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BOOK 398.2.B475 c 1
iÍmSIh.^'Í.'Í.,?,^!: calila y dimna
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CALILA Y DIMNA
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
BIBLIOTECA SELECTA DE CLASICOS ESPAÑOLES
'^ LA ANTIGUA VERSIÓN CASTELLANA
DEL
CALILA Y DIMNA
COTEJADA CON EL ORIGINAL ÁRABE DE LA MISMA
MADRID: 191 5
LIBRERÍA DE LOS SUC. DE HERNANDO
IMPRESORES Y LIBREROS
DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
Arenal, 1 1.
Madrid.— Imprenta de los Suc. de Hernando, Quintana, 33.
ÍNDICE
Prólogo Pág. xxvii
Introducción de Ben Almocafa Pág. i
Objeto del libro, p. I. — El hombre que halló un tesoro
y por no tomarse la molestia de cargar con él, fué bur-
lado por los peones que logó para que se lo llevaran"
a casa, p. 4. — El necio que por haber aprendido de
memoria algunas reglas de bien decir, quería pasar
por sabio, p. 5. — De nada sirve la ciencia, si no se
practica. El hombre que se quedó dormido viendo
cómo le estaban robando, p. 6. — No debe procurarse
el provecho propio con daño ajeno. El hombre que
queriendo robar a su consocio se robó a sí mis-
mo, p. g. — El sabio nunca debe desesperar. El pobre
que se aprovechó del ladrón que quería robarle, p. 12.
CAPÍTULO L— La misión de Berzebüey a la India. . . . Pág. 17
Berzebuey recibe de su soberano el encargo de buscar
en la India unas hierbas con las cuales se podría resu-
citar a los muertos, p. 17. — No encontrándolas, pre-
gunta a los sabios de allá, quienes le dicen que dichas
hierbas no son otra cosa que la ciencia contenida en
los libros que alumbran el entendimiento de los igno-
rantes, p. 19. — Halla Berzebuey dichos libros, los tra-
duce al persa y se los trae a su rey. Uno de aquéllos
era el libro de Calila y Dimna, p. 19.
CAPÍTULO n. — Del médico Berzebuey Pág. 21
Nacido de noble familia, aprende desde joven la Medi-
cina y se dedica al ejercicio de la misma, p. 21. — Exce-
CALILA Y DIMNA
lencia de la Medicina, y qué debe proponerse un buen
médico, p. 23. — Cura Berzebuey a todo el mundo
?r^^^,.amente, p. 25. — Reconvenciones que hace a su
alma. Desconfía de la Medicina, que si cura el cuerpo
no sana el alma, y se dedica al estudio de la Reli-
gión, p. 25. — Estudia las distintas religiones y sectas,
y no encontrando razones para decidirse por una, no
sabe cuál profesar, temiendo le suceda lo que al la-
drón a quien hicieron creer que los rayos de la Luna
le servirían de escalera, p. 30. — Historia de este la-
drón, p. 32. — Dedicado Berzebuey a la investigación
de la religión verdadera, teme que este estudio le
aparte de la práctica de las buenas obras, y que en
sus dudas, no sabiendo por cuál decidirse, le suceda
lo que al amante que no encontrando la salida que le
diera su amada, fué cogido por el marido de ésta. El
cuento de este amante, p. 35. — Dedícase a la prác-
tica del bien, por temor de que el dulzor del mundo
le distraiga de su fin, y le suceda lo que al mercader
que habiendo logado a uno para que le horadase unas
piedras, por el gusto de oírle tocar el salterio tuvo
que pagar el jornal sin que se las horadase. El cuento
de este mercader, p. 38. — Piensa dedicarse a la vida
religiosa, pero duda si podrá perseverar en ella, y teme
le suceda lo que al can que llevaba en la boca un pe-
dazo de carne. Cuento de este can, p. 40. — Después
de largas meditaciones, decídese por la vida religiosa.
Desarrollo del embrión en el útero materno, y penas
que sufre el hombre desde que nace hasta que mue-
re, p. 42. — La justicia ahuyentada del mundo, y la ini-
quidad triunfante, p. 49. — El placer de los sentidos
nos estorba de pensar en nuestro último fin. Ejemplo
del hombre que perece vencido del atractivo de un
placer pasajero, p. 51.
CAPÍTULO III.— Del león e del buey Pág. S:
Un rico mercader reprende a sus hijos el vicio de la pro-
digalidad, p. 55. — El hijo mayor carga una carreta de
mercancías, y con ella y sus dos bueyes se dirige hacia
índice
otra tierra; se le desgracia en el camino un buey, el
llamado Senceba, y lo deja al cuidado de un criado,
que lo abandona al día siguiente, p. 57. — El buey, cuyo
destino no se había cumplido, se levanta y llega a un
fértil prado, p. 58. — El hombre que, salvado del lobo
y de la corriente de un río, se arrima a una pared y
muere aplastado por ella, p. 58. — El buey, gordo ya,
aterra con sus mugidos al león, rey de aquellos con-
tomos, p. 59. — Dimna, lobo cerval y ambicioso, ente-
rado del miedo del león, se lo comunica a su hermano
Calila, p. 60. — Éste le responde que siendo simple va-
sallo no debe entremeterse en los asuntos del rey, no
le suceda lo del cuento del mono y la cuña, p. 60. —
Expone Dimna las ventajas de su proyecto, y ante
las objeciones de Calila, trata de convencerle de la
bondad y eficacia de aquél para mejorar de condi-
ción, p. 62. — Preséntase Dimna al león, y se le insinúa
de manera que el león queda prendado de él, p. 70. —
Dimna se atreve a preguntarle el motivo del miedo
que tiene, y enterado, a pesar del león, de que la causa
era una fuerte voz, le refiere, para desvanecérselo, el
cuento de la zorra y el tambor, p. 75. — Encarga el
león a Dimna que averigüe la causa de aquella voz.
Vase éste, y el león se arrepiente de haberle confiado
tal misión, p. TT. — Vuelve Dimna, e informado el león
de que la voz era la de un buey, encárgale de nuevo
que se lo presente, p. 79. — Se va Dimna y torna con
el buey, a quien el león recibe muy bien y le hace su
privado, p. 80. — La privanza del buey apena a Dimna,
que, lleno de envidia, se lamenta a su hermano Ca-
lila, el cual le refiere el cuento del religioso a quien
robaron los paños (p. 82), en el cual se intercalan : el
cuento de la zorra que murió aplastada entre dos ca-
brones (p. 83), el de la alcahueta que murió al que-
rer matar al amigo de su pupila (p. 83); y el del car-
pintero, el barbero y sus respectivas mujeres, p. 84. —
Dimna quiere recobrar su dignidad, y para ello no en-
cuentra otro medio que el de enemistar a Senceba
con el león, p. 89. — Como dudase Calila de que pu-
CALILA Y DIMNA
diera llevar a cabo tal propósito (p. 90), Dimna le
narra el cuento del cuervo y la culebra (p. 92), en el
cual se intercala el de la garza, las truchas y el can-
grejo, p. 93. — A una nueva observación de Calila, le
refiere Dirana el cuento del león y la liebre, p. 97. —
Calila aprueba el propósito de Dimna, siempre que
no sea en daño del león; y Dimna, después de dejar
pasar algunos días sin ver al león, se le presenta triste
y congojoso, p. 100. — Expónele las dudas que tiene
defla fidelidad de Senceba, que sabe que le es traidor,
y que no debe dejarlo sin escarmiento (p. lOi), y le
relata el cuento de las tres truchas, p. 104. — Como to-
davía dudase el león, extiéndese Dimna en conside-
raciones acerca de la ambición de los hombres (p. 106),
y para convencerle, refiérele el cuento del piojo y
la pulga, p. lio. — No convencido del todo el león,
quiere enviar un recado a Senceba, ordenándole que
se ausente de la corte, cosa que desaprueba Dimna,
quien previene al león para que viva apercibido y
no se deje sorprender por el buey, p. iii. — Recaba
Dimna permiso del león para ir a ver a Senceba, ante
quien se presenta lamentando la triste suerte de los
que sirven a los reyes, y le dice por fin que el león
quiere matarlo para dar un banquete a su corte, p. 1 14.
No duda Senceba de la verdad de lo que le dice
Dimna, y atribuye la súbita enemistad del león a ma-
nejos de envidiosos consejero? que le han engañado,
como se engañó el ánade que creyó que el reñejo de
la Luna era una trucha, p. 116. — Extiéndese en refle-
xiones propias del caso, y llega a sospechar que su
sinceridad para con el león sea la causa de su propia
ruina, como lo es de la del buen árbol, el cargar de-
masiado de fruta; de la del pavón, el brillo de su
plumaje, y de la del caballo leal, su misma fortale-
za, p. 118. — Si no es por eso, añade, debe ser por el
hado, a quien todo está sujeto, p. 121. — Respóndele
Dimna que la ira del león no es por rada de lo que
ha dicho, sino por su natural pérfido y traidor, p, 122. —
Senceba llega a creerse culpable por haber codiciado
índice
los honores de la privanza del león (p. 122), y para de-
mostrar lo que pueden la malicia y la mentira concer-
tadas en contra del inocente, relata el cuento del león,
el lobo, el abnue, el cuervo y el camello (p. 124), aca-
bando por decir que no le queda otro recurso que
luchar con el león, p. 132. — Dimna intenta disuadirle,
■y le refiere el cuento del tittuy, su hembra y el ma-
yordomo del mar (p. 133), del cual forma parte el
de los dos ánades y el galápago (p. 136); mas com'Ó^^
Senceba le dijese que él no mostraría enemistad nin-
guna al león, teme Dimna por su engaño y le dice que
si al ir a verle descubre en él ciertas señales, se aper- : .
ciba para la defensa, p. 140. — Entera Dimna a Calila
del resultado de sus gestiones, y los dos se dirigen a
presenciar la lucha, en que Senceba es muerto por el
león, p. 141. — Queda el león triste y pensativo, y Ca-
lila, al ver esto, reprende a Dimna por su mala fe; le
dirige oportunas reflexiones, aunque cree que de nada
le han de servir (p. 142), y 1& refiere el cuento.de los
monos, la luciérnaga y el ave, p. 148. — Le dice que
el engaño y la lozanía son malos compañeros, y puede
que le acarreen mala cima, como sucedió en el cuento,
que le refiere, del falso y del torpe (p. 149), en el
cual se interpone el de la garza, la culebra y el can-
grejo, p. 153. — El engaño, continúa diciendo Calila, se
vuelve muchas veces contra el engañador; cree que
Dimna no saldrá salvo (p. 155); le relata el cuento de
los mercaderes y los mures que comían hierro (p. 157),
y termina su coloquio abominando la compañía de los
perversos y desconfiando de la enmienda de Dim-
na, p, 159. — El león se arrepiente y conduele de haber
matado al buey, y Dimna le consuela, p. 160.
CAPÍTULO IV. — De la pesquisa de Dimna Pág. 164
El remordimiento por la muerte de Senceba traía muy
desazonado al león. Un leopardo, maestro del león,
que fué una noche por un tizón a la casa de Calila,
oyó las reprensiones que éste dirigía a Dimna, y en-
terado del crimen, se lo comunica a la madre del
Xn CALILA Y DIMNA
león, previo juramento de que no revelaría su nora-
bre, p. 164. — Al amanecer se va la madre del león a
casa de su hijo; éste le manifiesta las dudas que tiene
acerca de la culpabilidad de Senceba, y le pregunta
si ella ha oído algo, p. 166. — Como le contestara que
sí, exige el león que le diga el nombre de la persona;
y como ella se negase, comienzan a discutir para ave-
riguar hasta qué punto está obligado el confidente a
guardar el secreto, p. 169. — En ima reunión de nota-
bles, presidida por el león, a la que asisten la madre
y Dimna, procura éste convencerles de su inocencia,
y se lamenta de la desgraciada suerte de todos los
que lealmente sirven a ios reyes, p. 172. — Ruégales
que pesquisen bien el caso, y les refiere el cuento de
la mujer del mercader y el pintor, p. 176. — Continúa
Dimna haciendo protestas de su inocencia; le des-
miente uno de la mesnada, y Dimna le contesta de
manera que aquél, avergonzado, tiene que salirse de
la reunión, p. 179. — La madre del león insiste en sus
acusaciones, y al ver que su hijo parecía acoger favo-
rablemente los descargos de Dimna, llega ella tam-
bién a dudar y se va indignada, p. 181. — Manda el
león que procesen a Dimna, y entonces le informa su
madre de que el leopardo es quien le comunicó el
secreto, p. 185. — Calila visita a Dimna en la cárcel; le
recuerda sus consejos y le exhorta a que confiese
para salvar su alma. Dimna reconoce la lealtad de
Calila, pero no pierde la esperanza de poderse salvar.
Vuélvese Calila a casa y muere aquella misma no-
che, p. 187. — Un lobo, preso en la cárcel, oye la con-
versación que en ella tuvieron Dimna y Calila, p. 191. —
La madre del león exhorta a su hijo para que apre-
sure la instrucción del proceso. Se constituye el Tri-
bunal, presidido por el leopardo y un alcalde, y com-
parece Dimna, p. 191. — Requiere el alcalde a los de la
mesnada para que depongan en el proceso, y como
todos se quedaran perplejos, les refiere Dimna el
cuento del médico que envenenó a la hija del rey,
queriendo curarla, p. 192. — El cocinero mayor depo-
ÍNDICE
«e contra Dimna, fundándose en los signos fisonómi-
cos, p. 196. — Respóndele éste que el libre albedrío
sería imposible si fuese cierta la ciencia fisonómi-
ca (p. 197), y queriendo convencer a la Sala de la ne-
cedad y torpeza del cocinero, les relata el cuento del
labrador y sus dos mujeres, para demostrar que no se
debe censurar a otro, y menos cuando se es tan sucio
y astroso como el cocinero mayor, p. 199. — Termi-
nada la sesión, destituye el león al cocinero mayor y
Dirana torna a la cárcel, p. 202. — Jauzava, bestia amiga
de Calila, entera a Dimna de la muerte de aquél. En-
cárgale Dimna que le traiga todo el ajuar de su casa;
le regala la parte de Calila y le ruega que siga con
atención el proceso y le informe de cuanto pueda
interesarle, p. 202. — Asiste Jauzava a la lectura que
de los autos se hizo ante el león y a una nueva visita
de la madre de éste, y lleva nuevas desfavorables a
Dimna, p. 204. — Dimna es llevado de nuevo al Juz-
gado; se le manifiesta que hay prueba plena para
fallar contra él, y como insistiera en su inocencia, le
exhorta el alcalde a que confiese el crimen y salve su
alma, p. 205. — Contesta Dimna que el inocente que
se confiesa culpable es suicida, p. 207. — Amonesta a
los jueces para que no le condenen por prejuicios,
refiriéndoles el cuento de la mujer calumniada por su
criado con ayuda de unos papagayos, p. 208. — Tor-
nan a Dimna a la cárcel, y elevan el proceso ante el
león, quien no acierta a decidirse; pero insiste la ma-
dre, hace venir al leopardo, y el testimonio de éste
decide al león a condenar a Dimna a muerte de ham-
bre y sed en la cárcel, p. 213.
CAPITULO V. — El cuervo, la collarada, el ratón, el
GALÁPAGO Y EL CIERVO Pág. 2l6
Un cuervo desde lo alto de un árbol ve cómo un paja-
rero tiende su red, en la cual se enreda una paloma
con todo su cortejo, p. 217. — Por consejo de la pa-
loma, aunan todas su esfuerzo, arrancan la red y se
elevan volando en busca de un ratón amigo de la pa-
CALILA Y DIMNA
loma, que les corte la red y las salve, p. 218. — La pa-
loma llama a su amigo y le ruega que corte los lazos
de sus compañeras antes que el de ella; así lo hace
el ratón, y las palomas se alejan, p. 219. — El cuervo,
que por curiosidad las había seguido y había presen-
ciado su salvación, solicita la amistad del mur, y ante
las dudas de éste, sostiene con él discusión acerca de
la posible amistad entre dos seres que por naturaleza
son enemigos uno de otro, p. 222. — Aceptada la amis-
tad por el ratón y disipadas por el cuervo las sospe-
chas que aun abrigaba aquél, sale de la cueva, se
abrazan los dos, y convienen, al cabo de algunos días,
en mudarse a otro lugar donde vivía un galápago
amigo del cuenco, p. 225. — Presentado el mur por el
cuervo y recibido en la amistad del galápago, les
cuenta aquél su accidentada vida, diciéndoles: Nacido
en casa de un religioso y dotado de una fuerza ma-
ravillosa, saltaba todos los días al canastillo en que
aquél guardaba la comida, y comía y daba de comer
a los otros mures; un huésped que albergó cierto día
en casa del religioso, y a quien éste contó mis haza-
ñas, le advirtió que algo misterioso debía haber en
mi fuerza (p. 228), refiriéndole el cuento de la mujer
que cambió sésamo mondado por sésamo sin mon-
dar (p. 230), en el cual se intercala el cuento del ba-
llestero y el lobo, p. 231. — Pide el huésped un aza-
dón, y cavando con él, encuentra mil maravedís en
mi cueva; se los lleva, y quedo yo al momento sin
fuerzas para hacer lo que antes hacía, p. 233. — Mis
camaradas me piden de comer; no puedo saltar al
canastillo, y al ver mi impotencia me abandonan con
desprecio y se van al servicio de otro, p. 234. — Hace
atinadas y amargas reflexiones acerca de la pobre-
za, p. 235. — Cuenta los nuevos esfuerzos que hizo
para recobrar los maravedís y los golpes y heridas
que por ello recibió (p. 239), y cómo, reflexionando
acerca de su estado, llegó a convencerse de que la
codicia es causa de las mayores tribulaciones y peli-
gros (p. 240), por lo cual se retiró al campo, donde
ÍNDICE X'
conoció a la paloma y luego al cuenco, p. 241. — La
tortuga le consuela y exhorta a la práctica del bien,
ya que la riqueza nada vale, en parangón con la sabi-
duría, p. 242. — El cuervo felicita a la tortuga por los
buenos consejos que acaba de oírle, p. 245. — La sú-
bita llegada de un gamo que huía de un cazador, les
asusta; pero repuestos del sobresalto, reciben al gaiíio
como amigo, p. 246. — Cierto día, como pasara la hora
y no concurriese el gamo al parral donde todos se
reunían, se inquietan los tres amigos; vuela el cuervo
en busca de aquél y lo ve preso en un lazo, p. 247. —
Vienen también el mur y el galápago adonde estaba
el gamo; éste reprende al galápago, que no podrá
escapar si llega el cazador , p. 248 . — Asoma éste
cuando ya el mur había cortado el lazo del gamo;
huyen éste, el ciei-vo y aquél, pero queda presa la
tortuga, p. 249. — Laméntase el mur de la nueva des-
gracia; adviértenle el gamo y el cuervo que la oca-
sión no pide lamen-tos, sino obras; indícales el mur el
medio de salvar a la tortuga; lo ponen en práctica y
quedan todos salvos, p. 251.
CAPÍTULO VI.— De los cuervos e de los buhos... . Pág.
Una bandada de cuencos que posaba con su rey en un
árbol, es atacada de noche y derrotada por una tropa
de buhos que, gobernada por su rey, vivía en una
cueva próxima, p. 255. — Al enterarse por la mañana el
rey de los cuervos de la magnitud de la derrota, con-
voca a sus cinco consejeros: el primero le aconseja
huir; el segundo opina que en adelante deben vivir
apercibidos; el tercero cree que conviene enviar una
embajada y ofrecer un tributo; el cuarto tiene por
mejor que sujetarse, abandonar el país (p. 256); el
quinto desaprueba el parecer de sus compañeros;
confía en la astucia y soHcita una sesión secreta cor»
el rey, p. 259. — Solos ya el rey y el consejero, pregún-
tale aquél por el origen de la enemistad entre los
buhos y los cuervos; y el cuervo le dice que, reunidas
las aves cierto día para elegir un rey, cuando ya habían
XVI CALILA Y DIMNA
convenido en elegir por tal a un buho, llegó un cuervo
que, consultado acerca del caso, desaprobó la elec-
ción, poniendo de manifiesto los defectos y la torpeza
del buho (p. 264), y refiriéndoles el cuento de las lie-
bres que para librarse de los elefantes fingieron que
la Luna era su rey, p. 266. — Díceles además que el
buho es falso y vil, y les relata el cuento de la jine-
ta y la liebre que tomaron por arbitro al gato ayu-
nador, p. 269. — Las aves anulan la elección, y el buho
se ausenta desesperado, después de jurar al cuervo
odio y rencor mientras el mundo durare. El cuer-
vo se arrepiente de su indiscreción, p. 272. — El rey
pregunta al cuervo lo que han de hacer a la sazón, y
éste le dice que deben usar de astucia, relatándole el
cuento de los tres bribones y el religioso, p. 275, —
Pídele al rey que finja ensañarse con él; que ordene
que lo hieran, y le deje así abandonado, huyendo él
con la gente a cierto lugar, para que los buhos, al vol-
ver a atacarlos, le encuentren en tal estado, como en
efecto sucede, p. 276. — Llevado prisionero ante el rey
de los buhos e interrogado por éste, le dice que por
haber aconsejado a su rey la sumisión o la fuga, le
conceptuó traidor y le dejó en el estado en que lo
aprisionaron, p. 277. — El rey de los buhos consul-
ta con sus privados lo que deben hacer del cuervo :
el primero aconseja que lo maten; el segundo opina
que se le tenga piedad, porque muchas veces la ne-
cesidad óbUga a buscar la protección del enemigo,
y relata el cuento de la mujer joven y hermosa, el
mercader rico y viejo y el ladrón (p. 279); el tercero
aconseja que traten bien al cuervo, que, aun siendo
enemigo, puede serles útil, y les narra el cuento del
religioso, el demonio y el ladrón, p. 281. — Insiste el
primer consejero advirtiendo que no se dejen llevar
de la lisonja, y refiere el cuento del carpintero que
fué engañado por su mujer en presencia del aman-
te, p. 283. — El rey no hace caso de las advertencias de
aquél, y admite en su intimidad al cuervo, que logra
insinuársele con su palabra blanda y sabrosa, p. 287. —
Un día en que estaban reunidos los buhos, rogóles
que dijesen a su rey que él deseaba vengarse del mal
trato que había recibido de los cuervos, y que para
ello quería transformarse en buho por medio del fue-
go, p. 288. — El primer consejero le contesta que es im-
posible cambiar la naturaleza del malvado (p. 288), y
relata el cuento del religioso y de la rata que, aun
después de transformada en doncella, prefirió por no-
vio al ratón, p. 289. — El rey de los buhos continúa,
sin embargo, honrando al cuervo, quien un día se sale
furtivamente y entera a su rey de lo que debía hacer
para triunfar de los buhos, p. 292. — El rey le obedece
y los buhos quedan arruinados, p. 293. — Termina el
capítulo con una larga conversación entre el cuervo
y su rey (p. 294), durante la cual aquél le refiere el
cuento de la culebra que de buen grado quiso ser
cabalgadura de la reina de las ranas, p. 296.
CAPÍTULO VII.— Del galápago e del ximio Pág. 305
Un rey de monos, destituido por sus subditos, se retira
a la ribera del mar, donde hace amistad con un ga-
lápago, p. 305. — La mujer de éste se inquieta por la
prolongada ausencia de su marido; una vecina la en-
tera de la amistad de aquél con el mono; cae aquélla
enferma, y al volver el marido le dice la vecina que
la dolencia de su mujer sólo se cura con corazón de
mono, p. 307. — El galápago, que al pronto vacila,
se decide por curar a su mujer, traicionando a su
amigo; vuelve a la playa e invita al mono a que le vi-
site en su casa; excúsase éste, alegando que la pura
amistad se paga con solo amor; pero decídese ante el
atractivo de la sabrosa fruta que el galápago le ofrece
en su isla, y cabalga en él, que empieza a nadar mar
adentro, p. 308. — Inquieto y desazonado el galápago,
se para a reflexionar, e interrogado por el mono, que
ya sospecha la traición, le dice que por la enferme-
dad de su mujer no podrá obsequiarle como desea,
y acaba por confesarle que la medicina de aquélla no
es otra que corazón de mono, p. 312. — Éste se arre-
TOMO I. b
CALILA Y DIMNA
píente de haberse dejado llevar de la gula; pero inge-
nia una treta y reprende al galápago por no haberle
dicho tal cosa en su casa, donde él se ha dejado el
corazón, p. 313. — El galápago torna a la playa con
el mono, que corriendo se sube al árbol, y ante el
requerimiento de aquél, que le espera (p. 314), le re-
fiere el cuento del asno que, al decir del lobo cerval,
no tenía corazón ni orejas, p. 315.
CAPÍTULO VIH. — Del rreligioso e del can Pág. 319
Un religioso cuya mujer quedó encinta cuando ya la
creía estéril, se forja ilusiones exageradas acerca del
varón que le iba a nacer, p. 319. — La mujer le amo-
nesta por tan prematura alegría, y le relata el cuento
del religioso que vertió la miel y la manteca sobre su
cabeza, p. 320. — Pare la mujer un varón, y teniendo
(.jue salir un día, lo deja al cuidado del marido, p. 322. —
Tuvo él también precisión de salir en aquel entonces,
y deja el niño al cuidado de un can que tenía en casa;
mata éste una serpiente que vio venir contra el niño;
vuelve el religioso, sale el can a recibirle, y al verle
aquél lleno de sangre, sin detenerse a reflexionar, lo
mata, p. 323.— Enterado de lo sucedido, se arrepiente
y tiene que aguantar además las reprensiones de su
mujer, p. 323.
CAPÍTULO IX. — Del gato e del mur Pág. },2-.
Un gato que tenía su madriguera al pie de un árbol y
cerca de la de un mur, cae preso en la red de un ca-
zador. Sale el ratón y se alegra de verlo allí; pero ob-
serva a la vez que a él lo están acechando de un lado
un lirón y de otro un buho, p. 326. — Su perspicacia le
hace ver que sólo puede salvarse aliándose con el gato,
a quien él puede librar cortando el lazo que lo apri-
siona, p. 327. — Saluda al gato, y se le acerca después
de prometerse mutua y recíproca fidelidad, p. 328. —
El buho y el lirón desesperan de cazar al ratón, y se
van; éste comienza a cortar la red, p. 330. — El gato se
impacienta por la lentitud con que procede el ratón.
ÍNDICE
quien le contesta que la prudencia le aconseja hacerlo
así, y que no cortará el último nudo hasta que no vea
asomar al cazador, como lo hizo, corriendo entonces
el gato al árbol y el mur a su ratonera, p. 330. — Poco
después le manifiesta el gato sus deseos de no inte-
nnimpir la amistad; mas el ratón le contesta que pa-
sado el motivo por que la hicieron, la prudencia le
aconseja que se guarde de él, p. 332.
CAPÍTULO X. — Del rrey Beramer e del ave que dizeíí
Catra Pág. 336
Un rey criaba un ave llamada Catra, que sabía hablar y
tenía vm hijo pequeño. Parió la reina, y el infante se
criaba con el hijo de Catra, la cual iba todos los días
al monte y les traía sendos frutos, que contribuían mu-
cho a la robustez de los pequeños, p. 336. — Un día,
ausente Catra, se enfadó el infante con el pollo y lo
mató. Catra, al volver, quebró los ojos al infante y
huyó, p. 337. — Enterado el rey, se va en busca de Ca-
tra, con la que sostiene larga conversación, durante la
cual se esfuerza por engañarla para vengarse; pero
ella le contesta a todos sus razonamientos y se ausenta
de él, ps. 338 a 347.
CAPÍTULO XI. — Del rrey Cederano e de su aguazil Beled
e de su muger Elbes Pág. 348
Cederano, rey de la India, que tenía por privado al se-
sudo y leal Beled, despierta un día espantado por
ocho (1) visiones que tuvo en sueños, y llama a los
bracmanes para que se las interpreten, p. 350. —
Éstos, que habían sido perseguidos por el rey, apro-
vechan la ocasión para vengarse: le piden que les
deje deliberar a solas con sus libros, y acuerdan augu-
rar al rey terribles presagios, de los que sólo podrá
librarse matando a Helbed, su más querida mujer; a
su hijo el heredero; a Beled, su consejero, y al sabio
A. y B. siete.
CALILA V DIMNA
Caimerón, y también a su caballo y elefantes, p. 351. —
El rey, al oír la interpretación de los bracmanes, queda
sumamente abatido, y ante la insistencia de ellos, tran-
sido de dolor, se retira a su cuarto, p. 354. — Beled
entera a la reina de la tristeza de su soberano, y le
ruega que lo vea y procure averiguar la causa de
tanta aflicción, p. 356. — Después de alguna vacila-
ción por ciertas palabras que había tenido con el rey,
decídese la reina; entra en el cuarto del rey, y con
caricias y' amorosas amonestaciones logra que le diga
lo que le aconsejaron los bracmanes, p. 358. — Con-
suélale la reina, que afectuosamente le ofrece su vida
por que recobre la alegría; mas le advierte su temor
de que los bracmanes quisieran vengarse, y le acon-
seja que consulte antes con el sabio y leal Caime-
rón, p. 360. — El rey sigue este consejo, y Caimerón
le anuncia que las siete primeras visiones son otros
tantos regalos que recibirá de sendos reyes a los siete
días; y le dice que no le interpreta la octava, o sea
«el ave que vio que le picaba en la cabeza», pero
que no debía temer, pues no sería más que una de-
sazón pasajera, p. 363. — A los siete días llegan los
regalos, que el rey distribuye entre sus servidores,
reservando para la reina y para su concubina una co-
rona de oro y unos vestidos preciosos; llama a la reina
para que elija; duda ésta y mira a Beled, que con el
ojo le hace seña para que escoja los vestidos; nota
ella que el rey ha visto el guiño de Beled, y para que
no sospechara, elige la corona, p. 366. — Una noche
de las que el rey pasaba con Helbed, guisóle ésta
una escudilla de arroz; y mientras se lo estaba toman-
do, entró en la cámara la concubina, luciendo el bri-
llante vestido. Maravillado el rey ante tanta hermosu-
ra, trató de necia a la reina porque eligió la corona,
y ésta, fuera de sí aloírse llamar necia, dio al rey con
la escudilla por encima de la cabeza. Indignado el
rey manda a Beled que mate a la reina; pero éste la
guarda en su casa, confiado en que aquél pronto vol-
vería sobre sí, p. 369. — Pronto se arrepiente el rey, a
índice
quien Beled procura consolar con el cuento de las
dos palomas, en que el macho mata a la hembra por
una falsa suposición (p. 372), y le añade que no se
debe procurar lo que es imposible haber, relatándo-
le el cuento del mono que por una lenteja perdió to-
das las que tenía, p. 374. — Sigue un largo diálogo
que el privado sostiene con el rey, durante el cual
éste se lamenta de la muerte de Helbed y aquél pro-
cura consolarle con ingeniosas y atinadas respues-
tas, ps, 375 a 389. — Convencido al fin Beled de que
el rey está verdaderamente arrepentido, le manifiesta
que desobedeció su orden y que la reina vive, p. 390. —
Alégrase el rey y manda que le traigan a la reina;
quiere luego galardonar a Beled, quien le contesta
que sólo desea del rey que en adelante medite seria-
mente antes de tomar resolución. Manda el rey matar
a los bracmanes, p. 392.
CAPÍTULO XII. — Del arquero e de la leona e del axa-
RA Pág. 396
Una leona, al volver a su cubil encuentra sus leoncillos
muertos y desollados por un cazador, p. 397. — Los te-
rribles lamentos que da son oídos por un axara, que
la amonesta y advierte que lo mismo que ella lamenta
del cazador han tenido que lamentar de ella otros pa-
dres, p. 397. — La leona se abstiene de comer carne,
pero hace un gran estrago en los frutos del campo;
el axara le advierte de nuevo que por culpa de ella
los árboles no fructificarán otro año, y ella entonces
se abstiene de los frutos, come hierba y hace vida de
religioso, p. 399.
CAPÍTULO XIII.— Del rrelígioso e de su huésped, Pág. 401
Un extranjero hospedado por un religioso, laméntase de
que los frutos de su país no sean tan sabrosos como
los que el religioso le ofrece, y éste le contesta que
prudente es contentarse con lo que buenamente se
pueda tener, p. 401. — El extranjero se empeña en
aprender la lengua del religioso, y éste, para disuadir-
CALILA Y DIMXA
lo, le refiere el cuento del cuervo que pagado del
andar de la perdiz quiso aprenderlo, y no lo pudo lo-
grar y olvidó el suyo propio, p. 402.
CAPÍTULO XÍV . — Del león e del anxahar rreligio-
SO Pág. 404
Un lobo cerval, viviendo entre los suyos, hace vida de
abstinencia y castidad. Las bestias le reprenden por
su proceder, y él les contesta que la bondad de las
obras no depende del lugar, sino del sujeto, p. 406. —
El león, rey de aquellas bestias, enterado de la virtud
del lobo, lo llama; y cerciorado de sus excelencias,
quiere ponerlo al frente de su casa. Rehusa el lobo
la oferta, por no estar acostumbrado a la vida pala-
ciega y por temor a las malicias y trapacerías de los
cortesanos; pero ante la insistencia del rey se resigna
a obedecer, p. 407. — La privanza del lobo concita a
los cortesanos, que, para perderle, ocultan un día en
la propia casa de él la carne destinada a la mesa del
rey; y luego, mediante una conversación hábilmente
dispuesta, hacen creer al león que el lobo le ha roba-
do la carne, p. 411. —Manda el león registrar la casa
del lobo, y como apareciera en ella la carne, lo re-
duce a prisión; luego, por ciertas malicias e intencio-
nadas dudas que oye acerca déla decisión que tomará,
se irrita y le condena a muerte, p. 414. — Intercede la
madre del león; censura en su bijo la precipitación
con que ha juzgado, y le advierte la necesidad en que
está el rey de madurar bien los asuntos para no ser
juguete de la malicia de los envidiosos, p. 416. — Se
presenta un testimonio de la inocencia del lobo, en
vista del cual la madre exhorta al león para que casti-
gue a los calumniadores, p. 420. — El león manda sacar
al lobo de la cárcel; éste rehusa volver a la perdida
dignidad, por temor a la desconfianza del rey y a las
nuevas tentativas de sus enemigos; pero al fin acepta
ante los requerimientos y protestas del león, p. 422.
índice xxhi
CAPÍTULO X\'. — DfcL oktiNZE e del ximío e del tejón (i)
E DE LA CULEBRA E DEL RRELIGTOSO Pág. 426
En un hoyo cavado en el campo caen un mono, un
tejón, una culebra y un hombre. Pasa por allí un re-
ligioso y echa una soga para salvar al hombre; pero
se agarran primero a ella las bestias una en pos de
otra, y sale el hombre el último de todos, p, 429. —
El hombre da gracias al religioso y le ofrece su casa;
también las bestias dicen donde vivían, p. 430. — A
poco el religioso tuvo que ir a la ciudad; el mono, que
lo ve en el camino, le ofrece fruta y le hospeda; y
luego, de acuerdo con el tejón, roba de palacio varios
aderezos de oro y se los entrega; el religioso entra en
la ciudad y visita al orífice, quien apenas le ve los
aderezos, lo denuncia al rey, p. 431. — El religioso es
condenado a la horca; oye la serpiente los lamentos
del inocente; lo reconoce, entra en palacio y muerde a
un hijo del rey, quien declara que sólo puede curarle
el religioso injustamente condenado a muerte, p. 433.
El religioso sana al príncipe; entérase el rey de lo
acaecido y n">anda ahorcar al orífice, p. 434.
CAPÍTULO X\T. — Del fijo del rrey e del fidalgo e de
sus companeros Pág. 437
El saber y el esfuerzo humano se hallan sujetos al
hado, p. 438. — Un príncipe, un hidalgo, un comer-
ciante y un labrador, todos jóvenes y pobres, se en-
cuentran en un camino y discuten acerca del mejor
medio de obtener fortuna, p. 439. — Llegados a una
ciudad, ponen sucesivamente en práctica la tesis por
cada uno de ellos defendida: el labrador, con un
jornal gana para comer los cuatro un día, p. 441. —
El hidalgo, a quien tocó en suerte el segundo día,
entra en la ciudad y se queda arrimado a un árbol,
donde le ve una dueña que, compadecida de él, le
obsequia y da cien maravedís, con los que torna a sus
(i) rejón. — En B. c:uttg0, como se ice en el epígrafe del texto.
CALILA Y DIMNA
compañeros, p. 442.— El hijo del mercader gana en un
negocio mil maravedís, p. 443. — Tócale su turno al
príncipe, que, abandonándose a la voluntad de Dios,
se sienta indeciso a la puerta de la ciudad; y como al
pasar la fúnebre comitiva del rey, que llevaban a en-
terrar, no se moviera de su sitio ni obedeciera lo que
se le mandó, lo prenden y lo encarcelan, p. 445. —
Proclamado nuevo rey al día siguiente, le enteran del
caso; manda el rey que le presenten al príncipe, a
quien casa con una hija suya y le da auxilios con que
recobra su reino, p. 446. — Hace entonces venir a sus
compañeros y les prueba con su ejemplo que la suerte
del hombre depende de la voluntad divina, p. 451. —
Convoca luego en asamblea a los grandes del reino y
se afirma en ella la creencia del rey, en apoyo de la
cual relata un religioso el cuento de las dos palomas
que le revelaron un tesoro, p. 452.
CAPÍTULO XVIL — De las garzas y del zarapito. Pág. 457
Dos garzas, macho y hembra, deciden trasladar su nido
a un piélago solitario y desconocido de las otras
aves, p. 458. — La hembra, que tenía amistad íntima
con un zarapito, desea que éste las acompañe, y para
poder enterarle del proyecto de su marido, finge que
por la salud de sus poUuelos necesita traer un pescado
que sólo se halla en cierta isla muy lejana, p. 459. —
Opónese el marido al viaje de la hembra y le relata
el cuento del mono que buscando medicina con que
sanar a su compañero perdió la vida, p. 460. — Insiste
la hembra y accede el marido, pero recomendándole
guarde en secreto el proyecto que tienen. Ella se va
y dice al zarapito que para que no se internimpa la
amistad que los une, pida permiso a su marido para
trasladarse con ellos. El zarapito rechaza la condición
por humillante; pero accede a usar del ardid que ella
luego le propone, p. 463. — Vuelve la hembra con
el pescado y encuentra al zarapito con su marido, a
quien reprende por haber accedido a los deseos de
aquél, p. 466. — Consuélala el marido, y le refiere el
ÍNDICE XXV
cuento del lobo que por vivir apartado de los suyos
fué muerto por los gatos, p. 466. — Las garzas y el za-
rapito se trasladan al piélago, donde vivieron placen-
teramente hasta que la seca de un río y consiguiente
mengua del pescado deciden al zarapito a deshacerse
de aquéllas, confiando en servirse de la hembra para
matar al marido, p. 471. — La visita, y para conven-
cerla le relata el cuento del gato y el ratón, p. 472. —
La hembra se deja engañar, sobre todo ante el re-
cuerdo de la promesa que le había hecho de buscarle
nuevo marido, y mata al macho haciéndole comer un
pescado espetado, p. 478. — A poco pide al zarapito
el nuevo marido; y aquél, fingiendo que la llevaba
a vistas, la hace entrar en la cueva de un lobo que, ad-
vertido ya y puesto en acecho, la mata, p. 480.
CAPÍTULO XVin.— La paloma, la vulpeja y el alcara-
ván Pág. 481
Una paloma se libra del apuro en que la metía una zorra,
por consejo de un alcaraván, p. 481. — Enterada la zorra,
busca al alcaraván; traba conversación con él, y me-
diante una serie de preguntas adulatorias, logra que
ponga la cabeza debajo del ala, momento que apro-
vecha para saltar sobre él y matarlo, p. 482.
Glosario Pág. 487
PROLOGO
El origen indio del Libro de Calila y Dimna se
halla explicado en el capítulo I de la versión caste-
llana mejor que en ninguna de las versiones árabes
que hoy conocemos. Según allí se lee, Berzebuey
— léase Barzuyeh — , médico de la corte de Sirechuel
o Nixhuen — léase Anuxirvan (i) — , fué enviado por
su soberano a la India, en busca de unas hierbas que
tenían la virtud de resucitar a los muertos. Llegado
allá Barzuyeh y hechas varias experiencias sin resul-
tado satisfactorio, consultó con los sabios del país,
quienes le dijeron que dichas hierbas no eran otra
cosa que los libros que ilustran el entendimiento de
los ignorantes; libros o escripturas que Barzuyeh tras-
ladó en lenguaje de Persia et concertólas, y se volvió
con ellas hacia su soberano (2). A dichos libros o es-
(i) Anuxirvan o Cosroes I, rey de Persia, que gobernó desde
531 hasta 579 de Jesucristo y extendió su dominación hacia la
India, sometiendo algunos de los rajas o príncipes de la misma.
Fué muy amante de la instrucción, favoreció a los sabios y mandó
traducir a la lengua de su país las mejores obras de los griegos.
(2) La circunstancia de haber ido Barzuyeh a la India, no en
busca de übros, sino de hierbas maravillosas, se lee también en
la Historia de los persas, de Ta 'alibi, publicada y traducida por
H. Zotenberg (París, 1900, págs. 629-633). Pero según este autor,
el rey de la India, a semejanza de lo que sabemos que hoy hacen
CALILA Y DIMNA
cripturas, traducidas y concertadas por Barzuyeh, tma
de ¿as cuales es aqueste libro de Calila e Dimna, aña-
dió aquél unas questiones que fizo un rrey de India,,,
a su alguazil o visir, y lo juntó todo en un libro entero
que sirviese de guía y ejemplo a su rey y a los que
le sucediesen.
Aquí tenemos explicado, de conformidad con lo
que han venido a resolver los eruditos, no sólo el
origen indio de la colección (i), sino también resuel-
ta la cuestión suscitada por algunos (2) acerca de si
Barzuyeh encontró en la India una compilación que
fuese el original de la versión persa, o si sólo halló
diversos escritos, de los cuales formó él su colección.
Barzuyeh, como expresamente se lee en dicho capí-
tulo I (3), tradujo varias escripiuras, que luego con-
los moros, no permitió que Barzuyeh sacara copia del libro, sino
sólo que lo leyera en su presencia; y éste lo leyó con tal aten-
ción, que lo aprendió de memoria y lo puso luego por escrito.
(i) El Sr. Gayangos afirma que Barzuyeh sólo tomó de la In-
dia la historia de Calila y Dimna, o sea el capítulo III de nues-
tra versión. Todo lo demás, dice, reconoce otro origen o fué aña-
dido por él. (Véase Biblioteca de Autores Espartóles: Escritores en
prosa anteriores al siglo XV, recogidos e ilustrados por D. Pas-
cual Gayangos. Madrid, 1860, pág. i, nota, y pág. 41, nota i.)
(2) Herbelot, Sarmiento, Benfey, Gayangos, etc. (Véase C. G.
Alien, L'ancienne versión espagnole de Kalila et Digna. Ma-
cón..., 1906, pág. v.)
(3) Extraña a primera vista que siendo la versión castellana
traducida del árabe, sea ella la que mejor nos entere de todos
los pormenores referentes al origen de estas fábulas. Y la razón
de ello no es otra sino el haber sido este capítulo tan añadido y
desfigurado por los árabes en las sucesivas copias que de él han
hecho, que la verdad ha quedado obscurecida y omitida para
dejar su lugar a concepciones fantásticas, a que tan aficionados
PROLOGO
certó y les añadió el capítulo de las cuestiones o pre-
guntas que hizo el rey de la India a su visir, formando
así la colección tal y como se hallaría ésta en la pri-
mitiva versión pehleví o dialecto literario de la Per-
sia, hacia el año 570 de Jesucristo.
El título de Libro de Calila y Dinina con que se
conoce esta colección es impropio; porque tal título
no conviene más que al capítulo en que se refiere la
historia de aquellos dos chacales — el III en nuestra
versión — , y a otro — el IV de nuestra versión — en
que se cuenta el proceso de Dimna. Los demás capí-
tulos nada tienen que ver con Calila y Dimna; son
enteramente independientes. Los tomados del Pan-
chatantra tienen en esta obra su título propio; título
que conservan en la colección árabe y también en las
demás. Lo sucedido fué que como dicho capítulo es
el I en el Panchatantra y lo fué también en la com-
pilación de Barzuyeh, y es además el más largo y el
más interesante, dio nombre a toda la colección.
La traducción de Barzuyeh y el original sánscrito
de que se sirviera, si es que llegó a reunirlo forman-
do compilación, se han perdido; pero poseemos dos
son aquéllos. Algo de ello hay también en el manuscrito A de
nuestra versión, que nos habla de Sirechuel, hijo de Cades; pero
en B se lee Nixhuen, conforme con Nuxirvan o Anuxirvan, el
nombre del soberano persa. La versión hebrea, y la latina de
Juan de Capua, hecha de la hebrea, convienen con la nuestra, y
son las únicas que conservan este capítulo en la forma que tenía
en la primitiva redacción árabe. En confirmación de lo que aca-
bamos de decir, añadiremos que dicho capítulo, que en castellano
llena escasamente unas 3 páginas en nuestra edición, ocupa 14 en
la edición árabe de Sacy, 26 en la de Jalil y 11 en la de Cheikho.
Por esto es el único capítulo que no cotejamos con el árabe.
CALILA y DIMNA
versiones de aquélla: una al siriaco, hecha por un
eclesiástico llamado Bud o Bod, en el mismo siglo vi,
pocos años después del 570, y otra al árabe, hecha
por los años de 750 por Abdalla Ben Almocafa. En
esta versión árabe aparecen capítulos que no tenía
el original pehleví. Del árabe se tradujo después al
siriaco, al griego, al persa, al hebreo y al castella-
no (i). La versión hebrea, a su vez fué traducida al
latín por Juan de Capua con el título de Directorium
vitae hmnanae alias parábola antiqtiorum sapien-
tium (2). Esta versión latina y la castellana son las
dos que mejor representan el original árabe de Ben
Almocafa.
De la versión castellana tenemos dos manuscritos,
ambos en la Biblioteca de El Escorial, en cuyo catá-
logo se hallan descritos en la forma siguiente : Códi-
ce (A) en folio pasta, en papel, con 24 folios y de
principios del siglo xv : está imperfecto; y (B) Calila
y Dina, o colección de fábulas morales, tomadas de
algunos filósofos, escritas por el bachiller Alonso de.
Toledo. Parece que no está completo. Códice en folio
menor pasta, en papel, con 223 folios y de fines del
(i) Véase Keith-Falconer, Kalilah and Dimnah..., being- an
account of their literary history, witli an english translation of the
later syriac versión of the same, and notes (Cambridge, 1885). En
la introducción trata todas las cuestiones relativas a Calila y Dim-
na, su origen, traducciones, etc., resumiendo los trabajos de sus
predecesores. — Véase también la Bibliographie. des ouvrages ara-
bes, de M. Chauvin (11, pág. 79), donde cita traducciones del Ca-
lila hechas a cuarenta lenguas diferentes.
(2) Publicada por Derenbourg en el fascículo 72 de la Biblio-
theque de tÉcole des Hautes Études. París, 1887.
PROLOGO XXXI
siglo XV (i). Sarmiento (2) describe otro cuyo para-
dero se ignora.
Al fin del manuscrito A se lee : Aqui se acaba el
libro de Calila e Digna, et fue sacado del ardvigo en
latín e rromangado, por mandado del infant aon Al-
fonso, Jijo del Muy noble rrey don Ferrando, enla era
de mili e dozienios e noventa e nueve años; y el título
del manuscrito perdido era, según Sarmiento (3) : El
libro de Calila e Dimna, que fue sacado del arábigo en
latín, Romanizado, por mandado del Infante Alfon-
so, fijo del Rey D. Fernando, en era de mil trescientos
ochenta y nueve. Corrigiendo ambas fechas, una por
otra, se obtiene la probable de 1289 de la Era espa-
ñola, o sea el año 125 1 de Jesucristo, en que D. Al-
fonso era todavía infante. Las palabras sacado del ard-
vigo en latín e rromangado, dieron motivo a sospe-
char si la versión castellana no procedía de la árabe
directamente, sino por intermedio de otra latina,
(i) El Sr. GayangoSj en la página 4 del prólogo de su edición
del Calila y Dinma, los describe del modo siguiente : «El prime-
ro y más antiguo de ellos, señalado con i i i, h, 9, es de fines del
siglo xrv; está forrado en tabla... del Renacimiento; consta de
94 hojas útiles y tiene intercalados en el texto muchos dibujos de
pluma, ejecutados con bastante primor... El segundo, señalado
con i i i, X, 4, es más moderno; una nota final dice que se acabó
de copiar en jueves postrimero de abril, año de LXVI, por García
de Medina, en Valladolid. Es un folio menor de 223 hojas, de las
cuales las 119 primeras pertenecen al Libro de Calila e Dimna,
ocupando las restantes el Mappa Mundi de Isidoro, en romance,
y parte del Invencionario del bachiller Alonso Gutiérrez de To-
ledo.»
(2) Memorias para la Historia de la Poesía. Madrid, 1775.
(3) Op. cit„ pág. 339.
CALILA Y DIMNA
hecho que no puede admitirse ni admitirá por cierto
quien se fije en el cotejo que en la presente edición
hacemos de ambas versiones, la castellana y la árabe.
En el pasaje citado sobra la conjunción e, que no se
lee en el título de la copia perdida, citada por Sar-
miento, y suprimida dicha conjunción, el texto viene
a decir que la obra se tradujo del árabe al latín ro-
manzado; es decir, al latín romance de Castilla, o sea
al romance castellano.
Mientras no teníamos de la versión castellana más
edición que la publicada por D. Pascual Gayangos,
y de la árabe la editada por Sacy y todas las que
basadas en ésta se han publicado, era difícil el cote-
jo de ambas versiones, no obstante lo cual se había
llegado ya a la conclusión de que la castellana es-
taba hecha directamente de la árabe. Pero publicada
en 1906 la versión española por CUfford G. Alien, en
la que imprime el texto del manuscrito A, anotan-
do al pie de las páginas las variantes del manuscri-
to B, y en apéndice los capítulos de éste que fal-
tan en aquél, y publicada también en 1905 por el
P. Cheikho (i) la versión árabe según el manuscrito
más antiguo de fecha conocida, el cotejo de ambas
traducciones, la castellana y la árabe, sorprende por
la fidelidad con que en muchísimos pasajes la nues-
tra reproduce literalmente el texto de Ben Almocafa.
Ya Derenbourg (2) decía en 1887, que el texto árabe
traducido por Alfonso el Sabio fué el mismo que el
(i) La versión árabe de Kalilah et Dimnah, d'ap?'es l¿ plus
anden Manuscrit árabe daté. Beirut, 1905.
(2) Op. cit., pág. rv del prólogo.
PRÓLOGO
que utilizó el traductor hebreo, y que la identidad de
la versión española con la hebrea era más de notar,
cuando entre los muchos y diferentes manuscritos
árabes que se hallan en las bibliotecas, no hay uno
que no presente muchas diferencias con el texto de
aquéllas. «Esta versión española — añade — será de
gran utilidad cuando se trate de restablecer un texto
árabe correcto de la versión de Ben Almocafa.» Para
restablecer este texto puede servir en gran parte el
publicado por el P. Cheikho, el cual, aunque no sea
completo, pues le faltan algunos capítulos de los con-
tenidos en nuestra versión, es el que más conviene
con ella, y las muchas incorrecciones de que adolece,
son fáciles de corregir teniendo a la vista la traduc-
ción castellana. En nuestro cotejo hemos corregido
algunas, y no nos hemos detenido en otras porque la
tarea, además de larga, se salía del objeto de la pre-
sente publicación, y deliberadamente la hemos deja-
do para un segundo tomo, en el que, comparando la
versión castellana y la árabe con el original sánscri-
to (i), cuando sea posible, y con la siriaca y demás
hechas directamente de la árabe, lleguemos hasta don-
de se pueda en la reconstrucción del texto de Ben
Almocafa.
El plan que hemos seguido en nuestra edición es
el siguiente : hemos cotejado frase por frase y pala-
bra por palabra la edición de Alien con la de Cheikho
y con otra, también árabe (2), que después de aquélla
(i) Hay pasajes que en la versión castellana están más con-
formes con el original sánscrito que en las versiones árabes.
(2) Publicada por Jalil Jazichi, en Beirut, el año 1888.
TOMO I. c
XXXIV CALILA Y DIMNA
nos ha parecido la mejor. Ya hemos dicho que Alien
publica el texto del manuscrito A, anotando las va-
riantes de B, y en apéndice los capítulos de B que
faltan en A.
Empleamos en la edición tres tipos distintos. Todo
lo que va impreso en letra redonda es del manuscri-
to A. Los capítulos, frases o palabras de cursiva son
del manuscrito B que completan el texto de A cuan-
do éste es deficiente, o lo enmiendan, siempre de
conformidad con la versión árabe. En este último
caso ponemos en nota el texto de A, que de este
modo se reproduce íntegro en nuestra edición. Lo
impreso en versalitas son palabras o frases de A o
de B que no tienen correspondencia en los textos
árabes, y son adiciones del amanuense castellano u
omisiones del copista árabe. Las palabras o frases
que incluímos entre paréntesis ( ) son del texto cas-
tellano, pero superfinas; y las que van entre [ ] faltan
en los manuscritos, pero son indispensables para el
sentido de la frase. Las voces que nos han parecido
equivocadas por el copista, las corregimos, pero indi-
cando en nota la forma que tienen en el manuscrito.
Cuando del cotejo resulta que el texto de la ver-
sión española no conviene con el de la árabe de
Cheikho, pero sí con el de la de Jalil (i), lo adverti-
mos en nota; y ello es señal de que en tal pasaje la
lección de J. es la legítima y la que debe preferirse,
si no salen pruebas en contra, para una edición co-
rrecta del texto árabe. Cuando no hay conformidad
(i) Indicamos estas dos ediciones con las letras C. y J., res-
pectivamente.
PROLOGO
en los textos, o cuando, habiéndola en el pensamien-
to, la traducción castellana no resulta literal del ára-
be, ponemos en nota la traducción de G. y a veces
también la de J. salvo en aquellos casos en que nos
ha parecido que el traductor castellano no podía se-
guir a la letra el texto de la versión árabe, y tenía
que buscar otro giro. Así, en esta edición no sólo se
publica el texto castellano corregido y añadido de
conformidad con los mejores textos de la versión
árabe, y se da la traducción completa del texto ára-
be editado por Cheikho (i), sino que en vista de ella
(i) Para seguir el hilo del texto de C. en nuestra edición, tén-
gase en cuenta que la primera y la última palabra de los pasajes
traducidos en las notas son dicciones del texto castellano, que se
distinguen a simple vista de las demás de la nota, por ser anti-
cuadas. La primera hay que buscarla siempre en el texto, des-
pués de la llamada de la nota anterior (*); y la última es la que
sigue inmediatamente, en el mismo texto, a la llamada de la nota
de que se trata. De modo que substituyendo por la nota el pa-
saje del texto comprendido entre dichas dos palabras, se tiene la
traducción seguida del texto de C. En la página 70, por ejemplo,
el texto árabe y el castellano convienen en todo desde «Desí»,
con que empieza la página, hasta <estado?^ Pero en vez de *has
estado?* que se lee en B., conforme con C, dice A. «eres?», como
se índica en la nota i. A continuación, donde el texto castellano
dice «de tu puerta», C. y J. dicen «de la puerta del rey», como
reza la nota 2, que empieza con «de» y termina con «a», que es la
palabra que sigue a la llamada 2. La nota 4 de la misma página
comienza con «Ca», de la línea 8, y termina con «Quando>, pala-
bra que sigue a la llamada 4 del texto. Debemos advertir que en
estos pasajes, traducidos del árabe, hemos procurado ajustamos
todo lo posible al original, siguiendo el texto y repitiendo a veces
palabras y giros que afean la redacción castellana, pero que re-
producen lo más fielmente que nos ha sido posible el texto árabe.
(*) Si ésta no se refiere a enmienda del texto de A.
XXXVI CALILA Y DIMNA
se puede ya sentar la siguiente conclusión : Los pasa-
jes en que hay conformidad en los textos, represen-
tan fielmente la antigua versión árabe y también la
castellana; cuando falta esta conformidad, queda por
averiguar cuál de las dos versiones representa mejor
el original : la castellana o la árabe. Este trabajo, que
exige nuevos estudios para su realización, como tam-
bién el distinguir y precisar el elemento indio de la
colección, distinguiéndolo de todo lo que en ella 're-
conoce otro origen, árabe o persa, lo dejamos para un
segundo tomo.
*
* *
Esta edición no es paleográñca. El signo/ lo trans-
cribimos por s; la v vocal por u, y Isl u consonante
por V; la }>, cuando es verdadera vocal , o sea cuando
no forma diptongo, por z; el signo / por z; y m por 7nm
o mn, según los casos. También ponemos acentos
para facilitar la lectura.
José Alemany Bolufer.
LIBRO DE CALILA Y DIMNA
[INTRODUCCiÓiN DE BEN ALMOCAFA]
[Falta en A. — B., fols. i a 5. — C, págs. 45 a 52.— J., págs. 65 a 83.]
Los filósofos entendidos de qual qider ley e de qual
quier lengua sienpre punaron e se trabajaron de buscar
el saber e de rrepresentar e hordenar la filosofía eteran
tenudos de fazer esto. Et acordaron e disputaron sobre
ello tinos con otros, e amávcmlo más que todas las otras
cosas de que los ornes se trabajan, et plazíales más de
aquello que de nin.guna juglería nin de otro plazer; ca
ienien que non era ninguna cosa de las que ellos se tra-
bajavan, de mejor premia nin de mejor galardón que
aquello de que las sus ánimas trabajavan e enseñavan.
Et posieron enxenplos e semejanzas enla arte que alean-
garon e llegaron por alongamiento de nuestras vidas e
por largos pensamientos e por largo estudio; e deman-
daron cosas para sacar de aquí lo que quisieron con
palabras apuestas e con rrazones sanas e firmes; et po-
sieron e conpararon los más destos enxenplos alas bes-
tias salvages e alas (i) aves.
(i) C. Principio de Calila y Dimna, que es una parte de las
fábulas y narraciones que los sabios de la India inventaron, en
las cuales se propusieron introducir los dichos más eficaces que
encontraron para el fin que se proponían. Los sabios de cual-
TOMO I. I
CALILA Y DIMNA
E ay untar onseles para esto tres cosas btienas: lapri-
h'iera, que los fallaran usados en r razonar, e trobáron-
los según lo que usavan para dezir cncobierta mente lo
que querían, et por afirmar buenas rrazones; e la se-
gunda es, que lo fallaron por buena manera con los en-
tendidos por que les crezca el sabor en aquello que les
mostraron de la filosofía quando enella pensavan e co-
nocían su entender; la tercera es, que los fallaron por
juglaría alos dicípulos e alos niños. Et por esto lo ama-
ron e lo tovieron por estraña cosa et quisieron estudiar
enello e sabej-lo; que (i) quando el mogo oviere hedat e sií
entendimiento conplido, e pensare enlo que dello oviere
decorado en los días que enello estudió e asmare lo que
ende ha notado en su corazón, sabrá ende que avrá al-
ean cado COSO' que es más provechosa que los tesoros del
aver et sería atal como el 07ne que llega a hedat e (2)
quier religión y las gentes de cualquier lengua no cesaron de
procurar, mediante varias especies de artes, el que fueran enten-
didos ellos y sus obras, (ni dejaron) de buscar medios para ma-
nifestar al exterior sus razonamientos, hasta que resultó de aque-
llas artes la de poner el discurso elocuente y sólido en boca de
las bestias s. y de las aves.
(i) C buenas. En cuanto a ellos (los sabios), encontraron un
punto de partida para hablar y varios procedimientos que em-
plear. En cuanto al Ubro, reúne distracción y sabiduría : los sabios
lo eligen para instruirse y los ignorantes para su diversión. Y en
cuanto a los discípulos, tanto jóvenes como los que no lo sean^
experimentan gozo en estudiarlo y les es fácil el retenerlo. Así
quando
(2) C. hedat y reuniere en sí la acción y la reflexión del que
medita acerca de aquello que en su corazón conserva consignado,
como resultado de su educación y que él no entendía, entonces
sabrá que ha logrado, mediante aquello, tesoros cuantiosos, et s.
a. c. e. o. que al llegar a la edad de la razón, cuando llegue, falla
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMOCAFA
Jalla que su padre leha dexado gran tesoro de oro e de
piala e de piedras prefiosas, por donde le escusaria de
demandar ayuda en vida (i).
Pues el que este lloro leyere sepa la manera en que
fue conpuesto, et qual fué la entengión de los filósofos e
de los entendidos en sus enxenplos délas cosas que son
ai dichas. Ca aquel qu: esto non sopiere non sabrá que
será su fin enes te libro, Et sepas que la primera cosa
que conviene al que este libro leyere, es que se quiera
guiar por sus antecesores que son los filósofos e los
sabios, e que lo lea e que lo entienda bien, et que non
sea su intento de leerlo fasta el cabo sin saber lo que
e.'ide leyere (2). Ca aquel que la su intención será de
leerlo fasta en cabo, e non lo entendiere nin obrare por
él, non fiará pro el leer, nin (3) avrá del cosa de que se
pusda ayudar.
Et aquel que se trabajare de demandar el saber per-
(i) C. oro, que le constituye una fortuna que lo hace rico y le
releva de trabajar y buscar (""). — Sigue en C. una cláusula enre-
vesada y de difícil comprensión, que no me atrevo a traducir, y
que, como se ve, falta en la versión castellana y también en los
demás textos árabes.
(2) C. entenyióii de su autor en lo que atribuye a los animales
y en lo que inserta sin ser evidente, además de las varias mane-
ras de cuentos que introduce. Pues el lector, si descuida esto, no
podrá saber lo que se quiere (expresar) con estas alusiones, ni
el fruto que ha de sacar de ellas, ni el resultado que ha de obte-
ner de las materias que en el libro se exponen. Ca
(3) C. cabo, sin entender lo que leyere, no avrá
(*) Hasta aquí llega esta introducción en el manuscrito editado por
el P. Cheikho. Eu las dos últimas cláusulas, el texto árabe es muy inco-
rrecto, pero se ve que viene a decir lo mismo que la versión castellana.
De aquí en adelante cotejamos este capítulo con el texto de otro ma-
nuscrito que publica el P. Cheikho, y con el de J. /
CALILA Y DIMXA
feiamentc, leyendo los libros estudiosa mente si non S9
trabajase en fazer der eolio, e seguir la verdat, non avrá
del fruto que cogiere si non el trabajo e el lazerio; e será
atal como el {í) orne que dixieron los sabios que pasara
por un canpo, e le aparegió un tesoro, et después que lo
ovo, vio un tal tesoro qual orne non viera (2), et dixo en
su cora fon: «Si yo me tomare a levar esto que he fa-
llado, e lo levare poco a poco, fazer same ha perder (3)
el gran sabor que he dello. Mas llegaré (4) peones que
meló lyeven ami posada, et d¿sí iré en pos dellos.» E
fizólo asi, e levó cada uno dellos lo que pudo levar a su
posada, efeziéronlo desta guisa fasta que ovieron levado
todo el tesoro. Et desí esto fecho, fuese el orne {^) para
su posada e non falló ncoda, mas fallo que cada uno de
(i) C. Et aquel que desea acumular mucho saber y leer libros
sin ningún esfuerzo de atento examen en lo que leyere, merece-
dor es de que no le suceda sino lo que sucedió al orne,
(2) C. pasara por una cueva y se le aparecieron vestigios de
un tesoro; comenzó a cavar, y buscó y dio con abundante can-
tidad de dinero contante y plata amonedada, et
(3) C. levar esta riqueza (*) que lie hallado, la molestia del
transporte me interrumpirá el
(4) llegaré, tal vez errata de copista, por l!ogaré = logaré, de
logar = alquilar, según C. y J.
(5) C. dellos. Y no dejaré detrás de mí cosa que yo deba pen-
sar en llevar o hacer; y habré obtenido auxilio, para no moles-
tarme con la fatiga, por un pequeño jornal que les daré.» En se-
guida allegó portadores y comenzó a dar a cada uno de ellos lo
que podía cargar, diciéndole : «Anda con ello a mi casa.» Pero
se lo llevaba el portador a su propia casa, pues lo engañaba,
hasta que cuando no quedó nada del tesoro fuese para
(*) J. riqueza poco a poco, fazer se Die ha largo y me interrumpirá, etc.
La construcción incorrecta de C. en este pasaje es prueba de que debe
enmendarse conforme con el texto castellauo.
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMOCAFA
aquéllos (i) avía apartado para si lo que levara, et así
non ovo dende salvo el lazerio de sacarlo. Et esto por
quanto se aaiyió, e non sopo fazer bien sil fazienda por
non ser enviso (2).
Et por ende, si el entendido alguna cosa leyere deste
libro, es menester que lo afirme bien e que entienda lo
que leyere^ o que sepa que ha otro seso encobierto. Ca si
non lo Supiere, non le terna pro lo que leyere, asi como
si orne levase nuezes sanas con sus cascas, e non se puede
deltas aprovechar fasta que las parta e (3) saque
deltas (4) lo que enellcts yaze. E non sea atal como el
orne que dezíct qiíe quería leer gramática, que se fue
para un su amigo que era sabio, et escrivióle una carta,
en que eran las partes de fablar (5), e el escolar fíese
concita a su posada, e leyóla mucho; pero non conoció
nin entendió el entendimiento que era en aquella carta,
e la decoró, e súpola bien leer. Et acertóse con unos sa-
bios cuyda.ndo qzie sabia tanto como (6) ellos, et dixo
(i) C. de !os portadores, avía
(2) C. tazerio y pena, porque no pensó en el resultado final
de su facienda.
(3) ^-B.o
(4) C. Et así, quien lea este libro y no entienda el sentido
manifiesto y el encubierto de él, no se aprovechará de la fortuna
que se le ofrece, así como si a un hombre se le ofrece una nuez
entera, no se aprovechará de ella si no la parte y se aprovecha (*)
de i o
(5) C. orne que deseaba aprender el arte de la elocuencia, y
grabóle uno de sus amigos en una tablilla de oro la claridad del
discurso y sus modos y formas, e
(6) C. conogió el sentido de ella ni entendió lo (^*) que había
(*) J. si no la parte y saca lo, como B.
(**) J. entendió el entendimiento que
CALILA Y DIMKA
ujix palabra en que yerro. E dixo uno de aquellos sabios :
« Tú y erraste en \lo\ que dezias, ca devlas dezír asi* (i).
E¿ dixo él: ^¿ Cómo yerre? Cayo he decorado lo que era
en una carta.* Ei ellos hurlaron del por que non la sabia
entender i et los sabios toviéronlo por muy gran nefio (2).
Et por esto qual quier orne que este libro leyere e lo
entendiere, llegará ala fin de su entenfión, e se puede
del aprovechar bien, e lo tenga por enxenplo, et que lo
guarde bien. Ca dizen que el ojue entendido non tiene en
mucho lo que sabe nin lo que aprendió dello, maguer
que mucho sea. Ca el saber esclarece 7nucho el entendi-
miento, asi bien como el olio que alutnbra la tiniebla,
ca es la escuridat de la noche. Ca el enseñamiento me-
jora su estado de aquel que quiere aprender. Et aqusí
que Supiere la cosa e non usare de su saber (3), non le
aprovechará, et es (4) atal como el ome que dize[n] que
en ella. Después tomó asiento cierto día en una reunión de gente
sabia, culta e inteligente (*), y pensando que le bastaba lo que
llevaba en aquella tablita, comenzó a conversar con ello^,
(i) Cyerraste en ello; pues el sentido es distinto de lo que
has dicho.* Et
(2) C. Ca yo he leído la tablita dorada que tengo en mi casa.»
•Como si esta respuesta fuese concluyente! Y aumentóle esto el
orgullo de su ignorancia y el alejamiento de la ciencia.
(3) saber, — B. sabor,
(4) C. Et el hombre inteligente que comprenda (''^*) este libro
y lo entienda, y llegue a su fin y se entere de todo lo que hay en
él, conviénele que haga lo que aprenda de él para que le apro-
veche; y que lo tome como ejemplo del que no se debe apartar;
porque si no hace esto, será atat
(*) J. sabia y culta, y
(**) Creo qv.e debe eameauarse, en C. y ea J., el verbo f^y^i '^oísi-
jtrendar, por \ ,.^, lee*.
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMOCAFA
entró el ladrón en su casa de noche e sopo el lugar donde
eslava el ladrón y et dixo (i): <s- Quero callar fasta ver
lo que fardy e de que oviere acabado de tomar lo que
quisiere, lev arttarmehé para gelo quitar. t> Et el ladrón
andudo por casa, e tomó lo que falló, et entre tanto el
dueño donnióse; e el ladrón fuese con todo quanto falló
en su casa, et después despertó et falló que avía el ladrón
levado quanto tenía. Et entonce comen f ó el orne bueno a
culparse e mal traerse, e entendió que el su saber .non
le tenía pro, pues que non usara del (2).
Ca dicen que el saber no7í se acabe si non conla obra.
Et el saber es como el árbol, e la obra es la fruta; e el
sabio non demanda el saber (3) si non por aprovecharse
del. Ca si non usare délo que sabe^ non le tendrá pro.
Et si un orne dixese que otro orne sabía otra carrera pro-
vechosa, e andodiera por ella diziendo que tal era, e
(i) C. que un ladrón asaltó su casa mientras él estaba en la
cama; y lo vio y dijo : «-¡Par Dios! Quero
(2) C.fará, y no le daré voces para no darle a entender que
estoy enterado; y cuando haya hecho lo que se propone, me
levantaré y le frustraré su empresa.» En seguida se desentendió
de él, y se puso el ladrón a dar vueltas, y se detenía desechando
la mayor parte de lo mucho que encontraba. Y vencióle el sueño
(al amo) y se durmió. Y terminó el ladrón lo que se proponía y
le fué fácil la huida. Y despertó el hombre y halló que el ladrón
ya había escapado con todos los objetos que había cogido; y co-
menzó a culparse a sí mismo, cuando advirtió que él no se había
aprovechado del conocimiento que tuvo de la presencia del la-
drón, porque no hizo en tal caso lo que debía.
(3) C. y J. sabio non se decide a obrar si (*)
(*) Creo que en este punto están equivocados los textos árabes, en
los que debe substituirse ^~^, obrar, obra, por ^5, sr.bcr, para que
estén conformes coa la versión castellana.
CALILA Y DIMKA
non fuese ansí, averloian por sinple, et atal como el orde
que sabe qudl es la vianda buena e mala, e desi vénfele
la golosina e el sabor de comer, e come la vianda tnala,
e dexa de usar déla buena. Et el orne que más culpado
es en fazer las malas obras e dexar las buenas, como
si dos ornes fuesen que serviese el uno al otro, e fuese
el uno (iego, e cayesen amos a dos en un f oyó; que
más culpa avría el que tenia ojos que non el ciego en
caer (i).
Et el sabio deve castigar primero asi, e después ense-
ñar (2) alos otros. Ca seria enesto atal como la fuente que
beven todos della e aprovecha a todos, et ella nojt ha de
(1) C. sab^, no se le llamará sabio. Et si un orne tuviese cono-
cimiento de una carrera peligrosa, e a. p. ella, sabiéndolo, aver-
loian por simple; y tal vez él habiendo pedido cuentas a su alma
y encontrado que ella había descuidado (sus) cosas y le había
cogido de improviso, a pesar de que él conocía el peligro mejor
que ella, vuelva a recorrer el mismo camino peligroso que él
tenía conocido. Y quien procede según su capricho, omitiendo
lo que debe hacer en lo que ha experimentado por sí mismo o
sabe por otro, es como el enfermo que sabe qué comida y qué
bebida le es mala, buena, ligera o pesada; pero la gula lo lleva a
tomar la nociva y deja de tomar la que más le conviene para ali-
viarse y sanar de su enfermedad. Y el hombre que merece me-
nos excusa al abstenerse de las acciones que son loables y prac-
ticar las vituperables, es el que las ve y las distingue, y conoce
'a excelencia de unas sobre las otras. Así como si dos hombres^
el uno con vista y el otro ciego, fueran llevados por la fatalidad
a un foso y cayesen en él, se hallarían los dos, cuando llegasen
juntos al fondo, en lá misma situación de perecer; sólo que el
dotado de vista tiene menos excusa ante los hombres de su
daño; porque tenía ojos para ver, y esto que le aconteció fué por
su torpeza necia.
(2) C. así con su ciencia; y no sea su objeto la adquisición de
la sabiduría para favorecer atos
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMO CAFA
aquel provecho cosa ninguna; ca el sabio, después que
adere (a bien su fazienda, mejor ad¿rega alas otros con
su saber. Ca dizen que tres maneras [de cosas] debe el
seglar ganar e dar: la primera es ciencia, la segunda
[rriquezas], e la tercera codiciar de facer bien. Et non
conviene a ningún sabio profanar de ninguna cosa, fa-
ziendo él lo sejuejante, ca será atal como el (iego que
profafava al tuerto (i).
Nin deve trabajar provecho para sí por dañar a oíro^
ca este atal que esto feziese seria derecho que le conte-
niese lo que contenió aun orne, Et dizen que un especiero
[tenían] sisamo él e un su conpañero, e cada uno dellos
íejtia una hixeta dello, e non le avia en toda esa tierra
más délo que ellos tenían. Et el uno dellos pensó en su
coragón que furtase lo de su conpañero, et puso una
señal sobre una buxeta^ en que estaba el sisamo de su
conpañero, por que, de que viniese de noche alo furtar,
que la cono giese por la señal. Et puso una sávana blanca
engima dello por señal. Et descobrió esto que quería
fazer aun su amigo, por que fuese conél de noche alo
(i) C. cosa ninguna; y como el gusano de seda que verifica
cumplidamente su labor y no se aprovecha de ella. Y conviene
que el que busca la ciencia comience por aconsejarse a sí mis-
mo, y después enseñarla; porque entre las cosas que el seglar
debe aprender, una es que no reprenda (*) en otro defecto que
tenga él, y sea como el ciego que reprendía al ciego por su ce-
guera.
(*) J. enseñarla; pues (hay) cosas que debe el seglar adquirir y ense-
ñar: entre ellas, la ciencia y la riqueza; y entre ellas desear hacer bien.
Y no debe el sabio reprender en, etc. — Como se ve, J., a pesar de no tener
correcto el texto, corrobora la legitimidad de nuestra versión en este
pasaje.
CALILA Y DIMNA
furtar. Et el otro non quiso ir conéí fasta que le pro-
metió de darle la meatad dello (i).
Et después su conpañero vino, e falló la sávana cu-
hierta sobre su sisainOy et dixo : « Veréis qué ha fechj
mi conpañero por guardar vii sisamo de polvo; púsole
esta sávana, et dexó lo suyo descobierto.-» E dixo: <¿Mds
7'razón es que esté lo suyo guardado que non lo mío. »
Et quitó la sávana e plisóla sobre el sisamo de su con-
pañero. E después que fue de noche venieron su conpa-
ñero e el otro a furtar el sisamo. Et andudo catando e
atentando fasta que topó enla señal que tenia puesta; et
enlonge tomó el sisamo que eslava de baxo, pensando
que era lo de su conpañero t e era lo suyo, e dio la
meatad dello a aquel amigo que entró conél alo furtar.
Et luego, quando fue de dia, venteron ét et su conpa-
ñero amos a dos ala botica. Et quando vio que el sisamo
que levara era lo suyo, calló e non osó dezir nada, ca
tova que en saberlo su conpañero era mayor pérdida que
el sisamo (2).
(i) C. contenió a un comerciante de parte de su consocio. Y
ello es, que cuentan que era un comerciante que tenía un conso-
cio : compraron los dos una tienda y expusieron en ella sus efec-
tos. Y tenía el uno de ellos su casa cerca de la tienda, y pensó
robar uno de los efectos de su compañero que fuese igual a uno
de los suyos, e imaginó un ardid para ello, y dijo : «Si vengo de
noche, temo llevarme uno de mis efectos iguales a los suyos o
un paquete de mis mercancías, pues no lo distinguiré, y mi fatiga
y trabajo serán vanos.» Y tomó su manto y lo echó sobre el
efecto que había pensado coger; en seguida se fué a su casa.
(2) C. v'mo para poner en orden sus mercancías, y dijo : «Este
es el manto de mi consocio, y no dudo que se le ha olvidado;
mas mi parecer no es dejarlo aquí, sino ponerlo sobre sus efectos;
que puede que él, si viene antes que yo a la tienda, lo encuentre
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMOCAFA
Et pues el que alguna cosa demaitda, deve de denian-
donde piense.» En seguida puso el manto sobre uno de los efectos
de" su consocio, cerró la tienda y se fué. Y cuando fué de noche,
vino su consocio, y con él un hombre con quien se había concer-
tado para su intento, y había ajustado el precio del transporte.
Entró en la tienda, buscó su manto en la obscuridad y lo halló
sobre los efectos. Y se agarró a uno de ellos con gran fatiga,
hasta que lo sacó con la ayuda del hombre, y así se fueron rele-
vando sin cesar uno y otro de la carga, hasta que lo llevaron a
su casa, donde se dejó caer fatigado. Y cuando fué de día, miró
y vio que aquel efecto era uno de los suyos y se arrepintió con
gran dolor. En seguida se fué hacia la tienda, y vio a su consocio
que se le había adelantado, había abierto la puerta y, al ver que
faltaba aquel eí"ecto, lleno de suma aflicción decía: «¡Ay qué des-
gracia la de mi leal consocio, que había confiado en mí su riqueza,
y me la dejó para que se la guardara, y ha desaparecido! <Cuál
será mi situación ante él, pues no dudo que sospechará de mír»
Llegó entonces el consocio, lo encontró lleno de aflicción, le pre-
guntó por su estado, y le dijo él: «He hallado de menos uno de
tus efectos; no sé la causa, y no dudo que sospecharás de mí, y
ya he pensado en pagártelo.» Y contestóle: «No te aflijas, her-
mano mío, que la deslealtad es lo peor en que puede incurrir
el hombre; y la traición y el engaño nunca llegan a buen fin,
sino que el que los comete queda luego burlado, y el daño de
la injusticia retorna sobre su autor. Y yo soy el que he tiaicio-
nado y engañado y obrado con ardid.» Díjole su compañero:
«¿Y cómo fué esto?» En seguida le contó el hecho y le refirió
todos sus pormenores. Y díjole su amigo: «No es tu ejemplo,
sino el ejemplo del ladrón y del comerciante.» Dijo: «<Y cómo
fué eso?» (*).
(*) En el manuscrito de Cheikho, en J. y en la edición de Sacy, no
sigue el texto en el mismo orden que en la versión castellana. En ellos
se halla este cuento después de todos los que se leen en nuestra versión,
o mejor, después del penúltimo párrafo de este capítulo, y le siguen ade-
más la parábola de los cuatro hermanos que heredaron una gran fortuna
de su padre, el cuento del pescador, la parábola del labrador y el epí-
logo o conclusión, muy diferente ésta de la del testo castellano.
CALILA Y DDJNA
dar cosa que a.yafin et término que fenezca {jí)\ca dizen
que el qite corre sin fin, aína le puede falle ger su bestia.
Et es derecho que non se trabaje en demandar lo que
término non ha, nin lo que otro non ovo ante que él, nin
se desespere délo que puede ser e puede aver (2). E que
aíne más el otro siglo que a este mundo; ca quien ama
aeste mundo poca mancilla (3) ha quando se parte del,
Et dizen que dos cosas están bien a cada 7¿n orne: la
una es rreligión e la otra es rriqueza. Et esto se^neja
al fuego ardiente que toda leña que le echan arde me-
jor (4).
Etel entejidido non se deve desesperar nin desfyuzarse;
ca por aventura será acorrido quando non pensare. Et
esto semeja alo que dizen que era un orne muy pobre, e
ninguno desús parientes non le acorrien ale dar ninguna
cosa (5). Et seyendo asi una noche en su posada vio un
(i) C. término, por el cual trabaje y en el cual descanse, y
no perdure largo tiempo en su búsqueda; ca
(2) C. desespere por ello. E
(3) C. ca quien no suspende su corazón a los desvelos [del
mundo], poca pena ha
(4) C. rriqueza; y que dos cosas no están bien en ninguno : el
rey [que] no (*) quiere copartícipe en su reino, y el marido [que]
no (*) quiere copartícipe en su mujer. Pues las dos primeras cosas
son como el fuego, que quema toda la leña que se le echa; y las
dos últimas como el agua y el fuego, que no pueden es,X.Q.T juntos.
(5) C. non debe envidiar a otro, si Dios colma a éste de bene-
ñcios y él no puede esperar lo mismo (**). Y uno de" los ejemplos
(*) En vez de la partícula >, no, se lee J. (^\, qzie, más conforme
con el sentido que la frase debe tener.
(**) Jv casi conforme con B., dice : non s. d. d. n. áesfyuzarse de la
clemencia de Dios y de su gracia, [pensando] que no la obtendrá: ca por
a. s. acorrido fácilmente quando no pensare, sin comprenderlo y sin sa-
berlo. Y uno, etc.
INTRODUCCIÓN DE BEN ALMOCAFA 1 3
ladrón. Et dixo entre si : <i.En verdai (i) non ay en r.ii
casa cosa que este ladrón tome, nin pueda levar. Pues
trabájese quanto podiere.^ Et buscando por casa qué to-
rnase, vio (2) tma tinaja en que avia un poco de trigo. Et
dixo ENTRE SÍ : <í.¡ParDiosl, non quiero yo que mi trabajo
vaya de valde.-» Et tomó una sávana que traía cobierta,
c tendióla enel suelo, e vazió el trigo que estava en la
tinaja enella para lo levar. Et quando el orne vio que
el ladrón avia vaziado el trigo enla sávana para se ir
con ello, (et) dixo: «Aesta cosa non ay sufrimiento. Ca
si seme va este ladrón conel trigo, allegar seme ha mayor
pobreza efanbre] que nunca estas dos cosas se allega-
ron a orne (3) que non lo llegasen a punto de muer te. i>
Et desi dio hoces al ladrón, et tomó una vara que tenia
ala cabegera del lecho^ e arremetió para el ladrón. Et
el ladrón, cuando lo vio, cojnengó a fuir, e por fuir
de esto es : que un hombre se hallaba en gran miseria y desnu-
dez, y le obligó su estado a pedir a sus parientes y amigos, pero
no encontró en ninguno de ellos favor que le remediase. Et
(i) C. ladrón que andaba dando vueltas por la casa. Et
dixo (*) : «Par Dios!, non
(2) C. cosa por la que pueda temer; y se afanaba el ladrón
cuanto podía; y mientras andaba dando vueltas, tropezaron sus
manos con una
(3) C. trabajo de esta noche sea inútil, y tal vez no iré ya a
otro lugar; pero me llevaré este grano, que es mejor que volver
sin nada.» En seguida tendió su manto para verter sobre él el tri-
go, y dijo el hombre: «Para esto no tengo sufrimiento : (si) se va
éste con este grano y no tengo otro, se unirán contra mí la des-
nudez y la pérdida de lo que era mi sustento. Y nunca se unie-
ron, par Dios, estas dos cosas contra uno que
{*) J. dixo entre sí, como B.
14 CALILA Y DIMNA
cayósele la sávana en que levava el irigo, et iomóla el
orne e tornó el trigo a su lugar (i).
Mas el orne entendido (2) 7ton deve allegarse a tal
enxenplo como aqueste (3), et dexar de buscar efazer lo
que deve para demandar su vida; nin se deve guiar por
aquellos a quien vienen las aventuras sin alvedrio desi
o trabajo; ca pocos son los ornes que trabajan en deman-
dar las cosas en que alleguen grandes faziendas. Ca
todo orne que entendimiento aya, e pune qiie su ganan gia
sea de las mejores e délas más leales, que esquive todas
las que provó trabajosas e le fezieron aver (4) cuy dado
e tristeza. Et non sea tal como la paloma que le toman
sus palominos e gelos degüellan e por eso non de xa de
fazer otros lujgo (5). Ca dizen que Dios, cuyo nombre
sea bendicho, puso a toda cosa término (6) a que orne
(i) C. í/í/ lecho, de modo que el ladrón no pudo sino huir y
abandonó el manto por salvarse; y lo tomó el hombre y se ganó
un vestido.— J. bozes al ladrón, y arremetió contra él con una vara
q. t. a. c. d. lecho, de modo que, etc.
(2) el o,m entándido — Falta en C, pero está en J.
(3) a tal... aqueste... — Mejor en J. que en C.
(4) Q. para mejorar su vida; ni mire a quien asiste el hado y
le es propicio, sin cooperación de parte de él; porque éstos en-
tre los hombres son pocos, y la mayor parte de ellos se afanan
con fatiga y esfuerzo en mejorar su estado y obtener lo que an-
sian. Pues conviene que su ansia sea para lo que le produzca
mejor ganancia y buen provecho, y no se exponga a lo que le
acarree cuy dado
(5) C paloma que saca sus palominos para que se los maten;
y no le disuade esto de volver a empollarlos en el mismo sitio y
permanecer en el mismo lugar para que le cojan otra vez sus
palominos y se los maten. Ca
(6) término, — Así en J., conforme al cual debe enmendar-
se C.
INTRODUCCIÓN DE EEN ALMOCAFA
llegue. Et el que pasa dellas es atal como el que no7t
llegó aellas, ca dizen que quien se trabaja deste siglo
es la su vida contra sí, et al que se trabaja deste siglo
e del otro es su vida apar de si o contra (i) sí.
E dizen que en tres cosas deve el seglar emendar: enla
su vida et afiar la su ánima por ella; la segunda es
por la fazienda deste siglo e por la fazienda de su
vida, e bivir entre los ornes (2). Et dizen que algunas
cosas ay en que nunca se endereza buena obra : la una
es gran vagar; la otra es menospreciar los mandamien-
tos de Dios; la otra es creer a todo ome lisonjero; la
otra es desmentir a otro sabio (3). Et el ome entendido
deve siempre sospechar eit su asmamiento e non creer a
ninguno, maguer verdadero sea, e de buena fama, salvo
de cosa que le semeje verdal; et quando alguna cosa du-
dare, porfíe e non otorgue fasta que (4) sepa bien la
(i) C. trabaja por el otro mundo y por éste, su vida es para
sí y contra si. — J. trabaja por el otro mundo y por éste, su vida
es para sí y contra sí; y quien se trabaja por este mundo particu-
larmente, su vida es contra sí; y quien se trabaja por el otro mun-
do, su vida es para sí.
(2) C. emendar y emplear su esfuerzo en ellas : una es (*) el
medio de ganarse la vida; otra las relaciones entre él y los hom-
bres, y otra procurar adquirir buena fama que perdure después
de él. Et
(3) C. vagar; la otra es dejar perder las ocasiones; la otra
creer al que anuncia nuevas; porque casi siempre aquel a quien
se le anuncia una nueva, la conoce sin saber su verdadera esen-
cia y la tiene por verdadera. Et
(4) C. ninguno por verdadero, ni persistir en el error cuando
le sea dudosa la cosa, hasta que no distinga lo justo y sepa
(*) J. es el asunto de la religión; otra, el asunto de sus medios de
vida, etc. — Como se ve, en J. estas cosas son cuatro.
1 6 CALILA Y DIMNA
verdat. Et non sea atal como el orne que dexa la ca^'rera
e la ha perdido (i), ^ quanto más se trabaja en andar,
tanto más se aluenga del lugar donde quería llegar; et
es atal como el orne que le cae alguna cosa enel ojo y e
non queda dele rr asear fasta (2) que le pierde; ca deve
el orne entendido creer la aventura (3), et estar aper^e-
bido, e non querer para los otros lo que non querrici
para si (4).
Pues el que este libro leyere piense enes te enxenplo, et
comien(^e enél. Ca quien sopiere lo que enél está, escusard
conél otros, si Dios quisiere. Et nos, pues leemos eneste
libro i trabajamos dele trasladar del le^tguaje de Persia
cd lenguaje arábigo e quesimos e tovimos por bien de
atraer enél tm capitulo de arábigo en que se mostrase
el escolar digipulo enla fazienda. deste libro, et es esto
el capitulo.
(i) C. carrera y persiste en andar por el camino errado, e
(2) Q, fasta que este restregamiento es causa de que.
(3) la aventura, — C. la suerte y el destino,
(4) C. si; y desear para los hombres lo que desea para sí (*).
(*) Véase la coutranota de la página ii.
FÁBULAS
CALILA E DIMNA
Este libro es llamado de Calila e Dimna(i)
El qual departe por enxenplos de omnes e aves
e animalias
[CAPITULO I]
[A., fol. r. — B., fol. 5-]
[La misión de Berzebuey a la India.]
Pizen que en tienpo délos rreyes délos gentiles,
rreynando el rrey Sirechuel, que fue fijo de Cades (2),
fue un omne a que dezían Berzebuey, que era físico e
príncipe de los físicos del rregno; e avía conel rrey
grant dignidad e honrra, e cáthedra conosgida. Et
commo quier que era físico conosgido, era sabio e
filósofo, et dio al rrey de India una petigión, la cual
dezía que fallava en escripturas de los filósofos que
en tierra de India avía unos montes en que avía tan-
tas (3) de yervas de muchas maneras, e que si conos-
(i) A. escribe siempre Digna. — B. Dina o Dimna.
(2) B, rrey Nixhuen, Cadet
(3) B. plantas y yervas
TOMO I.
CALILA Y DIMNA
^idas fuesen e sacadas e confagionadas, que se saca-
rían dellas melezinas con que resugitasen los muertos;
e fizo (i) al rrey que le diese ligengia para ir buscar-
las, et que le ayudase para la defpensa, e que le diese
sus cartas para todos los rreyes de India que le
ayudasen por que él pudiese rrecabdar aquello por
que iva.
Et el rrey otor[gó]gelo e agugiólo; et enbió conél
sus presentes para los rreyes donde iva (2), segunt
que era costunbre délos rreyes quando unos enbia-
van a otros sus mandaderos con sus cartas por lo que
avían menester. Et fuese Eerzebuey por su mandado,
et andudo tanto (3) fasta que llegó a tierra de India.
Desí dio las cartas e los presentes que traía a cada
uno de aquellos rreyes, et demandóles ligengia para
ir buscar aquello por que era venido. Et ellos dié-
ronle todos ligengia e ayuda (4). Et duró en coger es-
tas yervas e plantas grand tiempo, más de un año (5)^
et bolviéndolas con las melezinas que dezían sus li-
bros, et faziendo esto con grand diligengia. Desí pro-
vólas en los finados, e non resugitaron ningunos; e
entonges dubdó en sus escripturas (6), e cayó en
grand escándalo, et tovo por cosa vergongosa de torr-
nar asu señor el rrey con tan mal rrecabdo (7).
(i) fizo — B. rrogó
(2) B. E al rrey le plogo, et guisóle para !os rreyes a quien
iva Berzehuey sus presentes, según
(3) B. Berzebuey por esto, que non tornó cabega fasta
(4) B. 1. et dexáronle ir buscar, et feziéronle ayuda para ello.
(5) B. yervas que eran en aquellos montes doze meses
(6) B. e. et desfyuzó dellas
(7) B. rrey, negio e vago e herrado.
LA MISIÓN DE BERZEBüEY I9
E quexóse desto alos filósofos de los (i) rreyes de
India. Et ellos dixéronle que eso mismo fallaron ellos
en sus escripturas, que él avía fallado, e propiamente
el entendimiento délos libros de la su filosofía et el
saber que Dios puso en ellos son los cuerpos (2), et
que la melezina que en ellos dezía son los buenos
castigos e el saber, et los muertos que rresugitasen
con aquellas jervas son los omnes nesgios que non
saben quándo son melezinados enel saber, e les fazen
entender las cosas, [e] esplanándolas aprenden de
aquellas cosas que son tomadas de los sabios, et lue-
go, en leyendo aprenden el saber et alunbran sus en-
tendimientos.
Et quando esto sopo Berzebuey buscó aquellas
escripturas e fallólas en lenguaje de India e trasla-
dólas en lenguaje de Persia, et concertólas. Desí
tornóse al rrey su señor. Et este rrey era muy acu-
gioso en allegar el saber, e en amar los filósofos más
que aotri (3), e trabajávase en aprender el saber, et
amávalo más que a muchos deleytes en que los rre-
yes se entremeten. Et quando fue Berzebuey en su
tierra, mandó (4) a todo el pueblo que tomase[n] aque-
llos escriptos e que los leyesen, et rrogasen a Dios
que les diese gragia con que los entendiesen, e dioles
aquellos que eran más privados enla casa del (5) rrey.
(i) B. f. e alos físicos del rrey
(2) B. puso Dios en algunos cuerpos (*), et
(3) B. saber et en aprobar los filósofos e amarlos
(4) B. et esa ora mandó Berzebuey a
(5) B. privados et más acerca del rrey,
(*) cuerpos, — Así en A. y en B,, palabra que tal vez deba substituirse
en A. poT j/ervas.
20 CALILA Y DIMNA
Et el uno de aquellos escriptos es aqueste libro de
Calila e Dimna (i).
Desí puso eneste libro lo que trasladó de los libros
de India, unas questiones que fizo un rrey de India
que avía nombre Digelem, et al su aguazil dezían
Burduben, et era filósofo aquien él más amava (2). Et
mandóle que rrespondiese aellas capítulo por capítu-
lo, et rrespuesta verdadera e apuesta, et que le diese
enxenplos e semejanzas et por tal que viese la gerte-
dumbre de su rrespuesta, et que lo ayuntase en un
libro entero, por que lo él tomase por castigo para
sí, et quelo dexase después de su vida alos que del
desgendiesen (3). Et era el primero capítulo del león
et del buey, que es después déla estoria de Berze-
buey el menge.
(i) B. Dimna, et era el prymero capítulo deste libro el capí-
tulo de Berzebuey, et délo que dixo desí et desu linaje et de
como era movíbile en las cosas, tanto que él ovo de meter esto
a rreligión.
(2) B. dezían Bundobet, et... amava, et de quien más fiava, e
quien más bien fizo, et el que más sabía.
(3) B. sí mesmo, et que lo lanzaría en sus armarios et que lo
dexaría por heredat los rreyes que después del viniesen.
[CAPÍTULO II]
[A., fols. 2 a 6 V. — B., fols. 6 a 15 V. — C, págs. 30 a 44.
J., págs. 83 a 104.]
[Del médico Berzebuey.]
[M]ío padre fue de Mergegilia (i), e mi madre fue
délas fijas dalgo de Azemosuna et délos legistas.
Et una délas cosas en que Dios m.e comentó afazer{2)
merged, es (^^yo fuy el más onrrado fijo que mi pa-
dre e mi madre avian (3). Et ellos criáronme lo mejor
que pudieron, governándome de las mejores vian-
das QUE PUDIERON fasta que ove nueve años conpli-
dos; et desí pusieron me conlos maestros (4). Ex yo
NON gsgÉ DE CONTINUAR EN APRENDER LA GRAMÁTICA
ET DE METER LA MI CARA A SOTILEZA E ABUEN ENTEN-
DIMIENTO, ATANTO QUE VENQÍ AMIS CONPAÑEROS ET
AMIS IGUALES ET VALÍ MÁS QUE ELLOS E LEÍ LIBROS E
CONOSCÍ E SOPE SUS ENTENDIMIENTOS É AFIRMÓSE ENEL
MI CORAgÓN (et) LO QUE LEÍ DÉLAS ESCRIPTURAS DÉLOS
FILÓSOFOS. Et DECORÉ LAS PALABRAS DÉLOS SABIOS E
(i) C. Dice Barzuyeh, el principal de los médicos de Persia,
el que fué encargado de copiar este libro y de traducirlo de los
libros de la India: «Mío padre fué de los guerreros, e
(2) A. fizo
(3) A. fui yo el mejor de sus fijos
(4) J. avían, y tuvieron en mí más cuidado que en los demás
de mis hermanos, fasta que, cuando tuve siete años cumplidos,
pusieron m. c. m. — C. avía. Y tuvieron por mí mayores cuidados
que por mis demás hermanos, y me dedicaron al aprendizaje de
la escritura hasta que cum.plí siete años.
CALILA Y DTMNA
LAS QUESTIONES QUE FAZÍAN UNOS AOTROS E LAS DIS-
PUTA giONES QUE FAZÍAN ENTRE SÍ (l).
E MANTUVE ESTO CON MI ENTENDIMIENTO E CONgER-
TÉLO CONLA OPIÑÓN QUE YO TENÍA, ET SOPE QUE ERAN
ACORDADOS EN LOS CURSOS DEL AÑO E DÉLOS MESES E
DÉLOS DÍAS, E ENLAS NATURAS DÉLOS CUERPOS E ENLAS
COSAS DÉLAS ENFERMEDADES E ENLAS MANERAS DE SUS
MELEZINAMIENT03 E DE SU SALUD. Et PUSIÉRONLO POR
ESCRIPTO E PLÜGOME DÉLO SABER. Et COMENgÉ A LEER
SUS LIBROS FASTA QUE LOS ENTENDÍ; ET VI LAS MANE-
RAS DÉLOS CUERPOS, LAS COSAS DÉLAS MALETÍAS E LAS
MANERAS DEL MELEZINA MIENTO. Et sope en ello atanto
que me metí a melezinar enfermos. Et después que
lo comengé, di a mi alma (2) aescoger enestas quatro
cosas que los omnes demandan eneste siglo e se tra-
(i) Et yo non qesé... entre sí. — Falta en C. y en J. Fáltales
también gran parte del párrafo siguiente. Además parece que C.
se copió de un manuscrito en el que se había puesto un folio al
revés, pues tomando como norma el orden de J,, que es el mis-
rao que el de la versión castellana, hay que saltar en C. de la
mitad de la línea 10 de la página 30 a la línea 11 de la página 31,
volver de la línea 7 de la página 32 a la línea 10 de la página 30,
y saltar por fin de la línea 10 de la página 31 a la línea 8 de la
página 32.
(2) C. siete años. Y cuando estuve versado en la escritura,
manifesté mi reconocimiento a mis padres y pensé en la cien-
cia. Y fué la primera ciencia a que me aficioné, la ciencia del
curar; y me dediqué a ella hasta que, cuando alcancé su conoci-
miento, comprendí su excelencia y aumentó mi deseo de prose-
guirla. Y cuando me perfeccioné en ella hasta el punto de que
pude dedicarme a medecinar enfermos (*). Y consulté a mi alma
y le di aescoger
(•) Para seguir el orden de la versión castellana, hay que saltar en C.
déla línea lo de la página 30 a la 11 de la página 31.
DEL MíDICO BERZKBUSY
bajan de las aver e las cobdigian (i). Et dixe (2):
«¿Quál destas quatro cosas devo demandar segunt
la qiiantidad del mi saber, e quál es la que me fará
alcanzar lo que he menester, et si lo pudiere aver,
deleytes o fama o rriqueza o gualardón del (3) otro
siglo?»
Et vi que demandado ayuntado todas quatro co-
sas (4). Et fallé que [la melezina] era cosa loada
gerca de los entendidos e non denostada de los sa-
bios (e) de las (5) leyes e délas setas. Yx fallé (6) que
el más santo de los físicos es aquel que non quiere
aver por su física salvo el gualardón del otro siglo.
Et comedí en mi coragón et fallé que todas las co-
sas [en] que los omnes se trabajan son fallegederas.
Et yo non vi a ninguno de mis antegesores que su
allegar lo fiziese durable eneste mundo, nin que lo
librase déla muerte e délo que aviene después de-
11a. Et fallé (7) enlos libros déla física qu'el más pia-
doso físico es aquel que primeramente comienga a
melezinar su alma e sus enfermedades; et el que es
en mejor estado es aquel que con su física trabaja en
(i) e las cobdician. — Falta en C, pero está en J.
(2) dixe: — A. diré:
(3) J. destas cosas debo demandar según mi saber... menes-
ter, riqueza, fama, deleites o (*) el otro. — En C se halla altera-
do este pasaje.
(4) C. Et pedí indicaciones acerca de la mejor de estas [cua-
tro cosas]. Et
(5) C. denostada por ninguno de la gente de las "
(6) A. fallo — C. y J. fallé en los libros de la medicina que
(7) fallé — A. y B. fallo
(*) C, o galardón del otro, como A,
24 CALH^A Y DIMNA
enmendar su estado para el otro siglo, et que non
toma el arte déla física por mercaduría et por ganar
la rriqueza deste mundo.
Et el que quiere por su física aver el gualardón
enel otro siglo, non le menguava rriqueza eneste
mundo. Et es en aquesto atal como el labrador que
sienbra las legunbres enla tierra por aver mieses et
ha de aquesto quanto quiere. Con todo aquesto non
le mengua y de aver algunas ^-ervas de que se ayude
e se aproveche. Et tove por bien de perseverar enesto
por aver gualardón enel otro siglo e meresgimiento
de Dios. Et non quise por esto aver el apostura des-
te mundo; que sería tal como el mercader perdido-
so (i) que vendió sus piedras preciosas por vedrio
que non valía nada e pudiera aver del precio dellas
grand rriqueza para en toda su vida (2).
(i) perdidoso — A. y B. ccbdicjioso
(2) C. otro siglo. Y decidí perseverar en la medicina desean-
do el premio de la otra vida y no deseando por ella [otra] remu-
neración, para no ser como el comerciante que pierde, el cual
vende un jacinto con cuyo precio podría procurarse la comodi-
dad de su vida, por una perla de ningún valor. Además de que
ya hallé en los libros de los antiguos que el médico que quiere
por su física a. e. g. e. o. s., n. 1. m. rr. e. m. Et es en a. a. c. el
labrador que sólo cava su (*) tierra y la cultiva por tener mie-
ses, no para tener hierba; luego ella, no siendo estéril, produce
diversas especies de hierba (**). Et — J. siglo. Y pensé que el
que desea dedicarse a la medicina por el deseo del otro mundo
y por la esperanza del premio de la vida futura, sin desear retri-
bución en este mundo, ni sus ventajas, tal vez sea como el co-
merciante, etc.
(*) J. labrador que siembra las legumbres en la tierra
(**) J. hierba, además de abundante fruto. — Como se ve, en la ver-
sión castellana se halla invertido el orden de este pasaje, poniendo el
símil del labrador antes que el del comerciante.
DEL MÉDICO BERZEBUEY
Et comen(;é amelezinar los enfermos (e) so espe-
ranga del gualardón del otro siglo; así que non dexé
enfermo que yo oviese esperanza délo guaresger e
délo sanar de su enfermedad con mi melezinamiento,
que non metiese mi poder enlo guaresger (i). Et al
que yo por mí mesmo (2) pude sanar, fízelo e non le
METÍ EN MANO DE OTRi; et al que non pude esto fazer
dexéle su melezinamiento e dexéle las melezinas que
avía menester (3), et non quise aver gualardón nin
merescimiento de aquellos aquien esto fize. Et non
avía enbidia de mis iguales nin délos que avían más
aver que yo nin del bien que Dios les avía dado.
Mas [era] el mío mayor cuydado e alo que más me
inclinava e délo que más me trabajava, que pugnase
más qu'él en saber, e en me trabajar en aver gualar-
dón de Dios.
Et estude enesto un tienpo fasta que vencí al
saber deste mundo et contendí comigo por el algo
que veía aver alos otros. Et yo non quise ál salvo
contender con mi alm.a e defenderla de non se [que-
rer] apartar de las cosas (4) que nunca ovo ninguno
(i) C. guaresger, ni otro (en quien no tuviese esta esperan-
za) (*), que yo no le desease alivio en su dolor y sufrimiento, y
que no me esforzase en su curación con todo mi celo. Et
(2) por mí mesmo — Falta en C, pero está en J.
(3) C. pude asistir, le asistí; y a quien no pude asistir, le rece-
té, le ordené y le di las medicinas que le prescribía, et
(4) C. iguales, ni del que fuera igual a mí en ciencia y supe-
rior en riquezas y honores, a ninguno, por ninguna de las cosas
que no dan ventaja en bondad ni en mejoramiento de la con-
(*) Las palabras árabes correspondientes a las de este paréntesis
están tachadas en el manuscrito de C, pero se hallan en J. y en la edi-
ción de Sacy.
26 CALILA Y DIMNA
que por ellas non apocase su algo e que non acres-
^iese su lazerio. Et rremenbraron me las penas que
avía de sofrir después que deste mundo partiese por
le fazer olvidar aquellas cosas de que avía sabor. Et
díxele: «¡Ay alma!, que (i) non as vergüenga de
fazer sociedad (2) con los perezosos (3), nesgios en
amar este mundo fallesgedero; ca aquel que alguna
cosa ha del non es suyo nin finca conél, et non lo
aman salvo los engañados negligentes. Conviértete
desta nesgedat e desta locura, et métete con toda
tu fuerga e con quanto as, a adelantar (4) algún bien
para el otro siglo et guárdate délo llevar en traspaso
e non te asegures enél (5).
ducta (*). Y me apasioné por esto entre los hombres de palabra
y de obra; y cuando suspiraba mi alma por ello y luchaba con-
migo para que envidiara y deseara las dignidades de aquéllos,
no quise sino contender, y dije: «¡Ay alma! ¿No conoces lo que
te perjudica? ¿No te abstienes de desear las cosas que
(i) C. acresciese sus cuitas y sus fatigas mientras las posee,
y acreciente su pena cuando las pierde y sea grande el castigo
que por ella le viene después? ¡Ay alma! ¿No te acuerdas de lo
que hay después de esta morada? Pues que ello te haga olvidar
eso que con avidez deseas de esta morada. ¿Acaso non
(2) sociedad — A. y B. contrariedad
(3) perezosos, — C. bj:2rLsü\, débil, incapaz.
(4) A. a fazer
(5) En J. falta esta última cláusula. — C. adelantar el bien y la
recompensa (**) que puedas, y guárdate de diferirlo (***).
(*) De aquí hay que volver eu C. a la página 30, línea 10, para seguir
el orden de la versión castellana, que es también el de J.; pero el texto,
como se ve por la traducción, no es correcto. — J. omite las palabras
correspondientes a <Y me a. p. e. e. 1. hombres*
(••) recompensa, r^'^^j que bien pudiera ser errata del copista, por
..rL >\, la vida futura, conforme con la versión castellana.
^ (**■*) diferirlo, o según otra acepción de la voz árabe «de dar pode-
res a otro [sobre ello]», que es como lo vertió el traductor castellano.
DEL MEDICO BIRZEBUILY 2/
Et miénbrate en commo eneste cuerpo ha muchas
ocasiones (i) et cómmo es lleno de hiiinores podridos e
lixosos (2), e son, por todas, quatro umores que sos-
tienen la vida mezquina (3) que ha de falles^er, así
como el ídolo descoyuntado que cuando sus mien-
bros son conpuestos e (4) puestos cada uno ensu
lugar, ayúntalos un priego que es engrut (5), que les
faze tener unos con otros, e quando es quebranta-
do (6) el plegó cáensele las juntaduras e desfázese
todo: ¡ay alma!, non te engañes en la conpañia de
tus amigos e de tus bien querientes e non ayas desto
grand cobdi^ia; ca la conpañia de aquellos que tanta
alegría muestran trae muy grant daño e muy grant
dolor y et al acabamiento (7) se ha de partir. Et esto es
atal como la cuchara de palo que es sienpre usada en-
la calentura e en cabo quiébrase sirviendo e engímase
su fazienda a ser quemada en fuego (8).
¡Ay alma!, no tomes plazer en ser ayuntada con
(i) J. commo este cuerpo existe para las enfermedades, et —
C, incorrecto en este pasaje, literalmente dice así: commo para
este cuerpo hay afecciones (*) y enfermedades et
(2) A. malas cosas lixosas,
(3) C. lixosos que se unen a cuatro humores principales que
luchan y contienden entre sí y sostienen la vida que
(4) A.yB.o
(5) A. ayuntan los con engrudo,
(6) C. es quitado el
(7) A. pues que ala fin la tu conpañia
(8) Desde aquí, para seguir el orden de la versión castellana,
y también de las demás ediciones del texto árabe, hay que sal-
tar en C. de la línea 11 de la página 31 a la 8 de la página 32.
(*) afecciones, enmendaado el J ^z:^^ del texto por uA^j.
28 CALILA Y DIMNA
tus querientes e con tus amados en ayuntar averes,
ayuntándolos por aver amor et gragia (i) de ellos,
que serías enesto atal commo el safumerio que quema
así e lievan los ome\s\ su buen olor (2). ¡Ay alma!, non
te fíes (3) enlas rriquezas e enlas dignidades en que
se alegran los mundanos; ca éstos non saben en quán
pequeñas cosas están fasta que las pierden. Et acaes-
ce(n) así como alos (4) cabellos, que quando los omne
tiene enla cabega péynalos e úntalos conlas mejores
unturas que puede (5), et después que son fuera déla
cabega, halos omne asco de ver e fuye dellos.
¡Ay alma!, persevera en melezinar los enfermos e
non te tire dello el afán de la física porque los omnes
non lo saben (6). Mas asma de un omne que espaciase
a Giro de alguna cuyta o lo librase de algún mal (7)
fasta que lo torrnase ala paz e ala (8) folgura en que
era, si este atal deve aver gualardón e gran mereci-
míento segund Dios: pues quánto deve aver de gua-
lardón el físico que por gualardón de Dios melezina
(i) C. non te arrastren tu familia y tus parientes a reunir lo
que te hará perecer, si lo reúnes por desear el placer y el con-
tento de ellos,
(2) C. que se quema en el fuego y se llevan otros su olor. —
A. han los omnes folgura con su olor.
(3) te fíes — C. te engañes
(4) C. saben cuan pequeñas cosas tienen por grandes, f. q. 1.
pierden; pues son como los cabellos,
(5) C. cabega cuídalos, et — J. cuídalos y aprecíalos, et
(6) C. dello el decir: *La medicina es un gran recurso, y los
hombres la ignoran, lo mismo que (ignoran) los beneficios de
ella.> Mas
(7) A. librase aotro de alguní mal o lo escapase de alguna
cuyta — C. librase de ella fasta
(8) A. en
DEL MEDICO BERZEBUEY
muchos e los saca de grant peligro con la ayuda de
Dios? (i). ¡Ay alma!, non se te aluengue el otro siglo
por que ayas a enclinar aéste; ca serías en tomar lo
poco e dar por él lo mucho, así como el mercador
que avía una casa llena de oro e de plata, et dixo
ensí (2): «Si la vendiere apeso alorgársemea», e ven-
dióla aojo por mal pregio.
Et aviendo esta contienda con mi alma, non falló
carrera ninguna para me venger, e confesóse e conos-
ció el menosprecio (3) de aquellas cosas a que se
acostava, e perseveró en melezinar los enfermos por
aver el gualardón del (4) otro siglo. Et non me estorvó
esto de aver buena parte de este mundo e déla pri-
vanza (5) délos rreyes ante que fuese a India; e des-
pués que torrné (6) ove más de lo que quería (7). Et
(i) C. merecimiento. Y si el que hace esto con un solo hom-
bre puede prometerse esto, ^cuánto más el médico que cura a un
número que no lo sabe sino Dios, ensalzado sea, por deseo de
recompensa, de modo que (los enfermos) vuelven, después de
los sufrimientos y enfermedades que se interponen entre ellos y
el mundo, y sus comodidades y sus placeres y sus comidas y sus
bebidas y sus esposas y sus hijos, a mejor estado del en que an-
tes se encontraban? ¡Ay
(2) C. mercador del cual cuentan que tenía una casa llena de
sándalo, y dijo: «Si
(3) C. Et después que tuve contienda con mi alma acerca de
esto, y la reprendí por ello y le hice comprender esto, non f. c.
ninguna para evadirse; y se convenció, se tranquilizó y se entris-
teció por causa de
(4) A. bien por ganar el
(5) C. aver del mundo gran felicidad de parte délos
(6) C. torrné, además de lo que di a mis semejantes y amigos,
ove
(7) C. quería y pudiere desear mi alma, y más de lo que yo
merecía. Et
CALILA Y DIMNA
cstud[i]é en la física, et fallé que el físico non puede
raelezinar aninguno con melezina que le segure de
enfermedat toda su vida; e non sope cómmo el gua-
resger toviese pro non seyendo el omne seguro de
non torrnar ala enfermedat e de acres^entar en otra
cosa más fuerte (i).
Et POR ENDE fallé que las obras del otro siglo son
las COSAS que libran alos omnes de sus enfermeda-
des. Et fallé que la enfermedad del ánima es la mayor
enfermedad. Et por eso despregié la física e trabájeme
déla ley et ove ende sabor; e dubdé enla física e non
fallé en sus escrituras mejoría de ninguna ley (2). Et
fallé las leyes mucho alongadas et las setas muchas,
e aquellos que las tenían avíanlas heredado de sus
padres, et otros que las tenían ávidas aniidos e con
miedo (3), e otros que querían aver por ellas este
mundo e que se trabajavan a ganar con ellas en sus
vidas, et otros entendidos de simples voluntades que
non dubdan que tienen la verdat, et non tienen buena
rrazón a quien les fiziese questión sobre ello et todos
se enfingien que tenien derecho et que los que contra
ellos eran que yazian en yerro e en perdimiento. Et vi
(i) C. melezina que haga desaparecer de él la enfermedad
de modo que no vuelva a él nunca esta" enfermedad ni otra de
las enfermedades. Y nadie está seguro de que no vuelva la
(misma) enfermedad u otra más grave. Et
(2) C. libran de todas las enfermedades perfectamente; no
vuelven a él (al hombre) después de esto. Y desprecié la física y
me apasioné por la religión. Y cuando ocurrió esto en mi alma,
se me ofrecieron dudas acerca de la religión y la medicina, y no
hallé en ésta cosa ninguna que hiciera mención de la religión, ni
que me indicase cuál hubiese de seguir o de practicar. Et
(3) A. con fuerza
DEL MEDICO BERZEBUEY
entre ellos gran contrariedad enel criador et enlas cria-
turas e enel comiengo e enlafin del inundo (i).
Et tove por bien de otorgar (2) alos sabios e a los
mayorales de cada una ley, sus coMENgAMiENTOS e
ver qué dirían (3), por rrazón de saber departir la
verdat de la mentira e escoger e anparar la una
déla otra, et, conosgida la verdat, obligarme aella
verdadera mente, e non creer lo que non cunpliese
e nin (4) seguir lo que non entendiese. Et fize esto et
pregunté e pensé e non fallé ninguno dellos que me
dixese (5) más que alabar así e a su ley e denostar
al agena (6). Et vi manifiesta mente que se enclina-
van a sus sabores (7) e que por su sabor (8) trabaja-
van (9) et non por derecho; et nin fallé en ninguno
(i) C. este mundo y sus dignidades y sus medios de vivir, y
todos creen que ellos son los que tienen razón y van por el buen
camino, y que quien les contradice está en el error y en el peca-
do. Y es mucha la disparidad que hay entre ellos acerca del
Creador y de la Creación, y acerca del principio y fin de las
cosas y otros particulares semejantes. Y cada cual se aferra en
su opinión contra el otro, y cree que su enemigo está en el
error.
(2) otorgar — En C. c.^.v¿)\^, errata de algún copista o de im-
prenta, que ha hecho equivocar al traductor italiano, por lJi^Ij..
En J. falta este pasaje.
(3) C. ver qué es lo que prescriben y demuestran por
(4) C. escoger la verdad y obligarme a ella con fe y concien-
cia, sin creer lo que non comprendiere y sin seguir
(5) dixese — A. y B. diere — C. que hiciese más
(6) C. denostar la ley del contrario. Et
(7) A. saberes
(8) A. saber
(g) C. mente que ellos según sus caprichos argumentaban y
disputaban et
32 CALILA Y DIMNA
dellos (i) rrazón que fuese verdadera nin derecha,
nin tal que la creyese omne (2) entendido e non la
contradixiese con rrazón (3). Et después que esto
vi non fallé carrera por donde siguiese a ninguno
dellos; et sope que si yo creyese aalguno dellos lo
que non sóplese, que sería atal como el ladrón (4)
engañado que fabla en un enxenplo.
Et fué así (5) que andava una noche un ladrón so-
bre una casa de un omne rrico, e fazía luna, e anda^
van algunos conpañeros conél. Ex en aquesta casa
AVÍA UNA FINIESTRA POR DONDE ENTRAVA LA LUZ DÉLA
LUNA AL OMNE BUENO. Et alas pisadas dellos (6) des-
pertó el dueño dela(s) casa(s) e sintiólos e pensó que tal
ora non andarían por sus tejados salvo ladrones (7).
Et despertó asu muger et díxole: «Fabla quedo, que
yo he sentido ladrones que andan sobre nuestra casa,
et yo fazermeJié adormido, et iií despiértame a gran-
des bozes, de guisa que lo oyan los que están sobre la
casa (8); et dime quando los sintieres cerca de
AQUÍ: ¡Ay marido! ^"Non me dirás estas tamañas rri-
quezasi^ que as, dónde las ayuntaste? (10). Et quan-
do yo non te quisiere rresponder, sigue me pregun-
(i) ninguno dellos — A. y B. ninguna dellas
(2) omne — A. y B. ante
(3) C. entendido y se satisficiera con ella. Et
(4) el ladrón — C. y J. el crédulo
(5) C. engañado del que cuentan que
(6) alas p. dellos — Falta en C, pero está en J.
(7) salvo ladrones. — B. sinon algún malfeclior, — C. sino
(gente) para infundir sospechas.
(8) A. en ^ima de nuestro tejado;
(9) C. rriquezas y tesoros qtí¿
(10) A. de qué llegaste tantas rriquezas commo avernos?
DEL MEDICO BERZEBÜEY 33
tando fasta que te lo diga» (i). Et fizólo asi como le
¡nandó el marido (2), et oyó el ladrón lo que ella dixo.
Ei eiiíoítfcs recudió el orne asu muger : « Tú, ¿por qué lo
demandas} Cala (3) veniura te traxo grand algo; cojiie,
bebe et alégrate et non me demandes tal cosa, ca si
telo yo dixere, non so seguro que lo non oya alguno, e
podría acaesfer cosa por ello qt^e pesara ami et ati.'> Et
dixo la nmger: <íFor la fe que me deves que inclo digas,
ca non oirá ninguno lo que di xé reinos a tal ora» (4).
Dixo el marido (5): «Yo te lo diré, pues que tanto lo
QUIERES SABER. Sepas QUE yo Ron ayunté todas estas
rriquezas (6), salvo de ladronía.» Et dixo la muger:
«^•Cónio ayuntaste esto de ladronicio, teniéndote las gen-
tes (7) por omne bueno?» (8).
Et dixo él: «Esto fue por una sabiduría que yo
fallé al (9) furtar, et es cosa muy encubierta (10) et
so til de guisa que non sospechava alguno demi, nin me
tenían pormalfechor-» (i i). Et dixo la muger: «(jCómmo
(i) fasta q. 1. 1. diga.» — Falta en C, pero está en J.
(2) C. asi la mujer, y le preguntó cómo él le había mand-i-
<lO, ¿t
(3) C. y J. cl orne : «¡Oh mujer! Ya la vintura
(4) C. y J. ninguno nues!:ra conversación. Dixo
(5) A. Et oyó ella el ladrón e comengó apreguntar al marido
lo que le avía mandado. Et el ladrón comengó a escuchar lo que
dezían, et el marido fizo senblante que gelo non quería dezir: et
ella sigui[ó]le tantas vezes fasta que le dixo :
(6) C. rriquezas y tesoro salvo — J. como A.
(7) A. puede eso ser, ca las gentes te tenían
(8) C. omne justo y bueno, sin sospechar nadie de ti y sin ser
objeto de ninguna sospechar — J. omne justo y perfecto?
(9) C. fallé en el arte de furtar, — J, como A.
(10) encubierta— C. fácil
(11) A. ninguno non sospechava de mí tal cosa.
TOMO I. 3
34 CALILA Y DIMNA
fue eso?» Rrespondió él e dixo: «Yo andava la noche
que fazía luna e mis conpañeros comigo, fasta que
sobía en somo déla casa do quería entrar (i), e lle-
gava a alguna finiestra por donde entrava la (2) luna
edezía(3) siete vezes: ««saulan, saulan.» Desí abra(;á-
vame con la luna e entrava por la finiestra (4) e
descendía por ella ala casa et non me sentía ninguno
cuando caía: e iva de aquella casa atodas las otras
casas. Et después que tomava lo que faliava, torrnava
ala casa donde era la luz^ e dezia otras siete vezes xtilan,
xulan, et abragávame conla luna e subía ala finiestra
e eneste estado gané todo esto que tú vees» (5).
Et quando esto oyeron los ladrones plógoles mu-
cho dello et dixeron : «Más avenios ganado desia casa
que nos non queríamos, et deste saber que nos dende ave-
rnos, nos devenios más pregiar que de iodo quanto ende
ganaremos-» (6). Desí esto dieron grande ora quedos,
(i) C. quería robar a la gente, e — J. casa de algún rico como
nosotros
(2) C. la luz de la luna
(3) C. dezía esta fórmula mágica siete
(4) C. con los rayos (de la luna) e
(5) C. caía. En seguida me mantenía firme en la extremidad
del rayo (de la luna) y repetía la fórmula mágica siete veces; y no
quedaba en la casa ninguna riqueza ni objeto precioso que no
se me apareciese y quedase a mi disposición, para apoderarme
de él. Y tomaba de ellos lo que quería; luego me abrazaba al
rayo (de la luna) y repetía la fórmula mágica siete veces, y subía
hacia mis compañeros, los cargaba de lo que yo traía y en segui-
da desaparecíamos. Et
(6) C. dixeron: «Ya hemos ganado en esta casa lo que nos es
mejor que la riqueza que en ella encontremos, porque hemos
adquirido un saber con el cual Dios nos quita el miedo y estamos
seguros de la autoridad.» Desí
DEL MEDICO BERZEBUEY 35
fasta que cuydaron que el dueño déla casa era adorme-
gido et su muger otrosí, et después que cuydaron ser
giERTOS DESTO, levantóse el cabdiello dellos et fuese
para la finiestra, que esta va en somo de casa, por do
entrava la luz de la luna, et (i) dixo siete vezes: «sau-
lan, saulan>, et abracóse conla luz por descender por
ella ala casa, et cayó (2) cabega ayuso. Et levantóse el
dueño déla casa (3) et dióle tantos de golpes fasta \qtté\
le quedó diciendo el ladrón : « Yo merezco cuanto mal
me has fecho, porque creí lo que me dexiste et me engañé
con vanidat-» (4).
Et yo, después que me guardé (5) de non creer las
cosas de que non era seguro de non caer en peligro
de muerte, dexéme de todas las cosas dubdosas et
(i) a. que pensávamos, et estovieron ai una ora. Et después
que los oyeron callar, cuydando que dormían los señores déla
casa, e dixo un ladrón de los más ligeros que lo dexasen aél. Et
desí
(2) C. por ella, según creía (*), y cayó en la casa cabega
(3) C. levantóse el hombre con un gran bastón et
(4) C. quedó. En seguida le dijo: «<Quién eres?» Y contestó:
«Yo soy el crédulo engañado y éste es el fruto de mi creduli-
dad.»—J. «Yo soy el crédulo engañado y seducido por lo que no
podrá suceder nunca. Y esto es el fruto de tu engaño y el resul-
tado de quien cree todo lo que oye.» — A. luna e dexóse caer por
la finiestra e cayó en casa del buen omne. Et déla caída quebran-
tóse todo; e quando lo oyó el omne bueno, levantóse de su cama
e dióle muchos palos. Et los otros sus compañeros, en que lo
vieron así, fuyeron, Et el omne bueno llamó sus vezinos e guar-
daron el ladrón fasta que fué de día e entregáronlo ala justicia.
(5) Está bien en C. el verbo Jr^*-? acerca de cuya lectura
duda el editor.
(*) según creía. Tt-aducción de J¡.\, que creo debe eliminarse del
texto de C.
r->'
36 CALILA Y DIMNA
nietírae en fazer pesquisas délas le3^es [et] en buscar
la(s) más derecba(s). Et non fallé en ninguno de
aquellos con quien yo fablé esto buena rrespuesta,
quel yo (non) deviese creer (i). Et di?:e en mi cora-
zón: «Tengo por seso, pues así es, de me obligar ala
ley de míos padres.» Pero fue buscando si avería
aesto alguna escusagión e non la fallé (2). Et mémbro-
me el dicho de un omne que comía feo e era tragón,
e dixéronle que comía mal e feo, et él (3) dixo: «Así
comían mis padres e mis abuelos.» E non fallé nin-
guna escusa^^ión porque non deviese fincar en la ley
'íiel padre, ct (4) Guíseme dexar de todo e meterme
a fazer pesquisas de las leyes et preguntar por ellas e
(i) J. rrespuesta a lo que yo les preguntaba; ni vi en lo que me
decían cosa que fuese cierta a mi entendimiento para que yo la
creyese y la debiese seguir. Et — C. aquellos que interrogue,
respuesta a lo que les preguntaba; ni en lo que me enseñaban,
cosa que debiese tener por cierta mi entendimiento, para, etc.
(2) C. dixe : «Ya que no encuentro nada cierto, pues razón es
que siga la religión de mis padres, en la cual 3'a encontré a ellos.»
Mas cuando fui buscando s. a. ae. a. escusagión, no hallé (que)
la perseverancia en la religión de mis padres fuese para mí escu-
sación, y dije: «Si esto fuera excusa, el mago que ya encontró a
su padre siendo mago se excusaría ante sus semejantes, y no le
podrían reprochar sus palabras (*). Et
(3) J. omne que era atroz para comer y fué reprendido por ello
y dixo : — C, que está alterado en este pasaje, con la corrección
que propone su editor, dice: miémbrome que un hombre que
era atroz para comer, le reprendieron los hombres por esto, y se
excusó con que dixo :
(4) C. E como no hallé, para persistir en la religión de uÚí.
padres, caminü ni excusa ninguna, quíscme
(*) se excusaría... palabras. Así iníerpL-cto el te.xto de C, incorre: - >
en este pasaje.
DEL MEDICO BERZE3UEY 37
estudiar en ellas. Et estorvóme la ña que es gerca e
Iri muerte que acaesge tan aína como cerrar el ojo e
abrirlo (i). Et avía fechas algunas obras que non sabría
si {2) eran buenas, onde por aventura mientra me tra-
bajase de pesquerir las leyes (3) detenérmela de fazer
aigunt bien, et morría ante que viese lo que quería.
Et por aventura en dubdando e en destorvándomef
acaesgermeía lo que dizen que acaesgió a un omne
que amava una rnuger casada. Et ella avía [cavado
para él] un caño de su casa fasta la calle, et el caño
era cerca del pozo do tenían el agua, et aparejó tina
llave al caño con miedo (4), que si su marido viniese
asoras que pusiese ai su amigo e lo cerrase dentro.
Et acaesgió así que (5) un día estando él dentro con
ella dixiéronle que su marido estava a la puerta. Et
dixo LA isíugf:r al amigo: «Vete aína por el caño que
(i) J. en ellas. Y se me representó en el corazón y manifestó
en el espíritu la proximidad de la muerte con su veloz marcha,
y el fin del mundo y la ruina de su gente y la extinción del tiem-
po en que dure la vida, y pensé en esto y dije : «Pues tal vez esté
ya cerca de mi muerte y esté próximo mi fin.» Et — C. está falto
y alterado en este pasaje.
(2) C. y J. ob7-as que confiaba que eran
(3) C. aventura la duda que yo tenía en el examen e investi-
gación, y el distraerme de una cosa a otra, detenerm.eía
(4) A. del pozo gerca; e fizo una puerta al caño por
(5) C. calle, y puso la llave de la puerta del caño en un lugar
donde había una tinaja (*) de agua; y lo hizo así (**) por miedo
de que la sorprendiera su marido u otro cualquiera, hasta
que un
(*) tinaja, (_**.2w, que la versión castellana traduce por pozo, más
conforme con erteito árabe.
(**) En C. está muy obscuro este pasaje, como ya advierte el editor.
3S CALILA Y DIMNA
está cerca del pozo.» Et él detóvose de ir a aquel
logar. Et acaesgió que el pozo era derrundiado. Et
él tornóse a ella (i) e díxole: «Ya llegué fasta el caño
e fallé el pozo caído.» Et dixo la muger (2): «Non te
dixe yo del pozo salvo por te guiar al caño. Aguija e
vete» (3). Et dixo él: «Non devieras tú dezir gerca del
pozo, pues yo avía de ir al caño.» Dixo ella: «Ve (4)
e dexa la locura de ir e de venir.» Dixo él: «;Cómmo
iré, aviéndome tú conturbado?» Et non cesó de dezir
fasta que entró el marido e prendiólo(s) e firiólo(s)
muy mal e llevólo(s) a la justicia.
Así yo temíme de ir acá e allá e después ser preso
POR MI CULPA, ET (5) ovc por bien de non me temer
de aquello de que me temía, et tove me por pagado
de toda obra que sola mente las almas testiguan que
es buena [et] en que se acuerdan las almas délas
leyes (6). Et detove mi m.ano de ferir (7) e de aviltar
(i) C. Et fuese el hombre hacia la tinaja y se encontró con
que la tinaja había sido removida de aquel sido, y volvióse hacia
la mujer e
(2) C. caño, y vi que la tinaja que me dijiste no está allí.-^
Et d. 1. muger: «¡Oh imbécil! <Y qué has de hacer en la tinaja?
Non
(3) Aguija e vete.» — Falta en C, pero está en J.
{4) C. «Non fué justo, cuando no está junto al caño la tinaja,
que me mencionases la tinaja; pues me engañaste.» Dijo la mu-
jer: <'¡Guay de ti! Apresúrate por tu alma e
(5) C. Y cuando temí de ir acá e allá y andar rodando (*),
ove
(6) C. acuerdan las leyes. Et — J. acuerda la gente de las le-
yes. Et
(7) C. y J. ferir y matar, e
(*) andar rodando falta en J.
DEL MEDICO BERZEBUEY 39
e de rrobar et de furtar e falsar. Et guardé el mi
cuerpo délas mugeres, e mi lengua de mentir e de
toda rrazón que daño fuese a alguno. Et detóveme de
fazer mal alos omnes nin de burlar e escarnecer de
ninguno, et de cuantas malas costunbres pude (i).
Et trabajém.e con m.i rrazón de non querer m.al anin-
guno e de non desmentir la rresurrección (2) nin el
día del juizio, et el gualardón e la pena.
Et con esto asosegué e aseguré mi coraron. E (3)
vi que non ay ningund amigo nin ningñn propinco tal
commo fazer buena vida, et vi que era ligera de ganar
quando Dios quiere ayudar (4), et vi que es grand
bien a quien la faze, e que es mejor cosa que el the-
SORO que el padre e la madre le dexan et (5) que
non mengua por la despender a aquel que la faze]
ante se faze más fermosa e más nueva (6). E fallé que
el om.ne que desprecia la bondad e la fin delia, que le
non destorva della sinon (7) la dalcor deste nmndo (8).
(i) C. detóveme de mentir, engañar, hablar indecentemente,
faltar a la verdad, calumniar y burlarme. Et
(2) rresurrección — A. y B. verdat
(3) C. Et deseché la maldad de mi corazón y me apliqué a lo
honesto y a lo bueno con asiduidad, y vi
(4) C. quiere favorecer y ayudar en poco, et
(5) C. et hallé que ella conduce al bien y enseña con buenos
ejemplos el proceder del amigo con el amigo; y hallé que
(6) C. ante aum^enta con su ejercicio y uso diario, en grandeza
y en belleza; y hallé que no hay que temer per ella que el sultán
la robe, ni desgracia ninguna que provenga del agua (*), ni del
fuego, ni de los ladrones, ni de alguna cosa exterior. E
{7) C. sinon un poco de la
(8) A. salvo el flaco entendimiento.
(*) agua. En C, por errata, (J'-o, riqueza, en vez de fiLo, agua.
40 CALILA Y Di:¿NA
Et es tal en perder e desperxder lo suyo como un
mercador que dizen que (i) avía piedras pres^iosas,
ct alquiló un omnc que gelas foradase e adobase /rvr
fient tnaravedis (2), e llevólo para su casa. E entrando
por casa vido un salterio e atoleólo, e díxole el señor
de la posada si lo sabía tañer. Dixo el: <íMás que iú
non piensas.-* Et era g7'an maestro dele tañer (3). Et
díxole el mercador: «Toma e táñelo.» Et tomó el
omne el salterio e comengó alo tañer muy bien (4)
fasta la noche. Et dexó el mercador la ca[p]sa délas
piedras abierta et comengó de folgar e de reír oyendo
y\QUEL TAÑER. Et desquc fué noche dixo el omne (5):
*Págame mi jornal.» Dixo el mercador (6): «Non
feziste cosa por que merezcas jornal.» Dixo el omne:
«Yo fize lo que tú me mandaste fazer.» E por rrazón
ovo le a dar los gient maravedís e quedaron sus pie-
dras por a adobar (7).
E quanto más pensé enlas cosas deste mundo e en
sus sabores, tanto más lo despregié; e tove por bien
(1) C. perder sus días y en distraerse de lo que le es útil,
como cuentan de un mercader que avía (*)
(2) C. maravedís cada día, c
(3) A. Et él dixo que sí.
(4) C. casa. Y cuando se sentó vio un salterio que había en un
rincón de la casa. Y dijo el mercader al hombre: «¿Acaso sabes
tañerlo?» Dijo: «Y más que eso.> Dijo: «Pues cógelo. > Y cogió
el hombre el salterio, pues era muy hábil en tañerlo, y no cesó
de hacerle dar sonidos dulces y armoniosos fasta
(5) C. omne al mercader : «Págame
(G) el mercador : — Falta en C, pero está en j.
