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Full text of "El homéopata revista trimestral, v 2 no 7 1918"

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Año II. - Núm. 7. 1.° ÅBRIL 1918. 


EL HOMEOPATA 


SUMARIO: Editorial. — Lycopus virginicus, por el Dr. Albert E. Hinsdale 
(conclusión). — Prolegómenos, por M. Cahís (continuación). — Tubercu- 
losis, por M. Cahis. — Un pequeño caso clínico, por Rhodus. — Un caso 
clínico como hay muchos. — Un caso de púrpura simple, por Rhodus. — 
Erratas principales. — Fo.vetin: Homeopatía segura, por M. Cahis. 


EDITORIAL 


Publicamos con gusto la siguiente carta de nuestro 
distinguido amigo el Dr. G. Busford, Presidente que fué 
del Congreso internacional de Londres, de 1911, por el 
carácter oficial que tiene y por la representación que os- 
tenta de una entidad tan importante como el «Consejo 
Internacional Homeopático», del que dicho señor Busford 
es también Presidente. 


Dice asi: 


«Mi querido doctor Cahis: Permitame que le transmita 
los saludos del «Consejo Internacional Homeopático» y 
su deseo de que se halle usted en perfecta salud y vigor 
en medio de la tensión y de la violencia reinantes. 

"El Congreso internacional homeopático, que se halla 
ya en retraso, no puede por razones evidentes convocar 


a sesión en el presente año (1), y dicha entidad, como auto- . 


ridad oficial, le agradecería que tuviese a bien comunicar 
esta decisión a los colegas de España y también a los perió- 
dicos homeopáticos españoles, si esto no le produjera a 
usted molestia. 

.»El «Consejo» ha publicado dos documentos concernien- 
tes: 1.0 Al hospital americano núm. 39 de base; y 2.9, a 
la relación del feliz tratamiento homeopático en la reciente 
epidemia norteamericana de parálisis infantil. El «Consejo» 


(1) Debía celebrarse en la Haya. 


Sa 


\ — 2 — 


agradeceria que publicase usted, a serle posible, estos docu- 
mentos en periódicos homeopáticos españoles (1). 
E E eege T ee PE EA ENE 


` GEORGE BURFORD 
»Febrero de 1918.» 


La falta material de espacio nos impedira publicar in- 
tegros ambos documentos, cosa que sentimos en extremo, 
pero daremos un ligerisimo esbozo de ambos. 

Respecto al hospital sabemos que éste, el 39 de base, 
es el primero de una serie de cuatro hospitales que la 
Cruz roja americana esta estableciendo en territorio francés. 
De modo que, cuando estén listos, serán seis los hospitales 
homeopáticos importantes al servicio de los aliados, a 
saber: los cuatro de la Cruz roja americana, el de Juvisy, 
puramente francés, y de Neuilly, bajo el patronato del 
«London homeopathic hospital». 

Cuanto a la publicación de los documentos que se nos 
interesa, sentimos no poder acceder a ello extensamente 
por falta material de espacio; pero vamos a dar un pequeño 
extracto de los mismos. | 

Este hospital ha sido fundado por iniciativa de la Cruz 
roja americana, bajo los auspicios del «Massachusetts 
homeopathic hospital». : 

El personal médico del hospital número 39 de base, 
consta de veinticuatro doctores de gran reputación, bajo 
la dirección del doctor William Fersenden Wesselhoeft, 
de Harvard, y el cuerpo de enfermeras bajo la dirección 
de la señora A. H. Flash, siendo el número de empleados 
no profesionales, de ciento cincuenta y tres. 

En cuanto al segundo documento, es una relación diri- 
gida al «Consejo Internacional Homeopático», dando cuenta 
del resultado obtenido en el Flower Hospital de Nueva 
York en el tratamiento de la terrible epidemia de polio- 
mielitis anterior aguda de 1916. 


(1) Sabemos que la «Revista de Medicina puras publicará algo de esto. 


eee: E 


Segtin dicho relato, los primeros siete casos llegaron a 
dicho hospital moribundos; y fueron tratados segtin la 
rutinaria práctica de punción lumbar para el diagnóstico, 
baños, enemas, limpieza nasal y bucal, dieta líquida abso- 
luta y los remedios homeopáticos indicados suministrados 
por la boca. 

Cinco de estos casos murieron rápidamente, a pesar de 
las inyecciones hipodérmicas, de los remedios homeopá- 
ticos y del abundante uso de estimulantes. 

Después de esta experiencia, se acordó que los próxi- 
mos casos fuesen tratados por inyección intraespinosa de 
los remedios homeopáticos indicados, empleando al mismo 
tiempo la adrenalina en todos los casos en que amenazase 
invadir la parálisis los centros vitales. En consecuencia se 
prepararon soluciones de agua destilada esterilizada a 560 
de los remedios más indicados preparados a la 6.2 potencia. 

Los remedios más frecuentemente indicados fueron 
Gelsemium, Bryonia, Conium, Cicuta e Hydrocyan: acidum. 


El número de casos tratados fué de 40 


— — —defunciones......... 
Parcialmente repuestos al dejar el 
MOSPital cunas bisa ve di 34 
Oo 0 


LYCOPUS VIRGINICUS 


por el Dr. ALBERT E. HINSDALE 
Conclusión (1) 


El promedio de la presión sistólica producida por lå 
droga era de 112 mm., una reducción de 7 de la normal. 
El promedio de la presión diastólica producida por la droga 
era de 80, un aumento de 2 de la normal. I,a presión normal 
del pulso era de 41; bajo la influencia de la droga llegó a 
ser de 32. 


(1) Véase el número 6 de EL HOMEÓPATA. 


BRS, es 


Experimentador A 


Pulso normal, 76. 

Presión sistólica normal de la sangre, 130. 

Presión diastólica normal, 78. 

Durante los primeros tres días no hubo cambio en el 
movimiento del pulso. El cuarto día hubo una ligera dis- 
minución, que gradualmente se aumentó y continuó así 
durante todas las pruebas. El tipo más bajo fué de 57 
por minuto, lo que ocurrió en el día catorce. El promedio 
del pulso por la mañana y por la noche durante los últimos 
diez y nueve días era de 63, una reducción de 13 de la 
normal. El promedio del pulso por la noche, era lo mismo 
que por la mañana. 

El quinto día de las pruebas la presión sistólica estaba 
disminuída en 10 mm. Una disminución gradual en esta 
presión continuó durante todos los experimentos, siendo 
al terminar el experimento de 98 mm. (la más baja regis- 
trada), o sea 32 mm. por debajo de la normal, El promedio 
de la presión sistólica producida por la droga era de 108, 
una reducción de 22 de la normal. El promedio de la pre- 
sión diastólica producida por la droga era de 72, una dis- 
minución de la normal de 6. La presión normal del pulso 
era de 52; bajo la influencia de la droga llegó a ser de 36. 


