>..
fikira que doña AldóiiM ¿is rica y noble.
bernardo.
¿Eso mas? íDoña Aldoóia! Aéinátólo;
Tendrá ducientos años CQjtoó un dia;
Pequé en Matusalén isi fivó en tia.
DON JUAN.
¿Ducientos anos? Solos Teinte y nuefe
Cumple por mayo.
bernardo.
Quien reinaba entonces
Seria por ventura, don Pelayo ; [yo!
Porque también sé usi|ba el mes de ma-
¿De la edad de hnuieres no has oido
Que es un pii^né Üi los cielitos?
DON JUAN.
¡ÍQué ignorancia!
Qué extraña novedad !
bernardo.
, En sus engaños,
Oye el esfuerzo ¡nütil de los años.
Veinte y tres, veinte y cuatro, veinte y
[cinco.
Veinte y seis, veinte y siete, veinte y
[ocho,
Veinte y ocho, veinte y ocho, veinte y
[nueve,
Mas veinte y nueve mas, y en esta caen-
[ta.
En no pudiendo mentir mas, sesenta.
DON JUAN.
Tienes razón, por Dios; pero i,qné im-
Sí casado con ella... [porta,
bernardo.
¿Qaé es casado?
¡ Hay traición ! hay engaño sem^ante !
Tirábasme de llano con lo amante,
Y ahora ¡oh falso, oh vil, oh fementido.
De corte me tiráis con lo marido! [bre!
¡Oh, qué susto me ha dado solo él nom-
DON JUAN.
¿Hay cosa como ser casado un hombre,
Y con mujer de bien, que es naas que
[hermosi?
No hay mas bien, no hay mas dicha; que
El matrimonio es santo. [eo efecto
BEHNARDO.
Y santo oficio.
Porque en entrando en él caalquleír ca-
nsado.
Por fuerza há de salfr peñiteniciado.
Cásese un apacible, un sordo, un ciego.
Que afinando su rico mayorazgo.
Con manco privilegio en lo caldo
Dé el almojarifazgo dé marido.
DO* JOAN. . [to,
Vive Dios, qaéme< i ' streii-
Que,siendot6iiiii bou-
Sigas el vil error dé <fdten infama
La honrosa tldk y Ti segva bma !
¿ Hay cosa tan valgar, tan ba)i v f^i»
Como hablar de roójéréS y maridos,
Y aun de otras peligrosas, novedades,
A la lengua de España , cosa extraña,
Hacer de ajeno mal enferma á España ?
Honremos nueátra patria generosa,
gue por tantas báiMÉ i blasones
s la envidia coman de las naéióHé^ ;
Muchos hombrí^li dé bien Madrid en-
[cierra,
Muchas Lucrecias hoy en Madrid vemos
Que se revisten c«tt valor divino
Al rey Clinero y al poder Tarqui no;
Y si hablas de premmf merecimienlos^
Que tantas veces dieron esgarmientos
A la virtud y letra^s^ ¿en qué edades
Se vlncularop ^as las (J(igDÍdades?
Escucha un argamento.en que conozcas
Queestá España en tlrtodes floreciente.
Que pocas veces Dltfs É indignos reirtos
Dio bueno y santo rtff de faVor tanto ;
¿Qué mas aprobacioa si el nuestro es
. . .[santo,
Y de so tronco esclarecido vemos
Ramas tan genérbm y felices?
BERNABDO.
Espantóme también c^mo iiodices
gue no se tira yájpór recobezo,
ino cierto á vehCaina Señalada.
DON JUAN.
A pluma tan sutil « aguda espada.
BERNARDO.
Ea, don Juan, yo quiero obedecerte,
Y tanto en no hablar mal mortificarme,
Sin tocar la provincia dé enfadosos.
Que aun pienso decir bien de tesdiUno-
Solo esto de la tia... [sos ;
DON JUAN.
vité ei cielo,
Que no he hablarte mu.
BBRNARDO.
^Ferrioik conmigo?
No sabes hacer bien ni ser amigo ;
¿Pidote yo por dicha que la adores.
Sino que la entretengas 6 la engañes.
Para que ásu sobrina..,
BERNARDO.
Ya te entiendo;
Vuelve, qae tuyo soy, tia mefeeil;
Con liga de vejez por ti ipe ^tincan
Ancianas redes y cadoicbs laros.
DON JUAN.
¡ Oh fénix socarrón, dame esos brazos !
BERNARDO.
¡Oh mundo, mundo, quién de ti se fia!
Ayer era bombre honradov y ya soy lia.
Sa¡e LUISA , tan mmdó,
LOISA.
Ce, ¿qué digo t
BERNA*é0.
¿ Quién nos llamad
LUISA.
Ce, galán.
DON JUAN.
¿Qtfién puede ser?
ralmkfíbo.
Una chispa dé kiiiiijer.
Una centella de dMllli
Veo no mas.
LDISA.
Gaballifro.
*60
■EKIURDO.
No es ¿ mi ; que soy hidalgo
Solamente.
OONIOAlf.
¿Qaereis algo?
LDI8A.
Macho, pues á tos os quiero.
DON JUAN.
¿Luisica?
BERNARDO.
No aprendió tarde
El oflcio.
LUISA.
Mi sefiora
Me dio con gran prisa ahora
Este papel.
DON JDAIf.
Dios te guarde.
LinsA.
A la Trinidad i misa
Va con su tía y su hermana.
BBRRAROO.
¡ Qué habilidad tan temprana !
DON JOAN.
Espera.
LUISA.
Vengo de prisa.
DON JUAN.
Bernardo.
BERNARDO.
Alegre te escacho.
DON JUAN.
¿Traes un doblón por ventura?
BERNARDO.
Es hoy martes.
DON JUAN.
¡ Qué locura !
Pues ¿qué importa?
BERNARDO.
Importa mucho,
Saberlo mil veces quiero;
Que ha de ser aciago el dia
En que be de amar i una tia
Y he de prestar mi dinero.
DON JUAN.
Dale el doblón á la niña ;
Que aun cien mil le diera.
BERNARDO.
i Oh fuego,
Que valga dinero luego
El traer una basquina ! —
Oiga.
LUISA.
¿Qué dice, galán?
BERNARDO.
Que presto gran cruz tuviera ,
Si el ser alcahueta fuera
El hábito de San Juan.
Iteciba, pues, el tributo
Destos villanos de amor.
Que, siendo alcahueta en flor,
Lo ha venido á ser en fruto.
LUISA.
Mnestre.
BERNARDO.
¿Y lo loma?
LUISA.
Y lo tomo.
BERNARDO.
Yo la guardaré el dinero.
LUISA.
No he menester tesorero ,
{Quítetelo á él)
Contador ni mayordomo.
DON ANTONIO HURTADO DE MSNDOZA.
t'
BERNARDO.
Hay tal ave de rapiña !
oma, pide y da recado;
: Vive Dios, oue han enseñado,
Linda labor i la niña!
LUISA.
¿No ve que soy de un criollo
Engendrada á lo moderno?
BERNARDO.
¡Qué perla para el infierno!
LUISA.
i Qué arracada para el rollo !
BERNARDO.
iSabe persignarse? Digo
Si sabe hacer esto.
LUISA.
Escoche ;
Con los dedos de un estuche
En la cara de un amigo. ( Vote.)
BERNARDO.
¡Oh perra, cara de endrina!
Vive Dios, que es la rapaza ,
No menos que de mostaza ,
Un grano de Celestina.
DON JUAN.
Bernardo, Bernardo.
BERNARDO.
i Ay susto !
Quitó el doblón.
DON JUAN.
¡ Qué rigor !
b' Oh lo que se precia amor
le hacerle tiros al gusto !
Oye, escucha este papel.
BERNARDO.
Mudarise ; que es hermosa.
DON JUAN.
Entre una dicha dichosa
Viene mi desdicha en él.
{Lee,) c En dar mi padre porfla
> A su sobrino mujer ;
•Temo que yo lo be de ser,
>Que es mas la desdicha mia.
•Si ganamos i mi tia
•Con tu amigo, decir puedo
•Ser tuya ; aguardando quedo
•A que logres esta dicha.
• Don Juan, vence á la desdicha,
•Pues que yo he vencido al miedo.i
BERNARDO.
¡Pesia con la suerte mia !
¿Qué mas lamentos hicieras
Si tú de pasar hubieras
Por el golfo de la tia?
i Hav tonto mas temerario !
Muchacha tan rica y bella.
Péscala , y demos con ella
En la isla del Vicario.
DON JUAN.
¿Estáis loco? ¿ Yo en mi vida
Casarme con vicariada ?
¿Yo con boda cedulada ,
Hecha mal y bien mentida?
Yo pleito matrimonial ,
Atento á que me consuma
La flaca hacienda una pluma ,
La paciencia un tribunal?
Yo sufrir «Venga el proceso»,
Y entre muda lH)lsa y labios
De entre citado de agravios
Y dilaciones de preso?
Yo pleitear, Bernardo amigo.
Con un rico perulero ,
Que medirá su dinero
Las palabras de un testigo?
Si la engañé, si fingi
Grandezas que no be tenido.
Si pasé defvaiiecido
De los térciiiios de bI;
Si atento á caaCdaí THaB .
Cubrieron ea mia •^ftimtf
Pantásticaa relaciOBet «
Miserias escnderiies,
Y siendo yo mas bowado.
Me vea solo y fallido.
De un anciano persegaido
Y de un rico despeftado,
Dios guarde mi volwilad
De perder tan alo raioa •
Si me vencen , la opinión ,
Si venzo, la libertad.
naiURDo.
Pues • mal haya tu eordira ,
¿En qué se fimda'ó qaa espcn?
eOll JUAN.
A que su padre ae mneía.
¡Jesús, qué eitraila loearal
Va por mengoado te dqou
1 Mas fácil 00 viene á aer
Que se mude una mqer
Que no que ae muera an virio?
Pues ¿en qué to amor ae la?
¿Para qué intenlaa, cobarde.
Que las espaldaa te guaidt
A la esquina de una liaf
No sé ; solo eatoy eoostaale
En que me veré afligido
Con cuidados de muido
Y sin deseos de amante;
Y si el amor siempre dui,
¿Qué corazón no traspan
El tener en pobre eau
Mal servida ona bermofva?
Del Vicario coa licencia
A casarme me condeoo.
Mas no con aenteneia.
¿Y el casarse do es seaicnñ?
DOR JOAI.
Que digas mal te permite
Del que, atrevido y vlolenlOi
Quiere entrar al easamieolo
Por la pueru de mi delito.
Los dos tenéis linda flema.
DOHJUAN.
Ni soy de i pié ni * caballo
Sin gusto del padre.
Ándalo;
Cada loco ewntutémm.
Salen DON JULIÁN, gaku frtá
^Sü CRIADO.
DO* JVUAll.
¿Ansí el cuidado ae pierde
De lo que mando? iQsé es tfiif
¿No haber al caballo naesto.
Picaño, la dota verde 1
No me obedécela jamta.
¿Quién es cale?
Unbaeism«i*f
Un don Julián , en efeto.
Un don Julián, jno mas.
Caballero lestameuto
Todo, Ítem oías, desu ge^e
Que ogafio le dio accidete
De un poco de credaaicelo;
!ga misa me avisa
IK>lf JOAN.
La causa deseo.
BERNARDO.
caballo le veo,
tiesta, y foyá misa.
DOIV JUAN.
isimo galán
l.eoDor.
BERNARDO.
¿Qué dices?
DON JOAN.
te escandalices,
e quiere bien.
DON JULIÁN.
I Don Juan
CRIADO.
Si, llega á hablarle ;
lena persona.
DON JULIÁN.
¿Qué?
ir ¿ quien anda á pié ?
DON JOAN.
f trabajoso el talle.
BER?IARDO.
in quiere á este animal?
I, qué infame cosa !
)ña Leonor hermosa?
10 escoge mal.
DON JOAN.
ata y se sustenta,
en acompañado.
BERNARDO.
. siempre le he topado
) en una afrenta;
cayo muy corito
, y luego atrás
ndrajoso, mas
ília, es sambenito.
e don Juan y Bernardo.)
DON JOLIAN.
donjuán?
CRIADO.
Ya se fué.
DON JOLIAN.
¿quién es?
CRIADO.
Un mozo
0 y desembozo,
ministro de á pié.
DO.^ JOLIAN.
guete peinado
izon?
CRIADO.
Si lo es
, cuerdo y cortés,
e muy sazonado.
DON JOLIAN.
que, si es asi,
itorio de hidalgo ;
de nuevo ? Contad algo ;
> el pueblo de mi?
1 esos podridos?
le no siento nada ;
ida tan holgada
los presumidos !
1, que no me espanto
sdeñodeoilla.
CRIADO.
ly tal necio en Castilla.
DON JOLIAN.
le quiero tanto.
5?
CADA LOGO CON SU TEMA.
CRIADO.
Que cansas.'
DON JDUAN.
Es Justo,
Si á todos les doy cuidado.
CRIADO.
Que te quieres demasiado.
DOVf JOLIAN.
Hago bien, tengo buen gusto.
¿Qué mas?
CRIADO.
Que eres mal nacido.
DON JOLUN.
Buen parto tu?o mi madre.
CRIADO.
Que no te conocen padre.
DON JULIÁN.
Fué muy poco entremetido.
¿Quemas?
CRIADO.
Que eres rico y loco.
DON JOUAN.
Rico, tacha acomodada.
¿Qué mas?
CRIADO.
Que á nadie das nada.
DON JULIÁN.
Bien, ni lo ofrezco tampoco.
CRIADO.
Que eres hombre bajo.
DON JOLIAN.
Alguno
Es mas alto ó mas entero.
CRUDO.
Que no quitas el sombrero.
DON JULIÁN.
No quito nada á ninguno.
¿Quemas?
CRUDO.
Que es cosa pesada,
Que siendo ayer nada^ admira...
DON JDUAN.
Si en esto de ayer se mira ,
Todos, todos fuimos nada.
¿Quemas?
CRIADO.
Que de mochos modos
Mientes.
DON JULIÁN.
Ese es grande error; •
¡Qué cosa para mi humor
Hacer yo lo que hacen todos !
CRIADO.
Dicen de estas, mil verdades.
DON JULIÁN.
¿De eso, amigo, te fastidias?
Pasen ellos las euTidias,
Y yo las comodidades.
Entran DON JUAN t BERNARDO por
un lado, ^ al otro DOflA ISABEL,
DOÑA LEONOR, DOÑA ALDONZA t
UN ESCUDERO, ¡os unoi á una par-
te, y en medio ellat , y ¡os otros d ¡a
otra parte.
DON JOAN.
Hallarlos aqui es mejor.
BERNARDO.
Ya prevengo á su lindura
Bonetada y miradura.
Que es el barato de amor.
DOÍ^A ALDOMIA.
Isabel amiga...
DOÍVa I8ABIL.
Quedo,
Tia, menos presurosas;
¡Cómo se ve que á estas cosas
Les tiene perdido el miedo !
Ab tia, y este enfadoso (Por don Miau.)
¿No la tiene embaraxada?
DOffA ALDONZA.
Nanea miro al qoe me enfada.
DOffA LEONOR.
¿No es gaUardo? do es airoso?
{Por el mismo.)
¡Qué gravedad le acompafia !
Tan gentil moro no he visto.
BERNARDO.
Ea, con la tiá embisto :
Santiago, cierra España.
non JUAN.
Tente ; que eiláa en la calle.
BERRAIDO.
Pues en la calle y de dia
Se ha de mostrar valentía.
DOÑA ISABEL.
¡Qué mal hombre!— ¡Qué buen talle!
(A don JuHan y i don Juan.)
Necios los hados están|
Que dieron sin ley nlognoa
Tan desairada fortuna
A mancebo tan galán.
CRIADO.
Cualquiera es linda y honrosa.
DON JULIÁN.
Yo enamoro á lo marido
Solo ¿ un dote bien nacido
Y i una hacienda bien hermosa.
ESCUDERO.
1 Qué buscan estos mocitos
Jarameños de bigotes?
A lo dulce de los dotes
¡Cómo acuden loi mosquitos !
Ellas son tan inquietu.
Que darán, siendo casadas ,
Veneno en copas doradas.
Como dicen los poetas.
DOÑA LBOIIOA.
Isabel , advierte ahora
En aquella gentíleza.
ESCUDERO.
Es muy grande su riqueza ;
Seis mil ducados, SeiSora,
Tiene de renta, y es va
De la gente mas lucida.
DOÑA LEONOR.
¿Seis mil tiene, por tu vida?
DOÑA ISABEL.
Es muy necio, si tendrá.
DOÑA LEONOR.
Y tu don Juan, que está alli,
Isabel, ¿qué es lo que tiene?
D<^A BASEL.
Merécelo todo, y viene
A tenerlo todo en mi.
¿Quién no tendrá voluntad ,
di se va por lo mejor,
A lo bizarro el amor,
A lo pobre la piedad?
DOÑA LEONOR.
¿Cómo haré qae llegue aquí?
DOÑA ISABEL.
Dejando caer on goante.
Porque acuda y le levante,
Y á un nedo hablarás asi.
( Deja doña Leonor caer un guante.)
¿Qué se te ctyót
OOn JDLIUI.
Ce, criados, bola, na guanle
Se ha caido, ce, le vid le ;
t Qué digo? Ce, umarada.
DON AJ^TCflIO HIIRTfilQ pf ffiEpOU.
Ni doblalla*. ban d« ell»
£l ; su inima podrá
Letanlarle, majadero;
Üue i ser de Ja qae yo quiero
TAhora encajóla lia}.
Ya estuviera el iniante abon
Colocada au fortuna
En la mjno de la lana ,
Uue es la til de la turón.
DOSl IkLMNU.
Por mi lo dijo, lobríiu.
DON JULUN.
Nunca jo me bajo ■ uda.
{Lmántelt dtn Juan s détele á doña
Leonor, y ettájau ioña Itabel.)
Déjame ; que eiUi pesada,
VOÍk LEbHM.
Aunque el alma no te inclina
A esta genie, ea latí gaUn
Don Juan, que maj luja quedo,
V negarte no tt puedo
Que sea muy cortés don Juan ;
Cierto, bermana, que lo ei.
DOÜJI UAiEL.
De linda cosa se precia,
No tiene cosa i^aa jipcif
Ya como ser muj cortés;
¡Qué presuroso í Qué Aallido
Hualrú so galán destelo-
Que antes que bajase al suelo
Cajú sobre su cbldado !
Qué fino j loco diria.
Con sti lora brevedad.
Que lle^EÚ la voluntad
Aniesquela cortesía!
Pues en cuidados tan vanoi
Descubrieron mis enojos.
Que i» alzaba ton los Ojos
Primero que con las manoí.
VovoT muy aoradeclda
Yinnjvueslra.
BEMAUO.
[Qué ieognaje!
Dale al alma bueo pasaje.
Que es vuestra como la ridí ;
Seré Tuestio etcmaDiente,
Siempre os tengo de Krvir,
Solo me cuesta el mentir
Quererla muy Tác límente.
doSa líioxoh.
Cansado me ba don Julián ;
Pensó que era, el Ignorante,
De desafio aquel guante;
Uus apacihle es don Juan,
; Quién le diera otra fortuna '.
Doíia l^eonor te ba mirado
Cúa enojo y con enradó.
DON nhiui.
Ko me duple cosa alguna;
Lo que no le daña i un hombre
Nunca esdaüo, majadero.
Esas calMS, caballero,
V perdone erralle el nouibre.
Deienvalnc esa malicia.
■ ENIUUO.
Ya que no puede toreellii
Una vara de jasncla:
lEslo sufres? Pesia 1 tal.
tPor qué no, si es ja costumbre
ue no me dé peudatnbre
Cosa que no me hace milT
{Vante do» Julián t tu eñait.)
BON JDAM.
. Qué el esto T ¡Jt mesurada ?
Amor es, doñalsalwl
Amiga.
DOSl tSÁtEl..
¡Gracioso humor!
íY con el guante , en éfeto.
No se dijo algonconceto
De la limoiltB de amorT
HucbD aquella mano os debe,
Y no le irla muy mal
De lisonjas de cristal
Y necedades de itieve;
ido os díé mi hermana el haltaigoT
Servidla, que ea la mayor!; ' '
Pero no pensds, SeRor,
Que es la hacienda majorazRO.
(Yate.)-
Hosca lletaüquéu
DON IDAK.
De un amante deaveniDras,
Y de una mujer locuras,
V de una lengania éxiremoi.
iQué cansada niñería!
¡K quién no cela y desmají
Cosa tan nina?; oh btenliaja
La prudencia de una lia '.
Kirie, don Juan, 1 lu hermana ;
Que, aunque Isabel es mejor.
Yo lomara que Leonor
Fuera lia pna semana.
MN JOAN.
Deja, no seas cruel ;
Que de un triste que le adora.
Toda el alma ocupa abon
Solo el nombre de Isabel.
Vamoi signiendo i
« dote.
i Qn¿ desaliñado eslis !
Vén, y 1 la Ua bablarii.
BEMAHDO.
Yo mandaré que la azote.
Yo mandaré que Ta riña.
B0.1 ro*ii .
tó' y, cAmo ba de bacer, qncjoaa,
salinos de celou
V desacuerdos d« olóa 1
Un mundo puto i «ns plés
Un Cortés; si el mando tnera
Isabel, no le venciera
El mismo Peinan Cortés.
(Vaaíí.)
Salen HERNÁN PÉREZ i UN CRIADO
del Montañéi, vettído iraeiMamenle.
HnMAit.
i Que al On llegari esta tarde?
Ayer salió de Bnllrago.
Traerá ümoio cuartago.
Lindo, Sefior, Dím le'guidt.
Eso lias mil OUnviVu;
i Es lileu acenaioooMof
Pregantb si Ufene apado.
Eio, no «Dfr»
¿CámoTjEi
El luí n
jteeiM.^^
¡ATsiesaslinMtWf'^
¡Ob mal baya el jiriltoete.
y qué preibi qoilfíeaMe!
iVHüZ^ »acriiit.)
Oh, qué baen^i^^M a
Ninguno es tan MI
Que de si mienu '
Lo que el otro ai
Dadmp aIbridú;V
Vneilra sdbriiio iíeL
Tan bermoio t^a ^ W.
El mu galas qóe RknM^
Y como qno lo Mrt.
í LUIS DE PPPALTA . fip ca-
gaian, y vale á alazar fiar-
se suipen^,
DON LUIS.
cías á Dios , que ya
e mi cielo piso !
ESCUPERO.
UUUfAN.
¿ SoJI>riiio mió ?
P09I LUIS.
íñor?
HEftXAn.
Mas ¡ay cielo!
doD Luis Y
DON LOIS.
¿Qué recelo
¿No sois mi lio?
ESCUDERO.
(lijo ; á mi señora
bridas pidiendo. (Yaic)
HEBNAN.
días vengo huyendo
en Madrid ahora
le dejas? ¿Qué espías
3 ¿mi quietud?
» á ini salud?
^sámis días?
está casada,
nbre que bas de ver
le su mujer
nta de su espada. (Ya»e.)
DON LUIS.
el recibimiento,
»pnes de pasar
ontanas de mar
golfos de viento?
ar escarmiento
y ¿ desvalidos
ueja de ofendidos
lena de antojos,
cridad sin ojos,
mda sin oidos?
ngrese engaña?
a nobleza?
la riqueza
nbresen España?
I ser dichoso daña?
íancia es ya locura ;
msara, ¡ oh suerte dura !
tyera, \ oh falsa gloria!
entra la memoria
de la ventura?
sabel se ve,
naginaba yo
su padre no,
ísped de su fe ?
y mujer fié,
te y loco amante;
) soy ignorante,
o hallar be uuerido
lo a^adecioo
mujer constante !
A ISABEL por una puerta,
lONTAi^ÉS por otra, y va
' abrazar al Montañés, y se
e.
DO^A ISABEL.
Luis vino de Lima?
gusto á verle salgo!
MO.'VTAÑÉS.
, á fe de hidalgo.
DO.ÑA ISABEL.
mi vida? '
MONTAÑÉS.
Prima
GAJ»A LOGO CON SU TJ^MA.
D0|A 1SA9JBL.
i Jesus! ¿qué bopbron
Es este? ¡ A y triste! jqué miedo
Me ha dado! ■ "
HONTAÑIÍS.
Confuso quedo.
DOIf LUIS.
¿Prima, Isabel?
" II0NTAÍ9ÍS.
¿ Estos son
Los parentescos de acá?
Juro á Dios que un galgo mió
Precio mas que de mi tío
Todos los doblones ya;
¿ Esto el ser ricos encierra?
Deben de ser vrnv peinados
Y úsanse muy delicados
Los primos en esta tierra;
¿Que piensan los bachilleres?
Que yo algún hombre seria
Destos que la corte cria
Consultados en mujeres?
¿ Hombron á mí , la tacaña?
Sepa, aunque me ponga nombres,
Que á los hombres, para hombres
Los engendra la Montaña.
DON LUIS. (Ap.)
¿ Quién será este moceton?
MONTASES. (Ap.)
¿Quién será este apocado?
DON LUIS. {Ap,)
¡ Qué hosco, fiero y airado !
MONTAÑÉS. [Ap,)
¡Qué galano y fanfarrón
Con sus botas y plumillas !
DON LUIS. (Ap.)
Tal hombre en mi vida vi.
M0NTA5ÍÉS.
¿Pensaban que yo era así.
Compuesto de mantequillas?
DON LUIS. {Mra adentro,)
Quiero escuchar lo que pasa ;
i Qué grandes voces que dan !
M0.^TA.^ÉS.
¿Qué le dicen ? i Ah galán!
Nadie escucha en esta casa.
DON LUIS.
¿Quién OS mete en eso ¿vos?
MONTAÍ^ás.
Yo, que en el campo al instante
Lo haré bueno.
DON LUIS.
Al de Agramante
He llegado, vive Dios;
Un reto y otro ; en buen hora
Venid.
MONTAÍIÉS.
Por aquí saldré;
Venid tras mi.
DON LUIS.
Yo llegué
Sobre el cerco de Zamora ;
Bien me ha hospedj|do mi tio,
Que en él hallé una vengapza,
En su hija una mudanza,
Y á su puerta un' desafío.
*P
{Vate,)
JORNADA SEGUNDA.
Salen EL MONTAÑÉS, t DON LUIS
detrás^ mirando á una parte i/éotra^
como que no toben ios calles.
DON LUIS.
No quiero pasar de aquí;
Que este modo de sactr
, ••••
AIctmR0|jdeji^6af
Todo es nuevo pan ni ;
Si al campó ofrecéis la
Y anochece ya, dejad
La confbsa TariédM '
De tanta calle igodrada;
Que pienso que esu es la'parle
Dpnde no^ vimos los dos,
Y a'qúf todos, vive Dios,
Falsedad, mentira y arte ;' '
Que estos recelos consiente,
Y aun esa sospecha inia.
Quien sin causa desafia
Y quien riñe fácilmente;
Este engaño que se encierra
En vos, discnlparfe puedo,
Si os dan recatado miedo
Las costumbres desta tierra ;
Y no hay segura campaña
Ni se ve pendencia honrosa,
Cosa indigna y afrentosa
Del claro blasón de España.
MONTAÜÉS.
Caballero, yo os confieso
Que ha sido este desafio
Demasías de mi brío,
Y de mis años exceso ;
Platícase en la Montaña
Poco lo lindo y lo airoso,
Y mucho lo escrupuloso
Del antiguo honor de España ;
Y así, aunque fué culpa mia
Esta ardiente mocedad.
No quiero á la Aecedad
Añadir la cobardía.
Ya no es bien quid pías aguarde.
Que el reñir aló prudente, ^'
Antes, lo excusa el valiente,
Pero después, el cobarde.
Meted mano.
I \Meten mano.)
Salen DONJUÁN t BERNARDO.
0021 LOlp.
Aguárdeos Dios,
Que asi me ha^s despendido.
D9KÍ0AH.
Dos son.
BERNARDO.
¿Qué te da cuidado?
Deja, pegúense los dos ;
¿No has oído aquel cbnceto,
Y mas de nocbe también.
Que entre dos qne riñen bien
Nadie se poso discreto?
DON JUAN.
Paz, caballeros.
Pax digo.
Salen DON JÜUAN r su CRIADO.
(fElADO.
Cuchilladas liay aquf :
Mete mano.'
nofijumii.
¿ Estás en Mf
Lon quien jao riñe conmigo,
Nunca yo me metí en nada
Qne no me tocase. .(Yate.)
awunoo.
^ , .. Acuda,
Don Julian.-TFnése a|n duda ;
Que trae con c^lus b ea|»a4a.
noMjuAir.
Ténganse túm; ¿qué es^tp?
¡Oh qué traTlém e^Wdai^l
«i
EicDDiio. (A lá tentma.)
íEd mi pueru cuchilladu}
Venga una bicha de presto.
BCUIMDO.
1'oscnn, acuchillador,
Detente.
Llega, Dolirdei,
Llega esilai.
cnuno.
¡Ah cobardea !
Aruera, qae es mi sehor;
Dales, que esto; i tu lado.
Espera.
Baen desatino,
Si es ni señor,
n»Nkii.
jHisobrinot
cnuoo.
Tu sobrino.
KEtnm.
¡Ab cielo airado!
i\ banle beridoT
■ONTaDAh.
Elle ea mi tío.
Llega, j dale mil abrsioe.
■outaRés.
Ul seBor,
n ERNÁN.
Amado sobrino mió,
¿Til con la espada deunidat
MOirTA^ÉS.
1're*to saldréis desla duda.
HERNÁN.
¡ Qué mas mi rida deseat
¡ Qué bien rIBe. pesia Ul !
; Hanie herido T
Siempre t1
tln racimo de claier.
DO.I lUAN.
te aquel Tenlnroso
, i ser ahora
aarora,
Sombra de mi sol hennosot
No sera en ti Isabel,
Aniique mas deudo jr nt- s noble,
En seco tronco de roble
Verde ramo de laurel.
lERNANDO.
Este hombre es el Monlaíiés ;
keri
Uns
DON ANTONIO HURTADO DE NIRDOZA.
iCvtí áetío» esT
■ontaAIi.
El Testido
De camino.
BINNAN.
¡Raj tal maldad!
Este de envidia ; crueldad
A matarle habriíalldo;
Ah traidor !
■onTAüís.
t Cómo traidor?
Entra i descansar en casa ;
Que alli sabría lo qne pau.
Qué locara !
DOK LUIS.
¡Oné rigor!
BtaNAH.
Vén, que te esperag losbnioi
De mas donaire Tmasbrio;
Mil caricias enu
V en dos
( Yaiue I
nON luix.
Fuese sin hacerse amigo.
■EniiAUK).
Noseenolaricouél,
Por lo cortés, isabt'l.
Como se enojó contigo.
DON JOAN.
Bonete de pedernal
El señor novio ha traído.
Le qoe llanriB qurfe
Quién lOT T a lo qu ke
^2?es deudo el que es dichosol
Con ocasión tan segara
A ver i lQ9 hljai veiigOi
Que =^5^ go.
Has no la misma ventura.
aENNANOO.
Yelpulidete. Ifemia,
Que es brioso.
iioír jnAN.
Baeno fuera
Que desayudar pudiera
La gala á la valentía:
Vo le estOT aOdooado,
Sepamos -^
Seri mu} m ;
Que parece deidiebado.
DON JOAN.
Por parecer forastero,
conocido
Mil senas de ofendido
V muehasde caballero,
üsheJVMUft^^-
Decid I Juro
lid algo co ratón.
Vuestra bizarra presencia
Os abona ; oíd. Señor.
Las desdichas de un amor
Y los daños de una ausencia ,
a pudo eocenderse?
f nías Gel alma
y mejor siente;
s los amores
zas alegres,
dencias sabrosas ,
eriencias corteses ;
I rico entonces,
iré quisiera verme
lo parentesco
EOS mas fuertes;
:dió en mi hacienda
LOSO accidente;
aii io mas lucido
as de la suerte,
fiene Arequipa,
uego armado, suele
ivecinas tierras
ragos ardientes;
nió, y en montes
y ceniza convierte
anios años fueron
e doradas mieses.
hacienda abrasada,
viejo se arrepiente ;
ij fe ni amistades vivas
ts venturas mueren,
rtarnie de casa ;
IO DO pudiese,
I amor resistido
engaños vence,
e mí al Virey,
s Indias tanto puede,
las imaginaciones
I y se obedecen ;
del rey de España,
To mundo respeten
Tras, tantos mares
>ra de los reyes,
ferrarme á Chile,
loy está mas rebelde
íiripo de sus Lautaros,
y Tucapeles;
idiendo, enojado,
icienda previene,
^ España se embarca,
re y rico vuelve ;
b , loco sigo,
ienda, aunoue él lo piense,
linaofendiua
perdidos bienes;
llego á Madrid,
le traer diez meses
li ausente vida
íes de la muerte,
nónstruo que me agravie,
I que rae deje,
que me acuchille,
que me desdeñe,
lía que me mate,
que me anegue,
]ue lü padezca
reto k quien lo cuente.
DO.'t JUAN.
I Luis, vuestra pena,
do sentimiento,
propia la siento,
noque no es ajena.)
istad ofrecida
segura y honrada ,
lado una espada,
io una vida.
BERriARDO.
5 don Juan solamente
o, aquí también
un hombre de bien,
decir valiente.
DONLÜIS.
Dios, que en vos se mira
^ue decís ; no sé ,
cómo contaré
)C. PC L.-u.
CADA LOCO CON SU TEMA.
Una ignorancia, una ira
Simple y loca, sin reírme.
No podré contarlo ; oid.
BERNARDO.
El mentecato á Madrid
Viene á buscar mujer firme ;
¿En tantos meses de ausencia
Hay mudanza que le espante.
Si acá basta alzar un guante
Y hacer una reverencia?
Aqueilu cordura extraña '
Y perfección en criarse,
En Indias debe de usarse,
Poraue aun no ha pasado á España.
¡Que metro de argenteria
Para contar su afición !
Basta, que el vicio es lebrón,
Y el amor volatería:
Yo liebre quiero á mi dama,
Y no garza á lo discreto;
Que las liebres en efelo
Son gente que tienen cama.
DON LOIS.
Por esto al campo salimos,
Y en las calles ofuscados.
Dando pasos engañados,
Al mismo lugar volvimos.
DOIf JOAN.
¡ Oh qué estrecha condición
Debe el hombre de tener !
Si aquí vive, ha menester
Mas holgado corazón ;
¿Solo por eso acuchilla?
¡Qué desconfianza! ¿Piensa
Que está clavada la ofensa
Kn las puertas de Castilla?
En Madrid hay tanto honor.
Que en él cien mil casas veo,
Que ni las sabe el deseo,
NI las penetra el amor.
A la posada venid;
Que he de ir con vos.
DON LOIS.
Es en vano,
Yo he de ir con vos.
BERNARDO.
¡Pobre indiano,
Qué alhaja para Madrid !
DON LUIS.
Todos aquí sois corteses.
BERNARDO.
Pobres sin caudal en nada.
Es cosa muy desairada
Indianos y ginoveses. —
Don Juan, ¿qué dices? qué sientes?
DON JUAN.
Que vino á linda ocasión
Este primo.
BERNARDO.
Ricas son ;
Hallarán dos mil parientes.
DON JOAN.
Mí remedio haré que sea.
BERNARDO.
Tantos primos se le ofrecen.
Que estas hidalgas parecen
Montañesas de Guinea.
( Vanse,)
Salen HERNÁN PÉREZ, £L MONTA-
^ÉS T EL ESCUDERO, y d la puer-
ta, escuchando^ DOÑA ISABEL, DO-
ÑA LEONOR T DOÑA ALDONZA.
DOfiA LEONOR.
Desde aqui le escucharemos.
DO^A ISABEL.
Temo que ht deMrmqf
BSCQSBRO.
El buen viejo Arias Gonzalo,
Que Tiene haciendo de extremos.
RIRRAN.
Es hijo de mi cuñado.
Como digo, y reprehendo
Sus travesuras.
■ONTAÜAS.
Ya entiendo.
HEinVAN. (Ap.)
Parece desconfiado;
Lo demás quiero encubrir.
HONTAilttS.
¿Querer matarme? ¡Ah traidor!
No es tierra para mi humor
Donde hay tanto que sufrir.
HBIINAN.
Ea, deja que te abrace
Otras mil veces.
doRa lcoror.
¿Cuál es?
OOJlA ISAIBL.
Ay hermana, 4 no le ves
Con el cuello de «aqui yace»?
DO^A ALDONZA.
Isabel, ¿si es este el hombre
Que decías ?
DOffA ISAIKL.
El que vi
Es este hombron.
HERNÁN. {Ap.)
Este si
Que es bravo, que es gentil hombre;
¡Qué bizarro! qué membrudo!
D05fA LEONOR.
Si estas del sobrino amado
Son galas de desposado,
¿ Cual serán las de viudo?
HERNÁN.
Algo parece á su madre;
Peto no, mas á mi hermano,
Que en lo robusto y lozano
Es retrato de su padre ;
Quitadle aqui las espuelas,
Venga una ropa gqdoy.
ESCODBRO.
Temblando, por Dios, estoy
De la montera y chinelas.
DOÑA LEONOR.
¿Ropa, Isabel? Cosa extraña.
OO.SÍA ISABEL.
Calla, Leonor; que imagino
Que quiere que eche el sobrino
La loa de la Montaña.
No soy tan acomodado ;
Paso, que no soy, Señor,
Ni recipe de dotor,
Ni párrafo de letrado;
iRopa quiere que me den?
Si esta le parece mala.
En mi tierra no hay mas gala
Que ser muy hombre de oien.
HERNÁN.
Si compitiendo no están
Entre la envidia y el gusto.
Mis hijas tendrán mal gusto.
DOffA ALDONZA.
Y como que le tendrán.—
Loco está el viejo, Isabel.
, X8CODER0.
De lashyas me lastimo,
Que les ha de hurtar el primo,
lie ha de casar con él.
SO
406
DOflA LEOBOR.
¿Si es la gala del baúl
Esia?
DOSfA ISABEL.
Al cuello has de mirar,
Que ha jurado de no entrar
Por las puertas del azul.
DOÑA LEO?I01I.
Da gracias desto á los cielos.
POSa ISABEL.
Leonor, decir has querido
Deslo de azul y marido
Algún concepto de celos.
HERRAR.
¡Qué brioso ! qué alentado !
£l es mocetou de chapa ;
Llegue á quitarle la capa
Un pulido almidonado ;
Mártir de nuevas CDcbillas,
Que en hondas azules va
Pasando su rostro ya
Un golfo d«í leciiuguillas;
Llamad, de gozo estoy lleno,
A mis hijas y á su lia^
¿Quétia?
HERNÁN.
Cuñada mia.
MO:iTAñtS.
Cufiada en casa no es bueno.
ESCUDERO.
Yo voy.
DORa ISABEL.
Tia de mi vida,
Medrosa estoy.
ESCUDERO.
Desposadas
Vengan, porque son llamadas.
DO.^A ISABEL.
¡ Ay triste de la escogida!
ESCODERO.
Ya vienen.
HERNÁN.
¿Tal mozo aguarda,
Y ellas tan discretas son ?
MONTAÑAS.
Esta es la que dijo hambrón,
Y aunque es loquilla, e^ gallarda ;
Si son asi las costumbres.
No hay querer ni pedir mas;
Pero hablo mal, y jamás
Me enamoran pesadumbres.
DOÑA LEONOR.
Hermana, apercibe el si :
Suya serás, que es muy Justo.
DOÑA ISABEL.
El hombre tendrá buen gusto,
Y vendrá á escogerte á ti.
DOÑA ALDONZA.
¡Qué quedo se está ! ¡ Uay tal cosa '
DOÑA ISABEL.
Tia, debe de esperar
Que le vamos á abrazar.
MONTAÑAS.
¿Quién no perdona á una hermosa?
Mil veces, primas, os beso
Las manos.
DOÑA ISABEL.
i Triste de mi!
Acabemos; que leroi
Que se quedjba en el beso.
DOÑA LEONOR.
Seáis, Señor, bien venido.
DOÑA ISABEL.
Como fuisteis deseado.
DON AirrONIO HUQTADQ DE HJBNDOZA.
HERNÁN.
¡ Qué cortésmenie que ha enlrado !
DOÑA ALDONZA.
De todas seréis servido.
DOÑA LEONOR.
¿Venís hueno?
DO.ÑA ISABEL.
Aun es iTaro
De palabras.
HONTAÑiS.
Salud tengo,
Y á vuestro servicio vengo.
DOÑA ISABEL.
¡Ay hermana ! que habla clara.
DOÑA LEONOR.
¿Qué pensabas? ¡ Oh, cuál es
Esa ignorancia !
DOÑA ISABEL.
Imagino
8ue al fln, como vizcaíno,
ay vascuence montañés.
HERNÁN.
¿Cuál te parece mejor?
Escoge luego.
HONTAÑltS.
No es justo
De repente escoja el gasto.
Sino despacio el honor.
HERNA.N.
Cualquiera es muy virtuosa ;
Lindo entendimiento enseña.
MONTAÑAS.
Paréceme la pequeña
Bachillera y mas hermosa;
Esotra es mas mesurada,
Y en mi mujer me contento
Con mediano entendimiQQto
Y hermosura acomodada.
Yo me declaro. Señor,
Ya tengo esposa.
HERNÁN.
¿Cuál quieres?
IIO.>iTAÑ¿8.
Tío, en esto de mujeres
La mas poca es lo mejor ;
A la mas niña.
HERNÁN.
i Oh qué bien !—
¿Isabel?
DOÑA ISABEL.
¿Señor?
HERNÁN.
Marido
Tienes; albricias te pido,
Y te doy un parabién.
DOÑA ISABEL.
¿Marido?
HERNÁN.
Tu primo herm;>D0,
Cuando menos.
DOÑA ISAREL.
¿No es mejor
Leonor?
HERNÁN.
No quiere á Leonor;
Dale, rapaza, la mano.
DOÑA ISABEL.
Pesadamente le quieres.
• HERNÁN.
Esa palabra me enoja.
DOÑA ISABEL.
Á Dónde se sufre que escoja
Un hombre, y no dos mujeres?
Vengan mas primos, darás
En qué escog«'r (¡ay de mi ! );
Mas si todos son asj.
Yo perdono los demás.
¡Oh, cómo es bieo oileadldo!
Cíen mil años goees tWl.
¡ Jesus!
OOffA ALDORIA.
¿Qué í» tié, Isabel?
MfAlSAM..
Aquf un dolor de
No hay remedio, esto ha de ser.
MIa ISAKL.
Aun reslstillo do paedo;
Si prima le tengo miedo»
¿Qué ser& cuando m4crT
Abrázala, ten n^s bzio»
Llega de presto.
¡AbcnHl!
Si,que es garifo el doeed;
¡ Ay roí bien, ay 4on Jasa miel
■ortaMs.
No me parece razón
Sin dispensación Ikpf .
Llega ; que pem ebmv
Basta mi dispensación.
(Ltefi 4 elmifi
Salen DON JUAN y BIRHAU», ii
ralediit.
BOR loa-
Entra ; que bien lo he tiwido.
¿Sin llamar? ¿Bslás ea U?
DoanMif.
¿Cómo estáis, pobre de mi.
Tan sin pena y sin coldnilo,
Quedanao beHAo Uam^l
Don Lms de PiiraM^?
D0.^4AUQa«L
•■aaMip.
Muy sosegados anéo;
¿Hay flema en el haodo igail?
D09 JOAH. (4p.)
Saber si el otro ea querido»
Y que esleen cata no ^¡mU,
Solo esu indosiria la posdp.
■ortaMb.
¿Don Lnls queda taa heridil
BsaRAaio. .
Tiene tanta cacl^illeda,
Y qne es peligrosa diecp ;
Unos el brazo maldieeB,
Y otros alaban la
¿Gran cnchilladi» maaeebo?
aaaRAa^pu
¡ Oh pesia quien ma pfirHI
Parece que se la 46
El caballero 4á F^S
No la sintió hasta dt^aw,
Y entrando en casa ua bsrbeiSi
Llegó un alcalde.
I
¿Llegó un t1esMa9
v9Lumth
La confesión le ~
Yaunqueélse
i lo m/vm:
lo sTetlffaado.
«euro, seSof :
.dbiua ' "
fi*»h hoco (m 00 nu-
mbijidor.
(a;Ti'niíétpaiitab)
IflhdMcMtorldo.
DoiiíOfíi.Wp.)
lewbieniiaepriube:
nelii»s«¿l>ledebe
D i la juaicú.
lanlaUt f ÜTnaa Pertii)
3doreBtf4oT
MflA ISMU..
loo ^a<s ifaerido *.
), que toffisBle.
lerii^FUrjídor
qnel cbirTo'.
Earedo
t, UT>esilapa^;
iD blao leutiiu,
idodela vúJa,
00 deJ alma.
1 DDOMS.escuobo?
I lodo eres locí \
w^k «uionu.
abéis eí¿ent ido.
OO.Íf JStSIL.
o be de perder
co ha; que hacer,
nan el mal herido ;
tremadas niñeces!
Lnli firme .estés;
fi, que M mu cortés
U.'úa^eDla Teces.
pOMIlUlf.
íQuébiiaenU^odel»
nuuROO.
Qae dari cédula al aup'.
No la faa modado la anaeocia;
Siempre ae qnleren loi dos.
' apniAaDo.
Ea, encomiéndalo' i Uú,
V i la primer rtTerauit.
POHItUIt.
Díjaliy»:qwj(
Que sigas i gniBi ,_
Esia es gana, Mén lo ei
Has parece loHoliila. '
¡Qué desatinos! gpéwigalkn!
SegDir coB taHaiorñüá,
Una Brmeif sla Ms '
BOfULlOM».
Procura disimular '
Qae A don Juan haces 4a gve
DOffi ItáBBL^
£1 lino á de^cobrír Úe'rra,
Y ba dé anésa^ en la roarí-
noli «LDonu.
fío.e» nada.
No ba de quedar an m
Sin topar Téünnia inta;"
Q^ie ti muy dfilce TilTáóif
Lo civil déla Vémnnuí—
¡ Hermosa iloAa tednor!
•oSi tffvrOB.
iSeBord<)p.)pi)ii? ,'
POÁa isuu.
^Iculfado
, ., p-tlEUO ae ba nnga
Pasó de farsil aflo/, ^^
Pero fué gran 4esMi)(p,
Cpfíipi berfi(;),na.
¿Asi os rettrait,
MaLpqm.
Hucblsimo daeAo jnio,
SQué ea telirarme-T iViMa,bU
as firme en <^ ri^mandat
Aunque esas tqcás'de Holanda
Son cBsüllo de Cajgtbi;^)!.
mS»
s-
TeniDqoeb«f|eá« , ,.„
V engaitado tffgje^tffoA.
Jesns 1 í Vo bajeza igoalf
Bien parece mil jwddo
ti amor, pues cawW.n
Qne le,ofeiu(eD.(iümnw».
Mp. jOfa ii toandovíin^ pW)-
rfla boche, aanoM BU UN?/
Holgaré de baMr«M'«M.
MbttUiÉL.
¡QDéfalsoaeiÜDMWwt
Haréis qne da w '
Todo el sol. (is
Abora tsiu '
ÚnedlM^
Tiene Isabel caiVa
Mil parecerea. '
íQim esto ntM } qabealOMlÍ«t •
Qne Leonor e«lo«aBe4é!
¡ Qnépreaia«oii«li<e-ilH
QoeeajódeMoMI^ . .
BMre DON LXSf.'^tf'rtfjfné^muf^
mHimímmAI'
468
BEBITARDO.
Si eos culpan.
DOIV LDIS.
¿Quién no admira
Mi desdicha? (Voie,)
BERNARDO.
¿Qué mentira
No es en crédiio dicliosa?
Creyólo.
DOSÍA ALDONZA.
¿Quién era?
BERNARDO.
Un pi)je
Mío ; ¿qué digo? Dn criado.
DO^A ALDONZA.
No te veo acompañado.
BERNARDO.
Hago siempre buen pasaje
A ia familia.
D05ÍA ALDONZA.
¡Qué buenos
Seréis los dos!
BERNARDO.
No me canso
En reñir; que es gran descanso
Tener un picaro menos.
DOXA ISABEL.
: Que una cosa no se ofrezca
En que vengarme !
Sale DON JULIÁN.
DON JOLIAN.
El ruido
Quiero saber de qué lia sido,
Aunque mas tarde parezca.
DO^A ISABEL.
Don Julián, linda venida.
DON JULIÁN.
¿Doña Isabel, mi señora?
DO^A ISADEL.
Don Julián, venga en buen hora.
DON JULIÁN.
{Ap. Agradéla. es entendida.)
Ht? de hacerla una fineza
Esta noche.
DO^A ISABEL.
Gran favor
Me haréis.
DON JULIÁN.
Llevará primor,
Tendrá garbo y exirañeza.
DOAa ISABEL.
Bien le merece mi fe ;
Y la vuestra ¿es verdadera?
DON JULIÁN.
Como yo.
D05ÍA ISABEL. (Ap.)
No te quisiera.
Aunque anduvieras á pié.
DON JUAN.
Tan viles celos me dan.
Que no los puedo sufrir.
BERNARDO.
A fe que no ha de morir
Tan bajamente don Juan ;
Mire us:irced por su vida,
Que es muy bien mirar por ella.
DON JULIÁN.
No tengo que defendella
Si la veo acometida.
(Pónese Bernardo en medio de don Ju'
lian y doña Isabel.)
BERNARDO.
Que aquf ha de haber cuchilladas,
Y es tan honesto vusté,
DON ANTONIO HURTADO DB MENDOZA.
Que de mala gana ve
En carnes á las espftdas.^
DON JULIÁN."
Isabel, si fo te pierdo^
Loco moriré iÍd U :
¿Qué merecerá, galán.
El que viene muy hallado
A ser necio y ser cansado?
BERNARDO.
Que le llamen don Julián.
DON JULIÁN.
Destos hago yo desprecios,
Que parece en bajo cobre
Un (liscrctillo muy pobre.
BERNARDO.
Tan mal como rico un necio.
DON JOAN.
Que ha de haber pendencia aguardo;
Llego á quitar la ocasión.
DOi^A ISABEL.
Don Julián tuvo razón.
HOÜk LEONOR.
Mas razón tuvo Bernardo.
D08a ISABEL.
Mira, Leonor, que te engañas;
Que es de á pie, como don Juan.
BERNARDO.
Por solo este don Julián
Se han de perder quince Españas.
{Ap, Dije el concepto; paciencia.)
DOÑA LEONOR.
¿Y á don Julián no conoces,
Que es dc.á caballo?
DOÑA ALDONZA.
Esus voces
Han de pararen pendencia;
Hermanas, entraos adentro,
Y si ha de haber valentía,
En el campo.
BERNARDO.
¡Oh cruda tia!
DON JULIÁN.
Es muy pequeño este encuentro
Para nii ; yo me recojo.
Quédense, que yo me fundo
En que no hay cosa en el mundo
Que me merezca un enojo. (Vaie.)
DON JUAN.
¿Esto ha podido sufrir?
; Oh optimista de la honra.
Que piensa que no hay deshonra ,
Ni mas vivir que vivir!
D05ÍA ISABEL.
De nuevo mi amor empieza ;
Que la traición enemiga
La voluntad desobliga,
Mas no vence á la firmeza. {Vase»)
D05ÍA LEONOR.
Algo confusa me siento;
Que me lleva en mi afición,
Aluno la inclinación,
Y al otro el conocimiento. (Vom.)
DO^A ALDONZA.
Mi Bernardo, adiós. (Va$e.)
BERNARDO.
Yo estimo
Ese desengaño, ah cielos,
¿ No me da á mi también celos
Con su poquito de primo?
DON JOAN.
No estoy en muy mal estado,
Cielos.
BERNARDO.
Pues, don Juan, ¿qué ha fido?
¿Aun don Julián te ha vencido?
¡ Qué de buen aire has quedado!
Que no lomaré de ni
Loca venganza decaerdo.
Tantos extremos Inré,
Que en mirándote perdida,
Daré, con perder I a vida.
Satisfacción á la fe.
miiAaao.
Tomarás cédala ahora,
Y casaste de aoiobioo.
DOR JUAH.
¿Burlas en esU oeaaloa?
Tomarisla, ¿qaiéo lo ignora?
Cuando sin tioiira oiiinia
Viviera, y foera ofendida
Una experiencia mi f ida
De agravios de b fortuna;
Cuando para ni Tenliira
Descubriera en ta belien
Nuevos mondos de riqncnv
Nuevos cielos de hermoraia;
Cuando mi amor Invencible
Solo ese remedio ballanu
Y esU ocasión le anmenisra
Nuevos lazos de Imposible;
Cuando (quiero haeer la saín
A nuestro adagio espaloH
Fuera, despreciando al sol,
Hija al fin del dnque de Alba,
N» me casara, Bernardo,
Con ella, si be de tener
Mi legitima mnjer
Por camino tan bastardo.
¿Tú de amor haces alarde?
Don Juan, tn líbieía nienle;
Que ostentación de pmdeale
Es disculpa de cobarde;
i Oh qué honrada bobcria!
Pues mira lo qne en ni bONr
Puede una lev« an
Y una honrada cor
Cuando aquel dolee
Naciera sin soles ni albas
Fn las, no diyo en las maltas,
Sino en las Indias sin dolé:
Cuando en su frente | sa caelU,
Sin ser ofensas tempranal
DelabaulladeCanas,
No se esca|»ara un cabello;
¡Oh bien haya la fe nía !
Si ella me quisiera á ni.
Juró á Dios, oonN» el Son,
Me casa^ con la lia.
(VMS.)
Salen DON JULUN t EL CHÜ
nonjouAi.
No tienes malla, no tienes
Felicidad en servir.
CaiABO.
Si no han querido lenir.
¿Con dos nAsloos te tIcms?
Rogarlas; anda, vele.
Necio; al teaügo rofido.
Pero al n<MÍeo papdo
La presea, el dobloncelc;
¿No trajiste cbiriartas
Y el órgano que adfcrti?
¿Sonvispefas?
UM LOCO OOM SD.TEU.
Pan mi,
eninn* min;
a nne he Bundtdo,
UuT
CMAMk
"jcooiideris
ly deulunbrtdo?
Deloifloridot
3S puedo nombrarle.
PON JDLIM.
te M Mcrf be
Mido ul hombre,
orll ese nombre.
lico legal ;
Oircanurtolaniente
Lo faablaa de merecer
El amaulf; el discreto, ,
V con cédula del Re;.
Es Doa sierpe mt Ka,
Hi hermano ci do no aé ipA,
Hi prímo nn dOMIlnado, "
HI padre nn Nerón er«el,
Uan
Has don :&^ m
Sa¡tn DON JUAN T BEBMABDO.
ownuL
Digo qne bletite mi.
e sloriosa memoria
Qaiero historia
>sa * ola otad ;
de Isabel ó Belilla,
eira genlilT
acüu úe ni fe.
SCUDERO , en la ventaaa.
ISCnDtRO.
ittaT iOh.cúmosnenal
lO qne dan placer
ce una guiurra,
unce on almireí !
tGaltarraa do mait Dd hambre,
A lo requiebro lebrel.
De la reja del balcón,
DoQjuaa, aíkJoieve.
mujiun.
iHar fflis penas qae ne ioImbI
' Haj mas celo* que madéil
íQuiénierit .: .i^'
iSieidoBjBlini
. retando eaii da p>
Llsiooet «erdaa I an bajo,
Stqaeleio córdoba». .
MÜJOM.
De eelot mnero.
Doa filoi i la niM.
BOU ñn.
1 At dulce IftMI ,
Cna DiaDO de papel.
Este si que m teabt
Agarróla.
Qne e«i I « J
Tanto, qoa *■ »f.
Don Julián, d i
NI
Loieetosiel
Trato d(>»~ 4
Sospecha trat,.
Emboste cnani..
Vquectlaa
YHdlMJto
Del En k
floa ..&.._.
0ae « wm
470
Qae solamenle en la mia
Tememos á Dios y al Rey.
Genie hay aqaf ; ^i es justicia?
Mas ladrones poorán ser.
Allí hay dos, y aquí son cuatro;
Picaros, ¿no bastan seis?—
¿Puédese pasar, hidalgos?
BERNARDO.
Podrá quien tuviere pies.
MONTAÑÉS.
Mejor quien tuviere manos:
( Tocan ¡as guUarrag. )
DON JULIÁN.
Cantad mas; que me engañé.
■ONTA^TÍÍ.
¿Aqui guitarras ?4Qué presto
Señas del cuidado hallé !
DON JULIÁN. .
Lo de Isabel proseguid.
■ONTAIÜÉS.
Eso no proseguiréis, '
Hidalgos ; que en esta casa
Nadie se suele atrever
De su fama al generoso
Verde sagrado laurel.
Esas músicas son briéñás
Donde no pueden ^ner,
Ni mas que perder la fam'a
Ni que aventurar la Te.
DON nUkH.
¿Hay nuevo ofícío en la corte
De quita-müsicasY ¿Quiéii
Os mete en cosas aljenas? —
¡Hola! Cantad.
IIONTA5r¿8.
No cantéis,
Y á quien aqui se attevle^é
A cantar le romperé
El inslrumeiilo en los cascos.—
Y vos sois un descortés,
Un necio y un atrevido.
BERNARDO.
Por siempre jamás, amén.
DON JULIÁN:
Vos sois un hombre arrojado ;
Yo soy quien soy, y seré
Lo que quisiere, y no itias.
MONTAÑÉS.
Muy sufrido parecéis.
DON JULIÁN.
Soy muy grande cortesano.
Miisicd.
¿Esto se sufre ? No estés
Tan cobarde.
DON JULIÁN.
¡Oh buen cantor!
MÚSICO.
Aunque no traigo broqtíel,
¿Quieres que yo le acuchillé?
DON JULIÁN.
■
Haréísme mucha merced;
Que es un gallina. .
monta5I^.s.
Villanos,
¡Oh, qué mal me conocéis!
{Meten mano todos, sino don Julián.)
BERNARDO.
Don Julián perece ahora;
Que el Montañés. es aquel,
Y entiende poco de Filis.
DON JUAN.
Yo le quiero socorrer.
{Saca una linterna.)
DON JULlAN.
¡La justicia!
DON ANTONIO HÚBTADO Dff MENDOZA.
útslto'.
Gúrai^dtf fttéra.
DON JUAN.
Desvíense.
Tenganse.
Del solar del misiíifo iniferño
Es un rayo el Motrtañés.
{Vánse,)
JORNADA TERCERA.
8
Salen HERNÁN PERÉZifEL UtíÜTk'
ÑÉS , con vestido negro p el mismo
cuello, t el escudero, en un aza-
fate, trae uno de muchos anchos y al-
gunas cadeniUasí y vestido negro de
seda.
HERNÁN.
El dinero es fuerte mdro ,
Nada cuidado te dé ;
Que siempre el dinero ftié
El sagrado mas seguro.
Aquí estarás escondido ;
Muda de traje.
montaHés.
Apartad;
Que no está mi autoridad
Pendiente de mi vestido;
No gusto de cadenillas.
Ni (fe ésds cuellos me den ,
ue en otro estará mas bien
n bosque de lechuguillas.
HERNAR.
Ya estoy temiendo algún daño.
ESCUDERO.
¿Hay tan peregrino extremo?
iíoMtaí^.
Llevadlo; que en todo temo
Que ha de haber algún engaño.
HERNÁN.
Uno temo, y otro dudo;
¿Qué tienes?
ESCUDERO.
El majadero
Se precia de verdadero,
Y quiere andarse desnudo.
HERNÁN.
Sobrino, ¿tú desté niodo?
montaü¿s.
Hablar claro determino.
HEltNAN.
Parece que estás mohíno.
MONTXSrtis.
Vos tenéis culpa de todo.
HEhNAN.
¿ Ya das tan presto esa muestra,?
¡ Qué ingratitud ! ¿Yo culpado?
M0NTA.SIÉ8.
tío, yo be sido engañado ;
Pena es mía , culfia es vuestra.
Yo pienso que la justicia
Y el aviso (perdonad )
Es prevenida piedad
De alguna prima.
HERNÁN.
¿Hay malicia,
Hay sinrazón semejante?
MONTASíáS.
Yo de vos llamado he sido
Solo para ser marido,
Que no para ser amante.
En bili rica j herann
Me ofreció vneUneofdm
Una posesión segiin,
Y no esperanza dodM»;
Y he menester coo la cayada
Ganarla, y vengo i^peasar
Que me be Tcpldo A .casar
A la vega de Granada.
Son cosas poco nelet
Que no estén (¡ob primas loas!).
Ni esus ventanA sid tocu
Ni esu calle Ün tocqoetés;
Ni lo culpo ni lo apruebo.
Mas que tenéis. mHjÉBOy
Vos la verdad i lo adOgáo,
Y ellas la vidiftloniMfo.
ü/áaiuitf.
Eres nn desconiédido.
De malicioso eitté dégo;
¡Que un descoolido loMf
Se convierta en $trevidcir
No ha de dar da feodibre P
A on engallo tift ticiflNwto
Logar en el peMafOfléfinif
Cuanto mas étf el aiMaéff.
¿Cuándo bK sido adipedNits
Ningún hombre bien nddo?
¿Quién ba entrado A' iér ttarído
Por las puerus de cdosof
Los daños itetApreloi vé
Con prevención cuetdA el láMo,
Y el necio, atento* sa agravio,
Siempre los mira C9p %
Si no hay cosa c» qoéjspsMB»
Y del enga&o haoies m,
¿Qué mujer do áéM iMla,
Si basu que t& lo lAttlMS?
movtiMtk.
Yonoséfllosoftts;
Solo seque m> diü áüMras
Ellas de ser hijas ▼oesMS
Ni de ser pariénUi rilM.
¿Queréis qae yo safra i eslíe
Que en vaestta faiia¿ Satav
Me deis un peaqttfsúor
De mi cara y de mi lailef
Que yo soy tan Meo nacMOt
Qne,*aofiqiie maa presaaMy
La excedo para parienSe.
Y sobro para narido.
■faiMa.
¡Oh, qué soberbio
Advierte, Laxbel i
gue ser hidalgo , en'el
8 ser hidalgo» y no ñas.
■owrAffis.
De Aragón reioó en la slHa
Un hidalgo qae eligteroa«
Y de un hidalgo se hidersa
Los mas grandes de Castflh.
En eso no^ note éaialÉi;
Pero crecer los venas«
No con necias hldaUiaAt
Sino con fuertes bwflB.
Vienes en traje , qae Medo
Preguntarte si enteodias
Que á desposarte véalas
A las Asturias d^ OTÍedi¡&
Y de suerte, qaé Oo dl|ao
Que pensaste, i lo lüllmibki
Que Madrid era Léoa.
Corte de OrdoBd ó BenMS.
Ya no es el tiempo dd Qid;
Qué ahora mas ñéoá sea
Que los grandes de Looa
Los chapines de Haifiid.
ooikTAMb.
Si esto 08 caasáttt dHfc»<l»i,
¿Cómo no me MkerHiUttf
■unlw
dauliiL
ID rie* Mdia agiurée
iguno; mn mu Rcoie,
«Mr MM MlMneale «
aeboj mñtrtn MAt.
nuuiL
faleparcicoaterDoT
nigo! hieneuá;
lOT ta inesro , j ¿ja
cbaqaea de jernoT
n ricoi ÍH) mUo,
I haber Vtnido
nena latido
iDU Tcnneía
] poca andón ;
ri eolaposenioD
rbio en la eaperania !
atarrlfU.
iba qae no Tenia
r«r.
iQoé riROT !
obmas el amor,
lesUcdHBit.
tnietiMs.
<tí»i Mtgañla;
di laforuis.
liotencfa* del gasto;
D» porque «Oj Tino,
« defolerM,
do pondré imn pies
orcer ana mano.
fortfr? Blla te idon.
. Tíncelen pioco)
aielmn ahora,
le adrado ; blándara,
hnmlldadTaimr;
-la; «Íe(orta ntaror
dirse i la btrcnosnra.
Sale DORA ISABfcL.
1 maso Bera
3 vida bennoM,
era entre el gamdo
a admiración del Terde prado;
loT, baa*da
ora y de niere.
de flHDO tlere
la } carrada,
en Tenlor temprano
loinmbralMilel verano;
lllariiBeíta,
:io del roció,
MH TÍoleoio rio
ristal deepeñi,
eran en amores
lisonjero de las Dores;
dbjtnaDOinclefia
gaida 6 muerta
riniera aOrófa,
era »d irmoAla
leí alba j snspensian del dia;
irderilla j Tuente,
I quejosa,
espera j siente;
nii pan «AiNda
el alma que perder ta vidi.
BÚA LO» CM BD fiUt
Llega, mira qtwlAéMn:
Que aguardar, ahndo laa rada ,
Aquenna mujer leiMa
Es rictaria Diiir gnȒn. "
DDJUUIUL
¡A; triste ! boreudo del mal ,
He tenido i dar en ét.
■MKAll.
1'Ob, qué bermou eiti babel 1
¡s su taUe cdostUI.
■oMraHi.
Dejadnos Solos; p6r*oa
y por elb pleuM bablift).
Eso ea modo de agradarla ¡
^ué ÜDoa tere i loi dosl
Dría que lias sido aicboMi
Tleroo la pide una maao;
Dila: «Duebosoberaito,
Cielo mío, sol beruMMo.t
No digai que ea una dea,
Que no es al «sot J reptra
Oue tiene aa hermosa cara
.nieodimienitt d« M.
(Ap. Deade iqnfetcudInlvqtitBro.}
(SmMAMJ
Yo quedo bien •dterUdo;
Por birbaro me hi tenW«.
i»(ifla isAitL.
De amores j |feMs draero.
(SUnleuM tn iti OJu . f tpárinüat
leí det, y eiáiki» dle« il mt»» im
juiaen.)
■OtCT«flli. {if.)
Piensa que fo he de ro^^artt
Por sa dote ; ti jo ralgfl,..
■nmM. (áp.)
Solo sabe tM hld^UM.
Él no aclerul eulMTirtt;
Pienso que U dbsilU;
■oNTáAia, {Ap.)
Pues i fe, prima aabdosa,
Quealgundia... '
mAa nun. {Ap.)
I LlAdi eou í
Castigos en prmeU.
■OilfÁHa. WJ
nablarla seriTonoto,
Pues lo orreci , duraawnie.
mAi isiin. {Af.)
Él ser& boTrrado pariente,
Pero desairado esposo.
¡Que don Juan fne olvide ja,
V este se me acerque tanto!
aonAMs. {LlégaA.)
Prima, (nSiri tome eapaoio...
doRa isABn. (OetvAuff.)
Espinlesemotilll.
■omlAltta. (LndMtMu f^Htét.)
" «qatí
Súle BGRNAN PÉREZ,
uniiui.
Hija, dime lo que ha rido.
DOAaUABXL.
No maa de qu« no he cfnerido
Que se espante ^Wto A Di.
na ÉnijraaterlMt.
t|}u¿ maa lemra r Bf
«mariado f^vorMe*
Pues de qutói w !■ ■bn»
Se deji anar I* bdiMt.
TIerao, j M> britOt ■ l«iMo t
iQné mu ttiMñw fMni
tíoéma8awa,dTMn4.
A enamorar É na tfifaatn
uedo; que nohifdWdCbder
la mas baja m^Süt
m la leona al Ü^ttifc_.
Uo homora ooa evv bwM
Ser MdMrMÍr^ M JSoM;
PetoDHlmtltft.MJUto
Que siempre feMmi4pW«.
■neho maa eaMa M Uonor,
Ha*mea8twltim«Dh« ~
No quiero eaiántnÚW
NiesterodlndrrwMtM
Adore á sa vtMm IMWmi
Que ja «i bMoriaaMda,
y qae debe malla herida
A suf oJM qae i ni mta».
Yo Mj poeo leñparaL
Desden papi eou deawQ]
Que en mi «Ida mlaaM«
'en Rae qnlmese mal.
■adre.MdtbeAdalMañU
lequlebrosnlaKiDUBa:
Jaéigoma «fe le ¿onoM .
TqMstldrtteieatao.
iQné >gra*loa liUeat vMtoikS^
Que siempre la Tcrfadr«lM«MBE
tos llene por MkealKkrtMt
opadn
obaj»
471
DON ANTONIO HURTADO DE MENDOZA.
Que Tivir t estar sin ti.
Hermosisima Isabel,
Mí bien, mi cielo, mi vida,
¿Yo agraviado ? ¿Tú ofendida T
¿Yo quejoso y tú cruel?
iQué causa, amores, te di
Para llamarme enemigo?
Que el alma no está conmigo,
Por saber que estoy sin ti.
Vuelve, y no tengas en calma
A quien te ruega v te adora,
Pues tu amor, dulce señora,
Sabe el camino del alma.
DO^A ISABEL.
(Ap. Asi lo dice el Señor,
Níprimo tal viene i ser ,
Qae precia mas la mujer
La venganza que el amor.)
Don Juan, ya me ves casada;
Que no hay' daño que no intente
La resolución valiente
De una mujer agraviada.
Nunca agravies en presencia;
Mira ^ue son mal sufridos
Los ojos; que los oídos
Son gente de mas paciencia.
I>ON JOAN.
Primera luz de mi vida.
Del alma temprano dueño
Y de mis floridos años
Prisión dulce en lazos tiernos,
¿Qué agravios, qué sinrazones
Mis tristes ojos le ban becho,
Que solo de tu hermosura
Dan seña mis pensamientos?
No me males, que soy tuyo;
Que si vi tus ojos bellos.
Para quiíarme la vida
Llegan tarde los tormentos.
Si quieres satisfacciones,
A tus pies, Señora , vengo
Bañando en lágrimas tiernas
Tantos arrepentimientos.
DOÑA ISABEL.
¡Qué bien pareces quejoso!
Los hombres asi están buenos;
Que viven los conüados
£n jurisdiciontle necios.
¿Qué he de hacer? Tengo marido,
£1 me adora y bien le quiero,
Y como no empieza el ^usto,
Aun no llega el escarmiento.
DON iOAN.
¿Ayer vino, y hoy le casas ?
Solo en mis males pudieron
Caber siglos de desdichas
Ku solo instantes de liempo.
No lo digas; aunque en mi
Los imposibles son ciertos.
Quizá podrá ser que viva
Ln tanto que no lo creo;
¿Por qué, mi bien, me has dejado?
DO4SÍA ISABEL.
Don Juan, que han de ser, te advierto,
En lo que aun no importa, üuos
Amores que son discretos. ( Vase.)
DON JOAIf.
:Ah fácil ! como tu amor
bra niño y lisonjero,
Vivia en ifacas prisiones.
Mal pendiente de si mesmo.
¿Tan poco duran los bienes?
Tanto engañan los deseos?
Tan presto de tanta gloria
Señas y esperanzas pierdo?
De los grandes edilicios.
En quien mostraron soberbios
Su jurisdicion los años,
Su monarquía los liempos,
En las ya mudas ruinas
Perlas reliquias vemos ,
Para despertar descuidos ,
Para avisar escariAientos;
En sus violentas hazañas
Perdona siempre el incendio
A bronces para testigos.
A mármoles para ejemplos;
De las fabricas de nieve
Que, ayudadas de los vientos,
Sobre los montes levantan
Ambiciones del invierno.
Aun deja el verano ardiente
Contra la ley de su fuego ,
Contra el poder de su llama
Blancas memorias de hielo;
Pues de amor al ediflclo.
Con obligación de eterno.
Que, á pesar del mundo, apuesta
Duraciones con el cielo,
¿Cómo ban faltado cenizas
Que digan en su silencio:
«Aqui hay luces de un amor
Que fué mas y duró menos»?
SaU DOSA ISABEL.
D05fA ISABEL.
Ya no me puedo sufrir;
:Qué bien quedan satisfechos
Mis mal fingidos rigores
Con tan dulces sentimientos !
Generoso dueño mió,
¿Dejar de ser tuya puedo?
¿Tan necia soy yo, mi vida?
Tan mal gusto, mi bien, tengo?
¿Cómo es posible olvidarse
Amor que, siempre venciendo,
Vive en lo mejor del alma
Alado al entendimiento?
Don Juan, el peligro es mucho,
Ni padre constante j viejo ,
Mi primo altivo y dichoso.
Yo desdichada y tú cuerdo.
Llévame luego contigo;
Mira, mi señor, que temo
Llorar desventuras niias
P3n duros bronces ajenos.
Si eres pobre, yo te adoro;
No podré advertir en ello.
Que en las descomodidades
Tiene amor ojos mas ciegos;
Y no pienses que es flaqueza.
Que jamás culpadas fueron
Gallardas resoluciones.
Quise lomar por remedio...
Parece que te mesuras ;
¿No me respondes? ¿Qué es esto?
¡Ah, como siempre, sois todos
En las venturas soberbios!
DON JUAN.
Oye, mi señora, escucha.
' DO.SIA ISABEL.
¿Qué he de escuchar? ¿Esto espero?
¿Conmigo traiciones tantas?
¿Para mí tantos de.^recios?
¿Tú quieres bien? Tú eres noble,
Tú galán, tú caballero?
Entra BEBNARDO.
BERrfARDO.
¡Tia y primo se me antoja
Cuanlo en esta casa veo !
¿Sí ha venido aqui don Juan?
DONA ISABEL.
¿Despreciar mi casamiento?
BERNARDO.
¿Casamiento? Aqui fué Troya;
Dense batalla de celos.
DOÑA ISABEL.
Dejar de ser mi marido
Cuando en tus manos me entieio,
No hay discnlpn, eres nn looo;
A ser de mi primo TaeHro.
Moriré por no rogarte;
Que la o^jeza delrnego
Profana de la bermosara
Los altos merecimientos. (Fsa
Pues bien. Principe (¡qué «
Este es paso lindo y tierno
Para que te vuelvas loco.
Vaya de furia y de extremos;
Don Juan, arroja la capa;
Ea, derriba el sombrero;
Di «¡cielo airado!!, y préñala
Por el alma, y niegue el cuerpo;
Vaya lo de la memoria
Y razón, y todo aquello
Que está obligado en comeiSii
A decir quien pierde d seso.
Don Juan, para ser poela
(Que los buenos son diserelos).
No he visto Jamás en nadie
Tan desmentido el ingenio;
Que el hacer coplas ¿oalái dodi
Oue es el pedazo mas nello
bel entendimiento bamano.
Hechas con entendimiento?
DORJDAH.
¿Hay hombre mas desdichado?
BEUUBDO.
¿Hay hombre que sepa mcaM?
¿Desdichas Damas las evlpas
Y antiguos engafioa nnestros?
Desdichado es quien goUena
Prudente, acertado y cnerdo
Sus cosas, y luego salen
Ofendidas del suceso ;
Pero á Isabel t& la pierdes
Por solo un capricho, siendo
Un serafin de doblones
Y un fénix de amores nnevo.
Si aguardas á que se mwra
Su viejo padre, te advierto
gue el desearles la muerte
s el Jordán de los vieJCMk
nON IDAH.
Ni me disculpo ni aguardo
Mas <^ue i morir; que ni apera
Mas riqueza que adorarla.
Mi mas bien que el mal qie teap.
Bernardo, yo nací pobre;
Nobleza y valor me dieran
Mis padres, y quietamente
Se casaron mis aboeloa.
No quiero pleito y msder;
Que i un neo esatnmmienis
Ganarle por enemigo
Sobre costnmbrea oe sa
Soy hombre de blen.y l
Mayorazgo un peqneio«
No be de deslucirlo Amaños
De dorados menoapredoa;
Y en fin , ¿cómo be deeneargam
De un sol , de nn ángel* teaiaads
Posesión en pobre can
Y esperanza en rico plcüof (^
BEaHAnno.
Hay mengoado seos^anlef
ln toda mi vida tí
Cuerdo tan ñiera de al
Y tan encogido •■nt^tt
Safo LUISA.
i
¿Si es don JnanT Ro, ya se baiÉs
Vuelvo 4 dedrqMht
£1 picaron.
BEftRARDO.
Por an lado
rsa, y favor la pido
eñora donada
coDTento.
LUISA.
Ah señor
nazo de amor...
BCB^IARDO.
^mos, decamarada,
eneróos un ralo?
LUISA.
>he llegado á ser tía;
ra él, por vida mia,
está niño este plato.
BERNARDO.
le un tantico deja;
todo un poco entiendo.
LUISA.
no le queman, siendo
5 déla ley vieja?
BERNARDO.
I agravio y deshonra?
LUISA.
¿DO la tiene miedo?
BERNARDO.
a decir puedo
; ha llevado mi honra;
tlática parece,
ado tomajón.
LUISA.
e le duele el doblón,
lio me parece.
BERNARDO.
se llamaba?
LUISA.
El hombre
tiablarmal de Luisica;
»abe que Marica ?
BERNARDO.
?a, y ¿con ese nombre
^e á ser fea?
LUISA.
Y diga.
; grande la beldad
ave ancianidad
I?
BERNARDO.
Quedo amiga;
u niñez y agrado.
LUISA.
uy malo el bellacon.
^ale D05ÍA ALDONZA.
DO.SÍA ALDONZA. (Ap.)
y Bernardo son ;
liarán?
BERNARDO.
Hasme dado
ntento y solaz.
DOÑA ALDO.>iZA. (Ap.)
ia mis ojos ven?
LUISA.
; todo su bien.
BERNARDO.
1 gusto mas rapaz; .
a lia mis deseos?
LUISA.
es gran compadre.
BERNARDO.
devoto del padre
lotos Macabeos.
DO.^A ALDONZA. (Ap.)
BS bellaquerías?
CADA LOGO CON SU TEMA:
LOISA.
Eso no lo entiendo yo;
¿Porqué?
BERNARDO.
Porque se llamó
No menos que Malatias.
DOÑA ALDONZA.
¿Cómo se llamó?— Picana,
Entraos adentro, y no mas.
LUISA. (Ap,)
La lia es un Barrabás. (Vage.
BERNARDO. (Ap.)
Disimulo, y cierra, España.
DOÑA ALDONZA.
¿Matatías?
BBRNAIDO.
¿ Por ventuta
El ser p docto te aflige?
Vive Dios , que es lo que dije
De la Sagrada Escritura,
Y que hablar cosa en contrarío
Es caso de InquisicioD.
DOÑA ALDONZA.
Dignísimo socarrón,
Fingido, inconstante y vario,
¿Con una niña un mancebo
Tan sesudo? ¡Qué dolor!
BERNARDO.
Junto en un cuerpo de amor
Testamento Viejo y Nuevo.
DOÑA ALDONZA.
Bueno ha estado el desengaño.
BERNARDO.
¿Yo engañarte, madre mia?
¿<Ya no sabes que una tia
Es yerba contra el engaño?
DOÑA ALDONZA.
Por antojos presumidos
No tengo lo que ya espero.
BERNARDO.
Han dado en llegar primero
Los años que los maridos.
DOÑA ALDONZA.
Si me quieres, veré yo
Ahora...
BERNARDO.
¿En qué cosa?
DOÑA ALDONZA.
Amigo,
En que te cases conmigo.
BERNARDO.
¿Agraviarte yo? Eso no.
DOÑA ALDONZA.
¿Agravio?
BERNARDO.
Y traición también;
Digo que traición se llama
El casarse con la dama
Que se está queriendo bien.
DOÑA ALDONZA.
¿Traición casarse con ella ?
BERNARDO.
Sí, traición se ha dé llamar
El casarse, que es lomar
Remedio de aborrecerla;
V tan Gno soy, que digo
Que be de amarte hasta la muerte;
Y asi , por no aborrecerte,
No he de casarme contigo.
DOÑA ALDONZA.
Ya no mas palabras locas;
No entraréis, pues esto pasa.
Vos ni don Juan en mi casa.
BERNARDO.
¿Esas canas y esas tocas
178
I Y esa noble autoridad
I Enojarse? ¡Qué indeoendi!
DOÑA ALDONZA.
Ya sé tu libre insolencia
Y tu ciega libertad;
Ya sé que no eres fiel.
Que aun la herida de don Luis
Mentistes, y que fináis
Por el dote de Isabel ;
Pues en vano se os antqfa
Mentir á vuestra codicia.
) (Ap. Ni me ruega ni acaricia.
Ni el traidor me desenoja.)
No lograréis los engaños;
Sola es vieja la pobreza;
Que hay madres con gran belleza
Y lias con pocos años.
Otros mejores que tú
Me ruegan, y ansi me vengo.
Que por cara y edad tengo
Doce barras del Perú. ( Vate,)
BERIIARDO.
¡Quién fuera bien entendido
Para volverse aqni loco!
¡Ah cielos! ¿cómo sé poco.
Pues tan i^ran dote he perdidol?
Luego fuera caballero;
Que cualquier persona rica
Caballero se fabrica
Del polvo de su dinero,
i Doce barras! ¡ Qué desden!
Mas para mí voluntad
Son muchos siglos de edad
En pocos anos de argén...
Sale DORA LEONOR.
DOÑA LEONOR.
Contenta de bailarte aqni
Vengo, porque be deseado
Darte de cierto cni|Íado
Alguna cuenta de mi.
Bernardo, la cortesía
En los hombres siempre ha sido
De nuestro asrado y sentido
Una blanda tiranía.
Si anduvo don Juan conmigo
Tan cortés, que pudo hacer
Que yo pudiese vencer
Otra inclinación , amigo,
Dime, y dime la verdad :
Andar a pié (¡qué disgusto!)
¿Es necesidad ó es gusto?
BERNARDO.
Es gusto y necesidad.
BOÑA LEONOR.
¡Qué mal caso!
BERNARDO.
Él es un hombre
Que de nada, que no es culpa.
Ni se corre ni disculpa;
Y es tan bienquisto su nombre.
Que, si engolarse quisiera
En lo que llaman prestado.
En calle Mayor ó en Prado
Potro caballero faera.
El duque de Alba Femando
A un sastre le preguntó:
«¿Cómo os llamáis?! Respondió:
«Señor, Toledo.» Temblando
El sastrecillo de miedo.
De las orejas le asió
Mohíno el Duque; decia:
«Toledano, v no Toledo.»
A muchos < veo yo
A caballo L. ra ansi;
Necio ei o si ,
">^o* .^.
L» «n notable
474
LléTete Dios á goiar
La jineta perdurable.
DO^A LKOMOII.
Si rico le hiciera yo,
I A caballo no andamia?
BERNARDO.
Por comodidad si baria ,
Pero por soberbia no :
Que pienso que la fffualdad
Seria su mayor glorn ,
Aunque es falla de memoria
Siempre la prosperidad ;
Mas no recibas enojo ;
Él no es bueno para tí.
DO^A LEONOR.
¿ Que no es bueno para mi?
BERNARDO.
Tienes principe el antojo;
Si hay ventolera...
DO^A LIONO*.
Mal sabes
Mi elección, y á los señores.
Por mas buenos « por mejores,
Por mas ilustres, mas graves,
Y porque á todos exceden
En grandeza, los estimo
Con respeto, v me lastimo
Que son mucno, y nada pueden.
BERNARDO.
Ricn has entendido el modo.
Vives, Leonor, engalSadá;
¿C^ómo quo no pueden nada?
¿ No ves que lo mandan todo ?
Un señor es de temer.
Que manda, y no es Importuno;
Que nunca falta i ninguno
Mil doblones que oflrecer.
Sate DON JULIÁN.
DON JULIÁN.
Ya en efecto, como yerno,
Entro sin llamar.
BERNARDO.
Leonor,
Tu saborido.
DO^A LEONOR.
Mejor
Oirás mi cansancio eterno;
Es un cansado ignorante.
BERNARDO.
Yo pienso que él y don Juan,
<^mo si fuera en Adán ,
Pecaron en aquel guante.
Nada le da pesadumbre ;
¡Qué felicidad!
DOÑA LEONOR.
Ha hecho
Í Oh, qué afrentoso provecho!
)el sufrimiento costumbre.
BERNARDO.
Dale unos celos de á pié
Conmigo.
DOÑA LEONOR.
Es un majadero;
No tendrá celos.
DON iUUAN.
Ver quiero
Dónde está Isabel.
BERNARDO.
Yo sé
Que ha de rabiar; que en amor
Siempre hay celos. — Don Julián»
Favorecidos están
De Isabel y de Leonor
Dos hombres en esta casa,
Diciéndose los traidores
Mil requiebros, mil amores.
DON ANTONIO HURTADO DI IIBNDOZA.
DON JULIÁN.
¿Eso es verdad?
BERNARDO.
Esto pasa.
DON JULIÁN.
Tienen celestial agrado ;
¡Oh mujeres de los cielos!
BERNARDO.
Ten celos, bestia ; ten celos,
Majadereo confiado.
DOÑA LEONDH.
Deja, no hagas caso dél.
BERNARDO.
¿Que nada qüléré sentir?
DON JOtlAR.
De nada me he de podrir,
No, por vida de lübel.
SaU EL MONTAÑÉS.
■ONTAÑáa.
Leonor es mas recogida.
Mas retirada y honesta,
Y aun es... Mas ¿qué gente es esta?
DOÑA LEONOR. {Ap.)
Mi primo ; ¡ yo soy perdida !
BERNARDO.
¿Qué temes?
DOÑA LEOlfOR.
Sus atrevidos
Sospechosos ardimientos ;
Que, como cuenio de cuentos,
Ks marido de maridos. ( Vc§é.)
Montañas.
¿También Leohor? BieO están
Criadas estas doncellas;
¿De qué sirve ser lan bellas^
Si no...
BERNARDO.
¡Al arma, don JaliaR!
DON JULIÁN.
No es bien ayudar en nada
A la muerte; que al morir
Harto le ayuda el vivir. (fátto.)
BERNARDO.
Mi alma con vuestra espada.
■ONTAÑis.
Este es el uno. Es mal hecho
Que á las casas principales
Se atreva á personas tales.
Sin virtud y sin provecho;
Entrar aquí de ese modo ,
Diga, ¿quién se lo mandó?
BERNARDO.
Soy muy comedido yo.
Nunca me lo mandan todo.
MONTAÑÉS.
Yo soy muy poco apacible
Para donaires; ¿qué aguarda?
BERNARDO.
Hombre, que pareces guarda
De la puente de Hautíble,
¿Qué lias visto?
Sale DON LUIS.
DON Ll'tS.
Resuelto sigo
Este error, aunque me prendan;
Que es mavor mal que ne ofendan
Tantas dudas.
MONTAÑÉS.
Ta le digo
Que si aqui vuelve otro dia.«.
Suplico ajaste.
MORTAlMa.
Hablador,
Vaya con Dios.
¿Yo tenor?
¡Pesia Unu valentía ! ' ( MHe «i
¡Pesia tanto hablar!
DOS LOIS.
iQaé escacha
Bien baya la poca honra
Del Julián, que la éeahonra
Mira por la vida mucho.
Voyme; que gran gente acadfcfra
DOa LDU.
¿Qué veo?
«OfftAJttl.
¿Qoé ealoy niraadot
DOR LUIS.
El caso me esti obligaodo
A que lo crea y 16 dnde.
■ORTAJtti.
¿No eres don Lola?
aoM Lili.
DenLaiiisy:
Y ¿ta el Montases?
HOlfTAÑtS.
¿Ke€itis
Herido?
DON UJIS.
No vi JamÉa
Tal engallo, no lo estov:
Y ¿tú no quedaste herido?
«OlITAtta.
¿Herido yo? i Hay tal maldad?
Ya es fácil hacer fardad
Lo que de ambos han abatida.
Sale doRa Isabel
DOffahaaBL.
¡Oh, qué invención lán eilfaift
He pensado ! Maa ¿qné miro?
Ya lo dudo y ya tal adiairo.
DO* un.
EsU es la amistad de felfala.
■oirrAMa*
Don Luis, la espida HaÉpeáie.
iNo es justo ser enemigoi;
Que hace Secaros amiioa
Pendencia que nada ofende.
Destacasa áentíamliÓéCoca
Este engaño y f^lsedld;
¡ Qué primas ! Qoé autoridad!
Una es necia y otl4 cA loca.
Va sé, priMO, qoe hai vcnidh
De Isabel enamoradd,
Y en mirarte deadMmiar
Pienso qae la haa mat acida;
Mi nobleza le asegeia.
Su esposo, don Luiai aaiáa»
Porque hoy ha de poder mal
Tu razou qoe mi féMM.
• DON LOÉI.MIÍ)
¿Si acaso saber bMenla
Mi pecho? Mas no; qee ha riit
A Madrid reden fiddií,
Y aun no es poslM 4Étf 1
6off«
¿ Hay ul liberartdatf r
Aun no tiehé On drf 1
Parte don Luk.
DON LUIS.
Yo me fio
Ira noble amistad;
>or nn ofendido ,
iro y de vida ajeno,
re ba dé ífsf afr el ímetio
í del desvalido,
aombre en el mundo faerle
:ba que declina;
a vive y camina
lantedelá ^erle;
, de aver óórtésario ,
slopniendéréfs:
aquéoíennrrétídeis
)re de bien e* temprano.
na rica hazaña,
nueva y piadosa ,
•ueba generosa
•de la Montaña,
f iodos, menos doña ísahet.)
DOÑA ISABEL.
, de primo eñ primo;
a vez no bá de ser,
morir ó vencer.
lie HERNÁN PÉREZ .
HEBNAR.
nto la nueva estimo !
.cómo no mirsfs
a ? Que ba llegado
nsacion.
DOÑA ISABEL.
¡Qué enfado!
HERNÁN.
¿De qué suspiras?
ites?
DOÑA ISABEL.
¡Ay desdichada !
HERTfAPf.
íes? Qué ba sucedido?
DOÑA ISABEL.
O hubíeraf nacido!
HERNÁN.
¿Qué? No temas nada.
DOÑA ISABEL. {Ap.)
n finjo !
HERNÁN.
Está segura ,
el alma conmigo;
soy y tu amigo.
DOÑA ISABEL.
nía! Qué desventura!
HERNÁN.
te dé buena dicha;
, amiga, hermana. •
DOÑA ISABEL.
ida mas temprana,
itigua desdicha.
!re mió»
dulce nombre!
dre dos veces
V ser noble;
de Guevara,
Jo joven ,
s mancebos,
os hombres,
li los ojos ,
o entonces
! un aliña
azone$.
on Luis
s prisiones,
uertes lazos
uayores ;
os suspiros,
tktk toca Wtt Sü TEMA.
Con tiernas mottéi.
Con nuevas fiuezas,
Con dulces amóréiSy
Halló en mí de*á(tichtf
Muchas ocasiones ,
Y en mis pocos a&os
Resistencias pobres.
Con blanda vioieQcia
Robó (no te asombres)
Del mayor cuidado
Las tempranas flores.
Son fáciles selvas^
Son plumas veloces.
Las que fueráá antea
Imposibles moirféli.
Siempre en e! amor
Tienen loser^oreis,
No solo discalpar/
Pero adulaciooog;
De mi esposo ¡ay triste»!
Ay hombres tratdOfe»!
Me dio la Mlabray
Que atrevido rompe;
Y teniendo en poco
Mi sangre y mi dote,
Que ya son ofensas
Las obligaciones.
Me deja burlada.
Padre, pues corf(fe*e§
Tu antigua itoMéxa,
Tus claros blasones ,
Señor, no consientas
Que el desprecio logre,
Y Guevaras sean
De tu honor ladrones ;
Que yo de mi ^i^áf
Cobraré en rigOflf^és
Deudas que un ingrato
Niega y desconote;
Cansando, afligídi,
Si no me socorres ,
AI mundo cOu quejas»
Al cíelo con voces.
HERNÁN.
¿Qué es burlar? Qué te desvela?
