9 6 1
¿^&%SC&
JÜÍL
\%
I EL AVARO,
OMEDIA EN CINCO ACTOS
POR f r -
MONSIEUR DE MOLIERE:
TRADUCIDA LIBREMENTE
iOR DON DÁMASO D E I SUSQU1ZA.
MADRID
LA OFICINA DE D. BENITO GARCÍA, Y COMPAÑÍA.
AKO DE l800.
\
ACTORES.
Don Onofre , padre de Joaquín y Luisa , y aman-
te de Mariana. El Señor Juan Miguel
Antolin.
Don Anselmo , padre de Jacinto y Mariana. El
Señor Vicente García.
Joaquín , hijo de Don Onofre , y amante de Ma-
riana. El Señor Juan Carretero,
i
Luisa, hija de Don Onofre. La Señora An-
tonia Prado.
\ acinto , hijo de Don Anselmo , y amante de
Luisa. El Señor Bernardo Gil.
Mariana, hija de Don Onofre. La Señora Jo»
sefa Luna.
,ucia. La Señora Manuela Montéis.
Lgapito. El Señor Agustín Roldan.
A 2
Simón , cochero y cocinero de Don Onofre. Ei
Señor Josef García.
Martin , criado de Joaquín. El Señor Jo se i
Oros.
Claudia , criada de Don Onofre. La Señor.
Joaquina Briones.
Perico. 7
-^ ? Lacayos de Don Onofre.
Domingo. \ J
Los Señores Josef Cortes y Juan Ca
sanova. ■■- 1
cuer
ñora
os (
fe?
mi a
m. .
arrasi
¡lie i
Un Escribano. El Señor Tomas López.
. i
ceso
mas c
m
ACTO PRIMERO.
La Scena en Barcelona , en casa
de Don Onofre.
SCENA PRIMERA.
Jacinto y Luisa*
'Jac. ¿Qué es esto, amada Luisa l ¿Después de las
apreciables seguridades, con que habéis tenido
la bondad de acreditarme vuestra fe, os en-
cuentro ahora melancólica? ¿Vos suspiráis, se-
ñora, en medio de mi alegría? ¡O Dios! ¿Acaso
os causa ya sentimiento el haberme hecho fe-
liz? 2 os arrepentís, decidme, del empeño á que
mi amor ha podido resolveros?
Luis. No , Jacinto , no puedo arrepentirme de lo
que he hecho por vos : al contrario me siento
arrastrar a ello por un impulso tan halagüeño,
que no me dexa ni aun fuerzas para desear lo
contrario. Pero si os he de decir la verdad , el su-
ceso me da mucha inquietud , y temo amaros
mas de lo que quizá debia.
Ai
(6)
Jac, ¿Y qué podéis temer en la bondad con que
os dignáis favorecerme?
Luis, j Qué puedo temer ! ¡6 Dios mió! Debo te
mer cien cosas a un mismo tiempo. Los enojos
de un padre , las reconvenciones de una familia,
la censura de las gentes , y mas que todo , Ja-
cinto, la mudanza de vuestro corazón, y la in
diferencia criminal con que los de vuestro sexo
suelen corresponder freqüentemente á los testi
monios demasiado ardientes de un inocente amor.
Jac. ¡Ah! no me hagáis la ofensa de juzgarme
por los demás. Rezelad de mí sobre todo lo que
queráis , menos de que pueda faltar á lo que os
debo. Os amo demasiado para eso, y mi amor
hacia vos durará mientras que durare mi vida
Luis, ¡ Ah ! Jacinto : cada uno dice lo mismo. To-
dos los hombres son iguales en las palabras;
pero las acciones son las que los manifiestan di-
ferentes.
Jac. Pues si solo las acciones hacen conocer lo
que somos , esperad á lo menos á juzgar de mi
corazón por las mias , y no me busquéis delitos
en los injustos temores de una funesta previsión.
Yo os pido no me traspaséis con los sensibles
golpes de una sospecha injuriosa , y que me deis
[ni
(7)
tiempo para convenceros por medio de repeti-
das pruebas de la fidelidad de mi amor.
mís. ¿Quán fácilmente se logra convencer á los
que aman! Sí, Jacinto: yo considero vuestro
corazón incapaz de engañarme: creo que me
amáis con un amor verdadero , y que me seréis
fiel: no quiero dudar nada sobre este punto;
m pero mi temor queda con la aprehensión del
desprecio con que se me juzgará por las gentes.
Jac. ¿Pero por qué ese temor?
3 Luis, Yo no tendría que temer nada , si os mira-
sen con los ojos con que yo os miro , pues en-
cuentro en vuestra persona con que justificar la
acción que he hecho por vos. Mi corazón tiene
para su defensa todo vuestro mérito , y el agra-
decimiento en que el cielo me comprometió á
vuestro favor. Yo me represento á todas horas
este peligro grande en que mutuamente se en-
contraron nuestras primeras miradas ; esa ge-
nerosidad heroyea que os hizo exponer vuestra
vida , por libertar la mia del furor de las ondas;
esos cuidados afectuosos y tiernos que me de-
mostrasteis después de haberme sacado de las
aguas ; y los rendimientos infatigables de un
amor que no han podido entibiar el tiempo , ni
A 4
le mis
san*
tai
(3)
las dificultades; y que haciéndoos posponer 1
patria y los parientes , os detiene en estos lu-
gares disfrazado vuestra suerte , reduciéndoo
al destino de doméstico de mi padre , por teñe i h
el gusto de verme. Todo esto produce en m
sin duda un efecto maravilloso, y es muy su-
ficiente a mi entender para justificarme del em-Jí.Yo!
peño en que he podido consentir ; pero no e
suficiente tal vez para justificarme á los ojos dtj m
las gentes ; y rezelo que no se conformen cor
mis sentimientos.
Jac. No me recordéis , señora , acciones que de
ningún modo merecen ocupar vuestra memoria,
y que debo sentir labren en vos algún agradecí
miento , quando solo por mi amor pretendo con-j bmbrí
seguir vuestro cariño. Por lo que hace á los de- urse á
mas escrúpulos que os atormentan , es claro quet w ei
vuestro padre mismo toma bastante cuidadoi jy¡
de justificaros á todo el mundo : y el exceso: m
de su avaricia , y la austeridad con que vive corij dolar!
sus hijos podrían autorizar cosas mucho masi nfos
extrañas. Perdonadme, amada Luisa, si hablot ¡ no
así en vuestra presencia : vos sabéis que sobre; y0
este particular no se puede decir bien; pero e«
fin , si como lo espero , consigo tener noticias
c;a<u
p áe
¡km
w re
par si
isie ti-
lo (
HCOí
(9)
de mis parientes , debemos esperar también nos
sea favorable: yo las aguardo con impaciencia,
y si tardan en venir , iré á buscarlas en persona.
uis. No, Jacinto, no os vayáis de aquí: yo os
lo pido : pensad solo en conseguir la estimación
de mi padre.
e3 de . Vos miráis como me comporto con él , y las
} 3 ¡extrañas condescendencias de que he tenido que
• 3 usar para introducirme en su casa ; baxo qué más-
ü cara de simpatía y unión de sentimientos me he
disfrazado para darle gusto ; y qué carácter es-
: i toy representando con él todos los dias para lo-
-i grar su cariño. Yo hago progresos admirables en
W este punto , y experimento que para ganar los
con hombres no hay medio mejor que el de ador-
ie íarse á sus ojos de sus mismas inclinaciones. En-
om "rar en sus máximas , incensar sus defectos , y
iplaudir lo que ellos hacen. No hay que tener
:emor de dar en la demasía quando se trata de
coa idularlos : los mas sutiles vienen á ser los mas
mj udos en atacándolos por el camino de la lisonja,
iblí r no puede haber nada por impertinente y ri-
ta lículo que sea , que no se haga tragar sazonán-
dolo con alabanzas. La sinceridad padece un
oco en el oñcio que hago j pero quando se ne-
:esi
(10)
cesita a los hombres es necesario acomodarse
su modo de pensar , y puesto que no se pod
ganarlos sino por este camino , la falta no está
los que adulan , sino en los que quieren ser ad
lados.
Luis. ¿Pero por qué no procuráis ganar también
favor de mi hermano , por si acaso la criada ql' •*
sabe nuestro secreto llegase á revelarle? Wñí
Jac. No se puede componer el uno con el ot
porque el espíritu del padre y del hijo son coJ
tan opuestas, que es dificultoso reunir estas
confidencias. Vos de vuestra parte manejaos i
vuestro hermano sirviéndoos del cariño que
tiene para atraerle á nuestro partido. El vié ffl0
yo me voy ; aprovechad este rato para habla :e
y no le reveléis sino aquello que os paré
conveniente.
Luis. No sé si tendré valor para decirle algo
asunto.
SC EN A II.
Joaquín y Luisa,
Joaq. Me alegro hallarte sola, querida herm h or
porque tengo ganas de hablar contigo para'^ro
cubrirte un secreto. '^°>i
nos
'¿do
no
íXi
01
Sü p.
ístra
i en lj
(II)
ry is. Joaquín mío , { qué tienes que decirme?
:4« iq. Mucho, Luisa mia , mucho, mucho; en una
Ktí jalabra... estoy enamorado.
: i ¿r. i Tú enamorado ?
%q. Sí , estoy enamorado ; y sé que dependo de
bien in padre , a cuya voluntad me somete el nom-
;: i >re de hijo : sé que nosotros no debemos empe-
gar nuestra fé sin el consentimiento de los que
. aj os han dado la vida ; que el cielo los ha hecho
:c():ueños de nuestros deseos, y que nos es pro-
os i ibido disponer de nosotros sin su anuencia : sé
:,5(ue no hallándose poseídos de ardores juveniles,
encuentran en disposición de no engañarse
¡eDmo nosotros , y de conocer y distinguir lo
[jjj oe nos conviene ; que es necesario seguir la luz
ireí su prudencia, mas bien que la ceguedad de
lestra pasión , y que la fogosidad y débil jui-
d en la juventud nos arrastra freqüentemente
precipicios bien fatales. Todo esto lo sé, y
io te lo digo también para que no te canses
.decírmelo, porque hallándose mi amor en
¡posición de no escuchar nada , quiero y te
implico omitas las reconvenciones.
„r2l. ¿Pero te hallas empeñado con la que amas?
r. No , mas estoy resuelto á ello; y así te pido
:;e
algo
(12)
nuevamente no intentes disuadirme. 'flrrc
Luis. ¿Acaso me juzgas tan inconsiderada?
Joaq. No , Luisa ; pero tú no amas : ignoraslias
dulce violencia que hace sobre nuestros cora: ais
nes un amor verdadero, y yo sé tu mucho juit ib
Luis, ¡ Ay Joaquín! dexémonos de mi juicio, pi i\
no hay en el mundo persona que no le pierd es:
lo menos una vez en su vida ; y si yo te des; iber
briese mi corazón , quizá me encontrarías mé ¡;. 1
juiciosa que tú. i ¡o se
Joaq. ¡Ojalá que tu alma sintiese como la miabiea
Luis. Concluyamos antes tu asunto, y dime ¿<ji buz
es tu amada ? i w
Joaq. Una joven que vive desde poco tiempo i¡ mu
este barrio , y parece formada para engen ¡ienci
amor en todos quantos la miran. La natl i avaí
leza no creo haya producido jamas cosa I üitadc
digna de ser amada ; y yo te confieso queunaqi
hallé enagenado desde el momento que la vi i lo
llama Mariana , y vive baxo la conducta de lanJe
madre que casi siempre enferma recibe d& ¡f. ¡A
amable hija unas demostraciones de cariño | uedes
imaginables , sirviéndola , compadeciéndola y' Jas cru
solándola con una ternura que conmueve ttí ¡ nos ti
alma. Se maneja en quantas cosas hace ccudei
i
: a
'(i3)
ryre el más encantador del mundo , y en todas
¡us acciones se ven brillar un conjunto de gra-
fías , una dulzura llena de atractivos , una bon-
dad seductiva , una sencillez adorable, una... ¡ah
Luisa! ¡ quinto me alegrara que la hubieses visto!
is. Yo veo muy bastante en todo lo que me di-
íierJLes : y para comprehender su mérito me basta
¿es ;aber que tu la amas.
uq. Yo he llegado á descubrir con disimulo que
10 se hallan nada sobrantes , y que a pesar de
¿u economía , los medios que pueden tener no
ilcanzan á sus necesidades : con que haciéndote
:argo del regocijo que causa el mejorar la suerte
emp ie una persona que se ama , deduce por conse-
jen ^üencia quál será mi sentimiento al ver que por
nata avaricia de un padre me encuentro imposi-
osá militado de tener este gusto , y de dar á la per-
qué ona que adoro alguna prueba de mi cariño.
latiw. Lo conozco j hermano ; y confieso debe ser
rande tu aflicción.
tq... ¡Ay Luisa! es mas grande, de lo que tu
»uedes imaginar ; porque ¿ puede haber cosa
las cruel que esta.rigorosa economía con que
e nos trata , y esta extraña miseria en que se
rea
jcc'Os dexa padecer? ¿de qué puede servirnos la
p
nos,
jue t
(«4
riqueza , si no la logramos en la edad en
se disfruta de ella? ¿si aun para mantenerme
cesito empeñarme ahora , y si para vestirme,
gularmente tengo que acudir todos los dias i
codicia de los mercaderes? En fin , he quei1
hablarte sobre todo esto con el objeto de que
ayudes a sondear a nuestro padre sobre los s
timientos en que me hallo , baxo el supuesto
que si le encuentro contrario á mis deseos , t!
go resuelto marcharme con la hermosa Mari
á disfrutar en otros lugares la fortuna que
cielo quiera dispensarme. Para esto hago bu] m^{
dinero á qualquier premio, y si tu modo de j' í'^
sar ó tu interior se conforma algo con el ¿
nosotros podremos libertarnos de la miserable
tuacion en que su avaricia nos tiene toda la ti P1
Luis. Es cierto que todos los dias nos da m; aictl:
mas motivos de sentir la muerte de nuestra i ¡,tl ^
dre , y que... j ''™e
Joaq. Calla , que oigo su voz. Vamos adentre
trataremos el medio de atacar juntos la du
de su genio.
Vanse.
njt
«ellaj
(15)
SCENA III.
Don Onofre y Martin,
tof. Fuera de aquí al instante , sin replicar. Va-
mos , echarle de casa a este maestro de gatería,
gazapo de la horca.
Aparte.
Jart. En mi vida he visto hombre mas malvado
u • que este maldito viejo ; es imposible que no
tenga , como dice la gente , los diablos en el
cuerpo.
iof. ¿Qué rumias entre dientes?
rart. Nada; pero querría saber ¿por qué me echa
vm, de casa?
iof. Bribón, ¿ahora me vienes a pedir razones?
Marcha aprisa , no sea que te...
art. Mas señor , ¿ qué le he hecho yo á vm. ?
:of. Me has hecho el que me da la gana de que
te vayas.
art. Su hijo de vm. me mandó que le esperase.
of En la calle se le espera , y no en mi casa
hecho un fantasma observando lo que se hace
en ella para no perder las ocasiones de atrapar
algo. Yo no quiero tener á todas horas delante
m
i
:e p
el n
¡rabil
la
im
tía
M
u
(i6)
de mí una espía de mis negocios ; un traído^/.
cuyos ojos malditos asedian todas mis accione J. i
devoran lo que tengo , y escudriñan por todjfof/.1
partes para ver si hay algo que robar. J[;
Mart. ¿Cómo diantre quiere vm. que se le puejfr/,;
robar , quando todo lo tiene encerrado , y es, J Si
de dia y de noche hecho un perenne centinela
Onof. Encierro lo que me parece , y hago la cej y¡t ]
tinela que me da la gana. Vea vm. unos mo, j¡ .\
cones que se ocupan en observar lo que ] y \
haS°- ¡4h
temo no haya sospechado alguna cosa de mi i y .¡j
ñero. . m\
Alt0' _ lar!
Díme: ¿serás tú capaz de ir diciendo por ahí q j.q
yo tengo en mi casa dinero oculto?
Mart. ¡Qué! ¿tiene vm. dinero oculto?
Onof. No digo eso , bribón : me desespero : dii l, iyf
¿si maliciosamente irás tu diciendo que le teng
Mart. ¿ Y qué me importa que vm. le tenga ó
le tenga , si para mí es lo mismo ?
Onof. ¡ Ola! ¿ahora te me pones á razonar? march
Mart. Ya me voy.
Onof. Espera , espera : ¿me llevas alguna cosa j
k
«le he
fe
fct<Cü¡J
07)
art. ¿Qué le tengo de llevar á vm. ?
?/. A ver , acércate : muestra las manos.
10
m r
-¡
í¿zr/. Véalas vm.
lof. Las otras.
fcr/. ¿Las otras?
nof. Sí.
Volviendo las palmas abaxo,
\art. Véalas vm.
tof. ¿No tienes aquí dentro nada?
lart. Véalo vm.
lof Estos bolsillos grandes son muy á propósito
para ocultar lo que se roba.
r.art. \ Ah , qué bien empleado le sucediese lo que
teme! ¡y quinto me alegraría yo de poderle
robar !
tof. ¿Como?
rart. ¿Qué?
zof. ¿Qué es lo que dices de robar?
rart. Digo que vm. registra lindamente para ver
si le he robado.
