HISTORIA NATURAL,
_ CIVIL Y GEOGRÁFICA
DE LAS NACIONES
SITUADAS EN LAS RIVERAS
DEL RÍO ORINOCO,
SU AUTOR
EL PADRE JOSEPH. GUMILLA,
"Misionero que fué de las Misiones del Oriaaoo,
Mera y Casanare.
NUEVA IMPRESION:
Mucho mas correcta que las anteriores , y adornada con ocho
láminas finas, que manifiestan las costumbres y ritos de
aquellos Americanos.
Corregido por el D.en A. D. D. Antonio “fuglá y Font , Abo.
-— gado de los date Consejos , y de la Real dick
de Cataluña
TOM IL
BARCELONA:
EN LA IMPRENTA DE CARLOS GIBERT Y TUTÓ
AÑO MDCCLXXXXI.
7 Í
2
he 7
¿E
ADVERTENCIA.
El P. Tenacio Obregón , que se habia encargado
de la correccion de esta Obra , por su indisposicion»
solo pudo ocuparse en la del Tomo priímero3 y por
esto se encargó de la del Tomo segundo el Dr. en
A. D. D. Antonio “fuglá y Font , quien suplica al
Lector disimule los errores que notáre en él , baxo
el concepto de que la impresion del año 1745 , que
ba servido de exemplar , sobre las muchas equivoca-
ciones que tiene , sigue una Ortografía muy diversa
de la que ba adoptado posteriormente la Real Áca-
demia Españo!a » y se usa al presente; á mas de
que á la precipitacion con que se ba procedido en la
Impresion del dicbo segundo Tomo , consurre , para
su disculpa, la suma dificultad que comunmente se
reconoce en los Catalanes , para la” perfecta inteli=
gencia , ast del dialecto y como de la Ortografía Cas-
tellana»
ER-
Página Línea
A e, ult.
11 29
14 17
63 27
176 6
192 pag.
199 18
208 30
240 10
268 29
279 14
2 85 3
301 24
303 TL
306 11
307 12
13
315 ult.
318 10
326 14
333 29
14
347 26
349 22
29
28
29
30
ERRATAS,
Errores
eum
serlo
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temperamrntos
912
qne
les
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cargan :
olvido t hasta
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Cb)
(a)
(b)
Regum
Egipto
Paragay
prime-
animas vuestras
y de las Almas los
proximos
los siguientes
le ayuden
330
ibid.
333
336
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Correcciones
cum
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192
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los
los
Carga
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£á veces sucede)
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E
(
(e)
1. Regunm
Faraon
Paraguay
primera
animas vestras
y las Álmas de los
próximos
las siguientes
le ayudan
28
SS
q37
334
“Se omite la correccion de varios otros errores que se han
"pasado , particularmente de Ortografia , por no estimarse tan
substanciales.
HISTORIA NATURAL,
CIVIL Y GEOGRAFICA
DELAS NACIONES
DEL ORINOCO,
INTRODUCCION
A LA SEGUNDA PARTE.
0 esté bien tendida y fabricada á toda
costa y gusto la escalera de un Palacio; con todo,
el arte » la conveniencia Óó la costumbre han intro-
ducido el descanso y plan en su medianía , para
tomar resuello , y subir con mas brio Ó ménos
fatiga lo restante de ella. Es así ; pero si no me
engaño , creo que los pasos y capítulos con que he-
mos venido hasta aquí subiendo contra las cor-
rientes del Orinoco ) no han sido tan árduos ni
fastidiosOs , que requieran este descanso ó division
de segunda Parte. Fuera de que , de las novecien-
tas leguas que ya por via recta , ya en repetidos se-
micirculos creemos que corre el Orinoco , tenemos
vistas y navegadas quatrocientas y cingiienta , des-
Tom, LI, A. | de
2 EL OkrINocO ILUSTRADO,
de el Golfo Triste hasta la boca del rio Ariari; no
podemos ahora pasar adelante , sino por las señas
de varios rios , que por la parte Occidental ba-
xan al Orinoco de los Páramos de Popayán y Pas:
to 5 y careciendo casi enteramente de noticias , por
lo que mira á la vanda del Súr y Provincias , don-
de desde las primeras conquistas se ideó el famo-
so Dorado ó Ciudad de Manóa , ( como se indica -
en los Mapas antiguos y modernos) es preciso que
del Plán que debiera ser un mero descanso para
volver á subir y registrar lo restante del Orino=-
co , hagamos término , dexando á los Operarios que
la Divina Providencia destináre para el cultivo de
aquellas incógnitas Naciones el cuidado de registrar
y avisar á los venideros los genios de aquellas gen:
tes » y lo singular de aquellos Paises. !
Entretanto la materia de esta segunda Parte
que coincide con la de la primera , se reducirá á
responder á varias preguntas y dudas curiosas,
originadas de lo mismo que llevo ya referido , y
dar satisfaccion á Otras, que de las mismas respues»-
tas han excitado personas de literatura; y como
tales , ansiosas de saber mas y mas, me han pre-
guntado : ¿Si entre aquellas Naciones hay ido-
latría y trato con el Demonio ? ¿Si tienen alguna
luz y conocimiento de Dios 2 ¿Las causas de sus
guerras , arte militar y armas? ¿La variedad,
orígen y derivacion de sus lenguas? ¿ La de sus
venenos , y modo de fabricarlos? ¿Quál es la fer-
tilidad de aquellos Paises 2 ¿Quáles y quántas sus
plagas y enfermedades especiales , y qué remedios
usan ? ¿Si va en aumento , Ó descaece el número
de los Indios? y otras curiosidades no vulgares:
y supuesto que el ánimo es responder á todo , bas-
ta de preámbulo , y prosigamos con el mismo es
tilo lacónico y claro. CA-
HISTORIA NATURAL: 3
CAPITULO PRIMERO.
Si entre aquellos bárbaros se balla alguna no-
ticia de Dios? |
Ts Dios á la cumbre del honor al hombre
que crió: adornóle con las coronas de suma glo-
ria y honra las sienes, colocándole en tal al.
tura , que se podia gloriar de que era poco mé-
nos que los Angeles, y que tenia á su mando y
disposicion todo el resto de las criaturas sublu»
“ nares 5 pero en medio de tan sublime excelen-
cia y le precipitó al abismo de la mayor desdi-
cha su misma ignorancia: Non intellexit: y con
caida mas fatal que la de Icaro ( aunque ésta no
fuera fabulosa ) se halló equiparado con las bes-
tias , y semejante á ellas , el mismo que fué for-
mado á imágen y semejanza de todo un Dios.
¡Notable desgracia y manantial de Otras innume-
rables! ignorancia detestable , madre , fuente y
raíz de todas las sombras y errores que llenáron el
Mundo ) y aun dominan en tantas partes de él,
quantas apunté en el Prólogo de esta obra. Pero
llegando á nuestro propósito : si a los Mahometa-
nos , Paganos y Negros Africanos les conviene con
especialidid la dicha similitud con los brutos , por
su especial ignorancia , no les es ménos propia , ni
conviene ménos á las ciegas y bárbaras gentes del
Orinoco y sus vertientes , en que son comprehen-
didas tambien con especialidad otras muchas Na-
ciones de las dos Américas. Ni
A EL OriNoco ILUSTRADO)
Ello es cierto que la falta de enseñanza , de-
rivada y heredada de padres á hijos , no es otra
cosa que pasar las gentes de uno á otro abismo
de ceguedad y tinieblas , sea en la Religion del
Mundo que se fuere, como se evidencia en las
Aldéas retiradas , y en el vulgo de las Ciudades,
aun en aquellos Reynos donde mas florece ¿ y mas
se cultiva nuestra Santa Fe. ¿Pues qué dirémos
de aquellas gentes, cuyo total ahinco es, reti-
rarse mas y mas del comercio humano , é inter-
narse en las selvas , afectando , Ó por mejor de-
Cir imitando el genio de las bestias mas silvestres
é indómitas? |
Diré que fué gravísimo error el de los que á la
primera vista pensáron que no eran racionales;
porque á la verdad , luego que se van desbastan-
do aquellas que parecen piedras, se ve por la Di-
vina gracia, que pasan á verdaderos hijos de Abra-
hán; y á repetidos golpes del cincél de la doc-
trina , se descubren los brillos de aquellos diaman-
tes, cuya exterior tosquedad los hacia desprecia-
bles.
Diré (a) que aquellas Naciones , no solo están
poseidas , sino tambien sepultadas entre las tinie-
blas de su misma ignorancia 3 pero afirmo , y de-
bo afirmar al mismo tiempo , con el torrente de
los Doctores y Theólogos católicos , que en me-
dio de aquellas tinieblas resplandece alguna luz, al-
gunos destellos ( aunque cortos) de aquel Divino
Sol de Justicia , que alumbró y alumbra á todo hom-
bre , de quantos vienen á peregrinar á este Mun-
" ' do,
(a) P. Acosta, lib. 3. cap. 3.
HisTORIA NATURAL. | 5
do , alentando y fortaleciendo con su Divina gra-
eia el espíritu de los Sagrados Apóstoles y de los
Varones Apostólicos , para que se Oyesen los écos
de sus voces Evangélicas desde el Oriente al Oca-
so, y desde el Aquilón al Austro , segun el vati-
cinio del Real Profeta (a).
- —Diré lo que ya dixo $. Próspero (b): ,, que hay
»» algunas Naciones en los últimos ángulos del
»» Mundo , á quienes no alcanzó todavía á dar de
a» lleno la-luz de la Divina gracia; a las quales
»» jamás se les niega aquella luz general, y aquella
3) medida de auxilios suficientes , que para todos los
2» hombres viene de lo alto. Lo mismo pudiera de-
cir con las palabras de San Agustin, con las del
Concilio Senonense (c) , de Orosio y de otros Santos
Padres y Concilios; pero no obstante todo esto,
Diré tambien lo mismo que en dilatados años
y largas peregrinaciones , entre gentes bárbaras
he palpado y experimentado; y es, que aquella
corta luz que entre ellos se dexa divisar , al mis-
mo tiempo que se dexa ver como luz , se recono-
ce empañada con muchas sombras. ¡Pobres almas!
¡O y qué lástima! Si aquella luz que tienen, se
parece tanto á las tinieblas, ¿ quál será el horror
de la ceguedad en que viven * ¿Y quién habrá
que no se mueva á lástima y compasion de aque-
llas
(a) Psalm. 18. vers. 5. bus est , non negatur. Lib. 2.
(b) In extremis mundipar- de Vocat. Gent. |
tibus , sunt alique Nationes, (c) Concil. Senonens. Cano
quibus nondum gratia Salva- 10. Videatur P. Ripalda , de
toris illuxit 5 quibus tamen il- Fide, disp. 17. €S de Ente
ba mensura generalis auxilii, supern, disp. 45. |
que desuper omnibus homint-
6 EL Orinoco ILUSTRADO»
llas pobres Naciones ? Tienen poca luz y obscure-
cida , y asi ven muy poco 5 y si no hay quien va-
ya á alumbrarlos , no hay esperanza de que se les
aclare la vista. Hay notable diferencia en el modo
de no ver ,quando una nube ó niebla opaca cu-
bre la superficie de la tierra, y quando otra nu-
be (digámoslo así) doméstica cubre casi toda la
superficie de los ojos: á aquella el tiempo la disi-
pa, y todo queda claro: ésta se congela y crece
mas con el tiempo 5 y al modo de ésta es la que
ofusca á aquellas gentes infelices.
Digo en fin , viniendo á lo particular , que las
Naciones de que trato , conocen la malicia del ho-
micidio , del adulterio y del hurto; y los delin-
giientes , ó se huyen, Ó esconden quanto pueden
sus delitos: no se hallan casamientos entre herma-
nos y hermanas ; y en algunas gentes hasta mas
allá del quarto grado no se casan. En sus desgra-
cias Ó pesares levantan los ojos al Cielo con excla-
maciones propias de sus lenguages ; v. gr. ¡4yadd:!
¡Acayá! ¡Ayo! ¡Páya! ¡Guayamijideya! y otras se-
mejantes , con que naturalmente recurren á lo al.
to á implorar el favor y amparo , aunque no tie-
nen otras voces ni términos para explicarse mas;
siendo éste un movimiento con que recurre la cria-
tura afiigida á su primera Causa, segun el sen-
tir expreso del Padre de la eloqiiencia Ciceron (a).
En la Nacion Achagua viene de padres a hijos la
tradicion del Diluvio Universal , que explican con
estos términos muy genuinos: Catena Manóa , que
á
(a) Lib. 2. de Natura suspeximus <<: quam esse ali-
Deorum , ibi : Quid potestes- quod Numen prestantissima
se tám apertum :;: ewmColum mentis, quo hac regantur? ES co
HisTORIA NATURAL. 3
á la letra es: Sumersion general de la tierra , 0
laguna general.
Con toda claridad , segun Herrera (a), rete-
nian esta noticia los Indios de Cuba, y uno de
los mas ancianos reconvino á Gabriél de Cabrera
con estas palabras ¿ Que por qué le reñia (Sc. pues
todos eran hermanos ? ¿Vosotros le decía no procedeis
de un Hijo , de aquel que hizo la Nao grande para
salvarse del agua , y nosotros del otro ? de modo,
que esta tradicion , segun se ve , estaba muy asen-
tada y corriente de generacion en generacion. En
dicho lugar cuenta el mismo Herrera , que tenian
aquellos Indios noticia de la creacion del Cielo y
de la Tierra ) y que habia sido fabricada toda es-
ta gran máquina por tres Personas , aunque al
explicarlas deliraban. Una y otra noticia se hallá-
ron en el Perú y en México (b).
En otras tres Naciones que luego nombraré,
tienen palabra con que expresar (á su modo ) y
nombrar á Dios, (esperamos que el tiempo y la
práctica lo descubrirá tambien en otras , que has-
ta ahora no han dado señal de conocerle , por fra-
se Ó palabra destinada para ello , ) pero en dichas
Naciones no se ha reconocido ceremonia alguna
exterior para el Culto Divino 3 ni las voces con
que segun la variedad de lenguas nombran á Dios,
son tan individuales y positivas , que nos haya-
mos asegurado ya de su cierta y fixa significacion.
Por esto en la Doctrina Christiana , que traduci-
mos en sus Idiomas , usamos de la palabra Dios,
y de las demás palabras Españolas necesarias pa-
ra
(a) Herrera , Decada 1. (b). Solorzan. Polític. ca-
Sib, 9. CAP. 4» pit. 5. y Torquemada , cap. 9»
8 EL Orinoco ILVSTRADL»
ra la explicacion de los Misterios de nuestra Sar:
ta Fe : así como los Latinos tomáron del Grie-
go muchos términos facultativos de que carecian,
para explicar muchas dificultades Escolásticas.
Los Caribes , Nacion dominante por muy nu=
merosa , llama 4 Dios Quiyumocón; es decir : Nues.
tro Padre Grande 5 pero aun no está bien averi-
guado si estas voces tienen por objeto la Causa
primera , Ó si se refieren al mas antiguo de sus
Abolengos 5 y por esto no usamos de dicha pala-
bra. |
Los Salivas dicen que el Púru hizo todo lo bue-
no: que Púru vive en el Cielo: que el Hijo de Pú.
ru mató aquella Serpiente que destruia las gentes
$mc. (éstas son sombras y vestigios borrados de
la verdad)...
Los Betoyes decian ántes de su conversion,
que el Sol era Dios; y en su lengua al Sol y á
Dios llaman Theos; voz Griega , que tambien sig-
nifica á Dios; pero ninguna de estas tres Nacio-
nes da la menor muestra de culto ni de adoracion
á su Púru, Theos ó al Quiyumocón. 1
En ninguno de aquellos vastos Paises hemos
hallado hasta hoy muestra de idolatría;. y asi hay
este Obstáculo ménos que vencer para su ense
ñanza. No obstante esto , en la Nacion Betoya
hubo que vencer algo 5; porque pusimos en el Ca-
tecismo esta pregunta: ¿Theodá, Diosoqué ? ¿El
Sol es Dios? y al punto respondian que si: la
respuesta que se les enseña , es: Ebamucá » futuit
ajajé Diosó abulú , ebadú , tuluebacanutó : nO €S),
porque es fuego que Dios crió para alumbrarnos.
Viendo pues, que pasaban muchos meses sin
acabar de creer que el Sol era fuego , me val
a
HisTORIA NATURAL» 5
la mecánica de una lente ó cristal de bastantes gra-
dos, y junta toda la gente en la plaza , cogí la
mano del Capitan mas capáz , llamado Tunucúa.
Preguntéle: ¿si el Sol era Dios ? luego respondió
que sí : entónces en voz alta que oyéron todos, di-
xe : ¿ Day dianu obay refolajuy 2 Theodá futuit
ajaduca , may mafarra. ¿Quándo acabaréis de
creerme ? ya os tengo dicho que el Sol no es sino
fuego. Y diciendo y haciendo , interpuse la lente
entre el Sol y el brazo del dicho Capitan , y al
punto el rayo solar le quemó y levantó una am-
polla considerable en el brazo : clamó luego él cor
voz amarga , diciendo : Tugaday : tugaday : futuit
ajacudacá!
Es verdad: es verdad : fuego es el Sol. Cor-
rian de tropel los hombres y mugeres á ver el
efecto del Sol y de la lente : veian la quemadura,
y el Capitan les explicaba con eficacia la Opera-
cion que miraban con espanto correlativo á su na-
tiva ignorancia : entretanto rompí por entre el gen-
ti0, y llegué á la turba de muchachos , deseosos
de ver y saber lo que pasaba: hice la misma pre-
gunta al mayorcillo de ellos , erró la respuesta,
y lo desengañé con la quemadura de la lente. Aquí
fué mayor la bulla, todos querian experimentar
(aunque á costa suya) si el Sol era fuega , ó no;
dile la lente:al Fiscál de la doctrina ) pafa que
fuese dando gusto á todos, y yo me retiré á mi.
choza : el efecto de esta maniobra fué qual se de-
seaba 5 porque de allí en adelante ningun Betoy di-
xo jamás que el Sol era Dios: luego respondia que
el Sol era fuego.
- No puedo omitir aquí lo que me pasó con un
Gentíl Betoy ) llamado Cagiali al principio de la
Tom. 11. B COR
40 EL Orinoco ILUSTRADO,
conversion de esta Nacion:: insistí ensuna delas
pláticas , que el que no. crevese” la doctrima. que
yo de parte de Dios les enseñaba , le llevarian á
ser quemado perpetuamente á la casa del fuego,
donde viven los Demonios. (ésta es frase propia
de aquel lenguage ). Vino despues el Cagiah á inc
formarse mas de espacio de: la materia : «expliqué:
sela de varias maneras, y con símiles materiales;
(que son los que mas sirven para su rudeza) y quan-
do se hizo cargo de esta tan importante verdad,
se alteró todo , encendiósele el rostro, soltó lag
lágrimas , y con voz lamentable dixo: ¡ 4yaddt,
Babicá! ¿Day ma ebá Diosó? :; , Dayque ojabola,
obay reoje afocá, arreacabi , 'auin que arribica?
¡Ay , Padre mio! ¿Como ba hecho Dios esto? ¿Con-
que mis mayores se han perdido, y están ardien-
do , porque Dios no les envio Padres que les ense=
ñasen ? Confieso que me enternecí, y que me cos.
tó mucho trabajo el consolar al Cagiali, y mucha
dificultad el hacerle entender , que la causa dela
perdicion de sus mayores no estubo en Dios, sino
en los pecados de:-aquellos Gentiles , por los qua=
les se -hiciéron indignos de que su: Magestad les
enviase Predicadores. Este Cagiali fué un:gran In-
dio, sirvió mucho para aquella fundacion; y quan-
do le bautizé (que fué ¿m articulo mortis) le lla.
mé Fortunato , porque logró la serio hipo llo-
raba perdida en sus mayores. (10i5.
Pero por el mismo caso que reynan las: tinio-
blas en los entendimientos de aquellas gentes , quan
do al abrir los ojos de la razon , perciben la luz de
las verdades eternas , les da mayor golpe la no-=
vedad , y se reconoce por los efectos, que entón-
ces derrama Dios á manos llenas su misericordiaz
0 Se-
HISTORIA: NATURAL. 4t
segun la mayor ó menor disposicion de los Neó-
fitos; entre los quales vemos y advertimos la mu-
tacion que en ellos hace la diestra del 'Todo-Po-
deroso. Y aun los mismos ladios al cotejar su vi-
da racional. y christiana con su antiguo descon-
cierto , se regocijan:, se admiran y dicen repetidas
veces á sus Misioneros: Diosó fausucajú , Babicá,
ujuma afoca, ubadolandó maydaitú : esto es: Dios
te lopagará , Padre; pues por tu medio vivimos
ya 'racionalménte 5 y vels aquí aquel maná escon-
dido , que endulza , suaviza y hace llevaderos los
mayores trabajos presentes; y que dispone , da
brio y ánimo para los venideros.
¿Qué consuelo podrá compararse con el de
un Operario entre aquellos Neófitos que se fatiga
para que sus Indios no freqienten tan á menudo
los Sacramentos de la Confesion y Comunion , co-
mo los de la Nacion Achagua , que la desean y
piden hasta ser molestos? |
¿ Qué mayor señal se. puede hallar de que han
abrazado sériamente nuestra Santa Fe , ni qué ma-
yor gusto para el que se la predica , que recono-
cer en los Neófitos temor de Dios , deseos de sal-
varse , y gran miedo de la eternidad del Infierno,
con la moderación , recato y buena conducta de-
bida que requieren las tales señas? y á la verdad
de esto pudiera decir mucho.
Solo diré para gloria de Dos y confusion de
muchos Christianos , que se precian de scrlo , que
me ha sucedido estar muchas mañanas seguidas
oyendo confesiones de Indios Neófñitos , sin hallar
en alguno de elios materia para la absolucion : y
me consta que á otros Misioneros les ha sucedido
lo mismo; eso no, Padre ( responden ) desde que
Sida
42 EL Orinoco ILUSTRADO,
supe que Dios se enoja por los pecados » y como los
castiga » no bago cosa mala. Por Otra parte se evi-
dencia la sinceridad y verdad que profesan en la
confesion , con muchas señales ciertas, especial-
mente por la brevedad , ansia y susto con que re-
curren al Tribunal de la Penitencia , si caen en
algun lazo de los que arma el enemigo: en €u-
ya prueba solo digo , que á deshora de la noche,
y lloviendo reciamente se entró un Indio Neófi-
to'en mi rancho , y puesto de rodillas á mis piés,
todo asustado, me pidió las diciplinas : se las dí, y
empezó á descargar recios azotes sobre sus espaldas,
y á llorar. Díxele atónito ) ¿ que por qué era aque-
lla penitencia ? respondió que le habia engañado
el Demonio , y que venia á desenojar á Dios, y á
confesarse , como lo hizo: añadiendo despues otros
azotes sobre sus espaldas: ¿quién no alabará á
Dios por estas señas de Fe viva y santo temor
suyo , que su Magestad infunde-en los que po=
co ántes no le conociam?
CA
HistoRTA NATURAL» 43
CAPITULO IL
Singular piedad y especial providencia de
Dios , que resplandece en Baurismos al pare-
cer casuales de Indios: ancianos,
Indias y Párvulos.
Di. en el capitulo antecedente, que aunque ofus-
cada, no falta luz, ni á los mas bárbaros , para dis-
cernir lo bueno de lo malo, y lo lícito de lo pro-
hibido , ( sentencia seguida por los Doctores Ca-
tólicos ) en tanto grado , que el Padre Presenta-
do Fray Gregorio García y otros Autores (a) no-
táron , que en México y el Perú habia ántes de
las conquistas noticia de los Preceptos del Decá-
logo ; y que unos en unas Provincias , y Otros
en otras , tenian señalado castigo contra los trans-
gresores.
En la Vida del V. Padre Joseph de Ancheta,
vemos que este Apostólico Varon perdió el cami-
no que seguia; y despues de varias vueltas y re-
vueltas por un desierto , fué á dar á una choza
donde estaba un Indio anciano, hecho una imá-
gen viva de la muerte, y exáminándole , halló
el Padre , que habia guardado exáctamente la: Ley
natural : instruyóle , bautizóle , y luego murió;
como quien solo vivia de la esperanza del baus
tismo , para pasar á mejor vida.
En la Historia de Cinalóa de las Apostólicas
Y
(a) In tract. de Origin, Indor. lib. 3. ES infrá»
14 EL Orinoco ILUSTRADO,
y numerosas Misiones , que la Compañía de Jesus
tenia en la Nueva-España , se lee un caso total-
mente semejante al que acabo de referir , de dos
Padres ) que permitió ó dispuso Dios que perdiesen
el camino , para que por el bautismo pusiesen en
el camino del Cielo á un anciano Indio que ha-
lláron (despues de bien exáminado ) que no tenia
otra culpa que la contraida en la original , fuera
de las leves que de su cosecha trae la fragilidad
humana. Este tal no esperó para morir sino el
tiempo necesario para su instruccion y bautismo.
De “estos casos y Otros admirables en materia
de la Fe, del culto Divino y de grandes peniten-
cias de los Indios , está llena la Historia de Ci-
nalóa ya citada, donde el curioso hallará mucho
en que alabar la piedad del Altísimo. Y á la
verdad , por lo que los Padres Misioneros me re-
firiéron , y por lo que yo mismo experimenté en:
esta materia , es para mí indubitable , que en los
demás partidos de Misiones se ve con freqiencia
esta especial providencia y misericordia de Dios;
y'se verifica la verdad de aquel axioma Theoló-
gico , que facienti quod «est in se, Deus non de-
negat gratiam: y aquí me cito á mí mismo al ca-
pítulo doce de la primera Parte, donde escribí
un caso de un bautismo muy singular.
En este punto me enterneció mucho lo que me
refirió el Padre Juan Rivero al retorno de su via-
ge “al Ayrico , de doscientas leguas de ida , y Otras
tantas de vuelta: habia hecho “tan árduo y largo
viage á pié , y por desiertos estériles en - busca
de Achaguas Gentiles; y viendo yo que trala muy
pocos , traté de consolarle del mejor modo que
pude, y me interrumpió , diciendo: ;,,no Padre
| ¡ 3) MIO
He
HisTORIA NATURAL. 45
») mio , tan consolado vuelvo por haber bautiza-
»» do un Achagua , que al llegar allá encontré mo-
s» tibundo , que si supiera habia de lograr otro
», bautismo: semejante , ahora sin descansar em-
>» prendiera y repitiera este mismo viage : £ y prosi-
guió refiriendo el caso , que por muy parecido á
los. dos antecedentes puedo dar por referido. Este
es aquel denario diurno y pzga sobreabundante,
con «que quedan satisfechos aquellos: Operarios,
y por: él dan por as bien empleadas todas sus
dtigasgi iv os
En el año 1716, despues que puse los primeros
Gentiles Lolacas », que Dios me dió , entre los dos
rios Tame y Chicanóa , se me ofreció. un viage muy
urgente y dilatado en bien de las almas ; y lue-
go que de retorno llegué á mi rancho, vino un
Indio mozo con tal priesa , que de puro fatigado,
apénas podia hablar , y dixo como mejor pudo es-
tas palabras en su lengua: Padre , ba tres días
que mi madre. te está esperando , y dice que no
quiere morirse sin ser Cbristiana 5 pasé luego á
ver la: enferma , hailéla muy. descaecida , la ims-
truí en los mas principales misterios de nuestra
Santa Fe; y ya dispuesta, la bautizé: la choza
en que estaba era tan estrecha y baxa, que para
resollar un poco de ayre puro , sali fuera de ella:
¡(cosa rara! apénas: me habia: limpiado el sudor,
quando «oí que: decian adentro : ya espiró : entré,
y era así, que para mosir solo habia esperado el
agua del Santo Bautismo 5 y alabé á Dios con el
Profeta David (a) , diciendo : Separaste , Señor y tu
| ) llu-
* (a) Psalm. 67. vers. 10
46 EL Orinoco ILUSTRADO,
lluvia voluntaria para tu heredad , que tú mismo
perficionaste.
Todavía resplandecen mas los arcanos de la Di-
vina Providencia, y los caminos (á nuestro cor-
to entender ) casuales , de que su Magestad se va-
le para salvar á los que están escritos en el libro
de la vida ,en el caso que voy á referir. Para que
el Misionero antiguo de una de las nuevas Misio-
nes que mi Provincia tiene en Casanare , entrase
á los bosques á domesticar Gentiles , para aumen-
tar su grey , entró á suplir el Padre Miguél de
Ardanáz y, natural del Reyno de Navarra , recien
llegado á dichas Misiones , empeñado con un Intér-
_prete á estudiar y aprender aquella lengua. En el
año 4747 , un dia, fastidiado de aquel estudio , que
en los principios es amargo , llamó al Intérprete
para ir á divertirse algo en las sementeras de los
Indios ¿no le halláron , y así tomó pcr guía un
Indio bozal , que no sabia palabra de la lengua
Española : dió vuelta espaciosa por las vegas en
donde trabajaban los Indios; y ya tarde , al vol-
ver ácia el Pueblo , vió un pobre rancho aparta-=
do de la senda , y por mera curiosidad fué á ver,
qué cosa era, y si en él habia algun Indio: y
veis aquí que se quedó asombrado al ver una In-
dia moribunda : armazón funesta , que solo tenia
la denegrida piel sobre los huesos: tenia en vano
colgada de sus pechos una criatura , tan flaca y
y moribunda como su :madre3 dió la India mu-
chas muestras de alegría luego que vió al Padre,
y esforzando la voz , le decia: Babica, rosacay
dojácarrú , oculiba fu; que es : Padre mio » echa-
me el agua del bautismo sobre mi cabeza.
No entendia aun el Padre la lengua: a
a
HISTORIA NATURAL. 47
al Indio que le guiaba á preguntarle; mas éste
no sabia ni entendia el lenguage en que le habla-
ba el Padre , y así le respond:a en el suyo : la In-
dia enferma clamaba , pero el Padre ni entendia á
ésta, ni al otro; y así se halló muy afligido , y en
gran' confusion : y he aquí la especial providencia
de Dios ; porque viendo la moribunda que el Padre
no la entendia, calló un rato , como quien esti-
dia Ó piensa , y llamándole despues por señas , le
dixo sola esta palabra ) que ó sabia, ó le inspiró
Dios; agua; y tocando con la mano su cabeza,
repetidas veces , decia: agua , agua: COn esto co-
noció el Padre que pedia el bautismo 5; buscó agua,
y no hallando ni una gota en el rancho , corrió
al rio , traxo agua , y siéndole imposible otra di-
ligencia ni instruccion , la bautizó : y aquí fué don-
de brilló mas la piadosísima providencia del Cria-
dor 5; pues luego que recibió el bautismo , cruzó sus
brazos , y espiró la dichosa India. Omito aquí el
consuelo del Padre Ardanáz ) que le duró muchos
dias: quiso bautizar la criaturita, que tambien
agonizaba , pero se lo estorbó el Indio con las se-
ñas que le dió de que ya lo estaba. La mencionada
India estaba ya instruida con otras por su Misio-
nero y que las habia dexado dispuestas para hacer
un bautismo con la mayor solemnidad posible,
á fin de que los Gentiles que esperaba domesticar y
sacar al Pueblo , viesen aquella funcion , y se fues
sen aficionando á vida civil , con éste y otros me-
dios que se practican; y así el consuelo del Pa-
dre que la bautizó , fué mas completo quando supo
la buena disposicion con que tan casualmente (por
lo "que toca á nuestro corto entender , que para
Dios no hay casualidades , ) habia conseguido el
Tom. IT. C bau-
48 EL Oxinoco ILUSTRADOs
bautismo aquella pobre y mil veces dichosa India.
De todas las Tribus , Pueblos , Naciones y len-
guas , vió el Evangelista San Juan predestinados
innumerables , que cantaban himnos y alabanzas
al Divino Cordero , que con su preciosa sangre
ios habia redimido y conducido al dichoso puer-
to de una feliz eternidad : profecia que desde el
principio de la Iglesia se empezó á verificar en
el Eunuco de la Reyna Candace , para cuya en-
señanza y bautismo llevó un Angel á San Felipe
Diácono ) y despues que le instruyó y bautizó, él
mismo ú Otro Angel le arrebató de la vista del Eu-
nuco , y se halló de repente el Santo Diácono en
Azoto, y prosiguió allí evangelizando á Jesu-Chris-
t0. Y aunque no con tan manifiestos favores ; no
con ménos oportunas providencias ha proseguido
y aun prosigue Dios nuestro Señor socorriendo
con la oportuna luz de su santa ley y con el
santo bautismo á muchos que de su parte no han
puesto voluntario obstáculo de culpa grave , con
que hacerse indignos de esta celestial gracia y favor.
Alas riberas del rio Cravo llegué en el año de
4724 ,á tiempo que una Capitanía de Guajivas , va»
gos y andantes , habia hecho: pié , porque estaba
muriéndose una India anciana de su comitiva : ins-
truila , con la brevedad que la urgencia requeria,
la bautizé , y espiró luego. Con la misma casuali-
dad , en el rio Duya , que entra en el rio Meta, en:
contré otra tropa de Chiricoas , tan vagos y andantes
como los antecedentes , quienes acababan de llegar
del Ayrico , que es viage de ducientas leguas ; 1le-
góse á mí el Capitan , que ya era anciano ;: y: me
dixo en lengua achagua: Nu: saricaná ribarinaú
matata : esto es: Mi padre se muere, aprisa .- el
| l-
Y
HISTORIA NATURAL» - 49
hijo era viejo, ¿ de qué edad seria el padre ? ful
al punto , y me encontré no tanto con una imá-
gen de Matusalén por su abanzada v«jéz , quan-
to con un esqueleto medio vivo , por lo flaco y
desfallecido. Mas de una hora trabajé en. instruir-
le en la Santa Fe , pero en vano , ¡porque no res-
pondia al intento ; de manera , que formé jui-
cio de que el moribundo deliraba. Pregunté á su
hijo , si le habian dado de comer, y me respon-
dió.que ni en aquel dia ni en el antecedente habia
probado cosa alguna: tráxele al punto un pesca-
do asado , y luego que le vió , se animó : comióselo
todo , quedó capáz de instruccion , (que la ham-
bre si es fuerte , tambien priva del juicio ,) y respon-
dió bien á todo lo que le iba explicando y pre-
guntando ; y luego que reconocí estaba dispues-
to , le bautizé , y me retiré á descansar de la fun-
cion , que fué larga y algo molesta. No habia ca-
minado cien pasos , quando vino corriendo el Ca.
pitan su hijo , diciendo : Padre , Padre , ya murió
mi viejo. ¡Dichoso él á quien Dios nuestro Señor
miró con tan gran misericordia, despues de tan
E larga vida!
Mas larga y dilatada edad mostraba por todas
sus coyunturas y artejos de su cuerpo una India
Guajiva , que no sin especial providencia de Dios
encontré en las vegas del rio Cravo , entre la tro-
. pa de aquellas gentes que viven de puro cami-
nar. Muchos años habia que la cargaban dentro
de un canasto , porque no se podia tener en pié:
sus ojos de puro hundidos eran ya extrañamente
pequeños , y habia mucho tiempo que habia per-
dido la vista : sus uñas parecian de águila real:
las artugas de todo aquel pellejo tostado á los ri-
" go-
20 Ex Orivoco ILUSTRADO»
gores del Sol, remataban con unas como escamas
ó callos duros $c. No me causó tanta armonía
este espectáculo , quanto la resistencia que mos-
tró á la instruccion y al bautismo : tres dias gas-
té en vano , y otros tantos estuvo aquella gente
violenta , porque no podia , ni yo la dexaba pro-
seguir su incierto y vago viage: por Otra parte la
anciana no estaba enferma , sino de la carga de
sus años , cuyo peso no podia ya aguantar ; y se
mantenia siempre firme en que ni queria creer co-
sa de quantas yo le decia , ni ser Christiana ; por=-
que luego que me bautizes ( decia ella ) me mo-
riré. Muy buenas congojas me costó su terquedad:
en fin fui á verla , rogándole al Santo Angel de
su Guarda que le ablandase aquel terco cora-
zZOn 5 y creo que oyó mi súplica , pero de un mo-
do raro : llegué al canasto , (jaula de aquella
vejéz ,) y sin preámbulo alguno le dixe: ¿por
qué no quieres ser Christiana ? respondió: porque
luego que lo sea , me moriré. Volvila á preguntar,
¿si habia estado en algun Pueblo de Christianos
algunos dias? díxome que sí : preguntéla ¿si habia
visto como allá bautizaban á los párvulos pocos
dias despues de nacidos? respondió , que si: ¿y por
qué los bautizan tan pequeños ? la repliqué yo:
eso no sé , respondió ella: pues sábete , la dixe,
que para que vivan, y para asegurarles una vida
que no se acabe , por esto los bautizan: pues si
es por esto , replicó la anciana , yo tambien quie-
ro que me bautizes. Alabé á Dios al ver que na=
die se cansa de vivir, por trabajosa que sea su
vida , y porque ya se ablandaba aquel terco co-
razon , aunque con motivo terreno : pasé á expli-
carle el fin para que Dios nos crió, y Bag
e-
HISTORIA NATURAL. 21
demás misterios que oyó y abrazó muy bien la
catecúmena ; y hechas todas las diligencias delante
de su gente que habia concurrido , la bautizé; y
volviéndome á los circunstantes , les estaba rogan-
do, que dexada aquella vida andante y trabajo-
sa, formasen un Pueblo , quando levantó uno
el grito , y dixo: ya murió la vieja. ¡Caso verda-
deramente singular! por el qual debemos ensalzar
la misericordia de Dios y admirar los caminos ocul!-
tos con que procura el bien de las almas; y si se
hace reflexion , se hallará que todos quantos está-
bamos allá , quedamos contentos; porque la ancia-
na salió con la suya , de que luego que la bauti-
zase habia de morir ; los Gentiles se libráron de car-
gar aquel estorbo en su canasto ; y yO quedé mas
consolado que todos , por haber encaminado aque-
lla alma al Cielo : solo el Demonio , quien es de
creer que le habia puesto en la cabeza que se ha-
bia de morir si recibia el bautismo , salió despe-
chado y confundido de aquella ranchería.
Omito otros muchos casos , semejantes con po-
ca diferencia á los referidos; pero no puedo ménos
ue hacer mención de un Indio de setenta años
y mas , segun las señas que daba de la destruecion
de la Ciudad de Pedraza con la violenta irrupcion
de los Indios. Hallé á este anciano , llamado Sey-
sere , en el centro de los vastos bosques de Apure,
que tendrán ciento y cinqúenta leguas de travesía:
era Régulo de su Nacion Guanera , y Obedecían-
le otras Naciones , que se le habian agregado: te-
nia una casa mucho mas suntuosa que las que
usan los Gentiles; y tenia Otras dos casas destina.
das para recibir á los huéspedes y pasageros , á
quienes cuidaba y regalaba con franqueza: reci.
bié-.
22 EL Okrinoco ILUSTRADO)
biéronme con: las armas en las manos; pero lue-
go se desvaneció el susto : el anciano tenia un pe=
ligroso cáncer en el pié; el qual despues de va-
rios dias , que tratábamos sobre que saliese con los
suyos á mejor poblado , era el único impedimen-
to de la marcha 5 porque era preciso caminar casi
- veinte dias á pié por aquellas espesuras : quiso Dios
que con algunos remedios eficaces sanase Seysere,
y así salió con su gente; y despues de bien ins-
truidos , se bautizáron todos , siguiendo el buen
exemplo de su Régulo. clar
Fué este Indio muy singular : jamás tuvo ni
conoció otra muger que la primera 5 jamás asistió,
ni en su gentilidad , ni en ocho años que vivió
despues de bautizado , á combites , ni á casas de
bebida , donde de ordinario hay muchas embria=
gueces; y quando no podia excusarse, en brin-
dando á los combidados , se volvia luego á su
casa. Lo principal de Don Ventura Seysere ( que
este nombre le puse) es , que despues de un largo y
sério exámen , hallé que habia guardado exácta-
mente la Ley natural desde que tuvo uso de ra-
zon: en los ocho años que vivió dió grande exem-
plo á los Neófitos: cooperó personalmente á la
conversion de muchos Gentiles; y recibidos en
su última enfermedad los Santos Sacramentos , es-
tando ya muy descaecido le dispuse una substan:
cia; y rogándole con instancia que la tomase , me
dixo con notable alegría de rostro : déxame ir al
Cielo , y espiró. A
A un Indio Saliva (que sobresalia en capa-
cidad y en bondad á todos los:de Duya , y des-
pues de bautizado era tan dado á la penitencia,
que era menester irle á la mano, ) le RO
| allá
HisTORIA NATURAL. 23
allá en su Gentilidad habia tenido alguna noticia
Ó pensamiento de, Dios 2 Estuvo un rato pensativo,
y respondió: ,,n0, Padre, solo una noche muy
» Clara y despejada me estuve contemplando la
» Luna y las Estrellas , y reconociendo su mo-
,) Vimiento , pensé que serian hombres : despues hi-
,) ce reflexion sobre las plagas , que acá sufrimos,
3» de mosquitos, tábanos , culebras Xc. ; y dixe, allá
»» están bien aquellas gentes , libres de estas plagas
5 y peligros : el que puso aquella gente allá , ¿por
s» Qué no me pondria á mí tambien ? ,, ésta fué á la
letra su respuesta , de que colegí el recurso de
aquellos toscos pensamientos á su primera causa,
que es Dios; cuya magnífica luz por entre las
mismas tinieblas se insinúa , por mas que los cie-
gos Gentiles añadan sombras á sus ojos.
CAPITULO LIL
¿$1 aquellas Naciones tienen idolatria? Si tie-
nen noticia del Demonio , y se valen
de él, 0 no?
Ac es preciso se angustie el corazon huma-
no», y vea lo que de suyo es: si le falta la. luz
de la Fe ,' ¡á qué caos le precipitan su misma ig-
norancia , y la malicia del comun enemigo ! Este,
como es y se llama Principe de las tinieblas , do-
mina de asiento entre las sombras de aquellos ig-
nofantes; y de tal modo se insinúa entre ellos,
que'en todas aquellas Naciones le conocen por el
nombre propio que cada una le da, segun la va-
riedad de sus Lenguas. Los Indios Achaguas le
llas
24 EL ORrINOCO ILUSTRADO,
llaman Tanasimi: los Betoyes y Jiraras Memelús
los Guajivas Duati: los Guaraúnos febo kc.: pe-
ro al mismo tiempo tenemos el consuelo de que
no ha permitido Dios que aquellas gentes dén cul-
to alguno , ni adoración á tan cruel enemigo; án-
tes bien generalmente es tenido por malhechor , y
á él le atribuyen todos sus males , como ya dixi-
mos. Los Indios Guamos , le atribuyen sus enfer-
medades ; los Mapoyes , los daños de sus semen-
teras 3 los Gruayquiries , le tienen por autor de
pleytos y riñas. Los Betoyes le atribuyen la muer-
te de todos los párvulos , y dicen que el Demo-
nio les rompe el pescuezo con gran secreto , pa-
ra no ser sentido; y á este modo en todas aque«w
llas Naciones tiene malisima Opinion : y esta basa
tan asentada entre ellos , ayuda mucho á los Mi-
sioneros para explicarles la doctrina , y aumen=
tarles el horror á tal enemigo.
No se puede negar que entre estas Naciones
hay Indios taymados y parleros , de quienes se di-
ce que tratan con el Demonio; pero tambien es
cierto que los mas de los que tienen esta fama,
(que ellos mismos hacen creer quanto pueden ) co-
mo apunté ya(a), son embusteros , se precian de
lo que no hay , se fingen muy amigos del Demo-
nio , por su interés , por sobresalir y ser temidos
del resto del gentío , para que no les nieguen co-
sa alguna de las que se les antoja , como real-
mente sucede; y viven respetados , atendidos y
con abundancia de todo lo que en medio de su
gran pobreza se puede desear: á los tales en qu0aR
| de
(a) Cap. 10. de la primera Parte.
HisTORIA NATURAL. 23
Naciones llaman Moján; en otras Piache ; en otras
Alabuqui Sc.
De las máquinas fantásticas con que aturden
al vulgo ignorante , solo contaré un caso , que
sirva por muestra de los muchos que omito. Es el
caso : que en una selva , llamada Casiabo habia un
Moján muy afamado entre los Indios , pero muy
oculto á los Misioneros de todos aquellos Partidos:
su nombre era Tulujáy , que despues se convirtió,
y le puse por nombre Cárlos ; y á mi ver murió con
muchas señas de predestinado. A su escuela con-
currian Indios de todos aquellos Paises; mas no
todos aprendian , ni se sujetaban á su enseñanza,
porque les costaba muy cara; pues fuera de la
paga competente , era tan riguroso el ayuno de.
quarenta dias á que les obligaba , que pocos se
atrevian á emprenderle ; y de los que se anima-
ban , los mas dexaban al Maestro , enflaquecidos
de los ayunos: al que cumplia su fatal quaren-
tena , preparado en ella con varias yerbas , por
último le hacia tragar sin mascar tres pildoras del
tamaño de una pepita de guinda; y le decia que
aquel antídoto era contra todo género de veneno,
y que ya quedaba seguro de todos sus émulos
y enemigos.
-— En la simple credulidad de los Indios basta y
sobra esta noticia , para que nadie se meta con
los tales Curados ) y aun para que les tengan mu-
cho miedo y respeto; y no repugna que haya
yerbas de tal virtud , que sean antídoto prepara-
tivo contra aquellos venenos y como despues diré.
Un Indio fiel y sincéro me descubrió todo lo
dicho , con Ocasion de preguntarle yo, ¿quál se-
ria la causa de andar N. tan descolorido y maci-
Tom. IT, D len-
26 EL Orinoco ILUSTRADO, |
lento? Yo te lo diré, si no descubres mi nom-
bre , me respondió el Indio : dile mi palabra , y di-
xO : y) la causa de su palidéz es , porque está ayu-
2, nando para curarse y recibir las pildoras Ác. ,,
mostréme incrédulo , y realmente lo estaba ; mas
el Indio confirmó toda su relacion , añadiendo:
>, y N. nuestro Indio principal y de buen vivir,
s» y á quien tú quieres tanto , tambien está cura-
»» d0 , y tomó las pildoras; y si no estuviera cu»
», Tado , ya le hubiera muerto. ,, Disimulé y des-
paché al declarante : despues en buen sitio y con
gran secreto , me vi con el Indio principal y de-
nunciado , á quien yo queria mucho , por lo que
Obraba en la conversion de los Infieles , (aquí pido
la atencion curiosa del Lector ,) y sin preám-
bulo alguno, ni afectacion de novedad , sino co-
mo quien habla de cosa muy sabida , le dixe : ,, ¿ y
¿como tú, siendo buen Christiano , eres uno de
»» los Curados en Casiabo , y cargas pildoras. en
»» tu estómago ? ,, No se turbó ni demudó el Indio;
y me respondió con esta otra pregunta: »,3 y CO-
3, mo los Españoles , aun los que son muy bue-
3, Nos Christianos , traen sobre su cuerpo pistolas
»» y espada ?.,, no las cargan para hacer daño, di-
xe yo» sísolo para su defensa: á que respondió
el Indio: ,,ni yo traygo estas píldoras para dañar
3 4á alguno , sino para que sabiéndose que estoy cu-
»» rado y armado , nadie se meta conmigo : ¿y COn-
fieso que luego mudé de conversacion , y traté con
él de otras materias; y por ahora dexo la respuesta
del Indio al exámen de los curiosos. |
En otros casos, cogí en la trampa á los otros
Mojanes , que llaman Médicos. Estos curan Ó quie-
ren persuadir que curan los males á puro chupar:
| | Si
HISTORIA NATURAL» 27
si duele , por exemplo á alguno el estómago,
previenen en la boca algunas raices de yerbas; y
despues de chupar terriblemente sobre el estó-
mago del paciente , escupen aquellas raices , y dicen.
que aquello le mataba : reciben su paga , y quan-
do despues muere el enfermo , se excusan diciendo:
que si no hubiera comido pimiento , Ó esto Ó aque-
llo, no hubiera muerto. Los Médicos de la Na-
cion Otomaca chupan á sus enfermos con tal fuer-
za y pertinacia y que no descubren la boca sin sa-
car sangre del paciente , luego la escupen en lugar
limpio , y de entre la sangre y saliva apartan unas
piedrecillas menudas ) que á prevencion traían en
la boca , y hacen creer , que ellas eran la causa
de la enfermedad : y en muriendo el enfermo , se
valen de un desatino , para que quede en todo
su vigor el buen crédito de su medicina.
Pero por lo que mira á la cura arriba expre-
sada hecha á fuerza de ayunos , y radicada des-
pues de ellos en yerbas salutiferas , no puedo mé-
nos que tenerla por factible.
Y mas con la cierta ciencia de la cura , con
que queda burlado el veneno de las culebras en
el Guayaquil , Provincia de Quito situada á dos
grados y cinqúenta minutos despues de la línea
equinoccial , donde son tantas las culebras pon-
zoñosas que hay en aquellas haciendas , á causa
de la Humedad del terreno y del calor activo de.
la zona torrida que apénas se puede dar paso
sin pisar alguna : mas el Sapientísimo Autor de la
Naturaleza previno en aquellos territorios cierto
bejuco y (esto es un sarmiento , que enredándose
por los árboles crece, ) para remedio universal con.
tra los venenos de culebras. La práctica de los
j tra-
28 Ex OriNoco ILUSTRADO»
trabajadores es ésta : luego que se levantan , la pri-
mera taréa es mascar cantidad de aquel bejuco,
y con aquella masa y la saliva tinturada con sus
qualidades se untan los piés y las piernas , las ma-
nos y los brazos: preparados con este antídoto,
salen sin miedo ni sobresalto á su ordinario tra-
bajo , con la experiencia de que los que salen con
este preservativo admirable , no solo no son aco-
metidos de culebra alguna, sino que las que , ó
casualmente pisan, Ó al arrancar la yerba cogen
á veces entre sus manos , quedan como ador-
mecidas é incapaces de dañar : efecto singular de
aquel raro bejuco , que precisamente ha de cau-
sar novedad á los curiosos Botánicos. de nuestra
Europa : no así en aquel Pais por ser cosa de to»
dos los dias divertir su trabajo los Negros , ma-
nejando y enroscando en sus brazos las culebras
mas ponzoñosas.
Pero lo mas admirable , y lo que hace á nues-
tro propósito , es que quando alguno de aquellos
campesinos quiere librarse del trabajo y molestia
diaria de mascar el bejuco mada sabroso » busca
un Práctico , (que los hay, y de ordinario los
mejores son los Negros ,) y en sana salud se po-
ne en sus manos para curarse, ésta es su expresion,
contra toda especie de culebras.
El Curandero (nombre que dan á los tales
Médicos ) le impone cierta dieta , le da á“ciertos
tiempos agua tinturada en la infusion del dicho be-
juco en determinado número de dias , y al fin de
ellos le saja , mas que levemente , en distintas par-
tes de los piés y piernas , de las manos y brazos,
de los muslos , pecho y espaldas , hasta correr
sangre 5 y exprimida y recogida ésta en paños,
| le
a
HisTORIA NATURAL» 23
le empapa las cisuras con el jugo extraido del be-
juco fresco ; y he aqui curado ya al tal, fortificado
y armado para toda su vida contra los venenos
de las culebras. Con esto pasa á ser entretenimien-
to y juguete de los que se han curado , aquella
bestia , que solo en el Paraiso se mostró halagueña,
para difundir con mas seguridad su ponzoña entre
los hijos de Eva; porque los que se han curado,
por grande y horrible que sea la culebra , la cogen
y manosean , y se la enroscan en la cintura , sin
el menor sobresalto , ni temor de daño alguno : lo
que en Guayaquil es notorio. b
Vuelvo ahora á lo referido de los Indios , que
se curaban contra todos los venenos en Casiabo,
con el ayuno y preparativos de yerbas saludables;
y no encuentro repugnancia en que aquellos cuer-
pos secos al rigor del ayuno , teniendo prepara-
dos por el espacio de quarenta dias sus humores
con el jugo de yerbas medicinales , se saneasen y
fortaleciesen contra la maligua actividad de las
ponzoñas. |
Ni hay que extrañar en ello , quando en sola
una pepita, (que la devocion de los Misioneros
Jesuitas llamó de San Ignacio ,) epilogó Dios, y
halláron los Indios Filipinos no solo un remedio
universal contra el tósigo y veneno ya recibido,
sí tambien un antídoto cierto y preservativo ad-
mirable , con solo traerla consigo: cosa tan de
hecho , y tan notoria , que ni aun necesita de es-
te leve apunte. ¿Qué mucho pues , que el Divi-
no Autor de la Naturaleza haya depositado en el
bejuco de Guayaquil, y en las yerbas de Casia-
bo aquella gran virtud , que estrechó al brebe cír-
culo de una Pepita en Filipinas ?
CA-
30 EL OkrINoco ILUSTRADO)
CAPITULO IV.
Variedad de lenguas de aquellos Indios:
búscase su origen por la mejor
conjetura.
Busco el orígen de las varias y diversas lenguas
de unos hombres , tan poco hombres , que están
persuadidos de que cada especie de aves habla len-
gua diferente , y que ellas solas se entienden 5 y
por esto , lo mismo es dar un chillido el páxaro , Ó
un graznido el buytre, y asi las Otras aves , que lue-
go al punto preguntarle: ¿qué es lo que quiere
avisarles? ¿day fajacaquét esto es : ¿qué es lo
que nos dices? Por esta misma necia persuasión , no
dan el nombre á las aves , por lo que ellas son , si-
no por lo que piensan que ellas dicen ; y así no se
les pregunta: ¿cómo se llama aquella ave? sino
¿day faácaque cusiduca? esto es: ¿qué es lo que
dice este páxaro? y les ponen el nombre de lo que
les parece que pronuncian las aves; v. gr. al pato
llaman cuivivi; á la gallina focará; al gallo tote-
leló Stc. ) queriendo conocer á las aves por su eco,
al modo que acá conocemos á los hombres por el
metal de su voz.
Busco (vuelvo á decir) la raiz de las lenguas de
unas gentes , que no solo no la saben , sino que
ignoran tambien su orígen y el de sus progenito-
res (a), como vimos en la primera Parte , ideándo-
se
(a) Cap.ó6. pag. 50. 51. €Sc. in 1. Part.
HisToRIA NATURAL. 31
se ya descendientes de las piedras , ya de los árboles
ác. error y vileza de pensamientos , en que esta-
ban radicados los Indios pobladores de México (a),
extraidos de sus sicte cuevas fantásticas ; y los del
Perú , brotados de la tierra , por su Viracócha (b):
ceguedad , que aun se halla , á su modo, en los
Gentiles que ahora se van descubriendo.
Digo pues , que el laberinto de las lenguas de
las Misiones , en. que trabaja mi Provincia del Nue-
vo Reyno, no solo agrava la cruz de sus Misio-
neros , sino que es la piedra de toque de su pa-
ciencia y constancia , y la prueba mas firme de
una verdadera vocacion á aquel santo ministe-
rio. Si las Naciones de una lengua fuesen nu-
merosas , como en la Europa , á nadie faltára brio
para aprender una lengua , que le abriria campo
para trabajar toda su vida 5; y si en aquel ángulo
de la América hubiera ) á mas de las lenguas par-
ticulares , una general , (como en el Perú , desde
Lima á Quito , donde corre la Inga: y en el Para-
guay », donde corre la Guarani: y aun en el mismo
Nuevo Reyno , donde mientras fué necesaria , COr-
rió la Muyssea) fuera menor el trabajo , y tuera me-
diano el empeño ; pero en las Misiones de que ha-
blo , no ha lugar éste , que siendo trabajo , fue-
ra alivio : solo hay un corto consuelo , que no
es capáz de experimentarse , sino despues de muy
largo. Este está en que de aquella gran copia de
lenguas , unas son matrices , Otras son derivadas;
(al modo que de la Latina , como matriz , se deri-=
van la Española , Francesa é Italiana ) mudado
| res-
(a) Fr. Greg. García, lib. (b) Herrera, Decada 4-
% 8: CAP. 3 Y do lib. 3. cap. 6» ]
32 - EL ORINOCO ILUSTRADO;
respectivamente el dialecto ,) de modo , que en-
tendida con perfección la matriz , da luz, y dis-
minuye la dificultad para sus lenguas subalter-
nas 5 v. gr. de la lengua Betoya y Firara , que
aunque ésta gasta pocas erres , y aquella dema-
siadas , ambas quieren ser matrices ; se derivan las
lenguas Sítufa, Ayrica, Ele, Luculia, Fabúe, Aráu=
ca , Quilifay y Anabáli , Loláca y Atabáca Kc. De
la lengua Cariva nacen la Guayána , la Palénca,
Gútri, Guayquíri , Mapúy y Cumanagota : de la Sa-
liva se deriva , Ó es su corruptela , la Aturs: de la
Guajiva salen varias ramas , entre la gran variedad
de Cbiricóas: de la Achagua , aunque es la mas
pronunciable , suave y elegante de todas , todavía
no se han descubierto lenguages derivados; porque
aunque en la lengua Maypúre se hallan muchas pa-
labras Achaguas , son introducidas por el comercio;
como los grecalismos de la lengua latina , que se
introduxéron con el estudio de las ciencias y facul-
tades , que en ella se explican 5 las lenguas Otomá-
ca y Aruáca , Guaraúna y Otras que hasta hoy pare-
cen estériles , el tiempo y el descubrimiento de
nuevos Indios , creo que las hará fecundas para los
venideros.
Nuestros mayores , bien prácticos en los rudi-
mentos de las lenguas , nos dexáron advertido, que
las que se derivan de una Capital , siempre mantie-
nen los pronombres primitivos de su matriz , aun-
que con alguna variedad ; y se ha experimentado,
que es regla cierta. Si esta variedad de lenguas,
que resulta de la varia combinacion de unas mismas
silabas y no tuviera otra dificultad , que encomen-
darlas á la memoria combinadas , y practicarlas en
una regular pronunciación , fuera taréa molesta,
pe
¿FLSTORIA - NATURAL» ** :33
pero llevadera. Lo que pesadamente agrava , es la
diversidad de pronunciaciones; porque unas son
.narigales , como las de los Salivas , cuyas silabas,
_Casi todas han de salir encañadas por las narices:
v. gr. ¿Chónego , anda cuicuacá tandemá? Bm. Tan-
demá , chonego obicuadicuá : esto es: ¿Amigo , qué
.comerás mañana? Be. Mañana , amigo , no comeré:
Otras son guturales , como la Situfa , que ahoga
las letras consonantes en el garguzro : v. gr. ¿Ma-
¡dagená nefecóla falabidáju2 3. Ebamucáa , dayfa-
labómelú , gotubicá : esto es: ¿Qué cosa te están di-
ciendo tus parientes? Be. No me dicen cosa , ellos se
están bebiendo : otras son escabrosas , llenas de erres
como la Betoya: v. gr. Day , rááquirrabicarru ro-
mú , robarriabarrorráácajú : esto es ; porque me
burtais el maiz y os he de apalear : en fin, la exce-
siva velocidad de las lenguas Guajiva , Chiricóa,
Otomaca y Guaraúna , es horrible , causa sudor
frio y congoxa el no poder prescindir el oido mas
línce una sílaba. de otra. Es cosa cierta y averi-
guada , que en cada una de las dichas lenguas fal-
ta una letra. consonante , y no se halla palabra que
la requiera : v.gr. la lengua Betoya no ha menes-
ter la p: la Situfa no necesita la r : y así de las de-
más , que se han reducido á. arte en dichas Misio-
nes: cosa que ha dado mucho que pensar , sin po-
derse,alcanzar el misterio que en ello. se encierra.
Pero basta.lo dicho : no sea que esta verídica y
genuina relacion forme algun agigantado imposi-
ble , que retrayga de su empeño » ó resfrie los de-
seos de algun Operario , á quien Dios dé aldaba-
das , y amorosamente llame á la conversion de
aquellas gentes : pero no , no hay que temer, no hay.
tal peligro 3 no se acobarda el esforzado batalion,
Tom. II. E ni
34 - En ORINOCO ILUSTRADO» |
ni le retarda el ímpetu del asalto el ver la brecha
por todas partes coronada de imposibles': por todo
se rompe» quando media el amor del Soberano. 'Pa-
sarán el Jordán los escogidos de Dios , dándoles pa-
so franco las corrientes , y solo á su' vista caerán los
muros de Jericó , por mas que los Exploradores les
pinten la tierra como inexpugnable , y sus habita-
dores como Gigantes invencibles: Dios hace casi
todo el gasto: basta úna prudente coOperación de
la criatura , y su Magestad lo suaviza todo. El
amor á aquellas almas, que costáron la Sangre
de su Criador y nuestro , y el verlas volar desde
las aguas del bautismo al Cielo , no halla estorbo,
porque es fuerte como la muerte ; pues ni la misma
muerte (que es lo mas espantable) retrae á los Ope-
rarios del Señor , ni les empereza en su dulce afán -
de recoger aquella madura mies : ya se ve que no
habrá arduidad á que no hagan frente , y venzan
con la divina gracia.
Es cierto que á los principios el estudio de nue-
vas lenguas tiene las raices muy “amargas 5 pero
como despues el fruto , en la salvación de muchas
almas ,es tan suave y abundante , es por lo mismo
muy corto el costo , a vista de tanta ganancia: y si
la salvacion eterna de sola una de aquellas almas
fuera superabundante recompensa de muchos años
de apostólicas taréas 5 ¿qué será el ver una conti-
nua ganancia de almas para la gloria , no solo de
contado , sino tambien para lo venidero + Porque,
3 qué otra cosa es segregar de las selvas , y domes-
ticar aquellos sañudos genios , sino establecer fin=
cas de inestimable valor , que han de'ir tributando
anuales réditos de párvulos y adultos para el Cielo;
no por espacio de uno-ni de dos siglos , sino hasta
la
HISTORIA NATURAL. - “35
la fin de todos los siglos? Este pensamiento pone
en olvido los mayores afanes y fatigas.
Pero ya es tiempo que desentrañemos con la
brevedad y claridad posible , el orígen de esta con-
fusa variedad de lenguas. La raiz de las derivadas
ó subalternas , sesevidencia ella misma con la rela-
cion que tiene , aunque confusa , con su matriz,
de quien no solo retiene , aunque disfrazados los
pronombres , sino tambien algun eco en las voces;
«mas la division entre sí de dichas lenguas subalter-
nas, y la separacion de su original , no puede pro-
ceder de otro principio, que de una notable dis-
persion de muchas familias , de la lengua principal,
que ó voluntariamente desterradas , Ó extraidas vio-
lentamente por enemigos mas fuertes y poblados,
«4 notables distancias, (como realmente se hallan en-
“tre aquellas selvas ,) de la falta de comunicacion
entre sí , y de la insensible omision de unas sílabas,
«y. aumento de otras , que en casi todas las lenguas
va mudamente caminando con el tiempo; al cabo
de años viene á resultar un nueyo lenguage , Que
-la misma madre , de quien se originó , le descono-
¡ce 3 así como: el claro: arroyo , que se alimenta al
ánfiuxo de cristalina fuente , no conociera al: rió
que de él se forma , si fuera capáz de visitarle, á
-sola la. distancia de cien leguas. El hallar el orí-
gen de las lenguas matrices Ó no derivadas , de
que vamos habiando , es materia muy dificil , pe-
ro curiosa y digna de que en Capítulo aparte se
explayen algun tanto mas la pluma y el discurso.
CA-
36€ EL Orimoco ILUSTRADO)
CAPITULO mm
Tnvestígase el origen de las lenguas vivas,
ó.matrices de AqUiEnOS Pipes
A la manera que un mble: Cabal! ero , deoto
de autenticar la hidalguía de su antigua prosapia,
no tiene otro recurso , que el de la respetable anti-
giiedad ) bebiendo de generacion en generacion las
mas ancianas memorias de sus progenitores , hasta
Cierto término , en que la fuerza del tiempo:, bor-
rando las memorias , atajó las humanas diligencias;
- del mismo modo en el presente discurso., de noticia
en noticia podemos ir subiendo ;, hasta hacer punto
final en la portentosa confusion de lenguas , que
obró la diestra del Altísimo «enla célebre ¡Torre de
Babél : sin que valga el decir , que éstas lenguas
indicas , que nos parecen radicales ¿ vivas Ó matri-
ces , tal vez serán derivadas de Otras que no cono-
cemos. No repruebo la especie 5 pero digo , que es-
ta diligencia ya:está hecha con toda la exáccion
factible, en órden á las lenguas referidas; y luego
se. ha encontrado otra lengua totalmente diversa,
así dde las matrices ,como de las subalternas cono-
cidas 5 de modo , que en lugar de aclarar esta difi-
enltad.; con vivas diligencias , la práctica de ellas
levanta mas de punto la confusion , ¡quanto mas
distintas lenguas descubre 3 y aun poreso la multi-
tud de idiomas se ilamó confusion.
Mucho ménos cabe aquí evadir la dificultad,
diciendo : que siendo el hombse racional , sociable,
amigo de comunicacion , y por su naturaleza dis-
cur-
e.
| COISTORIA' NATURAL» 37
“cursivo , dispersas muchas familias al principio de
la poblacion del Mundo Americano > (Ó voluntaria
Ó violentamente , á fuerza de disturbios ,) cada fa-
milia de por sí, distante de la. Otra, inventó su
'lenguage , para explicarse-á su modo. No ha: lu-
:gareste discurso: lo uno, porque no hallamos pa-
«drede familias 'en' las Historias , que perdiendo el
tamor de la lengua materna , haya inventado una
¿lengua regular para sus descendientes 3 y aunque
«hubiera exemplar , no seria del caso , por la rust!-
¿cidad suma de las Naciones de que trato: y mas
“siendo: sus lenguages tan regulares: y expresivos de
«los. conceptos , como la mas cultivada lengua de
nuestra Europa , es inventiva muy superior á la
'¡cortedad de su genio. Esto es evidente á los Pa-
dres Misioneros , quienes. penetrado intimamente
-el:idioma ,) y cotejado con la tosquedad de los
-que le usan, al reconocer una regularidad tan for-
mal , como la del arte latino , ven que tiene supe-
Tior fuente el caudal de. aquella natural eloqien-
cia; y recurren luego al prodigio con que Dios
confundió una lengua , dividiéndola en muchas;
medio'executivo , con que su Wagestad apresuró
la 'dispersion que aquellos hombres habian pre-
«meditado (a). a
Este es realmente mi parecer, y muy confor:
me á: lo literal del Sagrado Texto (b): Confunda-
mus ¿bi linguas eorum , ut non. audiat unusquisque
vocem proximi «sui: porque aquella palabra 1nus-
quisque y por distributiva , toca á cada uno de por
si , de aquel cúmulo de hombres que habian con-
cur-
(a) Antequam dividamur, (b) Genes. sap. 11. Vers.
Genes. cap. 11. Vers. 4> 8. |
38 Ex ORINOCO ILUSTRADO)
currido á la temeraria fábrica de :Babél : luego. 4
cada ¡padre de familias de «por: sí , con su: familia,
le cupo diferente idioma y diverso: territorio 5. y
cada qual tomó su camino , como dice el mismo
Texto (a) : super :¡faciem cunctarum regionum :. en
donde aquel cunctarum es preciso. que se extienda
y comprehenda las Regiones delas: dos Américas.
Ni obsta el decir qua no habria familias para tan
vastos terrenos ; porque desds que Noé (b) salió del
arca , hasta esta confusion y division de lenguas,
habian ya pasado 143: años , en-los. quales morian
rarísimos viejos , y era mucho: loque «multipli-
caban las familias; y así hubo: suficientes familias,
(nótese) no para poblar el Universo , sino para
que en cada Region de él hubiesz un fundador ó
poblador 5 y asi nos avisan las Historias, que á
Tubál le tocó España : y aquel dispersit del Sagra-
do Texto tiene la: energía de lo :mismo que he di-
cho: regó y sembró Dios por la redondéz de la
tierra aquellas familias, para poblarla toda (c):
Dispersit eos Dominus por Pa. cunctaruin re-
gionum. ba
Pero contra este mi parecer. 90 tengo. que olr:á
mi propia experiencia «en el largo trato. de Indios
Gentiles ; y debo hacerme cargo de lo que he oido
á muchos y muy prácticos Misioneros Jesuitas de
ambas Américas. Todos realmente convenimos , en
que los Indios judaizan , (como con muchas se-
ñas innegables dixe en el Capítulo sexto de la pri-
mera Parte ,) de donde nace el inclinarnos á que
| | yo] . los
(ay Genes. cap. 11. v. 9. Confusio limg. ann. 1800.
«“:(b) - Salió enel año 1657. Mundi.
de la Creacion del Mundo. (c) - Genes. hop 1d. UV. Po '
«HISTORIA (NATURAL. 39
los pobladores. de las Américas fuéron Hebréos.
Todas Ó parte de las diez Tribus que al sexto
año: del Reynado de Ezechías trasplantó: Salmana-
sár, Rey de la: Asyria , y “despues , Ó:se: con-
fundiéron entre todas las Naciones , Ó: pasáron
separados 4 Résgiones incógnitas , (como dice Es-
dras,) tal vez entónces pobláron el Nuevo Mun-
do , Region bién incógnita hasta estos siglos últi:
mos: asi' Casi ló- persúade la multitud de ceremo-
filas judaycas'y'" que entre-las sombras de su ig=
norancia se han observado » y llevo: ya apunta-
das(a)
Y en esta suposición , queda en pié la difi-
cultad del orígen de 'tañita variedad de lenguas
vivas ya' descubiertas >' 4'mas de las otras muchas
que restan por descubrir , que segun todas las se-
ñas son muchas más , por ser muy vastas las Ke-
giones Americanas , á donde no ha penetrado aun
la luz del Santo Evangelio. Y para mí resulta otra
no “menof dificultad; porque habiendo la provi-
dencia del Altísimo dispuesto , proveido “y: ador-
nadoeste Globo Terráqueo “para casa, sustento
y recreo del Género Humano , durante su pere-
grinacion 3 hasta que cooperando con la divina gra-
cia, pase de ésta á la eterna vida , se'hace increi-
ble y duro' de asentir, el que “tan notable terre-
no, qual es el de las Américas , tan fértil, abun-
dante y rico, le dexase su Magestad ( digámoslo
asi) ocioso, abandonado 3 privado del fin para que
le habia criado: esto es , sin' hombres , por mas
de 3233 'años que corriéron desde'la creacion del
Mun-
(a) Fr. Gregor. Garc. con pit. 1. €S infra. Herrera , De-
muchos Autores. lib. 3. 4 ca- “cada q: lib. 9. cap. 7.
A0 EL. Orinoco ILUSTRADOs
Mundo , hasta el cautiverio-y dispersion. dicha «de
las diez. Tribus de Israél. Dexo ,esta reddexion. al
maduro juicio '«del erudito: Lector; y. paso á la, di-
ficultad que, del dicho sistama- resulta, ly es la que
mas hace. á nuestro propósito.
Es cierto que las doce Tribus de hina pad
ban en aquella era una misma lengua; (aun-
que con alguna variedad, , como se ¡colige del li-
bro (a) dé los Jueces, ) ni “miraban' como muy. ex-
traña la. Syriaca y. la Caldéa , como. advierte San
Gerónimo.. Dómos ahora que das tres lenguas fue-
sen comunes á las doce Tribus: démos tambien
que de las Ea las. diez se trasportasen á las
Américas: dado todo este supuesto , ¿qué' son. tres
lenguas para . que de ellas se hayan. derivado:
tanto número sin número de otras distintas , como
llevo dicho , y iii sola la expariengia puede
creer +
A mas de:esto , «si:el. trasporte de: las diez Tri-
bus hubiera: sucedido en alguna' de tan, diversas;
Misiones , como. ha. cultivado. mi :+Proyincia se
hubieran hallado, voces Hebráicas ,-Ó claras,.Ó, dis.
trazadas , lo que hasta hoy no consta. haber su-
cedido; ni me consta hayan otras Provincias ha-
llado señas suficientes. de la lengua. Hebréa:.digo
suficientes; porque el que en lengua, Tuneya. » Mi-
sion de mi Provincia, usen los Indios. de esta pa-
labra abá, esto es padre , con la misma significa-
cion ,téngolo por una mera casualidad ; como el
que los Guaneros llamen papá y papale, á. su pa-
dre ; y el que los; Betoyes , que en su: gentilidad
te-
(a) Fudic. cap. 12, vers. 6. |
HisTORIA NATURAL. At
tenian al Sol por Dios le llamasen con el nom-
bre Griego Theos; sin que esto pueda probar, que
aquella Nacion descienda de la Grecia: luego es
preciso suspender el juicio , y no consentir del to-
do en que dichas diez Tribus de Israél poblasew
las Américas ántes que otras gentes.
Y así miéntras la erudicion y el tiempo tra-=
bajáren sobre esta dificultad , tomemos un medio
término racional y factible; y digamos , pues te-
nemos á nuestro favor las sagradas Letras , que
desde la Torre de Babel, de donde saliéron los Ope-
rarios tan bien aviados de-nuevas lenguas , que
ninguno entendia á otro ,,cada qual, con sus hi-
jos y muger, tomó diverso rumbo : super faciens
cunctarum Regéonum;5-y que quantas familias. lle-
gáron á las Américas , (sea por donde. se fuere)
otras tantas fuéron las lenguas que en aquellos re:
motos Paises se entabláron : resultando con el tiem.
po , del aumento de estas familias nuevas divisi0-
nes hácia nuevos territorios; y de,aquí nuevas di-
visiones de lenguas subalternas , como ya apunté:
Opinion (4), que siguen graves. Autores: y así. es
muy creible , que como en la dispersion de Ba-
bél del año t800. de la creacion del Mundo, pa-
sáron muthas familias 4 las Américas; así en la
dispersion delas diez Tribus de Israél. del año
3283. de la creacion del Mundo (b) , pasasen mu-
chasz¿mas familias Hebréas , de quienes los antiguos
moradores de aquel Nuevo Mundo tomasen las
| ce-
(a) Vasconcelos , Chron. (b) Genebrardo , lib. t.
“del Brasil”, lib. 1. num. 80. 'Chron. pag. 162. Garc. lib. 3.
“Ornio', Laet. y el P. Acosta, cap. 1. 2:y' 3» $. 1. E s8-
oVib. 1.00 Pp: 230! 0 Jrs 20908 ;
Fom. Il. P
A2 , .EL-OkriNoco ILUSTRADO,
ceremonias Judáicas , que se han notado entre los
Indios , admitidas á los 1483. años despues de su
primera poblacion : al modo que tantas Naciones
y Pueblos , que siguen hoy la detestable Secta: de
Mahoma , observan gran número de ceremonias
Judáicas; sin que por eso podamos decir , que es
tas gentes descienden de los Judíos.
CAPITULO VL
De las primeras gentes que pasáron á lg
América , y el modo.