Casaráse, aunque le pese»
Cuando su Guevara fae&é
El mismo conde don Vela.
Si es Guevaf£í, laDta gloria
Encierra la sangre mía.
DOÑA ISABt:!. {Ap.)
Herile por la faidatgufa :
Amor, ¡ victoria, victoria !
Ciego con su calidad,
Que es su mayor desatind.
Ni se acordó M sobrino.
Ni culpó mi libertad.
Salen EL MONTAf^ÉS t DON LUIS.
MONTAÑÉS.
Yo reduciré á mi tio.
DON LOIS.
Temo la cólera suya.
no!»TAÑ¿s.
Isabel ha de ser tbya.
HERNÁN.
Bizarro sobrino mió.
Ahora de tu valor...
H01fTAÑ¿S.
Mira que está aqui don Luis.
BERNAII^
Pues juntos los dos venis»
Juntos volved por mí honor.
montañés.
¡tío!
DON LUIS.
Mi señor, ¿qué furia
fis esu?
4rt
BBlKlfAir.
Venid comnigo
A cobrtf de nn enemigo
Una deada y una injari».
No da espacio la desdicha;
Allá h causa os diré.
■mvTAÑis.
Conítiso Toy.
DOll LUIS.
Vo seré
Aun desdichado en la dicha.
( Vanse toé09 i mÉna$ d&Hé ¡$aM.)
Salen DON JÜÁN t ¿ERNARDO.
béMaíiH). t<^cho
! Don Juan, ¿aqiif Met«elves? ¿No te he
í Queeste Cid moiiCaiés,^aé efrstf licorfa
Envaina la que á nadie no perdoñíav
Ya que no en lo reténeo, en lo fiero
Fué segundo vülano disl. Danubio,
Celoso aniverstl como dilHvie?
DOír JUAIC.
Con este enredo que te di^o estorbo
El casamieotede laabel , ponleBdo
Demanda ante el Vicario.
BBBIIAADO4
¿En nombre tuyo?
DOü joait.
Dios me libré. Depv^e de un don Car-
Del primer apélNm Gampanoso* [los
Diciendo que Isabel le ba dado cédula;
Que la mentira es madre de los pleitos.
Pues ha engendrado con error profan-
EI encaño los pleitos en el mundo; [do
Que SI miro á Isabel eñ 0(1*0 dueño.
Será, con alma tÍeí*Aa y afligida ,
Lo menos del teorir perder la vida.
átáUARiio. [gas?
¿Cuándo se huelan Íé8 qaejuegan ca-
Mirando sa cattsancio y su ntiga ,
Pregunuba á vív jinete so criado;
Y así, yo quiero |/ri?gohta^le ahora.
Viendo tu amor, ta pena y tu cuidado,
¿Cuándo se huelga un triste enamora-
DOÑA ISABBL. [dO?
¡Qué bien trazada cesa!
miNMtoo.
Alerta, digo;
Mira nn ángel de perlas.
DOÑ ioüif .
Ay amores,
¡Qué linda está!
BEHIIABDO.
Siáfe^eomottnas flores.
¡Oh simple, que, siguiendo una locura,
César dejas de ser de su hermosura!
00(1 JOAN.
Sin dada que Isabel me quiere menos.
ákRMAftiMi.
¿En qué lo echas de verf ¡Notable cosa!
DOIf jtAlf .
En que me ha parecido mas hermosa .
do.4a ISABEL; [aire,
(Ap. Borlarme qaÍero;estoT de tan buen
Que loque fué dólórserá donaire.)
Don Juan, ¿vuelves por mi? Mi bien, mis
[ojos,
¿Qué agnardas? Tuyli Soy, llévame lue-
DOR iuaÍi. . tso.
De abundancia de lux estoy tan ciego. ..
BERNARDO.
Ruegaen al angelito.
DON JUAN.
Es todo en vano.
mmá
rilriM
Éi
áft
COMEDIA FAMOSA
mouBá
HAY VIDA COMO U HONRA,
DEL DOCTOR JUAN FBHEl DB momáLVMM.
)LOS OSORIO.
RNANDO GEN
S.
, graeioto.
PERSONAS.
DON PEDRO, vUJo.
EL VIRE Y.
UN SECRETARIO.
DONA LEONOR.
SSTELA.
LAURA.
CL CONDE ASTOLFO.
INÉ8,«rMÉ.
TKODORO
H
NADA PRIMERA.
)N CARLOS OSORIO, e^
, 1 THIST KN, su criado.
DOTf CARLOS.
es de mi fortuna?
miSTAlf.
isf estás muy galán.
DON CARLOS.
er pobre, Tristan ;
primera cuna
aquesta estrella.
TRISTAlf.
y mala, pues Leonor
ira tener amor.
DON CARLOS.
DO fuera por ella ,
»iera sido de mi?
TRlSTAIf.
grillos?
DON CARLOS.
Ya se trata
irlos ¿ plata ;
mto estaré asi ,
ne quiere escuchar
TRISTAN.
Es un...
DON CARLOS.
Detente ,
ojes neciamente;
ido caso el honrar
cia es justicia.
TRISTAN.
ín; pero no cuando
isticia arrastrando
I y la malicia;
njusticianobace,
Ücia para un hombre.
DON CARLOS.
ler solo el nombre,
tal ves se disfrace,
ritió un hombre mirtr *
Con riu alguoairfntiirft
Tan ffrosera y lio obsenri.
SneleobliffaáiDDrmurarf
as si el mitoio que la ofende,
Por las letras qne á loa piéa
Tiene, ve qae Ináf^ea,
Aunque el pinoel reprebende,
Humilde y con el sombrero
Quitado, ¿no revereneia
Su retrato? Baefidencia.
Pues de la Jnatícia ioflero
Lo mismo : bien puede aer
Que esté tan bmI retratada.
Que no se pareica en nada
A quien deoe parecer:
Mas la vara es en renglón.
Que dice : f-Yo aoy jQsUeia;t
Y no obstante an malicia.
Se le debe adoración ;
Que, aunque aea, alendo Ingrata
A su nombre soberano.
Pintura de mala mano,
Bn efecto, i Dios retrata;
Y no es justo que loa dos
Intentemos ofender
A quien puede reaponder
Qae es un traslado de Dloa.
SaUn DON FERNANDO, #ita,if
camino, con grtlloo^ i TBODÓBO,
criado.
noooBO.
¿ Hay Un extrallo aueesoT
DORRaioiiao.
Teodoro, lo porrenir
¿Quién lo puede provenir?
Tioaoio.
¿Tü desta suerte? TÚ preao?
DON RaxAikno.
Trató mi padre casarme
Con doña Leonor de Ibarñ,
Mi prima, mqj bitarrá,
Y que ^^L rarme
Antes de vi ^ané ei,
Según ( . .>€
Lleoo a C
Sobre aalpicar i mihoBliré,
Acaao ala culpa nia,
MedQotaldeflttala,
Hombre al tede b^B Boabn,
?neáapetraae«eobfl|é
á darle de ctatamop.
Sin eiperar á otroa pMMM.
LlegóUjvaüda,ydl6
En que eí hombre ertába herido
(Costumbre ó codlda antigua);
Y asi, iBleDlne at áverina»
Adonde fea ne baa traído,
Y adonde yo, por no baoer
Con mi tío y eos a^oapou
Mi cordura aoapeeboaa.
No me be querido faler
En eatode BU ll|for,
Puesto <nie con lelute eacadoa,
aue batan babJar A loa mmáoOf
edioe el procurador "
Que de aquí aM
Bao ea uegodar ealtawio.
TaiarAii.
Bao ea aquel dou Paiuando
Que te dye.
Oyo,alllealá,
Y aun Bilraiido cou eutdade ,
Aquel Mdalgo, do fuifli
Dieea lodoa laiÉO blau.
•^•^F^PW» IW^^^Wr W^^KIf^^W ^^^^^WUw
iOBCtiLea,
Qué brioso y qué alentado!
Hablarte quiero.
r«k «w
AcáfleM^
taiarAiLMp.)
Ya ae nlraii , 91 ao Acpa ,
Ya ae abraiao» ji ai nM«Hi.
Toda
Li cároaL Mp: I OiMH praüMla 1
"aaíioiuyapL
VoaaMhomla.
478
EL 1>0CT0R AJAN ^EBEZ DE HQHTALVAX.
TBISTAR. (i4p;)
¿Quién tal pensara?
Por un ojo de la cara
No harán una reverencia.
¡Qué tales están los dos
Para danzar un torneo !
I>0.<*l CÁKLOS.
Si por la cárcel granjeo
Un amigo como VOS ,
En deuda soy á los grillos.
Pues ban sido los terceros.
DOX FERNA»^DO.
¿Quéharémo»?
doucírlos.
Entreteneros;
Naipes hay, y mis librillos
He traido; escoged, ea,
Y sentaos.
DOM FER^IAÜDO.
Mejor será.
Pues tiempo nos sobrará ,
Hablar en algo que sea-
De mas gusto ; y asi , os ruego,
Porque os he cobrado amor
Desae que os vi , que el valor
Rinde y aficiona luego.
Vuestra prisioq qo/e di|^9 ;
Que por esas escaleras
La cantan de mil maneras.
OOK CARLOS.
Puesto que tanto me honráis ,
Oíd f si os hago servicio.
TEODORO.
Ya están asidos los dos.
TRISTAX.
Pues juntémonos los dos
A rezar en este oficio.
{Saca Tristan vna bv$ia dp naipeif jf
vanse ¡os dos eriad^.)
DON CARLOS.
Ya OS habrá dicho esa gente
Que soy don Carlos Osorio,
Caballero de Valencia ,
Mas noble que venturoso.
Nací hidalgo como el Rey,
Mas tan pobre , que me corro,
Vive Dios, de haber nacido
Para ser blanco afrentoso
De los buenosy los malo/s,
De los unos y los otros;
Que es la pobreza un lunar
Tan feo, que en cualquier rostro
Sirve de escalón obscuro,
Adonde tropiezan todos.
Viéndome, en fin, desvalido
De la fortuna y el oro.
Patrimonio que da el cielo
Al formar al hombre á soplos,
Estudié de humanidad,
Que es lo que llaman los doctos
Buenas letras, lo que basta
A un cortesano curioso.
Danzo también , corro, esgrimo,
Y cuando se ofrece, toco.
Sin melindre, una vihuela
En su metro numeroso;
Y sobre todo, hago versos.
Sin decir mal de los oíros,
Que, para el siglo que corre.
Os prometo que no es poco.
Determíneme á no amar,
Porque fuera lance impropio,
Siendo pobre, divertirme
En empleos amorosos;
Que amar sin tener qué dar,
O es preciarse de muy loco,
O tener hedía la cara
Al desaire de andar corto.
Mas viendo á Casandra yn 4.1?
(No es este su nombre propio,
Mas callóle por modestia).
Quedé mudo, quedé absorto,
Y quedé mas pobre que antes.
Pues liberal á mi modo,
Hasta sin alma quedé ,
Por¿]Uia ^ (erJé á si^ fúfi.
Amábanla PeUciau»,
Floro, Alberto, Lucidoro
Y el conde Aslolfo, si bien
Con mas licencia qué todos
El dicho Conde, por ser
Mas noble j6 mas poderoso.
AntQió^le ( jqué dicna !)
Bajar UQa pirf e al ^oty
A enamorar á sus ninfas
O á dar nieve á sus arroyos;
Y jrifüeudo piar ^ rl9
fin su coche, y tras él Ploro,
El Conde, Alberto y Ricardo,
Y yo también, que iba solo.
Como carta que en el juego,
Donde el amor pide otq^,
Es figura, y oo ganancia,
Y asi , la descartan todos ,
Sucedió 9ue los caballos,
Atentos a un alboroto
8ue mas adelante hacia
I placer de a' ganos mozos.
Se alteraron de manera ,
Que, sin atender, fogosos,
A los preceptos del &eoo.
Rompiendo el cristal sonoro.
Se abalanzaron al rio
Con tal furia , que el piloto
De aquella encerrada barea
Probo el agua y nidio el golfo.
Ya lo veis; Casandra enlonces ,
Sacando el turbado rostro
Por el canal del estribo ,
Con acentos lastimosos,
Piedad al cielo pedia
Y á sus amantes socorro;
Mas ellos (¿quién tal pensara?).
Como peíías, como troncos
Inmóviles , al remedio
Y á su voz estaban sordos.
Llego yo enlonces , y ciego
De ver su tibieza, arrojo
El vestido, amique era tal ,
Que me hiciera poco e8tort>o;
Salto al agua, esgrimo el braío.
Hiero el aire, el cristal rompo,
Y al coche voy, que, parado.
Parecía verde escollo.
Cercado de plata falsa
Y de sucesivo plomo.
Entré dentro, y ella, ansiada
Con el susto y el asombro,
Al cuello me echó los brazoi,
Y en los mios la acomodo
Sin ali/ío ; qii/e la priesa
Dio licencia a tan forzosos
Favores, que aun el recato
Que hasta alli fué melindroso,
Dicen que enseñó al cristal ,
Por no decir á mis ojos^
De la coluna de seda
No sé qué seda con oro.
Iba Casandra sin pulsos,
Y caia sobre el hombro
Izquierdo mió su cara;
Y como el golpe fvríoso
Del ajjiuu, con mis vaivenes.
Me combatía, ella y todo
Mudaba sitio á la cara,
Tanto, que sus labios rojos
Vi tal vez, como de paso.
Con los mios venturosos
Encontrarse sin querer;
Porque entre su cielo hermoso
Y entre mi rostro no habla
Mas tabigne que «i roflro.
En esto ya aot amantes,
O corridos ó eoTidlosos,
Se hablan escondido. En fin,
Casandra, de aqael asombro
Cobrada, cou on soaplro.
Que el aire guardó con otroi,
Corriendo las dos pestaftas,
Poé sumiller de sos ojos;
Y apenas volvió en sa aenerdo,
Cuando, salpicando i Irosos
Con viva sangre la nieve,
«SeSor don /UrVos 4)8^,
Me dijo, para anerérof
B^^taba solo el abofp
De ser auien sois, y saber
Que os debo, no, no lo Ignoro,
pof f jk>s de Tolanlad;
Pero ahora , qoe conoico
Que 08 debo también la vida.
Creed qoe á mi enenla toaio
La paga , y creed también
(Esto cubriéndose el rostro)
Que os tengo amor y algo mas-i
Con esto quedé tan loco,
femando, que aan nocni.
Por ser mío, tapto gq^;
Qoe es en un hombre aoali^
El favor tan sospechoso.
Que volvi á mirar ai «ampo
Por ver si hablaba con otro.
Estaba cerca on molino,
Y para con mas decoro
Poder seoaifípp j xesüiM.
A su sagrado mié acofa.
Alli estuve hasUll jucha;
Y al volver, entre vnos daos
Me paréelo qnetebtefBBUS,
Y con masaieocfopv fpgo
Hablar seis hombres tan caca.
Que casi con ellos iopd; '
Y con la luz que la lima
Daba pródin, oonoMO
Que era el ConABf hmaM^i.
Que, como á waipúera,^ n loro,
Me acosan y n^é mlru:
Mas yo, diestro y org^DnlQio,
Al primero qae epoói^rí.
Que ftaé acaso el conde lUlolfo,
En la mano de la espada
Alcancé nn mandoble, f Mo
De una vena el pdmer lele^
Bañó de púrpKi»4a| pofpo.
Llegó entonces b jvpi4ci^
De la Hermandad,, ope ql^qoplo^
De aquel canipQ Tjfjf^,
Y sin oir en mi aliono
Mis disculpas, al Virey
Me llevan, qae.fisBraae
Solo connügo, ^afy
Porque vio ane jñHai^p/ita.
Maniatado biio UlMiniD
A este obscorp caletais t
Donde, á pesar de la enfkUa,
Vivo el hombre jum Mioso
Que tiene el mando. AfflU 9*^
De agüella deida^.qqb Ipvéoo
Regalado ea^^ q)a.r
Aquí me escribe, >f respowiv
Lo menos de id me atalp^
Y lo mas de lo qoe igpwo.
Esu es. Femando, m WsMrii.
Esta la luí que enemoto.
Esta la aurora qjve alffO,
Esta la dioba qoe to»i
Esta la vida qoe f a
Esta la suerte qnol
Esta la uloffia qoe t
Y esU la glosfta qne;
Main
Ítem rma<
lioo 08 tdritrto
qfor de Valeaoia;
M 9 oel^lmda.
TBISTAH.
noDoio.
ba...
TR|6TÁN,
Una ep^MiMtoi
«re y triat« ,
la, mala, baeoa,
parte peaa,
ly tasto f chiale
POil ciRLoe.
aes di priaaero
TM8TAII.
aes ¿no es mejor
la peor,
>cado postrero
paella mala?
DON CARLOS.
que puede ser,
s se bao de sab^r,
sea tan mala
ror llena,
je en el pecho
ifoyecbo
» la ^neñ^ ;
aede ser
1 el regalar,
;je al pesar
icome^r;
9 maestresala ,
bien qne me des;
¡mpo habr4 después
r de la mala,
iba, di presto.
flISTAR.
e libre eatáa.
ena.
MMICÁBLOS.
¿No Bits?
TIUSTAV.
s ¿es b^r^ ^t^?
BOn CARLOS.
el Conde?
TRISTAN.
Si;
i informado
rden lia dado
¡as dje aqui.
DOR oírlos.
IBISTAR.
Digo
idejdpn fpri^i^^o..,
l»oif^ÁRM>9.
el alma ieBiblao4o I
TRISTAN.
blando conmigo,
ae&or
•
RON CARLOS.
¿Qué?
TRISTAN.
Pariente ;
ro»«i
m MAI Wk «WP U PffWét
, ffM|inui.
Viendo en eslaéa á LoflMTt
Ya me entiendes» mw 7 MHl«
Le enTil á casar..,
iPaesbien?
TRI8TAR.
No conmigo «
1H)N(U9L08.
Pdm icqQ ff|i4»l
Tuaraa.
Dice el sierro qao ooo eHa.
RoacÁRLoa.
i Cor Leooort
TRISTAR.
SI, (^pn ÜMfipr.
PPIICAIV.P9.
¿Dicealo de varasY
81.
DORCÁRLOf.
Todo el cielo soM m|
Se ba caido. : A; ^Iw Wprt
Ya no pae<)e \% jbnpufi
Mi dar mas ni quitar 4g^
TRISTAN.
l&d tf^cto Ubrf flst^. '
RP«CÍ||fQ6.
El oro negoció presto;
Y Tiene A ser lo peor
Qae la bistoria de Leonor*
Aunque con n«9^|p MW^^
Le be contadp.
ROR rRRRANRO.
Pues, amteo,
i No me dais el paramenr
Libre estoy.
ROnCÁRLOi.
YjolinnbleD.
DON riRNARRO.
¿VostaHDbienf
DOHe&RLOt.
Si, Fernán
Mp. ¡Ayeneaigof)
100...
AMiftpiilM»o.
ijrilaabon
Esmii¡gr|n49«liiif'g|to.
(ilp.iHRytalraetM?> .
Una hya, noy bism'» '
81 acaso yo no no «Mfto ,
Ha de tOMr. (4». iiy rmíí)
DOirftniuiiRo.
¿ Llámase doSa LeoÍM#^
DON CÁRI.09. \$9^
Por mi mal y por mi dalo;
A ver á f neslni Casaadra
DORCiaUW.
Aunque deg^ safanandra
Soy oe su fuego, y fa adora
Toda el alma, ralÉ las dos
DelanochenopoMf
{Ap. Trisun, ¿qp^.d(Dit?iM fcW*^)
TaisTAN. {^á^. (i 4et jGMai.)
Disimular.
DORFlMUlIRp.
Pues de tos.
Puesto que lugar babrA \
Me be de ampa^r.
. , . . wPfWW,TlWW!f
Aqui estoy, si acaso importo.
don PRRNA9D0..
Yo soy npevo en el lugaff
No sé las calles^ y ojoneró
Que á onf casa ipeUéf^fs^
Qae acaso ponoceréft...
DON CiALRaw
(Ap. ¿Eso masf -Qitloa, i^ ospoiiof)
Y es...
no«.
De(
Discreto solB ;t MM «oc
Bl alma mt MMb Mo,
Sabed que Tengo Ofsaéfr
Con elfai.
, nON<;JteW.(4fl.)
RpmmMpo.
¿Qué dices?
donoímor.
(i<p;lAytrtrtet),Hp>
Que es mny taiMMi adir.
(Ap. ¿EatoesaopiréfiMitrf)
ron jMNimo.
Mbrad que féali ponaiigo
Hasu ponera^» M| p|i .M^
Esto ¿en qué filbi||pMA
MedianaRMan Ír jnho. .
RON oírlos, (ip.)
Lo qae aborf por JBÍ MM :
Tal estoy, qveV M'qNipu'
VeiUd; porque fM^fiNlllll.
(i|p.¡Mao0io««oft)lbriÉ«i
¿Cómo?
noNqipp«|^
MsR ALomiQi fifimí i BL GOlfDB,
ees taulta MtaailMidli é AOSa
LEONOR t llCitf I m 9mU:
DOfá
VaesefioHa do .
No ba de pasar.
•f
' Daleñ'i^akfRSR
Por todo pasi. "
BOiUuOIIOR.
NoesVoslR.
Sieaupreeiw
polAiMinn. ~
SoyqntaftiL
Pnes tomar agnaliAiteR
•Do nn bombriu;qÍé (jhini qaiti?
NodanlqttitR,8iior<
MastengcfRlnguaieMOi • .
Avnqve sea atoalROitii *
AqaeilfiHfc «MPÍ^NW
ImsiMí
y\*f
4S0
§ae á sus m&rgenes le itreve;
Tuelta la grtna en niete »
Temo sil furia cruel;
Porque , si tropiezo en él ,
Es fuerza, Señor, llamaros,
Y no quiero aventuraros
A que os arrojéis i ¿I.
C05DE.
Ya os entiendo; mas responde
Mi amor que la voluntad
En una publicidad
Tal vez el amor esconde.
OOifÍA LEONOR.
Es engaño, señor Conde ;
gue el hombre <^ue ve ¿ su dama
on peligro en vida 6 fama,
Y la suya no aventura,
O revienta de cordura,
O es muy poco lo que ama.
Mandadme, Señor, en cosa
Que pueda serviros yo,
Mas en cosas de agua no,
§ue es para mi peligrosa ;
si es ocasión forzosa ,
Gusto, lema ó interés.
Yo entraré al agua cortés,
Mas con condición...
C03fDB.
Ded.
D05ÍA LEONOR.
Que esté don Cirios alH ,
Por si peligro después...
Aunque no, no quiero tal;
Porque, si al agua se atreve,
Y bollando la riza nieve ,
Me socorre liberal ,
Podrá ser que le esté mal ,
Y que, envidiando su suerte,
A la noche se concierte,
En disimulado alarde,
Algún nadador cobarde.
Que salga i darle la muerte.
CONDE.
A tan necio responder
La mejor satisfacion
Será quitar la ocasión,
Y dejaros por mujer;
Que después yo sabré hacer...
DOflA LEONOR.
¿Qué ha de hacer vuesefioria?
CONDE.
Vengar esa grosería.
D05Ia LEONOR.
¿Cómo?
CONDE.
Matando, pues puedo...
DORa LEONOR.
¿A quién?
CONDE.
A don Carlos.
DOÜA LEONOR.
Quedo.
{Ap. ; Ay Carlos del alma mía!)
CONDE.
Vos veréis...
hOñk LEONOR.
Es rigor fiero.
CONDE.
A quien mereció esos brazos...
DOÜA LEONOR.
¿Cómo, Conde?
CONDE.
Hecho pedazos.
ttoRk LEONOR.
Pues ¿yo digo que le quiero?
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALYAN.
CONDB.
No ; mas tengo por agüero
Que compitamos los dos.
W}ñh LEONOR.
¡Señor conde Astolfol
CONDE.
INÉS.
Adiós.
¿Qué has hecho?
CONDE.
Voy á trazar
La muerte que le he de dar
Para vengarme de vos.
DO.ÍA LEONOR.
Matar á Carlos mi enemigo quiere
Para que yo le quiera agradecida;
Muerta debo de ser, muerta ó herida.
Pues en Carlos me hiere si le hiere.
Que yo viva sin Carlos no lo espere,
Porque tengo á su vida el alma asida,
Y es descomedimiento de la vida [re.
Que viva el cuerpocuando el alma mue-
Conde cruel,si,por mirarme esqui-
Solicitas de Carlos la venganza, [va,
A tí te está mejor que CáHos viva;
Que, aunque por él mi desamor te rU
Si vive, vivo yo,y estando viva, [canza.
Tal vez podrá engañarte la esperanza.
(Vanu.)
Salen ÜON CARLOS, DON FERNANDO
T TRISTAN.
DON FERNANDO.
¿Llegamos ya?
DONCÁRLOtf.
Yr llegamos.
DON FERNANDO.
Vive Dios, que está una legua
De la cárcel esta casa.
¡Válgate Dios por Valencia !
Hecho pedazos estpy.
TRISTAN.
Señor, ¿dónde vas? ¿Qué intentas?
DON CARLOS.
Nosé,TrisUn.
TRISTAN.
Yo lo creo;
Pues dime , ¿con qué conciencia
Traes á este hombre arrastrando
Por calles y callejuelas
Dos horas bá sin parar.
Dando vueltas y mas vueltas?
DON CARLOS.
Mira, en pensar que le llevo
¡Ay Trístan ! á que la vea,
A que la adore, y quizá
A que se case con ella ;
Pues llegar á ver sus oJos
Y adorar sus luces bellas,
Aunque parecen dos cosas,
Para mi son una mesma ,
Me pierdo, tanto, que tuve
La mano en la espada puesta
Para darle de eslocadas.
TRISTAN.
Y eso ¿diceslo de veras?
¡Jesús! ¡Qué mal pensamiento!
Reza muchos creaos, reza.
Porque Dios te guarde el jnido.
DON CARLOS.
Menos tendré cuando veas
Que doy voces como amante.
TRISTAN.
Y aun como loco pudieras.
Tristan , Va señor iqué tiene,
?oe, ya estirando lu cejas,
a los ojos en el cielo.
Y ya el semblanle en la tierra,
Va hablando consigo ^ahm*
TRUTAN.
Señor, ni amo es poeta,
Y los tales, coando escribea.
Mudan mas de cnnlrodentas
Caras en una hora sola ;
Porque, si es de cosa úena.
Se retozan ellos mismos.
Se miran y se goijean ;
Si de guerras, se ensnyonao.
Se encolerizan y emperne
De manera, qae tal vea.
Llevados de aquella idea,
Encasqneuudo el sombrero,
Al primero con que encoeelru,
Como si fuera de Holanda,
De Francia 6 Ingalaterra,
Diciendo : c¡Santiago, á elk»!
¡Cierra , España ! ¡ Todos muera I
Le dan dos ó trea paladas
O le quiebran la cabeBa.
Ahora, qne abrió los bnios,
Y dando al sesgo una voelia,
Se puso en orate /lr«lres ,
Escribe sin dvda quejas.
DONCilLOS.
Este loco siempre está»
Aunque el mundo ae reraelva,
De gracia ; lo cierto es,
Y bien la color lo moestn.
Que al volver por esa csqaiu
Encontré al Conde, 9 la nena
Del enojo y de los celos
Me ha pneslo desu manera.
(Ap. Ello ba deser;pQes¿qnéigsii
¡Denme los cielos paciencia!)
Esta es, Fernando, la easa.^
Llama, Tristan, * esa puerta;
Mas lente, qne desde aqni.
Con mediana diligencia.
Puedes verla antes de bablarii.
Porque elU y snpriaia Bucli,
Cantando á las almohadlllai,
Para entretener la fiesta,
Han hecho Jardín al palio.
noN rauuaN.
Y Estela ¿vive con ella?
DORCiaU».
No vive; pero el aiMir
Que la tiene es de Bañen,
Que se Juntan cada día.
Desakbreu um estná»^ «s faijd
hácUnéé ImHr DOllA LKOW
E8TEU T LAUBA.
TUTAIL
Si chirimtu hubiera.
Fuera tramoya á pié
Mu escucha, que yai
LADRA. (Gnfs.)
DeMfffNertf» Virciie
LabefU OUmp* mfm$¡at
Mas porfié te itevf elalM
Que porque dkmi^rkUa»,
¡Ápíme$,tritUt
DOiU
No trates, Laora, de qHfm;
Quejparece que oa psasnii
Miedo, y estiñ muy lesacUa.*
¡ Ay preso del alma mis!
La de la mano dsrecfce. »
miTÁii.
3 de parir.
IK>lfCÍlBL08.
a...
ISTELA.
BueDa cabexa ,
cada estás.
DOÜA LEONOR. '
¡Ay prima!
n deseo dijeras,
so que te engañaras.
IK>lf CARLOS.
es sn prima Estela,
a estrella la faltan,
•or yerro, dos letras,
iran para sol
•
DON FERNANDO.
Por cierto que es bella ;
>nor...
doncXrlos.
¿Qaé te parece?
DON FERNANDO.
e parece? Que es flecha
mo amor, que es un rayo
, que es sol, y que della,
render á lucir,
bajar las estrellas
a cielo.
TRISTAN.
No pueden ;
án de aqui muchas leguas,
10 despeadas.
DON CARLOS. (Ap.)
i cosa ? ¡Que consienta
hombre! Vive Dios...
DON FERNANDO.
iqué cólera es esa?
TRISTAN.
scribe batallas.
DON CARLOS.
Jo que alguno llega
con libertad
quiere ó lo que intenta ,
rdo de aquel tirano ,
ni ventura inquieta ;
der resistirme ,
aqui le tuviera ,
rolo.
TRISTAN.
Es muy sanguino.
s que das con todo en tierra?)
ESTELA.
! es aquel don Carlos.
hOñK LEONOR.
m; jay prima! deja,
Imonadilla ahora,
li padre está fuera ,
entre, v de camino
ildaba á la puerta ;
desde el balcón...
itendeis , tened cuenta.
DON FERNANDO.
10 visto, yo llego.
DON CARLOS.
con tu licencia.
Darlas albricias,
«eonor por las nuevas
^Sandra mañana.
DON FERNANDO.
irabuena sea ;
í BOJ, aqui aguardo.
DO^A LEONOR.
DON CARLOS.
Señora.
DD. C. DI L.— u.
NO HAT y»Á GOMO U HOlfBÁ.
DOAA UtOROl.
iAailtegu
Después de Unta prialoiit
¿A quién micas ó qué pienns?
DOH GARLOS.
Nada, Señora.
DOÍÍA LEONOR.
¿Qué dices t
i De qué calle me haces aeñis?
DON CARLOS.
Tente, por Dios, que te pierdes,
Y está la cansa muy cerca.
DOÜA LBOROll.
i Qué dices ? Habla mas eltro.
dongJUlos.
Ese hidalgo que allí queda
Es don Fernando, tu primo,
Es don Femando Centellas;
Viene á casarse contigo •
Es muy galán , tü su d(uda.
La parte el jues de esta cansa ,
Yo el que espero la senteociaf
Mi verdugo el desengaño ,
Este patio la escalera ;
Ya me quieren arrojar.
Harto he dicho, adiós te queda.
DOffA LEONOR.
Mi bien, mi esposo, señor,
Oye, escucha, advierte, espera.
DON oírlos.
¿Qué quieres?
DOÍlA LEONOR.
Que te reportes.
¡ Qué lástima y qué vergAensa !
Cierto que cuando te vi
Llegar, turbada la lengua.
Ya mordiéndote los labios.
Ya desquiciando sin coentt
De su lugar las palabras,
Y ya escupiendo centeibá
Por los ojos, que pensé
Que el cielo sobre la tierra
Se caia, ó que el Virey,
Con ocasión ó sin ella.
Te desterraba del reino,
O que , por vengar su ofensa ,
El Conde andaba pagando
A quien la muerte te diera
( Que ya las muertes se pasan.
Como el paño en una tienda);
Y conflésote que estuve
Escuchándote mas mnerta
Que viva ; mas ya que sé
Que es la ocasión tan diversa.
Vuelvo en mi. ] Jesús, qué snito !
No le perdono la pena
Que me has dado.
DON oírlos.
¿Agora bnrlaa,
Viéndome morir de veras?
DOAA LEONOR.
Carlos, si; que nada importa
Que mi primo vaya ó venga;
Nadie se casa dos veces
En la católica Iglesia .
Antes de haber enviudado ;
Yo, conforme á mi condenda,
Há dias que me casé;
Estás vivo, yo contenta,
Soy cristiana, temo á Dios;
Harto he dicho, el mundo venga.
Llama agora á don Femaiido;
¿Quieres mas?
DON CARLOS.
Solo quisiera
Poder besarte los plei.
DOJf A LEONOR.
Las manos están mas ceica ;
¿ Y he de abraaar al tal priaíot
MRciaLoa.
EsoesftiaRa.
•OftALSOINMU
Pnestdeiftiena»
Ponte detrás, y al deaeafdo
Te daré la maso liquierda.
Llámale.
DON^oáaLoe.
Ymdé el amor.
doIIa uoRoa.
Esto es, prima, estar resuelta.
ooR naiiAfiio.
En fin, ¡qué bieu fcefoeiaatel
BOücáiLoa.
Está loca, de eoBtebU.
MnehomeluMlgo.
nkiTAik
Trúfala
El señor novio.
TaOegau.
BOMmUlAHM.
Ya 08 habré didio do* Cárloa...
DOiULaQROU.
Los braEOs son la reipneeta
De lo que Gárloi me ba dieho ;
Vengáis muy eobontuenai
(Uíffue jMT dUrU Cirios» $Um
Como nna eordara está
Aguardando ; llega y besa.
MMmaiAirM.
¿Esle abraioM por primat
BOiALBOHOa.
Y este por esdava vuestra.
nitrAir.
No aguarda que fe lo ru^en.
Milla LIOROa.
Mirad que mijprlaia espera .
Para besaros taa aunoa.
•oRntaNMio.
Perdonad, aefiora Mátela ;
Que Leonor tuvo la culpa.
Y mi tlQ ¿cánM) queda?
aoRnauAuao.
Con salud, aunque la gota
Algunas veces le aprieta.
¿No es mi|y galán uueaifo primo?
■ DollALieinu.
Parece que le requiebras;
E" lieres que diga que al ?
lo baré porque lA quieraa.
no porque lo be mbmdo.
Dame el pulso ; ioatáa nfeipma t
.¿Sientes algo en esa poeho?
¿Duélete ya la cabeaa t
¡ Jesús, qué ealentunm I
Por tu vida, que eatof buena;
?ue no me muei% Leonor,
án apriesa C0910 plauaaa.
miTAX.
Conlacabeíatedlea
Que te vayas j que fuelflji.
Puea vovme.--reniBdo^ adioa;
Dadme hasta dpi^ Mocnr la
483
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTUVAN.
DOIf FERNANBO.
Carlos, esta es vuestra casa ;
Mandad, disponed en ella.
• DOÑA LEONOR.
Al señor don Carlos, primo.
Por obligación y deuda ,
Debemos servirle todos.
DON CARLOS.
Tristan, ¿si ahora le eaenti
Lo del rio ?
TRISTAIf.
Pues ¿ por qué
No le avisaste?
DON CÁELOS.
¡Qué pena!
Yo, Señora...
DOÑA LEONOR.
¿Ves, Fernando,
A Carlos, que tan de nuevas
Se hace? Pues yo le debo...
DON CARLOS.
Si, porque mi padre era
Gran servidor de esta casa.
{Ap, ¡Ay, Tristan, si me entendiera !)
DOÑA LEONOR.
Aun no me acordaba de eso.
DON CARLOS.
Si es porque, estando en la iglesia
El otro día, á un hidalgo
Que habló mal en su ausencia
Le dije lo que sentía ,
Fué respeto á vuestras prendas.
TRISTAN.
No entiende mas qne una burra.
DOÑA LEONOR.
¡Qué propio es de la nobleza
Disimular los favores
Y encubrir las gentilezas !
Esto digo...
DON CARLOS. (i4p.)
¡Muerto estoy!
DOÑA LEONOR.
Porque, si por él no fuera ,
Ya no luviérades prima...
DON FERNA.NDO. {Ap.)
Carlos se turba y altera,
Y Leonor dice que debe
Tanto á Carlos. ¿Mas que fuera
Que Leonor fuese Gasandra?
DON CARLOS.
Dejadlo, por vida vuestra.
DOÑA LEONOR.
Pues ¿no es mejor que mi primo
Sepa y conozca la deuda
En que mi vida os está?
DON FERNANDO.
Si, prima, porque agradezca
£1 oenetício tan grande.
TRISTAN.
Vive Cristo, que revienta
Por desbuchar el secreto,
Como si una purga fuera.
DOÑA LEONOR.
Digo pues...
DON FERNANDO.
Decid , decid.
DOÑA LEONOR.
Oue por la verde cenefa
iba del río, una tarde.
En mi coche, bien ajena
Del daño...
DON FERNANDO.
Ya sé la historia.
TRISTAN.
Metió los dedos; ya esfuerza
Echar hasta las entrañas.
DON FERNANDO.
Y sé que el coche sin rienda.
Se entró por el agua, y luega..
DON CARLOS. (Ap,)
¿Hay desdicha como aquesta?
i Que no la avisase antes !
DON FERNANDO.
En los brazos, casi muerta,
Al prado restituyó
Su florida primavera.
Todo lo sé ; que las cosas
Que tocan en gentileza
Antes de hacerse se saben;
Y asi, por tan gran fineza
Dadme los brazos, no os vais
{Ap. De cólera el alma tiembla ) ;
Porque he menester mataros.
DON CÁELOS.
¿Blatarme?
DON FERNANDO.
Sí. ■
DON CARLOS.
No lo creas.
Porque vive mucho un pobre
Cuando de vivir le pesa.
DOÑA LEONOR.
Venid, primo, á descansar. —
No sé qué me piense. Esleía,
Deste abrazo.
ESTELA.
Que no es bueno.
DOÑA LEONOR.
Pues échale esa antepuerta
Y vete ; que quiero ver
Si fué cierta mi sospecha.
ESTELA.
Bien me ha parecido el primo ;
Plegué á Dios que por bien sea.
( Vase Estela y escóndete Leonor,)
DON FERNANDO.
¿Fuéronse ya?
DON CARLOS.
Ya se fueron.
DON FERNANDO.
Con los hombres de mis prendas
No se usan en la honra
Tan viles estratagemas.
DON CARLOS.
Yo soy don Carlos Osorio.
DON FERNANDO.
Yo don Fernando Centellas.
DON CARLOS.
Este patio no es campaña,
M esa calle es alameda.
DON FER.^ANDO.
Pues por eso quiero yo
Ir á parte donde pueda
Hablar con menos testigos.
DON CARLOS.
Pues seguidme.
Sale D05lA LEONOR.
DOÑA LEONOR.
{Ap. Ahora entra
Mi papel.) ¿ Dónde bueno?
DON FERNANDO.
Como soy nuevo en Valencia ,
A don Carlos le rogaba
Me llevase donde viera
Alguna cosa.
DOÑA LEONOR.
Es temprano;
Porque aun estáis con espuelas.
DON FERNANDO.
Fáciles son de quitar.
BOSfáUOMR.
Es tarde; mi ¡adre cm»
En anocheciendo DIoi.
DONREIUXDO.
Pues después...
DOAA LBOflOR.
¡QoélIndafleM
Al punto habéis de acostaros.-
Carlos, aquella et la puerta
De la calle,— y por aqui
Se va á vuestro eaar€o.~Ea,
Idos vos,— y qnedAot tos ;
En mi casa eatála, padeocia.
DON ruuunM.
Mañana...
Don cÁaLoa.
Ya entiendo,
ooír ncaxAiiM.
Adioi-
i Es por aquí la escalera?
DoSfA Lioiroa.
Si, primo.
DOn PBWURRO.
Poes Yoy delante.
DoiUuoiioa.
Y yo tras TOS.— Carlos, ttci^.
DoncÁaLOSb
¿Fuese?
DO.^ALIOIIOR.
SI ; después te agurdo.
Tusrjjr.
Aténgome á esu pendeoda.
nOÍU LBOROB.
Ahora no puedo mas ;
Dios te guarde.
DoncÁauM.
¡Nocbe,faelt?
(Vcme.)
JORNADA SE6nND.t
Sstoi ESTELA < OtiS.
Inés, déiame conmigo
De mí misma murmarar;
Déjame á solas llorar
Esta locnra que sigo.
¡Ayloésf
nts.
Pues ¿en qué osudo
Tienes, Sefiora, la amor?
I
En que Carlos con Leonor
De palabra está casado;
Mi primo, annqne receloso»
Como este secreto Ignoiat
A Leonor sirve y adm;
Mi lio, mas rignrooo.
Sin prudencia ni raion.
La quiere casar con éL
Leonor le teme eniel
Por su (taerte condición.
Carlos duda se h déé ,
Aunque á su padre la pMi;
?ue es la pobreía encoftMa,
mas en hombres de Msa.
Y yo ¡triste! por no haUar
Con peligro do Leomir,
Muerta de envidia y do amor.
De celos y de pesar.
Amo, adoro, bosoo y fÉtoOf
Solicito, llamo, sigo
or, á 10 enemigo,
yíto y por qaieii muero,
mis.
abiendo PerMiido
ceso del rio,
r DO es destirio
lá Garlos gozeado?
BSTBLA.
I que la gota,
t esto ríSeroo ,
alIsfacieroD ;
f I>ios !) de Zaragoza
aese traidor !
INÉS.
i mi sefiora
aiereyadora,
I ta honesto amor
ir i lograrse.
BSTBLA.
orta, si don Fernando
* está adorando?
INÉS.
con casarse.
BSTBLA.
Ploguiéra al cielo,
)spaes me costara
>ero repara
aquel entresuelo
do.
INÉS.
¡ Muerta soy !
ESTELA.
)io8, ¿qué será?
INÉS.
res Tienen acá.
ON CARLOS T TRISTAN ,
ESTELA.
r medrosa estoy.
DON CARLOS.
Estela está aquí.
TRISTAN.
I esconda presto ;
ito.
ESTELA.
¿Qué es esto?
DON cilRLOS.
li sé demf;
le estando hablando
posa, ¡ay Dios! llegó
ESTELA.
iVióte?
DON CARLOS.
Novio;
orriendo, volando,
irto me pasé,
llera que vi
tos la subí ,
r suerte fué
ai; mas, por Dios.
lO estoy seguro aquí ;
» vienen alli.
ESTELA.
id aqui los dos.
{Eicóndetue,)
\k LEONOR T DON PEDRO,
iu padre,
non PEDRO.
¡ero hablarle.
DOtULIOIIOi.(AP«)
MaerU Tengo,
lio HAY TIDA GOMO LA HONRA.
Color apenas en él rostro tengo ; I
¿Si vio mi padre á Garlos cuando huta?
¡Ay esposo! ay amor i af triste día 1
¿Si estará ya en la calle?
iPriai?
DOÍA LBOROl.
Acaba.
DON PEDRO.
Retírate allá un poco.
ESTELA.
Soy tu escla? a.
DOffA LBOROa.
Sefior, aqui me tienes.
DON PEDBO.
Pues escacha.
DOffA LEONOR.
Mi turbación con mi peligro hicha.
. DO]ICllLOS.(ilip.)
¡Ah, quién lo oyera!
DON PEDhO.
Ya yo estoy cansado,
Colérico, mohíno y enfhdado,
Leonor, de vuesiras cosíb.
doíaliqmni.
SiielMDdiebo...
DON pBMo. [pueru
¿Qué han menester decirme, si á esta
( Ap. Asi mi noble bonorse desconcierta)
Ha^ espadas, hay aangre y hay heridas.
Quizá por vuestra causa recibidas ?
Y aunqueentoncesestéisvosen la cama,
Espadas á la puerta de umi dama
Son como tiro de arcabuz fulientef
Que el efecto que hace no se siente
Donde dispara, sino donde para ; [ra.
Ya me entendéis, la consecuencia es cla-
Yo he venido i entender, y aun me lo
rhan dicho
(Quizá fué presunción 6 ftié capricho).
Que Carlos os festeja para esposa.
DOAa LSOMOl.
Señor...
DON PEDBO.
No lo he creido, porque es cosa
Que no lleva camhio; que, a ser cierta.
No digo emparedada, sigo muerta
Os había de ver este mozuelo.
Antes de oue lograra sa desvelo, [do!
Con un pobre , ¡por Dios, gentil mari-
DORa LEONOR.
¿ Quién lo dy o, Sefior ?
DOHPIDRO.
No lo be creido.
No me satísfogais; pero ¿quién dada
Que pensaréis, Leonor, qoe^stasrazo-
[nes
Se encaminan á hacer que de Femando
Se concluya el tratólo casamiento?
Pues no, Leonor; queouadielMsoa»'
El cielo 08 ha basGadOb [mentó
DON cintos. {Ap.)
¿Deque tratanT
BSTBLA. ^p.)
¿Quien duda que aera de vuestra muer-
Mas nada puede ohrse. [ttf
TRISTAN. {Ap.)
Reconciliado está.
DON gIrlos. {Ap.)
Y yo estoy loco.
TtifTiai. (4p.)
¿Tuno lo oyes?
001" •-
'Á
nisTáx. {Ap,)
Pues yo tampoco.
RQa, mhM ; Astolfe, AsMlfb, «10,
El conde deíelSrZ V^ ^^
DOlUUMIMMt {4P*)
YmIOMBliiO»
MiriMao.
Bsia malana üo Niaó.
noffauowm.
¿A4|M'0nlOi
nmrvtfNo.
A eféto de casane.
nolALmion.
Bi Miqr discietow
i Y con quién quiere al Goade?
CoBTOsqaiefe.
mUa
Aqui del lodo pi
AsilodUo.
no*g iBBiiáa.
Yvtt
{Ap. lAy traglcaberttósafa! iy ojostris-
•oiinBao. [mQ
I Qoé hiltla de respoodor, slMrqae Si-
Llano todoft sa mslo» y qoé msMM
Mi calidad en tilo, míe» quena
Pasarla de mercM a seftoria t
Verdad es que Penuuido ha de sentirse,
Agraviarse, correrse y desabrirse;
Pero no 1m|MHlt, lo; qoe salprofecho
Es primero qae todo.
noÜA LiofRm. {Ap.)
AqiMoesbe^
noipamo. [muras?
¿Qué dices? qpéresyottdes? qoé mor-
oof á LBORoa» [Aeso
Seflor, conftisa esloy* {Aa. 81 aqoi con»
¡Ay diiloe bienl que pierdo por ti el
Más qoe oMigafie, vleoe A pvMrcnrto,
Slenoo lastranentodie ni trine ame^
Mejor es, m^ea,
Adedr, aunqatmiaMa, q«eá mi primo
§ alero, adoros rasposo^ ubm y ostimo,
ul podré eicaiafi» rin perdenoa,
Y mas bonestameata defeadensa)
Digo, Sefior...
loiifiiaOi .
^¿QoédieoBf
OOtALBOIIOa.
Qae Bo puedo»
Aunqoe A tas ameaonsteuco miedo,
Dejarme de otodar da tos raioaes» .
Pues á mi coala la galana potes.
Ahora habla Leonor*
DoiiGáaiM,(4pL)
Que el eco puede olraa.
Tama altara
Ladisealpa.
•otáiMini^
„„_. . PmtwMMipt;
Y terás qoe mi aanw «o Haoa eolpa.
Ene«iBÍifilodeGÉ0oa... ^^
* M M.Í.
cCÉtM^iAa.
484 EL
D05Ia LEONOR.
Me corro de que pienses que mi brío,
Mi gala, mi valor y mi albedrio
A un liombre se rindiese, que no vale,
Aunque su ser con su pobreza iguale,
Para ser escudero de tu casa.
ESTELA. {Ap.)
¿Oyes aquello?
DON CÁIILOS. (Ap.)
El alma se me abrasa.
DONA LEONOR. [vios,
(Ap. Perdona, Carlos mió, estos agrá-
Que aunque á la posta pasan por los la-
[bios ,
El amor, que en escrúpulos repara.
Que miento está diciéndome á la cara.)
En cuanto al casamiento que me dices,
[cts
No es bien, padre y señor, te escandiali-
De que á mi primo quiera bien; aue el
[trato
Siempre con el amor comió en un plato.
Tú me dijiste que á Fernando amase.
Porque un lazo de amor nos enlazase;
Mírele bien , y consentí en el lazo.
TRISTAN. (Ap.)
Por allá viene ahora el ramalazo.
DOÑA LEONOR.
Yo le adoro en efecto, yo le adoro ;
Perdoqa si á tu ser pierdo el decoro;
Porque el amor, cuando en locura toca,
Es calentura y sálese á la boca.
ESTELA. (Ap.)
Cielos, yosoy lamuecia y la agraviada.
TRISTAN. (Ap.)
Y mi amo ¿quedóse en la posada?
DON PEDRO. [res?
En fin, Leonor, ¿ á don Fernando quie-
DOÑA LEONOR.
Tü lo mandaste.
DON PEDRO.
¡ Qué ebediente que eres !
DONA LEONOR. [arte.)
Soy hija tuya. (Ap. En fin , valióme el
DON PEDRO.
Pues no, Leonor, no tengo de forzarte;
Pero, pues dices que á Fernando ado-
[ras.
Puesto que nada con su amor mejoras.
Luego te has de casar.
DOÑA LEONOR.
Pues ¿porqué luego?
DON PEDRO.
Porque me cansan tantas dilaciones,
Y es andar la opinión en opiniones ;
Fuera deslo, Lernor, viéndooscasada,
Cumplo también con la palabra dada ;
Pues con decir que á mi pesar se ha lie-
-, . [cho,
Queda el Conde seguro y satisfecho,
Contento mi sobrino, yo sin susto,
Y vos, hija, casada á vuestro gusto.
DOÑA LEONOR. (Ap.)
Tal tenga la salud quien mal me quiere;
Ya ijo hay remedio que mi mal espere.
ESTELA. (Ap.)
Carlos, difunta estoy.
DON CARLOS. (Ap.)
Y yo sin vida.
DON PEDRO.
Por don Fernando voy.
DOÑA LEONOR. (.1;?.)
¡ Ay homicida !
DON PEDRO.
¿ Parece que os turbáis?
DOCTOR JUAN PÉREZ DE HONTALYAN.
DO^A LEONOR.
Baste eugañado;
Que solo tu respeto me ha turbado.
DON PEDRO.
Vén, sobrina, conmigo, porque quiero
Informarme de ti.
■
DON CARLOS.
¡Cielos, hoy muero!
ESTELA.
Sin alma voy.— ¿Y Carlos, prima mia?
DOÑA LEONOR.
En mi alma se está como solia.
ESTELA.
Mira que soy mujer, y que te be oido,
Y aun Carlos.
DOÑA LEONOR.
¿Cómo Carlos?
ESTELA.
Desta suerte.
DOÑA LEONOR.
¿Si escuchó la sentencia de su muerte?
ESTELA.
¿Cómo escuchar? El alma se le abrasa.
DON CARLOS.
Ya rabio por salir de aquesta casa.
ESTELA.
Carlos, adiós.
DON PEDRO.
¿No vienes?
ESTELA.
Ya te sigo.
DOÑA LEONOR.
Ciérrate, de camino, ese postigo,
Y tú ponte á la puerta
TRISTAN.
Inés, ¿es hora?
i.^ÉS.
Ya pienso que se fué ; salid agora.
(Salen de donde estaban.)
DON GARLOS.
Muerto salgo.
DOÑA LEONOR.
¿Pues, Señor?
TRISTAN.
No hay señor. ¡ Lindo entremés !
DOÑA LEONOR.
Claro está que habréis oido
Mis locuras : mas también
Sabréis el fin que me mueve.
DON CARLOS.
Si, Leonor, todo lo sé.
¿Fuese ya el señor don Pedro ?
DOÑA LEONOR.
Seguro estáis ; ya se fué.
DON GARLOS.
Pues perdonad , porque tengo
Cierto negocio que hacer,
Y no puedo detenerme.—
Vén, Tristan.
TRISTAN.
Aparta, fnés.
DOÑA LEONOR.
¿Tan deprisa es el negocio?
DON CARLOS.
Es fuerza hablar al Virey
Sobre pretensiones mías.
DOÑA LF.ON0R.
Bien estoy con que le habléis:
Pero no vendóos así.
DON CARLOS.
Pues ¿cómo, cómo ha de ser?
DOlU LEOKOa.
Diciéndome «daefio mió,
Leonor, esposa, mqierv,
O aquellas cosas que, amaodo.
Los hombres decir sabéis.
«Yo tengo una ocupacíoo.
Luego, luego volveré;»
Y eso no tan mensurado.
Con los ojos en loa píes.
El rostro descolorido.
Necio, de paro cortés.
Cortés, de paro enojado,
Y enojado, de cnieL
TBISTAR.
Tiene razón que le sobra.
DOÑA LEOROa.
Paes ¿en qué» Tristan, en qié?
DONGÁnUW.
En nada. — Vamos de aqni.
LOñk LEOROa.
No harás tal; qae he de saber
Primero por qué le vas.
DON GARLOS.
¿ Por qué me voy? Por qaerer
do19a LEa^oa.
Eso no ; qae, si es culpada
Mi voluntad y mi fe.
Por aborrecer seri ;
Pero yo sabré el por qaé.
Aunque me cueste dar voces.
DON CARLOS.
Pues, para que no las des,
Por vida...
DOAa LEOIIOt.
No jares mas.
DON GARLOS.
Taya, Leonor, que esU vei
No he de ser tan ignorante .
Que mi infamia y la desden
Llegue á cootarte yo mismo.
DOSÍA LEONOa.
Pues aparta, aparu, Inés.—
Agora prueba a salir.
DON cíelos.
Aunque te pese, saldré.
DO^A LEONOa.
Pues , por vida de los dos ,
Que por aqni no ba de ser.
DON CÁELOS.
Deja, déjame salir.
DOÜA LEONOR.
Desenojado, si haré.
DON CÁELOS.
¿No ves qoe jaré ta vida?
DOftA LBONOE.
¿No vés qae las dos jaré?
DON CÁELOS.
¿ No ves quejaré primero?
D05Ia LEOEOE.
Y eso ¿qué importa?
TEISTAI.
Tened;
Que yo quiero concertaros.
¿Qué es Jo que Jurasief
DON CÁELO!.
¿QBé?
De no decírselo á ella.
TEISTAN.
Pues vuélvete á la pared,
Y cuéntalo Á esos aamaicoi»
A ti mismo, i mi ó i Inés,
Como si fuera i Leonor,
Y tú , en oyendo el papel,
DanospanycalliJaeU.
DORCiRUM.
> Tendré i romper
lento?
mSTAll.
No digo...
ooif ciatos,
eme tú. cruel, (A Trittan,)
i, fácil, mudable,
?cu> te adoré...
TMSTAN.
üé, con esta cara.
D07I CARLOS.
es que después...
TRISTA?!.
Ble i chamusquina.
DON CARLOS.
irmosura gocé.
TRISTAN.
Dpífio entonces.
DON CARLOS.
ingrata...
TRIST4N.
Inés, Inés,
ui ; que, vive Oíos,
ique esto de burlaos,
blando por verme
o á la pared :
:emo que mi amo,
stá portugués,
ie con mil demonios,
ue claros estén,
iros de la cuenta,
[uiebre sin ver
Sibila barbada
lobo como él.
iNés.
)te tú en mi lugar.
TRISTA?f.
^ue me pondré.
D05ÍA LEOMOR.
ríos, adelante.
(Mudante.)
TRISTAn.
»or allá dé
Yo ya te escucho.
DO?f CARLOS.
s, fácil mujer...
DO^A LROFIOR.
8 que no es verdad.
DON CARLOS.
o, si te escuché
mí mil afrentas?
D05ÍA LEOXOR.
§, que no desden.
DON CARLOS.
ue á mi enemigo
¿qué pudo ser?
D05ÍA LEONOR.
ler á mi padre.
DO.'<f CARLOS.
ar á que con él
ara que tocases?
DO^A LEO?(OR. M
on soya fué.
DON CARLOS.
í tú que sí . .. ( Vuelve á ella.)
DO^A LEONOR.
•elo de querer.
DON CARLOS.
es que aguarde yo
lelva, y tu después ,
NO HAY VIM COMO LA HQMaA.
Entre obediente v tmlMida,
Ya azucena, fadkfel,
Des la mano a doo Penando?
Sue eso de darla sin fe,
s consuelo del i^sraiia,
Pero, en fin, agraTio ea . *
Llegará tu padre airado,
Y doo Fernando coA él ;
«Aqui esti vuestro marido,»
Te dirá con altivez.
Y tú , torciendo las manos ,
Vuelto en nieve el rosicler,
Muda , torne v encogida ,
Aunque adorándome estés»
Por haberle dicho va
Que á tu primo quieres bien,
Ni responderás turbada.
Ni tendrás qné responder.
Quedándote como arrojo,
A quien el hielo tal vez
Embargó toda la aUófar,
Haciendo á medio correr
§ue fuese piau labrada
detenido papel
Lo que fué vidro eon voz
Y carámbano con piés.^
Opor fuerza ó por halago,
Claro está , vendrá á vencer
Tu padre, que es padre en fin,
Y yo desde aquel cancel.
Muerto, celoso y confinso.
La sentencia escacharé
De mi muerte, pues mi muerte
Está en llegarlo á saber;
Y sin apelar (¡ay Dios!)
Oesta rigurosa ley.
De este golpe inexcusable,
Desta pena descortés,
A tribunal mas piadoso,
A mas favorable Juez,
Que mi propio corazón.
Como el que abrasarse ve
En las llamas del afecto,
A mi corazón diré :
« Arded , corazón , arded ;
Que yo no os puedo valer.»
DOÜA LKONOt.
Ahora escucha.
TRISTAN. (Ap.)
¡Gran mal!
DOffA UtOROR.
¿Cómo?
TRISTAR.
Como viene^.
DON CARLOS.
¿Quién?
TRISTAN.
Nuestro suegro.
DON CARLOS.
¿Estás contenta?
' doAa lionor.
Pues yo ¿qué he podido hacer?
TllSTAll.
Ya atraviesa el corredor.
DO^A lsoror.
Vuelve, vuélvete á esconder.
DON cArum.
¿Qué es esconder? Vive el eielo...
D05ÍA LionoR.
Eso es echarme á perder,
Y aun perderme para siempre.
TRISTAN.
Ya pasa como un lebrel
A esotro cnarto.
oolUuA«(m.
TrnüTAR.
Ya el somlnrerose le're;
Apriesa, cuerpo de Gilato.
•ORCllLOS.
No, Leonor. '
Yi se apioplacM.
Tu temor te dt á entender
Que viene.
noAA LIORÓR.
Luego i no viene?
No;peroCnpriflu>yél
Están hablando.
BafSffdid;
Peroja.ámipireeer,
O al parecer de ni Rmdo,
Llega como mi Lndrér ;
Ya nos ve, ya noc degiella,
¡Qué baen pnlsof de nn revés ;
Ya pedimos oonlMen t
Ya llaman á flray MiMiel ,
A fray Juan ó firay GenuKUo»
Ya doy el postrer val? en«
Ya me llevan entre dott
Y de caminó tambieft
Me espulgan las faltriqMna»
Por si hay algo qa^ barrer ;
Ya me diinaaa una vieja»
Y con estopas y nes ^
CalaCitea el posugo
?ne nunca el sol pudo ver.
a me Ulvana con antejos»
Ya me tiran de los plé«i«
Ya me zampan conw nn galge
En la tumba de alquiler.
Ya la craz de la Mrroqnla
Viene protestando; qoe .
No ha de esperar on iiMtante«
Aunque se lo mande el R^;
Ya loa clériffoa «mpiésan
El c No me lo recordeisB ;
Ya me levantan éta hombros.
Ya endenden, al iMty ové encender.
Ya dan conmuto en la iglesia.
Ya deslían el iSffdel,
Ya me b^an á lo fresco.
Ya me machucan la sien.
Ya los amigos se van
Porque es hora de comei\;
Ya no hay Trlstan eo.el altando;
Y asi, por guardar la piel ,
Porque no me dejen solo
Ni dar que llorara Inéa,
Dejándola en mi logar
Y posteando al revea.
Me zambullo de fazfpo
Por siempre junas, amén.
(£i0éatfiff , IceiMtfs/l^iiriis.)
IRiS.
Seftora, ya se despiden.
Amo del demonio • ? én. (Fnss.)
Carlos , por tmi» de aaL..
wmcáauM.
Por ti , Leonor, |q«é no haré?
noéiáUMiioi.
Tú veras qne te lo pn0O
Con el alma.
noRCinuis.
Yoéttlmé.
Pnes tA qnierea , á «MV,
A callar y padecer,
A sufrir y A vevóMar*
Y á dedr, LeeMr»^
486
A los ojos, que lo saben,
Y al corazón, que lo ve :
«Arded , corazón , arded ;
Qae yo no os puedo valer. »
(Eicónáeie,)
Sale DON PEDRO.
DON PEDRO.
AHija?
D05ÍA LEONOR.
jl Señor?
DON PEDRO.
Ya tu primo
Se viste.
D0Í9 A LEONOR.
Pues ¿para qoé?
DON PEDRO.
Para que le des la nano.
D05ÍA LEONOR.
Ya estoy de otro parecer.
DON PEDRO.
¿Qué dices?
DO^A LEONOR.
No te apasiones.
(i4p. Dulce amor, ayúdame.)
Yo lo he mirado mejor,
Y aunque parezca mujer.
Esto de ser señoría
Tiene , tiene no sé qué ,
Que me ha brindado el deseo,
Por ser tu gusto y por ser
Aumento de nuestra casa...
DON PEDRO.
Asi comoquiera es ;
Veinte mil ducados tiene
De renta.
DOÑA LEONOR.
Luego ¿bago bien?
DON PEDRO.
Con los brazos te resnondo;
Loco estoy, abrázame ,
Abrázame muchas veces.
DON CARLOS. {Ap.)
¡ Qué presto cayó en la red !
TRISTAN. (Ap.)
Como á indio, le ha engañado
Con figura de oropel.
DON PEDRO.
Hija , yo le voy á hablar.
DOÑA LEONOR.
Sí , pero esto ha de ser
Con prudencia y con espacio;
No piense que el interés
Nos obliga solamente.
DON PEDRO.
Ya te entiendo; dices bien.
DOÑA LEONOR.
Cueste , cuéstele cuidado.
DON PEDRO.
Yo sé que responderé
A tu gusto.
DOÑA LEONOR.
Dios te guarde.
DON PEDRO.
Y á vueseñoria dé
La salud que yo deseo.
DOÑA LEONOR.
¿Señoría? Presto es.
DON PEDRO.
En profecía te llamo
Lo que después has de ser.
Loco de contento estoy.
DOÑA LF.0N0R. {Ap.)
¡ Oh codiciosa vejez !
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALTAN.
Úm PEDRO.
Y dime : por ser tn padre,
¿No me han de llamar tambiea
Señoría?
DOÑA LEONOR.
Claro está.
DON PEDRO.
Pues adiós, basta después. (Vase.)
Salen DON CARLOS t TRISTAN.
DOÑA LEONOR.
Ya pasó del corredor.
TRISTAN.
Desalcobémonos pues;
Que ya estoy abocfaomado.
DON GARLOS.
Dame , Señora , los pies.
DOÑA LEONOR.
¿ Estás ahora contento?
DON círlos.
Estoy como quien se ve
Resucitar de la muerte.
DOÑA LEONOR.
¿No hice muy bien mi papel?
DON CARLOS.
Es ingenioso el amor.
D0.ÑA LEONOR.
No hay saber como querer.
DON CARLOS.
No hay querer como obligar.
DOÑA LEONOR.
Pues esta es mi mano; vé.
Vé de presto, y tráeme aqui
Licencia para poder
Desposarnos de secreto;
Que antes de una hora bis de ser...
DON CARLOS.
¿Qué, Leonor?
DOÑA LEONOR.
¿Qué? Mi marido.
DON CARLOS.
Esclavo tuyo seré ,
Pues pobre quieres quererme,
Pudíendo ser...
DOÑA LEONOR.
Carlos, vén
Y no pases adelante.
DON CARLOS.
Solo es esto agradecer.
DO.ÑA LEONOR.
Con voluntad todo sobra.
Porque es muy rico el placer.
DON CARLOS.
¿Y sin ella?
DOÑA LEONOR.
Todo bita.
doncArlos.
Vivas mil años , améii.
[Vame,)
Salen DON FERNANDO f ESTELA.
DON FERNANDO.
Estela , asi Dios te guarde,
Que no puedo bus conmigo.
ESTELA.
Rosa del sol soy contigo.
DON FERNANDO.
Sí , pero saliste tarde.
ESTELA.
Todo al amores posible.
Yo te quisian «wrer;
Pero ya do poeae aer.
Que es mi pasioB Uiveneible.
Fernando, vo no te pido
Que mo qotens.
DOR finuiiio.
Pues ¿qué quieres?
Que procures, si pudieres,
Port|ue te importa so olvido^
Olvidarte de Leooor.
DOH miumo.
¿Cómopoedof
InaginoBdo
Imperfecciones ; qve eosodo
Llega á pensar ol aoior
Fealdades , ya esii TOdso
A DO ser amor ; y asi «
Por agradarle de mi 9
Puedes también de canino
Pensar que soy la mujer
Mas bella del onindo ; nfara •
Alaba , encarece , adíoira ,
Aunque sea sin qnerer.
La hermosura de mi boet;
Piensa que en distancia taeie
Es cifra de grana y nieve»
La frente cristal de- moa.
Ramillete las flacjillaa.
De azahar y nácar mesclados.
Las cejas arcos pintados ,
Y las manos maravillu ;
Los ojos claros esp(||eat
Donde el amor se retrata ;
La garganU tersa plau«
De cuyos 1)1 ancos reflejos
Tiene envidia el sol ; y ail.
Podrá , Femando , tn aanr.
Lo que quitare á Leonor,
Darme de liarato á nL
DOH riMAiino.
Alto pnes.yoqoicfolMCflUo^
Desde aqui doy en sánale;
Miróte parte por parte.
¿Qué dices deale cabello?
DON rBUlAHSO.
Bueno está ; pero Leonor,
Cuando hace Iremos del pela,
¿No se toca por el cialot
¿Y eso es olfidar , trsidorf
Así yo me enmendaré.
De buena mano está el lias;
¿Es postilo?
BSTILA.
¿Qaéeaposrlw?
Perdonad ; qne ya pensé
Que eran trenaas lefadbu;
8 ue, aunque mncbas las
e sabido qne se naan
Hasta las liarbaa prujit
Buenaa^nanos.
Jabón
Y el pan de ahnendraslo
Ellas hermosss se
Pues ¡labecbnm!
Itstrrebela
erra el color.
DON FERNANDO.
que Leonor
coa agaa sola)
odores maoos...
ESTELA.
que ya me has muerto .
DON FERNANDO.
rdé del coocierto.
ESTELA.
nientos son vanos ;
, traidor, los cielos ,
en celos me abraso ,
í pasar lo que paso
rasarte de celos,
que has de saber
»erdone tu honor)
i goza á Leonor.
DON FERNANDO.
r de una mujer,
1 amor empleo,
que mochos aman
te ; que esto llaman
I galanteo.
ESTEU.
1 Dropriedad
:aDlo discreto;
e prometo,
toda verdad ,
DON FERNANDO.
Di lo demás.
estela!
ir ( escucha atento )
r en so aposento,
(Hace que se va,)
BON FERNANDO.
i Dónde vas?
ESTELA.
ir á Leonor,
»erlo deseo,
to galanteo.
DON FERNANDO.
infamia y rigor.
ESTELA.
con mas nobleza ,
cómo te casas ;
r cosas en las casas
1 la cabeza.
DON FERNANDO.
erido nn hombre , y porque
nas oculta y diligente, [sea
anco pone i la corriente ,
I él se empape y no se vea ;
angre , que salir desea ,
descubrir mas claramente,
color, secreto no consiente,
e lo blanco señorea.
ine estoy herido de desvelos,
Estela tanto daño ,
is les pone á mis recelos ;
fdle, cielos, que es engaño;
herida amor, y el paño celos,
e ver la sangre con el paño.
(Vanse.)
I CARLOS T TRISTAN, de
noche,
DON CARLOS.
> habemos venido.
TRISTAN.
»r tu priesa nace.
no HAT TIÜA GOMO U flOIQUL
DORCimLM^
No importa ; que otearo baes.
Ya estarás arrepentido
De haberle dadb á Leonor
Aquel disgusto.
DON CARLOS.
Trisuot
Licencia los celos dan;
Que es colérico el amor ;
Mas ya cesó mi sospediR»
Pues el estar desposados
Me ouita de esos cnidtdos.
Haz la seña.
TRI8TAR.
YaesiábechR,
Y en la ventaoR est¿ Isáa.
Salen DOÑA LEONOR t IN&S
4 /« pentoña.
ROnCÁRUM.
Pues pregoDtRsi haj lugar
De entrar.
TRUTAR.
Voyloá preguntar.
mif.
¿EsTristau?
TRISTAH.
El mismo es.
INÉS.
¿Y tu señor?
>«r
Allí aguarda.
¿ Y tu señora?
uMts.
Yr vfeoe*
Que en cuidado se lo tieae,
DOÍfA MumoR.
La voluntad dooor tarda.
Dile á to señor que venga ;
Que ya su esclava está aqui.
DON CARLOS.
¿Es mi esposa?
DOffA LRONOR.
Carlos, si;
Que es bieo q«e este oomlive teogt
Quien á tanto se ha atrevido.
DON CARLOS.
¿Es hora?
DOfU|.EOROR.
Temprano es ,
Mas no importa. Vé tú, Inés»
Y mtra si se ha dormido
Mi padre.
Yo lo sabré.
D05ÍA LEONOR.
Tú, Señor, espera abijo;
Que ya voy. (V«M.)
*. DON CARLOS.
Ese trabajo
Pondré á cuenta de mi fe. •
Como si fuera, Trislan»
Aquesta vez la primera
Oue sus brazos merederR ,
Lstoy loco.
Sale ÉL CONDE, el paMo.
CONRI.
Por salan
Y marido, á rondar tengo
A Leonor, digo á mi esposa;
Ella es noble y es hermosa ,
Bastante -''-i^nlni teug^?
Y fuera óc. itn.bi
Mas«
Pues ^m
I Para h
(V^.)
¿Qué dieest
TMITAR.
. Qm siento geB|#.
ROVÓÍRMe.
¡VálgRme Dios! iQfáéü será ?
¿Sieslaiusücia.miefa
Buscando algo it oeuiicaeiitet
Si es Femando, ^e por d|<;lMl
No se babia recogido ?
Hacia aquelU p^rte' feej mláo.
dorcírlos.
Esto be sido rM tadielMi t
Mas , en todo caso» «i tím
Que no nos topeii(MiiiÍ'
tratar.
Poesiqnéliérélaett.
Téatriiaii;
Hasuelotra calle fea;
Daremos lugar coQ^iKp
Para que adelente pasé
Quien ftaere.
TMM'áR.
Tsl8e<iiiedRae,
¿Qué remedlet '
?elitr presto.
(FeRifb)
Saen EL COIIBE «*t DÓDA LEONOR
b^ á UpMerUi,$ ílm ^9 caiADO*
GRI/tRO. t^
Por Dios , que lo liRñ bebho Meo.
iGómÓRsi?
(CRUDO.
GoibbMtBénMi.
^somríe. .
Gentil gRllloR comlerdi.
roAalroror.
Bien podéis entrart bM bien ;
Ya la easR está áe|(nMu
GRURtf.
¿Oyes aquello?
OORM.
l^orDIdl,
Que esperalüR á Ior dM;
: Linde oeasloD ^ wnm tentiirR !
Que yo soj, quiero t^mifi
El llamado.
(BRURO.
Bien karts,
Y RSi el misterio asMÉ.
OORRtf.
Pues mieotrRR vMivo á SRÜr»
RetiiR toda la gente,
Y desde iéjos poMs
ORURO.
BoenovRS.
Lr ocRsion me hnee «Puente.
(ERlras^WGMNli,
SáUn DON CAiliOS T. nmAR.
BoeoRsmiefRS.
TRlil^R.
I >.
OseftierobópiittMi
IPMqnelReaind^tt^M.
ni detboBor te «mplets ,
eseferreraelo,
lelo que del délo
lidos qaenibes ,
even por las nabes
andéamo maro ;
Di no esUs seguro
netos no te sobes.
» sí 00, sin saber
Id , de to vida
taro bomicida.
CONDE.
M fonoso responder,
Indostria ba de ser.)
¡irlos , tener amor
ir el bonor
na.
DON CÁELOS.
Asi lo entiendo;
é pretendes?
CONDE.
Pretendo
9 pierda Leonor,
qoier soceso aqoi
» qoe se a ventora;
0 aqoi está segura.
nOÑA LEONOR. {Ap.)
IConde, ¡aydemi!
DON CARLOS.
in.
co?n>B.
Poes vén tras mi.
1 mis criados están
« 7 te darán
le.)
DOi^ÍA LEONOR.
Carlos, advierte
mi vida y mi moerte
lanos.
doñcArlos.
Tú , Tristan .
lor puedes qoedarte.
TRISTAN.
de quedar aqoi ,
gojontoáti;
> salió de Marte.
conde.
don carlos.
Ya voy á matarte.
DOÑA LEONOR.
»enor, amigo.
DON CARLOS.
ndes mi enemigo?
DO^A LEONOR.
a vida , ¡ ay cielos !
DON CARLOS.
; porque mis celos
íes y van conmigo.
NO HAT TIDA OOHO LA RÓIIRA.
NADA TERCERA.
?l CARLOS V TRISTAN, «MI
escopetas.
DON CARLOS.
ravezá abrazarte.
itan,¿cómotebaido?
TRISTAN.
, Ronque mal comido.
DON CARLOS.
iior ñiera parte
16 tan buen dia.
Bien malos losfiiveaná.
DON ClRi.01.
Diitie , dime , ¿cómo está .
Mi Leonor, el alma mia »
Mi esposa y todo mi bien ?
TRISTAH.
Con salud , aunque muy triste.
DON c Arlos.
¿Que la babliste? Que li ftetef
TRISTAM.
Con los ojos.
DON CÁELOS.
i Qué niai bien I
Véndeme, Tristan, loa ojo»;
Pues con ellos la miraste,
Dame la luz que gozaste.
TIISTAR.
Favores me dio á manqios ;
Asi de comer me diera»
Que vengo medio diftinto.
DON CÍELOS.
Cuéntame punto por panto
Cómo llegaste á su esbrt.
TEISTAR.
Pues escncba. Yo llegsé
A Valencia...
DON CÁELOS.
i Qué valor I
TEISTAII.
A unque con barto temor ,
Al momento me informé
De tu pleito y de tu estado,
Y supe cómo el Virey
A pregones te ba llamado,
Y seis mil ducados de oro
Promete (¡qué disparate ! )
A quien te prenda o te mate.
DON CÁELOS.
¿Porqué?
TEISTAN.
Porque sin decoro,
Con venuja y á traición
Mataste al Conde.
DON CÁELOS.
Es mentira;
Que, mas que mi propia ira ,
Le mató su sinrazón.
Mas dime, ¿cómo se sabe
Tan cierto que le maté,
Si nadie lo vio?
TESTAN.
No Sé;
Pero, como es bombre grave ,
Hay testigo, yo le vi ,
Que, en favor del muerto Conde ,
Dice cómo, cuándo y dónde,
Y lo vio como el Son.
DON CÁELOS.
Y di, ¿su bermano Rngier
Aprieta?
TEISTAN.
{Linda receta!
Quien hereda nunca aprieta,
Sioo por bien pareeer*
Pero , volviendo á tu esposa ,
Que es materia de mi gusto,
Va de cuento y va de susto.
DON CÁELOS.
Ya escttcba el alma gozosa.
TEISTAR.
Llegué de nocbey llané.
DON cíelos.
Y dime ( { sospeeba fuerte ! ),
¿ AbrieroDSin conoeerleT
^■inPAii.
Media boraporilé.
A pique de tigini di
Yaleabonomeréd
Siquiera on tiqniéii «stá tbi U
Que suele déme á «■ sastre.
Pues ¿qué desastre. téoiUES?
Ciertos mocos etaetbelót.
Que , soñando los broqveles ,
Llamando á sos eeloirfiB ,
Daban vueltas á la pverta
Con gran másiet y rtunor.
EOHCÁIILOlé
¿Y asomábase Leoier?
TE»TAII.
Gomo si eAlufléfii pitierta.
MMIflÁBÜM».
Dios te lo pagae, THsiaB;
Que me bas vuelto el eaeiyo al alna.
Los dos mereeeisla pelma
De lo fino y lo gabm.
En fin, untos folpes dl«
?ne Inés on postigo abrió,
en la TOE me eowció;
Bajó , abrióme , entré y labl ;
Y Leonor , alboroladn.
Arrojando la labor,
Bajó al primer corredor,
Preguntándome tBrfaada -
Por tu salud , á quien yp
Respondí que boeso estabas,
Y en este monte opKiabM;
Calló , suspiíó y IIoHV, *
Y contóme que iiabla anierto
8u padre.
MMfCÁEU>S.
Desdidw ba sido;
Que, en mseada de nn. marido.
Sonde es el riesgo tan elerlo.
Sirve de marido on Pfáre.
Leonor no lo be menester:
Que, aunque es wtfw, up es mi^er
Sino para la comadre.
•OIIGÁiLOS.
¿Está pobre?
¿Aqueso dices
Sabiendo que pleitos tiene,
Y que quien los ttae, vtene
A vender muebles ñdees ,
PbiU, bacienda , ropt ; traüee
Pan gastos de justicia?
gue. aunque eff virtud, su malida
a llegado á tener guios.
No le h^ quedado una Joya,
Y en lo que yo confirmé
Su grande pobreta , fmé
g(ueeooaqueMoae.apo|a)
n que, saliéndome un rato
Anteanoche á paaear,
Inés me bajó á afinnbrar
Con candil de garabclo ,
gue es una alMJa tan vu
nunacaiadenoDor,
Sueno sé cuál es peor,
na suegra ó un caudIL
Pues en lo que toca á ^ela, .
Sin duda debe de haber
Precepto de no cbner
En aquella casa eaenota.
Porque á nadiO'fl tratar
De pedir manducacÍMi,
Y tanto, que uu Malou,
Que me solía '
nnsüo clavel , qae se querella
qae las entrañas le ba abrasa-
zando con la fiebre loco, [do,
morir, quizá de beber poco.
jé llorando lo que ahora
rimas repito dilatadas,
» alguna, queei melindre llora,
utas primero que lloradas.
;he, a la tarde y al aurora,
s glorias, por mi mal pasadas,
mis ojos con eterno llanto; [to;
toba de llorar quien pierde tan-
, llegando, ¡ay Dios! á mi despe-
[cho,
nar, cuando la noche calma,
le sobrarme la mitad del lecho
faltarme la mitad del alma,
[cho,
3rdarme deque Dios lo ha he-
^mer la perdición del alma,
la, para ejemplo de las gentes,
Jtes.
ien-
srandoqué mi suerte esquiva
na vez en mi favor la espada,
cesitada, muerta, viva,
lica, triste y desdichada,
, llorosa, compasiva,
X)nslante, huérfana v honrada,
la vida, porque Carlos tenga
en partir la suya cuando venga.
ESTELA.
eonor, muchos años;
la vida se alcanza
D05ÍA LEOnOR.
»la esa esperanza
D de mis aaños.
si sereno nos dice
I sala nos entremos.
DON FERNAKDO.
a luz seguiremos.
90ñk LBOIfOR.
e eso, aunque infelice,
cierto galán.
ESTELA.
DO^A LEONOR.
Si, por vida mia.
ESTELA.
los?
UOñk LEONOR.
¿Cómo podía?
ESTELA.
aién , por mi amor?
D05a LEONOR.
Tristan,
10 DO es conocido,
locbe estuvo aquí.
DON FERNANDO.
asle ahora?
DOÑA LEONOR.
Sí.
DON FERNANDO.
e de haber venido
13 tosa ocasión.
DOÑA LEONOR.
rad y cenaréis,
ae me perdonéis.
ESTELA.
as cuidados son.
DOÑA LEONOR.
06 convido á nada ;
tyloque me enviáis,
sois quien me honráis,
la convidada.
ISTELA.
creta !
m flAT VIDA GOMO LA HONKA.
DOH ffERRARDO.
¡Qué cortés!
ESTELA.
No hay, Feroando, dicha hermosa.
DON PERNAIIDO.
Ser hermosa es ser dichosa.
DOffA LEOIlOlt.
Adelántate tú, Inés.
{Vana.)
Salen DON CARLOS t TRISTAN.
TAISTAR.
Advierte...
DON CÁBLOS.
Ya 66 por éemás.
TRISTAfl.
La soga llevas tras tf.
DON CARLOS.
A Valencia he de Ir asf .
TRISTAN.
Mira (jue á tu muerte vas.
A quien te mate ó te prenda
Da el Virey seis mil ducados.
Con que infinitos soldados ,
Deslos que toda su hacienda
Llevará una hormiga en peso,
Andan locos á buscarte.
Por prenderte ó por matarte.
DON CARLOS.
Y confieso que es exceso ;
Pero aqut tengo de ver
Si hace un milagro el amor.
TRISTAN.
¿Milagro pides? ¡Qué error!
DON CARLOS.
¿Porqué?
TRISTAN.
Porque puede ser
Que pare en tu detrimento.
DON CARLOS.
Mi mal no puede, aunque quiera,
Ser mas.
TRISTAN.
Sf puede.
DON CARLOS.
Es quimera,
Porque esto es hablar al Tiento.
TRISTAN.
Enfermó un hombre de un ojo,
Y tanto su mal creció.
Que de aquel ojo cegó.
Si no lo habéis por enojo.
Con el ojo que de nones
Le vino á quedar, pasaba,
Y veia lo que bastaba.
Sin curas, agua ni unciones.
Mas, como uno le dijese
Que si es que vista desea,
Al Cristo de Zalamea
Devoto y contrito fuese.
Donde por diversos modos.
El cojo, el ciego, el mezquiuo.
Con el aceite divino
De todo mal sanan todos,*
Él al punto se partió.
Con fin de desentuertar,
Al soberano lugar;
Y apenas en él entró.
Cuando á la lámpara parte,
Y tanto el aceite agota,
Que entrambos ojos se flrota
Por una y por otra parte.
El ojo que bueno estaba.
Con el contrarío licor.
Sintió tan fuerte dolor.
Que del casco le saltaba.
Y en fin, sin remedio alguno,
Hubo de venir á estado.
Que de alli á una hora «1 cuitado
Ya no via de ninguno.
Al Cristo entonces se fué
Atentando como pudo,
Y á sus pies muy á menudo.
Con mas cólera que fe,
A grandes voces decia :
c &ñor, á quien me consagro,
Ya no quiero mas milagro.
Sino el aue yo me traia.a
Cesó el dolor, y al momento ,
Contento de hallar su ojo*
Se volvió sin mas anti^o
De milagro. Aplica el cuento.
DON cámixM.
¿Qué importa, si me traspasa
El alma aun con mas doler
Que la muerte...
TRISTAN.
¿Qué, Señor?
DON CARLOS.
¿Qué? Las cosas de mi casa.
TRISTAN.
Mi señora es tan bonrada«
Que mas no lo puede ser.
DON CARLOS.
Si ; pero en fin es m^jer,
Y mujer necesiuda.
TRISTAN.
Muchas en el mundo ba habido
A quien nombre el tiempo da
De firmes.
DON CARLOS.
Eso será»
Siendo dichoso el marido.
TRISTAN.
La que es buena, por si es buena.
Sin otra soliciUid ;
Porque la propia virtud
No estriba en la dicha ajena.
DON CARLOS.
Estando en el arco asida,
¿Por qué una cuerda te parte?
TRISI^UI.
Porque Ufando sin artei
Si pasan de la medida
Adonde llega la cuerda.
Por fuerza se ha de romper.
DON círix».
Eso vendrá á suceder
Con Leonor. Leonor es cuerda ;
Pero viéndose apretada
De tanto necio galán,
Y sobre todo, Tristan,
Estando necesitada.
Rendida á injustos abrazos ,
Podrá decir : t Cuerda fui ;
Tiraron mucho; y asi.
Fué fnena hacerme pedizoa.B
TRISTAN.
Y cuando fuese verdad, •
T6 i qué has de hacer?
DONCÍRI.OS.
¿Qué? MatarlRt
Consumirla y abrasarla.
TRISTAN.
No estando tú en la ciudad,
Y siendo Leonor discreta,
Á Cómo has de poder saber
Si te pudo ó no ofender?
DON cÁRtos.
I No hay cosa» THstM^ 86cr«tR.
493
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
TRlSTAIf.
Quien ama y honrada fué,
Aon no se fía de si.
D0:« CARLOS.
¿No tiene vecinos?
TRISTAN.
Si.
DON CARLOS.
Pues yo sé que lo sabré;
Uue hay hombre que se entretiene
En ser perpetuo veedor,
Y para nacerlo mejor,
Su libro de caja tiene.
Donde el que quisiere saber
Si el vecino entró ó salid ,
Si la música se dio,
8i se asomó la mujer.
Lo verá tan puntual
Como fué la presunción ,
Y con su cuenta y razón ,
Fojas tantas, noche tal.
TRlSTAIf.
Vendrá á ser ese vecino,
Si lo cursa dos inviernos.
Cronista de los infiernos.
Salen TEODORO t CLAUDIO» con ha-
chas, T ESTELA T DON FERNANDO,
con DOÑA LEONOR.
DON FERNAIVDO.
En fin, ¿el galán no vino?
ESTELA.
Por llevarte mas presente,
lie consentido, Leonor,
Que pases del corredor.
TRISTAN.
Esta es la calle; mas tente,
Que hay dos hachas á la puerta.
DON GARLOS.
¿Dos hachas? Agüero ha sido.
TRISTAN.
¿ Qué puede haber sucedido?
DONCÜRLOS.
Estará ya mí honor muerto
Do enfermedad de algún yerro,
Y enterrarle en oro y cobre.
Porque ñ la puerta de un pobre
Nunca hay hachas sin entierro.
TRISTAN.
¿Qué entierro ó qué frenesí?
i No ves á Estela y Fernando
Estar con Leonor hablando?
DOX CARLOS.
Pues escucha desde aquí.
CLAUDIO.
Carlos ha sido dichoso
En topar con tal mujer.
TEODORO.
Como no venga á caer ;
Porque, aunque adore á su esposo.
Como son los pareceres
Varios, puede su belleza
Cansarse de su pobreza ;
Que hay, Claudio, muchas mujeres
Que son, á mas no poder,
Haciendo una liviandad.
Malas por necesidad,
Y no por quererlo ser.
TRISTAN.
¿Oyes eso?
DON CARLOS.
Muerto soy.
TEODORO.
Advierte, Señor, que es tarde.
DON FERNANDO.
Pues adiós.
DOfiÍA LEONOR.
El cielo 08 gatrde.
DON FERNANDO.
i Hola! El coche.— Vuestro soy. ( Va$e,)
DON CARLOS.
¿Qué te parece, Trisltn?
TRISTAN.
Que ha sido tu flema mucha.
DON CARLOS.
Di mi pasión ; mas escucha ,
Que alli una música dan.
TRISTAN.
Pues ¿qué importa que la den?
¿No será mejor llamar.
Ver á Leonor y cenar?
DON CARLOS.
No es mejor ni me está bien.
VOCES. {Cantan,)
¡Ay necesidad infame!
¡A cuántos honrados fuerzas
A que y por amor de ti^
Hogan mil cosas mal hechas!
DON CARLOS.
¡ Ay honor, y cómo creo
Que habéis de volverme loco !
Cuanto miro, cuanto toco,
Cuanto escucho y cuanto veo,
Parece (jue en profecía.
Como si me conociera,
Me anuncia con voz severa
La dicha tristeza mis.
¿Yo por mi mujer infame?
¡Oh mal haya el inventor
Deste género de honor.
Si honor es bien que se llame
Cosa que no está en mi mano,
Y estriba en ajena culpa!
Pero dará por disculpa
Algún político humano
Que, como por sacramento '
Son el hombre y la mujer
Una carne, un alma, un ser,
Una vida y un aliento.
El agravio se reparte
Según es la cantidad ,
Y como por vecindad.
Le alcanza al hombre su parte.
Pues ¿cómo mi honor manchado,
Y pudiéndolo impedir?
No, Leonor, yo he de morir,
Y he de morir por honrado.
¡ Vive Dios, Leonor hermosa,
Que no has de ofender tu honor
Por ser pobre, y aue mi amor
Ha de hacer por tí una cosa ,
Que á poner venga en olvido
Cuantos triunfos generosos,
Por afectos amorosos.
Hayan los hombres tenido !
Adiós, Tristan.
TRISTAN.
¿ Dónde vas?
DON CARLOS.
Esto en el honor es ley,
A verme con el Virey.
TRISTAN.
¡Jesús, qué perdido estás!
¿Al Vírey? Escupe luego.
DON gírlos.
Quédate, y dila á Leonor
Que vov á morir de amor.
Como fénix en el fuego,
Y en mi nombre la darás
Este abrazo.
imuTáii.
Eacocka, espera.
DOic cíelos.
No soy hombre; que soy fiera.
TKISTA!!.
Pues dime, ya qae le vas,
¿A qué vas?' Para qae entienda
El extremo de tu amor.
DOlf CARLOS.
A d^ar rica á Leonor,
Porque después no me ofenda.
{Vanse.)
Salen kiGmos cauaos, y detrit
REY, flrmandé cartas, t UN §
TARIO.
SECBETARIO.
Esta que firmaste ahora
Es para sa majestad.
flRET.
Pues luego la trasladad.
sBcarrARio.
Cerrada está.
TIRE?.
i Quién ignora
Oae vida con t se escribe?
No, Secretario, con b.
SECRETARIO.
Yerro de la ploma fué;
Que no mió.
VIRET.
Qaien recibe
Una carta mal escriu
No sabe si faé ignorancia.
Y aunque, en fin, no es de inpo
Y al dueño desacredita,
Es una cosa tan justa
Hablar siempre con verdad
En todo á su majesUd,
Que aun el alma se disgnsta
De esa breve niñería ;
Y asi, volved á escribir.
Porque no se ha de mentir
Al Rey ni en la ortografía.
SEGEETAaiO.
Para el Marqués, la aobrino,
Es esta.
viaav.
¿Hay mas que firmar?
SECaETAEIO.
Bien te puedes acostar.
CRIADO. (DfJilr».)
¡Hay tan grande desaliño!
Sin dada que loco viene,
vían.
¿Qué es eso?
cauto.
rniíonbreqiek
En que. aunqne ealésaeoiiad^
Te ba de hablar.
¿QaéiraaM
cauao.
Aun no le he visto la can.
VIIET.
Pues decilde que entre,
cauao.
S«I0 DON GiUOS.
BONCiaUi.
Ello es gran leneridid,
Pero el amor no repaia
En nada.
▼IRKT.
I que bable,
D mi presencia.
03f CÁBLOS.
ruecelencia.
▼IRET.
io notable !
e como yo,
oció el miedo,
? Solo quedo. —
doSt menos el Yirey
don Carlos.)
CARLOS. {Ap.)
cerró.
VIRET.
a la puerta
conmigo;
ora?
ON CARLOS.
Digo
i se concierta.
s, gran Señor,
{raviarme,
e, de escucharme?
VlRET.
1.
ON CARLOS.
i Qué valor !)
ríos Osorio.
VlRET.
