Año II. - Núm. 7. 1.° ÅBRIL 1918.
EL HOMEOPATA
SUMARIO: Editorial. — Lycopus virginicus, por el Dr. Albert E. Hinsdale
(conclusión). — Prolegómenos, por M. Cahís (continuación). — Tubercu-
losis, por M. Cahis. — Un pequeño caso clínico, por Rhodus. — Un caso
clínico como hay muchos. — Un caso de púrpura simple, por Rhodus. —
Erratas principales. — Fo.vetin: Homeopatía segura, por M. Cahis.
EDITORIAL
Publicamos con gusto la siguiente carta de nuestro
distinguido amigo el Dr. G. Busford, Presidente que fué
del Congreso internacional de Londres, de 1911, por el
carácter oficial que tiene y por la representación que os-
tenta de una entidad tan importante como el «Consejo
Internacional Homeopático», del que dicho señor Busford
es también Presidente.
Dice asi:
«Mi querido doctor Cahis: Permitame que le transmita
los saludos del «Consejo Internacional Homeopático» y
su deseo de que se halle usted en perfecta salud y vigor
en medio de la tensión y de la violencia reinantes.
"El Congreso internacional homeopático, que se halla
ya en retraso, no puede por razones evidentes convocar
a sesión en el presente año (1), y dicha entidad, como auto- .
ridad oficial, le agradecería que tuviese a bien comunicar
esta decisión a los colegas de España y también a los perió-
dicos homeopáticos españoles, si esto no le produjera a
usted molestia.
.»El «Consejo» ha publicado dos documentos concernien-
tes: 1.0 Al hospital americano núm. 39 de base; y 2.9, a
la relación del feliz tratamiento homeopático en la reciente
epidemia norteamericana de parálisis infantil. El «Consejo»
(1) Debía celebrarse en la Haya.
Sa
\ — 2 —
agradeceria que publicase usted, a serle posible, estos docu-
mentos en periódicos homeopáticos españoles (1).
E E eege T ee PE EA ENE
` GEORGE BURFORD
»Febrero de 1918.»
La falta material de espacio nos impedira publicar in-
tegros ambos documentos, cosa que sentimos en extremo,
pero daremos un ligerisimo esbozo de ambos.
Respecto al hospital sabemos que éste, el 39 de base,
es el primero de una serie de cuatro hospitales que la
Cruz roja americana esta estableciendo en territorio francés.
De modo que, cuando estén listos, serán seis los hospitales
homeopáticos importantes al servicio de los aliados, a
saber: los cuatro de la Cruz roja americana, el de Juvisy,
puramente francés, y de Neuilly, bajo el patronato del
«London homeopathic hospital».
Cuanto a la publicación de los documentos que se nos
interesa, sentimos no poder acceder a ello extensamente
por falta material de espacio; pero vamos a dar un pequeño
extracto de los mismos. |
Este hospital ha sido fundado por iniciativa de la Cruz
roja americana, bajo los auspicios del «Massachusetts
homeopathic hospital». :
El personal médico del hospital número 39 de base,
consta de veinticuatro doctores de gran reputación, bajo
la dirección del doctor William Fersenden Wesselhoeft,
de Harvard, y el cuerpo de enfermeras bajo la dirección
de la señora A. H. Flash, siendo el número de empleados
no profesionales, de ciento cincuenta y tres.
En cuanto al segundo documento, es una relación diri-
gida al «Consejo Internacional Homeopático», dando cuenta
del resultado obtenido en el Flower Hospital de Nueva
York en el tratamiento de la terrible epidemia de polio-
mielitis anterior aguda de 1916.
(1) Sabemos que la «Revista de Medicina puras publicará algo de esto.
eee: E
Segtin dicho relato, los primeros siete casos llegaron a
dicho hospital moribundos; y fueron tratados segtin la
rutinaria práctica de punción lumbar para el diagnóstico,
baños, enemas, limpieza nasal y bucal, dieta líquida abso-
luta y los remedios homeopáticos indicados suministrados
por la boca.
Cinco de estos casos murieron rápidamente, a pesar de
las inyecciones hipodérmicas, de los remedios homeopá-
ticos y del abundante uso de estimulantes.
Después de esta experiencia, se acordó que los próxi-
mos casos fuesen tratados por inyección intraespinosa de
los remedios homeopáticos indicados, empleando al mismo
tiempo la adrenalina en todos los casos en que amenazase
invadir la parálisis los centros vitales. En consecuencia se
prepararon soluciones de agua destilada esterilizada a 560
de los remedios más indicados preparados a la 6.2 potencia.
Los remedios más frecuentemente indicados fueron
Gelsemium, Bryonia, Conium, Cicuta e Hydrocyan: acidum.
El número de casos tratados fué de 40
— — —defunciones.........
Parcialmente repuestos al dejar el
MOSPital cunas bisa ve di 34
Oo 0
LYCOPUS VIRGINICUS
por el Dr. ALBERT E. HINSDALE
Conclusión (1)
El promedio de la presión sistólica producida por lå
droga era de 112 mm., una reducción de 7 de la normal.
El promedio de la presión diastólica producida por la droga
era de 80, un aumento de 2 de la normal. I,a presión normal
del pulso era de 41; bajo la influencia de la droga llegó a
ser de 32.
(1) Véase el número 6 de EL HOMEÓPATA.
BRS, es
Experimentador A
Pulso normal, 76.
Presión sistólica normal de la sangre, 130.
Presión diastólica normal, 78.
Durante los primeros tres días no hubo cambio en el
movimiento del pulso. El cuarto día hubo una ligera dis-
minución, que gradualmente se aumentó y continuó así
durante todas las pruebas. El tipo más bajo fué de 57
por minuto, lo que ocurrió en el día catorce. El promedio
del pulso por la mañana y por la noche durante los últimos
diez y nueve días era de 63, una reducción de 13 de la
normal. El promedio del pulso por la noche, era lo mismo
que por la mañana.
El quinto día de las pruebas la presión sistólica estaba
disminuída en 10 mm. Una disminución gradual en esta
presión continuó durante todos los experimentos, siendo
al terminar el experimento de 98 mm. (la más baja regis-
trada), o sea 32 mm. por debajo de la normal, El promedio
de la presión sistólica producida por la droga era de 108,
una reducción de 22 de la normal. El promedio de la pre-
sión diastólica producida por la droga era de 72, una dis-
minución de la normal de 6. La presión normal del pulso
era de 52; bajo la influencia de la droga llegó a ser de 36.