Experimentador C 


Pulso normal, 88. ` > 

Presión sistólica normal de la sangre, IIO. 

Presión diastólica normal, 75. | 

Durante los primeros tres días no hubo cambio en el 
movimiento del pulso. Los días cuarto y quinto mostraron 
una desviación del normal, el pulso variando entre 84 y 101. 
Desde el sexto día hasta el final de las pruebas, el tipo se 
hizo gradualmente más lento, siendo el tipo más bajo de 
54 por minuto, lo que ocurrió en el último día de las pruebas. 
El promedio del pulso por la mañana y por la noche durante 


— 5 — 


los últimos diez y nueve días era de 69 por minuto, una re- 
ducción de 19 del normal. El promedio del pulso por la 
noche era siete más bajo que el de la mañana. 

En el quinto día de las pruebas la presión sistólica 
estaba reducida de 2 mm., y una disminución gradual 
en esta presión continuó durante todas las pruebas, siendo 
al terminarlas de 100 mm. (la más baja registrada), o sea 
10 mm. por debajo de la normal. El promedio de la presión 
sistólica producida por la droga era de 102, una reducción 
de 8 de la normal. El promedio de la presión diastólica 
producida por la droga era de 74, virtualmente lo mismo 


que la normal. La presión normal del pulso era de 35; 


bajo la influencia de la droga, pasó a ser de 28, 

Repetidos exámenes de la sangre, no revelaron cambios 
de la normal. Los análisis de la orina, antes y durante las 
pruebas, demostraron que la droga producía cambios en 
esta excreción. En todos los casos la cantidad estaba redu- 
cida, siendo de un octavo el promedio de la reducción del 
normal. La orina se puso obscura de color, de olor muy 
fuerte y muy ácida en reacción. El total de los sólidos fué 
aumentado, siendo el término medio de la disminución 
(textual) del normal de 1,5 veces por litro. Se encontró 
Indican y el amoníaco estaba aumentado hasta 0,7 gramos 
por litro, y se presentaba un sedimento nebuloso debido 
al aumento de los fosfatos. 

Los experimentadores experimentaron ciertos síntomas, 
principalmente de carácter subjetivo. Estos fueron: 

1. Dolor de espalda en la región lumbar, que em- 
peoraba al moverse. 

2. Dolor de cabeza en la región frontal, por el ano- 
checer. 

3. Dolor precordial de carácter agudo y punzante, 
con disnea, peor al subir las escaleras, o al menor esfuerzo, 
a la noche, o acostado. 

4. Hemorragia de la "nariz. 

5. Dolor agudo y punzante en la rodilla. 


ae gee 


Hubo otros síntomas, no experimentados por todos los 
tres experimentadores, que no están registrados. Debe 
notarse aquí que ninguno fué síntoma registrado, a menos 
de ser común a todos los animales o personas experimen- 
tados. Una inspección general de los distintos experimentos 
llevados a efecto, permite deducir las siguientes conclusio- 
nes, y éstas pueden considerarse como efectos positivos de 
la droga, y sin duda alguna son debidas exclusivamente 
a esta influencia. El Licopus produce: 

1. Un retardo en el movimiento del pulso. 

2. Un aumento de la fuerza de las contracciones car- 
" diacas. 

3. Una disminución de la presión sistólica de la sangre. 

4. Una disminución de la presión del pulso. 

5. Cambios en la excreción urinaria. 

6. Síntomas subjetivos, éstos siendo en general dolor 
de espalda, dolor de cabeza, dolor precordial y hemorragia 
de la nariz. | 

Asi parece que el licopus es una droga altamente selec- 
tiva en que el corazón es el órgano principal sobre que obra. 

No es mi intención extenderme sobre las aplicaciones 
terapéuticas que pueden hacerse del licopus. La droga 
puede recetarse homeopáticamente según las indicaciones 
aquí dadas o puede ser usada como paliativo. 

En este último caso, su empleo como remedio con que 
combatir la hipertensión del sistema vascular se indicaría 
en seguida. 

El licopus hace mucho tiempo que es un remedio pro- 
minente contra el mal de Graves, condición usualmente 
asociada con alta presión de la sangre. Parece que todo 
beneficio producido por esta droga en esta condición, des- 
cansa sobre una base más bien alópata que homeópata. 
Hay condiciones en que el Licopus es homeopático, pero 
el mal de Graves no es una de éstas. 


Los alópatas nos deben un siglo de desconsideración. 


me. Säi 


PROLEGOMENOS 


A MI CUARTA SERIE DE EXPERIMENTOS, POR M. CAHÍS 
(Continuación) (1) 


Convencido de que con los diferentes sueros artificiales 
y naturales no lograba anular la peculiar excitabilidad 
motriz del cobayo, y antes de proceder al empleo de los 
tósigos estupefacientes o deprimentes, que de todas ma- 
neras complican extraordinariamente el experimento, pro- 
cedí al ensayo de los sueros naturales minerales o aguas 
minero-medicinales. Escojo para ello dos aguas de escasa 
mineralización. 

1,2 Agua de Espluga de Francolí, fuente del «Hierro», 
contiene: 


Bicarbgnato cálcico ............. 0‘1176 
— ferroso ............. 0'0482 

— manganoso ......... 0,00398 
Sulfato cálcico ................. 00503 
— magnésico .............. 0'1035 
— S6dico ........oooooooo.o.. 00258 

Cloruro A canos 0 “00019 
— potasico................ 0 ‘oo61 
— sódico .......... cee eee 0 ‘0087 
Silicato sódico ................. 0'0159 


Con esta agua minero-medicinal, al cobayo de 360 gra- 
mos, en el experimento n.° 395, le, inyecto bajo la piel 
de la nuca I c. c. de esta agua. A la segunda inyección, 
excitación muscular que aumenta a la tercera inyección. 
Entonces las sacudidas son muy violentas y más duraderas 
que con los sueros, persistiendo cosa de media hora. 

Es indudable que a continuar yo las inyecciones, le 
hubiera matado. 

2.2 Agua minero medicinal de la (Puda de Montserrat». 


Composición: 
Gases Y Nitrogeno ......... 2435 €. C. 
Acido carbónico .... 122'98 — 


(1) Véase el número 6 de EL HoMEÓPATA. 


i — 2 — 


agradeceria que publicase usted, a serle posible, estos docu- 
mentos en periódicos homeopáticos españoles (1). ` 
» eege ee ges ëe ee 0 0. 5600000. 0000108 q. 0... e e vw aas ee eene e e 


` GEORGE BURFORD 
»Febrero de 1918.» 