»0N CARLOS.
scucba agora,
la acción
las prodigiosa
lies del tiempo
is historias,
nde, es verdad,
le con mi esposa
Doche, fingiendo,
I la persona,
ira gozar,
negras sombras,
, alguna parte
suooca.
a mi dama,
ella á solas,
en lo mismo ;
inion no se forma
:|ueste agravio
¡er se nombra
orque, siendo
que la goza,
lamorarla
su persona,
espelo,
ijer propia;
nsas del gusto
naa le tocan,
las varas,
liera parle sobran,
á Valencia,
mil pistolas,
onte tan preñado
» que aborta,
das raíces,
rra se asoman,
obre el sitio,
á otras,
idos los riscos
y amapolas,
litan del cielo,
•s de la aurora
lácar beben
el mundo una hora.
e edificio
en mis congojas,
Das hallé
parda alcoba,
NO HAT Vmi GOMO LA HONRA.
Que, á mi parecer, Verkt
Si el desaliño se noUt,
U de algan sátiro slbéifM,
U de algunos brutos ekoiá.
Entramos yo y nn criado^
Que en mis aflicciones todas
Me ha acompañado leal , .
Y mirando á la redonda .
Aquel bospedi^ oscaro»
Mu aberturas y bocas
Descubrimos tan oonAisaSy
Que en su fábrica arenosa
Aun yo no me hallaba á mi
Muchas veces slu auiordia.
Con este me aseguré •
IDn la modestia enojosa
Que mis temores me daban,
Y puesto en la celda sogosta,
De uno (le aquellos nichos
De árboles, ¿ellejosy bojas.
Hice cama, donde estufe
Cercado de pefias toscas
Diez meses y mas tres días,
Con el fuego y con la honda
Matando para comer.
Ya la liebre corredora
Y ya el limido gasapo.
Que entre las malas se emboscan.
Y estando mirando un dia
Recrearse una paloma
Que á su consorte marido.
Cuando el sol los campos oora.
Con mil géneros de arrullos
El pico (»ba amorosa ,
Vi que un gabilan hambriento
Con agudas alas corta
El aire desde una endna,
Y estando mas cerca, roba
De los dos al triste esposo.
Llevándole entre las coras
Uñas al árbol primero.
Donde con furia rabiosa
Se lo comió sin trincharle.
Llena de plumas la boca ;
Y volviendo á la viuda.
Vi que aflíffida y llorosa ,
Dando vueltas y escarbando
Con los pies la verde alfombra,
Parece que á la fortuna
Se queja de afectuosa;
Que en el mas torpe animal
Tiene el dolor ceremonias.
Era entre todas, Señor,
Si bien de una especie todas.
Esta mas blanca de pluma
Y mas jarifa de pompa ;
Por lo cual otros amantes.
Contentos de verla sola.
En vez de pésame y luto.
La cercan y la enamoran ;
Cuál una pluma le quita.
Cuál la halaga y la retoza.
Cuál galán se cantonea.
Cuál la arrulla y cuál la ronda,
Y cuál los granos de trigo
Le lleva para que coma:
Que hay también aves discretas,
Y saben que él dar importa.
En fin, aunque se defiende
Y aunque la pena le ahoga.
La necesidad le obliga.
Tanto este monstruo ocasiona,
A que el tálamo dé pajas
Pise, de otro amante novia.
Esto vi, Señor, un dia,
Y revolviendo en mis cosas.
Confuso y turbado dije
A mi cobarde memoria :
«Leonor es mujer y pobre.
Muy querida y muy hermosa.
El mundo fuerte enendgo.
Ausente yo, y ella sola.
Pues ¿ qué sé JO si Leonor
Hsee como la paloma;
Y da lugar en el nido
A quien el trigo la am|«t»
Con aquestos peneamleaiot
El alma traie taa loca, .
Que tirar piedna podía
A los sentidos que iaisnn.
Despacho luego im criado
A Valencia por la pósla.
El cual me refiere ¡at cielos!
De mi Leonor, de HÍespoea,
Necesidades tan graadea
Y finezas tan boomaa, .
Que al pa&o qae m» regalan, -
El oorason raeanasionan.
Y después de aul discnunoe.
Viendo que la tenelMOsa
Noche me ayuda, en el tr^e
8ue miras, entfo á deshora«
esuelto á satlstesr.
Aunque é morir va düponga,
De mis dudas y recete
La condénela escrvimiosa;
Y estando en nd ^nlie aa rato,
Por ver si alguno alborota
MI casa, cuanto escndié
Fué anunciarme mi desboara
Y encarecer á Leonor,
Añadiendo que, snnqne agora
Bs una pella, nn diamante, ^
Un risco, nn monte, nna roca.
La vencerá, andando el timnpo
f SI bien de fbertébla8ona)7^
La necesidad inliune, -
?ue no hay virtud qne dk> rampa.
asi. Tiendo qneari vida
Ni me sirve ni asa importa»
Qne no es vida, Irfan nirido.
Vida con 4antaa lOiolMia;
Y acordándome que t6
A quien me mata 6 me esila
Ofríeces seis mil dñoadoB,
intento i notable eaaal
Entregarme yo á mi nüaaao.
Para ganar desta ftarma,
A costa de una gargaqla.
Lo qne Valencia pr«|pna;
Y porque Leonor, siqnlara
Con esu ayada de coala,
Se libre de los peUgros
aue en profeda la acosan.
Ira, Señor, si el amor
gue me anima j me provaca
s bien oaddo, f asereca
Bronce y mármol, poca se arrda,
Como gentil, á la muerte,
?ne ya mer espera por horas,
o me prendo, yo me mato,
Yo me sirvo de ponioAa,
Yo me traigo al sacrificio.
Yo doy la lefia y la aroma.
Yo me vendo como eadavo.
Yo pongo al cuello la soga,
Yo soy mi verdugo, yo,
Secaandod honor le amja,
nira d mismo se vaalva.
Como arrojada pelota. -
C6brame los pMs de hierro
La cáreel , sus laniw rompa
La Justida , qne, enojada .
Contra mi se maestra aoroa. ,
Brote fiscdes el oro,
Eue mi hiooeneia pospongan;
liga de madre d poder,
I>é voces la envidta ronca,
Y esoribanse contra nd
Mas dditos y asas bclas
Que tiene ése mar aalado
l>e arenas, peces y coaekas; •
Que aimqna sé qne desta saarla
Voy maneado por h poaia»
4M
Y ha de matar i Leonor
Tragedia tan lastimosa.
Mas quiero morir que oir
Su pobreza y mi deshonra,
Su riesKO y mis amenazas.
Sos dichas y mis congojas ;
Que para un hombre de bien,
Que nace estimación heroica
De la honra que profesa.
No hay vida como la honra.
▼IRET.
Envidioso me has dejado.
Porque en fábulas ni historias
No tte visto resolución
Tan honrada y tan briosa.
DON cJIrlos.
¿Qué responde vuecelencia ?
VIRET.
Que soy Sandoval y Rojas,
Y sé estimar la nobleza ;
Espera un poco. — ¡Hola» hola!
Salen EL SECRETARIO, DON FER-
NANDO T DOÑk LEONOR.
SECRETARIO.
¿Señor?
DON FElllAllDO.
¿Qué es aquesto?
vmET.
Entrad.
DOSÍA LEONOR.
Daré voces como loca.
DON CARLOS.
¿Mi Leonor?
DO^A LEOROB.
Pues ¿cómo, ingrato?
¿ Es posible que maloms
Una vida que es tan mía.
Por una acción tan impropia
Del ser humano? ¿ Qué tiffre,
Manchado á trechos, qoe onza ,
Pintada de moscas negras
Y de color parda y roja.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAlf.
Hubiera sido conmigo
Tan fiera v tan rigurosa?
¿Qué me importa la riqueza
Que con tu muerte me comprtt.
Si no puede aprovecharme?
Porque apenas en la losa
Tu cabeza destroncada
Verá el alma oue te adora,
Cuando con el mismo acero,
Aunoue parezca lisonja.
Me aoríre el pecho yo misma,
Y de su esfera amorosa
Tan vivo te sacaré
En brazos de mi memoria.
Que pueda otra vez prenderte
La justicia cavilosa.
¿ Es posible que me matas?
DON CARLOS.
; Ay Leonor ! Ay dulce esposa !
Con eso muero contento;
Llega, pide, admite, cobra
En mis brazos la disculpa.
VIRET.
Hoy, aunque en palabras pocaí.
Verá el mundo que compite
Con la facción animosa
De Carlos mi gran piedad.
Escuchad todos ahora.
DON oírlos.
Leonor, oye.
Wíñk LEONOR.
¡Trance fuerte!
VUET.
Carlos, por ser tan notoria
La muerte del conde Astolfo,
Poraue le halló con sa esposa,
Confiesa que le mató.
DON CARLOS. '
Esas!.
TRISTAN.
¡ Notable ODia!
VIRIT.
Mal , supuesto que el que mita
Sin odio nf Ttugloria,
Solo por guardar la vida
O la naclenda, siendo propfii,
Aun para con Dios no peca,
Y la honra es una joya
Mas que la vida esiimable
Y que la hacienda preciosa ;
Que, como Carlos lo diee ,
No kap vida eotmo la koara;
Digo qoe i Cirios perdono.
Porque en acción tan heroica
No ha de enojarse un virey
De lo que Dios oo se eocja.
Y porque yo prometí
Seis mil ducados, sin otras
Mercedes, al qoe trajere
Mneru ó presa so persona ,
Pues él mismo se ha traído
Sin grillos y sin esposas.
Lo prometido le doblo.
DON CARLOS.
Como Dios haces ahora :
Siendo nada, el ser me has éido,
DOÑA LBOKOa.
A tus plantas generosas
Ofrezco lo ooe me das.
Que es la vida.
TWSTAH.
AqoJ hay tres boda
Aquesto por abreriar
Cumplimientos y tramoyas.
Estos señores se casan.
Estotros dos se desposan.
Yo me arrugo con fn^
Y aqui tiene fin la historia
Del marido mas honradb.
DoRa LBOMOt.
No se llama de eat Ibma.
Pues ¿cómoT
DOllGinUM.
TotodM:
NohaifPidacmif9lBk§mt.
COMEDIA FAMOSA
fimuüM
A MAS CONSTANTE MUJER,
DEL POCTOR JOAN KM» BB WKmtáJLWAM.
CARLOS, galán,
EL DUQUE DE MILÁN.
EL CONDE DE PUZOL.
PERSONAS.
ISABEL,
ROSAURá,
FLORA, fffM^
LAURA, criMéM.
SBlON.IfMf».
AOOBrAÜAUllITO.
INADA PRIMERA.
kSEL, FLORA t SERÓN, i€-
teniendo á CARLOS.
ISABEL.
3 salir, Tive el cielo ,
me la ocasión
de aquesta ausencia.
CARLOS.
Isabel , por Dios.
ISABEL.
dejarte?— Tente, Flora.
FLOMA.
dame , Serón.
SEROIf.
ido.
CÁBLOS.
Ilauréte.
SEBOIf.
Kyndo.
ISABEV.
SeQor,
lUo contigo
i Dumildad , mi amor,
! vas, como quien
de la prisión ,
idónde Tas asi ?
CÁBL08.
ISABEL.
¿Por qué ocasión?
CÁBLOS.
laci desdichado ,
le de perderte hoy,
e casa tu padre
»nde de Pnzol ,
i DO quiero ferio;
mgo razón
ir 4 Milán.
IBABBli.
Wt.
GÁBLOt.
¿Porgué BO?
Porque soy yo It i|iMOMaa •
Y no be de casarme ¥o
Con otro , TÍTiesdo w,
Y queriéndonos loa éoft.
Pues ¿ qué be dé haeer , ti tti padiOt
Que siempre me aborredé «
De casarte , aunque te peao »
Tiene ya resolncloo?
liABEL.
¿Qué bas de bacer? Llegarlt é Mi»
Y con mucba turbaebM «
Destroncadas las palabras •
El semblante sbi color»
Coléricaa las aedonoB ,
Sin pulsos el cortion ,
Muerto el brio , vito ol dafto»
Sordo el bien , torpe la ?ot ;
Y en fin , todoa loa aaatidoa
Con el ansia y el dolor
Barajados, como casa
De principe que amiió ;
Decirme, Carlos, dodimo
Con blandura ó eo» rigor:
« Mi bien , aefiof», 6 mtijiK
A secas (que la paakm
No repara es ceroncaKiMi)»
En aqueste estallo eMy.
Tu padre quiere caaarlo»
Y con mi eonpeUdor :
Mira qué babemosdo baeer;»
Que entonces te diréjo
Mi sentimiento ; y al mere
Muy ¿ tu satísfocdoA»
Te quedarás en MUaa»
Como hasta ahora ; j al oo»
Para dejarme teAdris ,
Si no disculpa , oeaelon .
Sin que tü partas cobaroOt
Ni ofendida qoade yo;
Poroue Irse na falaii, ao babMdo
Beclio li daña, «lista»
SI eo albi es muehs Jssdiehs ,
Bnélospoeofilat.
iQné Importt , st su psrs luAlarUt
Seigon desgrsosdo soy.
Ocasión spenss te«|0,
Después qio si CMdo I» sttóf
iNobsymipspsIt
llsb«7pspol»
Sino es el dal-oorsion»
Ooe bsste á iss penss hIss;
Porapennpspor,€ttriisr,
Podrá llefsr las rssonsn,
PerolulágrisBisio;
Qae » coflio eltes jr el ptpsl
Son de una siIsflM oobr t
Aonqne le sirvan do Itel»
Al slnM qne las f srtló ,
En eajngándosa , déftt
De ser sqoello qne son ,
Ysoloqnedaenpipél
Lo qoe nié pspefy amor.
Pnes diñe sqoi b qno L
Qne ensndo ol dalo Uifé
Asertsntooosiodas
A entender, no os dlseraeta
Mslognr tleaipo ntegnno;
Hsblsaaos , los dbs podréis^
Desde sqneso csmdsr,
Afissr sí alguien ssUwsi
Do todo advertido
Yo tanriden ; qjnn en «sin
Pnedo losr do oposMsn.
Asi snpletas el cndo.
lOrar j eallsr» taNMu
(Vinsi llirg f liPift)
486
ISABEL.
Ya puedes hablar : di ahora
Lo que lu pecho siutió.
CARLOS.
Pues digo que, como sabes,
De tus rayos girasol ,
Mariposa (le tu fuego.
Águila de lu candor ,
Y abeja dulce , que á cuenta
De lus claveles vivió.
11 á seis anos que te adoro ,
Y sabes (¡ mortal estoy !)
También que desde los bandos
Oue Estérano Cervellon
Introdujo en Lombardia,
Cuando Milán se asoló ,
Ksforcias y Borromeos
Se miran con tal rencor,
Que si tu padre llegara
A entendi^r nuestra afición ,
El quitarte á ti la vida
Fuera el castigo menor.
Aquesto supuesto, digo
Que el Duque ayer me rontó ,
Como á su amigo v privado.
Que lu padre le pidió
Licencia para casarte ,
Y el Duque le respondió...
ISABEL.
¡Muerta escucho!
CARLOS.
Que íiase
De su cuidado y amor
El casarte de su mano.
Tu padre le replicó :
«Como no la deis esposo
(Que fuera gran disfavor
Para mí ] de los Esforcias,
A todo obediente estoy. •
ISABEL.
Y el Duque , ¿qué dijo i eso?
CARLOS.
¿Qué di ¡o? Le aseguró
De que Esforcia no seria ,
Y á esa pena le añadió
La de saber que Rosaura ,
Que es del Duque, mi señor,
Hermana , tiene ofrecido»
Porque de ella se valió
Tu padre, hablar por el Conde.
Mira, en tanta confusión,
Si puede haber mas desdichas
Que me cerquen : pues si doy
Licencia á mi voluntad.
Hago agravio á tu opinión ,
Pues no habiendo de ser mia ,
Es aventurar tu honor.
Si hablo al Duque , está empeñado
En responderme que no ;
Si á Rosaura, está obligada
Por estotra intercesión ;
Si á tu padre , le ocasiono
A mas ira y mas furor ;
Si callo, pierdo mi gusto ;
Y si quiero hablar, los dos
Nos iiordemos , pues quedamos,
Yo, Isabel , sin galardón ,
Y tú con la fama en duda
Para con el vul^o atroz.
Pensar vencer o tu padre
Ks vana imaginación ;
Hablar al Duque, locura ;
No darle cuenta , traición ;
Sufrir á otro amante , infamia ;
Estorbarlo, indiscreción ;
Aborrecerle , imposible ;
(basarme con otra , error;
Y en efecto, verte ajena ,
Mortal desesperación
Para el alma. Mira ahora
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MOfCTALVAN.
Si hago bien en irme yo
A morirme de mi agravio,
Que es la enfermedad mayor
Para quien amaudo llega
A perder lo que adoró.
ISABEL. (Ap.)
De suerte he quedado (¡ay cielos!)*
Que apenas puede la voz
En el pecho articularse;
Pero, aunque la pena (¡ ay Dios !)
Me tiene fuera de mi ,
Aqui importa mi valor
Para detener á Carlos ,
Porque es de mi corazón
La mitad ; ¿la mitad dije?
Erré, la lengua mintió;
Que si fuera la mitad.
Con la media que quedó
Pudiera , aunque se ausentara
De mis ojos Carlos bov.
Tener como media vioa ;
Pero si tan suva soy,
Que vivir sin él no puedo,
Como el alba sin el sol ,
No es CArlos , no , la mitad.
Sino todo el corazón ;
8ue en el imperio del gusto,
uando el amor es amor ,
Ni en la vida hay diferencia ,
Ni en el alma hay división.
CARLOS.
¿Estás ya desengañada
De que no es , no, desamor
Irme , habiendo de perderte ,
Sino muy cuerda elección
Para no ver...
ISABEL.
Bueno está;
Basta , Carlos , que el blasón
Con esos miedos desdoras
De tu heroico pnndonor.
Cuando yo contra los hados
Y su vil conjuración ,
Soy monte , soy edificio,
Soy muralla y roca sov ,
Que á las espumas del mar
Tantas veces rebatió,
¿Tü le rindes , tú te cansas,
Y como de azahar la flor.
Que es pastilla que se quema
En el brasero del sol.
Espiras al primer aire ,
Mueres al primer ardor f
Yo te doy que el Duque quiera.
Como absoluto señor,
Darme esposo de su mano;
Que muestre su indignación
Mi padre, como hasta aqui;
Que interponga su favor
Mi señora por el Conde ;
Y en fin , que contra los dos
Todo el mundo se conjure ;
Cuando llegue la ocasión
De casarme , di , ¿no es fuerza
Que diga primero yo
Que si? Pues no tengas pena
Que lo diga , aunque el rigor
De una daga me lo mande.
Pues cuando en su ejecución,
Forzada la voz, dijera
De si por decir de no ,
Colérica la verdad
Saliera de su prisión,
Y dijera que mentia
Con los afectos, (|ue son
Los modos que tiene el alma
Para desmentir la voz.
Cuando dice con la boca
Lo que niega el corazón.
Carlos, ya estás empeñado,
Y también lo está mi amor;
Dejarme, ei ingratitud,
AlUgirme, compaiion;
Volver atrás , cobardía ,
Y no verme « sinraioo;
Que no naeleroo de an parto
La voluntad y el temor.
No es coDSlanie quien no espera
Mas quiso quien mas sofrió.
A un pesar sigue un placer.
Tras la noche sale el sd ,
La fortuna es merecerla ,
La verdad siempre Tendó,
Su edad tiene la desdicha,
Todo el tiempo lo madó,
(U>n amor no hay imposible
Ni ventura sin pasioo ;
Y en fin, para todo baila
Remedio quien le buscó;
Venando el remedio falle,
Y usen de todo rigor
Las estrellas, sabrá el mondo
Que podo mi estimacioo
Vivir sin gozarte «si,
Pero sin quererle no ;
Porque aquello es fortona, y esto I
Y no está mi fortona en mi elecci
Salen SERÓN t FLORA.
sKaov.
Mi señor.
rtOBA.
Rosaora.
EiDoqoi.
noRA.
To padre y el de PoioL
Acabad , coerpo de Cristo.
FLOIA.
Presto; qoe llegan los dos.
IMOEL.
Pues adiós; hasu después.
Mil años te guarde Uos.
ISABB».
Carlos, siempre be de ser ts^-
CÁBLOS.
Yo lo he de ser j lo uq.
Amor, folved á animaros.
CiSLOS.
Volved á vivir, amor.
SalenEL CONDE DE PCZOUROSI
R A, EL DUQUE DE MILAK f UÚ
GORiK.
Esto melvo á soplicar
A vuecelencia.
Yobaré
Cuanto pueda , ya qoe sé.
Por mi mal , lo qoe es amv.
{Ap . Pues después qoe i Callos qrii
Aunque lo callo y reprimo,
Decoalqoiera melaklmo
Que muere del mal qoe onorou)
Non.
Doena Isabel ba Tenido.
tOlAOlA.
Si algo vale ral bf or.
El Conde la tiene amor:
Yui, á vneslra alten pido
Premie so amor y asioiendi.
Yásosmériloe
Lá HAS GOmTANTB MUIBR.
DOOÜI.
co amor! Está bien;
jelo Yueceteneia
lejor ocasión »
nces podrá mandarme,
icho ba sido reportarme.)
ROSAURA.
ipli mi obligación.
CARLOS. (Ap.)
oes morir me veo,
ro de mi estuviera
ue, no res[>ondiera
iforme á mi deseo.
ISABEL. (Ap.)
» segan responde
le, qae ha consultado
0 7 mi cuidado.
CONDE.
DUQUE.
Es cansaros. Conde.
CONDE.
é, siel dármela á mi
muestra mano está?
DUQUE.
nadie , Conde , da
quiere para si.
CONDE.
tendi á vuestra alteza,
de mí!)
DUQUE.
Pues sed discreto, «
id , Conde , secreto ,
id vuestra cabeza.
CONDE. (Ap.)
fin mi afición.
DUQUE.
vale hablar que morir ;
ae no puedo huir
epap mi pasión ,
s me he de valer
á Isabel la cuente
1 alma sufre y siente.)
los, que es menester
nunca tu cuidado;
cielos os den.
ROSAURA.
ra alteza también.
DUQUE.
) mas acertado.
C07IDE.
oyde tus pies.
DUQUE.
>, y el mas amigo,
'ro... Mas vén conmigo,
después.
Duque ^ el Conde y Carlos,)
ROSAURA.
bel, aue su alteza,
iño soberano,
rte de su mano
|ue tu belleza
tu entendimiento.
ISABEL.
í Duque , mi señor,
casa favor;
inque callo, siento
a darme marido,
>u gusto me ajusto
xión y mi gusto.
ROSAURA.
ue te he entendido,
il Conde? Di
, que te hablo yo.
G. DI L.-u.
Al Conde, Señoril, DO..
R0S4IMA.
iYáotroslnelConde?
ISABBL.
Si.
ROSAURA.
Muy aprisa has respondido.
I8ARII.;
Es que la pasión esuba , ,
Mientras no se declai;aba , '
I A la puerta del sentido.
Como quien quiere salir
Y con la puerta jdo aciertt;
Pero viendo que la puerta
La manda el amor ^rir,
Apenas vióclarldad ,
Cuando, sin mirar su meogoi,
Salió del pecho á la lengaa.
Y te dijo la tardad.
ROaAUlA.
¿ Y él , dime, sabe tu amor?
ISABEL.
Claro está , pues puedo hablarle.
ROSAOIA.
Dichosa tú, que flavle
Puedes tu pena y dolor.
{Ap, Y triste de quien suspira
Tan sin premio en lo que emprende,
Que llama á quien no la entiende
Y busca á quien no la mira,
Porque sin remedio niaen.)
I8ABIL.
Si alguna melancolía y
Como nube en claro ala
Y como mancha en vidriera ,
Eclipsa tu lúa , advierte
Que es ofender mi amistad
El encubrir la verdad.
ROSAURA.^
: Ay Isabel ! que es de muerte
La causa que asi me olvida
De mi ser y de mi honor.
ISABEL.
Mayor será mi valor
I^ra ofrecerte la vida
Contra el fracaso ó ef dafto
Que te espera suceder.
ROSAURA.
(Ap, Ahora bien; yo soy mujer,
Y como tal , es engaño
Pensar que puedo callar
Estando de esta manen.)
Flora , Laura , idos afuera.
( Yafue Flora p Laura,)
ISABEV.
Ya se han ido ; desahogar
Puedes el pecho conm%o ,
Y de mi lealtad creer .
Que haré cuanto pueda hacer.
ROSAURA. (Ap,)
Pues ¿qué dudo, que uo digo,
Si be de aliviar mi tormento.
Lo qne sufro y lo que lloro.
Lo que temo y lo que adoro.
Lo que callo y lo que sfentot
Por ver si con ese ingrato
Hay modos, sin declararme.
Que le obliguen á mirarme.
No te aflijas.
ISABEL.
ROSAURA.
2 Viste un águila fiHeate ,
Que eenldenu de pimna
Y rilada como e4»una •
Desde la cola á la tente ,
El cuello laigo, el pié cUoo,
Mas por ira que p!pr gala ,
Derecho el eorta defala ,
Y con el ramo del j^eo
Mira al sol desde tu aileolo
Con atención tan derotá ,
Que Mrece que le agota
Cuando le bebe al aliento:
Y en medio de esta deidad.
De esu pompa, de esto hMQTt
De esu lúa y da OM Ardor,
Y en fin, de esta midestad.
Con que el nido de ladrillo
Hace que á planeu anhele?
¿No has Yisio también que suala
VerpasarunMMHo,
Y que sin dáñala nada
Del planeta que la aalaia.
Con el páiarillo emUila,
Y en acosarle erapefiada
(Aunque es de Itt avea rete .
Ysnaltivealarmorta),
Con el pico el aireeoita
Yconelalalep^na,
Hasta que al eeotio abatida
Por una presa u« ^,
I La cuchilla de marfil
Esgrime contra la vida ;
Y abriendo la boca oacnn ,
Se le come ain mascar.
Tan aprisa , que, á encontrar
En el estómago ancfauñ.
Volar pudiera 7 Tltlr.
Pues tan vifo lo tnA^ \
QuealláenelbuehnaeaM'
El pájaro de morir?
Pues asi yo. qnenad
Tan alentada, que puado
Ponerme, á mi misma lúedo ,
Si roe imagino sin mi.
Cuando altiva y arropnta
Deade mi solio dMoo
Miraba al duque de Oralno.
8ue es el que ha de aer au amante,
a hombre vi Unperfeeto
(ikh , nunca le viera loñ.
Que el alma me arrebaté
Tan á pesar del reipeto.
Que dejó contra mi ertíao.
Yainpoderre¿tab,
Elsolporelpqarillo,
Como el, águth en el prado ;
Mas con una difetenoa»
Que el águila le vendó ,
Mas f o no ; puA antes yo
guedé muerta enaii presencia.
I águila fliéjni amor, v
El Duque el sol que déle ,
Y el pajaro Carlos ÜBóT
A quien rendí mi valor ;
Mira si es cansa (i ay de mi !)
Para que muera , haau tamo
Que diga mi pena el llanto,
0 16 la dlgu per mi
m
Pues un rato
Me escí con aleneloq ,
Puesto ^u« ,
Y mi pena I» »•
Con una o
Vuelve á decirme quién era
(Ap. ¡ Ay amor I ay pena tríate!)
El pajanllo i|ue vfate
Cuando volaste Ugenu -
noiAmuL
CárkM Bsfoteia.
Bstoeabeebo.
iNoftiédüentaetoeelmiT
k
ÁQfi
ISABEL.
Ap» Por enmedio el corazón
_e me ha quebrado en el pecho.)
Si , pero muy designa!
Y muy ajena de tí.
ROSAURA.
Por eso digo que fui
Como el águila real.
ISABEL.
En ella su arrojamiento
Fué ignorancia, y no desden.
ROSAURA.
En llegando á querer bien ,
Nadie tiene entendimiento.
ISABEL.
Siempre le tiene el valor
Cuando se atiende y se escacha.
ROSAURA.
También si la gala es mucha ,
Tiene disculpa un error.
ISABEL.
Para galán , basta gala ,
Pero no para marido.
ROSAURA.
C&rlos es tan bien nacido ,
Que en sangre ¿ mi sangre iguala.
ISABEL.
Si , mas si el Duque te quiere,
Poco su sangre importó.
ROSAURA.
Cáseme á mi gusto yo ,
Y venga lo que viniere.
ISABEL.
¿Cómo, estando de por medio
Quien lo puede resistir?
ROSAURA.
Yo no te vengo á pedir
Parecer , sino remedio ;
Y asi , supuesto, Isabel ,
Que no es capaz de razón
Esta mi loca pasión ,
Esta mi pena cruel.
Este mi ardiente deseo,
Este mi amante delito.
Este mí ciego apetito
Y este mi bárbaro empleo ;
No me repliques á napa ,
Porque para no lo hacer.
Tengo amor y soy mujer,
Y vengo determinada ;•
Que es decirte por buen modo
Que , en lugar de aconsejarme.
Trates solo de ayudarme.
Aunque se aventure todo.
ISABEL.
(i4p. ¡Hay fortuna mas cruel !)
Si eso en mi mano estuviera...
ROSAURA.
Si estará.
ISABEL.
¿Deque manera,
Estando en su gusto de él?
ROSAURA.
Mira , yo le tengo amor,
Pero dársele á entender
Yo misma , fuera perder
El respeto á mi valor ;
Y asi...
ISABEL.
Tente, que ya sé
Que quieres {Ap. \ Suerte enemiga !)
Que a Carlos hable y le diga
Tu amor, tu pena y tu fe,
Y desde aquí te prometo
Con mucho gusto servir.
{Ap. Porque deseo morir ;
EL DOCTOR JUAN PERSZ DE MONTALVAN.
Y para que tenga efecto .
Y muera sin hacer cama.
Es atajo que yo llegue ,
Y al mismo que adoro ruegue
Que quiera bien á otra dama;
Porque es una petición ,
Que quien pedirla concierta
Y al punto no se cae muerta ,
No cumple su obligación.)
Rt>8AURA.
Ya , según eres discreta ,
Mi ventura considero.
ISABEL. {Ap.)
Si he de morirme primero ,
ÁQué importa que lo prometa?
Pero , cielos , si el sentido
Acaso no me ha faltado ,
¿Cómo... (¡ay de mí!)
ROSAURA.
¿Qttétehn dado.
Que así el color has perdido?
ISABEL.
Nada, sino el ver que asi
Tu opinión se amancilló.
ROSAURA.
Pues que no me aflijo yo ,
No te dé cuidado á tí.
ISABEL.
{Ap. ¿Yo por otra (¡ ay hado injusto !)
A Carlos ne de rogar?)
No es posible...
ROSAURA.
¿Qué?
ISABEL.
Dejar
De hacer, Sefiora, tu gusto.
ROSAURA. {Ap.)
i Qué ventura !
ISABEL. {Ap.)
¡Qué impiedad!
ROSAURA. {Ap.)
i Qué dicha!
ISABEL. {Ap.)
¡ Qué desaliento !
ROSAURA. {Ap.)
\ Qué esperanza !
ISABEL. {Ap.)
¡ Qué tormento !
ROSAURA. {Ap.)
¡ Qué íineza !
ISABEL. (i4p.)
¡ Qué crueldad I
ROSyiRA. {Ap.)
Hoy á vivir empecé.
ISABEL. {Ap.)
Hoy mi esperanza perdí.
ROSAURA. {Ap.)
Hoy el silencio rompí.
ISABEL. {Ap.)
Hoy la vida me quité.
ROSAURA.
Vamos , porque mi dolor
Sosiegue con tu cordura.
ISABEL. {.Ap.)
Pues nacimos sin ventura,
Vamos á morir , amor.
{Yante.)
SaUn CARLOS t SERÓN.
CARLOS.
Si no hallares á Isabel ,
Búscame á Flora siquiera ,
Para que de mi detdkha ^
Lleve ¿ su dueAo lu oaeíai.
SIBOII.
Ni la una ni la otra
Es posible qoe pimeaB;
Porque no be dejado en cait
Desván , tejado, aioiea ,
Sala , cuarto, corredor,
Recibimiento, escalera,
Camarín , retrete , estrado ,
Reja , aposento , galera ,
Patio, jardin , galería.
Sótano, alcoba , despensa,
Portal . cochera, guardilla ,
Tránsito, esconce • tronera ,
Estera , suelo, rincón ,
Caballeriza y bodega.
Que no haya visto, y por Dioi,
Que no po'edo dar con ellas. .
Solo me dijo endenantes.
Encontrándome ana dueña...
Por senas , qne en tan larga ,
Tan difusa y tan eztenu
De la cabeza á loa plét.
Que si alguien se resolfiera
A caminarla , seria
Necesario que saliera
De los pies may de mañana,
Como quien anda diez leguas .
Para llegar ¿ la noche
A cenar á la cabeza.
C&RLOS.
¿Qué te dijo? Dilo aprisa :
Que no es ocasión aquesta
Para donaires • Serón.
ssaoBi.
Que estaban con su exeeleiicii.
Y que ya se despedía.
cÁnLOs.
i Oh qué mal ralo la espera,
Y aue de penas le aguúrdan.
Si la tengo de dar cuenta
De los intentos del Deqof !
En fin, ¿la qnlere su alteu?
CÁALOB.
No solamente la quiere ,
Sino quiere qae yo sea
Quien sus intentos la diga
Y sus penas la encareica.
SERÓN.
Y tú , ¿qué dijiste á eso?
CilLOS.
Conociendo la eztraAeu
De su natural esquivo
Y su condición severa,
¿Qué le había de decir t
Tu amor decirle padieras.
Confiado en so amistad.
CÁILOS.
Fuera conflama necia;
Que un señor diera «Mospadi
Un caballo, una cadena.
Una joya, una pintara »
Y otras semejantes prendas;
Mas \a dama no es posible,
Y mas queriendo de veras ;
Que si Alejandro la dlA,
Fué despu^ de gozar de ella;
Y asi , no fue bitarrla
Sino solo en la apariencia;
?ue el dar ijada ana flor
pisada ana azacena .
Mas viene ser para on bonUire
Comodidad qoe finen.
El Duque me qolero bien .
Porque ve qiw ea pai j eogaer
)«,baM»p«Mrto,
ontwuamiiKM
MbcdMu.
lio, oeloseu;
itqiii«r«qMlepid«H,
a , 1 boa Ileni.
Señw, de corlo,-
, J «carmleoia
< de lu manos,
alplitu llegaa,
o el hombre come
se rerríectn ,
■■do meBIgne ,
ais Di cena ,
¡man enceldo
ulinqnen ;
ID dedo ba neDeater
ei li Tergaenia
de la meta. ^
ClHLM.
stempre has de estar
•lo , auogae me Teas
mil desdlcbai.
CARLOS.
No le eDgafiai ;
oe aunqoe la busco,
ra entretenerle,
idleba el hallarla;
ongojaian nueva,
> en verla mt vida ,
arme de *erla.
Sale ISABEL.
ISAaiL. {Ap.)
■n (tne »t eonoee
adteru estrella ,
•fo le be encontrado!
■iste luego le encu
leclrle an pesar
:arkMÍ
i3efior'
ima mal loaiaga ;
lio que le he dicbo.
I es ol obediencia.
Dl'IlCB.
coD la respaesta.
•de. (Vaw.)
U KAS COWnNTI Vttllll-
Atómau ROBAOftA rtjwl*.
aoufM.
lIsabelT
isun..
Bct^tBla, .
i Qoé me manda ?aeoeteiiaia T
Decine c6mo alndada
El cielo mi dieha ordena ,
Porque Carias eiU soto.
Va me baa enteadtdo, ItMi,
Llega j hÉhlale! ai-"-"— ■-
Qae eairiba en n '
Que tenga tida ll<
Por mncboi aBoa la traga
( Anoque mnera jtt); j asi,
Retírese i esotra ptéu
Vuecelencia, j beMBTéle.
Silo escucha; aiÜ(MUi]iw4«' tVH«.)
ciauít. (Ap.)
i Que tají de ll«Tir nn ttanibra.
Que deaer quien es a« precia.
Recados de otro galu
A la dama que fBMeJ•^
Consaéieoseloa laarWoe
Que á suamiijercsloalJevaii.
isun.. (Ap.)
$ue una mi^Jer de dtscorao
que profesa MAIeía
(¡No sacóme me lo (Mea!),
Algalanqueladaaea...
Pero no quiero dedrio.
Que si en Sn , annqoe no qoiora.
He de decirlo despaes
Cuando la ocasión aeofreica.
Basta que despaea lo diga.
Sin que ahora lo reBera ,
Porque aq ea par« dos veee*
El repetir ana afrenta.
ciiLoa. (Ap.)
Pero ai ba de aer, ;qDé dodoT
itani..
ílMbelT
■uiu.
;Quí tienes,
--'->adeUlIen« '
irlos, j 00 temas
¡ne baja cosa qse ne afl^a ;
'orque ea tan gnede It peu
Que tengo dentro dai alma.
Que aunque otras ahora laugaa ,
Para haberlas de teqilr,
Segon aqoesiameaprlett,
O es fuerza que esperen ntKl»i
Como losi)oe tarde llegao.
Del
cUu».
Pues digo que te he p^rdl^o;
Mira si ba; pena qne Me4a
Igualar É esta dMdkST^
iMameanaaTiAf :
¡Oh qud «■-— ■^-
Puesto que
La cauta de tu Umhb,
"jotedMIaBla,
tertiladUBfeoria.
itam.
YTerte<taT4ia(inl>tl
Lo que falo, lo me ihm»
Mtt mi pena q«a U bvA- ' .
nam.
Poei i qné lyer p«o*e fclltW> ,
SlelliíeqBMf
slltM.
iQtélMMU,
SI ni bennaiM It raderta
Con el de DniM caMr.
Para que ceat la gMrttif
Y cuando aqoeeM eid^im*
De por media no eNMIM ,
Sna diUgeiKial ei •>.
nv !■■»■■ Hanr ■■■■ ■■■ m^im
PottalfotodM*
8<ie Federico, me •!«««•
e Hilan, CQjajmdM'
Compite con ol P«ii»«
ElpodercoDloiataiMa,
La toberUa «m «|Wtt -
V el RntiocM IftMMnH ,
Te adora, laaM^ j A»
Qne, annqoa el mtMB oe nn
TebaüQooiar, iqaddMM
De ana deadiehalHefem*
Qeeetn
(Vamit
Vqneja
Detnen
Vdenro
Elpecbt
'Porque
HeesU
Yatl.ei
Perdona, qne eal
Ea mit Itgrlaaet
DeettanunMtJ
Lo qne de otra a
500
Déjame, Cirios, qne llore,
Déjame, Cirios, que sieota.
CARLOS.
¿Cómo, sí asi te consumes?
ISABEL.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
ISABEL.
Si un hombre, Carlos, enferma
Por abundancia de bumor,
iNo es cierto que apenas llega
ti médico que le cura.
Cuando á toda prisa ordena
Que de ambos brazos le sangren ,
Que es la primer diligencia
Para que el daño de adentro
Le estorbe , saliendo fuera?
Pues asi , Tiendo mí amor ,
Que el alma toda está llena
De pesares y disgustos.
De imposibles y de ofensas ,
De congojas y de agravios.
De celos y de tristezas,
Manda romper de los ojos
Las dos cristalinas venas,
Para que alivien del pecho
Las ansias que le atormentan ;
Que las lágrimas de un triste
Son, si se repara en ellas.
Sangrías que hace el amor
Cuando toda el alma enferma.
CARLOS.
Pues ¿cómo, dime, hasta hoy.
Con ser tanta tu dolencia >
No te has dejado sangrar,
Y ahora la fortaleza
Rindes de tu heroico brío
Con tan declaradas muestras?
ISABEL.
Escúchame la razón.
De un hombre, Carlos, se cuenta
Que, habiendo nacido mudo.
Sin que en veinte años pudiera
Formar el menor acento.
Ni pasaba de una letra ;
Viendo matar una noche
A su padre en su presencia ,
De repente habló; aue fué
Tanta del dolor la tuerza,
Que, apoderado del alma ,
Venció la naturaleza,
Y vino 4 hacer el dolor
Lo que no pudo hacer ella.
Asi yo, que hasta este punto.
Gallarda, advertida y cuerda,
He sido muda, callando
Tantos suspiros y quejas ,
Viendo que matan mi amor
Y que cae difunto en tierra,
A voces lloro su muerte
Y atropello mi prudencia ;
Que cuando el dolor es tanto.
La misma naturaleza.
Para dejarse vencer ,
Parece que da licencia.
CARLOS.
¿ Muerto tu amor?
ISABEL.
Claro está ,
Pues con trazas y cautelas
Rosaura, el Du^ue. mi padre,
Tu temor y mi impaciencia
Le están haciendo pedazos
Y quebrantando en dos piedras;
Y a>l, resuélvete, Carlos,
Antes que yo me resuelva ,
0 á no verme, ó á llevarme
Donde libre el alma pueda
Decir que te quiero i vo¿es.
CARLOS.
Luego ¿irás donde yo quiera?
ISABEL.
1 Eso me preguntas, Carlos ,
Conociendo mi flrmeza?
Al cabo del mundo iré.
CARLOS.
Pues, Isabel, ya que llega
La desdicha á ser tan srande,
Que el Duque gozarte intenta^
Y á mi su hermana me quiere.
Antes que en entrambos crezca
La llama que los anima
Y el fuego que los alienta ,
El mejor camino es irnos
A Francia ó á Inglaterra,
O á una villa de las mías,
Y entre tanto con inciertas
Esperanzas divertirlos;
gue aunque mal hecho parezca
n mi lealtad , con amor
No hay cosa, Isabel, mal hecha.
ISABEL.
Eso si, Carlos, el brío
De tu noble sangre muestra.
CARLOS.
Sin ti no quiero fortuna.
ISABEL.
Sin ti no quiero grandeza.
CARLOS.
Contigo nada me aflige.
ISABEL.
Contigo todo me alegra.
CARLOS.
Mi gusto es mi sefiorio.
ISABEL.
Y mi voluntad mi alteza.
CARLOS.
Pues adiós, hasta después.
ISABEL.
Vivas edades eternas.
CARLOS.
Como sea siendo tuyo.
ISABEL.
Y aunque de Rosaura seas.
CARLOS.
Máteme Dios, si tal fuere.
ISABEL.
Dios te guarde.
CARLOS.
Adiós te queda.
SERÓN.
Gracias á Dios, que acabaron
De quebramos la cabeza.
(Varue,)
JORNADA SEGUNDA.
Salen SERÓN t FLORA.
FLORA.
Si va á decir la verdad ,
Yo, Serón, vengo temblando.
SER05.
Yo y todo, aunque disimulo.
FLORA.
Si nos sienten en palacio ,
Aquí llegó nuestra hora.
SEROX.
Ya eso es hacer mucho agravio ,
Flora, á quien está contigo;
Ten buen ánimo, que cuando
Suceda todo tan mal
Como lo has imaginado ,
Por eso á tu lado yicoe
Un hombre» qae et um blano.
Tan colérico. Un loeo.
Tan amante y tlentedo.
Qne no hablará ui» penhra
Aunque te maten á palof
Y á ti te muelan á aiocei:
Y asi, no hay qne dir cnidbdo.
Sino mostrar lindo brío.
WLÚMK*
Por cierto, gentil ampafo.
snoR.
Esto ha sido hablar de chanza;
Que si á lasTeras llegamos.
Lo haré mejor qne lo diso;
Perq, dejando esto i nn lado,
Notable resolución
Han tomado nnestroa amos.
FLOaA.
Según las cosas ealán.
El medio mas acertado
Es huir el cuerpo i todo.
anón.
De manera que casadoa
Amanecerán maikana
En el lugar mas cercano.
Saliendo de aqni esta noche.
ruNu.
Y si tú qnlsieraa...
Paso,
■Basta, basta, qnedo, tente.
Abrenuncio, guarda, Pablo;
Que no me quiero nnpdar.
rLoaA.
Eres necio, sobre folao.
SBIOR.
Ya sé que dice el refiran :
«Si quieres nn lindo rato.
Bebe lirio ; si una hora ,
Come en tn caaa temprano;
Si un buen dia, baste la barbí
Si una semana, fé al bafio:
Si un buen mea, mata nn lecb*
Y si quieres iin bnen a6o.
Cásate con mujer liaspia.»
Ya lo sé ; mas no me hallo
Con ánimo de sufrir
Después de esto mil entMlos :
El ordinario de ver
Cada mes el ordinario.
Con cartas para la Holanda
Y billetes para el rastro.
Si no pare la mujer.
Dicen que ella es mari-macho
O el marido es pan poco
Sí le sucede al contrario.
;l Quién hay que sufra en el an
SI no es Jurando de santo.
De una preñada el antojo
O de una parida el ascot
Luego el haber de tragar.
Aunque no quiera, mi mocha
Que es suyo porque lo dicen ,
No porque esté averiguado;
Si llora, es faUo de padre
En lo sonoro del canto.
Aunque el niiio llore en tiple
Y su padre en contrabijo.
Luego las impertinencias
De una ama, y andar compra
Los dijes para Juanieo,
Las mantillaa y aapatoc.
Luego el recordar de nodie.
Diciendo muy assalado:
cLIama al ama, mece al nüo,
Que se est4 haciendo pedaaoi
Luego ver entrar la mott
Con su esportillo en el hraio
Pidiendo para carbón #
LA MAS GOmTAlOS MÜmU • i
iñ tener na cuarto,
cosa para morirse
peBsarlo od cristiano.
t>er, finalmente,
lo el mas confiado
mbrero el que se pone
sobre los cascos,
aza de hueso,
i atril de sao Mircos.
ayendo de uno y otro ,
r de estos trabajos,
paseo, enamoro,
o, triunfo, gasto,
>mo, calzo, Tisto,
>rinco, sallo y bailo,
ar pidiendo al cielo,
roto T mojigato,
ia del enyíodar,
a gracia del casado.
íM et vobis nos dé
os juntos estamos ;
Bé que habrá muy pocos
)idan lo contrario.
PLORA.
mor?
SERÓN.
¿Y mi cabeza?
lio; que mi amo
con tu señora.
íen CARLOS t ISABEL.
ISABEL.
>eñor, á tu lado,
:osa que me acobarde.
CARLOS.
ilio los caballos?
SERÓN.
iguardando con ellos
rta de palacio.
cArlos.
D, f amos de aquL
ISABEL.
pongo en tus manos ;
a Flora primero,
» pueda avisarnos
redad que hubiere.
SERÓN.
cplorador llevamos.
CARLOS.
dicho.— Vé delante.
FLORA.
is quedo y de espacio ;
oy á abrir la puerta.
{Liaman.)
Dios!
CARLOS.
Flora, ¿llamaron?
FLORA.
r.
CARLOS.
Pues ¿á estas horas?
ISABEL.
, mi bien, cuidado ;
10 recado será
ara ; y asi, en tanto
informo, escóndete.
{¡Jaman.)
SERO?l.
rtancia es el recado,
laman muy aprisa.
ISABEL.
iencia por oii rato.
CARLOS.
•el , ío que me cuestas
• y sobresaltos ! —
eron.
.Soloabon
Quisiera serlo de esparto.
Para esconderme en mi mkmO.
ISABEL.
¿Entráronse?
PLORA.
Ya se entraron.
ISABEL.
Pues abre ahora esa puerta.
PLORA.
Pues que tú lo miadis, abro.—
¿Quiénes?
SaU EL DUQÜB DB HILAN.
Yo soy.
PLOaA.
¡Sefiormio!
iMf' Mal lanee babemos echado.)
BABBL.
¿Cómo?
PLoaa.
Es el Duque.
ISABEL, (i^.)
{Aydemil
Mueru soy, si ha visto á Garios.
PLOaA.
No ha visto ; que si eso fti^
No entrara tan reportado.
ISABEL.
¿Señor?
Boora.
¿Isabel?
ISABEL.
Pues ¿cómo...
{Ap, Difunta estoy!)
Sosegaos.
cÁaLos. (Áp,)
Vive el cielo', que es el Duque.
PLOSA.
Habla quedo.
SBaOR.
Aquesto es malo.
ISABSL.
Si vuestra altéis imagina
Que es el extrañarme tanto ,
Desprecio ó poca atendoo
A su persona, es engaño;
Honor es ( Ap, ¡ Ay (Sirios mió 1 ) ,
Honor es, no desagrado;
Porque quien viere á estas horas
A vuestra alteza en mi cuarto
Podrá dedr...
ouauB.
No podrá.
Escucha, Isabel, un rato.
Yo te adoro, ya lo sabes ,
Porque te lo dijo Carlos,
Y te lo han dicho mis cjos,
Aunque lo has disimulado
Por tu honor, como tú dices,
O por tu desden bizarro;
Pero, viendo que contigo
Ruegos, finezas, regalos,
Rendimientos, persuasiones.
Quejas, lágrimas y llantos
No bastan , ni yo conmigo
Tampoco á olvidarte basto,
Me be resuelto... Pero aqui
Lo podrás ver mas de espado ;
Toma este papel y adtierte,
Porque-k) estimas taalgUk '
Oue he sldoyd ^leu la. ha taorila»
Y tu honor quta le ba ■otadA.#
ttaan.
Yoloveré.
BVHim*
Puesadioa. (Ite.)
iSAtBL.
Guárdete el délo mil añas. ^
Cierra la puerta eu salleodo.
fififfff
¿Puedo salir?
■ fUNU.
Ya be eaifBdu.
I, Señor.
Graelas A PHtt.
11 ■ • » f •
Muerta estuve.
GiaLoa.
TotoaalfOb
Dame el papel.
Tómale y basto pedaaaa.
ciaú».
Eso no, porque en tUxiiOf
Aunque es su dnafto|lraao
De tu gusto, es dueña aiáo ,
Y este papel es un rasgo
Que substituye su noaibre;
Y en los leales vasalloa
Tiene ul ftiersa la ley,
Y obliga bi sangre á tanlo/
Que basu soto to sombra
Del priadpe soberano
Para faft^dlr revareaeia
En medio d^ (os agravios.
Yasi, slcomogalm»
Celoso y enanorado ,
Divido su blanca nema ,
Como vasallo, en loa labios
Pongo su firina , y le leo
Con el sombrero en la «ano ;
Dos renglones tiene solos.
Ya los esenoho leaMilandn.
. i'i
(¿M,) c Mañana seré tu esposo.
>Dios te guarda amebos aioSd-
sJSIDa^e.»
iGfandépahbtal
akneii. .
Cogióla todos loa paaoa.
ciaUM.
Toma, Señon» el papeL (Mmís.).
Pareee que la ba pesado.
flitlifilMI,
Qniérote bien» no la «naiilea.
HÁBIL.
Antes por eso me espanto»
Pues oooodendo ari amor
Y sabiendo...
da
¿1
íí
.)
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Solos, Isabel , estamos;
Llégate mas (¡ay de mi!).
Llégate mas, por si acaso
Es esta la vez postrera.
El Duque te quiere tanto,
§ue su esposa quiere bacerte,
lo firma de su mano ;
Cosa que nunca esperé
De su natural ingrato.
Yo te quiero bien, y tengo
Obligación, como honrado,
A procurar tu forlUDa ,
Como en efecto lo bago.
(Ap. Si es con rigor de mi vida,
Tú verás el desengaño.)
Yo soy, aunque bien iiaddo
( Que esto no puedo negarlo ),
Garlos Esforcia no mas;
El Duque... pero es en vano
Pintarte la direrencla
Que bay de mi estado á su estado,
Siendo yo nada con él.
Isabel, hablemos claro :
Quiere al Duque, yo to digo;
Quiere al Duque, que es gallardo,
Y digna aquesta fineza
De tu amor y tu agasajo.
Esto ha de ser, no te «flijas ,
Yo me doy por bien pagado
Solo con saber que has hecho
Tu deber en este caso.
No hay cosa en ti como tCt ,
Y primero que mi dal&o.
Es tu provecho, Isabel ,
Porque lo será de entrambos.
Mude tu amor á otra casa.
Que, por verle mejorado.
Todos lo tendrán á bien ;
Mas vale el Duque que Carlos.
Ocupe el Duque tu pecho,
Y á mi , como mal criado.
Échame de él con violencia.
Con desprecio y con enfado;
Que para haber de salir
Todo será necesario.
Y en fin, cásate con él.
Aunque, si en ello reparo ,
Ya has dicho que si, pues viendo
Que descubierto te hablo.
No me has mandado cubrir.
Como quien dice callando
Que ya es deuda este respeto;
Y así, obediente y postrado,
{Arrémikue.)
Mudando estilo y lenguaje
(No me detengas los brazos),
A vuestra alteza lapido
Que me dé á besar la mano.
No como á galán ni amante.
Sino como á su vasallo;
Y con ella (¡ay Dios! ), licencia
Para que, desesperado,
Me taya á buscar la muerte.
ISABEL.
Basta, Señor; basta, Carlos;
No me enternezcas el alma,
Basta lo que yo me paso.
Cúbrete y álzate ¡ ay triste !
Y no me desprecies tanto,
Que juzgues que soy mujer,
En el modo y en el trato ,
Como las demás mujeres ;
Y para que asegurado
Quedes de aquesta verdad ,
Mira ahora cómo rasgo {Rásgale.)
La letra y firma del Duque.
CÁhLOS.
I ¿Qué has hecho?
ISABEL.
Hacerle pedaios,
Para que veas que estimo
Mas un rincón á tu lado
Que todo el poder del mundo ;
(Llaman dentro.)
Mas segunda ves llamaron.
gArlos.
Este es el Duque, que vuelve.
FLORA.
Señora...
ISABEL.
Ya lo be escuchado.
CARLOS.
Pues mira : si estás resuelta
A ser mia, no hay atajo
Como que el Duque me vea.
ISABEL.
¿Qué Importa, si malogramos
El intento de salir
Esta noche de palacio?
CARLOS.
Pues ¿qué he de hacer?
ISABEL.
Esconderte.
CARLOS.
Es ofender mi bizarro
Corazón.
ISABEL.
Esposo mió.
Si aqueste favor no alcanzo
De tí, mira que me pierdes.
{Lhm&n.)
FLORA.
Aprisa; que están llamando.
SERÓN.
Señor, que te echas á puertas.
ISABEL.
¿Qué dices?
CARLOS.
Que ya lo hago,
Aunque me lo riña el brio
De mi espíritu alentado.
ISABEL.
No hayas miedo que responda
Cosa, Señor, en tu daño.—
Abre, Flora.
SEROIf.
Pues chiton ,
Y estemos como unos santos.
(Escóndeute.)
Sale EL DUQUE.
ISABEL.
¿ Duque, mi señor?
DUQUE.
¿Esposa?
ISABEL. {Ap.)
Eso no, viviendo Carlos.
DUQUE.
El papel era tan breve ,
Que por eso me he animado
A volver por la respuesta.
ISABEL.
Yo le he visto muy de espacio;
Y aunque conozco , Señor,
Lo mucho que en esto gano,
Os Tuefío que lo miréis
Menos desapasionado ,
Porque después con el tiempo...
DUQUE.
Ya Ib tengo bien mirado.
ISABEL.
Pues dame, Señor, licencia ,
Ya que honrarme queréis tinto ,
Para dar cuenta á mi padre.
Si, pero dame nm mano
En tanto qae se la dae.
lUBEL. (Ap.)
¡ Hay lance mas apretado !
DQQOB.
¿Qué dices?
lUBBL. (Ap.)
Sifl tima eüoy.
CÁKLOt. (Ap.)
¡ Qué esto safra on hombre bourt
ISABEL.
Que basta ahor» no 107 mcstn,
Y no es bien deuxooairoB
Con mi liviandad el gusto.
Que os espera mas mraio;
Porque muchos hombres hay
Que después de estar casados.
Les pesa de haber tenido
Favores adelantados;
Porque inuginan celosos,
Y presumen temerarios.
Que quien antes de casarse
Aventuró su recalo.
Después de casada, pnede
Hacer también otro tanto.
Sabiendo que es gasto mío.
Regatear ana mano ,
Mas que valor, es melindre.
Mas que decoro, es agrafio ;
Y asi, la ruerxa...
tSAIBL.
DeteMe.
{Ap. Descolorido está CArloi.)
¿Salir quieres? ¿EsUt ioeot
CilLOS.
Cuanto be podido be callado:
Pero ya no poedo nms.
ISABEL.
Señor...
BOQOB.
Defiéndeste en nao:
Que esto ha de ser, vite Wqí,
Ya que en esto me be empeiaida
talen CARLOS 1 SEROX.
G&BLOS.
Si no me matas primero ,
Por imposible lo bailo.
¿Quéhasbecbo?
CÁELOS.
Lo qfoe he debÜL
BDQOK.
Pues ¿cómo es eslo? fOlaao,
¿Qué naces aqni?
iSABfeL.
Carlos, teale.-
Y tú, señor soberao»,
Escacha en breves
Aqui nos cuelgan é
CilLOS.
Cumpla yo mi obllgadon,
Y hágame después pedaios.
BOQDB.
Por uber meior ta colpa ,
Te doy de rida este ralo.
lUBBL.
De Carlos ya conoces la
De mi sangre ya airas h
De ambas casas ya Tes la
Y de ta ser al naeatro b
mes ciencia y experiencia ,
as mi amor y sn constancia,
la salces y mi olvido ;
ahora loque no has sabido.
Apeoino hermoso nn prado,
0 de murta y espadaña, [do
e algan arroyo ha murmura-
iere casar con la montaña ;
' por él , no sin cuidado, [ña,
no es galán y está encampa-
1 él aquel cristal deshecho,
plata que le cruza el pecho,
lé á caiar, y el primer tiro
n la visia concertaba ,
uandoÁ mi lado un oso miro,
no con los brazos desfajaba,
ido mi pena en mi retiro,
;ja que trinchando estaba ,
5n dice, hambriento y deno-
Tdado :
lol es este que el pasado.»
onces acaso al mismo puesto
Porcia, y viéndome difunta,
arroja y á morir dispuesto,
trazos y con él se junta ;
la daga tan de presto,
el pecho le asomó la punta,
igoja de morir postrera
dio lugar que la sintiera, [to
erde botón que medio abier-
con la noche en su vestido,
0 de nácar descubierto
re macilento y encogido,
aliendo el sol, ya menos muer-
e clavel tiende atrevido, [to,
do las perlas al cogollo,
rosa y se acostó pimpollo?
ni hermosura, asi mi vida,
e altiva, valerosa y fuerte,
no postrada, suspendida ,
! no era vida ni era muerte ;
ido la fama esclarecida
, y trocándose la suerte ,
ontréen el alma sus amores,
r'iT con nuevos resplandores,
itonces Señor, desde aquel
[día,
que me dio volvi á entregalle ;
su valor se lo debía,
»stituirie que no dalle ;
ndo que el alma no era mia,
bien $e la ofrecí á su talle*
>co importara el defendella,
Jiera ejecutar por ella, [mió!
iempo, ¡oh Duaue , oh señor
>r me dijeron el estado,
mas respeto que desvio,
ar al^no ú tu cuidado ;
mi galán en mi albedrio
ue tuviese mejor lado ,
aventurarle á que estuvieses
enos que duque merecieses,
egaste tú, ya el alma estaba
ue nuestra sangre lo impedia)
os divertida, ya le amaba,
1 mismo cielo le queria ;
quieres que á diversa aljaba
libertad, que ya no es mia,
si, del alma esta centella,
ré tu amor en lugar de ella;
sé si podré, pues de la suerte
la estampa en la pared fijada,
quieren con violencia fuerte,
I quedará, no despegada ; [le
ue quieras con su mismamuer-
* esta estampa idolatrada,
i quedar á fuerza de tus brazos
o\\ asidos mil pedazos.
sculpa, anima, galardona,
allrata, descompon, enciende,
, concede, premia, abona,
istiga, atemoriza, ofende,
LA HAS CONSTANTE MÜIM.
Sople, permite, Téneeie, perdón^
Busca, anbela,coDslffiie,iiMU, prende,
Porque, que ya lloreórto,? ítí ó muera.
Siempre bailarás mi amor de ooa na**
GARLOS. (Ap.) [Mn*
¡ Valiente resolución !
noQOC. (Ap.)
Solamente mi cuidado
Compite cQn su traición.
SEROR.
Si has de morir arrastrado,
Ya traes contigo el serón.
FLORA.
No sé, Senorar, si bes heeko
Bien en declarar Mi pecho
Con tan libre desedgafio.
ISABEL.
Tal estoy, que ni en mi diio^
Reparo, ni en mi proYecbo. «
DVQOB.
¿Quién duda que bas de eateoder,
Siendo la ocasión Un fberle
En que á Carlos llego á ver.
Que entre mi enojo j su muerte
Diferencia no ha de beber?
Pues' no, no ha de ser asi,
Porque si lo mato t<nti
En venganza de su olvklo« •
Logra el gusto que ba tenido
De verse morir por U.
Porque qoien tan caateloso,
Como amante se escondió,
Y salió como tu esposo,
Dicho se está que salló
De su muerte deseoeo ;
Y quiero yo que se vea
Que le aborrezco en mi idea
Con odio tan singular.
Que no le quiero matar, *
Porque sé que la desea.
Pero , porque no es razón
Que queden sin eastigar
Tu desden y tu traición ,
De los dos be de lomar
A un tiempo satisfacción.
De ti solo con quererte.
Con visitarte, con verte,
A tupe8ar;~'ydeU
Con que vivas, jporque asi
Tú propio te des la muerte;
Porque, siendo ella mujer,
Y sabiendo que la veo,
Ks fuerza que has de temer
Que la obligue mi deseo
O la venza mi poder. •
Y solo este pensamiento,
Aunque sea fingimiwto
De una esperanza perdida,
Basta á quitarte la vida.
Si tienes entendimiento.
Y así, vete libremente,—
Y tú también te retira
Antes que otra cosa loteóte.
CARLOS.
Considera...
ISABEL.
Advierte...
CARLOS.
Mira...
BUQUE.'
¿Note has ido?
SXROR.
¡QttéhnpBCiente!
ISABEL.
Ya le dejo.
CARLOS.
Ya voj.
m íiiwV
De celos rablahuv > -t •'' t * '
ItAKL.
Por la otra pbm» nldré ; *
Aguárdame allá.
Si haré.
Dios te guarde.
cAifcos.
Tayotoy.
(FofiaeMof, «eiietaf ciifse tf SarMi.)
' tBRQlt. .
Esosi,vameadeaqfii.
i Hola, Sen»?
ikfébwAí
Mas coomijco nb iliMarÉ;
Que otros SsfoiM
¿Hola?
MÓOB.
UMML
iEaámIf
SeioSy al<
Con esto ba eekado j» el eelle
Mi desdicha.'
•tiO«.(4P^
DeepteflHido
Será mas fMl UM^
¿Mas que vo lojpaio M0,
Sin comello oi bebello?
aoom.
iHa entrado, di • Mvidiravis
Garlos? Mira OM ao| Joeii
Di la verdad; o el
O el potro...
iJeiMtfemN
Hoy como eamaivo da rea.
MOeKi
¿Qoédleea?
Qve et endosado
Aquí looDoyloiKro;
Porque , aooqoe tef muy lMiiiiáe«
i Para qíié ea tteneiter polm,
Sabiendo qoe soy criado ?
Mas to hemaoo,^*
BOOOt.
CaHaaliMa.
5il«8D6AfíftA.
¿Se&or?
i'HermanayoellonT
RoaadftL
Laura ahora me oeM6
?oe entrar es mi coarlo oo fió»
como eitraSé la hoco.
Vine á saber al á tttoltoia
En algo puedo aervir.
Cuando es tanta Mü tllRaia *
Solo d^anno morir
Será la mayor teafiL
Mas, porque, sieadO M henMM»
Es fonoio desear'
Saber mi pena laiOMl*.
La diré , sin aguardir
A qoe la aepas mT^'^^
YoflálsaMylti
'i
S04
Y de Carlos me fié ,
Porque mi amor la dijera,
Y su amante Cárlosera,
Conlratni amor y mi fe.
Hállele ahora escondido,
Y ella muerta y él corrido,
Me dijeron la verdad ;
Mira con qué brevedad
Mi pena te be referido.
ROSAURA.
Ap. Tal estoy , que apenas sé
ii lo que be escuchado es cierto ;
Mas no, que pues lo escuché,
Y la pena no me ha muerto ,
Engaño sin duda fué ;
Porque, á ser de otra manera ,
Desaire del alma fuera
Si a imaginarlo llegara ,
Que á vivir se acomodara
Y á creerlo se opusiera.)
Siendo tal la enemistad
De ambos linajes, confieso
Que me hace dificultad.
DOQOE.
A mi umbien , y por eso
Dudé de su voluntad.
Mas si, después de engañarme.
Él traidor y ella cruel ,
Para mas atormentarme,
Lo confiesan ella y él,
¿Qué duda puede quedarme?
ROSAURA.
¿ De suerte que cierto fué?
DUQUE.
Como yo tu hermano soy.
ROSAURA. {Ap.)
Pues ¿cómo vivo y lo sé?
Mas no vivo . muerta estoy.
Aunque hablando ahora esté;
Que , como el alma es su centro.
Salió el dolor al encuentro.
Hablando perdió el sentido;
Que hay muertes que no hacen ruido,
Porqué matan hacía dentro.
{ Perdida estoy !
DUQUE.
i Oh qué bien
Se ha conocido el amor
Que me tienes, pues tan bien
Sientes, como vo , el dolor
De este mi perdido bien !
ROSAURA.
Es, hermano, de manera.
Que, si yo tu amor tuviera,
Y estuviera como estás ,
Ni pudiera sentir mas
Ni ofenderme mas pudiera;
Y asi , lo que se ha de hacer
Para estorbar tanto daño
(Si el consejo de mujer
Contra un cierto desengaño
De provecho puede ser),
Es, que yo de aquí adelante
Sea guarda vigilante
De Isabel (; ah ingrata fiera!).
Porque no pueda , aunque quiera.
Hablar con su loco amante.
Y tú, con otra ocasión ,
Como dueño poderoso ,
Hagas poner en prisión
A Carlos, por alevoso
Y de ingrato corazón ;
Que si ella por él te olvida ,
Ingrata , necia y cruel ,
Sobi'rbia y desconocida ,
No se ha de casar con él
O la he de quitar la vida.
DUQUE.
Parece que te has vestido
EL DOCTOR JUAN PEREZ DE MONTALVAN.
De mi afecto en mi fortuna,
Según lo que lo has sentido.
ROSAURA.
Cuando la sangre es tan una ,
Siempre la pena lo ha sido ;
Y es esto tanta verdad
En mi amor y mi lealud ,
Que pienso, viven los cielos.
Que tengo los mismos celos
Que tiene tu voluntad.
Y asi, vamos y confia
De la diligencia mia
Cualquiera feliz suceso.
Como Carlos esté preso
Antes que amanezca el día.
DUQUE.
Si eso importa, antes de una hora
Su prisión has de saber.
Como su intención traidora.
ROSAURA.
Pues haz cuenta que á nacer
Vuelve tu esperanza ahora.
DUQUE.
La vida te deberé.
ROSAURA. (i4p.)
Mi propio negocio haré.
DUQUE.
Yo vengaré mi desprecio.
ROSAURA, (/tp.)
Y yo de un amante necio
El desden castigaré.
DUQUE.
Ya no vale la cordura.
ROSAURA.
Ya no aprovecha el valor.
DUQUE.
Ya el sufrimiento es locura.
ROSAURA.
Ya es descrédito el temor.
DUQUE.
Ya oféndela compostura.
ROSAURA.
El amor no sufre agravio.
DUQUE.
Con celos no hay hombre sibio.
ROSAURA.
Ni con ofensa hay amigo.
DUQUE.
Pues ¿cómo con su castigo
El alma no desagravio? —
Vén , infame , y. me dirás {A Serón.)
Lo demás.
SKRON.
Terrible eslás.
DUQUE.
No gozará Carlos de ella.
ROSAURA.
Mil pedazos he de bacella ,
O no le ha de ver jamás.
( VaiiMf.)
Salen ISABEL, CARLOS T FLORA, d<;
camino.
CARLOS.
Ya no hay, mi bien , qué temer.
Pues libres del Duque vamos,
Y desposados estamos.
ISABEL.
Gran ventura fué poder
Salir tan secretamente,
Y ser tan corta esta aldea.
Que apenas hay quien nos vea,
Porque apenas tiene gente.
Solo falla que Serón
Acabe ya de veuir
Para podernos partir ;
Y asi , con toda atención
Mira , Flora, si ba venido,
Y vamos Inego de aqui.
rLOlA.
Para servirte naci. {\
CARLOS.
Y entre tanto divertido
Con tu hermosnra estaré.
Pintando mi grande amor.
ISABEL.
¿Es muy grande?
CARLOS.
Es el mayor
Que puede ser.
ISAICL.
No lo sé.
dkRLOS.
¿Por qué , si, como á porfía.
Va creciendo á cadainstaoteT
ISABEL.
Porque está mi amor ddioie.
CÁELOS.
Pues oye , por vida mia,
Y verás que por mi parte
Mi amor se lleva la palma.
ISABEL.
Si me tienes toda el alma,
Claro estaque be de escochirtt.
CARLOS.
Es un grande, Isabel, d amor
Que contigo compile sobmeoie
\ aun él , si se imagina direno^
Parece que es mayor qne sa al 1
Pensarqae ha de crecer, ei de-
Porque ha llegado áesur bu esk
Que aun no le bnsta el pecho m
Y paga muchas penas de vacio.
En efecto, es el alma de mi «
Porque mi vida de sa amor se iv
Cual vida de sa aliento proced J
Y asi , supuesto qaesi olvida
Y que el alma de si nunca te oB
Nunca podrá morir, pues siemp '
1SABKL.
Harto encarecido qoeda ;
Mas oye mi pensamiento;
Podrá ser , si estás atento.
Que satisfacerte pueda.
Si contigo nfl amor no hacom;
Será porque contigo es un disc
Y se sabe guardar tinto respeu
Que aun no se qaiereverdesive
Nopuedeser mayordeloqBet
Pero puede en su ser, ser tan peí
Que crezca en el valor, no en el el
Si no mas dilatado, mas seatido. |
Alma es mi amor, mas no de n
Sino de otra inmortal ; porque sil
La muerte de la vida mas lona
Cierra , muriendo, i noeslroi
Y \o estoy coa el mío tannfasa, [|
Que aun le quiero tener desp
d^LOS. ["
Yo me rindo desde aqaí ,
Sí no, Isabel , á tu amor,
A tu ingenio superior.
Pero i qué ruido hay alli?
Salen SERÓN t FLORA.
FLOBA.
Ya, Señor, llegd...
e ha bebdo.
laque me deja ale,
del j.irdiii bajaste,
a, del SQceso ajena,
causa de su pena;
le, casi descompuesto,
lacion lao preslu,
elir los accidenlei
>s cosas diferentes;
¡r qoe se Supiera
en íl fué la primera.
...Peronahabrápluma,
: presuma
«ion disimulada
iafriüsuarectoinlemo.
luti arrojo en el invier-
lefuera armnio helado,
f algodón cnajddo,
■o espejo derretido
con secreto ruido,
ilata fugitiva ,
iljófar que está arriba
saquen por el rastro)
uldo de alabastro?
rlfiido j constante,
¡taodo entre la risa,
'Orria tan aprisa
ndidas de la cara,
I velo de atuceiias
escucbar las penas.
ido su dolor Urano,
ienlimienloporsuher-
e al punto (e prendiese.
nara que no tetiese ,
da cuidadosa ;
fecto de celosa:
tirio á la mañana
enielapasionhumana),
scar, y JO con ellos,
ir por los cabellos
lomar vénganla fiera
nenirambosreTerbera.
do tver quenoosballa-
[ban,
is señas qne se d alian,
era cierta, fueron tules
ias j ansias desiguales,
en como el denuedo,
lismos se tuvieron niie-
ijo.quclosoia [do;
'■en la iraicion lenia,
cido en la pelea
as lenlura galantea
aiquienrindiúla vida,
no bendida,
is celos en la arena
el para una pena),
I el prado.
u iu« comnRum munt
Encarrajida la earrl» <M AWlio,
Negra li tn , ■■ htou ilboroUiB,
V iravicM la cola dllauda.
Que Ul Tei t^arre de las BoKilMlu
El humor que sodaAw 1a> eaitdlu;
V mienlru Mllibce «■■ «ioÍm ,
Loe párpados cerrando de loi <Q0*
V emblsiiendot hMironcoa InpMlenie,
La media luoa eurime de 1i btnU
Hasi* qnerindeeVcaelloitlwrapoaa,
Itumlando la vengania entre la boea;
Asi el Duque qnedú (ja leeoBoeet),
Diciendo casi i Tocea: [bas,
•CirloNiraidoT.qaemlpacieDelapTM-
Miíalo lodo, paca el bien me lleraa.»
n ^ ^-.-^. — J,».il»*utA
Emeba
Ht wrinehm oob mi pMgra lacba):
eado eovtigo jo, no pabdea...
gíblw.
Tente;
hie il na I dednM qae m« eiMiiie-
fM<teJe,u>lk«iili
•ara mi amor herMoo un lUuia.
Se primero, atmldo, loco j dego,
.flaebocaadoftego,
>or lai picu, e^Hri»; awaidai.
> . — ggotnla*, ''
Del alma mirpladóaM peuaiiieUo*,
Que sallan á titulo de ■lientos
V de respiraclonet metnradu.
Que pesadumbres eran coDBrmadst,
Tales cosas le dijo, qne, irritado,
Jnrá desesperado,
No sin duros asombro*. [broa,
QneelcuellobadequitartedeloafaoiD-
Si n mas intormaeloa qnesa sospecha,
Por la Iraicion en el palacio heefaa,
Des|>achaiulo por |iartea dllerentea .
Hinistros para el cm« conBdenlea,
V prometiendo á golea te diere preao,
Pavores y mercedes con excesq.
Estoes, Sehor, lo que en la corle pasa,
V lo que me dijeron en tncau
Que te dijese, babiéndonáe escapado
Del Duque, qne, en ansceloB.ocopado,
He di6 lagar para poder reñirme,
V de sus nierles garrea deaasirme.
Ahora lú contulu coa In peoho.
Supuesto lo que has hecho,
Loqnehasdebacer.ielijatDalbfldrlo,
Puesque conoces el afecto mió,
Que en buen 6 mal incefo.
Rico, pobre, cauÜTO, libre A preao,
En aire , en mar ó en tierra,
F.n campo, líllaócone.en
Hasde hallarme i talado^
Porque, aunque soyplebejo.ao; boa-
V en I legando i saber lo qoe hacer qui»
[res
Qniérole bien , ¡r barí lo qne qoisiere»
Tal he quedado. Cirio* deml «Ida,
Que el alma apenas de dolor renclda
Animo tiene (jo te lo conUeso)
Para buscar remedio en ul *aee*o.
Ya el remedio, Isabel, esti bascado.
Pues nací por mi mal (an desdichado
¿Vcniles!
ciatos.
El postrero;
Esperaré qoe renga el mnndo ealem
V con honrado brla,
Como causado del aliento mío,
Morir matando, pnes mi esposa ereí
I Ab Señor, j qué pocoqnemeqnlerea
Pues asi malbaratas nna rida
dirldlda!
)eqDe amánteme guanla*, [da,
lBntrer«,fiTeelfllelo,eotB preean-
}«epemHtriaa birhara iademeada
i mf Tállenlo peebo.
,Ydeqoétra(o, dt.deqnéprorecbo
^r* que^o te rea erte mis bnuM,
£ieoraiODnwpa*e i»'
í>orQne uunnatte wMSIrai ajaus ca-
li ne Ternorir lo qM ae «Mi idoraBd*,
í no morir sa aliesU aoosainlaado,
SI DO es descorisila te la ma,
SsBnalloie<I«dtoire*aeWa [m«if«
De las qoe 00 aa aeaerteB q« en*
Cntndo la maerU mde lo qaaqil»-
Pnesibe deeaweDÜrqvaelBaadod»-
l>ae por 1 ibrarm e fo ( iinette enoqlsa !)
apeligra le itejít
PM«;qaékBpana,
SIlaeipadtdelBsqqaeBBiaoeoitat
A U te Wea d Da^aa eaa Meato
Dnee* lonii*moFraaena^em>wnB,
Nasno,Glrio*,«BSl;qMCa aüauíls
Yo no tengo pHipode tnpoitaMlaí
Yaal,r6teia*Fr*ida, .
Ke 10 en aqáeau aldea
qaedarCtata Moto
Qne mía aosU* , Bfa pena* yat Hanto
Kntemeican del dcht loa rifare*.
Vael««renlaiie*BdMo*amota.
Esto bas debMxr(ii|CÍfIo* oa ■!•
Si qnlereseitwbar tanto* enojo*,
PorTldsdeniirida, slmercco
Esümacioa qnieDitupUalaofreco,
Porlrsleaipreconüffi.
Cirio* , mi biMí , CMMO do mi rida,
HsiroeesiebieBj&detM^éaadda,
cisLos. [derme
Pues i qué bede hacer, si llefnni prN
¿ Quieres que muera, di , tío defender
Na,Cir1os ; pero puedes excosarte [te
Dequeiprenderte lleguen 6-'
UsLoa.
¡De qué manera?
NooM bé'deíenitarmeDMqaamaa^
iQuAdhesCtitoat (te.
clmu*. .'
Qaemlfl»ene«ief(>ru.
Pues umblen lo terideqita laadon.
: No te nsT
D «-
soe EL
CARLOS.
Dame los brazos.
ISABRL.
El pechóse me eslá haciendo pedazos.
CARLOS.
¡ Ay glorias aun no vistas y pasadas !
ISABEL. [das!»
<r; Ay dulces prend as por mi mal balla-
cArlos.
¡Oh,qu¡én encareciera en tal partida!
ISABEL.
No me encarezcas nada , por tu vida,
Si noquieres... Mas miraque ha venido
Serón.
Sale SERÓN.
SEROIf.
Ya está el caballo prevenido.
ISABEL.
A Dios (¡av Carlos mío!), que te guarde,
Y mira... Pero vele, que es muy tarde,
Y no reviento p or hartarme (¡ay cielos! )
De sentir y llorar mis desconsuelos.
CARLOS.
A Dios , Isabel mia ,
Que me vuelva 4 tu dulce compa&ia.
ISABEL.
Esto es morir, viviendo en la apariencia.
CARLOS. [sencia.
No hay mas muerte en la vida que la an-
ISABEL.
Sin mirarle me voy, por no volverme.
CARLOS.
Sin hablarla me voy, por no perderme.
FLORA.
Sin oírle me voy, por no escucharte.
SERÓN.
Sin mirarle me voy, por no mirarte.
DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAH.
JORNADA TERCERA.
Salen todas las criadas , y detrás RO-
SAURA con ISABEL, y reiírante
LAS DEMÁS.
ROSAURA.
En Gn , Á Que ni sabes de él,
Ni aquella noche le viste,
Ni la puerta falsa abriste ,
Ni te saliste con él?
ISABEL.
No, Señora.
ROSAURA.
Pues, cruel ,
¿Cómo saliste y faltó?
isabeX.
Como él entonces temió
Lo que yo, visto el suceso ;
Mas uo se colige de eso
Que con él me fuese yo.
ROSAURA.
Ahora bi(?n , ya tú estas presa,-
Y supuesto que lo estás ,
Y (luo, eu íin , es por demás
Salir bien de aquesta empresa ,
Lo que pasa me confiesa ,
Pues puede ser, aunque ahora
Kl alma á Carlos adora.
Que le olvide, conociendo
Que á mi honor y al tuyo ofendo.
ISABEL.
Pues si eso ha de ser, Señora,
En breves razones digo
Que Cirios roe vio y le vi ,
Que yo sus pasos segui ,
Que él se desposó conmigo,
Que, temiendo su castigo,
A mis ruegos se ausento,
Que mi padre le buscó ,
Que el Duque á prenderme fué ,
Que al principio lo excusé ,
Que en efecto me prendió ,
Que vine sin alma aqui ,
Que tengo ausente la vida ,
Que es el Duque mi homicida ,
Que lloro lo que perdí ,
Que siempre soy lo que fui
Y lo que siempre be de ser;
Esto es lo mas que saber
De mi voluntad podrás.
ROSAURA.
Y con eso sabré mas
De lo que era menester.
En fin , ¿es cierto (¡ ah traidora !)
Que al momento que faltó ,
Contigo se desposó ?
(Ap. ¡Mortal estoy!)
ISABEL.
Si, Selíora.
ROSAURA.
i, Imaginarás tú ahora
gue con eso que te oí
e mejorado?
ISADEL.
Es asi.
ROSAURA.
I Es así ? Pues es error ,
Porque estoy mucho peor
De lo que he estado hasta aqni.
ISABEL.
Pues ¿cómo no te detiene
El ver que tu amor te afrenta?
ROSAURA.
Si uno, di , que se calienta ,
Mojadas las manos tiene ,
¿No es cosa cierta que viene
A sentir mayor dolor?
ISABEL.
Sí , porque frió y calor
Se oponen , y al encontrarse,
El dolor ha de aumentarse.
ROSAURA.
Pues eso pasa en mi amor.
Yo tengo penas y engaños,
Lágrimas y desconsuelos,
Desengáñasme con celos ,
Cúrasme con desengaños ,
Y así se aumentan los daños
Y el dolor lleva la palma ,
Porque en tan contusa calma,
Claro está que he de empeorar
Si me llego á calentar
Teniendo mojada el alma.
Y así , mira , si no quieres
Honor y vida perder,
Y después de todo, ser
Vil ejemplo de mujeres ,
Olvida , pues cuerda eres.
Ese intento
ISABEL.
No podré.
ROSAURA.
Pues yo te atormentaré
De suerte, que te retrates.
ISABEL.
No haré tal , aunque ffie males.
¿Porqué?
ROSAURA.
ISABEL.
Yo te lo diré.
1^ mujer gae dan lomeoto,
Eji lleganao á estar desooda.
Noble, firme, hondada y nada.
Siempre sale eoo sa intento ;
Decir vo mi pensamiento.
Estando tu amor debnie ,
Fué el tormento mas gigante ;
Y pues ya me desnade ,
Y la verdad te conté ,
No hay tormento qoe me espante
ROSAOIA.
Sí , mas el Daqae ba venido;
Después te responderé.
ttAREL.
i Que viva qaieo esto re *
Salen EL DUQUE DE HÍLAIV, II O
DE DE PUZOL y ACOiTAf abevtc
MHm.
Aunque A vista de tn olvido
Mi amor se da por vencido,
A vista de mi cuidado
Vuelve á nacer mas osado.
Cual suele la loa del día
Después de la noche fría
O de algún negro oablado.
ISAKL.
También es lai que remeda
A la de tn amor mi amor:
Llega el soplo de on rigor
Y hace que lucir no pueda;
Pero, como siempre qneda
Humo, aunque d^ de arder,
Y Carlos luz viene i ser
Que alienta lo qne consono,
Con la luz y con el hwño
Se vuelve Inego k encender.
ROSAOBA.
Mas vale dedr(¡a7 triste!).
Porque el tiempo no se gasie.
Que con él te desposaste
Cuando de Milán te foisle.
ISABEL. (Ap.)
¿Quéhasdicbo?
ROSADIA. {Ap.)
Lo que tú hiciste.
Yo me vengaré.
ISABCL. (Ap.)
¡Ahcraei:
MQOI.
¿Y es esto cierto V Isabel?
ISABEL.
Sí, Señor ; todo es asi.
OCQOB.
¿Que con él te fuiste T
ISABEL.
SI.
Y me desposé con él.
Lo mas es amar á on hombre
Y llegarlo A confesar,
Y k) menos arriesgar
Vida , fama, hacienda y Boshre;
Y asi , aquesto no os asombre.
Porque peor ¡lareclera
Que á un mal principe qoisien,
O á algnn hombre roe IndfBan
Que por otra me dejara «
Aunque mí criada faera.
BOQOB.
¿En efecto, i mi disguto
Eres de Cirios m^íaf
El gasto fondó al poder;
Que no hay poder coas ei girts.
U K48 COraTANfE VOIKR.
«7
gusto, aoDqae sea injoslo,
I la Urania.
tSAIBLi
valor DO hay porfía.
OQQOI.
li amor resisceoefa.
ISAtKL.
"edito la vfoleneia.
DUQUE.
H>recio es bizarría.
ISABEL.
ro á Cirios.
DUQUE.
Yo á ti.
ISABEL.
I SU amor mas fuerte.
DUQUE.
is de darle la muerte?
ISABEL.
y lejos de aquí.
DUQUE.
mi amor asi.
ISABEL.
[>oede8, sinomuero?
DUQCB.
o cnanto yo quiero.
ISABEL.
i cosa que me tuerza.
DUQUE.
3 yo por fuerza.
ISABEL.
i yo primero.
DUQUE.
ayo de otra esfera.
ISABEL.
íl que se le atreve.
DUQUE.
negó.
ISABEL.
Yo soy nieve.
DUQUE.
Inqne.
ISABEL.
Yo soy fiera.
DUQUE.
ble.
ISABEL.
Yo severa.
DUQUE.
ido.
. ISABEL.
Yo triunfante.
DUQUE.
rbio.
ISABEL.
Yo arrogante.
DUQUE.
ISABEL.
Yo sin euidado.
DUQUE.
ubre mas porfiado.
ISABEL.
4jer m(u constante .
{Suenan cajas.)
DUQUV.
lé cajas son estas ,
impensadas oigo ?
B0SAUBA.(^p.)
lesdicba teño.
iáp.)
Apenas efi peebeT y rotifo
Me ba d^o el susto saagve;
?tae para qalen receloso
iene el inimo, aft putei
Viene á ser cada atbofoio.
IHIQUE.
Vete tü , y sabe, la cansa
De este ruido. '
(Yqu el Céáiá.)
ROSAPIá. {A§.)
Mel reporte
La inquietud del eorasott. «
MABBL.
Todo es azares y asOBrinos
Cuanto miro.
tOSAOfeA.
TodoesnleilOB
Y* disgustos cnanto toco.
cÁBLos. (ÚmUra,)
Dejadme , 6 flven lee cielos »
Que os quite la vida i todos.
ISAOBt*. (Ap.)
Aqui de las anstts mias ,
?ue esu vos es de mi esposo ;
por no morir iln terte ,
No digo que la coaoieo.
Sale EL COflDB.
eoooi.
¿Qué es eso?
GORDB.
Un hoMbreque rompe
La guarda» y lleno de polvo.
Hasta tu cuarto se ha entrado.
Sale CARLOS, Ilemé0pol9ú,ikemi&
desnuda , panela d he pUe del te-
quSy y él ee arrodUÍM.
cintos.
Yo soy, Sefior, qne me postro
A tus pies , porqne me mates.
Con que primero piadoso
Me escuches.
loumu. (ilp.)
iVnlgameeldelo!
■ABEL. (Ap.)
i Ya como mnerto le lloro !
GO!ÍDB.(^.)
¡ Extrafia resolución t
rLOBA. (Ap.)
¡ Y suceso prod^oso!
DOQUB.
Ya te escucho, porqne pueda
Hacer lo uno y (o otro.
CÁBLOS.
Porque antes de qne me afirentes
(¡ Oh principe generoso !)
Sepas el hommre A qnlen qnilBS
La vida v honor beróieo.
Te acordaré lo qne be sido*
Sin circuios ni episodios ,
Si , como me ofendM mocho ,
Quieres atendeme un' poco.
Yo soy, invicto Se&or,
Carlos Esforda, aquel mónstmo
De valor, como lo dicen
Cimbrios , lombardos y godos »
Esguizaros y alemanes ;
Que , aunque parece qne rompo
Las leyes de la modestia.
Hay lances en qne es fonoso
Que cen este arrojaülenio
Hable un hosibi»d»(M.pW|Me.
El cielo apenas me kaMn*^)?^''^'' *' '
A los afios dloB f oebo
DIboiado libenl
Un bfio negro per bono »
^lae son Inafleres^del seio
íue arroja la edad ti rostro ,
Jiando enel etfeome Mié
DeSnvUlan.tenrilorio ,
YfironiendelÉMeéSf
YlagranoindaddeGeBio •
Defendí del pleeéÍDiIno
Con c^netio mu konbnw solos.
AlesudodeVavée
Metí una noche eeeervo,
Yconel r^stonlCasnl
Me túi alargando Moeo,
Donde taé tanu la hombre
Qne padeció el oiBBM todo,
Por oercamoo^iaÉiee lail
Venecianos en conÉenaOv
Qne, despoes do hibor oomldo
GabaUoe , jegus f potree ,
Sin reservar aninHdt
Por Imnnndo nt uaoeroso»
Comimos gamón y ipnaiB
En vez de carne fbneocbo;
Y ann hubo hoaibro qne, sfeado
Bárbaramente pMaso
Consigo, se eerié nn bmao,*
Y dividiéndeieon imoi.
Para conservar la fidn,
Se le comió poeo á poeo ;
Plato enqnoélnrisnMásertino
Alhnento de si propio.
Pasando desde el Casal
Al Pirineo , aqnel toldo
De los valles f las sehru ,
Aqnel pirámide braneo,
Aquella torre de mases ,
Aqnel aobrec^o henfMMO
De la Franoia« nqnelenallllo
De firenos, aqÍMl eeeoHo
De Jazmines y esaemMNM «
Aquel verde proasoMoriOt
Primer eacalen del dolo
Y último cuarto del fdobo,
D^o un finmeénm^l de U ;
Y yo,aaeando nnfáoeo
Lacnchill* , de «i revés
Le cercené tan del todo
La eabeu , qne onysmdo
Junto al ribete de nn olino.
Como estábemoe en enestn*
Rodó hnsia el valle ; de BMdo
Qne la postrera pnlnbm
La empezó presnntneao
En el monte , y Inaeabó
Bien distante dé noeocroe.
En fin , no tienes dndnd
Ni tierra qne eon máa booibros
En peso no bavn tenido*
Con mas trabMos que ttTOyos
Cnija el Apenino en perlas,
Disimula cü Alpe en eopos ,
El Po desau en orlalslee,
Y el mar Ligóalieo en goMse.
Permileme ¡oh Dnqneenoelso!
Ahora , qne reconooeo
De nuevo tantee servIelOB
Como en el tnyo snpongo ,
Que les premnie A ns leyes
Por qué, siendo tnn odioeo
El delito del In^rntO,
No se prende por él eoBM
Por homiddn o ladrón ;
Mas yo por ellas respohés
Que bey dditos ten Indl^ esy .
Tan vilea y vmoaotoosn.
Qne no loe hoAi éldereciho
Pena qne'ignale ó « «proMé •
YporestonolapñMt
O porqne ee Sise iieisiie
Qne non MMs Mn^lpfnider
3RA.
10 lo ves?
)RA.
renido.
tOJC.
)RA.
ícepoco?
ION.
e loco,
lanto olvido.
)RA.
nereces.
\os.
casé?
ORA.
3 hallé,
areces.
'I tiempo hará
r¡í?or,
mor.
3RA.
asombrada
]do pasado.
RO.N.
le si me enfado,
eme nada ;
yo haré
líeras, me quieras.
3RA.
veras?
^0>'.
fe;
elo grande
evera,
le quiera,
íande,
hí.
3RA.
'de ser?
ION.
aber.
ORA.
¡era?
Sí.
ORA.
s invención?
curioso,
ipuloso
zon ;
el amante
lesama,
lama,
delante,
15 va,
ruel,
va él,
andará;
me quieres,
r tras mí,
i,
» fueres.
3RA.
cierto ;
iseííor,
aide error.
RON.
concierto.
LA MAS CONSTANTE MUJER.