Experimentador C
Pulso normal, 88. ` >
Presión sistólica normal de la sangre, IIO.
Presión diastólica normal, 75. |
Durante los primeros tres días no hubo cambio en el
movimiento del pulso. Los días cuarto y quinto mostraron
una desviación del normal, el pulso variando entre 84 y 101.
Desde el sexto día hasta el final de las pruebas, el tipo se
hizo gradualmente más lento, siendo el tipo más bajo de
54 por minuto, lo que ocurrió en el último día de las pruebas.
El promedio del pulso por la mañana y por la noche durante
— 5 —
los últimos diez y nueve días era de 69 por minuto, una re-
ducción de 19 del normal. El promedio del pulso por la
noche era siete más bajo que el de la mañana.
En el quinto día de las pruebas la presión sistólica
estaba reducida de 2 mm., y una disminución gradual
en esta presión continuó durante todas las pruebas, siendo
al terminarlas de 100 mm. (la más baja registrada), o sea
10 mm. por debajo de la normal. El promedio de la presión
sistólica producida por la droga era de 102, una reducción
de 8 de la normal. El promedio de la presión diastólica
producida por la droga era de 74, virtualmente lo mismo
que la normal. La presión normal del pulso era de 35;
bajo la influencia de la droga, pasó a ser de 28,
Repetidos exámenes de la sangre, no revelaron cambios
de la normal. Los análisis de la orina, antes y durante las
pruebas, demostraron que la droga producía cambios en
esta excreción. En todos los casos la cantidad estaba redu-
cida, siendo de un octavo el promedio de la reducción del
normal. La orina se puso obscura de color, de olor muy
fuerte y muy ácida en reacción. El total de los sólidos fué
aumentado, siendo el término medio de la disminución
(textual) del normal de 1,5 veces por litro. Se encontró
Indican y el amoníaco estaba aumentado hasta 0,7 gramos
por litro, y se presentaba un sedimento nebuloso debido
al aumento de los fosfatos.
Los experimentadores experimentaron ciertos síntomas,
principalmente de carácter subjetivo. Estos fueron:
1. Dolor de espalda en la región lumbar, que em-
peoraba al moverse.
2. Dolor de cabeza en la región frontal, por el ano-
checer.
3. Dolor precordial de carácter agudo y punzante,
con disnea, peor al subir las escaleras, o al menor esfuerzo,
a la noche, o acostado.
4. Hemorragia de la "nariz.
5. Dolor agudo y punzante en la rodilla.
ae gee
Hubo otros síntomas, no experimentados por todos los
tres experimentadores, que no están registrados. Debe
notarse aquí que ninguno fué síntoma registrado, a menos
de ser común a todos los animales o personas experimen-
tados. Una inspección general de los distintos experimentos
llevados a efecto, permite deducir las siguientes conclusio-
nes, y éstas pueden considerarse como efectos positivos de
la droga, y sin duda alguna son debidas exclusivamente
a esta influencia. El Licopus produce:
1. Un retardo en el movimiento del pulso.
2. Un aumento de la fuerza de las contracciones car-
" diacas.
3. Una disminución de la presión sistólica de la sangre.
4. Una disminución de la presión del pulso.
5. Cambios en la excreción urinaria.
6. Síntomas subjetivos, éstos siendo en general dolor
de espalda, dolor de cabeza, dolor precordial y hemorragia
de la nariz. |
Asi parece que el licopus es una droga altamente selec-
tiva en que el corazón es el órgano principal sobre que obra.
No es mi intención extenderme sobre las aplicaciones
terapéuticas que pueden hacerse del licopus. La droga
puede recetarse homeopáticamente según las indicaciones
aquí dadas o puede ser usada como paliativo.
En este último caso, su empleo como remedio con que
combatir la hipertensión del sistema vascular se indicaría
en seguida.
El licopus hace mucho tiempo que es un remedio pro-
minente contra el mal de Graves, condición usualmente
asociada con alta presión de la sangre. Parece que todo
beneficio producido por esta droga en esta condición, des-
cansa sobre una base más bien alópata que homeópata.
Hay condiciones en que el Licopus es homeopático, pero
el mal de Graves no es una de éstas.
Los alópatas nos deben un siglo de desconsideración.
me. Säi
PROLEGOMENOS
A MI CUARTA SERIE DE EXPERIMENTOS, POR M. CAHÍS
(Continuación) (1)
Convencido de que con los diferentes sueros artificiales
y naturales no lograba anular la peculiar excitabilidad
motriz del cobayo, y antes de proceder al empleo de los
tósigos estupefacientes o deprimentes, que de todas ma-
neras complican extraordinariamente el experimento, pro-
cedí al ensayo de los sueros naturales minerales o aguas
minero-medicinales. Escojo para ello dos aguas de escasa
mineralización.
1,2 Agua de Espluga de Francolí, fuente del «Hierro»,
contiene:
Bicarbgnato cálcico ............. 0‘1176
— ferroso ............. 0'0482
— manganoso ......... 0,00398
Sulfato cálcico ................. 00503
— magnésico .............. 0'1035
— S6dico ........oooooooo.o.. 00258
Cloruro A canos 0 “00019
— potasico................ 0 ‘oo61
— sódico .......... cee eee 0 ‘0087
Silicato sódico ................. 0'0159
Con esta agua minero-medicinal, al cobayo de 360 gra-
mos, en el experimento n.° 395, le, inyecto bajo la piel
de la nuca I c. c. de esta agua. A la segunda inyección,
excitación muscular que aumenta a la tercera inyección.
Entonces las sacudidas son muy violentas y más duraderas
que con los sueros, persistiendo cosa de media hora.
Es indudable que a continuar yo las inyecciones, le
hubiera matado.
2.2 Agua minero medicinal de la (Puda de Montserrat».
Composición:
Gases Y Nitrogeno ......... 2435 €. C.
Acido carbónico .... 122'98 —
(1) Véase el número 6 de EL HoMEÓPATA.
i — 2 —
agradeceria que publicase usted, a serle posible, estos docu-
mentos en periódicos homeopáticos españoles (1). `
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` GEORGE BURFORD
»Febrero de 1918.»
La falta material de espacio nos impedira publicar in-
tegros ambos documentos, cosa que sentimos en extremo,
pero daremos un ligerisimo esbozo de ambos.