Ao caía , como de su. propio peso», tratar
del primer tránsito de las Gentes Americanas, ha-
biendo hablado de las lenguas que ellas mismas
lleváron consigo 5 pero bien meditada la materia,
por todos sus visos incierta , reconozco que así
como á:los Autores modernos ha sido fácil impug-
nar él parecer de los: antiguos , me fuera factible
no impugñar', pero sí responder á sus argumentos,
con las razones que me ocurren 3'mas fuera super-
fhluo mi afán , y solo sirviera para que los venide-
ros tuvieran esta opinion mas que impugnar. Por
lo que solo pongo á la vista un suceso cierto y:no-
torio', que podrá dar alguna luz á los curiosos pa=
ra nuevo discurso , en confirmación de la opinion
antigua de Diodoro Siculo. |
En la Ciudad de San Joseph de Oruña , Capital
del Gobierno dela Trinidad de Barlovento , sita á
doce leguas de las bocas del Orinoco , 0i á aquellos
“vecinos , que aunque son pocos , son muy honra
dos, que pocos años ántes (me dixéron el año,
pe-
HisTORIA NATURAL. - 3 43
pero no me acuerdo : solo hago memoria de que
me lo refiriéron en el Diciembre de 173t) habia
llegado á su puerto un barco de Tenerife de Ca-
narias , cargado de vino , y en él cinco ó seis ho:n»
bres macilentos y flacos , que con pan y vianda
para quatro dias , de Tenerife atravesaban á otra
Isla de las mismas Canarias; y que arrebatado el
barco de un levante furioso , se viéron obligados á
dexarse llevar de la furia del mar y del viento va-
rios dias , hasta que se les acabáron aquellos cortos
bastimentos , que habian prevenido 5 y en fin , mal
contentos ,con solo vino , que les servia de bebi- :
da , y segun los Fisicos , mo de nutrimento ; quia
vinum non nutrit , sed prestat nutritionem ; quan-
do ya flacos y desfallecidos esperaban la muerte por
horas , quiso Dios que descubriéron tierra , que
fué la Isla de la Trinidad de Barlovento , que hace
frente á muchas bocas del rio Orinoco , y dando
repetidas gracias á Dios, llegáron y diéron fondo
en el puerto que llaman de España , con grande
admiracion », así de los Soldados , como de aquellos
vecinos , y de los de la Ciudad de Oruña , que na:
dista mucho , y concurriéron á ver la novedad.
Que este tránsito fuese casualidad y no estudio
de aquellos pocos Isleños , fuera de su declaracion,
y el testimonio evidente de sus cuerpos casi di-
funtos al rigor de la hambre , se evidenció con el
pasaporte y guia de la Aduana Real de Tenerife,
que demarcaba su viage á la Isla de la Palma ó
de la Goméra , que pertenecen á las Canarias. Es-
to así asentado (y para mí realmente indubitable )
¿quién pedrá negar , que lo que sucedió en nues-
tros dias y sucediese en los tiempos y siglos pasa-
dos; y mas atestiguándolo Autores clásicos ; co-
mo
AA Ex Orinoco ILUSTRADO,
mo luego verémos? Ni hay repugnancia en que de
las Costas de España , Africa y otras , despues de la
confusion de las lenguas , y separacion de aquellas
gentes , fuesen arrebatados de los vientos muchos
barcos, en varios tiempos, hácia el poniente , al mo-
do que le sucedió al referido barco Canario 5 por-
que no es creible , que los descendientes de Noé ; á
- quienes tocó poblar dichas Costas Occidentales , Ol»
vidasen las reglas de construir embarcaciones , que
Dios enseñó al Santo Patriarca. Verdad es, que en
aquellos tiempos solo navegaban , sin perder la
tierra de vista , por no estar descubierto el uso de
la aguja 5 pero todavía cabe , que desde semejante
altura arrebate un levante los barcos con tal fuer-
Za , que no puedan arribar , y se vean precisados á
entregarse al golfo , como le sucedió 'al menciona-
do barco;:cuyo suceso referí casualmente en Ro-
ma delante de sugetos eruditos , y le apreciáron
mucho , especialmente un Maestro de Escritura,
que me pidió la relacion firmada de mi mano , co-
mo se la di, aunque mi firma refunde toda su au-
toridad en lo cierto y notorio del hecho sucedido,
segun y como arriba dixe. | PD
Con el ácaecimiento del barco Canario, se robo-
ra la opinion y la aventura de los Fenices , que es-
eribe Diodoro 'Siculo , que es muy parecida y casi
uniforme con la de los Canarios (a): puestunos y
otros fuéron arrebatados , y fué en ambos casual el
sd trán-
- fa) Diodoro Sículo , lib. Occeano , tractus fuisse ab-
6. cap. 7. Cum Africa littora reptos ; tandem ad Insulam
leyerent ,ingentibus ventorum pervenisse ingentis maguitu-
procellis > ad longinquos , in dinis.
HISTORIA NATURAL. | 45
tránsito á la América (a). Mr. Fer robora esta mis-
ma sentencia , y la confirma con el navio de los
Vizcaynos , que arrebatado de furiosos vientos y
mares, en el siglo decimoquinto > «despues de avistar
las tierras Occidentales , vino á dar en las Islas de
la Madera, en donde casualmente se halleba Chris-
tóval Colón ; el qual , de las idéas que tenia conce-
bidas , y de lo que oyó al Piloto Vizcayno , se re-
solvió últimamente á su primer viage , y a
miento de la América.
No hay aquí porqué negarle á Mr. Neblot
la fe que se le debe en la relacion que cita , de
la fuerza con que los vientos se lleváron á los pes-
cadorés Bretones en el año de 4504. á las Costas
de la Canada , que hoy se llaman Nueva Francia;
porque habiendo dado cuenta á su Rey Christiani-
simo del caso y descubrimiento , dió su Magestad
las providencias para el nuevo entable. El Padre
Acosta (b) tiene esta opinion por probable , y por
muy factible. No se le ocultó al Gran Padre de la
Iglesia San Agustin la posibilidad de estos sucesos;
y así, en el lib. 46. de Civitate Dei , cap. 6. (c) los
dió por factibles; y aun da á entender , que este
modo de poblar el Género Humano. las “tierras
transmarinas , es incapáz de ponerse en duda.
«A vista de lo alegado , no. es mucha la fuerza,
que añade á está opirioñ. la conjetura. ó-el impulso
pocico de Séneca 5 pero como.éste era hombre tan
-ver-
La) Tom. 150 Hiodab- ib aran
vers. fol. 503». y 505 ¡> ad Insulas inbabitandas na-
(b) Lib. 1. cap. 20» vigio transire potuisse, quis
(c) Lib. 16. de Civitate ambigat?
Dei , cap. 6. ibi : Homines,
AG EL Oxrxoco ILUSTRADO,
versado en los libros de la antigúedad , no es des=
preciable su voto , y mas siendo tan ds rel
te á_nuestro favor. Dice asi (a): BsiW
Venient annis
Secula seris, quibus Occeanus
Vincula rerum laxet , $ ingens
Pateat tellus , Tipbisque novos
Detegat Orbes , neque sit terris
Ultima Thule.
Lo que pudo decir , por noticias semejantes , de
embarcaciones arrebatadas de los vientos á tierras,
que suponia se habian de descubrir despues , co-
mo ya ha sucedido.
Y al contrario, se hace durísimo de creer, que
aquellos nietos de.Noé , 4 quienes. sobraba terreno
en estas tres partes del Mundo , sin apurarse , y sin
especial urgencia , que les obligase á desterrarse,
en busca de nuevos y remotos Paises , buscasen y
hallasen paso franeo por las frigidísimas tierras del
Norte , para ir á poblar las Américas , quando en
estos tiempos , en que el Género Humano está tanto
mas despierto y avivado por la codicia, que cada
dia crece mas , sin dexar rincon de tierra , ni de mar,
que no escudriñe > halla tan pocas esperanzas de
encontrar por tierra aquel paso , istmo Ó: camino á
las Américas , que aquellos'antiguos chontales ) y
casi ciegos , halláron con tanta facilidad.
.. De modo , que la principal dificultad de la gran
comprehension del Padre Acosta (b) y no fué tan-
to por el tránsito de los hombres á las Améri-
Cas» quanto por el de los animales SEC y en
es=
(a) Actu dd in Ne (b) Lib. 1. cap. 19. y 209
dea. Seneca. |
| HISTORIA NATURÁL. 47
especial los nocivos é inútiles : porque si la navega»
ción fué de caso pensado , (lo que no es probable,)
tuviéron los viajantes malísimo gusto en llevar con-
sigo tantos enemigos; y si el tránsito fué casual,
arrebatados de una , Ó de varias borrascas ,(que es
lo mas creible,) ¿ quién creerá , que la carga de los
tales barcos ,'Ó parte de ella , fuese de tigres , leo-
nes áic.? Luego es preciso (añade el Padre Acosta)
suponer unida la tierra de este continente , por al-
guna parte , con las Áméricas 5 pues así como los
Americanos «descienden de Adán (a) , y de la fami-
lia de Noé (b) , así todos los animales perfectos di-
manan de los que Noé reservó en el Arca. Princi-
pio es éste de nuestra Santa Fe , de que nace esta
giiestion.
No es de admirar , que esta dificultad diese que
pensar al Padre Acosta y á los demás Autores;
quando vemos , que le pareció ardua á la eminen-
te comprehension del Sol de la Iglesia San Agustin,
en órden á la poblacion de las Islas , de que en su
tiempo habia noticia. ¿ Y quánto mayor será la di-
ficúltad en órden á la poblacion de tan remoto
continente , como es el de las Américas? En órden
á ésta, segun las cortas noticias que habia en su
tiempo , suponia el Padre Acosta , Que despues del
estrecho de Magallanes , se seguia un vasto conti-
neñte hácia el Sur ; y: que siguiendo la Costa de Ter-
ra-Nova hácia el Norte ; ó por este Ó por aquel án-
gulo , se hallaria tierra: y. paso: franco á las Améri-
cas y así para los hombres',:como para las fieras.
Beto Lol due icon dl Padre Acosta esta con-
| - gruen-
(a) Genes. cap. 1. ws 26. * (b) Genes. cap. 7. U. 23:
E
A8 EL OkrInoco ILUSTRADO»,
gruencia , viendo que despues de. la Isla. del Fuego
y de Estad-Lant3 entre quienes está el corto Estre-
cho de Mayre , se sigue un Golto inmenso , en lu.
gar del continente pretendido : de donde podemos
inferir , que en lá Costa de Terra-Nova yhácia el
Norte , suceda lo-mismo : ni falta fundamento para
creerlo : sin que obste lo observado del Estrecho
de Davis , en la tierra de Labrador; ni lo que se
afirma de:otros Estrechos ; pues esto es dar con el
agua, al tiempo que buscamos. el camino de la
tierra , hallando amjañas dificultades , para evitar
sola una.
Dixe en la primera impresion , que no faltaba
fundamento para creer y que así como la Tierra-Eir-
me que se creia contigua con la 1sla del Fuego, há-
cia el Sur , paró en un golfo inmenso 3'así. la tierra
pretendida para unir alguna parte de la: Asia con la
América Septentrional y habia de parar en lo .mis-
mo. Esta proposición nació de la noticia que vola-
ba por la Europa , de las muchas Islas , que entre
el Norte y las Costas de la Tartaria,, habian. desr-
cubierto:las Naos y que para este. fin:habia equipa-
do y despachado la Czarina , entónces Gobernador
ra de Moscovia; mas: ya ya , rayando mas luz, al
paso que se acaloran las. diligencias en aquellos,
hasta ahora ,intratables é incógnitos mares del Nor»
te. Y por esto la Emperatriz de Moscovia , émula
de la magnanimidad de su padre Pedro: el Grande,
envió órden á su Academia de Ciencias. ,¡en- Agosto
de 4742, para que se diputasen Académicos , que .
se aplicasen á facilitar la navegacion por aquellos
mares , hasta los del Japón ; la qual conseguida , se
acabó la qiestion.
La ina iai se hace palpable y de :este.mo-
do
PlisTORIA NATURAL» AS
do:: tienda el curioso Geómetra un plan del Or-
be terráqueo, sobre la mesa; establezca el pun-
to A en el Puerto de Arcangel , y mméntras nos dan
enel plan que: deseamos , hasta las costas del fa-
pón , ideemos , que los navíos Moscovitas dan
vuelta á tudas.las costas de la Tartaría , hasta sa-
lir á las del Japón ,ó por todo el Golfo ,Ó por en-
tre la Coréa y la Tartaria : (si acaso este golfo Ó es-
trecho llamado de Yeso , se. comunica con el mar
del Norte: ). puestos aquellos en el punto B del mar
del Japón, pueden volver.al punto A ),.retroce-
diendo por el mismo rumbo : luego desde el pun-
to A al B, no ¡hay tierra, que una la Asia ni la
Europa con.la América ;.porque de haberla , ¿có-
mo pasáran los navios2 -; 1:01 z
Vamos ahora al Puerto de Arcangel , y veré.
mos como desde el mismo punto 4 salen los na-
víos Moscovitas , y entran por el Estrecho del mar
Báltico ; pues hagamos que no entren , y vamos
con ellos costeando la Europa , hasta las Canarias,
y luego costeemos la Africa y la Asia , hasta el pun-
to B., en el mar del Japón ; sigamos su regreso has-
ta«el punto 4 de Arcangel , y habremos dado una
vuelta , dividiendo el Mundo nuevo de este anti-
guo , no ménos gloriosa , que la que dió la nave
Española , llamada la Victoria , en contorno de
ambos Mundos.
Por lo que mira al pasage de tigres y otras fie-
ras , por via de navegacion ,á la América , dan va-
'rios Autores muchas salidas y congruencias., como
se pueden ver. enel lugar citado del Padre Acos-
ta , y en el Padre Presentado Fr. Gregorio Gar-
cia: lo que puedo afirmar es, que en el navío,
en que vine de Caracas á Cádiz , traxéron un fe-
Tom. II, G 1ÓZz
50 EL Ox1noco ILUSTRADO»
róz salvage para la Leonera del Rey: nuestro Se-
ñor: ni es novedad el que se envien embarcadas
semejantes fieras.
La dificultad que realmente urge en: aúaldmies
ra de las opiniones , que se hallan sobre esta mates
ria , no tiene tan facil salida.. La apuntaré , nO pas
ra dársela , sino para que algun noble ingenio la
discurra. Y para explicarme mejor , supongamos
por ahora , que hubiera habido paso franco , y cá-
muno trillado para las Américas : y sea en-hora
buena la Atlántica, que supone Platón (a). por
donde (si tal hubiera) ya se ve , que así los hom-
bres , como los animales , hubieran pasado sin di-
ficultad : hecha esta suposicion , entra el reparo.
¿Porqué ó cómo tan enteramente se fuéron:Ó
trasladaron de este Mundo antiguo al nuevo los /i-
cuñas y Paquiras , Ovejas del Perú y otros muchos
animales perfectos , desterrándose ó desterrándolos
todos , sin dexar un individuo solo de su especie >
y sin que quedase memoria suya ni en Due ¡O 7 Mi
YA Aristóteles ) ni en otros Autores? Mas : endo
algunos de ellos domésticos , y casi'todos muy útl-
les para los hombres ,se hace increible , que-el
resto de los hombres , que se quedáron poblando
estas tres partes del Mundo , se descuidasen' tanto,
oy los dexasen retirar del todo. De los. Turpiales,
Toches , Tominejos, Guacamayos y otras muchas
aves y que no hay acá , y abundan en las Américas,
«todas apreciables, unas por” su canto suave, y
cotras por la hermosura de sus plumas ) se forma :el
eparo á proporcion , y corre: la misma dificultad;
-la qual así propuesta, > :
] Do:
(a) Plato in Timeo.
Cn
HisTORIA- NATURAL: | Ñ
Demos de mano á la fabulosa Atléntica , y se-
pamos si pasáron , Ó no': (sea! el pasage por donde
se quisiere:) si pasáror , ¿porqué no dexáron) ni
individuos algunos , ni rastro , ni mermoria suya
Si los útiles al hombre , no se fuéron , ni pasárcn
de acá , ¿por qué habian de pasar los feroces , co-
mo son tigres , leones $c.2 Confieso que no ha-
llo mas salida , que aquella en que (despues de lar-
gos discursos emos de erudición ,) descansó la
comprehension del Padre Presentado Fr. Gregorio
Garcia , fundada en la autoridad; de San AGUstin,
en las siguientes palabras: .
9» Digo , que como por ministerio, de los Ange-
»» les (a), segun dice San Agustin (b), y tambien
slo siente nuestro. Padre Sento Tomás (c), fué-
»» Ton, traidos todos Jos: animales á. Adán, para
3, que les pusiese nombres 5. y como por el mis-
3» MO ministerio fuéron traidos los propios. anima-
y» les, segun lo siente Pedro Comestór , de todas las
3» partes del Mundo al Arca de Noé 5 así por el mi-
3, Misterio de los mismos Angeles ótOn Mevados,
3, despues del diluvio , á diversas partes del Mun-
», do , en donde balian sido criadas. Este. parecer
y» es de San Agustin(d), del doctísimo Abulen-
»» Se. (e) , y de otros hombres doctos. Esta respues-
3, ta última es la mejor , y la que quita toda la difi-
3» Cultad de la duda, ,, Hasta aquí son palabras del
loado y citado Autor , á las Ea > Ni «puedo , ni
tengo que añadir,
CA-
(a) Origen Ind, lib. 2. ca» quest. 102. art. 2. ad 2.
pit. 4. $. ult. (dd) Lib. 16. de Civ, Dei,
(b) In Genes. cap. 33. cap. 6,
(c) D, Thom. 1. parí ' (e) Super Genes. cap. 6.
52 En Orrvoco orto dd
| CAPITULO. VIT." leona
¿Porqué de las Naciones ael Orinoco (atnque
en si qeda), se reduce cada una á tan
: corto número de gente!
Pus Dios . Mundo 'á vista de los hombres y y
lo entregó en manos de sus disputas , discursos y
averiguaciones. ¿Y para qué? Parece que el fin
que tendria su Magestad , seria para que el hom-
bre, con su industria y estudio ¿ consiguiese una
noticia de las verdades naturales , que resultan de
la variedad de los mixtos , delas propiedades de
los animales , y de las virtudes de las yerbas ;-y 'ad-
quiriese una cierta ciencia de las Provincias y'Na-
ciones y de: que se compone el Orbe: de' la tierra:
Mundet tradidit Deus disputationt eorum (a): ocu-
pacion muy loable y digna de la atencion » aplica=
cion y estudio de los mas insignes Héroes en los si-
«glos pasados ) á que dan realce los del presentes
Mas veis aquí , qué no fué ésta la intención , ni el
el fin total , que tuvo la inexcrutable' providericia
del Criador, sino el que expresa el divino Texto:
ut non inventat homo opus y quod operotus' est Deus
ab initio usque ad finem : para: que ninguno de los
mortales' se -alabe de que averiguó , halló y supo
los arcanos secretos de la maravillosa máquina de
este Mundo , ni pueda á punto fixo encontrar , por
mas que las ud > las virtudes intrínsecas de
| ¡ las
(8). Eccles. cap. 30. vers. 1 Y
| HisTORIA NATURAL. - | 53
las causas , ni la hermosa variedad de sus efectos:
no solo en órden á la fábrica de la tierra en gene-
ral; opus , quod operatus est Deus ; pero ni aun de
sus menores partes , de que Dios la formó y orde=
nó , desde la primera , hasta la última : ab initio,
usque ad: finem. Y para que nadie piense , que en
esta locucion absoluta de Dios , tal vez no se com-
prehenderá la noticia geográfica de las Regiones de
la tierra , ni las varias calidades de sus habitado-
res , por.estar ya casi descubierta aquella , y casi
conocidos estos ; advierte la Sagrada Escritura, que
nivaun al recinto de sus descendientes era factible
se extendiese la perspicáz vista , y alta comprehen»
sion del Patriarca Abrahán (a) Es cierto y que
Dios quiere que investiguemos las obras de su po-
der; pero quiére que:sea con reverencia y humil-
dad:: non plus sapere , quam oportet sapere , ESc. (b).
Gran rayo de luz es éste , si quisieran abrir los
ojos para recibirle aquellos vivos ingenios , que te-
merariamente soberbios » abandonando el oráculo
infalible del Vaticano , pretenden exáltarse sobre el
Monte del Testamento Santo.; y haciéndose intéra
pretes de aquellos profundos arcanos, que no ene
tienden , caen por último precipitados al abismo,
arrastrando consigo gran número de Estrellas , que
hubieran adornado: el Cielo de nuestra Santa Igle-
sia Católica Romana (c)5 quando al mismo tiempo
no me sabrán decir , en qué consiste la virtud nu-
nolsatiribiiel Bib ebro! tri
(a) Exod. cap. 32. vers. Difficile estimamus , que in
3» Genes. cap. 15. Vers. 5. terra sunt: £9 que in pros-
Cb), Ap. ad Rom. cap. 12. ,peciu sunt invenimus cum la-
Ci A ÓN bore. ¿Que autem in Celis
(c) Lib. Sap. Cc: 9. v. 16. sunt quis investigabit?
ne
SA FL Orinoco ILUSTRADO,
tritiva de una hora:iga:y nben qué se radica:.quel
afan económico: y regular , con que se gabierna
un hormguero. : y Pd: AO
Pero volyiendo á nuestro propósito , no prehi-
bió Dios á los hombres el que trabajen:en esta seria
y curiosa averiguación delas cosas naturales ; ¿n=
tes bien liberal y graciosamente:, no solo nos dió la
facultad , sí que tambien nos entregó su Magestad
enteramente tradidit Deus todo el Orbe terragúeo,
para que averiguando en lo factible sus naturales
secretos » alabemos al Criador de todo , por aque-
llas noticias que alcanzamos 5 y venerémos su: ni:
finito poder y sebiduría , por aquello mismo que
no percibimos ; y. confesando nuestra ignorar:cia,
nos humillemos.» | ' ep
Bien sé yo , que ni á: la dificultad propuesta:en
este Capítulo , ni á otras semejantes , puedo dar'ca-
bal satisfaccion, ni adequada respuesta'; pero sé que
Ocuparé honestamente el tiempo en discurrir é 1n=
vestigar las causas , que prudentemente nos quiten
ó minoren la novedad y admiracion que me asiste,
y que he reconocido en Otras personas, al ver tanta.
multitud de Naciones de Indios en el Orinoco y sus
vertientes , formadas de tan corto número de indi-
viduos , cada una considerada de por sí ; que el
Pais , que á vista de tantas Naciones parece corto,
á vista de la cortedad del gentío de cada Nacion;
parece , y está mal poblado. - a ¡Ad |
- De aquí se excita la curiosidad ó la admiracion,
y el deseo de saber ¿cómo , Ó porqué ha resultado
una Nacion aparte , con modales y usos y con caras
y lenguages diferentes , de un corto número de In.
dios , quando acá vemos todo lo contrario , y aun
en las Américas se reconocen Naciones de largo y
nu-
/
¿HISTORIA NATURAL. 55
numeroso gentío 3 v. gr. los Mexicanos , los Tras-
caltecas , y los Otomitas en la Septentrional ; los
Ingas y los Gruaranis en la Meridional; y en mi
Provincia , por todo el terreno frio , los. Muyscas?
¿ Qué contratiempo , qué borrasca ,'Ó qué infortu-
nio padeció aquella colmena del Orinoco 2 (y lo
mismo digo de Filipinas , de Californias , de May-
nas en Marañón Xc.) ¿Qué cosa , Ó qué casualidad
dividió y separó y desvió tanto sus enxambres , que
ninguno se parece al otro? ¿Qué hormigueros son
estos? ¿De dónde tanta diminucion?
Y para que se vea práctica y claramente esta
dificultad ) y con quanta razon causa admiracion,
individuaré algunas Naciones , para que por ellas
se infiera el gentío de Otras. La Nacion Cacatra,
Christiana ya» no-pasó de mil almas , y por lo que
despues diré, hoy no pasa de quinientas. La Nacion
Achagua , parte convertida ya , y parte próxima á
convertirse , (en que actualmente se trabaja,) no lle-
gatoda junta á tres mil almas. Las Naciones Jirará
y Betoya, que en su gentilidad cran un agregado de
varias Naciones , hoy forman tres Colonias , que no
pasan de tresmil almas. Lo mismo digo de la Na-
cion Saliva , en que al presente se trabaja , imán
«y embeleso: de los Misioneros , pot su singular do-
'cilidad , no pasará' de quatro mil almas! Otras hay
de mayor gent tío y COMO la Cariba , que puede
poner por tierra ó por mar , doce mil Indios en
campaña. La que ocupa parte del rio Orinoco , y
mezclada con Indios Aruacas , puebla Ja Costa ma-
rítima'de Barlovento ,-hastá la Cayána > fundacion
del Rey Christianísimo , ), en.donde de esta inhu-
-mana Nacion , tienen formadas Misiones muy luci-
dás los Padres 3 esuitas Franceses , venciendo la ca-
Li
56 EL Orinoco ILUSTRADO)
ridad y humanidad de aqueilos Varones Apostóli-
cos ,lo agreste y carniceru del genio Caribe , hasta
reducirlos á mansas Ov.jas d+! K<baño de Christo.
La Nacion Caverre y aun mas carnicera.; brutal
é inhumana que la Cariba y poblada en el Orinoco
á quatrocientas leguas de sus bocas , es tambien nu:
merosa , y tanto, que hace frente á las invasiones
de los Caribes., que suben, ya con ochenta , ya
con cien piraguas de guerra, 4 invadir 4, los ¡Ca
werres: como despues “diré , y hasta hoy. siempre
han llevado los Caribes el peor partido : de: que se
infiere el valor, y el numeroso gentío Caverre. Fue-
ra de estas dos Naciories , las restantes que se han
descubierto son de tan,corto gentío , como; apunté
ya» y algunas de tanto.menor , que pps se pue
diera creer , 4 no experimentarlo» ..
Vamos pues á ver en qué puede consistir. esta
cortedad de gentío > y esta variedad de Naciones
tán diversas entre sí. Y sea el primer declarante el
Cacique ó Régulo de la Nacion .Guayquiri. Llegué
repentinamente con mis compañeros la primera vez
á su Pueblo , mal formado de chozas pagizas , á.
dos ó tres leguas del Orinoco , á la banda del Sur,
y salió aquel con toda su gente , asustados unos,
y otros. de la novedad : ellos , de ver Misioneros
en su tierra , y DOSOtros y de. ver una sombra de
República compuesta, de cinquenta hombres; que
es el número de súbditos que tiene el tal Cacique.
Entramos en su triste casa , que pudiera servir de
exemplar á los mas penitentes Monges dela The-
bayda, No tenia mas ajuar:, que las' pobres redes
en que duermen en alto para librarse de las: 'cu-
lebras y murciélagos » y unos asientos de palo só-
_lido y tosco, que llaman en su lengua Tures. To-
mMa-
HISTORIA NATURAL. 97
mamos asiento , y no hubo aqui Mirray , como
usan otras Naciones , esto es arenga de bienve-
nida , de que ya hablé en otro lugar. La primera
cosa que me dixo el Cacique , no bien recobrado
del susto , fué ésta: Padre , si traes algo que Co-
mer , ños desayunarémos todos » porque no hay en
todo el Pueblo cosa que llevar á la boca. En éste y
en otros semejantes Pueblos quisiera yo que estu-
viesen , siquiera un mes, aquellos críticos especu-
lativos , que intentan macular con sus plumas, bien
que en vano , las apostólicas taréas , que la Com-
pañía de Jesus , mi madre , fomenta en las Améri-
- cas, y en las otras tres partes del Mundo , pintán-
dolas , no segun ellas son , sino segun la tintura de
sus pasiones , en que mojan la pluma: pero vamos
al hecho. Quiso Dios , que un Indio catecúmeno
de nuestra comitiva , traxese Un Canasto de hue-
vos de tortuga , tostados al uso de la tierra : con
ellos se consoló el Cacique , y combidó á sus vasa-
llos ) aunque les tocó poca racion.
Concluido el almuerzo , aturdido yo , no de
su pobreza , que es general en todas aquellas gen-
tes, sino de que solo tuviese cinquenta peones,
contando entre ellos á los viejos y á los inválidos,
le dixe : Cacique ¿ ¿cómo tienes tan poca gente ?
¿No hay de tu Nacion , y de tu lengua otros Pue-
blos , fuera de éste? Respondióme en lengua Cari-
ba con este laconismo , que pudiera servir de epi.
tafio á la Nacion Guayquiri : Cuaca Patri , ana ro-
te , Cariná acusinimbo ; que al pie de la letra fué
decir: No somos mas , Padre , y los que vivimos so-=
mos los que ban querido los Caribes. Prosegui la
conversacion , y en ella me contó el Régulo , co-
mo su Nacion habia sido de las numerosas y guer-
Tom. II, A re-
58 EL Orinoco ILUSTRADO)
reras 5 que habia mantenido guerra largos años con
la Nacion Caribe; y que prevaleciendo ésta , ma=
16 , destrozó y llevó esclavos quantos quiso; que
si ellos se mantenian vivos , era porque los Cari-
bes lo querian así; no por piedad , sino para. tra-
tarlos como á esclavos , talándoles sus sementeras,
y tomando sus frutos, así á la ida , como á la
vuelta de sus continuas navegaciones del Orinoco:
y veis aquí una causa muy principal del corto gen-
tio , que contiene cada una de aquellas muchas
Naciones del Orinoco ; porque este estrago le han
padecido tambien las demás Naciones , unas mas,
Otras ménos , á excepcion de la Nacion Caberre,
que como apunté ya , no se ha dexado dominar de
los Caribes. Esta es la causa extrínseca , y digámos-
lo asi , forastera » de la ruina de casi todas las Na-
ciones de este gran rio. | |
Hay Otras dos causas mas sensibles , por ser do-
mésticas , y nO ménos inhumanas. La primera es el
íreqúente y cruel uso de darse veneno los de la
misma Nacion unos á otros , por causas muy leves;
de manera que todos viven en un continuo sobre-
salto y temor de que les den veneno , originado
no sin razon , de las continuas desgracias que ven
entre ellos. Si la India no quiere consentir en el
adulterio , tarde Ó temprano morirá á violentias
del veneno , que infaliblemente le dará el galán
que la solicitó. Soy testigo de vista , y no sin lá»
grimas he celebrado, y admirarán quantos leye-
renjesto , que entre aquella barbarie se hallen mu-
geres , que solo instruidas de la ley natural , eli-
jan ántes una muerte envenenada , que hacer in»
juria á su consorte; quando al contrario , halla-
mos tanto que llorar en esta materia , entre el
feo
HisTORIA NATURAL. | 59
feo desahogo de muchas que profesan la ley santa
de Dios. ¿Qué responderán éstas en el divino y ri-
guroso Tribunal , quando para juzgarlas les ponga
Dios delante una moza y de veinte y dos años de
edad , criada en lo mas inculto de las selvas de Urú,
y del Gentilismo , llamada Tajalú , la qual hizo
mas aprecio de su honestidad , que de su propia
vida , pues la rindió á violencias del tósigo y que
ocultamente le dió el inhumano y ciego enamora-
do? Llamóse Xaviera en el bautismo , y entregó
su alma al Criador por tan loable causa ) adornán-
dola , al despedirse de su cuerpo ¿con serias pro-
testas , de que perdonaba al ciego malbechor. ¡O fe-
liz alma, y á quántas has de confundir con tu
exemplo en el dia tremendo del Juicio! No se ten-
ga por digresion un exemplo tan del caso , y de
tanta edificacion.
Esta mutua carnicería , en la mayor parte se
minora , y en muchos Pueblos enteramente se acas
ba despues de recibir nuestra santa Fe, pero no
entre los ciegos Gentiles , porque luego que muere
uno de veneno , cuyas señas infalibles son , en
unos el secarse y morir con sola la piel sobre los
huesos ; en otros el morir dentro de breves dias ,ra-
jándoseles las carnes y con lastimoso horror ; y en
otros el acabar la vida echando raudales de sangre
por la boca y narices , segun la malignidad de los
venenos; al pasar el entierro , Ó ya la tienen , Ó
rastrean noticia del matador los parientes del difun-
to 5 y despues de. habida , sea probable , sea cier-
_ta , disimulan con singular esmero y habilidad,
hasta asegurar el lance 3 dando veneno al mata:
dor , con la mayor cautela. De esta manera se esla-
bona una cadena , y aun muchas , de muertes , con
que
60 EL. Orinoco ILUSTRADO) |
que ellos mismos se destruyen , sin necesitar d
enemigos externos , que los persigan , aunque. ra:
ra ó ninguna Nacion de aquellas se hallará , que no
los tenga , como despues diré.
La segunda causa doméstica de su ruina es tan
doméstica y increible é inhumana , que no la pue-
do escribir , sin irritarme contra el enemigo comun
del Género Humano , de quien únicamente tiene
orígen una inhumanidad , que no se halla entre las
fieras mas sangrientas. Este es un vicio , que segun
lo que he experimentado en mis Misiones , leido,
y oido contar de otras , es plaga muy general en-
tre el Gentilismo de las Américas 5 y tal , que cues-
ta muchos afanes y pesadumbres á los Misioneros
el desarraygarle enteramente.
¿ Quién creyera que aquella misma India , que
por nueve meses carga en sus entrañas la criatura
con tanto cuidado , ella misma , trocando la ter-
nura de madre en una saña de lobo carnicero , (po-
co dixe , porque la loba no usa tal crueldad con
sus hijos , ántes expone su vida por defenderlos , )
la misma India digo , que con tantos dolores da á
luz la criatura , si la que nace es hembra , muda
el oficio de madre en el de verdugo cruel, quitan-
- do la vida á su misma hija con sus propias manos?
Pues ello es así , y las niñas que escapan de este
naufragio sangriento , lo deben, ya á los ruegos,
ya á las amenazas , ya tambien á los azotes , con
que los maridos castigan á sus mugeres , para de-
tenderlas 5 pero esto no bastára , si la providencia
del Criador no hubiera dispuesto , que en dándo-
des dos ó tres veces el pecho á sus hijitas , les
cobran tal amor verdadero , que vence y sobre-
puja aquel falso amor , con que les procuran , al
| tecm-
HisTORIA NATURAL. 64
tiempo de nacer , la muerte. Esta crueldad practi-
can con gran disimulo , rompiéndoles la nuca,
apretándoles de recto la tabla del pecho, ó cor-
tándoles tan á raiz el ombligo , que no se pueda
atar , y acaben desangradas. De esta depravada in-
tencion , nace en su gentilidad , el que luego que
siente los primeros dolores la India y se va con di-
simulo á la vega del rio Ó arroyo mas cercano , pa-
ra lograr á sus solas el lance : si sale á luz varon,
se lava, y le lava lindamente , y muy alegre ; y
sin Otra convalecencia ni sahumerio » salió con bien
de su parto ; pero si sale hembra , le quiebra el
pescuezo , Ó sin hacerle daño, eomo ellas dicen, la
entierra viva : luego se lava , y vuelve á su casa,
como si nada hubiera sucedido, |
Aunque el parto sea en casa , delante del mari-
do y de la parentela ; si la criatura sale con algun
defecto , Ó con alguna monstruosidad , v. gr, con
una mano ó pie ménos , ó con el labio rajado , co-
mo suele suceder ; en tales casos , sea hembra , ó
sea varon , nadie se opone , ántes bien todos con-
sienten en que muera luego , y así se executa; y
si la muger da á luz dos criaturas , es indefectible
el que uno de los mellizos ha de ser luego al pun-
to enterrado á instancias Ó por mano de su mis-
ma madre. Muchos casos pudiera contar de estos;
pero no quiero ensangrentar mi pluma , con enta-
do mio , y tal vez con enojo y horror de los que
leyeren 3 que no es lo mismo oir un desatino en
general , que irlo registrando en casos particulares.
Pero no puedo omitir en honor de la Santísima
Virgen María , lo que por su intercesión sucedió
en uno de estos lances. Supo un Padre Misio-
nero ¿ que quatro horas ántes habia enterrado
- una
62 EL. Orinoco ILUSTRADO»
una India á su hija ; imploró la proteccion .«de la
Virgen 5 fué volando , y al empezar á sacar tier.
ra de la sepultura , sacó la criatura la mano ,co-
mo si hiciera señas para que mas apriesa la socor.
riesen : sacáronla viva , no sin admiracion ; bauti=
zóla el Padre , con el consuelo que se dexa enten»
der ; llamóse María del milagro , y hoy vive en la
Mision de San Miguél , y tiene unos diez años de
edad.
De aqui nace , que despues que los Misioneros
han entablado amistad con una Nacion nuevamen-
te descubierta; despues que á fuerza de dádivas
y razones los amansan , y les buscan sitio á propó-
sito para el Pueblo , porque ellos , por lo regular,
viven dispersos , aunque sean de una misma Na»
c.On 5 despues de buscar herramientas para la la-
bor de sus casas y sementeras ; despues de esto,
que todo es llevadero , el mayor cuidado del Pa-
dre Misionero , es tener lista de las mugeres preña-
das , y poner toda atencion en que no vayan al rio,
ni á sus sementeras en el mes del parto , señalan-
do para esto espías ocultas 5 pero á pesar de todas
sus diligencias , ya le viene el aviso , que Fulana
enterró á su hija , y despues que Zutana ótc.: y co-
mo la primera ganancia fixa de los Misioneros es-
- triva á los principios en el logro de los párvulos,
de los quales á unos lleva Dios al Cielo , median-
te el Santo Bautismo ,4 otros les dexa , para que
bien enseñados , vaya adelante la Christiandad ; no
es creible ni ponderable el dolor que les causa la
érdida de aquellos pobres inocentes , á quienes la
barbaridad de sus padres , con la vida temporal,
quita la eterna. |
No por eso quiero decir , que sea comun en to-
das
HISTORIA NATURAL. 63
das las mugeres gentiles esta crueldad ; muchas
hay que crian con el mismo cariño á las hijas que
á los hijos 3 pero no tantas , que basten á disminuir
el horror que causan otras con su diabólico estilo,
tal , que como dixe , es causa muy considerable del
poco aumento del gentío ; la qual , junta con el uso
de dar veneno, y la freqúencia de las guerras , ten-
go por causas proporcionadas , para que aquellas
Naciones no sean, ni puedan ser numerosas , du-
rante su gentílica barbaridad. |
Fuera de estas tres causas tan poderosas , hay
otras que concurren á la diminucion de los Gen-
tiles; á saber: la ninguna piedad que tienen con
sus enfermos 5 la voracidad con que comen quando
hallan ocasion ; la desnudez y desabrigo ; el arro-
«jarse al rio á lavarse ) aunque estén sudando ; y
Otros usos , todos contra su salud : de modo , que
la luz Evangélica , no solo les acarrea la vida eter-
na , sino tambien la temporal , desterrando guerras
y venenos, y atajando la crueldad de las madres,
que es lástima darles tal nombre , siendo como son
tan crueles. Si Mr. Noblot (a) hubiera tenido pre-
sentes estas ventajas , que son realmente grandes
para el aumento y comodidad de los Americanos,
no se lamentára tanto , siguiendo el exemplo de
otros muchos 5 ni ponderára la crueldad que se
idea de los Españoles para con los Indios ; pero ve-
mos al caso. |
No bay tal y no somos crueles , sino muy aman-
jes de nuestras bijas , responden las madres, al
afearles la dureza de su tirano corazon y y por eso
» di.
(a) Tom. 5. de la Historia Universal.
64 Ex Orinoco ILUSTRADO,
dixe arriba , que esta crueldad , por instigacion del
Demonio , es bija del falso amor á sus bijas ; pues
se persuaden , que el mayor bien que pueden ha-
cerles , es sepultarlas entre las sombras de la muer.
te , al mismo tiempo que se asoman á la prime:
ra luz. E
Y es una prueba nada equívoca de ello, la res=
puesta que me dió una Íadia , la mas capáz de una
de aquellas Colonias: parió una niña , y á instan=-
cias de una vieja taimada , le cortó el ombligo
tan á raiz de las carnes , que murió luego desangra-
da: pasado un mes , tuve noticia cierta del hecho:
hícele cargo de su inhumanidad , con toda la vive-
Za , energía y nervio de razones que pude , por
largo rato. Escuchóme la India , sin levantar los
ojos del suelo; y quando yo pensé que ya estaba
del todo convencida y arrepentida , me dixo : »,, Pa-
3» Ire , si no te enojas , te diré lo que hay en mi co-
», Tazon. y No me enojaré ; bien puedes hablar , la
dixe : entónces ella me habló así: (es literal traduc-
cion de la lengua Betdya. al Castellano,) ,, Oxalá,
7) Mi Padre , Oxalá , quando mi madre me parió)
,, me hubiera querido bien , y me hubiera tenido
» lástima , librándome de tantos trabajos , como
»» hasta hoy he padecido , y habré de padecer has»
», ta morir: si mi madre me hubiera enterrado lue-
3, 20 que nací , hubiera muerto ; pero no hubiera
,) sentido la muerte , y con ello me hubiera libra-
»» do de la muerte que vendrá , y me hubiera es-
») capado de tantos trabajos , tan amargos como
», la muerte: ¿y quién sabe quantos otros sufri-
», Té ántes de morir? Tú , Padre, piensa bien los
7, trabajos que padece una pobre India entre estos
»» Indios : ellos van con nosotras á la labranza , con
su
- ¡HÍISTORIA NATURAL. 65
¿y Su arco y flechas en la mano , y no mas3 noso-
y, tras vamós con un canasto de trastos á la espal-
3» da , un muchacho al pecho , y Otro sobre el ca-
y, Masto : ellos se van á flechar un páxaro ó un pez,
>) Y nosotras cavamos y reventamos en la semen»
») tera: ellos á la tarde vuelven á casa sin carga
» álgúna 5 y nosotras , á mas de la carga de nues-
¿tros hijos , llevamos las raices para comer , y el
3) Maiz para hacer su bebida: ellos , en llegado á
y) Casa , se van á conversar con sus amigos , y no-
,, Sotras á buscar leña, traer agua, y hacerles la ce-
y) na: en cenando, ellos , se echan á dormir , mas
y) Nosotras casi toda la noche estamos moliendo el
,) Maiz para hacerles su chicha : ¿y en qué pára
,) este nuestro desvelo? Beben la chicha , se em-
3) borrachan , y ya sin juicio , nos dan de palos,
¿»nos cogen de los cabellos, nos arrastran y pi-
yy san. ¡Ah , mi Padre! oxalá que mi madre me hu-
y» biera enterrado luego que me parió. Tú bien sa-
3» bes , que nos quexamos con razon , pues todo lo
» Que he dicho, lo ves cada día; pero nuestra
y) Mayor pena no la puedes saber , porque no la
3) puedes padecer. ¿Sabes , Padre , la muerte que
3) es y ver que la pobre India sirve al marido como
“yy esclava y en el campo , sudando , y en casa sin
») dormir; y al cabo de veinte años toma Otra mu-
,) ger muchacha , sin juicio? A ésta la quiere , y
3) 2unque pegue y castigue á nuestros hijos , no po-
»» demos hablar , porque ya no hace caso de noso-
3 tras, ni nos quiere: una muchacha nos ha de
39 Mandar , y tratar como á sus criadas , y si ha-
3, blamos , con el palo nos hacen callar : ¡cómo se
», Se sufre todo esto! No. puede la India hacer ma-
3, yor bien á la hija que pare, que libraria de es-
Tom. 11. 1 tos
4
66 EL Orinoco ILUSTRADO),
3, 10s trabajos , sacarla de esta esclavitud ¿ peor que
3 la muerte: oxalá , vuelvo á decir , Padre mio,
y) que mi madre me hubiera hecho experimentar su.
y, cariño , enterrándome luego que nací : no tuvie-
3) Ta ahora mi corazon tanto que sentir , ni mis ojos
3 tanto que llorar. ,, | y
Aqui las lágrimas cortáron su razonamiento; y.
lo peor del caso es , que todo quanto alegó , y mu-
cho mas que hubiera alegado , si su dolor se lo hu-
biera permitido , todo es verdad. Tengo por cierto,
que no hay en el Mundo mugeres mas desdichadas,
que las Indias Gentiles , y al paso que no hay traba-
jo personal , que se pueda comparar con el suyo,
tampoco hay trabajo tan mal pagaco y ni tan mal
agradecido. Por otra parte hemos de suponer , que
están faltas de fe , no tienen luz de la eternidad , no
tienen ojos , sino para ver su desventurada suerte y
el remo á que nacen condenadas. Á esto. se añade
la industria del Demonio , que les pinta la esclavi-
tud para que nacen , con tales colores , que , co-
mo vemos , se persuaden que es verdadero amor el
de la madre , que entierra á su hija luego que nace:
persuasión tan arraygada en ellas , que pasa de ge-
neracion en generacion , y cuesta mucha tatiga el
arrancarla de sus corazones: ni hay otro remedio,
que aplicarse de veras á la enseñanza de nuestra
Santa Fe; pues quando ya perciben que hay otra
vida eterna de gloria Ó de pena, al paso que la
enseñanza amansa, y muda el genio y costum-
bres de sus maridos , al mismo paso ellas mudan
de parecer , y deponen su bárbaro dictámen.
Vuelvo á decir, que no es comun en todas aques
llas Naciones esta crueldad ; y aunque es vicio do-
minante en ellas , se exceptuan pero muchas fami-
'HisTORIA NATURAL. 67
ias ¿ en especial aquellas en que los maridos se por-
tan bien con sus mugeres: de que se colige , que
la crueldad de las madres para con sus hijas , nace
de la que los maridos usan con sus mugeres5 y co-
mo ésta cesa con la luz de la doctrina christiana,
entendida ésta , cesa tambien en aquellas la cruel-
dad , y se convierte en amor. Esta bárbara cos-
tumbre , tan envejecida entre aquellas Naciones,
parece que llega al último término de la inhuma-
nidad ; pero es todavia mayor la crueldad , es mas
horroroso el espectáculo que nos ofrece la barba-
rie en el grande Imperio de la China : espectáculo
verdaderamente lastimoso : inhumanidad que por
lo mismo de hallarse entre gentes de cultura , go-
bierno y economía, es tanto mas abominable. Es el
caso , que despues de haberse tratado y reflexiona-
do mucho en sus Consejos ) se expidió un Decreto
por la via de gobierno en la China , con que se
mandó , que por las mañanas saliesen carros , dan-
do vueltas por las calles de Pequin , que es su Cor-
te, y de las demás Ciudades principales ) para re-
coger las criaturas vivas (a) , que echaban á la ca-
lle los vecinos, y llevarlas al carnero , que son
unas profundidades donde impia y cruelmente las
-arrojan. Este Decreto está en su observancia : pa-
san los carros , y los vecinos arrojan á ellos las
criaturas defectuosas , desvalidas y enfermizas. El
niño ciego , el coxo , el manco , todos se echan
al carro : basta que sea tuerto y Ó que tenga el la-
bio rajado , Ó algun defecto semejante para sufrir
igual suerte: y ni aun es menester que tengan de-
fec-
ta) Cartas edificantes del dores de Filipinas»
P. Dualde. Padres Procura-
63 EL Okxinoco ILUSTRADO)
fectos 5; pues el Oficial que solo puede mantener dos
Ó tres hijos ) todos los demás que pare su:muger,
los echa al carro. Juzgan los Chinos impia y.necia-
mente , que es acto de piedad privar á sus hijos de
una vida , que ha de ser miserable , ó por la pobre-
za , Ó por ser ciegos , mancos Sic. Y si esto pasa
entre gente realmente capáz: ¿qué mucho , que
los Bárbaros incultos , de que hablé arriba , hagan
cosa semejante? Aborreció Dios á los Cananéos y
Jebuseos , porque 'sacrificaban á muchos de sus
párvulos á los Idolos (a); y por este tan exécrable
delito mandó á Moysés y a Josué , que destruyesen
tan inhumanas Gentes (b) 3 de manera , que por no
haberlas destruido enteramente , como Dios se lo
habia mandado , sucedió con el tiempo , lo que su
Magestad tiró á evitarz y fué ) que los mismos de
su Pueblo escogido , por su mal exemplo incurrié-
ron en la idolatría (c) , y en el uso bárbaro de sa-
crificar sus tiernos infantes : fealdad , que con la
dispersion de las diez Tribus , primero inficionó á
este Mundo antiguo 3 tanto , quanto se puede ver
en Torquemada , Aldrete y otros muchos; y des-
pues pasó al nuevo Mundo , como consta de los in-
humanos sacrificios que usáron los Emperadores
ingas y Motezumas:en el Perú y Nueva-España.
Tal es la ceguedad del hombre , si no tiene luz del
Cielo 5 y tal la ira con que el Demonio , si pudie»
ra , destruyera al Género Humano.
Pero volvamos á los carros llenos de inocentes
2 O2ISD ru -con-
(a) 4 Reg. cap. 17. ($ bi 202. , |
Psalm. 105. (c) El mismo Salmon, 3o-
(by Mr. Salmon , tom. 1. m0 1. Cap. 9. Pag. 205.
Histor. Chin, cap. 8. pag. mi-
ES
HisTORIA NATURAL. 63
condenados á muerte , que todos los dias , en el
Imperio de la China , van al carnero , y verémos
que á mas de otros innumerables ) que en los Lu-
gares cortos arrojan á los rios , es en Pequin tanta
la multitud de ellos , que los Misioneros de la Com-
pañía de Jesus han tomado á su cargo el bautizar-
les , y para conseguirlo , á su hora van á las puer-
tas por donde salen dichos carros , les siguen has-
ta las hoyas ó sepulturas , y allí van bautizando
los niños , en tanto número , que hay Misionero,
que en solo un año bautiza quatro mil de ellos,
que ya les toca el renombre de felices párvulos,
- Y es tal la lástima que da aquella continua per-
dicion de niños , que hasta los Moros Mercaderes,
con ser tan bárbaros, tienen compasion , y com-
pran á poco precio muchos de ellos , para criarlos
en la fea secta de Mahoma. Los Padres Misioneros
Franceses de la Compañía de Jesus , en medio de la
estrechéz y pobreza con que se mantienen en Can-
ión » Puerto de la China , llevados de su zelo san-
t0 , y ardiente caridad , han erigido una Casa , en
donde recogen , sustentan y enseñan algunas de
aquellas criaturas , que sus mismos padres natura»
les abandonan , por no poderlas mantener. Oxalá
Dios nuestro Señor quiera dar grandes progresos á
tan piadosa fábrica y á otras semejantes. ¡Oh , y si
su Magestad moviera algunos piadosos corazones
en la Europa y en las Américas , para poner fincas,
de cuyos réditos se rescatasen muchos de aquellos
inocentes y de los quales con facilidad se formasen
Pueblos en las Filipinas! ¿Qué obra de mayor ca-
ridad , que ésta , se podrá imaginar? Quiéralo su
Divina Magestad.
Dixe al principio de este Capitulo , que des-
pues
70 EL ORINOCO ILUSTRADO,
pues de investigar las causas del corto número de
gente de que se compone tanta variedad de Nacio-
nes , no aseguraba una entera satisfaccion á la du-
da ; y es así 5 porque sí bien es verdad , que las tres
causas que llevo referidas de guerras , venenos y
entierros de párvulos , y las que como ménos prin-
cipales insinué , Son bastantes para que no se au-
mente , y también para que vaya á ménos el núme-
ro de aquellas Gentes; con todo queda en pie la
armonía , que hace el ver tantas Naciones , (tales
quales ellas son , ) tan reducidas á tan corta distan-
cia unas de otras , y con tanta diversidad de lcun-
guas , usos y costumbres. Ni todo lo que llevo di-
cho abre camino para saber la raiz de tan notable
mutua separacion: es muy factible que en tiempos
pasados todas fuesen Naciones numerosas 5 pero
no hay mas que venerar rendidamente la sábia y
oculta providencia del Altísimo ; y humillarnos al
- considerar , que con tener á' la vista muchas de sus
Obras patentes (a) , es tanta la pequeñéz de nues-
tro alcance , que no las entendemos (b) 5 y así pa-
semos á buscar la raiz de otras mas faciles de per-
cibir , no ménos curiosas , y en gran parte útiles,
| CA-
(a) FEcclesiastes , cap. 3. , (by) Eccl. cap. 4. vers. 30»
vers. 11. Ut non inveniat bo- Er de mendacio tneruditiomis
mo opus y quod operatus est tua confundere.
Deus. | ¿did
HisTORIA NATURAL. 74
_CAPITULO VIIL
Motivos de sus guerras.
Topes. nuestro Padre Adán la mano para co-
mer del árbol prohibido , que fué lo mismo que
levantarla contra Dios , y revelarse contra su di-
vina Magestad. De aquí nació el que sus pasio-
nes , ántes sujetas á la razon , se levantasen con-
tra él; y que los brutos y animales mas fieros , que
le rendian vasallage , se le mostrasen rebeldes: y
para que despues conociese ser ya la guerra uni-
versal , Caín su hijo mató al inocente Abél ; y des-
de entónces acá y de generacion en generacion , de
Gente en Gente , asi como henm-córrido los siglos,
ha ido corriendo por el súelo perpetuamente la san-
gre de los mortales entre continuas guerras , hasta
nuestros dias, en todos los Reynos , Gentes y Na-
ciones: tanto , que las que se llaman paces perpe-
tuamente inviolables , para afianzar inalterable-
mente la tranquilidad y unicn de las Potencias (por
mas fuerza y perfeccion que se añada á sus cláusu-
las ,) solo son honrada pausa , para descansar un
rato 5 y cOmO treguas , para prevenir los pertrechos
para nuevas guerras : como si se hubieran unido las
Gentes , y formado los Reynos , solo para comba-
tirse y quitarse las vidas unos á Otros.
Baxo este concepto nadie extrañará y que suce-
da esto mismo entre aquellas diminutas y bárbaras
Naciones del grande Orinoco y sus vertientes , cu-
yas mútuas y Continuas guerras solo se finalizan al
tiempo que les ya amaneciendo aquella paz evan-
ge-
Ba
72 ErL OkrINoCO ILUSTRADO)» y
gélica y que el Cielo intimó..la noche de nuestra
mayor dicha , á los humildes é ingénuos Pastores
de Belén : así realmente se verifica , que los Misio-
neros evangelizan la paz, no solo eterna para las '
almas , sí tambien la temporal; porque con el
bautismo se unen entre sí las Naciones mas ene-
migas. Es verdad , que cuestan estas paces mu-
chos pasos á los Misioneros , pero los dan con
mucho gusto , porque por el Apóstol (a) saben,
que son preciosos los pies de los que evangelizan
la parts aa Al
Pero siendo , en este antiguo Mundo , 'el or-
dinario motivo de las guerras , el ampliar los Rey
nos , y dilatar los Dominios , no teniendo tal an=
sia ni deseo aquellos Gentiles del Orinoco , por-
que les sobra terreno , sin que haya Nacion de
aquellas , que se halle estrechada con términos y
linderos , es digno de saberse el motivo de sus
sangrientas y continuas guerras. Luego tratarémos
de sus Gefes , de las ceremonias con que los gra-
dúan , del modo con que fabrican sus armas , su
destreza en manejarlas, de los venenos con que
las preparan , y el modo de fabricarlos Sc.: to-
dos puntos que ofrecen un dilatado campo á la
curiosidad. |
El motivo y causa principal de las guerras mú-
tuas de aquellos (sentiles , es el interés de cauti-
var mugeres y párvulos, y el casi ningun útil
del saquéo y botin. El fin antiguo de cautivar,
era para tener con las cautivas mas autoridad , sé.
quito , y trabajadoras en sus sementeras , y Es la
chus-
(a) Paul. ad Rom. cap. 10. vers. 15:
"ea - HistToRIA NATURAL. — y3
chusma criados para servirse de ellos. Esto era
así , ántes que los Holandeses formasen las tres
Colonias de Esquivo , Berbis , Corentin y y la opu-
lenta Ciudad de Surinama , que demarqué en el
Plan en la costa de: Barlovento ¿ que corre ácia
el rio Marañón; pero despues que los Holande-
ses se estableciéron en dicha costa , se varió el
fin de la guerra , y ya noes otro que el dela mer-
cancía é interés , que de ella resulta 3 porque los
Holandeses , los Judíos de Surinama , y Otra mul-
titud de gentes , que han pasado á vivir en dicha
costa , compran á los Caribes todos quantos pri-
sioneros traen; y aun les pagan adelantado , dan-
do¡con esto particular motivo á que se multipli-
quen los males. Suben las Armadas de los Cari-
bes , y á las Naciones amigas, que les sujetan á
mas no poder , les compran todos los cautivos que
han podido haber con sus guerras no ménos bár-
baras que injustas 3 siendo el precio de cada cau-
tivo dos hachas y dos machetes , algunos cuchillos,
algunos abalorios ¿ ú otra friolera semejante. Pa-
san despues, con suma cautela , á las Naciones
enemigas , y todo su estudio consiste en asaltar
de noche, sin ser sentidos ) y pegar fuego al mis-
mo tiempo á la Poblacion en donde, así por el
susto del fuego ) como por el ruido de las armas
de fuego , que ya usan los Caribes , el único re-
medio de los asaltados consiste en la fuga 5 pero
como los Caribes preocupan con emboscadas to-
das las' retiradas ,:el pillage es. ciérto', y la carni-
- cería:lamentable y porque matan á todos los hom-
bres que pueden manejar afmas », y á las “viejas,
que reputan por inútiles; reservando para la fe-
ria todo-el' resto de mugeres y chusma, eon la
Tom. Il. K in-
74 EL Orimoco ILUSTRADO,
inhumanidad que, se dexa entender del mismo
hecho. assemiol esesbanidH 0 00 Tus
Ni párasaquí.st derrota: remiten toda la, pre:
sa en una ó dos piraguas armadas á sus tierras-, y
prosiguen su viage.rio arriba , sin hacer ya-daño á
Nacion alguna , aunque sea enemiga 5 y á las ami-
gas les. dicen : que ellos no tienen la culpa de
haber (quemado. y «cautivado :tal Pueblo 5; porque
si los. del Pueblo les hubieran recibido bien , y,
y vendidoles. bastimentos para su viage, no les
hubieran hecho daño; pero que habiendo toma-
do las. armas con tanta descortesía , era fier-
za castigarlos-, para que vean las demás Nacio-.
nes cómo. los. han. de. .recibir >-y con. qué. cortex,
sía los han de tratar. Esce es ardid , con que ase-
guran otro asalto para el año, siguiente , que siem-
pre logran y ménos enla Nacion de los Caverres,
que como, ya dixe yes numerosa , y tan belicosa,
que siempre, han.sacado ¿de :ella. la. peor parte los
Caribes 5, porque; sí .bien- siempre estos ¡procuran
coger de repente alguna de sus Colonias , nunca
lo pueden conseguir , á causa del arte con, que
aquellos. se. juntan », y les rechazan. Es.el caso,
que en-las lomas. altas de su territorio , desde las
guales se divisa gran trecho del Orinoco , tienen
los: Caverres puestas centinelas, en atalayas , que
hacen á este fin 5. yen. ellas tienen unos tambo-
res tan disformes ,+como- adelante diré : la prime»
ra atalaya que divisa:el armamento. enemigo , tO»
ca, su llamada: de, guerra! que, entienden: todos;
óyela el Pueblo ¡mas: cercanóy toca luego. su tam»
bor-,,y. sale la gente:de. guerra :-Óyela el segun»
do Pueblo , y hace lo mismo, y así los: demás;
de manera que en ocho ó. diez horas está tada
| HISTORÍA NATURAL». + 75
lá Nacion en “arma: todos acuden al puesto del
primer toque, y á pecho descubierto esperan al
enemigo 5 quien escarmentado de muchas pérdi-
das , pasa adelante rio arriba , á distancia que no
alcanzen: las flechas enemigas 3 sin que se atreva
á dormir jamás al lado del Poniente , que ocupa
la Nación Caverre , por temor de los asaltos noc=
turnos. as ) LON MAL
Debo ahora advertir, que de aquí adelante,
por lo que mira á lo restante del rio Orinoco , ha-
blo por relacion ; porque solo el Venerable Padre
Joseph Cabarte siguió y apuntó este viage. Des-
pues le hizo Juan Gonzalez Navarro , vecino: al
presente de la Guayana , hijo de D. Cárlos Gonza-
lez Navarro , Gobernador de la Isla Margarita: y
en el año de 4728 , por órden del Gobernador de
la Trinidad de Barlovento”,:el Exénto de Guardias
Marinas Don Agustin de Arredondo , subió embi-
jado , esto es , desnudo y pintado á lo Caribe , con
pocos compañeros del mismo trage » Orinoco ar-
Tiba , hastá que el Piloto perdió el tino ; y al ca-
bo de catorce meses de continuos riesgos de la
vida , se volviéron- sin noticia alguna cierta del
célebre Dorado, que era el único fin de su viage.
El dicho Juan Navarro y sus compañeros hiciéron
su diario y derrotero , que he leido varias veces;
y aunque apuntáron en él varias noticias , que ne-
eesitan de confirmacion, y omito; con todo , aquí
y “en Otras partes, me valdré de algunas de ellas,
que tengo: por'ciertas ¿ así porque las he vista
practicadas en Otros rios y Naciones , como porque
exáminando á Ignacio de Jesus , que hoy es Sol-
dado dé. nuestra. Escolta ¿ y «acompañó al dicho
Juan Navarro en el citado viage , he visto tener
pro-
76 EL Orinoco ILUSTRADO»
probabilidad. Quede hecha aquí esta salva para
quando citáre á estos viageros , á fin de que se
sepa la probabilidad de lo qe por sus noticias
hubiere de referir.
Siguiendo, pues estos su viage , llegáron á la
boca del rio Guaviare , llamado comunmente Gua-
yavero y y turbado el Piloto , (Ó lo que yo ten-
go por cierto , temeroso de dar en otras Naciones
mas agrestes y crueles , que las que habian ya ex-
perimentado , ) en lugar de seguir al Orinoco con»
tra sus corrientes, se entró por la boca del rio
Guaviare , en donde al cabo de muchos dias de
navegacion , encontráron una Armada de Cari-
bes , que estaban haciendo la feria entre aquellas
Naciones » tan destituidas de herramienta » y tan
faltas de aquel amor natural á sus hijos » que á
trueque de una hacha , un machete , y quatro sar-
tas de abalorios , dan un hijo ó una hija á los
Caribes , pudiendo mas para con ellos el logro
de aquellas alhajuelas , que el amor natural y lá-
grimas de los hijos , víctimas inocentes de su codi-
cia. Pero nadie se asuste , ni se escandalize á vista
de tal inhumanidad , como cosa inaudita entre Gen»
tes bárbaras ; porque aunque las Naciones de las
Islas y costas de la India Oriental muestran mas
capacidad , y tienen sus Repúblicas , Reynos y
leyes 5 con todo ,. así en el Reyno de Tunkin (a),
como en los comarcanos »,y en muchas ¡Islas de
aquel Archipiélago , venden. publicamente sus hi-
jos , y con mas solemnidad sus hijas , unos por
necesidad y pobre y, Otros BACA aumentar su
cau-.
(a). Salmon , tom. 2. de yen otras partes ae e ne
Tunkin y cap. 6. pagin. 377 sOria: A ms?
HISTORIA: NATURAL. 77
caudal. Pero volvamos á ver en qué pára la feria
de los Caribes del Orinoco.
Despues que han recogido todas quantas pie-
zas pueden comprar en aquellas remotísimas Na-
ciones, que distan de la costa hasta seiscientas. le-
guas , dexan en poder de los Caciques la herra-
mienta y abalorios que les han sobrado , para que
entre año vayan comprando , hasta su vuelta , que
es el año siguiente ; y para evitar todo engaño, que-
dan dos ó tres Indios Caribes en cada una de aque-
llas Naciones guardando las mercancías , que ellos
llaman rescates , y mejor llamáran cautiverios,
pues con ellas quitan la libertad á tantos inocen-
tes. Á su partida protestan á los Caciques : ,, Que
»,siá su retorno hallan haber recibido algun da-
»» ño ó vejacion los Caribes que quedan con ellos,
»»les quemarán los Pueblos , y se llevarán todas
», las mugeres é hijos : ,, con que cuidan mucho los
Caciques á sus huespedes. ds
Concluidas sus cosas , ponen las proas rio aba-
XO » hasta llegar á la costa , donde están la mayor
parte de sus Pueblos ; y en habiendo descansado,
pasan á las Colonias Holandesas , unos á pagar
lo que deben , y á recibir otra vez de fiado pa-
ra el viage siguiente; y Otros á vender , bien que
estos son pocos , porque los Holandeses y Judios
les dan tanta multitud de rescates , que casi to-
dos los Caribes están gravemente adeudados , por
mas esclavos que roben y compren , no obstan-
te de ser la ganancia en los que compran exór-
bitante 3 porque la paga , valor Ó rescate que da
el Holandés al Caribe por un esclavo , que lla-
man Jtoto , es. una caxa.con llave , y en ella diez
hachas , diez machetes , diez cuchillos, diez ma-
| - ZOS
78 EL ORINOCO ILUSTRADO |
2os de abalorios, una pieza de platilla para su
Guayúco , un espejo para pintarse la cara á su uso,
y unas tixeras para redondear su melena 5 y á mas
una escopeta , pólvora y balas , un frasco de aguar-
diente , y Otras menudencias , como son «agujas;
alfileres , anzuelos Stc. Pero lo que el Caribe da
por un esclavo , quando lo compra en las Nacio-
nes distantes , es una hacha , un machete y alguna
vagatela mas ; y en las cercanas un tanto mas.
¿ Quién no ve la excesiva ganancia de los Caribes
en la venta de los esclavos que compran? ¿Y quan-
to mayor será , contando los que roban , que es
la mayor parte * Con todo , como ya dixe , siem=
pre viven adeudados los mas de ellos; y tanto,
que los mismos Holandeses y Judíos de Surina-
ma les obligan á salir á campaña , para ir cobran=
do algo', y no perderlo todo. P HOL qe
Desde el año de. 1734 hasta acá , los Hereges,;
ya Holandeses , ya de otras Naciones , se envijan»
esto es , se pintan al uso Caribe , y se ponen Gua-
wyúcos y esto es , unas tres varas de platilla , prendi-
das de un cordon que se ciñen 5 y con ésta , que
es la mayor gala de los Magnates del Orinoco', por
ir todos los demás como sus madres los pariéron»)
se pasan á los Caribes; y con estos nuevos Sol.
dados, que han dado en alistarse de poco acá pa=
ra la guerra, es increible quanto ha crecido el
atrevimiento y desvergúenza de los Caribes. Por
esto en el año de 4733 me quexé agria , aunque
imodestamente , al Gobernador de Esquivo , con
una larga carta , en que le conté los daños que
padecian nuestras Mistones ; y que de no poner re-
medio su Señoría ) daria cuenta á mi Católico Mo-
narca , para que su Magestad se querellase'á las
HisToRIA- NATURAL. 73,
Alti-Potencias de Holanda. Respondióme en lengua.
francesa , con mucha cortesía , Ofreciendo el reme-
dio:que no puso » y echando la culpa á los Judíos
de Surinama , quienes en medio de tener impuestas:
graves penas si venden armas y municiones á la
Nacion Cariba ; con todo lo executan con tal se-
creto , que rara vez. les pueden probar el delito
que realmente cometen » así Holandeses , como Ju-
díos , recatándose quanto pueden los unos de los
OtrOS. -, Ds
| CAPITULO IX.
Daños gravisimos que causan á las Misio=
“nes, las Armadas de los Indios Caribes,
que suben de la costa del mar.
Anas ha sido uso inmemorial de los Caribes
hacer los viages ya referidos , los pinté en el Ca-
pítulo pasado como modernos; porque. los daños,
que aun prosiguen , se empezáron a renovar en
el año de: 1733, en que baxando de su ordina-
ria campaña el Cacique Taricúra , el dia 34 de
Marzo quemó el Pueblo de nuestta Señora de los
Angeles; .y aunque toda la Gente Saliva tuvo la
fortuna ¡de escaparse , ardiéron las casas todas , y
la Casa y Capilla: del Padre Misionero. No paró
en esto el atrevimiento de los Caribes: arrimá-
ron muchas hojas de palma seca para: que ardie-
se la santa Cruz, que estaba enmedio de la pla-
za 5.pero por mas que porfiáron., no quiso Dios
que ardiese , y solo quedó la señal del fuego en
lo tiznado del pie de la Cruz , como con terny-
ra vimos pocos dias despues. Viendo un Caribe,
| que
go EL Orinoco ILUSTRADO)
que el fuego natural no bastaba para destruir la
santa Cruz , arrebatado del fuego de su ira, su-
bió y desclavó el atravesaño de que se formaban
los brazos , y le arrojó al rio , como nos lo decla-
ró un Saliva , que ocultamente se introduxo eñtre
la multitud de los Caribes ; el qual viéndonos bus-
car despues el atravesaño de la Cruz , dixo , que
él le havia visto arrojar al rio. Pusimos otra ma-
yor Cruz en su lugar, cantamos la letanía de la
Santísima Virgen; y luego empezando los Pa=
dres y siguiendo los Soldados , y despues todos los
Indios chicos y grandes, besando la santa Cruz
de rodillas, fué vengada de los agravios , que
de los pérfidos Caribes habia recibido. Levantá-
ronse de nuevo las casas del Pueblo , y en lugar
de Capilla, se erigió una Iglesia capáz y fuerte,
para clamar á Dios, y para refugio y seguridad
de la chusma en lances semejantes , como real-
mente los hubo despues. E |
La misma noche del dia 3% de Marzo nave=
gáron rio abaxo las 27 piraguas de guerra del Ca-
cique Taricúra 5 y por no distar la reduccion -y
Pueblo de San Joseph de Otomácos sino cin-
co leguas , al amanecer del dia. primero de Abril,
la acordonáron 5 pero al aprestarse para el asal.
to , fuéron” sentidos de los Indios Otomácos,
que tomando las armas, y levantando el grito
hasta el Cielo y como acostumbran, tocáron al
arma , y con el auxilio del Capitan Juan Alfonso
del Castillo , y seis Soldados que con él estaban,
y de Don Felix Sardo de Almazán , Español es-
forzado , natural de San Clemente de la Mancha,
algunos compañeros , con quienes habia subi-
do de la Guayana , quienes con «valor y atresto
sa-
HisTORIA NATURAL. 21
“saliéron con sus bocas de fuego a resistir el asal.
to; pudiéron librarse del arrojo de los Caribes,
en cuyas manos, á no haber habido tanta pre-.
vencion , hubieramos perecido todos. Los Cari-
bes , que no saben pelear sino a traicion , lueg
que viéron la resistencia , á boga arrancada se
echáron á medio rio; mas encendido el corage,
así de los Soldados como de los valientes Oto-
mácos , aquellos en tres barcos y que habia pron-'
tos, y estos en mas de veinte candas , se arro»
járon al rio en pos de los Caribes: estos , vien-
do el valor de los nuestros y su riesgo , arribáron
á la barranca de enfrente, y con una brevedad
increible, arrimáron sus piraguas á la orilla, y
unos hiciéron foso detrás de ellas , teniéndolas por
parapeto ; otros al mismo tiempo formaron trin-
chera de palos, fagina y tierra, con tanta pres-
teza y arte militar , que causó admiracion , y
se conoció , como despues lo supimos de cierto,
que iban con los Caribes algunos hereges embi-
jados y disimulados. Por fin, los nuestros con
falconetes en las proas de los barcos , y mucha
fusileria , hiciéron mucho fuego , pero no pudié-
ron romper las trincheras , aunque porfiaron va-
lerosamente en combatir , hasta que la noche les
hizo volver al Pueblo; y sí bien cada rato re-
cibian descargas de los Caribes , de So fusiles , dos
esmeriles , y diluvios de flechas envenenadas , qui-
so Dios que ninguno muriese de los nuestros, por
la intercesion de San Francisco Xavier , cuya Imaá-
gen fuvo enarbolada todo el dia uno delos PP. Mi-
sioneros á vista del combate. De los Caribes , por
mas que se amparaban de sus trincheras , fuéron 44
los muertos , y mas de 4o los heridos , como des-
Tom. II. L pues
82 EL ORINOCO ILUSTRADO»,
- pues nos lo retiriéron algunos Indios de otras Na-
ciones , que iban forzados del miedo con ellos; y
añadiéron , que pasaban de 3oo los esclavos que
llevaban 5; á los quales para que no se escapasen du-
rante el combate , tuviéron amarrados , y cercados
de gente armada : noticia , que lleváron pesada-
mente los Soldados ) por no haber podido librar á
tantos inocentes de su tiránica esclavitud.
Como aun es reciente el dolor , se me fué la
pluma , refiriendo este trabajo , ántes que otros
mucho mas antiguos 5 pero sirva éste de muestra ó
regla para medir y entender los muchos asaltos,
ardides y estratagemas con que casi siete años COn.
tinuos han perseguido los Caribes á sangre y fue-
go» aquellas Misiones y otras del mismo rio Ori-
noco , procurando de todos modos desterrar el
nombre de Christiano de sus riberas , quitar ese
estorbo á su tiránica insolencia, y poder cauti-
var y robar á todo su salvo. El año siguiente
quemáron la Colonia de San Miguél Arcangel del
rio Bycháda , y abrasáron la Iglesia. Poeo des-
“pues arrasáron y destruyéron el Puebio de la
Concepcion de Uyapi ; de donde se hubiéron de
retirar los RR. PP. Misioneros Observantes Fran»
“ciscanos , con su Reverendísimo Comisario Fr.
“Francisco de las Llagas , volviendo á sus Misiones
de Piritu: que es prudencia no arriesgar la vida,
quando no se espera fruto en las almas: y tam-
“bien es consejo de Christo , que quando nos per-
siguen en un lugar, pasemos á otro; ya se ve,
que no por temor de la muerte, sino para que
“la vida se emplee en bien de los próximos , des-
* pues que pase la borrasca , que impide la labor.
Por los años de 14734 y 4733 creció mas la
HisTORIA NATURAL. 83
osadía del bárbaro enemigo , que asaltó y que-
mo la Colonia de San Joseph de Otomácos y la
de San Ignacio de Guamos; con pocas muertes
de los catecúmenos , pero con gravísimo daño;
porque retirados estos y los Misioneros á lugar
mas seguro , los Caribes taláron las sementeras,
arráncaron los frutos , y quemáron las troxes; gol
pe el mas fatal , con que pensó el enemigo dester-
rar las Misiones de todo el Orinoco. En este graví-
simo aprieto salió el P. Bernardo Rotella léjos del
Orinoco , á comprar provisiones , ácia ciertos pa-
rages y sin reparar en costos ni en trabajos, á
fin de que la hambre fuese menor , y no ahuyen-
tase los Indios catecúmenos ; llegó pero despues
de penoso camino , y peor navegacion», tan fa-
tigado como se puede inferir , sin mas comida,
que el pescado que Dios le deparaba : y el recibi-
miento que le hizo cierto sugeto , á quien por sus
circunstancias no debo nombrar , fué levantar el
grito contra él tan alto , que se oyó en Caracas,
en Santa Fe de Bogotá; y mucho mas adelan-
te ; achacándole que iba con muy diferentes in-
tentos: de modo , que se vió su crédito obscure-
cido , y gravemente denigrado , hasta que exe-
cutoriada juridicamente en Santa Fe y en Cara-
cas, con declaraciones de testigos oculares , la
inocencia del dicho Padre, se le dió competen-
te satisfaccion para restaurar su crédito y estima-
cion debida. Estos regalos envia Dios á sus Mi-
nistros , en medio de sus mayores aprietos ; y és-
te es el verdadero distintivo (4) segun el Apóstol
an
(a) Qui pie vivere vo. cutionem patientur. Ad Ti-
. lunt y in Christo fesu perse- moth. 3. Vers. Lt. :
84 EL Oxinoco ILUSTRADO,
San Pablo, de los que de veras quieren acompa-
far y seguir á Jesus. |
Todo hubiera sido llevadero , si se hubiera con+
seguido el fin de tan árduo viage; pero no era
tiempo sino de padecer , y asi el buen Padre ni
siquiera halló maiz ; porque aquellos hatos y par-
tidos parece que tienen prisionera la hambre y la
pobreza ; tanto , que si movido á compasion un
buen vecino , llamado Miguél Angel , no les hu-
biera vendido algun poco de cazabe., (es pan for-
mado de raices ,) hubiera vuelto con mayor ne-
cesidad y hambre , que la que llevó con sus com-
pañeros. No obstante todos quedamos gustosos y
consolados , de que el Padre hubiese vuelto con
salud , despues de tan árduo é inútil viaye ; ni fal-
tó Dios á los suyos , porque entretanto , así los Pa-
dres Misioneros , como los pobres Indios de su car-
go , para mantenerse , hasta coser nuevos frutos,
tomáron el arbitrio de añadir pescadores , y cuis
dado en la pesca , para que hubiese p2ces para
viandá , y peces asados y casi tostados , que sir-
viesen en lugar de pan: viéndose aquí claramen-
te , que el hombre puede vivir sin pan (a).