FLORA.
Y tú ahora ¿qué has de hacer
Para tener llberlad?
SERÓN.
Apelará tu piedad.
Rogándote que esconder
Me dejes en tu aposento
Mientras pasa esta tormenta.
FLORA.
No, hermano, no me contenta.
Porque hay mucho detrimento
En palacio, en mí y en ti :
En palacio, si te ven ;
En mí, si te quiero bien,
Y en ti, si sales de aquí;
Porque podrás allá fuera
Blasonar muy satisfecho
Quizá de lo que uo has hecho.
SKRON.
Eso fuera si yo fuera,
Flora, como unos garzones
Que, misterios afectando
Y el rostro desvencijando.
Dicen algunas razones,
Y no con malicia poca,
Tan confusas y mascadas.
Que están, de puro preñadas,
Con la barriga á la boca,
Para engañar á la gente
Con los ajenos favores.
Porque en versos y en amores
Se miente muy fácilmente ;
Porque si yo... Mas Rosaura
Vuelve otra vez.
FLORA.
Pues chiten,
Y retírate, Serón.
{Retirante.)
Salen ROSAURA É ISABEL.
ROSAURA.
Ya queda á la puerta Laura,
Por si n<i hermano viniere.
Que es lo que temer podemos.
ISAREL. (i4p.)
Mi vida, en tales extremos,
No sé si vive ó si muere.
ROSAURA.*
Y así, escúchame, y verás
La mayor resolución
Que pudo humana pasión
Haber pensado jamás.
ISAREL.
Pasa adelante, pues ves.
Si bien mi dolor es mucho.
Con cuántas almas te escucho ;
¡ Difunta estoy !
ROSAURA.
Digo, pues.
Que apenas salí de aoui ,
Y dejándote encerracía.
De mi hermano (aunque turbada)
Los pasos siguiendo fui.
Cuando escuché que concierta
Dar á Carlos (¡ triste suerte!)
A(]uesta noche la muerte.
Entrando por esa puerta
El Conde con otros tres ;
Que él mismo le señaló
Sentencia, que el alma oyó,
Como quien de Carlos es.
;. Quién duda que ya te admira
El ver en mi voluntad
Ahora tanta piedad,
Y antes de ahora tal ira?
Mas no hará, que eres mujer,
Y sabes lo que es llegar
809
A ver morir ó matar
Lo que se llega á querer;
Vuelta, pues, á lastimar.
Aunque en un tiempo infelice,
Aqueste argumento hice
Brevemente á tni pesar : •
«Excusar el casamiento
Del de Ursino, que roe adora,
Es dar que decnr ahora
A cualquiera pensamiento;
Ser de Carlos homicida,)
Confesándome incÜDada,'
Es dar yo misma la espada]
Para quitarme la ?¡da;
Consentir que le atropello
Mi hermano es también rigor;
Que no estorbar un error
Es poco menos que bacelle;
Malar á Isabel es cosa
Que profana mi poder, *
Y yo siempre he de valer
Mas que mi pena amorosa ;
Dividirlos á los dos,
Y obligarlo á aue sea mió.
Es forzar un albedrío.
Cosa que aun no la bace Dios;
Pues quererle, siendo esposo
De Isabel, cuando yo ftiera
Mujer común, no lo hiciera.
Siquiera por mi reposo ;
Porque no hay tan desdichado
Delito como querer
A quien ha de amanecer
Con otra mujer al lado :
Pues si yo me he de casar ,
Carlos tiene va mujer,
Isabel le ha de querer,
Y el Duque le ha de matar;
Carlos viva, y mis enojos
Se templen con mi forCana;
Viva Carlos, porque alsuna
Vida les queae á mis ojos.»
Dije; y volviéndome al cielo.
Que es la exclamación primera
De una vida que no espera
Hallar consuelo en el suelo,
Vine, Isabel, á buscarte.
Triste, afliffida, llorosa,
Resaelta, firme y piadosa,
Para que tú, como parte.
Noble, valerosa v raerte.
Por Carlos, por ti y por mi
Vayas, y excuses asi
Tu mal, mi pena y su muerte.
Yo sé el cuarto donde est¿ ;
Esta llave bace ¿ la puerta ;
Su muerte á la noche es cierta,
Y el dia se pasa ya ;
Y así, pues en todo eres
Osada, como entendida,
Vé presto, y sin ser sentida.
Líbrale como pudieres;
Pues haciendo lo que digo,
Cumpliremos, Isabel,
Tü con tu amor y con él ,
Y yo con él y conmigo ;
Pues tú la vida le das
Por lo que sabes de mi,
Y yo te la dejo á U,
Que viene á ser mucho mas.
ISABEL.
Placer á un tiempo y pesar
Me has dado con lo que has hecho :
Placer, viendo que tu pecho
A Carlos roe quiere dar;
Pesar, viendo que no puedo,
Por ser de Carlos esposa,
Dártele yo, generosa.
Con que ingrata á ta amor quedo ;
Y para quien noble nace
Es Un terrible paiir
Ver que no puede pagtr .
Aquel bien qae se le bace.
Que entre perder á mi esposo,
Siendo el Duque 9u homicida,
Y el ser desagradecida
A un aféelo tan piadoso,
Afligida el alma, duda
Cuál pena peor la trata.
Si el haber de ser ingrata ,
O el haber de quedar viuda;
Mas, porque el tiempo ( ¡ ay de mi ! ),
Si ahora me detuviera.
Hacerme falta pudiera.
No te digo mas; y asi.
Dame esa llave, y veris
Lo mas, si. que una mujer
Por un hombre puede hacer,
Si el morir ella es mas;
Porque á vista de los tres.
Cuando su intención traidora...
Mas dame la llave ahora,
Que tú lo sabrás después.
{Dala Rosaura una llave.)
ROSAURA.
Pues toma, y á Laura d!
Que aquellas armas te dé
Que hice buscar.
ISABEL.
¿Para qué?
ROSAURA.
Para que Carlos aquf
Las lleve, sin que se emienda ,
Y con eso prevenida.
No solo le des la vida.
Sino con nué la delienda;
Y ahora vete, que es tarde.
ISABEL.
Con razón Milán te adora.
ROSAURA.
Esto ha sido ser señora ;
Adiós.
ISABEL.
El cielo te guarde.
[Yante.)
Salen EL DUQUE, EL CONDE y otros
TRES.
BOQUE.
Entrad y haced lo que oi digo,
Sea justo ó no sea justo.
COKDB.
No es traidor el que hace el gusto
De su rey. Venid conmigo;
Que si es justicia ó rigor,
No les toca á los criados.
BUQUE.
Sí no ven^o mis enfados,
¿Para que soy yo señorY
Muera Carlos, porque muera
Quien me quita lo que quiero.
COMBE.
Ya salgo yo.
BUQUE.
Y yo te espero
En esta sala primera.
{Vame.)
5a/«n SERÓN Y FLORA.
FLORA.
Vete, Serón, si te has de ir ;
Que anda muy revuelto todo.
SERÓN.
Si, mas dime de qué modo
Y por dónde he de salir;
Porque en esa puerta está,
Cual guarda de naonamento,
EL DOCTOR JUAN PBREZ DE MONTALVAN.
Una duefia, que al momento
Que lo vea lo dirá ;
Porque á no callar se ense&a
La dueña desde que nace ,
Y dueña que no lo hace
No sabe lo que es ser dueña.
Fuera desto, aunque callara ,
Es tan fiera , es tan dragón ,
Que por no ver su visión,
Al verdugo me entregara;
Porque es tan carifruncida.
Tan estéril, tan enjuta.
Tan flaca, tan langaruta.
Tan buida y desbuida.
Que, vista con atención.
Parece, en lo penitente.
Chorizo convaleciente
O lenguado en oracioa;
[Ruido de etpadai.)
Mas allí suenan espadas.
FLORA.
Yo estoy temblando. Serón.
ISABEL. {Dentro.)
Primero que el corazón
Tal consienta, á cuchilladas
Pedazos os he de hacer.
Salen EL CONDE y otros, r^/^rdndoM
de ¡sabelj que los tale acuchillando.
FLORA.
¡Ay Serón, que es mi señora !
Ponte á su fado.
SEROÜ.
Aun ahora
No lo ha habido menester.
CONBE.
Advierte...
ISABEL.
No hay qué advertir,
Sino huid, que es lo mejor;
Que á una mujer con amor
Mal se puede resistir.
BUQUE. [Dentro.)
¿Astolfo?
ROSAURA. [Detiíro.)
¿Isabel?
COIVBE.
Espera:
Que ya su alteza ha venido.
ISABEL.
Mal mi intento be conseguido.
Salen EL DUQUE, ISABEL v acohpa-
ÑAMIBIITO.
BOQUE.
¿Quién mis palacios altera?
ISABEL.
Yo soy.
BUQUE.
Pues di, ¿cómo estás
En este cuarto y asi?
(Pone la etpada á lotpiéi del Duque^ y
arrímate á una puerta cerrada»)
ISABEL.
No hay espada para ti.
Escúchame y lo sabrás :
Referirte que Carlos es mi esposo,
Que de él estás celoso.
Que su nombre idolatro.
Que el mundo de sus gloriases teatro,
Que su vida te enoja,
Que él á su muerte intrépido se arroja.
Que le aborreces tú, que yo le adoro.
Que ofendes mi decoro
Y que yo te resisto,
Es cansarte» supuesto que tobas viatOt
Y pues lo sabes to4o,
Paso adelante , y digo de eile i
En mi prisión apewM recogida
Quedé, cuando, odiertida
Del riesgo de mi esposo.
El rostro entre amarillo y pavor
El pecho quebrantado,
Y el libro del valor descnadera
Quequien le tiene en tráncese»
O aprende para risco 6 es diam
Me vi morir, y laeto filé el cori
Que tuvo el pensaniento.
Mirando tanta pena feoecida.
Que me pudo Tolver ft dar la \k
bin gloria tan incierU ,
Solo el placer de imaginame b
Cobrada puei del sáMlo des»
Como animado rayo.
La pueru por el soelo.
Tomo estas arm as* á mi indostria
Recojo las basqoifiaa.
De los ojos eejago las dos n\k
Salgo del coarto, daoiBe dertí
Y osadamente grave.
Arrestándola vida»
Hollando el miedo, la rasoa peí
Tierno el amor y el éaimo brío
En la puerta me plaolo de mi f
Pero apenas probar la llave ínt<
Cuando los pasos siento
De esa gente arrogante,
Que buscaná mi esposo; yo, coa
Sin algún embarazo.
La espada tomo y el oseado en
Supliquéles primero qne me hi
Favor de que se fbene.
Ya que tarde vinicroB;
Pero viéronse coauo, no qoisie
Y viendo su mal modo.
Cargúeme de razón y entré por
Como el cielo por marzo, si sc «
Copos de nieve arroja
O granizo cnajado.
Asi de mi furor arrebatada,
Sobre las cuatro espadas
Granizaba mi brazo cnebilladaí,
Tanto, que no fué en ellos cobii
Temer la furia mia.
Pues tiraba de suerte.
Que en cada cuchí Hada iba QDam
Y ninguno tan poco se estimara.
Que viéndola venir, no se apari
Cualquiera pensará qne esta ííü
En mi fué valenite
O aliento generoso ;
Pues no fué tal» sino temor fon^
De una muerte impensada
U de una vida en muerte trasfor
Porque, como sabia (aqnestoes <
Que en viendo á Carlos mueru»
Yo también lo qnedaba.
De miedo de morirme peleaba
Con tan fuerte denoedo.
Que pasó por valor lo qne era i
Esto pasaba cuando tú venisle;
Escúchame ahora ( ¡ ay trisle l^
Ya que tú en acabarle
Estás resoelto, como yo caamai
Solo un advertimiento;
Aqui, Señor, te he menester au
Carlos está aqni dentro, tñ pre
Su muerte, poes le ofondes;
El mundo sabe el caso;
Para entrar allá dentro eaiees e
Yo le ten^o cogido,
Y en fin, o por amante ó por na
El corazón le adora;
Sácame tú la eonaecveada aboi
Si mas espadas que co el caw
En el cielo fulgores, [
En el abismo penas,
Y eo ese sur siena y
empo me cercaran, [ran,
sto donde estoj no me aparta-
tan arraigada, tan asida
ena be de estar y tan unida,
3 lejos mirada,
M» que en ella estoy pintada,
in espacio breve
r me ba tallado de relieve.
le matar á Carlos, el camino
lo y mas vecino.
rto y roas derecbo,
entrando por aqueste pecbo,
el primer portillo
ber de batir este castillo.
resolución, viven los cielos;
íes yo de tus celos
casion primera,
ue Carlos i tus manos muera,
:orrer aquestas piedras frias
le sangre de las venas mías.
t amor consulta ó tu fiereza,
o ó tu nobleza,
id ó tu enfado,
itos afanes lastimado,
¡er afligida,
el alma, ó quítame la vida.
DUQUC.
lor tan generoso,
icio tan cortés,
neza tan grande,
Diuntad tan fiel,
sgo tan conocido,
mas viene á ser,
ipeño tan bizarro,
puedo responder,
} viva y te goce
iempre te quiso bien?
aré , como todos
me escucbais sabéis,
LA MAS CONSTANTE MUJER.
A Esforcias V Borromeos
Desterrar, ó coi^poner
Sus bandos y enemistades,
Y no pude; pero, pues
El amor y la bermosnra
Hacen lo que no pensé.
En lugar de estar quejoso,
A Isabel agradecer
Debo aquesta acción ; y así.
Suyo es Carlos, id por él ;
Mas soy yo que mi pasión.
( Vanu loi eriadoi por Cárhi,)
ROSAORA.
Acción como tuya es.
I8ABBL.
Los pies te besor mil Teces.
DUQÜI.
Esto es amor, Isabel,
con»!.
A Carlos tienes presente.
Saie CARLOS.
CÁMLOS.
Deja, Señor, que los pies
Te bese por lo que ol.
DOQOE.
A mis brazos, Cárloi, Ten ,
Y disculpa mi pastan.
Pues sabes lo que es querer;
A Isabel debes la vida.
CARLOS.
Con los brazos pagaré
Parte alguna de su amor.
ISABEL.
Después, Carlos, te diré
Quien te ha dado generosa
La vida, el honor y el ser.
8li
■OSADIU.
Yo cumplí con mi nobleía,
Auoque eorklloM quedé.
El de Ursino, sesim dicen,
BsU cerca de Vares,
Y en viniendo, encnmbis bodas
^ A un tiempo celibráré.
rLOBA.
Yabora¿qaéfiriU?
Solo
Saber lo que te ha de hacer
De Serón.
BQOnu
Darle uoftcio,
Porque es criado de ley,
Y que le case con Flora.
'Está bien, maa ba de ser
Con condición que no pira.
Por la dada de después.
noBA.
Cáseme yo ant por itiii ;
Que, si ftiere meoestar»
La procesión de lu amas
He de parir de una vei.
TOBOS.
Y aquí tiene fin, seikirest
La ma$ eanttwte mi(^.
Escrita sin compelenela.
Sino solo por (jpierer
Serviros ; si os pereciere
Algo de lo escrito bien.
Decir Titor al deseo
De qnien Toestroesdafo es.
itaBli^aBÉtPBM
«MOi
m
I •
COMEDIA FAMOSA
nruLADA
.A TOQUERA VIZCAÍNA,
DEL DOCTOR JUAN PBMQÍ MS MOüTALVAV.
[), caballero.
PERSONAS.
FABIO, criado 4e don Diego.
LUQUETE» criado de dem
Juan.
FELICIANO, viejo.
P»EO.
OOftA ELENA.
BEATRIZ , oriMdB de deU
Elenn.
ftMki dmád.
lüANA, «Wk.
ISABEL» crMf.
MAQBMJEIIA.
RNADA PRIMERA.
)N DIEGO, galán, FABIO, cria-
)OÑA ELENA T BEATRIZ, con
is y lapadas.
DON DIEGO.
de pasar de aqoí?
is decís qae no ;
ímc solo yo. —
;,Fab¡o,alli.—
Qos solos los dos ,
campo me tenéis ;
aé es lo qoe queréis.
D05ÍA ELENA. {Ap.)
y de hielo, ¡ay Dios!
DON DIEGO.
^ que mostráis,
ir con que venís ,
cío que fingís
ispíros que dais ,
tigos verdaderos
venís afligida ;
que puede mi vida
favoreceros ,
r de la ciudad ,
3S servida en todo,
alie y por el modo.
4;nbrid , tirad
! oscuro nublado ,
sin paciencia estoy.
DO^A ELENA.
ledla , porque soy
ena de Alvarado.
DON DIEGO.
f mi'bien...
D05ÍA ELENA.
Oíd.
DON DIEGO.
Favor?
, G. DE L.-II«
SOffAILUU.
Noetflivor*
Sino miedo i vuestro inior.
DORDIMO.
Lacaiisa ignoro ; dedd.
El salir de la dadid
Y venir yo como vengo.
Es respeto que me tengo »
No, don Diego. Yolnntad.
Vos me queréis, es verdad;
Mas, supuesto qoe el qnereimo
Es solo para ofoiderme »
Que no me quendt esjosto ,
Pues quererme do mignsto
Mas parece aborrecerme.
Sin atender á mi fiimi«
Me rondáis tan atrevido »
Que aun yo misma me he tenido
A veces por vaeitn dama.
Y esto, Señor, no se lltma
Galanteo ni afición.
Sino necia obstinación ,
Que el honor abrañsa y quema ;
8ue hay hombres que aman por tema»
orno otroe por elecdoo.
Si voy i la iglesia , os bailo
Junto á mi ; si hablo de noche ,
Lo mismo ; v si salgo en coche«
Me vais sigaleodo i caballo ;
Y aunque disimulo y callo.
Es cosa ftaerte, por Dios ,
Que sin queremos los dos.
Ni vos importarme nada,
Haya de estar encerrada
Para haber de estar sin vos.
Huélgase cualquiera dama
De ser querida ; mas esto
Ha de ser con presiipi>A<io
Que iiA RA I id* «n t
N . •'ac
Nc i ..
ík 4oU,
9
Que tratarla da otro amor
Caando est* qmuimiú hiei.
Esto es dedr qotf estoffMs ,
ne para «n dbcreio sotra ;
pesadnmbre ase dais.
Viendo, pues, qae porfiáis,
Tqnenoapromhavada .
Lo que os d^o ett criada,
81 por vveaira daan no.
Haced lo que os dteo |o
Por mvy vuestra aldoaada.
Vos me ■^•■'^•t^ ■■a cota
MoyDtail.alpaneer,
y en cnanto a ni, ha de ser .
¿Qné ha de aerf
IHBnJMlnaa
Pnes ipor qné , ai desdeioaa.
Con
Qne á otro qniero tien t
Potqne dar gMCa no na Um
A qnien eon tanto desden
Me qniereqnitar el asao.
Esos celos , beHa Elenn,
Solo sirven de
Qoe es errar la cvnt
Pan
«aracnranaoi
noli
Pnes decid, joné lif etdsna
One haya por nena do fwoi •
Be admltlroa y qnentosT
iT qné ley
One vos me tañíala nn pnoo^
Y haia yo de «MtaMffOit
To pido lo qae es nray jnsto.
5U
DOIf DIEGO.
¿ Qué mas justo que mi amor ?
DOÑA ELENA.
Eso es quilarmeel lioiior.
DON DIEGO.
Y esotro quitarme el gusto.
DO^A ELENA.
Tiene mi galán disgusto.
DONDIEGO.
Yo también ; que estoy celoso.
. DOÑA ELENA.
Él pretende ser mi esposo.
DON DIEGO.
Yo también lo he pretendido.
IK)5ÍA ELENA.
Por eso el otro ha ? encido.
DON DIEGO.
Por eso estoy invidioso.
DOÑA ELENA.
Pues si soy su\a , en efeto,
4 Qué es lo que pensáis hacer?
DON DIEGO.
Solamente conocer
Quién es galán tan secreto ,
Porque, ya que mi respeto
Con vos me tiene encogido ,
Quiero vengarme atrevido
Kn quien mi dicha interrompc,
(^mo quien los naipes rompe
Con que ha jugado y perdido.
Salen DONJUÁN v LUQUETE, por «na
puerta.
DOÑA ELENA.
Él es hombre que sabrá...
{Ap. Pero ya no sabrá nada.)
DEATRIZ.
¿Qué tienes?
DOÑA ELENA.
Estoy turbada^
Porque alli don Juan está.
DON DIEGO.
fíente viene , y no será
Razón que os hallen aqui.
DON JUAN.
¿No es aquel don Diego?
LUQUETE.
Si.
DON JUAN.
Bien nos dijo don Fernando.
LUQUETE.
Con una dama está hablando.
DOÑA ELENA.
Haced aquesto por mi.
DON DIEGO.
Yo me iré ; mas ad virtiendo
(Aunque sea descortés)
Que he de conocer quién es
Vuestro amante.
DO.ÑA ELENA.
Ya os entiendo.
DON JUAN.
Finalmente , ^vo pretendo
Decirle que Elena es mia ,
Y castigar su osadía.
LUQUETE.
Ya se despiden los dos.
DON DIEGO.
Pues adiós, Elena. (Vase.)
DOÑA ELENA.
Adiós.
{Ap. i Muerta estoy !)
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
LUQUETE.
Ya se desvia ;
Mas espera que se aparte
Destas ninfas algún trecho.
DOÑA ELENA.
Tápate.
BEATRIZ.
Muy bien se ha hecho.
DO.ÑA ELENA.
Y vén por esotra parte.
(Quiéreme ir porlapuerta de enmedio.)
Mas ¡ ay !
DEATB1Z.
No hay que recelarte.
DOÑA ELENA.
Sí hay , Beatriz , porque en la acción
De don Juan, ¡qué turbación!
Parece que va tras él.
tUQUETE.
Ya yo estoy como un papel.
DON JUAN.
Ahora es buena ocasión ;
Vén , Luquete.
DONA ELENA.
Una mujer
Tiene un negocio con vos.
LUQUETE.
Va á matar aquellos dos ,
Y que ahora no puede ser
Estad cierta; que á poder.
Tuviera á dicha el mandarme.
Al irte don Juan , vuelve á salir D05a
ELE^k, y detiénele.
DOÑA ELENA.
Ahora habéis de escucharme ,
Por la vida...
DON JUAN.
No juréis.
DOÑA ELENA.
De la dama que queréis.
DON JUAN.
¡ Hay tal modo de forzarme !
DOÑA ELENA.
Mirad que importa á su houor.
DON JUAN.
Antes con esto la obligo,
Pues matando á su enemigo.
Será venganza y amor.
DOÑA ELENA.
No será sino rigor.
Porque en iguales balanzas
Su amor, sus desconlianzas
Y sus penas estarán ;
Que con riesgo del galán.
Ninguna quiere venganzas.
DON JUAN.
Dejadme.
DOÑA ELENA.
Ya estáis cruel.
LUQUETE.
Y basta; ¿por qué no viene.
Me reporta y me detiene?
BEATRIZ.
¿Por qué se detiene él?
DON JUAN.
Luquete , vé tú tras él ,
Y dile...
DOÑA ELENA.
Tenle, Beatriz.
DON JUAN.
¿Beatriz?
LUQUETE.
¡Oh suerte infeliz!
MHf JOAN.
Luego VOS...
DOÜA ELENA.
La lengua erró;
Soy esclava vaestra.
DON iUAN.
Vyo
El hombre mas infeliz.
¡ Cielos! ¿qué es lo que estoj \'tn\í¡
DOÑA ILZNA.
Una mujer, que lo vida
Asegura eotemeeida,
Y está tu riesgo cemieodo.
DON JOAN.
No eslá sino previniendo ,
Para mas presto acabarme,
La muerte que intenta dame;
Porque tan ciertos desvelos ,
Detenerme y darme celos ,
Es lo mismo qae matanne.
¿Tú hablando con mi enenlso?
Tú en el campo ? Tú tapada?
Tente , no me digas nada ,
Basta lo qae yo me digo;
Pues cuando mi amor contigo
Mas pbdoso quiere ser,
Es fnerza haber de creer
(Según lo que viendo estoy)
Que lo (jue es hablarse hoy
Fué diligencia de ayer.
: Mal haya yo , que crei
Lágrimas que perlas fueron,
Pero falsas me salieron .
Porque ya se usan asi !
Mil veces llorar te vi •
Mas esto no te acredita.
Pues de suerte se ejercita
El llorar entre ▼ocotims.
Que de ver llorar & otras,
Lloráis en una visita.
Viendo tanto suspirar.
Di crédito á tu desden ;
Que siempre un hombie de biea
Fué muy fácil de engaikar;
Mas de aquí ^engo a sacar.
Pues con ofensas tan darás
Dama de dos te declaras ,
Que si el mudarse esddoiei
La condición , no el afeite ,
Os hace tener dos caras.
¿Qué lio vence la porfía?
Claro está, tú te rendiste;
Mujer como todas fuiste.
Pues le hablaste siendo mia.
Dirás que túé en cortesía;
Mas yo ló entiendo al revés,
Porque va en las damas es
Razón de estado admirable,
Para encubrir lomoibble.
Valerse de lo cortés.
Mas yo la culpa he tenido,
Pues solo atento A in honor,
He consentido su amor •
Y mi agravio he coasentido;
Mil locuras he safHdo
Solo por hacer alarde
De mi amor; mas ya, auiqoc urdr
Conozco, por lo qoa pena,
Que aun cuando Importa, non b«
Andar un hombre cobarde.
Mas yo volveré por mL
DolUnjau.
¿Puedo hablar ahora yo?
aORJIUR.
¿Querrás deteienae?
ao.^ii.i!U.
No.
DORJDAN.
¿Querrás discolpane?
LA, ToeniM VncUNk. .
Kulpa i to qae tI.
DOSl rLCKA.
amor me otnee.
•.nebí DO aborrece.
qnléD Dje ; no escuchiT
j direrertdir
DOSA ELENA.
Uucbi,
lote lo parece:
laaoleescucbé,
ingosioleoL
DO» IVAR.
.e coDdeautft ,
i i verle ulisle ,
la acaio le oíale,
lú le hnicaate.
el <1d fsnorasle
buscarte sal!,
pedirle aquí
ejase;de3iierle
lo gae pado ofenderte ,
r Bneía en mi.
em Tos labios,
' i ana mujer,
n Diego...
DOb ILENA.
íDóndeTasf
BOSk ELUtH.
Lo que le quiero,
von mía.
ito.
Necio estás.
PO^ IBAH.
IOHa ELtJtA.
Adrierie.,.
llegando el verano,
calor qué diremos?
LISAIIDO.
rá cosa qne no sea ,
al rigor se mira ,
para ta idea.
FLORA.
para mí es mentira ,
lé quieres que lo crea?
USARDO. (Ap.)
s la ocasión que too
cirla mi pena ,
' culpe mi deseo.
FLORA.
cuarto.
LISARDO.
(Ap. Bien se ordena.
Sngir lo que leo.)
Dos años há que os obligo,
imilde y tan contento,
in lo que siento no digo ,
e todo lo que siento
(da siempre conmigo;
muerto me juzgué,
mé luego que os vi ,
tampoco os llamé,
que nunca os mentí,
re lo que querré.»
FLORA.
moria he perdido,
>apel no he leído ;
la firma aguardo.
LISARDO.
a dice : Ligar do,
FLORA.
do el atrevido.
LISARDO.
atrevimiento es,
lien muere callando,
I papel tan cortés ,
estoy muriendo y cuando
uchado otros tres?
FLORA.
)s no están aqui ,
nen mas disculpa
para hablarme asi;
consiste la culpa
leíante de mi.
bir en quien ama ,
) y temor se llama ;
iq'ue un papel se recibe ,
> lo que se escribe
Jecirse á la dama,
raque note alteres,
!S en tu fortuna
s varios pareceres
smpre lo que hace una
3das las mujeres),
do que tú también
Lisardo, mintiendo,
no es quererme bien
le en lo que me ofendo,
!ndo mi desden,
pasas del concierto,
tenco por muy cierto
al sol me has comparado,
im dia me has amado,
is tenido por muerto;
croque mas me veas,
tan libre no seas
á hablarme te dispongas,
lis preceptos te opongas
apeles me leas. ( Vase.)
LISARDO.
ira, escucha , advierte... —
Isabel;— tenia, Juana.
ISABSL.
esdeüosa !
LA TOQUERA VIZCAÍNA.
JUAIIA.
¡Qué fuerte! {Vase.)
.OCTAVIO.
¿Qué dices?
LISARDO.
Que esta tirana
Busca sin duda mi muerte.
OCTAVIO.
Y en fin, ¿qué piensas hacer?
LISARDO.
Sufrir, callar y querer
Hasta que el amor la inspire
Que en el espejo se mire
Y conozca ane e» mujer;
Porque la ñera mas fiera
Al cabo de la jornada
Se rinde, aunque nunca quiera.
Ya que no de enamorada ,
De agradecida siquiera.
(Vanse Lisardo y Octavio,)
Salen dOfik ELENA t BEATRIZ.
DO^AELflIA.
¿Qué hora será?
BBATKIZ.
Son las diez.
D05ÍA BLEIf A.
iLas diez , y doo Juan no Tiene?
Las diez , y falta don Juan
Mas ahora que otras veces ?
No sé qué me dice el alma.
BEATRIZ.
No te apasiones ni alteres;
Que hacer estos ferriones
Un hombre que celos tiene ,
Es la cartilla de amor
Hasta que el enojo cese;
Entren buenos de por medio ,
Vayan y vengan papeles ,
Llueva Dios satisfacciones ,
Haya pliegues y mas pliegues ,
Y al cabo de cuatro días
Alguna amiga os concierte;
Que es la postrera estación
De todos los penitentes.
DOñh ELENA.
Este don Diego ha de ser
Mi destrucion ; él pretende
' Darme la muerte sin duda ,
A titulo de quererme ;
Yo le he escrito , yo le be hablado.
Yo he avisado á sus parientes ,
Yo le he llevado por mal,
Y yo he hecho, finalmente.
Todas cuantas diligencias
Pueden en el mundo hacerse «
Y no aprovechan con él
Ruegos, lágrimas, desdenes,
Persuasiones ni amenazas ,
Y lue^o dirá la gente
Que, SI porfian los hombres ,
Es porque dan las mujeres
Ocasión á que porfieo.
BEATRIZ.
Conforme los hombres fueren;
Que hay amantes espantajos,
Que se estarán erre , erre , •
Mareando las esquinas
Y gastándolas paredes
Todo el día en una calle ,
Sin mas fruto que ncolerse
Y moler á cuantúi pasan ;
Mas tente, que narece
Que siento ruiuu . i fi
j I
¡Ay Dios,
II
»!7
Sale LUQUETE.
LUQUETE.
Sudando vengo, por Dios.
BBATMZ.
No es don Joan , mas es Luquete.
LUQUETE.
¿Señora?
DO^AELEIIA..
Pues ¿cómo solo?
LUQUETE.
Gomo hay gvan mal.
BO^A ELENA.
¿De qué suerte?
LUQUETE.
Yavisteqvemisefior...
BOl^A ELENA.
Ya vi que estuvo impaciente
Aquesta tarde.
LUQUETE.
Pues luego
Que el sol empezó á envolverse
En mantillas de oro v grana,
Y el mismo -que fué i las nueve
Barba roja de las flores,
A las déla noche siete
Empezó con poca luz
A barbar casttfiameote;
?ue , vuelto en nuestra vulgata
odo aquesto, decir guiere
Que al anochecer se fué.
BOHa ELENA.
Acaba , no me atormentes
Con dilaciones tan Arias
Ni con pausas tan crueles.
LUQUETE.
Luego, pues , que llegó á casa ,
Mirando al cielo unas veces ,
Y otras mimado á la tierra.
Como jugador que pierde
Una trocada después
De perder cuarenta suertes
Derechas, tomó recado
De escribir sobre un bufete,
Y escribió cuatro renglones.
Que fué milagro leerse.
Pues caballero, j turbado
Con este nuevo accidente.
Ya se ve qué letra haría ;
Y cerrandío el tal billete.
Me mandó darle i don Diego
Sin que nadie lo entendiese.
Dlle , y dióme la respuesta.
Que fué compendiosa v breve;
Leyóla, y mas indisnado
Que cuarenta Luciferes ,
Ll rostro descolorido
Y el sombrero basta te frente,
En una mano el broquel
Y en otra la de me fecit,
«Yo voy á reñir, me d¡|o.
Con don Diego de Meneses;
No digas palabra desto
A nadie, porque si ftaeses
Tan* necio que lo dyeras.
Aunque piedad te moviese,
Las piernas te cortarla.»
Y sin bastar á tenerle
El ponerle por delante
Que era forzoso perderte.
Mas resuelto que nn cochero.
Que es cuanto decirse puede.
Echó por la calle abajo.
. DOXa ELENA.
¡Ay Beatriz , cierta es mi moerle!
Bien mi triste corazón.
Bien, aunque cónfottmentet
Parece que me decte
518
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Todo lo que me sucede.—
Mas lú , di , ¿por qué no fuisle
Con él?
LL'QUETE.
Ha de suponerse
Que umbien don Diego irá
A reñir únicamente.
DOXA ELRÜA.
Y si en el campo le esperan
Con don Diego seis ó siete ,
Desgracia que ha sucedido
En el mundo muchas veces,
¿ No fuera bueno, cobarde,
Que su vida defendieses?
LOQVETE.
¿ No ves que hay descomunión
Contra el hombre que saliere
Al campo desaliado?
BEATRIZ.
Mi Luquete, aunque es valiente,
Es temeroso de Dios.
DO^A ele:(a.
Ahora bien, cuando se pierde
La vida, el honor y el gusto.
No hay respetos que aprovechen.
Mi tío queda durmiendo,
Y cuando acaso despierte.
No he de ser tan desgraciada
(Aunque en todo lo soy siempre),
Que me basque; vén, Beatriz.
BEATRIS.
¿Adonde?
DONA ELKKA.
A ver si parecen
Por el campo ó por las calles ;
Y si los hallo, á meterme
Yo misma por las espadas,
Para que de mí se venguen ;
Pues yo, que la culpa be sido,
Soy quien la pena merece.
BEATRIZ.
Ya yo dejo los chapines.
DOÑA ELEÜA.
Así vamos bien.
LUQUETE.
Advierte
Que si sabe mi señor
Que yo lo he dicho... ya entiendes.
DO.>lA ELENA.
Vé tú delante.
LUQUETE.
Ya voy.
Sale DON JUAN, alborotado.
DON JUAN.
Pues ¿adunde desta suerte?
LUQUETE.
Ahora á ninguna parte.
DO^ÍA ELENA.
Pues que no me ves, á verle,
Por no acostarme primero.
Mas tú ¡ ay Dios ! ¿de dónde vienes?
¿Qué hasliecho? ¿Dónde has estado?
DON JUAN.
Pues estando aquí Luquete,
¿No lo sabes?
LUQUETE.
No lo sabe.
Porque no soy hombre...
DON JUAN.
Tente ;
Que no vengo para gracias.
DOÑA ELENA.
Antes está tan rebelde.
Que nada quiere decirme
Porque mas me desespere.
¿Parece que estás turbado?
DON JUAN.
Bien la ocasioo lo merece.
DOÑA ELENA.
¿Acaso vienes herido? '
DON JUAN.
En el alma solamente.
DOÑA ELENA.
¿Desengañóte don Di^o?
¿Hablástele claramente?
¿Salió solo al desafio?
¿Dio palabra de no verme?
¿Qué dices? ¿No me respondes?
LUQUETE.
Conmigo la lema tienes.
DON JUAN.
¿Y es esto no saber nada?
LUQUETE.
Por mi si; que las mujeres,
En llegando á enamorarse.
Para saber lo ([ue quieren
Menean muy bien las habas.
DOÑA ELENA.
El alma. Señor, i veces
I Adivina los peligros
Y las desdichas previene.
DON JUAN.
Pues ¿cómo no sabe el alma
Que, aunque ahora vengo ¿ verle i
Para siempre me has perdido?
DOÑA ELENA.
¿ Qué es perderte pan siempre?
DON JUAN.
No verme, Elena, en tu vida ;
.Escucha en palabras breves.
Yo sufri de mi enemigo
Las porfías descorteses;
Rogásteme que callase,
Callé por obedecerte.
Pensé que se rendiría
Su porfía á tus desdenes ;
Mas no debieron de ser
Los desdenes muy crueles;
Que esto de veros queridas
De manera os desvanece.
Que aun á los hombres mas viles
Agradecéis que os festejen.
Finalmente, aquesta tarde
( ¡ Oh, quién en lance tan f^ierte ,
Como el triste Belisario,
De sangre pura dos fuentes.
En lugar de ojos, tuviera,
Para cegar de repente! )
Te hallé con él en el campo;
La causa el cielo la puede
Solamente averiguar;
Lo que yo vi claramente
Es que don Diego te hablaba ;
Que tú muy hermosa eres.
Que él era mozo y galán.
Que saliste á hablarle y verle.
Que estabas con él á solas,
Que la ocasión era fuerte ;
Si es agravio no lo sé ,
Solo sé que lo parece.
Celoso, pues, y ofendido.
Le supliqué que se viese
Conmigo ahora en el campo ;
Salió, conocile, babléle,
Dile cuenta de mi amor,
Uespondióme secamente.
Desnudamos las espadas,
Y quiso, Elena, mi suerte
Que le alcanzase una punU
Y que la vida perdiese;
Que una cosa es tener dicha,
Y otra ser uno valiente.
Esto es todo lo que pasa ,
Y antes que llegue a saberse
9,
ae yo he sido al boMicida .
eogo á dedr que le mdei
Sin mi para mncbos aaot,
Y á que conozcas que tíeoes
La culpa desla desgracia.
Y con estOt adiós ; que poede'
Costarme, Elena, la vida
Un instante detenerme.
DOffA ELBIIA.
Y á rol ¿qaé me ha de costar.
Cuando te pierdo y me pierde»
Sin mas culpa que adorarte?
LOQOETE.
Mal caso, Beatrii, es esie.
BEATMZ.
Y mas para quien te amaba.
DOfU BLBNA.
Vele, por Dios, vele, vete ;
Porque aun palabras no Icago
Para poder responderle.
DOS lOAS.
Tú, Luquete...
LOQOETK.
Ya le escacho.
DOü JVAH.
Vé á casa, y iln detenerte
Me trae aquí dos cabalh».
LOQUm.
Partiré como un cohete.
DOH lOAS.
Hoy pierdo i Valladolid.
DOflA BLBIA.
Hoy quedó i morir aaiema.
LOQOSn.
Hoy comeré sin Beatiis.
BSATUE.
Hoy beberé sin Luquete.
JORNADA SEGUNDA.
Salen DON JUAN t LUQUETE.
non JOAX.
¡Lindo lugar!
LOQUSTB.
Estremado,
Aunque goudo de noche.
Y eso á caballo A en eoche.
nos JOAR.
Eso la vida me lia dado.
En Valladolid maté.
De amor y de celos deso.
: Lance fonoso! á don Diego;
Va lo sabes.
ItOQORB.
Ya lo sé.
WUf lOAli.
SalideValladoUd,
Temiendo mayores males,
Y en dos diaa no cabales
Nos pusimos en Madrid,
Donae encontré con Uaardo,
Que es el amigo mayor.
De mas brio y mas valor.
Mas discreto y mas gallaido
Que tuve en toda mi vida,
Y contélelo que pasa.
LOQORS.
Bien se ve «pues m
Nos hizo ui acogida.
Pensé por Madrid i
Sin ser de nadie notado;
DOS informad»
D aqueste logar
irieotes 5 amigos
igodeBfonéses;
»ara tres meses»
ir eoemigos,
te cuarto 00 salgo
noche ó en coche.
LOQCBTE.
)ia es la noche.
DON JDAIf.
irídad me valgo ;
faltando el gusto,
la que bien parezca
ae se apetezca.
LDOOSTE.
es muT justo
lena. Señor.,
DOlf JOAN.
quién pudiera ser?
mundo mujer
la?
¡ Bravo amor !
DON JUAN.
¡eras, en tanto
i caballos fuiste,
j^ Dios ! noche triste
f o perdimos tanto !
Mi bien, espera ; »
flUi mal, no quiero ;»
uesto y grosero
i la escalera;
90 la congoja,
mi desden,
t lágrimas también
ije las arroja,
)iros al aire
de razón,
ni corazón»
3to donaire,
I volví, y la dije,
cía la pared :
ere vuesamerced,
mata y aflige?»
niños suelen,
enojo señalan,
si los regalan
isias se duelen;
¡nos ojos,
iban reventando,
)me mas blando,
sus enojos;
as de coral,
el amor vergeles,
•egar claveles
)s de cristal,
in, de mi pena
Ipa ninguna.
LDQDETE.
?n?
DON JUAN.
Mi triste fortuna.
LUQUETE.
eguro que Elena
ue tü lo ha sentido.
DON JUAN.
o? No puede ser.
LUQUETE.
)orque es mujer,
[)go entendido
is desmienta el nombre;
.«gando á querer,
Iquiera mujer
mas oue un hombre;
I fin,e[ mas amante
ita, pasea,
a, y auB desea»
í
LA TOQiniA ViaCAINA.
Divertido é iieoMlMito;
Mas una pobre Mfiort,
Que no sale por la vUlfi,
Y asida de una almohadilla ,
Cose la mismo que llora,
Claro está que qnerrA mas
Y que guardará mas ley; «
¿No has visto comer á mn baey»
Y que después á compás
(Así la vida oonservaí
Con un curso repetido
Vuelve á rumiar lo eamíáo
Hasta topar otra yerbal
Así las mujeres seo
Con amor, poroae en aaMndo,
Sien^pre están aaodo y lomaado
En su amorosa paaioD,
Hasta que llegan á ver
Lo que pndierao amar*
Y cesando de nuniar.
Vuelve el amor | comer.
Elena en un monaüerip^
De su tio despreciada.
De sus deudos olvidada.
Sin humano refrigerio
Desde aquel suceso esti;
Pues ¿cómo qaleres q«e esté
Quien encerrada no tt
Mas que tu retrato allá,
Y las cartas qae la esenbeat
POR JOAII*
Y bago yo mas que leer
as suyas?
ujatnsTB.
Ella es mqjer,
Y t6 por lo menos vives
En Madrid, que basta el nombre.
Donde solo el ver la gente
Es consuelo sofidente;
Juegas tu poquito de hombre,
Y aun te entretienes con damas.
POS JUAV.
¿Yocondamast
tUQUETE.
Tú con prora,
Que hay quien dice que te adora.
DON JBAJI.
Sin razón su nombre ioíamaa.
Porque es miyer qne al amor
No rinde el pecho gallardo;
Fuera de amarla lisardo.
Que es la respoeata mcior.
LOQinm.
Por lo menos á tn mego.
Aquesto e% cierto, permite
Que Lisardo la visite.
DOllillAH.
Meter paz no es catar ciego;
Mas aqui Lisardo viene.
Salen LISARDO 1 PIMEO, 9Haé9.
LiSAiaO*
¿Donjuán?,
¿Amigoyaelior?
Pues bien, ¿c6mo ?a de amor?
USABDO.
Don Juan, como qnieo íe tiene
A quien no puede pagar.
Porque no sabe querer.
Y vos ¿ qué pensáis bacort
DONJOAN.
o leer algo ó Jugar.
USAIDQ.
An ieral m
M
BOU lOAIf.^
Tiéneme el riesgo cobarde.
LISAiaO.
No teneit qne reeetardi
Yendo en eicodéf éoñmigo.
•OH i0An.
Vuestro soy.— Tá, eon Plneo,
Vé por cartas al eorreo»
En casa de Flora dlg»
Que estaremos, ai oa parece.
aov JUAN.
Yonotengovokmtad; .
Guiad, elegid, mandad.
Al paso qoe ae ábefteee ,
Adoro en esta m^tdr. ' '
MNije4ir;
Poea venceros poriendo.
Porfiando y obHgando.
Vamos.
■■t ..
¿Tlavaiáfíert
MMIJIIAII.
No voy sino i aoow^ar
A quien ea jpUaa de FJoml .
Porque á Elena ü abpn a«Ioia.
Si por mi te be de Jvgar,
Elena será iniélla,-
Y á Flora querrá! maftana ;
Porque deapnea qne vt á Inane,
No me acnerdo de Beatrfo* ' •
9m.mlL
No es una nnestn fbrlÉna.
• ■ ' •
ItUnOBR»
¿Por qné,^ si eainvio e) MM4a? ,
BOfiaími.
Porque tá eiea beariMte h^
Y yo aoy don Inan de Lima.
(taM.)
Salem DOfiA BLBIIA, MATilS f HilG-
DALBNA, d# |SffMrft fiMa^Wi» T
FEUCU!fO,a«Ü!i» .
■laÉÉiiiwft,
No bay sino tener cvlAdn
Con los preciea da laá loeaa.
Mujeres en fin, y leeM.
No habrá casa, ne habrá eauadoi
Dama, rincón, ¿alie 4plba,
Qne no registres y fena^
Sin que de ningano aeaa
Notada.
>efa.uÉa.
INaeff«ÉtMi*
Para lo que y* dMI^ '
Qne ea solo ferl dpi Han.
Buenas tos brtanaa eean ;
QneannteveojnD'faArao. .
Elaaormettenenii. ■
nttMBM; -
¿ Tá en Madrid, ai^ OM^ i^
Sierramoaaiand»jiwifcrifc ,
Ya no hay TMiajIn. ....
le toquen
DM que no fisUa
I donde no entra ,
armiñado á andar
erte baila que Tenga
irmidalcedaeik);
on advertencia
f , estando en casa,
nia de la Cerda»
} Licoalde
tocas de seda;
si i nn mismo tiempo
dama y loquera,
trido la jndnslria ,
ríos intentan,
la el alma,
e la sospeclia,
nde la dada,
za la agudeza,
^dido el amor,
) qniere atrepella ;
i amor, no ba j cou
allaneysoTenza.
FELICIANO.
ra lo ingenio,
il á in belleza,
^les engaños.
nO^A ÉLEIf A.
lodo acierta.
FELIClAlfO.
ne has en partp,
el alma se queda
temor.
DOXA ELEKA.
No bay temor
e esta manera,
aleña al lado.
MAGDALENA.
rá Magdalena
:Iava tuja.
D05ÍA ELENA.
iedo que lo pierdas
BEATRIZ.
ues ¿qué aguardamos,
»ra no se empieza?
DOÑA ELENA.
ena nos guie.
MAGDALENA.
que tengáis cuenta
lándome algún paje,
ndero ó dueña,
amos (res juntas,
cdar á la puerta
res.
BEATBIZ.
Bien dice.
DO.^A ELENA.
3 discreta.
BEATRIZ. •
nos primero.
MAGDALENA.
s y enhorabuena
le del Prado,
e está la belleza
centro.
D05ÍA ELENA.
Camina ;—
no, espera;
le se ponga el sol
ado la vuelta.
FELICIANO.
iieoa fortuna.
LENA. (En wz alta.)
re tocas de seda?
K:as? ¿Quieren tocas?
L4 TOQUnU mCAINA.
tnurmi.
Bueno va, ai do se enreda;
«AGDAUaU. ^
Anda, Loist.
D05ÍA ILIIIA.
Ya te algo. .*
Dnlce amor, baa que yo ▼•!,
Si puede ser, i don Juan*
Guando otra cosa no sea,
iEATBn.
¿YaileTieraaeonotraf
DOÑA BUHA.
¡ Ay Dios! Quédenme maerta.
Sale FLORA.
PLOIA.
Corazón, ¿qué nofcdid
Es la que conmiffo ha^hf
¿En qué pensáis? iQoé leaeisT
Decid, decid la verdad.
Mas no la digáis, callad;
9ue si no soy la qne fW.
después que me leMlf ,
Tengo otro ser y otra eara^
Gomo si con otn hablara «
Teng[o Tergñenit de nL
Venció amor» soya es la palma;
Porque TiTir sin amor.
Aunque parece Talor ,
Es desaliño del abna;
Estaba mi necbo en calma.
Sin bien, sin gosCo y sfai nwdrat
Y buscó muro á la bledn
Para que i\o se derribe;
8ue aun se cae, ai no vive,
n ediOcio de piedra.
Está don Juan en Madrid,
Y en Valladolid Elena,
Y parece que la pena
Le tiene en ValladolM ;
Y como todo mi ardid «
EnnocreerconsisUa, .
?oe amante perfe^ babia»
tanto don Juan 18 ftié.
Casi á un misara tiempo amé
Lo mismo que aborreáa.
Procedía mi Ubieía
De temor, no de rigor;
Mas quitóme este^einor
Ver de don Joan la firmeía;
Que aunque adora mi bellexa
Lisardo, solo se llama
Amante el que aosente ama,
En tiempo que es novedad
Que aun guarde nn hombre lealtad
En los brazos de su dama.
Mas ¡ ay Dios ! ya me acobardo
En tanU diflcollad;
Don Juan tiene volaniad
A Elena, y á mi Lisardo.
Yo peno, suspiro y ardo.
Pues la garganta al eactaillo
Pongo por no deacnbrillo;
Que una principal mi^jer
Puede llegar k qnerer.
Mas no llegar á deetUo.
SaUn ISABEL T JUANA.
lOAM.
Lisardo, aquel que le adora...
ISáMEL.
Lisardo, aquel qoe porfía...
FLoaa.
Decid que venga otro dia,
Qoe estoy indimoesta ahora.
i Viene solo? ¿ Qoién lo ignora t
Tqnenrime
Con hablar y mas faablM^
Un don lUB viOM con A.
FLoaa.
Pues ya eitor iNicaa ; lasbel;
Dedd qae poadM oaiiir.
ISAaBt.
A ignorar lo oondMoo*
Dijera que ese contaolo—
Esto es solo e«MllaiÍÍoolo »
No, amigas, iocliaaeioa ;
Porque 00 ftiera mo».
Cuando por galaotiria
He viene é ver algos dia*
No dejarme hablñ id vor;
Qoe anaooaa ea 00 qoorer/
T otra tenor eoneaía.
Bien podéis entrar.
Sakñ DON JUAN t USAEDO.
iSofionf
ftoaa.
Bn sentándooa hkblarénei.
(Ap. Anfor, toda soy ortifsos)
oomoAii.
¡Qaédiserata!
nooA.
Ahora, ahora
A enmnbos ptegoBlaré
Gómoeatáls.
I ao.
Y*
Moeo veros,
¿Y vos, don
dé
f.
Hiaé;
Y<
Dll» • ira HSi «
Am -I fu. ..o
.iw m%* 91 V a« «■
Yasi,p. ji
Qoe no Uv, -noa
Porque nui i¿
Mientras db .
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Nobajqoifli i
Al».
le
«Ua.
1
I 1 ^^
Blullo,
No;poi\|i.«
Que el ^rt^
LoprM B^.w»
TtaM ida.
Yo
524
Y aun rayos puede Tender,
A cobrar no sé qué pieza ,
Y aunque es poco el interés, .
Para una mujer es mucho;
Y recibiré merced
En que bagáis que se le vuelva;
Porque si no, puede ser...
LUQUETE.
Que nos volvamos i casa ;
Que es mi se8ol' muy cortés.
FELICIANO.
¿Toqnera aqui vizcaína?
Ño os han informado bien.
DON JDAN.
Yo mismo la he visto entrar ;
Mirad si me engañaré.
FELICIANO.
Aqui, Señor, hay dos puertas»
Y si acaso entró, creed
Que se salió por la otra ;
Que aquesta casa no es
Casa donde se pudiera
Semejante engaño hacer.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAri.
No, Señor.
LUQUETE.
FELICIANO.
Porque aqui vive.
Habrá dos años ó tres,
Doña Antonia de la Cerda ,
Mujer muy noble y mujer
Que es de don Pedro de Vargas,
i:aballero de Jerez.
LUQUETE.
Aqui no hay qué replicar.
DON JUAN.
Cuanto me decis creeré ;
Mas la loquera está dentro,
Y yo la tengo de ver.
FELICUNO.
Advertid que si don Pedro
Viniese...
LUQUETE.
¿Que en esto des?
FELICIANO.
Mas ya sale mi señora.
Sale DOíSA ELENA, de dama y con VU'
tido diferente,
D05ÍA ELENA.
¿Quién da voces? ¿Qué queréis?
Qué descompostura es esta?
{Reparan los dos en ella.)
DON JUAN.
Yo buscaba una mujer...—
Mas ya, Luquete, ¿ qué es esto?
LUQUETE.
¿Qué ha de ser, sino querer
Volvernos i entrambos locos ,
Sin por qué ni para qué?
Do5íA ELENA. {Ap. d Feliciano.)
Tenme aparejado el manto;
Porque ten((o de ir tras él.
Por si Beatriz se descuida.
DON JUAN.
En fin , ¿que es vuesamerced
Mi señora doña Antonia
De la Cerda?
D05ÍA ELENA.
¿Noto veis?
DON JUAN.
¿Y con don Pedro de Vargas
Casada también?
DOiSJA ELENA.
También.
DON JUAH.
¿También? ¿ Y eso b& mucho?
D09a ELENA.
Habrá
Como nueve años ó diez.
DON JUAlf. (Ap.)
¿ Diez años? ¡ Que esto se diga !
D05ÍA ELENA.
SI, porque yo me casé
(¡Válgame Dios! ), ¿qué año era?
I Ah si ! ( Dios me acuerde en bien)
El año de diez y nueve ;
Mas decidme, ¿para qué
Es tan larga InTormacion?
DONJUÁN.
¿Para qué? Pan perder
El juido.
LUQUETE.
Y cuarenta Juicios,
Si los pudiera tener ;
¿Aqueste es encanto ó escomo?...
DON JUAN.
Alto, ello debe de ser
Asi, pues lo dicen todos;
Perdonad si os enojé.
Que yo he venido engañado.
D05ÍA ELENA.
Mas valiera ser cortés
Y usar de mejor estilo;
Porque, si amor me tenéis.
Como he pensado, si acaso
Sois vos , no lo dudo , quien
Ronda de noche esta calle.
Conquistando mi desden...
DON JUAN.
¿Yo, Señora?
LUQUETE.
Esto es mejor.
DOÜA ELENA.
Aunque es hacerme merced.
No es cordura aventuraros.
Habiendo pluma y papel ,
A quererme hablar por fnenay
Donde se puede temer
El peligro de un marido ;
Discreto sois, ya entendéis ;
Mas voyme, que estoy turbada,
Y puede ser, puede ser
Que venga don Pedro ; adiós.
DON JUAN.
Y á vos larga vida os dé.
DO^A ELENA. (Ap.)
Mamáronla los señores ;
Lindamente lo tracé. ( Vase.)
LUQUETE.
¡ Jesús ochenta mil veces!
DON JUAN.
Tal estoy, que apenas sé
Lo que me está sucediendo.
Aunque lo acabo de ver.
LUQUETE.
Alguna vieja anda aqui ,
De estas que al anochecer
Vuelan por las chimeneas.
DON JUAN.
No sé, Luquete, no sé;
Pero lo que yo he sacado
De aquesas enigmas es,
8 ue filena está en un convento,
ue las cartas vana él.
Que ella me responde á todas,
8ue es suya aquesta que ves;
ue la toquen de hoy
Es doña Elena también ,
Y lo mismo doña Antonia.
De esa suerte ya ioiiRS.
MUiiiua.
Tres son, y seria mirtsüii,
uDoein.
Pues ¿ qaé remedio ha deUkr?
B09IJIIAIL
Pues perdiflBOi b UNpcn,
Y lo misaio viene i ser.
Pretenderé á doia AbIsbíi,
Pues que de sm boca sé
Que hay an galao qae h sin.
Yá mimetfeneporél;
Y con esto, por lo aeDos.
Mis penas enlreieoM
Hasu salir deile
LDQmTB*
Dios nos ahmibre eoa bisa.
(fiSM.)
JORNADA TKRCERL
Sate» DOSA BLKNA t BBATU
damas: MAGDALENA T FEUGU
DOiUlLIIIA.
En fin , ¿eon él hasesladoT
HACBALIRi.
Yun loco está por ti «^
Que porque jo ne oned
Solo á darte eateieeado.
Después de nfl bcadiclOBei
Ybesaonanoaaluso
( i Brava fineta !), me puo
En la mano seto doUoMS,
Que en aqueste Hempo es asi
De las seiCalea del judo.
No es muy diaMo eLlal eido;
Mas tieoe boeea fartna.
En fin, hablar Monell
En su voluntad eoeUia:
Porque, si verdad te digs.
Aunque dello me rat.
Fueron sosextreasostmlss,
Que me lastimó doo Jan.
DOJUlUlU.
Luego los hombres dirán
Que son todos moa naiss.
■BATWa.
¿Qué es sanlosT Heniles sea :
Del mejor dellos renlefoi
•oIUbjuuu
¿Que estaba don laaa laa (fti
JDigoque
Pues i qué m^ier ba de hskr
Tan loca y desaUaada,
Que les de crédito ea aadii
Viendo lo qve Reto ft lerT
Don Juan es eserdey füMf
Cortés, salíanlo, eeteediás,
Puntual y bien oacidet
Y con todo eso « dea Jan
A un mismo tiempo eaoBon
A cuatro, ala lo oacaMsils;
A mi eomo á mi^ esioescNA
Y luego á Lolaa y á Fton,
YádofiaAmoatatamUsa:
A Luisa , porqm le afta . .
Que hables de se parts á U«<
nñe iqnel lüa
ei, roDdi « nin,
egaj tupín;
ne el qne se niada
rfnu Balan,
llene, «a ni;
wjnr t»*»\.
iúnK>*ertDf
' Buna.
■unii.
ibImmBohi
jar principil,
m i so coiU;
boíUklbm.
.qaébedebieer?
Bunu.
EiUr,
do de poati ,
odiet j diit,
cir el Donbre,
ides de un hombre,
jAetrálat;'
pie i mi rae dan
[He i U don Jun,
!, es porqneiEleni
tnionU ie ;
.aqnete * mi
Tengo }o tlli
>B , mano 6 pié ,
lo qoe ptnió
laa Beat rices T
inellas naricea T
Irompeta ;oT
da , f JO crael ,
JO lucinia,
i jünu,
' eite deealmado
00 Juana aborat
DOiUELtIU.
ne JO t FloraT
>T«r)giudo.
MÜA UEIU.
le de averignar,
as pnede ser.
■UTBIZ.
tat de hacer ?
BofUti-uu.
jQnéhedebacert
)M estorbar
nUre en mi dallo,
lene en lan poco,
CD traerle loco
nre el engalloi
le estar con Flora,
tt, *ÍTe Dios,
lablen loado*;
c h|n dlcbo abora
lora TBoIdad
t aadle bien ,
! que do baj qaiea
imoierTerdad:
U TOQQBUTBUIIUL
TanAdlbedepIMld*,
Que la ebUgtu idavneWle,
CnaBdo le Mtiete itior.
Tú bu de llefarie so w«l
De oirt Mra, ea qie M ifln
Lilsa qne te «tolere l«l*e,
Y qn» boj ae *ert ew él ;
Hoj llep el correo Alhdrid,
V respoodleiHlo ft sm cuta.
Le rogaré qu aa parla
Alpnnioi ValltdeUd,
Porque InpoiU; U, denOM
" '- loliHiU.
«rtr-
. TOü
De 4oBa AMonia n n
Y que I Mi lene hi aoúlad»
Irme al Prado á «MmUmc
UnosdlM, jpodri,
SI q^Uere, tci«m aU,
Se es eBpMaite á<|Mnr.
o esio tro* cons bago :
Examino aa verdad,
Conoieo SB *oJ notad,
V también me tatWk|B '
De la mofalna ; la pan
8ne me da aq^eate niwlfln.
teodléodome eoaaln>
Pues Ttendo qoe loj do Bleoa,
Ya vizcaína , ja dnü ,
Un original Un *ho,
Admirado j peniailTO,
Slu conocer i quién tBi,
Todo se le ti
a a la boca, ja i ba aaDoa ;
(jonlooial TCBSoifeaKanM
Délcooti, teuleodoeaei
El agravio y d caiilgo,
Pnea él me ohodo cooBdgo,
y JO me rengo con él.
Vlf e Dios, <[ae en enredir
Ciiedra poedet lev
A un mobatrero.
kXUiuu.
Unmqfer,
Beatrli, eo llegando i amar,
Tiene ingenio peregrino.
auTUL
Bien en el lo jo ae tc>
El mejor camino
Para saber de na
Tos agravio* ba de Mr...
BollAiuau.
Pues no me ha de anocheea
Sin saberlo ; vén , BeaMi,
V til, para qne te dé
El papel de la tal Lidn.
rBucurnt. (Af.)
Aquesto es perderte aprisa.
Yo sé qne por él tendré
Boeaos guantes j bnen porte.
rxucuM.
Y ann una mitra tendría.
En bravas cautelas das.
nohiLUa.
Esto se aprende en bieorle.
StlM DM JUAU r LDQDBTI.
No* dejen AttonͻLaln,
N«i eoB y no HM Ubm:
iTbadoír-'--— ' — '"
PnosinoT
Tolou^oárln,
Pofqie doMoa d* atMear
Loa sali doMOHi, mm ctalo.
Pera aq«l flMs UiHdo.
SateLttUOa
FotaM Me Mdterdo
riIn.voiadMdo .
HnaBosoagnanlnOta;
Pera mi amor oi HMands '
Qne están las eosnt M nodo.
Que Bunqne JO d prlBMo Iken
Qm viniera, aerpiadlan
une OB agvardaru }•* indo ;
Porque, aunqie aor «• loe doB
Dotan nai Mrtn nena inrt ,
&eforpodeWTCarinna7^
Qne JO pondo ennr-alB VH.
seria,
afldon );
; hombres dicen
los quien son,
ijeres,
cesó;
ubres de bien
u honor;
corlesia,
s dolor ;
en entonces,
3 tengan amor,
jrrecer
ación,
i av ingrato !
liró
|ue, saliendo
;polon,
leno campo
confusión
in debía
splandor,
;al)a en el cielo,
ama al sol.
, mató un hombre,
prisión,
3lid,
n salió
lanual,
alquicr rincón)
a dama
os mención.
) á Madrid
), por Dios,
k mucho al caso),
encontró,
jr preciada,
uien es valor;
as lenguas
se rindió,
e ver,
ró el calor ;
en nosotras
reloj ,
que anduvo,
aella dio,
uando anda ,
10 veloz,
za la vista,
iza el dolor,
ler conquistado
•resunción,
s un risco
e Faetón,
casada
ersacion ;
ester,
1 humor,
liso bien ,
i la habló,
lue una tarde
la vio
izcaiuas ,
moró,
) por ella ;
ste amador
I mujeres,
perdonó,
almente,
¡cador,
mbien
iermon,
;ho galán,
lista soy,
i Lunay Leiva;
3 siguió,
le Peralta,
^eonor,
a de Lisardo,
go y el mayor,
tal secreto,
iba visto el sol.
hk TOfiUgRA VIZGAIMáh
La que amó después de mi
( Y por quien también mató
A don Diego'de HenéMS»
Que era su cotopetidor).
Doña Elena de Alvando;
La casada que eneonlró.
Doña Antonia de la Cerda,
Mujer de un procurador;
La toquera vkcaina
Que VIO, que siguió j habló.
Es Lnisilla, una nKMEuela
De chinela con listoo.
Que vende... no sé qué Tende;
Ella lo sabrá mejor.
La desdeñosa, la esquifa
Y la brillante sois tos.
De quien él mismo se aUbt
Que go^ la estimación.
Este es don Juan; fed abon.
Siendo, SeOora* quien sois.
Si queréis aventuraros
A entrar en un coraion
Donde es forzoso que estéis.
No desenfadada, no.
Sino todo lo posible
De encogida, porque son
Cinco las que estaños dentro»
Y apenas cabemos dos. '
{UpánUmu.)
FUNU.
i Jesús mil veces , Jesús! .
BBATMI.
¿Qué tal es la información?
FLORA.
(Ap. i Don Juan es de esta manera?
Corrida de amarle estoy.)
Fiad en hombres; ] Jesús!
DOÜA ELBNA.
El mejor es el peor.
DON lUAIf.
Dejadme, por Dios, Lturdo.
LISABDO.
Si se ve que es invención,
¿ Para qué queréis salir?
DON JUAN.
Para saberlo m^or,
Y averiguar qué mójer
Es esta doña Leonor,
Que aun sabe lo que no he hecho.
D05ÍA BU»A.
Señora, perdida soYf
Porque don Juan viene allf;
Y si acaso me escuchó.
Hará cualquier demasía
Conmigo ; que es un Nerón
Si se enoja.
FLOSA.
Estad segura.
{Llegan dan Juan y Litorio.)
¿Aqui estábadeslosdos?
DON JOAN.
Si, Señora, porque quiero...
FtOBA.
Quedo, don Juan, eso no.
Esta dama está en sagrado.
Pues que dejni se anmaró.
Fuera de decir ?erdades.
DONJUÁN.
¿ Qaé verdades? Vite Dios,
Que es engaño cuanto ha dicho.
D05ÍA ELENA. {Ap,)
Ya la dasatisfacion;
Entablado estaba el Juego.
ploua.
Don Juan, aquí se acabó
Vuestro crédito conmigo
mr
Y buena ropoiieioB;
No enir^ mis «
Si ; pero ¿por qué ocasKw?*
noiA.
Porque udostiibeis ñHH
De que Plon oeHeM iímt;
Pues, dado caso eme flMn
Eso verdad , émh besy.
Por mestro amor Ineoastaule»
Por vuestra falsa Intención
Y mecánico deseo.
Si no por mi pundonor, '
Os aborreciera el alma.
Do«A lUMiA, Mp.)
Eso es lo que quiero JO.
■imii. {A^,)
Con mosca está^bseiM
wñkknMní.{á^.)
El cuento la ranatA.
LñAllM.
Don Juan, al el ébofraceros.
Conforme i la condidon
De Flora, solo oonaiat*
En que tengáis opinión
De falso, y aquesui dama
No es cosa que 08 Imnortó»
Confesad que es verdad todo*
Y podré,ser que mi amor
Alguna esperamaieuga.
DOR muí.
Alto; si lo querols fot.
Desde ahora soj tagnio,
Tádl 9 mudable ^ tnMor.
' USANDO.
Haréísme mocbajntitoad.
¿Qué merced ni qué ftnror?
Si aquesto ftiera oeianta
De Elena, á qitfea ideié
£1 alma aun estando ausente»
Fuera acción de esrimadon ;
Mas aqui no os sl^ «i nada.
ruMU.
En fin , ¿qoó dneii loa dpa?
Ene cuan|o esta dama Im dicho
s asi como pasó.
Luego ¿es verdad qne^estos días
Habéis requebrado I dos?
¿La casada y la loqoan?
•sai fouu. . .
Si, Señora.
rUUA.
Firma aula.
DOlUSLaiA.
No soy yo mi^er de ^pfM
Ni enredos, aquesto m.
íY Siena?
Siena ea dal alma»
Y esta dama que tna voa
Se vino, y con foa aslA
Como en una religioii,
¿fia del alma 6 es del doatpó?
1^ JÓÁN.
Eso es mentira, por DIóf ;
Asi, digo que eaméaillra
Cnanto al BMunm Loaoor
La dama que eat& oi^iariKO ,
Mas cuanto aLvfvIr m dea
Juntos, es mucüf VHfdad...
S28
D05ÍA BLERA. (Ap.)
Ya es mi desdicha mayor ;
¡Válgame Dios! ¿Cómo es esto?
• FLOKA. (i4p.)
Volved en tos, corazón ,
Don Juan también es mudable ;
Salga, pues, por donde entró.
DO 9a ELE:<fA.
Ya estoy al cabo de todo ;
Beatriz, en lo cierto doy.
Porque el estar este ingralo,
Desae que á Madrid llegó.
Tan encerrado y secreto.
No hay duda, no, procedió
De tener su dama en casa.
BEATRIZ.
No lo creas.
D05ÍA ELENA.
¿Cómo no.
Cuando lo confiesa él mismo.
Que es la mas fuerte razón?
Mas yo lo tengo de ver.—
Señora , quedaos con Dios,
Y no le dejéis salir
Tan presto, y si os enojó
Mi dilación, perdonad.
FLORA.
Antes la vida me dio.
DO^A ELENA. ,
El cielo os haga dichosa.
{Ap. Celos y dicha ¡qué error!
Ingrato don Juan, si acaso,
Cumo amante engañador.
Con obras ó con palabras,
Que pasan de la intención.
Me ofendes, viven los cielos.
Que , sin mirar á quien soy.
He de hacerte mil pedazos.)
BEATRIZ.
Atiende.
DOSÍA ELENA.
No hay atención.
BEATRIZ.
Advierte.
DO^A ELENA.
No hay que advertir.
BEATRIZ.
Oye.
BOSa ELENA.
Ciega y sorda estoy.
BEATRIZ.
Mira.
D05Ia ELENA.
No me digas nada.
BEATRIZ.
Escucha.
D05ÍA ELENA.
Deten la voz.
- BEATRIZ.
Repara.
D0Í9AELE.NA.
Cierra los labios.
¡ Otra con él ! Muerta estoy.
{Vanse doña Elena y Bealri
LISARDO.
Ya se va.
DON JOAN.
Pues voy tras ella.
FLORA.
¿ Dónde con tanto rigor?
DON JUAN.
Pues es mi dama, á seguirla.
PLORA.
Tenéis, por cierto, razón;
Mas es ahora temprano.
EL DOCTOR JOAN PÉREZ DE MONTALVAN.
-.)
LISARDO.
¿No ves que no es discreción
Quitarle el gusto?
FLORA.
¿Estás loco?
¡Qué lindo procurador!
Pues ^por qué hade tener gusto
Con ninguna un embaidor.
Que dice que á doña Elena,
Como él mismo me contó...
{Ap. Elena, de ti me valgo
Para encubrir mi pasión.)
Es verdad.
DON JUAN.
FLORA.
Pues si es verdad,
Y ahora en mi casa estoy.
Entraos los dos allá dentro.
{Ap. Un áspid, UD escorpión
Llevo en el alma.)
LISARDO.
Ya entramos.
(Ap. Esto es seguir el humor. )
DON JOAN.
Lleno voy de confusiones.
FLORA.
Rabiando de celos voy.
{Yante.)
Salen LUQUETE t OCTAVIO, con
cartas,
LUQUETE.
¿Ha venido mi amo?
OCTAVIO.
No ha venido.
LUQUETE.
Estragado, molido y remolido
Vengo de la estafeta.
OCTAVIO.
¿Mucha gente?
LUQUETE. [cuente;
Es hablar de la mar ; no hay quien lo
Por(|uc, según la trulla y brava entrada.
Mañana se podrá poner con grada.
A besugos nelanao, á pan lloviendo,
[diendo,
Y á nieve cuando el mundo se está ar-
No hubiera tanta prisa, llanto y risa.
OCTAVIO.
En aqueste lugar á todo hay prisa.
LUQUETE.
Menos á cuatro cosas, bien has dicho.
OCTAVIO.
¿Y cuáles son?
- LUQUETE.
Conforme mi capricho,
A las mujeres en llegando á viejas,
A fuelles, á bragueros y á lentejas.
OCTAVIO.
A las lentejas y á las viejas vaya.
Porque en verlas el alma se desmaya ;
Masa los fuelles...
LUQUETE.
A los fuelles menos.
Porque en cualquiera casa por lómenos
Hay dos fuelles eternos y continuos. ¿ Seik>r?
OCTAVIO.
¿Y cuáles son?
LUQUETE.
Octavio, los vecinos,
Que, siendo aventadores de una casa.
Soplan cuanto les pasa y no les pasa ,
Ycomodeesto hay unta muchedumbre, ».«-.
Nadie busca mas fuelles á su lumbre. I ¿Porqué» doQJau?
oeTAi».
Y á bragiierai¿por gnéMk
Siendo, eoBO es, «Bfemeda
Porque 6D efecto es Ma,Tu
Dar á eniendcr hs Mjai,ia<
OCTAVW.
Paes di, ¿qné haee qnieicoii
LOOOITE.
fil misnio se los eortay se li
Y si acaso loieoapra delai
Porqae nadie lo fea r¡ lo a
Y después lo monoDK á tm
Llega embozado, áoiainsj
Solfa DON ÍCANtUSÍ
■01 JUAN.
¿Que Flora no qairieseqae
Para que vo tiqoiefa io ctfi
Desvanecido ahora« iMgini
En qué ocasión, adMe,eta
Me ha tIsIo esta mojer, qai
Qne refiere snpneslas y tt^
Dice machas verdades, qiea
Porone pueden tocar hoons
A mis proprios deseos be £a
LISARM.
Con alguna m^jer habrás ka
SI he hablado, si; mas BocM
Si no es qne del demoaio se
Saber por tan eitenso mis d
Obras, palabras, vida, y ph
Lo qne yo be soapechM» u
Si la vista, Lisardo, do aei
Es que Elena me baUa diií
Con nombre 6 aparieacia é
Qne es la dama qneosdiiEO c
Porque, si con tos ojos ae
En voz y en cara, raes la ese
Dofia Antonia ea Elena, i j«
Y si es ella, ella ftaé la de e
En estar tan tapada y tan a
Y en saber mis lortuas v ■
Ausencia, travesaras y dei^
Y si acaso no ftié, fhé u loq
Que también es. sa estampa
Y si esta no, porqae esta vea
Aaiiqae en la corte la aveo
En lo hermoso, lo crespo y I
Juro á Diosqoe no $éqmét
LISARDO.
Si á esas mujeres se pareo
Gomo vos afirmáis.^
DOX JSAI.
EIII04
uiuso.
Una de ellas aeri.
aORjOAS.
Yeslabi
Porqae otra cosa no herai
Una de las dos es mi Elcn
SmU LUQUETE.
LOQQITI.
M» IVASL
4 Hay cartas?
a.
D0> JUS.
DON JUAN.
Porque si ahora escribe,
I o donde está recibe [to,
poDdiéndome al momen-
iraqni y en el convenio.
USAR DO. [puesta,
onde á todas, no hay res-
LUQUETE.
)y mi señor, es esta.
DON JUA!f.
amiento salió vano.
LISARDO. [no.
8 escribe vuestro herma-
X JUAN. (Lee,)
jades me deberéis este
rimera, oue el padre de
persuadiao de la verdad
liere reducir la venganza
MI ; y la segunda « que el
Elena , aunque no la ha-
a, trata de casarla con un
que ha venido de Panamá,
liga la hacienda de su ca-
oaje. Mirad ahora lo que
; que á todo me hallaréis
no vuestro. — Don Anto-
,9
LUQUETE.
irás?
DON JUAM.
:Qué loco estaba
Ȗa Elena tal pensaba!
LISARDO.
za para estar Elena
isus! y en tierra ajena,
á casando allá su tio.
LUQUETE.
Qué error! Qué desvarío!
discreto y muy machucho,
le Elena se parezca mucho
caronas que hemos visto,
reerlo, vive Cristo;
ido tal desenvoltura
su recato y su clausura.
Dios, muy mal pensado,
ta.
DON JUAN.
Yo me habré engañado.
LUQUETE.
i, muy falso tal intento.
DON JUAN.
a; escucharéis atento.
i desdichas han llegado á
% después de tratarme mi
no lo fuera, quiere ca-
in hombre que no conoz-
n inmenso para quien tan
;ue pienso me han de cos-
as persuasiones. Y asi, os
, vista esta, os partáis al
}do secreto, para que tra-
esposarnos antes que la
lo que después no pueda
Dios os guarde y traiga
ni8 ojos lo mas presto que
De este convento de las
Valladolid , etc.— Vw^írúí
emató,
lue hablar palabra,
1 remedio,
a mañana
a dos postas ,
e amanezca el alba
ie ba de verme
Guadarrama.
B L.-n.
LA TOQUEBA VIZCAÍNA.
¿Ed efecto eitáis resaeltof
Mlf JOAN.
¿Eso decís á quien ama?
La vida me va en partirme.
¡ A y Dios, que se arrtnca el ilma !
i Quién puuiera volar, deloe !
USAHDO.
Pues ¿Octavio?
SéU OCTAVIO.
OCTAVIO.
¿Qué me mandta?
usARDO. {Ap. con Oetñvio.)
Encárgate de estas postas,
Porque á su tierra se vaya,
Y se lleve de cipiino
Los celos con que me mata.
OCTAVIO.
Voy á obedecerte; adlot.
(Vame.)
Salen ISABEL T LUQUETE.
ISABBL.
No he visto mayor enredo;
Mas tú, Luquete, sabrás
Estas cosas muy de hecho ;
Cuéntamelas por tu vida.
LOOUETB.
iQué no alcanzara lo bello
De tu rostro, de tu talle.
De tu garbo y ta meneo?
Mucho me pides qne baga ,
Mas , si es forzoso el hacerlo.
Escúchame atentamente.
ISAtBL.
Ya los oídos prevengo ;
Mira que te quiero mucho.
No me pagues con desprecios.
LUQUETE.
¿Yo desprecios? No, mi reina;
Que estos estilos son buenos,
No para hombres como yo.
Que soy yo mas, no soy menos.
{Ap. Por vida de mi mujer.
De mis hijas ytnis nietos.
Que no sé lo que nie diga;
Mas, metido en este empeño,
No tengo de hablar verdad;
Va de embuste, va de enredo.)
Hoy las calles de la corte
Son cielos, pero estrellados
De damas ; que las tapadas
Son cielos de noche, es llano;
Que una tapada de ojo
No es cielo de dia, en cuanto
Se ve solamente un sol
Puesto en la gloria de un manto;
Y muchas de estas lapadas
Sin duda van ayunando,
Pues me piden colación
Si á enamorarlas me paro.
¡Qué vistosas colgadoras
Por las calles ! Qué brocados!
Qué do Gestas ! Qué de galas !
Qué de triunfos ! Qué de arcos !
Qué de caballos de rúa ! *
Qué de jaeces bordados !
La gente anda á borbollones ,
Los coches andan rodando,
Un agosto es cada dama.
Cada galán es un mayo.
Porque ellas hacen su agosto,
Y ellos con flores sa gasto.
Dueñas no faltan tamnien.
Que , tocadas de lo vano
De tanto placer, parecen
V»
Contemos amoimidos.
Las meninu han ctecidOt
Mondongas andan ñor süo,
Perpéfnas teeohidtoita
De guardillas j tttndof.
Y esto es, que, por ser dlftiías,
No son de lejM alMjo.
¡lesns, coAato dlsiMorüe!
I Yo te preganlo eso acaso?
Lo que yo pregimto es
Si sabes en esto algo
De la toqoera, Leonor,
De dofia Anumia, y si acaso
También de onalal Lakn;
Qae mi ama , rafeaiamio
Por saber aqnestu eosas.
Anda con fisoa dé traafo.
Looom.
tan prcfantéodoae eaO|
Joro & Dios, dcseompadraoMM.
Mas ya llegan á ésl^ sKio.
Vete noramala, galgo. .
Súien DOSa EIBNA» ée Isfirmí,
MAGDALENA v EBATBIZ.
aOllA ILBRA.
Ya el papel no es da Imporlaocia ;
Qne hay moefau cosas de noevo.
■Aonauíu.
¿Cómo?
BOHfBUlU.
Como tieiie en casa
Una dama.
■AOOALBIA.
¿Q«6flM dices?
OOiABUniA.
Esto es cierto.
IHiosagearda,
Porque llegoa yo prlmayo.
Sñlen USARDO» DON JUAN
T LUQUETE.
usáaao.
Saliendo de aqal mafiana.
Estáis allá esotro dia.
luqoetb.
Con dos docenas do Qagu,
Molidos brazos y plomas,
Y las tripu eqja^daa.
¿Sefior don Juan? ^
DOM JOAir.
¿Magdalena?
Vengo á campllr mi palafeta.
OOR IVAll.
Y dime, ¿cómo está Lvisa?
HAOMLBIIA.
Mny buena.
aolUiLDU.
Y movsa criada,
Todos estamos an.
ami iuax.
¿Tanto flifor? iMonod taita?
■OfáBUDU.
Yo no vengo aqni por f os.
Tendrélo 4 mneluí dosfrada.
SI
OCTA?IO.
SDtrado por la puerta.
LISARDO.
izoD se acobarda.
DO^A ELENA. •
jer?
DON JUAN.
Es majer
.isardo regala.
DOÑA ELE?(A.
|ue eres un santo.
DON JUAN.
▼eras si callas.
en FLORA t JUANA.
FLORA.
a vizcaína.
ido verdad , Juana ;
Iveré por iní.
LISARDO.
^dad tan extraña !
aqui?
FLORA.
Sí, Lisardo;
todos la causa,
leria de querer
le sido y tan vana,
íe quise jamás,
de que tratan
dos los hombres,
que me engañaba ;
luán á la corte,
es y palabras
tanta firmeza
ama que amaba,
icliné, no á su talle,
mucha constancia,
lo demás, cualquiera
que le aventaja,
abiendo que tiene
que cuatro damas,
»n juntamente
desecha nada,
•recido de suerte,
su nombre me cansa.
LA TOQUERA VIZCAÍNA.
Y así, pues solo Liurdo
Es en Madrid quien alcanza
El nombre de firme amante
(Que es lo que yo deseaba),
Digo que á Lisardo adoro.
LISARDO.
Cuanto me debes me pagas.
LOQUBTE.
Ya hay un enemigo menos.
DOR JOAN.
Ha sido cnerda venganza ;
Mas advierte qne yo y todo,
Aunque tengo mala fama,
Sé amar como se- ha de amar,
Pues yo con sola esta carta
Dejo i Madrid.
DOffA BLKRA.
Paes¿qaéd¡ce
Esa carU?
DON JOAN.
Que me aguarda...
OOHa ELENA.
¿Quién?
# DON JOAN.
Elena.
DOSÍA ELENA.
¿Para qué?
DON JOAN.
Para verla y para hablarla.
W^k ELENA.
¿Y después?
DON JOAN.
Para casarme.
D05fA rt«ENA.
Pues créeme y no le vayas,
Porque no está en el cobvento,
Sino en Madrid y en tu casa.
DON JOAN.
¿Cómo?
DOfiA ELENA.
Como soy Elena.
¿Cómo que no?
DON JOAN.
Lalsa, buu; •
Süe si para deteneme
aíeces asar de esta trau ^
Ya DO aprovecha.
DOilA Bunift.
¿Quedadas?
Elena soy ; ¿qué. te apartas?
DON JOAN.
¿ Elena tú? No es posible,
Aunque lo dice la cara.
Porque me escribe mi hermano,
Y es públlea.voz y fama.
Que está Elena eo an convento.
BdUlLBIU.
La pública vox se engalla.
non JOAR.
¿Y esta carta que hoy me ha escrito?
DQÜABLlRa.
»Rien dices. ¿Y aquesta carta
Que boy he redimió tuya? *
Don Juan, para todo bav traza ;
Yo me he venido tru ti ,
Y encubierta y disfrazada ,
Casi á un miñno tiempo he sido
Do&a Elena de Peralta,
La Jamura rltCAtec,
Dofia Antonia la CMada,
Y ahora s<v dolía Elena.
DON JOAN.
Bien el alma imaginaba.
LOQilTt,
Luego lo dye, por Dioi. «
DON JUAN.
Pues si ausente te adoraba,
Presente ya lo verás*
DOffABLBU.
Tuya es la mano y el alnút*
•BATRia.
Yyoumbien.
LOQOBTB.
Tararira.
DOSkKLIlU.
Y aqui, señorea, acaba
La foquera vizedm;
Decid vítor ti os agrada.
CARLOS.
Exlremada.
(Ap. Confieso qae le temí.)
TRISTAN.
(Ap. Ah , SeuüP, ¿lías vuelto en tí
De la turbación pasada?)
Hoy , vive Dios, que lia salido
El gracejo de buen aire.
CARLOS.
Tienes razón , y el donaire
Te ha de valer un vestido.
TRISTAR.
i, Vestido? Vestidos tengas
Kn verano y en invierno
Delante del Padre eterno.
Donde de luz te matengas. —
Señor, en fin...
CARLOS.
Pues ya ha habido
Quien menguados dos llamó.
TRISTA7I.
Y también lo hiciera yo
A no darme ese vestido }
Pero algunos fyo lo sé)
Lo que no tienen darán ;
Que lo que tienen no dan ,
Porque ya no tienen qué.
Pero cuando alguno da ,
Por lo menos , de una vez.
Viene á dar roas que de diez
Tu hombre de por acá.
CONRADO.
Humor tiene singular.
TRISTAN.
Dineros í\iera mejor.
CONRADO.
ft Eso es pedir?
TRISTAN.
Si, Señor.
CONRADC».
K%\i bien.
TRISTAN.
V oso es no dar.
CONRADO.
Carlos, oye.— Tristan. vete,
^ haz que te den veinte escudos.
TRISTAN.
Hablen en tu loor los mudos ,
r.adn cual haga un motete
A tu liberalidad.
El Key, con quien tanto privas ,
Viva al paso que tú vivas ,
Sin que haga vicio tu edad,
.Ni tus años hagan virio ;
Y al Hii , si vivir esperas ,
Vivas tan mucho, que mueras
I n dia después del juicio. (Vase.)
CONRADO.
Solos quedamos; atiende ,
(barios, á lo que te digo.
Como padre y como amigo,
Y en fín , como quien pretendo
Dilatar en tí su vida.
CARLOS.
Perdóneme vuecelencia ,
Y primero dé licencia
A (|ue una merced le pida.
CONRADO.
;l Cuál es?
CARLOS.
Ludovico Ursino «
Caballerizo mayor
Del Príncipe , mi señor.
Pretende una plaza , es diño
De mas alia pn^teiision ;
Y p(»rque con ella salga.
Hoy Cüu vuecelencia \alga
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Mi favor de intercesión ;
Que es mi amlí^o, y le ofrecí
Soliciur su favor.
CONRADO.
Tú podrás hacer mejor
Lo que me pides á mi. .
Ya comienzo á obedecer
Al Rey; hijo {Ap. A Dios pluguiera ,
Carlos , que tu padre fuera ),
Escucha.
CARLOS. (Ap.)
¿Qué podrá ser?
( OD mil sobresaltos lucho.
¿Si mi amor ha presumido ?
Si le sabe ó si le ha oído ?
CONRADO.
Escucha , pues.
CARLOS.
Ya le escucho.
CONRADO.
Su majestad , confiado
De mi amor y mi persona ,
Me ha fiado la corona
Y gobierno de su estado :
Pues, á su servicio atento.
En tan alto puesto estoy,
Que yo solamente soy
Su privanza y valimiento.
Mas, como el tiempo me advierte
Y el cabello me lo avisa.
Ya la edad cansada pisa
Los umbrales de la muerte ,
Y solo en ti la esperanza
De mi sucesión consiste.
Viéndome cansado y triste,
Poniue (|uede la privanza
En mi sangre , he suplicado
(Fineza del alma fué)
A su majestad te dé
El gobierno y el cuidado
Que deste reino tenia,
Y en efecto , mi privanza ;
Y tanto con él alcanza
Mi voluntad , por ser mia ,
Que al punto se satisfizo,
Mi pensamiento aprobó.
Tu persona engrandeció
Y su privado te hizo;
De suerte que ya tü estás
En el puesto que yo estuve ;
Mira si buen padre anduve.
Mira sí puedo hacer mas.
CARLOS. {Ap.)
No en vano el alma temia ,
No en vano el alma dudaba ;
Dosta vez mi amor acaba.
¡ Ay muerta esperanza mia !
1 Yo he de faltar un instante,
En consultas ocupado.
A la fe de mi cuidado^
Y á los ojos de Violante?
No es posible.
CONRADO.
¿Qué respondes?
CARLOS.
Digo, Señor, que agradezco
Tu elección; mas no merezco...
CONRADO.
Si á quien eres correspondes,
No habrá cosa que te impida
Ser buen privado.
CARLOS.
Es verdad ;
Pero el gobierno en mi edad ,
Y haber de heredarle en vida ,
Me obligan (¡ue me reporte,
Yaun a decirte me mueve
(^ue no es bien que yo me lleve
El aplauso de la corte.
Qué dirá , viéndome á mí
En el puesto que inriste.
No qae en e¡ me introdojisie.
Sino que yo te eché á ti ;
Pues cuiDdo en el trono esté,
En que ta mano me peso ,
No ven qae aqai lo reboso.
Y ven que allí le acepté.
cosnuDO.
¿ Y qaé dirá el mas amigo
De que en el gobierno estave ,
Y tan para mí le tave.
Que aun no le parti contigo?
cÁatos.
Si intentas qne to ^sf* ^Nieno
Tu gobierno, intentas bien.
Pues he de ser contra qniea
El vulgo, lie envidia lleno.
Su naala intención prevenga;
Pues viéndome en ta Inpr,
Tu gobierno ban de alabar.
No el mió ; y aunque no teaga
Culpa en los malos sacesos.
El caballero, el ▼illano.
El señor y el cortesano
Han de culpar mis eicesos;
Porque, aunque sepan qne yo
Cnerdo y :^ustado vivo.
Seré malo porque prívo,
Y bueno el que ayer príró.
Y si el mondo nunca na visto,
Ni el tiempo nos lo ha ensefiado,
Haberse otra vez juntado
Ser privado y ser bienquisto.
No es mucho que el almatnem
De su gusto al parabién,
.Pues aun procediendo bien
He de ser malo por ftaem.
C09IBAM.
De suerte me has permadido.
Que si en mi solo estuviera
EsUi acción, la suspendiera.
De tus razones movido :
Mas ya al Rey le declaré
Mí intención ,t la admitió;
No pedirlo pode yo.
No aceptarlo no podré ;
Y asi , es preciso qne goces
De la privanu , v advierte
Que no es posible perderle,
Porque en efecto con^^cef
De la euTidiael pecho infel
Con verdad y desenalo,
Y nadie previno el dafto ,
.Que no se librase del ;
Con esto el orden cumplí
Que su majestad me dio.
CARLOS.
Si la dicha roe turbó.
Hable el corazón por ni.
CORRAnO.
Entra , y besaris la mano,
Carlos , á su majestad.
CARLaa.
Si falto á mi voluntad
Solo un momento, ¿qué nao:
: Y qué no pierdo en peider
De asistir y de mirar
A quien me pudo ineÜMr
Y á quien me supo vencer?
Pero es fuerza á la obedieu^^
Estar de un padre y de ua r^
Que en Un es ley , y ian.leyr
Que no tiene realsicnda.
Salen EL REY v BLSBCBBT'
WMtJP^pflff.
SKKVAR».
Señor, vuestra majestad
Fínne estas cartas.
EY.
¿A quién?
ETARIO.
10.
EY.
Eslá bien ;
KTARIO.
santidad.
¡LV.
uidado
lego.
KTARIO.
r.v.
osie^'o
lo
sl;i ver
seo.
le veo
niernccer ;
n su madre,
ijo
?s mi hijo,
iu padre.
lo
rtir
tie adquirido
añado,
'I arero;
predero
oslado ,
" y sahcr
dejar ,
Marar
o lia de ser.
e i lítenlo,
irado
criado,
(alentó
persona,
real;
► [)erdoiia :
is presenh;
con>¡;,'0,
mi anii^ii ,
idonlc;
>s excedo
['aliar,
e tratar,
no puedo.—
in.os.
;. (^ónio tardas
i la niano?
RI.OS.
era no
is si aguardas ,
s bese
escuché ,
•'• ,
que me [>esc.
ftF:v.
HI.OS.
; la adverteiioia
r
írlar
x'riencia ;
el valido
a acertaron,
e intentaron ,
lian vixido;
dado
i que tocoj.
(Vase.)
COMO PADRE Y COMO RRY.