(7) adobar. — C. y J. foradar.
(*) El texto de C. está incorrecto.
DEL MEDICO BERZEBUEY
de me anparar conla (i) rreligión e DESPREgiAR este
MUNDO. Et vi que la rreligión enderesga carrera para
el otro siglo, así commo enderesgan los buenos padres
asus fijos PARA BEViR. Et vi Que enla rreligión pensar
es bien; por que el que enella pensare omíllase e tié-
nese por pagado conlo qu.e ha e enriquege e plázelc
conlo que Dios faze (2) e pierde cuydado e despójase
deste mundo e estuerge del daño (que) [et] desecha
sus sabores e fázese manso (3) e es librado de sus
dolores e m.enospregia la envidia e muéstrase le el
amor e la caridat e es su alma fuera de toda cosa
í'allegedera e acaba su entendimiento e vee la paz (4)
e es seguro de se non arrepentir et non teme los oines
nin le temen, et non peca (5). Et quanto más pensé en
la rreligión tanto más me pagué della, tanto que cuy-
dé ser dellos (6). Desí temí me que non podría sofrir
la su vida (7), e que me tornaría ala costunbre en
que í"uera criado (8), e non fue seguro que si me dc-
xase del mundo e tomase rreligión que lo non pu-
(i) C. conla adoración a Dios y la rreligión
(2) C. El vi que ella (la rreligión) es un jardín bien guardado
para rechcizar el mal duradero y persistente; y vi que ella es la
puerta abierta al paraíso, morada deliciosa. Y hallé que el reli-
gioso, cuando medita, ensálzalo la tranquilidad; y cuando se hu-
milla queda satisfecho y se halla rico y está contento e
(3) C. manso y se despega del mundo e
(4) la paz, ¿w>s¿''jJ\, el fin, el térm.ino, el resultado.
(5) A. ser non tentado. — C. arrepentir y no peca y se salva.
Et — J. arrepentir y vive separado de los hombres y queda libre
de ellos y no les teme. Et
(6) dellos. — C. ¿dA\ ^^-c, de la gente de ella
(7) C. y J. sofrir la vida de religioso
(8) C. criado y educado, e
42 CALILA Y DIMNA
diera conplir, e dexaría algunas cosas que tenía co-
mengadas, de que avría provecho. Et sería enesto
atal commo un can que dizen que iva por un rrío e
Uevava una piega de carne enla boca, e vido la son-
bra que fazía. Et por abarcar la sonbra abrió la boca
e cayósele la que Uevava, e llevógela el agua e non
falló cosa ninguna (i).
Onde ove muy grant pavor déla rreligión. Temí
me de la non poder sofrir e non osé fincar (2) enel
estado en que estava. Desí pensé en asmar quál era
más fuerte cosa: en me temer de non poder sofrir la
rreligión e la vida que le pertenesge por el desabor
e por el angostura que enella ha, e enlo que contes-
te al seglar de tribulaciones. E vi que non es ningún t
sabor nin deleyte eneste mundo que se non torne
en desabor et que non sea con dolor. Onde el mun-
do tal es commo el agua salada, que quanto más el
omne beve della, tanto más sed mete. Et es tal commo
el hueso en que el can falla que sele quebrantan las
enzías et revienta la sangre (3), e quanto más roe
tanto más sangre le sale. Et es tal commo el milano
que busca la carne, et después que la tiene (4), ayún-
(i) C. sonbra del trozo de carne en el agua y quiso cogerla; y
perdió la que llevaba en la boca y no alcanzó la que deseaba. —
J. perdió la que tenía y no encontró en el agua cosa ninguna.
(2) C. y J. Temí me del fastidio y de mi poco sufrimiento, y
quise permanecer enel
(3) C. hueso que encuentra el can y percibe en él olor de
carne; y no cesa de roerlo para hallar aquella carne y se ensan-
grienta la boca, e
(4) C. y J. milano que se apodera de un pedazo de carne c
a^TÍntanse
DEL MÉDICO BERZEBUKY 43
tanse las aves aél e non cesa de fuir e de (i) trabajar
fasta que gela fazen echar después que la falla con
trabajo. Et es atal como la jarra déla miel, que yaze
enella en su fondón (2) muerie supitaña. Et es tal
commo los sueños del que duerme, que le fazen ale-
gría en soñando (3), e quando despierta pierde el sa-
bor POR QUE NON FALLA NADA. Et es tal commo el
rrelánpago que alunbra un poco e vase luego, e que-
da el que lo atiende en tiniebla. Et es atal cotuo el
gusano del sirgo, qite quanto más texe sobre si, tanto
más se aluenga de la vida (4),
Et quando pensé enestas cosas et torrné en mi
escoger la rreligión e me enclinar aella (5), con-
tradixe me et dixe: «Esto non vale cosa (6) fuir del
siglo ala rreligión (7) e de la rreligión al siglo.» Et si
yo (8) pensare enla estrechura déla rreligión, seré
cada día movedizo. Et sería enesto tal commo un (9)
alcalde de Marne, que oyó aun abogado que llegó
(i) C. de trabajar e de fuir
(2) C. fondón veneno que para el que lo prueba es dulzura
pasajera y en su fondo muerte
(3) en soñando, — Falta en C, pero está en J.
(4) C. y J. aluenga de la salida.
(5) C. Et q. p. e. cosas, torrné e. m. e. 1. rreligión; pero en
seguida contradixe
(6) C. dixe: «No me está bien fuir
(7) C. rreligión cuando pienso en las iniquidades de aquél, e
(8) A. non
(9) C. siglo cuando pienso en las angustias y estrecheces que
hay en ella. Y no cesaré de proceder caprichosamente, ni de an-
dar indeciso en mi juicio, ni tomaré una determinación en mi
asunto, como el alcalde
44 CALILA Y DIMNA
antél, e libróle lo que pidió luego (i); et después oyó
al otro e libró contra el primero. Et pensé enla laze-
ria e enia angostura déla rreligión e dixc así: «¡O,
qué pequeña es esta lazeria para aver por ella la ful-
gura perdurable!» Et pensé enlos deleytes deste
mundo de que ha sabor el ánima e dixe : «¡O, cómmo
esto es agora más fuerte de que lleva al ánima ala
pena perdurable!» (2).Et dixe: «Non deve omnc tener
por du[l]ge una poca de duígor que trae grant amar-
gura» (3). Et [dixe] : «Si algunt omne me (4) mostrase
que beviría giento añas e que non pasase ningunt día
que m^e (5) non despadagasen iodo (6) e después rre-
gugitase, et fuese así penado cada día, en pero con
tai postura que conplidos los giento años que fuese
librado de toda pena e que torrnase alegría e folgu-
ra PERDURABLE, Hon devrla tener aquello en nada (7).
Pues ^'cómmo non puedo sofrir unos pocos de días que
(i) C. oyó al primero de los litigantes y falló en su favor con-
tra el otro; et
(2) C. dixe: «¡Qué amargo viene a ser esto y qué enojoso, si
conduce al mal y al estado de vileza!» Et — J. «¡Qué amargo es
esto y cuan doloroso, si lleva a la pena perdurable y a los horro-
res de ella!» Et
(3) C. dixe: «¿Cómo no ha de tener el hombre por dulce un
poco de amargor que se convierte en continuo dulzor, y cómo
no tiene por amargo una dulzor pequeña que se convierte en
amargura grande y perpetua?* Et
(4) C. y J. omne se le mostrase
(5) me-CyJ.le
(6) A. traspusiese
(7) A. lo devía fazer. — C. y J. folgura, razonable sería que no
estimase estos años en nada.
DEL MEDICO BERZEBUEY
biva en rreligión e sufra un poco de desabor?» (i).
Ca non es este mundo lleno salvo de tribulariones
e de pena (2), et non se enbuelve el omne con todo
esto salvo en mal desque es congebido enel vientre
de su madre (3) fasta que cunple sus días. Ca nos
fallamos enla escritura déla física que (4) la esperma
de que es engendrado el fijo, que es conplido de sus
mienbros, quando cae enla madre déla muger (e) se
buelve conla esperma della e con su sangre, e espé-
sase e mézclase, e desí el ayre massa aquel esperma
e aquella sangre fasta que lo torrna tal como el suero;
desí tórrnalo tal como la quajada espesa e desí de-
parte E DEVISA sus mienbros a sus tienpos. Et si es
macho tiene la cara conel espinazo de su madre, k
CÚNPLESE LA SU FORMA E LA SU CRL\ZÓN EN QÜARENTA
días; et si es muger tiene la cara con el vientre de su
madre, e cúnplese la su crl\zón a sesenta días, e
tiene las manos sobre las mexillas e la barba sobre
los inojos et está encogido en su mantillo así commo
si fuese envuelto en un bolsa e rrespira por un sospi-
rón con muy grand pena, e non ha enél mienbro que
non semeja atado, e (5) está ligado de su onbligo
fasta el onbligo de su madre, e conél chupa e beve
(i) Pues... desabor?»— Falta en C.,pero está en J., que además
añade: para alcanzar un bien muy grande?»
[2) Ca... pena, — Falta en C, pero está en J.
(5) C. omne con esto desde que empieza a ser embrión
faota — J. omne salvo en los dolores de aquél, desde que es
concebido fasta
(4) que — A. y B. ca
(5) C. mienbro que non esté envuelto en una envoltura, y
sobre él tiene el calor del vientre y su peso y su grosor; y él está
46 CALILA Y DIMNA
déla vianda que toma su madre (i). Et enesta guisa
está enla tiniebla e angostura fasta el día que nasge.
Et quando viene la sazón del parto, apodera Dios
ala criatura enla (2) madriz de su madre; e esfuérgase
a mover e enderesga su cabega contra (3) la salida.
Et siente en la angostura de la salida lo que siente el
que tiene deviesos quando gelos abren (4). Et des-
pués que cae en tierra e le tañe el ayre e la (5) mano,
siente dolor, lo que siente el que es deshollado de
su cuero. Desí bive en muchas maneras de pena, así
como si a fanbre e non le dan a comer, e (6) si a sed
c non le dan a bever, o si ha dolor e non le acorren.
E non se puede anparar de lo que (7) siente quando
lo algan o lo ponen en tiej-ra o lo enbuelven o lo des-
enbuelven o lo untan o lo saluan, et quando ha
SED E LE DAN A COMER E HA FANBRE ET LE DAN A BEVER,
O QUANDO QUIERE YAZER DE COSTADO E LO ECHAN DE
VIENTRE, E (8) otras muchas maneras de penas que
ha mientra mam.a. Et después que es hbrado de la
pena del mamar me(n)ten lo ala pena del aprender
[las violencias sufrijendo de su maestro, e sienpre ha
ende muchas maneras de penas (9).
(i) C. chupa y se nutre de la comida de su madre y de la
bebida de ella. Et
(2) C. parto, apodérase el espíritu de la madriz
(3) contra — A. y B. e con
(4) C. tiene un divieso cuando se lo aprietan. Et
(5) C. e le da el aire o lo toca la mano,
(6) e — C. o
(7) C. acorren. Además de lo que siente
(8) C. untan. Y cuando duerme de espaldas y no puede vol-
verse, con otras
(9) C. aprender y tiene que sufrir por ello de diferentes ma-
DEL MEDICO BERZEBUEY 47
Et quando llega a edad de casar, casa (i), e entra
enel cuydado déla muger e délos fijos e de llegar
aver, e enla maíigia e enla cobdi^ia et enlos peligros
de ganar algo para mantener su casa (2); e en todo
esto lidian conél quatro enemigos, es a saber: la co-
lora e la sangre e la flema e la malenconía (3), que
son tósigo mortal e bívoras mordederas; et el miedo
délos omnes e délas bestias fieras (4), e (5) la calentu-
ra e el frío e el viento e la lluvia e otras muchas ma-
neras de penas, e la vegez (6) a los que aeila llegan*
De más, [si] de todos aquestos peligros non oviese
[temor] e fuese seguro de estorger dellos e le asegu-
rasen dellos en guisa que dello non oviese miedo, si
non déla ora en que viene la muerte, et se parte del
mundo e se mienbra délo que ha enella e en apartar-
ñeras (*). Luego, enfermedades, privaciones, dolores y dolen-
cias. Et
(i) Et q. 11... casa — C. y J. k^ 0\ 131?; y cuando llega a la edad
de la razón,
(2) C. llega a la edad de la razón, pues el cuidado de la fami-
lia y de los bienes y de los hijos; y es juguete de la codicia y de
la avaricia y de los peligros de ganar algo, y de los negocios; e —
J. razón, se apodera de él el cuidado de la familia; y es su pre-
ocupación el allegar riquezas y la crianza de los hijos; y se expo-
ne a los peligros para ganar, y a los negocios, fatigas y penas; e
(3) malenconía, — C. y J. ^-j, viento, soplo, gases encerrados
en el cuerpo,
(4) C. miedo de las bestias y la violencia de los hombres (**), e
(5) C. e el miedo de la
(6) C. lluvia, y después las distintas penalidades de la vejez a
(*) J. maneras por la rudeza del maestro, el enojo del estudio y el
fastidio de los libros. Luego,
(**) Corrigiendo en C. lyO-^ por ^yiO.
CALILA Y DU.INA
se de sus amigos e desús parientes e desu muger e de
sus fijos (i), e de todas aquellas cosas de que era es-
caso eneste mundo, et de commo es la grant pavor (2)
después déla muerte, devía ser contado por desacor-
dado e por omne que ama dolor el (3) que alguna arte
non fiziese cojiíra esto (4) quanto juds podiese (5), e se
non dexase délas cosas que lo estorvaren que son los
sabores deste mundo e los engaños (6). Et quando (7)
ha andado eneste mundo, torna viejo et a escosa e
desabrida vida (S). Ca el rrey, maguer sea bien mesu-
rado e enviso e aper^bido e de gran poder e de noble
corarán et pesqueridor de derecho et de buena vida e
(i) C. mienbra (*) de aquello en lo cual se encuentra él en
aquella hora ('■'*) de la separación de su familia, amigos y parien-
tes, e
(2) C. mundo, et en aproximarse al terror grande, horrible,
penoso, después
(3) el—k. y B. et
(4) C. desacordado en gran manera, que tolera hacerse reo
de pecado, si no hiciese por su alma y emplease por ella su inge-
nio quarUü — J. desacordado en gran manera, que ama las cosas
viles
(5) A. con que lo non estorciese,
(6) A. por ello.
(7) quando — A. y B. quanto
(8) Et quando... vida. — Falta esta frase en J., que en su lugar
trae otra que a mi parecer no tiene relación ninguna con el con-
texto, y que traducida dice así: «Y principalmente en esta época
que parece pura y está corrompida.» — Esta misma frase está más
abreviada en C, que sólo dice : «Luego principalmente en esta
época.»
(*) mienbra — Falta en C, pero está en J.
(**) de aquello... iiora. Esta es la traducción literal, cuyo seutido
es «de la situación en que se encuentra el en aquella hora».
DEL MEDICO BERZEBÜEY 4^
verdadero e acugioso e esforgado e de buen j-recabdo e
rrequeridor de las cosas que devs, et entendido e gierio
e agrade^edero e agudo e piadoso e misericordioso e
manso {}) e conocedor délos ornes e délas cosas e ama-
dor del saber e délos sabios e délos buenos e bravo
contra los mal fecJiores, non envidioso nin rrefez de en-
^ai^iar, faredor dalgo a sus pueblos (2) , aun dviendo
todo esto, veemos que el tienpo va atrás en todo lugar;
asi que semeja que las cosas verdaderas son espendidas
e amanecieron perdidas (3); e semeja que el bien ama-
neció perdido e el mcd fresco; e semeja que [ld\ mala vida
amaneció rreyendo e la buena llorando; e semeja que la
justigia amanegió estrope^ando et la injustigia ensalgán-
dose; et semeja que el saber (4) amaneció soterrado e la
necedad espargida (5); et semeja que el amor amaneció
caído et la mal querengia abivada (6); et semeja que la
honra (7) es rrobada alos buenos et es dada asabiendas
(i) C. Ca ciertamente, aunque él fuese rey, maguer lo hiciera
Dios un señor afortunado en el gobierno, prudente en su conse-
jo, elevado en sus propósitos, excelente en sus pesquisas, justo,
piadoso, generoso, caritativo, agradecido, largo de brazos, de-
seoso de la equidad, constante, tenaz, inteligente, bienhechor,
tranquilo, prudente, clemente, misericordioso, benigno e
(2) C. non cobarde, ni irreflexivo en gobernar, propicio en
dar a sus pueblos lo que éstos desean y en alejar de ellos lo que
aborrecen, ami
(3) C. verdaderas ya se han alejado de los hombres, y ama-
neció perdido aquello cuya pérdida era preciosísima y encontra-
do aquello cuyo encuentro es perjudicial; e
(4) saber — C. ^S^ nobleza, generosidad.
(5) C. esparcida; y pasece que la avaricia amaneció triunfando
y amaneció la nobleza hollada; et
(6) C. querengia y el rencor asociados; ¿i
(7) honra — B. locura
TOMO I. 4
t^O CALILA Y DIMNA
alos malos] e semeja que la traigión amanegió despierta
e la lealtad adormida; e semeja que la mentira nagiá
friituosa e la verdad seca] e seineja que la franqueza
amanec^ió estragada et la escaseza mejorándose] et seme-
ja que la verdal es ida tropecando et la falsedat r reto-
gando E TROBEJANDO; et Semeja que amaneció menospre-
ciar el juigio e seguir las voluntades] et semeja que
amanegió el tuerto e el que fizo el mal detardándose de
fazer la emienda (i); et semeja que la cobdigia ama-
7te(^ió tragando de todas partes e la gragia (2) descono-
(^ida] et semeja que los males amanegieron puxando al
cielo e (3) los biejtes degendiendo alos abismos] et ama-
neció la grandez derribada délo más alto al fondón délo
más baxo; et amanegió la menudez honrada (4) et ama-
nes^ió el poder mtcdado de los virtuosos a los (5) vi-
ciosos (6).
(i) C. verdad árida y seca; y como si la justicia hubiera huido
para esconderse y hubiese amanecido la falsedad retozando; y
como si el seguimiento del capricho y el menosprecio de la sabi-
duría hubiera amanecido para los sabios de intento; y amaneció
el que sufre el entuerto humillándose cada vez más y el que hizo
el entuerto engrandeciéndose (*); et
(2) C. amanegió abriendo su boca por todas partes para en-
gullir lo de cerca de ella y lo de lejos, y amaneció la satisfacción
perdida y desco7togida
(3) C. e amanecieron los
(4) C. honrada y consolidada, et
(5) B. mudaao de días virtuosos e vigío sos.
(6) C. vígíosos. Y amaneció el mundo alegre, gozoso, petu-
(*) el que sufre... engrandeciéndose. Este pasaje, según creo, se
halla alterado en todos los textos. En la versión castellana faltan algu-
nas palabras que, sin duda, se saltó algún copista. En los textos árabes
ha de notarse que la palabra que hemos traducido por «engrandecién-
dose» tiene otra acepción más propia, y es la de <detardándose>, con-
forme con la versión castellana.
DEL MEDICO BERZEBUEY 5 1
Después que ove pensaao en las cosas desie mundo, et
que el orne es la más noble criatura et la mejor que
eneste mundo sea; desi como está en tcd estado et non se
conbuelve sinon en mal, nin es conogido en di, et sope
que non es ninguno que algún poco de entendimiento
aya que esto non entienda, et que non busque arte para se
guardar (i), et maravílleme ende (2), et pensé e vi que
los 7ton detiene de facerlo sinon un poco de deleyte de
comer et de bever e de ver e de oír; e por aventura non
han desto asaz; enpero (S) lo que los des torva de pensar
de si e de trabajarse de estor^er, poca cosa es; et bus-
qué enxenplo e comparagión para ello, et vi que semejan
en esto aun ome que con cuyta e miedo llegó a (4) un
pozo e colgóse del e trabóse ados (5) rramas que nagie-
ran ala orilla del pozo epuso sus pies en dos cosas a que
se afirmó e (6) eran quatro culebras que sacavan sus ca-
beras de sus cuevas; et en catando al fondón del pozo
vio una serpicnta la boca abierta par a le tragar quando
lante y soberbio, diciendo: «lie ahuyentado la bondad y hecho
aparecer la maldad.^
(i) C. arte para su alma ni trabaje por salvarla, ct
(2) C. ende con toda mi admiración, ct
{3) C. sinon un deleite pequeño, insignificante, sin impor-
tancia, del oler, comer y tocar, por si, por ventura, alcanzan de
él un poco o quieren de él una parte insuficiente, cuya poque-
dad no les basta por la prontitud con que desaparece. Y esto
es lo
(4) C. busque para los hombres en esto un ejemplo; y he aquí
que el ejemplo es sem.ejante al hombre que se refugió por miedo
en ZÍ71
(5) ados rramas — C. a una rama. — J. como B.
(6) C pies en unos sostenes, y miró y vio. que eran — J. co-
mo B.
CALILA Y DIMNA
cayese (i), eí aleó los ojos contra las dos (2) rr aínas ^ e
vio estar enlas rraizes dellas dos mures, el uno blanco
c el otro negro, rroyendo (3) sienpre que non quedaban;
ei él pensando ensu fazienda e buscando arte por do es-
capase, miró asuso soh'e sí, e vio tina colmena llena de
abejas en que avia una poca de miel et comenró acomer
della, e comiendo olvídasele el pensar enel peligro en que
estava^ et olvidó de como tenia los pies sobre las cule-
bras e que no7i sabia quándo sele ensañarían, nin se le
menbró de los dos mures que pesavan de tajar las rra-
mas (4), et quando las oviesen tajadas que caería enla
garganta déla serpienta. Et seyendo así descuydado e
negligente acabaron los mures de tajar las rramas, et
cayó enla garganta del dragón et peregió (5). Etyofize
semejanca del pozo aeste mundo que es lleno de ocasio-
nes (6) e de miedos; e délas (7) quatro culebras alos qua-
(i) C. abierta hacia él, et
(2) C. al'-ó la cabeza contra la rama, — J, como B.
(3) C. rroyendo la rama sieiipre — J. rroyendo las dos ramas
sienpre
(4) C. vio cerca de él abejas que habían fabricado una poca
de (*) miel y quiso comer della un poco; se distrajo su corazón
de pensar en su asunto y de buscar medio, por donde se salvase,
y se olvidó de pensar en (**) los dos mures que se aplicaban con
cuidado a tajar los sostenes, et
(5) C. garganta de los dragones. Y así estuvo descuidado y
negligente hasta que (***) pereció, Et
(6) C. ocasiones y de tribulaciones y m.ales; e
(?) C. y J. ^ asemejé las quj.tro
(*) J. vio cerca de él una colixiena que tenía miel
(**) J. salvase, y se olvidó de que sus pies estaban sobre cuatro cule-
bras, sin paber cuándo caería en ellas, y se olvidó de los
(***) J. negüicente, distraído en aquella dulzor, has la que cayó en la
garganta de los dragones y pereció.
DEL MEDICO BERZE3UEY
tro vmorcs que son sostenimiento del orne; et qitando sele
viueve alguna adías este atal corno el venino (i) délas
biüoras o el (2) tósigo mortal. Et fize semejanca de los
dos rr amos a la vida flaca desie mundo (3), et délos mu-
res negro y blanco ala noche e al día, que nunca (¿esan
de gastar la vida del orne (4); efLze semejanza de la ser-
pienta ala muerte, que ninguno non puede escusar; efize
semejanf-a de la miel aesta poca de dulzor que orne ka
eneste mundj, que es ver, e oír, e sentir , egostar, e oler^
e esto le fase des cuy dar de sí e {s) ^^^^^ fazienda, e fd-
zele olvidar aquello en que está et fázele dexar la ca-
rrera por que se ha de salvar. E tornóse 7ni fazienda a
querer ser rreligioso (6), e (en) emendar mis obras quctnto
podiese por que fallase ante mi anchura siit fin enla
casa de Dios adonde non mueren los que ai son, nin
acae^.en ai tribulaciones: et asi avria guardado mi parte
(i) C. guando se remueven algo (*) son como los dientes
venenosos délas
(2) oel-Q.y},y
(3) J* rramos, con la muerte que viene a su tiempo sin que
se libre (nadie) de ella ni de perecer, et. — C. véase la nota si-
guiente.
(4) C. incoiTecto en este pasaje, dice así : tósigo mortal. Et
f. s. d. dos mures (**) con el día y la noche; y comparé su roe-
dura de las ramas con cuidadoso celo, al turno de la noche y del
día con el aniquilamiento de la muerte que es la fortaleza de la
serpiente; e — J. como B.
(5) C. dulgor (**=^^) que el hombre ve y huele y come y oye
y toca, que le faze descuidar de su alma y le distrae desu
;6) C. y}, fazienda a quedar contento en mi estado, e
(*) J- algo o se remueve uno de ellos, son
(**) J. mures blanco y negro, como B.
(.***) J. dulgor que obtiene el hombre; que es ver, etc.
54 CALILA Y DIMNA
para folgar, et seria seguro de mi alma ante que mo-
riese, et saber esto es 77iuy noble cosa (i). Et perseveré
eneste estado atal et tornéine dalas tierras de India a
mi tierra, después que ove trasladado este libro (2), et
TOVE QUE TRAÍA. ALGO ENEL PARA QUIEN LE ENTEN-
DIESE, ET RROGUÉ A DiOS POR LOS OIDORES DEL QUE
FUESEN ENTENDEDORES DÉLAS SUS SENTENQIAS ET DEL
MEOLLO QUE YAZE ENELLAS.
(i) C. y ].fallas¿ en lo futuro, un tiempo en el cual obtuviese
un guía que me dirigiese y una autoridad para mi alma y un auxi-
liar en mis asuntos. Et
(2) C. tierra, después de haber encontrado entre los libros de
aquélla unos libros de los cuales es éste.
[CAPITULO III]
[A., fols. 7 a 31 V. — B., fo!s. 16 a 4.6 v. — C, págs. 53 a loi.
J., págs. 105 a 175.]
Del leóji e del buey.
Dixo el rrey a su filósofo: «Esto oído lo he: dame
agora enxenplo délos dos que se aman, e los depar-
te el mesturero, falso, mentiroso, que deve ser abo-
rregido commo la viganbre, et los faze querer mal, e
los trae a aquello que querrían ser muertos antes,
et an de perder sus cuerpos e sus almas.» Dixo el
filósofo: «Señor, quando acaesge a dos omnes que se
aman que el falso mesturero anda entre ellos, van
atrás, e depártese e corrónpese el amiganga que es
entre ellos. Et esto sem^eja lo que acaesgió al león e
al buey.» Dixo el rrey: «^-Cómmo fué eso?» Dixo el
filósofo: «Señor, dizen que en tierra de Gurguen avía
un rrico mercader e avía tres (i) fijos. Et despué:s
que fueron de hedad, metiéronse a gastar el aver de
(i) C. Dijo Dibcelim, rey de la India, a Bidpa, cabeza de los
filósofos: «Fórjame un ejemplo de dos hombres que se aman y
mete la división entre ellos el embustero traidor y los lleva a la
enemistad.» Dijo Bidpa: «Cuando dos hombres que se aman
tienen la desgracia de que se interponga entre ellos el embustero
traidor, se separan uno de otro y se apartan, Y entre los ejem-
plos de esto está el siguiente : Había en tierra de Distaba un mer-
cader rico que tenía fijos.
'^f) CALILA Y DIMNA
SU padre, e malbaratallo, e non se entremetían de
ninguna :>:iercaderia porque ganasen algo (i). Et el
padre, con dolor del amor que les avía, castigólos
e maltraxólosy et fue ésta una de las cosas que les
díxo (2): «Fijos, sabed que el seglar demanda tres
cosas que non puede(n) alcanzar si non con otras
quatro; e las tres que demanda son éstas: ahondada
vida, e alguna dignidad entre los omines, e ante poner
buenas obras para el otro siglo. Et las quatro que ha
de menester para alcanzar estas tres, son éstas : ganar
aver de buena parte, e mantenello bien e fazer le
fazer fruto (3), e despendello enlas cosas que emien.
dan la vida, e bevir a plazer délos parientes e délos
am.igos, e que torne con alguna pro para el otra
mundo (4). E quien menospregia alguna déstas (5)
non alcanza lo que desea; ca si non ganare non avrá
aver en que biva; et si oviere aver que lo sepa ganar
et que lo sepa mesurar et bien ^nantener (6), e non le
fiziere fazer fruto, aína se deve acabar por poco que
(i) a. de ganar.
(2) A. díxoles :
(3) C. fruto después de haberlo ganado, — j. como A.
(4) En la distinción de estas cuatro cosas, no convienen los
textos, j. dice: ganar aver de buena parte; mantener bien lo
(!ue se ha ganado; fazer le fazer fruto; despendello... vida y den
placer a los parientes y amigos y sirvan de utilidad para el otro
mundo. — C. ganar... parte; mantener bien lo... ganado y hacerle
dar fruto después de haberlo ganado; despendello... mundo;
j>revalerse contra todas las desgracias que sobrevengan. E
(5) C. destas cuatro cosas, non — J. destas maneras de pro-
ceder, non
(6) C. desea; porque [si] no lo ganare, ni fuese rico, no podrá
vivir ni vivirá de él; y aunque fuese rico y obtuviese ganancia, sí
no supiese administrar su riqueza ni supiese conservarla, pronto
DEL LEüN E DEL BUEl
despienda; así commo el colino de que non toman si
non un poco dello et con todo eso acábase (i). Et si
le fiziere fazer fruto e non lo diere enlos lugares que
deve (2), será contado por pobre que non ha aver; et
esto non lo quitará délo non perder' e délo desgastar
donde non sabía et él non avrá ende nada (3), así com-
mo la tina de agua en que caen las aguas que si non
fallan salida fínchese e ase de verter por muchas
partes et con todo esto podres^e e vase el agua que
está enella a perdigión» (4),
Desí los fijos del mercader castigáronse e fizieron
mandamiento de su padre. Et fuese el mayor dellos
con su mercaduría a una tierra (5), e traía consigo
una carreta con dos bueyes; et al uno dezían Senge-
ba e al otro Bendeba. Et cayó Sengeba en un silo
que avía en aquel lugar. E sacáronlo, e fue tan mal
trecho de la caída, que llegó a m.uerte. Et el merca-
la consumirá y se quedará sin dinero. Y si lo gastare e — J. desea;
ca s. n. g. n. a. a. e. q. biva; et s. o. a. q. 1. s. ganar y no supiese
mantenerlo, pronto se le acabará el dinero y quedará pobre; y si
lo emplea e
(i) C y J. eso desvanécese en seguida. Et
(2) C. Et si ganare y administrare bien y le f. f. fruto, pero se
abstuviera de gastarlo de buena manera y en cosas útiles, será —
J. Et si lo gasta en lo que no debe y lo coloca en lugar indebido
y se equivoca en los lugares en que debe colocarlo, será
(3) A. que lo non pierda — C. donde non quería, en desgra-
cias inevitables y enfermedades, así
(4) C. en que no deja de entrar en ella el agua, que no
teniendo lugar por donde disminuya, ni salida por donde salga en
ia medida que aumenta en ella, rompe el dique que no puede
contenerla, y se va el agua del todo perdida.
(5) C. y J. tierra que se llamaba Manud (j. Moyun), y pasó en
el camino por un lugar en el que había mucho fango, e
58 CALILA Y DIMXA
der dexólo con uno de sus omnes, e mandóle que
lo pensase bien (i), e si guaresgiese que gelo llevase.
Et qiiando vmo el otro día de ^naüana enojóse el omne
de estar ai] et dexó el buey (2), e fuese para do iva su
amo, e díxole que el buey era muerto.
Et desí salió Sengeba de aquel lugar, e andudo
tanto que llegó a un piado verde e vigioso (3), que
por su ventura le avía de contesger de llegar ai. Et
dizen que enel prado que él primeramente andava
que un omne cogía yervas e vino un lobo, e él non le
sentió fasta que fue cerca del] et qtiando le vio ovo muy
gran miedo del e salió fuyendo contra una aldea rribera
de un rrio (4). Et vido que en un rrío qute estava que
avía una puente quebrada, e acuy lávalo el lobo mucho,
et él dixo: «Si aquí esto, rrecelo del lobo, e si paso
el rrío, lieva mucha agua e non sé nadar.» Et acor-
dó de se echar al agua e fizo lo así. Et él yendo por
el rrío que se quería afogar, vieron lo unos omnes de
una aldea que estava gerca e corrieron a sacarlo, et
él iba ya por muerto (5), e leváronlo al lugar. E arri-
móse a una pared; et después que fue sano del peli-
(i) C. Bendeba. Y se atascó Sengeba en aquel barrizal, y tra-
bajaron el hombre y sus criados, hasta que lo sacaron rendido
ya de la fatiga; y dejó el comerciante con él (el toro) a un hom-
bre y le mandó que lo asistiese unos días, e
(2) A. Et el otro enojóse délo guardar e dexólo,
(3) C. desí el toro se marchó de aquel lugar y no cesó [de
andar] hasta que llegó a un prado fértil, de mucha agua y hierba,
y se paró en él. (Lo demás de este párrafo falta en C, pero es'.á
en J. Véase la nota i de la página siguiente.)
(4) A. per de tras aél por le morder. E él, quando lo sintió,
comengó a fuir.
(5) A. le e sacáronlo
DEL LEÓN E DiiL BL'EY 59
gro del agua, cayó la pared sobr'él et matólo, e non
pudo fallesger ala ventura, bien así commo Sen^e-
ba(i).
E apoco de tiempo engordó Sengeba, e enbrave-
gió. Et gerca de aquel piado avía un león que era
rrey de todas las alimanias; e en aquel tienpo estavan
con el león muchas dellas (2). Et este león era muy
(i) J. era muerto. Y díjole: «En verdad que el hombre cuan-
do llega su hora y se cumple el tiempo de su destino, por más
esfuerzos que haga para precaverse da las cosas que teme en
su corazón que le arruinarán, no gana con elio nada, suio que
se vuelven contra él todos los esfuerzos que haga para precaver
y evitar la desgracia. Así se dice que un hombre iba andando
por un desierto en el que había miedo de las bestias fieras; y
sabía el hombre muy bien los pasos difíciles de esta tierra y las
precauciones [que había que tomar]; y no había ido muy lejos
cuando se le presentó delante un lobo de una de las lobadas. Y
cuando vio el hombre que el lobo se dirigía hacia él, le tuvo
miedo y miró a derecha e izquierda, para ver si encontraba algún
lugar en el que se resguardase del lobo, y no vio sino una aldea,
ribera de un río, y se fué corriendo hacia la aldea. Y cuando llegó
al río no vio en él puente, y vio que el lobo ya le alcanzaba, y
se echó al agua y no sabía nadar; y se habría ahogado si no lo
hubiesen visto unos hombres de la aldea, que se echaron sobre
él para sacarlo, y lo sacaron, y ya había estado a punto de pere-
cer. Y cuando ya se encontraba el hombre con ellos y no temía
del daño del lobo , vio en la ribera del río una casa aislada y
dijo : «Voy a entrar en esta casa y descansaré en ella.> Y cuando
entró en ella vio una reunión de ladrones, que habían infestado
el camino en busca de un comerciante y se estaban repartiendo
su dinero y querían matarlo. Y cuando el hombre vio esto, temió
por sí y se fué hacia la aldea; y se apoyó de espaldas sobre una
de las paredes de ella, para aliviarse del terror y la fatiga que
había sufrido, cuando cayó sobre él la pared y lo mató.
(2) C. (Véase la nota 3 de la página anterior.) Y no tardó en
ponerse rollizo y comenzó a rugir y a mugir y a dar grandes bra-
CALILA Y BIMNA
logano, et apartado en su consejo et tenia que le conplia.
E quando oía ia boz de commo el buey bramava, en
que non tal cosa avía oído (i), espantávase mucho;
mas non quería que gelo sopiesen sus vasallos, et
estovo quedo ensu lugar (2). Et entre los otros vasa-
llos que él ALLÍ tenía, avía dos lobos gervales, et al
uno dezían Dimna e al otro Calila, e eran muy ardidos
e agudos e era Dimna de más noble coragón e de ma-
yor fazienda, e el que menos se tenía por pagado
DEL ESTADO EN QUE ERA (3); Ct cl IcÓU UOn los aVÍa
conosgido nin eran déla privanqa fasta allí.
Dixo Diinna a Calila: «Ya vees cómmo está el león
en su lugar pecachado, que non se mueve nin se
solaza commo solía fazer» (4). Dixo Calila: «E tú, her-
mano, c'Qué as que preguntas lo que non as menester,
nin te tiene pro enlo preguntar? (5). Nos estamos en
midos. Y había cerca un león que era rey de aquella región; y con
él muchos lobos y chacales y zorras y demás bestias. Et
(i) C. consejo; y su consejo no era cabal. Y cuando el león
oía los bramidos del toro — pues no había visto un toro nunca ni
oído sus bramidos — , espantávase — J. consejo, sin tomar con-
sejo de ninguno de sus compañeros, etc.
(2) C. lugar sin salir a parte alguna. Et
(3) C. más perverso corazón y de más penetrante mirada en
las cosas; et
{4) En C. y en J., como en el original sánscrito, la construc-
ción de esta frase es interrogativa. C. dice: «¿No ves, ¡oh herma-
no!, cómo el león está quieto en un lugar solo, sin moverse y sin
solazarse como lo hacía?» — J. dice: Y dijo un día Dim.na a su her-
mano Calila: «¡Oh hermano! <For qué causa el león está quieto
en su lugar, sin moverse y sin solazarse, en contra de su cos-
tumbre?»
(5) C. Dixo Calila: «<Oué te importa preguntar lo que no es
de tu deber? Nos
DEL LKÓN E DEL BUEY 6 1
buen estado, e estamos ala puerta de nuestro rrey, e
tomamos lo que queremos, e non nos falleí^e nada délo
que avernos menester (i), e non somos de la medida
délos que se entremeten de fablar conlos rrey es, et que
han de ver sus cosas (2). E déxate desto, e sabe que el
que se entremete de dezir e de fazer lo que non es
para él, que le acaesge lo que acaesgió a un ximio ar-
tero QUE SE ENTREMETIÓ DÉLO QUE NON ERA SUYO, NIN
LE PERTENEsgÍA.» Dixo Dimua: «Cómmo fué esto?»
Dixo Calila: «Dizen que un ximio vido unos car-
pinteros aserrar una viga, e estava el uno engima; et
quando avian serrado quanto dos palmos (3) metían
una cuña e sacavan otra por aserrar mejor. Et el
ximio vídolos, e en tanto que ellos fueron por aque-
llo que les era menester (4), subió el ximio en gima
déla viga e asentóse en gimia e sacó la cuña. E commo
le colgavan los conpañones enla serradura déla viga,
al sacar déla cuña apretó la viga e tomóle dentro los
conpañones, et machucógelos, e ca3^ó amortegido.
Desí vino el carpintero aél, e lo que le fizo fué peor
que lo que le acaesgió» (5).
(i) C. puerta del rrey, encontrando cada uno lo que come-
mos, e — J. rrey, e t. I. q. q. y dejamos lo que no queremos, e
(2) A. somos délos que fablan conel rrey sus fechos.
(3) A. e commo ivan aserrando
(4) A. comer,
(5) C. «Dizen q. u. x. v. un carpintero a. u. viga, con dos cu-
ñas, montado en ella como el jinete encima del caballo; y siem-
pre que metía una cuña, sacaba la otra, y así procedía. Luego, el
carpintero se marchó a satisfacer una necesidad; y se fué el mono
a encargarse de lo que no era de su oficio ni de su asunto, y su-
bióse en la viga y daba su espalda a la hendedura de la viga y su
cara a la cuña, y le caían los compañones en la hendedura; y se
62 CALILA Y DIMNA
E dixo Dimna: «Entendido tehe lo que me dexiste
e oí el enxenplo que me dexiste (i); mas todos los
que alos rreyes se llegan non lo fazen tan sola mente
por FENCHIR sus vícntres, que los vientres en cada
lugar se pueden fenchir (2); mas trabaja el omne en
mejorar su fazienda (3), por que aya lugar de fazer
plazer asus amigos, e el contrario asus enemigos. Et
los omnes viles (4) son aquellos que se tienen por
ahondados con poca cosa, e alégranse con ella así
commo el can que falla el hueso seco e se alegra conél.
Et los omnes de grant corazón non se tienen por
pagados délo poco; antes trabajan que sus corazo-
nes pujen alo que rdere(^en (5), así como el león que
prende la liebre, e quando vee al cabrón (6) déxala e
agarró de la cuña para sacarla, y cuando la sacó se apretó la viga
contra sus compañones y los estrujó y quedó amortecido, y así
estuvo hasta que llegó el carpintero, y fué peor que esto los gol-
pes y tormento que le dio el carpintero.» — j. «Dizen... avía aserra-
do como un codo, m^etía una cuña. Y se paró a mirarlo (el mono)
y quedó admirado de esto. En seguida el carpintero se fué a
cierta cosa y se puso el mono a continuar lo que no era de su
asunto, y montó en la viga y puso su rostro ante la cuña y su
espalda mirando a la hendedura, etc.
(i) C. Dimna: «He oído tu ejem.plo y lo he comprendido;
mas — J. «Ya he oído lo que me dijiste; mas
(2) fenchir, l^!us»., como J., y no Li¿s^, como C.
(3) C. trabaja por su exaltación y dignidad, por
(4) C. omnes más viles y los cobardes de poco corazón, son
(5) A. llegue a lo 'que quieren, — C. corazón ^ de grandes
alientos, no se satisfacen con lo poco, ni se contentan con menos
que pujar a aquello de que son dignos, así — J. corazón non s. t.
p. p. d, poco, ni se satisfacen con eilo, hasta que pujan sus cora-
zones a lo que merecen, así
(6) cabrón — J. ^..^vjo, camello — C. O^'m burra, según los
diccionarios, y onagro, según Cheikho.
DEL LEÓN E DEL BUEY 63
va en pos del. Et ^*non vees que el can non quie-
re (i) mover su cola, fasta que le echan el pan? ¿Et
el elefante joven des que conos(;e su fuerga, e le lle-
van la vianda, es tanto sañoso, e non la quiere nin (2)
la come fasta que lo falagan e lo alinpian? Onde
quien (3) bive en grand medida a honrra de sí e de
sus amigos, maguer poco biva, de luenga vida es; et
el que bive en (4) angostura faziendo poco algo así e
asus amigos, aun que mucho biva, de poca vida es.
Que dizen en algunos enxemplos que (que) al que es
mal andante dura toda su vida en pobredat, e que [el
que] non ha cuydado si non de su vientre (et) aquel
es contado con las bestias nescias» (5).
Dixo Calila: «Entendido he lo que me dexiste,
mas torrna en tu entendimiento, e sabe que cada un
omne a su medida e a su prez; et quando se quiere
tener coneila, dévese tener por pagado conella (6). E
nos non avernos por que nos quexar deste estado en
que estamos, ca cúnplenos.» Dixo Dimna: «Las dig-
nidades E LAS MEDIDAS dclos omucs sou comunas e
(i) C. y J. can no cesa de mover
(2) En C. hay que substituir ^^-í que no da sentido, por
(^ J%.£-<, para que diga : Et e. e. joven que conoce su excelencia
y su poder, cuando le acercan la alfalfa con arrogancia, no la
(3) A. quiere
(4) C. en el aislamiento y angostura
(5} C. vida es. Y ya se ha dicho : «El desgraciado es el que
pasa toda su vida en la estrechez.» Y se dice: «Es contado en-
tre los bueyes y las bestias, quien no piensa más que en su
vientre. >
(6) C. prez. Y cuando está en la dignidad que corresponde
al estado social a que pertenece, debe estar contento y satisfe-
cho. E
64 CALILA Y DIMNA
son contrarias; así commo el omne de grant corazón
puja de la vil medida a [la] noble (i), e el omne de
vil coragón abaxa del alta medida ala vil. Et pujar (2)
ala nobleza es muy noble cosa e grave; ca abaxar se
della (3) es vil cosa e rrafez. Et es así comm.o la pie-
dra pesada que es muy grave de aligar de tierra al
onbro (4) et de la tener; e es muy rrafez de la de-
rribar E dexar caer (5). Et dixo: Por esto nos ave-
nios (6) de trabajar mucho por aver délas mayores
dignidades con nuestros grandes coragones, e non
€star eneste estado, podiéndolo guisar.»
Dixo Calila: «Pues ^'en qué acuerdas?» Diz [Dimnal:
«Quiérome mostrar al león en tal sazón ca él es de
flaco consejo e de flaco coRAgÓN e es escandalizado
en su fazienda con sus vasallos (7), e por aventura en
llegándome aél eneste punto (8) avré del alguna dig-
nidat o alguna honrra e avré del lo que he menes-
ter.» Dixo Calila: «¿'Onde sabes que el león está así
como tú dizes?» Et (9) dixo Dimna: «Cuydol'e tengo
(i) C. Las dignidades son comunes; así que al dotado de va-
lor, lo eleva su valor de la dignidad huinilde a la dignidad ex-
celsa, e. — J. Las dignidades de los hombres son disputadas y
comunes a la medida del valor, etc.
(2) C. pujar de la dignidad humilde ala
(3) C. abaxar de la excelencia a la humildad es — J. abaxar
della es
(4) A. alcanzar
(5) C. caer del hombro a tierra. Por — J. caer a tierra. Por
(6) En C. hay que substituir (¿^\_^iL\ por o^ cS^*"^' P^"-^ ^^^
esté conforme con J. y con la versión castellana.
(7) C. consejo, y le tiene perplejo a él y también a sus vasa-
llos, su fazienda, c
(8) C. punto con mi buen consejo, avré
(9) C. y J. está perplejo en su asunto?» Dixo
DEL LEÓN E DEL BUEY 65
qiíe es así (i), que el omne agudo de buen entendi-
miento, a las vezes sabe el estado de sus amigos e
su poridat, por lo que le semeja e por lo que vee
de su estado e de su fazienda, e poniendo se enello
5ÁBEL0 ciERT0> (2). Dixo Calila: «¿Cómmo esperas
tú aver dignidat del león non aviendo tú nunca ávi-
do conpania nin PRivANgA de ningunt rrey nin sa-
biendo lo servir nin sabiendo lo que le plaze desí
nin de los otros?» (3). Dixo Dimna (4): «El omne va-
liente so la grant carga, maguer que le apesgue, le-
vántase, e la grant carga non alga al omne valiente
nin al pesado; nin enel omne vil non ha obra nin cuy-
dado. Et el omne omildoso e blando, non ha quien
lo rreprenda (5). Et ante prueve omne las cosas que
SE PONGA aellas; ET YO QUIERO PROVAR ÉSTA PARA
MEJORAR LA MI FAZIENDA E LA TUYA.»
(i) C. y J. Dimna : «Conozco esto por mi seso y mi presenti-
miento (*), que
(2) C. sabe lo secreto del asunto de su amigo por lo que se
le manifiesta de él [del amigo], tanto que a veces conoce esto en
su aspecto y apariencia.» Dixo — J. poridat por lo que se le ma-
nifiesta en sus maneras y apariencia.» Dixo
(3) C. servir ni comportarte con ellos, ni [conociendo sus
etiquetas?» Dixo
(4) A.yB. Calüa:
(5) C. «Al omne valiente y de gran coraje no le fatiga la cargA
pesada; al débil, no le sirve de nada su astucia, y no perjudica
al inteligente el estar en país extranjero, y nadie rehusa se le
acerque el hombre humilde de maneras suaves.» — J. «Al omne
esforzado y valiente^no le rinde la carga pesada, aunque no esté
acostumbrado a ella; pero el hombre débil no toma la carga aun-
que ello sea propio de su oficio.»
(*) presentimiento. En C. ^jp^^, equivocado por w<-^£*., que se lee
enj.
TOMO I. í
66 CALILA Y DIMNA
Dixo Calila: «El rrey non honrrará al atrevido por
su atrevengia (i), mas honrra al verdadero e al ger-
cano del. Ca dizen los sabios que el que es déla
CONPAÑIA DEL rrey e déla muger, que nonlo alle-
gan ASÍ por mayor bondat, mas por que está más
gERCANO QUE OTRO; BIEN así commo la vid que se non
trava al mayor árbol, mas al que más agerca le
está» (2). (Dixo Calila): «¿Qué te semeja? Si el león
non te llegare así, nin pudieres fablar quando qui-
sieres, conél, ¿qué será de ti?» (3). Dixo Dimna: «Así
es commo tú dizes; mas sepas que los que son conel
rrey non fueron conél siempre, mas con su femengia
alcanzaron las dignidades del rrey; e son conél e llé-
ganse aél después que son Iluene del. Et yo trabajar
me he de fazer otro tal, e guisaré cómmo llegue
aello (4); ca dizen que non es ninguno que llegue ala
(i) C. honrrará con sus favores al más excelso de los que
tiene en su presencia (*), mas
(2) Este pasaje está mejor en la versión castellana que en C.
y J. — Véase Panchatantra^ I, 35, donde se comparan con la vid
y plantas trepadoras el rey y las mujeres,
(3) C. le está. Y <cómo esperas tu alcanzar tal dignidad cerca
del león si no estás al lado de él?> Dixo
(4) C. Dimna : < Comprendo lo que dices y tienes razón; mas
sepas que los que están más cerca del rey que nosotros no (**) lo
estaban, ni eran éstas sus dignidades; pues se acercaron a él
poco a poco y alcanzaron las dignidades. Y yo he de trabajar
por alcanzar las dignidades y puestos de ellos, con mi esfuerzo
para acercarme a él; ca
(*) Aunque C. y J. convienen en este pasaje, el sentido y la cons-
trucción de la frase en la versión castellana exigen que se suprima el
^^wo en las ediciones árabes, con lo cual la traducción dice así: hon-
rará c. s. f. a. m. excelso por su excelencia, mas
(•*) Substituyo el lXS por una negación, con lo que resulta C. con-
forme con la versión castellana.
DEL LEÓN E DEL BUEY 6/
puerta del rrey e dure y mucho consentido a ser mal
traído e enpuxado, e sufra mucho pesar, e encubra
su fazienda, e trayga su fazienda mansamente, que
non llegue alo que quiere» (i).
Dixo Calila (2): '< Pongamos que as llegado al león.
^•Cómmo trayrás tu fazienda (3) conél (o) conlo(s) que
as esperanza de aver dignidat?» Dixo Dimna: «Si me
yo oviese llegado al león (4) e (5) conosgiese sus
costunbres (6) guisaría commo siguiese su voluntad,
e que non fuese con[tra] él, así que quando quisiese
fazer alguna cosa derecha mente afincárgela ía (7)
fasta que la fiziese e que acresgiese su plazer enella
E LA cunpliese; et quando quisiese fazer alguna cosa
que yo entendiese que le podría traer daño (8), fazer
loía entender el mal que oviese, lo más manso que
yo pudiese (9). E yo he esí)eranga qu'él verá mejot
(1) C. mucho y aguante de él desdenes y sufra penas y encu-
bra su cólera y sea afable con los hombres, que no llegue al más
alto grado cerca del sultán.»
(2) C. Calila : «Te entiendo. Pongamos
(3) Mejor tX.^sy, que ya indica Cheikho que tiaen las otras
copias, que el ,^5 v del texto.
(4) al león — C. y J. a él
(5) Falta en C. la conjunción, pero está en J.
(6) C. costunbres, condescendería con sus caprichos e gui-
saría
(7) C. mente se la adornaría y le haría ver el bien (*) que en
ella hay, y le animaría fasta
(8) C. daño y deshonor, fazer
(9) C. mal y deshonor, y la utilidad y provecho de dejarla, y
me insinuaría con él n»ansa y suavemente. E
(*) el bien falta en C, pero lo pide el sentido del párrafo y está
en J.
68 CALILA Y DIMNA
demi que non vio de otros (i); ca el omne faldrido e sa-
bio e manso, si quisiese desfazer la verdat et averi-
guar (2) la mentira alas vezes, fazer loía, así commo
el buen pintor que pinta las imágenes enla pared que
semejan a omne que sale della (3), et pinta(n) otras
que semejan eso mesmo e non es así» (4).
Dixo Calila: «Pues esto tienes así a coragón, quiero
te fazer temer servigio del rre}^ por el grant peligro
que y ha (5). Ca dizen los sabios que tres cosas son
a que se non atreve si non omne loco, nin estuerge
dellas si non el sabio (6) : la una es servir (7) rrey, la
otra es meter las mugeres en su poridat, la tergera
bever vidiganbre a prueva (8). Et los sabios fazían
semejanga del rrey e de su privanqa al monte muy
agro en que ha las (9) sabrosas frutas, et es manida (10)
(i) a. será mejor servido que de otros algunos; — C. espe-
ranga que aumentará para mí el león por esto su bondad, y que
verá en ello de mí lo que no vio de otros; — J. esperanza que
acreceré por esto junto al león en consideración, y que verá, etc.
(2) averiguar, ^3^•' hacer verdadera.
(3) C. y J. della y no sale, et
(4) C. y J. semejan que entran en ella y no entran. Y cuando
vea el león mi mérito y lo conozca, y conozca lo que yo valgo,
estará más deseoso de mi ennoblecimiento y de mi privanza.*
(5) C. temer la compañía del rey, porque tu (*) compañía es
un gran peligro. Ca
(6) C. y J. si non pocos : la
(7) C. y J. es la compañía del rrey,
(8) La segunda de estas tres cosas es la tercera en C, y vice-
versa. — J. como A.
(9) C. monte fragoso y difícil de recorrer, en que ha toda
clase de sabrosas
(10) manida — A. y B. maña
(*) J. su compañía
DEL LEÓN E DEL BUEY 69
de las bestias (i) fieras; onde subir (2) aél es muy
fuerte cosa; et estar (sin el bien que) enél (ha) es más
AMARGO E MÁS fuerte.»
Dixo Dimna : «Entendido he lo que dexiste. Di-
zes verdad en quanto dizes; mas sepas que quien non
se entremete alos grandes peligros non ha las cosas
que cobdigia, et quien non anda las luengas ca-
rreras non ha las granadas cosas. Et quien dexa
las cosas onde avría por aventura lo que quiere, e
con que allegaría alo que le fuese menester, con
miedo e con pavor (3), non avrá granada cosa, nin
pujará a nobleza. Et dizen que tres cosas son que
non puede fazer ninguno si non con ayuda de noble
coragón, e a gran peligro: la una es oñgio de rrey, la
otra mercaduría sobre mar, e la otra lidiar con ene-
migo. Et dizen los sabios otrosí, que el omne de noble
coragón non deve ser visto (4) si non en dos lugares,
quél non pertenesge ser en otros : o ser con los rreyes
muy honrrado, o ser con los rreligiosos muy apartado;
así commo el elefante que sola mente su beldat e su
fermosura (5) es en dos lugares: o enel canpo seyendo
salvage, o seyendo cavalgadura délos rreyes.» Dixo
Calila: «Hermano, Dios telo engime en bien esto que
tú quieres fazer et ve ala gracia de Dios et sin mi con-
sejo-» (6).
(i) C. manida del leopardo, león, lobo y de toda bestia fiera;
(2) subir — A. suben
(3) C. y J. pavor de lo que quizá teme, non
(4) visto — A. y B. justo
(5) su b. e s. fermosura — Así en J. — C. debe corregirse tal
como está en J.
(6) C. fazer, que yo no estoy de acuerdo con tu consejo.»
70 CALILA. Y DIMKA
Desí fuese ende Dimna, e saluó al león. Dixo el
íeón alos que cstavan gerca del: «;Ouién es éste?» Et
ellos dixeron : «Éste es fulán, fijo de fulán.> Díxoles
el león : «Yo conosgí asu padre.» E llególo así, e de-
mandol' e díxol': «^- Dónde has estadot-» (i). Dixo
Dimna: «Nunca me quité de tu puerta (2), a esperanza
que acaesgería (a) alguna cosa en que te scrvicsc con
mi consejo e con }jii lazcria (3). Ca [a] las vezes acaes-
gen algunas cosas alos rreycs en que han menester
por ventura alos flacos e alos menospregiados. Et el
tal omne non es menospregiado, por aver enél alguna
pro; ca el fuste que yaze en tierra, ayuda se omne
del alas vezes para rrascar su oreja, e álgalo de tierra,
e rráscala conél, o para ál : quanto más el animal que
es sabidor délas cosas» (4). Quando el león oyó lo
que dezía Dimna, pagóse del e plogóle et ovo espe-
ranga que avería enél buen consejo e buen castigo.
Et dixo alos que estavan conél (5) : «El omne sabio,
(i) a. eres?
(2) C. y J. de la puerta del rey, a
(3) A. te ayudases de mí por tuyo consejo. — C. alguna cosa
en que yo pudiese servir al rey. Ca — J. alguna ... servir al rey con
mi persona y mi consejo.
(4) C. Ca son muchas las cosas de él (el rey) en que frecuen-
temente necesita a aquellos de quienes nunca hizo caso. Y no
debe ser menospreciado nadie, por insignificantes que sean su
poder y posición, si hay en él alguna utilidad, por pequeña que
sea. Pues el fuste que yace en tierra, frecuentemente se sirve
uno de él (*), cuando siente comezón en la oreja y se la rasca
con él. Y el animal que conoce el daño y el pro, más digno es
de que se sirva uno de él. Guando
{5) C. y J. Et se dirigió a los q. e. conél y les dijo : «El
(*) J. uno de él, y lo coge el hombre y se rasca la oreja con él.
DEL lEÓN E DEL BUEY 7 1
e de noble coragón, e bueno, e agudo, maguer sea
de menor guisa e de baxa dignidat, la nobleza de su
corazón (i) non quiere fueras paresger et mostrarse;
así commo la gentella del fuego que omne asconde, e
ella non quiere si non agenderse.>
Pues que entendió Dimna que el león se pagara
del, e le pluguiera lo qu'él dezía (2), dixo: «Los pue-
blos de los rreyes, e los de su corte, tenudos son
dele fazer entender, los nobles de coragones, su sa-
ber, e dele dar leal consejo, e amarlo. Ca él non los
porná enlas dignidades que deve(n) e que meresgcn
si non por esto, así commo la simiente soterrada, que
ninguno non sabe su bondat (3) fasta que sale e pa-
resge sobre la tierra. Et el rre}^ deve pujar a cada
uno asu dignidat segunt su consejo, e segunt el pro-
vecho e la nobleza del coragón, e la lealtad que enél
oviere.
»Ca dizen que dos cosas non deve ninguno (4) po-
ner ninguna dellas fuera de su lugar, nin tollerla de
su lugar; e son los Omnes (5) e los or(de)namientos.
(i) C. coragón y su entendimiento, non
(2) e le p. 1. q. dczía, — Falta en C, pero está en J.
(3) C. dixo : «¡Oh rey! Tus subditos y los que están en tu pre-
sencia, deben cuidar de elevar hacia ti lo que hay en ellos; y no
los pongas en su dignidad sino por esto; así como la simiente
soterrada, de trigo o de cebada o de otra especie, que no sabe
uno de qué especie es fasta — J. «¡Oh rey! Los subditos del rey
que asisten en la corte, esperan que se reconocerá la ciencia j
actividad que ellos tienen, así como la simiente enterrada, que no
se conoce su bondad fasta
(4) C. ninguno, aunque sea rey, poner — J. como A.
(5) C son los ornamentos de los pies y los ornamentos de la
cabeza. — En J. falta esto. — C. debe corregirse conforme al texto
CALILA Y DIMNA
Ca es contado por nesgio quien pone en su cabega
€Í ornamiento de sus pies, [e en los pies el] de la ca-
bega, et quien dagastona las girgongas enel plomo.
Ca esto non es menospregiamiento de estas cosas
sobre dichas, mas es nesgedat del que lo faze (i). Et
OTROSÍ NON PONGA AL BIEN FECHOR ENLA MEDIDA DEL
MAL (2) FECHOR.. Et dizen Otrosí : non fagas conpañia
con omne que non sepa quál es su diestra e su sinies-
tra (3); ca non sosaca[n] lo que los entendidos saben
si non sus mayores, e [lo que] los cavalleros si non
los (4) rreyes, nin lo que ha enla ley e en su enten-
dimiento, si non los teólogos e los divinos (5).
»Et dizen otrosí de unas cosas que son muy alon-
gadas, commo la mejoría (6) que ha el un hdiador del
castellano. Compárese la zloca 72 del libro I del Panchatantra ,
(jue dice: «Los criados y las joyas han de colocarse en su debido
lugar; porque una piedra preciosa que deba engastarse en una
diadema, no brilla si se la pone en los pies.> La errata en árabe"
es fácil de explicar, porque la palabra que significa pie tiene las
n>ismas consonantes que la que significa hombre.
(i) Ca es contado... faze. — Falta en J. — C. dice: et quien en-
gasta el jacinto y la perla en el plomo, no por esto pierden su
valor el jacinto y la perla, sino que ello es torpeza del que ha
hecho esto. — También en este pasaje está la versión castellana
más conforme con el original sánscrito que los textos árabes.
(2) MAL — A. y B. bien — Falta en C. y en J. esta frase, que
debía tener el original,, como se ve por las zlocas "]'] y 78 del
libro I del Panchatantra.
(3) C. omne que no sepa el lugar de su diestra y de su sinies-
tra. Véase zloca 76, libro I del Panchatantra, que dice : «Donde
no se aprecia la distinción entre la mano derecha y la izquierda,
¿íjué noble... permanecerá allí ni un momento?»
(4) los — A. y B. ser
(5) C. teólogos y los jurisconsultos.
(6) mejoría — A. y B. memoria
DEL LEÓN E DEL BUEY 73
Otro, et lo poco délo poco, e lo mucho délo mucho,
e el sabio del sabio (i). Et los muchos vasallos (2), si
provados (3) non fueren, traen daño al fecho; ca non
se cunple la cosa con muchos vasallos, mas con los
buenos dellos, maguer sean pocos, así commo el
omne que lieva la grant carga e se enbarga della e
non falla por ella presgio. Et las girgongas non
afruentan al que las lleva et puede las vender (4) por
grant aver : en el fecho que ha omne menester enga-
ño, non cunple la ira, maguer sea mucha (5). Et el
rrey non deve menospresgiar la noblega del coragón
que fallare en alguno que sea de menor guisa; que la
pequeña cosa por ventura engrandesge mucho, así
commo el nervio que es tomado de la cosa muerta, e
fazen del cuerda déla ballesta e dobla se conél, et
ala menester el rrey para tirar et para jugar» (6).
(1) C. otrosí : «En tres cosas, la superioridad que hay entre
ellas está próxima, aunque se la comprenda en un solo nombre :
la superioridad de un lidiador sobre la de otro lidiador; la del
instructor sobre la del instruido, y la de un orador sobre la de
otro orador. Et
(2) . vasallos, — C. y J. auxiliares,
(3) provados, es decir, experimentados , dotados de expe-
riencia. Corríjase en C. ^^y..<sr'^ por ^^^Xs'*, que trae bien J.
(4) El copista de C. saltó aquí varias palabras. — J. dice: omne
que lieva una piedra pesada e s. e. d. e n. f. p. e. presgio. Y el
que lleva jacinto, aunque sea poco, puede venderlo por grant
aver. — C. dice : así como el hombre que lleva jacinto, que no le
oprime su peso y encuentra con él lo que necesita.
(5) C. Y el hecho que se obtiene con dulzura no se alcanza
con violencia, aunque se haga uso de ella. Et
(6) C. muerta, y sirve para el arco y llega a ser muy honrado
en manos del rey, que lo necesita en [los ejercicios dej fuerza y
coraje; y se emplea en las sillas de montar y llega a ser honrado
74 CALILA Y DIMNA
Et Diinna en todo esto quería aver honrra del
león (i), e todos sabían que non gela faría por quél
oviese conosgido [a su padre], mas porque era de
noble coragón e de buen consejo. Onde (2) dixo al
león: «El rrey non apriva alos omnes por la privanga
de sus padres, nin los despregia (3) por non conosger
asus padres, mas cada que sabe(n) [para lo que sirven],
e en que los ha menester. Desí faze lo que tiene por
bien en ponerlos enla medida que deve. Et alas vezes
acaesge al rrey alguna enfermedat que le faze grant
mal, e non gela tuelle si (4) non la meiezina que le
aduzen de lueñe. E el mur mora conel omne en su
casa, et porque le faze mal, échalo fuera (5); et el agor
qu-e es muy bravo críalo e quiérelo aun tanto que ha
sabor délo levar (6) enla mano,»
por los reyes y los nobles. — J. muerta, y cuando se hace de él
[cuerda de] arco, es honrado y lo toman con la mano los reyes y
se sirven de él en los ejercicios de fuerza y en las diversiones.
(i) C. honrra y dignidad del rey, e
(2) C. conosgido el león a él (*), mas— J. Y quería Dimna que
viese la gente que no alcanzaba él la honra del rey sino por su
consejo y valor y sabiduría; porque ellos (la gente) creían antes
de esto, que él la obtendría por el reconocimiento que el león
tuviera a su padre. Por lo que dixo
(3) desprecia, ,Xsíj>, aleja.
(4) C. non conosgerlos, sino que los pone en los cargos segúa
la capacidad que en cada asunto tienen para ser\ár. Pues no hay
cosa más cerca del hombre que su propio cuerpo; y si se le pone
enferma alguna parte de él, no aparta esta enfermedad, si non
(5) C. mal es considerado como enemigo y cazado; et
(6) C. agor es salvaje; mas porque reporta utilidad, se adquiere
(*) a él, Oo i; pero si se quita un punto queda 0O\, a su ¿adre, como
J. y como piden el contexto y el original sánscrito.
DEL LEÓN E DEL BUEY 75
Et pues que ovo acabado Dinina (i), pagóse más el
león del, e plógole más conél, e rrespondióle sien-
pre mejor (2). Et dixo alos que seían conél: «Non
deve el rrey porfiar en fazer perder su derecho al que
ha derecho en bien, et es bueno e de noble coragón;
mas devele rrefazer lo que le non fizo. Et aquel a
quien lo fiziere dével' fazer gragias e conosgerlo (3).
Ca los omnes (4) son en dos guisas : el uno es de mala
natura, e es así commo la culebra que, si alguno la
pisa e non le muerde, non debe torrnar aella de
cabo (5), et el otro es de buena natura e de blandas
COSTUNBRES, c es tal commo el sándalo frío, que si
mucho es ñ"egado tórnase caliente e quema» (6).
Et pues que se ovo solazado Dimna conel león (7),
dixo: «Veo, señor, que ha tienpo que estás en un
lugar, que non te mudas. Esto, (¡por qué es?* Et el león
y se cuida tanto, que lo lleva el rey en la — Véase zloca 95, libro I
del Panchatantra, donde en vez del azor se habla del gato,
(i) C. y J. Dimna este discurso, pagóse
(2) J. mejor, y le acreció en su honra. Et — C. del, y se le mos-
tró más amable en su contestación y elogio. Et
(3) C. ha derecho, ni deponer de su dignidad al que tiene
una dignidad; mas debe el rey reparar la neghgencia que haya
tenido en esto, y no dejarse engañar por la satisfacción del resul-
tado, sino reconocerlo (*). Ca
(4) C. los ommes en este particular son
(5) C. muerde, no conviene que se engañe por esto y vuelva
a pisarla otra vez, et
(6) C. cahente y dañoso.»
(7) C. ovo familiarizado Dimna con el león, apartóse con él y
dixo:
(*) Así el, texto de C. en este pasaje, que falta en J., y que creo está
mejor en la versión castellana.
76 CALILA Y DIMNA
non quería que sopiese Dimna que lo que fazía [era]
con cobardez, et dixo (i): «Non es por miedo» (2).
Et estando amos así, bramó ^en^eba muy fuerte, e
tamaño fué el bramido et el miedo que el león ovo,
que le fizo dezir : «Esta boz me tovo aquí eneste
LUGAR, E (3) non sé qué es; enpero veo que la per-
sona que la faze deve ser tan grande commo la boz,
e su fuerga tan grande commo la persona. Et si esto
así es, non moremos eneste lugar.» Dixo Dimna al
león: «Escandalizástete de otra cosa fuera desta, ca
si non te fizo ál pavor si non esto, non deves dexar
tu posada. Ca la flaqueza es ocasión de la veudez, et
la desvergüenga es ocasión de la pelea, et la mezcla
es ocasión del amor, et la grant boz es ocasión del
flaco coragón (4). Et esto se departe en un proverbio
que dize: «Non se deve omne temer de todas bozes.»
Dixo el león: «¿Cómmo fué eso?» (5).
Dixo Dimna: «Dizen que una gulpeja fambrienta
(i) C. es?» Dijo el león, pues no quería que supiese Dimna que
esto era miedo de él : «Non
(2) miedo. > — C. ^_j-ob, coraje. >
(3) C. bramó el toro un bramido fuerte que asustó al león
tanto, que le hizo manifestar a Dimna lo que pasaba en su cora-
zón, y dijo ; «Esta voz que oigo non
(4) C. Dimna: «¿Acaso ha asombrado al rey algo que no sea
esta voz?» Dijo el león: «No me ha impresionado otra cosa, sino
esta voz.> Dijo Dimna: «El rey no debe dejar este lugar por
haber llegado a él el ruido de esta voz; pues ya se ha dicho que
al dique flojo lo destruye el agua; al entendimiento lo echa a per-
der la vanidad; al hombre de bravo corazón lo echa a perder la
maledicencia, y al de corazón débil lo echa a perder una voz
grande y los gritos. Et
(5) C. león: «<Y cómo es ese proverbio?»
DEL LEÓN E DEL BUEY 77
pasó por un árbol (i), et estava un atanbor colgado
del (2) árbol, e movióse el viento e movió las rramas
del árbol de guisa que los hizo ferir enel atanbor (3) e
sonava muy fuerte. Et la gulpeja oyó aquella voz, e
fuese contra ella fasta que llegó a ella (4), et en que
vio que era finchado, cuydóse que era de mucha
carrne, que avía de mucha gordez, e fendiólo e vio
que era hueco, e dixo: «Non sé (5); por ventura las
>más flacas cosas han mayores personas (6) e más
> altas bozes.»
Et fuese dende. ^Etyo, señor, non te di este enxen-
plo si non por que he esperanza que sea esta cosa, cuya
boz te espantó y atal como el atanbor, e si aella te llega-
ses, más tijera te semejaría que tú non cuy das. Et,
SEÑOR, si fuere la tu merged^ envíame aella, e está tú en
tu lugar fasta que yo torne ati conlo que sopiere de
su fazienda. » Et desto que dixo Dimna plugo al león, et
dixole: <Pues vete-» (7).
(i) C. y J. por un bosque,
(2) J. de un árbol, — C. colgado al lado de un árbol,
(3) A. et firiéronlo los rramos.
(4)' C. llegó al tambor, et
(5) C. finchado, dijo en su corazón : «En verdad que debe con-
tener mucha grasa y carne.» Y empezó a manosearlo hasta que lo
hendió. Y cuando vio que estaba hueco, dijo la vulpeja: «Por —
J. Y cuando vio que estaba hueco y que no tenía carne, dijo :
«No sé; por
(6) persona, ¿-."z:»., volumen del cuerpo, talla.
(7) C. y J. que esta voz que nos espantó, si a ella nos lle-
gásemos, la encontraríamos más ligera de lo que creemos; y si
quiere el rey, envíeme hacia esa voz y quede él en su lugar hasta
que yo vuelva con clara noticia.» Y aprobó el león esto que le
dijo y le dio permiso.
78 CALILA Y DIMNA
Et fuese Dinina e pensó el león en sufazienda, e dixo
en su cor agón: «Nonjize bien en fiarme en éste ^ para
enbiarlo al lugar do lo enbio; ca el orne, si es de la casa
del rrey, et es por luengo tienpo desdeñado non lo mere-
ciendo, e mezclado aiuerto (i), o si es conogido por
cobdigioso o por malicioso^ o si es muy pobre j o si ha
fecho algún gran pecado e se teme déla pena, o si es
ENBiDioso E malo que a niísiguno non quiere bien, o si
es testiguado por atrevido o si le han fecho perder lo
que tenia del rrejy, o si era ofigial e gelo tollieron, o si
a alguno fizo falsedat e sospecharon del, o cayó en
alguna culpa, o si sus iguales fueron probados por bue-
nos et ovieron mijoria del en dinidat e en onrra, o si es
de mala fe en su ley, o si ha esperanza de aver algún
pro a {2) daño de sus señores, o si se teme ende o si es
contrario alas privados délos señores (3), <í toaos éstos
(1) C. Et fuese Dimna hacia el lugar do estaba el toro. Y cuan,
do Dimna se hubo separado del león, pensó e. 1. e. s. f. e se arre-
pintió de haber enviado a Dimna adonde le enviara, e d. e. s. c. :
«Non f. b. e. fiarme de Dimna en lo que le he confiado; ca e. o. s.
e. d. 1. c. d. rr. e. e. p. 1. tienpo vejado sin haber cometido delito
alguno, o si le han puesto dificultades (*), o
(2) ^ — B. o
(3) C. 7naUdoso, o si ha caído en la pobreza y miseria y no pue-
de levantarse, o si le han hecho perder el poder o riqueza que
tenía (**), o desempeñaba \m cargo y se ve depuesto de él, o pri-
vado en parte asociándole un compañero, o si ha f. a. g. p. e s. t. d.
la pena, o s. e. m. q. n. quiere el bien, o ha caído en la humilla-
(*) J. delito alguno, o es acusado ante el sultán, o
(*•) o si le... tenía. Así resulta la traducción según el texto de C;
pero suprimiendo en él la palabra riqueza que se lee en J., queda legiti-
mada la versión castellana, que dice: «o si le han fecho perder lo que tenía
del rrey». En árabe la voz sultán significa «el poder>, y también «la per-
sona que lo ejerce».
DEL LEÓN E DEL BUEY 79
non deve el rrey meter sti fazienda en sus manos, nin
ñar en ellos nin sigurarse. Et Dimna es discreto etsabí-
dor, e tanto fue despreciado et desdeñado (i) a mi
puerta e olvidado, et seméjame que tenia mala volun-
tad, et esto [le] fizo engañarme e (2) meterme en mal;
et si por aventura fallare aquel animal que brama, que
es más fuerte que yo o (3) de mayor poder, [e este] le
p'ometiere de su algo, será cofiél contra mi et descubrir
lea mi vergüenga (4) e mi cobardez.»
Et non cesó el león de fablar consigo misr,io et de se
mal traer tanto, que se levantó del lugar donde estava
et arrufávase de mala tnanera. Et desque vino Dimna
entró aél. Dixo el leÓ7t : *^ Qué viste o qué feziste?»
Dixo Dimjia (5) .- « Vi un buey que fizo la bozque oíste. i>
ción, o ha cometido un delito con sus iguales, o él y un compañe-
ro han verificado una buena acción y quedado sin recompensa, o
tiene un enemigo a quien detesta y éste le aventaja en dignidad
y en honor, o es de mala fe en su religión y en sus caprichos,
o espera en cosa de la que saque provecho con daño í^de otro],
o tiene buena voluntad a los enemigos del sultán (*), a todos
(i) et desdeñado — Falta en C, pero está en J.
(2) C. puerta, y es posible que por esto haya concebido odio
que le mueva a afligirme (**) y a fíieterme
(3) Q.o — C,&
(4) vergüenza. Traducción de "c\^; es decir, partes vergonzo-
sas, lugar no defendido.
(5) C. león de pensar en esto hasta que lo apartó esto de su
lugar, y se puso a andar y a sentarse y a mirar hacia el camino,
hasta que se le apareció Dimna, que regresaba. Y cuando vio
que ya se aproximaba y no venía con él nadie, tranquilizó su
espíritu y volvió a su sitio, por el deseo de que no pensara Dimna
que algo le había hecho alejarse de su lugar. Y cuando se pre-
(*) J. enemigos del rey y enemistad a los amigos de éste,
(*•) afligirme — J. engañarme, como B.
8o CALILA Y DIMNA
Dixo el lcó}i: ^^Oiíé fucrga ha?* Dixo Dimna: ^Non
ha fuer ga nin valentía, ca yo jue allegué aél (i), et
estude e?i par del, así como está ame con su igual, e non
me pudo fazer nada.y^ Dixo el leó?i a Dimna: ^N'on te
engalle eso, nin lo tengas por flaco por eso, ca el fuerte
viento no7i qícebranta las chicas pajas, mas desrrayga
los grandes árboles (2); otrosí las armadijas unas a
otras 7ion se prenden* (3). Dixo Dim7ia: *Non ayas
miedo del, nin lo tengas en cor acón; et si quisieres, yo
telo traeré, que sea tu siervo e obediente.* Et quando el
leÓ7i oyó esto alegróse e dixo : i-Sabe que me plaze de lio,
E VETE» (4).
Et fuese Dimna a Sengeba {s) el dtxole atrevidame7ite
sentó Dimna ante el león, díjole: «¿Qué has hechor» Dijo: « Vl —
J. león d. f. c. mismo a este tenor, hasta que se puso a andar y a
mirar por el camino por donde se había ido Dimna. Y no había
andado sino un poco, cuando vio venir a Dimna hacia él, con lo
que se sosegó y volvió a su sitio. Y entró Dimna junto a él y
díjole el león: «¿Qué hiciste o qué viste?» Dijo: « Vi
(i) C. aél^ hablé con él, et — J. como B.
(2) C. árboles y los alcázares; — J. los- árboles de su lugar. — El
texto castellano está más conforme con el original sánscrito.
Véase Panchatantra, I, zloca 122.
(3) otrosí... prenden.-» — Falta en J. — En C. falta sin duda la pala-
bra los grandes, como se lee en el manuscrito F. de Guidi, según
nota de Cheikho; y así dirá, conforme con la segunda parte de la
zloca 122, citada en la nota precedente: «Los grandes solamente
hieren o marchan contra los grandes.»
(4) C. ^A-on tenga miedo el rey de él por nada, nin lo ten-
ga (*) en corazón; pues si el rey quiere que se lo traiga para
que sea su sierv'o sumiso y obediente, lo haré.» Y se alegró el
león de las palabras de él, y dijo: «Está bien; sí que lo quiero.»
(5) a Sengeba — C. y J. al toro
(*) C. dice i^yXSsyc, en vez de ^^^>J.
DEL LEÓN E DEL BUEY 8 1
£ sin miedo: «Mi señor el león me enbia ati que ic
Heve, et dixome que si tú fueses aél luego obediente,
que te atreguaría del pecado que as fecho en osar entrar
sin su mandado en su señorío et sin lo ir ver, et si tú te
tardares et non quisieres (i), que me torne aél, et que
gelo faga saber,-» Dixo Sení^eba (2): «Si tú me fezieres
omenaje por él, que non rregiba mal nÍ7t daño (3), yo
iré contigo.-» Et él fizóle el omenaje que le demandó (4),
et desi fuéronse amos en zmo, e entraron al león, et
preguntó el león a Sengeba (5) buena me7ite et dixo le:
«f¡ Oudndo llegaste a esta tierra et qzté cosa te fizo acá
venirh-> Et él (6) contóle toda su fazienda. Et dixo el
león: <íBive comigo (7), e fazertehé onrra» (8). Et el
buey gradegiógelo mucho et omillósele [e quedóse conél\.
Desi el león aprivóle e allególe asi et tomó consejo del,
et metiólo en sus poridades e en sus cosas. Et duró así
el buey un iieiipo, et ívale toda vía queriendo más et
pagándose más del, atanto que fue el más privado de
su conpaña^ et el que más él amava e pregiava (9).
(i) et non quísíerjs, — Falta en C, pero está en J.
(2) C. y J. Sengeba (^) : «<:Y quién es ese león que te envía y
dónde está?» Dijo Dimna: «Es el rey de las bestias, y su morada
está en tal lugar, con su mesnada de bestias.» Y asustóse el toro
al oír mencionar al león y a las bestias, y dijo a Dimna: <íSi
(3) omenaje... nin daño, — Traducción de 0^^> antán.
(4) Et dióle Dimna el aman, lo que le hizo tener confianza
de él, et
(5) a Sengeba — C. y J. al toro
(6) C. el toro — J. Sengeba
(7) «-Bive comigo, e — Falta en C.,pero está en J.
(8) C. y J. onrra, y te trataré bien. Et
(9) C. aprivóle, honróle y tratóle benévolamente;" y lo probó
(*)
C. el toro: / <? 3 ^ ^1 ^
TOMO I.
82 CALILA Y DIMNA
Et quaiido vio Dinina que el león se apartava con
Senceba (i) sin él (2) e sin la otra conpaña, pesóle et
ovo ende grande enbidia (3), et querellóse a su her-
mano Calila et dixole: «■Hermano (4), ^non te niaravi-
llas (5) de mi mal seso (6) et de mi locura, et de cómo
pensé en pro del león, e trabajé enle traer el buey que (7)
me ha echado de mi dinidat?* Dixo Calila: <íPues
acaegió ati lo que acaesgió al r religioso.» Dixo Dim-
na: <!-^Et cómo fue eso?»
Dixo Calila: «.Dizen que un r religioso ovo de un
rrey unos paños muy nobles^ et violos un ladrón et ovo
enbidia dellos et guisó arte como gelos furtase (8), et
entró al r religioso et dixole: «.Quiérote fazer conpania
y halló que tenía seso y discernimiento; y le confió sus secretos
y se aconsejó con él en todos los asuntos; y no pasaba día desde
que lo tenía con él que no le admirase más y se pagase más de
él y le aumentase su privanza, hasta que fué el más íntimo y de
mayor dignidad entre sus amigos.
(i) Sengeba — C. y J. el toro
(2) sin él e — Falta en C, pero está en j.
(3) C. conpaña, y que él (el toro) había llegado a ser compa-
ñero de cámara y de conversación y de diversiones, lo envidió
con toda envidia y llegó a tenerle el mayor odio (*) que tenerse
puede, et
(4) Hermano, — Falta en C, pero está en J.
(5) maravillas — B. maravilles
(6) mi fual seso — En C. ^^-^", en vez de ^-\j ^^, como
se lee en J., conforme con *él texto castellano."
(7) C. cómo trabajé y pensé e. p. d. león y descuidé mi propia
conveniencia y la perjudiqué al traerle a quien (**) 7ne
(8) C. enbidia de los paños que vestía el religioso, et — J. en-
bidia de los paños, y trabajó para quitárselos, et
(*) odio, (.-«lá>v.s. — Falta en C, pero está en J.
(**) J« conveniencia al traer junto al icón a un toro que nte
DEL LEÓN E DEL BUEY 83
e aprender deti-» (i). Et el rr eligió so otorgógelo (2) et
fizo vida conél, e servidle bien atanto que se aseguró el
rreligioso eizél e fió del, e puso su fazienda en su
MANO. E el ladrón cató ora que el 7'religioso fuese des-
viado, et (3) tomó los paños, et fuese con ellos. Et
quando el rreligioso falló los paños menos, luego supo
que aquél gelos fin-tara, et fuese en busca del (4), et
yendo para mía cibdat a que dezian Mayat (^), falló
cnel camino dos cabj'ones moflieses peleando et e?ipu-
xdndose conlos cuernos, et salióles mucha (6) sangre, et
vino ima gulpeja et contengo de lamer aquella sangre
entre ellos, et estando ellcc lamiendo la sangre, cogié-
ronla amos los cabrones en medio (7) e matáronla^ et
ESTO AOJO DEL RRELIGIOSO.
■»Desi fíese para la. cibdat a buscar al 07ne, et posó
(i) C. detí y tomar tus buenos modales.
(2) Et e. rr. otorgógelo — Falta en C.| pero no en J.
(3) C. concl, procurando imitar la vida de religioso. Y sirvió
al religiosio y se le mostró atento en su servicio, y le respetó
hasta que notó un descuido en él, y (*) to?}ió
(4) Et quando... del — Así en j. — C. Véase la nota siguiente.
(5) C falló de menos al hombre y los paños, pensó en que su
compañero [se los había hurtado] y fuese en su busca, según sus
sospechas, dirigiéndose en busca de él hacia una ciudad de las
ciudades (**), y falló
(6) C. monteses que se herían con los cuernos; y tanto duró la
pelea, que les salió sangre,
(7) C. medio sin advertirlo ella, e
(*) servicio, tanto que el religioso se ñó de él y se confió en él. Mas
el ladrón le observaba con atención, hasta que cuando ya se vio seguro
y halló oportunidad, tomó
(**) ciudad de las ciudades, en árabe madinati min almadain. Tal
vez este plural almadain explique el uorubre de Mayat que da a la ciu-
dad nuestra versión.
84 CALILA y DIMNA
con una miiger juala^ alcahueta (i), et la muger avia
ima ma7igcba que (2) se avia enamoi'ado de un orne, et
non queria a otro ninguno, et enesto fazia daño a su
ama, p07'qtte perdía la soldada que le dava, por aquel
Cine (3); e trabajóse de jnatarlo aquella noche que ospe-
dava al rreligioso^ et dio a bever ala mangeba e al
orne tanto de vino puro, fasta que se embeodaron et se
dorniieron (4). Entonge tomó ella veganbre que avia
puesto (5) e7i una caña por lo echar al ome por las 7iari-
zes (6), e puso la boca enla caña por soplar. Etporfazer
ella esto, dio un estornudo ante que huyase soplar y et
cayó aella la veganbre enla garganta (7), e cayó muer-
ta, et todo esto aojo del rrcligioso.
•»Desi amaiicgió, et fuese el rr eligió so a buscar el
ladrón a otro lugar, et ospedólo un ome bueno car-
pentero (8), et dixo asu muger: ^Onvra aeste ome
(i) C. fuese el religioso, hasta que llegó a la ciudad y entró
en ella al anochecer; y no encontró posada ni albergue sino en
casa de una mujer prostituta, ama de prostitutas, y se hospedó
en ella, et
(2) C. y J. mangeba asalariada. Y esta manceba se
(3) C. daño a la mujer, en la ganancia que había de obtener
del salario de la manceba, por lo que odiaba al hombre de quien
estaba enamorada la manceba; e
(4) C. bever al hombre de v. p,, f. que quedó vencido y se
durmió, y durmió la manceba con él. Y cuando estuvieron en
profundo sueño, entonce
(5) J* ^^^'^ preparado en — C. avía preparado y puesto en
(6) poi- las narizes, — Así en J. — C. por el trasero,
(7) C puso un extremo de la caña en el trasero del hombre y
el otro extremo en la boca de ella; y sucedió que antes que ella
soplase en la caña salió una ventosidad del trasero del hombre
y voló el veneno a la garganta de la mujer, e
(8) C. y J. ospedólo un zapatero, et
DEL LEÓN E DEL BUEY 85
bueno, et piensa bien dél{i), ca me llamaron unos mis
amigos a bcvcr (2), et non me tornaré si non bien
TARDE.»
>Et esta, muger avia un amigo y et era alcahueta entre
ellos una muger de un su veziíio, et ruándole (3) que
fuese a su amigo et que le feziese saber que su marido
era conbidado (4), e que non tornaría si non beudo e
[a] grant noche. Et AÍno el amigo et asentóse ala
puerta atendiendo mandado. Et enesto vino el car-
pintero su marido della, de aquel lugar do fuera, e
vio el amigo de su muger ala puerta, et avíalo ante
sospechado. Et ensañóse contra su muger, e entró
aella (5) e firióla muy mal, e atóla aun pilar del pala-
cio. Pues qu'él fué adormido e dormieron todos,
tornó aella la muger del alhageme, e díxole: «Mucho
ha (6) estado [el hombre] ala puerta. ;Qué me man-
das?» Dixo la muger del carpintero (7) : «Tú vees
cómmo esto (8), e si tú quisieres, fazer meas bien, e
(i) C. y J. muger: «Mira por este religioso, hónrale y prepárale
buen alojamiento, ca
(2) J. bever, y en seguida se fué. — C. amigos a un convite. Y
se fué el zapatero.
(3) C. muger de un alfajeme, y mandó la mujer del zapatero a
la mujer del alfajeme que
(4) C. era con sus amigos, e
(5) C. Et vino el hombre al anochecer, et a. ala p., atendiendo
a la mujer. Et vino el zapatero a su casa cuando ya era de noche,
y estaba borracho. Y cuando vio al hombre que estaba a la puerta
de su casa, como ya tenía sospechas de el antes de esto, ensa-
ñóse y entró en su casa y cogió a su mujer e firióla
(6) ha — A. y B. he
(7) carpintero : — C. zapatero, y así en todo el cuento.
(8) «Tú V. c. esto, e — Falta en C, pero está en J.
86 CALILA Y DIMNA
desatar mehás, e atarte yo en mi lugar un poco. Et
ir mehé para él, e tornarmehé luego para ti» (i).
»E fizólo así la muger del alhageme, e desatóla e
atóse así mesma en su lugar (2). E despertó el car-
pentero ante que tornase su muger e llamóla [muchas
vezes por su nonbrej e [la muger del alhageme] non
le rrespondió por miedo que non conosgiese su boz.
Desí llamóla muchas vezes, e non le rrespondió. Et
ensañóse (3) e levantóse con un cuchillo enla mano,
e cortóle las narizes, e díxole : «Toma tus narizes e
preséntalas (4) atu amigo.» Et pues que fue tornada
la muger del carpentero e vio asu conpañera de aque-
lla guisa (5), desatóla e atóse en su lugar. Et tomó
la muger del alhageme sus narizes e fuese, veyendo
esto (6) el rreligioso.
»Et pensó la muger del carpentero de aquello en
que era caída, e de que era sospechada, e algo su boz,
e dixo (7): «¡Ay Dios, Señor!; ya vees mñ flaqueza, et
(i) C. fazerme bien, desátame y átate en mi lugar, para que
yo vaya con mi amigo. — J. lugar, hasta que yo vaya y me disculpe
ante él y vuelva en seguida.
(2) e desatóla e a. a. m. e. s. lugar. — Falta en C. — J. E acce-
dió la muger d. a., e desatóla; y envióla hacia el hombre e atóse
a. m. e. s. 1. E
(3) C. llamóla por su nombre muchas veces : a todo esto no
contestaba la mujer del alfajeme. Y aumentó su saña e
(4) C. «Toma esto y preséntalo a
(5) C. vio a la mujer del alfajeme mutilada y que su marido
dormía, desatóla
(6) C. tomó la otra sus narices en la mano y se fué a su casa
desesperada. Todo esto a vista y oídos del
(7) C. Et en seguida la mujer del zapatero alzó su voz e invocó
a su Señor y le suplicó y comenzó a rogar y a decir: «¡Ay — J. En
DEL LEÓN E DEL BUEY 87
mi poco poder, et quanto mal me ha fecho mi marido
a tuerto, seyendo yo sin culpa. A ti rruego e pido
por m.erged que si yo só sin culpa, e salva délo que
me apone mi marido, que tú torrnes mis narizes sa-
nas así commo ante eran, e demuestra y tu miraglo.>
Desí llamó a su marido e dixo: «Levántate, traydor,
falso, e verás el miraglo de Dios en torrnar me mis
narizes sanas así commo ante eran.» Et el marido
dubdó, e díxole : «<;Qué es esto que dizes, fechizera
mala?» Et levantóse e encendió lunbre, e fuela a ver.
Et quando le vio sus narizes sanas, pidióle pardón, e
rrepentióse, e escusósele de su pecado (i).
»Et pues que llegó la muger del alhageme asu casa,
pensó en arte por do saliese de aquello [en] que era
caída. Et quando era gerca del día, pensando e di-
ziendo en su coragón (2) : «^'Cómmo escusaré ami
marido e amis parientes, de mis narizes cortas?» Et
seguida la mujer del zapatero comenzó a suplicar y a llamar a su
marido que la había afeado, y a decir : «¡Ay
(i) C. «¡Dios!; si mi marido ha procedido injustamente con-
tra mí, tómame mis narices sanas.» Díjole el marido : «¿Qué es
lo que dices, hechicera?» Y dijo ella : «Levántate, malhechor, y
mira tu hecho y cómo lo ha reparado Dios en contra tuya; y por
su misericordia hacia mí, por mi inocencia de lo que me impu-
tabas, me ha devuelto Dios mis narices sanas.» Y se levantó él,
encendió lumbre, miró a su mujer, viole las narices sanas, se arre-
pintió de su pecado ante su Señor y excusóse ante su mujer y
le pidió que le perdonara.
(2) C. casa pensó en un ardid, y dijo : «<Cómmo — J. En cuanto
a la mujer del barbero, pues cuando llegó a su casa pensó en
buscar excusa ante su marido y familia de la cortadiu-a de sus
narices y de su conducta. Y cuando estuvo cerca la aurora, des-
pertó el barbero, etc.
88 CALILA Y DIMNA
enesto despertó su marido, et dixo ala muger (i) :
«Dame mi ferramienta toda, ca me quiero ir de ma-
ñana aun noble omne» (2). Et ella non le dio si non
la navaja. E él díxole : «Dame mi ferramienta toda.*
E diole de cabo la navaja (3). E él ensañóse, e echóla
en pos de ella alóbregas. E dexóse ella caer en tie-
rra, e dio grandes bozes (4), e dixo : «¡Ay mi nariz,
mi nariz!» Vinieron sus parientes e prisieron al ma-
rido, e leváronlo al álcali e mandó el alcalld justigiar-
[lo] (5). Et en levándolo a justiciar encontrólos el
rreligioso, e llegóse al alcalld, et dixo: «-Dios te salve,
non seas en duda, ca (6) el ladrón non furto amí los
PAÑOS, nin la gulpeja non la mataron los cabrones,
nin el alcahueta non la mató la vedeganbre, nin la
muger del alhageme non le tajó su m.arido las nari-
zes (7), mas nos (8) mismos le fezimos.» Rogóle el
(i) C. Et despertó su marido al amanecer y le dijo : «Dame —
J.' dispertó el barbero y dijo a su mujer : «Dame
(2) J. ir a]un noble. — C. ir a afeitar a un n. o. de la ciudad.» Et
(3) E él díxole... navaja. — Así en j. — En C. falta esta segunda
petición del barbero, lo mismo que en el original sánscrito.
(4) C. y J. bozes y grandes gemidos, e
(5) C. nariz!» Y no cesó de lamentarse hasta que vino su fa-
milia y parientes y se[lo] llevaron con ella ante el cadí, que le
dijo : «^Qué te movió a cortar la nariz a tu mujer?» Y no tenía
excusa que pudiese alegar por ello, y mandó el cadí que el bar-
bero fuese castigado. Et — J. parientes y la vieron en tal estado
y cogieron al barbero y fueron con él ante el cadí.
(6) A. Sofridvos un poco por amor de Dios e dezir vos he
todo lo que contesgió: «Sabed qu' — C. dixo: «No tengáis duda,
joh cadí!, pues en verdad que el — J. dixo: «¡Oh juez! No dudéis
en este asunto; pues ciertamente el
(7) las narizes, — Falta en C, pero está en j.
(8) nos — A. y B. no
DEL LEÓN E DEL BUEY
alcalld que gelo departiese todo commo era, e díxole
toda la estoria fasta en cabo» (i).
Dixo Dimna : «Entendido he lo que dexiste, e se-
meja ami fazienda, e por buena fe non me mata amí
si non 3^0 mesmo; enpero ^-qué faré agora?» Dixo Ca-
lila: «Dime tú; ^-qué es el tu consejo a esto?» Dixo
Dimna : «Dígote de mí, que yo non quiero demandar
mayor honrra de la que avia, nin mayor lugar del que
tenía; mas quiero buscar arte para torrnar en mi dig-
nidat (2). Ca tres (3) cosas son en que deve omne
parar mientes : enel daño e enel pro, enel tienpo
que es pasado, por tal que se guarde de aver daño e
pugnar de obrar el pro; et catar otrosí las cosas enel
tienpo en que está, por atener alas que le plazen, e
fuir délas que se despaga. Otrosí [en] el tienpo que
es por venir deve parar mientes, por esperar la pro,
e fuir el daño e el mal (4). Et yo parando mientes en
(i) J. departiese todo, y él le contó la historia. — C. todo, y
él se lo contó. Dijo Calila a Dimna : «Y tú también has hecho
esto por ti mismo.»
(2) C. Dimna : «En cuanto a mí, pues no puedo buscar ahora
sino tornar a mi dignidat. Ca — J. Dimna: «En cuanto a mí, pues
no espero aumentar mi dignidad con el león más de lo que la
tenía, pero procuraré tornar al estado en que respecto de él me
encontraba. Ca
(3) tres — Falta en C, pero está en J.
(4) C. deve el sabio parar mientes y emplear su astucia (*) en
ellas. Una es mirar al daño y al pro [que le haya ocurridol en lo
pasado, para guardarse de que el daño que haya sufrido vuelva
a él, y proceder hábilmente como convenga al provecho que
enj
(*) i^W.X:Sto\ debe corregirse en C, en ^]L^r>.i, como se lee
gO CALILA Y DIMNA
mi fazienda, que he esperanza que tornaré en ini dini-
dat de que só quitado, non fallo (i) cosa que mejor
me sea que guisar commo pierda la vida Sengeba, et
que si yo lo pudiere guisar, que cobre mi estado en
que era conel rrey. E quigá será esto bien para el
león, ca están sobejano [el] amor que él ha con Sen-
geba, [que] le f era ser despregiado e abiltado de sus
vasallos-» (2).
Dixo Calila : «Yo non veo que por Sengeba venga
al león pro (3) nin daño.» Dixo Dimna : «Acaesge al
disfrutó,, y emplear su astucia para que vuelva a él (*). Otra es
mirar al beneficio y al daño en lo presente, y hacer por que se
le consolide el beneficio sin cesar de disfrutarlo, y por salir del
daño con su esfuerzo; y la otra es mirar al beneficio que espera
en el porvenir y al daño que teme, y luego prepararse para lo
que espera y precaverse contra lo que teme. Et
(i) a. fallé
(2) A. es cosa que le está mal e que le travan enella mucho
et ale de ser despregiado.» — C. non fallo sino emplear mi astucia
con el toro para que pierda la vida, y esto es lo que ha de salvar
mi asunto; y quizá sea esto para bien del león, porque se ha
excedido en el asunto del toro tan excesivamente, que despre-
cia su propio consejo y se atrae el odio de toda su corte.» — J. non
fallo ardid ni manera, sino emplear la astucia con el comedor de
hierba ése, para que pierda la vida; y, ciertamente, si aparto de
él al león, volverá a mí la dignidad que tenía. Y tal vez esto sea
para bien del león; pues el exceso de la privanza que con él tiene
el toro, es cosa que le envilece y le perjudica en sus asuntos.»
(3) C. non veó^ que al león, ni por el lugar que ocupa el toro
respecto de él ni por su elevada dignidad, le venga desprecio nin
(*) Esta frase debe estar alterada en C. Está más clara en J., que
dice: [Una] de ellas, mirar al daño y al pro [que ha sufrido] en lo pasa-
do, para guardarse del daño que sufrió en lo pasado, para no volver a
sufrir este daño; y desear el beneficio que ha disfrutado y emplear su
astucia para volver a disfrutarlo.
DEL LEÓN E DEL BUEY 9I
rrey (i) por rrazón de la mala andangia perder los
leales vasallos e los buenos defensores (2); et acaes-
gE por rrazón déla guerra (3) contienda e discordia
entre los omnes; et acaesqe por rrazón del vigió
amar las mugeres e las fablas e bever e cagar et tales
cosas; e acaesqel por rrazón déla crueldad denostar
et ferir (4) sin mesura; e acaesqel por rrazón del
tienpo sequedat e mortandat e pestilengia e perderse
los frutos (5); et acaesqel por rrazón déla sandez (6)
usar braveza en lugar de mansedunbre e mansedun-
bre en lugar de braveza; e el león es muy ayuntado
a Sengeba atanto que lo faze su egual> (7). Dixo Ca-
(i) C. Dimna : «Sucede que el león ya siente por el toro tal
pasión, que desprecia a todos los demás consejeros y les ha pri-
vado por él de todos sus beneficios. Pues acaece al rey — por
causa de seis cosas, que son : la malandanza, la guerra, el capri-
cho, la crueldad, el tiempo y la sandez — por
(2) C. defensores y los fieles consejeros y los administradores
inteligentes y los bravos guerreros y los leales; y se le apartan
los demás semejantes a éstos; et
(3) C. guerra, que prueba a los hombres en sus lances, con-
tienda
(4) C. crueldad, excederse en la cólera hasta dejar que la
lengua proceda a su capricho injuriando y la mano violentando
sin
(5) C. tienpo, pues él es el que aflige a los hombres con se-
quedat (*) e m. e p. e p. 1. frutos y cosas semejantes; et
(6) A. grandez
(7) e el león... egual.* — J. e el león siente por el toro tal pa-
sión como ya te he dicho, que le ha de deshonrar y perjudicar
en su facienda.» Dixo — Esta frase de J., que tiene su lugar aquí
(*) sequedat, wuXj\, palabra que en los diccionarios árabes tiene la
significación general de mal, iniquidad; pero una de las significaciones
del verbo «.-¿o es exponer algo al sol.
CALILA Y DIMNA
lila : «(jCómmo puedes tú matar a Sen(:eba, e es más
valiente que tú e más fuerte e [ha] más mando e ha
más vasallos e más amigos?» (i). Dixo Dimna: «Non
cates (2) a eso (3), ca todas las cosas non se fazen por
fuerga, et algunt flaco llegó con su faldrimiento e con
sus artes e con su enseñamiento alo que non pueden
fazer muchos fuertes e muchos valientes (4). ^jNon
te dixieron de cómmo mató un cuervo auna culebra
con su arte e con su enseñamiento e con su suavi-
dat?» Dixo Calila: «^-E cómmo fue eso?»
Dixo Dimna: «Dizen que un cuervo avía su nido
en un árbol enel monte, et avía gerca del una cueva
de una culebra. Et cada que sacava los pollos comía-
gelos la culebra (5). Et después que gelo ovo fecho
muchas de vezes, ovo [el cuervo] muy grant cuyta, e
querellóse aun su amigo délos lobos gervales, et dixo:
[«Quiero consultarte un asunto que medito, por si te
se^-ún la versión castellana, se halla en C. antes. Véase la nota i
de la página anterior.
(t) C. «¿Cómmo podrás con el toro, que es más valiente que
tú (*) y tiene más vasallos?» Dixo
(2) A. antes
(3) C. y J. cates a mi pequenez y debilidad, ca
(4) C. fuerga y violencia; que un débil afligido por la peque-
nez y debilidad, ya triunfó del león. ¿Non — J. fazen por la de-
bilidad, ni por la fuerza, ni por la pequenez, ni por la grandeza,
ni por la corpulencia; que frecuentemente un pequeño débil
triunfa con su arte, habilidad y seso, de lo que no triunfaron mu-
chos fuertes. ¿Non
(5) C. pollos el cuervo todos los años, subía la culebra al nido
y se comía los pollos. Et
(*) J. tú y más honrado ante el león que tú, y
DEL LEÓN E DEL BUEY 93
parece bien y me ayudas.» E dixo: «^'Cuál es?» Dixo:]
«Quiero ir ala culebra e picarle he los ojos, e por
ventura quebrantármelos he; e si tú meló consejares,
avré esperanza de folgar.» Díxole su amigo (i): «¡Ay
qué mala arte es esa que tú cuydas fazer! Trabájate
de ál, porque ayas lo que quieres, e que non faga ella
mal (2). Et guárdate que non seas tal commo la garga
que quiso matar al cangrejo e mató asise.» Dixo el
cuervo: «¿Cómmo fue eso?»
»Dixo el lobo gerval: «Dizen que era una garga,
e (3) avía fecho su nido en una rribera muy vigiosa,
do avía muchas truchas (4). E envegegió e non po-
día pescar, e ovo fanbre (5), e trabajóse de engañar
AQUELLAS TRUCHAS E AQUEL PESCADO, C demOStrÓ
muy grant tristeza e cuydado (6). E viola un cangrejo
de alueñe. Vínose para ella, et díxole: «¿Qué as que
(i) C. culebra y quebrarle los ojos.» Dixo el lobo cerval:
«¡Ay — J. culebra cuando esté durmiendo y picarle los ojos y que-
brárselos, por ver si puedo descansar de ella.» Dixo el lobo
cerval: «jAy
(2) C. y J. fazer! Busca otro artificio con el cual triunfes de la
culebra sin daño y sin peligro para ti. Et
(3) J. «Dizen que una garza avía — C. ger\'al : «Había una garza
que quería matar a un cangrejo (*), habiendo (ella) fecho
(4) J. truchas, y comía de ellas. — C. truchas, y vivía allí desde
que había nacido. E
(5) C. y J. ovo mucha fanbre y fatiga, e
(6) C. trabajóse de buscar un ardid y sentóse contristada. E —
J. e sentóse contristada y trabajóse en buscar un ardid para su
facienda, y pasó un cangrejo e viola, etc.
(*) que q. m. a u. cangrejo, — Falta, como se ve en J., en el texto cas-
tellano y también en el original indio.
94 CALILA Y DIMNA
estás triste e cuydosa?» (i). Dixo la gar^a: «^Qué más
wal puedo yo aver délo que he} Cayo (2) solía bevir de
las truchas, e acaesgió oy que vi (3) dos pescadores
benir aeste nuestro lugar, et dixo el uno al otro:
«¿Por qué non echamos alguna vez la rred aquestas
»truchas que son en aqueste lugar?» (4). Dixo el otro:
«Mas vayamos aun lugar que yo sé, do ay muchas
3> truchas, e comengemos y, e desí vengamos acá e
:^ abarrer las emos» (5). E yo sé que si ellos oviesen ya
acabado de pescar aquellas aque fueron, que ya torr-
nados serían; e non fincaría aquí ninguna que las non
pesquen, e enesto es mi muerte, e mi desfallegi-
miento» (6).
i'Et fuese el cangrejo a todas las truchas e pesca-
dos, e fízogelo saber. E viniéronse todas para [conse-
jarse de] ella, e dixiéronle : «Venimos nos para ti que
nos consejes (7), ca el omne entendido non dexa de
(i) C. díxole : « ¿Por qué te veo así afligida? » Dixo — J. co-
mo A.
(2) A. ella : «Más mal que bien
(3) J* g<^^('^- '^C^ cómo no he de estar triste, si yo solía vivir
de los peces que pescaba de aquí, y he visto hoy dos — C. «¿Y
cómo no he de estar así, cuando ha sido mi sustento hasta hoy lo
que he podido pescar de los peces de aquí, uno o dos peces al
día, y me sustentaba con ellos, sin que por esto disminuyeran
mucho los peces? Pero he visto hoy dos
(4) J. al otro: «Aquí hay muchos peces. ¿Por qué no pesca-
mos aquí primero?» Dixo — C. al otro: «Veo aquí muchos peces:
pesquemos aquí ahora.» Dixo
(5) C. truchas, y quiero que comencemos allí, y cuando aca-
bemos que nos volvamos aquí; y permaneceremos aquí hasta
que no quede una.» E
(6) e mi desfallecimiento, — Falta en C, pero está en J.
(7) C. consejes; pues aconséjanos, ca — J. como A.
DEL LEÓN E DEL BUEY 95
consejar con su enemigo seyendo de buen consejo,
enlas cosas que se puede del ayudar. Et (i) en bevir
nos, as tú pro e bien; pue(de)s conséjanos.» Díxoles:
«Nos non le[s] podemos contrastar (2); mas yo sé un
lugar de un piélago muy grande, do ha mucha agua e
mucho bien. Et, si vos quisierdes, Vayamos nos allá,
ca enesto vos yaze pro e salud» (3). Dixieron ellas:
«¿•Equién nos fará este bien si non tú?» (4). Dixo ella:
«Fazer lohé a honrra de vos» (5). Comengó a levar
dellas dos a dos cada día, e levávalas auna rribera (6)
e comíalas. E vínose aella el cangrejo e díxole (7):
«Yo miedo he eneste lugar, e si tú me levares farías
bien.» Llevólo fasta que llegó al lugar do las comía,
et vido el cangrejo las espinas délas truchas ayunta-
das (8). Entendió que ella las comía e que otro tal
(i) C. ayudar o perjudicar. Y tú eres de buen consejo, et en
(2) C. dixo la garza : «En cuanto a luchar con los pescadores
y vencerlos, pues ni está en mí ni conozco arte para ello; mas
(3) C. agua buena, y en él un cañaveral; y si pudiereis trasla-
daros a este lago, allí está vuestra salvación y abundancia.» Di-
xieron
(4) «¿E quién... tú?» — Así en J. — C. «¿Y cómo hemos de po-
der trasladarnos nosotros si no nos llevas tú allí?» Dixo
(5) C. lohé por vos; pero poco a poco, que tal vez los pes-
cadores no se den cuenta de mí hasta que yo haya terminado.»
Comengó — En J. falta esta frase.
(6) rribera — C. y J. y en el original sánscrito, colina
(7) C. E no se enteraban de esto las que quedaban, hasta que
un día dijo e ella al cangrejo: «Yo
(8) C. lugar, llévame, pues, a ese estanque.» Y tomó la garza
al cangrejo, hasta que llegó a uno de los sitios do comía los pes-
cados, y miró el cangrejo y vio muchas espinas de las de los pe-
ces, y entendió
CALILA Y DIMNA
quería fazer aél, et dixo en su corazón: «Quando el
omne se falla con su enemigo en los lugares do sabe
que lo matará, deve lidiar conél por honrra o por
guarda desí, qu'él pueda (i) venger o non; e non sele
omille nin sele meta en poder» (2). Et travo con sus
tenazas al cuello déla garga, e apretóla tanto que la
mató (3). Desí torrnóse el cangrejo (4) alas truchas,
et díxoles las nuevas de la GARgA e de las truchas
QUE LEVAVA CADA DÍA E LAS COMÍA, E QUE LA AVÍA
muerta; ET MORARON SE EN SU LUGAR.»
(5) «Et yo non te di este enxemplo si non por que
sepas que algunas artes son que matan al que las
faze; mas [yo te enseñaré un arte que si tú puedes
fazerlo será enéi la muerte déla serpiente e tu salud.»
Dixo el cuervo: «^Cuáles?» Dixo;] «Vetebolando por
EL AYRE e busca algunas sartas, et pues que las vie-
res, rrebátalas a ojos délos omnes. Desí vuela con
ellas, e non traspongas déla vista, ca te segu[i]rán.
Et cuando llegares ala cueva déla culebra, échagelas
de su so (6), e [quando lleguen] los omnes [a las per-
las] tomarlas han, et matarán ala culebra.» Et fizo el
(i) qu'él pueda — A. y B. querer
(2) C. matará tanto si lidia como si no lidia, razón es que no
se entregue, sino que luche por su honra y por su defensa. Et
(3) C. garga y se lo apretó tanto, que le cayó al suelo y cayó
el cangrejo con él, y murió la garza. Desí — J. como A.
(4) C. cangrejo arrastrándose hasta que llegó alas
(5) C. Dixo el lobo cerval al cuervo: «Et — J. como A.
(6) C. bolando y mirando, que puede ser que veas una sarta de
perlas de mujer estimada de su familia, y arrebátala. En seguida
vuela con ella por las cercanías, y no dejes de posarte y de volar
de modo que non t. d. v. c. t. seguirán los hombres, hasta que lle-
gues con la sarta a la cueva de la culebra y la echarás en ella, e
DEL LEÓN E DEL BUEY 97
cuervo lo que le consejó el lobo gerval, e tomó las
sartas e echólas ala puerta déla culebra que dormía,
viéndopo] los omnes. Et pues que ovieron tomado
las sartas e vieron la culebra, matáronla, e folgo el
CUERVO DELLA» (i). [Dixo Dimua a Calila] : <Et non te
di este enxenplo si non por que sepas que las artes
fazen por ventura algunas cosas que la fuerga non
puede fazer.>
Dixo Calila: «Si Senceba (2), commo es fuerte e
valiente, non fuese de buen seso, sería así; mas aun
de más déla valentía que te dixe que ha ensí, es muy
BUENO E sabio e de buen consejo» (3). Dixo Dimna:
«Verdaderamente tal es Sengeba commo tú dizes (4);
enpero es engañado en mí e fía por mí, et por esto
lo puedo yo engañar e aterrar sin falla, así commo
fizo (5) la liebre al león.» Dixo Calila: «^E cómmo
fué esor-
Dixo Dimna: «Dizen que un león estava en una
(i) C. han y te librarán de la culebra. Y fuese el cuervo has-
ta que se colocó por encima de una mujer que estaba en una
barraquita (*), despojada ya de sus vestidos y joyas para bañarse;
y cogió de las joyas un collar, y no cesó de volar con él de modo
que lo viesen los hombres, hasta que llegó a la cueva de la cule-
bra y se lo echó encima. Y vieron los hombres a la culebra y la
mataron y tomaron el colIar> (**). [Dixo
(2) Scngeba, — C. y J. el toro,
(3) C. y J. consejo. <Y qué podrás tú ante esto?» Dixo
(4) J. dizes, por su fuerza y su seso; — C. «Verdaderamente,
el toro es de gran fuerza y seso; enpero
(5) C. y J. commo aterró la
(*) J. mujer de una casa noble que estaba a la orilla de uu río,
(**) J. Y miraron los hombres hacia allí, j cuando llegaron cogieron
el collar y mataron a la serpiente.
TOMO I. 7
CALILA Y DIMNA
tierra vigiosA, do avía muchas bestias salvages e
agua e pasto. Et las bestias que estavan en esa tierra
estavan muy vigiosas fueras (i) por el miedo que
avían del león. Et ayuntáronse todas las bestias, e
tomaron consejo. Et viniéronse para el león, e dixe-
ron le así: «Tú non prendes (2) una denos sinon con
gran lazeria et con gran afrucnta, e acorddmonos en
lina cosa en que avermos nos e tú folgan(^a et es ésta :
que si tú nos asegurases e non nos fizieres mal {i), pro-
metérnoste por tributo cada día ala ora de tu yantar
una denos et enbiártelahemos-» (4). Et plogo al león des-
to, e asegurólas e fizo les (5) pleito.
>Et acaesgió que cayó la suerte auna deltas e man-
dar ongela levar et dixo aquélla (6) alas otras: «Si me
quisiéredes escuchar, dezir vos he cosa que vos non
sería daño e vos será pro. Cuydar vos ía sacar desta
premia deste león e estorgería yo de muerte.» Et
dixéronle: «<iQué es lo que quieres que fagamos?»
(i) C. tierra [vivían] en la abundancia de agua y pasto, sólo
que esto no les aprovechaba por
(2) C. león. Y deliberaron estas bestias y se reunieron con el
león y le dijeron: «Tú n. p. al día una — J. Y se reunieron y fue-
ron al león y le dijeron: «Tú n. p. una
(3) C. y y fizieres miedo, pj-onietcmoste
(4) A. puedes comer de nos lo que tú quieres, a menos de
lazrar; et nos vimos un consejo que es bueno para ti e folganga
para nos de la lazeria en que estamos si tú nos quieres segurar
de tu miedo. > Dixo el león: «¿Qué es ese consejo?» Dixeron las
bestias: «Faremos con tigo pleito, que te demos cada día una
bestia de nos, que comas sin lazeria e sin trabajo, et que nos
asegures que non te ayamos miedo de noche nin de día.»
(5) C. y J. e hiciéronle pleito.
(6) A. un día auna liebre que la levasen al león. Et queriendo
la levar dixo
DEL LEÓN E DEL BUEY gg
Dixo la liebre: «Mandad a quien me levare para él
que me lleve muy paso e que non me lleve apriesa, e
que tarde tanto fasta que pase la ora del comer del
león.» Ei {i) dixéronle: «P¿dze^os.y> Et fuese la liebre
detardando fasta que pasó la ora déla yantar^ et (2)
quando fueron gerca del león fué la liebre señera
muy paso, et el león [estava] sollón e muy sañudo; e
levantóse e comengó de andar e de catar a diestro e
a siniestro, fasta que vido la liebre venir. Et díxole:
«¿Dónde venís (3) e (4) dó son las bestias, et por qué
ME MINTIERON EL PLEITO QUE AVÍAN COMIGO PUESTO.^»
>Et dixo LA liebre: «Non mande Dios, señor; yo
só mandadero délas bestias para vos, et traía vos una
liebre que vos enbiavan que yantásedes. Et yo que
venía gerca falló me un león e tomó mela, et dixo:
«Mayor derecho he yo de comer esta liebre que el
(i) C. (Et) luego una liebre a la que tocó la suerte, dijo a
ellas: «Si vosotras me ayudáis en lo que no os perjudicará, es
posible que os libre del león.> Y le dijeron: «^Y qué es eso en
que nos mandas que te ayudemos?» Dijo ella: «Mandad a la que
venga conmigo que no me acose, para que lentamente llegue al
león (*) algo más tarde, hasta que pase la hora del comer de él.»
Dixéronle :
(2) A. Et fiziéronlo así. Et
(3) C. fasta que, cuando pasó la hora en que comía el león,
se adelantó hacia él (**) lentamente. Y ya estaba hambrien-
to (***) el león porque se le retardaba su yantar, y se puso
sañoso y se levantó de su madriguera y comenzó a andar, hasta
que cuando vio a la liebre le dijo : «<De dónde vienes e
(4) A. o
(*) J. conmigo hacia el león, que me lleve despacito para que lle-
gue a él algo
(**) J. él sólita y lentamente.
(***) J. hambriento y sañudo el
100 CALILA Y DLMNA
»otro a quien la levades.» Et díxele yo : «Mal íazedes,
»que este conducho es del león que es rrey délas bes-
>tias que gelo enbían para yantar; pues consejo vos
»que non meló tomedes ninfagades ensañar al león; si
»non avredes ende mal.> Et él non lo dexó de tomar
por eso, e denostóvos quanto pudo, e dixo que que-
ría lidiar con vusco, maguer sodes rrey. Et quando
yo vi esto, vine para vos quanto pude por vos lo
querellar.» Et el león quando lo oyó asañóse, e dixo
ala liebre (i): «Ve comigo e muéstrame ese león que
DIZES. »
»Et la liebre fuese (2) aun pozo en que avía muy
clara agua et era muy fondo que podría bien cobrir
AL LEÓN. Et díxole: «Este es el lugar que vos dixe,
mas he miedo del; tomadme so vuestro sobaco, e mos-
trar vos lo he.» E fizólo así. Et él cató al fondo del
pozo, e vio su sonbra e la déla liebre enel agua. Et
puso la liebre en tierra e saltó enel pozo por lidiar
conel león, non dubdando qu'él era el león, e afo-
góse enel pozo. Et torrnóse la liebre e estorcieron
las bestias del miedo en que eran, e fincaron segu-
ras POR sienpre» (3). Dixo Calila: «Si tú pudieres
(i) En los textos árabes está más resumido este párrafo, y
más en J. que en C. — C. dice: «Yo só mandadero de las bestias,
que me enviaron hacia ti; mandaban conmigo una bestia para ti.
Y cuando estaba aquí cerca de ti, me salió al encuentro un león
y me la tomó, y dijo: «Yo só el primero en esta tierra y entre
»las bestias que hay en ella.» Yo le dije: «Esto es desayuno del
»rey: me envían con él las bestias, y no te enfades.» Y se enfa-
dó y te insultó; y me vine corriendo hacia ti para enterarte del
asunto.» Y se ensañó el león y dijo : «Ve
(2) C. Et fuese ella con el león aun — J. como A.
(3) C. el lugar del león, pero yo me aparto de él si no me
DEL LEÓN E DEL BUEY
matar a Sengeba (i) sin daño del león, fazlo; ca la su
privanza nos afecho mal anos e alos otros vasallos. E
si lo non pudieres matar si non quebrantando la fe
del león, non lo fagas; ca sería traygión de nos e de
ti, E DESLEALTAD 6 maldad.»
Desí dexóse Dimna de entrar al león unos días; e
despules vínose para él, estando en su cabo, e entró
triste e marrido. Dixo el león : «¿'Qué te tovo des
que te non vi; acaesgióte ál si bien non?» Dixo Dimna :
«Dios vos dé vida, señor (2); acaesgió cosa que non
querríades vos nin (3) nos» (4). Dixo el león: «<:E qué
fue?» Dixo Dimna: «Rrazón es (5) que se ha de dezir
aparte.» [Dixo el león: «Pues este lugar es apartado
y retirado, cuéntame lo que sepas.»] Dixo [Dimna] :
«Z« r razón que aborrege el (6) que la oye, e (non) se
tomas en tu regazo, para que no le tema cuando te lo enseñe.» Y
tomóla en sus brazos el león y avanzó con ella hacia el agua
clara, y le dijo ella: «Ése es el león y ésa la liebre.» Y dejó él la
liebre en tierra y saltó para matarlo en el pozo, y escapó la lie-
bre.» Dixo — J. fondo, y miró en él y dijo: «Éste es el lugar.» Y
miró el león y vio su imagen y la imagen de la liebre en el agua,
y no dudó de lo que ella le dijera, y se echó sobre el león para
matarlo, y se ahogó en el pozo. Y se volvió la liebre hacia las
bestias y las enteró de lo que había hecho con el león.» Dixo
(i) a Sengeba — C. y J. al toro
(2) C. para él, en ocasión en que se hallaba solo y apartado,
[y entró] entristecido. Dixo el león : «¿Cómo te veo después de
algunos días con el alma afligida, pues no te he visto hace unos
días?» Dijo : «No se te ocultará.» Dijo el león : «<Algo bueno?»
Dijo : «Sí que debía ser bueno.» Dijo el león : «¿Acaso ha ocu-
rrido algo?» Dijo Dimna : «Acaesgió
(3) C. non querría el león ni nos.»
(4) nos.» — A. y B. vos.»
(5) C. es dura y afrentosa que
(6) el— B. al
CALILA Y DIMXA
atreve aella el que la dize, maguer que sea fiel (i), es
grant locura (2), si non es seguro de su seso de aquel
a quien lo dize; ca si fuere sesudo soíiir lo ha e hon-
rrar lo ha por ello, ca la pro suya es (3), et el dezi-
dor non ha y pro ninguna, e alas vezes viene dello
daño (4). Et vos, rrey, señor, sodes de grant seso e
de buen consejo, et yo vos diré cosa que vos pesará.
Et fío por vuestro saber en vos yo consejar e vos
amar maguer me dize mi alma que non me creere-
des (5). Mas quando yo me remienbre que las nues-
tras almas de todas las bestias son colgadas déla
vuestra, non puede ser que non te diga la verdal que
vos (6) devo maguer non meló preguntedes et maguer
que yo tema que non meló creades. Ca dizen que el
que encubre asu señor su buen consejo (7), e el que
encubre alos físicos su enfermedat e alos amigos su
fazienda, así mismo engaña.»
Dixo el león: «^'Qué es eso?> Dixo Dimna: «Díxo-
me el fiel verdadero (8) que Sengeba se apartó con
(i) a. «Todo dicho que se iTegela del el que lo oye e atré-
vese aél el dezidor,
(2) C. locura del que la dice, si
(3) C. ca si aquel a quien la dice fuere sesudo, s. 1. ha y lo
escuchará, porque la ventaja que en ello haya es del que oye, et
(4) C. ninguna, sino cumplir con la verdad y la lealtad. Et
(5) C. et yo animado por la confianza que en ti tengo, te diré
lo que disgustará al rey, porque tú conoces la lealtad y la fideli-
dad de mi corazón hacia ti. Y ciertamente que me dice el cora-
zón que tú no creerás lo que yo te diga. Mas
(6) A. faga lo que
(7) A. non desengaña al rrey de su daño,
(8) J. el fiel y verdadero para mí que — C. el que merece
toda mi confianza que
DEL LEÓN E DEL BUEY IO3
los cabdillos de tus vasallos, e que les dixo : «Yo he
>estado en conpañia del león, e prové su consejo e
>su valentía, e vi que era flaco (i), et ya ovimos entre
>él e yo palabras.» Et pues que esto me dix^eron,
entendí que era traydor e falso (2); ca lo honrraste tú,
E LO PRIVASTE (3), c lo fezistc tu cgual. [E ya no piensa
sino en llegar a un grado igual al tuyo.] E si atí tollere
de tu lugar, aél darán el rreynado; onde non deves
dexar esto (4); ca dizen que quando el rrey sabe que
alguno(s) de sus pueblos (5) se quiere(n) fazer su (6)
egual(es) en consejo, e en dignidat, e en aver, e en
conpañas (7), develo matar] e si non lo feziere, non es
duda que él mate al rrey (8).
»Et yo tengo por bien que guises de escarmentar
éste ante que se apodere, e non lo detardes, ca des-
pués non podrás acorrer nin podríes vedar lo que es
ende ya fecho (9). E dizen que los omnes son de tres
(i) C. valentía y terquedad, y vi claramente que todo esto en
él es flaqueza, et
(2) C. que Sengeba era traidor, falso y pérfido contigo; ca —
J. romo A.
(3) C. y J. tú con todos los honores, e
(4) C. y J. E si tú fueres quitado de tu puesto, él vendrá a ser
nuestro rey, y no dejará de trabajar [para ello]; ca — B. E si le tú
eneste estado dexares, él punará de aver tu rreyno;
(5) J. alguno de sus vasallos se — C. algún hombre se
(6) su — A. y B. ser
(7) co'ripañas — En C. debe corregirse la voz k^^^ que equi-
vocadamente trae, en ¿^.JLofc, palabra esta última que significa
cuadrilla de gente. Así dice : egual en dignidad, en consejo, en
conpañas, en riqueza y en fuerza, develo
(8) A. aver conpaña, mátelos, o si non ellos matarán aél. —
C ^ y feziere, será él el muerto.
(9) C. Et tú, ¡oh rey!, conoces mejor los asuntos y estás ente-
104 CALILA. Y DIMNA
guisas: el uno es enviso (i), e el otro es delibre, e el
otro es perezoso. E el delibre (2) es aquel que si le
acaesge alguna tribulación, non desmaya nin pierde
el coragón (3), mas entre métese en arte e seso e buen
eugeño con que espere de sallir e de estorger de
aquello en que es caído; et el enviso es mejor, e de
mejor consejo (4), que se apergibe délas cosas ante
que le acaescan (5), e escoge dellas lo que deve con
buen consejo, e quebranta la maligia ante que le
venga, e taja el miedo ante que él acaesca; et el pe-
rezoso es aquel que es tardinero en su fazienda, que
sienpre está en segurangas mintrosas fasta que le
acaesge la tribulagión e (6) peresge. Et el enxenplo
déste es tal como délas tres truchas.» Dixo el león :
^-E (cómo fue eso?-» Dixo Dimna : «Dizen que avia en
rado de ellos; mas yo tengo por bien que te ocupes en este asunto
antes de que llegue a agravarse; y no esperes que acaezca, pues
yo no sé si podrás enmendarlo luego o no. E
(i) enviso — A. y B. camiso
(2) C. guisas : dos son resueltos (*) y uno perezoso. Y uno
de los resueltos es — J. guisas : el resuelto, el más resuelto que
éste y el perezoso. Y el resuelto es
(3) nin p. e. coragón, — Las palabras árabes correspondientes
a esta frase de la versión castellana se hallan en C. al final de la
oración, después de la palabra *caído». — J. como A.
(4) C. et más resuelto que éste es el previsor dotado de
lejana penetración, que
(5) C. y J. acaescan y les presta la debida consideración, e
(6) C. tribulagión y queda aislado, sin saber qué hacer hasta
que peresge.
(*) ^jlís», firme, resuelto, según los diccionarios; pero en esta ver-
sión, no sólo en este caso, sino en otros muchos, tiene la significación
de inteligente. — ^J. emplea después, en el cuento que sigue, ¿^„c*y>.^-^ inte-
ligente, en vez de f 3^'^^-
DEL LEÓN E DEL BUEY 10$
un piélago tres truchas, e la una avía nonbre Anvisa,
e la otra Delibre, e la otra Perezosa, et bevían en un
piélago muy apartado que ninguno non lo sabía (i).
»'Et acaesgió que pasaron por [allí] un día dos pes-
cadores, e aplazaron de tornar aellas e echar allí sus
rredes, et ellas vieron los. El anvisa (2) quando los
vio, sospechólos, et ovóles grant miedo (3), e traba-
jóse de usar de su envisidat, e sallóse luego del lugar
por do entrava el agua al piélago (4). E la delibre
estúdose en su lugar fasta que se ellos torrnaron. Et
quando vio que eran torrnados, e que avían gercado
la entrada del piélago, entendió lo que querían fazer.
Et dixo en su coragón : «Non fiz lo que de vía. Esta
»es la gima del que non faz lo que deve. ^Cómmo me
> delibraré agora estando desta guisa? Ca muy po-
icas (5) vezes estuerge por arte el que está en peli-
»gro de muerte; en pero el entendido non se deses-
»pere en ninguna guisa, nin dexe de fazer su seso e
(i) C. tres peces grandes, y estaba este lago en un lugar muy
apartado, al que nadie se acercaba. Et — J. tres peces [que se
llamaban]. Inteligente, Más inteligente y Perezoso. Y estaba e. 1.
e. u. 1. m. a. a. q. n. s. acercaba, y había cerca de él un río. Et
(2) anvisa — A. y B. camisa
(3) C. pescadores y se propusieron volver con sus redes y
pescar a los tres peces que vieron en él, Y uno de los peces era
más inteligente, y sospechó y tuvo gran miedo, e — J. redes y
pescar los peces que allí había. Y oyeron los peces su conversa-
ción, y el más inteligente, apenas oyó la conversación, tuvo gran
miedo y terror, e
(4) C. agua que salía del lago al río, y se fué a otro pai-eje. E —
J. sallóse por el sitio por donde entraba el agua del río al lago y
se salvó. E
(5) A. Et muchas
I06 CALILA Y DIMNA
^trabajar se en estorger» (i). Et fizóse muerta, e co-
mengó de nadar sobre el agua el papo arribay e ellos
tomáronla en cuenta de muerta, e pusiéronla en tie-
rra non muy lueñe del agua, e ella saltó, e metióse
y, (2) e estorgió dellos. Et la perezosa non quedó de
ir adelante e atrás fasta que la pes[c]aron. Et yo, se-
ñor, dote por consejo de ser anviso» (3).
Dixo el león : «Entendido he lo que dexiste, mas
non cuydo que Sengeba me buscase mal, conosgien-
(i) C. E la otra, que era inferior en entendimiento, se retrasó
en tomar resolución, hasta que, cuando volvieron los pescado-
res, dijo : «Ya me he descuidado. Y éste es el resultado del des-
cuido.» Y los miró y conoció lo que se proponían; y halló que
ellos ya habían cerrado la salida, y dijo : «He sido negligente; y
ahora, ¿qué recurso me queda en esta situación para salvarme?
Pues pocas veces salva el recurso tomado con precipitación y de
improviso; pero no hay que desesperar de la situación ni aban-
donar los medios de buscar.» Et — J. E en cuanto a la inteligente,
la otra, pues se quedó en su lugar y no hizo caso de la cosa hasta
que volvieron los pescadores. Y cuando los vio y comprendió lo
que se proponían, se fué para salir por donde entraba el agua,
pero se encontró con que ellos ya habían obstruido este lugar.
Entonces dijo : «Me he descuidado y éste es el resultado del des-
cuido. <Y qué recurso me queda en esta situación? Pues pocas
veces s. e. r. t. c. p. y de pronto. Pero el entendido no debe des-
confiar de las ventajas de su entendimiento, ni desesperar de la
situación, ni abandonar su juicio y su esfuerzo.» Et
(2) C. pusiéronla al borde del río que desaguaba en el lago y
saltó en el río, e — J. pusiéronla en tierra entre el río y el lago y
saltó en el río, e
(3) C. Et yo creo, ¡oh rey!, que el tomar resueltamente una
determinación como tú lo piensas, es un buen consejo; pues se
debe procurar el remedio antes de que venga la enfermedad, y
defenderse del peligro antes de que sobrevenga.» — En J. falta
esta cláusula.
DEL LEÓN E DEL BUEY 107
do me por leal, e faziéndole yo bien, et honrrándo-
lo» (i). Dixo Dimna: «Non gelo fará fazer, si non el
grant bien que le tú feziste, e por que non dexaste
bien que le non fizieses, nin onrra en que non le po-
steses, ni grant dignidat [a] que le non pujases, así que
le non fincó cosa a que ya puje, nin que espere aver,
si non tu (2) lugar. Ca el omne vil, desconosgido (3),
sienpre es leal e provechoso^ fasta que le algen ala
medida que non meresge; et quando esto ha fecho (4),
busca más alto lugar con engaño e con falsedat. Ca
el omne falso, vil, non sirve al rrey, nin le es leal sier-
vo [si non] por miedo que ha del o por que lo ha
menester. Et pues que es ya enrriquegido e (5) segu-
ro, torrna a su rraíz e (6) a su sustangia; así commo la
cola del can, que mientra que está atada (7) tiene la
derecha, e quando la (8) desatan tórrnase commo era,
(i) C. non creo que el toro me sea infiel, ni que desee mi des-
gracia, después que ha experimentado mi bondad y el bien que
le he hecho; pues en verdad que él no podrá recordar acción
mala que por mí se le haya ocasionado, ni buena que yo no le
haya prodigado.» Dixo
(2) C. Dimna : «No trastornó su juicio contra ti sino el gran
honor que tú le has hecho; hasta el punto de que abriga en sí
mismo la ambición de ocupar tu lugar. — J. Dim/ia : «¡Oh rey!
Non lo impulsará a esto sino lo que has dicho del honor que le
has hecho, y de haberlo puesto en todas las dignidades, excep-
tuando la tuya, que es a la que él mira. Ca
(3) desconosgido, y^^, débil, incapaz.
(4) C. esto ha logrado, lo desprecia y busca
(5) e-A.yB.o
(6) e — A. y B. o
(7) atada — A. y B. atado
(8) la — A. y b! lo
108 CALILA Y DIMNA
corva e tuerta (i). Et sepas, señor, que el que non
cree a sus leales vasallos, e (2) se agravia délo que
filos le dizen (3), non llegará a gima de su consejo, et
será tal commo el enfermo que dexa lo que le dize
el físico, e toma lo que ha sabor.