Respecto al hospital sabemos que éste, el 39 de base,
es el primero de una serie de cuatro hospitales que la
Cruz roja americana esta estableciendo en territorio francés.
De modo que, cuando estén listos, seran seis los hospitales
homeopáticos importantes al servicio de los aliados, a
saber: los cuatro de la Cruz roja americana, el de Juvisy,
puramente francés, y de Neuilly, bajo el patronato del
«London homeopathic hospital».
Cuanto a la publicación de los documentos que se nos
interesa, sentimos no poder acceder a ello extensamente
por falta material de espacio; pero vamos a dar un pequeño
extracto de los mismos. |
Este hospital ha sido fundado por iniciativa de la Cruz
roja americana, bajo los auspicios del «Massachusetts
homeopathic hospital». |
El personal médico del hospital número 39 de base,
consta de veinticuatro doctores de gran reputación, bajo
la dirección del doctor William Fersenden Wesselhoeft,
de Harvard, y el cuerpo de enfermeras bajo la dirección
de la señora A. H. Flash, siendo el número de empleados
no profesionales, de ciento cincuenta y tres.
En cuanto al segundo documento, es una relación diri-
gida al «Consejo Internacional Homeopático», dando cuenta
del resultado obtenido en el Flower Hospital de Nueva
York en el tratamiento de la terrible epidemia de polio-
mielitis anterior aguda de 1916.
(1) Sabemos que la «Revista de Medicina puras» publicará algo de esto.
==
Según dicho relato, los primeros siete casos llegaron a
dicho hospital moribundos; y fueron tratados según la
rutinaria práctica de punción lumbar para el diagnóstico,
baños, enemas, limpieza nasal y bucal, dieta líquida abso-
luta y los remedios homeopáticos indicados suministrados
por la boca.
Cinco de estos casos murieron rápidamente, a pesar de
las inyecciones hipodérmicas, de los remedios homeopá-
ticos y del abundante uso de estimulantes.
Después de esta experiencia, se acordó que los próxi-
mos casos fuesen tratados por inyección intraespinosa de
los remedios homeopáticos indicados, empleando al mismo
tiempo la adrenalina en todos los casos en que amenazase
invadir la parálisis los centros vitales. En consecuencia se
prepararon soluciones de agua destilada esterilizada a 56°
de los remedios más indicados preparados a la 6.2 potencia.
Los remedios más frecuentemente indicados fueron
Gelsemium, Bryonia, Conium, Cicuta e Hydrocyant acidum.
El número de casos tratados fué de 40
— — — defunciones.........
Parcialmente repuestos al dejar el
hospital. eet et seva 34
Odo
LYCOPUS VIRGINICUS
por el Dr. ALBERT E. HINSDALE
Conclusión (1)
El promedio de la presión sistólica producida por la
droga era de 112 mm., una reducción de 7 de la normal.
El promedio de la presión diastólica producida por la droga
era de 80, un aumento de 2 de la normal. La presión normal
del pulso era de 41; bajo la influencia de la droga llegó a
ser de 32.
(ri Véase el número 6 de EL HOMEÓPATA.
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Experimentador A
Pulso normal, 76.
Presión sistólica normal de la sangre, 130.
Presión diastólica normal, 78.
Durante los primeros tres días no hubo cambio en el
movimiento del pulso. El cuarto día hubo una ligera dis-
minución, que gradualmente se aumentó y continuó así
durante todas las pruebas. El tipo más bajo fué de 57
por minuto, lo que ocurrió en el día catorce. El promedio
del pulso por la mañana y por la noche durante los últimos
diez y nueve días era de 63, una reducción de 13 de la
normal. El promedio del pulso por la noche, era lo mismo
que por la mañana.
El quinto día de las pruebas la presión sistólica estaba
disminuída en 10 mm. Una disminución gradual en esta
presión continuó durante todos los experimentos, siendo
al terminar el experimento de 98 mm. (la más baja regis-
trada), o sea 32 mm. por debajo de la normal. El promedio
de la presión sistólica producida por la droga era de 108,
una reducción de 22 de la normal. El promedio de la pre-
sión diastólica producida por la droga era de 72, una dis-
minución de la normal de 6. La presión normal del pulso
era de 52; bajo la influencia de la droga llegó a ser de 36.
Experrmentador C
Pulso normal, 88.
Presión sistólica normal de la sangre, 110.
Presión diastólica normal, 75. |
Durante los primeros tres días no hubo cambio en el
movimiento del pulso. Los días cuarto y quinto mostraron
una desviación del normal, el pulso variando entre 84 y tor.
Desde el sexto día hasta el final de las pruebas, el tipo se
hizo gradualmente más lento, siendo el tipo más bajo de
54 por minuto, lo que ocurrió en el último día de las pruebas.
El promedio del pulso por la mañana y por la noche durante
D 2
los últimos diez y nueve días era de 69 por minuto, una re-
ducción de 19 del normal. El promedio del pulso por la
noche era siete más bajo que el de la mañana.
En el quinto día de las pruebas la presión sistólica
estaba reducida de 2 mm., y una disminución gradual
en esta presión continuó durante todas las pruebas, siendo
al terminarlas de 100 mm. (la más baja registrada), o sea
10 mm. por debajo de la normal. El promedio de la presión
sistólica producida por la droga era de 102, una reducción
de 8 de la normal. El promedio de la presión diastólica
producida por la droga era de 74, virtualmente lo mismo
que la normal. La presión normal del pulso era de 35;
bajo la influencia de la droga, pasó a ser de 28.
Repetidos exámenes de la sangre, no revelaron cambios
de la normal. Los análisis de la orina, antes y durante las
pruebas, demostraron que la droga producía cambios en
esta excreción. En todos los casos la cantidad estaba redu-
cida, siendo de un octavo el promedio de la reducción del
normal. La orina se puso obscura de color, de olor muy
fuerte y muy ácida en reacción. El total de los sólidos fué
aumentado, siendo el término medio de la disminución
(textual) del normal de 1,5 veces por litro. Se encontró
Indican y el amoníaco estaba aumentado hasta 0,7 gramos
por litro, y se presentaba un sedimento nebuloso debido
al aumento de los fosfatos.
Los experimentadores experimentaron ciertos síntomas,
principalmente de carácter subjetivo. Estos fueron:
1. Dolor de espalda en la región lumbar, que em-
peoraba al moverse.
2. Dolor de cabeza en la región frontal, por el ano-
checer. |
3. Dolor precordial de carácter agudo y punzante,
con disnea, peor al subir las escaleras, o al menor esfuerzo,
a la noche, o acostado.