Ni peino canas tampoco ,
Oue en el alma me na pesado,
Confieso á tu majestad ,
De que haga de mí elección
Para negocios que son
Imposibles en mi edad.
REY.
(.\p. ¡ Válgame Dios , y qué bien I)
Antes (oye) pienso yo
Lo contrario, v lo enseñó
Roma , pues nunca mas bien
Se vio, Carlos, gobernada
Que cuando su autoridad
A personas de tu edad
Fió la pluma y la espada;
Porque está mas pronto á errar
L'n viejo , con la privanza,
Que un mozo, porque este alcanza
Que es difícil acertar.
Si todo á su edad lo deja ,
Y el viejo en nada se ofusca ;
Pues si uno consejo busca,
Y el otro no se aconseja
Kn el privar, mas felice
Será el mozo que no el viejo,
Pues logra con el consejo
Lo que p su edad contradice ;
Demás , que no corre en tí ,
Carlos , lo i\ue en los demás .
Pues en tu padre tendrás
Duen maestro, y aun en mí.
Tu padre eslá y-a c<msado,
Que el tiempo todo lo muda .
Y es bien dejarle que acuda
\ dar á tu hermana estado,
Puí'S podrá mas fácilmente,
No teniendo en í|né ocupar
Kl tiempo, ('arlos, tratar
De casarla solamente.
C.\BLOS. (Áp.)
^, Kslo mas?
REY.
<, Hate pesado?
CARLOS.
No me puedo á mí pesar
De servirle , ni de estar
Kn tu ser\ icio ocupado;
Solo á mi ólcapacidad.
Que lal faNor no merece,
Cnerdanienle le parece
Qne gobierno y mocedad
No se compadecen bien.
ri:y.
Que han de nmrmurarte es llano ,
Y (pie el plebeyo y villano,
N el caballero también,
.\leiilos a lo (jue on tí
Pneda la envidia notarte,
No han de buscar ({ué alabarte ,
Pero (pié culparte si ;
Y aunque independientes son
Kn I i la acción y el suceso,
Tu descuido será exceso,
Y no mérito tu acción;
Pues sin diferencia alguna,
Siempre la culpa se ba echado
Del mal suce.so al privado,
Y de! bueno á la fortuna.
CiRLOS.
Pues ;, i>or qué quieres tratarme
Tan mal , (pie ((uíeras ponerme
Donde nadie ha de Valerme,
Y lodos han de culparme?
REY.
(.\jj. ¡ Notable os su discreción !
¡ Quién lo pudiera alirazar!
Mil canas me ha de quitar.)
Yo te diré la razón :
Fuerza es , Carlos , que baya reyes.
SS5
Y que el Rey tenga un amigo.
Un compañero, uu testigo.
Con quien las comuaes leyes
Y las humanas acciones •
O extrañas ó naturales.
De los bienes y los males
Comunique sus pasiones.
Dios , al principio del muudo ,
Con ser su capacidad
Inmensa , y su eternidad
Sin primero ni segundo.
Parece que no se bailaba,
Y en efecto no se bailó)
Hasta que comunicó
Al bombre el ser que gozaba ;
Pues con piedad admirable .
Dio á entender, aunque teasembre.
Que allí comenzó á ser hombre,
Comenzando á ser sociable.
Dios de la tierra es d Bey ,
Y en las pasiones aue tiene
Con cualquier hombre conviene;
Pues ;,qué razón hay , qué ley,
Como político error,
El gusto mas singular
Que le da á un particular
Le prohiba un superior?
Yo, al fin , es fuerza que tenga
Un amigo de qnien guste ¿
Que á mi condición se ajuste
Y con mi sangre convenga,
tüste , Carlos , has de ser ,
Como tu i)adre.lo'ba sido ;
Y asi , procura , advertido ,
Si no te quieres perder,
Que halle el noble qué seguir
Kn tí , el vulgo qué admirar ,
La envidia qué murmurar,
Y ninguno (fué advertir.
Repara en cualquier acción ,
Que antes tu conciencia es.
Luego mi gusto, y después
La vulgar satisfacción.
Si me ves ejecutando
Alguna intención muy fuerte ,
Blandamente me la advierte.
Proponiendo, no enseñando ;
Que el Príncipe (y lo verás
En los demás , como en mi )
Jamás quiso junto á si
Hombre que supiese más.
Bn las materias divinas
Mira la intención y el modo ,
Dios y su ley sobre todo ,
Porque si un punto declinas,
Perderé el remo por Ú ,
Por(|ue siempre al suelo viene
La monarquía que tiene
A Dios , Carlos , contra si.
Al que pretende cobarde ,
Ten mucho cuidado en esto.
Si no has de premiarle presto.
No le desengañes tarde;
No revoques las mercedes
Que hizo tu antecesor.
Goce en tu hechura su honor.
Pues pudo lo que tú puedes ;
Que SI tú el ejemplo diste ,
No habrá nadie que en ti espere..
Pues el nue te sucediere
Deshará lo que tú hiciste.
Al que fuere gran soldado
Ningún favor se le impida ,
Que á quien no estima su vida ,
Se ha de estimar su cuidado ;
Porque á on hombre de valor
Darle un puesto honrado, advierte ,
No es premio , es para la muerte
Darle cartas de favor.
Premia las letras en soma ,
Y da á las armas aumentos;
Que de un reino los cimientos
e¿ mi, Violante, It dlscolpa.
Sais CARLOS.
GARLOS.
Ira altexa en mi casa Y
PRÍIfCIPB.
ríos; llega, pasa
ite , los brazos darte quiero ;
«tendiente, y á tu padre espero.
CARLOS. [cosa
Ira alteza pretende? Pues ¿hay
eal poder diñcultosa?
PRlNClPe.
do el Rey, es ya razón de estado
teda mas que el Principe el pri-
[vado ;
Principe, por mozo ú divertido ,
con los despachos se ha metido;
|oe á su Majestad hablar pudiera,
le al punto lo que pido hiciera,
con vuestro padrees mas corda-
I fin somos amigos. [ra,
CARLOS.
Soy tu hechura.
PRflfCIPB.
de Ludovico cierta plaza.
CARLOS. [fraza.)
B sabido, (ilp. Bien su amordis-
PRÍ7(CIPB.
ro, porque á gusto le suceda,
orado haga en esto cuanto pue-
CÁRLOS. [^*»
■no, y por él mesmo, en este pun-
de pedirle; mas pregunto, [to
ístá, ¿no bastara,
qae vuestra alteza lo mandara,
dir en persona ?
•príncipe.
De camino
rer á Violante , que imagino
mbien su favor es de provecho.
CARLOS.
Señor, con tal favor, por hecho.
PRÍNCIPE.
me boy á palacio la respuesta.
CARLOS.
conio pedís ; porque, si cuesta
á una dama , á vos una visita,
I habrái (|ue la plaza le compita?
PRÍNCIPE. fgentileza!
te, adiós. {Ap. ¡Qué hermosa
VIOLARTE.
»s guarde Dios á vuestra alteza.
PRÍNCIPE.
>ded conmigo,
Ludovico mi mayor amigo ;
Carlos , 00 pases adelante.
CARLOS.
ara serviros.
PRÍNCIPE. (Ap.)
¡ Ay Violante!
er ingrata tu deidad te empeña,
[enseña.
nde i amar, ó á aborrecer me
(Vase,)
TRISTAN.
i el Príncipe necio?
cárl'os.
Oye , Violante.
FHEA.
posible ser necio y ser amante.
CARLOS.
s con verdad lo que hay en esto.
•i
CMO PADRE T COMO RST.
VMMAIfTC.
Descolorido, sin nioo , ta hu poeilo.
rmnL
La gravedad coil qae mintió me adminu-
TMSTAII.
A los dos nos quitó aquella meotira.
roiBA. [do.
Mas yo pienso que Carlos loba enteodl-
TanTAR.
Es hermano coo hornos de marido;.
Pero, si quieres, vimonoe, Flnea ,
En tanto, que, bañados en Jalea
De locas fantasías.
Que llaman por allá fliolériat, '
Como locos orates ,
Un hartazgo se dan de disparatee.
rmiA»
Por eso naestro amor es mas oaiero.
mmrtM.
Y es lo seguro, á fe de eaballero.
(Vame Ffnea$ Tritiañ.)
CilLOt,
Dos modos de desconaaeloft»
Dos diferencias de amorta»
Dos linajes de temdrea »
Dos maneras de dea? eloa
Y dos géneros de eeloa »
Que son de amor y de honor,
Padece á un tiempo mi amor,
Siendo los dos en su esfera
Tan mayores,. que coalqaiera
Pudiera ser el mayor.
En un punto, en un instante »
Como dos te considero ;
Si como hermana , me muero ,
Y umbien si como amante ;
De suerte, hermosa Viotante,
Que como va mi fortuna
No »e habrá visto ninguna.
Pues quiere ó permite Dios
Que me mates como dos
Y me quieras como una.
Todo me biela y me enciende,
Y todo, por tu hermosura ,
La voluntad me aventura'
Y la sangre me defiende.
El Príncipe te l;>retende.
Su gusto es lev en el suelo.
Y yo ( ¡ fuerte desconsuelo I ) ,
Ya tu amante, ya tu hermano.
Sin poderme hr á la mano,
Te idolatro como al délo.
Porque, aunque la sangre imnida
Lo que unir supo una estrella »
Luego que naciste bella
Te obligaste á ser querida;
Y si es ley establecida
Que te quiera , pues te asisto »
En vano á mi amor resisto ,
Porque ya no puede ser
Vivir sin volverte á ver
Ni dejar de haberte visto.
Yo he de amar sin merecer ,
Que, aunque procuro obligar.
Quiero para noalcansar.
Que alcanzar fuera ofender;
gnerer por solo querer
s mi venturosa suerte ,
Pues cuando ella nos concierte
Y la sangre nos aparte ,
Ya que no puedo alcanzarte *
Sé que no puedo perderte.
VIOLAim.
Tan tierna de haber notado
Tu amor, Carlos - me haa tenido ,
Tan loca d* hab« oído
Entre nu bf
Y en fin,
m
A til afickm ferdadon •
Que cuando amor coumiera
Lo bien sentido qse nata »
81 no te quisiera ya.
Desde ahora te quinera.
Cnanto al f rlnelpe, no sé
Mas • Carica , de 4ve áqai entró ;
81 stt amor me decteró.
Como nó daeirle faé»
Pues no importa «|W él me dé
El alma , ri el alma ^absorta
En m amor, sa amor reporu ;
Pero volvamos, Seftor,
A traur de nuestro amor,
?ne es lo qoe mas noo laiporf i.
oteadoro,Cárloanrfo,
Con amortan conaüao ,
?ue á nn tiempo galán y hermano
é imagina el alnedrto;
Y ai hermano te déifio
Por algnn aaMir groaero.
Galán y bermaM U qalero
Con un deseo ta |Mro,
gue en lo mucbo que aventuro,
l|^ lo poco que espero.
Amar para inereeer«
Pnera qnerer obligar ,
Y amar por saber amar,
industria padierMwr;
Pero querer por merer
Es virtuoso fiJeMwlo;
Ara soy, no saerlldo ;
Que es torpe soUdtad
Probnar una virtnd
Por adelantar nn vIcíd.
MI amor todo ea pensamiento,
Pnes soy (en moa ló fiando)
La primer mi||er del nwndo
Que no prooira «a enmanto;
Y tal estoy, que ana no siento
Ver sin lograr mi cuidado ,
Porque podlera tostado
Quedarse desvaneddo ,
Y por no verle perdido.
No quiero verle goiado.
Cuanto permitan los ojos •
Dicha de los dos será;
Que el perfecto smor está
En la fe,noén los despojos.
Sin celos y sin enotos
Será smisud nneUro trato ,
Pnes no ba de dar el recato
Ocasión considerable •
Ami paraaeramdaMe,
Ni á tí para aer Ipgrate.
cintes.
¿ Y si el Principe • constante ,
Asiste firme en sa amort
Será mas firme mi bonor.
ciatos.
Dlamanu labr^dlaaMaie.
vi€i«Ainrn.
4 Celos, Carlos T
CÁSLOS.
R», finíante;
Miedos de perdennst
vipiiAnit.
¿Cómoperdeimef
(4p:iA7d6;ni!)
Siendo el Principe tn esposo.
fiouum.
Principe SMS podaran»
Eres, Garios, pninaírf.
ciaidos. _
To no te he de mefeenr,
lepvedoeonqieiir.
!S3a
VIOLARTE.
Yo me sabré resistir.
CARLOS.
Ks muy grande su poder.
VI0LA?(TE.
No hay poder como qneror.
CARLOS.
- Ay de mí , que son quimeras
Nuestras quejas verdaderas !
VIOLANTE.
; Ay, que es mi esperanza vana !
CARLOS.
¡ Ab , si no fueras mi bermana !
VIOLANTE.
i Ah , si mi hermano no fueras!
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
JORNADA SEGUNDA.
Saien LVüOWCO URSINO, OCTAVIA-
NO y DOS SOLDADOS , dándoU unos
memoriaies á CARLOS y TRISTAN.
LUDOVICO.
Ya sale Carlos.
OCTAVIANO.
¡ Qué bien
Oye á lodos !
TRISTAIV.
Plaza aqui.
SOLDADO 1.^
A su majestad servi
Desde pequeño.
cArlos.
Está bien ;
A mi cuenta está el honrarle,
Sonor soldado.
SOLDADO 3.°
Esta vea
Vuecelencia.
CARLOS.
Déme , v crea
Que muy presto he de premiarle.
SOLDADO. 2.°
Vnbricio. alcaide que ha sido
(iUurenta años enPalermo,
Ks mi padre, y eslá enfermo,
Viejo y pobie. Hanle pedido
A su mujesUid provea
Esta pinza en Ludovico;
A vuecelencia suplico
TMadoso mi causa vea ,
Y pues con aprobación
Ha servido...
CARLOS.
Oéolo así.
SOLDADO 2.°
Suplico se me dé á mi
La futura sucesión.
CARLOS.
Conozco su calidad ,
Y tLMi^^o Mlüuna noticia
Del caso: <Te bu justicia
Hablaré á su majestad.
SOLDADO i."
Cuardi* el cielo á vuecelencia
Muchos años para honor
De Sif!Íli:i.Mp. ¡Qué va'or,
ijué cordura y qué prudencia !)
IIMSTAN.
por si (Musaíid le sientes.
Que ca fiii'iv.a (;ue estés C'insado
De haber. Señor, escuciiudo
Quejas de mil pretendientes.
Cuya afectada malicia
Tanto en su abono previene.
Que nadie justicia tiene,
Y todos tienen justicia ;
Toma aqueste memorial ,
Y despáchale al instante.
CARLOS.
Pues ¿de quién es?
TRISTAN.
De Violante ,
Rebujita de cristal ,
ídolo de plata v nieve.
Brinco de marul , sudor
Del alba , almidón de Oor.
Perla mucha en concha breve
De aquel bello paraíso ,
Cuya fruta singular
Te es preciso el desear,
Y el no comer te es preciso;
Desta con quieo teda un como
Amor, pues te pone, en suma ,
A tus deseos de pluma
Impedimentos de plomo;
Deste duende que te irrita.
Que te huye y que le toca.
Pues que su sangre revoca
Lo que su belleza incita;
Desta en quien es la belleza
Disculpa de tantos yerros ,
Y es echar por esos cerros
De ri)edayde Baeza;
Desta , en fin , con quien se allana
Tu obstinado parecer ,
Y la quisieras mujer,
Pues no la quieres bermana.
Desta...
c.Vrlos.
Buena la has lomado ;
¿ Piensas acabar?
TRISTAN.
Yo no,
Porque no he de acabar yo
Lo (]ue tú no has empezado;
Mas loma el papel.
CARLOS.
Tristan ,
Con él me consolaré.
TRISTAN.
Pues no le leas.
cÁnLos.
¿Porqué?
TRISTAN.
Porque aguardándote están ,
Y que nos oigan es justo.
CARLOS.
Acudo , pues es razón ,
Ahora á la obligación ;
Que tiempo habrá para el gusto.
Sa¡e EL REY.
REY.
Desde esta parle escondido,
Y sin que Carlos me vea,
Sal^'o, por ver cómo emplea
Kxperiencias de valido.
Dando está audiencia; esta es
La prueba mas principal
De un polilieo caudal ,
Pues ya grave , ya cortés ,
Ya enojado, ya prudente.
Ya apacible .'ya severo ,
Ya blando, ya justiciero.
Ya cruel y >a clemente.
Yendo por diversos modos ,
Uno solo al parecer.
Muchos hombres ha tle ser
Para contentar á lodos;
En lo gne Cirios remude.
Veré el Ulentoqae alcanza ,
Para ver si la pn? aoza
Al mérito corresponde.
Sale LUDOVICO.
LCPOTKO.
Yo soy Ladovioo Ursino,
Por qaien habló Tveodencia
A m padre en b alcaldía
De Palermo ; mi nobleza ,
Los servicios de mi padre ,
Y mi calidad es derta :
Dos años há que Fabricio
Gajes y provechos lleva
Desta plaza , j no la sirve :
Yo la pretendo , y va alteza
Lo desea como yo:
Hoy pende de vuecelencia
Este negocio, y espero,
Pnes por mí á sn padre mega,
Que por si me bajia merced :
Aqal mis servicios lea.
{ Dale tn memtriMl
CÁKLOS.
Señor Ludovico Ursino ,
Yo pedí (bien se me acuerda t
Esta merced á mi padre,
Y entonces, porque saliera.
Pagara yo las albricias
A quien me diera las oneTas.
Cnandu le pedí á ni padre ,
Ño miré si era ó no era
\A merced jostilicada
Y la pretensión honesta :
Que entonces no rae locabas
A mi aqnesus diligencias.
Lo que entonces me locó
Kué el pedirle : y el que ruega •
Propone , que no resuelve:
Informa, que no sentencia.
Mas hoy , que su m^esiid
Asegura su conciencia
En la mia , y me remite
Sus causas , que las vea ,
Debo mirar con cuidado
Los servicios que se premisa .
Las mercedes qne se nacen
Y las plazas que se niegan.
Nadie se queje de mi ;
Juzgue ahora . si se viera ,
Después de servir al Rey
Cuarenta años en la guerra ,
Que por estar im|>edido.
Viejo, cansado y sin fuerzas ,
Del oficio que sirvió
Lre quitaba el Rey la renta ,
: Qué hiciera de exclamaciones
Y qué tuviera de quejas!
Pues i, por qué no hari Fabricio
Lo que Ludovico hiciera?
Y asi , aunque pedi ft mi padre
Esta merced . v i sn alteza
Ofrecí también servirle,
lia de advertir que alli era
Abogado, aqui sliyjaei,
Y con razones dlveraai,
Alli abonaba servidos,
Aqui examino evidencias:
Alli informo, aqui sentencio.
Juzgue . pues, la direreucia
Del amigo que le abona
Al privado que gobierna.
Y pues no nene Justicia,
Esta plaza no pretQpda .
Porque uo se (a he de dar:
Que aunque d Írsela quisiera ,
No me ha dado el Rey poder
Para hacer cosas mal hechas.
LDDonco. i.\p.)
Corrido voy. '.^'
; Q<rf TClor!
untodloe tctertí;
mente mi eo todo :
< en terle se aleara.—
libre , Dios 1« guirde .
hijo. Jju le vea
tiloso ; mucho lugo
^aliraltl fuera,
dos mil aliraios ;
inalar es fuena.
Sale OClÁWkW.
jido llego.
t»HT*R.
-, Jesús!
pensara, quién dijera
ten Mío tenia voló
es ; librea! ,
las de prlTanza...
CÍM.OS.
illo. ■
OdaTío llega
ís.comoi sagrado
adfdecieroenda;
> mi hermano en la dnxí
maene bieo hecha ,
sculpa de nn delito
snxa de ana afrenta ;
z tan apasionado
ae temer es faeria
aojo ; SD pailón
rible sentencia;
ij estad tpplico,
iqoeseremtifa
a, nombre otrojuei
s piadoso proceda;
tmorial de todo (Dale oire
ri i Tueceleocla.
rte, señor Octavio,
ilBT su herniMO intenta
que lo es desta cansa ,
; i miento del la,
Miado se maestra t
k .<u majestad,
lo lo que desea
lano, To se lo ofrezco ;
¡tnero le advierta
nada lienejaslicia,
isiblequeelRejiqaiera
qoe una lei nombra,
rfe que lo sea ;
es que lo ha<ra eteeido
ijorisdiccion
O i su arbitrio deja ,
; mismo le señala.
mismo )a suspenda.
. Ocuiio, ha de ser
in tener dependencia
• de Dios; de si.
ev, que es qnlFn la aprueba ;
a sentencia aguarde
(de la causa, y de ella,
lere Justa, aprle
ribunal, j> sepa
igo por mas castigo.
10 se si por afrenta,
ninistro. revocarle ,
pedirle una semencia ;
qae la recusa arftufe
OD que i lodos ciega,
rnite le condena.
CniO MMB T cono MY.
Jazgne , pnes , eail medart
Has vengado de Malene,
Ei Que le excDn m «rrer,
O el que despoea ael» eomleBda.
Condenaren i mi hi
Apelara i vnecelenclt.
; Ha; Ingenia un dlTioe!
iQaé nal hiciera ti hiMera
Toda Mt vida eaudlada
La política eipnieneiaT
Kitoj por limarle klje
En pago ds la reeptuua.
TtlIUll.
Soloi babenoi qoedido.
CiaLM.
Pnei TrtiUn , i qoi qutoesl
■nMjtx.
Qoe bese ini plíi mfí *eee*.
Honra de la patria HeMn;
i Bato encubierto tenliií
vi*e DIoi, qnefaéiuViMilia
El lIaqaia*eto eontln.
Jaita Liiípo ana dnefla,
Casiodoro bace talnleaa,
Y el Lncardino moBecu ;
El gobernador criHMo
Eres , ; «■ ta eonpaleneia.
Son coplas del Perro de Alba
Los comeaiarlot de Céiar ;
Has dejemoi dltpaiaiei ,
Y suplicóte que le»
El papel de mi seBora..
En aqaeila hltrlqnera
Le pase ; ja le be topado.
nitrui,
¡Oh loqne babrl delaleai,
be alfeliicidM ternarai
Y amoroaas panetdaal
ltT.(^.)
Amor, ja ao puedo mu ,
TaiafAH.
El Re;.
cÁHLoa. (Ap.)
lAp. En notable ocasión Itaga.)
i Ese papel eseandlut
Buenas albrlciasBw cuarta. .
Consnttibaloi co
Porque mi toia L
Que en eno Á
El nej a Cartas T riBlTia ,
Dm no lo pnedo.satar.
TfolnamigL
jCAttM te n de jmndot
be udlendM teto* te n*
ha ildo eapraadUlas ,
Porqae tt ne pemades ,
HaaialasdiaDaludei
NeenaefianlidlrMtM.
I
Mcei, Cirios, ei
Hsi dejando erto
Yo' vengo i eeaa
Como anlgp r coa—ew,
tía ca<o , en qM ím bw dejar -
Tn parecer, y dU lo
t\ acierto.
EleandiJBla
Ko es bsitame i ■eaaa^ar ;
Has, annqoe dei^ws Be Ugaja
MI ignorsDda lo qM so^.
Pnes til gnslás , HBl.«lte;;
Pues oje, por fMa Mía. .
Yo lengo no hijo bManero.
Que ei el Prlndpo, r UBlwa
Otro nstvrol , É qawa ,
Por eamaaoae calta* qataro, '
Ba loereio (e be estado i
Volequierodr "'-
Coa ka qoa lo b» igaondo ;
Coa d PrtodjM . qM pwda
tleTSrlacMi li»piMaB«U ,
pnes hng* t^fs wlbtWBWl ,
I Y baila otro ñas qBsaaberMe;
Coa ni amor, pañw^es.al btlOt
YletraierocoiaoiW.
jCéaqne jolopoeMh
540
El Principe esté obligado ,
El pueblo desengafiado,
Dios servido y él contento.
cíIrlos.
No sé si aciertas. Señor,
En fiar esto de mi.
RET.
Pues yo te he elegido i ti ,
Debes de ser el mejor ;
Yo sé. Garlos , lo que puedo
Fiar de ti; este papel
Te dirá en relación fiel
El caso.
{Para tomar el papel , deja los otros en
el bufete.)
oírlos.
Obligado quedo
A lo que me favoreces.
RET.
Tu Rey, tu deudo 3^ tu amigo
Soy ; y si mucho te obligo.
Mucho mas, Carlos , mereces.
CARLOS.
Yo leo.
RET.
Pues yo entre tanto ,
Para que estemos iguales ,
Pusaré estos memoriales.
cArlos.
Espera , Señor. {Ap. \ Oh cuánto
Erré en juntar el papel
De Violante á los demás!)
RET.
Turbado, Garlos, estás.
¿Qué tienes ?
CARLOS. {Áp.)
; Suerte cruel !
RET.
Habla.
CARLOS.
(Ap. ¡Notable pesar!)
Señor, pues que me has fiado.
Como á tu amigo y privado,
El oír y el consultar,
No te canses en leer
Memoriales importunos ,
Pues puede ser que haya algunos
( Como suele acontecer )
Poco cuerdos , y serán
Ocasión de que te enojes ,
Y enojado , los arrojes ,
Y de mi se quejarán.
Pues me los dieron á mí.
RET.
Parlamos obligaciones ;
Que en hs mismas que me pones
Quiero yo ponerle á ti.
Y pues libro en tu cuidado
El peso de mi corona ,
A mirar por tu persona
Estoy también obligado ;
Lee tú mientras yo leo,
Y así podremos saber.
Yo lo que has de responder,
Y til lo que yo deseo.
CARLOS.
No te canses.
RET.
No se cansa
El Rey , Carlos. Mal dijiste.
Porque solo cuando asiste
A sus deberes, descansa.
(Lee.) nLudovico Ursino pídela plt-
v7.a de alcaide de Palermo, qi:e tiene
vFabricio, y há dos años que no la
> sirve por siis achaques.»
Desle oficio le despide.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAIf.
Y dile que no conviene
Quitársele á quien le tiene ,
Para darle á quien le pide.
CARLOS.
Lo mismo le respondí
A Ludovico.
RET.
Está bien ;
Y si obras , Garlos , Un bien ,
No me has menester á mi.
{Lee.) «Lisarda, viuda de Vicencio
•Pazo, principal y pobre, tiene ana
«escritura contra Alejandro Ceiarino,
«y por ser ministro de justicia, no hay
>otro que le quiera ejecutar; por ella
»á vuecelencia suplica dé orden para
»que no le valga la inmunidad de serlo
«para no hacerla.»
Sépase quien no ha querido.
Por su oficio ó por su nombre.
Ejecutar á ese nombre ;
Y en habiéndolo sabido ,
Obligúesele á pagar
La escritura ; que después
El mismo , por su interés ,
La procurará cobrar.
CARLOS.
Será muy discreto estilo,
Y asi lo dijera yo ;
Mas no leas mas.
RET.
¿Por qué no?
CARLOS.
(Ap. El alma tengo en un hilo.)
Porque todos son asi.
{Ap. Si le topa , muerto soy.)
RET.
En leyendo este me voy.
CARLOS. {Ap.)
¡Qué desdichado nací !
RET.
{Ue.) «Carlos mío. mas ha podido el
•amor para unir nuestras voluntades,
•que la sangre para dividir nuestros
•ueseos ; la fortuna está de buen sem-
•blante con los dos , pues dispone que
•seas mío ; y lo demás sabrás en mis
•brazos, si el placer de conocer mi
«dicha no me mata antes que te vea.^
• Tu Violante.it
CARLOS.
¿Violante á mi desa suerte?
No sé cómo puede ser.
RET.
Pues vuélvele tú á leer,
Si quieres satisfacerte.
CARLOS.
¡ Ay de mí ! dame la muerte.
RET. {Ap.)
Conrado le ha descubierto
A Violante (aquesto es cierto)
Todo el suceso pasado.
Mal el secreto ha guardado.
Mal ha cumplido el concierto ;
Pero sabrálo de mí
De manera que le pese.
CARLOS. {Ap.)
¡Que Violante me escribiese
En esta ocasión asi !
No lo creo aunque lo vL
RET.
{Ap. Él lo ha dicho (es evidencia)
Para poder ( ¡qué imprudencia! )
Casarlos.) ¿Carlos?
CARLOS.
Señor.
KT.
{Ap, Aqai es menciterfalor,
Aqui es menesl«r prodeacia.)
¿Y por esto me InpadiM
Que DO viese h» demás?
cÁauM.
Yo... Si tá... Porqae Jamás...
No te turbes.
KET.
CÁBLOS.
Si coofies...
KKT.
Ríen en negármelo bacias .
Pues de suerte me ba ofendido.
Que, avergonzado y corrido.
Te dieralodo mi estado
Por no haberlo Imannado
Después de haberloleido.
¿Posible es que tu antojos,
Al pensar caso tan feo.
No dieron muerte al deieo
Entre la lengua j loa (¡ios?
Pues di , Carlos, ¿qoé de^NJos
O qué esperanza te da
Tu amor , qae á perderte va.
Cuando con muda tristeza
Toda la natoraleta
Murmurando te lo está?
Tu locura y ta improdencia
Con esto me bao dedarado
Que no rige bien mi estado
Quien rige mal sa eondeMia.
De despreciar mi adverteaela .
Cuando á virtod te proroeo.
Nace el ser con Dios tan kwe.
Que es voi qoe del délo
Que no estima á Dios en macko
Quien tiene á so rey eopoeo.
Juez soy desta caosa aqñf «
Y hallo que tan grave Ifi sido.
Que con ella has ofewlido
A tu padre, á Dloa y ft mL
Mas , pues yo no poedo ea Ü •
Aunque á ser juez me ^eomodo.
Vengar tres culpas de an modo.
Ninguna quede vengada ;
Que no be de castigar nada.
Pues no lo castigo todo.
De tres culpas , tres perdones
A un tiempo tengo de darle ,
Para poder ensenarte
A corregir tus paaioiiea.
Huye , pues , las ocasiones
De empeñar la voluntad;
Que, SI en fe de mi asestad.
Mas tu obstinadon potito «
No sé si para otro ala
Me habrá quedado piedad.
Y aunque para corregirte
Fuera raion apartarte
De mi privanza, enseitarte
Imporu mas qoe ceUrie.
CiBLOa.
No es posible que á senhte
Acierte , Seftor, Jamif :
Y asi , en mi casa de bey mas...
Si teniendo ocnpadones.
Son Un tuyas tus pasiones.
No teniéndolas«4qiié harás?
Y asi , de hay en adelanle.
Pues á todaa horas puedes.
Me has de asistir, ain que
Desocupado un Intlaale.
cÁaLos.
Tu hechura soy. (Ap- ¡Ay
¿Qué dices?
Que m» ca casdie.
omigo.
círlm.
Ya le sigo,
) en mi ta goslo es ley.
MBT.
ffo soy y. tu rey;
bagas ta enemigo.
(Yante.)
len VIOLANTE t ELVIRA.
VIOLAIITR.
)y eo mi, de placer.
ELVIRA.
¿Garlos no es la hermano?
VIOLARTE.
de darle la mano,
marido ba de ser.
ELTUA.
loy también moriré yo.)
:ómo lobas sabido?
VIOLA TTE.
> , de enternecido ,
la lo descobrió.
e se dejó ayer ,
caldo (amor lo sabe),
scritorio la llave ;
D fin , como mug'er ,
scritorio abrí,
lo ana gabeta,
I era la mas secreta,
las entre otras vi ,
lidado y aseo
s indicios daba
lerio que encerraba;
coD el deseo
r, y no ftaé en vano
las y el leellas,
i visto, prima, en ellas
es Carlos, no, mi hermano.
¿ríos mi hermano, prima ;
or linaje viene,
Das honrado tiene ,
>le sangre le anima ;
del Rey, yo lo fio,
s cartas lo argayo.
ELVIBA.
ices?
VIOLANTE.
Como hijo suyo
*¡ado el padre mío,
f se le encomendó ;
as cartas lo dice,
rtnna mas felice!
I mil veces yo.
veces , prima mia ,
mi amor pensaba ,
I no me dejaba
üeoza que tenia ;
I que están abonados
oftibies empleos ,
íma , mis deseos ,
irima , mis cuidados ,
i tú mi alexia
mil parabienes ,
e quieres bien , y tienes
D la ventara mia.
en se ve en tu alborozo
atención la alearía ,
I mia, prima mía !
i tan grande mi ^ozo,
mdo haberlo sabido
lubiera aprovechado ,
B de haberlo contado,
I ventura ha sido.
ELVIRA. (Ap,)
lasa procedía
os el no atender
idado, y no hacer
GOMO npu Y GOMO Blf.
Gaao da la pena pala.
1 No me bMtoJblB (¡ tv deloil)
Para torbar nia aestioot
Darme celoe presnoildos.
Sino averiguados celos?
¿Unas penas y otm peiiM?
Si matarme , amor, qaerlu ,
¿No bastaban penis m^
Sino ventaras aleñas?
¿Podré encobiir mis desvelos?
Podré callar mi dolor?
Que si , responde el bonor;
Y que no , dicen los celos ;
Porcnie tal me vengo á ver.
De desesperada y toca»
Que coanido calle la boca*
Los ojos no bao de poder.
▼lOLAlITE.
Parece qae lo has dodado
O lo tienes por menlira.
¿Qué te sospeades » Kh In?
ILVIlá.
No te dé y prima, cuidado ;
?niero bien , cono tú qoieres,
como en esta lomada ,
Cuando mas<iesespeffada»
Te dice el amor qae esperes,
Hallo, mirándome en tí»
Que amor tiene por mil modos
Baperauas para todos »
Y le falún para mi.
VIOLAHTB.
i Y yo saber no podria
A quien anua?
ILTIBA.
Si^Tlolaiite;
Bien conocido es mi ámame.
VIOLANTE.
Y ¿quien es, por vida mia?
ELTllA.
Tu hermano.
vioulin.
¿Carlos? •
BLViaA.
Después
Te contaré á qnlén diga
Mi amor, aunque va lo dye,
Pues dye que GArlos es.
VIOMIIR.
¿Carlos?
5af# GARLOS.
CÁELOS.
¿Violante?
VIOLANTE.
¡No mas
De Violante, y tan severo !
Bien pagas lo que te quiero,
Buenas albricias me das
De las vivas esperanns
Que tú perdidas tuviste;
Cánsete, ya vieaes irlsie;
¿Pésate de que hw alcanees
Lo que deseaste ayer?*
¿Al cielo turbado ariras
Y entre ti mismo suspiras?
Pues ¿ qué fué? qué pudo ser?
¿ Casarte tu padre (¡av cielos !)
Con dama de masqauales?
No me aflijas , no me mates.
¿ Vienes malo ? ¿tieiiés celos ?
¿Hate parecido encallo
Mí papel? Habla , Sefior,
Y no muera de un lenM>r,
Pudiendo de un deseagafio.
ciaLoa.
Tan mudo estoy (¡ay de mi !),
Tan suspenso y admirado ,
(YMe.)
Que pieMO ove IoIm salado.
¿Yo puedo ifeamrarta?
vMtaiiffi.
Si*
8f, Garios; iq«é dadas?
oáaLos.
¿Yo?
{Ap. ¡Hay mi^er taa labusaBa I)
flOUNTI.
Que no soy, Garlos, tu bennaBa.
¿Que no qres mi benaaBa?
viouma;
No.
ciaMMtr
Vuelve, por Dios, Tvelve en ü
Del ftiror que le pioroea.
Garios , no Me «MNas loca ;
Escucha, y sahfisle.
MsBLVIKA.
iLnaá. (Ap.)
Mal sosiega qota se abrasa;
Í Quién dada qneya Vioiaiite
su bersumo ó &sa amante
Habrá dicho lo <|Ba>isa?
Mas, para ove sos deseos
No logren dicbas mayores.
Pues no p«deais mores.
Impediré sos empleas.
Celosa estoy y ewndidat
Peroyomevei0ré,
Y Asa padre la^
Lo que importa qoe lé Impida.
El caso diré A Csüira^o,
Para que, poes es dbcreto,
Mire coAl está el secielo
Qae le tieiie el Be; iado.
¡ Ah , traidores ! aIk eaenlfos !
Yiouan.
Elvira , ef paso del^.
Dos qie se qaiéf«B laa Mea
NohÉbito]
5Wa6OMRA0O.
Poes, sobrina, ¿dAade vas?
WLnuL
Aboscarte.
¿Yéqaéefelo?
A decirte on gran seerelo ;
Vén eonailgo y la sabffAa.
cotrnaao. {Ap,)
Por si acaso en >lgo toea
De lo qie el Bi0^ Ble ba reMo ,
Iré i saber lo qne ha.aldo.
ñtiBá.
Los celos me UetaB leca.
(Vmm Cmttéi09 EMis.)
cáBLoa.
¿ Qaé tSeoe Bhrlm * fioiaBie,
Qoefairislaf
Aadá asios diss
Cea derlas BM^Mollas.
Ulaiaa.
Debadeanar.
flpUNtB.
flOLARTE.
imar por amar...
i Qué dalce gloria!
VIOLAHTE.
me el amor.
CARLOS.
i Qué iqjosia muerte t
Sale TRISTAN.
TRISTAN.
los , ah señor mío,
teñora Violante !
seguro? ¿Estáis solos?
el Tiejo? ¿Óyenos álguieo?
flOLAlfTE.
, por Dios , Trístan ;
estoy para donaires.
TRISTAN.
ampoco , Se&or ?
CARLOS.
Oijas, no me mates;
j^un estov, haré
algún disparate.
TRISTAIV.
os dejo enhorabuena ;
lleguéis á rogarme
s que os diga un secreto
ra y de vuestro padre ,
3ra se va , y os deja
os de padre y madre,
sé que no lo sois.
3ra me pongo grave.)
VIOLAHTB.
, Trístan.
TRISTAN.
Déjame ;
estoy para donaires.
CARLOS.
ices, Tristan?
TRISTAN.
¿Qué digo?
t dejes , no me enfades.
VIOLANTE.
, Tristan , por Dios.
CARLOS.
ssto, no te tardes.
TRISTAN.
es malo que me lo rueguen ,
) estoy que no me cabe
del buche el secreto ,
nto por contarle.
t cuento; no sea
gana se les pase ;
lespues no lo quieran.)
i un rato estadme.
amarin adonde
Piolante locarse
nos yo y Finea,
a , yo su amante;
rmosa, yo galán ;
haría ya se sabe,
lea que venían
Ivirá con tu padre
os al camarín ,
le no me topasen ,
de los escritorios ,
un ovillo de carne,
upo y me acurruco;
ios dos al instante,
a le cuenta al viejo
[ruido de una llave,
cartas que sacó
escritorio Violante ;
do después la voz ,
: f Tío, ya saben
COMO PADM T COMO MT.
Los dos qoe no son henninos,
Y bá moelio que sm iniáates;
Bllos se quieren , y Carlos
Sabe que el Rey es so padrd.—
Lo mismo me ha dicho el Bey
(Düo el Tiejo). Utos té piarde ,
Sobrina, para que nirii
Por mi lealtad y ini sangre ;
Qoe yo enmenoaré el aescáido
De las cartas y la Uave.»
Con estOt se salló el vlijo,
Elvira tras él se sale «
Yo tras Elvirt, y Pbiea
Tras mi ; yo vengo á avisarte ;
Lo que me ha4oeido á mf
Es ciar las nneras, y durme
Las albricias no me toca
A mi ; pero tocarime
El tomarlas , si me das
Algo á mi estado tocañtet
Pues sabes, tocante á este»
Lo que te loca ó te talle.
* ciaLos.
Tristan , mira loque dices.
f lOLAinS.
Tristan , mira lo qoe haces.
CÁaLOB.
No nos borles.
TIOLAIITI.
No nos mientas.
CÍlRf.OS.
No me enojes.
▼louirra.
No me engalles.
TRltTAIl.
YoJoroáDios yiestacros,
Y por vida de mi madre ,
Que es verdad , asi lo Toeran
Las albricias qoe has desdarme.
ciatos.
Yo te las mando.
TIOLAHTE.
Y yo, y todo.
TaiSTAR.
Para coces , ya son pares.
GÁatos. '
Aon no acabo deiereerlo.
flOLAim.
No acabo de asegonme ;
¿Será verdad lo qoe dice
Trístan, Carlos?
CilLOS.
Si, Violante,
Esto no poede iUtar;
Y para qoe menos falte,
Oye una traza.
vioLAirrE.
Di presto.
cÁauw.
Tú has de decir i la padre
Lo que ha pasado basta aqoi
De las cartas y la llave ,
Y qoe viendo qoe en los dos
No lo estorbaba la sangre.
Dueño de tu hOnor me biciste,
Con palabra de cásame
Conügo; y detta manera,
Es Tuerza que coanto sabe
Diga, por cobrar so iHMior.
Sin guardar respeto k nadie.
Sí dice que soy to bermaMi»
Morii'é triste y amante;
Pero si dice qoe no»
Serán noestraavolotttades
Eternas.
.fioLAan.
OieeamoyblOB.
to
m.
Undatrau.
cUlos. *
Páes» Vioianle ,
Notedescttidéa.
Itohuré;
Y si como espero Mtay
Serás rol esposo.
CÁtLOS.
fímmi
iltMU
To esposo, esdato y amante.
. viouarrt*
iOoléotesaliiiif
cAbios.
n amor mío.
nouim.
iQoiéoteacobardaf .
. LaiMgre;
Si eres mi hermana »|OBMro.
vioijum.
Si k) soy, yo be de matarme.
GiJiuM.
Vive tú.
vioumn. .
Para ser ivyk ,
Dios lo qoiera.
noum,
DU» te guarde.
JORNADA TERCERA.
Sate CARLOS T TEUnrAH, 4e iNPOl#.
Digo qqe tela eili corle ton sabido
Ooe eres bQo del B^ y «m ha corrido
Tan páMieoporlodoi d seerelOt.
§oeelreibMo,élMdO|éldlleNlo,
enao,elnagatodo
LodlCeasL
Poes dlmot ide qnámodo
TM presto se ba sabMo y p^Mcadot
jiaifiaii.
ifh übes cttfai n^Moe ble estado
Del tnlgo siempre i lascomweslefeB
Los mayores secretos de los r^yeof
ei'iLbs. [no
llenes rason, poes aonqoe mu proco-
Bncobrir otn seeMe,y le ssegoren
GoD mocho estío y eo« sfloMfogrofe,
Coaodo oMooft se plMMa» mas se sabe;
Más, ti verdad le digo, UMM pesa*
Fonioeeoe^eso BMinnKMdi cesa.
Y mas si acaao eoiHvpadre be hftbiido
Violante, como bibeoMs eheprnude. .
ToiailrsMk
De perlas va dispeesle lodo eqnesto;
Maa solo bi^ QB emr*
cUbOf.
Míe de piesie.
Venir de noche hebleedo tenlodla ;
Porque, amH—iOfvaBeole,ser podría
teMlgímoe,ali4|ii|ier««Qemiteetn-
T por pegw á ottee, ños pefMea.(iea»
Booea miedo.
54i
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
TRISTAIf.
Es verdad.
CARLOS.
jGenül gallina!
TRISTAÜ.
¿Decir mi seutimiento le amohina?
CARLOS.
El miedo es cosa infame.
TRISTAIf.
Quedo, quedo,
Que para el hombre se hizo el tener
[miedo.
Yo tengo miedo, y el valor me enfada ;
Que el tener miedo á nadie costó nada;
Y mas si en la destreza noestá ducho,
Y el no haberle tenido costó mucho.
CARLOS.
¿Cómo de día estás tan arrogante?
TRISTAR. [te;
Tengo azar con las noches, no te espan-
Masbasten burlas, que si seofreciera,
Cada cristiano hará lo que pudiera ;
Y dime, ¿que quería y qué te dijo
El Principe?
CARLOS.
Muy necio y uy prolijo
Me habló, para que hici(
be modo que Violante i quisiera.
TRISTAÜ.
¿Y cómo respondiste?
CARLOS.
Quejoso y desabrido.
TRISTAN.
Mal hiciste;
Que es ponerle en cuidado,
Y mas cuando la corte ha murmurado
Que ('res hijo del Rey.
CARLOS.
Y aun de eso nace
La oposición que el Principe me hace;
Tengo en Violante mi esperanza toda,
Y solo aguardo para hacer la boda
Que revele Conrado este secreto ;
Mira (ú deque suerte ó áqué efeto,
Contra mi nonor y fama.
Pudiera ser tercero de mi dama.
Y esto cayó, sobre queelReyhadado
(Pura que, en suservido embarazado,
A Violante no vea)
Kii que duerma en palacio, porque sea
Ocasión el no verla y el no hablarla.
Si no de al>orrecerla , de no amarla.
Juntóse osle pesar y aquel disgusto,
Y al Príncipe le hablé con poco gusto;
Mas el disgusto me templó al instante
( n |)apel de Violante,
\\n que me dice que de noche venga.
Para tratar loquea los dos convenga.
TRISTAN.
Que lo supiese el Rey me da cuidado.
CARLOS.
Ya queda en su aposento retirado,
Yo le vi por mis ojos, estoes cierto;
Haz la seña. Mas oye, que han abierto
Ln puerta de mi c'asa y sale gente.
¿Quién puede ser?
TRISTAN.
Escucha atentamente.
Salen EL REY , CO.NRADO t ASTOL-
VO.de noche.
REY.
Solo á ver si es verdad lo sucedido.
Si, por vida de entrambos, he salido.
De Astolfo acompañado solamente ,
Y por saber también si. inobediente
A mi precepto Carlos , como amante.
Viene de noche á verse con Violante ;
Vos aguardadme un poco retirado.
ASTOLFO.
Solo el obedecer toca al criado.
CONRADO.
Al momento, Señor, hice tu gasto.
TRISTAN.
Mi señor.
REY.
BxcusAsteme un disgusto.
Quiero casar á Carlos de mi mano ;
Y aunque el honor de vuestra bija es lia-
[no
Que á un principe merece por esposo.
Es ya razón de estado, y aun forzoso
En la buena politica y sus leyes ,
No casar en sus tierras á los reyes,
Como en todo se ve por el efeto.
CONRADO.
Eres en todo principe perfeto.
TRISTAN.
¿ Oves aquello? El Principe y Conrado
Hablan de casamiento.
CARLOS.
Estoy turbado;
El Principe ,sin duda , viendo ( ¡ av cie-
[los!)
En la respuesta que le di , sus celos,
Resuelto se ha venido,
Y mi esposa á Conrado le ha pedido.
¿ Qué haré Trístan?
TRISTAN.
Callar.
CARLOS.
¿Cómo es posible?
TRISTAN.
Callando.
CARLOS.
Estoy perdido.
TRISTAN.
Estás terrible.
CARLOS.
Daré voces.
TRISTAN.
Mejor lo considera ;
Y pues Violante, claro está, te espera.
Demos lugar para que no te encuentre
Ninguno de los dos, que el viejo entre
Y el Príncipe se vaya.
CARLOS.
Solo en pensarlo el alma se desmaya ;
Mas bien has dicho.
TRISTAN.
Toma mi consejo.
CARLOS.
Mi vida en manos de Violante dejo.
{Vase.)
CONRADO.
Desta suerte lo enmendé.
RET.
Anduviste muy discreto.
CONRADO.
Para mi vuestro secreto
Carácter del alma fué;
Que es noble la sangre mia.
RET.
Os aseguro, Conrado,
Que me habia dado cuidado;
Porque, como cada día
Del Papa aguardando estoy
La venia que !e he pedido
Para Carlos , no he querido
Decir que su padre soy
Hasta ver lo que hay en esto ;
Que, aunque sin esta licencia
Pudiera • en bni
Haberlo por obn pMilo,
Debidos respelM loo.
Que al Papa se han de laer.
Que un Rey Joslo no ha de hace
Nada sin su permisión.
GOflnáno.
Vuestra majestad proeede
Í Aunque está todo en sn mano)
:omo principe cristiano;
Mas ya retirarse paede«
Porque imagino que es urde.
ncT.
No me qnise recoger
Hasta veniros á ver.
cosraADO.
Mil afios el cielo os gnarde
Por tal favor.
mi amigo,
Quedaos.
CO^iaADO.
Nomebedeqnedir.
BET.
Será dar que sospechar
A los que os vieren conmigo,
Pues por estar mas secreto
Y hablar con vos mas despacio
He salido de palaeio.
COÜRASO.
¡ Qué prudente y qoé discreto !
Mas tened ; dos hombres vieon.
COmADO.
Mozos serin del logar,
Y irán se ahora acostar.
nsT.
En la calle se detienen.
Salen EL PBINCIPE t LUDOVIÜ
ndNan.
A mi me importa saber,
Ludovico, SI es verdad
Lo que toda la dndad
Murmura , pues pnede ser»
No siendo Cirios hermano
De Violante* qoe la adore.
La festeje y enamore,
Y que yo me canse en fano ;
Que Cirios tan denbrido
Nunca á mi me respondiera.
Al decirie que me hiciera
De su hermana sa marido .
Si no hubiera aqni enenbierto
Algún misterio ; y por Dios,
Que hemos de saber los dos
Si lo que presamo es deilo.
Lunonco.
Pues di , ¿o6mo pnede ser.
Siendo este amor tan secreto,
Como sn dneBo diseraio,
Qce tú lo puedes saber?
rafaiciPB.
Él duerme en palacio ja,
Y es llano, si la qoeria.
I^es va no pnedTe de dia.
Que de noche In verá.
Luootno-
Y cuando de noche venga.
¿De qué arguyes qoe ia qnieieT
Quien discurrir bien qnisioe .
Tenga amor y enloa le^ga;
Violante le ha de
El á verla ha de
ija ba de abrir,
ellalebadebablar;
ima t6 á esa reja,
>7 Gárloa dirás ,
ren , y lo demás
idado lo deja.
LU1K>YIC0.
i me ba de conocer.
rafuarB.
itas cosas esconden;
odo que responden
> qae be menester.
LUDOTICO.
o.
PRilfCIPB.
Si le esperaban ,
ipenas ha de oir ,
» la priesa de abrir
cuidado en que estaban ;
ríos, ofendido,
ae mi amor merece ,
e el Rey le favorece ,
castigarle yo.
BEY.
lerta se ba arrimado
abre , y llama ; ¿ será
•
CONaADO.
No, Señor; que está
amor desenáanado,
liando le hablé , esto es cierto,
muerto sé quedó.
SaU FINEA.
PIUCA.
n es?
LunoTico.
Carlos.
RKT.
No debió
edar Carlos muy muerto.
GOXaADO.
enor...
FINEA.
¿Eres TrisUn?
Lunovico. •
)soy.
FIHEA.
Pues al instante
1 llamar á Violante.
RBT.
son dama y galán.
paÍNCIPE.
dices de mi temor ?
LUDOVICO.
»on profetas los celos.
PRÍNCIPE.
esto se consienta, cielos .
ae el Rey le tenga amor !
Tive Dios...
RET.
¿Qué aguardáis?
le está bien el hablalle ;
idle vos de la calle.
CONRADO.
> haré , pues vos gustáis.
LUDOVICO.
lombre á nosotros viene.
príncipe.
DS será, ¿quién lo duda ?
es fuerza que al centro acuda.
CONRADO.
er por mi honor convier d ;
I ¿cómo, Carlos, aqui
Is á tal bora , cuando
DD. C. DE L.-n.
-)
CMO I^ADRB Y CGAfQ R«Y.
So gobienft) está flando
El Ref de vos y da mf ?
1 Asi habéis obededdo
Los consejos qaa^s be didot
PRiRCItB. (Áp.)
Vive el cielo, qoe es Cosrido,
Y por Carlos roe ha tenido.
conuDO.
Volveos á palacio luego;
Mirad que ti el Rey sapfert
Que á estas horas estáis fuera.
Se enojara : yo os lo mego.
Yo os lo mando ; ved qoe doerme
Descuidado el Rey eon vea ;
Haced esto por loados.
paiNGira. (4^.)
Para mas utlsfacerme ,
Puesto qoe en mi ajgravlo es.
El callar es acertado;
Qoe yo le daré á Conrado
Parte de mi amor despees ;
Y poes no roe ba eoaoeldo,
Yo me voy. (vi
Gomuao.
4 No respondéis?
Mas de verg&enza lo baréis.
BIT.
¿Qoé hay, Conrado?
COHBABO.
Yase baldo.
RBT.
Bien está; mas yo no estoy
Cierto aue á palacio irá ;
Seguidle , ved dónde va ,
Presto. ^
CORBADO.
A obedecerte voy. (VgM.)
BBT.
Carlos , qoe qoteá se vale
De mi amor y de los brios.
Contra los preceptos míos
A ver á Violante sola ;
El desacato hecho á mi ,
Como á rey, pide caattot
Porque yo soy so eneBUfo,
Y no su padre ; y asf ,
Castigarle es Justa \éf ;
Mas ¿ cómo podré severo.
Si como padre le qoiero.
Castigarle como rey?
Pues consentir que le qoiera •
En duda de qoe es so hermana»
Es voluntad tan liviana ,
Que enojarse Dios pediera
De tal género de amor;
Que aunque la verdad le ayuda.
El pecar, en fin , en doda ,
Para con Dios ya es pecar,
Y lo peor es, qoe está
Casi todo descobleno ;
Mas una reja han abierto
De las bajas ; ¿qoién será?
Salen VIOLANTE t PINBA á te VM-
feaa.
rmttt.
HarélOBfll.
fMNkABmL
«Ib
(Vaaí.)
Despoes qoe aadt en oplnloeea
SI es Garios Bit hfjlvnao^sienia .
Dentro del alna wm eoncenlo
Qoe anima aria preisñBfoaea;
Mas espero y BMkmi Horo,
Maa amo y asjaoa.BospIro ,
Con otros Oka le mito
Y con Otra hle adoro.
iSisebaidb?Pttoam
Büá on b6flsbre ; ¿qoién lerá?
Garlos será • ^iaro eitá.—
¿Ge,GárlaiT
iL|ipBfea?8i;
En la reja eatá Tipiante,
Qoe espera á Carlea i yo foy
Akablarla.
iSelBtoaf
nn.
Yo soy.
Sata GARLOS ir TR18TAN.
Llama, TrialaB, iiiaÉIaale;
Qoe ya la gente paaA.
Llego y llano;
¿Qné dodaa? qoé fe aeobaida?
.TMsraii*
La bendición iioa borC6
Otro qoe llegó prhairn.
¿Ybablóálar^at
TBiarAB.
- Baoeallano.
YanoqoleiOBHMrde
nou¡fn
qoteíoi
AflM» de Principe qoiero;
Y asi, jpagoqw aeréis
MI doSo, pMBVoa goitaia,
CoBW principe eomplala,
Gomo amante psDBialsia.
TBIBTaB. .
Andallo;bendlgnMM
TanU pas, tama vi«ira;
Ikqoi aolo mltB el enn,
^ndo teatlgoa loa dea.
¿OyeaaiiBeUoT
Triatan,
ün rayo d ahna me hiefe;
Violante al Prinelpe nieve;
Ella y el Principe eatl»
Tratando ao MMNT. i Áb cWOBl
i VIóse modansa BH^orl
VIOLAMTB.
¿Con Trlstan hablaate?
PIKBA.
Habla qoede.
OiBUtt.
Tente aiMir.
GaUa, por Dloa.
Si.
VIOLAimE.
¡ Qué mal sosiega qolen
riüBR.
Adiós.
VIOUBTB.
SimipadrellaaM^
Avísame.
Tente ctloa.
Dedrle qoleie I VláMe^
Qolén at», y Mía návofüda,
SdBáolvSitfá corrida
Loqotnobapodid^ái
1 GóBso eapuriMa io|kli
TbMm
546
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
TRISTAN.
Loco estás.
RET.
Ya DO quiero saber mas ;
Mas solo os quiero advertir
Que (Je boy en adelante
No habléis sin aue conozcáis
Primero con quién habláis ,
Porque soy el Rey, Violante.
VIOLANTE.
¿El Rey, Señor? {Ap. \ Ay de mí !
¡Muerta soy ! ¿qué puedo hacer?
Todo lo he echado á perder.
¡Ay Carlos, boy le perdí!
¡ Oh noche , de sombras llena ,
Qué de errores has causado!
El coraion se me ha helado.)
RET.
¿Qué dices?
VIOLANTE.
{Ap. ¡Terriblepena!)
Que vuestra alteza. Señor,
En la calle no está bien ,
Pues los que pasan le ven,
Y irse tengo por mejor.
{Ap. ¡Oh , si el Rey irse quisiera !
Que anda Carlos por la calle ,
Y ha de ser fuerza encontralle.)
Sin pensar que os ofendiera,
A Carlos quise, es asi,
Y fui de Carlos querida ;
Mas ya estoy arrepentida ,
Solo por vos (¡ay de mi !);
Y asi, pues ya no le quiero,
Os ruego me perdonéis.
RET.
Con eso en roí ganaréis
Un amigo verdadero ;
Y porque pienso que el día
Se va acercando , me voy.
Dios os guarde.
viola:<ite.
Vuestra soy.
(.4p. ¡ Av Carlos del alma mia !
Negué al Rey mi amor, mentí ;
Mas poco ó nada importó
Que al Rey se lo niegue yo,
Si te lo confieso á tí.) (Voitf.)
CARLOS.
{Ap, Ya el callar es agraviar
Mi valor y mi nobleza.)
Deténgase vuestra alteza;
Que le he menester hablar.
tristan.
Nunca tan necio te vi.
CARLOS.
Mejor dirás tan resuelto.
RET. {Ap.)
Otra vez Carlos ha vuelto,
Pésame de hallarle aquí ;
Rien Conrado le siguió ,
Pues vuelve á salirme al paso.
Si no es que le d i jo acaso
Que estaba en la calle yo.
Ksto sin duda será,
Y él , para desenojarme ,
Claro está, y acompañarme,
A buscarme volverá.
CARLOS.
Vuestra alte/.a me ha pedido
Que yo le diga á Violante
Que es de sus ojos amante.
REÍ. {Ap.)
Sin duda el juicio ha perdido.
CARLOS.
Y cuando esto me mandaba.
Sabe el cielo y sabe ella
Que, llevado de mi estrella-.
En las suyas adoraba ;
Y si entonces encubrí
Nuestro amor, secreto fué ,
Porque siempre imaginé
Que era mi hermana; y asi.
Hoy, que sé que no lo es mia ,
Y que la puedo adorar.
Amante habré de estorbar
Lo que hermano üq podia.
Sí del Rey sois hijo tos...
RET. {Ap,)
Esto es peor.
CARLOS.
Reparad
Que en sangre v en calidad
Somos iguales los dos.
Vuestra alteza está tratado
De casar con Isabela ,
Y es género de cautela
Contra su padre y Conrado,
Al uno inquietar su hija ,
Y al otro oarle disgusto
En casarse sin su gusto ,
Cuando pretende que eüja
A la flor de lis de Francia.
Violante me quiere á mí ,
Que, si bien lo negó aquí ,
No viene á ser de importancia.
Cuando de parte de adentro
Sé que, aunque el mundo lo impida,
Yo soy alma de su vida
Y ella de mi gusto centro.
En íin , ya su amante soy ;
Si tieueel corazón lleno
De sangre de rev, tan bueno
Como vuestra alteza soy ;
Vuestra alteza puede en esto
Resolverse á hacerme gusto.
Pues lo que pido es tan justo ;
Y de no hacerlo, supuesto
Que no tengo de olvidar
A Violante, Tíve Dios,
Que á ser suyo, de los dos
Uno solo ha de quedar;
Y así...
RET.
Carlos, bueno está.
CARLOS.
No eslá bueno.
RET. {DeiCttbrUndoie,)
Necio, loco,
¿ Vos al Príncipe en tan poco?
¿Quién tanta licencia os da ?
TRISTAN. {Ap,)
Buenas noches.
CARLOS.
Luego TOS...
TRISTAN. {Ap.)
Cogiónos todo el nublado.
RET.
Yo soy quien os ha escuchado.
TRISTAN. {Ap,)
Hoy nos pringan á los dos.
CARLOS. {Ap,)
Con esto me rematé ;
Pensando que era (¡ ay de mí !)
El Principe, descubrí
.Mí amor, mis celos , mi fe ,
Nuestros tratos y contratos,
Hasta llamarme su hijo.
TRISTAN. {Ap.)
Por eso solo se dijo
Aquel refrán de Pilatos.
RET.
Pues i, cómo asi obedecéis
Los consejos que yo os di ,
Y así al Principe já ni
El respeto qos peraeit?
Sois UD necio, y five INot...
{Ap. Apenas le lé rafilr.)
¿\us en nada competir
Con mi hyo? ¿ Quién aoii tm?
¿Vos leal? vos mi «aaallo?
Hentis. (Ap, ¡Ajbijo!)
SeSor...
Cosas busco de rigor
Que decille, y no las hallo.
ciaLos.
Esto i á quién le ancedlera ?
aET.
Idos , Carlos, ido* luego ;
8oe, á no mirar que estáis dejo,
s matara aqni. {Áp. fh hiden. •
CÁBLOS.
Yo. Señor, siempre i su altaia...
Nadie al Príncipe se oponga
Si 00 quiere que le ponga
A sus plantas la cabeaa;
Vos no babeis de acoropatame.
Idos; que aquesto cooTiene.
CÁBLOS. (Ap.)
Pues algún misterio tiene
Reñirme y no castigarme.
(Vmutf.)
Salen ELVIRA t HKEA.
BLTiaa.
Dime , Finea , por Dios ,
Lo que hay en esto. ¿Qué dadas*
Qué temes? qué te demudas?
Solas estamos las dos.
Haciendo lal>or está
Violante , y su padre fuera ;
Mira, adfierte , eousidcra,
Finea , lo que me va
En saber lo que pasó.
¡Ah, enemigos! Ah« tiranos!
A Saben que no son benunoi
Carlos T Violante?
No.
{Ap, Entreteneriaqueria
Mientras esconde Violauíe
A Cirios.)
CLflBA.
Pasa adelante;
Dimelo , por vida mia.
Pues sabe...
■Lfiia.
Di presio.
rai;a.
i Brara prisa !
Tengo nmor.
Pues desta va. Mi señor...
KLTna.
Blas que nunca acA Tfuien.
Elvira?
Sale CONRADO.
¿Seftor?
I
ifiü*
548
¿Mi honor en tan grande aprieto?
Harto me debió eisecreto ,
Pues le be guardado hasta aquí.
▼lOLAIlTE. {Ap.)
Mucho duda. ¡ Ah pena Bera!
CARLOS. {Ap.)
Mucho calla. ¡ Ah temor .?ano !
VIOLANTE. {Ap.)
¡Cosa que fuera mi hermano !
CARLOS. {Ap.)
ÍCosa que mi hermana fuera !
las no ; que si fuera asi,
Ya se hubiera declarado.
VIOUIfTE. {Ap.)
Mas no; que mas enojado
Estuviera contra mi.
CONRADO. {Ap,)
No hay medio que á mi honor cuadre
Entre el hablar y el callar,
Pues no me nqedo librar
De mal vasallo ó mal padre.
Mas viva mi honor.
VIOLANTE.
Señor...
CONRADO. {Ap.)
La verdad ha de saber;
Mas no, el Rey le ha de deber
Otra lealtad á mi honor,
Y no he de romper jamás
Este secreto hasta que
Licencia él propio me dé.
VIOLANTE.
Pues, Señor, ¿asi te vas?
¿No respondes? ¿Deste modo
Me dejas triste y turbada ?
CONRADO.
No he de responderte nada ,
O he de responderlo todo ;
Y asi , vicnao una verdad ,
Me voy, por saber así
Cuál ha de ser mas en mí,
O tu honor ó mi lealtad. {Vate.)
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
iFuése ?
Sale CARLOS.
CARLOS.
VIOI/NTE.
Sí.
CARLOS.
Fina has andado.
VIOLANTE.
Parece que lo ha creído.
CARLOS.
De suerte lo has referido,
Que aun á mi me has engañado.
VIOLANTE.
Es gran retórico amor.
CARLOS.
Sí , mas no tanto. Violante.
VIOLANTE.
Dame un necio que sea amante,
T darétcle orador.
Mas ¿qué dices del aprieto
En que mi padre se vio?
CARLOS.
Que el secreto descubrió
Sin descubrir el secreto.
Sale FINEA.
FINEA.
Señora...
Sale TRISTAN.
TRISTAN.
Carlos...
^
FINEA. .
Gran mal.
CARLOS.
¿Como?
VIOLANTE.
Diio.
PIMEA.
Escucha.
TRISTAN.
Advierte.
CARLOS.
Dame de presto la muerte,
TRISTAN.
El Principe...
VIOLARTE. (Ap.)
¡ Estoy mortal !
TRISTAN.
De una carroza se apea,
Y se entra sin avisar.
VIOLANTE.
Ap. Aquí temo algún pesar.)
"scóndiete , no te vea.
CARLOS.
¿Yo esconderme? Vive Dios,
Que primero he de morir
gue llegar á consentir
I agravio de los dos.
VIOLANTE.
Eso es , Carlos, darme enojos.
FINEA.
Que llega.
VIOLANTE.
Yo soy perdida.
Por vida mia.
CARLOS.
Esa vida
Pondré yo sobre mis ojos ,
Aunque aventure mi fama.
Que es la fíneza mayor
Que hace un hombre de valor
Por la opinión de su dama.
{Escándete.)
Entran EL PRÍNCIPE, LUDOVICO
y DOS CRIADOS.
I PRÍNCIPE.
No tienes que persuadirme ,
Ludovico ; esto ha de ser.
LUDOVICO.
Lo que hasta Rquí me ha tocado,
A ley de vasallo fiel ,
Es aconsejarte; ahora
Me toca el obedecer.
PRÍNCIPE.
Pues ^ tengo de consentir
Que Carlos, porque se ve
bn la gracia de mi padre ,
Tan vano y tan libre esté ,
Que diciéndole en secreto
Que k Violante quiero bien.
Se lo diga al Rey?
LUDOVICO.
Quizá...
PRÍNCIPE.
Pues ¿de quién lo ha de saber,
Si no lo ha dicho Conrado ,
Porque no ha estado con él?
Vive Dios , que ha de pagarme
Los rigores y el desden
Con que me trató mi padre ;
Sírvame de algo el poder.
LUDOVICO.
Aquí está Violante.
PRÍNCIPE.
Espera.
I Viste k) iindo que enifé
Y lo crael qoe venia T
Pues ya me pnedo volver;
gne ha sido espejo so con,
onde apenas me miré ,
Guando en so cristal perdi
El enojo y alüvei.
viouum.
Señor, vaestn alteía sea
Bien venido» siéntese ;
Porque estar de esa manera
Es hacerme descortés.
cÁnuM.CAp.)
Cuerdamente le reporta.
nfüciK.
Yo lo estimo, mas no es
Mi venida tan despacio;
Oye , sabrás lo que fué.
Ya sabes , Viobnte mil ,
La voluntad y la fe
Con que be adorado ¿ tos ojos.
VIOLAim.
Asi lo habéis dicho.
PRiRGIPB.
Hoy, pues,
Porque tn padre v tu hermaoo
Se ban Ido á qoejar al Rey,
I Como si fuera agraviarlos
Hacerte yo mí mujer»
Mi padre aürado conmigo.
Desapacible y cruel •
Que te olvide me ha mandado,
Cosa que no puede ser,
Porque no vivo sin ti;
Y asi , me determiné
A casarme sin so gosto.
Un coche te espera; veo.
Donde , casada conmiso ,
Premio á mis finezas des.
CARLOS. (Ap.)
Primero que tal consienu.
Dos mil vidas perderé.
pafravK.
¿Qué dadas?
VlOLAinV.
{Ap. ¡Lance terrible!)
Pues ¿no es fonoso temer
El rigor de vuestro padre.
Que es en efecto mi rey?
Si está muy apasionado
Vuestra alteza , aqaiecesé
Y repare...
. paimarE.
lAsImepaips,
Violante , el quererte bien ?
Pues lo que no podo el mego.
La fuerza no ha de valer.
Sale CARLOS.
GÁaLOS.
Ya no basta el sofHmiento
A intención tan descortés.
Si de la fuerza se vale ,
Mucha ftierza ha menester -
Vuestra alteza ; porque yo
Estoy para defender
La persona de Violante;
Y primero advierta qne
Ya no es Violante mi hermana,
Y es Violante mi mi^er.
Minan.
Pues ¿tá conmigo?— Malidle.
ciatos.
El que pudiere haré bimí;
Porque primero á tus qjos...
TUSTAil.
Quedilo ; qae vIom el B^y.
rtfücvB.
liceit
tmiovico.
Teme id enoJ<
la eitoj!
E «candela.
'islán , DO puede ser,
lie EL REY t CON)
CO^IIUDO.
cuenti correo !■
orTvidi.
»(.
Eiti bien,
«í— ¡Principe?
cíblos t el fiIkci
Seño
■ET.
suerte obedeceiB
TioLtim. (Ap.i
¡Qué «tero!
?iifxcirE. (Ap.)
Dojado '.
GOMEDU FAMOSA
TITULADA
CUMPLIR CON SU OBLIGACIÓN,
DBL DOCTOS JUMI WWUM DB MOHTALTAR.
PERSONAS.
CLENARDO, duque de Tlereueu,
ARNESTO, marpiée de San Telmo.
DON JUAN, guiau.
MENDOZA , ff cdm.
CAMILA, «MNfiM.
CELIA, nrpriM*.
LEONIDA » ertudu.
LUCnfDO,
TEODORO, } ctMm.
PORTÓN»
JORNADA PRIMERA.
Sdeu CAMILA, eondeea, t LEONIDA,
criada,
LBOmOA.
liflo,¿ te casas?
CAMIU.
¡ Qaé espero !
iKqae me casan, Leonida ;
M one me quitan la fida ,
I di ane callando moero.
lAji don Juan!
LCORIOA.
¿Lloras?
. CAULA.
No sé.
LCOmOA.
¿Tú llorar? Tá suspirar?
CAMILA.
No me quisiera casar.
LEONIDA.
Pnes Á¿ <iué mujer no fué
Esto de casar gustoso?
CAHILÁ.
Soele serlo á una doncella ,
Ove no se ha casado día ;
Pero á quien lieae achacoso
El corazón , y ¿ quien tiene
Hecha elección en su ^^to,
iQaé tormento, qué disgusto
Mayor, Leonida , le ? ¡ene.
Que el escuchar que le den
fCoando en otro amor se abrasa )
Parabién de que se casa ,
T no con quien quiere bien ?
LEOniDA.
¿Y no me diris á mf
Quién te ha podido obligar?
. CAmu.
Detf me quiero fiar.
LBONIÜA.
¿Es donjuán?
CAWLA.
Leonida, si.
LIOIIIBA.
Toda la cvlpt ba tejido...
canu.
i Quién?
LEORIBA.
El Duque, mi sellor.
De su amor nadó mi amor;
Su amistad mi nmerte ba sido.
Tiénele Clenardo en casa ,
A todas horas le Vflo , .
Y el respeto A ser deseo
.Algunas f eeet se'pasa ;
Y en la ocasión , la mu cuerda
Suele resistirla en vano ;
Muchas me ha <tido mi nermaoo ;
Él quiere que yo me pierda.
LIOSiaA.
Y en 6n , ¿qué has de hacer?
CAmtá.
Morir;
Pues que me obliga el honor
A saber sentir mi amor.
Sin poder darle A sentir.
LBomnA.
guisé seré tan gafan
I esposo que ya eaperaa.
Que te obligue i que le quieras,
Y que olf idea A doa Juao.
Mal podré, ai ya le quiero;
Mas considera , Lemida .
Sue, annquA dnn «
i gusto ▼
No ha J
Porq r%
¡ Me L» ^..Amt •■■
: Me rin w
I Que 1 |«v
Por blanco su propio ser,
Se le permite querer,
Pero no dedr que quiere;
Por lo cual, aunque me aflano
A lu penas oue me dau ,
Estare amando A don Juan ,
Y me entregaré A uu tirano;
Y asi, piadosa y cruel.
Huyendo de lo que aiso.
Le amaré para eonu^,
Pero no para con él.
S CELU.
c i.
Nifto r. oue ha a
OnA in ta ' -
1 r •* »
iCnai ta
La ' j« M< mI
Y dv ■« WviSlM
TiénemeCleL.
■V,
Mozo, discreto *e
Y VA- Iaas nnr don
I»!
«J r
'*- B «r-^-iore h
I m obl •
P: «.'
I >iAc«. ;.
L« fida y uvi "* •
Cuanto be pii
Peroyano] i.
i« >
i«l
lia
• ft
ti
Perdida
o.
i
EL DOCTOR JUAN PERBZ DE HONTilTAN.
Poraae snele en c*nu tiena
Hablar mejor no tercero.
Vo llego.— iPrima!
Y^obablirmeT
tAjdeiDl!
Helancóllcale*!:
íQdí hiciat! j^" lu^ peasabii
No pagas bien mi amistad ,
Pues tú de mi te retiras
V cop los oíos iDipins.
Hof perdí la libertad.
i Qné iJeneiT
CKLI*.
Etiof lia mi.
Pnei declirate coomlgo ;
DI me tu mal.
Quejo
Si«nil« j^ ;
Wñs soqiecho
Que se
Si ; pero an arnor pagado
Has alabanus merece.
Luego ¿el mió se agradece*
Si , prima, pierde el cuidado ;
Vo sé que pagada estas ;
Yo ié, prima , lo que esúma
Hi hermano tu amor,
ciiu.
; kj prima .
HuTlíJosdel blanco (tas!
A r.lenardo quiero bien ,
Pero no como i galán.
Paes ¿quién te obliga T
cibu.
Don Joan;
Don Joan Tenció mi desden ;
En su amor Tioe i encenderme ,
De su lus soj mariposa.
CAML».
lar; estar celosa
No es cosa para snrrir ;
" char candailo í lot laluos
Antes quiero que le enUenda
Por tu parle.
CAMILA. (Ap.)
Esto es peor.
CKLM.
Tu divlDo
Italia
y para
Le digas que snjra soj.
CAULA. (Áp.)
Si supieses cómo esto j,
De otra saeite lo dijerai.
Pues oye mi parecer.
Pues, si eso Tuera, Camila,
O don Juan lo pretendiese,
¡Quá le fallalia i mi amorT
Verdad es que algunas veces.
Cuando me encuentra, me dice,..
¿Qué te dice!
Pardo
I, piedad prometen.!
Qm,>iii
Es coa Ud mi
V Un desanridí
Qoe parece.
Pnes ahori
Celia. JO I
V e> roen
Pues ¿tan cerca se llegaba
Ese caballero i verle.
Que conoció que eran pardos T
íEso llamas no quererte?
CELIA.
Si, prima; que ha; muchos hombres
Si no es qne paeioa M c^^
En esa parle, perdone,
"lue la Terdid no weloDU
ine leagnTlc«;porqwliidai
iicen...
Pdm i> le
Buena estli.
cnu.
GDHFLIl-COII m ÚBL^kfíMm.
CEUá.
ce.
¿ Y 8i él nioUeM?
CELU.
)j SU cortesía
diceudaramente?
foiéD pnede negarlo?
ú no te resuelves
ecer mi amor,
nisnia ha de saberle ,
r de mi TerffEienza ;
ii peor qne llegue
nne mi silencio 1
GAnLA. (Ap.)
renga la muerte,
f máteme i pesares ;
lejor ocasión quiere ?
f confosa estoy.
>ikdo ásperamente
ima, 7 la amenazo
hermano, esti de suerte,
Ion Juan dirá su amor;
icaso la quiere ,
de hablar, y me destruyo,
osa que me conviene ;
I voy por aqui.
icer que se concierten
s, siendo yo tercera
rástos y placeres,
tilos para entrambos. -
eré si pudiese
sner sus deseos.
CELIA.
Indas, prima? Qué temes?
CAMILA. '
legodo pensaba.
CELIA.
i dices?
CAVILA.
Me parece
rá mas acertado
>yo, si le viese,
>rta dama le mira
lor, y no se atreve
irarse con él ,
osa de que puede
empeñado el pecho ;
»nne respondiere,
é parte del tuyo.
CELIA.
sta causa encarece
cia tu entendí miento.
CAMILA.
é lo que te debe
las y de suspiros.
ial baya quien tal dijere ,
omareeo la boca!)
CELIA.
ladme parabienes
{loria que os aguarda,
odeis vivir alegres;
ista estar de por medio
I , para aue espere
suceso ae todo.
CAMILA.
uego es amor; si no crece ,
alquier parte se esconde ;
k¿ celos le encienden ,
das las puertas sale ,
e el negar aproveche ;
e, aunque tapen la llama ,
erza el humo ha de verse.)
i , prima.
CELIA.
Ya te sigo.
CAMILA.
el Ingenio lo vence.
i Hablará» Inego i étm tainf
GAMIUr.
I Jesús y qué priesa tteMS !
CKUA. .
Anda el amo» eon eipaeiit.
Pues procara detenerle ;
Porque en picando iin fireno.
Podrá ser que fe detpeftat.
Saíen DON JOAN t MBNMZA.
MnrjDAN.
Pensamientos «trefidot »
i De qué roe sirve leñeros.
Si no be de llegar A veros
Ni logrados ni eatiNididosf
Pama ténds de encofldoSs
Si no es que, de poro bosfados.
Gustáis de estar mal pagados.
Huyendo de ser dicbosos.
Por no haceros sospechosos,
Paredeodo interesados.
Amar para merecer
Y obligar para gOEar,
Es cierto modo de um
Un hombre so mismo ser ; '
El amor no ha de tenar.
Para ser hijo del pocho,
Meicla del propio provoobo;
Porque en llráinao el amor
A valerse del fa? or.
Ya se le prueba el cobecho.
Un noble amor, pensamientos,
Tiene valor diferente ;
Que es amar moy tolgarmonte
Amar con atrevimientos»
Yo sé qoe estila mu oontentos
Que la mayor confiama ;
Porque, en 6n, toda osporansa
A su mudanu leanió;
Pero quien nada esperó
Mal temerá su moosnaa. .
Mas ¿de aué os qocifals, si en mi
Tenéis el doello qué adoro?
En mi vive so decoro
Después qoe el alna le di.
Sombra de sos locos túí ;
Pedidme albricias, lané '
A Camila en mi tmeta,
Y con ella os regaláis:
Pues si la veis y la hamals.
Pensamientos, ¿qoé qnoroIsT
Aunque poco os doran
Este consnelo amoroao ;
Porque, en viniendo so esposo.
Del alma os la sacará;
Mas diréis que no podrá.
Porque antes qoe haeerlo pmobe ,
Os dará moerte oías breve
£1 ver mis celo| tan ciertos ;
Y estando vosotros moertos,
¿Qué importa goo se tai Hora?
PerosiClenarooyyo
Somos un alma, no ba sido
Noblesa haberle ofendido;
Mas diréis que él se ofendió ;
Él , pues la ocasión oie dio.
Dejándola hablar j ver;
Que un amigo no ba de ser
De su honor tan enemigo,
Que ha de llevar á so amteo
Donde hay hennaoa ó aiger.
Mas si de mi se confla.
En pié se qoedá la colpa.
Que la ocasión no es dueolpa
Si toca en alevosía ;
Paciencia, esperanu mia,
Voestre oriaote es foastvo ocaso;
Vos moria y fo aM afamoi
Sfai esperar ni gnar, •
Porqoe en qiMNMido tqpenv»
Mesaloolbowiralpaso.
Man KL DOQm.M fLOaiMCU
T CIUA.
Eso 01 rigor.
CIUA.
Nooifiior.
Esfedlldad.
Moas;
8oeosoftMrasi,das|^oos
e inelinarme á ta valor.
Favoreciera otroaoMir;
•OOOB.
¿No dices qoo qolorésT
Si.
Loegoioonflosasasf
Qoo eres fltent
liil ,
Poes nleio lo qwunponas,
Qoe es haberlo añado á If.
Segon eso, bien poiio
En condonar 10 rltor.
Oltfiá*
No, primo, jNirqne el i
Procede défalbedrfo;
Libre nne da DIotel iMo
Para amar ó ahomcar, .
Yo no te debcrqnereÉr
Ni por taena tola do aanr ;
Loego no es rlgoi' áagar
Lo qoe no puado deber.
¿Qoe, en feí, qileréa, y noá aiit
Plenao qoo aiMi haa aottmdido.
noaiBt.
;Qoe tan nnl lo he poroaMot
No digo Ul.
lAydontt
CIUA.
Antes el no amano aqoi ,
Qoe és obMIiptf asapeeha ;
Porqoe, si ya estaba al pacho
Oco^o 00 otro aawv»
Roerá igncmir to valar
Darie logar tan
Mendosa, nada ssangraás.
i Y aqool iOM ^ caifta
Notelncitat
I
¡Qüél
1
P
Ta<
í»to.)
554
En tan gran resolución?
Ciertas mis desdichas son ;
Venció el amor al poder.
DON JOAN.
El Daque est6 diTertido.
■EICDOZA.
¿Quieres que llegue?
DON JUAN.
Detente.
DUQUE.
¡Ay, Celia, tu nombre miente !
Cielo no, que infierno ha sido.
MENDOZA.
Hablando está con el cielo.
¡Qué amante tan buen cristiano!
DON JOAN.
4 Pues, Señolr ?. . . (Llega,)
DOQUE.
Amigo, hermano.
Ya es en vano mi consuelo.
Muerto me hallarás, don Juan ;
Celia y un hombre me matan.
Pues que mi muerte retratan
En los celos que me dan.
DON JUAN.
Pues ¿en Florencia hay amor
Que te pueda competir?
DUQUE.
Esto he acabado de oir.
DON JUAN.
Pues dime quién es. Señor;
Que si desde el quinto cielo
Bajara en su amparo Marte ,
Su poder no fuera parte
Para guardar en el suelo
La injusta vida del hombre
Que pudo atreverse á tí.
DUQUE.
¿Eres español?
DON JUAN.
Y di
Cárdenas.
DUQUE.
Bastaba el nombre.
Don Juan , yo no sé quién es
Ei que mi gusto ha ofendido ;
Pero se que es preferido
A mi amor; que el interés
Del estado que poseo
^o ha podido aficionar
A Celia.
DON JUAN.
Quien liega á amar.
Su interés es su deseo.
Mas puedes estar seguro
De que le he de conocer
Si le quisiese esconder
La tierra en su centro oscuro ;
Si Nepiuiio en sus cristales
Palacio undoso le diera ,
Y entre sirenas viviera
Ciñendo verdes corales;
Si Mercurio en blanco toro,
Por amor, le trasformase,
Y cual Júniter, bajase
r<onvertiuu en granos de oro;
Porque ha de hallarme á la puerta
De Celia la blanca aurora,
Cuando de contento llora
Y con media luz despierta
Del sol , cuando los rigores
Del alha á enjugar se atreve,
Y su dulce aljófar bebe
En hü..':iros de las flores.
Hasta saber el galán
Que estorba tus justos laxos.
DUQUE.
Y después?
EL DOCTOR JOAN PERBZ DB HOOTALVAN.
DON JUAN.
Le haré pedazos
Entre mis brazos.
DUQUE.
Donjuán,
Ya sé lo que tengo en ti ;
Pero por otro camino
Mas fácil me determino
A saberlo ; escucha.
DONJUÁN.
Di.
DUQUE.
Yo sé que mi hermana sabe
Estas cosas ; y así, quiero
De ella informarme primero ;
Mas es tan compuesta y grave,
Que aun no me he determinado
.Por mí ; y asi, tú has de ser
Quien de ella lo ha de saber.
Porque no es razón de estado.
Aunque las ansias celosas
Me pudieran disculpar,
Llegar un hombre á tratar
Con su hermana aquestas cosas ;
Que el ejemplo suele dar
Licencia para otro tanto.
DON JUAN.
Presto saldrás de este encanto.
DUQUE.
Pues yo me voy á esperar
La respuesta ; adiós.
DON JUAN.
Adiós.
DUQUE.
Advierte que voy perdido. [Vi
DON JUAN.
En sabiendo quién ha sido,
Mataréle, vive Dios.
Hoy con Camila he de estar.
MENDOZA.
Y será, si viene á mano.
Mas compuesto que un hermano
Que acaba de confesar.
DON JUAN.
¿Qué he de hacer? Quiérola bien
MENDOZA.
Hablad claro, pesia tal ,
Sin ser hablador mental
Y mentecato también.
Habla y ruega; que quien ama.
Mas ha de hacer que sentir ;
Porque no se ha de venir
Una mujer á la cama.
Ni el quereros bien los dos.
Aunque mas amante estés,
Cosa tan devota es.
Que ha de revelarla Dios.
Salen CAMILA v LEONIDA.
CAMILA.
Leonida, solo quisiera
Saber si don Juan me mira.
O si por Celia suspira.
DON JUAN.
Dices bien, y si la viera
Ahora...
MENDOZA.
Pues aquí están
Ella y Leonida.
DON JUAN.
¡ Ay de mi !
Temí al punto que la vi.
MENDOZA.
Llega y no temas.
CAMILA.
¿Don Juan?
DON IMAM.
.)
¿Señora mía T
iQvéhaceU?
DOHJIUUI.
Cierto ñesocio trata
En que hablar á oseftorli.
GAHII.A.
Aquí estoy, ¿qné me queréis?
DOM JUAH. (4p.)
Mucho pudiera decir.
GAMLA.
Yo también teogo qae hablaros.
MN JUAM.
Vuestro soy.
CAMILA.
A pregantaros
Vengo, para no mentir,
Si tenéis amor.
DOHJVAN.
¿Yo?
CAULA.
Voe.
La verdad, ¿qoién ofinqníets?
MENDOBA. (4p.)
Él cabe está dea paleta;
Tírale , cuerpo de Dios.
DOM JUAN.
No vivo tan descuidado ,
Que no tenga á quien querer.
CAHUJl.
Venturosa es la mqjer.
aOM JOAI.
Sí , mas yo muy desgraciado.
CAMILA.
Su ventura colegí ,
Porque á vos os meredó.
DOM JOAN.
Y mi poca suerte yo.
Porque no la mered.
CAHOA.
¿Conózcolayo?
DON lOAN.
Siáfe.
CAMILA.
¿Es mi prima?
DON JUAN.
No» por Dios.
CAMILA.
¿Es hermosa?
DON JOAM.
Como vos.
CAMILA.
¿Quiéreos bien?
OOMIDAH.
Eso no sé.
CAULA.
¿Qué aguardáis?
•OMICAII.
AdeclararBM.
CAMILA.
¿No lo habéis beolM>?
DON lUAH.
Ro puede
CAnLA.
¿Esraitadeamort
DON JOAN.
Es
CAULA.
¿Qué os detiene?
DONJTAN.
Pieuo qna si.
Os quiere bien.
uiénes.
Don JUAN.
Queirii.
DON in*n.
Su desden.
CAIIL*.
rlT
Se orenderi.
cisque boj li vi?
M.') JUAN.
etpejo-
iVoT
DON JD4M.
indo bis andado ;
t le has ecbado.
LBONIM.
Puedes mtrar ei
cDima COR m oBLH&eim.
WelegrU
A mffirii DO me uñn.
«KU.C4II.)
Hooor, floja mu «noioi.
:Qiií dirl r One etior moiul
y recelo «b desdm.
Bl DnqDa fiM»,
Soten EL DDQOE. PORTDH, T
ROyckuBM.
Aqni ni seBon ertl.
A pedirte albrklai Taago.
CUBU.
j A mJ albricia*? Pnei ¿de 4«4
aoon.
De DD gnu guato..
CAHIU.
POR lOM. {/Ip.)
Heodou, temMuHto WOf.
1 sama, i qaé dhs d pU^
Qae AriwMD...
Digo, e) piarqnés d«
MM reu. Hp,)
Decbróse mi fortont.
Y tQ esposo...
SS6
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
S¡ me ha de gozar Arnesto,
Y don Juan ha de perderme,
¿Para qué puede ser bueno
Darle á entender mis flaquezas?
Mejor es ; yo me resuelvo.
Aunque martirice el alma,
A decirle que me ofendo
De sus locas pretensiones ;
Viva mi booor, aunque muero. —
Oye, don Juan.
DON JOAN.
¿Qué me mandas?
CAVILA.
Donantes tu atrevimiento
Ya te acuerdas que fVié mucho.
DON JUAN.
Solo, Señora, me acuerdo
Que tü tuviste la culpa,
Aunque la pena padáco.
CAVILA.
¿Yo la culpa? ¿Estás en ti?
DON JUAN.
Pienso que no.
CAMILA.
Asi lo creo.
Pues dime, ¿qué liberud
Has visto en mi casto pecho?
Qué ocasión te dan mis ojos?
üué novedad ves en ellos?
Qué apariencias, qué favores,
Qué esperanzas, qué deseos.
Qué palabras, qué señales.
Para que, atrevido y necio,
A mi decoro te atrevas
Y me pierdas el respeto?
Bueno está mi honor contigo.
De tus locos pensamientos
¿Soy ocasión yo? Soy causa?
DON JUAN.
Si, Camila ; que si el seso,
La libertad, la cordura.
El alma, el entendimiento,
Las potencias y sentidos.
El gusto, la vida, el sueño
Me quitan tus bellos ojos,
Cuyas luces reverencio ,
Tú y ellos tenéis la culpa.
Yo los vi ; ¡ pluguiera af cielo
Que antes un león de Albania,
('Omoá humilde conejuelo.
Me deshiciera en las uñas,
Y un tigre manchado á trechos.
Hartándose de mi sangre.
Bordara con grana el suelo !
Pero ya fué suerte mia ;
No de ti , de ella me quejo ;
Consiénteme aqueste amor.
Pues yo también te consiento
Que con Arneslo te cases:
Y sí presumes que ofendo
Tu virtud con adorarte,
Aqui tienes este acero.
Toma venganza á tu gusto ,
Pásame con él el pecno ;
Humilde á tus pies estoy.
CAMILA.
{Ap. ¡ Qué pecho habrá tan de hielo,
Qué diamante habrá tan duro,
Y qué mujer tan de acero.
Que le escuche y no se ablande
A las ansias ó álos ruegos!
Ya no puedo resistirme;
Perdone mi encogimiento.)
¿Don Juan?
DON JUAN.
¿Qué quieres?
CAMILA.
No sé.
Llégate mas.
DON JUAN.
Ya me llego.
CAMILA.
(Ap, Mil colorea me han salido.)
Digo, en fin, que te agradezco
El noble amor que me tienes.
{Ap. Pero no prosigo en esto.
Que diré mil disparates.)
DON JUAN.
Con eso me has satisfecho,
Aunque en tu Yidame mires.
CAMILA.
Soy principal.
DON JUAN.
Ya lo veo.
CAMIU.
Viene Amesto.
DON JUAN.
Ya lo sé.
CAHU.A.
He de amarle.
DON JUAN.
Ya lo tiemblo.
CAMILA.
No puedo atreverme á mas ;
Pero, por lo que te debo.
Para templarte la pena ,
Suisiera darte un consejo :
ira, don Juan , del amor
El mismo amor es remedio.
DON JUAN.
¿Cómo?
CAMILA.
Amando en otra parte.
Pon los altos pensamientos
En otra dama cualquiera,
Y mírala con deseo
De que te agrade, y verás
Cómo te va divirtiendo,
Y me olvidas poco á poco.
MENDOZA.
El consejo, por lo menos,
Es de dama de la villa.
CAMILA. (Ap.)
Mi propia desdicha intento.
MENDOZA.
¿ Y cómo estamos de amor?
LEONIDA.
Que si me quiere, le quiero.
MCNDOZA.
¿Y si no?
LEONIDA.
Que vaya al rollo.