*Et el privado del rrey deve consejarle lo más leal
mente que pudiere, lo que le estará bien, e lo que
fará pro, e devele rredrar su mal (4); ca el mejor de
los amigos es el que más leal mente conseja a su
amigo (5), et el mejor délos fechos es aquel que ha
mejor gima, et la mejor délas mugeres es la que es
abenida con su marido (6), e la mejor fama es la que
se dize por boca délos buenos, et el más noble rrey
es aquel que non es rrabinoso nin agedado (7), et el
mejor délos rricos es el que non es siervo déla cob-
digia, et el mejor conpañero es aquel que non con-
(i) C. can, que siendo curva se ata para que esté tiesa, y no
tleja de estar tiesa mientras está atada; y cuando se la desata
vuelve a encorvarse y a torcerse. Et — J. can, que se ata para que
se ponga tiesa, y n. d. d. e. recta m. e. a.; y c. s. 1. d. se encorva y
tuerce como antes era. Et
(2) e — C. y J. deben substituir la partícula l^ por j.
(3) A. fiziese más délo que ellos tienen por bien,
(4) J. Et es deber del p. d. rr. esforzarse en estimularle en
aquello que aumente el poder de su reino y lo embellezca, y
apartarle de lo que le perjudique y le envilezca; ca — C. Et es
deber del p. d. rr. exhortarle a lo que desea y quiere, y apartarle
de lo que le perjudique y envilezca; ca
(5) C. y J. amigos y servidores es el que menos lisonjea en
sus consejos, et
(6) con su marido, — Falta en C, pero está en J.
(7) et el más noble... agedado, — Falta en C— J. rrey es aquel a
quien no hincha la petulancia ni se pone fiero al aceptar un con-
sejo, et
DEL LEÓN E DEL BUEY lOQ
tradize (i), et la mejor de las costiinbres es aquella
que más ayuda a temer a Dios (2). Et dizen que si
algunt omne fiziese cama (3) de las bívoras, inás se-
guro devia dormir sobre ellas (4) que non temerse del
enemigo que amanesge e anochesge conél (5). Et el
más perezoso rrey es aquel que se da a vagares cuan-
do le viene la cuyta (6); et el que más semeja al ele-
fante joven es aquel que non torna cabe<;.a por nhiguna
cosa que aya de pesar, nin la tiene en nada, e se dexa
de fazer sti pro, e echa la culpa a su privado-» (7).
Dixo el león: «Brozna mente me has fablado, et
esto deve ser sofrido al leal consejero (8). Et si Senge-
ba fuese mi enemigo commo tú dizes, non me podría
mal fazer; e <;CÓmmo lo podría fazer? Ca él com(m)e
yerva e yo com(m)o carne et él es mi comer e yo
(i) C. invierte el orden y dice : et el mejor compañero es
a, q. n. c, et el m. d. rricos es el q. n. e. s. d. cobdigia,
(2) et la mejor... Dios. — Falta en C, pero está en J.
(3) A. auna
(4) A. por mayor folgura lo avería
(5) C. fiziere almohada de las víboras y cama del fuego, esta-
ría más dispuesto a conciliar el sueño, que si supiese que su com-
pañero le es enemigo y tuviese que permanecer con él mañana
y tarde. Et
(6) C. vagares y el que menos atiende a los asuntos (*); et
(7) A. e desprecíala et apénela a sus parientes e a sus amigos,
e dize que le viene por ellos.» — J. cosa; y si le causa pena un
asunto, lo desprecia; y si se da cuenta de que se le ha malogrado
un asunto, echa la culpa a sus privados.» — C. cosa; y si le acontece
alguna cosa, la desprecia.>
(8) C. fablado; pero las palabras del leal consejero deben
sufrirse, aunque sean duras. Et
(*) J. asuntos que se le ofrecen; et
lio CALILA Y DIMNA
NON só SUYO. Et non me semeja qué daño (i) nin
PESAR me venga del, nin fallo carrera a fazer le tray-
gión después que lehe atreguado e (2) honrrado e he
del dicho muy grant bien alos mayoralesde mi corte.
Et si esto yo mudare (3), será grant vergüenqa e
grand torpedad de mí, et faría grant traygión.» Dixo
Dimna: «Non seas engañado en dezir mi (4) comer
es; ca Sengeba (5), si te non pudiere fazer traygión e
MAL por sí, guisaría de telo fazer por otri. Et dizen :
«Si posare contigo algunt huésped una ora del día (6),
»e tú non conosgieres sus costunbres, non te segures
»dél; et guárdate, non te venga por él lo que (7) avino
>al piojo por ospedar ala pulga. > Dixo el león:
«^•Cómmo fue eso?» (8).
Dixo Dimna: «Dizen que un piojo estava muy
vigioso en un lecho de un rrico omne (9), et avía de
su sangre cada día quanta quería (10), et andava
sobre él muy suave mente, que lo non sentía él (i i).
Desí fue así [fasta] (12) que le demandó una pulga
(i) daño — C. 3^^' n^i^do
(2) C. atreguado, y después de la inviolabilidad del oficio de
consejero y de lo que le he honrrado — J. como A.
(3) mudare, — Así en J. — C. hiciere,
(4) mi — A. y B. nin
(5) Sengeba, — C. el toro, — J. como A.
(6) del día, — Falta en C, pero está en J.
(7) J' por él o por causa de él lo que avino — C. por él o
por c. d. él daño, como avino
(8) C. león: «¿Qué le sucedió al piojo?» — J. como A.
(9) C. un noble hombre algún tiempo, et — J. rrico omne
algún tiempo, et — B. un piojo siguió mucho una cama de, etc.
(10) C. sangre cuando dormía, et
(11) que lo non sentía él. — Falta en C, pero está en J.
(12) fue así [fasta] que — Falta en C, pero está en J.
DEL LEÓN E DEL BUEY
una noche ospedadgo, e él ospedóla et díxole: «Al-
»bergad comigo esta noche en sabrosa sangre e mo-
»lHdo lecho.» Et la pulga fizo lo así, e alvergóse conél.
Et en echándose el omne en su lecho mordióle la
pulga muy mal, et él sentiólo {\) e levantóse del lecho
e mandó sacodir su sávana, e catar si avía alguna
cosa; e saltó la pulga, e estor^ió a una parte, et falla-
ron al piojo mal andante, e tomáronlo e matáronlo (2).
Et yo non te di este enxenplo si non por que sepas
E ENTIENDAS quc cl mal amigo non se guarda orne del;
ca si non puede fazer mal por sí guísalo por otro (3). Et
si non temas de (Jengeba (4), témete de sus vasallos,
que ha fecho atrevidos contra ti, e te ha omiziado
contra ellos (5). En pero hi&nyo sé qu'él non lidiará
con tigo, mas fazer lo ha por otros» (6).
Et al león cayóle esta palabra enel coragón, et dixo
a Dimna: «^-Pues qué tienes por bien que faga?»
(i) J. et el sacudió el sueño e
(2) j. sávana y que fuese examinada, y no se vio más que al
piojo, que fué cogido y aplastado, y murió el piojo. Et — El co-
pista de C. debió saltar en este cuento un par de líneas, pues tal
como está hoy el texto dice : suave mente. Mas una pulga a la
que hospedó una noche en la cama de este noble le dio [tal]
mordisco, [que] lo dispertó, y mandó el hombre que se exami-
nara el lecho; mas saltó la pulga y se escapó, y fué cogido el piojo
y fué destrozado. Et
(3) A. omne siempre está aparejado para ferir. — C. que del
perverso non s. g. orne de su maldad; que si él es débil para esto
por sí, viene la calamidad por causa suya. Et
(4) (¡!engeba, — C. toro, — J. como A.
(5) C. de tus vasallos, que los ha enemistado contra ti et ha
fecho atrevidos contra ti. En — J. como A.
(6) C. non puede menos que lidiar contigo, y que no encomen-
dará el asunto que tiene contigo a otro, sino a sí mismo.
CALILA Y DIMNA
Dixo Dimna: ^ El que ha el diente podrido, que
le faze doler, nunca fuelga fasta que lo saca; et la
vianda mala que faze fastidio, non fuelga el omne
della fasta que la eche; et el enemigo cuyo daño es
temido, non ha otra melezina si non en lo matar.»
Dixo el león: «Mucho me has fecho aboreger (i) la
privanza de Sengeba, et yo enbiar lehé dezir lo que
tengo enel corazón (2), e mandarlehé que se vaya do
quisiere; ca non lo quiero matar por guisa del
MUNDO, DESPUÉS QUE LE DI SEGURANZA E JURÉ QUE LE
NON FARÍA MAL.» Et a Dimna pesóle desto et sopo
que si el león fablase con Sengeba (3), e oyese su
rrespuesta e su escusanga, que lo non culparía e
QUE lo creería, e QUE entendería que Dimna le men-
tiera, et que se non podría encobrir este fecho.
Dixo Dimna (4): «En enbiar tú al buey mandado
a dezirle en qué pecó, non lo tengo, señor, por con-
sejo; ca si él entendiere que esto tienes a coragón,
temóme que lidiará contigo, o que te contrastará, o
guisará commo estuerga de ti (5). Et si lidiare con
ligo, lidiará muy apergebido, e si se partiere partir
(i) C. león: «Ya me has hecho renunciar, y yo aborrezco la
(2) C. yo le enviaré a llamar y le diré lo que t. e. coragón res-
pecto de él, e
(3) Sengeba, — C. el toro, — J. como A.
(4) C. Dimna al león: «En — J. Dixo al león :
(5) C. non lo tengo por (*) buena resolución; pues considera,
¡oh rey!, esto; y es que no dejará de ir bien tu asunto mientras él
no descubra lo que tienes en tu pensamiento; porque temóme
que si le revelas esto se apercibirá a lidiar contigo para ven-
certe. Et
(*) J. por consejo y buena
DEL LEÓN E DEL BUEY II3
sea a su meyoría (i), e tú fincarás escarrnido. Et el
apergebido délos rreyes non deve dezir la justigia
que deve fazer del omne culpado (2), e cada culpa ha
su justigia; ala culpa de poridat fazer justigia de po-
ridat, et ala que es fecha congeguera mente, deve
fazer la justigia congejera mente.» Dixo el león:
«El rrey, quando justigia a alguno o lo desonrra por
cosas que sospecha del, [e] de que non es bien gier-
tO, DESÍ FALLA QUE NON ES ASÍ COMMO LO DIXIERON,
así mesmo lo faz. Et yo non só bien qierto del
PECADO DE SENgEBA, NIN SÉ ENDE SI NON LO QUE TÚ
ME DEXiSTE» (3). Dixo Dimua: «Pues que así tienes
por bien (4), non entre Sengeba si non seyendo tú
apergebido, nin busque sazón en que te engañe. Et
yo tengo que si tú lo ovieses visto, entenderías e
sabrías que grant cosa cuyda cometer (5); e algunas
délas señales desto son éstas : que verleds la color de-
mudada, e verás tenblar sus mienbros, e catando a
diestro e a siniestro e enderesgando sus cuernos así
conimo que cuyda pujar» (6). Dixo el león: «Yo to-
(i) meyoría, — A. mayoría,
(2) C. partiere de ti, tendrá superioridad sobre ti con su per-
fidia; además de que el a. d. rr. n. deve manifestar la condena a
aquel cuyo crimen no sea manifiesto, e
(3) C. gierto, se castiga a sí mismo y se deshonra a sí mismo.»
Dixo
(4) El copista de C. se saltó entre «pues y non» seis palabras
que se leen en J., conforme con el texto castellano. Luego omi-
tió también la palabra Sengeba; de modo que dice: «Pues non
entre, si non, etc.
(5) C. Et yo creo que si tú lo miras cuando venga hacia ti,
conocerás que él medita algo grande; e
(6) pujar, es dech-, puyar, herir con el cuerno.
TOMO L S
114 CALILA Y DIMNA
maré tu consejo (i), et si yo viere enél lo (2) que tú
dizes, non dubdaré en ello.»
Et pues que ovo Dimna acabado de dezir al león
lo que le dixo, e le metió enel coragón lo que quiso (3),
pensó de irse para Sengeba (4), por enrrisarlo (5) con-
tra el león. Et quiso que fuese la ida por mandado
• del león , porque si por ventura el león sopiese coma
él avíese fablada con Sen^eba, que non sospechase, en
MANERA QUE SE NON DESCUBRIESE LA GRANDE ENEMIGA
QUE ÉL GUISA VA. Et dixo asi: 1. Señor, ten por bien que
yo vaya a Sengeba por ver cómo está et oír lo que dize
et por aventura sabré algo desufazienda^ et délo que
HA EN coRAgÓN, et fazértelo he saber, porque seas
APERgEBiDO.» Dixo el leó?i : <íBien es; vete e fazlo.» Et
el falso fuese, et quando llegó ala posada del buey,
r recibióle muy bien. Et dixo Dimna: «^Ouándo fue
nunca bien a aquel qtie su tálente non manda (6), et su
(i) C. y J. león: «Pues estaré apercibido, et
(2) C. enél las señales que — J. como A.
(3) C. y J. acabado con el león y conoció que ya le había in-
filtrado en el corazón lo que quería, y que el león ya estaba aper-
cibido contra el toro y preparado contra él, pensó
(4) Sengeba, — C. y J. el toro,
(5) por enrrisarlo — El copista de C. escribió óSÍsl.^ en vez
de aojja^, que se lee en J,, conforme con A.
(6) C. del león, no sea que lo supiese por otro y sospechase
de él. Y dijo al león: «¿Quieres que vaya al toro y me entere
bien de él y vea cómo está y oiga lo que dice, et p. a. s. a. d.
fazienda et fazértelo he saber?» Y dióle permiso el león para
ello. Y marchó Dimna hasta que entró junto al toro, aparentando
estar muy afligido. Y cuando el toro lo vio, le dio la bienvenida
y le dijo: «¿Cómo no te he visto en tantos días? ¿Qué es lo que
te ha impedido? ¿Estás bien?» Dijo Dimna: «¿Y cuándo puede
estar bien aquel que no manda de sí, et
DEL LEÓN E DEL BUEY II5
fazienda es en mano ajena et en poder de otroy por
quien non deve confiar^ e de que sienpre se teme{\)^ atan-
to que una ora sola nos es orne seguro del?» Dixo Sen-
(^ba: <í^ Qué es eso, amigo}-» (2). Dixo Dimna: <AcaeS'
gió lo que avia de ser] ^et quién es aquel que puede con-
trastar alo que ha en aventura y o quién es aquel que
sube en gran lugar o en gran dinidat, que fuese seguro
que mala mente non lo matasen^ o quién aseguró su sa-
ber que non peregiesey o quién pidió alos viles algo que
sin ello non tornase y o quién (3) fizo conpama conlos
malos que bien escapasey o quién sirvió bien al rrey
que su bien fazcr le durase} Et qué (4) grand verdat
escribió el que dixo: «Tales son los rreyes ensu
■»poca (5) lealtad a sus vasallos e en ser francos (6)
•»del{o) que seles pierde dellos, commo la mala muger
»que sisele va uno viéncsele otro ensií lugar (7), e nunca
(i) C. teme y está receloso, atanto
(2) C. seguro de su persona y de su sangre?» Dixo el toro:
«<Qué es lo que ha sucedido?» Dixo
(3) C. y J. iet quién es aquel que puede triunfar del destino?
¿Quién que alcance grandeza no se vuelve petulante y orgulloso?
¿Quién hay que se abandone al amor y no perezca? ¿Quién es el
que se fió de las mujeres que no saliese engañado? ¿Quién pidió
a los hombres (*) y no fué desdeñado? Y i(\\x\óxs. fizo
(4) De todo este pasaje sólo se lee en A. león, e que lo só-
plese por tal que gelo ñziese saber, por que le non fiziese culpa
después que supiese de su ida. Et fuese Dimna a estar con Sen-
geba e díxole :
(5) A. en tener
(6) en ser francos— Q, ^IÍ'Ua), en vez de fil¿'<«co, que se lee
en J., conforme con A.
(7) A. desque se parte omne della e le viene otro, olvida al
primero,
(*) J. a los hombres, a los viles, conforme con B.
Il6 CALILA Y DIMKA
» QUIEN SER VIESE AL RREY QUE SU ESTADO LE DURASE.»
Et dixo Sengeba: «Yo te oyó dezir tales palabras,
que tengo que algunas cosas malas entendiste (i) del
león.» Dixo Dimna: «Así es, en pero non es por
mí (2); e tú sabes que verdat te devo dezir, e qué
FE (3) e qué amor ha entre nos, e qué promisión te
fiz quando me enbió el león atí. Et yo non puedo
estar que te non guarde e que leal mente te con-
seje (4) e que te non descubra lo que sope délas
cosas, porque temo que morras» (5). Dixo Sengeba:
«^'E qué es eso?»
Dixo Dimna: «Denuncióme el mandadero (6) fiel
e verdadero qu'el león dixo a algunos de su conpa-
ña (7) : «Mucho só pagado de Xtí gordura de Sengeba, ct
■»segHnt que yo entiendo non puedo escusar dele non
^co¡ncr, ca lo he menester, porque vos quiero dar del a
•»co/nery> (8). E pues que esto me dixieron, entendí
que era que es desconosgido e traydor, e víneme
para ti por telo fazer saber, e conplir el derecho que
devo, et que guises tu fazienda por tu vagar (9). Et
(i) C. que temo que algún temor concebiste del
(2) C. Dimna: «Temor tengo de él, pero no [lo tengo] por mí
mismo; e
(3) C. sabes el deber que tengo para contigo e
(4) C. te non cumpla lo que te debo e — J. te non guarde e
(5) C. cosas que temo por ti» (*). Dixo
(6) mandadero — Falta en C, pero está en J.
(7) C. algunos de sus amigos y compañeros: «Mucho
(8) A. grandez d. S. e cobdígiolo mucho comer e partir con
vos otros.» — C. gordura del toro, y no tengo necesidad ninguna
de él, y no pienso sino en comerlo y que comáis de su carne.» E
(9) C. fazienda como te convenga. Et
(*) J. por ti de parte de éL»
DEL LEÓN E DEL BUEY llj
pues que ovo Sengeba esto oído [de Dimna], e se
nenbró del omenaje qu'él [le] fiziera [e pensó] en su
fazienda del león e cuydó que le (i) avía dicho verdat
e que le consejara leal mente, entristegió, e dixo (2)
a Dimna: «Non me deve el león fazer traygión, non
le aviendo yo nunca errado aél nin a ninguno de sus
vasallos, mas bien cuydo que alguno me ha mezclado
conél a tuerto e lean metido en mi fazienda (3); ca se
aconpañan conél muchos [malos] de que yo prové
cosas que él cree mcás que lo que le dixeron otros.
Ca la conpaña délos malos faze al omne dubdar enlos
buenos; et él, escogiendo por buenos alos malos, faze
ser sospechados alos leales consejeros, e fázelo su
mal rrecabdo, e errar (4), segunt erró el ánade que
vio enel agua la luz de una estrella, e cuydó que era
trucha, e entremetióse déla pescar, et quando vio
que non era nada, dexóla; e otro día (5) vio un pece
enel agua, e cuydó que era commo de ante viera, e
dexóse (6) déla buscar.
(i) C. nenbró de que era Dimna el que le había hecho la pro-
mesa y pacto, y pensó en su fazienua del león, creyó que Dimna
le avía
(2) C. mente.> Dixo Sen^eba a — J. mente y vio que la cosa
se parecía a lo que decía Dimna, Y le entristeció esto y dijo : «Non
(3) C. tuerto y le han hecho sospechar [de mí]; ca — J. sospe-
char de mi fazienda; ca
(4) C. malos ocasiona tristeza grande y duradera, y [hacel
pensar mal de los buenos, hasta que la tentativa de esto le in-
duce a errar, segunt — J. buenos }' le induce la experiencia que
hace en ellos a engañarse de la verdad en los otros, segunt
(5) C. quando lo intentó en vano muchas veces, conoció que
no era nada; y cuando miró al lecho del estanque otra no-
che vio
(6) C. dexóse de perseguirla y déla
Il8 CALILA y DIMNA
»Et si al león dixeron de mí alguna mentira (i) e él
lo tovo por verdat, e creó lo que ie dixeron de mí, es
con guisa (2); e si non le acaesgió por ende mal (3), e
me quiere matar sin culpa, desto me maravillo. E ma-
ravillóme más en yo querer aver su gragia e ser a su
plazer e él non lo querer. Et maravillóme otrosí de
[le yo] querer (des)obedeger e estorvarme sienpre
délo non contrallar, e ensana[r]se [él] e ayrarse con-
tra mí. Et quando la mezcla es por algunt achaque o
por alguna rrazón, á el omne esperanza de perdón (4).
E yo esto pensa[n]do e non sé qué culpa fuese de
mí al león, nin pequeña nin grande (5). Et por buena
fe non sabe el omne qué vida faga con otro de quien
se aya de guardar en todas cosas (6) así que non
fallesca en alguna cosa (7) que pese asii amigo. Mas el
omne de buen seso e leal, piensa e cata quamaño es
(i) C. alguna cosa e — J. como A.
(2) e creó... guisa; — C. alterado en este pasaje, parece, según
la nota del editor, convenir con el texto castellano.
(3) C. acaesgió nada por mí, e
(4) C. maravillo. Pues se ha dicho que es gran maravilla que
tú procures satisfacer a tu señor y desees su contento, y que él
no se contente. Y es más de maravillar que primeramente esté
contento del todo y luego se irrite. Y cuando la ira es sin razón,
se rompe la esperanza; porque cuando la ira tiene un motivo,
puede éste desaparecer con excusas y puede volver uno a la
gracia. Pero cuando no hay motivo es imposible recuperar el
favor. E
(5) nin pequeña nin grande. — Así en J. — C. ni siquiera pe-
queña.
(6) C. Et por mi vida, no puede uno, durante todo el tiempo
que dure su compañía con un compañero, estar alerta en toda
cosa y precaverse así
(7) C. y J. cosa pequeña ni grande que
DEL LEÓN E DEL BUEY IIQ
el yerro, querer sea a sabiendas querer non, et si le
estará mal o si le fará daño perdonándolo, e non le
conprender luego por el pecado (i) que falla carrera
délo perdonar e de lo PREsgiAR. Onde si el león me
ha metido en culpa (2), non sé por ventura si es por
que fue contra él en algunas cosas de su consejo por
guarda del e por le ser leal, ca por ventura dirá orne
non, guando querría el señor dixese orne (de)sl; et dirá
ome sí, guando guerría gue dixese non; e non me
siento enesto vengido, ca non lo fazía yo esto si non
por su pro e a buena estangia del, e non gelo dezía yo
consejera mente delante sus cavalleros nin delante
sus privados, m.as apartávame conél así commo quien
lo mete en culpa et lo sosiega e lo amansa.
»E si gualguier délos vasallos al señor o délos físicos
al enfermo o délos teólogos de (a)la ley, al gue se con-
seja con ellos, si co7tsienten asus sabores et non les dizen
la verdal délo gue les podría ve7iir, non lo agiertan
bien et métense agran carga. Et si esto non es por
nlgtma délas beodezes délos rreyes, non sé por qué
sea (3), ca una délas sandezes délos rreyes es ésta:
(i) J. leal, cuando delinque con él su amigo, piensa en el ye-
rro y conoce la medida del mismo, ya sea hecho deliberada-
mente, ya por error; luego considera si el perdonarlo es cosa de
la que pueda tem.er algún daño o deshonor, y no es castigado su
amigo por cosa que — C. leal, cuando delinque su amigo o peca,
piensa en el delito y en el pecado, según la medida y el alcance
que tengan, y considera si ha sido deliberado o por error, y si
en perdonarlo hay algo de lo que deba temer daño y deshonor
o no; luego no castiga a su amigo por cosa que
(2) A. yo yago en alguna culpa al león a sabiendas
(3) C. le ser leal; y es posible que me haya ocurrido esto por
mi osadía en haberme atrevido a contradecirle cuando él decía
CAXTLA Y DIMNA
rrc^ebir ensu gracia al que non lo mere ge {i)->et ayrarse
contra el que meresge gragia {es) sin rrazón jnanifiesta.
E por ende dizen (2) que a peligro se mete el que mu-
cho entra enla mar, et mayor, el que ha afazimiento
conel (3) rrey; ca maguer que lo sirva bien e leal e
derecha mente e con amor, en logar le da salto que
nunca más alr^a cabega, e(r) con todo esto está a peligro
de muerte maguer que lo onrre. E por ayjentura por la
verdat que yo devo al león e porque le sirvo leal úñente
mé han algunos buelto consl, e esto (4) lo trae a quererme
matar; ca muchas vezes acaes{.e que el buen árbol tanto
«No» y yo decía «Sí», y cviando él decía «Sí» y yo decía «No».
Mas no creo que me haya sucedido por estas contestaciones,
porque yo no le contradije nunca en cosa ninguna delante de los
principales de su corte, sino cuando procuraba con ello su pro-
vecho y decoro. Y nunca le dije públicamente nada de esto ante
los principales de su corte, ni entre los principales ciudadanos,
ni entre sus amigos, sino que me apartaba con él y le suplicaba
[en todo] lo que le decía acerca de esto con palabras de hombre
devoto a su señor y que tiene fe en él. Que bien sé que quien
busca dulzura y condescendencia en los consejeros cuando le
aconsejan , en los médicos cuando [le curan] la enfermedad , y
en los faquíes cuando les consulta sus dudas, equivoca la utili-
dad del consejo, agrava su enfermedad (*) y comete un pecado
contra la rehgión. Y si no es por esto, es posible que sea por
alguna de las borracheras de los reyes, ca
(i) Q. gragia al que merece odio, et
(2) C. dizen los sabios que
(3) C. mayor peligro que éste el compañero del r?-ey;
(4) C. amor, está en peligro de dar un mal paso y no levan-
tarse más; o si vuelve [a levantarse], está cerca de perecer si se
levanta. Y si no es por esto, tal vez la nobleza con que me he
portado con él lo
(*) Sobra en C. la palabra ¡5* í'
\X
DEL LEÓN E DEL BUEY
carga desu buen fruto que se pierde conello (i); et el
pavón que es la cola lo tuejor que ha ene I, pesgale
alguna cosa tanto que quando lo buscan témanlo más
aína (2); et el buen cavallo por ventura tanto lo
cavalgan e lo afruentan, porque es fuerte, fasta que
se quebranta e rrevienta (3). Et el omne de noble
(de) coragón, por ventura tanto pasan contra él los
malos con su enbidia, fasta que lo matan, et su bon-
dat es causa por que perezca (4); ca los malos son
más que los buenos en cada lugar. Et pues que lo
quiere[n] mal e se fazen (5) contra él, con guisa es
que lo maten; et si por esto non es, puede ser por la
ventura de que se ninguno non puede anparar. Ca
ella tuelle al león (6) su fuerga fasta que lo toman e
(i) C. árbol encuentra su ruina en la bondad de sus frutos
cuando carga tanto sus ramas que lo esquilman y se rompen y lo
arruinan; et
(2) C. enél y lo más hermoso, viene a ser su desgracia; pues
cuando emplea su ligereza para escapar de quien lo persigue, se
lo impide la cola; et — De todo este pasaje sólo se lee en A.: puede
ser que esto le pesó e dixo : «^Quién fizo a este atrevido que diga
de sí enlo que yo digo de non, et en dezir de non enlo que yo
digo de sí? Et si así es, commo yo cuedo, grant tuerto me faze
et grant desmesura, ca yo nunca le dixe cosa que non sele tor-
nase en pro e en salvamiento e sí al que quiere de sus amigos e
de sus leales consejeros. Et
(3) C. et al caballo generoso y valiente frecuentemente lo
mata esto; pues se le espolea y se le fatiga y se abusa de su no-
bleza hasta que perece. Et
(4) C. omne dotado de nobleza, muchas veces es su nobleza la
causa de su ruina, por lo mucho que le envidia y le odia la gente
mala; ca
(5) C. mal y son muchos contra
(6) C. león su violencia y su
122 CALILA Y DEMNA
LO meten enel arca,et ella faze al omne (i) flaco caval-
gar sobre el elefante, e apodera al encantador sobre
las bívoras así que les saca los dientes e juega con
ellas, et trae a omne entendido fasta la muerte, et
ella faze al sabio mal andante e alegra al cobdigioso
e festina al tardinero (2), et faze al muy escaso rrico
E abondado et enpobrege al rico (3), et esfuerza al
cobarde e encobarda al esforzado et faze otras tales
cosas que corren conlas aventuras toda vía por su
sazón en que fué aventurado» (4).
Dixo Dimna: «Lo que te el león tiene en corazón
de fazer non es por ninguna cosa de quantas dexis-
te (5), mas es por su traygión e por su falsedat; ca es
falso e engañoso, e es dulge al comiengo e enla fin
amargo e tósigo mortal» (6). Dixo Sengeba: «Bien
dizes verdad, e por buena fe yo ove gostado la dul-
gor (7), e ove sabor della, e veo que soy llegado ala
amargor en que yaze la muerte, et por la tribulagión
(i) omne — Falta en C, pero está en J.
(2) C. con ellas como quiere (*); y ella es la que hace incapaz
al industrioso y da firmeza al incapaz, y da fortaleza al tímido y
asusta al fuerte, et
(3) rico, — A. y B. flaco,
(4) C. et faze... aventurado.» — En J. y C, y lo mismo en la
edición de París, está muy revesado el texto de este pasaje.
(5) C. non es por nada de lo que has dicho de que lo impul-
saran los malos, ni nada de eso, mas
(6) J. fin tósigo mortal.» — C. amargo; quizá más aún, veneno
mortal que mata.> Dixo
(7) la dulzor, — Falta en C, pero está en J.
{*) como quiere; — Falta en J., lo mismo que en A.
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 23
que avía en parte de aven Ca ^-quién (i) me me-
tió en conpañia con el león, él comedor de carne e
yo comedor de yerva, si non entre metiéndome yo
con cobdigia e con gula? Ca éstas me echaron en esta
tribulagión. Et só en esto commo la (2) abeja que se
asienta enla flor del nenúfar (3) e págase della, e
olvida la ora en que se deve bolar, e gierra sobre ella
la flor (4) e mu[e]re. Ca se abre quando nasge el sol,
e se gierra quando se pone (5). Et el que non se paga
en este mundo con lo que le abonda, e tiene toda vía
ojo alas cosas sobejanas, e non se teme que gima
fará (6), es (7) tal commo la mosca que non se tiene
por pagada délos árboles e délas flores fasta que va
buscar el agua que corre del oreja del elefante, e él
fiérela (8) e mátala.
(i) C. muerte; y no fué sino el destino (*) el que me metió
(2) C. yerva; pues la fea codicia y el deseo de mando me
metieron en esta tribulación, y me han impedido la salida, como
queda impedida la abeja— J. yerva. Y yo en esta tribulación soy
como la abeja
(3) C. nenúfar cuando se deleita con su esencia e
(4) C. bolar antes de que se cierre la flor, y ciérrase sobre
ella e
(5) Ca se abre... pone. — Falta en C, pero J. dice: bolar, y
cuando llega la noche se cierra sobre ella y queda presa y
muere.
(6) C. abonda y desea su alma las excelencias y cosas gran-
des, y no mira a lo que ha de temer en adelante, es— J. como A.
(7) ' es — A. el
(8) C. elefante en la época del celo, y hiérela el elefante con
su oreja e — J. elefante, y hiérela, etc.
(*) Conforme con la corrección que propone Clieikhó.
124 CALILA Y DIMNA
» Et quien ofrege SU lealtad et(i)sufemengia a quien
gelo non gradesge, es tal commo el que sienbra su
simiente enlos gamonales e enlos tremedales, et
commo el que da consejo al que se tiene por de aca-
bado consejo, o commo el que predica al sordo, que
ge non oirá» (2). Dixo Dimna: «Déxate desto e guisa
cómmo estuergas.» Dixo Sengeba : «^-Qué cosa faré si
el león me quisiere matar? Ca yo bien conosco las
sus costunh7'es del león e su seso (3), e entiendo muy
bien que maguer que él me quisiese bien, si sus priva-
dos fne quisiesen fazer mal consti engaño e con sus fal-
sedades fazer loian e guisarían déme matar et aunque
él sea (4) fuerte et ellos flacos, así commo fizieron
el león e el cuervo e el lobo gerval al camello, quan-
dolo engañaron e se ayuntaron contra él» (5). Dixo
Dimna: «^- Cómmo fue eso?»
Dixo Sengeba (6): «Dizen que un león estava en
un valle (7), gerca del camino, et avía tres vasallos:
(i) et — a. a
(2) C. simiente en terrenos salinos o el que da consejos al
muerto.» Dixo^. sienbra en terrenos salinos, y como el que da
consejo a. q. s. t. p. d. a. consejo; como el que consulta a un
muerto o comunica secretos a un sordo.» Dixo
(3) A. al león e asus costunbres,
(4) A. non se camiaría contra mí si non por malos consejeros
que me buscaron mal conél. Et sé que si me quisiese matar que
lo puede fazer maguer él fuese
(5) C. y J. ¡oían; porque cuando se juntan la astucia y la per-
fidia en contra del inocente'' y puro, son suficientes para matarle,
aunque [los astutos y pérfidos] sean débiles, y [el inocente] sea
fuerte, como mataron el lobo, el cuervo y el lobo cerv^al al came-
llo cuando se unieron contra él con astucia y engaños.» Dixo
(6) C. Dixo el toro : — j. como A.
(7) valle, — C. y J. bosque, y lo mismo más abajo.
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 2$
el lobo e el abnue (i) e el cuervo. Et pasaron por
y unos mercadores , e dexaron y (2) un camello, e
el camello entró al valle fasta que llegó al león. Dixo
el león: «(¡Quién te metió aquí?» Dixo el camello (3)
su fazienda. Dixo el león: «^-PuES qué quieres?» Dixo
EL camello: «Lo que tú mandares.» Dixo el león:
«Si me quisieres servir e bevir comigo mucho me pla-
ze, et dote seguranga por mí e por mi conpaña, que
bivas muy vigioso e muy seguro» (4). Et bivio el ca-
mello conél un tienpo (5), fasta que acaesgió que fue
el león un día a caga[r] que comiese (6), e fallóse con
un elefante, e ovo conél grand lid, et llagólo el ele-
fante con sus colmillos muy mal. Et torrnóse el león
su sangre corriendo e rrastrando, fasta que llegó a su
lugar, e cayó commo muerto, que se non podía mo-
ver para cagar para él et para sus vasallos. Et ellos
(i) abnue es transcripción de ^^y^^^}, qne hasta aquí vertió
el traductor por lobo cerval.
(2) C. mercadores, y se les quedó retrasado un— J. mercado-
res que llevaban camellos, y se les quedó retrasado un camello,
y entró en el bosque, fasta, etc.
(3) C. y J. al león. Y le dijo el león: «¿De dónde vienes:* Y
contóle su
(4) C. fazienda. Díjole: «^iQué quieres?» Dijo; «Quiero per-
manecer en compañía del rey.» Dijo: «^Pues si quieres mi com-
pañía, quédate como compañero, tranquilo y con buen pasto y
abundancia. Et — J. Dixo el león: «¿De dónde vienes? > Dijo:
«De tal lugar.> Dijo : «¿Y qué quieres?» Dijo : «Lo que me mande
el rey.» Dijo: «Quédate conmigo en la abundancia y seguridad
y buen pasto. Et — B. seguranza, e averás aquí vigió e abun-
dancia.
(5) un tienpo, — Falta en C. — J. largo tiempo,
(6) C. y J. un día en busca de caza, e
126 CALILA Y DIMNÁ
ovieron fanbre; et entendiólos el león (i) et díxo-
les: «Mucho sodes lazdrados, e menester avedes de
comer.» Dixeron ellos: «Non avemos cuydado de
nos, veyéndote desta guisa estar, e querríamos nos
buscar alguna cosa que te toviese pro, aun que nos
OVIÉSEMOS UN POCO DE LAZERIO» (2). DíxolCS cl IcÓu:
«Non he dubda en vuestra lealtad, e en vuestro
amor, e en vuestro buen consejo e buen gualardón
AYADES ENDE (3). Derramad vos aquí en derredor,
e por ventura fallaredes alguna cosa, e venir meló
edes dezir, e quigá averé algo para mí e para vos.»
»E salieron ende (4) e apartaron se y gerca, e acon-
sejáronse entre sí, e dixeron: «¿Qué pro avemos
deste camello que come yerva, e que non es de nues-
tro TALLE, NiN de uucstra natura, nin de nuestro
seso? <;Por qué non afeytam.os (5) al rrey que lo coma,
(i) C. lid; en seguida tornóse el león, derramando sangre de
la herida que le infirió el elefante con su colmillo; y cayó ma-
gullado por los golpes, sin poder cazar (*). Y estuvieron el lobo,
el abnue y el cuervo algunos días sin encontrar cosa de que ali-
mentarse, pues vivían de las sobras del león, y tuvieron hambre y
enflaquecieron mucho. Y se enteró el león de esto et
(2) C. nos; pues vemos al rey [en el estado en] que lo vemos;
y no podemos hallar para el rey nada que le haga pro.» Díxoles
(3) C. dubda en vuestro amor y servicio; pero si podéis, de-
rramad— J. dubda en vuestra lealtad; pero derramad
(4) C. salieron el lobo, el cuervo y el chacal de la presencia
del león, e
(5) afeytamos, traducción de ¿^J) adornar, decorar, pre-
parar.
(*) J. colmillo. Y cuando llegó a su lugar cayó, y nó podía moverse
ni podía andar de caza. Y
DEL LEÓN E DEL BUEY 127
ET PONGAMOS GELO EN RRAHEZ?» DixO Cl lobo : «NOH
ay guisa por que se esto diga (i), por la seguridat e
pleito omenaje que le fizo el león» (2). Dixo el cuer-
vo: «Sed vos aquí, e dexad me con el león.» Et fuese
e entró al león. Quando lo vio el león díxole: «(¿Qué
as? ^-Sentistes algo?» (3). Dixo el cuervo: «Non falla si
non quien busca, nin vee si non quien ha ojos, nin
PIENSA SI non quien HA ENTENDIMIENTO; C UOS per-
dido avernos (con)esto [con] (4) la fanbre que avia-
mos, e LA cuYTA EN QUE ÉRAMOS. Mas avcmos peusado
una cosa (5), que si tú atorgares con ñusco, avremos
algunt vito tú henos.» Dixo el león: «^-E qué es?»
Dixo: «Comamos este camello que anda entre nos
delicioso sin pro, que nin es de nuestra natura
NIN DE NUESTRO TALLE» (6).
E ensañóse el león et dixo: «Co[n]fóndate Dios,
cómmo eres de mal seso, e qué poca piadad as, e qué
alongado eres de lealtad (7). Et tú non deves parar
ante mí con tal dicho. ¿'Non sabes tú que yo he atre-
(i) C. y J. coma y nos dé de su carne. > Dixo el lobo cerval:
«No podemos hacer mención de esto al león, por
(2) C. y J. fizo.» Dixo
(3) C. fuese el cuei-vo hacia el león; y cuando lo vio díjole el
león: «¿Habéis hallado algo?» Dixo
(4) C. avernos la perspicacia y la vista con la
(5) C. cosa en la que estamos de acuerdo, que
(6) C. avremos abundancia.> Dijo el león: «<Y cuál es esa
cosa?» Dijo el cuervo: «Este camello, comedor de hierba, que
anda e. n. d. s. pro ninguna.»
(7) J. dixo : «¡Qué malo eres de seso y qué ligero en el hablar
y cuan lejos de ti están la lealtad y la piedad! Et — C. «¡Guay de
ti! ¡Qué malo eres en tu hablar y qué ligero de seso y cuan lejos
de ti están la lealtad y la piedad!> Et
128 CALILA Y DIMNA
guado al camello, e que le he afiado, e (i) que non
ha ninguno que faga algún limosna de alguna cosa,
maguer muy grande sea, que mayor gualardón aya
que dexar a vida algunt alma medrosa, et rreposar la
sangre que era de verter? (2). Et yo atregüé (3) al
camello, e non faré traygión nin aleve» (4). Dixo el
cuervo: «Verdat es, señor (5); mas con un alma se
rredime una casa{dd) (6) et con una casa{da), se rre-
dime un linaje, et con un linaje se rredime una gib-
dat, et con una gibdat se rredime un rrey. Et veemos
que estás en grant cuyta, que eres rrey, e yo te daré
carrera commo salgas del pleito e omenaje que fe-
riste al camello [sin] rrebto alguno; que yo faré al
camello que te rruegue que lo comas por sí, e tú sal-
drás por muy leal, e averás lo que quisieres tú et
nos» (7).
»Et el león calló, e el cuervo torrnó para sus con-
pañeros, e dixéronle: «¿Qué feziste?» E él díxoles lo
que al león dixiera, e qué rrespuesta le diera, e pre-
guntóles cómmo e en quál guisa lo faría, que el león
non entraría enla trayrión, nin lo mandaría fazer. Di-
(i) C. afiado? ¿Es que no llegó a tu noticia que
(2) que era de verter? — Falta en C, pero está en J.
(3) C. atregüé — J. ^-o^, mejor que C. f^\-
(4) C. traygión.» Dixo— j. traygión ni le violaré el pacto.» Dixo
(5) C. y J. cuervo: «Ya comprendo lo que dice el rey; mas
(6) A. cosa, — C. y J. la gente de una casa, conformes con el
original sánscrito.
(7) C. un rrey cuando le aflige la necesidad. Y yo daré al rey
medio para salir de su pacto, y no tiene necesidad el león de
mancharse con la traición ni mandar que se cometa; que nosotros
guisaremos arte con que el rey quede libre de su promesa y ob-
tengamos lo que necesitamos.
DEL LEÓN E DEL BUEY IZQ
xéronle: «Por tu artería cuydamos bevir.» Dixo:
«Tengo por bien (i) que nos ayuntemos nos (2) et el
camello,e fablemos de su estado del león,e de cómmo
está lazrado e cuydado, por mostrar que nos dole-
mos dél,et que avernos cobdigia dele fazer alguna pro,
por tal que non nos tenga por mal et por desconoci-
miento, et lleguemos nos aél, et gradescamos le su
bien fazer, et aun que lo avemos por muy bueno (3),
e commo bevimos en su sonbra, e de commo ha de
menester que gelo agradescamos e que le seamos
leales; e que si le pudiésemos traer alguna pro que
non fincaría por nos, nin gelo callaríamos (4); e que
si gelo non pudiéremos fazer, que le ofrezcamos nues-
tras almas, et que nos le mostremos delante, e digan
cada uno de nos: co(m)ma amí el rrey, e non muera
de fanbre. E cada que lo dixiere alguno de nos, rre-
cúdale el otro (5) [con] alguna rrazón tal, que sea
(i) C. compañeros y les dijo: «Ya he hablado con el león,
que convino conmigo en esto y esto. Pero <qué ardid empleare-
mos con el camello, ya que el león rehusa tener participación en
su m.uerte y en ordenarla?» Dijeron sus amigos: «De tu ayuda y
consejo esperamos en este asunto.» Dijo el cuervo: «Mi consejo
es que
(2) C. nos y el león, et
(3) C. lazrado y cuitado y digamos: «Ya nos ha dispensado
muchos beneficios y mucha honra; y si no viera de nuestra parte
ahora algún agradecimiento y que nos preocupamos de la situa-
ción en que se halla y que deseamos ávidamente su salud, me-
recería reproche nuestra conducta por el desconocimiento de
los beneficios; pues vayamos y presentémonos al león y recordé-
mosle el bien que nos ha hecho, e
(4) C. pro, se la prestaríamos sin escatimársela; e
(5) C. otro y rechace sus palabras con
TOMO I. 9
130 CALILA Y DIMNA
escusagión por que estuerga, et enesto faremos nues-
tro derecho e estoiyeremos todos-» (i).
»Et fizieron lo así, e el camello otorgó con ellos. Et
vinieron se para el león, e ayuntáronse ant'él; e
comengó el cuervo a pablar, e dixo: «Señor, tú
ERES LAZRADO E ENFLAQUEgiDO, E aS menester ALGUNT
COBRO POR que te mantengamos. Et nos devemos
TE MANTENER CON nos mismos, E ofregcrnos te por
EL BIEN E POR LA MERQED QUE NOS FEZISTE, Ca pOr ti
bevimos nos, e por ti esperamos que bivan los que
fincaren de nos, et los que vinieren de nos (2). Et si
tú murieres a ninguno de nos non lehá pro después
de ti en bevir. Et yo oí[r]ézcote mi cuerpo, e cómeme
e non mueras de fanbre.)^ Rrecudieron el lobo e el
abnue e dixeron: «Calla, non tehá pro ente desanpa-
rar (3) a muerte, e non aviendo (4) el rrey en ti far-
tura.» Dixo el lobo: «Mas coma amí, e fartar sea, e
abondar lea mi carne.» Dixeron el lobo e el abnue:
«Calla, astroso; ^jnon oíste dezir que el que se quiere
matar que coma carne de lobo, e le tomará postema
ala garganta, e morra luego?» Dixo el abnue: «Mas
coma amí, e será mejor que atí.» Et dixeron el lobo
e el cuervo: ««¡E cómmo conbrá atí? Ca tú sabes
que hueles m.uy mal, e has el vientre lixoso» (5). Et
(i) C. estuerga, y le salvaremos y nos salvaremos todos nos-
otros y habremos cumplido nuestra obligación con el león.> Et
(2) C. bivan los que después de nos (queden) de nuestros
descendientes. Et
(3) ente desanparar — A. ante desanparan -j- B. «Mal sea de
ti que non te aprendes ampararte a muerte
(4) A. aver
(5) C. Et si tú murieres, pues no quedará ninguno de nosotros
DEL LEÓN E DEL BUEY I3I
ENESTO cuydó el camello mezquino que quando él
dixiese commo dixieron los otros, que lo escusa-
ría[n] por que estorgiese commo ellos, e que sería
pagado el león commo se pagó dellos otros, et dixo:
«En mí as fartura quanto quieras, ca mi carrne es
muy buena e alva e sana, e el mi vientre es muy lin-
pio, e non ha en mí tacha ninguna.» Et ellos todos
dixieron: «Verdat dexiste (i), e feziste lealtad contra
el león, e Dios te dé buen gualardón por ello, ca
fecho as lo que devías.» E saltaron enél todos, e ma-
táronlo e comiéronlo (2).
después de ti, ni tendremos gusto de vivir; y yo deseo que me
comas, que gozará mi alma en complacerte.» Y le contestaron
el lobo, el camello y el abnue : « Calla; <;pues qué (vales) tú y
qué hartura tendrá el rey en comerte?» Dijo el abnue: «En mí
tiene hartura el rey.» Dijeron el lobo, el camello y el cuervo:
«Tú apestas por tu vientre y olor; es nociva tu carne, y tememos
que te coma el rey, no sea que lo mate lo nocivo de tu carne.>
Dijo el lobo: «Pues yo no soy así, cómame el rey.» Dijeron el
cuer\''o, el abnue y el camello: «Quien quiera matarse, que coma
carne de lobo, pues le atacarán las anginas» (*). Et
(i) dexiste, — A. dixeron,
(2} C. estorgiese así como habían hecho ellos entre sí, y que
él se salvaría y se alegraría el león. Dijo el camello: «Pues, ¡oh
rey!, mi carne es buena y sabrosa, y hay en ella hartura para el
rey.» Dijo el 1., el c. y el abnue: «Tienes razón y eres liberal y
has dicho lo que sabíamos.» Y saltaron sobre él y lo destroza-
(.*) J. vivir; pues cómame el rey, que con ello doy placer a mi alma.»
Y le contestaron el lobo y el chacal: «Calla, pues no üene gusto el rey
en comerte, ni tiene hartura en ti.» Dijo el abnue: «Yo saciaré al rey;
pues cómame, que me alegro de ello y doy placer a mi alma.» Y le con-
tradijeron el lobo y el cuervo con su contestación: «Tú apestas; eres
sucio.» Dijo el lobo: «Yo en verdad no soy así; pues cómame el rey,
que tengo gusto en ello y se complace mi alma.» Y le contestaron el
cuervo y el abnue, y dijeron: «Ya dijeron los médicos que quien quiera
morir que coma carne de lobo.» Et
132 CALILA Y DTMNA
»Et yo non te di este enxenplo si non porque [sé]
que si el león e sus conpañeros (i) acordaron en mi
muerte, maguer contra su voluntad e contra su vo-
luntad del sea, que lo podrán fazer e acabar lo que
quisieren en mí (2). Et dizen que el que mejor rrey es
semeja al bueytre, que tiene en derredor de sí las bes-
tias bivas e non cura dellas, e búscalas muertas, por
que se paga dellas más que de otra cosa; ca los buey-
tres SIENPRE SE AYUNTAN ALAS BESTIAS MUERTAS (3).
Et puesto qu'el león non me pensase mal, usando
conél los malos consejeros, avíalos de escuchar e fa-
zer por ellos. Tú vees (4) que el agua es más blanda
ron. — ^J. y dijo (el camello): «Yo tengo en mí hartura y abundan-
cia para el rey; mi carne es buena y sana y mi vientre es limpio.
Pues cómam-e el rey y dé de comer a sus compañeros y servidum-
bre, que yo me alegro con ello y estoy contento.» Y dijeron
el ]., el a. y el cuervo : «Verdaderamente que tiene razón el came-
llo y es noble, y dijo lo que era sabido.» En seguida saltaron
sobre él y lo destrozaron.
(i) B. sus conpañas, porque sé que ellos se acordaron
(2) C. non di este ejemplo del león y de sus compañeros
sino porque sé que si ellos están de acuerdo para matarme, no lo
podré impedir; y aunque el juicio del león respecto de mí fuera
diferente de lo que es, no habrá en su alma más que buena dis-
posición. Et — J. por que sepas que si los compañeros del león
están de acuerdo para matarme, pues no podré yo impedirlo ni
defenderme, aunque el juicio del león respecto de mí sea dife-
rente del juicio de ellos; porque esto no me aprovechará ni me
servirá para nada. Et
(3) C. y J. bueytre que tiene a su alrededor cadáveres; no el
que se asemeja a los cadáveres, que tienen a su alrededor bui-
tres. Et
(4) El texto de C, como confiesa el editor, es obscuro en
este pasaje. — J. león no tuviera para mí en su alma sino bondad
y clemencia, no hay duda que lo harían cambiar las muchas
DH7. LEÓN E l^EL ETJET 1 33
que la piedra, e si mucho atura correr por ella, a poco
tienpo faze (i) enclía rrastro.»
Dixo Dimna: «(¡Qué es lo que quieres fazer?» Dixo
Sengeba: «Non me semeja qué he de fazer, si non
conbidar al león a lit (2); ca nin el rreligioso por sus
oraciones, nin el limosnero por sus limosnas, nin el
que teme a Dios por su sinpleza (3), non ha tanto
gualardón commo aquel que se aupara (4) si quiera
una ora del día, manteniendo la verdat, e su ene-
migo MENTIRA. Ca que manifiesta mente tiene la ver-
dat, si lo matan vase a paraíso, e si él mata venge
e sale por bueno.» E (5) dixo Dimna: «Non se deve
ninguno meter a peligro, podiendo estoryer; ca si
muere pierde su alma e peca, e si venge es ventura.
Mas el omne de buen entendimiento pone la lid en
fin de todas sus artes (6). Et dizen: «Non despregies
habliilas; pues éstas, cuando abundan, no pueden menos que
hacer desaparecer la compasión y la clemencia. ¿No ves tú que
(i) C. <No ves tú que el agua es más blanda que la voz, y que
la piedra es más dura que el corazón, y que no deja el agua,
cuando persiste en correr sobre la piedra dura, de marcar enella
(2) C. si non lidiar con él; ca
(3) sinpleza, ^ nc, piedad.
(4) que se anpara, es decir, que lucha en defensa propia.
(5) C. manteniendo su derecho; pues en verdad, quien lucha
en defensa de su vida y la protege, tiene por esto gran premio y
excelsa gloria, lo mismo si vence que si es vencido.» Dixo
(6) j. peligro si puede pasar sin él, porque el sabio acepta la
lid como el último de los recursos, y emplea antes que ella toda
la suavidad y astucia que puede. Et — C. está muy obscuro en
este pasaje y probablemente alterado. Tal como está»dice así:
Dimna: «No juzgo esto así; pues no conviene lidiar con el ene-
migo sino después de haber empleado y agotado [todos] los
134 CALILA Y DIMNA
»al enemigo flaco e desonrrado, e más si fuere ar-
»tero (i), quanto más el león, que es tan atrevido e
>tan fuerte commo tú sabes.» Ca qui menosprecia
fazienda de su enemigo e lo tiene en nada (2), acaés-
9ele lo que acaesgió al mayordomo déla mar conla
ave que dezían tittuy» (3). Dixo Sengeba: «^^Cómmo
fue eso?»
Dixo Dimna: «Dizen que una ave délas aves déla
mar que le dezían tittuy estava, él e su fenbra, en
una rribera déla mar (4); e quando vino el tienpo del
poner de sus huevos, fizólo saber la fenbra al maslo,
e díxole: «Busca un lugar apartado en que pongamos
nuestros (5) huevos.» Díxole el maslo: «Pon los aquí
eneste nuestro lugar, ca el agua e la yerva son gerca
recursos; porque el apresurarse a luchar antes de estar preparado
es veleidad y ligereza, y el premio [del que esto hace es] el que
pase de él a su contrincante [la victoria]; además de que si mata
al enemigo (*), de todas maneras es tenido por insensato, y si
mata comete un crimen y sé atrae la pena de él en cambio. Et
(i) C. enemigo, aunque sea despreciable, débil y vil, y espe-
cialmente si es artero y cuenta con auxiliares, quanto
(2) C. menospregia al débil por su debilidad, acaésgele —
J. menospregia al enemigo por su debilidad, acaésgele
(3) C. y J. mar por causa del tittuy.» Dixo
(4) C. y J. tittuy, tenía su morada en una ribera de la mar, con
su mujer; e
(5) C. sus huevos, dijo la hembra al macho: «Ya me ha lle-
gado el tiempo de poner; pues búscame un lugar fuerte para
que ponga en él mis huevos.»
(*) Q^J'.s. ^_3-^^* vL>* » ^n vez de O sS.' ^3■'^^' ^ ' *^"® '""^^ ^^ texto
o mejor, para que venga conforme con lo que sigue: «si es muerto por
su enemigo», supliendo la partícula que falta autes de la palabra enemi-
go en el texto árabe.
DEL LEÓN E DEL BUEY
de nos, e (i) es nos mejor que otro.» Díxole ella (2):
«Piensa bien enesto que dizes, ca a peligro estamos
eneste lugar (3). Si se la mar tendiere eneste lugar,
levar nos a nuestros pollos.» Dixo el maslo: «Non
ciiydo que se tienda la mar sobre nos, ca sé que se
teme el mayordomo déla mar que gelo vedaría-
mos » (4). Díxole la fenbra : « Cómmo eres loco
enesto (5). Non as verguenga nin coNOsgES el bien
en amenazar aquel con quien non puedes; ca dizen
que non es ninguna cosa que mayor daño faga a nin-
guno nin así (6) m.ismo que el omne. Oye lo que te
digo e fazlo.» Et él non se quiso otorgar en aquello a
que lo ella conbidava. Quando ella vido que la non
quiso creer (7), dixo: «El que non quiere creer asu
amigo cuando lo desengaña (8), ácaesc^er le ha lo que
(i) C. maslo: «Sea esto en nuestro lugar, c. e. a. e 1. y. s. c. d.
nos, y este nuestro lugar está cerca de todo lo que deseamos,
y es
(2) ella : — C. la liembra :
{3) C. lugar; porque si
(4) C. cuydo que el mar cometa tal insensatez con nosotros,
pues ha de temer del mayordomo del mar el propasarse.» Dí-
xole— J. cuydo que él venga sobre nosotros, pues ciertamente el
mayordomo del mar temerá que yo se lo vede.>
(5) C. enesto que has dicho. Non
(6) C. amenazar al mayordomo del mar y en resistirlo. Pues
tú te conoces a ti mismo, y es verdad lo que se dice que no hay
cosa que tenga menos conocimiento de sí mismo
(7) C. digo y trasládate conmigo de este lugar antes de que
acaezca lo que no queremos que nos acaezca. > Y no quiso el ma-
cho obedecerla. Y como ella insistiera con él y él no la oyera,
dixo:
(8) C. creer a sus compañeros y amigos, acaesger — J. creer
el consejo de su amigo leal, acaesger
136 CALILA Y DIMNA
acaesgió al galápEigo» (i). Dixo el maslo: «<jCómmo
fue eso?» (2).
»Dixo ella: «Dizen que en una fuente avía dos ána-
des e un galápago, et eran amigos por la vezindat que
era entre ellos. Desí vino el tienpo que les menguó
el agua e secóse la fuente. Guando esto vieron las
ánades dixeron: <t.Coiiviem nos de dexar este lugar e
mudarnos des fe lugar.-» E espediéronse del galápago e
dixo él: x-A 7ni se faze fuerte cosa la, mengua del agua^
ca 7ion bivo sin ella (3); pues guisad consejo cómo me
levedes conmisco-» (4). Dixeron ellas: «Nos non le po-
demos fazer (5) si nos non fizieses tal convenengia
que cuando te leváremos (6) e te viere alguno e
(i) C. galápago que no aceptó el consejo de sus amigos.»
Dixo
(2) C fué ese suceso?» — J. como A.
(3) C. agua de la fuente de una manera extraordinaria, Y
cuando ios ánades vieron la disminución del agua, dixeron : «C. n.
d. d. esta fuente y mudarnos de ella.» Y se despidieron del galá-
pago y le dijeron: «Salud tengas, que nosotros nos vamos.» Dijo
el galápago: «Sólo es cosa grave la disminución del agua para
quien sea como este desdichado, que no puede vivir sino en el
agua; que lo que es vosotros, pues vosotros vivís adondequiera
que vayáis; pttes
(4) A. acordaron de mudar se de aquella fuente a otra do
avía mucha agua e a do serían vigiosas. E vinieron para el galá-
pago e despidiéronse del e dixiéronle: «Queremos nos ir deste
lugar, por que nos falleció el agua.» Dixo el galápago: «A vos
non fallegó el agua, que podedes ir donde quisierdes, mas a mí
mezquino falleció, que non puedo ir con busco nin puedo guare-
cer sin agua. 'Ende vos rruego que catedes algunt consejo cómo
me podades levar con busco.»
(5) C. non podemos llevarte con nosotras si
(6) C. leváremos por el aire e
DEL ICÓN E DEL BUEY 1 37
fablare, que non le rrespondas.» Dixo él: «Así la
faré. Pues (i) ¿en quál guisa podría ser que me levá-
sedes?» Dixieron ellas: «Morderás tú en medio de un
fuste, e travaremos nos délos cabos del, et levartehe-
mos.> Así plogo desto al galápago, et leváronlo he-
lando por el ayre; et viéronlo los omnes e maravillá-
ronse (2) e dixieron: «Ved qué maravilla: un galá-
pago entre dos ánades que lo lievan enel ayre» (3).
Quando el galápago esto oyó dixo : « Que vos
pese» (4). Et en abriendo la boca para fablar, cayó en
tierra et murió.
>Dixo el tittuy ala fenbra: «Entendido he lo que
dexiste; mas non temas de la mar nin le ayas pavor. >
Et ella puso sus huevos e sacó sus pollos. Quando lo
vio el mayordomo déla mar, quiso saber quánto se
podría guardar del el tittuy, o qué arte faría, e diole
lugar fasta que se finchó la mar e levó los pollos e su
nido. Quando vino la fenbra a rrequerir los e non los
falló, dixo (5) al marido: «Bien sabía yo al comien-
(i) C. rrespondas. ¿Harás, pues, esto y prometes que no res-
ponderás a nadie?» Dijo: «Sí; pero ¿en
(2) C. levartehemos por el aire.» Y plúrrole esto, y cogiéronlo
y se elevaron con él (""j, y cuando lo vieron los hombres dieron
gritos e
(3) que lo lievan — Falta en Ci, pero está en J.
(4) C. galápago oyó las voces y gritos de admiración de
ellos (**), dijo: «Arranque Dios vuestra ojos.» Et
(5) C. mar. Y puso sus huevos la hembra en aquel lugar, y
cuando oyó el mayordomo de la mar las palabras del tittuy ma-
cho, hinchó el mar, que arrebató los pollos y el nido y los hizo
desaparecer. Y dijo la hembra, cuando perdió sus pollos, al
(*) J. cogiéronlo y lleváronlo volando por el aire, y
(**) J. oyó esto, dijo:
138 CALILA Y DIMNA
go deste nuestro fecho que esto acaesgería, e que se
nos tornaría en nada a mí e a ti, que non sabíamos
quánto valíamos (i); cata quanto daño nos vino por
esto.» Dixo el maslo: «Tú verás lo que faré e en qué
encimaré mi fagienda.» Et (2) fuese para sus amigos
e querellóse desto e díxoles (3): «Vos sodes mis her-
manos e mis amigos para demandar el tuerto que
yo rrescebí; pues ayudad me e guisad commo aya
derecho, ca bien podría acaesger a vos lo que a mí
acaesíjió» (4). Dixeron ellos: «Si así es commo tú
dizes, derecho es que rrescibamos tu rruego; mas
^•qué esto que podríamos fazer de daño ala mar e a
su mayordomo?» Dixo (5): «Ayuntemos nos e vaya-
mos nos alas otras aves, e digamos gelo.» E tovié-
ronlo por bien, et fuéronse a las otras aves e dixéron-
les lo que acaesgiera, e apercibieron las, por que les
acaesgería otro tal commo (6) aél acaesgiera.
(i) C. se tornaría contra nosotros la poquedad de tu propio
conocimiento; cata
(2) C. Dixo el tituy maslo: «Lo que dije al principio de nues-
tro pleito, lo digo también al término del mismo: puesto que ha
procedido desconsideradamente contra nosotros el mar, él verá
lo que hago en esto.» Y se llenó de coraje et fuese
(3) C. querellóse ante ellos de lo que había ocuirido con el
mayordomo del mar y de lo que le sucedía, y dijo : «Vos
(4) C. vos mañana lo^que a mí acaeció hoy». Dixeron
{5) C. ellos: «Nosotros te concedemos el auxilio que nos
pides; pero ¿qué es lo que puedes esperar de nosotros contra la
mar?» Dixo el tituy: «Ayuntemos
(6) C. aves y querellémonos ante ellas de lo que nos ha acae-
cido por causa del mar, y del daño que nos ha hecho, y digamos :
«Vosotras sois aves como nosotras; pues ayudadnos, que lo que
aconteció a nosotras hoy es fácil que os acontezca a vosotras
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 39
j>Dixéronles: «Así es commo vos dezides más, ^qué
mal podemos nos fazer ala mar e al su mayordomo?»
Dixéronles: «El rrey de todas nos las aves es el fal-
cón oriol; llamemos lo fasta que se nos muestre.» E
fiziéronlo así (i) e mostróse les e díxoLES: «<Qué
cosa vos ayuntó, e (2) por qué me Uamastes?» Dixé-
ronle ellas lo que les acaesgiera por la mar e por su
mayordomo, Dixéronle : «Tú eres nuestro señor e
nuestro rrey, e el poder que tú has, creemos que (3)
es m.ás fuerte que el mayordomo déla mar; pues vete
PARA ÉL E rruégale que nos emiende el tuerto que
NOS Fizo; E SI LO FIZIERE, E SI NON, APAREJAR NOS HExMOS
A LIDIAR CONÉL.» £ el falcóii 07'ioly quc era rrey dalas
alimañas i fizo saber esto al riiayordonio delcí mar, et
quando lo sopo el mayordomo déla mar, entendió su
flaqueza apos la fortaleza del falcón oriol, e torrnó los
pollos del tittuy (4).
:»Et yo non te di este enxenplo si non [por que
mañana.» Y reunió el tituy macho la reunión de las aves en un
lugar, y se quejó ante ellas de lo que aél
(i) C. y dijeron las aves : «Nosotras te ayudaremos; <pero qué
es lo que puedes esperar de nosotras contra el mar?» Dijo el
tituy: «jOh reunión de aves! Nuestro señor es el águila fénix, y
no cesemos de rogarle y de invocarle en alta voz, hasta que se
nos aparezca y reclame en favor nuestro del mayordomo del
mar.» Y complaciólas el fénix e
(2) e — A. y B. o
(3) C. llamastes?> Quejáronsele ellas de lo que les acaeciera
por causa del mayordomo del mar, y dijeron : «Tú eres nuestro
señor, y el rey que cabalga en ti es
(4) C. E hizo el ave fénix esto; y fuese el que en ella montaba
contra el mayordomo del mar para luchar con él. Y cuando cono-
ció el m. del m. su flaqueza ante la fuerza de este rey a quien
sirve de cabalgadura el fénix, se apresuró a devolver los pollos.
140 CALILA Y DIMNA
sepas] que non tengo que es consejo que lidies conel
león NIN QUE CONTIENDAS CONEL pOF ti mismO» (l).
Dixo Sengeba: «Dígote que yo non mostraré al león
enemistad, nin me camiaré de commo estava conél
nin en gelado, nin en paladinas (2), fasta que /¿>r su
parte vea de lo que me yo temo.» Et esto pesó a
Dimna, ca sopo (3) que si el león non viese las seña-
les en Sengeba (4) que él [le] dixiera, que lo sospe-
charía. Et dixo a Sengeba (5): «Vete, ca manifiesta
mente verás quando entrares al león la fortedunbre
délo que te yo dixe del» (6). [Dixo Sengeba: «¿-Et
cómmo conosgeré eso?»] Dixo Dimna: «Si tú vieres
al león, quando aél entrares E lo vieres, agachado
(i) J. »Et solamente te conté esta historia para que sepas que
luchar con el león no lo tengo por consejo.» Dixo — C. »Et sola-
mente te conté esta histeria para que sepas que no conviene a
nadie exponerse a peligro» si es que puede; porque si lo matan,
se dice que pierde su alma; y si triunfa, se dice que es por el
destino; pero el sabio se apresura a lidiar y deja a un lado la
astucia, después de haber empleado toda la suavidad y dulzura
que puede.» Dixo
(2) C. Dixo el toro (*): «Yo no lucharé con el león ni le mos-
traré enemistad ni oculta ni abiertamente, ni me cambiaré de
como estaba con él fasta
(3) temo.» El c. p. a D., c. s. que si — Así en J.— C. temo.»
Dijo Dimna, pues no le gustaron (estas) palabras de él: «Yo no
me cambiaré de la situación en que estaba con el león», y
pensó que
(4) Sengeba — C. y J. en el toro
{5) Sengeba: — C. toro: — J. como A.
(6) J. quando mirares al león lo que quiere él de ti.» [Dixo —
C. Et dixo al toro: «Ciertamente que si tú miras bien al león,
verás manifiestamente lo que quieres de él.» [Dixo
(*) el toro: — J. Sengeba, como A.
DEL LEÓN E DEL BUEY 14!
contra ti (i), moviendo los pechos e catándote muy
firme, e firiendo conla cola en tierra, et abriendo la
boca E BOSTEZANDO E RRELAMiENDO, 6 aguzando las
orejas, sepas que te quiere matar, e apercíbete, e
NON TE ENGAÑE.» Dixo Scugcba: «Si yo viere conel
león lo que tú dizes, non averé y dubda» (2).
Et pues que Dimna acabó de enlizar al león contra
Sengeba e Sengeba contra el león, fuese para su
HERMANO Calila. Et [quando entró aél] díxo[le] Ca-
lila; «¿En qué as puesto tu obra en que trabaja-
vas?» (3). Dixo [Dimna]: «Ya cerca es de se engimar
segunt que yo quería (4). Non dubdes nin cuydes que
dure la amistad entre dos amigos, si el sabio artero e
tergero se entremetiere enel departir.» Et fueron se
amos fasta que llegaron al león. Et vieron a Sengeba
que avía entrado al león, e violo déla guisa que le
dixo Dimna, acachado contra él, e las orejas agudas,
e la boca abierta e firiendo conla cola en tierra, e
non dubdó Sengeba que quería saltar en él e fué
giERTO DE MORIR (5). Et dixo CU SU coragóu : «Non es
(i) C. quando mire hacia ti, erguido y sentado sobre su tra-
sero, moviendo — J. Dimna: «Sin duda ninguna que verás al león
quando aél entrares sentado sobre su trasero, moviendo
{2) C. viere de parte de él estas señales, non averé y dub-
da.» — J. viere estas señales en el león, conoceré que eres veraz
en lo que me dices.»
(3) en que trabajavas?» — ^^ Falta en C, pero está en J.
(4) C. y J. quería y tú querías. Non
(5) C. amigos, si emplea su arte para romperla el (hombre)
dotado de astucia y suavidad.» En seguida Calila y Dimna se fue-
ron juntos para presentarse al león, y encontraron a Sengeba
que entraba hacia él. Y cuando lo vio el león se irguió sentán-
dose sobre su trasero, atiesó las orejas, abrió la boca e hirió
142 CALILA Y DIMNA
el que sirve al rrey (i) en quanto se teme que lo ma-
tará raviosa mente, e que se le mudará el coragón
por las mezclas délos malos (2), si non commo quien
mora conla culebra en su cueva [e en su cama et non
sabe porqué se le irritará] o conel león en su lugar,
o commo quien nada enel agua do son los cocodri-
llos, que non sabe quándo se ensañará alguno dellos
E LO MATARÁ.» Et pcusó [cl toro] encsto e aparejó se
a lidiar conel león. Et católo el león e vio lo (3) que
le dixiera Dimna et non dubdó que se viniera si non
por lidiar conél. Et saltó el león aél, e lidiaron muy
fuerte mente atanto que corrían amos (4) sangre. E
MATÓ EL LEÓN A SENgEBA, E PARÓ SE APARTE MUY
TRISTE E CON GRANT PESAR PENSANDO.
Quando esto vio Calila (5) dixo a Dimna: «jAy
FALSO, vil, tu arte quán mala es, et qué vil gima fizo!
Ca as metido al león en afruenta e en vergüenza, e
c. c. e. t. e n. dubdó el toro que quería saltar sobre él. Et — J. En
seguida se fueron juntos Calila y Dimna, para presenciar la lucha
del león y el toro, y ver lo que pasaba entre ellos y en qué que-
daba el asunto de los dos. Y fué Sengeba y entró en donde es-
taba el león, y lo vio en la situación en que le había descrito Dim-
na. Et
(i) C. rrey por la poca seguridad que tiene y en
(2) C. corazón por las felonías, injurias y mentiras que le
traigan, si
(3) C. con el león, si éste lo provocaba. Y cuando miró hacia
él el león, en la manera como se le acercaba y «n la mala inten-
ción con que entraba, vio algunas de las señales que
(4) C. aél, y empezó entre ambos la lucha, y fué recia la por-
fía del toro, de modo que se prolongó tanto que de ambos a la
vez manaba sangre.
(5) C. Quando vio Calila que había sucedido al león lo que le
sucedió, y que le salía sangre, dixo
DEL LEÓN E DEL BUEY I4J
has muerto a Sengeba e as derramado los coragones
délos cavalleros. Desí veo con tu grand locura en
que te alabaste que lo farías con terrería. Et ^'non
sabes qu'el peor consejo es aquel (i) que faze al omne
lidiar pudiéndolo escusar, nin sabes que el omne por
ventura apoderar sea de su enemigo do lo pudiere
matar, e déxalo por miedo de non ser enello mal an-
dante, o entrar a peligro, aviendo esperanza que se
vengará del de otra guisa? Et quando el privado del
rrey lo conseja a lidiar enlas cosas de que se puede
vengar en paz, mayor enemistad le ha e mayor daño
le faze que su enemigo (2). Ca así commo alcanga ala
lengua flaqueza en non dezir giertamente el pensa-
miento (3) del coragón, otrosí alcanga al esfuergo la
cobardez, por el mal consejo. Ca quando el omne se
echa ala una de estas dos cosas, non le ha la otra que
(i) J. Dimna: «¡Ah vil, cuan fea es tu bellaquería y qué malo
el resultado de tu consejo!» Dijo Dimna; «;Y qué es eso?» Dijo
Calila: «Que se ha desangrado el león y ha muerto el toro; pues,
ciertamente, la peor sandez es la que — C. Dimna: «Mira tu arte
q. m. e., e. q. v. 9. fizo.» En seguida dijo Calila — pues había dado
un grito el león cuando vio la muerte del toro y había interrumpi-
do la conversación (*) del chund y la injuria de ellos — : además de
que se ha puesto de manifiesto tu sandez, con la que te alabaste
[de tu] dulzura. <Acaso no sabes que la peor sandez es la que
(2) C. cosas que puede lograr mediante la conciliación, y ob-
tener lo que desea, pues es para él peor enemigo que su len-
gua. Ca
(3) C. flaqueza por debilidad del
(*) El texto de C, como se ve por la traducción, está incorrecto; pero
suprimiendo en él algunas palabras y substituyendo la dicción <Jw.^-0 ,
conversación, por v._-?&i.3, corazones, vendría conforme con el texto cas-
tellano, traduciendo entonces la palabra chund o ejército por caballeros.
144 CALILA Y DIMNA
fazer (i) ala ora déla lid, nin [ha] el consejo ninguna
mejoría del esfuergo (2); ca en muchas cosas cumple
el consejo sin la fuerga, et non cunple la fuerga (3)
sin el consejo. Et quien quiere fazer engaño, e non
sabe la manera délo que acaesgerá por loar su
<jiMA, será su fecho tal commo el tuyo. Et yo sabía
bien tu malvestad e tu loganía e nunca fue rrazón que
esto non atendiese de ti, et vi que tu golosía e tu
cobdigia alguna traygión (4) traería atí e amí.
»Ca el OMNE BUENO E entendido piensa enlas co-
sas (5) ante que las faga e se meta aellas, e las que ha
esperanga que se acabarán segunt él quiere, atrévese
aellas, et las que sabe que sele agraviarán, déxala[s].
Et yo non te dexé de fazer entender tu yerro e tus
aleves al comiengo desta cosa si non por que (6) era
cosa que non podía mostrar (7), nin quería fazer tes-
(i) C. Ca el esfuerzo y el seso, cuando se pierde uno de los
dos, el uno no puede pasar sin el otro ala
(2) Así creo que debe enmendarse esta frase, a pesar de que
en C. está el texto incorrecto. El sentido que se desprende de C.
y el contexto es que el consejo es superior al esfuerzo.
(3) C. fuerga en ninguna cosa sin
(4) C. malvestad y lo pagado que estás de tu juicio; y no cesé,
desde que lo supe y oí tus palabras, de temer la traición que
traería
(5) J. entendido prepara las cosas y piensa en ellas ante —
C. entendido comienza por pensar en los asuntos y en las cosas
ante
(6) C. sabe que no se acabarán, apártase de ellas y no se
mezcla en ellas. Y no me impidió de reprocharte el comienzo de
esta cosa y de hacerte desistir de tu villanía, sino (la considera-
ción de) que era
(7) mostrar, es decir, divulgar, hacer manifiesta.
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 45
tigos sobre ti, e sope que lo que yo te dezía non te
defendería nin te torrnaría déla cosa que tú querías
más (i). Et pues que agora he visto manifiesta mente
tu mal consejo e (2) mala gima de tu fazienda, et
quiero te departir en qué estás e quál eres, e por
esto se engañó el león en ti (3); et non ha pro el de-
zir si non conel fazer (4), nin la castidat si non conel
temor de Dios, nin en ser omne verdadero si non con
lealtad, nin en ser artero si non sale ende sano c
salvo e seguro (5). Et tú as fecho (6) tal cosa que la
non melezinará si non el entendido, enderesgado,
SABIO, así commo el enfermo en que se corronpe la
(i) C. non te añadiría ningún bien ni te apartaría del mal. Et
(2) C. consejo y el estrago de tu hecho, y he visto la mala
(3) C. fazienda, pues quiero hablarte de ti mismo y hacerte
saber tus defectos. (Uno) de ellos es que eres de buenas pala-
bras y de malas obras; y ya se ha dicho : «No quieras compañía
con el que sabe bien hablar y no sabe obrar bien.» Y solamente
se engañó el león en ti, porque tú sabes hablar bien y lo has
echado a perder, porque tú no sabes obrar bien; et
(4) C. fazer, ni el pensar sino con la experiencia, ni la riqueza
sino con la liberalidad, ni la amistad sino con la debida corres-
pondencia, nin
(5) C. lealtad, nin la vida sino con la salud y la seguridad y la
alegría. — J. lealtad, ni la vida sino con la salud, ni la seguridad
sino con la alegría (*). Et
(6) as fecho, C^^j^:, como trae J., mejor que (»iul3^-¿ó,
que trae C, y mejor que vJ-^Ja^jj, que, como corrección a C,
propone su editor.
(*) Creo que el texto castellano está mejor que todos los árabes,
siendo fácil de explicar el error de éstos, que ha consistido en haber
escrito o leído los copistas olx<>^», vida, en vez de ¿sj-/».^., artificio,
astucia.
TOMO I. 10
146 CALILA Y DIMNA
colora e la sangre e la fiema (i), que gelo non puede
toUer si non el buen físico.
»Et sepas qu'el saber tuelle al omne agudo e aca-
bado su beudez, et anda (2) en la beudez del loco,
así commo el día que es claro a todas las cosas que
veen (3) et giega el murgiélago. Et el (4) omne de
buen seso non cata ala dignidat que ha ganado nin
ala nobleza a que es pujado, así commo el monte que
se non mueve maguer el viento se esfuerge. Et el
omne de liviano seso muévese por la más ligera dig-
nidat que aya, así commo las pajas que se mueven
conel más flaco viento. Et rremienbro me agora por
tu fazienda auna cosa que oí dezir, que quando el
rrey (5) es derechero e sus pri[va]dos fueren malos,
apoca su bien fazer enlos omnes, e non se atreve nin-
(i) C. enfermo en el cual se juntan diferentes visajes por
causa de las enfermedades y de las medicinas, que
(2) anda — C. y J. v>J>P, aumenta, acrece.
(3) C. el día aumenta la vista a todas las cosas dotadas de
vista, et
(4) el-A.yB.alH
(5) Et rremienbro... oí dezir, — Así en J.— C. agora de una cosa
que oí decir [y que] recuerdo referente al sultán, que cuando
él es
(*) Este al puede ser simple errata del copista o corresponder al
primitivo manuscrito, del cual proceden A. y B.J porque la frase, tradu-
cida literalmente, dice así: Y el orne de buen seso no infatúa (o con-
mueve) a él, la dignidad, etc. Al construir en castellano esta frase ára-
be, hay que trasladar la partícula que indica el régimen al nombi'e con
que empieza la frase, que, aunque en árabe aparece en nominativo, es en
realidad el complemento directo. No puede dudarse de que la frase ha
sido rehecha por algún copista, porque el verbo wa.> no significa catar,
sino ser petulante^ y en cuarta forma hacer a u7ío petulante, infatuar o
conmover, kax:er mover, moverse, como lo vertió el traductor en la
cláusula siguiente, en que habla del orne de liviano seso.
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 47
guno aél nin se llega aél (i); así commo el agua
clara (2) en que yaze[n] los cocodrilos, en que nin-
guno non osa entrar maguer nadar sepa e lo ha de
menester. Et el engaño délos rreyes sola mente es
en su consejo (3), et tal es el rrey conlos buenos va-
sallos así commo el mar con sus ondas. Et una délas
LOCURAS E délas sandezes deste mundo es querer
aver (4) amigos sin lealtad, e aver el otro mundo (5)
con adulterio, e aver el amor délas mugeres con
broznedat, et querer pro desí a daño de otri (6), et
querer ser sabio e estar folgando et non estudian-
do (7). Mas ^jqué pro ha esto que te yo digo tan
(i) J. non puede ninguno acercarse aél; — C. non puede nadie
aprovecharse de sus beneficios ni de su bondad; así
(2) J. agua buena en — C. agua clara y buena en
(3) C. Et solamente el fausto (*) de los reyes y su pompa
son sus allegados, si son muchos y si son buenos; y tú quieres
que no se trate de ningún asunto del león sin ti, et
(4) C. Et sandez es buscar el hombre amigos — J. Et de las
sandeces [una] es desear encontrar amigos ^
(5) otro mundo — C. j^\, en vez de o-¿>\, como trae
bien J,
(6) El copista de C. alteró el orden de las palabras, de modo
que dice : pro de los hombres con daño de sí mismo, — J. como A.
(7) Falta en C. una negación delante de ki.=L\, para que el
sentido esté conforme con A. y con lo que pide el contexto,
pues tal como está dice : et la sabiduría y la nobleza con la ocio-
sidad y el estudio.
(*) El manuscrito de C. dice ¿^l^v^., astucia, fraude, engaño, como
se lee en la versión castellana; pero que el editor ha substituido en el
texto por <^<*vli>., para que venga bien al contexto. En J. falta esta pa-
labra; pero en lo demás está conforme con C, pues dice así: Y cier-
tamente al rey y a su pompa los forman sus ejércitos y visires dotados
de probidad, que dirijan bien a los hombres y presten atención a los vir-
tuosos. Y tú, ¡oh Dimna!, quieres que nadie despache con el rey sino tú,
1 48 CALILA Y DIMNA
BROZNA MENTE? (i). Ca yo sé quc tan poco pro fará,
así commo lo que dixo el omne ala ave: «Non te en-
tremetas de enderegar lo que se non enderesga, nin
DE ABivAR LO QUE SE NON ABivA, nin de Castigar nin
DE ENSEÑAR al que se non castiga.» Dixo Dimna:
«¿Cómmo fue eso?»
Dixo Calila: «Dizen que una compaña de ximios
estavan en un monte, e vieron en una noche /;7¿í [e
de viento e de lluvia] (2) una luziérnega (3), et cuy-
daron que era fuego, e ayuntaron mucha leña [e pu-
sieron la sobre ella]. Desí comentaron a soUar con
sus bocas, e a ventar con sus manos (4), estando
gerca de un árbol en que estava una ave. Et aquella
ave díxoles: «Non lazredes, ca lo que vos vistes non
es tal commo cuydades.» Et non la quisieron creer
nin torrnaron cabega alo que les dixo. Et pues que
gelo ovo dicho muchas vezes (5), desgendió aellos
por los castigar. Et pasó por y un omne et dixo al
ave (6): «cNon te entremetas de enderesgar [lo que
non se enderesga] nin de avivar lo que se non
ABIVA, nin de castigar nin de enseñar al que se non
(i) C. digo, y qué fin ha de tener esta exhortación? Ca
(2) fría e d. V. e d. lluvia — Falta en C, pero está en J. y en
el original sánscrito.
(3) C. y J. luziérnaga que volaba et
(4) e a V, c. s. manos, — Falta en C, pero está en J.
(5) C. una ave que se puso a gritarles que lo que veían no era
fuego. Y no quisieron escucharla y desgendió — J. ave... que
se puso a gritarles y a decirles: «No os fatiguéis, pues lo que
veis no es fuego. > Y como repitiera esto, pensó en acercarse a
ellos
(6) C. dixo: «¡Oh ave!, non
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 49
castiga; ca (i) la piedra que se non puede tajar, non
la pruevan con las espadas, et el fuste que se non
puede dolar, non se entremete ninguno délo en cor-
var, ca quien esto faz que yo dixe rrepiéntese.» Et los
ximios non torrnaron cabega en lo que les [el] ave
dixo. Et ella llegó aellos por los castigar, e tomóla
uno dellos, e dio con ella en tierra e matóla (2). Et
tú tal eres e más que (3) te ha vengido el engaño e
la loganía (4), e son muy malos dos conpaños, et es
derecho que te acaesca por esto que feziste lo que
acaesgió al falso que era conpañero del torpe» (5).
Dixo Dimna: «^'E cómmo fue eso?»
Dixo Calila: «Dizen que un omne artero ovo con-
pañia con un nesgio. Et yendo amos por un camino
fallaron una bolsa en que avía mili maravedís, e tomá-
(i) C. ca quien trata lo que es intratable, pues su remedio es
el arrepentimiento; pues la
(2) C. rrepiéntese.» Y no quiso el ave dar oídos a lo que le
decía el hombre, ni sacar provecho del consejo que le diera;
tanto, que se acercó a los monos para hacerles comprender que
aquello no era fuego, y agarróla uno de ellos y le rompió la
cabeza. Et — J. dellos, e d. c. e. e. t, e matóla.
(3) C. tal eres, por el poco provecho que has sacado de la
educación y de los buenos consejos; y en verdad, ¡oh Dimna!,
que te
(4) Joganía, — B. golosina, — C.js.^, debilidad, impotencia. —
J. ^^s®, ruindad, villanía, pero que el editor expUca poro^^-'''^^»
rebeldía, desobediencia.
(5) j. conpaños, y el engaño el peor de los dos, por sus con-
secuencias. Y para esto hay un cuento.» Dixo — C. e el engaño y
la impotencia son dos malos amigos, y el engaño el peor de los
dos, por sus consecuencias; y semeja a ellos dos el asunto del
malo que hizo compañía con el torpe.» Dixo
CALILA Y DEMNA
ronla e tovieron por bien de tornarse ala gibdat (i).
Et quando fueron gerca déla gibdat (2) dixo el torpe
al falso: «Toma la raeytad délos maravedís, e dame
la otra meytad.» Dixo el falso, pensando enlos levar
todos: «Non lo fagas así, ca los amigos que meten
sus faziendas uno en mano de otro, faze más du-
rar (3) el puro amor; mas tome cada uno de nos otros
quanto despienda (4), e soterremos los que y finca-
ren en algunt lugar apartado, et quando oviéremos
menester algunos dellos tomar los hemos.» Et acor-
dóse conél el torpe, e soterraron los so (5) un árbol
muy grande, desí fuéronse (6); et vino el falso para
(i) C. artero y un torpe encontraron en un camino una bolsa
en la que había mil dinares; y estaban asociados para comerciar,
e tovieron p. b. d. tornarse a sus casas. Et — J. artero y un torpe
se asociaron para comerciar y se fueron de viaje. Et y. a. p. u.
camino se apartó el torpe para hacer una necesidad y se encon-
tró una bolsa e. q. a. mil dinares y la tomó. Y se enteró de ello
el falso y se volvieron a su país. Et — B. Dos omes eran en una
conpañia, e el uno dellos era torpe e el otro falso, e fezieron
aparcería en una mercadería. Et yendo, etc.
(2) C. cibdat, se sentaron para repartirse los dinares, y dixo
(3) C. meytad.» Y el falso había pensado ya en su corazón en
llevárselos todos, y dijo: «No los partamos; porque el tenerlo
todo en común y el estar asociados es más propio de la amistad
y el
(4) C. mas toma tú para gastar, y yo tomaré lo mismo que
tú, e
(5) C. menester para gastar, volveremos juntos y tomaremos
lo que necesitemos.» Y dijo el torpe : «Está bien.» Y tomaron de
los dinares una pequeña parte, y soterraron el resto al pie
de un
(6) desí fuéronse; — J. desí entraron en la ciudad; — En C. falta
esta frase.
DEL LEÜN E DEL BUEY I5I
el lugar, e tomó los maravedís, [e dexó la tierra egual
como estaba]. Et quando fue a días dixo el falso al
torpe: «Vayamos al nuestro condesijo, et tomaremos
los maravedís, ca yo he menester que despienda.»
Et fuéronse al lugar do los pusieran, e cavaron e non
los fallaron (i). E comengóse el falso a mesar e a ferir
asus pechos e dezir: «Non se fíe omne en ninguno
desde aquí iiín se crea por éh (2).
Desí dixo al torpe: «Tú torrnaste acá (3) e los
tomaste.» E comengó el torpe a jurar e confonderse
que lo non feziera, e el falso deziendo: «-Non supo nin-
gimo délos viaravadis salvo yo e iú, e iü los tomaste.-»
E sobre esto fuéronse para la gibdat e para el alcalde,
e el falso qíierellóse al alcalde cósmno (4) el torpe le
había to?nado los maravedís, e dixo el alcalde: <^^Aquí
tú as testigos?-» Dixo el falso (5) ; <Sí, que fío por Dios
QUE el árbol me será testigo, e me afirmará enlo que yo
digo.-» Et sobre esto mandó el alcalde que se diesen fia-
dores, et díxoles: « Venid vos para mí e iremos al árvol
(i) C. al torpe: «Ya tenemos necesidad de gastar; vayamos a
los dinares y tomaremos para gastar.» Y fuéronse juntos hasta
que llegaron al árbol y cavaron en el sitio donde (habían puesto)
el dinero y no hallaron en él nada. E
(2) C. y J. ninguno, ni se deje engañar por hermano ni por
amigo.»
(3) acá — C. a los dinares
(4) C. jurar y a maldecirse, y no menos arreciaba contra él el
falso, diciéndole: «¿Quién los tomó sino tú? ¿Acaso tenía noticia
de ello (*) alguien fuera de nosotros?» En seguida el falso cogió
al torpe y lo condujo a presencia del cadí, a quien contó toda la
historia, y afirmó que el torpe
(5) falso : — B. torpe :
(*) de ello, L^.>, y no Lo, como dice el texto.
152 CALILA Y DEMNA
que dezides.T> E fuese el falso a su padre e fízogelo
saber, e contóle toda su fazienda, et dixole: « Yo non
dixe al alcalld esto que te he contado, salvo por una
cosa que pensé; si tú acordares contigo, averemos ga-
nado el aver.y> Dixo el padre: <t-^Quées}-> Dixo el falso'.
« Yo busqué el más .hueco árvol que pude fallar (i), e
quiero que te vayas esta noche allá e que te metas den-
tro, QUE LUGAR AY DONDE PUEDAS CABER, ct CUando cl
alcalld fuere e7ide, e preguntare quién tomó los mara-
vedís, rresponde tú de?itro e di que el torpe los tomó.*
Dixo el padre: «Fijo, algunas cosas ay que echan al
onbre con su arteria e con su engaño en muy gra7i
peligro E EN TRiBULAgiÓN, asi como acaegió a la gar-
ra.-» Dijo el fijo: «^Cóinofue eso?» (2).
(i) C. £>Lvo el falso: «Sí; testigo me será el árbol al pie del
cual estaban los dinares.» Y se admiró el cadí de que invocara
por testigo al árbol, y dudaba de lo que decía y le mandó que
diese fiador. Y dijo al fiador: «Llégate con éste mañana, y se
verá el testimonio del árbol que invoca.» Y fuese el falso a su
casa y contó a su padre la historia, y le dijo : «¡Oh padre! Yo no
he pedido el testimonio del árbol sino por una cosa que pensé, y
confío en ti para ello. Y si tú quieres, pues ya tenemos guarda-
dos los dinares, y ganaremos otros tantos de parte del torpe.»
Dijo el padre del falso: «.jY qué es lo que me mandas?» Dijo el
falso : «Yo busqué, por los dinares, un árbol de los más grandes
y corpulentos, el cual tiene un hueco en el que se mete unoy no
es visto; soterré los dinares al pie del mismo, volví luego y los
cogí, y he presentado la reclamación contra el torpe, e
(2) C. fuere y pidiese al árbol su testimonio, responde desde
el hueco y di: «El torpe tomó los dinares.» Dijo el padre del
falso : «Hijo, a veces, al astuto lo precipita su astucia en el peli-
gro, y guárdate de que sea esta intriga tuya semejante a la intriga
de la garza.» Dijo el falso: «¿Cómo fué (*) eso, ¡oh padre!?»
(*) J. fué eso?», como B.
DEL LEÓN E DEL BUEY I53
Dixo el padre (i): 's.Dizen que una garga criava
cerca de tina cueva de una culebra, e esta culebra
coniíale quantos pollos sacava. Et la garga, pagá7idose
mucho de aquella morada, entristegió e ovo muy gran
pesa.r, e entendiógelo un cangrejo e preguntóle que qué
avia, et ella dixogelo, e dixo (2) el cangrejo: «^Qicieres
que te conseje una cosa que te librará déla culebra?»
Dixo ella: «Plazermeia inucho.» Et fue e mostróle una
cueva de un lirón, e contóle que tama?ía enemistad avia
e?itre la culebra e el lirón, et [dixo] (3) : «Ayunta mu-
chos pezes, e ponlos desde la puerta déla cueva déla
culebra fasta la cueva del lirón, e el lirón comerlos ha,
e fallará ala (4) cidebra e matarlahá.-» Ét ella fizólo
asi COMO LE CONSEJÓ EL CANGREJO, ct cl UrÓn SIGUIÓ
EL RRASTRO FASTA Q\}Y. falló (5) ala aücbra e la mató.
Et andando asi el lirón buscando los pezes, falló el
nido déla garga, e comió aella (6) e a sus pollos.
(i) padre: — C. padre del falso : — J. como B.
(2) C. garga tenía por vecina a una culebra; y siempre que
sacaba la garza sus pollos, iba la culebra al nido y se comía los
pollos. Y estaba la garza muy pagada de su morada y no podía
abandonarla; así que entristeció por lo que le ocurría con la cule-
bra; y supo esto un cangrejo y se le acercó y le preguntó:
«¿Por qué estás triste?» Y ella le contó lo que le sucedía; y
díjole el
(3) C. ella: «¿Y cuál es?» Y llevóla el cangrejo a una cueva
que había enfrente y le dijo : «<Ves esa cueva? Pues en ella hay
im lirón que es enemigo de la serpiente; por lo tanto, ayunta ■
(4) C. comerlos ha uno después de otro hasta que llegue a la
cueva de la culebra
(5) C. así, y el lirón llegó ala
(6) C. mató. En seguida se volvió por aquel lugar, siguiendo
su costumbre de ir buscando, hasta que halló el nido de la garza,
por lo cercano que estaba, y se comió a la garza e
154 CALILA Y DIMNA
»Et yo non te di este enxenplo si non por que
sepas que el que non cata primero la cosa que la faz,
échalo la suerte por ventura en lugar onde nunca
estorgerá, e tú sabrás qué fazer» (i). üixo el falso a
su padre: «Bien entiendo lo que dizes (2), mas non
ayas miedo, ca más cosa ligera es e más presta que
tú non cuy das» (3). Et non quedó de lo falagar fasta
que gelo otorgó e seguró por su consejo e yogo enel
árbol. Et quando fue otro día de mañana, llegó el
alcalld al árbol, él e los que eran conél, e preguntóle
por los maravedís, e rrespondióle el padre del falso
de dentro del árbol, et dixo: «El (4) torpe tomó los
maravedís.» Et maravillóse ende el alcalld et quan-
Tos CONÉL eran, ct andudo enderredor del árbol, e
non vio nada en que dubdase. Et mandó ayuntar
leña e poner gerca del árbol enderredor e engendióse
fuego; e quando llegó el fumo al viejo e le dio el
calor e la flama, sufrióse una ora, desí dio bozes e
demandó acorro, e sacáronlo gerca de muerto. Et
(i) C. el que non se asegura en su ardid (*), le hace caer su
mismo ardid en desgracia mayor que la que él preparaba a otro.»
Dixo
(2) «rBien... dizes, — Así en J. — C. ^Ya oí ese ejemplo, mas
(3) C. ligera es que tú non cuy das. > Et — J. ca la cosa es lige-
ra y de poca importancia.» Et
(4) Et non... otorgó — Así en J. — C. Et obedeció el viejo a su
hijo y se fué hacia el árbol y entró en él. Y llegó por la mañana
el cadí (**) y el falso y el torpe al pie del árbol y preguntóle el
cadí : «f,jTienes testigos?> Y contestóle el viejo desde el interior
del árbol, diciendo : «-Sí, el torpe
(*) J. ardid y piensa en sus consecuencias y mira en ellas, le hace
(**) J« cadí y los que iban con él, y el
DEL LEÓN E DEL BUEY I55
mandó el alcalld justigiar aél e asu fijo, et tomó el
torpe los maravedís, et torrnóse el falso consu padre
a cuestas (i). El padre perdió e los maravedís.
»Et yo non te di este enxenplo si non por (2) qu'el
engaño e la falsedat quien la faze (3) cae enel mal e
PIERDE su derecho. Et tú, Dimna, as ayuntado todas
estas malas mañas que yo dixe. Et esto que tú vees
es fruto que tú vendimiaste de tu mal fecho, et con
todo esto non creo que tú estorgerás (4) del león (5);
ca tú eres de dos fazes e de dos lenguas, [et la dulzor
(i) C. alcalld y pidió explicación de aquello, y se puso a mi-
rar y pensó en que diese alguien una vuelta alrededor del árbol
y mirase en su hueco; y miró uno allí y no vio nada, porque el
hombre ya se había elevado desde el lugar en que podía verlo
el ojo. Y mandó el cadí a^'untar leña y prendió fuego; y se llenó
de humo el hueco, y sufrióse el padre del falso una hora, hasta
que le dominó el dolor y dio voces y llamó y pidió socorro. Y
dio orden el cadí y lo sacaron cuando ya estaba a punto de mo-
rir. Y fué castigado el falso y obligado a pagar; y tornóse con su
padre muerto a cuestas y se fué el torpe con los dinares.
(2) C. y J. por que sepas qu'
(3) C. qu'el que faze el engaño y la falsedad frecuentemente
cae — J. como A.
(4) estorgerás — A. crecas
(5) J* ayuntado el engaño, la falsedad }'■ la villanía. Y en ver-
dad que yo temo por ti el fruto de tu acción, además de que tú
no escaparás del castigo; ca — C. ayuntado al engaño la falsedad
y la villanía (*). V es que has cosechado el fruto del árbol de tu
perfidia (**), y así será el resultado de la acción de quien pro-
ceda como tú; ca
(*) villanía, corrigiendo en C. «IrS" por .^S^, criminalidad, iniqui-
dad, villanía.
(**) Lo de letra bastardilla es del manuscrito B. de Cheikho, pues
C. está alterado en este pasaje. Es de notar que dicho manuscrito con-
venga con B., que dice : fruto que tú sacaste del mal árbol que plantaste.
156 CALILA Y DIMNA
del agua de los rríos dura fasta que llegan al mar], et
la casa (i) está sienpre en paz mientra que non entra
dañoso, et la amistad dura entre los amigos mientra
que non entra entr'ellos tal commo tú (2); ca non es
cosa que más semeja que tú (3) ala culebra que le
corre déla lengua tósigo. Et quamaño miedo avía yo
del tósigo de tu lengua, el qual me faze aborrecer tu
conpaña; ca los entendidos dizen: «Esquiva (es) la
conpañia délos falsos maguer sean tus parientes, et
quien tal es, non es si non (4) commo la culebra que
cría el omne e la falaga, desí non ha della si non mor-
derlo E FAZERLE MAL.
>Et dizen los filósofos : «Acuéstate al omne enten-
dido et honrrado, et guíate por su consejo e guárdate
que te non quites del, et non quieras aver amistad
del que non ha amor maguer sea de buen consejo e
de honestas maneras, et guárdate quanto pudieres de
(i) casa— a. y B. cosa— C. y j. CX^J\ J-ásl, la gente de
la casa, la familia.
(2) C. entr'ellos dos lenguas; ca
(3) C. que el de dos lenguas ala — j. como A.
(4) C. culebra, porque la culebra tiene dos lenguas, y sale de
tu lengua, lo mismo que de entre aquellas dos, veneno. Y no
cesé, por este veneno de tu lengua, de temer y de guardarme
que me deshonrases en algo, haciéndoseme repulsiva tu compa-
ñía al acordarme de las exhortaciones de los sabios para que se
evite la compañía de la gente malvada, aunque sean parientes
y amigos y allegados; pues el malvado entre los amigos es
commo — J. culebra que tiene dos lenguas venenosas; y en ver-
dad que sale de tu lengua veneno como el de ellas. Y yo no cesé
de temer por este veneno de tu lengua, ni cesé por ello de pre-
caverme; porque el malvado entre los amigos y compañeros es
commo
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 57
SUS (i) costunbres, et aprovéchate délo que sopiere;
et non dexes de aver amor délos largos, maguer que
non te den nada, mas allégate asií (2) largueza e tenlo
pro (3) contu seso; et fuye quanto pudieres del vil
loco.» Et yo, ^"dó fuyré de ti, o dó me apartaré? Et de-
víate esquivar. Et yo, ^cómo averé esperanga e tus
amigos en tu lealtad (4), aviendo tú fecho esto atu
rrey, que te onrrara quanto yo vi? (5). Et eres enesto
tal commo el m.ercador que dixo que [en] la tierra
donde comían los mures ciento quintales de fierro
non es esquiva cosa que los agores rroben los infan-
tes» (6). Dixo Dimna: «¿E cómmo fue esto?»
Dixo Calila: «Dizen que en una tierra avía un mer-
cador pobre, e quísose ir en su camino (7), et avía
(i) C. quites del, y no temas trabar amistad con él, aunque no
sean dignas de alabanza sus costumbres; pero guárdate de sus
villanas costunbres, — J. quites del, y traba amistad con el com-
pañero cuando sea sabio y honesto, o sabio sin ser honesto u
honesto sin ser sabio, pues el sabio y honesto es perfecto; y el
sabio que no sea honesto, pues hazte amigo de él aunque no
sean dignas de alabanza sus costumbres, y guárdate de sus ma-
las costunbres,
(2) A. alegrarteas en su
(3) C. aver la amistad del generoso, aunque no sea digno de
alabanza su consejo, y aprovéchate de su largueza y ayúdale
contu
(4) J. Et yo debía huir de ti; pues <cómo podrán esperar tus
amigos en ti nobleza y amor, aviendo — C. Et yo debía huir y
apartarme de ti; pues ¿cómo podrá esperar otro que no seas tú
lealtad y nobleza, aviendo — A. E cómo avrás tú esperanza en
tu lealtad
{5) C. y J. onrrara y había ensalzado, lo que has hecho? Et
(6) infantes. > — C. y J. elefantes»; pero está mejor el texto
castellano, conforme con el original sánscrito.
(7) C. y J. ir a cualquier otra región para buscar fortuna, et
IS8' CALILA Y DIMNA
^iento quintales de fierro, et dexólos en encomienda
aun omne que él conosgía et fuese para lo que avía
menester {i). E dende atienpo toriió e demandó al orne
los gient q^idntales de fierro que le avia dexado en
guarda (2). Et aquel omne (3) avíalo vendido e des-
pendido el presgio dello, et díxole: «Yo le tenía
al (4) rrencón de mi casa, e comieron lo los mures.»
Dixo el mercador: «Ya oí dezir muchas vezes que
non es ninguna cosa que más rroya el fierro que (5)
ellos, et non me curo dello, pues Dios fizo merged ati
que {6) estorgiste bien dellos.» Et el otro pagóse des-
to que le oyó dezir (7) et díxole: «Com(m)e Ebeve oy
comigo.» Et prometióle que torrnaría aél, e salióse
ende, e guisó cómmo le tomó un su fijo pequeño que
avía (8) e levólo para su casa e escondiólo. Desí torr-
nóse para él, et el otro preguntóle (9) : «^" Viste mío
fijo?» Díxole: «Vi quando fue gerca de allí un agor
(i) para 1. q. a. menester. — Falta en C, pero está en J.
(2) A. e pues que fué venido demando gelo.
(3) C. E cuando volvió después de algún tiempo, pidió su
hierro que había dejado en depósito a su conocido, y se encon-
tró con que avíalo
(4) C. «Yo había puesto tu hierro en un rrencón
(5) C. que los dientes de ellos,
(6) A. daría nada por esto, pues tú
(7) C. non (hay cosa) más fácil que esta pérdida; pero alabo
a Dios por tu honradez.» Y se alegró el hombre de lo que oyó
al comerciante et
(8) C. salióse el mercader de allí y encontró a un su fijo p. q.
a. y lo cogió e
(9) C. torrnóse para el hombre, que ya estaba impaciente por
la ausencia del muchacho y le esperaba y llamaba. Y preguntó
al comerciante : «¿Viste
DEL LEÓN E DEL BUEY 1 59
que arrebató un niño; quigá tu fijo era» (i). Et el otro
dio grandes bozes e quexóse e dixo: «¿'Vistes nunca
tal, un agor (2) arrebatar un niño?» Dixo el merca-
dor: «En la tierra do los mures comen giento quin-
tales de fierro, non es maravilla (3) que sus agores
arrebaten los infantes» (4). Et entonces dixo el omne
BUENO : «Yo comí tu fierro e tósico comí e metí en
MI vientre.» Dixo el mercador : «Pues yo tomé
TU FIJO.» Et díxole el omne: «Pues dame mi fijo e
yo dartehé tu fierro^ (5). E fué fecho así.
»Et yo non te di este enxenplo si non por que se-
pas, que feziste atu señor traygión (6) al que tú pro-
varas por muy bueno, et (7) non ay dubda que otro
tal fagas a otri; ca (8) el amor non ha entí do more
nin lugar do esté; ca non es cosa que peor empleada
sea que el amor en quien non ha lealtad, e el bien
ea quien non lo agradesge, e el saber en quien non
lo entiende, et la poridat en quien non la gela. Et yo
desfuziado só que tu natura se mude nin tus cos-
tunbres se canbien et sé qu'el árbol amargo, maguer
(i) C. niño, y quizá fuera él.» Et
(2) C. dixo : «¡Oh maravilla! ¿Quién vio u oyó que un azor
pueda arrebatar
(3) non es maravilla — Así en J. — C. no se puede negar
(4) J. arrebaten los elefantes.* — C. arrebaten un muchacho
o un elefante; y ¿cuánto mejor un muchacho?* Et
(5) A. lo que me diste en encomienda,* — C. dame mi fijo y
toma tu hierro.*
(6) traygión — A. y B. traidor
(7) C. sepas que cuando has hecho traición a tu rey al q. t, p.
p. m. bueno, non
(8) C. otri; pues nadie que tenga juicio deseará tu amistad,
porque ya sé que el
1 6o CALILA Y DIMNA
lo unten con miel, non se muda de su sustangia (i).
Et yo temíame de tu conpaña (2); ca fazer conpaña
con los buenos nasge ende bien e buena andanqa, e
en fazer conpania conlos malos faze al omne venir a
rrepentengia. Et tal es el mal (3) commo el viento,
que si pasa por fedor lleva ende fedor, e si pasa por
buen olor lleva ende otrosí. Et yo sé quánto te (4)
agravia lo que te digo, ca los omnes nesgios sienpre
se agravian (5) délos entendidos, e los viles délos (6)
onestos, e los desmesurados délos mesurados, e los
tortigeros délos derecheros» (7). Et eneste lugar se
acabó la rrazón de Calila e Dimna.
Et acabó el león de matar (8) al buey. Et pues que
lo ovo muerto, rrepintióse (9) e pensó de su fazienda
E lo que fiziera. Et después que se amansó la saña que
avía, dixo: «¡O!, quánto me ha manzillado Sengeba
ensí mismo, ca era de buen consejo e agudo, e non
sé por ventura si fue acusado a tuerto.» E estovo
muy triste et muy rrepentido e quexoso mucho por
(i) C. miel y manteca, no dará sino frutos amargos. Et
(2) C. conpaña, por mi seso y mis costumbres; ca
(3) C. e la compañía de los malos engendra todo mal, commo
(4) te — A. y B. se
(5) C. nesgios siempre hacen desprecio délos
(6) C. viles denigran a los onestos,
(7) C. tortigeros perjudican con su iniquidad la rectitud de los
que se mezclan con ellos.*
(8) En C. y en J. empieza este párrafo con la última cláusula
del anterior, de modo que dice : Y llegaba el razonamiento de
Calila a este lugar (*), y ya había rematado el león al
(9) rrepintióse — C. volvió en su acuerdo
(•) lugar, — Falta en C.
DEL LEÓN E DEL BUEY l6l
lo que fiziera (i). Et violo Dimna (2), e levantóse de
gerca de Calila e llegóse (3) aél e dixole : «Señor, Dios
te metió en poder, atí e alos tuyos, tu enemigo; pues
^•por qué estás triste?» Dixo el león : «Prisióme pia-
dat por que maté a Sengeba, por que era entendido
e onesto e de buen amor e leal,^ et he duelo (4) dél.>
Dixo Dimna : «Non digas así, señor, nin ayas piadat
del que temieres (5); ca el rrey anviso alas vezes
aborege a algunt omne e aluéngalo desí. Desí fuer-
galo su talante e aprívalo e metel' sus cosas en mano
por que sabe que es bueno e agugioso, así commo el
que fuerga su talante a tomar la melezina desabori-
(i) C. pensó lo que fiziera, después q. s. a. 1. saña, y se arre-
pintió (*) y dijo en su corazón : «fEn verdad que era el toro pru-
dente y noble, e n. s. p. v. si era inocente y fué acusado a tuerto.
Y ya me he acarreado por mí mismo una gran desgracia que no
podré reparar.* Y se entristeció y se arrepintió. Et — J. buey. En
seguida pensó en su muerte después que lo hubo muerto y se le
hubo aplacado la ira, y dijo : «Ya lanzó sobre mí la desgracia
Senceba por sí mismo, ca e. d. b. c. e agudo y noble, e n. s. p. v,
si fué inocente o acusado a tuerto.* E e. m. t. e. m. rr. p. 1. q.
fiziera. Et
(2) Et violo Dimna, — C. Y notó Dimna esto en el león,
(3) llegóse — A. y B. levantó
(4) C. dixole : <f<Qué es lo que te aflige, joh rey!, si Dios ha
puesto la victoria en tu mano y ha hecho morir a tu enemigo?*
Dijo el león : «rEstoy afligido por la prudencia del toro y la no-
bleza de su carácter; y recuerdo su compañía y el haberme pri-
vado de ella, y me entra compasión del.*
(5) C. Dimna : «-No tengas piedad, ¡oh rey!; pues el sabio no
se apiada de aquel de quien temía alguna desgracia; ca
{*) y se arrepintió. Así traducimos la frase de C. IfixJ <^^l>óa,
que, según los diccionarios árabes, significa «él no pudo hacerlo*.
1 62 CALILA Y DIMNA
da (i) con esperanga que fará pro; et alas vezes ama
a alguno omne e aprívalo (2), desí mátalo e derráyga-
lo (3) por miedo que le non faga dapño, así commo
aquel que le muerde la culebra enel dedo e lo taja (4)
por miedo que se non espanda el tésico en (5) su
cuerpo e muera.» Et quando esto oyó el león, creólo,
e aprivólo, e púsolo en mayor dignidat (6).
Dixo (7) el rrey al filósofo : «Ya oí lo que fizo
Dimna, por ser tan pequeño e el más vil de todas
las bestias salvages, al león e al buey, e de cómmo
enrrizó a cada uno dellos contra el otro fasta que
desató su amor e su conpania, et enesto he oído atan
maravillosas e tantas fazañas que es asaz conplimien-
to para se guardar omne e de se apergebir délos
mezcladores e délos terreros e délos falsos enlas sus
falsedades et sus engaños que fazen. Et los omnes
(i) C. desaborida y repugnante con
(2) e aprívalo, — C. <^^.,Jl£ ¿s.^, y le es penoso,
(3) C. desí relégalo y aléjalo por
(4) C. taja y echa de sí por
(5) C. en todo su — J. como A.
(6) C. muera. ^ Y se tranquilizó el león por las palabras de él.
Luego el león hizo indagaciones acerca del asunto del toro y de
lo que había dicho Dimna, y de su calumnia contra aquél. Y fué
manifiesta al león la falsedad de Dimna y la maldad de su obra
y cómo le había engañado, y lo mató de mala muerte. Y ésta es
la historia de dos amigos que se aman y se interpone entre ellos
el pérfido mentiroso. — J. en su cuerpo.* Y se consoló el león por
las palabras de Dimna. Luego supo después de esto sus menti-
ras y perversidad y le mató de mala muerte.
(7) Este párrafo que se lee en A. y B. falta en C. y en J., y-
también en la edición de Sacy; y no es más que el principio del
capítulo siguiente amplificado por algún copista o arreglador del
texto castellano.
DEL LEÓN E DEL BUEY I63
entendidos deven perseguir las mentiras e falseda-
des, e perseguir los mezcladores e escodriñar tales
cosas; de si non fazer, por ningunt dicho que les ellos
digan, nada si non con asosegamiento e con rrecab-
do, e desechar a todos aquellos que conosgiese[n]
por tales.»
[CAPÍTULO IV]
[A.i fols. 31 V. a 43. — B., fols. 46 V. a 57 v. — C, págs. 10:
J., págs. 176 a 206.]
Déla pesqitisa de Dimna, e es el capitulo del que quiere
pro desi e da?? o de otro, a quétorjia sufaziejida (i).
E dixo el rrey al filósofo: « Ya he entendido lo que
7ne dexiste del mesturero e mezclador, e cómo metió
enemistad e aborrengia consu lengua entre aquellos
que mucho se amavan. Pues dime agora quál fue su
escusagión de Dimna e qué gima ovo por este fecho.»
Dixo (2) el filósofo : «Fallamos enlos libros délas es-
torias [de Dimna] qu'el león, pues que ovo muerto
al buey (3), a pocos de días pasados rrepentióse por
que lo matara rraviosa mente, et menbróse commo
era enviso et leal contra él, e velava mucho con sus
conpañeros por tal de olvidar el cuydado que avía.
Et un león pardo que era de su mesnada e de sus
(i) En A. falta este título, que se lee en B., conforme con C.
(2) C. « Kz he oído tu relación acerca de la malicia del enemi-
go astuto; cómo corrompió la buena fe, cambiándola en duda,
hasta que hizo cesar la amistad e introdujo la enemistad. Pues
dime ahora, si sabes, cómo averiguó el león el pecado de Dimna,
hasta que lo mató; y cómo fué la excusa de éste y su defensa de
sí mismo.» Dijo Bidpa (*) el
(3) al buey, — C. y J. a Sengeba,
(*) J. Dijo el, como A.
DE LA PESQurSA DE DIMNA I65
privados e délos más honrrados de su corte et conel
que más se apartava, salió una noche por demandar
un tizón de ]a casa de Calila, e era maestro del león;
e quando llegó ala puerta, oyólo rrebtando e mal
trayendo a Dimna por su traygión e por su mezcla, e
demostrándol' su mal consejo por lo que avía fecho
a Sengeba sin pecado qu'él fiziese, e faziéndol' enten-
der que non estorgería del león, e que non podía ser
que su mezcla non fuese descubierta, e que non avría
quien gelo escusase nin quien lo anparase e que lo
justiciaría e lo mataría (i).
(i) C. menbróse del juramento que no debía haber violado.
Y había en las mesnadas del león, y entre sus privados (*), un
leopardo, que era el más noble de sus compañeros y el más alle-
gado a él por su dignidad y el que más le acompañaba en su
retiro noche y día. Pues el león, después que mató a Senceba,
prolongaba sus veladas con sus compañeros, para que se le qui-
tara con la conversación parte de la tristeza y pena que le había
invadido por la muerte del toro. Y el leopardo permaneció en la
velada de él cierta noche hasta que llegó la hora de dormir; en-
tonces se marchó hacia su casa. Y estaba la casa de Calila y
Dimna cerca de la casa del león; y se llegó el leopardo a ella
para obtener un tizón con objeto de alumbrarse con él. Y esta-
ban ellos dos en conversación.
Y oyó el leopardo que estaban en conversación y se aproximó
a ellos para poder oír todo lo que se decían, y notó que Calila
se dirigía a Dimna y le reprendía y afeaba su resolución y su
acto, y le ponía de reheve su crimen y le reprendía por su trai-
ción, y en lo que más insistía era en decirle : «En verdad que
suscitaste entre el león y el toro la enemistad después de la amis-
tad, la aversión después del afecto y el odio después del amor,
(*) J. menbróse de su antigua amistad y de que había sido el más
noble de sus amigos, el más apropiado por su dignidad, el más allegado
y el más íntimo de todos; y que había aceptado sus consejos sin sus vir-
tudes. Y era uno de sus más fieles amigos, después del toro, un
1 66 CALILA Y DIMNA
E dezíaL' Diurna : « Ya acaesí^ió lo que se non
puede emendar, pues non acuytes amí e atí, et gui-
sa (i) commo esta cosa non le ca^^a al león en cora-
zón, ca amí pesa mucho délo que ñze, mas la cobdi-
§ia e la enbidia me forgaron a ello.» Guando esto oyó
el león pardo que ellos amos dezían, torrnóse (2) e
entró ala madre del león en su casa [et] contól' todo
quanto oyera, después quel' fizo pleito e convenengia
que non lo dixiese a ninguno. Et fuese la madre del
león quando amanesgió (3) e entró a su fijo e violo
estar triste e cuydoso, e entendió que non era si non
por la muerte de Sengeba.. [Et] díxole : «El cuydar e
por la ruindad de tu entendimiento y por tu poca lealtad. Ya está
manifiesto tu hecho y puesta en evidencia su enormidad y la
consecuencia necesaria de tu envidia, que tan mal resultado ha
producido y de tan amargo sabor. Porque la perfidia, aunque la
suavice el que la emplea y quiera endulzar sus consecuencias, su
resultado es amargo, profundo su precipicio y fatal su resbala-
dero. Yo debía alejarme de ti y dejar de acompañarte y de estar
contigo, porque no estoy seguro de tu perfidia, ni de tu avaricia,
ni de tus engaños; pues ya han dicho los sabios : «Aléjate de la
*gente sospechosa para no ser sospechoso.* Por esto he de dejar
tu compañía y me he de apartar de ti y alejarme de ti, por tu
perversa índole, con la cual pusiste enemistad entre el rey y su
visir honrado y fiel; y no cesaste con tus ejemplos y tus tramxpas
y mentiras hasta que lo hiciste inaccesible a la piedad }■ lo lan-
zaste en el precipicio y le hiciste matar con gran injusticia a un
inocente.»
(i) guisa — A. quigá
(2) C. torrnóse ocultamente y de prisa, e
(3) C. león y le exigió juramento de que no manifestaría su
secreto al león ni a nadie. Y ella le prestó el juramento, y él le
contó la historia tal como era según las palabras de Calila y la
confesión de Dimna. Y cuando amaneció, fuese la madre del
león e
DE LA PESQUISA DE DIMNA I67
el pensar e la tristeza non fazen cobrar nada, mas
desgastan el cuerpo, e derraman el seso c la fuerga
e enflaquece [n]lo; pues dime lo que has, et si fuere
por cosa que devamos aver tristeza, yo nin ninguno
de tus vasallos non estaremos sin cuydado, e si non
es si non por que mataste a Sengeba, manifiesta cosa
es que lo feziste a tuerto e sin pecado que te él fizie-
se, nin culpa nin falsedat, nin te fue contrario en cosa;
et si tú te ovieses 7'ref remido quando te dixeron del, e
ovieses pensado en su fazienda, o vieras enesto alguna
presimrión, entonces era rrazón délo fazer; que dizen
que 71011 es ninguno que mal quiera aotro o lo abo-
rrezca, que otro tal non sye?ita en su cor agón (i). E
dizen los sabios : «Quando quisieres saber el cora-
»gón de tu amigo, de amar o desamar, que cates al
»tuyo et así lo judga.» Pues cata tú, rrey, por tu seso
e por tu voluntad verás lo que feziste al buey, si fue
por enemistad o por achaque alguno que le tenías
enel coragón, si meregía él esto; et tu voluntad te
mostrará la verdat. Pues si tú lo feziste por derecho,
por meresgimiiento qu'él fizo, non deves ser triste nin
pesante por ello, ca derecho es justigiar a todo aquel
que quiere ser atrevido contra ti por escarmentar los
otros. Et tú, rrey, sabes las cosas e entiendes las por
tu seso e por tu sapiengia, e así lo vees commo el
omne vee su figura enel espejo claro. Pues dime :
^quál coragón lo tenías antes que lo matases?» (2).
(i) a. en que yaziese contra ti.
(2) C. cuydoso (*) y le dijo : «Tu tristeza no te ha de devol-
(*) J. cuydoso y pensativo de lo que le sucedía por la muerte de
Sengeba, y
1 63 CALILA Y DIMN/
Dixo el león : «Madre, mucho he pensado en fa-
zienda de Sengeba, e con cobdigia délo fallar en
aigunt pecado por esforgar la sospecha que le avía, e
non lo fallo; ca yo sienpre tove a Sengeba [por de]
sano coragón e fiava por él e pagávame de su consejo
ver lo perdido, ni te ha de producir provecho; y tú no debes ren-
dirte a la aflicción, que no te servirá más que para debilitar tu
corazón y enflaquecer tu cuerpo, con lo cual te acarrearás tu
propio daño. Pues tú, por gracia de Dios, eres hábil para ente-
rarte bien de las cosas y tienes inteligencia para comprender sus
alternativas. Y si sabes que en tu tristeza puedes encontrar ali-
vio, pues descarga sobre nosotros parte de ella, para que parti-
cipemos de ella lo mismo que tú; pero si sabes que con ella no
has de recobrar lo perdido ni obtener ningún provecho, déjate
de todo eso y piensa sólo en lo que te pueda ser provechoso.
Porque el pensar en lo que se te ha referido de Senceba, hasta
que puedas distinguir la verdad de la mentira, eso es fácil.» Dijo
el león : «:<Y cómo podré lograr eso?* Dijo la madre del león r
«Los sabios han dicho : «Quien quiera saber distinguir al que le
»ama del que le odia, y al amigo del enemigo, reflexione acerca
*de esto en sí mismo; pues los hombres son para él en esto lo
«mismo que sea él respecto de ellos; y en verdad que el mejor
•» testimonio para un hom.br e es su alma.» Y esas palabras tuyas
son indicio de que tu corazón atestigua contra ti que hiciste lo
que hiciste sin discernimiento y sin saber lo que hacías. Y sepas
que ese es el mayor error; pues si tú — cuando te contaron del
toro lo que te contaron — te hubieras refrenado y hubieras do-
minado tu cólera, y ademiás hubieras reflexionado, acerca de lo
que te refirieron de él, desapasionadamente, sin duda que tu co-
razón habría sido bastante para reconocer que era falso lo que
de él te contaban; porque los corazones se asemejan en que se
acuerdan (*) unos con otros en secreto y púbHcamente. Com-
para, pues, la situación tuya y la del toro con relación a lo que
tú pensabas de él y de su crimen, al día siguiente de su muerte.*-
(*) se acuerdan, ^^^y^^, en el texto, por ^^dyj-,i^
DE LA PESQUISA DE DIMNA
e aprendía del e feuziávame por él e non desconosgí
ninguna cosa de quantas le tenía enel corazón ante
que lo matase nin después. Et soy mucho rrepentido
por lo que fiz, e soy muy pesante e he grand dolor,
et non dubdo que salvo era délo que le apusieron e
sin sospecha; mas fízomelo fazer el falso traydor de
Dimna con su mestura, diziéndome lo que Sengeba
non faría nin osaría. Mas dime si oíste alguna cosa
o te fabló alguno deste fecho» (i).
Dixo la madre del león: «Dixieron me que era sos-
pechado que lo que fizo Dimna en te enrrizar contra
Sengeba, non fue si non por enbidia que le avía en
su dignidad e en su privanga.» Díxole el león : «^jQuién
telo dixo, madre?» Dixo ella: «El que meló dixo rrogó
me que fuese poridat, e yo así gelo prometí, et el que
es rrogado por poridat deve ser fiel, e quien descubre
la poridat falsa su fieldat, et quien esto fiziere avrá
mal paso cnel otro siglo, et ninguno non le querrá (2)
(i) C. Dixo e. 1. : «Mucho he pensado y deseado hallar algu-
na culpa de la que pudiera acusar al toro después que lo maté,
[la cual] hubiese concitado mi cólera por un solo pecado que
hubiese cometido contra mí; pero cuanto más pienso, no veo en
su conducta sino bondad y amor; y no recuerdo de él cosa nin-
guna mala de la que pueda yo decir que lo impulsara a envidiar-
m.e, ni que confirme mi sospecha de que él quisiera superarme.
Tampoco recuerdo haberle ocasionado yo molestia alguna que
me haga pensar que lo impulsara a tenerme enemistad. Por lo
cual deseo investigar este asunto y examinarlo yo mismo, aun-
que sé que esto no ha de enmendar la injusticia que cometí. Pero,
quiero que se sepa la situación en que yo me encontraba, por la
cual hice contra él lo que hice, ya sea con error ya con justicia.
Pero dime si has oído del asunto algo de que puedas enterarme.>
(2) Á, vera
I yo CALILA Y DIMN'A
descubrir más poridat.» Dixo el león : «Por Dios,
así es, e verdat dizes, mas esto non deve ser poridat,
ca non se deve gelar nin dubdar ninguna cosa déla
verdat; mas el que la sabe deve la descobrir, e tes-
tigüela e averá perfecto gualardón por ello. Nin deve
desfazer la verdat quien la sabe, quanto más enla
sangre del que murió a tuerto; ca quien encubre la
culpa del mal fechor es su apargero enel pecado. Et
el rrey non deve justiciar por sospecha nin en dubda
fasta que clara mente vea la cosa, ca la sangre de
gran prez es. Et yo maguera que a giegas andude en
Sengeba, non quiero fazer otro mal en Dimna sin
prueva e sin gertedunbre; et aquel que telo fizo sa-
ber echado loa sobre tu alma» (i).
(i) C. Dixo 1. m. d. 1. : «Ha llegado a mi noticia un hecho que
me ha confiado uno de tu corte. Y si no fuera por lo que han
dicho los sabios acerca de la divulgación de un secreto y la pu-
blicación de lo que auno se le ha confiado, pero deja tú eso que
de nada te aprovecha, y no haya salvación para aquel cuyo daño
nos tememos.> Dijo el león: «Ciertamente, los sabios tienen sen-
tencias de muchas clases y de distintas interpretaciones, que
aplican según sus deseos; y no hay en todas esas clases ima que
mande callar, pues cada cosa requiere oportunidad y discreción;
y cuando está en su oportunidad, se salva por ella el asunto y
proporciona utilidad; mas cuando no tiene oportunidad, daña y
ocasiona perjuicio. Y de aquellas cosas que acarrean gran daño,
no puede agradar el que se le pida a uno la revelación del secreto
que no le conviene que sea di\Tilgado, ni la divulgación de lo
que conviene que se tenga en secreto. Y en este asunto no veo
que tú tengas motivo para guardarlo en secretó, ni tampoco que
debas callártelo; porque veo que el que te lo manifestó echó
sobre tu alma el pecado de él y descargó en ti el bien y el mal
de ello; y tú estás en el deber de decirlo, y debes tener miedo
de callarlo; desatiende, pues, la recomendación que se te ha he-
cho para que no me enteres de ello, y dímelo.>
DE LA PESQUISA DE DIMNA I7I
Dixo la madre del león : «Verdal dizes, mas yo
tenía que conplería asaz lo que teyo contaría, e me
creerías.» Dixo el león : «Non digo yo que non es
commo tú dizes, mas quiero que me digas qué es e
fulgará más mío coragón.» Dixo ella : «Si por tal me
tienes, justigia aqueste falso commo meresge tal
commo él.» Dixo eíleón: «Deves me dezir quién telo
dixo, ca non es esto ningunt daño.» Dixo la madre :
«^iSabes qué es el daño que yo ende averé.^; que [me]
menospreciará aquel que m.e lo encomendó e se fió
por mí, quel falliré enello, et, quando yo fiziere esto,
que fiará ninguno por mí.» Ouándo esto oyó el león
entendió que non le diría el nonbre de quien gelo
dixiera. Díxol' : «Vete.» Et ella fuese (i).
(i) C. Dixo 1. m. d. 1.: «Ya comprendo lo que dices, y es así
como tú dices; y aunque [no lo] fuera, me obligaría mucho a
decirte lo que me pides, porque sé la importancia que das a este
asunto. Y no creo que cuando piensas de ese modo deba contra-
riarte el firme propósito y resolución que tienes de castigar a la
gente criminal y traidora, y de ser firme sostén de los hombres
buenos, fieles y leales; pues dime si en tu corazón tienes enojo
para conmigo.» Dijo el león : «No hay enojo en mi corazón, ni
malquerencia para contigo; ni dudo tampoco de ia sinceridad de
tu consejo, ni creo que te acarree ningún daño el manifestarme
ese asunto.» Dijo la madre del león: «Al contrario; sí que me aca-
rreará daño, de tres maneras : una, porque se romperá la amistad
que hay entfe mí y entre el que me ha comunicado el secreto,
por divulgar su secreto; otra, porque hago traición a quien le
prometí ocultar lo que me confiaba; y la otra, por el temor de
que todos aquellos que han tenido confianza conmigo hasta hoy,
no me comuniquen ya ningún secreto.» Dijo el león : «Así es
como tú dices; mas yo no voy a ser un investigador minucioso de
eso que rehusas [contarme], ni tampoco ha de sospechar mi co-
razón de tu leal consejo., Cuéntame, pues, en toda su integridad
172 CALILA Y DIMNA
Et pues que amanesgió envió el león por los mejo-
el asunto, ya que rehusas decirme el nombre del que te lo ha
confiado, y entérame de lo que te dijo en secreto.» Entonces le
contó ella lo sucedido en toda su integridad, sin nombrar al que
se lo había contado, y entre lo que habló dijo esto : «No deben
los valíes ni capitanes dejar que prevalezca la mala conducta de
la gente pérfida y calumniadora, ni los astutos ni los depravados
que hay entre los hombres, para pervertir a los hombres en vez
de mejorarlos. Y el primero que debe impedir que haya entre
ios hombres persona que pueda malearlos, y hacer que haya
quien los discipline, es el jefe que gobierna sus asuntos. Tú,
pues, debes matar a Dimna, porque ya se" ha dicho : «Los asun-
»tos más importantes se echan a perder por dos razones : por
> divulgar un secreto y por prestar fe a los traidores.» Pues en
verdad, quien puso enemistad entre ti y entre Senceba, el más
ñel de tus visires y el mejor de tus amigos, hasta que lo mataste,
es el traidor Dimna, por su imprudencia, su astucia y su traición.
Pues ya estás informado de sus trapacerías, te es manifiesto todo
lo que te ocultaba, y lo sabes por lo que se te contó de la histo-
ria de él antes de ahora. Y tu tranquilidad y la de tu ejército está
en que se haga público todo lo que de él se callaba, y en que se
divulgue lo que él guardaba oculto en su corazón; condénalo,
pues, a muerte por su crimen y para que reciba tu ejército la
compensación del daño que de él recibió. Pues en verdad, no
hay cosa como ésa para levantar el ánimo de los leales. Y tal vez,
¡oh rey!, si te detienes por el perdón de la gente criminal, que
has decretado, y estás pensativo por esto, has de saber que no
hay entre los que han cometido crímenes uno que sea tan crimi-
nal como Dimna; porque el pecado de ésos no puede ser mayor
que el que cometió Dim.na púbUca y secretamente con su tra-
pacería y su perfidia; pues concitó al rey contra el más inocente
de sus visires, el de alma pura y corazón íntegro, hasta que lo
hizo partícipe de su envidia y lo mató por una sospecha. > En
seguida dijo ella : «^Yo, en verdad, no ignoro lo que han dicho
los sabios acerca de la suprema gracia de perdonar a la gente
criminal; pero de tal gracia solamente ha de hacerse uso cuando
no se trate de causa capital o delito público, en que el perdonar
DE LA PESQUISA DE DIMNA I73
res de su mesnada, e fueron y presentes (i), e enbió
por su madre, e vino y. Desí mandó llamar a Bimna
e duxieron (2) gelo. Desí [quando lo tuvo en su pre-
sencia] abaxó el león la cabega con vergüenga déla
muerte de Senseba (3). Quando esto vio Dimna fue
gierto de morir, et dixo a uno délos que estavan gerca
del: «¿Por qué está el león triste e cuydando? ¿Acaes-
gió alguna cosa que le fizo tristeger por que vos ovo
de ayuntar?» Dixo la madre del león: «Esto que tú
vees estar al león triste e cuydoso, non es si non por
que teha dexado sano e salvo fasta oy, faziéndole tú
engaño e enrridándole con tu mestura e con tu fal-
sedad para matar a Senseba» (4).
Dixo Dimna: «Tengo que es verdad lo que di-
zen (5); que el que se trabaja en buscar bien, más aína
le viene el mal que a otri (6), et non pertenesge al rrey
sería deshonor y serviría de pretexto a los perversos para veri-
ficar obras malas, y al rey para perder su prestigio ante el pue-
blo.» Y mandó el león a su madre que se fuera.
(i) C. Et envió cuando amaneció por los de su mesnada e f . y
presentes los mejores de entre ellos, e
(2) duxieron — A. y B. dixieron
(3) C. presencia] torció el león su mano en señal de que
se le procesara. Quando — J. Desí cuando se presentó Dimna
inclinó el león la cabeza hacia tierra largo tiempo.
(4) C. morir, y volvióse a uno de los que tenía cerca y le dijo
furtivamente: ^(Ha. sucedido algo que ha puesto triste al rey?»
Dijo la madre del león : «Lo más grave que ha ocurrido es lo que
tú has hecho; y la mayor de las traiciones es tu traición y el des-
precio que has hecho del rey, y la muerte del más inocente de
sus visires.»
