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Full text of "La Divina Comedia"

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^  es  de  ^ 

f  JORGE  BsVífPERE^® 


Y  GIRADO 


fij      Natural  de  la  Ciudad  de      jgj     ¿^^ 

Bs.Aírcs  y  vecino  de  esta        *-      «^    ^ 
íg3      Villa  de  Monte  Grande 


1 


MMfe^^^ 


Digitized  by  the  Internet  Archive 

in  2010  with  funding  from 

University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/ladivinacomediOOdant 


-V 


LA 


DIVINA  COMEDIA 


DAPKÉS    AHOT 


B.   MITRE.     LA  DIVINA  COMEDIA. 


EDICIÓN  JACOBO  PEUSER 


BARTOLOMÉ  MITliE 


^Í^Í5^<^' 


LA 


DIVINA  COMEDIA 


DE 


DANTE   ALIGHIERI   ■ 

TRADUCCIÓN  EN  VERSO  AJUSTADA  AL  ORIGINAL 


CON   NUEVOS   COMENTARIOS 


BUENOS  AIRES 


Editor:   J  ACOBO    PEUSER 

Calle  San  Martín  esquina  Cangallo 
1894 


Es   propiedad    del   Autor 


0CT15  1968 


NOTA  BIBLIOGRÁFICA 


STE  volumen,  comprende  en  su  integridad,  la 
primera  edición  de  mi  traducción  de  la 
Divina  Comedia  del  Dante,  de  la  cual  sólo  la 
parte  relativa  al  "  Infierno"  ha  visto  la  luz  pública. 
Las  otras  dos  partes  que  corresponden  al  "  Pur- 
gatorio" y  al  "Paraíso^'    son  inéditas 

La  primera  edición  fragmentaria  del  "Infierno" 
que  fué  dedicada  á  los  Árcades  de  Roma,  se  impri- 
mió por  vía  de  specimen  con  el  siguiente  título:  "  El 
Infierno  de  la  Divina  Comedia,  de  Dante  Alighieri. 
Traducción  en  verso  castellano,  ajustada  al  origi- 
nal. Buenos  Aires^  1889,"  en  8°  men. 

Este  pequeño  libro,  del  cual  sólo  se  tiraron  cien 
ejemplares  para  circulación  privada,  fué  objeto  de 
críticas  más  ó  menos  favorables,  así  en  Europa 
como  en  América,  que  se  recopilaron  en  un  volu- 
men con  el  título  de:  "'La  Divma  Comedia,  Juicios 
críticos  sobre  el  ensayo  de  traducción  del  Dante 
por  Bartolomé  Mitre.  París,  1 891  ".  En  8°. 


VI 


La  segunda  edición,  —  primera  completa  del 
"  Infierno", —  fué  lujosamente  impresa  en  París  por 
el  editor  Félix  Lajouane,  en  papel  especial,  con 
marca  de  filigrana,  é  ilustraciones  compuestas  y 
grabadas  por  los  mejores  artistas  fi'anceses.  Se 
puso  en  circulación  en  Buenos  Aires  con  este  título: 
"El Infierno  del  Dante.  Traducción  de  Bartolomé 
Mitre.  Composiciones  de  Cornéllier.  Grabados  al 
agua  fuerte,  por  Abot.  Buenos  Aires.  (París) 
1891".  En  8". 

No  habiendo  tenido  tiempo  el  traductor,  du- 
rante su  residencia  en  París,  para  dar  la  última 
mano  á  la  anterior  edición,  al  corregir  las  pruebas, 
suplió  esta  falta  publicando  en  el  periódico  La 
Ilación  (de  Buenos  Aires),  un  análisis,  que  era  la 
crítica,  de  su  propia  obra,  con  el  siguiente  título: 
"Fe  crítica  de  erratas   y  correcciones  dantescas". 

Sucesivamente  se  publicaron  dos  opúsculos  com- 
plementarios de  la  magnífica  edición  de  París,  en 
el  mismo  formato,  para  ser  encuadernados  ¡unto 
con  ella.  El  primero,  intitulado:  "  Correcciones  á 
la  traducción  del  Infierno  del  Dante  por  Bartolomé 
Mitre.  Con  notas  complementarias.  Buenos  Aires j 
I89r\  En  8".  El  otro  "Segundo  apéndice.  Correc- 
ciones á  la  traducción  del  Dante  por  Bartolomé 
Mitre,  con  notas  complementarias.  Bue)ios  Aires  y 
1891".   En   8«. 

La    edición   de   París,  juntamente   con   sus  dos 

péndices  anotados,  constituían  en  su  conjunto  una 


—  vil 


tercera  edición  correg"icla  y  aumentada,  pero  en 
miembros  separados.  Esto  hacía  necesario  una 
nueva  edición,  que  reuniese  todo  en  un  sólo  cuerpo, 
y  fijase  el  texto  de  la  versión  del  "  Infierno",  some- 
tiendo el  trabajo  á  una  nueva  y  definitiva  revisión. 

La  tercera  y  definitiva  edición  del  "  Infierno"  se 
publicó  por  la  casa  editora  de  Jacobo  Peuser,  bajo 
el  siguiente  titulo:  "El  Infierno  del  Dante.  Tra- 
ducción en  verso  ajustada  al  original,  con  nuevos 
comentarios.  Buenos  Aires,  1893".  En  8"  me- 
nor. —  Esta  edición  contenía  como  mil  cuatrocien- 
tas correcciones  de  forma  ó  de  fondo,  ciñendo  más 
la  versión  al  texto  original. 

Mi  ánimo,  al  emprender  la  traducción  del  Dante, 
fué  no  pasar  del  Infierno_,  y  quedarme  en  él  como 
traductor,  si  me  alcanzaba  la  condenación  que 
acompaña  á  los  intérpretes  infieles:  íradiUlore- 
tradüore.  Pero  una  vez  puesto  á  la  tarea,  he  creído 
deber  llevarla  hasta  su  terminación,  bajo  el  mismo 
plan  de  interpretación  desarrollado  en  la  Teoría 
del  Traductor j  que  puse  al  frente  del  ensayo  de 
traducción  del  "  Infierno  "  y  cuyas  reglas  son  igual- 
mente aplicables  á  las  partes  del  "  Purgatorio  "  y 
del  "Paraíso"  que  ahora  se  publican  por  primera 
vez. 

Como  lo  ha  dicho  otro  intérprete  de  la  Divina 
Comedia^  que  se  propuso  traducirla  verso  por 
verso,  reproduciendo  su  fondo  y  sus  formas,  los 
que  tienen   por   maestro  al   Dante,   se  honran  en 


vni 


seguir  literalmente  su  texto,  y  la  severa  condena- 
ción del  Poeta  contra  los  traidores,,  sólo  alcanza  á 
los  traductores  por  demás  independientes,  que  se 
emancipan  de  su  espíritu  y  no  se  ajustan  á  su 
letra. 

Sin  dar  á  mi  versión  más  valor  que  el  de  un  en- 
sayo^ pienso  que  ella  es  hasta  el  presente,  la  más 
literal  y  la  más  fiel  que  se  haya  hecho,  así  en  cas- 
tellano como  en  otros  idiomas,  y  que  al  reproducir 
según  mi  teoría  expuesta,  las  formas  del  original 
con  su  fisonomía  propia,  refleja,  aunque  sea  débil- 
mente, el  estilo  dantesco,  conservando  la  precisión 
de  sus  conceptos  dentro  de  sus  líneas,  con  sus  mis- 
mos giros  y  palabras,  en  cuanto  es  posible  en  una 
interpretación  en  lengua  extraña. 

La  analogía  entre  la  lengua  italiana  y  la  caste- 
llana, ha  facilitado  en  mucho  la  tarea  del  traductor, 
á  la  vez  que  el  empleo  de  algunos  arcaísmos,  que 
eran  comunes  á  ambas  lenguas  en  la  época  del 
Dante. 


teoría  del  traductor 


E  con  paura  il  meílo  in  >ueiro. 
(Canto   XXXIV,  verso  10). 

NA  traducción,  —  cuando  buena, — es  á  su 
— ^  original,  lo  que  un  cuadro  copiado  de 
la  naturaleza  animada,  en  que  el  pintor,  por  medio 
del  artificio  de  las  tintas  de  su  paleta,  procura 
darle  el  colorido  de  la  vida,  ya  que  no  le  es  posi- 
ble imprimirle  su  movimiento.  Cuando  es  mala, 
equivale  á  trocar  en  asador  una  espada  de  Toledo, 
según  la  expresión  del  fabulista,  aunque  se  le 
ponga  empuñadura  de  oro. 

Las  obras  maestras  de  los  grandes  escritores, — 
y  sobretodo,  las  poéticas, —  deben  traducirse  al 
pie  de  la  letra,  para  que  sean  al  menos  un  reflejo 
(directo)  del  original,  y  no  una  bella  mjidel,  como 
se  ha  dicho  de  algunas  versiones  bellamente  ata- 
viadas, que  las  disfrazan.  Son  textos  bíblicos,  que 
han  entrado  en  la  circulación  universal  como  la 
buena  moneda,  con  su  cuño  y  con  su  ley,  y  cons- 
tituyen por  su  forma  y  por   su    fondo    elementos 


—    X 


esenciales  incorporados  al  intelecto  y  la  concien- 
cia humana.  Por  eso  decía  Chateaubriand,  á  pro- 
pósito de  su  traducción  en  prosa  del  Paraíso  per- 
dido  de  Mifton,  que  las  mejores  traducciones  de 
los  textos  consaofrados,  son  las  interlineales. 

Pretender  mejorar  una  obra  maestra,  vaciada  de 
un  golpe  en  su  molde  típico,  y  ya  fijada  en  el 
bronce  eterno  de  la  ir  mortalidad;  ampliar  con  fra- 
ses ó  palabras  parásitas  un  texto  consagrado  y  en- 
cerrado con  precisión  en  sus  líneas  fundamenta- 
les; compendiarlo  por  demás  hasta  no  presentar 
sino  su  esqueleto;  arrastrarse  servilmente  tras  sus 
huellas,  sin  reproducir  su  movimiento  rítmico;  lo 
mismo  que  reflejarlo  con  palidez  ó  no  interpretarlo 
razonablemente  según  la  índole  de  la  lengua  á  que 
se  vierte,  es  falsificarlo  ó  mutilarlo,  sin  proyectar 
siquiera  su  sombra. 

Cuando  se  trata  de  transportar  á  otra  lengua 
uno  de  esos  textos  que  el  mundo  sabe  de  memo- 
ria, es  necesario  hacerlo  con  pulso,  moviendo  la 
pluma  al  compás  de  la  música  que  lo  inspiró.  El 
traductor,  no  es  sino  el  ejecutante,  que  interpreta 
en  su  instrumento  limitado  las  creaciones  armónicas 
de  los  grandes  maestros.  Puede  poner  algo  de  lo 
suyo  en  la  ejecución,  pero  es  á  condición  de  ajus- 
tarse á  la  pauta  que  dirige  su  mano  y  al  pensa- 
miento que  gobierna  su  inteligencia. 

Son  condiciones  esenciales  de  toda  traducción 
fiel  en  verso, — por  lo  que  respecta  al  proceder  me- 


—    XI    — 


cánico, — tomar  por  base  de  la  estructura,  el  corte 
de  la  estrofa  en  que  la  obra  está  tallada;  ceñirse 
á  la  misma  cantidad  de  versos,  y  encerrar  dentro 
de  sus  líneas  precisas  las  imág^enes  con  todo  su 
relieve,  con  claridad  las  ideas,  y  con  toda  su  gracia 
pristina  los  conceptos;  adoptar  un  metro  idéntico  ó 
análogo  por  el  número  y  acentuación,  como  cuando 
el  instrumento  acompaña  la  voz  humana  en  su  me- 
dida, y  no  omitir  la  inclusión  de  todas  las  palabras 
esenciales  que  imprimen  su  sello  al  texto,  y  que 
son  en  los  idiomas,  lo  que  los  equivalentes  en  quí- 
mica y  g"eometría.  En  cuanto  á  la  ordenación  lite- 
raria, debe  darse  á  los  vuelos  iniciales  de  la  imagi- 
nación toda  su  amplitud  ó  limitarlos  correctamente 
con  la  concisión  originaria;  imprimir  á  los  giros  de 
la  frase  un  movimiento  propio,  y  al  estilo  su  espon- 
tánea simplicidad  ó  la  cualidad  característica  que 
lo  distinga;  y  cuando  se  complemente  con  algún  ad- 
jetivo  ó  explanación  la  frase,  hacerlo  dentro  de 
los  límites  de  la  idea  matriz.  Por  último,  tomando  en 
cuenta  el  ideal,  el  traductor,  en  su  calidad  de  in- 
térprete, debe  penetrarse  de  su  espíritu,  como  el 
artista  que  al  modelar  en  arcilla  una  estatua,  pro- 
cura darle  no  sólo  su  forma  externa,  sino  también 
la  expresión  reveladora  de  la  vida  interna. 

Sólo  por  este  método  riguroso  de  reproducción 
y  de  interpretación,  —  mecánico  á  la  vez  que  esté- 
tico y  psicológico, — puede  acercarse  en  lo  huma- 
namente posible  una  traducción  á  la  fuente  primi- 


—    XII 


tiva  de  que  brotara  la  inspiración  madre  del  autor 
en  sus  diversas  y  variadas  fases. 

Tratándose  de  la  Divina  Comedia^  la  tarea  es 
más  ardua.  Esta  epopeya,  la  más  sublime  de  la  era 
cristiana,  fué  pensada  y  escrita  en  un  dialecto  tosco, 
que  brotaba  como  un  manantial  turbio  del  raudal 
cristalino  del  latín,  á  la  par  del  francés  y  del  caste- 
llano y  de  las  demás  lenguas  románicas,  que  des- 
pués se  han  convertido  en  ríos.  El  poeta,  al  conce- 
bir su  plan,  modeló  á  la  vez,  la  materia  prima  en 
que  la  fijara  perdurablemente.  Esto,  que  constituye 
una  de  sus  originalidades  y  hace  el  encanto  de  su 
lectura  en  el  original,  es  una  de  las  mayores  dificul- 
tades con  que  tropieza  el  traductor.  Las  lenguas 
hermanas  de  la  lengua  del  Dante,  muy  semejantes 
en  su  fuente  originaria,  se  han  modificado  y  pulido 
de  tal  manera,  que  traducir  hoy  á  ellas  la  Divina 
Comedia^  es  lo  mismo  que  vestir  un  bronce  antiguo 
con  ropaje  moderno;  es  como  borrar  de  un  cuadro 
de  Rembranclt,  los  toques  fuertes  que  contrastan 
las  luces  y  las  sombras,  ó  en  una  estatua  de  Miguel 
Ángel  limar  los  golpes  enérgicos  del  cincel  que  la 
acentúan.  Todo  lo  que  pueda  ganar  en  corrección 
convencional,  lo  pierde  en  fuerza,  frescura  y  colo- 
rido. Si  el  lenguaje  de  la  Divina  Comedia  ha  enveje- 
cido, ha  sido  regenerándose,  pues  su  letra  y  su 
espíritu  se  han  rejuvenecido  por  la  rica  savia  de  su 
poesía  y  de  su  filosofía. 

El  problema  á  resolver,  según  estos  principios 


--    XIII    — 


elementales,  y  tratándose  de  la  Divina  Comedia 
considerada  desde  el  punto  de  vista  lingüístico  y 
literario,  es  una  traducción  fiel  y  una  interpretación 
racional,  matemática  á  la  vez  que  poética,  que  sin 
alterar  su  carácter  típico,  la  acerque  en  lo  posible 
del  original  al  vestirla  con  un  ropaje  análogo,  si  no 
idéntico,  y  que  refleje,  aunque  sea  pálidamente,  sus 
luces,  y  sus  sombras,  discretamente  ponderadas 
dentro  de  otro  cuadro  de  tonos  igualmente  armó- 
nicos, representados  por  la  selección  de  las  pala- 
bras, que  son  las  tintas  en  la  paleta  de  los  idiomas 
que,  según  se  mezclen,  dan  distintos  colores. 

El  sabio  Littré,  —  que  á  pesar  de  ser  sabio,  ó  por 
lo  mismo,  era  también  poeta, —  dándose  cuenta  de 
este  arduo  problema,  se  propuso  traducir  la  Divina 
Comedia  en  el  lenguaje  contemporáneo  del  Dante, 
tal  como  si  un  poeta  de  la  lengua  del  oil,  hermana 
de  la  lengua  del  oCy  la  hubiese  concebido  en  ella  ó 
traducido  en  su  tiempo  con  modismos  análogos. 
Esta  es  la  única  traducción  del  Dante  que  se  acer- 
que al  original,  por  cuanto  el  idioma  en  que  está 
hecha,  lo  mismo  que  el  dialecto  florentino  aun  no 
emancipado  del  todo  del  latín  ni  muy  divergentes 
entre  sí,  se  asemejaban  más  el  uno  al  otro,  y  dentro 
de  sus  elementos  constitutivos  podían  y  pueden 
amalgamarse  mejor. 

Según  este  método  de  interpretación  retrospec- 
tiva, me  ha  parecido,  que  una  versión  castellana 
calcada  sobre  el  habla  de  los  poetas  castellanos  del 


XIV 


siglo  XV,  — para  tomar  un  término  medio  correla- 
tivo,—  como  Juan  de  Mena,  Manrique  ó  el  marqués 
de  Santillana,  cuando  la  leng-ua  romance,  libre  de 
sus  primeras  ataduras  empezó  á  fijarse,  marcando 
la  transición  entre  el  período  ante-clásico,  y  el  clá- 
sico de  la  literatura  española,  sería  quizás  la  mejor 
traducción  que  pudiera  hacerse,  por  su  estructura  y 
su  fisonomía  idiomática,  acercándose  más  al  tipo 
del  original.  Es  una  obra  que  probablemente  se 
hará,  porque  el  castellano,  por  su  fonética  y  su 
prosodia,  tiene  mucha  más  analogía  que  el  viejo 
fi'anccs  con  el  italiano  antiguo  y  moderno,  y  puede 
reproducir  en  su  compás  la  melopea  dantesca,  con 
sus  sonidos  llenos  y  su  combinación  métrica  de  sí- 
labas hasta  cierto  punto  largas  y  breves,  como  en 
el  latín  de  que  ambos  derivan. 

Aplicando  estas  reglas  á  la  práctica,  he  procura- 
do ajustanne  al  original,  estrofa  por  estrofa  y  verso 
por  verso,  como  la  vela  se  ciñe  al  viento,  en  cuanto 
da;  y  reproducido  sus  formas  y  sus  giros,  sin  omi- 
tir las  palabras  que  dominan  el  conjunto  de  cada 
parte,  cuidando  de  conservar  al  estilo  su  espontá" 
nea  sencillez  á  la  par  de  su  noca  tónica  y  su  carác- 
ter propio.  A  fin  de  acercar  en  cierto  modo  la 
copia  interpretativa  del  modelo,  le  he  dado  par- 
cialmente un  ligero  tinte  arcá'co,  de  manera  que, 
sin  retrotraer  su  lenguaje  á  los  tiempos  ante-clási- 
cos del  castellano,  no  resulte  de  una  afectación 
pedantesca  y  bastarda,   ni  [)or  demás  pulimentado 


—    XV 


su  fraseo  seí^iin  el  clasicismo  actual,  que  lo  (lesfitru- 
raría.  La  introducción  de  alg"unos  términos  y  mo- 
dismos anticuados,  que  se  armonizan  con  el  tono  de 
la  composición  original,  tiene  simplemente  por  ob- 
jeto darle  cierto  aspecto  nativ-o,  para  producir  al 
menos  la  ilusión  en  perspectiva,  como  en  un  retrato 
se  busca  la  semejanza  en  las  líneas  generatrices 
acentuadas  por  sus  accidentes. 

Tal  es  la  teoría  que  me  ha  guiado  en  esta  tra- 
ducción. 

El  Dante  ha  sido  por  más  de  cuarenta  años  uno 
de  mis  libros  de  cabecera,  con  la  idea  desde  muy 
temprano  de  traducirlo;  pero  sin  poner  mano  á  la 
obra,  por  considerarlo  intraducibie  en  toda  su  in- 
tuición, bien  que  creyese  haberme  impregnado  de 
su  espíritu.  Pensaba  que  las  obras  clásicas  de  este 
género,  que  hacen  época  y  que  nutren  el  intelecto 
humano,  debieran  asimilarse  á  todas  las  lenguas, 
como,  variando  su  cultivo,  se  aclimatan  las  plantas 
útiles  ó  bellas  en  todas  las  latitudes  del  globo.  La 
Divina  Co?¡iedia  es  uno  de  esos  libros  que  no  pue- 
den faltar  en  ninguna  lengua  del  mundo  cristiano, 
y  muy  especialmente  en  la  castellana,  que  hablan 
setenta  millones  de  seres,  y  que  á  la  par  de  la  in- 
glesa,— como  que  se  dilatan  en  vastos  territorios, 
— será  una  de  las  que  prevalezcan  en  ambos  mun- 
dos. Esto,  que  explica  la  elección  de  la  tarea,  no 
la  justificaría  empero,  si  existiese  en  castellano  al- 
guna traducción  que  reflejase   siquiera  débilmente 


XVI 


las  inspiraciones  del  gran  poeta,  pues  entonces  se- 
ría inútil,  cuando  no  perjudicial. 