MENDOZA.
Aqui si que no hay rodeos ,
Invenciones ni tramoyas.
Sino amor cristiano viejo.
Que habla con toda llaneza.
DON JUAN.
Camila, no nos cansemos.
CAMILA.
Yo procure enamorarte.
DON JUAN.
Yo agradezco tu buen celo;
Mas no estoy para esas cosas.
CAMILA.
Doña Hipólita Vicencio
Puede aficionar al sol;
Ojos graves, cabos negros,
Y canta muy bien á un arpa.
MENDOZA.
Lo peor que tiene es eso.
CAMILA.
Luego ¿ es defecto cantar?
El InstmoMOto eoodeoo;
Porque, faen de wr famn,
Me parece poco boMsto.
CABLA.
En parta cleneft rtaou.
La postara, por lo neoos.
Por DkM, qoe ei oeuiooada.
CAMIU.
Lisarda tiene bnen cuerpo,
Lindas manos, maditt gracias,
Y se prendo por eitremo.
¡Qaé fea debe de aer!
caaiLá.
Aunque de color nomo.
Es doña Fraociica heroMMa,
Y el lunar del lado f»|aierdo
Le agrada mncbo la can;
Estrella, en fin, de sn délo.
Mujer morena y Francisca,
¡ Mas que la estomada dpieblí:
caaiu.
Dorotea es entendida,
Habla bien, y aan hace versos.
■BNDOtA.
¡ Qué poco dote tendrá !
MOR JOAM.
Basta, que me das loroMato;
BasU, que qnleres matanhe;
Ya le he didio que si d ddo
Formara mas bermosnas
Que hav diamantes en sa eesln,
No be de mirar á ningnna.
CAMILA.
{Ap. Eso es lo qae fo deseo.)
¡Ah! ¡Quién podien abrasarle
Por d gasto qae ne has hedió!
r^lia también. .. pero no ;
Que ya Celia liene dnélk».
DORJOM.
Eso quisiera saber.
CABILA.
Pues ¿impórtate el saberlo?
DON JOAM.
Es curiosidad de anor.
CAULA.
(Ap. Harto mas dene de edos ,
Mas yo lo remediaré.)
A mi hermano, á lo qoe eatieaéft
Tiene Celia algan ai
MmiOAS.
¿Y esesoderto?
GAHLA.
TiDCicila,
lue de ella mlama lo sé;
¡ue aunque le habla oon de^ci
.s solo para probarle;
A mi me he dieho a
Que esti perdida por éL
Ya sabes lo qoe te delM,
Nouble gaalo ne has dada.
Mp. Sin dada al Doqoe
ánfSí
Mas, folvieodo
Ya he imaginado n rcaetfa.
Aunque moy coatoeo al : ~
Para no vivir
¿Ycn&les?
EldenovHle.
No me pareee qoe es
DOM JOAII.
íes DO be de esUr
i8 ojos ¡ay cielos!
sj tus gastos,
s días primeros,
|ae seria grandes.
CUIILA.
'és los espero.
DON JOAN.
Camila hermosa;
onde muy presto
vas de mí muerte;
* sirro sin premio,
r Tántalo amante
]ue no merezco,
endrá eslajioche,
[ue'le veo ;
cortés,
jos bellos,
i de amor,
al casamiento,
MI el Duque ,
los conciertos,
ó por desdicha,
tigo dé ellos ,
lo demás.
CAVILA.
DON JUAN.
Porque al momento
de Florencia;
, bien, desde luego
despedirme.
CAIIILA.
olpe mas. iQué espero?)
0 de Teras?
DON JUAN.
1 hacer, si te contemplo
le tu marido?
CAMILA.
¿estás resuello?^
DON JUAN.
CAMILA.
Pues ya ¿qué aguardo?
Qué me detengo?}
ion Juan de mis ojos,
B,si los ruegos
ier que te estima
mee tan fiero,
as te suplico
ite caballero)
tes de matar.
DON JUAN.
1, á qué mal tiempo
ebo ese amor !
CAMILA.
i tuvo encubierto,
jarás?
DON JUAN.
Repara
rambos nos perdemos ;
!res, yo te adoro ;
. , JO te pierdo ;
hemos de hacer los dos,
mando y sufriendo?
cjor no verte?
CAMILA.
fuerte remedio,
del alma mía,
penas me has puesto !
edaré sin ti,
rdo por ti el seso!
mas, salid ;
puerta al respeto,
D os disculpe.
MENDOZA.
<4os.
GI]]II>L1R CON 8U OBUGAGIDIf.
D0II.JQ4II.
Vafeo
8ae llueve aUófkr él sol,
omo anda el dalo remito.
¿ Haste hecho mal en loa q{oo?
CAVU.
No sé qoé me tengo eo lallót ;
Mas ya pienso que no es nadi«
¿Tú también haces pndierot?
DON JUAR. -
Pues ¿soy de piedia, Mondoza?
CAULA.
Por si acaso no nos vemos
En ocasión seoMiianto,'
One pienso que será eierlo.
Toma, don Joan, este abraso. (IMwi^)
DOn JOAM.
Con saber qoe es el poatrerOt
Me das templado el nvor.
CAMILA.
Sabe Dios lo que lo siento ,
Mas es fuerza. Adiós.
noNiiiAir.
Mi muerte en mi anaenda ¿e? o»
¡Ah, si, que se me olvidaba 1 (fmtíH.)
Dame primero eye liottso.
CAULA.
¿Este llenzot Poes ¿qié tioM T -
DONJVAll.
Mil tesoros encabiertos.
CAntLA.
Toma con él esta Joya, (Déiela.)
Y estimala por el precao.
No porque al cuello la tr^o»
DON JUAir.
Sola por tnya la beso,
Aunque el fi<
lienzo me iutflibo.
■Dinou.
A los diamantes me atengo.
DON iOAM. .
Gomo á pobre me has tratado.
■INDOIA.
Si acaso k> son; qne en esto
Suele haber bravos gatazos.
* Ltomáa.
¡Oh qné gentil nadadero!
legf
mil
Cuatro mil escndo« vale.
■ENDOSA.
Cuatro mil affos bien hedios
Vivas.
CAMILA.
Gomo sea con gasto.
DORJUAM.
Señora, no te encarezco
De la manera qne voy.
Si es, don Joan, como yo qiedo.
Milagro será qne vivis.
nomuAN.
Y dicha será si mnero.
¿Que te vas? Qne no Iw do verloT
DOMjnAM.
¿Que te ha de gour Ameatof
CAMIU.
i Qué desdicha!
DOM JOAN.
¡Qoédotarl
¡Qué sinrazón!
|Qiétorm«M0l—
f ÍMiáarÉM diMira 1
Mendon» i^ié mido OA «et
M no Bi engiM, sM^oebo
Qao ea «na salva qtt IMO
Ploioncia al roeOMMo
Detaoapoao.
aOM IVAll.
¡Qoeyt llaga!
Ea porqao no le deéoo.
Aqol acabó mi totí/éaá.
Ya ae aoereaft.
caiuuu
Bato'osfceeto.
▲diéa, aofior do nrit q|oa;
Harto me dices eoB olloi.
Madio tongo ffm lionr.
noNÍmi.
Locovcqr.
Sin itea ipedo.
JORNADA SEGUNDA.
Salen EL MARfiínCS OS SARRUfO
TliTOIllDO.
Beüa dodad es rionMrii.
No la tiene ilsawido Ipud;
Poro Tamo m olla. MuT
¡Qoéodiaeioal
^WvMW^ alMvw ^^^^W^^Í^W ^^^^W^^^^B V^^^^^H^B ■
Deacontomo estogr ooaiÉlKO.
Bien lo bada el Dsfio osMlig»..
Aai lo hiden ím i
u
Posa qné, ¿no If adra Ita f
■AiQsds*
Parece qoa no lo ogroéo.
uNtOmo.
VergftoBsa será, no onMd.
Yopresanoqpett
¿Y coándo lo eosvist
Goaido Camila 4ifadsff0,
Qoe será emnado taMiTlara
Isa Uitable. •
\
5S8
Movido de ud casto fuego,
Que honestamente me llama,
hompiendo rizas espumas,
Al mar entregué seis naves.
Lleno de empresas suaves,
fíalas, libreas y plumas.
Formé un campo tan lucido
De soldados, que cualquiera
Un mayo portátil era
Y nn abril recien nacido.
Pareció verde jardín
Todo el piélago de sal ,
Dejando de ser cristal
Por una tarde ; y en íln ,
Fueron tantos los colores ,
Que pienso que el mar dudaba
Si de elemento mudaba.
Viéndose cubrir de flores.
Llegué á Florencia, y Clenardo
A recibirme salió;
Ya sabes lo que me honró.
Knlrc en la ciudad gallardo
Kn un valiente alazán
De aquellos que alienta y cria
La yerba de Andalucia ,
Tan airoso, tan galán.
Tan corpulento y bizarro,
Que, al verle peinar el suelo.
Pudo codiciarle el cíelo
Para el tiro de su carro.
Vi á Camila, mas hermosa
Que la Venus queden altares
( Jiipre, con rosas y azahares,
Venera por madre y diosa ;
Con el cabello esparcido.
Por mas gala ó mas decoro ,
Pareció diamante en oro;
Allí el travieso Cupido,
?ae preso en ellos vivía,
al vez la frente besaba,
Y con los rizos jugaba
Hasta que los desnacía.
De un ébano transparente
Su arquitectura formaban
Las cejas, que se apartaban
Por dividir cada oriente.
Negras lus pestañas fueron ,
Entre oscuros arreboles;
Mas ¿qué mucho, si á sus soles
Tantos años anduvieron ?
En los ojos no quisiera
Hablarle, por no ofender
La majestad de su ser;
No tiene en la octava esfera
El cíelo ddS luminarias.
Dos antorchas, dos estrellas ,
Con mas alma en sus centellas,
Si bien á mi amor contrarias.
Las manos suyas, en fin,
Sacó, entre varios dinmantes.
De la cárcel de sus guantes.
Con diez hojas de jazmín ;
Y tanto las admiré
Cuando su luz advertí.
Que, después que se las vi.
De la cara me olvidé;
Miróme su cielo hermoso,
Y con ser cielo estrellado.
Para mi estuvo nublado,
Por no decir riguroso.
Llegué á abrazarla ; aquí fué
Adonde mas me perdí,
Porque en sus estrellas vi
¡íSi no fué que me enpfié)
Ciertas perlas que enjugaba ;
Y como las detenían.
Ya que salir no podian ,
Por lo menos se asomaban,
lluego al darme tos abrazos,
Que la ocasión permitía.
Fué con tan poca alegría
Y tan caldos los brazos,
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Que en sus desvíos v enojos
Conocí su sequedad;
Que una tibia voluntad
Ln el mirar de los ojos.
En la risa, en las acciones
Se conoce y se declara ;
Que siempre ha sido la cara
Fiscal de las intenciones.
Camila, en fin, me desprecia.
La ocasión ella la sabe;
Y aunque su Tirtnd la alabe,
¿Qué Porcia habrá, qué Lucrecia,
Qué Euridice, qué Sulpicia
Que lo sea, y que se vea
De un hombre que no desea,
O por suerte ó por codicia,
Gozada? Casta fué Dido,
Pero no me admiro, no;
Que en efecto la obligó
El amor de su marido;
Que la mas flaca mujer,
En llegando á enamorarse.
De su ser suele olvidarse,
Y una' roca suele ser;
Y al revés, la mas honrada
Y que mas honor profesa ,
Si en la cama y en la mesa
Mira á un homore que le enfada.
Ya que con la ejecución ,
Por su virtud, no le ofenda.
No hay honor que la defienda
Del deseo ó la intención;
Y en llegando á desear
O á intentar una mujer,
Mucho honor ha menester
Para no se despeñar.
LÜCiriDO.
Y si te aprieta Clenardo,
¿Qué has de hacer?
■ABQUéS.
Procuraré
Entretenerle, y diré
Cómo por horas aguardo
A mi padre, que desea
Hallarse en mi casamiento;
Y entre tanto el pensamiento,
i^ vista, el alma y la idea
Se informarán con recato
De su pena y sus enojos.
Salen CAMILA, muy (Hite,
1 LEONIDA.
LEONIDA.
Descansa siquiera un rato;
Mira que de esa manera
Te vas echando á perder.
Porque darás á entender...
CAULA.
;Ay Leonida , á Dios pluguiera
Que mi dolor fuera tanto ,
Que la vida me quitara,
Y su fuerza me anegara
En el cristal de mi llanto!
/.Piensas tú que yo no advierto
Que este amor ó esta locura
Ofende mi compostura ,
Y que ha sido desconcierto
De mi valor natural
Que liviana me enamore ,
Que ruegne, suspire y llore,
Y en efecto , que esté tal
(¡Ay Dios!), que no me ha faltado
Sino echarme un lazo al cuello?
Yo lo sé, pues que por ello
Mi triste honor na pasado.
Ya lo he llorado, i!.eonida ;
Pero, en tormento tan claro,
;.Qué importa hacer el reparo.
Después de dada la herida?
Ya no bay remedio qne importe;
Ya miré,ye qniíe (M¿"-
LCmUDA.
Si ; pero advierte uabieD
Que en muJereí de la porte
Son culpables loa eziremos,
Aunqae sean naluniei.
CABILA.
Las mmeres prinei^ei
¿No hablamos lambieo? Efo itaa
¿Somos de piedra?
■AMonÉs-
Alli está.
LOCISDO.
Que llegues será fbnoao.
■Aaootfs.
Yo voy.
LBOMBA.
SeQora, ln esposo.
CAMILA.
Sabe Dios si Ío será. —
Pues, Señor, ¿tanto callar?
tNo os halláis bieo en PloreBCia*
^ero sentiréis la anseada
De vuestra patria , y estar
Con poco regalo aqoí.
■AaQOÉS.
Por ahora solo siento
Veros con poco conleoto.
CAULA.
Esto es condición en mi,
Y mi falta de salad
Me tiene poco gastosa.
HAaoois.
Pues si estáis lan achacosa.
Aunque en unta Javeolnd,
No es bien teneros aa pié;
Sentaos, por Tida mía.
CAULA.
Vuestra soy.
■AaocKS.
Esoqoerria.
CAMILA. (Ap.)
Antes mi muerte feré.
;Ab, Aeras leyes de honor!
MAaoots.
¿No os sentáis?
CAMILA. (StfalBie.)
Ya oa obedezco
(Ap. Por mil caminos padeieai
MABQOáS.
El no baMaros en mi amor
Nace de veros...
CAMILA.
Callad:
Que me haréis salir colores.
MAaoctfa.
Teneiaroe con mil
Rn cosas de Yohulad
Sé Un poco... {Ap. Pero sitaBii
Harto sé, paea aéaaotlr.)
MABOUta.
Mucho os tengo qoe decir.
CAHn.A. (Ap. é Limáit)
¡ Ay Leonida , no hay tormtau
Como el haber de eaenchar
Un hombre qae Ammmmrmá^í
Pienso qaeeatáis
GAMIILA.
¿Yo? ¿Por qoéf (Ap. No ha? qae
El hombre me ealá maUado.)
Hanme dado aqi
CnffUR CM su OHJGáOnb
n de cnando en coando
rmeelcoruoD.
MAIQOtS.
« DON JUAN T MENDOZA.
u de mi deteo.
MiNnrui.
esposo estii, Neodoia.
■IKBOU.
iri geotil mou;
lie! Qué olor! Qué ueo!
Bon JDAn.
sto mtre, ; o» mis manos
■nmou.
;Qu¿ lupraduncii 1
bOK JDAN.
01, de BDiDr tiranos!
m DiO) j en mi conciencia,
Un como dai hermanos.
■AaoTit*.
o no 01 entretengo,
Sois mnj galán.
o disgusto prevengo.
CAULA. (4p.)
lAb triste aaei
TCOQ celoaporDa,
á el faouor mu fuerte I
seo
De mi amor, ¿no hay en Florencia
Hartas mujeres, don Joan?
¿Mi casa ha de ser por fuerza
Tercera de tus deseos ?
Pues si la vida me cuesta.
Me he de vengar, enemigo.
DON JUAN.
Luego ¿de Celia sospechas
Kn tu agravio?
CAMILA.
No sospecho ;
Que quien sospecha recela,
Y quien recela está en duda.
Pues puede ser que no sea;
Mas yo lo sé claramente.
^Ese es tu amor, lu firmeza?
Mírame, ingrato, á la cara ;
¿Qué te dio denantes Celia ?
DON JOAN.
¿A mi, Señora?
CAMILA.
A ti pues.
DON JOAN.
Pienso que esta banda.
CAMILA.
¿Piensas?
Como si no lo supieses.
DON JOAN.
No te entiendo.
CAMILA.
¡Qué inocencia!
DON JOAN.
Como no era para m i . . . {Dásela,)
CELIA.
Eso excusarlo pudieras ;
Que no eres mí madre tú.
Para (|ue con tanta fuerza
Te informes de mis costumbres ;
Que es demasiada licencia,
Y aun parece...
CAMILA.
Celia, quedo.
CELIA.
Porque en tu casa me tengas
No me has de tratar asi ;
Que en efecto soy tan buena...
CAMILA.
Como vo, pero mas libre.
Pues dime , ¿ tan grande ofensa
Ha sido ver esta banda?
í. No puede ser que yo quiera
Hacer otra, para dar
A Arnesto, y sacar la muestra
Del dibujo y los colores?
Por cierto, que está bien hecha;
Dien sale el oro en lo azul.
MENDOZA.
Si dama de punto fuera.
Noguerado nabia de ser.
CAMILA.
Aqui parece Que hay letras:
«Don Juan», uice. Bueno, ¿ fe.
DON JUAN.
No puede ser.
CAMILA.
¿No? Pues llega.
Deletrea, por tu vida :
lina D y un punto, es esta
Cifra del «don»; ¿no es asi?
Esta es /. no de las griegas.
Llámase larga en Castilla ;
U pienso que es la tercera;
La cuarta es A ; ¿vas conmigo?
DON JOAN.
¿Hay tan eztiaña quimera?
CAMILA.
La quinta es N; que todas
EL DOCTOR JUAN PÉREZ OK MONTALVAN.
(Si las juntas y conciertas) i
Dicen : «don Juan.» ¿Haslo visto?
¿Ahora serán quimeras
Las mias ó desengaños?
DON JOAN.
Serán engaBos de Celia,
O serán desdichas mias;
Mas déjame hablar con ella,
Y tú verás...
CAMILA.
¿Qué es hablar?
Luego ^entiendes que has de verla
Kn tu Vida? Vete luego.
No estés en mi presencia;
Salte luego de la sala.
DON JOAN.
Si la cólera te ciega...
CAMILA.
¿No te vas?
DON JOAN.
Ya lo procuro ;
Pero primero...
CAMILA.
Tú intentas
Descomponerme sin duda.
DON JOAN.
Solo, Señora, quisiera
Que Celia dijera en esto
La verdad.
CAMILA.
\'a no aprovecha.
DON JOAN.
¿Celia?
CAMIU.
¿Mas Celia tenemos?
MENDOZA.
Si con don Joan ao estavieras
Tao terrible...
GAaiUI.
YaesUhedM;
Salios todos allá fuera.
¡Oh qué brava polvareda
Se ha levantado!
CAMILA.
Pues, necio.
Será de aquesta manera, (Échale,)
Ya que contigo no vale
Mi razón; vete, ¿qué esperas?
CEUA.
No le trates mal.
CAMILA.
Si quiero.
DON JOAN.
Ya me voy, pero por fuerza.
Sale EL DUQUE.
MENDOZA.
El Duque.
DON JOAN.
¿Si DOS ha visto?
MENDOZA.
¡Qué desdicha!
DON JOAN.
Amor, paciencia. (Vote.)
CAMILA. (Áp.)
¡ Que hubo de venir ahora!
DUQUE.
¿ Pues tú, hermana, descompuesta,
Y con don Juan?
LEONIDA.
¿Qué has de hacer?
CAMILA.
Confusa estoy y suspensa.
DOQCE.
¿Qué dudas? Habla.
CAMILA.
Señor...
¿Yo también?
CAMILA.
YtáUmlMeD.
GBLU.
¿Mas que quieres darle caent
De que á don Joao tengo anoi
CAMILA.
Si mi honor peligra, GeUa,
Habrásme de perdonar.
GBLU.
No imporu, que estoy resnelii
Di, prima, lo qne quisieres.
ÍAp, Si no estuviera tan cierta
>e que Camila se casa
Con Ameslo, presumiera...
Mss quiero quedarme aquí.)
Guarde Dios á vuecelencia, i
CAMILA.
Confuso tengo á mi bemano.
DUQUE.
Ya se han Ido.
CAMILA.
Es tan inmensa
La pesadumbre que tengo.
Hermano y seSor, que apenas
Puedo hablar.
DUQUE.
Pasa adelante.
CAHILA.
Ese don Juan, que en su tierra
Debe de ser hombre l^jo...
BUQUE.
¿Qué dices? (Ap. Ya el alma tiei
GAMU.
Aunque sabe qne tú adoras
A Celia, qne, poco cnerda.
Le quiere bien...
MIQUB.
¿Cómo es eso*
CAMILA.
Es tanta su desverg&ean.
Que la solidu.
DUQUE.
¡Ah ingrato!
CAMILA.
Denantes re hallé con ella,
Y dándole aquesta bandte.
Que con letras de ora y seda
Su nombre dice en siil partes;
Y ceguéme de manen ,
Que como viste mw hallaste.
DUQUE.
(Ap. Tienen algnoas ofensas
Tal ciccnustanda, qqe el atau
Apenas puede creerlM;
Rabiando de eoolo estov;
¿Esto en el mundo es MoUeu?
Bien me has paaado, dos Assa;
¡Con qué engalos y cautelas
Me hablaba en Celia, diciendo
Que á quien « mi se atrevlcn
Le hiciera pedasos! Y él
( ¡ qué malicia ! qué tUcu !)
Era el secreto galán
Por quien su amor Bedespnñ
Celia dijo que mi bermau
Lo sabia, pues si ella
Lo confiesa claramente,
¿Qué informaciones, qué priehí
Puede haber mas iidbubles r
^ralilud, qué bajezas
internado tu porfía !
iris de Troya á Grecia,
óleMenelao,
iu casa y su mesa,
tle el hospedaje
bar después á Glena;
iiiio me lia sucedido ;
)D esta direrencia,
> no puedo vengarme
16 lo pida la ofensa ;
lan en cierta ocasión
dado la vida, y fuera
de tiranía
e ; con mas prudencia
de portar.) Oye, hermana :
pensado...
CkUlLA. {Ap.)
El alma tiembla.
DUQUR.
leerle matar no es cosa
ilá bien á mi grandeza.
CAMILA.
, Señor ! ni por pienso.
DCQUE.
es que de Florencia
mañana.
CAMILA.
Mejor ;
Ay don Juan!)
DUQUE.
Y sin que entienda
isa.
CAMILA.
Bien me parece,
e es venganza mas cuerda.
DIQUE.
yo voy á prevenirlo;
) que los hombi'í'S yerran
• examinar primero
lif^o á quien entregan
ensanñenlos y el alma !
quién habrá que pueda
ter las intenciones,
olo Dios se reservan?
un genero de amigos
1 vil naturaleza,
natnn con las entrañas
guran con la lengua. ( Vose,)
CAMILA.
te de mi I ¿qué he de hacer?
uan se va ; ya me pesa,
i pesa de haber sido
miento de su ausencia ;
ambien fuera peor
, si ajenóle viera;
es malo. ;Ay don Juan mió,
le pesares me cuestas !
na se va; yo quiero
He que me vea
noche , porque ya
oca de amor me deja,
I ve á España mis celos,
Quede satisfecha,
lo rinde el amor;
dése la mas compuesta,
as fuerte y retirada,
)rir una vez la puerta
e rapaz, que después
>rovecban resistencias ;
ue ve por otros ojos,
)or otras orejas,
I por otros sentidos,
por otras potencias,
efecto, toda el alma
i en voluntad ajena. {Vase,)
CUMPLIR CON SU OBLIGACIÓN.
Saíe EL MARQUÉS.
MARQUÉS.
Hermosa noche, qoe al ligero dia.
Fénix de breves hora.s va siguiendo ;
Tú, sombra helada ; tú, tiniebla fria;
Tú, que del mar Océano saliendo,
Túmulo tienes en sus conchas bellas,
La mitad de la vida dividiendo;
Negro bulto de candidas centellas,
Que al risco subes de los once cielos,
Argos (le tantos ojos como estrellas ;
A averiguar la causa de mis celos
Sale mi noble honor, en conflania
t)e tus hermosos, aunque pardos? elos;
Favorece piadosa esta esperanza,
Así goces del Erebo, tu esposo.
En cuanta tierra Radamanto alcanza;
Asi al mayor planeta, al sol hermoso.
Que desde el polo opuestoestá mirando
Tu resplandor, le tengas envidioso;
Asi en tranquila paz, en ocio blando
Ejércitos de antorchas te coronen.
La dorada muralla matizando ;
Y pues los astros son los que disponen
De los sucesos de la vida humana,
Y en tantas penas como ves mepoaen,
Consúltalos por mi, bella Diana,
Salga yo de las dudas en qae vive
Mi loco amor y mi esperanza vana ;
Quiero bien á Camila, que recibe
Con pocogustounalmaquelahedado,
Y en su silencio su desden me escribe.
En la mesa, en la silla, en el estrado
Suspira si me ve, mas no suspira
Porque mi amor obli^e á sucuidado;
Las quejas y las lágrimas retira,
Y bañando en clavel las azucenas.
Se vuelve al cielo y á traición me mira;
En lin, la tienen tan secretas penas.
Que muchas veces suele estar conmigof
; Oh auior, lo que arrebatas y enajenas!
Y no responde á cosa que la digo,
Y cuandoquíere hablar, tal vez turbada.
El nombre va á decir de mi enemigo;
Otras veces está tan desgraciada,
Que el almohadilla j el cambray arroja,
Y no la alegra ni divierte nada ;
Si culpo su desden, luego se enoja,
Y si mi amor la digo, enternecido.
Le escucha desabrida y se acongoja.
Amar un hombre mal correspondido,
Y porfiar, estando despreciado.
Puede siendo galán, mas no marido ;
Porque aventura solo su cuidado.
No su re|)uiacioii. que amar dudoso
Puede matar á un hombre si eshonrado.
Negándome al sosiego y al reposo.
Salgo á buscar mi desengaño ( ¡ Ah cie-
gos!),
Y no quisiera hallarle temeroso;
Lince es amor, si le acompañan celos;
Yo sabré, yo sabré, Camila ingrata.
Aunque á mi costa, quién te da desve-
[los.
Cual suele cazador (mientras dilata
El pajarillo su prisión futura)
Fiarse del silencio de una mata,
Y desde alli con traza mas segura,
Haciendo de las ramas celosías.
Acechar su graciosa travesara.
Asi mi amor en las desdichas mias
Esperará, no gustos, sino daños,
Y mis cuidados servirán de espías.
Yo sé que encontraré mis desengaños;
Que siempre el ciego amor anda á des-
[hora
Para poder hablar en sus engaños ;
Dicen su amor las aves á la aurora,
Mas los amantes á la noche oscura.
Que no búscala luz quien ama y llora.
Mientras Camila duerme mal segura,
86i
De sos paredes ioformarme espero
Quién goza de su amor y su hermosura.
En puertas, en jardín, casa y terrero
Asistiré toda la oocba amante.
Hasta ver el dichoso caballero :
Y en Uesando á saberlo, vigilante.
Advertido, prudente, cuerdo y sabio.
Aunque mi amor se ponga por delante.
Huiré el peligro ó vengaré mí agravio.
Salen MENDOZA t LEONIO A, con luí.
LKOmDA.
Pisa con tiento, Mendoza.
HBXDOZA.
Mas valiera no pisar.
LEOIflDA.
Eso, á mí ver, es temblar.
MENDOZA.
En casas de toda broza
Puede un hombre entrar sin miedo;
Mas aquí...
LEONIDA.
Pues ¿qué hay aquí ?
MENDOZA.
Pues ¿es barro, pesia á mí...
LEONIDA.
El pesia quiero mas quedo.
MENDOZA.
Un hermano confirmado
Y un marido en profecía?
LEONIDA.
Mucha desgracia seria
Si viniesen.
MENDOZA.
Lindo enfado ;
Mal conoces mi ventora ;
Si ha de parar en mi ultr^e.
Vendrá todo su linaÚ6,
;Y qué cierto !
LEONIDA.
¡ Qué locura !
MENDOZA.
Mas, dejando este temor.
Aunque él no me deja á mi,
¿A qué venimos aqoi?
LEONIDA.
A despedir noestro amor,
Que os vais mañana ; confieso
Que siento perder tus prendas.
MENDOZA.
Haremos Carnestolendas
EsU noche, según eso ;
Pero don Juan ¿qué ha de hacer?
LEONIDA.
Ver, sentir y desear.
MENDOZA.
¿No dices conglutinar?
LEONIDA.
Eso imposible ba de ser.
MENDOZA.
La ocasión es cosa grande.
LEONIDA.
Tiene mi señora honor.
MENDOZA.
¿Qué importa donde hay amor?
LEONIDA.
No bayas miedo que se ablande.
MENDOZA.
¿Ysimitmoporfia?
LEONIDA.
ResisUráse enojada.
HEN0OIA.
\ si bubiese Tirqninada ,
k
íD. C. de L.— II.
¿Qué ba de hacer su seuoría?
fcisto DO tiene respuesta.
LEOMDA.
Si no quiere, es por demás.
Salen DON JL'AN t CAMILA.
D0í( JCAX.
jQuü! ¿desengañada estás?
CAMILA.
Hartas lágrimas me cuenta ;
Yo misma me eché a perder.
DON JUAIV.
¡Que tai dijeras de mí!
CAMILA.
En efecto te perdí ;
Mañana no me has de ver.
DONJUÁN.
i Que tú me bayas desterrado !
CAMILA.
Quien habla con celos, yerra.
LEOMDA.
¿Cerraré la puerta?
CAMILA.
Cierra,
Y estad los dos con cuidado ;
Tú, Señor, siéntate aquí.
LEONIDA.
La llave quito.
CAMILA.
Bien haces.
MENDOZA.
Hasta ahora todo es paces.
LEONIDA.
Siéntate tú junto á mí.
CAMILA.
La causa que te ha tenido,
Don Juan, de tu casa ausente,
Quisiera saber.
DON JUAN.
Detente.
Que ya me has enternecido;
Mus oye, porque el dolor
Disculpes, y no te admire
Que la memoria suspire.
CAMILA.
Ya escucha mi loco amor.
DONJUÁN. [IlídO
Mi nombre no es don Juan, ni mi apc
De Cárdenas tampoco, si bien fuera
Gran lustre de mi sanare haber tenido
Alguna parteen su divina esfera;
Don Carlos soy Enrique/., traza ha sido
De mis suceso's y fortuna íiera
Mudar de nombre, no sin causii alguna.
Aunque nunca he podido de fortuna;
iNací segundo, y por razón de estado.
Apenas vi la cara á veinte abriles,
Cuando, á Palas y á Marte aticionado,
Los amores dejé, remoras \iles ;
Y de mi ardiente espíritu animado.
Mas nombremereci (lue el griego Aqui-
[les,
Hasta que en pocos lances ( ¡ cosa ex-
[iraña!)
Capitán de caballos volví á España.
Llego á mi casa con aquel contento
Que ausencia de seis años merecía,
Y cuando aguardo ( ¡ ay loco pensa-
[niiento!)
Que á abrazarme saliesen á porfía,
Con lágrimas de pena y sentimiento
El suyo cada cual decir quería,
Y la fuerza dW ansia lo estorbaba;
Que en el dolor la lengua tropezaba.
Busco á mi padre, que, enpiedadbaña-
[do.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MOMTALVAN.
Mi deshonra y su pena me declara,
Y viéndome tan hombre y tan soldado ,
A sus ojos me arrima y á su cara.
¡ Ay, dice enternecido el viejo honrado.
Si una hermana que tienes te faltara !
Y viendo en lio que sin color le escacho.
Vuelve á llorar, con que me dijo mucho.
^No has visto de la sierra el verde campo
Cuando cubre la nieve su escultura,
Y un arroyuelo, cuyo aljófar blanco
Por el rizo cristal pasar procura?
Pues de esa suerte déla nieve al ampo.
Que en sus candidas canas se figura.
Un arroyo de lágrimas cubría,
Y por la plata hasta los pies corría.
Supe en efecto que mi loca hermana,
Amando de secreto á un caballero,
A quien el brio con la edad temprana
Calan ocasionaba, aunque extranjero,
A su honor se atrevió, necia y liviana,
Sirviéndole su gusto de tercero.
Que del alma una vez franca la puerta,
Al mayor imposible se concierta.
Y viniendo mi padre (¡ triste suerte !)
De palacio una larde, vio una escala,
Que al hierro de un balcoD atada y fuer-
[te,
Los de mi hermana Esleía le señala ;
Y á poco rato cuidadoso advierte
Que baja un hombre, y con ardiente gala
En el último paso le detiene,
Con él seabrazayhasta el suelo viene.
Estela, que miraba el triste caso
Desde su cuarto, el pecho lastimoso,
A voces dice : « Padre y señor, {laso;
Mira que ofendes mi querido esposo.»
Mi padre entonces deteniendo el paso,
Y juntamente el golpe riguroso.
Sí es verdad le pregunta ; y él, ufano,
cYo gano en eso, dice; esta es mi ma-
'0 fuese que la dabu arre|>entido, [no.>
Pensión de la belleza, que gozada ,
Se suele carear con el olvido,
Y de querida pasa á despreciada,
O que no la gozó para marido.
Porque, sacando la traidora espada,
Y otros con él, que al silbo respondie-
[ron,
Villanamente de mi padre huyeron.
Corre tras ellos el honrado viejo,
A pesar de sus años, tan brioso
Como pudiera yo, que soy su espejo
(Tanto obliga un agravio cauteloso);
Mas entrando las fuerzas en consejo.
Se quejan de sn esitiritu animoso,
Y rendido á la edaa yerta y cansada.
Se vuelve haciendo báculo la espada.
Esto supe. Señora, el triste día [les
Que entré en la corte ; ¡ mira qné laure-
Para honrar la española gallardía,
Que mereció buriles y pmcelcs !
Yo entonces, viendo fa nobleza mía
Destinada á rigores tan crueles.
Maldije á mi valor, malilije á Palas,
Quemé las plumas y rompí las galas.
Cual suele el iris, del terrestre velo
Cálida exhalación, con los colores.
Llover á un tiemp4) y afeitar el cielo.
Siendo nubeyjardin, con agua y flores;
Asi, Camila , jo ( ¡ qué desconsuelo! ),
Las galasconvirtíendo enpundonores.
Iris de un aposento parecía,
Pues mas lloraba cuanto mas lucia,
examino á mi hermana, que, corrida,
Viendo tan clara su mayor deshonra,
A un monasterio retiró su vida,
ritínio asilo en la perdida honra ;
Mas ni al rigor ni al ruego persuadida,
.Nunca quiso decir quién la deshonra;
Que aunque la acción colérica ínfama-
Al dueño siempre del agravio amaba.
Viendo eirfin so porfía, jqae mi afi
Ed corrillos de iiiOEOS,piaa y cal
Se murmara, pabUea, trata v cae
Siendo forzoso que lo eacudie v .
Válgomede mi honor, que altivo m
Pelear con mi agravio hasta veng
Y en efecto, gnllardo me resoek
Salgo de Espafia y i Florencia «
Supe que era eztraDJero mi enei
Bien dispuesto, gafan y gentilboi
Y con aquesta laz, sin loa le sigo
Mudando patria, calidad y nomb
Con todos trato familiar y amigo
[boi
Por si puedo encontrar ^ay Dios
Cuyo rostro no sé ni nacimiento;
Honrado.aaiique Imposible peoíi
Acuchillaban a ta noble berman'!
Una noche, encubiertos, seis trai<.
Defendile la vida cortesano.
Honróme con su casa y mil favori:
Llegué á mirar la cielo soberaiic
Abrasóme tu. luz, dfjete amore? .
Vino Arneslo, lloré mi roaerte tri:
Lo demás tü lo sabes, poes lo bici
{Liaman.)
LE05DA.
;^ Oyes, Mendoza?
MEXDOZA.
Muerto estoy, Ltu
LEOmOA.
¡Válgame Dios!
CAMILA.
¿Qaé es eso?
LEOmOA.
ün golpe has
En la puerta.
HBSDOZA.
¡Jesús!
CAMILA.
Yosoyperdk
DON JOAX.
Sin duda qtio los dos babeii sodk
Repórtate, Sefiora, por tu vida.
{Yuelren d /IoÍmt.)
HEHDOIA.
Mira si escampa.
CAMILA.
Toda me be tai
Don Juan, ¿qué hemos de hacer
DON IQAÜ.
¡HayUldes
LEOXUA.
La puerta quiebran.
CAMILA.
Yo nací sia
Escóndete.
DOS IQAM.
Quien llama ya ha se
Que hay hombre aqni: mata esa
\ abre esa puerta i6. [
CAHIU.
Ta crece el
DOM JUAM.
Y en entrando quien ftiere...
¿Quéesaq
mm JOAX.
Camilaytúoaauldréis.
LIOMUA.
Yateheeaii
DOX JUAM.
Mendou j yo, eoo íbIbo dispB<
Estaremos á ver It intencifli m
MINDOZA.
me metas á mi, por vida tuya.
LBONIDA.
a puerta está abierta.
MENDOZA.
j Vive el cielo,
I be de asirme á Camila !
Sale EL MARQUÉS.
MARQUÉS.
¡Ay honor mió,
laldréis de sospecha y de recelo!
LEO.MDA.
teme.
CAVILA.
Muerta voy.
MENDOZA.
Y yo confio
de la procesión.
(Vanse lastres.)
DON JUAN.
Ya no hay consuelo
I mi pena, ya es ninguno el brio.
MARQUÉS. [den.
17. han muerto, y hacia allí se escon-
iéo va?
DON JOAN.
Confuso estoy.
MARQUÉS.
¿No me responden?
DONJUÁN.
roz no es de Clenardo.
MARQrÉS.
Hará el acero
oGcio.
DON JUAN.
Ya es forzoso defenderme.
MARQUÉS.
ibre, ó quien eres, habla.
DON JUAN.
i Ah rigor ñero !
MARQUÉS.
e he de conocer...
DON JUAN.
¿Cómo, sin verme?
MARQUÉS.
e de matarte.
DON JUAN.
Pues morir primero...
si hallara la puerta !
MARQUÉS.
Esto es molerme.
DUQUE. {Dentro.)
4in, dame una espada.
DON JCAN.
Gste es Clenardo.
DUQUE.
a un hacha, Teodoro.
DON JUAN.
Ya ¿qué aguardo?
rn EL DUQUE, con la espada des-
yida; FORTUN y TEODORO, con un
icha; don Juan encubierto á un la-
9, y el Marqués al otro.
TEODORO.
or, por esta parte...
DLQOE.
¿Qué es aquesto?
>adas en mi casa y á tal hora?
el Marqués?
CUMPLIR CON SU OBLIGACIÓN.
MARQOiS.
¿Señor?
DUQUE.
Puesteóme, Arnesto?
DON JOAN.
¡Hay tal desdicha!
■ARQUES.
Yo pasaba ahora
Acaso por aquí...
DUQUE.
Dilo de presto.
MARQlfÉS. [ra...
Y aquel hombre, Señor, que deshono-
DUQUE.
No pases adelante.
MARQUÉS.
Hallé cerrado
En esia sala; dióme, en fin, cuidado;
[velos
Que he de casarme, y piensan mis des-
Que no estaba tan solo, cuando oigo...
DUQUE. {Ap.)
Este es don Juan.
MARQUÉS.
Y de mi honor los celos
Me obligaron.
DÜQCE. {Ap,)
El talle es buen testigo.
[los!
¡Que un hombre se confie tanto ¡ahcie-
En mi amistad, y que por ser amigo
Me agravie!
MARQUÉS.
¿Qué respondes?
DUQUE.
Que te vayas.
MARQUÉS.
¿Asi en mi ofensa, Daque, te desmayas?
DUQUE. [pa^
No es tuya, Arnesto, y cuando tuyaiue-
Yo soy marido ahora.
MARQUÉS.
Bien infieres ,
Pero YO lo he de ser.
DON JUAN.
¡Ah suerte fiera i
DUQUE. [res;
En esta casa, Arnesto, hay mas moje-
Yo sé quién es el hombre (salte fuera),
Y sé que no te agravia. Pues ¿qué quie-
Deja una luz, Fortun. [res?—
MARQUÉS.
De ti me fío.
DUQUE.
Y despejad.
MARQUÉS.
Confuso voy.
FORTUN.
¡Qué brio!
( Yanse.)
DUQUE.
Descúbrete ; ya se fueron.
Si no es que de estas paredes
(Como, en lin, testigos fueron)
Vergüenza tengas, y quedes
Corrido de que te vieron.
DON JUAN. {Ap,)
Ya echó el resto mi fortuna.
DUQUE.
Ya, don Juan, sin causa alguna
La cara encubres, honrado,
Porque no es razón de estado
Tener dos v encubrir una.-
86S
Ya te he conocido, ingrato,
Y si ahora no te mato.
Es por tomar mas venganza.
Con que sepas que se alcania
A conocer tu mal trato;
Porque á un hombre de nobleza,
De valor y gentileza.
Pienso que basta á matarle
Solamente el acordarle
De que ha hecho una b^eza.
DON iüAN.
Ahora déjame hablar.
DUQUE.
Pues tú ¿qué puedes decir?
DON JUAN.
Si no quieres escuchar...
DUQUE.
Si es disculparte, es mentir,
Y será mejor callar.
DON JUAN.
I Qué esto sufra ! Considera...
DUQUE.
De disculpas no me trates;
Todo es traición y quimera.
DON JUAN.
Sufriréte que me mates ,
Pero no de esta manera.
DUQUE.
Yo sé que Celia te adora,
Hallante en su cuarto ahora ;
Pues ¿qué puedes responder.
Que no pare en ofender
A quien su Cielo enamora ?
DON JUAN. {Ap )
¡ilay tal modo de penar !
Que por fuerza he de callar,
Y he de confesar por fuerza
Que Celia mi amor esfuerza;
Y aunque mejor es hablar
Y decirle... Pero no;
Que se casa con Arnesto
Camila, y presumo yo
Que mas' se ofendiera de esto.
Mi esperanza me engañó.
DUQUE.
Si el alma un cristal tuviera
( Como cierto dios queria),
Menos traiciones hubiera ,
Pues cada cual temería
Que su infamia se supiera.
No hubiera en el mundo engaños.
Cautelas, juicios extraños.
Traiciones, falsos testigos.
Ni con máscara de amigos
Hubiera secretos daños.
No hubiera malas ausencias
Ni encoptradas voluntades
Por opuestas diferencias ;
Ni hubiera en las amistades
¡njusus correspondaicias.
No hubiera amigos fingidos.
Que el bien ajeno les mata.
De su envidia persuadidos ;
Ni hubiera mujer ingrata
A servicios recibidos.
No hubiera en hombres discretos
Malas palabras y afrentas.
Quizá por falsos concetos; '
Ni hubiera muertes violentas
Por intereses secretos.
No ofreciera un gran señor
Su casa á amigo traidor;
Que aun suele el mas verdadero
Ser, por ventura, el primero
Que hace el tko en el honor.
No hubiera Hbret intentos
En mqjeres principales
De mas altos peustmientos;
864
Ni en los hombres desiguales
CupieraD alrevimieotos.
Y en efecto, cada cual
Fuera cortés y leal ,
Fuera amigo y noble fuera.
Porque á la lengua siquiera
Correspondiera el crislal.
Vuélvete 4 España, y advierte
Que, si no te doy la muerte^
Es porque te quise bien.
DOIf iDA!«. (Ap,)
¡ Qué mas pena, dulce bien.
Que haber de vivir sin verte !
DUQUE.
No estés mas en mi presencia;
Que, por vida de mi nermana...
DOR JUAN.
Ya obedezco ¿ vuecelencia.
DUQUE.
Que te haga matar ma&ana
Si no sales de Florencia.
Vé tú delante.
DOIf JUAN.
Señor...
DUQUE.
No es favor, sino temor.
DON JUAIf.
¿De mí te recelas ya?
DUQUE.
Si ; que cualquier cosa hará
El que una vez fué traidor.
El primero has de pasar.
DON JUAN.
Nunca he tenido esa fama.
DUQUE.
Yo lo puedo sospechar.
Pues quien me quitó la dama
También me saurá matar.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
JORNADA TERCERA.
Salen DON JUAN, con capa, botas y et-
pt<¿/a«,T MENDOZA.
MENDOZA.
Bueno vas de la cabeza.
DON JUA>.
¿Ataste ya los caballos?
MENDOZA.
Ya quedan los dos mordiendo
De ese alcacer á pedazos ;
Y según vienes, presumo
Que pudieras ayudarlos.
DON JUAN.
¿Tan necio soy, porque siento
Perder lo que quise lanto?
ÍEs el alma algún diamante?
üs el corazón de mármol ?
¿Heme criado entre lleras?
¿Tenao parentesco acaso
Con algún peñasco de estos ?
¿No fui hombre, y hombre amado,
Que quiero bien a Camila?
No me destierra Clenardo?
No ha de gozarla el Marqués?
No he de verme sin sus brazos?
No salgo, en fin, de Florencia?
Pues en dia tan amargo,
¿Qué mucho que, loca el alma
7Si puede ser que la traigo),
Se queje, suspire y llore?
El nliento de soldado
No implica, no, con mi amor;
Que ya sabe el muDd« cuantos
Que con la espada y la pluma
Escribieron y mataron.
Lloraron de amor mil veces.
¿Ves un escuadrón armado
De lanzas y de paveses,
Pólvora, flechas y dardos?
Pues hago testigo al cielo
Que no le temiera tanto
Como á Camila estos dias.
Cuando peleo, me valso
De la destreza ó el brío.
De las armas ó los brazos;
Mas de una mii^er hermosa,
¿Qué defensa, qué resguardo
Tendrá quien la adora humilde
Y la pierde desdichado?
¿ No la viste esta mañana
Cuando me dijo temblando :
t Adiós, señor de mis ojos ,
A España os vais ; acordaos
De esta vida que fué vuestra ;
Yo no me caso , mi hermano
Me fuerza, mi hermano quiere
Que yo muera» ? V de allí á un rato
¿ No viste arrojar los ojos
Mil perlas^ que al alabastro
Se deslizaban, y á veces.
Mas comedido algún grano.
Se paraba en el camino?
gue, como todo el espacio
ra jardín, y las flores
Con el agua crecen tanto,
Embargaban el cristal,
Y era cada perla un mayo.
Yo vi quejosa la boca ,
Porque al clavel de sus labios
No le alcanzaba su parte.
MENDOZA.
Lindamente lo has pintado.
DON JUAN.
No sé, Mendoza, qué tiene
Cualquiera mujer llorando.
Que lleva el alma tras si.
MENDOZA.
Yo he visto alguna, que el diablo
Pudiera esperarla.
DON JUAN.
¿Cómo?
MENDOZA.
Hacia gestos revesados ,
Y de su lugar sacaba
La boca , y del cuarto alto
De la señora nariz
Bajaban bravos emplastos;
Traslado á un lienzo de réquiem,
DON JUAN.
Cuando es sin concierto el llanto,
A cualquiera descompone;
Poro un llorar recatado.
Que no se declara bien,
Y que el dueño está mostrando
Risa en la boca, y los ojos
La desmienten, este alabo.
La Condesa, en fin, ¡ay Dios!
( Aun del nombre me acobardo),
Lloraba con mucho aseo.
Pues, Mendoza, si yo amo,
Con tal disculpa, bien puedo
Sentir y llorar, que el llanto
Es consuelo de las penas.
MENDOZA.
Sí ; mas sintiendo y llorando
Pudiéramos caminar.
DON JUAN.
Si ves que con cada paso
Me voy dando á mi la muerte.
Déjame morir despacio ;
Déjame contar mis ansias
A estas flores, á ettacuBpo,
A estas aves, ft este anojOv
Que furioso y despeBado,
Quiebra en las penas el brío.
Que la noche toTO atado.
■CHDOU.
Para salir en ajonaa
En linda venta paramos.
¿Pediremos de comer?
DOIf JOAH.
Desde aqui se re el palacio.
■BRDOEA.
¡Asi Hiera ana hoiteria!
Pues ¿qué mucho, ti ami no
Cuatro millas de Floreada?
DO?r JOAll.
¿ Tanto habernos caminado ?
MBÜDOSA.
¿Esto llamas caminar?
DOa JQAII.
Es volar.
MEXDOXA.
Pues á esiel^aflo
Llegaremos á Madrid
De aqui á muchísimos afios,
Y habrás menester tefiine.
DON JOAR.
No fuera yo Un liviano
Guando llegara ese tiempo.
Ya es uso.
DOH JOAN.
Llámale engaSo.
Hombre he conocido yo
?ue se acostó bneno y cano,
amaneció ¡ Dios nos libre !
Con bigotes naranjados
Y cabello verde-mar.
DON JOAll.
Y 4 ese ul ¿se le quiurori
Los achaques?
■BIIDOaA.
No, Sefior;
Has era muy adendado;
Y como sus acreedores
Le habían conocido bayo,
Y le miraban morcillo.
Andaban tan desinmbrados»
Que á él mismo le presontabaa :
c¿Vive aqui el senorralano?i
Y él respondía mny sesgo :
c Ya ese hombre se ha modada
Habrá un mes, i otra pamqda.*
Y asi anduvo muchos a5os
Conservando sns trápalas^
Sin pagar i nadie an coarto.
DOR JOAM.
Trátame en Camila, y d^
Disparates; dime alfo
De aquel mirar smoraso.
De aquel rostro soberano.
De aquellos negros loceros.
Que son negros y son claros.
Ahora ¿qué naráT
Amlver,
Se estará desayonando
Con coaloue polla de leche,
Y en un nücaro leonado
Pedirá de sgaa coclds
Dos ó tres ornas , si-acaio
No viene, en lugar del agu.
Un cuartillo de lo caro;
?iie ya es oso edtre las damas,
suelen heberlo en faaifo.
Por amor do los
u fln, hotobre bajo.
■ INMU.
iqní qnlereiTiQne Cunila
nu, ] se ett¿ iforando
t ki tienioT i Aposteme»
Mil s loi dos eoDMlados
I da cnareoia boruT
j pan el amar n "
Es locura.
, Hendou, qna traigo
1 p»Tt macboi diu ;
la hablen goiado,
n ser que, como homlire ,
ridan; pero amaiHlD
>K con Mía esperama ,
odre, j amando tanto.
as que me airenese T
trate pierna ó braio?
nO.t JDAH.
nse, qne a mas.
mu s« enojan cuando
i na hombre alfeñiqoe,
deseo sin manos.
¿qué hacia enire tan
SON iMn.
ne el atrevimiento,
diendoelal
> cristal eoadeosado.
, las manos le dl6;
ra como en el rastro,
ao con TJentre j todo;
lejando aqaeslo i un lado,
baf de Celia?
MN JD*N.
No lamientes,
•n fin, de lodos mis daBoi
ocasioD, pues el Duque,
ndo que jo la amo ,
slíerra de la corle.
is llegú i cuidado;
in modo de eoiretenerse
' de dama en pálido.
na, cuando quisieres.
■INOOZ*.
poner los caballost
anfnn con so oBUCicmi.
■ornu.
Hisu Espadi doB Jun nc
Atoi qne eofrelí f otando
SI acaso vala i ' -
V pasáis por el
Dedd.decldt
De la mauen qne peno,
Llevadle allÉ mía inmItoi
MttM,
... ,.JS
wendels apoi
y tú, traiteso amiBélo,
Que bsjas, becbo peditH,
A ser ndadetasfloret)
Siendo llseaja del prado;
Annirae manannndoMi,
DllelaTldaqaepuo,
V dlle que to; nb mi.
&IeLDCIRDO,*e
Veoinn ha sido el biHan
SeBor don JniB.
BOHnua.
iQoliBa
¿Es LodadoT
¿Adonde buenof
Lacmo.
Aboiai
Este os eoTis el Marqnéi.
MUinaR.
¿Para mlT i Notable eaaol
(Ler.)iVQetlnpanMa
•breve , que do ha dedo .
>me despidiese de Toe. j '
■deis en Madrid bm flípm
■me delreelba.Teobnina
• hacedlo por Tueain fida
■linencla que importa I a
>ji Dios, qne oa gairde.
,á*.—El mtrjuét 4* Sea
LDCIHDO.
Este es e) pliego.
•OH MU.
DMlt
Al Harqnés qne con enidí
Haré lo qne tan ha nandi
i.n3mo.
Todo ese amor le debeti.
DOKJua.
Fuera de deberle, ésjul
; Ha estado eo Espeta An
Si , mai TolTlóee mnj pri
Boajou.
iCómoT
01)
■ti).
566
Es virtud, pero no brio.
Como amante y ofendido ,
Mi honor y mi amor serán
Los que muerte le darán ;
Mi amor celoso y corrido.
Mí honor mucho y mal sufrido ;
De suerte que amor y honor
Han de juntar su valor
En la venganza que espero;
MI honor Dlandiendo el acero,
Y animándole mi amor.
Sff/¿ MENDOZA.
MENDOZA.
Como tan despacio estás.
He vuelto á atar los caballos.
DON JUAN.
Pues ya puedes desatallos;
Pero la vuelta darás
A Florencia.
MCKDOKA.
i Aquesto mas!
¿Estás loco?
DON JUAN.
Antes que p^rta
De la corte...
MENDOZA.
¡Loque ensarta!
DONJUÁN.
He de matar á un traidor;
Ariiesto ofendió mi honor. ■
MENDOZA.
¿Quién lo ha dicho?
DON JUAN.
Aquesta carta ,
Que él propio á mi hermana escribe.
MENDOZA.
¡Bravo caso! ¿y qué has de hacer?
DON JUAN.
Entrar de noche y perder
La vida, si acaso vive
Quien tales nuevas recibe.
MENDOZA.
¿Quién las trujo?
DONJUÁN.
Su criado.
MENDOZA.
¿Y á qué te has determinado?
DON JUAN.
¿Querráme tu amor seguir?
MENDOZA.
Claro está.
DON JUAN.
Pues á morir,
O á volver á España honrado.
MENDOZA.
Lo primero puede ser.
DON JUAN.
Y vengarme ¿por qué no?
MENDOZA.
Por ser quien es, pienso yo.
DON JUAN.
Mas es mi honor que el poder.
MENDOZA.
Pues di , ¿ cómo lo has de hacer ?
DON JUAN.
Mendoza, como pudiere;
Tú verás que Arnesto muere.
MENDOZA.
¿Y si hay cuchillo y prisión?
DON JUAN.
Cumpla yo mi obligación,
Y venga lu que viniere.
(Yanse.)
EL DOCTOR JUAN. PÉREZ DE MONTALVAN.
Salen CAMILA t LEONIDA.
CAMILA.
Si bien me quieres, Leonida,
Haz por mi lo que te digo ,
lisa esta piedad conmigo,
Quítame esta triste viaa ,
Y excúsame de tener
Otra peor que me espera,
Antes que mi suerte fiera
Mi verdugo venga á ser.
¿Don Juan ausente ^ vo viva?
Limitado amor ha sido ;
Poco, Señor, te he querido.
Pues que la fuerza excesiva
De mi amorosa pasión
No basta, en trance tan fuerte ,
A dar al cuerpo la muerte.
Pues la ha dado al corazón.
No es solo mi mal, Leonida,
Haber perdido mi bien ;
Que por mi mal quise bien,
Y me ha de costar la vida;
Mas tengo que padecer,
Y mas tengo que llorar.
Pues por fuerza he de mirar
A quien no puedo querer ;
A un hombre que siempre ha sido
Tan ajeno de mi gusto.
Pues quiere mi hermano injusto
Darme en Arnesto marido ;
De manera que padezco
Por dos caminos, pues lloro,
Con el perder lo que adoro.
Quedar con lo que aborrezco.
I.EONIDA.
Y á Celia ¿cómo le va
De amor?
CAMILA.
Ya está consolada.
LEONIDA.
Estaría algo asombrada.
No perdida.
CAMILA.
Claro está ,
Pues si de veras amara ,
Sintiera como senti ;
Hoy con el Duque la vi.
LEONIDA.
Su facilidad es clara ;
Hay mujeres que en no viendo
Se consuelan lindamente.
CAMILA.
Ese amor es accidente ;
¡ Ay de mi, que estoy muriendo!
Tú veras lo que sucede
Si el Duque llega á apretarme.
LKONIDA.
Pues ¿qué has de hacer?
CAMILA.
No casarme
LEONIDA.
¿Quién lo ha de estorbar?
CAMILA.
Quien puede
¿No habrá espadas en Florencia?
No habrá un vaso de veneno.
Para mis desdichas bueno?
¿Piensas tú que hay diferencia
12n morir de aqueste modo ,
O estar después con un hombre,
Que nun aborrezco su nombre?
Pues si en fin morir es todo,
; Para qué la vida guardo?
Para qué quiero vivir?
LEONIDA.
Mira que te puede oir.
CAMILA.
¿Quién?
El Marqués j Gleurdo.
Salen EL DUQUE v EL MARQllS
Yo vengo resuello, Arnesto.
CAMILA. {Áp.)
De mi mnerle tratarán.
¡ Ay mi ausente! Ay nai don Joan!
VAHqoés.
Señor...
MJQCB.
No hay que babbr ei esto
¿Túáqné venfste?
■ABQUiS.
A casarme.
¿Conquián?
UAMQViM*
Con tu hermana.
DDQDB.
Tbii
¿Qué te ha parecido?
«ABQinCS.
Bien.
DUQUE.
¿Es tu igual?
■AioaÉi.
.Y paede bonrarae.
DUQUE.
¿Es discreta?
Por extreoM.
BUQUE.
¿ Tiene algún defecto?
■ABQUÉS.
No.
DOQUB.
Pues ¿ qué sgusrdas?
HAnQUÉS.-
Piessoyo...
DUQUE.
¿Qué piensas?
HABQUiS.
Tu enqfo teao.
DUQUE.
¿ Yo enojarme ? Pues i acaso
Camila no es cnerda y casta ,
Y no es mi hermana* qne basta?
■AEQUÉS.
Dices muy bien , pero...
DUQUE.
Paso:
Que me das que sospechar.
■ABtfbtS.
Yo digo que puede ser
Virtuosa una mujer,
Y no quererse casar.
DUQUE.
En fin, dices (habla daro)
ne quieres á la Condesa,
ella...
■ADQUiS.
De ferme la pesa,
Y también, Seaor, reparo
En que la otra noche ( :ay cidoi *
Como sabes, hallé un Jiumhre.
^
Ya supe su estado y aomhiv,
Y ya aseguré tua celos.
■ADQUiS.
Dijiste, Sefior, qoe babia
En aquel cuarto otra daoM .
Y según en casa es fama ,
atreTene podU,
I «III j Cellií
!■ reipoDdidoT
ü niega.
ia necio j atrcTldo ;
i , ;qnémnjerbi faibldo
«alumbrada t eicgi ,
I cosas de volnniad
or«oden so oplDíoa,
« aTerignaeion ,
raudo TerdadT
te Celia Infamar
gasto fnera error,
I deTenu de ta bonor
lien sab« callar ;
' liviandad «I qoeret,
eno* recatada
I parecer hoonda ,
: DO lopnedaier.
noces fas mnjeres;
iTiereanegarin,
10 toca en galán.
le viere?
DDQDI.
Lo que tleres ;
e todas saben ja
quese ve se niega;
iqueáversenoñega,
negado se esli.
abre qne Tiste allt,
lan de Cárdenas era ,
lii Celia... iPIugniera
que DO fuera asi,
e pusiera el deseo
0 major empleo!
í henoana se inclinara,
los. qae se la diera ;
) fui lan venturoso.
■AdouÉs. {Ap.)
las, amor quejoso.
DDQOE.
1 tal (le don Juan creyera!
;Ai|ai estabas?
MlktlfUlÉS.
F
>1 sol i mis recelos.
CAHII.1. {Ap.)
oj fuegos I hielos.
0 enojado estoj.
ligo. Señor?
Después
liré, jCDlre lanío...
CAMILA. (Ap.)
letened el llanto.
1 maoo al Harqaés.
CIMPUB COK ao OeUGAOOR.
larqné* do tiem gaita,
Y fuera temlno injiuM,
Y Bon agraviar ta iik»,'
Querer por fbem casarle :
Ello ha sido mi desdlebt.
El vino i verme j pw dua
Yo no debo de agradarle;
Y 00 es bien darme marido
Qae aDu ame* da deapoiado
Ñire rol amor cod ealido.
BDon.
Basta ya; que esto; corrido
De qne los dos me tnlelí
Knn&os.
^ , moví.
xlaro esti . paes de esta nena
Hi autoridad oféndete.
Y ella de libio; vpor D
■AROütl.
Yo sé que verdad traté.
CAHtia.
Vo sé que no te engallé.
ooora.
Pues ¿quién mieate de los doiT
ciaiia. (itp.)
Yo. qae i mi amor be qnettde
Esta iralcioh levantar.
¡ Aj Dios , quién pudiera bablir!
ÍYo, Señora, cnlndo he ildo
lescoriés con lo hermonrar
CUILJk. (Ap.)
No me esü bien responder.
¡Cielos, qne aoja be de aer!
■iiaoDéa. lAp.)
¡Haj tan nolabte ventura '.
¡Ella me debe da amar!
noooi.
Yo DO sé quién miente , 1
Has solo sé que m"-"
Te haa de casar.
VIoquemem _ ,
A dar lauta prlM en tuo,
Sleiiiio en eiceio quien aoj,
Es porque el vulgo no diga,
Atrevido en e«a pana.
Que . linea dndaí ea euarle,
Algona cania te obliga. (F«i.)
Que me liaMi toImM,
Yeattaqwtoaadealt
Sleaiañla«qw«ab«<
O porpndwr^Mildada,
OporeaaáiartiohMa,
iM qné lineD lea'MMW,
SliKieaq«a|i(Ua,rinda, ■
De dar en na penua
BattgloitainlideNMt
Gm&t i Olof, 4M «rtaiah.
(ITaeefMfettCMála.)
jPuea tñ , la mura ea loa citt.
Te vaiT 1 A; doleea e»q|ai !
Ya ea en balde ta peiflt.
Ya eeti eonocMo el Juco;
O peataré, pMt ■• MÓm,
Qw de psnguloltaiu,
O eorabrir qiidtaH a»fbego
l^>nlaado m eilta^ mm:
Has umUra ba M» «ñor,
Qne 1 ni heroMMO mptoMer
No Impide reboao koaaoo;
Y el « aqneea mmn at lal.
Que no eitorfea , 00, i loa ejoa.
Antes le TBo ana daaMot
Como florea por OTliUi.
Cuanto le pasa I In cMo
Deade aquí mirando aalor,
(jtp. Pnei tcAno Mt vp qu doy
Tanlai lIsHaBii al wlof '
No lé qué bo de mponder.)
BacAobanM , AnuMO. (lAj Dioot)
iGitamos aoloa hM 4oaT
(Af. lo me qvleio roaolfir.) ;
Oídme, poaa;
Como Doble eawlaM.-
Galan , ditcreu j cotUS,
Palabra me habd* 4* dar
De DO decir i-ial haraaoo
AeaMr.
He obligaré;» la d^,
Toih^pWohr '
De aer modo.
Et muj vneiM, {^. |Loei «Mlf I)
Pnea en doa pihfcreí eolio ■
Se eltifa todo >l Mero».
Doeillariaooapioiuti.
Con menos peligro ya.
La Condesa , cosa es clara.
Tiene amor, ó te ha flngido ;
Y mujer que se ha alreTido
A decírmelo en la cara«
No es para propia mmer;
Porque la falla, en efeto.
Aquel natural respeto
Que me debiera tener.
Quiera Camila en buen hora.
Mas no siendo yo su dueño.
Ya salí de aqueste empeño;
Mas para salir ahora
De la palabra que he dado
A Camila de callar,
Y al Duque de efectuar
El casamiento tratado.
¿Qué he de hacer?
Sale LUGINDO.
LDCITfDO.
¿Rs mi señor?
HARQDéS.
iQué hay,Lncindo?
Lucmoo.
César fui.
HARQD¿S.
¿Cómo?
LUCIKDO.
Vi , llegué y vencí.
MARQUES. .
¿Llegaste á tiempo?
LÜCINDO.
El mejor.
MARQUÉS.
¿Distele el pliego?
LDCINDO.
Pues ¿no?
Y dijo que cobrarla
Respuesta.
MARQUÉS.
¿Cuánto estaría
De Florencia?
Lucmno.
Pienso yo
Que cuatro millas.
MARQUÉS.
Ya entiendo;
Vive Dios , que he imaginado
Que para ?er mi cuidado
Logrado en lo que pretendo,
No hay camino mas seguro
Que irme á España con don Juan,
Y asi mis cosas tendrán
Aquel Gn aue les procuro.
Débele á Lstela su honor,
Y aunaue puedo no pagar.
Le suele el cielo cobrar.
Que es el alcalde mejor.
Él sin duda ha permitido
Que Camila no me eslime,
para que á pagar me anime
Deuda que lan justa ha sido.
Estela está en un convento.
Llorando mi sinrazón,
Y en belle7.a > discreción,
Virtud, talle y nacimiento,
Camila no la aventaja.
Y en la voluntad Estela
1^ excede; pues ¿qué recela
Mi amor, cuando así se ataja
El peligro que me espera
De casar (¡ay Dios!) con quien
Sé que no me quiere bien ?
Pues (oda mi infamia fuera
Por esto; y porque he sabido
Que cierto hermano de Estela
En mi muerte se desvela
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Y anda en Italia escondido ;
A don Juan quiero alcanzar
Para irme á España con él,
Y en cualquier fortuna, de él
Puedo mi amparo fiar;
Que seque me hará favor.—
¿Lucindo?
LUCIRDO.
¿Señor?.
MARQUÉS.
Mañana,
Antes que entre nieve y grana
Salga el primer resplandor,
Dos caballos me tendris
A la puerta de Florencia
Con secreto y diligencia.
LDCINDO.
Tú mi cuidado verás.
MARQUÉS. '
Esto mi remedio es.
LUC1IVD0.
¿Vas á caza , ó es quimera ?
MARQUÉS.
Huyendo voy de una fiera;
Lo demás sabrás después. ^
( Vame.) '
Salen DON JUAN v MENDOZA, com
linterna.
DON JUAN.
No me repliques, Mendoza;
Que esto ha de ser.
MENDOZA.
No replico.
DON JUAN.
¿Hombre que nació en España
Ha de temer?
MENDOZA.
:0h qué lindo!
¿Qué es temer? Y aun retemer,
Y taratemer; el brío
No es para gente de á pié;
Si yo fuera de los finos
Mendozas, no me igualara
César , Alejandro 6 Pirro ;
Pero un Mendoza chanflón
No pasa en tales peligros...
Mas gente viene.
DON JUAN.
A esta parte
Te retira.
MENDOZA.
Henos perdidos;
Si es el Duque , nos empala.
iVanse.)
Salen TEODORO t FORT[IN.
FORTÜN.
Gran Qesla se ha prevenido.
TEODORO.
En fin , mañana han de ser
Las bodas.
FORTUN.
Así lo dijo
Clenardo al de Cápua ahora.
TEODORO.
Dicha el Marqués ha tenido.
FORTUN.
¡Bella moza!
TEODORO.
Y mejor dote.
(Vanse.)
Salen DON JUAN t MENDOZX
DOü JOAN.
Mendoza, ¿qné es lo qoe be oído!
HB5D0ZÁ.
Que la Condesa se easSt
Y míe ba ile ser su marido
El Marqués.
DOH JOAN.
¿Y si primero
La vida al Marques le qaitoT
HBRMSA.
Eso es hablar de la mar.
DOH JOAH.
¿Cómo hablar? ¿ Yo no soy bqo
De don Jerónimo Enrkines,
A quien el Asia ba temido.
Cuyo escudo es on león
Que á los pies de dos eastQlos
Se muestra en campo de phta?
Pues si hubiera mas peligrot
Que flores en aquel campo,
Y en este mar obeliscos
De agua qne las nubes trepan.
No ha de verme España tIvo
Sin vengarme del Marañes,
Si espadas, bombas y oros
Lo defendieran de mi
Con su fuego y con sns filos.
Dame esa luz y ese rostro.
Para no ser conoddo
Y poder baeer mi beebo.
¿Qué hora será?
■EnaoxA.
De los signos
Entiendo poco; á las onea
De la posada salimos.
Bien babrá dos boras.
DOH JDAir.
SI;
Al primer sneQo rendidos
Estarán ahora todos.
Tü intentas gran desatino.
non JÜAR.
Esos son los corredores;
Al lado izquierdo imaolno
Que está el cuarto del Marqiéi.
¿No es aqueste?
non joau.
Bien has dicho.
¿Y ahora?
DOS JOAU.
Abrir.
■UNDOSA.
¿Con qué llave?
DON lOAR.
Con esta.
¡Gentil alifto!
¿Es maestra t
BON lOAll.
¿No lo ves?
Yo la pruebo.
■BHDOZA.
Pasitlco.
¿Ha entrado?
i>o?i JOAU.
SI.
■BNDOIA.
¿Da la melta?
Don rnoL
flh pesia con quta la Uso !
¿Cómo?
DON JOAN.
No quiere volfer
■CIDOZA.
irnos ha sido
B Yolfamos nosotros.
DO!f40AR.
os , que estoy sin Juicio !
r de abrir, cerraba.
MENDOZA.
o estás , no me admiro.
bO:S JDAX.
lera muy ciega.
■Er(D07.A.
▼er si yo atino.
DOIl JUAN.
enester; ya está abierto.
■B!«DOZA.
¡I Taya contigo.
{Vase don Juan.)
MENDOSA.
taña , qué pechos crias !
isa por tas hijos
Je llamar el mnndo;
espadas y libros,
mdo un extranjero
atria , anda encogido
lirado gazapo;
'és , el gorrioncillo
nilde , como Espafia
i dado el primer nido,
e á todos , y mas
5s menos conocido,
lé brio, con qaé aliento
Mas ya suena ruido;
sacar mi rosarlo.
■ARQui£s. (flentro.)
ni!
DON JUAN. (Dentro.)
Muere, atrevido.
lURQUAs.
criados?
■ENDOZA.
Ya (grazna;
tocar á homicidio,
ente se defiende.
6 que estaba vestido.—
'qués madrugador!
MARQUÉS.
, Astolfo, Lucindo,
: matan , que me abogan.
MENDOZA.
■azos se han venido.
MARQUÉS, defendiéndose de
lUAN , con una daga , y ¡a ma-
tangrentada.
MARQUás.
le eltíelo!
MENDOZA.
Ya salen.
MARQUÉS.
, ilusión ó prodigio,
«Otas?
DON JUAN.
Darte la muerte.—
e tú ese postigo,
no salga ninguno.
MARQUÉS.
•res?
DON JUAN.
Cierto enemigo
íes, y no conoces.
(Quítase la mascarilla,)
CüMPUH COK 80 OBUGAGim.
¡Cielos! iqoé te esto 4^6 micot
¿Es don luto?
MW JOAM.
No soy doo Imn-.
Pues si estás de bf ofendido
(Que lo dudo) , di , cobarde,
¿No hay campo , no hav desafio
Para un bomnre de nílort • -
non JOAll.
Advierte que yo do rlftov
Sino satisfago agravios;
Y no ha de sotm castigo
A gusto del ofensor.
Üi
¡Qué aguardas, eoerpo de Grieto!
Pégale , que ptordee tiempo.
■Aioais.
Vengarse cod este arbitrio
Es oísimular el nledo.
MOHJOOI.
I Vive Dios » qae taUnj corrido t
Dale esa espida , Meadon;
No piense que le be temido.
No quiero , cod ta 11 oeoeli.
Mas ¡ cielos ! an bombre he fisto.
Solé EL DUQUE.
MHH».
¿Ruido en palield á estas bonst
Lucmao. (Deafre.)
Baja por aeé , Flamliiio;
Que esti cerrada la puerta.
Miimou.
En Cantalapiedrá dimoe.
MOHiMáir.
Si son gallinas « soo poeoe.
MAaOots.
Astolfo, Lododo , amigos.
Saien LUCINDO y gÚasos.
Locmao.
Muera el traidor.
•eoiii.
¿Qaé es aquesto?
■AlQlldS.
¿Es el Doqiiet
DOQUI.
¿Estás beridot
HAlQüáS.
Si, Sefior;peronoesnda.
■INDOtá.
Tas melindres lo han querido.
■AlQüiS.
Gracias á Dios y á mi coleto.
DON JOAR.
Ya estoy resuelto. Enemigost
Matedme. •
mhuis.
¿No es don Joan estef
MABQinlS.
Si , Señor , y te suplico
Que le examines primero.
Para ver qué le ha aaorido
A tan gran temeridad.
aORJIIAll.
Mi honor, mi booor me ha traido.
■AaQVÉk
¿Qué honor?
rTMSHvOW.
Ahora , ahora ea d fewiOv
Mendosa.
Laa
Hacen ? alientea.
TebedcBíatar.
Yo
pvQiQns.
jOh pecadorea del qniiBlo !
la dhMo tieoee» el coerpe
BstediM|«e.
Sflm GBUA T CAMILA.
|Mbm>!
¿Qaé es esto?
canu.
B maicf jpesaf
Qae poede haher aoceéMO ;
Doo Joan ha herido ita espc
ita esposo.
¿Qaé dices?
Lo qiie has eido.
Y ¿por qáé?
Pwqóe es traidor.
Poes ¿no estaba
I
Sin dada esta noche.
Solo siente
8efiofa«acá
▼loo
lAytilstet
Roft amor, tn
A
i
L.
9 '
ML .
ade
redebrtM
I vonaaai
Seopooea
Paca ¿qaé
Ka, noble -
Ni seis i
Hai
570
Resolverme es la respuesta.
No hay parentesco tan Gno
Gomo aquello que se ama.—
Dame esa espada, Luclndo;
Que á mi me toca el matarle.
CBUA.-
Advierte que no te pido
Su vida porque le quiera.
Sino porque le he querido.
DOIV JOAN.
¿Tú eres también contra mi?
CAMILA.
De esta suene, señor mió...
(Póneie ai lado de don Juan.)
DONJUÁN.
Di esclavo, y acertaras.
CAMILA.
A morir vengo contigo.
MENDOZA.
Pasóse acá este compadre.
DDQOE.
Mas con los celos me incito ;
i Muera este traidor !
CAMILA.
Detente...
MABQUéS.
¡Ay cielos!
DUQUE.
¿Qué es lo que miro?
CAMILA.
Porque primero esas puntas
En mi pecho compasivo
Han de hacer paso á la muerte ,
Y este suelo, en sangre tinto,
Será trágico jardin
De corales fugitivos;
Y primero, con valiente
Corazón y amor altivo,
Hh de mataros á todos.
Que consienta (yo lo digo)
Que nadie se atreva á Carlos.
DUQCR.
¿Qué Carlos? ¿Estás sin juicio?
CAMILA.
De puro amor, es verdad.
Don Carlos es mi marido :
Quien le ofendiere, me ofende.
MENDOZA.
Eso si, cuerpo de Cristo;
Que es de lo de á mil la onza.
DUQUE.
Que vienes loca imagino ;
Este es don Juan, y tú dices
Que es Carlos y tu marido.
CAMILA.
Todo es verdad.
DUQUE.
¡Vive Dios!
MARQUES.
¿Hay tal suceso?
DON JUAN.
Si, digno
Soy que me escuches; aguarda.
DUQUE.
Alguna traición colijo.
DON JUAN.
Yo soy don Garlos Enriquez ,
EL DOCTOR iUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Que, mudando de apellido,
Busqué al Marqués.
DUQUE.
¿Por qué causa?
DON JUAN.
Escucha, señor invicto:
Yo tuve una hermana, á quien ,
Con titulo de marido,
Arnesto gozó; y después,
O descontento ó esquivo,
La dejo burlada en todo,
Y á sus estados se vino;
Acción que me cuesta estar
Sin patria, deudos ni amigos,
Y sin honor, que es lo mas ;
Soy honrado y bien nacido;
Mira si es bastante cansa
Para matarle. No quiso
Mi fortuna que pudiera ;
Mas, si en los hondos abismos
Se escondiese, ha de pagar
Esta deuda; y cuanto ne dicho
Sustentaré oue es verdad
Con la espada, que esto ha sido
Cumplir con mi obligacioo.
DUQUE.
¿Hay caso mas peregrino?
MARQUES.
¿Tú eres hermano de Estela?
MENDOZA.
¿No se ve en lo parecido?
No tiene las mismas barbas?
DUQUE.
¿Qué dices, Arnesto?
MARQUAS.
Digo
' Que soy su hermano, y mil veces
■ Que me perdones te pido. —
. Mas sabe el cielo, don Carlos ,
Que estaba ya prevenido
A cumplir mi obligación,
Yéndome á España contigo
Antes que saliese el alba.—
¿Es verdad esto, Lucindo?
DUQUE.
Y ¿eso no fuera traición?
MARQUE.
No; porque era caso indigno
Casarme con quien sabia
j Que amaba á Carlos.
DUQUE.
¿Qué indicios
Tuviste?
CAMILA.
Decirlo yo.
DUQUE.
Pues ¿tú misma no habías dicho
Que amaba á Celia, y que Celia
Le quería?
CAMILA.
Eso fué arbitrio
Para librarme de ti.
CELIA.
¿Lueco discreción ha sido
El haberme consolado?
DON JUAN.
Y en cuanto á Celia , te afirmo
¡ Por la vida de mi rey»
8ue el cielo guarde mil siglos,
ne en mi Tida la he mirado
! (Camila puede decirlo)
¡ diño como á prendt Inya.
DOOUI.
i ¿Y la nocbe qoe contigo
EsUba?
DOR JUAH.
Tu engallo es ese;
Porque tu hermana qniso
Honrarme...
DDQCE.
Basia.
■ERDOXA.
Lo cierto,
Si valgo para testigo.
Es (¡ue Cielia en este amor
Fué solo dama de anillo ;
Tuvo el nombre , y no la renta.
nUQDE.
Ya está, Mendoin« entendido.
CELU.
i Baste; que me das vejamen.
non JDAM.
Y asi. Señor, os snpKoo •
Siquiera porqae algnn dia
Pudú mi espada serviros.
Perdonéis...
DUQOS.
Cirios, levanta;
, Que de todo me despico
Con saber que de la parte
Celia es mia; y pues ha sido
Tu suerte tan venturosa.
Que vino á ser to enemigo
Arnesto, dale la mano
A Camila, con el titulo
De conde de Favos.
DOM ICAH.
Vivas
Mas que el pájaro de Egipto.
i Y á Celia, como ella qalera...
! CBUA.
Mil veces quiero, y me rindo
Por prima y esclava inya.
¿Y á Mendoza?
No le olvido.
■annosA.
¿Mas que me dan A Leonida?
DDQOB.
Y un gobierno, ó el ofldo
Que quisieres.
DWI JUA!C.
Con qoe acaba.
A mi me toca el decirlo:
Cumplir can m
Y todos la habréis
Si. como tan corCí
Nos dais de barato ■■ iMr,
Ya que no por el peeM^
Por el gusto de serfinv
XMimmamaamamm
GOMEDU FAMOSA
TITULADA
R PRUDENTE Y SER SUFRIDO,
wsL Docnt» jüah
wm mamtAhVAM.
EL REY.
DON FERNANDO.
RERMfJDO.
MBNDO.
PERSONAS.
BELTBAM.fnMiüM.
DIEGO mKsz.
NüRO.
RUY DE CASTRÓ.
ELVIRA,
PLOR,
fJN ESCUDERO.
lUUO, fiinhr.
AcovaHaborto.
INADA PRIMERA.
LREY, BERMUDOyJULIO.
BERMODO.
ido está el pintor
^s, Señor, licencia.
RET.
BERMOOO.
legad.
JULIO.
Su presencia .
speto y amor,
■ea) majestad ,
amarme ha mandado,
con el cuidado
> á servirle.
REY.
Alzad,
el corredor
lo, en que ponéis
iras, en que hacéis
ion del primor
ro pincel , conviene,
intento importante,
^ais de aqui adelante,
e otra cosa ordene,
. j ha de ser
rato ; advirtiendo
el 8n que pretendo,
>¿ii>eisde poner
I mirador
f , que Dios tiene, hizo
z al pasadizo
al corredor.
^ el retrato mió
*«^de he dicho, en él
* «este papel fOa/e un pa/)¿/.)
*> y ved que fio
lia de estar secreto
*3aQdo entre los dos ;
^ en callarlo vos
* <?if)n el efelo.
S'tia esté advertida ,
Y no sepa nadie» no.
Que esto os he mandado yo,
Porque os costará la fida.
JOUO.
Vuestra majestad real
En mi es la bms ftaerte ley;
?iie yo sé que sois mi rey,
vos, que yo soy leal. (VoM.)
BBT.
Bermudo.
BBBVÜftO.
¿Sefior?
BIT.
Bies sabes,
O saber debes al menot, .
La obligadon de los Iraeiios ,
Y que son colpas mu grates
Las suyas, cuanto lo son
Los danos que naeen de ^las,
Y contra^ el Rey conaetellas
Es especie de traición.
Y si no decir verdad
Es culpa , conforme á ley.
Da, qruien no la dice al Rey,
Indicios de deslealtad.
Tantbien sabes de palaefo
Las costumbres, y qme en él
La lisonja, poco fiel.
Ocupa todo el espado
Que hay desde el prioMr laguán
Al rincón mas escondido.
De cuya cansa han naddo
Las culpas que al Rey le dan
Sin razón , pues si es tan cierto
Que á la real majestad
Nunca llega la Terdad
Con el rostro deseaUerto,
De cual(|uieracdon errada
Merece justo perdón ,
Pues con falsa Informadoo
No hay decisión aeertada.
Asi, Bermudo, si estás
Deseoso de obllnraié.
Tanto mas oon deelararao ^
La verdad me obligaráui.
Cuanto mas della careaeo;
Este tnoSclo ha dte ser,
Sin recelar ni temen
Ni qne d premio qM le obeaeo
Teralte,nimiejasii|
Haciendo tú lo que ai jisto»
O podras dame fltaiito,
Odemigraeiaeaeni.
Guárdate no te penrleftá
BlodiobilaamMadv
Para qne de la terdid
Hagas rdadon loderCa,
Ni para eüe Sd pretesdaB
Elseereioeoiilar;
Qne me be de* dsesigilBr .
PtMT donde nOMS I» eniewlais
Y te esperan de «n iMrte
Al ddito ó la leallni >
Como d prettio* e« la Tardad,
En el engafio» le BMMTM.
No ea menester otmlef»
Otro prendo al eialli9i .
Qne lo qne paede ceMdtB
Ser yo noble y uh al f«y.
DetBh
La i
aok
1.
— lal
éq«^
Comoat
fjIMMyK —
/ h i
1>
II
572
De ta elección, diTidídos
Los pareceres, supaeslo
Que juzgan todos eo esio .
De sus pasiones moTídos.
KCT.
4 Se<!un eslo, el reino abona
Cumo acprlado el tener
Fritado?
BERICDO.
Satisfacer
Quiero i ese punto , j perdona
Si en discurso dilatado
Lo traure, porque es cosa
En que en la escuela curiosa
Política ha trabajado.
Si es conienlente ó preciso
El tener privado ó no.
ICT.
Di pues.
BCaiCDO.
Cuando el cetro dio
Del mundo, en el paraíso.
Dios a Adin . dijo al instante
Que necesidad tenia
De ayuda t de compaSia .
Que fuese su semejante :
Y así. le díó la mujer.
Porque con ella partiese
El peso, si no quisiese
La gloria de su poder.
Desde entonces no se ha listo
Kej alguno sin privado ;
Y el prototipo sagrado,
Y Rey de los reyes. Cristo,
PreOríendo en su favor
A san Juan , justo lo ha hecho :
Pigalo el sueno en su pecho
Y su gloria en el Tabor.
Aunque sienta diferente
Al^uu político osado.
Cuanto ignorante, arrojado
Contra verdad tan pateóte ;
Que la mayor diferencia
Que en esto ha habido, es tener
0 mns ó menos poder,
Menos o mas dependencia .
liK- que 01 ro en la prívania:
Mas queivrir al Rev quitar
Ooe ri-ji a quien encargar
D-l f esi- lj conújnia ,
F$ p-eirnder que. trocado
>u pri\:!<»gi» en castigo.
Tecer ro í ne Ji un amigo
C o :; -. u e j ■ : T e >u c ni dado.
^ V su> Secretos ^abie
C ■ ira ur.a r nop'a pasión
y:-: -rs ?r: ir'rjil <**ciaMe.
[«rn-.»?. :3í -:.>•:■ refulgente
>■ . : s: e . ^ i ;.:.> mwrtiles
[•e *:«m::< ceiesLi es
\zr- .i ^liri' ;.;* r:¿ores
D^ ?- !-.•: V :ii ncv! estos.
> r Tz:Tr:::4::::efTuesios
>' :-=: iTi- ?ri« ardores.
^ i<i. :3rí? :-rf.jr e: Do-ier.
1 s ^ ri leu y 2:a>* a:
L'T F.r?. lisúia ías'üii
." f- ■■;■*.:: .'í:--- í üt^r
[■r>í -."ij'ia: y j * ii.::a
T^: zri" Ít. : :r 1j5 :T:ec::s
^..•: * rjrs::* r\:r-a::>.
•"- J*r :t 'r i=»t:--.j=<:a
VI* r" - -' .;z* :r ci-rr-,^
>- rev. 1!.- r a ui cr.iiio.
Y rz.rz ^ :::-e!i, -.e- r i'-
r,ri . : : • -■_ ..■* ■• f.;^.
EL DOCTOR JI:A5 PÉREZ DE MONTALVAN.
Mediase tairt d hombre y Dios BffCD»BM.
Quien fbese Dios j hombre fuese, Dios os ffoarde.
Para que de esta manera ,
¡ Como Dios, con Dios pudiera,
I Y como hombre padeciese;
Entre el pueblo ▼ el Rey hallo
Que un privado debe ha'ber.
(Y
Que rev parezca en poder,
Sien«Jo en escuchar vasallo ;
Pues ci>n él mas libremente.
Menos medroso y turbado.
Se Querella el agraviado.
Se declara el preiendienle.
Se ventila lo imporunle.
Se busca á la pretensión
Camino ; cosas que son ,
No solo del negociante
Alivio en el mar mayor.
Mas premio en parte también ;
Que es favor escuchar bien «
\ sabe á premio el favor.
ftCT.
Bien probaste tu intendoo :
Soy d'-l mismo parecer.
[Áp. Mas yo no tengo de hacer
Como piensan la efecdoo.)
Entre cuantos fueren buenos.
Solo mi prifania espere
El que mas la meredere,
Y la pretendiere menos;
I Que el privar, si se ha de usar
Con justicia y sin eiceso.
Es carga, es trabajo, es peso.
Que DO se ha de desear;
Y asi . debo pensar vo
De aquel que lo pretendiere.
Que ser poderoso quiere,
Pero buen ministro no.
Bermudo. de tu lealtad
Se ha de fiar mi elección :
Escucha con atención
Y revela con verdad :
Advirtiesdo que ya debo
Ser otro que fui ,'Bermodo ;
El hombre ai! ti Eu o desnudo .
Y me formo de hombre nuevo.
Ni a Elvira me rombres mas.
>i cosa que de su amor
Me acuerde; que mi favor
Al instante perderás.
Las juveniles pasiones
Inducen hechos injustos;
De hoy mas diviérteme gustos
Y adviérteme ot» igadones. ( V«e.)
■EBUCDO.
: Que pr pios son los fervores
\ Jeseos de acerar
En e! que empieía a mandar!
Y 'jae facii los ardores
Del bum 00 u^ se mitigan :
Que es b^ mbre. y en la grandeza
Sabe a su raiurafeía .
Y sus pis;;-jes ie obligan !
! Sj.V IN ESCIDERO.
I FS<T9C10.
P.:::j F".»írj. mt señora.
\ s- tiernjirj. i.^rj Flor.
Se .jUírr .j- .-.e! rigor
■ i" ■: : . .le ! i s : r j u: s j hora.
í^s:r ivjs :> bar cesesier.
í vs r ie". ^-r Ti.s j «ellas.
>r: i es rjísas v;aer^!:as
!:e V i S4[. sfacvr
¿r yi: r .: ; . ) ;ue coaáo
VI -e rjiíjra a ase-^urar.as.
Si^rT ^-f es el «4S¿u:las
BEMODO.
Ya sospecho
8oe estn mndnnu de estado,
ermoM Flor, U bi causado
También en la esquivo pecho ;
Y si es asi, también yo.
Como tá, be de hacer mudanu.
Pues le das i mi privania
Lo que á mis mérlios no. 'V
Salen DON FERNANDO t BELTI
BBLTUAII.
Nunca vi locara igual.
DOX FiBiuimo.
Ya sé que amor ei locara.
UELnUM.
La medicina procara ,
Pues que conoces el bmI.
Do?r rEnvamo.
Si procuro.
¿Cono? Di
wm rniiAimo.
Declarando lo que peno
A dofia Elvira.
BBLTMAX.
jOb, gaé
4 Y esa es medicina f
BOU rnOMIBO.
Si.
BOLTBAH.
Cna vn meti en el lodo.
Atravesando una calle.
Cu pié, j qaerleado Bacalie.
Meü el otro ; j de este modo
Hasta la cinu me eotié,
¡Midiendo, si cuerdo taera,
Y al principio atril f olfien,
No enlodar mas qoe el uapié.
Con este ejemplo le eaicto
Qoe es mejor volfer alrís.
Pues no es empefiarle mai.
Buen remedio de la
Si tuviera yo cordón
Pan seguir lo mejor.
No fuera el que tengo __
O amor no fuera locara;
¿Y Elvira pnede. neganda.
Condenarme * om, ti peao»
Que a lo que yo me condeMb
Si quiero morir caHando?
; El callar es remedlane?
Si sobmeoied
Que sepa Elvira la liaolo^
Tiempo despcrdlciM tti
Cnanto camino rodena:
Mas si quieres obHgvb
A remediar lo
Tan descabu»
Claro esti qoe ba de
Niogona ofenderte vi
De ser anudo.
Si no la ofende el.
ElairevimiCQlosL
Al corredor le rcüra;
Que sin testigos aom
Hsce sos Uros m^.
■utrui.
cof, tolanU Elvira;
; ajAdete Dfoi. (Vaw.)
■Lnu.
«lU aqnlT
DOR nuuno.
¡Porqué 01 TBiaT
«A quién buKits,
loo FemaDdot
DO» KRIIAIIDO.
ATM,
aa doSa Elrira;
I paedebainr quien
>ee,ina5or bien,
gloria quien oi mira.
una*,
esto h abela enmplldo
Salan y cortés;
ora. i cutí B»
lioo qoe u ba nocido
Tedaa que TCof
DOR rEaiuNMi.
ita es la ocasión.
■LTIBA.
non FtMAinM).
4N0 os dice el cOTiion
tojos so deaeoT
llce, Sefiori.elRer
lla.qaeecaRratlaros,
qae para bnücaros ,
osa et neneiter?
ice mi rendimiento
oro Tuesira berm otara t
Irira.i mi locura
ice mi aireTlni lento?
u-na*.