(5) dizen; — A. y B. dizes;
(6) C. Dimna : «No creo que el superior impida hablar al infe-
rior en pleito en que hay insinuaciones graves. Pues ya ha suce-
[74 CALILA Y DIMNA
nin a sus mesnadas si non (i) los malos. Ca dizen (2)
que quien faze vida conlos malos e non faz sus (3)
obras, non estuerge de su maldat por se aguardar; ca
non gualardona bien por el bien si non Dios sólo;
que alos otros alas vezes véngelos la voluntad, e non es
ninguno que más derecho deva ser que el (4) rrey; et por
ende se apartan los rreligiosos enlos montes e se
dexan de bevir conlos omnes e de fablar conellos^ et
aman más de fazer las obras de Dios que las délos
omnes. Mas la lealtanga e el amor que yo avía al rrey
melé fizieron descobrir la falsedat del que le quería
fazer traygión et quería saltar enél, e fízele entender
aquello que sospechava e las señales que viera, e él
violas manifiesta mente, e non acayó nada de qu'él
non fue bien gierto; et si él pesquiriere esta cosa e
preguntare por ella e pensare en ella, sabrá la verdat
quel' ñze entender; ca el fuego que yaze enla piedra
e enel fierro, non se saca si non con artes; et esto
dido lo que se dice : que el hombre que más se esfuerza en pre-
caverse del mal es el que más fácilmente cae en él, et
(i) si non — Falta en C, quedando el texto incorrecto, como
ya advierte el editor, y creo que debe corregirse conforme con
nuestra versión.
(2) C. malos; y yo ya sé que esto solamente se dice de la
compañía de los malos, que
(3) e n. f. s. obras, — El editor de C. no ha acertado a corregir
el texto en este pasaje, por no conocer la versión castellana. De
ías dos correcciones que propone, le falta a la primera la partí-
cula negativa para que el sentido esté conforme con el contexto
y con nuestra versión.
(4) ca non gualardona... que el rrev; — Esta frase está dislo-
cada en nuestra versión; pues es, según C, el último miembro de
esta cláusula. Véase la nota siguiente.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 1 75
non es cosa pelada, ca el cuerpo del omne, después
que es pesquerido e buscado, paresge más qu'él es
así commo toda cosa fedrosa (quien loda) quier lodo
quier ál, que quanto más movida es tanto más
fiede (i).
(i) C. de Dios que las de las criaturas, ca non g. b. p. e. b. s. n.
D. sólo, q. a. otros, pues ya tienen lugar sus cosas por las excita-
ciones de sus caprichos (*), por lo cual en la mayor parte de ellos
hay pecado; y nadie tiene más obhgación de ser justo que el
rey, asistido por Dios, el cual no adula a nadie porque no tiene
necesidad de él, ni por las malas consecuencias que puede temer
de él. Y aun es mayor obligación en los reyes que ruegan que se
les haga un favor, el recompensar a los que les conceden ese
favor; y no hay favor mayor que un buen consejo. Pues ya sabe
el rey y sé yo y saben todos los que están presentes, que no ha
habido entre mí y el toro nada que me haya hecho concebir odio
rencoroso contra él, ni que yo le haya deseado ningún mal, ni ha
sucedido por esto cosa que ocasionara daño ni provecho; sino
que yo di al rey un buen consejo y le hice (**) saber lo que había
averiguado de lo que le interesaba, tanto que reconoció la ver-
dad de lo que le dije, y procedió en ello con buen acuerdo y con
la mayor prudencia y energía. Mas ya sabía^'yo que habían de
temer semejante cosa de mí más de uno de los envidiosos y
enemigos, que por esto buscan mi mal y se han puesto de
acuerdo para matarme. Pero yo no podía temer que la recom-
pensa de los buenos consejos y servicios que yo había prestado
al rey fuese el enojarle hasta el extremo de quererme matar.»
Cuando oyó el león las palabras de Dimna, dijo: «Sacadlo de
mi presencia y entregadlo al juez para que investigue su causa;
porque yo no quiero dar sentencia acerca de la inocencia o cul-
(*) Este pasaje creo que también está alterado en C. La voz ^^-.X-Có
debe ser errata del copista y corregirse con -jA.-lc u otra de esta
misma raíz.
(**) J. que mi amor y lealtad al rey me hicieron temer por él y
hacerle saber lo que le manifesté acerca del secreto de su enemigo trai-
dor. Y el rey vio por sí mismo en él lo que le pusieron de manifiesto las
señales que yo le había dado.
176 CALILA Y DIMNA
»Et yo si culpado fuese fuiría por la tierra e avería
anchura e non aturaría ala puerta del rrey; mas fián-
dome que era salvo non me quité ende nin me partí
ende. Et non le rruego ál si non, maguer que esté
en dubda de mi fazienda, que la mande pesquerir e
catar, et aquel a quien este poder diere que sea fiel,
et non aya ninguno en que le travar nin faga engaño
a ninguno, e que le muestre yo mi escusagión e lo
que oyere dezir alos otros, e cátelo e non quiera
fazer por los dichos délos que me acusaron e me
ovieron enbidia. Ca lo qu'el rrey sopo, de commo
le ñzieron dubdar enlo qu'él vio déla enemistad de
Senseba, que MEREsgió por ende morir, le deve
teñir de se non atrever así a matarme; ca ya ove yo
del rrey tal dignidat que me avían enbidia por ella, e
tal privanga. Et si él non me catare esta merged e
fuere mal consejado en mi fazienda, non he otro aco-
rro nin otro rrefugio si non Dios, que sabe las pori-
dades délos omnes e lo que tienen en corazones e
en sus veluntades. E dizen qu'el que aze por dubda.
pabilidad de un reo sino cuando sea manifiesta la verdad y la
justicia.» Y se prosternó Dimna ante el león, y dijo: «¡Oh rey!
No hay cosa más visible a la ceguera, ni más manifiesta ante la
duda, ni más eficaz para el que desee salir de la obscuridad, que
estudiar con asiduidad y aplicarse a aquello con lo que se alcanza
esto. Y tú sabes, ¡oh rey!, que el fuego está latente en la leña y
en la piedra, y no se extrae ni se obtiene su beneficio sino con
el trabajo y la búsqueda. Y si yo fuese culpable, temería que se
hiciesen investigaciones acerca de mi delito, así como espero
que por el conocimiento de mi inocencia el proceso y la pes-
quisa pongan de manifiesto la bondad de mi obra, así como de
toda cosa cuyas emanaciones huelan bien o mal, el día aumenta
su olor y lo hace más perceptible.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 177
que non es gierto, es tal commo la muger que se dio
a su siervo dubdando e la aforgó» (i). Dixo el león e
LAS mesnadas: «¿-Cómmo fue eso?»
Dixo Dimna: «Dizen que enuna gibdat que dezían
Quertir, que es en tierra de Yabret, avía un rrico
(i) C. >Et si yo tuviera conciencia de haber pecado o de haber
cometido un crimen, me hallaría huyendo por la tierra; mas
cuando asisto a la corte del rey confío en la recompensa de mi
obra. Mas yo deseo que ordene el rey, a quien encargue el pro-
ceso de mi asunto, que eleve hacia él cada día lo que investigue
de mi traición y de mi inocencia, para que me juzgue por su
propio juicio y examine con atención todos los pormenores de
mi asunto, y que no se deje llevar en él por sospechas de gente
envidiosa y enemiga. Ca lo qu'el rrey s., d. c. 1. f. d. e. qu'él v. d.
enemistad del toro, le deve t. d. s. n. a. a. a matarme, cuando ya
le consta mi lealtad y mis desvelos por él. Y <quién podrá dudar
de que el rey ya conoce mi propia condición, la humildad de mi
estado y la modestia de mi posición? Yo, en verdad, no puedo
apartarme de m.i condición de siervo, ni puedo aspirar a lo que
aspira quien esté por encima de mí; pero aunque soy siervo del
rey, se me debe justicia y sé que el rey me la otorgará, por con-
sideración a mí mismo, en vida y después de muerto. Mas si el
rey ha resuelto entregarm^e a alguien para que investigue mi
causa y vea mi inocencia, yo ruego al rey que no descuide mi
proceso y que ordene que se le eleven mis excusas día por día.
Mas si el rey, por una calamidad que el hado me envía y por la
insuficiencia de mi poder para contrarrestar el destino, no hace
la debida investigación y examen de mi causa y me libra del
castigo que se me quiere imponer por la acusación de gente per-
versa y astuta, sin haber cometido yo ningún delito, en ese caso
no tengo quien me ayude y me proteja sino Dios, que descubre
las aflicciones. Y ya han dicho los sabios: «Quien afirma como
werdad aquello que le es incierto y de lo que le conviene dudar,
»y tiene por mentira lo que es verdad, sucédele lo que le sucedió
»a la mujer que se entregó por sí misma a su siervo, que la des-
>honrü porque le manifestó lo que no era.» Dixo
TOMO r. 12
178 CALILA Y DIMNA
mercador (i) e avía su muger muy fermosa e avía un
vezino pintor e era diudo della (2). Et díxoF ella un
día (3): «Si podrías fazer alguna cosa por que te yo
»conosgiese quando vinieses amí de noche, (e) saldría
»atí sin que me llamases tú, por tal que nos non sos-
»pechasen nin te oyesen.» Díxol' su amigo: «Yo te
3>faré una sáva7ia (4) tan blanca commo la luz déla
»luna, et faré enella unas pinturas; e quando las tú(s)
» vieres saldrás amí, et ésta será señal entre mí e ti.»
Et plóguela a el[la] desto qu'él dixo. Et oyólo un su
siervo della e aprísolo e encubriólo en su coragón. Et
venía aella su amigo con aquella señal e veíalo ella et
salía aél (5).
«E duró así un tienpo. Et después fuese su amigo
para el rrey a pintarle unas casas que avía de menes-
ter; et fuese luego el siervo della a una mangeba que
(i) C. «Dizen que en la ciudad de Tatsorun, (que está) en una
tierra llamada Cachemir, había un mercader llamado Jaba! e
(2) C. pintor experto en la pintura; y tenía el pintor amistad
con la mujer del mercader. Et
(3) C. día que estaba él con ella: «Si
(4) A. seña
(5) C. noche, sin llamarme ni tirar [piedrecitas] ni cosa ninguna
que pueda infundir sospechas, sería esto más fácil para mí y para
ti.» Díjole el pintor: «Tengo para esto un ardid que te alegrará,
el cual es un manto pintado de varios colores; la pintura de una
cara es de una blancura resplandeciente, semejante al brillo de
la luna, y la de la otra cara es negra, semejante a la obscuridad
de la más obscura noche. Lo blanco de ella te llamará en las no-
ches obscuras con su resplandor, y lo negro de ella se te apare-
cerá en las noches de luna.» Y siempre que visitaba a la mujer,
se cubría con este manto, y dijo: «Cuando lo veas, sabe que soy
tu amigo, y ven sin que yo te llame.» Y entró un criado delpin-
tor mientras ellos se entretenían en esto, y oyó la conversación.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 1 79
tenía el pintor, en cuyo poder estava la sávana, et
era su conosgiente, e demandól' aquella sávana, e ella
diógela. Et él fuese para su señora de noche, e luego
que ella vio la sávana de suso del, cuydó que era su
amigo e salió luego aél, e yugóse conella. E torrnóse
el siervo e dio la sávana ala manceba del pintor. E
vino el amigo esa noche del palagio del rrey para su
posada, et cubrióse la sávana; desí vínose para ella.
Et díxole ella: ««¿Qué as esta noche que torrnaste
» luego una vez en pos otra, aviendo fecho atu guisa?»
Et él entendió que era engañado e torrnóse para su
posada e priso su mangeba e firióla muy mal fasta que
le dixo la verdat commo le contenió; e tomó la sávana
e quemóla enel fuego (i).
»Et yo non te dó este enxenplo si non por qu'el
(i) El copista de C. alteró este párrafo al principio, pues tal
como está dice así: E cuando fué después de esto, y era el
siervo amigo de la sierva del pintor, pidió el siervo a la sierva
del pintor que le dejara el manto para enseñarlo a un am.igo
suyo y devolvérselo en seguida. Y ella le dio el manto, y él se lo
vistió y se fué hacia la mujer a la hora en que solía ir hacia ella
el pintor. Y cuando ella lo vio, no sospechó nada y creyó que
era su amigo, y se le entregó generosamente, y él satisfizo en
ella su necesidad. En seguida tornóse el. siervo con el manto; [lo
dio] a la sierva, y ésta lo colocó en su lugar. Entretanto estaba
el pintor ausente de su casa; mas cuando había pasado ya parte
de la noche, volvió el pintor a su casa y se vistió el manto y
fuese hacia la mujer. Y cuando ella vio el manto se acercó a él
y le dijo: «¿Qué cosa es la que te aprieta para volver cuando ya
has satisfecho tu necesidad al comienzo de la noche?» Y cuando
oyó esto el pintor, apacigüésele el alma y volvióse hacia su casa.
En seguida llamó a su esclava y la amenazó con atormentarla; y
ella le contó la cosa tal como había sucedido, y quemó el pintor
el manto y se arrepintió de haberlo hecho.
l80 CALILA Y DIMNA
rrey non se acuyte en mi pleito quel' fue mostrado en
dubda, e porrná sobre sí grant cargo de pecado (i).
Et non digo esto que vos oídes (2) con miedo déla
muerte; ca maguer aborrida cosa sea, ninguno non
la puede fuir, nin ha otro rrefugio, e todas las cosas
del mundo han de finar. Et si yo giento almas toviese,
e sopiese que el rrey tenía por bien que se perdiesen,
yo le sería franco dellas.» Dixo uno délos déla mesna-
da: (3) «[Tú non dizes] esta escusa^ión al rrey por lo
honrrar; mas atí es de menester de buscar con que sal-
gas desto en que eres caído» (4). Dixo Dimna: «¡Mal
(i) C. »Et y. n. t. d. e. enxenplo, ¡oh rey!, sino por que sepas
que las apariencias engañan, y el engaño denigra a quien lo pa-
trocina. Y no es justo, joli rey!, que mates a un inocente y leal,
enfermo y humilde, para el cual no se ve defensa, ni tampoco hay
en él defecto alguno sino en el tejido de mentiras y en la impu-
tación de un traidor. Et — J. enxenplo, sino porque deseo que
no se apresure el rey en mi asunto por una sospecha. Et
(2) C. esto, ¡oh rey!, con
(3) A. el uno dellos:
(4) C. dellas. Y si crees, ¡oh rey!, que con mi muerte tendrás
descanso y solaz, pues los sabios ya han dicho: «Quien comete
>un 3'erro o un pecado y se ofrece para que lo maten en lugar de
»los inocentes, obtiene en recompensa de esto el perdón y la li-
»beración del mal en la otra vida.» Y aunque yo sé que Dios tiene
al rey alejado de la injusticia y Xle la maldad, y de que mate a un
inocente por las imposturas de los malvados y excitaciones de los
perversos, quiero que\io se apresure el rey en mi asunto sin
previa investigación y examen, pues ya han dicho los sabios : «No
»cesa el hombre de sacar provecho del bien y de observar la
> grandeza de sus asuntos y la pequenez de su juicio mientras le
»hace conocer el bien y le aparta del pecado, para que no llegue
:^ a cometer vileza en (*) su vida.» Y mientras Dimna exponía su
(*) El texto está muy alterado, como ya indica su editor.
DE LA PESQUISA DE DIMNA l8l
sea de ti! 5:Es aleve a ningunt omne de se escusar,
CUANTO MÁS por escapar de muerte? (i). Et ^-quién es
más cerca del omne que (a)sí mismo? Pues si así mismo
non buscare escusagión, ^'para quién la buscará? E los
sabios dizen que quien así non guarda, a otri non
fará pro. Et paresgebien (2) en ti la envidia e la ma-
LigiA e la enemistad e la NEgEDAT que non podiste
rrctener, e bien entienden los que te oyen que non
qi!Íere[s] a ninguno bien e que eres enemigo de tu
alma e de todos; e tal commo tú, non es bien que
esté [sinon] conlas bestias mudas, quanto más conel
rrey o ser asu puerta» (3).
Et pues que le ovo riespondido Dimna así, salióse
el otro muy triste e muy avergonzado délo que le
dixiera Dimna (4). Dixo la madre del león: «Grant
excusación, se le puso delante uno de los de la.asamblea del rey,
que dijo: «¡Oh rey! Esto que dice Dimna no es por honrar al rey
ni por ensalzar a su majestad, sino porque quiere hacerle olvidar
lo que sabe él de su mala acción.» Dixo
(i) C. escusar por su propia vida? Et
(2) C. buscará? ¿Y quién más obligado que el propio hombre
a darse buenos consejos, y quién más obhgado que él a recibir-
los? E 1. s. d. q. quien se descuida de sí mismo y se desdeña por
otra cosa, es el mayor criminal y el más odioso; y para todo lo
que no sea él, es el más traidor y el más egoísta. Y estas tus pa-
labras manifiestan a todos los que están presentes la poquedad
de tu entendimiento por lo que dices, y tu ignorancia porque en
ello te metes. Y ya se ha manifestado en ti
(3) C. bestias : deja, pues, de presentarte al rey o de estar en
su puerta, que no sirves más que para acusar y manifestar que
eres un ignorante.»
(4) J. triste, afligido y avergonzado. Dixo — C. Et pues que
oyó el interpelado esta contestación de Dimna, calló y no dio res-
puesta, y salióse avergonzado. Y dixo
CALILA Y DIMNA
maravilla es de cómmo fablas, e das enxenplos a len-
gua suelta, e rrespondes alos que te fablan, aviendo
fecho traygión e maldat e engaño» (i). Dixo Dimna:
«^;Por qué catas con un ojo e oyes con una oreja e
non piensas enla cosa commo es, nin la sabes de
gierto, mas fazes atu sabor non sabiendo la verdat?
Mas parésgeme que la mi mal andangia ha mudado
atí por rrazón de mí todas las cosas, et aun todos los
otros, que ninguno non fabla nin rrazona si (2) non a
su sabor. Et éstos que son enla corte del rrey tanto
se fían en su poridat e en su mansedunbre e son
seguros de su bondat, que se non temen de fablar a
sus sabores a tuerto o a derecho, ca él non gelo con-
tradirá (3). Et éste es el lugar del sermón si fuese
creído e délos enxenplos si oviesen pro» (4).
Dixo la madre del león: «Catad este (5) falso,
quánta grant cosa ha fecho, e quiere gegar los omnes
POR desmentirlos e por se salvar dellos.» Dixo Dini-
(i) J. león a Dimna: «Maravillada estoy, ¡oh traidor!, de tu
poca vergüenza y de tu mucha insolencia, y de la prontitud de
tus respuestas a quien te acuse.» Dixo — C. maravilla es la sol-^
tura de tu lengua en las respuestas que das a quien te habla, ha-
biendo de ti lo que "ha}'.» Dixo
(2) oreja... ninguno — Tanto C. como J. están alterados en
este. pasaje, pues uno y otro se pasan de la palabra que signi-
fica «oreja» a la que significa «mal andancia». Sigue a esta pala-
bra en C. otra que no concuerda bien con el texto, y a continuíi-
ción dice : Así toda cosa ha sido embrollada y mudada. Y no hay
nadie que hable con verdad ni que se apoye en ella, y no hab'an
si non
(3) C. contradirá ni se lo prohibirá.
(4) Et éste... pro.> — Esta cláusula está aquí fuera de lugar. Véa-
se la nota 3 de la página siguiente.
(5) C. este criminal falso.
DE LA PESQUISA DE DIMNA ' I83
na: «Los omnes que son tales son cinco: el uno es el
que descubre ala muger la poridat; et el otro es el que
viste los paños délas mugeres; e el tergero es la mu-
ger que viste los vestidos délos varones; et el quarto
es el huésped que se enfinió et cuyda que es señor
déla casa; et el quinto es el que denu[n]gia a los om-
nes (i) lo que le non preguntan nin le demandan. >
Dixo la madre del león: «^-Non conosges tú, malfe-
CHOR, POR QUÉ TEMAS, NIN CATAS quán layda obra
feziste, por que sepas que non estorgerás sin que sea
tomada de ti venganga?» (2).
Dixo Dimna: «El omne que mal fecho faze non
quiere a ninguno bien, nin lo anparará del mal
MAGUER QUE LO PUEDE FAZER.» Dixo la madre del
león: «¡Falso traydor, en atreverte tú a dezir tal fecho
ant'el rrey! es m.aravilla cómmo te dexa vivo.»
Dixo Dimna: «El [falso] traydor es aquel aquícn con-
seja [uno] leal mente, et le mete su enemigo ensu poder,
e no7t le agradece nin lo cono ge; ante lo quiere matar
sÍ7i pecado que haya fecho» (3). Dixo la madre del
(i) C. Dimna: «Conviene lo que dices, al que descubre la pu-
ridad y no la guarda secreta; y al que viste 1. p. d. mugeres; y a
la muger q. v. 1. v. d. varones; y al huésped q. c. q. e. s. d. casa;
y al que denuncia a los omnes reunidos ante el rey lo
(2) C. conosges tú la maldad de tu obra? Deja ya de excu-
sarte y muestra temor.» — J. león: ¿Piensas, ¡oh traidor astuto!,
que con esas palabras engañarás al rey y que no te encar-
celará?»
(3) A. que asegura a su enemigo y después lo mata.» — C. agra-
dege esto nin se lo reconoce a [ése] que le ha ido con ello, ante
1. q. m. s. p. q. \\.fecho.y> Dijo la madre del león: «Ciertamente
que oír tus sermones y los cuentos que cuentas a quien te hable,
es cosa más admirable para mí que lo que ha sucedido por tu
CALILA Y DIMNA
león: «¿'As esperanza de estOKjer de tu grant pecado
con tales palabras mintrosas?» Dixo Dimna: «El que
dize lo que non fue meresge lo que tú dizes, et yo
dixe verdat e mostrarélo por prueba, e díxelo al rrey
e conplí el omenaje que le (i) devía.» Dixo la madre
del león: «<;£ qué fue lo que tú dexiste (2) e qué fue
la verdat (3) que tú le mostraste?» Dixo Dimna:
«Bien sabe el rrey que si yo mintroso fuese, non le
DIRÍA AÉL TAL DICHO NiN me atrevería a dezir lo que
non era (4) nin a sacar mentira; et yo he ESPERANgA
QU'ÉL VERÁ QUE YO SÓ VERDADERO E SALVO E DE SANO
CORAgÓN.>
Quando vio la madre del león que el león non
fablava nada enel pleito de Dim.na, callóse ella, e
dixo: «Por ventura mienten contra él, e es salvo de
lo que le aponen; e el que se escusa delante délos
cavalleros e non rrefiertan ninguna cosa délo que
bellaquería, tu astucia y tu envidia.» Dijo Dimna: «Éste sería el
lugar de los sermones si fuesen creídos y el de los ejemplos si
oviesen pro.» Dijo la madre del león: «¡Ah falso, traidor! Ante la
enormidad de tu crimen, ¿te preocuparías, si tuvieses sentido, en
forjar cuentos?» Dijo Dimna: «Solamente traidor es quien in-
funde miedo a quien se puso bajo su protección, y quien se hace
enemigo de quien le descubre la enemistad de sus enemigos.»
Dixo
(i) C. Dimna: «El mentiroso es el que devuelve ofensa por
beneficio, mal por bien y zozobra por seguridad. Y en cuanto a
mí, pues yo hice lo que había prometido y cumplí la fidelidad
que devía.»
(2) dexiste — C. prometiste
(3) verdat — C. fidelidad
(4) C. fuese non me atrevería a hablar delante de él falsa-
mente nin
DE LA PESQUISA DE DIMNA 185
dize, semeja que es verdadero enlo que dize; et
callar (i) alas rrazones del contendor semeja conos-
ger la verdat que dize. Et dizen los sabios que quien
calla otorga.» Desí levantóse por sallir ende sañosa.
Et mandó estonges el león que prendiesen a Dimna
e que le pusiesen fierros; desí leváronlo (2) ala cár-
cel, e mandó catar su pleito, et fazer sobre él pes-
quisa, E QUE gel' mostrasen; et yogo Dimna en la
CÁRgEL, E MANDÓ LO GUARDAR AUN CAVALLERO. DcSÍ
dixo la madre del león asu fijo : « Non se puede
encobrir mestura de Dimna e su mal fecho en todas
las cosas, ma^'or mente en fecho de Sengeba el leal
sin culpa. Et ya me fue amí dicho deste falso min-
troso lo(s) que dizen del todos por una boca, ca non
es cosa que se calle a ninguno; desí fázemelo más
verdat sus mentiras e sus escusagiones e sus salvas
que son contra fechas sin verdat; et si tú lo oyes,
anparar se tehá con rrazones falsas, et lo que amí
dixo el fiel verdadero es la verdat. Pues si quieres
folgar del, non contiendas conél e mátalo» (3).
(i) callar — A. y B. callas — C. (*) del león que las palabras
de Dimna no hacían más que aumentar la benevolencia en aquél,
llegó a dudar; y le entró miedo, por temor de que el león creye-
ra, por algo de lo que decía Dimna, en la inocencia de éste y en
su excusación, y dijo al león: «Callar ante las
(2) C. levantóse sañosa y se marchó. Y proveyó el león res-
pecto de Dimna, y se le puso una argolla al cuello y fué lle-
vado ala
(3) C. madre del león a él: «Yo, en verdad, no ceso de oír
[hablar] de la astucia de Dimna desde hace algún tiempo. Ade-
(•) Debe estar alterado este pasaje en C.
1 86 CALILA Y DIMXA
Dixo el león: «Cállate, que yo cataré su pleito e
lo pesquisaré, ca es muy sotil e muy artero e sabio e
entendido; et yo quiero ser bien gierto de su pleito
e non quiero pasar aél rraviosa mente, nin quiero mi
daño en seguir voluntad de otro de que non sé su
verdat nin su mentira. Et mucho aína puede ser que
esto sea por envidia que le an, et temióme délo matar
por dicho dellos, ca avría ende grant pecado et daño.
Pues di me: ^^Quién es aquel que telo dixo? Ca los
omnes se an envidia unos a otros e se mezclan et
quieren pujar el uno más qu'el otro enlas dignida-
des.» Dixo la madre del león: «El fiel verdadero que
me contó la estoria es tu amigo el león pardo, tu leal
e puro vasallo que sabe tu poridad.» Dixo el león:
más, estoy convencida de lo que he oído de sus mentiras, d^e sus
trapacerías y de sus falacias, y de sus muchas escapatorias sin
ninguna verdad ni sinceridad. Que si tú le dejas hablar, te enga-
ñará con razones falsas; mas con su muerte tendrás tú y los de tu
mesnada gran descanso. Mátalo, pues, pronto, sin que se adueñe
de ti la clemencia ni te detenga la duda; porque los pequeños y
los grandes de tu mesnada conocen la calumnia de Dimna y
están enterados de sus pérfidas acciones; y no se me ha ofrecido
nunca al espíritu, por lo que él dice, duda alguna en ningún mo-
mento de la noche ni del día; y las excusas y escapatorias que te
presenta [son] de su índole perversa, y especialmente tratándose
de aquel inocente y leal, el mejor de los visires, Senceba. Y no
pasa día que no reciba yo nuevas noticias de la malvada natura-
leza de Dimna, de m.odo circunstanciado, cierto y verdadero; y
no te quepa duda en esto de su crimen; píies si tú le dejas urdir
sentencias y tramar mentiras, no juzgarás tal como son sus tra-
pacerías y su perfidia, ni faltará su astucia y su habilidad en su
charla, pues recurrirá de nuevo a la mentira, que es en lo que
consiste la firmeza de su carácter y su temperamento. Y la tran-
quihdad tuya y la de tu ejército está en que te dejes de contem-
placiones y lo mandes matar por su pecado.»
DE LA PESQUISA DE DtMNA 1 8/
«Asaz ay, et tú verás lo que yo faré e io que del man-
daré fazer, pues vete» (i).
Et pues que se fue la madre del león para su casa
e pasó la media noche, dixieron a Calila commo
Dimna era preso, e pesóle mucho por la grant amis-
tad que avía conél e por la conpañia e por el mal que
le acaesgiera, et fuese para la cárcel encubierta men-
te. Et quando entró e lo vio preso, lloró et dixo :
«Ya llegado ha tu fazienda a tal lugar que non he
cura ya de te fablar brozna mente nin dexarte de
dezir que te pese, et en secreto fablando díxete.
Miénbrate lo que te yo dezía e te castigava e te con-
sejava e non torrnavas y cabega a quanto te dezía
nin feziste por ello por el grant desdén que entí avía,
ca te tenías por muy acabado en tu consejo e por ar-
(i) C. Dixo el león: «Propio es de la intimidad de los reyes y
de sus allegados el recelo que se tienen los altos dignatarios entre
sí y el odio de unos contra otros, y especialmente contra el que
es sesudo y noble por su virtud. Y ya sé que la posición de
Dimna se ha hecho gravosa a más de uno de mis cortesanos y
del pueblo; mas no sé si lo que veo y oigo de esta asamblea que
está unánime contra él, es por algo de esto. Y no quiero apresu-
rarme en su pleito; pues de un objetó precioso no se desprende
uno sino con razón y cuando la necesidad lo impone a quien de
él se desprende; y no quiero tener que arrepentirrae por seguir
mi voluntad y proceder apresuradam.ente sin la debida investi-
gación y sosiego. Pero dime el nombre de ese que te lo ha
dicho, tan fiel y tan veraz según tú piensas.» Dijo la madre del
león: «La persona, digna de fe para mí, que me ha enterado de
esto, es el confidente tuyo, a quien le confías tus secretos, tu
amigo puro y tu leal consejero, el leopardo.» Dijo el león: «Seas
dichosa y feliz, que ya me es manifiesto el modo como en este
asunto he de proceder.»
l88 CALILA Y DIMNA
tero. Et (i) dizen los sabios: «Conviene al omne que
»ES BUEN CAVALLERO QUE NON SE META POR SU ESFUER-
»gO EN LUGAR QUE NON PUEDA SALIR NIN ESTORgER.>
Et dizen que la falsedat (2) ante muere de su plazo,
e non (3) por que fenesca la vida, mas por (4) esto en
que estás, que la muerte es más folgan^a que ello.
¡Ay de tu mesura E de tu seso E de tu SABER, CÓMMO
TEHAN PRIVADO DELLOS, E ERES LLEGADO ALA MUER-
TE!» Dixo Dimna : «Nunca pesaste de dezir verdat e
mandarla fazer, mas yo non escuchava nin creía tu
consejo, por la grant enbidia e la cobdigia que avía
(i) C. Et se fué la madre del león con el corazón satisfecho
y el alma contenta, y se metió el león en su cama. Y cuando fué
llevado Dimna a la cárcel y le pusieron el lazo (*), dixieron a C.
c. D. e. preso, y le entró compasión y le tuvo lástima (**), por la
gran amistad y por haberse criado juntos y por la fraternidad que
había entre los dos. Y fuese encubiertamente hacia él, hasta que
lo encontró en la cárcel. Y lloró Calila cuando lo vio, y [vio] la
pena, la estrechez y la aflicción en que estaba; y en seguida le
dijo : «En verdad que la situación en que estás es bastante para
que no venga yo con mis reprensiones; pero no impide esto el
que te recuerde tu deber, por los buenos consejos que te di y
advertencias que te hice, pues para toda advertencia hay lugar a
propósito. Porque si yo hubiese dejado de reprenderte cuando
tenías necesidad de que te reprendiera en tu próspero estado,
sería hoy copartícipe de tu culpa; pero lo pagado que tú estabas
de ti mismo, te dominó y subyugó tu juicio y tu entendimiento.
Y ya te conté lo que dizen
(2) falsedat — C. y J. el falso
(3) C. e non dicen «muere antes de su plazo» por
(4) C. mas por la sucesión de las cosas que consumen la vida,
como esto
(*) J* V fué llevado a la cárcel. Y^cuando fué media noche, dixieron
(,**) Trae aquí el texto la palabra á-^V^J , que no da sentido, ni lo
da tampoco la que en substitución de ella propone con duda el editor.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 1 89
en aver dignidat, et por la xRiBULAgiÓN e la laze-
RIA EN QUE ERA, ET SI NON POR ESO ENLO QUE ME TÚ
CASTIGA VAS ASAZ CONPLIMIENTO [aVÍa], QUE SI LO FI-
ZIERA LEVARA LA giMA DELLO. Et QUIEN ES TENTADO
DE GOLOSÍA NON ESCUCHA DE SUS AMIGOS, QUEL' HAN
PIADAT E LO AMAN, ASÍ COMMO TU. Et DIZEN LOS SA-
BIOS QUE EL QUE NON CREE A SUS AMIGOS E A SUS
LEALES CONSEJEROS E A SUS BIEN QUERIENTES TORRNA
SU FAZIENDA A RREPENTENQIA, ET YA VEES EN QUAN-
TO (l) MAL SÓ OY; mas ^;QUÉ PODÍAS FAZER CONLA
GOLOSÍA E LA COBDIQIA QUE VENQE AL SESO DEL MESU-
RADO E EL SABER DEL SABIO? Así commo el cnfef
mo que entiende que su daño es en su gula, que
ha de comer, e sabe que le acresgerá en su dolor, e
non lo dexa de comer, e acresge su enfermedad e
por ventura muere ende. Et yo non me duelo oy de
mí, mas duélome de ti, ca he miedo que serás tú con-
preso por rrazón de mí et por el amor e por el paren-
tesco e la amistad que aviamos en uno, et serás ator-
mentado e la.zrado e non podrás estar que les non
descubras nú fazienda et matarán amí por que te
creerán e tú non estorgerás después de mí» (2).
(i) quanto — A. y B. quanl
(2) C. verdat con tu celo, y de reprenderme y darme buenos
consejos; pero la vehemencia de mi corazón y mi inmoderado,
deseo de haber dignidad, alteraron mi seso y tenían por imper-
tinentes los buenos consejos que m.e dabas, así como el enfermo
apasionado por la comida que sabe que le acrecienta la enferme-
dad y le perjudica el cuerpo, y no hace caso de lo que sabe y
sigue su capricho. Yo bien sé que he sembrado para mí mismo
esta desgracia; pero la semilla solamente nace en su sazón y en
su tiempo, aunque se adelante su siembra. Y esta es la sazón de
lo que yo sembré para mí mismo. Mas sólo aumenta mi pena el
igO CALILA Y DIMNA
Dixo Calila: «Ya pensado he en tu fazienda, et
bien dizes verdad enlo que dizes et yo te consejé
leal mente. Et el omne con cuyta quando le acaesge
la tribulagión acúsase délo que fizo, con esperanga de
bevir e de ser aliviado déla pena. Et yo quiero me
ir ante que entre alguno déla mesnada e me vea estar
con tigo, et mandóte e aconsejóte que te confieses
de tu pecado e conoscas tu mal fecho; ca morir deves
sin falla, et mejor es de ser justiciado eneste mundo
que ir ala pena durable enel otro.» Dixo Dimna: «Bien
me as aconsejado e dizes verdat; enpero veré a qué
torrnará la mi gima de mi fazienda e qué mandarán
de mí fazer.» Torrnóse Calila a su posada muy triste
e muy cuydoso con miedo de ser preso por el pecado
de Dimna, e prísol' menazon e murió esta noche (i).
temor de que sospechen de ti en mi asunto por la amistad que
había entre nosotros dos; y temo, además, si llega también a ti el
tormento, que confieses lo que sabes de mi asunto; que por lo
demás tú eres persona cuya veracidad no puede ponerse en duda
contra un extraño; pero <cómo [te creerían] si fuera tu situación
como la mía?»
(i) C. Dixo Calila : «Ya lo sé, y también han dicho los sabios
que la carne no sufre al pronto el tormento, ni deja en medio de
él de decir todo lo que sea preciso para evitarlo, sea verdad o
mentira; pues yo no veo en la sitaación en que te hallas [sino]
que reconozcas tu delito, confieses tu maldad y libres a tu alma
del castigo del otro mundo, arrepintiéndote de lo que has hecho;
porque en verdad tú no puedes escapar de la muerte, y no de-
bes acum.ular sobre ti mismo las penas de este mundo y las del
otro.» Dijo Dimna: «Dices verdad y me aconsejas bien, y yo ten-
dré presente lo que me dices; pero la cosa es grave, terrible y
afrentosa. Por tanto, yo no diré palabra hasta que ellos se pon-
gan de acuerdo acerca de mi conducta.» Y t. C. a. s. p. m. triste,
temiendo todas las desgracias y males, y no cesó de temerlas,
hasta que se le desarregló el vientre y murió antes de amanecer.
DE LA PESQUISA DE DIMNA IQI
Et yazía enla cárgel un lobo preso e estava [dur-
miendo] gerca de Dimna (i), et oyó todo lo que se
dezían e aprísolo (2). Desí la madre del león entró a
su fijo otro día de mañana et díxole : «Miénbrate la
que me dexiste anoche e prometiste en pleito deste
falso traydor, et de cómmo dexiste a tus mesnadas
que deve el omne fazer las cosas con temor de Dios,
en manera que el malo sea pimido; qne dizen que el
que ayuda alos mal fechores apargero es desús obras;
e non sele deve meter en vagar et yo non sé mayor
bien que librarlo e folgar del.» Et estonge mandó el
rrey al león pardo e el alcalde que se asentase a jid-
zio, e que llamase7i a Dimna ante ellos e que fezie-
sen su pesqidsa e, fecha, gela llevasen ae'l. E el león
[pardo] fizo llamar ala mesnada e a Dimna; et asi
todos juntos ante él, díxole s el león pardo (3) : <<- Des-
pués que el rrey mató (4) a Sejigeba sienpre estovo
triste e cuydoso por que lo mató sin culpa, salvo por
que Dimna lo etirridó e lo mezcló con envidia que le
avia; píies si alguno de vos sabe alguna cosa digalo,
e 710S 7nostraremos al rrey, que el rrey non matará a
7iinguno salvo después qíie feziere pesqidsa e sea gierto
dello, nin querrá fazer a su sabor nin por alve-
drioy> (5).
(i) C. Dimna y de Calila, cuando estuvieron juntos ambos en
la cárcel, y despertó por la conversación de los dos, et
(2) C. aprísolo y se lo calló y no dijo nada de ello. Desí
(3) leónpa^-do : — B. rrey :
(4) mató — B. maté
(5) C. del león madrugó y recordó al león el asunto de Dimna
y sus excusas, y le dijo : «Dejar vivir al perverso es igual que
matar al justo; pues quien deja vivir a un perverso se asocia a su
192 CALILA Y DIMNA
Dixo el alcalde : « Ya. oíste lo que dixo el león par-
do; FACELDO ASÍ (l) ^ 7lÍ7lgimO dc VOS (2) 710)1 ejiciibí'a
7iÍ7igima cosa délo que sopiere, por 77iuchas (3) 7'razo-
716 s; la p}'ii7ie}'a por qíic vos 7i07i devedes aver pesar
que eljuizio cay a contra quie7i deve, nÍ7i maguer sea
co7itra nuestras volufitades e 7i07i 77iefiospregia7ido cosa
dello; ca la 77iuy peque7ia verdal gran cosa es, e la-
cosa que más pesa a Dios es i7iatar al sabio sÍ7i culpa
por íuestura del falso Dioitiroso (4); et la segvjida es,
perversidad; a un justo, se asocia a su justicia.» Y mando el león
al alcalde y al leopardo que apresuraran la vista del pleito de
Dimna y el interrogatorio que le habían de hacer en junta de
hombres, y que elevasen a él lo que se relacionase con Dimna,
ya de su crimen, ya del proceso, y lo que alegase él como excu-
sas o disculpas. Y salió el leopardo y el juez para entender en el
pleito de aquél (Dimna); y enviaron por Dimna a uno que viniese
con él. Y cuando vinieron con él, se colocó en medio de la asam-
blea y se plantó de pie. Y levantó el leopardo su voz y dijo: «Vos-
otros ya sabéis, gente de la mesnada, cuánta tristeza invadió al rey
por la muerte de Senceba, por recelo de haber procedido errónea-
mente en tal empresa, y de que le hubiese engañado Dimna con
sus mentiras y calumnias. Pues el que quiera proporcionar alguna
luz al proceso y aprovecharse del tribunal constituido para ello
por nosotros (*), pues vosotros estáis en la obligación de no ca-
llaros el secreto ni ocultarlo, por vuestro buen consejo, ni de
encubrir al criminal, por lo mismo. Diga, pues, cada uno de vos-
otros lo que sepa; que no conviene que nadie se apresure a cas-
tigar a otro por capricho suyo o capricho de otro; sin que esto
quiera decir que se pide el perdón del culpable que ha delin-
quido.»
(i) C. ¿o que se os ha dicho; e
(2) vos — B. nos
(3) muchas — C. tres
(4) C. primera : La verdad, por la que se os ha convocado
(*) El texto es incorrecto, como advierte el editor.
DE LA PESQUISA DE DIMNA I93
guando el mal fechor es penado por lo que faze (i),
non se atreven a faze r otro tal los otros con miedo
DÉLA jusTigiA, et esto es pro déla mesnada et délos (2)
pueblos; et la tercera es, que quando el falso mentiroso
traydor es justigiado, fuelga el rrey e los suyos, ca el
tal bevir entre ellos estes gran daño e gran peligro (3).
Pues diga cada uno devós (4) lo que sabe e 7ion encu-
bra la verdal nin afirme la mentira.^ Et desque las
mes7tadas oycro7i esto, catáro7ise unos a otros, e dixo
Dim7ia : «.^Por qué estades todos tartalea^ido? Diga
cada tmo de vos lo que sabe, e si yo mal fechor foiesc
plazermeia que callásedes, pues que sé que soy salvo c
sin cidpa. Pues dezid lo que sabedes, que sabed que
cada rrazón ha su rrespuesta, et el que dize lo que non
vio 7iin sabe, rrazon{ar) es que le contezca lo que le
contesgió al físico 7tegio» (5). Dixo el alcalde et el león
PARDO : <!-(CÓ77io fue eso?*
para que deis testimonio de ella; y si no tenéis por liviana cosa
la majestad del derecho, pues ¿qué cosa más grave que encubrir
el pecado de quien enredó a los buenos y los engañó, y logró
que el uno matase al otro, con sus calumnias, mentiras y false-
dades? Quien calle acerca de esto [no] está exento de la maldad
del crimen, ni muy lejos de haber tenido parte en su ejecu-
ción; et
(i) por 1. q.faze, — Falta en C. — J. por su crimen,
(2) C. pro del rey y de los pueblos; — J. del rey y de su mes-
nada;
(3) C. tercera es, que cuando los malvados son expulsados
del país, aumenta entonces la concordia entre los subditos y
viven los buenos más alegres, contentos y satisfechos. Pues
(4) devós — B. denos
(5) C. de vos 1. q. sabe, para que se dé la sentencia según ver-
dad, y no según capricho y conjeturas.» Y cuando acabó su discur-
so el que les hablaba, callaron los presentes, y no dijo ninguno de
TOMO I. 13
194 CALILA Y DIMNA
Dixo Dimna : <i.Dizen que en una gibdat avía un
físico que era bien andante e de buen donario en su
nielezina7nic7tto e movióse, e estitdiaron en sus libros
algunos por aprender, et vhio eiide un orne que se enfin-
gió que era un buen físico e non era tal {i). Et el rrey
desa tierra avía una fija que amava mucho, e ovo de
adolecer, et el rrey envió a llamar muchos físicos para
que curasen de su fija, Et vino un físico muy sabio que
era giego, et dixéro7ile la dolengia déla 7iiña e man-
dóles que le diesen a bever cierto xarope \aque\ dizen
(.'líos una palabra, porque no sabían nada por sí mismos ni de un
modo evidente para declararlo; y rehusaban hablar, preocupados
de que sus palabras se tomasen como sentencia,© decretasen una
muerte. Y cuando vio Dimna su silencio, les habló y dijo: «En ver-
dad que si yo m. f. f. p. q. callásedes en mi proceso; pero ¿cómo
se ha de juzgar de mí por lo que sepáis (*), cuando no sabéis que
soy malhechor?; pues todo aquel a quien no se le pruebe que es
un criminal, no hay medio de proceder contra él y resulta ino-
cente y libre. Y no hay otro remedio sino que digáis de mí lo
que sepáis; y sepa, por lo tanto, quien se atreva a decir una pa-
labra en mi proceso, que todo dicho tiene su consecuencia más
tarde o más pronto; y que su declaración en mi proceso ha de
ser un elemento de juicio que me salve o me mate. Y quien de-
ponga contra mí para que me maten, sin saber nada, o declare
en mi proceso por dudas o sospechas, le sucederá, por lo que
diga, lo que sucedió al médico que se atribuyó la ciencia que no
tenía.» Dixo
(i) C. í'ibdat de la India había un físico que tenía habilidad y
ciencia; y era, por esto, muy reputado en las operaciones que ha-
cía para devolver la salud a los enfermos que trataba con sus
curas y sus medicamentos; y murió este médico, y se aprovecha-
ron los hombres de lo que hallaron en sus libros. Y sucedió que
cierto ignorante se atribuyó la ciencia de la medicina, y se dixTil-
=,ó esta noticia entre los hombres. Et
(•) Según la interpretación del editor de C.
DE LA PESQUISA DE DIMNA I95
rremasera. Et torrnáronse para el rrey e dixiéronge-
lo, et él buscó un físico que le diese a bever aquella
melezina, et vino ai aquel omne que se alabava de
físico e sabio de melezinas e de confasiones et mandó
traer las arcas en que estavan las melezinas del físico
muerto, et troxiérongelas e pusieron las delante e
abriólas e tomó dende una dellas que falló en un sa-
queto en que avía pongoña mortal, et compuso del e
délas otras una melezina e dixo: «Ésta es rremasera.»
Quando el rrey vido que lo fiziera tan aína, cuydó
que era sabio e agudo e mandól' dar algo e buenos
paños. Etél dio abever la melezina ala dueña, e lue-
go, commo la bevió, tueron los sus entestinos des-
PEDAgADOS E niurló. Et quando el rrey la vido muer-
ta mandó que le diesen a bever al físico de aquella
melezina, e be viola e luego fué muerto» (i).
(i) C. una Jija que casó con un hijo de un hermano que tenía,
y quedó embarazada, y tuvo las molestias que se tienen en los
embarazos, y estuvo por esto sufriendo. Y envió el rey en busca
de médicos; y se le dijo que había un médico a eso de unas pa-
rasangas, distinguido por su ciencia en el curar, y envió por él. Y
cuando llegó el enviado a su casa, vio que había perdido la vista
por causa de la vejez. Y se le hizo saber la enfermedad de la
muchacha y cómiO se encontraba; y prescribióle un m-cdicamento
de nombre conocido, [que] se llamaba remahera. Dijéronle :
«Confecciónanos ese medicamento.» Dijo: «Yo no veo; pero
el conjunto de los ingredientes *que entran en él sí que lo sé.»
Mas aquel insensato que pretendía poseer la ciencia de la medi-
cina, se les presentó y les dijo que él conocía este medicamento
y sabía sus ingredientes y su confección. Y mandó el rey que le
sacasen los libros del médico muerto y que le introdujesen en
la botica para que tomara, de lo que hubiese en ella, los Ingre-
dientes para el medicamento. Y cuando entró y le presentaron
los ingredientes del medicamento, procedió en el asunto a su
CALILA Y DIMNA
Dixo Dimna: «Divos este enxenplo por que non
diga ninguno de vos lo que non sabe por fazer plazer
a otros nin por otra cosa. Et todo omne averá gualar-
dón por lo que fiziere, et yo só salvo délo que me
apusieron. Et heme entre vuestras manos, pues temed
a Dios, parad bien unientes en mi fecho» (i). Fabló el
cozinero mayor fiándose en su dignidad, et dixo:
«Oíd, sabios e rricos omnes, et parad mientes enlo
que vos diré: ca los sabios non dexaron ninguna
señal délos buenos e délos malos que la non depar-
tiesen, et las señales déla falsedat son manifiestas
eneste mal andante, e de más que ha mucho mala
fama.> Et dixo el alcalld al cozinero: «Ya lo oímos
eso, et pocos son los que las non conogen. Pues dinos
las señales que vees en este lazrado.» Dixo el cozi-
nero: «Fulán dixo enlos libros de los sabios (2) que
entender y a su manera, y tomó de la caja una cosa sin discre-
ción y sin conocimiento, según su opinión y parecer; y dio con
un veneno mortífero y lo cogió y lo mezcló con sus ingredien-
tes. En seguida dio a beber a la muchacha, que al cabo de un
rato murió; y lo agarró el rey y le hizo beber del medicamento
que había mezclado, y murió (*).
(i) a. quanto pudieres.»
(2) C. enxenplo para que sepáis el pecado que comete el que
habla con ignorancia o procede con incertidumbre.> Y habló el
encargado de la mesa del rey, condescendiendo con los deseos
de la madre del león, y dijo: «En verdad que el más merecedor
de que no se interese por él el vulgo, ni duden de su hecho los
nobles, es este miserable, en el cual están manifiestas las señales
del criminal y los signos del facineroso; y ya saben los sabios lo
que hay que juzgar de ellos.» Dijo el jefe de los jueces: <¿Y cuá-
(*) J. murió. Y cuando supo el rey esto, llamó al ignorante y le hizo
beber este medicamento, y murió al momento.
DE LA PESQUISA DE DIMNA ig'J
el que ha el ojo siniestro pequeño e guiña del mucho,
e tiene la nariz encunada faza la diestra parte e tiene
las gejas alongadas e entre las gejas tres pelos (i), e
quando anda abaxa la cabega e cata sienpre en pos de
sí, E LE SALTA TODO EL CUERPO, ct el quc cstas scñalcs
ha en sí es mesturero e falso e traydor (2), et todas
estas señales son eneste lazrado apergebidas» (3).
Dixo Dimna (4): «Por unas cosas judga el omne
otras, et el juizio de Dios derecho es e sin tuerto. Et
vos sodes sabios e mesurados en rrazonar, et ya oíste
lo que éste dixo; pues oíd amí, ca él cuyda que non
es ninguno más sabio que él, et cree que non ha otro
más saber que el suyo; pues si todos los bienes e
los males que el omne faze non son si non por las
señales que son en el omne, manifiesta cosa es que
non avrá el rreligioso su buen gualardón por el servi-
gio que faze a Dios, nin el que mal faze non avrá pena
por sus malas obras, et que non son los omnes bien
les son esas señales y signos? Porque los que ignoran lo que son,
hablan mucho de ellos.» Y levantando su voz el encargado de la
mesa, dijo : «Los sabios han dicho que — J. enxenplo para que
sepáis la villanía que comete el que habla u obra con ignorancia,
extralimitándose. Pues a aquel de vosotros que se extralimite, le
sucederá lo que sucedió a ese ignorante y mancillará su alma. Y
ya han dicho los sabios: «Muchas veces quien habla obtiene el
^galardón debido a lo que dice.» Y lo que hayáis de decir en
vuestras manos está; pues parad mientes por vosotros mismos
(i) C. alongadas, y los pelos de su cuerpo le salen de tres en
tres, e
(2) C. en sí es traidor, criminal y envidioso de los bue~
nos, et
(3) C. son en Dimna.»
(4) C. Y cuando terminó su discurso fué mucha la admiración
de Dimna por lo que aquél había dicho, y dijo: «Por
1Q8 calila y DIxMNA
andantes si non porlas señales que son vistas enellos,
et el que mal faze non se puede dello dexar nin puede
estar que lo non faga, et que non es ninguno virtuoso,
maguer pune en bien fazer, que le tenga pro, [nin] nin-
gunt mal fechor, maguer que peque, quel' faga daño.
Et non mande Dios que así sea, et si alos omnes fuese
dado porrnían en sus cuerpos las m.ayores señales que
ellos pudiesen. Et yo só salvo délo que me apusie-
ron, et de mí non salió ál si non verdat; et bien veen
los que aquí son presentes quán nesgio e quán torpe
eres délas cosas, ca tú non sabes mejor las cosas nin
eres más enviso que los que aquí son presentes, mas
fablaste e erraste et eres tal commo el omne que dixo
asu muger (i): «Cubre tú lo [que] non deve paresger
»detí e dexa las cosas agenas e enmienda las tuyas,
»que conosges mejor.» Dixo el cozinero(2): «^'Cóm-
mo fue eso?»
(i) B. yerraste con sabor de fablar; et eres tal como la juujef
que le dixo su marido: — Esta debe ser la verdadera lección del
original, aunque C, como se ve por la nota siguiente, esté con-
forme con A. — J. dice: Y no hay ejemplo de ti en esto, sino el
ejemplo del hombre que dijo a su mujer: «Cubre
(2) C. tuerto, y no hay en él injusticia ni iniquidad. Y si fuera
por esas señales que decís y otras semejantes por lo que se alcan-
zara la justicia y el conocimiento de la verdad, no se tomarían
molestias los hombres en averiguar las pruebas... (*), ni sería na-
die digno de elogio por obrar bien, ni habría medio de proceder
contra él por obrar mal, porque nadie podría desvirtuar las seña-
les por las que le fuera necesario hacer lo que laiciera. Mas
cuando hay galardón para el que obra bien y castigo para el que
obra mal, es que no es por esas señales. Y si yo hubiera ejecu-
tado esa acción que me habría deshonrado, y buscara refugio en
(*) El texto está alterado en este pasaje.
DE LA PESQUISA DE DIMNA I99
Dixo Dimna: «Dizen que en una gibdat que dezían
Maruca corriéronla los enemigos, e cativaron e ma-
taron mucha gente della (i). E cayó (2) en suerte aun
omne délos que la conquistaron, un omne labrador
que tenía dos mugeres, e fazíales mal, e non las far-
tava de comer, e traíalas desnudas (3). Et enbiólas
X)ios; si hubiera hecho eso, en verdad que sería por ello nueva-
mente desdichado, porque me habrían obligado a ello esas seña-
les que yo no me podía quitar ni tampoco substraerme a su
influjo. Además de que lo que manifiesta tu necedad en materia
penal y en tribunales de justicia, es eso que dices; pues si fuera
como tú dices, no habría necesidad de nada de eso para proce-
der contra mí; porque esas señales se engendran con quien las
ostenta cuando él es engendrado, y nacen con él cuando él nace;
y el Hacedor no las pone en el individuo en el día en que se
hace criminal, ni cuando convenga al juez que ha de juzgar de
sus actos, ni cuando sea menester conocer la inocencia de él.
Pero de lo que no duda nadie es de tu necedad y de tu ignoran-
cia; y, sin embargo, tú has oído algo de que no te has enterado
bien, y hablas de ello sin ningún discernimiento; pues no eres más
jurisperito que los que están presentes, ni más capaz que ellos
para juzgar las cosas; pero hablas y te equivocas; y a quien sea
como tú le sucede lo mismo que al que se decía médico; pues si
tienes la creencia de que el bien y el mal no existen sino por las
señales, si es así, entonces no hay mérito en los buenos ni demé-
rito en los malos; y yo no hallo en esto sino excusas para mí, y veo
que tú no hablas sino por excusarme y te expresas como si te
aconsejara yo, porque ni sabes ni piensas lo que dices; y en esto
eres t. c. e. o. q. d. a. muger: «Mira tus defectos, ¡oh deshonesta!,
»y reprende luego a la otra.» Y se le preguntó a Dimna: «^jCómmo
(i) C. dezían Barujaxat c. 1. enemigos una vez, y mataron al-
gunos hombres de los que había en ella, cautivaron a sus muje-
res y se repartieron el botín. E
(2) A. cayeron
(3) C. mugeres; y este hombre las tenía desnudas de vestidos
y no les daba ni de comer ni de beber. Et — J. mugeres; y este
enemigo las maltrataba en el comer y el vestir. Et
CALILA Y DIMNA
un día [conel omne] a coger leña así desnudas (i), et
falló la una dellas un trapo viejo, e cubrió conél su
vergüenza. Et dixo la otra al marido: «Catad cómmo
» cubre ésta su natura; e non lo faze si non por que
?ayas sabor della e yoguieses conella.» Dixo el mari-
do: «Astrosa, non paras mientes entí que estás des-
»cubierta, e rriebtas ala otra que cubrió su vergüen-
»ga conlo que pudo aver» (2).
Dixo Dimna: «E tú deves parar mientes en cobrir
atí e callar; ca es grant maravilla de tu fazienda por
que te llegas al comer de nuestro señor, aviendo entí
tales tachas malas, et seyendo tan lixoso. Et non vi
yo sólo las tus tachas, mas quantos aquí son de la
MESNADA DEL RREY LO SABEN. Et yo cncobrílo fasta
oy, e non lo dexé de mostrar si non por que dezía en
mi corazón: amí non nuze la honrra qu'el rrey faze a
otri, nin me faze pro afrontarlo, mas dévolo encobrir;
mas pues que mehá paresgido detí enemistad e de-
xiste abusión e fablaste en falso e a tuerto e sin sabi-
duría, quiero yo dezir las tachas que ha en ti, por que
non deves llegar al comer del señor e deven los om-
nes fuir de ti» (3).
(i) C. Et fuese un día el labrador con el hombre y las dos mu-
jeres desnudas a coger leña, et — J. Et fuese el labrador cierto
día y con él sus mujeres a coger leña para el enemigo; y andaban
desnudas,
(2) C. al marido: «¿No miras a ésta cómo va desnuda?» Y dijo
el marido de ella: «jGuay de ti! ¿No te miras a ti misma y cubres
»tu vergüenza como ésta cubrió la suya, antes de hablar?> — J.dixo
al marido : «¿No ves a esta fea que no se avergüenza ni se cubre?»
Díjole el marido: «Si empezaras por mirarte a ti misma, pues
>[veríasl que tu cuerpo todo es vergüenza. >
(3) C. «E por lo que a ti se refiere, pues es más de admirar^
DE LA PESQUISA DE DIMNA
Dixo el cozinero: «^jAmí lo dizes lo que oyó?» Dixo
Dimna: «Atí lo digo, ca ayúntanse en ti todas malas
tachas; ca eres potroso e has el mal del figo e eres
tinoso e as albarraz enlas pierrnas; onde non deves
llegar ala puerta del rrey.» Guando el cozinero mayor
oyó lo quel' dezía, afogóse con sus lágrimas e comen-
tó de llorar por que se atrevía Dimna aél e le fablava
tan villana mente. Guando esto vio Dimna díxol':
«Por grand derecho lloras, que sabes que si el rrey
esto sabe alongartehá de sí e nunca te pararás
ant'éU (i).
porque ya sé la porquería de tu cuerpo y tu suciedad, y tu atre-
vimiento, además, en acercarte al comer del rey y asistirle, coma
si estuvieras exento de tacha y libre de suciedad. Et n. v. y, s. 1.
t. t., m. quantos inteligentes aquí son, Y no me impidió el mani-
festar tus tachas antes de hoy sino la amistad que había entre los
dos; pues no quería ser yo el único que las manifestase sin (*).
Y puesto que ya me has difamado y has comenzado a calum-
niarme por la enemiga que me tienes, y me acusas sin conoci-
miento y falsamente en presencia de la corte, quiero y. d. 1. 1. que
sé que tienes, empezando por lo que callé de tu suciedad, porque
ninguno que las tenga podía pretender estar al servicio del rey
ni al de quien sea inferior a él.>
(i) C. Dixo el servidor de la mesa : «<Es posible que me insul-
tes (**) así, ¡oh miserable!?» Dixo Dimna: «Yo no te acuso sino
de los defectos que tienes, que son: la lepra de tu cuerpo, la
suciedad de tus piernas y la dolencia de tus testículos.» Cuando
el servidor de la mesa oyó esto de Dimna se abstuvo, y se abs-
tuvieron todos los que estaban en la reunión de decir nada del
asunto de él, hasta que mandaron los jueces que fuese llevado a
a la cárcel (***),
(*) Sigue en el texto la palabra <^w4a*.¿.\, que no da sentido.
(**) J. Dixo el señor de los cerdos: «¿A mí dices esas palabras?...»
(***) J« Cuando dijo Dimna esto se alteró el semblante del señor de
los cerdos, que lloró, se mesó y se le trabó la lengua, quedó abatido j
CALILA y DIMNA
(i) Quando esto oyó el fiel del león, que trasladava
lo que dezía Dimna e lo que dezían del, et éste avía
nombre Xaar, escrivió todo aquello e levólo al león.
Guando aquello vio el león, mandó desponer al cozi-
nero mayor de su ofigio, et que non paresgiese ant'él
nin entrase en su casa. Et escrivió el álcali e el ñel
otrosí lo que dixo Dimna. Et mxandó a Dimna torrnar
ala cárgel e fuéronse ese día. Et avía y una bestia
quel' dezían Jauzava e era amigo de Calila, e fuese
para Dimna e fizóle saber la muerte de Calila. E lloró
Dimna muy mucho et dixo: «^'Qué quiero yo oy
bevir más seyendo muerto (2) mío hermano e mío
(i) Falta en C. todo este párrafo y gran parte del siguiente.
(2) J. [a continuación de lo que se lee en la última contranota.]
Entonces un xaahr a quien el león, después de haber probado y
haberse convencido de su lealtad y sinceridad, había empleado en
su servicio y le había mandado que observara lo que pasaba entre
ellos y se lo manifestara, se levantó este xaahr y entró en la es-
tancia del león, a quien contó todo lo sucedido, con todos los
pormenores. Y mandó el león deponer al señor de los cerdos de
su empleo, y ordenó que no se presentara ante él ni le viera la
cara. Y mandó que Dimna volviese a la cárcel; y había pasado ya
la mayor parte del día y terminado la sesión que habían celebra-
do, y dijo: «Escríbase y séllese con el sello del leopardo.» Y se
marchó cada uno de ellos a su casa. Este xaahr, al que le llama-
ban Rauzaba, era amigo y compañero de Calila, y también dis-
tinguido y honrado por el león. Y sucedió que se apoderó de
Calila una gran preocupación, por temor de que se le compli-
cara en el proceso de su hermano Dimna, y tomaran precaucio-
nes contra él. Y estuvo enfermo por esto, y se le agravó la en-
perdió la alegría. Y dijo Dimna cuando vio su abatimiento y sus lloros:
«Más te conviene dejar esos lamentos para cuando se entere el rey de
tu suciedad y de tus tachas, y te quite de su mesa, te aparte de su servi-
cio y te aleje de su presencia.»
DE LA PESQUISA DE DIMNA 203
puro amigo? Et cómmo dixo verdat el que dixo:
«Quando al omne viene la tribulagión, de todas partes
»le viene el mal e gÚBRELO e gércalo la cuyta et el mal
»coMMO AMÍ ACAESCió.» Euipero con todo eso, ame
Dios dado quien me apiade e quien vie vesitc e iíie
quiera bien por stt bondaf, que me fizo Dios merged
entu amor et he esperanga que serás tií en amarme e en
me vesitar e ayudar según que me era Calila mi her-
mano, e aim más; et aun espero en Dios que tú traba-
jarás por mi así como faze el buen amigo (i). Pues si
ovieres por bien de llegar ala casa de Calila e traer-
me quanto y fallares suyo e mío» (2).
E él fizólo así. Et diolc Dimna la parte de Calila,
et dixo le : «Más la meresges tú que otri.» E rrogól'
e pidió!' en amor que fuese ant' el león e que dixiese
bien del e quel' fizie[se] saber lo que diría la madre
fermedad y se murió. Y fuese este xaahr para D, e. f. s. 1. m. d.
C. Y lloró [Dimna] y se entristeció y dijo ; «¿Qué he de hacer
yo en el mundo después de haber perdido a mío
(i) a. en yo perder a Calila, ca ése era mi bien o todo mi
conorte, e sabía toda mi poridat de bien e de mal. Et si Dios esto
fizo, loado sea él, que me dexó a vos en su lugar, que me que-
redes bien, e me querredes, et seredes en apiadarme segunt que
era Calila.
(2) J. cuyta y la tristeza por todos costados. Empero doy gra-
cias a Dios, ensalzado sea, que no murió Calila hasta que me pro-
porcionó un amigo, un hermano, tal como tú. Pues yo confío en
el auxilio de Dios, ensalzado sea, y en su bondad para conmigo,
por la soUcitud que veo me tienes y las atenciones que me guar-
das. Ya sé que tú eres mi esperanza y mi amparo en la situación
en que me encuentro. Mas yo quisiera de tu bondad que fueras
a cierto sitio y buscaras todo lo que ganamos yo y mi hermano
con nuestro arte y nuestro trabajo y con la voluntad de Dios, en-
salzado sea, y que me lo traigas aquí.>
204 CALILA Y DIMNA
del león del. Et prometió gelo e rresgibió lo que le
diera e fuese Jausaba de mañana al león et falló al
león pardo e al álcali que vinieran conlos escriptos e
gelos pusieron delante. E el que los catava mandó a
su escrivano que los trasladase e dar los al león par-
do; e dixo aél e al álcali : «Id vos así commo ayer e
fazed llamar a Dimna e ponedlp ante la mesnada e
venid me dezir lo que se faze e cómmo se salva.» Et
pues que sallieron ende vino la madre del león, e
leyóle él aquellos escriptos. Dixo ella (i): «Non meló
(i) J. E hizo el xaahr lo que le mandó Dimna. Y cuando le
puso delante la riqueza, le dio la mitad de ella y le dijo : «En
verdad que tú, respecto de los que entran y salen en casa del
león, eres más merecedor que otro. Dedícate, pues, enteramente
a mi proceso y pon en él todo tu cuidado, y entérate de lo que
se diga de él ante el león cuando se le haga presente todo lo
que ha pasado entre mí y mis adversarios, y lo que se sepa de
la madre del león en mi proceso, y lo que se vea acerca de la
obediencia que él le tiene o si la contradice en lo de mi proce-
so. Y conserva bien en la memoria todo esto.» Y tomó el xaahr
lo que le diera Dimna y se separó de él con este pacto. Y se fué
a su casa y dejó el dinero en ella. Luego el león se levantó muy
de mañana y se sentó [en su trono]; y cuando habían pasado ya
dos horas del día, le pidieron permiso sus compañeros para en-
trar y se lo concedió; y entraron ante él y le pusieron los escri-
tos en la mano. Y cuando se enteró de lo que decían ellos y de
lo que decía Dimna, llamó a su madre y se los leyó. — C. (*) Y
cuando se levantó el león por la mañana, entró a su presencia
el cadí y parte de los notables de su compañía, con el escrito de
lo que había dicho Dimna en su disciilpa. Tomó el león este
escrito y les mandó que se retiraran. En seguida envió por su
madre y le leyó aquellos escritos, y se apesadumbró ella mucho
y dijo : «Non
(*) Continúa aquí el testo de C, desde el final de la nota i de la
página 20 1.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 205
tengas a mal, fijo (i), si te yo estultare de mi pala-
bra, ca (2) veo que non sabes qué te tiene pro nin
daño por el engaño deste falso. Pues líbralo e folga-
rás; ca si lo a vida dexas confonderá tu mesnada.» E
torrnóse muy sañuda contra él (3).
Desí fuese Jauzaba e llegó a Dimna ala cárgel e
fízol' saber quanto dixiera la madre del león quan-
dol' leyeran los escriptos. Et en seyendo así fablando
vino el mandadero del álcali e del fiel e leváronlo ala
casa del juizlo e pará[ro]nlo ante la mesnada e el pue-
blo, e ayuntáronse estando Dimna ant'ellos. Dixo el
mayor de la mesnada: «Ya sope yo tu pleito, Dinma,
et díxomelo quien es bien fiel e es entendida la ver-
dat, et non avernos más que pesquerir de (4) ti; ca tú
con traygión e con falsedad e con tu mestura feziste
al rrey, nuestro señor, que matase a Sengeba, su ami-
go, et era leal e verdadero, sin culpa que fiziese. Et
si non fuese por la su grant merged e por la su grant
piadat que nos mandó que sopiésemos más de tu
fazienda, ya el juizio manifiesto fuera dado de nos
contra ti.» Dixo Dimna: «Non fablas commo quien ha
piadat nin merged, nin commo quien cata al pleito
del que rresgibió tuerto, nin commo quien sigue la
verdat nin el derecho; mas usas de voluntad e quie-
(i) fijo, — C. ¡oh rey!,
(2) C. palabra.» Dixo el león: «No lo tomaré a mal. Di lo que
quieras.» Dijo : «Veo
(3) C. daño; y creo firmemente que Dimma, mientras tú pasas
el tiempo contemplando su proceso, sublevará contra ti a todos
aquellos en quienes tú no puedes tener seguridad.» En seguida
se levantó y se fué muy enfadada.
(4) A. di
206 CALILA Y DIMNA
res me matar. Non eres gierto délo que me apusie-
ron, nin son pasados los tres días que devedes pes-
querir por mí. Et non eres de culpar, ca el malo non
ama los buenos nin alos que fazen las obras de Dios.»
Dixo el álcali: «Deve el señor gualardonar al omne
por su bondat e honrrarlo e conosgerlo; ca todo bien
quel' faze, merécelo, e deve justigiar al mal fechor
por su mal fecho e penarlo por ello, por tal que los
buenos [tomen] mayor cobdigia de fazer bien, [e] que
los malos fuyan del mal fazer. Et por buena fe más
te vale ser justiciado eneste mundo que ser justigiado
enel otro. Pues otorga tu pecado e confiesa el mal
que feziste, ca farás mejor gima por ende. Si Dios
aesto te guiare librarás tu alma déla persecugión del
otro siglo, et fablarán sienpre de ti, de cómmo te
rrazonavas buena mente por estorger, et de cómmo
ante fazías escusagiones con que te anparases. Desí
por confesar de tu pecado e ganar la salud del otro
siglo; ca morir por lo que Dios manda más vale que
bevir enlo que defiende» (i).
(i) C. Desí cuando vino la mañana, envió el cadí por Dimna,
y lo sacaron; y consultaron acerca de él los sabios y no le dije-
ron nada de lo tratado. Y le dijo el cadí : «Aunque callen todos
estos que tienes aquí delante y no digan nada, la opinión que tie-
nen ya los hizo convenir en que tú eres un criminal y que nada
bueno hay en tu vida, desde que cayó en sus corazones la sos-
pecha que de ti tienen; y no veo cosa mejor para ti sino que
confieses tu pecado para librarte del castigo del otro mundo y
volver a tener buena fama, por dos razones : la una, por tu inven-
tiva para disculparte y fingir excusas con las que puedas quedar
libre; y la otra, porque el confesar tu pecado es mejor para tu
felicidad en la otra vida, [la cual vale más] que la felicidad de
este mundo; pues los sabios ya han dicho: «Morir honradamente
DE LA PESQUISA DE DIMNA 207
Dixo Dimna [al] álcali : «Bueno e derecho [e] ver-
dal dizes e fablaste commo sabio; e por buena fe una
>es mejor que vivir en el pecado.» — J. se fué muy enfadada.
Y pasó esto en presencia del xaahr,cuya amistad se había ganado
Dimna, el cual lo oyó y se salió de la presencia de ellos y se
fué corriendo hasta que llegó junto a Dimna y le contó lo suce-
dido. Y mientras estaba con él, llegó un enviado del león y se
volvió con Dimna al lugar donde estaba el juez. Y cuando com-
pareció ante el juez, abrió el juicio el presidente de la asamblea
y dijo : «jOh Dimna!, ya me enteró de tu historia el fiel y verda-
dero et non a. m. q. p. de tu pleito, porque los sabios dijeron:
*Dios, ensalzado sea, ha creado este mundo como razón para
"el otro y como medio para alcanzarlo; porque él (el otro) es mo-
»rada del Enviado y de los profetas que nos anuncian el bien y
>nos dirigen al Paraíso y nos convidan al conocimiento de Dios,
» ensalzado sea.» Ya tenemos conocimiento cierto de lo que tú
has hecho, pues nos lo comunicó uno a quien creemos veraz en
lo que dice. Sino que nuestro señor nos mandó que volviésemos
sobre tu asunto y sopiés emos m. d. t. fazienda, aunque para él era
cosa manifiesta y evidente.» Dijo Dimna: «Veo que tú, ¡oh juez!,
no tienes costumbre de hacer justicia en tus sentencias. Y no es
propio de la justicia de los reyes el entregar las víctimas de la in-
justicia y los que no tienen pecado a un juez injusto, sino defen-
derlos en juicio y protegerlos en sus derechos. Y ¿cómo quieres
que me maten si no he sido contradicho y te das prisa en ello
condescendiendo con tu capricho, si no han pasado los tres días''
Bien estuvo en lo cierto el que dijo que al que tiene costumbre
de hacer obras piadosas, le es fácil soportar su obra, aunque se
perjudique con ella.» Dijo el cadí : «En verdad que hallamos en
los escritos de los antiguos que el juez, para ser justo, debe co-
nocer las acciones de los buenos y las de los malos, para premiar
a los buenos por sus bondades y castigar a los malos por sus
maldades; porque si procede así, tienen los buenos mayor deseo
de hacer el bien y los malos de evitar el mal. Y mi juicio respecto
de ti, ¡oh Dimna!, es : que pienses en la situación en que te hallas
y reconozcas tu pecado y lo confieses y te arrepientas; porque
mejor le es al hombre ser justigiado e. m. q, s. j. e. otro.»
208 CALILA Y DIMNA
<iela[s] bien andangias del omne (sí) es non vender
^1 otro siglo por aqueste que ha de finar, e de con-
plir un poco después con luenga pena. Mas fállase
enlos libros déla ley que non deve el omne ayudar a
su muerte, e que es grant pecado al que lo faze, a
más que yo só salvo délo que me apusieron. Pues
<cómmo me mandaré matar, e ser en ayuda contra mí,
seyendo acusado a tuerto, e non deziendo mentira,
nin la sacando por la boca, nin seyendo conosgido
por tal.í* Tengo por muy fuerte de conosger lo que
non ñz, e otorgar que fiz mal, e ser en ayuda contra
m.í e apargero del que me quiere matar.
»Et tú sabes quamaña pena ha el que esto faze,
enel otro siglo, et yo só salvo en mi fama, e mi escu-
sagión es gierta e manifiesta. Pues si matar me qui-
sieres acusado a tuerto. Dios me aya merged. Et por
ventura si esto me fizieren, non averé otro mal eneste
mundo nin enel otro. Et yo digo lo que ayer dixe; et
temed a Dios, e menbrad vos del juizio del otro siglo
et déla pena, et non vos metades a cosa de que vos
arrepentades do vos non terrná pro la rrepentengia;
ca los álcalis non judgan por lo que cuydan, nin el
cuydar non tiene pro en la verdat; et yo más sé de
mí que vos. Mas guardad vos que vos non acaesca
lo que acaesgió al que dixo lo que non sabía nin vie-
ra.» Dixo el mayor déla mesnada e el alcalld (i): «Et
^xómmo fue eso?»
(i) C. (*) y contestó Dimna y dijo : «Verdaderamente que los
jueces no deben sentenciar por su presunción ni por las presun-
ciones del vulgo ni de los notables; pues ya sabes que la presun-
(♦) Esta nota se refiere a este párrafo y al anterior.
DE LA PESQUISA DE DIMNA 209
Dixo Dimna: «Dizen (i) que avía en [una] villa un
RRico omne quel' dezían Morzubem, et era noble e
de gran fecho (2), et avía una muger muy fermosa e
ción no sirve en ningún pleito para fijar la verdad; y aunque todos
presumís que yo soy autor de este crimen, pues más sé yo de mí
que vosotros; y mi conocimiento es evidente porque no hay duda
en él. Y solamente es abominable mi asunto para vosotros porque
sois así; porque presumís que yo he calumniado a otro; y ¿cuál
sejría mi excusa ante vosotros, si me calumniara a mí mismo, min-
tiendo contra mi alma, y os la* entregara para que la mataseis, sa-
biendo yo que es inocente? Pues ella es para mí la más importante
de las almas en materia de honor, y la más digna de honor en ma-
teria de derecho. Pues si yo hiciese esto con el más allegado de
vosotros o con el más extraño, no me sería posible en mi reli-
gión, ni obraría conforme a mi carácter; por consiguiente, aleja de
ti ese veredicto, que si es propio de ti el buen consejo, te has
equivocado en su aplicación; y si estáis equivocados, pues el más
abominable error es aquel del cual se tiene conciencia; y el en-
gaño y el fraude no son cualidades de un perfecto juez; pues has
de saber que tu veredicto es jurisprudencia y norma de dere-
cho; porque toda decisión que en un asunto da el juez, es juris-
prudencia y norma de derecho que aceptan en sus juicios los
hombres de bien, y su error viene a ser regla de derecho para
Ja gente maleante. Y mi mayor desgracia será también el que tú
no dejarás de ser en la opinión de la gente una persona excelsa
por tu consejo y tu juicio, hasta el punto de que creerán que tú
no podías errar en mi proceso, aunque menosprecies la jurispru-
dencia y te sirvas únicamente de presunciones con las cuales se
cambia la naturaleza de las cosas (*).
(i) Falta este cuento en C, pero está en J., con cuyo texto
cotejaremos el de la versión castellana,
(2) J. omne de los maraziba (**), famoso, et
(*) J" proceso, a no ser que te suceda, según dicen los sabios, que
■dijeron : <Quien se atribuye una ciencia que no sabe y atestigua lo que
no vio, sucédele lo que sucedió al halconero. > Dijo el cadí : <¿Et
(**) maraziba, plural de O^jj"^' ^^^^^^^^) sátrapa.
TOMO I. 14
210 CALILA Y DIMNA
BUENA e leal. Este rrico omne avía un sirviente
agorero e amava a su señora e avía le demandado su
amor muchas vezes, et ella non tornava cabega por
él, e amenazóla muy mal (i). Et quando fue desfu-
ziado della, pensó de buscarle mal conel marido. Et
salió un día a cagar (2) e priso dos pollos de papaga-
yos. Et (3) apartólos el uno del otro (4) et enseñó al
uno dezir: «Yo vi al portero yazer con mi señora enel
lecho» (5), et enseñó al otro dezir: «Pues yo non digo
cosa.-» Et amostró gelo dezir en lengtcaje de Belaque,
que era lengiiage que non e?itendian en aquella tierra.
Et acaegió un día que seyendo su señor consu jnuger^
que gelos traxo dela?zte, e él pagóse dellos e de cómo
cantavan; pero no?i sabía qué se dezían et majtdó asii
rnuger que gelos guardase bien e ella, fizólo así et
PENSAVA BIEN DELLOS, et tóvolos así tui tienpo. Et
acaesgió que unos ornes de Belaque ovieron de llegar
aquella casa de aquel rrico orne, e él convidólos aco-
mer (6). Et después que ovieron comido mandó traer
(i) J. agorero, hábil y diestro en el manejo y crianza de los
halcones. Y era este halconero para aquel hombre lo mismo que
un amigo íntimo, hasta tal punto que lo introdujo en su casa y
lo consideró en ella como si fuera uno de la familia. Y sucedió
(|ue por unas palabras del halconero se irritó y se asustó y enfadó
la mujer de su amo; y trabajó él para buscar un ardid en que
envolverla. Et
(2) J. cagar según su costumbre, e
(3) J. Et los cogió y se fué con ellos hacia su casa 3' los crió.
Y cuando se hicieron grandes apartólos
(4) J. otro, y puso a cada uno en una jaula et
(5) J. vi una cosa sospechosa en casa de mi amo», et
(6) A. quiero dezir nada.» Et aprendieron esto los pollos en
lenguaje de Balaf, que non sabían los de aquella tierra. E tomó-
DE LA PESQUISA DE DIMNA
las aves ant'ellos por les fazer plazer e cantaron.
Guando ellos oyeron lo que los pollos cantavan (i),
catáronse unos a otros e abaxaron las cabegas de
vergüenga que ovieron, et dixeron al señor déla casa
si él entendía lo que dezian los páxaros. Dixo él:
«■Non; mas pagóme desús cantos.-» D¿vlér]o[n]le: <¡.Pues
non te ensañes si te lo dezimos, que dize el uno en nues-
tro lenguaje (2): «El portero yaze con mi señora enel
>lecho de mi señor»; et el otro dize : «Pues yo non
* quiero dezir nada» (3). Et nos avernos por ley de
los e diolos a su señor, e cantavan ant'él, e plazíale con ellos, e
non sabían qué clezían. Et un día vinieron le huéspedes de tierra
de Bafal
(i) J. cosa.» Luego les enseñó esto hasta que lo aprendieron
bien, y lo decían perfectamente a los seis meses. Y cuando ha-
bía conseguido ya lo que quería de ellos, se los llevó a su amo,
el cual, al verlos, se llenó de admiración porque hablaban en
sus manos y le henchían de alegría. Sólo que él no entendía lo
que decían, porque el halconero les había instruido en lenguaje
de Balaj; pero aun así, el sátrapa estaba grandemente admirado
de ellos, por lo cual obtuvo el halconero de él gran estimación y
honor. Et m. a. m. q. g. g. bien y que los cuidase, y la mujer hízolo
así. Y acaeció que pasado algún tiempo unos grandes d. B. o.
d. 11. a. casa, y se esmeró con ellos en la comida y en la bebida; y
reunió muchas especies de frutos y cosas preciosas y se los ofre-
ció. Y cuando acabaron de comer y de beber y comenzaron a
charlar, mandó el sátrapa al halconero que ü^ajese los papagayos
y se los presentase. Y cuando se los puso delante, recitaron lo
que se les había enseñado. Y comprendieron estos nobles lo que
decían, y catáronse
(2) A. Díxol' el uno dellos : «Sabed que dize el uno destos
papagayos. Non te ensañes contra nos si telo dixiéremos, ca
fablan en lenguaje de Balaf.» Dixo él : «Non me ensañaré, ca
ante me plazerá.» «Sabed que dize :
(3) J- vergüenga y de rubor, y comenzaron a hacerse guiños
CALILA Y DIMNA
non comer en casa de omne que su muger sea
mala» (i). Quando esto ovieron dicho, dixo el
SIERVO QUE ESTA VA Y QERCA I «VeRDAD ES, ET YO SÓ
ENDE TESTIGO, QUE LO VI MUCHAS VEZES E NON LO OSÉ
DEZIR.» Et EL SEÑOR DE CASA, QUANDO ESTO VIDO,
MANDÓ MATAR A SU MUGER.
Et elle enbiól' rrogar que pesquisase bien lo que
le dixeran, et dixo: «Demanden et pregunten alos
papagayos si saben más deste lenguage de Balaf, et
fallarán que esto ha fecho tu agorero; ca él me pidió
mío amor e yo non quise» (2). Et ellos fizieron lo así
et vieron que non sabían más fablar et entendieron
fodos qu'el agorero los enseñara. Et quando esto vie-
ron [entendieron] que la muger era sin culpa e el
agorero era mintroso et el señor mand(ar)ó(n)lo lla-
mar. E él entró muy atrevido e traía enla mano un
agor. Et díxole la muger: «Di tú, ^-me viste fazer esto
que dizes?» Dixo él: «Sí.» Quando esto ovo dicho (3)
uno a otro. Y dijo el hombre : «Yo no entiendo lo que dicen,
pero me admiro mucho de ello»; y les preguntó qué era lo que
decían. Pero no querían ellos declararle lo que decían; mas él
insistió tanto y les preguntó tantas veces qué era lo que decían,
que le dijeron : «No dicen sino esto y ésto.» Et
(i) J. casa en la cual se comete tal lascivia.>
(2) J. Et después que hubieron dicho esto, rogóles el hombre
que les hiciesen decir en lengua de Balaj otra cosa distinta de la
que decían. Et
(3) J. entendieron ellos y todos los reunidos que aquella casa
estaba libre de lo que se la acusaba, y quedó manifiesta la men-
tira del halconero. Y mandó que se presentara el halconero, y
[vino] e t. e. m. u. agor de color gris. Et d. 1. m. del sátrapa desde
dentro de su habitación: «¡Oh enemigo de tu alma!, (¡has visto tú
en casa lo que dices y has enseñado a estos papagayos?» Dijo :
«Sí; yo he visto en ella lo que ellos dicen.» Y saltóle
DE LA PESQUISA DE DIMNA 2I3
saltóle el agor al rrostro e sacóle los ojos con las
uñas. Dixo la muger: «Vees, traydor, la justicia de
Dios, que aína te avino e te conpreendió, por que tes-
tinioniaste falso contra. mí délo que non sabías (i) nin
ACAESgiÓ.»
Dixo Dimna: «Divos este enxenplo por que vos
guardedes de fazer commo fizo el agorero; ca el que
tal faze, justígialo Dios (2) eneste mundo e enel otro.»
Et el álcali fizo escrevir todo lo que dixiera Dimna e
todo lo otro que y pasó; e enbiáronlo ala cárgel et
fuéronse los mayores déla mesnada ala casa del rrey
e leyeron anfél todo lo que se rrazonó. E tovieron a
Dimna enla cárgel siete días; e cada día le demanda-
van e non le rresgebían ninguna escusagión de su
pecado et nunca lo pudieron venger nin fazer que
manifestase. Desí la madre del león, quando le mos-
traron el escripto entró al león e díxole: «Si dexas a
Dimna bivo, faziendo tal traygión, atrever sean atí
tus mesnadas e ninguno non se temerá de tu justi-
gia por grant pecado que faga.» Et fizo ella venir al
león pardo, e testimonió de Dimna lo que le oyó
dezir e lo que le rrespondió Calila. E pues que gelo
ovo dicho muchas vezes al león, entendió él que
Dimna lo avía metido aello e quel' fiziera andar a gie-
gas, e mandó que lo matasen con fanbre e con sed, e
murió mala muerte enla cárgel (3).
(i) j. muger: «Con razón te ha sucedido esto, que no es más
que castigo de Dios, ensalzado sea, porque testimoniaste lo que
no vieron tus ojos.»
(2) J. Dimna: «Y 5ÓI0 te di este ejemplo, ¡oh cadí!, para que
procures cerciorarte más, por el mal resultado que acarrea el
testimonio falso eneste
(3) J. álcali, cuando oj'ó lo que había dicho Dimna, se levantó
214 CALILA Y DIMNA
Desí dixo el sabio: «Paren mientes los entendidos
enesto et en otro tal, et sepan qu'el que quiere
y se lo presentó al león para que juzgara; y lo vio el león y llamó
a su madre y se lo enseñó, y dijo ella, etc. — C. (*) Y escribieron
todo esto y lo presentaron al león, quien lo examinó y llamó a
su madre y se lo presentó; y lo que ella le dijo fué esto : «Ya llego
a sospechar que te embaucará Dimna con sus engaños y trapa-
cerías, hasta que te matará o sublevará contra ti tu reino, cosa
más grave de lo que yo podía pensar, después de lo que ha suce-
dido por su culpa, que ha hecho recaer sobre ti, mediante sus
embustes y calumnias, el odio contra tu visir y amigo sincero,
hasta que lo mataste sin que hubiera cometido ningún delito.> Y
cayó la advertencia de ella en el corazón del león, que le dijo:
«Dime quién te ha contado eso que oyó decir a Calila y a Dim-
na; pues si lo mato, eso será una prueba que tendré contra
Dimna.» Dijo ella: «Me repugna divulgar el secreto que se me ha
confiado, por no cometer la falta que prohiben los sabios, es
decir, la de divulgar un secreto; pero procuraré que ése que me
lo dijo me autorice para que te lo manifieste, o que él mismo
declare lo que sabe y lo que oyó.» En seguida se fué y mandó
llamar al leopardo. Vino éste y ella le recordó la gran estimación
en que lo tenía el león y la obligación que tenía de favorecer y
ayudar a la justicia; y que manifestase púbhcamente lo que no
debía tener oculto un hombre como él, que además tenía la obli-
gación de favorecer y de ayudar al oprimido, para poder hacer
valer sus argumentos en el día de la resurrección. Y no cesó de
hablarle hasta que le hizo venir y atestiguar contra Dimna lo que
oyera decir a él y a Calila. Y cuando el leopardo atestiguó esto
contra Dimna, envió recado la bestia encarcelada que había oído
la conversación de Calila y Dimna la noche que aquél entró a
verle en la cárcel, [diciendo]: «Yo tengo una prueba; sacadme
para que la dé.» Y envió el león por ella, y atestiguó contra Dimna
lo que había oído durante la conversación de éste con Calila, y las
reprensiones de éste a aquél, por haberse interpuesto entre el
león y el toro con mentiras y calumnias, hasta que lo mató el
(•) Continuación de lo traducido en la nota de la página 208.
DE L.\ PESQUISA DE DTMNA 21$
pro de sí a daño de otri, a tuerto por engaño o por
falsedat, non ESTORgERÁ de mala andanqa et fará
MALA giMA, et rrcs^ebirá gualardón délo que fiziere,
ENESTE MUNDO ET ENEL OTRO.»
Aquí se acaba (i) el capítulo de la pesquisa (2)
de Dimna.
león, y la confesión de Dimna. Díjole el león: «<Y qué es lo que
te impidió el que nos manifestaras tu testimonio contra Dimna
cuando le oíste esto?» Dijo la bestia: «Me lo impidió el que mi
testimonio, siendo único, no sería bastante para dar sentencia,.ni
tampoco prueba plena en juicio contra el adversario, y no quise
hablar inútilmente.» Y se juntaron dos testimonios contra Dim-
na; y los envió el león ante Dimna, y le echaron en cara los dos,
reprendiéndole, lo que había dicho. Y mandó el león que se le
impusieran cadenas; luego fué dejado en la cárcel, hasta que
murió de hambre y de sed.
(i) C. y esto es lo que resultó del asunto de Dimna; y tal es
el castigo del malvado, y lo que les sucede a los envidiosos y
calumniadores. Se acabó el — J. Y quien piense en esto, verá
evidentemente que quien desea su provecho con daño de otro,
con fingidas adulaciones y engaños, recibe la recompensa de
sus fingidas adulaciones y engaños.
(2) B. pesquisa qtie fezieron sobre Dimna, e co??iienga el capítu-
lo finco, de la paloma colorada, e del galápago, e del gamo, e del
cuervo, e es capítulo de los puros amigos.
[CAPÍTULO V]
[A., fols. 43 a 52. — B., fols. 58 a 68. — C, págs. 125 a 14.2.
J., págs. 207 a 231.]
[El cuervo, la collarada, el ratón, el galápago y el ciervo.J
Dixo el rrey al filósofo : «Ya oí el enxenplo délos
amigos; cómmo los departe el mesturero, falso, mez-
clador, e a qué torrnó su fazienda; pues dime (i)
délos puros amigos, cómmo comienga su amistad
entr'ellos, e cómmo se ayudan et se aprovechan
unos de otros.» Dixo el sabio (2): «El omne enten-
dido non eguala conel buen amigo ningund tehesoro
nin ninguna ganangia (3); ca los amigos son ayuda-
dores [en todo bien e consoladores] ala ora que
acaesge al omne algund mal (4). Et uno délos enxen-
plos que me semejan aesto (sí) es el enxenplo déla
(i) C. délos dos amigos [que] departe el falso astuto; fórjame,
pues, el ejemplo délos — J. délos dos amigos; cómo los departe
el mesturero e a q. t. s. fazienda después de esto; pues dime,
si sabes, délos
(2) J. Dixo el filósofo: «El — C. Dijo el sabio entendido (*):
«Non, etc.
(3) C. y J. amigo ninguna cosa; ca
(4) C. consoladores en las desgracias. Et — J. como A.
(*) Así según la puntuación de C, que debe enmendarse conforme
con J. y con nuestra versión, poniendo Jos dos puntos después de
«sabio», y pasando el «entendido a la oración siguiente, cuyo sujeto es.^
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 21 7
paloma collarada e del mur e del galápago e del
gamo e del cuervo» (i). Dixo el rrey: «^jEt cómmo
fue eso?»
Dixo el filósofo: «Dizen que en tierra de Duzat (2)^
^erca de una gibdat que dezían Muzne (3), avía un
lugar de caga (4), do cagavan los paxareros, e avía y
un árbol grande de muchas ramas e muy espesas
[fojas], e avía y un nido de un cuervo que dezían
Geba (5). Et estando el cuervo un día en aquel ár-
bol, vio venir un omne muy (6) feo e de mala cata-
dura E MUY DESPOJADO (/); c traía al cuello una rred,.
e enla mano lazos e varas e asomava (8) faza el ár-
bol. Et el cuervo ovo pavor (9), et dixo: «Alguna
cosa aduxo aeste paxarero (10) aeste lugar, et yo
NON SÉ SI ES por mi muerte o por muerte de otri;
mas estaré quedo en mi lugar (i i), e veré qué fará.» E
(i) C. el enxenplo del cuervo, la collarada, el ratón, la tor-
tuga y el gamo.» Dixo — J. enxenplo d. p. c. e d. m. e d. g. e d,
cuervo.» Dixo
(2) C. en una tierra — J. en tierra de (^acauanda,
(3) gerca... Muzne, — falta en C. — J. cerca de la ciudad de
Daher, avía
(4) J. y C. de mucha caga^ do
(5) Geba. — Sin duda que el traductor de esta versión dicta-
ría al amanuense, y al dictarle «un nido de un cuervo» le expli-
caría esta palabra diciendo que los árabes decían (o dicen) ger-
ba (^«_->v&), y el amanuense lo manuscribió así en el texto.
(6) C. un omne cazador, feo
(7) C. y J. catadura, y la fealdad de su aspecto anunciaba el
mal que de él podía esperarse; e
(8) e asomava — C. y J. avanzaba
(9) C. y J. pavor de él, et
(10) paxarero — C. y J. hombre
(11) por mi muerte... mi lugar, — Falta en C, pero está en J.
2l8 CALILA Y DIMNA
armó el cagador (i) su rred, e esparzió y trigo, e
echóse en geiada y gerca. Et a poca de ora pasaron
y unas palomas que avían por cabdillo e por señora
una paloma que dezían la collarada (2). E vio la colla-
rada el trigo, e non vio la rred, e posó ella e todas
las palomas, e traváronse enla rred (3).
Et vino el paxarero a grandes pasos muy gozoso
por las tomar (4), e comengaron las palomas a deba-
tir se cada una a su parte, e punavan por estorger.
Díxoles la collarada: «Non vos desanparedes en vos
querer librar, nin aya ninguna de vos más cuydado
de sí que de su amiga; mas ayuntemos nos todas en
una e quigá arrancaremos la rred, et librar nos emos
las unas a las otras.» Et fizieron lo así: ayuntáron-
se e arrancaron la rred, e leváronla en alto por el
ayre. Et vio el calador lo que fizieron, e siguiólas por
las aver, e non se desfuzió dellas e cuydó que luego
a poca de ora les apesgara la rred e (5) cayeran. Dixo
el cuervo entresí: «Seguir las he fasta que vea en
qué torrna su fazienda et (6) del cagador.» Et la colla-
(i) C. fará.> Y llegó el cazador y armó su — J. como A.
(2) C. de ora pasó por allí una paloma llamada la collarada,
que era señora de muchas palomas que iban con ella (*). E
(3) C. \ño la red y se echaron en ella todas. — J. Y no se aper-
cibió ella ni sus compañeras de la red, y se echaron sobre los
granos para cogerlos y quedaron trabadas en la red todas.
(4) C. gozoso por ellas, e
(5) C. ayre, y siguiólas el cazador, y pensó que no pasarían
de allí cerca sin que les pesara la red y cayeran.— J. ayre. Y no
perdió el cazador la esperanza que tenía de ellas, y pensó que
ellas no pasarían de allí cerca antes de caer.
(6) C. et la fazienda del
(*) J. señora de palomas y con ella [iban] muchas palomas.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 219
rada paró mientes [etj vio al cagador que las seguía.
Dixo ella alas otras: «[Veo] que nos viene a buscar (i);
e si fuéremos por lo escanpado non perderá rrastro
de nos nin dexará de nos seguir (2); e si fuéremos
por el lugar délos muchos árboles e por lo poblado,
perderá rrastro (3) de nos, e despera[rá] de nos e
tornar sea. Et si se fuere, aquí gerca ay (4) una cueva
de un mur que es mi amigo; e si allá vamos tajará
esta rred et librarnos ía della.» Et fizieron las palo-
mas lo que les ella mandó (5).
Et perdiólas el paxarero de vista e desfuzió se
dellas, e torrnóse. Et siguiólas (6) el cuervo commo
ANTE FAZÍA por vcr SÍ farían alguna arte para sallir
de aquello en que eran caídas, e la aprendiese e se
ayudase della si él cayese en otro tal. Et llegaron las
palomas ala cueva del mur, et mandólas la collarada
que se posasen. Et fallaron que el mur tenía giento
(i) C. seguía sin perder la esperanza de alcanzarlas, y dijo a
sus compañeras : «Veo que el cazador se empeña en perseguir-
nos; e
(2) C. escanpado no nos ocultaremos a su vista (*); e
(3) A. rrostro
(4) C. poblado, no tardará en ocultársele el rastro de (**) vos,
y se volverá y desesperará de vosotras. Y yo en la desgracia en
que estamos, aquí cerca de lo poblado y cultivado, en un lugar
sé una
(5) C. rred.» Y se dirigieron adonde dijo la collarada.
(6) C. Et ocultáronse [a la vista] del cazador y se volvió [éste]
desesperanzado. Y no se volvió el — J. fizieron esto e desfuzióse
el cazador e tornóse. Et siguiólas el
(*) J. escanpado no se le ocultará lo que hagamos nin d. d. n. se-
guir; e
(**) J. rastro de nos
220 CALILA Y DIMNA
cuevas para los miedos (i). Et llamólo la collarada
por su nonbre, e dezíanle Zira, e él rrespondió (2) e
díxole: «^-Quién eres?» (3). Díxole la collarada : «Tu
amiga la collaf'ada^ (4). Salió luego aella, et quando
vido (5) la rred díxole: «Hermana, ^-quién te echó
enesta tribulagión?» (6). Díxole la collarada: «^-Non
sabes que non ay cosa eneste mundo (7) que en ven-
tura non ay[a] aquello que le contesge? (8). E así la
ventura me echó enesta tribulación, ca ella me mos-
tró los granos e me encubrió la rred de guisa que
me travé enella, yo e mis conpañeras. E non es ma-
ravilla en me non anparar yo déla ventura, ca non se
aupara della quien es más fuerte que yo et de mayor
guisa; ca alas vezes se escuresge el sol e la luna, e
PIERDEN su COLOR (q), c saca[n] los peges de fondón
déla -mar do ningunos non nadan, e fazen desgen-
der las aves que vuelan por el ayre, si lo han en
PARTE. Onde la cosa (10) que faze cobrar al perezoso
lo que le es menester, esa mesma la faze perder al
(i) C. tal. Et cuando llegó la collarada con ellas al mur, man-
dó a las palomas que se posasen, y se posaron. Et fallaron alre-
dedor de la cueva del mur cien agujeros con los que contaba
para los miedos y los tenía bien probados. Et
(2) _ C. e respondióle el ratón desde su cueva e
(3) «¿Quién eres?> — A. y B. «¿Qué quieres?»
(4) A. só
(5) C. aella corriendo y cuando la vio en la
(6) C. tribulagión? Pues tú eres astuta.» Díxole — J. como A.
(7) C. y J. cosa buena o mala que
(8) C. contesge en el tiempo y en el espacio? — J. como A.
(9) C. y J. luna cuando se decreta esto contra ellos, e
(lo) cosa, v_^^N-co, causa, razón, motivo.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 221
anviso (i), et así las aventuras me metieron enesto
QUE VEES.»
Desí comengó el mur de rroer los lazos en que
yazía la collarada. Et ella (2) díxol': «Amigo, comien-
ga enlas otras palomas, e taja sus lazos; desí tajarás
los míos» (3). Et dixo gelo muchas vezes, e él non
tornava cabega por lo quel' dezía, nin le rrespon-
DÍA. Et tanto gelo dixo, fasta que le rrespondió el
mur e le dixo (4): «Semeja que non as duelo nin
piadat de ti nin debdo con tu alma.» Díxol' la colla-
rada: «Non me culpes délo que te digo, ca yo só cab-
dillo destas palomas, et asegúrelas que estorqe-
RÍAN desta cuyta POR MÍ; ct cs gFQut dcrecho que lo
faga, así commo ellas fizieron su derecho (5) en obe-
desger amí lealmente, ca con su ayuda e obedesgi-
miento nos libró Dios del paxarero. Et yo temo me,
si comengares a rroer mis lazos, que cansares e te
enojares délos que fincaren (6); et sé que si ante
rroyeres los lazos dellas (7) et fuere yo la postrimera,
(i) C. mesma se entremete entre el enviso y su deseo.>
(2) C. y J. Et la collarada díxol' :
(3) C. comienza por los lazos de mis amigas; luego ven a mi
lazo.» Et — J. comienga por tajar el lazo de las demás palomas, y
después de esto ven al mío.» Et
(4) C. quel' dezía; luego le dijo: «Tanto me repites esas pala-
bras, que semeja — J. dezía. Et t. g. d., f. q. 1. dixo: «Tanto me
repites esas palabras, que semej a
(5) C. digo, pues no me obliga a ello sino el tener a mi cargo
la jefatura de todas estas palomas, por lo que ellas tienen sus
deberes para conmigo, y ya me los han cumplido en
(6) C. que te enojares y cansares al terminar esto, de las
demás que fincaren en sus lazos; et — J. te enojares y cansares de
cortar los que fincaren;
(7) C. y J. sé que si empiezas por ellas et
CALILA Y DIMNA
maguera que canses e te enojes, non querrás estar
que non me libres desto en que só» (i). Dixo el mur:
«Por esto otrosí te deven amar tus amigos, e aver
mayor cobdigia de ti.» Et comentó a rroer e a catar
la rred fasta que la acabó. Torrnóse la collarada e las
otras palomas a su lugar, salvas e seguras.
Quando el cuervo vido lo qu'el mur fiziera, e
commo librara alas palomas, ovo cobdigia de poner
Sil. amor conel íPMr (2), et (3) dixo en su coRAgÓN:
«Non só yo seguro de non acaesger amí lo que acon-
tesgió alas palomas, e non puedo escusar el amor del
mur.» Et llegóse ala puerta déla cueva (4) e llamólo
por su nonbre; e rrespondió (5) el mur: «(<Qué quieres
o) quién eres?». Dixo el cuervo: «Yo só el cuervo,
et SEPAS QUE me acaesgió desta guisa e desta. Et
QUANDO vi la lealtad que oviste ala collarada e a sus
conpañeras, e délo que fueron libradas por ti (6), ove
GRANT cobdigia de tu amistad e de tu conpañia, e
vine tela a demandar» (7). Dixo el mur: «Non ha
entre mí e ti carrera (8) por amor, et el omne enten-
dido non de ve trabajarse si non délo que á fiuzia que
(i) C. postrimera, non querrás, aunque te domine la debilidad
y el enojo, deponer tu trabajo de cortar mi lazo.» Dixo
(2) A. de aver su amor
(3) et — A. yB. que
(4) C. llegóse a la cueva del mur e
(5) A. dixo
(6) C. Et vi lo que tú has hecho y tu fidelidad en las promesas
con tus amigas, y lo que por ti ha beneficiado Dios a las palo-
mas, y [por esto] que he visto ove
(7) C. vine a ti por esto.» Dixo
(8) carrera — C. 1 *.^.^, causa, por J-^v^^-^c, camino, ca-
rrera.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 223
fará (i), et dexarse de buscar lo que non podrá aver^
ca será por nesgio contado, así commo el omne que
quiso fazer correr las naves (2) por la tierra, e las
carretas por el agua, e non es en guisa. Et ^-cómmo
será entre nos carrera de amor, yo seyendo tu vian-
da e tú seyendo mi comedor?» (3).
Dixo el cuervo: «Piensa con tu entendimiento que
en comerte yo, maguer que tú seas mi vianda, non
me abastarás nada, et que en biviendo tú e aviendo
yo tu amor, averé solaz e coNSOLAgiÓN e seguranga
mientra que biva. Et pues que yo vine pedirte tuyo
amor e GRAgiA, non me deves enviar vago, ca mehá
paresgido de ti grant bondat e buenas costunbres (4);
et maguer que tú non quesiste mostrar esto de ti, el
omne bueno non se encubre su bondat, maguer la
encubra e esconda quanto pueda, así como el mus-
go (5), que maguer es gerrado e sellado, por eso non
dexa su olor de rregender; pues tú non mudes con-
tra mí tus costunbres, nin me viedes tu amor» (6).
Dixo el mur: «La mayor enemistad (sí) es de la natura
que es en dos maneras : la una es egual así commo la
enemistad del elefante conel león, ca alas vezes (7)
mata el león al elefante, e alas vezes mata el elefante
al león; et la otra es del daño déla una [parte] contra
(i) C. y J. entendido debe procurar aquello para lo cual en-
cuentra camino, et
(2) naves — A. y B. nuves
(3) comedor — A. y B. ocasión
(4) C. de ti la bondad de tu carácter; et
(5) ijX.**Jo\, elmusco, almizcle.
(6) C. tu amor ni tu cariño.» Dixo
(7) vezes — A. y B. aves
2 24 CALILA Y DIMNA
la otra, así commo la enemistad que es entre mí (i) e
ti. Et esta nuestra (2) enemistad non es por daño de
mí contra ti; mas por la mala andangia que nos fue
prometida en parte que oviésemos de nos enemistar
déla natura; e la paz e la tregua del que ha algo me-
nester, las m.ás vezes [en] enemistad se torrna, e non
deve el omne fiar por tal tregua, nin ser engañado
por ella (3); ca el agua, maguer sea bien escalentada
CONEL FUEGO, uou dexa por eso del amatar el fuego
si de suso sele echan. Et sola mente tal es el que faze
amistad con su enemigo commo el que lleva la cule-
bra en su seno (4), que non sabe quando sele en-
sañará E LO MATARÁ. Et uou sc consuela el omne
entendido con la amistad del que lo ha menester (5),
MAS antes se APARTA DEL E LO ESQUIVA.»
Dixo el cuervo: «Entendido he lo que dexiste, e
tú deves fazer (6) segund la bondat de tus costun-
bres, e conosgerás que verdad te digo, e non me enca-
rezcas la cosa nin la aluengues (7) entre mí e ti en
dezir que non ay carrera para aver yo e tú nuestro
(i) C. y J. mí y el gato y la enemistad que hay entre mí e
(2) C. esta mi enemistad — J. como A.
(3) C. contra ti, sino por daño de vos contra mí. Y para la
enemistad natural no hay reconciliación, sino el pecado que
vuelve a la enemistad. No hay paz... (*), ca
(4) seno, — C.3^, palma de la mano.— J. J^, manga del ves-
tido, — Sacy como J.
(5) C. y J. entendido con el enemigo astuto. >
(6) fazer — Falta en C, pero está en J.
(7) C. y J. non pongas dificultades entre
(*) No se entiende lo que quiere decir C, y falta este pasaje ea J.,
y también en la edición de Sacy.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 225
-amor de so uno; ca (i) el amor que es entre los bue-
nos depártese muy tarde e ayúntase aína, et es enesto
tal como el vaso de oro que se quiebra muy tarde e
se emienda muy aína, maguer que se quiebra e se
abolle (2); e el amor que es entre los malos depár-
tese mucho aína e ayúntase muy tarde, así como el
vaso de tierra que se quiebra por qual quier guisa
MUCHO AÍNA, desí uunca se emienda. Et el omne de
buena parte ama al omne de buena parte de una vez
que se vean, e (3) por conosgengia de un día e non
MÁS, et el omne vil non pone su amor con ninguno si
non por cobdigia o por miedo, e tú eres noble e de
BUENA PARTE, ct yo he menester tu amor, et aquí
estaré a tu puerta, que non comeré nin beveré (4)
fasta que me otorgues tu amor.»
Dixo el mur: «Ya rresgibo el tu amor, que yo nunca
enbié al que algo ovo menester de mí sin ello, et non
te comengé a dezir esto que oíste (5) si non (si non)
por me escusar, e si me quisieres fazer traygión non
dirás : fallé el mur de flaco consejo e rrafez de engañar.»
Desí salió de su cueva e paróse a su puerta. Dixo el
cuer\^o: «(¡Qué te tiene a la puerta déla cueva que te
vieda de salir amí e solazarte comigo? ^'Has sospecha
(1) J. ca los sabios honorables no desean agradecimiento en
recompensa; y el amor — C. ca ciertamente los sabios y honora-
bles desean para todo bien, allegamiento y carrera. Y el amor
(2) se abolle; — Falta en C. — J. maguer se agujeree o se
quiebre; e
(3) e-Co
(4) C. y J. puerta sin gustar comida fasta
(5) C. comengé con lo que te comengé si — J. non te he pro-
bado con lo que te he probado si
TOMO I. 15
226 CALILA Y DIMNA
O MIEDO de mí aún?» Dixo el mur: «Los omnes deste
siglo danse entre sí unos a otros dos cosas, e ponen
su amor entre ellos (i): la una es el amor e la otra es
el algo. Et los que se dan el amor son los que pura e
leal mente se aman, e los que se dan el algo son los
que se ayudan e se aprovechan unos de otros. Et el
que non faze bien si non por aver bien (2), et por
ganar alguna alegría deste siglo e algund pro, es
tal enesto (3) como el paxarero que echa los granos
alas aves non^por les fazer ayuda, si non por que
quiere ganar. Onde dar omne su amor mejor es que
dar su algo. E fío en tu amor, e dote otra tal de mí; e
non me tiene de salir atí mala sospecha que aya en
ti (4); mas yo creo que tú as conpañeros que son de
tu natura, e non son contra mí commo tú (5), e he
miedo que [me] vea [contigo] alguno dellos e me
mate.» Dixo el cuervo: «Esta es la señal del amigo:
ser amigo del amigo [del amigo] e enemigo del ene-
migo [del amigo], et non me es amí amigo nin conpa-
ñero quien atí non amare e non oviere sabor de ti.
Muy rrafez me partiría yo de su amor del que tal
fuese; et (6) el que sienbra las yervas odoríferas, si
con ellas nasge alguna cosa que las dañe e las afogue,
arráncala» (7).
(i) C. y J. cosas y traban amistad por ellas: la
(2) C. aver recompensa, et
(3) C. y J. tal en el dar y en el tomar como
(4) que aya en ti; — Falta en C, pero está en J.
(5) C. y J. non es su mirada hacia mí como la tuya, e
(6) et — C. y J. porque
(7) C. arráncala y arranca con ella hierbas odoríferas.
J. arráncala y échala.»
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 22 7
Desí salió el mur al cuervo, e abragáronse e salu-
dáronse el uno al otro e solazáronse e seguráronse e
fablaron e contáronse nuevas fasta que pasó una
ora del día. E después que pasaron algunos días (i)
dixo el cuervo al mur: «Esta tu cueva es gerca de la
carrera por do pasan los omnes, e temóme que te
fará[n] mal (2). Et yo sé un lugar apartado e muy
vigióse do ha peges e agua et ay un galápago mi
amigo; si quisieres vamos aél, e beviremos conél
SALVOS E seguros» (3). Dixo el mur: «Plázeme e yo
tehé de dezir muchas (4) estorias e fazañas que te
departiría si fuésemos ya llegados do tu quieres.» Et
priso el cuervo al mur por la cola, e bolo conél fasta
que llegó gerca déla fuente en que yazía el galápago.
Quando (5) vido el galápago un cuervo e un mur
(i) J. abragáronse y solazáronse y se familiarizaron uno con
otro en su amistad, hasta que cuando pasaron a. d. dixo —
C. abragáronse y solazáronse y se familiarizaron uno con otro en
su amistad y estuvieron así algunos días o lo que quiso Dios.
Dixo — B. solazáronse e ovieron plazer en uno. Et estovieron así
fablando una ora, et dixo
(2) J. temóme que algún muchacho te hiera con alguna pie-
dra.— C. temo que te lancen alguna piedra. Et
(3) C. apartado, donde tengo un amigo, que es un galápago;
abundan en él los peces y yo encontraré en él comida, y quiero
que vengas allí y viviré contigo en seguridad.> Dixo — J. Y yo
tengo un lugar solitario y en él un galápago amigo, y abundan en
él los peces; nosotros encontraremos allí comida y quiero ir con-
tigo allí para que vivamos en seguridad.»
(4) J. mur : «Pues yo aborrezco ya este lugar, y tengo muchas
estorias — C. mur: <Pues ¿cómo no he de ir contigo si aborrezco
este lugar?» Dijo el cuervo: «¿Y por qué aborreces este lugar?»
Dijo el mur: «Tengo estorias
(5) C. llegó adonde quería. Y cuando se aproximó al lugar en
que estaba el galápago y vido
¡28 CALILA y DIMNA
conél espantóse, e non sopo que su amigo era, [e]
metióse enel agua. Et puso el cuervo el mur en tie-
rra, e posóse en un árbol e llamó al galápago por su
nonbre, e dezíanle Afza, e él conosgió su voz, e
salió aél (i) et preguntóle dónde venía, e díxole él
lo que le acaesgiera desque siguiera a las palomas, e
lo que le acaesgiera después, del fecho del mur. E
maravillóse el galápago del seso del mur (2) e de su
lealtad, et llegóse aél e saludólo, e díxole: «(¡Qué
te aduxo aesta tierra?» Dixo el mur: «Ove coBDigiA
de tu conpañia e de bevir contigo.» Desí dixo el
cuervo al mur: «Las estorias e las fazañas que me
dixiste que me dirías, dímelas agora e cuenta melas,
e non te rregeles del galápago, que asi es commo si
fuese nuestro hermano» (3).
Dixo el mur en comentando a contar la primera
estoria: <.En la posada donde yo ñas f i era (4) en casa
de un rreligioso que non avía muger nin fijos (5). Et
traíanle cada día un canastillo de comeres, e comía
dello una vez, e dexava lo que fincava, e colgávalo
de una soga en un canastillo qtie te^iia en casa (6). Et
(i) C. aél y le dio la bienvenida et — J. como A.
(2) C. y J. después, y el hecho del mur hasta que llegaron
allí. Y cuando oyó el galápago la hazaña del mur, maravillóse de
su seso e
(3) C. agora, pues te lo pide el galápago; y en verdad que
el galápago es para ti lo mismo que yo.»
(4) A. «Do yo nascí fué — C. Y comenzó el mur su historia y
dijo: «Fué la primera mansión que yo habité en una ciudad, en
(5) C. avía familia. Et — J. como A.
(6) C. comía dello lo que necesitaba; luego dejaba el resto de
la comida en él, y lo colgaba en su casa. Et
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 229
yo agechávalo fasta que salía: desí veníame para (i)
el canastillo, e non dexava y cosa de que non co-
miese e que non echase alos otros mures. E puno el
rreligioso muchas vezes délo colgar en lugar que (2)
lo yo non pudiese alcangar, e non podía. Desí posó
conél un huésped una noche, e genaron amos, e es-
tando fablando dixo el rreligioso al huésped: «^jDe
qué tierra eres e adó quieres ir agora.?*» E éste su
huésped avía andado a muchas partes (3), e avía vis-
to maravillas, e comengol' a contar (4); e el rrehgioso
eneste comedio sonava sus palmas alas vezes por me
fazer fuir del canastillo (5). Ensañóse el huésped por
ENDE, e díxoLE '. « Yo departo contigo e tú menospregias
mis fablas, e suenas tus pahuas; pues ^por qué me (6)
Tragaste que departiese contigo?»
>Et escusósele el rreligioso e díxole: <i.Qiertamente
gran plazer ove con tus fablas (7); mas fágolo (8) por
(i) C. agechava al religioso hasta que salía, y después que
salía saltaba en el
(2) C. vezes de colgar el canastillo, suspendiéndolo [de modo
que] lo (*)
(3) C. avía recorrido la tierra, e — J. como A.
(4) C. a contar al religioso de los países que había recorrido,
y cosas (**) que había visto; e
(5) C. por espantar a los ratones; y ensañóse — J. como A.
(6) A. «Escarrnio fazedes de mí, que me demandades que
vos cuente nuevas, e vos faziéndose esto.» — C. contigo y tú sue-
nas tus palmas como si te burlaras de mi cuento (***); pues ¿por
qué me ifit¿rrogaste?*
(7) A. gran sabor he de oír tus nuevas;
(8) C. mas bato palmas por
(*) J. canastillo en lugar que lo
(**) J« recorrido y maravillas que
(***) J. contigo y tú menosprecias mi cuento; pues
230 CALILA Y DIMNA
espantar unos mures que ha enesta casa, que me
fazen grand enojo, e nunca dexan cosa enel canas-
tillo que meló non (i) coman e meló rroyan.» Dixo
el huésped: <¿Un mur es, o muchos?» Dixo el rre-
ligioso: «Los mures de casa (2) muchos son, mas ay
uno que mehá fecho grand daño e nonio puedo fazer
ningund arte» (3). Dijo el huésped: «Por alguna cosa
faze este mur lo que faze (4), et mié abrome agora alo
que dixo un orne (5): «Por alguna cosa canbió esta
»muger el sinsamo descortezado por el por descqr-
»tezar.» Dixo el rreligioso: «¿Cómmo fue eso?»
>Dixo el huésped: <íPosé una vez con un onbre en una
cihdat, e cenivamos amos^ e feziéronme una cama, e
fuese el onbre ayazer C07t su miiger. Et avia entre nos
un seto de cañase et oí dezir al orne que dixo a su inu-
ger (6): <íYo quiero eras conbidar una conpaña que
yante comigo.» Et dixo la inuger: <¿.^Cónio lo fards,
que non ha enesta casa cosa que les cmtpla (7), et tú
eres un onbre tal que non guardas nin condes as>y> Dixo
(i) C. enojo y no dejo en casa comida que no se la coman.»
(2) de casa — Falta en C, pero está en J.
(3) C. ay uno que viene contra mí y no puedo [encontrar]
recurso contra él.» — J. ay uno que me vence, etc.
(4) C. huésped: «No [hace] esto sino por alguna cosa, et
(5) C. miénbrome de las palabras del hombre que dijo a su
mujer: «Por — J. miénbrome de las palabras del que dijo: «Por
(6) C. oí que el hombre y la mujer hablaban una noche, y oí
la conversación que sostenían y que el hombre decía : « Yo — J. oí
que le decía una noche a su mugen
(7) J* y C. <iCómo convidas a comer a los hombres, si no hay
en tu casa (*) nada que sobre a la familia, et
(*) tu casa — C. S^i^i^ errata, por t.X>v^i.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 23I
el marido: <íNon te rrepientas por cosa que demos a
comer nin despendamos^ que el apañar e el condesar
por aventura fazen tal gima como la gima del lobo. »
Dixo la mugcr: «.^Cómo fue eso?» (i).
Dixo el marido: <íDize?z que (2) salió un val les tero
con su arco e con sus saetas a buscar venados, et luego
agerca falló un venado et tiróle et matóle; et en él le-
váitdolo para su casa atravesó im puerco Ice carrera^ et
el vallestero tiróle e frióle. Et tornóse el puerco al ome,
e matóle con sus dientes, e asi ficeron allí todos tres (3)
muertos. Et en esto pasó por allí un lobo fanhrien-
to, e desque les vio ansí todos muertos, dixo: «.Espe-
ranga tengo (4) de ser vigioso.» E dixo: «Así conviene
condesar desto quanto podiere; que el que non cuy da
(i) C. <iCómo fué la cosa del lobo?» — J. como A.
(2) <Dizen que — Falta en C, pero está en J.
(3) C. '¡-Salió un cazador por la mañana con s. a. e c. s. s. a b. v.
y caza. Y no había ido lejos, cuando disparó contra un venado y
lo mató. Y se lo cargó y se dirigió hacia su casa. Y se le presentó
en el camino un puerco, y se dirigió el puerco hacia el hombre
cuando lo vio, y dejó el hombre el venado, y tomó el arco y
disparó contra el puerco un tiro, que le atravesó por el medio;
pero alcanzó el puerco al hombre y le infirió con sus caninos
una herida que le hizo caer el arco y las flechas de la mano y
quedaron todos muertos. — J., más conforme con A., dice: '^Dizen
que cierto día salió un cazador con s. a. e c.s.s. y no había ido lejos,
cuando disparó contra un venado y se lo cargó y se dirigió hacia
su casa. Y se le presentó un puerco salvaje (*) y le disparó una
flecha que lo mató; pero le alcanzó el puerco y le hirió con sus
dientes una herida que le hizo soltar de la mano el arco y caye-
ron los dos 7nuertos.
(4) C. desque vio al hombre, al venado y al puerco, tuvo
esperanza de
{*) salvaje, como ea el original sánscrito.
232 CALILA Y DIMNA
nin condesa, non es envisoy e yo quiero fazer provisyón
desto que fallé, que (i) me complirá asaz comer la
cuerda del arco para oy.t> Estonge llegó al arco por
comer la cuerda, e desque la ovo tajada, desempolgóse
el arco, e diole el otro cabo enla cabega (2) e matóle. Ei
yo non te di este enxenplo si non por que sepas que la
gran cobdigia del apañar e del condesar (3) faze mala
gima.-»
^Dixo la mugen «Pues asi tú lo quieres, téngolo por
bien (4). Eíí casa teitemos arroz e sinsamo de que dar
de yantar a seis o siete ornes, et yo mañana madrugaré
e faré de qiie coman tus convidados los que quieras.-»
Et la muger, luego que amanegió cogió sinsamo, [lo des-
cortezó] e lo extendió al sol para que se secase, e dixole
a un su esclavo pequeño que tenia : « Cuida de ese sin-
samo, et que non se lo coman los páxaros, nin se ager-
quen aél los perros» (5). Et fuese la muger a otras
faziendas déla casa. Et mientras, el mochacho que es-
tava en guarda del sinsamo descuidóse et vino un perro
et meóse en ello. Desi vino la muger et probó el sinsamo,
et fallólo amargo et no^t quiso guisarlo para comer (6).
(i) C. pudiere, pues no es prudente quien se descuida de
reunir y ahorrar; y yo quiero hacer de lo que hallé ahorro y
alcancía, que 7ne
(2) cabega — J. y C. garganta
(3) e del condesar — Falta en C, perp está en J.
(4) C. mugen «Es justo lo que has dicho, pues en
(5) C. dixole a su marido : «Ahuyenta de este sésamo a los
pájaros y a los perros.> Et — J. dixole a un muchacho que tenía:
«Ahuyenta, etc.
(6) C. faziendas y quehaceres suyos. Y se descuidó el hom-
bre y llegó un perro al sésamo y se puso a comer de él, y lo vi6
la mujer y lo encontró de mal sabor, y no quiso que comiera de
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 233
Et fuese al foco et camió aquel sinsamo por otro sin
mondar, cantidad por cantidad. Et fallávame j/o enel
Qoco enla sazón et oi aun orne que dixo (i): «.^Por qué
rrazón avrd esta muger (2) cajniado el sinsamo ya
mondado por el sin monda?'?» Et otrosí te digo yo des te
mur (3) que salta enel canastillo i do quier que le pongas y
E QUE SUBE EN ÉL, c los otros non, que por alguna cosa
lo puede fazer. Pues búscame un agadón, e cavaré
enes t a su cueva e quifd sabré algo desu fazienda-» (4).
T>Et estonge demandó el rreligioso (5) un agadón, e trá-
xole al huésped (6), et yo estando en otra cueva ajena,
oyéndolo que dezian. E avía enla (7) ;;// cueva mili
maravedís (8), et yo non sabiendo quién los posiera ai;
enpero yo meneávalos e ^anegía con ellos (9) quando
quier que me venía emientes. Así qu'el huésped cavó
la cueva fasta que llegó aellos e sacólos e dixo (10):
«Este mur non podría saltar do saltava si non por
él ninguno de los convidados. Et — j. fuese la mujer a sus que-
haceres, y descuidóse el muchacho del sésamo et v. u. p, e. m. e.
ello. Y lo encontró de mal sabor la mujer et non q. g. p. co?ner.
(i) C. cantidad. E hizo esto, y yo en el zoco vi lo que hizo
ella y oí a un hombre que dijo : <^Por — J. £oco, y dijo un hom-
bre: *^F07'
(2) muger — Falta en C, pero está en J.
(3) C. y J. mur que me dices que
(4) e cavaré... faziejtda.» — Falta en C, pero está en J.
(5) J* i'i'&ligi-oso a un vecino suyo un
(6) C. bi'iscame un azadón.» Y vino con él el huésped, et —
J. como A.
(7) C. avía en un sitio de mi — J. como A.
(8) C. y J. ;//// dinares, et
(9) C. enpero yo los extendía por el suelo y me alegraba con
ellos y me creía poderoso con su posesión quando
(10) C. y J. dixo al reHgioso : «Este
234 CALILA Y DIMNA
QUE YAZÍAN AQUÍ cstos maravedís (i). Ca el aver es
criado para acrecer enla fuerga e enel seso; et tú
verás que de oy en adelante non podrá saltar commo
solía nin avrá fuerg:a nin memoria más que los otros
MURES» (2). Et yo oí lo que dezía el huésped, et sope
QUE DEZÍA VERDAT, E DESESPERÉ DE MÍ MISMO, e SCUtí-
me muy quebrantado e muy menguado en mi fuerga.
Et QUANDO LOS MARAVEDÍS FUERON SACADOS DÉLA
CUEVA, múdeme aotra cueva, e quando amanesgió
llegaron se los mures que me solían servir, e dixe-
ron me: «Fanbre avemos, e avernos perdido lo que
nos solías dar, e tú eres nuestra esperanga, pues para
mientes en nuestra fazieiida.»
»E fueme al lugar donde solía saltar al canastillo, e
trabájeme de saltar muchas vezes, e non lo podía
fazer. Et vi manifiesta mente que mi estado era ya
mudado, e despregiaron me los mures, e oíles dezir
unos a otros: «Aterrado es éste por sienpre, pues
quitemos nos del e non esperemos del nada; ca non
cuydamos que pueda fazer lo que solía, mas que
averá (3) menester quien lo govierne.» E dexaron me,
(i) «Este miir rxon... maravedís. — Así en J. — C. «Esto daba
fuerza a este mur para saltar adonde saltaba.
(2) C. verás que este ratón no volverá desde hoy a tener la
fuerza y ardimiento de que era capaz en el tiempo pasado.» Et
(3) C. (*) múdeme de mi cueva a otra cueva, y cuando amane-
ció conocí el menoscabo de mi dignidad entre los ratones y la
falta de respeto de ellos hacia mí; y me obligaron a lo que les
tenía acostumbrados, a saltar al canastillo, y fui impotente para
ello, y me despreciaron los mures y se pusieron a hablar entre
(*) Esta nota comienza en el párrafo anterior.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 235
e fueron se amis enemigos e comentaron a dezir mal
de mí e de mi abiltar alos que me avían enbidia, e
alongáronse de mí, e non torrnaron por mií cabega (i).
Et dixe en mi coragón: «Veo que la conpaña (2) e
los amigos e los vasallos non son si non conel aver, e
non paresge la nobleza del corazón (3) nin el seso nin
la fuerga si non conel aver; ca yo veo qu'el que non
ha aver, si se entremete de alguna cosa, torrna ala
pobredat atrás, así commo el agua que finca enlos
rríos déla lluvia del verano (4), que non va (5) al mar
nin al rrío, que non a ayuda (6). Et vi qu'el que non
sí, [diciendo]: «Aterrado e. é. p. sienpre (*), que a punto está
de menester — J. non podrá saltar adonde saltaba.» Y cuando
vino la mañana se reunieron los mures que estaban conmigo y
me dijeron: «Hambre tenemos y tú eres nuestra esperanza. > Y
me fui; y [vinieron] conmigo los ratones al lugar en que acostum-
braba a saltar desde él al canastillo, y lo intenté muchas veces y
no pude. Y se hizo manifiesto a los mures el menoscabo de mi
estado, y les oí decir: «Alejémonos de éste y no queramos estar
con él, pues en verdad que lo vemos en situación que no pode-
mos contar con él, sino que averá menester
(i) C. dezir mis defectos y mis faltas a todo aquel con quien
hacían mención de mí. Et — J. enbidia y amanecieron como si no
me conocieran y como si yo no hubiera sido su caudillo jamás. Et
(2) C. conpaña y los parientes e — J. como A.
(3) C. corazón sino con el haber, nin
(4) C. ha aver, cuando quiere alcanzar alguna cosa, le hace
desistir de lo que desea la pobreza y le priva de alcanzar su
objeto, así como se extingue el agua de la lluvia de verano en los
ríos, que — J. commo el a. q. f. e. rr. d. 11. d. verano, que
(5) va — A. y B. vea
(6) C. rrío, sino que la absorbe la tierra, porque [le falta] un
acrecentamiento continuo para llegar a su término. Et
(*) aterrado es éste por sienpre, traducción de vAl>J\ _5-^*' o^Jjfc,
que a la letra dice: «perdido está el hermano de la fortuna».
236 CALILA Y DIMNA
ha amigos non ha parientes, e el que non ha fijos non
es memoria del, et el que^non ha aver non ha seso,
nin ha este siglo nin el otro (i). Ca el omne, quando
le acaesge alguna pobredat e mengua, desénchanlo
sus amigos, e parten del sus parientes e sus bien
QUERIENTES, E desprégianlo, e con cuyta ha de buscar
vida, trabajándose para averia (2) para sí e para su
conpaña, e de buscar su vito a peligro de su cuerpo
e de su alma (3), pues qu'él ha de perder este siglo
e el otro.
»Non es ninguna cosa más fuerte que la pobredat;
que el árbol que nasge enel aguagal, que es comido
de todas partes, [en] mejor estado está que el po-
bre que ha menester lo ageno (4). Et la pobredat es
(i) Et vi qu'el... nin el otro. — Así en J. — En C. está truncada
esta cláusula, pero aun así se ve que es el único texto árabe con-
forme con la zloca del original indio (*), que, traducida literal-
mente del texto sánscrito, dice así: «Quien tiene dinero tiene
amigos; quien tiene dinero tiene parientes; quien tiene dinero es
hombre en el mundo; quien tiene dinero es sabio.» La traducción
literal de C, incluyendo entre corchetes lo que supongo yo que
falta, dice así: «Y vi [que] quien [tiene dinero tiene] amigos; quien
no tiene dinero, pues no tiene parientes ni hijos; [quien no tiene
dinero] no tiene fama; y quien no tiene dinero, pues no tiene seso
entre los hombres, ni este mundo ni el otro.»
(2) C. vida y lo que necesita para
(3) C. cuerpo y perece, pues
(4) >Non.., ageno. — Este pasaje, que falta en C, se halla tras-
puesto en J. (**), y se encuentra también en el pasaje del Calila
y Dimna que cita Abd Rabbihí y reproduce Cheikho en sus
notas a las páginas 134 y 135 de su edición. El pasaje de Rabbihí
dice exactamente lo mismo que la versión castellana, corrigiendo
(•) Véase Hitofadera, traducción de Alemany, pág. 56.
(**) Página 320, líneas 7, 8 y 9.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 237
comiengo e rraíz de toda tribulación, e faze al omne
ser muy menudo e muy escaso, e fázele perder el
seso e el buen enseñamiento, e han enél los omnes
sospecha(n), e tuelle (i) la vergüenga, e es suma, de
TODAS TRiBULAgiONES. Et aquel a que acaesge pobre-
dat non puede estar que non pierda la vergüenga (2);
et quien ha perdido la vergüenga (et) pierde la
nobleza de coragón; et quien pierde la nobleza es
fecho muy vil; et quien es fecho vil rresgibe tuerto;
e quien rresgibe tuerto e daño (3) ha grand pesar; e
quien ha pesar enloquege e pierde la memoria e el
entendimiento; et al que esto acaesge, todo quanto
dize es contra sí, e non ha (4) pro de sí.
»Et veo qu'el omne, quando enpobrege, sospé-
cha(n)lo el que fiava por él, et cuyda mal del commo
cuydava bien, et si otro alguno ha culpa, apénenla
aél (5). Et asi que non es ninguna manera que sea por
el ,3^ j-i^j camino, por ' 1>-mí, terreno salino, que se lee en J., con-
forme con el original sánscrito. (Véase Panchatantra, traducido
por Alemany, libro 11, zloca 89.)
(i) C. tribulagión y atrae hacia el que la sufre el odio de los
hombres; y por esto se ve privado del seso y del valor, y huye de
él la sabiduría y la educación, y es sujeto de la sospecha y sujeto
en quien no cabe la
(2) C. Et aquel a que... vergüenga; — Falta en C, pero está
enj.
(3) C. vergüenga pierde la alegría y es odiado, y quien es
odiado perece, y quien perece (*) ha
(4) C. entendimiento; y quien pierde su seso, su memoria y
su entendimiento, habla más contra sí que en pro
(5) C. culpa, piensan que es de él y es objeto de toda sos-
pecha y mal pensamiento. Et — J. como A.
(*) J. alegría y se odia a sí mismo, y quien se odia a sí mismo ha
CALILA Y DIMNA
alabamiento del rrico que non sea por denuesto del (i)
pobre; ca si fuere esforgado dirán que es loco, e si
fuere franco dirán que es gastador, e si fuere mesu-
rado dirán que es de flaco corazón, et si fuere sose-
gado dirán que es torpe, et si fuere fablador dirán
que es parlero (2). Pues la muerte es mejor al omne
que la pobreza que faze al omne pedir con cuyta,
cuanto más (3) alos viles escasos; ca el omne de grand
guisa, si le fiziesen meter la mano enla boca déla ser-
piente e sacar ende el tósigo e tragarlo, por más ligera
cosa lo ternía que pedir al escaso (4). Et dizen qu'el
que padesge grant enfermedat en su cuerpo, tal que
nunca la perdiese, o que perdiese sus amigos e sus
bien querientes, o que fuese en agena tierra do non
supiese casa nin alverge, nin oviese esperanga de se
torrnar^ mejor le sería todo esto que pedir alos viles;
que (5) la vida le(s) es muerte e la muerte le(s) es
folgura. Et alas vezes non quiere el omne pedir
seyéndole mucho menester, e fázel' esto furtar e
rrobar, que es peor que la pobredat en que está (6);
ca dizen que más vale callar que dezir mentira, et
mejor es la torpedad de la lazeria que la infamia, et
(i) a. E non ha cosa que bien esté el rrico que mal non
esté al
(2) C. y J. parlero, y si fuere callado dirán que es ignorante.
Pues
(3) C. pobreza que obliga al pobre a pedir, y sobre todo a que
pida alos
■ (4) C. y J. escaso vil. Et
(5) C. torrnar o [se viera afligido] por tal pobreza que lo for-
zase a pedir, pues la
(6) A. pedir; — C. rrobar; y el hurto y el robo es peor que
aquello de que le apartan; ca
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 239
mejor es la pobredat que pedir averes ágenos (i).