Persuadidos los Caribes de que habian dado ya
el último golpe para arruinar las Misiones de la
Compañía , baxáron furiosos á la Misicn de Ma-
mo , que los ya citados RR. PP. Observantes de ..
P:ritu acababan de fundar , no léjos de la Ciudad
de Guaya : entráron átodo su salvo en el Pueblo,
porque toda la gente estaba oyendo misa , y la
primera seña de guerra fué ver arder la Iglesia:
4a) Matth. 4. vers 4. Non ex solo pane vivit homo.
Histor1A NATURAL. 85
finalizó la misa el Rev. y Ven. Padre Fr. Andrés Lo-
pez (que siempre habia clamado á Dios recibiese
su vida en sacrificio , por la salvacion de aquellas
- alinas ,) quando ya estaba trabada da batalla en la
plaza , y depuestos los ornamentos Sacerdotales,
tomando en la mano un Santo Crucifixo , salió ) y
empezó á predicar con esforzado fervor : recibió un
balazo en una pierna 3 mas sin hacer caso de la
herida , prosiguió con mas espíritu y hasta que un
sacrílego Caribe le dió un fiero macanazo en la bo-
ca , diciéndole : calla , no prediques de valde : cayó
del goipe en el suelo, y ya habian caido muertos
tres Soldados , que tenia de escolta , y quince de
sus Indios: de los Caribes llegaban á treinta los
despedazados ; pero como era mucho mayor el nú-
mero de estos , viendo caido á su Pastor , todas las
ovejas buscáron seguridad en la fuga: saqueáron
los Caribes el Pueblo 5 y pasando á quitar el santo
hábito al Religioso , le halláron todavía vivo ,-con
el Santo Christo en sus manos 5 y sin duda, cla-
mando por la salvacion de aquellos bárbaros.
Diéronile otro fiero golpe en la cabeza , y col-
gándole desnudo de un árbol , antes que espirase,
encendiéron fuego debaxo , para acabar con él ; pe-
ro su santo cuerpo permaneció libre de la voraci-
dad de las llamas , habiéndose hallado: despues de
ocho dias sin lesion alguna 5 de manera que hemos
de creer de la bondad de Dios , que aceptó el sacri-
ficio de la vida de aquel fervoroso Misionero , y que
¿su alma purificada en las llamas del divino amor y :
de los próximos voló triinfante á los Cielos. Quiso
su Magestad , que no fuese el dia ántes el asalto :
sangriento , para que se librasen de él otros tres
Religiosos Misioneros de la misma Orden , que ha-
bian
86 - EL OkrIN0CO ILUSTRADO»
bian venido á Mamo á consultar con su venerado
compañero negocios importantes de sus apostólicas
Misiones.
Como salió tan favorable á los Caribes este
asalto , contentos con el botin , y gran número de
esclavos , enderezáron las proas rio abaxo , con
ánimo de asaltar y destruir el Pueblo de San Anto-
nio de Caroní, perteneciente á los Reverendos Pa-
dres Capuchinos de la Provincia de Cataluña ; mas
una casualidad estorbó este atentado. Al entrar los
Caribes en el rio Caroní , en cuya vega está dicho
Pueblo , halláron pescando á dos Indios de él ; lla-
máronlos , con el fingimiento que acostumbran , y
luego que arrimáron la canda á las piraguas , ma-
táron crueimente al uno de ellos: el otro que se
dió por muerto , se arrojó al rio , y sufriendo el re-
suello , nadó por debaxo del agua largo trecho; y
como al sacar la cabeza para resollar , le dispara-
sen varios fusilazos , siguió nadando , sin sacarla,
hasta que salió á la vega , y con su aviso se puso la
Gente en arma; con que la Armada Cariba viró la
proa ácia sus Puertos.
Ni por haber referido tanto número de estra-
gos y muertes , debemos olvidar la muerte , que
dos años ántes diéron los Caribes de 4quire , caño
de Orinoco , no léjos de la costa , al Ilmo. Sr. D.
Nicolás de Labrid. Este tan noble , como docto y
fervoroso Cavallero Francés , Canónigo de Leon,
con otros tres émulos de su espíritu , postrados á
los pies del Sr. Benedicto XIII, le pidiéron los em- |
please en Misiones de Gentiles, en las Regiones
que gustase ; y su Beatitud , movido de especial
moción del Espíritu Santo (como dice en su Bula
apostólica , que hoy se guarda en Guayana) los
con=
HisTORIA NATURAL». 87
consagró en Obispos para las quatro ¿partes del
Mundo. A la Occidental, donde corre el grande
Orinoco , con Bula especial de Obispo de él , vino
el Ilmo. Labrid ; y miéntras se esperaba el pase de
sus Bulas , y fiat de su Magestad Católica , el Go-
bernador de la Trinidad y Guayana le ofreció su
palacio. Agradeció el Obispo el ofrecimiento , y
determinó esperar en la Cayana , territorio de Fran-
ceses , el despacho de sus Bulas , pero despues de
embarcado > impelido de su mismo fervor , mudó
de intento y de rumbo , y dió fondo en el caño de
Aquire , donde los Caribes le recibiéron con buen.
semblante, para lograr la suya 5 y á pocos dias qui-
táron la vida á dos Capellanes del Obispo ; el qual
luego se puso de rodillas , con un Crucifixo en las
manos , y del primer macanazo , dió su espiritu al
Criador. Los Caribes se llevaron los sagrados orna=
mentos , hiciéron pedazos un Santo Crucifixo de
marfil, y una ara consagrada por el Sr. Benedic-
to XI! ; cuyo nombre se ve gravado en sus peda-
zos. El cuerpo de este Ilmo. Obispo está en una lá-
pida honorífica al lado.del evangelio del Altar Ma-
yor de la Iglesia de San Joseph de Oruña , en la
isla de la Trinidad de Barlovento , y los cuerpos de
sus dos Capellanes al lado de la. epístola , en otra
lápida ) cada una con su epitafio.
Omito aquí (porque se hallan en la Historia Ge-
neral de la Provincia y Misiones del nuevo Reyno
de Granada , escritos con superior facundia ,) otros
repetidos asaltos hechos por los Caribes , con nue-
vas industrias , y sagacidad diabólica contra las Mi-
siones de la Compañía , fomentados con la esperan-
za y segun lo decian á gritos , de que como sus ma-
yores en los años de 1684 y 1693 , habian muerto
L á
88 EL Orinoco ILUSTRADO,
a los Misioneros antiguos del Orinoco; asi ellos.
siendo como eran tan valientes como sus padres,
habian de porfiar y proseguir ahora su guerra,
hasta quitar la vida á todos los Padres Misione-
ros , y destruir todos sus Pueblos ; pero á pesar del
Infierno ,.las Misiones destruidas se han reedifi=
cado , y cada dia se entablan otras de nuevo,
mostrándose la bondad divina manifiestamente pro-
picia en esto , y en evitar con rara providencia,
muchos lances , que no se pudieran evitar con in-
dustria humana. Sea de su Divina Magestad toda
la gloria. al 20 | |
Ahora , con las especiales providencias , que se
ha dignado dar el católico zelo de nuestro invicto
Monarca Felipe V , á quien Dios prospere , come-
tiendo sus especiales Órdenes é instrucciones á Don
Gregorio Espinosa de los Monteros ¿ Coronél de
los Reales Exércitos, Gobernador y Gapitan Ge=
neral de las Provincias de Cumaná y la Guayana,
Gefe de la reputacion , destreza militar y valor,
que sabe España , tenemos fixa esperanza , de que -
amanecerá la tranquilidad en el Orinoco , y con.
ella los progresos en la cultura espiritual de aque-
llos retirados Gentiles , y la feliz resulta de copio=
sos frutos para el Cielo.
CA-
HisTORIA NATURAL. 89
CAPITULO X.
Gefes militares de aquellas Naciones : mérito
y ceremonias , que preceden á sus
grados.
V stud » valor y letras , son los tres escalones
por donde suben los hombres á la cumbre del ho-
nor , del aplauso y de la veneracion. No conocen,
ni aun por sus nombres » las Naciones de que tra-
to, á la virtud, ni á las letras 5 y así, todos sus ascen»
sos, que en su débil juicio se reputan por muy
grandes , les tienen vinculados al valor y á la des-
treza , con que desde niños se exercitan en jugar
el arco y flechas , la lanza y la macana. Sus juegos
pueriles , todos se reducen á lo mismo que ven ha-
cer á sus padres: forman arcos , aguzan flechas,
pintan macanas , texen rodelas , y desbastan palos
tan firmes como el acero , para formar lanzas. Los
Chicos de un mismo Pueblo forman Batallones , eli-
gen Cabos , disponen sus filas , dan su señal , y
traban sus pueriles batallas , en cuyos ensayos es-
tán sus padres como en sus glorias. En estas esca-
ramuzas usan de flechas de junco grueso , que
no puedan hacer daño ni herida; y de rodelas,
para adiestrarse á evadir el golpe de la piedra,
lanza ó saeta ; y como el exercicio es único , y de
toda la vida , es increible la destreza á que llegan
algunos. Ella es tanta , como lo acredita el caso
siguiente.
Un Indio Otomáco » lleno todo el cuerpo de ci-
catrices , auténtico testimonio de muchas batallas
Tom. IT, M con-
90 EL Oxinoco ILUSTRADO»,
contra Caribes , en que se habia hallado , blasona-
ba de su valor delante de tres Soldados de nuestra
Escolta , y al pasar yo casualmente , les dixo : ,,Sí
», tengo las señales de estas heridas , es , porque me
»» he hallado solo entre muchos enemigos 3 pero
,, quando he peleado con tres, jamás me han he-
»»TidO: 39 y diciendo , y haciendo » juntó tres mon-
tones de aquellos dátiles que comen , y colocán-
doles en triangulo á buena distancia , se puso en el
centro de ellos , y sobre apuesta les dixo : tirad vo-
sotros , y si alguno acierta á pegarme , pierdo yo la
apuesta 3 si me libro detodos , yo ganaré. Asistí con
gusto á la funcion , y fué para mí cosa maravillosa,
ver aquel Indio , que apénas tocaba con los pies en
el suelo para mudar lugar : á un mismo tiempo ba-
xaba la cabeza para evadir un golpe, retiraba una
pierna para evitar otro , y doblaba todo el cuerpo,
para no recibir el tercero: parecia un hombre de
goznes , y un cuerpo todo penetrado de azogue:
tirábanle los tres Soldados , al principio con gana
de darle , y despues con ira , viendo que no podian
lograr golpe alguno 5 hasta que acabados los dáti-
les prevenidos , ganó el Indio Otomáco la apuesta.
Divertimiento , en que despues , estos y otros Sol.
dados perdian de buena gana sus apuestas , para
pasar las tardes desocupadas , y admirar mas y
mas tan singular agilidad y destreza. El Regio His-
toriador Herrera (a) dice de Otro Indio semejante,
que se movía con la ligereza de un gavilán , sin
que piedra alguna de quantas le tiraban le tocase.
Para el exercicio de la flecha cooperan head
¡en
te) Decada 1. lib. 6. cap. 9.
HisTORIA NATURAL. 9t
bien las madres , no dando á sus hijuelos la co-
mida Ó fruta en sus manos», sino colgándola á
proporcionado tiro , para que la gana de comer
los avive al acierto de pillar con la punta de la
saeta despedida , lo que desean comer. No es pon-
derable á lo que llega su destreza en el arco y
flecha: baste decir , que se ha tenido por espe-
cial providencia de Dios , el que los Caribes se
hayan enamorado del uso del fusil, porque en
ellos es casi inerrable el tiro del arco, y poco
acertada la puntería del fusil. Adestrados al ar-
co , saben que quanto mas tiran la cuerda , tan-
to mas seguro es el tiro, y de este principio cier-
to infieren un error, para nuestro bien muy apre-
ciable; pues juzgan que quanto mas pólvora ata-
can en la escopeta , tanto mas seguro es el golpe
de la bala : lo que es falso ) porque por lo mismo
la bala vuela por alto , sin hacer daño: á mas de
que miéntras cargan y descargan un fusil sin hacer
daño , pudieran haber disparado seis ú ocho fle-
chas, con mucho estrago5 asi que es tambien
especial providencia de Dios, el que no hayan
caido en la cuenta , en lo uno ni en lo otro.
Adestrada la juventud en el modo dicho , án-
tes de salir á la guerra , se llevan algunos la fa-
ma , ya de muy certeros en la flecha, ya de sin-
gularmente prontos á rebatirla , ó con la rode-
la, ó con el mismo arco: habilidad de pocos, y
por eso muy apreciable entre ellos. Quando tie-
nen edad para salir á la guerra , en todas sus ac-
ciones tienen la mira al honor , aspirando con an-
sia á que les aclamen por valientes , y puedan:
subir á Capitanes. Para este fin guardan con gran
cuidado los troféos y despojos de las guerras, y
Ca-.
92 Ex Orinoco ILUSTRADOs
cada qual hace tantas estatuas , texidas con bastan-
te arte y propiedad , de hojas de palma muy su-
tiles , quantos son los enemigos que ha muerto.
Tienen colgadas dichas estatuas de los techos , y
á todos los huéspedes , que entran en sus Casas,
despues del recibimiento, añaden: Yo soy muy
valiente » ya llevo tantas campañas; y mira allá
gquantos enemigos llevo ya muertos : yo seré un
gran Capitan «Sc. |
Es verdad , que en este estilo y regla , que es
casi general , no se cuentan , ni entran los de las
Naciones Achagua y Saliva: no son éstas gente
de guerra; y dicen que ni sus mayores lo fuéron:
solo un Saliva , que hoy es ya Christiano , tiró
por este rumbo , y pasó por los exámenes que
diré. No obstante gustan de tener muy lucidas
armas , penachos de plumas , y otras divisas de
bravos Soldados; y lo que es mas de admirar , á
sangre fria, y quando no hay enemigos , gastan
sus ademanes de brio , y azotan el ayre con bra-
vatas.
El que se ha de graduar, así como va ga-
nando crédito , se le va agregando primero la
gente de su parentela , y despues otros , ó atrai-
dos de su valor ,óÓ sobornados por el mismo , y
por medio de sus parientes y amigos. Quando tie-
ne v. gr. cien hombres de su séquito , previene
bebida , convida á los Caciques y Capitanes de
su Nacion , les hace relacion de sus hazañas 5 y por
último pide exámen para ser contado entre los Ca-
pitanes. Convenidos los Jueces en que se gradúe,
plantan enmedio de la casa al actuante desnudoy
como su madre le parió. y tomando el Capitan
mas antiguo un látigo de pita bien E le
j es-
HisTORIA NATURAL: 93
descarga fieros y repetidos azotes por todo el
cuerpo de arriba á baxo , y entrega el látigo al
Capitan , que por antigúedad se le sigue: éste y
todos los restantes Gefes le azotan horrorosamen-
te á su satisfacción. Los Caciques , y mucho au-
ditorio que concurre , están con gran silencio ob-
servando , si se le suelta algun acaya , que es
nuestro ay ,Ó algun otro ademan de ménos va-
lor; y si se quexa con solo un ay, Ó hace al-
gun ademan de sentimiento , le niegan redonda-
mente el voto, y ya no puede ser admitido á
los otros dos exámenes que le restan 5 pero si ha
sufrido como un bronce, aquel diluvio de azo-
tes, que le dexan sin pellejo , y con muchas he-
ridas , entran los víctores , el aplauso y los pa-
rabienes, y se acaba este primer exámen , em-
borrachándose todos larga y alegremente.
_Parecerá increible esta bárbara tentativa, pero
es cierta, y ellos realmente la practican y su-
fren brutalmente ; pero para quitar la admiracion
de ésta, vamos á la segunda , que á mi enten-
der es mas intolerable: son leyes inspiradas por
el Demonio , que en todas, y en todo se mues»
“ira cruel enemigo del Género Humano.
Pasados los meses necesarios para que sanen y
cicatricen las heridas , dispone el pretendiente otra
tanta cantidad de chicha , que en buen romance
es una multitud de tinajas de aquella su cerveza
extraida del maiz: señala el dia para la funcion,
y habiendo comparecido aquel rústico Cabildo,
cuelgan una bamáca » (es la bamáca una manta de
algodón bien texido , que colgada en el ayre, de-
pende de las dos extremidades de dos sogas , pren-
didas de las paredes Ó árboles : esta es la ca-
ma
ÍA EL Orinoco ILUSTRADO,
ma de los Magnates , porque el restó del vulgo
ducrme en chinchorro , que es una red prendida
y colgada al modo dicho entra el pretendien-
te en dicha hbamáca , se compone en ella á su mo-
do , y luego los Capitanes examinadores lo tapan
_de pies á cabeza con los dobleces de la mis-
ma», y lo aseguran dentro de ella con tres ata-
duras , una junto a la cabecera , otra á los pies,
y la tercera por enmedio: hecho esto , cada Ca-
pitan por su lado levanta algo el dobléz de la
hamáca , y suelta dentro de ella un cañuto de
hormigas bravas , y tan tenazmente mordaces , que
quando llega el tiempo de arrancarlas , ántes se
dexan partir por medio , que soltar el bocado.
¿ Quál se verá aquel necio valentón , con cin-
co Ó seis mil enemigos sobre sí , que todos le
tiran á qual peor , sin que dexen parte de aquel
desventurado cuerpo sin herida ,.y entre tanto.
sin facultad para defenderse , ni aun para me-
near pie ni mano ? porque la formalidad de es-
te exámen , y el salir bien Ó mal de él, depen-
de de solo un movimiento , por mas que sea in.
deliberado , con que dé á entender , que le son
molestas las sangrientas hormigas 5 y si se le es-
capa un ay al morderle las pestañas de los ojos
ú otras partes especialmente delicadas , ya perdió
el pleyto , quedó mal en su exámen, sin fama
de valiente , é incapáz de subir al honor de Ca-
pitan 5 y al contrario), si sufre con valor el tiem-
po determinado por su diabólica ley , despues de
- los parabienes , acuden todos á quitarle las hor-
migas , de que sale aforrado ó revestido; pero
¿le quedan claveteadas en el cuerpo las cabezas
de ellas, hasta que con el unto , que para ello
| | tie-
“HISTORIA NATURAL. 95
tienen , les hacen afloxar su diente tenáz: luego
se siguen los brindis , hasta quedar todos satis-
fechos , que éste es siempre el paradero de todas
sus juntas y funciones.
Se horroriza uno , solo al pensar en esta se-
¿gunda prueba, tanto mas penosa que la prime-
ra; pero como ni una ni otra llegan á ser mor-
tales , aunque sí muy molestas , viene á ser, que
la tercera prueba es mucho peor, que las dos
referidas ; porque en esta hay riesgo de muerte,
y á la verdad en ella mueren algunos.
La tercera prueba, que se debe llamar infernal,
se hace de este modo: juntos ya los Magistra-
dos y el vulgo, se cuelga en el ayre un cañizo bien
texido de cañas menudas , y capáz de recibir el
cuerpo del exáminando : suspenso ya á distancia
de una vara en alto ) lo cubren con una tanda de
hojas de plátano 5; (pocas son menester , porque
son de una vara de largo, y casi media de an-
cho,) luego sube el penitente ) y se echa bo-
ca arriba en aquella cama que ha de ser su po-
tro de tormento , ó su cadahalso para morir ; des-
pues de echado le dan un cañuto hueco , de ca-
si una vara de largo , que se pone en la boca pa-
ra resollar por él; y luego empiezan á cubrirle
de pies á cabeza, por encima y por todos los
lados , con dichas hojas de plátano 5 con la adver-
tencia , que las hojas que caen sobre la cabeza
y pecho , las rompen y ensartan por el cañuto
dicho , que desde la boca sube á lo alto. Ya en
fin arropado y sumergido en aquel caos de ho-
jas , empiezan á poner fuego debaxo del cañi-
zO: llámase fuego manso , porque las llamas no
llegan á lamer el cañizo; pero realmente da no-
/ | ta-
96 EL ORINOCO ILUSTRADOs
table calor á aquella infausta víctima de la ne-
cia ignorancia , que para quedar sufocada , le bas-
taba la multitud de hojas , que suele parar en tú-
mulo funesto. Entretanto , unos Ministros se Ocu-
pan, ya en atizar , ya en disminuir el fuego , pa-
raque no sea , ni mas ni ménos del que se acos-
tumbra , y del que sufriéron ellos quando pasá-
ron por estos baños : otros están observando con
vigilancia , si el paciente se mueve, Ó no; por=
que si hace el menor movimiento , queda repro-
bado , y se acaba la funcion tristemente 5 y otros
están á la mira del cañuto , observando el resue-
dlo del paciente , para ver si es débil ó vigoro-
so. Concluido el espacio destinado , quitan pron-
tamente las hojas: si hallan difunto al pretendien-
te , todo pára en llanto fúnebre 5; pero si le hallan
con vida , todo son júbilos , víctores y tragos á
la salud del nuevo Capitan, cuyo valor invenci:
ble dan por evidenciado en los tres dichos exáme-
nes. ¡Tanto como esto sufren por sola la honra!
¿ Qué fuera si esperáran alguna renta?
CA-
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mbor de guerra de
media de largo.
| HisTORIA ¡NATURAL» 97
GABIBGULO ¿doy
Variedad de armas de estas Naciones : des-
treza en manejarlas , su fábrica , y el tambor
- raro, con que se convocan á la
guerra. E
| $. I. 136
Armas , su fábrica y uso.
Aporta: las bestias , aves y animales , dió el
sapientísimo Autor de la Naturaleza instinto para
mirar por su conservacion 5 y á casi todas les dió
armas defensivas y ofensivas, para defenderse , y
para ofender tambien, quando les conviene : á unas
fieras dió garras y colmillos agudos; á otras du-
rísimos cascos y dientes penetrantes : dió uñas san»
grientas , y tenaces picos á las aves; y en fin,
ni á la abejilla hacendosa falta su aguijón , ni á
la menor hormiga su mordáz tenaza : solo al hom-
bre crió Dios desarmado , tal vez porque en ira
y corage excede á todas las fieras; Ó. porque ha-
biéndole dotado de entendimiento y discurso , le
dió las mejores armas , en los medios oportunos
para inventarlas , así defensivas , como ofensivas
para los casos necesarios.
Entre todas las armas ofensivas , que inventó la
industria humana , parece que se llevan la prima-
cía el arco y la flecha , por mas proporcionadas á
su genio , ó por ser mas manuales : sea por lo que
fuere , ello vemos en las Sagradas Escrituras , que
Tom, II, > N su
93 - Ex ORINOCO ILUSTRADO,
su antigúedad compite con la de los primeros home
bres del Mundo; y. hallários ,/así en las Historias
Sagradas , como en las Profanas , que su uso fué
«general entre todas las Naciones» del Mundo' anti-
guo ; y en el nuevo ha sido y es hoy general para
todás aquellas Gentes. A mas de esto , así como acá
se inventáron broqueles y rodelas contra las agu-
das puntas , del mismo modo halláron esta defen-
sa los Americanos 3 y si acá los antiguos usáron
porras de Hércules , y entónces y ahora varios gé-
neros de lanzas aceradas ; asimismo los Indios usan
macánas formidables , y lanzas de madera tan sóli-
da, que puede competir con las puntas mas afiladas
de las bayonetas. Y en fin , si-acá se inventáron las
caxas y timbales de guerra , los clarines y las trom-
petas para el gobierno de las marchas , y para €x-
- citar los ánimos al ardiente manejo de las armas;
tambien las Gentes del Orinoco usan una moda ra-
rísima de caxas para la guerra , y una gritería 1n>
fernal para avivarse y excitarse mútuamente en sus
batallas. Pero en lo que. ponen su mayor cuidado,
es en pintarse todo el cuerpo , y especialmente la
cara , con tanta fealdad , que fuera de ponderación
alguna , despues de pintados ó embijados y NO pa-
recen hombres , sino un feo exército de Demo-
nios , con tanta similitud, que, como consta en la
Historia. de las Misiones del Chaco, y en Otras
Historias semejantes , muchos Españoles de valor,
y acostumbrados á batallas en la Europa , sorpre-
hendidos de aquella no imaginada y horrenda feal-
dad , han vuelto indecorosamente las espaldas ¿no
sin grave daño. La vista se horroriza 5; pero la bar-
bara algazara y confusion de gritos , si vida de lé:
jos aturde , oida de cerca provoca á risa ; porque
: unos
| «HISTORIA NATURAL. 99
unos dicen gritando , yo soy: bravo como un tigre;
Otros , yo soy rabioso como un caymán ; y cada qual
dice su desatino á este mismo tono; y con toda eso,
ménos los Otomácos y los Caverres, los demás, vien-
do caer muertos algunos de los suyos , vuelven las
espaldas , y toman la fuga por asilo ; ni acometen:
jamás , si no es notoria su ventaja; y así , todas
sus guerras se reducen 4 émboscadas , retiradas
falsas , asaltos nocturnos y otras inventivas. Aho-
ra veamos el modo de fabricar sus armas.
Parecerá á algunos , que se pudiera omitir este
punto de que voy á tratar , porque bien se ve
quan fácil es formar la punta de una flecha y de
una lanza , y reducir un palo tosco á que sirva
de macána ; pero yo deseo que el curioso Lector
se considere conmigo en una de aquellas Nacio-
nes, adonde la primera noticia que llega de que
hay hierro , la da el Misionero , repartiendo an-
zuelos y arpones para ganarles la voluntad. En la
tal Nacion no se halla un cuchillo , ni un machete,
ni herramienta alguna para labrar , desbastar , y
pulir sus armas: ¿cómo pues-se ingenian , ó. de
qué se valen para suplir el defecto de instrumentos
para labrarlas? ua en |
En las Naciones donde hay Misioneros , y
en las que. no distan mucho de ellos , usan ya
de herramientas á propósito para el caso 5; pero
en todas las Naciones en general, ántes que lle-
gasen los Españoles , y en las muchas adonde no,
han llegado hasta ahora , labran sus armas , tam:
bores y embarcaciones con. solo fuego y agua ,4
costa de mucho tiempo , y de una prolixidad in-
creible. Con el fuego , soplando las brasas , abren
y gastan lo que es necesario de las maderas , y
E con
400 Ez Orinoco ILUSTRADO,
con el agua , que está á mano siempre , apagan
el fuego , para que no gaste de ellas mas de lo que
es menester. No hay sufrimiento ni paciencia que
baste , solo para verlos trabajar , tan á lo natural,
que casi crece su labor ,al paso insensible con que
crecen las yerbas del campo : pausa solo propor-
cionada á la innata pereza de los Indios. y
Despues de consumido lo que basta , para que
el palo tome forma de lanza , de macana ó de
punta de fiecha , entra otra prolixidad no ménos
espaciosa y molesta : buscan ó tienen ya cantidad
de caracoles de extraña magnitud , que se crian en
las tierras anegadizas y húmedas; hacen pedazos
las cáscaras , cuyo borde viene á tener lo tajante,
que hallamos acá en un casco de vidrio que se
quebró , y con diehos cascos de caracol, á fuerza
de tiempo y de porfía , dan el último sér y lustre á
sus arcos », y dan agudeza increible á sus lanzas y
flechas , todo á fuerza de tiempo , y de una flema
intolerable-
- Despues eneaxan una punta afilada , ó una pua
de raya en la extremidad ce la ficcha , asegurándo-
la con hilo ) preparado con peramán , que es un las
cre muy, parecido al nuesiro. cue fabrican de cera
negra y otras resinas , que en £lla derriten á fuerza
de fuego. Este peramán , aplicado caliente en una
vizma al hueso que se quebró, sea el que se fuere,
_lereune , y consolida en breves dias.» sin necesitar
de 'segunda vizma , ni de otra-c:hgercia , que la de
tener quieto el brazo ó pierna quebrada ; de lo
qual tengo repetidas experiencias. >
De
o A A
HisTORIA NATURAL. 40%
$. IL
Sus caxas de guerra , fábrica y sonido.
T, caxas de guerra las labran con fuego y agua
en el modo dicho , y el lustre exterior se lo dan
á costa de tiempo , y con cascos de caracol ; pero
como se recatan para esta maniobra , nunca vi
fabricar caxa alguna , y todas las que vi eran ya
perfectamente concluidas. Ni hallo términos con
que explicar su arquitectura , por ser maniobra tan
extravagante , que sin verla , no se puede hacer ca-
bal concepto de ella. Voy á explicarla como pu-
diere.
En las casas de los Caciques , y en lo mas des-
embarazado de ellas, hay fixados tres palos , que
forman ni mas ni ménos que una horca: del atrave-
saño de encima , con dos bejucos de á quatro ó seis
brazadas cada uno , está colgado el tambor por las
dos extremidades , distante una media vara del sue-
lo. La caxa es un tronco hueco de un dedo de cas-
CO , tan grueso , que dos hombres apénas le po-
drán abarcar , y de tres varas de largo y, poco mas
ó ménos: es entero por todo el circuito , y vacia-
do por las extremidades de cabo á cabo á fuerza de
fuego y agua. En la parte superior le hacen sus cla=
raboyas , al modo de las que acá tiene el harpa,
y en medio le forman una media luna , como una
boca , por donde la repercusión sale con mas fuer-
za: en la madera que hay en el centro de la me-
dia luna, se ha de dar el porrazo para que sue-
ne; pues en qualquiera Otra parte que se dé , so-.
lo suena como quien da en una mesa, Óó en una
puer-
402 EL Okrinoco ILUSTRADO,
puerta : y aunque se aporree en el centro de la
media luna , si no es con uno ó dos mazos , envuel.
tos en una resina , que llaman currucay , no suena:
y lo que es mas, aunque le den con dichos ma-
zos , si abaxo en el centro de la caxa , en sitio per-
pendicularmente correspondiente á la media luna,
no hay fixado con el betun que ellos llaman pera-
mán y un guijarro de pedernal , que pese unas dos
libras , tampoco suena» Puesto el pedernal en su
lugar , tapan ajustadamente las dos bocas extremas
de aquel disforme tronco hueco , y ésta es la últi-
ma diligencia de la obra , que , como dixe , ha de
estar pendiente en el ayre , de aquellos dos correo»
sos sarmientos , que llaman bejucos ; y si topa, Ó
en el suelo ,Ó en otra parte , tampoco da sonido al.
guno 3”y esta tropelía de requisitos , y en especial
el del pedernal , que parece no ser del caso , es lo
que me ha causado notable armonía , y creo la
causará á todos.
Pues su ruido y eco formidable , ¿ quién le po-
drá ponderar? Y ya ponderado , ¿quién en Euro-
pa lo querrá creer? El que no quisiere creerlo,
no por esto incurrirá en pena ó multa alguna; y
si le pica la curiosidad , con pasar al rio Orinoco,
podrá salir de sus dudas: yo refiero ingénuamen-
te lo que he visto y oido , y protesto , que es fie-
ro y extravagante el ruido y estrépito de aquellas
caxas ; cuyo eco formidable , fomentado del eco
con que responden los cerros y los bosques , se
percibe á quatro leguas de distancia; y nuestros
Indios dicen , que las caxas de los Caverres , á
quienes se atribuye la invención , se perciben mas; '
Ó porque les dan mejor temple , ó porque son ma-
yores , Ó porque es mas á propósito la madera: lo
| CióTa
HisToRIA NATURAL. | to3
eierto.es , que en el año de 1737 , habiendo mil
«Caribes , y cinco Hereges, que los capitaneaban,
asaltado la Mision de nuestra Señora de los Angeles,
al romper el dia , fuéron sentidos á tiempo y y tOs
cando á rebato el Cacique Pecári con su Caxay
al punto se Oyó desde el Pueblo de San Igna-
cio y al de Santa Teresa , distantes quatro leguas;
con el qual aviso, el Padre Ignacio Agustin
de Salazár puse en cobro la gente de Santa Te-
resa , y se retiró al Castillo ó Fuerte de San Xa=
vier , para guardar su vida 5 y los Indios del Pue-
blo asaltado , que estaban en sus pesquerías , á.
ran distancia , todos oyéron el toque del rebato,
y los otros especiales toques , que durante el com-
bate, (que desde el amanecer duró hasta las tres de
la tarde , Ó las quatro,) se tocáron incesantemente)
hasta que los Caribes , cargando con sesenta muer-
tos de los suyos , y con mas de cien heridos , Se re.
tiráron vergonzosamente , sin haber de nuestra par-
te ni uno levemente herido ; en que se vió el am-
paro de María Santísima y de San Francisco Xa-
vier 5; y con los ecos de la pavorosa caxa se evitá-
ron muchos daños , poniéndose en cobro los otros
Pueblos , y las gentes , que fuera de ellos andaban
dispersas. No se llevan á la guerra dichos tambo-
yes. Ó caxas 3 pero como se ve , aunque el combate
sea á mucha distancia , se oyen , y sirven de alien-
to á los combatientes. Con el arbitrio de estas ca-
xas , cuyo sonido pasa de Pueblo en Pueblo con
gran brevedad , se han mantenido los Caverres fir-
mes contra los asaltos de los Caribes , juntándose
con gran presteza todos al aviso de las caxas , que
al punto corre por todos sus Pueblos.
Ruego al erudito Lector trayga á su memoria
la
—+o4 EL ORINOCO ILUSTRADO,
la tan antigua como celebrada cornetilla de Ale-
xandro Magno ; con cuyo sonido y eco , quando
convenia , llamaba á sus Gefes , que la oian á dis-
tancia de quatro l-guas; siendo así , que no era
grande , ni de metal selecto , y todo su eco de-
pendia de la singular hechura ; puesto que mu-
chas cosas, que parecen imposibles , suelen de-
pender de un accidente muy corto. Llevan tambien
á sus guerras tambores manuales , y hechos casi
como los de Europa , que les sirven para sus bay-
les y dias de bebida general; en los quales usan
tambien de variedad de flautas , como ya dexamos
dicho en su lugar. |
$ II!IL
Trátase sériamente del sonido del tambor Caver-
re, y se evidencia el alcance |
de su sonido.
Ma, sonoro es el tambor Caverre de Orinoco;
pero mayor es el eco, que de su noticia ha re-
sultado , con esta voz reflexa , que dice : él es
tambor : luego de algun modo ha de sonar como
nuestros tambores. Niego la conseqúencia , por-
que no se infiere; y redarguyo con otra en el
mismo tono, así: él es tambor en todo desemejan=
te á los de acá: luego su sonido debe ser en todo
y por todo diverso de los de acá. Esta parece que
se infiere mejor que la otra conseqiencia , porque
aquel es mal modo de arguir; y si él valiera,
no hubiera noticia forastera cierta , si no se ha-
llaba por acá alguna cosa semejante con que ve-
rificarla: de que se inferiria volverse inútiles las
Historias , y se negára redondamente » Eos en
las
x
ES
? HisTORIA NATURAL. tos
las Islas Filipinas , el palo llamado molanguén,
se convierte en piedra : se negára , que en las
costas de Tierra-Firme , el palo guayacán par-
do , dentro del agua se convierte en pedernal ; no
obstante que una y otra conversion son eviden.:
tes, y yo he tenido en mis manos uno de los
guayacanes yla mitad palo , y la otra mitad con-
vertida ya en pedernal fino; y tambien se negára,
que el agua de Guancabalica ) mineral del Perú,
se saca del arroyo, se echa en moldes de la fi-
gura que se quiere , y se quaxa en piedra de sille-
ría , segun fueren los moldes; y de la tal can-
tería se fabrican las casas. Se negáran las dos cé-
lebres caleras , la de Tanlagua , que dista de la
Ciudad de Quito nueve leguas; y la de Cocoñu-
to, que dista de Popayán ocho leguas, siendo
así que ellas son dos manantiales, cuyas aguas
se congelan en piedras de cal: de modo , que si
estas caleras estuvieran cerca de Guancabalica,
se viera una. gran maravilla, pues fueran sus
paredes de cal y canto; y de ellas con verdad se
podria afirmar , que poco ántes fuéron agua cor-
riente; pero todas estas singularisimas y ciertas
noticias serán despreciables , si vale aquel modo
de arguir primero: y segun él, ésta será bue-
na conseqgúencia; en Europa no hay árboles que
dén mazorcas de cacao , que crien grana , que
dén achote : ¿luego nada de esto hay en IÍn-
. $
cerá es tuviere alguna tintura de filósofo ; y
IT: | 0) | el
Ay :
406 EL Orinoco ILUSTRADO,
el que no la tuviere , no se disgustará de ver los
fundamentos y los experimentos con que pruebo
y confirmo mi proposicion.
Quatro cosas debemos por ahora considerar
en el sonido y en la voz: produccion , propagacion,
reflexion y aumento. Su diminucion no es del caso;
pero sí lo es el saber qué es el sonido en comun»,
y en particular. Sonido en comun , es la vibra-
cion del ayre compelido con mayor ó menor im-
pulso. La vibracion activa imprime en el ayre ma-
yor ó menor impulso, y undulacion , segun la
mayor Ó menor solidéz del cuerpo sonoro ; V. gr.
campana , caxa de guerra , Ó timbalete. El sonido,
que resulta por mera ¿mpulsion del ayre, toma
su cuerpo y tono alto, baxo, tenor Ó tiple , se-
gun €s la fuerza impelente que le arroja por el
clarín , baxón , obue Ó flauta ; y lo mismo se de-
be decir de la voz humana , y de las de los ani=
males, aunque tan diversas entre síz y en fin,
la diferencia acorde de las voces de los instru-
mentos de cuerda , se origina de la vibracion to-
tal de unas cuerdas , y de la no total de otras,
que en ciertos términos las comprimen 3 del ma-
yor ó menor cuerpo de las mismas cuerdas vibra-
das ; y de la concavidad varia de los instrumentos
músicos: y ésta es propiamente la produccion Ó
la causa productiva del sonido. La propagacion
del sonido nace de que el ayre vibrado ó impe-
lido , mueve é impele al inmediato , y éste al que
se sigue, y con este sucesivo movimiento corre
la voz y el sonido y al modo del movimiento que
causa una piedra arrojada en un estanque , que
Íorma un círculo , y éste forma otro , y aquel for-
ma otro, hasta que llegan los circulos y el mo-
| vi-
HisTorRIA NATURAL: 407
vimiento á las orillas. Este modo de filosofar cons-
ta por el siguiente experimento : tóquese una cam.
pana ó una caxa de guerra, junto al mismo es-
tanque , Ó junto á una ventana , por donde el ra-
yo del Sol descubra los átomos, y se verá , que
así el agua del estanque , como los átomos que
se descubren al rayo del Sol, se conmueven , y
á su modo corresponden á los golpes sonoros de
uno y otro instrumento: en que se ven los efec-
tos de la vibracion con que las partes del ayre se
impelen unas á otras.
La velocidad de estas vibraciones sucesivas
del ambiente es tanta , que ya á fuerza de repe-
tidos experimentos (a), se ha averiguado , que en
el cortísimo espacio de un segundo minuto , Ca=
mina el sonido ciento y ochenta brazas; de ma-
nera que el sonido que corriese por una hora en-
tera , debiera oirse en el distrito de ducientas
ochenta y tres leguas Ordinarias de España: bien
que se debe atender mucho á la hora y á las
circunstancias en que v. gr. se dispara un cañon
de artillería , porque de noche , mayormente: si es
sosegada , anda mas que de dia; y si el dia está
en Calma, corre mas que en el que sopla mu-
cho viento 5 sí bien es verdad , que hácia don-
de corre el viento y andará mucho mas la voz y
el sonido. |
Robórase mas la velocidad de esta undulacion
sucesiva del ayre vibrado é impresionado del so-
nido , con el experimento del Padre Grimaldi (b),
que despues han hecho otros muchos. Pónese en
] el
(a) P. Regnault , 3om. 3. (by In Physico-Mathes.
Entr. 2. de Lumine.
408 EL Orinoco ILUSTRADO»
el suelo raso un tambor con unos dados encima,
y á grande distancia da señas del estrépito de la
Cavallería , que marcha hácia el tambor: y en Ciu-
dad sitiada se valen de este arbitrio , para saber
por qué lienzo ó frontera se abre mina 3 porque
por profunda que ella se trabaje , los dados en
el tambor responden al golpe del pico ó de la
barra: y aunque es verdad que este último ex-
perimento se alega para probar la velocidad con
que el sonido ó ruido se transmina por la tier-
ra, es al mismo tiempo prueba «eficáz de la ma-
yor y suma ligereza con que debe correr por un
cuerpo tan sútil , como es el ayre : pero todo lo di-
cho es poco, y fuera corta la extension del so-
nido , si le faltára la reflexion, en virtud de la
qual á un sonido corresponden muchos», si el
sitio es para ello; Óó á lo ménos uno , quando la
voz Ó el sonido da en cuerpo sólido ) de que re-
sulta el eco. !
El eco, con el oido , hace lo que la reflexion
del espejo con la vista. El espejo revuelve hácia
los ojos la imágen de lo que se le pone delante;
y el peñasco Ó bóveda obsistente revuelven la
voz y el sonido á los oidos , en el mismo tono
Ó modificacion , con mayor ó menor claridad , se-
gun la solidéz y resistencia en que da el ayre vi-
brado: de modo, que si el peñasco ó fábrica
tiene concavidades , es mas á propósito para re-
¿batir la voz, con tal que medie la debida dis-
tancia; porque si se da el grito Ó muy cerca ,Ó
muy léjos, descaece la reflexion del eco, por
el exceso de la vibracion del ayre , quando es de
muy cerca , y por el defecto , quando es de muy
léjos. Las lomas de Alcalá de Henares que se
de
HisTorIA NATURAL. 409
llaman Alcalá la Vieja , revuelven el eco con to-
das las sílabas de la palabra , con notable clari-
dad. El célebre peñasco , que es un cerro de piedra
de una pieza , llamado pararúma (a) y de que ya
traté , tiene enfrente otro menor y allí observé
repetidas veces tres ecos sucesivos de resultas de
sola una voz : la primera respuesta la da para-
rúma , la segunda , la peña de enfrente , y á es-
ta responde , el tercer eco el mismo pararúma.
Mas es lo que experimenté en el rio 4pure; y €s,
que á un solo tiro de fusil responden quatro ecos
sucesivos; el primero, de la barranca , y bos-
que de enfrente; el segundo , de la barranca
donde se disparó el tiro; el tercero , de la par-
te de rio arriba; y el quarto , del rio hácia aba-
xO. i (
Pero esto es nada á vista de lo que refiere
el Padre Marsenne (b) , del eco de Charentón , que
repite la misma palabra trece veces: de el del Par-
que de Voostock en Inglaterra, que de dia responde
diez y siete sílabas, y de noche veinte: del de
Ormeson , y de otros y que refiere el Diario de
los Sabios Parisienses , semejantes , y aun mas ad-
imirables (c). ¡ |
"Y he aquí , que así como de la propagacion
del sonido , al dar con el cuerpo capáz de ella,
nace la reflexion y el eco ; así del sonido directo,
y del reflexo, que es el eco, resulta lo quarto
que apunté » que es el aumento del sonido: lo
que se conoce palpablemente , quando se bate
| - A O SITE S una
(a) Supra 1. p. cap. 18. (c) Dia 16. de Agosto,
Cb) In Arm, Univ. lib. 3. año de 1677.
Pog- 214»
440 EL Orinoco ILUSTRADO»,
una caxa de guerra, Ó tambor junto á una Igle-
sia hecha de bovedas, ó cerca de otra fábrica
semejante; porque entónces , á un mismo tiem-
po atormenta los oidos el sonido directo de los
segundos golpes, que se une con los ecos que
resultan de las vibraciones primeras; y ésta es la
causa de que en algunas Iglesias los ecos del Pre-
dicador le atormentan y confunden 5 y atuiden y
exásperan á los oyentes.
3 Y qué dirémos de este aumento, si la caxa se
bate v. gr. á vista de un rio , con bosque á una y
otra banda , y con algunos picachos de. peñas
Opuestos y propios para responder ecos muy vivos?
Es preciso decir que las barrancas , los bosques,
y la multitud de elevados peñascos responden
unos á un mismo tiempo , y otros despues , se-
gun las distancias; que cada barranca , bosque
y picacho responde al eco de los demás , con
notabilísimo estruendo; y si el sonido de la caxa
persevera , es necesario que persevere el estré-
pito y la confusa tropelía de los ecos , con una
extension y un aumento casi increible , pero
cierto é innegable: y esto es puntualmente lo
que sucede , y afirmé del sonido del tambor de
los Caverres y puesto en el Pueblo de los Salivas,
fundado junto al rio Orinoco 5 y de sus bosques,
barrancas , vegas y multitud de elevados peñascos,
cuyos ecos multiplicados y repetidos , propagan
y aumentan el sonido. Esta.no es idéa especula-
tiva , ni argumento fundado en formalidades me-
tafísicas, sino una série de experiencias , que con-
curren á evidenciar la certidumbre de mi expe-
rimento. | |
Confieso que no era menester tanto apara-
to
HISTORIA NATURAL» 444
to para los medianamente filósofos 5 porque para
los entendimientos cultivados , basta este solo en-
timema. El rayo del Sol , que da directamente en
el espejo , recibe aumento de luz y de calor , en
virtud del rayo reflexo del cristal opuesto ; luego
la voz y el sonido vibrados hácia el cuerpo opues-
to capáz de ello , crece y se aumenta con la
multitud de ecos reflexos ; tanto mas , quanto es
mas corpulenta la voz, grito ó sonido directo;
y mucho mas, si el término de oposicion es só»
lido ó cóncavo , como ya noté.
Ni vale el efugio de que éste no tanto es so-
nido del tambor , quanto de los ecos; porque yo
percibo el modo de separar el sonido que resul-
ta de la vibracion directa del instrumento agita-
do , y el que resulta de la vibracion y undulacion
reflexa , que son los ecos , de cuya union resul-
ta el dicho aumento; del qual puedo citar mu-
chas experiencias. En primer lugar ,la de Murcia,
que con distar nueve leguas de Cartagena, no
obstante la cumbre que media , que es obstáculo
para el ayre y sonido vibrado ; con todo , se oye
la artillería: y quando el viento es favorable,
tambien se oyen los cañonazos de Alicante , que
dista de Murcia mas de doce leguas.
En segundo lugar ,la del sitio Ó asedio , que
Francia puso á la Ciudad de Gerona (a), en que
se oyó el estruendo de la artillería por el Rose-
llón adelante , hasta quarenta leguas de distancia
de aquella Ciudad; y dan allí por causa , la co-
operacion de los valles-picachos de piedra , y las
con-
(a) In Bibliot. Phylosoph. tom. 1. Pag. 70»
442 EL Orinoco ILUSTRADO)
concavidades de los montes pirinéos: á que aña-
do yo , que,es muy creible que concurriria tam-
bien el correr por entónces viento favorable.
En tercer lugar ,la mia , y con ella he conso-
lado á los Padres Misioneros recien llegados al
rio Orinoco , y á otros muchos pasageros., que
se aturdian y llenaban de pavor , al oir en las tem-
pestades unos truenos , que se unen y forman un
trueno formidable, que dura sin intermision al-
guna , todo el tiempo que las nubes van á pau-
sas disparando sus truenos ; de modo , que lo que
percibe el oido , es un continuado trueno , con
sus altibaxos , ya mas , ya ménos intensos , que
es cosa muy notable , y que causa mucho pavor
y asombro á los forasteros ; pero luego que en-
tienden que aquello no es todo un trueno , sino
un horrible estruendo , que resulta de los true-
nos regulares , y de la sucesiva confusion de los
ecos con que responden los bosques , barrancas,
cerros , peñascos , cóncavos y abras de los mon-
tes circunvecinos , se consuelan los recien lle-
gados; aunque no del todo , porque si bien co-
nocen la causa de tan singular novedad , la mis.
ma novedad los hace temblar de miedo.
. Con lo dicho queda evidenciado , que este
aumento horroroso , resulta de los truenos y de
la sucesiva , y poco despues simultánea respues-
ta de aquella multitud de ecos; y quando se ba-
te el tambor Caverre sin interrupcion , resulta á
proporcion un sonido y estrépito , capáz de ser
oido á las dichas quatro leguas de distancia: por
- esto dixe aunque de paso en su lugar (a), la pres-
V odia dl | te-
(a) 2. part. cap. 8. - .
HistorR1A NATURAL. 443
teza con que corre en toda la dilatada Nacion
de los Caverres la noticia de que hay enemigos,
que vuela de Pueblo en Pueblo con el eco de
sus tambores. Y por ser tal el confuso estruendo
de las tempestades del rio Orinoco , dixe en la
primera Parte (a), hablando de aquellas trompe-
tas funestas y nocturnas, que se parecia su es-
truendo al que se oye álo léjos , quando va ca-
minando una tempestad , de las que allí se su-
fren con freqúencia , por ser el terreno húmedo,
con muchas lagunas , y el calor del Sol sumamen-
te intenso , todo muy á propósito ,para que abun-
den las borrascas: y pues esta precisa adicion
ha dilatado tanto este Capítulo , démosle fin con
un epílogo de noticias curiosas»
$. 1V.
De sus embarcaciones: modelo y modo irregular
de fabricarlas.
Co fuego y agua , tiempo , flema y paciencia,
reducen á canóas 6 á piraguas los troncos de los
árboles, mas disformes de lo que puede pensar , el
que solo tiene luz y noticia de los astilleros de Eu-
ropa: de modo , que en una de aquellas piraguas)
que en las costas de Cartagena y Santa Marta lla-
man seyvas , á mas de la carga ordinaria y basti-
mentos , se embarcan treinta Indios de guerra: to-
da aquella mole es de una pieza , ménos las com-
puertas de popa y proa , que son añadidas 5; y hay
mu-
(a) Cap. 13.
Tom. IT. Pp
AA EL ORINOCO ILUSTRADO,
muchas de una pieza , sin añadidura alguna. Para
engolfarse mar adentro ¿ como lo hacen con fre-
qiúiencta, y para subir Orinoco arriba, en tiempo de-
olage , que son los cinco meses , desde Diciembre,
hasta Abril , en que sopla indefectiblemente el vien-
to oriental , que allí llaman briza y añaden á los
costados de las piraguas , y al batidero de las olas,
para que no entren adentro , una tabla por banda,
corrida de popa á proa; y lo que hay mas que
maravillar es , que en toda una piragua , y en toda
una armada de cien piraguas , que se ven subir na-
vegando á la vela, no se hallará un clavo , pues
hasta las hembras y machos con que se gobierna y
vira de una á otra banda el timon , son tambien de
palo : ni se hallará una onza de estopa , ni de brea,
ni de alquitrán , gastada en el calafate de las com-
puertas , Ó de las tablas que añaden. Esto, como yo
no lo quise , ni pude creer , hasta que lo vi y re-
gistré muy despacio pieza por pieza , y añadiendo .
muchas preguntas y de que los Indios se reían mu-
cho ; lo dexo al juicio del curioso Lector , con la
protesta de que no puedo enojarme , sino se cree
aquello mismo que yo no crei, hasta que lo vi,
toqué y palpé con mis manos. Con esta experien-
cia , y á Ojos vistas y todo se me hacia factible , mé-
nos el calafate, sin estopa, brea ni alquitrán; y
aunque lo estaba viendo , no ereía que pudiese
aquel buque resistir al golpe continuo del olage,
ó que no saltase para fuera con la fuerza que ha-
ce la piragua al andar á punta de bolina , ó quan-
do vira forzada , toda á orza, porque hasta los
barcos grandes , y tambien los navíos calafateados
á toda costa , y á nuestro uso, suelen darse por sen-
tidos en estos lances y modos de correr á la vela;
54
nd
HisTORIA NATURAL» 445
pero ello es cierto que los Indios , los Españoles
pasageros y los Padres Misioneros , y yo entre ellos,
hemos navegado en dichas piraguas , con la mis-
ma seguridad y sosiego , que si fuera un buen
barco de Cádiz. ¡ |
Mi mayor dificultad ,que*o será de todos , era
el calafate de las junturas , que se abren entre la
piragua y las tablas; pero salí de ella al ver que
para ello juntan cantidad de cortezas de palo , que
al modo del mangle , nace junto al agua , y den-
tro de ella, en las riberas del rio y del mar ; las ma-
chacan bien , hasta que resulta una.masa pegajosa,
trabada de muchas hebras , que son los nervios de
las mismas; y con esta masa llenan apretadamen-
te las aberturas y costuras de la piragua; la qual
siendo como es pegajosa , se agarra , mantiene y
sacude el golpe del agua , sin daño y con facilidad.
Todo lo dicho , que á la verdad me causó mu-
cha admiracion á los principios , hallé despues en
Mr. Blaew (a), que lo practican los Indios bár-
baros de las Islas Maldivias , que á diez y siete
leguas del cabo de Comorin , corren ácia la Isla de
Java , en el golto de la India oriental. Dice este
Autor > que de solos los troncos de los cocos for-
man aquellos Indios sus embarcaciones , sin cla-
vo alguno y, sino estrechando y uniendo las ta-
blas con sogas , que tuercen , del cáñamo que sa-
can de las hojas de los mismos cocos; y aun aquí
crece mucho mas la dificultad 5; porque en las em-
1 ESE bar-
(a) Atlas Indie part. 22 non clavibus , sed funibus,
pag. mibi, 3. ibi: Notatudig. ex'hac ipsa arbore factis so-
num , naves bic confici ex so- lide nectunt. Folia pro. velis
lis hatumarborum lignis, que > sun? , Sc,
446 EL Orinoco ILUSTRADO»
barcaciones del. Orinoco , que como dixe , son de
una pieza , tan largas y anchas , quanto puede dar
de sí el mayor tronco , solo hay la dificultad de
acomodar y afirmar la tabla, que añaden por el
bordo ; pero como los Indios de Maldivia unen sus *
tablas de coco , en “forma de embarcacion , desde
la quilla , hasta el bordo , sin clavos , solo con en-
laces de cuerdas , es mucho mas arduo de hacer,
y dificil de percibir. di
Que los Indios orientales Maldivios formen las
velas para navegar , del material que dan las hojas
de los eocos , es industria , que practican los natu-
rales del rio Orinoco , especialmente para las ca-
nóas , en que salen á pescar ; porque aquellas mis-
mas esteras , que texen de los cogollos de la palma
muriche , les sirven por la noche , de colchon y de
colcha , y de dia hacen el oficio de vela para na-
vegar. Y si llega el caso , como sucede , de haber
vendido las esteras , los he visto salir á pescar , ase-
gurando en medio de la canóa un arbolillo copo-
so , que es suficiente para que el viento empuje
la embarcacioncilla rio arriba: y hecha ya la pes-
ca , baxan con la corriente del agua. |
Por lo que toca al modo de carpintear y tra-
bajar sus embarcaciones , así las mayores , que lla-
man piroguas , como las menores , que llaman ca-
nóas y en las Naciones , que no tienen: aun noti-
cia de la herramienta ,. ni de su grande utilidad,
con la misma flema , con que diximos , labran sus
arcos » flechas y lanzas de macana , palo durísi-
mo 5 pero si en aquellas maniobras cortas gastan
dias y semanas , en la de las embarcaciones con-
sumen muchos meses, y á. veces años.
Y es la razon , porque cortado el: +
| as
HisTORIA NATURAL. : UY
las hachas de pedernal , y desmochado por la parte
conveniente , con el afan y costo de tiempo , que
diré en el Capítulo XIX, de esta segunda Parte,
van gastando con fuego desde la parte superior
del tronco , dexando tres dedos de casco por uno
y otro lado , hásta que en el fondo solo queda un
grueso semejante al' de los bordos : concluida esta
tarea , llenan de agua aquel tronco cóncavo , y
con hojas secas de palma le van arrimando fuego
manso 5 siendo cosa muy digna de notarse , el ver
como el calor por la parte de afuera , y el agua
por la de adentro , concurren , y van ensanchan-
do el hueco , abriendo y retirando los bordos á
uno y otro lado: al mismo tiempo cooperan los
Indios , encaxando por lo interior de la canóa bar-
rotes y atravesaños de madera firme , y muy ajus-
tados , que ayudan á abrirla , y despues de abier-
ta , no la dexan cerrar : en el lugar que correspon-
de al árbol , que ha de llevar la vela , duplican los
atravesaños mas fuertes y mas corpulentos , para
afianzar contra ellos el dicho árbol : y concluida la
maniobra , apartan el fuego , apagan el que se pren-
dió en la superficie exterior, y con gran prolixidad
gastan muchos dias en desbastar el carbon de aden-
tro y de afuera , hasta que toda la canóa queda con
un lustre como de azabache , que resulta del car-
bon bruñido : y es de saber , que aquel poco car-
bon exterior que le queda , es una defensa grande,
para que el agua no dañe , ni pudra las embarca-
ciones.
Para navegar por el Orínoco , y por los otros
rios que entran en él, si el tiempo amenaza borras-
ca, para asegurarse mas , y resistir mejor á los
golpes del olage., usan de dos canóas , algo sepa-
ra-
4142 EL ORINOCO ILUSTRADO,
radas una de otra , pero unidas , con maderos fir-
mes por la proa y popa , y por la mitad del bu-
que: con que por recio que sea el olage , jamás
se trabucan las canóas ) y yo he navegado en
ellas repetidas veces con recios temporales , y con
toda seguridad. Este arbitrio causó notable nove-
dad á Mr. le Mayre (a) en las costas de la Nueva-
Guinéa , maravillándose de ver en alta mar unidas,
Óó por mejor decir uncidas con tres yugos , de dos
en-dos las canóas de aquellas Gentes bárbaras , que
por mas que lo sean , no les falta ingenio y trazas
para mirar por su seguridad y utilidad : instinto,
que ha concedido Dios á las fieras y animales ) pa-
ra su conservacion y propagacion ; y asi no es mu-
cho se halle en aquellos hombres , que parecen
fieras.
Aquí parece que corrésponde el hacer mencion
de los inventos ó artificios , de que usan los In-
dios , de quienes voy hablando , para pasar los rios
caudalosos , que les niegan el vado en los viages
que emprenden por tierra , y á que se acomodan
los Misioneros , que caminan con ellos , por la pre-
cision en que los pone la falta de puentes y de em-
barcaciones.
El mas comun , y al parecer mas seguro , es el
que llaman taravita , y vulgarmente cabuya ; del
qual nadie se puede librar , si sube á la Capital del
nuevo Reyno, por el camino de Mérida y Pam-
plona. Este da el paso por el ayre en los rios de
Chama y de Chicamocha: la maniobra consiste en
sola una maroma , que atraviesa de e á
ar-
(a) Diario de Mr. le Mayre.
HisToRIA NATURAL. 4149
batranca , bien elevada en el ayre , y aftanzadas
sus extremidades en maderos fixos y sólidos : de
la maroma está prendido un garabato de madera
fuerte , con dos sogas fixas en las dos partes infi-
mas 5 la una soga tiene las veces y oficio de asien-
to , y con la otra afianzan al pobre pasagero por
la cintura , y por debaxo de los brazos , tan ajus-
tadamente , que si al pasar se rompe la taravita Ó
el garabato , es preciso que se ahogue el pasage-
ro 5 pues allí no hay valor que valga : y el hom.
bre mas valeroso se pone mortal , (hablo por ex-
periencia ,) luego que ligado , se ve volando
por el ayre; y llega á la otra banda del rio , sin
color en el rostro , y sin habla á veces; y no falta
quien llega desmayado. Del mismo modo pasan
las cargas de una en una. Si el pasagero es perso-
na de distinción , pasa metido en un eanasto fir-
- me», afianzado en dicho garabato ; pero no creo
"que esto disminuya el susto y miedo. Del garabato
Ó taravita hay dos sogas prendidas , la una llama
la carga para el otro lado del rio , y la otra ha-
ce retornár la taravita , para transportar nueva car-
ga , Ó nuevo pasagero. Donde el rio es muy an-
cho , como en Chicamocha , para pasar la carga,
atan la soga del garabato á la cola de un caballo,
que esté ya enseñado á dar un galope hasta cier-
to término , que equivale al ancho del rio : en Cha-
ma y otros rios menores , hace uno de aquellos
hombres este oficio , á fuerza de brazos , y de
ordinario concurren dos, que tiran al desventu-
rado pasagero por aquellos ayres con notable ve-
locidad.
Esto , que eon razon causa horror á los foras-
teros , es tan familiar á las gentes de aquellos Pai-
ses)
420 EL Okrr00co ILUSTRADO,
ses, que no necesitan de pagar á nadie que los
pase : ellos mismos se atan , aunque vaya uno de
ellos solo , y tomando la soga , que está afianza-
da en el otro lado del rio , se transportan sin susto.
¡ Tanto como esto puede la costumbre!
Otro artificio mas peligroso es el de los puen-
tes de Páya y de Siáma , que son una especie de
red colgada en el ayre de banda á banda , y afian-
zadas ambas extremidades en árboles , y en estas
cas firmes : la red es de bejucos correosos , á mo-
- do de largos sarmientos : en el fondo de la red
ponen guaduas y que son cañas huecas , y muy
gruesas , una en pos de otra, desde la una á la
Otra barranca: en una y Otra Orilla de la red po-
nen de las mismas guaduas , trabadas unas con
otras , las que sirven de barandillas ; y las del fon-
do de la red , para ir poniendo los pies : por aquí
se pasa con mucho cuidado , porque todo ayuda
y provoca á desmayarse en la travesía : la red toda"
se conmueve y balancéa , y al llegar á la mitad
de ella, los balahces son mayores : el rio está muy
abaxo , y pasa con estrépito entre peñascos: la
vista se turba , y muchos caen desmayados , pero
quedan dentro de la red , y entónces va un Indio,
carga con el pasagero , y le pone en tierra; y
despues va y vuelve por dicho puente ó red , trans»
portando las cargas, con tanta frescura , como si
fuera un puente de cal y canto: yo confieso in-
genuamente , que con la repeticion de pasar por
ellas , llegué á perderles el miedo. Pero es toda-
vía mas arriesgado el otro artificio de las balsas,
que son las mas usadas , porque se reducen a unas
tres tandas de maderos , de guaduas ,ó de haces
de juncos , atados unos sobre otros; en las qua-
les,
HisToRIA NATURAL. 42%
les , aunque medio hundidas:en:el agua,'se atra»
wiesan los rios; y á los Padres Misioneros se les
ofrecen con freqúencia ocasiones de valerse de.
ellas para largos viages de rio abaxo. boup
Y aquí. ocurre acordar un favor singular que
hizo mi Gran Padre San Ignacio áun Padre que
me acompañó muchos años en las Misiones, y de
cuya boca le oi repetidas veces , ya por via de
agradecimiento , ya para excitar la devoción y.
confianza para con tan santo y amable Patriat-
ca: fué el caso que navegando rio abaxo por el
que se llama Sarare, (cuyo nombre pierde: al
entrar Apure ,) por donde habia ya 'baxado en
balsas Otras veces , al doblar una vuelta del rio,
no léjos del sitio llamado Masibúli , fué arreba-
tada la balsa repentinamente de un furioso rau-
dal , por donde en las crecientes últimas se ha-
bia hecho paso el rio , derribando cedros , y des-
trozando toda aquella parte de bosque , por don-
de corria precipitado. Quatro Indios catecúmenos
y aun bozales , que con quatro varas largas y
gruesas gobernaban á su modo. la balsa , hiciéron
todo esfuerzo para evitar el peligro que amena-.
zaba de hacerse pedazos y ahogarse todos ; mas
no alcanzando las varas al tondo del rie , que-
dó la balsa sin gobierno , se atravesó luego , é
iba á estrellarse contra un tronco de los muchos.
que allí habia: era el riesgo en la mitad. del rio),
y ya no quedaba esperanza de escapar la vida.
sino nadando 5 porque de la balsa hasta el esco-.
llo solo habria seis varas de distancia. En este
urgentisimo conflicto exclamó el Padre Misionero
diciendo : Padre mio San Ignacio y, asistidnos: y.
al mismo tiempo , olvidado con la turbacion, de.
Tom. II, que.
a
422 Ex «OKINOCÓ ILUSTRADO)», |
que' sóbre'"lá sotana: traía apretado “el ceñidor;
trabajaba para' sacarla por encima de su cabeza;
lo. que á fuerza de tirones consiguió. en parte,
quedándole el: rostro cubierto con la misma par=
te de ropa que habia. atraido: de las espaldas: y
4la verdad ni el Padre sabia ya lo que se hacia!
ni' donde estaba; ni lo que pasaba: en este es-
tado , el Capitan Don Domingo Zorrilla , de quien
en otras partes de esta Historia se hace mencion
muy debida á sus méritos , tomó. al Padre por
la mano , y le dixo : ¿Padre , qué es lo que bace?
Hijo mio, respondió. el Padre, ropa. afuera , y
nademos. Pa San Ignacio glorioso nos puso. en la.
playa, replicó el Capitan; y. los mismos Indios,
absortos del prodigio decian todos. á una, y á
gritos: Tugaday , Tugaday. San Ignacio ausuca-
úutó. *¿ Day. dia qué ? Verdad , verdad. San Ig-
nacio. nos ba favorecido. ¿Cómo es esto A estas
voces apartó. el Padre la sotana del rostro-,. vió
la. balsa encallada en la playa , y volviendo los
ojos al raudal y al tronco del riesgo , le vió en
medio. del rio, frente á frente exdiámetro. de la
arena , en que: estaba varada la balsa 3; y con
tal: maravilla y favor excitó. de nuevo. las. veras,
con que: dicho. Capitan y los quatro. indios ala-
baban á Dios, por el favor que por la interce-
sion del Santo Patriarca: habian. recibido ; y los
que viven de ellos , todavía. mantienen reciente en
su corazon el agrad=cimiento al beneficio , siendo
así que sucedió. á principios de Febrero del año de
4747. lastó mucho el Padre al Capitan ,. que su-
puesto que habia estado con la vista desembaraza-
da , dixese cómo habia sido aquel transporte de la
balsa , sin, dascaecer rio abaxo , y con tanta O
> da
+
HisTORIA NATURAL.” 423
dad. Respondió constantemente », que no sabía có-
mo fué , y que ni pudo reparar en ello ; porque
oir la invocación de San Ignacio , y hallarse en
la playa, le pareció que, todo fué ,al mismo tigm-
po». | an ]
“Y aun creo que fué «mayor favory: y mas
evidente la maravilla que obró el Santo en las
otras siete balsas, que llenas de Indios Gentiles,
pero: deseosos del santo. bautismo y capitaneados
por un Indio buen Christiano > llamado Don An-
tonio , navegaban en compañía del dicho Padre;
porque arrebatadas las siete balsas frágiles y re-
cargadas de Indios , báxáren por todo aquel lar-
go raudal , dando repetidos porrazos, ya contra
los palos, ya unas contra otras , sin desbaratar-
se alguna de ellas , sin que cayese. Indio alguno
en el agua, y sin perder los pobres, pero-muy
necesarios bastimentos que llevaban: por lo que
diéron todos. pepetidas Sagas, al Señor y COMO gra
Y yo refiero aquí “estos Casos , , para que ads,
y en especial sus. hijos , nos valgamos de la po-
derosa intercesion de nuestro benignísimo Padre
San Ignacio , en quien con especialidad deben
coñfiar mucho los Jesuitas . Misioneros » POr. el
grande. amor que el Santo, Patriaca.. tuvo y tiene
á tan.santa, y apomtólica PEAD Hija
124 EL Oxrrxoco- ILUSTRADO,
pas CAPITULO XIL
“Del “mortal veneno Lámado curáre: raro mo-
do. de fabricarle , y: de. su instantánea. |
actividad |
N, ché la Serpiente? inflar con- Hb
inficiónado desde el paraiso; consu pestífero y
mortal veneno, á todo el Género Humano , no se
cansa , nt desiste de su maligna porfia , vomitañido
nuevas muertes; para las almas , con el pecado;
y pára los «nErpós icon los venenos á queincita
entre las” gentes de razon y juicio'; y con las ocut
tas ponzoñas qué descubre y manifiesta á las Na-
ciones “ciegas del Orinoco , y á' otras semejantes.
Digo esto:con toda seriedad y sinceridad , pore
que á lo que puedo percibir de :sus ocultos ar-
canos de algunos venenos , cotejados estos” cone
la corta capacidad , y ninguña refñéxión de aque-
llos incultós tadios , infiero con' bastante funda”
mento, que su noticia y circunstancias de toda
la maniobra ) NO: $01, ni pueden ser hijas. de, su
débil juicio-, ni de su tosca industria ; y 'así, ultas
armas tan “mortiferas provienen de: la saña impla-
cable, con que el enemigo comun mira á todo
el Género Humano; cuya total ruina fuera su
mayor consuelo. La demostracion del hecho será
la mejor prueba de lo que llevo expresado.
La Nacion Caverre , la mas inhumana , bruta
y carnicera de quantas mantiene el Orinoco , es la
maestra 5 y ella tiene el estanque del mas violen-
to veneno , que á mi ver ¿ hay en la der
HISTORIA NATURAL. 425
de la tierra. Sola esta Nacion retiene el secreto,
y le fabrica, y logra la renta pingue del -restc
de todas aquellas Naciones , que por sí, Ó por
terceras personas, concurren á la compra del cu-
ráre y que así se llama: véndese en unas olli-
tas nuevas , Ó botecillos de barro , que la que mas
tendrá quatro onzas de aquel veneno , muy pa-
_recido en su color al arrope subido de punto:
no tiene sabor ni acrimonia especial: se pone en
«la boca , y se traga sin riesgo ni peligro alguno;
con tal que ni en las encías, ni en otra parte
de la boca haya herida con sangre; porque to-
da su actividad y fuerza es contra ella, en tan-
to grado , que tocar una gota de sangre , y cua-
-jarse toda la del cuerpo , con la velocidad de
un rayo, todo es uno. Es maravilla el ver , que
herido el hombre levemente con una punta de
- «flecha de curáre ) aunque no haga mas rasguño,
que el que hiciera un alfiler , se le cuaja toda
la sangre, y muere tan instantáneamente, que
apénas puede decir tres veces Jesus. |
Un Soldado , y despues Alférez de la Escolta
de nuestras Misiones , oriundo de Madrid, lia-
“mado Francisco Masías , hombre de brio y de
“valor , grande observador: de la rmiaturaleza , pro-
piedades de las plantas y animales , y hasta de
los insectos , fué el primero que me dió la no-
ticia de la instantánea actividad del curáre. Susperm
dí mi juicio, y le remití á la experiencia. Presto
'ocurrió una manada de: monos amarillos: ( gran
comida para los indios, que en su lengua les lla-
aman arabata:) todos los Indios compañeros se
alistáron para matar cada uno quantos pudie-
se, y tomando yo un Indio aparte, le rogué
e que
426 EL OxiNoco ILUSTRADO)
que flechase uno de aquellos monos ,.que pa-
rado en pié sobre una hoja de palma , con la ma-
“nO izquierda tenia Otra hoja mas alta : dióle la pun-
.ta de la flecha en el pecho; levantó la mano de-
recha , que tenia colgando , é hizo ademan. de
querer arrancar la flecha; (como lo hacen quan-
do las tales no tienen curáre, ) pero al mismo tiemn-
po de hacer el ademan , y sin acabar de llegar
la mano á la flecha , cayó muerto al pié de la
palma: corri, aunque estaba. cerca , y no hallán-
dole. calor en lo exterior del cuerpo , lo mandé
abrir desde el pecho hasta abaxo , pero , ¡Oh pro-
digio grande de las causas ocultas que ignora-
mos! no le hallé rastro alguno de calor ;:ni aun
en el mismo corazon. Al contorno. de éste , tenia
mucha sangre cuajada , negra y fria :.en lo res-
tante del cuerpo casi no tenia sangre , y la poca
que le hallé en el higado , estaba: del mismo mo-
do que la del corazon; y en lo exterior tenia
una espuma fria algo naranjada , y colegi que el
frio sumamente intenso del curáre enfria instan-
“táneamente la sangre; y que ésta ,á vista de su
contrario , tira á refugiarse al corazon , y no ha-
llando en él suficiente abrigo , se cuaja y hiela 5 y'
ayuda á: que el viviente muera. mas aprisa. , sufo-
cándole el corazon. qa abubalg
Mucho ha dado que pensar -y discurrir esta
noticia del curáre á los curiosos , asi por la raiz ó
bejuco de que se extrae y como por su fábrica sins
gular , y especialmente por el efecto: instantáneo
que produce; y aunque sobre esta noticia: no:han
ocurrido dudas que desatar , como se han ofre-
cido acerca de algunas otras de esta: Historia , que
llevo ya roboradas con pruebas autorizadas 5.con
>
1
HisTORIA NATURAL. 127
todo quiero ilustrar la del curáre , con la que nos
dexó el Padre Acuña , de la Compañía dé Jesus,
en el Memorial que presentó á su Magestad , de
resulta del viage de observacion , que por órden
de la Real Audiencia de Quito hizo con todo cul-
dado , registrando. el Marañón , Rey de los rios.
En dicho Memorial describe el Padre Acuña
la serie de los rios que desaguan en el principal,
notando sus bocas , caudal , y las Naciones de In-
dios que viven en ellos ; y llegando á tratar del
rio Treinta , despues de otras cosas , dice , que
viven en sus vegas los Indios Tapajosos , Nacion
valiente y guerrera; y añade : que estos usan de
tal ponzoña en sus flechas , que con solo llegar ú
sacar sangre , quita sin remedio la vida.
No da dicho Padre las señas de aquella pon-
zoña , ni de su color , ni tendria noticia del mo-
do con que la fabrican ó la adquieren; pues á te-
nerla , es regular nos la hubiera dexado en su
Escrito : pero es creible , que así como los Indios.