I eaio? ¿Asi o« declaralif
jamis Un Ubre babló
rencomoio?
vos confeuM
ita loco, j bien ha sido
ir para templar
ios. disculpar
foco la aireTÍdo.
DON FGlKlkNDO.
el Terque mealrefl
ra no probara ,
r que os ii bastara
ir aue enloquecí,
■nllagroa tales
icer Toesira bermoiura ,
! carecen de cura,
e decir mis males;
es callando rol amor
le acabar mi tormento,
e el atrerlm lento.
K mstarme el temor ;
iebeii perdonarlo,
endodseeldeciilo
no poder innririo,
pensar remediarlo.
ae entendáis qae es esta
tnie la ocasión
■ros mi pasión,
Se aguardar la respuesta.
{Yate.)
estos desvarios
lito, pues son los mios
>a de los ajenos.
mi, que eitoT muriendo
oltldo! «Quien pensara
KR PBCDUtn T Sn SOFBilJO.
QueelRejhvjfBdoat
Loqoeooafc""' -*—
M0FLOR.
rtoa.
Que bis tisio ; lia arlaar,
HasU donde estoj Mtr4,
V lo primero qiw babU,
En ntaáoaM, alo war
De niTU ii pre*eae<OMi,
Foé, que penaba por lU.
1 Quién era fll aniantaT Di.
; Don Femiado de QaUmei !
mn,
Gran exceso en él ba Mo ;
Sie padle tiene en León
is asentada opIniM
De cnerdo* bien or"—
Si DO le dio eouBania
Sn conocida nobleía.
Una]
ILTOU.
CosaeallaDa;
Has mira i qué tiempo, Uen
Solldtamlfanr;
Cuando el olvido 6 mKduii
Del RoT en ni la ba eaaaadt
V caando sa awerpiaado
He pudo dar eapetauM
rLoa.
Causa llene* de «alar triatei
Has ja que enandn pwUata
SlTopn ,_..
Disimula tn ■odania,
VnodéstsuTeBpaaa
Hatwia o» declararte.
Va no ba; remedio: j>> Flor,
No haj temor qne me refrcM;
One, segnn me abraso, llene
Huchoderab'
SafeBERHODO.
Volved : que si por m
De parte nteüra lian
Flor bermosa, *ewD i n
Para castiftanM au,
/Qué ddllo Gomail ,
SI es foraoao obedeewoaT
riM.
Hi bennana tiene oía bablam,
V qolso que jo oa llaman.
Porque el reñir os pagan
Coo el hnr de llamaraa.
Ya me tela, al pretandria
Verme, j si qnereia baManMi
Va sé qiw ea pan «MUrat
Y así, Bermudo, qneria
Salir de esta obligación ,
Pidiendo esta permisión
Vos al Rev de parte mia.
(Áp. Causen celosos desvelos
Furia en su olfido mortal ;
Que un amor de pedernal
Da fuego al golpe de celos.)
BERMDDO.
Señora, bien os podría
(A no ser, como decís ,
La licencia que pedis,
Tan debida cortesía)
Asegurar que sin ella
Podéis de vos disponer,
Y que no se ha de ofender
El lley de que sin tenella
Admitáis otros intentos;
Porque él, no solo ha mudado.
Con la mudanza de estado.
Costumbres y pensamientos ,
Mas precisa ley me ha puesto
De que nunca á la memoria
Vuestro nombre ó vuestra historia
Le traiga.
' ELVIRA.
{Áp. ¡ Ay de mi ! i^qué es esto
Que escucho? ¿Cómo podré
i'ener, con esto, paciencia?)
Mirad si mi resistencia
Fué justa : mirad si fué
Antojo, y no amor, Bermudo,
El del Hcy, pues fácilmente,
Por un liviano accidento.
Tan presto mudarse pudo.
F.sto le diréis tnmbien ,
Y que gran gusto me ha dado
Ver que haya ¡ustilicado
Su mudanza mi desden.
BERMUDO.
En nada puedo mostraros
Cuanto serviros deseo
Como en esto, cuando veo
Que he de darle , con nombraros,
Disgusto, y que contra mi
Provoco su indignación ,
Quebrantando la instrucción
Que de sus libios oi;
Mas todo arriesgarlo quiero
Por pagaros el favor
Que de mi adorada Flor
Alcanzar por vos espero.
ELVIRA.
Bermudo, escuchad.
BERMUDO.
Elvira ,
¿Queme mandáis?
ELVIRA.
{Ap. ; Estoy loca !
¿ Cómo ocultará la boca
Las llamas que el pecho espira?
Yn ha confesado al ri((or
La verdad el pensamiento;
Pensé que mi sentimiento
No llegara h tanto amor.
Ya por escuchar y ver
Al que alwrreci primero
Entre ardientes ansias muero;
Mas ¿ para qné soy mujer?)
Lo que dices me ha alegrado
De suerte, que no lo creo,
Bermudo, si no lo veo;
Y así , porque mi cuidado
Cóbrenlas seguridad.
Otra cosa habéis de hacer,
Y es, que me hal)eis deponer,
Cuando ron su majestad
Tratéis de esto, donde, oculta,
Lo pueda ver y escuchar.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
BERHODO.
El que pretende obligar
Naaa, Elvira, diliculta;
A disponerlo me obligo.
ELVIRA.
Pues avisadme ; que Flor,
Porque os pague este favor,
Irá a la ocasión conmigo.
BERMUDO.
Si ofrecéis tal galardón,
Parto al punto á mereccllo;
Que me obligasteis con ello
A apresurarla ocasión. (y(ue.)
ELVIRA.
Bien sé que mi propio daño
Tengo de ver .<;i al Rey veo;
Pero quiere mi deseo
Que me mate el desengaño
Mas que sufrir el tormento ;
Como, á costa de la vida,
Mata su llama encendida
El hidrópico sediento.
SaUn DON FERNANDO v BELTRAN.
RELTRAIV.
Gastemos alegres dias
En las cosas de palacio;
Divierte un pequeño espacio
Tus largas melancolías,
Y mira de la privanza
De -Alfonso tanto ambiciOBo;
Mira el séquito dudoso .
Lisonjear la esperanza
De este^ aquel , cada cual
Como sigue el negociante
Romano, en Mde vacante^
Al que es sujeto papal.
DOIf FERNAÜDO.
¡Qué lejos estoy de sello!
beltra:!.
Glges, humilde villano,
Llegó á ver cetro en su mano
Y corona en su cal>ello.
DO!! FER?iA!fDO.
Yo ni pretendo ni quiero
Mas ventura ó mas grandeza
Que conservar la nobleza
De que al nacer ful heredero;
Que lo demás es locura,
Y en el mundo yo he pensado
Que solo el desengañado
Goza (irme la ventura.
BELTRAN.
Bien lo dices; pero mira,
Aunque en filósofo das,
Que en esta ocasión, que estás
Tan ciego de amor de Elvira,
Gran dicha el privar seria.
Pues con eso la alcanzaras,
Y pienso que renunciaras
Toda la lilosofia;
Y habiendo tantos oficios
Hoy en palacio que dar,
Alguno puede tocar
A un hombre de tus servicios.
Do.i fer:<a?ido.
Si tuvieras los deseos
Que vo tengo, no soñaras
M:is íocnrus ni pensaras
Mas perdidos devaneos;
Retirados á esta parte.
Hagamos liesta de ver
1.0 que desvela el poder
Y lo que negocia el arte.
( Uetirante Beltran y don Femando,)
bf.ltra:!.
Advierte la multitud
Que á Diego Nuuez de Lara
Acompafii ; ¿no tratora
De pref eoir su ataad
Con mas raion este li^o?
IKHC FEM?IASIDO.
No lo consideras bien;
Si excluyes las canaa, ¿qaién
Ha de dar al Rey conaejq?
Salem DIEGO ND5EZ, üdSo
P AGOMPAftAIICHTO.
KDÜKI.
Si no se quedan aqni.
No he de pasar adelante...
siltiaü. {Áp. á áom FernoMü.
Á Veslo resistir constante ?
Pues que me ahorquen á al
Si de verse acompañar
Le amarga la corlasfa.
HOÜBL
Señores, por vida nia...
o?io.
A eso no hay qué replicar.
{Vate el aeompañaoHeMto.)
BELTIAII. (Ap,)
¡Miren pues quién viene alli?
Mendo el mudo.
D02V ferrando.
¡Oh, si lo faen'
BELTRAH.
Sola una co» qnisiem
Saber ahora de ti;
Que. aunque el no saber es nengRí
Confieso que la he ignorado;
¿Por qné llaman deslengnade
Al que tiene mucha fengua?
DOH mMAHno.
O es retórica ironía.
Como habrás visto llamar
Juan Blanco al negro, d mostnr
Que un maldidenle debia
Estar sin lengua; y oonleso
Que aborresco de manera
A Meodo , que no ezoediera
De la quietud que profeso
CoD nadie mejor.
bkltuaii.
YtiOMS,
Si le das un coseorroo
No mas. de todo León
Seguros mil parabienes.
xuilo.
Mendo es este.
Sala NKNDO.
MUDO.
Cabanetoa,
¿Qné hay de naero?
mñaa.
▼oipodcis
Decirlo, si algo ubela.
Yo solo sé qoe en poneros
Donde pide ese Taior
Tarda el Rey.
mjftu. (Ap,)
El maldlcienle
Es lisoiúero presente,
Y ausente es murmnndor.
ncsBo.
De lo que tengo temor.
Según i los mas escadbo.
Es qoe, traa pensarlo macboi
Ha de escoger lo peor.
bu.tbas.(4pl)
¡Ya escampa I
abe. Hu mlnd
biM preaoocioo
ij de Castra haciendo
is de Tilido,
hubiera lentdo
ra ó p» '• aanqae eDlIeodo
)as dichoso ha de ser,
o merece meaos.
icdNr-
ira de los boenos
itla i merecer.
,i;LTf.AH. (4p.)
t, Otro ambicioso.
ale RUY DE CASTBO.
. el nomhre generólo
ais 09 ha juzgado
leí lugar primero.
;ioT Condado
fflériios.iindnda
dais las diligencias.
NDÜO. [Áp.)
iseucias j qné presencia» 1
hcil aspectos muda
itso lisonjero!
IDT.
puedo couQar
erecer alcanur
laoto caballero,
lien tendré 1 grao ventara
o el lugar segnndoT
causa alaba el mundo
roíalor y cordura.
n uno eorilna, w aparece un
tfattdelRtí)
MT.(íp.)
;haT quiero de aquí ,
er lisio de ulngaoo,
cho que cada ano
ibre hablando de ni ;
el retrato y la inscripción
ron les ba de dar
icurrir y mostrar
ecto ú la pailón
tecreía; que este modo
I por mas coD*enlente
ej de Grecia, prudente,
informarse de lodo.
• DoTcdad es poner
sola en el corredor
labia!
HOflO.
Del pintor
duda debe de ser
.nja, que ei on traslado
¡hlfúDSO, para mostrar
sedeberespeiar
ley tanto, que aun pmtado,
lioberauo nade ser,
! 00 ocupe olía piulan
SBB nnoBUTB T su soniBa
La pared que tA Teahm
Ha llegado i méneer.
Es buena interpretacloa ;
Haa iCámo dic« el letremT
{Lee.) «Cordero tojJuiUdOTO
V paciBco leODi ■
¡QuéKdleieldedrl'
M».
¡Qnédlflcilel^rart
El tiempo lo ba de mostrar.
Ganamedaderefr.
iQne el plntorolllo m BMia
A hacer moiei o« ptorfo!
¡Noramala! i Ipul4 1
Al pintor con dpocu
Para que, arrogaater
Con su autoridad, pr»
?ue lo que es placel Mploma,
que es iDgenlo la Btanoi
Hf. (AV.)
Todos estol poeoaBor
V mucha pauon arim«B ,
Pues mi alabanxa ainbajM
A lisonja del pintot.
MmriuuiOMi.
iQué es lo que suspendo ]}iuil
AaquellagenieT
aiittu.
LtogHDIM,
V con verlo excnnrémoa
Lo grave de la p«gnnU.
nRo.
flcraesyidedaiaiidiMicli .
EIRey-
■HT.
Vo tengo da bahUlto.
I HOttU.
A mi me Importa aeordalle,
I Con ponerme en an preienai
■t.\ Hl pretensión.
Ilendo,ino venial
iAqaé,
Un retrato <M B«T •>
Bl que ■ira^n^tPa* «a •
Mffl raanisno. (Q«>n««l *•
iAdmiraia por excMO
La veneraron que vetT
Este retrato jnoea*)*
Hayos del original,
loe es act en lo tenporal
Íice-Dio»! ,,, ,
■amo. (Ap.J
¡Qu« Upoeraila
A lobomano! Opoücioa
Tengo al que ee eereaooM
ÍUe.) «Cerdanw; Junen
Y pacifica leoo.a
Según son, AlfonMi iMNtt
Los indlcUw qtu hM Mi-
576
Faera el premiarle Torzoso,
Yo no puedo estar quejoso;
Porque nunca he pretendido
Mas premio , desengañado
De cuan vana es la ambición,
Que cumplir mi obligación
Y conservarme en mi estado.
HERDO.
(Áp. ¡Qué afectada hi|)Ocresía !)
Si desengañado estáis,
¿Qué os detiene, que no os vais,
Con esa filosofía ,
A las montañas á ser
Solitario anacoreta?
Si usara el Rey de perfeta
Justicia, ¿era menester
Que pretendiérades vos?
(*.on un rey justo ¿hay pedir
Mas eficaz que servir?
Mhs decis que es vice-Dios ,
Y como tal, sospecháis
Que asiste en todo lugar,
Y que aqui os ha de escuchar,
Y asi le lisonjeáis.
DON FERRANDO.
Ni esta es pn mi hipocresía •
Ni lisonja, ni es razón
Que con tan falsa intención
Y tan libre demasía
Las fine/as motejéis
Tan propias de mi leallad.
Ni que de su majestad
Sintáis mal, y mal habléis;
Que, vive Dios...
HERDO.
Deteneos;
Que sé muy poco sufrir.
BELTRAR. {Ap.)
Pienso que hoy se han de cumplir
De un golpe muchos deseos.
HBNDO.
Cuando yo, mal satisfecho.
Hable de su majestad,
¿Tenéis vos autoridad
De reprenderme? Sospecho
Que (le mi sanare sabéis
Que es á li mejor igual.
DOR FERRARDO.
Bien sé que sois principal ,
Pero no lo {inreceis,
Y eso mismo hace mayor
Vuestro delito; aue cuanto
Nacisteis mas noble, tanto
Debéis proceder mejor.
■ERDO.
Yo procedo como debo;
Y á quien se atreva á pensar
Lo contrario...'
DOR FERRARDO.
Este lugar
Es sagrado, y no me atrevo
A violar su estimación. —
Deltran, retírate.
BELTRAR. (Ap.)
Mendo
Esta vez , según entiendo.
Ha de dar gusto á León. {Vaie.
DOR FERRARDO.
Junto á la cruz que en el valle
De lo.^ Mártires se ve,
A media noche os iré
.<^lo á esperar , para dalle
El castigo entre los dos
A lenxua tan desleal.
Que de su rey habla mal.
■ERDO.
Yo os aguardo.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
DOR FERRARDO.
Adiós.
MERDO.
Adiós.
(Varae,)
REY.
Nunca el enojo inhumano
Mitigara, si no fuera
Recompensa tan entera
Lo que en don Fernando gano
De lo que en los otros pierdo ;
Y asi , aunque he visto mi agravio
He de elegir como sabio
Y he de sufrir como cuerdo.
JORNADA SEGUNDA.
Salen ELVIRA t FLOR, con mantoi^
T BERMUDO.
BERMUDO.
Hoy en las aras de amor
Sacrificarme procuro.
Pues cuanto soy aventuro
Por alcanzar un favor.
FLOR.
Yo me confieso obligada.—
lAh liermana! ¿en qué ha deparar
Tu locura?
ELMRA.
En acabar
Con vida tan desdichada.
BERMDDO.
Pues, Flor, si, menos cruel,
Merece llegar á verte
Mi amor, no temo la muerte.
Cubiertas de este cancel,
Al Rey escuchar podréis.
Que ahora aqui ha de salir;
Pero no os deis á sentir,
Si la vida no queréis
Que me cueste.
ELVIRA.
No tan mal
Debo pagar tus deseos.
Que así te arriesgue.
BERMUDO.
Escondeos ;
Que su majestad real
Sale ya.
ELVIRA.
Ya temo , Flor,
Mi muerte en mi desengaño.
FLOR.
Tü buscas tu propio daño.
{Escóndente Ehira y Flor detrás
del paño.)
RERHODO.
¿Qué DO hará quien tiene amorf
¿Bermudo?
Sale EL REY.
RET.
BERMUDO.
¿Señor?
RET.
De ti
Mi desengaño he fiado,
Y en nada has ejecutado
El oficio que te di ;
Y en un reino , yo no dudo
Que por instantes sucedan
Novedades qae bm puedan
Importar. Dime, Benando,
En mi daño ó mi favor.
Lo que has yIsIoó lo qoe hu hecho,
Sin que me ocalle tu pecho
La circunstaDCia menor.
•naODO.
Luego que ayer me aparté
De tu presencia « llego
Un gentilhombre á llamarme
De parte de Elvira j Flor.
Tente , calla ; ¿no te he dado
Por inviolable tnstraecioo
Que no me nombres al acurdet
A ninguna de las dos?
También me bas mandado ahora
Que te baga rdacioo
De lo qne ne Tinto y be hecho,
Sin ocultar la menor
Circunsuncia ; j si on rey paede
Revocar lo que mandó,
A lo postrero qae mandas
Debo obediencia mayor.
BET.
Bien esti, di lo demás;
Qne de lo demis estoy
Seguro que no podrá
Cansarme perla rbadon
Mayor que la qae me cansa
La memoria de an amor.
Obedecílas;siraé
Delito , de la aOcion
Sabes el poder, v sabes
La que tengo á dofta Flor.
Entré , y quedando eonmifo
Sola Elvira , la ocasión
Me propaso de llamarme.
Y de esta suerte me habló :
cBermado. el Rey me ba ipierído,
Y aunque jamás mi hTor
Alcanzó, como sabéis.
Por lo menos me debió
El haber yo respetado,
Si no pagado , sa aauír ;
Tanto, qne jamás mi pecho
Otro cuidado admitió.
Pero ya qae á la modaou
De sn estado , ó el rigor
Que ba visto en mi rmstenda
Le han dadojasU ocasión
De no verme en tantea días.
Que de pensar qae mniió
En la suva mi memoria
Me da cierta presaocloa
Para usar de mi albedrio.
Quiero, Bermudo, que tos
De mi parte le pidaia
La debida permlsieo;
Que, si bien con olfldarme
Parece qae me la dio.
En tanto qae despedido
No se publique , es raioa
Que yo esta salva le baga.
Pues lo qae debo eu rigor
Cumplo asi , y podré eou etto
Tomar la licencia yo.t
Estas palabru me dQo
Doña Elvira ; y yo, SeBor,
Le prometí que lo fiarla.
Porque ella me prometió.
En cambio 1 bvorcoer
Mis pensamientos coa Flor.
Si algún disgaato te lie b
Seguro tengo el perdoa.
Si es mérito la obedieaiela
Y si es discnipa el amor.
RET.
Ion qué mañosos ardides
acer el ciego dios
os! ¡Porqué camino
pecho despertó
i muerta centella
pasada aticion!
leniiga! ¿no le cansas
nílcrme? ¡ Loco estoy I
náscara de respeto
» celos? Con color
[íoro me desprecias,
rres que sepa yo
ro merece de II
e no mi ürnieamor?
ste el intento, el tiro
isle; pero no
r^s la gloria de él;
eprimiendo el dolor,
jré mentido el gusto
e en ajen:! aticion
"^ tu pensamiento.)
Bermudo.
BCnMODO.
¿Señor?
REY.
Kivira que el p«^rmiso
le ha pedido le duy,
tan arrepentido
iii p:ísado error,
n la licencia (|ue pide
lenle me ofendió
Miioria de su n(ímbre;
)ira *ez , vive Dios,
c te ha de negociar,
lombras , el perdón,
iKTito de obediencia
Üsculpa (le amor.
) también le dirás,
le sabiendo que estoy
tro, por excusado
liga en olra ocasión;
aun(|ue el intento sea
respeto , la \oi
nomine en mis oídos
la ofrnsa mayor;
lega el aborrecerla
i el amarla llegó.
ELVIRA.
' puedo mas.
FLOR.
Detente.
ELVIRA.
na dol corazón
nta al despecho mió. — {Sale.)
<o falso, traidor,
fioso, fementido...
RET.
es esto?
üERMUnO. (Áp.)
Perdido soy.
ELVIRA.
s son los sentimientos,
las linezas son
jue a vivir :ípo>laba
:l tiempo vuestro amor?
son vuesir.is firomesas?
buena (piedara yo
rédito de palabras
lí regara mi honor I
lacil con el estado
steis la condición?
o desvanecido
eciais, porque rey sois,
le principe estimasteis ?
j mudanza fué en vos
de principe á rey?
ücha esta sucesión
o mas que continuarse
DD. C. DE L.— II.
SER PRUDENTE Y SER SUFRIDO.
r.l dominio que os toco
Por justa ley, aun viviendo
El Hey, vuestro antecesor?
Pues ¿cómo tan fácilmenle
Olvidáis la obligación
De palabras, que son leyes
En los hombres de valor,
Oue el aborrecerme llega
Donde el amarme llegó,
Que al pediros la licencia
Solo os ofendió la vok
De mi nombre en los oídos?
Pues ¿qué delito , qué error
Fué no pagar, prevenida.
Vuestra Ungida afición,
Para casiigarme asi?
Antes el valor que yo
Mostré en resistir a un rey
Os causara estimación
Si fuérades quien debéis;
Pero pudo mas en vos
Vuestra pasión y venganza
Que no vuestra obligación.
Pues la virtud castigáis.
¿Vos sois Alfonso? vos sois
Hombre? vos noble? vos rey?
¡Hien gobernará á León
Va que tan mal se gobierna!
Vuestra majestad , Señor,
Con su prudencia perdone
Mi desenfreno ; que estoy
Despreciada y soy mujer, '
Y me atormenta, si no
Su desprecio, por mi amante,
Por mi rey , su indignación.
Y asi , hasta ver que , depuesta
La enojosa furia, el sol.
Cuyo claro aspecto en mí
Es la iníluencia m;iyor.
Me da rayos tan benignos
Como otro tiempo me dio,
Sombra suya , he de seguir
Sus oídos con la voz.
Con las rodillas sus plantas,
Con ruegos su obstinación.
Su venganza con |)aciencia,
Y con quejas su rigor.
RET.
Levanta, Elvira, levanta;
No ofendas tu estimación;
Que, ya que amante no sea.
Cortés á lo menos soy.
(.tp. ¿Qué fuerza, qué sufrimieuto.
Qué constancia , qué valor
bastarán á reprimir
El fuego del corazón?
Que al aire de ruegos, quejas
Y ternezas levantó
Tanta llama . que es incendio
Cuanto siento y cuanto soy.
Mas ¿al combate primero
Han de rendirse al amor.
De la obligación las leyes,
Las fuerzas de la razón?
No; conti-a mí misma vida
He de probar, vive Dios,
A ser sufrido , á ser re^';
Y he de mostrar que , pues yo
Sé gobernarme y vencerme,
Que es la victoria mayor.
Sabré vencer mis contrarios
Y gobernar á León.)
Elvira, no la mudanza
Del estado me mudó
La condición, mas indujo
En mí nueva obligación.
Príncipe, tuve disculpa
Sí permití al ciego ardor
De mis deseos la rienda;
Mas ya , Elvira, que rey soy,
Soloadministrar justicia ,
577
Causar amor y temor.
Ser á los 4)uenos espejo
Y á los malos confusión.
Es lo que á mf estado toca ;
Y el aborrecerle yo
No te a (lija , tiue se entiende
En cuanto al lascivo amor,
No como rey á vasallo;
Que, como tal, antes doy
A tu valor alabanza
Y á tu virtud galardón.
Y así , puedes emplearte
En quien merezca tu amor,
Segura de que, no solo
No me cause indignación,
Pero celebre tus bodas.
Siendo tu padrino yo.
ELVIRA.
No , Señor: no de esa suerte
Os venguéis de mi rigor:
Que nadie ha de merecer
Lo que no alcanzasteis vos.
Escuchad, volved el rostro;
Sed cortés , si amante no.
RET.(4p.)
¡ Ay de mí , que un monte muevo
En cada paso que doy!
ELVIRA.
;Ah Señor!
REY.
Ya es tarde , Elvira.
ELVIRA.
Nunca , á ser firme tu ainor.
Fuera tarde , Alfonso mió. *
RET.
Déjame , que ya no sov
Quien fui ; ui tuyo , di Alfonso.
ELVIRA.
Pues ¿quién?
RET.
El rey de León. ( Vase,)
ELVIRA.
¡Ab cruel! ah fementido,
Con qué villano rigor
Te vengas y me castigas!
Loca, de corrida, estoy.
RERHOOO.
¿De quién te quejas « de quién,
Si ha sido tuyo el error?
FLOR.
Si me creyeras, ni dieras
A tu desprecio ocasión,
Ni materia ¿ su venganza.
RERHCDO.
¡Buenos quedamos los dos
Por tu mal pensado exceso !
Tú corrida , Elvira , j yo
En la desgracia del Rey.
ELVIRA.
Dejadme ; cuando ei dolor
Me enloquece , cuanA al aire
Futyo en vez de aliento doy,
¿Añadís los dos mas penas
A mis penas? Vive Dios,
Que me mate , porque acabe
Con mi vida mi pasión. {Vau.)
FLOR.
Adiós, Bermudo; que el cielo
Sabe cuan sentida voy
De vuestra desdicha.
RERMUDO.
Nada
La pudiera , hermosa Flor,
Consolar, sino el hallar
Piedad de mi pena en vos.
(Vasf EMra.)
Mai no puede haber deicaenio
S7
578
Di? babor pordido el favor
Y {gracia <hil Rey. ¡Mal baya
yuieii (le iriujer se lió! {VoKe.)
SaU DON ri:«NANÜÜ, í/£f noche.
DON FKP.rií.VNDO.
Ks;a nocbc , snnto cielo,
l)(» vrn^slra juslicia lio
Um* del noble pedio iri¡«>
Premiaréis el justo celo
Con (]\u\ rosuello á exponer
A(|ui al peli;{ro la vida.
Por dar pena merecida
A un iiialdirienle, y baoer,
Vendando á su majestad,
Que conozca que es la mía,
No :decl:id:i bípooresia,
Sino debida lealtad.
Kste es e! sitio aplazado,
Y e>l.i también es la bora
Señalada , y bnsia abora
Mi ( iiemigo no lia llegado.
Temo , auní|ue noble nació,
Que el valor le ba de faltar;
Que sií'ni¡>r»í falló en obrar
Aquel que en hablar sobró.
6'//cwELUEYy líERMUÜO.
BERMUDO.
íAp, ¿Qué será ¡ válíranic Dios :
A lo que el Piey me ba traído?
Que á tal bora baber salido
Solos al Qampo los dos
Me causa justo temor
De al^un mal caso; y asi.
Inlerpieto contra mi «
Viendo mi pasado error.
Todo indicio y toda acción ;
Y mas babíendo notado
Que ni <le mi culpa ba bablado
Ni dicboine la ocasión
De esta novedad. ;Qué baré?
Rpsuélvonii^ h preguntarla;
Que en decirla ó en negarla
Su intención couíiceré.)
Señor, ;.no po<lré saber
Dónde vamos? Que es razón
Que sabiendo tu intención .
Sepa yo lo que he de hacer ;
Qu<.' lio serán casos leves
liOS (|ue causar ban podido
Tal novedad.
RF.Y.
lie querido
Moslrarle lo que me deJ)es,
Dermudo . en lo ()ue te lio;
!*orque conozcas asi
Que es justo que pueda en tí,
Mas que lodo , el {^misIo mió.
De esla sueile el tleservicio
Que liov me liii'isle seniirás;
(.Míe á un lioble casli^a mas
Que la pena el beneficio.
Y en li fuTsona real ,
IMoslrar que sabe el error
Ks el casii-^o mayor
Para un vasallo leal.
lii'.itMuno.
Honren mi boca los pies
De un n»y tan sabio y clemente.
Lo (pi" me rih1¡;;a á que iiilenle
Ksla novedad que ves,
Escucha :diora.
n:»N KfnN.Wüo, iAp.)
O me encaño,
O los r|ue \ieneii allí
Son dos InMubres ; dos son , >i,
Y no será caso extraño
í
EL DOCTOR J1:AN PÉREZ DE MONTALV
En un maldiciente vil
Ser cobarde. Pocos son
Los dos; (pie yo y mi razón
Valemos por mas de mil.
BKRMCDO.
Dijrna es , gran señor, de ti
Una acción tan acertada.
REY.
Va está el uno en la estacada ;
Lleguemos.
DON FRRXANDO.
(Áp. Pues hacia mi
Vienen resuellos, sin duda
Es Mendo.) Lisonja es mía
Confesar mi valentia.
Mendo , con traer ayuda.
{Saca la espada.)
REY.
Don Fernando (Je Quiñones,
Deteneos; que soy el Rey.
bON FER?IAXD0.
¿El Rey?
REY.
El Rey.
nO^ FF.IIXANDO.
Justa ley,
{Retira la espada.)
Precisas obligaciones
De su nondiro , mi furor
Enfrenan; que aunque resista
La oscura noche á la vista
Para informarse mejor,
Y á tal hora soledad
Tan apartada pare/ca
Imposible i\\u) mert^zca
Los pies de su majestad.
Mayor imposible entiendo
()ue será (pie ningún hombrea
Se atreva á usurpar un nombrü
Tan sob(M'ano, nnuliendo.
Rieu es verdad que al momento
Que la voz y el nombre oi.
El (liieño reconocí
En mi propio rendimiento ;
Y asi . á vuestros pies . Señor,
Os |)ido que perdonéis.
REY.
Fernando, no os disculpéis;
Que yo de vuestro valor
Y lealtad testigo soy.
Y con ella os habéis hecho
Tanto lugar en mi pecho.
Que con los brazos os doy
De él también la posesión ,
Y en vuestros hombros con eso
luip )ngo desde hoy el peso
Del gobierno de León.
DON FF.RNA.VUO.
Señor...
Rr.Y.
.No me replitpieis;
I lien sé con el desengaño
Que la vanidad y el daño
I De la ambición conocéis;
I Mas eso mismo está dando
Fuer/a al intento que sigo.
Yo os lo ruego como amigo,
Y (^oino Rev os lo mando.
•
DON FKRXVNDO.
Aunque puede tanto en mí
El desengaño , l:i lev
De la voluntad del Rey
Es inviolable; y asi.
Os obedezco, aunque dudo
Si soñando acaso estoy.
r.KRVlJDO.
Con la eidiorabuena os dov
L(»s brazos.
AN.
DO:i FKRÜAXDO.
¿Quién ei?
BERMCDO.
Benuudo.
DOX FEBHAXDO.
Bermudo noble , un amigo
Tendréis verüacleru en ini.
{Ap. ¡Ali ElTira! solo por u
La nrivanza que cou&igo
Pudiera haber csiiuiadu
Mi esperanza, á uo saber
Que es fuerza dejar de ser
Firme amante 6 buen privado.^
Fernando » oíd.
Me MENDO.
ME.fD0.
Vive Dios,
Si don FernaaJo ba conipliJo
Su obligación , que ha traído
En su favor otros dos.
Pero cobardes alardes
No importan; quecicTlo es.
Pues contra uno vienen tres
Que son todos tres coluirJe^.
Y cuando no , son testigos
Las historias que una espada
Basta en mi sanare heredada
A ejércitos enemigos. —
{Saca la etpaít
Sí de los tres es alguno
Don Fernando de Quiñones
Aunque á sus obligaciones
Falte asi , pues contra uno
Vienen tres , á su enemigo
Tiene anuí; si nobles son.
Cuerpo á cuerpo la cuestiou
Le dejen reñir conmigo;
Pero si no , á todos tres
Darles á entender espero
Que Mendo mueve eite acero.
RET.
Deteneos , Mendo.
MENDO.
¿Qaiéoes?
■ET.
El Rey soy.
¡Válgame Dios!
¿ A tal hora eo este puesto
El Rey?
RET.
Si , Mendo. y en esio
Veréis que soy vicfr-Dlos ,
Y como tal, puedo ver
V asistir á todo yo.
Si con mi persona no,
Al menos con mi pode^.
■£:vM>.
{Ap. Don Fernindo le ha contado
Todo el caso, vive Dios.)
Yo, Señor...
REV.
Basta: con voa
Estaba, Mendo, enojado;
Pero cuando acometisteis
A tres, tal valor mostrasteis.
Que en el efecto ganasteis
Lo (jue en la causa perdisteis.
Dadle la mano de amigo
A don Fernando, y pensad
Que (»s importa su amistad
Para tenerla conmigo;
(^ue desde hoy ha de goaar
Kn mi lado mi priTsma ,
Por(|ue os muestre en lo que ainiu
El premio del bien liablar.
"O ami^o. Hendo, soy,
lacpr lo que me loca,
uuble, os doj la mano.
mas qae ea el castigo,
iCer lie nn enemiKO
al^oi hactá paes, Ueodo,
• JO toesiru lo sea ,
dad de condición;
lentigos granjea;
. vuestro peciio emienua
i en i'l pHigroas veis,
á lodos or«n(lei9.
Duréis quien os delienda.
[ue A njarl)o«agraTÍA,
^na debe esperiir,
lenoesfieiMiallar
ü perdone como jo.
a t'uede ser qns, cansado
mil i en, lo pa¿UQÍf lodo ;
10 siempre esU üe un iD(<di
friinieiito templado. (Vaie.)
uso quedo j corrido.
lERMUOO.
slb^o como clemeiile
líej.
DOnFEIMMDO.
I>e serprodenie
loque ser suírído. ( Vate.)
I DüK FERNANDO i BELTAAN.
i;al« El iliablo por Heiido,
libre } qui^ makllGienie
iblado pública meóle I
losible que, ínbiendo
('■«•í)
(VíM.)
los aplausos meulidos
•}e lleiir de suerlc,
para sola una mnerie
laníos orendldos?
maíiana que al mundo'
ve el mas claro luceio ,
spieriD. es lo primero
guarme;y loseaundu
acosliimbio, es Infonnarme
aquella noche 1 Uendo
muerlo, j eu respondiendo
no. Tuelio i s»ntiDiJ3Tme ,
ne es milagro de Dios ;
Ion Femando j Bermodo
I solos, jiuoduilo
algan negocio los dos
erirán de momento,
rdfmos retirados ;
no atreve ü dos privados
an su entre te o i miento.
Jo/íBERUCDO.
■ER>UD0.
o puesto en que os veis
ider; deprínma,
SEB nDDKNTB Y 8E^ BDlUpa
Y el qye mi «eoliy «lc*nu
rerea del Rey, hi«n (tbela,
Fernando uoblfl , que aotí
Blanco de envidia imporlaDa,
Teatro de la forliiDi
Y objeto de la iraicloa.
Y es Tueria, al dividido!
Nos oponemos joj Tos,
Oue el uno 6 amboi i dti
VeAgamoR i ser vencidos.
Y para no dar venuota
A mnlignaalMcndoMi.
Uniero, tamoMQolhHiM,
Íue ana anillad j aHMia
an firme lo« üoi haganoi ,
Que del otro cada cual
Ayudado . coa tt <gB*1
a'Ib malicia oponga moa
Los pecbos ; puea de esta nerle
Vuestra dicba j mi ventura
Correrá libre yacgora
De mudanii haaiala ■■»!«.
Boiirilii'*nM. '
Ni me obliga la aqibldOD
M me desvela d podef:
Ser quien loii. i merecer
DesualieMlaalIc'on,
Esloqueeomliamoanior.
Y eiiimaelon oi granlea ,
gue lo que elvnntra deiea
s mi iisoiüa major.
Y asi , no corret|ionillaDle
Solo, mas agradecido
Kn lo que me habell pedido,
Ui voluntad solo (teote
Ver que ganado me biTaia
Por la mano eii declarallo.
Supuesto que en deieslto
Por ella no rae g«i)aia,
Y asi , Bermodo, ga U doj
Con Qrme palabra y tt
gue por vos arrlngaré
uanto (algo ) cuinto loy.
Solo me reata adintiro*
Que imporui, pan poder
Conservar j itUaóet
De ios maiidoMa tim
Re la envidia Donlra nudo.
No solo dialnuUr
Nuestra amlaiad , pera dar
Con cauteloso mldado
Señales de aer loi doa
Contrapuestos; porque aaf
Sedeaenbrirhianl
Vuestros coninrfoi, JÉ voi
Los mios , ; do eüe modo ,
CtmtranioaDd» iBMwknei ,
ConsecreUipiet
Lo remedlareo»
Que á la ler de tietlra
Conceda el priMer lasa
Demás , que coatra el ng
Del qn« la envidia deiiM
Es lidia la caalela
Para del ka
A qne con el B^jUipidi
Ona aievoM iBlwetoa ,
Pierda la rapnuétiM ,
Hu qne la vida milnadaí
V aaf, eoDvnMrociMiteJo
Me cooftinDO.
V prora remoi toa doi
Ser de la amiaiad CímJi
Y dé la regla eiccpetoa
Siendo . coafonan r un
Los primerea do* vaHda*
<s primerea do* raHda*
M Iraes f aBlgí» mo. ( Vh«.)
Por no pensado
Sinoporn
Por eonterfar ni offtbioii ,
Be roreoao cmuanrllD ;
Qoe es uuj cfaMo, « lo pierdo,
Qoe hiigae el nláo nallgoo
Que le penll por udigoo.
No que le deje por oerdo.
Huiatde^Ii
En medio deUe i_
Tan elego y tan 4 _
De nn amerBaoileaco,
?ne na aoy dnclode ni,
en logar de reftenfWM,
He inciía i pr««Mlame
El poder qnecodi^gnU
Que aamenlando li eaperaaia
De merecer y aieaRiar
AEMra.nevleaaádar
Mayor gnerra la orimua.
Que fuena iq aUindao
reilMlr;yiir,
Seüor, ipudo htbUflaT
iPor qné Mt t do otqr al n
Tan podenxoie vM ,
Cono los mochoehoeaey.
Que admiran j UeMO miedo
A nn eigaatan t ffuqve labaa
Que lleva na plen« dentro.
¡ Qué bnMi eonparadM ¡
lEao et tenenno rcapeioT
To Intenelaa «> k Sfler
Disculpa; dcjennaaio,
Y dlme cAbo ha llevado
E*la novedad al paobhi.
580
Superior al stifrimiento!
Ueltmi, no puedo conmigo,
No Ciibe (MI mi alma el incendio:
No Son tletihas, rayos son
Los (|tie lira el amor cieíro;
Quo en la mayor resislencla
Ohr.in mayores efectos.
Parto , am'i^^o, y pide á Flhira .
Para verla con secreto.
Licencia, y dilc que solo
Merecer sus ojos quiero.
Para ofrecer a sus plantas
Cnanto val^^o y cuanto puedo;
Quo solo por olla estimo
Kl lugar en que me veo.
bkltra:<(.
; Pesia tal ! Pues f, lo prudente ,
Lo grave , l(» circunspeclo ,
Lo ministro?
DO.N FERNANDO.
Loco estoy ;
Dame ayuda, y no consejo.
Parle, sí bienme deseas,
Y haz lo (jue di(;o primero
Que vuelvas a verme ; y mira
Lo (|ue va a los Wos en ello ;
A ti la vida , y a mi
La opinión, en el secreto. ( Yate.)
UKLTRAN.
Bueno, por Dios ; el castigo
Me proponen , y no el premio ;
Pero nunca el alcahuete
Al daño igualó el provecho.
Ni tuvo jamás buen fín
La dicha por malos medios. ( Vafe,)
EL DOCTOR JLAN PERKZ DE MONTALV
Sale BERMLDO.
BF.RMITbO.
Flor hermosa , obedeceros
I Donde se interesa el veros,
I Es tanta gloría , que niega
I Los méritos al servicio,
i ¿Qué me mandáis?
FLOR.
I El cuidado
¡ De aquel disgusto pasado,
I (<on que os pagó el beneficio
I Doña Elvira , me ha tenido
i Ansiosa por el temor
j < on que os dejé, del rigor
I De Alfonso ; y así , he querido
' Que de esta duda y tormento
Me saquéis.
BERSUIK).
Su majestad
Iguala con la piedad
La prudencia y sufrimiento.
Y cuando no, descontado
Hubiera cualquier rigor
La gloria de este favor ,
Pues decís que os dio cuidado.
Sale UN ESCUDERO.
ESCUDERO.
Don Fernando de Quiñones
Está á la puerta.
FLOR.
¡Ay de mí!
BBRaUDO.
Salen ELVIRA y FLOR.
ELVIRA.
Esta es la ocasión que pudo
Obligarme á señalar
L'na hora misma de hablar
Yo á Fernando y tú á Rermudo.
Tollas son trazas de amor;
Pues burla el Rey mi esperanza,
Quiero tpie entienda que alcanza
1)011 Fernando mi lavor.
Siendo Rermudo testigo;
Que es cierto que él lo dirá
Al Rey, puesto que le hará
La igual privanza enemigo
De don Fernando ; y asi ,
O su amor despertarán
lios celos , ó me darán
Venganza , viendo que en mi
Los méritos v el amor
De un vasallo han conseguido
Lo que un rey no ha merecido.
FLOR.
Luego ¿has de hacerle favor?
KLVIRA.
Fingido.
FLOR.
; Lo que trazar
Sabe nu pecho enamorado I
ELVIRA.
Om des|)rerios me ha abrasado,
Con ellos le he de abrasar.
FLOR.
Rernmdo viene.
ELVIRA.
Ya, Flor,
Fhlás en lo (]ue has de nacer. ( Vaie,)
FLOR.
Si, retírale. ¡Oh poder
Nunca igualado de amor .
Cuánto abrasa . cuánto cie^'a !
I
¿IQuién?
FLOR.
Don Fernando, y si aquí
Te ve , Rermudo, nos pones
A peligro de perder
La opinión á mi y á Elvira;
Esconderte iuiporta ; mira
Que recelo (|ue por ser
Tu del Rey valido, crea
Que de su parte nos ves.
BERMUDO.
Flor, por mi propio interés.
Me importa que no me vea,
Porque el igual valimiento
Ños contrapone á los dos.
FLOB.
Pues retírate, por Dios:
Éntrate en este aposento.
BERHUDO.
Servirte pretendo en todo.
{Áp. Nuestra faUa emulación
V fingida oposición
Acredito de este modo.)
(Retirante lo$ dotal paño.)
Salen DON FERNANDO Y ELVIRA.
DON FERNANDO.
Solo, doña Elvira hermosa ,
Vengo á ofrecer mi ventura
A los pies de tu hermosura ,
Por (]nien la suerte dichosa
Estimo, que le conseguido;
Que con ella me tendrás.
Cuanto poderoso mas ,
Mas amante y mas rendido.
KLVIRA.
Noble don Fernando, á mí
.Me alegra vuestra privanza
Solamente pon|ue alcanza
Vuei»tro gran \alor asi
El |)uesto que ha merecido ,
No porque hayáis menester
Mal méritos para ser
AN.
De mi amor favorecido ,
Que ser quieo sois; qae coa eso,
No solo digo que soy
Dichosa , pero que estoy
Desvanecida os confieso.
DO.l rCBMXDO.
Basta ya, si no inieoiais
Que me dé mnerie el cuateniu :
Que no puede el safrímieoco
Con la gloria que roe dais.
KLVIBA.
Nunca á Ip qae merecéis
Podrá igualar mi fivor.
OOIC rEBüARDO.
No merece el mismo amor
Los favores que me hacéis.
CLTIBA.
Pues , don Fennntlo, el secrelo
Importa por el lugar
Que ocupáis , y para andar
Tan cauto como disere&o ,
\ isitas me babeis de hacer
Breves v ocultas ; uo sea
Que quien vuestro mal deaea,
Llegándolas á entender.
Dé cuenta i su majestad
Y os prive de su favor.
Dando á tan licito amor
Titulo de liviandad.
doüfbbuaiim.
Si mereico esa belleía,
Nada temo.
ELV1BA.
Por los dos
Temo 70 sola. — Id con Dios .
No os eche menos sn alleía.
DOSrCBIlARBO.
Haceros gusto es quereros.
ELVWA.
Fernando , no me olvidéis.
DOÜPCUfAÜDO.
Vos sois mi alma « j podéis
Vos i vos obedeceros/
{Yante don FermaitéfiElrin.)
Saien FLOR t BEBVCDO.
FLon.
Breve la visiu ha sido.
Mas que jo quisiera « Flor ;
?ue siglos cifra el amor ,
an á gusto entretenido.
ÍAp, Aunque me pesó de ser
)e estos amores testigo;
Que es dqn Fernando mi amigo,
Y el lugar ha de perder
Que Gou el Rey ha nlcamado.
Si desto cuenu le doy ;
Yo, como leal , estoy
A dedrselo obligado.)
¡ Qué penoss confaaioa!
FLon.
(Ap. Todo lo ba Tlsto y oído
Bermudo ; bien fe ha salido
A mi hennaiia la ioTencion.)
Con cuidado estoy, BemudOt
Que aunque mi hermana se maeii
En mi amor de parle vnfitra»
En esta ocasión no dudo
Que le pese de saber
Une el snvo habéis entendido;
\ asi , pues no os ba sentido,
Antes que lo llegue i ver,
lm|K)na que os vais, que es lank
Vuestro gusto es ley.
FLOI.
Adiós.
BBUaiIDO.
Flor, 4 cómo qaedo con vos?
PLOB.
Ho (|uedais mal.
BBBBUDO.
Dios os gatrde.
JORNADA TERCERA.
Súle EL REY.
RRT.
Huto prudente lo que amante sigo,
To mismo sor aqael qae sigo y buyo,
Y me respondo ¿ mi cuando me arguyo,
OiMto mas mi contrario, mas amigo.
Coo lo que me defiendo me persigo,
tCo me dejo vencer y me concluyo ;
tascando mi profeclio. me destrujo*
T siendo en mi favor, luclio conmigo.
Hatlo memoria donde olvido quiero,
H con estar mi muerte en mi cuidado,
ilo dejo descuidar de lo que muero.
No tengo culpa yo, que soy llevado
De un secreto poder, tan lisonjero,
Qoe mi gusto mayor es ser forzado.
Sate BERMUDO.
BKRMUDO.
Con una duda, Señor,
Vengo i tu ingenio divino.
Cuya solución no alcanzo.
SER PRUDENTE Y SER SUFRIDO.
Argfiiraie, ^oundo
Lo que aconsejas 16 mismo. ( V§$$,)
m.
¡Notable caso ! Conftiso
Quedo. ¿ Quién será el amigo
Por quien dudoso Bermndo
Esta pregunta me blto?
SúU RELTRAN.
BBI.TBAÜ.
No puedo bailar á mi amo;
Has tal es el laberinto
De palacio... Aqui está el Rey.
BET.
Vuelve, Retiran.
BBLTBAll,
Aunque indigno,
¡ A tu sacra majestad
I Con el respeto debido
Beso los pies, con crae espero
Ganar gradas ; gradas, diigo.
Que decir; porqoe ft ié
Que de mi pobre Juicio,
Ni se han de esperar consejos.
Ni se han de estimar arbitrios.
Di.
BET.
BEBBODO.
Ya sabes cuan amigos
Fueron Pitias y Damon;
Ambos, pues, fueron validos
Y confidentes del rey
De Siracusa. Dionisio.
Pitias cometió un error
Contra el Rev, siendo testigo
Damon ; aquí entra la duda.
fJÍ revelaba el delito
De Pitias Damon al Rev,
FalUba á la le? de amigo ;
Y callándolo, faltaba
Al ministerio debido
De confidente leal
Del Rey; en este conflicto.
Si Aleras Damon, ¿qué hicieras?
BKT.
Ser leal y ser amigo.
Cumpliendo mi obligación
Con Pitias y con Dionisio.
BERIODO.
¿Cómo?
BET.
Diiérale & Pidas
Que le confesara él mismo
Al Rey su error, ó me diera,
Para hacerlo yo, permiso.
BEBIUDO.
Ingenio tan delicado
Viva al mondo largos siglos.
Pues de confusión me sacas.
BET.
¿Cómo? Vuelve.
BERMODO.
Lo que has dicho
Que tú hideras be de hacer ;
Pues no podris de delito
Nada perderán por tuyos;
8ue don Fernando moka dicho *
ne has estudiado, y que sabes
Mezclar donaires y affsos.
Entretenido en las burlas,
Y en las venuí entendido.
BBLTBAII.
Confiado, según eso.
Te diré ciertos capriebos
Curiosamente observados
Para enmienda de esto siglo.
BIT.
Di; por ventura mis penas
Divertiré con oírlos.
ÚILTBAII.
Pues d primero de todos
Ha de ser á lo divino.
Que i ti mas que á nadie toea ,
Por cristiano , y porque be fisto
gue de la elección qíae bas becbo
nmlamo,raéelmotho
Primero ver el doeoffo
Y respeto coa que Mbo
Reverenda & tu retrato.
Y asi, en consecnenda, digo
gue no es justo que se pongan
n las calles Y cambios
Cruces ni Imágenes santu;
8ue, demás de que el mas Uno
atólico, sl acostumbra
A pasar sin el debido
Respeto por días, halfain
Los seeurlos de Gahrlno,
Arrio y Lulero ocadon
De deentar aut deaUnlos,
Valiéndose de Is nodbe
Para injuriar, alrefldos.
Con obscenos menospredoi
Lo que adoramos Indifmos.
Ítem , porque en todo ImporU
?ue se eviten los peügros,
delaspeodendases
El Jnego un Incentivo,
Y por estar ala mano
Los candeleroe, so kan flfto
Tantos sangrientos efectos
De sus agravios mUivos,
Los cainaeleroft se daven
En las mesas del garito,
ítem , porque fülM hombrts
Para elrMtoQJktorddft .
I YmllltardWlSi^
Y del sexo femenino
Tanta copia vagamunda
>Vlve de boreoalaseifoi.
Por no bailar Udtos bkkIos
Para poder adquirirlo:
Será bien que se prohiban
A los hombres los olidos
8 ue pueden ellas usar;
ue un barbón eomo un vestiglo.
Con la mano como un boj.
Con el brazo como pn pino.
Que puede esgrimir la pica
Y puede regir el 4rillo ,
tPor qué ha de estarse al brasero,
^emkruzado, encogido.
Como puede une donedla
Con dedd, aguja é hilo?
BBT.
Rasu de arbitrios, Bdtran;
Yo confieso que de ohrlos
Hegi|stado.
BSLTBAn.
Pues si efecto
Tan dichoso hn eonnguldo.
Yo los tengo por premiados :
Mss d de un rey Isn benigno,
Poderoso y liberal.
Tal favor be merecido,
Parecerá Jústamotte,
Si á mas gatordon no aspiro,
Que poco de su largneta
Y de mis méritos lio.
Para mi amo lenta
Un memorial prevenido;
{D&l4tmm$m9rUil.)
Mss, pues en la nsar bm too.
No he de pedir agua al rio.
BKT.- .
Muéstrale.
BILTBAir.
En él, gría Seftor,
Todos mis méritos dfro ;
Pocos son, mas haré muchos
Sl n>e empleo ealn servido.
BEV. (Miro el ««nsrfel.)
¿Qué es aquesto? Kl memorld
Ha trocado. '
BELTUASI.
Ayndaosjpldo,
Animas del pors^orlo 9
Negociad vuestro Mes mismo ;
Que d salgo coota mproM,
Cincuenta misas oi digo.
UT.
Trae recado de escribir*
Bil.Tnáif.
Presto la promesa biso
OpcMradon ; misas quieren
Las ánimas.
(V«M.)
iQué corrido
Ha de quedar coñudo sepa
^le d papd trocó, y he dato
iqueeftfsioaocostkae!
JlalUnbadadoalMo
Este ralo ámitpesaiea.
S^k RELTRAN, Mu féea0 U émri^
él, y dsffT« «I MWiriH 9 la idfo
cMleaprii^
El recado que has pedido
Está aquL(4F-añciMU misas,
Animas, j Qué broim bu üorito!
Pms el decMoosU breve.
, Quién duda qoe wlo ha dkho :
i
5ai
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
«Rápense como lo pide»?)
Pues ¿lo cierras?
RF.T.
Kl eslilo
Es este de mis decretos,
Oue loca á Fernando abrirlos,
Puesto que todos con él
Primero los comunico.
Entrégasele cerrado.
Como te le doy.
DELIRAN.
Mil siglos
Viva tu real persona.
RET.
Con rnzon, Deltran amigo,
Me das gricias: que conforme
Al memori:i1, certifico;
Que no lo decretarlas
Mas en tu favor tú mismo. (Vase.)
Salen DON FERNANDO r DERMÜDO.
DELTRAN.
¡ Válgame Dios lo que puede
ÍJn rey! ¡ Que est(> papelillo.
Con cinco ó seis garaÍ»atos
Solos, de su mano escritos,
Pueda hacerme gran señor
O ponerme en Peralvillo?
Pero mí amo y Bermodo
Son estos ; yo me retiro
A aguardar que quede solo.
Si acaso puedo sufrirlo.
DON FERNANDO.
Vu<*stra obligación, Bermudo,
Como noble habéis cumplido ;
Pero cumplidla tan bien
Con el Rey como conmigo;
Que delatar yo de mi
Fuera acrerenfar delitos.
Une es especie de perder
El respeto no encubrirlos.
Entrad, decídselo vos;
Que yo soy tan vuestro amigo,
Que no quiero que perdáis
El mérito de decirlo.
RE R MUDO.
Puesto que saberlo el Rey
De mi ó de vos es lo mismo.
Mejor os esta que quiebre
La primer furia conmigo.
DON FERNANDO.
Biendecis, entrad.
DERMCDO.
Pe mí
Confiad ; que soy tan lino.
Que, ó vos quedéis perdonado,
O quede yo desvalido. ( Vasc.)
DON FKRNANDO.
¡Qué fieras perturbaciones!
Qué combates! Qué peligros
Tienen los alios lugares!
¿Quién df>l estado tranquilo,
Quién de la orilla segura
Me ha engolfado en el abismo
he mares tempestuosos?
No de aceros enemigos
Temí rl golpo, como el rostro
Temo del Rey ofendido.
Mas ¿qué importa, hermosa Elvira,
Si el luyo goKo benigno?
¿Qné temo, si líi me quieres?
Si le gano, ¿qué he perdido?
DELTRAN.
¿Señor?
DON FERNANDO.
¿Qué es esto?
DELTRAN.
Señor.
DON FERNANDa
¿Estás loco?
DELTRAN.
A toda fpy
Migaja del Rey, del Rey
Decreiico en mi favor.
E.ste memorial le di,
Y él mismo lo decreló,
Y cerrado me mandó
Que te le enl regase á tí.
Ábrelo, por Dios, de presto;
Que estoy rabiando , y ha sido
Cran prueba de ser sufrido
No haberlo a bien o.
DON FERNANDO. {Abre cl memorial)
¿Qué 65 esto?
DELTRAN.
Dime el decreto; que quiero
Salir ya de confusión.
DON FERNANDO.
Importa á la ejecncion
Ver el memorial primero.
{Lee.) cimasa, diez; sola, onarenta ;
«Viu, quince; doñee, dos.»
DELTRAN. {Ap,)
La memoria es, voto á Dios,
Üe mis pecados.
* DON FERNANDO.
¿Qué cuenta
Es esta?
RBITRAN.
Tente ; no leas,
No pases mas adelante.
DON FERNANDO.
Ahora será importante,
Bellran, (pie el decreto veas.
RELTRAN.
¡Mal haya quien confiare
De papeles su secreto !
¡Hay tal yerro!
DON FERNANDO.
Oye, el decreto
Dice : Ko1\ ampliug peceari.
DELTRAN.
¿Un consejo y en latín
Es el despacho?
DON FERNANDO.
F'liedió
Lo que el memorial pidió :
Migaja del Rey al Un. (Vote.)
DELTRAN.
; Estaba hnrracho cuando
Troqué el papel ? ¿ Hay rigor.
Pena y vergúenza mayor?
¡Qué sepa el Rey y Fernando
Las culpas de mi conciencia !
Esperar puedo el perdón;
Que antes que la confesión
He hecho la penitencia. {Vase.)
Salen EL REY v BERMUDO.
RF.RVUDO.
Señor, en ejecución
D"l oficio que has fiado
De mi verdad y cuidado.
Vengo á hacerte relación
De un yerro, en que solamente,
En pHMnío de mi lealtad ,
Suplico á tu majestad
Que perdone al delincuente.
REY.
Tan amigo y tan leal
Te juzgo, que no pidieras
Lo (pie [lides, .si entendieras
Que hacerlo me estaba mal;
Y así, desde aqui, Bermodo,
Le perdono.
BERIODO.
Pnes con eio.
Sabrás, Señor, el «ceso.
Que |>or ser ^ulen soy me podo
Poner en la confusión.
Cuyas tinieblas Tencisle
Con el parecer que diste
Entre Piliasy Damon.
Don Fernando, gran Señor»
Está enamorado.
■ET.
Di,
Di lo demás: qae hasu ahí
No es culpa tener amor.
Sí excedió sn obligación
Por amar, merece pena ;
Pero sí amandase enfrena.
Es digno de galardón.
BcnmiDo.
A deshora y disfraxado
Fué ft Tifitar la que adora.
RET.
¿Disfrazado y á deshora?
■ERBono.
Si, Señor.
RBT.
¿ Qaién le ha iarormado
De ello?
RBRIIDOO.
Yo mismo lo ri.
hbt.
¿Tú lo Tiste? Pnes ¿qaé hacías,
Bermndo, tú, que ¡ovias.
También i deshora alli?
BBRHDDO.
Yo no lo pude acosar:
Fuera de que, yo no soy
Ministro; y asi, no estoy
Tan obligado á guardar
Clausura; y si la lavíera«
Ni pudiera en ta serrlcio
Ejecutar el oflclo
Que me has dado, ni supiera
Este caso.
RET.
Está bien. Di ;
De don Femando el intento
¿Es licito? Es casamiento?
BCRROBO.
Tengo por cierto qne si.
RCT.
¿ Y qaé fortuna, qué estado
Alcanza so pretentioo?
•ERaeno.
No lopra mal su afidon;
Premio goza sn cuidado.
RBT.
¿Y quién es la dama?
BCRMOaO.
A eso
No te puedo responder.
REf.
¿ Cómo no?
BBRUODO.
Porque es hacer
rx>ntra orden tuya un exceso.
RET.
Ya te entiendo ; tente, calla,
Que me matas, ¡aydenri!
Que hallarte, Berniudo, alli,
Y decir qne es el nombralla
Contra orden mia, hicm claras
Señas me da. Mas g ei Flor
Por fentura?
BBRUUM.
No, Sefior.
BVT.
, Bermudo, ¿en qoé reparas?
ime de malar;
a en mi no puede hacer
' estrago el saber
le ha hecho el sospechar.
Ivirá ?
BERSIODO.
Sf, Señor.
REY.
nemign! ¿Qaó impaciente
10, qué furia ardiente
)ia, si no de amor,
a en' que la venganza
rasa? Mas di. Bermudo,
i don Fernando, ó pado
, con esperanza
e á mi me lo dirias,
alli lo que habló
I?
BERMDOO.
Yo pienso que no;
ira saber si hablas
ládome, á llamar
.¡ó en secreto Flor,
> quiso este favor
ra comunicar,
r el primero, acaso
nzosa, y cuando entró
emando, me escondió,
fui de todo el caso
;o oculto.
REY.
¿Qué espero?
asco á tan cierto daño
s en el engaño,
el desengaño muero?
ido. viven los cielos
stoy loco ; ya el valor
ilió,y lo que no amor,
3n(]uistado los celos,
con mi mayor amigo
erme Elvira pudo!
sufriré, Bermudo ,
puedo mas conmigo,
iiinado me vi
ría, y de mis ojos
tari a, y mis enojos
ra con quede mi
»e el privarme de ella;
icierido de su amor,
ravio, y el rifror
celos Jitropella
erzas del sufrimiento.
5. que siendo Fernando
iiien me ofende, y estai.do
ojos, el tormento
ara de matnrme;
solo este temor,
¡ celoso furor,
á á determinarme,
oche Ir» he de ver,
la quiero aliviar
IOS con estorbar,
* no pueda vencer,
•mando viene aquí ,
)s solos.
BEBMDDO.
Señor,
?l es culpa el ajnor,
ifensa contra lí ,
luyo ignora.
BEY.
Es verdad ;
ibra que te he dado
lire.
BFRIltnDO.
Siempre has mostrado
inüezaentu piedad.
SBR MÚDENTE Y SER SUFRIDO.
Sale IK)fl FERNANOO.
iUET.
¿Don Femando?
OOX PERNAÜ DO. {Ap,)
¿Qoé Yaior
Bastará en trance tan fuerle.
Si contra la misma moerte
No fuera invencible amor?
BST.
Si yo en lode he dado maestras
De mirar vaestra optnioii,
¿Cómo mi repataeíoD
Arriesgan locaras faestras?
¿Cómo, si yo os escogí
Por sabio, cuerdo y prudente.
Vuestra vida me desmiente,
Y de mi elección asi
El crédito aventarais?
¿Vos, ministro, yos, prindo,
A deshora y diafrizado»
Amante iroprodente andáis
Por las calles de León ?
¿Vos, que en los hombros sufrís
De un reino el peso, oi reodis
A una liviana ¡MSloa?
Salen NUÑEZ, HENDO t BELTBAN.
iififtBa.
Aquí está su mafestad.
Y don FemaiNlo.
KET.
Si os toca
Enfrenar la furia loea •
De tantas gentes, mirad,
¿Qué razón, qué atrevimiento
Tendréis para castigar.
Si errando, dais para errar
Licencia en ves de escarmiento?
vüñn,
Ríñéndole está.
ME^no.
Yo creo
Verle presto derribado. *
BIT. (Ap.)
Allí hay gente y me ha eteacbado;
Fingiendo que no la feo»
Lo remediaré.
* Por Dios. '
Que la máquina ha caido.
BBT.
La opinión que hemos perdido,
Si esto se sabe, los dos,
¿Qué remedio tendrá? Pues
Quedando en mi gracia, es llano
Que han de llamarme liviano
Si conservo á quien lo es ;
Y si os quito brevemente
El puesto que os di, es mostrar
Que ó soy fácil de mudar,
O en elegir fui imprudente.—
¿Qué os parece? ¿Sé reñir?
¿ Hago bien un enojado ?
DON PBBNANDO.
¿Qué es esto?
BEY.
¿Os habéis turbado?
Verdad me habéis de decir.
beltban:
Eso sí ; queja t^nia
Pendiente el a de oi >.
DOBr
Señor, tan se
¿Qué valor no ,. < . .
(/4p. Goofdso euvj..
Era el enojo?
^cubo.
|Qoé!¿FIUg!do
BtT.
Dejemos
Burlas, Femaodo, j éntreroojí
A despachar. (Ap, é PemoBia. Esto ba
Porque nos han esottctiado, [sido,
Mirar yo mejor qoe vos
Por la opinión de loa dos, '
A conservar obligado
Mi hechura; pero mirar
Debéis que, conro refiir
Y conservar y sofHr,
Sabré umbien caaligar. ( Vme.)
BOR PBBIUIIDO.
Ap, ¡Qué prudenelB, qué cordura,
ir qué fuerte obligación !
Pero nunca la rtftOB
Puso freoo á la locoiía;
Yo estoy ioo^f It eaperaoii
De tu mano, Elvira hermosa.
Es en mi mas {niderosa
Qoe el fliusio 4e la privania.)
Lara ilustré, Mendo amigo,
¿Queréis algo?
V
Solo hacer
Un recaerdo.
BOU FUOIAirBO.
beféoder
Mi amistad hacer conmigo
Diligencia ; mi dóeo
Lograré presto eni los dos.
BUlÜBI.
Mil afios 08 guarde Dios.
HBRBO. (Ap.)
A mi no, si yo le creo.
BBLTBAll.
¡ Qué burladoa han Redado !
■BIIBO.
¡Que ruegne jó á quien podía
Ser... • _^_ .
IfOfflI.
Gallad, MéHido. (Vate.)
No babia
De nacer un desdichado.
¿Aqué6neste|>lcon
Tedió el Rey?
B
p jc Bflao
Me sirva, la* t 'u*^*
Beltran,m elleott.
Témelas, puet nas viato.
I IJ »o.
Y no Cvuv • •
InútilmeUkv ■ «• w
Al deseo cop ) ;
Imposible ei •,
Que Tóy loco %,^ ' ímIIo,
Con espuelas y ^l
Por Elvira !»• ii»^ -
£1 alto pu' ;
Pero ^1 dn • ir.
^t
ué
por «a ow^i^-
^ cib no fM
le ser 4
# •
■f
I I ei
8M
Me has de llevar al caer;
V mieiilr^s eres privado.
Fuera bien que yo subiese
A put^slo en que me luciese
Haber sido lu criado.
noN FeR:>(A?rDO.
Yo lo haré, con tal que pidas
Cosa á tu virtud i^ual;
Que pienso que el memorial
Que le diste al Rey olvidas.
DELIRAD.
¡Oh, pese!...
DO?l PRRNAKDO.
Pero, dejado
Eso aparte, Beilran, di,
ji A quión has servido?
BELTRAIf.
A ti.
DO.X FERNANDO.
Pues sí á mi me has obligado.
De mi hacienda has merecido
Kl premio, conforme á ley ;
Mas de la hacienda del Rey,
Solo el que al Rey ha servido. {Yate,
BKL1RAN.
Rsa es doctrina, aunque tasa
Mísiiumenlos, verdadera;
Mas m» soy bobo, quisiera
Jusliciü, V nu por mi casa.
Salen en casa KLVIRA y FLOR.
ELVIRA.
Loca estoy, Flor, ya vencí :
Los efectos han mo.<trado
Que el arte lo puede lodo,
Ihies hoy con industria alcanzo
Lo que no putlo el amor.
FLOR.
¿Cómo, Elvira?
ELVIRA.
Al Rey apnordo;
Bermudo de parte suya
Vino á prevenirme ; tanto
Pudieron con él los celos.
Que espeio ya, con su mano.
La corona de León.
FLOR.
Amor sabe hacer mila;;ros.
5fl/í?üN ESCUDERO.
ESCUDERO.
Don Fernando de Quiñones
Tu licencia está ai;uürdando.
ELVIRA.
¡ Ay hermana ! ^^qué he de hacer?
Que al Rey aguardo.
FLOR.
Hasle dado
Favores, que en t:d enqjcño
Te han puesto, que no te hallo
(consejo.
ELVIRA.
¡ Oh tjustos de amor.
Siem|)rc á pesares comprados !
FLOR.
De In copfnsion te ofrece
Kl remedio el mismo caso;
Puí'S si con el R»ív le enrneiiira
Aquí (Ion Fernnndr), es llano
Que eso mismo es tu disculpa,
Y será su drseníraño;
Y en el Rey aunn'ntar.'is
El amor, arreccnlanUo
Los celos, pues ellos son
Los que su pecho abrai:aron.
ELVIRA.
Bien dices. — Entre.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
Salen DON FERNANDO t BELTRAN.
FLOR.
Niel puede
Proseguir contra tan alto
Competidor sus h)tent<»s.
Ni culpará tus agravios;
Y asi, importa que no dejes
De favorecerle en lauto
Que (I Rey llega, [>ues con eso
Disimulas el engaño.
Fingiendo que sin tu guslo
Trata el Rey de conquistarlo.
ELVIRA.
Tu consejo he de seguir.
D0?( FER.NANIK).
No son dias, no son años.
Siglos son y eternidades.
Bella Elviía, las que he estado
Entre tinieblas oscuras,
Hasta volver á miraros
Tollo es tormento sin vos;
Y asi, vengo atrepellando
Montañas de inconvenientes,
Y expuesto á |>eligro8 tantos,
(áiantos deseó mi pecho
Para mostrar lo que os amo.
En lo que arriesgo por vos,
A descontar, dueño amado,
Kl iníierno de no veros
Con la gloria de miraros.
ELVIRA.
Fernando, no á los tormentos
Que yo en vuestra ausencia paso
Debéis menores finezas.
I DON FERNANDO.
I Si bien cuanto puedo os pago.
Nunca podré lo que os debo,
(|on cuanto puedo, |)affaros.
Vos, Señora, perdonadine;
Que, deslumhrado á los rayos
De Elvira, disculpa tengo.'
Si dilaté el preguntaros
(^ómo estáis y el ofrecerme
A serviros.
FLOR.
Disculpado
Os deja el amor; yo estoy
(Zon deseo de pagaros
La |>arte de la ventura
Que en la de mi hermana alcanzo.
DON FERNANDO.
Pues si de mi parte estáis ,
Seguro el efecto aguardo,
Si vos terciáis con Elvira
Para que me de la mano.
Salen EL REY t BERMUDO, al paño.
REY.
Detente, Bermudo, espera;
Que está aquí, si no me engaño,
Don Fernando.
BERMUDO.
Kl es. ¡ Ay triste!
REY.
¡Qué atrevimiento! Rabiando
Esi<»y, vive Dios, de enojo.
UERMÜDO.
Sí'ñor, si está enamorado,
Jii/gar debes sus excesos
Por los tuyos.
REY.
Calla ; oigamos,
Pues que no nos han sentido.
Sus culpas y mis agravios.
ELVIRA.
Mis verdades ofendéis
Si os mostráis desconfiado;
Fernando, si el alma os di,
4 Cómo os negaré la mano?
Pues i qaé aguardáis, dundo soy
Tan dichoso?
FXY1BA.
Solo afniardo
Que cumpláis, como debéis,
Con la obligación del alio
Puesto que ocupáis, pidiendo
Permiso al Rey.
DO.^ FER^AICDO.
Si me lia dado
Tanto lagar en so pecbo,
¿ Teméis que no he de aleanurlo?
ELVIRA.
Antes porque no lo temo
Quiero que lo li^gain ; que coaoda
Lo temiera, no pondría
A peligro el bien que gano.
het.
(Ap. Ya ¿qué tengo que esperar
Con tan claros deseugsBoi?;
¿Peruando? (M
pLon.
El Rey.
DOX FEBVIASIM.
¡Aydemí!
■ELTRAÜ.
Cogido nos ha en el lazo;
En tierra di6 el ediflcio.
RET. (Ap. á doH Fernanio.)
¿Esiaes la enmienda? 4 Esteran
Hacéis del favor qne os doy,
Y el rigor que os amenazo.
Pues aun no ha perdido el vieolo
Las palabras que mis labios
Hoy os dijeron, y ya
Vos las lial>eis olvidado?
¿Esta elección hice? «Vos
Sois mi hechura? ¡Qué bien silfo
Asi, y qué bien me sacáis
Del empeño en qne me bailo,
Con baberos hecho ! Solo,
Vive el cielo, no os desbago.
Por castigarme el error
De haceros, en conservaros.
DOX FCRTIAIIDO.
Granseuor...
RET.
Callad, cjilad.
Disimulad, sosegaos;
Poned bien el ferreruelo.
Cobrad el color turbado;
Oue ya que, por mi opinión,
liesuelvo no casligaros.
No me está bien qne esa gente
Entienda que me be enojado.
pox rBRjiA^ao.
Vuestra prudencia y piedad.
Cran señor, obligan tanto.
Que ponfue mas resplandeacao
En mi delito, no trato
De disculparme, si bien ;
Volviendo á los ojos claros
De doíia Elvira Iqs vuestros,
Hallárades mi descargo.
RET.
{Ap. ¡ Ay de mi, que esa verdad
ConoKCü tan en mi daño!
Mas, ya que i Elvira be perdido.
V he visto ^o mis agravios.
Virtud haré de la fnena,
Y valor del desengaño.)
Elvira, yo os prometi
Ser vuestro padrino cuando
ii«n pm
Uei», aguardar
^neii 3 giisio, e
Femando t> n
biquejo, «-t
e V favorecido,
miichu (JIM le
siimo. [guise. I
le mu a lili el tía I
iiduyola liceDi
BCLte
lujer! i Va Ion
«tabas deseanc
pon reí) a
No me
e el Her no e;
go, s le quiero
COMEDIA FAMOSA
TITULADA
LA DONCELLA DE LABOR
DEL DOCTOR JUAlt PÉREZ DE MONTALVAN .
DON DIKGO DIÍ VAHílAS.
DON CF'SAU.
DOSa ISABEL DE AHELLANO.
PERSONAS.
DOI^A ELVIRA DE RIBERA.
MONZÓN, criado de don Diego.
LUCtA, criada de daña Elvira.
INÉS, criada de doña Isabel,
TRISTAN, criado de don César.
JULIO, viejo.
UN CRIADO DE D05A ISABEL.
JORNADA PRIMERA.
Salen DON DIEGO t DON CÉSAR,
con una espada desnuda en la mano.
DO?t CKSAR.
Esta hoja os un diamante.
Porque es del mejor mnestro,
Mas acertado y mas dieslro,
Qoe luYo el Tujo.
DON DIEGO.
Adel.-iiite;
Que ya la señal lo muestra.
noy c^SAR.
Mas pienso que es alíío corla;
Y así, por si acaso importa,
Tiocá«linel:i por la vuestra,
Que me haréis un ^^rande gusto.
DON DIKGO.
V;i s:ibeis mi voluntad ;
Esta es mi espada , tomad. (Se la da.)
(Ap. César tiene algún disgusto.)
DO.N CiÜSAR.
A<|uesto solo quería. —
Adiós.
D0.1 DIEGO.
Escuchad primero.
Por amigo y caballero,
llu sido obligación inia
liaros, (Ion (^ésar, la espada;
M^iS por honrado no puedo,
Auo<iue la espada os concedo,
•^ae estará en vos tan honrada.
Dejar que de aquí salgáis,
Pí»r lo que importa á íos dos,
Sin irme, César, con vos,
O saber adonde vais ;
Qne dejaros ir así,
SuMido tal nuestra amistad,
Kn vos fu»'ra sequedad,
Y bajeza fuera en mí;
Y no tengo de querer.
Cuando se que á reñir vals^
Que vos ingrato seáis.
Ni yo de ruin proceder.
DoS CÉSAR.
Después sabréis el suceso;
Macedme aquesta merced.
DOK DIEGO.
Iréme con vos.
DON CÉSAR.
Tened,
Porque no puede ser eso.
Deciros á lo que voy-
Es justo, siendo mi amigo;
Mas dejaros ir conmigo
No puedo, siendo quien soy.
Un deudo mío ha tenido
Con un hombre cierto enfado,
Y en fin, se han desaliado,
Y entre los dos convenido •
(Jue un amigo ha de llevar
De su parte cada uno;
Si hubiera de ir otrQ algano,
Yo os viniera á suplicar
Que os viniérades conmigo;
Mas ir tres donde van dos.
Ni á mí me está bien, ni á vos.
Y asi , pues que sois mi amigo.
Quedad por los dos aqui ;
Que ir al campo con ventatja,
En vos fuera cosa bitja,
Y fuera desaireen mi:
Y no es justo que queráis,
Por querer ir á mi lado.
Que yo quede desairado.
Ni vos de quien sois perdáis.
Y asi, que os quedéis os pido,
Pues que vamos hombre á hombre.
DOIf DIEGO.
César sois , ya con el nombre
Pncce que habéis vencido,
Y pues que vencido habéis,
Ya desisto de ir con vus.
Dios os guarde.
DOMC¿SAII.
kú\oi.
DON DIEGO.
Adiós.
. D0;« CÉSAR.
Presto el suceso sabréis.
Sale MONZÓN.
(Vase.)
MONZOX.
Yo vengo á linda ocasión.
Que ya don César se va.
DOM DIEGO.
Pena, y no poca, me da
El suceso. — ¿Qué hay. Monzón?
MONZO.X.
Aguardando que se fuera
I Don César he estado una hora.
DON DIEGO.
Pues ¿qué quieres?
MONZÓN.
Mi señora
Doña Elvira de Ribera.
Horra de duefia y de tía.
Para gozar dé la (loche.
Sola, hermosa y en un coche.
Como quinóla con guia,
Te está esperando en el Prado.
Pero parece que estás
Sin^usio.
DONDIEGO.
En lo cierto das ,
Porque va desaflado
Don César.
«ONZON.
¡ Grave desdicha !
Don DIEGO.
Claro está , porque es salir
Resuelto un hombre á morir,
O, si tiene mejor dicha,
' A matar a so enemigo;
Qoe vieae á ser malo todo.
■ONZON.
r de ese modo;
588
Mas también, la venlad digo,
yue quien muere de esa suerle
Se excusa de muclins cosas
Muy cunsndas y enfadosas.
1)0.>( UIEC.O.
¿Qué dices?
IIO?i7.0N.
Que si la muerte
Presurosa no tuviera
Para el alma del rímenlo,
Tn hombre (lo bien pudiera,
Por no hacer su testamento,
Pedir en abreviatura
Su muerte; porque en llegando
A esciibirse el «//¿m mando
Kl cuerpo á la sepultura,
El mayoraz{{0 á mi hijo.
La tercia parle á mi esposa.
Que es honesta y virtuosa
(Aunque mienti quien lo dijo):
Ítem mas : á mi criado
Todo el salario corrido,
A mi amii^o tal vestido,
Al doctor que me ha curado
Una taza de beber,
A mi esclavo libertad ,
Por la buena voluntad
Que me ha mostrado tener;»
Verás (|ue el amor se trueca
Kn ambición descortés.
Porque , en llegando á interés.
El mas ajustado peca.
Y si el triste pide pisto,
Dicen que no es de importancia.
Y en lu^ar de la sustancia.
Su suegra le trae un (Iristo.
Cuando ya con fuerzas pocas
AI;;o pregunta prolijo,
«Mayorazgo,» dice el hijo;
La mujíír responde, ttocas;»
El fraile, tya no se queja;»
Kl deudo, cliaiKanla cruz;»
El sastre, «aquí está el capuz;»
El cura, «¿qué misas deja?»
El criado, «hoy me despido;»
El médico, «taza y coma;»
El eschivo, «horro Mahoma, »
Y el amigo, «mi vestido.»
Asi, p(»r no ver aquesto
Entre «íI hijo y la mujer.
Que, si lloran* es por ver
Que no les despena presto,
Digo que dicha será.
Cual mártir ile Berliería,
Morir por ensalmo un dia;
Pues siendo así, no verá
I)e la mujer la malicia .
El fruncimiento en el hijo,
l>cl esclavo el regocijo,
Y de todos la codicia.
Mas, si no me engaño, allí
¡*arece que oigo rumor.
Do5íA ISABEL. {Deñífo.)
Llamad á vuestro señor,
0 decidle que está aquí
1 na afligida mujer.
bON biKi:o.
l-na mujer es que está
Buscándome.
MO^ZOX.
¿Quién será?
DON CIKGO.
Yo no he menester saber
Sino que a mi me buscó,
Y í|ne trae algún pesar;
Di (|ue la dejen entrar.
MONZÓN.
¿Para que, si ella se entró?
EL DOCTOR JL'AN PEUEZ DE MONTALVAN.
! Salen DO^A ISABEL DE AUELLANO,
I
con manto y 9in chapines , muy albo-
rotada, É ÍNÉS , con loi chapinet de
su ama cu 1% mano.
DO.NA ISABbL.
Pues sois señor pr¡nclt>al ,
O el tr.ije al menos lo dice.
Amparad una infelice.
Que, huyendo de mayor mal ,
Se viene" á valer de vos
Contra el rigor de un marido,
Que, celofo y ofendido,
Me v¡en*í siguiendo, ;ayD¡os!
Para quitarme la vida.
Con sus deudos y parientes,
Nobles lodos y valientes.
DON DIEGO.
Ya tendréis quien se lo impida.
Mas decidme, ¿es la ocasión
Muy apretada?
DONA ISABEL.
Es tan fuerte,
Que solo puede mi muerte
Kestaururie la opinión;
No importa que parle os dé
De todo, estando lapada.
Porque, siendo yo casada»
Ciegamente me arrojé
A tpierer á un caballero,
Con estrella tan cruel.
Que me halló agora con él ,
Aunque, saltando ligero
Por los hierros de un balcón,
Mientras iban á buscalle.
Salir pude yo á la calle ,
Si bien con tal turbación.
Que, por prisa que me i\i.
Mi esposo á verme alcanzó,
Y á satisfacer bajó
Toda su cólera en mi ;
Hasta que en tan triste estado,
Huyendo de él , al volver
Deesa esquina, pude hacer
De vuestra casa sagrado.
Yo no sé si mi marido
Me vio entrar; c|ue si me vio,
Mi (in sin duda llegó;
Mas si acaso ha sucedido
Que, con la noche, me errase,
Y pensando (¡muerta estoy!)
Que la calle arriba voy.
Adelante se pasase
Con sus deudos y su gente ,
Hacedme tanta mercé
Que en vuestra casa me esté
Por dos horas solamente ;
Que después yo tengo donde
Esiar con seguridad.
DON DIEGO.
Lo que mi noble piedad
(No os aflijáis) os responde.
Es que podéis hacer cuenta
Que libre y segura estáis
De cuantos miedos podáis
Kecciar en vuestra afrenta ,
Aunque me sepa perder.
DOÑA ISADEL.
Sois principal.
DON DIEGO.
Soy un hombre ,
En la corte, de buen nombre,
Y sé lo (pie debo hacer;
Y asi, estad con desenfado
Mientras la calle paseo:
Que si acaso en ella veo
Cosa (|ue nos dé cuidado,
Yolveré al punto, dispuesto
A hacer cuanto me mandéis.
Hasta qne segura esleís.
Y si no hay nadie, sapoesto
Que de estaros en mi casa
Gustáis, después volveré,
Y en todo obedeceré
Vuestro gasto.
DO^A ISASEL.
Ya esto pasa
Aun mas allá de clemi'Dcia:
Mas, si asi ba de ser. Señor,
Pues me hacéis lanto favor...
DO?r DIEGO.
Decidlo.
DO^A lUBSL.
Con advertencia
De que nadie me ba de ver
Ni ha de entrar donde estuviere,
Fucra de vos, sea quien fuere.
D0?C DIEGO.
Asi lo prometo hacer;
Y para que estéis mas cierta,
Y vuestra duda se acabe.
Esu es del cuarto la llave. [Se /f 4i
Cerrad por dentro la pneru,
Y estando solas las dos.
Abriréis cuando queráis.
DO^A ISABEL.
En todo quien sois mostráis.
DOR DIECO.
Dios os guarde.
DOfiA ISABEL.
Guárdeos Dios,
iioxzox.
¿La llave las dejas?
DOa DIEGO.
Si.
Plegué á Dioa no sean de tnlo,
Que carguen con lodo el alo
Mientras volvemos aqui :
Porque ya en Madrid ba habido
Mujer que de esa manera
Ha entrado, y red verdadera
De muchas cosas ba sido.
DO?l DIEGO.
Esto es ser, Moiixon, eortés.
i:i¿s. {Ap.)
Es el valor como el talle.
DOZI MEGO.
Vamos á mirar la calle,
Y ¿ ver á Elvira después.
(FoJiM.t
DOJtA ISABEL.
¿Fuéronseya?
«i¿s«
Si, Seftoca.
DOJU ISABEL.
Dame los cbapines presto.
Aqui están.
doXa ibabbl.
BieniehadlipMils.
Mas ¿no me dirás abora.
Pues Jamás de mi eccobríste
Hasta el menor pensaiDlento,
Con qué fin ó con qué Iniento
A un hombre qae apenas visie
Le cuentas que eres casada.
Que tu marido te halló
Con otro, que le sigvM.
Desnuda la limpia espada;
Que, lifi[ero, tu galán
Se arrojó por el bateen ;
Que tü, con la larbackin.
Con el susto y el afán.
Dejaste por la escalera.
Metiéndote por el lodo,
)ieii<lo, cuino sabes, todo
Mentirü, enL^año y quimera?
l*ero tan hien ordenada,
r.on tal arle y (al cumpas,
Ijoe. con saher que jamás
Fuiste, Señora, casada,
Sin dolor y sin sentido.
Tus vivos afectos \ieiido,
Yotvi á la puerta, temiendo
Que viniese tu marido;
Porque quien con UtI piedad
S^f quejaba lastimosa,
Parece imj)Osible cosa
Que no dijese verdad.
DOÑA ISiBEL.
Porque es fuerza que te baga
Novedad mi pensamiento,
Y porque tu entendimiento
En todo se satist'a^^a.
Escúchame, y brevemente
Veras tú el désenj^año,
De este ardid el tin extraño.
INÉS.
Ya le escuclio atentamente.
DOÑA ISABEL.
Yu nací, como sabes, en Plasencia ;
Sola en mi casa, y con seis mil ducados
[cia,
De renta cada un ano, que es mi lieren-
(^uenoson pocos, siendo bien pagados.
De un |)leilo la forzosa diligencia
Me puso, con mi casa y mis criados,
kn la corte, mi padre'ya difunto;
Mas esto \a lo sabes , Voy al punto.
[bronco,
.No es tan duro el diamante cuando
Pues rozado con oiro se enternece ;
Noeslanasperoelhiassilveslreironco,
Pues ya por los abriles reverdece ,
Ni el mar, (|ue de dar voces está ronco,
A la vista tan rígido se ofrece.
Como mi corazón, y en un instante.
Ni fué mar ni fue tronco ni diamante.
¿No bas visto descender unarroyuelo,
Sudando de luchar con un peña.sco,
Cuyo alfanje de perlas y de hielo
Cruzó la cara al globo de dama.sco;
Y que bajando desde el monte al suelo,
A los pies detenido de un carrasco,
La cólera reporta, siendo á veces
Inmóvil vidriera de los peces?
Pues asi mi desden,queallá en su esfera
De marmol al amor, y mudo á el ruego.
Cuanto encontró soberbio en la carrera
Pisó, desbarató y abrasó ciego,
De Madrid en tocando la ribera
Abrió los ojos, conoció á don Diego,
Confesóle í^alan, rindióle el alma,
Y como alia el arroyo, (¡uedó en calma.
En un caballo que los pies ponía
Tan bien sobre la yerba que peinaba.
Que apenas su melindre lo sentía.
Con que del aire á veces se quejaba.
Porque usando á su modo cortesía
Con las llores del prado donde estaba.
Sin ajarles el nácar del vestido,
El polvo les limpiaba recibido;
Iba don Diego ¡ay cielo! tan brioso,
Que me obligó a pararme y áeicuchal le.
Por >er si era discrelo como airoso,
Que tal \ez riñe el alma con el talle;
Mas anduvo tan cuerdo y generoso.
Que parece cpieel cielo, al bosquejalle,
Trocó las suertes y le dio el agrado
Que estaba para aígun desaliñado.
Como el león, que en la primera liebre
Kxtraña aquel incendio que le aqueja,
Y cual si fuera un conejuelo ó liebre,
Remolina en el suelo la guedeja;
Asi mi corazón, porque se quiebre
LA DOiSCELLA DE LABOR.
La ley que A ser ingrala me aconseja.
Como era nuevo aquel calor que vía.
Forcejaba á estorbarle y no podía ;
.Mas buscando remedio al accidente.
Porque del alma el pulso le tuviera.
Di en dudar si don Diego era valiente,
(>omo si el ser quien es no lo dijera;
Que es mí espíritu tal , que solamente
('On que supiera que cobarde era.
Aunque con lo dcm^s me enamorara,
En mi vida á la cara le mirara.
Y asi, para salir de aquesta duda.
Con Ungido ademan, con voz lurbada,
Afligida, mortal, medrosa y muda.
Ciega, despavorida y alterada,
Pidiendo entré favor, socorro, ayuda,
A su sangre, á su aliento y á su espada,
Y porque yo volviese mas perdida.
Me dio el favor y me quilo la vida.
lyts.
.Notable invención ha sido;
Mas, ya (|ue don Diego es
Valiente como cortés
Y galán como entendido,
¿Qué falla ha de hacer aquí?
do.Sa isabbl.
Estando de esta manera.
Lo que falta es (|ue me quiera,
Ya que por mi bien le vi.
l?iÉS.
Y de César ¿qué has de hacer.
Que, como ves, te enamora,
Te sirve,.obliga y adora?
DO.ÑA ISABEL.
Si no le puedo querer.
Loque he de hacer, ¡pena fuerte!
Es procurar que su fuego
Se pase lodo i don Díe^^o.
INÉS.
Y mientras que vuelve á verte,
¿Qué bas de hacer?
DO.^A ISABEL.
Abrir su cuarto,
Y verlo todo muy bien.
|?IÉS.
Plegué al cielo que con bien
Salgamos de aqueste parto.
DO.Ia ISABEL.
Pues ¿qué temes?
Que al volver,
De Tarquino imite el nombre.
DORA ISABEL.
No hay fuerza, Inés, en el hombre,
Si no quiere It mujer.
(Vanse.)
Salen en el Prado DON DIEGO, D05A
ELVIRA T MONZÓN.
DOR DIEGO.
Di que se aguarde el coche.
Pues que goxar del fresco de la noche
! Quiere á pié doña Elvira.
Mo?izo:<i.
Ya junto aquella fuente se retira.
DO^A ELVIRA.
Bueno estái el prado.
M0RZ0?C.
Bueno,
Si lio hubiera catarros ni sereno.
1/0.^ A ELVIRA.
Cosas tienes de viejo eu el,regalo.
■ONZOÜ.
Años tengo. Señora, que es lo malo.
Mas dejemot aquesto,
589
Por triste, por cansado y por molesto;
Y decidme entre tanto que nos vamos.
Pues que solos estamos.
Cómo os va del amor y sus extremos.
w)y DIEGO. [mos
Hasta ahora, muy bien, pues nos quere-
Sin celos, sin disgustos ni pesares.
Que del fuego de amor son los azares.
MOKZO:!.
¿Sin celos hay amor? No me conformo.
DO.N DIEGO.
Tú te conformaras si yo te informo.
DO^A ELVIRA.
Solo para escucharte
Lk> que vas á decir, mandé llamarte.
MO:«ZOM.
Ya espero la respuesta.
DO:i DIEGO.
Pues la respuesta de tu duda es esta.
A un caballero de esta corte amaba
Doña Klvira.
DOÑA ELVIRA.
Es verdad.
DOÜ DIEGO.
Y cuando estaba
Mas vivo este cuidado...
DOÑA ELVIRA.
Dilo de presto, pues que ya es pasado.
DO.^I DIEGO.
Enamoró á otra dama.
DaÑA ELVIRA.
Y yo, alema á mi nombre y á mi fama.
Me resolví, celosa y ofendida,
A no velle en mi vida,
iN i consentille hablaren nuestras bodas;
Al fin salí coD ello; que si todas
Aquesto mismo hicieran [ran.
Cuando su agravio ó su desprecio vie-
[rail
Yo sé bien que los hombres n^ agravia-
Con tanto desabogo á quien amaran.
Mas si luego á su ruego nos rendimos,
Y aun perdonamos mas de loque vimos,
¿Qué mucho que repitan los agravios.
En fe de nuestro amor y de sus labios?
Esto es cuanto á mi amor y el de mi
Pasa agora adelante, [amante;
Y di lo que pasó después contigo.
Que importa mas.
DON DIEGO.
Pues digo [do,
Queetlandovo también, por mal paga -
(«asi en el mismo estado
Que Elvira, pues amaba
A quien amando en otra parte estaba.
Nos juntamos los dos para quejamos
Mientras que do pudiésemos amarnos;
Y en fin, nos convenimos.