»Et yo vi (2) qu'el huésped, quando sacó los mara-
vedís DE MI CUEVA, que los partió conel rreligioso. E
VI que puso (3) su parte dellos en una bosa (4) a su
cabegera, e ove cobdigia de aver algunos dellos (5)
por que cobrase mi fuerga, e por que se torreasen
amí aquellos que solían ser (6) mis amigos. E fueme,
seyendo él adormido, fasta que llegué agerca del, e
despertó ami rroido (7). Et tenía gerca de sí una vara,
e firióme conella enla cabega muy mal; e rrastréme
fasta que entré enla (8) cueva. Et después que se
me fué amansando el dolor que avía, contendieron
comigo la golosía e la cobdigia, e vengieron me de
mi seso. Et llegúeme con otra tal cobdigia commo la
primera, fasta que fue gerca, e en veyéndome (9)
diome otro tal golpe de cabo en la cabega, que me
(i) C. mentira, y el fraude es mejor que la violencia y el daño,
y la miseria es mejor que la holgura y las comodidades de las
riquezas de los hombres (*).
(2) C. y J. yo ya había visto qu'
(3) C. y J. puso el religioso su
(4) C. y J. bosa que por la noche ponía a
(5) C. y J. aver los dineros y tornarlos a mi cueva por
(6) C. y J. mí algunos de mis
(7) C. seyendo el religioso adormido hasta que le toqué la
cabeza (**) y hallé al huésped despierto. Et
(8) C. e volvíme a mi cueva. — J. como A.
(9) C. gerca, y el huésped me acechaba e diome
(*) véase Hitopadera, pág. $8, de la traducción de Alemany, donde
este pensamiento se expone así: «Más vale callar que mentir; más vale
ser impotente que adúltero; más vale morir que deleitarse calumniando;
más vale vivir de limosna que ser feliz viviendo a costa ajena. >
(**) J. hasta que llegué cerca de él y
240 CALILA Y DIMNA
cubrió de sangre. Et fueme a tunbos, e rrastréme (i)
fasta que fue enla cueva, e caíme amortegido sin seso
E SIN RRECABDO.
»E ove tamaño miedo (2) que me fizo aborresger el
aver, así que quando oía nonbrar aver, avía grant
pavor e grand espanto (3). Desí pensé e fallé que las
tribulagiones deste mundo non las han los omnes si
non por golosía e por cobdigia, e sienpre están por
ellas en tribulagión e en lazeria (4). Et vi que avía
entre la escasega e la franqueza grand diversidad, et
vi que más ligera cosa es meterse omne alas gran-
des AVENTURAS E (5) al grand peligro, e a grand
ocasión, e a luengas carreras, en buscar el algo
deste mundo, que parar su mano a pedir (6). Et vi
que non ha mejor cosa eneste mundo que tenerse
omne por abastado conlo que ha (7). Et oí alos sabios
dezir que non es ninguna obra (8) tan buena commo
asmar, nin ningún d temor de Dios tal commo rrete-
nerse de mal fazer, nin ningund linaje como buenas
costunbres (9), nin ninguna rriqueza commo tenerse
(i) C. Et fui dando tumbos sobre mi espalda y vientre fasta
(2) C. y J. tamaño dolor que
(3) aborresger... espanto. — C. debe corregirse tal como se
lee en J., conforme con A.
(4) C. sienpre está el hombre mundano sumido en tribulación
y en laceria, porque no cesan de invadirle la codicia y golosía. Et
(5) E — A. y B. que
(6) C. et vi que exponerse a grandes peligros y emprender
largos viajes en busca de riqueza es cosa más ligera al codicioso
que al generoso parar la mano para recibir dinero. Et
(7) C. y J. Et no vi cosa como el contentamiento. Et
(8) obra — C. y J. ,3^' sabiduría, por ^^y^, obra.
(9) El copista de C. se saltó las palabras correspondientes a
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 24I
por abastado conlo que Dios le da (i). E dizen que la
cosa que el omne (2) con mayor derecho deve sofrir
es aquella que por ninguna guisa non puede mudar.
>E dizen que la obra más santa es piedad, et rraíz
del amor es la ñanga, et el más provechoso entendi-
miento es saber lo que fue e lo que (3) ha de ser,
e (4) dexarse omne de grado délas cosas que non
averá por ninguna guisa. Así que torrné mi fazienda
a tener[me] por pagado e por abastado délo que
AVÍA, e múdeme déla casa del rreligioso al canpo; e
avía una paloma por amiga, e por el amor suyo me
fue echado este cuervo (5), e fizo me saber el gran
amor que te tenia e como se quería venir para ti (6), e
ove sabor déte venir ver conél. Et non quise venir
solo, ca non es ningunt alegría eneste mu[n]do que
enpareje conla conpañia délos amigos, nin es ninguna
tristeza deste mundo (7) que enpareje con perder
los. Et prové e sope que ninguno (8) non deve que-
«tal commo rr. d. m. f., n. n. linaje» que se leen en J., conforme
con A.
(i) C. y J. rriqueza como el contentamiento. E
(2) el omne — Falta en C, pero está en J.
(3) C. saber lo que ha de ser y lo que no ha — J. saber (dis-
tinguir) lo que ha de ser de lo que no ha
(4) C. e el contento del alma y su bondad, es dexarse
(5) C. canpo. Y dijo el mur, amigo del cuervo, al galápago (*) :
«Yo tenía una paloma por amiga, cuya amistad conmigo era ante-
rior a mi amistad con el cuervo; en seguida el cuervo me contó
lo que había entre ti y él, e
(6) A. de commo estava de venida para aquí, e
(7) C. y J. tristeza en él que
(8) C. que el sabio non
(*) al galápago : — Falta exi J., lo mismo que en A.
TOMO I. 16
242 CALILA Y DIMNA
rer deste siglo nin buscar más de quanto le cunpla,
con que perda pobredat et que non sea mal traído (i).
Et si aun omne diesen todo este siglo con quanto
enél ha, non le faría pro sinon lo poco, tanto que non
oviese menester lo ageno (2), que todo lo ál en sus
lugares se queda, e non ha dello si non la vista del
ojo, así commo otro omne qual quier (3). Et vine
conel cuervo coneste acuerdo, et yo ser tehé amigo e
CONPAÑERO, e tú otrosí quiero que en tal lugar me
tengas.»
Et pues que ovo acabado el mur lo que dezía, rres-
pondió el galápago muy blanda mente e a sabor, e
díxole : «Ya oí lo que dexiste muy bien (4), enpero
véote ESTAR ASÍ COMMO TRISTE, E rrcmiénbraste (5)
de cosas que tienes enel coragón; e por que aquí eres
con ñusco en ageno lugar non seas de tal acuerdo, e
DÉXATE ende c scpas que el buen dezir non se acaba
si non conlas buenas (6) obras. Ca el enfermo que
sabe su melezina quál es, si non se melezina conella
"non le tiene pro su saber (7) nin siente folgura nin
(i) C. traído; y lo que de él le basta, es solamente un poco
de alimento y habitación, cuando le ayudan la abundancia del
país y la nobleza de ánimo. Et
(2) C. y J. poco con que satisficiera su necesidad, que
(3) C. lo ál, pues en su lugar no le pertenece. — J. lo ál, pues
no le pertenece de ello sino lo que a otro cualquiera: el mirarla
solamente. Et
^(4) dexiste muy bien, — Así en J., mejor que en C.
(5) C. y J. enpero veo (*) que te rremienbras de
(6) buenas — Falta en C, pero está en J.
(7) A. se aprovecha de otra ninguna
(*) Sobra en C. la negación, como ya sospecha el editor.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 243
aliviamiento; onde ha menester que uses de tu enten-
dimiento e de tu saber. Et non ayas pesar por que
ayas poco aver; ca el omne de noble corazón (i) alas
VEZES honrran lo los omnes sin aver, así commo el
león que es temido maguer domado sea; e el rrico
que non es de noble coragón, non le tiene pro su (2)
aver, así commo el can que es menospreciado de los
omnes, maguer que traya collar e sonajas.
»Et pues non (3) tengas por grand cosa en tu cora-
gón (4) ser en agena tierra, ca el omne entendido non
es estraño en ningund logar, seyendo bivo de grand
coragón (5), así commo el león, que non va a ningund
logar que su fuerga non lleve consigo, con la qual
bive do quier que vaya. E amonesta iu (6) alma a
bien, por que sea digna e meresqiente de bien. Et
sepas que quando esto fizieres venir tehá el bien bus-
car de todas partes (7), así commo busca el agua el
(i) C. y J. el omne de coraje
{2) C. y j. rrico que no tiene coraje, es menospreciado aun-
que tenga mucho aver,
(3) non — A. que
(4) C. non te preocupe tu corazón ser — J. como A.
(5) C. entendido non hay para él lugar extraño, ni va a parte
alguna sin llevar consigo lo que le basta, que es su entendimien-
to, así — En J. falta esta frase. — B. en vez de «bivo de grand co-
ragón», dice «bueno e de grand coragón». El pensamiento es el
mismo que se expresa en la zloca 120 del libro II del PancJia-
tantra, que dice así: «Para el hombre bravo e inteligente no hay
patria ni país extranjero. Cuando entra en una región, se la apro-
pia conquistándola con la fuerza de su brazo. Cuando el león,
armado con sus dientes, garras y cola, entra en un bosque, sacia
en él la sed de su rabia con la sangre del tigre y del elefante.»
(6) A. a su
(7) de todas partes, — Falta en C, pero está en J.
244 CALILA Y DIMNA
lugar más baxo de la tierra (i). Et sola mente la bon-
dad es dada al agudo e al enviso [e non se aconpaña
con] (2) el omne malo perezoso, commo la muger
mala que non se paga conel viejo por marido (3). E
non ayas pesar por dezir : «Era señor de grand algo
e non he (4) nada; ca el aver et todo el algo deste si-
glo TODO HA DE FENESQER. Et EL AVER aína vieue (5)
e aína se va (6), así commo la pella que se alga muy
aína, e desciende más aína.
>Et dizen los sabios que algunas cosas son que non
han fermedat nin turan; la una es sonbra délas nu-
ves, e otra es amistad délos malos (7), e otra es
la fama mintrosa, e la otra es grand aver; et non
deve el omne entendido alegrar se por grand aver,
nin aver pesar por lo poco; mas el su aver con que
SE DEVE ALEGRAR cs SU entendimiento (8). Et non
deve descuidarse del otro siglo, e de fazer por que
(i) C. tierra, y las aves acuáticas el agua. Et — J. como A.
(2) A. el omne bien enviso nunca puede mal caer en ningunt
logar que sea, e non cae mal si non
(3) J- mente es dada la excelencia al resuelto y perspicaz; que
en cuanto al perezoso e irresoluto, la excelencia no le acompa-
ña. — C. jnente es dada la excelencia al perspicaz, constante y
emprendedor; que en cuanto al perezoso e irresoluto, que, con-
fiado, todo lo deja para mañana, pues ciertamente la excelencia
es raro que le acompañe, como no busca una mujer joven para su
provecho la compañía de un viejo. E
(4) C. algo y amanecí sin nada;
(5) C. viene cuando viene e
(6) C. va cuando se va, así
(7) C. y J. malos, e amor de mujer, e
(8) C. entendimiento y lo que haya hecho de bueno anterior-
mente; pues él puede confiar en que no le será negado lo que
hizo, ni será castigado por cosa que no haya hecho. Et
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL ATÓRN, ETC. 245
aya bien de Dios (i); ca la muerte non viene si non
A so ORA E sin sospecha, e (2) non ha entre ella e el
orne plazo sabido. Et tú puedes bien escusar mi cas-
tigo, et sabes bien que es tu pro; enpero tengo por
bien de te dezir lo que te devo, e de te ayudar
ALAS BUENAS OBRAS, e tú cres BUEN AMIGO E herma-
no, e todo quanto tenemos tan bien commo para nos
[es para ti].»
Quando el cuervo oyó esto que dezía el galápago,
e cómmo rrespondió (3) al mur tan bien e tan sabrosa
mente, plógole et alegróse por ende, et díxole: «-Ale-
grado meas (4), que fecho me has grand bien, et
siENPRE LO FEZiSTE ASÍ. Et otrosí te debcs alegrar /í7r
lo que te conté (5), ca los omnes deste mundo que más
sabrosa vida e más alegría e buena fama han, son los
que nunca se quitan de sus buenos amigos (6). Ca el
omne de buena parte, si tronpiega, non se levanta si
non con los omnes de buena parte, así commo [el]
elefante, que si cae enel lodo non lo sacan si non los
elefantes. Et el omne entendido sienpre es conos-
gido (7) su buen fazer; e maguer que mucho sea, e (8)
(i) C. siglo y de proveerse bien para el viaje hacia él; ca
(2) A. que
(3) C. oyó la respuesta del galápago al — J. como A.
(4) A. alégrate,
(5) A. con amor de tal mur tan sesudo e tan franco e tan
bueno, — C. meas, e fecho m. h, g. bien, y debes tú también ale-
grar tu corazón por lo que me he alegrado con ello, ca
(6) C. amigos y compañeros, y no cesan de estrechar su amis-
tad para alegrarles y alegrarse, y para socorrerles en sus necesi-
dades y asuntos. Ca
(7) En C. debe corregirse el futuro de (^\ \ por el de JU.
(8) e-A.o
246 CALILA Y DIMNA
maguer que se meta a grand peligro, e (i) non ie es
tenido esto por aleve; mas sepa que ame más lo que
ha de durar que lo que ha de fenesger '(2), e que
ha conprado lo más por lo menos e se alegra con
ELLOS (3); e non es contado por rrico quien de su
aver non faze parte; onde non es contada pérdida
LA QUE GANANgiA TRAE, NIN ES CONTADA POR GANAN-
CIA LA QUE PÉRDIDA TRAE.» E DÍXOLE MUCHAS COSAS
E MUCHAS BUENAS RRAZONES E FAZAÑAS POR AFIRMAR
SU AMOR CONEL MUR.
E estando así fablando el cuervo, asomó contra
ellos un gamo andando, e espantáronse del (4); e
saltó el galápago enel agua, e metióse el mur enla
cueva, e bolo el cuervo e posó enel árbol. E llegó el
gamo al agua e bevió della (5). Desí algo la cabega
muy espantado [para mirar]; e bolo el cuervo por el
ayre por catar si vería a alguno que buscase al
gamo (6) e non lo vido. E llamó al galápago e al mur
que saliesen e díxoles: «Non ay cosa que pesar nos
FAGA, E non temades.» E salieron e ayuntáronse (7).
(i) C. peligro y exponga su vida por obtener-algún bien, non
(2) C. sepa que arriesga lo que ha de perecer por lo que ha
de durar, e
(3) C. menos; y el hombre más dichoso es aquel cuya protec-
ción se busca e implora con preferencia a la de otros, saliendo
complacido; e
(4) C. e se espantó de él el cuervo y el mur y el galápago; e
(5) C. y J. della un poco. Desí
(6) C. gamo, y miró por todos lados e — J. como A.
(7) C. galápago para que saliese del agua, y dijo al mur: «rSal,
que no hay aquí cosa de que puedas temer.> Y juntáronse el
cuei-vo, el mur y el galápago en su morada. Y dixo — J. E llamó
al mur y al galápago y salieron; y dixo
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 247
Dixo el galápago al gamo quando lo vido catar al
agua e non se allegava aella (i): «Beve si as sed, e
non temas, que non ay por qué.» E llegóse el gamo
aél e saluáronse, e díxole el galápago (2) : «^-Dónde
vienes?» Dixo el gamo: «Estava pagiendo (3) eneste
canpo, e siguieron me (4) los ballesteros de un lugar
en otro, e vi oy un viejo, e ove miedo cuydando que
fuese venador, e vine fuyendo mucho espantado.» E
dixo el galápago: «Non temas, que non vimos nunca
enesta parte venador; pues sey conusco e dar tene-
mos nuestro amor, e avrás aquí buena (5) inorada^ et
aquí es el pasto cerca de nos.» Et el gamo ovo sabor
de su conpañia, e estovo conellos.
E avía un parral do se acogían (6) e se ayuntavan,
e se solazavan e denungiavan sus cosas. De si ayun-
táronse un día el cuervo e el galápago e el mur so el
parral, como solían, e tardó el gamo. E ellos atendie-
ron lo una ora e non vino. Et ovieron grant cuydado
de su tardanga e (7) ovieron temor que le acaesgiera
alguna cosa. E dixieron el galápago e el mur (8) al
(i) C. non bebía: «Beve — J. como A.
(2) C. llegóse el gamo a ellos (*) y le dio la bienvenida el
galápago y le saludó y le dijo: «,¿Dónde
(3) paciendo — Falta en C, pero está en J.
(4) C. y J. canpo, y no me dejaron de perseguir los
(5) C. amor y nuestra jnorada,
. (6) C. acogían todos los días e
(7) C. ora, y como no llegase ovieron — J. ora, y no vino. Y
como se tardase ovieron
(8) el galápago e el mur — Falta en C, pero está en J.
(*) a ellos — Falta en J.
248 CALILA Y DIMNA
cuervo: «Buela e verás si vieres al gamo t> (i). Et el
cuervo bolo a todas partes (2) et vio al gamo yacer en
unos lazos e desgendió luego e llegó se aél e díxole:
«Amigo, ^-quién te echó enestas sogas e enesta (3)
tribulagión seyendo tú tan sabidor e tan delibre?-» (4).
E dixo: «¿Qué pro ha omne en ser delibre (5) conlas
aventuras encubiertas que non son vistas?» (6).
Et en departiendo asomaron el galápago e el mur.
Dixo el gamo: «Non feziste bien en venir amos (7)
acá, que el venador, si allegare, et oviere el mur aca-
bado de tajar los (8) lazos, escaparía yo e fuiría el
mur a muchas cuevas que están por aquí, e el cuervo
bolaría, e tú que eres cosa pesada, (e) non te ayuda-
(i) A. «Buela e cata aquí arrededor de nos.» — C. gamo en el
peligro que tememos.» Et
(2) C. bolo et — J. bolo por el cielo et
(3) C. y J. lazos de un cazador, y asustado se vino corriendo a
contarlo al mur y al galápago. Y dijeron el galápago y el cuervo
al mur: «En esta desgracia, nuestra esperanza sólo está en ti.
Socorre, pues, a nuestro amigo.* Y se fué el mur corriendo hasta
que llegó al gamo y le dijo: «¿Cómo has caído en esta tribu-
lagión
(4) A. ligero?»
(5) A. ligero
(6) C. vistas, ni hay previsión contra ellas?»
(7) C. y J. departiendo, asomó el galápago y díjole al gamo :
♦Non f. b. e. venir acá, — Lo mismo la versión castellana que C.
y J., están truncadas en este pasaje. Entre las tres completan el
texto sánscrito, según el cual el cuervo, cuando vio preso al
gamo, se llegó a él, y después que le consoló se fué a dar la
noticia al mur y al galápago. Volvióse en seguida el cuervo con
el mur, y mientras éste cortaba los lazos que aprisionaban al
gamo, llegó el galápago.
(8) C. tajar mis lazos, —J. como A.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 249
rías (i) de nada, e nos avríamos duelo de (2) ti.» Dixo
el galápago: <Non es contado por. entendido nin por
bivo quien ala ora que se parten del sus amigos
non se puede ayudar de coNSOLAgiÓN. E una de las
cosas que ayudan al omne a consolarse de sus cuyda-
dos e asosegar su coragón ala ora que le acaesgen las
tribulagiones (si) es verse con (3) su amigo, e apurar
cada uno dellos al otro su voluntad, e acorrerse
ENLAS cuytas. E quando el amigo se parte del otro (4)
pierde su alegría, e pierde la lunbre de sus ojos.» E
ante que acabase el galápago de dezir su rrazón,
asomó el venador; e enesto el mur avía acabado de
rroer los lazos y et el gamo fuyó luego (5), e bolo el
cuervo, e metióse el mur enla cueva. E desque llegó
el venador e (los) vido cortados los lazos (6), maravi-
llóse e comengó a mirar enderredor, e non vido si non
el galápago, et tomólo, et atólo e levólo.
E ayuntáronse el cuervo e el mur e el gamo, e
como vieron que el venador levava al galápago (7),
(i) ayudarías — Según el texto castellano, el verbo t-->U de C.
no debe corregirse por ^^Sla^^ como propone Cheikho, de
acuerdo con las demás ediciones árabes, sino por ole. El error
del copista consistió sólo en poner el punto bajo de la letra, en
vez de ponerlo encima.
(2) C. y J. e yo temería al cazador por ti.>
(3) C. *Non es contada por vida la que se pasa separado
del amigo; puesEla ayuda en el consuelo de la pena, y el sosiego
del corazón en la desgracia que aflige al amigo, es su
(4) C. otro se priva de su alma y pierde
(5) A. avía el mur tajado la rred al gamo, et estorgió el gamo
de los lazos
(6) C. venador a los lazos y los vio cortados, m.aravillóse
(7) A. vieron levar al galápago e — C. E no habían hecho
CALILA Y DIMNA
ovieron por ende grand pesar. E dixo el mur: «Des-
que avernos pasado una tribulagión, luego caemos en
otra (i); e cómo dixo verdad el que dixo que mientra
está el omne aventurado viéne[n]le las cosas a su
guisa; e desque una vez estropieca, que nunca fará
salvo estropegar, atmque vaya por camino llano (2). E la
mi ventura que departió entre mí e entre mi conpañia
E MIS FIJOS e mi aver e mi lugar (3), non se terrnía
por pagada (4) fasta que partiese entre mí e entre
la conpaña del galápago en que yo bevía, [el mejor
de mis amigos], cuyo amor non era por gualardón,
nin por meresgimiento (5), mas por su nobleza de
coragón e lealtad e buen entendimiento, cuyo amor
era mayor que non avia el padre conelfijo, Et tal amor
nonle puede departir salvo la muerte. Et (6) este cuerpo
más que juntarse el cuervo, el mur y el gamo, y miraron hacia el
cazador, que ya había cogido al galápago y lo había atado con
una cuerda, y ovieron
(i) C. y J. otra más pesada que la primera; e
(2) A. comienza a caer, todavía va de mal en peor. — C. que
dixo: «No deja el hombre de perdurar en la felicidad (*) mien-
tras no tropiece; mas cuando tropieza una vez en suelo blando,
no deja de tropezar aunque vaya por suelo seco. E.
(3) C. lugar y mi país, non
(4) pagada — A. y B. pagado — Hago esta enmienda con al-
guna duda, porque el texto de C, único en que se lee este pa-
saje, parece que quiere decir: «la mi ventura... lugar, no era para
dejarme pagado fasta...» De aceptar este texto había que en-
mendar el «se terrnía> de la versión castellana en «me terrnía»;
sentido que rechaza el contexto. Creo que la mejor traducción
de C. es: «no se tenía por pagada o satisfecha de mí fasta...»
(5) C. nin por buscar recompensa, mas
(6) C. muerte. ¡Guay de este
(*) en la felicidad — Falta en C, pero está en J.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 25 1
que es siempre alas tribulagioneSy que sienpre está en
movimientos e en angostura (i), asi que ningiín plazer
non le dura nin le finca conél (2), así commo non dura
al ascendente délas estrellas su asengión nin al des-
cendente su desgengión, mas sienpre se mudan [sin
cesar] el asgendente en desgendente e el desgenden-
te en asgendente e el oriente en ocasu e el que es
en ocasu en oriente. Et este dolor me faze menbrar
todos mis dolores, así commo la llaga que sobre sana
e le acaesge ferida, que sele ayuntan dos dolores, un
dolor déla ferida e otro déla llaga que se rre-
fresca» (3).
Dixieron el cuervo e el gamo al mur: «Nuestro
dolor e el tuyo uno es, e maguer que sea verdal
quanto as dicho (4), non le tiene pro al galápago; dexa
esto e busca algund arte con que salgamos desto en
que somos (5); ca dizen que el orne valiente non se
prueva salvo en la lit (6), nin los fieles si non en dar
e en tomar, nin los fijos e la familia si non quando la
pobredat, nin los amigos si non quando las cuytas.»
Dixo el mur al gamo: «Veo por bien que vayas e
(i) C. está en cambios y vicisitudes, así
(2) A. Et peor me es agora la pérdida del galápago que quan-
tas pérdidas me vinieron, ca lo tenía en lugar de padre; que era
muy sesudo e muy leal e muy verdadero, e nunca lo cuydé per-
der fasta la muerte. Et agora veo que este cuerpo lazrado en-
aste mundo non puede durar en bien ninguno,
(3) C. refresca; del mismo modo, <quién mitiga sus dolores, si
apenas halla un amigo en seguida lo pierde?>
(4) A. mucho se diga, — C. dolor es como el tuyo, y tus pala-
bras, por elocuentes que sean, non
(5) C. arte que ponga en libertad al galápago; ca
(6) A. los esforzados non se pruevan si non quando lidian,
252 CALILA Y DIMNA
estés enel (i) camino por do ha de pasar el vena-
dor, e que te eches así commo que estás llagado e
muerto (2), et verrná el cuervo e posará sobre ti e
fará commo que come de ti; et yo iré siguiendo al
cagador tanto que sea gerca del, ca fío por Dios (3)
que si te él viere, que dexará la ballesta e la rred e
el galápago, e irá atí por te tomar. Et quando fuere
gerca de ti, comentarás a fuir poco a poco de guisa
que non se desfuzie de ti, e velo atendiendo. Et yo
PUNARÉ DE cortar LA RRED, c fío por Dios (4) que
ante que él torrne avré yo cortado las cuerdas al
galápago, e irmehé conél (5) e que tornaremos a
nuestro lugar.»
E el gamo e el cuervo fezieron (6) así commo dixo el
mur e siguiólo [s] el venador grant piega, e el mur ta-
java en tanto los lazos del galápago. E desque el vena-
dor non pudo aver al gamo, desfuzióse del e tornóse,
aviendo ya el mur las cuerdas tajadas e el galápago
ido. Quando esto vio el venador, e vido sus (7) cuer-
(i) C. vayas tú, joh gamo!, hasta que llegues cerca del
camino
(2) B. estás ferido, et — C. llagado (*) verdaderamente, et
(3) C. ca, ciertamente espero que
{4) C. desfuzie de ti, y lo esperas otra vez hasta que se apro-
xime a ti; en seguida avanzas más adelante de allí, de modo que
no te pueda coger; que yo ciertamente espero que
(5) C. cuerdas en que el galápago está atado, y me iré con el
galápago, e — J. como A.
(6) A. fizo el gamo
(7) C. E hizo el gamo esto, y también el cuervo; y se ayuda-
(*) Debe corregirse el Cl-^-^'^'x» de C. en Cl^.^^, para que esté
conforme con A.
EL CUERVO, LA COLLARADA, EL RATÓN, ETC. 253
das tajadas, e pensó enel fecho del gamo que sele
mostrara, e del cuervo que se posó sobre él, e commo
que comía del (i), e commo le tajaran en antes sus
cuerdas en que yazía el gamo (2), espavoresgióse e
dixo: «Esta tierra es de fechizeros e de dimonios.>
E echó todo lo que traía e tornóse espantado, que
non bolvió cabega a (3) ninguna cosa (4). E ayuntá-
ronse el cuervo e el gamo e el galápago e el mur en
su parral, salvos e seguros (5).
Dixo el rrey al filósofo: «El arte délas más flacas
bestias llegó a tanto ense ayudar unos a otros, en
ser leales e pacientes. E commo estorgieron los unos
por los otros de grand tribulagión, quanto más lo
deven fazer los omnes en ayudarse los unos alos otros,
ron mutuamente los dos y fatigaron (*) al cazador largo tiempo.
Luego se volvió. Y ya había cortado el mur los lazos del gamo
y estaban salvos los dos. Y cuando llegó el cazador halló las
cuerdas
(i) C. comía del gamo y no comía, e — J. como A.
(2) C. está alterado en este pasaje y no puede aceptarse la
corrección que propone su editor, sino que debe suprimirse la
frase ^J>^^. o^"CV^3> y ^° comía, que no viene a cuento; y en
vez de ¿^^\ ^Ja^^ü^, poner como se lee en J., conforme con
el texto castellano, <íJ.5l.^ Jcl^JslS^.
(3) a — A. e
(4) C. dimonios.» Y se volvió alejándose [sin] buscar cosa [nin-
guna] y sin mirar hacia ella. E — J. dimonios.» Y se volvió aleján-
dose sin buscar cosa [ninguna] ni volver la cabeza hacia ella. E
(5) C. seguros. Y éste es el cuento de los amigos que mutua-
mente se ayudan. Fin del libro de la paloma collarada.
(*) J. E hizo el gamo y el cuervo lo que les mandó el mur, y persi-
guiólos el cazador. — El copista de C. escribió Loío\, fatigaron, en vez
de \,Jí-*o\, hicieron que les siguiera.
CALILA Y DIMNA
e estorgerán délas ocasiones e tribulagiones que enel
mundo son e acaesgen» (i).
(i) Este último párrafo, que falta en C. y en el original sáns-
crito, se halla en la edición de Sacy, en J., en las dos versiones
siriacas y en los manuscritos B. y C. de Cheikho. La traducción
del mismo, tal como se halla en J., dice : «Y cuando son así las
criaturas, con su pequenez y debilidad, que tuvieron poder para
salvarse de los lazos de la muerte, una vez después de otra, por
su amor y lealtad y firmeza de corazón y a^nida recíproca, pues
los hombres a quienes se les dio el seso y entendimiento y el
conocimiento del bien y del mal y el don de discernir el conoci-
miento, deben con mejor razón unirse y ayudarso
[CAPÍTULO VI]
[A., fols. 52 a 64. — B., fols. 68 a 80. — C, págs. 145 a 166.
J., págs. 232 a 266.]
Délos cuervos e délos buhos.
Dixo el rrey al filósofo: «Ya entendí este enxenplo
que es délos puros amigos et cómo se ayudan unos a
otros qtcando se aman bien e verdadera mente. Dame
agora enxenplo del omne que se engaña enel ene-
migo que le muestra umildat (i) e amor.» Dixo el
filósofo AL rrey: «El omne que es engañado por su
enemigo, maguer que le muestre grand omildat o
grand amor e grand lealtad, si se segura enél, con-
tesger lea lo que contesgió alos buhos e alos cuer-
vos» (2). Dixo el rrey: «;E cómmo fue eso?»
E dixo el filósofo: «Dizen que en un monte avía (3)
(i) a. lealtad
(2) C. Dijo el rey Dibcelim a Bidpa el filósofo: «Ya me has
forjado el ejemplo de los amigos puros que se ayudan y se aman;
pues fórjame, si te parece, el ejemplo del enemigo en quien no-
conviene que uno se engañe, aunque le haga buena cara y le
muestre humildad públicamente.» Dijo el filósofo: «Quien se
deja engañar por enemigo astuto, conocido por su enemistad, le
sucederá por esto lo que sucedió a los (*) cuervos». Dixo
(3) C. filósofo : «Había en una tierra, en uno de sus montes,
un — J. como A.
(*) J. sucedió a los buhos por causa de los cuervos.»
256 CALILA Y DIMNA
un árbol muy alto e muy grueso, e era muy espeso,
lo más que pudiese, de rramos e de fojas. Et avía
enél nidos de mil cuervos, et avían un rrey desí mis-
mos. Et avia (i) en aquel monte wta ctíeva de (2) bu-
hos, et avían otrosí un rrey desí. E salió el rrey délos
buhos una noche por la enemistad que entre los
cuervos e los buhos [sienpre uvo], e corriólos atanto
que mató (3) dellos e llagó muchos dellos. E después
que amanesgió ayuntáronse los cuervos e díxoles el
rrey (4): «Ya vedes que avemos pasado e sofrido
délos buhos, e quántos amanesgieron de nos muer-
tos, e otros alas quebrantadas, e otros mesados (5).
E lo peor que nos acaesgió dellos es que son atrevi-
dos ya anos, e saben nuestro lugar; onde es menes-
ter que vos acordedes e que paredes bien mientes
en nuestra (6) fazienda.»
Et avía enestos cuervos ginco dellos aque todos
(i) a. avían
(2) A. muchos nidos de — C. monte un lugar (*) en el que
había mil buhos,
(3) C. corriólos, con los buhos que le acompañaban, de tal
modo que mató muchos dellos
(4) C. amanesgió, el rey de los cuer\'os reunió a los cuervos y
les dijo: <Ya
(5) C. vedes lo que habéis sufrido de los buhos y lo que yo
he sufrido; y cuántos amanecieron de vos muertos y heridos y
pelados de cabeza, alas y cola. E
(6) C. peor de todo esto en mi alma, es el (**) furor de ellos,
además del conocimiento que tienen de vuestro lugar y su auda-
cia contra vosotros, como la habéis probado ya, y están siempre
alerta contra vosotros. Pensad, pues, con calma en vuestra fa-
zienda.>
(•) un lugar — J. una cueva, como B.
(**) J* peor que nos acaeció de ellos, es su furor
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 257
los Otros cuervos conosgían mejoría en consejo, e por
quien se guiavan e con quien se acorrían en sus cu}^-
tas, e con quien el rrey se consejava, e por cuyo con-
sejo fazían lo que avían de fazer (i). Dixo el rrey al
primero délos ginco (2): «^"Qué tienes por bien en
esto?» Dixo el cuervo: «El consejo que amí paresge,
muchas vezes se adelantaron aél los sesudos que
FUERON ANTE QUE NOS, quc cs que al enemigo con
que omne non puede, non ay otro consejo (3) si non
fuir del.» Desí dixo el rrey al segundo: «^"Qué vees
tú?» Dixo: «Lo que éste conseja (4) non lo tengo yo
por seso, que hermemos nuestros lugares e (5) que
nos sometamos a nuestros enemigos por la primera
mal andancia (6); mas acordemos nos e aparejemos
nos contra nuestros enemigos, e pongamos nuestras
ATALAYAS E nuestras guardas entre nos e ellos, e
guardemos nos de sobrevienta (7) otra vez. E si vinie-
ren contra nos, que estemos apergebidos en tal manera
que lidiemos con ellos, así que mataremos dellos algu-
nos* (8).
(i) C. consejava en sus asuntos y aceptaba sus consejos.
Dixo
(2) C. rrey a uno de ellos: «¿Qué — J. como A.
(3) C. cuervo: «Este consejo ya se nos han adelantado a
él (*) : «No hay ante el enemigo irritado contra el cual no se pue-
»da emplear la astucia, si
(4) C. conseja de huir non
(5) C. lugares ni que nos humillemos ni que
(6) C. y J. andan9¡a que nos ha acaecido; mas
(7) A. sobervia
(8) C. contra nos nuestros enemigos, saldremos a su encuen-
(*) J. consejo ya se adelantaron a él los sabios, que dijeron: cNo
TOMO I. 17
2^8 CALILA Y DIMNA
Desí (i) dirxo el rrey al tergero: «E tú (2), ^-qué es
tu consejo?» Dixo: «Non tengo por seso lo que estos
amos dixieron, mas tengo por bien de agugiar nues-
tras atalayas e nuestras escuchas (3) entre nos e nues-
tros enemigos (4), e veamos si rresgebirán de nos
paz o parias, que les demos alguna cosa, e será bien,
e así perderemos miedo (5) dellos e seremos seguros
en nuestros lugares. Et uno de los buenos consejos
QUE ES para los rreyes es que si su enemigo es más
fuerte, e se temiere de rresgebir daño e perder sus
pueblos [e sus tierras], que faga del(l)os averes escu-
dos para [el rrey e para] los pueblos e para las
tierras. »
Et después que acabó el TERgERO su RRAZÓN dixo
el rrey al quarto: «E tú, ^-qué tienes por bien desta
paz QUE ÉSTE DiZE?» Dixo (6): «Más tengo por bien
tro dispuestos a combatir; y los batiremos, haciendo frente a los
caballeros de ellos nuestros caballeros; y, fortificándonos contra
ellos en un buen fuerte, los resistiremos algunos días hasta que
logremos una oportunidad, o [si] nos es imposible esto, huire-
mos; y ya...> (*).
(i) Desí — Falta en C, pero está en J.
{2) «E tú, — Falta en C, pero está en J.
(3) escuchas, Cjy^, plural de (^^-^j ojo, vigilante, que antes
lo ha traducido mejor, por « guardas :».
(4) C. enemigos, y averigüemos e — J. como A.
{5) C. parias; y si nos. parece el asunto grave, no me parece
mal que los apacigüemos con un tributo que les paguemos, y
quedarán tranquilas nuestras almas del rencor dellos
(6) C. y J. Dixo : «No soy de ese parecer, mas
(*) No tienen sentido las dos palabras últimas de este párrafo. —
J. dice: logremos nuestra oportunidad y nuestros deseos y rechacemos
de nosotros al enemigo. >
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 259
de dexar nuestros logares e sofrir extremidad (i) e
vida lazrada, ca nos es mejor que non abiltar nuestro
linaje e someternos al enemigo de quien somos más
nobles (2). E aun sé yo bien que maguer que gelo
demostrásemos, non nos lo rresgebirán si non con
grandes posturas. Et dizen: «Date atu enemigo al-
»gund poco, e averás del lo que quisieres; e non tele
»des todo, ca se atreverá contra ti, e someter seleán
>tus mesnadas > (3). Et esto es así commo la viga que
está parada enel sol, e si la levantares (4) un poco,
acresgerá su sonbra, e si más de su derecho la encli-
nares, menguará su sonbra. E nuestro enemigo non
se terrná por contento de nos con menor enclina-
miento; onde el consejo es esquivar esto e (5) sofrir.*
Dixo el rrey al quinto : «E tú, ^qué tienes por bien:
la paz o la lid, o fuir o ál?» Dixo: «Digo vos que non
es en guisa de lidiar con aquel que non se semeja
en fuerga e en valentía; ca el que se atreve contra su
enemigo teniéndolo por flaco, engáñase (ó), e quien
se engaña apodera aotri ensí (7). Et yo temo mucho
(i) extremidad — C. y J. ¿o^-áJ \ , extrañamiento, expatriación.
(2) C. nobles y más dignos. E — J. como A.
(3) C. y J. mesnadas y perderás la vida.» Et
(4) A. irguieren — C. inclinares
(5) C. menor aproximación, onde mi consejo es hacer la gue-
rra y sofrir. >
(6) engáñase, — A. engañoso,
(7) C. bien : la guerra, la paz o el destierro?» Y dijo : «En cuan-
to a la guerra, pues non es e. g. d. 1. c. a. q. n. s, s. e. fuerga (*);
pues ya se ha dicho: «Quien no tiene conocimiento de sí mismo
»y de su enemigo y combate a quien no domina con su fuerza,
(*) fuerza, corrigiendo en C. Oj-S por 2$^.
26o CALILA Y DIMNA
los buhos maguer qtíe ellos no quieran lidiar con 7zos,
e temíalos sienpre aun ante que nos asaltasen (i); ca el
omne entendido non se segura en su enemigo, ma-
guer que poco poder aya, e maguer que sea solo, non
se segure en su arte (2). E los más delibres omnes
son aquellos que non quieren fazer su fazienda.por
lid, mientra que otra carrera fallan; ca la despensa
que se faze enla lid es délas almas, e enlas otras cosas
es la despensa délos averes. Onde lidiar con los
buhos non querades fazerlo, que quien lidia conel
elefante e non ha fuerga, él trae la muerte asi
mesmo» (3).
Dixo el rrey: «Pues (4) ^'qué tienes por bien?»
»se lanza a la ruina» (*); además de que el sabio no tiene por
débil a su enemigo; pues quien hace esto se engaña, y quien se
engaña no triunfa. Et
(i) a. e ante que ellos viniesen anos, toda vía los temía;
(2) C. enemigo de ninguna manera; pues si lo tiene lejos, no
está seguro de que se le acerque; y si lo tiene cerca, no está
seguro de que le ataque; y si huye, no está seguro de que simule
una retirada y le aflija; y si es uno solo, no está seguro de su
astucia. E
(3) C. délos averes y de palabras. Y no sea el lidiar con los
buhos [resolución] de tu consejo; pues quien ve todo guerra ve
el bien* (**).
(4) C. «Pues si desapruebas la guerra, <iqué
(*) se lanza a la ruina»; — Así en J., mejor que en C, en el que ade-
más hay que aceptar la corrección de (^ »JLj>, como propone su editor,
de acuerdo con J.
(**) Así dice el texto de C, que como se ve está alterado en este
pasaje, como ya advierte su editor. El manuscrito C. de Cheikho dice :
pues quien desea la guerra desea su propia muerte»; y el manuscrito A
del mismo dice: pues quien lucha con quien no es semejante a él en
fuerza, pues se hace traición a sí mismo. > Nuestro manuscrito B. parece
estar conforme con este último, pues dice: que el que lucha conel ele-
fante et non es semejante aél en fuerza, trae la muerte consigo.»
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS
Dixo (i): «Que (2) te consejes, que el rrey que (3) se
aconseja venge (que) en consejándose conlos enten-
didos E CON LOS LEALES DE SU CASA, más qUC OtrO
rrey con sus mesnadas (4) e con su grand poder. Et
el rrey enviso acresge su consejo en consejándose
con su conpaña (5), así commo acresge el agua déla
mar conlos rríos que caen enella. Et ios entendidos
rreyes non deven gesar de fazer su fazienda e fazienda
de sus enemigos, e parar e mostrar las cosas a su co-
razón, e pasar e atreverse alas cosas o foírlas segund
su coragón mostrare, [e] consejarse con sus vasallos
leales o con aquellos en que fía[n] (6). E tú, señor,
PORLA BONDAD E LA NOBLEZA QUE TE DiOS DIO, CrCS
el rrey que de mejor consejo sea e el que mejor man-
tiene SUS pueblos (7); e tú mandástenos consejo en
(i) Dixo: — a. y B. Digo:
(2) C. «Que consultes y te
(3) C. que consulta y se
(4) C. mesnadas, sus ejércitos e
(5) C. acresge, por la consulta y consejo y seso de sus visires,
su sagacidad, así
(6) C. enella. Y no debe ocultarse al [rey] entendido el poder
de su imperio y el del imperio de su enemigo, ni la oportunidad
de atacarle, ni los asuntos de su consejo, ni sus ardides; ni debe
dejar de mostrar las cosas a su corazón una por una, pensando
en las ventajas según lo que le exijan los aliados cuyo auxilio
pida y los aprestos bélicos con que cuente. Y quien no tenga
este discernimiento, ni sabios visires que le den el buen consejo
que de ellos debe aceptar, no tardará en perder su reino, aunque
su poder le empuje hacia la felicidad; porque la excelencia está
distribuida; no está destinada al ignorante ni tampoco a la noble-
za de la persona, sino que se confía al sabio que atiende a los
dotados de sabiduría. E
(7) C, y J. señor, eres así; e
202 CALILA Y DIMNA
cosa atal que non podemos estar que te non rrespon-
damos. Et yo rrespondertehé alguna cosa dello en po-
ridat, e lo que me non aborrege diré consejera men-
te (i); que así commo non tengo por bien la lid, otro-
sí non tengo por bien someter nos e dañarse et [ser]
soseído del siglo (2); ca el entendido por mejor tiene
la muerte muriendo honrrado e guardando su dere-
cho, que la vida (e) biviendo sometido e soseído (3).
E tengo por bien que non lo pongas en traspaso, [que
el traspaso] (4) es rraíz déla pereza. E lo que quiero
que se[a] poridat tén(go)lo en poridat; ca dizen que
los rreyes non vencen si non seyendo envisos, e ser
enviso es gelar las poridades. E la poridad non es
descubierta si non por ginco personas: por el señor, o
por los que le consejan, o por los mandaderos, o por
los que la oyen, o por ios que veen qué se fará por
ende (5). E quien encubre su poridat (e) [logrará] por
la gelar una de dos cosas, o venger lo que quiere o
(i) C. consejo en cosas a que yo quiero responderte, parte en
secreto y parte públicamente. Y lo que no siento repugnancia en
divulgar, es que
(2) C. someter nos con un tributo y quedar satisfechos a cam-
bio de la violencia; ca
(3) C. entendido, el noble por mejor tiene la muerte perse-
verando en defenderse, que la vida [viviendo] sometido y sub-
yugado. E
(4) C. bien que no dejes para más adelante la consideración
de nuestro asunto, y que no lo difieras ni desdeñes; pues el dife-
rir y el desdeñar es
(5) Este pasaje, desde «seyendo envisos» hasta «ende», falta
en J. y está alterado en C; el copista omitió algunas palabras y
equivocó la grafía en otras. No obstante lo cual, se comprende
que el original debía decir lo que la versión castellana.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 263
estor^er del daño della (i), si non rrecabdare lo que
le es menester. Et el omne a quien acaesge alguna
tribula<^ión (2) non se puede esquivar de se aconsejar
conel leal omne; que el omne entendido, maguer que
sea de buen seso e de buen consejo e de buen acuer-
do (3), acresge su entendimiento e su consejo con-
sejándose, así commo acresge el fuego enLA luz e
conla grosura e conel olio. Et el omne que se quiere
consejar deve concordar con aquel que se conseja,
enel buen acuerdo; e develo contrastar por el malo
con mansedunbre e con falago, e deve usar su acuer-
do enlas cosas dubdosas fasta que sele enderegen las
cosas.
*Et deve el omne a aquel que le demanda con-
sejo, que gelo dé, el mejor que pudiere e sopiere,
e que lo desengañe de su fazienda; et si viere que
la trae mala, que geía desvíe; et si viere que yerra
en alguna cosa, que lo desvíe e que le muestre su
yerro e que non le conseje fasta que lo cate bien e
que lo asme bien (4). Et quando non fuere tal el con-
sejador, es enemigo de aquel que le demanda consejo
E DESÍ MISMO. Et si AQUEL CONSEJERO TAL NON FUERE
CONTRA EL QUE SE ACONSEJA CONÉL, ES TAL COmmO el
omne que conjura al diablo por meterlo en alguno,
(i) C. della y de su defecto, si
(2) C. omne que tiene un secreto non
(3) C. leal omne y comunicarle sus secretos para que le ayu-
de con su consejo; pues el que pide consejo, aunque sea supe-
rior su seso a aquel a quien se lo pide, acresge
(4) C. buen acuerdo, y usar de dulzura para hacerle compren-
der su yerro, si anda en él; y hacerle desviar de su consejo en lo
que sea dudoso, hasta que se pongan de acuerdo los dos. Et
264 CALILA Y DIMNA
et si bien non le sabe conjurar, entra el diablo enél
mismo. Et quando el rrey toviere bien sus poridades
e se consejare (i) con sus privados leales e fuere
temido en las almas de sus pueblos e muy caro en
non saber ninguno lo que él tiene en su coragón, e que
gualardone bien al que le fiziere servigio, e que escar-
miente al que fiziere mal, e que sea mesurado en su
despensa, con estas cosas le puede durar la merged
que Dios le fizo (2).
»Et las poridades (3), señor rrey, son e ay de
DOS (4) grados: ay poridat que la deven saber mu-
chos (5), e ay poridat que la non deven saber si non
dos omnes (6). Et tengo por bien que non sepan esta
poridat tan alta si non quatro orejas e dos lenguas.»
E el rrey (7) apartóse conél e demandó le consejo e
preguntóle primera mente por qué ñie la enemistad
entre los cuervos e los buhos. Dixo el cuervo:
«Señor, sabed que la enemistad entre los cuervos
e los buhos ftie por (8) una palabra que dixo un
(i) consejare — C. L..;ci-.X^, equivocado por \j-^"^-^.
(2) C. mal, e que no sea avaro en su despensa ni tampoco
pródigo, digno es de que no se le arrebate la 'merced que le ha
sido dada.
(3) poridades — Equivocado en C, que debe corregir x\j.ic\
en s\ wio\, yj-'^ en y»^.
{4) C. y J. >Et en las poridades hay grados :
(5) C. y J. saber los de la familia, e
(6) C. y J. omnes, y hay puridad que la deben saber mu-
chos. Et
(7) C. y J. rrey levantóse y apartóse
(8) C. y J. consejo, y fué lo primero (*) que le preguntó, que
le dijo: «¿Acaso sabes cuál fué el comienzo de la enemistad que
hay entre nosotros y los buhos?» Dijo : *Sí; una
(*) lo primero — Falta en C.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 265
cuervo.» Dixo el rrey: «<E cómmo fue eso?» Dixo el
cuervo: «Dizen que todas las aves quisieron aver
rrey a que di(xi)esen su poder, e acordaron de fazer
rrey a uno délos buhos; et estando enesto (i) asomó
un cuervo de alueñe, e dixo una dellas: «Esperemos
fasta que venga este cuervo, e demandar lehemos
consejo.» E llegó el cuervo aellos, e demandaron le
consejo, e dixieron le de commo acordavan de
FAZER AL BUHO RREY.
»Dixo el cuervo: «Si todas las aves fuesen muertas
E perdidas e ATERRADAS, e muriescu los pavones e
las grúas e las ánades e las palomas e todas las
OTRAS AVES, non estaríades en tan grand cuyta en
fazer rreynar al buho, que es la más layda ave e la
más fea e de peor donayre e de menos seso e la más
sañuda e de menos piedat e de mayor saña; e ha
grand enfermedat durable que non vee nada de día,
e lo peor della que es de mala mantenengia (2). Et
non tengo por bien que él sea rrey si non lo fiziére-
des de una guisa que lo fagades rrey e que non faga-
des nada por su mandado nin por su consejo (3), así
commo fizo la liebre que se alabó que la luna (4) era
(i) C. aves no tenían rey, y que se reunieron con un buho
para hacerle rey; y que mientras estaban en su reunión asomó
(2) C. y J. della es su insolencia y sus malas costumbres.
(3) Et non... consejo, — C. está deficiente en este pasaje, y
también lo están la edición de París y el manuscrito A. de Chei-
kho, que este editor nos ofrece en la nota de su edición. El que
más se acerca a la versión castellana es J., que dice así: A no ser
que decidáis que él (el buho) sea vuestro rey, y seáis vosotros los
que dirijáis los asuntos sin hacer caso de él, con vuestro consejo
y vuestia prudencia,
(4) luna— C. dice equivocadamente J-^1, elefante, por
^^-^Jül, luna.
266 CALILA Y DIMNA
SU rrey.* Dixieron las aves: ^¿E cómmo fue eso?*
»Dixo el cuervo: «Dizen que en una tierra de ele-
fantes aportaron años de seca, e menguó el agua en
AQUELLA TIERRA, e sccáronsc las fuentes; e ovieron
los elefantes muy grant sed, e querelláronlo a su
rrey. E enbió el rrey de los elefantes sus mandaderos
e sus atajadores a rrecabdar agua por todas partes, e
torrnóse para él un su mandadero e díxole que en
lugar señalado fallara una fuente que es llamada la
fuente déla luna, e avía y mucha agua. E fuese el rrey
délos elefantes con toda su conpaña aquella fuente
para bever della. E avía en aquella tierra muchas
liebres (i), e estragáronlas los elefantes dentro en sus
cuevas (2), e murieron las más dellas (3). Et ayuntá-
ronse las que fincaron (4) con su rrey, e dixiéronle:
«Bien sabedes lo que nos avino del rrey de los ele-
fantes; etfaz alguna arte (5) ante que torne aesta tie-
rra otra vegada e nos mate a todas» (6). Dixo el rrey:
« Vengan ante mi las de buen acuerdo de vosotras, [e]
diga (cada una de nos) su consejo e su seso> (7).
»Et vino una liebre dellas, que avía nonbre Fey-
rus (8), e conos^íala el rrey por de buen acuerdo e
(i) C. della. Y aquella tierra era tierra de liebres, e
(2) C. cuevas y madrigueras, e — J. como A.
(3) e murieron las más dellas. — Falta en C, pero está
enj.
(4) las que fincaron — C. y J. las liebres
(5) A. pues dadnos consejo e remedio
(6) C. elefantes; pues usa de tu arte en nuestro favor antes
que tomen, pues ellos volverán a beber y nos matarán.» Dixo
(7) C. «Presénteme cada una de vosotras el parecer que
tenga.»
(8) que avía nombre Feyrus, — Falta en C, pero está en j.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 26/
de buen consejo, e dixo: «Si lo por bien toviéredes,
señor, enbiadme alos elefantes, e enbiad comigo un
fiel, e vea lo que faré e (i) que diré, e dezir lo ha
avós.» Dixo el rrey (2) : «Tú eres mío fiel, e yo pagado
só de (3) tu consejo, e creer tehé délo que me dixie-
res. Pues vete para los elefantes, e diles de mi parte
lo que quisieres, e faz tu seso. E sey blando e manso,
qu'el buen mandadero ablanda el corazón si mansa
mente fabla» (4). Et fuese la liebre una noche en que
fazía lunar, fasta que llegó a do eran los elefantes. E
non quiso llegar aellos por que la non pisasen con
los pies (5), e subióse encima de un monte (6) muy
ALTO. E llamó al rrey délos elefantes por su nonbre,
et díxole: «La luna me enbió (7) para vos, e el man-
dadero non deve ser culpado maguer que departa
palabras bravas.»
»Dixo el rrey délos elefantes: «<;Qué es la manda-
dería que me traes?» Dixo (8): «Dize vos la luna que
quien conosge quánta mejoría [ha] en su fuerza sobre
(i) C. y J. e oiga lo que
(2) C. rrey de las liebres: «Tú — J. DLxole el rey: «Tú
(3) C. de tí y de tu
(4) C. seso. Pero endeude que por el enviado y por su pru-
dencia se conoce la discreción de quien lo envía y muchas de
sus cosas. Y tú eres blando y acomodadizo; y en verdad que el
mandadero a. e. c. s. m. m. fabla, y endurece el pecho si habla
con dureza.» Et
(5) J* pies y la matasen, aunque ellos no lo quisieran, e —
C. pisasen, aunque ellos no lo quisieran, e
(6) monte — Así en J. — C. montículo
(7) C. llamó: «¡Oh rey de los elefantes! Me envió la luna
para — J. como A.
(8) C. Dixo Feyrus: «Dize — J. como A.
268 CALILA Y DIMNA
los flacos, e se engañan (i) por esto los fuertes, su
fuerga es cobardez e mala andangia contra sí. [Et]
porque sabedes quánta mejoría ha la fuerga que ave-
des sobre las otras bestias, fuestes atrevidos (2) con-
tra mí, e benistes ala fuente que le dizen el mi non-
bre, e tomastes mi aguae bevistes la e asía entitr-
biado vos e vuestras conpañas. Yo vos defiendo (3)
que non vengades y más, e si non, yo vos gegaré e
vos mataré. E si avedes dubda desto que vos enbío
dezir, id ala fuente (4), e ai fallaredes que yo seré
COnbuSCO LUEGO.»
»E maravillóse el rrey délos elefantes délo que le
dezía la liebre (5), et fuese conella para la fuente, e
en catando (6) vido la luz déla luna enel agua. Dixo
la liebre (7): «Tomad del agua con vuestra manga e
lavad vuestro rrostro, e adorad la luna e pedid le mer-
gED QUE vos PERDONE.» E quaudo tomó del agua con
su manga, movióse el agua e (8) semejóle que tremía
la luna, e dixo el elefante ala liebre (9): *<Qué ha
la luna? (10). ¡Si se ensañó contra mí porque metí la
(i) engañan — Así en J., -XaV, pero C. jiX£\, se pone fiero,
se ensaña, más conforme con el contexto.
(2) C. fuestes atrevidos — C. y J. ^t, equivocado -^ox js..
(3) C. nonbre y bebiste su agua y la ensuciaste y la entur-
biaste con tus elefantes. Y yo te ordeno y te apercibo para que
(4) C. y J. fuente en seguida, e
(5) liebre, — Así en J. — C. Feyrus,
(6) C. fuente y miró en ella e vido
(7) liebre : — C. y J. Feyrus :
(8) C. quando metió su manga en el agua y la removió, seme-
jóle
(9) ala liebre : — C. a Feyrus :
(lO) la luna? — C. el rey? — J. como A.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 269
manga enel agua!» Dixo la liebre: «Así es commo
vos DEZiDES.» E rrepentióse el elefante délo que fizie-
ra e encunóse aella, e echó se en preses (i), e fizóle
pleito e omenaje que nunca torrnaría más en aquel
lugar (2) él nin los otros elefantes. Dixo el cuervo:
«E de más de quanto vos he dicho delafazienda del
buho, es por natura falso e engañoso e terrero, e el
peor rrey (sí) es el engañoso; e quien apodera al en-
gañoso (3), acaesge[r] le a lo que acaesgió ala gine-
ta e ala liebre que fizieron su alcalld al gato rreli-
Gioso ayunador.» Dixieron las aves (4): «^"E cómmo
fue eso?»
»Dixo el cuervo : «Yo avía una gineta por vezina (5)
en una (6) cueva gerca de un árbol do avía mi
nido (7), e veíamonos muchas vezes, e fuemos vezi-
nos grand tienpo. Desí perdíla, e non sope dónde se
fuera, e (8) cuydé que era muerta. E vino una lie-
bre ala cueva déla gineta, non sabiendo [yo] qué se
fiziera, et moró ai la liebre un tienpo. Et después tor-
nóse la gineta a su lugar e falló y la liebre, e (9) dixo :
«Este lugar mío es, pues múdate ende.» Dixo la
(i) C. Dixo: «Sí; adórala, pues.» Y adoró el elefante a la luna
y se arrepintió de lo que había hecho, e
(2) C. más a aquella fuente él
(3) C. e quien por desgracia tiene un señor engañoso y le
cree veraz, acaesger
(4) Dixieron las aves : — C. Dijo el rrey : — J. como A.
(5) vezina — C. -:\, amiga, en vez de \U»., como se lee en J.,
conforme con A.
(6) C. por amiga al pie de un monte, y su cueva
(7) A. vida,
(8) C. fuera, e duró tanto su ausencia que cuydé
(9) C. e cuando falló y 1. 1. dixo : — J. como A.
270 CALILA Y DIMNA
liebre: «Yo so tenedor del lugar e tú lo demandas;
prueva lo que dizes e demándame por derecho» (i).
Dixo la gineta: «El logar es mío, e desto he pruevas.»
Dixo la Hebre: «Menester avernos alcalld.» Dixo la
gineta: «(¡^erca está el alcalld de nos.> Dixo la liebre:
«^•Dó es?» (2). Dixo la gineta: «Aquí gerca denos rri-
bera del (3) rrío (4) ay un gato rreligioso. Vayamos
nos para él, que es omne que faze oragión ioao el día
e non faze mal a ninguna bestia nin come ál fueras
yerv^a» (5). Dixo la liebre: <í. Pláceme.-»
»E fuese la liebre con la gineta, e seguílos yo por
ver qué les judgaría. Quando el gato vido la liebre
e la gineta asomar de alueñe, paróse en pie a orar; e
maravillóse la liebre délo que vido de su bondad e
de su omildad, e llegáronse gerca del con gran homil-
dat, et non mucho de guisa que les pudiere fazer
mal, et contáronle su pleito. Díxoles el gato: «Yo soy
muy viejo e non oyó bien. Llegad vos amí e oiré lo
que dezides, que non oyó nin veo bien.» Llegáron-
se aél e dixeron otra vez su razón. Dixo el gato (6) :
(i) C. demandas; pues si tienes derecho, demándamelo.» Dixo
(2) Dixo la gineta: «(^erca... «<Dó es?» — Falta en C. — J. de
nos; pues ven conmigo hacia él.» Dijo la liebre: «<Y quién es el
alcalde?» Dixo
(3) A. deste
(4) rrío — C. y J. mar
(5) C. rreligioso que hace oración todo el día e n. f. m, a. n.
bestia, ni derrama sangre, y ayuna en todo tiempo sin quebrantar
el ayuno; sólo se alimenta de agua y hierbas. Ven conmigo esta
noche hacia él, para que juzgue tu derecho.» Dixo
(6) C. E fuéronse las dos juntas, e s. y. p. ver al ayunador y
lo que les juzgaría. Y cuando estuvieron cerca del gato, contá-
ronle su pleito. Y dijo el gato: «Yo soy muy viejo y tengo debi-
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 27 1
«Entendido he lo que dexistes, e quiero vos conse-
jar leal mente ante (i); et mando vos que non de-
mandes si non verdat, ca el que demanda verdat
barata bien e va adelante (2), maguer que sea juizio
contra él; [mas el que demanda falsedad es vengido
maguer que sea juizio en su pro] (3). Et el omne deste
mundo (4) non ha deste mundo ninguna cosa nin nin-
GUND PODER nin ningund amigo, si non las buenas
obras e non más (5). Et el omne "entendido deve se
de trabajar de buscar lo que fincará conél et sele tor-
nará (6) en pro del otro mundo (7). E que despregie
todo lo ál, ca el omne de buen seso por tal ha el aver
litados los oídos e n. o. b. Ll. v. amí para que os oiga de cerca.»
Y le volvieron a contar el pleito, y él les dijo: «Entendido —
J. E filáronse las dos hacia él e s. y. p. ver el juicio del ayunador
constante. Luego las dos se dirigieron hacia él, y cuando vio el
gato a la liebre y a la jineta que se acercaban hacia él, púsose
en pie a orar y a hacer alarde de su humildad y religiosidad. Y se
maravillaron las dos al verlo en tal estado, y llegáronse cerca de
él con humildad y le saludaron, y le rogaron que les juzgase el
pleito. Y mandóles él que le contaran su pleito, y lo hicieron ellas
así. Y díjoles : «Yo soy viejo y tengo debilitados los oídos; acer-
caos a mí y hacedme entender lo que decís.» Y se acercaron y le
contaron de nuevo su pleito, y le rogaron que diera sentencia. Y
dijo: «Entendido
(i) C. y J. ante de dar el fallo; et
(2) barata b. e v. adelante, traducción de f^^-, tiene buen
éxito.
(3) [mas... pro]. — Así en J.— C. mas el que demanda falsedad,
es vencido.
(4) A. bueno
(5) C. y J. obras que haya verificado. Et
(6) A. demandar la cosa que ha de turar e que le torme
(7) del otro mundo. — Falta en C, pero está en J.
272 CALILA Y DIMNA
commo el caedizo que cae enel ojo (i), et las muge-
res [ajenas] como las bívoras, e por tales tiene los ornes
enlos qtierer bien e non mal, como asi mismo i^ (2). E
non gesó deles pedricar e de se llegar aellos e asola-
zarse conellos, fasta que saltó enellos (3) ambos e los
mató.
»Et los buhos han ensí todas tachas malas, e lo más
que rreyna enellos es tray(jión e falsedad; pues non
querades fazer lo rreynar.» Las aves dexáronse de
aquel consejo que avían acordado, e oyeron e rres-
giBiERON lo que les dixo el (4) cuervo, e non fizieron
rrey al buho que era elegido para lo ser. Et dixo
el buho al cuervo: «¡Cómmo tehas omiziado comigo
muy mal, e non sé por qué rrazón! E (5) sepas qu'el
agadón corta el árbol, e [rejnasge; e el espada taja la
carne e quebranta el hueso, e sobre sana e suéldase;
et la llaga déla lengua nunca sana. E (6) todo mal se
(i) el caedizo... ojo, — C. el lodo seco y tenaz,
(2) A. lo que quieren para sí quieren para los otros omnes.»
Este pensamiento es el mismo de la zloca 402 del libro I del Pan-
chatantra, que dice así: «Aquel que mira a la mujer de otro como
a su madre, las riquezas ajenas como terrones del suelo y a to-
das las criaturas como a sí mismo, es verdadero sabio. >
(3) C. pedricar, y se familiarizaron con él y se le aproxima-
ron, hasta que saltó sobre ellos, los agarró a ambos
(4) C. mató. Dijo el cuervo : « Y el buho reúne en sí, además
de lo que os he dicho, la traición y la falsedad; pues no sea rey
por vuestro consejo.» Y desistieron las aves por el discurso del
cuervo,
(5) C. non sé que haya precedido de mí contra ti alguna sin-
razón por la que merezca yo esto de ti; y si no, sepas
(6) C. E el hierro de la flecha se clava en el vientre y se saca;
pero el hierro de la maledicencia, cuando se clava en el corazón,
no se puede arrancar ni sacar. Y todo — Esta frase debió omi-
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 273
puede amatar, ca el agua amata el fuego, et al tósigo
válele el atriaca, e al dolorido válele el conorte, e al
enamorado válele el departimiento (i), e el fuego [de]
la enemistad sienpre arde enel coragón. Et tal ene-
mistad has (2) puesta (3) entre vos los cuervos e nos,
que nunca averá fin mientra el mundo durare» (4).
>Et fuese el buho muy sañudo ^ (5) omiziado. Desí
rrepintióse el cuervo porlo que le dixiera (a)demás,
e dixo [en su coragón]: «Loco fuy en dezir lo que
dixe (6), et non era yo el ave que más devía (7) tra-
bajarse en pleito del rrey délas aves. Et por aventura
otras aves vieron lo que yo vi, e sopieron lo que yo
sope, e dexáronse de lo mostrar con miedo délo que
yo non temí, e parando mientes en lo que yo non
paré (8); ca el omne entendido, maguer que se fíe por
tirla el copista de la versión castellana, porque se halla en el
original sánscrito. (Véase la zloca iii del libro III del Pancha-
tantra.)
(i) departimiento — Así en J. — En C. ¿k^ Jü\, aproximación,
por ¿o^-¿3\.
(2) A. es
(3) puesta — B. cabsado
(4) J. Et ya habéis plantado vosotros los cuervos, entre nos-
otros y vosotros, el árbol del odio, de la enemistad y del rencor.»
C. Et ciertamente vosotros los cuervos, ya habéis plantado entre
nosotros un árbol de odio para siempre.»
(5) C. »Et dijo el buho estas palabras muy sañudo, y se fué
omiziado.
(6) C. y J. dixe, que con ello he ganado enemistad contra mí
y contra mi gente, et
(7) C. devía hablar y trabajarse
(8) C. paré, y especialmente cuando fueron las palabras cara
a cara; pues en verdad, las palabras en que está presente el que
las dice al que las oye, por el disgusto que éste recibe y por el
TOMO L 18
274 CALILA Y DIMNA
SU fuerga (i) e por su valentía e por su seso, non
deve ganar enemistad (2) afeuziándose en su seso e
en su fuerga, así commo el omne (3), maguer tenga la
triaca e las melezinas, non deve bever la vedegan-
bre a fuzia dellas, ca la bondad es dicha délos que
bien fazen, e non délos que bien dizen; ca el que faze
el fecho, si le (4) menguare el dicho, mostrar sea su
bondad ala prueva, e el que dize maguer que bien
diga, non gelo alaban si non le cunple conel fecho.
Et yo (5) fuy loco en atreverme a fablar en tan alta
cosa non me consejando con ninguno, et yo sé que
el que demanda consejo alos sesudos e alos omnes
que sabe que lo desengañarán, fállase ende bien, e
non puede errar, e loa su gima de su fazienda. ¡Ay!
^•Cómmo pudiera yo escusar esto que oy gané, e esta
tristeza en que só entrado?» Et mal {qué) traxóse (6)
el cuervo una gran piega et fuese.
»Et aquesta, señor, es la rrazón por que se levantó
odio y rencor que engendran, no deben llamarse palabras, sino
que deben llamarse veneno; ca
(i) por su fuerga — C. «íJ^'á, por su elocuencia, en vez de
óS^^ que se lee en J,, conforme con A.
(2) C. enemistad y odio, afeuziándose
(3) omne, — C. sabio,
(4) El copista de C. se saltó una línea en este pasaje, pues
dice así : es dicha del que bien faze ; pues aunque le men-
guare (*) ^ _
(5) Et yo — En C. debe corregirse el UoU en l>\^, como se
lee en J., conforme con A., y arreglar el resto del párrafo en vista
del texto de J. y de la versión castellana.
(6) traxóse — B. traxese
(*) menguare — En vez de t>wvaS, debe leerse ea C. y^^od^ como ya
sospecha el editor.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS
enemistad entre nos e los buhos» (i). Dixo el rrey:
«Ya entendí esto, mas piensa enlo que nos es menes-
ter agora del acuerdo en que somos» (2). Dixo el
cuervo: «Ya sabes mi acuerdo en la lid quá.l es e
cómmo la aborrezco (3); mas cuydo que por arte
podremos aver folgura desta lazeria en que somos, ca
mucho aína puede omne aver por arte lo que non
puede aver por fuerga, así commo fizieron los tres
omnes que engañaron al rreligioso quando le llevaron
el giervo (4) que traía.» Dixo el rrey: *^E cómmo
fue eso?»
Dixo el cuervo: «Dizen que un rreligioso conpró
un giervo (5) para fazer sacrificio, e llevólo consigo
por una cuerda (6). E viéronlo tres (7) omnes enga-
ñosos, e consejáronse entre sí (8) cómmo lo engaña-
rían. Et fuéronse al camino por do él avía de
IR (9), et paró se el uno delante e díxole: ^¡Ok tú,
(i) C. rrazón que me preguntaste por q. s. 1. e. entre los buhos
y los cuervos.> Dixo — J. entre nos y los buhos», como A.
(2) C. menester, y aconséjame con tu prudencia lo que creas
que debamos hacer en el asunto pendiente entre nos y los buhos.»
Dixo
(3) C. Dixo: <En cuanto a la guerra, pues ya te he expuesto
mi juicio acerca de ella y te he hecho saber mi aversión a ella;
mas — J. Dixo: «En cuanto a la guerra, ya sabes mi juicio acerca
de ella y mi aversión a ella; mas
(4) giervo — C. y J. chivo, como en el original sánscrito.
(5) C. un chivo grueso y rollizo para— J. un chivo grueso para
(6) e llevólo... cuerda. — C. y J. Ov^y--^. <^ ,3lk>U, y se fué
con él conduciéndolo. — En el Panchatantra, lo lleva al hombro.
(7) tres — En C. y J.j-ó, grupo de hombres, de tres a diez.—
En el original sánscrito, tres.
(8) entre sí — Falta en C, pero está en J.
(9) Et fuéronse... de ir,— Falta en C. y en J.; pero la frase
2/6 CALILA Y DIMNA
rreligiosol iQxit can es éste que traes contigo? ¿QuiÉ-
RESLO VENDER?» Et EL OMNE BUENO NON RRESPONDIÓ,
E FUESE su CAMINO AL ENC0[n]tR0 CONEL OTRO. [E
parósele delante el otro e díxole: «¡O rreligioso!]
^•Queredes ir a cagar con este can?» (i). Et después
encontróse conel otro. Et díxole: «Bien creo que éste,
aimqtie trae hábito de rreligioso, que non es asi (2). Ca
los rreligiosos non traen canes.» Et pues que esto le
ovieron dicho, non dubdó si non que era (3) can, et
dixo EN su coRAgÓN: «Por aventura aquel que meló
vendió me encantó e me engañó.» E soltólo e tomá-
ronlo ellos e degolláronlo (4) e partiéronlo entre sí.
>Et yo dite este enxemplo por que he esperanza
que avremos lo que querremos por arte e (5) por en-
gaño. Et tengo, señor, por bien que te fagas sañudo
contra mi (6) ante toda tu mesnada, e que me man-
des picar e ferir (7) atanto que me bañen todo en san-
está en el original sánscrito.^ (Véase el Panchatantra, libro III,
cuento 3.°. Véase también la página 238 de la versión del Hitopa-
dera, de Alemany.)
(i) Aquí, después de «este can» sigue el texto de A: «ca los
rreligiosos non traen canes», palabras que deben venir después
de non es asi, donde las pongo.
(2) A. «¿Quieres vender este can?» et «Nunca tan fermoso
can vi.»
(3) Et pues... can, — Falta en C. — J. Et no dejaron al religioso
con estas expresiones y otras semejantes, hasta que no dudó de
que lo que llevaba tras de sí era un can,
(4) C. E soltó el chivo y lo dejó, y lo tomaron los tres hom-
bres e
(5) por arte e — Falta en C, pero está en J.
(6) A. fagas saña entre mí e ti
(7) C. tengo por bien que se ensañe el rey contra mí y man-
de ante su mesnada picarme y herirme atanto
DE LOS CUERVOS E DE LOS BVHOS 277
gre, e que me mesen todo (i), e que me echen a pie
de un árbol, e que vayas tú e tu (2) mesnada a tal
logar, fasta que yo me venga para ti e te faga saber
todo lo que o viere fecho.» Et el rrey fizólo así fazer,
e fuese (3) con sus cuervos al logar que les dixo el
CUERVO. Desí vinieron luego esa noche los buhos, e
non fallaron alos cuervos, e non sintieron al cuervo
a pie del árbol. E temióse que se irían ante que lo
viesen, e que se avría(n) atormentado de balde, et
comengó a dar bozes e gemir atanto que lo oyeron
los (4) buhos.
E después que lo vieron fiziéronlo saber al rrey, e
fuese EL RREY con alguna conpaña délos buhos, por
le preguntar por los cuervos. [E] quando fue ^erca
mandó aun buho que le preguntase quién era e dón-
de eran los cuervos. Dixo el cuervo : «Yo so Fulán,
fijo de Fulán, et vedes qué me han fecho los cuer-
vos» (5). Dixo el rrey de los buhos: ^Tú eres (6)
(i) mesen todo, — C. y J. arranquen las plumas y la cola,
(2) C. y J. que vaya el rey y su mesnada
(3) C. fasta que yo ponga en práctica mi astucia y suceda
luego lo que yo pienso. > Et así se hizo y se fué el rey con
(4) C. oyeron algunos buhos. — J. como A.
(5) «Yo... cuervos. > — A. parece más conforme con el origi-
nal sánscrito que C. y J. — Véase Pajichatantra, libro III, pág. 260,
de la traducción de Alemany, donde el cuervo responde: «Yo
soy Sthirajivin, ministro de Meghavarna [el rey de los cuervos], y
Meghavarna me ha puesto en el estado en que me veis.» — J. «Yo
s. F., f, d. Fulán, y respecto a lo que me preguntas, pues yo
ciertamente creo que tú lo ves en mi estado; que es estado [de]
quien no conoce secretos.» — C. Fulán, y respecto a lo que me
preguntas del asunto de los cuervos, pues no creo que tú me veas
en estado que pueda saber secretos.»
(^) C. y J. buhos : «Éste es privado
278 CALILA Y DIMNA
privado del rrey de los cuervos, e de su consejo; pues
^•qué fue el pecado que feziste por que te fezieron
eso? y (i). Dixo el cuervo: ^Mi mal seso meló fizo» (2).
Dixo el rrey: «¿E qué fue?» (3). Dixo el cuervo:
«Después que nos vengistes, así commo sabedes, de-
mandó nos consejo nuestro rrey, e dixo nos : «[¡O
cuervos!] ^'Qué vedes por consejo?» Et yo era pri-
vado del rrey, et dixe : «Yo veo que non podre-
mos (4) lidiar con los buhos, ca -son más valientes
que nos (5) e más esforzados. Dó vos por consejo
que punedes por salir desta premia (6) e que les
dedes parias si vos las rresgiben; si non, fuid por las
tierras.» E dixieron los cuervos que mejor es de
lidiar con busco, e que era peor para vos (7). E yo
conséjeles que se vos sometiesen, e (8) díxeles así :
«Al enemigo fuerte e valiente non es cosa deste
MUNDO con que se contraste su fuerga [e enojo],
mejor que someter sele. (Et non vedes que la paja
non estuerce del fuerte viento si non con su blan-
dez, e por se torrnar conél doquier que se él
torrna?»
(i) a. mereciste esto que teán fecho?» — C. pues preguntadle
qué pecado cometió para que le hicieran eso.» Dixo
(2) C. cuervo : «Despreciaron mi consejo e hicieron en mí
esto.» Dixo
(3) C. «¿E por qué fué ese desprecio?» Dixo
(4) C. non podréis lidiar — J. como A.
(5) C. que vos e — J. como A.
(6) C. consejo dos cosas : que solicitéis la paz e
(7) C. tierras. E dije a los cuervos que la guerra de ellos con-
tra vos era mejor para vos y peor para ellos, y que la paz era lo
mejor que ellos podían alcanzar de vos. E
(8) C. sometiesen, e diles un ejemplo que venía a propósito,
y díxeles
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 279
>E desobedegieron mi consejo (i) e alabáronse que
querían lidiar, e sospecháronme e dixieron : «Tú ere^^^
contra nos, e nos as engañado.» E menospreciaron
mi lealtad, e fizieron me esto que veys» (2). Et des
pues que oyó el rrey délos buhos al cuervo lo que
dixo (3), dixo aun su privado : «<Qué te paresge que
fagamos aeste cuervo?» Dixo : «Non tengo por bien
que rrazones conél, ca éste, por que es de muy grand
acuerdo, se fizo atormentar, et mi consejo es que luego
muera (4). Et enlo matar avremos (5) espagio e fol
gura, E SEREMOS SEGUROS dc su (6) falsedat, e avrán
grant pérdida los cuervos enél, ca dizen que el que
tiene su enemigo en su poder e non se espagia déi
non loará la glm.a de su fecho» (7). Dixo el rrey a otro
su privado : <Atí, ^qué te semeja des te cuervo}-» Dixo :
«•Mi consejo es délo non matar, que el omne desonrra-
do, maguer que enemigo sea, rrazón es de aver omne
(i) C. »E se irritaron ante mis palabras e
(2) C. dixieron : «No.» Y menospreciaron mi consejo y mi
lealtad y me atormentaron con este tormento.» Et — J. dixieron:
*Tú, ciertamente, ayudas a los buhos contra nosotros», etc.
(3) A. esto dezir, — C. b-uhos lo que dijo el cuervo, dixo
(4) A. así. — C. «Non tienes que pensar en cosa de él, sino
apresurar su muerte; porque éste es el de mejor acuerdo entre
los cuervos. Et
(5) C. avremos gran espacio
(6) C. su consejo y de su falsedat,
(7) C. dizen : «Quien tiene en su poder un negocio importante
y lo abandona, no podrá tenerlo segunda vez; y quien busca la
ocasión de un hecho y [cuandol la logra se descuida de hacer lo
vque debe, se le escapa la oportunidad, que ya no vuelve; y quien
tiene un enemigo débil y necesitado y no se deshace de él, se
arrepiente cuando se crezca su enemigo y se prepare, y no pue-
da contra él.> Dixo
28o CALILA Y DIMNA
piadat del e que le dexe a vida (i); que el omne que ha
miedo e demanda acorro, merege ser segurado e acorri-
do; que las aventuras alas vezes traen al omne a tal
estado que demande acorro a su enemigo e metérsele en
poder, asi como la mug{ii)er del viejo que fuyó e se fue
para él, maguer que lo quería mah (2). Dixo el rrey :
« ^7 Cómmo fue eso} »
Dixo : <(.Dizen que era un mercader o rrico, e era muy
viejo, e avia una muger muy fermosa que él mucho
cmtava (3). Asi que una noche entró un ladrón en casa
del mercadero, et él estando (4) dormiendo. Et su muger
eslava despierta, et ella ovo gran miedo del ladrón, e
ella saltó conel marido enla cama (5) et abragóse conél
TAN RREZIA MENTE qUC k deSpCrtÓ. Et él dixo ENTRE SU
coRAgÓN: <í^ Cómmo me dio Dios esta buena andanfa?>
Et entonge vio al ladrón, et sopo por qué le viniera, et
(i) C. co7isejo es que no lo mates; pues el enemigo humillado
que no tiene fuerza, digno es de que se le deje vivir y se le per-
done; que
(2) C. acorrido; además de que al hombre a veces lo inclina
hacia su enemigo una cosa insignificante, como el ladrón que
hizo inclinar hacia el comerciante a la mujer de éste, sin pensar
él en tal cosa.» Dixo
(3) C. Dixo el privado : «Cuentan que un mercader rico y vie-
jo no era detestable, y tenía una mujer joven y hermosa, a la que
amaba mucho. Pero ella le odiaba y no permitía que la abrazara
ni que satisficiera en ella su amor. Y había conocido el mercader
lo que pasaba en el corazón de ella, lo cual no hacía más que
acrecentar el amor que sentía por ella. Así — J. mercadero que
tenía mucho dinero y efectos, y no había consorcio entre él y su
mujer.
(4) C. et cuando entró en la casa, estaba el mercader dor-
miendo
(5) C. saltó sobre el mercader et
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 28 1
dixo al ladrón : « Torna quanto podieres levar , e vete en
buena ora, e por que me has fecho que 7ni muger {i) me
abraze. »
Et desi preguntó el rrey al tergero privado qué era
su ACUERDO gerca de aqtiel cuervo. Dixo : « Tengo por
bien que lo dexes bivir, e (2) que le fagas algo, que él
nos será gran cuydador contra los cuervos; que una de-
las cosas con que se orne apodera de sus enemigos, es
aver orne algunos dellos por vasallos, por que sean con-
tra los qtce fincan; e rregebir orne algunos de sus encíni-
gos es majamiento délos que fincan, e nage por ello dis-
cordia entre sí, et asi como la discordia que nació entre
el diablo e el ladrón, maguer amigos e apargeros eran;
e por aquella discordia estorgió el rreligioso-» (3). Dixo
el rrey : <^^Cómo fue eso}-»
Dixo el privado : ^Dizen que un rreligioso oviera de
un RRico ome una vaca con leche que le diera; e en
levándola (4) a su posada, siguióle un ladrón por gela
(i) C. conél. Y despertó el mercader por el abrazo de ella y
dijo : «jDe dónde tan gran bien?> Y cuando vio al ladrón y supo
que lo que le impulsaba a su mujer era el miedo del ladrón, lo
llamó y le dijo : «Ce, ladrón, tienes permiso para todo lo que
quieras; toma de mi dinero y de mis joyas, pues has tenido el
mérito de inclinar hacia mí a esta mujer y que tne
(2) ^ — B. o
(3) Lo mismo en J. que en C. está más resumido este consejo
del tercer privado. — C. dice : i-Tengo por bien que le dejes vivir
y que lo trates bien, pues es a propósito para darte buenos con-
sejos. Porque el sabio tiene por buen éxito la discordia entre
sus enemigos; pues la inquietud en que parte de sus enemigos
están respecto de la otra parte, y la oposición que se hacen, es
el medio de librarse de ellos, como se libró el religioso cuando
disputaron el ladrón y el diablo.» Dixo
(4) e en levándola — C. y J. emplean aquí las mismas pala-
¡82 CALILA Y DIMNA.
furtar, e fizo conpañia en un camino conél \iiii\ diablo
QUE ANDAVA en fomia de 07ne. Dixo el ladrón al dia-
blo: «^ Quién eres?> Dixo: «[Yo só\ el diablo : vo en pos
deste rreligioso por le afogar guando dormiere-» (i).
Dixo el ladrón : « Yo seguile (2) por le furtar aquella
vaca que lieva.-» Et fuéronse amos en uno, fasta que
llegaron a casa del rreligioso (3), et el rreligioso entró
en su casa, e metió la vaca dentro, e geno e echóse a dor-
mir. E el ladrón temióse que si esperase que el diablo
que iría a afogar al rreligioso, e que despertaría, et
que non podría furtar la vaca; así que avría perdido
su afán et que non levaría cosa. Dixo al diablo : '^Sú-
frete un poco fasta que yo furte la vaca, et después de
yo salido ve e afógalo> (4).
^Et el diablo ovo miedo que si el ladrón fuese a furtar
la vaca, que despertaría el rreligioso, e que non podría
acabar cosa délo que quería. Dixo entonces al (5) la-
drón : «Espera tú un poco, fasta que yo afogue al rre-
ligioso, et entonces podrás mejor acabar lo que quie-
res.* Et non quiso el ladrón; et sobre quál comentase
bras que en el cuento del religioso y el can (véase pág. 275,
nota 6), que allí traduce A. e llevólo consigo por una cuerda.
(i) C. el diablo: <Quiero seguir a este religioso y cuando
duerma la gente lo cogeré y lo ahogaré. > Dixo
(2) C. « Yo quiero seguirle hasta su posada por
(3) C. llegaron en compañía del religioso a la posada de éste
cuando ya anochecía, e¿
(4) C. dormir. Y temió el ladrón que si se adelantaba el dia-
blo a coger al religioso antes de que él cogiera la vaca, gritaría
el religioso y acudiría la gente a sus gritos, y no podría hurtar la
vaca, y le dijo : «Espera que yo saque la vaca, y en seguida te
echas sobre el hombre.»
(5) a/— B.el
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 283
primero, ovieron gran discordia', e estudieron así en-
esta discordia atanto que llamó el ladrón al rreligioso
e le dixo : «Espierta, ca está aquí el diablo que te
quiere afogar.* Et llamólo el diablo e díxole: *Este
ladrón te quiere furtar la vaca.» E a las vozes des-
pertóse el rreligioso ^ fuéronse el ladrón e el diablo,
et asi estorgió sin daño por discordia dellos» (i).
Et desque acabó el tergero consejero su rrazón,
dixo el primero que diera consejo que matasen al
cuervo : «Engañados vos (2) ha (3) este cuervo e
enartados con su palabra blanda e sabrosa (4), et vos
querés menospreciar el buen consejo. Parad mientes
así como fazen los agudos, e non vos engañen las pa-
labras de nuestro enemigo, nin vos destorve vuestro
fecho; ca los omnes de cansada natura ablándanse
sus coragones conlo que oyen dezir a sus enemigos
de lisonja o de omildat. Et engañan se enesto atanto
que los llevan a mal, e creen más lo que oyen que lo
que saben, así commo el carpintero que se desmintió
délo que viera e sopiera, e creó la lisonja que oyó e
(i) a. ellos fuyeron.» — C. ^Et temió el diablo que si se ade-
lantaba el ladrón lo sentiría algún hombre y advertiría al religio-
so y no podría él cogerlo. Y dijo : «Espera que yo coja al religio-
so y tú cogerás la vaca.» Y disputaron uno y otro, y no cesaron
de contender hasta que gritó el ladrón al religioso : «Despierta,
¡oh religioso!, que este diablo quiere cogerte.» Y gritó el diablo :
«Despierta, ¡oh religioso!, que este ladrón quiere coger tu vaca.>
Y despertó el religioso y sus vecinos a los gritos de aquéllos, y
se libró de ellos, que no pudieron lograr lo que querían; y fué-
ronse los malvados sin lograr su intento.»
- (2) vos — A. nos
(3) C. al cuervo : «Veo que ya os ha engañado este
(4) C. palabra y con su humildad, et
284 CALILA Y DIMNA
fue (i) engañado.» Dixo el rrey : «^'E cómmo fue eso?»
Dixo el buho (2): «Dizen que un carpintero avía
una muger que amava mucho, et enamoróse della
un omne, et atanto llegó la cosa que se ovo de saber,
e fuele fecho saber al marido (3) e él quísolo provar.
Dixo a su muger: «Yo quiero ir a tal aldea alexos
de aquí, a labrar con un rrico omne, e estaré allá
algunos días, et guísame conducho que lleve.» E
ella plúgole e aderesgógelo (4). E quando anochegió
díxole: «Cierra bien tu puerta (5) e guarda bien tu
casa fasta que yo venga» (6). E sallió ante ella; e
ella parando mientes fasta que lo vio ir bien lexos.
(i) C. consejo y engañaros en asunto de importancia; pues
poco a poco [en apartaros] de este consejo, y pensad en los dota-
dos de seso que se enteran de sus asuntos y de los asuntos de los
demás; y no os aparte de vuestro consejo y seáis como los ne-
cios que se engañan con lo que oyen [teniéndolo por] más digno
de crédito que lo que ven; así como el carpintero que no creyó
lo que viera y creyó lo que oía, y fué burlado y engañado.»
( 2) buho : — C. y J. visir :
(3) B. et ella enamoróse de un mangebo (*) fasta tanto que
conplió su amor coneila; et atanto llegó la cosa que se ovo de
saber, e los parientes del carpentero dixérongelo e — C. omne y
llegaron a enterarse de esto algunos parientes del carpintero y
se lo hicieron saber e
(4) C. aldea a algunas parasangas de aquí, a ciertas obras del
Gobierno, e e. a, a. d., e. g. conducho; y alegróse la mujer de esto
y le preparó conducho. E
(5) C. bien la puerta de tu habitación e
(6) C. venga pasados algunos días.» E
(*) Conforme con la edición de Sacy, en la que también se lee que
es la mujer la que se enamora, al contrario de lo que dicen A. y C,
según los cuales es el hombre el que se enamora de la mujer. En el
Hitopadera sólo se dice qiie la mujer tenía un amante. (Véase la pág. i66
de la traducción de Alemany.)
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 285
Desí torrnó él por otra parte e entró en casa, e
metióse so el lecho en que yazían él e ella (i).
Et LUEGO ella enbió por su amigo e díxole: «[Ven-
te, que] el carpintero es ido a tal lugar, e tardará allá
muchos (2) días.» Et vino el amigo, e diole ella a
comer e a bever, desí yogóse conella. E avíase es-
tonces adormido -el marido so el lecho, e non sopo
quándo entró el amigo. Et él, como estava asi dor-
iniendoy sacó el pie (3) de so el lecho (4), e vídolo la mu-
ger e temióse, e dixo a su amigo en poridat: «Pre-
gúntame a bozes e dime : {K quál quieres más, amí o
a tu marido? E yo non te querré rresponder, e tú
DIRÁSMELO MUCHAS VEZES FASTA QUE TELO DIGA.» Et
el amigo pregimtógelo muchas vezes, et ella rrespon-
dio (5): «Amigo, <:quién te metió en demandar tal
demanda? Ca QUigÁ diré cosa con que te pesará.»
E ÉL díxole: «Por el amor que ha entre mí e ti
QUE me lo digas.» Et enesto despertó (6) EL car-
pintero e callava por oír lo que dezían. E dixo
ella: «Nos (7) todas las mugeres non amamos alos
(i) C. ella [lo] estuvo mirando hasta que salió por la puerta.
Luego se volvió él y entró en el cuarto (*) de su mujer, en que
estaba el lecho del amante, y se metió bajo del lecho.
(2) C. ido a su labor, y tardará en ella algunos días.»
(3) C. conella. E tardaron en su cosa tanto tiempo, que venció
al carpintero el sueño y se durmió, y le salían los pies de
(4) A. et enesto rrecordóse el carpintero del sueño,
(5) A. fizo así, e ella díxole :
(6) Et enesto despertó es de B.— A. e todo esto oyendo
(7) C. <Amigo, no me importunes con tal pregunta. (¡Acaso no
sabes que nos todas
(*) Deben faltar aquí unas palabras en C.
286 CALILA Y DIMNA
amigos si non por conplir nuestras voluntades, nin
catamos a sus linages nin a ningunas de sus costun-
bres, nin por otra cosa ninguna. Et desque conpli-
mos (i) nuestra voluntad non los prestíamos más que
a otros omnes; mas al marido teñámoslo en luga[r de]
PADRE E DE fijos e de hermano, e mejor aún; et con-
fonda Dios (2) la muger que non ama más la vida de
su marido que su vida [mismja» (3).
E desque esto oyó dezir el marido a su muger,
ovo p[ie]dat, e creó(lo) que [lo] amava de todo en
todo (4), e non se quitó de aquel lugar fasta que ama-
nesgió e se fue el amigo (5). E sallió él de so el le-
cho e falló a su muger adormida; e asentóse gerca
della (6) e comengóla de aventar (7). E rremovióse
ella por despertar, e él díxole: «Por Dios, amiga (8).
Dormid, ca mucho velaste esta noche, e mucho la-
ZRASTE. Et por buena fe, si non que me temí de te
fazer pesar (9), yo matara aquel omne por lo que te
(i) C. conplimos con uno de ellos nuestra
(2) A. mala ventura la muger
(3) C. ama la vida de su marido como su vida misma; y que
no te oiga hacer mención de esto otra vez.>
(4) C. desque oyó el carpintero estas palabras a su mujer,
tuvo piedad de ella y empezó a llorar y a compadecerse de ella,
y creyó firmemente en su amor, y se arrepintió de haberla ape-
nado, e
(5) C. amanesgió y supo que el amante 3"a se había ido. E
(6) C. asentóse a su cabecera e
(7) aventar. — Así según el texto' de C. — A. amonestar. —
B. e estávala faziendo aire.
(8) C. díxole: «¡Oh amor de mi vida! Dormid,
(9) fazer pesar, — Conforme con la corrección de Cheikho
al texto de C.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 287
fizo» (i). Et vos guardad vos de creer lo que el cuer-
vo dize, e sabed que muchos enemigos ay que non
pueden nozir a sus enemigos de alueñe, et agércan-
se aellos e vénganse dellos. Et digo vos yo de mí
QUE nunca tamaño miedo ove délos cuervos commo
desque vi este cuervo e vos oí dezir del lo que de-
zides.»
E con todo esto non torrnava cabega el rrey de los
buhos, nin los otros sus privados, por lo que le dezía.
Et mandólo el rrey levar a su posada e honrrarlo e
pensarle bien (2). Dixo el privado que consejava su
muerte: «Pues non lo queredes matar (3), tenedlo en
cuenta de enemigo temido, e guardat vos del; ca (4)
es sesudo e artero e engañoso, e creo que él non
quiere morar con ñusco si non por buscar su pro e
nuestro daño.»
Et el rrey enesto non torrnó cabega por lo que éste
dezía, e mandó fazer al cuervo mayor honrra e mayor
bien que ante. E comengó el cuervo a fablar cada día
conlos buhos, e dezir les cosas con que lo amavan e
fiavan más por él (5). Desí dixo un día aunaconpaña
(i) C. pesar, hubiera habido entre mí y aquel hombre tre-
menda pelea.* Y sólo te di este ejemplo porque quiero que no
seas como el carpintero, que no creía lo que veía y creía lo que
oía de su mujer. Et
(2) A. fasta que guaresgiese de sus llagas.
(3) C. non queréis matar a este cuervo, tenedlo
(4) C. ca el cuervo es
(5) C. fablar con él (el rey) cuando se presentaba ante él, con
todo el cariño que podía, y decía a los cuervos, cuando se halla-
ba solo con ellos, palabras con que les aumentaba cada día la
confianza que en él tenían, y de él se fiaban y con él se familia-
rizaban y le creían. Desí
288 CALILA Y DIMNA
délos buhos, estando y el que consejava su muerte :
«Diga alguno de vos de mi parte al rrey que los cuer-
vos sean omiziado comigo de mala manera (i), e yo
non folgaré fasta que alcange mi derecho dellos. Et
yo pensé enesto, e veo que lo non podré fazer nin
PODRÉ CONELLOS, scycudo yo UN cuervo solo. Mas
dizen algunos que el (2) que de buena voluntad (3)
se quema enel fuego, faze a Dios grand sacrefigio, e
nunca rrogará a Dios por cosa que lo non oya. Et si
lo el rrey por bien toviere, mande me quemar; desí
rrogaré a Dios que me mude en buho, por tal que me
vengue de mis enemigos, e faré mi voluntad e con-
pliré mi saña quando me mudare en forma de buho.»
Dixo el buho que consejava su muerte : «Non me
semejas enel bien que muestras e enel mal que en-
cubres, si non al vino de buen olor e de buen color,
e yaze enél el tósigo mortal, e quando lo beve el
OMNE MÁTALO. ^"E tú dizcs quc SÍ tc quemáse[mo]s
que se cambiaría tu natura? (4). Non puede ser; ca tú
torrnarías atu sustangia e atu rraíz, así commo fizo la
rrata quando le dixieron que se casase con quien
quisiese, conel sol o conlas nuves o conel viento o
conel (5) monte, [e] dexólo todo e casó se con un
rratón.» Dixo el cuervo: «¿Cómmo fue eso?»
(i) C. manera, porque me han deshonrado e injuriado, e
(2) C. el subdito que
(3) C. voluntad se arrepiente y se
(4) J. quemásemos al fuego que se cambiaría tu substancia e
tu natura? Non — C. fuego que tu substancia y naturaleza se que-
marían contigo? Non
(5) C. rrata que tuvo por novios suyos al sol, a la nube, al
viento y al monte, — J. rrata a quien se le dio a elegir marido en-
tre el sol, etc.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 289
Dixo el buho : «Dizen que un buen omne rreli-
gioso cuya boz oía Dios, estava un día rribera de un
rrío, e pasó por y un milano, et levava enlas uñas una
rrata, et soltóla (i) délas uñas e cayósele (2) delante
de aquel rreligioso. E ovo piadat della, et tomóla e
enbolvióla en una foja (3), e quiso la levar para su
casa. Et temióse quel' sería fuerte de criar (4), e rro-
gó a (5) Dios que la torrnase niña. E fizo la Dios niña
fermosa e muy apuesta; e levóla para su casa, e crióla
muy bien, e non le dixo nada de su fazienda commo
fuera. E ella non dubdava que era su fija. Et des-
que (6) llegó a doze años díxol' el rreligioso: «Fi-
juela, tú eres ya de hedad, et non puedes estar sin
marido que te mantenga e te govierne, e que me
DESENBARGUE DE TI, POR QUE ME TORRNE A ORAR
COMMO ANTE FAZÍA SIN NINGUNO ENBARGO. PuCS
escoge agora quál marido quisieres (7), e casar tehé
conél.» Dixo ella: «Quiero un tal marido que por
VENTURA non aya par en valentía e en esfuergo e en
(1) soltqla — B., que en vez de rata dice raur, soltóle.
(2) C. fDizen que era un b. o. rr. c. b. o. Dios, y mientras es-
tava u. d. rr. d. u. rrío, pasó p. y u. m., e. 1. enlas u. u. rr., et ca-
yósele de las uñas delante
(3) C. en el extremo de su manga, e — J. como A., y también
C, si en él se corrige <í^>u> x , extremo de su manga, por ^\^%
hoja.
(4) C. y J. fuerte a su familia el criarla, e
(5) C. y J. a su Dios
(6) C. levóla el religioso para su casa, y dijo a su mujer: «Ésta
es mi hija, y pórtate con ella lo mismo que si fuera hija tuya.» Y lo
hizo así, hasta que cuando llegó
(7) C. quisieres de los hombres o de los genios, e — J. co-
mo A.
TOMO I. 19
290 CALILA Y DIMNA
poder> (i). Díxole el rreligioso: «Non sé enel
mundo otro tal commo el sol, que es muy noble e
muy poderoso, alto más que todas las cosas del mun-
do; e quiérole rrogar e pedir le por merged que se
case contigo. >
>E fizólo así, e bañóse et fizo su oragión. Desí oró
e dixo: «Tú, sol, que fueste criado por provecho e
por merged de todas las gentes, rruégote que te
cases con mi fija, que me rrogó que la casase conel
más ñierte e conel más noble del mundo.» Díxole el
sol: «Ya oí lo que dexiste, omne bueno, et yo só
tenudo de te non enbiar sin rrespuesta de tu rruego,
por la honrra e por el amor que as con Dios et por
la mejoría que as entre los omnes; mas enseñar tehé
el ángel que es más fuerte que yo.» Díxole el rreli-
gioso: «¿'E quál es?» Díxol': «Es el ángel que trae las
nuves, el qual con su fuerga cubre mi fuerga e non
mela dexa estender porla tierra.» Torrnóse el rreli-
gioso al lugar do son las nuves déla mar, e llamó alas
nuves, bien así commo llamó al sol, e díxoles bien
así commo dixo al sol. E dixieron las nuves: «Ya en-
tendimos lo que dexiste, e tenemos que es así, que
nos dio Dios fuerga más que a otras cosas muchas;
mas guiar tehemos a otra cosa que es más fuerte que
nos.» Dixo el rreligioso: «^-Quién es?> Dixeron le:
«Es el viento que nos lieva ado quiere, e nos non
podemos defender del.»
»Et fuese para el viento, e llamó lo así commo alos
otros, e díxole(s) la mesma rrazón. Díxole el viento:
(i) C. «Quiero un marido poderoso y fuerte.» Díxole — J. un
marido poderoso en sus cosas.»
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 29 1
«Así es commo tú dizes, mas guiar tehé a otro que
es más fuerte que yo, e que pune en ser su egual e
non lo pude ser.» Díxole el rreligioso: «¿'E quién es?»
Díxole: «Es el monte que está gerca de ti.» Et fuese
el rreligioso para el monte, e díxole commo dixo alos
otros. Díxole el monte: «Atal só yo commo tú dizes,
mas guiar tehé a otro que es más fuerte que yo, que
con su grand fuerga non puedo aver derecho conél, e
non me puedo defender del, que me faze quanto daño
puede.» Díxole el rreligioso: «<:£ quién es ése.^»
Díxole: «Es un mur, ca éste me faze quanto daño
quiere, que me forada de todas partes.»
>Et fuese el rreligioso al mur, e llamólo así commo
alos otros, e díxole el mur: «Atal só yo commo tú
dizes en poder e en fuerga; mas ^"cómmo se podrá
guisar que yo casase con muger seyendo mur e mo-
rando yo en covezuela e en forado?» Dixo el rreli-
gioso ala moga: «^jQuieres ser muger del mur, que ya
sabes commo fablé con todas las otras cosas, e non
fallé más fuerte qu'él, e todas me guiaron aél? <Quie-
res que rruegue a Dios que te torrne en rrata e que
te case conél? E mor[ar]ás conél en su cueva, et yo
rrequerir tehé e visitar tehé, e non te dexaré del
todo.» Díxol' ella: «Padre, yo non dubdo en vuestro
consejo. Pues vos lo tenedes por bien, fazer lohé.» Et
rrogó a Dios que la torrnase en rrata, e fue así, et ca-
sóse (i) conel mur, e entró se conél en su cueva, e
(i) C. Díxole (*): «< Acaso quieres al sol?» Y dijo al sol: «¡Oh
criatura excelsa! (**). Aquí tienes a esta muchacha hermosa, que
(•) Véase la primera línea de la página anterior.
(••) Esta invocación es Se J. — Falta en C.
>92 CALILA Y DIMNA
torrnóse a su rraíz e a su natura, Et tú, traidor,
falso, mintroso, atal serás (i), ca torrnarás a tu
RRAÍZ E ATU NATURA.»
Et POR TODO ESTO non tornava cabega (2) el rrey
délos buhos nin los otros aeste enxenplo. Et díxol'
EL RREY DÉLOS BUHOS AL CUERVO: «AmIGO LEAL, NON
AS MENESTER QUE TE QUEMES EN FUEGO, CA NOS TE
DAREMOS VENGANZA DÉLOS CUERVOS, E MÁS QUE VEN-
GANgA.» Et el cuervo fue sienpre entre ellos muy
blando e muy manso, et cresgió la honrra entre ellos
al cuervo fasta que sanó e engordó e le cregieron sus
plumas (3) e guaresgió, e sopo sus poridades e su
ardimento délos buhos, e todo lo que quiso saber de
su fecho (4) dellos. Desí salióse a furto, e fuese para
tengo como si fuera mi hija; te voy a casar con ella, porque ella
desea un marido poderoso y fuerte.» Dijo el sol: «Yo te indi-
caré, como más poderoso que yo, a la nube que tapa mi luz y
puede más que ella.> Y volvióse el religioso a la nube y le dijo
lo mismo que dijera al sol. Y contestóle la nube : «Yo te diré que
más valiente y más fuerte que yo es el viento, que me arrastra y
me lleva adonde quiere.» Y volvióse el religioso hacia el viento
y le dijo lo mismo que a los otros. Y contestóle el viento : «Yo
te enseñaré quién es más fuerte que yo: es el monte, que no
puedo moverlo.» Y volvióse el religioso al monte y le habló con
las mismas palabras. Y contestóle el monte: «Y'o te indicaré otro
que es más fuerte que j'O : es el ratón, que me horada y no puedo
defenderme de él.» Dijo el religioso al ratón: «¿Quieres casarte
con esta moza?» Contestóle : «¿Cómo podré casarme con ella, si
soy pequeño y mi cueva es estrecha?» Y supUcó la muchacha al
religioso que rogase por ella a su Dios que la tornase en rata; y
otorgóselo, y rogó a su Dios y tornóla en rata, y la casó conel
(1) C. Et tal como esto te sucederá a ti, ¡oh mentiroso!
(2) A. cató
(3) A. cresgió las alas
(4) C. blando, y no hicieron sino honrarle hasta que se fami-
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 293
los cuervos, et dixo al rrey délos cuervos: «Dígote
buenas nuevas, que he acabado todo lo que quise
PARA MATAR ALOS BUHOS. Mas finca lo quc tú e tus
conpañas devedes fazer; e si fuéredes bien agudos
e sabidores en vuestro fecho, muertos son los bu-
hos» (i). Dixo el rrey délos cuervos: «Nos faremos
quanto tú mandares» (2).
Dixo el cuervo: «Los buhos son en tal lugar, e
ayúntanse de día en una cueva (3) del monte, e yo se
[do] gerca de aquel lugar (4) ay mucha leña seca.
Lleve cada un cuervo quanto pudiere llevar della
ala boca déla cueva do ellos son de día, et ai gerca (5)
ay grey de ganado, et yo arrebataré dende (6) fuego (7)
e echar lo he ai enla leña [amontonada], e vos otros
todos (8) non gesedes de aventar con vuestras alas
e de soplar el fuego fasta que se engienda bien, et
quantos dende salieren (9) quemar sean, e los que
dentro estudieren afogar sean con el fumo.» Et fizié-
liarizó con ellos, y le crecieron las plumas y engordó y sanó; y
supo lo que quería saber, y se enteró de lo que quería enterarse
dellos.
(i) C. fecho, muerto es el rey de los buhos y su ejército.»
Dixo
(2) C. cuervos: «Estamos a tus órdenes, y mándanos lo que
te parezca.»
(3) una cueva — C. tal lugar
(4) C. sé un lugar en el cual ay
(5) C. gerca del monte ay
(6) A.^e yo averé
(7) C. fuego, y lo llevaré a la puerta de la cueva e
(8) C. todos armad tumulto y non
(9) dende salieren — Así según el texto de C. — A. y estudie-
ren — B. et con el fumo morirán todos cuantos buhos ai están. >
294 CALILA Y DIMNA
ronlo así, e mataron a todos los que y estavan (i);
desí torrnáronse los cuervos a sus lugares salvos e
seguros.
Dixo el rre}^ délos cuervos al (2) cuervo; «^'Comino
podiste sofrir de aver vida conlos buhos? Ca los bue-
nos non sufren ser en conpaña délos malos,» Dixo
el cuervo: «Así es commo tú, señor, lo dizes (3);
mas el omne cuerdo, quando le acaesge alguna gran
cuyta por (4) que se teme de perder el cuerpo e los
parientes, non ha cosa que non deve sofrir por sallir
de aquella cuyta e estorger así e a sus parientes e
amigos de muerte» (5). Dixo le el rrey: «Di me de sus
entendimientos de los buhos.» Dixo el cuervo: «Non
fallé ninguno dellos sesudo, si non uno (6) que con-
sejava mi muerte, e eran de muy flaco (7) consejo
E DE MAL ACUERDO quc uunca pcusarou en ninguna
cosa de mi fazienda, aviéndoles el de buen seso con-
(i) C. mataron a los buhos; desí — J. mataron a los buhos en-
teramente; desí
(2) C. y J. Entonces el rey délos cuervos dixo a este cuervo :
{3) C. fAsí es esto; mas — J. cuervo: «Ciertamente, lo que
dices, joh rey!, es así; mas
(4) A. se vee en cuyta
(5) C. acaesge un suceso grave y afrentoso, por el que teme
la ruina de sí mismo y de su gente, no rehusa el más penoso
sufrimiento con la esperanza del éxito, ni encuentra en ello su-
frimiento, ni rehusa (*) su alma someterse a quien es inferior a
él, hasta que obtiene lo que necesita, y se envanece del fin de la
empresa, satisfecho de haberla llevado a cabo con su seso y
paciencia.» Dixo
(6) C. si non el cuervo que
(7) C. eran más flacos que yo en consejo
(*) rehusa, corrigiendo en C. ¿S en 0-^, como se lee en J.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 295
sejado, e desobedesgiéronle e non entendieron sul
mal nin creyeron al entendido. Et dizen que conviene
al rrey de guardarse del omne en que ha, alguna sos-
pecha(n), de lo non meter en su poridad, nin le deve
mostrar sus cartas, nin le debe dexar llegar al agua
con (i) que se lava, nin a su lecho, nin a sus paños (2),
nin a su bestia, nin a sus armas, nin alo que ha de
comer, nin a ninguna de sus cosas» (3).
Dixo el rrey délos cuervos (4): «Non murieron los
buhos si non por necedat (5) e flaqueza de con-
sejo» (6). Dixo el cuervo: «Verdat es que [se ha
dicho] : «Pocos son los que vengen que non se engre-
»yan (7), et pocos son los que han sabor délas mugeres
>que afrontados (8) non sean, et pocos son los que mu-
(i) C. fazienda, ni recordaron que yo era de dignidad entre
los cuervos, y que era tenido por sesudo; ni temieron de mí en-
gaño ni ardid. Y les advertía aquel inteligente y leal consejero,
que es el que había vislumbrado lo que yo pensaba, con su seso,
y les aconsejaba sinceramente; mas despreciaban su consejo,
pues no tenían discernimiento ni creyeron al que lo tenía, ni se
guardaron de mí, ni me ocultaron sus secretos. Y dijo: «Convie-
ne al rey guardar del sospechoso sus secretos y sus asuntos, y no
meterlo en sus secretos ni en sus asuntos, ni en sus escritos, ni
•en el agua, ni en la pila en que
(2) C. paños, ni a sus trajes, nin
(3) C. comer y beber, ni a sus medicinas, ni a su oro, ni a sus
])erfumes, ni a sus plantas odoríferas.>
(4) A. cuervo :
{5) A. desdén
(6) C. <Non murió el rey de los buhos por culpa suya, si non
p. n. e. f. d. consejo de sus privados.» Dixo
(7) «Pocos... engreyan, — En C. no se entiende este pasaje,
que en J. viene a decir lo mismo que en A.
(8) A. aforcados
296 CALILA Y DIMNA
, >cho comen que non costriben, et pocos son los que
»han malos privados que en peligro de muerte non
»cayan.» Et dizen: «Non aya esperanza el engreído e
»EL DESVERGONgADO dc avcr buena fama, nin el falso
>de aver [buen] amigo (i), nin el mal enseñado de
»aver nobleza, nin el escaso avarón en ser honrrado,
»nin el cobdigioso de non aver pecados, nin el rrey de
•>fiaco seso et que aya privados negios (2), en durar su
»rregno.» Dixo el rrey: «Grand lazerio as sofrido en
fazer vida conlos buhos > (3). Dixo el cuervo: «El que
sufre alguna lazeria esperando algund pro, devela en-
durar, así commo fizo la culebra que sufrió la rrana
cavalgar sobr'e]la> (4). Dixo el rrey: «¿Et cómmo fue
eso?»
Dixo el cuervo: «Dizen que una culebra envegedlo
et enflaqueció, e non podía cagar ^'i fuese como mejor
pudo a (5) una fuente (6) do avía muchas rranas de
(i) C. aver muchos amigos, nin — J. aver buen amigo, nin
(2) A. que ha privado nesgio, — C. rrey soberbio y negligente
que tenga ministros de flaco seso, en
(3) C. y J. buhos y en humillarte a ellos.» Dixo
(4) C. cuervo: «Así es como tú dices; pero lo sufrí por el
beneficio que esperaba que te reportaría mi ayuda; porque se ha
dicho : »No pesa sobre los hombros del hombre la carga de su
> enemigo cuando confía en la dicha de vencerlo.» Y también se
ha dicho: «Quien sufre fatigas esperando de ellas utilidad, las
»soporta como soportó la culebra el peso de la rana sobre sus
a espaldas.» Dixo
(5) A. vínose para
(6) J. ca^ar ni buscarse la comida, y sólo se arrastraba para
buscar algo que comiese, hasta que llegó a una fuente do —
C. ca^ar ni buscar la comida, y se arrastraba para pedir algo
penosamente y suplicando, hasta que llegó a un estanque de
agua do
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 297
que ella solía cagar, e se mantenía dellas (i). E echó
se gerca déla fuente (2), a semejanga de triste e de
pesante. Díxole una rrana: «<;Qué as que estás tris-
te ?> Dixo ella: «^-E cómmo non seré triste que la
mi vida non era de ál, si non de las rranas (3), et
agora soy atribulada de ial iribulagión que me son
defendidas, asi que aunque las tomase non las osaría
comer?* (4). E fuese la rrana, e fizólo saber al rrey
délas rranas, e él vino le preguntar aquesto, e llegóse
a ella (5) e preguntóle: «^Cómmo te acaesgió esto
QUE DiZES?» Dixo la culebra: « Yo non oso comer nin-
guna de vosotras si non mela dan en limosna^ (6).
Dixo: «-Eso, ^por qué es? ^
»Dixo le: «Fuy este otro día (7) en rrastro de una
rrana por la tomar, e quexéla tanto que se ovo de me-
ter i^) en casa de un rreligioso, et yo entré en pos ella,
e la casa estava oscura (9). E estava en la casa un niño
[del rreligioso]. E cuidando que mordía ala rran[a],
mordí al niño enla mano (10) et murió. E salí dende
(i) J. rranas, adonde ella iba ya antes y solía cazar las ranas
para mantenerse. E — En C. falta «para mantenerse».
(2) fuente, — C. estanque,
(3) C. rranas que cazaba, et
(4) A. vino me grand ocasión de guisa que non puedo comer
nin tomar si non las que me dan en limosna.»
(5) C. rrana, y anunció a su rey como buena nueva lo que
oyera de la serpiente, y se acercó el rey a la serpiente e
(6) C. < Pí7 no puedo coger ninguna rana sino la que de limos-
na me dé el rey.» Dixo
(7) día — C. noche — J. como B.
(8) A. ella metióse
(9) C. e la perseguí hasta una casa obscura de un religioso, y
entró en ella, y entré yo siguiendo sus huellas. E
(10) la mano — C. y J. el dedo
298 CALILA Y DIMNA
fuyendo, et salió el rreligioso enpos demí, e maldixo
me, et dixo me: «Así commo mataste este niño sin
culpa ninguna con tu trayqión, mal dígote que seas
triste e confondida, e que seas cavalgadura del rrey
délas rranas (i), e que non ayas poder de tomar nin-
guna rrana (2), si non las que te diere su rrey por
limosna.»
»Et yo por ende vine atí que cavalgues en mí, e de
(non) lo rresgebir, só plagentera dello> (3). Et ovo el
rrey délas rranas gran cobdigia de cavalgar enla
culebra, e tovo que era grant honrra e grant nobleza,
e cavalgó la unos días. Desí díxole la culebra: «Ya
vees que só mal aventurada, que non puedo comer (4)
délas rranas si non la que tú me dieres e7i limosna.
Pues mándame poner alguna rragión de que biva.»
Dixo el rrey: «Sí, me vala Dios, seyendo tú mi caval-
gadura, non puede ser que te non ponga yo algunt
vito de que te goviernes e te mantengas.» Et man-
dóle dar cada día dos rranas (5). Et pasó conesto e
non le nuzió someterse a su enemigo por (6) bevir.
»Et yo otrosí sofrí lo que sofrí trabajándome desta
pro tan grande por la qiial (7) ovimos venganga de
(i) C. rranas, y que te sean prohibidas las ranas, e
(2) C. poder de comerlas, si — J. poder de coger ni comer nin-
guna, si
(3) C. y J. mí, reconociendo esto gustosamente.» Et — B. mí
et aconoger lo que te devo conoger.»
(4) comer — C. cazar
(5) C. y J. rranas y se las dieron. Et
(6) C. y J. enemigo despreciable, ya que con ello sacaba pro-
vecho y hallaba medio de mantenerse y de bevir.
(7) A. por la grant pro que nos veno dello que
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 299
nuestros enemigos> (i). Et dixo el rrey: «Agora veo
que la manera (2) del engaño derrayga al enemigo
más que la fortaleza del fuego (3); que el fuego non
puede más quemar con toda su fuerga e con toda su
calentura, quando da enel árbol, si non quanto está
más sobre tierra, et el agua con su humidat e con su
friura derrayga quanto está so tierra. Et dizen que
quatro cosas son que non se deven tener en poco (4),
por lo poco dellas; [ca] se puede pujar alo mucho;
ET SON el fuego e la enfermedad e el enemigo e el
debdo.» [Dixo el cuervo]: «Et yo lo que fize fue por
tu buen seso e por tu buena ventura (5). Et dizen que
quando dos omnes demandan una cosa et el uno dellos
la rrecabda, es él de más noble cor agón; [e si los dos
son eguales de coragón] e la acaba el uno dellos, tie-
ne[n] que aquél es de mayor seso; et si amos son
eguales enel seso, [la recabda el que tiene más ayu-
dadores; et si amos los tienen eguales, el] (6) de
mejor (7) ventura.
(i) C. oviraos la ruina de nuestros enemigos y quedamos
libres de ellos.» Et
(2) A. fortaleza
(3) C. manera de luchar con la suavidad y el engaño, es más
fuerte para desarraigar al enemigo que la manera de los grandes
ejércitos; que
(4) A. deve omne desdeñar,
(5) C. cuervo : «Lo que ha sucedido ha sido por la buena ven-
tura del rey y por su seso. Et
(6) [la... el] — A. tienen por mejor aquel que las rrecabda
primero e
(7) C. omnes persiguen una cosa, triunfa el más valiente; y si
son iguales en valentía, el de más seso; y si son iguales en esto,
el que tiene más ayudadores; y si están iguales en esto, el de ma-
yor ventura.
300 CALILA Y DIMNA
»Et dizen que el que quiere contender (i) conel
rrey enviso e agudo e sabio, que non se engree por
bien que Dios le dé (2), nin se desmaya su coragón
por grant miedo, su muerte lo trae por él (3), quanto
más si es tal commo tú, sabidor de las cosas (4). Et
sabes do deves ser bravo, e do deves ser manso, e
DO deves ser ayrado, e do deves ser pagado, e do
deves ser apresuroso, e do deves ser vagaroso, e que
cates lo que es presente e lo que es por venir (5) e
las gimas de tus fechos.» Dixo el rrey al cuervo (6):
«Mas con tu buen seso e contu consejo fue fecho, e
siempre por tal te coNOsgiMOS E por tal te rrazo-
NAMOS. Et DEXTSTE como DIZE OMNE GRAgiOSO E LEAL,
et ACABASTE GRANT FECHO CON MANSEDUNBRE E CON
INGENIO E CON BUEN PENSAMIENTO, TANTO QUE NOS
LIBRÓ Dios de nuestros enemigos, e feziste tal
FECHO que pocos SON LOS QUE PODRÍAN FAZER. Et LOS
ESFORgADOS E LOS VALIENTES, QUANDO LLEGAN ALA
LID, ENTRAN CON DIEZ O CON VEYNTE, E FAZEN SU BUEN
FECHO, E CON TANTO SALEN POR BUENOS. Et cl Omne
blando agudo, tal commo tú, mata con sabiduría al
rrey de grant prez e de grant mesnada. Et este atal
faze mayor dapno alos enemigos que los mucho esfor-
zados e valientes; ca el conseio que de ti NAsgió,
SEYENDO UNO DELLOS, FIZO MAYOR DAPÑO EN MATAR
(i) contender — J. ^w-J^ls^, mejor que C, que dice i JU.
(2) C. engree por la alegría, nin
{3) J. miedo, él mismo es quien se atrae la muerte, quanto
En C. no se entiende esta frase.
(4) C. cosas y de la oportunidad de los hechos. Et
(5) e lo que es por venir — Falta en C, pero está en J.
(6) al cuerv^o : — Falta en C, pero está en J.
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 3OI
NUESTROS ENEMIGOS, QUE ERAN TANTOS E TAN DAPÑO-
SOS, QUE LA NUESTRA FUERgA DE TODOS. E de lo más
que me maravillo detí, cómmo moraste con ellos e
sofriste tanto pesar quanto veías e oías, e non te
moviste (i) a ninguna palabra.»
Et dixo el cuervo: < Señor, sienpre me atove al
tu buen enseñamiento en aconpañar al pariente e al
estraño con mansedunbre [e suavidad], e siguiendo
su sabor e consentiendo al su tálente» (2). Dixo el
rrey: «Atí he por obrero, e alos otros privados por
dezidores (3), et fizónos Dios por ti grant bien e
(i) Lo mismo en C. que en J., está muy resumido este dis-
curso del rey. — C. fue fecho esto; pues en verdad que un hom-
bre solo ocasiona la ruina del enemigo que además de soldados
tenga grandes medios de defensa. Pero lo que más me maravilla
de tu obra es tu larga permanencia entre los buhos; pues tú viste
y oíste cosas duras y no te moviste entre ellos a — J. consejo y
por tu afortunado sino'sucedió esto; pues en verdad que un hom-
bre sólo, sabio y prudente ocasiona la ruina del enemigo que
tenga gran ejército, dotado de bravura y de fuerza y de muche-
dumbre y de municiones. Pero, etc.
(2) Siguen aquí en C, entre «tálente» y *Dixo», siete lí-
neas (*) que no se hallan en el texto castellano ni en J. Cuatro
de ellas faltan también, según Cheikho, en todas las demás edi-
ciones árabes.
(3) C. dezidores que a ningún fin llegan. Y así son los amigos
del rey, et
(•) He aquí su traducción: «Y ya se ha dicho: «Conviene que el que
> trata con enemigo cuyo daño y desgracia desea, ponga antes de su de-
>3eo la suavidad y sumisión. > Dijo el rey: «Encuentro tu palabra como
palabra que nada tiene que reprochar, sino que no tuviste tuquien te ayu-
dara contra ellos.» Dijo el cuervo: <Ya se ha dicho que el hombre per-
fecto que consulta al que es digno de mérito por su seso y prudencia,
ve al principio de su consulta y oye expresiones ásperas y contrarias a
su capricho que le disgustan, pero que le producen en último término
utilidad y descanso y alegría; y que el consejo del que sigue el capricho
de aquel que se lo pide y no mira al resiiltado último del asunto, aunque
le produzca al pronto alegría y descanso, en último termino lo lleva
al daño y a la ruina. >
302 CALILA Y DIMNA
grant merced. Et bien sepas que fasta que tú tor-
naste non nos sopo bien comer nin bever (i) nin dor-
mir (2); ca dizen que el enfermo non ha sabor [de
comer nin] de dormir fasta que guaresge; nin el que
anda camino a que el rrey faz fuzia de dar algo o délo
poner en algunt ofigio (3), fasta que gelo cunple, nin
el omne que se teme de su enemigo e que está a
suerte de aver la fazienda conél, fasta que lo mata (4).
Et dizen que el que pierde la fiebre fuelga su cora-
zón, et quien se descargó déla pesada carga fuelga
su onbro, et quien es seguro de su enemigo fuelga su
coragón.>
Dixo el cuervo: «Rruego a Dios, el (5) que mató a
tus enemigos, que te apodere entu rregno, e esto que
sea a provecho de tu pueblo, et ellos que ayan parte
enla alegría que tú ovieres entu rreyno» (6). Dixo el
rrey: «^De qué vida era el rrey délos buhos?> (7).
(i) nin bever — Falta en C, pero esta en J.
(2) C. dormir.» Dijo el cuervo: «Ca — J. como A.
(3) C* y J* r^ii^ G^ hombre avariento en quien el rey ha fomen-
tado el deseo de riquezas o de empleos, fasta
(4) C. y J. el omne a quien oprime su enemigo y le teme a
todas horas, hasta que se ve libre de él. Et
(5) C. coragón. Y ruego al que — J. como A.
(6) C. rreyno; porque el rey en cuyo reinado no gozan la ale-
gría sus subditos, es semejante a las tetillas del cuello de la
cabra, que caza el milano y no encuentra en ellas provecho.»
Dixo — J. de la cabra, que las chupa el cabrito por creer que
son pezón de teta, y no encuentra en ellas provecho» (*). Dixo
(7) C. qué proceder era el rey de los buhos con su ejérci-
to?» Dixo:
(*) No está alterado el texto de C, como cree su editor, aunque
falte este pasaje en las versiones siriaca y hebraica. (Véase Hito^adera,
página 7 de la versión de Alemany, donde se expresa este mismo pen-
samiento.)
DE LOS CUERVOS E DE LOS BUHOS 303
Dixo: «Él era muy desdeñoso e engreído e perezoso,
e presgiávase mucho (i), e era de mal acuerdo, e sus
privados eran tales commo él, si non aquel que con-
sejava mi muerte. > Dixo el rrey: «¿E qué viste dése
por que entendiste que era de buen seso?>
Dixo: «Por dos cosas: la una por que consejava
mi muerte, e la otra por que consejava leal mente
a su señor e le non celava nadi maguer que le pe-
sava, nin fablava a guisa de loco nin de soberano,
mas fablava mansa mente e cuerda mente (2), así que
alas vezes le demostrava sus tachas (3) mansa men-
te de guisa que le non ensañava, e davale enxen-
plos et rretraieles de lo que le{s) estava mal alos (4)
otros, así que conosgiese el rrey lo que le estava mal,
e non fallava carrera para ensañar sele. Et esta fue
una délas cosas que le oí consejar al rrey: «Non te
»deves descuydar (5) del fecho deste cuervo, que
»muy grant fecho es, e tal que lo non acaban (6) si non
»muy pocos, nin se contrasta si non con muy grant
» sabiduría; et es mucho aliviado, así commo el ximio
>que non asosiega una ora en ir e en venir, et es tal
» commo el viento en mudarse, et es tal commo el
(i) C. engreído y tramposo e perezoso, e — J. engreído y
arrogante, e
(2) C. muerte, y no ocultaba a su señor su buen consejo, aun-
que se lo despreciaba; y no eran sus palabras palabras de locura
ni de arrogancia, sino palabras de dulzura y suavidad, así —
J. muerte, y la otra porque no, etc.
(3) sus tachas — Así en J. — C. óJ^y^^ que debe corregirse
por <Jo^^, como se lee en J.
(4) C. enxenplos, y se los contaba de los defectos de otros,
(5) C. y J. *Non se debe el rey descuydar
(6) C. y J. non triunfan de él si
304 CALILA Y DIMMA
»ainor del omne dioso, et enel mal gualardón e enel
»inal salto que el omne atiende de su ira, et es aisí
>commo la mordedura déla culebra, e en se ir más
>aína es así commo el destello déla lluvia» (i).
(i) C. contrasta si non con la firmeza, y si se deja pasar ya no
se logra. Y conviene que el rey esté atento a sus asuntos y tenga
firmeza en ellos, pues él es victorioso, respetado; si no desempeña
bien su gobierno y trata bien a su pueblo, es poca su quietud y
reposo, así como el ximio que siempre se mueve y agita. Y un
reino es [cosa] preciosa e insigne; y quien lo obtenga, sepa go-
bernarlo y defenderlo, pues se ha dicho: «Él es en su poca es-
>tabilidad semejante a la poca estabilidad de la sombra bajo la
>hoja del nenúfar; y en la poquedad de su fe, como el juicioso
»con el villano; y en su vigilancia, como la serpiente; y él es en
>el levantarse y posarse como el viento; y en su pesadez, como
>la compañía de persona odiada; y en la ruina repentina que se
> teme, como la serpiente; y en la rapidez de su desaparición, como
» serpiente de agua del caer de la lluvia; y en su poco agradeci-
smiento, como la envidia; y en lo que se obtiene de él, como el
»que sueña un mal mientras duerme, y cuando despierta no le ha
>sucedido nada» (*). — J, contrasta si non con la firmeza. Y a la
▼erdad que el reino es precioso; y quien lo obtenga sepa gober-
narlo bien y defenderlo; pues ya se ha dicho : <É1 es en la poca
> estabilidad de su asiento como la poca estabilidad de la sombra
>de una hoja de nenúfar; y es en la prontitud de su decadencia
>y en la rapidez de su prosperidad y su ruina como el viento; y
»en la poquedad de su solidez, como el juicioso con el villano; y
»en la prontitud de su desaparición, como gota de agua que cae
»de la lluvia.»
(•) Así dice C, traducido literalmeate y tal como reza su texto, que,
como se ve, es muy incorrecto.
[CAPÍTULO Vil]
[A., fols. 64 a 66 V. — B., fols. 80 a 84. — C, págs. 167 a 174.
J., págs. 266 a 275.]
Del galápago e del ximio.
Dixo el rrey al filósofo : «Ya oí este enxenplo.
Dame agora enxenplo del que alcanga la cosa en
GRANT TRABAJO E GRANT LAZERIA (l), e dcsque la
ha desanpárala e déxala perder.» Dixo el filósofo:
«Más ligera cosa es rrecabdar la cosa que guardar la.
Et quien esto faze acontesger le ha lo que acaesgió
al galápago que quiso matar al (2) ximio, e desque
lo tovo ensu poder desanparólo.» Dixo el rrey : «<E
cómmo fue eso?»
Dixo el filósofo : «Dizen que una conpaña de xi-
mios avía un rrey que dezían (que dezían que avía
nonbre) Tadis, e envegegió e enflaquegió (3). Et
(i) C. oí el ejemplo del hombre que se deja engañar por su
enemigo y del astuto que manifiesta humildad y adulación por-
que quiere con ellas el engaño y el fraude, y lo que le sucedió.
Pues fórjame, si quieres, un ejemplo del hombre que busca la
cosa que necesita, e — J. como A.
(2) C. Et quien se apodera de la cosa y no sabe guardarla,
pierde aquello de lo que se había apoderado, como el galápago
que buscaba corazón de ximio, — J. Et quien s. a. d. 1. c. y n. s.
guardarla, le acontecerá lo que al galápago
(3) C. e se prolongó su vida hasta que la decrepitud lo redujo
a la impotencia. Et — J. como A.
TOMO r. 20
306 CALILA Y DIMNA
algóse enel rreyno otro ximio que era mangebo, et
dixo ALOS xiMios : «Éste es ya muy viejo, e non ay
ENÉL PRO NINGUNA, e nou puede mantener el rregno,
nin es para ello. Echad lo del rreyno, et fazed
AMÍ RREYNAR, CA YO MANTERNÉ BIEN A VOS E A VUES-
TROS PUEBLOS.» Et los ximios acordáronse (i) conél
enesto, e echaron al viejo, e fizieron rreynar al man-
gebo. Et fuese el viejo (2) ala rribera déla mar, e llegó
a una figuera que y estava, e comengó a coger (3)
délos figos, e cayéronsele délas manos uno enpós
de otro, así que un día ACAEsgió QUE selc cayó un
ñgo de la mano, e tomólo un galápago que ende es-
tava, e comió selo. Et el ximio, commo es desver-
gongado, ovo sabor de echar le los figos enel agua, e
comengó el galápago de (4) comer los, e non dubdava
que el ximio gelos echava a sabiendas.
Et salió aél et abragáronse uno con otro, e sola-
záronse e fablaron en uno e posieron su amor, e esto-
vieron amos desta guisa un tienpo, que el galápago
non tornó (5) a su conpaña nin otrosí el ximio se
(i) C. Et acordóse su ejército conél
(2) C. viejo hasta que llegó ala
(3) C. figuera que había plantada en la orilla del mar y co-
menzó a comer délos
(4) C. mano en el agua; y en el agua había un gailamo, o sea
un galápago macho, en el lugar en que cayó el higo, y lo tomó y
se lo comió. Y cuando oyó el simio la caída de los higos en el
agua, se admiró de ello; y tenía gusto el simio, en su vanidad, de
que cayeran los higos en el agua; y empezó el gailamo a coger-
los y a comer
(5} C. salió el galápago al simio y se dieron la mano y vivie-
ron como buenos amigos, y se trataron como compañeros y se
familiarizaron uno con otro. Y pasó tiempo sin que el gailamo
lomara a
DEL GALÁPAGO E DEL XIMIO 30/
PARTÍA DEL. Desí la muger del galápago fue muy
triste por la tardanga de su marido, e quexóse a una
su vezina (i) e díxole: [«Temo que le haya acaesgido
algo malo.» Díxole] la comadre (2) : «Non te acuytes,
que me dixeron que tu marido está enla rribera déla
MAR, e que ha por amigo un ximio e están ambos
comiendo [e beviendo] e solazando se, et por esto
tardó tanto que non veno, e non te pese dello, et
olvídalo tú así commo él te olvida atí (3). Pero sí
pudieres guisar commo mates al ximio faz lo, ca si
el ximio muere, luego se verná tu marido para ti
E fincará contigo.» Et la muger del galápago estava
triste, e ilorava, e non comía, et dexó se mal caer,
atanto que enflaquesgió de mala manera (4).
Desí dixo el galápago al ximio: «Yo me quiero
ir AMi CASA ami conpaña, que he mucho tardado, e
HE MORADO AQUÍ MUCHO.» Et fucsc para su posada,
et faUó a su muger en mal estado, et díxole : «Her-
mana (5), ^'cómmo te va, e por qué eres tan dessecha?»
E ella non le rrecudió. E desí preguntóle de cabo, e
rrespondióle su comadre (6) por ella, [et dixo] : «Tu
muger está muy mal, e la meiezina que la podría
prestar non la puede aver, e su enfermedad es muy
grave, e non ha cosa más fuerte que la enfermedat
e non aver meiezina» (7).
(i) a. comadre
(2) comadre ; — C. vecina :
(3) C. atí y no llora por ti cuando tú lloras por él. Pero
(4) C. galápago perdía el color y enflaqueció tanto que quedó
muy desfallecida y consumida.
(5) «Hermana, — C. «Querida,
(6) comadre — C. vecina
(7) C. dixo] : «Muy grave es el estado de tu mujer. Su enfer-
^OS CALILA Y DIMNA
Et dixo el galápago (i): «Pues dime tú que mele-
zina es, e por aventura buscarlahé do quier que pueda
fasta que la falle-» (2). Et dixo la comadre: *Nos
[los galápagos] conosgemos esta enfermedat, e non
ha otra melezina si non corazón de ximio» (3). Et
dixo el galápago [en su coragón]: «Esta es muy cara
cosa DE aver; ¿et dónde podría yo aver coragón de
ximio, si non fuese el coragón demi amigo? Et en
fazer traygión ami amigo por amor de mi muger (4)
non he ninguna escusagión.» [Desí dixo: «Cuando
no pueda alcanzar el hombre lo grande si no con el
menoscabo de lo pequeño, justo es que no preste
atención a lo pequeño], ca el debdo qu'el omne ha
conla muger es muy grande, e aprovéchase el omne
della en muchas guisas. Et yo dévola más amar e
non dexarla perder í> (5).