4. Hemorragia de la "nariz.
5. Dolor agudo y punzante en la rodilla.
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Hubo otros sintomas, no experimentados por todos los
tres experimentadores, que no estån registrados. Debe
notarse aqui que ninguno fué sintoma registrado, a menos
de ser común a todos los animales o personas experimen-
tados. Una inspección general de los distintos experimentos
llevados a efecto, permite deducir las siguientes conclusio-
nes, y éstas pueden considerarse como efectos positivos de
la droga, y sin duda alguna son debidas exclusivamente
a esta influencia. El Licopus produce:
1. Un retardo en el movimiento del pulso.
2. Un aumento de la fuerza de las contracciones car-
" diacas. |
3. Una disminución de la presión sistólica de la sangre.
4. Una disminución de la presión del pulso.
5. Cambios en la excreción urinaria.
6. Síntomas subjetivos, éstos siendo en general dolor
de espalda, dolor de cabeza, dolor precordial y hemorragia
de la nariz. |
Así parece que el licopus es una droga altamente selec-
tiva en que el corazón es el órgano principal sobre que obra.
No es mi intención extenderme sobre las aplicaciones
terapéuticas que pueden hacerse del licopus. La droga
puede recetarse homeopáticamente según las indicaciones
aquí dadas o puede ser usada como paliativo.
En este último caso, su empleo como remedio con que
combatir la hipertensión del sistema vascular se indicaría
en seguida.
El licopus hace mucho tiempo que es un remedio pro-
minente contra el mal de Graves, condición usualmente
asociada con alta presión de la sangre. Parece que todo
beneficio producido por esta droga en esta condición, des-
cansa sobre una base más bien alópata que homeópata.
Hay condiciones en que el Licofus es homeopático, pero
el mal de Graves no es una de éstas.
Los alópatas nos deben un siglo de desconsideración.
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PROLEGOMENOS
A MI CUARTA SERIE DE EXPERIMENTOS, POR M. CAHÍS
(Continuación) (1)
Convencido de que con los diferentes sueros artificiales
y naturales no lograba anular la peculiar excitabilidad
motriz del cobayo, y antes de proceder al empleo de los
tósigos estupefacientes o deprimentes, que de todas ma-
neras complican extraordinariamente el experimento, pro-
cedí al ensayo de los sueros naturales minerales o aguas
minero-medicinales. Escojo para ello dos aguas de escasa
mineralización.
1.8 Agua de Espluga de Francolí, fuente del «Hierro»,
contiene:
Bicarbonato cálcico ............. 0‘1176
— et eines twigs 0 ‘0482
— manganoso ......... 0,00398
Sulfato cálcico ................. 00593
— magnésico .............. 0'1035
— —SÓNICO ........o.ooooo... 00258
Cloruro tic: 23.26 dued exe eee 0 ‘00019
— potasico................ 0 ‘0061
— sódico cin 0'0087
Silicato sódico .........ooooo.... 0'0159
Con esta agua minero-medicinal, al cobayo de 360 gra-
mos, en el experimento n.° 395, le, inyecto bajo la piel
de la nuca I c. c. de esta agua. A la segunda inyección,
excitación muscular que aumenta a la tercera inyección.
Entonces las sacudidas son muy violentas y más duraderas
que con los sueros, persistiendo cosa de media hora.
Es indudable que a continuar yo las inyecciones, le
hubiera matado.
2,2 Agua minero medicinal de la «Puda de Montserrat».
Composición:
Gases Y Nitrógeno ......... 2435 C. C.
Acido carbónico .... 122‘98 —
(1) Véase el número 6 de EL HOMEGPATA.
Sulfuro sódico ............. 0043 gramos
Silicato — ' ....ooo.oo... 0041 —
Cloruro magnésico ......... 00052 —
— cálcico tado 0346 —
— sddico............. 11023 —
Sulfato sódico ............. 0'I30 —
— calcico..... dia 01435 —
Bicarbonato de calcio ...... 0'210 —
SE de magnesio ... 0'035 —
AUMIHI nina 0'0II —
Oxido férriCO.............. 0004 —
Materia orgánica azoada .... 0'026 —
Bromuro, yoduro y ácido bó-
rico, indicios
Lota) ss 2'356 gramos
Con esta agua hice los siguientes experimentos:
N.° 394. A un cobayo de 395 gramos le inyecto bajo
la piel de la nuca 1 c. c. de agua de la «Puda de Mont-
serrat» y un minuto después le repito la inyección. A la
tercera inyección, violenta excitación muscular, que aumen-
ta hasta la quinta, y suspendí las inyecciones.
| (Se continuará.)
ood
TUBERCULOSIS
por M. CAHÍS
¡Espantable pandemia! Terror de las familias, obsesión
del médico, plaga mil veces más mortífera que la más
cruenta guerra mundial, azote de la humanidad, maldita
tuberculosis... tú has sido vencida.
Su frecuencia es tanta, que, según cálculos ds
que presenté en 1876 a la «Sociedad médica El Laboratorio»,
una quinta parte de la población de París muere por
tuberculosis. Los que hacen autopsias hallan que antes de
llegar a los quince años, mueren más de un sesenta por
ciento de niños tuberculosos, y que los muertos a ochenta
años son o estuvieron tuberculosos.
fistulas, eritemas pasivos. crónicos,' y-en combina-
ción. con otros remedios un buen remedio de la escró-
fula y, sobre todo, del coriza crónico, contra el cual,
y contra las úlceras atómicas de las piernas, tengo
en este remedio una valiosa arma.
En el muermo o lamparones..agudos, después de
algurios días de malestar, dolores reumatoides, laxi-
tud, debilidad extrema, aparecen erisipelas general-
mente en la cara, con cordones rojos, infartos gan-
glionares y supuración de los ojos. Erupción de
pústulas no umbilicadas. Aparición de tumores supu-
rantes. A veces placas gangrenosas. Coriza con expul-
sión de sanies. Tos ronca con expectoración fetida.
Mal sueño. d
Agitación.
Ensueños.
Delirio.
Rigidez de las articulaciones. Movimientos difí-
ciles.
. Al nivel del dorso y de los lomos verdaderos
dolores fulgurantes.
Fiebre héctica con calofríos repetidos por la
tarde. | :
Sudores nocturnos. :
Tos seca, sin ruidos anormales en los pulmones.