Caverres , no obstante su tosquedad ,. halláron este
fatal veneno , le hayan hallado: tambien los Ta-
pajosos.. Por otra parte ,si no obstára la mucha
distancia. que concibo. entre la parte inferior del
Marañón > y la que ocupan los Caverres en Ori:
noco , y las muchas Naciones belicosas , que sin
- duda habrá en el intermedio , me persuadiera, que
de mano: en mano. llega hasta los Tapajosos el cu-
ráre 5 no obstante , como. este veneno es. para
aquellas gentes un: génera muy apreciable, dado
caso que los Tapajosos. no. le: fabriquen, ni algu-
na de aquellas. Naciones. cercanas, no es dificil
creer , que aunque de tan léjos , le adquieren por
mano de algunos Comérciantes.
si | A
428 EL Orinoco ILUSTRADO,
A vista de tan instantánea operacion de la nas
turaleza , quiero poner otra del arte é ingenio del
nunca bastantemente alabado Padre Atanasio Kil-
Kerio. Celebraba la Casa Profesa de Jesus en Ro-
ma las glorias de nuestro Santo Patriarca Ignacio
de Loyola: la funcion era á toda costa: toda la
testera de aquella grande Iglesia era un intrincado
é innumerable laberinto de velas: la hora de en-
cenderlas ya se pasaba , y el concurso de Comu-
nidades y Nobleza estaba ya impaciente por la de-
mora : salió un hermano viejo con una caña, y en
ella una luz para encender; con que creció la im-
paciencia: ni en tres horas , decian, podrá encen:
der tantas velas, Y ¡aquí del asombro! apénas to-
có una pavesa de la vela cercana , quando impro-
visamente ardiéron todas , por la simpatía del pre-
parativo secreto , quedaiudo en un instante ilumi-
nado el Templo , y asombrado el concurso : pron.«
titud muy parecida á la del curáre. y |
Dexo otras ilaciones , que hice de la actividad
del curáre para los curiosos , y voy á otra admi-
ración 5 y es , que á mi vista hizo el Indio pedazos
al mono, le puso en la olla, y.le aplicó fuegos
y la misma diligencia hiciéron los demás indios
con sus monos: mi reparo no era en que comieser
de aquella carne ) ni por ser de mono , ni por ser,
muerta á veneno; lo que me admiraba era , que
aquellos cuajarones de sangre envenenada , y que
en sí contenia toda la actividad del veneno , tam=
bien fuéron á dar dentro de las ollas ,,y despues á
los estómagos de los Indios : híceles varias pregun»
_tas sobre la materia , y quedé tan satisíecho de sus
respuestas , que ese dia comí de una de sus ollas el
higado , (que en lo sabroso puede competir 29 4
el
Z
HISTORIA NATURAL» 429
del mas tierno lechon , si la hambre no me enga-
nó ,) y en adelante , en semejantes batallas con
los monos , siempre pedia un hígado , para probar
de los despojos. El mismo instantáneo efecto reco-
nocí despues en los tigres , antes , leones y Otras
muchas fieras y aves. Con esta ventaja , el Indio
nunca se asusta , aunque repentinamente le salga
un tigre cara á eara;5 porque al verle , con gran
paz ,saca su flecha , hace la puntería , y dispara,
con el seguro , de que por su destreza no yerra
tiro 5 y mas seguro , de que con que le pique le-
vemente la punta de la nariz, Ó qualquiera Otra
parte del cuerpo , da la fiera uno ó.dos saltos , y
cae muerta. (
A vista de este inaudito y fatal veneno , y á
vista de la gran facilidad con que todas las Na-
ciones del Orinoco , y de sus dilatadas vertientes
le consiguen , no puedo dexar de alabar la sábia
providencia del Altísimo , y bendecir su paternal
misericordia , por haber dispuesto , que no sepan
bien aquellos bárbaros las invencibles armas , que
tienen en su curáre; ni permita su Divina Mages-
tad , que lo penetren , ni entiendan , para que pue-
dan lograr la luz del Santo Evangelio. ¿Qué Mi-
sionero , qué Español , qué Soldado pudiera vivir
entre ellos , si despreciada por los mismos la silen-
ciosa furia de su saeta y curáre , no se aturdieran
al estrépito y tiro contingente del fusil? Digo con-
tíngente , ya en la chispa ) que tal vez no prende;
yaen la puntería , que acaso se yerra; ya en las
muchas aguas , que impiden totalmente su manejo;
quando al contrario , la punta mojada con el curá-
re , ni tiene contraste , ni remedio , ni aun da tiem-
po para clamar á Dios. Y no solo no tiene remedio
Tom. Ll, R el
207... EL OrrInoco ILUSTRADO)
el herido con el curáre , pero ni se ha hallado antí-
doto , que pueda preservar de su repentina activi-
dad; pues aunque un chico inocente descubrió al
V. Padre Juan Rivero , que al que tiene sal en la
boca , no daña el curáre , y el V. Padre halló ser
cierto , despues de varios experimentos hechos en
animales , no es practicable este remedio en los
hombres , porque ¿quién sufrirá la sal largo tiem-
po en la boca? Y si está en la faltriquera , no
da el veneno lugar á sacarla. |
Ya hemos visto , no sin novedad , la fuerza efi-
cáz del curáre : pasemos á exáminar su maniobra
singularisima. Es de saber , que toda la ponzoña
del curáre se origina de una raiz del mismo nom-
bre , tan singular y única , que solo es raiz de sí
misma , sin arrojar jamás hojas ni retoños ; y aun-
que crece , siempre va escondida , digámoslo así,
temerosa de manifestar su Oculta malignidad ; y
para que se escondiese mas , le señaló el Autor de
la Naturaleza , no la tierra comun al resto de las
plantas , sino el cieno podrido y corrupto de aque-
llas lagunas , que no tienen desague : de manera,
que sus aguas , solo en caso de grave necesidad se
beben , por ser gruesas , de mal color , peor sa-
bor , y de hedor correspondiente. Entre el cieno
corrupto , sobre que descansan aquellas aguas pes-
tíferas , nace y crece la raiz del curáre , parto le-
gítimo de todo aquel conjunto de inmundicias : sa»
can los Indios Caverres estas raices , cuyo color
es pardo , y despues de lavadas , y hechas peda-
zOS y las machacan , y ponen en ollas grandes , á
fuego lento: buscan para esta faena la vieja mas
inútil del Pueblo , y quando ésta cae muerta á vio-
lencias del vaho de las ollas, como regularmen-
te
| HisTORIA NATURAL. 434
te acontece , luego substituyen otra del mismo
calibre , en-su lugar , sin que ellas repugnen este
empleo , ni el vecindario , ó la parentela lo lleve á
mal ; pues ellas y ellos saben , que éste es el para=
dero de las viejas. Asi como se va entibiando el
agua, va la pobre anciana amasando su muerte,
miéntras de olla en olla va estregando aquella ráiz
machacada , para que con mas facilidad vaya ex-
peliendo su tósigo ,en el jugo , de que se va tin-
turando el agua , que no pasa de tibia , hasta to-
. mar el color de arrope claro : entónces la Maestra
exprime las raices con todas aquellas pocas fuerzas
que su edad le permite, dexando caer el caldo
dentro de la olla ) y las arroja como inútiles : lue-
go añade leña , y empieza de recio el cocimiento;
y á poco rato de hervir las ollas, ya atosigada,
cae muerta , y entra la segunda , que á veces esca-
pa, y á veces no.
Cobra finalmente punto el cocimiento , merma
la tercera parte del caldo ) y condensado ya , gri-
tá la desventurada cocinera , y acude al punto el
Cacique con los Capitanes , y el resto de la gente
del Pueblo , al exámen del curáre , y á ver si está,
ó no , en su debido punto : y aquí entra la mayor
admiracion de toda esta rara maniobra. Moja el Ca-
cique la punta de una vara en el curáre , y al mis-
mo tiempo uno de los mocetones concurrentes,
con la punta de un hueso se hace una herida en la
pierna , muslo ó brazo , donde le da gana , y al
asomarse la sangre por la boca de la herida , acer-
ca el Cacique la punta de la vara con el curáre,
sin tocar la sangre , porque si la tocára , y retro-
cediera , inficionára toda la de las venas , y mu-
riera luego el paciente: si la sangre que iba na
| ir
432 EL OriNoco ILUSTRADO,
lir retrocede , ya está el veneno en su punto ; si
se queda asomada , y no retrocede », le falta ya
poco ; pero si la sangre corre por afuera , como
naturalmente debe correr , le falta mucho fuego; y
asi le mandan á la triste anciana , que prosiga en
su maniobra , hasta que repetidas despues las prue-
bas necesarias , aquella natural antipatía con que
la sangre se retira violentamente de su contrario,
les manifiesta y que ya el curáre subió á su debida
y suma actividad. en
Si algun Botánico famoso hubiese encontrado
esta raiz , y conocido su oculta malignidad , no ha-
bia de qué admirarnos. Si el famoso Tritemio ó Bor-
1i,Ó alguno de aquellos sabios inventores de la
Química, á fuerza de experimentos y discursos,
hubiera finalmente dado en esta singular maniobra,
fueran dignos de grande alabanza , y nadie extra-
ñára este efecto , como parto de entendimientos
tan cultivados: pero. que:todo; esto sea invencion
de la Nacion mas tosca y: bárbara del Orinoco,
3 quién-lo creerá. , sino.confesando , que todo ello,
desde el hallazgo de la raiz , hasta el fin , fué dic-
tado por el Demonio? Yo así me lo persuado. ¿Pe-
ro qué fuera , y qué quinta esencia saliera , si.esta
maniobra se executára por uno. de nuestros cien-
tíficos , con las vasijas competentes , y con las re-
glas de la facultad , quando sacado tan grosera-
mente tiene tal eficacia 2 Ln
Yo he tenido muchas veces el curáre en mis
manos , y aunque no soy testigo ocular de la .re-
ferida manicbra., tengo. su individual noticia por
tan seguros conductos , que no me dan lugar á la
menor duda ó sospecha. El Ven. Padre Joseph Ca-
barte , de la Compañía de Jesus , que gastó casi
qua-
«HISTORIA [NATURAL 433
quárenta años en las Misiones del Orinoco y sus
vertientes , es el único de los nuestros , que ha en-
trado en la Nacion de los Caverres con un Indio
Salivay muy capaz.» y de muy buenas costum-
bres , 4 quien el Ven«Padre ; icon el bautismo:, le
dió su mismo nombre. De estos dos Autores fide=
dignos oi la primera vez todo lo que llevo referi-
do. Despues que baxé al Orinoco , tuve lás mismas
individuales noticias, por. Indios de varias: Nacio-
nes , de aquellos mismos que concurren á la feria
anual del curáre ) y vuelven con sus ollitas, mas
guardadas que si fueran de un bálsamo muy pre:
cioso.; cuyas declaraciones » aunque de tan diver-
sas gentes , siempre hallé concordes en todo , con
la primera é individual noticia , que he referido ; y
así, nome queda razon alguna de dudar en órden
- á.la seguridad de lo referido en la fábrica del cu-
TAME. iio ab:
4 Ni:es ménos digna de saberse la duracion de
este veneno 5 esto es , la obstinacion con que man-
tiene-toda su actividad y vigor, hasta que se aca-
ba de gastar todo, en medio de tenerlo los In-
dios sin resguardo alguno , sin tapar las ollitas
en que le compran ,: sin: evaporarse , ni perder un
punto de su mortal eficacia. Esto es mucho; pero
en fin >; como allí está junto y condensado , no es
de admirar que se mantenga toda su actividad. Lo
singular , y digno de reparo es , que una vez un-
tadas las puntas de las flechas , con muy corta
cantidad > tal, que apénas llegará á un adarme
lo. que recibe cada punta , en aquella corta can-
tidad, mantiene y guarda toda su fuerza largos
años , tantos , quantos gasta el dueño de la alja-
ba ó carcáx en gastarlas. De modo , que hasta aho-
ra
434 Ex Orinoco ILUSTRADO) |
ra no se ha experimentado , que por largos años
que aquella corta untura haya estado sin resguar-
do alguno en la punta de la flecha ,) haya jamás si=
do menor la fuerza del maligno curáre. Sola: una
cosa reparé en varios viages de aquellas selvas;
y era , que al sacar los Indios las flechas de la alja-
ba, Ó para matar monos ó javalies, ó para los
rebatos repentinos , lo mismo era tener la flecha
envenenada en sus manos , que revolver la pun-
ta del veneno, y metérsela en la boca. Pregun:-
téles la:causa , movido de mi'continua y natural
curiosidad , y me respondiéron siempre : que con el
calor de la boca, y la humedad de la. saliva , se
aseguraba mas el tiro , avivando. la actividad del
curáre : cosa que me pareció muy connatural.
Quiero concluir este Capítulo , borrando ó mi=
norando la admiracion y espanto que habrá cau-
sado la noticia de la malignidad del curáre , con
la relacion de otro veneno , á mi ver , mucho
peor ; y pasará aquí lo que sucede , quando á
un afligido y apesarado se le borran las espe-
cies amargas de su desgracia presente, porque le
sobreviene otra peor, y de mayór amargura.
En la Isla de Makasar (a) ; situada al medio
dia de las Filipinas , 4 un grado y treinta minutos
de latitud , y en el quinto grado y treinta minutos
de longitud meridional , refiere Salmon que se cria
un árbol grande muy parecido al laurél , el qual
por todos sus poros arroja efluvios tan fatales,
activos y penetrantes , que solo el acercarse á él,
aunque sea por la parte favorable del viento , es
sú=
(a) Mr. Salmon, tom. 2. part. 2. Cap. 3. pag. mibi 297»
| HisTORIA NATURAL: 435
sumamente peligroso 5 tanto , que solo el olor , y
el tocarle basta para quitar la vida: de su tronco
sacan los naturales Isleños un jugo , que es veneno
eficacísimo y con que untan las puntas de sus ar-
mas; y para extraerle , destinan á los reos conde-
nados á muerte , porque miran aquel árbol como
un cruelísimo verdugo. Si los condenados á este fa-
tal suplicio escapan la vida , despues de sacar el ve-
neno , quedan hbres y absueltos de sus delitos 5 y
por esto no omiten diligencia ni preparativo , para
ver si podrán salir con vida de aquella maniobra: .
se visten y revisten de mucha ropa : sobre ella aña-
den fajas y mas fajas : para los ojos y narices bus-
can todos los resguardos que pueden; y aunque
la faena es tan breve , que se reduce á hacer un
barreno en el tronco , encaxar un cañuto , y de-
xar una vasija en donde se recoge el licor que va
- goteando 5 con todo , no escapan todos los desti-
nados á este suplicio. El licor recogido , retiene con
tal tenacidad su mortal veneno , que una vez un»
tadas las puntas de las flechas , puñales y lanzas,
aunque en corta cantidad , retiene en ellas toda
su mortífera actividad por espacio de veinte años,
en tanto grado , que recibida la herida , no da la
menor tregua para echar mano de la triaca ó con-
trayerba , si es que acaso la haya. En confirma-
cion de esto alega el citado Autor la experiencia
hecha por los Europeos en la dicha Isla ; y fué,
que condenado á muerte un Isleño delinqúente,
quisiéron ver , si por ventura tendria eficacia sufi-
ciente alguna de las mejores triacas ; y habiendo
obtenido licencia de los Jueces , se pusiéron al uno
y Otro lado del reo dos Médicos , con los reme-
dios preparados en sus manos; pero por presto
: que
436 EL Orinoco ILUSTRADO»
que socorriéron al paciente recien herido 3 murió
sin remedio.
Este veneno es mucho mas fatal que el curá-
5 porque el curáre no tuviera eficacia , si el he-
Fidh tuviera sal en la boca : á mas de que , aun=
que el vaho del cocimiénto del curáre mata una Ó
dos viejas , con todo el bejuco Ó raiz de que se ex-
trae ¿ no mata : y en fin , ni su olor ni sus eflu-
vios , ni el manosearle , son cosas , que quiten la
vida, como lo hace este melancólico y fatal laurél.
Pero démos mas campo á la curiosidad ydes=
cubriendo otros venenos inauditos. 0
SIAM
1 NA
' : S W
-CA-
HisTORIA NATURAL. 437
CAPITULO XIIL
De otros venenos fatales: su actividad : la
cautela con que los dan : y cómo los
descubrí.
A unque sola una mortifera boca fuera bastante
para que la hidra se hiciera formidable á los mor-
tales , con todo se le atribuyen muchas , para que
causen mayor espanto y temor los multiplicados
conductos de suira , y de su mortal ponzoña. No
es idea poética el curáre , de que largamente he-
mos tratado en el Capítulo antecedente , sino ve-
neno efectivo , mortal y maligno : y á la verdad,
aunque la hidra infernal no hubiera abierto otra
boca , ni- Otra puerta para la muerte de las Nax
ciones del Orinoco , era ésta muy suficiente para
destruirlas 5 mayormente no habiéndose hallado
todavía triaca , que sea practicable ; pero como
su ira y saña infernal contra los hombés es in-
saciable , abre cada dia mas y mas bocaÁ para vo-
mitar nuevos venenos , descubriendo las malignas
qualidades ) que recónditas en los simples , no
acechaban , mi amenazaban á las vidas de aque-
llas ignorantes Naciones ; las quales , quanto mas
quieren asegurarse , usando los venenos en lugar
de armas , tanto mas se arriesgan , multiplicando
puertas á su muerte , y nuevas asechanzas á su frá-
gil vida.
Bien casualmente descubrí otro venemo , que
tomado en la comida Ó bebida en corta cantidad,
infaliblemente quita la vida , reduciendo el cuerpo,
Tom. 1, S án-
433 Ex Orinoco ILUSTRADO)
ántes de morir , á un vivo esqueleto , á violencias
de una calentura irremediable : éste se llama en
lengua Jirara ¿rruqu: alabuqui , esto es , veneno de
bormigas. Y el caso con que adquirí esta noticia,
fué el siguiente: caminábamos el año de 14713 por
las vegas del rio Apure, , y miéntras los Indios , se-
gun su costumbre de lavarse tres veces cada dia»
se estaban refrescando en el rio , me senté sobre
un árbol seco : vi venir contra mí una hormiga
de extraña magnitud , toda veteada de listas ne-
gras , amarillas y encarnadas 5 y aun era mas ex-
traño su modo de caminar ,' porque echados los
dos piés de adelante hácia sus espaldas , venia pa:
rada » y la cabeza en alto contra mí. Yo , ena-
morado de sus bellos colores , y de su nunca vis-
to modo de caminar en su especie , estaba diverti-
do , rechazándola con un palito. Á poco espacio
saliéron Otras , y Otras mas , de aquella misma he-
chura, y con todas tenia yo faena , rechazándo-
las , para que no me echasen de mi asiento : quan-
do llegó un Indio de buena ley , que no lo son
todos, y dando un grito formidable , me dixo en
tono asustado : ¡Day Febacá, Babi , alabuquí , aja-
ducá! ¡Qué haces , Padre , que esas están llenas de
veneno! Apartéme luego , y me puse á exáminar al
Indio ; el qual, no reservando el secreto , como
acostumbran casi todos , dixo : ,, Estas hormigas
»,son «muy bravas ,) y muy ponzoñosas : si pica
»» Una sola, da un dia de gran calentura: sl pi-
>» Can dos, se alarga mas la calentura ; y si lle-
>, gan á picar mas, corre peligro la vida. Los In-
5, dios malignos y matadores , sacan de estas hor-
3, Migas el veneno , para matar y vengar sus agra-
a VIOS. Estos hormigueros no llegan á tener el nú:
77 MC
HisTORIA NATURAL. - - 439
)) mero de treinta hormigas , como lo ves; (ya ha-
» bian salido todas ,) pero con ellas basta: y so-
» bra para sacar cantidad de veneno con que ma-
» tar mucha gente. ,, ¿Cómo las cogen , y cómo
sacan su veneno * repliqué yo. Y dixo el declaran-
te: , Como las hormigas se enojan tan fieramen-
ste, y porfian en querer morder , se van cogien-
, do con un copo de algodon bien esponjado una
,, 4 una , y puestas sobre el borde de una ollita en
»» que hay agua, se cortan por la mitad , dexan-
» do caer el vientre en ella , y echando lo res-
3) tante , sin recibir daño el que las coge y parte:
») 4 pocos hervores que dé aquella agua con las
»» medias hormigas á fuego lento , las sacan; y
», el agua despues de fria , cria una tela ó nata de
»» grasa , procedida de las hormigas , que recogen
2» y guardan en cañutos , no de caña , porque se
yy penetra y se pierde ,sino en cañutos que labran
», de canillas de tigre , de mono, ó de leon , donde
,) Se mantiene bien.», ¿Y sabes tú , repliqué yo»
cómo la dan para matar? ,,Sí Padre, dixo él,
s) que quando nos juntamos á beber chicha, es
“y, Cortesía , que unos den de beber á otros , sin
»» Soltar la tutúma ó vaso miéntras bebe el otro;
», pues el que quiere vengarse de alguno , no lo
», hace hasta que venga un dia de bebida : entónces
»» la él de beber á sus amigos , y quando llega el
»» tiempo de dar de beber á su enemigo , pone ba-
3 %o su uña del dedo pulgar un poquito de mante-
3, Ca de estas hormigas , coge la tutúma , y al co-
», gerla , con gran disimulo , mete en la chicha su
»» dedo pulgar , y da de beber al que quiere ma-
>» tar 5; y como da bebida 4 muchos , y Otros mu-.
2, Chos la reparten tambien , queda el malhechor
| | y, Ocul-
q.
440 EL Orinoco ILUSTRADO,
3, Oculto 5 y quando á la noche le da la calentura
3, de muerte al doliente ) nadie puede saber quien
a» le dió el veneno. », | |
Hasta aquí la declaracion del Indio , para mí
cierta é indubitable , no solo por su dicho , sí
tambien porque ántes y despues de esta noticia,
wa yo sabia muchas denunciaciones hechas á las
Justicias , delatando ya á unos , ya á otros , de que
tenian canillas de veneno 5 y me constaba , que los
Padres Misioneros de otras Misiones antiguas ha-
bian hallado y enterrado semejantes canillas , á sus
solas , y con secreto , para que no se hallasen ja-
más: con que creí y creo, que aquel Indio me
dixo cándida y sinceramente la verdad , en la de-
claracion que llevo referida. Esta noticia me sirvió
y sirve grandemente á todos los Misioneros , y me
ha parecido al caso continuarla aquí , para que
los venideros se valgan de ella, y se precaucio-
nen , como lo hice yo desde que la tuve.
Es el caso , que llegue el Padre Misionero 'á la
hora que llegáre á casa de qualquier Indio , (ha-
blo de los chontales , no de los que ya están doc-
trinados y cultivados 3 ) Ó á ver un enfermo, Ó á
«qualquiera diligencia , luego le ponen la tutúma lle-
na de chicha junto á la boca , y no hay que excu-
sarse , porque toman á agravio el que no beba de
ella el convidado 5 pero quedan consolados , con
que solo pruebe algun poco. A mas de esto , en
los Pueblos que se van amansando , quando hay
estas bebidas , que son sus mayores fiestas , el pri-
mer convidado ha de ser el Padre Misionero , quien
no hay que excusarse , so pena de incurrir en su
enojo ; y debe sentarse junto al Cacique ) y rom-
per el nombre á la salud del concurso , aunque
sea
HisTORIA NATURAL AA
sea con solo el ademan de beber. Esto supuesto,
y supuesta la moda referida de dar veneno , ja-
más probé en adelante su chicha , si el que me la
daba no bebia primero de ella; y aunque á los
principios se resistian y con todo los convencia),
diciendo: que era uso de la gente blanca , y se-=
fal de buen corazon , en el que da la bebida y en el
que la toma. Esta práctica pareció muy bien á to-
dos los Padres Misioneros , quando les revelé el
secreto 5 y parecerá bien á todos los que leyen-
do esto , vieren quan arriesgadas tienen aquellos
Operarios sus vidas , porque jamás llegará á tanto .
la barbaridad del que da el veneno oculto en la
bebida , que quiera él mismo tragarse primero la
muerte. En el primer recibimiento , y entrada á
Nacion nuevamente descubierta , de que traté en
el Capítulo XXUL de la primera Parte , no hay
peligro , porque semejantes Indios son muy boza-
les , y á los principios están preocupados del inte-
rés , de la curiosidad y del miedo.
Pregunté tambien á mi declarante , si habia , Ó
sabia algun remedio contra el referido veneno , y
me respondió resueltamente , que no ; que la muer-
te del que le tomaba era cierta é infalible ; y
que si hubiera remedio , él lo dixera , con la mis-
ma verdad con que me habia declarado lo ya
dicho. Despues », con el tiempo , asisti á varios
moribundos de diversas Naciones , que muriéron
de este veneno; el qual , como ya apunté , causa
una calentura lenta é inquitable , que va aniqui-
lando los cuerpos , hasta dexar los huesos solos , y
la piel : unos viven mas, otros ménos , con una
notable vivacidad en los ojos; y me persuado, que
el dilatarse , Ó abreviarse mas Ó ménos la muerte
en
+42 EL Orinoco ILUSTRADO, |
en los tales , depende de la mayor ó menor canti-
dad de veneno », que el matador aplicó á dicha be-
bida. Véase sobre otro veneno semejante á Her-
rera (a). ) $
El miedo de éste, y de otros venenos tiene
tan á raya en la bebida á los Indios Tunevos, que
contra la universal costumbre de todas las Na-
ciones de Indios , solos los Tunezós, ni usan con-
vites de bebida , ni aun fabrican género alguno
de chicha, que pueda emborrachar: cosa, que
por muy singular , y sin exemplar entre los Indios,
_he querido notar aqui; pero esta parsimonia , co-
mo se ve, no es por virtud , sino hija del mie-
do, y de la mutua desconfianza y poca fe, que
unos entre otros se tienen. Pero pasemos á ver
otro veneno no ménos fatál , que los dos que lle-
vo referidos. ( :
En aquellos valles dilatados > llenos de espesa
arboleda » poblados únicamente de fieras , se ha-
llan en tanta copia las serpientes , culebras y ví-
voras , que apénas se puede creer : entre ellas hay
una especie de serpientes de singular variedad y
velocidad en su carrera : su especialisima divi-
sa es un copete de pelo sutil, que en señal “de
sus muchos años de vida les nace sobre la ca-
beza. Nidia |
¿ Y quién les dixo á los ciegos y bárbaros In-
dios , que aquellos pelos son veneno cruel y san-
griento ? Ellos lo saben ; ellos usan de él: oxalá
no fuera con tanta freqiencia. Y no es juicio te-
merario creer que este secreto se lo manifestó el
| De-
s.m
(a) Decada 1. lib. 7. cap. 16. pag. mibi 202.
a IA
- HISTORIA ¡NATURAL. 443
Demonio , amigo de ver derramada la sangre hu-
mana desde el principio del Mundo. Dixe veneno
sangriento , porque poco despues, que Ó en la
bebida, Ó en un bocado de comida ha recibido
el paciente un pelo solo , entero ó cortado en
menudas partes , hace su efecto. violentísimo., .em-
pezando el pobre á vomitar sangre á bocanadas;
y tanta que de ordinario acaba presto con la vida,
sin haberse hallado hasta ahora remedio contra:
tan fatal actividad. El Indio Joseph Cabarte á:quien
cité arriba , como testigo de la maniobra del cu-
ráre , será ahora mas abonado testigo del vene-
no de que hablamos. Despues de haber servido
este buen Indio , casi cinguenta años , á los Pa-:
dres Misioneros con singularísima fidelidad y amor,
no desamparandolos jamás en sus mayores tribu-
laciones , (persecuciones ) y hambres ordinarias;
- despues de haber ayudado últimamente al Vene-
rable Padre Juan Rivero, á fundar , y poner en
toda formalidad la Mision de San Francisco Re-
gis de Guanapalo, murió á la violencia de este ve-
neno. Picado un maligno viejo , de que hubiese
aquel demarcado una planta de Íglesia,, mayor de
lo que él queria , vengó su ira dándole un pelo
de los dichos , siguióse luego el efecto, en la co-
piosa sangre que el pobre arrojaba; pidió los Sa-
cramentos , luego que los vómitos diéron alguna
tregua , y á vista de nuestro. Ámo , que por Viá-
tico habia de recibir , dixo estas palabras, ,, Ya
3, mis hijos los Achaguas, por cuyo bien" tanto
, he trabajado , me han dado el pago; pero Dios,
5, Por quien principalmente trabajé, como lo es-
5» pero, me pagará mejor; y. eoñ esta esperanza
3, Que tengo , perdono muy. de corazon al que
y, Me
444 EL Orinoco ILUSTRADO,
,) me dió este veneno ; que si os no lo hubie-
3» Ta permitido , él no hubiera hecho esté daño,
» y mas no habiéndole yo hecho mal alguno á
»»él, ni á persona alguna de todo este Pueblo:
» yo sé quien es, y quiero que sepa que le per-
y) dono muy de veras: solo deseo que se arre-
») pienta de su pecado. ,, Esto dixo , y nos de-
xó aquel Indio Christiano nuevo, un exemplo ad-
_mirable , muy digno de que le imiten los que se
precian de Christianos viejos y antiguos.
No obstante , que el V. P. Rivero quedó muy
edificado de la protesta del moribundo , con to-
do le visitaba con freqúencia , y suavemente ti-
raba á¿ persuadirle , que aquella enfermedad era
cosa natural; que con alguna fuerza , al levantar
algun madero de la Iglesia nueva, se le habria
roto alguna vena interior , y que esta era la cau-
sa de sus vómitos de sangre: que él era bienhe-
chor de todo el Pueblo: que toda la gente le ama-
ba mucho, y sentian su muerte , como si se mu-
riera el Padre de todos ellos: y así , que no pen=-
sase en que éste ó el otro le hubiese dado vene-
no; pero el enfermo , que con tantos años de asis.
tencia a los Padres estaba bien cultivado , y de
suyo era capáz , le respondió : ,, Padre mio , yo
y, sé de que mal muero: yo mucro de buena gana,
») porque Pios lo quiere: yo he perdonado y per-
7» dono al viejo que me dió el pelo de serpiente : sé
7) cómo y quándo me lo dió, y tambien el motivo;
,» y me alegro , que la fábrica de la Iglesia sea cau-
»» Sa de mi muerte : mas de quarenta indios he vis-
,, to morir con este tal veneno, y todas las señas
3) que vi en ellos, veo ahora en mí. ¿ Qué es
» lo que te aflige , mi Padre * ¿ Tengo otra obl-
2 ga-
¿De
| HisToRIA NATURAL» tas
»» Zacion , que la de perdonarle ? Pues mira , pa-
3» Ta que quedes mas satisfecho , verás lo que hago
3, Ahora. ¿y Llamó luego á sus hijos » y ies dixo:
»» 390 pena de mi maldicion , y de que sereis maidi-
», tos de Dios ¿Os mando , que quando sepais al-
9, gun dia quien me dió el veneno que me mata,
3, MO le hagais mal alguno , sino todo el bien que
3) Púdiereis: así os lo mando , para que Dios os
2» haga bien , y á mí me dé el Cielo. ,, He aquí
otro exemplo muy digno de imitacion. Ibase con-
sumiendo poco á poco» el buen Indio, y movi-
do á lástima el Padre , le dixo: Joseph , pídele á
Dios , que quanto ántes te lleve al Cielo , por-
que es mucho lo que padeces. No , mi Padre, re-.
plicó el enfermo 35 no le pido eso: lo que le pido
es, que me castigue aquí; y que en habiendo
pasado el Purgatorio que debo , en esta vida , me
lleve 4 descansar : esta súplica le tengo hecha por
mano de San Francisco de Borja, mi patron; y
este mi Purgatorio durará hasta la fiesta del San-
to. Como lo dixo , así sucedió. No quiero decir
que en esto profetizase Ó tuviese revelacion : lo que
digo , y sé de cierto, es que murió en las pri-
meras vísperas de la fiesta del Glorioso San Eran-
cisco de Borja , dexándonos á todos muy edif-
cados , y con prendas muy claras de su salva-
cion.
Poco despues de su entierro , llegué yo á aque-
lla Mision de San Regis, y el V. Rivero me con-
tó todo lo que llevo referido: en donde se ve,
no solo la eficacia mortífera de un solo pelo de
aquellas serpientes , si tambien la eficacia de la
divina gracia, que de hombres semejantes a las
fieras » sabe formar Christianos , que nos den exem-
Tom. II. a A e plos
|
do.
4A6 Ez:.Orinoco ILUSTRADO, '
plos de virtudes heróycas, como ños dió el Indio
Joseph Cabarte. |
Hay otre gran número de venenos, en mu-
chas yerbas , de que usan los Indios para matar á
sus enemigos y á los que usan de las tales yerbas
llaman Yerbateros. De los que mueren emponzoña-
dos con ellas pudiera decir mucho , porque no
son pocos; y la señal fixa de ser yerba ó yerbas
la causa de las tales muertes , es el rajarse las car-
nes del cuerpo en largas cisuras , y salir de aque-
llas sajaduras , no sangre, sino un humor amarillo,
que en breves dias saca de este Mundo al dolien-
te. Jamás he podido investigar qué especie de
yerbas sean. Puede ser que algun Misionero , con
alguna casualidad , las descubra; y quiera Dios,
que al mismo tiempo se descubra su remedio ó
su contrayerba. e
| HisTorIA NATURAL: 447
CAPITULO XIV.
De las culebras venenosas de aquellos
Paises.
5. L
Del culebron espantoso llamado buío.
JU plagas que el poder de Dios multiplicó en
_Egypto para castigar los endurecidos corazones
del bárbaro Faraón , de sus crueles Ministros , y
de todos los ciegos idólatras de aquel Reyno, no
-. Creo que sean tantas como las que la Justicia Di-
vina ha enviado a las vertientes del Orinoco , y
á las vegas de los muchos rios, que le tributan
sus raudales, para azote y castigo del bárbaro
modo de proceder de sus moradores : y así como
al principio de esta Obra, entro ahora con nue-
vo sobresalto en este Capítulo , no sea que la
ingenua relacion de la verdad retrayga á alguno ó
á algunos, de los deseos que tienen de regar aquel
terreno con sus sudores , á vista de las plagas
de que está infestado; pero reparando que quien
alista.estos Soldados es solo Dios , con accion re-
servada singularmente para si, cooperando la
criatura: ego elegi vos (a). designavit Dominus,
€S alios septuaginta duos y ESc.(b); y que su Divi-
na Magestad les da el valor y fuerzas necesarias,
y
(a) Joann. cap. 15. Vo 16. (by) Luc. cap. 10. vers. £.
448 EL Orinoco ILUSTRADO)
y tambien la triaca contra todos los venenos y
serpientes: serpentes tollent , ES si mortiferum quid
biberint (a) , non eis nocebit ; así afianzado sobre
tan sólido fundamento , detesto y desecho al
punto toda sospecha, y paso a referir con to-
da seguridad la realidad de las plagas propues-
tas; y mas con la protesta, de que no hay en
las Misiones de que trato , memoria ni tradicion,
de que haya muerto Padre Misionero alguno, ni
de veneno dado maliciosamente , ni de mordedu-
ra de culebra, ni en las garras del "tigre , dien-
tes del cayman, ni de otras fieras; que es Cosa
muy notable.
El primer horrible 5serpentón , que se nos po»
ne á la vista, por hallarse con gran freqúencia en
aquellos Paises, es el buío , á quien llaman los
Indios Jiraras aviofá , y otras Naciones y los In-
dios de Quito le llaman madre del agua, por-
que de ordinario vive en ella. Es disforme en el
,.£uerpo y del tamaño de una viga de pino con
corteza y todo: su longitud suele llegar á ocho
varas: su grueso es correspondiente á la longitud,
y su modo de andar es poco mas perceptible que
el del puntero de los minutos de la muestra de
un relox. Dudo mucho que quando anda en tier-
ra , haga en todo el dia media legua de jornada;
y en las lagunas y rios, donde de ordinario vive, no
sé á qué paso anda: solo el verle da notable espan-
to5 bien que da consuelo saber quan de plomo son
sus movimientos: con todo, el que sabe el alcance
largo del pestilente vaho de su boca, pone en la fu-
ga
(a) Marc. cap. 16. vers. 18.
x
HISTORIA NATURAL. 449
ga su mayor seguridad. Así que siente ruido , le-
vanta la cabeza , y una ó dos varas de cuerpo , y
al divisar la presa , sea leon , ternera (a), venado ú
hombre , le dirige la puntería , y abriendo su: ter-
rible boca, le arroja un vaho tan ponzoñoso y
eficáz, que le detiene , atonta, y vuelve inmóvil ; le
va atrayendo hasta dentro de su boca á paso len-
to, é indefectiblemente se le traga. Dixe que tra-
ga., porque no tiene dientes (0), y asi gasta lar-
go tiempo, y aun dias enteros, en engullir una
presa; y es tal, y tiene tales enisanches su fatal
gaznate , que á fuerza de tiempo se traga una
ternera de año , estruxándole la sangre y el xu-
go al tiempo que la vá engullendo; de manera
que algunas presas que se le han quitado , estan-
do ya medio tragadas , se han reconocido sin le-
sion alguna en la parte engullida, pero ya sin xu-
go ni susbtancia. Se encuentran freqúentemente los
buíos tendidos al Sol, con las astas de un vena-
do hechas vigoteras ; porque despues de engulli-
do el venado , se le arranca Ó atraviesa en la boca
la cornamenta » hasta que digerido lo que tragó
sacude de su boca las astas, y pasa á buscar Otra
presa, con elseguro de que no se le escapará , si
la alcanza con la vista, y puede dispararle su pon-
zoña. Sin embargo puede la casualidad librar la
presa3 pues si al tiempo ,. que con aquella invisi-
¡ble cadena de su vaho atosigado va el buío atra-
yendo algun animal, pasa casualmnete Otro, y
mas si pasa con velocidad , se interrumpe aque-
lla línea de veneno atraente , vuelve en sí el vi-
vien-
(a) Tlustrísimo Piedrahi- en su Memorial dado al Rey
fa , cap. 1. pag. 7. nuestro Señor , año 1715. en
(b) P. Matías de Tapia, da pag: 6.
1 Ex Orinoco ILUSTRADO,
veinte , que estaba aprisionado , y se le escapa
con presteza: por esta causa nadie se atreve á
viajar solo, sea á pescar, sea á'montear, sea -
al viage que se fuere: han de ir á lo ménos
dos de compañía , para que en el caso de que
el buío , oculto ó descubierto , haga su puntería
al uno de los dos; el otro, ó con el -sombre
ro, Óó con una rama) sacuda y corte el ayre in-
termedio entre el compañero y el buío; con que
prosiguen su camino, sin hacer caso de aquella fiera
bestia. Esta es la práctica corriente y ordinaria en
las tierras inficionadas de esta plaga, que no son to-
das; pero hasta aquí no hay en que tropezar, ni
de que maravillarnos , sino de la mole bronca
del culebrón ; porque el atraer con el vaho,
es cierto y notorio , que lo hace tambien el es:
cuerzo ó sapo ponzoñoso , con las lagartijas , con.
tra las quales abre la boca, y por mas diligen-
cias que hagan , por último van a morir en sus
fauces: pero es de notar la diferencia entre el es-
cuerzo y el buío ; pues el vaho del escuérzo , por
ser de animal de poco cuerpo , da lugar á la la-
gartija para que haga algunas diligencias para es-
caparse; peró el buque pestilente del buío arro-
ja tal exhalacion de ponzoña , que no le dexa ac-
cion , ni al hombre mas valiente , ni al tigre mas
bravo.
Es verdad que el hombre atraido del buío no
pierde su juicio, segun lo declaran muchos que
se han visto tirados de su vaho 35 pero ¡qué con-
goja! ¡qué sudores frios! ¡qué angustias fatales,
no sufocarán el ánimo del pobre , que contra to-
da su voluntad se ve llevar á la tremenda boca
de aquella bestia carnicera é insaciable dor
ran
HISTORIA NATURAL. 45%
Gran similitud , es la de este apretado lance , pa-
ra que abren los Ojos , suden y se acongojen los
que halagados de la Serpiente infernal , se dexan
llevar de su vaho y atractivo , sim reparar en que
el paradero es la boca de un Infierno inacabable,
que ya tiene abierta su garganta para tragarios
sin remedio. De lo dicho resulta que el culebrón
de que habla el Cavallero Esloane en las Memo:
rias Filosóficas de la Real Sociedad de Londres (a),
es de especie diversa , porque el buío no tiene eol-
millos ni dientes ) y por eso no come , sino que en-
gulle la presa que atraxo. A mas de esto Mr. Esloane
supone , que su culebrón primero hiere, y lue-
go sigue con la vista la presa, que por instinto
sabe morirá luego que el veneno que lleva con-
sigo difunda toda su actividad; no así el buío,
- que , como dixe , primero ve, v. gr. al venado,
luego abre la boca , le arroja el vaho , é inficio-
nado y aturdido , lo atrae y se lo engulle. Lo
singular del serpentón de Mr. Esloane , es , que
tenga dientes para herir á la incauta avecilla, y
no para retenerla.
Pero voy á responder á una tácita querella que
'harán tal vez los curiosos. ¿Cómo no se da , dirá
alguno , una eficáz providencia para destruir unas
"bestias tan nocivas y malignas? Antes de respon-
der , debo advertir , que esta misma providencia es
necesaria contra los tigres , que son innumerables,
contra los leones y caymanes , contra los Osos y
leopardos de los páramos , que baxan á hacer gra-
vísimos daños ; y contra innumerables fieras , que
infestan aquellos Paises.
Es.
(a) Tom. 38. en quarto , del año de 1738.
452 EL Orinoco ILUSTRADO»
Esto supuesto , doy dos razones y, á mi ver con
vincentes , por las quales estas plagas tan gravosas
no tienen remedio : la primera , es lo poco pobla-
do ; mejor diré , lo despoblado de aquellos terre=
nos: la segunda , lo vasto y extendido de aque-
llos Paises ) llenos de bosques , selvas y lagunas.
Estas dos causas se dan mútuamente la mano ;5 por-
que por ser corto el número de los habitadores,
respecto al vasto terreno , no pueden perseguir á
as bestias dañosas, como convendria; y lo dilatado
de bosques y selvas da largo campo á que se mul.
tipliquen sus madrigueras á todo su salvo. Por es-
ta causa mandó Dios á su Pueblo , que no destru-
yese las Naciones de Canaán todas en breve tiem-
po ; porque entónces » dice Dios , quedará la tierra
desierta ) y se multiplicarán y crecerán contra vo-
sotros las bestias fieras , para vuestro daño (a).
No obstante se ha reparado , de aunque al
principio de la fundacion de nuevas Colonias abun-
da toda especie de fieras y de insectos nocivos,
con el concurso de la gente , y las diligencias que
se hacen , persiguiendo á unos ,. y matando á otros,
á los quatro años de la fundacion , ya tedas aque-
llas quatro ó seis leguas al contorno del Pueblo es-
tán libres y limpias de aquella epidemia ; y en es-
- pecial de tigres , buíos y otras culebras 5 porque el
concurrir á su muerte , en descubriendo donde
están , se toma por materia de fiesta y de diverti-
mien-
(ay Exod. cap. 23. v. 29. 7. uers. 22. [Von poteris eas
Non ejiciam eos d facie tua, delere pariter ; ne forte mul-
uno anno ; ne terra in solitu- tiplicentur contra te bestie
dinem redigatur , CS crescant terre.
contra te bestia. Deuter. cap.
« HISTORIA! NATURAL». 4153
miento. En uno de estos se halló. con mucho susto
un Padre , á quien yo traté , y á quien le ol refe-
rir muchas veces la funcion , que fué así : pasan-
do de Caracas á las Misiones de Orinoco , se halló
un tremendo buío , que habiendo disparado su va-
ho contra un caymán formidable , ya se le habia
atraido y engullido hasta la tercera parte , que se-
ria vara y media ; y sobre lo restante del cuerpo del
caymán con su larga cola había el buío asegurado
la presa , estrechándola con tres enroscadas vuel-
tas , que solo de pensarlo da pavor:: al aviso , acu-
dió gente de unas casas vecinas, tres con escope-
tas , dos Ó tres con lanzas , y algunos otros con
flechas sin veneno: todos á un mismo tiempo hirié-
ron al.culebrón , y al punto se llenó de. sangre el
charco” del 'arroyo:donde estaba, y lanzó aquel
violentamente de sus fauces todo: aquel trozo de
caymán engullido 5 el qual ya estaba muerto. , pero
el buío dió mucho que hacer. Viendo uno de aque-
llos hombres » que miéntras estuviese en el char-
co. se habia de defender , buscó un lazo largo , y
con brio y. maña le enlazó el pescuezo ) y tiran-
do todos de la:soga , puesto ya en seco , le ma-
táron luego. Mandó: el amo de aquella gente de-
sollar al buío , para enviar á la Ciudad de Cara-
cas su piel ¿ que estaba hermosamente dibujada de
blanco y pardo; y despues de seca tuvo siete va-
ras , y tres quartas de largo , y tres tercias de an-
cho ; debiéndose suponer , que se encogeria mu-
cho , porque se secó á los rayos del Sol. Todos
los. sitios. anegadizos de tierra caliente abundan
de estos buíos , y en los sitios despoblados mu-
cho mas:..no hay año», en que no desaparez-
can hombres campesinos , de los que salen ,óÓ á
Lom. II. y | pes-
454 Ex Orinoco ILUSTRADO»
pescar , Ó á cazar; y creo , que el mayor daño:na-
ce de dichos buíos , que maliciosamente acechan:
yo me he encontrado con. muchos de ellos repen-
tinamente , y á uno espantoso , que hallamos jun:
to al rio de Tame , un:mozo que iba conmigo le
dió diez y ocho lanzadas. por los: costados, hu-
yendo siempre el vaho de su pestilente boca.
No faltará quien aquí exclame , diciendo : ¡ben-
dito sea Dios, que en nuestra Europa estamos li-
bres de tales bestias! “Tambien yo alabo á su Ma-
gestad por lo mismo ; pero añado , que no esta-
mos tan libres , como parece , de sierpes: no
tales , ni de tan desmedido tamaño ; pero sí de se-
mejante ponzoña y vaho atractivo , con fuerza pro»
porcionada á su cuerpo. Testigo ocular de ello es
un sugeto (a) , que hoy vive , en este Colegio lm-
perial , el qual saliendo á una de las huertas de
Graus , Ciudad del Obispado de Balbastro , en Ara-
gon , reparó con su Compañero , que una avecilla
batia sus alas , á poca mas altura del suelo , que
una vara : el ver que no: mudaba de.:sitio-, les
causó Prada Bd y fuéron á observar la causa: viés
ron una culebra del grueso de un dedo pulgar,
y de poco mas de tres quartas de largo, que er-
guido el cuello , y levantada en alto casi una quar-
ta de su cuerpo , con la boca abierta estaba atra-
yendo á sí la triste avecilla , que afanada no. de-
xaba de batir sus: alas para evadir el. peligro en
que se hallaba 5; y habiendo observado en el corto
rato que estuviéron contemplando el páxaro , que
éste descaeció mas de una au 3 atraido en de-
re-
(a) P. Joseph Salés , Procurador Genera por “1 de join
cia de Aragon»
HISTORIA NATURAT+ ' 133
rechura hácia la boca de la culebra , asegurados
ya de que no podia escaparse de aquellos lazos
venenosos la presa , tiráron á matar la culebra; y
lo mismo fué baxar ésta la cabeza , que remontar»
se alegre la avecilla: luego no faltan culebras por
acá del mismo vaho y atractivo del buío. El que no
crezcan hasta la desmedida magnitud de las del
Orinoco , proviene de lo muy poblados que están
estos Paises , y de lo muy despoblado de aquellos:
acá no falta quien las. mate , ántes que pasen á
monstruos 5 y allá quando se dexan ver , ya lo son.
$. II.
Reflexion sobre el Párrafo antecedente , y confir-
macion de lo que él contiene.
20 li clases de personas reconozco , y hallo con-
movidas , á vista de las fatales armas y venenoso
atractivo , que acabo de referir del culebron lla-
mado buío : unos se admiran tímidos ; otros vaci-
lan dudosos ; y los restantes dificultan advertidos:
todos , empero , creo que han de quedar satiste=
chos. Y por lo que mira al temor de los primeros,
pueden facilmente deponerle,, con el seguro de
que entre aquellos monstruosos buios y la Europa,
media todo un dilatado Occeano.
Las personas que dudando vacilan , han de
quedar , ó convencidas , ó sujetas y obligadas á no
creer sino los Libros Sagrados y Canónicos ; por-
que todo el resto de los Libros Históricos no tie-
nen otro apoyo , sino el de la fe humana , forta-
lecida con las señales de credibilidad , que alegan
los Autores , y con las circunstancias que concur-
ren
456 Ex OriNoco ILUSTRADO»
ren en la parsoña: ep y ocupaciones del que
escribe.
En esta buena e, yy estribando en la Sentericia
de Christo nuestro Señor , quando dixo : Que en
la uniforme declaracion dé dos ó de trés testigosy
se funda un juicio prudente (a); habiendo citado' 4:
favor de la existencia del buío la Historia del Mlus-
trísimo Señor Obispo de Piedrahita , y á un Padre
Misionero de Meta y Orínoco , como á testigo de
vista 5 y en prueba de que en España hay tambien:
buios , al P. Procurador General dela Provincia
de Aragon, que hoy reside en esta Corte; me
pareció ocioso añadir mas pruebas y testigos , para
una moral y prudente certidumbre; y asi , ni aun
quise insinuar las muchas y repetidas veces ¿ en
que en veinte y dos años de continuos viages por
los Paises infestados de esta plaga , me encontré
repentinamente con los buíos , siempre con sobre-
salto y horror.
Sin embargo me ocurre la especie de que ca=
minando en el año 4724 con el Padre Provincial
Diego de Tapia y sus Compañeros, en la visita,
que por'su oficio hace de aquellas Misiones , á fin
de aliviar el fastidio del camino , iba yo refirien-
do al P. Secretario Cárlos de Anison, la figura, va=
ho venenoso y daños de los buíos , pero aquel no:
daba asenso , y por:mas que el Padre Provincial,
que tambien habia sido Misionero', y práctico del
terreno , tiraba á convencerle , se mostró incrédu-
lo , hasta que poco despues vió por sus ojos en una
ARBuna un buío feróz , que acababa de atraer á sí
una:
(a) Matth. cap. 18. vers. 16.
HisTORIA NATURAL. 457
una garza , y se la comenzaba á engullir , tenien-
do ésta las alas. abiertas al uno y otro lado de la
boca del culebron ; de que se inferia , que al pa-
sar bolando , la atraxo , siendo los piés los que
primero llegáron á la fatal boca. Aquí tué donde
aturdido exclamó el Padre Anison , diciendo : ¡Oh
monstruo! ; Oh bestia! ¡Oh , y qué horror! Y yo
entretanto consideraba quan bellamente cantó el
Profano , diciendo (a):
Segnius irritant animos demissa per aurem,
Quam que sunt oculis subjecta fidelibus.
y de ahí infiero , que si allá mismo ) donde se
crian y abundan los buíos ) hay personas de toda
forma , que niegan su existencia , hasta que en-
trándoles el espanto por los ojos al corazon , se
desengañan 3; no será de extrañar que lo duden
los que tienen de por medio un Mundo de dis-
tancia 5 pero contra esta duda , fuera de lo que aca-
bo de referir , traygo aqui los testigos: uno de las
Indias Orientales , otro de las Occidentales , y otros
de nuestra España.
Sea el primero Mr. Salmon (b) , quien afirma
que en Mindanao y en las Filipinas se crian unas
serpientes muy grandes » llamadas 1bitín , y otras,
lia-
(a) De Arte Poetica vers: mo. Credono quei Popol, che
180. per liberarsi da tal pericolo,
(b) Tom. 2. cap. 9. pag. non vi sia miglior rimedio,
222. In queste Isole si we-
dono serpenti di smisurata
grandezza, una specie de qua-
li, che chiamano ibitin <:: £i-
ra e ingbiotisce un cervo , un
orso, un cinghiale , e un huo-
dl
quanto rempere Paria , che
si frammezza tra Phuomo , €
Pserpente. Il piu grande fra
¿ serpenti, si chiama bole , che
lungo venti, e trenta palrni.
458 EL OrIN0cO ILUSTRADO),
llamadas hole , de hasta treinta palmos de largo;
que se atraen y tragan un ciervo y Un o0so y, Un ja-
balí y un hombre : con la circunstancia de que
aquellas gentes creen , que para librarse de aquel
gravísimo peligro , no hay remedio mejor , ni mas
eficáz , que romper el ayre intermedio , que hay
entre el hombre y la serpiente.
Coteje el curioso la noticia de estos culebro-
nes , con la que doy del buío , y no hallará otra
diversidad , que la de los nombres , por la diferen-
cia de los lenguages ; y hasta el remedio para
escapar , que es romper el ayre intermedio é in-
ficionado , es uno mismo , aunque en tan distantes
partes del Mundo. De otros monstruos semejantes
á estos , hace mencion el mismo Autor (a) , tratan-
do de las Islas de Neyra-Lentor y Poelo-Ay ; aun-
que no individúa el modo con que atraen y tra-
gan, ya los animales , ya los hombres. ;
Oygamos al segundo testigo , que para mí es
de mucho mayor peso , que el primero; y es el
P. Procurador General de la Provincia de Nuevas
España , de la Compañía de Jesus (5) , que actual-
mente rige , y es bien notoria su autoridad en esta
Corte : el qual en un público concurso , confir-
mando mi noticia , dixo : que en cierta jornada en
la Nueva-España , le mostráron los Indios compa-
ñeros una liebre ó conejo , que estaba aturdido
é inmoble á la orilla del camino ; y preguntán-
doles ¿quál seria la causa? le mostráron al otro
lado del camino una culebra mas que mediana,
que
(a) Tom. 2. cap. 2. pag. tantograndi, che dirsi posono.
289. In queste Isole non vi (ay P. Bernardo Lozano
sono rane ; ben si serpenti, y Velez, Procurador General.
*
HisTORIA NATURAL.» 453
que con la boca abierta atosigaba al desventura-
do animal: apedreáron los Indios á la culebra ; y
luego que huyó ésta , quedó libre, y tomó su
carrera el animal , hasta entónces aprisionado con
aquellas cadenas invisibles. Basta ya: y si algu-
no , por via de curiosidad , quisiere mas testigos,
lea la Historia del rio Marañón y Amazonas , que
escribió el P. Manuel Rodriguez ; y registre el Me-
morial , que el P. Acuña presentó al Rey nuestro
Señor acerca del mismo rio.
Dixe tambien en el Párrafo primero , que en
nuestra España hay buíos, aunque no tan grandes,
porque el gentío no les da lugar á que crezcan
tanto como en los desiertos de la América. Esta
noticia confirmé con el testigo de vista , que allí
alegué , y hey vive en esta Corte » donde tambien
está actualmente Otro Jesuita destinado para las Mi-
- siones de Filipinas (a), quien me ha certificado,
que en distintos Lugares de Cataluña vió en tres
ocasiones con sus Compañeros dichas culebras, que
erguido el cuello , y abierta hácia las avecillas la
boca , las atosigaban y atraian contra toda su incli
nacion natural.
Ni puedo » ni debo omitir dos testigos bien ilus-
tres y conocidos en España. Cosa de año y medio
ántes del Sitio de Barcelona , el Conde de la Lipa,
Mariscal de Campo , paseándose con otros muchos
Oficiales á la frente del Campo de Amposta , orilla
del Ebro , vió una serpiente , que seria gruesa co-
mo el brazo , qué se atraxo un conejo ) distante tres
o quatro toesas , al qual agarró de la cabeza , y se
(==
-(a) Hermano Miguél Ferrer,
e
460 EL Orinoco ILUSTRADO,
detuvo un gran rato en engullirle , moviendo el
conejo los piés de detrás.
Sucedió muchas veces al dicho Conde , estando
á caza , matar algunas de dichas serpientes , abrir=
las , y hallar dentro de ellas conejos hechos como
unas cuerdas , y cuyos huesos parecian limados.
El Marqués de Robén , Brigadier de los Reales
Exércitos , mató en Cienpozuelos un serpentón , en
cuyo estómago se halláron catorce gazapos con el
pellejo entero , pero ya muy chupados , cuyos hue.
sos estaban molidos: de que se infiere , que no hay
tan pocos buios en España , como parece. |
Pero ya es hora que indaguemos la causa de la
atraccion del busto. ;
$. IL
Trata de la accion y fatal atractivo del buto.
Buzo aquí una noticia , que depende de dos
antecedentes 5; y así , evidenciados una vez estos,
necesariamente hallarémos en la conseqúencia to=
da la luz, que deseamos. Manos pues á la obra:
representémonos al culebron buto , que abierta la
boca, y dilatadas sus pestiferas fauces, tiene la
puntería puesta á un bravo jabalí; y aunque im=
ploremos el auxilio de los Físicos modernos, y'
de sus mejores microscopios , no hallarémos en
este monstruo mas armas ofensivas , que la vibra-
cion y la atraccion del ambiente , inficionado corr:
la ponzoña que exhala su aliento. Esta vibracion
de efluvios malignos , y la atraccion que de ellos
resulta , comprehende todo el nervio de la difi-
cul.
| HisTORIA NATURAL. 46%
cultad , para cuya cabal solucion debemos exá-
minar de raiz una y otra operacion , cada una de
por si.
| $. IV.
De la accion ó vibracion de los efluvios.
o eii que nadie questiona , ni duda de la exis-
tencia de innumerables poros , por donde los cuer-
pos de los vivientes y los insensibles exhalan can-
tidad de efluvios , ya saludables , ya nocivos ; ni de
la velocidad y facilidad , con que vibrados estos,
corren con el ayre , y se introducen por los poros
de otros cuerpos , con notables efectos , ya favo-
rables , ya dañosos , segun la variedad de sus qua-
lidades , y la diversa disposicion de los cuerpos
en que se introducen.
Sobre la primera parte de esta suposicion , han
escrito mucho los Físicos modernos , despues de
los experimentos del célebre Sanctorio (a) Este
grande observador de la Naturaleza , despues de
treinta años de experimentos , afirmó , que el que
toma , v. gr. ocho libras de alimento , disipa y ex-
pele cerca de las cinco libras por la transpiracion
de los poros : esta evacuacion se evidencia mas
cada dia, ya en los enfermos , cuya grave en-
fermedad hace crisis , si abiertos los poros , pror-
rumpe en sudor 5 ya en los que desfallecen y pe-
ligran , quando el sudor es excesivo : y en fin , los
sudores , ya copiosos , ya lentos , no son otra cosa
que efiuvios de las flores , resinas ¿ aromas , y O:ras
co-
(a) De Estática, y Medi- pag. 85. y en Abril de 1678.
cina: y el Diario de los Sabios pag. 146»
de París, en Marzo de 1682.
Tom. IT,
462 EL ORINOCO ILUSTRADO»,
cosas , que se dexan percibir por el olfato.
Por lo que mira á la segunda parte , que es
en órden á lo que se extienden los efluvios im-
pelidos por el ayre , es negocio tan de hecho , y
tan ordinario , que no hay para qué insistir en
ello; y bastará excitar levemente la memoria de
la picdra imán , cuyos efluvios penetran la densi-
dad del hierro y del acero: un grano de ámbar
transciende la ropa , la caxa y la sala; penetra,
enfada , y en ciertas circunstancias causa grave
daño á las mugeres: el ambiente salitroso del mar
se dexa sentir á gran distancia: y al tiempo , y
despues de la borrasca se percibe el marisco en
las costas , hasta á tres leguas de distancia y mas,
si el viento favorece.
La Isla de Ceylán y otras , en donde abundan
las plantas aromáticas , y nombradamente la Isla
de Jaba (a) , por testimonio del P. Tachart , insig-
ne Misionero , arroja los efluvios aromáticos has-
ta nueve millas mar adentro, que es cosa bien
considerable para nuestro propósito , y digna de
toda reflexion.
Y si ponemos la atencion en las yerbas y plan-
tas nocivas y malignas , hallarémos aun mas de
que maravillarnos , por los efectos que resultan
de sus efluvios , tan fatales como activos. Mr. Sal=
mon (b) afirma , que en Filipinas algunas yerbas
des-
(a) Apud Salmon tom. 2.
crap. 11. pag. 131. El non po-
teva saciarsi di rimirare un
si vago teatro; e gli pareva
di sentire navigando lontano
di terra ben nove miglia , il
gratissimo odore degli alber?,
e delle altre piante.
(b) Tom. 2. pag. 228.
E? albero kamandang , e tanto
velenoso , che le sue foglie
cadute nel mare, e mangia-
te
HisTORIA NATURAL» 163
despiden de sí tales efluvios, que quitan la vida
á los que las tocan ó comen; y que quando lle-
gan á crecer y emponzoñan de tal manera el am-
biente ) que suele aquel vaho quitar la vida a mu-
cha gente: y luego añade : que el árbol llamado
Ramandang es de tan fatal eficacia , que el pesca-
do que come de sus hojas , que caen en el mar,
muere luego; y el que incautamente come de
aquel pescado , muere tambien : que el zumo
ó xugo de aquel árbol es veneno mortífero , con
el qual los Indios untan las puntas de las flechas:
y en fin , que es tal la eficacia de sus efluvios,
que ni en la sombra , ni en el contorno del ka-
mandang nace , ni permanece yerba alguna.
Pero todavía ,(si cabe mas, ) son mas activos
y mas fatales los efluvios originados de aquel in-
feliz árbol, que nace en el territorio de Turáte,
en la Isla de Makasar , de que hablé ya en es-
ta segunda Parte(a), careando su malignidad con
la del pestilente curáre , de que allí traté; cuya
memoria doy aquí por renovada , por ser muy
del caso para calcular hasta donde pueden exten-
derse los efluvios; aunque es verdad , que para
estar en esta inteligencia , no era menester recur-
rir á noticias tan distantes y extrangeras , cons-
tándonos cada dia la esfera á que se extienden los
efluvios , que arrojan los héticos , los atabardi-
llados , los que padecen viruelas y otros males
conta giosos , con estrago lamentable de muchas
“vidas. De
te da pe sci , fanno morire si delle loro saette; e fin dove
questi , come chi li mangia: si stende DP ombra di quello,
col” sugo , che esce da questo non vi nasce veruna erba.
albero avvelenano le punte (a) Supra, al fin del c. 12.
464 EL Orinoco ILUSTRADO,
De lo dicho formo un epilogo en este enti-
mema : los efluvios de algunas cosas insensibles,
los de los árboles aromáticos y aromas , los de
las yerbas y árboles nocivos, se extienden , y
efectivamente cbran á mucha distancia : luego los
efluvios corruptos y malignos , que arroja el cule-
bron buío , aturden é inficionan á los animales. Á
lo ménos la posibilidad de esto nadie me la podrá
negar. Pasemos á la segunda parte.
6. :M
De la fuerza atractiva del vabo del buio.
] punto de la dificultad consiste , en ¿có-
10 puede ser que los efluvios, que arroja el buío,
tengan actividad para atraer la presa inficionada?
y he aquí otro nudo Gordiano , que se ha de des-
atar, no con fuerza , sino con maña 5 y exáminan-
do una á una cada vuelta de por sí, yo sé, y
todos pueden ver y saber por la experiencia , que
los efluvios del ¿mán , incorporados en el hierro
y en el acero, le atraen , y tenazmente retienen:
nadie habrá que no halle la misma virtud atrac-
tiva en los efluvios , que el azabache imprime en
las pajas , si quiere hacer el experimento : y es no-
torio que el hierro y el acero, preparados. con
la virtud magnética , atraen con ella á otro bier-
ro, y este segundo al tercero , y así de los res-
tantes (a)5, tanto que vemos en el ayre una lar-
ga sarta de agujas , extraidas y encadenadas unas
con
(a) San Agustin, de Ci- Lucrecio lib. 6. vers. 3000»
vitate Dei, lib. 21. Cap. A... E
/
HisTORIA NATURAL: 465
con otras , sin otro enlace que el de la atraccion
magnética , que de una á otra pasa por todas : lue-
go no hay repugnancia , ni razon en que fun-
darla, ni debe causar tan notable armonía , que
el vaho pestilente del buío atrayga y retenga aque-
lla misma presa que inficionó y aligó con los la»
zos de su tósigo invisible.
Me dirán tal vez que esto es querer probar
un milagro de la Naturaleza ,con otro nada me-.
nor , y tirar á persuadir un arcano fisico, Casi
inapeable , con otro igualmente obscuro y dificil
de entender. Vengo en ello desde luego 3 pero
como nadie me negará la virtud atractiva del
imán y del azabache , no es razon que se niegue,
ni que se me dispute la fuerza atractiva del buío;
porque si de un efecto cierto de una piedra in-
sensible , qual es el imán , se infiere necesariamen-
te, y confesamos su virtud y fuerza atractiva; es
tambien preciso , que del estrago lastimoso que
causa el vaho del buío ) monstruo corpulento , se
infiera y reconozca una actividad atraente; y sea
enhorabuena tan oculta y dificil de averiguar, Co-
mo lo es la que confesamos en la piedra ¿imán.:
A mas de que no hay para qué extrañar tanto
esta operacion del buío , ni hay razon para mi-
rarla como entusiasmo ideado en el otro Mundo:
lo primero , porque , como ya dixe arriba (a), en
nuestra España se han visto repetidas veces buios,
en la actual atraccion de avecillas , aprisionadas
con los efluvios de su boca: lo segundo , por-
que esta misma fuerza Ó accion atractiva y como
| de
(a) En este cap. $. 1. y 2. in fines
466 EL ORINOCO ILUSTRADO»
de paso lo apunté en el Párrafo primero , se ha=-
lla indubitablemente en las feas fauces de los es-
cuerzos Ó sapos grandes; y á la verdad , dicha
atraccion es mas vigorosa de lo que indica la cor-
pulencia de los escuerzos. Confieso ingenuamente,
que he tirado á averiguar de-raiz esta noticia , por lo
mismo que se reputa por vulgar y comun ; y apu-
rada bien la materia , y atestiguada por sugetos
fidedignos , que por su ocupacion pasan su vida
en los campos», es para mí indubitable la verdad
del hecho; de modo, que no hallo mas variedad
en los declarantes , sino que unos atribuyen la
dicha atraccion á la accion venenosa , con que el
escuerzo dispara por los ojos su ponzoña , fixan-
do la vista en la presa;5 y otros atribuyen dicha
fuerza atractiva al vaho que arrojan por la boca
que tienen abierta hácia la presa que aturden y
atraen ; pero sea de uno , sea de Otro modo , ambos
corroboran mi conclusion , de la accion atracti=
va oculta en el veneno oculto.
Quiero concluir y confirmar este punto con
la autoridad del V. Juan Eusebio Nieremberg, y
con las declaraciones de dos sugetos fidedignos
sobre dos casos modernos. El V. Padre afirma (a)
la atraccion del buío ; á quien llama bovaliga ; y
añade , que los escuerzos de España tienen la mis-
ma fuerza atraente. La primera declaracion es de
un Jesuita, á cuyo cargo está toda la maniobra
de la botica del Colegio Imperial; el qual alega
á favor de esta mi opinion, (la que afirma ser
tambien suya ,) varios testigos oculares del Obis-
e
(a) Tom. 3. lib. 2. cap. 4. pag. 282.
HistORIA NATURAL» 467
pado de Cuenca, que se halláron presentes al cu-
rioso espectáculo , y vivas diligencias , con que
una infeliz comadreja Ó mustela , despues de mu-
chas vueltas y revueltas , y despues de empleada
toda su ligereza para escaparse; por último fué
atraida á la boca de un escuerzo , como al cen-
tro Ó raiz de los venenosos efluvios , que la in-
ficionáron y atraxéron. El segundo declarante es
Mr. Bourlin , natural de Clermont en Auvernia y, re-
sidente en la Ciudad de Barcelona , quien ha-
biendo salido á divertirse con la escopeta á los
campos circunvecinos , en compañía de un cama-
rada suyo, se encontró repentinamente con un
escuerzo , que comenzaba á engullirse una coma-
dreja; y apesarado de la fatalidad de ésta , dis-
paró la escopeta contra el escuerzo; mas no pu-
do evitar el que con él quedase tambien muerta
la infeliz prisionera.
A este caso se me dirá , que no prueba efi-
cázmente mi conclusion; porque segun él , pudo
estar el escuerzo en centinela, y coger de sor-
presa , al pasar la incauta comadreja , al modo
que el gato emplea toda la noche esperando con
vigilancia al raton, que casualmente ha de pa-
sar por allí. Respondo , que ni la réplica, ni
el símil , hacen fuerza 5 no la réplica , porque
todavía está para probar en el escuerzo la ha-
bilidad para mantenerse en centinela3 ni la vi-
gilancia y cuidado de la comadreja dice , ni con-
cuerda con la pesadéz y torpeza del escuerzo: fue-
ra de que , dado el caso, que la comadreja se
vea al pasar atacada por el sapo, es preciso que
éste quede burlado , por la vivacidad de la co-
madreja , si no se le conceden las armas de la
ponzoña atraente: y añado , que negada esta fuer-
za
468 EL Orinoco ILUSTRADO; |
za al escuerzo , si hubiesen de combatir entre sí,
tengo por cierto , que la viveza y ligereza con que
Juega , y se vale de sus afilados colmillos la comadre-
ja yes capáz de poner en fuga un batallon de sa-
pos. El símil alegado de los gatos ,es muy débil,
y mas , quando consta , que á veces , en lugar del
triste raton que espera el gato, pasa una rata atróZy
que no solo se defiende , sí que pone en confu-
sion y peligro á aquel , si con la fuga no busca su
remedio. En fin, este caso no es prueba única
del asunto; y solo se alega para dar por su-
puesto , que como otros sugetos viéron las dili-
gencias con que las comadrejas tiran á retirarse
de la boca del escuerzo5 aquí habian ya precedi-
do las tales correrías , y llegó el testigo á tiempo
que ya la comadreja rendida á los efluvios ponzo-
fosos , se habia entregado miscrablemente.
Concluyo diciendo: que los experimentos re=
feridos del ¿imán , del hierro y del acero, prepa-
rados5 del azabache , y de los escuerzos , patenti-
zan y parsuaden con eficacia la existencia de la
virtud atractiva en los efluvios del buío , en óÓr-
den á los Europeos, que la dudáren; y en ór-
den á los Americanos , la experiencia que tienen
de la atraccion del buío , les da suficiente luz y
fundamento , para confirmarse mas y mas en re-
conocer la virtud atractiva del ¿mán , azabache y
escuerzo. Verdad es que aunque los eruditos de
éste y del Muudo nuevo confiesen uniformes la
atraccion qúestionada , siempre quedarán suspen-
sos , con anhelo y ansia de descubrir la raiz de
ella, que es la virtud activa atraente. No ereo,
que fuese digresion , el tratar aquí á propósito es-
ta qúestion , porque de las tres partes en que he
di-
“JHISTORIA NATURAL. 1." 469
dividido esta Obra, la una de ellas está destina-
da para la Historia Natural ; pero por no desviar-
me mucho dela parte Historial , á quien sirven
de adorno la “Natural y la Geográficas y princi-
palmente porque:no hallo fondo en: mi'cofto cau-
dal para fundar opinion , me pararé en apuntar
una ú otra especie , que tal vez podrán conducir
al intento , dexando la disputa. up Otras o
mas po n cortadas, JT 28
So y L
De algunas señas para Pr sobre la dicha vir.
a -tud atraente. 000.0! A
S upuesto que se procede bien: dosiiandóra d sí
mili y infiriendo unos efectos'á vista de Otros , y
conjeturando las causas de unos y de otros, guián-
donos por la similitud de ellos, no. debe despre-
ciarsé en: 'la filosofia: natural la argumentacion á
contrariis', careando entre sí causas y efectos con-
trarios , para divisar , aunque á lo léjos , las fai
ces heterogéneas de ellos: y ésta es una de las ve-
redas quese pueden tomar, para buscar la raiz
incógnita. del “efecto de que: tratamos , averiguan-
do ¿quál es la atraccion actual del buío , donde
reside, y'en que consiste esta: virtud era
Voy á decir algo. en particular.
Y para explicarme , fixemos la vista en uno
de aquellos árboles, que naciéron: á las orillas
de las selvas Ó bosques en tal terreno y positu=
ra, que solo les baña el Sol por un estado; y
reparando en ello , notarémos , que este lado di-
choso está bellísimo , abundante de ramas frescas
Tom. Il, Y y
470 Ex Orinoco ILUSTRADO)
y frondosas; y'al contrario, en el lado sombrio
se ven pocas ramas , áridas y desmedradas.- Re-
parémos mas en aquella inclinacion y propensión
con quese: abanza toda su mole:por la parte fron-
dosa , hasta: violentar y encorvar gran parte del
tronco: , por mas: rollizo:que «sea, atraido , tira-
do y agoviado por aquellas ramas y cogollos,
que mudamente protestan, que si en lugar de
las. raices tuvieran piés , corrieranen pos de su
atraente benéfico. , para. lograr por entero de
sus influencias : lo. que nos. da motivo. para pen=
sar , que si fuera factible á dichos árboles man-
tener su, verdor sobre: ruedas. ligeras y fáciles al
movimiento , siguieran. al.Sol.,+cuyo calor las fe-.
cunda y las atrac., do
.. Atrae el Sol: aquella' parte: coposa; que baña,
habilitando: consu influxo los órganos , dilatando:
y purificando los sucos. que dan todo. el. vigor al
vejetable , como. dexó: apuntado: el Mantuano(a):
porque. su calor «abre. los. poros , dilata las; fibras),
y la mutua, comunicacion de los. ventrículos ó
bululas 3, por lo. qual corren, con. mayor abundan=
cia , y. mas facilidad. los. fluidos», que extraidos
por. las. raices , circulan por. todo: el. árbol ,. re-
partiéndole. vigor con: tanta. mayor abundancia,,
quanto, mas. fácil hallan los fividos el tránsito , co=
mo. con:grande. propiedad:lo. cantó aquel moder«
no, pero. célebre Poeta (b)5 y al: contrario 5 por
, y fal.
(a)... Seu. plures. calor: lle»: bit- abs.radice: meatus- |
vias, ES ceca. relaxat '.. Per. vaditque» comas 5 ES”.
. Spiramenta , novas. veniat, vertice lapsus ab. alto,
qua.succus. in. berbas. Circuit ,. ac. late. plantam,
Lib. 1. Georg. vers. 89,. defertur ia omnem. '
(6) Suscus enimienues sus ElP.Vaniere».
"HISTORIA ¿¡NATURAL. 47%
faltaren la parte, y lado sombrío del mismo ár-
bol el inluxo dicho del Sol, no corren sino con
estrechéz los sucos, y crece la decadencia de
aquellas tristes ramas»
De modo , que los sucos y fluidos mencionados,
á nuestro modo de entender , corren con impe-
tu por sus conductos , inclinándose con el árbol,
todo quanto éste puede consentirlo , hácia el Sol,
cuya actividad es la virtud atraente.
Y he aquí descubierta ya, aunque de paso,
la raiz de la misteriosa praponsion y ahinco in-
defectible, con que el girasol ó elyotropio in-
clina al Sol sus cogollos , desde que nace , hasta
que se pone , logrando con su teson diario , be-
er cara á cara» y de hito en hito , los agrada-
bles faltos del Sol: los que agradecido recoge en
sus senos , y le retorna liberal, ofreciéndole la
belleza de sus flores , a cuyo hermoso círculo pro-
cura trasladar y gravar en él la magestuosa imá-
gen de su bienhechor activo.
Seame lícito ahora filosofar de este modo: el
Sol «con .sus influxos es el abraente , que llama
«para sí la inmoble é insensible planta todo quanto
ella puede dar de sí; luego por los términos con-
trarios y el fatal buío es el 'atraente, que transtor-
nando con la malignidad de sus efuvios el cur-
so natural de los espíritus animales del paciente,
-y trabucada ya su natural conducta , le impele,
-contra toda su inclinacion , á un movimiento com-
trario , hácia su ruina y péstiferas fauces del buío-
atraente
Pero demos otro paso mas , y por via de diver-
-timiento; fixemos algo: la:vistaly la atencion en los
i rr IE que resultan del cheque de dos vientos
€Nn-
472 Ex. Orinoco ILUSTRADO,
encontrados , ya en tierra, ya en los: maresz de
modo , que no cediendo ninguno de los dosel
Campo , se unen á formar el círculo violentos el
qual se precipita hasta dar sobre el agua , Ó sobre
la tierra , y algunas veces*con estragos considera-
bles : los de tierra han arrancado , atraido y arro»
jado á gran distancia carrascas , robles y olivos ro-
llizos y corpulentos: los del mar (á quienes los Es-
pañoles llaman mangas , y los Franceses tourbillón)
baxan desde el nublado dentro de una nubecilla
piramidal , cuyo pié queda fixo en el nublado ne-
gro5 y luego que la cúspide topa en el agua , se
ensancha , se condensa , y empieza 'á: chupar;
atraer y elevar gran cantidad de agua; y si hay
navíos por aquel contormo , entra con el susto la
diligencia de disparar la artillería , para romper el
ayre á cañonazos:, y desbaratar el remolino , ántes
que se acerque á la nao; no sea que despues dé
llevarla al retortero , al romperse la manga ya re-
cargada , queden sumergidos la nave y los nave-
gantes. | 1 | £ ARE DOTES
No es menester averiguar aquí cómo, yde qué
manera crece la fuerza atraente y que súponemos
-en el centro de dichos remolinos y mangas: para
-Nuestro propósito bastará creer, que al paso que
los vientos opuestos toman el movimiento circular,
v. gr.en un fiero nublado , si no se abren paso con
¿estallido y trueno: recio, (que es lo mas:ordina-
rio , ) cede y da: de síclo mas: denso del nubla-
do , al impetu del remolino:que baxa con la man-
ga hasta el agua , sin perder , ni disminuir su mo-
vimiento circular: allí, con la accesion de los vapo-
res crasos y húmedos ,'toma la manga por la:su-
»perficie exterior mas. cuerpo y.se ensancha y :conso-
-. HISTORIA NATURAL. 179
lida ; y alomismo tiempo , por la parte interior , se
purifica , dilata y sutiliza el ayre encerrado , en
“virtud del continuo movimiento y agitacion violen»
ta, dexando en el contorno interior de la manga
embebidas las particulas mas crasas. En este esta-
do, quanto mas sutil y dilatado queda el ayre in-
terior , tanto mas tira á sublimarse , y tras de él
el agua 5 para evitar el vacuo , que tanto aborre-
ce la Naturaleza.