Desí madrugó et fuese ¿^su amigo el ximio (6) con
grant pesar, e comengó de pensar e de dezir en su
coragón : «Querer matar los amigos por amor de una
muger non es délas obras que a Dios plaze.» Et fue-
se coneste ardid (7) fasta que llegó al ximio e salu-
medad es grave, y medicinas para ella no se encuentran. <Y qué
sucede en una grave dolencia y sin medicinas, sino la muerte?»
(i) galápago : — C. marido :
(2) A. fallar la he.» — C. aventura la buscaré donde se
halle.» Et
(3) C. non coger corazón de simio y administrárselo.» Et
(4) C. amigo? <Et haré traición a mi amigo, o dejaré morir a
mi mujer? En todo esto non
(5) C. grande y la utilidad y el auxilio de ella en los asuntos
de este mundo y del otro, es grande; y justo es que yo me apia-
de de ella y no menosprecie el deber que tengo para con ella.»
(6) A. allá
(7) C. coragón : «El que yo mate a un amigo ñel e íntimo por
íel galap.ago k del ximio 309
dóle. Et dixo el xitnio : «^Qué te tovo déme non ver
toda esta sazón?» (i), Dixo el galápago: «Non seme
tovo de te venir ver con quanto deseo he de ti, si
non por vergüenza detí (2), que tan poco te gualar-
doné (3) el bien que me feziste, ca maguer que yo
sé que tú non quieres gualardón del bien que me
feziste, tengo me por adebdado de telo guakirdo-
nar; ca la tu costunbre es délos buenos, que fazen
bien a sus amigos, e que m^uestran enello su bien
fazer» (4). Dixo el ximio: <:Non digas así (5), que tú
as fecho amas estas cosas amí, que tú comengaste a
fazer por que só adebdado de telo gualardonar, por-
que me consolaste quando llegué aquí de mió lugar,
echado con uLuy grant dcsonrra, et me consolaste contus
buenas palabras e alegre rr ostro e franco cor agón (6),
e fuisteme amigo e buen conpaüero, e contigo me tollió
Dios cuyta e pesar > (7).
Dixo el galápago : «Tres cosas son por que acres-
causa leve, en verdad que es cosa de la que hay que temer el
resultado.» Y fuese así fasta
(i) C. al ximio, y [éste] saludóle y díjole : *<Qué impedimento,
joh amigo!, te ha tenido apartado de mí?» Dixo
(2) C. detí y por el temor de que
(3) C. gualardoné el buen tratamiento y el
(4) C. fazcn bien a aquel que no se lo ha hecho a ellos en lo
pasado, ni esperan que se lo haga en el porvenir; que no echan
en cara el beneficio a aquel a quien se lo han hecho, ni creen
que se les debe gran recompensa; que espontáneamente ayudan
al necesitado.» Dixo
(5) C. así, ni tengas respetos por mí, que
(6) C. echado, fugitivo, solo, e
(7) A. lo uno por que tú veniste primera mente a demandarme
amor, la otra por que yo era estraño en esta tierra e aseguraste e
feziste grant gasajado comigo, por que perdí cuyta e cuydado.»
CALILA Y DIMNA
ge (i) el amor entre los amigos : la una es fiar se
unos de otros, la otra es comer en uno, la otra es
conosger sus parientes e su lugar, e desto non ovo
entre nos nada, e querría que fuese» (2). Dixo el
ximio AL GALÁPAGO : «El omne (3) deve sola mente
trabajar se por aver algo [de su amigo] por sí mes-
mo; que en conosger la conpaña e parientes del otro
non le ha pro; ca el que juega en somo del mástel
cata e vee muchas cosas más que los oios non verían
enlos parientes. Otrosí del comer que dizes, las bes-
tias se ayuntan a comer enlos establos e a bever,
E NON PIAN AMOR EN UNO. Otrosí ir vcr las posadas;
los ladrones se entran enlas posadas, e non han amor
por ende» (4).
Dixo el galápago: «Por buena fe dizes verdad, que
(i) acresge — A. y B, acaesge
(2) C, con la corrección que propone su editor, dice : ami-
gos y la familiaridad de unos con otros; y no ha habido nada de
esto entre nosotros, y yo quisiera que lo hubiese : la una es visi-
tar la casa del amigo; la otra conocer su lugar y sus parientes, y
la otra comer juntos.> Dixo
(3) omne — C. amigo
(4) Falta en J. este pasaje y se halla alterado en C, que tal
como está dice así : parientes, el jugador que juega sobre una
pieza de madera, ve la compañía de muchos hombres y su fami-
ia. Otrosí del comer, pues muchos caballos y machos y asnos se
juntan a comer. Y en cuanto al entrar [en casa] del hombre, pues
ya entran los ladrones [en casa] de los hombres que conocen.
Y no traban amistad (*) los jugadores con los hombres porque
vean a ellos y a sus parientes; ni las bestias unas con otras por
juntarse a comer; ni los ladrones con los conocidos de ellos por-
que entren en casa de los hombres de ellos (sic).
(*) El verbo ^J-'-^ debe corregirse por ij'-'^^^'
DEL GALÁPAGO E DEL XIMIO 3II
el amigo non quiere ál de su amigo si non su salud
E su amor. Ca el que quiere amor de los omnes por
su pro, con derecha nesgesidat se avrá de enojar
dellos (i). [Pues se ha dicho: «Non debe el hombre
»hacer que sea gravoso a sus amigos el peso de la
»amistad, hasta el punto que les perjudique y les
» moleste], así commo el becerro que si acuyta la vaca
> mamando la, fázele ella mal e a lo de ferir consu
» cuerno, e sangriéntalo» (2). Et lo que yo dixe non lo
dixe si non por ser sabidor de tu bondad e de tus
buenas costunbres. Et más quiero que me vayas ver
en má posada, que es en una isla donde ay muchos
FRUTALES E MUCHOS BUENOS árbolcs c Saben muy
bien (3), et rresgibe mi rruego et ccivalgarás sobre miy
et yo pasarieké así» (4). Et el ximio, en que o^'ó dezir
déla fruta, ovo sabor della e priso le grant cobdi-
gia, ET DIXO: «¿CÓMMO PODRÉ YO PASAR ESTA MAR TAN
GRANDE?» Et DIXO EL GALÁPAGO*. «CaVALGA SOBRE
MI ESPINAZO E LEVAR TE HE ALLÁ.» Et SaltÓ ÉL en
somo del galápago, et nadó el galápago conél (5)
fasta que fue bien dentro.
(i) C. quiere las ventajas del mundo, razón es que interrum-
pa [la amistad] que haya entre é! y sus amigos. [Pues
(2) C. mamando la, su mismo exceso es causa de que ella se
le aparte y lo rechace.* Et — J. Pues el becerro, cuando chupa
demasiado la teta de la vaca, ésta le hiere con el cuerno.» Et
(3) C. ay muchos árboles de sabroso fruto, et
(4) C. pasar te hé a mi casa.» Et
(5) Y^. Et el ximio ovo muy gran codigia de las frutas et saltó
.enel costado del galápago, et el galápago andudo conél por la mar
fasta — C. Et tuvo deseos el simio al mencionarle la fruta, y ac-
cedió a lo que el galápago le pedía, y subió a sus espaldas; y
nadó con él el galápago fasta
312 CALILA Y DIMNA
Et comengó de pensar ensu corazón la traygión e
la desconogengia que quería fazer e paróse (i) et dixo
entre su cor agón : <^Esta cosa que quiero fazer es muy
gran descono gimiento e gran traygión (2), e non meres-
gen las mugeres que por ellas sea fecha traygión (3),
ca deve omne fiar muy poco por ellas (4). Et dizen
que el oro non se prueva si non enel fuego, e la fiel-
dad del omne en dar e en tomar, e la fuerga déla
bestia conla carga, e las mugeres non ay cosa por
que se conoscan.» Et quando vio el ximio que el ga-
lápago se detenía, sospechó et dixo (5) : «Non só se-
guro que EL GALÁPAGO non se ha mudado del amor
et déla amistad que me avía, e quiere me mal fa-
zer (6); ca non es ninguna cosa que más liviana nin
más mudable sea que el coragón del omne. Ex dizen
QUE el omne entendido non sele encubre (7) lo que
tienen en su coragón su conpañia e sus fijos (8) e sus
amigos, en toda cosa e en toda catadura e [en] cada
(i) C. desconogengia y perfidia que quería hacer y paróse a
reflexionar et
(2) A. et dixo : «Muy fea cosa es ésta, e
(3) C. traygión y vileza, ca
(4) C. ellas y no mostrarse afectuoso con ellas. Et
(5) C. detenía y que no nadaba, sospechó y dijo en su cora-
zón : «No detiene al galápago y le hace reflexionar sino alguna
cosa; y non
(6) quiere me mal fazer — C. aumente en él su maldad. — Pero
corrigiendo el u>\jj\, aumentar, por j\ n\, querer, queda legiti-
mado el texto de la versión castellana.
(7) C. cosa más irascible que el corazón, ni que más pronto
se cambie y mude que él. No debe descuidarse el sabio de in-
vestigar lo
(8) C. fijos y sus familiares e
DEL GALÁPAGO E DEL XIMIO 313
palabra, e al levantar e al asentar e en cada estado;
ca todas estas cosas testiguan lo que yaze enlos co~
ragones.»
Et comengó a dezir al galápago : «Amigo, ¿qué as
que estás triste, e qué te tiene de andar?» (i). Dixo
el galápago (2): «Esto triste por que irás a mi posada
e no la fallarás así commo yo querría; ca mi muger
está [muy] doliente.» Dixo el ximio : «Non estés tris-
te, que la tristega nmcho enflaque ge el cuerpo eí acorta
los días, et eso non faze atu inuger pro; mas busca físi-
cos para ella, ca GUAREsgERÁ e sanará» (3). Dixo el
galápago : «Dizen me los físicos que non ha otra me-
lezina por que se pueda melezinar (4) si non corazón
de ximio.» Estonqe dixo el ximio entre su cjoragón (5) :
«jCómmo me ha metido la cobdigia en mal lugar, se-
yendo yo tan viejo! ¡O, qué tamaña verdad dixo el
que dixo : «El que se tiene por pagado e por abon-
>dado CONLO que le viene, bive salvo e seguro (6), e
»el goloso cobdigioso (7) siempre vive en cuyta e en
> tristeza e en lazerio!»; mas agora me es amí me-
(i) C. Et dijo al galápago: «jQué te detiene y por qué te veo
como si estuvieras triste?» Dixo
(2) el galápago : — Falta en C, pero está en J.
(3) C. triste, que la tristeza no sirve para nada; mas busca para
tu mujer medicinas y médicos, pues se ha dicho : «Gaste el rico
>su dinero en tres cosas : en obras de caridad, si desea el otro-
> mundo; en provecho del sultán, si desea dignidad en este mun-
>do, y en las mujeres, si desea el placer de la vida.» Dixo
(4) C. melezina para ella si
($) A. Et pesó mucho al ximio desto, e pensó ensí diziendo :
(6) C. seguro y tranquilo y gozoso, e
(7) cobdigioso — A. camino
314 CALILA Y DIMNA
nester mío (i) seso, et buscar carrera cómmo salga
deste lazo en que caí.»
Et dixo al galápago : «Amigo, deves saber que el
leal amigo non deve encubrir a su amigo su buen
castigo nin su pro, maguer que le agravie; ca non de-
xiste desto cosa anii (2). Et si yo esto oviera sabido,
traxiera comigo mi coragón, ca lo dexé allá do
ESTAVA, E DIERA TELO POR QUE MELEZINARAS TU MUGER
CONÉL.» Et dixo EL GALÁPAGO t «^'E NON LO TRAES
CONTIGO?; ^jE cómmo lo dexaste allá?» Dixo el ximio:
«Avernos por ley todos los ximios, que quando algu-
no sale de su posada, que dexe y su coragón; enpero
si tú quisieres, traer telo he yo del lugar do es, si me
tornares allá» (3). Et fue alegre el galápago, por que
tan de grado le dava su coragón, et tornóse conél (4)
ala rribera, e saltó el ximio en tierra e subióse luego
enel árbol (5), e esperólo el galápago. Quando vido
QUE se tardava llamólo e díxole (6) : «Toma tu co-
(i) A. un
(2) A. faga dapño.
(3) C. galápago : «<;Qué te impidió, ¡oh amigo!, si sabías esto,
el hacérmelo saber y habría llevado mi corazón conmigo?» Dijo:
«¿Y dónde tienes tu corazón?» Dijo : «Déjelo en mi morada.*
Dijo : «íY qué te movió a ello?» Dijo : «Es costumbre entre nos-
otros los simios, cuando salimos a visitar a los amigos, dejar nues-
tro corazón para desechar las sospechas de él; pero si quieres
-que te lo lleve, lo haré* (*). Et
(4) C. conél apresuradamente ala
(5) C. tierra y corrió hacia el árbol y subióse en él, e
(6) C. galápago una hora, y como se tardaba le gritó : «Date
prisa, amigo; toma
(*) J. si quieres, tórname al árbol para que te traiga mi corazón.»
DEL GALÁPAGO E DEL XIMIO
ragón e vente para mí, ca mucho nos detardamos» (i).
Dixo el ximio : «Veo que cuydas que só tal comnio el
asno que dezía el lobo gerval que non tenía coragón
nin orejas.» Et dixo el galápago: ^jE cómmo fue eso?»
Dixo el ximio: «Dizen que un león niorava en una
cueva (2), e estava enél un lobo gerval que comía
su rrelieve. Et ensarnegió el león (3) tanto que fue
muy flaco e muy atribulado, e non podía venar. Et
dixo el lobo gerval : «Señor, tu estado es ya mudado,
ET NON PUEDES YA VENAR. EstO, ^'pOr qué CS?» (4).
Dixo EL león: «Por esta sarrna que vees, e non ha
otra melezina si non orejas e coragón de asno.» Dixo
el lobo gerval: «Yo sé un lugar do ay un asno de un
curador que trae sobre él los liengos (5) aun piado
aquí gerca denos, et desque lo descarga déxale enel
piado, et fío por Dios que telo traeré, e tomarás sus
orejas e su coragón.» Dixo el león: «Faz lo si pudie-
res, ca mi melezina e mi salud es (6) eso.» Et fuese
el lobo gerval, e llegó al asno e díxole: «¿'De qué es-
tás tan magro, e de qué tienes estas mataduras enlas
cuestas.?*» Dixo el asno : «Este curador falso meló
faze, que se sirve de mí continua mente, e me men-
gua la cevada.»
»Dixo el lobo gerval: «[<Et cómo consientes eso?»
Dixo : «¡jEt qué puedo fazer, e cómo escapar de las
(i) C. y J. mucho me haces esperar.» Dixo
(2) A. criava en un lugar,
(3) león — A. lobo
(4) C. gerval al león : «¿Por qué causa, ¡oh señor de las bes-
tias!, tu estado es ya mudado?» Dixo
(5) C. liengos que ha de lavar aun
(6) C. león : «Pues no retardes eso.»
3l6 CALILA y DIMNA
manos délos omnes?» Dixo el lobo gerval:] «Yo te
enseñaré un lugar muy vicioso e muy apartado do
nunca andovo omne, et ay unas asnas las más fermo-
sas (i) que nunca omne vido, e han menester maslos.>
Dixo el asno (2) : «Pues vayamos allá, que si por ál
yo non lo fiziere si non por la cobdi^ia del tu amor,
esto me faría allá ir contigo.» Et fueron se amos al
león et adelantóse el gerval e fizogelo saber y et saltó el
león enel asno (detrás por lo tener), mas nonio pudo
tener conla flaqueza que avia. E salióse le el asno de
entre las manos e fuese e tornóse a su lugar (3). Dixo
el lobo gerval al león (4) : «Si a sabiendas dexaste el
asno, ¿-por qué me feziste trabajar enlo buscar? Et si
la flaqueza te lo fizo dexar, que lo non pudiste tener,
esto es aún peor» (5). Et sopo el león que si dixiese
que a sabiendas lo dexara que sería tenido por nes-
gio, et si dixese que lo non pudiera tener que lo ter-
nían por flaco e por cansado, [et] dixo al lobo: «Si
me tú tornares acá al asno, dezir te he esto que me
preguntas.» Dixo el lobo : «Tengo que el asno está
escarmentado e non querrá venir otra vez, en pero
iré aél de cabo (6), si lo pudiere engañar para lo
TRAER ACÁ.»
(i) C. fermosas y bravias que
(2) C. maslos.» Y regocijóse el asno y dijo : «Pues
(3) C. enel asno y no lo pudo agarrar y se le escapó el asno.
Dixo — J. et salió [el león] hacia él y quería saltar sobre él y no
pudo por su debilidad; y se desembarazó de él el asno y escapó
muy temeroso hacia su lugar. Dixo
(4) C. león : «¿Qué has hecho? Si
(5) C. buscar? Y si es que ya no puedes agarrarlo, estamos
perdidos si es que mi señor no puede agarrar a un asno.» Et
(6) C. lobo cerval : «Ciertamente qiie ya ha experimentado
DEL GALÁPAGO E DEL XIMIO 317
»Et fuese (i) para el asno. Et el asno quando lo
vido (et) díxole : ^iQué fue la TRAvgiÓN que me que-
siste fazer?» Dixo el lobo qerval : «Quísete bien
fazer, e non fueste para ello (2). Et lo que saltó entí
non era si non una délas asnas que te dixe. [E te
fago saber] giíe nunca tan fermosa la vieras (3); [et
que saltó sobre ti por exceso de celo]; et si tú quedo
estovieras un poco, diuso sete metiera* (4). Quando
el asno oyó dezir de las asnas (5) movióse le su sa-
bor, e fuese conel lobo qerval al león, et saltó el
león enél e prísolo e matólo. Desí dixo el león al
lobo gerval : «Yo quiero me bañar, desí comeré las
orejas e el coragón, e délo ál faré sacrefigio, que así
me dixeron los físicos (6); pues guarda tú el asno
mientras que yo vó e luego me vuelvo» (7).
»Et después que se fue el león, tomó el lobo ger-
val (8) las orejas e el corazón del asno e comió lo a
fuzia que quando el león esto viese, que non come-
ría nada délo que fincava, por que lo ternía por
el asno de mí lo que ha experimentado; mas yo por esto volveré
a él por si
(i) fuese — C. volvióse — J. como A.
(2) C. fazer, pero la culpa ha estado en el exceso de celo. Et
(3) A. Et commo vido asno non sopo en qué manera jugar
contigo;
(4) C. metiera; y no es la culpa sino por el exceso de celo.» Y
quando
(5) C. asnas segunda vez, movióse
(6) C. matólo. Y después que acabó el león de matar al asno,
dijo al lobo cerval: «Esta es la medicina que se me ha prescrito;
pues me bañaré y desí c. 1. o. e e. c, e d. á. f. sacrefigio; pues
(7) A. desí venir me he para ti.» — C. mientras yo me baño y
vuelvo.^
(8) C. león, se dirigió el lobo cerval a las
31 8 CALILA Y DIMNA
agüero (i). Et desque fue tornado el león díxoLE :
^^•Dó es el coragón e las orejas del asno?» Dixo el
gerval (2): «^-Non entendiste tú [que] el asno non tenia
corazón nin orejas?» Dixo él: «Nunca mayor mara-
villa VI QUE ESTA QUE TÚ DIZES.» DlXO EL LOBO QER-
VAL : «Señor, non te maravilles, mas piensa que si
lo (3) oviera, non tornara atí la segunda vez, aviendo
le fecho lo que le feziste» (4).
»Et yo dixe este enxenplo por que sepas que non
só yo tal coíuo el asno (5); mas engañaste me con tu
traygión por me matar e yo fizete otro tal, et estorgí
por mi seso déla locura en que era caído.» Dixo el
galápago: «Verdad dizes, ca (6) el sesudo es de poca
palabra e de grant fecho (7), e conosge las obras an-
tes que se meta a ellas, e estuerge délas cuytas por
su seso e por su arte (8), así commo el omne que cae
en tierra con su fuerga, e con ella mesma se levan-
ta» (9). Este es el enxenplo del omne que busca la
cosa, e desque la ha rrecabdado, dale de mano e
déxala perder.»
(i) C. fincava del asno, ni ofrecería el sacriñcio. Et
(2) A. Díxole él :
(3) A. el coragón e las orejas
(4) C. vez después que escapó de ti.» Y lo tuvo por verdad el
león.
(5) C. »Et yo sólo te di este e. p. q. s, q. n. s. y. t. c. el asno,
de quien decía el lobo cerval que no tenía corazón ni orejas; mas
(6) C. dizes y eres justo, pues yo ya sé que el
(7) C. fecho y advierte su error, e
(8) C. cuytas por sus actos, así — J. como A.
(9) C. tierra, y de tierra se levanta y en ella se apoya.» Este —
j. tierra, y en ella se mantiene firme por su propia acción de
levantarse.» Este
[CAPITULO VIII]
[A., fol. 67. — B., fol. 84. — C, pág?. 175 a 177. — J., págs. 276 a 280.J
Del rr eligí oso e del can (i).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya oí este enxenplo e
ENTENDÍ lo; pues dame agora (2) enxenplo del omne
que faze las cosas sin alvedrío e sin pensamiento e a
qué torna stifazienda e gima-» (3). Dixo el philósopho:
«El que vagaroso non fuere enstis cosas (4), siempre
se arrepiente, et esto semeja al enxenplo del rreli-
gioso e del can e del culebro.» Dixo el rrey: «^-E
cómmo fue eso?»
Dixo el filósofo: «Dizen que en tierra de Jorgen
avía un rreligioso que avía su muger, e estovo ella
que se non enpreñó un tienpo, desí enpreñóse, por
lo qual el rreligioso fue (5) muy gozoso, et díxole:
«Alégrate, ca fío por Dios que parirás fijo varón,
(i) can. — B. gato.
(2) C. dame, si sabes, enxenplo
(3) C. omne precipitado en sus cosas, que las hace sin preme-
ditación y sin reflexión» (*). Dixo
(4) A. non faze sus cosas devagar, — C. Dixo Bidpa el filó-
sofo : «El que no sea en sus cosas y en sus empresas pausado,,
siempre
(5) A. e fue su marido
(•) J. reflexión y sin mirar a sus resultados.» Dixo
320 CALILA Y DIMNA
CONPLIDO DE SUS MiENBROS, conquc nos alegremos e
de que nos aprovechemos; et quiero (i) le buscar
ama que lo críe e buen nonbre que le ponga.» Et dixo
la muger (2): «¿Quién te pone en fablar enlo que non
sabes si será o non? (3). Calla e sey pagado conlo
que Dios te diere; que el omne entendido non asma
las cosas non giertas, nin judga las aventuras, ca el
querer e el asmar en solo Dios es, et sepas que quien
quiere(s) contrastar las aventuras e judgar las cosas
ante que sean (4), acaesger le ha lo que acaesgió al
rreligioso que vertió la miel e la manteca sobre su
cabega.» Dixo el marido (5): «¿Cómo fue eso?>
Dixo la muger: «Dizen que un rreligioso avía cada
día (6) limosna de casa de un mercader rrico, pan e
miel e manteca e otras cosas de comer (7). Et comía
el pan e los otros comeres, e guardava la miel e ia
manteca en una jarra, e colgólo ala cabegera de su
(i) C. quiero adelantarme a le
(2) C. muger: «¡Oh, hombre! ¿Quién
(3) C. sabes si pariré ni qué nacerá del parto? Calla —
J. como A.
(4) C, que en este pasaje está muy alterado, dice así: enten-
dido no habla de lo que no sabe cómo sucederá, ni tiene poder
sobre ello en sí mismo, sino que pone el cumplimiento (*) de ello
en la oración (**), y no pierde su propia esperanza, ni se cree con
poder sobre lo que desea. Y quien (***) habla de lo que no sabe
cómo ello ha de suceder, y se cree con poder sobre la cosa,
acaesger
(5) marido : — C. religioso :
(6) cada día — Falta en C, pero está en J.
(7) C. mercador, ración de manteca, miel y harina. Et
(•) cumplimiento, cLíaS, sentencia, suerte, fatalidad, desti»».
(**) oración, ySj , memoria, mención, invocación, súplica.
(•••) quien, corrigiendo '-«o en ^-y^'
DEL RELIGIOSO E DEL CAN 321
zd.vü'd.^ fasta (i) que se finchó la jarra. Et acaesgió que
encaresgió la miel e la manteca, et estando una
vegada asentado ensu cama, comengó a fablar entre
sí (2) et dixo ASÍ: «Venderé lo que está enesta jarra
por tantos maravedís (3), e conpraré por ellos diez
cabras, e enpreñar sean, e parirán a cabo de ginco
meses.» Et fizo cuenta desta guisa, e falló que fasta
ginco años montavan bien (4) quatro gientas ca-
bras (5). Desí dixo: «Vender las (6) he e conpraré
por lo que valieren (7) gient vacas (8), por cada qua-
tro cabras una vaca [o un toro], et avré simiente, e
senbraré conlos bueyes, et aprovechar me he délos
bezerros e délas fenbras e déla leche, et antes délos
ginco años pasados avré dellas e déla leche e délas
mieses (9) algo grande, et labraré muy noble(s) casa(s)
(i) a. tanto
(2) J., que está más completo que C, dice : Et comía de ello
lo que necesitaba para alimentarse, y alzaba el resto y lo ponía
en una jarra, y la colgaba en un clavo de la pared de su casa,
hasta que la llenó. Y mientras el religioso estaba cierto día ten-
dido sobre sus espaldas y tenía la jarra en las manos, y la jarra
estaba llena hasta el borde, pensó en el encarecimiento de la
manteca y la miel, et — C. Et iba guardando de esto la manteca
y la miel, y lo ponía en una alcuza que se había hecho, hasta que
llenó la alcuza de esto. Y sucedió que encareció la miel y la man-
teca, et
(3) C. jarra por un diñar, lo menos por lo que puedo vender-
lo, e — J. jarra por un diñar, e
(4) bien, traducción de j.^C^\, más de.
(5) C. cabras, según su cuenta. Desí
(6) LAS — Así B. — A. lo
(7) por lo que valieren — Falta en C. — J. compraré con ellas
(8) vacas, j-ñ^, que en árabe significa vaca o toro.
(9) A. de la crianza
TOMO L 21
322 CALILA Y DIMNA
e conpraré esclavos e esclavas (i); et esto fecho,
casar mehé con una muger muy fermosa e de grant
linaje e noble, e enpreñar sea de (2) un fijo varón
conplido de sus miembros (3), e poner lo he muy
buen nonbre, e enseñar le he buenas costunbres, e
castigar lo he délos castigos délos rreyes e délos sa-
bios, et si el castigo e el enseñamiento non rresgi-
biere, ferir lo he conesta vara que tengo enla mano
muy mal.» Et algo la mano e la vara en diziendo
esto (4) e dio conella enla jarra que tenía ala cabe-
qera déla cama, e quebróse, e derramóse la miel
e la manteca sobre su cabega. Et tú, omne bueno,
non quieras fablar nin asmar lo que non sabes que
será» (5).
Desí parió la muger un ñjo conplido de sus mienbros
e fueron muy gozosos conél. Et acaesgió un día que
se fue la madre a rrecabdar lo que avía menester, e
dixo al marido: «Guarda tu fijo fasta que yo torne»,
e fuese ella. Et estovo él y un poco, e antojó sele de
ir a alguna cosa que ovo menester, que non podía
escusar, e fuese dende, e non dexó quien guardase
(i) C. esclavas, ricos vestidos y muebles; et
(2) C. linaje, y cuando la conozca la empreñaré, y luego me
parirá un
(3) C. miembros, hermoso, afortunado, virtuoso, e
(4) C. costunbres y me esmeraré en su educación, y si veo
que hace el tonto y no hace caso de los castigos, le pegaré con
esta vara en la cabeza, así.> Y alzó la vara para ensayar con
ella e
(5) C. cabega. Y resultaron vanos sus cálculos y deseos. Y
sólo te he contado este cuento para que te abstengas de hablar
de lo que no sabes si acontecerá. > Y aceptó el religioso el con-
sejo de ella.
DEL RELIGIOSO E DEL CAN 323
el niño, si non un can que avía criado en su casa. Et
EL CAN GUARDÓ LO QUANTO PUDO, CA ERA BIEN NODRI-
DO (i). Et avía enla casa una cueva de un culebro
MUY GRANDE UCgrO. Et SaliÓ C VCUO PARA MATAR al
niño. Et el can quando lo vido saltó enél e matólo
e ensangrentó se todo del (2).
Et tornó se el rreligioso de su mandado. Et en lle-
gando ala puerta, salió lo a rregibir el can con grant
gozo, mostrando le lo que fiziera. Et quando el rreli-
gioso lo vio (3) todo ensangrentado, /éTíi/J el seso pen-
sando qjíe avia nmerto a su Jijo (4), et non se sufrió
fasta que lo viese, et dio tal golpe al can fasta (5) que
lo mató E LO AQUEDÓ E NON LO DEVIERA FAZER. Et
DESPUÉS entró e falló al niño bivo e sano (6), e al
culebro muerto e despedagado, e entendió cómo
acaegiera (7), [et] comengóse a mesar e a llorar e
a carpir se e a dezir: «Mandase Dios que este niño
non fuese nasgido, e yo non oviese fecho este pecado
e esta tra3^ción.> Et estando enesto entró su muger
(i) C. mieubros, y se alegró su padre de él, hasta que pasa-
dos algunos días dijo la mujer a su marido : «Quédate con el niño
hasta que yo me lave y vuelva.-» Y se fué la mujer; y no había
hecho él más que sentarse cuando llegó un enviado del sultán, y
se fué con él, y no dejó con su hijo a nadie, sino a una comadreja
que tenía domesticada en casa, y la dejó con el niño, y se fué a
casa del sultán. Et
(2) e ensangrentó se todo del. — Falta en C, pero está en J.
(3) A. él quando vido al can
(4) A. non dubdó que avía muerto al niño, — pensando q. a.
m. a. s.fijo falta en C, pero está en J.
(5) C. can en la cabeza con el palo, que
(6) bivo e sano, — Falta en C, pero está en J.
(7) A. que lo avía muerto el can,
3^4
CALILA Y DIMNA
et falló lo (i) llorando. Et díxole : «^jPor qué lloras et
qué es este culebro que veo despedazado e este can
muerto?» Et él fizo gelo saber todo commo acaes-
giera, et dixo la muger (2): «Éste es el fruto del apre-
suramiento (3), e del que non comide la cosa antes
que la faga, e que sea bien gierto della : arrepentir
SE QUANDO NON LE TIENE PR0.>
(i) C. Et entró la mujer y él estaba llorando. — J. Et entró la
mujer y lo encontró en tal estado.
(2) C. culebro y este can muertos? > Y él le contó lo sucedido
a ambos y dijo (*) : «Este
(3) C. apresuramiento; y éste es el ejemplo del
(*) J. dijo ella: «Éste
[CAPÍTULO IX]
[A., fols. 68 a 70. — B., fols. 85 a 87 v. — C, págs. 205 a 210.
J., págs. 380 a 2S8.]
Del gaio e del mur.
Dixo el [rrey al] filósofo : «Ya oí este enxenplo
del omne rrabinoso, qué es su (^ima. Pues dame agora
enxemplo délos dos enemigos, cómmo se ayudan e^
uno del otro ala ora déla cuyta, e cómmo se guardan.»
Dixo el filósofo: «Conviene al omne, quando cayere
en manos de sus enemigos, que pugne de aver amor
con alguno dellos, e tomar lo por amigo, para venger
conél los otros enemigos; ca non puede ser que el
amigo sea toda vía amigo, nin el enemigo, enemigo.
El amigo, quando le fazen pesar, tórnase enemigo, et
el enemigo, quando vee que le yaze pro en su amigo,
non finca en su enemistad e tórnase amigo leal. Et el
omne sabio, ala ora de la cuyta, faze amistad con sus
enemigos, e al nesgio gierran sele todas las carreras,
así que non sabe rrazón nin manera por do estuerga,
fasta que peresge en nesgedat. Et este es el enxem-
plo del mur e del gato, los quales se libraron uno a
otro» (i). Dixo el rrey : «¿Cómmo fue eso?»
(i) C. Dixo el rey: «Ya he comprendido el ejemplo del que
CALILA Y DIMNA
Dixo (i) el filósofo : «Dizen que en una tierra avía
un árbol muy grande^ que llamavan Vairod, et avía
AL PIE DEL MUCHOS VESTIBLOS, E ENSUS RRAMAS MU-
CHOS NIDOS DE AVES. Et avía a rraíz deste árbol una
cueva de un mur, que avia nonbre Vendo, et allí ger-
ca del árbol avía [una cueva de] un gato, que avia
nonbre Rabiii). Et solían allí venir a menudo los ve-
se apresura en sus asuntos y no procede con aplomo (*). Pues
forja, si sabes, un ejemplo del hombre que tiene muchos enemi-
gos que le acechan por todas partes y está a punto de perecer, y
procura librarse con la ayuda de un enemigo y con su reconcilia-
ción, y se salva de lo que temía y cumple su promesa al que lo
ha salvado. Pues cuéntame la ocasión de hacer la paz y cómo se
procura esto.» Dijo el filósofo : «La enemistad y la amistad y el
amor y el odio, no siempre persisten y perduran; que muchas
veces de la amistad se pasa a la enemistad, y muchas veces de
la enemistad se pasa a la amistad, según los motivos y las cir-
cunstancias. Y el hombre sabio saca de todo lo que le sucede
fiuevos recursos de su inteligencia^ ya ante el enemigo poderoso, con
su energía, ya ante el amigo, con su afabilidad (**). Y no impide
al hombre de talento la enemistad que tenga con su enemigo, el
que se acerque a él y procure aprovecharse de él cuando desea
alejar un temor u obtener (***) lo que desea, y emplea su seso
en procurar el allegamiento y la reconciliación. Y quien reflexio-
na acerca de esto y procede con firmeza, sale de su apuro. Y
son ejemplo de esto el gato y el ratón, que se reconciliaron y
tuvieron ambos seso; y en esto consistió su salvación juntamente
y el librarse del terrible peligro. > Dixo
(i) C. Dixo Bidpa el
(2) C. «Dizen que en un lugar así que asá había un árbol muy
(*) Este capítulo, como se ve por esta frase, está en C. fuera de su
debido lugar, pues se halla después del capítulo que, según el orden en
que los colocamos aquí, es el XI.
(•*) Lo subraj'-ado es de J., que está conforme con la edición de
Sacy, pues en C. no se entiende esta frase. ^
{***) obtener, ^í:*. en J., mejor que y^^^ en C.
DEL GATO E DEL MUR 327
nadores e venar aquellos venados et caqar las aves
de gerca de aquel árbol. Así que un cagador armó
sus lazos, e cayó y el gato (i). Et enesto el mur salió
DE su CUEVA, e andovo buscando qué comiese; e en
rreguardando se con todo esto, et catando a todas
partes muy apergebido, vido al gato estar enlos lazos,
et fue MUY alegre. Desí paró mientes (2) enpós desí,
e vido un lirón que le yazía en gelada, et cató a suso
e vido un buho en un rramo del árbol oteándoh
para le levar (3). Et temióse que si se tornase [co-
rriendo] atrás que saltaría enél el lirón, et si se fuese
a diestro o a siniestro que lo levaría el buho, et que si
fuese adelante que (4) lo prendería (5) el gato; et dixo
en su coragón: «Devo me ayudar del seso e délas
artes de guisa que estuerga deste peligro; ca los co-
ragones délos sabios, mares son profundos, e conellos
saben qué ha entre desanparar se omne a muerte e
entre trabajar se de escapar; et quando son enel vigió
non se aseguran délos (délos) durar la vida nin se
desanparan enla tribulagión e enla cuyta (6). Et yo
grande; en su raíz una cueva de un gato, a quien llamaban Rumí,
y una cueva de un mur, a quien llamaban Caridún. Et — J. Rumí,
y había cerca de él una, etc., como en A.
(i) el gato. — C. y J. Rumí.
(2) paró mientes, iJI^XJl, volvió la cabeza.
(3) A. que lo estaba aguardando por lo matar. — para le levar
falta en C, pero está en J.
(4) A. ge
(5) C. adelante que tenía enfrente el — J. como A.
(6) C. dixo (*) : «Ésta es una desgracia que m.e rodea, y los
males aparecen sobre mí, y no hay salvación si no acudo a mi seso
(*) J. dixo en su corazón, como A.
328 CALILA Y DIMNA
HE PENSADO, E non fallo Otra arte por que estuerqa
DESTE MAL, SÍ non pedir tregua al gato e ganar su
AMOR. Ca él está en grant cuyta, que lo non puede
otro librar si non yo, et por ventura dar me[á] el
gato tregua por su pro, e yo otrosí escaparé por él
deste mal a que só llegado» (i).
Desí llamó al gato e díxol' : « ^-Cómmo estás? »
Dixo el gato : «Ya vees tú cómmo esto; pues ¿'por
qué preguntas?» Dixo el mur: ^Non te mentiré {2)^ ca
el mentir es cosa aborresgida; et por ventura bien
querría yo que fueses en mayor estrechura, et que
llegase el tienpo déla tu (3) muerte. Mas es acaesgido
tanto de mal, que me non plaze por que estás así, et
non es ninguno que mejor me pueda librar desto en
que esto, e deste tan grant peligro en que esto, salvo
y a mi astucia; y no es caso de quedar atónito ni de perder los
alientos del corazón; porque el sabio nunca se desentiende de
su consejo, ni se desprende de su entendimiento en ninguna
situación; porque los sabios dotados de corazón, son como ma-
res cuyo fondo no se puede alcanzar. Y la desgracia no triunfa
del hombre de seso que se esfuerza con su entendimiento, hasta
hacerlo perecer; ni conviene tampoco que la esperanza se apo-
dere de él y lo haga insolente y lo embriague, ni que le ciegue
en sus asuntos.» En seguida dijo : «Et
(i) C. Ca el gato está en gran cuita, y es posible que pueda
yo librarle; y tal vez escuche él lo que yo le diga, [siendo] pala-
bras de verdadero amigo que no le miente; y si acepta esto de
mí y tiene vivos deseos de mi ayuda y me salva con esto por su
propia utilidad (*), es posible que esto sea mi salvación y la suya.>
(2) A. <Non mientes,
(3) tu— A. su
(*) y me s. c. e. p. s. p. utilidad, según la lección del manuscrito B»
de Cheikho.
DEL GATO E DEL MUR ^20
tú; et tú otrosí, non ay ninguno que mejor te pue-
da librar desto en que estás, que yo. Ca yo esto en
rreguardo del lirón e del buho que me están aguar-
dando, et yo esto flaco que meles non podré anparar^
Et si tú me segurares detí mesmo, e me fueres fiador
de me librar délos otros que me tienen gercado, librar
tehé yo desto en que estás e estorgerás desta prisión.
Et plégate desto, et ayúdame a librar amí e atí; ca
así commo yo quiero tu vida por rrazón déla mía,
otrosí tú deves amar mi vida por rrazón déla tuya,
así commo escapan los omnes déla mar por las naves
e las naves escapan por los omnes, e así fío por Dios
que escaparemos desta tribulación amos, ayudando
nos» (i).
(i) C. el gato : «Como el que ha caído en gran estrechez y
apuro.» Dijo el mur : «Por mi vida, que así debías estar; que yo
me alegro mucho de tu daño, porque sólo tu estrechez es hol-
gura para mí; pero hoy soy compañero tuyo en la desgracia, y
no espero mi salvación sino en la misma cosa que confío te ha
de salvar a ti, y ella es la que me inclina hacia ti; y en verdad
que en mis palabras no hay mentira ni engaño. Ya ves la situa-
ción del lirón que me está acechando y la situación del buho que
quiere arrebatarme; y los dos son enemigos míos y tuyos, y am-
bos te temen y te respetan. Pues si tú me prometes que si me
aproximo a ti me asegurarás, y yo me salvo así de los dos, yo
cortaré los lazos en que estás y te librarás del apuro en que te
hallas. Y ten seguridad en lo que te digo y confía en ello; pues
en verdad que nadie está más lejos de salvarse que dos cuya
situación es una misma y su condición contraria; pues de uno de
ellos no se fía el otro, y del otro no se fía el uno. Mas tú debes fiar
en mí en lo que te prometo de corazón, y accede a ello y deja
que me aproxime a ti y no lo demores, pues el sabio no demora
su obra. Pues alégrate de que yo viva, como yo me alegro de
que tú vivas; pues los dos nos salvaremos el uno por el otro, así
330 CALILA Y DIMNA
Et después que esto oyó dezir el gato al mur, sopo
que dezía verdad, et díxole : «Verdad dizes, e yo te
guardaré esta merged por sienpre, e avré dételo gua-
lardonar.» Et dixo el mur: «Déxame llegar atí, ca ei
buho e el lirón, quando nos vieren atreguados, tor-
nar sean. Et quando yo fuere seguro dellos, tajaré
estos lazos en que yazes.» Et fízolo así el gato, e
ASEGURÓLO, E EL MUR LLEGÓSE AÉL. Et quaudo el buho
e el lirón vieron esto, desfyuziáronse del e fuéronse
dende (i). Et comentó el mur a tajar la rred nudo a
nudo; et en veyendo el gato que non era acugioso
-enlo tajar, dubdó del et díxole : «Amigo, ^-por qué
non te apresuras en tajar la rred? Por ventura que
acabaste ya lo tuyo e eres seguro, por esto lo fazes.
Et si así es, non es fecho de omne justo. Et así com-
mo me yo apresuré ente librar, tú otrosí deves te
femengiar en librar amí. Et si te nienbras déla ene-
mistad antigua non lo deves fazer; ca me has ya pro-
vado por bueno, que otro o mejor deve ser loado. E
non deves parar mientes ala (2) antigua malqueren-
gia; ca los buenos non tienen mala voluntad, mas son
gradesgedores del bien fecho; e la merged, segunt
ellos creen, amata(n) los muchos pecados > (3).
como la nave y los marineros en el mar, pues la nave saca a los
marineros del mar y por ellos sale la nave.»
(i) a. tornáronse de aquel lugar.
(2) A. ser firme en la
(3) C. verdad y alegróse de ello y dijo al mur : «Veo que tus
palabras son verdaderas y sinceras; y yo deseo esta reconcilia-
ción, en la que espero mi salvación y la tuya; luego te lo agrade-
ceré mientras viva y te recompensaré con la mejor recompensa.»
Dijo el mur : <Pues cuando me acerque a ti y vea el lirón mi si-
DEL GATO E DEL MUR 33 1
Dixo el mur: «Los amigos son en dos maneras: el
uno es amigo puro, e el otro es el que faze amistad
de otro en ora de cuyta e de nesgesidad. Onde el
puro amigo deve amar al amigo más que así mesmo,
e a sus parientes e a su aver; ca es leal por naturale-
za. Et el otro, que se toma por ora de cuyta, alas ve-
zes dura su amor e alas vezes desfázese. Et por ende
conviene al omne cuerdo que se guarde; ca el que
pone amor con su enemigo e fía por él e non se guar-
da del, será tal commo el omne que com(m)e más délo
que deve e non lo sufre su estómago nin lo puede
moler e lazra conello. Et yo he conpartido mi obra,
e finca me un poco por fazer (i); ca toda obra ha sa-
tuación y también el buho, y conozcan por ello nuestra reconci-
liación, y se vuelvan desesperados, comenzaré yo a cortar tus
lazos.» Y cuando se aproximó el mur a cortar los lazos del gato,
creyó el gato que lo hacía lentamente, y dijo : «Veo que no te
apresuras en cortar mi red; y si es que después de haber conse-
guido lo que deseabas te apartas de lo que prometiste y andas
flojo en lo que yo necesito, pues no es propio del hombre de
bien andar remiso en la necesidad del amigo, después que está
seguro ya de lo que él necesitaba. Diligente anduvo mi amistad
en tu beneficio y en librarte de la ruina, fuera de la cual ya te
ves. Justo es, pues, que me libres y que no te acuerdes de la
enemistad que había entre nosotros; porque razón es que un solo
oficio de buena amistad te haga olvidar de muchas ofensas; por-
que el más rápido castigo es el castigo de la traición y del per-
jurio, y el del que cuando se le suplica y se le pide perdón, no
perdona ni tiene indulgencia.»
(i) C. puro, e el otro obligado, y arabos buscan su provecho
y procuran librarse del mal. En cuanto al puro, pues puedes fiarte
de él y servirte de él en toda situación; pero en cuanto al obli-
gado, hay situaciones en que te puedes fiar de él y situaciones
en que debes guardarte de él, y no dejar nunca de tomar como
332 CALILA Y DIMNA
zón E TiENPO, et el que faze la obra sin sazón e sin
TiENPO non se aprovecha de su fruto (i). Et yo tajar
te he esta rred un nudo enpós otro (2), e dexaré un
nudo por ser seguro deti eii guisa que le quiebreis tií)
en tienpo (3) que me non puedes alcanzar quando sa-
lieres de la rred.» Et quando amanesgió veno y el
cagador a aquel lugar; et el mur (4), quando lo vido,
comengóse a esforgar a cortar lo que quedava déla
rred, e cortólo; e subió [el gato] enel árbol (5), e en-
tró el mur en su forado, e el cagador tomó su rrede e
fuese su carrera (6).
Desí quiso el mur salir del forado e vido al gato
e non se llegó aél. Et llamó lo el gato et díxole :
garantía alguna que otra necesidad que él tenga, y de temerlo.
Pues la ma3'0r parte de las uniones y amistades entre los hom-
bres no se verifican sino por obtener un provecho inmediato o
esperado. Y yo cumplo el pacto que hice contigo, pero me guar-
do en esto de que me suceda cosa semejante a la que me ha
obligado a hacer paces contigo; ca
(i) C. sin sazón, no tendrá resultado (*). Et
(2) C. rred a su sazón, e — J. rred toda, e
(3) A. para que tú cortes de guisa
(4) mur — A. gato
(5) C. tienpo que sepa que tú no puedes preocuparte de mí.»
Y así lo hizo, hasta que cuando amaneció vieron al cazador que
venía de lejos y dijo el mur : «Ahora es ocasión de que me es-
fuerce en cortar tus lazos. > Y no llegó el cazador sino cuando ya
había terminado el mur de cortar la red (**), recelándose siempre
del gato; y quedó estupefacto [el cazador]. Y cuando terminó
corrió (***) hacia el árbol y subió en él, e
(6) C. rrede destrozada y se fué desesperado.
(*) J. n'o será bueno su resultado.
(••) Lo subrayado falta en C, pero está en el manuscrito C. de
Cheikho.
(•**) corrió, corrigiendo en C. \o^ en ((>.c
DEL GATO E DEL MUR 333
«^•Por qué non te llegas amí, el mi amigo que tan
grand merged me feziste? Ca yo he grant sabor de
fazer gualardonar el bien que me has fecho, et dar
tehé yo a comer el fruto de tu obra. Pues llégate amí
e non temas, ca non amo más amí que atí.» Et juróle
que le non buscaría mal. Dixo el mur : «El que non
sabe traer su fecho con sus enemigos e conlos ami-
gos, faze mal así e mátase. Et la enemistad e la amis-
tad devela orne poner segtín que viere el tienpOy et el
entendido deve usar de cada una (i) dellas según t
deve. Et el omne entendido non deve poner su amor
conel omne que era su enemigo, si non fuere en ora
de cuyta; ca los fijos délas bestias siguen a sus ma-
dres mientre han de mamar dellas, et quando las
pueden escusar fuyen dellas, et el enemigo quando
se torna amigo por esperanga de algunt pro, después
que lo acaba tórnase a su enemistad, así commo faze
el agua quando la escalienta el fuego, que si se parte
del fuego tórnase a su friura. Et tú eres mi enemigo
natural e tú amí otro tal (2). Pues ¿cómmo se ende-
resgará amor entre nos? Et yo non sé para qué me
ayas tú menester si non para comer me.» Desí co-
mengó el mur a se rreguardar del gato e a ser muy
apergebido» (3).
(i) a. han lugar, do deve el entendido usar
(2) Et tú... tal. — B. Et tú e yo somos enemigos naturales.
(3) C. Desí salió el mur del f. e v. a. gato de lejos y no quiso
llegarse a él. Et 11. 1. e. gato : «jOh amigo, que tan gran bien me
has hecho! ¿Qué te impide el que te llegues a mí para que te re-
compense el bien que por ti he gozado? Ven, pues, a mí, y no
interrumpas mi amistad; que quien hace un amigo y deja su com-
pañía se priva del fruto de la amistad y desesperan de gozarlo
334 CALILA Y DIMNA
SUS amigos. Y en verdad que te debo un favor que nunca he de
olvidar. Y tú debes desear mi recompensa y también la de mis
amigos, y no temas de mí nada; mas sepas que cuanto hay en
mí tu3'0 es.> En seguida juró e hizo esfuerzos para que se cre-
yese como verdadero lo que decía, y le contestó el mur: «A ve-
ces la enemistad latente se manifiesta como amistad, y es más
temible entonces que la enemistad manifiesta; y quien no se
guarda de ella, da gran caída, [como] el hombre que monta en
un elefante, sobreviene a éste un arrebato de celo cuando aquél
va rendido de sueño y cae bajo del elefante, que lo pisa y lo
mata. Y solamente debe llamarse amigo un amigo por quien
espera provecho de él; y enemigo, un enemigo por quien teme
daño de él; pues el sabio cuando espera [provecho] de su ene-
migo le manifiesta amistad; y cuando teme daño de su amigo, le
manifiesta enemistad. <Acaso no ves el proceder de las bestias»
que sólo siguen a sus madres cuando confían en su leche, y
cuando se acaba ésta se apartan de ellas? Y como las nubes
aparecen en un tiempo y se desvanecen en otro, y llueve unas
veces y deja de llover otras, así cambia el sabio según se le pre-
sentan las circunstancias en sus relaciones con sus amigos y com-
pañeros; y se desahoga [con ellos] una vez y se comprime otra,
y se familiariza un día y se recela otro, y se alegra un tiempo y
se irrita otro, y se carga de paciencia una vez y se enfada pronto
otra. Y a veces interrumpe el amigo la amistad que le unía con
su amigo sin temer daño de él, porque el origen de sus relacio-
nes no era la enemistad. Pues cuando sea el origen de sus rela-
ciones una enemistad y se origina luego amistad por la necesi-
dad que obliga a ello, cuando desaparece el motivo que originó
la amistad, vuelve a su origen la cosa, así como el agua que se
calienta al fuego y cuando se quita de él vuelve a enfriarse. Y no
hay enemigo cuya hostilidad sea más perjudicial a mí que la tuya,
después que hubo entre nosotros el amor y amistad que hubo y
después que tuvimos intimidad y confianza uno con otro. Pero
me obligó a mí y a ti la necesidad que nos apremió a los dos a
hacer amistad; y ya desapareció el motivo por el que tú tenías
necesidad de mí y yo tenía necesidad de ti, y temo que con su
desaparición vuelva la enemistad; y no es bueno para el débil
estar cerca de un enemigo fuerte, ni para el humilde tener cerca
un enemigo poderoso; y no sé que tú me necesites si no es que
DEL GATO E DEL MUR 335
quieras comerme, y no tengo confianza en ti. Y yo ya sé que el
enemigo débil está más cerca de librarse del enemigo fuerte
cuando se guarda de él y no se deja engañar por él, que el ene-
migo fuerte cuando se deja engañar por el enemigo débil y se
confía en él. Y el sabio acaricia a su enemigo cuando tiene nece-
sidad de él; y le manifiesta amor y le hace ver que tiene familia-
ridad con él cuando no tiene otro remedio; pero procura apar-
tarse pronto de él cuando halla carrera para ello. Y yo sé que
el que ha sido derribado [por exceso] de confianza, difícilmente
puede levantarse de su caída; y el sabio cumple a su aliado el
pacto que con él ha hecho, pero no se fía por ello de nadie y se
aparta de su enemigo cuanto puede. Y el que tú te apartes de
los cazadores, y yo de ti, es el mejor consejo. Yo te amo de lejos;
y tú no debes recompensarme por una cosa tal, si te parece, pues
no hay manera de que nos juntemos. >
[CAPITULO X]
[A.j fols. 70 a 71 V. — B., fols. 87 V. a 90. — C, págs. 211 a 216.
J., págs. 289 a 298.]
Del rrey Beramer e del ave que dizen Caira (i).
Dixo el rrey al philósopho: «Ya oí este enxenplo,
pues dame enxenplo del que rresgibió tuerto e
cómmo el que gelo fizo se deve guardar del» (2). Dixo
el filósofo: «Esto es el enxenplo del rrey e del
AVE QUE DEZÍAN CaTRA.» DiXO EL RREY : «¿'E CÓMMO
FUE ESO?» Dixo EL FILOSOFO: «Dizen que un rrey
muy poderoso, que avía nonbre Varamunt, tenía un
ave que dezían Catra, et esta ave fablava e era muy
entendida, e avía un fijo pollo. Et el [rrey] mandó
guardar a Catra e a su fijo en casa de su muger,
la que era señora de sus mugeres, et mandó a ella
que los mandase guardar (3). Desí acaesgió que parió
la muger del rrey (4) un fijo; et criaron se el niño
(i) Catra. — C. y J. Fanza (ojL-ls), y así en todo el cuento.
(2) C. oí el ejemplo del hombre que se halla rodeado de ene-
migos y solicita el auxilio de uno de ellos y se reconcilia con él,
hasta que escapa mediante esta [reconciliación! de lo que temía,
y se salva. Pues dame, si te parece, ejemplo de dos enemigos, a
uno de los cuales conviene que se guarde del otro.> Dixo — J. oí
este ejemplo; pues dame ejemplo de los enemigos, de los cuales
uno de ellos no puede menos que temerse del otro.> Dixo
(3) guardar. — En J. ¿íJáils:'*^\ mejor que en C, sX,^£i.,JLu)'^\ .
(4) C, guardar. Y parió su mujer un — J. como A.
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 33/
conel pollo, e comían en uno e jugavan en uno.
Et Catra iva cada día al monte, e traía dos frutos muy
estraños (i) que non sabía ninguno qué era (2), et
dava el uno a comer asu fijo e el otro al infante. Et
cresgieron por esto más aína e esforgaron se mucho,
de guisa que lo entendió el rrey, et amó más por ende
a Catra.
Et acaesgió un día que mientra Catra fue a buscar
aquellos dos frutos entró su fijo a una casa do tenía
el fijo del rrey sus palominos. Et quando vio entrar
ende al fijo de Catra pesóle, e ensañóse (3) e tomólo
e dio conél en tierra e matólo. Et quando Catra llegó
e vio su fijo muerto ovo gran pesar e dio vozes (4) e
dixo: «¡O!, qué mal barata el omne en bevir conlos (5)
rreyes, que non ha enellos verdad nin lealtad, et
mal astrugo es quien es tributado en los servir (6); ca
nin son para amigo nin para vasallo nin para acos-
(i) mtey estraños, ¿í.^'^\, frutos que se comen con mucho
gusto
(2) que non sabía ninguno qué era, — Falta en C, pero está
enj.
(3) C. frutos, saltó su pollo en la cueva de los pájaros del mu-
chacho (*), y se ensañó el muchacho e
(4) A. veno Catra e falló su fijo muerto e dio vozes e fizo grant
duelo (**)
(5) C. dixo: «Añicción para los rreyes, — J. dixo: «Abomina-
ción a los rreyes,
(6) A. el que ha amor con ellos;
(*) No necesita C. la corrección que su editor propone.
(**) No sé si debe atribuirse a mera coincidencia el que, así como
la construcción de B. en este pasaje está conforme con la de C, la de A.
lo está con la de J., que dice así: Luego, pues, Catra llegó y encontró
a su pollo muerto y dio voces y se entristeció
TOMO I. 22
338 CALILA Y DIMNA
TADO (i), nin onrran a ninguno, si non por algunt pro
o por alguna esperanga. [Estonges se lo allegan et lo
onrran.] Et desque han acabado conél lo que han
menester, non finca amor entre ellos nin amistad;
mas sola mente non es su fecho si non mentir e fallir
e engañar e descreer e desconocer e fazer grandes
pecados (2), et cuentan los por muy lijeros e por
pequeños. Et quiéreme vengar deste falso traydor
que mató a su conpañero e a su amigo, con quien
comía E BEVÍA e jugava» (3). Desí saltó alos ojos del
niño e quebró gelos (4) consus uñas e bolo e posó en
un lugar muy alto (5).
Et fiziéronlo saber al rrey, e ovo muy grant pesaV,
et ovo esperanga que enartaría a Catra de guisa que
(i) C. tribidado en servir a los reyes, para quienes no hay amis-
tad ni cosa sagrada; y no aman a nadie nin
(2) A. alos que los sirven,
(3) Este pasaje está alterado en todos los textos árabes. —
J. dice : nin amistad ni bondad ni perdón de los pecados ni
reconocimiento del deber. Ellos, cuyo hecho no es sino hipocre-
sía y maldad, ellos empequeñecen los pecados que cometen, por
grandes que sean, y agrandan los pequeños cuando se oponen
a sus caprichos. Y de ellos es este ingrato que no ha tenido pie-
dad, traidor a su compañero y hermano.» Desí — C, corregido
según el manuscrito C. de Cheikho, dice así: nin amistad, ni el
sentimiento del bien halla recompensa en ellos, ni hay pecado
que para ellos sea perdonable, sino que sus hechos de ellos son
aumentar riquezas y mentir y hacer entender que todo grande
pecado que cometen ellos es pequeño y para ellos despreciable.
Pues quiero vengarme hoy del ingrato que no ha tenido piedad,
del que ha hecho traición a su conpañero e a s. a., c. q. comía e
jugava.» Desí
(4) C. saltó a la cara del niño y quebróle los ojos consus
(5) C. alto, llena de aflicción. — J. como A.
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 339
LA ENARTANDO la matada (i). Et cavalgó el rrey e
fuese para (2) ella, et llamóla por su nonbre, a salva
fe, e díxole que veniese (3). Et ella non quiso venir
et dixo: «Rrey, bien sabes que al traydor, si le yerra
la justicia deste siglo, non le yerra [la] del otro. Et
tu fijo fizo traygión, e yo le di la pena eneste siglo (4).
Dixo el rrey: «Verdad dizes, et bien sé yo que es así
commo tú dizes; pues vente tú para nos e sey segura,
ca non avernos desto cura» (5). Dixo Catra: «Non
me llegaré atí, ca los omnes de buen entendimiento
defienden que se non llegue omne al omne que rres-
gibió tuerto, et dixeron: «Quanto más te falagare el
»que mala voluntad te tiene e al que feziste mal, et
» quanto más (fa)blando te fuere (6), tanto más lo
»ESTRAÑA TÚ E lo aparta detí; ca non ha tal seguridat
»del enemigo qiíe rregibió tuerto, commo (7) alongar
»se del e guardarse del.» Et dizen que el omne enten-
(i) C. de guisa que triunfaría de ella. — J. como A.
(2) C. cavalgó hacia ella y se paró junto a ella, — J. cavalgó
a! momento y se dirigió hacia ella,
(3) C. nonbre y le dijo : <Ten seguridad y ven.» Et
(4) C. «Rrey, el traidor es castigado por su traición; y si le
yerra 1. j. d. s., n. 1. yerra la del otro hasta qu.e su pecado sea cas-
tigado en sus descendientes y en los descendientes de sus des-
cendientes. Y tu hijo fué traidor y le di el castigo.» Dixo
(5) C. rrey: «En verdad que esto hemos hecho contigo, y tú
te has vengado de nosotros; pues ya no hay contra ti odio de
parte nuestra, ni contra nosotros de tu parte. Acércate, pues, a
mí con toda seguridad.* Dixo — J. rrey: «Es verdad que mi hijo
fué traidor con el tuyo, y ya tenemos cada uno lo que nos corres-
ponde; pues ya no... seguridad y no temas.» Dixo
(6) C. fuere y más te honrare, tanto
(7) C. commo el temerse de él y alongar
340 CALILA Y DIMXA
dido [sólo] deve contar a su padre e a su madre (i)
por amigos, e sus hermanos por conpañeros, e su mu-
ger (2) por solaz, e sus fijos por nonbradía, e sus fijas
por cont^endoras, [e sus parientes por adversarios],
et cuente así mesmo por solo señero. Et yo [sola
señera] lievo oy detí muy grant carga (de ti) de pesar,
que ninguno non la lieva comigo, [e voy me] e finca
con salud.»
Dixo el rrey: «Si tú comengaras a fazer el mal e el
atrevengia (3), sería segunt tú dizes; mas pues que lo
nos comentamos, <qué culpa as tú, e qué te veda que
non fíes de nos?» (4). Dixo Catra: «Las malas volunta-
des han muy apoderados lugares enlos corazones (5),
así que la lengua non dize lo que es enel coragón con
verdat, et el coragón afirma e testigua más derecha
mente lo que está enel otro coragón que la lengua; e
yo fallo que mi coragón non testigua nin acuerda
con (6) tu lengua, 7í¿n [mi lengua] confu coragón.^
Dixo el rrey: «<;Non sabes tú que (7) las malas volun-
tades son entre muchos omnes, et el que ha seso ha
(i) a su padre e a su madre — C. }' J. a sus padres
(2) su niuger — C. y J. sus mujeres
(3) C. «Si tú no te hubieses atrevido por lo que te hemos
hecho, o si tu acción hubiera sido sin que de parte nuestra
hubiese precedido traición, sería
(4) C. y J. nos? Acércate, pues, que puedes estar segura.*
Dixo
(5) C. voluntades tienen en los corazones lugares doloridos y
enconados (*), así
(6) A. lo que vee
(7) C. y J. que los odios y las
(*) J> llagares muy fuertes y doloridos, así
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 34I
mayor sabor de amortiguar la malquerengia que abi-
varla?» Dixo Catra: «Bien es así commo tú dizes;
pero el omne de buen acuerdo non se deve asegurar
en aquel con quien está omiziado (i), et el omne de
buen c^isejo témese délas artes e délos engaños. Et
sabe que muchos omnes ay que degüellan los gana-
dos que crían e comen sus carnes, e por quantos
dellos degüellan, non cesan los que fincan de seguir
sus señores e de bevir con ellos. Otrosí las bestias
salvajes ha omne dellas muchas, et quando degüella
algunas dellas non se parten por ende las que fincan
del omne> (2).
Dixo OTROSÍ Catra: «Las malas voluntades son de
temer de qitalquier que sean; et la más temedera [e más
fuerte] es la que los rreyes tienen enlas almas (3), ca
(i) C. acuerdo non debe creer que aquel que le tiene rencor
y a quien él ha ofendido, se olvide de la ofensa y se desentienda
de ella, et
(2) C. que muchos enemigos no pueden ser dominados por
la fuerza y aiTOgancia, pero se les caza con suavidad y dulzura,
como se caza el elefante salvaje por el elefante domesticado.»
Dijo el rey: «El noble no renuncia a su amistad, ni rompe con
sus amigos, ni deja perder los compañeros (*), aunque tema por
su misma persona; pues esto es lo natural en las bestias salvajes
por su condición. Ya sabemos que los hombres degüellan a los
perros (**) y se los comen; y frecuentemente los ve (***) el perro,
que ya está acostumbrado a la compañía de ellos, y le impide
esta costumbre el que se aparte de ellos. >
(3) A. temidas deven ser et mayormente las que son enlos
corazones de los rreyes,
(•) compañeros, Jal-tt-ar. .
(**) J. hombres juegan con los perros y luego los degüellan y
(***) los vee, según la corrección que propone el editor.
342 CALILA Y DIMNA
los rreyes (i) creen que vengar su omezillo es honrra
e grant prez. Et el omne entendido non se engaña (2)
enla tregua del omne que tiene mala voluntad, ca tal
es la mala voluntad [enel coragón] quando non la
mueven, commo las ascuas del fuego quando non
echan leña. Et el que demanda su omezillo así es
commo el fuego que demanda la leña, e quando gela
echan de suso enciende se luego (3). Et con todo esto
algunt omiziero a}^ que ha esperanza de aver amor
con su omiziado por algunt pro o por algunt ayuda
que entiende que le faga; et yo só tan flaco que tú
non puedes demí aver ayuda nin pro, para que pier-
das la mala voluntad que me tienes en tu coragón (4).
Onde non veo mejor consejo que fuir de ti, et finca
con salud.»
Dixo el rrey: «Sabe que las criaturas non han
poder de se nuzir unas a otras, ca este poder es de
Dios solo; ET SI VENTURA AS DE RRESgEBIR DE NOS
ALGUNT MAL DE QUE TEMAS, NON LO PODRÁS EUIR NIN
ESQUIVAR. Et si yo he puesto en mi CORAgÓN DÉTE
(i) C. y J. rreyes profesan la religión de la venganza, y
creen
(2) C. Et no conviene que el entendido se engañe enla —
J. como A.
(3) C. y J. echan leña. No cesa la mala voluntad de buscar mo-
tivos, como desea el fuego leña; y cuando encuentra un pretexto
y se enciende, se enciende [como] el fuego; y no lo extingue el
agua, ni palabras, ni dulzura, ni suavidad, ni humildad, ni súpli-
cas, ni cosa ninguna, sino [la ruina] de la propia persona. Et
(4) C. y J. et yo só más flaco de lo que debía, para que p. 1.
m. V. q. m, t. e. t. coragón; y aunque fuera tu corazón para conmi-
go como tú dices, esto no se me alcanza; porque yo no dejaré
de temer y de pensar mal si vuelvo a tu conpañía. Onde
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 343
MATAR E DÉTE PRENDER, DESÍ EL JUIZIO DE DiOS A CON-
TRA DÉLO QUE QUIERO e[s], NON LO PODRÁS; así commo
ninguno puede criar ninguna cosa del mundo si non
por mandamiento de Dios, así non la puede peresger
nin matar. Et lo que tú feziste ami fijo, non oviste y
culpa ninguna, ca fue por mandado de Dios; ca lo
que fizo mi fijo al tuyo, otro tal, ca fue por el juizio
divino, et tú non deve[s] (i) rreprehender lo que la
ventura fizo.»
' Dixo Catra: «Así es commo tú dizes, que todas las
cosas por mandado de Dios se fazen; en pero el envi-
so (2) dévese guardar délas cosas temederas, ca ayun-
tan conla creencia apergebimiento (3), et yo sé bien
que me dizes conla boca lo que non tienes enel
coragón. E tú quieres vengar lo que fize atu fijo (4),
e mi alma aborresge la muerte. Et dizen que éstas son
(i) C. y J. nuzir unas a otras ni de hacerse bien; pues no hay
cosa pequeña ni grande que ocurra a cualquiera que no sea por
el poder del destino; pues así como la creación de las criaturas
y su generación, y el tiempo que perduran en su existencia, no
está en poder de las criaturas, tampoco lo está la ruina de lo que
ha de desaparecer ni la pérdida de lo que ha de perecer. Y no
hay pecado en lo que tú hiciste a mi hijo, ni tampoco en mi hijo
por la muerte de tu pollo, que todo fué por el poder del destino,
al que estamos sujetos, y no debemos rreprehender
(2) enviso — A. tu viso
(3) C. Catra: «El destino es como tú dices; pero esto no pro-
hibe al entendido que se guarde de lo que teme y se aperciba
ante el que está prevenido contra él; pues con esto unirá con
el decreto del destino el empleo de su poder y de su inteligen-
cia, et
(4) C. coragón. Y lo que pasa entre nosotros dos es que tu
hijo mató a mi pollo y yo saqué los ojos a tu hijo. Y tú ahora
quieres matarme y hacerme perder la vida, e
344 CALILA Y DIMNA
délas mayores tribulagiones que ay eneste siglo : pobre-
dat et pesar et ser gerca orne desu enemigo (i), e parti-
miento de amigos, e enfermedad e vegez (2), et ca-
bega de todos estos males es la muerte. Et non ha
ninguno que sepa mejor el coragón del cuytado que
el que sintió lo que él siente. Et por lo que yo tengo
enel coragón conosco (3) lo que tú tienes enel tuyo. Et
non me es bien la tu conpaña, ca nunca vez te nen-
brarás délo que fize a tu fijo, nin yo délo que tu fijo
fizo al mío, que non se nos muden los coragones.»
Dixo el rrey: «Non es omne de buena parte el que
non puede olvidar lo que tiene enel coragón, de guisa
que le non faga pesar» (4). Dixo Catra: «El omne que
tiene enla planta del pie la llaga, non puede escusar
dése non fazer mal, maguer que pune de non andar
sobre ella. Et non conviene al omne cuerdo de dexar
de guardarse e de pensar las cosas e de non se fyu-
zar nin se engañar por ninguno (5). Qtíe el que se fyu-
(i) A. las malas venturas e las tempestades son pobreza et
pesar e gertedunbre de enemigos
(2) C. dizen : «La pobreza es tribulación, y la tristeza es tribu-
lación, y la separación de los amigos es tribulación, y el enfer-
mar es tribulación, y la privación (*) es tribulación, et — J. ...la
tristeza es tribulación, y la proximidad del enemigo es tribula-
ción, y la separación, etc.
(3) conosco — A. conseio
(4) C. y J. puede distraerse de lo que tiene en el corazón y
olvidarlo y hacerlo desaparecer, hasta que no recuerde nada de
ello ni tenga para ello lugar en su corazón.» Dixo.
(5) C. llaga, aunque quiera caminar ligeramente, no puede
menos que lastimarla. Y el hombre que tiene enfermos los ojos,
(•) privación, ^>>x; pero en J. fj-Sfc, vejez, como A.
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 345
za (i) en su fuerga e quiere andarlos caminos peligro-
sos, anda buscando su muerte; e quien non asma su
comer e su bever e su formigio et quiere fazer su volun-
tad (2), quiere se matar (3). Et quien mayor bocado
faze en su boca délo que puede tragar, derecho es
que se afogue conél (4). Et quien se dexa de guardar
e se engaña por palabra de su enemigo (5), mayor
enemigo es de sí mesmo que non su enemigo (6).
>Et non deve omne parar mientes enlas aventuras
que non sabe si le vernán (7); mas dévese entremeter
e parar mientes de ser enviso e fuerte en su fazien-
da (8). Et el omne entendido (9) non se deve meter
si se expone al viento, se expone a dañarse más los ojos. Y del
mismo modo, al ofendido, cuando está cerca de su enemigo, se
le recrudece la llaga que le duele. Y no puede el hombre de
mundo precaverse contra la ruina y regular las cosas, y confiar
en su fuerza y en su astucia (*), desatendiendo aquello de lo que
no está seguro. Que
(i) a. la guarda de su cueipo e ser engreído, que el que se
engríe
(2) A. Et el que comme o beve más délo que deve e yaze
con mugeres sin mesura,
(3) C. bever y carga sobre sí lo que no debe cargar ni puede,
por lo regular se mata. Et
(4) C. y J. conél y muera. Et
(5) C. palabra de otro, mayor — J. como A.
(6) que non su enemigo. — Falta en C, pero está en J.
(7) C. y J. vernán y si las apartará de sí; mas
(8) C. y J. fazienda y reflexionar acerca de todo esto. Et
(9) C. entendido no debe temer a (**) nadie mientras pueda,
y non
(*) J. enemigo, se le ofrece la idea de arruinarlo. Y no conviene al
hombre de mundo sino piecaverse de la destrucción y ruina y pensar ea
las cosas y en la poca confianza en su poder y en su fuerza, etc.
(**) J» debe fiarse de nadie
346 CALILA 'Y DIMNA
alos miedos, fallando otra carrera para sin miedo; et
yo he muchas carreras do vaya, así que non iré a
parte del mundo que non falle mío vito. Ca ginco
cosas son, quien las trae consigo liévanle do quiere (i)
e conórtanle quando es en tierra estraña, e fázenle
ganar vito e amigos: la primera es rresestir se de
mal fazer; la segunda es enseñamiento; la tergera es
esquivar las colpas (2); la quarta es franqueza de
coragón; la quinta es sotileza e acugiamiento (3) en
su obra.
»Et el omne entendido, quando se teme de peres-
ger, de grado desanpara la muger e los fijos e el aver
e la tierra, que todo esto está en fyuza délo cobrar y et si
pierde el cuerpo non ha fyuza dele poder cobrar (4). Et
el peor aver es el que non despiende dello, et la peor
délas m.ugeres es la que non se aviene bien con su
marido, et el peor fijo es el desobediente, et el peor
amigo es el que desanpara a su amigo ala ora déla
cuyta (5), et el peor délos rreyes es el que teme el (6)
que non ha culpa, et la peor tierra es la temerosa (7)
(i) C. quiere y le ponen cerca lo que está lejos, e — A. que
deve el omne fazer e aver, do quier que vaya; e si las faze
(2) colpas, <^>o>, duda, sospecha.
(3) sotileza e acugiamiento — J. ^J~;;«^, que el editor explica
por ¿ols:^ y jtli'J , sagacidad de espíritu y nobleza. — C. ^J-^,
de Jl>, obtener una cosa. — En C. faltan además los numerales
«la primera, la segunda», etc.
(4) A. ca todo lo puede cobrar, e el ánima nunca.
(5) a su amigo ala ora déla cuyta, — El copista de C. se saltó
estas palabras, que se leen en J., conforme con A.
(6) el — A. al — B. el peor rrey es el que se temen los suyos
sin culpa,
(7) C. y J. es la tierra do
DEL REY BERAMER E DEL AVE CATRA 347
do non se asegura el omne; et yo sé que mi alma non
ha seguranza nin podría estar segura (i) gerca detí.»
Desí despedióse del rrey e bolo et fuese» (2).
(i) a. sofrimiento en ser — C. yo no me fío de ti, ni tendría
seguridad mi alma gerca
(2) C. fuese. Éste es el ejemplo de los que se odian y se
guardan el uno del otro.» — J. el ejemplo de los que se tienen
odio, los cuales no conviene que se fíen uno de otro.»
[CAPÍTLTO XI]
[A., fols. 72 a 79. — B., fols. 90 a 98. — C, págs. 178 a 204..
J., págs. 317 a 340.]
Del rrey Cederano e de su agtiazil Beled e de su
muger Elbes (i).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya oí este enxenplo.
Dime agora de quáles cosas deve el rrey más usar
para guardar así e a su rreyno e a su poder (2), si es
mesura o nobleza de coragón, o esfuergo o franque-
za» (3). Dixo el filósofo: «Sepas que la cosa con que
debe el rrey guardar su rreyno e sostener su poder e
(i) Estos nombres y los de los demás personajes de este cuen-
to aparecen algo diferentes en el texto árabe. Pero para mayor
facilidad, los consignamos en las notas tal como se hallan en la
versión castellana. En J., el rey se llama Beled.
(2) C. iTcy Dibcelim a Bidpa el filósofo: «Ya sé lo que me
has contado del que procede apresuradamente, sin seguridad y
sin aplomo (*); pues cuéntame qué cosa es aquella que cuando
la practica el rey procede noblemente con sus subditos y afirma
su reino y defiende su tierra, si
(3) El copista de C. alteró este pasaje, omitiendo la palabra
que significa «esfuerzo* y dando a o£ji^, que en nuertra ver-
sión castellana se suele traducir por «nobleza de corazón», un ré-
gimen, con lo que, para que tenga sentido la frase, ha de tradu-
cirse dicha palabra por «valor, valentía». Así dice: mesura o va-
lor en la defensa o franqueza.» — J. como A.
(*) Este capítulo sigue en C. al que en la versión castellana es
el VIH, o sea el 'Del rreligioso e del can¿.
DEL REY CEDERANO 349
honrrar así mesmo, es mesura; ca la mesura guarda
la sapiengia e la honrra, et la materia déla onrra es
aconsejar se conlos sabios e conlos entendidos, e
fazer su obra devagar. Et la más santa obra e la me-
jor para cada uno es la mesura, quanto más para los
rreyes, que propiamente se deven consejar conlos
sabios e conlos entendidos (i), por tal que le[s] depar-
tan el buen consejo e gelo muestren, e que los ayu-
den conla nobleza de coragón (2).
Ca el omne maguer sea esforgado e escorrecho (3),
si (4) non oviere mesura e fueren sus consegeros
menguados de seso, maguer que la ventura le guise
bien sus cosas e lo meta(n) en alegría e en plazer,
e en vengimiento e en gozo, non puede ser que a
arrepentimiento e a peligro non torrne; ca la ventura
es rraíz délas cosas et es apoderada enellas. Et el
omne que más se deve alegrar en su consejo es el
sabio que aconseja toda vía conlos sabios. Et quando
el rrey [fuere] sabio e fuerte, e su consegero sabio e
leal e desengañador, aése da Dios lo que quisiere de
seso e de ganangia, e bevirá sienpre en bien e en
buena andanga, et non le podrá nozir su enemigo, nin
(i) a. fieles
(2) C. filósofo: «Ciertamente que la cosa mejor con que se
alcanza esto, es la mesura y la sabiduría; porque ambas son lo
principal de las cosas 3' el sostén de ellas, juntamente con el con-
sejo de un prudente, entendido y sabio. Y la cosa que más pro-
vecho hace a los hombres es la mesura, y especialmente al rey,
pues no hay cosa mejor ni más provechosa que ella. Y la felici-
dad del hombre en su vida es una mujer perfecta, de bu,en con-
sejo y obediente. Ca
(3) C. esforgado capitán, si
(4) si-A.yB.e
350 CALILA Y DIMNA
aver poder sobre él. Et si él (que) quisiere fazer
alguna cosa que non deve, que sea a dapño desí e a
provecho de su enemigo, estorgerá della por consejo
de sus privados, así commo estorgió el rrey (¡Medran
por su privado Belet e su muger Albed» (i). Dixo
el rrey: «.¿Cómmo fue eso?»
Dixo el filósofo: «Dizen que un rrey délos rreyes
de India era muy granado e de grant prez e vence-
dor, e de muy grant mantenimiento, e sostenedor de
su rreyno. Et avía un privado que dezían Belet, et
era muy Sesudo, et punava toda vía en fazer servicio
a Dios e al rrey. Et aquel rrey, yaziendo en su lecho
tina noche durmiendo, vido en sueños una vissión
siete vegadas, una enpós de otra, e despertó muy
espantado. Et la vissión era ésta: dos truchas ber-
mejas que venían contra él enfiestas enlas colas, e
dos ánades volando enpós dellas, e que sele paravan
delante, et una culebra quele saltava alos pies. E
veía otrosí que su cuerpo estava todo bañado en san-
gre, e que le avían lavado el cuerpo con agua. Et vio
que estava en pie engima de un monte blanco. Et
veía que tenía en la cabega una cosa que le semejava
(i) C. oviere quien le aconseje mesurada y sabiamente, y se
aconseja con quien no sea prudente, vacila ante un asunto insig-
nificante, hasta que ve en él lo detestable y débil de su torpeza
y el error del consejo de sus compañeros. Y aunque alcance vic-
toria y lo lleve por buen camino la ventura y lo guíe por él,
llega al fin de su obra al arrepentimiento. Y cuando sea lo con-
trarío, por la excelencia y por la inñuencia del visir, entonces
ayúdale la ventura y alcanza la felicidad en contra de quien se la
disputaba, vence a quien le resistía y se alegra de lo que le en-
tristecía, como me contaron que sucedió entre Cederano, rey de
la India, Helbed, su mujer, e Beled, su privado y consejero.» Dixo
DEL REY CEDERANO 35 1
fuego, et veía una ave blanca que le picava enla
cabega con su pico (i).
Quando fue despierto fizo llamar una gente de
una seta que él avía estroído e perseguido tanto, que
les avía estragado e echado de sus tierras e muerto
muchos dellos, et dezían les Albarhamiun. Et traxie-
ron gelos después que los fizo buscar con grant esco-
druño. Et quando ellos venieron fallaron al rrey con
grant cuyta e muy espantado déla visión que viera.
Et demandó les que le declarasen aquella visión. Et
ellos dixeron: «Señor, esta vissión es muy fuerte, e
es mucho de temer; e si lo por bien tovieres, señor,
mandar nos has salir de aquí, e disputar nos hemos
unos con otros, e leeremos unos libros e el entendi-
miento que fallaremos, et después de algunos días
tornaremos a ti por fazer su departimiento et qué
acaesgerá ende, et pugnaremos commo escapes de su
mal.» Et el rrey fue pagado desto que le dixeron, et
mandóles ir (2).
(i) Lo mismo en C. que en J., falta la explicación de la
visión. — C. dice: Dixo el filósofo: «Dicen que Beled era un reli-
gioso muy devoto, de buen carácter, apacible, indulgente, sabio
perfecto. Y mientras tanto Cederano, el rey, cierta noche, dur-
miendo en su sala alta, vio ocho visiones, estando atento a cada
una de ellas (*). Y cuando
(2) C. Y quando amaneció llamó a los brahmanes, que son unos
religiosos, y les contó lo que había visto, y les mandó que se lo
explicaran, y dijeron: «Has visto, ¡oh rey!, una cosa abominable,
admirable; no hemos oído semejante a ella en lo pasado; y si te
(*) J. Cuentan que había un rey llamado Beled, y tenía un visir lla-
mado Iled, que era un devoto religioso. Y el rey estaba durmiendo una
noche y vio durante su sueño ocho visiones, que le espantaron, y des-
pertó muy asustado. Y llamó ''
352 CALILA Y DIMNA
E ellos fuéronse, et ayuntáronse en uno, et dixe-
ron unos a otros: «Este rrey ha matado denos más
de doze mili personas e ha destruido nuestra ley e
ha muerto nuestros sacerdotes; et agora descubrió-
nos su poridad et el miedo en que está, et avernos
fallado carrera commo nos podamos vengar del. E
acordemos de fablar brosna mente (i), que le metamos
miedo e que le soltemos el sueño a nuestra guisa; et
el miedo le fará fazer quanto nos quisiéremos e dixé-
remos. Et digamos le así: «Este que tú viste, señor, es
tu muerte e perdimiento de tu rregño, ca tornará en
tus enemigos. E esto non lo puedes desviar en guisa
del mundo si non matares a Helbed, tu más honrra-
da muger, madre del tu más amado fijo Genbrir, e a
Genbrir tu fijo, e el fijo de tu hermana, que tú mu-
cho amas, e a Belet, tu privado alguazil, et atu escri-
vano, que sabe tus poridades; et que quebrantes la
tu mejor espada del tu mayor presgio, e que mates
el tu elefante blanco que cavalgas, e alos otros dos
elefantes presgiados, e el tu buen cavallo corredor, e
a Caymerón el philósopho; desí que fagas poner la
sangre déstos en una tina e que te bañes enella siete
vezes e que estemos nos enderredor detí e que te
place que nos retiremos y pensemos en ella seis días, volvere-
mos al día séptimo y te la explicaremos. Y si podemos librarte
de lo que temes, lo haremos.» Y dijo el rey: «Sí; emplead vuestro
juicio en todo lo que sepáis que me conviene» (*). Dijeron: «Sí»
(i) a. seamos todos de un consejo,
(*) J. llamó a 1. b., q. s. u. r., para que le explicaran su visión. Y cuan-
do se presentaron ante él les contó lo que había visto, y dijeron de
común acuerdo: «En verdad que ha visto el rey una maravilla. Y si nos
deja siete días, volveremos con la explicación.» Dijo el rey; «Os los
dejo.» Y se fueron.
DEL REY CEDER ANO 353
escantemos fasta que te mundifiquemos délos peca-
dos que feziste; por que meresges de Dios perder el
rreyno e tu honrra.» Et si nos él creyere e lo fizie-
re non le fincará después fuerga nin honrra, et si lo
quisiéremos matar, podemos lo fazer> (i).
(i) C. Et ellos fuéronse de su presencia, y reuniéronse y dije-
ron : «No ha mucho tiempo que él ha matado de nosotros doce
mil. Y ahora somos dueños de él, pues descubriónos su secreto
y sabemos el miedo en que está por su visión. Pues podemos
vengarnos de él si le hablamos duramente en nuestra plática y
se le mete miedo, para que nos obedezca en lo que queremos;
pues le mandaremos que nos entregue a quien honra entre su
gente y a sus visires, y le diremos: «Nosotros ya hemos mirado
en nuestros libros, y no hemos encontrado nada que te libre de
lo que viste, sino la muerte de los que te mencionaremos.» Y si
nos dice : «¿Y a quién queréis?» Diremos : «A Helbed, tu muger,
y a su hijo, y al (*) hijo de tu hermana, y a Beled, el encargado
de tus negocios, pues es astuto y sabio; y a Cal, tu secretario y
tu lengua, y tu espada (**), y tu elefante blanco, sobre el que
[montas cuando] peleas, e alos o. d. e. p., e el tu caballo que mon-
tas, y al camello del corasán, en el que te paseas, y a Cayme-
rón, el sabio; desí que f. p. 1. s. d. e. u. tina, en la que te sentare-
mos; y cuando queramos sacarte de ella, nos reuniremos los brah-
manes a tus cuatro lados y te encantaremos y te quitaremos los
pecados, y te lavaremos con agua y untaremos con buenos un-
güentos. En seguida te llevaremos a tu sitial, y alejará Dios de ti
lo que te espanta por lo que has visto. Y si tú aguantas esto y te
complaces en ello, quedarás libre de tribulaciones y escaparás
del gran daño que te amenaza y está a'punto de caer sobre ti; y
pondrás en lugar de ellos otros semejantes a ellos (***). Y si no
lo haces, pues tememos que te arranquen a viva fuerza y te ma-
ten y te quiten el reino y se extinga tu descendencia.»
(*) J. Helbed, madre de Genbrir, la más loada y honrada de tus
mujeres; y queremos [que mates] a Genbrir, el más amado de tus hijos,
(**) espada, que no se halla otra como ella,
(***) J. quedarás salvo de tribulaciones j- te afirmareis en tu reino y
en tu poder, y pondrás en lugar de ellos, después de ellos, es decir, de la
mujer y de todos aquellos a quienes habías de matar, a quienes quieras.
TOMO I. 23
354 CALILA Y DIMNA
Et fiziéronlo así, et entraron aél et dixéronle: «Se-
ñor, sienpre ayas buenos agüeros e acabada honrra.
Si por bien tovieres déte apartar conusco, dezir te
hemos lo que nos demandaste.» Et mandó el rrey
salir dende quantos conél estavan. Et dixéronle
todo lo que avían comedido de fazer: de matar a
todos sus amigos e a sus bien querientes (i). Et díxo-
les : «Más valdría la muerte que la vida, si yo matare
a éstos, que amo tanto commo amí mesmo; et yo
mortal só sin falla, ca esta vida breve es, e non seré
rrey por sienpre. Et morir o perder mis amigos una
cosa (2) es.» Dixéronle los de (3) Albarhamiud: «Se-
ñor, si tú te non ensañares, fazer te hemos saber que
lo que tú dizes non es derecho, mas es yer[r]o en
amar tú a otrie más que atí mesm^o. Sabes tú que en
(i) C. Et cuando terminaron este consejo los brahmanes y con-
vinieron en él, se presentaron al rey y le dijeron: «Nosotros ya
hemos visto nuestros libros, y hemos procurado profundizar en
ellos, y hemos pensado en tu visión y hemos trabajado con todos
nuestros sentidos acerca de ella, y no podemos hacerte saber lo
que hemos visto hasta que quedemos solos.» En seguida hizo
esto, y le contaron el asunto tal como lo habían preparado (*). Et
(2) Et díxoles : ... cosa es.» — Así en J. — El copista de C. alteró
este pasaje, que dice: Et díxoles el rey: «La muerte es mejor que
lo que acabo de oír. <Cómo he de matar a estas personas que
amo tanto como a mí mismo y he de cometer tal crimen e iniqui-
dad? Y nadie puede escapar de la muerte en ningún estado ; y
no seré rey por siempre, y lo mismo me es la muerte que perder
a mis amigos.»
(3) los de — A. el
(*) J. le dijeron: «¡Oh rey!, hemos visto nuestros libros para expli-
car lo que viste, y lo hemos examinado según nuestro entender. Pues
ojalá seas, ¡oh rey!, sin mancilla, salvo y honrado. Y no podemos decirte
lo que hemos visto si no nos quedamos solos y nos das seguridad.» E hizo
salir el rey a los que estaban con él, y quedó solo con ellos, etc.
DEL REY CEDERANO
seyendo tu rreyno entu poder cobrarás tus amigos et
ellos non podrán cobrar atí. Pues oye lo que te de-
zimos e créenos e faz lo que te mandamos, e mueran
tus bien querientes por que tú estuergas, ca otros
podrás aver después en canbio dellos, et si tú los de-
xas, e dexas atí perder, nunca avrá canbio detí» (i).
Et (2) quando el rrey vido que los de Albarrjha-
miud lo acuytavan e le aquexavan tanto, cuydó que
le dezían verdad e ovo muy grant (3) pesar, E levan-
tóse de entre ellos et fuese para la casa que tenía
apartada para sus tristezas e para pensar enlos
ACAEsgiMiENTOS DEL MUNDO (4). Et cchóse de cara en
tierra e lloró e rrevolvíase commo pege quando lo
sacan del agua et comengó de dezir en su coragón :
«^•Quál destas cosas me será más fuerte: desanparar
me a muerte o matar a mis amigos? ^Quánto es lo
que yo puedo aver en mi rregño?, ca yo non puedo
bevir sienpre, et <:cómmo avré yo alegría e plazer (5)
(i) C. saber que ese tu consejo es equivocado; y que no haces
bien en despreciar tu vida y estimar a otros más que a ella.
<Acaso no sabes que toda cosa, comparada con ella, es pequeña,
y que ninguna cosa la rescatará, por grande o pequeño que sea
su valor? Por mi vida, ciertamente que rescatarla con lo que te
hemos dicho es lo mejor; pues continuarás en tu reino y sobera-
nía, y te saldrán felizmente los asuntos. Considera esto y deja
todo lo demás, pues no hay cosa que se le iguale.»
(2) Este párra£o,,£alta casi todo en C, por lo cual lo cotejamos
con J. (Véase enis'íiota 3 de la página siguiente.)
(3) J. acuytavan en su conversación y se mostraban enarde-
cidos en ella, aumentó su aflicción y pesar,
(4) J. fuese a su cuarto de retiro. Et
(5) J. amigos? Y no tendré placer mientras viva, ni he de per-
durar en mi reino por siempre, ni he de alcanzar lo que pida en
356 CALILA Y DIMlN'A
quando yo non viere a Helbet (i), mi muger, et a Gen-
brir, MI FIJO, e al fijo de mi hermana? lE cómmo
podré fincar en mi rregño si mi privado Belet muere,
E EL sabio Caymerón? <;£ cómo gobemavé yo wirreyno
sin el mi buen cavallo corredor e el elefante blanco^ (2).
¿Et non avré vergüenza déme llamar rrey, perdiendo
yo aquestos? ¿Et cómmo veviré después de ellos? Et
estovo sienpre cuytado fasta que fue sabido por toda
la tierra et lo entendieron sus rricos omnes et toda
su conpaña» (3).
Quando vio esto Belet, fuese para la muger del rrey
et dixo : «Yo non sé qué ha el rrey, et yo nunca le
vi fazer cosa pequeña nin grande, después que lo co-
nosco, que non metiese amí en consejo e que non
fablase comigo todas sus poridades, por que sabía
que le era leal e que me dolía de su mal, e nunca
portero nin mandadero avía entre nos donde quier
que él fuese o estoviese, e aun con sus mugeres es-
súplica por mi reino. Y ciertamente que yo nada he de disfrutar
en mi vida quando
(i) Helbet, — a. y B. Belet,
(2) A. los elefantes?
(3) J' i">'eyno si muere mi elefante blanco y mi caballo corre-
dor? ¿Y cómo me he de llamar rey si mato a estos que los brah-
manes me aconsejan que mate? <Y qué haré en el mundo des-
pués de ellos?» En seguida se extendió por la tierra la noticia
de la tristeza e inquietud del rey. — El copista de C. mutiló este
párrafo , que , tal como está, dice : acuytavan con sus discursos y
le aquejaban, se levantó y entró y echóse de cara, y se revolvió,
inquieto y triste, y se puso a meditar en su entendimiento qué
cosa le sería preferible : si la muerte o someterse a ellos en lo
que le pedían. Y estuvo así algunos días, y se esparció la noticia
por la tierra, y se dijo: «Ha acontecido al rey cosa que le tiene
en aflicción.»
DEL REY CEDERANO 357
tando. Et agora de pocos días acá ase apartado coii-
los de Alba[r]hammd e temóme que le aconsejaron
su dapño e el nuestro et de todoel pueblo (i). Pues
liévate (2) e vete para el rrey, e pregúntale de su fa-
zienda (3), e desí dime lo que sopieres, ca non puedo
entrar aél nin estar conél. Et por ventura los Al-
barhamiun le mandaron fazer algunt pecado e al-
gunt fecho laydo (4); et el rrey ha por costunbre que
quando se ensaña non se sufre en ninguna guisa, nin
se da lugar, onde por ventura aquellos le farán verter
algunas sangres» (5).
(i) C. y cuando vio Beled el estado en que se hallaba el rey,
meditó y pensó — pues era inteligente, sabio, escrutador y as-
tuto— y dijo : «No conviene que me presente al rey sin que él
me llame; pero me iré a Helbed, mujer del rey, y la interrogaré
acerca de esto.» Y se fué a ella y le dijo : «Yo no sé que el rey
haya emprendido cosa pequeña ni grande desde que estoy con
él, sino con mi consejo; pues yo era el depositario de sus secre-
tos, y no me ocultaba nada de lo que le aconteciese; y cuando le
ocurría algún asunto crítico se consolaba y tomaba con paciencia
lo que le acontecía, y me lo comunicaba, y le consolaba del modo
más suave que yo podía. Pero veo que se apartó solo con los
brahmanes hace siete días, durante los cuales se oculta de la
gente; y yo temo que les haya metido en la interioridad de sus
asuntos, y no tengo confianza en ellos (*). Pues
(2) liévate — Falta en C, pero está en J.
(3) C. pregúntale por su estado y lo que le haya ocurrido, y
qué es lo que le dijeron, e — J. fazienda y su estado, e
(4) C. aél. Et yo temo que ellos le hayan presentado como
hermoso algún hecho feo, y le hayan imbuido alguna calumnia
e irritado por algo que le presentaron como sospecha; et
(5) C. ensaña no atiende a nadie, ni pregunta nada, ni medita
(*) J. temo que les haya manifestado alguno de sus secretos, y temo
que le hayan aconsejado algo que le perjudique y le meta en algún pe-
ligro. Pues
358 CALILA Y DIMNA
Dixo Helbed : «Ove unas palabras conel rrey, e
por eso non le quiero comengar a fablar» (i). Dixo
Belet : «Non de ves agora parar mientes alos rrieptos
que oviste conél, ca non es agora tienpo, estando nos
tan gerca de lo que tememos (2); ca non puede nin-
guno entrar al rrey si non tú, que yo le oí muchas
vezes decir : «Quando só en cuyta e en cuydado e
»veo a Helbed, todo lo pierdo, e tórnase me en
3>ALEGRÍA.» Pues liévatc, BUENA DUEÑA, e vctc para
el rrey, e espagia su coragón e conórtalo e acon-
sÉiALO et dile lo que entendieres, e le fará pro; et faz
nos merged a todo el pueblo» (3).
Et ella levantóse e fuese, e entró al rrey (4) e asen-
tóse a su cabega e ALgÓGELA de tierra et díxole:
«¿Qué as, señor loado, o qué oíste dezir alos Albarha-
en ello, y lo mismo le son los asuntos graves que los livianos. Y
no dudo sino que ellos no le dieron buen consejo por el odio y
rencor que le tienen en sus corazones; y en verdad que si pue-
den con él y con su ruina, procurarán que ésta caiga sobre él y
se apodere de él.»
(i) C. non quiero presentarme a él, mientras persista en su
desconsideración» (?) (l>OJ^). Dixo — j. mientras persista en tal
estado.»
(2) C. «Non te lleve el rencor en semejante día como éste; ca
(3) C. cuydado y se me presenta Helbed, desaparece de mí
esto; pues (*) vete hacia él (**) y dile lo que entendieres que
pueda alegrar su espíritu, y le aliviarás de la pena que tiene» (***).
(4) C. Et cuando esto oyó Helbed, se dirigió hacia el rey y
entró junto a él e — J. Et fuese Helbed y entró al rrey e
(*) J. pues liévate e vete, como A.
(**) J» él y espacia su corazón y, como A.
(***) J» espíritu y le desaparecerá el estado en que se encuentra; y
hazme saber cuál sea su respuesta, pues esto para mí y la gente del reino
es graa alivio.»
DEL REY CEDERANO 359
miud, por que tienes cuydado e dolor? E yo non lo
sé, ca si lo sopiere estaría triste contigo. Et tanto
veo déla tu tristeza e pesar e cuydado, que me pesa
de coragón. Et non puedo ser triste por lo que non
sé, ca el rrey es tal conel pueblo commo la cabega
conel cuerpo; quando la cabega está bien el cuerpo
está bien. Et nos non podemos ser alegres seyendo
nuestro rrey triste e con pesar» (i).
Dixo el rrey : «Buena dueña, non me acresgientes
en mi dolor, nin me preguntes en mi fazienda.» Dixo
Elbet : «Señor, ^-por qué meló non dizes? «¿Has sospe-
cha en mí? Et non cuydaría yo que llegaría en estado
que me negases cosa de tu fazienda; et si algtma cosa
e peligro o mal te acaegiay los que mejores e de mayor
acuerdo e de mayor arte son, qtiando les acaege alguna
tridulafión, éstos se conforman más e lo departen asus
leales vasallos e espsgiales amigos, alos más entendidos
que tienen; que el que es caído en gran pecado, puédele
melezinar e enderezar con mesura e con saber, de guisa
que le torna en bien (2). Et tú, señor, non deves aver
dolor nin fazer lo aver a tus amigos e alos de tu
rregño et fazer aver alegría a tus enemigos e alos
que han entí venganga.» Dixo el rrey : «Buena due-
(i) C. as, ¡oh rey!, señor recto y loado, y qué es lo que te di-
jeron los Albarhamiun, pues te veo cuitado y triste? Y si es que
conviene que yo haga algo en que consista la desaparición de
tu tristeza y tu alegría, y te conviene para ello que nosotros per-
damos la vida, hazlo; y si estás airado contra nosotros, te daremos
satisfacción y haremos lo que te contente.»
(2) A. sospechases entu fecho; ca quando el omne alguna
cosa de cuyta le viene, dévese aconsejar consus amigos e conlos.
sesudos omnes, por que le desengañen de su fazienda.
;60 CALILA Y DIMNA
ña, asme fecho pesar, et non es atí nin amí bien ente
dezir desto nada.» Et dixo Elbet : «Más es bien para
mí e para ti. Et si meló dixeres partirás comigo el
pesar e el cuydado.> Dixo el rrey : «Pues que lo
quieres saber, este es el pesar e el cuydado que ten-
go. Mandáronme los Albarhamiud que mate atí e atu
fijo e ami sobrino e ami privado Belet, e a quantas
cosas honrradas e presgiadas yo he, tan bien de mis
bestias commo délas otras cosas. Et dixeron que
conesto estorgeré e seré salvo demis pecados» (i).
Et quando Helbed esto oyó non le mostró ningunt
(i) C. rrey : «No me preguntes, ¡oh (*) mujer!, acerca de mis
cosas, ni aumentes la pena que hay en mí, pues no conviene que
sepas la terrible desgracia que me espanta y aterroriza.» Dijo Hel-
bed: «jYa ha llegado mi trato contigo al extremo de que me con-
testes lo que acabo de oír? ¿No sabes que el mejor acuerdo para
el rey, cuando le ocurre algún asunto que lo aflige (**), es que
tome consejo de sus leales vasallos y amigos, y [les participe] la
aflicción que le aflige y lo que le entristece? Pues ciertamente
el culpable no desespera del perdón, sino que se arrepiente de
lo que teme. Y no te domine el dolor y la tristeza que veo en
ti, pues ellos no te libran de nada, antes causan alegría a tus
enemigos y apenan a los amigos; y los hombres de ciencia y de
prudencia piensan en esto y toleran en su corazón lo que les su-
cede contra sus deseos, y las novedades que les ocurren.» Dijo
el rey: «¡Oh mujer! No me preguntes nada; pues en verdad que
en lo que quieres saber [está] mi ruina y la muerte de tu hijo y
de mucha gente de mi afecto; porque los brahmanes me dije-
ron que es preciso que te mate y los mate, y no hay alegría en
mi vida sin vosotros, ni tengo placer separado de vosotros;
y esto pone en situación crítica mis asuntos y es lo más grave
para mí.»
(*) J. rrey: «¡Oh mujer! No me preguntes, etc.
(**) aflige, corrigiendo en C. el verbo ,^<^-^^^ por B-^-
DEL REY CEDERANO 36I
miedo, mas sonrriósele en la cara e díxole : «Señor,
por esto non deves estar triste (i), ca nuestras almas
ofregidas te son, et de grado las dexaremos por librar
atí de tristeza e porque finques en tu rregño. Et tú
has (2) otras mugeres sin mí, diez e seys mill con
JORFATE LA BUENA DUEÑA, que avrás en vez demí.
Mas una cosa te quiero rrogar e pedir tela en mer-
ced, et faz mela pedir el amor que te he por la gran
onrra que sienpre me feziste e el amor que me mostras-
te; que desque esto ovieres fecho (3) non fies nin
creas por [los de] Alba[r]hamiud, nin te aconseges,
NIN creas por ellos en cosa del mundo, et que non
mates a ninguno arrebatada mente, por que después
non te arrepientas; ca (4) non podrás resucitar al que
matares.
»Et dizen que el omne quando fallare algunt vedrio
en tierra e dubdare que non es vedrio, que lo non
deve echar fasta quelo muestre alos que lo conosgen
E coNOsgEN las PIEDRAS PREsgiosAS. Et niéubrate,
señor, que [los de] Alba[r]hamiud nunca bien te qui-
(i) C. Et dijo Helbed : «No quiera Dios que estés triste, ¡oh
rey!, ni que te aflijas, ca — J. Et cuando oyó esto Helbed se en-
tristeció, pero impidióle su buen juicio demostrar al rey su tris-
teza y le dijo : «Señor, por esto no debes estar triste, ca
(2) C. son, y en verdad que esto es poco en [comparación]
con tu conservación y tu salvación. Y ya te ha dado Dios otras
(3) C. rrogar que después de mi muerte non — J. rrogar, ¡oh
rey!, e faz mela p. e. a. q. te he y mi predilección para contigo
y mi buen consejo para ti.» Dijo el rey:
(4) C. ninguno sin que te aconsejes con tus leales y dignos de
confianza y sepas cómo hayas de proceder; pues matar es cosa
grave y crimen atroz, y non
^62 CALILA Y DIMNA
sieron (i), et tú has muerto (2) dellos doze mili e (3)
non les devías dezir tu vissión nin otra cosa, nin
CREER LO QUE dizen; ca poi la mala voluntad que te
han, quieren matar tus amigos e tus privados e tu[s]
bien querientes, por tal dése vengar detí. Et quie-
ren te fazer perder todas las cosas que mantienen
tu rreyno, e conque tú estás apoderado, et quando
ovieses muerto éstos, apoderar sean detí e avrán tu
rreyno así commo lo ante avían; mas aquí está (4)
Cayrnerón, muéstrale tu fazienda e demándale con-
sejo, que es sabio destas cosas, e es otrosí dellos, e
nos non le sospechamos que te dé leal consejo. Et
pregúntale por lo que viste en sueños; et si él te
(i) C. »Et dizen: «Si te encuentras un vidrio y no lo conoces
»bien y quieres echarlo, no hagas esto hasta que lo enseñes a
» quien lo examine»; y no causes tú alegría a tus enemigos los brah-
manes y otros, y sepas que ellos nunca bien te aconsejaron (*), et
(2) C. muerto hace poco dellos — J. muerto en tiempo pasa-
do dellos
(3) C. mili. ¿Y acaso crees que ellos han olvidado esto? Pues
por mi vida non
(4) C. vissión ni enterarles de tus secretos; pues ellos sólo
quieren, con la explicación que te dan de tu visión, tu ruina y la
pérdida de tus seres queridos y el exterminio de tus visires, [que
son] gente buena, prudente y justa, y [la de] tus vehículos, con
los que has triunfado de ellos. Pues vete a ver a Caymerón, —
j. vissión ni enterarles de ella; pues sólo te dijeron lo que te dije-
ron por el odio que te tienen, por ver si así te pierden y pierden
a los que tú amas, y a tus visires, y alcanzan de ti lo que se pro-
ponen. Y yo creo que si tú los obedeces y matas a quienes ellos
te dicen, con la muerte de éstos triunfarán de ti y apoderarseán
detí e a. t. rr. a. c. 1. a. avían;
(*) J. a quien lo conozca.» Y tú, ¡oh rey!, no conoces a tus enemigos,
et niénbrate, q. [1. d.] A. n. b. t. quisieron, et
DEL REY CEDERANO 363
mandare lo que los otros te mandaron, fazlo; et si te
mandare ál, verás que aquellos mentirosos son tus
enemigos que quieren desfazer te del tu rreyno» (i).
Et quando el rrey oyó esto que le aconsejava la
rreyna, tovo que le aconsejava bien, et cavalgó en
su cavallo, et fuese para Caymerón el sabio, que era
gerca del (2). Et quando llegó a su puerta descavalgó
de su cavallo e entró aél e humillóse le (3). Et dixo
el Caymerón al rrey: «¿Qué te acontesció, rrey, que
BENiSTE ACÁ, e por qué eres tan demudado e tan tris-
te (4) et non te veo traer la corona enla cabega nin la
diadema que sueles?» Et el rrey díxolela vissión que
viera e lo quele mandaron los Albar[r]hamiun (5).
(i) C. fazienda y pregúntale por lo que se te apareció en sue-
ños; pues él es sabio de confianza, y no hay en otro cosa que no
[posea] él mejor, aunque sea del origen de los brahmanes, pues
es religioso y sabio. Y si te aconsejara lo mismo que los otros te
aconsejaron, medita; y si su consejo fuera contrario a lo que ellos
te dijeron, calla, y no te apresures en tu asunto» (*).
(2) C. oyó esto de ella, se admiró y mandó ensillar su caballo.
En seguida cabalgó et f. p. C. [el sabio] (**) a todo correr." Et
(3) C. humillóse le y le saludó y le besó la cabeza. Et
(4) A. triste demudado-
(5) C. sueles?» Y díjole el rey: <= Estaba una noche durmiendo
en la parte superior de mi palacio, cuando oí de la tierra ocho
ruidos, cada uno de los cuales me despertaba, y en seguida me
volvía a dormir. Y vi ocho visiones que conté a los brahmanes, y
yo temo que me suceda cosa grave, ya sea que me maten en
guerra o que me arranquen a viva fuerza mi reino o me dominen
en él.» — Aquí tennina este párrafo en C, pero J. continúa con
lo siguiente: Díjole el sabio: «Si quieres cuéntame tus visiones,
(*) Así se halla adulterado este párrafo en C, úaico texto árabe ea
que se conserva.
(**) el sabio — Está en J., no en C.
364 CALILA Y DIMNA
DíxoLE Caymerón : «Non temas, señor, nin te ma-
tes, nin ayas miedo desto; ca non morras nin perderás
el rreyno, et yo te soltaré el sueño. Sepas, señor,
que las (i) dos truchas bermejas que se enfestavan
enlas colas e venían fazia ti es un mandadero del
rrey de Niagor que verná atí con una arqueta en que
avrá piedras presgiosas, presgio de (2) mili libras de
oro. Las dos ánades que viste que bolavan delan-
te e se asentavan delante ti, serán dos cavall(er)os que
te enviará el rrey de Balaf, que non avrá (3) seme-
jantes dellos. Et la culebra (4) que se llegava a tus
pies es una espada muy fina que te presentarán de
Alhinde, que non le sabrá omne poner presgio. Et la
sangre enque te veías bañado es que te enbiará el
rrey de Cadaron unos paños muy rricos que son lla-
mados alholla (5) que rreluzen en tiniebla. Et lo que
y si quieres yo te las explicaré y te diré qué es todo lo que has
visto.» Dijo el rey : «^Acaso puedes decirme algo bueno?»
(i) C. «Non te ponga triste esta cosa, ni te espante, pues no
morirás ahora ni perderás el reino, ni sucederá ninguno de los
crímenes ni de los males que te espantan. Pues en cuanto a las
ocho visiones que viste, cuéntamelas, que te voy a dar la expli-
cación de ellas.» Y contóle el rey sus visiones, y dijo Caymerón:
«Respecto de las dos
(2) C. está alterado en este pasaje. — J. del rey Haimún que
vendrá a ti con dos collares guarnecidos de perlas y de jacinto
rojo, cuyo precio es de cuatro mili
(3) C. bolavan por detrás de tu espalda e se a. d. ti, pues ello
es que te vendrá de la corte [de] Balj, quien se te presentará con
dos caballos que no habrá en la tien-a semejantes
(4) C. y J. culebra que veías que
(5) C. y J. a tu pie izquierdo, pues ello es. que te vendrá del
lado del rey Zajín, quien se te presentará con una espada de hie-
rr o puro, que no tendrá semejante. Y en cuanto a lo que veías
DEL REY CEDERANO 365
veías que te lavavas conel agua, es un rrey rromano
que te enviará (i) unos paños de lino (2) muy alvos
de vestiduras délos rreyes, que non les sabrá omne
PONER PREsgio; et lo que vías que estavas sobre un
monte blanco es un elefante blanco que te enbiará
el rrey Candor (3), que correrá más que cavallo. Et
lo que tenías enla cabega que semejava fuego es una
corona de oro que te enbiará un rrey de Armenia (4).
Et la ave que viste que te (5) picava enla cabega (6),
esto non te soltaré agora, mas non temas (7) dello,
que non te verná dello mal ninguno, ca non es ál si
non que te ensañarás contra alguno de tus amigos,
DESÍ TORRNARÁ EN TU GRAQIA E EN TU AMOR. Et eS-
que te bañabas el cuerpo (sn sangre, pues ello es que te vendrá
del lado del rey Casrún, quien se te presentará con unos paños
muy ricos que son llamados hoUa de púrpura que
(i) C. agua, pues ello es que te vendrá del lado del rey de
Ruz (*), quien se te presentará con unos
(2) de lino — Falta en C, pero está en J.
(3) J. monte blanco, pues ello es que te vendrá del rey Cai-
dor (**), quien se te presentará con un elefante blanco que —
C. está alterado en este pasaje.
(4) J. lo que veías sobre tu cabega que parecía fuego, pues
ello es que te vendrá del rey de Alarzun (***), quien se te pre-
•sentará con una corona de oro guarnecida de perlas y de jacin-
tos. Et — En C. falta esta cláusula.
(5) C. ave blanca que te picava — J. como A.
(6) C. y J. cabega con su pico, esto
(7) temas — J. ^^^y mejor que C. ,J-^-> .
(*) Ruz o Raz, l\, pero es probable que el original árabe del que
se hizo la versión castellana dijera ?5>» romano.
(**) Caidor por Candor, errata fácil en árabe.
(***) Alarzun, — También corrigiendo en este nombre el \ en ^, que-
da legitimada la versión castellana.
366 CALILA Y DIMNA
tos (i) mandaderos que te digo vernán de aquí a
siete días» (2).
Quando esto oyó el rrey, fizo PREsgES e GRAgiAS a
Dios, e loó (et) a Caymerón el sabio, e ovo grande
ALEGRÍA et MAL TRÁXOSE POR QUE DESCUBRIÓ SU PORI-
DAT ALOS DE Albarhamiud. Et quaudo pasaron los
siete días, así commo dixo Caymerón el sabio, venie-
ron los mandaderos conlos presentes fasta que se
cunplió todo déla guisa que dixo Caymerón. Et el
rrey fue muy ledo e ovo grant plazer e dixo: «Si non
que me ovo Dios merged (3) e me acorrió con con-
sejo de Helbed, fuera perdido eneste siglo e enel
otro. Et por esto conviene al omne cuerdo que se
aconseje toda vía con sus amigos que sabe que lo
desengañarán (4); ca Helbed me consejó muy bien, e
yo creíla e por ende só agora gozoso (5), et afirmó
(i) C. y J. estos mensajeros y mandaderos
(2) C. y J. días y se presentarán ante ti.»
(3) C. oyó el rrey, se prosternó ante Caymerón y se despi-
dió y dijo: «Yo tendré en cuenta lo que ha dicho.» Y cuando
llegó el día séptimo vistióse el rey sus vestidos y tomó sus or-
namentos y se sentó en su sitial, y dio audiencia a los grandes y
principales. Y le llegaron los presentes que le había anunciado
Caymerón, y los pusieron en sus manos. Y cuando vio el rey
estos mensajeros y mandaderos y estos presentes, aumentó su
gozo por ello y dijo en su corazón: «No hice bien cuando conté
mi visión a los brahmanes y me ordenaron lo que me ordenaron;
que si no fuera porque Dios me protegió y tuvo piedad de mí e
me — J. Et quando p. 1. s. d. vinieron los que llevaban la buena
nueva con la llegada de los mensajeros. Y salió el rey y se sentó
en su trono, y dio permiso a los nobles, y le llevaron, etc.
(4) C. conviene a cada uno que oiga el consejo de sus ínti-
mos, de sus amigos y parientes, y que lo siga; ca
(5) A. fálleme ende bien,
DEL REY CEDERANO 367
Dios mi rregño conel buen consejo délos buenos
amigos leales, et vi manifiesta mente cómmo es Cay-
merón sabio» (i).
Desí fizo el rrey llamar ante sí a todos aquellos
que le aconsejaron los Aibarhamin que matase, et
dixo les: «Tengo por bien de partir entre vos otros
estos presentes, pues que vos ofregistes ala muerte
por amor demí.» Dixo Beled: «Señor, non nos deves
loar por nos dexar morir antes que tú, ca nos non
somos si non para ti, et los presentes non pertenes-
gen anos, mas solamente alos rreyes.» Dixo el rrey:
«Yo quiero que comas del fi-uto déla tu pagiengia, tú
e los otros, en querer morir de grado por escapar yo.
Et yo he jurado que estas joyas non entren en mi
rrespuesto fasta que cada uno de vos tome su par-
te.» Dixo LE Belet: «Pues que así es, señor, comienga
tú e toma lo que atí pertenesge, e délo que fincare
faz lo [que] atí te pluguiere» (2).
(i) C. sabio y verdadero en sus palabras.»
(2) C. llamar a Genbrir y a Beled ya Cal, el secretario, y les
dijo : «En verdad que no debo tomar estos presentes para mi teso-
ro, sino que voy a partirlos entre vosotros, que vos o. a. m. p. a.
demí, y entre Helbed, que me dio el consejo que me fué prove-
choso para permanecer en mi reino, y por el cual me veis lleno
de gozo y contento.» Dixo Beled: «En verdad que no debemos
nosotros, simples criados, gloriamos por la parte que hemos
tenido en esto; pues conviene que el criado se ofrezca a la
muerte en lugar de su señor. Y en cuanto a estos regalos, pues
no conviene a nosoti-os, simples criados, que nos acerquemos a
ellos; pero Genbrir, tu hijo, es digno de ellos, y debe tomar lo que
se le dé.» Dijo el rey: «Ya tengo con esto excelsa recompensa
y_ mucha alegría; y no tengas miedo, ¡oh Beled!, y toma tu parte
y alegra tus ojos.» Y dijo Beled: «Pues sea de esto lo que quiera
el rey; que empiece por tomar lo que quiera, y hágase»
368 CALILA Y DIMNA
Et tomó el rrey el elefante blanco e dio a Genbrir,
su FIJO, un cavallo, [et] al escavano (et) el otro ca-
vallo; dio a Belet la espada (i), et enbió a Caynerón
los paños de lino (2). Et la corona e los paños dora-
dos (3) que non pertenesgían si non para las muge-
res, mandó a Beled que llamase a Helbed (4) e Orfate,
QUE ERAN LAS MÁS HONRRADAS DE SUS MUGERES, et
asentólas cabe sí, et mandó a Belet que pusiese los
paños e la corona ante Helbet, et que tomase qual
quisiese. Et ella pagóse mucho délo uno e délo otro,
e non sopo quál tomar, et cató a Belet (5) que le
mostrase quál era mejor, et él mostróle los paños e
fizóle señal que los tomase (6). Et tornando el rrey la
cabega, vido commo le fiziera del ojo; et ella quando
vido que el rrey avía visto las señas que le fizo Belet,
dexó lo que le mostrava (7) e tomó la corona porque
NON OVIESE SOSPECHA DELLA. Et durÓ dcSpués Bclct
quarenta años que cada vegada que entrava al rrey,
cerrava el un ojo e dezía que era vizco, por que
(i) C. espada de hierro fino, et
(2) C. paños que visten los reyes, Et
(3) C. corona y los restantes paños que
(4) C. mugeres, dijo a Beled: «Toma la corona y los paños y
tráelos, y sigue conmigo hacia las mujeres.» Y llamó el rey a
Helbed e
(5) C. cabe sí, y dijo el rey : «Beled, pon la corona y los paños
a. H., e. q. tome lo que quisiere.» Y cuando vio Helbed la corona
y quedó admirada de ella, miró a Beled con la punta del ojo,
para que
(6) A. fizóle del oio que tomase los paños. — C. et mostróle
Beled los paños y aconsejóle que los tomase. Et
(7) A. los paños — C. le fizo con el ojo de él, dexó /. q. 1. m.
Beled e
DEL REY CEDERANO 369
non barruntase el rrey que avía con Helbed ninguna
cosa (i).
Desí albergó el rrey una noche en casa de Al-
BED, CA ASÍ era su costunbre del rrey, que una noche
estava con Helbed e otra con ürfate. Et la noche
que veno a albergar con Helbed, guisóle un manjar
de arroz, ca los rreyes de India suelen comer mu-
cho arroz; et entró aél (2) su escudillo de oro enla
mano conel arroz et la corona de oro enla cabega, et
estovo en pie ant'el rrey, la escudilla enla mano, et
comentó él a comer dello. Et Orfate quando sopo
que el rrey estava con Helbed, ovo ende gelos et
vestióse aquellos vestidos e aderesqóse lo mejor
QUE PUDO et entró en la cámara donde estava el rrey
con Helbed. Et luzía la cámara délos paños que
ELLA TRAÍA, QUE rrelunbravan commo el sol quando
NAsgE. Et el rrey quando la vido pagóse mucho
DELLA E coBDigiÓLA, ET (3) dixo a Hclbct: «Nesgia
fueste en tomar la corona e dexar los paños, que
nunca omne tales los vido (4), et bien paresqe que
Orfate es de mejor seso que tú e de mejor acuerdo,
E MÁS semeja MUGER DE RREY. »
Et quando esto oyó Elbet, cómo la tenia por de mal
(i) C. cosa. Y si no hubiese andado lista Helbed y hubiese
andado listo Beled, ninguno de los dos habría escapado de la
muerte.
(2) aél — Cal rey
(3) C. Et Orfate cuando vio la corona en la cabeza de Helbed
tuvo celos de Helbed, y vistióse aquellos vestidos, y quedó como
el sol. Y pasó por delante del rey, que puso su vista en Orfate
et dixo
(4) C. los paños que no los hay en mis roperos semejantes,
TOMO I. ' 24
370 CALILA Y DIMNA
seso et de cómo alavava a Jorafad (i), pesóle de cora-
gón (2) et ensañóse, e dio al rrey conla escudilla de
arroz que tenía enla mano, por engima de la cabega, et
corrióle el arroz por el rrostro e por la barva e por
el cuerpo; et esto fue averiguamiento délo que non
quiso soltar Caymerón, et conello se cunplió la
vissiÓN (3). Et el rrey mandó llamar a Belet, su algua-
ziL, e díxole: «Ves lo que me fizo esta muger, e cóm-
mo me desonrró e me afrontó, e me desonrró e me-
NOSPREgió. Levad mela e descabegad mela, e non me
DEMANDEDES MÁS CONSEJO DE SU FAZIENDA NIN ENTRE-
DES AMÍ FASTA QUE LA AVADES MUERTO. Et SaliÓ dcude
Belet e llevó a Helbed (4), et dixo en su coragón : «Non
me conviene matar esta dueña fasta que se amanse
la saña del rrey, ca es muger muy sesuda e bien aven-
turada, tal que non ha su semejante entre las rrey-
nas (5), et el rrey non se podrá sofrir sin (6) ella. Et
(i) a. Quando Helbet vido que el rrey alabava a Orfate et
demostrava a ella,
(2) C. Et cuando oyó Helbed estas palabras [dirigidas] a ella,
y el elogio de Jorafad, y el vilipendio de la decisión de ella, se
llenó de cólera et
(3) C. averiguamiento del sueño que Caymerón interpretó (*)
al rey, acerca de las novedades que no quiso explicarle. Et
(4) C. díxole: «¡Oh Beled! ¿No ves al rey del mundo cómo
lo ha despreciado esta mujer y le ha hecho lo que le ha hechor
Pues vete con ella y córtale el cuello y no le tengas compasión.»
Y salió Beled con Helbed de la presencia del rey, et
(5) C. «Non la mataré yo fasta q. s. a. 1. s. d. rr., c. es mujer
sesuda, señora entre las reinas, tal que n. h. s. semejante entre
las mujeres por su piedad y saber, et
(6) A. de
(*)
interpretó, corrigiendo en C. c ».£ por »^fi.
DEL REY CEDERANO
Dios ha librado por ella a muchos de muerte, et ave-
rnos aun esperanga enella de aquí en adelante, si
visquiere. Et non só seguro de rrebtar me el (i) rrey
e de culpar me, si apresurada mente la matare; pues
quiero la dexar biva (2) fasta ver qué terna el rrey
por bien de fazer, et si se arrepentiere por lo que ha
fecho (3) e le pesare e se quexare, tornar gela he, et
si viere que de todo en todo es acordado enla ma-
tar, cunpliré yo su mandado. Et si la yo Hbrare de
muerte, faré enello tres cosas buenas : la una, que la
libraré déla muerte, et la otra, que me presgiará el
rrey más por ello sobre todos los omnes del mundo;
la tercera, que sabrá el rrey que non deve fazer las
cosas apresurada mente» (4).
Et levóla (5) para su posada, et encomendóla a dos
omnes fieles del rrey que guardavan sus mugeres,
QUE LA GUARDASEN. Et mandó a su muger que la
(i) el — a. al
(2) C. sin ella, Y ya se han salvado por ella hasta hoy muchos
hombres de la muerte; y ella ha hecho obras muy buenas, y mi
esperanza ahora en ella es todavía grande, y no estoy seguro de
que leí rey] me diga : ¿No has podido diferir su muerte? Pues no la
mataré fasta — J. sin ella; pues ella lo ha librado de la muerte y
ha hecho una obra muy buena, y mi esperanza en ella es grande.
Y no estoy seguro de que me diga : <Por qué no diferiste su muer-
te hasta después de volverme a ver? Pues no la mataré fasta -
(3) C. arrepentiere de su muerte e — J. como A.
(4) C. gela he viva, y habré hecho tres cosas buenas: Hbraré
a Helbed de la muerte, consolaré al rey de la pena y me preciaré
de ello entre los (*) hombres. Pero si no me hiciere mención de
ella, cumpliré la orden que me ha dado acerca de ella.
(5) C. Et fuese con ella Beled secretamente para
(•) J. pena y alcanzaré entre todos los hombres del mundo gracia
por ello.
372 CALILA. Y DIMN'A
guardase e la honrrase e conortase fasta que él
sopiese la voluntad del rrey. Desí untó (i) Belet su
espada con sangre (2), et entró al rrey muy triste e
pesante. Et el rrey díxole: «^^Conpliste lo que te man-
dé?» Et dixo: «Señor, conplí» (3). Et a poca de ora
amansó le la saña al rrey e menbróse de Helbet,
commo era mesurada e sesuda e entendida e muy
apuesta (4), et fue en grant cuyta. Et comengó de
conortarse e de esforzarse, et avía vergüenga de pre-
guntar a Belet qué fiziera del pleito de Helbed. Et
díxole Belet: «Non ayas pesar, señor, xin tristeza
por la muerte de Helbet, nin te acuytes, ca el pe-
sar nin la cuyta non te (5) tiene pro, e desgastan el
cuerpo e desátanlo. Pues encomiéndate a Dios e
non fagas de guisa que ayañ pesar los que te bien
quieren, et que ayan alegría tus enemigos (6), ca si
lo oyeren non lo ternán por seso nin por acuerdo;
onde ha menester que seas pagífico e non tomes
pesar, et si quieres dar tehé (7) un enxenplo que
(i) a. veno
(2) A. coa su espada sangrienta,
(3) ^'pesante y dijo al rey: «Ya he cumplido tu orden en
Helbed.» Et
(4) C. menbróse de la hermosura de Helbed y de su seso, y
de la gran solicitud de ella y del gran beneficio que le hacía, et
(5) C. a Beled si había cumplido en ella su orden verdadera-
mente o no. Y comenzó a confiar, por lo que sabía del seso de
Beled, si no la habría muerto. Y lo comprendió Beled en su ex-
celsa sabiduría, y dijo: «Xo entristezca Alá al rey ni lo acon-
goje, ca el p. n. 1. c. non le tiene
(6) C. enemigos y se regocijen por tu desgracia, ca
(7) C. acuerdo; pues ten paciencia, ¡oh rey!, y no tomes
pesar por lo que ya no podrás ver nunca; y si quiere el rey le
contaré un
DEL REY CEDER ANO 373
semeja a tu fazienda.» Dixo el rrey: «Di, Belet» (i).
Et dixo Belet: «Dizen que dos palomas, maslo e
fenbra, traxieron délos canpos e délas eras trigo e
cevada a su nido fasta que lo fincheron» (2). Dixo el
maslo ala fe[nbra] : «Agora, mientra falláremos enel
canpo qué comer, non comamos desto que tenemos en
nuestro nido nada. Et quando veniere el invierno e
non falláremos ninguna cosa enlos canpos, tornar nos
hemos alo que avernos apañado (3) e commer lo he-
mos.» E ala fenbra plúgole del lo et dixo: <¡.Dizes bien,
e fagámoslo asi-» (4). Et quando posieron (5) el trigo
e la cevada, estaba liento, et finchóse conello el nido.
Desí fuese el marido de aquel lugar a otro, et tardó
allá todo el invierno, fasta el verano, por que fallava
bien de commer allá; et después tornáronse cada uno
de su parte al nido enel tienpo del verano, seyendo el
trigo e la cevada seco e menguado. Et desque lo vido
el macho que estava menguado, dixo ala muger (6) :
«^•Non nos partimos amos con postura que non comié-
semos délo que avía enel nido fasta que nos falles-
giESEN LOS CANPOS? Et vco que telo has (7) comido.»
Et ella dixo e juró que non avia comido de lio cosa,
(i) C. semeja a su facienda.» D. e. rrey: «Cuéntamelo.»
(2) C. fenbra, llenaron su nido de trigo y cebada, y dixo
(3) A. tenemos
(4) A. fizieron uno al otro tal pleito entresí.
(5) A. cogieron
(6) A. cuydó que lo avía comido su muger, et díxole :
(7) C. a otro y estuvo ausente y se tardó. Y cuando llegó el ve-
rano secóse el trigo y empequeñeció y menguó. Y cuando volvió
el marido y vio el trigo menguado, dijo : «-Nosotros convenimos
en no comer nada del nido, y ¿por qué te lo has comido?>
374 CALILA Y DIMNA
salvo que avia fuenguado con la diversidai del iienpo,
que es caliente e seco (i). Et él non la quiso creer et
comengóla de picar e de ferir, fasta que la mató.
Et después que veno el tienpo del invierno e las
aguas, E rrelentesgió el trigo e la gevada, e finchóse
el nido así commo estava de antes; et quando el ma-
rido lo vido lleno, arrepentióse por lo que fiziera en
matar a su muger, et echóse gerca della e non comió
nin be vio fasta que murió (2). Et quien es sabio (3)
non se de ve apresurar a fazer la justigia o la pena,
mayor mente enla cosa que se puede arrepentir (4).
Et tú, señor, non busques la cosa que non podrás
FALLAR, pues OLVIDA ESTO EN QUE ESTÁS ET SEY PA-
GADO C0NL0 QUE TE FINCÓ, E NON SEAS TAL COMMO EL
XIMIO CONLAS LANTEJAS.» Et DIXO EL RREY : «¿CÓMO
FUE ESO?»
[Dixo Belet] : «Dizen (5) que un omne traía (6) un
(i) a. Dixo la fenbra : «Non comí dello nada nin me llegué a
ello, mas quando lo ai pusimos estaba liento, et agora por la d. d.
tienpo está seco. — C.juró: «No he comido de ello un grano. Et —
J. Et ella se puso a jurar que no había comido de ello cosa, y em-
pezó a justificarse de ello ante él. Et
(2) C. lleno, se echó cerca de ella arrepentido y dijo : «¿Cómo
he de vivir cuando te busque y no pueda encontrarte?» Et —
J. arrepentióse y echóse al lado de la paloma y dijo : «<De qué
rae servirá el trigo y la vida sin ti, cuando te busque y no te en-
cuentre, ni me sea posible hallarte, y cuando pienso en lo que
te hice y comprendo que no obré bien contigo, y que no puedo
reparar lo pasado?> Luego abismóse en su tristeza y no probó
comida ni bebida hasta que murió.
(3) C. sabio sabe que non
{4) C. y J. arrepentir, como se arrepintió la paloma macho.
(5) C. y J. «Y ya oí que
(5) C. traía a sus espaldas un — J. traía sobre su cabeza un
DEL REY CEDERANO 375
saco de lantejas e entró conél en una espesura de
árboles et puso el saco en tierra e echóse a dormir
por que era cansado (i). Et estando durmiendo des-
cendió un ximio de un árbol (2) e tomó de las lentejas
su mano llena (3); desí subióse enel árbol a comer
LAS. Et cayó sele una lantija déla mano e desgendió
por buscar la, e travándose alas rramas del árbol
PARA DEsgENDER, derramáronse le todas las otras que
tenía, e non ovo la primera et perdió todas las
OTRAS QUE tenía (4). Et tú, scñor, (non) has diez e
seys mili mugeres, e dexas de te solazar conellas e
buscas la que nunca fallarás.» Et quando esto oyó
el rrey, non dubdó que Helbed era muerta et dixo
a Belet: «^-Por una ira que yo ove feziste lo que te
mandé luego, e [te] travaste en una palabra?» (5).
Dixo Belet : «Uno es el que dize la palabra e se cun-
ple.» Dixo el rrey : «^-E quién es ése?» Dixo Belet :
«Dios, cuyas palabras non se canbian» (6).
Dixo el rrey : «Grant pesar he por la muerte de
Helbet» (7). Dixo Belet: «Dos son los que deven aver
(i) C. entró entre unos árboles y dejó su peso, y en seguida
se echó (*). Et
(2) C. árbol que estaba sobre la cabeza de él e — En J. falta
esta frase, como en A.
(3) A. un puño lleno dellas;
(4) C. mano y buscóla (**) y no la encontró y se le derrama-
ron las lentejas de su mano. Et
(5) C. palabra y no demoraste el hecho?» Dixo
(6) C. canbian, ni quedan sin cumplimiento sus dichos.»
(7) C. Helbed, madre de Genbrir.» — J. como A.
(*) J. dejó el tabaque en tierra para descansar. Et
(**) J. mano y descendió por buscarla y
7,-7 fy CAXILA Y DIMNA
pesar grande : el que faze pecado et el que nunca
buena obra faze; ca estos ambos han poca (i) alegría
eneste siglo, desí van a pesar durable» (2). Dixo el
rrey : «Si a Helbed viese [viva] nunca de cosa avria
dolor-» (3). Dixo Belet: «Dos son los que non deven
aver pesar: el que puna en buenas obras (4) e el que
nunca pecó.» Dixo el rrey: «Nunca veré a Helbet
más délo que la he visto.» Dixo Belet : «Dos son los
que non se veen (5) : el giego e el que non ha seso;
ca así commo el giego non vee nada, otrosí el nesgio
non vee su pro nin su dapño» (6). Dixo el rrey : «Si
viese a Helbed, muy grant gozo e grant plazer
avría.» Dixo Belet : «Dos son los que veen : el que
ha los ojos claros e el sabio» (7). Dixo el rrey: «Nun-
(i) poca — A. por
(2) El copista de C. estropeó esta cláusula, que debe enmen-
darse conforme J., y que tal como está dice : «Dos son aquellos
cuya alegría y contento es poco en el mundo cuando ven el daño
grande : el que diga no hay juicio final ni castigo, y el que no
hace buena obra nunca.» Dixo — J. Dos s. 1. q.d. a. pesar: el que
hace pecado todos los días et e. q. n. b. o. f.; c. e. a. h. p. a. e. siglo
y poco contento; y su arrepentimiento cuando ven con sus pro-
pios ojos la recompensa es grande, no se puede calcular.» Dixo
(3) A. avría pesar jamás.»
(4) C. y J. obras todos los días e
(5) C. veen nunca : el — J. como A.
(6) C. ?iego non vee el cielo, ni los astros, ni la tierra, ni dis-
tingue lo lejano de lo próximo, ni lo que tiene delante, ni detrás,
otrosí el necio no ve ni distingue entre el sabio y el ignorante,
entre lo bello y lo feo, y entre el bienhechor y el malhechor.» Y
dixo
(7) C. sabio; pues así como el que tiene vista penetrante ve
el esplendor (*) del Universo y lo que en sí contiene, del mismo
(*) J. ve las cosas del
DEL REY CEDERANO 37/
ca me farté de ver a Helbed.» Dixo Belet: «Dos son
los que nunca se fartan : el que otro cuydado non
ha si non apañar aver, et el quiere commer lo que
non falla e demanda lo que non putáe fallar» (i).