Lesiones de la cara que recordaban (caso de
Bernier}: las de la sífilis terebrante, con destrucción
de una parte de la nariz, ataque de la bóveda paia
tina y destrucción del labio superior. |
El enfermo está agotado, fatigado, EH
— 54 —
- Pústulas ectimatosas discretas que se abren y
dejan úlceras cupuliformes que tienden a agrandarse.
Ampollas redondeadas, violáceas, del tamaño de
medio duro. Contienen pus o sanies sanguinolenta.
Placas gangrenosas, precedidas de una pústula,
una escara, una picadura de una sanguijuela, . un
equimosis o un derrame de sangre en el tejido celular.
Estorbo muy molesto en la nariz y garganta
con expulsión de un humor filamentoso y trasparente
que corroe el labio. 7 db
Epistaxis
Romadizo.
Voz nasal.
Expiración nasal sibilante.
Flujo moco-purulento estriado de sangre, o mo-
reno, viscoso, celulado, que se pega a las narices y
labio superior escoriándolos.
Encías sanguinolentas, fuliginosas. —
Aftas o ulceraciones infectas.
.. Ulceras refractarias de las extremidades. (Vir-
chow dice que la autopsia de un enfermo muermoso,
por estas úlceras hizo pensar en una epizootia de
esta clase.) 7
Angioleucitis. :
En los lamparones crénicos hay:
-` Dolores lancinantes, dorso y lomos.
Abcesos lentos que contienen pus o sangre, o
bién mezcla de pus y sangre, o bien un líquido ama-
rillento viscoso o seroso, inodoro o fétido y estriado
de sangre. i |
DE ` ae
Estos abcesos son quince o veinte y se sitúan
preferentemente en los miembros inferiores o en
la frente, sienes o mejillas, rara vez en el
tronco.
Una vez abiertos pueden cicatrizar. Lo mas fre-
cuente es que queden trayectos fistulosos, forman-
dose ulceraciones rebeldes, lividas, de bordes callosos
y salientes, que no tienden a ensancharse, ni menos
a cicatrizar. |
Los ganglios no se afectan siempre, o si lo hacen
es a consecuencia de angioleucitis.
En este período la afección se caracteriza por la
debilidad del enfermo, la anorexia y la existencia
de abcesos.
Después de este primer período de mejoría enga-
ñosa en que los abcesos pueden cicatrizar y que
suele durar dos meses, viene una curación aparente
que puede durar uno o dos meses, y en un caso de
Hallopeau duró tres años.
Después de este primer período de enfermedad
y de mejoría engañosa, se reproducen los mismos
síntomas con mayor intensidad.
La constitución se altera profundamente, sobre-
viene un enflaquecimiento enorme, ojos vidriados,
cara lívida y amarillenta, piel seca, rugosa, a veces
subictérica, los pelos se alargan y caen. ` |
Veis, pues, por la somera descripción que os. he
hecho, que Malletoxina es bien el remedio de las
infecciones crónicas, de los procesos asténicos y de
toda enfermedad que se caracteriza por falta de:
— 56 —
reacción vital, y en tal concepto lo uso y estoy muy
satisfecho de su empleo.
Melttotoxina. — Tengo preparado de este reme-
dio el pan 3.9%, esto es: el pan segundo en acorde
hasta la 600.8 c. y conteniendo, además, las síntesis
comprendidas entre la 601.8 c. y la 3,000.8 c. Además,
tengo preparada la forma Kubasta que comprende
únicamente las síntesis.
El acorde pan 3.9 me ‘ha fallado en algunos casos
de fiebre del Mediterráneo; pero en la forma Kubasta,
administrada cada dos o tres días una sola toma,
me ha resultado curativa en los pocos casos que
han sido constantes.
- En las fiebres de poca intensidad y larga dura-
ción, cuando no son tuberculosas, he obtenido aigu-
nos éxitos notables. |
Meningocotoxina. — Tengo preparado de este re-
medio el acorde pan 3.0en pan 2.0 hasta la 420.2 c.,
y, ademas, las síntesis de la 421.* c. hasta la 3,000.8 c.
Además, tengo preparada la dilución 3,000.8 c. sola.
Es el gran remedio de los estados congestivos
cerebro-espinales. Su signo más característico es el
hecho de congestionarse fuertemente la cabeza cuando
se la baja.
En la meningitis cerebro-espinal epidémica he
obtenido algún buen éxito. En la tuberculosa he
obtenido éxitos rapidísimos cuando se la administra
muy al principio y se la alterna cada media hora
RT 52
con Tuberculotoxina, de la cual es complementaria.
En la epilepsia he obtenido éxitos brillantes de su
alternación con Belladona. En este caso acostumbro
a usar dosis sueltas de Meningocotoxina 3,000.* c. y
Belladona cada tres horas.
En los eczemas secos, eritemas y demás erup-
ciones herpéticas, especialmente de la cara, el uso
de Meningocotoxina y Uric-acid me ha resultado tan
rápidamente curativo, como son lentas estas enfer-
medades en manos de los orgullosos señores médicos
especialistas de enfermedades de la piel.
Esta alternación esta especialmente indicada `
cuando la cabeza se congestiona al bajarla.
De otras dos aplicaciones de Meningocotoxina
estoy muy satisfecho. Me refiero a zona o zoster y al
glaucoma. dE
De este último he tenido sólo un caso; pero en
este ha sido tan rápida la desaparición de los dolores
y de los vómitos, y la disminución de la cruz de
Malta así como la mejora en la dureza del globo del
ojo (no así de la ambliopia), que considero el caso
como un éxito mantenido en los tres meses que lo
trato.
Del zona o zoster he obtenido buenos éxitos en los
tres casos que he tratado: en todos ellos la duración
del mal se ha reducido a tres o cuatro días.
Los síntomas que preferentemente indican este
remedio son: fiebre, herpes del labio o de las alas
de la nariz, dolores en el tronco, cuello, lomos y
miembros. Dolores continuos insufribles, ardientes,
— 58 —
crénicos, en el vientre, mås en el hipocondrio y en
el hipogastrio derecho. Hiperestesia cutånea. Albu-
minuria, glucosuria. Eritema simple o purpúreo. Ar-
tropatias pseudo-reumåticas. Petequias. Zoster.