Cuando  por  primera  vez  me  ensayé  por  vía  de 
solaz  en  la  traducción  de  algunos  cantos  del  hifier- 
no  del  Dante,  con  el  objeto  de  pagar  una  deuda  de 
honor  á  la  Academia  de  los  Árcades  de  Roma,  no 
conocía  sino  de  mala  fama  la  versión  en  verso  cas- 
tellano del  general  Pezuela,  más  conocido  con  el 
glorioso  título  del  conde  Cheste.  Después,  vino 
por  acaso  á  mis  manos  este  libro.  Su  lectura  me 
alentó  á  completar  mi  trabajo,  con  el  objeto  de 
propender,  en  la  medida  de  mis  fuerzas,  á  la  labor 
de  una  traducción  que  verdaderamente  falta  en 
castellano.  La  del  general  Pezuela,  elogiada  por 
sus  amigos,  ha  sido  justamente  criticada  en  la  mis- 
ma España,  por  inarmónica  como  obra  métrica,  en- 
revesada por  su  fraseo,  y  bastarda  por  su  lenguaje. 
Sin  ser  absolutamente  infiel,  es  una  versión  con- 
trahecha, cuando  no  remendona,  cuya  lectura  es 
ingrata,  y  ofende  con  frecuencia  el  buen  gusto  y  el 
buen  sentido.  Es  como  la  escoria  de  un  oro  puro 
primorosamente  cincelado,  que  se  ha  derretido  en 
un  crisol  grosero.  Esto  justifica  por  lo  menos  la 
tentativa  de  una  nueva  traducción  en  verso.  La 
mía,  puede  ser  tan  mala  ó  peor  que  la  de  Pezuela; 
pero  es  otra  cosa,  según  otro  plan  y  con  otro  ob- 
jetivo. Si  se  comparan  ambas  traducciones,  se  verá, 
que  á  pesar  de  la  analogía  de  las  dos  lenguas,  di- 
fiere tanto  la  una  de  la  otra,  que   sólo    por    acaso 


-—    XVII 


coinciden  aun  en  las  palabras.  Diríase  que  los  tra- 
ductores han  tenido  á  la  vista  diversos  modelos. 
Quizás  dependerá  esto  del  punto  de  vista  ó  del 
temperamento  literario  de  cada  uno. 

El  único  poeta  español  moderno  que  pudiera 
haber  emprendido  con  éxito  la  traducción  del 
Dante,  es  Núñez  de  Arce.  En  su  poema  la  Selva  os- 
aira,  ha  mostrado  hallarse  penetrado  de  su  genio 
poético ;  pero  tan  sólo  se  ha  limitado  á  imitarlo.  Es 
lástima ;  pues  queda  siempre  este  vacío  en  la  litera- 
tura castellana,  que  la  traducción  Pezuela  no  ha  lle- 
nado. 

Hé  aquí  los  motivos  que  me  han  impulsado  á  lle- 
var á  término  esta  tarea,  emprendida  por  vía  de 
solaz  y  continuada  con  un  propósito  serio.  Una  vez 
puesto  á  ella,  pensé  que  no  sería  completa  si  no  la 
acompañaba  con  un  comentario  que  ilustrase  su 
teoría  y  explicara  la  versión  ejecutada  con  arreglo 
á  ella.  Tal  es  el  origen  de  las  anotaciones  comple- 
mentarias, todas  ellas  motivadas  por  la  traducción 
misma,  dentro  de  su  plan,  que  pueden  clasificarse 
en  tres  géneros:  1°  Notas  justificativas  de  la  traduc- 
ción, en  puntos  literarios  que  pudieran  ser  materia 
de  duda  ó  controversia.  2^  Notas  filológicas  y  gra- 
maticales con  relación  á  la  traducción  misma.  S'^ 
Notas  ilustrativas  respecto  de  la  interpretación  del 
texto  adoptado  en  la  traducción.  —  No  entro  en 
citas  históricas,  sino  cuando  la  interpretación  del 
texto  lo  exige,  ni  repito  lo  que  otros  han  dicho  ya. — 

2 


—    X\'11I    — 


Si  alguna  vez  me  pongo  en  contradicción  con  las 
lecciones  de  los  comentadores  italianos  del  Dante, 
que  con  tanta  penetración  han  ilustrado  el  texto  en 
muchas  partes  oscuras  de  la  Divina  Comedia,  es 
tributándoles  el  homenaje  á  su  paciente  labor  de- 
bido, pues  con  frecuencia  me  han  alumbrado  en 
medio  de  las  tinieblas  dantescas  que  los  siglos  han 
ido  aclarando  ó  condensando. 

Apenas  habían  transcurrido  veinte  años  después 
de  publicada  la  primera  edición  del  Dante  (ed.  de 
1342),  y  ya  el  texto  dantesco  era  casi  ininteligible, 
aun  para  los  mismos  florentinos  (en  1373).  Fué  en- 
tonces necesario  que  el  gobierno   municipal  de  la 
república  de  Florencia,  encomendase  al  Boceado  la 
tarea  de  explicarlo,  y  éste  fué  el  primer  comentario 
de  la   Divina  Coinedia.   Han  transcurrido  más   de 
cuatrocientos  años,  y  los   comentarios  continúan. 
No  pasa  día,  sin  que  se  descubran  cosas  nuevas  en 
el  ^rinsondable  poema",  como  ha  sido   llamado,   se 
susciten  nuevas  dudas  acerca  de  su  sentido  místico, 
histórico  ó  moral   ó   se   corrijan  con  nuevos  docu- 
mentos las  erradas  interpretaciones  de  sus  comen- 
tadores. No  es  de  extrañar,  pues,  la  variedad  de  lec- 
ciones contradictorias.  Por  mi  parte,  al  separarme 
algunas  veces   de  los  comentadores  italianos  más 
acreditados,  he  cuidado  de  dar  las  razones  de  mi 
interpretación   en  las   notas   complementarias,  que 
siendo   un   modesto   contingente  para  el  comento 
del  texto  original,  pueden  ([uizás  ser  de  alguna  uti- 


XIX    — 


lidad  como  estudio.s  para  una  correcta  traducción 
del  Dante  en  castellano,  de  que  la  mía  no  es  sino  un 
ensayo. 

El  objetivo  que  me  he  marcado,  es  más  fácil  de 
señalar  que  de  alcanzar;  pero  pienso  que  él  debe 
ser  el  punto  de  mira  de  todo  traductor  concienzudo, 
así  como  de  todos  los  extraños  á  la  lengua  italia- 
na, que  se  apliquen  con  amor  á  la  lectura  del  Dan- 
te_,  repitiendo  sus  palabras : 

O  degli  altri  poeti  onore  e  lume, 
Vagliami  il  lungo  studio  e  il  grande  amore 
Che  m'han  fatto  cercar  lo  tuo  volume. 

Dante  es  el  poeta  de  los  poetas  y  el  inspirador 
de  los  sabios  y  de  los  pensadores  modernos,  á  la 
vez  que  el  pasto  moral  de  la  conciencia  humana  en 
sus  ideales.  Carlyle  ha  dicho,  que  la  Divina  Comedia 
es  en  el  fondo  el  más  sincero  de  todos  los  poemas, 
que  salido  profundamente  del  corazón  y  de  la  con- 
ciencia del  autor,  ha  penetrado  al  través  de  muchas 
generaciones  en  nuestros  corazones  y  nuestras 
conciencias.  Humboldt  lo  reconoce  como  al  creador 
sublime  de  un  mundo  nuevo,  que  ha  mostrado  una 
inteligencia  profunda  de  la  vida  de  la  tierra,  y  que 
la  extremada  concisión  de  su  estilo  aumenta  la  pro- 
fundidad y  la  gravedad  de  la  impresión.  Su  espíritu 
flota  en  el  aire  vital  y  lo  respiran  hasta  los  que  no 
lo  han  leído. 

Bartolomé  Mitre. 
Buenos  Aires,  Enero  1889. 


EL   INFIERNO 


PARTE  PRIMERA 


EL   INFIERNO 


CANTO  PRIMERO 


La  selva  oscura.  —  El  Poeta  se  extravía  en  ella  en  medio  de  la  noche.  —  AA  ama- 
necer, sale  á  un  valle,  y  llega  al  pie  de   un  monte   iluminado    por   el   Sol.  —  Se  ' 
atraviesan  en  su  camino  tres  animales  simbólicos. — Retrocede,  y  se  le  aparece, 

la  sombra  de  Virgilio  que  lo  conforta,  y  le  ofrece  llevarlo  al  linde  del  Paraíso  í~¿e_ 

al  través  del  Infierno  y  del  Purgatorio.—  Los  dos  Poetas  prosiguen  su  camino.  y^C^*"^ 


En  medio  del  camino  de  la  vida, 

Errante  me  encontré  por  selva  oscura,    yr' 

En    que  la  recta  vía  era  perdida.  3 

¡Ay!  que  decir  lo  que  era,  es  cosa  dura, 

Esta  selva  salvaje,  áspera  y  fuerte, 

Que  en  la  mente  renueva  la  pavura!  6 

¡Tan  amarga   es,  que  es  más  solo  la  muerte! 

Mas  al  contar  el  mal  que  allí  encontrara, 

El  bien  diré,   que  hallara  por  mi  suerte.  9 

No  podría  explicar  como  allí  entrara. 

Tan  soñoliento  estaba  en  el  instante 

En  que  el  cierto  camino  abandonara.  12 

Llegué  al  pie  de  un  collado  dominante. 

Donde  aquel  valle  lóbrego  termina. 

De  pavores  el  pecho  zozobrante.  15 


DIVINA    COMEDIA 


Miré  hacia  arriba,  y  vi  ya  la  colina 

Vestida  con  los  rayos  del  planeta, 

Que  por  doquier  á  todos  encamina.  is 

Entonces  la  pavura  un  poco  quieta. 

Del  corazón  el  lago  serenado. 

Pasó  la  angustia  de  la  noche  inquieta.  21 

Y  como  quien,  con  hálito  afanado 
Sale  del  mar  á  orillas,  jadeante, 

Y  mira  atrás  con  ánimo  azorado;  24 

Así  también,  mi  espíritu  fluctuante 

Volvió  á  mirar  el  temeroso  paso 

Que  vivo  no  cruzó  ningún  viandante.  27 

Cuando  hube  reposado  el  cuerpo  laso, 

Volví  á  seguir  por  la  región  desierta. 

El  pie  más  firme  siempre  en  más  retraso.  30 

Y  casi  al  pie  de  la  subida  incierta, 
Una  móvil  pantera  hacia  mí  vino, 

Que  de  piel  maculosa  era  cubierta.  ^^ 

Como  no  se  apartase  del  camino 

Y  continuar  la  marcha  me  impedía, 

A  veces  hube  de  tornar  sin  tino.  36 

Era  la  hora  en  que  apuntaba  el  día, 
Subía  el  Sol  al  par  de  las  estrellas. 
Como  el  Divino  Amor,  en  armonía  39 

Movió  al  nacer  estas  creaciones  bellas. 

Y  hacíanme  esperar  suerte  propicia, 

De  la  pantera  las  pintadas  huellas,  42 


EL   INFIERNO— CANTO   I 


La  hora  y  dulce  estación  con  su  caricia: 

Cuando  un  león  que  apareció  violento, 

Trocó  en  pavor  esta  feliz  primicia.  45 

Venía  en  contra  el  animal,  hambriento, 

Rabioso,  alta  la  testa,  y  parecía 

Hacer  temblar  el  aire  con  su  aliento.  48 

Y  una  loba  asomó  que  aparecía. 
De  apetitos  repleta  en  su  flacura 

Que  á  muchos  en  miseria  mantenía.  51 

De  sus  ardiente  ojos  la  bravura 

De  tal  modo  turbó  mi  alma  afligida, 

Que  perdí  la  esperanza  de  la  altura.  54 

Y  como  aquel  que  gana  de  seguida, 
Al  tiempo  de  perder  llora  y  desmaya, 

Y  queda  con  la  mente  entristecida,  57 

Así  la  bestia,  me  tenía  á  raya, 

Y  poco  á  poco,  inquieta,  repelía 

Hacia  la  parte  donde  el  Sol  se  calla.  60 

Mientras  que  al  hondo  valle  descendía, 
Me  encontré  con  un  ser  tan  silencioso. 
Que  mudo  en  su  silencio  parecía.  63 

Al  encontrarle  en  el  desierto  umbroso, 

—  ^'¡Miserere  de  mí!  —  clamé  afligido, 

Hombre  seas  ó  espectro  vagaroso."  es 

Y  respondió: — "Hombre  no  soy:  lo  he  sido; 
Mantua  mi  patria  fué,  y  Lombardía 

La  tierra  de  mis  padres.  Fui  nacido.  69 


DIVINA    COMEDIA 


"  Sub  Julio,  aunque  lo  fuera  en  tardo  día, 

Y  á  Roma  vi,  bajo  del  buen  Augusto, 

En  tiempo  de  los  Dioses  de  falsía.  72 

"  Poeta  fui;  canté  aquel  héroe  justo, 

Hijo  de  Anquises,  que  de  Troya  vino, 

Cuando  el  soberbio  Ilion  quedó  combusto.         75 

"¿Pero  por  qué  tornar  al  mal  camino? 

Por  qué  no  vas  al  monte  refulgente, 

Principio  y  fin  del  goce  peregrino?"  78 

—  "¡Tú  eres  Virgilio,  la  perenne  fuente 
Que  expande  el  gran  raudal  de  su  oratoria! 

—  Le  interrumpí  con  ruborosa  frente.   -  hi 

"¡Oh!  de  poetas  luminar  y  gloria, 

¡Válgame  el  largo  estudio  y  el  afecto 

Que  ha  buscado  en  tus  libros  mi  memoria!        84 

"¡Oh  mi  autor  y  maestro  predilecto! 
De  tí  aprendí  tan  sólo  el  bello  estilo 
Que  tanto  honor  ha  dado  á  mi  intelecto.  87 

"Esa  bestia  me  espanta,  y  yo  vacilo: 

De  ella  defiéndeme,  sabio  famoso, — 

Que  hace  latir  mis  venas  intranquilo!"  '>o 

Al  verme  tan  turbado  y  tan  lloroso. 

Me  dijo:  —  "Te  conviene  una  otra  vía, 

Para  salir  de  sitio  tan  fragoso.'  03 

"  La  bestia  (¡ue  tu  marcha  contraría 

No  permite  pasar  por  su  apretura 

Sino  al  (jue  se  le  rinde  en  agonía.  % 


EL   INFIERNO  — CANTO   I 


"Es  tan  maligna,  empero  su  magrura, 
Que  de  apetitos  y  de  cebo  henchida, 
Hambrea  más   cuanto   mayor  hartura.  w 

"Con  muchos  animales  hace  vida, 

Y  muchos  más  serán,  hasta  que  encuentre 

Al  Lebrel  que  la  inmole  dolorida.  102 

"Este  no  vivirá  de  tierra  y  güeltre. 
Sino  de  amor,  virtud,  sabiduría, 

Y  su  nación  será  de  Peltre  á  Peltre.  105 

"El  salvará  la  humilde  Italia  un  día, 
Por  quien  murió  Camila  y  Eurialo, 

Y  Niso  y  Turno  heridos  en  porfía.  '    ios 

"  Perseguirá  do  quier  sin  intervalo 
Esa  bestia  feroz,  hasta  el  Infierno, 
Que  de  la  envidia  fué  el  enjendro  malo.  iii 

"Mejor  que  tú  por  tí  pienso  y  discierno; 

Sigue,  seré  tu  guía  en  la  partida 

Hasta  alcanzar  otro  lugar  eterno.  lu 

"Oirás  allí  la  grita  dolorida, 

Y  verás  los  espíritus  dolientes 

Que  claman  por  perder  segunda  vida.  117 

"  Después  verás,  en  llamas  siempre  ardientes, 

Vivir  contentos,  llenos  de  esperanza. 

Los  que  suspensos  sufren  penitentes,  120 

"Porque  esperan  gozar  la  bienandanza; 

Y  si  quieres  subir,  alma  más  digna, 

Te  llevará  á  celeste  lontananza;  123 


8  DIVINA    COMEDIA 


"Pues  el  Emperador  que  allá  domina, 

Porque  desconocí  su  ley  eterna, 

Mfc  veda  acceso  á  su  ciudad  divina.  126 

"  El  universo  desde  allí  gobierna, 

Ese  es  su  trono  y  elevado  asiento: 

¡Feliz  el  que  á  sus  plantas  se  prosterna!"  129 

—  "Poeta, — dije  en  suplicante  acento: — 

Por  el  Dios  que  te  fué  desconocido, 

Sálvame  de  este  mal  y  de  otro  evento.  132 

"  Llévame  donde  tú  me  has  ofrecido, 

De  San  Pedro  á  la  puerta  luminosa, 

Al  través  de  ese  mundo  dolorido."  135 

Siguió,  y  seguí  su  marcha  cautelosa. 


CANTO  SEGUNDO 


El  camino  del  Infierno. —El  Poeta  hace  examen  de  conciencia. — Sobrecogido, 
trepida  en  proseguir  el  viaje.  —  Virgilio  le  dice  que  es  enviado  por  Beatriz 
para  salvarle.  —  Le  relata  la  aparición  de  Beatriz  en  el  Limbo.  —  El  Poeta  se 
decide  á  seguirle  al  travos  de  las  regiones  infernales. 


Ibase  el  día,  envuelto  en  aire  bruno, 

Aliviando  á  los  seres  de  la  tierra 

De  su  fatiga  diaria,  y  yo  solo,  uno,  3 

Me  apercibía  á  sostener  la  guerra. 

En  un  camino  de  penar  sin  cuento, 

Que  trazará  la  mente,  que  no  yerra.  6 

¡Oh  musas!  oh  alto  ingenio,  dadme  aliento! 

¡Oh  mente,  que  escribiste  mis  visiones 

Muestra  de  tu  nobleza  el  nacimiento!  9 

"¡Oh  Poeta,  que  guías  mis  acciones! 

Prorrumpí,  —  mide  bien  mi  resistencia, 

Antes  de  conducirme  á  esas  regiones.  12 

"  Si  el  gran  padre  de  Silvio,  en  existencia 

De  hombre  mortal,  bajo  feliz  auspicio. 

De  este  siglo  inmortal  palpó  la  esencia;  15 

"  Si  el  adversario  al  mal  le  fué  propicio, 

Fué  sin  duda  midiendo   el  gran  efecto 

De  sus  altos  destinos,  según  juicio,  is 


10  DIVINA    COMEDIA 


"  Que  no  se  oculta  al  hombre  de  intelecto , 
Que  alma  de  Roma  y  de  su  vasto  imperio 
Kn  el  empíreo  fué  por  padre   electo.  21 

La  que  y  el  cual  (según  vero   criterio) 

Se  destinó  á  los  grandes  sucesores 

Del  gran  Pedro  en  su  sacro  ministerio.  24 

"  En  ese  viaje  digno   de  loores, 

Púdose  presentir  la  gran  victoria 

Que  cubre  papal  manto  de  esplendores.  n 

"  Pablo,  vaso  de  dicha  promisoria, 

Al  cielo   fué  á  buscar  la  fe  del  pecho, 

Principio  de  una  vida  meritoria.  30 

"  No  soy  Pablo  ni  Eneas.  ¿Qué  es  lo  que  he  hecho 

Para  que  pueda  merecer  tal  gracia? 

Menos  que  nadie  tengo  ese  derecho .  33 

"Si  te  siguiera  acaso  por  desgracia, 

Presiento  que  es  demencia  mi  aventura; 

Más  lo  alcanza  tu  sabia  perspicacia."  36 

Y  como  el  que  anhelando  una  ventura 

Por  contrarios  deseos  trabajado, 

Abandona  su  intento  en  la  premura,  39 

Así  al  tocar  el  límite  buscado, 
Reflexionando  bien,  retrocedía 
Ante  la  empresa  que  empecé  animado.  42 

La  gran  sambra  me  habló  con  valentía: 

—  "Si  bien  he  comprendido,  tu   alma  es  presa 

De  un  acceso  de  nimia  cobardía.  45 


EL    INl'IliKNü  —  CANTO    II  II 

''Que  á  los  hombres  retrae  de  noble   empresa, 

Como   bestia  (jue  ve  torcidamente 

Retrocede  asombrada  en  su  sorpresa.  4S 

''  Disiparé  el  temor  que  tu  alma  siente, 

Diqiéndote  como  hasta  aquí  he  venido 

Cuando  supe  tu   trance,  condoliente.  51 

"Me  encontraba  en  el  limbo  detenido, 

Y  una  mujer  angélica  y  hermosa, 

Llamóme  á  sí,  y  me  sentí  rendido.  54 

''Cada  ojo  era  una  estrella  íulgorosa; 

Y  así  me  habló   con  celestial  acento 

Dulce  y  suave  en  su  habla  melodiosa  :  57 

"Alma  noble  de  Mantua,  cuyo  aliento 

"  Con  el  renombre  que  los  mundos  Uena^ 

"  Durará  lo  que  dure  el  movimiento:  60 

"Mi  amigo  —  no  de  dichas,  sí  de  pena, — 

''  Sólo  se  encuentra  en  playa  abandonada, 

"Y  desanda  el  camino  que  lo  apena.  63 

"Temo  se  pierda  en  senda  abandonada, 

"Y  tarde  ya  para  salvarle  acorro, 

"Según,  allá  en  el  cielo,  fui  avisada.  66 

"  Por  eso  ansiosa  en  tu  demanda  corro; 
"  Sálvale  con  tu  ingenio   en  su  conflicto ; 
"¡Consuélame  prestándole  socorro!  69 

"Yo  soy  Beatriz,  que  á  noble  acción  te  incito: 

"Vengo  de  lo  alto  de  tornar  anhelo: 

"  Amor  me  mueve,  y   en  su  hablar  palpito.  72 


12  DIVINA    COMEDIA 


"  Cuando  ante  Dios  me  encuentre  allá  en  el  cielo, 
"Grata  te  haré  presente  á  todas  horas!" — 
Callóse,  y  yo  la  dije  por  consuelo:  75 

"  — Alma,  que  las  virtudes  atesoras, 

Y  el  bien  mayor  de  todos  los  creados 

En  el  mundo  inferior  en  que  no  moras,  78 

*'  Tus  mandatos  me  son  tan  agraciados, 
Que  me  tarda  cumplirlos  con   afecto; 

Y  no  me  digas  más,  serán  colmados. 


81 


"Mas  dime,  ¿cómo  y  por  qué  raro  efecto 

Has  descendido  hasta  este  bajo  centro, 

De  la  mansión  que  anhela   el  ser  dilecto?  84 

"    -Pues  penetrar  pretendes  tan  adentro, 
"  —  Respondió:  —  te  diré  muy  brevemente 
"Por  qué  sin  miedo  alguno  aquí  me  encuentro. 