Segun este diseño , puede el curioso filosofar
acerca de la virtud atraente del buío , guardando
la debida proporcion , y figurarse , que de las fau-
ces del culebrón sale un torbellino de efluvios ma=
lignos ; cuyo centro , despues que ha inficionado
al paciente , vuelve con fuerza hácia la fuente de
«donde dimanó , que es el buio , atrayendo la pre-
-sa, al modo que la manga dicha atrae al agua: pen-
samiento que «se confirma , viendo , que asi como
el único remedio de los navegantes es romper á
cañonazos el ayre, y con él la columna , que
formó el remolino , así en las Américas , y en los
demás, Paises ,que arriba insinué , no han halla-
do otro remedio , que romper el ayre intermedio,
que hay entre el buío y el paciente 3 de que se
infiere , aunque no se vea , que en dicho ayre €s-
tá el torbellino Ó remolino de efluvios venenosos,
y en su centro la virtud atraente.
N1 fuera extraño el considerar la virtud atraente
de este venenoso torbellino del buío , á la simili-
tud de la bomba aspirante y atraente , con cuyo
movimiento se extrae el agua de la sentina y fon-
do de los navíos , arrebatada contra todo su pe-
so é inclinacion. natural hácia lo. alto del navío,
sin, que hallemos otra razon que dar en ésta mas
ALO=
474 Ez ORINOCO” ILUSTRADO,
niobra , sino la de que sube el agua , y. dexa
“violentamente su centro para evitar el vacuo (a),
que, por mas experimentos que se hagan , tiene
la Naturaleza desterrado á los espacios imagi-
narios.
- Y en fin, todo Físico instruido en la direc-
cion y atraccion magnética , eligiendo el sistema
que mas le quadrare de los muchos que han pro-
puesto los Sábios modernos , puede sin violencia
acomodarle á la virtud atraente del buío 3 sin mas
variacion , que la de las voces ; porque siendo tan
uniformes los efectos de los efluvios y vaho del
buío , con los de la piedra ¿mán , en órden á la
atraccion , no puede ser muy diversa la explica-
cion de la virtud atraente.
Y pues queda largamente establecida la exis.
tencia del buío, la accion y vibracion de sus noci.
vos efluvios , y la fuerza atractiva de ellos5 y apun-
tadas varias sendas para la inteligencia de su virtud
atraente , ya es hora de .correr otra cortina , y
poner á la vista otros espectáculos ) que llamen
con la curiosidad , la atencion en unos > y la ad-
miracion en Otros. | 19:00
3
£ heredan proce
(a) Plutarch. de Placitis toteles de Natural. ausculf,
Pbilos. lib. 1." cap. 18. Aris= "lib. q. cap. 10. S cap.14. '"
- HISTORIA NATURAL». 475
$. VIL
De otras culebras malignas, y de algunos remedios
£ontra Sus venenos. |
AL de entrar en el asunto, para evitar el
horror y aversión , que con la. lectura de este
Capítulo , y de los dos antecedentes », y quatro si-
guientes » podria concebirse al terreno. que cria
tan fieros monstruos,.reconózco importante el pre-
venir , que la impresion que causa la vista de aque-
llos , es muy diversa. de la que causa su represen-
tacion , y el caso es. muy otro de lo que aquí pa-
rece , sin. el menor agravio á la verdad de esta His=
- toria: porque toda aquella multitud de: venenosos
butos., culebrones , insectos , guacaritos y caymanes,
se reconoce aquí epilogada y reducida á pocos plie.
gos). é imprime en la mente, en corto. tiempo ), un
enorme agregado de especies,.sobre: manera melan-
Cólicas, fatales y retraentes,.las quales precisamente
han de engendrar en los ánimos. una. notable aver-
sion hácia aquellos Paises ,. y una. firme: resolucion
de no acercase á ellos; pero. es muy. fácil de dist-
par: y desvanecer este melancólico. nublado ;.por-
que todo. este torbellino de especies funestas , que
estrechadas á breves páginas , espanta 5 no es así
allá en. sus originales , á causa de no estar ellos
juntos y: amontonados en. un Lugar, en una Pro-
vincia , ni en solo un Reyno : es. muy. extendido
el: terreno que abarca: esta Historia. ,, recopilando.
especies y. noticias , que están. allá. dispersas en mu-
chos centenares de leguas. En: unos Paises se ha-
llan buíos, pero no hay osos de páramo : en Hnos
| ay
476 EL Ox:INoc0 ILUSTRADO»
hay mas , en otros ménos culebras : en algunos
no las hay : y generalmente es cierto , que los in-
sectos y plagas no son generales á todas las Pro-
vincias , como ni tampoco los frutos y. frutas de
ellos > todo lo que se origina de la notable diver-
sidad de los temperamrntos , de que hablé ya en
la primera Parte. Y así y desvanecido este escrú=
pulo , prosigamos,
j $ VII
De otras culebras malignas y y algunos remedios
contra sus venenos.
Bao esta prevencion , digo: que en aquellos Pai:
ses hay otras culebras , que llaman cazadoras , que
en lo corpulento llegan á igualar á los buíos , pe-
ro en lo largo los exceden en muchas varas : éstas
tienen librado su álimento en su velocidad , muy
impropia de su pesada mole ; y causa espanto la
ligereza de rayo con que corren á la presa , sea
venado , irabubo , Ó- qualquier otro animal ; pues
como le vea , le da alcance sin remedio. Las he vis-
to vivas y muertas , y de otro modo no me atre=
viera á afirmar , que sus colmillos son del mismo
tamaño que los del mejor lebrél : no se sabe: que
éstas tengan “veneno 3 pero ¿qué peor arma, que
su velocidad , junta con lo tenáz de su. diente 2 En
mi tiempo , una de estas culebras cazadoras pren-
dió del carcañal y tobillo de un pié á un Labra-
dor. Era éste hombre de brio5 y viéndose llevar
arrastrando á la muerte , se asió reciamente del pris
mer árbol , que le vino á las manos : cruzó contra
el tronco sus brazos , gritando reciamente ; y Co-
mo á sus gritos acudiese gente y luego que la ser=:
pien-
Hisror1A NATURAL. 477
piente lo reconoció , apretó sus dientes , y cor-
tando el carcañal mordido , se escapó.con veloci-
dad de rayo. Tanta como ésta es la fuerza de áque-
llas sangrientas bestias , y tal el peligro de los que
andan no léjos de ellas. |
El que éstas y otras culebras lleguen á tal cor-
pulencia , proviene , como ya dixe , de lo vasto y
desierto de aquellos bosques. En los de la Isla Es-
pañola , topó el V. Hermano Bartholomé Lorenzo
tales culebrones » que á no ser el P. Joseph de Acos-
ta de la Compañía de Jesus , el primero que escri-
bió la prodigiosa historia de su vida , no hubiera
quien creyese la monstruosidad á que llegan (a).
En los bosques de Coro , Provincia de Venezuela,
dice Fr. Pedro Simon (5) , que diez y ocho Espa-
ñoles , fatigados en tiempo de aquella Conquista,
se sentáron sobre uno , que tuviéron por tronco
Ó viga tosca, y que á corto rato empezó á cami-
nar 5 porque á la verdad no era sino un formida-
ble culebron.
Mayor espanto causa lo que refiere Mr. Sal-
mon (c) de los culebrones de la Isla de Makasar, Ó
Celebes de la India Oriental: dice ,'que hay allí
tropas de monos, tan rabiosos , como los gatos
monteses , y tan atrevidos, que silos hombres no
caminan bien armados , los acometen y hacen
pedazos , (especialmente á las mugeres ,) y que
ya destrozados, se.los comen : y añade , que esta
sangrienta especie de monos no teme, ni huye
| de
" (a) P. Acosta, apud P. cap. 2. num. 2. fag. mibi $7.
Euseb. in vita. (c) Tom. 2. part, 2. capo
(b). Histor. Conquista del 3. pag. 298»
Nuevo Reyno , Noticia 2. i
Tom. IT. Z
473 EL Okrnoco ILUSTRADO)
de otras fieras , por mas bravas que sean , sino de
las disformes serpientes , de cuya velocidad y vo-
racidad , por mas que corran , y se refugien á las
copas de los árboles , no se pueden escapar: por
este miedo andan dichos monos juntos en tropas,
para hacer frente á las serpientes (a); pero en va-
nO , porque arremetiendo ellas , Ó ponen en fu-
ga al esquadron de monos ,Óse los tragan y en-
gullen vivos. Mayor plaga es ésta , que todas las
del rio Orinoco. | ar
> Otras culebras hay de menor tamaño , que se
llaman cascabeles: tienen los sonoros en la extremi-
«dad de la cola , y sirven á los curiosos y 4 los Mé-
«dicos : á aquellos para saber , despues de muerta,
quantos años tenia la culebra , porque cada año le
nace un nuevo cascabel ; á estos de triaca y. reme-
dio para varias dolencias : y Dios dispuso ,-que
tambien sirviesen de aviso á los' incautos caminan-
tes; porque así como el tigre Americano , ántes de
acometer se sienta , y menea lentamente la cola;.
accion con que imita á los gatos quando quieren
-abanzarse á la presa 5 del mismo:modo , ántes de
«fixar la culebra cascabel su venenoso diente , toca
'á' rebato con la sarta d¿::sus encadenados cascabe-
les , que sirven de aviso al caminante , no solo pa-
ra evadir su furia , sino tambien para quitarle la
vida , y lograr el apreciable despojo de los medi-
- cinales cascabeles ,:que se buscan con ansia , y se
hallan con dificultad y costo. | Pugíl
— Mas traydora es la culebra llamada macaurél : és»
ta , no solo acomete al caminante , sin darle seña ; sí
| A tam-.
(a) 1 serpenti pero, o li mettonoin fugay'o gl'inghiottisco-
0 VIVÍ. | ¡DURO 1
HisTORIA NATURAL. 479
tambien con increible audacia , si pasa á pié, ti»
ra á fixarle su diente venenoso en la misma cara: ni
queda satisfecha con el primer salto , sigue con
porfía , y quanto mas se defiende el pasagero , con
tanta mayor ira multiplica sus asaltos: ni pierde
sus brios , aunque á su furia se interponga algun
ginete. El Capitan Don Domingo Zorrilla y Salazar,
Cabo principal de la Escolta , que la Magestad del
Rey nuestro Señor concede á nuestros Misioneros»
natural de la Rioja, y hombre de notorio brio,
exercitado en continuos ataques con Indios rebel.
des y enemigos del nombre Christiano , como ya en
otra parte apunté, yendo á rechazar una partida de
Guajivas , que amenazaba á la nueva Colonia de
San Ignacio de Chicanóa , marchando , casi á.me-
dia rienda , como lo pedia la urgencia , se vió asal-
tado de improviso de una culebra macaurél , con
tal ímpetu , que el primer golpe le recibió en la ca-
pellada de la bota : al mismo tiempo dió un salto
el caballo ) y un bufido , (que hasta: las bestias se
temen unas á Otras ,) sacó su alfange el Capitan,
y olvidado del riesgo ageno , puso todo su cuida-
do en el suyo : largo rato persistió la macaurél en
sus saltos , y el Capitan en tirarle tajos 5 pero eran
al ayre , por la suma velocidad de la culebra , has-
ta que fatigada ésta , se enroscó en el suelo para
dar mas violento el salto , como lo acostumbran:
entónces , aprovechándose el Capitan del interme-
dio , le disparó un trabucazo , dividiendo al enemi-
go en tantos trozos , quantas eran las roscas con
que daba calor á su cabeza , que tenia en el cen-
tro de ellas. Un quarto de hora se pasó desde esta
batalla , hasta que me la refirió dicho Capitan, y
todavía no le habian vuelto sus colores naturales
al
430 EL Orrsvoco ILUSTRADO»
al rostro. ¡Tal y tanta es la saña de estas culebras!
Mas que todo esto es de temer la culebra siby-
cán , y mas irregular es su hechura : su color es tér-
reo; tanto , que la tiene el pasagero á sus piés , y
por ser su color de tierra , ni la ve, ni la distin-
gue 5 esto es y quando ella está tendida á lo largo;
pero quando se recoge enroscada dentro de sí mis-
ma , se hace mas incógnita , porque á qualquiera
le parece que es una boñiga de buey, ya seca y
descolorida á los rigores del Sol y del tiempo : no
se puede percibir , ni entender , como una culebra
larga se esconde entre sus mismos dobleces , y que-
da encogida , al modo que solemos recoger la cal-
ceta, Ó la.media , para calzárnosla con mas facili-
dad. No he visto sus huesos; pero imagino , que
el espinazo , que en las demás culebras y animales
se compone de junturas y que permiten algun jue-
go y declinación del cuerpo de uno á otro lado,
en la culebra sibucán , no son junturas , sino, Ó
goznes y ó cañutos de hueso , que al tiempo de re-
cogerse , Ó (digámoslo así) de amontonarse , se en-
tran unos dentro de Gtros 5 pero sea como se fue-
re , ella así recogida , se desenvuelve , y da tan li-
gero salto al mismo tiempo , que alcanza al pecho
del caminante , si va á pié; y junto á la rodilla,
si va á caballo , con gran riesgo de uno y de otro,.
porque la ponzoña es mortal. La fortuna es , que
de esta pésima especie de culebras , no hay, ni
en lo que llamamos tierra fria , esto es , cerca de
los páramos y picachos nevados; ni en lo que lla»
mamos , y realmente es , tierra perpetuamente Cá-
lida , que son las tierras que distan largas leguas
de las cordilleras nevadas : solo viven , y se mul-
tiplican en aquellas tierras intermedias , en que ni
pre-
| HISTORIA NATURAL. 48%
prevalece el frio , ni domina el calor , que se han
levantado con el nombre de tierra templada , y
realmente lo es: allí abunda la fatal plaga de cu-
lebras sibucanes , y no en otro lugar; y se multi-
plican con tanta fecundidad , por haber poca gen-
te que las persiga, que habiendo el P. Juan de
Ortega , exemplar de Apostólicos Misioneros , jun-
tado , con la fatiga de no pocos años , á los Indios
Ayricos y Eles , Araúcos , y Otros muchos , y do-
mesticadolos á las orillas del rio Macaguáne, donde
hoy están ; compadecido del calor intolerable que
padecian en la vega de aquel rio , trató con ellos,
y todos conviniéron en mudar su Pueblo á tier-
ra templada , qual es al «entrar en la cordillera de
la Salina de Chita. Fué el Cacique , que vive to-
davía , con los Capitanes , á escoger el sitio que
fuese mas al propósito , se pusiéron todos á des-
montar con sus machetes la maleza que habia
debaxo de un coposo árbol, donde habian de-
terminado dormir aquella noche; y me contó el
Indio fiscal de dicha gente, que solo en aquel
corto distrito , á que hacian sombra las ramas de
aquel árbol , tuviéron contienda reñida con diez y
siete culebras sibucanes 5 y que aturdidos y espan-
tados de tan fatal persecucion , sin querer hacer
noche allí , aunque ya era tarde , se pusiéron en
camino para su Pueblo de Macaguane , convinien-
do todos á una, en que valia mas padecer calor,
que estar en tierra templada , llena de tales ene-
migos. |
En las tierras calientes , especialmente donde
hay abundancia de hormigueros, se halla una espe-
cie de culebras de dos cabezas , y de tan raras pro-
piedades , que no extrañaré causen notable armo-
nía
e
432 EL Orinoco ILUSTRADO, |
nía y dificultad á los que no las han visto. Son de
ordinario del grueso del dedo pulgar , pero no
corresponde su longitud á su groseza , porque la
mayor apénas llega á dos palmos : su movimiento
es muy tardo ; y por eso , aunque su diente es fa-
tal, y de ponzoña muy activa , rarisima vez hax
cen daño ; á mas de que son enemigas del calor,
y así se meten en los hormigueros , donde logran
el fresco de las cuevas, que las hormigas cavan pa-
ra guardar la comida que buscan , y para criar sus
hijos : en dichas cuevas las encuentran los Labra-
dores quando cavan , y meten caños de agua pa-
ra desterrar las hormigas , que destruyen los ár-
boles del cacao ,la yuca , el panizo , y todo quan:
to hallan , no con menor destrozo , que si fuera
una manga de langosta : el único tiempo en que
las dichas culebras salen de las cuevas , es des-
- pues que ha caido algun aguacero recio , indus-
triadas del natural instinto , que les enseña el re-
frigerio , que contra el calor les dará la tierra
mojada.
Salen en fin, y aunque su paso es tardo , les
ha dado el Autor de la Naturaleza el alivio que
dió de otro modo á los cangrejos : estos caminan
de lado; y si al andar á mano derecha se les anto-
ja tirar por la izquierda , no dan vuelta , ni mu-
dan de positura , sino que en la misma positura to-
man el movimiento contrario : á este modo las cu-
lebras dichas , van , v. gr. al Oriente; y la cabe-
za , que mira al Poniente, se dexa arrastrar: y
quando toma el rumbo de Poniente , esta cabeza,
que servia de cola , toma su viage , y arrastra á
la otra.
El P. Manuel Rodriguez hace mencion de estas
a cu-
HisTORIA NATURAL. 483
«culebras de dos cabezas en su Historia del rio Ma=
-_'rañón (a); pero sin duda no tuvo de ellas las de-
más noticias , que yo averigué despacio , y á todo
seguro 3 y pondré aquí , no solo para curiosidad,
sino tambien para utilidad del bien comun.
Y en primer lugar digo , que es muy dificil ma-
tar una de estas culebras al que no está inteligen-
cizado del modo ; porque si le da v. gr. una cu-
chillada en medio, cada cabeza de por sí busca á
la otra, y luego que se encuentran , de comun
acuerdo se apartan , unen las extremidades corta-
das , y sirviendo la misma sangre de liga , quedan
otra vez unidas. Si le dan dos cuchilladas , y que-
da dividida en tres partes , cada cabeza busca el
pedazo y lado que le toca , y unida aquella parte,
pasa á unirse con la extremidad de la otra cabe-
za, en el. modo dicho. El modo de matarlas es,
cortando ambas cabezas con muy poca parte del
cuerpo , ó enlazadas con un cordel , colgarlas de
una rama 5 y aun este modo segundo no es se-
_guro y porque si alguna ave de rapiña no se las
come , se llega á podrir el cordel, y las culebras
secas á los rayos del Sol, caen; y luego que llue-
ve , reviven y toman su camino. Ello parece in-
creible , y por tal lo tuve á los principios 3 pero
habiéndome encargado el Hermano Juan de Agu-
llón , Boticario , Médico y excelente Químico del
Colegio Máximo de mi Provincia de Santa Fe , que
le enviase de estas culebras , sacó de su obrador
quatro , que tenia secas , y colgadas en el ayre; y
me aseguró , que con estar tan áridas , puestas t
(a) Lib. 6. cap. 3. pag. 377.
a
484 Ex OkriNoco ILUSTRADO, i
el suelo ) empapado en agua , á las veinte y qua=
tro horas revivian 5 y así , que las que me pedia las
secase bien al humo de la chimenéa , y bien res-
guardadas de toda humedad , se las remitiese , por»
que eran muy útiles. ¿Quál es su utilidad? le repli-
qué yo: y diciendo y haciendo , sacó un cristal
con polvos de dicha especie de culebras, y certificó,
que era un específico maravilloso para soldar y
reunir los huesos quebrados por caida , Ó por
golpe ; asegurándome , que tenia de ello repetidas
experiencias. A un hombre , que era buen Reli-
gloso , y por otra parte erudito , no es razon ne-
garle su autoridad. | |
La eficacia de estas culebras se confirma con
la que nos enseñáron las culebras de cierta espe-
cie en Filipinas , en una yerba ordinaria ) que en
el lenguage de aquellos Indios se llama ductung-
ajas , que en castellano quiere decir une-culebras:
porque si parten por medio una ó muchas de
aquellas culebras, corren luego cada una, con el
cuerpo , que quedó unido á la cabeza , come de
aquella yerba , refriega las heridas con la que trae
en la boca , hasta. dar con la parte que le falta;
y hecha esta diligencia , arrima la una cisura con=-
tra la otra , se une luego , y huye apriesa. Con es»
ta leccion hacen los Filipinos esta misma diligen-
cia , ahorrándose de pagar Cirujanos ) quando por
riña Ó por otra desgracia les dan una cuchillada;
porque con la confricacion de la yerba ductumg-
ajas, se une luego la una tajada de carne con la otra.
Esto me aseguró el P. Procurador General de la
Provincia de Filipinas, de la Compañía de Jesus (a),
en
(a) ElP. Joseph Calvo.
HISTORIA NATURAL» 185
en esta Corte , de resultas de haberle referido ye
lo que llevo dicho de la culebra de dos cabezas.
De dicha especie de culebras , y de la yerba,
que buscan para reunirse , habla Mr. Salmon en su
Historia Universal, tratando de las Islas Filipinas (a):
y aunque no dexa de insinuar algun género de du-
da; bien puede deponerla con tedo seguro: por-
que el sugeto citado , que me dió la noticia del
ductung-ajas , á mas de su larga experiencia , ad-
quirida en. muchos años de Misionero, en aque-
las Islas ; está adornado de todo lo que concur-:
re á formar una grande autoridad.
Ya considero fastidiado al Lector, ( y"con mu-
cha razon ,) á vista de tantas y tan formidables
serpientes , y así omito una gran multitud de va-
rias especies de ellas , de las quales , unas , esto es
la gran variedad de vívoras , infestan los. pára-
mos y tierras frias; Otras en número innumera-
ble de especies distintas , llenan las tierras calien-
tes; Otras en fin , como acabamos de decír , acom-
pañan á las sibucanes en la tierra templada: so-
lo las culebras corales , llamadas así , porque pre-
valece en ellas el color “encarnado , veteado de ne-
gro, pardo, amarillo y blanco , se hallan bien en
cada uno de los tres temparamentos dichos; aun-
que segun la variedad de ellos , varían mas ó
ménos sus colores, que á la verdad enamoran y
arrebatan la vista, aun con verlos , en sabandi-
jas tan detestables; pero aunque varían de color,
no varían de humor; tal , que entre todas quantas
culebras hay hasta hoy por allá conocidas , nin-
gu:
(a) Tom. 2. cap. 9. pag.278.
Tom. IT. Aa
-A26 EL ORINOCO, ILUSTRADO).
guna llega á la violencia del veneno. de las. corq-
les, aunque el de las culebras macaureles. se le
parece mucho: paro hablemos ya de los reme=
dios.. |
Ya dixs arriba el modo, bárbaro , cruel y ne-
cio , con que los Indios en su ciega gentilidad,
curaban ó: por mejor» decir , no curaban á los
mordidos de culebra. Ahora será muy del caso,
supuesto que este Libro tambien se ordena. al bien.
de- aquellas pobres gentes , apuntar aquí breve-
mente los remedios usuales, que los Padres Mi-
sioneros tienen: prontos, y llevan tambien en:sus:
espirituales correrías , para. bien: de aquellos po-.
bres. ignorantes Indios, á cuya noticia no habia.
llegado. la. especie. de. tales. antídotos..
“El primero. y principal remedio., €s. el bejuco.
- de Guayaquil , de que. latamente hablé en el Ca-
pitulo: tercero de esta segunda Parte; pues el que
puede conseguirle , no tiene necesidad de buscar
Otro 3 pero la distancia, dificulta su/logro. Es tam-
bien, remedio. universal la. hoja del tabaco ;, que.
mascado, en cantidad', parte tragado , y parte apli-
cado ¿la mordedura sajada , continuándole tres.
Ó más dias... es remedio. muy eficáz contra la mora.
dedura. de qualquier- culebra que se fuere; y á.
mas de la larga experiencia en los heridos , la. ten=.
go hecha. tan:bien repetidas veces. en las. mismas.
culebras. He. probado. despues. de aturdida. la cu».
lebra con. un. golpe , de cogerle la. raiz de la ca-
beza, con. una. horquetilla ,, de manera. que. apre--
“tando, con, ésta , luego. la. culebra, abre la. bocas.
- entónces », á. todo. seguro ,. le. he. puesto. tabaco.
mascado, en ella ;, en. virtud. del, qual. luego le da.
un temblor general; y pasado éste ¿ queda muer
ER 54 No ta.
+ ¡HISTORIA NATURAL." 487
ta la culebra, tiesa y fria > cOmO si fuera un bas-
ton duro.
- El tercer remedio general, es la piedra :oriei
sol: esto es y «la asta de aquellos venados , aser-
rada en 'chicas piezas y las que se tuestan hasta
tomar:color de carbon: se saja la mordedura , y se
aferra dentro , aquel quasi carbon , que chupa el
veneno; pero á veces no bastan quatro ni seis , y
lo mas seguro es, que yt masque taba-
co el herido:
El quarto “remedio , es , si la mordedura está
en sitio capáz de «admitir “ventosa , el aplicar
hasta quatro ventosas : la primera , seca: la segun»
da , sajada , y ésta chupa un humor amarillo: la
tercera , da «el mismo humor con pintas de 'san-
gre: la quarta , ya saca la sangre pura , y a
evacuado el veneno» y sano el paciente.
El quinto remedio , cierto y practicado y es una
buena porcion de aguardiente fuerte , tinturado
con pólvora, repetido ; y á la tercera vez ya se
superó, y amortiguó el veneno.
El sexto remedio , y muy bueno , es el Da
co de playa y llamado así , porque nace en las pla-
yas de casi todos los rios de tierra caliente. No
es grueso como el bejuco de Guayaquil , ni se:en-
reda en árbol alguno ,porque nace en arenal lim-
pio: sucolor es tan verde como sus hojas :.su virtud
es contra todo veneno de culebras, pero con una
circunstancia rara , por la qual se usa de él rarísima
vez ; á saber que si tomado el zumo de este bejuco,
toma cel paciente qualquiera de los demás reme=
dios ordinarios , luego le cuesta la vida: tan ze-
loso: como esto es : y como comunmente los he-
ridos de. culebra no se contentan , ni se pueden
cun-
488 Ex Orinoco ILUSTRADO) |
- contener con tomar una sola medicina , por eso,
este remedio casi no está en uso. En fin el colmillo
del caymán ó cocodrilo ¿ antídóto general contra los
tósigos y venenos, que maliciosamente se dan:, es
contra la ponzoña de las vívoras y culebras , co-
mo diré adelante. en el Capítulo diez y Ocho.
CAPITULO XV.
De otros insectos y sabandijas' '
-VEnenosas. |
Ea mismo es dexar el golfo y entrar por el Orí-
noco!,óÓ por qualquier:otro rio de tierra caliente,
que entrar en una fiera batalla con varias clases
Ó especies de mosquitos , que todos tiran á chu-
par la sangre , y algunos mucho mas. Durante el
dia , pueblan el ayre y se llena la cara , las manos,
y quanto hay descubierto , de mosquitos grandes,
que llaman zancudos , porque tienen las pier-
nas largas, y pintadas de blanco: áa:mas de es-
tos , persiguen al hombre otros exércitos de mos-
.quitos llamados jejenes , cuyo tamaño no llega
al de un grano de pólvora de artillería: al mis-
mo tiempo sobrevienen otros del tamaño de gra»
nos de pólvora fina , que llaman rodadores , por-
que luego que se llenan de sangre , no pudien=-
do sus alas sostener tanto peso , ruedan por el
suelo , y se pierden por golosos. Estas tres: es=
pecies de mosquitos , á mas de la sangre que hur-
tan , dexan una comezon rabiosa , que al que:se
dexa llevar del prurito de rascarse , le cuesta ca-
ro. Sin embargo es tolerable esta plaga , porque
j por
HisTORIA NATURAL. 485
por último el pobre paciente en parte se venga,
y mata muchos de ellos; y aunque acuden otros
á: millones , con una rama en la meno ;; 0 con un
pañuelo , se ocupa en. 'espantarlos. Pero la quar-
ta plaga , que es de unas moscas negras , cono
un azabache , y del tamaño de estas caseras , que
llaman galofas , no tiene contraste porque al
mismo llegar, con la velocidad de un pensamiento,
clavan el pico, sacan sangre, y dexan la heri-
da: y hay muy pocos que puedan alabarse de ha-
ber muerto una sola galofa , con haberlas á mi-
llares , en especial en tierras anegadizas. A ésta se
allega. la. persecucion de los tábanos , unos gran-
des , otros pequeños , otros medianos , y todos
sangrientos. Si se anda por las selvas , ó en pira-
gua, navegando á la orilla de los rios , no es crei-
ble quantas especies de abisperos salen al encuen-
tro de abispas furiosas , á:qual peor; tales que en
tierra obligan á una fuga acelerada , y en el agua
exponen al navegante á mucho riesgo ; de ma-
nera , que no «hallando los: Indios «remeros otro
efugio , sueltan los remos , se arrojan al agua, y
queda la embarcacion expuesta á un naufragio , y
entregada á la fuerza de las corrientes. |
Toda esta multitud de enemigos es desprecia-
ble, y se hace llevadera , en comparacion de
unos mosquitos verdes , que llaman de gusano:
estos abundan en los rios Apure , y Urú , en Tena,
Espinál , y en las tierras excesivamente calientes:
son intolerables , y chupan la sangre como los
otros; pero en pago del sustento , dexan , Ó por
mejor decir vomitan , dentro de la carne , hasta
donde penetró su afilado pico, un huevecillo im-
perceptible , que fomentado con el calor natural,
34 á
4390 EL Orgrnoco ILUSTRADO,
á los tres dias pasa á gusano puludo , de tan ma-
la calidad , que inflama da parte .en donde. está,
y. causa calentura , como si fuera. un, grande:tu-
mor. No es esto lo peor y, sino: que como está
en la carne viva, y los pelos de que está dleno
son ásperos, á mas de los vivos dolores , que cau-
sa cada vez que le da gana de comer , en todos
los movimientos que hace , cada uno de sus pe-=
los es un lancetazo cruel. El forastero , que pien=
sa que es un tumor, y trata de curarle como 4
tal, va perdido; porque á los ocho dias ya tie=
ne diez ú doce hijos , cada uno de los quales va
cundiendo en la carne viva por su dado , para
formar cóncavo aparte , y. multiplicar otros, en-
xambresz en tanto ) que á muchos les ha costa=
do la wida: y en los parages donde mas abun-
dan aquellos mosquitos, aniquilan á los perros y
cabras; y hasta el ganado mayor perece, pene-
trado todo de «ellos. Nadie se admire de que los
pinte tan por: menor, porque escarmentado de su
furioso diente y azicalados pelos , deseo que es
te aviso sirva de precaucion á los que llegáren
de nuevo por aquellas tierras. Es cierto , que la
herida del mosquito verde nadie la puede «evitar;
en el parage donde abunda; pero se puede es-
torbar que el gusano procree: y para ello se ha:
de observar , que en el mismo centro del tumor
inflamado , que se levanta, se ve siempre una
aguadija y que arroja el gusano por la boca: so-
bre ella se pone chimú , que es quinta esencia de
tabaco; y á falta del chimú , se pone tabaco mas»
cado , con que se emborracha el gusano; y si
bien aumenta los dolores con los movimientos que
hace; apretando con los dedos pulgares , la car»
ne
HistorRIA NATURAL. 494
ne, á buena distancia del gusano , (por no ma-
chacarle ,) dando el apreton con fuerza, salta el
gusano entero, y sclo hay que curar el cónca-
vo que dexa: pero si se estiuja , y muere adentro,
Ó salta al apretar sola la mitad de él, queda tra-
bajo: para muchos dias; porque luego se forma
apostema y y como á tal se ha de seguir la cura-
cion. Estas seis plagas de intolerables sabandi;us,
persiguen y acometen de dia cara á cara. Pase-
- mos. ya á. Otras. nocturnas , que no. solamente ro-
ban. la sangre ,. sino: tambien el sueño y el des-
canso , tan necesario y apetecido , despues de ha-
ber trabajado. todo el. dia.
Luego que anochece , llueven enxambres de
mosquitos cenicientos , pequeños , pero sumamen-
te molestos ;, no. solo por sus penetrantes picos,
si tambien por el sonido. y zumbido con que ator-
mentan. el. oido;. tanto , que si ellos fueran ca-
paces. de entrar en. partido , fuera trato útil á
unos y á. otros, darles amplia: facuitad. de chu-
par sangre , con tal que- callasen..
Entran en segundo. lugar unos. insectos pardos).
de una: hechura. muy rara, del tamaño de taba-
nos medianos , que se llaman pitos 5, los quales tie--
nen: un. pico. rabioso y suave : miéntras beben. la
sangre». lo. hacen: con tal tiento. y. dulzura ,. que
no se dan. á: sentir; pero. al retirarse llenos. de--
xan un. dolor: y corezon intolerable : estos. abun-
dan en: todas: las. tierras calientes; y en especial.
en las. casas recien. febricadas es. grave. su perse=
cucion: por: mas. de. un. año.. ja di
a Y quién. creyera ,Ó se atreviera á. decirla , si
no: fuera tan evidente, y tan sangrienta y mor-=
tal la: plaga: nocturna. de los murciélagos? De es-
| tos,
942 Ez Orixoco ILUSTRADO,
tos hay unos regulares, del tamaño de los que
se ven en España; y otros tan grandes, que de
punta á punta de sus alas tienen tres tercias 5 y
unos y otros gastan la noche buscando á quien
chupar la sangre. Los que por no tener otro ar-
bitrio duermen en el: suelo , si no se tapan de
piés á cabeza , lo que es muy arduo. en tierra de
tanto calor , seguramente son heridos de dichos
murciélagos ; y tambien los que duermen en ca-
mas sin toldillo , ó sin mosquitero ; pues aunque
no quede sin tapar «sino la frente , allí le muer-
den: y si por desgracia pican una vena , como
acontece , el sueño pasa á ser muerte verdadera,
desangrándose el cuerpo , sin sentirlo el dormido:
tanta es la suavidad con que clavan el diente , ba-
tiendo al misino tiempo blandamente sus alas , pa-
ra halagar con el ambiente , al mismo á quien
tiran á destruir. Á causa de esta persecucion- y
otras , han inventado los Indios el dormir colgados
en el ayre , sobre una como red , que llaman
chinchorro. |
Los Blancos ó Españoles duermen colgados,
al modo dicho , en bamacas , que son mantas fuer=
tes de algodon ; pero ni una, ni otra inventiva
resiste á los picos de los mosquitos : y por esto
los Indios ya Christianos y cultivados , usan moss
quitero ó toldillo y aunque sea un pobre remero:
los Gentiles , para resistir á las plagas del dia , se
untan , como ya dixe , con aquel ungúento he-
cho de manteca Ó de aceyte , con achote moli-
do ,) y para irse á dormir renuevan la dicha un-
tura. Algunas Naciones , con los Otomácos y usan
pabellones , texidos de hoja de palma con gran
curiosidad : otras Naciones labran sus dormitorios
jun-
HisTORIA NATURAL. ' 493
jurito á sus ranchos , que llaman unos sulecú y otros
maspára , ¿$c. segun la variedad de lenguas. Es-
tos dormitorios son unas pequeñas chOzas , muy
cerradas , y de cubiertas tríplices , para que no
penetren los enemigos nocturnos , en especial los
tigres , que buscan su remedio de noche mas á
su salvo. En fin >, la necesidad ha obligado á to-
das aquellas Gentes á inventar arbitrios para su
defensa , ménos las Naciones Guajiva , Cbiricóa
y Geama , cuyas Gentes duermen en el duro sue-
lo , sin mas cubierta , que la del Cielo raso , ex-
puestos á todas las plagas referidas , y á Otras mu-
echas que diré; y viva quien viviere 3 y al que ama-
nece muerto lo entierran , sin apurarse 7 ni tratar
de remedio, para evitar otras desgracias.
Lo que yo no podia ni puedo entender, es
¿cómo aquellas Gentes llegan á tomar el sueño,
cubiertos de innumerables mosquitos? Ello es así,
que luego que se tienden por aquel suelo á dor-
mir , hay tal estrépito de palmadas , matando mos-
quitos , que me han quitado solo ellas el sueño
muchas veces ; al quarto de hora, ya suenan mé-
nos, y á la media hora ya no se oye golpe alguno;
y entra á atormentar en su lugar un horrible rui-
do de ronquidos intolerables. Yo , para registrar
si aquel profundo sueño era por haberse retirado
los mosquitos, (como sucede en la Nacion Guaraú.
na , que los destierra de casa con humo, segun ya
queda dicho , ) encendí varias veces luz , y reco-
nocí , no sin espanto , aquellos cuerpos revestidos
de piés á cabeza de millares de mosquitos , force-
jando unos con otros , para hacerse lugar , y fixar
su pico , yéndose unas vandadas llenas , y vinien-
do otras á llenarse de sangre , sin cesar , toda la
“Tom. IT. Bb no-
494 - Ex ORINOCO ILUSTRADO,
noche. Despues , con el tiempo ví, que no hay
trabajo á que no se acostumbre el cuerpo huma:
no ; porque conocí algunos Padres Misioneros,
que tenian la cara , frente y corona llena de di-
chos mosquitos , sin sentirlos , ni poco ¿ ni mu-
cho: ello es cosa dura de creer , pero cierta; y
aunque no entiendo el cómo , no cabe duda en
que el cuerpo se acostumbra á no sentir tantos y
tan agudos aguijones.
Todas estas plagas volátiles hemos registrado,
fixando la vista , ya en el ayre , ya en los cuerpos
atormentados , á violencia de sus agudos picos.
Ahora es preciso baxar los ojos al suelo , para ver
aunque de paso , Otras plagas , originadas de otros
crueles y mortíferos insectos. Molesto es el asun-
to 5; pero útil para los que allá viven expuestos al
daño , y curioso para los que acá le miran de léjos.
CA-
HisTORIA NATURAL» 495
CAPITULO XVI
De otras sabandijas muy ponzoñosas.
No se puede dar paso en las vegas de los rios
de tierra caliente , sin llenarse el cuerpo de una
comezón general , que causan innumerables ani-
malillos , imperceptibles á la vista , á quienes los
Españoles llaman coquitos y y los Indios Betoyes,
sumi 5 los quales , despues de llenar el cuerpo de
ronchas con sus mordeduras , quando ya están
llenos de sangre , se perciben con la vista , pero
no se pueden arrancar , porque son tan menu-
dos , que no alcanzan las uñas á poderlos prender.
El remedio es sufrir , hasta hallar sitio apto para
darse una untura de tabaco mascado , con que,
ó caen , ó se mueren 5 pero si se ha de seguir el
viage por las mismas vegas , es diligencia ociosa
la untura , porque á los primeros pasos se llena el
viajante de ellos segunda vez. Es esta una plaga
muy molesta , pero ni causa calentura , ni otro
grave daño ; y lo que se hace , es sufrir hasta la
noche , en que con la dicha untura del tabaco , se
remedia todo , para poder dormir.
Poco mayores son otros animalillos semejantes,
llamados coyas , que se perciben , y ven andar,
v. gr. por las manos 3 pero es preciso guardarse de
matarlos , y aun de tocarlos. Son de color muy en-
carnado , y su hechura de una garrapata menuda;
pero si alguno inadvertidamente mata á uno de
ellos , luego que aquel humorcillo le toca la car-
ne , con ser tan corto , y Casi nada , al punto se le
hincha disformemente todo el cuerpo , y muere in-
«a
496 EL Orinoco ILUSTRADO,
faliblemente , si no sufre el tormento del fuego de
paja , llamada guayacán. El remedio único , es des-
nudarse , y encendido el fuego en dicha paja , de-
xarse chamuscar de piés á cabeza : esto lo hacen
quatro ó cinco hombres con destreza , cogiendo
«al doliente ) unos por los piés , otros por los bra-
zos , y pasándolo por las llamas. Lance muy duro,
y remedio cruel , pero único para librarse de la
Muerte. JN
Las bestias sienten á las coyas , segun parece,
por el olfato ; porque se observa, que estando
paciendo una de ellas , de repente da un salto y
un bufido 3 y averiguando el motivo , se hallan
coyas en aquella mata de yerba , que iba á mor-
der: no Obstante se descuida tal vez , por estar
la coya muy entremetida , ó tapada entre las ho-
jas; y luego que la traga entre la yerba , mue»
re hinchado , sea buey ,ó sea caballo: y no tie-
ne remedio. Esta plaga se siente solo en las tier-
ras muy calientes , como son los llanos de Ney-
va , y Otros semejantes , que son pocos.
En los territorios de Mérida , que ni son del
todo frios , ni del todo cálidos , y en otros se-
mejantes , se crian arañas de picadura tan vene-
nosa , que si no se acude á tiempo con remedio
oportuno , como lo es el sebo amasado con ta-
baco , hecho emplasto , corre manifiesto peligro,
aunque sea caballo ó vaca el que recibió la pi-
cadura. 10d 40) |
Las miguas son plaga muy universal , y no so»
lo abundan en toda tierra caliente y templada,
si que no faltan en tierra fria, aunque no tan-
tas. En el Paraguay y otras Provincias , las llaman
piques 5 los Jiraras las llaman sicotú ; y nadie se
dl es»
HISTORIA NATURAL» 497
escapa de esta epidemia , sino tal qual , de humo-
res muy irregulares. No hay resguardo que bas-
te; se meten por entre las medias y Zapatos), y pe-
netran la carne viva, con un dolor y comezón
ardiente 5 luego forman una tela , y dentro de
ella, á las veinte y quatro horas , ya tienen hue-
vecitos , para criar un hormiguero de niguas. Son
unas pulguillas, que las brota el polvo , y hay tan-
tas en algunos parages , que apénas es creible : es
plaga lastimosa para los Indios y Negros , que an-
dan descalzos , y gastan poco cuidado en sacarse
las niguas , que les entran por todas partes en gran
abundancia; y como multiplican tan apriesa , los
imposibilitan á poco tiempo. Unas familias , que de
Canarias llegáron á la Guayana , por los años de
4720 , se descuidáron tanto en sacarse las niguas,
que muriéron gran parte de ellas , sin otro acha-
que que éste.
Es importante el saber , que si luego que en-
tró la nigua , (que avisa su bienvenida , con la
comezón ya dicha ,) se quiere sacar, es perder
tiempo 3 porque al mismo tiempo que se va apar-
tando la carne para sacarla , se va entrando mas
adentro , y es peor : lo mejor , y ménos peligroso
es, sufrir hasta al dia siguiente , y entónces se
sacan , juntamente con su casita , que ya tienen,
del tamaño de un grano de aljófar ; y aquel hue-
co que dexan , se llena de tabaco en polvo , pa-
ra que no se encone , como ordinariamente su-
cede. Ello es pension indispensable y urgente , el
que un criado , con el alfiler ó la aguja en la
mano , reconozca todos los dias los piés 3 y se sue-
len hallar cada dia quatro ó. seis niguas que sacar;
otros quince , y otros muchas mas , conforme los
ni hu-
498 EL ORINOCO ILUSTRADO»,
humores de cada uno: ¡plaga ,á la verdad , ter-
rible ! |
El remedio eficaz , que yo he practicado siem
pre, para que jamás entre nigua alguna, y para
que se mueran las que ya entráron; es una re-
sina , que los Indios 'Punevos d>2 Patute , del Pi-
ñal , de Chisgas y, y de Guacamayas , recogen al
pié de los páramos nevados de Chita: ésta resi-
na , que llaman otóva ú otíva , la cogen del cen-
tro de una flor blanca , que crian allí los árboles:
recien cogida es blanca , y se parece á la mante-
quilla bien lavada ; pero despues pierde algo de su
blancura: su olor es fastidioso, como olor de tocino
muy rancio : se derrite entre los dedos con solo el
calor natural de ellos : es á propósito para muchos
remed:os , como diré á su tiempo : es muy sutil , y
penetra los piés untados con ella , y calentados al
rescoldo , de manera , que si halla niguas , las ma.
ta, y prepara los piés, para que en todo un mes
no entren otras. Pasado el mes , como se evaporó
aquella virtud , se debe hacer otra untura ; y de es-
te modo me he visto siempre libre de niguas , des=
de que supe el secreto , y por mi aviso se han li=
brado quantos lo han sabido ; y se librarán quan=
tos usáren de él. Y en fin , quando los panales de
niguas , en los que se han descuidado , cogen ya
enteramente los piés , y parte de las piernas , se
untan con dicha otóva , y aplicando un tizon á
proporcionada distancia , para que la derrita con
su calor , y no moleste al doliente ; despues de
empapada , se arropan y vendan los piés; y á las
tres unturas hechas en tres dias consecutivos , no
solo se han muerto todas las niguas , sino que
cae toda aquella costra seca, y queda nuevo y
lim-
HisTORIA NATURAL. O
limpio el cutis en toda la parte lesa. Esto es tan
cierto , que con mis manos he curado muchos In-
dios, Negros y Blancos , con sola la referida dili-
gencia. He oido á personas inteligentes , que Ja
brea aplicada en el modo dicho , equivale á la otd-
va 5 y la falta de estos untos se suple muy bien
con sebo , repitiendo con freqiencia las unturas.
No está todavía averiguado » ni es fácil de ave-
riguar , si la culebrilla , de que voy á dar noticia,
nace en las plantas de los piés, por alguna con-
gelacion de los humores del mismo cuerpo huma-
no 53 ó si se origina de algun animalejo , que se en-
tra al modo que diximos de las niguas. Lo cierto
es , que en Cartagena de Indias , y en semejantes
temperamentos , sumamente cálidos y húmedos,
aunque no con freqiiencia , se padece la culebri-
lla 5 la qual se da á sentir , y á conocer por la in-
flamacion qne ocupa la planta del pié, y por la ca-
lentura que de ella se excita. Para observarla , la-
va un Cirujano el pié con agua tan caliente, quan-
to puede sufrir el paciente; y despues de limpio y
enjuto el pié , se dexa ver un verdugon , mas Ó
ménos enroscado , segun los dias que lleva de en-
gendrada la culebrilla , el qual indica su grande-
za. Con este conocimiento se procede á la cura-
cion en el modo siguiente : se prepara un lazo,
hecho de un torzál de seda fuerte , y se vuelve
á meter el pié en el agua caliente 5 sufocada la
culebrilla del calor , ó la tenia ya, Ó abre puer-
ta para sacar su cabeza; y al sacarla, prontamen-
te , ántes que la retire , se le echa, y ajusta bien
el lazo , cuya extremidad se debe afianzar sobre
los tobillos , en la garganta del pié , de modo que
quede tirante , y se dexa arropado el pié , y quie-
to
200 EL Orinoco ILUSTRADO,
to hasta al otro dia : se repite el baño , y se ha-
la , que ya la culebrilla salió hácia fuera , supon-
gamos el espacio de una uña , y en este estado la
destreza y cuidado grande se ha de poner en dos
cosas: la una , en no violentar demasiado la cule-
brilla para que salga: la otra , en que el lazo no
afloxe , y retirándose ella hácia dentro , se pier-
da lo ya ganado. En uno y otro se requiere gran
tiento ; porque si se parte la culebrilla , se cor-
rompe la parte que queda dentro , y se aposte-
_ mael pié, dando materia á una prolixa y arries-
gada curacion. Y á fuerza de tiempo y de prolixi-
dad , sin mas que repetir los baños dichos , sale
últimamente la culebrilla entera , de cosa de ter.
cia de largo , del grueso de un bordón ordinario
de arpa; y es casi nervosa , y de poca carno-
sidad. Esta relacion , casi con los mismos térmi-
nos , la oi al Padre Cárlos de Anisón , de mi Re-
ligion , quien decia haber padecido de la cu-
lebrilla ) y haber sido curado en el modo refe
rido.
Otra especie de culebrilla da tambien en las
tierras cálidas y húmedas; y abunda mucho es-
pecialmente en aquellos dilatados llanos de Pau-
to y Casanáre , dond: están nuestras antiguas Mi-
siones: las señas con que se manifiesta , son hor-
ribles, y como yo la padecí, daré una noticia de
ellas, y apuntaré un remedio fácil y seguro , con
que curar sin dolor un mal tan arriesgado. Da
una inflamacion ) v. gr. en el pecho, ó en la es-
palda , á que se sigue la calentura ; brotan des-
pues unas ampollas con aguadija clara sobre la
dicha inflamacion; y luego desde allí, como de su
cefitro , empieza la inflamacion á caminar y dan-
do
HisTORIA NATURAL. 201
do vuelta al cuerpo; y como si la cabeza de la cu-
lebrilla buscára el sitio mismo de donde salió , va
caminando la inflamacion con punta piramidal; y
el sitio que ocupó hoy , mañana amanece lleno
de las dichas ampollas. Mas de la mitad del cuerpo
me habia ya ceñido la culebrilla , y no hallaba
quien me dixese qué cosa era , ni qué remedio te-
nia; hasta que un Indio silvestre , recien bauti-
zado , llamado Ignacio Tulijay ) viéndome fatiga-
do, me consoló ) diciendo: .Babicá , fajijú , fu-
tuit fu, rufay fafolejú: que á la letra fué decir:
me: Padre mio , tú mueres sin falta: no bay mas
remedio , que dexarte quemar. Viendo que no ha-
bia otro partido , quémame , le dixe , como tú qui-
sieres. El caldeó un cuchillo luego , y hecho una
ascua de fuego , empezando desde el principio
de la culebrilla , la fué sajando y quemando por
diez y siete partes. La culebrilla no pasó adelan-
te, y la calentura se quitó luego 5 pero las saja-
duras costáron de curar muchos dias: durante
cuya curación vino á visitarme una vieja Mesti-
24, esto es medio India, y medio Mulata , que
se preciaba de Médica , y lastimándose mucho del
rústico remedio que me aplicó el Indio , me di-
xo: que ella de sus mayores habia aprendido,
que para matar la tal culebrilla, basta calentar
bien un limon, partirlo, empapar pólvora con
aquel agrio, y untar con dicho limon y pól-
vora con fregiiencia toda la inflamacion : aña-
diendo que sabía por experiencia , que en llegán-
dose á juntar la cabeza de la culebrilla con la
cola ó sitio , de donde salió , luego al punto mue-
re el paciente. Este remedio del limon caliente y
Tom. II. Cc pól-
202 Ex Orinoco ILUSTRADO»,
pólvora , es muy eficáz y no causa al enfermo
molestia de cuidado; de manera que despues le
apliqué á muchos: porque , como dixe ,es este
mal muy freqúente en aquellos territorios. Y pa-
ra que llegue á noticia de todos un remedio tan
fácil y útil, se pone aquí; y advierto, que no
solo da en el cuerpo, v. gr. en las espaldas ó
pecho; da tambien en los brazos , en los muslos
Síc. con las mismas señas, que ya dixe. Lo que
yo no acabo de creer es , que sea animal vivo,
«como lo afirman aquellas Gentes , sí bien aquel
modo de caminar en círculo perfecto , puede ser
algun indicio de lo que ellos piensan. Despues ex-
perimenté , que con sola la untura del limon ti-
bio repetida , basta para atajar esta rara enferme-
dad. ;
Tambien afirma el vulgo , de aqueilas Gentes,
y muchos, que no son parte del vulgo , lo creen,
que un mal muy comun , y casi cotidiano de
los citados llanos , que se llama bicho , es un ani-
malejo vivo , nacido en los intestinos , ó entre-
metido en ellos , como diximos de la culebrilla de
los piés , y de las niguas. Las señas que da el bi-
cho, son una gran calentura , con un sueño, tan
profundo que no hay forma de que despierte , ni
abra los ojos el doliente; á quien al mismo tiemn-
po se le afloxan y laxan notablemente los mús-
culos hemorroydales : bien que si estos se fomen-
tan con repetidos gajos de limon , y al doliente
le hacen tragar del mismo agrio , sana luego; pe-
ro si no se le aplica con puntualidad dicho re-
medio, á las doce horas del achaque, le tiem-
bla algo el brazo izquierdo ; de allí á poco el bra-
zo derecho ; luego empiezan á temblarle y á en-
co-
HisTORIA NATURAL» 203
cogérsele los dedos pulgares; y en fin , todos los
dedos se garrotan reciamente contra las palmas
de las manos 3 y á las veinte y quatro horas mue.
re sin falta, precediendo notables convulsiones
en todos los miembros del cuerpo.
A mí no me han dado prueba ni razon , que
me haya inclinado á creer , que este tal bicho sea
animalejo viviente: mejor creyera , que es espe-
cie de calentura efimera , que preocupa toda la
sangre , parte de la qual, elevada al cerebro,
causa aquella modorra y sueño profundo; pues
experimentamos » que refrescadas las hemorroyda-
les, se quita con tanta facilidad la calentura y
la modorra , y los dichos músculos se estrechan
y recobran , volviendo al estado connatural. Pero
éste y ¿Otros puntos solo los apunto , para que
los doctos tengan este campo mas para sus dis-
cursos , propios de los profesores de la Física,
- Es plaga muy ordinaria en las tierras calien-
tes la de los aradores , que en sentir comun son
unos animalillos imperceptibles á la vista: lo que
se ve es, el lugar por donde van caminando en»
tre cuero y carne , donde van. dexando unos sur=
cos de salpullido en forma de semicirculo , y en
ellos una ardiente comezón: es plaga que cunde
mucho en el cuerpo , y es muy dificil de quitar
en tanto que no se ha hallado aun especifico con-
tra ella; pues si bien con limon caliente y pól-
vora se amortigua , luego recobra su fuerza.
Por fin ) solo tocaré aquí de paso un mal pa-
ra mí de admiracion; del qual en los dichos ter-
ritorios he visto morir, y he ayudado á bien mo-
rir ámuchos. Este consiste en ir creciendo el ba-
zo hasta cubrir todo el estómago 5 con la circuns-
tan-
204 Ez OrINOCO ILUSTRADO,
tancia de que luego que llega á topar en la cos-
tilla del otro lado, que viene á ser la penúltima,
sin acceso alguno de calentura , muere el enfer-
M0» |
CAPITULO: Xvid Lo
Peces ponzoñosos y sangrientos.
Despues de haber manifestado á los caminan=
tes los peligros de la tierra, en la multitud de
fieras y de insectos malignos ) quedáran , con rá.
zon , quexosos los navegantes de aquellos rios y
lagunas , especialmente los forasteros, si no les
.diésemos noticia de los riesgos , y peces veneno-
sos que entre aquellas aguas se ocultan , para
que con cuidado se recaten de ellos ; y si no les
insinuásemos el modo de librarse de ellos , y los
remedios usuales para sanar , en caso de hallar-
se heridos. Muchos de estos daños padeciéron los
primeros Españoles , que baxáron y subiéron por
el Orinoco; y despues los Ingleses , en sus expe-
diciones, con pérdida notable de Soldados, co-
mo consta de nuestras Historias , y de los Itine-
tarios, que ellos formáron , que se hallan reco-
pilados por Mr. Laet ; pero como el único empeño
de aquellos era el descubrir minerales , pusiéron
toda su mira en demarcar los rumbos del agua,
y caminos de tierra , sin dexar noticias individua-
les de los animales que les destruian y acababan
la gente ; y este es el asunto de este Capítulo,
no poco útil á los que han de navegar aquellos
rios.
Se lamentaban aquellos Españoles de que las
aguas de las lagunas y anegadizos circunvecinos del
Ori-
HisTORIA NATURAL. 205
Orinoco , les mataban mucha gente 3 peró este daño
se evita ahora facilmente , si con un pañuelo dobla-
do, ócon un girón de la capa ó de la casaca, se
cuela dos , ó tres veces aquella agua ántes de be-
berla, de manera , que desde que se averiguó,
y se usa de esta fácil precaucion , se ha evitado
una infinidad de muertes: y lo creo muy bien,
porque en ellos se corrompe el agua » y luego cria
lama verde sobre sí , y dentro engendra multitud de
sanguijuelas , renacuajos , cabezones y otros innu-
merables animalejos , casi imperceptibles á la vis-
ta, que transferidos al estómago , se aferran á él,
y ya sea porque allí crecen , Ó ya porque sin cre-
cer mas, llevan consigo bastante malignidad ; de
ellos, y de la putrefaccion del agua se origina-
ban dichas muertes.
Otra precaución conviene tener presente , y es
de no vadear rio ó laguna de poca agua, ni andar
por las orillas de rio grande , dentro del agua, sin
llevar en la mano un baston, picaudo con él la
arena donde se han de sentar los piés; porque
todos los rios , arroyos y lagunas de tierra calien-
te tienen rayas cubiertas con arena: estas son
unos animales redondos y planos, al modo de un
plato grande , que llegan á crecer disformemen-
te: tienen el pecho contra el suelo , y en medio
de él tienen la boca , pegada siempre contra la
arena óÓ tierra, de cuyo xugo se mantienen: en
la parte inferior tienen la cola bastantemente larga,
y armada con tres ó quatro puas ó aguijones de
hueso firme , y de punta muy aguda; y lo res-
tante, hasta la raiz, con dientecillos de sierra
muy sutiles y firmes.
Estas puyas buscan los Indios, y las enca-
xan
206 EL ORINOCO ILUSTRADO,
xan con firmeza en las puntas de sus flechas de
guerra , con que hacen la herida fatal ó muy di-
ficil de curarse , por el veneno de aquellos anima-
les. Luego que la raya siente ruido , juega su co-
la, y la encorva , al modo que con la suya lo
executa el alacrán , y hiere á quien la va á pi-
sar, sin advertirlo , por estar ella siempre oculta
entre la arena. El que va caminando con su bas-
ton , picando el terreno por donde ha de pasar,
va seguro 3 porque si hay rayas y al sentir el pa-
lo, se apartan.
Es digno de notar que por recia que sea la
herida de la raya , no arroja gota alguna de san=
gre;ó porque el frio de aquella pua venenosa la
quaxa , Ó porque la misma sangre, á vista de su
contrario velozmente se retira: y esta circunstan-
cia me excitó á hacer dos experimentos , que son
los que hoy se practican ya en todas aquellas Mi-
siones , contra las cotidianas heridas de rayas,
contra las quales los Indios no habian. hallado
otro remedio , que morir. despues de cancera-
da la herida. Los Españoles habian hallado alivio
al agudo dolor, aplicando una tajada de queso
bien caliente ) pero no evitaban una llaga graví=
sima y peligrosa, que siempre resultaba. A los
Indios adultos , rarísima vez hieren las rayas; por-
que con el mismo arco que llevan para flechar
pescado , van picando la arena , al vadear por el
agua: toda la plaga recae sobre los chicos incau-
tos, que al irse á lavar y travesear , jamás es-
carmientan 5 y aun malicio , que se alegran de las
heridas , por librarse de ir á la escuela, y á la
doctrina , que evitan quanto pueden , por ser ta=
reas Opuestas al humor de aquella edad.
De-
HisTORIA NATURAL. 207
Deseoso de atajar tantos daiios , impelido de la
reflexion arriba dicha , al primer chico que me tra-
xéron herido , saqué una vena que hay en el cen-
tro de los ajos , que es la que pasa á retoño quan-
do nacen , y la introduxe por la herida de la pu-
ya: á breve rato brotó por ella tal copia de sangre,
que arrojó á la dicha vena ó nervio del ajo : des-
pues que paró la sangre , puse otra semejante , y
volvió al cabo de rato á salir sangre , pero en me-
nor cantidad ; y reteniendo en mi casa al paciente,
á los tres dias ya estaba sano , sin habersele infla-
mado la herida , mi poco, ni mucho : de modo,
que se infiere , que lo cálido del ajo pone fui-
da la sangre coagulada con el frio del veneno;
y se ve que con la misma sangre sale el veneno que
la puya habia entremetido. Este experimento me
dió motivo para el segundo; que fué , llenar la -
herida hecha por la puya de la raya, con ras-
padura de muez moscada , y surtió el mismo efec-
to, y con las mismas circunstancias dichas ya en
el experimento primero. Dexo otras noticias de las
dichas rayas , y concluyo con decir lo que me cau-
só notable armonía ; y es, que haciendo anato-
mía de la rara hechura de una , le hallé en el
vientre la matriz , no llena de huevecitos , como
tienen los Otros peces , sino llena de rayas , del
tamaño de medio real de plata , y cada una de
ellas , que pasaban de veinte , armada con sus pu-
yas en la cola , para salir prontas á dañar desde
el vientre de su madre.
Otra plaga fatal es la de los guacaritos , á quie-
nes los Indios llaman muddé , y los Españoles , es-
carmentados de sus mortales y sangrientos dientes,
llamáron y llaman hasta hoy Caribes. Contra estos,
NÑ el
208 Ex Orinoco ILUSTRADO,
el único remedio es, apartarse con todo cuidado
y vigilancia de su voracidad , y de su increible
multitud , pues es tanta aquella , y tal ésta , que
ántes que pueda el desgraciado hombre , que ca-
yó entre ellos, hacer diligencia para escaparse,
se le han comido por entero , sin dexar mas.
que el esqueleto. Y es cosa digna de saberse , que
el que está sano , y sin llaga ó herida alguna , pue-
- de entrar muy bien , y nadar entre innumerables
guacaritos , (si sabe espantar las sardinas bravas,)
seguro , y sin el ménor sobresalto ; pero si llega
á tener algun rasguño de espina , ó de otra co-
sa , por donde se asome una sola gota de sangre,
va perdido , sin remedio : tal es su olfato , para
conocer , y hallar la sangre. Y para mayor ad-
vertencia añado , que pocos años hace , precisado
á pasar el rio Cravo , un buen hombre , estando
el rio muy crecido , dexó la silla de montar al
otro lado , y encima del caballo en pelo se arro-
jó á pasar: tenia el caballo lastimado el espina-
zo , y al olor de aquella sangre le embistiéron
los guacaritos con tal ímpetu y multitud , que por
mas presto que el hombre se arrojó del caballo á
nadar , cogiendo luego tierra , salió lastimado , y
murió en breve : y aunque no tenia herida alguna,
sus compañeros discurriéron , que á rio revuel-
to., llevó de aquellos animales los fatales mordis-
cos , que le causáron la muerte. Esto es muy crei-
ble , porque se ha reparado , que durante los ata=
ques sangrientos , se comen lcs guacaritos unos á
Otros , porque por estar los mas inmediatos á la
presa teñidos de sangre , dan con ellos los que van
llegando de nuevo; y es muy creible , que esto es
lo que sucedió al referido pasagero. >
O
HISTORIA NATURAL. 209
- No ha mucho que en la Mision de Guanapalo,
le lleváron al Padre Misionero de aquella gente,
los Alguaciles de la doctrina , un esqueleto recien:
temente descarnado , de un chico de unos seis ó
siete años de edad , que inadvertido se entró en
el rio , con un leve rasguño , y le arremetiéron tan
apriesa los guacaritos , que con haber muchos In-
dios presentes , nadie le pudo remediar , pues nin-
guno se atrevió á exponer su vida á un manifiesto
peligro.
Esta mala casta de guacaritos abunda en el Ori-
noco, en todos los rios que á él baxan , y en todos
los arroyos y lagunas 5 y porque ellos , como que-
da dicho , no saben abrir brecha , si no la hallan,
hay con ellos otra multitud innumerable de sardi-
nitas de cola colorada , sumamente atrevidas y go-
losas , las quales , lo mismo es poner el pié en el
agua , que ponerse ellas 4 dar mordiscos , y abrir
camino á los voraces guacaritos sus compañeros.
Esta es la causa , porque los Indios , quando por
falta de canóa se ven precisados á vadear algun
rio mediano , pasan dando brincos , y aporreando
el agua con un garrote , á fin de que se espanten
y aparten , asi las sardinas y rayas , como los gua- *
caritos , cuyos dientes son tan afilados , que los In-
dios Quirrúbas , y otros que andan sin pelo , se le
cortan , sirviéndose , en lugar de tixeras , de las
quixadas de los guacaritos , cuya extremidad,
afianzada con una amarra , que ajusta la quixada
de arriba con la de abaxo , forma las tixeras de
que usan.
+ Otro pez hay en las bocas del Orinoco , y cos-
tas de la Isla de la Trinidad , y en las del Golfo
Triste , que llaman tamborete : á éste y quando cat.
«Tom. II. Dd en
pl
240 EL Orinoco ILUSTRADO»
en la red , luego le arrojan otra vez los Pescado-
res ; porque á algunos , que incautos le han comi-
do , luego se les ha hinchado horriblemente el vien»
tre y han muerto. Doy las señas de él, para que
sea conocido : no crece mucho , pues el mayor no
llega á ocho onzas de peso; no es pez de escama,
sino de pellejo ; y es mas grueso de lo que pe-
dia su longitud : tiene el lomo casi morado , y la
barriga blanca.
El pez espada piensa neciamente , que la ca-
nóa que pasa navegando , es algun animal que va
en su alcance , y luego saca la cabeza, y en ella
su espada , no de dos filos , sino de dos sierras ; y
da tal tajo á la débil canóa , que la pone á pique
de trabucarse. Si es la canóa vieja , le suele sacar
una buena astilla; y si es nueva , suele dexar la
mitad de su espada encaxada en el bordo , y se
va medio desarmado. El se hace respetar de to-
dos los peces por su espada , y hasta los cayma-
nes , manatiés y bagres procuran evitar su encuen.
tro. ¡Quánto mas cuidado deben tener los hom-
bres para librarse de su furiosa ira, y fatal golpe!
Desde las bocas del Orinoco , por todo el Gol.
fo Triste , hasta las bocas de los Dragos, se cria
el pzz manta , de quien huyen á remo y vela,
así las piraguas de los Pescadores , como las de los
pasageros. Se cree que es pez , aunque no tiene
traza de ello: es un témpano quaxado , tan an-
cho , que luego que se arrima á la canóa , la cu-
bre en gran parte, y regularmente con la canóa
y la gente de ella se va á pique. |
No he visto este monstruo , pero navegando
por aquel Golfo en los años de 4734 y 32, vi y
oi el sobresalto de los marineros y pasageros , y el
] | | . MIC=<
se
HisTORIA NATURAL. 244
miedo grande que tenian de dar con una de es-
tas mantas , que tan fieramente arropan y abar-
can tanto buque , quanto parece increible. De los
Buzos ó Pescadores de las pesqueras de perlas he
oido á personas fidedignas , que entran al fondo
con un puñal en la mano , para defenderse de di-
chas mantas y que al primer piquete se retiran.
Bagre armado se llama otro pez , de que abun-
dan aquellos rios , á distincion de otros bagres,
de muy buen sabor al paladar , que no tienen
armas , ni ofensivas , ni defensivas. Dicho bagre
armado » desde los huesos en que se ajustan con-
tra el cuerpo sus agallas , hasta la extremidad de
la cola , tiene por cada costado una fila de uñas
de hueso muy agudas , y parecidas á las uñas de
la aguila real: nada con la velocidad de un rayo,
y á los peces, caymanes , hombres , ó á qualquie-
ra animal á que se arrima de paso , le dexa des-
truido , é incapáz de vivir. Sus carnes no se pue-
den comer , por estar todas penetradas de almiz-.
cle intolerable.
El pez temblador , por otro nombre torpedo , á
causa del entorpecimiento que comunica , se lla-
ma asi, porque hace temblar á quantos le to-
can , aunque no sea inmediatamente , sino me-
diante una lanza ó caña de pescar. Se parece en la
hechura á las anguilas , y crece mucho mas que
ellas: yo los he visto del grueso de un muslo , y
de mas de una brazada de largo : solo en los lo-
mos tiene carne muy gustosa , pero muy llena
de espinas , que rematan en horqueta ; y el resto
de su cuerpo todo es manteca muy blanca : no
tiene agallas , y en su lugar tiene dos como ore-
jas , de color rosado , y en ellas reside la mayor
ac-
212 Ex ORINOCO ILUSTRADO,
actividad para entorpecer ; tanto , que despues de
muerto le manosean , y cortan los indios para po:
ner en la olla , ó para asar , sin sentir ya temblor;
pero si le tocan las orejas , todavía tiemblan , y
se entorpecen. Todo su cuerpo es sólido , ménos
un corto geme mas abaxo de la boca, donde no
se halla tripa alguna , sino solo el buche, é in-
mediatamente el desaguadero de las heces. En el
charco ó remanso de rio , donde ellos andan , no
paran , ni caymanes , ni otros peces grandes , por
el miedo que les tienen. El temblador , para pescar
los peces medianos , se arrima á ellos de paso , los
atonta », y se los traga á su gusto 5 pero mas gusta
de las sardinas menudas , y es curioso el mcdo con
que las pesca. En reconociéndolas , las va siguien-
do hasta cerca de la barranca , en donde hace de
su cuerpo un semicírculo , fixando la cabeza y la
punta de la cola contra la barranca ; con que to-
das aquellas sardinas que tocó al formarse , y las
que pretendiendo salir del semicírculo tocan con
él , se quedan entorpecidas y y boca arriba , tanto
tiempo , quanto ha menester para engullirselas to-
das : digo engullir , porque no tiene dientes.
La payára es de los peces mas hermosos de
aquellos rios , y de buen sabor. Algunos llegan á
crecer tanto , que pesan veinte y cinco y mas li-
bras; pero por grandes que sean , dan unos brin-
cos de mas de una vara fuera del agua; y si algu-
no de los que van en canóa trae jubon , ceñidor , ó
ropa colorada en el cuerpo , da la payára el salto,
pégale un mordiscon , y queda colgando de la ro-
pa que mordió. Estos peces se pescan sín cebo , y
sin anzuelo , sirviendo de golosina la soga , y sus
largos y agudos colmillos de anzuelo. Para pes=
Se pde eii q pat
HISTORIA NATURAL. - 213
carles aran á la punta de un palo un retazo de
bayeta ó sarja colorada , y se la van mostrando , ó
desde la orilla del rio , Ó desde la canóa , y ellos
van saltando y prendiéndose como dixe ; porque
á mas de su dentadura , que es larga y sutíl , los
colmillos de la quixada inferior son tan largos,
que por los conductos que Dios les hizo por entre
la cabeza , les van á salir las puntas junto á los ojos;
por lo qual cierran la boca, como con llave; y sien-
do ropa la que muerden , como no pueden cortarla
del todo , quedan aprisionados con sus propias ar-
mas. Al contrario sucede quando de repente dan un
salto , y al pobre Indio que va remando ó pescando
desnudo (segun su costumbre) de improviso le ar-
rancan un pedazo de carne de la pierna , ó de un
muslo : lo que sucede muchas veces. Dexo otras
plagas de animales aquáticos 5 así porque no son
considerables ; como porque no quisiera ser moles»
to. Resta solo tratar de los caymanes ) de quienes,
aunque los Autores que han escrito de la América,
han dicho mucho , yo diré mas , por el largo tiem-
po que he lidiado con ellos , Observando sus ardi-
des , y haciendo tambien anatomía de sus entra.
ñas :-todo lo que pide Capítulo aparte , que será)
no sé si mas útil , Ó curioso.
CA-
244 EL Orinoco ILUSTRADO»
CAPITULO XVIIL
De los caymanes ó cocodrilos , y de la virtud
nuevamente descubierta en sus
| colmillos.
¿Ou definicion se podrá hallar , que adequada-
mente comprehenda la fealdad espantosa del cay-
mán? Eles la ferocidad misma , el aborto tosco de
la mayor monstruosidad, y el horror de todo vivien-
te: tan formidable , que si se mirára en un espejo,
huyera temblando de sí mismo. No puede idear la
mas viva fantasía una pintura mas propia del De-
monio , que retratándole con todas sus señales.
Aquella trompa feroz y berrugosa , toda negra y
de duro hueso , con quixadas , que las he medido,
de quatro palmos , y algunas algo mas ; aquel la-
berinto de muelas , duplicadas las filas arriba y aba-
10 , y tantas , no sé si diga navajas aceradas , dien-
tes ó colmillos ; aquellos ojos resaltados del casco,
perspicaces y maliciosos , con tal maña, que su-
mida toda la corpulenta bestia baxo del agua , sa-
ca únicamente la superficie de ellos , para regis-
trarlo todo sin ser visto; aquel dragon de quatro
piés horribles , espantoso en tierra , y formidable
en el agua , cuyas duras conchas rechazan las ba-
las , frustrando su ímpetu; y cuyo centro de bron-
cas y desiguales puntas, que le afea el lomo y
la cola de alto abuxo , publica , que todo él es
ferocidad , saña y furor; me horrorizan de mane-
ra , que no hallo términos que expliquen la reali-
dad de Jas especies , que de este internal monstruo
tengo concebidas. La
HistorIA NATURAL». | 215
_ «La dicha de los hombres está en que no to-
dos los caymanes son carniceros , ni se alimentan
de otra cosa , que de pescado ; bien que no siem-
pre le tienen á mano , porque siendo como es-el
caymán pesado , y de tardo movimiento , temero-
sos , y aun escarmentados de su ferocidad los pe-
ces , se le escapan , y pasa los dias enteros sin pi-
lar alguno : dígolo , porque habiendo desentraña-
do algunos despues de muertos , rara y casi ningu-
na vez les hallé en el estómago comida alguna : lo
que todos si tienen en el fondo del ventrículo , es
un gran canasto de piedras menudas muy lisas y
lustrosas, amolándose con la agitacion unas á Otras.
Procuré averiguar este secreto , y las causas de es-
te lastre , y hallé , que cada Nacion de Indios tie-
ne su Opinion en la materia , y que todos tiran á
adivinar , sin saberse quien acierta. El parecer que
mas me quadró , es el de los Indios Otomácos , mor-
tales enemigos de los caymanes ) por muy amigos
de su carne , de que luego hablarémos. Dicen aque-
llos Indios , que quando va creciendo el caymán,
va reconociendo dificultad en dexarse aplomar al
fondo del rio, en cuyas arenas duerme cubier-
to de todo el peso de las aguas, que sobre él
corren; y que guiado de su instinto ) recurre á
la playa , y traga tantas piedras , quantas nece-
sita , para que con su peso le ayuden á irse al
fondo , que busca para su descanso : de que se
inficre , que quanto mas crece ) de mas piedras
necesita para su lastre y contrapeso ; por lo que
en los caymanes grandes , se halla , como dixe, su
vientre recargado con un canasto de piedras.
No ha faltado quien leyendo lo referido, de cor-
rida y sin la refiexion que se requiere , me atri-
] bu-
216 EL Orinoco ILUSTRADOy
buya á mi el parecer que yo refiero y como Opi=
nion de los Indios Otomácos , sin reparar en que
allí doy: porsupuesto , que todos tiran'á adivinar,
sin saberse quien acierta. Lo.que yo. digo es , que
el parecer de estos me quadra mas 3. y esto solo
es afirmar , que tiene mas probabilidad , que el de
otros Indios , cuya opinion no lleva camino 5 pero:
aunque fuera mio dicho parecer , no rehusára fun-
darlo y defenderlo de los argumentos opuestos;
sobre que diré algo al paso , soltando el argu=
mento que se me hizo , que es éste.
El caymán es pescado : al pescado ha dado Dios
toda la agilidad que ba menester para nadar , subir
y boxar en el agua: luego el caymán no necesita
de piedras para sumirse en el rio. Si quisiera negar
la mayor , se acababa todo el argumento; y pu-
diera muy bien negar que el caymán sea pesca-
do , porque es animal anfibio , como lo es el lo-
bo marino , la nutria , y en las Américas el ante,
que es quadrúpedo y aquatil; la hbigua , y cierta
especie de cerdos , que llaman ¿rabúbos , todos los
quales , igualmente que el caymán viven y habitan
tan alegremente en la tierra , como en el agua.
Pero vengo ya en que sea pescado , y voy ála
menor , que hallo falsificada en la América , no
solo en el pescado que se llama coletó , torpe y
miserable , que vive en las cuevas , que él mis-
mo cava en las barrancas de los rios ; y al paso
que el rio mengua , va formando cuevas hácia
abaxo:+, de: donde les extraen los Indios á todo
seguro 5 si tambien en la raya , de que ya hablé,
que es pescado , y vive aplomado en el fondo de:
los rios de la América , cubierto ordinariamente
de arena ) y se arrastra , mudando sitios al cre-
| cer
>
HisTORIA NATURAL. 247
cer y menguar los rios , dexando señalados los
puestos en la playa.