Que con el tiem|K) mejorar nos vimos.
En que adelante nuestro amor pasemos,
Y nos queramos sin bacer extremos.
Escarmentando en el amor pasado.
Para no consentir otro cuidado.
Y así, huyendo comunes necedades
De vender por mentiras las verdades.
Viene á ser como esgrima el amor núes -
Doode coa pulso diestro, [tro.
Con arte, ciercia y gala.
La herida sobmente se señala ;
Queentrelosdiestrosleyesson sabidas
Que 00 han de ejecutarse las heridas ;
Con lo cual ella alegre, yo gustoso.
Ni perdemos el tiempo ni el reposo.
Y si alguno le pierde en la batalla
(Ap, Gomoyo,qae la adoro), sufre y ca-
Sleodo Boeelfo cuidado, [lia,
SI noel mas fino, el mas acomodado;
[que ama.
Que es la primera vea que un bombre
EL DOCTOR JUAN PKri^Z DE UONTALVAN.
?•] da ni pide celos ¡t sn dam».
t:i)N(;e a¿nra lú de esins desvelos
Si püedt habur amur donde hayedos.
■ NilIRON.
Aqucse no es amor.
OuSa ELVIRA.
A parla ahora,
■onza:). {Ap.)
Colérica rcs|>oiide esla sefiora.
VOÜA ELVIRA.
Alpr coDlralo
risie!
«lía \ riisisie.
na
Sielai! fcconlrasia.
So ruL-i'za 'iWMÜ
: iSMI ú muerde,
^^al ruego,
si ¡t@ V^al seguro,
V a
Si le trabuca
(juiL diüraiia vüiiaila ;
Pucs^quémuilioque ' 'Sespurada.
¡•ieSni,Iiierru, ^^ óiuonie?
ICstoeí dt-cir, d juílto,
Y que rS
Y asi, la ;
y (íroserlü.
Itiiás i|Ui' fui- i'es¡ioiido.
Con el fuego
Ahora sí, don Diego, que sin miedo
Kl alma con tos braxus darte puedo.
DON DIEGO.
Yo siempre luyo lie sido,
AunqueelalmaencubicrloIohXeniílu.
DOÍA ELTIHA.
Asi esiaríis pagado y jo segura.
¡Qué dicba!
¡Qué conleniol
i Qué ventara'
D09a ELVIRA.
Esto sí <ix¡e es querer, piad o ios cielos.
BON DIECO.
Kilo si que es vivir, aunqde biyi celos.
BOÜA ELVIRA.
Yo so; luya, bien mío.
Y yn, con bendiciones i puñados.
Digo que Dios os litiga biea casados.
[cbe.
Ma.^adiertidlambieiiqijeesmcdiano-
V no parrcceolodo el Pndoel cocbe.
¿Qué responded. Seitorf
eonlura
Que i Elvira espero.
Si linhiese en qii^. querría
Beber, Honzou, de aquella fuenlefri!
¡Traes barro?
Ira
a aquumehalila-
I; lanbieumaiidado
Vían
En el amor que tiene,
.i>LiMi , cuando á visliarme viene,
sn amor entabla,
Qucdon dedunBlasniehabla.
bOX DIEGO.
Tiene r:
Conlies» [ceso:
Qiteeii parle lia sido mi obedienria ex-
pKi'fl si mi <>|H>ilienci:i dióte i>iioios,
Pudieraü dc-'^iicurleeon mis ojos;
l>ni4 con ello* i voces le ilecia
Qui- sin mi Totuiiind i« obedceia ;
■■oninc.aiinquualparcccrdisiiunlaba.
lie pane allá del p«cha te adoraba.
Pues no importa;
De ai|iii i mi casa la }ornada es corta,
V si por ella guitas ile jiasane,
Aíiua y dulces liabri.
Quiero pagarte
Kl ftiisrn que iiie lias dado
Con ir basla tu casa.
(4p. Ülsehaolvid.ido
Sin duiiadela dama [in:
Quede él vino áanipararseMquimella-
Lo de acuml sn pao'.] ¿Seíior!
DON Dieno.
; Qué quieres'
Itieu se conoce que discreto ere*
F.a io 'le sin memoria , pues le olvidas
Di- las damas que d.-jas escondidas.
DOS Meco. IJiarémos?
Yivc Dios, que es verdad. Has ya iqué
K^cu-iarta que vaya, pues podemos.
D0:< MKGO.
¿V si acaso se quejaT
le lu beldad rendidos.
„. ., . la prlner eonfllcrb,
V saquearla lodt.
Bien hat dlcbo.
Süj hombraeo lodode gniil Ciiptki
Kota dicho tal; C|ue ei liarbín lac^it
Pensar qua estimo vu li euiiütun
Para beber ahora: ' [i
Dulces h %VA loijit
V eso qoerrá én lu caaaqnieu ualin.
Amargarin los dnleetqne bajen di
PO.ÍA ELVIRA.
Pnes ¿por qn¿ *
iíít
Tu gntto, EIvi
No, don Dieico; nliio ha sido
Loque Honaoii u-murrouruárlji'k
Rs verdail, y nc^irteio (luería
Por no asasiaite ; p«ro ya sena
Uucbo peor notarlo.
l>i>.ÍA ELVIRA.
DOX DIBGO.
por eso To de la vertlad leadvi-re
Don César mi
Ha salid» « deuTia:
Dljomelo Uouion.y jo qnisieta,
SI licencia me diera
Para saber de eierln la qae piii.
Esto fué, por mi viiIa.
DoSa ELTIHA. {Af)
E*to es rnpif
Pero sqnl menoa diDa
Es callar ofendidí
Qne darme con los dosporcRMRliili
Que i su gt cantil
Para qm tap. ¡i
nQué dice*?
Llevo de
M>!t n
Vamoi, Homon.
■OSIOI.
Cnjéto.
BOX MIGO, (if.)
BieaiehRkKli
&lm DOflA ISABBL t tUtS.
sahienüo que le aguarda
1 casa utia mujer,
leoerse es iiidioio
le con olra eslaiá,
en perdido amará,
qae }0 |iierdu el juicio.
I>KS.
ras no sabe don Diego
ñor, él tiene disculpa.
nO^A ISABEL. *
que toda la culpa
: mi aniur loco v ciego.
LNÉS.
declárale, y después
ú ¡ufeliz te llama.
DOÑA ISABEL.
quiere bien á oira dama,
lie aconsejas, Inés,
le es quedar desairada.
iNés.
¿qué has de hacer?
DOÑA ISABEL.
¿0"é? Sufrir,
'rer hasta morir,
a y desesperada,
le otro alivio do tiene,
•o remedio, mi amor,
[^ la desdicha mayor,
pues don Diego no viene,
ambinn uic maravilla,
do mi pcüi^ro piensa,
ohli},'u á la defensa,
y vénic por la silla,
nos de aquí.
L>és.
Yo voy,
fii me aflige el pensar
;üla te has de quedar.
DOÑA ISABEL.
iporta; segura estoy.
i?iés.
) si bien aconsejas,
ue es don Diego cortés.
DOÑA ISABEL.
e quedo sola, Inés,
le conmigo me dejas.
INÉS.
lo mandas, á abrir voy.
uua puerta, y asómase por ella
DON DIEGO.
;ay cielo!
DO?f DIEGO.
Esa señora
í hace? ,
iNés.
Suspira y llora.
DOn DIEGO.
i decidla que a(|ui estoy.
INÉS.
uena gana; esperad. —
»ra, don Diego...
DOÑA ISABEL.
Di.
INÉS.
fre verle; ¿entrará?
DOÑA ISABEL.
Sí.
I^S.
á decírselo.— Entrad.
Notable capricho es
r licencia en su casa.)
DOÑA. ISABEL.
, sabe lo que pasa,
le la silla despuey. *
LA DONCBLU DE LAMH •
Vos-seais muy bieo hallada.
Y vos, Seuol^ bien vendo.
DOlf B1E«0.
¿Cómo del so8te os ha ido? "
1»0ÍIIA náÉKL,
Como de vos amparada.
DOIf DIKCO.
Segura la calle está.
dqíIaisabbim
Basta haberla fos mirado.
DON DIS60.
¿Qoéboraes?
»05fA ISABBL.
Las once ban dado.
IMMIMRO.
Según eso , es tarde |a.
MliU ISABBL.
Si, Sefior; que como vos
Estado habéis divertido.
El tiempo no habéis sentido»
Que yo siento por los dos. .
Mas ¿ quién duda que seria
Dama la que o^ divirtió?
Este juráralo yo
Sin verlo, por .vida mía ;
Sí no es que eon gala y brio
Qnereis decir qae «o amáis»
Y que por cuerdo pagáis
La voluntad de vacio ;
Porque ya es visto en quien ama
Y parla por pasatiempo»
Aunque tenga seis á np tiempo ,
Decir que no tiene dama.
BOHMBGO.
A imporur á vuestro estado
El saber mi voluntad ,
Os dijera la verdad.
Mas, dejando aquesto á no lado,
Advertid que ya es error,
Si en ello bien se repara ,
Que encubra de mi i» eara
Quien fia do mi sd honor.
BOÜA ISABBk.
(i4p. Eso si, festéjeme,
Y porfíe, poes porfió.)
Antes la cara no os Bo,
Porque el honor os fié.
BO!f BnEQD.
Pues si lmpo#U el eneobrirse ,
No be de ser con vea molesto.
P05ÍA ISABBL.
{Ap. ¡Válgame Dios! ¡y qaé presto
Sabe un cuerdo reducirse!)
A Te que sois reportado.
BOU BIECd.
Siempre cortesano foi.
D05[A ISABBL.
¡ Y me hablan diebo i mi
Que érades muy porfiado I
Mas ¡ ay Dios ! si no me enpRo,
Aquel hombre que ba venido
Es deudo de mi marido.
D0:« MECO.
No importa.
DO^A ISABBL.
(Ap. Suceso extrafio,
Don César es.) Pnes, Señor,
Considerad que mi viri»
Está en no ser «Anm
SaU DON CÉSAR.
BOU ciiAl. (Ap.)
Con la poca elaridid
De la luz del corredor.
Vi una mujer allá taeri^
Y á ser posible , creyera
Que era Inés, pero es error;
Porque ¿con qaé intento aqui
Había de entrar Inés?
¿QuédadoTDooGdatret. •
DOHOÉSAB.
¿Ks don Diego?
BOff BIBGO.
AmliOtSL
B05Ia ISABBL. (Ap.)
\ Bay lance mas apretarlo I
Perded >
Y alli d
SAff
. ei
Y en fin, ¿cómo ha ancedido?
BOB cMb.
Un contrario QBedn ^rido^ •
mw'mboo.
i Y vuestro deuda?
BOQCdtSAB.
En «agrado
Y con gran segoridad;
Yo me vengo á vaesira cas4
Hasta saber lo que pasa ;
Y asi , aqni dentro...
BOHBIBOO.
Baperad
I)n poco, pues sois asi MBÍg<S
Hasu que si^rb oaa daast
De calidad V de nimBf
Que está alia dentro conmigo,
Y de vos se ha recatado
{Ap. Aqni Importi laa nentira); '
Porque es,... ' '
¿Qnléíietf
MÜTBIMO.
DóSaBhrfra,
Qae, por baHane.eo el l^oo.
Aqueste fiívor q¡M h% becbd.
Mas vale que Blvfar» i«p ,
Porque mti.fek»«a «roe ■
Ya que oo ablaadó.sfi, poebOb
Sa/tfJi DOÍi A ELVIRA T
«OSIOH.
Digo que está rttogido
Ra sn cuarto mi aelior.
Bueno y sano.
BOllABLVlBA.
Yoloeno;
Mas yo be de verio^-MoMa
Porque solo eaiAMkMo
De mi casa 1119 ü^
•■ .
Pues enti«, y nbrás qM es dofto. .
(Ap. Coa todo al «neto ao diÓL)
{Baee Mmumí teHáé mm9 Itdmié^.)
iOllABLTm.
Tose quedo.
MIÜÉBOI.
Pues, do« Diegii , y6 aé voy
Allá d^trotttlMfoqps.
Dofitthini'tailo.' '
S03
EL DOCTOR JUAiN P£REZ DE MONTALVAN.
Adiós.
( M entrarse don César, se encuentra
con doña Elvira.)
PO^A ELVIRA.
Esle es don César.
DON CÉSAR.
¿Quién va?
DO^A ELVIRA.
No os alteréis ; que yo soy.
Que ven^o á ver á don Diego,
Que me La tenido, por vos,
(*.on notable soltresallo.
DON CÉSAR.
(\p. Yi) (anil)ien con él estoy.
De Ijalieros visto.) Sin duda
(.4 don Diego,)
VÁ nombre se os olvidó
De la d.-ima que está dentro,
Si acaso no fué invención :
l'orque eslá aquí doña l^lvira.
rO.f DIEGO.
\ Otra es ; callad, por Dios!
¡ .Muerto estoy ! — ¡ Señora mia !
¿A tal llora? ¡Gran favor!
bo5ÍA ELVIRA.
Sí, don Dicj^o ; que el disgusto
De don César senti yo ,
Por el suyo y lu peligro ,
De suerte qiíe el corazón
No ine cabla basta ver
Ljl (in de aquella cuestión.
DONA ISAUI.L. {Entreabriendo la puerta
del cuarto donde entró)
Amistad es asentada.
No bay sino paciencia, amor.
DON DIEGO.
Todo ba sucedido bien.
DO:f CÉSAH.
f.lp. Ya es mi sospecha mayor.
Don Die^o tiene allá dentro
tina dama, y me ne^ió
l.a entrada, diciendo que era
Doña Elvira la ocasión ,
Y entra ahora doña Elvira ,
Y al venir me pareció
Que salia Inés de aquí.
I*ues ;^(|ué aguardo, que no voy
A ver SI doña Isabel ,
Aunque tema mi prisión,
Esta en su casa , y salir
De tan (zrande confusión ;
Que basta estar mal pagado,
Sin tener celos y amor?)
Entre los (|ue bien se quieren
Nunca ba sido discreción
Estorbar; abajo espero.
Dios os guarde. {Vase.)
\ío:í diego.
Guárdeos Dios.
doña ELVIKA.
Muy buena casa tenéis.
D(»?( diego.
Casa de mozo, en rigor.
DO^A ELVIRA.
íAp. Asustado está don Diego;
Aquí sin duda hay traición.)
¿Dormis en aquella cuadra?
MONZÓN. iAp.)
De aquesta vez nos pescó.
DO.X DIEGO.
Si, Señora ; mas no entréis.
DOÑA ELVIRA.
¡Que no <Milre ! ¿Por qué no?
DON DIEGO.
1 orque hay cierto incon viniente.
DOSÍA ELVIRA.
Por eso be de entrar mejor.
DON DIEGO.
No es cosa . por vida mia
Ni por vida de los dos.
De ofensa ni de importancia.
DOÑA ELVIRA.
No importa ; resolución
Traigo de ver cuanto hubiere;
Y asi...
DON DIEGO.
Dejadlo, por Dios;
Porque no ha de ser posible.
Sale INÉS.
¡ICES.
{Ap. j^Qué dudo? Allí están los dos,
Y ya don César se fué •
Que denantes uo me dio.
Cuando le vi, poco susto. )
{Se llega á dona Elvira, pensando que
es su ama.)
Señora, las doce son,
Y ya la silla te aguarda.
MONzo^r. {Ap.)
Por Dios, que hemos dado con
Los huevos en la ceniza.
DON DIEGO. {Ap)
¡ Hay tan gran tribulación !
DO^A ELVIRA.
No viene á mi ese recado.
INÉS.
Pues ¿cómo?
DOÑA ELVIRA.
Porque no soy yo
La dama que aquí buscáis.
■ONZOX. {Ap.)
Este freno se trocó.
INÉS.
Pues ¿adonde está mi ama?
DOAa ELVIRA.
Eso lo dirá el señor
Don Diego, que está delante.
\Ap. De celos perdida estoy.)
Jurad ahora mí vida,
Y aseguradme ¡ah traidor!
Que lio es cosa quo me ofende.
DON DIEGO.
Y es la verdad y vive Dios.
DOÑA ELVIRA.
; Cómo, si tenéis adentro
una dama?
DON DIEGO. {Ap.)
¡Quéailicclon!
MONZOiX.
Di que es cosa de un amigo.
DON DIEGO.
Tienes, Elvira, razón;
Mas lio es mia; que don Pedro,
Aquel que me hablaba hoy,
Esin con ella, y por eso
iNo be ({uerido...
DOÑA isAUEL. i A la puerta del cuarto
donde entró,)
Aquí entro yo,
Y pues ya t.ésar se fué ,
Y no hay riesgo en mi opinión,
Y eslov rabiando de celos
Y de cólera , |)or Dios ,
Que todos han de nibiar
Y han de estar como yo estoy.
SalehO^k ISABEL, lapada ctxs
tró^ del cuarto donde estaba eKQué
¿De suerte que he de creer.
Y ^in olri ÍDiurniacion «
Que esta dama está con otro,
Y que á vos no os importó ?
DOK MECO.
Esto (fae te digo pasa.
MOJfZOÜ.
Si, por vida de Monzón.
DO^A ISABEL.
Ese es muy grande embtrtrco.
■o.^zo.n.
¡Jesús, y qué perdición!
DO^A BABEL.
Porque yo no estoy cou nadie,
Sino con este seBor ,
De cuyo amor me he valido
Para cierta pretensión.
DON DIEGO.
Decid también lu demás,
Y del modo que pasó.
nuXA ISABEL.
Lo demás es que esie hidalgo
Es tan galán como el sol ,
Y yo tan de cera en todn,
Qne me ablandó su calor;
Lo demás es que le tengo
Mas que razonable amor:
(^ue he estado con él uua hora
En buena conversación •
Que le debo el arriesgar
Su persona por mi booor ;
Que vino en esto don César:
Que esconderme me maudo;
§ae llegasteis vos tras él,
mi criada tras ros :
Y lo demás, tioalmente.
Es, que ya las doce son,
Y que ba venido la silla,
Y por ser tarde me tot
De vos mny enamorada, {Aisufüf^
Y muy celosa de tos; {A Ms £/rira
Y portiue no es para mas ,
A buenas noches, adiós.—
Vé, Inés.
H0»02C. (ilp.)
Por Dios, que ba echado
Valientisimo sermoo.
ix¿s. {Ap. d doU imM.)
Asi, Señora, la llaTa
Que de su cuarto nos dió
Se me ha olvidado de dar.
DoAa lAABU..
Pues no la des.
¿Por qué DO?
DOftAltáBEU
Por llevar algo de iqai.
Ya que el alma d^o 50.
( Vaiue doña imM é lais)
IfON HKCO.
Señora, oid, esperad.
doXa elviea.
Si es por mi satisfaecioB,
Ya lo estoy de vuestro trato,
Y para siempre me voy. (Vori
■o:vzoM.
Andad con todos los diablos.
MIS MEGO.
Oye, Elvira; ¡ hay Ul rifiNr!
■oHsoa.
¿Qué es oir? Por Jesocrisi*,
Que va |Hir el corredor
I Como perro cou vcjifa.
DON DIE60.
iré tras ella yo,
' escache las verdades
i amante corazoD.
■OlfZON.
i como, lindamente
Haca nos le dio.
iVase.)
{Va$e.)
ORNADA SEGUNDA.
DOf^A ISABEL, con vesHdo dees-
eña, manto Hn punías , chapines
firas; INÉS, de fregona, con man-
na, 1 JULIO, vejete.
DOñk ISABEL.
la de ser.
JULIO.
Considera...
DOÍVA ISABEL.
ue ves determinada ,
repliques en nada.
ixés.
; que liay criada fuera.
Sale LUCIA.
LUCÍA.
icabó de tocar
ora; aquí podéis
ir.
JULIO.
Merced me hacéis,
> sabré estimar.
LUCÍA.
ta doucella á quien
cibió mi señora?
JULIO.
f vuestra servidora.
LUCÍA.
07 suya también ,
;ara y por despejo
rece.
DONA ISABEL.
Dios os guarde ;
>orque mas no aguarde
re, que en fin es viejo,
ne gusto que sepa
ora que está aquí.
' LUCÍA.
iecírselo así. (Vase.)
INÉS.
sibleque en tí quepa
embuste y tan bien hecho?
DONA ISABEL.
mbustesy mentiras
liera mujer que miras
ensanchas en el pecho.
JULIO.
>qui no he replicado,
idiera por mi edad ,
questa novedad
sa te he preguntado ;
I que tan adelante
sado, y que las dos ,
•co temor de Dios,
o hay miedo que os espante,
do nombre y vestido,
Trazáis de manera,
és , firme en la carrera
icella, que lo ha sido,
lieres, al revés,
la y otra mentira
DD. C. DE L.-ii.
LA OOMGBLU DE LABOft.
Servir en casa de Elfin
De doncella, que lo es :
Andando yo coiicerUqdo
Ue aquí para alli k las dos,
Dime el intento, por Dios ;
Porque estaré reventando
Hasta saber (yt que sé
Que en todo servirle debo)
Un embeleco tan naoTQ-
DÓÍIA ISABEL.
Puesoye, telodiré, .
Porque sepas, Jallo amigo«
La causa que asi me tiene.
Siendo en sangre y eo riqnoa
Lo que tü sabes, atiende,
Tan aprisa me mudaron.
De aquella quietad alegre
Mis penas, que va el tviso
Llega después de la maerte ;
Qne hay para los desdicfaados
Penas en matar tan breves.
Que vienen como qne nitan,
Y matan como qne vienen.
Yo quiero bien f ya lo be dicho)
A un hombre que É Elvira qaiere;
Mira en qué pocas palabras
Te he dicho cuanto preleodes.
No te maravilles, Julio ,
Sue tan luego te confiese .
i amor, que, aunque es liviandad,
Parezca que es conveniente.
Si en poco tiempo le tuve.
Que en poco tiempo le cuente.
Sin que don Diego de Vargas,
Qne este es su nombre, me viese,
Veces varias pude hablarle,
Y seguirle otras mas veces.
Infórmeme si era noble,
Si era cortés v valiente,
Y en erecto , lo (bé todo.
Porque quise qne lo fuese;
Que en haclenao amor lis pruebas,
Como es parte en lo que emprende,
O se cohecha de gusto,
O de la pasión se vence;
Y así, dice, cuando informa.
Mucho mas de lo que siente.
Viendo , pues , que por Elvira
Don Diego de Vacgas muere,
Porque , aunque estuvo enojada,
A verle v hablarle vuelve ,
Que no hay enojo que dore
Kntre dos que bien se quieren ,
Habiendo ruegos que ablandeo
Y terceros que aconsejen;
Viendo también que don César *
Con mas fuerza me pretende
Que nunca, debe de ser
Porque casi alcanió á verme
Con don Diego; que bay algunos
Hombres tan impíertinentes.
Que en sabiendo que la dama
Que festejan ó pretenden
Tiene galán , en lugar
De apartarse y detenerse.
Se alientan , porque Imaginan
Osada y bárbaramente
Que quien fué fácil con uno ,
Con cualquiera serlo puede,
Y que á cuenta de aquel yerro
Los demás pueden hacerse.
Y así , para del don César
Poder mejor defenderme,
Y de camino estorbar.
Sin que mi opinión se arriesgue,
De don Diego y dofia Elvira'
Los amores y papeles,
Yéndome con una amisa
Noble , cuerda 7 confidente;
A quien de mis penstmlentot
Di cuenta muy largamente,
De|é mi cisa , flogieido-
Que por uno 6 por doi aeaes
Iba á eierta roaerie
Que oflreel esUndo i la muerle;
Si bien bemos meikester
Tratarlo todoi de tuerte,
Íue mi gente no ■oe tea,
ne es lo que p«ede tMMfse ;
Aunque venlaiea al Prado
Desde loe CoaTaledemes,
Que es lo mlsBK> «ue pesarse
A otro reino un ddlaoieate;
Y asi , no ¡MU que tener pena
aue ninguno noa encuentre,
as , porque pueda mejor
Saber todo cuanto intente
En su volumad don Diego»
Dispose que Inée sirviese
Cerca de su casa, en easa
De cierto hombre de papeles,
Secretario entre dos luces ,
Ni bien letrado ni agente;
La cual saliendo de casa,
Y enconUrando adrbdeinente
A Monson , que es el criado
De este mí amante valiente.
Le ha dado octsk» BUslante
Para qne el tal la requiebre;
Y en Un, son yi tan amigos.
Que la cuenta y la reiare.
Para cumplir con el aombre
De criado y de alcahuete.
Cuanto Imagina aa aoM ;
Y ella volando me viene
A avisar de lo que sal>e.
Para que yo lo remedie;
Con lo cual, ella mudando.
Por si alguien la conociese ,
El nombre de Inés en Juina,
Que no tiene hteonvenlente,
Y yo el de dofia Isabel
En Dorotea Gutlerret;
Ella estando, como be dicho,
Mirando cuanto sucede
En la casa de don Diego;
Tú , por lo que ae oflremere,
Tomando en esoui calle
Un aposento por m)esee.
Y yo en cas de doAe Bmia
Estando de aquesta suerte.
Pienso hacer mies enredes...
Mas ¡aydeloe! ella vleae.
Por lo que pueda importar
'^e no te CQMivca, vte,
étclnés.
^
¿(idmemeUamot
aeilA náML.
Juana iba á dedf , erréme;
Vete de presto, per Dhm.
Él to gnarde, como puede. * (taif.)
Stím JUUOi DOlU llVIMá t
LUCU.
wqHU hubl.
Y tú , puee vieaes á ese.
Sirve de nedre | neudieme •
De doncella de mbor.
jmjo.
Bitrafias sois tas midem
En dando en algna ÜSM.
lolU m.vmA. (4p. é ImCs.)
¿Que tas huesa ema tieaet
Yo sé que eu viéndola haráe
DeHwoeqMeueiií
8M
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE HONTALVAN.
Va mi seBon os *ta>rd>>
B^en podéis bablarli. (A ioñe liábel.)
mío.
Déme
Vuesaacé , si no las roanos.
Los piel , para que los bese.
BOSt ELTIH4.
Dios le guante ; no esté asi,
Álcese.
iQué le parece
Del buen viejo j de su LlhaT
POJA ELVinn.
1^ rétenme bueoa gente :
V (liga : aqiiesa doucella.
Cúbrase, ¿qué nombre tiene*
Dorotea.
Uucbacba , ¿qué te delieties?
Liega, que llama señora.—
De rergonio^a ettmudece;
Que ei su cortedad notable,
Pero no por eso pierde.
OOS* ELVIRl.
¿Has servido en otra pariet
ILUga y hace unareptreneia d<
ttabet.)
doSa isabkl,
A mi padre solanieole
He servir »
Que csli o (iene
Por ser el ano tan inertu ,
l'oa casa prind|)al
Le be pedida que me dicse
Donde servir: liauíe dicho
Üe la vuestra
ir de esta suerte.
Ka es porijut! ella está delante
M porque pasión me mueve.
La rnncijacija es para niucliu.
Porque una casa rcvuelte
üe alto* en bnjo eti un insta nii!
DoSA ISABEL.
.e ofrec
Que lodo (ifspuc
(Sabrás locarme TprendiTn
i\p. Pilla que parezcas mal
Hari^ cuaiitii vo pudieiv.j
Es lu Iji-rmusura laii ^r.tiiilt'
yiie rasi pueile orpndiTse
Que la busifues adereius
Tenemos en Pei^araoiía,
y en la calle üe Valverde
Vive uij sa.ítre de mi tierra.
Que me liará en cuanto hubiere.
1 1.4;). Para los intentos mios
i (^omn de molde me rieiie
Esta mota, pne es discreta
V parece diligente,
Para poder conliarla.
Cuando ocasión se oft«clere,
Los amores de don Diego.)
iHasme de servir por meses,
O cuncerlida por aBosT
doSa isabcl.
I Como mi padre quisiere;
Que en esto y en la soldada
I Hacer i su gusto puede.
laeuci
j E^s salario suliciente.
j DOÍA ELVI
MIHIIUO.
Pue> TM,
Que salís 1 deteaeme,
;Qo!éo sois?
DoflA ñau..
(Ab. PneiiiiBAiBcfa
¡Ay de m\'. si lo ■apleitfj
Sov doncella de labor
usted ci
Si, Señora.
! Pues tráiganla luego . f cree
> Que si le hallas bien eu casa,
I Hasta que vo te remedie
>'o saldrás de ella jamás.
DOÍA tSABEL.
: Bien sube el que está presente
! Que solo por remediar
I La pena que el alma tiene
Vengo it lu casa i servir.
Pues vén.para que le enseñe
' Lucíalo qneliasdetiacei'.
duSa isabkl.
El cielo lu vida aumente.
Ten li'islima de mi vida.
Mas \tvs Dios! don üi^o es este ,
y mi cara lo dijera
Cuando vo no lo dijese.
Muerta esto;.
.Suff DON lilEGO T MONZÓN.
, No vi^iiimos tal ; bien puedes
; Entrar.
DOS OIEUO.
¡ Pues aguarda un ralo;
j Que yn saldré lirevemenle.
! Tengase vuestra merced
M;i. Miiclii le i. hablar aefertej:
radedoacelli.
do.Iá isabu.
Tenga vergüenu , ó daréis.
■oRax.
¿Qué me dari , que uo umeT
ooSa isAUí..
Al diablo.
Qae M !■ llave.
En preguntarlo ; j uJ.
Entrad j decid...
Sttie DOSA ELVIRA.
doSa elti*a.
Üetenie;
Íne para veno mas prauo
e ulido á responderte.
DO^A IMIIL.
EuHr^d''onde ^ ÍMíimS
Que, annqne
Es mucho
¡Alisi!
Ya sé que
WM aiUD.
¿Has recibido cata dusa!
boSa U.VIU.
Si , don Diego.
Uianto pnede encarecerfe;
Mas , volviendo á mi embijadi.
?i es que hai de Teñir, ■dvitnc
Que es larde, por vida mli.
POS* KLTIU.
Agora dieron )aa iiiieve,
V
V
Siempre ijuieii
Vé delante.
. nojU n.nu.
IPi
sta i-aiíi
IJU que se entre
Sin ilccir quién es primero.
Para que el recado p.ise
» el ampo de la nieve;
sndo ocasioo, la embisto,
ga lo que viniere.
DOfik ISABEL.
)nse. ¡Brava llaneza!
MONZÓN.
lor todo lo vence.
DO.XA ISAbCL.
3 ¿se tienen amor?
MONZÓN.
(ñora, amor se tienen;
s amor muy honesto.
DO.^A ISABEL.
rán casarse?
MONZÓN.
Si quieren.
D05ÍA ISABEL.
r¿ cierto?
MO?(Z0N.
Tan cierto,
a les dan pirabíenes.
DO^A ISAIIRL.
lala pascua te dé Dios,
rimer.'i que llegue.)
¿adonde sale agora?
M0N/.0.X.
^asa.
DOÑA ISABEL.
¡Lance fuerte!
casa? {Ap. i Muerta estoy!)
MONZÓN.
rque pasan los reyes,
innilisimos años
lo guarde y prospere,
iblico esla mañana
Jerónimo , y quiere
o hacerla uíi festejo ;
pues ellos se quieren •
criados son monos
» amos , ya me entiendes,
, asi vivas un siglo,
tro de pocos meses
|ue t)ios de doncella,
de pecado, ¿puede
tn parecerte bien?
DONA ISABFL.
Dh amor , qué ingenioso eres! )
ede.
MONZO:i.
¿No? ¿Porqué causa?
DO.ÑA ISABEL.
e ya me lo parece ;
guarda mientras digo
viejo que nos deje.
uien llega á querer de veras
les cosas emprende )
él. ¿Julio?)
JDLIO.
Señora.
DONA ISAUEL.
Volando,
e importa el ir muy breve,
les y dale esia llave, {Se la da.)
5 del cuarto y del retrete
n Diego , qué la nuche
limos l:is dos á verle
ije, y diia que al punto
•ierre en él , y se lleve
ior vestido mió
que guardados tiene,
espere alli tapada.
JULIO.
on eso ¿ qué preteodet?
DO^A ISABEL.
nponer á dou Diego
I
Li DONCELU DE L4II0Í.
Con Elvira para siempre,
Porque Elvira va á su cau,
Y, cuandb menos lo piense,
Ha de topar con Inés.
JULIO.
¿Y si acaso...
DOftA ISAIEL.
No me alegoes
DiBcQliades ni riesgos.
JOUO.
Alto; voy i obedecerte. ( Vom.)
ItOñk ISABEL.
Ya bien me puedes hablar,
Y pues quererme prometes.
Para que yo lo conozca
Haz de modo que le raegue
Tu señor á mi señora...
■02ttOX.
¿Qué?
OOflA ISABEL.
Que á la fiesta me lleve ;
Que en mi vida he visto al Rey,
Y deseo conocerle.
HONZOII.
Pues haz cuenta que alli eslAs
Aunque á todo el mando pese,
Y has cuenta que vu te quiere.
DOXa ISABEL.
¿Mocho?
HONIOH.
Hernfsimamente.
D05a ISABEL.
¿De veras?
MONZÓN.
Por esta cruz.
DO^ ISABEL.
¿Juras? Mira no revientes.
■ORZON.
¿Por qué?
DO.^A ISABEL.
Porque Juras falso.
MONZÓN.
¿En qué ?
ÜOñk ISABEL.
En decir que me quieres.
Siendo hombre como todos.
■ORZON.
Tú lo verás.
BO^A ISABEL.
YiDoiieoes
Hoza ninguna?
MONZÓN.
Ninguna.
DOffA ISABEL.
¿Ni una Juana que aderece
Tus valonas?
aoNzoN. (Ap.)
¿Cómo es esté?
DOÍIa ISABEL.
¿Que tus camisas remiende»
Que tus pañuelos jalione
Y te cosa el zaragüelle ?
■ONZON.
Tengo el alma muy soltera .
OO^A ISABEL.
Y ¿si viaiese i saberse,
Y te tonase con otra.
Como a muchas acontece?
■onzomJ
Degollarme , como hizo.. .
DORa ISABEL.
¿Quién?
. aONtON.
Maili de Iliqaelise,
Porque so galán llqgé
A ofenderla enormament^
nodUiiAML»
Pnes enidade con el diet.
Mira que f0| ina sierpe^
Pero mi ama ha iinmado.
Voy á saber lnq«e qtdm^
<lta|.)
May lindo debo de ser,
Paes todas por mi aemaeren.
Se/M DON C£SAB t TMfTAN,
' BORCiSAa.
¿fiaenoesdeneasi doalNesil
TftMTAll.
Ahora dicen gae mIIÓ.
¿Quieres irter
THstan,iio;
Que es fuerza qme vaelva loefo,
Porque espera a doña Elvira»
?ne ayer me lo dyo á mi ;
asi, en tanto dádenqoi
(Pnes todo Un bien sa mlr^
Las horas enireicndrémoe.
TIISTAK.
Y ¿cómo de amor te va?
DoiicásAn.
Como quien sin alma catA
Entre diversos enrenios;
Porque aquesto qoe te d%t
Con don INego me ha pasada,
Y aunque me fin deaengiflade «
Y es en efecto mi amlg»,
Y unto, qoe entre loa dea,
Si asi decir se eonaleate ,
Vive an alma solaHient%
No puedo dejar, por IMos,
De estar eonflado entre úii.
Sin atreverme i ereer.
Entre el dudar j el temer.
Aun lo mismo qoe yo vt ;
Porque saber yo de cierto
§ae en Elvira ealA adorando,
por pontos eaperande
De sus bodas el eoMlcno ;
Llegar á fiívoraeenne.
Por el pasado dlagnaio.
De so casa, como ea Julo;
Decir qoe la eattaaea .
Porque estaba denira Blfia;
Verse laegp la menUm« ' /
Viniendo Elvhra deapoea;
Parecerme ft mi qde vi ,
Si no fué enejo A error,
A Inés en el corredor.
Como te estoy viendo i II;
Ser aquesta Inéa cribda
De dona Isabel; á qnien.
Como sabes, gaiero Men ,
Aunque de nfaomr ae oMiida;
Sallrme de allf, jah ervell
Viendo ane el alma h ilmii.
Para saber si en ai cáaa
Estaba ja dola laaM ,
Y verla yo propio IvcfQ»
T con elbaa qria^a,
Ennnaamaeerrada;
Volverme al ponfo « den Oitfo,
Y decirle eómo amelm '
A ana dama ffca j4lella,
Para cásame eeo «Ha, ^
PeroqaeaaeraeeMt
Be qoe él tnnbicila fKria ;
Y qoe asi, mereed me Miigae
Qoe eon verdad me 4Urae
Todo lo qaoffiMf iNiMn,
Como amigo; cabillero;
y responder, mero,
l'ítiH í^-
El jaicio veuga á perder
Para
Ue
■■ píen
Be don '^^SEi
Sin aven ji4
Que ella; ¿I
Esperar á que lo diga
El tiempo.
V ella «qué dlceT
SuT. Tristan. lan infeliec .
Y e« ella Un ui eoei
UueíG
Cuando oslábamos en esio.
Sale I NÉS , lapada g blidrra.
Hallarme Julio lan presto
fue,
V asi , -.4^
Oue el que liasU ahora iit* iraiOu .
Pudre hacer lo que mi ama
He manda; mas ja; de mi!
(jue don César esta aquí.
V ;es Elvira aquella dama?
Auuque su talle ual lardo
Lo promete, uo lo sé.
nís.
¡Válgame el cielo! ¡(Juéhsré?
Pero ¿de qué me acol>ardol'
Esto; lapada, ; don Diego,
Cumo dice mi señora ,
Con Elvira queda npora
Agaardándula. Yo llego,
Pinniuc la ucasiou se pasa,
V ahro, auuque miren los dos:
Aiiuesio es hecho. (Miri- la piitria.)
P<ir Dios,
Üue es la dama mnv de casa.
Pues que puede á cualquier lion
Entrar sin pedir licencia.
INÉS. (Ap.)
Esto loca á mi obediencia ;
HaKa la fortuna agora. (Vmí.)
Salfn DOSA ElAlltA i ÜOSA ISABEL,
tapadas, que entran por otra purria.
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE HONTALVAN.
Es muy cortés caballero.
DO^ CttA*.
Otras damas han Tenido,
V que sobramos sospecha.
Si sobran.
Pues va nos vamos:
Que no estorba quien es cuerdo.
(Va.
DO.IA ELVIR*.
iQué dijiste?
Hu; temprano hemos venido.
Uulen ama anticipa el líenipu.
(,lp. iCraneosa luera i|ue Inés
Lleüada hubiese pr' ~~"
i>o3a is^rel.
Únese fuesen.
Son discretos, ; lu hicieron.
Ooii Cé
igo.
Vna mujer: r^iiil^cir
A sn galán : >Yu te quien>,>
.Si ve que tiene delante
l'n lestlKu de sus
Ecbaá)^
V ronvi arroyo de invierno.
Entre la iHica y i-lglnia,
Entre el recalo v el miedo.
Se hiela, de n'sfriado,
En el camino el requiehvu.
Muv bien has dicho; mas dime.
¿AtVinde quedó don Uieün?
llablandnen esotra C.ille
Con dos ú (res calía II erus
Se detuvo.
Ouc la misma ciindicion
Ten(!0 j'u con lo que quiero.
41 a'sa
l'u he coíwado mucho anior.
Todo este amor te mereico
Por lo mucho que le eslimo,
(.tp. Que si mu vieras el pecho.
He enviaras noramala.)
Pero volvamos al cuento
he la noche que en su cuario
No te deji'i entrar.
Da5lÁ tXVIHA.
Ko puedo,
Dorotea, proseguir;
i Que cu:mdo de esto me acuerdo,
I Quisieran» haber nacido.
I doKa isabci..
I Y en efecto, ilcnia dentro
I Encerrjila otra mujer?
n
U porque
O ¡lorque
Queleadmlllladi
Para vohcr i mi yerra;
Pero ;:i don Diego tino.
DoS* IMBEL. (Ap.,
V con él siente mi pecho
El fuego de lodo nn maiido.
Salea DON DIEGO t NO'ZON
Al gutlo le ue tiempí
>~o sin mnrmulto del alBaa,
Oue, cebando menoi el drto
Üe TueslruH ojos , estaba
Como fuera de lu cenUO.
¡Jesús, ;
Eslodon
Perdo""
liKO
Y deslié m k
Qae i su lin te le opniierai
O por delito de omm,
culpa de k'<*>mm:
LO candido del HMiegtk
doSa luau»
¡Lindodiscnrto j moral!
MÜA ILVIIA.
4 Qué dices!
(Ap. V qü
Estojde
Qne leng
\o eitl: pero por ki ncMM
EiU mejor qne olnia tcm
Que quien eapentw...
MriAU.nu.
I me pesa de haberte
i cuiaado puesto.
DON DIEGO.
cuidado, sino gusto;
itremos allá dentro,
5 algunos vidrios,
)St cuadros y lienzos
en arte y mejor gusto.
DOÑA ELVIRA.
|ue tú gustas, entremos,
le será menester
> mires bien primero,
) ponerte en peligro
rme á mí algunos celos.
DON DIEGO.
ué donaire bas tenido!
DOÑA ELVIRA.
el cielo que lo temo.
DON DIEGO.
fué lance forzoso.
D05ÍA ISABEL. (i4p.)
este será lo mesmo,
¡o tuvo lugar
isar á Inés con tiempo.
D05í A ELVIRA.
I no dudo yo
siendo vos tan discreto,
Dorando mi venida ,
s anoche, por lo menos,
a casa segura ;
0 sé que, á no saberlo...
DON DIEGO.
1 lo mismo, t)or Dios.—
Eon!
MONZÓN.
j Señor!
DON DIEGO.
Abre presto
:uarto.
MONZÓN.
¿Con qué llave?
DON DIEGO.
a tuya.
MONZÓN.
i Bueno es esto!
?ció mas desde el día
escondidas estuvieron,
u mal, aquellas damas?...
DON DIEGO.
s verdad ; mas yo tengo
ave doble, y con ella
ré; pero ¿qué es esto?
Sale INÉS, tapada.
INÉS.
i tiempo de venir?
MONZÓN.
game san Nicodémus !
INÉS.
¿qué hace aqui tanta gente?
DON DIEGO.
)S ¿qué hacéis allá dentro?
DOÑA ELVIRA.
Diego, ¿para eslo hablas...
DOÑA ISABEL.
y tan gran descaramiento?
DOÑA ELVIRA.
yo me tengo la culpa.
DOÑA ISABEL. {Ap.)
ra comienzan los truenos,
laello de ¡plegué, plegué!
DON DIEGO.
ora, esperad. —¿Qué es eMo?
LA DONCELLA DE LABOR.
I Mujer, fantasma 6 demonio,
¿Por dónde has entrado?
D05ÍA ELYIIA.
Bueno:
Graciosa está la pregunta.—
Vén, Dorotea.
DOfÍA ISABEL.
¿Hay despejo
Semejante? ¡Que tuviese
Encerrada en su aposento •
Una dama, y ahora otra !
DOÑA ELvnA. {A doña liabel,)
¿Qué te parece de aquesto?
DOÑA ISABKL.
¿Qué quieres que me parezca?
Que si por el pensamiento
Te pasa hablarle ni verle,
En público ni en secreto.
No tendrás honra.
DOffA ILVIRA.
Es verdad;
A no velle me resuelvo.
■ONEON.
.Hay tramoya semejante?
mis. {Ap,)
Si me hace seguir don Diego,
O descubrir, se descubre
Sin remedio aqueste enredo;
Y asi , es mejor, pues mi ama
Por seibas lo está diciendo^
Irme.
■ORZON.
¿Dónde va. Señora?
INÉS.
A mi casa.
HOMZOK.
No hay remedio;
Que primero hemos de ver-..
inís.
(Ap, Si por6a aqueste necio ,
Me destruye toUlmente;
Y asi, es mas cuerdo consejo
Descubrirme solo i él.
Pues con él no tengo riesgo.)
{Descúbrese á Monzón.)
¿No echas de ver que soy Juana?
Que solo por verte vengo
De la suerte.
■ONZON.
¡Jesucristo!
De esta vez el juicio pierdo,
in£s.
¡Qué! ¿Te admiras?
MONZÓN.
Pues di, ¿cómo
En este traje te bas puesto?
Es madrina aquesu Urde
Cierta aipiga ae un bateo,
Y andamos todas de flesU.
■ONZOlf.
Y ¿cómo entraste acá dentro?
vxts.
Eso es para mas despacio;
Que fue un notable suceso.
Déjame salir ahora,
Y no digas nada de esto
A tu señor , porque importa
A los dos.
MONZÓN.
Vete de presto.
Mujer ; que, si lo supiera
Mi amo que aqueste enredo
Le ha venido por mi parte, v
.No bay que hablar , ftaera muy cierto
Qi^ me <liert de estocadas.
m
mis.
Poes adiós, y ?ene luego. ( Y§i$.\
DOÍlAttAMn..(i||».)
Oradas á Dlos,q[iie-se hé;
Que me estaba eoommiéBdo
De ver lo que se tardaba.
wHlnoii.
Bravo caUo se ba revuelto.
BOJiA tLVUU.
Yo no be menester dlKalpas;
Dejadme salir.
SON oiuo.
*Né quiero,
Rasu que diga quien ee
Aquett dama primero.
Y ¿adonde está esa aellora?
¿Dónde? En aquese ipoaento.
¿Cómo, si ya sa eseipót
ooRHieo.
Pues, infome...
POiAtSAUL.
Baeed eitremoi
Y enojaos eon el criado.
Siendo de enurambos concierto
Que se fuese ; ¿qnlén lo duda?
IKNI BIBfiO.
Anda, picaro, corriendo,
Y vé tras ella.
BoffA nviiA.
Detente;
Que es cansarle sil próvedHi,
Porque ya Monion lo sabe.
BOtUlSAUL. •
Aqueso verálo un ciego.
'Doumook
Pues Iré yo, Juro áDioi.
OOilAltABII.. •
Sois muy parle en este pleito;
Y asi , aunque mi seftora
Desiste ya de queieros.
Solo por curiosidad
He de Ir yo sola averio.
DON 1B60. .
Anda muy enhombaona.
BOÜA ISABSL.
Pues aguarda; que inmel^- (y^se.)
90ñk ILVmA.
¿Para quó, al np me importa ,
Y tengo de irme al «omento?
Muebo os quiere eaU doneelli.
B0lAn.TUA.
Es mi criada en efecto,
Y ba senado, eo«o eajuato.
Lo que conmigo te bu iecbo;
Pero mas neda aof yo
Que TOS, faigrato y gfoaaro»
Enescuebarot;? asi.
Adiós 00 quedaif. dou Diego*
Y en vuestra flda...
BOX meo.
AdfOitld.*,
BOiASLimA.
Ya el deteoeroM ea denredo;
Porque ea qnmer eugaliwif
Segundavea.
Slulqultn^
Qnlltineélelelaleviia,
EL DOCTOR JUAN PEKEZ LE MO.VTALVAff.
DO$A CLflRA.
Pdm ti «oís cortéi, Md cuerdo,
Y dej;«dine:queierá
Obli;::irine i *\ne e\ respelo
Oi pierdj.^ Lucia fVainoi.
MU MEGO.
Por no cansaros os dejo.
¡No mas don Diento en mi vida!
M0. t'a volcan llevo cu el pecbo.)
{Vate.)
non DIEGO.
Si no pierdo ahora el juicio.
No es posible que le leiigo. ~
NoDZOD , ¿qué es esto ?
NO^IZOX.
Pues JO
¿Cómo lengo de saberlo?
(Ap. Para el puto que dijera
Que ¡o sahc.)
DON DIEGO.
No lo entiendo.
Yo ssli de aqui denantes
Por Elvira, y cuando vuelvo,
Hallo deiilro una mujer,
Y bri un año y mas que no veo
En Madrid dama ninuuna
Que pueda con lal despecho
Hacer papeles conmigo.
vo^zo?!.
Lo que yo. Señor, sospecho,
Es. quc'la misma que vino
Esotra noche pidiendo
Contra su espuso favor...
DON Dir.GO.
Yo también asi ¡o entiendo;
Mas si ella me quiere al^o.
¿Con qnt^ lln 6 i'on t\i\^ intento
Se v:i iLin decirme n^idn,
Y solo viene en viniendo
DoiVi Ehira.que parece
Que estAii las dos de concierto
P.iraquiiarme In vifla
Después de quitarme el seso?
Saíf DO^A ISABEL.
hoSa isarkl.
4EsL^ mi señora aquí?
DON Diiir.o.
No, que fueron sus exiremos
Tules, que aun iioquisu oirme
Vwa ratón.
doSa iSAni.L.
lli/o en eso
Muy romo ninjer de bien.
III) N MI. ¿o.
Pne* di, YO ¿que c\\\\u tengo*
S\us SI Hupisle quien t*ra.
Ya que la fuiste Mj^niendo.
I>inielo, puia qneva^a,
\ la (lina...
no^i isAon
Y ;^ fu ría Inieno
Que prlinertí que .) mi ama.
Cuando de le d im* |trer¡<».
Os diJiTu 1(1 t|ue he xislo**
xVíne impoiia^ Yo le promelo
he no dcoirlo en mi \ii{,i.
Si en eso puede h.íbfr rifSjii"»,
Y loma para una gahi.
MON/O.N. [.\ft.\
Si lo dice, yo me pierdo.
DoS\ isum.. ^ÁpA
Ahora b¡en,e$io se v.»
A mi ^usio disponiendo ;
Quiero parecer criaJa
Y lomar este dinero
Para decir |i«?rciindida
i Lo mismo que >o deseo.
[ Dfíy DIF'iO.
I ¿Qué dices?
\ DO>A isa:íí:l.
*■ Que en In palabra,
! Como, en fin, de caballero,
I Cunlíada, lo diré.
I , DON DIEGO.
! Ya te escucho.
DO.^A ISADr.L.
Esláme atento :
Apenas sali de aqui.
Cuando á cuatro casas veo
Que est:iba un coche cercado
De pajes y de escuderos,
Y que la dama encubierta.
Que salió de este nfiosento.
A toda prisa se enlraba
En él: mas reconociendu
Que yo siguiéndola iba.
Con rostro af.d)le y sereno
Me dice que entrc'en el co'he,
Que quiere hablarme en secreto ;
Y apenas, aunque turbada,
Por no saber el intento.
El pié ponido en el estribo,
Y en una almohada me siento.
Cuando...
DON DIEGO.
¿Qué?
DO^A ISABEL.
Se descubrió,
Y un rostro miré tan bello,
Qne recelando el peligro.
Volví á mirar al cochero,
Temiendo nos despeñase
I Cuando partiese I ipcero.
Porque para srr l'aelonle.
Siendo el sol e! que iba dentro,
I Me pareció, y con razón,
'. Que tenia lo m.ns hecho.
UO.NZON.
¿Y eso \lsleIo tú propia?
DOXA ISAKF.L.
Pues ¿(|ué quieres para ello?
MONZÓN. (Ap,)
Quiero dar gracias á Dios
De qi:e callo y no resiento.
DOK DIEGO.
Dime por menor las senas.
DONA ISVUEL.
Ella es. Señor, de mi cuerpo,
i'.on un alma en cada acción
V nna vida on cada acento;
I tijos. aunque ro muy pandes,
, \i\os, herniosos y neuTos:
Pelo t's.tio negro y castaño,
' ^ tai: bien rizado el pelo.
Que pare< e que la envidia.
■ Si no la sirvió de espejo,
! 1.a dio el luego para el molde.
> soplo v\ amor v\ fuego;
Fra ni«»re!:a de rara.
Mas no lia en ella defecto.
Sino fiior;.»; t;ne si el Si-1
H.ice lie lo bLinco negro.
Sm (¡uJ.t a.gii;: I li»* Midjí
. K lía al de sns i'jos niesmos
IVsde el dia v.ue u^cij.
Se le pe::o lo nior.'no:
^ asi. luo 'lelilof Ti pi*»
I.o que e;i oirjs e> iMenr».
VWj en e!tv:o e^ un n-ige!.
^ irne e''».s'V*^lo bnefo
T.d Inei7.». qt.e ¡jonqi.e yo iba
A ¿or m; liscal. en \i'jiidj
I
Su hermosura me teap4e.
Y mas. Señor, cuando. abnccA:
Una caja de rubíes.
Que era en circulo peqMio
Guarda* joyas de bs pertai
Que estaban pared p&rmtim.
Me dijo : « Si es que tmís
A verme, como sosperhft.
De parte de aquella daai.
Decid de que la conSeM
Que vo soy la que uoaaoelf
Kiitré en casa de doo Diffn
Porque le adoro, si Mea
Aun decírselo no pued#:t
Y al ir á decir la cansa
Se atravesó de por medie
En la fpripnia nn snsfira.
Y en los dos nebros Ineerw
Un par de aljófares vif«s.
Que se arrancaron del pechi
A ser borrones de nieve.
Saliendo de arrcyo< negni .
Con esto me despedL
Por mas señas, que. salindt
Del coche, conocí un paye.
Por el cual leniio por cirro
Que es su ama una señen
Ilustre por lodo emfou
Y por todo extn-Bo rica.
Porque tiene, a loqnepiw.
Seis mil ducados de rectt
Para hacer su casamitmo:
Esto es. Señor, lo qne vi.
Y con esto, adiós, que el ties^
lie hace íalta, v mi seiora.
Viendo lo qne me detenta.
Es fuerza estar con cuidado.
ao^Mcca.
¡Por DioSp queesnionenD'
n05703i. «iy ■
¡ Jesús, y lo qne ha ensadiado
De mentira» v emSielecos!
Alguna leg^ioñ de sa<ifes
Se le ha metido es el cacrpe.
Según los enredos traza.
noS&iSáacL.
Que me dejes ir temefo.
I
Espera ; y ¿no podré
A quien tantas
Ya que pierdo á dnia Qfía?
De eso despacio
Qne yo buscaré
Para'verte; ndiof.
no^MESo.
El
Te deje lograr tns
Famosamente se ba bache
•os MtfiO.
¿Qué dices de esto»
\m
i
Que eres un p^n majidPfii
En halier creído tados
Embastes sko fondaí
¿Qué dices?
No puedo. Señor, nc ¡uneds
Dejar de aInmiTaric rl pcoo
Qür tieaes entendimifnn>
D^'íéndole lo
Mas esto con tal
Que proi
I Si proneto;
MONZÓN.
ligo que cuanto ha dicho
cara es enredo;
e la mujer que estaba
;e mucho allá dentro.
I pobre fregona,
ila á la xueita sirviendo
genie de negocios.
00:<I DIEGO.
loco?
]io5/.o?r.
Aquesto es cierto,
í yo la vi la cara.
l>0?f DIEGO.
i, bárbaro, ¿á qué efecto
ni cuarto se entró
o cerrado ?
MONZÓN.
Eso
dirá después.
DON DIEGO.
;ónio, estando sirviendo,
n traje de señora?
MONZÓN.
í ha de ir hoya un bateo
ras amigas suyas,
estidos se ha puesto
ima : aquesto ha sido.
don'dieüo.
'a, di, Á con qué intento
jicbo tantas locuras?
MONZÓN.
;ho se está ello :
ento de probarte,
r tu pensamiento.
DON diego.
je he de perder el juicio
uesto?
MONZÓN.
No hayas miedo.
don diego.
né?
MONZÓN.
Porque no le tienes.
>sa de caballeros.
don diego.
me hablas de burlas?
e, vive el cielo.
monzón.
s tal, porque sabré
las de Villadiego.
RNADA TERCER.\
<ÉS, en traje de criada ;
DIKGO Y MONZÓN.
MO.NZON.
ís delante á Juana,
á lo (|ue hay en esto.—
lermana, lleí^a presto.
INÉS.
poco eso de hermana.
DON diego.
uaná, la verdad,
s del modo que estoy ;
palabra le doy.
fué lorneridad
30 mi casa asi,
nojariiie de nada.
. INÉS.
I eso confiada,
DON
LA DONCBLLA DE LABOR.
Digo, Señor, qne yo fai
La que salí esta mañana
De tu coarto.
MONZÓN.
Hoéigome,
Pues verás no te engañé.
DON DIEGO.
Es verdad ; mas dime, Jaana,
¿Tú no abriste este aposento
Para entrar?
iNás.
Tú lo dijiste.
don diego.
Pues ¿con qué llave le abriste ,
O cuál faé tu pensaroieoto?
Habla, no estés lenieroaa.
INiS.
Pues digo...
OORMIGO.
Di.
INÉS.
Qáe uoa dama,
Que no sé cómo se llama,
Aunque sé qae es mov hermosa,
Dándome an dia ana llave.
Me ofreció eincaenta eseodos.
Que hicieran hablar los modos.
Si con paso lento y grave
Y en hábito diferente.
Muy airosa y muy galana.
Entrase aquí esta mañana.
Sin queme viera tu gente.
Hasta tu cuarto ; yo entonces ,
Sus lágrimas enjugando.
Que enternecieran los bronces,
Y tanto escudo mirando,
Y mas en un tiempo lal,
Que hay mujer hermosa y tierna
Que entrará en una cisterna,
Si se ofrece, por un real ;
Vestíme, upéme, entré.
Santigüeme, el cuarto abrí,
Sentéme, abriste, sali,
Y los cincuenta pesqué ;
Fué allá iMonzon en volandas,
Habléle con claridad.
Vine y dije la verdad;
Mira si otra cosa mandas.
DON DIEGO.
Que lomes, porque se vea
(LadúUMtoriija,)
Que no e.stoy muy ofendido;
No hay aue hablar, verdad ha sido
Cuanto dijo Dorotea.
MONZÓN.
Y ¿es cierto que ba de venir? »
DON diego.
Asi me lo ha asegurado.
' INÉS. {Ap.)
Lindamente se ba tratado.
DON DIEGO.
Monzón, yo me quiero ir.
■omoif.
Vive Dios, que eres demonio
Para cualquiera suceso.
INÉS.
Valgo yo lo que me peso
Para un falso testimonio.
.Mas diine, ¿qué dama aguarda
Tu señor, y ski mentira Y
■ONZON.
Gs una moza de £lvh*a.
Y ¿es alentada? ¿Es gallarda?
Porque ttoquislera...
■0III02I.
Tanie;
Cne contigo uido es poeo,
Y fuera deeso^ ea vi eoco.
Sale UÚÑK I6ABBL,
DOÜA ISAilL.
Cualquiera dirá qué miente.
En saoiendo (fue A selr tengo
Yo la mujer que ofeodid.
■omoH.
Eso jurábalo yo
Por la ventora que téttgo.
IK<S.
Pues ¿qué importa, reina mía.
Que mienU ó diga verdad
Un hombre con foiuotad?
DOJUiSAltL.
Importa la oorteita,
Porque, á podw Importir.,.
Mas no es menester dedr;
Que no me paedo abatir
A una presa tan nrigar.
INÉi.
Pues mire... Pero ha venido
Tu ém% y ne voy poroto.
■oaitoNJ
Trágico ba sido el siiéeao.
Linda cólera he perdido. ( Fi
StOé DON DIEGO.
. DON DICOO.
¡Dorotea!
DOlUtUiSL.
¡Seliormlof
M:I OIBGO.
¿Es posible qoe acertaste
A esta casa? N6 lo erep.
Ya sé el fli vor i|ae me haces ;
Pero quien sirve oo es libro.
i
Y ¿cómo va de peáaroi
Por allá ? ¿ Quiere ett d^ma
Cansarse ya dt^nnitatiiie?
¿Hase ya desengaftado
De que no eabieo qm me trato
Con tal rigor? i Ko reapondea? ■
Harto he dichoeoo no hablarte;
Ifo me pregiiotea« por INot,
Nada, que es aptaiooarmo
Porque, aunque ea mi ana, otftor
De tus liberalidadea
Tan obligada, que alooto«
Perdona si me oBOlaro»
Que tensa Ua «areaoio
Con on hombro do lu portean .^^
Pues ¿qué ba'Oidof
Y aer ella tan nmdablo»
Que se ha eaiado ^B otro»
Oeste ya para oaiarae.
Mstinoo.
DIAinto eat<q^ nal ÜÉ iorto.
■otáteüL
¿Cómo mált Con Mflipdrt«teo,
Eatoy yo <|oo piardbFáMéid ;
Porque, ftiera do airlidl.
Ha dadoá aoiandor qno minea
Te qolso; qao«kmno mbo
Agnardor orfh diaenlpii, *.
800
Sufrir tal vez un desaire
Y perder de su derecho,
O no es verdadero amante,
O es su amor tan melindroso,
Que, por no dejar curarse,
Enferma de los recelos
Y muere de los achaques.
DOTI DIEGO.
Pues bien, ahora ¿qué dice?
DO^A ISARF.L.
¿Qué ha de decir? disparates ;
Llamóme aquesla mañana,
Mujer en fin, no te espantes,
Y diómc aquestos papeles.
Diciendo muy al desi;aire :
«Dorotea, di á ese hombre
Que los queme ó que los rasgue,
Y que en su vida me vea , {Se ¡os da.)
Visite, escriba ni hable;»
Con las demás amenazas
Y protestas del romance :
«Mira Zaide que te aviso
Que no pases por mi calle.»
Ksto te vengo á traer,
Y esto otro vengo á rogarte ;
Mira que quieres que diga.
(Ap. Parece que le ha hecho sangre
En el alma, mas no importa.)
DON DIEGO.
Di, si quisiere esrucharte ,
Que se vengó muy aprisa ;
Que luego el cielo me falte
Si tuve culpa en su enojo.
Ni la he ofendido con nadie;
Y dila también ;ay triste!
Que sepa, si no lo sabe.
Que me caso yo también.
DOÑA ISABEL.
¿Con quién, Señor?
hOn DIEGO.
Con un ángel,
Y con una dama, en fin.
Si no mejor, mas constante.
D05Ia ISABEL.
Y ¿es verdad eso que dices?
DON DIEGO.
Yo siempre trato verdades.
D05ÍA ISABEL.
Y ¿quién es aquesa dama?
D0> DIEGO.
Aquella que me pintaste
Tan rica, hermosa y discreta,
Noble, señora y afuble.
DOÑA ISABEL. {Ap.)
Acabara yo de hablar;
Apenas me quedó sangre
En todo el cuerpo. ¡ Jesús ,
Y qué susto me costaste!
DON DIEGO.
Y asi, pues sabes quién es,
Dime, dímelo al instante,
Vengaréme de esa ingrata.
DONA ISABEL.
(Ap. Todo á mi gusto se hace.)
La casa yo no la sé
De cierto, mas por el paje,
Pienso que la acertaré.
DON DIEGO.
Pues dila, asi Dios te guarde.
DOÑA ISABEL.
Bien; ¿ves la calle de Atocha,
Y en medio de ella...
DON DIEGO.
Adelante.
DOÑA ISABEL.
]La Madalena ?
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MO:STALVAN.
DON DIEGO.
Va entiendo.
DOÑA ISABEL.
Pues en esa misma calle
Vive, á cuatro ó cinco casas;
Pasa por alli esta tarde.
Que ella te quiere de modo.
Que en viéndote, hará llamarte,
Y sabrás cuanto deseas.
Para aliviar tus pesares.
DON DIEGO.
¡ Ay Dorotea, si fuese
Tan linda...
DOÑA ISABEL.
No te acobardes.
DON DIEGO.
Como tú.
DOÑA ISABEL.
Donaire tienes.
DON DIEGO.
Pues ¿por qué?
DOÑA ISABEL.
Porque en donaire.
En belleza , gracia y orlo.
Cara, entendimiento y talle.
Es como el cielo y la tierra.
Sí bien, aunque desiguales.
En algo nos parecemos.
DON DIEGO.
Pues entonces será un ángel.
MONZÓN.
Luego ¿crees lo que te dice?
DOÑA ISABEL.
Piensa el ladrón , y esto baste.
Sale DON CÉSAR, al volverse doña
Isabel hacia Monzón,
DON CÉSAR.
Si habéis de salir de casa...
Mas ¿qué es lo que miro?
DOÑA ISABEL. {Ap.)
Al traste
Habemos dado con todo.
DON DIEGO.
¿Qué es lo que decís?
DON C¿SAR.
Dejadme
Que me espante de mi mismo.
DOÑA ISABEL. {Ap.)
Si agora me recatase.
Fuera aumentar la sospecha;
Y asi , sin mudar semblante,
Me tengo de despedir
De loa dos.
DON CÉSAR.
¡Caso notable!
DOÑA ISABEL.
Señor don Diego, \o pienso.
Fuera de ser ya muy tarde,
8ue os canso ;V asi , me voy;
ue yo prometo de darle
Vuestro recado á mi ama
{Ap. Aunque no como mandastes);
Y advertid <|ue si con bien
Aquel pleitecillosale,
Que mis guantes no perdono.
DON DIEGO.
Más pienso darle que guantes.
DOÑA ISABEL'.
Y con esto , adiós , don Diego,
Y cuidado con la calle.
Ah , si . que se me olvidaba
Del amigo de denantes.—
Guarde Dios á su merced.
(A don César.)
MKICASAB.
Y UmMeD k fos os gaarde.
Moinoii.
Y ¿DO bay para mi siquiera
Un besamanos que darme?
DO^A ISABEL.
¿Quiere cuatro manotadas?
■oaizo3i.
No , en mi conciencia.
D05Ia ISABEL.
Pnes calle.
{Ap. Grande lia de ser « si se acierU.
La tramoya de esta urde.) {\'ut.\
DOV CÉSAB.
¿En efecto esta et criada
De Elvira?
DOB BIECO.
Si.
DO:! C¿SAB.
Perdonadme;
Qoe, á nodecirmelo tos.
No lo creyera de nadie;
Porque es de una dama mia
Retrato tan semejante.
Que no se parece Canto*
Aunque la desmienta el arle,
A si misma esta muchacha.
En la cara y en el Ulle,
Como á la dama qu»digo.
DON DIEGO.
No fuera milagro grande.
Mas ¿saltéis lo que he pensado?
DOB CitSAr.
¿Qué?
D0B1IIE60.
Que sois tan fino amaBie,
Que cuantas veis se os anloiía
Esa dama , humilde ó grarc ;
Digolo porque también
A verme aver noche eniiastes,
Y dijisteis que la dama
Por quien sucedió aquel lañes
Era la vuestra.
DOBCtfSAB.
Es verdad.
DOB DIBCO.
Y me ioformastes deoanles
Que se ha ido á Guadalupe,
Y es cierto qoe la que hallasta
No ba salido del lugar»
Pues he de verla esta tarde.
DOB CÉSAB.
Y ¿adonde vive esa dataa,
Porque mis dudas se acaben?
DOB DIECa
Vive en la calle de Atocha.
DOBC£SAB.
Basta , yo pude engañarme:
Que esotra no esli en Madrid»
Y cuando aqueso faltase.
Vive en los Convaledenles.
Cosas suceden notables ;
Pero vamos i palacio
Antes que el tiempo se pase.
DOB MECO.
Donde quisiéredes vamos.
DOB ciSAB. (Ap*)
Amor , ja que aseguranae
De mis celos has querido ,
Tráeme al sol que me llevaate.
DOB DIEGO. (4|l.)
Amor , ya que dofia Elvira
El pico y las alas bate
Mariposa de otra hoguera.
Haz de modo que vo aldi
A saber quién es fa ^
;oesto tantos pesares,
le sepa á qaién los debo,
aüecido los pague.
(Vame,)
en D05«A ELVIRA t LUCIA.
DO^A ELVIRA.
ba de ser , ninguna me aconseje»
sa amor no quiere que me queje;
sé que si admito el casamiento,
! ser para mí tanto tormento,
olo ban de igualar á mis enojos
^grimas vertidas de mis ojos,
«as no podrán hacer iguales
lentes á mis males;
as lágrimas salen Gnalmente,
lue se va agotando su corriente;
las penas no , que á su despecho
án siempre en el pecho.
» en tormento tanto,
To que el dolor, faltará el llanto;
le , en fín , aunque en algo las ex-
[cedan,
is raíces en el pecho quedan,
sé que me pierdo si me caso,
por don Diego , á mi pesar , me
, ingrato don Diego [abraso;
la voluntad y á tanto ruego,
lorrece y desprecia,
mporta, si él es loco, el seryo ne-
ofende , en efeto, [cía?
na dama que ama de secreto ;
ea la ha visto y la ha seguido,
je saber su casa no ha podido,
le al irla siguiendo diligente
pudo perder entre la gente,
qu é puedo aguarda r en tal disgus-
luejarme de sil amor injusto? [to,
i el honor y cádcme forzada,
le es el verse una mujer vengada,
lo el rigor de un hombre laatro-
isto para ella [pella,
ue llore después el descontento
'ac hecho á disgusto un casaniien-
evaraei disgusto decasarse [to),
gusto que tuvo de vengarse,
pues que don Diego me ha ofen-
as veces me ha persuadido [dido,
que á don Pedro dé la mano,
galán , airoso y cortesano,
e de ser so esposa,
ue después no sea venturosa.
D05ÍA ISABKL, JULIO É INÉS.
DO:VA ISABEL.
os admira!
lo ha de ir don Diego, sino Elvira ,
I está trazado.
Julio, no has estado
oña Inés ahora?
JCLIO.
he dicho. Señora,
ibe lo que pasa,
te ha de prestar por hoy su casa.
DO^A ISABEL.
evaste el vestido?
INÉS.
está , desde ayer, apercibido.
DONA ISABEL.
i todo está hecho,
ue falta por hacer sospecho
o tiene ninguna
tad, si ayuda la fortuna,
lo que sabéis , sin que se sienta,
*más dejadlo por mi cuenta.
DOÑA ELVIRA.
ea?
DONA ISABEL.
¿Señora?
LA DONCELLA DE LABOB. .
POÜA ILVI1U.
¿Vienes acia t
DOfiA ISABEL.
Al salir encontré abort
A mi padre y hermana,
Y viénense conmigo basta maf&ana,
Poroue si se conciertan estas bodas.
Seremos menester todos y todas.
DOfiA ELVIRA.
¿Hablaste á aquel hidalgo?
D05Ia ISABEL.
Ya le be hablado.
D05U ELVIRA.
'¿Y los papeles?
DOÍIa ISABEL.
Va se los be dado.
DOÍIa ELVIRA.
Y ¿qué te respondió?
DOÜA ISABEL.
No lo creyera.
Si con mis mismos ojos no lo viera ;
Mas es hombre , ¿qné macho
Que hiciese como tal ?
DOftA ELVIRA.
Difunta escucho*
DOÍIA ISABEL.
Llegué , llamé al criado.
Entré allá dentro , díle tu recado,
Y con él los papeles que don Diego
Recibió con muchÍ.<:imo sosiego.
Sin mudar el color ni la tonada.
Señal que se le daba poco ó nada ;
Y torciendo la boca.
Cuando yo de mirarle estaba loca.
Me respondió : c Decidla i aqnesa dama
Que ya no sé, y si sé , cómo se llama;
Que se enseñe, si quiere ser dichosa,
A no ser tan cansada y melindrosa.
Porque después, cuando mi esposa sea.
Lleve con mas cordnra lo que vea;
Porque , insto ó injusto.
Siempre be de hacer lo que me diere
DOÑA ELVIRA. [gUSlO.y
¿Eso dijo, con ese desenfado?
D05ÍA ISADEL.
Pues au n yo lo he pulidoy lo he dorado,
Porque aun peor lo dijo que lo digo.
DOÍIa ELTI|U.
Pues si le vieras tú casar conmigo,
Di que el mundo me llame
La mujer mas infame,
Y mas con esto nuevo que te escucho.
D05íA ISAREL. {Ap.)
Pues si yo no me holgare mas que mu-
Y mas con loque oigo de tu boca, [cho,
Di que soy una neda y una loca.
DOÑA ELVIRA.
Y al fin ¿qué respondiste i aqueseinm-
D05ÍA ISAREL. [^0?
Nada , porque al reñirle su mal trato
Con mucha gallardía
La dama entró que viste el otro dia,
Y despedime viendo que ella entraba.
DOÍIa ELVIRA.
¡Bravo despejo!
DOflA ISABEL.
¡Y desrergüenia bravt!
DOÍIa ELVIRA.
Pues mira: aunque hay mujeres quecon
Aumentan sus desvelos, [celos
Y rinden con mas fnena el albearlo.
Yo, en viendo mis agrtfios, me resMo;
De suerte que si vlen
Yo k esa mujer , y de ella en fin supieral
Su amoryeidedooÍKego,
A don Diego olvidan dom loego.
DOffA ISABEL.
Pues ¿hay nitsqae Ir i vella?
más^
Biei lo adoba.
DC^A ELVIRA.
Luego ¿sabes quién es?
DOÍIa ISAREL.
Pues ¿soy yo boba?
A mi padre Bogué que la esperase
Y hasta saber su casa no parase,
Y contigo se iri.
JOLIO. '
De buena gana.
D05ÍA ELVIRA.
Pues mira, con tabermtna
Te quedarás tb encaaa , y si viniere
Mi do, le dirás que un ralo espere ;
Ene á la calle Mayor, pan estos días,
ili á compnr algunas nifierias;
Que yo vendré volando.
BOffA liABgL.
Bien has dicbo.—
Juana.
Ya entiendo; adiós.
•OiU ISABEU
LodicbOrdicho.
DOÍA ELVIRA.
Pues vén, porque me vayas por un co*
BOÍIa ISABEL. {Ap.) [Ci^
Gnn tela se ha de urdir aqoi i la noehe.
(Visfite.)
SáUn DON DIEGO t MONZOH,
en la calle,
DOlt BIE60.
¿No dijo que á dnco casu?
■ONZOIf.
SI, Señor.
BOTCMBOO.
Puesesttes.
■OUIOR.
Ya te he dicho 4|«e no son
Fiestas de guardar las que
Aquesta doocellt dice.
Si; mas ¿qné puedo vo perder
Bn andarme paseando
Hasta dos boirfts 6 tres
Esta urde por aqni,
Pues que no tengo qné haoec?
Eso, nada; y porqpe el tiempo
Sejpaae con mas plaeer» •
Hablemos de algua cosa.
No tengo, Momon, de qné.
nomoR.
Filiamos nna aentln,
Gnnde, estnpenda, croe!,
?ue decir en San Felipe,
en sn meniidero dé
Convemeion , y vwás
One por todo nqneile net
No se hablará de om oo«,
Gomo es dedr qne el Inglei
Degolló den mil gallegos:
Que encubierto el dey de Arfol,
Tiene mesón en INeeoM;
Que se murió on cinovée
Se aseo de nnrain db i oeho.
Porque no ios
••
603
Que se ha üe acabar el mondo,
A mas tardar, eo un mes,
Y verás que se conGesan
Todos , á mas no poder ;
O, en efecto, que esta capa,
V|ue tu estrenastts anteayer
Y te costó lu dinero
Kn casa del mercader,
No es luya, que aunque es dislate.
Habrá mequeirefes que
Lo digan , v majaderos
Uue lo lleguen á creer ;
Porque el vulgo al ün es vulgo,
Y ha de hacer como quien es.
Sale m CRIADO.
Mas de aquella casa un hombre
Sale de buen parecer
Y hacia nosotros se viene.
CRIADO. (Ap.)
Sin duda alguna que es él.
DOn DIEGO.
¿Mandáis algo, caballero?
CRIADO.
Quisiera, Señor, saber
Si sois don Diego de Vargas.
DON DIEGO.
Sf , yo soy.
CRUDO.
Pues doña Inés
De Garibay , mi señora.
Os suplica que os lleKueis
A aquella casa de enfrente.
DOK DIKGO.
Voy á obedecerla.— Vén.
^o(able ventura ha sido.
MONZÓN.
Como suceda después.
( Vanse.)
Casa.
Satén D05iA ]S\^EL , muy bizarra;
DOÍíA ELVIRA, tapada, t LUCÍA.
DO^A ISABEL.
Ya he dicho que no he de hablaros
Tina palabra, sin ver.
Señora, quién sois primero.
DOÑA Ef.VIRA.
Por eso no os enojéis. (Se detcubre.)
Veisme aquí.
DO.XA ISABEL.
Muy mal estáis
(iOn vuestra hermosura , pues
Querer encubrirla ha sido
Ofender su caiidirlez,
Y aun dar qué decir al manto.
Que, aunque lo encubre, lo ve.
¡Qué hf^rmosura! qué cabeza !
Qué aliño! qué liúda tez!
¿Oué ospuiKMs , por vida nn'a,
Kii la car:i? qué os ponéis?
Que es el color por extremo.
piTO ¿de «lué os suspendéis?
¿Qué tengo , que me miráis?
DONA ELVIRA.
Mucha hermosura tenéis,
Pero sois, menos el iraje,
Si , tan parecida...
bO.NA ISAUEL.
¿A quién?
DOSÍA ELVIRA.
A una criada que tengo;
Que apenas posible es
Que no piense que sois ella.
EL DOCTOR JOAN PÉREZ DE MONTALVAN.
D05ÍA ISABEL.
Eso me ha dicho también
Cierto galán; pero ahora
Yo soy quien mas lo diré.
Pues hasta en el ser criada
Vuestra me pareceré.
DO^A ELVIRA.
Yo lo he de ser y lo soy ;
Mas , porque tengo que hacer.
Decidme...
DO^A ISABEL.
En aquella silla
Os diré lo que queréis.
(Sf sientan.)
DO>A ELVIRA.
[Qué corles y qué entendida !
Pues digo ¡ay Dios! que á saber
He venido solamente
Si á don Diego conocéis ¿
De Vargas , un caballero
De Madrid.
DO.^A ISABEL.
Quedo, tened;
Que él responderá por mí.
Salen DON DIEGO, MONZÓN t UN
CRIADO; tópase eon el manto doña
Elvira.
DON DIEGO.
Rendido, humilde, cortés.
Sabiendo que vos gustáis. .
DOÑA ISABEL.
Aguarde vuestra merced
Mientras despacho esta dama ;
Que luego seré con él.
DON DIEGO.
En lodo haré vuestro gusto.—
¡Notables cosas se veo,
Monzón !
■ONZON.
No me di-;;ais nada.
Porque el juicio perderé.
Y ¿ de dónde es esta dama ?
CRIADO.
De las Indias.
MONZÓN.
Largo es.
( Vanse don Diego, ifonzon y el criado.)
DOÑA I.SABEL.
Con esto , sin res[>onderos.
Que lo conozco sabréis.
Adelante.
DOÑA ELVIRA.
{Ap. Cuanto dijo
Dorotea verdad fué. •
¡Muerta estoy! ) Pues digo, en Siuma.
Que aqueste misuio que veis
lia un año qne me enamora.
DOÑA ISABEL.
Deteneos; que ya sé
Que me queréis* |»:-egunlar
Lo que ha habido entre mí y él .
Y para atajar razones ,
Rrevementeos lo diré.
Yo soy criolla , y t*n la
Ciudad de Santo Tomé
Nacida de nobles padres.
Déles Dios descanso, amén.
Por su muerte , ¡qué desdicha!
Mi primer cuna dejé,
Y con mas de cien mil pesos
Para España me embarqué.
Vine á Madrid , y don Diego
Me enamoró : yo mujer
Y el galán , dicho se está
Lo que pudo suceder.
Parecióme á los priaeipios
May fino en el bien oaerer ,
Que el año del noviciado
El amante mas infiel
Puede apostar en leraara
Con cualquiera poringoéf ;
Pero después me salió
¡Ay de mi ! tan al re?és ,
Que le be visto ¿ un mismo tierapo
Andar revuelto con diez«
Que sinjarar de gran tareo
No sé cómo pneda ser •
Pero en efecto es verdad :
Si á su casa voy • tal Tes
Varías mujeres encaentro,
De bueno y mal parecer.
Si bien de todas sbs damas
En su casa vengo i ser
Yo, Señora, la mayor;
¿Quién dada que preguntéis
La causa por qué lo safiro?
Yo respondo qne por ser
O baber sido tan liviana.
Que de mi honor le entregué
La mejor joya; y asi,
Hasta cobrarla estare
Sufriendo sas sf nraionei ;
Que sin dada es nioy crael,
Paes no le maeren tres bijos
Que el cielo me dio despaes.
Y todos como los dedos
De la mano. Aqoesta es
Mi historia; si os galantea.
Guardaos del, y agradeced
A mi amor el aesengafio.
Para no veros por él
Sin honor y con tres hijos.
Como yo me Tengo á ver.
(Se levnlúñ.)
doXa ilviia.
Agradézcooslo de modo.
Que eternamente estaré
Reconocida i tan grande
Y señalada merced,
Y en pago de ella, os prometo
Que por mi parte tendréis
A don Die^ tan segm,
One en mi vida le veré.
DaÍAISA»EL.(ilp.)
Eso es lo qne yo deseo. '
DOXa BLfVIA.
Pero, porque detener
No me puedo. Dios os gurde :
Que otro dia volveré
Mas despacio i visitaros.
doSa isabbl.
Salud los cielos os den.
DO.^A ELVIRA.
Líbreme Dios de tal hombre:
Aun no lo puedo creer.—
Vén, Lucia; ángel ha sido
Para mi esta mojer.
( Yante éeña Eiwirm 9 Lmie, )
Salen DON DIEGO , MON»^ f ü
CRIADO.
CBIADO.
Ya está aqni este caballera.
DOAAnAIgL.
Señor mió, ya lo Teta:
Aquesta visita ha ikio
Cansa para no poder
Hablaros como qoisien
Ni como era meoester ;
Porque yo... Mas ¡ay de mi!
Ay de mi ! Señor, qw aquel
Que ha entrado '
DO!f DIEGO.
lien, ¿qué babeiuos de hacer?
MOHZON.
i; que tenp;oazar
srmaDOs.
DONA ISABEL.
Que os entréis
I cuadra eiUre tauío
i avisan, y después
DON DIEGO.
Sí haré, que basta ahora
lo que he de saber ;
) os llamáis?
Dorotea.
D05ÍA ISABEL.
, sino doña Inés...
HO.XZON.
ai todo ello es uno.
DOÑA ISABEL.
i hermano...
M0K7.0N.
Señor, vén.
DOflA ISABEL.
idios, don Diego.
00?l DIEGO.
Adiós,
ora doüa Inés.
DOÑA ISABEL. (Ap,)
I Toy i desnadar,
as ellos á esconder.
; doña Isabel , don Diego, Mon-
zón y el Criado.)
INÉS, en casa de doña Elvira.
INÉS.
hor • que mi señora
ra de venir ;
3lamenie el reír
ría nos falla ahora,
y qué hablar; gracioso lance
sido ver la dama
ima con su ama,
le lo entienda ni alcance,
lejorha de ser
su casa ha de tornar
rerlo averiguar;
infusa se ha de ver,
e cuanto doña Klvira
I mi ama encargado
» hecho y acabado,
ilguacil á la mira
> de la casa y calle,
n viéndola salir
tal coche, embestir,
0 y hf cho, embargalle.
telándola, porque
suyo el coche que lleva.
Temática nueva
1 que ti nadie se dé,
e tanto lugar tenga
verse á desnudar,
jsa la pueda hallar
0 doña Elvira venga.—
js, fsio es querer;
1 amando asi de lino,
' humano desatino
3 intente la muier ;
e ve por la experiencia,
íii ama, |;cr amar,
I quien puede mandar,
ido la impertinencia,
tirio V el rigor
J rugar muy aprisa
enir la camisa
tá en el enjugador;
LA DONCELLA DE LABOR.
El tocar á la sefiort,
Que no es et menor trabajo ;
El illa asentando el ajo,
Aanque sea por an hora ;
El llevalla el azafate.
Con el de caza pañuelo.
Bañado en agua del cielo,
Y luego, para remate
Del uno y otro embaraio.
No ha podido excusarse
bl haber de ir ¿ sentarse
A labrar en cañamazo.
Que es la desdicha mayor
Que la sigue á una doncella;
Pero mi ama es aquella
(Con esto perdí el temor).
Que una vez acá y de nocne.
No hay aoien pueda a?erigaar
Si ha podido 6 no faltar;
Mas allí ba parado el coche,
¿Si es doña Elvira? Ella es:
: Miren si un poco tardara !
Mesuro el cuerpo y la cara
Para reírme después.
Salen m^K ELVIRA y LUGf A, qmtá»'
dose los mantos.
D05ÍA ELVIBA.
Toma el manto ; no mas coche
Prestado en toda mi ?ida.
lüés. (Ap.) .
Bien lo hizo el alguacil.
D05a BLVIBA,
Por lo que yo lo sentía
No era por la vejación.
Sino porque me impedia
El verme con Dorotea,
Porque pienso que es la misma
Que hemos hablado esta tarde,
Y mi hacienda apostaría
Que no la hallando en casa.
Lo cierto, amiga, sabría ; '
Mas allí su hermana esti.—
¿Es Juana?
IKÉS. ,
¡Señora mia!
OOSÍA ELVIRA.
¿Adonde está Dorotea?
mis.
Ahora am dentro iba.
D05Ia ELVIRA.
¿Allá dentro?
I5ÉS.
j Si, Señora.
D05IA ELVIRA.
Pues vé, y llámamela aprisa.
I5¿S.
Voy á servirte... Mas ella
Viene.
DO^A ELVIRA.
Extraña maravilla.
Sale DOi^A ISABEL, «n traje de don-
cella de labor t con unas enaguas en
la mano, como que las está cosiendo,
005ÍA ISABEL.
Por cierto que, conociendo
De tu tio las malicias,
Y que yo quedaba en brasas
Por lo que.decir podría.
Que no has tenido razón
En tardarte.
ooSa m
SinotJ
M8
DOiA ISABEL.
Lo primero, en la JanUlla
Puse el pelo qoe me diste;
Acábete la camisa
De Cambray, doblé los líeaioa,
Y estas naguas de beatilla
De aderezar acababa.
DOfÍA BLTIBA.
Note has holgado.— Liida,(A(i. á aia.)
iiMas que he de perder el Jotciot
Mira aquellos ojos, mira
Aquella frente, aquel cuerpo,
Aquella boca.
LOCU.
Es la misma.
^a¡en DON DIEGO, DOR CÉSAR t
MONZÓN.
BOIf CÉSAB.
Presto, doB Diego, saldremos
Yos y yo de aqnestt enigma.
■OIIXO!!.
Y yo y todo« que también
Ando loco á letra vista.
BORCiSAB.
i EWira^
boAa tLnBA.
¿Señor don César?
DONCteAB.
No os admire esta vjs|ta;
One, sabiendo que os casáis,
Pnera acción mal parecida
No daros el parabiao.
BOf A CLVIRA.
Ya sé vuestra cortesía.
DON DIEGO.
Yo también.
doHa ELVmA.
No hablo con vúB.
nonoii.
Alli está.
DOÍIa BABEL. (Ap.)
Todos se admiran.
BOU CiSAB.
¿Habéis estado esU tarde
En casa?
doÍIa elviba.
Pnes quien tenia
Las bodas tan 4 la puerta,
¿Cómo dejalla podía?
non MEGO.
¿Y esta doncella?
BOffA ELVIBA.
También.
soRioic.
Es mn j gran bellaquería ;
Que la be fisto 50...
BOU MEGO.
Detente.
■OKZON.
Miren qué flema, por vida...
DOftA ELVItA.
Señor don Diego, si ba sido
Para hacerme esta visita
Ocasión del parabién.
Ya está la trara entendida;
Y asi, vayase á su casa
Y cuide ilesa ramilla;
Porque un hombre con tres hijos
Y obligaciones antlgnas.
No es cosa que le conviene .
Andar en garxoneAas ;
Y porque vuestra merced,
Aanqne se encoge y se admira.
604
Sé qae me entiende muy bien,
No digo otras niñerías
De señora la mayor,
Oae es la dama de las Indias ;
Mas solamente le advierto,
Para que todo se diga.
Que doña Inés Garibay
Es muy grande amiga mia,
Y que si por mi está tibio
En querella y en servilla,
Que no lo deje por eso,
Porque ya mi amor le olvida.
Tanto, que, si no me engaño.
Sube la escalera arriba
Mi tio, y con él don Pedro
De Puerto-Carrero y Silva,
Para hacer las escrituras ;
No se vaya, porque sirva ^
Con los aemás de testigo
De sus celos y mis dichas;
Y con esto, adiós.
DON DIEGO.
Detente,
Oye, aguarda, y dime, Elvira,
Qué tramoyas son aquestas.
Con que el sentido me quitas;
¡Yo, doña Inés! Yo tres hijos!
DOÑA ISABEL.
Sosiégate, por mi vida.
D02f DIEGO.
j^Cómo puedo, si la escucho
Tantos disparates?
DOÑA ISABEL.
Mira
Que no lo ha sido del todo ;
Porque hay testigo de vista.
Que la ha dicho cuanto has hecho.
DOX DIEGO.
Si hoy fué la primer visita
Que hice ala dama que sabes,
¿Cómo se muestra ofendida.
Diciendo ^ue tengo ya
Hijos, mujer y familia?
DOÑA ISABEL.
¿Pésate?
EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALVAN.
DON DIEGO.
No pesara.
Si es ella como la pintas.
DOÑA ISABEL.
Pues oye, César.
DQN CIÍSAR.
Ya escucho.
DOÑA ISABEL.
Si hubiese en aquesta villa
(Que puede ser) una dama
Muy amada y muy querida
De ti, que amase á don Diego,
Por servirle y por servirla,
¿ Llevarías bien su amor?
D05 CéSAR.
Y aun se lo agradecerla.
DON DIEGO.
¿Por qué lo dices?
DOÑA ISABEL.
Escucha ;
Doña Isabel de Molina
¿Es noble?
DON C¿SAB.
Basta su nombre ,
Sin que otra cosa se diga.
DOÑA ISABEL.
¿Es hermosa?
DON CÉSAR.
Como tú.
Que eres su retrato.
DOÑA ISABEL.
¿Es rica?
DON CÉSAB.
Seis mil ducados de renta
Tiene.
DOÑA ISABEL.
Pues esta es la misma
A quien hablaste esta tarde,
(A don Diego,)
Y á quien don César estima.
DON CÉSAR.
¿Cómo, si está en Guadalupe?
DOÑA ISABEL.
Vino de la romería.
wmduk.
¿Cómo» ti feogo yo ahora
De sa casa, donde afimian...
D0.^A ISAaiL.
¿Qué bao de afirmar, si yo soj
Doña Isabel de Molina?
DORCáSAR.
¿Qué dices? .
D09a ISABEL.
Que por doo Diego
He servido estos dos días
A esta dama, hasta Teocer
Mis celos y mis porfías.
HONSON.
En el pico de la lengoa
Lo tuve, por vida mia.
nOÍlA ISABIL.
Las trazas, las Invenciona,
Las onimeras, las mentiras
Que he hecho sabrás despies.
Si quieres que las repita.
DONOÉSAB.
No habiendo yo de ser tnyo.
Consiento que aquesta dicha
Sea del seiior don Diego.
DON DiEoo. (A MímIuM.í
El cual te ofrece alma y vida.
DOÑA ISABEL.
Mas entremos allá dentro.
Pues todo se facilita*
Y haráse en breva ana boda.
INÉS.
Di dos, si Monioaae
DOftA
Y aqoi acaba la doncella
De servir i doña Elvin,
Y la comedia lanibien«
Cuyo poeta os snpliea
Que os parexca un gustosa.
Alegre y entretenida.
Que se diga que no mmP<
Aonqae mienu qaien lo w^l
FIN DEL TOMO SEGUNDO DE DRAMÁTICOS CONTSHrORÁNEOS DE LOPI DB VCCA.
Á
BiocRirieo* T cidncas di
Vegt i CiDlDr», y tifot
DO. — iNTKaDUCCIDII. . . .
Parte primen. . . .
illíDte y discreta. .
oache alambra el sol. . .
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