87 


"Toda  cosa  se  teme  solamente 

"Por  su  potencia  de  dañar  dotada: 

"Cuando  no  hay   daño,  miedo  no  se  siente.        qo 

"Por  la  gracia  de  Dios,  estoy  formada, 

"Que  ni  me  alcanza  la  miseria  ajena, 

"Ni  me  quema  esta  ardiente  llamarada.  93 

"Virgen  del   cielo  de  bondades  llena, 

"Del  trance  de  mi  amigo  condolida, 

"Del  duro  fallo   obtuvo  gracia  plena.  9c. 

"Llamó  á  Lucía,  y  dijo  enternecida: 

" — Tu  fiel  adepto  tu  asistencia  espera: 

"Yo  lo  encomiendo  á  tu  bondad  cumplida." —      9q 


EL    INFIERNO —  CANTO    II  13 

"  Lucía,  de  bondades  mensajera 

"Vino  do  tengo,   en  el   inmenso  cielo, 

"  A  la  antigua  Raquel  por  compañera.  102 

"  —  Beatriz, —  dijo,  —  como  ángel  de  consuelo, 

"  Acorre  al  hombre  que  elevaste  tanto 

"  Y  que  tanto  te  amara  allá  en  el  suelo.  105 

"¿No  oyes  acaso  su  angustioso   llanto? 

"¿No  ves  le  amaga  muerte  lastimosa 

"En  río  que  ni  al  mar  desciende  un  tanto?"     ios 

"Nadie  en  el  mundo  fué  tan  apremiosa 
"Cual  yo  lo  fui  á  contrastar  el  daño, 
"Después  de  oír  aquella  voz  piadosa.  iii 

"Y  vine  aquí,  desde  mi  excelso  escaño, 

"  Confiada  de  tu  ingenio  en  la  cultura, 

"Que  la  verdad  expresa  sin  engaño." —  ii4 

"  Después  que  así  me  hablara  con  dulzura, 
V^olvió  hacia  mí  sus  ojos  lagrimosos, 

Y  vine  diligente  en  tu  procura.  117 

"  Cumpliendo  sus  deseos  afectuosos, 

Te  he  precavido  de  la  bestia  horrenda 

Que  te  cerraba  el  paso  al  monte  hermoso.       120 

"¿Por  qué,  pues,  te  detienes  en  tu  senda? 

Por  qué  tu  fortaleza  así  quebrantas? 

Por  qué  no  sueltas  al  valor  la  rienda?  123 

"Cuando  te  amparan  tres  mujeres  santas 
Que  allá  en   el  cielo  tienen  su  morada, 

Y  cuando  te  prometo  dichas  tantas?"  126 

3 


14  DIVINA    COMEDIA 


Cual  florecilla  que  nocturna  helada 
Dobla  y  marchita,  y  luego  brilla  erguida 
Sobre  su  tallo  por  el  sol  bañada,  129 

Así  se  reanimó  mi  alma  abatida: 
Súbito  ardor  el  corazón  recorre, 
Y  prorrumpo  con  voz  estremecida:  132 

—  "¡Bendita  La  que  pía  me  socorre! 
¡  Gracias  á  tí,  que,  fiel  á  su  mandato, 
Con  la  verdad  á  la  aflicción  acorre!  135 

"Me  ha  llenado  de  bríos  tu  relato; 

Siento  mi  corazón  fortalecido: 

Vuelvo  á  mi  empresa  y  tu  palabra  acato.         i3s 

"  Por  una  misma  voluntad  unidos. 

Sé  mi  maestro,  mi  señor,  mi  guía."  — 

Así  dije,  y  entramos  decididos,  i4i 

En  la  silvestre  y  encumbrada  vía. 


(JANTO  TERCERO 


Llega  el  Poeta  á  la  puerta  del  Infierno  y  lee  en  ella  una  inscripción  pavorosa. — 
Confortado  por  Virgilio,  penetra  en  las  sombras  de  los  condenados.  —  Encuen- 
tra á  la  entrada  á  los  cobardes  que  de  nada  sirvieron  en  la  vida.  —  Siguen 
los  dos  Poetas  su  camino,  y  llegan  al  Aqueronte.  —  Caronle,  el  barquero 
infernal,  transporta  las  almas  al  lugar  de  su  suplicio  á  la  otra  margen  del 
Aqueronte.  —  Un  terremoto  estremece  el  campo  de  las  lágrimas  y  un  relám- 
pago rojizo  surca  las  tinieblas.  —  El  Poeta  cae  desfallecido  en  profundo  le- 
targo. 


Por  mí  se  va  tras  la  ciudad  doliente ; 

Por  -iní  se  va  al  eterno  siifriimento ; 

Por  mí  se  va  con  la  maldita  gente.  3 

Movió  á  mi  Autor  el  justiciero  aliento: 

Hízome  la  Divina  Gobernanza, 

El  PrÍ7no  Amor,  el  Alto  Pensamiento,  e 

Antes  de  Tní,  no  hubo  jamás  crianza. 

Sino  lo  eterno:  yo  por  sietnpre  duro: 

y  Abandona  al  entrar  toda  esperanza  !  9 

Esta  leyenda  de  color  oscuro, 

Que  vide  inscripta  en  lo  alto  de  una  puerta, 

Me  hizo  exclamar:  "  ¡Cual  su  sentido  es  duro!"  12 

Habló  el  Maestro,  cual  persona  experta: 

—  ''Todo  temor  deseche  tu  prudencia; 

Toda  flaqueza  debe  aquí  ser  muerta.  15 


DIVINA   COMEDIA 


^^Es  el  sitio  de  que  hice  ya  advertencia, 
Donde  verás  las  gentes  dolorosas 
Que  perdieron  el  don  de  inteligencia.'' 

Y  tendiendo  sus  manos  cariñosas, 
Me  confortó  con  rostro  placentero, 

Y  me  hizo  entrar  en  las  secretas  cosas. 

Llantos,  suspiros,  aúllo  plañidero, 
Llenaban  aquel  aire  sin  estrellas, 
Que  me  bañó  de  llanto  lastimero. 

Lenguas  diversas,  hórridas  querellas, 
Voces  altas  y  bajas  en  son  de  ira, 
Con  golpeos  de  mano  á  par  de  ellas. 

Como  en  tumulto,  en  aire  negro  gira, 
Siempre,  por  tiempo  eterno,  cual  la  arena 
Que  en  el  turbión  remolinear  se  mira. 

De  incertidumbres  la  cabeza  llena. 
Pregunté:  — "¿Quién  con  voz  tan  dolorosa 
Parece  así  vencido  por  la  pena?" 

El  Maestro:  — "Es  la  suerte  ignominiosa 
De  las  míseras  almas  que  vivieron, 
Sin  infamia  ni  aplauso,  vida  ociosa. 

-En  el  coro  infernal  se  confundieron 
Con  los  míseros  ángeles  mezclados, 
Que  fieles  ni  rebeldes,  á  Dios  fueron; 

"Los   (jue  d(;l   alto  cielo  desterrados, 
Perdida  su  belleza  rutilante,  ^ 

Son  por  el  mismo  infierno  desechados.  ' 


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21 


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42 


EL    INFIERNO  —  CANTO    III  17 

Y  yo:  —  "Maestro,   ¿qué  aguijón   punzante 
Les  hace  rebramar  queja   tan  fuerte?" — 

Y  él  respondió:  —  "Te  lo  diré  al  instante.  45 

"No  tienen  ni  esperanza  de  la  muerte, 

Y  es  su  ciega  existencia  tan  escasa, 

Que  envidian  de  otros  reprobos  la  suerte.  48 

"No  hay  memoria  en  el  mundo  de  su  raza; 

Caridad  y  Justicia  los  desdeña; 

¡No  hablemos  de  ellos;  pero  mira  y  pasa!"       51 

Entonces  vide  una  movible  enseña, 

Revolotear  tan  temblorosamente, 

Que  de  quietud  no  parecía  dueña.  54 

Detrás  de  ella,  venía  tal  torrente 

De  muertos,  que  á  no  haberlo  contemplado, 

No  creyera  á  la  muerte  tan  potente. 


57 


Luego  que  algunos  hube  señalado, 

La  sombra  vi  del  que  cobardemente 

La  gran  renuncia  hiciera  de  su  estado;  60 

Y  comprendí  de  luego,  ciertamente, 
Era  la  triste  secta,  renegada 

Por  Dios  y  su  enemigo  juntamente.  63 

Esta  turba  que  viva  no  fué  nada, 

Iba  desnuda,  en  nubes  incesantes, 

De  tábanos  y  avispas,  hostigada,  66 

Que  regaban  de  sangre  sus  semblantes, 

Y  á  sus  pies  con  sus  lágrimas  caía. 
Chupándola  gusanos  repugnantes.  69 


18  DIVINA   COMEDIA 


A  Otro  lado  tendí  la  vista  mía, 

Y  vi  gente  á  la  orilla  de  un  gran  río 

Que  en  tropel  á  su  margen  acudía.  72 

—  "Puedo  saber,  por  qué  tanto  gentío, 

—  Interrogué,  —  al  paso  se  apresura? 

Según  columbro  en  este  sitio  umbrío?"  75 

Y  él: — ^'Lo  sabrás,  cuando  la  orilla  oscura 
Del  Aqueronte  triste,  la  ribera 

Pisemos  con  la  planta  bien  segura."  78 

Temiendo  que  mi  hablar  molesto  fuera, 

Bajé  los  ojos,  y  calladamente 

Seguimos  hasta  el  río  la  carrera.  si 

Y  en  una  barca,  vimos  de  repente, 
Un  viejo  blanco  con  antiguo  pelo, 

Que  así  gritaba:  —  "Guay!  maldita  gente!  84 

"¡No  esperéis  más  volver  á  ver  el  cielo: 

Vengo  á  llevaros  á  la  opuesta  riba, 

A  la  eterna  tiniebla,  al  fuego,  al  hielo!  87 

"  Y  tú,  que  aquí  has  venido,  ánima  viva, 
Vete;   no  es  tu  lugar  entre  los  muertos." — 

Y  viendo  que  suspenso  no  me  iba,  90 

Dijo:  —  "Por  otra  playa  y  otros  puertos 

^encontrarás  esquife  más  liviano. 

Que  te  conduzca  por  caminos  ciertos."  93 

Y  el  Maestro:  —  "Depon  tu  empeño  vano; 
No  preguntes,  ni  turbes  su  jornada; 

Lo  quiere  Allá  quien  manda  soberano."  96 


EL   INFIERNO  — CANTO    III  19 


Quedó  inmóvil,  barbudíi  la  cjuijada 

Del  nauta  de  la  lívida  laguna, 

Con  dos  cercos  de  fuego  su  mirada.  99 

Pero  las  almas  lasas  que  él  aduna, 

Pálidas  y  desnudas  baten  dientes 

Al  escuchar  su  acento  cada  una.  102 

Blasfeman  de  su  Dios,  de  sus  parientes, 
Del  tiempo,  del  lugar  y  su  crianza, 

Y  de  la  especie  humana  y  sus  simientes.  io5 

Y  amontonada,  aquella  grey  se  avanza, 
Gimiendo,  á  la  ribera  maldecida 

Que  espera  al  que  en  su  Dios  no  tuvo  fianza.        ios 

Caronte,  de  ojos  de  ascua  enrojecida, 

Da  la  señal,  y  al  río  las  arroja 

Con  el  remo,  si  atardan  la  partida.  iii 

Como  vuelve  el  otoño  hoja  tras  hoja 

Sus  despojos  al  suelo,  cuando  rasa 

El  mustio  gajo  que  al  final  despoja,  lu 

Así  de  Adán  la  pervertida  raza 

Obedece  la  voz  de  su  barquero. 

Como  el  ave  al  reclamo  de  la  caza;  117 

Y  así  las  sombras  van  en  hervidero 
Por  las   oscuras  ondas,  y  al  momento 

Las  reemplaza  en  la  orilla  otro  reguero.  120 

—  "  Hijo  mío,  —  prorrumpe  el  Maestro  atento, 
Los  que  la  ira  de  Dios  señala  en  muerte, 
Acuden  en  continuo  movimiento,  123 


20  DIVINA    COMEDIA 


"Para  vadear  el  río  de   esta  suerte: 

La  justiciera  espuela  los  desfrena, 

El  temor  convirtiendo  en  ansia  fuerte.  126 

''  Por  aquí  nunca  pasa  ánima  buena, 

Y  si  á  Caronte  irrita  tu  venida, 

Ya  sabes  tú  lo  que  su  diÉho  suena."  129 

Y  aquí,  la  negra  tierra  estremecida 
Tembló  con  furia  tal,  que  aun  el  espanto 

Baña  en  sudor  mi  mente  espavorida.  132 

La  tierra  lacrimosa  sopló  un  viento 

Que  hizo  relampaguear  una  luz  roja. 

Que  me  postró,  y  caí  sin  sentimiento,  135 

Cual  hombre  á  quien  el  sueño  le  acongoja. 


CANTO  CUARTO 


Un  trueno  despierta  al  Poeta  de  su  letargo.  —  Sigue  el  viaje  con  su  guía. —  Des- 
ciende al  Limbo,  que  es  el  primer  círculo  del  Infierno.  —  Encuentra  allí  las  almas 
que  vivieron  virtuosamente  pero  que  están  excluidas  del  Paraíso  por  no  lial)er 
recibido  el  agua  del  bautismo.  —  Los  grandes  Poetas  antiguos.  —  Los  espíritus 
magnos.  —  Después,  desciende  al  segundo  círculo. 

Rompió  mi  sueno  un  trueno  estrepitoso 
Que  me  golpeó  con  fuerza  la  cabeza, 

Y  en  mí  volví,  cual  quien  despierta  ansioso.       3 

Puesto  de  pie,  pasada  la  sorpresa, 

Giré  los  ojos  en  contorno  mío 

Por  conocer  el  sitio  con  fijeza,  6 

Y  vi  que  estaba  en  el  veril  sombrío 
Del  valle  del  abismo  doloroso, 

Y  ayas  sin  fin  subían  del  bajío:  9 

Era  tan  negro  y  hondo  y  nebuloso, 
Que  hundiendo  con  fijeza  la  mirada, 
No  alcanzaba  su  fondo  tenebroso.  12 

Mi  guía  con  la  faz  amortajada, 

Dijo: — "Bajemos  á  ese  mundo  ciego: 

Primero  yo:  tú,  sigue  mi  pisada."  15 

Yo,  que  su  palidez  vi  desde  luego, 
Respondí:  —  "Si  el  bajar  á  tí  te  espanta, 
¿Quién  á  mi  pecho  infundirá  sosiego?"  is 


22  DIMNA    COMEDIA 


—  "Es  la  angustia, —  dijo  él  —  por  pena  tanta, 

Y  la  piedad  pintada  en  mi  semblante; 

No  pienses   que  es  temor  que  me  quebranta.      21 

"Vamos:  el  trecho  es  largo  y  apremiante." 

Y  entramos  en  el  círculo  primero, 

Que  ceñía  el  abismo  colindante.  24 

Aquí  volvía  el  grito  lastimero 

De  suspiros  sin  fin,  mas  no  de  llanto, 

Que  en  aire  eterno  tiembla  plañidero.  27 

Era  rumor  de  pena  sin  quebranto, 

De  hombres,  niños,  mujeres,  numerosos, 

Que  en  turba  iban  girando  sin  espanto. 


30 


—  "Quiero  sepas,  que  espíritus  llorosos 
Son  esos  que  tu  ves,  —  el  Maestro  dijo, — 
Antes  de  ir  á  otros  antros  tenebrosos.  33 

"No  pecaron,  ni  el  cielo  los  maldijo; 

Pero  el  bautismo  nunca  recibieron. 

Puerta  segura  que  tu  fe  predijo.  36 

"Antes  del  Cristianismo  ellos  nacieron; 
No  adoraron  al  Dios  Omnipotente, 

Y  uno  soy  yo  de  los  que  así  murieron.  39 

"  Por  tal  culpa  aquí  yacen  solamente, 

Y  el  castigo  es  desear  sin  esperanza 

Piadosa  remisión  del  inocente."  42 

Un  gran  dolor  al   pecho  se  abalanza 

Al  hallar  en  el  limbo  tanta  gente 

Digna  de  la  celeste  bienandanza.  45 


RL    INFIERNO  —  CANTO    IV  23 

—  "  Dime,  Maestro,  dime  ciertamente,  — 

—  Pregunté,  para  estar  más  cerciorado, 

De  la  fe  cjue  el  error  vence  potente: —  48 

"¿Salió  de  esta  mansión  algún  penado, 
Por  méritos  que  el  cielo  le  abonaba?" 

Y  comprendiendo  el  razonar  velado,  51 

Me  respondió: — "Apenas  aquí  entraba, 

Cuando   miré  venir  un  Prepotente 

Que  el  signo  de  victoria  coronaba.  54 

"Sacó  la  sombra  del  primer  viviente, 
De  su  hijo  Abel,  y  de  Noé  el  del  Arca, 

Y  de  Moisés  que  legisló  obediente;  57 

"Con  la  de  Isaac,   la  de  Abrahan  patriarca; 

Y  á  Jacob  con  Raquel,  por  la  que  hizo 
Tanto,  y  su  prole;  y  á  David  monarca;  60 

"Y  muchos  más  á  quienes  dio  el  bautizo; 

Que  hasta  entonces,  jamás  alma  nacida 

Subió  de  esta  región  al  paraíso."  63 

Sin  parar  nuestra   marcha  de  seguida, 

íbamos  al  través  de  selva  espesa, 

Digo,  selva  de  gente  dolorida.  66 

Casi  vencida  la  primera  empresa, 

Un  fuego  vi,  que  en  forma  de  hemisferio 

Vencía  de  la  sombra  la  oscureza.  69 

Sin  comprender  de  lejos  el  misterio, 

Bien  pude   discernir,  siquiera  en    parte. 

Que  era  de  noble  gente  cautiverio.  72 


24  DIVINA    COMEDIA 


—  "¡Oh  tú!  que  honras  la  ciencia  á  par  del  arte, 
Quienes  tienen  tal  honra  y  en  qué  nombre 

De  las  almas  la  vida  así  se  parte?"  75 

Y  respondióme:   -"  El  caso  no  te  asombre; 
La  fama  que  publica  tu  planeta 

Se  propicia  en  el  cielo  con  renombre."  78 

— "¡Honremos  al  altísimo  poeta! 

Su  sombra  vuelve  á  hacernos  compañía"  — 

Clamó  una  voz,  y  se  calló  discreta.  si 

Al  expirar  la  voz  que  así  decía, 

Vi  cuatro  grandes  sombras  por  delante, 

Que  ni  dolor  mostraban  ni  alegría.  84 

—  "¡Míralos  en  su  gloria  fulgurante!  — 
Dijo  el  Maestro: — El  que  la  espada  en  mano 

Se  adelanta  á  los  otros  arrogante,  87 

"Es  Homero,  el  poeta  soberano: 

El  otro  Horacio:  Ovidio  es  el  tercero; 

Y  el  que  les  sigue  se  llamó  Lucano.  9o 

"  Como  cada  uno  cree  merecedero, 

El  nombre  que  me  dio  la  voz  aislada, 

Me  honran  con  sentimiento  placentero."  93 

Así  la  bella  escuela  vi  adunada 

Del  genio  superior  del  alto    canto, 

Águila  sobre  todos  encumbrada.  % 

Luego  que  hubieron  departido   un  tanto. 
Hacia  mí  se  volvieron   placenteros, 

Y  el  Maestro  sonrióse  con  encanto.  99 


EL    INFIERNO  —  CANTO    IV  25 


Mayor  honor  me  liicieron  lisonjeros; 
Y   dándome  un  lugar  en   compañía, 
Kl  sexto  fui   contado  entre  primeros. 


102 


Y  así  seguimos,   hasta  ver  del  día 
La  dulce  luz,  en  cuento  razonado, 

Que  es  bien  callar,  y  allí  muy  bien  venía.  ios 

Un  castillo  encontramos,  rodeado 

Con  siete  muros  de  soberbia  altura. 

De  un  hermoso  arroyuelo  circundado.  ios 

Paso  el  arroyo  dio  cual  tierra  dura; 

Siete  puertas  pasamos  y  seguimos 

Hasta  pisar  de  un  prado  la  verdura.  iii 

Gentes  de  tardos  ojos  allí  vimos. 

De  grande  autoridad  en  su  semblante, 

Y  que  muy  bajo   hablaban,  percibimos.  114 

Montamos  una  altura   dominante 
Que  campo  luminoso  dilataba, 

Y  que  á  todos  mostraba  por   delante;  117 

Y  en  el  prado  que  todo  lo  esmaltaba 
Los  espíritus  vi  del  genio  magno, 

Y  de  sólo  mirarlos  me  exaltaba.  120 

A  Electra  vi  en  un  grupo  soberano: 
A  Héctor  reconocí,  y  al  justo  Enea; 

Y  armado,  César,  de  ojos  de  milano.  123 

Y  vi  á  Camila,  y   vi  á  Pentisilea, 

A  la  otra  parte;  y  vide  al  rey  Latino 

Que  con  su  hija  Lavinia  se  parea.  120 


26  DIVINA    COMEDIA 


Y  vide  á  Bruto  que  expelió  á  Tarquino ; 
Lucrecia  y  Julia  y  Marcia,  y  á  Cornelia; 

Y  solo,  aparte,  estaba  Saladino.  129 

Y  ante  la  luz  que  mi  mirada  auxilia, 
Vi  al  Maestro  que  el  saber  derrama, 
Sentado,  en  filosófica  familia:  132 

Todos  le  admiran:  se  honra  y  se  le  aclama, 
De  Platón  y  de  Sócrates  cercado, 

Y  de  Zenón,   y  otros  de  excelsa  fama:  135 

Demócrito,  que  al  caso  todo  ha  dado 
Diógenes,  Anaxágoras  y  Tales, 

Y  Heráclito  de  Empédocles  al  lado;  I38 

Dioscórides,  en  ciencias  naturales 

El  gran  observador;  y  vide  á  Orfeo, 

Y  á  Tulio  y  Livio  y  Séneca  morales:  i-n 

Al  sabio  Euclídes  cabe  á  Tolomeo; 
Hipócrates,  Galeno  y  Avizena, 

Y  Averroes  de  la  ciencia  corifeo.  144 

Mas  á  todos  nombrar  fuera  gran  pena, 

Y  así,  debo  dejar  interrumpido 

Este  discurso  que  no  todo  llena.  147 

Quedó  á  dos  nuestro  grupo  reducido: 

Por  otra  senda  me  llevó  mi    guía 

Del  aura  quieta  al  aire  estremecido,  150 

Para  volver  á  la  reij^ión  sombría. 