Mucotoxina. — Tengo preparado de este remedio
el acorde pan 2.0 (420.3 c.). Donde mas activo parece
ser este remedio es en la pura bronquitis húmeda,
ya aguda, ya crónica, y en el catarro endouterino,
ya agudo, ya crónico. En cambio, en los catarros
naso-faríngeos y en los gastro-intestinales me ha
fracasado.
En la tos me ha resultado brillante; pero no tanto
como su componente Friedlaendertoxina o su otro
componente Tetragenotoxma cuando la tos es tuber-
culosa, y en tal caso acompañandose esta última de
Tuberculotoxina.
Los éxitos apuntados en la primera edición de
esta obrita a Mucotoxina, es en los quistes serosos
y en los derrames pleurales; no se han repetido
después.
En cambio, me ha resultado bastante útil en los
catarros agudos, subagudos y aun crónicos, con el
tratamiento a largo plazo de los tubos de Eustaquio,
siempre que en esta trompa o en la caja del tímpano
no hayan procesos esclerosos o complicaciones, es-
caries, etc.
En resumen: después de ocho afios de practica
con este remedio, lo juzgo una buena adquisición;
pero es preferible el empleo de sus componentes solos.
— 59 —
Pertussimuco. — Este remedio es una mezcla del
que precede y del que sigue, y con el fin de ahorrar
trabajo y sitio que ocupan los frascos cuando se
preparan altas potencias, preparé la síntesis 6-3,0001 c.
de este remedio, que usé desde entonces aprovechando
con brillante éxito el efecto antitusiculoso de Pertuss:-
toxina en la coqueluche, y a la vez el efecto anti-
catarroso de Mucotoxina en la leucorrea endoutérica;
pero en este último proceso patológico he hallado que
Diphterotoxina es el remedio complementario e im-
prescindible de Mucotoxina, y subsidiariamente de
Pertussimuco.
En las sucesivas bronquitis que se suceden en
los niños que anteriormente fueron coqueluchosos,
es imprescindible el uso de Pertussimuco, que obra
bien aquí por su doble carácter de remedio anties-
pasmódico o antipertússico y de remedio antica-
tarroso. En tales casos fracasa inevitablemente la
brillante Friedlaendertoxina.
Pertussitoxina. — Tengo preparado de este re-
medio el acorde pan 3.9, del siguiente modo: acorde
normal y además la síntesis de la 31.2 c. a la 600.2 c.
Es el remedio seguro de la tos ferina, y lo uso
corrientemente sólo cuando no sospecho la coexis-
tencia de un catarro bronquial, en cuyo caso prefiero
Pertussimuco.
Pneumocotoxina. — Es un gran remedio muy
comparable a Aconitum napellus, del que le distingue
— 60 —
en primer lugar la falta de ansiedad y de temor a la
muerte, | .
Tengo preparados de este medicamento el acorde
pan 3, comprendiendo las potencias o dilución de
la 6.8 c. a la 42.2 c. en acorde y las restantes poten-
cias 421. c. a la 3,000.2 c. en síntesis, y además la
dilución 3,000.* c. sola.
Pneumocotoxina es el remedio de la pulmonía
lobar simple, o sin complicaciones. En cambio, cuan-
do el corazón está afectado, Pneumocotoxina no re-
sulta el remedio completo de la flógosis pulmonar y
de la depresión cardíaca, siendo de notar que Pneu-
mocotoxina, que es fuertemente irritante de los distin-
tos Órganos, tiene una acción cardíaca enervante y
directamente proporcional a la extersión del o de
los pulmones afectos, o lo que es lo propio, propor-
cional a la cantidad de toxina derramada en el
torrente circulatorio. Y así se comprende que la
toxina en cuestión, que no salva la situación en un
corazón pneumónico, es, en cambio, tónico cardíaco
en las depresiones de este órgano con rojez de la
cara, pero que no son pneumónicas.
La fiebre de Pneumocotoxina es franca: se pre-
senta con calofrío violento, intenso, generalmente
único, con castañeteo de dientes, que, a veces, va.
precedido algunos días de malestar general con aba-
timiento, cefalalgia, dolores errantes y perturbacio-
nes gastro-intestinales.
Cuando el pneumococo se fija en un órgano, pro-
duce en él fuerte irritación; si en el pulmón, los sín-
E, PERE
Su diseminación por el cuerpo humano es extensisima.
La sufren la piel, las membranas mucosas, las serosas, las
meninges, las rígidas articulaciones óseas, las musculares
y sus órganos, con exclusión quizás del poderoso aparato
antitóxico: el hígado. Pues bien; en todas sus manifesta-
ciones se la puede curar con relativa facilidad, y hasta
convertiginosa rapidez, si se la atiende desde el SE
cipio.
Esta afirmación podrá parecer sorprendente a quienes
no han presenciado las curaciones rápidas que se obtienen
con los nosodos isopáticos. Diferentes panadizos, golon-
drinos o flemones abortan en veinticuatro y cuarenta y
ocho horas si se les ataca con el Streptostaphylo solo o alter-
nado con Mercurius solubtls, Silicea; y también algunos
cánceres blandos y recientes se curan con asombrosa ra-
pidez.
Citaré algunos hechos de curación, rápida explosion de
tuberculosis.
La anciana doña D. C. estuvo tosiendo, a consecuencia
de bronquitis aguda, durante doce o catorce días. Obser-
vando por algunos cambios estetoscápicos v pleximétricos
que se iniciaba una tuberculosis aguda, indiqué a la fami-
lia la conveniencia de disponer el examen microscópico de
los esputos, cuya operación debía tardar en realizarse dos
o tres días; por aquello de «a Dios rogando y con el mazo
dando», le puse en dos vasos de agua Tuberculotoxina pan?
(3 M) y Tetragenotoxina 6-1800 c. para alternar cada me-
dia hora una cucharadita de las de café.
En cuarenta y ocho horas habían desaparecido las dé
cimas de temperatura y se había contenido grandemente
la tos.
Si es cierto en medicina el potasa Naturam morborum
curationes ostendunt, no hay duda de que aquella señora
curó rapidisimamente de su tuberculosis incipiente.
Otro caso. La niña C. P., de unos tres años, recién
enferma de una afección gripal. Mejorada de los síntomas
— 10 —
gastrointestinales, persistia no obstante su tos y sus déci-
mas de temperatura. A la percusión, se notaba ligera ma-
cidez en el dorso derecho.
Dile la misma medicación que a la anterior, y en vein-
ticuatro horas bajó la temperatura y mejoró la tos, quedan-
do curada en dos o tres días. Atribuyo esta curación ful-
minante a que, en esta, como en la señora anciana,
sus lesiones eran recientísimas.