La falta material de espacio nos impedira publicar in- 
tegros ambos documentos, cosa que sentimos en extremo, 
pero daremos un ligerisimo esbozo de ambos. 

Respecto al hospital sabemos que éste, el 39 de base, 
es el primero de una serie de cuatro hospitales que la 
Cruz roja americana esta estableciendo en territorio francés. 
De modo que, cuando estén listos, seran seis los hospitales 
homeopáticos importantes al servicio de los aliados, a 
saber: los cuatro de la Cruz roja americana, el de Juvisy, 
puramente francés, y de Neuilly, bajo el patronato del 
«London homeopathic hospital». 

Cuanto a la publicación de los documentos que se nos 
interesa, sentimos no poder acceder a ello extensamente 
por falta material de espacio; pero vamos a dar un pequeño 
extracto de los mismos. | 

Este hospital ha sido fundado por iniciativa de la Cruz 
roja americana, bajo los auspicios del «Massachusetts 
homeopathic hospital». | 

El personal médico del hospital número 39 de base, 
consta de veinticuatro doctores de gran reputación, bajo 
la dirección del doctor William Fersenden Wesselhoeft, 
de Harvard, y el cuerpo de enfermeras bajo la dirección 
de la señora A. H. Flash, siendo el número de empleados 
no profesionales, de ciento cincuenta y tres. 

En cuanto al segundo documento, es una relación diri- 
gida al «Consejo Internacional Homeopático», dando cuenta 
del resultado obtenido en el Flower Hospital de Nueva 
York en el tratamiento de la terrible epidemia de polio- 
mielitis anterior aguda de 1916. 


(1) Sabemos que la «Revista de Medicina puras» publicará algo de esto. 


== 


Según dicho relato, los primeros siete casos llegaron a 
dicho hospital moribundos; y fueron tratados según la 
rutinaria práctica de punción lumbar para el diagnóstico, 
baños, enemas, limpieza nasal y bucal, dieta líquida abso- 
luta y los remedios homeopáticos indicados suministrados 
por la boca. 

Cinco de estos casos murieron rápidamente, a pesar de 
las inyecciones hipodérmicas, de los remedios homeopá- 
ticos y del abundante uso de estimulantes. 

Después de esta experiencia, se acordó que los próxi- 
mos casos fuesen tratados por inyección intraespinosa de 
los remedios homeopáticos indicados, empleando al mismo 
tiempo la adrenalina en todos los casos en que amenazase 
invadir la parálisis los centros vitales. En consecuencia se 
prepararon soluciones de agua destilada esterilizada a 56° 
de los remedios más indicados preparados a la 6.2 potencia. 

Los remedios más frecuentemente indicados fueron 
Gelsemium, Bryonia, Conium, Cicuta e Hydrocyant acidum. 


El número de casos tratados fué de 40 


— — — defunciones......... 
Parcialmente repuestos al dejar el 
hospital. eet et seva 34 
Odo 


LYCOPUS VIRGINICUS 


por el Dr. ALBERT E. HINSDALE 
Conclusión (1) 


El promedio de la presión sistólica producida por la 
droga era de 112 mm., una reducción de 7 de la normal. 
El promedio de la presión diastólica producida por la droga 
era de 80, un aumento de 2 de la normal. La presión normal 
del pulso era de 41; bajo la influencia de la droga llegó a 
ser de 32. 


(ri Véase el número 6 de EL HOMEÓPATA. 


EA, ee 


Experimentador A 


Pulso normal, 76. 

Presión sistólica normal de la sangre, 130. 

Presión diastólica normal, 78. 

Durante los primeros tres días no hubo cambio en el 
movimiento del pulso. El cuarto día hubo una ligera dis- 
minución, que gradualmente se aumentó y continuó así 
durante todas las pruebas. El tipo más bajo fué de 57 
por minuto, lo que ocurrió en el día catorce. El promedio 
del pulso por la mañana y por la noche durante los últimos 
diez y nueve días era de 63, una reducción de 13 de la 
normal. El promedio del pulso por la noche, era lo mismo 
que por la mañana. 

El quinto día de las pruebas la presión sistólica estaba 
disminuída en 10 mm. Una disminución gradual en esta 
presión continuó durante todos los experimentos, siendo 
al terminar el experimento de 98 mm. (la más baja regis- 
trada), o sea 32 mm. por debajo de la normal. El promedio 
de la presión sistólica producida por la droga era de 108, 
una reducción de 22 de la normal. El promedio de la pre- 
sión diastólica producida por la droga era de 72, una dis- 
minución de la normal de 6. La presión normal del pulso 
era de 52; bajo la influencia de la droga llegó a ser de 36. 


Experrmentador C 


Pulso normal, 88. 

Presión sistólica normal de la sangre, 110. 

Presión diastólica normal, 75. | 

Durante los primeros tres días no hubo cambio en el 
movimiento del pulso. Los días cuarto y quinto mostraron 
una desviación del normal, el pulso variando entre 84 y tor. 
Desde el sexto día hasta el final de las pruebas, el tipo se 
hizo gradualmente más lento, siendo el tipo más bajo de 
54 por minuto, lo que ocurrió en el último día de las pruebas. 
El promedio del pulso por la mañana y por la noche durante 


D 2 


los últimos diez y nueve días era de 69 por minuto, una re- 
ducción de 19 del normal. El promedio del pulso por la 
noche era siete más bajo que el de la mañana. 

En el quinto día de las pruebas la presión sistólica 
estaba reducida de 2 mm., y una disminución gradual 
en esta presión continuó durante todas las pruebas, siendo 
al terminarlas de 100 mm. (la más baja registrada), o sea 
10 mm. por debajo de la normal. El promedio de la presión 
sistólica producida por la droga era de 102, una reducción 
de 8 de la normal. El promedio de la presión diastólica 
producida por la droga era de 74, virtualmente lo mismo 
que la normal. La presión normal del pulso era de 35; 
bajo la influencia de la droga, pasó a ser de 28. 

Repetidos exámenes de la sangre, no revelaron cambios 
de la normal. Los análisis de la orina, antes y durante las 
pruebas, demostraron que la droga producía cambios en 
esta excreción. En todos los casos la cantidad estaba redu- 
cida, siendo de un octavo el promedio de la reducción del 
normal. La orina se puso obscura de color, de olor muy 
fuerte y muy ácida en reacción. El total de los sólidos fué 
aumentado, siendo el término medio de la disminución 
(textual) del normal de 1,5 veces por litro. Se encontró 
Indican y el amoníaco estaba aumentado hasta 0,7 gramos 
por litro, y se presentaba un sedimento nebuloso debido 
al aumento de los fosfatos. 