CANTO  QUINTO 


Segundo  circulo  del  Infierno. -- Minos  examina  las  culpas  á  la  entrada,  y  señala 
á  cada  alma  condenada  el  sitio  de  su  suplicio.  —  Círculo  de  los  lujuriosos, 
donde  comienza  la  serie  de  los  siete  pecados  capitales.  —  Franccsca  de  Rímini. 


Así  bajé  del  círculo  primero, 

Al  segundo,  en  que  en  trecho  más  cerrado 

Más  gran  dolor  aulla  plañidero.  3 

Allí,  Minos,  horrible,  gruñe  airado; 

Examina  las  culpas  á  la  entrada: 

Juzga  y  manda  según  ciñe  el  pecado.  6 

Digo,  que  cuando  el  alma  malhadada. 

Ante  su  faz,  desnuda  se  confiesa. 

Aquel  conocedor  de  la  culpada,  9 

Ve  de  que  sitio  del  Infierno  es  presa, 

Y  se  ciñe  la  cola,  y  cada  vuelta. 

Marca  el  grado  á  que  abajo  la  endereza.  12 

Presente  hay  siempre  multitud  revuelta: 

Cada  alma  se  declara  ante  su  juicio; 

La  escucha,  y  al  abismo  baja  vuelta.  is 

—  "¿Qué  buscas  del  dolor  en  el  hospicio? 

—  Gritó  Minos,  mirando  de  hito  en  hito, 

Y  suspendiendo  su  severo  oficio.  -  I8 


2^  DIVINA    COMEDIA 


"¡Guay  de  quien  fías,  y  no  seas  cuito! 
¡No  te  engañe  la  anchura  de  la  entrada!" 
Y  mi  guía  le  dijo:  —  "¿A  qué  ese  grito? 


21 


"No  le  interrumpas  su  fatal  jornada: 

Lo  quiere  así  Quien  puede  y  ha  podido 

Lo  que  se  quiere.  —  ¡No  preguntes  nada!"  24 

Ora  comienza  el  grito  dolorido 

A  resonar  en  la  mansión  del  llanto, 

Y  el  corazón  golpea  y  el  oído.  27 

Era  un  lugar  mudo  de  luz,  en  tanto 

Que  mugía  cual  mar  embravecida 

Por  encontrados  vientos,  con  espanto.  30 

La  borrasca  infernal,  siempre  movida, 
Los  espíritus  lleva  en  remolino, 

Y  los  vuelca  y  lastima  en  su  caída.  33 

Y  en  el  negro  confín  del  torbellino. 
Se  oyen  hondos  sollozos  y  lamentos, 

Que  niegan  de  virtud  el  don  divino.  36 

Eran  los  condenados  á  tormentos, 
Los  pecadores  de  la  carne  presa. 
Que  á  instintos  abajaron  pensamientos.  39 

Cual  estorninos,  que  en  bandada  espesa 

l^n  tiempo  frío  el  ala  inerte  estiran. 

Así  van  ellos  en  bandada  opresa.  42 

De  acjuí,  de  allá,  de  arriba  abajo  giran, 

Sin  esperanza  de  ningún  consuelo: 

Ni  á  menos  pena  ni  al  descanso  aspiran.  45 


I'.L    INI' II:RNü     -  CANTO    V  29 


Como  las  grullas  que  en  tendido  vuelo 

Hienden   el  aire  al  son   de  su  cantiga, 

Así  van  arrastrados  en  su  duelo,  48 

Por  aquel  huracán  que  los  fustiga. 

— "Quiénes  son,  —  pregunté, — que  en  giro  eterno 

El  aire  negro  con  furor  castiga?"  51 

—  "La  primera  que  ves  en  este  infierno, — 

Me  dijo,  —  emperatriz  fué  de  naciones 

De  muchas  lenguas,  con  poder  superno:  54 

"  De  la  lujuria  insana  las  pasiones 

Hizo  su  ley,  para  borrar  la  afrenta 

Que  en  vida  puso  estigma  á  sus  acciones:  57 

"La  Semíramis  fué,  de  quien  se  cuenta 

Que  á  Niño  sucedió  y  fué  su  esposa. 

Donde  hoy  el  trono  de  Soldán  se  asienta.  60 

"  La  otra  que  ves,  se  suicidó  amorosa, 

Infiel  á  las  cenizas  de  Siqueo: 

La  otra  es  Cleopatra,  reina  lujuriosa."  63 

Y  á  Helena  vi,  bello  y  fatal  trofeo 
De  larga  lucha,  y  víctima   de  amores 

Al   grande  Aquiles,  hijo  de  Peleo;  66 

Y  á   Páris  y  á  Tristán,  y  de  amadores 
Las  sombras  mil  por  el  amor  heridas. 
Víctimas  al  morir  de  sus  dolores.  69 

Luego  que  supe  las  antiguas  vidas. 
Sentí  de  la  piedad  el  soplo  interno, 
Quebrantado  por  tantas  sacudidas.  72 


30  DIVINA    COMEDIA 


—  "Hablar  quisiera  con  lenguaje  tierno, — 
Dije,  —  á  esas  sombras  que  ayuntadas  vuelan, 
Tan  leves  como  el  aire,  en  este  infierno."  75 

Y  díjome: — "Por  el  amor  que  anhelan 
Pídeles  que  se  acerquen,  y  á  tu  ruego 
Vendrán,  cuando  los  vientos  las  impelan."  tí 

Y  cuando  el  viento  nos  las  trajo  luego. 
Interpelé  á  las  almas  desoladas: 

—  "  Venid  á  mí,  y  habladme  con  sosiego."  8I 

Cual  dos  palomas  por  amor  llevadas 
Con  ala  abierta  vuelan  hacia  el  nido, 
Por  una  misma  voluntad  aunadas,  84 

Así  del  grupo  donde  estaba  Dido 

Cruzaron  por  el  aire  malignoso. 

Tan  simpático  fué  nuestro  pedido.  87 

Y  exclamaron:  —  "¡Oh!  ser  tan  bondadoso, 
Que  buscas  al  través  del  aire  impío 

Las  víctimas  de  un  mundo  sanguinoso!  90 

'^Si  Dios  escucha  nuestro  ruego  pío, 
Por  tu  paz  rogaremos  en  buen  hora, 
Pues  (jue  te  apiada  nuestro  mal  sombrío.  93 

"Escuchando  tu  voz  consoladora, 
Diremos  nuestra  historia  dolorida. 
Mientras  el  viento  calla,  como  ahora.  96 

"Se  halla  la  tierra  donde  fui  nacida 

En  la  marina  donde  el  Po  desciende. 

Con  secuaces  en  paz  á  su  caída.  99 


EL    INFIERNO  —  CANTO    V  31 

"  Amor,  que  el  alma  noble  pronto  enciende, 

A  este  prendó  de  mi  gentil  persona, 

Que  quitada  me  fué,  ¡cual  aun  me  ofende!         102 

"  Amor  que  amado  alguno  amar  perdona. 
Me  ató  á  sus  brazos  con  placer  tan  fuerte. 
Que  como  ves,  ni  aún  muerta  me  abandona.     105 

"Amor  llevónos  á  la  misma  muerte. 

—  Al  matador  en  vida,  Caín  espera." — 

Las  dos  sombras  me  hablaron  de  esta  suerte.       ios 

Al  escuchar  aquella  ánima  herida. 
Bajé  la  frente,  y  el   poeta  amado, 

—  "¿Qué  piensas?  preguntóme,  y  dolorida         111 

Salió  mi  voz  del  pecho  atribulado: 

— "¡Qué  deseos,  qué  dulce  pensamiento. 

Les  trajeron  un  fin  tan  malhadado!"  ii4 

Y  volviéndome  á  ellos  al  momento, 
Díjeles :  —  "  ¡  Oh  Francesca !  tu  martirio 

Me  hace  llorar  con  pío  sentimiento!  117 

'"¡Mas,  del  dulce  suspiro  en  el  delirio. 

Como  te  dio  el  Amor  tímido   acuerdo, 

Que  abrió  al  deseo  de  tu  seno  el  lirio?"  120 

Y  ella: — "¡Nada  más  triste  que  el  recuerdo 
De  la  ventura  en  medio  á  la  desgracia! 

4 Muy  bien  lo  sabe  tu  Maestro  cuerdo!  123 

Pero  si  tu  bondad  aún  no  se  sacia. 

Te  contaré  como  quien  habla  y  llora. 

De  nuestro  amor  la  primitiva  gracia.  126 


32  DIVINA    COMEDIA 


"Leíamos  un  día  en  grata  hora, 

Del  tierno  Lanceloto  la  aventura, 

Solos,  y  sin  sospecha  turbadora.  129 

"Nuestros  ojos,  durante  la  lectura 

Se  encontraron:  ¡perdimos  los  colores, 

Y  una  página  fué  la  desventura!  132 

"Al  leer  que  el  amante,  con  amores 

La  anhelada  sonrisa  besó  amante, 

Éste,  por  siempre  unido  á  mis   dolores,  135 

"La  boca  me  besó,  todo  tremante, 

—  ¡El  libro  y  el  autor.  .  .    Galeoto  han  sido!.  .  . 

—  ¡Ese  día  no  leímos  adelante!"  I38 

Así  habló  el  un  espíritu  dolido, 

Mientras  lloraba  el  otro;  y  cuasi  yerto, 

De  piedad,  me  sentí  desfallecido,  I4i 

Y  caí,  como  cae  un  cuerpo  muerto. 


CANTO  SEXTO 


Tercer  círculo  del  Infierno.  —  Tormentos  de  los  glotones,  en  un  pantano  infecto, 
azotados  eternamente  por  una  lluvia  helada.  —  El  Cancerbero  —  El  florentino 
Ciacco.  —  Reseña  de  algunos  florentinos  famosos.  —  Ciacco  predice  al  Poeta  las 
desgracias  de  Florencia  y  su  destierro.  —El  juicio  final,  la  vida  futura,  las  pe- 
nas infernales  y  la  perfectibilidad  humana  en  el  bien  y  en  el  mal. —  Los  dos 
Poetas  descienden  al  cuarto  círculo. 


Al  retornar  á  la  razón,  perdida 
De  los  tristes  amantes  al  lamento, 
Que  de  piedad  llenó  mi  alma  transida, 

Nuevos  atormentados  y  tormento 
Miro  en  contorno,  sea  que  me  mueva, 
Ó  me  revuelva  ó  busque  abrigamiento. 

Era  el  círculo  tercio,  fría  greva 
De  eterna  lluvia,  habitación  maldita 
Dónde  ninguna  vida  se  renueva. 

Grueso  granizo  allí  se  precipita, 

Y  nieve  y  agua  negra  en  aire  turbio 

Pudre  la  tierra  y  todo  lo  marchita. 


k 


12 


El  Cerbero,  animal  feroz  y  gurvio. 

Por  sus  tres  fauces  ladra  de  contino, 

Y  es  de  los  anegados  el  disturbio.  is 


34  DIVINA    COMEDIA 


De  negro  hocico  y  ojo  purpurino, 

El  vientre  obeso  y  manos  unguladas, 

Muerde  á  las  almas  con  furor  canino.  i» 

Las  sombras  por  las  lluvias  maceradas, 
Ladran  también  cual  can,  y  se  resguardan 
Unas  contra  las  otras  apiñadas,  21 

Cuando  el  ataque  del  Cerbero  aguardan; 

Y  al  verle  abrir  la  boca  sanguinosa, 
Temblorosas  se  esconden,  y  acobardan.  24 

El  Maestro  con  mano  cautelosa, 

Cogió  tierra  del  suelo  y  arrojóla 

Del  Cerbero  en  la  boca  espumajosa.  27 

Y  cual  perro  que  hartado  por  la  gola 
Sólo  atiende  á  tragar  el  alimento, 

Y  acalla  su  canina  batahola,  30 

Así  quedó  el  Cerbero  endemoniado, 

Que  las  almas  aturde,  con  ladridos, 

Que  sordo  ser  quisiera  el  condenado.  33 

Pasamos  sobre  sombras  de  afligidos 
Que  marchita  la  lluvia,  y  nuestra  planta, 
Hollando  vanas  formas  de  dolidos.  36 

Del  suelo,  allí  ninguno  se  levanta, 

Y  uno  tan  sólo  se  incorpora  incierto 

Al  notar  que  mi  paso  se  adelanta.  39 

— "¡Oh,  tú,  que  cruzas  este  infierno  yerto! 

— Me  dijo  —  Reconóceme,  yo  era 

Después  de  tu  nacido  triste  muerto."  42 


KL    INMKKNC)  —  CANTO    VI  35 

Y  yo  á  él:  —  "Tu  angustia  lastimera 
Quizá  te  desfigura  de  tal  suerte, 

Que  estás  de  mi  memoria  al  pronto,  fuera.  45 

"Dime  quien  eres  y  porque  la  muerte 
A  este  sitio  te  trajo  de  la  pena, 

Y  si  á  la  culpa  cabe  otra  más  fuerte."  48 

Y  respondió: — "La  tu  ciudad  que  llena 
De  vil  envidia  ya  colmó  su  saco, 

Me  vio  vivir  allí  vida  serena.  51 

"Los  ciudadanos  me  llamaban   Ciaco: 

Por  la  dañosa  culpa  de  la  gula 

Aquí  me  ves  bajo  la  lluvia,  flaco;  54 

"  Mas   no  tan  solo  mi  alma  se  atribula, 

Que  todos  estos  igual  pena  lloran, 

Por  culpa  igual  que  á  pena  se  acumula."  57 

Le  repuse:  —  "Tus  voces  que  me  imploran 

Me  hacen,  Ciacco,  llorar  con  simpatía; 

Mas  di,  sabes  que  espera  á  los  que  moran,        60 

"En  la  ciudad  que  parte  la  porfía? 

Si  un  justo  tiene,  y  cual  la  causa  sea 

De  su  discordia  y  tanta  bandería?"  63 

Y  él  á  mí:  —  "Tras  de  larga  y  cruel  pelea 
Los  Blancos  triunfarán  por  varias  veces, 
Proscribiendo  de  negros  la  ralea,  66 

"  Tres  soles  pasarán  y  entre  reveses 
Los  Negros  subirán  con  los  adeptos 
Que  los  halaguen;  y  con  nuevas  creces  69 


36  DIVINA    COMEDIA 


"Por  largo  tiempo  de  mandar  repletos 

Al  abatido   oprimirán  por  ende,  * 

Con  dolor  y  censura  de  discretos.  72 

"Solo  hay  dos  justos,  que  ninguno  atiende: 

La  envidia,  la  soberbia  y  la  avaricia 

Son  las  tres  teas  que  la  furia  enciende."  75 

Calló  la  voz  llorosa,  sin  caricia, 

Y  yo  dije:  —  "Si  quieres  ser  benigno 
Bríndame  tu  palabra  y  da  noticia  78 

"  De  Arrigo  y  de  Teguiao  de  fama  digno. 
De  Rusticucio,  Mosca  y  Farinata, 

Y  otros  que  bien  obrar  fuera  el  destino.  8I 

"  Dime  si  yacen  en  mansión  ingrata; 

Házmelos  conocer,  pues  mucho  anhelo 

Saber  si   el  cielo  con  bondad  los  trata."  84 

—  "Se  hallan, — dijo,  —  con  almas  sin  consuelo, 

Por  grandes  culpas  todos  condenados: 

Abajo  los  verás  en  hondo  duelo.  sz 

"  Cuando  pises  las  playas  anheladas 
Del  dulce  mundo,  piensa  en  mí,  contrito; 

Y  no  te  digo  más."  —  Y  con  miradas  90 

Siniestras,  me  miró   muy  de  hito  en  hito: 
Cayó  en  el  fango,  doblegó  la  frente, 

Y  entre  los  ciegos  se  perdió  el  maldito.  93 

Y  el  guía  (lijóme:  —  "Tan  solamente 
Cuando  suene  la  angélica  trompeta 
Despertarán  ante  su  juez  potente;  06 


EL    INFIERNO-    CANTO    VI  37 


"Encontrarán  su  triste  tunii)a  (juieta; 
Revestirán  su  carne  y  su  figura, 

Y  el  fallo  eterno,  oirán  con  alma  inquieta."        yy 

Dejando  atrás  esta  infernal  mixtura 

De  lluvia  y  sombras,  con  el  paso  lento. 

Nos  ocupó  tratar  vida  futura:  102 

—  "Maestro, — dije, —  ¿este  infernal  tormento 

Se  aumentará,  tras  de  la  gran  sentencia? 

¿Será  menor,  ó  acaso  más  violento?"  105 

Y  respondió — "Pregúntalo  á  tu  ciencia, 
Que  quiere  que  los  seres  más  perfectos 
Sientan  mejor  el  bien  y  más  dolencia.  ios 

"Estos  reprobos,  entes  imperfectos, 
Si  la  alta  perfección  no  han  alcanzado. 
Esperan  mejorar  cual  los  electos. "  iii 

Recorrimos  el  cerco  condenado, 
Hablando  de  otras  cosas  que  no  digo; 

Y  descendimos  hasta  el  cuarto  grado:  ii4 

Pluto  está  allí,  del  hombre  el  enemigo. 


CANTO  SÉTIMO 


Cuarto  círculo  del  Infierno  dantesco,  presidido  por  Pluto.  —  Virgilio  y  Pluto.  — 
La  avaricia  castigada.— Los  avaros  y  los  pródigos  hacen  rodar  pesadas  ma- 
sas con  el  pecho.  —  Razonamiento  de  Virgilio  sobre  la  fortuna  y  los  agentes 
celestes  en  la  tierra.  —  Los  dos  Poetas  descienden  al  quinto  círculo.  —  La 
laguna  Estigia,  donde  yacen  sumidos  en  el  fango  los  iracundos.  —  El  himno 
de  los  tristes. 


''/Pape  Satán,  pape  Satán  aleppef' 
Grita  Pluto  con  voz  estropajosa; 

Y  el  grande  sabio,  sin  que  en  voz  discrepe,        3 

Me  conforta  diciendo:  —  "No  medrosa 
Tu  alma  se  turbe,  porque  no  le  es  dado 
Impedir  que  desciendas  á  esta  fosa."  6 

Y  al  demonio  feroz  de  labio  hinchado 
Le  grita: — "Calla,  lobo  maldecido, 

Y  devora  tu  rabia,  atragantado.  9 

"No  sin  razón  el  viaje  está  emprendido: 
Se  quiere  en  lo  Alto,  do  Miguel  glorioso 
Tomó  vindicta  del  estupro  infido."  12 

Cual  vela  inflada  de  aire  tormentoso, 

Revuelta  cae  del  mástil  que  ha  flaqueado, 

Así  cayó  en  el  suelo   aquel  furioso.  15 


EL    INFIERNO  —  CANTU    Vil  39 

Y  descendimos  hasta  el  cuarto  grado, 
Adentro  del  abismo  doloroso, 

Que  todo   el  mal  del  mundo  se  ha  tragado.        is 

—  ¡Oh  Dios!  que  en  tu  justicia,  poderoso, 

Amontonas  cual  vi,  tanta  tortura! 

¿Por  qué  el  fallo  es  aquí  más  riguroso? —  21 

Cual  de  Scyla  y  Carybdis  á  la  altura 

Onda  con  onda  choca  procelosa, 

Tal  se  choca  esta  gente  en  apretura.  24 

Aquí  una  turba  hallé  más  numerosa, 

Que  de  una  y  otra  parte  en  sus  revueltas 

Con  el  pecho  empujaba  clamorosa,  27 

Pesos  enormes ;  y  en  continuas  vueltas, 
Volvían  hacia  atrás,  cuando   chocaban, 
Gritando:  (por  qué  agarras)  por  qtié  sueltas)     30 

Así  en  el  cerco  tétrico  giraban 
Del  uno  y  otro  lado  retornando, 

Y  las  mismas  injurias  se  gritaban.  33 

Y  luego,  el  medio  cerco  contorneando, 
Se  chocaban  de  nuevo. — Yo  afligido 

Sentí  el  pecho,  la  lucha  contemplando. —  36 

Dije  al  Maestro: — "Por  favor  te  pido 

Me  digas,  si  las  sombras  tonsuradas 

Sacerdotes  en  vida  acaso  han  sido."  39 

— "  Son  vizcas,  como  ves,  tan  dementadas. 
Cual  fueron  —  dijo,  —  en  vida  torticeras, 

Y  en  gastar  su  peculio  inmoderadas.  42 


40  DIVINA    COMEDIA 


"Claro  lo  ladran  sus  palabras  fieras; 

Y  al  venir  de  los  dos  puntos  postremos, 

Su  opuesta  culpa  lleva  á  sus  esferas.  45 

"Esos  sin  pelo,  que  de  un  lado  vemos, 

Fueron  clérigos,  papas,  cardenales, 

Que  la  avaricia  lleva  á  sus  extremos."  48. 