Sigue registrando las faltriqueras , &c,
tof Me da la gana.
Aparte*
Tart. Mal haya la avaricia y los avariciosos.
iqf. ¿Cómo? ¿qué dices?
B
(.8)
Mart. | Que qué digo?
Onof. Sí : ¿qué dices de avaricia y avariciosos? hi
Mart. Digo que mal haya la avaricia y los avari ¡oj!
ciosos. y
Onof. ¿Y de quién hablas? - , ^
Mart. De los avariciosos. ¡ (ír/,
Onof. ¿Y quiénes son esos avariciosos?
Mart. Unos entes viles , feos y horrorosos.
,íj
K0Q
0;z(^/*. ¿Mas qué das á entender , ó qué entienda {¡a, }
tu por esoí1,
Mart. Sea lo que fuere : ; vm. de qué se enfad;
Onof. Me enfado de lo que es menester.
Mart. ¿Vm. cree que yo hablo de él?
Onof. Yo creo lo que creo ; pero quiero me diga
¿á quién hablas quando dices eso ? L \:
Mart. Yo hablo... hablo á mi sombrero. J^
0/7tf/*. Y yo también puede que hable a tu cabe2
Mart. ¿ Me impedirá vm. maldecir los avaricioso
Onof. No ; pero te impediré el ser insolente
Mart. Yo no nombro á nadie : el que se pique q: zado ei
se, rasque.
Onof. Cuidao...
Mart. ¿ Con que está vm. satisfecho?
Onof. Vamos , restituye sin registrarte,
Mart. ¿El qué.?
tam
ver.;
la as
sos
les ■
iqf. Lo que me has quitado.
rart. Yo no le he quitado á vm. nada»
tf lof. ¿De veras?
rart. De veras.
*<?/'. Marcha , pues , con dos mil diablos.
rart. Este sí que es buen despedimiento.
wf, A lo menos ya ves que lo dexo á t» con-
ciencia,
¡m í?r/. Muy bien.
F¿«¿.
ai
SCENA IV.
D. Gnofre solo.
of. Vea vm. un canalla de criado que me incomo-
daba mucho ; porque no me agrada mirar con-
ie¡ tinuamente á mi lado estos semi-alanos cojos. A
oí( la verdad no es poco trabajo el guardar en casa
una gran suma de dinero : se halla uno embara-
ce (j zado en inventar sitio seguro y oculto ; porque
n mi opinión los cofres fuertes son tan sospe-
chosos , que yo jamas quiero fiarme de ellos,
pues justamente son el zelo de los ladrones , y
o primerito que atacan.
B?
(20)
SC EN A V.
Don Onofre , Luisa y Joaquín.
Creyendo estar solo.
\ nf
" P
Onof. Sin embargo , no sé si habré acertado en I
pultar en el jardín los dos mil doblones que ci wj,
bré ayer. Dos mil doblones en oro es una caní
dad bastante crecida para guardarla en casa.
Vé d sus kijos.
Por vida de... ¿ si me habré vendido yo á
mismo ? ¿si habré hablado demasiado alto discu d (
riendo hallarme solo ? ¿qué es eso ? j W ;
Joaq. Nada , padre. .Jlj^
Onof. ¿Ha mucho tiempo que estáis ahí? jW]
Luis. Ahora acabamos de llegar. Jjj/J
Onof. Habéis oido... ¡\'m\
Joaq. Q; ué , padre ? i b/, \[
Onyf. aquello...
LvAs. ¿Quál ?
Onof. Lo que acabo de decir.
Joaq.' No señor.
Onof. ¿De veras , de veras ? \fy.s
Luis. Perdone vm. padre mío.
na ce
Mal
jaros ,
íliai;
1
Ytof. Yo conozco que habéis oído alguna cosa : es
I que yo hablaba conmigo mismo del trabajo que
I cuesta en el dia de hoy guardar el dinero; y de-
I cia , que es bien dichoso el que puede tener en
I su casa dos mil doblones,
\oaq. Nosotros temíamos llegar por no interrum-
piros.
-\nof. Yo me alegro de deciros esto para que no
toméis las cosas al contrario , y imaginéis que
soy yo quien digo que tiene los dos mil doblones.
baq. Nosotros no nos metemos en los negocios
de vm.
■■Ünof. Ojalá que yo tuviese los dos mil doblones.
oaq. No creo que...
nof. j O i esto sería una gran felicidad para mí.
oaq. Esas son cosas...
nof Buena necesidad tengo de ellos.
roaq. Yo juzgo...
nof. Mucho me acomodara , y no me compadece-
ría como me compadezco de lo miserables que
están los tiempos.
roaq. Vos , padre mió , no tenéis motivo de que-
jaros , pues se sabe que tenéis bastantes bienes.
m>fi ¿Cómo es esow? ¿yo tengo bastantes bienes?
Mienten los que lo han dicho : no hay cosa mas
B3
(22) *
falsa : los picaros son los que hacen correr esí
voces.
Luis, No os enfadéis por eso , padre mío.
Onof Cosa bien extraña es el que mis propíos hijo
se conviertan en mis enemigos , y me vendan.
Joaq. ? Acaso es ser enemigo de vm. el decir qu
tiene bastantes bienes?
Onof. Sí señor. Semejantes discursos , y los gaste
que vm. hace , serán motivo para que algún dí
se me venga á degollar en mi casa , creyendo qu
me hallo cocido de doblones.
Joaq. ? Y qué gasto tan grande es el que yo hago
Onof. Una friolera : ¿ pues hay nada mas escanda
loso que esos adornos con que os paseáis por la
calles ? Yo regañaba ayer á tu hermana ; per
esto es mucho peor. Ya te lo he dicho veintib/.V
veces , hijo mío ; todo tu porte me desagrada otra ;
has dado en la manía de parecer Marques , y es« Uirii
no lo puedes sostener sino robándome.
Joaq. ¿ Y cómo quiere Vjm. que yo le pueda robaí
Onof. ¡ Qué sé yo ! ¿ pero de dónde sacas tú par
mantener ese tren?
Joaq. Bs que soy afortunado en el juego , y lo qui lé.
gano lo empleo en mi persona. á vm
Onof Muy mal hecho : si eres afortunado en c
juego,
interés
tirio J
lie las i
duras )
délos
corche
ter acá
ciiandi
nada?
loraéi
tiespi
dolí
loas \
m, \
loe
fvm
islii
dan
juego , debías aprovecharte de él , poniendo a un
interés regular el dinero que ganases para encon-
trarlo algún dia. Yo quisiera saber , sin hablar
de las demás cosas , ¿de qué sirven esas botona-
duras , esas hebillas , y esos lazos que te cubren
de los pies á la cabeza , quando una docena de
corchetes hacían el mismísimo efecto? ¿es menes-
ter acaso emplear el dinero en arañarse los pelos,
quando los naturales están mejor , y no cuestan
lo^ nada? Yo apuesto a que en esas fruslerías hay
lo menos unos veinte doblones ; y veinte doblo-
nes producen al cabo del año dos doblones y
veinte y quatro reales , aunque no sea sino al
mas pequeño interés de doce por ciento.
Joaq. Vm. tiene razón.
)nof. Vaya , dexemos eso , y vamos á hablar de
zrad otro asunto.
vei Advirtiendo que se hacen señas los dos hermanos.
¿Eh?
Aparte.
Yo creo que se hacen señas para robarme. ¿ Qué
quieren decir esos gestos ?
ci Luis. Nos los hacemos sobre quién ha de hablar
á vm. el primero , porque ambos tenemos que
decir una cosa.
B4
gas
»rl
in)
Onof. Y yo también tengo que deciros otra cosa t(i
los dos. i iíj.I
Joaq. Es que la nuestra se dirige á matrimonia jf. i
padre mió. j¡.¡
Onof. De matrimonio es de lo que yo quiero tann { ((
bien hablaros. < < jiesi
Z«íj. ¡Ah padre mío! j^,S
O/zo/". ¿Qué es eso? Digo , ¿es la voz de matrimai f.j!
nio , 6 el matrimonio mismo lo que os da temon «i
hija mia? i j, ¡{
Luis. El matrimonio puede hacernos temer á lotí ». S
dos , si nuestros deseos no se hermanasen coi^.j!
la elección de vm. « ii^.F
Onof. Poco á poco , y no os asustéis. Yo sé lo qu< /, Se
conviene a los dos, y ni uno ni otro tendréis ma ipa
tivo de quejarse de lo que quiero hacer; y par. u, I
principiar por un cabo , díme Joaquín ¿has visti |rtam
una joven , llamada Mariana , que vive no léjoj b |
de aquí ? i ( £
Joaq. Sí , padre mió. ¡ eenc
O?^/. ¿Y tú? L
Luis. Yo no la he visto; pero he oído hablar d, |,$e
ella. jfi,,
0»q£ ¿Y qué tal te parece esta niña? ; pe si
y<?¿7£. Muy amable seguramente. : 1 coi.
(*5)
of. i Su fisonomía?
aq. La mas sencilla y llena de espíritu.
of. ¿Su ayre y su modo?
nq. Admirables sin duda alguna.
of. i Crees que una joven semejante es digna de
me se piense en ella?
m. Sí, padre mió.
4pf* ¿Y que es un partido apreciable?
aq. Apreciabilísimo.
rf. ¿Que tiene traza de gobernar bien una casa?
tíq. Sin duda.
tf. ¿Y que un marido será feliz con ella?
zq. Fixamente.
)f. Solo hay una pequeña dificultad , y es que
ne parece no tiene demasiados bienes.
iq. Los bienes , padre mió , no es cosa tan im-
¡ vis »ortante quando se trata de casar con una per-
) léjfl lona honrada y virtuosa.
)f. Es verdad : eso quiere decir que lo que no
e encuentra por una parte se puede ganar por
tra.
ktq. Se entiende.
>/. En fin, me alegro que penséis como yo, por-
lie su aspecto y su afabilidad me han ganado
1 corazón ; y con tal cnie tenga alguna cosilla
si ni
"(26)
de caudal, estoy resuelto á casarme con ella
Joaq. ¡Ay!
Onof. ¿Qué?
Joaq. Vm. dice que está resuelto...
Onof. A casarme con Mariana.
Joaq. ¿Quién? ¿vm.? ¿ vm. ? ¡w
Onof. Sí; yo, yo: ¿qué quiere decir ese asty
mentó ?
Joaq. Yo no sé qué me da : voyme de aquí. < i
Onof. Eso no será nada : vé á la cocina á beber
gran vaso de agua clara. L¿
SCENA VI.
I ero i
Don Onof re y Luisa.
Onof. Vea vm. los mozal vetes de ahora soplan ií;f
y no tienen mas espíritu que una gallina. 1 bs
es lo que he resuelto de mí, hija mia. Po^,}^
que toca á tu hermano , yo le tengo prepai¡ ! fr,
una viuda , de quien se me ha hablado esta \ \ \
ñaña ; y á tí te he destinado el señor Don ¡te
selmo. í rj. No
Luis, i Don Anselmo ? i b
Onof. Sí : un hombre maduro y juicioso , qn i $0¡,
mas que tiene son cincuenta años , y cuyas g jvm
des riquezas se saben. i£u.
U7)
lis. Yo no quiero casarme , padre míOj
Haciendo una reverencia.
;i vm. gusta*
of. Y yo quiero que vm. se case , hija miá.
Remedándola.
5Í vm. gusta.
\is. Perdóneme vm. , padre mío.
of. Perdóneme vm. , hija mia.
is. Yo soy muy servidora del señor Don Ansel-
no ; pero con permiso de vm. no me casaré
:on él.
tf. Y yo soy muy servidor de vm. señorita,
>ero con vuestro permiso vm. se casará con el
:sta noche.
5opb|«. i Esta noche ?
tf. Esta noche.
• tofo. Eso no será, padre mío.
«ep jf. Esto será , hija mia.
Mis. No.
tf. Sí.
is. No , le digo a vm.
tf. Sí , le digo yo á vm.
fis. Sobre que es una cosa á que nó me reduci-
á vm.
¡/". Sobre que es una cosa á que yo la reduciré
vm.
Doa
(28)
Luis. Me mataré mas bien que casarme con él
Onof Vm. no se matará... Mas vea vm. qué aud
cia. i Se habrá visto jamas que una hija hable
esta suerte á su padre?
Luis ¿Pero se habrá visto jamas que un pac1
quiera casar á su hija de esta suerte?
Onof. Es un partido que no hay nada que de<
contra él , y yo apuesto á que todo el munj
aprobará mi elección. ' i
Luis. Y yo apuesto á que ninguna persona de ji)
ció podrá aprobarle.
Onof. He , aquí viene Jacinto : ¿ quieres que le fc
gamos juez de este negocio?
Luis. Desde luego.
Onof. i Te someterás á su dictamen?
Luis. Sí, señor: yo pasaré por lo que él diga
Onof Pues ya está hecho.
SC EN A VIL
Los mismos y Jacinto,
Onof. Ven acá , Jacinto : nosotros te hemos eleg
para que nos digas quién tiene razón, entre
hija y yo. fH
Jac, Eso está claro ; vm. la tiene sin dificultad
m
cosa
ti
E
fe
-:.{
P*
::i
«o/*. ; Pues qué ! ¿ sabes tú de lo que tratamos ?
éaHJ ¿c. No, señor; pero vm. no sabría engañarse, y
por consiguiente digo que vm. tiece razón.
nof. Escucha: yo quiero casarla esta noche con
un hombre rico y muy juicioso, y la atrevida
me dice en mi cara mofándose, que nose ca-
sará con él. ¿Qué te parace de esto?
zA*c- ¿Que qué me parece?
nof. Sí.
dej 'ac. He, he..
nof. ¿Qué?
ac. Me parece que en la realidad tiene vm. ra-
zón , y nunca puede dexarla de tener ; pero he.,
tampoco le falta á la señorita enteramente.
nof. 1 Como ! Don Anselmo , es un partido ven-
tajoso , es un caballero noble , juicioso , afable,
muy acomodado, y sin hijo alguno de' su pri-
mer matrimonio: ¿como podría ella encontrar
cosa mejor? >
"ac. Es verdad ; pero la señorita podrá decir á
vm. que precipita demasiado las cosas, y que
era menester a lo menos algún tiempo para ver
si su inclinación confrontaba con...
nof. La ocasión dicen que es calva, y se debe
tltjj cooer un cabello. Yo encuentro con él una ven-
uto'
acc:
f
(3°)
taja , que no la encontraré fácilmente con otr|ijn*
porque la quiere sin dote.
Jac. ¿Sin dote?
Onof. Sí.
Jac. ¡Ah! ya no digo nada: es una razón de ib
mas convincentes , y es necesario rendirse á el| porci
Onof. Es para mí un ahorro considerable.
Jac. Seguramente : eso no admite contradiccio li tr;
Es verdad que su hija de vm. puede hacerle pri 5/ S
senté que el matrimonio es un asunto mas gra¡ i,í
de lo que se puede creer : que depende de él
felicidad ó infelicidad de toda la vida , y que u.| u
unión que debe durar hasta la muerte no se \ jf¡l
de efectuar jamas sino con la mayor precaucioi %
Onof. Sin dote.
Jac. Vm. tiene razón: eso es lo que lo deci«
todo : es claro. Hay gentes que podrían decir
vm. que en semejantes ocasiones , la inclinad
de una hija es sin duda una cosa que se de
tener muy en consideración; y que esta grife
desigualdad de edades, de genio y de sentimie
tos, expone un matrimonio á accidentes mi|(,[
fatales... J«st
Onof. Sin dote.
J#c. A eso no hay réplica: es constante: ¿ quinos e
(30
cJliantres ha de ir contra eso? No porque no haya
nfinidad de padres que querrían mejor la satis-
facción y el gusto de sus hijas, que no el dote
que podrían darlas ; y que no queriéndolas sacri-
icar al interés, buscarían mas que todo el pro-
porcionar en un matrimonio esta amable confor-
midad, que sin cesar mantiene en él el honor,
a tranquilidad y el gozo , y que...
of. Sin dote.
c. Es cierto: eso cierra enteramente la boca,
Sin dote ! ¿ Qué cosa puede haber que resista á
ma razón como esa?
of. ¡ Ola ! i me parece que oigo ladrar al perro : si
;e andará olfateando mi dinero? No te vayas,
jue vuelvo al instante.
SCENA VIII.
Jacinto y Luisa,
iccil
CiC
cci
: l is. i Te burlas , Jacinto , hablándole como le
labias ?
2 c. Lo hago por no irritarle , y para conseguir
íuestro fin. Constrastar de frente su modo de pen-
ar es el medio de echarlo á perder todo. Hay cíer-
os entes que es necesario acometerlos rastrean-
ÍSí)
do; temperamentos enemigos de toda resistenc
■ naturales reacios á quienes la verdad hace dq
atinar , y que opuestos siempre al recto cami
de la razón , no es posible conducirlos á don
se intenta, sino a costa de muchos rodeos. Aj:
rentad que consentís en lo que quiere , y ver
como logramos...