Los experimentadores experimentaron ciertos síntomas, 
principalmente de carácter subjetivo. Estos fueron: 

1. Dolor de espalda en la región lumbar, que em- 
peoraba al moverse. 

2. Dolor de cabeza en la región frontal, por el ano- 
checer. | 

3. Dolor precordial de carácter agudo y punzante, 
con disnea, peor al subir las escaleras, o al menor esfuerzo, 
a la noche, o acostado. 

4. Hemorragia de la "nariz. 

5. Dolor agudo y punzante en la rodilla. 


DEE eN 


Hubo otros sintomas, no experimentados por todos los 
tres experimentadores, que no estån registrados. Debe 
notarse aqui que ninguno fué sintoma registrado, a menos 
de ser común a todos los animales o personas experimen- 
tados. Una inspección general de los distintos experimentos 
llevados a efecto, permite deducir las siguientes conclusio- 
nes, y éstas pueden considerarse como efectos positivos de 
la droga, y sin duda alguna son debidas exclusivamente 
a esta influencia. El Licopus produce: 

1. Un retardo en el movimiento del pulso. 

2. Un aumento de la fuerza de las contracciones car- 
" diacas. | 

3. Una disminución de la presión sistólica de la sangre. 

4. Una disminución de la presión del pulso. 

5. Cambios en la excreción urinaria. 

6. Síntomas subjetivos, éstos siendo en general dolor 
de espalda, dolor de cabeza, dolor precordial y hemorragia 
de la nariz. | 

Así parece que el licopus es una droga altamente selec- 
tiva en que el corazón es el órgano principal sobre que obra. 

No es mi intención extenderme sobre las aplicaciones 
terapéuticas que pueden hacerse del licopus. La droga 
puede recetarse homeopáticamente según las indicaciones 
aquí dadas o puede ser usada como paliativo. 

En este último caso, su empleo como remedio con que 
combatir la hipertensión del sistema vascular se indicaría 
en seguida. 

El licopus hace mucho tiempo que es un remedio pro- 
minente contra el mal de Graves, condición usualmente 
asociada con alta presión de la sangre. Parece que todo 
beneficio producido por esta droga en esta condición, des- 
cansa sobre una base más bien alópata que homeópata. 
Hay condiciones en que el Licofus es homeopático, pero 
el mal de Graves no es una de éstas. 


Los alópatas nos deben un siglo de desconsideración. 


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PROLEGOMENOS 


A MI CUARTA SERIE DE EXPERIMENTOS, POR M. CAHÍS 
(Continuación) (1) 


Convencido de que con los diferentes sueros artificiales 
y naturales no lograba anular la peculiar excitabilidad 
motriz del cobayo, y antes de proceder al empleo de los 
tósigos estupefacientes o deprimentes, que de todas ma- 
neras complican extraordinariamente el experimento, pro- 
cedí al ensayo de los sueros naturales minerales o aguas 
minero-medicinales. Escojo para ello dos aguas de escasa 
mineralización. 

1.8 Agua de Espluga de Francolí, fuente del «Hierro», 
contiene: 


Bicarbonato cálcico ............. 0‘1176 
— et eines twigs 0 ‘0482 

— manganoso ......... 0,00398 
Sulfato cálcico ................. 00593 
— magnésico .............. 0'1035 
— —SÓNICO ........o.ooooo... 00258 

Cloruro tic: 23.26 dued exe eee 0 ‘00019 
— potasico................ 0 ‘0061 
— sódico cin 0'0087 
Silicato sódico .........ooooo.... 0'0159 


Con esta agua minero-medicinal, al cobayo de 360 gra- 
mos, en el experimento n.° 395, le, inyecto bajo la piel 
de la nuca I c. c. de esta agua. A la segunda inyección, 
excitación muscular que aumenta a la tercera inyección. 
Entonces las sacudidas son muy violentas y más duraderas 
que con los sueros, persistiendo cosa de media hora. 

Es indudable que a continuar yo las inyecciones, le 
hubiera matado. 

2,2 Agua minero medicinal de la «Puda de Montserrat». 


Composición: 
Gases Y Nitrógeno ......... 2435 C. C. 
Acido carbónico .... 122‘98 — 


(1) Véase el número 6 de EL HOMEGPATA. 


Sulfuro sódico ............. 0043 gramos 
Silicato — ' ....ooo.oo... 0041 — 
Cloruro magnésico ......... 00052 — 
— cálcico tado 0346 — 
—  sddico............. 11023 — 
Sulfato sódico ............. 0'I30 — 
— calcico..... dia 01435 — 
Bicarbonato de calcio ...... 0'210 — 
SE de magnesio ... 0'035 — 
AUMIHI nina 0'0II — 
Oxido férriCO.............. 0004 — 
Materia orgánica azoada .... 0'026 — 


Bromuro, yoduro y ácido bó- 
rico, indicios 
Lota) ss 2'356 gramos 

Con esta agua hice los siguientes experimentos: 

N.° 394. A un cobayo de 395 gramos le inyecto bajo 
la piel de la nuca 1 c. c. de agua de la «Puda de Mont- 
serrat» y un minuto después le repito la inyección. A la 
tercera inyección, violenta excitación muscular, que aumen- 
ta hasta la quinta, y suspendí las inyecciones. 

| (Se continuará.) 
ood 


TUBERCULOSIS 
por M. CAHÍS 


¡Espantable pandemia! Terror de las familias, obsesión 
del médico, plaga mil veces más mortífera que la más 
cruenta guerra mundial, azote de la humanidad, maldita 
tuberculosis... tú has sido vencida. 

Su frecuencia es tanta, que, según cálculos ds 
que presenté en 1876 a la «Sociedad médica El Laboratorio», 
una quinta parte de la población de París muere por 
tuberculosis. Los que hacen autopsias hallan que antes de 
llegar a los quince años, mueren más de un sesenta por 
ciento de niños tuberculosos, y que los muertos a ochenta 
años son o estuvieron tuberculosos. 


fistulas, eritemas pasivos. crónicos,' y-en combina- 
ción. con otros remedios un buen remedio de la escró- 
fula y, sobre todo, del coriza crónico, contra el cual, 
y contra las úlceras atómicas de las piernas, tengo 
en este remedio una valiosa arma. 

En el muermo o lamparones..agudos, después de 
algurios días de malestar, dolores reumatoides, laxi- 
tud, debilidad extrema, aparecen erisipelas general- 
mente en la cara, con cordones rojos, infartos gan- 
glionares y supuración de los ojos. Erupción de 
pústulas no umbilicadas. Aparición de tumores supu- 
rantes. A veces placas gangrenosas. Coriza con expul- 
sión de sanies. Tos ronca con expectoración fetida. 

Mal sueño. d 

Agitación. 

Ensueños. 

Delirio. 

Rigidez de las articulaciones. Movimientos difí- 
ciles. 

. Al nivel del dorso y de los lomos verdaderos 
dolores fulgurantes. 