Otros casos. En tres niños, dos de Barcelona y una
niña de San Martin de Provensals, todos de tres a cinco
años, presentando síntomas meningiticos, tristeza, abati-
miento, aumento de algunas décimas de temperatura, rayas
rojas de Trousseau y sensibilidad a la pulsión de los ner-
vios occipitales; los tres curaron en breves dias (tres o
cuatro) con los mismos remedios, a saber: Tuberculotoxina
pan? (3 M) y Meningocotoxina pan? (3 M) en alternación
cada media hora. Y así, algunos otros casos más.
Efectos tan rápidos no he podido observarlos en tu-
berculosis ósea, articulares o cutáneas; y cuando el mal
está establecido, cuando ha invadido profundamente los
órganos, cuando se ha diseminado por el organismo, o
cuando se ha establecido la caquexia, entonces la curación
es imposible. Es decir, sucede aquello propio, y en el
mismo grado que en el cáncer. Si éste está diseminado
o hay caquexia, es casi imposible de curar.
Citaré dos casos de diseminación de la tuberculosis con
resultado fatal.
Era el uno un joven de unos veintidós años, profunda-
mente osteomalácico, con sus miembros y su tórax tan
extremadamente retorcidos, que era imposible trazar en
él las líneas pleximétricas de rigor.
Pues bien; aquel saco de huesos estaba tuberculoso del
pulmón derecho, con macidez bien marcada en las fosas
supra e infraescapulares, fiebre y tos, y además estaba
tuberculoso de ambos riñones con enorme anasarca, te-
niendo además otras lesiones en el aparato digestivo (pro-
==
bablemente también tuberculosas) y en el corazón, que no
describiré en consideración a la brevedad.
Pues bien; esta desgraciada criatura, que mejoró visi-
blemente de su macidez pulmonar con los remedios apro-
piados, tuvo algún ataque de uremia y murió en manos de
alópatas, como hubiera muerto en las mías.
Otro caso. Un niño, de pocos meses, afecto de tuberculo-
sis pulmonar, abceso retro-faríngeo por caries tuberculosa
de la segunda vértebra cervical y además tuberculosis
entérica, curó rápidamente de su peligroso abceso retro-
faríngeo (con asombro del especialista que lo asistió) y de
su tuberculosis pulmonar a beneficio de Tuberculotoxina
pan3 (3M) y Calcarea fluórica 13% c. en alternación
cada media hora; pero no pudo curar su entero-colitis
tuberculosa, muriendo de meningitis en pocas semanas en
manos de alópatas, como hubiera muerto también a haberle
asistido yo. i
Estos casos y otros muchos que también hubiera podido
describir, demuestran palmariamente la inmensa importan-
cia pronåstica que tienen en la tuberculosis, tanto el arraigo
o fecha de invasión de la tuberculosis como la extensión
de las lesiones a diferentes aparatos.
En la tuberculosis ósea he obtenido repetidos y bastante
rápidos éxitos con Tuberculotoxina en alternación con
Calcárea fluórica o con Silicea. En el mal de Pott cerrado,
su efecto es seguro, ya solo, ya alternado con Calc. fluor.
Sil. etc.
En la enfermedad de Addison no he podido constatar
efectos decisivos por la inconstancia de sus portadores,
pero en vista del alivio marcado y progresivo observado
durante algunos meses en todos ellos (5 ó 6), es indudable
que se hubiese llegado a la curación continuando el trata-
miento. Alterno en estos casos Tuberculotoxina con Carct-
notoxina, respondiendo este último a la posible naturaleza
cancerosa del mal y a su efecto anti-anémico.
En la tuberculosis mesentérica, el remedio complemen-
— 12 —
tario puede ser Calcárea carbénica, Mercurius corrostvus,
Bryoma, etc.
En la tuberculosis datante ya de alguna fecha, pero sin
lesiones profundas, la curación es la regla, variando el tra-
tamiento según el curso de las temperaturas. Si éstas son
altas, hay que huir de las bajas potencias: ni más ni menos
que los autores de las distintas tuberculinas recomiendan
atenerse escrupulosamente al termómetro para la repetición
de la inyección del nosodo alopático, pues he visto repetidas
veces que el acorde pan 3.2 agrava terriblemente las tu-
berculosis muy febriles, sin duda por contener la 6.2 po-
tencia, a que los tejidos tuberculosos son muy sensibles
cuando hay hipertermia. En cambio, cuando los recargos
termométricos no pasan más que rara vez de los 37150,
entonces puede repetirse el mismo pan 3.2 cada hora,
en alternación con Tetragenotoxima 6-1800% c., que es el
complementorio del primero en casi todas las tuberculosis.
Cuanto a los que son hipertérmicos, no hay que aban-
donar el tratamiento por la Tuberculotoxina, sino que debe
darse ésta a la 30% c. una toma por semana, acudiendo a
desinflamar el foco tuberculoso, ya con Meningocotoxina
o Tetragenotoxina, o con Bryonia, Phosphorus, Calcarea,
etcétera, etc., según los síntomas.
Esto me recuerda que en el Congreso nc
contra la Tuberculosis celebrado en Barcelona, un señor
congresista lanzó a voz en pecho la rotunda afirmación
de que las distintas tuberculinas no habían curado jamás
ninguna tuberculosis.
Esta aseveración, sín duda demasiado Gegen mues-
tra aun mås de lo que pudiera creer su autor, la profunda
inepcia de la escuela alopåtica para el manejo de las toxinas
microbianas. En efecto, les falta poder y saber usar las
medias y altas dinamizaciones homeopåticas.
No fué en efecto un charlatán el eminente microbiólogo
alemán doctor Roberto Koch cuando conmovió al mundo
médico con su aserción de que había encontrado el remedio
— 13 —
contra la tuberculosis en su tuberculina; sólo que le faltó
el saber achicar la dosis según enseñó Samuel Hahnemann.
Las distintas y alambicadas tuberculinas que se han ido
posteriormente proponiendo y las meticulosas e innumera-
bles reglas de administración que han ido proponiendo
sucesivamente los Sahli, los Denys, etc., no son en definitiva
otra cosa que los inútiles tanteos de quien pretende hacer
entrar una llave grande en un cerrojo pequeño. |
En las tuberculosis cutáneas el remedio complementario
de tuberculotoxina es Anthracotoxina, pero en estas tu-
- berculosis visibles los pacientes suelen seguir la obsesión
que sobre los médicos ejercen los remedios aparatosos, los
aparatos de Fincke, la luz violeta, los rayos X, los del
sol, etc.