Luis. ¿Mas este matrimonio, Jacinto?
Jac. Se buscará medio de deshacerle.
Luis. ¿Pero qué medio quando debe verifica]
esta noche?
Jac. Es necesario pidáis que se dilate , fingien
alguna indisposición.
Luis. Y si llaman los médicos , se descubrirá
fingimiento...
Jac. Disparate, ¿pues qué conocen ellos por ve
tura los mates? No os dé pena: escoged el d
lor que mas os agrade , baxo la segura intelige
cia de que ellos encontrarán razones para í
ciros de qué procede.
nod
Í\
lia
Sise
Ice
SCENA IX.
Don Onofre en el fondo del teatro.
Onof. No ha sido nada , á Dios gracias.
fe t.
1 1
(33)
Sin verle.
ac. En fin , el último recurso es el de h fuga que
nos puede poner á cubierto de todo : y si vues-
tro amor, bella Luisa, es capaz de una firmeza...
Vé d Don Onofre.
Sí, es necesario que una hija obedezca á su pa-
dre, sin detenerse á examinar la estatura del
marido , pues quando se encuentra en él la gran
razón de sin dote , ella debe tomar prontamen-
te todo lo que se la dé.
lof. Vea vm. lo que se llama hablar bien.
ic. Perdóneme vm. si me he excedido algún tan-
to, tomando el atrevimiento de hablarla de este
modo.
lof. ¡ Como l Al contrario , me alegro mucho : y
quiero darte sobre ella un poder absoluto.
A Luisa.
'■-: Si señor: tú has intentado huir; ;he! pues yo
le cedo toda la autoridad que el cielo me da so-
bre tí , y quiero hagas todo lo que él te mande.
c. Ya con eso resístase vm. á mis consejos,
A Luisa.
C
(34)
SC EN A X.
Don Onofre y Jacinto.
i
t.
Jac. Señor , voy á seguirla , para continuarla I
lecciones que la daba.
Onof. Sí, Jacinto, vé, vé: te lo estimaré much©
Jac. Es bueno tenerla la brida un poco.
Onof. Cierto: es menester...
Jac. No le dé a vm. cuidado: yo espero con*' ^
guir mi fin.
Onof. Hazlo, hazlo: voy á dar un paseito,
vuelvo al instante.
Yéndose por donde se ha ido Luisa ,
y hablando con ella.
Jac. Si señora : la plata es mas preciosa que toe
las cosas del mundo ; y vm. debe dar gracias* íM:
cielo por haberle concedido un padre tan ho;
bre de bien. El sabe lo que es vivir : quando
trata de dar una hija sin dote no se debe ya ]
sar adelante. Todo se halla encerrado en es1 '?• Sí,
y esta palabra sin dote, equivale a belleza, ' ocultar!
ventud , nacimiento, honor, sabiduría y pro| Nt¡(
dad. Vase. f* V
1¡U!
cabiert
tt, ;
acli
(35)
wf. ; Guapo muchacho! Eso sí que es hablar
como un oráculo : dichoso el amo que tiene un
criado como tú.
ACTO SEGUNDO.
SCENA PRIMERA.
,1
Joaquín y Martin.
¿tq. ¿A donde diablos te has ido? No te había
mandado...
irt. Si señor; pero vuestro padre me ha des-
pedido con mucha gracia , después de haberme
registrado muy escrupulosamente, y de haber
juerido regalarme con unos quantos palos. ¿Alas
I0| pomo vamos de negocios ?
aq. Muy mal , y las cosas urgen cada vez mas
/ mas. Desde que estuviste conmigo he des-
cubierto que mi padre es rival de mis amores.
},zr¿. ¿Su padre de vm. enamorado?
zq. Sí, y yo he tenido el mayor trabajo en
>cultarle la turbación en que me puso semejan-
e noticia.
trt. Vaya, vaya: meterse en amoríos el buen
C 2
ú
do
i ::o
m
viejo: sin duda 'se burla; ¿pues acaso el am|^!
ha sido hecho para las gentes de su calaña?
Joaq. Necesitaba yo por mis pecados que se
pusiese en la cabeza esta extravagancia.
Mari. ¿Pero por qué razón le ocultáis vucst
amor ?
Joaq. Para darle menos sospechas , y dexar abi<
to el camino á impedir este matrimonio: ¿y
qué has hecho del otro encargo?
Mari. ¿Qué tengo de hacer? A la verdad que 1 »'•
puede tener lástima de los que buscan dinero
premio, pues quándo, como le sucede á vn
hay necesidad de pasar por la mano de un us
rero , es indispensable sufrir cosas muy extrañ
Joaq. \ Con qué no se ha hecho nada ?
Mart. Si señor , se ha hecho. Don Agagito ,
truchimán famoso por sus proezas en esta u
teria , me ha dado palabra de serviros.
Joaq. ¿Con qué tendré los dos mil pesos?
Mart. Si señor; pero con algunas leves condic
nes , que es necesario admitáis si queréis que1
verifique el trato.
Joaq. ¿ Y habéis estado con el sugeto que ha Icieoá
prestar el dinero? fl dinero ;
Mart. No señor : si esto no se hace de ese mojpij, (A!
pejei
BíStC
tyril
Éd,
Ev
&:
coepi
k íot
tu. Sol
(37)
t-au| mas cuidado tiene él de ocultaree^que vm.: son
misterios mas grandes de lo que parecen. No
quiere decir su nombre ; pero debe abocarse hoy
con vm. en una casa extraña, para instruirse de
vuestra familia y bienes ; y yo no dudo que
solo el nombre de su padre de vm. haga fácil la
cosa.
oaq. Y mas habiendo muerto mi madre, cuya
herencia no se me puede quitar.
fart. Vea vm. algunos de los artículos que ha
notado el mismo Don Agagito, para que se os
presenten antes de pasar a nada. crBaxo el su-
puesto de que al prestador se le den todas las
seguridades , y que el obligado sea mayor de
edad , de una familia con caudal abundante , so-
lido, seguro y libre de toda carga, se" hará una
obligación ante el Escribano mas hombre de bien
que pueda encontrarse , á voluntad del presta-
dor interesado mas que la otra parte en que el
jicf documento vaya bien especificado.
oaq. Sobre eso no hay nada que decir.
(art. Mas : el prestamista para no cargar su con-
ciencia, con el menor escrúpulo, quiere dar su
dinero solo al diez y seis por ciento.
%$oaq. ¿Al diez y seis? Por vida mia que es un
c3
Je se
raM
11
que
ineij
i vi
■
xtrai
o
qui
h
(38)
buen modo'dr no cargar la conciencia. No h$ frí
motivo de quejarse.
Mart. Ya se vé. Mas como dicho prestador 1
tiene la cantidad de que se trata , y para sen
al prestamista se vé precisado él mismo á toma
la prestada de otro con el interés de cinco p
ciento , convendrá que el referido primer pre
tamista pague este interés sin perjuicio de lo d
mas , mediante á que solo por servirle se obli:
el dicho prestador alcanzar sobre sí este en
prestito.
Joaq. ¿Qué diablo de pirata es ese? pues de c
modo sale á mas de veinte por ciento.
Mart. No hay duda : eso es lo que yo he dicr
Escuche vm. todavía.
Joaq. ¿Qué tengo de escuchar? Necesito dinei
y es preciso consentir en todo. ¿Qué mas ha'
Mart. Solo un artículo pequeño. De los dos r
pesos que se solicitan , el prestador no podrá c
tregar en dinero contante sino las dos tercei
partes , y por la restante tomará el prestami:
los géneros y enseres que contiene la adjuí
memoria , los quales se han puesto al precio u
moderado.
Joaq. ¿Y qué quiere decir eso?j
'10
5 di
ifarf. Escuche vm. la memoria. Primeramente:
una cama de quatro pies , franjas de punto de
Bohemia, puestas con mucho gusto sobre un
rasoliso , color de naranjo a medio madurar , con
seis cortinas , y la colcha de lo mismo , todo bien
acondicionado y envuelto en un tafetán roxo
que tira á azul. ítem: un pabellón de cola de
una buena sarga de Marruecos , rosa seca y fran-
jas de seda.
: a Joaq. i Y qué diablos quieres que haga yo de eso?
Mart. Escuche vm. ítem : una colgadura de tapi-
ces , representando los amores de Gombaul y
Macias. ítem: una mesa muy grande, madera
<* ' de alcornoque de doce pies torneados en for-
ma de pilastras guarnecida toda por abaxo de
cascabelillos.
"'^Joaq. Pero hombre...
Mart. Tenga vm. un poco de paciencia. ítem : tres
grandes mosquetes guarnecidos de nácar con las
abrazaderas correspondientes. ítem : un hornillo
con dos cuernos y tres recipientes , instrumenta
muy apreciable para los que sean aficionados í
destilar.
Joaq. Me desespero...
Mart. Ya, ya se acaba. ítem : una harpa primorosa
1
Jos
drá
:c::í
tanj
ú
ioj
(40)
que segnn una tradicion^muy probable , es 1 ti
misma con que acompañaba las folias la Infant
Altieidora , para consolar a su querido prisionen
ítem: un juego titulado Pasa aquí, antigüeda
griega é inventado en el sitio de Troya. ítem
un pellejo de gato montes lleno de paxa, j
muy propio para adornar el cielo de un gabinet*
todo lo qual , aunque valuado en trescientos de
blones , el prestador queriendo proceder con 1 jq,
mayor equidad , lo rebaxa á doscientos.
Joaq. Mal tabardillo le dé al infame con tanto n
latar. ¡ Se habrá visto jamas una usura semejante
¿No se contenta con el diabólico interés que ext )¡¡¡(
ge, sino que quiere obligarme a tomar por dos
cientos doblones los trastos inútiles que ha aci
nado? Yo no podré sacar de ellos ni ciento, I
con todo eso es necesario consentir en lo qu
quiera , porque me tiene con el dogal á la gar-fe
ganta.
Mart. Ello á la verdad es lo mismo que comers
-vm. el trigo en yerba.
Joaq. ¿Y qué quieres que yo haga? Este es í
extremo á que se ven reducidos los hijos por I
maldita avaricia de los padres : y luego se admi
rarán de que estén deseando se mueran.
>se:
.-:;
(4i)
'art. Es menester confesar que el de vm. excita-
^ rá contra su miseria al hombre mas moderado
^ elel mundo. Yo no tengo , á Dios gracias , las in-
8"i clinaciones que suelen tener muchos de mi oficio;
Ite pero sin embargo , si he de decir la verdad , la
conducta de su padre de vm. me da tentaciones
de robarle , y casi creo que robándole haría una
acción meritoria.
oaq. Dame esa memoria o ese diablo.
iejaa
io qi
roen
S C E N A II.
el >on Onofre , Don Agapito , Joaquín y Martin.
gap. Sí : es un joven que tiene necesidad de pla-
ta , porque sus negocios le urgen , y pasará por
todo lo que le prescribáis.
i¡i nof. ¿Pero cree vm. Don Agapito, que no haya
nada en que rezelar? ¿Sabe vm. el nombre, los
bienes y la familia del sugeto ?
Igap. No, yo no puedo informaros á fondo de
todo eso, porque se me ha dirigido casualmente,
y no le conozco sino de vista ; pero vm. lo será
por sí mismo: y su interlocutor ó agente me ha
asegurado que en conociéndole quedaréis satis-
m
fecho. Todo lo que yo podría decir á vm. < $, ¡
que su familia es muy rica , y que no tiene ir
dre , y que se obligará , si queréis , a que su pad
muera antes de ocho meses.
Onof. Eso tal qual es bueno. En fin , Don Agapit
la caridad nos obliga á favorecer al próxin
quando podamos.
Agap. Claro está. ,|^'
Martin d su amo viendo d Don Agapits
Mart. ^ Qué querrá decir aquello ? El famo
Don Agapito está hablando con su padre de ti
Joaq. Mas si sabrá ya que yo soy... ! 4
Viéndolos.
Agap. Pero ha... J«f
A Joaquín.
¿Quién 05 ha dicho que estaba yo aquí? Cr'i
vm. que no he sido yo quien les ha descubier
vuestro nombre y vuestra casa ; mas en fin , ]
creo no haya nada perdido por eso : ellos s<
sugetos de reserva y podéis tratar boca á boc
Onof. ¿Como es eso? tóf
Agap. El señor es el que quiere tomar los dos n
pesos de préstamo.
Onof. ¡Como, picaro! ¿tú te abandonas á unos e;
tremos tan infames?
(43)
ac¡. ¡ Como , padre ! ¿ y vm. se abandona á accio-
; oes tan "vergonzosas?
Agapto y Martin huyen*
SCENA III.
Don Onofre y Joaquín,
lof. ¿Con que eres tú quien se quiere arruinar con
empréstitos tan condenados ?
*aq. i Con que es vm. quien procura enriquecerse
con usuras tan iniquas ?
lof. i Y te atreves todavía á ponerte en mi pre-
sencia ?
oaq. ¿Y vm. se atreverá después de esto á po-
nerse delante de las gentes?
wf. i No te avergüenzas , dime , de llegar a estas
disoluciones, de precipitarte en unos gastos tan
diabólicos , y de hacer una afrentosa disipación
de los bienes que te han acumulado tus parien-
tes con tanto sudor de su rostro?
oaq. i Y no se avergüenza vm. de denigrar su es-
tado con los ilícitos comercios que hace , de
sacrificar su estimación al insaciable deseo de
amontonar onza sobre onza , y de especular en x
materia de intereses sobre las mas infames suti-
(44)
lezas que han inventado hasta ahora los mas <
lebres usureros ?
Onof. Quítate de mis ojos , vergante : quítate.
Joaq. ¿Quién es mas criminal á su juicio de ve
¿el que compra un dinero que le hace falta ,
el que roba un dinero de que no sabe qué hace
Onof. Ya he dicho que te vayas : no me sofoqu
mas. Solo.
En verdad que casi no me pesa de este suces
pues es un aviso para tener el ojo alerta mas q
nunca sobre todas sus acciones.
ífli
f
f
íííc
p
'á
¡A
1 5
SC EN A IV.
Don Onofre y Lucia.
nucí
Luc. Señor...
Onof. Espérate un instante , y hablaremos : no sé' W*
malo que dé un vistazo hacia mi dinero.
¡es
S C E N A V.
Lucía y Martin.
Mari. Vaya que la tal memoria es... mas ola, ?
ñora Lucía , ¿ qué tiene vm. que hacer por ac
Luc. Tengo que hacer lo que en todas partes : e
L.,
(45)
tremeterme en negocios , y ser útil á las gentes,
aprovechándome lo posible del poquito talento
que tenga. Ya sabes que en este mundo es nece-
sario vivir de industria , y que á las personas
como yo no ha dado el cielo otras rentas que su
intriga y su habilidad.
Urt. i Pero tienes algún negocio con el amo de
la casa ?
uc. Sí : manejo para él un asuntillo de que espero
lograr alguna recompensa.
lart. ¿De quién? ¿de él? por vida mía que has
de ser bien astuta como saques la menor cosa;
porque , amiga , sábete que la plata en este re-
cinto es muy estimada.
uc. Hay cierta clase de servicios que estimulan
mucho.
lart. Ya me hago cargo ; pero veo que no cono-
ces bien al señor D. Onofre. El señor D. Ono-
fre es de todos los humanos el humano menos
humano , y el mortal de todos los mortales mas
duro y mas apretado. No hay servicio que ex-
cite su reconocimiento al punto de hacerle abrir
las manos. Cosa de alabanza , estimación , amis-
tad , todo lo que se quiera en palabras ; pero
plata, se concluyo el negocio. Nada de mas seco
Í4«)
y árido que sus gracias y sus caricias : el á í $
es para él una voz á que tiene tanta aversión y q [.Vi
jamas dice ¿/o/ ¿1 zw. , sino presto d vm. J cesco
buenos dias. q |¡L
Zwc. Ah , ah : yo sé el arte de engañar á los hoi i¡C
bres : tengo el secreto de abrirme la puerta á kn
terneza, mover los corazones , y encontrar mcíik
parte por donde flaquean. 1 (Si
Mart. Todo eso para aquí es una friolera : •( pp
apuesto á que no eres capaz de mover al Ü d
Don Onofre en tocando d la bolsa. Mira :
ama al dinero mas que reputación , honor , vi
tud... solo la vista de uno que le pide le da co
vulsiones , y es herirle mortalmente , atravesai lm
le el corazón , arrancarle las entrañas... mas
viene , yo me escurro.
BtlCÍ
i l
SC EN A VI.
Don Onofrg y Lucía,
Onof% Pues señor , va bien : no hay novedad... I
bien Lucía , ¿ qué tenemos ?
Xhc. ¡ O señor ! ¡ qué famoso está vm. ! y coni I
el semblante demuestra perfectamente que est;
bueno.
¿.:<i
W
:>1
-ü¡
est
(47)
)/ ¿Quién, yo?