Fiebre héctica con calofríos repetidos por la 
tarde. | : 
Sudores nocturnos. : 

Tos seca, sin ruidos anormales en los pulmones. 

Lesiones de la cara que recordaban (caso de 
Bernier}: las de la sífilis terebrante, con destrucción 
de una parte de la nariz, ataque de la bóveda paia 
tina y destrucción del labio superior. | 

El enfermo está agotado, fatigado, EH 


— 54 — 


- Pústulas ectimatosas discretas que se abren y 
dejan úlceras cupuliformes que tienden a agrandarse. 
Ampollas redondeadas, violáceas, del tamaño de 
medio duro. Contienen pus o sanies sanguinolenta. 
Placas gangrenosas, precedidas de una pústula, 
una escara, una picadura de una sanguijuela, . un 
equimosis o un derrame de sangre en el tejido celular. 
Estorbo muy molesto en la nariz y garganta 
con expulsión de un humor filamentoso y trasparente 
que corroe el labio. 7 db 

Epistaxis 

Romadizo. 

Voz nasal. 

Expiración nasal sibilante. 

Flujo moco-purulento estriado de sangre, o mo- 
reno, viscoso, celulado, que se pega a las narices y 
labio superior escoriándolos. 

Encías sanguinolentas, fuliginosas. — 

Aftas o ulceraciones infectas. 

.. Ulceras refractarias de las extremidades. (Vir- 
chow dice que la autopsia de un enfermo muermoso, 
por estas úlceras hizo pensar en una epizootia de 
esta clase.) 7 

Angioleucitis. : 

En los lamparones crénicos hay: 

-` Dolores lancinantes, dorso y lomos. 

Abcesos lentos que contienen pus o sangre, o 
bién mezcla de pus y sangre, o bien un líquido ama- 
rillento viscoso o seroso, inodoro o fétido y estriado 
de sangre. i | 


DE ` ae 


Estos abcesos son quince o veinte y se sitúan 
preferentemente en los miembros inferiores o en 
la frente, sienes o mejillas, rara vez en el 
tronco. 

Una vez abiertos pueden cicatrizar. Lo mas fre- 
cuente es que queden trayectos fistulosos, forman- 
dose ulceraciones rebeldes, lividas, de bordes callosos 
y salientes, que no tienden a ensancharse, ni menos 
a cicatrizar. | 

Los ganglios no se afectan siempre, o si lo hacen 
es a consecuencia de angioleucitis. 

En este período la afección se caracteriza por la 
debilidad del enfermo, la anorexia y la existencia 
de abcesos. 

Después de este primer período de mejoría enga- 
ñosa en que los abcesos pueden cicatrizar y que 
suele durar dos meses, viene una curación aparente 
que puede durar uno o dos meses, y en un caso de 
Hallopeau duró tres años. 

Después de este primer período de enfermedad 
y de mejoría engañosa, se reproducen los mismos 
síntomas con mayor intensidad. 

La constitución se altera profundamente, sobre- 
viene un enflaquecimiento enorme, ojos vidriados, 
cara lívida y amarillenta, piel seca, rugosa, a veces 
subictérica, los pelos se alargan y caen. ` | 

Veis, pues, por la somera descripción que os. he 
hecho, que Malletoxina es bien el remedio de las 
infecciones crónicas, de los procesos asténicos y de 
toda enfermedad que se caracteriza por falta de: 


— 56 — 


reacción vital, y en tal concepto lo uso y estoy muy 
satisfecho de su empleo. 


Melttotoxina. — Tengo preparado de este reme- 
dio el pan 3.9%, esto es: el pan segundo en acorde 
hasta la 600.8 c. y conteniendo, además, las síntesis 
comprendidas entre la 601.8 c. y la 3,000.8 c. Además, 
tengo preparada la forma Kubasta que comprende 
únicamente las síntesis. 

El acorde pan 3.9 me ‘ha fallado en algunos casos 
de fiebre del Mediterráneo; pero en la forma Kubasta, 
administrada cada dos o tres días una sola toma, 
me ha resultado curativa en los pocos casos que 
han sido constantes. 

- En las fiebres de poca intensidad y larga dura- 
ción, cuando no son tuberculosas, he obtenido aigu- 
nos éxitos notables. | 


Meningocotoxina. — Tengo preparado de este re- 
medio el acorde pan 3.0en pan 2.0 hasta la 420.2 c., 
y, ademas, las síntesis de la 421.* c. hasta la 3,000.8 c. 
Además, tengo preparada la dilución 3,000.8 c. sola. 

Es el gran remedio de los estados congestivos 
cerebro-espinales. Su signo más característico es el 
hecho de congestionarse fuertemente la cabeza cuando 
se la baja. 

En la meningitis cerebro-espinal epidémica he 
obtenido algún buen éxito. En la tuberculosa he 
obtenido éxitos rapidísimos cuando se la administra 
muy al principio y se la alterna cada media hora 


RT 52 


con Tuberculotoxina, de la cual es complementaria. 
En la epilepsia he obtenido éxitos brillantes de su 
alternación con Belladona. En este caso acostumbro 
a usar dosis sueltas de Meningocotoxina 3,000.* c. y 
Belladona cada tres horas. 

En los eczemas secos, eritemas y demás erup- 
ciones herpéticas, especialmente de la cara, el uso 
de Meningocotoxina y Uric-acid me ha resultado tan 
rápidamente curativo, como son lentas estas enfer- 
medades en manos de los orgullosos señores médicos 
especialistas de enfermedades de la piel. 

Esta alternación esta especialmente indicada ` 
cuando la cabeza se congestiona al bajarla. 

De otras dos aplicaciones de Meningocotoxina 
estoy muy satisfecho. Me refiero a zona o zoster y al 
glaucoma. dE 

De este último he tenido sólo un caso; pero en 
este ha sido tan rápida la desaparición de los dolores 
y de los vómitos, y la disminución de la cruz de 
Malta así como la mejora en la dureza del globo del 
ojo (no así de la ambliopia), que considero el caso 
como un éxito mantenido en los tres meses que lo 
trato. 

Del zona o zoster he obtenido buenos éxitos en los 
tres casos que he tratado: en todos ellos la duración 
del mal se ha reducido a tres o cuatro días. 

Los síntomas que preferentemente indican este 
remedio son: fiebre, herpes del labio o de las alas 
de la nariz, dolores en el tronco, cuello, lomos y 
miembros. Dolores continuos insufribles, ardientes, 


— 58 — 


crénicos, en el vientre, mås en el hipocondrio y en 
el hipogastrio derecho. Hiperestesia cutånea. Albu- 
minuria, glucosuria. Eritema simple o purpúreo. Ar- 
tropatias pseudo-reumåticas. Petequias. Zoster. 