OOO
UN PEQUENO CASO CLINICO
por Rhodus
El caso que voy a referir apenas tiene importancia por
la insignificancia social del protagonista del hecho clinico,
y porque éste en si es bastante banal.
Tratase, en efecto, de un pobre jornalero, de cincuenta
a sesenta afios,, a quien venia tratando desde tltimos de
1916 por un tumor canceroso de la parte alta del estómago,
que he seguido tratando constantemente con tomas cada
hora de cancrotoxina 4.2 300.8 c., y que se había reducido
tanto, el tumor, cediendo las molestias del paciente, que éste
se cree curado; cuando en los primeros días de noviembre
de 1917 se me presentó con una hemiplegía izquierda, que
no interesaba el rostro, que por presentar el enfermo al-
guna rudeza sistólica en el foco de la mitral, juzgué embó-
lica. Dile Diphterotoxina pan 3 (3 M) para alternar cada
media hora con Cancrotoxina, creyendo que esto bastaría
para curar su hemiplegía.
— H —
Pero no fué así: a los dos días volvió el enfermo a mi
despacho grandemente agravado de su hemiplegia izquier-
da, arrastrando más su pierna y cerrando con dificultad
su mano, v con la moral sumamente abatida, pues el
pobre hombre veía un triste porvenir de vejez, pobreza y
parálisis que le impediría ganarse la subsistencia.
Procuré reanimarle (la esperanza es una virtud tónica,
mejor que muchos tónicos que se pregonan como maravi-
llosos específicos) y le di Ethyl alkool 6-3 M y Diphterotoxina
pan 3 (9 M), para alternar cada media hora, recomendán-
dole que volviese a los dos días.
Hizolo así; y encontrándole mejor, proseguí la medica-
ción, la cual en seis días despejó por completo la hemorragia
lenta que se había fraguado en la cápsula interna derecha,
recobrando en gran parte la movilidad de sus miem-
bros izquierdos. —
Dos puntos hay notables en esta pequeña observación.
Es el primero que la hemorragia cerebral de este pobre en-
fermo se pudo cohibir sin sujetarse a ninguna de las pres-
cripciones higiénicas de rigor en estos casos, puesto que
iba y venía como de costumbre, comió lo que solía y no
guardó ninguna de las precauciones de reposo, cabeza alta,
cuello despejado, silencio, semiobscuridad, dieta, etc., etc.
El segundo punto que hay que considerar, tiene una
importancia teórica especial.
Hasta ahora yo había visto en Ethyl alkool un buen
remedio antiapoplético, fundado en la estrecha similitud
que hay entre el coma alcohólico y el apoplético; pero este
sencillo hecho demuestra en mi sentir que Ethyl alkool
es también un buen antthemorragico cerebral, aun cuando
no haya coma, lo cual nos presenta a este remedio como un
nuevo antihemorrágico, cualidad que yo ignoraba en él.
Los microbios se han hecho para los homeópatas.
— 15 —
UN CASO CLÍNICO COMO HAY MUCHOS
En cierta edad de la vida, por una evolución fisiológica
de la útero-vagina macho, un hombre comienza a orinar
con cierta dificultad. Con esta molestia fisiológica aun
podría vivir quince o veinte años más. Consulta a su médico,
quien, con cierto tropiezo y dificultad, le sonda, y le dice:
«es usted prostático». Le formula un tratamiento.
El tratamiento no da resultado, y las escasas dificulta-
des para orinar que había, han aumentado bastante. Es
que la sonda, cuya asepsia absoluta es imposible, rozó de-
masiado la porción prostática de la uretra, tropezó algo
con cierto relieve de la glándula y dejó algunas formas
cocáceas en dicha porción y en la vejiga.
Agravado el enfermo, habiendo ya necesitado varias
veces ser sondado para evacuar la orina, acude a otro mé-
dico, quien, con muchas más dificultades que la primera vez,
le sonda, diagnostica prostatismo y le pone tratamiento,
con el que el enfermo no mejora. Al fin le dice: «debe usted
ir a que un especialista le haga una operación».
Acude el paciente a un especialista. Este le hace per-
fectamente una prostatectomía, y el operado queda des-
provisto de los favorables efectos de las secreciones interna
y externa de la glándula, pero eliminando con cierta faci-
lidad orinas algo turbias.
El enfermo muere a los dos años por los progresos de
la cistitis crónica.
(De Revista de Medicina Pura, n.? 55.)
El día que un facultativo homeópata sepa fijar el tanto
por ciento de su acción farmacodinámica que pierden dos
medicamentos al mezclazlos o alternarlos con frecuencia,
saltará de gozo el corazón de Hahnemann dentro su
tumba. |
— 16 —
UN CASO DE PURPURA SIMPLE
por Rhodus
La nifia M. P., del barrio de San Martin, de unos
cuatro afios de edad, me fué presentada después de
unos dos meses de estar enferma, algo anasarcada,
con postración, inapetencia y grande abundancia de
manchitas sanguineas cual diminutas equimosis, va-
riando en color, desde el sanguineo al rojo vinoso,
morado y negro. |
Diagnostiqué el caso de púrpura simple. Instituí
una dieta sencilla lacto-vegetariana y di a la enfer-
mita Bubotoxina en acorde normal cuatro veces al
día. A los tres días había bajado la anasarca y cesado
la albuminuria. `
El abatimiento y la anorexia desaparecieron rá-
pidamente y las manchas cesaron de brotar de nuevo,
disipándose gradualmente y quedando borradas en
unos quince días a beñeficio de Bubotoxina pan.
000
ERRATAS PRINCIPALES
En el número anterior se han deslizado varias, espe-
cialmente en el folletín, siendo las principales:
FOLLETÍN. — Pág. 50, línea 11, donde dice «Hahnmann»,
debe decir: «Hahnemann»; y la palabra «Oryanom», debe
decir «Organon». Fe |
Además, el error de escribir Dipthentoxina, por Dibh-
therotoxina, se repite varias veces.
Heen, 7 EE SE
Ee nuevos. temediøs gros, folletu de igo lago
Yi + tado) EE
H
Ja: gester: exp
de igre (agotado).
E "onegai EE
de recherches, kt. dé mo tagotads).
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