-,< /. Vm. : jamas le he visto eon el rostro mas
re seo y mas gallardo.
yf. ¿De veras?
c* ¡ Como ! En toda la vida ha estado vm. tan
:¿J oven como ahora: y yo veo hombres de veinte
y cinco años que están mas viejos que vm.
of. Sin embargo , Lucía , yo tengo sesenta bien
fi¡ cumplidos.
' íl ic. Y qué son sesenta años : miren qué cosa. Es
a flor de la edad : vm. entra ahora en la bella
jstacion del hombre.
vkof. Es así; pero no obstante creo que no me
¿51 dañarían veinte años menos.
ic. ¡Vm. se chancea! ¿qué necesidad tiene de
eso quando vuestra complexión es de vivir has-
ta cien años?
wf. ¿Sí?
ic. Seguramente: vm. tiene todas las señales de
ello. Espere vm. un poco : he aquí entre los dos
-i ojos una de larga vida.
tof. ¡Pues qué! ¿Entiendes tú de eso?
co|¿í\ Si señor. ¿A ver la mano? ¡6 Dios mi©! ¡y
qué raya tan larga!
wf. ¿Cómo?
(48)
Lúe. ¿No vé vm. hasta dónde camina esta ray¿
Onof. j Y bien! ¿Qué quiere decir eso?
Luc. ?Qué hade querer decir? que yo dixe vi
riáis cien años ; pero ahora digo que pasaréis-
ciento y veinte.
Onqf. ¿De veras , de veras? i / Es
Luc. Vaya: como que será necesario enterrarla
vm. por fuerza , después que vm. haya enten
do á sus hijos , y á los hijos de sus hijos
Onqf. Mejor que mejor; pero hablando de O'
cosa, ¿como vamos de nuestro negocio?
%
U
m
ÍU
ÍCo
Luc. Eso no hay que preguntar: asunto que
tome á mi cargo no puede dexar de rematai
felizmente; y sobre todo para los matrimoni
tengo una habilidad estupenda y maravillosa. I >,;Pi
hay en el mundo boda alguna que yo no co
siga efectuar en poco tiempo: y si se me p
siese en la cabeza , creo que había de casar í
Iin el nuestro no habia sin duda grandes di
cultades que vencer, pues como entro continu
mente en su casa las he hablado de vos á amb;
y he dicho á la madre el designio que habi;
concebido por Mariana , viéndola pasar algur i:(
veces por la calle, y tomar el fresco en el balee i [
Onof, ¡Y qué! ¿Qué ha respondido?
:;::c
icho
v se ;
m ei
Iji sii
t\í
Ni
(49)
ic. Ha oído la proposición con gusto , y quand o
he añadido que vm. deseaba que Mariana asis-
:M tiese esta noche al contrato que debe hacerse
-ifde la señorita, ha consentido en ello al instan-
te, conñandola a mi cuidado.
of. Es que yo tengo que dar una cena a D. An-
^Iselmo , y querría que Mariana asistiese de con-
vidada.
ic. Pues bien : ella hace cuenta de venir á visi-
í c tar a vuestra hija temprano para ir después a dar
un paseo , y volver á la hora del refresco,
ae iof. Con eso les prestaré el coche para que va-
aafl yan juntas.
rM ice. Esa es su intención.
»■ iqf. ¿Perodime, Lucía, has hablado algo á la
o ct madre sobre lo que podia darla de dote ? ; Le has
re j dicho que era necesario hiciese algún esfuerzo
isar y se sangrase para una ocasión como ésta? Por-
es I que en fin , ya ves que no se casa fácilmente una
ata hija sin que lleve alguna cosa.
imj tár. ¡Cómo! es una joven que os traerá quátro
k\ mil ducados de renta.
algqi iof. ¿Quatro mil ducados de renta?
M uc. Cabalito.
lof. ^De veras?
D
k
m
(50)
Luc. De veras : escuche vm. Primeramente : ell
mantiene con un ahorro muy grande de bi Jad
su costumbre es de no comer sino ensalada,
che , sopas , &c. : por consiguiente no nece
ni mesa con aparato, ni manjares delicados t ¡íf
otras delicadezas que necesitaría quálquiera
ger , "y se deben regular lo menos á mil duca m
por año. Además de esto no es apasionada á i mí
tidos magnííicos , joyas ricas , ni muebles j
j ciosos , tan propio de la mayor parte de
hembras de su condición , y esto equivale á i
de otros mil ducados por año. Con que si añ¿ ; j
la aversión que tiene para con el juego y las
versiones , nada común en las mugeres del <
pues yo sé quien ha gastado solo en este 1
tículo mas de tres mil ducados, en un año
contraréis otra parte de renta de dos mil du
dos á lo menos: y vendremos a sacar que
mil ducados de diversión y juego, mil en v s ^
tidos y joyas, y otros mil en el alimento, ce, ¿^
ponen los quatro mil de renta al año bien cr
piídos.
Onof. Ya, todo eso no es malo; pero la cuenta 4,1
tiene nada de efectivo.
Luc. Perdone vm. ¿Con qué no tiene nada
,:'">
3 Cí
C;l
los v¡
«ido
(5i)
í efectivo traeros en matrimonio una gran sobrie-
: \ dad , una simplicidad de adornos muy grande , y
:-i un aborrecimiento total hacia el juego y la di-
;-< versión ?
: :s wf. Es una bufonada querer constituirme su dote
I de todos los gastos que no haga, pues yo no
^ tengo de dar cuenta de lo que no recibo : era
^'menester que yo palpase algo.
'•■ | ic. \ O Dios mió ! ya me han hablado de un
¿ cierto pais donde tienen muchos bienes de que
II seréis el amo.
^ '.of. Eso , eso es necesario ver. Pero , Lucía , to-
,iS davía queda un rezelilio que me inquieta. La mu-
::1 chacha , como sabes , es joven , y los jóvenes por
:¡:i lo regular aman sus semejantes , y no desean sino
3 su compañía. Yo temo que un hombre de m
® edad no sea de su gusto , y produzca en mí
¿ ciertas cosillas que no me acomodarían.
A ic. ¡ Ah ! qué mal la conoce vm. Es aun otra par-
h* ticularidad que me faltaba deciros: tiene una
a> 1 aversión tremenda á todos los jóvenes , y solo
los viejos logran toda su estimación.
•of. ¿Ella?
ic. Ella : si señor : me alegrara que la hubieseis
oído hablar sobre esto : no puede aguantar abso-
Da
re**)
Iutámente la vista de un hombre joven; mas di<
que se eleva al mirar un buen viejo con barba r<
petable. Los mas viejos son para ella los mas agí
dables , y yo os aconsejo no os hagáis mas jóv>
de lo que sois. Pues quiere que á lo menos se
sexagenarios , como que no hace todavía quat
meses que estando ya tratada de casar , desb,
rato la boda porque el novio hizo ver que :\ i
tenia sino cincuenta y seis años, y no se pu
anteojos para firmar el contrato.
Onof. ¿Por eso solamente?
JLuc. Solamente por eso: ella dice que no la ba
tan cincuenta y seis años : y sobre todo quie
narices que traigan anteojos.
Onof. A la verdad que me dices unas cosas mi,
extrañas.
Luc. Pues aun es mas de lo que se puede dec
En su quarto tiene algunos quadros y están
pas ; ¡¡ pero de quién le parece a vm. que será
l De Adonis , Céphalos , Páris y Apolo ? Na
menos que eso : son hermosos retratos de Satu
no, de Priamo, del viejo Néstor, y deljbu
padre Anchises sobre los hombros de su hijo
Onof. Eso es muy particular : vea vm. lo que j * ,
lio. habría pensado jamas : y me alegro saber q, (f
ú
fea;
i]
TOS (
fe i
feche
(53)
tiene ese humor: y en efecto, si yo hubiera sido
muger no habría amado nunca á los hombres
jóvenes.
ic. Lo creo : pues á la verdad los jóvenes son
unas drogas bien poco dignas de amarse : ¿yo
querria saber qué mérito se encuentra en ellos,
ni qué gusto?
wf. Yo no comprehendo que haya alguno; y no
e? sé cómo hay mugeres que los quieran tanto.
ic. Es menester ser locas rematadas : ¿ hallar la
juventud amable , es tener el sentido vuelto; por-
que acaso pueden ser hombres unos jóvenes me-
¥ lifluos ? i puede haber quien se una a semejantes
animalejos ?
'%of. Eso es lo que yo digo todos los dias. Con
sü tono de voz acaponada , sus bigotillos de
:e; barba de gato , sus pelos de perro de aguas ,.sus
stl casacas arremangadas , y sus estómagos llenos
serJ de ayre...
*] ic. Y es la pura verdad... Una persona como
-::t vos es todo un hombre. Hay con que satisfa-
^ ber la vista , y es propiamente comq debe ser
"¡° hecho y adornado para agradar.
lüe of. ¡Qué! ¿te parece estoy bueno?
*r fe ¡Cómo qué! estáis capaz de hechizar áqual-
(54)
quiera muger t y vuestra figura es digna de pi
tarse. Vuélvase vm. un poco: jpues! no se pu
de dar cosa mejor: ¿á ver como andáis? Vea v
• un cuerpo bien hecho, libre y desembaraza
como debe ser , y que no muestra ningún acli
que.
Onof Yo no los tengo grandes, á Dios graci
Solo una fluxión me incomoda de quando
quando.
Luc. Eso no es nada. La fluxión no le cae a v
mal , antes al contrario le hace gracia la tos;
Onof. Dime, Lucía: ¿me ha visto Mariana algí
vez? ¿No ha puesto cuidado quando paso j
la calle?
Luc. No; pero hemos hablado largamente de vi
la he hecho un retrato de vuestra persona, y
he omitido alabar vuestro mérito, y la din
que sería para ella el tener un marido como i
Onof. Has hecho bien , te lo estimo mucho.
Luc. Mire vm. : yo tenia que haceros una sápl:
me hallo con un asuntillo entre manos , y n<¡
puedo concluir por falta de un poco de din* el re;
Don Onof re toma un ayre serio*
vos podríais fácilmente proporcionarme los 1
dios de verificarlo con felicidad si quisierais M,
®
»¿
fel;
Sle
íme
_.:)
(55)
■ plvorecerme. Vm. no podrá concebir el gusto que
slla recibirá de veros.
Se pone alegre*
Ah! quánto le agradaréis, y qué efecto tan
.:. Admirable no causará en su espíritu vuestra fres-
ara á lo antiguo : pero sobre todo ella se hechi-
njzará de vuestra casaca atacada con corchetes:
so la pondrá loca de contenta , pues un aman-
te acorcheteado es para ella de un gusto ma-
eí] ravi lioso.
tos of. Como soy que me encantas 'con decir esas
ala posas.
uo 'c. A la verdad crea vm. que este asunto me es
de la mayor conseqüencia.
Se pone serio.
Si le pierdo quedo arruinada , y ahora le podría
di remediar con poco auxilio que me dierais. Yo
10 quisiera hubieseis visto el gozo que mostraba
guando yo la hablaba de vos :
Se pone alegre.
•, mjal oir vuestras calidades se le conocía en los ojos
» c:qi el regocijo de su corazón ; y en fin la puse en
una impaciencia extrema de ver concluido en-
teramente este matrimonio.
iof. Me has dado mucho gusto, Lucía, y con-
D4
fieso te estoy muy agradecido.
Luc. Yo le pido á vm. me dé el socorrillo que
dicho: pues con él mejoraré mis negocios,
labraréis en mí un reconocimiento eterno.
Onof. A Dios : voy á acabar de escribir.
Luc. Os aseguro que jamas podríais socorren
en una situación mas apurada. ;
Onof. Yo daré orden de que el coche se ha
- pronto para llevaros á paseo.
Luc. Crea vm. que no le cansaría sino me vi<
forzada á ello por la necesidad.
Onof. Yo tendré cuidado de que se cene tempí
no para que no os haga daño.
Luc. Os suplico no me neguéis el favor que
pido. Creed...
Onof Me llaman adentro : hasta luego.
Vase.
Luc. Mala sarna te coja , perro de los diantres.
vejestorio se ha mantenido firme contra toe
mis ataques ; pero sin embargo es menester
dexar la empresa , pues á bien que de la o«
parte tengo siempre asegurada una buena graJ 10/,
ficacion.
9
r.i
Zi
:í:,
i::"
(57)
ACTO TERCERO.
SCEJSTA PRIMERA.
%n 0 nafre , Joaquín , Luisa , Jacinto'. Claudia
con un paño en la mano, Simón , Perico
y Domingo.
hiof. Vamos acá todos , para que yo os distribu-
ie tí ¡ ya las ordenes , y regle á cada uno su destino.
Acerqúese vm. señora Claudia, principiaremos
:;r| por ella. Bueno : eso es estar con las armas en la
mano: yo os destino a limpiar la casa; pero cui-
dado con no frotar demasiado los muebles , por-
que ya vé vm. que se desgastan. Además de esto
os constituyo , durante la cena , por gobernanta
de las botellas ; y si se extravía alguna , 6 se ocul-
ta qualquiera cosa, yo lo desquitaré de vuestro
\ to - salario.
Aparte,
im. Castigo político.
:: nof. Marchaos. Vosotros , Perico y Domingo,
vais destinados á cuidar de los vasos, y dar de
beber; pero solamente quando haya sed, y no
como por lo regular lo hacen algunos lacayos
(58)
fastidiosos , que van á provocar á los convidado
avisándoles que beban quando no piensan en ello
Aguardad á que se os pida dos ó tres veces , j 4
acordaos de llevar siempre mucha agua.
Aparte*
Sim. Bien hecho , porque el vino puro se sube ;
la chabeta.
Dom. ¿Y nos hemos de quitar los sacos?
Onof, Quando veáis venir á las gentes , sí : mas cui
dado con no estropear las libreas.
Dom. Es que la mia ya sabe vm. que tiene un
mancha de aceyte por delante.
Per. Y mis calzones un agujero por entrepierna!
que se vé con perdón de vm...
Onof. Eso no le hace : tú juntas bien las rodilla k
para ocultar el agujero , y tu tapas la mancha co
el sombrero , ó con el brazo : idos , idos.
Vanse.
Por lo que respecta á tí , hija mia , es necesari
que tengas el ojo alerta , sobre todo para qu
no se gaste nada mal gastado , pues esto sient i
muy bien a las niñas. Pero ante todas cosas pre
párate á recibir , como corresponde , á mi novi
que debe venir á visitarte , y á llevarte á pas# ty
Entiendes lo que te quiero decir!
/.;.;,
ú
iSC!
ien
lera
ha
xa
ra<f
si
g
(59)
:;¿< nw V, Sí , padre mío.
Vast.
nof. Pues anda con Dios. Y vm. señorito , á quien
yo tengo la bondad de perdonar la historieta
pasada, no vaya vm. ahora á ponérmela mal
gesto.
oaq. ¿Yo mal gesto? ¿por qué razón?
nof. ¡Oh! ya sabemos el proceder de los hijos
quando los padres se vuelven a casar, y con
qué ojos miran por lo regular lo que se llama
madrastra. Pero si deseáis que yo me olvide de
vuestra última travesura, os encargo sobre todo
admitáis con buen semblante á ésta , y le hagáis
el mejor recibimiento que os sea posible.
odiB r°a¿¡- Si he de decir á vm. la verdad, no puedo
aseguraros me dé gusto el que venga a ser mi
madrastra: yo mentiría si dixese lo contrario;
pero en quanto á recibirla bien , y mostrarle
buen semblante , prometo obedecer a vm. pun-
tualmente.
eD nof Procurad hacerlo así á lo menos. r
roaq. Vm. verá que no le doy motivo de queja
sobre este punto.
nof Haréis muy bien.
Vase Jgaquin*
(6o)
SC EN A II.
Don Onofre , Jacinto y Simón,
Onof. Jacinto, ayúdame ahora. Ven acá, Simoi
acércate : he querido dexarte para lo último.
Sim. Es al cochero , 6 al cocinero a quien quier i{
vm. hablar , porque yo soy uno y otro. ¡! '
Onof. Es a los dos.
Sim. % Pero a quál de los dos el primero ?
Onof. Al cocinero.
Sim. Sírvase vm. esperar un poquito.
Sé quita la casaca de cochero , y queda vestía
de cocinero.
Onof. ¿Qué diantre de ceremonia es esa?
Sim. Ya puede vm. decir lo que quiera.
Onof. Pues señor , yo estoy comprometido en át l
esta noche una cena.
Aparte.
Sim. ¡Milagro!
Onof Con que, ¡qué tal! ¿la dispondrás bien?
Sim. Si señoí , en dándome bastante dinero pa
ello , no hay dificultad.
Onof Qué diablo : siempre dinero : parece que i*»ol
tienen que decir otra- cosa sino dinero, diner í
::
rcc
[fce
£:.¿
l(
ti
(6i)
dinero. Continuamente hablar de dinero : esta es...,
'ac. Yo no he visto jamas respuesta tan fastidio-
sa como esa. Vea vm. qué milagro hacer bue-
na cena con mucho dinero: eso lo hará qual-
quiera: la habilidad es hacer buena cena coa
poco dinero.
m. ¿Buena cena con poco dinero?
ac. Si señor.
m. Vm. señor mayordomo, nos hará un gran
favor en descubrirnos ese secreto , y á mí me
le hará también en tomar el oficio de cocinero,
puesto que todo lo sabe vm. y todo lo quiere
manipular.
wf. Vamos callando , y di lo que se necesita.
m. Ahí tiene vm. su mayordomo , que le dispon-
drá buena cena por poco dinero.