Mucotoxina. — Tengo preparado de este remedio 
el acorde pan 2.0 (420.3 c.). Donde mas activo parece 
ser este remedio es en la pura bronquitis húmeda, 
ya aguda, ya crónica, y en el catarro endouterino, 
ya agudo, ya crónico. En cambio, en los catarros 
naso-faríngeos y en los gastro-intestinales me ha 
fracasado. 

En la tos me ha resultado brillante; pero no tanto 
como su componente Friedlaendertoxina o su otro 
componente Tetragenotoxma cuando la tos es tuber- 
culosa, y en tal caso acompañandose esta última de 
Tuberculotoxina. 

Los éxitos apuntados en la primera edición de 
esta obrita a Mucotoxina, es en los quistes serosos 
y en los derrames pleurales; no se han repetido 
después. 

En cambio, me ha resultado bastante útil en los 
catarros agudos, subagudos y aun crónicos, con el 
tratamiento a largo plazo de los tubos de Eustaquio, 
siempre que en esta trompa o en la caja del tímpano 
no hayan procesos esclerosos o complicaciones, es- 
caries, etc. 

En resumen: después de ocho afios de practica 
con este remedio, lo juzgo una buena adquisición; 
pero es preferible el empleo de sus componentes solos. 


— 59 — 


Pertussimuco. — Este remedio es una mezcla del 
que precede y del que sigue, y con el fin de ahorrar 
trabajo y sitio que ocupan los frascos cuando se 
preparan altas potencias, preparé la síntesis 6-3,0001 c. 
de este remedio, que usé desde entonces aprovechando 
con brillante éxito el efecto antitusiculoso de Pertuss:- 
toxina en la coqueluche, y a la vez el efecto anti- 
catarroso de Mucotoxina en la leucorrea endoutérica; 
pero en este último proceso patológico he hallado que 
Diphterotoxina es el remedio complementario e im- 
prescindible de Mucotoxina, y subsidiariamente de 
Pertussimuco. 

En las sucesivas bronquitis que se suceden en 
los niños que anteriormente fueron coqueluchosos, 
es imprescindible el uso de Pertussimuco, que obra 
bien aquí por su doble carácter de remedio anties- 
pasmódico o antipertússico y de remedio antica- 
tarroso. En tales casos fracasa inevitablemente la 
brillante Friedlaendertoxina. 


Pertussitoxina. — Tengo preparado de este re- 
medio el acorde pan 3.9, del siguiente modo: acorde 
normal y además la síntesis de la 31.2 c. a la 600.2 c. 

Es el remedio seguro de la tos ferina, y lo uso 
corrientemente sólo cuando no sospecho la coexis- 
tencia de un catarro bronquial, en cuyo caso prefiero 
Pertussimuco. 


Pneumocotoxina. — Es un gran remedio muy 
comparable a Aconitum napellus, del que le distingue 


— 60 — 


en primer lugar la falta de ansiedad y de temor a la 
muerte, | . 

Tengo preparados de este medicamento el acorde 
pan 3, comprendiendo las potencias o dilución de 
la 6.8 c. a la 42.2 c. en acorde y las restantes poten- 
cias 421. c. a la 3,000.2 c. en síntesis, y además la 
dilución 3,000.* c. sola. 

Pneumocotoxina es el remedio de la pulmonía 
lobar simple, o sin complicaciones. En cambio, cuan- 
do el corazón está afectado, Pneumocotoxina no re- 
sulta el remedio completo de la flógosis pulmonar y 
de la depresión cardíaca, siendo de notar que Pneu- 
mocotoxina, que es fuertemente irritante de los distin- 
tos Órganos, tiene una acción cardíaca enervante y 
directamente proporcional a la extersión del o de 
los pulmones afectos, o lo que es lo propio, propor- 
cional a la cantidad de toxina derramada en el 
torrente circulatorio. Y así se comprende que la 
toxina en cuestión, que no salva la situación en un 
corazón pneumónico, es, en cambio, tónico cardíaco 
en las depresiones de este órgano con rojez de la 
cara, pero que no son pneumónicas. 

La fiebre de Pneumocotoxina es franca: se pre- 
senta con calofrío violento, intenso, generalmente 
único, con castañeteo de dientes, que, a veces, va. 
precedido algunos días de malestar general con aba- 
timiento, cefalalgia, dolores errantes y perturbacio- 
nes gastro-intestinales. 

Cuando el pneumococo se fija en un órgano, pro- 
duce en él fuerte irritación; si en el pulmón, los sín- 


E, PERE 


Su diseminación por el cuerpo humano es extensisima. 
La sufren la piel, las membranas mucosas, las serosas, las 
meninges, las rígidas articulaciones óseas, las musculares 
y sus órganos, con exclusión quizás del poderoso aparato 
antitóxico: el hígado. Pues bien; en todas sus manifesta- 
ciones se la puede curar con relativa facilidad, y hasta 
convertiginosa rapidez, si se la atiende desde el SE 
cipio. 

Esta afirmación podrá parecer sorprendente a quienes 
no han presenciado las curaciones rápidas que se obtienen 
con los nosodos isopáticos. Diferentes panadizos, golon- 
drinos o flemones abortan en veinticuatro y cuarenta y 
ocho horas si se les ataca con el Streptostaphylo solo o alter- 
nado con Mercurius solubtls, Silicea; y también algunos 
cánceres blandos y recientes se curan con asombrosa ra- 
pidez. 

Citaré algunos hechos de curación, rápida explosion de 
tuberculosis. 

La anciana doña D. C. estuvo tosiendo, a consecuencia 
de bronquitis aguda, durante doce o catorce días. Obser- 
vando por algunos cambios estetoscápicos v pleximétricos 
que se iniciaba una tuberculosis aguda, indiqué a la fami- 
lia la conveniencia de disponer el examen microscópico de 
los esputos, cuya operación debía tardar en realizarse dos 
o tres días; por aquello de «a Dios rogando y con el mazo 
dando», le puse en dos vasos de agua Tuberculotoxina pan? 
(3 M) y Tetragenotoxina 6-1800 c. para alternar cada me- 
dia hora una cucharadita de las de café. 

En cuarenta y ocho horas habían desaparecido las dé 
cimas de temperatura y se había contenido grandemente 
la tos. 

Si es cierto en medicina el potasa Naturam morborum 
curationes ostendunt, no hay duda de que aquella señora 
curó rapidisimamente de su tuberculosis incipiente. 

Otro caso. La niña C. P., de unos tres años, recién 
enferma de una afección gripal. Mejorada de los síntomas 


— 10 — 


gastrointestinales, persistia no obstante su tos y sus déci- 
mas de temperatura. A la percusión, se notaba ligera ma- 
cidez en el dorso derecho. 