Dios da á los vivientes sensitivos lo que han
menester, de dos modos, ú real, Ú virtualmente. Al
pez espada se la dió formidable en la cabeza para
herir y defenderse: al leon dió garras ; al perro col.
millos , y asi á otros animales : y todo esto se lo
dió su Magestad al hombre virtualmente , dándole
habilidad para inventar armas , así para ofender,
como para defenderse. En este mismo sentido dió
Dios al caymán lo que ha menester para hundirse
en el rio , dándole instinto para tragar las piedras,
que necesita para ello ; al modo que al gavilan , y
á otras aves de rapiña , que en comiendo demasia-
do, no pueden levantar el vuelo , les dió aquel
instinto natural, con que lanzan lo que conviene
para remontarse en el ayre con menor peso. Las
grullas son tardas en levantar el vuelo; y para no
ser sorprehendidas , se remudan de noche , hacien-
do centinela; y para dispertar ésta, si acaso se
duerme', levanta un pié , y entre sus garras una
piedra ó un terron , que al adormecerse se le cae,
y la despierta con el golpe : con que el Señor que
dió este arbitrio á las grullas , dió el otro á los
caymanes. Ahora insto el argumento contra el que
le hizo , de esta forma , mirando el modo-de volar
de las grullas:-la grulla es ave: á las aves dio el
Criador «todo lo que ban menester para volar : lue-
go vuelan sin adminiculo alguno externo: y veis
aqúí , que ya es ménester' dar la misma solucion,
que yo di al argumento , distinguiendo la menor,
y negando la conseqúencia 3 porque ya que la gru-
lla no pueda mantener en el ayre el peso de su ca-
beza por largo tiempo , le dió la industria de recar-
-Tom. 1-I Ee gar-
218 EL OrINO0CO ILUSTRADO,
garla sobre la espalda de la que va delante ; y is
go que la delantera se fatiga , se aparta reclina
la cabeza en la espalda de la última , sin lo qual
ya no pudiera volar, como ni el caymán irse á
fondo sin lastre de piedras.
De modo , que no solamente dió el Criador á
los animales , admirables industrias para su COn-
servacion , sí tambien para nuestra enseñanza,
como se ve en las repúblicas ordenadas y hacen-
dosas de las abejas y de las hormigas. Y quien qui-
siere maravillarse , y alabar á Díos , vea en la His-
toria de la Canada Ó Nueva Francia , la república
que forman los castores » la vida sociable que ha-
cen , su gobierno económico , y la formalidad y
arte natural con que labran sus viviendas , para
las quales unos cortan madera , Otros la cargan;
aquellos amasan barro.» estos le cargan:5 y los de-
más , á fuer de Arquitectos, labrán las viviendas.
Estas y Otras cosas admirables , que vemos has-
ta en las mas despreciables arañas , me movió á
decir , que me inclinaba , é inclino á que: los Indios
Otomácos no van muy fuera de.camino., diciendo
que el caymán engulle piedras para lastre 5 arbitrio
de que usan los Marineros , para que hundido con
proporcion el navío , navegue con la seguridad,
que no tuviera sin lastre : ; de modo , que así como
quanto mayor es la embarcacion , requiere mas las-
tre 5 así quanto mas crece el -caymán , mas.piedras
tiene en el buche : y. esta es materia de. hecho in-
Aubitable , no solo por haberlo visto yo y como ya
dixe , sino porque es notorio en donde quiera que
hay caymanes y cocodrilos , así.en las Indias Oc-
cidentales , como en las Orientales. En los rios en
que no hay piedras ; retienen, los caymanes los hue:
; | SOS
HISTORIA NATURAL. 219
sos de los animales que comen , como me asegu-
ró delrio de Tame el Capitan Don Domingo 'Zor- :
rilla , despues que hizo la experiencia : y Mr. Sal-
mon afirma (a), que en las costas de Mendanao,
y de Xobo se hallan en los vientres de los cocodri-
llos huesos de hombres , de animales , y tambien
cantidad de piedras , que tragan para llenar el es-
tómago.
Solo casualmente aprenden á cebarse en car-
ne humana; y así en los rios donde no hay Po-
blaciones > y hay poco concurso de embarcaciones
pasageras, solo en tres circunstancias de tiempo
son de temerse los caymanes. La primera , quando
por Setiembre y Octubre andan zelosos , en con-
tinuo movimiento de sus hembras. La segunda,
quando puestos los huevos en hoyas , que para
ellos cavan en las playas, donde con el calor del
Sol y de la arena se empollan , andan la hembra
y el macho remudando la guardia no léjos de la
nidada. La tercera , quando salidos ya del casca-
rón los caymancillos , van todos juntos arrimadi-
tos á las 'barrancas , nadando por la misma orilla
del agua; pues entónces andan sus padres á la
vista; y en éste y en los otros dos tiempos di-
chos, gastan infaliblemente de su sanudo humor,
y embisten con furia , disparando al mismó tiem-
po una ventosidad é intolerable almizcle , que
aturde el sentido; por lo que en los dichos tres
tiempos es necesario navegar con gran cuidado
y vigilancia. ¿ 20Én
(a) Aperti alcuni di essi cor pietre, cbe imgbiottono,
coccodrilli, si sono trovate, per empirsi lo stomaco. Tom.
nel loro ventre, ossa de huo- 2. Cap. Y. Pag. 225»
mini , e di animal: ; come an-
220 Ex Orinoco ILUSTRADO,
En los raudales furioses de los rios, en los
- remolinos y peñascos donde suelen naufragar las
embarcaciones , y junto á las Poblaciones , en los
sitios adonde van las gentes á lavarse y á tomar
agua para llevar á sus casas , en todos estos. si-
tios hay caymanes cebados , y enseñados á co-
mer carne humana: en aquellos remansos de agua
es donde estando sumidos tienen afuera la super-
ficie de sus ojos , acechando maliciosamente la
presa; y alli es donde tambien perecen muchos
de ellos , con las flechas de caña brava , que les
disparan los Indios. La caña .brava , llamada así,
porque es sólida , es un veneno tan activo para
los caymanes , que por poco que entre la pun-
ta de la flecha , ó por el lado de los brazuelos,
Óó por los. ojos , que son los sitios únicos por
donde son capaces de recibir herida ) á poco tiem-
po nadan sobre el agua ya muertos. Tambien los
mata su misma voracidad , cebándoles aquellas
gentes de este modo: en medio de una estaca
de madera firme , atan una soga fuerte y larga;
en la estaca amarran un pescado , que la tape , Ó
un pedazo de carne ; luego concurren allí los
caymanes , y el primero que llega se traga la car-
nada y la estaca: espera el pescador un rato, y
luego con ayuda de compañeros , saca el caymán
á la playa , por mas que se resista: y á esta tram-
pa llaman tolete.
De ésta misma usan en la playa seca para pren-
derlos sin cebo ni carnada alguna; y es una fies-
ta, no de toros , sino de caymanes, digna de
verse. Coge el Indio el tolete ó la estaca con las
puntas bien aguzadas , la toma del medio, y Sa-
le á provocar al caymán , que con mas de una
va-
-CIHISTORIA NATURAL» * 221
vara de boca abierta contra el Sol , se está calentan-
do: luego que el caymán ve venir contra si ál In-
dio , le acomete.en derechura con Ja' boca abierta:
á distancia competente se aparta el Indio solo un
paso , y con este lance pasa el caymán de largo:
no se apura el Indio; porque por tener el caymán
el espinazo tieso é inflexible , ha de hacer un gran
circulo para volverse á encarar con su enemigo:
éste espera la segunda, tercera y quarta embes-
tida , y quantas quiere , evadiéndolas con la mis-
ma frescura y facilidad , hasta que de hecho 'suel-
ta la soga, empuña bien la estaca , y espera al
caymán á pié firme: llega éste á coger furiosamen-
te la presa con la boca abierta : y entónees el Indio le
mete intrépidamente el puño con la estaca, y to-
do el brazo dentro de la disforme boca , con el
seguro , de que al tiempo -de cerrarla , se clava
el caymán la punta superior del tolete en el pa-
ladar , y la punta inferior abaxo de la boca, y
asi se queda cogido con toda la bocaza abier-
ta, hecho ya juguete de los muchachos. Cúbran-
se de vergiienza los Circos y Anfiteatros Roma-
nos , con sus soberbios Emperadores , que yo
aseguro , que jamás viéron espectáculo de seme-
jante valor y destreza: ni lo dicho fuera creible,
sino al que lo ha visto : y para que lo crea el que
lo leyere , es preciso que haga reflexion sobre que
en él solo interviene un bárbaro jugando con un
bruto. Los Indios de Campeche usan el mismo
divertimiento , y con mayor destreza los de Fi-
lipinas , por ser mas ligeros y ágiles aquellos cay-
manes con quienes juegan. |
Yo no he visto la riña del tigre feróz Ame-
ricano con el caymán , pero los Indios que la han
ob-
222 EL ORINOCO ILUSTRADO»
observado , me han referido , que estando el cay-
mán calentándose al Sol., suele de un salto el ti-
gre clavarle, todas quatró garras , montado sobre
él , quien 1o. halla otro remedio que arrojarse al
profundo del rio , para que se'ahogue su enemi=
go: si ántes que se hunda el caymán , el tigre,
como suele suceder, le ha rajado el vientre, y der-
ramado las tripas ¿le saca al seco, y se lo:come;
pero si el caymán ligeramente ganó el fondo «del
rio , despues de ahogado. el tigre , le saca á la
playa para su regalo. y 0 (
Y es digno de saberse que el caymán dentro
del agua muerde lo que encuentra , pero no pue.
de comer, y sale. al seco para lograr la presa; y la
causa es , porque el caymán , ni tiene lengua, ni
cosa equivalente 5 sísolo la campanilla del garguero,
que es un tapon de carne informe , que le tapa el
tragadero al cerrar la boca; y al abrirla queda el
paso franco para el agua, que si se descuida le
ahoga : por lo que coge , aprieta reciamente la pre-
sa, y luego que la siente privada de movimiento, sa-
le con ella á la playa, y logra el fruto de su
trabajo. |
Se recrean y regalan mucho los Indios con los
huevos de. caymán , y es gran fiesta para ellos,
quando hallan algunas nidadas , en cada una de las
quales ,á lo ménos encuentran quarenta huevos
tremendos , gruesos y largos , con ambas extre-
midades redondas: todos van al caldero , y aun-
que .al tiempo de comerles encuentren ya em-
pollados los caymancillos , no se afligen , porque
todo lo comen brutalmente : todo quanto contie-
nen los huevos adentro ., es clara , y en su centro
una mancha parda , que dicen ellos ser la par-
te,
“HISTORIA NATURALs 223
te,que ha de ser la cabeza del caymán:. .
o Y lo creo así , porque abriendo muchos de
aquellos huevos ya empollados , he reconocido,
que el cuerpo y cola del caymancillo , de mas de
un xeme de largo, da vuelta enroscada por el
circúito interior del huevo , y la cabeza queda
en el medio , ó en el centro , la qual saca lue-
go que se rompe la cáscara , y muerde con fis
ria el palo con que se rompió el huevo, clavan-
do reciamente los dientes afilados en el palo : así
nacen armados estos feos. animales. 3D ¿291
¿+ Pero:cómo' apunté, ya sean chicos, ya sean gran-
des los.caymánes , no les valen sus. armas contra
la industria y temeridad de los Indios Otomácos
y Guamos, que usan de sus carnes. por regalo,
especialmente en el: Invierno y creciente del rio,
quando::es poco- útil otra pesca: entónces salen
aquellos: de dos en dos ¿'con una: recia soga: de
cuero de manati , y un lazo en la extremidad de
ella : el uno lleva la soga , y el otro el:.cabo
donde está el:lazo; y en viendo al caymán to=:
mando el Sol ,:procuran acercársele sin ser sen-
tidos::de él , hasta que:al, mismo tiempo que cae
al: rio el caymán , el Indio:que lleva el lazo mon
ta sobre él ,con toda seguridad , porque ni puede
volverla cabeza para: morderle , ni doblar la cola
para que le alcance : cón el peso del Indio que car-:
ga encima , luego va á, dar-el caymán al fondo del
rio 3;mas quando llega á.dar fondo y ya:tiene el: las
zo bien apretado en la trompa, y tres ó quatro tas
zadas añadidas , para mayor seguridad ; de las qua-
les -la última es la mejor; porque asegura á las
otras:en el mismo pescuezo: sale:afuera el Indio tan
Íresco como el mejor Buzo de una. Armada Real, y.
! el
224 EL: OrINOCO. ILUSTRADO,
él y su:compañero tiran hácia afuera ¡el caymán,
que: aunque hace con «la: cola sus UN no
puede resistirse , ni evitar la muerte.
Dánle un fiero garrotazo sobre los ojos , del
qual queda enteramente aturdido , y ántes de dar.
le otro «golpe , miéntras está vivo , le cortan y sa=
can del pecho la tabla de conchas , dónde reside
el fiero «almizcle , porque si muere el caymán
ántes de quitarle dicha tabla , se difunde por: to=
do el cuerpo tanto almizcle, que apesta: la: car=
ne , de modo que no:puede comerla. ni: la:igran
voracidad de .los Indios: Quitada «aquella: tabla,
destrozan la carne, que estan blanca .como- la
nieve ) tierna, y de buen gusto; y solo: queda
la. sospecha , de que tal. vez “se habrá: comido
aquella bestia algunos hombres. De ordinario tie-
ne mucha. grasa y manteca , que“ guardan los In=
dios «para «sus: amasijos de pan , como ya diXimos;
y como hay tanta abundancia de caymánes , pa=
san aquellas dos Naciones sus: Inviernos alegre-
mente, y con mucha abundancia de vianda. ¡Tan
to como esto puede la industria humana!
Como vimos en la: primera Parte ,'el:' pan de
los Indios Otomácos:, es á.lo ménos':la: mitad , de
tierra gredosa , que naturalmente habria de da-
ar á los que: le comen3 pero: sucede. lo: con=
trario , porque aquellos : Indios “exceden' á las de-
más Naciones: en robustéz , fuerza y corpulencia;
y esto «me movió á indagar ¿Cómo Ó porque las
otras Gentes , si por vicio comen tierra (como su.
cede en los de poca edad , y en las mugeres emba.
razadas,) luego pierden el color,'se ponen.entecas y
enferman; y comiendo los Otomácos chicos y gran-
des. > nO: solo: el dicho pan y sino tambien muchos
Í: ter-
HisTORIA NATURAL. 225
terrones de pura greda , no les causa daño algu-
no ? Y despues de repetidas experiencias , hallé
con toda evidencia, que la manteca ó grasa del
caymán , limpia totalmente el estómago , sin de-
xar en él tierra alguna ; de modo , que dándole
al que se opiló con comer tierra , tres Ó quatro
mañanas una onza de dicha grasa en ayunas , con
algo de azucar para evitar el asco , expele toda
la tierra del estómago , recobra las ganas de co-
mer , y vuelve á su nativo color el rostro : y de
esto hay innumerables experiencias.
Antiguamente arrojaban al rio las cabezas de
los caymanes que enlazaban; pero de pocos años
á esta parte tienen en ellas su mayor ganancia,
porque venden á muy buen precio los colmillos,
que se buscan con ansia, para enviarlos á per-
sonas de estimacion , que los reciben y agrade-
cen como un apreciable y rico regalo , á causa de
haberse descubierto en la Provincia de Caracas,
ser dichos colmillos un gran contraveneno. Por
esto y por lo que han experimentado ya, el que
no lleva un colmillo de caymán engastado en oro
Ó plata, y apretado con una cadenilla á uno de
los brazos , se pone en los dedos una ó dos sor-
tijas hechas de los mismos colmillos, contra las
yerbas venenosas , que los Negros esclavos sue-
len usar unos contra otros, y no pocas veces
contra sus Ámos. El descubrimiento de la vir-
tud del dicho colmillo es moderno, y fué así:
deseoso un Negro esclavo , en las haciendas de
Caracas , de matar á otro, le dió ocultamente de
quantos venenos y yerbas venenosas tenia noti-
cia; y viendo que se cansaba en valde , y porfia-
ba en vano), porque su enemigo estaba bueno
Tom. II. Ff y
226. EL Orinoco ILUSTRADO,
y sano , despues de sus diligencias; á fin de sa-
ber la causa , empezó á saludarle , visitarle y en-
viarle todos los regalos que podia , y como el
otro estaba muy léjos de saber la mala intencion
que habia tenido éste , correspondíale con bue-
na amistad; y con esta ocasion un dia dixo el
Negro malévolo al otro: ¿camarada , si algun
mal Cbristiano nos quisiese dar veneno , qué reme-
dio sabes? El otro Negro sacó el brazo , levan-
tó la manga , y mostrándole un colmillo de cay-
mán atado á la carne , le dixo ingenuamente:
amigo , teniendo este colmillo , no hay veneno que
valga. Corrió la voz, y con la experiencia el
aprecio de tan buen preservativo.
Al mismo tiempo , á poca diferencia , una eno-
jada y cruel muger quiso matar á su marido , dán-
dole á este fin varios venenos; pero estos no tuvié-
ron fuerza, porque casualmente para guardar yesca
trala siempre consigo un colmillo de caymán. El
caso se hizo público en la Ciudad de Panamá:
pasó la noticia á las de Guayaquil y Quito, en
donde se hiciéron varios experimentos , dando tósi.
gos á varios animales, despues de atarles al pescue-
zo el dicho colmillo ; y el efecto fué lanzar á bre-
ve rato la carne envenenada , y quedar sin daño
alguno.
Con estas experiencias , se pasó despues á po-
ner sóbre las mordeduras de vívoras y culebras
el colmillo del caymán » y se ha visto ser el
antídoto mas activo , y mas universal , como es
ya notorio en las tres citadas Provincias 3 de mo-
do, que hasta la mortifera ponzoña de aquellas
vivoras , que llaman bejuquillo, para.la qual , con
gran dificultad se hallaba triaca, cede luego á la
-Vir-
HisTORIA NATURAL. 227
virtud de aquel colmillo, como consta de ins-
trumento jurídico , con que se autenticó en Gua-
yaquil semejante caso. Solo lo.ya experimentado,
equivale á mas de lo que se afirma del Unicor-
nio ; y la pericia de los Botánicos descubrirá con
el tiempo mucho mas.
En fin, hay abundancia de caymanes , de la
misma forma y figura 3 pero no son en sí bravos,
aunque quando los torean mucho , los he visto
enojados , y estos solo se mantienen de pescado,
y son comida apetecible, y de buen gusto; de
manera que quando hay babilla , que es el nombre
que se da á aquel caymán , abandonan los Indios
qualquier otro pescado.
CAPEBULO:. XxX
Modo de cultivar sus tierras los Indios, y
los frutos principales que
cogen.
E. de fe , que con «el sudor de su rostro, Ó á
costa de él , han de comer todos los hijos de Adán:
solas las Naciones Guajiva y Chiricóa , de que
ya hemos tratado , por su innata pereza , pare-
ce que procuran evadir esta inevitable pension;
pero neciamente , porque por no inclinar sus hom-
bros al cultivo de la tierra , se ven obligados á
estar en una continua marcha , y caminar siem-
pre de rio en rio , para lograr las frutas silvestres
de las vegas; y por la misma causa , ni fabrican
casas , ni tienen resguardo alguno contra los So-
les, ni las lluvias: penalidades mucho mayores,
2150 | que
Z28 EL Orixoco ILUSTRADO»
que las que de suyo trae el cultivo de la tierra,
gue aunque trabajoso, da treguas al descanso, ad-
mite álgun reposo , y con la cosecha abundante
hace olvidar las fatigas.
No así el resto de las Naciones de que voy ha-
blando en esta Historia ; ántes bien , las que tie-
nen noticia de los Guajivas y Chiricóas y abDominan
de su genio , usos y costumbres; y dicen que han
aprendido aquel modo de vida de los monos , y
otros animales 5; y aunque todos los Indios general.
mente son dominados de la pereza , con todo,
unas Naciones son mas inclinadas al cultivo de la
tierra , Otras ménos ; y en todas , como ya queda
dicho , el mayor peso del trabajo recae sobre las
pobres mugeres , así en las taréas del campo , co-
mo en las domésticas 5; unas y Otras mal agradeci-
das , y peor pagadas por sus maridos. |
Es muy diverso el modo , y mucho menor el
trabajo que tienen en cultivar las tierras , despues
que admiten Padres Misioneros , y por su medio
consiguen herramientas despues de congregados á
vida civil en Colonias. Los Gentiles , unos vivian,
y muchos aun hoy viven escondidos entre di-
latadas selvas , é impenetrables bosques 5 Otros en
espaciosos llanos , al abrigo de las vegas de los rios.
Por lo que respecta á los habitadores de las selvas,
yo no percibo hasta ahora cómo podia su traba-
jo producir fruto suficiente para su manutención;
porque para sembrar , deben primero cortar la ma-
leza , derribar los árboles , y quemar despues uno
y Otro , para descubrir el terreno , que ha de reci-
bir las semillas ; y hacer toda esta faena sin herra-
mienta , me causó siempre gran dificultad , y aun
me la causa 5; porque jamás quedé satisfecho de lo
mis-
HisTORIA NATURAL. 2239
mismo que vi, oi y experimenté. La primera vez
que entré á los Gentiles silvestres , crel, en vista
de su tosquedad , que seria fuerte argumento , pa-
ra agregarlos á mejor sitio , el ponderarles , que
allí no tenian herramientas con que rozar la tier-
ra , y derribar los árboles; pero no fué asi , por-
que sacando sus hachas de pedernal de dos bocas,
Ó de dos cortes , encaxándolas por el medio en gar-
rotes proporcionados , me respondiéron , que con
las macánas y que son sus espadas de palo duro,
tronchaban la maleza , y con aquellas hachas cor-
taban los troncos verdes , y las mugeres iban que-
mando los palos secos. Pregunté , ¿ quánto tiempo
gastaban en cortar uno de aquellos árboles? Y me
respondiéron , que dos Lunas 3 esto es , dos ineses:
cosa , que con una hacha Ordinaria se hace en una
hora. Por eso dixe , que no percibo todavía cómo
su trabajo tan lento les podia dar suficiente fruto
para su singular voracidad. Pregunté mas : ¿cómo
ó con qué labran aquellas hachas de piedra tan du-
ra? y me respondiéron , que las picaban con otras
piedras , y despues , á fuerza de amolarlas en pie-
dras mas blandas , con la ayuda del agua, les
daban figura , y sacaban los filos de las bocas. Ja-
más vi esta maniobra ; pero creo , que solo á fuer-
za de mucho tiempo salian y salen con ella: ocu-
pación propia para gente ociosa.
Para mover , amontonar y formar surcos en la
tierra , despues de quemada la maleza , se valen de
palas formadas de palo durísimo , que unos llaman
aráco y Otros macána , y cada Nacion , segun su
lengua , le da su nombre; y con ellas cavan , por
ser muy poco ménos duro aquel palo , que el
hierro acerado , y de buen temple : estas palas las
fa-
230 EL OkiNoco ILUSTRADO,
fabrican con fuego , quemando unas partes , y de-
xando otras , no sin arte , proporcion y dispendio
de largo tiempo. i
Los Barbaros que vivian , y los que aun viven
en campos limpios , como no tienen el embarazo de
arboledas y bosques, consiguen sus frutos , aun-
que en menor cantidad , con ménos trabajo ; por-
que con las palas de macána , que dixe , en los
sitios húmedos ), levantan la tierra , de uno y Otro
lado del surco , tapando la paja y el heno.con la'
tierra extraida del uno y del otro lado ; y luego
siembran su maiz , yuca Ó manidca y y Otras ral-
ces, y en todas partes gran cantidad de pimien-
to , que tienen de muchas especies , y algunas de-
masiadamente picantes ¿ de que gustan mucho ; y
es el único condimento de sus comidas. Da mé-
nos fruto el campo raso , que las vegas y bosques,
porque en estos el terreno es de mas xugo , y aun
- por eso arroja de si las arboledas y malezas 5; y la
misma hojarasca que cae de ellos , y se va pudrien-
do , les añade fuerza. A mas de ésto , aquella ceni-
za de las ramas que queman , y el calor que al ar-
der concibe la tierra , la fecunda mucho , como
sucede entre los Catalanes , que tapan filas de ha-
ces hechos de ramas de pino , y á su tiempo hacen
arder todo el campo que han de sembrar. Al con-
trario los Indios que cultivan el campo limpio ,co-
mo no tienen estiercol con que fomentar aquel
campo de poco xugo , cogen poquísimo fruto , en
comparacion de los otros. Viene á ser la diferen-
cia , como la que hay entre los trigos de regadío,
cultivados , estercolados y regados , que suben con
tanta fuerza en Murcia , Cataluña y Valencia , que
muchos exceden á la estatura de un hombre; y
los
HisTORIA NATURAL. 234
los trigos de secano , que por no tener otro bene-
ficio , que el del arado ¿no dan ni la mitad del
fruto que aquellos.
Es cosa muy singular y notable la que observé
en los anegadizos de los rios Orinoco , Meta , Apu-
re , Casanare ) Tame y Otros; y es, que en lugar
del junco , que de ordinario se ve en otras lagu-
nas, en las de los dichos rios, nace , crece y madu-
ra el arroz , que brota voluntariamente la tierra
húmeda , sin que nadie lo siembre , ni cultive. No
conocen los Indios bozales la utilidad de tan pre-
cioso grano , pero sí las avecillas , que á bandadas
concu:iren de todas partes á disfrutar la cosecha;
sin que pueda dudarse ) que sea arroz verdadero;
pues no pude en ello padecer engaño 5; porque en
el Reyno de Valencia , mi patria que es la Ribera
de Xucar , es donde mas abunda. A mas de que á
muchos sugetos incrédulos , estrujando las espigas
entre mis manos , la evidencia de los granos limpios
les quitó la duda. Y es aun mas de admirar lo que
abunda en terreno cultivado , y de riego ; en don-
de sembrado y trasplantado á su tiempo , nacen,
como lo conté repetidas veces , sesenta espigas de
una sola mata : siendo prueba de la fertilidad de la
tierra , y de que esel arroz fruto muy connatural
de aquel temperamento , el que la tierra le produ-
ce de suyo; y cultivado ; le da tal aumento.
Todos los Indios Otomácos , que viven cerca de
las lagunas , de que hay muchas , y muy grandes,
al tiempo que éstas van baxando , despues de la
fuerza de las aguas , van sembrando toda aquella
tierra limpia , de que se retira el agua; y en ella
cogen abundante fruto , porque aquella tierra hol-
gazana y podrida es apta y prorrumpe en copio-
| SOS
232 EL Orinoco ILUSTRADO,
sos frutos. En el contorno de estas lagunas , siem-
bran los dichos Otomácos , Guamos y Páos y Sarú-
ros , una singular especie de maiz , que no se ha
extendido , ni he visto en otras Naciones : lláman-
le en su lenguage onóna Ó maiz de los dos meses;
porque en los dos meses de sembrado, crece, echa
mazorcas , y madura; de modo , que en el círculo
del año , cogen seis cosechas de este maiz , buscan-
do terreno á propósito ; porque el temperamento es
siempre uniforme , siendo esto cosa bien singular.
Ni pierden palmo de tierra , porque entre el di-
cho maiz siembran matas de Caña dulce , mucha
variedad de raices , gran diversidad de calabazas,
y sobre todo , inmensidad de melones de agua, que
són sus delicias; y son de Otra especie muy dife-
rente de los que hay en Europa , y abundan ya en
las Américas. Estos melones de que hablo , son
propios de aquellos Paises , y mas pequeños que
los nuestros : tienen la corteza mas dura , y sus pe-
pitas redondas , del tamaño , hechura y picante de
los granos de pimienta; pero es muy particular la
sandía , que llaman en su lengua gibiría , y no ha-
llo con que comparar su suavidad , pues lo mismo
es tomar un bocado de ella , que tomarle de un
panal de miel.
Los Gentiles que vivian » y los que viven en
los bosques , aunque no tienen la semilla del maíz
de los dos meses , con todo , como allí es en to-
do el año uniforme el temperamento , continua-
mente tienen maiz tierno y maduro , otro en flor;
y otro naciendo ; y cada uno siembra quando se
le antoja , Ó quando acaba de preparar la tierra,
sin riesgo de que le falte la cosecha 5 con tal , que
tenga cuidado de espantar las bandadas de papa-
£g4-
HisrorIA NATURAL» 233
gayos , loros , periquitos , guacamayos y otras inun-
-daciones de páxaros , que á poco que se descuiden,
“les destruyen las sementeras. Pero sobre todo , es
preciso el mayor cuidado para defender los sem-
brados que hacen en las selvas, de la multitud de
varias especies de monos ; pues apénas se puede
creer el grave daño que hacen , y la malicia con
que proceden. Si reconocen desde los árboles por
donde vieren , que hay centinela , no baxa ni uno
de ellos á la sementera : viene y se va una mul.
titud de ellos con tanto silencio , que si la vista
no los descubre , seguro está que sean sentidos:
y siendo así, que el ruido , bulla y gritería que
meten en otras partes , es intolerable; para hur-
tar, nadie chista. Si reconocen desde los árboles
por donde vienen , que hay centinela , no baxa
ni uno de ellos á la sementera ; pero vuelven una
y muchas veces á reconocer si la hay; y quando
se aseguran de que no , queda uno de ellos en
la cumbre del árbol mas elevado , observando si
viene alguno , y baxa todo el resto de ellos : quan-
do logran el lance , cada uno se lleva cinco ma-
ZzOrcas de maiz , una en la boca , dos debaxo de
los sobacos , y una en cada mano; y luego sos-
tenidos en los dos piés , corren como un rayo á
brincos , hasta ocultarse en el bosque. Si al tiem-
po de estar ya cegiendo las mazorcas , sale el amo
de la choza , ó se aparece á un lado de la semen-
tera , al punto empieza á gritar el mono que está
de atalaya sobre el árbol , y cada qual de los mo-
nos , con lo que pudo pillar , huye con presteza:
pero de los que ya estaban aviados con sús cinco
mazorcas , perecen muchos en estos lances , por-
- que son tan tenaces en retener lo que una vez han
Tom. IT. Gg co-
234 EL OkrIN0cO ILUSTRADO, a
cogido , que se dexan matar , ántes de soltarlo : en
este caso , al salir el Indio ó Indios con sus garro-
tes á perseguir los monos , los que se llevan una
Ó dos mazorcas , que á mas de los piés les que-
da una mano libre , suben álos árboles , y se es-
capan 3 pero los que por huir bien aviados , solo
van dando brincos con los dos piés juntos , casi
todos mueren á palos , porque los Indios corren
mas , y logran cobrar parte del daño , pues los
monos son para ellos gran regalo. Ello es cierto,
que son tantos los monos, y tan dañinos , que
si pudieran hacer daño de noche , como lo ha=
cen las faras y Otros animales nocturnos , no de-
xáran coger á los pobres Indios ni un grano de
maiz.
Por lo que mira á la tenacidad con que re-
tiene el mono la presa que cogió , habiendo yo
referido lo que acabo de escribir aquí de los ma-
nos de Orinoco y sus vertientes , á algunos Espa-
ñoles de los que entran y salen á las minas de
oro del Chocó , Anserma y Otras , me refiriéron
como cosa comun y ordinaria , que en algunas
de aquellas minas, que tienen bosques a poca
distancia , la vianda ordinaria de los Negros , son
monos , que pillan sin mas trabajo , que el de-
xar á la orilla del bosque, de parte de noche,
unas botijuelas , de las que de Cádiz van á dar allá
llenas de aceyte , dentro de las quales ponen una
porcion de maiz tostado: salido el Sol , ven los mo-
nos las botijuelas , y su vivísima curiosidad y go-
losina los hace baxar precipitadamente á recono-
cer lo que hay: meten la mano , que entra apre=
tadamente por la boca de la botijuela ¿ encuentran
el maiz adentro , y cogen quanto pueden apañar
qe Gon
' HistorIA NATURAL. 235
con la mano 5; y como sube ya llena, y con el pu-
ño cerrado , no pueden sacarla : porfian todos pa-
ra sacar sus manos , pero ninguno suelta , ni quie-
re soltar el maiz ; y así , dándose por presos , em-
piezan á gritar tremendamente , con una confusion
intolerable : el muchacho , que á lo léjos está de
espía , conoce con los gritos , que ya han caido en
la trampa, da aviso á los Negros , vienen estos con
su machete ó garrote en la mano , y aunque al ver-
los añaden los monos esfuerzo á sus gritos , no por
eso dexan el maiz que cogiéron; y como el peso
de la botijuela , mi les permite subir á los árboles,
ni aun caminar á su gusto , cada Negro le da un
porrazo á su mono, y lleva que comer y cenar pa-
ra aquel dia. |
No he sido , como dixe , testigo de esta tram-
pa , con que los monos se prenden por sus mismos
puños; pero tengo por fidedignas las personas cita-
das , á quienes oi lo referido. Vamos ya á ver como
cultivan la tierra los Indios despues de domestica-
dos , qué frutos y frutas cogen , qué pan comen , y
con qué vino , ó cerveza se embriagan.
CAPITULO XX.
Prosigue la materia del pasado.
Visto el modo con que los Indios Gentiles culti-
vaban sus sementeras sin herramienta alguna , y
Hhoy las cultivan los que no tienen trato con los
Españoles , ni con los Extrangeros , ni con otros
Indios , que traten con aquellos ; pasemos ya á
ver , como los reducidos á vida civil , y á Misiones,
cultivan sus tierras , y quan contentos están con el
o uso
236 EL Orinoco ILUSTRADO) |
uso de las herramientas , que les alivian: tanto el
trabajo, quanto va de gastar dos meses en cortar
un palo , á emplear solo una hora. Cortados ya to-
dos los palos ) que caen sobre la maleza menuda,
que facilmente tienen ya de antemano rozada con
machete , van cortando las ramas principales de
los árboles ya derribados; y esta diligencia sirve
para que aquellos árboles, que enteros tarda-
rian á secarse tres meses , á violencia de los calo-
res del Sol , cortadas sus ramas , se sequen , como
sueede , dentro de un mes , por la fuerza con que
en aquellos Paises arde el Sol. Secos ya aquellos ár=
boles y ramas, esperan un dia claro, en que sople
algun viento , y por la parte por donde viene és-
te , les pegan fuego por varios sitios ; y por tO=
dos , al favor del viento , arde de tal modo , y to-
ma luego tanto cuerpo el incendio , que en ménos
de una hora arde todo lo preparado en ducien-
tos pasos en quadro , y queda todo el campo lle-
no de ceniza , y ardiendo tal qual troneo de los
mayores. Se hallan despues entre las cenizas mu-
chas y grandes culebras tostadas ; y al rigor del ca-
lor del fuego, se ven salir huyendo otras muchas
mas 3 con que queda el terreno méños infestado
de aquella mortal plaga , y en estado de poder-
se cultivar. H | :
Esta maniobra , en las Colonias donde hay Mi.
sionero:, se hace de este modo : legado. el tiempo
de desmontar , que empieza por Enero. ,:se señala
el dia para la sementera del Cacique, á'que:con=
curren de buena gana todos los Indios. La muger
del Cacique tiene prevenida una comida competen-
te para todos ellos , quienes madrugan al traba=
jo, y como son muchos y, 4 mas tardar, á la via
«« PÚISTORIA NATURAL: 237
6 4 las dos de la tarde, ya tienen: concluida la ta-
réa : se lavan:, y se van al convite prevenido. Con-
cluida la comida , señala el Cacique , y nombra al
Capitan , cuya tierra se ha de rozar el dia siguien-
te ; y hechos ya todos los desmontes de los Indios
casados , entran los de las: pobres viudas; y final-
mente se trabaja el último para la Iglesia ) que se
destina y consume para sustentar los niños de la
escuela ,: y niñas huerfanas de la doctrina. Este
es un medio muy bueno, para que cooperando
mutuamente entre si, tengan todos que comer , sin
hacer daño á sementeras agenas; y como es funcion
de bulla y de concurso:, y. aun de poco trabajo pa-
ra cada uno de por si, y remata en.una comida
decente , entran alegremente en este uso.
Concluida esta faená, y una vez ya quemada
la labranza , no les queda que trabajar a los Indios,
segun su detestable costumbre 5 porque el sembrar,
limpiar , coger los frutos y almacenarlos , todo
pertenece ya á las pobres mugeres. ,, Hermanos,
»» (les decia yo ,) ¿porqué no ayudais á sembrar á
y) Vuestras pobres mugeres, que están fatigadas
,, 21. Sol, trabajando, con sus hijos á.los pechos?
,, No veis > que pueden enfermar ellas y vuestros
3 hijos? Ayudadles vosotros tambien. Tú , Padre,
3» (respondian ellos, ) no sabes de estas cosas, y por
¿»eso te da lástima: has de saber , que las muge-
», res saben parir ,.y nosotros no ;.si ellas siembran,
3, la caña del maiz da, dos Ó-tres mazorcas; la ma-
pta de yuca da dos ó-tres canastos de raices 5 y
yy así multiplica todo. ¿Porqué? Porque las mu-
3) geres saben parir , yy saben cómo han de man-
»» dar parir al grano que siembran : pues siembren
y, €llas ; que nosotros no sabemos tanto como ear
238 EL ORINOCO ILUSTRADO,
Esta es la ignorancia de aquellos pobres Bárbaros,
y ésta la satisfaccion de 'su gran caletre y con: que
á los principios responden á ésta y á otras raciona-
les reconvenciones; paro hay el consuelo , de que
despues van cayendo en la cuenta , y se aplican al
trabajo'; van logrando las mugeres alivio , y saliene
do de la dura servidumbre', en que mas que es:
clavas , servian á sus maridos ; quedando última=
mente moderado , y proporcionalmente' repartido
el trabajo entre marido y muger. Y
Quando siembran el maiz, ya la yuca lleva
una quarta «de “retoño , y entre una y “otra mata
de yuca siembran una mata. de maiz ; entre la yu-
ca y el maiz siembran batatas , cbacos , calaba-
zas y melones y otras muchas cosas , cuyos reto-
ños , como corren extendidos por los suelos, no
impiden al maiz , ni á la yuca 3 ántes bien , como
cubren todo el suelo , á manera de una verde
alfombra , impiden que brote la tierra otras ma-
las yerbas. No entra arado en estas sementeras, ni
bueyes para arar , porque no los tienen; y aun
en las partes donde hay bueyes y arados para.
cultivar tierras limpias, no pueden arar en'estas
sementeras ; porque aunque arden los árboles cor-
tados , quedan innumerables raices travadas entre
sí , que no dan paso al arado , ni á los azadones.
Está aquella tierra tan cubierta de hojarasca , y de
vasura podrida , que facilmente se dexa abrir para
recibir lo que quieran sembrar en ella. OB e
: Cogida la primera Cosecha de todos los fru-
tos dichos , siembran segunda vez los mismos), y
_ ántes de cogerlos , van interponiendo retoños de
plátano , que sacan de los piés de los plátanos an-.
tiguos; de'modo , que AA
, po ¡a
HISTORIA NATURAL... 239
da cosecha » ya los plátanos están coposos. Estos
platanales dan el fruto mas duradero , y mas útil
de quantos los Indios siembran. Una vez arrayga-
das sus plantas , las unas filas de los plátanos unen
sus largas y anchas hojas con las otras , formando
con ellas bóvedas verdes sobre aquellas dilatadas
calles. El tronco del plátano no es sólido , sino un
agregado de cortezas , una sobre otra , cada una
de las quales remata en una hoja de mas de vara de
largo , y casi media de:ancho. Despues que llegó
á la altura de dos estados de un hombre , desde la
misma raiz va subiendo un vástago por el centro
del tronco 3 y en quanto se asoma entre las hojas,
dexa caer dos cortezas, con que sube abrigado el
raqimo ; y muestra éste sus gajos de «platanos co-
ronados de flor blanca , y de suave olor. Este raci-
mo, si es de hartónes, en buen terreno, llega á pe-
sar dos arrobas, y suele tener ochenta plátanos; los
quales , verdes y asados , sirven de pan; y en la ola
sirven de nabos: ya medio maduros-y «amarillos,
sirven para los guisos ; tienen el agridulce de la
manzana medio madura , y sirven de pan, y en la
olla dan buen gusto : y despues de maduros , son
una fruta muy sabrosa , aunque pesada; y si los
asan , no hay fruta mas sana:en las Américas , ni
tan substancial , ni tan sabrosa. Puestos los madu-
ros al Sol , se pasan , al modo de los higos de Eu-
ropa , con sabor mucho mejor que el de los higos.
Antes que se lleguen á:secar al Sol , los amasan las
Indias con agua tibia , y su.masa., que toma punto
de agrio, colada despues con agua tibia en tinajas,
hierve como el mosto , y resulta de ella una bebi-
da muy fuerte » y que en poca cantidad causa em-
briaguez. Puestos los plátanos muy maduros á des-
ti-
240 Ez .OrINoco ILUSTRADO,
tilar , colgados sobre una vasija , de aquel xugo
que va cayendo , resulta un vinagre muy fuerte y
saludable : y en fin , los plátanos son en la Améri-
ca el socorro de todo pobre , pues sirven de pan,
de vianda , de: bebida , de conserva y de todoy
porque quitan á todos la hambre. |
Mr. Salmon , en su Historia de Todo el Mundo,
nuevamente dada á luz en lengua Inglesa , la que
traducida ya en varias lenguas , anda en las manos
de todos les eruditos , hablando en su Tomo se=
gundo (a) de las frutas de la Isla de Mindanao,
contigua á las Filipinas , con ser un terreno tan
distante del que yo voy tratando , describe los
plátanos, y dice de ellos las mismas propiedades
que llevo referidas , tan individualmente , como
si hubiera vivido largo tiempo en las Misiones de
que voy tratando , en que resplandece la liberal
providencia del Criador , que en sola una planta
proveyó de abundantes víveres á unas Gentes , que
aunque entre sí tan distantes , son tan uniformes
en una suma pobreza, y en una excesiva pere-
za. ¿Pero qué necesidad tienen de trabajar , si en
solo el plátano hallan todo quanto han menester
para comer y beber con abundancia?
Y de los Mindanaos Filipinos añade el citado
Autor , que despues que han logrado la fruta del
plátano , aprovechan sus cortezas , sacando de ellas
hebras á modo de cáñamo fino, del qual hilan y
texen piezas de lienzo , de que forman sus pobres
vestidos ¿inventiva, que no han discurrido las Gen-
tes del Orinoco , ó si diéron con ella y no les pax
tc=
(a) Cap. 5. pag. mib+ 194. basta la 196.
HisTORIA NATURAL, 24€
reció útil vestirse en un clima tan ardiente como
aquel.
De modo , que ya pueden deponer toda su ad-.
miracion los que quedáron sorprehendidos , al ver
en la primera Parte de esta Historia (a) , que la Na-
cion Guaraúna tiene todo quanto necesita en sola
la palma llamada quiteve, ó muricbi (b); que los In-
dios Maldivios del Oriente hallan lo mismo y mu-
cho mas , en sola la_palma de cocos 5 y el vulgo in-
numerable del Imperio de la China , en solo el ar-
roz ; viendo que los Mindanaos Filipinos » y las
Gentes de que trato, han hallado su maná, y
en cierto modo su árbol de la vida en solo el
plátano. i
Una vez crecido y cerrado el platanal , y traba-
das unas hojas con otras , forma una finca perma-
nente , que pasa dando continuamente fruto de
padres á hijos , y con poco cultivo pasa á los nie-
tos y biznietos; no porque aquel tronco , que dió
su racimo , dé jamás otros , sino porque al tiem-
po de madurar el racimo de la guia, ya su hijo,
que retoñó de la cepa , tiene racimo en flor , y ya
los otros retoños van subiendo en todas las cepas,
porque en ninguna falte racimo maduro y en flor,
en todo el círculo del año ,que es cosa admira-
ble. Con este motivo , y á vista de tan abundan-
te socorro han establecido los Padres Misioneros,
el que convenidos ya los Gentiles en el parage en
que se han de ir agregando para formar Colonia,
la primera diligencia sea desmontar y prevenir un
di-
(a) Cap. 9. pag. 85. 1. im- (b) Mr. Blaev. Atlas. Ino
pressionis. diar. fol. 3.
Tom. IT.
242 EL Orinoco ILUSTRADO,
dilatado plátanal , para socorro universal de los
que se han de ir agregando. |
Abunda tambien , como dixe , el maiz; aun-
que es verdad , que es tanto el que comen, quan-
do las mazorcas tienen el grano tierno , que ellos
mismos destruyen y disminuyen notablemente sus
cosechas. Del maiz molido á fuerza de brazo
de las mugeres , hacen panes, que envueltos en
hojas , cuecen, no al horno , sino en agua hir-
viendo , teniendo para ello ollas muy grandes. A
este pan llaman cayzú: suelen desmigajarlo quan-
do está fresco , y amasarlo segunda vez en mucha
cantidad de agua caliente: y reducidos 4- polvos
quatro de aquellos panes antiguos , y llenos de mo-
ho , que ellos llaman subibizú , mezclan dichos pol-
vos en aquella masa líquida , la qual puesta en ti-
najas , al tercer dia hierve como el mosto , y resul. .
ta una chicha ó cerveza saludable , si se toma con
moderacion ; y es su bebida ordinaria. |
Mas sana es la chicha Ó cerveza y que extraen
de la yuca Ó raiz de manióca. Árrancan esta raiz,
la tronchan del palito de que está prendida , y en
el mismo sitio entierran tres ó quatro pedazos del
mismo palo , los quales á los quatro dias ya están
con sus retoños; y veis aquí otra mata de yuca , en
lugar de la que se arrancó. Hay yuca dulce y que
asada , sabe á castañas asadas , y suple muy bien
en lugar de pan; hay otra yuca , que llaman: bra-
ba: la que no se puede comer sino despues que pa-
sa á cazábe. Para hacer el cazábe rallan dicha yuca,
de manera que quede como aserrin ; exprimen su
Xugo , el que es tan activo , que si le bebe alguno,
sea hombre ,.Ó sea animal , luego rebienta ; pero
en quanto le dan un hervor , es muy sano y sa-
, bs
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HisTORIA NATURAL. 247
nacen innumerables: es árbol de tronco hueco y
poco sólido, pero con el tiempo se consolida, y sube
á grande magnitud: echa , no flores, sino ramilletes
de flores por todo el tronco, ramas, y hasta junto al
mismo cogollo , y es una hermosura ver la abun-
dancia de fruta que da: la hechura , y tamaño
de las papáyas bien cultivadas , y de buen ter-
reno, es la misma que tienen acá nuestros melo-
nes , con sus tajadas señaladas en la corteza , que
es sutíl; y son nada menos olorosas , y sabrosas,
que nuestros melones buenos , pero mas sanas.
Hay entre las Naciones Achagua , Saliva , y
otras del 4Ayrico , y tambien en las Costas de Co+-
ro, y Maracayo, una especie de palma , muy
singular en su figura, y utilidad. Los Europeos,
que usan mucho de su fruto la llaman cachipae,
y los Indios ¿ij¿rrí: su tronco no es muy grueso,
pero es muy liso , y muy derecho , y sube á
mucha altura: cada palma de estas echa dos óú
tres racimos de dátiles, de la misma hechura y
color de nuestras camuesas ; y cada racimo , en
buen terreno , llega á tener unos cien dátiles, en-
tre los quales apénas se hallarán ocho , que ten-
gan pepita para sembrar: las pocas pepitas que
se hallan, son del tamaño de una nuez , y de la
dureza de los cocos , y muy parecida á la de és.
t0s » la carne ) que dichas pepitas tienen adentro;
y sembradas rara de cllas dexa de nacer.
- No es fruta ésta que se pueda comer» aun-
que esté madura , sin pasar por el fuego; por-
que morderla, es lo mismo que morder un membri-
llo á medio madurar, áspero , é insípido; pero
con un hervor , que reciban al fuego, se ablan-.
dan , y tienen el mismo gusto , que el de las ca-
mue-
248 EL ORINOCO ILUSTRADO,
muesas hervidas en la olla : no es esto lo prin-
cipal, sino la gran substancia , que tienen los fis
jirris; tanta que el sugeto de buen estómago,
á lo mas podrá comer seis de ellos , con el se-
guro de que aunque los haya comido por la ma-
ana, no tendrá gana de comer en todo aquel
dia. ]
Las mugeres blancas de la Costa dicha, des-
pues de hervidos los cacbipaes , los muelen , ama-
san , y forman pan; pero sale mas substancial de
lo que es menester : por lo que se debe tomar en
corta cantidad, para evitar embarazo , y empa-
cho en el estómago,
Esta fruta tan útil y substancial, es á mi ver,
la que tanto celebran algunos Diaristas, que la es-
tancan en las Islas Marianas , y en algunas de las
Filipinas (a). Pero por lo dicho se ve , como la be-
nigna providencia del Criador. envia este gran so-
corro á Otras pobres Gentes del Occidente.
A mas de que en las Islas Orientales de Ter-
nate , que comunmente se llaman Molucas , se
halla con abundancia otro árbol de pan , á quien
los ¡naturales llaman sagde, de cuya fruta usan
aquellos Isleños , en lugar de pan, como afirma
Mr. Salmon (6); y es de creer, que así estos,
como aquellos árboles , sean de la misma espe-
cie de los cachipaes , Ó jijirris , de que hablé ar-
riba. E | |
Las mismas Naciones dichas cultivan otra es-
pe-
Ka) Salmon toma 2: fart. (b) Idem tom. 2. part. 2.
23 CAP. 2. Pag. mibi. 176. pag». 272. Y 275>
HISTORIA NATURAL» 249
pecie de palma pequeña , que con serlo, en la
hermosura y en el gusto de sus dátiles , sobresa-
le, y se lleva la hermosura y gallardía de to-
das las demás especies de palmas: trece hojas tan
pobladas de cogollos arroja esta palma que se lla-
ma camuirro , que forman una maceta tan pro-
porcionada y hermosa ), que arrebata la vista: al
pié de dichas hojas arroja sus racimos de dátiles , ta-
les , que mejor se podrian llamar uvas mollares, así .
por la forma , como por el color y sabor; y sin
duda compite ésta con las mejores frutas.
No es de omitir la palma llamada vesirri , que es
como las que se crian en Alicante, y son sus raci-
mos de dátiles muy semejantes á los de éstas 5 pero
es muy notable la singularidad, de que á excepcion
de los que comen los Indios de Meta , Moco , Bi-
chada y otras Naciones, ponen los dichos dátiles á
hervir al fuego , y sacan de ellos gran cantidad de
aceyte purísimo , de que usan los Indios para sus
unturas , y para la comida , por ser de muy buen
gusto. |
Abunda tambien en estos parages la fruta lla-
mada cunáma , que los Indios llaman abay , de
la qual sacan aceyte, ni mas ni ménos, que el
de las olivas , en el color y sabor ; y sirve á
los Indios para sus unturas, y á los Españoles
para la comida, y para el alumbrado.
Omito otros árboles frutales , y concluyo con
el anoto Ó achote , árbol el mas estimado de to-
das aquellas Naciones , porque se visten de él á
su modo: la planta es muy coposa, y produce
en cada cogollo un hermoso ramillete de flores,
medio blancas , medio encarnadas ; y de cada ra-
millete resultan muchos racimos de frutas encar-
Tom. IT. L na-
253 Ez Orinoco ¡LUSTRADO)
nadas , cuya cáscara es áspera y E€spinosa , co-
mo la primera que tienen las castañas 5 y asi co-
mo dentro de la cáscara de las castañas maduran
dos ó tres de ellas, así dentro de cada cáscara
del achote maduran un sin número de granitos
encarnados , como los que acá tienen las grana-
das silvestres. Puestas en infusion grandes cantida-
des de estos granos de achote , despues de bien
lavados y estregados con las manos), queda el
agua colorada » y al otro dia se halla al fon-
do toda la tintura, y el agua otra vez con su
nativa claridad: derrámase el agua con tiento , y
se dexa al Sol el achote Ó color , que se que-
dó en el fondo, del qual, á medio secar , for-
man los Indios pelotas, que guardan para mo-
ler con aceyte , y untarse diariamente , como ya
dixe.
Sabiendo yo la qualidad fresca de este unto,
y quan poderosa y eficazmente se defienden con
él los Indios de los violentos rayos del Sol , en
aquellos Paises del Equinoccio , descubrí casual-
mente en él un eficacísimo remedio contra todas
las quemaduras y pringues , ya de aceyte , ya de
grasa » ya de agua ó caldo caliente 5 y fué así: ha-
biéndose pringado gravemente un doméstico mio,
eché polvos de achote en aceyte de oliva , y he-
cho el ungiento , lo mismo fué aplicarle á la par-
te dolorida y lastimada , que faltar repentinamen-
te el dolor: quedé admirado de tan pronta ope-
racion , y despues , con el curso de largos años , se
ofreciéron muchas ocasiones , en que otros Padres
Misioneros , á quienes comuniqué la casualidad,
y yo tambien, hemos repetido el remedio dicho, -
y Experimentado la misma actividad y a
HisToORIA NATURAL. 254
El tutúmo , árbol cultivado , y que tambien
de suyo nace en las vegas, aunque no da co-
mida , es planta muy útil; porque de sus tutúmas
forman los Indios escudillas , platos , vasijas pa-
ra beber y cargar agua, y para guardarla en ca-
sa. Las tutúmas en el color y figura , son muy
parecidas á las sandías, y de casco tan fuerte, que
resiste á repetidos golpes: su carne , quando
la tutúma es tierna , tomada algunas veces en
la cantidad de tres Onzas, es específico experi-
mentado ) para que la sangre molida ó extrave-
nada por caidas, palos Ó porrazos , no pase á
formar apostemas en lo interior del cuerpo.
Apartemos la vista de la hermosura de las plan-
tas y arboledas , y fixémosla un rato en el suelo
de estos dilatados campos , pues en sus yerbas
y raices apénas hallarémos alguna que sea despre-
ciable. La primera que ocurre á los piés y á la
vista en aquellos terrenos , por vulgar, es la ver-
gonzosa , en la qual no se ha conocido virtud
alguna 5 pero ¿qué mas virtud que la leccion prác-
tica , que da, del modo con que se deben portar
las mugeres , y especialmente las doncellas ? que
aun por eso en muchos de aquellos Paises la lla-
man la doncella. Bien pueden los Físicos prevenir
sus admiraciones para lo que voy á decir. Es la
vergonzosa una mata , que empieza á echar ra-
mas desde su raiz , que sobresale algo del sue-
lo 5 sube la guia repartiendo ramas por todas par:
tes , hasta la altura de una vara en alto , tan co-
posa , que con la multitud de las hojas que ar-
roja por todas partes de dos en dos, no da lu-
gar á que se vea ni el pié, ni rama alguna , por
mí-
252 EL Orinoco ILUSTRADO»
mínima que sea: su figura á modo de media na-
ranja , y su verde claro , forman un objeto tan
apacible , que arrebata la vista y la atencion: al
bello verde que ostenta , corresponde en el re-
ves de las hojas un color blanco , que descaece
en pardo. Esta es la bella perspectiva de la ver-
gonzosa 3 y aquí entra lo raro de ella: tóquenle
-con la punta del baston, Ó de Otra cesa, aquel
poco de tronco , que apénas descubre ; tocarla, y
marchitarse en un cerrar y abrir de ojos toda su
fresca hermosura y lozanía , todo es uno: dobla en
un momento todas sus hojas unas contra Otras)
oculta su verdor hermoso , y se reviste, ó solo
muestra en el revés de sus hojas aquel color blan-
co, que descaece en pardo , como si mostrára
su pena , y se vistiera de luto. No pára aquí su mu-
tación instantánea , porque en el mismo instante
en que siente el ageno contacto , y dobla sus ho-
jas , retira su influxo de toda la multitud de co-
gollos que la hermoseaban , los quales desmaya-
dos y sin vigor , se inclinan torcidos hácia el sue»
lo; de manera , que no se parece ya á sí misma
en cosa alguna. Prodigio de la naturaleza me pa-
reció siempre , y no me cansaba de ir tocando el
pié de aquellas matas , para admirar mas y mas),
tal y tan instantánea mutacion. )
Verdad es, que á mas tardar , dentro de una
hora , vuelve en sí y se recobra; endereza sus
cogollos , y reverdece toda su hermosura y lo-
zanía. Hace mencion de esta yerba el Padre Ro-
driguez (a) en su Historia del Marañón: es vul-
gar.
Xu) Lib. 6. cap. 3. pog. 276.
HisTORIA NATURAL. 253
gar en Mompóx, y en muchas partes del rio grande
de la.Magdalena; y raro.es el sitio de tierra €a-
liente en la América Meridienal, donde no se halle
esta bella mata , aunque con diferentes nombres,
acomodados á su propiedad. En unas partes , Co-
mo dixe , se llama doncella ;:en otras , mirame
y no me toques; y en otras se le aplican á propó-
sito y acertadamente: Otros nombres semejantes;
que explican su encogimiento y muestras de rubor.
Gran leccion para el recato , en todas las mugeres,
especialmente para las tiernas plantas. Mirense en
elespejo de esta vergonzosa yerba., que al menor
contacto ageno', se llena de luto , se amortigua,
desíallece y parece que ya no es ella , sino muy
otra. Mirad (a), atended á los lilios del campo,
y tomad enseñanza de su hermosura y de su
candor , dixo Christo nuestro Señor , no sin gran-
de énfasis de celestial doctrina; y á la verdad,
para cumplir con su estrecha obligacion , tambien
las madres de familias y las maestras , pueden y
deben exórtar á sus hijas y discípulas , cuyo cui-
dado está á-'su cargo», y cuyo bien deben por
todos medios procurar , diciéndolas: venid , ob-
servad , atended y aprended de esta yerba ver-
gonzosa; reparad , que en quanto la” tocan , se
da por muerta , desfallece , se desmaya y se mar-
chita. ]
Esta misma yerba, en las Islas Filipinas , se
Hama la mata vírgen, á causa de la armonía
que causa á los Filipinos su recato y encogimien-
| to3.
(a) Mattbh. cap. 6. vers. quomodo crescunt Sc.
26. Considerate lilia agri-. k 0
254 EL ORINOCO - ILUSTRADO,
to ; y Mr. Salmon, diligente Historiador (a), citan=
do á otros, añade: que en los escollos , que sobre-
salen de entre las aguas en dichas Islas, nace
otra yerba, no ménos reparable que la referida;
porque asegura , que luegó que alguno toca aque-
lla mata , dobla sus cogollos , y los esconde en
el agua , como si se corriera y avergonzára , no
solo de sentir el ageno contacto , sino aun de ser
mirada con cuidado ; y por eso abate y esconde
lo mas gallardo de sus cogollos en el agua. ¡Oh
y qué enseñanza para las tiernas bellezas, que sa-
len á ser vistas, y se complacen en que las miren
y remiren! La yerba Filipina busca el agua pa-
ra su resguardo , y estas otras buscan el fuego
para su peligro.
La causa y raiz fisica de esta instantánea mu-
tacion , discurro que consiste , en que aquel con-
tacto extrínseco , con los efluvios que introduce,
inmuta el f uxo natural de los sucos , que la raiz
remite hasta los últimos cogollos , y hace retro-
ceder el curso corriente de los fluidos , con que
se mantiene la lozanía de la mata; y tomando su
retirada hácia las raices, el desmayo de los cogo-
llos , y el encogimiento de las hojas , es un efec-
to que necesariamente se sigue á la substraccion
del necesario pábulo : como se ve en el desmayo,
que la falta de alimentos causa en los vivientes
sensitivos» |
Pero no es menester ir al Perú, ni 4 Filipi-
nas , para que nos arrebate la atencion , y nos
llene de admiracion otra planta mas recatada , mu-
cho mas modesta y escrupulosa , que la vergon-
( 20"
(a) Tom. 2. cap. 9. pag.229.
HisTORIA NATURAL. 253
zosa de Tierra-Firme, y la que llaman virgen en
Filipinas : entremos en los jardines del Rey Chris.
tianísimo con el Padre Regnault (a); y pongamos
los ojos en la: mata llamada sensitiva; pero nadie
alargue la mano para tocarla, porque ántes de
sentir el contacto , se retira , desmayan y descae-
cen sus hojas y cogollos , toda se amortigua , cor-
rida y espantada de solos los efluvios , que la
mano curiosa despide ántes de tocarla. No pue-
de llegar á mas su delicadeza , circunspeccion y
natural recato; y asi , con mucha razon le han
puesto el nombre de sensitiva. Ni es razon, que al
recato , que en tantas cosas insensibles nos pre-
dica el Criador , nos hagamos nosotros sordos, é
insensibles.
Pero volvamos á nuestro Orinoco. Abunda
entre el heno de aquellos campos, una macolla,
formada de diez, ó doce hojas, á las quales por
su figura les han puesto los Padres Misioneros el
nombre de espadilla , Ó espadin , porque aque-
llas hojas son remedo de éstas, en su forma, aun-
que no exceden lo largo de un geme: los Indios
las llaman ¿¡ssocá que quiere decir amargura , por-
que realmente las tales hojas son tan amargas, que
Pa-
cher, ses feuilles se rappro-
(a) Tom. 3. pag. 326.
La Sensitive du “Fardin Ro-
yal a quelque chose de plus
Piguant encore pour mot.
¿ We diriez vous pas que cet-
te plante a du sentiment, et
qu'elle meríte le nom qu'elle
porte? Des que le doigt pa-
roit sur le point de la tou-
chent ; elles se couchent suy
Jeurs branches , et les bran-
ches sur la tige: la plante
se yesserre , et vainement
on essayeroit de P- etendre
ou de lui rendre , en la tou-
chbant , sa premire figure;
elle se laisseroit plutot dé-
ehirer.
a
256 EL Orinoco ILUSTRADO»
parecen ser la misma amargura alambicada : su
eficacia contra el dolor de costado ,:sea: propio,
Ó sea bastardo , es vivísima: seis ú ocho hojas «de
aquellas medio machacadas , y hervidas en can-
tidad competente, dan una tintura excesivamen=
te amarga , la que bebe el doliente; y aquellas
mismas hojas se aplican á la parte de las punza-
das; y ála segunda ,y quando mas á la tercera
repeticion de este especifico , cesa el dolor de cos
tado: experiencia , que todos los dias se toca con
las manos, ya en una, ya en otra de nuestras
Misiones , en las quales no hay otros Enfermeros,
que los mismos Misivnercs. Dudó un gran Médi-
co que vivia en Santa Fe de Bogotá: pidióme,
y le remití cantidad de dichas hojas; y como lle-
gasen secas por, la gran distancia , dobló la can-
tidad , y despues de suficiente infusion, hizo el co-
cimiento , y surtia en aquel temperamento frio el
mismo buen efecto , que en el cálido, qual es el
de nuestras Misiones.
Li)
Abunda en las márgenes de todos aquellos
rios y arroyos», la caña, que los Indios llaman
titicaná , la qual tiene alguna semejanza á la ca-
ña dulce; pero su xugo es agrio , poco ménosin=
tenso , que el del limon , por lo que los Padres
Misioneros la llaman caña agria; y viendo que
los Indios Gentiles , en sintiéndose asoleados, y
con calentura, mascaban la dicha caña , y sen-
tian alivio, se hizo prueba , dándoles á los que
padecian calentura el xugo de dicha caña y hervi-
do con proporcionada cantidad de azúcar, y se
reconoció , que luego prorrumpian en copioso su=.
dor, y despues de él minoraba notablemente la
car
j «CENISTORIA NATURAL. !- 257
€aléntura ; y: repetido el remedio , quedaban st-
nos; por' lo. que es éste el mas usado en los 'Pat-
tidos de nuestras Misiones.
La verbena , yerba admirable , nace por allá
entre la maleza: á cada hoja le corresponde una
florécita , entre morada y blanca : es específico
muy eficáz para las calenturas efimeras , que se
encienden con mucha freqúencia , ocasionadas del
riguroso calor de la Eclíptica: tambien quita las
tercianas * y quartanas : tomado su cocimiento,
qué es en "gran manera amargo , hace sin falta
uno de dos efectos ,'Ó hacé sudar copiosamente , Ó
excita repetidos. vómitos ; y de qualquier modo es
siempre cierta la mejoría del doliente, y á pocos
dias de repetición , la salud.
: Para supurar las llagas, en que allá. de or-
dinatio' sigue cáncer y á causa del sumo calor , hay
muchas yerbas 4 mano , de las quales se hace un
emplasto , que aplicado 4 la llaga , á la segunda
Ó tercera vez , la pone limpia y libre de toda pu-
trefaccion. Lia mas usual” es la yerba de Santa
María , muy amarga, y bien semejante á nues-
tra yerba: buena en la hoja 5 solo -que'la de aque-
ila' es” mas ancha) y echa flor encarnada. El es-
pino , que nace en llanos húmedos', tiene sus hojas
de hechura de lanceta , y al pié de cada hoja una
espina : tiene lamisma virtud que-la yerba antece-
dente. La misma eficacia tiene el mastranzo,'que se
parece á la yerba de Santa María; y solo se di-
ferencia '; en que 'sús' Hojás son vellosas y y no
amargan. ]
¿Mucho mas activo es para lo dicho el carbón
del vástago del hofó ; que nace junto 4 los rios
“Tom. II. Kk y
258 EL Oxixoco ILUSTRADO, '
y lagunas:, este vástago .es mas. grueso..que el
de nuestras coles, y sus hojas parecidas, pero
mucho mayores que las de las coles: hecho pol-
vos el carbon de dicho vástago, y puestos en la
llaga mas encancerada á la segunda cura se.ha-
lla limpia y la carne viva. Las virtudes de las
dichas yerbas las tengo largamente .experimenta-
das; siendo muy digno de notar, el que, como en
aquellos dilatados Paises hay tan pocas, y tan cor-
tas Poblaciones de Españoles , no ¿hay ni Boticas,
ni Boticarios ; pero el próvido. Autor de.-la. Natu-
raleza ha prevenido, no solo las:muchas. yerbas,
cortezas 3 raices , frutas , aceytes; y resinas. medi>
cinales , que en varias partes de esta Historia lle-
vo apuntadas; sino tambien abundancia de pur-
Santes , muy proporcionados para aquellos climas;
y que. en otros creo mantendrán tambien su efi-
cacias::' as ongar puedas y adan
+ «Los piñones , que de tres en tres maduran den-
tro de unas frutas , bien parecidas álos higos ver:
des; y. las hojas de los: arbolicos que las produ-
cen», tambien se parecen. algo á las de. las higue-
ras; son de tal eficacia , que solos,cinco.ó seis pi»
ñones de aquellos conmueven los humores, y..cau-
san una grande Operacion; la que suele ser.ma-
yor de lo que: conviene, si se toman en mayor
número. Son sabrosos, y parecidosiá los: de.Espa-
ña; y. es cosa singular, que si.se tomáron con.vino,
cesa Ja operacion , bebiendo agua fresca. ¿ y al.con-
trario, si se tomáron con agua, cesa la..conmocion,
tomando vino : pero si se los comió el enfermo , en
tal caso cesa la Operacion, tomando vino , Ó 2gua.
En todos aquellos arroyos.y rios que tienen
y r 've-
« HisTORIA NATURAL. 259
vega y arboleda , nace la raiz guajiva y que es
como una batata, y *tiene- las. mismas propieda-
des de la famosa batata , llamada mechoacán , por
la Provincia en que nace. Lo especial de la. .gua-
Jiva es y que quatro. Ó cinco hojas verdes de
su vástago , hervidas en agua clara , tomada és-
ta, hace el mismo. efecto purgante , que su raiz.
No quisiera que esto causase novedad , y en
tal caso , para quitarla , tracré por testigos á los
habitadores de la Habana , que en las hojas de un
sarmiento , que llaman el fraylecillo , tienen el mas
raro purgante del Mundo. De estas hojas forman -
una ensalada muy propicia al. gusto: , de cuya
comida resulta: que quantas hojas se comieren;, tan-
tas evacuaciones se han de hacer; y se ha de te-
ner particular cuidado en el modo de: arrancar=
las (aquí llamo otra vez la atencion de los Físicos,)
pues si se arrancan tirándolas hácia abaxo., cada
hoja. causa una:evacuacion:; y si se arrancan tirán-
dolas hácia arriba , causan vómitos3 y «si se arran-
can unas hácia arriba , y otras hácia abaxo, con»
curre uno: y otro efecto : lo que es notorio en
la Isla nobilísima de la Habana. ¿Quién compre-
henderá -los. secretos de la Naturaleza ?
YARD
CA-
260 EL Orinoco: ILUSTRADO,
q CAPÍTULO ¿XXLL ,
Caserias en los campos rasós. Variedad de
animales y aves, que.los Indios logran en
vellos; y daños; graves y: que bacen”
A DAS oO A
A bal que nos hallamos en las sementeras
y campos cultivados de aquellos Indios , acompa-
ñémoslos un rato , pues salen armados con:sus ars
cos y aljabas , á buscar: aves: y: animales , que
traer á sus casas. Pero algunos van en trage de
Pescadores, con su caña , un lazo en la punta
de ella ) un canasto al hombro , y su perrito goz-
que por delante. ¿Y á dónde van estos? Estos
no van sino: á.enlazar:Codornices;:y. yo aseguro
que traerán sus canastos' llenos de ellas : porque
los gozquecillos siguen el rastro 5 levanta: la van-
dada de codornices el vuelo , que es tardo y cor-
t05 siguelas el perrito ladrando , y por temor de
él no se atreven: aquellas á pararse: en el. súelo,
y así se van al primer arbolito ó maleza cerca-
na: prosigue el gozque ladrando con mas ahin-
co, y todas las codornices fixan en él la vista,
y toda su atencion , con tal fuerza , que sin dar-
se por entendidas , «y creo que sin ver al Caza-
dor , se dexan enlazar una á una , con el lazo que
está armado en la punta de la caña: ni calla el
gozque , hasta que está enlazada la última. Es-
te curioso y fácil modo de enlazar codornices,
no solo está en práctica en los Llanos de Casa-
A) ná-
HisTORIA NATURAL. h. 264
máre » Chire , y Tocaría , sino tambien en los
de Neyva , y Vague , en el rio Tercero, entre
Buenos Ayres y. Córdova de Tucumán; y aun en
otras de 'aquellas Regiones ,. está muy. entablado
este singular modo de enlazar codornices , sin que
se requiera perro.
Herrera hace mencion en su Historia, de una
industria semejante (a). Dice, que ciertas Nacio»
nes de Indios atan apretadamente un papagayo
manso en la copa de una palma, en donde el
Cazador está, tapada su cabeza con yerbas ; y á
los gritos que da el papagayo atado y angustia-
do , concurren innumerables de ellos á favorecer-
le , con tal ansia, que no reparan en que el In-
dio va entretanto enlazando todos quantos quie-
re, hasta que desatado el reclamo , calla , y se
retiran los que quedáron vivos.
Hay tambien mucha abundancia de gallinas
de monte» :óÓ silvestres , que de. ordinario llaman
pollas, porque son. del mismo tamaño , aunque
mas gustosas: á éstas las arman lazos en las orl-
llas de-lós charcos , adonde concurren á beber,
poniéndoles granos de maiz en tal parte , que al ir-
los á picar y quedan enlazadas. A mas de esto, sas
ben dos Indios remedar su canto con tanta pro-
piedad ) que van concurriendo de todas partes,
a las ramas donde está remedándolas el Indio,
el qual desde su escondrijo logra en ellas todas
sus flechas; porque aunque al caer una polla hu-
yen las otras , luego vuelven al oir. otra vez el re=
clamo.
| Es
ta) Decada 1. lib. 9. cap. 4
262 EL ORINOCO ILUSTRADO,
Es tanta la volatería de papagayos , loros, gua-
camayos , patos de varias especies , cigueñas y
garzas grandes y pequeñas , y:Otras muchas aves,
que es para alabar al. Criador', así por la multi-
tud , como por lo exquisito de sus plumas , ma=
tizadas de vivísimos colores , y principalmente por
sus especiales figuras ; pero no tengo especie
de haber visto por aquellos territorios , otra ave-
cilla parecida á las de Europa , sino la golondri-
na; y aun las de allá tienen la diversidad de ser
mas pequeñas ) y la cola en forma de tixera , que
abren al tiempo de volar , y cierran al irse á pa=
rar. |
Es tanta la abundancia de cachicámos , Ó ar-
madillos , y Otros animales , que se encuentran
por tierra , que son pocos los Indios aficionados
á la volatería: llámanse armadillos en Español,
los que los Indios llaman cachicámos , Ó atucó,
che , chúchba , y. de, otros. modos 3; segun sus len-
guages ; porque 'con ser del tamaño de un lechon
de un mes, todo de piés a cabeza está arma-
do de unas conchas, que á. modo de. las arma-
duras antiguas de los Soldados , cubren todo el
armadillo. Abundan en sumo grado, y no tienen
mas armas , ni defensa, que meterse en las hu-
roneras Ó cuevas, que hacen al modo de los co:
nejos , de donde salen á comer grama y heno:
cada mes paren quatro hijos , y así abundan
quanto no es decible : el sabor es el mismo pun<
tualmente , que el. de un lechoncillo: tierno : el
modo de cogerlos , para los que llevan perros, es
fácil , porque estos los cojen ántes que se encue-
ven3 pero una vez metidos en sus cuevas , €es
muy arriesgado meter la mano dentro de ellas
e
o HISTORIA: NATURAL. 263
para sacarlos 3 porque abundan allí las culebras,
que huyendo del calor, se meten en las cuevas. Por
esta causa , suceden muchas desgracias, especial.
mente en las Naciones andantes , que ya dixe , de
Guajivas y Cbiricóas , á quienes los armadillos
hacen la mayor parte del costo: de manera que
no hay Capitanía de aquellos Indios , que no ten-
ga quarenta Ó cinquenta mancos y COxos), por-
que son tan bárbaros , que si al sacar el arma-
dillo , le pica en úna mano la culebra , luego se
la cortan los Otros; y si está solo , él mismo
se la corta de: un macanazo; y sin reparo se
cortan el brazo 'ó el pié, si picó la culebra en
semejantes partes, pues no ha llegado á su no-
ticia Otro remedio. El último ¡artículo ó hueso
de la cola del armadillo y, se ha. experimentado
ser. remedio eficáz para el dolor de los oidos; de
modo , que puesta aquella extremidad ó hueso,
en que termina la cola , dentro del oido , se so-
siegan los latidos que da , poco á poco , hasta qui-
tarse del todo. i
La mayor, parte de los armadillos , con meter
la cabeza» y parte del cuerpo en su cueva , ya
se dan por seguros ; y á la verdad lo están, si
no se sabe la traza de pillarles. Llega el Indio,
y coge al armadillo de la cola , que es larga; abre
él sus conchas , y las ajusta tan apretadamente
contra todas las partes de su angosta cueva , que
ántes se queda el Indio con la cola en las ma-
nos , (como sucede ,) que poderle sacar. ¿ Pues
qué remedio ? Coge el Cazador un palo ,.ó la
extremidad. de su arco »,le hace cosquillas con
él, y al instante recege todas sus conchas , y
se dexa coger. | ESO
No
264 EL ORINOCO' ILUSTRADO,
“No hay «menor abundancia de hbiguánas en tos
dós los Paises de tierra caliente. Son las higuá-
nas unos feísimos lagartos, de color entre ver=
de y amarillo , que se mantienen de hojas de:
árboles ; y tambien viven .en el rio como en tiers
ra : están reputadas por una de: las comidas mas
regaladas , y. hay tantas en el Orinoco, y en
todos los rios que á él corren , que los Indios
bogadores , miéntras unos dan fondo á-.la em-
barcacion, y Otros previenen leña y fuego , los
restantes en media hora recogen cien higuánas,
para su cena y almuerzo. ¡No quiero oponerme
al buen gusto de los que por ellas gastan su di
nero; lo que yo sé de mí es , que por no co-
merlas , he pasado pacificamente sin comer , ni
cenar , teniendo á la vista abundancia de ellas;
porque dexada aparte su figura , que es horren-
da, tengo hecha la experiencia , que así como las
culebras, metiéndoles tabaco mascado' en la bo-
ca, que abren al apretarles el pescuezo con
un palo , mueren ; asi tambien , en metiéndoles
tabaco en la B6ca! alas! -higuánas: , -mueren-lue-
go; de que infiero la- uniformidad de unas y
otras entre sí. Lo apreciable de las higuánas y es
una piedra , que se halla en ellas, tan blanca co-
mo una cal viva , y fina : estas piedras de las
quales las mayores pisan una «onza , se agen-
cian , y se buscan con ansia y: porque la 'expe-
riencia ha'enseñado ser específico singular para que
corra la orina 5; tomándose - sus pS en agua
tibia , y en cantidad corta.