Y  pregunté  al  Maestro:  —  "Entre  estos  tales, 
¿Puedo  quizá  reconocer  alguno 

De  los  manchados  con  inmundos  males?"  51 

Y  él:  —  "No  podrás  reconocer  ninguno: 
Su  mala  vida,  si  antes  fueron  albos, 

Los  cubre  á  todos  con  su  tinte  bruno.  54 

"  Eternamente  chocarán  no  salvos, 

Y  aun  en  la  tumba  apretarán  el  puño 

Los  unos,  y  los  otros  serán  calvos.  57 

"Mal  dar  y  mal  tener  si  dan  terruño, 

Quitan  el  cielo,  en  riñas  tan  procaces, 

Que  no  merecen  de  palabra  el  cuño.  60 

"Así  puedes  ver,  hijo,  cuan  fugaces 
Son  los  bienes  que  alarga  la  Fortuna, 

Y  de  que  son  los  hombres  tan  rapaces.  63 

"Todo  el  oro  que  está  bajo  la  luna, 

Y  el  que  esa  grey  de  sombras  retenía 

La  paz  no  le  dará  siquiera  á  una."  66 

Y  yo  insistí:  —  "Mas  dime  todavía: 
Esa  fortuna  de  que  tanto  me  hablas, 

¿Cómo  aferra  del  mundo  la  cuantía?"  69 


EL    INFIERNO-    CANTO    VII  41 


Y  él  sonriendo:  -   "¡Qué  cuestión  entablas! 
Quiero   hacerte  mamar  una  sentencia, 

¡Oh  ignorante!  y  apúntala  en  tus  tablas.  72 

"  El  Sapiente,  en  su  vasta  trascendencia. 

Hizo  el  cielo,  y  nombróle  su  regente, 

Que  en  todo  resplandece  su  alta  ciencia.  75 

"Distribuyó  las  luces  igualmente, 

Y  así  también  al   esplendor  mundano 

Una  alta  potestad  dio  providente.  78 

"Esta,  permuta  vuestros  bienes  vanos 

De  gente  en  gente,  y  quita  ó  los  conserva, 

Maguer  la  previsión  de  los  humanos.  8I 

"A  unos  abate  y  á  otros  los  preserva, 

Según  la  voluntad  que  yace  oculta, 

Cual  silenciosa  sierpe  entre  la  yerba.  84 

"No  toma  en  cuenta  vuestra  ciencia  estulta, 
Cuando  juzga,  dispone,  da  ó  cercena. 
Como  deidad  que  solo  á  sí  consulta. 


"Ninguna  tregua  su  carrera  enfrena: 

Necesidad  su  marcha  multiplica. 

Pues  cada  instante  nueva  cosa   ordena. 

"  De  mala  fama  el  mundo  la  sindica, 
Cuando  debiera  tributarle  culto, 
Y  el  vulgo  la  maldice  y  crucifica. 


87 


90 


93 


"  Pero  ella  es  buena  y  sorda  al   torpe  insulto. 

Leda  con  las  criaturas  primitivas, 

Gira  su  rueda  en  medio  del  tumulto.  96 


42  DIVINA    COMEDIA 


"Entramos  á  región  más  aflictiva: 

Ya  bajan  las  estrellas  que  alumbraban, 

Y  la  jornada  debe  ser  activa." 

Cruzamos  los  ribazos  que  cerraban 
Los  dos  cercos,  y  hallamos  una  fuente 
De  hirvientes  aguas  turbias,  que  bajaban 


99 


102 


Por  un  barranco  abierto  en  la  pendiente: 

Orillando  su  margen  enfangada, 

Descendimos  por  vía  diferente.  io5 

Esta  triste  corriente,  despeñada, 
Forma  en  oscura  playa  maldecida 
La  laguna  de  Estigia  nominada. 


108 


Yo  miraba  con  vista  prevenida, 

Y  vi  gente  fangosa  en  el  pantano. 

Desnuda  y  con  la  faz  de  ira  encendida.  ni 

Golpeábanse  entre  sí,  no  con  la  mano, 
Mas  con  los  pies,  el  pecho   y  la  cabeza, 

Y  se  mordían  con  furor  insano.  n+ 

El  buen  Maestro  dijo:  —  "Aquí  está  presa 

La  grey  de  poseídos  por  la  ira: 

Pero  quiero  que  sepas  con  certeza,  ii7 

"Que  bajo  el  agua  hay  gente  que  suspira, 

Y  la  hace  pulular,  cual  ahora  vimos, 

Por  donde   quiera  que  la  vista  gira.  120 

"Del  fango  claman:  ''Siempre  tristes  fuimos! 

''/En  aire  dulce  dofide  e¿  Sol  se  alegra 

"  De  humo  acidioso  en  lo  interior  vivimos!     i2.< 


EL    INFIERNO  — CANTO    VII  43 

^'¡Tristes  lloramos  en  la  charca  negra T  — 

Este  himno  balbuceado  en  voz  traposa 

Con  el  acento  del  dolor  se  integra."  126 

Por  el  contorno  de  la  inmunda  poza 

Un  arco  describiendo,  así  giramos, 

Viendo  la  turba  que  en  el  fango  goza.  129 

Y  de  elevada  torre  al  pie  llegamos. 


CANTO  OCTAVO 


Los  dos  Poetas  llegan  al  pie  de  una  torre  elevada,  y  ven  brillar  en  ella  una  luz 
de  señal  á  que  responde  otra  lejana.  —  Flegias  acude  con  su  barca  para  tras- 
portarlos por  la  Estigia  á  la  ciudad  infernal  de  Dite.  —  En  el  tránsito  encuentran 
á  Felipe  Argente  enfangado.  —  Los  demonios  de  la  ciudad  maldita  se  oponen 
furiosos  á  su  entrada. —  El  Maestro  asegura  "(jue  saldrá  triunfante  de  la  prueba, 
porque  el  auxilio  divino  está  cercano. 


Digo,  que  prosiguiendo  la  jornada, 

Luego  que  de  la  torre  al  pie  vinimos, 

Fijamos  en  su  cima  la  mirada.  3 

Dos  lucecillas  encenderse  vimos, 

Y  otra  que  á  ellas  al  punto  respondía, 

Tan  lejana,  que  apenas  distinguimos.  6 

Y  aquel  mar  de  total  sabiduría 
Interrogué:  — "Con  quiénes  corresponde 

Esta  luz?  quién  las  otras  encendía?"  9 

—  "Ya  puedes  ver, -mi  guía  me  responde, — 

Lo  que  a(|uí  nos  espera,  si  ese  velo 

De  brumas  del  pantano,  no  lo  esconde."  12 

Como  el  arco  des[)¡cle  flecha  á  vuelo, 

Que  el  aire  hiende  toda  estremecida. 

Miré  venir  un  frágil  haríjuichuelo  15 


KL    INFIERNO  ---  CANTt)    VIII  45 

Surcando  la  laouna  corrompida, 
(johernado  por  un  solo  remero, 
Oue  gritaba:   "¡Llegaste    alma  perdida!"  ik 

—  "Flegiavs!    Flegias! — en  vano,  vocinglero, 
Serás  por  esta  vez;  —  le  dijo  el  guía,- - 

Nos  pasarás  tan  solo  al  surgidero."  21 

Como  quien  engañado  se  creía, 

Burlado,  Flegias  al  tocar  la  orilla, 

Sofocaba  el  furor  que  en  sí  tenía.  24 

Descendió  mi  Maestro  á  la  barquilla, 

Y  me  hizo  entrar  después  junto  á  su  lado. 

Mas  sólo  con  mi  carga  hundió  la  quilla:  27 

Así  que  el  leño  hubimos  ocupado, 

Fué  por  la  antigua  proa  el  agua  abierta 

Con  surco  más  profundo  y  nunca  usado.  30 

Mientras  cruzaba  por  el  agua  muerta, 

— "¿Quién  eres  tú  que  vienes  antes  de  hora? 

Uno  lleno  de  fango,  clamó  alerta.  33 

Yo  repuse: — "Si  vengo,  es  sin  demora. — 
¿Mas  tú,  quién  eres,  ser  embrutecido?" 

Y  él:  -  "Mírame!  yo  soy  uno  que  llora!"  36 

Y  yo  á  él: — -'En  luto,  maldecido 
Quédate  con  tus  llantos  inhumanos ; 

Te  conozco,  aun  de  barro  ennegrecido."  39 

De  la  barca  se  asió  con  ambas  manos, 

Y  el  guía  dijo,  pronto  en  el  rechazo: 

—  "¡Vete  do  están  los  perros,  tus  hermanos!"  42 

5 


46  DIVIXA    COMEDIA 


Luego  ciñó  mi  cuello  en  un  abrazo, 

Y  me  besó   diciendo:  —  '*¡Alma  briosa 

Bendita  sea  quien  te  dio  el  regazo!  45 

"  Ese  que  ves,  un  alma  fué  orgullosa 

Sin  la  bondad  que  abona  la  memoria  ; 

Por  eso  vaga  así,  sombra  furiosa.  48 

"¡Cuántos  reyes  de  necia  vanagloria, 

Como  cerdos  que  buscan  el  sustento. 

Vendrán  aquí,  dejando  vil  escoria!"  5i 

—  "Maestro,  —  dije  -  fuera  gran  contento, 

Hundirse  verle  en  el  inmundo  cieno 

Antes  de  que  alcancemos  salvamento/'  S4 

— "Antes  que  toques  puerto  más  sereno, 

— Me  dijo — quedarás  bien  complacido; 

Tu  deseo  será  del  todo  lleno."  ?7 


Poco  después  vi  al  ente  maldecido 
Despedazado  por  fangosa  gente. 
¡Momento  que  por  mi  fué  bendecido! 


60 


Gritaban  todos:  — "A  Felipe  Argente!" 

Y  el  florentino  espíritu,  furioso. 

En  sí  propio   clavaba  el  fiero  diente.  63 

Lo  dejamos;  y  hablar  de  él  es  ocioso. 
Mas  un  clamor  golpeábame  el  oído, 

Y  abrí  los  ojos,  y  miré  anheloso.  66 

Y  el  Maestro  me  dijo:  —  "Hijo  querido, 
Es  la  ciudad  de  üite;  en  insosiego 

La  habita  inmenso  pueblo  maldecido.  6^ 


EL    INFIERNO   -CANTO    VIII  47 

—  "Ya  veo  sus  meztjuitas,  —  dije  luego  — 
Kn  el  fondo  del  valle,  enrojecidas 

Cual  si  salieran  del  ardiente  fuego."  72 

Y  él  respondió: — "Están  así  encendidas 
Por  los  eternos  fuegfos  tormentosos 

Que  afocan  sus  entrañas  maldecidas."  75 

Cuando  alcanzamos  los  profundos  fosos 

Que  cierran  esta  tierra  desolada, 

Creí  de  fierro  sus  muros  poderosos.  78 

No  sin  andar  aún  larga  jornada, 
Llegamos  do  el  remero  gritó,  alerto: 

—  "Vamos!  Afuera!  Estamos  en  la  entrada!"      si 

Como  llovidas  desde  cielo   abierto, 
Vi  almas  mil,  gritar  airadamente: 

—  "¿Quién  es  aquel,  que  vivo,  sin  ser  muerto,    84 

"Va  por  el  reino  de  la  muerta  gente?"  — 

Y  mi  guía,  sereno  en  el  empeño. 

Hizo  señal  de  hablar  secretamente.  87 

Y  gritaron,  depuesto  un  tanto  el  ceño, 
— "Ven  tusólo.  Quien  tuvo  la  osadía 

De  entrar  vivo  á  este  reino,  sea  dueño,  90 

"  De  retornar  por  la  extraviada  vía. 

Si  es  que  lo  puede;  y  tú  que  le  has  guiado, 

Quédate  siempre  en  la  mansión  sombría." 


93 


Piensa  corno  quedé  desconsolado, 

Oh  lector!  al  oír  esta  sentencia! 

Pensé  no  ver  ya  más  al  suelo  amado!  96 


48  DIVINA    COMEDIA 


—  "¡Oh  mi  guía!  que  has  sido   providencia 

Al  través  de  este  mundo  pavoroso, 

Del  peligro  salvando  mi  impotencia,  99 

"¡No  me  abandones!  —  díjele  afanoso, — 

Y  si  avanzar  no  fuese  permitido, 

Vuelve  hacia  atrás  con  paso  presuroso."  102 

Y  él,  que  aparte  me  había  conducido, 
Me  dijo:  —  "Nada  temas,  nuestro  paso 

No  puede  ser  por  malos  impedido.  105 

"Espera  aquí:  reposa  el  cuerpo  laso; 

Tu  ánimo  fortalezca  la  esperanza; 

No  pienses  te  abandone  así  al   acaso."  ios 

Y  fuese  el  dulce  padre  con  bonanza, 

Y  yo  quedé  en  soledad  sombría, 

Entre  el  sí  y  entre  el  no  de  la  confianza.  iii 

No  pude  oír  que  cosa  les  decía, 

Pero  temí  de  pronto  algún  siniestro 

Al  ver  que  aquella  gente  se  escondía.  114 

Las  puertas  le  cerraron  al  Maestro 
Sobre  el  pecho,  con  golpe  estrepitoso; 

Y  á  mí  volviendo  con  el  paso  indiestro,  117 

Con  mirar  abatido,  no  orgulloso, 

Al  suspirar,  exclama   ensimismado: 

"Quién  me  arroja  del  antro  doloroso?  120 

\  díjome: — "Aunque  me  ves  airado, 
No  temas  nada;  venceré  esta  prueba. 
Sea  (|uicn  fuere  el  (¡ue  se  oponga  osado.  12^ 


EL   INFIERNO  —  CANTO    VIH  49 

"  Esa  arrogancia,  para  mí  no  es  nueva: 

Me  la  mostraron  en  la  negra  entrada 

Que  cerradura  para  mi  no  lleva.  ur, 

"  Viste  allí  la  leyenda  pavorosa 

De  muerte.  Viene  el  que  abrirá  la  puerta 

Bajando  solo  á  esta  región  sombrosa.  129 

"Sigue:  la  fortaleza  será  abierta.' 


CANTO  NOVENO 


Virgilio  narra  al  Dante  su  anterior  bajada  á  los  Infiernos,  y  le  explica  los  cua- 
tro grados  más  que  hay  que  descender.  —  Aparición  de  las  Furias  en  lo  alto  de 
la  torre  de  Dite,  que  llaman  á  Medusa.  —  Virgilio  tapa  los  ojos  del  Dante  para 
preservarlo  de  la  vista  maléfica  de  la  Gorgona.  —  Aparición  de  un  ángel  que 
interviene  en  favor  de  los  Poetas  y  abre  con  un  golpe  de  su  vara  las  pueftas 
cerradas  de  Dite.  —  Bajada  de  los  Poetas  al  sexto  círculo. —  Los  incrédulos  y 
los  heresiarcas.  —  Tumbas  ardientes  con  las  tapas  levantadas,  donde  yacen  los 
sectarios  del  error. 


Mi  palidez  que  el  miedo  reflejaba 
Al  ver  que  mi  Maestro  se  volvía, 
Contuvo  la  expresión  que  le  turbaba.  3 

Como  quien  oye  y  mira,  así  tendía 

Su  mirada,  no  larga  en  el  alcance. 

En  niebla  espesa  y  en  la  noche  umbría.  6 

—  "Pues  vencer  es  forzoso  en  este  lance... 
A  menos  que.  .  .  —  prorrumpe, — está  ofrecido.  .  . 
Mucho  tarda  el  auxilio  en  este  trance!"  9 

Bien  comprendí  que  estaba  confundido, 

Pues  sus  vagas  palabras  encerraban, 

Doble  contradicción  en  su  sentido;  t2 

Pero,  ellas,  por  lo  mismo  me  alarmaban, 

Y  yo  les  di  el  sentido  temeroso 

Que  tal  vez  más  peligros  ocultaban.  i5 


EL    INMlíRNÜ  —  CANTO    IX  51 

—  "¿Al  fondo  (le  este  abismo  misterioso 

Alguno  descendió  del  primer  grado, 

Sin  otra  pena  cjue  esperar  dudoso?  i8 

"¿Y  quiénes?" — El  Maestro  interrogado, 

Respondió  :  —  "  Pocas  veces  como  ahora 

Hemos  este  camino  transitado.  21 

"  Verdad,  que  alguna  vez  y  en  otra  hora, 

Bajé  al  conjuro  de  la  Ericto  cruda, 

De  sombras,  á  sus  cuerpos  llamadora.  24 

"Mi  alma  estaba  de  carne  ya  desnuda 
Cuando  ella  me  hizo  traspasar,  el  muro. 
Buscando  un  alma  en  la  mansión  de  Juda.  27 

"Es  el  cerco  más  bajo  y  más  oscuro, 
El  más  lejano  de  los  altos  cielos ; 
Mas  conozco  el  camino:   está  seguro. 


"  Este  pantano  con  inmundos  velos 
Envuelve  en  torno  la  mansión  doliente 
Donde  no  se  penetra  sin  desvelos." 

Si  algo  más  dijo,  no  lo  tengo  en  mente. 
Pues  de  mis  ojos  la  atención  llamaban 
Los  resplandores  de  la  torre  ardiente; 

Y  tres  furias  que  súbito  se  alzaban, 
Tintas  en  sangre,  de  espantosas   formas. 
Que  miembros  femeniles  semejaban: 


^0 


^3 


^6 


39 


Ceñido  el  vientre  de  hidras  muy  verdosas, 
Y  en  las  sienes,  cual  sueltas  cabelleras 
Cerastos  y  serpientes  venenosas.  42 


52  DIVINA    COMEDIA 


Y  él,  que  reconoció  las  mensajeras 
De  la  que  es  reina  del  eterno  llanto, 

Díjome:  —  "¡Guarda!   las  Erinis  fierasi  +5 

"Esa  es  Megera,  de  siniestro  canto; 
Alecto  es  la  otra  que  á  la  diestra  llora; 

Y  en  medio  Tisifone. —  Calla  en  tanto!"  48 

Laceraban  con  uña  torcedora 

Sus  pechos,  y  con  furia  tal  gritando, 

Que  me  acogí  á  mi  sombra  protectora.  ,=;i 

—  "¡Venga  Medusa!  —  grítannos,  mirando:  — 
¡Será  de  dura  piedra  frío  bulto. 

De  Teseo  el  asalto  vindicando!"  54 

—  "Vuelve  á  la  diestra,  con  el  rostro  oculto; 
Porque  si  viene  y  ves  á  la  Gorgona, 

De  este  lugar  no  subirás  exulto."  57 

Así  mi  guía  habló,  y  mi  persona 
Hace  girar,  me  coge  de  las  manos 
Y  mis  ojos  cerrados  precauciona. 


60 


—  ;Oh  los  que  sois  de  entendimiento  sano. 

Comprended  la  doctrina  que  se  encierra 

De  mi  velado  verso  en  el   arcano! —  63 

Sordo  rumor  que  el  corazón  aterra 

Las  ondas  turbias  puso  en   movimiento, 

Y  estremecióse  con  fragor  la  tierra:  66 

No  de  otro  modo  el  encontrado  viento 

Que  del  verano  mueven  los  ardores. 

Sacude  el  bosque  en  sojilo  turbulento;  69 


I-L    INFIERNO—  CANTO    IX  53 

Los  gajos  troncha  lleno  de   furores, 

Y  en  polvareda  los  arrastra  envueltos 
Haciendo  huir  á  fieras  y  pastores.  72 

Dejóme  entonces  ambos  ojos  sueltos 

Mi  guía,  y  dijo: — "\'^e  la  antigua  espuma 

En  esos  humos  densos  y  revueltos."  i?. 

Como  las  ranas  cuando  ven  contigua 

A  la  serpiente  que  se  avanza  astuta. 

En  fango  ocultan  su  cabeza  exigua,  ta 

Así  también  toda  la  turba  hirsuta 

Huyó  delante  de  uno  que  avanzaba 

Marchando  por  la  Estigia  á  planta  enjuta.  8I 

Del  rostro,  el  aire  espeso  se  apartaba 
Con  la  siniestra  mano  hacia  adelante, 

Y  al  parecer,  sólo  esto  le  cansaba.  84 

Comprendí  que  del  cielo   era  anunciante, 

Y  el  Maestro,  al  mirarle,  me  hizo  seña 

De  quedo  estar,  y  me  incliné  tremante.  87 

En  torno  suyo  todo  lo  desdeña: 

Llega  á  la  puerta,  y  con  varilla  leve 

La  abre  al  instante,  y  del  umbral  se  adueña.     90 

—  "¡Desterrados  del   cielo!  raza  aleve! 

—  Así  exclamó  sobre  el  umbral  terrible, — 
¿Qué  loco  intento  esta  arrogancia  mueve?  93 

'•La  voluntad  de  Dios  es  invencible: 
¿Por  qué  ponéis  vuestro  destino  á  prueba 
Ante  el  que  mide  hasta  la  pena  horrible?  96 


54  DIVINA    COMEDIA 


"¿Quién  contra  su  alto  fallo  se  subleva? 

Recordad,  que  pelado  todavía 

Cuello  y  hocico  el  cancerbero  lleva."  99 

Y  retornóse  por  la  inmunda  vía 

Sin  fijarse  en  nosotros,  con  semblante 

Que  un  cuidado  más  íntimo  mordía  102 

Que  el  presente  que  estaba  por  delante. — 

Nos  dirigimos  á  la  ignota  tierra, 

Fiados  en  su  palabra  dominante,  105 

Adonde  entramos  sin  señal  de  guerra; 

Y  yo,  anhelando  conocer  el  centro 

Y  lo  que  aquella  fortaleza  encierra, 


108 


Al  encontrarme  de  sus  puertas  dentro. 