Dixo el rrey : «Devemos nos alongar de ti, Be-
let» (2). Dixo Belet : «De dos se deve el omne alon-
gar : del que niega el juizio e la />ena (3) e el gualar-
dón del otro siglo (4), e del que non tuelle los oios
délo que non es suyo, nin sus orejas de escuchar [al
omne malo], nin su vergüenga délas (5) mugeres age-
nas, nin su coragón del pecado e déla cobdigia que se
le antoja; ca esto[s] átales irán ala pena perdurable.»
Dixo el rrey : «Fecho só vago sin Helbet» (6). Dixo
Belet: «Tress son las cosas vagas: el rrío que non ha
agua, et la tierra que non ha rrey, e la muger que non
ha marido» (7). Dixo el rrey : «Muy gierto rrespon-
des, Belet.» Dixo Belet: «Tres son los que rrespon-
modo el sabio ve la inocencia y la maldad, y tiene conocimiento
de las cosas del otro mundo, que se le manifiestan; y que cuando
las sigue, lo salvan y lo guían por camino recto.» Dixo
(i) a. ser.
(2) C. Beled; pues de uno como tú hay que guardarse y ale-
jarse.» Dixo
(3) A. pelea
(4) C. niega la inocencia y el pecado (*), e
(5) vergüenza, traducción de ^ ►s, partes pudendas.
(6) C. vago por tu culpa.* Dixo — J. como A.
{7) C. marido, y otra además: el que no sabe volver el mal en
bien y no procede en justicia.» Dixo — J. Beled: «Cuatro son las
c. v.: el rrío q. n. h. a., et 1. 1. q. n. h. rr., e la mujer q. n. ha ma-
rido, y el necio que no sabe distinguir el bien del mal.» Dixo
(*) J* pecado y la pena y el galardón, y dice : «Nada hay en mí que
yo no esté en ello», e
378 CALILA Y DIMNA
den gierto : el que cunple(n) su mandamiento en su
rregño e en su poderío, et el omne que sabe la ley e
faze sus obras, et el maestro bueno que faze bien la
obra e en conparagión del que non la sabe» (i). Dixo
el rrey : «Muy grant pesar rresgibo en tú ser gerca
demí» (2). Dixo Belet: «Tres son los que deven aver
pesar: aquel que ha gordo ca vallo e fermoso e ha
malas mañas; et el que ha mucho caldo e poca carr-
ne, por que pierde el sabor del comer (3); et el que
se casa conla muger de grant linage e fermosa e non
la puede honrrar, onde le (4) ha ella de dezir (5) lo
que le pesa.»
Dixo el rrey: «Perdióse Helbet de balde e sin rra-
zón» (6). Dixo Belet: «Tres son los que se pierden (7)
sin rrazón : el omne que viste los buenos paños e
anda descaigo e de pie, et el que casa con la muger
niña e fermosa e se va para otra tierra e non se veen,
et el que tiene buena tierra e la dexa heriazo por
senbrar» (8). Dixo el rrey : «Meresges ser penado de
(i) C. rresponden gierto : el rej^ que reparte y da sus tesoros;
la mujer preparada para cualquier hombre de nobleza a quien
ama, y el hombre sabio asistido por Dios y que enseña la ley de
Dios.» Dixo
(2) C. rresgibo en tus consolaciones, ¡oh Beled!» Dixo
(3) C. et el que ha olla con mucho caldo y poca carne, de
modo que no puede comerla, et
(4) le — A. y B. la
(5) C. honrrar, de modo que ella no cesa de hacerle oír lo
(6) J. Helbed sin razón.» Dixo — C. Helbed de balde.» Dixo
(7) A. faz en
(8) C. el omne herrero (*) que viste paños blancos y está sen-
(*) herrero, según la corrección que propone Cheikho. — En J. falta
esta palabra, como en A.
DEL REY CEDERANO 379
muy mala pena, Belet.> Dixo Belet : «Quatro (i) de-
ven ser penados : el mal fechor, et el que (2) justigia
al que [non] faze por qué, et el que se asienta ala mesa
que non es conbidado, et el que demanda lo que non
puede aver, et aun que le dizen que non lo puede
aver (3) non se dexa délo demandar e aún más de
RREZio.> Dixo el rrey (4) : «Devieras te sofrir fasta
que amansara mi ira.» Dixo Belet: «Tres son los que
se deven sofrir : el que sube al monte altOy et el que
pesca o CAgA, e el que cuy da grant fecho.» Dixo el
rrey: «¡Quién pudiese ver a HelbetU Dixo Belet:
«Dos (5) son los que cobdigian lo que non pueden
aver : el luxurioso que non teme a Dios et quiere
quando muriere aver la divinidat délos santos, et el
homiziero que quiere aver la fama délos justos» (o).
tado siempre junto al fuelle; el lavandero que calza botas nue-
vas y no saca sus pies del agua, y el comerciante que se casa con
mujer joven y hermosa y no cesa luego de viajar ausente por tie-
rra extraña.» Dixo
(i) C. «Tres
(2) C. fechor que justigia
(3) C. demanda a sus amigos lo que no tienen, y no tiene
circunspección y non
(4) C. rrey : «En verdad que debieras ser tratado como un
necio, Beled.» Dixo Beled : «Tres deben ser tratados como ne-
cios : el carpintero que vive en casa pequeña para su famiUa y
no cesa de labrar madera y llena su casa de madera y quedan él
y su familia en la estrechez; el médico que maneja el bisturí y
no procede con el debido cuidado y corta la carne de los hom-
bres, y el viajero que se queda entre sus enemigos y no quiere
volver a su casa y familia, y si muere en tierra extraña le heredan
y es su riqueza para los extraños y se pierde la memoria de él.»
Dixo el rey : «Devieras
(5) «Dos — C. «Tres
(6) C. muriere aver la dignidad de los justos y alcanzar la re-
38o CALILA Y DIMNA
Dixo el rrey: «Mucho me menosprecias, Belet» (i).
Dixo Belet : «Tres menosprecian a sus señores : el
que le[s] faze escarnio o dize cosa a sin rrazón (2), et
el vasallo que es más rrico que su señor (3), et el sier-
vo que denuesta a su señor e lo mal trae» (4). Dixo
el rrey : «Mucho so escarnido de ti, Belet» (5). Dixo
Belet: «Quatro (6) son los que deven ser escarnidos:
el que se alaba más que es esforzado e que lidió, e
non ha enél señal de langada nin de ferida; et el que
esfinge que sabe la ley e que es de rreligión, e es
corporiento e gordo e pescogudo, ca el que rreligión
compensa de ellos; el avaro que quiere tener la fama de los no-
bles, y los criminales que derraman la sangre sin razón ninguna
y confían en que sus almas estarán con las almas de los temero-
sos de Dios y bienaventurados dignos de perdón y clemencia.»
Dijo el rey: «Yo soy el que doy tormento a mi corazón por causa
de Helbed.» Dijo Beled: «Tres son los que se atormentan el co-
razón : el que va a la guerra y no se defiende y lo matan; el que
tiene muchas riquezas sin tener hijo ni hermano y se dedica a la
usura y a procurar la carestía entre los hombres, y frecuente-
mente lo envidian algunos, y el noble anciano que se casa con
mujer hermosa, libertina, atrevida en todos sus antojos y que no
cesa de desearle la muerte para casarse con otro marido joven
que halle su ruina en manos de ella.»
(i) C. Beled, cuando te atreves a decir tales palabras ante
mí.» Dixo
(2) C. escarnio y se entremete en lo que le piden y en lo que
no le piden, y habla de lo que sabe y de lo que no sabe; et
{3) C. señor y no le da de su riqueza nada, ni le presta auxi-
lio; et
(4) C. señor y querellase con él y le vence en la querella.»
Dixo
(5) C. rrey : «Verdaderamente me escarneces, ¡oh Beled! Yo
quisiera que Helbed no hubiese muerto.» Dixo
(6) «Quatro — C. y B. «Tres
DEL REY CEDERANO ^Sl
mantiene enmagresge e adelgaza (i); et la muger vir-
gen que escarnesge a la maridada; et el que dize
DÉLO QUE ES YA FECHO E PASADO". «QuiSIESE DiOS QUE
NON FUESSE» (2). Dixo el rrey: «Non eres omne de
(i) C. escarnidos: el que dice «Yo he estado en muchas ba-
tallas y he hecho muchos muertos y prisioneros», y no muestra
en su cuerpo señal ninguna de haber peleado; et e. q. e. q. s. 1. 1.
e q. es religioso devotísimo, y es pescozudo y gordo más que los
pecadores y lujuriosos; y conviene que se mofen de él y recelen
de lo que diga de sí propio; pues quien dedica su alma al servi-
cio de Dios es flaco de cuerpo y de poco comer; et
(2) C. maridada y puede que ella sea una disoluta.» Dijo el
rey : «En verdad que eres insolente, Beled.» Dijo Beled : «Tres
[son los que] parecen presumidos y como que desatinan con los
diablos : el ignorante que enseña al insensato que aprende de él
y disputa con él en su insensatez, pues él en tal manera no obra
bien y acaba por arrepentirse; el que irrita al necio y lo pro-
voca con el propósito de molestarlo y engañarlo, y se molesta
con ello a sí mismo, y el que comunica su secreto a quien no se
debe enterar de él, y le entera de un asunto importante y depo-
sita en él la confianza [que tiene] en sí mismo.» Dijo el rey : «Yo
soy el que me atormento a mí mismo.» Dijo Beled : «Dos son los
que se buscan el tormento de sí mismos : el que se vuelve atrás
en la senda del bien y va reculando y por lo común tropieza y
cae en un pozo o da en un precipicio y se destroza, y el que dice
«Yo nunca tiemblo en la guerra», y no se resguarda y engaña a
los demás, y cuando se le presenta la tropa vuelve la cabeza mi-
rando a derecha e izquierda y busca cómo salvarse huyendo.»
Dijo el rey : «Ha terminado ya la amistad que había entre nos-
otros dos, Beled.» Dijo Beled : «Tres son aquellos cuya amistad
no tarda en terminar: el amigo que no va a buscar a su amigo ni
le escribe ni le envía mensajes; el amigo a quien honran sus
amigos y él no lo tiene en cuenta ni recibe a sus amigos en su
casa, sino que se burla y se mofa de ellos, y él que se dirige a
sus amigos que viven en la abundancia, en el placer y en la ale-
gría, para pedirles una cosa que no pueden [darle], luego ya no
vuelve a buscarles para nada.» Dijo el rey : «Hiciste con matar a
382 CALILA Y DIMNA
seso, Belet.» Dixo Belet: «Sola mente deve ser teni-
do por sin seso (i) el gapatero que see en alto et
quando le cae alguna (2) cosa de su menester, estór-
vase de su labor buscándola» (3).
Dixo el rrey: «Non feziste derecho en matar a Hel-
Helbed un acto que pone de manifiesto la ligereza de tu enten-
dimiento (*), ¡oh Beled!» Dijo Beled: «Tres hacen por el resul-
tado que obtienen, lo que manifiesta la ligereza de su entendi-
miento : el que ruega que le admita su dinero en depósito a quien
no sabe si ha sido justo en los negocios que ha tenido con quien
pleitea; el tonto de poco entendimiento y cobarde que dice a
los hombres que es bravo guerrero, inteligente para allegar ri-
quezas, escoger amigos, edificar casas y para todo trabajo arduo,
y miente en todo lo que dice, y el que anuncia que deja los asun-
tos corporales para dedicarse a los asuntos del espíritu, y no se
lanza sino a seguir sus pasiones, dejando los asuntos de Dios y
el cumplimiento de sus mandamientos.» Dixo
(i) C. Dixo Beled : «-Tres son los que no deben contarse en-
tre los hombres de seso : el
(2) C. en sitial alto y cuando le cae la chaira o cosa
(3) C. labor; el sastre que toma hilo muy largo y cuando se
le anuda estórbase mucho de su labor, y el que corta el cabello
a los hombres y mira a diestra y siniestra, y enreda el cabello y
merece castigo por el daño que hace.» Dijo el rey : «Parece que
tú quieras instruir a los hombres todos para que sean ingeniosos
como tú; y quieres instruirme también para que yo sea ingenio-
so.» Dijo Beled: «Tres dicen que son ingeniosos y conviene que
aprendan : el que toca la sonaja, el laúd y el atabal, hasta que
sepa acompañar a la nauta y otros instrumentos; el pintor que
hace bien la traza de los cuadros y no sabe bien la combinación
de los colores, y el que cree que no necesita aprender nada en
ningún arte, porque en todos los artes y oficios es sabio, y no
comprende la significación de una frase ni su sentido, ni en qué
ocasión le conviene hablar con un superior o con un inferior.»
(*) entendimiento, ^í^, tal vez por g^-
DEL REY CEDERANO 383
bet, Belet.» Dixo Belet: «Tress (i) son los que non
fazen derecho: el que cree al que non dize verdat, et
el que come aína e labra tarde, et el que non amansa
su ira antes que faga justicia» (2). Dixo el rrey: «Si
fizieras segunt ley, non mataras a Helbet.* Dixo
Belet: «Quatro son los que fazen segunt ley : el siervo
que ha sabor del manjar e quiere lo antes para su
señor (3), et el omne que se tiene por contento con
una muger, et el rrey que demanda consejo alos filó-
sofos (4), et el omne que fuerga su saña.» Dixo el
rrey: «Mucho me temo detí, Belet.» Dixo Belet:
« Quatro son los que se temen délo que non deven :
el avezilla que yaze enel árbol et alga un pie con
miedo que le caerá el gielo de suso e que lo terna
conél (5); et la grúa que se para en un pie con miedo
que se sumirá la tierra conella [si apoya el otro pie];
et el gusano que está toda vía enla tierra e non se
farta della et está siempre fanbriento con miedo que
le fallesgerá la tierra e que quedará sin vito; et el
morgiélago que buela de noche e escóndese (6) de
(i) C. Beled: «Cuatro son
(2) C. derecho: aquel cuya lengua no es sincera y no se
guarda de hablar; el que es pronto en comer y tardo en obrar
y en combatir y en servir a sus superiores; el que no puede
amansar su cólera antes de pecar, y el rey que proyecta grandes
empresas y luego las abandona.» Dixo
{3) C. ley : el que hace la comida a su hora y la prepara y la
presenta a su señor a su debido tiempo; et
(4) C. muger y se abstiene de las mujeres ajenas, que no le
están permitidas; el rey que acomete gran empresa con consejo
de los sabios; et
(5) C. suso (y) dice: «Si cae el cielo lo detendré con mi
pie»; et
(6) C. enla tierra comiendo polvo, y no se sacia de comer polvo
3^4 CA.LTLA Y DIMNA
día por que cuyda que non ha ave tan fermosa, et ha
miedo que lo tomarán los omnes e lo criarán en sus
casas> (i).
por miedo de que por comerlo se consuma el polvo de la tierra,
y está por esto pensativo y triste por miedo de morirse de ham-
bre, y el murciélago que (*) se abstiene de volar de día
(i) C. casas.» Dijo el rey: «¿Habías hecho voto de matar a
Helbed?» Dijo Beled: «Cuatro son aquellos por los que conviene
que uno haga votos para que no se los quiten: el caballo corre-
dor y de precio que hace las delicias de su amo; el toro con quien
se ara; la mujer inteligente, amada de su marido, y el criado
celoso, fiel en su servicio y justo y respetuoso para con su amo.»
Dijo el rey: «No veo entre los mortales semejante a Helbed. >
Dijo Beled: «A cuatro no se les puede encontrar semejante: a
la mujer que ha conocido varón y se contenta con un hombre
sólo; al hombre que habiendo acostumbrado su lengua a men-
tir diga verdad; al hombre envanecido por su sabiduría que se
deja manejar o que se reconcilia con su enemigo, y al hombre
insolente y hostil a todo lo que le rodea que cambia su proceder
hasta venir a ser perfecto.» Dijo el rey: «Ojalá que ese conoci-
miento hubieses mostrado antes de hoy; pues hoy poco es el
contento y satisfacción que me da.» Dijo Beled: «Tres cosas
deben conocerse antes de que llegue su tiempo : el hombre gue-
rrero y de poder contra sus enemigos, antes de que por esto se
tenga necesidad de él; el que pleitea por una cosa preciosa [si
pleitea con un] hombre envanecido de su seso y que no tiene
juicio, pues conviene que se adelante en buscar un juez justo en
su decisión, comedido, sabio, que no juzgue por apasionamiento
ni acepte soborno para sentenciar entre él y su adversario, y el
hombre que ha invitado a una persona distinguida para que coma
con él, y se olvida de disponer que se le prepare la- comida y
todo lo que la sazona; que luego todo son prisas para prepararla
y guisarla, y pone entretanto a su familia en una apretura.» Dijo
el rey: «Ni conoces lo justo ni lo injusto, ¡oh Beled!» Dijo Beled :
«Cuatro [son los que] no piensan en lo justo ni en lo injusto: el
(*) J« qiie vuela de noche y se
DEL REY CEDERANO 385
Dixo el rrey: «Non se de ve omne bolver contigo,
Belet> (i). Dixo Belet: «Quatro son los que non se
buelven unos con otros: el santo conel de mala vida,
et la luz conla tiniebla, e el día conla noche, e el bien
conel mal.» Dixo el rrey: < Mucho has afirmado mala
voluntad en mi alma contra ti, porque mataste a Hel-
bet.» Dixo Belet: «Quatro son los que tienen mala
voluntad afirmada: el lobo e el cordero, et el gato e
el mur, e el agor e la paloma, e los cuervos e los (2)
•buhos> (3). Dixo el rrey: «Si alguno me mostrare a
enfermo de grave enfermedad, el que teme por su señor, el
que tiene que recompensar a su enemigo y el [hombre] vejado y
animoso, desdeñado, que no teme a quien es más grande que
él.> Dijo el rey: «Ciertamente que has perdido el bien, ¡oh
Beled!» Dijo Beled: «Cuatro son los que pierden el bien: el que
contamina su cuerpo obrando mal y pecando, el villano envane-
cido de sí mismo, el que se ha habituado al robo y el que es
pronto en ensañarse y tardo en contentarse.» Dijo el rey: «No
conviene que me fíe de ti, Beled.» Dijo Beled: «Cuatro hay en
quien no se debe confiar: la serpiente enfurecida, la bestia fiera,
temida, los criminales culpables y el animal contra el que se ha
decretado la muerte.» Dijo el rey: «En verdad que no conviene
que los hombres graves rían ni jueguen.» Dijo Beled: «Cuatro
son aquellos a quienes no conviene reír ni jugar: el rey que es
gran sultán, el religioso dedicado al servicio divino, el hombre
sabio de baja condición y el hombre de mal carácter y de natura!
avaricioso.»
(i) C. «Non me conviene mezclarme contigo, Beled, después
que mataste a Helbed.» Dixo
(2) Dixo el rrey... buhos.» — Esta cláusula está dislocada.
Hállase en C. una página después, o sea en la 198, línea 18 y si-
guientes. (Véase la nota 4 de la página siguiente.)
(3) C. mal.» Dijo el rey: «No conviene que nadie fíe en ti
jamás, Beled.» Dijo Beled: «Cuatro hay en quien no se debe
fiar: el ladrón, el mentiroso, el hipócrita y el que odia y tiene
TOMO r. 25
386 CALILA Y DIMNA
Helbed [viva], fazer lo ía rnco> (i). Dixo Belet :
«^inco son los que coBDigiAN la rriqueza e la pres-
gian más que así mesmos: el lidiador, que non ha
otro pensamiento nin otro alvedrío si non ganar e
rrobar (2); et el ladrón que forada las casas e tiene
los caminos, e le han de cortar la mano o de matarlo;
et el mercador que se mete sobre mar por buscar las
cosas temporales; et el que cría los árboles e cob-
digia toda vía que crescan por tal de aver ende
algo (3); et el álcali que rresgibe presente por que
judgue tuerto» (4).
Dixo el rrey: «Confondido me has la vida por lo
que feziste en Helbet.» Dixo Belet: «Los que son
autoridad.» Dijo el rey: «Cuando veo mis diez y seis mil mujeres,
sin estar entre ellas Helbed, es muy grande mi tristeza.» Dijo
Beled: «Cuatro son las mujeres por las cuales no debe uno
entristecerse : la torpe que se atreve con su marido; la casquiva-
na, de malas costumbres y ladrona, que se va con lo que se le
confía; la insensata que ni tiene fortuna ni nobleza, y la que dis-
puta con su marido y es de mal carácter y desobediente.» Dijo
el rey: «No he tenido pena como lasque tengo por causa de
Helbed y de su prudencia.» Dijo Beled: «Cinco son las mujeres
por las cuales debe uno apenarse: la de linaje noble y de excelsa
virtud; la inteligente, apacible, discreta, piadosa, hermosa, ale-
gre, distinguida, buena y obediente; la casta de dichoso agüero (?),
y la que obediente a su marido le da contento y' toda es ternura
para él.> Dixo
(i) C. [viva], tengo para él toda la riqueza que quiera.* Dixo
(2) C. mesmos : el que lidia por un salario, que no tiene otro
pensamiento en la guerra más que ganar salario; et
(3) C. buscar abundancia de riqueza; el carcelero cuyos de-
seos son de que aumente la gente de la cárcel, para obtener
[algo] de ellos; et
(4) C. tuerto.> Dixo el rrey... buhos.» (Véase la nota 2 de la
página 385.)
DEL REY CEDER ANO 387
tales como tú dizes son siete (i): el que non es conos-
gido por sabio e es sabio de guisa que aprendan del;
et el rrey que non faze bien a ninguno; et el que nie-
ga el bien et el servicio que le fazen; et el siervo que
ha el señor muy brozno e sin piedat; et la muger que
ama al fijo malo e falso, e gelo encubre; et el q7ie se ase-
gura enel orne traydor e falso e atrevido a fazer los
grandes pecados, e se fía enél; et el que se enoja aína
délos mandamientos de Dios e non teme a Dios nin
alos divinos» (2). Dixo el rrey: «Non sabré qué es
sueño con dolor de Helbed.» Dixo Belet: «Siete son
los que non duermen : el que ha grant aver e non ha
rrepostero, e al que han de matar eras de mañana,
et el que acusa al omne atuerto, et el que ha grant
enfermedat e non puede aver su melezina, et el omne
que tiene tuerto a su muger, et el omne que ama los
niños a mala parte, et el omne que pechó lo que des-
pregió deviéndolo> (3).
(i) siete: — A. seis:
(2) C. rrey: «Has echado a perder la hermosura de Helbed,
joh Beled!, cuando la mataste.> Dixo Beled: «Siete son los que
echan a perder sus obras : el docto religioso que no es conocido
por tal ni celebrado, pero se divulga [el 'rumor] de ello y se le
celebra; el rey que otorga favores a todo tramposo, grosero y
renegado, porque no debiera darlos; el señor grosero que no tie-
ne compasión y no cesa de maltratar a sus criados; la madre que
trata bien a su hijo malo y libertino, y encubre la maldad de él
y la oculta y no la desaprueba; el hombre que se confía del hom-
bre pérfido y astuto, por su excesiva confianza; el que se apre-
sura a reprochar a su amigo íntimo, y el que no teme a Alá ni a
la gente de religión ni a los buenos.» Dixo
(3) C. Beled: «Seis s. 1. q.n. duermen: el que piensa en la ^n-
gre que ha de derramar; el que tiene mucho dinero y no tiene
tesorero fiel; el que acusa con calumnia y mentira a los hombres
388 CALILA Y DIMNA
Dixo el rre}^: «Dapñaste la sapiengia de Helbet.»
Dixo Belet: «Cuatro son los que dapñan sus fechos:
el omne que faze los buenos fechos e dapña los conlos
malos, et el rrey que honrra al vasallo desleal e
malo, et el padre e la madre que presgian más al mal
fijo que al bueno, et el que dize su poridat al mestu-
rero que sabe que non gela terna» (i). Dixo el rrey:
por el deseo que tiene de bienes mundanos; el que debe mucho
dinero, sin tener él dinero; la mujer libertina, y el que ama a uno
y teme su separación.> Dijo el rey: «-"Qué, no tienes piedad:
Apiádate de mí, ¡oh Beled!» Dijo Beled : «Cinco no tienen piedad :
el rey rencoroso y desatinado en lo que dice; el que transporta
los cadáveres por salario; el ladrón que vigila de noche para
ocultarse de los hombres y robarlos; el cazador de hombres que
[no se abstiene] de su injusto proceder, y el audaz que ignora
qué es lo que puede alcanzar, y echa a perder su alma y el
alma de otro, en busca de lo que quiere.> Dijo el rey: «Ya de-
testo la ejecución de Helbed.» Dijo Beled: «Siete cosas son
detestables : la vejez, que destruye la juventud y la hermosura; el
dolor, que enflaquece el cuerpo y debilita la sangre; la cólera,
que corrompe el seso de los sabios y el juicio de los jueces; la
tristeza, que amengua el entendimiento y debilita el cuerpo; el
frío, que perjudica; el hambre y la sed, que extenúan a todos
los seres y los sumen en la desgracia, y la muerte, que destruye
a toda la humanidad.»
(i) C. «Dapñaste aHelbed y la mataste sin razón.» Dijo Beled :
<Ocho cosas son sin razón: el rey que no es justo, pues su go-
bierno es sin razón; los sabios que no obran según su sabiduría,
pues sus obras son sin razón; el avaro que quiere hacer ahorro
de sol y de luna, pues su ahorro es sin razón; los culpables que
cometen un crimen, pues su crimen es sin razón; el robo en las
tinieblas de la noche es sin razón; la mujer disputadora, pues su
lengua es sin razón; el recordar la justicia a los brahmanes, a los
cuales el recuerdo de la justicia es sin razón, y para los guardias
de caminos y para los cazadores, el sueño es sin razón.» Dijo
el rey : «Nada tengo que ver contigo, después de lo que has
DEL REY CEDERANO 389
«Cúnplete esto, Belet, ca en dubda rnehás dexado de
mi fazienda. Creo que lo fazes por me probar» (i).
Dixo Belet: «En nueve (2) cosas %^ pruevan (3) los
omnes solamente (4) : el atrevido, en lidiar; et el sabi-
dor, en obrar; e el "siervo, en fazer vida consu señor;
et el rrey, en su ira, qué fará e qué seso avrá; et el
mercador, en fazer conpañia con su conpañero; e los
amigos, en sofrir afán; e el que entiende, [en] las per-
secuciones, qué arte fará e cómmo estorgerá; et el
rreligioso, en temer a Dios e despreciar las cosas
mundanales; et el franco, en dar e en partir» (5).
hecho, Beled.» Dijo Beled: «Con ocho [personas] no conviene
tener trato : con el que pide consejo, si no tiene paciencia; con
aquel cuyo espíritu no tiene perseverancia en una cosa; con el
envanecido de sí mismo; con el mentiroso aferrado a su opinión;
con el que prefiere su riqueza a su propia vida; con el hombre
débil que emprende largas fatigas; con el que es reprobado por
su conducta, '^ con el que no cesa de contender con su amigo,
disputando con él.» Dixo
(i) Creo... probar.» — Frase de B. que falta en C, en J. y
en A., pero la exige el contexto y debía tenerla el original.
(2) nueve — A. ocho
(3) A. aprovechan
(4) C. Beled: «Solamente deben probarse los hombres en
diez cosas: el
(5) C. sabidor de guerra en la obra de la guerra; al siervo
pruébalo su señor [introduciéndole] en la sociedad, [para saber]
cómo amará a los hom.bres; el rey, en [su] ira, prueba su pacien-
cia, su entendimiento y su prudencia; el mercader, en sus rela-
ciones, prueba su sinceridad y su honradez en el tomar y en el
dar; los amigos se prueban en sufrir las molestias de los amigos;
el inteligente se prueba en la adversidad, que prueba su inteli-
gencia y su bondad; el religioso se prueba en el temor de Dios;
el generoso en la largueza, la compasión y la simpatía, y el pobre
se prueba con sus actos para evitar el crimen y buscar medios
390 CALILA Y DIMNA
Desí eneste lugar calló el rrey, et bien entendió
Belet que el rrey tenía grant pesar por Helbet. Et
dixo entresí: «Ya lo he muy bien entendido e le he
dado enxemplos por lo conortar de Helbed.» Etdixo:
«Veo que ha grant deseo della; por que devo traer
gela, pues tanto la ama e tan grant cobdigia ha de
ver la; demás que le he dicho muchas cosas e le he
estultado de mi palabra (i). Onde non ha enel mundo
para vivir lícitamente.» Dijo el rey: «¿Sigues hablando ante mí,
viendo la cólera que tengo, ¡oh Beled!?» Dijo Beled: «Siete son
los que no cesan de enfadarse: el rey pronto en irritarse, de
estrecho corazón y que no es circunspecto; el circunspecto que
procede con circunspección pero sin sabiduría; el sabio que no
quiere el bien; el que quiere el bien y no es sabio; el juez que
desea que se le soborne; el que se compadece de los hombres,
siendo avaro de lo que tiene, y el generoso que desea la recom-
pensa y el agradecimiento en esta vida.* Dijo el rey: «Ya me has
engañado y te has engañado a ti mismo, ¡oh Beled!> Dijo Beled:
«Ocho son los que se engañan a sí mismos y a otros: el que sabe
poco y se encarga de enseñar a muchos; el hombre importante
y de inteligencia que no tiene prudencia; el que busca lo que no
puede alcanzar ni le conviene que lo alcance; el depravado, per-
verso y de mala ralea, que cree no tener necesidad de pedir
consejo a los amigos sabios y buenos para con él; el que busca
engañar a los reyes y a los grandes, sin tener sentido ni sabidu-
ría; el que desea la ciencia para disputar con quien es más sabio
que él, y no acepta de éste lo que le enseña; el que sirve a los
reyes sin otorgarles su puro afecto y el amor de su corazón, y el
rey cuyo mayordomo y cuyo tesorero sean hipócritas, charlata-
nes, de malas costumbres y que no aceptan la buena enseñanza
que se les da.»
(i) C. calló Beled y entendió que el rr. t. g. p. por Helbed, y
■que tenía ardientes deseos de verla, y dijo: «Justo es que yo me
presente al rey con ésta, pues 1. 1. a. e. t. g, c. h. d. ver la; y ha so-
portado de mí, con su gran paciencia, [las] muchas cosas [que le
he dicho], y me he despachado a mi gusto hablándole, sin que
DEL REY CEDERANO 39I
rrey que le (i) semeje de quantos fueron e serán,
pues que la saña non le fizo que me matase (2),
seyendo yo tan rrafez e de tan pequeña guisa, mas
siempre fue cuerdo e sosegado e manso (3) e sesudo
e mesurado; et non dixo más que devía nin lo
MANDÓ, CA es manso e amador de salud e de (4) bien
a todos. E si le (5) acaesge alguna mala andangia de
parte délas estrellas, non pierde corazón nin se teme,
e tiénese por pagado délo que Dios le quiere dar en
parte» (6).
me haya castigado. Onde— J. Luego, pues, cuando Beled vio
que el rey se afligía mucho, calló, etc.
(i) C. rrey como tú ni que te semeje
(2) C. serán jamás, pues que la saña no te arrebató la pacien-
cia, seyendo
(3) manso — A. mando
(4) C. guisa para decir lo que he dicho; mas siempre fuiste
sosegado y manso y sesudo y mesurado y dulce protector para
desear salud y bien
(5) C. si te acaesge
(6) C. andangia, ya sea de las calamidades que proceden de
las estrellas, ya venga de parte de Dios algo desagradable y cala-
mitoso, en un trance apurado que te ponga en crítica situación,
no te inquietas por ello ni te impacientas, sino que consuelas tu
corazón y manifiestas con ello el consuelo y la resignación con lo
que te sucede. Ciertamente que a quien no sea de vuestro linaje
y [no] proceda en los asuntos de su reino con atención y no-
bleza, vos lo aniquiláis y lo degradáis y envilecéis. Y si es de los
que aparentan en su trato estar agradecidos y manifiestan cor-
tesía, y después emplean malas artes en la gestión de vuestros
asuntos, a ésos los alejáis y desterráis. Y después que habéis
hecho eso y privado de lo que poseían a quienes eran de los
vuestros, ellos experimentaron por tal pérdida grande aflicción
y tristeza; mas de nada les sirve, ni para cosa alguna les es útil
su aflicción e impaciencia; antes al contrario, su impaciencia les
aumenta la tristeza y la preocupación y su desgraciado fin.
392 CALILA Y DIMNA
Et díxole: «Señor: tú, por bondad de linage detí
mesmo et por onestas costunbres, eres señor déla
lealtad en sofrir meló (i) que me oíste dezir, por ser
yo de tan menor guisa (2); onde dó gragias a Dios
PRIMERA MENTE, DESÍ atí, señor, quc me non mandaste
matar. Et heme aquí donde esto entre tus manos. Et
lo que yo fiz non lo fiz por ál, si non por lealtad, et
amando e queriendo tu pro; et si fize en esto desobe-
diencia, rrazón has de me justiciar o déme perdo-
nar (3). Et sabe, señor, que Helbed es biva, e dexéla
de matar por miedo que te non arrepentieses de su
muerte e me fizieses dapño por ello> (4).
Et quando esto oyó el rrey que Elbet non era
muerta (5), ovo grant plazer, e dixo: <Maguer que fizo
muy gran cosa e fue mal rrazonado, bien sé que lo non
fizo por henemistad nin por me buscar daño, e fizólo
con buen zelo, et non deviera yo tornar cabe f a por ello,
mas deviéralo yo sofrir. Et lo que me fizo que te non
matase, non lo cabsó salvo que cuydava que la avies
muerta porque telo yo avia mandado, e tenía y o toda la
culpa] pero asme fecho gran servigio e yo te lo agrade-
geré bien. Et tú quesisteme provar et temiste de muerte^
si lo descubrieses, et non mandara Dios que yo asi lo
(i) C. eres señor de tu propia voluntad, y sufriste lo que
(2) C. guisa y poca importancia; onde
(3) C. justiciar y matar. (Véase la nota siguiente.)
{4) Et sabe... por ello». — Esta cláusula, que falta en C, debía
de hallarse en el original del cual se hizo la versión castellana^
por exigirlo el contexto, y además porque en J., donde se ha-
llan muy resumidos este párrafo y el anterior, se lee al final del
discurso de Beled: pues perdóname si quieres, o castígame como
te plazca, pues ciertamente Helbed es viva.>
(5) C. Elbet, madre de Genbrir, era viva, ovo
DEL REY CEDERANO 393
feziera, que tm has fecho grand servigio et soy tenuda
de telo galardonar; pues vete e tr démela-» (i).
Et Beled salió dende muy alegre, et mandó vestir a
Elbed muy rricos paños e afilarla bien, e tráxola (2) al
rrey. Et qtiando el rrey la vio fue muy alegre et
dixole: *Faz lo que quisieres, que nunca contra \tii\ vo-
luntad faré cosa.-» Dixo Elbed: t. Señor, sienpre ayas
salud e dures entu rreyno; et ^ qué fuera de mi sinonpor
las tus buenas costunbres e por la tti buena mesura en
arrepentirte del mal que avias fecho? Que bien mere fiera
ser desmenbrada por el mal que avía acometido, et con
la gran piada t me has perdonado de todo ello; et si non
que se fió Beled en tus buenas costunbres e en tu gran
(i) C. dixo a Beled: «Eñ verdad que me impidió el ensañar-
me contigo lo que sé de tu probidad y de la sinceridad de tu
plática, y [porque] confiaba, por el conocimiento que tengo de tu
clemencia, que no habrías matado a Helbed; pues aunque ella
cometió gran desaguisado y empleó conmigo un lenguaje duro,
no !o hizo por enemistad ni por procurarme daño, sino que lo
hizo por celos. Y hubiera sido mejor para mí el no hacer caso de
ello y haberlo aguantado y no haberme ensañado; porque yo
conozco que la culpa fué mía. Y si yo hubiese sabido cierto que
tú sabías que yo no te mandé lo que te mandé acerca de ella,
cuando ibas tentando al rey y dejándolo en duda (*), y temías
que te castigara si decías «No la maté»; y no mandara Dios que
fuera tal mi intención ni que yo tal hiciera contigo, sino que
justo es que te lo agradezca; pues vete y tráeme a Helbed y vuél-
vela a mi presencia.» — A. et mandó la luego traer ante sí et de-
mandó le perdón, et fizo merged a Belet por que non la mató.
(2) C. salió de la presencia del rey y mandó a Helbed que
se afeitara y vistiera sus vestidos. Y ella lo hizo así, y en seguida
se fué él con ella al
(*) Esta frase no se entiende bien, como ya advierte el editor, y falta
en las demás versiones.
394 CALILA Y DIMNA
piada t y conpliera tu mandamiento.^ Et ESTONgs (i)
dixo el rrey a Beled: « Tii me as fecho tanto servigio
porque te yo tengo sienpre de alabar, porque me diste
la vida en non matar a Elbed, et nunca soy tanto pa-
gado detí como oy día, et sey apoderado en mió rreyno
etfaz del lo que qídsieres.» Dixo Beled: '¡.Señor, non he
menester délo tuyo cosa, salvo que tu merged quiera ser
vagaroso quando se ensañare, et que pienses la cosa antes
que la mandes esecutar.-» Dixo el rrey: <Rregibo tu con-
sejo; pues toma aquellos paños de Jorfa et dalos a
Elbed; que yo quiero que ella sea poderosa sobre todas
las mugeres demi rreyno, et quanto ella mandare demi
rreyno, que sea fecho, et que tú tengas el sello derdi
rreyno.-» Et luego mandó matar alos Mermidones por
la maldat que le mandavan fazer, porque perdiese asu
rreyno e asi mismo, et sienpre loó mucho a Beled por
lo que feziera e por el gran seso que tovieray> (2).
(i) C. Elbed: «Que Dios haga perdurar vuesto reino con Be-
led. ¿Y cómo — si no hubiera sido por vuestra clemencia y por la
amplitud de vuestra piedad — os hubierais arrepentido de lo que
habíais decidido de mí, en la forma en que os habéis arrepentido?
Pues ciertamente, si no os hubieseis acordado de mí hasta el fin
de la eternidad, merecía yo muy bien, por lo que hice, el castigo
por el cual el rey mandó que me mataran. Y a vuestra clemen-
cia se os asoció Beled en abstenerse de matarme; que si no
hubiera sido por la confianza de Beled en la amplitud de vuestra
clemencia, además de su bondad, ciertamente que cumpliera el
mandato y me matara. > Dixo
(2) C. servigio que es necesario que te lo agradezca, y que no
verá ningún rey de ministro suyo; no se me hará jamás mayor
servicio que el que tú [me has hecho]; no mataste a Helbed,pero
la resucitaste después que la maté yo. Yo, pues me la diste hoy
y me la devolviste, pues no he estado nunca más contento de ti
de lo que lo estoy hoy.> Dijo Beled: «Yo soy vuestro ministro, y
DEL REY CEDERANO 395
lo que deseo es que desde hoy en adelante no os apresuréis
jamás en asunto importante que traiga arrepentimiento, y cuyo
resultado sea la tristeza y la pesadumbre, como habéis visto; y es-
pecialmente en asunto de ésta, que no se hallará en el mundo otra
semejante a ella.» Dijo el rey : «Bien has hablado, ¡oh Beled!, y yo
seguiré tu consejo en todo lo que me mandares; y ¿cómo [no
seguirle] en asunto tan importante como éste que me ha ocurri-
do, después del cual no haré cosa pequeña ni grande sino des-
pués de tomar consejo y haber reflexionado y meditado?» En
seguida el rey hizo dar estos vestidos a Helbed, y entró el rey en
el aposento de sus mujeres después de esto, alegre y contento.
En seguida deliberaron después de esto él y Beled acerca de la
muerte de aquellos que querían la ruina de la corte del rey y de
su familia, y fueron muertos y despojados y expulsados de su
tien-a. Y quedaron alegres el rey y los grandes de su reino; y
glorificó y ensalzó a Alá, y quedó agradecido a Caymeron, por la
excelencia de su entendimiento y amplitud de su clemencia;
porque por su entendimiento tuvo lugar la salvación del rey y de
su esposa y de sus hijos y de sus visires íntegros, los cuales le
eran muy estimados por su bondad. Y este es el capítulo de la
paciencia, de la prudencia y del saber. >
[CAPÍTULO XII]
[A., falta. — B., fols. 98 V. y 99. — C, págs. 339 a 342.
J., págs. 3133317.]
Del arquero e déla leona e del axara,
Dixo el rrey al filósofo : « Ya oi este enxenplo; dame
enxenplo del que se dexa [de] fazer mal por lo que ha
pasado e sentido, e por el castigo que rregibió ensi por
non fazer mal aninguno* (i). Dixo el filósofo al rrey:
< Señor y non se entremete (2) de fazer daño alas gen-
tes {f) sinon los omes negios e los torpes, porque (4) non
piensan enlas gimas délas cosas, et acaégeles por ende
atanto de mal que se non puede dezir (5); et si alguno
(i) C. « Ya oí lo que me has contado acerca del juicio de Dios y
de la ventura, y de la decisiva influencia de ellos en las cosas (*).
Pues cuéntame (**) del que deja de hacer mal a otro por el mal
que él ha sufrido y por el castigo y reprensión que con ello re-
cibe para abstenerse de cometer pecado y perjudicar a otro.>
Dixo
(2) entremete — J. ^Js-S, mejor que C. jv>¿'.
(3) C. y J. gentes y de ofenderlas sinon
(4) C. y J. torpes y los que non
(5) C. y J. cosas de este mundo y del otro, y los de poco seso;
por lo que les acaece algún suceso desagradable que les aflige,
(*) En C. se halla este capítulo a continuación del que en nuestra
versión es el XVI.
(**) J. *Ya oi este ejemplo. Pues fórjame un cuento acerca del
DEL ARQUERO E DE LA LEONA E DEL AXARA 39/
dellos estiierge por muerte que le acaesca ante que le
venga el inal{\)^ va ala pena del otro mundos et el negio
non se castiga si non conel daño que rr esgibe ensi, et con
esto se rrefrena de mal fazer aninguno; et esto semeja
alenxenplo [del arquero e] (2) déla leona e del anxara,>
Dixo el rrey : <^Cómofue eso?*
Dixo (3) el filósofo : <íDizen que una leona bevta en
un soto rribera del mar, et criava dos leongillos, et en
saliendo un día abuscar que comiesen, dexó sus fijos
enel soto (4), et pasó por ai un ballestero et violos et
armó su ballesta et matólos e desollólos, e echó sus pieles
acuestas, e fuese (5) para su posada. Et quando la leona
tornó e vio sus fijos desollados, pesóle de muerte (6), e
ovo tamaño dolor que se echó en tierra e contengo a dar
grandes bozes. Et tenia gerca desí un su vezino que le
por efecto de aquello a que se han hecho acreedores, tanto que
no puede comprenderlo la palabra (*); et
(i) C. venga el daño por el mal que hizo, va
(2) C. inundo, que no se puede expresar ni describir por la
gravedad y grandeza de su terror. Y tal vez escarmienta el necio
y reflexiona por el daño que le infiere otro, y se abstiene de da-
ñar a otro en cosa semejante, y le es beneficioso, al fin, aquello
de lo que se abstuvo; y semejante a este suceso es el suceso
del arquero y déla
(3) C. Dixo Bidpa el — J. como A.
(4) C. leongillos, y salía ella a buscar caza y se los deja-
ba (**), et
(5) C. y J. fuese con ellas para
(6) C. Et cuando ella tornó y vio lo que a los dos había acon-
tecido— hecho afrentoso, terrible, doloroso al corazón — , llora-
ron sus ojos y fué grande su pena y su cólera, e
(*) la palabra, JaJÜ\; pero J. <^ySLSÓ\^ plural de ^Lii^, razóu,
inteligencia.
(**) J« dejaba en el soto, et
398 CALILA Y DIMNA
dezian anxahary e oyóle dar bozes e alaridos, e salió a
ELLA e dixole: *^Por qué lloras o qué te acaefió?^^ (i).
Dixo la leona : ^Pasó por aquí un arquero ei vio
míos fijos, e matólos, e dexómelos desollados e muertos
e levó los cueros consigo^ (2). Dixo el anxahar : *Non
te quexes nin ayas tamaño dolor, et faz derecho deti
mesnza [e sabe] que qtianto el arquero fizo en tus fijos,
fecho as tú otro tal alos otros, que han pesar dello sus
madres e sus amigos, bien asi como tú as délos tuyos,
que dizen enel proverbio : <^ Qtml fezieres tal avrds-»; et
cada uno ha de aver desu fruto, quier de pena, quier
de galardóni^ (3), Dixo la leona: <. Depárteme eso que has
dichoT^ (4). Dixo el anxahar (5) : ^íTú de qtié te man-
tienes o (6) de qué bivesh-> Dixo la leona: «-Conla carne
(i) C. a7ixahar, y cuando oyó las voces de ella y alaridos, dí-
jole : «¿Qué es lo que te ha sucedido, que te ha causado tanta
pena? Ven aquí y cuéntamelo, para que me asocie a tu dolor o te
consuele. >
(2) C. y J. leona : «¡IVIis leoncillos! Pasó cerca de ellos un ar-
quero y matólos, y tomó la piel de ellos y se cargó las dos a la es-
palda y dejómelos desollados.» Dixo
(3) C. otros; y que no te ha causado disgusto y tristeza, por
lo de tus leoncillos, que tú no hayas causado [a otro] en los seres
queridos por él, y aun quizá más; pues aguanta de otro lo que
otro ha tenido que aguantar de ti; pues ya se ha dicho: «Cual h¡-
»cieres tal habrás»; y el fruto de los actos es el castigo y la re-
compensa; y éstos están en proporción con la mayor o menor
importancia de la obra; así como el que siembra, que cuando se
presentan los segadores da a cada uno según la abundancia de
la cosecha.» Dixo
(4) C. dicho y explícamelo.» Dixo
(5) C. anxahar : «¿Cuántos años tienes?» Dijo la leona: «Cien
años.» Y dijo : ^^Tú
(6) ^-C.y
DEL ARQUERO E DE LA, LEONA E DEL AXARA 399
de la\s\ bestias salvajes.^ Dixo el anxahar: *. ^Semejante
que esas bestias que tú mata vas e comías avian alguna
de lias padres o madres?-» (i). «^S/», dixo ella. [Dixo el
anxahar] : «.Pues ^por qué non oia{s) \yo\ dar tamajias
bozes e tamaños gritos (2) a aquellos padres e a aquellas
madres como fago ati> Et sepas que non te acaegió esto
salvo porque pensaste mal enlas gimas délas cosas, et
fuyste negligente e desacordada^^ (3). Etquando la leona
oyó lo que le dezia el anxahar, sopo que le dezía ver-
DAT, ET aquello qzie le avia acaegido non era salvo en
pena délo que ella fiziera (4); et dexó el venar et quitóse
de comer carne, e comió fruta e fizo vida de rreligioso.
Et qiiando esto vio el anxahar et falló que la leona avia
fecho gran estragamiento enla fruta del monte fuese
para ella e dixole: «.Creo que los drvoles otro año [non] .
levarán fruta por tu cabsa, porque s yendo comedora de
carne comes fmta; et si así ha de pasar (5), ¡gtmy délas
(i) J. anxahar: «<Te parece que esas, etc. — C. anxahar:
«^Acaso no tenían esas bestias padres y madres?» <.Sí>^
(2) C. gritos y lamentos a
(3) C. y J. cosas, y por tu poca reflexión acerca de ellas y por
la ignorancia en que estás de que ha de recaer sobre ti el daño
que les hayas hecho.» Et
(4) C. guando la leona oyó (*), supo que ella misma era la que
se había ganado aquello y se lo había acarreado, y que ella era
la extraviada y la demente; y que cuando uno hace [daño] a otro,
la justicia y la equidad se vengan y hacen recaer el daño sobre
él; et
(5) C. y J. rreligioso y de devoción. Entonces el anxahar, cuyo
alimento eran los frutos, vio lo mucho que ella comía de ellos y
le dijo : «Yo creía, por la carestía de fruta y por la falta que de
ella observo, que los árboles no habían llevado fruta este año;
(*) J« oyó lo que le decía el aaxahar, supo
400 CALILA Y DIMNA
frutas e délos árboles e délas bestias salvajes que las
contení, que p'iado peregerán. » Et quando la leona oyó
lo que dezia el anxahar (i), dexóse de comer fruta et
metióse a comer yerva e a fazer vida de rreligioso, Et
yo, SEÑOR, Dixo EL FILÓSOFO, non te di este enxenplo,
salvo porque sepas (2) que el negio non se dexa de fazer
mal fasta que le acaege algún daño, et así siente que
TAMAÑO DAÑO FIZO A OTRO, así como la Uona que nun-
ca se dexó de fazer nin de matar alas bestias salvajes
fasta que le dio Dios mal quebranto ensus fijos, e con
aquello fizo después vida de rreligiosa* (3).
mas cuando veo que tú la comes, siendo comedora de carne, y
que te abstienes de tus medios de subsistencia y de lo que te
asignó Dios, y te vienes [a comer] el alimento de los otros, y lo
disminuyes y entras a la parte en él, aunque creo que los árboles
han fructificado como fructificaban en lo pasado, solamente su-
cede esto (*) por tu causa; et ¡guay
(i) C. peregerán y se aniquilarán si viene a participar con
ellos de esto quien no tiene derecho a ello, ni tiene razón (sic).
Y (**) dexóse
(2) salvo porque sepas — Falta en C, pero está en J.
(3) C. negio deja tal vez de hacer daño a otro por el daño que
él recibe, como la leona que se dejó de comer la carne de las
bestias por lo que le ocurrió con sus leoncillos; y por la exhorta-
ción del anxahar, comió hierba y se dedicó a la religión y a la
piedad.» En seguida dijo el filósofo al rey : «Pues razón es que
los hombres consideren bien esto y acepten lo que les corres-
ponda en suerte; pues se ha dicho : «Lo que no quieras para ti
>no lo hagas a otro»; pues en esto consiste la justicia, y en la jus-
ticia está el contento de Dios y de los hombres.»
(*) J. solamente habrá carestía de fruta por
(**) J. Y cuando oyó la leona lo que le decía la paloma torear, de-
xóse
[CAPITULO XIII]
[A., falta.— B., fol. 99 y. — C, págs. 24.3 y 244. —J., págs. 340 a j<j.]
Et aquí comienga el capitulo XIII, del rreligioso
e de su huésped (i).
Dixo el rrey al filósofo : « Ya oí este enxenplo; pues
dame enxenplo (2) del que de xa defazer lo que le [con-
viene e le] está bien, e faze di, e non lo sabe nin lo
puede aprender, e desi torna alo que suele fazer e non
lo puede cobrar, et finca turbado-» (3). Dixo el filósofo:
<^ Señor, dizen que en una tierra avia un rreligioso (4),
e demandóle un orne posada (5) ^ diógela, e mandóle
traer dátiles e manteca, que son cosas extrañas
PARA EN AQUELLA TIERRA (6), ct comicron amos en
uno, et en comiendo (7) dixo el huésped al rreligioso :
(i) C. y J. El religioso y el huésped.
(2) C. < Ya oí lo que me has contado del que hace daño a otro
ly deja de hacerlo] por el daño que él ha sufrido o por la des-
gracia que le ha afligido; pues cuéntame si sabes del — J. como A.
(3) C. y J. turbado y confuso.» Dixo
(4) C. y J. rreligioso muy celoso, e
(5) C. y J. posada cierto día e
(6) C. y J. dátiles (*) para obsequiarle con ellos, et
(7) C. y J. uno, et en seguida dixo
(•) dátiles — C.j^, por *-^ .
TOMO I. 26
402 CALILA Y DIMNA
*; Qué tan dulces e tan sabrosos son estos dátiles] Man-
dase Dios que enla tierra donde yo soy nagiese tal fru-
ta, como quier que ay otras hienas frutas que cunplen
asaz, con que se pueden escusar los dátiles^ (i). Dixo
el rreligioso : <Non es buena andan f a del que ha me-
nester lo que non puede aver, e procura por ello, et tú
bien andante eres, pues te tienes por pagado dello, > Et
este rreligioso fablava ebrayco, et pagóse el huésped de
aquel lenguaje, e estudo en esto algunos días por lo
aprender (2). Dixo el rreligioso : « Con gran derecho
deves tú caer enlo que cayó el cuervo, por que quieres
aprender ebrayco > (3). Dixo el huésped: *^E cójno fue
eso?* Dixo el rreligioso : o^Dizen que un cuervo vio (4)
(i) J. estos dátiles, y no los hay en la tierra donde vivo, y ojalá
los hubiese.» — C. dátiles, y no hay en la tierra en que yo viva
palmeras; pero que si no las hay, en cambio hay en ella frutos
que son suficientes a contentar a uno, aunque no aventajen a los
dátiles ni sean semejantes a ellos en dulzura; pero compensan y
bastan a satisfacer las necesidades; y más [si se tiene en cuenta]
lo indigestos que son los dátiles y lo poco que convienen al cuer-
po.» Dixo
(2) C. av¿r y no es para prescindir de ello, sino que lo desea
su corazón, y su paciencia es poca para abstenerse de ello, y llega
esto a serle molesto, a la vez que la tristeza que le perjudica y
lo apena. Pero tú gran suerte y mejor dicha tienes, porque te
contentas con lo que posees para vivir, y no deseas lo que no-
puedes alcanzar ni obtener.» Y dijo el huésped : «Hablas muy a
propósito y con acierto; pero te he oído unas palabras extrañas
que me causan admiración y las tengo por muy hermosas; y si me
las enseñaras, pues yo tengo muchos deseos de aprenderlas. >
Dixo
(3) C. caer, si dejas tu lengua y te fatigas en aprender la len-
gua hebraica, en lo mismo que sucedió al cuervo.» Dixo
(4) C. vio una vez andar — J. como A.
DEL RELIGIOSO E DE SU HUÉSPED 4O3
andar una perdiz, e pagóse mucho desu andamiento, ei
ovo esperan f a délo aprender, e non pudo {i)\ e quandü
SE FUE, QUE NON PUDO APRENDER, quiso tomar asu an-
dar que era de primero e non pudo, que sele avia olvi-
dado. Et asi con gran derecho te podrá acaeger otro tal
por querer aprender lo que non es para ti; que dizen
que loco es el que se entremete defazer lo qtie non le está
bien, e mudarse déla medida a otra que non le está bien;
que alas vezes acaege mucho mal alos ornes en mudarse
déla medida alta ala baxa et asi se derraman sus cosas
et sus estados* (2).
(i) C y ]. aprende?- y se ejercitó en ello y no pudo hacerlo
bien; e
(2) C. olvidado, Y quedó turbado y confuso : no acertaba con
el que buscaba, ni ejecutaba bien el que había sido propio suyo.
Y solamente te he dado este ejemplo para que sepas que merece-
dor eres, si dejas tu lengua y te fatigas en aprender la lengua
hebraica, que no te conviene, de no aprender ésta y de olvidar
la tuya, pues ya se ha dicho : «Es tenido por necio quien descü
>las cosas que no le convienen ni son propias de su famiUa, ni tu-
> vieron sus padres ni sus abuelos antes que él, ni las conocieron.»
Dijo el filósofo al rey : «Los gobernantes, por el poco cuidado
que tienen respecto de sus subditos, en estas materias y cosas
parecidas, proceden mal en su gobierno al trasladar a los hom-
bres de un orden social a otro, con lo que la gente abandona
aquello que constituye su propia ocupación y viene a ser su ma-
nera de vivir en aquel orden social, con daño de los reyes; y
[nace de ahí] el deseo de la gente baja de adquirir dignidad de
orden superior, y el que todo el mundo quiera meterse en los
asuntos del Estado, y la corrupción del orden social y la lucha
de los villanos contra los nobles. Y puestas las cosas así, conti-
núa el mismo desorden hasta que llega el peligro supremo de
que se forme un partido contrario al rey en su mismo reino.»
[CAPÍTULO XIV]
[A., fols. 79 a 82. — B., fols. 100 a 105. — C, págs. 317 a 337.
J., págs. 298 a 312.]
Et aqui comienga el capitulo XIV y del león
e del anxahar [e del) rreligioso.
Dixo el rrey : « Ya entendido he este enxenplo; pues
dame enxenplo délos rreyes, cómo fazen asus privados
torna}' asu dinidat, aviéndolos castigado e mal tratado
o despregiado (i), por algún pecado que aya fecho o
por algún tuerto que aya fecho de castigar» (2). Dixo
el philósopho;. <.Si el rrey non tornase aquellos que
DESECHÓ E meregieron alguna (3) pena por algún pecado
que fezieron o por algún tuerto de que fueron acusados
o MEZCLADOS, grant daño vernía por ende a sus cosas
e asus ofigios; mas deve el rrey pensar enla fazienda de
(i) C. rrey al filósofo: *Ya ha sido entendido el ejemplo de
los enemigos que se guardan uno de otro; pues fórjame, si quie-
res, un (*) ejemplo de los reyes, acerca de lo que [sucede] entre
ellos y entré sus privados, y acerca del retorno [a su dignidad]
del que retorna de ellos después del castigo o mal trato que
tenga por
(2) A. agora esto. Dame enxenplo de cómmo se mejora la
fazienda del rrey.»
(3) C. aquellos que obtuvieron algún mal tratamiento o pena
(*) J. «Ya oí este ejemplo; pues dame ejemplo
DEL LEÓN E DEL AXXAHAR E DEL RELIGIOSO 4O5
aquel a que acaege lo semejante; et si fuere tal que deva
ser tornado asu medida por su serví fio o por ayuda que
entienda aver del, o por consejo o por {i) fialdat, dcve
de aver mayor rrazón de tornarlo aaquel estado, e
PERDONARLE E DEXARLE A VIDA; que el rrey non puede
cosa fazer sin síts vasallos e sin sus privados, et ellos
non pueden fazer cosa sin ser enel amor del rrey, Et
los privados an de ser honestos e leales e de buenas ma-
ñas e de buen consejo (2); ca las obras délos rreyes son
muchas et han menester muchos (3) omnes. Et la
carrera por que se enderesgan la carrera e los fechos
del rrey son conosger él aquellos (4) de quien se
quiere ayudar, e de qué acuerdo es cada uno dellos
e qué ayuda avrá del (5). Et después que esto sopiere
de gierto, meta en cada un fecho e en cada un ofigio
aquel que entendiere que lo fará mejor, et así será
seguro de non rresgebir pesar en aquel fecho. Desí
(i) C. se?nejante, y probar su solicitud y la utilidad que de él
pueda tener; y si fuere tal que puede esperar ayuda de él y con-
fiar en él por su consejo o su.Jialdat,
(2) A. «Señor, el rrey non puede fazer ninguna cosa que
bien le esté, sin aver conseio con sus privados e con sus leales
vasallos. E ellos non le pueden dar buen consejo si non guar-
dando el amor, e seyendo leales e castos e de buen consejo. —
C. sus privados; y no puede sacar ningún provecho de los priva-
dos ni de los vasallos, sino por el amor y la lealtad; y no [valen
nada] la lealtad y el amor si no se tiene seso y honestidad; ca
(3) ca las obras... omnes. — Así en J., conforme al cual debe
enmendarse el texto de C.
(4) C. omnes; y quienes de entre ellos reúnan la lealtad y con-
sejo que hemos dicho, son pocos, Y solamente el tener a mano
la mairera con que se han de enderezar los asuntos [consiste en]
que sea el rey conocedor del amor de
(5) C. dé), y los defectos que tenga. Et
406 CALILA Y DIMNA
deve gualardonar al que bien fiziere de sus privados,
por el bien que fizo, et castigar et rregistir al que mal
fiziere; que si menospreciare al bueno e gualardonare
al malo (i), confonder sea toda su fazienda e confon-
der sea su fecho. Et esto semeja ala fazienda del león
e del lobo cerval.» Et dixo el rrey: «¿Cómmo fue
eso?»
Et dixo el filósofo: «Dizen que en tierra de In-
dia (2) avía un lobo ^erval, et fazía vida de rreligioso
e de casto. Ex en biviendo conlos otros lobos ger-
vales e conlas gulpejas (3) non fazía lo que ellos
fazían, nin rrobava así commo ellos rrobavan, nin ver-
tía sangre, nin comía carne. Et los otros vestiblos
contendieron conél e dixéronle: «Non nos pagamos
(i) C. de gierto por su propio conocimiento, o por conoci-
miento de otro en quien tiene confianza, y haya hecho aquello
con lo que se enderezan [sus asuntos], designe para cada empleo
a quien sepa que tenga la lealtad y el valor y el seso que sea me-
nester para ello, aunque fése a quien designe] tenga algunos
defectos que no menoscaben el cargo; y guárdese [el rey] de
honrar con un empleo para el cual no es necesaiio valor, a uno
que lo tenga, si no se asegura antes de sus defectos y de las con-
secuencias que pudieran serle desagradables. Luego de esto, el
rey no debe dejar de dar instrucciones a sus gobernadores, y
Tigilar después atentamente su gestión, para que no se le oculte
jamás la gestión recta del bueno ni la torcida del malo. Después
de esto, están ellos [los reyes] obligados a no dejar sin premio a
ningún gobernador bueno, y a no mantener al malo ni al inepto
en su ineptitud y maldad; pues si hacen esto menosprecian al
bueno y envalentonan al malo, y confonder
(2) en tierra de India — Así según el manuscrito B. de Chei-
kho. — C. en una tierra así y así avía
(3) C. gulpejas y con los lobos (*), y non
(•) con los lobos, — Falta en J., como en A.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR E DEL RELIGIOSO 407
de tu vida que mantienes, nin tu vegninidat (i) non
te tiene pro; ca seyendo uno de nos, non te podrás
canbiar délo que eres, en non comer carrne nin ver-
ter sangre» (2). Dixo el lobo gerval: «En fazer yo
conbusco vida, non fago pecado si yo non pecare en
mí mesmo; ca los pecados délos coragones son [et de
las obras], et non por los lugares nin por las compa-
ñas. Ca si ASÍ FUESE QUE el que mora enel lugar santo
fiziese buenas obras e (3) el que mora enel mal lugar
fiziese malas obras, seguir se ía(n) que los que se
llegasen alos monesterios non pecarían, et los que
se llegasen o morasen enlos viles lugares pecarían.
Et (4) yo non fago vida convusco si non conel cuerpo,
mas mis obras e mi corazón non son conbusco» (5).
Así que el lobo gerval perseveró en aquel estado,
et fue conosgido por rreligioso (6), tanto que fue
fecho saber a un león, que era-rrey de los vestiblos
de aquella partida. Et ovo sabor del por la casti-
dad (7) e lealtad que oyera del, et enbió por él^ e
(i) C. vida, ni de la decisión en que te mantienes de dedicarte
a Dios; pues el dedicarte a Dios non
(2) C. ca tú no podrás dejar de ser uno de nosotros, y estar
con nosotros y hacer lo que nosotros. Y no hay cosa que te pue-
da contener para abstenerte de la sangre y dejar la carne.» Díxo
(3) e — A. o
(4) C. ía que quien matara a un religioso en el templo no
pecaría; y quien le salvase la vida en el campo de batalla peca-
ría. Y ya veis que (*) yo
(5) C. y J. son conbusco, porque yo conozco el fruto de las
obras. >
(6) C. rreligioso y notado por su sabiduría, tanto
Í7) C. castidad y sinceridad e
(•) J. pecaría. Y yo, como A.
408 CALILA Y DIMNA
VENÓSE PARA ÉL, c fabló conél, [e examinóle]. Et
dende a días mandó lo llamar, et díxole: «Mi rreyno
es grande e mis fechos muchos, e he menester vasa-
llos. Et fizieron me entender de ti lo que yo quiero,
e provélo e vi que era verdat et por esto (i) he ma-
yor sabor detí, et quiero te poner sobre mis oficios (2),
e quiero te honrrar, e descargar [entí] algunos fechos
de mi,-> Dixo el lobo gerval: «Los rreyes deven pro-
var (3) los vasallos para en aquellas cosas e ofigios en
que los quieren meter, et non deven meter a ninguno
a su pesar enlo que non es para él; ca el omne for-
gado non puede bien fazer la obra. Et yo aborresco
ofigio de rrey que non lo he usado nin provado, nin
sé traer mi fazienda con rrey. Et tú eres rrey, e has
(menester) de mi linaje, (e tienes los) e de otros mu-
chos (4) que son sabidores e valientes e femengiosos
e arteros, et tales que si tú quisieres que ellos te sirven
avrás escusado amí» (5).
Et dixo el león: «Dexa esto estar (6), ca non te
quiero escusar de ofigio.» Dixo el lobo gerval: «Non
pueden fazer vida con rrey si non dos, e yo non só
(i) C. de ti la sabiduría y la castidad; luego viniste ante mí y
he — J. de ti la castidad y urbanidad y sabiduría y religiosidad; y
ya te he probado y encuentro que eres así y he
(2) C. quiero ensalzar tu dignidad sobre la más elevada dig-
nidad, e
(3) provar — C. y J. xLJCjÍ.\, elegir; pero es errata, por
vL^JC¿»\, probar.
(4) C. y J. iTcy de bestias, y tienes de los linajes de las bes-
tias número grande, y entre ellos los hay que
(5) C. y J. arteros, y si te sirves de ellos te satisfarán y es-
tarán contentos con lo que obtengan.>
(6) C. «Dexa te de eso que dices, ca — J. como A.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR E DEL RELIGIOSO 4O9
tal commo (i) ninguno dellos; o que sea falso o fala-
gador, que aya por su falsedat (2) lo que le faze me-
nester, et que estuer^a bien con su falagar, o muy
menospreciado negligente, tal que non le aya ningu-
no enbidia. Mas quien quiere servir al (3) rrey sana
mente e verdadera mente sin falago, pocas vezes
acontesge que sele ponga en bien su fazienda (4); ca
se le ayuntará la enemistad délos enemigos del rrey et la
HENEMiSTAD desus amigos (5). Ca el que fuere amigo
querrá más valer que él, e acusar lo ha e mezclar
lohá; et por ende el que fuere enemigo del rrey
desamar lohá por la lealtad que verá fazer a su señor
e por el buen servigio. Et ayuntando sele estas dos
[cosas] está a peligro de muerte.» Dixo el león: «Non
ayas cuydado (6) que por acusarte los mis vasallos te
faga yo ál salvo toda honrra e bien, más que tú non
piensas (7); e yo te anpararé dello por mésela que
sea> (8).
(i) Faltan en el texto de C, después de o^i^j» ^as palabras
L».^,^ jo».\^ C-^-**J, y sobra LoJfc J^:^\, para que el texto
tenga sentido y esté conforme con J. y con la versión castellana,
(2) por su falsedat — Falta en C, pero está en J.
(3) C. quiere la compañía del rrey — J. como A.
(4) C. verdadera mente y decentemente, sin mezclar con esto
la adulación, rara vez su compañía lo dejó incólume; ca —
J. como A.
(5)
A. avrá desamor délos amigos e délos enemigos del
rrey.
(6)
A. creas
(7)
A. quieras;
(8)
C. Dixo el rey (*): «No te preocupe (**) la enemistad de
(*) J« y Sacy, el león, como A.
(**) «No te preocupe — Así en el manuscrito C. de Cheikho, mejor
que todos los demás textos árabes.
4IO CAULA Y DIMNA
Dixo el lobo gerval: «Si me tu quisieres [fazer bien
et] honrrar, déxame (i)*enestos cdiW^o^ fazer vida
seguro, QUE me non aya enbidia ninguno, sin cuy-
dado, e pagado de fazer vida délas yervas e del agua;
ca [yo sé que] el que sirve al rrey rres^ibe en una
ora de dapño e de miedo, más que non rresgebirá
otro en toda su vida (2); et sé que el que bive poco
e seguro, él vale más que el que bive mucho e con
miedo e en lazeria.» Dixo el león: «Ya oí lo que
dizes. Non temas cosa ninguna de todo esto (3), ca
non puedo estar déme non ayudar detí.» Dixo el lobo
i^erval: «Pues así es, derecho es déte OBEDEsgER, e
PELIGRO ENTE DESOBEDEsgER. Pucs faz me pleito quc
si alguno de tus (4) vasallos me mesclara que [sea]
délos que valan más que yo (5), por la dignidad que
o vieren, [o] menos que yo, que pienses (6) en mi fa-
zienda et que te non acuytes délo que te dixeren
demí fasta que bien lo sepas antes, et que lo pes-
quises bien; desí faz demí lo que por bien tovieres.
mis amigos ni la envidia en todo eso que presiente tu corazón;
pues yo te defenderé de ello y te allegaré honra y bien por tu
cuidado» (*).
(i) C. y J. «Si el rey me quisiere f. b. e. h., déjeme enestos
(2) en toda su vida; — Así en J. — C, equivocadamente, dice
OJO j^, por o^s J^ f^.
(3) C. y J. ninguna de lo que veo que te asusta, ca
(4) C. y J. gerval : «Pues si rehusa el rey esto, hágame pleito
q. s. a. de sus vasallos
(5) C. y J. yo, temiendo por
(6) A. piensas
(•) J. bien más que tá non piensas, como A. — Algún copista de C.
debió saltarse las palabras \jS j^_yXfi, y luego otro, para que tuviera
sentido la frase, prefijó a la palabra (^^!^^ la preposición *^ — ■>.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR E DEL RELIGIOSO 4II
Quando yo fuere seguro de ti de tanto, ayudar tehás
demí mejor, et yo pugnaré de fazer aquellas cosas so-
bre que me pusieres con mayor femengia, por tal que
non aya ninguno carrera para pasar (i) contra mí.»
Dixo el león: «Otorgo telo.» Et púsolo en su rre-
puesto e aprivadó lo más que a todos sus vasallos, et
acordávase conél et pagávase más toda vía del, et
aprivadólo más (2).
Et ONRRÁVALO TANTO QUE pesó mucho aquellos
que servían al león e ovieron muy grant enbidia del
et consejáronse en poridat entresí délo mesclar conel
león E DEZiR MAL DEL, porque lo el león matase. Et
fuéronse a furto, et tomaron un día la carrne del león,
que le (3) sopiera bien, e la mandara guardar en muy
buen lugar (4), e furtáronla. Desí enbiaron la a su
(i) J. y C. (*) menos que yo, para destituirme de mi dignidad,
y hablara ante el rey alguno de ellos, diciendo, ya por sí mismo,
ya porque lo haya oído de otro, lo que él quiera para mover al
rey contra mí, que no se apresure [el rey] en mi asunto, sino que
se asegure de lo que le denunciaren de mí y haga una inves-
tigación acerca de ello. Luego haga el rey lo que por bien
tuviere; pues cuando yo fuere seguro de él (**) en esto, le ayu-
daré con mi alma y con la mayor sumisión, y haré aquellas cosas
de que me encargare, con lealtad y vehemencia, y pugnaré por
que no se le dé carrera [de proceder] contra
(2) C. vasallos en pedirle consejo y en la dirección de su ca-
sa; y aumentaba cada día su admiración por él y lo acrecentaba
en honores y oficios.
(3) le — A. lo
(4) C. pesó a aquellos que rodeaban al león, de entre sus
allegados y servidores y oficiales, y le odiaron y envidiaron
et c. e. p. entresí para incitar al león contra él para que lo ma-
(*) Debieado hacer ea el texto de C. algunas ligeias eamieadas.
(••) de él — C. del rey
412 CALILA Y DIMNA
posada del lobo gerval, e escondieron la ai, e non lo
sopo él (i), et veniéronse para ante el león (2). Ift
guando fue ora de comer, el león demandó la carne muy
de rrezio, porque avia sabor déla comer; et porque el
lobo gerval non gela trata aína, escomen fose de ensañar;
et estonges los bolvedores (3) catáronse unos a otros, et
dixo uno dellos: «Commo vasallo leal (4) non puede
ser que le non fagamos saber al rrey su dapño o su
pro, maguer que le pese. Amí fue dicho que el lobo
gerval llevó aquella carme a su casa.»
Dixo otro: «Non (5) semeja que fiziese tal cosa,
enpero pesquísese la verdad (6), ca saber e conosger
tase. Y cuando convinieron en esto, para [poner en ejecución] su
ardid ocultaron un día la vianda que el león había encontrado
como [comida] nueva, y le había gustado, y había mandado que
se la guardaran en el lugar de su comida, para que la sirviesen
otra vez, e
(i) C. la ai de] modo que nadie pudiese encontrarla, et —
J. como A.
{2) C. et veniéronse p. a. e. león. — Falta en C. — J. et presen-
táronse para acusarle de falsario cuando se ofreciera la oca-
sión. Et
(3) A. después que vieron que el león demandava aquella
carme tan de rrezio, et aun ensañávase — C. guando vino la ma-
ñana y pidió el león su desayuno, y deseaba aquella vianda y la
pedía i^eciamente y no se encontraba, y el lobo cerval estaba
ausente, y los que querían usar de la perfidia y del engaño con-
tra él presentes, pues los había hecho reunir el león para que le
buscaran la vianda, cuando se enfadó, catáronse
(4) C. y J. dellos, como quien da un consejo leal (*) : «Non
(5) «Non — Falta en C, pero está en J.
(6) A. pesquerir — C. y J. enpero examinad y pesquisad, ca
(*) Creo que los textos árabes deben corregirse de modo que digan
lo mismo que el castellano.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR E DEL RELIGIOSO 4I 3
los omnes fuerte cosa es.» Dixo otro: «Las porida-
des non se saben de rrafez; mas si vierdes e (i) fallar-
des la carme en su casa, esto vos dará a entender
las otras tachas que dizen del.» Dixo otro: «Si fallar-
des la carme en su posada, tenedlo por falso, e sea
justiciado» (2). Dixo otro: «Non deve ninguno ser
engañado en fiar se enel engaño, ca sabe que el en-
gaño non faz estorger al que usa del, nin gelo encu-
bre.» Dixo otro: «^-Et cómmo estorgerá quien^l rrey
engaña, o en qué guisa sele encubrirá? Et si engañare
omne a su conpañero non se encubre. »
Dixo otro: «Si él esto fizo, a grant cosa se atre-
vió» (3). Dixo otro: «Non seme engeló amí su (4)
falsedat luego que lo vi, et muchas vezes lo dixe, e
aprovar lo he con Fulano, que este engañador (que)
se fazía rreligioso et non bivía si non en falsedat e
en pecado.» Dixo otro: «Grant cosa es tener la fal-
sedat encubierta e mostrar lealtad e castidad* (5).
Dixo otro: «Si este divino rreligioso tal obra fizo (6),
(i) e — A. o — B. si bien se pesquiriere, creo que se fallará
(2) C. mas si investigarais y hallareis esto (*), pues todo lo
que se nos diga de sus tachas y perfidia es (**) verdad, y debe-
mos nosotros separarnos de él y condenarle por todo lo que se
ha dicho de él.» Dixo
(3) C. otro: *En verdad que me refirieron una noticia del
lobo cerval acerca de un asunto grave, que no creí hasta que
he oído vuestras palabras.» Dixo
(4) C. su negocio y falsedat
(5) A. la gafedat encubierta.»
(6) fazía rreligioso... fizo, — Este pasaje hállase adulterado
en C, y falta en J. y en Sacy.
(•) J. hallareis la carne ea casa del lobo cerval, pues
(*•) J. perfidia, justo es que lo teagfamos por verdadero,
414 CALILA Y DIMNA
por grant maravilla lo tengo.» Dixo otro: «Si esto fa-
llamos por verdad, non es tan sola mente falsedat,
mas conla falsedat desconoger el bien e la merged
DEL SEÑcTR, e atreverse a tan grant fecho» (i). Dixo
otro : «Vos soys verdaderos conosgedores de dere-
chos; non vos puedo desmentir; mas por ver si es
verdat o mentira, mande el rrey ir a su posada (2) e
cátenla.» [Dixo otro:] ^Si su posada non es (3) caia-
da, cátenla aina, que él atalayas e escuchas tiene en
cada lugar. ■> Dixo otro: «Yo sé que el lobo gerval,
si su posada fuere catada e su falsedat descubierta,
alguna arte o algunt engaño fará para fazer dubdar
al león (4), e rresgebirá su escusación.»
Et non gesaron de dezir tales palabras fasta que
lo fizieron creer al león. Et mandó llamar al lobo ger-
val, e veno ant'él (5), et díxole: «¿Qué feziste [de] la
carrne que te yo mandé guardar?» Et díxole él: «Dila
a Fulano, cozinero, [para que la presentara al rrey.
Et mandó llamar el rrey al cozinero.] Et este cozine-
ro era uno délos que lo acusavan, [et preguntóle el
rrey por la carrne], et dixo: «Amí non dio nada.» Et
mandó el rrey catar su posada (6), et fallaron ai la
carrne et troxieron gela. Et allegóse al león un lobo
(1) C. atreverse al delito.> Dixo
(2) C. ir a la posada del lobo cerval e
(3) C. posada ha de ser catada,
(4) león, — C. rey,
(5) C. palabras y otras semejantes, hasta que hicieron creer al
león la acusación contra el lobo cerval. Y mandóle llamar (*), et
(6) C. rrey a xmo de su confianza catar la posada del lobo
cerval, et
(*) J. llamar, y se presentó, et
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR E DEL RELIGIOSO 4I5
gERvXL que non fablava enesto, e mostrava ensí que
non era si non muy derecho, e tal que non fablaría
si non enlas cosas que sopiere de gierto, et dixo :
«Señor, pues sea descubierta esta falsedat eneste en-
gañador (i), non estuerga así, nin seades entorpa-
Dos enél; ca si justigiado non fuere, non descubrirá
ninguno al rrey la falsedat de otro (2), nin se escar-
mentará el mal fechor de mal fazer, nin avrá
COBDigiA EL bueno DE BIEN FAZER. >
Et mandó el león sacar al lobo gerval dende, e
mandó lo prender e guardar (3). Et dixo uno délos
que estavan conel león : «Mucho me maravillo del
león, de commo es muy sesudo e conosgedor (4) de-
las cosas, cómmo se [le] encubrió su fazienda déste»
e cómmo non entendía su arteria (5) e su falsedat. >
Dixo otro : «Pues mayor maravilla será que pesqui-
sará esta cosa e non lo justigiará». Dixo otro: «Pues
QUE esto ha provado CONÉL, SI LE PERDONA ESTE MAL
FECHO, NON SERÁ OMNE SEGURO DESU TRAYQIÓN (6).»
(i) C. dixo al león: «Pues ha descubierto el rey esta falsedad
del lobo cerval, non
(2) C. la falsedat del falsario, o el crimen del culpable.»
(3) C. guardar hasta que se viera lo que decidía de él. Et
(4) C. y J. maravillo del seso del león y de su conocimiento
délas
(5) A. perrería — C. »»Í.a--wíL, torpeza, astucia, fraude.
(6) C. otro : «Pues yo me maravillo de esto, que no veo sino
que él indagará acerca de éste, después de lo que sabe de él.>
Et — J. otro: «Pues yo me maravillo de esto, que yo veo que lo
perdonará después de lo que sabe de él» (*). Et
(•) Como se ve, tanto C. como J. están faltos, y entre los dos com-
pletan la versión castellana: en C. falta el verbo «-¿,*o, perdonar, de«-
pués de «de éste», y en J. falta el verbo .,^Sr ^ investigar, antes, de
«lo perdoaará».
4l6 CALILA Y DIMNA
Et enesto ensañóse el león et enbió uno dellos
por mandadero (i) al lobo gerval que le preguntase
€ÓMMO SE SALVARÍA O cómmo se escusaría. Et tornóse
el mandadero, e mudó el mandado, por que se ovo
de ensañar (2) el león, et mandó matar al lobo gerval.
Et fizieron lo saber ala madre del león, et sopo
QUE ERA MESCLADO A TUERTO, E que lo mandara matar
apresurada mente (3). Et enbió mandar a aquel[los]
a quien el león lo mandara matar, que lo rretovie-
se[n] FASTA QUE ella se viese conel león; e fezié-
ronlo (4) ASÍ. Et ella fuese a ver con su fijo et díxole:
«^•Por quál pecado mandaste matar al lobo gerval?»
Et él díxole €l fecho todo. Et ella díxole: «Fijo, apre-
surástete, et el omne entendido non se estuerge de
se arrepentir, si non dando se a vagar e dexar de
fazer sus cosas rrabinosa mente. Et el fruto déla
priesa es arrepentimiento; et a ninguno non es de
menester ser más maduro en sus fechos que el rrey,
QUANT0 MÁS ENLOS SALVOS E ENL0S LEALES VASALLOS;
ca ASÍ COMMO la muger non es si non por el (5) ma-
(i) mandadero — Falta en C, pero está en J.
(2) C. tornóse [dell lobo cerval (*) con el mandado cambiado,
}' se ensañó por ello el
{3) C. sopo que el león se había apresurado en su asunto. Et
(4) A. fizólo
(5) C. arrepentir, si non dejando la precipitación y [obrando]
con madurez; pues la madurez es [propia] de los reyes; pues cier-
tamente la mujer [es] por el (**) marido,
(*) J. tornóse el mandadero con
(**) J. madurez; pues el que procede con apresuramiento no deja de
cosechar el fruto del arrepentimiento, por causa de su poco seso, y quien
no mira, etc. También Aben Hodeil, citado por Cheikho, trae en su obra
¿C«-oLwU\a < — ijy\ cy>^ este pasaje, que traducido dice así: pues
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR RELIGIOSO 417
rido, nin los fijos si non por los padres, nin el disgi-
plo si non por el maestro, nin los vasallos si non
por el (i) duque, nin el rreligioso si non por la ley,
nin el pueblo sinon por el rrey, nin los rreyes non son
si non por el temor de Dios, nin el temor de Dios si
non en ser el omne pagíñco e gierto de la cosa (2).
Et el mejor acuerdo de los rreyes (sí) es en conosger
sus vasallos e poner a cada uno en su lugar e en su
talle (3), et sospechar a unos por otros; ca ellos sien-
pre punan ense aterrar unos a otros e en mostrar e
descobrir el mal délos mal fechores e encubrir el
bien délos buenos. Et non deves tú, fijo, pues fueste
pagado del lobo gerval e te fiaste por él, e non te
erró fasta el día de oy, nin viste del si non fieldat e
lealtat, e diziendo tú del en medio de tu corte grant
bien, e fazer le esto por un quarto de carrne que non
vale nada (4).
(i) C. maestro, ni el rey sino por el ejército y el duque, —
J. maestro, ni el ejército sino por el duque,
(2) C. nin el temor de Dios sino por la sabiduría, ni la sabi-
duría sino por la certidumbre. Et
(3) J* lugar según su clase, et
(4) C. por otros; porque si alguno de ellos encuentra medio
para perder a su compañero y desacreditar el celo de los que se
afanan y el bien de los bienhechores, y encubrir la injusticia de
los malvados, no dejará de hacerlo. Y esto ocasiona pronto la
ruina de los asuntos y su destrucción, y acarrea gran daño y per-
juicio. Y tú ya has puesto a prueba al lobo cerval, y tienes prue-
bas de su decencia y de su virtud antes de que te sirvieras de él
y le encomendaras el cargo; y yo nunca he dejado de estar sa-
el que procede con apresuramiento, no deja de cosechar el fruto del
arrepentimiento y de su flaco seso; y no hay nadie más necesitado de
madurez y aplomo que los reyes; pues verdaderamente que la mujer uo
lo es sino por el marido,
TOMO I 27
41 8 CALILA Y DIMNA
j>E fijo, señor, deves saber su fazienda del lobo ger-
val, et pensar entí mesmo e dezir cómmo puede esto
ser, ca él non comme carrne nin se llega a ella, tienpo
ha pasado. Et así entenderás que non le darías tú la
carrne e negar tela ía; pues piensa enesto e sepas
que los negios han enbidia alos sabios sofridos, e los
aliviados alos sosegados, et entremétense quando
pueden alos traer amal lugar. Et el lobo gerval es
sabio e leal e verdadero, por que deves ser gierto
tisfecha de él, y no hago sino aumentar mi benevolencia cuantos
más días pasan, y mostrarle agrado y afecto. Y tú has mandado
matarle por un pedazo de carne que te ha faltado. Es muy fácil
que sus compañeros le hayan acusado falsamente ante ti, de pe-
cado, por la envidia que le tienen, y que se hayan concertado en
su propio provecho contra él. Pues sepas que los reyes, cuando
encomiendan a otras personas los negocios que a ellos personal-
mente incumben, y en cambio se encargan ellos personalmente
de ejecutar los negocios cuya gestión debe ser encomendada a
personas que sean capaces, echan a perder sus asuntos y se
arruinan a sí mismos; porque los reyes tienen necesidad de aten-
der a multitud de aspectos en sus negocios; y por esto, cuando
caprichosamente miran a uno solo de estos aspectos, dejando de
atender a los otros, no están jamás seguros de no errar en su
examen y de equivocarse en su juicio, como le sucede al vina-
tero que quiere comprar vino, el cual necesita examinar su color,
£u sabor y su olor; porque si limita su examen a una sola de esas
calidades, no está seguro de no errar y arruinar el negocio; y
como le sucede al hombre que ve entre sus ojos algo como si
fuera un cabello, por causa de alguna dolencia que le aflige, y
no tiene seguridad para afirmar que aquello sea un cabello; por-
que sabe que si aquello fuese un cabello, lo verían otros como
lo ve él, para someterlo a prueba y meditar acerca de su enfer-
medad; y como la luciérnaga, que si la ve el ignorante en noche
obscura, juzga antes de tocarla, como si lo viera con sus propios
ojos, que aquello es fuego; pero cuando la toca ve claramente
el error de su juicio.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR RELIGIOSO 419
de SU fecho e parar mientes commo los falsos lo acu-
san a tuerto, e llevaron la carrne a su casa. Et por
ende non torrnes cabega por lo que ellos dizen e por
lo que le aponen; ca la privanga del lobo gerval en
grant pro sete tornará, et era pagado de quanto mal
rresgebía por rregebir tú grant plazer, e sofría por
tu pro lazerio e afán, et tal serviente commo él bue-
no es» (i).
(i) C. >E (*) debías haber meditado acerca del asunto del lobo
cerval muy detenidamente, y sabrías que él, cuando nunca se
ha comido la carne que alguna vez tú le has encomendado en
mayor cantidad que ésa, y más aún, la carne que él ha puesto
muchas veces para tu comida y la comida de tu ejército, en ver-
dad que él no es capaz de robar un poco de carne que le man-
daras tú guardar. Investiga, pues, este asunto, que en verdad
siempre ha sido costumbre de los malvados y de los viles
envidiar a los varones esforzados y a los excelsos, y perjudi-
carles y preocuparse de ellos. Y el lobo cerval tiene virtud y
excelencia; y es posible que los enemigos que tiene entre tus
compañeros sean los que hayan dispuesto fraudulentamente
que se colocara esa carne en su casa, sin saber él nada de esto.
Pues en verdad que cuando el milano agarra un pedazo de car-
ne, deséanla y se la disputan muchas aves; y cuando el perro
coge un hueso y lo retiene en su boca, se asocian contra él gran
número de perros. Y si no has pensado en los enemigos que el
lobo cerval tiene entre tus compañeros, reflexiona tú y no te
dejes guiar por ellos en aquello a que te incitan y que puede
acarrearte gran daño. Porque las cosas más graves que les pue-
den ocurrir a los hombres en general , y a los gobernantes en
particular, son dos : que se vean privados de buenos amigos y
visires, o que sus visires y amigos sean gente sin dignidad e
inútiles. Y siempre ha sido grande el interés del lobo cerval por
ti : él anteponía tu utilidad a su propio placer; procuraba tu con-
tento con ventaja, y tu contento con la ira de los compañeros; no
(*) J. >E tú, ¡oh rey!, debías
420 CAXILA Y DIMNA
Et en fablando la madre del león conél, e en cas-
tigando LO, llegó uno que sabía de commo el lobo
gerval era salvo (i) e que era acusado a tuerto, et dí-
xolo así al león. Et enesto entendió el león e fue
bien gierto que el lobo gerval era salvo de quanto le
apusieran. Et entonge (2) dixo la madre del león : «Ya
eres bien gierto desto e lo vees manifiesta mente;
pues non perdones aquellos que lo acusaron, ca eso
te traería otro mayor dapño, mas justigia los. E non
te enfiuzes en dezir: «Poder he sobre ellos >; ca las
yervas flacas, maguer fortaleza non han, fazen dellas
sogas conque atan e cuelgan el elefante (3).
te ocultaba ningún secreto, ni te callaba ningíin asunto, y no ha-
bía cosa que no soportase y sufriese por ti, por grave que aqué-
lla fuese. Y ¿quién entre tus compañeros tiene esa virtud cuando
la conducta de aquél solamente es comparable a la conducta de
los padres, hijos o hermanos?»
(i) a. sabio
(2) entonge — A. contesge
(3) C. león conél, entró uno de los que habían tramado el ardid
contra el (*) lobo cerval y manifestó al león el asunto. Y cuando
supo la madre del león que el león ya había sido informado de
la inocencia del lobo cerval, dijo al león : «Puesto que ya estás
enterado de la audacia de tus compañeros y de la mutua ayuda
que se prestaban contra él, no te contentes con esto, ni dejes de
deshacer el complot que han tramado, sin tener ninguna piedad
de ellos, no sea que te tomen como cabalgadura; y acostúmbra-
les a que soporten el duro trato y la deshonra de que se han
hecho merecedores. Y no te confíes demasiado en tu poder, pues
esa vana confianza te llevará a tenerles en poco y a desdeñar lo
que ellos puedan hacer; porque las hierbas delgadas, si se las une
y se trenzan, hacen de ellas sogas gruesas con que atan el ele-
fante encelado.
(*) J. entró uao de su confianza y le enteró de la inocencia del lobo.
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR RELIGIOSO 42T
»Et tú torna el lobo gerval ensu estado e en su
dignidad que se avía de ser, en todas tus purida-
des. E en tu coragón non digas : «Yo lo he fecho mal,
e non puedo ser seguro de su mala voluntad, si lo
yo tornare en su ofigio (i); ca non se deve omne te-
mer de (2) mal querengia de todos aquellos a quien
mal faze de una guisa, nin deve ser desesperado de
su ayuda nin de su seso; mas el que conosge las co-
sas pone a cada una en su lugar (3).
»Et algunos omnes ay con quien omne non deve
aver amor después que ha conellos enemistad, e
otros que non deve omne aver conellos enemistad
después que ha conellos amor. Et los omnes conque
non deve omne ser en amor en ninguna manera son
éstos : el que desconosge el bien fecho, et el que es
atrevido a fazer traygión, et el que desdeña el bien, e
el cruel, e el descreído que descree el otro siglo, et
el avariento, e el luxurioso, e el sañudo mucho que
nunca puede omne aver su gragia, et el conosgido
por engañoso e por falso e por cobdigioso, et el negli-
gente que finca por él de fazer toda cosa, et el que
pasa más délo que conviene aél en toda cosa. Antes
deve omne aver amor del que es conosgido por ver-
dadero e gragioso e leal, et que ama más las buenas
obras e que se teme de pecado, et que ama al pue-
(1) C. dignidad; y no te haga desconfiar de su lealtad la ofen-
sa que le has inferido; ca
(2) C. de la malicia y mal
(3) C. desesperado de su lealtad y amor, sino que conviene
que ponga a los hombres, por lo que respecta a este particular,
en el lugar que les corresponda según la diversidad de carácter
de cada uno de ellos.
422 CALILA Y DIMNA
blo e que les apiada, e non tiene a ninguno mala vo-
luntad, et que agrades^e el bien quel' faze, et que se
miembra sienpre de sus amigos e es siempre vergon-
zoso e de buena parte (i). Et tú has provado al lobo
gervalj e conosges lo, por que lo deves tornar a tu
amor> (2).
Estonges fizo el león llamar al lobo gerval, e oyólo
e rresgibióle sus escusas, et dixo le: «Yo te torrno a
tu dignidat e a tu ofigio que tenías demí, e fiaré
POR TI ASÍ COMMO ANTE FIAVA, E PONER TE HE EN ME-
JOR estado; CA en poner amor con OMNE leal QUE
PROFAgA A su AMIGO DE ALGUNA COSA QUE ES A PRO
DEL ES MUY GRANT COSA.» Dixo el lobo gerval *. «Se-
ñor bien aventurado, tú sabes cómmo fue el comien-
(i) C. >Et hay alguno que cuando uno ha logrado separarse
de él, es prudencia que lo aparte por esto, y se abstenga de
hacerle volver a su lado; y hay alguno de quien no conviene
abstenerse ni separarlo de ninguna manera. Aquel que sea co-
nocido por su malicia, el que sea traidor en sus pactos, el que
sea negligente en el cumplimiento de sus promesas y no sea
agradecido, el que no tiene temor de Dios y el que no tiene
paciencia para soportar a sus amigos y compañeros, aunque no
le reporten ninguna ventaja, ése, en verdad, merece que cual-
quiera aproveche la ocasión para romper con él e impedirle que
se le acerque. Y quien no tenga en sí ninguno de estos defec-
tos, sino que otorga generosamente a sus amigos sus beneficios
y soporta con paciencia al amigo vituperable, si alguno tiene,
y les auxilia, aunque le sea esto gravoso, y sea conocido por su
superioridad respecto de los demás en el temor de Dios y en
estar contento con su suerte en toda clase de circunstancias y
eventualidades, ése es digno de que uno procure tenerlo siempre
a su lado y evite el que se le separe.
(2) Et tú... amor.> — Falta en C. — J. Et tú ya conoces al lobo
cer\^al y lo has probado, y deves t. a t. amor.»
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR RELIGIOSO 423
go demi fazienda e el estado enque yo te comengé a
servir. Et só ya llegado aesto e non me seguro délos
que te sirven, que me acusen e me ayan enbidia, por
que ayan de mesclar me contigo otra vez, e avrás tú
de creer lo que te dixeren dem.í, et justigiar me has.
Onde non quiero que tengas que yo fío por ninguno
de quantos en tu servigio son; ca maguer me tornes
en mi estado después que me quesiste matar, seyen-
do leal e verdadero e non fallando por qué, desí fezís-
teme merged en me perdonar por que non avía cul-
pa, temo me que cuydarás en tu coragón que te tengo
voluntad mala por lo que me feziste, et esto te fará que
me mates. Et demás que los enemigos dirán : «Non
dexemos así este pleito. Pues que non podemos ma-
tar a éste, fagamos arte por qu'el rrey non tenga que
cuanto del deximos que fue mentira.» Et así me echa-
rán en mal lugar. Mas, señor, si tu coragón tornase
alo que era antes contra mí, tal te sería yo commo
era antes» (i).
(i) C. gerval y se excusó ante él y le dijo que le tornaba a su
oficio (*). Dixo el lobo cerval : «Un compañero que pueda sopor-
tar de parte de su compañero los desaciertos y las contrarieda-
des que le puedan acarrear daño, y las soporte cuando le ocu-
rran, encontrar uno semejante a él es raro; y no lleve a mal el
rey el que yo le diga que no hay manera cómo él pueda ya fiar-
se de mí, pues ya no debe tenerme por consejero leal; porque
aquel que ha caído en una de las mayores desgracias sin mere-
cerlo; si ha sido destituido ya de su elevada posición y de su
cargo; o si se le han confiscado sus bienes injustamente; o si
ha sido privado y se le ha alejado sin motivo; o si se ha hecho
acreedor a una recompensa entre sus semejantes, y es recom-
(*) J. ante él de lo que le había sucedido y le prometió mercedes j
le dijo : «Yo me excuso ante ti y te torno a tu dignidad.» Dixo
424 CALILA y DIMNA
Et dixo el león : «Provado te he, e téngote enel
mejor estado que sea délos santos e délos justos (i)j
ca el omne justo perdona mü¿ males que le fagan (2)
por una merged; que te yo he fecho mal, et sé de
gierto que tus enemigos te han fecho tuerto. Et'tú
á^we.s olvidar todo esto (3) por el bien que te fize ante,
así que seamos amigos de aquí adelante uno de otro,
i^ensado otro inferior a él y enaltecido más que él; o si es cono-
cido por su excesiva avaricia y codicia; o si cree que en lo que
es provecho del sultán se perjudica él, y en lo que es perjuicio
de aquél tiene él provecho, a éstos el sultán no debe llamar ni
debe fiarse de ellos; pues natural es que todos ellos sean contra
él, de acuerdo con sus enemigos. Y yo he venido a ser hoy, ma-
nifiestamente, el blanco de la ira de los enemigos del rey. Y el
amor y lealtad que yo tengo al rey, no impedirá que él rae tenga
por sospechoso y conciba malos pensamientos contra mí por lo
que ha sucedido. Ni tampoco el afecto y lealtad que le he mostra-
do son garantía para mí; pues no estoy seguro de que mis enemi-
gos, con la calumnia y la falsedad, no conciten de nuevo al rey
contra mí, por el temor de que lo vuelva contra ellos, y por el
deseo de que el rey no se cerciore de su falsedad al concitarlo
contra mí. Y si hacen esto, no necesitarán, para que el rey les
acoja [sus acusaciones], de ayuda más poderosa que esta sospe-
cha que ya cayó en el ánimo del rey; además de que, aunque el
rey estuviese cierto de mí, y poco de mí sospechare, yo no podré
menos que temer de su sospecha por mi compañía y por su des-
confianza de mí, y por su presteza en creer a mis enemigos cuan-
do lo conciten contra mí, acordándome del pronto que tuvo con-
tra mí. Y cuando el estado de la confianza del rey para conmigo
y el estado de mi confianza para con él es tal como se ha des-
crito, mire cómo puede hacerme desear su compañía.»
(i) C. león : «Yo, ciertamente, he probado tus naturales im-
pulsos y tus costumbres; y tu condición para mí es la condición
de los justos más excelsos; ca
(2) A. muchos pecados
{3) A. me perdonar este pecado
DEL LEÓN E DEL ANXAHAR RELIGIOSO 425
de más firme amor e de más leal consejo que nunca
fuemos.» Desí mandó tornar al lobo a su estado e en
su dignidat que ante avía et al ofigio en que era
puesto, e dende en adelante privó más con el león (i).
Et abaxó el león a aquellos que lo acusaran, et echó
los de su tierra, e alongó los. Este es el enxemplo
délo que acontesge alos rreyes e a sus privados, e
de como los torrnan en sus lugares desque los cas-
tigan > (2).
(i) a. et cobró su lugar e cobró el león quanto quiso.
(2) C. omne justo olvida mili m. q. 1. f. p. u. merced, y el malo
olvida mil beneficios por un entuerto [que le hagan]. Y yo confío
en que tú realmente olvidarás lo que ha sucedido [entre nosotros
dos], por el bien que te hice antes. Yo ya vuelvo a tener confianza
contigo; vuelve, pues, tú a tenerla conmigo y con todo lo que
a mí atañe, que con ello tendrás felicidad y contento.» Y vol-
vió el lobo cerval a administrar los asuntos del león que antes
administraba, y no cesó ningún día de acrecer su provecho y
dicha hasta que murió. Y este es el capítulo de los visires del
sultán y de sus ayudantes y privados. >
[CAPÍTULO XV]
[A., fols. 82 a 84. — B., fols. 105 a 107. — C, págs. 228 a 232.
J., págs. 343 a 3 50.]
Del orenze e del xiniio e del castigo e déla culebra
e del f religioso (i).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya oí este enxemplo;
pues dame agora enxemplo del que gradesge el bien
fecho e lo gualardona, e del que lo niega e lo desco-
nosge» (2). üixo el filósofo: «Señor (3), sepas que las
naturalezas délas criaturas son de muchas maneras,
et non es ninguna cosa de quantas Dios crió enel
mundo, de las que andan en quatro pies e en dos
pies o que vuelan con alas (4), más santa nin más me-
jor que el omne (5). Et enlos omnes ha buenos e ma-
(i) C. El ermitaño, el orífice, el tejón, el mono y la culebra.
(2) J. enxemplo del que hace beneficio a quien no lo merece
y espera su agradecimiento. > Dixo — C. «Ya oí lo que me has
dicho de las cosas que pasan entre los reyes y sus privados, y
acerca de la reposición de aquel a quien reponen. Pues cuéntame
a quién conviene que el rey haga beneficios y en quién debe
confiarse y esperar su ayuda.» Dixo
(3) Este pasaje, desde «Señor» hasta < filósofo antiguo», falta
en C, y se halla en J. al final del segundo párrafo de este capí-
tulo, o sea inmediatamente antes del cuento.
(4) J. alas o nadan en el agua, más
(5) J. omue; y con todo esto muchas veces se guarda el sabio
DEL ORENZE E DEL XIMIO, ETC. 427
los, et (i) acaesge alas vezes que enlos vestiblos e
enlas bestias e en las aves ay alguna que es más leal
e más conosgedora del bien fecho que el omne de
BIEN FECHO e que mejor lo gualardona. Et esto pa-
resge alo que dixo el filósofo antiguo (2): «Conviene
»aIos rreyes entendidos e alos otros omnes que fagan
»su bien a quien lo meresge e a quien lo gradesge,
»e que non faga[n] bien a ninguno fasta que lo prue-
>ve[n] de qué lealtad es, e de qué amor e de qué
»gradesgimiento; et que non fagan bien señalada
> mente al propinco, si non fuere por ello o lo meres-
» giere, nin dexe[n] de fazer bien e ayuda al estraño
>si lo sopiere gradesger quanto es el bien e la mer-
»ged que le fazen, et que sea verdadero e sabio e que
>ame las buenas obras e los buenos dichos.
»Et quando fuere conosgido por de buenas mañas,
>e fuere gierto del que tal es, meresge el bien fecho, e
» meresge ser privado (3); ca el físico entendido non
de los hombres y no se fía de ninguno, y se fía de la comadreja
y se la pone dentro de una manga y la hace salir por la otra; y
coge un ave carnívora y se la pone en la mano, y cuando ésta
caza algo resérvale su parte. Et
(i) J. malos, y éstos son todos ingratos y desagradecidos,
tanto, que acaesge
(2) J. leal que él en sus pactos, y más constante en el cumpli-
miento de sus promesas, y más reconocida a los beneficios y más
constante que él. Y ya sucedió esto en un ejemplo que cuenta
un sabio.
(3) C. dixo el filósofo (*): «El rey y los demás (**) conviene
»que fagan s. b. a q. 1. m. e a q. 1. gradesge y lo reconoce, y que
(*) Véase la nota 3 de la página anterior.
(**) Esta frase, aunque dislocada también en J., se halla más conforme
con A. que C, pues dice así: pero que los reyes y los demás hombres
entendidos, etc.
428 CALILA Y DIMKA
»se atreve a melezinar al enfermo si non después que
>lo cata e tañe su pulso e cata su orina, e conosge su
»conplisión e la rrazón de su enfermedat; et quando
»esto sóplese bien, estonge se mueve a melezinar lo.>
Otrosí el omne entendido non deve poner su amor
con ninguno si non después que lo provare; ca el
que se atreve a fiar se en alguno, non lo aviendo pro-
vado, métese en grant peligro et llegado [es] a fuerte
lugar. Et con todo esto alas vezes acaesge que faze
el omne bien ala cosa flaca cuyo gradesgimiento nin
conosgimiento non ha provado, nin coriosge sus cos-
tunbres, (nin) et sábele gradesger et gualardonar muy
bien, así commo dixo el filósofo de su fazaña que
viera: «Non deve ninguno menospreciar ninguna cosa
>pequeña nin grande, quier de omne quier de ani-
»malia, que yaga en mal lugar o en tribulagión, pu-
>diendo lo librar ende; e faziendo lo con merged e
3- con piedad que le haya, tenga esperanga del gualar-
*dón de Dios, e non deve de desfyuzarse (i) de aver
»gragias de aquel a quien bien fiziere. Nin deve ser
» seguro del tienpo que le faga aver menester aquel
» pequeño menospregiado a quien bien oviere fecho,
j-que gelo gualardonará; mas deve provar todas las
íno miren para ello a los allegados ni a la gente de su familia, ni
»tampoco a los hombres más nobles y más ricos y más pode-
»rosos; y no deben abstenerse de hacer bien a la gente débil,
^afligida y humilde. Y el buen consejo en esto es que prueben
í-y experimenten a los hombres plebeyos y a los grandes, tanto
>en el agradecimiento y el amor que les conserven, como en el
^desconocimiento y el poco agradecimiento que les guarden.
s> Luego procederán en esto según el merecimiento que vean o
»se les manifieste a ellos; ca
(i) a. esperar
DEL ORENZE E DEL XIMIO, ETC. 429
> cosas e fazer las bien, segunt provare enellas.» Et
esto paresge ala fazaña que dixeron los filósofos» (i).
Dixo el rrey: «^E cómmo fue eso?*
Dixo el philósopho: «Dizen que unos omnes fue-
ron al canpo e cavaron ai un foyo (2) para los vesti-
blos, et cayeron enél(la) un ximio e un texón e una
culebra e un omne, et non se fizieron unos a otros (3)
ningunt mal. Et ACAEsgió que pasó por ai un rreli-
gioso e vídolos yazer allí (4), et dixo: «Yo non podré
mejor obra fazer (5) que librar aeste omne de aquesta
(i) C. * enfermo por la inspección ocular solamente, sino que
> examina su orina y cata su pulso; luego procede a la cura según
»el reconocimiento y lo que éste indique» (*). Otrosí conviene
que el hombre juicioso, si encuentra gente dotada de reconoci-
miento o de agradecimiento, y también bestias que sean de se-
mejante condición, que las trate bien en lo que le ocurra con
ellas, que posible es que necesite de ellas algún día y que le sir-
van. Pues el sabio a veces [desconfía de los hombres y no está
seguro de sí mismo, y coge una comadreja y la mete en su casa,
y coge un pájaro y se lo pone en la mano. Y ya se ha dicho : «No
;^ conviene que el sabio desprecie a ningún hombre, sea pequeño
»o grande, ni tampoco ningún animal, sino que bueno es que se
»los allegue y proceda con ellos según el merecimiento que vea
»en ellos. > Y hay de esto un ejemplo que forjó un sabio.» Dixo
(2) A. enel monte una lobera
(3) C. enél(la) un orífice y un tejón y una culebra y un ximio,
y no hicieron al hombre ningunt
(4) C. pasó por el pozo un religioso y se asomó a él, y cuan-
do los vio, reflexionó et
(5) C. y J. fazer para el otro mundo que
(*) J« i^o ves que al médico diestro y entendido no le basta para
medicinar al enfermo la inspección ocular solamente, y que no procede
a la cura sino después que sabe el estado del enfermo, el tacto de su
pulso, y conoce su temperamento y la causa de la enfermedad? Pues
cuando sabe todo esto, procede a su curación.
430 CALILA Y DIMNA
TRiBULAgiÓN de aquestas bestias, ca todas le quieren
mal.> Desí tomó una soga e colgóla enla foya, a que
SE TRAVASE EL OMNE PARA LO SACAR, et travó se aella
el ximio, commo es ligero, e salió déla foya. Desí
colgóla segunda vez, e travóse aella la culebra (i),
e sacóla. Desí colgóla otra vez, e travóse aella el
texón (2), e sacólo. Desí fincó el omne enla foya, e
diole el rreligioso la soga, e travóse della e salió. Ex
DERRAMÁRONSE LAS ANIM ALIAS E FUESE CADA UNA A
SU LUGAR (3).
Et fincó el omne, e el rreligioso preguntóle por su
tierra e posada, et él díxole que morava enla gibdat
de Jajon e que era orebs. Otrosí el ximio bivía gerca
de aquella cibdat, enel monte del término, et el texón
bevía así mesmo en una jarín, et la culebra criava
enel muro déla gibdat. Et gradesgió el orebs al rreli-
gioso el bien que le fiziera, et díxole: «Tú me has
fecho grant bien e me libraste de muerte; et si ala
gibdat vinieres, demanda por mi casa, que yo soy
orenze que labro oro e plata y et soy conocido de toda la
(1) la culebra, — Así en J. — C. el tejón,
(2) el texón, — C. la culebra,
(3) C. sacólo. Y le agradecieron el bien que les había hecho,
y le dijeron: «No saques a ese hombre, y líbrate de él.> Y dijo
el (*) mono : «Mi morada está cerca de la ciudad llamada Bara-
chún.» Y dijo el tejón a su vez: «Yo vivo en el bosque del lado
de ella.» Y dijo la serpiente: «Pues yo también vivo en el muro
de ella; y si vienes a ella algún día o pasas por ella y necesitas
de nosotros, nos llamas, para que nos presentemos a ti y te
recompensemos por la ayuda que nos has prestado y por el bien
que nos has hecho.»
(*) J. hombre del pozo, pues no hay cosa más desagradecida que el
hombre.» En seguida le dijo el mono:
DEL ORENZE E DEL XIMIO, ETC. 43 1
geniey et por aventura dariehé galardón del bien que
me feziste.y Et partiéronse de en uno (i).
Desí a pocos días ovo de venir el rreligioso a
aquella <jibdat, por cosas que avía menester. Et en
llegando gerca déla gibdat, vídolo el ximio e conos-
^iólo,et descendió de un árbol en que estava e venóse
para el lugar, et besóle la mano et humillósele et mos-
tró le grandes gragias e fizóle señas de que se posa-
se. Et fuese el ximio e tornóse con fruta para él, et
comió el rreligioso della et albergó ai esa noche a
solaz del ximio. Et fuese el ximio luego al texón et
díxole : «^En qué guisa gualardonaremos aeste rreli-
gioso el bien que nos fizo?» Desí dixo el ximio: «Yo
sé un lugar enesta gibdat por do entraremos al alcá-
zar; et si tú me siguieres e anparares délos omnes, fío
por Dios que le daremos buen gualardón.» Et dixo
el texón : «Fecho sea.» Et fueron se ambos, et entró
el ximio por un lugar que sabía, et estovo el texón
al portillo atendiendo fasta que se tornó el ximio
con guarnimentos de oro e de piedras presgiosas, e
veniéronse para él et di(x)eron gelo, e non le dixe-
ron dónde los ovieran nin cómmo (2).
(1) C. Et en seguida el ermitaño echó el cable al orífice, sin ha-
cer caso de lo que le dijeron el mono, el tejón y la serpiente, del
poco agradecimiento de él, y lo sacó; éste le dio gracias, se pos-
tró ante él y le dijo : «Tú me has hecho un gran bien, que yo
debo agradecerte; pues si te ocurre venir a la ciudad de Bara-
chún, pregunta por mí, pues tengo mi casa en ella, por si puedo
recompensarte el bien que de ti he recibido.» Y fuéronse cada
uno a su lugar. — A. ca adebdado te só por este bien que me fe-
ziste.» Et fuese.
(2) C. Y quedóse el ermitaño por algún tiempo; luego tuvo
necesidad de ir a la ciudad, y se dirigió hacia ella, y lo encontró
432 CALILA Y DIMNA
Et dixo el rreligioso en su coragón: «Estos son mu-
chos guarnimentos e muchas piedras, e yo non he
que fazer con ellos si non vender los. Et tengo el
orebs enesta gibdat et téngole fecho el bien que fize
aestos vestiblos, et él ha mayor derecho de meló
gualardonar más que éstos, et yo irme para él, que
me las venda. Et non quiero otro gualardón del si
non éste, e non lo quiero enbargar enotra cosa; et
aun yo gelo gualardonaré este trabajo que enello
oviere.» Et venóse para casa del orebs; et él, quando
lo vido, rresgibiólo muy bien et demandóle por su
fazienda et por qué veniera a aquella gibdat, e él
contó gelo. Desí sacó los guarnimentos e mostró
gelos, e rrogóle que gelos vendiese. Et conosgió los
el orebs. Et andava ya el rroido por la gibdat del
furto dellos, et eran muchos omnes sospechados e
otros presos. Et dixo el orebs al rreligioso: «Fuelga
aquí fasta que yo torne atí con rrecabdo» (i).
el mono y se prosternó ante él, le besó la mano y el pie, se ex-
cusó ante él y le dijo: «Yo no soy dueño de nada; pero espérame
un poco, hasta que vuelva con algo que pueda coger.» En
seguida se fué, y no tardó en volver con buena fruta, que le puso
delante, y se despidió. En seguida dirigióse [el ermitaño] hacia
la ciudad, y salióle al encuentro el tejón, que se prosternó ante
él, le saludó y dijo : «Tú me hiciste tan gran bien, que no quedaré
satisfecho hasta que te lo pague. > Y no lo retardó; porque se fué
a la [habitación de la] hija del rey y la mató, y tomó sus joyas.
En seguida se volvió y se las dio, sin decirle nada por lo que pu-
diera (*) averiguarlo.
(i) C. Et dixo e. rr. e. s. corazón: «Estas bestias me han traí-
do esto y me lo han procurado. Pues ¿qué será si me voy a casa
del orífice? Porque aunque esté tan pobre que no tenga nada, me
(*) J. por lo que pudiera avengúar de donde procedíaa.
DEL ORENZE E DEL XIMIO, ETC. 433
Et salió el orebs dende, et dixo: «Ame Dios mos-
trado cosa por que avré la merged del rrey, e seré
honrrado del e délos mayores de su rregño; et sabrán
que só fiel por esto e fiarán demí. Et yo iré al rrey e
fazer gelo he saber.» Et fuese para el rrey, e fizo le
saber de commo él tenía en su posada al que tenía los
guarnimentos. Et enbió el rrey a su alguazil e asaz
de gente, et fueron ala casa del orebs et fallaron y
al rreligioso conlos guarnimentos, e prendieron lo et
llevaron lo preso al rrey. Et el rrey (i) mandó lo luego
atormentar, et después, que lo traxiesen por la villa
et que lo enforcasen. Et fue atormentado, e traxieron
lo por la villa, et comengó el rreligioso a llorar e a
dezir: «Si yo creyera los dichos délos filósofos délo
que dixeron del poco gradesgimiento del omne (2),
non llegara yo a esta tribulación.»
Et del rroido de commo lo Uevavan salió de su fo-
rado la culebra e vido al rreligioso así, e conosgiólo et
venderá estas joyas por su precio y me dará una parte de él, y
tomará él otra parte.» En seguida el ermitaño entró en la ciudad
y se fué a casa del orífice, que le dio la bienvenida y le hizo en-
trar en su casa. Y cuando vio las joyas que traía, las conoció y le
dijo : «Espera hasta que te traiga comida que comas, pues no
puedo contentarte con nada de lo que hay en casa.»
(i) C. Et salió el orífice y se llegó al palacio del rey, y envió
al rey un mensaje [diciendo]: «El hombre que mató a tu hija y
hurtó sus joyas, ya lo tengo cogido y está en mi casa preso.» Y
envió el rey por el ermitaño y lo prendieron; y cuando vio las jo-
yas en su poder mandó
(2) C. dezir en muy alta voz: «Si yo hubiera creído al mono,
a la serpiente y al tejón en lo que me mandaron (*), non
(*) J. mandaron y en lo que me dijeron del poco agradecimiento del
hombre, non
TOMO I. 28
434 CALILA Y DIMNA
dixo: «Oy ha menester amí este rreligioso, así commo
yo ove menester aél el día que yo estorgí por él de
muerte; et quiero guisar cómmo él estuerga quanto él
pueda, e así lo faré.» Et fuese e entró enla casa del
rrey e mordióle un fijo muy mal, e non lo quiso ma-
tar. Et quando el rrey lo sopo, fizo ayuntar a todos
los físicos e los encantadores, e dieron le a bever
sus melezinas e encantaron lo et non lo tovo pro (i).
Et quanto más le fazían, tanto más le acresgentava
el dolor e tanto más se amortegía, et traspuso se. Et
mandó el rrey alos sorteros que echasen suertes, et
non dexó en toda la gibdat físico nin escantador nin
omne alguno de quien oviese esperanga que le daría
consejo en aquello que le acaesgiera al niño, que lo
non mandara traer, et mandó les pensar del niño e
guisar cómmo guaresgiese. Et ellos comengaron a
pensar del e a melezinar lo e a escantar lo, fasta que
fabló el niño e dixo que quando se traspusiera, que
le dixeran (2) en sueños que el rrey mandó tormentar
aun rreligioso, e aforcar lo a tuerto e a grant sin
rrazón; el qual rrogó a Dios que mostrase su milagro
por que él fuese salvo; et que él non guaresgería fasta
que lo tanxese el rreligioso e rrogáse a Dios que le
diese salud, et si non que el niño era muerto. Et en-
bió el rrey apriesa por el rreligioso, et traxieron gelo.
(i) C. Et cuando oyó la culebra tales voces salió de su ma-
driguera, y cuando lo vio, pesóle mucho lo que sucedía [al ermi-
taño] y pensó en un ardid para salvarle : se fué, pues, hacia un
hijo del rey, y le mordió en un pie. Y cuando llegó esto a noticia
del rey, llamó a los sabios para que emplearan en él su magia; y
lo encantaron y no lograron con ello nada.
(2) A. d exaran
DEL ORENZE E DEL XIMÍO, ETC. 435
et mandó que escantase a su fijo, et dixo el rreli-
gioso: «Yo non sé escantar, mas faré lo que sopiere.>
Et puso su mano engima del niño, et oró e rrogó a
Dios, e dixo así: «Señor, Dios, si tú sabes que yo
digo verdat al rrey en quanto digo de mi fazien.da,
dale salud e folgura» (i).
Et el rrey le rrogó mucho que le dixese la fazienda
et cómo avia ávido el tesoro suyo e cómo avia venido a
aquella fibdat, et él le contó todo qudnto le acae fiera con
los vestiglos e con el orenze, et el galardón que oviera de
cada uno dellos (2). Et luego, acabada esta rrogatura.
(i) C. Et en seguida observaron las estrellas y emplearon to-
dos sus recursos en él, hasta que habló y dijo: «No sanaré hasta
que me traigáis a ese ermitaño, y me encante y me toque con sus
manos; porque el rey ha ordenado que lo maten, injusta y pre-
cipitadamente.» La serpiente se había ido ya a ver a una hermana
que tenía entre los genios, y le había contado el asunto y el be-
neficio que le hiciera este ermitaño. Y compadecida de él la ser-
piente había ido a ver al hijo del rey, y empleó en él su poder y
le dijo: «Sabe que no sanarás hasta que te encante ese ermitaño
que ha sido maltratado.» Y se fué la serpiente hacia el ermitaño y
le enteró de esto, y le dijo: «¿No te prohibí yo [que salvaras] al
hombre? <Pues por qué no me obedeciste?» Y le dio una planta
que servía de antídoto contra la ponzoña de ella, y le dijo: «Cuan-
do te halles en el palacio del rey, encanta al muchacho y dale a
beber de esta planta, que él sanará. En seguida entera al rey de
la historia, que él, sin duda ninguna, te salvará, si Dios quiere.»
Y como el rey había llamado a los magos y no le servían de
nada, díjole su hijo: «Mi curación depende de ese religioso que
has hecho prender y mandado castigar.» Y mandó el rey que ce-
saran de castigar al religioso y que se lo presentaran; y cuando
lo tuvo delante le mandó que encantara a su hijo, y le dijo el re-
ligioso: «Yo no sé encantar bien; pero lo curaré con un remedio,
en el que confío que está su curación.»
(2) A. Ca él le contó al rrey estonces toda su fazienda e su
acaesíjimiento.
436 CALILA Y DIMNA
fue el niño sano e guarido. Et mandó el rrey dar
aquellos ornamentos al rreligioso, e del su aver mu-
cho más, e mandólo soltar e pidióle que le perdonase
lo que le mandara fazer. Et mandó el rrey que dende
en adelante non entrasen ensu casa nin en su pri-
vanga si non omnes provados e conosgidos en obras,
e que aquéllos toviesen sus ofigios e el su servigio.
Desí mandó el rrey atormentar al orebs, e mandó lo
enforcar ala puerta déla gibdat. Et enesto que fizo el
rreligioso al orebs e alos vestiblos e de cómmo cada
uno gelo gualardonó, ay grant maravilla e grant fa-
zaña por que deve omne tomar enxenplo para saber
en quáles lugares deve omne fazer bien e en quáles
non lo deve fazer» (i).
(i) C. {Et el rrey le) dijo: «Solamente te he llamado para
que me enteres de tu necesidad.» Y contó el ermitaño al rey lo
que le acaeciera y lo que había hecho al orífice, al tejón, a la
seipiente y al ximio, y lo que éstos le dijeron, y el asunto que le
había obligado a venir a la ciudad; luego dijo: «Dios mío, si sa-
bes que yo digo verdad en lo que cuento, haz que pronto se cure
el hijo del rey de la dolencia que tiene y recobre su salud.» Y
sanó el muchacho de lo que tenía y le libró Dios de ello. Y le
hizo el rey dones al ermitaño y le dio regalos y le trató bien. Y
mandó que crucrificaran al artífice, y fué crucificado. En seguida
dijo el filósofo al rey: «En lo que hizo el orífice con el ermitaño,
y en su ingratitud para con él después que lo había salvado del
peligro, y en el agradecimiento de las bestias y en haberle sal-
vado una de ellas, hay ejemplo para los que piensan y materia
de meditación para los que meditan, [que enseña] que deben
hacerse los beneficios y favores a gente agradecida y honrada,
sean vecinos o extraños, para la rectitud del consejo, y para pro-
curar el bien y desechar el mal. Y este es el resultado de las
buenas obras.»
[CAPÍTULO XVI]
[A., fols. 84 a 88. — B., fols. 107 a 112 V. — C, págs. 233 a 238.
J., págs. 350 a 359.]
Capitulo XVI, del Jijo del rrey e del Jid algo e desús
companeros (i).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya oí todos tus enxen-
plos; pero oí te dezir que non ha cosa que más faga
al omne ser bien andante e rrico e ahondado e en
buen estado, que buen seso. Et si así es, ^-por qué
veemos el nesgio aver tanta de honrra e rriqueza, e
quanto cobdigia, quanto non puede aver el cuerdo e
el entendido e sabio e de buena mantenengia.^ Et
veemos muchas vezes que viene mucha rrencura e
mucha mengua e ocasiones e tribulaciones eneste
mundo alos sabios e cuerdos e de buen entendi-
miento, e más que alos negligentes e alos que non se
alvedrían e alos de flaco seso e alos aliviados» (2).
(1) C. El hijo del rey, el hijo del jerife, el hijo del comer-
ciante y el hijo del labrador. — J. El hijo del rey y sus compa-
ñeros.
(2) C. Dixo el [rey al] filósofo : «Ya he comprendido lo que
me has dicho que debe hacer el rey cuando se propone hacer
bien a la gente reconocida, ya vivan cerca de él, ya lejos; pues
cuéntame por qué el necio obtiene preeminencias y honores y
grandes dignidades, mientras al hombre prudente y sabio le aba-
ten las desgracias, penalidades y pesadas tribulaciones.» Dixo —
438 CALILA Y DIMNA
Dixo el filósofo: < Señor, así commo el omne non vee
si non con sus ojos, nin oye si non con sus orejas, así
el saber non se acaba si non con sofrimiento e con
seso e con gertedunbre; enpero a todo esto venge la
ventura que es prometida a cada uno et el juizio
divino y que la cosa avuya al orne o le mata (i).
Así QUE ALGUNOS SON A QUE DiOS DA BUENA AN-
DANgiA EN su RRIQUEZA, ET RRECABDAN LO QUE QUIE-
REN SIN SU ALVEDRÍO E SIN NINGUNA OBRA, ET ALGU-
NOS SON QUE SELES ACABA SU BUENA ANDANQIA, QUE
LOS GUÍA Dios a ser ENVISOS ET los ENDERESgA ET
LOS ENSEÑA DE GUISA QUE CONOSgEN BIEN LAS COSAS E
LAS SABEN BIEN TRAER, ET ES LES ESTO MOVIDO DÉLA
VENTURA QUE DiOS DIO E PROMETIÓ POR JUIZIO; EN-
PERO NON AYA NINGUNO ESPERANgA EN NINGUNA
BUENA MANERA, NIN EN NINGUNA BUENA BONDAD QUE
OMNE AYA, [que] DURE SIN SESO E SIN SUFRIMIENTO E
SIN BUEN ACUERDO CON QUE MANTENGA SU FAZIENDA.
Et NINGUNO NON PUEDE POR ARTE NIN POR SESO DES-
VIAR LO QUE DiOS LE JUDGÓ E PROMETIÓ DE ANTES.
Et esto paresge enel enxemplo del [fijo del] rrey
que fizo escrivir sobre la puerta de su gibdat que
dezían Matrofil, que el buen entendimiento e la valor
o la femengia e la arte eneste mundo, todas son en
J. Dixo el rey Dibcelim a Bidpa el filósofo : «Ya oí este ejem-
plo. Y si sucede que el hombre no alcanza el bien sino con su
entendimiento y su prudencia y con su certeza de juicio en los
asuntos, como dicen, ;por qué el hombre necio obtiene preemi-
nencias y bienes, y el hombre prudente y sabio alcanza desgra-
cias y calamidades?» Dixo
(i) C. divino, que son superiores a todo ello, y prosperan al
que lo posee o lo arruinan.
DEL FIJO DEL REY E DEL FroALGO, ETC. 439
poder déla (i) ventura.» Dixo el rrey: «¿-Cómmo fue
eso?>
Dixo el filósofo: <Dizen (2) que quatro mangebos
se ayuntaron en un camino (3): el uno era fijo de
rrey, e avía de ser rrey después que muriese su
PADRE, ET OTRO SU HERMANO FORgÓLO E ECHÓLO FUERA
DEL RREGÑO DESPUÉS DÉLA MUERTE DEL PADRE; ET ÉL
FUESE ESCONDIDA MENTE CON CUYTA POR GUARIR, CON
MIEDO QUE LO PRENDIESE SU HERMANO E LO MATASE;
et el segundo MANgEBO era fijo dalgo; et el tergero
era fijo de un mercador; e el quarto, fijo de labrador.
Et falláronse todos quatro en un camino, et ando-
VIERON TANTO FASTA QUE LES MENGUÓ LA DESPENSA, E
FUERON MUY lazrados et fanbrientos (4) e non tenían
cosa ninguna si non los paños que tenían vestidos.
Et andando por el camino, fablando unos con otros,
ovo de caer entre ellos contienda sobre las cosas
deste mundo cómmo andan, e en quál guisa puede
omne aver rriqueza e gozo e alegría (5).
(i) C. enxemplo del hijo del rey, que vieron sentado a la
puerta de una ciudad llamada Matún, y escribió luego sobre ella
después que llevó a cabo su asunto: «En verdad que el entendi-
miento y la hermosura y el esfuerzo y el valor y todo lo demás,
tienen su fundamento en el juicio divino y en la ventura.»
(2) A. Así fue
(3) en un camino : — Falta en C, pero está en J.
(4) C. todos necesitados, y ya eran presa de la miseria y del
sufrimiento, e
(5) J. Et mientras ellos andaban, meditaron acerca del estado
en que se encontraban, y cada uno de ellos volvía siempre [a re-
ferirse] a su condición natural y al bien que de ella le vendría. —
De toda esta cláusula, C. sólo dice : Et mientras andaban. (Véa-
se la nota siguiente.)
440 CALILA Y DIMNA
Dixo (i) el fijo del rrey: «Los fechos deste mundo
todos son enel poderío de Dios [et] enla ventura que
HA PROMETIDO A CADA uNo; et quanto le es por él
prometido, todo (2) le ha de venir de todo en todo;
onde ser el omne sofrido ala ventura e a entenderla
es muy buen seso* (3). Dixo el fijo dalgo: «A quien
Dios quiere dar beldat e fermosura e apostura en
todos sus miembros e buenas mañas, puede aver mu-
cho bien por ello, et non ha cosa que más le ayude
a aver algo que esto.» Dixo el fijo del mercador:
«Non cuydo yo que ha cosa enel mundo de que omne
pueda aver grande algo, commo en aver buen enten-
dimiento e sabiduría e acugia, e conprar e vender.»
Et dixo el fijo del labrador: «Yo non cuydo que omne
pueda aver de commer para un día si non labrare e
trabajare.» Et en contendiendo así sobre esto lle-
garon ala gibdat a que ivan, et asentaron todos gerca
déla gibdat, de fuera, que non tenían cosa deste
MUNDO SI NON LOS VESTIDOS QUE VESTÍAN. DeSÍ COMEN-
gARON SE DE ARRUFAR UNO CONTRA OTRO POR LO QUE
SE ALABARA, QUE DEVÍA FAZER CADA UNO DELLOS LO
QUE DixERA. Et dixcrou al fijo del labrador: «Mez-
quino, vete e trabaja commo dizes, e gana que coma-
mos un (4) día.»
(i) C. Et mientras andaban, dixo el
(2) J. quanto está destinado a cada hombre, le
(3) J* sofrido al juicio de Dios y a la ventura y esperarlos, es
la mejor de las cosas.» Dixo
(4) En C. se halla muy resumido este párrafo, y también en J.,
que, exceptuando lo dicho en las dos notas anteriores, conviene
con C. en lo demás. Así dice C: «Los fechos d. m. t. son en
poder del destino.» Y dijo el hijo del comerciante: «La sabidu-
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 44I
Et fuese el fijo del labrador (i) e entró enla giB-
DAT et preguntó a unos omnes que esta van pablan-
do, edíxoles: «Yo SÓ OMNE ESTRAÑO ENESTA giBDAT,
E TENGO OTROS TRES CONPAÑEROS, E NON TENEMOS
NINGUNA COSA QUE COMER. Deztdme Quál obra faría
POR MIS MANOS déla mañana fasta la noche, para
ganar que comiésemos (2) quatro omnes.» Dixeron
le: «La leña es muy cara en esta gibdat, e el monte
es a una legua de aquí ental lugar, e van allá los
LEÑADORES. PUES VE ALLÁ, FAZ LEÑA CONELLOS E VEN-
DERÁS QUANTA PUDIERES TRAER POR UN MARAVEDÍ, ET
ESTO TE CUNPLIRÁ ATÍ E A OTROS TRES.» Et fuCSC Cl
fijo del labrador, e fizo un gran faz de leña, e tráxola
a cuestas fasia la cibdat, e vendiólo por (3) un mara-
vedí, e del conpró (4) vianda quanta cunplió aél e a
sus conpañeros aquel día (5).
ría es lo mejor de todas las cosas.» Dijo el hijo del jerife: ^La
hermosura es mejor que lo que habéis dicho.» Dijo el hijo del
labrador: «El trabajo vale más que todo eso.» Luego se dirigie-
ron hacia una ciudad nombrada Matún. Y cuando llegaron a esta
ciudad se sentaron (*) cerca de ella y dijeron al hijo del labra-
dor: «Vete y gana para nosotros con tu trabajo la comida de
este día.*
(i) el fijo del labrador — Falta en C, pero está en J.
(2) C. que comiesen quatro
(3) A. quanta le valió
(4) A. ovo
(5) J. Dixeron le: «No hay en esta ciudad cosa más cara que
la leña, y está la leña distante de ella una parasanga.» Y se fué
el hijo del labrador, y reunió un haz de leña, y vínose con él a la
ciudad y lo vendió por una dracma, y compró con ella comida,
y escribió en la puerta de la ciudad: «Con el trabajo de un solo
(*) ee sentaron — Así en J. — En C. se pararon
442 CALILA Y DIMNA
Et quando fue otro día de mañana (i) dixeron:
«Echemos suertes, e al que cayere la suerte vaya
A averiguar su dicho. > Et echaron suertes e cayó
LA suerte al fijo dalgo, que era muy fermoso e muy
APUESTO. Et dixeron le: «Llévate, e faz nos algo
contu fermosura e con tu beldat, e faz veridad lo
QUE dexiste» (2). Et fuese el fijo dalgo e llegó ala
puerta déla (3) gibdat. Desí pensó ensu corazón e
dixo: «Yo non sé fazer nada nin sé qué faga por
que dé amis conpañeros que comman, et avré ver-
güenza de tornar aellos asi vazio (4). Et pensó de se
IR E dexar los; et estando en aquel pensamiento arri-
móse a un árbol que estava en medio DEla gibdat, et
coMENgó de catar alos que pasavan por aí. Et
pasó por aí una dueña fija dalgo, cavallera en su
MULA, E SUS MUGERES ENPÓS DELLA E SUS CRIADOS. Et
VIDO LO AÍ SER, E DESCONOSgiÓLO E ENTENDIÓ QUE ERA
OMNE ESTRAÑO, E VIDO LO TAN FERMOSO E TAN APUES-
TO, E ASÍ TAN cuYDOSO, e OVO coupasíón (5) del.
día, cuando se esfuerza el hombre, gana una dracma.» En seguida
se fué hacia sus compañeros con la comida y comieron. — C. Di-
xeron le : «No hay cosa más cara que la leña, y la hay al cabo de
unas parasangas de ella; y se dirigió allí y cargó un haz de leña
grande, y lo vendió por media dracma. En seguida compró con
ella lo que cumplía a sus amigos, y escribió en la puerta de la
ciudad: «El trabajo de un solo día vale media dracma.> Y fuese
a ellos con lo que había comprado, y lo cogieron y comieron.
(i) C. quando amaneció — J. como A.
(2) C. dalgo : «\"ete con tu hermosura y gana algo que
comamos.» Et
(3) el fijo dalgo e 11. a. p. d. gibdat. — Falta en C. — J. dalgo
para dirigirse a la gibdat.
(4) C. tornar a mis compañeros sin comida. Et
(5) C. dalgo y quedó prendada de la hermosura del.