Algunos de aquellos territorios abundan en
úna especie de tortugas- terrestres, que" lláman
¿icotéas y y tambien smorrocóyes 5 las' quales ño $e
acer-
HistorIA' NATURAL. 265.
acercan al agua ,. y su concha: está matizada. de
amarillo , encarnado , blanco y pardo. ¡Estas tor-
tugas son muy fáciles de coger , porque es muy
tardo su paso; y quando el Sol las fatiga, si
hallan una cueva , se amontonan en ella mu-
chas , y los que van en su busca en los llanos
de Caracas ) suelen de una sola cueva sacar
ocho , y á veces diez cargas de ellas. Causa: ad-
miracion el ver, que multipliquen tanto, sien=-
do un animal tan impróvido , que no esconde
los huevos como las demás especies de tortugas;
pues así como va caminando ) suelta acá un huevo
otro acullá , sin cuidar mas de ellos, y.con to-
do multiplican tanto como llevo dicho. En las
entrañas de estos animales no se halla calor al-
guno: yo los he abierto vivos, y ni en el co-
razon , ni.en su estómago, ni en parte alguna,
les he hallado calor. ¿Quién fomenta su nutri-
cion ? aa YN |
No es para dexar en silencio la singularísi-
ma providencia cen que el Criador del Univer-
so preparó agua fresca y saludable en estos di-
atadísimos llanos, en donde , quanta abunda y
sobra en seis meses del año , tanta falta. y se
echa ménos en los otros seis meses. Nacen en
aquellas inmensas llanuras , de distancia en dis-
tancia , tres Ó quatro árboles juntos, rodeados
de maleza , en los baxíos donde se mantiene
mas la humedad ; los quales con su sombra sir-
ven de grande alivio á los: caminantes , sufoca-
dos con los rigores del Sol; y suele mantenerse
junto a ellos algun charco de agua , de ordina-
rio corrupta , llena de insectos , y cubierra de
lama verde , adonde recurren los tigres , serpien-
Ll 18S,
266 Ex ORINOCO ILUSTRADO»,
tes , y Otras bestias fieras 4 beber. Esta agua ya.
se ve que nó conviene beberla ; pero el que no.
sabe el secreto , que voy a descubrir , obligado
de la sed rabiosa , la cuela por un pañuelo , cierra
los ojos , tápase las narices y bebe, como á los
principios me sueedió á míz y para que no suce-
da á Otros voy á descubrir un maravilloso ma-
nantial. Es el caso, que en estos bosquecillos na-
cen unos arbolitos que llaman bejucos , parecidos al
tronco de las parras ) que suben , enredándose
hasta las copas de los álamos; y suelen llegar á
ser del grueso de un brazo , y tan tiernos que
de un golpe de machete se cortan: ellos están
llenos de arriba á baxo de agua cristalina , pu-
rísima , fresca, y muy sana: si hay vasijas pa-
ra recogerla , se corta el tronco junto al suelo,
y se llenan; pero si acontece , que el sombrero
ha de servir de alcarraza , se corta un pedazo
por la parte superior , y se llena un sombrero;
luego otro pedazo mas abaxo , y se llena otro
sombrero; y asi de los demás miéntras hay tron-
co y se busca agua. Esta noticia , que servirá
mucho á los Padres Misioneros , y á otros viajan-
tes, no puede dexar de excitar á todos á engran-
decer y alabar las providencias del Altísimo.
En la Historia General de todo el Mundo de
Mr. Salmon (a), hallo 5 que ha dispuesto el Señor el
9 | mis-
ta) Tom. 2.cap. 9 pag. 226.
Vié ancora una spezie di can-
ne , dette dagli Spasnuol beju-
£o', che tagliate danno acque in
abiondanza , molto buona á be-
re; e ditali canne sono provisti
¡Monti dov” é scarsezza d'ae-
qua ; per lo piu queste vanno
serpendo, aguisa di edera , per
gli alberi fino alla sommitá;
benche alcune si trovino dirit-
te, € grosse. 34484
: HlisTORIA NATURAL. 261
mismo socorro en un bejuco de las mismas se-
Mas y circunstancias en las Islas Filipinas. Pero
volvamos al asunto del Capítulo, de que nos des»
vió una digresion tan importante.
Críase tambien en aquellos territorios el oso
hormiguero , que es el mejor bocado , especial-
mente para los Indios Morcotes: es del tamaño
de un perro de agua grande , peludo ) y su co-
da tan grande , y de cerdas tan largas y que
alargando la extremidad de ella hasta encima de
su cabeza , cubre y defiende todo el cuerpo del
Sol, y de los aguaceros : sus piés y manos re-
matan cada una en tres uñas curvas , y tan te-
naces , que si el tigre, al dar el salto sobre él,
se descuida, y le da algun corto tiempo para
recivirle entre sus brazos; es tan apretado el abra-
zo que le da , y fixa en su cuerpo tan tenaz-
mente las uñas , que allí perecen ambos. Yo ha-
llé sobre «el peñon del .Orinoco , llamado Marji-
maróta , aferrados un: Oso mediano con una
águila , ambos muertos y secos al rigor del Sol,
En otra ocasion , yendo con bastante comitiva,
dimos con uno de estos osos : ocho ó diez per-
ros , que iban con nosotros , le acometiéron con
brio ; pero el oso no se apuró : sentóse y
abiertos ambos brazos en forma de cruz , hizo
eara á todos , sin que nadie se atreviese á to-
carle un pelo de su cuerpo : lo extraño de es-
te animal es la cabeza y boca , porque de su
cabeza , que no es grande, le sale una trompa
de media vara , Ó de tres quartas quando ya
es mayor , y en la punta de aquella tiene un
agugerito redondo , que no podrá entrar por él
la punta del dedo ¡pegueño¿ Pues qué come , me
di-
268 EL Orinoco ILUSTRADO) SL
dirán , Ó de que se mantiene ? Digo , que:se va de
hormiguero en hormiguero , y por la puerta por
donde salen y entran las hormigas , introduce
lalengua , tan larga como la trompa, en que la
tenia recogida: las hormigas se enojan, y muer-
-den fuertemente aquella lengua , todas quantas
hallzn blanco en que cebarse 5 y quando ya el
oso «siente la lengua llena , la rétira para:den-
tro ).y luego. la vuelve á sacar limpia , y pro-
sigue su pesquería de hormigas», hasta saciar su
hambre; y ésta es la causa porque se llama oso
hormiguero : y causa. admiracion quanto engor=
dan: estos animales con un mantenimiento tan dé=
bil al parecer ' > a
Pero el que ve , que al salir las hormigas
con alas á volar para su ruina , engordar tam=-
bien los Indios de aquellos «Paises , por las; mu=
chas: hormigas que comen 5 no extraña que los
osos engorden' con ellas , 'ántes que crien alas:
a las primeras aguas , que despues de .quatro,
y a veces seis meses de continua sequedad , caen
ya por el Abril , ya por el Mayo, son innumerables
los enxambres de hormigas , que ufanas con: la
novedad de verse: con alas y: salen 4 volar; pero
muy presto caen, fatigadas de su mismo. peso,
w no pueden levantar segunda vez el vuelo: son
de tamaño extraordinario; de modo , que antes
de. criar alas, miéntras se ocupan en forragear,
cada: hormiga de “aquellas cargan un grano de
maiz ,y mo: obstante este' peso , camina digera-
mente: quando llegan á criar alas, son un tan-
to mayores , y de la cintura para abajo no con-
tienen Otra: cosa ,' que manteca 3-tanto , que par-
tida aquella mitad 5.:y junta: ya competente. canti
170 dad
Ne
- HISTORIA: NATURAL. ' 269
dad , las ponen A freir, en. sartenes, y de ellas
mismas sale la: grasa suficiente «para - freirse ; y
los que gustan de este regalo me han asegura=
do , que equivale a una fritada de chicharrones
del mejor lechon. No lo he querido creer, ni
experimentar; pero a la verdad , aquí es quan-
do se vengan los Indios de los gravisimos da-
ños, que todo el. año. reciben de las hormigas.
Salen éstas de noche ,de sus grandes hormigue-
ros, que abundan en: todas partes , y dan so-
bre la sementera del maiz tierno 5 cargan con
todas las hojas verdes ¿y el. maiz no crece mas,
mi sirve: otras noches: cargan sobre los plantíos
de la. yuca , y quitan las hojas de sus ramas, y
he aquí: perdido todo el trabajo del pobre Índio,
porque el diente maligno de las hormigas , quan-
tas plantas ' pela , tantas seca, aunque sean ma-
ranjos. Ó arbóledas de cacao: en éstas es impon-
derable el daño que hacen , por mas que los In-
dios cavan, queman y echan caños de agua SO»
bre los hormigueros ; pues aunque con estas dis
digencias muchas mueren, como es inmenso su
número, siempre hay que) trabajar , y siempre
sobran hormigas para: causar graves daños. An-
tes de pasar á otra cosa, diré la plaga malig-
_na de hormigas de palo santo, de que están n=
festadas todas las tierras ) que llamamos calien-
tes; esto es y. adonde no llega el MLERto de los
Mes nevados: |
En todos los. sitios anegadizos. , así en las
selvas y bosques , como en las campañas lim.
pias, crece el arbol llamado palo santo , que tal vez
le habrán puesto este nombre , porque lleno to-
do: sú interior de :hormigas'.malignas, , y ponzo-
y ño-
270 Ex ORINOCO ILUSTRADO)»
ñosas y él no se da por entendido , ántes pare=
ce que hace gala de que le estén royendo- contí=
nuamente su corazon ; siendo así que no hay
árbol que le iguale , ni en lo derecho y alto
del tronco , ni en lo coposo y bien poblado
de la copa , la que corona , no con solas flo=
res , sino con ramilletes de flores , tantos , quan-
tos son los retoños con que reverdece 3 y entre
tanto abriga en su seno unas hormigas peque-
ñas y de color rubio, que en llegando a picar
una en la mano , dexa una ardiente y rabiosa
comezon para todo el dia; y si sucede , como es
muy freqiiente ,que lleguen á picar, ocho ó diez
de ellas, a mas de la comezon intolerable , cau=
san veinte y quatro horas de calentura : trabajo
muy ordinario para los pobres forasteros , que
por no saber lo que aquellos árboles ocultan,
se sientan á su sombra , echan la mano para
“Gortar una vara ,óÓ al dar un salto, se afirman
en alguno de aquellos troncos : ni es menester
tanto; pues basta para recibir esta «pesada pla-
ga y tocar de paso alguna rama del palo santo , Ó
con el sombrero ,Ó con alguna parte de la
ropa , luego siente las mordeduras de las hor-
migas que prontas para el daño se le pe-
páron. Yo creo que ellas solo se mantienen del
xugo de aquel árbol, porque no se apartan de
éél para buscar comida , como se ve en otras
hormigas: lo mas que se llegan 4 apartar de
él ,ies hasta tres Ó quatro pasos ; y son de
tal malignidad sus piés, que en todo aquel con:
torno que pisan , no mace una yerba , mi chica
mi grande; y esta misma limpieza , que es avi-
so .para los que «saben «la causa , es lazo. pa=
raá=
HisToRIA NATURAL. 274
ra que el pasagero que no lo sabe se siente pa-=
ra ser mordido , en lugar del descanso que bus-
ca.
Pero volvamos á registrar otros animales ra-
ros , que encuentran y matan los Indios , entre
los quales aprecian mucho á los ¿rabúbos. Son és-
tos del tamaño de una oveja ; pero en la cerda
y trompa son muy parecidos á los cebones, y en
el sabor de sus carnes se les parecen bastantemen-
te: viven ya en el agua , ya en tierra; y en una
y otra parte están como en su centro: abundan
mucho , y salen á manadas á destrozar y comer-
se las sementeras 5; por lo que, y para lograr su
carne , los persiguen mucho los Indios.
Las faras, á quienes los Indios llaman ravá-
de, no las persiguen para comer , porque tienen
un olor muy fastidioso; sino porque les hacen
notable daño en los platanales , papayos y Otras
frutas. Son éstos animales nocturnos , y muy di-
ficiles de hallar de dia: tienen las hembras dupli-
cado el pellejo del pecho, despegado uno del
Otro , y rajado por medio, de alto á baxo, el
cuero exterior; de modo; que tiene sus concavida-
des ya :á uno ya a otro lado, y en ella mete sus
quatro hijos luego que pare: alli toman los pezones
de los pechos de su madre, y crecen sin salir , has-
ta que pueden caminar por sus piés , que es cosa
bien irregular , y á la verdad digna de celebrarse.
En Arauca , Apure, Duya , Cravo y otros mu-
chos rios que baxan al Orinoco , hay gran mul-
titud de lobos, Ó perros de agua , del tamaño de un
perro podenco: hay uutrias5 pero la sutileza , y
suavidad del pelo de los lobos de agua , á quie-
nes los Indios llaman guachi , excede mucho al de
las
272 EL Orinoco ILUSTRADO»
las nutrias y y aun al suave contacto de la seda:
nadan coh gran ligereza , y se mantienen del pes-
cado : viven igualmente. en el agua , y en tierra,
aunque para comer siempre salen del rio , y pa.
ra sus crias Cavan cuevas en las barrancas , don=
de las hembras crian los cachorros á'sus pechos: no
hacen las cuevas en sitios apartados, sino en unas
como agregaciones , donde concurren gran nú=
mero de ellos á vivir, á comer , y á divertirse ju=
gando y corriendo. He visto y observado con
curiosidad sus madrigueras , y causa armonía ver
la limpieza con que están: no se halla una yerba
en todo aquel contorno: los huesos del pescado
que comen , todos los amontonan aparte 5; y á pus
ro jugar y retozar , ds tierra al rio, y del rio
para fuera , tienen caminos notablemente anchos
y limpios. ¿ii
Concluiré este Capítulo con el animalejo mas
hermoso, y mas detestable de quantos he visto
hasta ahora. Entre los blancos de la América: se
llama mapurito, y los Indios le llaman mafutili=
quí: es como un gozquecillo de los mas aseados,
que crian las Señoras en sus palacios: todo su
cuerpecillo jaspeado de blanco y negro; su'co-
la proporcionada , hermosa, y muy poblada de
pelos largos ; vivísimo y travieso en su modo de
andar; y atrevido sobre manera: no huye , ni tie-
ne miedo , á fiera , ni á animal alguno , por bravo
que sea; porque tiene confianza , y mucha'satis-
faccion de las armas con que se defiende , cón
las quales me he visto miserablemente sufocado»
y Casi fuera de juicio: y. es el caso, que si el
dicho mapurito ve venir contra sí algun tigre,
hombre, ó algun animal , sea el que se e
e
HistorIA NATURAL. 273
le espera cara á cara; y luego que ve á su ene-
migo á tiro proporcionado , le vuelve las espal-
das, y le dispara tal ventosidad , y tan pestitera,
que cae aturdido , sea hombre , sea tigre ó leon
el que le seguia, y ha menester mucho tiempo pa-
ra volver en sí: entre tanto prosigue el mapurí.
to su camino á su paso natural , muy seguro de
que el que queda batallando , é inficionado , no
está ya para seguirle, ni perseguirle. Despues de
todo esto, los Indios, 4 gran distancia los fle-
chan, y ya muertos, con notable tiento los abren,
les sacan las tripas, sin romper ninguna , comen
la carne , que equivale á la de un conejo , y guar-
dan el pellejo , con mucho aprecio , entre las alha-
jas de su mayor adorno y estimacion; y á la
verdad el cuero es suave al tacto , hermoso á la
vista , y sin mal olor. Pero dexemos estas curiosix.
dades de los animales , para reir y llorar otras em
los Indios , y en otras Gentes.
CAPITULO XXIIL
Turbacion , llantos , azotes y otros efectos Y 4=
ros , que causa el eclipse de lu Luna en
aquellos Grentiles.
Da extraño modo de concebir de aquellas Na-
ciones , un mal gravísimo en el eclipse de la Lu-
na, nacen como aborto de su ignorancia, de-
mostraciones llenas de pavor y espanto : los de
una Nacion se persuaden , que la Luna enferma
de muerte, y se acaba á toda priesa : otros creen,
que se'ha enojado con ellos, y que se retira al-
Tom. IT. Mm rá-
274 EL Orixoco ILUSTRADO»
rada para no alumbrarlos mas; y cada una de
aquellas Gentes ciegas , deseosa de la luz de la
Luna, prorumpe en diligencias , llenas de desa-
tinos. No dudo , que quando se les eclipsa el Sol,
harán semejantes, ó mayores demostraciones; pe-
ro no me he hallado entre los tales Gentiles en
tiempo de estos eclipses; y así, no tengo que
decir acerca de lo que sucede en tiempo de los
eclipses del Sol: voy ya al caso propuesto de los
eclipses de la Luna, en que me he visto muchas
veces, y en algunas no sin sobresalto. |
Bien ageno de todas sus tropelías me hallaba
entre las Naciones Loláca y Atabáca , quando
á cosa de las diez de la noche levantáron tal gri-
tería, y llanto descompasado ) que me persuadí
haberse puesto en batalla cruda , una ú otra
Nacion. Salí asustado , y hallé á casi todos los
hombres juntos gritando , y á las mugerés corrien=
do y llorando , cada qual con su tizon en las
manos , para esconderle entre la arena, ó entre
la tierra. ¿Qué alboroto es éste? pregunté á uno
de los Capitanes. ¿ Dayque teo cejo ajó rijubican-
to? ¿ No vés , dijo Él, como se nos muere la Lu-
na? ¿ Y las mugeres adonde van cormendo 2 Fy-
iuit nanaabica , rijubiri afocá. Van , dixo, á en-
terrar y guardar tizones de fuego; porque si la
Luna muere, todo el fuego muere con eila, mé-
nos el que se esconde de su vista. ¿ Y quándo,
repliqué yo, habeis visto morir la Luna, y al fue-
go con ella 2 No hemos visto ni uno ni Otro: , res»
pondiéron , pero así nos lo han contado nues-
tros mayores, y ellos muy bien lo sabrian. En-
tretanto se fuéron juntando todos , chicos y gran-
des , y les pregunté ¿ si habian hallado fuego algu=
ml) | na
HisTORIA NATURAL. 275
na vez en aquellos tizones que escondian? Res-
pondiéron que no: luego es en vano la diligen-
cia de esconder fuego; porque la misma tierra y
arena con que le tapais , le sufoca y mata. No,
Padre , dixéron , porque la Luna se alienta , y
vive , movida de nuestras lágrimas: por eso el fue-
go escondido muere ; pero si la Luna se muriera,
el fuego escondido quedára vivo.
Así deliran aquellas Gentes : ni hay asunto
tan arduo , como querer quitar un error deri-
vado de padres á hijos entre gente incapáz. No
obstante saqué un espejo , una vela encendida,
y una naranja , y llamando á los principales , les
expliqué , con los términos mas groseros que
pude hallar , como la privacion de luz de la Lu-
na no era por enfermedad , porque ella no es
cosa viva, sino porque no tiene otra luz , sino
la que recibe del Sol , poca ó mucha , segun
el aspecto con que el Sol la mira 5; y que lle-
gándose á interponer el Orbe Terráqueo entre
el Sol y la Luna, durante el tiempo de la in=
terposicion , no recibia luz, si era total : y re-
cibia poca luz, si era interposición parcial. Es- '
to mismo les hice ver con la demostracion de
la vela , y su luz reflexa del espejo , interpo-
niendo la naranja entre la luz de la vela , y
la del espejo. Percibiéron algunos de los prin-
cipales la explicacion, y dándose grandes palma-
das en los muslos , gastáron mucho tiempo en
explicar á sus gentes la causa del eclipse , con
tan buen éxito , que en adelante no hubo lágri-
mas , ni gritos , ni ceremonia alguna en los eclip-
ses que se siguiéron.
No es ponderable el gusto y atencion con
que
276 Ex Orixoco ILUSTRADO,
que aquellas Naciones atienden quando se les ha-
bla del movimiento del Sol ) Luna y Estrellas,
ó de la extension de la Tierra , Mares y Na=
ciones; porque como están en una suma igno=
rancia de todo , y piensan que todo el Mun-
do se reduce a sus tierras , y a las de aquellas
pocas Naciones circunvecinas , de que tienen al-
guna noticia , les causa notable gusto saber aque:
llo , que jamás habian imaginado ; y como de
estas conversaciones de las criaturas , luego se
pasa á tratar del Criador de ellas , se les va em-=
bebiendo insensiblemente , y con gusto el €eo-
nocimiento del Criador de todo ; y éste es el
medio por donde los Misioneros mejor captan
la atencion de aquellos Bárbaros. y
Por otra parte , conviene que el Misionero
expligue muy de espacio el viage que ha he-
cho desde Europa hasta sus tierras , 4 fin de
enseñarles el camino del Cielo; porque como ellos
tienen un amor tan bestial á sus Paises , que
casi se puede llamar querencia , que es la que
las bestias tienen á los exidos de su pasto; les
causa mucha armonía , que el Misionero , solo
por cuidarlos , y enseñarles , haya dexado su
Patria y parientes ) y haya caminado tanto. Di-
go esto, porque en circunstancias , en que al-
gunos Pueblos recien agregados de los bosques,
ya por instigacion de los ancianos , ya por la.
del Deronio , estaban mal contentos ) y deseo-
sos de volverse a su Egipto, ful repetidas veces
á otr á escondidas Sus CONVersaciones ) y en mu-
chas de ellas oi esta réplica : ,, ¿ Cómo: noso-
3, tros podemos dexar al Padre que por nuestro
,, bien ha dexado a sus paricntes?¿ Y qué mu-
y 95 cho
a Je
HISTORIA NATURAL. 2287
*3).cho nos apartemos pocas millas de nuestra tier-
9) Ta , quando el Padre por nosotros se ha alexado
¿3 tanto de la suya * “ Estas razones , tengo expe-
riencia , que les hacen gravísima fuerza , y que
producen muy buenos efectos.
Mas pesadamente , que los Atabácas , llevan
dos Indios Salivas el eclipse de la Luna; y así
hacen y prorumpen en demostraciones de mayor
«sentimiento. En «el año de 4735: creí, que a las
«nueve de ¿la noche nos habian asaltado los bár-
baros Caribes , como lo acostumbran ; tal era
€l estrépito de armas , toque de su formidable
tambor y gritería. Salí , y hallé a todos los In-
dios de armas puestos en filas , presentándolas 4
la Luna , ofreciéndole su valor y esfuerzo , y
rogándola , que no: se retirase. Los jóvenes de
quince hasta veinte años , estaban en dos filas
aparte , y algunos viejos con látigos , azotándo-
los crudamente por sus turnos ; y finalmente las
mugeres , hechas un mar de lágrimas , llora-
ban la próxima *etirada , y ausencia fatal de la
Luna. No eran circunstancias aquellas , que daban
lugar a consuelo; solo recibian con gusto la notic:a,
de que por aquella vez era cierto , que la Lu-
na no se habia de ausentar; con la protesta , de
que ántes de hora y media la verian otra vez
llena y elegre , como sucedió , quedando to-
dos muy contentos. No pude averiguar de raiz
la idea que aquella Nacion se finge : solo llegué
á entender , que suponen», que la Luna tiene
enemigos , por cuyo miedo se quiere retirar , pa»
ra ir a lucir, ya alúmbrar a otras Gentes. De
este error nace su congoja > y las ofertas, de
que pelearán á su favor; y así > que no tema
ni se vaya, ce ! Cas
278 EL Orinoco ILUSTRÁDO,
Casi la misma necia (a )opinion siguiéron, y
siguen todavía los Indios, que restan aun Gen:
tiles en las Islas Filipinas: ellos, sin meterse a
indagar , y saber de donde ha salido tan fiera
bestia , dan por muy cierto que el descaecer la
luz de la Luna , ú del Sol, se origina de que
un fiero dragon tira á tragarse , ya al uno, ya
al otro Planeta: la grande falta , que ya el uno,
ya el otro les han de hacer , los acongoja, me-=
lancoliza y aturde ¿ y no hallando modo de
subir 4 socorrer a sus bienhechores , han toma-
do el arbitrio de hacer un continuo y formis
dable estrépito de caxas y tambores , para atur-
dir al dragon; y así lo creen , celebrando la vic-
toria despues del eclipse. | |
Todavía me parece mas necio y descamina=
do el albototo de la Nacion Guayána , quando
llega el caso da1 eclipse de la Luna; porque al
punto que le reconocen , echan mano de los
instrumentos que usan para cultivar sus cam=
pos ;y diciendo y haciendo , unos desmontan la
maleza , otros limpian , y Otros cavan el terreno,
y todas á una protestan a gritos : ,, Que tiene ra=
3» Zon la Luna para estar enojada con cllos , y so-
y brado motiyo para desampararlos , porque no
s le han hecho sementera , como era puesto en
y) razón; pero le ruegan , que no los dexe , por-
9) que ya le previenen campo para sembrarle
3) Maiz, yuca , plátanos Sc. Con estas demandas
y súplicas acompañan su trabajo , que es recio,
durante el eclipse; pero en quanto. la Luna re-
cobra su luz, se vuelven a sus casas, celebran-
do
(0). Mr. Salmon ¿om. 2. pag. mibi 234»
HisTORIA NATURAL. 2719
do con mucha alegría el que no se hubiese ausen-
tado : y es cosa rara el que dexan en olvido
-su trabajo , ni piensan mas en sembrar , ni
eultivar la tierra prevenida para la sementera de
la Luna, hasta que con el tiempo llega la ho-
ra de otro eclipse , y la pena y dolor de su des»
cuido , la turbacion , sobresalto ) y la nueva
aplicacion al trabajo , tan infructuoso y vano,
como los antecedentes.
« - No: sé, que se pueda hallar imágen mas vi-
wa de la infructuosa y vana penitencia , que por
quaresma emprenden los mal acostumbrados , que
solo dura miéntras oyen el peligro gravísimo en
que están , y luego se echa todo en olvido t has-
ta la quaresma siguiente , en que al oir las ver-
dades del Evangelio, entran en nuevo sObre=
salto y temor 3 pero todo sin fruto.
Mas prudencia gastan las Indias Otomácas y
que sus maridos , durante el eclipse de la Lúna:
toman estos arrebatadamente sus armas , dan car-
reras y gritos descompasados , aporréan las fle-
echas contra los arcos , en señal de indignacion,
ruegan ) piden y suplican 4 la Luna , que no
se muera; y como por mas que se apuren , ella
va menguando , y descaeciendo sensiblemente,
viendo que no se da por entendida , corren a
sus casas reprehenden agriamente á sus mugeres,
porque no se apuran , ni lloran la enfermedad de la
Euna 5 pero ellas ni aun por eso se dan por en-
tendidas 7 ni aun responden palabra á sus mari-
dos. Viendo estos que por mal, y por rigor no
consiguen cosa , mudan de estilo , y empiezan ú
rogar y suplicar a las mugeres > que clamern
y lloren", para que la Luna se aliente , y no se de»
280 EL Orinoco ILUSTRADO» i
xe morir. No hay súplicas que valgan: , y así pa-
san los Otomácos á las dádivas , que lo vencen
todo : sacan de sus alhajas , cada qual lo mejor que
tiene, y les dan á sus mugeres, unos, sartas de
cuentas de vidrio 5; Otros , collares de dientes de
. MONOS 3 y Otros , preséas semejantes : entónces
salen a saludar a la Luna, y en tono lloroso le
hacen muchas súplicas ; y como esta funcion lle-
ga ya a tiempo en que la Luna va recobrando
su luz, á poco rato que prosigan sus ruegos,
queda la Luna entera y clara, y entran los agra=
decimuentos de los Otomácos á sus mugeres 5 cus
ya voz lamentable enterneció , segun su idea,
y movió á la Luna a volver sobre sí , y no
morirse. Estos y otros tales son los partos de
aquella nativa ignorancia , bien semejantes á las des
mostraciones bárbaras , que hacen los Moros du«
rante el eclipse de la Luna, en el qual tiempo
se afligen , lloran , se arrancan los cabellos, y;
por último se enfurecen a violencias de su ne=
cio dolor y sentimiento , nacido de la falsa tra=
dicion de que la Luna está enojada ó- enferma.
Tal como éste es el genio humano , quando-le
falta cultivo , carece de la luz que dan las cien-
cias , y de la sobrenatural con que nos alum-
bra nuestra santa Fe ; y por falta de esta di
vina luz , yerran los doctos Astrólogos del .Im=
perio de la China, aunque son hombres: de no»
bles y muy cultivados ingenios , especialmen-
te en órden á la contemplación de los Ástros
-y Planetas; lo qual no obstante corren parejas,
y. tropiezan tan .groseramente como los /Moros)
y tan neciamente , como las Gentes bárbaras del
Orinoco : sobre que el Padre Nicolas Trigault y ie
sil
HistoRIA NATURAL: 284
la Compañía de Jesus ) Misionero é Historiador
antiguo del Imperio de la China (a) dice:
») El oficio de los Astrólogos de Pequín , es
3) pronosticar en todo el Reyno los eclipses
») del Sol y de la Luna , promulgando ley , que
»» los Mandarines y los Ministros de los Idolos,
3) insignes en el culto de sus oficios , se junten
3) de todas partes en cierto lugar , para socor-
», ter al planeta afligido y doliente; lo qual pien-
y) san que hacen con tocar las campanas hasta
3» Cierto número de golpes 5; arrodillándose mu-
»» Chas veces , todo el tiempo , que creen están
3» aquellos Planetas en riesgo , desmayados ó eclip-"
»» sados. Dicese , que temen no los trague no sé
3, Que serpiente en aquel tiempo.“ Hasta aqui el
citado Autor. |
Verdad es, que como la luz del Santo Evan-
gelio va desterrando de aquel Imperio las som-
bras de la idolatría ) les ha aclarado tambien los
entendimientos , para percibir mejor el curso de
los Planetas , Ó el movimiento de los Astros), y
la novedad de los fénomenos.
Deseará saber el curioso ¿si aquellos Bárbaros
tienen conocimiento de algunos Astros y Pla-
netas , fuera del Sol y la Luna ? ¿ y si tienen al-
gun cómputo para contar los meses y los años?
Respondo , que conocen á las Cabrillas , á quie-
nes llaman Ucasú , y otros Cacásau; y cada Na-
cion de aquellas les da su nombre , segun la pro-
piedad de su lengua. Por las Cabrillas compu-
tan el año ; esto es , quando al ponerse el 07 » y
es-
(a) Lib. 1. cap. 5. pag. 16.
Tom. HI. Nn
282 Ez Orinoco ILUSTRADO»
descubrirse las Etrellas , ven salir por la parte
oriental las Cabrillas , entónces empieza su año
nuevo; y. en sus tratos , suele ser el plazo de
la paga ; v. gr. Edásu ucásu farrusacáju ; que
es decir en las Cabrillas venideras , Ó de aquí
á un año te pagaré. Los meses los regulan por
las lunaciones ; v. gr. Alaquiri boteyfida , far-
rusamay 5 luego que pasen dos Lunas vendré-
mos. No tienen semanas , ni nombres para seña-
lar los dias de ellas ; pero suplen «este defecto
con industria: v. gr. se ha de ir el marido a un
viage de veinte y cinco dias, Ó se hace un tra-
to, que se ha de pagar dentro de otros tantos,
entónces el marido da un cordon a la muger con
tantos nudos ) quantos son los dias que se ha
de tardar , y el deudor da a su acreedor el mis-
mo cordon, y se queda el que da los cordo-
nes anudados con otros del mismo número de nu-
dos; y es cosa de ver, que por la mañana, la
primera diligencia que hacen , es soltar un nu-
do de aquellos sus cordones ; y esto infaliblemen-
te , así los unos ) como los otros; con que el
dia que sueltan el último , saben que se ha cum-
plido el plazo , y cada qual concurre á cumplir
su palabra; y los que no pueden pagar, dan sus
excusas » y agencian nuevo cordon , ó nuevo
plazo. |
No obstante lo dicho , casi todas aquellas Na-
ciones cuentan hasta cinco, con nombres nu-
merales correspondientes; y en llegando a cin»
CO, prosiguen diciendo: cinco y uno y. cinco y
dos €5c.5 y en lugar' de diez dicen dos cíncos , al
quince tres cincos , y al veinte quatro cincos;
pero siempre van acompañando los números que
pro-
HisTORIA NATURAL. 283
pronuncian 3 ya con el número de dedos cor-
respondiente , ya con una , ya con ambas ma-
nos, y con uno , y a veces con ambos piés ; y
es el caso , que sus números corresponden al nú-
mero de los dedos de una persona , y no mas;
v. gr. en lengua Achagua Abacáje , es cinco,
quiere decir los dedos de la mano : Juchamacáje,
es diez 5 esto es , los dedos de ambas manos: Aba-
caytacáy y es veinte; esto es , los dedos de piés
y manos: Jucbámatatacáy , es quarenta; esto es
los dedos de dos hombres: y asi van aglome-
rando hasta dos mil , seis mil , y diez mil de-
dos , con una algarabía notable , pero perceptible,
á fuerza de trabajo.
CAPITULO XXIV.
Estilos que guardan aquellos Gentiles en
sus casamientos : la poligamia,
y el repudio
tomo cada Nacion sigue sus tradiciones , tiene
tambien sus particulares usos en los casamien-
tos. Ya dixe latamente en el Capítulo décimo,
la multitud de ideas con que los Indios Gway-
quiries solemnizaban en su gentilidad los casa-
mientos : y noté allí ser cosa muy singular en-
tre los bárbaros , los quales comunmente gastan
pocas ceremonias en tales casos. No puedo in-
dividuar aquí todo lo que noté entre ellos , por
no ser molesto: apuntaré tal qual especie , de
que se podrán inferir otras semejantes , y for-
mar algun concepto del desacierto de los 2d
res).
284 EL Orinoco ILUSTRADO»
bres , que caminan sin la luz de nuestra San-
ta Fe.
En una cosa concuerdan gran número de
aquellas Naciones 5; y las restantes , aunque ao
abiertamente , adhieren en algun modo a la per-
suasion en que están aquellas , de que las hi-
jas son vendibles , y que el novio debe pagar-
las a sus padres, por el trabajo con que las han
criado ) y tambien por el afan y cuidado con
que en adelante trabajarán en útil de sus mari-
dos. Esta Opinion , que siguió Laban (a) , hacien-
do trabajar bien largamente a Jacob , por las dos
hijas que le dió , Lia y Raquél , es la segui»
da y practicada por el mayor número de las
Naciones Gentiles , de que voy tratando 5 pero
como aquella es gente de corto ánimo , y de
caudal mucho mas corto , se contentan los padres
de la novia con cosas de muy poca monta. No
las dan tan baratas en el vasto y político Im-
perio de la China , en el qual toda la gente ple-
beya y pobre, compra por su dinero las mu-
geres para casarse 5 y aunque la Nobleza no
entró en este uso , tiene otro mas costoso ;
porque ántes del casamiento envian a las novias
grandes cantidades de dinero para que compren
las alhajas y cosas que gustáren (hb). Ni esto de-
be causar armonía a los Europeos , como que
éste mas parece interés y codicia en los padres,
nos
(a) Genesis cap. 29. v. pag. 41. Y Mr. Salmon His-
20» toria de la China, lib. 1. cap.
(b) P. Trigault, Historia 9. pag. 205»
de la China , lib, 13 cap. 7.
HisTORIA NATURAL. 235
que amor á sus hijas; porque tambien los Chi-
nos y los Americanos notarán esto mismo en los
novios Europeos ) y dirán , á veces sucede , que
los novios parece, que mo tanto buscan la mu-
ger, quanto al dote que le dan sus padres. Por
otra parte , el mismo dote , que es liberalidad de
los padres, y señal del amor que tienen á sus
hijas , le pueden interpretar siniestramente aque-
llas Naciones , diciendo , que los padres de fa-
milias en Europa , por descartarse de las hijas,
como si les sirvieran en casa de mucho estorbo,
dan mucho dinero á los que las toman por mu-
geres; y así, si aquellas costumbres disuenan á
los Europeos , las nuestras han de disonar á los
Chinos y á los Indios: de que resulta este proble-
ma político: ¿Quiénes se portan mejor con sus bi»
jas , los que las venden para que sus maridos las
estimen ; 0 los que las dotan para que sus maridos
las aprecien t
Entre algunas de aquellas Gentes se usa , que
en naciendo algun niño , están observando , y es-
perando la primera niña que sale á luz , y luego se
la piden á sus padres , alegando , que deben ser
compañeros , por haber venido á este Mundo el
uno en pos del otro; y en aquel dia queda ajusta-
do el casamiento : así que el chico crece , y em-
pieza á usar el arco y flechas , todo lo que puede
haber á sus manos , lo lleva á la niña , sea pesca-
do , aves Ó frutas; tributo que reconoce y paga
hasta que á su tiempo se la dan por muger. En
otras Naciones , ántes de entregársela , deben pre-
ceder algunos méritos positivos: el primero , que
por si mismo mate un jabalí, y le trayga á casa
del
286 EL Orinoco ILUSTRADO,
del suegro , en prueba de que ya es hómbre en
forma : el segundo , ántes de casarse » debe por sí
mismo prevenir sementera , á la manera que la
previenen los hombres casados , en prueba de que
ya puede mantener familia. En otras Naciones es
mas pesada la paga ó la prueba; porque está en
uso , que á mas de prevenir su sementera y casa
nueva en que vivir , debe trabajar , y disponer la
sementera de su suegro , y hacerle una casa nue-
va , sila que tiene es ya vieja; y si es buena, en
lugar del trabajo , que habia de tener en fabri-
carla , queda obligado á disponerle sementera el
año siguiente. |
En otras Naciones no se anda con estas nimie-
dades , sino claramente , por via de contrato , se
conviene lo que el novio efectivamente debe dar
por paga de la novia ; y concluido el trato , da lo
pactado ; y si tiene edad, se la lleva; y sino, desde
entónces corre con la obligacion de buscarla que
comer. Quando el que pide la hija casadera , tie-
ne ya Otra ú Otras mugeres , se les hace muy du-
ro á los padres de la moza el consentir , y solo
á fuerza de aumentar la paga, se llega á termi-
nar el contrato. y
No sucede así en órden á las viudas que que-
dan casaderas ; pues en quanto á éstas , entre los
Caribes , las hereda el hijo mayor del difunto;
y entre los Otomácos , los Capitanes dan la viu-
da á un jóven; y entre las demás Naciones , ya
no intervienen los padres de ellas en el segundo
casamiento , sino que ellas por si se casan , se-
gun mejor les parece. |
Solo entre los Betoyes , y sus varias Capitanías
observé , que mediaban algunas palabras al tiem-
po
HisTORIA NATURAL. 287
po de entregar las novias , y eran éstas: pregun-
ta el padre de la novia al novio : ¿Fajinefá du?
¿La cuidarás? Y responde el mozo : Mam: farri-
nefá du. Muy bien la cuidaré : y sin mediar entre
los contrayentes palabra alguna de contrato , se
dan por casados á su modo ; aunque , como lue-
go diré, tienen muy pocas señas de válidos estos
contratos , sean tácitos , sean expresos. Véase á..
Herrera (a) y al Padre Trigault (b) , quien en su
Historia de la China ) dice de aquellos casamien-
tos: Los padres de ambos componen estos contra-
tos , y no piden para ello el consentimiento de los
bijos y pues estos obedecen ciegamente á sus pa-
dres ; y si esta subordinación en las niñas gentiles
excitase el enojo de las señoras , cuyas hijas eria-
das en la santa y verdadera religion christiana , se
salen , (por mano del Vicario Eclesiástico), y se ca-
san á su gusto , contra la voluntad de sus padres;
entiendan que su enojo no ha de ser contra las hi-
jas , que tal ingratitud cometiéron , sino .contra
sí mismas , que tal crianza les diéron , que tan
poco las resguardáron , y tantos paseos las permi-
tiéron ; y mas quando no son necesarios muchos;
pues Dina (c) en la primera salida halló quien la
quisiese. o ¿18 1009 O ¿obs da su
«La poligamia:, que es tener multitud de muge-
, Yes , viene de padres á hijos entre aquellos Genti-
les , como uso tan constante , que ni por pensa-
miento se les ofrece la menor duda de si será, ó
| | bd “nO
(4) Decada 6. lib. 5. ca- pag. mibi 205. Historia de la
pu China.
(bh) *Ubisupra lib. 1. cap. (oc) Ut videret, tc. Ge-
7-P8g: 45. Mr. Salmon, cap. 9. nes. CAP. 34. VEFS+ La q
288 EL Orinoco ILUSTRADOy
no será lícitó : pero generalmente hablando , sor
pocos los que tienen muchas mugeres , no por fal-
ta de voluntad , sino porque no las hallan ; ó caso
que las hallen , porque no tienen caudal para dar
la paga que piden sus padres ,óÓ no quieren obli.
garse á las pensiones que arriba apunté. Los Caci-
ques, los Capitanes, y algunos valentones , que so»
bresalen , ó en el valor, ó en la destreza y elo-
qúencia del hablar , y sus Curanderos , Médicos 6
Piaches y son los que , ó por su autoridad y valor,
Ó por sus enredos y embustes, consiguen dos ó
tres mugeres cada uno; y algunos de muy sobre=
saliente séquito , consiguen hasta ocho , y aun mas.
Pero bien observada la materia , se ve clara=
mente en ellos , que el agregar tantas mugeres,
mas nace del interes de lo que éstas trabajan , y
sudan en la labor del campo; y de la soberbia y
altivez , con que aspiran á ser tenidos por hom-
bres poderosos , y de séquito , que de otro moti-
vo ménos decente : con todo no faltan sus riñas
entre ellas ,, como se dexa entender , sin embargo
de que no viven en la casa juntas , sino cada una
en su habitacion con sus hijos ) y su hogar apar-
te , sin intervencion con la otra. El pescado que
adquiere el marido , ó por sí ,óÓ por sus domésti-
cos y vasallos , te reparte entre todas con propor-
cion , segun los hijos que cada una tiene; y en
llegando la hora de comer , le tienden en el sue-
lo la estera , que es su mesa , y cada muger le po-
ne delante su plato de vianda , su torta de cazabe
ó caizú de maiz , y se retira: coma,óÓ no coma,
nadie le habla palabra. Pasado algun espacio com-
petente , cada una saca de su tinaja Óó cántaro una
tutúma Ó medida de chicha , y se la pone delante
pa-
HrsTORIA NATURAL: 233
para que beba; y concluido esto, cada qual se re.
tira á su habitacion, á comer y beber con sus hijos,
con el qual retiro se evitan pleytos. En el campo
se observa la misma separacion; de modo , que
aquella porcion de bosque, que el marido con
los convidados desmontó para sementera , la di-
vide en tantas partes, quantas son las mugeres
que tiene , y cada una siembra , cultiva y atien-
de á su parte , sin meterse en el terreno de la
otra ; aunque es verdad , que ni aquí faltan sus
enojos , sobre si á la otra le tocó mejor terreno
Ó mas dilatado , y sobre si los hijos de aquella
hurtáron frutas de la sementera de ésta , y por
otras cosas semejantes.
Asi como en la poligamia seguian estas Gentes,
y aun siguen las que no están sujetas al Evan=
gelio , la desenfrenada costumbre de los demás
Americanos (4), en que sin duda irian ya im-
puestos los primeros pobladores , que pasáron de
éste á aquel nuevo Mundo , porque en éste era
y fué tan antiguo el tal desórde: (b) , como es
notorio 5; así imitáron la costumbre del repudio,
transportando consigo el uso , que acá estuvo des-
de tiempos tan antiguos radicado (c), que le to-
máron los Hebréos , viéndole establecido entre los
Gentiles , y despues «corrió con los siglos entre
las demás Gentes (d).
| So-
(a) Torquemada y Fray sinus lib. 5. Antig Rom capo
Gregorio García , lib. 3. cap. 238. Revaldus in Duolevim
4: $. 4» Tab. cap. 19»
(by) Aristoteles de Mirab. (d) Blondus , de Roma
auscult. fol. 535. Triumpbante , lib. S. pag. 2o
(c) García ubi supr. Ro- y 3.
Tom. 11. Oo
e?
290 EL Orinoco ILUSTRADO, |
Solo se diferencian en el modo , y en los mo-
fivos del repudio , que son varios, segun la va-
riedad de genios y costumbres de las Gentes. Los
Hebréos no podian executarlo sino en ciertas, cit-
cunstancias , y con .motivo bien: averiguado 5 y
entónces debian dar libelo de repudio (a). Mucho
menores causas requerian los Romanos , y basta-
ba que Ticia hubiera 'ido al Circo sin licencia de
Clavio, para que éste la repudiase. Finalmente,
los Indios abandonaban. sus consórtes por motivos
mucho menores , y aun sin ellos , siguiendo el
impetu de su depravado genio. como ya apun-
té(b). j E) ¿81m su
No obstante lo dicho , por lo. que mira á.sus
casamientos, dan algunas de aquellas Naciones
alguna muestra de racionalidad , no casándose con
parientas en primero , ni segundo grado de con:-
sanguinidad ; y particularmente la Gente Betóya,
en esta materia , excede á las otras Naciones ; 0b-
servando exactamente el no casarse hasta pasado
el quinto grado 5 pero otros Indios , como los Ca-
ribes y Cbiricóas , tienen muy poco, Ó casi nin-
gun reparo en ello.
En esta confusion y tinieblas halla el Operario
á los Gentiles , á quienes va á dar la luz del Evan-
gelio ; y á la verdad la poligamia y el repudio 'son
el Syla y Caribdis en que han naufragado muchos
Pueblos de Misiones » que daban no pocas esperan-
zas de fruto permanente y copioso para el Cielo:
por lo que los Misioneros , que entran de Listds
0 7 se
(a) Matth. cap. 19. vers. Ye uxores » tc.
3. Moyses ad duriciem cordis (b) Supra cap. 5. de esta
westri permisit vobis dimitte- segunda Parte.
HisToRIA NATURAL. 29%
al ministerio Apostólico , es bien que se informen
muy despacio del modo y de las reglas de pruden-
cia , que la experiencia ha enseñado á los ya versa-
dos , para proceder con acierto en tales y tales Na-
ciones, porque no es factible dar una regla gene-
ral, á causa de que así como entre sí discrepan
aquellos lenguages , son tambien muy diversos los
usos y los naturales.
El fin principal, es ganar para Dios aquellas
almas: á esto se dirigen todos los afanes y diligen-
clas : pero tenga por cierto el Operario , que per-
derá en un solo dia todo su trabajo , si ántes del
tiempo competente habla de la poligamia. Para des-
.terrar las tinieblas , envia el Sol con pausa sus pri=
meros crepúsculos , y los va aumentando , para
que últimamente , á vista del dia claro , se destier-
ren las sombras. No tienen aquellos Bárbaros luz
alguna de la eternidad: no se les ofrece , ni les
ocurre motivo alguno para irse á la mano , y re-
primir sus pasiones ; ni dexan las costumbres , que
ciegamente recibiéron de sus mayores : por lo que
no conviene empezar por la reforma de aquello,
que será gran dicha conseguir , despues de mu-
chas diligencias , qué necesarizmente deben prece-
der primero , para ganar sus voluntades , y des»
pues para ir poco á poco cultivando é ilustran-
do sus entendimientos : y así es máxima digna de
toda reflexion , creer que importa mucho en esta
ocupacion , reprimir y refrenar los buenos deseos,
para poderlos lograr á su tiempo: y aun al fati-
gado Labrador , ¿qué útil se le siguiera , si ven-
dimiára su vifia en agráz? A mas de que, miéntras
llega el tiempo oportuno , hay dilatado campo en
que explayarse , con fruto, en el cultivo de los pár-
| vu-
292 EL ORINOCO ILUSTRADO,
vulos; en la enseñanza prudente y moderada de
los adultos ) á quienes se debe dar tiempo para la
labor de sus sementeras; y en el cuidado y vigi-
lancia con los enfermos , é instruccion y bautismos
de los moribundos : diligencias , que insensible-
mente van ablandando aquellos corazones ; de
modo , que últimamente se ponen en las manos
de los Misioneros » para que les enseñen el cami-
no del Cielo ; y veis aqui ya el tiempo de la de-
eada cosecha ) y la hora oportuna para soltar la
os de stis buenos deseos , recogiendo el fru-
to á manos llenas , y no sin ternura y lágrimas,
hijas del gusto y consuelo que el Señor les co-
mUnNICca. |
CA-
HisToRIA NATURAL. 293
CAPITULO XXV.
Pregúntase , si se aumenta ó disminuye el
número de los Indios , haciendo el corejo del
tiempo en que eran Gentiles , con el de
ahora , en los que ya son
Christianos.
Mo, universal es la pregunta; y aunque solo
me tocaba , segun mi asunto , responder acerca de
las Naciones del Orinoco y sus vertientes , Con
todo , para que Mr. Noblot y otros Autores, vean
que no es tan fiero el leon, como le pintan , ni
tan duros y crueles los Españoles , como los han
dibuxado , en órden á los Americanos , extenderé
mi respuesta á los Indios de ambas Américas , Ma-
rianas y Filipinas.
Por lo que mira á las Naciones de que he veni-
do tratando , basta traer á la memoria las tres cau-=
sas principales , y las otras accesorias , que apun-
té en el Capítulo séptimo de esta segunda Parte,
para inferir luego con toda evidencia su notable
aumento , despues que reciben el Santo Bautismo:
porque con la luz de la gracia cesan las guerras,
los venenos , el uso de comer'carne humana , y el
abuso infernal de enterrar las hembritas párvulas,
uno de los dos mellizos ) y todos los que na-
cen con alguna imperfeccion ó defecto : y por
lo que mira á otros Reynos de la América , ce-
só tambien el uso inhumano de sacrificar hombres
a los Idolos: todos renglones considerables , Ane
| a
»
294 EL 'Or1NOCO ILUSTRADO,
al paso que eran ruina de los Indios , en su Gen-
tilidad , precisamente su abandono total ha de ser
raiz de notable aumento , en los que son Chris-
ttianos. Esto , que por legitima ilacion se infiere,
es lo mismo que tocamos con las manos , y ex-
perimentamos en nuestras Misiones , no solo' en
mi Provincia , sino tambien en las otras que te-
nemos en la América y Filipinas , como lo po-
drá ver el curioso en sus Historias; y yo lo ten-
go visto en ellas , y oido de boca de los PP. Pro-
curadores Generales de dichas Provincias , á quie-
nes he tratado aquí , y en Cartagena de Indias , y
traté tambien con los de la Provincia del Brasil:
de modo , que , á excepcion de los Indios Maria-
nos , despues de instruidos y bautizados los Genti-
les , es notable el aumento que en ellos se reco=
noce en pocos años 3 porque , á mas de cesar ya los
referidos abusos , faltan , y se destierran Otros,
que son opuestos á la procreación y aumento : ce-
sa la poligamia y multitud de mugeres , que si no
las esteriliza á ellas, destruye , acaba é inhabilita
á los varones: cesa la necedad que tenian de ca-
sar á sus hijas ántes del tiempo oportuno , de que
en muchas de ellas se seguian graves daños , y en-
tre ellos el esterilizarse muchas: y en fin, cesa el
uso sangriento de la circuncisión , de que ya hablé
arriba , de la qual morian muchas criaturas ; y fal=
tando estas tres , y las otras cinco causas de dimi= :
nucion arriba dichas , en órden al aumento , hay
la misma diferencia que vemos en un rio , quando
le sacan ocho acequias de agua , Ó quando echa-
das las compuertas , la dexan correr toda , sin qui-
tarle gota: ya se ve quan notable y evidente es la
diferencia en dicho rio; pues la misma se recono-
ce
HISTORIA NATURAL» 295
ce en las familias de Indios , quando se han re-
ducido á la santa Fe , respecto de ellas mismas,
quando eran bárbaras , gentiles y agrestes.
Supuesto lo dicho, como indubitable , exten-
damos ya la vista á todos los Indios en comun,
en el tiempo de su Gentilidad , y al conjunto de
todos los que se han reducido al gremio de la
Santa Iglesia. Todos convenimos y concedemos,
que cotejando un número con otro, aquel con-
junto de Indios que se domesticó en las prime-
ras Conquistas, es mayor que el que ahora se
reconoce entre ellos mismos , (exceptuando siem-
pre á los Indios Filipinos, y á otras Naciones,
que desde su primera pacificación hasta hoy han
ido y van á mas, >) y de dicho cotejo , infieren
muchos Autores Extrangeros , como una Cconse-
qúencia , á su parecer innegable : luego esta di-
minucion es efecto de la crueldad Española. Niego la
conseqúencia: ni se infiere; porque hay otras mu-
chas raices, que naturalmente fuéron causando
«la diminucion decantada , que no es tanta , como
se pondera.
Excelentemente habla en este punto , como
en todos los demás de su apreciable Obra , Don
Bernardo de Uiloa (a); y basta la fuerza y ner-
vio de sus razones para capacitar , y poner en
silencio los ánimos mas apasionados , á quienes
perturba la vista , la heroycidad y esplendor de las
hazañas Españolas. Ya tenia principiado este Ca-
pitulo , quando llegó á mis manos la segunda Par-
te de dicha Obra ; y aunque ya empezado ;
me incliné á omitirlo todo; sin embargo , con li-
"s cen-
(a) Part. 2. del Comercio Español, c.21 y 22 áfoj. 216»
296 EL ORINOCO ILUSTRADO»,
cencia y beneplácito de tan sutíl y acertada plu-
ma , que en breves cláusulas recopiló toda la subs.
tancia , proseguiré , con novedad , en algunas no-
ticias accesorias,
Las causas que señalan los Extrangeros), y
en una Í Otra concuerdan algunos Autores Espa-
fñoles , para la diminucion de los Americanos , son:
Primera y los muchos que pereciéron en las pri-
meras conquistas: Segunda , el trabajo personal
que se les impuso , especialmente en las minas:
Tercera , las enfermedades , que ántes , ni habian
padecido y ni conocido : Quarta , los tributos y
cargas con que imaginan oprimidos á los Indios
antepasados , y á los presentes : pero ántes de res-
ponder á cada una de por sí , niego redondamens
te, que sea la merma de los Indios Americanos
tanta , quanta se pondera. De México dice Mr.
Noblot , que parece un despoblado y cotejado con
lo que era ántes. Infórmese mejor, y hallará casi.
innumerables Indios Mexicanos , porque es noto-
ria la multitud grande de Poblaciones que hay
en toda la Nueva España , así de Indios Otomi=
tas, como de Mexicanos , que los sujetáron en
aquella su invasion general: y es cierto , que la
Alcaldía sola de San Miguel el Grande consta
de ochenta mil Indios : siendo así que no es sola
la que contiene éste , Ó casi igual número: y son
muchas las Alcaldías Ó Corregimientos que con-
tienen quarenta mil de ellos, y de este número
para abaxo muchas mas.
Á mas de que, se debia , y debe tener presen.
te lo que advierte Herrera (a); y es, que aquel
| nue-
(a) Decad. 1, lib. 1. cap. 5 fol 8. y 9
HisToRIA NATURAL» 297
Nuevo Mundo se halló ménos poblado que és-
te , porque ya éste estaba poblado , quando
de sus sobras se empezó á poblar aquel. Y aña-
de , que los Reyes de México enviaban gentes
para ir poblando las costas y Otras tierras desier-
tas. ¿Pues dónde está el nuevo desierto , y el
nuevo despoblado que se idean 2 Lo dicho de
México , se debe decir , con proporcion, del Pe-
rú , de Tierra-Firme , y del nuevo Reyno. Vuel-
vo á conceder la decadencia de Indios en los tres
Virreynatos , y en el Perú y Tierra-Firme , mas
palpable y mayor; lo qual es cierto en órden á
los Pueblos antiguos de dichos Reynos. Pero pón»
gase la vista y la atencion , no digo en todas las
Apostólicas Misiones , que cultivan las Sagradas
Religiones en las fronteras de los Gentiles , con
abundante y copioso útil de sus fatigas , en la
conversion de aquellos Bárbaros 5; sino solo en
las Gentes bárbaras, que han domesticado y do-
mestican , enseñan y bautizan los Operarios de
la Compañía de Jesus , mi Madre , en las siete
Provincias que florecen en las Indias Occidenta-
les ; y á buen seguro , que cotejado este solo ren-
glon de aumento, con aquella tan ponderada di-
minucion , sino por entero , quedará ésta compen-
sada en parte muy considerable ; porque sola la
Provincia , verdaderamente Apostólica de la Nue-
va España , tiene ocupados con los Neófitos , con
los Catecúmenos , y con los Gentiles de sus vastas
Misiones , ciento y quarenta y quatro Sacerdotes,
con tanto peso de ocupaciones , que actualmen-
te claman con repetidas instancias , por mas Com.
pañeros , que les ayuden á tirar la red Evangé-
lica ; porque , con ser tantos , no pueden sufrir
Tom. 11. Pp tan-
%
298 Ez OkriNoco ILUSTRADO)
tanto peso; y tienen mucha razon , porque está
al cargo de sus sudores el cultivo y enseñanza
de mas de quatrocientas y veinte numerosas Po-
blaciones , con mas de quinientas mil almas en
ellas , en los remotos Partidos de Cinalóa , To-
pia, Nayari ¿ Californias , Sonora antigua €Sc.
y en la nueva Sonóra , campo reciente , en que
se recogen á millares los Gentiles , singularmente
mansos y dóciles.
Acabo de ver la lista de los Neófitos y Cate-
cúmenos , que la Compañía de Jesus tiene á su
cargo en las Misiones de Filipinas , no ménos glo-
riosas , que remotas ; y en el año pasado de 1739
tenian á su cuidado 1731938 almas, á que cada
dia se agregan mas. Junte el Curioso con estos
renglones los de las restantes Misiones de las dos
Américas , que omito por la brevedad, y verá , que
no va á ménos el número de Christianos tan aprie-
sa como algunos piensan.
Tambien se debe advertir, en órden á las no-
ticias que Mr. Laet, Mr. Noblot y otros Autores,
han sacado de los Historiadores Españoles ; que
éstos no todos fuéron , ni pudiéron ser testigos
de lo que escribiéron 5 y si lo fuéron de unas,
no lo pudiéron ser de otras materias ; y así se
fiáron en gran parte de Diarios y de Relaciones
anónimas : otros escribiéron lo que habian oido,
y se valiéron los mas de procesos formados so-
bre nuevos litigios en el Nuevo Mundo; y no
todo lo que se oye y se escribe desde tan léjos,
especialmente en Autos y Diarios y es cierto: y
importa mucho exáminar bien quien fué el que
escribió. No por esto quiero , mi puedo defrau=
dar la grande autoridad y opinion de nues-
tro
Hr srorIA NATURAL." 299
tro Regio Historiador Herrera , ni de otros , que
sabrian muy bien discernir la calidad de los pa:
peles de que se valiéron; pero es factible , que
así como ahora no es cierto todo lo que se escribe
de las Américas , y mas si es punto de pleitos,
denunciaciones Ó acusaciones ; á ese modo suce-
diese en aquellos primeros establecimientos , como
sin mucha interpretacion se deduce de las mu-
chas discordias , debates' y pleytos , que en repe-
tidas partes de sus Décadas refiere el mismo Her-
rera y otros Autores 5 sinque sea juicio temera-
rio, creer, que ya en el acusar, ya en el defen-
_derse , en cada una delas partes ', hubiese hipér-
boles, amplificaciones y otras figuras retóricas, pas
ra exagerar la codicia , el interés , la crueldad , la
tiranía y el desafuero., en apremiar , Oprimir y
maltratar á los pobres Indios: frases , en que tin-
turadas no pocas plumas extrangeras , vomitan
muchos borrones y para empañar y denigrar la
piedad de los Españoles, muchos de los quales , es
muy creible , que fuéron denunciados de mayo-
res excesos de los que habian cometido 5 y los
verdaderamente culpados fuéron castigados ; el
qual castigo fue -suficiente pregon , para que to=
da la Europa entendiese , que la piedad Españo-
la y sus justísimas leyes , ni permitian , ni aproba-
ban tales excesos. | 003 Y 0D
3 Qué fuera de la inmortal fama y honor, que
se le debe al grande Hernan Cortés, á quien con
mucha razon alaban las Naciones , si Pánfilo Nar-
vaez hubiera salido con su intento y ansia que
tenia de prenderle 2 ¿y despues de cargado de
grillos y cadenas , hubiera formado «autos y pro-
cesos contra aquel hombre , superior á sí mismo,
y
300 $. Orinoco ILUSTRADO)
y mayor que sus heroycas empresas ? Pobre Cor-
tés , si los tales procesos, una vez formados , hu.
bieran- volado por la Europa, aun tus mayores
hazañas corrieran hoy por delitos , crueldades , ti-
ranías Sic. Ahora, supuestas en general estas im-
portantes reflexiones , pasemos á responder , con
toda la claridad factible, y á mostrar como la
diminucion de los Indios no puede originarse de
alguna de las quatro. causas propuestas.
CAPITULO XXVI
Rechazadas dichas causas , se prueba ser
insuficientes para la diminucion ya
propuesta 'de los Indios.
a primera causa , dicen, que fué la mortar-
dad de Indios que hubo en las conquistas. No
puede ser : lo primero y porque todas aquellas
Naciones estuviéron siempre , y se halláron en
continuas y crueles guerras unas contra otras,
sin darse quartel ; y dedicando los prisioneros),
unos para los sacrificios de los Idolos , y otros
para los mas selectos platos de sus convites y y
no.se acabáron, ni se consumiéron : lo segun-
do , véanse todos los Imperios antiguos transtor-
nados » a fuerza de armas , á sangre y fuego , y
no se despobló , ni la Asia, nila Europa : lue-
go ni por esta causa se despobló el gentío de
las Américas. De aquel árbol simbólico , que se-
gun el Poeta , brotaba un ramo de oro, en el
camino de los: campos elíseos , añade , que lue-
go
HisTORIA NATURAL. 301
go que cortaban un ramo, retoñaba otro ¡igual (a):
avulso uno , non deficit alter: miéntras el árbol
no se desarraygue , él retoñará. En tiempo de
Matatías , padre de los Macabeos, ya parece no
le quedaba sino una débil raiz al árbol de la
genealogía Judáyca , y con todo , véase a qué
proceridad creció 3 tal , que poniendo despues
Vespasiano y otros Emperadores Romanos todo
el esfuerzo de su vasto Imperio en aniquilarle y
destruirle , le cortáron innumerables ramas ; pero
los renuevos de aquel tronco , están , hasta hoy
en dia inficionando a todo el Mundo: luego la
guerra es causa muy insuficiente para el caso de
que hablamos; á mas de que se niega el que
todas las Provincias conocidas y conquistadas en
las Américas ,lo hayan sido a fuerza de armas;
porque muchas , viendo sujeta a la Capital , lla-
namente se rindiéron.
La segunda causa de la tal diminucion , se
atribuye al trabajo personal que se les impuso
a los Indios. Ménos suficiente es esta causa que
la antecedente : lo primero , porque dado , y no
concedido , que la carga y trabajo fuese exór-
bitante luego que ¡legó a la noticia da los Católi-
cos Monarcas Don Fernando y Doña Isabél, la ar-
regláron y moderáron con leyes llenas de pie-
dad christiana , vigilancia y cuidado , que con
el nuevo Imperio Americano heredan nuestros
Católicos Monarcas.
Lo segundo , porque los Españoles Encomen-
deros y cuya crueldad tanto se exágera , eran
hom-
(a) Virgil. Enetd. lib. ds
302 EL ORINOCO ILUSTRADOS
hombres racionales : (quiero permitir, para soló
dar fuerza al argumento , que ciegos con el in-
terés , se Olvidasen de que eran Christianos : )
y solo por ser racionales , no habian de opri-
mir á sus Indios encomendados , de cuyo tri-
buto comian , por órden de su Magestad , en re-
compensa del imponderable trabajo de las paci-
ficaciones de aquel Nuevo Mundo ; 4 mas de que
bastaba la pura lumbre de la razon para que
dixesen : el tributo ó trabajo personal de estos
mis Indios encomendados , es el único premio
de mis afanes : luego si los oprimo y consumo
quedaré sin finca, y sin que comer : luego de-
bo cuidarlos para poderme utilizar- No faltaron
algunos , á quienes faltó este corto discurso , ni
tampoco les faltó Juez , que les fuese a la ma-
no , y Castigase la demasia y el exceso. |
Lo tercero , recurren al trabajo y taréa de
las minas de oro y plata 5 pero en vano bus-
can títulos insuficientes ; porque lo primero , es
en estos tiempos muy considerable el número de
Negros libres , de Mestizos , de Mulatos y Zam-
bos jornaleros ; y no faltan Europeos , que to-
man la barra, y ganan sus quatro reales de pla-
ta cada dia , así en las minas del Perú , como
en las de la Nueva España, y están buenos y
sanos, contentos y alegres, y mantienen á sus mu-
geres é hijos. ¿ Pues qué ? ¿Piensa algun Extran-
gero , que hacen trabajar de valde á los Indios,
y que aquel es un remo intolerable? Tres rea-
les de plata ganan cada dia de jornal , que es
muy suficiente , atendido su corto gasto , para
mantenerse y y ahorrar algo cada dia (a). EE |
a
(a) Histor. Cinaloa lib. 8. caf. 3» fol. 476.
HISTORIA NATURAL, 303
la Nueva España ganan al dia quatro reales; y
los Indios que entienden de barra, y saben se-
guir la veta del metal , á mas de los quatro rea-
les , ganan su pepina, que es una espuerta de
metal escogido , que suele valer seis , y á ve-
ces diez reales de á ochu. Los que asisten en
una tanda , como llaman en la Nueva España,
ó en la mita, que así llaman en el Perú, se
les pasa mucho tiempo , sin que se les siga el
turno para volver á irz y entónces no van co-
mo forzados de Galera; porque el que no pue-
de, ó no quiere ir , se le admite al Indio que
presenta , para que supla su lugar- En las mi-
nas de Tierra Firme , quales son las de Chocó , An-
tioquta , Barbacoas Esc. únicamente trabajan los
Esclavos Negros ; y éstos sin embargo de tra-
bajar como Esclavos , vemos que viven», pro-
crean , y se aumentan: luego el imaginado tra-=
bajo de las minas , es una causa muy insuficien-
te para la ponderada diminucion de Indios.
Se me replica que éstos son mas débiles que
los Negros , y ménos trabajadores que los jor-
naleros , que arriba insinué , y que por eso des-
fallecen , y mueren; y que esto es innegable,
por la evidente decadencia de los Pueblos, que
van á las tandas y mitas de las minas.
Concedo ) como ya concedí , la merma Co-
nocida en los Pueblos , que van á las minas,
quando se siguen sus tandas , pero niego redonda-
mente , que el trabajo de ellas disminuya los Indios,
porque el daño, ni nace del trabajo de las mi-
nas , mi de las pocas fuerzas de ellos para tole-
rarlo. Tal qual es el daño , que no es tanto co-
mo.se pondera , mi capáz de causar la merma
que
304 EL Orinoco ILUSTRADO,
que en comun se reconoce , nace del poco go-
bierno , y de la ninguna economía de los mismos
Indios que van á las minas; porque ellos van
mal vestidos , y casi sin abrigo , por su incuria.
La paga de toda la semana, que se les da el
sábado , la gastan el domingo en comer, be-
ber y baylar , sin ton , ni són , como se dice ,¿ y
qué se sigue de aquí? Que gastado ya el dine-
ro , pasan miserablemente en el trabajo la sema-
na , con muy vil, y poco alimento. Parece que
habian de escarmentar para la semana siguiente,
y retener para el gasto; pero nada ménos que
eso: ántes los mas de ellos se van empeñando
para sus gastos impertinentes , ya con el dueño
de la mina, ya con los que venden vino , aguar-
diente y bastimentos: de que se sigue, que el
Minero los obliga por justicia; Ó á que le pa-
guen lo que dió adelantado , Óó á que traba-
jen el tiempo correspondiente á las deudas ; y
se sigue, que yendo así de malo en peor, ca-
da dia mas adeudados , muchos mueren , se hu-
yen muchos mas á otras Provincias distantes;
y no solo éstos, sino aun aquellos que no se
han adeudado , quando al tomar el camino de
sus Pueblos , ven que en ellos no han de ha-
llar sementera , y que sus mugeres , para man-
tenerse habrán contraido deudas , espantados del
mal recibimiento que temen , en lugar de seguir
el camino de su tierra , se destierran voluntaria-
mente á Provincias remotas; y ésta es una de
las raices ciertas de la diminucion de los Pue-
blos, no las minas, ni su trabajo , ni las po-
cas fuerzas, que para él se idean en los In-
dios, sino el mal gobierno. Esta no es piadosa
con-
>
HisTORIA NATURAL. 3o5
consideracion mia: yo digo lo que hay , y lo
que sé; y se evidencia esta verdad en los Pue-
blos de fuli, que están á cargo de los Opera-
rios de la Compañía de Jesus del Perú , que
tambien asisten puntualmente á las minas ; y
con todo crecen como espuma , y se aumen-
tan mas y mas cada dia , como es público y
notorio , y consta por el informe , que la Real
Audiencia plena de Chuquisaca hizo á su Ma-
gestad sobre este mismo punto , de que aquí
tratamos. |
Pues si de todos los Corregimientos van 1n-
dios á las minas , y los de Juli siguen el mis:
mo turno de mitas;¿de dónde nace tan noOtas
ble diferencia ? Del buen gobierno 5 porque co-
nociendo su desbarro , los tratan como a pupi-
los ; les dan vestido de remuda y avío para el ca.
mino ; les ponen sobrestante que los reprima; y
miéntras están en las minas , mantienen del
comun á las mugeres é hijos : les previenen se-
menteras para su retorno 5 y quando es tiem-
po de volver, va quien pague todas sus deu-
das, y quien los travga via recta á sus Casas;
¿qué mucho que crezcan en lugar de disminuir.
se , los Indios de Juli , no obstante el decan=
tado remo de las minas ? |
La tercera causa se atribuye á las viruelas
y contagios , que se han introducido en las Amé=
ricas , despues de sus conquistas : Opinion muy va-
lida entre los Autores Españoles (a). No niego que
han sido considerables y repetidas las mortandades
de
(a) M.Fr. Gregorio García. Lib. 3 Cap. 2. $. 3»
Tom. II. 09
306 Ex ORINOCO ILUSTRADO,
de los Indios , pues veo , que de sola la llegada
del navio , llamado el Leon Franco , por los años
de 147149, álas costas del Perú , resultó tal conta=
gio , que á mas de los Españoles y Mestizos , casi
innumerables , que falleciéron , llegáron á doscien-
tos mil Indios los que muriéron; y en quanto á
las viruelas del Perú de 1538 , el contagio de la
Nueva España de 1597 , y otros muchos de la Tier-
ra- Firme , nuevo Reyno Ác. , que el Rev. P. Pre-
sentado Fr. Gregorio García , en su orígen de los
Indios , atribuye á la poca fe de ellos (b), y á cas=
tigo claro de Dios , por su idolatría ; digo que es-
tos han sido grandes estragos , que han coopera-
do á la diminucion de los Americanos 5 pero así COw
mo digo , que solo por via de piadosa considera-
cion , se pueden atribuir dichos contagios á casti-
go de Dios , por la idolatría de los Indios Perua=
nos , y de la Nueva España , asi tambien afirmo,
que no son causa suficiente dichas pestes solas para
la merma de Indios que se llora: dixe , que es una
piadosa consideracion atribuir las tales pestes á cas-
tigo de Dios , en pena de la idolatría 5 porque ve-
mos , que en muchas Provincias de Indios , donde
no ha habido , ni hay idolatría , se han visto las
mismas pestes y viruelas contagiosas; y en Pue-="
blos , donde, con notable confusion de los Euro-
peos , florece la fe notablemente , hemos visto y
sufrido repetidos contagios y epidemias : lo qual
no puede ser castigo de Dios por la idolatría que
no hubo ; ni por la falta de fe , que por su ea
ta) Herrera, Dec. g. lib. lat. Gomara 1. part. Histor.
5. cap. 11. Fr. Bartholomé de Ind. Torquemad. lib, 17. Capo
las Casas ) Ep. Chiap. in Re- 15. €5 alii plures.
HISTORIA NATURAL. 307
dad florece y fructifica en dichas Provincias.
Robórase este dictámen con la experiencia de
repetidas epidemias de párvulos , que sufren las
Misiones de nuestro cargo , con notable estrazo;
tanto , que acaban de referirme los Padres Procu-
radores de la Provincia , verdaderamente Misione-
ra , del Paraguay (a), que en solo el año de 1738
pasáron de seis mil los párvulos que muriéron; y
en el año de 4744 ya se contaban diez y ocho
mil párvulos difuntos en dichas Misiones , por car-
ta que de ellas vino , y se imprimió en esta Cor-
te (a). Otra carta acabo de recibir del Padre Supe-
rior de las Misiones del Orinoco (b) , fecha en el
año pasado de 4741; en la qual, despues de refe-
rir las nuevas Gentes , que se habian agregado á
las Misiones , añade , que una grande inundación
de viruelas , que desde la costa del mar subió de
Nacion en Nacion , se habia llevado en flor á casi
todos los párvulos de dichas Misiones : primicias
del mucho fruto que esperamos de aquellas Nacio-
nes. ¿Y qué falta de fe , qué idolatría , qué peca-
dos castigó Dios en aquellos inocentes? Digamos
lo que es fixo y cierto ; y es , que el Divino Labra-
dor es dueño absoluto de su viña ) y quando es la
hora de su divino beneplácito , con una escarcha se
lleva en flor , lo que no quiso fuese vendimia
tardía. | | |
- Atribuir las pestes y contagios á castigo de Dios,
por la poca fe de los Indios , es una congruente
consideracion y, fundada en los castigos , que D.os
nues-
(a) P. Diego García , y curador General Juan Joseph
P. Juan Joseph Rico. Rico. | ;
(9) Dióla á luz el P. Pro- (c) P. Manuel Román.
308 EL Orinoco ILUSTRADO,
nuestro Señor intimó por sus Profetas , y executó,
por sus altos juicios , en la Gente Hebréa , y tam-
bien en Reynos Christianos 3 pero tambien ha en-
viado su Magestad semejantes plagas por otros mo-
tivos y fines de su alta providencia , sin que los
podamos “atribuir solamente á falta de fe (a), niá
la gravedad de los pecados. La paciencia del San-
to Job(b) , para exempler de nuestro sufrimiento,
buscaba Dios en aqueil«s plagas , que atribuian á
castigo , aun aquellos sus amigos , que eran abo-
nados testigos de las heroycas virtudes de aquel
pacientísimo Varon. El sufrimiento del Santo To-
bías (c) , y la mansedumbre del Real Profeta (d); -
para nuestra enseñanza , fuéron el fin con que su
Magestad les envió las plagas, trabajos y persecucios
nes. Erráron los bárbaros Isleños de Malta , quan-
do al ver prendida la vívora de la mano del Após-
tol, dixéron : no hay duda (e) , que este hombre es
homicida : apénas se ha librado del naufragio , ya
tiene sobre sí otro castigo de Dios. |
Lleno de pecados de piés á cabeza , dixéron
los Sacerdotes de la Ley Antigua , que estaba el
ciego , á quien el Señor habia dado vista , sin
otro motivo , que el de haber nacido ciego (f) :In
peccatis natus es totus , Sc. opinion , en que por
entónces estaban tambien los Sagrados Apósto-
les (g): ¿Quís peccavit y bic, am parentes ejus? y
solo dudaban , si aquel que suponian ser gravísi-
mo:
ta) García, lib. 3. cap. 2% le) Act. Apostol. cap. 28.