C3¿ 'of. Yo quiero que tu respondas.
n. ¿Quántos serán vms. de mesa?
of. Nosotros seremos ocho ó diez; pero no es
lecesario contar sino ocho, pues poniendo de
enar para ocho , habrá muy bastante para diez:
c. Claro está.
i. Pues , señor , son menester dos fueutes de
c,:eifStofado, dos de mechado, otras dos de frito...
dina í£ < Qué diablos vas ensartando ahí? con eso se
fe
i
(6^) g
puede dar de cenar á una ciudad entera.
Sim. Uno, ó dos asados...
Onof. Cierra esa boca descomunal : tu me engull
todo quanto tengo.
Sim. Ensaladas, postres...
Onof. ¿Todavía?
Jac. Vaya que eso es querer sofocarnos: ¿pu
acaso el amo convida á las gentes para asesina'
las a fuerza de tragar? Leed un poco los pn
ceptos del conservador de la salud , y pregui
tad a los médicos ¿si hay cosa mas perjudici
para el hombre, que el comer con exceso?
Onof. Tiene razón.
Jac. Sepa vm. señor Simón, y sepan todos los
su oficio , que una mesa llena de demasiadas via
das es un asesino de vidas : que para mostrad 1 1
amigo de los convidados es necesario que la fi
galidad reyne en la comida que se les dé , y q
según aquel axioma antiguo, es menester con
para vivir , y no vivir para comer.
Onof. Eso sí que está perfectamente dicho: ac' '•?
cate , que quiero darte un abrazo por esa s' r A
palabra. Vea vm. la mas bella sentencia que ^
oído en toda mi vida. Es menester vivir p¿
comer , y no comer para... no, no es esto : á i
i.
\
,'•■";
(63)
¿á ver como dixiste?
rac. Que es menester comer para vivir , y no vi-
J | vir para comer.
A Simón,
nof. Eso, eso: ¿lo entiendes?
A Jacinto,
¿Quién fué el hombre grande que dixo eso?
'ac. No me acuerdo ahora de su nombre.
nof. Pues ten cuidado de escribírmelo en un pa-
pel , porque quiero hacerlo grabar con letras de
oro sobre la chimenea de mi sala.
ac. Está bien; y por lo que hace á la cena , no
tenéis mas que dexarlo á mi cuenta : yo lo com-
pondré como se debe.
nof. Muy bien.
tr¡ ij/n. Tanto mejor : con eso tendré menos trabajo.
jaj | A Jacinto,
iof Es necesario poner cosas de que se come
r fJ| ¡poco , y que satisfacen tal como un potage
graso...
te. Pierda vmd. cuidado.
of Ahora, señor Simón, es menester limpiar el
coche.
n. Espere vm. que eso habla con el cochero.
¿j Se pone la librea.
\ '.os
15 vil
r.ac
es
que
r
!■<
(«4)
¿Qué me mandaba vm.?
Onof. Que es menester limpiar el coche , y ten
prontos los caballos para llevar á paseo ..
Sim. ¿Sus caballos de vm.? Me parece que no
hallan en estado de echar á andar , porque vr
les hace observar unos ayunos tan rigorosos , qv
los han convertido en fantasmas.
Onof. Vea vm. y no trabajan nada.
Sim. Y porque no trabajen nada , ¿no han de c<
mer tampoco nada? mas les valdria á los pobr
animales trabajar mucho, y comer igualmen
mucho. A mí me causan tanta lástima , que ai
gunos dias me quito la comida de la boca p
dársela á ellos , pues es menester un corazón mi
duro para no compadecerse de su próximo
Onof. El ir hasta el paseo no es un trabajo V
grande.
Sim. Yo no tengo valor para llevarlos , y en ' i
estado en que se hallan , se me haria cargo
conciencia el darles un latigazo. ¿Cómo qui
vm. que puedan con el coche , quando no pi i
den consigo mismos?
Jar. Yo le pediré al cochero del vecino , que va t
con ellos : así como así éste nos hará falta p H
la cena.
i
f
i,
k.
a
m
im. Me alegro , porque mas quiero que mueran
baxo de otra mano , que no baxo de la mia.
rac. Señor Simón , vamos con juicio.
: na im. Señor mayordomo , vamos con tiento.
:¿í inof. Vaya, vaya, tengamos paz.
im. Yo no puedo sufrir los aduladores : veo que
sus regaños sobre el pan, sobre el vino, sobre
el carbón, sobre la sal y sobre el aceyte no son
sino para congraciarse con vm. y hacerle la cor-
te: yo me desespero, y me enfada oir lo que
se dice de vm. todos los dias; porque en fin des-
pués de mis caballos , es vm. la persona que mas
estimo.
nof ¿Y podré yo saber qué es lo que se dice
por ahí de míS
im. Si señor, si yo supiese que vm. no se habia
de enfadar.
nof Yo no , de ningún modo.
;m. ¿No? Caramba, yo sé muy bien que vm. se
i ha de poner hecho un...
nof Dale : si digo que no : al contrario , tendré
mucho gusto en saber cómo se habla de mí.
m. ¿De veras?
nof De veras.
m. Pues ya que vm. lo quiere , le diré franca-
E
ame
;ie
oca
i
no.
w
(66)
mente , que toda la gente hace burla de vm. di
ciéndonos á nosotros mil bufonadas sobre suic
extravagancias y su miseria. El uno dice qu
hace vm. imprimir almanakes particulares, do;
blando las quatro témporas y las vigilias de
año , para aprovecharse de los ayunos que hac
observar á toda la gente de su casa. El otro , qu
en los dias de cumpleaños , ó quando se le mar
chan los criados , busca vm. siempre algún motiv
de regañarlos para no darles nada , ni pagarles €
salario. Aquel cuenta, que una vez hizo vnn
abrir a un gato de un vecino para sacarle ,de 1
tripa un pedazo de bofes que le habia comidc.
Este , que sorprehendiéron á vm. una noche , vi
niendo de robar la cebada de vuestros caballoi
y que el cochero , mi antecesor , haciendo qu
no os conocía con la obscuridad , os hartó ¿
palos, sin que vm. de vergüenza se atreviera
chistar la menor palabra. En fin, no se puede
á parte alguna donde no se oiga alguna aventuí
semejante. Vm. es- la fábula y la mofa de tod
el mundo , no designándole sino con los nombr<
de avaro, de horrible, de usurero...
Qnof. Y tú eres un picaron , desollado , 6 insolcnt
Dándole de palos con el bastón»
,L
Id
(¿7)
Efe. ¿No lo habla yo dicho? Vm. no me quiso
I creer : ya adivinaba yo que se enfadaría de oir
I 2a verdad.
\)nof. Aprenda vm. á hablar mejor para otra vez
i $qq desvergonzado.
S C E N A III.
Jacinto y Simón,
Tac. Compadre Simón , lo siento ; pero ya veo que
se premian muy mal vuestras noticias.
Riyéndose.
vm. ¿Y á vm. señor recienvenido qué le va, ni
:;>' qué le viene en ello? Vm. ríase enhorabuena de
m sus paios qúando se los den, pero no venga á
3 1 reirse de los míos.
Jac. Perdone vm. señor Simón; no hay que en-
fadarse.
Aparte*
\¡m. Calla. El tiene miedo : voy á hacer de va-
liente , y como me tema , le casco las liendres.
Alto.
¿Sabe vm. señor bufón, que yo no me rio? ¿y
oltfj que si se me sube el humo á la chimenea le haré
reír de otro modo?
Sa
rtú
riera
nede
■e:ti p
:ta
(68)
Hace retroceder d Jacinto hasta el fin del teatn
amenazándole.
ti
Jdc. Poco á poco.
Sim. ¿ Como poco á poco ? no me da la gana.
Jac. Hacedme el favor...
Sim, Qué favor , ni qué calabaza. Vm. es un fas-
tidioso.
Jac. Vaya señor Simón.
Sim. No hay señor Simón que valga. Como co]i
un palo le moleré las costillas.
Jac. ¿Como es eso de coger un palo? _-_ i|Jf
Se pone serio , y hace retroceder mutuamente ¡
á Simón.
Sim. [ O ! no hablaba yo de eso.
Jac. ¿Sabe vm. señor necio, que soy muy bas
tante para escarmentarle?
Sim. No lo dudo, no.
Jac. ¿Y que vm. es un pobre diablo cocinero?
Sim. Sí señor, lo sé. :
Jac . ¿Y que no me conoce todavía?
Sim. Perdóneme vm.
Jac. ¡Con que vm. me dará de palos?
Sim. j Qué! yo lo decia en chanza.
• •■" 'Dale de palos , 6 golpes.
Jac, Yo no gusto de chanzas , con que así apren
\:\
:<;,
k
di
\í¡
a
la
(69)
áed á no usarlas conmigo.
¿0/0.
im. Pues he quedado lucido con mis Intentonas.
Que el amo me pegase, vaya: ¿pero pegarme
este mayordomo?... por vida... mas yo me ven-
gare como pueda.
SCENA IV.
Mariana, Lucia y Simón.
uc. ¿Sabe vm. señor Simón si está en casa vues-
tro amo ?
m. Si señora , en casa está , lo sé , y muy bien.
uc. Pues haznos el favor de decirle , que esta-
mos aquí.
SCENA V.
;:.:
31*8
Mariana y Lucía.
?ar. ¡Ah Lucía! ¡qué situación tan infeliz es la
mia! y quánto siento esta visita, si he de decir-
te la verdad.
ic. Pero, ¿y por qué? ¿quál es vuestra inquie-
tud?
ar. ¡Quál es me preguntas! ¿no puedes conocer
el tormento de una persona, pronta á ver el su-
plicio en donde se la quiere sacrificar.
Zuc. Yo bien conozco que para morir con gnsí
no es Don Onofre el suplicio que vos querría
admitir , y veo también en vuestro semblant
que el Adonis de que me habéis hablado se <
viene a la memoria.
Mar. Es muy cierto, Lucía, y no me pesa: 1
visitas que nos ha hecho y sus modales , han l
grado que yo le dé algún lugar en mi corazo
Luc. i Pero vm. no ha sabido quién es ese cup
dito?
Mar. No, Lucía: solo sé que es muy digno <
que se le ame; que si mi elección fuese libi
en ninguno otro recaería sino en él, y que
inclinación que le tengo me hace mas repugna
te el marido que se me quiere dar.
Luc, ¡O! todos estos mozalvetes son a la verd
muy agradables, y -saben también desempeí
perfectamente su negocio ; pero la mayor pa
anda siempre á horza con su bolsillo ; y así p:
vm. es mejor un marido viejo que la dé muc
dinero, Yo confieso que los sentidos no hal
favorable la cuenta , y que con un marido vi
hay que sufrir algunos disgustillos; pero no
duradero, y al fin su muerte la pondrá á vm¿
h
oraz
(70
estado de bnscar luego otro mas ¡oven que lo
atSÍ restaure todo.
neij Mar. ¡Ah Lucía! \y qué mala cosa es tener que
desear la muerte de una persona para ser feliz !
además de que ésta no siempre sigue todos nues-
tros proyectos.
uc. ¿Vm. se burla? ¿Pues acaso se casaría con
él á no poner la condición de dexarla bien pron-
to viuda? como que debe ser uno de los artícu-
los del contrato; pero qué , si lo mas que puede
vivir son tres meses. Mas cátele vm. que sale
bl toditico él en persona.
e IBfcr. ¡ Ah Lucía de mi alma , y qué ñgura l
■M t<
■:i:
v SC EN A VI.
Don Onofre, Mariana y Lucía*
Onof, No os ofendáis , bella Mariana , de que sal-
ga á veros con anteojos. Sé que vuestras gracias
son muy visibles por sí mismas , sin necesidad
de ellos para observarlas ; pero en fin , con an-
teojos es con lo que se observan los astros , y
yo aseguro que vos sois un astro ; pero un astro
el mas bello que puede haber en el pais de los
astros. Lucía no responde nada , ni muestra , se-
E4
xff
así
mi
ú
Jo i
gun me parece , gozo alguno en mirarme.
Luc. Es que se halla sobrecogida, y además d
esto , las jóvenes siempre tienen vergüenza d
demostrar al instante lo que sienten en su co
razón.
Onof. Dices bien. Mónita mia, aquí sale mi hij¡
á recibirte.
SCENA VIL
Don Onof re , Mariana, Luisa y Lucía.
b
■;.
i)
i,
Mar. Perdonad, señora: cumplo muy tarde coi
esta visita.
Luis. Vm. ha hecho lo que á mí me correspon- if
dia, que era adelantarme a hacérosla. i s
Onof. Ya ve vm. qué grande es; pero la mala yer
ba siempre crece mucho.
A Lucía.
Mar. ¡Qué hombre tan horroroso!
Onof. Qué, ¿qué dice la palomita mia? i é
Luc. Que le parece vmd. muy lindo. ! trot
Onof. Ese es favor que me queréis hacer, herm<Hti!(
sa pichoncita.
Aparte.
Mar. ¡ Qué animal!
i i
¡ací
y
r
(73)
qf. Os doy muchas gracias. Aquí sale también
\ím hijo , que viene á tributaros sus respectos.
SCENA VIII.
: l Los mismos , Joaquín , Jacinto y un Lacayo.
ar. \ Ah Lucía de mi corazón , y qué encuentro!
A Lucia.
Este es justamente de quien te he hablado.
ic. La aventura es particular.
qf. Ya veo que os suspendéis al mirar que ten-
i i go unos hijos tan grandes ; pero no os dé cuida-
do , que bien pronto me desharé de ellos.
::: aq. Señora , si he de deciros la verdad , esta és
ma aventura que yo de ningún modo esperaba,
va y la sorpresa mia no ha sido pequeña quando
mi padre me ha hecho saber, pocos minutos hace,
ú designio que habia formado de casarse con
/os.
trian. Yo puedo decir lo propio. Es un encuen-
ro tan imprevisto , que me ha sorprehendido has-
ao|a lo sumo.
q. Es cierto , señora , que mi padre no puede
íacer una elección mas hermosa que la que ha
lecho, y que me proporciona una gran dicha
(74)
con el honor de Teros; mas con todo eso no
aseguraré me cause alegría el designio que j
dais tener de haceros mi madrastra, título c
si he de decir verdad , no os le deseo. Este I
curso parecerá desatento á algunos de los (|
me escuchan ; pero yo creo que vos entende]
su verdadero significado, reflexionando quai
este matrimonio debe causarme sentimiento,
ver hasta qué extremo choca con mis ver<¡
deros intereses: y así me permitiréis os di
con permiso de mi padre , que si las cosas I
pendiesen de mi arbitrio , no se verificaría ¡an
este himeneo.
Onof. Vea vm. ahí un cumplimiento bien ne<
una declaración bien á propósito.
Mar. Y yo os responderé que estamos iguales L
esa parte, y que si vos tenéis repugnancia
que yo llegue á ser vuestra madrastra , no la tfe
dré yo menos sin duda en que vos seáis mi j
jastro. No creáis sea yo quien procura daros <
incomodidad , pues sentiría mucho causaro;
menor disgusto; y en fin, si se me quiere j p¡
eisar á ello, os doy mi palabra de no conse ¡]¡C(
en el matrimonio que tanto os da temor. dad
Onof. Tiene razón: á un cumplimiento necio po$(
M
Vj
ik
fste
Id
rend
xp
ienta
i V{
H
H
02 j
i:
0
II
«0!
asro
seré
cons
f.
oed
(75)
ic debe dar sino una respuesta necia. Yo os pido
perdón de la impertinencia de mi hijo: es un
joven que no sabe las conseqüencias de lo que
dice.
lar. Os aseguro que lejos de ofenderme, me ha
dado mas gusto explicándome sus verdaderos
«entimientos ; porque deseaba de él una confe-
sión semejante ; y si hubiera hablado de otra
suerte , le estimaría seguramente menos.
nof. Es demasiada bondad vuestra querer disi-
mular sus faltas : el tiempo le hará mas pruden-
te , y vos veréis como muda de pensar.
oaq. No, padre mió, no soy capaz de mudar de
sentimientos ; y así le pido á esta señora lo crea.
nof Pero vea vm. qué extravagancia.
'oaq. i Y quiere vm. que yo haga injusticia á mi
corazón?
nof. Quiero que vm. mude de lenguage. .
oaq. Pues bien,, si vm. lo quiere, hablaré de otro
modo. Permitid , señora , que poniéndome en el
lugar de mi padre, os confiese no haber visto
jamas un objeto tan encantador como el vuestro,
ni concebido nada capaz de i guarí ar se a la felici-
dad de poseeros , y que el título de vuestro es-
poso es una dicha, una gloria que yo preferiría
(7«)
á los destinos de los mayores Príncipes dé
tierra. Si, señora: la dicha de poseeros es en
concepto la mas grande de todas las dichas,
á la qual limito toda mi ambición , no pudien
haber nada que no sea yo capaz de hacer p;
una conquista tan preciosa , pues los obstácu
mas...