Giro  los  ojos,  y  una  gran  campaña 

Llena  de  duelo  y  de  tormento  encuentro.  iii  J 

Como  en  Arles,  do  el  Ródano  se  encaña, 

Y  en  Pola  de  Quarnaro,  se  relevan, 
En  el  confín  que  á  Italia  cierra  y  baña,  lu 

Viejos  sepulcros  que  el  terreno  elevan, 

Tal  aquellos  sepulcros  se  elevaban; 

Pero  de  más  crueldad  señales  llevan.  U7 

Las  llamas  de  uno  á  otro  serpenteaban, 

Y  en  fuegos  más  intensos  abrasados 
Que  los  que  el  hierro  funden,  se  inflamaban.    120 

Los  sepulcros  estaban  destapados, 

Y  del  fondo  salían  clamorosos 
Los  lamentos  de  tristes  torturados.  123    ^ 


EL    INFIERNO  — CANTO    IX  55 


Pregunté:  —  "¿Quiénes  son  los  dolorosos 

Que  sepultados  en  ardientes  arcas 

Hacen  oír  gemidos  tan  penosos?"  126 

Y  me  dijo :  —  "  Ahí  están  los  heresiarcas, 

Y  turba  de  secuaces  blasfemante, 

Y  que  son  más  de  los  que  en  mente  abarcas.       129 

"Ahí  están,  semejante  y  semejante; 

Sus  tumbas  más  ó  menos  son  ardientes." 

Y  girando  á  la  diestra,  fué  adelante  lu 

Entre  muros  y  tristes  penitentes. 


CANTO  DÉCIMO 


Siguen  los  dos  Poetas  su  camino  entre  los  muros  y  los  sepulcros. —  Dante  mani- 
fiesta el  deseo  de  hablar  con  uno  de  los  sepultados  allí.  —  Una  sombra  que  se 
alza  de  uno  de  los  sepulcros  ardientes  le  llama. —La  aparición  de  Farinata 
degli  Uberti.  —  Mientras  habla  Farinata  con  Dante,  aparece  la  sombra  de  Ca- 
valcante  Cavalcanti,  que  pregunta  por  su  hijo,  amigo  del  Dante.  —  Vuelve  á 
hundirse  en  el  sepulcro  pensando  que  su  hijo  hubiese  muerto.  — <  Sigue  el  diálo- 
go entre  Dante  y  Farinata,  en  que  éste  predice  oscuramente  su  próximo  des- 
tierro al  primero 


Ora  el  Maestro  sigue  estrecha  calle, 

Y  yo  sigo  á  su  espalda  con  retraso, 

Entre  el  muro  y  los  mártires  del  valle.  3 

—  "Suma  virtud,  —  prorrumpo, — que  mi  paso 

Guías  en  cerco  impío  cual  te  place, 

Responde  á  mi  deseo  en  este  caso.  6 

"¿Puede  verse  la  gente  que  aquí  yace? 
Cada  tapa  se  encuentra  levantada, 

Y  nadie  guardia  á  los  sepulcros  hace."  9 

Y  él:  —  "Cada  tumba  quedará  cerrada, 
Cuando  del  Josafá  el  cuerpo  yerto 

Vuelva  á  buscar  el  alma  abandonada.  12 

"  Yacen  a(iuí  los  que  creyeron  cierto 

Con  Kpícuro  y  todos  sus  secuaces, 

Que  el  alma  muere  con  el  cuerpo  muerto.  15 


I-L    INI'IERNO -- CANTO    X  57 


"  En  cuanto  á  l.i  pregunta  que  tú  me  haces, 

Y  aun  í'i  la  cjue  me  callas,   prontamente, 
Satisfarán  las  tumbas,  cuando  pases."  I8 

Y  yo:  —  "Te  abro  mi  pecho   plenamente: 
Si  acaso  soy  conciso  en  mi  discurso, 

En  esto  sigo  tu  lección  prudente. "  21 

— "  ¡  Oh  Toscano  que  sigues  vivo  el  curso 

De  esta  mansión  de  fuego,  tan  discreto. 

Deten  en  este  sitio  tu  trascurso;  24 

"Tu  locuela  me  dice  tu  secreto: 

Has  nacido  en  la  tierra  bien  querida, 

De  que  tal  vez  de  males  hice  objeto."  27 

De  súbito,  de  un  arca  encandecida 

Salió  esta  voz,  y  yo,  tímidamente, 

Junto  á  mi  guía  procuré  guarida.  30 

El  me  dijo:  —  "Retorna  diligente; 
Contempla  á  Farinata  levantado: 
Entero  está,  mostrando  cinto  y  frente."  33 

Yo,  mi  rostro  tenía  én  él  fijado: 

El  erguía  su  pecho  y  su  cabeza, 

Como  en  desprecio  del  infierno  airado.  36 

El  Maestro  me  impele  con  presteza 

Hacia  la  tumba,  y  dice  cauteloso: 

—  "En  tus  palabras  pon  gran  sutileza!"  39 

Al  llegar  á  la  sombra,  temeroso, 

Demandó:  —  "¿Quienes  fueron  tus  abuelos?"  — 

Mirándome  con  gesto  desdeñoso.  -12 


58  DIVINA   COMEDIA 


Yo  que  de  obedecer  tenía  anhelos 
No  le  oculté  lo  que  saber  deseaba, 

Y  él  contrajo  las  cejas  con  recelos.  45 

Luego  me  dijo:  —  "Cuando  yo  bregaba, 
Fueron  tus  padres  fieros  adversarios:  — 
Tu  familia  por  mí  fué  desteriada."  48 

—  "  Si  fueron  exilados  por  contrarios, 
--Le  respondí  —  volvieron  del  destierro:  — 
Este  arte  no  aprendieron  tus  sectarios."  51 

Surgió  del  borde  de  aquel  duro  encierro 
Otra  sombra,  mostrando  la  cabeza, 

Y  estaba  arrodillada,  si  no  yerro,  54 

Cual  si  esperase  ver,  de  duda  presa, 

Algún  otro  mortal;  y  defraudado 

Viendo  su  anhelo,  dijo  con  tristeza:  57 

— "  Tú  que  cruzas  el  mundo  condenado 
A  que  por  alto  ingenio  has  descendido, 
¿Por  qué  no  te  acompaña  mi  hijo  amado .^         60 

Y  yo  á  él: — "No  solo  aquí  he  venido: 
Ese  que  ves  allí,  mis  pasos  guía, 

A  quien  tal  vez  menospreciaba  Guido."  63 

Su  palabra,  el  dolor  cjue  le  afligía 

Revelaban   el  nombre  del  que  hablaba. 

Por  eso  respondí  con  tal  certía.  66 

I  )e  súbito  clamó  :  —  "  ^*  Menospreciaba  ? 

Dijiste?  Mi  hijo  no  disfruta  ahora 

La  dulce  luz  que  el  ojo  le  alumbraba?"  69 


EL    INFIERNO  — CANTO    X  59 


Notari'lo  á  su  pregunta  m¡  demora, 
Se  desplomó  en  su  fosa,  lastimero, 

Y  más  no   v¡  su  faz  conmovedora.  72 

Pero  el  otro  magnánimo,  el  primero 

Que  me  llamara,  sin  mudar  semblante 

Ni  doblar  la  cerviz,  alzóse  fiero,  75 

Y  continuó: — "Si  un  arte  semejante 
No  aprendieron  los  míos  en  su  vida, 

Más  me  duele  que  el  lecho  atormentante.  78 

'•  Cuando  cincuenta  veces  encendida 

Gire  su  luz  la  reina  de  este  imperio. 

De  tu  arte  la  virtud  verás  fallida.  8I 

"Y  tú  al  salir  del  mundo  del  misterio, 

Di  ¿por  qué  el  pueblo  en  leyes  sin  templanza 

Contra  los  míos  decretó  el  dicterio?"  84 

Y  yo: — "Por  el  ejemplo  y  la  matanza 
Que   enrojeció  del  Arbia  la  corriente, 

Se  reza  en  nuestro  templo  la  venganza."  87 

Sacudió  la  cabeza,  tristemente: 

Y  dijo:  —  "Solo,  allí  no  estuve,— y  cierto, 

No  sin  razón  me  puse  frente  á  frente.  90 

"  Empero,  solo  estuve  en  el  acierto. 
Cuando  quisieron  arrasar  Florencia, 

Y  solo  yo  me  opuse  á  rostro  abierto."  93 

—  "¡Pueda  gozar  de  paz  tu  descendencia! 

—  Le  dije,  —  Mas  desata  prevenido 

El  nudo  que  reata  mi  conciencia.  96 


OO  DIVINA    COxMEDIA 


"Paréceme,  si  acaso  bien  te  he  oído, 

Que  tu  vista  los  tiempos  ultrapasa, 

Aunque  el  presente  se  halle  oscurecido."  99 

—  "Miramos,  como  el  que  es  de  vista  escasa, 

Dijo,  —  más  solamente  lo  lejano. 

Que  aún  esta  luz  del  cielo  nos  abrasa.  102 

"Lo  que  existe  ó  apremia  de  cercano, 

Nuestro  intelecto,  á  penetrar  no  acierta 

Para  saber  de  vuestro  estado  humano.  105 

"  Y  bien  comprendes,  yacería  muerta 
Nuestra  conciencia,  desde  el  mismo  instante 
Que  nos  cerrara  el  porvenir  su  puerta."  108 

Entonces,  de  mi  culpa  contristante. 

Repuse:  —  "Le  dirás  á  ese  caído 

Que  su  hijo  de  la  luz  es  habitante;  iii 

"  Y  que  si  mi  respuesta  he  contenido. 

Fué,  porque  mi  cabeza  preocupaba 

La  duda  que  tú  me  has  esclarecido."  ii4 

Mas  viendo  que  el   Maestro  me  llamaba. 

Le  demandé,  —  razones  abreviando  — 

Decirme  quien  allí  le  acompañaba.  117 

—  "Más  de  mil  -    dijo  —  están  aquí  penando: 
Con  Federico,  al  cardenal  contiguo, 

Y  otros  que  ni  nombrar  (juiero,  callando."         120 

Y  se  acostó   en  su   tumba,  y   al  antiguo 
Poeta,  me  dirijo,  meditando 

Esta  amenaza  de  sentido  ambiguo.  i2< 


EL   INFIERNO  —  CANTO    X  61 

Al  seguir  por  la  vía  caminando, 

Me  pregunta: —  "¿Por  qué  tan  afligido? "  — 

Y  sin  reserva  el  corazón  expando.  120 

—  "  Guarda   en  tu  mente  lo  que  aquí  has  oído, 

Aún  contra  tí,  —  me  ordena  sabiamente. — 

Ora  atiende,  —  agregó  con  dedo  erguido. —       129 

"Cuando  el  ojo  te  alumbre  dulcemente 

De  LA  que  ve  en  el  viaje  de  tu  vida. 

Tú  sabrás  tu  destino  ciertamente."  132 

A  la  izquierda  del  muro,  de  seguida. 

Tomamos,  por  sendero  que  llevaba 

A  hondo  valle  de  atmósfera  podrida,  135 

Cuya  hediondez  del  fondo  reventaba. 


CANTO  UNDÉCIMO 


Primer  recinto  del  círculo  sétimo,  de  cuyo  fondo  se  desprenden  hediondas  exha- 
laciones.—Tumba  del  Papa  Anastasio.— Virgilio  explica  á  Dante  la  condición 
de  los  tres  círculos  que  tiene  que  recorrer,  según  el  orden  y  la  gravedad  de  los 
pecadores  y  de  los  pecados.  —  En  el  primer  círculo  á  recorrer  que  es  el  sétimo 
en  el  orden  general  del  Infierno,  están  los  violentos. — El  segundo  círculo,  ó  sea 
el  octavo  en  el  mismo  orden  general,  es  el  de  los  fraudulentos,  dividido  en  tres 
girones,  en  cada  uno  de  los  cuales  son  atormentados  otras  especies  de  violentos. 
—  El  tercer  círculo,  ó  sea  el  noveno,  es  el  de  los  traidores,  dividido  en  cuatro 
departamentos  concéntricos. — Virgilio  explica  á  Dante  la  categoría  de  los  pe- 
cados según  la  distinción  escolástica. 

Llegamos  al  reborde  de  una  altura 

De  peñascos  enormes  circundada, 

Donde  se  encierra  una  mayor  tortura.  3 

La  hediondez  que  del    fondo  reventaba 

Nos  obligó  á  buscar  sitio  abrigado 

Tras  un  peñón  que  un  túmulo  marcaba.  6 

—  "Aquí  el  Papa  Anastasio  está  enterrado, 
A  quien  desvió   Fotín  de  su   camino."  — 

Este  epitafio  estaba  allí  grabado.  9 

—  "Conviene  descender  con  mucho  tino, 

—  Dijo  el  Maestro, —  á  fin  que  nuestro   olfato 

A  este  aire  se  acostumbre  tan  dañino."  12 

—  "Compensa,  dije, —  este  momento  ingrato, 

—  Y  el  tiempo   aprovechemos  útilmente." 

Y  él:— "En  eso  pensaba. —  Oye  el  relato. —       15 


EL   INFIERNO  —  CANTO   XI  63 


"  Hijo  mío,  este  círculo  doliente 

Tres  circuitos  comprende  bien  graduados, 

Cual  los  que  antes  bajamos  en  pendiente.  ih 

••Están  llenos  de  espíritus  malvados: 

Y  que  te  baste  al  verlos  en  su  duelo 

Saber  como  y  por  qué  son  castigados.  21 

^•Toda  maldad  es  repugnante  al  cielo, 

Y  sobre  todo  el  fraude  y  la  violencia 

Que  á  otros  causa  desgracia  ó  desconsuelo.       24 

"Y  como  vuestra  humana  fraudulencia 

Más  desagrada  á  Dios,  los  fraudulentos 

Sufren  en  proporción  mayor  dolencia.  27 

''  En  el  primero,  yacen  los  violentos, 

Y  purgan  tres  delitos  diferentes, 

Divididos  en  tres  compartimentos.  30 

"  A  Dios,  á  sí  y  al  prójimo,  inclementes, 

Los  hombres  atropellan  y  las  cosas, 

Cual  te  dirán  razones  evidentes.  33 

"  Muerte  violenta,  herida  dolorosa 

En  sí  y  en  los  demás,  y  en  heredajes 

Ruinas,  incendio,  expoliación  dañosa;  36 

^'  El  homicidio,  el  que  comete  ultrajes 
Hiriendo  ó  depredando,  es  tormentado 
En  el  primer  girón,  según  linajes. 


39 


"El  hombre  que  á  sí  mismo  se  ha  matado, 

No  le  vale  el  estar  arrepentido, 

Y  en  el  girón  segundo  está  enclavado.  42 


64  DIVINA    COMEDIA 


"  Quien  se  priva  del  mundo  en  que  ha  vivido, 

Y  el  que  juega  ó  disipa  patrimonio, 

Llora  la  dulce  dicha  que  ha  perdido.  45 

"Se  hace  violencia  á  Dios,  cuando  el  demonio 

Nos  hace  blasfemar,  dando  al  olvido 

De  bondosa  natura  el  testimonio.  4» 

"Y  yacen  en  girón  más  reducido 

Con  signo  de  Cahors  y  de  Sodoma^ 

Los  que  en  desprecio  á  Dios  le  han  ofendido,        51 

"  Sigue  el  fraude,  que  muerde  cual  carcoma, 
De  que  la  buena  fe  no  se  recata, 

Y  al  desconfiado  de  sorpresa  toma;  54 

"Porque  es  fraude  alevoso,  que  desata 

El  vínculo  de  amor  que  hace  natura. 

En  el  segundo  cerco  se  maltrata:  57 

"  La  hipocresía,  el  robo,  la  impostura, 
Lisonja,  augurios,  dolo,  simonía, 

Y  rufianes,  y  toda  acción  impura.  60 

"  Y  como  el  fraude  aleve  desafía 

La  ley  de  la  natura,  contra  fianza 

Que  el  mutuo  acuerdo  hace  nacer  y  cría,  (^^ 

"  Bajo  Ditc,  hasta  el  fondo  que  se  alcanza 

Del  universo,  gimen  los  traidores 

En  consunción,  perdida  la  esperanza."  66 

Y  yo:  —  "Son  tus  palabras  resplandores 
Que  alumbran  este  abismo  tenebroso, 

Y  el  rigor  de  estos  grandes  pecadores.  t>9 


i:l  infierno  -canto  xi  65 


"Mas  dime:  los  (jue  en  laj^o  cenagoso, 
Que  lluvia  y  viento  azotan  duramente, 

Y  chocan  en  lenguaje  tan  furioso,  72 

"Por  qué  no  están  en  la  ciudad  ardiente 

Si  los  castiga  del  Señor  la  ira? 

Si  no  ¿por  qué  es  la  pena  diferente?"  is 

Y  de  él  á  mí:  —  "¡Cuál  tu  magín  delira! 
Niegas  la  ley  que  todo  lo  calcula 

Porque  tu  mente  vacilante  gira.  7s 

"Olvidas  la  lección  que  se  formula 

En  tu  Etica,  que  encierra  tanta  ciencia, 

Que  en  tres  grados  los  crímenes  regula:  8I 

"Bestialidad,  malicia,  incontinencia. 

La  incontinencia  acaso  es  más  solvente? 

Ofende  á  Dios  con  menos  reverencia?  84 

"  Si  meditas  el  punto  atentamente, 

Y  recuerdas  los  tristes  condenados 

Que  más  arriba  están  en  penitencia,  87 

"Ya  verás  porque  se  hallan  separados 

Estos  perversos,  que  justicia  eterna 

Martilla  con  sus  golpes  más  airados. "  90 

— "Oh  sol!  que  sanas  toda  vista  interna! 

Es  tu  elocuencia  para  mí  tan  grata, 

Que  en  dudar  y  saber  el  gozo  alterna.  93 

"Mas  explica, — añadí, — si  no  es  ingrata 

Esta  tarea  ¿por  qué  á  Dios  la  usura 

Es  más  odiosa?  —  El  nudo  me  desata."  96 


66  DIVINA   COMEDIA 


—  "Filosofía,  enseña,  al  que  la  apura, 

—  Replicóme, — y  en  más  de  una  sentencia, — 
Cual  procede  en  su  curso  la  natura  99 

"Del  arte,  en  la  divina  inteligencia: 

Y  hallarás,  con  tu  Física  en  la  mano, 

Con  solo  hojear  su  texto,  la  evidencia,  102 

"  Que  el  arte  vuestro  tentaría  en  vano 

De  ser  más  que  discípulo  obediente, 

Que  es  cual  nieto  de  Dios  el  arte  humano.       105 

"  El  Génesis  lo  dice  claramente 
En  su  principio:  Trabajar  la  vida 

Y  progresar  con  ánimo  valiente.  ic» 

"  Ya  ves  como  la  usura  maldecida 

Viola  el  precepto,  y  más  á  Dios  ofende. 

Pues  de  natura  la  lección  olvida.  iii 

"Mas  el  Carro  hacia  Coro  ya  desciende, 

Y  me  place  seguir  nuestra  jornada 

Al  ver  á  Piscis  que  al  oriente  asciende;  114 

Que  larga  del  tramonte  es  la  bajada." 


CANTO   DUODEOJ-lIO 


La  bajada  del  sétimo  círculo. —  El  Minotauro  de  Creta,  guardián  de  los  violen- 
tos.—  Virgilio  recuerda  el  estado  de  la  bajada  antes  de  que  pasase  por  ella 
el  Cristo  á  los  Limbos  del  Infierno  para  rescatar  las  almas  selectas. —  El  río 
de  sangre,  en  que  yacen  sumergidos  los  violentos  contra  el  prójimo  y  los  tira- 
nos sanguinarios,  asaetados  por  una  legión  de  Centauros.  —  Los  Poetas  siguen 
su  camino  por  la  margen  del  río  sangriento  conducidos  por  el  Centauro  Neso 
que  hace  la  enumeración  de  los  tiranos.  —  El  vado  del  río  de  sangre,  acrecen- 
tado por  las  lágrimas  de  los  condenados. 

Llegamos  al  lugar  de  la  bajada, 

Y  es  tan  hondo  y  alpestre  su  barranco 

Que  la  vista  rehuye  horrorizada.  ? 

Como  el  derrumbe,  que  de  Adige  al  franco 

De  este  lado  de  Trento,  se  desploma 

Por  terremoto  ó  sin  apoyo  franco,  6 

Y  de  lo  alto  del  monte  en  que  se  aploma, 
Al  contemplar  aquel  despeñadero 

No  ve  camino  alguno  el  que  se  asoma,  9 

Tal  la  cuesta  de  aquel  derrocadero, 

En  cuya  cima  rota  está  acostado 

El  oprobio  de  Creta,  monstruo   fiero,  12 

Que    en   torpe    y   falsa   vaca  fué    engendrado, 

Y  al  mirarnos,  mordióse   furibundo, 

Por   impotente   rabia  devorado.  15 


68  DIVINA    COMEDIA 


El   sabio   le  gritó: — ''Engendro   inmundo, 

¿Piensas   mirar    al  príncipe    de  Atenas 

Que    con    su    mano    te   inmoló    en   el  mundo  ?     i8 

"Anda  bestia!  quien  cruza  tus  arenas, 

No  ha  tomado  lecciones  de  tu  hermana: 

Viene  tan  sólo  á  ver  las  grandes  penas."  21 

Cual  hosco  toro,  que  en  su  rabia  insana 
Rompe  sus  lazos  al  sentirse  herido, 

Y  en  brincos  torpes  al  morir  se  afana,  24 

El  Minotauro  se  sintió  vencido: 

Y  el  guía  me  previno:  —  "Salva  el  paso 
Mientras  el  monstruo  brama  enfurecido."  27 

Y  descendimos  por  sendero  eriazo. 
Entre  espeso  pedrisco  que  rodaba 

Bajo  la  nueva  carga  de  mi  paso.  30 

Iba  pensando,  y  él,  en  tanto  hablaba: 

—  "  Tu  mente  acaso  por  las  ruinas  gira, 

Que  la  domada  bestia  mal  guardaba.  33 

"  Quiero  que  sepas,  que  en  la  antigua  gira 

Cuando  bajara  al  fondo  del  infierno. 

Rota  no  era  la  roca  que  te  admira;  36 

"  Pero  poco  antes,  según  bien  discierno. 