Dile la misma medicación que a la anterior, y en vein- 
ticuatro horas bajó la temperatura y mejoró la tos, quedan- 
do curada en dos o tres días. Atribuyo esta curación ful- 
minante a que, en esta, como en la señora anciana, 
sus lesiones eran recientísimas. 

Otros casos. En tres niños, dos de Barcelona y una 
niña de San Martin de Provensals, todos de tres a cinco 
años, presentando síntomas meningiticos, tristeza, abati- 
miento, aumento de algunas décimas de temperatura, rayas 
rojas de Trousseau y sensibilidad a la pulsión de los ner- 
vios occipitales; los tres curaron en breves dias (tres o 
cuatro) con los mismos remedios, a saber: Tuberculotoxina 
pan? (3 M) y Meningocotoxina pan? (3 M) en alternación 
cada media hora. Y así, algunos otros casos más. 

Efectos tan rápidos no he podido observarlos en tu- 
berculosis ósea, articulares o cutáneas; y cuando el mal 
está establecido, cuando ha invadido profundamente los 
órganos, cuando se ha diseminado por el organismo, o 
cuando se ha establecido la caquexia, entonces la curación 
es imposible. Es decir, sucede aquello propio, y en el 
mismo grado que en el cáncer. Si éste está diseminado 
o hay caquexia, es casi imposible de curar. 

Citaré dos casos de diseminación de la tuberculosis con 
resultado fatal. 

Era el uno un joven de unos veintidós años, profunda- 
mente osteomalácico, con sus miembros y su tórax tan 
extremadamente retorcidos, que era imposible trazar en 
él las líneas pleximétricas de rigor. 

Pues bien; aquel saco de huesos estaba tuberculoso del 
pulmón derecho, con macidez bien marcada en las fosas 
supra e infraescapulares, fiebre y tos, y además estaba 
tuberculoso de ambos riñones con enorme anasarca, te- 
niendo además otras lesiones en el aparato digestivo (pro- 


== 


bablemente también tuberculosas) y en el corazón, que no 
describiré en consideración a la brevedad. 

Pues bien; esta desgraciada criatura, que mejoró visi- 
blemente de su macidez pulmonar con los remedios apro- 
piados, tuvo algún ataque de uremia y murió en manos de 
alópatas, como hubiera muerto en las mías. 

Otro caso. Un niño, de pocos meses, afecto de tuberculo- 
sis pulmonar, abceso retro-faríngeo por caries tuberculosa 
de la segunda vértebra cervical y además tuberculosis 
entérica, curó rápidamente de su peligroso abceso retro- 
faríngeo (con asombro del especialista que lo asistió) y de 
su tuberculosis pulmonar a beneficio de Tuberculotoxina 
pan3 (3M) y Calcarea fluórica 13% c. en alternación 
cada media hora; pero no pudo curar su entero-colitis 
tuberculosa, muriendo de meningitis en pocas semanas en 
manos de alópatas, como hubiera muerto también a haberle 
asistido yo. i 

Estos casos y otros muchos que también hubiera podido 
describir, demuestran palmariamente la inmensa importan- 
cia pronåstica que tienen en la tuberculosis, tanto el arraigo 
o fecha de invasión de la tuberculosis como la extensión 
de las lesiones a diferentes aparatos. 

En la tuberculosis ósea he obtenido repetidos y bastante 
rápidos éxitos con Tuberculotoxina en alternación con 
Calcárea fluórica o con Silicea. En el mal de Pott cerrado, 
su efecto es seguro, ya solo, ya alternado con Calc. fluor. 
Sil. etc. 

En la enfermedad de Addison no he podido constatar 
efectos decisivos por la inconstancia de sus portadores, 
pero en vista del alivio marcado y progresivo observado 
durante algunos meses en todos ellos (5 ó 6), es indudable 
que se hubiese llegado a la curación continuando el trata- 
miento. Alterno en estos casos Tuberculotoxina con Carct- 
notoxina, respondiendo este último a la posible naturaleza 
cancerosa del mal y a su efecto anti-anémico. 

En la tuberculosis mesentérica, el remedio complemen- 


— 12 — 


tario puede ser Calcárea carbénica, Mercurius corrostvus, 
Bryoma, etc. 

En la tuberculosis datante ya de alguna fecha, pero sin 
lesiones profundas, la curación es la regla, variando el tra- 
tamiento según el curso de las temperaturas. Si éstas son 
altas, hay que huir de las bajas potencias: ni más ni menos 
que los autores de las distintas tuberculinas recomiendan 
atenerse escrupulosamente al termómetro para la repetición 
de la inyección del nosodo alopático, pues he visto repetidas 
veces que el acorde pan 3.2 agrava terriblemente las tu- 
berculosis muy febriles, sin duda por contener la 6.2 po- 
tencia, a que los tejidos tuberculosos son muy sensibles 
cuando hay hipertermia. En cambio, cuando los recargos 
termométricos no pasan más que rara vez de los 37150, 
entonces puede repetirse el mismo pan 3.2 cada hora, 
en alternación con Tetragenotoxima 6-1800% c., que es el 
complementorio del primero en casi todas las tuberculosis. 

Cuanto a los que son hipertérmicos, no hay que aban- 
donar el tratamiento por la Tuberculotoxina, sino que debe 
darse ésta a la 30% c. una toma por semana, acudiendo a 
desinflamar el foco tuberculoso, ya con Meningocotoxina 
o Tetragenotoxina, o con Bryonia, Phosphorus, Calcarea, 
etcétera, etc., según los síntomas. 

Esto me recuerda que en el Congreso nc 
contra la Tuberculosis celebrado en Barcelona, un señor 
congresista lanzó a voz en pecho la rotunda afirmación 
de que las distintas tuberculinas no habían curado jamás 
ninguna tuberculosis. 

Esta aseveración, sín duda demasiado Gegen mues- 
tra aun mås de lo que pudiera creer su autor, la profunda 
inepcia de la escuela alopåtica para el manejo de las toxinas 
microbianas. En efecto, les falta poder y saber usar las 
medias y altas dinamizaciones homeopåticas. 

No fué en efecto un charlatán el eminente microbiólogo 
alemán doctor Roberto Koch cuando conmovió al mundo 
médico con su aserción de que había encontrado el remedio 


— 13 — 


contra la tuberculosis en su tuberculina; sólo que le faltó 
el saber achicar la dosis según enseñó Samuel Hahnemann. 
Las distintas y alambicadas tuberculinas que se han ido 
posteriormente proponiendo y las meticulosas e innumera- 
bles reglas de administración que han ido proponiendo 
sucesivamente los Sahli, los Denys, etc., no son en definitiva 
otra cosa que los inútiles tanteos de quien pretende hacer 
entrar una llave grande en un cerrojo pequeño. | 
En las tuberculosis cutáneas el remedio complementario 
de tuberculotoxina es Anthracotoxina, pero en estas tu- 
- berculosis visibles los pacientes suelen seguir la obsesión 
que sobre los médicos ejercen los remedios aparatosos, los 
aparatos de Fincke, la luz violeta, los rayos X, los del 
sol, etc. 