Onof. Bueno , bueno , hijo mío : ya basta si te p
rece.
Joaq. Este es un cumplimiento que hago á la s
ñora en nombre de vm.
Onof. \ Y qué ! ¿ no tengo yo lengua para explica
me sin necesidad de un intérprete como tu? V
mos, que arrimen sillas.
Luc. Mejor es ir á paseo ahora , y volver pror^
para tener lugar de divertirse luego.
Onof. Que traigan, pues, el coche.
Al lacayo.
,1
ifiCí
oco
i)
i
ú
ü
|í
u
!at¡
d
»1
SC EN A IX.
Los mismos , menos el lacayo.
Onof. Disimulad, bella Mariana, el no haberí
acordado de disponer alguna friolera para ánt
de ir á paseo.
m
I i
í «•
¡kaq. Ya lo he prevenido yo, padre mío, man-
dando traer de vuestra parte unas bandejas de
:odo género de dulces de confitería.
of. Jacinto.. .
c. ¿Qué quiere vm.? ha perdido la chaveta.
iq. ¡Qué! ¿no le parece á vm. bastante? ¡Cómo
ía de ser ! La señora tendrá la bondad de disi-
milar la cortedad del agasajo.
ir. Eso es gastar conmigo mucho cumplimiento.
iq. Pero, señora, ¿habéis visto jamas un diaman-
2 mas hermoso que el que mi padre tiene en
l dedo?
r. En efecto brilla muchísimo.
q. Es menester que le veáis de cerca.
^ uit ásele del dedo á su padre y y se le da
á Mariana.
I Sin duda que es precioso , y arroja multitud
i rayos. . .a
Quiere volverle.
7. ¡ O ! No señora : él se halla en manos muy
rmosas , y es una, expresión que os hace mí
dre.
'. ¿Yo? Baxo d su hijo.
f. I Excusada pretensión! me dice que os le
ga admitir.
(73)
Mar. Perdóneme que... >
Joaq. ¿Os burláis , señora? Mi padre no le ve
verá á tomar.
Onof. Me desespero. Aparte.
Mar. Eso sería...
Joaq. No i no señora , no permitiré hagáis á
padre un desayre semejante.
Onof. ¡Ah bribón!
Joaq. Ved cómo le está incomodando vuestra
sistencia. Padre mío , yo no tengo la culpa
obstina en no admitirle.
Onof. ¿Habrá canalla igual?
Joaq. i En fin dais lugar , señora , á que mi pfl
me regañe?
Luc. ¡O, y qué cumplimientos l Señora, guaro
la sortija , pues que el señor Don Onofre oí:
pide.
Mar. Vaya : la admitiré por no disgustaros ; I
buscaré ocasión de devolvérosla.
i
S C E N A X.
Los mismos y un lacayo.
Lac. Señor, ahí está ua hombre que quiere*
blaros.
T
(79)
mof. Dilc que estoy ocupado, que vuelva otro
lia.
c. Me ha dicho que trae dinero.
?/. Perdonadme , vuelvo al instante.
SCENA XI.
Los mismos y un lacayo,
q. Señor...
Tropieza con Don Onofre , y U hace caer.
>/! ¡ Ay que me ha muerto !
:q. ¿Qué es eso, padre mío? ¿Se ha hecho vía.
año?
na )f. El infame sin duda ha recibido dinero de mis
í eudores para desnucarme.
!j Perdone vra. señor, yo corría por servir á
í$; m. mas prontamente.
f, ¿Y qué venias á decir tan corriendo , bcr-
ante?
*. A avisar á vra. que los caballos están des-
errados.
f. Anda : di que los lleven al instante á casa
¿ el herrador.
f . Con eso entretanto acompañaré á esta se
(8o)
. ñora en vuestro nombre , padre mío , hacia
jardin, á donde haré llevar el agasajo de dub
, SC EN A XII.
Don Onofre y Jacinto.
Onof. Jacinto, por Dios, que tengas el ojo ale
para recoger lo que se pueda , y volverlo lúe
á la confitería, porque de ese modo...
Jad Bien está, bien está, pierda vm, cuidado.
Onof. i O, hijo majadero! tú tienes gana de arri
narme.
ACTO QUARTO.
SCENA PRIMERA.
ñ
h
Joaquín, Mariana, Luisa y Lucía.
fir,
ttCí
k
Joaq. Entremos acá, que está mucho mejor;
pues no hay persona que nos oiga , nosotros \
demos hablar con toda libertad.
Luis. Si señora, mi hermano me ha dado p
de la pasión que alimenta hacia vos , y comcL
zon:
los
(8i)
ignoro los temores y los disgustos que son ca-
paces de causar semejantes obstáculos , os ase-
guro que tomo una parte no pequeña en el lo-
gro de vuestros deseos.
lar. El ver una persona como vos interesada en
nuestra felicidad , es sin duda alguna un consue-
lo de los mas apreciables ; y así os suplico , se-
ñora, os digneis conservarme esa generosa amis-
tad , tan propia pura hacerme mas llevaderas las
crueldades de la fortuna.
uc. Si vms. me hubieran advertido con tiempo
de sus amoríos , se habrían evitado esas inquie-
tudes , no llevando yo este negocio al extremo
en que se halla.
oaq. ¿Y qué quieres? Mi mala suerte lo ha he-
cho. ¿Pero, hermosa Mariana, decidme quál es
vuestra resolución?
?ar. ¡ O Dios ! ¿ Acaso me hallo en estado de
hacer resoluciones? ¿En la dependencia en que
me veo puedo formar otra mas que deseos?
'•"■ íaq. i Y qué no encontraré yo en vuestro cora-
ros zon sino simples deseos? ¿Nada de piedad afec-
tuosa , nada de bondad consoladora , y nada en
. )] fin de carinó?
.- ar. ¿Qué se yo qué deciros? Poneos en mi lu-
F
(82)
gar , y ved lo que puedo hacer. Discurrid , or-i
denad vos mismo lo que gustéis, pues yo nn
entrego enteramente á vos , creyéndoos dema-
siado juicioso para querer exigir de mí mas di
lo que puede serme permitido por el honor y 1
decencia.
Joaq. ¡O Dios mío! á qué extremo me reducís
sujetándome á lo que quieran permitir los tristejL
sentimientos de un riguroso honor , y de un^ y
escrupulosa decencia. ¡ ¿
Mar. ¿Pero qué queréis que yo haga? Aun quan
do me resolviese á atropellar por el cúmulo d<.
respetos á que nuestro sexo se halla sometido
no puedo de modo alguno olvidar las obligacio
nes de hija para con mi madre. Me ha criadc
y tratado siempre con una ternura y un amoi
que no me resolvería a pagar con el menor dij
gusto. Dirigios, pues, a ella: emplead todos vueAy,
tros esfuerzos en ganar su corazón, haciendo
diciendo quanto queráis, pues para todo os do
licencia , y si dependiere de declararme en vuestr
favor , consiento en hacerla yo misma una declí
ración ingeniosa de todo lo que siento hacia vo
Joaq. Mira, Lucía, ¿querrás ayudarnos en es-
ocasión?
tra vi
ti
'1
k
(83)
UC. Con toditico el gusto. Vms. saben que na-
turalmente soy bastante humana. El cielo no
me ha hecho el corazón de bronce , y así tengo
mucha alegría en servir á las personas que se
quieren quando es como debe ser , y como Dios
manda. Ahora bien, ¿qué podremos hacer en
este asunto?
oaq. Discurre un poco.
eüf/#r. Danos luces.
nis. Busca algún arbitrio con que deshacer lo
^ que tii misma has hecho.
uc. Eso es bastante dificultoso. Por lo que hace
^•á vuestra madre es muger de razón, y se la
podria ganar , y aun hacerla se resolviese á tras-
pasar al hijo el don que quiere hacer al padre;
m 1 pero la dificultad que encuentro, es que vuestro
padre... es vuestro padre.
'oaq. Se entiende.
4 uc. Quiero decir , que conservará algún resenti-
miento si advierte que se le reusa ; y no querrá
después dar su licencia para vuestro matrimonio:
por lo qual para hacer la cosa como correspon-
de, era menester que esto viniese de su par-
te , procurando por algún medio disgustarle con*
tra vuestra persona.
F %
..
osa
VMS
i;:
l
D
(84)
Joaq. Tienes razón. jk
Luc. Ya lo sé yo: pero el diantre está en encon
trár los medios de conseguirlo. Espérense vm
Si tuviéramos una muger de mediana edad ,
de la travesura que yo , que con un tren pasa
gero, y un extravagante nombre de Marques
6 Vizcondesa, que supondríamos de hacia Se
villa ó Granada, supiese representar el caráetc
de una señora de circunstancias , yo me atreve
ría á hacer creer a vuestro padre que era una pe:
sona muy rica, y se hallaba tan enamorado d
él , que si consentía en casarse con ella , le dexafc
ria por heredero de todos sus caudales , puc de
yo no dudo que en este caso diese oídos á 1
proposición , porque en fin aunque os ama a ve
con mucho extremo, yo sé que ama con mu
cho mayor al dinero; y quando deslumhrad
con el cebo del tesoro de la Marquesa hubie
se consentido una vez en lo que deseamos , intf U
portaría poco que después se desengañase , y 1 jf¡
llevase la trampa.
Joaq. Todo eso está muy bien pensado; pero... fi
Luc. Déxenme vms. á mí. Ahora me acuerdo dj^
una de mis amigas, que es á propósito paí)^
el caso.
! vas
id,
-quei
uád
itrol
:ap(
ido l
(85)
fb^. j Ah, Lucía! si consigues tu designio, yo te
aseguro una buena recompensa. Pero, amable
Mariana , empecemos por ganar á vuestra madre,
para deshacer por ahora este matrimonio. Yo os
suplico hagáis de vuestra parte todos los esfuerzos
que os sean posibles. Desplegad sin reserva las gra-
cias eloqüentes , los atractivos poderosos que el
cielo ha puesto en vuestros ojos y en vuestra
boca , y no olvidéis nada de estas tiernas pala-
bras , y de estas amorosas súplicas , a las quaíes
yo creo no haya cosa alguna capaz de resistirse*
&Í £ar. Yo os ofrezco hacer para ello quanto^esté
de mi parte.
S C E N A II.
' Los mismos y Don Onofre.
hubi
)nof. ¡Ola! Saliendo.
J'f Mi hijo besa la mano de su futura madrastra,
y su futura madrastra como que no lo reusa.
3, ¿Si liabrá en esto algún misterio?
luis. Que viene mi padre.
o pi ^nof. El coche está pronto , con que podéis ir al
paseo quando gustéis.
F3
(86)
Joaq. Una vez que no va vm. , padre mío , iré y
á acompañarlas.
Onof. No, quédate: ellas irán solas: te necesita
yo aquí. k
k
S CE NA III. jty
áe
JDo/z Onofre y Joaquín.
Onof. Ahora bien , Joaquinito , dexando aparte lo
respetos de madrastra, ¿qué te parece de est;
Mariana ?
Joaq. ¿ Que qué me parece ?
Onof. i Sí : $ qué te parece de su ay re , de su her-
mosura , de su juicio ?
Joaq. j He ! así , así.
Onof ¿Pero qué quiere decir ese así, así?
Joaq. Si he de decir á vm. lo que siento , no m<
ha parecido aquí tanto como yo habia imagina-,
do. Su ayre es de algo calaverilla, su hermosura H
nada sobresaliente , y su talento muy regular,
No crea vm. , padre mió , que yo diga esto po¡
disgustarle , pues al fin madrastra por madrastra
á mí Jo mismo me da ésta que qualquiera otra*»/
Onof Sin embargo, tu le decias ahora poco... fe
Joaq. Si señor, le decia en nombre de vm. algU-J^
(te
eesi
i be
(8?)
: j ñas ternezas ; pero solo era con el fin de daros
gusto.
;-;:i ~)nof. ¿Luego no tienes nada , nada de inclinación
hacia ella?
Joaq. 1 Yo ? no señor , nada menos que eso.
~)nof. Bien sabe Dios que lo siento, porque me
destruyes una idea que me habia ocurrido. Yo
mirando á esa muchacha , ahora poco , empecé á
reflexionar sobre mi mucha edad, y sobre lo
que dirán las gentes viendo que me vuelvo á
casar con una muger tan joven, y esta conside-
ración me habia hecho resolver á abandonar el
intento , libertándome de la palabra que la he
dado con substituirte á tí en mi lugar dándo-
tela.
Joaq, ¿A quién, á mí?
3 1 Qnof. Sí , á tí.
Joaq. ¿En matrimonio?
J Dnof. Pues.
TJ¡a Joaq. Mire vm. : es verdad que no me agrada mu-
tap( 1 cho; pero sin embargo, por complaceros me re-
solveré á casar con ella si queréis.
nn Jnof. ¿Quién yo? no, no soy tan imprudente como
piensas í no quiero violentar tu albedrío.
Ú Joai* Yo haré este esfuerzo por agradar á vm.
F4
(88)
Onof. No , no : un matrimonio hecho sin gusto nd í
puede ser feliz.
Joaq. Eso es cosa que puede lograrse después
padre mió ; y así se dice , que el amor es por le
regular fruto del matrimonio.
Onof. No, Joaquín, no. Por lo que respecta a
hombre no se debe exponer á esa esperanza^ Í0j
pues suele acarrear malas conseqüencias. Si hu-
bieras sentido alguna inclinación , aunque ligera^ 4
hacia la muchacha, enhorabuena: yo te la ha-i ty
bria cedido al instante ; pero faltándote entera-*
mente ésta , tendré que cumplirla la palabra qu€ íff
4
esto
é:
m
la he dado. ¡ Como ha de ser ! me casaré con ella.
can
Joaq. Y bien , padre mió , pues que las cosas han
llegado á este extremo , es menester descubrh|/.
á vm. mi corazón , y revelarle todo el secreto
La verdad es , que yo la amo desde un dia que
la vi en el paseo , y que tenia intención de pe-
dírosla para mi muger ; pero habiendo sabido lo§
sentimientos de vm. hacia ella , me ha conteni-
do el temor de disgustaros.
Onof. ¿ Y la has hecho alguna visita }
Joaq. Si señor.
Onof. ¿Muchas veces?
Joaq. Bastantes.
iq
EO,
i:
tai
íelii
sb
reto
•Qlí
:ípfr
(S9)
: ao '«o/*, g Y te ha recibido con agrado ?
W^. Si señor; pero sin saber quién era yo, y
esto dio motivo a la sorpresa de Mariana, ojian-
do me vio aquí ahora poco.
nof. ¿Y le has declarado tu pasión, y el designio
que tenias de casarte con ella?
inzi "oaq. Mucho , y aun habia hecho también á su
madre algunas proposiciones indirectas.
iúnof. i Y qué tal , las ha escuchado ?
b oaq. Bastante cortesmente.
terj nof. i Y la hija corresponde a tu amor ?
i baq. Si he de creer las apariencias , me persua-
do , padre mió , que la debo algún poco de
cariño.
ótytof. ¿Sí, he? No es malo haber descubierto este
secrecto: vea vm. justamente lo que yo solici-
taba. Aparte.
Ea pues , hijo mió : ¿ sabe vm. lo que hay ? Que
10 ío es necesario que vm. piense en dar al olvido su
it£3Í amor , que cese en sus amantes solicitudes hacia
una muger que yo destino para mí, y que se
disponga -ár casar con la que ya le tengo pre-
parada.
iaq, ¿Con qué vm., padre mió, se burla de ese
modo de mí? Muy bien. Pues sepa vm., ya que
:■;.{/,
(9o)
me da lugar á ello, que no abandonaré la p
sion que tengo por Mariana , que no habrá co
que no haga por disputar á vm. 6u conquista ,
que si vm. tiene el consentimiento de su mad
yo tendré quizá otros auxilios que combatir,
á mi favor. .
Onof. ¿Cómo, picaro, tú tienes atrevimiento <
irme á los alcances?
Joaq. Vm. es quien va á los mios , y yo hafcfcf
llegado antes que vm.
Onof. i Y qué no soy tu padre , y me debes ten k
respeto ?
Joaq. Si señor ; pero hay ciertas cosas en que 1
hijos no deben ceder á los padres , y el am i
no distingue de personas.
Onof. Yo haré que me distingas con un palo.
Joaq. Todas sus amenazas de vm. , no servirán
nada. |»/,
Onof Tú renunciarás á Mariana.
Joaq. No lo crea vm. g,
Onof ¡Habrá insolencia!... senr
) el
bien
cep]
ni.
i
(9i)
SCENA IV.
Don Onofre , Joaquín y Simón.
«ti
sti,
: "a í#f. He , he : señores , ¿ qué es esto? ¿ En qué piefl-
íoati j san vms. ?
oaq. No hay insolencia que valga.
A Joaquín.
\m. ¡ Ah ! señor , poco a poco.
tal tyiof. ¿Hablarme con ese atrevimiento?