$. 3- | wers. 4 Utique homicida est
:£b) Job per:totum lib. homo'bic, Sc. e ñ
(c) Tob. per totum lib. (f) Joamn. cap. 9.v. 34» *
(4) Lib. 2. Regum. . -Xg) Joann. ibid. vers. 2.
HisTORIA NATURAL. 309
«mo castigo , era en pena de sus pecados , Ó por
los de sus padres. Y aquí el Divino Maestro , pri-
mero enseñó á los Apóstoles , despues abrió los
ojos del ciego , y en ellos los nuestros , para que
-viésemos y entendiésemos ,, que ni el ciego habia
“yy pecado , ni sus padres3 y que el haber nacido
“Ciego, no era por castigo, sino para que en
'y) SU curacion fuese glorificado el Altísimo , por los
»» prodigios que hacia el omnipotente brazo de su
y) Unigénito (a): “ de modo , que aun quando su
Magestad procede y concurre como Autor natu-
“ral , vemos , que para una copiosa cosecha y no so-
lo ordena su Magestad la apacibilidad de la prima-
vera , sino tambien el ardiente calor del estio , y
«las rigurosas escarchas del invierno : medios , que
«¿4 la primera vista parecen opuestos al fin que se
pretende. Y asi de las pestes y plagas de los Ame-
ricanos , no podemos inferir su falta de fe , y mas
viendo , que en tales epidemias padecen igualmen-
te los Españoles , en cuya constante fe no cabe
sospecha ) ni sombra de ella.
A mas de que las pestes , aunque repetidas , y
las demás enfermedades , no son por sí solas sufi-
ciente causa para disminuir tan notablemente el
gentío de las Américas , como ya dixe ; sí bien es
cierto , que continuándose éstas con rigor , pudie+
ran despoblar aquella , y qualquiera otra parte del
Mundo : y la razon 'nace.de la experiencia misma;
porque si ellas bastáran , ya estuviera enteramente
despoblada la Ungría , la Bosnia y las demás Pro-
vincias comarcanas.á Constantinopla : ni hubiera
p hom-
A SY E! Fil A 4 4 a SS: ¡ id E A y pe
la) Joann. cap. 9. VeYS. 2. ES 30 A A eche y
_3to0 EL ORINOCO ILUSTRADO)
hombres , ni memoria de ellos en Argél , Tunez,
Tánger , ni en todas las costas de Berbería , segun
las fatales y repetidas pestes y contagios , que Dios
les envia por sus altos juicios : entretanto vemos
que crecen , y que como mala yerba se multipli-
can : luego es fuerza confesar , que las pestes solas
no pueden causar la notable diminucion de las Gen-
tes de que hablamos 5 y es preciso creer , que hay
Otra oculta causa de este notable daño.
La quarta raiz de la controvertida merma , se
atribuye á los tributos y cargas impuestas á los In-
dios; y esta causal es, á mi entender , tan insufi-
ciente para el efecto pretendido , que la omitiera
totalmente , á no ver que en ella consienten mu-
chos Extrangeros , y no pocos Españoles , poco
noticiosos de las leyes dispuestas para los Indios,
que no pueden ser mas'piadosas , mi mas llevade-
ras: por las quales han mirado (a) y miran los Mo-
narcas Españoles á los Americanos , como pupilos,
y como á menores , para cuya indemnidad y de-
fensa , tiene su Magestad en cada una de las Reales
Audiencias del Nuevo Mundo, un Fiscal timorato y
docto , que sin la menor gratificacion de ellos , de-
fienda á los Indios en sus causas , los patrocine
en la establecida posesion de sus privilegios, y
los defienda de qualquiera injusticia y agravio que
se les haga. Ya dixe , que el trabajo personal , des»
de que se supo el abuso, fué minorando ; y aña-
do, que despues fué enteramente prohibido, por
la piedad de nuestros Católicos Monarcas. Por lo
que mira al homenage debido al Soberano, de
| que
(a) Herrera, Dec. 1. lib. 4. pag. mibi 117. La nueva Re-
copilacion passimo deidad |
HisTORIA NATURAL. 344
que da muestras el súbdito en el tributo y recono-
cimiento , ¿qué vasallos se hallarán en este anti-
guo Mundo , que no le rindan semejante á sus Re-
yes ? Erré en decir semejante, porque , sin hacer in.
juria á ninguno , se puede afirmar , que es muy de-
semejante el tributo que anualmente pagan los In-
dios , al que generalmente contribuyen los Euro-
peos ; y se pudieran estos reputar por muy felices,
si exhibieran sola la cantidad que tributan los Áme-
ricanos , libres de otras cargas , y Obligados sola-
mente á una suave y tolerable contribucion , no
impuesta generalmente , sino proporcionada á la
fertilidad ó pobreza del Pais , mas ó ménos , segun
_los frutos del terreno : ni les obligan á que aque-
llos dos ó quatro pesos que contribuyen , los den
en moneda efectiva , porque deben los Corregido-
res recibir el tributo en frutos Ó en géneros cor-
rientes , ya naturales , ya artificiales. Y este tribu»
to cede en bien de los mismos Indios ; porque aun-
que es cierto , que entra en las Reales Caxas 5 pero
de él se saca primero , y se da el estipendio anual
del Párroco , que cuida de cada Pueblo : y si lo tri-
butado no alcanza , como acontece en muchos Cu-
ratos , suple su Magestad de su Real Erario ; esto
es , en los Pueblos de Curas Colados ; pues en las
casi innumerables Misiones , en que por ser poco
domesticados los Indios , todavía no tributan , man-
tiene su Magestad enteramente a su costa los Mi-
mstros Evangélicos : y esta magnífica piedad de su
Magestad no necesita de que yo añada aquí ni una
letra en su alabanza. : |
- Voy sí á roborar mi dictámen arriba propuesto
sobre esta materia , pues son dignos de todo respe-
to los Autores que se inclinan á la opinion opuesta;
y
32. EL Orinoco ILUSTRADO,
y aunque con lo que acabo de apuntar supongo ya
superada y vencida la controversia ¿3 con todo , de=
mos que fuera el yugo impuesto á los Indios gra=
ve, y tanto , quanto indicaban las quexas , que á
Roboan daban los Hebreos (a) , contra el que les
habia recargado Salomon ; y digo , que aun en es-
ta suposicion , si bien el peso del tributo puede per-
turbar el Reyno, melancolizar á los vasallos , y
reducirlos á una vida amarga ; pero si no se añade
otra causa , no basta aquella para minorar el núme-
ro de los súbditos (b). Faraón , en Egypto , no so=
lo tiraba á oprimir á los Hebreos , sino tambien ti-
raba derechamente á minorar su número ¿ y vemos
en las Divinas Letras , que quanto mas los recar=-
gaba , tanto mas crecian , y se aumentaban. Ya
veo ) que ésta fué obra del brazo poderoso de
Dios (c) , pór la qual cumplia la palabra , que su
Magestad dió al Patriarca Abrahán , de que su des=
cendencia habia de competir en número con las
arenas del mar , y con las Estrellas del Cielo. Pero
á los Gabaonitas , que engañáron á Josué (d), y 4
los demás Jueces de Israél , no hizo Dios ésta , ni
Otra promesa semejante , y con todo creciéron , y
se multiplicáron , en medio de la mayor opresion
imaginable; porque viéndose engañado Josué por
los Gabaonitas , les concedió la vida (e) , pero los
oprimió sobre manera en todo género de oficios
serviles , y de excesivo trabajo , como se E en
l-
(a) 3. Regum, Cap. 12. (c) Faciamque te crescere
vers. 4. ES 9. | vebementissime. Gen. 17. U. Ó.
by) Ecce populus filiorum (d) Josué, cap. 10. Y» o
Israel multus. Exod. cap. 1. - (e) Josué , cap. 9. Y» 20.
AHISTORIA NATURAL». 343
Divinas Letras , sin que faltase la multitud y nume-
roso gentío , en medio de una opresión hecha de
estudio : luego la carga y servidumbre , por gra-
ve que sea!,i si es'sola ¿no es suficiente para dismi-
nuir una Nacion.
«+ ¿Qué mayor servidumbre se puede idear , que
la de los infelices Judíos , desterrados de su Patrias
y aun del Mundo , porque en él no tienen Ciudad,
ni territorio. y derramados.sobre la faz de la tierra,
despreciados ) oprimidos , cargados de tributos;
en'castigo del deicidio ; que ciegamente cometié=
ron sus Mayores? Aunque tan bien merecido , da
horror tan grande castigo 5 y despues de todo él,
ó por mejor decir.» oprimidos con todo él, en lu:
gar de ir. á ménos ). vemos que van á mas; y aun
abandonados de la mano de Dios , no se minorans
ántes crecen en número 5 porque Dios dexa correr
el curso de las causas naturales , á que no falta el
concurso de su Omnipotencia. |
51 De:modo , que ni las guerras , ni el trabajo
personal, ni las pestes , mi los tributos y «opresio-
nes, con tal, que no sean de una exórbitancia nun-
ca vista , pueden ser causa total y suficiente para
disminuir tan notablemente las Naciones; porque
á serlo, estuviéra casidespoblado este Mundo an-
tiguo , ni hubiera rastro de Ungaros , de Turcos,
de Moros, de Judíos, ni de otras Naciones , de
cuyas Calamidades se ha hecho mencion. Es ver-
dad , que si las plagas fueran permanentes , Ó por
algunas otras circunstancias fueran extraordina=
rias , precisamente: acabáran ó disminuyeran las
Naciones; pero como Dios mira á los mortales,
temperando su ira (a) con su misericordia , no lle-
ga
(a) Eccl. cap. 16. vers. 13)
Tom. Il. Rr
344 EL ORINOCO ILUSTRADO»
ga á tan último extremo su indignación , que :es
de Padre amantisimo. 0 |
CAPITULO XXVIL=.
Respóndese á un argumento contra lo ya: di-
cho , y se señala la causa genuina de la
diminucion de los Americanos.
Y: veo la réplica de un argumento de hecho,
cuya eficacia parece insuperable , que consiste úni-
camente en poner á la vista las Islas de Barloven-
to0.Ó Antillas , que son la Habana ó Cuba': la Es-
pañola Ó de Santo Domingo: la de Puerto 'Rico,
la Famáyca y la Martínica ¿Sc.: en las quales la
total falta de Indios , exterminio y desolacion de.
ellos , parece prueba evidente , de que alguna de
las quatro causas asignadas , Ó todas ellas ,' ani-
quiláron los Indios de las tales Islas , sin que para
esta cierta demostracion se pueda hallar efugio.
Respondo , que del mismo modo que concedí -la
merma de los Indios de las Provincias de Tierra-
Firme, Perú y Nueva España ; así tambien confie-
so la carencia de Indios en dichas Islas , ménos en
las tres en que se mantienen los Caribes3. y co-
mo ya concedií , que aquellas quatro. causas pu-
diéron coadyubar á la tal diminucion de los In-
dios , como concausas parciales , que se juntáron
con otras , sin que ellas por sí solas fuesen sufi-
cientes , convengo y digo lo mismo de la desola-
cion de los Indios Isleños ya mombrados : Otras
raices mas eficaces que las quatro , es preciso que
se agregasen , para que surtiese un efecto tan in-
¡ de de USi-
«HISTORIA NATURAL. 315
usitado:, y casi sin exemplar , como el exterminio
de dichos Indiós Isleños.
Doy la razon , que es urgente 5 y para en-
tenderla bien , pongamos la vista en los Ama-
lecitas , Nacion tan dilatada , y de tanto gentío,
que pudo resistir y negar el paso atodo el Pue-
blo casi innumerable de Israél; y veamos tam-
bien toda la ira de Dios armada contra Ámalech,
en aquel formidable decreto , que su Divina Ma-
gestad le intimó al Rey Saúl : Anda , Saúl , le
dice (a), castiga y no perdones á AÁmalech : pa-
sa á fuego y sangre á todo aquel gentío : na
has de perdonar á hombre, ni muger , á:chi-
co, ni grande :: destruye enteramente sus gana-
dos y haciendas : arrasa por los suelos todas sus
Ciudades: y “cuenta 'no' te enamores de alguna
de sus cosas óÓ alhajas, por rica y preciosa que
sea: todo:por entero lo ha de consumir el fue-
go. ¡ Espantoso decreto ! y tan rigurosamente cum-
plido por Saúl y su Exército , que solo se re-
servó la vida del Rey Agag, para que llorase
su:desdicha , y la de su Reyno ; y algun ganado
y. despojos , que contra la voluntad de Dios re-
serváron Saúl: y su Gente ; delito que el Señor
sintió tanto , que privó á Saúl del Reyno , y
Agag desventurado , fué destrozado y hecho
quartos: luego al punto; y así parece que la Na-
cion .«Amalecita fué enteramente destruida: y si
ésta no , diganme ¿quál otra? (dexando á par-
te las que , no tanto Josué , quanto el mismo
Dios , destruyó enla Tierra de Promision, pot
su: justa indignacion. ) Con todo esto llega la ho-
RN A A!
la) Regumcap. 14. vers. 48. y CAP. 25. UV 2. 6.
346 Ez. Ormoco iLusTRADO),
ra: de la muerte de. Saúl: en campaña*3 DA auna
que tan mal herido , no acababa de' morir : vuel=
ve los ojos , ve á un-hombre «allí cerca: , y le
pregunta .¿ quién eres tú (a)? le responde: .Ama=
lecites.. ego: sum. Yo: soy. Amalecita. ¿ Cómo: tú
puedes ser Ámalecitaz si:en. vuestra; total: ruinas
Agag solo , que salió con vida ;+fué despues. dess
pedazado ? Ya da su razon (b): Filius Domínis :ad=
wene .4malecite ego sum. Como. si. dixera: es
verdad , que aquella. tu sangrienta: guerra, Ó:
Saúl , 4 modo de un ¡general incendio y, reduxo
4 pavesas y, y destruyó á quantos de mj:Naciom:
halló por delante; pero muchos: buscáron y ha='
lláron su seguridad en la fuga , así hombres, co=:
mo mugeres;:y yo soy hijo de una de aque
las familias , que se desterráron de «su Patria:
Eslius hominis advene 3 Sesiodis 0 -2aedn2ma 9h
De. modo «que así como. y. por «mas y: mas:
agua, que se saque del rio; ,. aunque se: llenen
cántaros á millones > miéritras duren sus mas:
nantisles , es necesario que subsista el rio, aun»
que con ménos agua 3 así:,miéntras en: la: Na=-
cion O Naciones queden .mugeres y. hombres):
aunque sea el número «tan corto como”las. ocho»
almas que formaban toda: la familia de Noé en
la arca: miéntras: digo quede aquel: manantial de.
nuevas generaciones , ninguna; Nacion: se: puew
de aniquilar 5 aunque pheda minorarse.Mas,, «dhus
rante la continua permanencia: de los: manantiales»;
bien puede suceder.» y sucede. que. el cauce”
interior del rio quede: sin: 1 Ena: ¡Bci ie agua; 5 pora:
li y QRO 110.4 (IO DE que: 2
1533 AD >
e 2. pubis it 2. ESñeR
CTA A
HISTORIA “NATURAL. 317
que sacándole en la parte superior acequias , pa-
ra que fecunde y corra por otros terrenos y que-
da totalmente seco el terreno por donde corria;
pero esto no es faltar el agua; es haberse ido,
y tomado el: camino de otras tierras. A: este
modo , puntualmente los Amalecitas y los In-
dios de Cuba , y demás Islas de Barlovento , y
con debida proporcion los indios de Nueva Es-
paña, Perú y Tierra Firme , no pereciéron to-
dos allá , ni se mermáron acullá , por guerras,
pestes 3rc.: estas plagas ayudáron á su diminu-
cion; y por ellas, y huyendo de ellas, se ausentárom
á tierras distantes , como a la verdad hasta hoy en
dia se ausentan unas familias , por sus deudas
contraidas ; Otras , por sus mútuas riñas y temo-
res de veneno ; y otras por su natural pereza;
y ésta es una de las dos principales raices de
la total falta de los Indios en dichas Islas , y
de la diminucion de ellos en los Reynos Ame-
ricanos. - 0 | 7
La segunda raiz principal, es tal y que á po-
cos: les pasó por el pensamiento; y á no saberla
yo de fixo , y haber hallado otros Padres Mi-
sioneros , que diéron con ella, sin quedarles la
menor duda, no me atreviera á exponerla a la
luz pública; pero debo publicarla , y dar sus
pruebas , porque cede en honor de la piedad Es:
pañola, el que. conste , queel-total defecto de
los Indios 'en las nombradas Istas , y €l merma.
do número de los demás Americanos , no pro-
cede del rigor de los E pañoles:, sino del genio
raro de los mismos Indios 3 para cuyas extrava-
gantes resoluciones y no niego , que tal qual
Español dió algun «motivo , como ya insintié “ar-
ri-
348 EL Orinoco ILUSTRADO»
riba ; pero el mayor daño tiene raices 'mas pros
fundas. ? | $
Pero ántes quiero prevenir al curioso Lec-=
tor , poniendo á su vista la necedad , y el taí cie=
go , como inhumano decrecto de Faraón , Rey
de Egipto (a) , en que para disminuir en su
Reyno las familias Hebreas , mandó á las Par-
teras , que al tiempo de asistir á los partos de
.las Hebreas , quitasen la vida á los infantes,
y dexasen con ella á las niñas. Erró Egipto»
porque estas niñas despues habian de ser ma-
dres , y procrear: y en todo caso, á éstas se
habia. de enderezar el cruel decreto , porque
como poco ha dixe , es necesario que corra el rio,
miéntras duren sus primeros manantiales ; y reto-
ñNará muchos remuevos el árbol , por mas ramas
que le quiten , miéntras tenga raices en la tierra.
+ Para tan inhumano intento , mas acertado
medio tomáron las mugeres Americanas , Opri=
midas de su melancolía , ó sufocadas al ver gen=
tes forasteras en sus tierras , Ó Como algunas
dixéron , por no. parir criados y criadas para los
advenedizos , pues se resolviéron muchas á es:
terilizarse con yerbas y bebidas que tomáron
para conseguirlo. Dixe muchas , porque si hu-
bieran sido todas , mucho tiempo hace 5, que
se hubiera acabado totalmente su generacion en
ambas Américas. No dixe todas y porque en mu-
chas Provincias abundan , y se aumentan nota-
blemente los Indios ; y particularmente es increi-
ble lo que se aumentan los Indios Filipinos. Dix,
Ey | is xe
_(a) Exod. CAP. L. VLFS: 15 Y 16»
HHisTORIA NATURAL. 349
xe mucbas , porque tengo prueba eficáz de ello;
y de la prueba del hecho, en unas Provincias
é Islas , se puede , sin temeridad , inferir lo
mismo en otras, donde subsistió el mismo mo-
tivo y ciega barbaridad de las Americanas.
Dos razones , tanto mas fuertes , quanto mas
observadas con largas reflexiones y experien-
cias , convencen y prueban la dicha voluntaria
esterilidad 5 porque en primer lugar , muchas
personas de maduro juicio han observado , que
en las partes donde descaece conocidamente el
número de los Indios , se ven muchas Indias
sin hijos , y enteramente estériles ; y éstas son
“las casadas con Indios ; pero al mismo tiempo
“se reconoce en los mismos parages y Pueblos,
que todas las Indias casadas con Europeos, ó con
“Mestizos ) Quarterones , Mulatos y 'Zambos, y
tambien las que se casan con Negros , son tan
fecundas , y procrean tanto, que pueden apos-
-tar á buen seguro con las Hebreas mas rodea-=
das de hijos. ¿Y quién habrá á quien no cau-
se armonía , y dé gran golpe, esta tan vi-
sible y notable diversidad , entre unas y otras
«Indias de un mismo Pais y temperamento , y
de un mismo Lugar? ¿Qué causa oculta hay
aquí 2 ¿Qué diferencia 2 Digo , que de la dife-
“rencia nace la causa: y la diferencia está , en
que si la” India casada con Indio procrea y salen
Indios humildes , desatendidos de las otras Gen-
tes , prontos á servir hasta á los mismos Negros
esclavos , como ya dixe en su lugar; salen In-
dios sujetos al abatimiento , hijo de la cortedad
de su ánimo , y de su innato temor; obligados
al tributo , que aunque llevadero , se mira co-
mo
320 EL Orinoco ILUSTRADO,
mo carga y lunar: pues no quiero parir semejars
tes hijos y dixéron y dicen las Indias de las ca-
torce Islas Marianas , (por otro nombre delos
Ladrones ») y álo mas , como de la Nacion de
los Guayános me aseguró el Rmo. P. Fr. Benito
de Moya, Religioso Capuchino , Misionero Apos:
tólico , y dos veces Prefecto de sus Misiones , lo-
gran solo el primer parto , para su consuelo, y
toman yerbas para impedir los demás. Es cierto,
que la esterilidad ¡voluntaria y buscada con ta-
les medicinas , es detestable , es contra la Ley
de Dios, y contra el bien del Género Húmano;
pero no se puede negar, que hay males , los
iguales , O realmente. , o en la aprehensión, paré-
«cen peores que la esterilidad , mirada en sí; pu-
ramente , por la falta de los hijos , de que va
acompañada ; y así vemos , que en este sentido
dixo Christo a las Hijas de ¿Jerusalén : quando
llegue la calamidad que os anuncio ¿ entónces se=
rán dichosas las estériles y y aquellas cuyos vien=
tres no diéron fruto(a); y en este sentido exciw
ta Isaías á que las estériles alaben a Dios (b);
el Apóstol á los de Galacia (c), porque llega-
da la tribulacion , sentirán solo su propio daño»
y no la congoxa de ver en él á sus hijos. -.
Pero volviendo á nuestro propósito y consta
ser fecundas las Indias, que no se casan com
Indios ) sino con otros de órden superior , por
poco aventajado que sea : éstas multiplican con
la fecundidad que ya dixe , por la causal con-
traria 5 esto es, porque ya sus hijos no.son In.
] ue di0Sy
(a) Luc. cap. 23. vers. 29. (c) Ad Galat. cap. 4: e
(b) Isaix cap. 54. VEFS+ Lo 270 :
HisTORIA NATURAL. 324
“dios, ya no entran en el número de los tribu-
tarios , mejoran de color y de fortuna , y son
tenidos en mas que los Indios. Consta de la
Historia de las Islas Marianas(a) , que era tan-
to el número de las familias de aquellos Indios,
que con ser las Islas , aunque muchas en nú-
mero , cortas en su extension y terreno , con
todo habia Isla , que tenia 480 Pueblos , y Otras
t6o0 Kc.; y segun me han asegurado los Padres
Procuradores Generales (b) de la Provincia de
Filipinas , á la qual están agregadas las Maria-
nas , al presente , de las catorce Islas , ya no
hay pobladas sino solas dos: en éstas solo hay 2700
almas , y en este número corto entran los Sol-
dados de Guarnicion ) los Mestizos , Quartero-
nes Sc. , procedidos de los Soldados y otros
forasteros ) que se casáron con las Indias Isle-
ñas , las quales son fecundas , quando las otras
que se casan con Indios , lo son poco ó nada.
¿ Y porqué no dirémos lo mismo de las Fami-
lias que poblaban las Islas de Barlovento ? ma-
yormente habiendo entre unas y otras familias
de Marianas y Barlovento , muy notables di-
ferencias; á saber : Primera, las de Barlovento fué-
ron conquistadas por armas3 las Marianas , con
la luz de la Fé, y pacificamente: Segunda , en
las rebeliones de Indios , que hubo en la Es-
pañola , Cuba Kc. fuéron: rechazados á fuerza
de armas, y con castigos correspondientes , des-
pues de vencidos. En los levantamientos que
causó el Chino con su falsa doctrina , y otros
de
(a) Histor. Marian: iñ (b) P. Josef Calbo , y P.
Vit. V. -P. Sanvitores. Joseph Bejerano.
Tom. IT. Ss
322 EL Orinoco ILUSTRADO,
de menor monta en las Marianas , estuviéron los
Españoles sobre la defensiva , porque no podian
mas3 y así casi todos los disturbios se compu-
siéron y interponiéndose los Misioneros; y las ve-
ces que fué necesario castigar sus osadías , lue-
go se rendian , y. con el.castigo de las cabezue-
las se acababa todo; de modo que los Marianos
tienen mucho menor motivo de mirar con hor-
ror y miedo á los Españoles , que los de Cu-
ba, Isla Española €¿Sc. ; porque aunque éstos,
con sus motines y sublevaciones , diéron el mo-
tivo ,se usó con ellos mas rigor que con los Ma-
rianos : luego si éstos , con tan poco motivo,
han buscado en la esterilidad la despoblacion de
doce de sus Islas; no será temeridad pensar lo
mismo de los Isleños de Barlovento. Esta es una
de las causas de la diminucion de los AÁmerica-
nos , que se debe entender con proporcion , al
genio mas O ménos sañudo y duro de la Na-
cion , que descaece en su número de gente; pe-
ro no es universal , porque vemos que otras
de aquellas gentes: se aumentan , y van á mas,
como ya diximos. - ] 3
La otra causa , que notablemente concurrió
á la diminucion de los Indios , es la fuga, con
que las familias se retiran á tierras remotas ,:á
veces por motivos fundados , á veces por temo-
res fantásticos 3 y por su: nativa inconstancia.
Esta es la notoria raiz principal de la decaden-
cia de los Indios en las Provincias ya sujetas al
Rey nuestro Señor en las dos Américas , y muy
en especial de la despoblacion de las Islas de
Barlovento , porque para mí es indubitable , que
de ellas se transportáron los. Caribes Isleños á
Lo. da
a | HisToRIA NATURAL. 323
la Tierra-Firme de Paria , Santa Marta y Cabo
de Vela , Golfo Triste y Berbis , Corentin , Suri-
nama , á la costa de la Cayána , y al rio Oríi-
noco y Paises todos poblados de Caribes , en tan-
to número , que apénas se hace creible á los
que lo han visto y experimentado.
Voy á concluir , porque no es razon abando-
nar al fin de la Obra el estilo sucinto , que he
procurado observar desde el principio de. ella; y
así á la razon que apunté arriba , probando es-
ta retirada ,con el símil de los 4malecitas , que
se huyeron , añado la razon siguiente : todos sa-
ben (4), que las Islas de Barlovento se llamá-
ron Caribales , porque eran Caribes gran par-
te de las Gentes que las poblaban; y actualmen-
te en tres de dichas Islas se mantiene esta tan
cruel € inhumana Gente, que obligados de su
excesiva barbaridad , decretáron los Reyes Don
Fernando (b) , y Doña Isabel , que los tratasen co-
mo á esclavos , pues no admitian partido , ni
daban quartel. A mas de estas tres Islas , que distan
poco de la Martínica , Ocupan todavía parte de la
Isla. de la Trinidad de Barlovento , inficionán-
dola con sus bárbaras y gentílicas costumbres.
Estos Caribes Isleños miro yo como huellas , que
nos muestran el rumbo por donde la mayor par-
te de los Caribes de aquellas Islas. se. retiráron
á poblar las costas de Tierra-Firme , y á in-
ternarse en ella ; y el motivo de mi dictámen,
es lo que llevo ponderado arriba ¿ del -corto nú-
mero de familias, y gran número de lenguages
? - de
(a) Diario del Almiran- (b) Herrera Decad. 1. lbs
te Colón. 6. CAB. 10.
324 -. Ex ORINOCO ILUSTRADO,
de que constan las Otras Naciones conocidas en
dichas: costas , y vertientes de rios, que en ellas
desembocan ; y el contrario el ver la excesiva
extension en los terrenos » Capitanías y Pobla-
ciones 3 que ocupa sola la Nacion Cariba , 'ba-
xo de un mismo lenguage , crueldad y genio:
lo qual arguye eficazmente los muchos Caribes
Isleños , que se transportáron á dichas costas; y
se robora , por la experiencia que tengo de la
inclinacion que retienen de navegar : propiedad de
Isleños , por la qual, con increible destreza , en
piraguas rasas , y sin escotillón , se engolfan , pier-
den de vista las costas, llegan á la Martínica y
á otras Islas de Barlovento , y vuelven á su
Tierra--Firme ¿ sin riesgo de ahogarse ; porque
hasta hoy usan lo que notó Colón en su Dia-
rio; y esque si algun golpe de mar les tra-
buca la piragua , tienen habilidad para ponerla
otra vez flotante , nadando en el golfo; pues ha-
ciendo al mismo tiempo la maniobra , con los
piés nadan, y con las manos trabajan- ]
Esta navegacion y viage prosiguen , como
costumbre inmemorial , y que sin duda va pasan-
do de padres á hijos , desde los primeros', que de
las dichas Islas se pasáron á Tierra-Firme. Esto
se confirma , viendo que éstos y los Colorados,
( así llaman á los Caribes de las tres Islas ya men-
cionadas y ) mantienen el mismo porte altivo , in-
dómito y carnicero ; y el mismo odio' y horror á
los Españoles , de que he dado bastantes señas
antecedentemente , porque ellos procuran hacer
quanto daño pueden, así á los Españoles , como
á los Padres Misioneros: y á todas las Naciones
de Indios , que se portan como amigos de los sp
12, a
- den haber concurrido al exterminio de las Gen-
HistoriIA NATURAL. 325
pañoles , las persiguen cruelmente por este moti-
vo , y con el fin de hacer esclavas á las muge-
res y párvulos , y de saciar su barbaridad con car-
ne humana: estilo sangriento , que usaban en las
Islas de Barlovento (a); y hoy continuan , como
vimos , contra las indefensas Naciones del rio Ori-
noco » y contra los Operarios, que exponen sus
vidas , por resguardar las de sus mansas ovejas: de
modo , que los Caribes lleváron á Tierra-Firme
la misma 'inhumanidad y genio carnicero y que
usaban en sus Islas de Barlovento.
Esta retirada , afianzada con tan sólidas prue-
bas, y autorizada en gran parte por Herrera (b),
se confirma y robora , considerando la facilidad
y freqiiencia con que los Indios, en especial los
de la América Meridional, con motivos muy le-
ves, y aun sin ellos, se retiran á Paises incóg-
nitos de Gentiles ; bien que estas retiradas no se
pueden calificar , ni tener por apostasías, porque,
como ya en la primera Parte dixe, no se huyen
por faltarles /la fe, sino por sobra de miedo y
de inconstancia , y por exceso .de pereza , que
es tanta , que ni aun para su provecho gustan del
trabajo.
Y recopilando estos tres discursos , confieso,
que las guerras, pestilencias y cargas, pueden con-
currir á la diminucion del gentío en las Provin-
cias donde se reconoce la merma , y en parte pue-
tes
(a) Herrera Decad. 10. del Almirante Colón. Y mas
bib. 10. cap. 16. claramente Dec. 1. lib. 2.
(b) Herrera Decad. 1. cap. 17. pag. mibi 61.
lib. 6 cap. 10. y el Diario . |
326 EL Orinoco ILUSTRADO» :
tes naturales de las Islas nombradas de Barloven
to; pero me vuelvo á ratificar , en que las dos
principales causas han sido la esterilidad volunta-
ria en las Americanas, y la fuga y retirada de
las familias á otras Provincias, que las hay , y
muchas , unas ya descubiertas , pero no poseidas
por los Españoles; y otras , ni poseidas , ni co-
nocidas de éstos. La retirada de los Indios de
Chile , es por los caminos, que ellos se saben,
para ponerse al otro lado del rio Barbarana y
Bibio, y engolfarse en aquellos terrenos de In-
dios Araúcanos , y hasta Los Patagónes y Gentes
Magallánicas. Los malcontentos de Buenos Ay-
res, Paragay y del Tucumán , á mas de la reti=
rada al famoso Chaco , tienen otras muchas á ma-
no. Los Indios tentados del Perú , en atravesan-
do la altura de los .4ndes , hácia el Norte , no
hay que cansarse en buscarlos , porque no se ha-
llarán. Los de las Provincias de Quito , Santa Fe,
y resto de Tierra-Firme , tienen á mano innume-
rables Naciones de Gentiles á que retirarse. A los
de la Nueva España les faltan escondrijos seme-
jantes en las cercanías , pero no les falta 4 los mal-
contentos modo de ausentarse. En los tales reti=
ros , creo, y para mí es indubitable ) que habitan
escondidos, la. mayor parte de los Indios que se
echan. ménos en los Paises conocidos 5; por cuya
salvacion debemos clamar siempre al Criador de
todos. | ab "
- Quiera la Divina Magestad que llegue ya el
deseado tiempo en que todas aquellas ciegas Na-
ciones logren el beneficio de la luz Evangélica,
y con ella el fruto de su copiosa redención , por
medio de muchos y muy fervorosos Operarios.
Lle-
HistcrIA NATURAL. 327
Llegue , Señor, la hora ,en que apartando los
ojos de vuestra justa indignacion , de las perver-
sas costumbres é ignorancias de aquellos Genti-
les , los fixeis en las preciosas Llagas de vuestro
Unigénito , y en el amor infinito , con que ofre-
ció su Sangre y su Vida en holocausto , para
que todas las Naciones y Pueblos den á vues-
tra Magestad eterna alabanza , honra y gloria.
Amen.
Y ántes de retirar la pluma ,me debo prome-
ter de la benignidad y discrecion del piadoso y
prudente Lector, que disimulará los borrones,
que de ella se hubieren deslizado en el tosco lien-
zo de esta Historia; en la qual quisiera haber
emulado con los rasgos las pinceladas de Apeles,
mezclando con tal viveza los colores en la varie-
dad del contexto , que á un mismo tiempo áarre-
batasen la vista para la honesta recreacion , la aten-
cion para el aprovechamiento interior, y el áni-
mo para alabar á Dios siempre admirable en sus
criaturas. |
US
ES LA
-CAR=—
328
CARTA
DE NAVEGAR EN EL PELIGROSO MAR
de Indios (rentiles.
N, puse esta carta en la primera impresion,
porque parte de las máximas prácticas que con-
tiene , están apuntadas en varias partes de este
Libro, segun las varias materias á que pertene-
cen 5 pero porque juntas aquí con algunas refle-
xiones , que omití , darán mas luz al Operario de-
seoso de acertar , doy este corto alivio á los nue-
vos Misioneros de Indios , con el seguro , de que
algunos Padres de las Misiones del Orinoco , que
trasladáron , al entrar en ellas esta carta, viéron
despues en la práctica, que son muy importan»
tes SUS avisos. |
i $. L
Del Misionero , su vocacion y aparejo.
Pus navegar en un golfo peligroso , lo prime-
ro y mas importante , es mirar y registrar con
cuidado la nave , poniéndola en estado compe-
tente , para que pueda llegar á salvamento. Lo se-
gundo , tomar conocimiento de los mares que sur-
ca, y de los escollos en que puede peligrar. Lo
tercero , imponerse en la maniobra , para evitar
los peligros , sufrir los temporales , y no caer
de ánimo en medio de las mayores borrascas-
Perecen aquellas míseras Naciones , y se pier-
den eternamente sus almas , por falta.del pan de
la Celestial Doctrina: no le buscan, ni le agen-
cian,
329
cian', porque su ceguedad ké ignórancia no les
dan lugar á que conozcan su extrema necesidad;
pero sus Angeles de Guarda claman siempre al
Señor , para que lesenvie la luz del Cielo , por
medio de sus Ministros Evangélicos. Movido Dios
de estas siúplicas y de su infinita piedad , excita
vocaciones » y elige á los que su altísima Provi-
dencia tiene destinados , usando su Magestad de
medios tan proporcionados y suaves , que mirán=
dolos despues con atenta refiexion , se maravillan,
y al mismo tiempo se consuelan , viendo. como:
atemperó su Magestad en su vocacion ,lo suave
con lo fuerte. Supuesta pues la vocacion del Se-
ñor.
Sale de su Patria el Misionero, y ha de sery
al modo , que Abrahán salió de la suya , y Moy-
sés de Egypto , no dexando en ella ni la menor
parte de su afecto: Nec ungula quidem.
Sale, y ha de ser como ¡aquella muger fuer-
te , que salió como nave cargada de pan del Cie-
lo, para sustentar la familia de su cargo, sin
que le acobardase lo dilatado y arduo de la na-
vegacion : De longe portans panem suum. Suyo
ha de ser el pan que lleva , porque la Divina Doc-
trina , que va á enseñar , ha de ir entrañada en
su alma , para repartirla mas con la eficacia de las
Obras, que con palabras, para la salvacion de aque-
llos pobres: Palmas suas extendit ad pauperem. -
Sale en fin del puerto ; pero si no se halla fir-
me, fuerte y apta para toda la navegacion, que
es de por vida , hasta dar fondo en el feliz puer-
to de la eternidad , mejor será que no salga , por-
que son fuertes y freqiientes los riesgos. Dentro
de sí misma carga la nave muchos enemigos», que
Lom. IT. Be le
330
le pueden ocasionar fatal naufragio, si -no va bien
armada para reprimirlos , tenerlos á raya , y su=
_Jjetos á la razon. ¡
Y al contrario , una vez«prevenida y reforza»
da la nave contra los vayvénes: de. su inconstan=
cia, puesta toda su confianza en Dios, no tiene
QUe temer; porque aquel Señor á quien obede-
cen los mares y los vientos , y cuyo imperio su-
jeta el poder furioso de las olas , le dará .esfuer-
zo para hollar con intrepidéz:las mayores tor=
mentas.
La fe. vivamente actuada > ha de «ser aguja,
que regule todos sus movimientos » teniendo en
todos ellos por norte único la mayor. gloria de
Dios , y bien de las. almas. 3 5
La áncora de «su seguridad ,sea la esperanza
firme en aquel Señor , por: cuya sabia Providen-
cia pasan revista todos: los" acaecimientos , ántes
que sueedan ; quien ,;como Padre amoroso , to-
do lo dirige para nuestro. bien.
La caridad y amor purísimo“de Dios y del pró-
ximo», ha de ser.el único interés, carga, y te=
soro de esta nave; y á buen:seguro , que no
prevalecerán contra “ella los mas soberbios montes
de agua, ni los mas recios; contratiempos.
La quilla en que toda la nao estriva , debe
ser una humildad profunda , y ésta misma servi-
rá de lastre , para atribuir siempre á Dios lo que
es suyo, que es todo .lo bueno, y: á nosotros,
la nada , las desdichas , espinas y abrojos > que
trae de su propia cosecha nuestro barro. . >
Pero aun despues de todo esto, no hará vias
ge, ni adelantará un paso >si no tiende las velas
de la oracion fervorosa , E recibir el viento fres.
| 33
co del Espiritu Santo ;“que-dé ímpetu y vigor
sagrado á todas sus acciones y movimientos.
El Piloto y Contra-Maestre de esta nave ,son
la leccion espiritual , y los exámenes de concien-
cia cotidianos , donde tambien se hace la recluta
de. santos pensamientos , para fortalecerse y de-
fenderse de todos los enemigos.
El santo temor de Dios ,como centinela vigi=
lante, le dará la mas firme seguridad 5 tanta , que
aun las mismas borrascas le llevarán 4 salvamen-
to; y mas no perdiendo de vista la Estrella Ma-
tutina ) á quien miró siempre San Bernardo: Res-
pice Stellam , voca Mariam.
¿5 HL.
Causas principales de disturbios.
Lo. tormentas y contratiempos; son muy fre-
- qúentes en el golfo:inconstante delas Naciones Gen-:
tiles: qualquier vientecillo leve levanta una fiera
tormenta , que tira ¿csumergir la combatida. nave
del Misionero: no obstante esto , de tres raices
principales se originan o: las borras-
cas. mas peligrosas.'
sv La primera y —principal. , es: «la misma nave
_Inconstante , frágil y capáz. de perder sus fuer-
a con el continuado choque de las tribulacio-
nes, y tambien con la inacción y fatal calma,
que resulta de no mirar por sí, ni unirse y es-
trecharse Cada dia .mas:con Dios, como ya lle-
vo: insinuado ; pero: convtal, que este recurso al.
_Todo-Poderoso sea freqiiente y constante, podrá
navegar y trabajar á todo seguro3 y aun recibi-
rá
332
rá aquel valor y grandeza de ánimo con que el
Apóstol de las Gentes, no solo miraba con rostro'
sereno y alegre las tribulaciones, sino' que les
salia al encuentro á desafiarlas , y á presentarles la
batalla: Quíis nos separabit á-charitate, Sc. >
La segunda raiz de dichas perturbaciones de
olas encontradas , es el enemigo comun , que so-
berbio con la antigua posesion de aquellas Gen-
tes ciegas; y sentido , y aun temeroso de ser ar='
rojado de entre ellas , mo dexa piedra por mover,
para mantener su Principado: de tinieblas. San Pa-=
blo bien experimentado en estas contiendas , po-
ne mucho conato en. prevenir los ánimos contra
ellas. No peleamos , dice , contra la carne y san»
re, sino contra el poder de las tinieblas , y el
Prinicipo de ellas, que pone todo su desvelo y
cuidado, en idear nuevos ardides y asechanzas, pa-
ra arruinar las Misiones. ;
Pero es de sumo consuelo, y da mucho brio,
el considerar y saber , que son muy limitadas las
fuerzas de este capital Enemigo :está atado á la
cadena del poder Divino: como perro furioso, pue-
de ladrar , pero sin licencia del Altísimo , no ,pue-
de morder: como leon sangriento, y lobo car=
nicero ) dará una y muchas vueltas al nuevo Re->
baño de Christo ¿.con ansia de tragarse las mas
escogidas ovejas; pero buen ánimo , que el sumo:
Pastor y dueño de ellas , las quiere mucho, por
el infinito precio que le costáron.
La tercera raiz de los mas fieros y ordinarios
contratiempos , son los mismos Gentiles , cuyo:
bien y salvacion eterna se pretende con ansia 5 pe="
ro como ellos á los principios ni entienden , ni
perciben este lenguage , segun las especies cra-.
sas
| 333
sas -en que“está imbuida: su bárbara tosquedad,
_no se fian; y casi casi suponen algun malicioso
engaño , y alguna idea oculta en elingenuo proce-
der del Misionero : y aquí es de saber, que has-
ta la Nacion mas agreste , es primorosa en el ar.
te , así de maliciar , como de engañar. Importa
pues , tener prontas aquellas dos máximas de
nuestro Celestial Maestro : la primera , proce-
der siempre con ellos con reserva y cuidado cave-.
te ab hominibus ; la segunda , no dexarse llevar de
la ligereza de sus palabras y. promesas : fesus autem
non se credebat eís ; porque á la verdad , los Indios
Gentiles, hasta que van entendiendo las máximas de
la eternidad , ño se mueven , ni tiran á otro blan=
eó6, que al de su interes ; y sl ántes: de percibir
lo que lesimporta salvarse , consiguen del Padre
herramientas, y lo que han menester , la mañana
que ménos piensa , amanece solo , sin esperanza
de recoger aquella Grey silvestre.
- ¿Realmente obran y proceden como ciegos , y
son disculpables, porque no saben: lo que se ha-
cen; y así se deben sufrir y sobrellevar , hasta
que conozcan el bien que se les procura; y al
modo que el padre y la madre sufren las moles.
tias é impertinentes travesuras de sus hijos , por
el amor que les tienen , han de sufrir los Opera-
rarios las de los Gentiles , á fin de que sus almas
se salven. 20V |
Ya dixe en el Capítulo quinto de la prime-
Parte , como la ignorancia , ingrotitud , inconstan.
cia, pereza, miedo fantástico cy brutalidad de
costumbres de los indios Gentiles , forman un gol-
fo. inquieto , y de suyo muy facil de ser agitado
de vientos contrarios , por poco que esfuerze su
so-
334
soplo el Aquilón maligno, que tiene cuidado:«de
no dormirse. Aquí abundan los peligros y y á ca-
da paso se encuentran los escollos : aquí-se.requie-
reel mayor cuidado: aqui la agilidad” y destre-
za. en la maniobra , para evitar unos «escollos , sin
eropezar en Otros peores; y realmente , para es
tos lances, la mas prolixa instruccion será muy
corta. No obstante reduciré á breves: máximas los
avisos mas nOs Eg
$. TIL.
- Máximas prácticas.
Para mayor claridad , pongo por exemplar , lo
mismo que sucede con "freqliencia ; 5 y es el caso).
que despues de establecido un numeroso Pueblo,
recogidas sus familias á fuerza de trabajos y afa-
nes , de entre aquellos dilatados bosques , y funda:
do ya en el sitio que ellos han escogido ; repenti-
namente se alborotan , levantan el grito , y tratan
eficazmente de volverse á sus selvas y madrigues
ras , solo porque un viejo taymado , ó una vieja
funesta ha soñado aquella noche algun desatino;
v. gr. que el Padre los juntó allí para engañarlos y
levárselos á otra parte 5 que ha llamado ya á sus
enemigos , para que cogiéndolos descuidados , los
hagan esclavos ; ú otro delirio semejante , que , Ó
el Demonio , ó la natural fantasía les ha sugerido
en sueños. Estos golpes son los que «hieren en lo
mas vivo del Operario , por lo que ha de emplear
en ellos toda su prudencia.
Su primera máxima debe ser , hacerse cargo de
que han de suceder éstas y peores ; turbaciones > pas
? ra
-
335
ra las quales debe [prevenirse de antemano , nego-
ciando con Dios la perseverancia de aquellas Gen-
tes , procurando cada dia: ganar mas y mas la vo-
luntad de todos , y en especial la del Cacique y
de aquellos que sobresalen entre ellos con algun
séquito. ]
La segunda es , que legado el caso , no se per-
turbe , sino esté muy sobre sí , sin dar muestras de
sobresalto 3 y sobre todo , no dar la menor seña de
enojo ; porque de lo contrario en lugar: de apaci-
guar los ánimos inquietos , aumentará el alboroto.
Aquií es donde se ve y verifica lo literal de aquella
divina sentencia : In pacientia vestra possidebitis
animas vuestras 3 y de las almas los próximos tam-
bien seaseguran. aut eirnisraoz EST
¿+ ¡La tercera , es el recurso. á Dios ,con una fir-
me confianza , de que su Magestad , con aquel
turbion , ha de dar mayor firmeza y constancia á
los pobres Indios , al modo que el viento recio ha=
ce que se arrayguen mas las plantas. Valgase en es-
tos lances, y siempre:, de la intercesion de los pár-
vulos de aquellas Naciones , que con el. Santo
Bautismo voláron al Cielo ,: que estos: pueden mu:
cho para con Dios : y sabemos ,.que el Grande
Apóstol San Francisco Xavier se valia de ellos en
sus mayores congojas.. yw cobinr lb 1o0t0dn
«La quarta ; fortificado así el ánimo , y claman=
do interiormente al Señor y á los Angeles de Guar=
da de aquellas Gentes , pase á hacer sus diligen-
cias con la mayor suavidad , y econ palabras de
amor y compasión : porque ello es así, y es tan
delicado el genio de los Indios silvestres , á causa
de su natural timidéz , que no solo en estas Oca-
siones de alboroto , sino.tambien en tiempo pací-,
336 |
fico , una palabra áspera, basta para que todo
un Pueblo se retire: de lo qual no faltan lastimo-
sas experiencias. Baxo este presupuesto,
Pase lo primero á indagar del Cacique y de su
.muger , la causa de aquella novedad: ponga espe-
cial cuidado en convencer y ganar la voluntad
de la Cacica , que ésta con facilidad convencerá
luego á su marido; y ambos á dos , ella á las mu-
geres , y el Cacique á los hombres , consiguen
mas en una hora , que el Misionero en todo el
dia. Y lo segundo , tenga por entendido , que fue-
ra de ser las mugeres Indianas mas piadosas que
sus maridos , son tambien mas fáciles de conven-
cer , por el especial y sumo trabajo , que les acar=
rea semejante fuga , á causa de que á: mas de la
carga de llevar y cuidar de sus hijos pequeños , les
toca á ellas cargar el bastimento , poco.ó mucho,
y los trastillos ordinarios, que son olla ,.platos y
Otras cosas; y asi convencidas , á poca costa las
mugeres , éstas ponen en razon á sus maridos...
La quinta máxima , habida ya la noticia del
motivo del alboroto , y del motor , deshaga el en-
gaño con la mayor claridad y sosiego que pueda;
y luego que vea ya enterado de la razon al Caci-
que yá sa muger , envíelos á que instruyan al
motor del ruido ; y entretanto pase á desengañar
á las cabezuelas mas principales de la Poblacion,
siempre con sosiego , rostro alegre , y en la for=
ma dicha. 2930 :
La sexta , si los Indios perturbados se juntan
en la plaza, ó en alguna casa particular como
sucede de ordinario , entónces no conviene hablar
con todos, ni en tono de sermon , porque no
conseguirá cosa de provecho; y la razon es , por=
que
337
que en tales circunstancias se ha minorado en
ellos el respeto , amor y reverencia para con el
Operario 5 y como tiran á ausentarse de él , crian
ánimo , y todos á un tiempo quieren responder
á lo que les dice y propone: con que , en lugar
de minorarse , crece y va á mas la confusion.
Debe , pues , acercarse al Cacique , instar á que
él y los mas principales Indios se asienten 3 trate
con el sosiego ya dicho sobre la materia , y verá
como los demás Indios callan, y oyen con atencion
lo que se trata con los principales , y lo que eilos
responden ; con el seguro , de que apaciguados los
primeros , se dan por convencidos los restantes.
La séptima máxima , y de mucha importancia,
es , que en estos lances no haga hincapié en alegar
razones fuertes , y de peso , para convencer aque-
llas Gentes : busque razones caseras , insista en
ellas, y , segun ellos usan , repítaselas muchas
veces ; v. gr. el trabajo ) que con su temeridad cau-
sarán á sus mugeres en tales caminos : el peligro
de muerte á que exponen á sus hijos pequeños,
que enfermarán , ya por los calores del Sol, ya
por el rigor de las lluvias : el riesgo y fatigas á que
exponen ásus ancianos y enfermos en tan arduo
viage: que dexan sus sementeras , y el sudor de
su trabajo perdido , y que van á trabajar de nue-
VO, y á padecer muchas hambres , hasta coger
nuevos frutos tc. Estas razones perciben , y les
hacen fuerza ; y tal vez una friolera les causa mas
armonía , que un argumento fuerte , porque su
capacidad no alcanza mas. Pongo solo el caso si-
guiente, , para prueba de lo dicho.
En el año de 47149 soñó un viejo , Betoy de Na-
cion y que yo me. volvia á España aburrido de sus
ibom. II. Vv co-
338
cosas : conmovióse luego todo el Pueblo , juntá-
ronse en la casa del Cacique , con sus canastos de
- víveres , y sus muebles , para tomar el camino de
sus bosques. Pasé al Congreso , tomé asiento jun-
to al Cacique ) y quedáron todos en un profundo
silencio : callé tambien de industria un buen: ra-
to , y luego me quexé , de que la señora Cacica no
me traia de beber , faltando á esta. ceremonia y cos-
tumbre , entre ellos inviolable. Traxo la bebida sin
hablar palabra , y despues de brindar á la salud de
todos y pregunté al Cacique la causa de aquella
junta , y de aquella prevencion de bastimentos. Á
que respondió: Quaja ranumaycá ; ujumauju ajabó
janujoybi afocá: esto es : Nosotros nos vamos á los
bosques , porque tú re vas á tu tierra. Mucho tiem-
po gasté de valde , alegando razones fuertes; y no
hallando ya por dónde , ni cómo convencerlos,
clamé á San Francisco Xavier , que me favoreciese
en aquel aprieto : dexé los argumentos , y pregun-
té al dicho Cacique familiarmente: ¿cómo habia
yo de pasar por un mar tan grande para volver á
España? En la embarcacion en que viniste , dixo,
te volverás. No puede ser , repliqué yo , porque
ya ostengo dicho , que aquella embarcacion llegó
al Puerto maltratada , y que la desbaratáron : (y
en efecto fué así , porque aquel navío se abandonó
por viejo.) Entónces el Cacique , convencido con
esta friolera , se puso en pié ) y con rostro alegre,
dixo á sus Indios : Ea, bien estamos, váyanse ú
sus casas, y vivan sosegados , porque el Padreno
tiene Canóa para volverse á España. Así lo hicié=
ron , y con una pregunta tan desproporcionada
como ésta , se: desvaneció aquella borrasca , en
que se iban á: perder muchas almas lastimosamente.
| En
339
En fin , sucede á los principios , que quando el
Misionero ménos piensa , halla por la mañana el
Pueblo solo , y que se han huido todos los Indios,
ó parte de ellos: golpe es éste de los mas sensi-
bles ¿ en el qual , supuesto el recurso á Dios
nuestro Señor , si se han ausentado todos , debe
tomar su ornamento de decir Misa , y seguir la
huella de los fugitivos , hasta alcanzarlos ; y en lle-
gando , darles á entender , que él se va con ellos,
porque son sus hijos , y porque Dios así se lo
manda : conviene quexarse amorosamente de que
no le hubiesen avisado su determinacion , con la
qual se hubiera prevenido de anzuelos , arpones y
otras cosas de que ellos necesitan 5; y dicho es-
to , cuelgue su hamaca , y échese á descansar , sin
hablar , ni entrometerse en las disputas , que ellos
entre sí levantan ; porque los unos se arrepien-
ten, y quieren volver á su Pueblo; los otros porfian
en que han de pasar adelante; y por último,
quando ya están fatigados y cansados de altercar,
levántese , y despues de ponerlos en paz, repita
las mismas razones , que oyó á los que quieren
volver a su Pueblo , y otras que le ocurran , se-
un dixe arriba , y no dude , que se volverá con
todos al Pueblo. Si solo se han ausentado parte
de ellos , para seguirlos , tome algunos de los me-
jores que han quedado , y siga el método pro-
puesto. |
340
$. IV.
Avisos prácticos.
L y bp y otras mutaciones , hijas de la natu-
ral inconstancia de los Indios , requieren que el
Operario se prepare con tiempo 3 haga el ánimo á
todo , tire á conocer:bien el genio de la Nacion
que cultiva , y segun él:, tenga meditados medios
proporcionados para las urgencias Ocurrentes 5 es-
pecialmente esté alerta , para atajar las discordias y
riñas de unos con otros » porque casi todas las fu-
gas se Originan de esa mala raiz.
II. Trabaje puramente por amor de Dios, y por
el bien de aquellas pobres Gentes, sin esperar de
ellas , ni agradecimiento , ni recompensa , porque
ni aun por el nombre la conocen 5 y aunque la co-
nocieran , no tienen en este Mundo sino abundan-
cia de desdichas ; pero esté cierto , que Dios le re-
compensará con una medida llena y muy colmada
aun en esta vida.
M1. —Insista mucho , hasta adquirir costumbre,
en fixar la vista interior en la preciosidad de aque-
llas almas , que tanto costáron á nuestro Redentor,
y se le harán llevaderas las molestias que resultan
del cultivo de ellas , de su inconstancia é ingratitud;
y trabaje , con el seguro , de que con el tiempo se
desbastan y mejoran. id
IV. La pereza , que les es connatural , requiere
_mucho tiempo y tiento en el Operario , para irlos
imponiendo en que hagan aquello mismo , que les
importa , no solo para su provecho espiritual , sino
tambien para el temporal; porque en sintiendo la
menor carga ú opresion , luego se huyen para evi=-
tarla. Por
341
V. Por lo que, aunque conviene establecer la
doctrina de los párvulos todos los dias , mañana y
tarde , lo que conseguirá , usando de industria , y
dando algunos premios á los mas puntuales; con
todo , bastará que los adultos asistan á la dc ctrina
Sábado y Domingo : no los moleste mucho , y ala-
be aquello poco que aprenden , para que asistan
con mas gusto : la doctrina enséñela por la mañana
en su lengua natural , y por la tarde en castellano;
porque en lo primero se sirve á Dios, y en lo se-
gundo al Rey nuestro Señor , que ordena se esta-
blezca en las Misiones la lengua Española : y en to-
do caso , todo ha de ser amor, y por amor, con
chicos y grandes; y nada de rigor , ni de castigo,
no solo de obra , pero ni de una palabra , que sea
áspera. |
VI. Lo dicho de la doctrina, se ha de practicar
con los niños de la esc uela , con la misma formali-
dad y cuidado ; porque ello es asi, y está ya muy
verificado, que quien desde luego lo quiere conseguir
todo , luego luego lo pierde todo. Véase lo dicho en
el Capítulo XX1V. de la segunda Parte , en órden á
los Indios Gentiles adultos.
VIT. Esté muy persuadido , que el primer móvil
de los tales Indios , es el interes: no-dan paso , sin
esperar premio 5 y aun sin hacer cosa , lo mismo-es
mostrar cariño el Misionero al Indio , que respon-
der éste pidiendo algo; y aun sin esto , jamás se
cansan de pedir con importunidad : pero hay aquí
dos consuelos : el primero es , que se contentan con
qualesquiera bagatelas : y el segundo , que tan
contentos se van con buenas palabras , y buenas
esperanzas , como con las dádivas : un mañana me
traerán eso que pides; luego que traygan y tú serás
el
342
el primero á quien regale ESc. ; y Otras largas seme-
jantes , les hacen buen sonido ) y se vuelven con-
tentos. |
VIII. Fregiientemente traen al Misionero las
frutas, el pescado Ác. y ya se sabe que no viene eso
por regalo: el Indio trae muy pensado lo que ha
de pedir ; aunque al preguntarle , ¿qué quiere , ó
ha menester? responde siempre , «que nada ; pero
no le dé cosa alguna hasta que él pida; porque si
le da algo , lo recibe de buena gana; y al cabo de
rato dice: Zo traia este presente para que me dieses
un cuchillo , sal y Ú otra cOsa , y no se irá , sin que
le dé aquello , que él traia pensado. |
IX. Pero de ordinario piden mucho , sin traer.
cosa alguna al Misionero , que necesita de un todo.
No se puede negar todo lo que piden , y mas si
ellos saben que lo hay: dar todo quanto piden , no
es posible : por lo qual , quando le piden algo , vea.
qué es lo que mas necesita , y dígale : Yo te daré.
lo que pides 5 pero trae primero pescado , raices 3 6
lo que mas necesita. Ellos lo hacen así : todos que-
damos remediados , y van aprendiendo á ser dili-
gentes. Guarde la misma práctica con los mucha-
chos , por el mismo fin : ellos piden tanto Ó mas
quesus padres , y así , aunque no haya menester,
pida , 6 mándeles hacer algo , ántes de darles lo
que piden; v. gr. que traygan agua ó leña , que
—barran la casa Xc. A
X. Alos principios , parte pagando, y parte
rogando , consiga , que el Comun haga una semen-
tera quantiosa ; y en ella un platanál grande para
- Jos muchachos de la escuela ; porque es cosa muy
importante , y no solo sirve para los chicos de la
escuela , sino tambien para las viudas pobres , pa-
ra
343
ra los huérfanos , y para los enfermos; y sucede,
que viendo los Indios quan bien se emplean aque-
llos frutos , renuevan con gusto la sementera en
adelante. | A
«XI. No espere á los principios, que le han de
avisar de los que caen enfermos , ni de las criatu-
ras que nacen , para que las bautize 5 y así , por la
mañana, despues de misa y doctrina, y por la tarde,
ántes de la doctrina , debe dar vuelta por todas las
casas del Pueblo , viendo si hay enfermos y niños
que bautizar. Esta es una diligencia tan necesaria,
como útil y fructuosa; y para irlos imponiendo,
debe encargar á los chicos de la doctrina , que le
avisen luego que vean ó sepan algo de esto.
XII. El atractivo mas eficáz para establecer
un Pueblo nuevo , y afianzar en él las familias sil-
vestres , es buscar un Herrero , y armar una fra-
gua y porque es mucha la aficion que tienen á este
oficio , por la grande utilidad que les da el uso de
las herramientas , que ántes ignoraban. Todos qui-
sieran aprender el oficio, y muchos se aplican , y le
aprenden muy bien. |
XIIT. No importa ménos buscar uno ó mas Te-
xedores de los Pueblos ya establecidos , para que
texan alli el hilo que traen de ellos ) porque la cu-
riosidad los atrae á ver urdir y texer; y el ver ves-
tidos á los Oficiales y á sus mugeres , les va exci-
tando al deseo de vestirse , y se aplican á hilar al-
godon , que abunda , y de que finalmente se visten.
XIV. La fábula de Orfeo , de quien fingió la
antigiedad , que con la música atraia las piedras,
se verifica con ventaja en las Misiones de estos:
hombres, mas duros que los pedernales ; porque es
cosa reparable quánto los encanta y embelesa la
-5q | mú-
SAA
música. Son Músicos de su propio genio , y como
en varias partes de esta Historia consta , son muy
aficionados á tocar flautas » que ellos se fabrican,
y otros muchos instrumentos: y está ya experi-
mentado en las Misiones fundadas , quánto los
atrae y domestica la música; quánto aprecian, y
la gala que hacen aquellos , cuyos hijos ha des:ina=
do el Misionero á la escuela de música 5 y así , una.
de las primeras diligencias de la fundacion de nue-
vo Pueblo , ha de ser conseguir un Maestro de sol.
fa de otro Pueblo antiguo , y establecer escuela
de música para el fin dicho ) y para la decencia
del culto Divino.
XV. Es indispensable el que meta la mano , y
medie en sus pleytos, riñas y casamientos ; pero
proceda el Operario con tal cautela, que no conoz-
can los Gentiles y Neófitos , que procede como ár=
bitro; y la razon es, porque como en estas depen-
dencias, el uno de los vandos ha de quedar precisa.
mente desayrado , y al Misionero le importa mu-
cho el estar bien con todos ellos , debe mediar y
proceder con toda neutralidad á favor de la paz, y
de la union , sin deciararse por unos, ni por otros:
para eso conviene , desde los principios , irlos impo-
niendo en el gobierno político, y señalar Alcaldes,
que con el Cacique gobiernen, y á solas instruir-
los de lo que deben hacer en las controversias que
OCUrren. 1
XVL Aunque á la primera vista parece ceremo-
nia inútil la acordada por los Misioneros antiguos,
de poner formalidad de clausura, en aquellas casas
pagizas y pobres en que viven, sin permitir que
entre del cercado para adentro muger alguna, y
teniendo una ventana al lado de la. plaza para des«
pa-
345:
pachar sus demandas 3.con todo , ya está experi-
mentado , que importa mucho esta práctica: ni hay
cosa y que mas golpe lesdé , ni que mayor armo=:
nía cause á los Catecúmenos , que esta formalidad
y circunspeccion del Operario: todo lo reparan , y
á.su modo todo lo interpretan, y lo hablan entre
sí y se ha reconocido , que este modo de proce-'
der , engendra en ellos mucho respeto y venera-:
cion para con sus Misioneros.
XVIL Para este mismo fin, y para mayor de=
cencia , se ha establecido , y debe llevarse ad>olan-
te el estilo de no salir de su casa el Misionero,
sino acompañado de “algun Indio principal ; y á
falta de éste , con dos ó tres muchachos de la es-
cuela , de los mayores que haya en ella , sin de-
xarlos apartar de su lado , quando visita los en-
fermos , y hace las demás diligencias de su car=
O» ] ¡
' XVIII. Finalmente , el fin de su Ocupacion, y
la: causa de su destierro en aquellas soledades , es
doctrinar y salvar aquellas pobres almas; lo que:
mas depende del exemplo , circunspeccion y vir=
tud sólida del Operario, que de sus sermones,
exórtaciones y palabras; y así, este medio es el -
que sobre todos ha de reputar por el mas útil pa=
ra sí, y eficáz. para enseñar á los próximos; y es
el único para que Dios nuestro Señor, de cuya
mano viene todo el bien , eche su copiosa bendi-
cion á sus fatigas y afanes, que rindan copioso
fruto para la vida eterna.
Tom. IT. Xx ES
3JA6
$ V.
Reflexiones » que animan y fortalecen el ánimo del
Misionero de Indios.
1. Accios Indios bárbaros, desnudos , silves».
tres , rudos, y á la primera vista despreciables):
son unas conchas toscas , que encierran en sí unas>
Me
margaritas tan preciosas , que el mismo Hijo de
Dios se dió á sí mismo en precio, y.se entregó
á los tormentos para adquirirlas : ¡ quánto debo yo:
apreciarlas!
- 11. Son imágenes vivas de Dios , hechas á se«
mejanza de nuestro Criador , por lo .qual se me-
recen:toda nuestra estimacion; y el mirar por ellas;
es hacer nuestro mayor negocio , y corresponder
á su Magestad del modo mas apreciable en sus
Divinos ojos.
TL. Crió Dios aquellas almas para que se sal-
ven » y las puso á tu cargo, para que'túte sal...
ves: Dios te ha tomado por instrumento y para .
que ellas logren el fin para que su Magestad las.
crió; y á ellas las ha puesto á tu cuidado , para
que por medio de ésta ocupacion consigas el mis-.,
mo dichoso fin para que su Magestad te crió. No te.
has de salvar por aquel medio y ocupacion que :
tú eligieres , sino por éste á que Dios y los Su-
periores te han destinado. |
IV. Toscos son los Indios como un tronco de
la selva, y duros como. piedras ; pero. Dios te -
dará medios para pulir y labrar estos troncos, de
que su Magestad formará Tabernáculos en la Glo-
ria: y de esas que parecen piedras, formará Dios por
tu mano y aplicacion , hijos verdaderos.de Abra-
nen ¿ Es
347
7 Y. Esinevitable y preciso , y mas á los princi-
pios , que le dé en rostro, y le acarree muchos des-
consuelos aquella tosquedad y desnudéz de los In-
dios Gentiles , su ignorancia , inconstancia , pere-
za, ingratitud $c.; fuentes de que el Enemigo co-
mun excita en el Misionero temores, tedios, y des-
confianzas ; y de todo ello levanta montes de difi-
-cultades, que como diestro , sabe pintar como in-
superables, y tira a hacerle creer, que aquel empe-
ño es temerario : que es tentar á Dios : y levanta
otras nieblas para ofuscar al Operario , a fin de que
caiga de ánimo , abandone aquellas almas , que tan-
toteme , y le duele salgan de entre sus gar=
ras infernales. Es cierto , que ésta es la mas fuerte
batería, que juega el Infierno, con notable industria
Y por lo mismo debe el Operario oponerse a ella
con el mayor esfuerzo y empeño ; con la adverten=
cia , que en este género de guerra no hallará otra
defensa, ni otras armas , que las del recurso á Dios,
en la freqúente oracion , y en la meditacion de al-.
gunas de estas reflexiones , clamando á su Mages:-
tad con esfuerzo y valor,como pobre Soldado, que
solo vive a expensas de los tesoros de su infinita mi-
sericordia. Y aunque todas las reflexiones de este
Párrafo quinto le ayudarán mucho , todavía , para
este combate , le alentarán mucho los siguientes.
Humillado delante de Dios , vuelva toda su visa
ta y atencion a su interior, y vea lo primero , que
la ingratitud: , grosería y tosquedad fea con que
corresponde 4: su Criador , es mucho mayor y
peor que la que ve , y le desagrada en los In=
dios bárbaros y ciegos. 7
eLo «segundo , coteje su inconstancia en la vi
espiritual , y su pereza en abanzar terreno en ed
O! Ca”
348
camino de la perfeccion 3 y no se admirará de los
pobres Indios : tendrá lástima de sí mismo , y
de ellos.
Lo tercero , separe lo precioso de lo vil ; esto
es , mire en silo que es de Dios; y mire aparte lo
que es suyo, y de su propia cosecha ; 5 y luego se
hallará mas desnudo , pobre y desdichado , que los
Indios bárbaros : sila desnudéz de ellos le horro.
riza , mas horror y temor le debe causar la suya;
y pues Dios, no obstante esto , no le abandona,
le sufre , asiste y ampara , debe , á ley de agra-
decido al mismo Señor , sufrir , tolerar , beneficiar
y cultivar las almas de aquellos pobres Indios, que .
son imágenes desu Magestad , hacienda suya , y
grey que aprecia mucho.
: VL No estaban en mejor positura los Genti-
les del Mundo antiguo , quando les empezó á ra-
yar la luz del Santo Evangelio ; ántes bien era
mucho mayor su barbaridad , errores y vicios 5
y el mismo Señor , que envió entónces aquellos
sus Operarios para aquella inculta mies; te en-
via á que cultives ésta 5 y así .no te negará su
Magestad , ni las fuerzas necesarias , ni los me-
dios Oportunas.
VII. Trayga á la memoria con freqúencia Otros
Misioneros Jesuitas , que venciéron mayores di-
ficultades , que sufriéron mayores trabajos , y que
finalmente, con el favor de Dios , sujetáron á
la Iglesia Santa , Naciones mucho. mas agrestes:
en el Brasil , el Santo Padre Joseph Ancheta : en
las Mirianas , el Santo Mártir Luis de San Vic-
tores: y en todas las Provincias de Indias halla-
ra muchos y admirables exemplares y asi pon
confundirse ¿ como -para animarse. E
O
343
VIII. No se olvide jamás de los muchos Je-
suitas insignes , que han deseado” y pretendido
con ansia la ocupacion de Misionero en que Dios
le ha puesto, y no quiso conceder á los otros,
que hubieran trabajado heróycamente : hágase car-
«go: de 'la confianza con que su Magestad ha fia
do y puesto en sus manos-el tesoro de aquellas
almas , y que le ha de pedir cuenta , así de ellas;
como de los talentos que le dió para cultivarlas.-
e» IX. - No.haga hincapié , ni fixe su conside-
racion en los trabajos oOcurrentes , sino en el
fruto” actual que recoge, yen el que espera: re-
coger: mas monta la salvacion de un párvulo,
que desde el bautismo sube al Cielo , que quan-
tas angustias ha padecido , y puede padecer en.
toda su vida: ¿y qué gústo no debe tener y ha-
lar en aquellas taréas , caminos y diligencias ¿ con
que gana para”Dios, no una, ni Otra alma , Si
no muchas familias y Pueblos2 do:
X=: - Y finalmente, tenga por muy «cierto, que
todas aquellas almas, que va enviando á la Glo-
ria, por- delante , le ayuden grandemente , cla-
mando sin cesar 'á Dios por su Misionero-> y «por
la gente de-su -Nación 5 pára que su Magestad
los asista y defienda ,Hhasta llevarlos á la Biena-
venturanza eterna. Y no se puede dudar , que
todos aquellos á cuya salvacion cooperó , le ser-
wirán de abogados eficaces en todos sus aprie=.
tos ,:y en especial en la hora de la muerte , tér=
mino de esta brevenavegacion , y puerto segu=
TO ,-en que de la misericordia de Dios esperamos
gozar tranquilidad dichosa , y descanso eterno.
Amen. 1 dd
el Ad M. D. G. K= V.M. o
IN-
INDICE”
DE LOS CAPITULOS,
213
QUE CONTIENE LA, SEGUNDA: PARTE
Ó Tomo; segundo: del Orinocos:; a
Es 1 Si entre Gquellos bárbaros se valla:
alguna :moticia de Dios trooocsomion ooo.
Car. mn. Singular piedad , y eipacial pere oe
cia de Dios , que resplandece. en Bautismos ::
al. parecer cásualés de. Indios ancianos» «In- 0
dias y Párvulos. ¿... ... 9. .00004400.000000000
Car. m. Si aquellas Naciones tienen idolatría?
Si tienen noticia del Demonio , Y si se. va
- len de él, no lora accant anios
Car. Iv. Variedad de tenguasade taquellos In-
dios : búscase su: burra por la mejor CoH-
AJO tUtA div. Pida oca ora cat ais
Car. v. Investigase el orígen de. las lenguas
vivas , ó matrices «de. aquellos. Países. ...»
Car. vi. De las primeras gentes que -pasáron 19
á la América Y el. MOdO.<osocncalanao
Car. vi. Por qué de las Naciones del Orinoco,
(aunque en sí muchas , se reduce cada una
á tan corto número de gente? .oobunns..os
Car. vi Motivos de sus guerras. .esrs ec». 27
Car. 1%. Daños gravísimos que causon ; cd Hp a
- Misiones las Armadas de los Indios Catiz
bes , que suben de la costa del Mar... ..«».
Car. x. Gefes Militares de aquellas Naciones +.
mérito y ceremonias , que preci a SUS;
grados... «Nós date ae ln dle crm...
F AN %
ES 0
€
Ea
A e
39,
cd Car.
351
Lar. x1 Variedad “de armas de estas Nacio-
nes: destreza en manejarlas, sú fábrica), y
el sambor" devil con Pipi se convocan a de |
guerra. . e, O lo
$ nm. Sús caxas de guerra, FABINOO y sonido. tot.
$: 11 Trátase seriamente del sonido del tambor -*
Caberre; y se evidencia el alcance de su:so-
midor +. E A SNA e... ..... 104
$2 1y.- De: sus - embarcaciones ; modelo y modo
irrepular de” fabricarlasd. >. Vid. i4 4434 |
Car. xu1. Del mortal veneño Voñiiido curare : ra-
ro modo de: Fabricarle > ES Un su instantánea 0
Oeetividadess conri RA
Car. xu1. De otros veneños rales y Su activi.
" widad': la' cautelacon que los” dan 5 y cómo'
Jos descubrí cccscrra cid 437
Car. xiv: De las POleBñaS: venenosas de- aque. ad
los PAMPA Es BA COI AO NN 147,
$1 Del culebron a malo Poo ¿Ss + ibid.
5.11. Reflexion sobre'el Párrafo antecedente. call A
confirmacion de lo que él contiene: o... 2. . 15%
S. un. Trata de 18 acción y fatal: atractivo del
¡OLA AT IN LINDA LAO PO.
5. v. De la' acción 0 piboieio dé 08 efluvios. 464
$. v. De la fuerza atractiva del vabo del buio. +64.
$. vi. De algunas señas para filosofar sobre la
dicha viriud“atrhente dl. > LI 169.
s- vu. De otras culebras malignas y Y de al-
gunos remedios Contra sus venenos. ... +... 173.
$ viu. de-otras culebras malignas , y algunos
"“PEMEeRÑOS CONITA SUS” VENCOROS ¿ruca AT.
Car. xv: De otros insectos y sabandijas ve-
MERO A A A O O
Carp. xv1 De otras sabandijas muy lid iio 195,
APo
352
Carp. xym. «Peces ponzoñosos y sangrientosi. es 20d
Car. xvu. De los caymanes 0, cocodrilos sy, de,.
la virtud nuevamente. descubierta, em sus col= se
millor dr A
Car: xix. Modo de cultivar sus. tierras los. In>_ . >
dios y y los frutos principales que cogen.» 227%
Car. xx: Prosigue ba materia.del pasado. ..'Y ed
Car. xx1.. Arboles frutales 3 que, cultivan los. In-.,
adios. Yerbas y raices medicinales que, bros Los
2 * Ls >"
ta aquel terreN0. no eo eoacrrna ns a lA e 246%
Car. xx Caserías en los: campos rasos: Va-
-riedad de animales y. aves , que los Indios
logran en. ellos, y daños graves que hacen
ms. DOFAUIEAS: er. 0. acar o ra AA
Car. xxu, Turbacionsllantos, azotes y otros efec= 3
tos raros que causa el eclipse de la Luna ';
en. aquellos Grentiles.3s 12 .x 22... erelamiods 273.
Car xxiv. Estilos que. goardan aquellos ¡Gem $
_vtiles en, sus casamientos : la poligamia y.
Del: repudid. . «.omosoroanaraae aca r o ao 2
Car. xxy. Pregúntase y si se aumenta 0 dismi= |
. nuye el número de los Indios , haciendo el
cotejo del tiempo: en que eran Gentiles y con: 5
el de ahora, en los que ya son Cbristianos» 293.
Car. xxv1. Rechozadas dichas causas y.seprue- 5
ba ser insuficientes para-la diminucion ya .
propuesta de los Indi0S.. «oo .<.o.<........ +. 300%
Carta de navegar en el peligroso mar de los
¿Andros GEsatiladase anadir anto
$. 11. Del Misionero , su vocacion y aparejo. » . ibid.
$. 1. Causas principales de. disturbios... .... 3335
$. 11. Máximas Prácticas. A
$. IV. ÁVISOS prácticos. . A
$. v. Reflexiones que animan y fortalecen el ániz.. -
mo del Misionero de IndioS....... ««» «30. 346