OOO 


UN PEQUENO CASO CLINICO 
por Rhodus 


El caso que voy a referir apenas tiene importancia por 
la insignificancia social del protagonista del hecho clinico, 
y porque éste en si es bastante banal. 

Tratase, en efecto, de un pobre jornalero, de cincuenta 
a sesenta afios,, a quien venia tratando desde tltimos de 
1916 por un tumor canceroso de la parte alta del estómago, 
que he seguido tratando constantemente con tomas cada 
hora de cancrotoxina 4.2 300.8 c., y que se había reducido 
tanto, el tumor, cediendo las molestias del paciente, que éste 
se cree curado; cuando en los primeros días de noviembre 
de 1917 se me presentó con una hemiplegía izquierda, que 
no interesaba el rostro, que por presentar el enfermo al- 
guna rudeza sistólica en el foco de la mitral, juzgué embó- 
lica. Dile Diphterotoxina pan 3 (3 M) para alternar cada 
media hora con Cancrotoxina, creyendo que esto bastaría 
para curar su hemiplegía. 


— H — 


Pero no fué así: a los dos días volvió el enfermo a mi 
despacho grandemente agravado de su hemiplegia izquier- 
da, arrastrando más su pierna y cerrando con dificultad 
su mano, v con la moral sumamente abatida, pues el 
pobre hombre veía un triste porvenir de vejez, pobreza y 
parálisis que le impediría ganarse la subsistencia. 

Procuré reanimarle (la esperanza es una virtud tónica, 
mejor que muchos tónicos que se pregonan como maravi- 
llosos específicos) y le di Ethyl alkool 6-3 M y Diphterotoxina 
pan 3 (9 M), para alternar cada media hora, recomendán- 
dole que volviese a los dos días. 

Hizolo así; y encontrándole mejor, proseguí la medica- 
ción, la cual en seis días despejó por completo la hemorragia 
lenta que se había fraguado en la cápsula interna derecha, 
recobrando en gran parte la movilidad de sus miem- 
bros izquierdos. — 

Dos puntos hay notables en esta pequeña observación. 
Es el primero que la hemorragia cerebral de este pobre en- 
fermo se pudo cohibir sin sujetarse a ninguna de las pres- 
cripciones higiénicas de rigor en estos casos, puesto que 
iba y venía como de costumbre, comió lo que solía y no 
guardó ninguna de las precauciones de reposo, cabeza alta, 
cuello despejado, silencio, semiobscuridad, dieta, etc., etc. 

El segundo punto que hay que considerar, tiene una 
importancia teórica especial. 

Hasta ahora yo había visto en Ethyl alkool un buen 
remedio antiapoplético, fundado en la estrecha similitud 
que hay entre el coma alcohólico y el apoplético; pero este 
sencillo hecho demuestra en mi sentir que Ethyl alkool 
es también un buen antthemorragico cerebral, aun cuando 
no haya coma, lo cual nos presenta a este remedio como un 
nuevo antihemorrágico, cualidad que yo ignoraba en él. 


Los microbios se han hecho para los homeópatas. 


— 15 — 


UN CASO CLÍNICO COMO HAY MUCHOS 


En cierta edad de la vida, por una evolución fisiológica 
de la útero-vagina macho, un hombre comienza a orinar 
con cierta dificultad. Con esta molestia fisiológica aun 
podría vivir quince o veinte años más. Consulta a su médico, 
quien, con cierto tropiezo y dificultad, le sonda, y le dice: 
«es usted prostático». Le formula un tratamiento. 

El tratamiento no da resultado, y las escasas dificulta- 
des para orinar que había, han aumentado bastante. Es 
que la sonda, cuya asepsia absoluta es imposible, rozó de- 
masiado la porción prostática de la uretra, tropezó algo 
con cierto relieve de la glándula y dejó algunas formas 
cocáceas en dicha porción y en la vejiga. 

Agravado el enfermo, habiendo ya necesitado varias 
veces ser sondado para evacuar la orina, acude a otro mé- 
dico, quien, con muchas más dificultades que la primera vez, 
le sonda, diagnostica prostatismo y le pone tratamiento, 
con el que el enfermo no mejora. Al fin le dice: «debe usted 
ir a que un especialista le haga una operación». 

Acude el paciente a un especialista. Este le hace per- 
fectamente una prostatectomía, y el operado queda des- 
provisto de los favorables efectos de las secreciones interna 
y externa de la glándula, pero eliminando con cierta faci- 
lidad orinas algo turbias. 

El enfermo muere a los dos años por los progresos de 
la cistitis crónica. 

(De Revista de Medicina Pura, n.? 55.) 





El día que un facultativo homeópata sepa fijar el tanto 
por ciento de su acción farmacodinámica que pierden dos 
medicamentos al mezclazlos o alternarlos con frecuencia, 
saltará de gozo el corazón de Hahnemann dentro su 
tumba. | 


— 16 — 


UN CASO DE PURPURA SIMPLE 
por Rhodus 


La nifia M. P., del barrio de San Martin, de unos 
cuatro afios de edad, me fué presentada después de 
unos dos meses de estar enferma, algo anasarcada, 
con postración, inapetencia y grande abundancia de 
manchitas sanguineas cual diminutas equimosis, va- 
riando en color, desde el sanguineo al rojo vinoso, 
morado y negro. | 

Diagnostiqué el caso de púrpura simple. Instituí 
una dieta sencilla lacto-vegetariana y di a la enfer- 
mita Bubotoxina en acorde normal cuatro veces al 
día. A los tres días había bajado la anasarca y cesado 
la albuminuria. ` 

El abatimiento y la anorexia desaparecieron rá- 
pidamente y las manchas cesaron de brotar de nuevo, 
disipándose gradualmente y quedando borradas en 
unos quince días a beñeficio de Bubotoxina pan. 


000 


ERRATAS PRINCIPALES 


En el número anterior se han deslizado varias, espe- 
cialmente en el folletín, siendo las principales: 

FOLLETÍN. — Pág. 50, línea 11, donde dice «Hahnmann», 
debe decir: «Hahnemann»; y la palabra «Oryanom», debe 
decir «Organon». Fe | 

Además, el error de escribir Dipthentoxina, por Dibh- 
therotoxina, se repite varias veces. 


Heen, 7 EE SE 
Ee nuevos. temediøs gros, folletu de igo lago 
Yi + tado) EE 


H 


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