A Don Onofre.
im. Señor , por amor de Dios.
'oaq. Sobre que no ha de ser.
A Joaquín.
uim. [Como qué! ¿á vuestro padre?
nof. Déxame, déxame...
m. ¡Cómo qué! ¿a vuestro hijo? Aun á mí, vaya
en gracia.
nof. Mira , para que veas si tengo razón , quiero
hacerte juez de este negocio.
m. Yo convengo en ello. Apártese vm. un poco,
señorito.
nof. Yo quiero á una niña para casarme con ella,
y el bribón tiene la insolencia de quererla tam-
bién, y solicitarla para sí contra todos mis pre-
ceptos.
■...'¡a
(9*)
Sim. ¡O! él hace muy mal.
Onof. ¿No es una cosa terrible que un hijo quíc
competir con su padre , quando por respeto d
bia abstenerse de llegar á mis inclinaciones?
Sim. Es muy claro. Dexe vm. que yo le hab
y espere aquí entretanto.
Joaq. j He bien ! Pues que mi padre te ha elegí
por nuestro juez , sélo enhorabuena : á mí i
es indiferente , y convengo en que resuelv
nuestra competencia.
Sim. Vm. me hace muchísimo honor.
Joaq. Ahora bien : yo me hallo enamorado de u
joven que corresponde á mis deseos, y admi
tiernamente los obsequios de mi corazón , y
mi padre le entra la manía de venir á turb
nuestro amor, solicitándola ahora para sí.
Sim. ¡ O ! hace muy mal seguramente.
Joaq. ¿No se avergüenza de pensar en casarse c<
una edad como la que tiene? ¿te parece que
sienta bien ahora andar en amoríos? ¿y no d
beria dexar esta ocupación para los jóvenes?
Sim. Vm. tiene razón : vaya , eso será que tend
ganas de chulearse. Dexe vm. que yo le hat
dos palabras.
(93)
A Don Onofre»
pi Pues , señor , vuestro hijo no es tan temerario
N como decís , pues ya se viene á la razón. Dice
que sabe el respeto que os debe , y que su ge-
:'^l)|nio solo le ha arrebatado en el primer ímpetu:
que está pronto á hacer quanto vm. quiera, con
ij tal que en adelante le tratéis mejor que hasta
aquí, buscándole también algún otro matrimo-
sod nio que le acomode.
tof. Eso es otra cosa : dile que baxo de ese su-
puesto podrá esperar de mí todo lo que quiera,
kéy que exceptuando á Mariana, le dexo en liber-
tad de elegir la muger que mas le guste.
A Don Joaquín.
úm. Muy bien. Vuestro padre, señorito, no es
tan ridículo como vm. le hace : me ha dicho que
solo vuestro genio altivo le ha hecho encoleri-
zar , y que todo depende del modo con que os
portéis : que estará dispuesto á concederos lo
no d ¡que deseáis, con tal que lo solicitéis por medio
del rendimiento , tributándole los respetos y la
erJsumision que debe haber en un buen hijo para
5 \¡ ;con su padre.
laq. ¡Ah querido Simón! tú puedes asegurarle,
que si me concede á Mariana, me hallará siem-
(94)
pre el más rendido de todos los hombres , y qi
jamas haré cosa que pueda originarle el men<
disgusto.
Sim. Esto es hecho : vuestro hijo consiente en i
que vm. dice.
Onof. Muy bien: eso me gusta.
Sim, Todo está rematado : vuestro padre se hal
muy contento de vuestras ofertas.
Joaq. Gracias á Dios.
Sim. Vaya , señores , ya pueden vms. hablar jur1 4
tos, pues se hallan avenidos.
Joaq. Mi querido Simón , ¡ quánto tengo que agrí|wf
decerte !
Sim. ¡ Ah ! nada , señor.
Onof. Me has dado mucho gusto, Simoncito , |oai
esto merece algún regale ¡o.
Don Onofre mete la mano en el bolsillo , y Sime
alarga la suya ; pero Don Onofre no saca sintí
el pañuelo para sonarse,
Onof. Dexa , dexa , que yo me acordaré de tí
Sim, Beso á vm. la mano.
y el
coa
(95)
SC EN A V.
Don Onofre y Joaquín.
wq. Padre mió , perdone vm. la falta de respe-
\i to con que he procedido.
ipf. Vamos: eso no es nada.
>aq. Aseguro i vm. que lo siento en el alma,
J iof. Y yo tengo el mayor gusto del mundo ea
ver que procedes con juicio.
21 wq. [ Qué bondad la vuestra en olvidar tan pron-
to una falta como la mia!
iof. Las faltas de los hijos se olvidan fácilmente
quando ellos se someten a lo justo.
>aq. ¿Y que no conserva vm. ningún enfado por
5mi mis locuras?
íl iof. No , porque todas las borra ya la sumisión,
y el respeto con que te veo.
>aq. Yo le prometo á vm. que conservaré en mi
corazón hasta la muerte la memoria de vuestras
bondades.
'of. Y yo te prometo que no habrá cosa alguna
que no alcances de mí.
aq. ¡ Ah padre mió ! nada tengo ya que pedi-
Jff<
i
(96)
ros, pues me dais quanto puedo apetecer ccfe
darme a Mariana.
Onof. ¿Como? $
Joaq. Digo , señor , que estoy loco de contento,
que todo lo hallo en la bondad que tenéis 4/
concederme á Mariana.
Onof. ¿ Quién habla aquí de concederte á Mariartí
Joaq. Vm. , padre.
Onof. ¿Yo?
Joaq. Si señor.
Onof. ¿Cómo yo? ¿Pues no eres tá quien ha pr<
metido renunciar á ella? '|^/,
Joaq. 1 Yo renunciar á ella?
Onof Sí.
Joaq. Nada menos que eso. -fc,
0/zg/*. ¿ Pues no te has separado de esta pretensioij 'w,
Joaq. Al contrario , yo me hallo mas que nuntl lk
resuelto á continuarla. lk¡¡,
Onof Qué vergante: ¿ahora vuelves?... .1 k,
Joaq. No habrá cosa capaz de hacerme mudar d u¡¡,
intención. ' k
Onof. Infame , yo sabré lo que he de hacer,
Joaq. Haga vm. todo lo que quiera.
Onof. Te prohibo el que me veas jamas. |k
Joaq. Enhorabuena.
i:::'
(97)
nof. Te abandono.
roaq. Abandonadme.
nof Te renuncio por mi hijo.
'oaq. Muy bien.
nof. Te desheredo.
oaq. Lo que vm. quiera.
•o,
inai
12 fl
SCENA VI.
Joaquín y Martin.
iart. ¡Ah señor! ¡y quánto me alegro de encon-
traros ! Seguidme , seguidme aprisa.
'oaq. ;Pues qué hay?
Iart. Seguidme, digo, que la cosa va bien.
'oaq. ¿Como?
no íart. Vea -vm. aquí su dicha.
oaq. i Qué ?
íart. Todo el dia lo he estado acechando.
aaq. ¿Pero qué es eso?
íart. El tesoro de vuestro padre que acabo de
atrapar.
oaq. ¿Y cómo lo has hecho?
íart. Ya lo sabrá vm. todo : vamos , vamos , que
me parece oigo dar gritos.
G
SCENA VIL
Don Onofre solo , que sale gritando.
Onof. Al ladrón , al ladrón , al asesino , al matado]
¡ Justicia , cielos ! Estoy perdido , estoy asesi
nado: se me ha robado mi dinero: ¿quién pued
ser? ¿Adonde habrá ido? ¿Donde se halla? ¿Dói]
de se oculta? ¿Qué haré para encontrarle? ±i
donde correré? ¿Dónde no correré? ¿Si estar
aquí? ¿Si estará allá? ¿Quiénes? Detente...
Se agarra d si mismo.
Vuélveme mi dinero, picaron... ¡Pero ah! j
soy yo mismo. Mi espíritu se halla todo turba
do , y yo ignoro dónde me hallo , quién soy , 3
lo que hago. ¡ Ay de mí ! ¡ pobre dinero mió ! |
amigo de mi alma: se me ha privado de tí; I
pues te me han quitado , yo he perdido mi sus
tentó, mi consuelo y mi alegría: todo se acab
ya para mí, y ya no tengo que hacer nada e;
este mundo , pues sin tí no me es posible vivii
Esto es hecho ; yo no puedo mas : yo me muere
ya estoy muerto , ya estoy enterrado. ¿ No ha]
alguno que quiera resucitarme volviéndome m
amado dinero, 6 diciendo dónde se halla?... \Có
(99)
mo! [qué!... ¡ah! si no es nadie. Es menester
que el picaron que ha dado el asalto , haya ace-
chado bien la hora... y justamente ha sido quan-
do yo estaba con el canalla de mi hijo. Vamos,
vamos a buscar la justicia , y á hacer dar tor-
mento á toda mi casa , a criadas , a criados , á
mi hijo, a mi hija y á mí mismo... ¡Jesús quin-
ta gente junta!... Cada uno de ellos me parece
es el que me ha robado... ¡Cómo!... ¿de quién
se habla allí? del ladrón... Parece que suena rui-
do... ¿Si será él? Por amor de Dios, si alguno
tiene noticias del ladronazo , yo les pido me lo
digan. ¿Se halla tal vez oculto entre vms?... To-
dos me miran , y se echan á reir... Sin duda tie-
nen parte en el robo, Aprisa, aprisa, á buscar
escribanos , alguaciles , porteros , carceleros , hor-
cas , verdugos para prender y ahorcar á todo el
mundo : y como yo no encuentre mi dinero , yo
mismo me he de ahorcar.
G2
(ioo)
ACTO QUINTO.
SfcENA PRIMERA.
Don Onofre y un Escribano,
Escrib. Déxeme vm., señor. Yo sé mi obligación, j fre
. á Dios gracias. No crea vm. empiezo hoy á tra
bajar en la averiguación de robos , pues yo me
contentaría con tener cien doblones por cada la-
drón que he conseguido hacer ahorcar.
Onof. Todos los magistrados tienen interés en to-
mar con el mayor empeño este negocio , y sino
se me hace encontrar mi dinero , yo pediré jus-
ticia de la misma justicia.
Escrib. Es necesario practicar todas las diligencia*
posibles. Vm. dice que habia en la caxa...
Onof. Dos mil doblones bien contados.
Escrib. ¿Dos mil doblones?
Onof. Si señor , dos mil doblones.
Escrib. El robo es considerable.
Onof. Como que no hay suplicio bastante grande
para la enormidad del crimen; y si quedase im-
pune, no estarían en adelante seguras aun tal
cosas mas sagradas,
h
icioq
i ti
oa¡
bb
ato
fffl
íji»
toca
flOl).
Escrih. ¿Y en qné especies de monedas se halla-
ba esa cantidad?
)nof. En onzas y medias onzas bien relucientes,
y de todo peso.
^íscrib. ¿Y de quién tiene vm. sospechas?
)nof. De todo el mundo: y así quiero que pongáis
presos á la ciudad, y á sus arrabales.
Iscrib. Pues señor , créame vm. : es necesario no
despertar á nadie, y procurar recoger con si-
gilo algunas pruebas para proceder después , por
medio del rigor , al recobro del dinero robado»
SCENA II.
"Los mismos y Simón desde el fondo del teatro
mirando hacia adentro.
im. Vuelvo al instante. En el ínterin degollarle,
quebrarle los pies, meterle en agua hirviendo,
y luego colgarle de una escarpia.
*nof. ¿A quién? ¿al que me ha robado?
im. Hablo de un cochinillo de leche , que acaba
jüdJj de traer ei mayordomo , y que yo quiero com-
>'J ponérsele á vm. á mi modo.
^nof. Ya no se trata de eso : el señor viene aquí
á otra cosa.
G3
CC
(102)
Escrih. No hay que asustarse : yo no soy algui
Nerón , y las cosas irán con suavidad.
Sim. Pero, señor, ¿es sobre lacena?
Onof. Amigo mió , es necesario no ocultar nada ;
vuestro amo.
Sim. A fe mia , señor , que yo echaré toda mi ha-
bilidad , y os serviré lo mejor que me sea posible1 U
Onof. Si no es eso. ikr
Sim. Sino le hago á vm. tan buena cena como y
quisiera , la culpa no es mia sino del señor ma-Ak
yordomo , que me rapa las alas con las tixera
de su maldita economía.
Onof. Picaro , aquí se trata de otra cosa que de co! W
mer. Yo quiero que me des noticias del diner%
que se me ha robado.
Sim. ¿Se os ha robado dinero?
Onof. Sí , canalla ; y como no me lo vuelvas al ins
tante , te se va á ahorcar.
Escrib. Vamos , señor, no hay que ultrajarle. Y fa
conozco en su semblante que es hombre de bieii h¡.
y que sin dar lugar a ir á la cárcel , nos desci. k
brirá lo que querramos saber. Sí , amigo , si coi
fiesas la verdad , no te se hará ningún mal ;
contrario te gratificará tu amo como correspoi
de. Se le ha robado hoy su dinero , y tú es pr<
U
k
d
H
ni ln
::xerj
(I03)
sé clso que sepas algo sobre el particular.
Aparte,
ím. ¡Qué ocasión ésta tan famosa para vengarme
del mayordomo ! Desde que entró en casa , él
es el favorito : no se hace sino lo que él quiere,
y le tengo unas ganas desde los palos...
«¡H hwf. ¿Qué es lo que estás mascullando?
Iscrib. Déxele vm. que está disponiéndose á daros
gusto : bien he dicho yo que era hombre de bien.
nm. Señor, si vm. quiere que yo le diga lo que
hay , me parece que quien ha hecho el robg es
vuestro querido mayordomo.
y.éhiof. ¿Quién? ¿Jacinto?
Um. Sí señor.
)nof. ¿Jacinto , á quien yo tengo por tan fiel?
wm. El mismo : yo creo que es él quien ha dado
el asalto.
")nof. ¿ Y sobre qué te fundas para creerlo !
nm. ¿Sobre qué?
Inof. Sí, ¿por qué lo crees?
iescí Sim. Yo lo creo porque... porque lo creo.
Escrib. Pero es necesario digas los indicios que
tienes para ello.
gpl Onof. ¿Le has visto tú rondar hacia el sitio donde
yo tenia mi dinero?
G 4
(io4)
Sint. Si señor... ; Dónde le tenia vm,? ' »/.j
Onof. En el jardín.
Sim. Cabalito: yo le visto rondar el jardín. ¿Y e< p/,
qué tenia vm. el dinero?
Gnof. En una caxita.
Sim. Vea vm. averiguado el asunto: yo le "he vísttj^.
una caxita.
Onof. ¿Y qué hechura tenia esa caxita? Yo cono-
ceré si es la mia.
Sim. ¿Qué hechura tenia?
Onof. Sí.
Sim. Ella tiene una hechura, una hechura com<
de caxita.
Escrib. Es regular: pero da algunas señales de elh
para ver...
Sim. Es una caxita bastante grande.
Onof. No : la que me han robado es pequeñita.
Sim. He... si se la quiere hacer pequeña , peque-
ña es ; pero yo la llamo bastante grande por le
que tenia dentro.
Escrib. ¿Y de qué color era?
Sim. ¿De qué color?
Escrib. Sí.
Sim. Es de un color... así... como de cierto color
de de...
i
k
M
h
b
X'
(*°5)
¡nof. ¿De qué?
im. Un color roxo.
hiof. No hombre , si es un color gris.
im. Pues un gris que tira á roxo , eso es lo que
yo quería decir.
tiof. No hay duda , ella es seguramente... Extien-
da vm. , extienda vm. su deposición. Dios mioj
¿ á quién se ha de fiar uno en adelante ? sobre
que no se puede jurar por nadie: al ver esto,
yo creo que soy capaz de robarme a mí mismo.
im. Señor, aquí viene el mayordomo. Cuidado
que no vaya vm. á decirle , que yo le he descu-
bierto el robo. ~-
SC EN A III.
Los mismos y Jacinto.
nof Acércate , acércate : ven á confesar la acción
mas negra , el atentado mas horrible que se ha
podido cometer en el mundo.
rac. i Y de qué me habla vm. señor ?
nof. [Cómo infame! ¿no te avergüenzas de tu
delito?
ac. ¿De qué delito me quiere vm. hablar?
ncf. ¿De qué delito te quiero hablar? traidor:
(io6)
como si no supieses lo que quiero decir. En vanf^
pretendes disimularlo , pues se me acaba de des
cubrir todo ahora mismo. ¿Cómo? ¿Abusar d
este modo de mi bondad , introduciéndose
casa expresamente para venderme , y jugardfef.
un petardo de esta naturaleza?
Jac. Señor , puesto que todo se os ha descubieif^
to , yo no quiero buscar rodeos , ni negaros
verdad del hecho.
Aparte.
Sim. Calla, calla: ¡qué bueno que yo haya adivHÍ
nado sin pensar en ello !
Jac. Mi intención, señor, era hablaros sobre i
particular , y solo esperaba una coyuntura fai H
vorable para hacerlo; pero pues la suerte lo l
dispuesto de otro modo, os pido encarecida
mente no os irritéis, y tengáis la bondad d
escuchar mis razones.