Que  AQUEL  viniere,  y  hubo  rescatado 

Grandes  almas  de  Dite,  á  lo  superno,  39 

"Tembló  todo  este  valle  soterrado; 

Pense  (|ue  el  l^niverso  palpitara 

Por  el  amor,  que  algunos  han  pensado  42 


i:l  infierno  — canto  xii  69 


"Una  vez  más  el  mundo  al  caos  tornara; 

Y  entonces  fué  cuando  esta  vieja  roca 

Acjuí,  y  aun  más  allá,  se  derrumbara.  45 

"  Mas  mira  en  hondo  valle,  que  ya  toca 

Nuestra  planta,  ese  río  sanguinoso 

Do  la  violencia  hirviendo  se  sofoca."  48 

—  i  Ciega  codicia,  dementor  furi  oso, 
Que  aguijonea  pasajera  vida 

Y  se  abisma  en  tormentos  sin  reposo! —  5i 

Amplia  fosa  vi  en  arco  contraída; 

Cual  la  que  el  llano  todo  circundaba, 

Según  dijo  mi  escolta  prevenida.  54 

En  torno  de  ella  una  legión  giraba 

De  Centauros,  armados  de  sus  flechas, 

Como  en  el  mundo  á  caza  se  aprestaba.  ^i 

A)  vernos  descender  por  estas  brechas, 
Se  desprendieron  tres  en  el  momento,  . 
Con  las  saetas  hacia  nos  derechas;  6o 

Y  uno  nos  grita: — ''¿Cuál  es  el  tormento 
Que  buscando  venís?"  —  y  el  arco  apresta 

Con  gesto  que  responde  al  fiero  acento.  63 

Y  el  Maestro  repuso:  —  "La  respuesta 
Daremos  á  Quirón,  no  á  tí,  poseso 

De  la  violencia  que  pesar  te  cuesta."  66 

Tocóme  el  hombro,  y  dijo: — "Mira  á  Neso, 
Que  murió  por  la  bella  Deyanira 

Y  en  sí  mismo  vengó  su  loco  exceso.  69 


70  DIVINA    COMEDIA 


"Ese  del  medio,  que  su  pecho  mira, 

Es  el  grande  Quirón,  ayo  de  Aquiles; 

El  otro  es  Polos,  que  palpita  en  ira.  72 

"  Esos  que  en  torno  al  foso  van  por  miles, 

Asaetean  las  almas  anegadas 

Que  exceden,-  según  culpa,  sus  perfiles."  7S 

Cerca  ya  de  estas  fieras  agitadas, 

Quirón  coje  una  flecha  con  que  choca 

Sus  barbas,  que  echa  atrás  de  las  quijadas;       78 

Y  descubierto  que  hubo  su  gran  boca, 

Dijo  á  los  suyos:      "Quién  es  el  que  advierto 
Que  mueve  todo  cuanto  al  paso  toca?  si 

"  De  ese  modo  no  marcha  el  pie  de  un  muerto." 

Y  mi  guía,  que  el  pecho  había  tocado 

De  aquel  monstruoso  natural  concierto,  84 

Le  respondió: — "Un  vivo  que  ha  bajado 

Hasta  el  fondo  del  valle  tormentoso, 

No  por  placer,  mas  por  deber  llamado.  87 

"Una  santa,  que  el  cántico  glorioso 

Suspendió  de  aleluya,  dio  este  encargo: 

No  es  un  ladrón,  ni  soy  un  criminoso.  x) 

"Por  esta  gran  virtud,  que  sin  embargo 

Mueve  los  pasos  míos,  dame  un  guía 

Que  de  enseñar  la  ruta  se  haga  cargo,  93 

"  Y  nos  indiíjue  el  paso  de  la  vía, 

Llevando  á  la  gurupa  este  viviente. 

Que  no  es  sombra  que  al  aire  desafía."  96 


KL    INI' II:RN0     -  CANTO    XII  71 

Quirón  volvió  Ti  l;i  dicstr.i  prontamente, 

Y  dijo  á  Neso  :  —  "Guárdalos  cuidoso 

Contra  (juicn  detener  su  marcha  intente."  •/; 

Con  tal  escolta,  á  paso  presuroso 

Recorrimos  aquel  lago  bermejo, 

De  condenados  sitio  doloroso,  102 

Que  á  unos  la  sangre  llega  al  entrecejo; 

Y  el  gran  Centauro  dice: — "Son  tiranos 
De  sangre  y  robo  por  su  mal  consejo, 


"Que  así  lloran  sus  daños  inhumanos: 
Alejandro,  Dionisio  de  alma  fiera, 
Que  tristes  años  dio  á  los  sicilianos; 


105 


108 


"Y  esa  frente  de  negra  cabellera. 

Es  Azzolino ;  el  rubio  que  está  al  lado, 

Obizzo  de  Este,  que  por  voz  certera  iii 

"Se  dice  por  su  hijastro  asesinado." 

Y  el  Poeta  me  dijo:  —  "Yo  te  sigo: 

Ve  delante  por  Neso  custodiado."  ii4 

A  poco  trecho,  vi,  por  gran  castigo 

Gente  anegada  en  sangre,  que  asomaba 

Su  lívida  cabeza  sin  abrigo.  117 

Sola,  una  sombra  solitaria  estaba, 

Y  el  Centauro  me  dijo: — "Este  malvado 
Partió  el  pecho  que  el  Támesis  amaba."  120 

A  muchos  conocí,  bien  que  turbado. 

Que  asomaban  no  solo  la  cabeza, 

Sino  también  el  busto  ensangrentado.  123 


72 

DIVIXA    COMEDIA 

Como  el  río  de  sangre  va  en  bajeza 
Y  al  pie  de  los  Centauros  solo  alcanza, 
Ezguazamos  el  vado  muy  de  priesa. 

—"Si  ves  que  el  río  por  aquí  se  amansa, 
—  Me  dijo  Neso  — entiende  que  adelante. 
Es  más  profundo  cuanto  más  se  avanza. 

"Allá  en  su  fondo,  gime  agonizante 

La  tiranía,  y  Hora  su  pecado 

Cual  conviene  á  su  especie  malignante. 

"La  divina  justicia,  así  ha  penado 
A  ese  Atila  flajelo  de  la  tierra, 

Y  á  Pirro  y  Sexto;  y  con  color  doblado, 

"Exprime  en  el  hervor  que  el  río  encierra, 
A  uno  y  otro  Rinier  su  lloro  hirviente, 
Por  pena  á  sus  salteos  en  su  guerra." 

Y  el  vado  repasó  ligeramente. 


126 


129 


132 


135 


I3S 


CANTO  DKCniOTEIiCIO 


El  bosque  estéril.  —  \'A  nido  de  las  arpías.  —  Los  árboles  doloridos.  —  Segunda 
zona  de  los  violentos  contra  sí  mismos  y  su  castigo.  —  Diálogo  con  Pedro  de 
las  Viñas. —  Dos  almas  perseguidas  por  perros  hambrientos.  —  Castigo  de  los 
suicidas  y  de  los  destructores  de  bienes.  —  Estado  futuro  y  tormento  perpetuo 
de  los  suicidas  después  del  juicio  final. 

No  bien  el  río  repasara  Neso, 

A  un  bosque  entramos  en  la  riba   opuesta, 

Al  que  ningún  sendero  daba  acceso.  3 

Fosco,  sin  el  verdor  de  la  floresta, 

Ni  sus  frutos,  en  ramas  anudadas 

La  ponzoñosa  espina  todo  infesta.  6 

No  más  ásperas  son  ni  enmarañadas 
De  Checino  á  Corneto,  las  sombrías 
Guaridas  de  las  fieras  ahuyentadas.  9 

Allí,  forman  su  nido  las  arpías. 

Que  echaron  de  Estrofade  á  los  troyanos 

Con  amagos  de  tristes  profesías.  12 

Tienen  alas,  con  cuello  y  rostro  humanos; 

Vientre  plumoso,  pies  con  garras  duras, 

Y  se  quejan  con  gritos  deshumados.  is 

"  Antes  de  penetrar  á  otras  honduras. 
Debes  saber,  —  comienza  el  buen  Maestro, — 
Que  del  segundo  cerco  las  tristuras  I8 


74  DIVINA    COMEDIA 


"Te  han  de  seguir  hasta  arenal  siniestro; 

Que  si  bien  ves,  te  servirán  de  guía 

Para  dar  fe  de  la  verdad  de  mi  estro."  21 

Doquier  hondos  lamentos  percibía, 

Sin  ver  á  nadie  en  torno,  de  manera 

Que  desmarrido  el  paso  detenía.  24 

Yo  creo  que  él  creyó  que  yo  creyera. 
Que  las  voces  las  daban  las  gargantas 
De  gente  que  á  la  vista  se  escondiera,  27 

Y  así  me  habló: — "Si  de  una  de  esas  plantas 
Tronchas  un  gajo,  tú  verás  cuan  vano 

Son  los  presentimientos  que  adelantas."  30 

Rompí  una  frágil  rama  con  mis  manos: 
En  negra  sangre  las  miré  bañadas, 

Y  el  tronco  nos  gritó:  —  ¿Por  qué,  inhumanos,        33 

"Me  destrozáis?"  —  Y  en  voces  desoladas, 

Vertiendo  sangre,  repitió  lloroso : 

"¿Por  qué  me  herís  con  manos  despiadadas?       36 

"Hombres  fuimos  en  tiempo  más  dichoso; 

Lo  debieras  saber,  más  apiadado. 

Aun  del  alma  de  un  áspid  venenoso."  39 

Tal  como  leño  verde  arde  de  un  lado, 

Y  llora  por  el  otro,  y  juntamente 

Chirrea  por  el  aire  dilatado,  42 

De  tal  manera  el  vastago  doliente 
Sangre  y  palabras  á  la  vez  vertía, 

Y  lo  solté  como  quien  miedo  siente.  45 


EL    INFIERNO—  CANTO    XIII  75 

Y  mi  guía  le   dijo:-     ''VA  no   creía 
Que  laceraba  tu  alma,  despiadado, 

Porque  acaso   olvidara  lección  mía.  48 

"Si  su  mano  inconciente  yo  he  guiado, 
Fué  para  hacerle  creer  en  lo  increíble: 
Perdona  por  haberte  lastimado,  5i 

'Y  dile  quien  tu  fuiste,  alma  sensible, 

Para  que  pueda  hacer  en  desagravio 

En  el  mundo  tu  fama  revertible."  54 

Y  el  tronco  dijo:— "Tú  hablas  como  sabio 
Tan  dulcemente  con  palabras  graves. 

Que  aun  dolorido  se  desata  el  labio.  57 

"Yo  soy  aquel  que  tuvo  las  dos  llaves 

Del  corazón  de  Federico,  en  ansa, 

Que  abrían  y  cerraban  manos  suaves.  co 

"A  todos  alejé  de  su  confianza, 

Y  mi  oficio  cumplí  con  tal  desvelo 

Que  la  vida  gasté  con  la  privanza.  63 

"  La  meretriz,  que  impúdica  en  su  anhelo, 

En  los  palacios  clava  la  mirada, 

Vicio  de  cortes  y  de  todos  duelo,  6C> 

"  Inflamó  contra  mí  la  turba  airada, 

Y  del  favor  del  César  despojado 

En  luto  mi  fortuna  fué  trocada.  69 

"Y  en  mi  despecho  al  verme  despreciado, 

Yo  pensando  rehuir  mi  suerte  triste. 

Injusto,  contra  mí,  me  he  castigado.  72 


76  DIVINA    COMEDIA 


"Por  la  raíz  del  árbol  que  me  viste, 

Juro  fui  siempre  fiel  á  los  favores 

Del  César  que  de  honor  todo  reviste.  75 

"Y  si  vuelves  á  ver  los  esplendores 

Del  mundo,  desagravia  mi  memoria. 

Que  la  envidia  manchó  con  sus  negrores."         78 

— "  Pues  que  te  habla  con  voz  conciliatoria, 
Pregunta  á  tu  sabor  —  dijo  mi  guía,  — 
Aprovechando  la  hora  transitoria."  .         si 

Y  yo  á  él :  —  "  Pregunta  todavía 

Lo  que  debo  saber,  pues  persuasivo. 

En  mi  congoja  hacerlo  no  podría."  84 

Y  díjole:  —  "  Espíritu  cautivo. 

Este,  por  mi  intermedio  te  pregunta 

Al  acoger  tu  ruego,  compasivo,  87 

"  Que,  pues  que  tu  alma  doble  ser  asunta, 

¿Si  libre  de  nudosas  ataduras 

Puede  volar  del  tronco  á  que  se  junta?"  90 

El  árbol  suspiró  con  ansias  duras, 

Y  convirtióse  en  voz  aquel  resoplo. 
Clamando: — "Te  diré  mis  amarguras.  93 

"  Cuando  un  alma  feroz  lanza  su  soplo 

Y  abandona  su  cuerpo.  Minos  fiero 

La  echa  al  sétimo  grado  en  que  me  acoplo:     )6 

"  Cae  en  la  selva,  sin  lugar  certero, 

Allí  donde  el  acaso  la  derrama. 

Como  grano  de  trigo  tardatero.  99 


EL   INFIEIOÍÜ  —  CANTO    XIII  11 

"Surge   un  arbusto   de  silvestre  rama; 

Las  arpías  (^ue  se  hartan  con  su  hoja, 

Abren  ventanas  al  dolor  que  clama.  102 

"  Como  el  alma  del  cuerpo  se  despoja, 

La  sombra  buscará  su  vestidura 

Que  no  es  justo  revista  el  que  la  arroja.  io5 

"Aquí  la  arrastrará,  y  en  la  espesura 

De  la  selva  infernal,  será  colgada 

A  la  sombra  del  árbol  de  tortura. "  ios 

A  la  espera  que  el  alma  tormentada, 

Prosiguiese,  rumor  estrepitoso 

Sentimos  con  sorpresa  en  la  enramada,  iii 

Como  el  que  escucha  cazador  celoso. 
Cuando  siente  los  perros  y  la  fiera 

Y  el  ramaje  crujir  del  bosque  umbroso;  Ii4 

Que  rompiendo  á  la  izquierda  la  barrera 

Vimos  venir,  desnudos  y  sangrientos, 

Dos  condenados  en  veloz  carrera.  117 

—  "Ven  ¡oh  muerte!''  —  con  lúgubres  acentos, 
Grita  el  uno,  y  el  otro  grita  ansioso: 

—  "Laño    tus  pies  no  fueron  tan  violentos         120 

"De  Toppo  en  el  combate  desastroso." 

Y  exánime,  la  sombra  retardada 

Confúndese  con  un  arbusto  hojoso.  123 

A  la  espalda  la  selva  vi  poblada 
De  perras  negras,  flacas,  deshambridas. 
Cual  lebreles,  jauría  desatada,  126 

7 


78  DIVINA    COMEDIA 


Que  al  mísero  escondido,  enfurecidas 
Clavan  el  diente,  y  parten  en  pedazos, 

Y  arrastran  sus  reliquias  doloridas.  129 

Mi  guía  entonces  me  ofreció  sus  brazos, 

Y  me  md^tró  el  arbusto,  que  vertía 

Llanto  de  sangre  por  sus  hondos  trazos.  132 

—  "Jacobo  Santa  Andrea  —  le  decía 

A  la  sombra,  —  ¿por  qué  te  has   amparado 

De  mi  tronco,  si  culpa  no  tenía?"  135 

Habló  el  Maestro,  y  se  paró  á  su  lado: 

—  "¿Quién  fuiste  tú  que  por  tus  llagas  lloras 
Con  la  sangre  que  sopla  tu  costado?"  us. 

Y  él  respondió:    -  "Oh!  almas  bienhechoras, 
Que  contempláis  este  doliente  estrago 

Y  miráis  esas  hojas  voladoras,  I4i 

"¡Volvedlas  al  redor  del  tronco  aciago! 

Yo  fui  de  la  ciudad,  que  en  el  Bautista 

Cambió  el  primer  patrón,  quien  con  su  amago,     144 

"Por  eso,  siempre,  en  guerra,  la  contrista; 

Y  á  no  ser  que  del  Arno  sobre  el  puente 

Aun  quedan  sus  vestigios  á  la  vista,  147 

"  Al  refundarla  su  patricia  gente, 

Sobre  cenizas,  —  cjue  de  Atila  es  traza, — 

Habría  trabajado  vanamente.  i5o 

— Yo  en  horca  mía  convertí  mi  casa." 


CANTO  DECIMOCUARTO 


Tercer  girón  del  círculo  srtimo.  —  El  arenal  estéril  y  la  lluvia  de  fuego. — Casti- 
go de  los  violentos  contra  Dios,  contra  la  naturaleza  y  contra  el  arte.  —  Las 
sombras  condenadas.  —  Capaneo  desafiando  las  penas  del  Infierno.  —  Río  san- 
guinoso y  buUente.  —  Virgilio  explica  al  Dante  el  origen  de  los  ríos  misterio- 
sos del  infierno.  —  Los  dos  Poetas  continúan  su  viaje  infernal. 


Por  amor  patrio  y  caridad  movido, 
Recogí  aquellas  hojas  esparcidas 

Y  volvilas  al  árbol  dolorido.  -  3 

Estamos  en  las  zonas  repartidas 

Del  segundo  girón  que  va  al  tercero, 

Y  son  de  alta  justicia  las  medidas.  6 

Y  como,  bien  manifestar  yo  quiero, 
Cosas  nuevas  que  vi,  digo,  llegamos 

A  una  landa,  de  plantas  no  criadero.  9 

La  dolorida  selva  que  dejamos 

Le  sirve  de  guirnalda,  á  par  del  foso, 

Y  el  fatigado  pie  aquí  asentamos.  12 

Árido  el  suelo,  ardiente  y  arenoso, 

Como  lo  fuera  el  campo,  que  otros  días 

Holló  la  planta  de  Catón  famoso.  is 


80'  DIVINA    COMEDIA 


Oh!  venganza  del  Cielo!  tú  debías 

El  pecho  estremecer  de  mis  lectores 

Al  relatar  estas  visiones  mías!  I8 

Almas  desnudas  vi,  que  entre  dolores 
Lloraban  miserables,  soportando 
De  leyes  diferentes  los  rigores. 


21 


27 


Las  unas  sin  cesar  andan  girando, 

Yacen  otras  tendidas  en  el  suelo, 

Ó  sentadas  el  cuerpo  doblegando;  .         24 

Las  del  contorno,  sufren  sin  consuelo, 
Y  las  del  centro  menos,  el  tormento, 
Pero  su  lengua  es  más  intensa  en  duelo. 

El  arenal  bañaba  un  fuego  lento, 
Que  llovía  en  tranquilas  llamaradas 
Como  en  los   Alpes  cae  nieve  sin  viento. 

Así  Alejandro  contempló   abrasadas 
De  la  India  en  las  cálidas  regiones 
Las  tierras  por  su  ejército   ocupadas; 


30 


Y  ordenó  prevenido  á  sus  legiones, 

Á  medida  que   el  fuego  les  llovía, 

Sofocarlo  debajo  sus  talones.  -^6 

Así  el  eterno  incendio  descendía: 

Cual  bajo  el  pedernal  yesca  se  enciende. 

El  arenal  doliente  se  encendía. 


.V) 


De  un  lado  y  otro  aquella  grey  se  extiende 

Para  rehuir  las  llamas  fulgorosas, 

Y  con  las  pobres  manos  se  defiende.  42 


EL   INFIERrlO  —  CANTO  XIV  81 


—  "Maestro, — ^pues  (]ue  sabes  tantas  cosas, 

—  Salvo  (le  Dite  á  los  demonios  fieros, 

Le  dije,  —  abrir  las  puertas  sic^ilosas,  45 

"¿Quién  es  aquel  de  gestos  altaneros 

Que  el  fuego  desafí.i  alhi  tendido, 

Sin  quejarse  entre  tantos  lastimeros?"  48 

Como  si  hablara  de  él  fuese  entendido, 
Al  Maestro  gritó  con  ceño  fiero: 

—  -  "  Como  muerto  me  ves  tal  he  vivido.  51 

"  Bien  puede  Jove  fatigar  su  herrero, 

Al  que  el  rayo  le  dio  de  punta  aguda 

Con  que  me  hirió  en  momento   postrimero:        54 

"  Que  llame  uno  por  uno  de  remuda 
Su  negra  gente,  horror  de  Mongibelo, 

Y  que  grite :  —  Vtilcano  ayuda  /  ayuda  /  57 

'•  Como  hizo  en  Flegra,  en  gigantesco  duelo, 

Que  por  todos  sus  rayos  fulminado, 

Nunca  humillarme  logrará  su  anhelo."  60 

Con  acento  severo  y  esforzado 

Dijo  mi  guía:—  "¡Ni  aún  aquí  depones, 

Capaneo,  tu  orgullo  desalmado!  53 

"A  tu  arrogancia  tu  castigo  impones: 
Ningún  martirio  puede  en  su  inclemencia 
Alcanzar  á  la  rabia  que  le  opones."  06 

Y  vuelto  luego  á  mí,  con  complacencia, 
Me  dijo: — "Es  uno  de  los  siete  reyes, 

Que  á  Tebas  asedió,  y  en  su  demencia,  69 


82  DIVINA    COMEDIA 


"Aun  desprecia  de  Dios  las  altas  leyes; 

Y  por  su  propio  orgullo  es  castigado. 

—  Mas  tú  te  cuida  que  la  arena  huelles,  72 

''Rehuye  el  pie  del  círculo  inflamado; 
Marcha  siempre  del  bosque  por  la  vera, 

Y  sigúeme  con  paso  recatado."  7^ 

Y  vi  brotando  de  la  selva  afuera, 
Un  arroyuelo  de  aguas  sanguinosas, 

Cuya  vista  mi  pecho  estremeciera.  78 

Cual  Bulicamo  de  aguas  vaporosas 

Que  comparte  entre  sí  la  prostituta. 

Cruzaba  aquellas  playas  arenosas,  si 

Con  márgenes  y  fondo  en  piedra  bruta; 

Y  vi,  que  libres  de  la  ardiente  arena 

Por  allí  seguiría  nuestra  ruta.  84 

— "De  todo  cuanto  tu  cabeza  llena 

Desde  que  entramos  por  la  puerta  aciaga. 