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 443
Et DESQUE LLEGÓ A SU POSADA cnbió Una SU muger
aél, et LA MUGER FUE AÉL, E FALLÓLO ADORMEgiDO
DEL CUYDADO QUE TENÍA. E DESPERTÓLO E DÍXOLE :
«Mi señora, DOÑA Fulana, muger de don Fulano,
ME ENBÍA ATÍ, ET RRUÉGATE QUE LA VAYAS VER A SU
POSADA.» Et dixo Él: «¿Qué me quiere tu señora,
o PARA QUÉ ME MANDA LLAMAR, CA NIN SABE QUIÉN
ME SÓ NIN ME CONOSgE?» DÍXOL' LA MUGER : «CUYDA
DETÍ UNA COSA, E QUIERE PREGUNTAR POR TU FAZIEN-
DA, E POR SABER TU ESTADO, E POR TE FAZER LO QUE
DEVE TAL DUEÑA A TAL COMMO TÚ.» Et LEVANTÓSE
EL MANQEBO E fucsc conella ala posada déla dueña.
Et ESTA DUEÑA ERA MUY NOBLE; ET DESQUE FUE EN-
TRADO preguntóle ella e rrogóle que le dixese su
FAZIENDA E SU NONBRE. Et ÉL RRECONTÓLE EN QUÉ
MANERA VENIERA A AQUELLA giBDAT, ÉL E SUS CONPA-
NEROS, E QUE ERAN Y ESTRAÑOS, E QUE NON CONOS-
gÍAN A NINGUNO. Et mandóle aquella dueña dar
posada para él e para sus conpañeros, e mandó-
les dar QUE despendiesen él e ellos cient marave-
dís. Et estovieron así algunos días a su plazer, fasta
QUE fueron comidos LOS DINEROS (l).
Desí dixeron al fijo del mercador: «Averigua lo
QUE dexiste, e ayúdate de tu agudez e de tu sabidu-
ría, e gana que commamos.» Et dixo él: «Fazer lo
he si Dios me ayudare.» Et fuese el mangebo e de-
(i) C. Et enbió una sirvienta para que volviese con él. Y
mandó que se lavara; luego pasó con ella aquel día lleno de pla-
cer y de consideraciones. Y cuando vino la noche le despidió
con quinientos dinares, y fuese él hacia sus compañeros y escri-
bió en la puerta de la ciudad : «El precio de la hermosura en un
solo día es de quinientos dinares.»
444 CALILA Y DIMNA
MANDÓ POR EL LUGAR DO MERCAVAN LOS DE AQUELLA
giBDAT. Et vido arribar una nave, e ayuntáronse unos
marcadores déla gibdat por conprar délos señores
déla nave quanto ai traían, et comentaron los pre-
cios dello, E IVA ÉL ENPÓs DELLOS. Dcsí asentáronse
a parte, e consejáronse e dixeron unos a otros: «Va-
yamos nos ai e non conpremos cosa alguna, e ellos
vernán a fazer nos mercado de quantas mercadorias
ayan, e aver las hemos rrafez de buen mercado Et
desque fueron idos, fuese el fijo del mercador para
la nave, e igualóse con los dueños délas mercado-
rías, e prometióles quanto los otros les davan por
ellas E GELAS NON QUISIERAN DAR. Et - quando los
mercaderes lo sopieron, venieron se luego para la nao
e fallaron que la avia conprado aquel mangebo; et
dieron le mili maravedís de ganangia, ettorrn(ar)ó(n)-
se con ellos (i) para sus conpañeros. Et mejoraron
su estado, e tovieron que commer, e moraron allí (2).
(i) ellos — A. ellas
(2) C. Y cuando amaneció dijeron al hijo del mercader: »Gana
para nosotros con tu sabiduría y tu comercio algo.» Y se fué; y no
pasó sino un poco [de tiempo] cuando vio un navio grande en el
mar, que había anclado cerca de la orilla, no lejos de la ciudad;
y se dirigían hacia él los hombres para comprar lo que en él hu-
biese. Y ponderaban el valor de la mercancía sus dueños. Luego
ellos dijeron: «Dejémonos hoy de esto, hasta que se pongan más
tratables y nos bajen el precio. > Y lo hicieron así (*). Y fué des-
pués de ellos el hijo del mercader y compróles lo que había en
ella [la nave] por cien mil dinares. Y cuando supieron los mer-
(*) J. hubiese de valor. Y se sentaron para aconsejarse en ün extre-
mo del barco, y se dijeron unos a otros: «Desistamos hoy y no les com-
premos cosa ninguna, para que se les queden sin vender las mercancías
y nos bajen el precio de ellas tanto como necesitamos, que nos lo baja-
rán.» Y
DEL FIJO DEL REY E-DEL FIDALGO, ETC. 445
Et después dende a días venieron al fijo del rrey
et dixeron le: «^Fasta quándo atenderás tú la ven-
tura e quándo ganarás por ella que comamos?» Et
DÍxoLES Él: «Por buena fe non sé qué faga, nin
PUEDO NADA GANAR, NIN ESPERO ÁL, SALVO LA VEN-
TURA QUE ME HA DE VENIR DÉLO QUE DiOS ME JUDGÓ
E ME DIO EN PARTE, ET NON DUBDO QUE ME VERNÁ DE
TODO EN TODO> (i). Et SALIÓ DE ALLÍ, ET andovo fasta
que llegó ala puerta déla gibdat (2). Et acaesgió que
murió ese día el rrey desa gibdat, et non dexó sí non
UN ñjo QUE AVÍA DE HEREDAR EL RREYNO DESPUÉS
DEL, CA TODOS SUS PARIENTES ERAN MUERTOS E FINA-
DOS FUERAS AQUEL, [eT AQUEL FIj]o AVÍA DE HEREDAR.
Et pasaron el cuerpo del rrey que levavan aenterrar
por donde él estava, todos faziendo muy gran duelo (3),
ASENTADO ENLOS POYOS DÉLA PUERTA [dELa] giBDAT,
et non se movía por aquel duelo nin mostró pesar.
[Et descjonosgieron lo, et preguntó le un duque e
díxole: «¿-Quién eres e (4) por [qué te ajsentaste aquí
caderes esto, se presentaron a él y le dieron de ganancia cien
mil. Y los tomó y les traspasó la venta a ellos, y se volvió hacia
sus compañeros. Y cuando pasó por la puerta de la ciudad, es-
cribió en ella: «El saber gana en un solo día cien mil dinares.» Y
disfrutaron algún tiempo de lo que habían adquirido, y vivieron
en la abundancia.
(i) C. Et cuando amaneció el cuarto día dijeron al hijo del
rey: «Vete y gana para nosotros algo con el juicio divino y la
ventura.» Et
(2) C. gibdat y se sentó en uno de los bancos que había en la
puerta de la ciudad. Et
(3) A. En pasando por allí llevando el cuerpo [a entejrrar,
estava aquel mancebo
(4) A. o
446 CALILA Y DIMNA
e non te moviste por el duelo del rrey quando pa-
[só por] aquí?» (i). Et EL MANgEBO non le rrespondió;
e ENSAÑÓSE EL DUQUE, ET [denosjtó lo e echó lo fuera
déla gibdat (2).
Et desque fue pasado el llan[to (3) tjornóse el
mangebo (4) e asentóse en su lugar, et torrnáronse
los [otr]os después que ovieron enterrado al rrey, et
él estava asentado [en] su lugar. Et vido lo aquel du-
que, et venóse para él e díxole: «<jNon te de[fe]ndí,
que non estovieses en aquel lugar?» Et fizólo pren-
der, et mandópo] levar ala prisión. Et quando fue
otro día, algaron por rrey al fijo [de]l rrey que finó;
et comengó cada uno délos rricos omnes e délos
fi[jo]s dalgo a bendezir al rrey e a dezir cada uno la
mejor rrazón [q]ue sabía. Et fabló ai aquel duque, et
díxole: «Señor, quiero te dezir [lo] que me acontes-
gió ayer: quando levávamos el cuerpo del rrey, vi
[au]n mangebo asentado en un poyo, gerca déla
puerta de la gibdat, [et é]l paresgióme omne estraño
(i) C. dexó fijo ni hermano ni parientes. Y pasaron por cerca
de él el cadáver del rey; y observaron algunos que él no se mo-
vía ni se preocupaba ni se entristecía por la muerte del rey. Y
preguntóle uno de ellos: «¿Quién eres y por qué estás sentado a
la puerta de la ciudad sin mostrar tristeza por la muerte del
rey?» (*). Et
(2) C. echó lo. — J. echó lo el portero de la puerta.
(3) C. y J. Et desque pasaron tornóse
(4) el mangebo — Falta en C, pero está en J.
(*) J. cadáver del rey, y no se entristeció por ello cuando todos esta-
ban tristes, ni volvió la cara hacia ellos, ni se preocupó de lo que a to-
dos tenía afligidos. Y desconocieron su condición, y lo denostó el por-
tero y le dijo: <¿Quién eres, ¡oh villano!, y por qué te has sentado a la
puerta de la ciudad, y no te vemos triste por la muerte del rey, ni preocu-
pado?» Et
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 447
en su gesto e en sus vestidos, e fablé[le] e non me
rrespondió, e échelo dende. Et después que torna-
mos, [fajllélo en aquel lugar, e pregúntelo por qué lo
fiziera, e non me rres[po]ndió, e tove que era esculca,
e fízelo prender e poner enla pn[sió]n» (i).
Quando esto oyó el rrey enbió por el mangebo, e
mandó lo so[ltar] déla prisión, et que gelo traxiesen;
et traxieron gelo. Et el rrey [prejguntó le quién era
e de (2) qué tierra; et díxole: «Yo só Fulano, fijo del
[rrey] de Marmia, e yo era heredero del rrey; et des-
que él fue ñ[nad]o, echóme mi hermano del rreyno.
Et con miedo de muerte [tove] de fuir e venir me
para vuestro padre, en ESPERANgA que me [ayud]a-
RÍA E ME ANPARARÍA. Et QUANDO VINE E LO VIDE AYER
LLEVAR [a ENt]eRRAR, PESÓME TANTO, DE GUISA QUE
DESESPERÉ É PERDÍ EL SESO E [eL ENTE]nDIMIENTO. Et
ÁSENTEME ALLÍ QERCA DÉLA PUERTA DÉLA [giBDAT
(i) C. asentado [en] su lugar. Y cuando volvieron lo vio el que
había hecho lo que le había hecho (*) y le dijo: «¿No te prohibí
ese asiento?» Y avanzó hacia él y lo prendió y lo encarceló. Y
cuando se reunieron para designar el hombre que había de rei-
nar entre ellos, eligieron al que había mandado meterlo en la
cárcel, y contóles lo sucedido con él y les dijo : «Yo temo que
sea un (**) espía; enviad, pues, por él.»
(2) A. do
(*) J. cuando enterraron al rey y se volvieron, lo vio el portero y se
enfadó y
(**) J» encarceló. Y cuando al día siguiente estaba ya reunido el
pueblo para elegir rey, y deliberaban acerca de quién sería el que rei-
nara sobre ellos y discutían unos con otros, entró el portero y les dijo:
<Yo vi ayer un muchacho sentado en el portal, y no le vi triste como
estábamos nosotros, como si la cosa no tuviera importancia para é!, y
manifestábanse en su porte exterior señales de majestad y excelencia; y
le hablé y no me contestó, y lo eché de la puerta; y cuando volví lo
vi sentado, y lo hice meter en la cárcel, temiendo que fuera un espía.»
448 CALILA Y DIMNA
CjuiDOSO E MARAVILLÁNDOME DÉLAS COSAS QUE GUISA
LA ven[tura.» Quajndo esto ovo dicho, conosgió lo
el rrey e los otros no[bles omnes] que el mesmo era,
e dixeron lo todos al rrey. Et el rrey [rresgibiólo]
bien, ET PROMETIÓLE GRANDE ALGO, ET QUE ÉL GUISA-
RÍA EN QUANTO PUDIESE COMMO AQUELLA ESPERANQA
QUE AVÍA PARA COBRAR SU RREYNO, QUE ÉL LO FARÍA.
Et MANDÓ [le dar] POSADAS E BESTIAS E AVER (l).
Et (2) era la costunbre de aquella tierra [que]
quando algaban rrey de nuevo traían lo por la gibdat
cava[lgando] en un elefante, dende a siete días; et
cavalgavan conél sus [ca]valleros e sus rricos omnes,
lo mejor guisados que ellos podi[esen], et con mu-
chas maneras de juglares, et fazían grant fiesta, et
[era] llamado por nonbre del rrey. Et después que
(i) C. y enviaron por él (*) y le preguntaron quién era y
qué le ocurría y qué le había traído a la tierra de ellos. Dijo : «Yo
soy hijo del rey de Carunad: murió mi padre y me venció mi
hermano, apoderándose del reino, y yo soy mayor que él (**) y
huí de él, temiendo por mi vida, hasta que llegué a vuestro país.»
Y cuando le oyeron esto y entendieron su lenguaje, que les inter-
pretó uno que había recorrido el país (***) de ellos, lo reveren-
ciaron y lo hicieron rey suyo, y le invistieron con la soberanía.
(2) El contexto de la versión castellana se diferencia mucho
en este párrafo y en los tres siguientes del de la árabe, por lo
que ofrecemos seguidamente, y en un solo párrafo, la traducción
del texto de C. que corresponde a estos cuatro de A. — C. Et
era la costumbre de ellos rrecorrer [la ciudad] con aquel a quien
(*) J. Y envió el más excelso de la ciudad por el muchacho, y vi-
nieron con él y
(**) J. reino, y mi padre me había designado por heredero del rei-
no; pero me lo arrancó por la fuerza mi hermano, y huí
(**•) J. cuando contó el muchacho lo que había contado de sus co-
sas, lo conoció uno que había ido al país de su padre de ellos,
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 449
aquel rrey nuevo ov[o] pasado los siete días, e qui-
sieron lo traer enel elefante commo acostunbravan
fazer alos otros rreyes, mandó el rrey guisar un ele-
fante para aquel infante que era echado de su rrey-
no, et que lo troxiesen enél, así commo aél; et dixo
alos suyos: «Este infante es rrey en su tierra, así
commo yo en ésta, et fizieron lo así commo amí.» Et
andovieron conél por aquella ^ibdat en aquella fies-
ta. Et desque el rrey fue tornado a su alcágar man-
dó fazer grant ospedadgo al infante, e que le diesen
quanto avía menester, fasta que él catase por su fa-
zienda. Et el infante buscó a sus conpañeros e trá-
xolos a su posada e fizóles mucha honrra. Et el rrey
pagóse todavía del infante, et casólo con su fija, et
desque fue casado, honrrólo et diole algo, aél e a sus
conpañeros, a cada uno en su estado. Et a poco de
tienpo el rrey mandó le dar a su yerno muchos ca-
valleros e grant aver, para que lo levasen, aél e a su
muger, a su rregño; et escogió el rrey para esto los
mejores de su rreyno e los más esforzados e mejores
e más sabidores en lidiar. Et tornóse el infante para
su tierra; et quando lo sopo el hermano que venía con
tanta honrra e con tan grant poderío, saliólo a rres-
gebir e pidió le merged e tregua, e desanparó le su
rregño. Et pusieron entre amo[s] sus pleitos, e prome-
tieron su fe en uno, e prometióle el herman[o] giertas
parias; et rregño el infante en paz en aquella tierra.
Et mandó escrevir ala puerta déla gibdat estas
elegían rey de ellos, y lo montaron en un elefante y dieron una
vuelta con él. Y cuando pasó por la puerta de la ciudad vio en
ella lo que habían escrito sus compañeros, y mandó que se escri-
TOMo I. 29
450 CALILA Y DIMNA
palabras: «Laz[erio] de un omne que fará por sus
manos en un día, puede [gajnar aél e a tres conpa-
ñeros de comer e de be ver; et conpl[imiento] enel
omne de beldat e de buen enseñamiento e grant
l[inaje] faze le ganar amor délos omnes, e fázele per-
der soledat, [maguer] sea estraño e fuera de su tie-
rra, et fázele ganar en un [día gient] maravedís; et el
seso e la apostura e la sabiduría et el [entendimienta
en] mercaduría fázele ganar en un día veynte mara-
vedís; et el encomendar se omne a Dios, e meter su
fazienda en su mano e atender su juizio, faze al rrey
que perdió su rreyno cobrarlo, e tornar en mejor
biera: «El trabajo, el saber, la hermosura (*) y todo el bien o el
mal que obtiene el hombre (**) es por el juicio de Dios y por la
ventura. Considera cuánto bien y cuánta felicidad y honor me ha
enviado Dios en su excelencia.> Luego entró el rey en su Con-
sejo, se sentó en su trono y envió por sus compañeros, que vinie-
ron y los hizo ricos y opulentos (***). En seguida reunió a los>
prefectos, a los nobles y a los sabios de su reino, y les dijo : «Por
lo que respecta a mis compañeros, ya creen ellos, sin duda nin-
guna, que el bien que les ha dado Dios sólo es por el juicio di-
vino y por la ventura; y por eso fué lo que dijeron. Y en cuanto
a mí, pues en verdad que lo que me ha concedido Dios y me ha
dado, no ha sido por la hermosura ni por la sabiduría ni por el
trabajo; no esperaba yo, cuando me expulsó mi hermano y me
(*) hermosura, i)-*-* en C, por JL^-S»..
(**) J. costumbre de aquella ciudad cuando elegían un rey, lo traían
sobre un elefante blanco y daban vueltas con él alrededor de la ciudad.
Y cuando hicieron con él esto, pasó por la puerta de la ciudad, y al ver
la inscripción que había en la'puerta, mandó que se escribiera: «En ver-
dad que el trabajo y la hermosura y la sabiduría y todo el bien o el mal
que obtiene el hombre en este mundo es
(***) J« compañeros con quienes había él estado, y se los presenta-
ron. Y asoció al que defendía la superioridad de la sabiduría con sus
visires; y al que defendía el trabajo lo empleó con los empleados de la
labranza, y al que defendía la hermosura lo puso al frente de otro de sus
ministerios. En seguida
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 45 1
estado que era. Et todas las cosas son por el juizio
de Dios et por ventura así; ca non ha cosa de quan-
tas Dios crió que se pueda mudar un paso, nin cuy-
dar fazer alguna cosa si non por el mandado de
Dios et por lo que ha prometido e judgado. Et (i)
todas las cosas son en su poder, e él las mantiene, et
él se torna; que ninguno non sabe cómmo las ordena
ni cómmo las confirma.»
Desí mandó llamar a sus conpañeros, (e) aquellos
con quien andovo el camino, et díxoles: «Desque
fuemos llegados en un camino e fezimos conpañia (e)
sienpre fuemos en encomienda de Dios, et quanto
cada uno denos dixo e fizo por averiguar su fecho,
fizólo por Dios e por que le era prometido; ca si non
fuese por la aventura de Dios e por su juizio, non
dixérades lo que dexistes, nin acordara Dios a nin-
guno de vos a fazer lo que dixera, nin averiguar lo
que se alabara a sus conpañeros. Et yo tenía por muy
grant cosa de ganar algo; ca non podía nin sabía, ca
era forgado demi hermano e era fuído con miedo de
muerte, así que non sope ál que fazer, si non de me
anparar al poderío de Dios, e tener me por pagado
de su juizio, et que él me acarreó de ir a aquella gib-
dat, non a sabiendas demí. Desí fizóme ir al su rrey,
amedrentó, alcanzar esta dignidad ni obtenerla; porque yo he
visto entre la gente de esta tierra otros más excelsos que yo en
belleza y hermosura; y sabía que en ella había quien es más per-
fecto que yo en juicio y más esforzado en el trabajo. Pero me
impulsó Dios y su juicio a que saliese de mi país para que se
cumpliese el decreto divino que Él ya había determinado y tenía
decretado; pues ya me había resignado yo a vivir en la estrechez
(i) Et— A.En
452 CALILA Y DIMNA
et mostróme rrazonar conél, et nenbróme ale dezir
por qué me ovo merged, e creó lo que le dixe, non
pensando enello nin sabiendo en qué fenesgería mi
fazienda; mas fue cosa que me puso Dios en cora-
zón, e me él fizo dezir, de guisa que gané amor de
aquel rrey con quien nunca avía fablado. Et guisóle
por la ventura de Dios que ove de ser rrey en mi
tierra, e vencí a mis enemigos, sin poder que yo
oviese e sin fuerga, mas fue por el juizio de Dios que
se ovo de conplir. Pues loado sea Dios, en cuya mano
son todas las cosas; ca ninguno non puede por su
fuerga nin por su arte contrastar lo que ha de ser por
su mandado. >
Desí mandó el rrey llegar los grandes omnes de
su rregño e sus cabdillos e ale alies e rreligiosos, por
fazer les sermón. Et fizo su sermón breve e bien de-
partido con grant sabiduría, et predicóles e acugió-
les a fazer buenas obras con que se llegasen a Dios
e le non fuesen desobedientes. Et levantóse un omne
BUENO rreligioso délos que el rrey mandara y venir,
et díxole : «Señor, has fablado con buen entendi-
miento e con seso e con acuerdo, et sabemos que
quanto dizes todo es verdat, ca Dios guisó, e guisó
que rregnases en nos, et tú que lo meresgías con seso
e conel acuerdo que Dios te dio, et por tú esperar su
merged e fiar enél; ca quando Dios quiere dar mejo-
y a llevar una vida penosa.» Et levantóse un religioso que había
en aquella tierra y dijo: «¡Oh rey! Has fablado c. b. e. e c. s.
e c. acuerdo, pues nosotros tenemos buena opinión de ti y con-
fiamos en ti, et s. q. q. d. t. e. verdat, y sabíamos que tú eras,
cuando Dios te trajo a esta situación, digno [de ella], por la exce-
lencia de que te adornó y por los beneficios que consiguiente-
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 453
ría al omne en buen entendimiento e sufrimiento e
buen seso, e le da por naturaleza de ser piadoso e
mesurado a sus pueblos, derecho es de rreynar. Et
el mejor andante omne deste mundo e del otro es
aquel a quien Dios quiere fazer merged enle dar seso
e acuerdo e saber. Et ha nos Dios fecho merged en
que te nos dio por rrey, en vez defl] que murió; por
ende rrogamos a Dios que te faga piadoso sobre tus
pueblos e bien aventurado a su servigio.»
Desí levantóse otro rreligioso e loó a Dios e agra-
desgiólo. Desí dixo: «Yo avía, ante que entrase enla
orden de rreligión, dos maravedís. Et metió me Dios
en coragón de amar el otro siglo, e fazer las buenas
obras (i). Et dixe en mi coRAgÓN: «Non es ninguna
cosa que de mejor meresgimiento sea, segunt Dios,
que conprar un alma (2) e franquear la por el amor
de Dios.» Et fui al mercado, e fallé un paxarero que
mente te había de conceder. Et el m. a. o. d. m. e. d. otro, y el
primero de ellos en la alegría, es aquel a quien concede Dios lo
que a ti ha concedido, y pone en él lo mismo que ha puesto en
ti. Y ya vemos que [es] Dios [por] quien hemos deseado [esto],
cuando te ha hecho nuestro rey y te ha conferido nuestra sobera-
nía; pues alabemos a Dios por las mercedes y gracias con que
nos ha favorecido en esta ocasión. >
(i) C. Desí levantóse otro religioso y loó a Dios, le ensalzó
y le glorificó e hizo mención de sus beneficios y dijo: «¡Oh reyí,
Yoj cuando era muchacho, antes de ser religioso, estuve al ser-
vicio de un hombre de los (*) hombres; y cuando me pareció bien
abandonar el mundo lo dejé (**) y me dio por mi salario dos di-
nares; y quise emplear en buenas obras uno de los dos, y gas-
tarlo para el otro mundo. Et
(2) C. alma con un diñar e
(•) J. hombre de los más nobles entre los hombres;
(**) J. mundo dejé a ese hombre y
454 CALILA Y DIMNA
tenía dos palomas e quería las vender, et aqomé-
LAS, e dava le por ellas un maravedí e non me las
quiso DAR si non por dos maravedís. Et yo non
TENÍA MÁS, ET FÍZOSE ME MUY GRAVE DE CONPRAR LAS
POR QUANTO TENÍA, ET CONPRÉ LA UNA POR UN MARA-
VEDÍ. Et ove piedat dellas (i), et dixe: «Por aven-
tura son parejas, maslo e fenbra; et si las partiere
una de otra morrán más, con pesar que avrán la una
déla otra, et si las dexare al paxarero conprar las ha
otro para commer e matar las ha.> Et conprélas et
TOMÉ LAS por dos maravedís (2).
»Et dixe: «^'Cómmo faré dellas? Ca si las diere de
mano por lo poblado gerca délos omnes, he miedo (3)
que non podrán boiar, por que son flacas e magras
déla premia que han rresgibido e del atar, et non
só seguro que las non cage alguno otra vez (4), et non
les terna pro el bien que les yo quiero fazer.»
Desí levé las aun canpo a un lugar do avía buen
pasto, e lueñe délos omnes [e] délas casas (5), e de-
xélas ir, et comengaron a bolar, catando las yo. Et
quando las palomas se alongaron demí, posaron en
tierra et fueme para ellas, et con miedo que las non
(i) C. palomas, y le ofrecí precio por ellas, y no quiso bajar
de los dos dinares; insistí para que me las diera por un diñar, y
no quiso, et
(2) C. son casadas o parejas, y temo que si doy libertad a una
muera la otra.> Y se las compré por el precio que me pedía. —
J. casadas, macho y hembra, y voy yo a separarlas.» Y tuve pie-
dad de ellas, y conñé en Dios y las compré por dos dinares.
(3) C.y J. >Et temía que si las soltaba por tierra habitada que
(4) et non... otra vez, — Falta en C. — J. y no estoy seguro de
que no les ocurra otra desgracia.»
(5) e lueñe... casas, — Falta en C, pero está en J.
DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO, ETC. 455
tomase alguno. Et quando fuy gerca dellas bolaron
e posaron en un rramo de un árbol, e seguílas fasta
que fue gerca dellas, et asentáronse en tierra et
comengaron de picar e de ferir ala rraíz de aquel
árbol (i).
>Et llegué al árbol por ver qué fazían, e cavé con
una vara en aquel lugar do ellas picavan, e fallé y
una jarra llena de maravedís, e descobríla e vi lo que
avía, e entendí que non lo avían [fecho] si non por
me gualardonar lo que les fiziera. Et rrogué a Dios
que les fiziese fablar, de guisa que fablase conellas,
e fablaron, et díxeles: «Vos, aves, que así sabedes
lo que es so tierra, ^-cómmo caístes enla rred del
paxarero?» Et ellas dixéronme: «Omne bueno, ^-non
sabes que la aventura del juicio de Dios venge toda
cosa e que ninguno non le puede contrastar? Et
QUANTO viste QUE ACAESQIÓ DE NOS E DETÍ FASTA QUE
LLEGASTE ALA RRAÍZ DESTE ÁRBOL [nOn] FUE SI NON
POR LA AVENTURA QUE NOS FUE PROMETIDA. PueS [la
más] bien aventurada criatura es aquella a quien
Dios promete en su juizio bien, et la más mala aven-
turada es aquella a quien Dios promete lo contra-
rio» (2). Et aquí se acaba el capítulo XVI e comienga
el diez e siete.
(i) C. bolar, y se posaron en un árbol; entonces desistí de
perseguirlas para volverme. Y dijo una de ellas a la otra: «Ya nos
ha libertado este religioso de la desgracia en que estábamos, y
justo es que nosotras le recompensemos por su acción.» En se-
guida me dijeron: «Puesto que tú nos has concedido lo que nos-
otras debemos agradecerte y reconocerte, y te lo reconocemos,
al pie de este árbol hay una jarra llena de dinares : tómala, pues.>
(2) C. »Et llegué al árbol dudando de lo que me decían, y no
456 CALILA Y DIMNA
hice más que cavar un poco, cuando tropecé con ella y la saqué.
Et rogué a Dios por la salud de ellas, y les dije: «Puesto que
tenéis este conocimiento, con el que sabéis lo que hay debajo
de la tierra, y voláis entre el cielo y la tierra, ,;cómo habéis caída
en la desgracia de que yo os he libertado?» Dijéronme: «^Non
sabes, ¡oh sensato!, q. 1. aventura v. t. c. e q. n. n. la p, contrastar
ni huir de ella?» Entonces dijo el filósofo : «Sepa la gente que con-
sidera las cosas y piensa en ellas, que todas las cosas están en el
juicio de Dios y en la ventura, sin que pueda atraérselas nadie
aunque quiera, ni escapar de ellas aunque huya; pues todo esto
está en Dios, que hace de ello lo que quiere y dispone de ello
lo que desea. Pues confíen en esto las almas y reposen en ello
los corazones; que aquel a quien Dios le inspira esto y hace que
se conforme con ello, disfruta de felicidad y de reposo.»
Se ha acabado el capítulo del hijo del rey y sus compañeros.
[CAPÍTULO XVII] (O
[A., fols. 88 V. a 93. — B., fols. 112 v. a 119 v.]
[De las garzas y del zarapito] (2).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya oí este enxenplo;
dame agora enxenplo de los dos aparceros que se
fían uno de otro, quando el uno es engañoso al otro
e le tiene mala voluntad, et puna en aver mejoría
en (3) aquella cosa en que son apargeros e la quiere
AVER TODO EN SU CABO, SIN EL OTRO APARgERO.» DixO
EL FILÓSOFO : «Una de las cosas por que omne bien
estuerge e es salvo, es ser enviso; et una de las cosas
por que es el omne enviso es ser sospechoso del con-
pañero fasta que sea bien gierto que le tiene buena
(i) Falta en C, en J. y en la edición de Sacy, pero se en-
cuentra en dos manuscritos árabes: en el 1501 de la Biblioteca
Real de París, y en otro de la Biblioteca de Munich. Derenbourg
lo publicó en el apéndice primero de su edición del Directorium
de J. de Capua (*), y con esta edición cotejamos el texto de la
versión castellana.
(2) D. De las garzas y del zarapito. — Este capítulo no perte-
nece al libro, pero se le ha añadido por la semejanza que con él
tiene.
(3) D. engañoso a sus compañeros y les es infiel, y procura la
ruina de ellos y apoderarse de aquella
(*) Joh.annis de Capua, Directorium vitae humanae...^ por Joseph
Derenbourg. París, 1887.
CALILA Y DIMNA
voluntad. Et quien cuyda bien de su apargero non
lo aviendo bien provado, non es bien seguro; ca la
fianga e la grant creengia lo echó en grant pesar (i).
Et la semejanga desto es el enxenplo délas gargas e
del garapico> (2). Dixo el rrey: «^Cómmo fue eso?>
Dixo el filósofo: «Dizen que gerca déla (3) rribera
déla mar avía un piélago donde entravan muchos
rríos, et era apartado délos pescadores, e non llegava
y omne del mundo. Et nasgió y un cañaveral, e fizie-
ron se y muchos peges (4). Et las aves que solían
VENIR ALAS RRIBERAS E ALOS PIÉLAGOS E ALAS MARIS-
MAS non venían nin se allegavan aél, nin pescavan y
pescado tienpo avía; ca tenían sus nidos e sus fijos
enla mar (5), e teníanse por abastados de lo que
(i) D. Dixo: «Quien lleva la familiaridad y confianza con sus
compañeros hasta el límite que a él le parezca conveniente lle-
varlas, si sus compañeros son gente inñel, engañosa y avara,
no le aseguro que, por causa de su credulidad, de su confianza
y de su negligencia en sus relaciones con sus compañeros, no
llegue a una situación fea y aflictiva. Et
(2) D. garapico, y la ruina que acaeció a las dos garzas por
haber asociado consigo al garapico.> Dixo
(3) D. gerca de las ciudades que están en la rribera
(4) D. donde vertían las aguas de muchos ríos que corrían
hacia él, y que crecían en él muchas cañas y vivían muchos pe-
ces, cuyo número y cuento nadie conocía. Y estaba este piélago
apartado del camino de los pescadores y demás hombres. Et
(5) D. fijos en el chafr (**), es decir, en un sitio alrededor de
una fuente, e
(*•) chafr, j-fi-^>-, palabra obscura, según Derenbourg, que el autor,
dice el mismo Sr. Derenbourg, se creyó obligado a explicarla. Pero
bien podría ser dicha palabra errata de algún copista; y la explicación,
de otro que no entendió lo que con ella se quiso expresar. Si en su lugar
leemos j-^*, mar, queda legitimado el texto de la versión castellana.
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 459
fallavan enel mar. Así que una ave que dezían garga
ovo sabiduría del, e vido que era lugar muy apartado
de la carrera de los pescadores e muy yermo, et (i)
ovo grant sabor de morar y, e de mudar ai su nido.
Et dixo en su coragón: «Quando yo traxiere mi nido
e mi fenbra a este lugar, escusaremos, con lo que
AQUÍ HA, de fazer enbargo alas otras aves enel pes-
cado del mar, e avremos este lugar por hereda-
miento para nos e para los que denos venieren (2),
et ninguno otro non avrá a ello derecho (3), ca nos
LO AVREMOS MÁS CON DERECHO.»
Et puso en su coragón de mudar su fenbra e su
nido para (4) allí; et quando fue tornado ala mar,
dixo a su fenbra lo que viera e lo que tenía en cora-
gón de (5) fazer. Et la fenbra avía puesto su(s) nido(s)
enla rribera, en que tenía sus huevos (6), et era ya la
sazón en que los devía sacar. Et avía ella un garapico
mucho su amigo que ella mucho amava, e sin él non
veía plazer, et a quien fazía parte en todas sus cosas.
Et después que su marido ovo dicho su acuerdo ala
MUGER (7), pesóle mucho por se apartar del garapico,
(i) D. fallavan en él, para no ir en busca de caza a otras par-
tes. Y permanecieron allí algún tiempo. Luego una garza de las
aves del mar pasó por allí, y cuando lo vio apartado y solitario
en sitio adonde no iban los pescadores ni venían las aves, ovo
(2) D. venieren, y para nuestra descendencia y la descenden-
cia de ellos, et
(3) D. derecho ni participación.»
(4) D. Et resolvió de mudarse allí;
(5) D. que tenía resuelto fazer.
(6) D. avía puesto sus huevos en el nido que tenía en la ri-
bera, et
(7) D. acuerdo y su intención, pesóle
46o CALILA Y DIMNA
et quiso que oviese parte en aquel vigió (i), et guisó
cómmo le fiziese saber aquello que el marido e ella
quería (2) fazer, por que él guisase cómmo se fuese
conellos para aquel lugar. Et dixo al marido : «Ya es
tienpo que yo devo sacar mis pollos; et dixeron me
una cosa que, faziendo gela al tienpo que han de
salir, seremos seguros que les non acaesgerá ocas-
sión (3); et yo quiero ir buscar aquella melezina que
DIXERON, por llevar la comigo al lugar que nos mu-
daremos.» Et (4) dixo el marido: «¿Et qué es?» Dixo
la fenbra: «Un pege délos peges de fulana isla; nin-
guno non lo conosge (5) si non yo. Pues échate sobre
los huevos en mi lugar, mientra yo vo a aquel lu-
gar» (6).
Dixo el marido : «Non deve el omne entendido
enfiuzarse en quanto los físicos dizen; ca alas vezes
dizen graves cosas e muy caras, que ninguno non
puede aver, si non a grant peligro desí; ca en algu-
nas vezes dizen que han menester unto (7) de león e
(i) D. vigió, para no tener ella ventaja ninguna sobre él, et
(2) D. aquello que habían resuelto fazer,
(3) D. salir del cascarón, aumentará la fuerza de ellos y les
preservará de toda enfermedad, con permiso de Alá; et
(4) D. lugar que tú quieres que nos mudemos.» Dixo
(5) D. pege [que hay] en una isla así y asá del mar, del cual ya
se me ha informado, y que servirá, como te he dicho, para aumen-
tar la fuerza a nuestros polluelos; y ninguno conoce esta isla si
(6) D. aquel lugar y pesco' uno o dos peces, para que los
lleves con nosotros.»
(7) D. «Non todo lo que prescriben los médicos se debe pro-
curar; que frecuentemente prescriben cosas que el que las pro-
cura muere antes que las alcance. Y bien sabes tú que prescri-
ben en algunas enfermedades carne de
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 46I
DE OTROS vESTiBLOs; ct non deve el omne entendi-
do METERSE A PELIGRO POR buSCar león E VESTIBLO
en ningunt lugar para todo quanto provecho ha en
todos SUS untos (i). Et tú non te faz fuerga de te ir
a esa isla. Levemos nuestro nido así commo está al
lugar donde lo queremos levar (2); ca ay muchos pe-
ges e grant cañaveral, e es encubierto lugar, e muy
apartado délas carreras (3). Et sepas que quien cree
alos físicos en buscar las melezinas e se mete a pe-
ligro, non es seguro que le contesca (4) lo que acón-
teselo al ximio [que buscaba] el gelebro déla serpien-
te. > Et dixo la fenbra: «¿E cómmo fue eso?»
Dixo el marido : «Dizen que en una isla avía un
ximio, e estava muy vigioso de fruta (5). Et acaesgió
que ensarrnegió, de guisa que se cuydó perder, e
non podía buscar su vito, tanto era ENFLAQUEsgi-
DO (6). Et pasó por ai (7) otro ximio et díxole: «¿'Por
qué te veo en tal estado? iQué te ha torrnado tan
magro e tan flaco?» Dixo el ximio: «Non sé por
qué es, si non (8) la ventura que me fue prometida;
(i) D. buscar león por los desiertos, los montes y los ma-
torrales para obtener la carne de aquél, pues es débil para esto;
y si se obstina, esto lo lleva a la perdición y a la ruina. Et
(2) D. te ir a buscar lo que hay en tal o cual isla, cuando en
ella hay peligros y es muy largo el camino. Renuncia, pues, a eso
que deseas, y lleva conmigo el nido, así como los huevos que
hay en él, hasta que lo traslademos al lugar que yo quiero; ca
(3) D. carreras; no hay en él pájaro ninguno. Et
(4) D. peligro, acontécele lo
(5) D. e estuvo muy v. d. fruta durante largo tiempo. Et
(6) D. vito y sustento. Et
(7) D. ai uno de aquellos días otro
(8) D. ximio: «Esto que ves es la
462 CALILA Y DIMNA
ca ninguno non puede fuir nin escusar el juizio de
Dios» (i). Dixo el otro ximio: «Yo conosgí un ximio
a que contesgió esto que atí acontesgió, e non falló
melezina que lo GUAREsgiESE fasta que le traxieron
gelebro de una serpente negra, e fizo dello ungüen-
to. Et (2) si tú pudieres aver gelebro de serpenta
negra, ésta (3) es tu melezina.» Dixo el ximio: «^-Et
cómmo podré yo aver gelebro de serpenta negra?
Ca yo non puedo aver mi (4) vito destos árboles que
son aquí gerca, si non quando me dan limosna los
vestiblos e las bestias fieras conque me desvito; et
si non por esto, muerto sería déla flaqueza e déla
magrez» (5).
Dixo el otro ximio : «Yo oí un omne encantador
en fulán lugar enesta isla, gerca déla cueva de una
serpenta negra; et (6) yo conosco e creo que la ha
muerta. Et yo iré ala cueva, e entraré en ella, et si
fallare la serpente muerta, tomaré su gelebro e aduzir
telo he.» Dixo el ximio sarnoso: «Si pudiere ser, faz
lo (saber), ca me farás enello grant merged, e avrás
por ello buen gualardón de Dios» (7). Et fuese el
ximio, e llegó ala cueva, e era muy ancha, et vido el
rrastro de los encantadores, et non dubdó que la ser-
(i) D. ca (¡puede alguno librarse del decreto de Alá, o encon-
trar camino de evitarlo?> Dixo
(2) D. serpente; pues imítalo tú, y si
(3) D. aver esto, ello es
(4) D. mi sustento y vito
(5) D. magrez y enfermedad. >
(6) D. en un lugar así y asá de esta isla, y estaba cerca de él
el lugar de una serpiente en una cueva que yo
(7) D. «Si pudieres [hacer] esto, hazlo; te concederá Alá, si lo
haces, buen galardón.» Et
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 463
píente era muerta, et desque fue adelante (i) falló lá
serpenta biva, e saltó a él e tragó (2) lo.
í>Et yo non te di este enxemplo si non por que sepas
qu'el omne entendido, maguer grant nesgesidat aya,
non le conviene que meta su alma a peligro, bus-
cando la melezina enlos lugares donde se teme la en-
fermedat que nunca avrá melezina* (3). Dixo la fen-
bra: «Entendido he lo que dexiste (4), mas non pue-
de ser que yo ñon vaya a aquella isla, ca non has que
temer en ir yo a aquel lugar, ca es (5) pro de nues-
tros pollos, e guarda de toda ocassión.> Dixo el ma-
rido : «Pues que éste es tu acuerdo, non lo fagas saber
a ninguno lo que tenemos en corazón de fazer (6), ca
dizen los sabios: «Comiengo de todo bien es el buen
» entendimiento, et la señal del buen entendimiento es
»gelar la poridat.> Desí fuese la fenbra al garapico,
que era enla mar buena piega, et fizo le saber lo que
tenía en coragón (7) ella e su marido de mudar se en
(i) D. ancha y entró en ella, no dudando de que el encanta-
dor, cuyo rastro [veía] en este camino, había matado a la ser-
piente, y falló
(2) D. saltó sobre el mono, que había osado entrar en su
cueva, y matólo.
(3) D. teme la ruina y perdición.» Dixo
(4) D. he tu cuento, mas
(5) D. isla, ca la salvación está detrás de lo que te asusta y
temes, y en mi ida allá está la pro
(6) D. «Pues que tu acuerdo es ir allá, no hagas saber a nadie
que hemos resuelto mudarnos, ni digas a ninguno la cosa hasta
que vuelvas aquí, ca
(7) D. sabios : «No hay cosa que lleve al sabio a la obtención
»de su propósito como el callar su secreto y tomar consejo de la
»gente entendida, sabia y virtuosa de entre sus amigos.>En segui-
da voló la hembra, hasta que llegó al zarapito, que vivía en lo
4^4 CALILA Y DIMNA
aquel piélago de aquellos peges e aquel cañaveral e
aquel apartamiento en aquel lugar tan apartado e tan
seguro (i). Et díxole: «Si pudieres guisar que seas y
con nos otros, con consentimiento de mi marido e
con su plazer, fazlo.>
Et el zarapico ovo grant sabor de aquel lugar (2),
e quiso ser gerca déla garga fenbra por el amor que
avía entre ellos, et díxole (3): «¿Por qué demandaré
yo ligengia de tu marido (4) para esto? Ca él non ha
mayor derecho en aquel lugar que yo, que es piélago
COMUNAL AÉL E A TODOS, ET TAMAÑA PARTE AVEMOS
NOS ALLÍ COMMO ÉL, O MÁS. Et VETE TÚ AL PIÉLAGO,
et si es tan vigioso e tal commo tú dizes, ir me he
yo allá (5), e faré yo mi nido allí; et si tu marido con-
tendiere comigo, fazer le he yo entender que aquel
lugar non lo ha por herengia de su patrimonio, nin ha
mayor derecho aél (6) ella que yo.» Dixo la fenbra:
«Yo sé que es así commo tú dizes; enpero quiero tu
vezindat e tu solaz. Et si tú fueres allá contra volun-
tad demi marido e a su pesar, temo que nasgerá en-
tre nos enemistad e mal querengia, e turbar se ha la
pura amistad e el puro amor que te cuydo aver, e la
alto de un monte, en el mar, a algunas parasangas, y le hizo saber
lo que habían resuelto ella
(i) D. piélago, y le enteró de la fertilidad de aquel piélago y
de sus muchos peces y de su apartamiento de los hombres y de
las aves. Et
(2) D. sabor de ello, e
(3) D. díxole el zarapito: «¿Por
(4) D. ligengia de la garza para
(5) D. que yo. Pero yo me iré al piélago, si hay en él la ferti-
lidad y soledad que dices, e
(6) D. derecho de vivir en él ella
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 465
alegría torrnar sea en tristeza, et en vez de amor
avremos aborrengia e desamor> (i).
Dixo el garapico: «Verdat dizes, en quanto amí
paresge; mas ^jcómmo guisaremos que le plega aél, e
que él mande que aya yo un nido (2) en aquel pié-
lago?» Dixo la fenbra: «Yo te diré cómmo fagas.
Vete para mi marido e dile (3), así commo que non
sabes que él se quiere (4) mudar en aquel lugar :
«Yo pasé por un piélago en tal lugar donde ay mu-
chos peges e muy apartado délos omnes e délas
aves, et quiero allá mudar mi nido (5). ^-Quieres te ir
allá comigo? Ca es tal lugar que conlo que ai está (6)
escusaremos de fazer enbargo alas otras aves enlos
OTROS peges déla mar.» Et dezir te ha él que ante fue
él allá que tú, que él se quiere mudar (7) allá. Et
quando él te dixere aquesto, dile tú: «Pues que así
(i) D. enpero quiero que tú puedas venir a tu sitio, allá, con
«1 beneplácito de mi marido, para que no vengamos a enemistar-
nos y tenga yo que cortar por ello el amor que te tengo, y no
encuentre medio de vivir en tu vecindad. Pues ya sabes que no
me obligó a venir a verte y enterarte de lo que hemos resuelto,
sino el placer de tenerte cerca y el deseo de tu vecindad; pues
solamente llegaré a estar contenta en aquel lugar si nos trasla-
damos allá contigo. >
(2) D. zarapico: «Ya he entendido eso, y dices verdad; pero
¿qué ardid emplearemos con tu marido que le plazca y me per-
mita poner mi nido con vosotros dos en
(3) D. fenbra: «El ardid es éste: que te vayas a él y le
digas, así
(4) D. sabes que nos queremos mudar:
(5) D. allá mudarme. ¿Quieres
(5) D. Ca para nosotros hay en él peces en [tall abundancia,
que escusaremos
(7) D. que él quiere mudar su nido allá.
TOMO I. 30
466 CALILA Y DIMNA
es, mayor derecho as tú enlo aver que yo; enpero si
tú quisieres, moraré yo contigo e seré tu vezino, e
avré un nido gerca detí; ca fio por Dios que non
avrás demí dapño, mas avrás solaz e esfuerzo en
mí» (i). Et fizólo así el garapico, et fuese contra el
MARIDO. Et fuese la fenbra (2) e pescó un pege e
levólo al marido, et díxole: «Éste es el peqe de los
PEgES QUE NOS DIXERON PARA MELEZINAR NUESTROS
POLLOS.»
Et EN LLEGANDO AL MARIDO falló y al garapico,
que (3) le avía ya otorgado lo que le rrogara. Et fizo
muestra la fenbra que le pesara, por toller desí la
mala sospecha desu marido. Dixo la fenbra (4): «Nos
no ovimos sabor de aquel lugar, si non por que es
apartado délas aves. Et si tú fazes ai parte al gara-
pico (5), temo que vernán ai muchas aves otras e
avrán ai parte conusco, et sabes que lo más por que
dexamos aquel lugar nuestro e nos mudamos ende,
non es así si non por fuir de su conpañia.» Et (6) dixo
el marido: «Bien entiendo lo que dizes (7); mas fío
por el garapico que avremos en su vezindat esfuerzo
(i) D. así es la cosa como tú lo dices, yo quisiera que me per-
mitieses poner mi nido en ese piélago; y estaré contigo en él, y
esto no te menguará ni te quitará nada de lo que deseas, sino
que con mi estancia allí aumentarás esfuerzo y solaz.» Et
(2) D. fenbra a una isla e
(3) D. falló al zarapito con él, pues los dos estaban conver-
sando, y halló que el macho le
(4) D. marido, y dijo: «Nos
(5) D. aves; y si el zarapito tiene en él parte, temo
(6) D. conusco, y no tendremos en él ventaja ninguna sobre
ellas.> Dixo
(7) D. dizes, y tienes razón; mas
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 467
e solaz, e ayuda contra otros (i); ca nos non somos
seguros délas aves de la mar que non nos contrallen
este lugar e nos lo enbarguen, et non es mal aver el
omne ayuda e amigos de quien fíe. Ca non devemos
ser engañados enla fuerga e valentía que avemos más
que las otras aves; ca por aventura los flacos, quando
se ayudan, pueden conel fuerte e conel valiente, así
commo pudieron los gatos con el lobo.» Et (2) dixo
la fenbra: «^'E cómmo fue eso?»
Dixo el marido: «Dizen que en una rribera déla
mar avía (3) muchos lobos. Et avía entre ellos uno
que era más fuerte e más logano e más glotón, et (4)
que menos se tenía por pagado de su estado. Et salió
un día a venar por aver mejoría délos otros (5), et
llegó aun monte donde avía muchos vestiblos e mu-
chas bestias salvages, et non avían salida nin carrera
para otro lugar (6), et yazían y engerrados comiendo
de aquellas yervas e de aquellas frutas, e faziendo
sus fijos. Et quando vido el lobo que non avía otra
(i) D. garapico que él nos solazará allí y seremos más fuer-
tes con él, y nos servirá de ayuda contra las otras aves; ca
(2) D. seguros de que vengan algunas que ostenten sus pre-
tensiones sobre este lugar, y nos inquieten en él; y si no tenemos
quien nos ayude contra ellas, nos hallarán débiles; pero si tene-
mos ventaja sobre ellas en fuerza y coraje, no lograrán en nos-
otros su objeto y triunfo, como quieren; como triunfaron los
gatos del lobo y lo mataron, porque fueron muchos contra él.>
Dixo
{3) D. avía un lugar donde había muchos
(4) D. que era el más fiero, el de menos piedad y el que
(5) D. estado entre sus semejantes. Y salió buscando [un
lugar] más fértil que aquel en que se hallaba, et
(6) D. carrera para huir de este monte a otro, et
468 CALILA Y DIMNA
salida, fue gierto que sería muy vigioso e ahondado,
et moró y un tienpo (i). Et avía en aquel monte mu-
chos gatos, e eran fechos a «commer las carmes de
aquellas bestias (2), et avían un rrey desí.
»Et ellos quando vían que tamaño dapño rresgebían
por la vezinidat del lobo, ayuntaron se et aconsejá-
ronse en qué manera folgarían de aquel lobo (3). Et
avía en aquellos gatos tres que avían mejoría de
todos los otros e con quien se aconsejavan todos los
otros (4). Et dixo el rrey al primero bellos: «^Qué
paresge que devemos fazer a (5) este lobo que nos ha
fecho TAN GRAN dapño en (6) nuestro vito?> Et dixo el
gato: «Non veo (7) ál por bien si non sofrir e ser
pagados délo que la ventura faze (8); ca non podría-
(i) Et quando... tienpo. — Esta cláusula se halla dislocada.
(Véase la nota 3 de esta misma página.)
(2) D. monte un lugar en el que había muchos gatos que ata-
caban a las bestias y tenían predilección por comer la carne de
ellas, et
(3) D. »Et ellos estaban solos en este lugar; no compartían su
presa con ninguna otra fiera hasta que llegó el lobo, quien, cuan-
do vio que en el monte había bestias y que el camino, por estar
destruido, no daba salida para huir de allí, fué cierto de haber
encontrado lo que deseaba y obtenido el objeto que se había
propuesto. Y moró en este monte algún tiempo para cazar aque-
llas bestias, lo que fué en perjuicio de los gatos, que buscaron el
medio de matarlo. Et
(4) D. tres dotados de consejo y sabiduría, a quienes el rey
tenía la costumbre de consultar, y proceder según le aconseja-
ban. Et
(5) D. fazer en el asunto de este
(6) D. dapño en la caza de las bestias y nos quita nuestro
(7) D. veo en el asunto de él_ál
(8) D. faze en este asunto, y tener resignación para conten-
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 469
mos üdiar» (i). Dixo el rrey al segundo: «^"Qué con-
sejo NOS das tú?» Dixo el gato: «Tengo por bien
que nos mudásemos deste monte e buscásemos otro,
et quigá fallar lo íamos tan vigioso (2); ca si nos to-
viésemos por pagados conel rrelieve déla caqa del
lobo, faremos muy estrecha vida e peresgeremos de
fanbre» (3). Dixo el rrey al tergero: «Et tú, (¿qué tie-
nes por consejo?» Dixo: «Otra cosa.» Dixo el rrey:
«¿E qué es?» Dixo: «Non tengo por consejo dexar
nuestros lugares, nin tener nos por pagados deste
estado en que bivimos, mientra que oviéremos espe-
ranga de ser más abondados, nin otrosí [sofrir] lo en
que bevimos, nin fuir (4); mas tengo por seso e por
consejo, si me tú quisieres creer, et los que contigo
son, una cosa (5), por que fío en Dios que vengere-
mos nuestro enemigo et torrnaremos al mejor estado
que nunca fuemos.» Et dixo el rrey: «¿"Qué con-
sejo es?»
»Dixo él: «Tengo por consejo que paremos mientes
tamos 9011 lo que nos deja, y sujetarnos a él hasta que Alá nos
conceda lo que tenga por bien; ca
(i) D. lidiar con él ni vencerle.» Dixo
(2) D. nos mudemos de este lugar a otro, y que nos marche-
mos a sitio en que encontremos lo que necesitamos para nuestro
sustento, y que no permanezcamos en esta situación; ca
(3) D. lobo, pereceremos de hambre y no tendremos de qué
sustentarnos. > Dixo
(4) D. consejo?» Dixo: «Mi consejo es distinto del que estos
dos han expuesto. Antes bien, nos resignaremos en este estado
mientras no podamos alcanzar otro; y no creo que debamos huir
ni dejar nuestros lugares en los que hemos nacido y nos hemos
criado; mas
(5) D. si me creyese el rey y los que con él son del ejército,
por
470 CALILA Y DIMNA
al lobo (i), quando cagare alguna bestia e la llevare
por commer la, que lo sigamos tú e yo contigo (2),
et piega délos gatos (3) que son coNOsgiDOS por fuer-
tes e valientes e ESFORgADOS, sofridores, atrevidos,
así commo que irnos buscar la rrelieve dcLO que él
COMME, ca es muy seguro de nos, [et será] engañado
de nos. Et quando fuéremos gerca del, saltaré yo en
sus ojos (4), e quebrantar gelos he con mis uñas.
Desí saltarán cada uno délos otros gatos, e pensarán
del logar do travaren, et non nos quitemos del (5)
fasta que lo dexemos muerto; ca maguer que alguno
de nos se pierda, el rrey e (6) los otros que queda-
ren cobro avrán de nos, sol que fuelguen deste
LOBO» (7). Et fizieron lo así. Et en venando el lobo
una bestia por commer la, et llegando la a una rri-
bera (8) saltó enél aquel que diera el consejo al rrey,
et quebrantó le los ojos con las uñas e gEGÓLO. Desí
saltó enél el rrey et tóvole (g) la cola con los dientes,
et llegáronse cada uno délos otros e echaron mano
del, E NON LO DEXARON NIN SE PARTIERON DEL (lo)
fasta que lo dexaron muerto.
(i) D. lobo, y quando
(2) D. sigamos yo, el rey y sus compañeros, et
(3) délos gatos — D. de la gente
(4) D. del, me echaré yo sobre sus ojos saltando, e
(5) D. Desí saltará cada uno de vosotros, y atacará una parte
de su cuerpo fasta
(6) D. maguer que en esto perezca uno o dos de nosotros, los
(7) D. avrán de los que mueran.» Et
(8) D. bestia, se la llevaba para comérsela. Y se reunió el rey
de los gatos con sus compañeros para seguirle; y cuando llegó a
una gruta saltó
(9) tóvole — D. cortóle
(10) D. délos gatos y le hirieron fasta
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 47 1
»[Et] yo non te di este enxemplo si non por que
sepas que enla vezindat del garapico aviemos solaz e
pro e esfuergo» (i). Et plogo ala fenbra, commo pla-
zía a su marido, la morada del garapico con ellos (2).
Et mudáronse las gargas et el garapico a aquel lugar.
Et fizieron ai sus nidos (3). Et apartóse el garapico
con su nido (4) del nido délas gargas (5), et ovieron
grant sabor de aquel apartamiento enque eran, et
mostrávanse unos a otros muy grande amor e grant
SOLAZ e grant honrra; enpero el amor que era déla
fenbra al garapico era más verdadera) e más firme
que non entre el garapico e el marido, et fiavan
UNOS POR OTROS por el amor antiguo.
Desí acaesgió que se secó un rrío délos que caían
en aquel (6) piélago, et apocóse el pescado. Et [el
garapico] (7) dixo en su coragón: «Maguer que es
grant debdo de guardar omne los amigos e de amar
los, mayor derecho ha de guardar así mesmo; ca di-
(i) D. sepas que no podemos estar sin el zarapito. Si viene
con nosotros, seremos fuertes con él y tendremos ayuda contra
nuestros enemigos.» [Así] habló. Et
(2) D. fenbra, y se alegró al ver en su marido afición por el
zarapito. Et
(3) A. así sus maridos.
(4) A. marido
(5) D. lugar. Et escogieron cada uno de ellos su nido en un
lado del piélago, para rodear de este modo todo el piélago, pues
no querían que sus nidos estuviesen en un mismo lugar del pié-
lago, y se posesionaron de todos los lados del piélago. Y vivían
en la abundancia con los peces que había en el piélago, y no tu-
vieron necesidad de ir al mar, ni la concurrencia de las aves al
pescar, et
(6) D. rrío, y no fluía hacia el piélago,
(7) D. Et pensó el zarapito acerca de esto, y dixo
472 ' CALILA Y DIMNA
zen que quien así mesmo non es leal, menos lo será
a otro. Et quien non para mientes ensí, et non está
presto antes que las ocasiones le vengan, gercar le
pueden por ventura tantos de perdimientos que non
se podrá dellos anparar (i). Et estas dos gargas que
han comigo apargería (2) eneste piélago fazen me
dapño en los peges, tanto que quigá con cuyta avréme
de tornar con de cabo ala mar; et yo só pagado deste
lugar, et seráme fuerte cosa déme partir del, pues es
convenible (3); onde non veo más fuera (4) matar las^
e folgaré sin ellas, e fincaré eneste (5) piélago sin
apargero e sin contendor; mas comengaré primero
enel marido, e guisar lo he con su fenbra, ca ella es
de flaco seso e fíase mucho en mí e créese por mí, et
desque él muerto fuere (6), ligera cosa es de matar a
ella; tanto fía por mí.»
Desí venóse el gARAPico ala fenbra muy cuy-
doso e muy triste, et dixo la fenbra: ^^-Qué has por
que estás triste, mío amigo?» Dixo el garapico: «Esto
(i) D. corazón : «No debe el entendido desear la conserva-
ción de sus hermanos y amigos, cuando la conserA^ación de ellos
le sea perjudicial y no le preste ninguna utilidad; sino que debe
estimarse más que ellos, y mirar a su propia utilidad, porque se
ha dicho: «Quien no se aconseja a sí mismo, se precipita a la
» ruin a.» Et
(2) apargería — A. aparesgieron
(3) D. peges, y me obligarán a tomar al mar; y me penará ei
apartarme de este lugar, porque ya estoy habituado a él; onde
(4) D. más sino buscar un ardid para matar
(5) D. ellas, y quedará para mí este piélago
(6) D. seso, me obedecerá e irá adonde la quiera llevar, y
cuando le mande que lo mate, no dudará que ello es un buen
consejo que le doy. Y cuando me desembarace del macho,
ligera
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 473
triste por las tribu ia(;iones que corren enaste mundo,
¿Viste nunca ninguno que estorgiese délos pensa-
mientos del mundo e délas mal andangias deste siglo,
ensí o ensus amigos, et viste a alguno que esté a
miedo que durase en alegría o en vigió porque oviese
de durar años?> Dixo la fenbra: «Grant cosa es ésa
por que tú estás triste» (i). Dixo el garapico: «Así
es COMMO TÚ DiZES, et non es por ál, si non por ti; mas
si tú me creyeres e fizieres lo que yo dixere, por
ventura desviaremos el mal que cuydo e temo que te
ha de acontesger» (2). Dixo la fenbra: «¿E qué es?>
Dixo el garapico : « Maguer que nos seamos de
sendos linages, es tanto de amor que puso Dios en-
tre nos, e tanto solaz, que es más que si fuésemos
parientes caronales. Et enel parentesco acaesge alas
vezes tamaña enemistad e tamaña mal querengia, que
es mayor dapño que el espada tajante e el tósico
mortal. Et dizen (3): «Quien non ha hermano non
»ha enemigo (4), et quien non ha parientes non le ha
(i) D. et dixo le la hembra: «<Qué es lo que te entristece?>
Díjole el zarapito: «iQué hombre se libra de la tristeza, si guarda
en su corazón sus preocupaciones y penas? ¿Viste a alguno a
quien haya otorgado el mundo sus alegrías de manera que le
sean duraderas?» Díjole la hembra: «¿Te ha ocurrido de parte de
tus compañeros algo desagradable?» Dixo
(2) D. dixere, podremos tener confianza en alejar la desgra-
cia en que nos hallamos.»
(3) D. garapico: «Ya sabes que aunque no hay entre nosotros
parentesco en que podamos apoyarnos, Alá ha consolidado entre
ambos la amistad con lazos muy firmes, y nos ha unido con amor
intenso, mayor que el amor de parientes y de hermanos; pues
muchos parientes sirven de perjuicio a su familia más bien que
de utilidad. Y ya han dicho los sabios: «Quien
(4) enemigo, — A. amigo,
474 CALILA Y DIMNA
» ninguno enbidia.» Et yo quiero te fazer un poco de
pesar por tu provecho, por mejorar tu estado, com-
mo quiera que lo tengas por fuerte cosa e por muy
desaguisada; mas pienso enlo que meló faze dezir. Et
pienso en [que] las venturas que vienen alas criatu-
ras eneste mundo fazen más que esto; onde quien es
gertero déla ventura desanpárase al[os] mandamien-
tos de Dios, et fuelga. E escúchame e guíate por mí,
et non me demandes la rrazón délo que te yo man-
dare fazer, fasta que sea acabado» (i).
Dixo LA fenbra: «Tanto miedo me has puesto e
TAN GRANT ESPANTO, QUE CUYDO QUE ME SUMIRÁ LA
TIERRA. Et SÓ PLAZENTERA de perder MI ALMA POR
Ti; ca dizen que quien su alma non desanpara por su
amigo para que le ayude alas cuytas, este tal, segunt
Dios, es engañoso e falso» (2). Dixo el garapico:
«Aconsejóte que guises en cómmo (y) mates a tu
marido, e folgarás del; ca en matar lo será tu grant
pro, et librarás atí e amí de una tentagióa que he
pavor que nos averna, segunt que yo he barruntado
enél, que nos tiene encubierta. Onde non me quieras
(i) D. Et yo te quiero ordenar una cosa que te será un buen
consejo, y encaminarte por el camino que te llevará mejor al fin,
sin tener en cuenta el deber que para contigo me impone Alá. Y
si me obedeces, triunfarás de tus enemigos. >
(2) D. amigo, sobre todo cuando este amigo es como tú, en
las calamidades, ni le protege con su propio cuerpo en los apu-
ros, ése no es amigo sincero. Pues dime qué cosa es ésa, que yo
no he de rechazar tu consejo ni me he de oponer a tu man-
dato» (*). Dixo
(*) Como se ve, el texto árabe está mutilado, y debe incluirse en él
el principio de este párrafo tal como está en la versión castellana.
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 475
preguntar nada, salvo fazer lo que te aconsejo. Sepas
que si non fuese por la grant pro que y ha, non me
atrevería yo a tan grant cosa. Et bien te faría yo saber
la rrazón por que te dé yo este consejo, si tú ovieses
acabado lo que te yo mando fazer. Et (i) yo te bus-
caré después un marido de mis amigos los gargos, e
escogerte he el que yo por mejor pudiere, e el que
más faze por mí, et el que de mejor voluntad bivirá
conusco eneste piélago, et te guardará et te onrrará
por mi amor. E tú eres muy sesuda e muy buena (2);
et sepas que si tú non fazes lo que te digo e non me
creyeres (3), acaesger te ha lo que acaesgió al mur
que non quiso creer al gato que le consejava leal
mente.» Dixo la garga: «^-Et cómmo fue eso?»
Dixo el garapico: «Dizen que en una tierra (4) avía
un rreligioso en una choga, e eran los omnes muy
PAGADOS DE AQUELLA CHOgA E DELE DAR DE SUS COME-
RES. E avían y muchos mures que le venían a comer
(i) D. ca en matar lo está tu propia salvación y la mía de la
calamidad que nos amenaza. Y si no fuera el amor, no te orde-
naría que lo mataras; pero yo te informaré de ello y de la causa
que te amenaza por este asunto, y que te he ordenado (*), y no
te entristezcas ni te aflijas, que yo
(2) D. gargos; yo te diré sus condiciones y lo que a él se
refiere; nos protegerá en este piélago, y será quien te defienda
en vez de mí, cuando reconozca tu inteligencia y tu juicio; pues
ese marido tuyo hace desprecio de los hombres honrados, y por
eso ha llegado a esta situación; et
(3) D. fazes esto y no aceptas mi consejo, acaesger
(4) D. «Dizen que en la ciudad de Chorchan avía
(*) Así dice literalmente el texto árabe, que, como se ve, está alte-
rado.
476 CALILA Y DIMNA
SU vito (i), e ovo el rreligioso un gato (2), e atólo en
la choga por matar los e por amortar los (3) dende.
Et entre aquellos mures avía un mur que era muy
grande e muy fuerte, e más atrevido que todos, et
quando vido al rreligioso atar el gato enla choga, sopo
que faría y él mal de morar conel gato, et llamólo (4)
e díxole : «Yo sé bien que el rreligioso non te tie-
ne (5) si non por matar amí e amis conpañeros, et yo
amo tu conpañia e tu solaz e quiero aver tu amor
por ser seguro detí e de tu artería. Et moraré aquí
CON PLAZER DE TI, et prométote que te non encubra
mi buen consejo nin el pro que te pueda fazer.»
(6) Dixo el gato: «Bien entiendo lo que dizes, et
por que tú oviste sabor de mi amistad, yo te fago tal
pleito que te yo non busque mal; enpero non te
quiero prometer lo que te non podré tener, ca el rre-
ligioso me fizo fiel de su choga, e me conpró por des-
manar el dapño que le fazías, tú e tus conpañeros, et
yo nunca le seré traydor, contra lo que cree demí.
Onde es menester que busques por donde salgas
(i) D. venían a destruir su choza y la comida que en ella tenía
y todo lo demás, e
(2) un gato, — D. una comadreja; y así en todo e) cuento.
(3) amortar los — D. ^-;^ , cazarlos , expulsarlos , apar-
tarlos.
(4) D. sopo que la comadreja [era] para matarlo e
(5) D. non te ha tomado en su choza si
(6) Desde aquí hasta el fin se halla muy resumido este capítulo
en el texto árabe, como se verá por la traducción, que expone-
mos seguidamente. — D. Dixo la comadreja: «B. e. 1. q. dizes, y yo
quiero protegerte concediéndote mi amistad; pero sé que esto
[nace] de ti porque te ves obhgado a recurrir a mí y necesitas mi
amistad, por el temor que tienes de perder la vida y el deseo de
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 477
alos canpos o a otra morada délas que son aquí ende-
rredor, si tú quisieres que sea yo tu amigo, ca ser lo
he en otro lugar. Et si así non lo fizieres, non avrás
demí omenage nin seguranza, ca yo non podré estar
que leal mente non sirva ami señor en lo que me puso
por guardar.» Dixo el mur : «Yo te comengé a (i)
rrogar e pedir por merged, e tú deves rresgebir mi
rruego, et non quieras que vaya sin tu amor.»
Dixo el gato: «Derecho es que yo rresgiba tu
rruego, e fazer lo que tú quisieres; mas .¿en quál guisa
lo faré? Ca vos todos los mures vos ayuntades contra
mi señor, et él es muy sañudo contra todos vos otros;
et si yo non le fuere leal en vos matar, temo que me
matará. Onde te apergibo, e te aconsejo que te mu-
des desta casa, salvo e seguro para donde quisieres,
et dote plazo de tres días a que busques buen lugar
en que te acojas e donde mores. E yo ir té ver e rre-
salvarla de la ruina. Y no quiero engañarte ni prometerte cosa
que no he de poder cumplirte. Así que te buscas por donde sal-
gas a los campos o a las moradas que hay alrededor de la casa
del religioso, que yo no perseguiré a los ratones que allí haya, a
fin de poder concederte la amistad según me la pides, y asistirte
como deseas, para protegerte y defenderte con mi esfuerzo. Y te
doy de plazo para que busques un lugar al que te traslades, tres
[días]. Y si lo haces, [bien]; que si no, no puedo menos de ser fiel
a mi amo y obedecer su mandato de matarte, así como a los otros
tus compañeros.» Dijo el mur: «Yo he venido a ti deseando, ro-
gándote; y el deber te obHga a que atiendas mi ruego en mi ne-
cesidad.» Y no atendió el ratón al consejo de la comadreja, y
permaneció en su lugar, confiando que aquélla no podría contra
él. Y mientras el religioso cierto día se hallaba sentado, pasó el
ratón por delante de él, sin apercibirse del religioso. Mas estaba
(i) a. cometí
478 CALILA Y DIMNA
querir, e mostrar te he mi amor más que tú me pedis-
te.» Dixo el mur: «Fuerte cosa es dexar el omne
su lugar; mas estarme he yo en mi forado, e guardar
me he detí quanto pudiere.» Et quando fue otro día
salió el mur del forado para buscar su vianda, e vido
lo el gato, e non sele movió por non le falsar el plazo
que le diera, et fue enesto el mur engañado, et salió
muchas vezes. Et quando el tergero día fue pasado,
estando el gato en gelada, salió el mur a andar por la
casa, e saltó el gato enél e matólo.
Et yo non te di este enxemplo si non por que
sepas que el omne entendido non deve rrefertar la
palabra de su amigo leal, nin tener por dura la pala-
bra del castigador; ca dizen que tal es la palabra del
leal amigo, en quanto la ha por dura el consejado,
commo la melezina amarga que tuelle al (i) cuerpo la
la comadreja delante del religioso, y no le fué posible abste-
nerse de agarrarlo, por temor de que [si no lo hacía] le pegara
el religioso, y saltó sobre él y lo mató (*).
Y dijo la hembra: «Y cuando yo haya hecho eso, ¿me escoge-
rás un marido que sea digno de mí?» Dijo el zarapito: «Entre
nosotros dos hay tal amor y amistad, que me obliga a más de lo
que tú me pides.» Y cuando llegó el marido, lo traicionó ella
mientras dormía y lo mató. Y cuando amaneció vio el zarapito a
la garza muerta, y dijo a aquélla: «Remunérete Alá, de mi parte,
bien.» Y cuando se hizo de noche, apenas vio el zarapito a la
hembra, la cogió por el cuello y no la soltó hasta que la mató.
Y sólo te he contado este ejemplo para que sepas que a los
hombres les conviene no dejarse engañar por nadie, sino estar
prevenidos contra todo el mimdo. Y honor a Alá, único.»
Fin del libro de Calila y Dimna.
(i) al -a. el
(•) Siguen cuatro palabras en el texto árabe que no dan sentido.
DE LAS GARZAS Y DEL ZARAPITO 479
mala enfermedat. Et tú guárdate e non seas enga-
ñada enel amor que te muestra tu marido; ca si lo
matares verás luego la folgura manifiesta mente e
avrías mejor marido con que mejor plazer ovieses.»
Et quando oyó la fenbra [lo] que le dixo el garapico,
ovo muy grant pavor; enpero prísole gana del marido
nuevo que le prometiera, et dixo: «Entendido he lo
que tú dexiste, et non te sospecho en nada, e lo que
tengo en coragón de amor contra ti me muestra el
amor que tú me has, ca yo sé bien que tú non me
aconsejarías tan desabrida mente e tan esquiva si
non con amor e con lealtad que me has. Et si fuese
esto que me consejas cosa tal de que ovieses mayor
pro detí solo sin mí, devíalo fazer por tu amor e
seguir me en tu voluntad, quanto más seyendo cosa
en que yo he parte. Mas (¿con qué guisa podré yo ma-
tar a mi marido e con qué podré conél?»
Dixo el garapico: <Yo te mostraré una arte tal,
que si la fizieres rrecabdarás lo que quisieres.» E dixo
la fenbra: «¿Ouál es?» [Dixo el garapico]: «Yo sé en
fulán lugar un piélago do ay muchos peges, e an-
dan ai muchos pescadores. Et quando pescan algunt
[pege] grande toman una estaca e espetan lo enella
desde la cabega fasta la cola. Et tú vete a aquel lu-
gar, e toma uno de aquellos peges que así vieres, e
tráelo al marido e dágelo a tragar, et quando lo tra-
gare, atravesar sele ha el estaca enla garganta e mo-
rra.» Et fizo la fenbra quanto le aconsejó el garapico, e
voló et fuese allí donde los pescadores andavan, e
tomó un pege de aquellos espetados, e aduxo gelo et
puso lo gerca del maslo su marido. Et él tragólo, et
rronpióle el palo la garganta, e murió. [Et] fincaron el
480 CALILA Y DIMNA
garapico e la fenbra en uno algunos días, et él mos-
trávale grande amor e fazíale grande honrra.
Desí demandó ella al garapico el marido que le
prometiera, et él voló e fuese aun árbol que era y
gerca, et falló un lobo gerval que buscava qué comie-
se, et llamólo e díxole: «Cuytado, ¿qué as e qué es
lo que quieres? > Dixo el lobo: «Busco de comer.»
Dixo el garapico: «Yo he una amiga délas gargas, la
más gorda que ser puede; e la quiero engañar, de
guisa que te la trayga ala cueva, ca es de fulán lugar.
Pues vete a aquella cueva e estáte y en gelada, et
quando llegare la garga allá, salta enella e mátala.»
Et fizo así el lobo gerval, e fuese para la cueva e
metióse en gelada. Et tornóse el garapico ala fenbra
e díxole: «Fue aun gargo que es mucho mi amigo
en fulán lugar, et díxele detí quánt fermosa eres, e
quánd enseñada, e quánd conplida, e del amor que as
comigo, e del lugar en que somos, e de cómmo has
menester marido; et rrogóme que te llevase aél, que
te quería ver. E vayamos para él.» Et ella acordóse
conél, e volaron amos e llegaron a aquel lugar. E dixo
el garapico ala fenbra: «En aquella cueva yaze, et si
agora non es ai, luego verná.» Et ella, con deseo del
marido, fuese luego para aquel lugar. Et el lobo que
yazía en gelada saltó enella detrás de una peña do
estava, et levóla enla boca e matóla.
Et este es el enxenplo del que se fía por el apar-
cero falso que se non de ve fiar, cómmo peresge.»
[CAPÍTULO XVIII]
[A,, fol. 94. — B., foU 119, sólo dos líneas. — C. (i), págs. 24.7 a s^j,
J., págs. 360 a 363.}
[La paloma, la vulpeja y el alcaraván] (2).
Dixo el rrey al filósofo: «Ya entendí este enxen-
plo. Dame agora enxenplo (3) del omne que da con-
sejo a otro e non lo da así mesmo.» Dixo el filósofo:
«Este enxenplo es tal commo el déla paloma e déla
gulpeja e del alcaraván.» Dixo el rrey: «<;£ cóm'mo
fue eso?» (4). Dixo el filósofo: «Dizen que una palo-
ma sacava palomillos de un su nido que avía en una
palma muy alta, et la paloma, para mudar su nido
allí, avía grant trabajo; tanto era de alta. Et quando
ponía sus huevos sacávalos, e desque los tenía saca-
dos (5) veníase una gulpeja a ella, que la solía rreque-
(i) Falta en el códice editado por Cheikho, quien publica el
texto de su manuscrito C.
(2) Así en J. y en el manuscrito C. de Cheikho, que añade:
y es el capítulo del que ve la advertencia para otro y no la ve
para sí.
(3) A. consejo
(4) J. y ms. C. «¿E cuál es el ejemplo de ésos?» Dixo
(5) Ms. C. palomillos en la copa de una palmera [tan] alta, que
llegaba al cielo. Y sucedió que la paloma, cuando se ocupaba en
acomodar su nido en la copa de esta palmera, no lo acomodaba
sino después de mucho trabajo y fatiga, por la altura de la pal-
mera y por su elevación. Y cuando terminaba de acomodarlo
TOMO I. 31
482 CALILA Y DIMNA
rir ala sazón que salían e que andavan ya sus palo-
minos, [e] parávase ala rraíz déla palma, e dava bozes
amenazando la que subiría a ella si le non echava los
palominos. Et ella echava gelos con grant miedo
QUE AVÍA, POR AMOR DE BEVIR; CA LE DEZÍA QUE SI
NON GELOS ECHASE QUE SUBIRÍA E QUE COMERÍA A ELLOS
E A ELLA (l).
Et estando ella así un día e sus palominos egua-
dos, asomó un alcaraván e posó enla palma, e (2)
vido la paloma estar muy triste e muy cuytada, et dí-
xole: «^Por qué estás demudada?» Dixo ella (3): '^Ha
me deparado mi ventura una gulpeja, et sol que sabe
que (4) mis palominos son criados, viéneme amena-
zar e a dar bozes ala rraíz desta palma, e yo con
miedo echo gelos.» Et dixo el alcaraván: «Guando
veniere a fazer lo que dizes, dile tú: *Non te echaré
»mis fijos, si non que subas por ellos e que los comas,^
>e si non yo te echaré ninguno» (5). Et desque le
ovo aconsejado el alcaraván esta arte, bolo e asentó
rribera de un rrío. Et la gulpeja veno ala paloma
desovaba; luego empollaba sus huevos, y cuando salían de la
cascara y se hacían grandes los pollos, veníase
(i) Ms. C. bozes y la amenazaba con subir hasta ella; y ella
le echaba los pollos. — J. bozes a. 1. q. s. a ella si no le echaba
los pollos, y ella se los echaba.
(2) Ms. C. y J. e cuando vido
(3) Ms. C. y J. cuytada, díxole: <jOh paloma! ¿Por qué te veo
con el corazón asombrado y de mal aire?» Díjole ella: «¡Oh alca-
raván! Ha
(4) C. gulpeja, que siempre que mis
(5) Ms. C. y J. fijos; sube, pues, tú aquí y arriésgate; que si
> haces esto y te comes mis pollos, yo huiré de ti volando y me
>.salvaré.» Et
LA P.^LOMA, LA VULPEJA Y EL ALCARAVÁN 483
commo solía fazer, et paróse a rraíz déla palma (i), e
dio bozes e gritos, e amenazava commo solía fazer.
Et la paloma rrespondióle e díxole lo que el alcara-
ván le enseñara. Et díxole la gulpeja (2): «^Quién fué
el que te dixo esto?» Dixo la paloma (3): «El alcara-
ván, que está ala rribera del rrío. »
Et la rraposa fue a buscar lo [ala rribera del rrío],
et falló lo parado en pies, et díxole: «Dios te salve,
AMIGO. ^"QUÉ FAZES AQUÍ? ^"SaBES POR QUÉ TE VINE A
BUSCAR? Porque me dixeron que sabes muchos bie-
nes PARA SE GUARDAR OME DÉLOS AQIDENTES DÉLOS
AYRES DEL QIELO, ET VINE ATÍ POR DECOGER ALGUNT
BIEN DETÍ.» Et dixo EL ALCARAVÁN: «^'Et QUÉ QUIE-
RES SABER DE MÍ?» Dixo la gulpeja: «Quando has
FRÍO ALOS PIES, ^'QUÉ ES LO QUE FAZES?» DlXO EL ALCA-
RAVÁN: « AlQO EL UN PIE E MÉTOLO ASÍ A CARONA DEMI
vientre; ET QUANDO AQUÉL ES CALIENTE ALgO EL OTRO
E QUITO AQUÉL, ET SÚFROME DESTA GUISA.* Et DÍXO-
LE (4): «Quando el viento te da del diestro, ¿-qué
FAZES E dónde pones la cabega?» Dixo el alcara-
ván: «PÓNGOLA al siniestro.» «^'Et quando te da del
siniestro?* (5). Dixo: «Póngola al diestro» (6).
(i) Ms. C paloma en el momento que sabía, y paróse debajo
de ella (*), e
(2) Ms. C. y J. gulpeja: «Dime, ¿quién
(3) Ms. C. y J. Dixo ella: «Me lo dijo el
(4) Ms. C. y J. Díxole la gulpeja: «¡Oh alcaraván! Quando
(5) Ms. C. y J. al siniestro». Dixo: «Et q. t. d. d. siniestro, c'dón-
de pones la cabeza?» Dixo:
(6) Ms. C. y J. diestro o detrás.»
(•) J. debajo de la palmera, c
484 CALILA Y DIMNA
Dixo LA gulpeja: «[Et] quando te da el viento de
todas partes (i), ¿dónde la pones?» Dixo el alcara-
ván: «Póngola somi ala.» Dixo ella: «¿Et cómmo la
puedes poner so tu ala, ca non me paresge que se
podrá fazer?* Dixo él: «Por Dios, muy bien.» Dixo
la gülpeja: «Pues demuéstrame cómmo fazes, ca en
verdat grant mejoría avedes las aves (2) sobre nos,
ca sabedes en una ora lo que nos non sabemos en un
año (3), et aun metedes vuestras cabegas so vuestras
alas por viento e por frío (4). Pues muestra me cómmo
fazer» (5). Et metió el alcaraván su cabega so su ala,
et dio salto en él la gulpeja e matólo. Et díxole:
«Enemigo de Dios; mostraste carrera commo te ma-
tasen, et diste consejo ala paloma para que estorgiese
déla cuyta en que estava» (6).
Eneste calló el rrey. Et dixo el filósofo: «Señor,
ayas poder sobre las mares, e déte Dios mucho bien
con alegría, e goze tu pueblo contigo, et ayas buena
ventura; ca entí es acabado el saber e el seso e el su-
(i) Ms. C. y J. partes y de todas las regiones, ¿dónde
(2) J. y ms. C. en verdat, ¡oh aves!, gran mejoría os ha dado
Dios sobre
(3) Ms. C. y J. año y alcanzáis lo que nosotros no podemos
alcanzar, et
(4) Ms. C. y J. frío, y lo hacéis sin fatiga ninguna. Pues
(5) Ms. C. y J. cómmo lo haces.» Et
(6) Ms. C. y J. gulpeja desde su sitio, y lo agarró y le dio un
mordisco, con el que le apretó el cuello, y le dijo: «Enemigo de
tu alma; diste consejo a la paloma y le enseñaste la manera de
salvarse, y has sido incapaz de hacer eso contigo mismo; y tanto,
que se ha apoderado de ti tu enemigo.» En seguida lo mató y se
lo comió.»
Termina el capítulo de !a paloma y de la vulpeja y del alca-
raván.
LA PALOMA, LA VULPEJA Y EL ALCARAVÁN 485
frimiento e la mesura e el tu perfecto entendimiento.
Ca entu consejo non ha fall(l)a, nin en tu dicho yerro
nin tacha, et as ayuntado entí fuer(^a e mansedunbre;
así que enla lid non eres fallado covarde nin en las
priesas non eres aquexado. Et yo te he departido e
GLOSADO E ESPLANADO las cosas, et te he dado rres-
puesta de quanto me preguntastes, et por ti loé mi
consejo e mi saber en conplir lo que devía, e el dere-
cho que devo con buena memoria detí, trabajando
mío entendimiento enel consejo e enel castigo leal e
enel sermón que te dixe» (i).
(i) C. (*) y cuando llegó el coloquio entre el rey y el filósofo
al capítulo del monje y del huésped (**), calló el rey y dijo el filó-
sofo: «Señor, ojalá vivas mil años y reines sobre los siete climas
y prospere s y salgas bien en todos tus asuntos, con la alegría de
tus subditos, y seas el consuelo de ellos, asistido del Destino y
del Hado; porque en ti es cumplida la clemencia y brilla en ti el
saber y la perspicacia; perfecto es en ti el valor y la generosidad,
y se reúnen en ti el saber, la palabra y la resolución. Ca entu c.
n. h. f., n. e. t. d. yerro, ni en tu obrar tacha; et as a. e. f. e man-
sedumbre; así que enla I. n. e. f. c. n. e. 1. p. n. e. aquexado. Et
y. t. h. departido las cosas y te he dado respuesta a cuanto me
has preguntado; y por ti me esforcé con mi consejo y mi saber y
con toda mi inteligencia por satisfacer tu deseo y cumplir mi
deber, con la buena intención de ejercitar tu pensamiento y
ennoblecer tu índole e inteligencia con lo que te he explicado.
Porque el que ordena practicar el bien no es más feliz que el
que le obedece en ello; ni hay otro más digno de dar un conseja
que el que primero lo ha recibido; ni está el discípulo más lejos
de la ciencia que'el maestro que lo instruye. Por consiguiente (***)^
quien examine este libro con inteligencia y obre, según él dice,^
con prudencia y con la firmeza de carácter propia de la razón,.
(•) Página 245, después del capítulo de «El religioso y su huésped».
(**) J« Y cuando llegó el coloquio con el filósofo a este lugar, call^
(•*•) Corrigiendo en C. ^y,^<¡, por ^-r^^-
486 CALILA Y DIMNA
Aquí se acaba el libro de Calila e Dimna, et fue
sacado del arávigo en latín e rromangado por man-
dado del infant don Alfoñ, fijo del muy noble rrey
don Ferrnando, enla era de mili e dozientos e no-
venta e nueve años.
El libro es acabado.
Dios sea siempre loado.
será apto para conseguir las altas dignidades y para grandes
cosas, con la ayuda de Dios, sin experimentar ningún disgusto,
por haber seguido [los preceptos de] este libro y reflexionado
sobre él. Y Dios, ¡oh rey!, te ayude con tu gracia y te dirija con
su auxiUo, y corrija en ti lo que haya incorrecto y embote el filo
de tu cólera. Y sea su piedad sobre tu alma y sobre las almas de
tus padres piadosos, ya fenecidos; toda una familia de ingenio,
de sabiduría, de excelencia, de generosidad y de nobleza.»
FIN
GLOSARIO
Abar^r, p. 42. — v. a. Abrazar, abarcar, coger.
Abaxar, p. 64. — v. n. Abajar, bajar.
Abilíar, ps. 90, 235 y 259. — v. a. Aviltar.
Abnue. s. m. Chacal. (Véase p. 125, nota i.)
Aboreger, p. 161. — v. a. Aborrecer.
Acabar, ps. 242 y 437. — v. a. Perfeccionar, llevar una cosa a su
debido cumplimiento. |i ps. 292, 299 y 333, conseguir, alcanzar
una cosa.
Acacharse, p. 140, donde dice * agachado», por errata.— v. r. Aga-
charse. La Academia lo suprimió de su Diccionario en la sex-
ta edición. La voz es viva hoy en el oriente de la Península:
en val., acacharse; en cat., acatxarse, acotxarse. (Del lat. yulg. ad-
coacticare, de coactus, de cogeré.)
Acaer, p. 74. — V. n. Acaecer. (Del lat. vulg. ac-cadere, de ad-cadeif.)
Agidente, p. 483. — s. m. Accidente.
Alomar, p. 454. — v. a. Poner en ajuste una mercancía. (Véase el
pasaje de las Ordenanzas del Concejo de Oviedo, hechas en
1274, que cita M. Pidal en La Leyenda de los Infantes de Lara,
P- 437> y que dice así: «Estaulecemos que nengún vezino nen
vezina non vayan a los ganad[er]os nen fora déla villa comprar
nen goma?' queso nen mantega, nen sennalarlo ante tiempo,
nen otra vianda nenguna, pora revender.») (Del lat. vulg. asíum-
tnare, de summum.)
Acometer, p. 393.— v. a. Cometer.
A^or, ps. 74, 202 y 213.— s. m. Azor, ave de rapiña.
Acordar, p. 451.— v. a. Poner en buen acuerdo, persuadir.
Agorero, p. 210. — s. m. El que guarda a los azores o cuida de ellos.
Acostado, p. 337. — s. m. Según Alien, soldado mercenario; pero
4?S CALILA Y DIMNA
por el contexto, conforme con B., que en su lugar escribe
♦ allegado», parece que tiene aquí la significación de «allegado,
pariente».
Afeuziarse, p. 274.— v. r. Fiarse. (Del lat. vulg. affiduciare.)
Afeytar, p. 126 (véase nota 5). — v. a. Disponer, aderezar, pre-
parar. (Del lat. affectdre.)
Afiíar, p. 393. — V. a. Afeitar, adornar, hermosear. \''ariante de
afeytar.
Afor?ar, p. 177. — v. a. Forzar, violar. (De a ^ forfar, forzar.)
Agradegedero, p. 49. — adj. Que agradece, agradecido.
Aguacal, s. m. (Véase p. 236, nota 4, donde decimos que es tra-
ducción del ár. ^Ia.-**;, pl. de <^¿\^.t*j, (abja, terreno salino.)
Ai, p. 429. — adv.'^Ahí.
Albarhamin, ps. 351 y siguientes. — s. m. pl. Bracmanes. Variantes
en A. : albarhamiun^ albarhamiud y albahamiud; en B. : barmi-
des, baramides, mermido-iies y vermidones. (Del ár. (jj^-.^.,«jfc^-^\,
albarhantiun.)
Álcali y alcalld, p. 88; alcalld., ps. 158, 269 y 270; pl. álcalis.^
p. 208. — s. m. Alcalde, juez. (Del ár. ^__y>olJÜ\, alcadi.)
Algo, ps. 127, etc. — pron. indef. I| ps. 25, 195, 240, 244 y 321. —
s. m. Hacienda, riqueza, bienes. || p. 63, bien, provecho; poco
bien, traducción de j..;^^ óSi. (\^éase C, p. 56, línea 6.)
Alguazil, ps. 20 y 352. — s. m. Visir, ministro. (Del éx. y^\yi\,uluazir:)
Algunt, ps. 130, 168, etc.— adj. Alguno. Usado con s. f. en p. 342:
algunt ayuda.
Alholla, p. 364. — En C. y en J. Jvéase la nota), y también en Sacy
(p. 256, línea i), (¿;\^^v\ ¿íJús.., holla de púrpura. HoUa, en los
Diccionarios árabes, como nombre de tela, tiene una significa-
ción muy vaga, que nuestro texto concreta con la voz orchun,
púrpura, y en Edrisí es una tela de lino, ordinariamente bro-
chada. El hecho de que en la versión castellana aparezca la voz
con el artículo, en vez del determinante púrpura que lleva en
los textos árabes, parece indicar que cuando se hizo la versión
era corriente dicha voz en Castilla, ya que el traductor tuvo a
al-holla como equivalente a holla de púrpjira, y que tal sig-
nificación sería corriente y usual. En la Crónica del Cid, c. 227»
f. 196, se lee: «e los estrados encortinados, e de muy nobles
alhollas de oro»; y en c. 256, f. 231 : «e sobrazó el manto de
una alfolla que tenía al cuello, con que le fizieron caballero».
48q
Aliviado, ps. 303, 418 y 437. — adj. Ligero, inconstante (p. p. de
aliviar).
Alongado, da, ps. 30 y 72. — adj. Distanciado, diferente (p. p. de
alongar).
Alvedriarse, p. 437. — v. r. Arbitrarse, ingeniarse. (De alveario.)
Alvedrio, p. 191. — s. m. Albedrío, arbitrio, capricho.
Amanecer. Usado como personal en p. 109.
Andamiento, p. 403. — s. m. Andadura, modo o manera de andar.
Andar, p. 403. — s. m. Andamiento, andadura (infinit. substanti-
vado).
Andar, v. n. La radical del perfecto es andud- en ps. 18, 58, 150
y 170, y andou- en ps. 316, 327, 439, 445, 449 y 451. (Véase
además p. 146, nota 2.)
Anochecer. Usado como personal en p. 109.
Anviso, sa, ps. 105 y 161. — adj. Anteviso, enviso. (Del lat. vul^.
antevtsutn.)
Anxahar, ps. 39S, 399 y 404; anxara, p. 397, y axara, p. 396. —
s. m. Del ár. j45_5*.^3\, y éste, por intermedio del persa, del
sánscrito zrtgala, chacal, pero que nuestro autor, en el cuen-
to XIV, traduce por lobo cerval, lo mismo que ^^^l -jj\, abnue.
Aper^ebido, da, p. 112. — adj. Prevenido, preparado, dispuesto
(p. p. de apergebir, apercibir).
Apergebimiento, p. 343. — s. m. Apercibimiento.
Aportar, p. 266. — v. n. Acaecer, suceder, ocurrir. (De a y portar.)
Apos, p. 1 39. — prep. Al lado de, en comparación de. (De a y pos,
lat. postal
Apriso, ps. 178 y 191. — Perfecto de aprender. {yédiS,^ prender.)
Aprivadar, p. 411. — v. a. Poner en privanza, que es como se lee
en B. (De a y privado.) Es traducción de ,^jaÁ- en VIII forma :
atribuir algo exclusivamente a alguien. (Véase C, p. 220, línea 2
bajo.)
Aprivar, p. 74. — v. a. Admitir a uno en la intimidad. (De a y /r/-
var>) Traducción de <-^j^ en II forma: hacer que uno se apro-
xime, honrar a alguien. (Véase C, p. 61, línea i.)
Apurar, p. 249. — v. a. Comunicar, enterar del todo a uno. Es tra-
ducción de ^_5-^ en IV forma : comunicar (un secreto) a al-
guien. (V. C, p. 140, línea 15.) La palabra «voluntad» del texto
es traducción de «Jx >, estado, situación en 'que uno se en-
cuentra; tristeza grande.
490 CALILA Y DIMNA
Aqnedar, p. 323. — v. a. Dejar a uno quieto, sin movimiento. (De
a y quedo.)
Arca, p. 122. — s. f. Jaula. Es traducción de Cj^U, caja de ma-
dera, ataúd.
Arditnento, p. 292. — s. m. Ardimiento, valor, intrepidez.
Arrufarse, p. 79. — v. r. Enfadarse, encolerizarse. || p. 440, enva-
necerse. (Según Korting, del ant. alto al. rupfen.)
Asentar, v. n. en p. 440; pero v. r. en ps. 447 y 455.
Asoras, p. 37. — adv. m. A deshoras, de repente. (Del lat. de ex
kora con !a s adverbial.)
Asosegamiento, p. 163. — s. m. Sosiego, quietud, tranquilidad. ([>«
ase segar ?i
Astru£o, p. 337. — adj. Mal astrugo. Desgraciado, infortunado. (Del
lat. vulg. astrucum, del lat. astrum.)
Atanto, p. 396. — adj. Tanto.
Atarte, p. ^.—Atarte he.
Atolear, p. 40. — v. a. Según Alien, aunque con duda, tocar, tañer;
pero creo más bien con Gayangos que el atoleólo del texto
debe ser errata por oteólo. La voz atóla, que como instrumento
músico se ve en Du Cange, y de la cual podría derivar aquel
verbo, es dudosa; y la variante de B., que dice: «entrando por
la puerta el que avía de foradar las piedras vio estar un salte-
rio, e paró mientes en él», autoriza la opinión de Gayangos. Ni
en J. de Capua (véase Directoriwn, p. 28) ni en los textos
árabes (véase la nota) tiene correspondencia dicha voz.
Atriaca, p. 273. — s. f. Antídoto, contraveneno. (Del ár. JjbóÜl,
attriaca.)
Aturar, ps. 133 y 176. — v. n. Perdurar, persistir.
Avarón, p. 296. — adj. Avaro, como se lee en B.
Aver, ps. 52 y 240. — s. m. Dinero (infinit. substantivado).
Averiguar, p. 68. — v. a. Hacer que una cosa parezca verdadera. i|
ps. 443 y 451 (dos veces), probar la verdad de una cosa.
Avuyar (léase auvyar), p. 438. — v. a. Acorrer, socorrer, ayudar.
(Del lat. obviare; véase kuyar.)
Azemosuna, p. 21. — Transcripción del ár. <**^;l^\, azamazima,
mago o sacerdote de los antiguos persas.
Baratar, p. 271. — Barata bien, «procede bien, tiene buen éxito»,
la misma significación que el gr. eu jtpártew, del que procede,
GLOSARIO 491
y que el ár. ^ .-, al que traduce. En p. ^^,7, vial barata, en fra-
se admirativa, «no hacer bien», «no deber hacer lo que hace»,
conforme también con el significado de dicho verbo griego.
Bevir. n. Vivir. Tiene generalmente perfecto débil, pero en p. 371,
visquiere, de visqui, lat. vixi.
Blandez, p. 278. — s. f. Blandeza, blandicia.
Bolvedor, p. 412. — s. m. Enredador, cizañero. ÍDe bolver, iax. vol-
vere.)
Solver, ps. 120 y 385. — v. a. Revolver, mezclar; calumniar.
Bosa, p. 239. — s. f. Bolsa, como se dice hoy en Valencia. (Del
lat. bürsant.)
Broznedat, p. 147. — s. f. Aspereza, mdeza. (De brozno.)
Bueytre, p. 132. — S. m. Buitre. (Del lat. vulg. voltürem, clás. viílticrein.)
Busco, ps. 136 y 278. — Con busco (véase conbusco). (Del lat. vobis-
cunt.)
Cabo, p. 472. — Con de cabo, m. adv. Nuevamente.
Cabsa, p. 379. — s. f. Causa.
Cabsar, p. 392. — v. a. Causar.
Caedizo, p. 272. — En B. paja. — s. m. Objeto ligero y pequeño
que cae fácilmente.
(ane^er o ^areger, p. 233. — En B. alegrarse, conforme con el
texto árabe. (Véase la nota 9 de dicha página.)
Capsa, p. 40. — S. f. Caja. (Del lat. capsam.^
Cara, p. 21. — Tal vez tenga aquí la significación de cabeza, que
también tiene en bajo latín, como el gr. xdpa, del cual procede.
Zarapico, ps. 459 y siguientes. — s. m. Zarapito. En ár. <^i.>, batto.
Caro, ra, p. 441. — adj. Subido de precio. |j ps. 308 y 460, difícil,
penoso, como el ár. j.-^-^*/^, al que traduce en la p. 308. I| En
p, 264 es traducción del ár. w>»^Á.>, alejado, apartado. (Véase
C, p. 148, línea 7.) (Del lat. carus.)
Caronal, p. 473. — adj. Carnal, de la misma sangre o familia. (Del
lat. carnáltKi.)
Carpentero, p. 84. — s. m. Carpintero.
Carpirse, p. 323. — v. r. Traducción del ár. ^t^ Oxv.x.^o, «dióse
golpes en el pecho». (Véase C^ p. 177, línea 8.)
Qe^r, p. 21. — V. n. Cesar.
(elado, p. 140. — En pelado, m. adv. Ocultamente. (De celar, lat. ce-
lare.)
492 CALILA Y DIMNA
^ertedunbre, ps. 20, 170, y 344, nota 1.— s. f. Certidumbre, certe-
za. (Del lat. certitudinetn.)
Cobardez, p, 76. — s. f. Cobardía. (De cobardt.)
Cobdi^ia, p. 108. — S. f. Codicia. (Del lat. vulg. cupiditlam, clás. cupi-
ditatem.)
Colora, ps. 47 y 146. — S. f. Cólera, bilis. (Del lat. cholera, gr. xoXépa.)
Colpa, p. 346. — S. f. Culpa. (Del lat, cülpam.)
Collarada, adj. Paloma collarada, p. 217, y s. f. /« collarada, ps. 218
y siguientes. — Paloma torcaz, llamada así (del lat. torques, co-
llar) por tener «el cuello verdoso y cortado por un collar in-
completo muy blanco». Collarada (de collar) es traducción
del ár. ¿vS^Jax», motauaca (de ^3^, táuaca, «poner a alguien un
collar»), así como éste corresponde al sánscrito chitragriva,
nombre de la paloma en el Panckatantra, y que en aquella
lengua significa *que tiene el cuello variado».
Comer, s. m. — ps. 109 y 110, manjar, comida. IJp. 228, comeres, man-
jares. (Véase otro ejemplo en M. Pidal, Poema del Cid.) (Infinit.
substantivado).
Cottimer, ps. 109, 129, 331, 377, 440, 442, etc.— v. a. Variante de
comer. (Del lat. comedere.)
Comunas, p. 63.— s. f. pl. de común.
Conbolverse, p. 51. — v. r. Revolverse. Es traducción de i_^i
en V forma : estar envuelto; volverse y revolverse en su lecho
(un enfermo). (X^éase C, p. 42, línea última.)
Conbrá, p. 1 30. — fut. de comer.
Conbasco, ps. 268 y 407. — Convusco, con vosotros. (Del lat. cum
vobiscum.)
Con^eguera mente y concejera mente, p. 113.— adv. m. Conceje-
ramente, públicamente.
Confasión, p. 195. — s. f. Medicamento, confección. (Del lat. cen-
fectidnem.)
Conlirío, p. 57 (véase Fe de erratas). — s. m. Colirio. (Del lat. c»lly-
rjMtn.) El copista escribió con- por suponer que la voz estaba
compuesta con este prefijo.
Conortar, ps. 358, 372 y 390. — v. a. Consolar, aliviar la pena de
uno. (Del lat. conhortare, por cohertari.)
Conorte, p. 203, nota i. — s. m. Consuelo. (De conortar.)
Conos^edero, ra, p. 427. — adj. Que reconoce o agradece. (De c»-
nosftr., conocer.)
493
Conpania, p. 65. — s. f. Compaña, compañía, sociedad, amistad.
(Del lat. valg. compania, voz formada de cum j pañis, a imitacióa del
germáaico gahlaibi, compuesto de ga, cum, y hlaibi, pao.)
Conplí, conpliste, p. 372. — Perfecto de cumplir, ant. conplir.
Conpllslón, p. 428. — S. f. Complexión, (Del lat. complexionem.)
Consejera mente, ps. 119 y 262. — adv. m. Concejeramente, pú-
blicamente.
Contendora, p, 340. — s. f. La que contiende o disputa. (De con-
tendor.)
Contrabajo, p, 43, líneas 2 y 3. — Escrito en el original como una
sola palabra prosódica; pero no es adverbio compuesto de
contra y bajo, como dice Alien, sino sencillamente la preposi-
ción con y el substantivo trabajo. El contexto castellano y el
texto árabe están muy claros. (Véase C, p. 39, línea 9.)
Corporiento, p. 380. — adj. Corpulento, grueso. (Del lat. corpulen-
tum, cambiado eu corpurentum por iaflueacia de corporal.)
Corto, ta, p. 87. — p. p. de cortar.
Cosa, p. 22. — S. f. Causa. (Del lat. causam.)
Creó, ps. 162, 283, 286 y 452. — Perfecto de creer, forma que tam-
bién se halla en Berceo, Santo Domingo, 71*, y en Hita, 401.
Cnedar, p. 121, nota 2. — Variante de cuy dar.
Cuydar, ps. 64, 173, etc. — v. a. Cuidar, pensar, creer, imaginar.
(Del lat. vulg. cogitare, cügitare, clás. cogitare)
Cuydoso, sa, ps. 166, 173, etc. — adj. Cuidoso, angustioso, fatigo-
so. (De cuydar.)
Dagastonar, p. 12. — v. a. Cree Alien que quizá deba corregirse
leyendo engastonar, como lo hizo Crayangos.
Dapuo, p. 476, y dapño, ps. 350, 357, 376, 410 y 420. — s. m. Daño.
(Del lat. damnum.)
Debatirse, p. 218, — v. r. Traducción de '^j^ en Vlll forma:
batirse, agitarse, inquietarse. (De de y batir.)
Decoger, p. 483. — v. a. Obtener, coger, (Del lat, de y collígére.)
Delibre, adj. Resuelto, astuto, inteligente. En la p. 260 es traduc-
ción de ^y^^\^ comp. de ,^^*-^, inteligente, astuto. (Véase C,
p, 145, línea 18.) En la p. 104 lo define el mismo texto, con-
forme con el original árabe. (De delibrar.)
Denu^iar. v. a. — p. 183, y 247, línea 15, donde dice «denungia-
van», por errata. Variante de denunciar.
494 CALILA y DIMNA
Derrundiado, p. 38. — En B. caído.— diá]. Derrumbado, caído.
Desaborido, da, ps. 161 y 162. — adj. Desabrido, de mal gusto.
Traducción de 5-^, que tiene mal gusto. (Véase C, p. 100,
línea última.)
Desenpolgóse, p. 232. — ^Perfecto de desempulgarse.
Desenchar, p. 236. — Variante de desechar.
Desfuziarse, ps. 159, 210, 218, 252 y 330.— v. r. Dcsfiuzar, perder
la esperanza. (Del lat. vulg. disfiduciare.)
Desí, ps. 4, 21, etc. — adv. Después, en seguida. (Del lat. de, ex e Uñ.)
Desmanar, p. 476. — v. a. Apartar, evitar. (Del lat. de, ex y el vulg.
manare, de manus, mano.)
Despadagar, p. 44. — v. a. Despedazar. Traducción de jk^, cor-
tar, amputar. (Véase C, p. 40, línea 4.)
Despojado, p. 217. — adj. Desharrapado, harapiento. (Véase Ber-
ceo, Santo Domingo, 168 y 469.) (De despojar^
Desvitarse, p. 462. — v. r. No significa morirse, estar a punto de
morirse, como dice Alien, sino nutrirse, alimentarse. Es traduc-
ción del ár. C^Ki^ que significa lo mismo. (De des intens. y vito)
Devagar, p, 349. — v. a. Diferir, madurar, meditar la cosa antes de
verificarla. Iré prorogatione in suts gestis universis, como dice
J. de Capua. (Véase Directoritim, p. 242, líneas 4 y 5.) (De de
y vagar.)
Dinidat, ps. 78 y 404. — s. f. Dignidad.
Dioso, p. 304. — adj. Viejo, de días. De diferente modo ha sido
interpretada esta voz. Gayangos la corrigió, escribiendo duro.
Sánchez (i) dice: «Parece lo mismo que divino.» En los textos
árabes C. y J. no tiene correspondencia literal; pero según C.
(véase la traducción en la nota), parece que deba ser errata,
por odioso. Por lo demás, dioso tiene autoridades con la acep-
ción que le hemos dado de viejo, entrado en años.
Diudo, p. 178. — En B. enamorado, conforme con el texto árabe.
(\'éase la nota correspondiente.)
DiuSO, p. 317. — adv. Bajo, debajo. (Del lat. deorsum.)
Dolar, p. 149. — Errata, sin duda, por doblar (2), que pide el con-
texto, conforme con el ár. Ll:&- en VII forma, al que traduce.
(i) Véase Poetas castellanos anterieres al siglo XV, p. 573.
(2) No conozco casos en que //interna se reduzca a l,os,esiduplare-
dolar.
495
Donarlo, p. 194. — s. m. Donaire. (Del lat. donarium.)
Dubdar, p. 87.— v. n. Dudar. (Del lat. dubitare.)
Dufe, p. 44. — adj. Variante de dulce.
Dttxieron, p. 173. — Así he enmendado el «dixieron» del original,
como lo pide el contexto, de acuerdo con la versión árabe.
Perfecto de </«<;;>= conducir. (Del lat. duxerunt.)
Eguado, p. 482. — adj. Igualado. Díjose también no sólo de las
aves, sino del pelo de la cabeza y de la barba. (Véase M. Pi-
dal, Poema del Cid, U, p. 635, art. eguada.) (Del lat. aequatum.)
Egual, p. 91. — adj. Igual, semejante. (Del lat. aequaUm.)
Egualar, p. 216. — v. a. Igualar, equiparar. (De egual)
Elle, p. 212. — pron. pers. Ella.
Emientes, p. 233. — Variante de la locución en mientes, a las mien-
tes, a la memoria.
Enbrave^er, p. 59. — v. n. Ponerse bravo, conforme con el texto
árabe. (Véase la nota.)
Ende. adv. Nótese su valor pronominal enps. 113, 189, etc.
Enfinió, p. 183, — No tiene correspondencia en árabe ni en J. de
Capua. (Debe ser de enfingir, presumir, llenarse de soberbia.)
Enííuzarse, ps. 420 y 460. — v. r. Confiarse. (Del lat. vulg. infidu-
ciáre.)
Enlizar, p. 141. — En B. enrridar. — v. a. Variante de enrrizar, en-
rizar.
Eurrisar, p. 1 14. — v. a. Variante de enrrizar, enrizar.
Enseñamiento, ps. 237 y 346. — Educación, urbanidad. En los dos
casos es traducción del ár. ^vl, buena educación, cultura del
espíritu.
Eníen?ión, ps. 3 y 6. — s. f. Intención, ñn, propósito.
Entestinos, p. 195. — s. m. Intestinos.
Entorpar, p. 415. — v. a. Entorpecer, embarazar. (De en y torpe.)
Envlsidat, p. 105. — s. f. Sagacidad, perspicacia. (De enviso.)
Escodniño, p. 349. — s. m. Escudriño. (Del lat. scrutínium.)
Escorrecho, p. 349. — adj. Fuerte, vigoroso, conforme con el texto
de Castigos e documentos del Rey Don Sancho, edición de Gayan-
gos, p. 89'', que cita Alien, y que dice así: «fermosura e sani-
dad e seer escorrecho en su cuerpo»; pero que según el ori-
ginal árabe debía ser substantivo. (\''éase la nota.) (Del lat. vulg.
íxc»rrecimn.)
CALILA Y DIMNA
Escosa, p. 48, — adj. No sé cuál deba ser aquí la verdadera acep-
ción de este adjetivo. No tiene correspondencia en los textos
árabes ni en J. de Capua. La acepción que tiene en el Diccio-
nario de la Academia (del lat. excursa) podría convenirle en
nuestro texto, aplicada a vida pasada, marchita; pero la variante
de B., que dice: «torna a viejo e lazrado, et ha por costunbre
escaseza e desabrida vida», nos hace sospechar si el copista se
equivocó y dijo lo que el original no decía.
Escudillo, p. 369. — s. m. Escudilla.
Esecutar, p. 394.— v. a. Ejecutar.
Esflngir, p. 380. — v. a. Fingir. (Del lat. ex y fingere.)
Espaciar, ps. 28 y 358. — v. a. Divertir, desahogar, dar holgura; lo
contrario de oprimir.j|p. 322. — v. r. Desembarazarse, librarse
de uno alejándolo. (Del lat. vulg. spatiare, clás. spatidri.)
Espavorecerse, p. 253. — v. r. Espantarse, llenarse de pavor, (üei
lat. vulg. expavorescere, de Pavor.)
Espendir, p. 49. — Son es pendidas. Por el original árabe (véase la
nota) parece que debiera leerse espandidas, o sea «desparra-
madas, distanciadas, alejadas». (De espandir, lat. expandiré.) Apo-
ya esta conjetura J. de Capua, que traduce este mismo pasaje
verba justitie dissipata. (Véase Directoriuní, p. 33, línea 17.)
Estangia, p. 119. — s. f. «Buena estangia» debe significar aquí
bienestar, utilidad, provecho. (Véase en la nota la traducción
de C, y también J. de Capua, p. 73, línea 18, que traduce: non
intendebam per illud 7iisi eius boneni et utilitatem.
Estar. Forma el perfecto de la radical estou- en ps. 35, nota i,
160, 247, etc., y de estod-, estud- en ps. 25, 34, 80, 105, 402, etc.
Estroír, p. 351. — v. a. Destruir, como se lee en B.
Estultar, ps. 203 y 390. — Ofender, tratar a uno de tonto. (Del
lat. stultus.)
Ezperar, p. 265, línea 5 (véase Fe de erratas). — Variante de
esperar.
Faldrldo, p. 68. — adj. Es traducción del ár. » *^,^^ (véase C,
p. 58, línea 8), «letrado, instruido, educado», conforme con la
variante de B., que, según Alien, dice «sabidor», y también
con J. de Capua, que traduce intelligens, y con el texto del
Poema de Alexandre, c. 1841, que dice: »ambos eran eguales
e de mannas faldridos*. Se equivocaron, pues, Janer, que lo
GLOSARIO 497
explica por «falto, defectuoso>, y Morel-Fatio, que en Roma-
nía, IV, p. 45, cree que en el Poema d¿ Alexandre debe corre-
girse en «fardido».
Faldrlmiento, p. 92, — s. m. Como se ve por la nota, no tiene co-
rrespondencia en C, pero sí en J. (véase p. 132, línea 12), según
el cual equivale a «habilidad, maña», conforme con la signifi-
cación á&faldríJo, cuyo mismo origen tiene.
Fallegedero, ra, ps. 23 y 41. — adj. Perecedero. {De falle ger.)
Faza, ps. 197, etc. — prep. Hacia. {Dsfaz a, cara a.)
Fedroso, sa, p. 175. — En B.fedoriento. — adj. Hediondo, que huele
mal. [De fedor, fedoroso, fedroso.)
Femengiarse, p. 330. — v. r. Esforzarse, darse prisa. {He f emenda.)
Femengioso, p. 408.— adj. Hemencioso, activo. {De femencia.)
Fermedat, p. 2^. — En B.fermedunbre. — s. f. Firmeza, estabilidad.
(Del lít. firmitdtem.)
Festinar, p. 122. — v. a. Apresurar, excitar. (Del \zi. festinare.)
Feuziarse, p. 169. — v, r. Confiarse. (Del lat. fiduciáre.)
Fialdat, p. 405. — s. f. Fieldad, fidelidad.
Figo, p. 201. — Mal del Jigo. Úlceras que salen en la parte de la
cabeza cubierta de pelo o en la barba. Morbus eoru7Ji proprius
qui mulisbra patiuntur. (Del \ax. ficus^
Fortedunbre, p. 140. — s. f. Fuerza, firmeza. El contexto parece
tyixgw gertedunbre, certidumbre. (Véase la nota, y también J. de
Capua, Directorium, p. 84, línea 23.)
Friura, p. 333. — s. f. Frescura, calidad de fresco. (De frigidtiram.)
En Berceo, Mil., Qi^^fridura.
Fueras, ps. 71, 98 y 445. — conj. adv. Sino, excepto.
Fulán. Además de la acepción de substantivo, que registra el
Diccionario de la Academia, tiene la de adjetivo indefinido
aplicado a cosas en ps. 462, 479 y 480.
Fyuza, p. 346. — s. f. Fiducia.
Fyuzarse, p. 344. — v. r. Confiarse. {De fyuza.)
Gar?o, p. 475. — s. m. Garza macho.
Girgonga, ps. 72 y 73. — En B. gengonga. Especie de piedra pre-
ciosa. (De origen incierto.) Es traducción del ár. yacut, jacinto,
y lulu, perla. (Véanse las notas.)
Golosía, p, 239. — s. f. Golosina, deseo inmoderado. (De goloso.)
Gordez, p. "j^. — s. f. Gordeza, grosura. (De gordo.)
TOMO I. 32
498 CALILA Y DIMNA
Gradesgimiento, ps. 427 y 433. — s. m. Agradecimiento.
Grand, p. 333, y grant, ps. 181, 186, etc. — adj. Grande.
Guarnimento, p. 431. — s. m. Guarnimiento.
Gulpeja, ps. ^6, 406 y 481. — s. f. Vulpeja.
Henos, p. 127, por e nos.
Huyar, p. 84. — v. a. Adelantarse a, llegar a. (Véase M. Pidal, Can-
tar de Mío Cid, II, p. 902, art. kuuiar.) (Del lat. obviare.)
Irnos, p. 170. — Primera pers.pl. del pres. indic. de ir. (Del lat. imus.y
Jarín, p. 430. — En B. xara. — s. f. Jara.
Judgar, p. 208. — V. a. Juzgar. (Del lat. Judícáre.)
Juglaría, p. 2, y juglería, p. i. — s. f. Distracción, diversión, entre-
tenimiento grato. {De juglar.)
Lanteja, p. 375. — s. f. Variante de ¿enteja.
Lazdrar, p. 126. — v. n. Lazrar, con d epentética.
Lazerio, ps. 126 y 419. — s. m. Trabajo, fatiga, laceria.
Lobera, p. 429, nota 2. — s. f. Hoyo para cazar lobos y otras fieras,
Lo?ano, ps. 60 y 467. — adj. En la p. 60 es traducción del ár.JlAjL^,
«vanidoso, orgulloso», correspondiendo a la tercera acepción
que da a lozanía el Diccionario de la Academia, y la misma
que da nuestra versión a dicha voz en la p. 144, única vez que
la emplea. (Véase Berceo, Mil, 67: «Alzaron arzobispo un ca-
longe lozano; — Era muy soberbio e de seso liviano.>)
Lunar, p. 267. — s. m. Luna, luz de la Luna.
Líos, ps. 131 y 258. — Variante del art. los.
Lluene, p. 66, y Ilueñe, p. 74. — adv. Lejos. (Del lat. longí:)
Mano. s. f. Dar de mano, p. 454. — Soltar, dejar en libertad.
Mantillo, p. 45. — s. m. Membrana que en\aielve el feto. Traduc-
ción del ár. 6-...^.^^^. (Véase C, p. 40, línea 14.)
Más. — Adverbio usado con el comparativo en la p. 420: tnás
mejor.
Massar, p. 45. — v. a. Masar, amasar. Traducción de ^Jai"^, batir
la leche para separar la manteca; sacudir violentamente (una
cosa). (Véase C, p. 40, línea 11.)
499
Mé, p. 432, línea 6. — Ir mé, irme he, me iré.
Melezinamiento, ps. 22 y 25. — s. m. Acción de melecinar; reme-
dio, medicina.
Menazón, p. 190. — s. f. Diarrea, disentería. Comp. el ant. fr. 7ne-
níson, menoison, maneson, y véase en la nota la traducción de
C, según el cual Calila muere de una indisposición de vien-
tre. B. y J. de Capua omiten este particular.
Menos. — Hallar menos, p. 83. — fr. Notar la falta de.
Menudez, p. 50. — s. f. Bajeza, ruindad, villanía. Traducción de
ofil3j. (Véase C, p. 42, línea 17.)
Mercadería, p. 444. — s. f. Mercadería.
Mestura, ps. 185 y 191. — s. f. Mezcla, intriga, enredo. (Del lat.
mistüram.)
Mesturero, ps. 55 y 388. — s. ra. Cizañero, intrigante. (De mestura.)
Mijoría, p. 78. — s. f. Mejoría.
Mintroso, sa, p. 184. — Variante de mentiroso.
Miraglo, p. 87. — s. m. Mirado, milagro.
Moler, p. 331. — V. a. Reducir a menudísimas partes los alimentos
introducidos en el aparato digestivo, digerir; acepción que to-
davía conserva en valenciano su equivalente moldre.
Morir. En el futuro y condicional, por síncopa de la /, tiene por
radical morr- en ps. 37, 116, 130, 364, 454 y 479.
Mover, p. 46. — v. n. que legítimamente puede interpretarse por
nacer; pero he de advertir que es traducción literal de <3^yS?,
inf. II de «^♦■ifc, que significa mover, agitar. (Véase C, p. 40,
línea 19.)
Muguer, p. 280.— Variante de muger.
Nenbrar, ps. 117, 330, 344 y 361. — Variante de menbrar, mem-
brar.
Nlngund, ps. 230 y 240, y ningunt, ps. 181 y 244. — adj. Ninguno,
ninguna. Usado, como algunt, con s. f. en p. 241 : ningunt
alegría.
Ñusco. — Con ñusco, ps. 1 27, 242 y 428. — Conusco, con nosotros.
(Del lat. nobiscunt.)
Orne, ps. 33, 333, etc. — s. m. Omne, hombre.
Omezillo, p. 342. — s. m. Odio, rencor. (Del lat. homicñdíum.)
Omlldoso, p. 65. — adj. Humilde, modesto. (Del lat. humilUosutn.)
500 CALILA Y DIMNA
Omne, ps. 38, 88, 333, etc. — s. m. Hombre. (Del lat. homlnem.)
Opíñón, p. 22. — s. f. Opinión.
Orebs, p.432. — En B. orenze^ ps.430 y 435 (quizá errata del copista,
por oreuze). — s. m. Orebce, aurífice. Si la forma orebs procede
del nom. aurifex, debe acentuarse órebs.
Oriol, p. 139. — Falcan oriol. Es traducción del árabe (w_jULñJ\
c,lJLüü\, el águila fénix. En J. de Capua, ciconia. (Véase Di-
redorium, p. 84, línea 4: regina avis est ipsa ciconia.) En el
Panchatantra y en el Hitopadera es Garuda, semidiós o pájara
divino en quien cabalga Vixnu. (Véase Hitopadera, traducción
de Alemany, p. 140, y Panchatantra, del mismo, p. 123.)
Ornamiento, p. 71. — s. m. Ornamento.
Ospedadgo, ps. iii y 449. — s. m. Hospedaje. (Del lat. vulg. hosj^ita-
tícu.)
Otrie, p. 354. — Variante de otri, otro.
Paladino, p. 140. — £71 paladinas, m. adv. A paladinas.
Pardón, p. 87. — s. m. Perdón.
Parejas, p. 454. — Traducción de ^^^^\, hermanas, amigas^
compañeras. (Véase C, p. 237, línea 8.)
Pecachado, p. 60. — En B. agachado (p. p. á& pecacharse, agacharse).
Pege, p. 355. — s. m. Pez.
Pensar, ps. 85 y 434. — v. n. Cuidar, ocuparse en. || p. 132. — v. a.
Considerar, tratar. |1 p. 434, pensar de con infinitivo, dispo-
nerse a, empezar a.
Peres^er, p. 343. — v. a. Destruir, aniquilar; hacer perecer.
Pesante, p. 372. — adj. Pesaroso, afligido. (Dehesar.)
Pesar, p. 52. — Variante de pensar.
Pesgar, p. 121. — v. a. Apesgar. {Be ¡>csga.)
Pesquerir, ps. 176 y 412, nota 6. — v. a. Pesquisar, indagar.
Piadat, ps. 161, 205, 221, 289, 393 y 394.— s. f. Piedad.
Pie. D¿ pie, p. 378. — m. adv. A pie.
Placer. La radical del perfecto &s plog- o plug-. (yédiS^plogue,
p. 178, tercera pers. sing. del pret. perf.)
Piado, p. 58. — s. m. Prado.
Plegó y priego, p. 27. — s. m. Clavo, lo mismo que el ár. nL^,c*>^,
mismar, del cual es traducción. (Véase C, p. 31, línea 6.)
Poner. En el futuro elide la ^ y metatiza la r, y nos ofrece como
radicaA porn- o porrn- en ps. 71, 180 y 198.
GLOSARIO 501
Postema, p. 130. — Es traducción del ár, ^^^LLi*, angina, laringitis.
Prender. Además del perfecto débil (prendió, p. 38; prendieron,
P- 433» ^prendiese, p. 439), tiene el fuerte (priso, etc.) en ps. 88,
179, igo, 210, 311 y 317, y también en p. 161, prisió, forma dé-
bil derivada de la fuerte priso.
Preses, p. 269. — f. pl. Preces, ruegos.
Priado, p. 400. — adv. t. Presto, prontamente. Traducción de
^^-to\. (Véase C, p. 241, línea 17.)
Propinco, p. 427. — adj. Propincuo, allegado, usado como subs-
tantivo.
Pujar, p. 113. — V. n. Herir con el cuerno. (Véase la nota.) Es tra-
ducción de J^, nataha. (Véase C, p. 79, línea 9.)
Quedar, p. 35. — v. a. Aquedar.
Rrabinosamente, p. 416. — adv. m. Precipitadamente.
Rrabinoso, p. 108. — adj. Rabioso, colérico, irascible. (Véase la
nota 3.) II p. 325, precipitado, arrebatado. (Véase la nota.)
Rrahez, p. 127. — Poner en rraJuz, fr. Presentar como fácil la eje-
cución de una cosa.
Rrebtar, ps. 161, 200 y 371. — v. a. Reptar, reprender. (Del lat. re-
putare.)
Rrebto, p. 128. — S. m. Reto. (De rrebtar)
Rrecabdo, p. 240. — S. m. Conocimiento. (De rrecabdar, recabdar.)
Rre?ender, p. 223. — v. n. Traducción del ár. ^>^s, de ^U, faha,
exhalar su perfume, su olor (un aroma, flor), y no hay que
corregirlo en tragender, como propuso el Sr. Gayangos. La
acepción que aquí tiene está conforme con las del lat. rescin-
diré, romper, abrir, poner de manifiesto. (Véase en Quintiliano
rescindiré latentia vitia, poner de manifiesto los vicios ocultos.
Véase Diccionario latino de Commelerán.)
Rre?uc¡tar, p. 44. — v. n. Resucitar.
Rregistir, p. 406. — v. a. Resistir.
Rregnar y rregñar. — v. n. Reinar.
Rregno y rregfso. — s. m. Reino.
Rrelentes?er, p. 374. — Es traducción de ,3^>, humedecerse, mo-
jarse, cubrirse de rocío.
Rremasera, p. 195, que Gayangos corrigió en comasera, es, como
se ve por la nota, transcripción de O^/-^^^ remakerajt o re-
502 CALILA. Y DIMNA
mahrán, y en la versión siriaca, zarjiharan (i), J. de Capua
CDirectorimji, p. 120, líneas 13 y 14) deja la voz sin traducir, y
dice : ecce medicina filie tue. No es veneno, como quiere Alien,
sino nombre de un medicamento compuesto de vino y otro
ingrediente que no se sabe cuál fuera, por faltar este nombre
en la versión siriaca.
Rrencón, p. 158. — s. m. Rincón.
Rrepenten?ia, ps. 160, 189 y 208. — s. f. Arrepentimiento, pesar.
(Del lat. vulg. repoententiam, clás. poenitentiam.)
Rrepostero, p. 387. — s. m. Tesorero. (Véase la nota.) (Del lat. ré-
Positórium.)
Rrepuesto, p. 41 1, y rrespuesto, p. 367. — s. m. Tesoro. En la p. 41 1
es traducción del ár. ^•jp)\;.¿^, pl. de óJ\j.:^, Jazana, tesoro.
(Véase C, p. 220, línea 20.) (Del lat. repositum.)
Rresestirse, p. 346. — v. r. Resistirse.
Rriepto, p. 358. — s. m. Repto.
Rrogatura, p. 435. — S. f. Ruego, súplica. (Del lat. rogatüram.)
Rroido, ps. 432 y 435. — s. m. Ruido. (Del lat. riígitum.)
Saluar, ps. 46 y 70. — v. a. Saludar. (Del lat. salütare.)
Sallir, ps. 104, 105, 185, 204, 219 y 294. — v. n. Salir. (Del lat. salire.)
Sangre. Usado en pl. en p. 357.
Saqueto, p. 195. — s. m. Saquito.
Saulan, p. 34. — En B. xulan; J. de Capua, sulem; en ár. ^^^^
xatilam. Voz mágica, sin significación conocida.
Segunt, p. 340.— prep. Según.
Segurarse, p. 110. — v. r. Fiarse, confiarse. (De seguro.)
Semejar, p. 221. — v. n. Parecer; hacerse manifiesto un modo de
ser, cualidad, etc.; en p. 399, concertado con el sujeto de la
oración secundaria, que en realidad lo es del mismo semejar.
Ser. Presente de indic, primera pers., so, ps. 87, 443, etc.; pero
soy, p. 69 (dos veces). Tercera pers. es; pero see, se sienta (de
sedet), en p. 382) traducción del ár. ^_^.*.J.si.; véase C, p. 194,
línea 13). Imperat. sey, p. 394. Ger. seyendo (de sedendo), ps. 52,
(i) Véase la traducción de Keit Falconer, p. 93, línea 22. La forma
árabe es la legítima, porque en esta lengua y en la escritura persa el
signo de la z (j) no se distingue del de la r (\) más que en el punto que
aquélla lleva encima.
GLOSARIO 503
87 y 202. Imperf. de indic. era; pero en p, 75 seían^ estaban
sentados, traducción del ár. fiLccvXs»., pl. de ^^^^.^^Xs:^^ el que
se sienta al lado de otro.
Serpenta, ps. 462 y 463; serpente, p. 462, y serpienta, ps. 52
y 53. — Variantes de serpiente.
Sinsamo, ps. 230 y 232, etc., y sísamo, ps. 9 y 10. — s. m. Sésamo.
Sise, p. 93. — Asise, a sí mismo. (Del lat. sibi ipse.)
SoUar, p. 148.— V. n. Soplar. (Del lat. süffiare.)
SoUón, p. 99. — En B. solo.
Soseído, p. 262. — adj. Sometido, sujeto (p. p. de soseer, del lat. sub
y sedcre.)
Sospiróii, p. 45. — s. m. Respiradero, órgano o conducto de la
respiración. Es traducción del ár. ^^y^^SJJ^, sitio o lugar por
donde se respira. (Véase C, p. 40, línea 15.) (De sos^irar, suspi-
rar; lat. suspirare.)
Sue, p. 331, línea 9 (dice «su» por errata). — m. sing. del adj. pron.
posesivo.
Tanxese, p. 434. — Imperf. de subj. de tañer.
Té, p. 477.— Te he.
Tehesoro, p. 216. — s. m. Tesoro.
Tener. La radical del futuro es tern-, ps. 306, 371 y 383. Nótese
la acepción de creer en ps. i y 423; la de infestar, ocupar, en
p. 386; y su construcción pasiva en la locución tener de con in-
finitivo, en las ps. i, 71 y 893.
Teñir, p. 176. — Variante de tener.
Terrería, p. 143. — s. f. Artería, astucia. (De terrero^
Terrero, p. 162. — adj. Artero, vil.
Tésico, p. 162, y tósico, ps. 159 y 473. — s. m. Tósigo.
Tittuy, ps. 134 y siguientes. — Variantes, según Alien: tittuya,
tirruya, títuy, tyay. Transcripción del ár. ^_^k.^. (Véase C,
p. 88.) En sánscrito, tittibha. Es el parra jacana o parra joensis.
Traer. La radical del perfecto es trax- (del lat. traxi) en ps. 314,
351, 366, etc., y trox- (del vulg. traxui) en ps. 195, 414, 450, etc.
El p. p, traído al lado de trecho en p. 57. Fut. trayrás, p. 67.
Traspaso, p. 262. — Poner en traspaso, diferir, dilatar.
Tr¡ste?er, p. 173. — v. a. Entristecer.
Trobejando, p. 50. — Trebejando, ger. de trebejar.
Tronpe?ar, p. 245. — v. n. Tropezar.
504 CALILA Y DIMNA
Vedar. Diptonga en p. 223, viedes, y 225, vieda; pero en 340, veda.
Vedeganbre, ps. 88 y 274. — s. f. Veneno. (Del lat. vulg. medicamí-
nem, clás. medicamen.)
Vedrlo, p. 361. — s. m. Vidrio.
Veganbre, p. 84. — s. f. Vedegambre.
Vegninidat, p. 407. — s. f. Benignidad.
Venar, p. 467. — v. a. Cazar. (Del lat. venarí.)
Venir. La radical del futuro es vern- en ps. 307, 364 y 445, y
verrn- en p. 252. Nótese además veno, p. 431, y veniere, p. 373.
Ventar, p. 148. — v. n. Aventar, si no es este mismo sin la a inicial,
por la preposición a que le precede.
Ver. Perfecto de indic. vi; pero vide, p. 447; vido (57 veces) y
vio, bisílabo y grave (37 veces). Fut. segunda pers. del pl. ve-
res, p. 10, línea 4 (dice veréis, por errata). Ger. veyendo, p. 239.
Vergüenza. — s. f. En ps. 79 y 200, traducción del ár. ovj^s, aquello
de lo que se tiene vergüenza, parte del cuerpo comprendida
entre el ombligo y las rodillas; y en p. 377 es ü'aducción de
r *s, partes pudendas.
Veridad, p. 442. — s. f. Verdad. (Del lat. veritátem.)
Vestiblo, ps. 407, 427, 436 y 461, y vestiglo, p. 435. — s. m. Animal
en general. (Del lat. vulg. blstícülum, de bestia.)
Veudez, p. ']']. — s. f. Beodez (?). Ni en el texto árabe ni en J. de
Capua tiene exacta correspondencia.
Vez, p. 344. — Nunca vez, fr. adv. Jamás.
Vezinidat, p. 468. — s. f. Vecindad. (Del lat. vjcinitdtem.)
Vi?io, ps. 460 y 473. — s. m. Placer, gozo. (Del lat. vífíum)
V¡9ioso, sa. — adj. Aplicado a lugar, ps. 58, 93, 98, 316 y 469, abun-
dante, provisto, deleitoso. Aplicado a persona, ps. 98, 110, 125
y 461, gozoso, regocijado, contento. (Del lat. vítíosum.)
Vidiganbre, p. 68. — Variante de vedeganbre.
Viganbre, p. 55. — Variante de veganbre.
Vos otros, ps. 116, nota 8, y 367 y 477. — pron. Vosotros.
Vusco, p. 100. — Variante de busco.
Xarope, p. 194. — s. m. Jarabe.
Yazer. La radical del perfecto es yog-, yug- en ps. 179, 200, etc.;
•^^xo yaziese en p. 167, nota i.
ERRATAS QUE SE HAN NOTADO
PAGINA
LINEA
5
DICE
DEBE DECIR
3
fué
fue
lO
4
veréis
veres
12
7
jiiancilla
nianzilla
20
9 y 10
gertedumbre
Qertedunbre
57
I
colirio
conlirio
60
19
consejo
consejo
136
31
cómo
cómmo
140
13
agachado
acachado
247
15
denungiavan
denugiavan
265
5
esperemos
ezperemos
331
9
su enemigo
sue enemigo
345
3
formigio
forniglo
432
6
irme
ir mé
En la página 54, al comienzo del capítulo, donde dice «Dixo
el rrey a su filósofo», léase «Dixo el rrey Deierva^i (i) a Bendu-
bet su filósofo».
En las páginas 405 y siguientes, suprímase en el folio el e del
entre anxahar y religioso.
Quítese el paréntesis en las palabras que lo llevan en las pági-
nas 109, líneas 14 y 15; 129, línea 15; 331, línea 10, y 258, línea 11.
(i) Voz tachada en el mauuscrito.