Qnof. ¿Y qué razones tan lindas puedes darme, I¡ i
dron infame?
Jac. ¡Ah señor! yo no he merecido esos non
bres. Es cierto que he cometido una ofensa con hf,
tra vos ; pero al fin mi falta es perdonable
Onof. ¿Como perdonable'? ¿Un crimen tan prem 4
ditado? ¿Un asesinato semejante?
k
2:3!
Iff
•cid
COI
(i°7)
'áutc. Por amor de Dios , señor , que no os enco-
mies lericeis de esa suerte. Quando me hayáis oído,
conoceréis que el mal no es tan grande como
se hace.
:¿ánof. i El mal no es tan grande como yo le hago ?
¡Quél mi sangre, mis entrañas: vergante.
;e rac. Vuestra sangre , señor , no ha caído en tari
malas manos, puesto que yo soy de una con-
dición que no la desmerece ; y últimamente nada-
hay en el asunto que no lo pueda yo reparar. ,
nof. Eso es lo que yo quiero , que me restitu-
yas lo que me has robado.
rac. Vuestro honor será completamente satisfecho.
ra ü nof ¿ Qué honor ni qué calabaza ? Aquí no se
trata de honor. Pero dime , ¿ qué es lo que te ha
movido a executar una acción como ésta?
ac. j Ah señor! ¿y es posible que me hagáis tal
pregunta ?
:>.¡Mof Sí seguramente, yo te la hago.
Tac. Un Dios que lleva consigo las disculpas de
todo quanto hace executar su impulso: el amor.
i )nof i El amor ?
Tac. Si señor: el amor.
nof. Lindo amor , lindo por yida mia : ¿ el amor de
mis onzas , he ?
(io8)
Jac.No señor, no son vuestras riquezas las q^ Ig
me han estimulado, no son ellas las que h:
podido excitarme á semejante acción: yo
ofrezco no aspirar á cosa alguna de todos vue
■ tros bienes , con tal que me concedáis el que J j ]
tengo.
Onof Un demonio... no te le dexarc tal... ¡pe
vea vm. qué insolencia! querer guardarse el rol
que me ha hecho.
Jac. ¿Y vos, señor, llamáis á esto un robo?
Onof. ¿ Si le llamo robo ? Con que un tesoro com y,
éste.. , . ^
Jac. Es verdad que es un tesoro , y un tesoro <( ¡^
mas precioso que tenéis sin duda; pero el de;^
xármele a mí no será perderle. Yo os pido , s<j «5i
ñor , de rodillas este tesoro lleno de gracias , , h
ved que para proceder con cordura es necesíj y
otro]
P
líen
(lie i
e
rio que me le concedáis.
Onof. % Luego no haré nada de mas ? l Qué diabl^
quiere decir esto?
Jac. Nosotros nos hemos prometido una fé r<
cíproca , y hecho juramento de no abandona* ¡i,
nos jamas. i ¡ )
Onof. Como soy , que el juramento es admirabl i
y ia promesa muy graciosa. .
(io9)
\l te. S! señor , nos hemos empeñado en ser uno de
tro para siempre.
of. Yo os lo impediré , sí : te lo aseguro.
c. Solo la muerte podrá ser capaz de separarnos.
of. Vaya , que es estar bien endemoniado con
tni dinero.
Pfi c. Ya os he dicho, señor, que no es el interés
juien me ha movido á hacer lo que he hecho.
Vli corazón no se ha conducido por los resortes
jue imagináis : un motivo mas noble me ha ins-
11 airado esta resolución.
of. Vms. verán que lo que ha hecho ha sido por
:aridad; pero yo sabré lo que conviene, y la
Justicia, infame descarado, hará que me las pa-
- ' S{ *ues.
;;a5> c. Vm. procederá como guste, y yo estoy
;Cesalispuesto á sufrir todos los rigores de vuestro
eño; pero á lo menos os suplico estéis firme-
tiente persuadido , que si hay algún mal en este
tegocio , yo soy el único á quien se debe acu-
car, y que vuestra hija no tiene en él la menor
ulpa.
f. Yo lo creo : pues no faltaba mas sino que
ii hija hubiera entrado en la danza : bueno se-
la que ella contribuyese a un delito semejante.
soroi
■'¡ar
.
(no)
Pero mira, yo deseo ver mi pobrecita, y a
quisiera me dixeses a donde la has llevado. ¡ ' Ü
Jac. ¿Yo señor? yo no la he llevado a ninguj
parte , ella está todavía en vuestra casa.
Aparte.
Onof. j O caxita de mi corazón ! ¿ Con qué de v<
ras no ha salido de casa?
Jac. No señor.
Onof. Y dime... la verdad... ¿ no has llegado á ell
Jac. ¿Yo llegar a ella? ¡ Ah señor! ved que
hacéis , y á mí también , una ofensa de las ir
graves : yo os aseguro que es con una llama pi
y respetuosa con la que mi corazón arde j
ella.
Aparte.
Onof. ¡ Arder por mi caxita I
Jac. Yo desearía morir cien veces primero c< '■ I
haber tenido el atrevimiento de demostrarla
menor idea que la ofendiese ; además de que
es demasiado honesta para poderlo sufrir.
Aparte. fr D
Onof. ¡Mi caxa demasiado honesta!
Jac. Todos mis deseos se han limitado ágozar|f.$í
su vista, y nada de criminal ha podido profa
la pasión que sus hermosos ojos me han inspira
¡a,
fue
í¡
éerl
D3
(ni)
Aparte.
nof. ¡ Los hermosos ojos de mi caxa ! El habla de
ella lo mismo que pudiera hablar de su dama un
amante muy tierno.
ic. La señora Claudia sabe la verdad de todo el
negocio, y podrá aseguraros...
iqf. ¡ Qué ! i mi criada es cómplice de esta infamia ?
te. Sí señor , ella ha sido testigo de nuestro em-
peño, y ella es quien después de conocer la pu-
reza de mi amor me ha ayudado á convencer á
lis vuestra hija para que me otorgase su mano y
recibiese la mia.
Aparte,
wf. Huí... ¡Christo mió! ya el temor de la horca
le hace delirar. ¿Qué diablos de embrollo nos
vienes á formar ahora sobre mi hija?
r0 ( fe. Digo , señor , que he tenido que emplear to-
gl dos los esfuerzos del mundo para conseguir , que
su pudor consintiese á mis amantes deseos.
of. ¿El pudor de quién, gran demonio?
c. De vuestra hija.
of. ¿De mi hija?
c. Sí señor, de vuestra hija, que al fin pude re-
i solverla desde ayer á que me firmase una pro-
jjpjj nesa de matrimonio.
que
-3
Onof. ¿Mi hija te ha firmado una promesa de ma
Jac. Si señor , y yo le he firmado otra de mi parttj u
Onof. Dios mió : otra desgracia.
Sim. Escriba vm. señor Escribano , escriba vm. y
Onof. | Repeoramiento de mal ! ¡ cúmulo de dcses¡ y
peracion!... Vamos, vamos... -haga vm. su obli , ^
gacion, y fórmemele vm. ahí su proceso com
ladrón y como seductor.
Sim. Así, así: como ladrón y como seductor.
Jac. Esos son unos nombres que yo no he mere
cido, y quando se llegue á saber quién soy...
S C E N A IV.
Los mismos , Luisa , Mariana y Lucía, '
Onof ¡ Ah hija malvada, hija indigna de un pad]
como yo ! ¿de este modo practicas las lección»
que yo te he dado? ¿tu te dexas seducir de i
robador infame , y tú le empeñas tu palabra s
mi consentimiento? Mas yo os escarmentaré
uno y a otro.
A Luisa.
Quatro buenas murallas me asegurarán de tu co
ducta.
Y
!!U
\
ks,
JHK
k
lo:
ti
CÍO!
y-
no
("7)
5 !f «j. Yo os suplico que le dexeis hablar : veremos
lo que nos quiere decir con eso.
1 Jac. Quiero decir , que ese Don Tomas Alburci
es el mismo que me ha dado el ser.
Ans. ¿Quién? ¿él?
Jac. Si señor.
Ans. Vaya , vaya ; id con Dios , y forjad alguna
otra historja que os pueda salir mejor , no pre-
tendiendo poneros a cubierto con una impostu-
ra semejante.
Jac. Pensad vos , digo yo , en hablar con mas mo-
deración. Lejos de ser una impostura lo que aca-
bo de decir , me es muy fácil justificar la reali-
dad de todo ello.
Ans. Y qué, ¿os atrevéis á llamar hijo de Don To-
mas Alburci?
Jac. Si señor , me atrevo ; y estoy pronto á soste-
nerlo contra qualquiera.
* Ans. El atrevimiento es muy particular. Sabed,
pues , para vuestra confusión , que ese sugeto
de que nos habláis hace diez y seis años por
lo menos que pereció en el mar con su muger
é hijos, huyendo de su patria por la persecu-
ción de unas familias poderosas , con quienes se
habia malquistado de resultas de un lance de
**3
(n8)
' honor en que quiso vindicarse.
Jac. Sí señor ; pero sepa vm. también para so con
fusión , que su hijo de siete años, con un do-
méstico que los acompañaba, fueron salvado!
del naufragio por un navio español ; y que estí
hijo , libertado de las aguas , es el mismo que oí
está hablando. Sepa vm. igualmente que el Ca- ^
pitan de dicho navio, compadecido de mi des-
gracia , y prendado de mi inocencia, me con-
duxo á su casa é hizo edncar como si fuera hijc
suyo, proporcionándome la honrosa carrera di
las armas: que habiendo sabido pocos tiempo;
hace que mi padre no habia muerto, según s<
creyó hasta entonces, resolví marchar á solici-
tar algunas noticias de su paradero , y que pa-
sando por esta ciudad , y llegando á ver po
una aventura muy singular á la adorable Luisa
quedé tan rendido á su hermosura, que care
ciendo de otro medio , resolví entrar en su casa o
clase de criado para lograr de su vista , enviand
otra persona á indagar las noticias de mi padre
Ans. ¿Pero qué comprobación daréis á vuestra
aserciones para quitarnos el rezelo de que pue
dan ser una fábula compuesta sobre un princípi
verdadero ?
<»9>
Jac. El testimonio del mismo Capitán Español:
la existencia en mi poder de una sortija de ru-
bíes que fué de mi padre; un bracelete de ága-
tas que mi madre me habia puesto en un brazo,
y en fin , la relación del anciano Pedro , domésti-
co antiguo de mis padres.
Mar. ¡O Dios mió! asemejantes pruebas, yo soy
quien puede responder aquí : yo quien no pue-
de engañarse, y quien en lo que acabáis de de-
cir conoce claramente que vos sois hermano mió.
\Jac. ¿Yo hermano vuestro?
Mar. Sí, vos hermano mió: mi corazón se habia
conmovido todo desde el punto que empezas-
teis á hablar , acordándome las desgracias de
nuestra familia , que me ha contado muchas ve-
ces la -tierna madre que vais a ver de nuevo. El
cielo nos libertó también á nosotras del terrible
naufragio ; pero fué á costa de privarnos de nues-
tra libertad , llevándonos en un despojo de la em-
barcación á manos de corsarios , que cargadas
de cadenas nos han hecho sufrir una esclavitud
de diez años. Libres de ella, al cabo de este
larcío tiempo, volvimos á Córcega en busca de
noticias de nuestro amado padre ; pero no pu-
diendo penetrar de ningún modo la suerte que
H.4
lemj
¿aya
4\
(120)
habla sufrido, y hallando vendidos por la jus-
ticia , y perdidos los pocos bienes que habia dc-
xado en aquel re y no , nuestra afligida madre , hu-
yendo unos lugares que debian serla aborreci-
bles, pasó a Genova á recoger las reliquias de
una desgraciada herencia, con las quales trasla-
dada después á esta ciudad, se resolvió á da¡
fin á su vida en la mediocridad á que la habií
reducido la suerte.
Ans. ¡ Gran Dios ! ¡ qué grandes son los rasgos dd|w
tu omnipotencia , y qué claramente hacéis ve] 4
que solo á tí corresponde hacer milagros! Abra-
zadme , hijos míos , abrazadme , y mezclad vues-í w.
tra alegría con la de un tierno padre.
Jac. ¿Vos, señor, nuestro padre?
Mar. ¿Vos por quien tanto ha llorado mi des
graciada madre?
Ans. Sí, hija mia: sí, hijo querido: yo soy Doi i
Tomas Alburci , á quien el cielo libertó de lat i
ondas con todas sus riquezas , y quien habién-
doos creído a todos muertos al cabo de diez 3
seis años , se disponía después de tantos viages
encontrar en el matrimonio con una virtuosa
prudente muger el consuelo de alguna nueva fa-> i
jsiilia. La poca seguridad de mi vida, si regresa
'»/.
(121)
■ ba á Córcega , me ha obligado á renunciar para
i siempre mi patria, y á que vendiendo disimu-
J ¡adámente los bienes y alhajas que tenia, me
rea haya avecindado en esta ciudad baxo el fingido
Bi nombre de Don Anselmo, para evitar los temo-
m res del de Don Tomas, que tantas desgracias me
í h ha originado. Abrazadme, pues, de nuevo, ama-
:ü dos hijos.
wf. i Con que en efecto es vuestro hijo ?
i í ns. Sin la menor duda.
¡ ve wf Pues señor mió , á vos me agarro para que
ib me paguéis dos mil doblones que me ha robado.
d ns. i Quién ? ¿ él haberos robado ?
tof El, sí señor, él mismo.
te. ¿Y quién puede haberos dicho semejante
ic$4 cosa ?
wf. Este , éste lo ha dicho.
Dabf. ¿Como? ¿eres tú quien lo dice?
12 m. Yo ya vé vm. que no digo nada,
ibiéi tof. Aquí tienen vms. al señor Escribano que ha
üezj recibido su declaración.
¡eslft. ¿Y puede vm. creerme capaz de cometer
oí, y una acción tan infame?
i f| tof. Capaz , ó no capaz , señor mió , yo quiero
je» que se me vuelva mi dinero.
m
SCENA ULTIMA.
Don Onofre, Don Anselmo, Luisa, Marianí
Joaquín, Jacinto, Lucía, un Escribano,
Simón y Martin,
Joaq. No os atormentéis , padre mío , ni acuse vn
á nadie. Yo he descubierto donde se halla vue
tro dinero ; y vengo aquí para deciros , que
os resolvéis á dexarme casar con Mariana , se | H
devolverá al instante.
Onof. ¿Y donde está?
Joaq. Eso no le dé á vm. cuidado , pues está
parage seguro y á mi disposición , con que
vm. solo depende , resolviéndose á darme á M^
riana , 6 perder la caxita.
Onof. ¿Pero no se le ha quitado nada?
Joaq. Nada, nada: vea vm. si determina consdto/
tir en éste matrimonio, uniendo su permiso
de la madre de Mariana, que la dexa en lib<
tad de elegir entre vm. 6 yo.
Mar. Mas advertid que ya no basta el const
timiento de rni madre, puesto que júntame
con un hermano me restituye hoy el cielo
padre, de quien es necesario me obtengáis.
Señalándolos respectivamente. ¡K^
4
cha
k
w
Krik
7. iO
(I2J)
íwx. El cielo, hijos míos, no os devuelve un pa-
dre para oponerse a vuestros lícitos deseos. Se-
jj ñor Don Onofre , ya conoceréis que la elección
de una joven recaerá mas bien sobre el hijo , quo
no sobre el padre : con que así , no deis lugar á
4 decir lo que es necesario, y dad vuestro consen-
timiento, como yo lo hago, para que se cele-
bren estos dos matrimonios.
nof. Sí señor : pero para darme consejos es ne-
cesario que vea yo mi caxita.
roaq. Vm. la verá sana y entera.
\nof. Es que yo no puedo tampoco darles nada á
mis hijos en dote.
í\ Ins. Eso no le hace: yo, á Dios gracias, tengo
bastantes bienes para que se mantengan con mu-
cha decencia.
j¡¡nof. Y correrá vm. con todos los gastos...
Ins. Enhorabuena. ¿Estáis satisfecho?
I, )nof. Sí , con tal que para las bodas me mandéis
hacer un vestidillo.
tlns. Convengo. Vamos, pues , á disfrutar del gozo
que nos presenta este dia tan feliz.
\scrib. Ola, señores, poco á poco: ¿y quién me
ha de pagar mi trabajo ?
nof. Nosotros no tenemos que hacer con vuestro
("4)
trabajo: ahí os entrego á un hombre para qt
le podáis ahorcar.
Sirn. ¡Dios mió! ¿como lo ha de hacer uno? I
me da de palos por decir la verdad, y se n
quiere ahorcar por decir la mentira.
Ans. Vaya señor Don Onofre , es menester pe
donarle por esta vez.
Onof. Bien: pero pagará vm. al Escribano.
Ans. Sea así , y vamos aprisa á dar parte de nuc
tras dichas á vuestra pobre madre.
Onof. Y yo á ver á mi querida caxitá.
FIN.
■y »
Ü n
-pe
r.'jci