Que  á  nadie  niega  su  franquicia  plena,  k7 

"Nada  verás  que  más  pensar  te  haga 

Como  las  aguas  del  presente  río, 

Que  en  su  corriente  toda  llama  apaga."  9o 

Estas  palabras  dijo   el  Maestro  mío, 

Y  le  rogué  me  diera  generoso 

El  moral  alimento   poríjue  ansio.  93 

"  Kn  medio  al   mar  se  halla  un  país  ruinoso, 

—  Me  dijo   entonces, —  Creta  era  su   nombre: 
Casto   fué  el  pueblo  bajo   un   rey   famoso.  96 


EL    INFIERNO  —  CANTO  XIV  H3 

^'De  Ida  el  monte  está  allí  con  su  renombre, 

Que  antes  tuvo  sus  aguas  y   verdores, 

Aunque  al   presente  su  aridez  asombre.  w 

•'La  cuna  allí  de  su  hijo,  en  sus  dolores, 

Puso  de  Rhea  el  maternal  cuidado, 

Sus  llantos  apagando  con  clamores.  102 

''Dentro  del  monte,  un  viejo  agigantado, 
Se  halla,  la  espalda  hacia  Damieta  dada, 

Y  á  Roma  como  á  espejo  está  encarado.  105 

"De  oro  puro  la  testa  está  formada; 
Los  brazos  son  de  plata,  como  el  pecho, 

Y  de  cobre  del  pecho  á  la  horcajada.  ios 

"  De  fierro  el  resto  de  su  cuerpo  es  hecho, 
Excepto  un  pie,  que  lo  es  de  tierra  cota; 
Sobre  el  gravita,  y  éste  es  el  derecho.  iii 

"Esta  armazón,  por  grietas  está  rota, 

—  Excepto  el  oro, — y  lágrimas  derraman 

Que  la  gruta  perforan  con  su  gota.  ii4 

"A  esta  parte  del  valle  se  esparraman: 

De  aquí,   Aqueronte,  Estigia,  y  asimismo 

El  Flegetón;  que  al  cabo  se  derraman.  n? 

"  Por  un  canal  que  baja  hasta  el  abismo, 

Y  forman  el  Cocito,  triste  lago, 

Y  que  muy  pronto  mirarás  tú  mismo."      *  120 

Yo  le  observé: — "Pues  este  arroyo  aciago 

Deriva  así  de  nuestro  propio  mundo. 

Porque  solo  aparece  en  curso  vago?"  123 


84  DIVINA    COMEDIA 


—  "Esta  región,  va  en  ámbito  rotundo, 

—  Repuso, —  y  vamos  por  su  izquierdo  lado 
Antes  de  descender  á  lo  profundo.  126 

"Aun  el  círculo  entero  no  has  andado; 

Y  si  algo  nuevo  acaso  se  presenta, 

No  debes  tú   quedar  maravillado."  129 

Y  yo  á  él:  —  "¿Do  Flegetón  se  asienta? 
¿Do  el  Leteo,  que  acaso  has  olvidado, 

Y  el  que  con  esta  lluvia  se  acrecienta?"  132 

—  "Tu  preguntar  en  mucho  es  de  mi  agrado; 

—  Dijo,  —  mas,  el  color  del  agua  roja 

Debe  haberte  por  mí  ya  contestado.  135 

"  El  Leteo  verás,  donde  se  arroja 

Para  lavarse  el  alma  arrepentida, 

Cuando  la  culpa  ya  no  la  acongoja.  i38 

"Ya  es  hora  que  emprendamos  la  partida 

Para  salir  del  bosque;  la  pendiente 

Bajarás  del  arroyo  en  mi  seguida,  i4i 

"Que  allí  se  extingue  este  vapor  ardiente." 


CANTO  DKOIMOQUINTO 


Marcha  de  los  dos  Poetas  por  la  margen  de  un  arroyo,  rodeando  el  s(*timo 
círculo  ardiente  de  la  tercera  sección  del  Infierno.  —  Castigo  de  los  violentos 
contra  la  naturaleza,  ó  los  sodomitas.  —  Encuentro  con  una  banda  de  conde- 
nados.—  Bruneto  Latino,  Maestro  del  Dante.  —  Diálogo  entre  el  Dante  y 
Bruneto  Latino.  —  Bruneto  Latino  predice  al  Dante  su  porvenir.  —  Le  da 
noticia  de  algunos  doctos  y   literatos  que  le  acompañan  en  su  tormento. 

Ora  marchamos  por  la  margen  dura 

Del  sombrío  arroyuelo,  que  humeante 

Salva  del  fuego  el  agua  y   su  cintura.  3 

Cual  los  Flamencos  entre  Bruge  y  Gante, 

Contra  marea  que  su  costa  aventa, 

Forman  reparos,  y  huye  el  mar  delante;  6 

Y  como  los  Paduanos  en  el  Brenta, 
Defienden  sus  hogares  y  sus  muros, 
Antes  que  el  Chiarentana  calor  sienta:  9 

A  imagen  tal,  aquellos  ante-muros. 

Eran,  si  no  tan  gruesos  y  elevados. 

Cual  labraran  artífices  oscuros.  12 

íbamos  de  la  selva  distanciados. 

Tanto,  que  al  revolver  la  vista  errante. 

No  alcanzara  sus  bordes   sombreados.  15 

Aquí  encontramos  una  banda  errante 
De  condenados,  que  con  mano  alerta 
Resguardaba  su  vista  vacilante,  is 


86  DIVINA    COMEDIA 


Cual  de  la  luna  en  la  penumbra  incierta 

Contrae  el  ojo  su  movible   orilla, 

O  sastre  viejo  que  á  enebrar  no  acierta.  21 

Al  avistar  á  la  infernal  cuadrilla, 
Uno  me  conoció,  y  asió  mi  sayo, 

Y  asombrado  exclamó:  —  "¡Qué  maravilla!"       24 

Yo  le  miraba  en  tanto  de  soslayo 

Sin  poder  conocerle  por  su  aspecto, 

Tan  renegrido  estaba  en  su  desmayo.  27 

Mas  de  pronto  alumbróse   el  intelecto, 

Y  ante  su  faz  tostada  doblegado, 

Le  interrogué:  —"¿Sois  vos  mi  seor  Bruneto?"   'o 

Y  él: — "Hijo  mío,  sea  de  tu  agrado 
De  Bruneto  Latino  en  compañía, 

Ir  detrás  de  esas  almas  apartado."  33 

Y  dije : —  ''  Lo  desea  el  alma  mía ; 

Y  si  quieres  me  siente  yo  á  tu  lado, 

Lo  haré  si  acaso  lo  permite  el  guía."  36 

—  "Hijo,  —  repuso,  —  me  hallo  destinado 

A  no  parar  jamás,  bajo  condena 

De  cien  años  de  fuego  continuado.  39 

"  Alargando  un  momento  mi  cadena. 

Yo  seguiré  á  tu  sayal  asido. 

Como  quien  llora  su  perpetua  pena."  42 

Como  hombre  de  respeto  poseído 

Bajé  la  frente,  sin  dejar  la  vía, 

Por  el  muro  del  borde  protegido.  45 


liL    INFIERNO  —  CANTO    XV  87 

—  ''¿Cómo,  antes  de  tocar  tu  postrer  día, 
Has  podido  lleg-ar  hasta  esta  arena? 
¿Quién  —  dijo,  -  el  ser  (jue  en  ella  así  te  guía?"   w 

—  "Allá  en  la  tierra,  en  vida  muy  serena, 

—  Le  respondí  —  perdíme  en  valle  oscuro. 
Antes  de  hallar  mi  edad  su  cuenta  plena.  5i 

'*  Ayer  mañana,  retorné  inseguro, 

Y  éste  se  apareció,  me  dio  su  aliento, 
Poniéndome  en  sendero  más  seguro."  54 

Y  él  me  repuso :  —  "  Allá  en  el  firmamento 
Brilla  tu  estrella:  sigúela;  tu  signo 

De  gloria  al  puerto,  llevará,  presiento,  57 

''  Al  ver  que  el  cielo  para  ti  es  benigno : 

Yo  te  alentara,  si  no  fuese  un  muerto. 

Para  lograr  tu  pensamiento  digno.  60 

"  Ese  pueblo,  de  Fiésola  el  ingerto. 
Es  ingrato  y  agreste  en  su  natura 

Y  entrañas  tiene  de  peñasco  yerto.  63 

"Hará  para  tu  bien  tu  desventura: 

Y  es  natural,  que  en  tierras  esquivosas 

De  la  virtud  el  higo  no   madura.  66 

"Tradiciones  del  mundo  muy  famosas 
De  sórdido  y  soberbio  le  han  tachado : 
Guárdate  de  sus  mañas  envidiosas.  69 

"  Te  buscarán  del  uno  y  otro  lado 

Con  avidez  y  honor;  pero  la  hierba 

A  su  pico  será  fruto  vedado.  72 


88  DIVINA   COMEDIA 


"De  Fiésola  á  las  bestias  se  reserva 
Su  propio  pasto,  sin  tocar  la  planta, 
(Si  alguna  en  sus  eriales  se  conserva)  75 

"  De  las  que  guardan  la  semilla  santa 

De  los  romanos,  ya  que  en  sucio  nido 

Se  ha  convertido  de  malicia  tanta. "  78 

— "  Si  Dios  oyese  lo  que  al  cielo  pido, 

—  Repásele  —  aún  ledo  gozarías 

De  la  natura  humana  que  has  perdido.  8I 

"  Presente  están  en  las  memorias  mías 

Tu  cara  imagen  y  tu  amor  paterno, 

Cuando  enseñabas,  en  mejores  días,  84 

De  cómo  un  hombre  puede  hacerse  eterno, 

Y  grato  á  tu  enseñanza  mientras  viva, 

Diré  como  en  mi  lengua  lo  discierno.  87 

"  Cuando  tu  predicción  mi  mano  escriba. 
La  guardaré,  para  que  explique  el  texto 
Santa  mujer,  si  alcanzo  más  arriba.  90 

"  En  tanto,  que  te  sea  manifiesto 
Que  la  conciencia  tengo  sosegada, 

Y  al  vaivén  de  la  suerte  estoy  dispuesto.  s»^ 

"No  es  nueva  á  mis  oidos  tal  llamada; 

Y  así,  ruede  fortuna,  de  su  grado, 

Y  el  labrador  trabaje  con  su  azada."  'x:> 

Volvió  el  Maestro  la  cabeza  al  lado, 

Y  me  dijo,  mirando  atentamente: 

—  "Bien  has  oído  y  bien  has  anotado."  ^ 


liL    INFIERNÜ  —  CANTO    XV  89 


Yo  continué  mi   plática  pendiente 

Con  seor  Bruneto  y  le   pedí  nombrara 

Los  más  famosos  de  su  nej^^ra  gente.  102 

—  "El  tiempo  es  corto  y  la  palabra  rara, 

Para  tan  largo  cuento;  pero  es  bueno 

De  unos  de  ellos  tener  noticia  clara.  ios 

"Todos  chuparon  del  saber  el  seno; 

Y  fueron  literatos  de  gran  fama, 

Que  un  mismo  vicio  revolcó  en  el  cieno.  ios 

"  Entre  esa  turba  que  revuelta  brama, 
Está  Francisco  Accorso  con  Prisciano; 

Y  ese  otro  inmundo  que  atención  reclama,         iii 

Que  el  siervo  de  los  siervos  soberano, 

Trasladó  desde  el  Arno  á  Bachigliones, 

Donde  dejó  sus  nervios  el  malsano.  114 

"Aquí  concluyo,  y  basta  de  sermones: 

Quisiera  ser  más  largo,  más  ya  veo 

Surofir  del  arenal  más  nubarrones.  117 

"Gente  viene  que  no  es  de  mi  apareo: 

Te  queda  mi    Tesoro  encomendado: 

Aun  vivo  en  él;  y  nada  más  deseo."  120 

Y^  se  volvió,  corriendo  apresurado 

Cual  los  que  el  paño  verde  de  Verona 

Se  disputan,  y  en  vez  de  condenado  123 

Fuese  cual  vencedor  tras  la  corona. 


CANTO  DECIMOSEXTO 


Continuación  del  tercer  girón  del  sétimo  circulo.  —  El  rumor  de  las  aguas  que 
corren  al  Flegetón.  —  Encuentro  con  otra  mesnada  de  sodomitas.  —  Tres  flo- 
rentinos ilustres  manifiestan  al  Dante  sus  ideas  sobre  el  estado  político,  moral 
y  civil  de  su  patria.  —  Amarga  respuesta  del  Poeta. — En  el  centro  del  círculo 
el  agua  del  Flegetón  se  precipita  en  el  vasto  pozo  del  círculo  inferior.  —  La 
soga  del  Poeta  coa  que  Virgilio  atrae  al  monstruo  del  Flegetón. —  Aparición 
del  monstruo  del  fraude. 


Llegué  hasta  un  sitio,  en  que  el  rimbombo  oía 

Del  agua,  cual  rumor  de  una  colmena. 

Que  á  otro  círculo  oscuro  descendía,  3 

Y  VI  venir  por  la  inflamada  arena 
Tres  sombras  que  corrían  juntamente 

Bajo  la  áspera  lluvia  de  la  pena.  6 

Y  gritaban  de  lejos: — ''¡Tú,  detente! 
Que,  según  por  el  hábito  colijo. 

Eres  también  de  la  perversa  gente."  9 

—  ¡Al  recordarlo,  con  horror  me  aflijo!  — 
¡  Miré  en  sus  miembros  las  sangrientas  llagas 
Que  el  fuego  abriera  con  afán  prolijo! —  12 

Dijo  el  Maestro:  —  "A  esas  tres  almas  vagas 

ICspéralas  al  borde  de  esta  meta, 

A  fin  de  (¡ue  sus  deseos  satisfagas;  15 


KL    INFIERNO —  CANTO  XVI  91 


"  Y  á  no  ser  ele  ese  fuego  la  saeta, 

Que  cruza  el  arenal,  yo  te  diría. 

Que  buscarlas  sería  acción  discreta."  ih 

Las  tres  almas  con  triste  vocería, 
Al  pararnos,  en  rueda  se  formaran, 

Y  sin  cesar  cada  una  se  movía.  21 

Cual  atletas  (jue  de  óleo  se  frotaran, 

Buscando  aventajar  al  enemigo 

Antes  que  con  sus  brazos  se  enlazaran,  24 

Tal  se  encaraban  todas  tres  conmigo, 

Girando  siempre,  vueltas  las  cabezas 

A  inversa  de  los  pies,  por  su  castigo.  27 

—  "  Si  de  este  horrible  sitio  las  crudezas 
Vuelve  desprecio  al  ruego   que  te  llama, 

Al  contemplarnos  de  miseria  presas,  30 

—  "Una  clamó,  —  que  al  menos  nuestra  fama. 
Te  apiade,  y  dinos,  cómo  aquí  has  venido 

Con  pies  de  vivo  por  infierno  en  llama?  ?>^ 

"Este  que  ves  desnudo  y  consumido 

Y  cuyas  huellas  piso,  poderoso 

Más  que  lo  piensas,  en  un  tiempo  ha  sido.         35 

"  Por  la  mente  y  la  espada  muy  glorioso. 

Fué  nieto  de  la  púdica  Gualdrada: 

Guido  Guerra  es  su  nombre  asaz  famoso.  39 

"El  que  sigue  en  la  arena  mi  pisada, 
Es  Tejazo  Aldobrandi,  y  su  memoria 
En  el  mundo  debiera  ser  amada.  42 


92  DIVINA    COMEDIA 


"  Y  yo  en  cruz  como  víctima  expiatoria, 

Jacobo  Rusticuccio  soy,  que  peno 

Por  mi  fiera  mujer  infamatoria."  45 

De  no  tenerme  el  fuego  como  un  freno, 
Con  las  sombras  me  habría  yo  mezclado, 

Y  habríalo  aprobado  el  Maestro  bueno:  48 

Temor  de  ser  con  ellas  abrasado  ' 

Contuvo  el  movimiento  generoso 

Que  mis  brazos  llevaba  de  su  lado.  51 

Respondí:      "Sentimiento  tan  piadoso, 

Y  no  desprecio,  inspira  vuestro  estado, 

Que  su  recuerdo  me  será  angustioso.  54 

"  Cuando  mi  guía  me  hubo  señalado 
Vuestras  tres  sombras,  comprendí  al  momento 
Que  erais  gente  de  nombre  levantado.  57 

"De  vuestra  tierra  soy;  yo  siempre  atento 
Vuestros  nombres  honré  y  altas  acciones, 
Oyéndolas  con  grato  sentimiento.  60 

"  Dejo  la  hiél,  y  los  más  dulces  dones 

Del  fruto  busco  que  me  está  brindado  : 

Mas  debo  descender  á  otras  regiones."  63 

—  "|Tu  alma  conduzca  al  cuerpo  afortunado; 

—  Repusieron,  —  y  viva  luminoso 

Después  de  ti,  tu  nombre  perpetuado!  66 

"Mas  dinos,  si  el  coraje  generoso 

Nuestra  ciudad  habita  todavía, 

O  si  sufrió  destierro  ignominioso,  69 


EL  INFIERNO  —CANTO  XVI  93 

"Pues   Cjuillermo  Horsier,  (jue  ha  poco  expía 

Hn  nuestra  compañía,  su  arrogancia, 

Nuevas  nos  da  que  dan  melancolía."  72 

—  ''La  gente  nueva,  y  súbita  ganancia, 

Orgullo  y  desmesura  han  generado. 

I  Oh,  Florencia,  ya  lloras  tu  arrogancia!"  75 

Así  exclamé  con  rostro  levantado, 

Y  los  tres  se  miraron  tristemente. 

Cual  mira  el  que  verdades  ha  escuchado.  7s 

— "Si  así  siempre  respondes  á  la  mente 

Con  tan  fácil  palabra  y  noble  anhelo, 

^Seas  feliz!  —  clamaron  juntamente.  8I 

'■  Si  dejas  la  mansión  de  eterno  duelo, 

Al  contemplar  la  bóveda  estrellada. 

Yo  estuve  allí^  dirás  allá  en  el  suelo.  84 

^'¡Y  habla  de  nuestra  suerte  malhadada!" 

Y  el  cerco  rompen,  y  huyen  velozmente 
Como  si  su  ágil  planta  fuese  alada.  87 

No  se  dice  un  aiiten  tan  prontamente, 
Como  tardara  al  grupo  ver  perdido.  — 
El  Maestro,  partir  creyó  prudente. —  90 

Iba  tras  él,  y  súbito  el  tuído 

De  un  agua  torrentuosa,  que  rugiente 

Cerca  caía,  asorda  nuestro  oído.  93 

Como  el  río  que  corre  hacia  el  oriente 
Por  la  siniestra  falda  de  Apenino, 

Y  Aguaquieta  es  de  Veso  en  la  pendiente,         96 

8 


94  DIVINA    COMEDIA 


Hasta  perder  su  nombre  en  el  camino, 

Donde  Forli  se  llama,  y  luego  inquieto 

De  nombre  cambia,  y  baja  en  torbellino  99 

De  los  Alpes,  do  está  San  Benedeto, 
Rimbombando,  en  barranco  soterrado, 
Que  á  mil  monjes  daría  albergue  quieto,  102 

Asi  de  un  gran  ribazo  levantado 

Caía  despeñada  el  agua  oscura, 

Cuyo  fragor  teníame  asordado.  ioí 

Llevaba  yo  una  cuerda  á  la  cintura, 

Y  con  ella  pensé  ver  enlazada 

La  onza  de  la  pintada  vestidura.  ios 

Cuando  del  cinto  estuvo  desatada, 

Según  me  lo  ordenara  mi  Maestro, 

Se  la  entregué  revuelta  y  enrollada.  iii 

Volviéndose  hacia  el  costado  diestro. 
Tomó  distancia,  y  con  potente  brazo 
La  echó  en  el  fondo  del  raudal  siniestro.  in 

Dije  entre  mí:  —  Sin  duda,  raro  caso 

El  ojo  experto  del  Maestro  cela: 

Algo  de  nuevo  se  prepara  al  paso. —  117 

¡Cuan  falilíle  es  del  hombre  la  cautela 

Que  penetrar  pretende  lo  imprevisto, 

Cuando  otra  mente  su  pensar  devela!  120 

Dijo  el  Maestro: — "Acudirá  bien  listo: 

Aquí  le  espero,  y  mirarán  tus  ojos 

Lo  que  sueñas  y  es  liueno  sea  visto."  12^ 


EL  INFIERNO    -  CAN  TU  XVI  95 

Siempre  (|uc  la  verdad,  en  sus  antojos, 

Muestre  faz  de  mentir,  callar  se  debe, 

Para  no  merecer  tristes  sonrojos:  i26 

Mas  la  verdad  esta  Comedia  mueve, 

Y  por  sus  versos  ¡Oh  lector!  te  juro 

(Que  espero  alcanzarán  vida  no  breve)  129 

Que  vi  venir  por  aquel  aire  oscuro, 

Nadando,  una  figura,  que  en  fiereza 

Asombraría  al  pecho  más  seguro,  132 

Como  el  buzo  que  asoma  la  cabeza, 
Al  desprender  un  ancla  del  escollo. 
En  el  fondo  del  mar,  y  sube  apriesa,  n5 

Brazos  y  pies  en  alternado  arrollo. 


CANTO  DÉCIMOSETIMO 


Descripción  del  monstruo  Gerion,  imagen  del  fraude.  —  Mientras  Virgilio  negocia 
con  Gerion  el  pasaje  del  abismo,  el  Dante  va  á  visitar  el  último  girón  del 
sétimo  círculo. ^-Loá  usureros  ó  sea  los  violentos  contra  sí  y  contra  el  arte 
(V.  canto  XI).  —  Grupo  de  condenados  bajo  una  lluvia  de  fuego  con  sacos  blaso- 
nados colgados  al  cuello.  —Retorna  el  Dante  á  donde  había  dejado  á  Virgilio. — 
Los  dos  Poetas  descienden  al  octavo  círculo  en  hombros  de  Gerion. 


"¡Esta  es  la  fiera  de  aguzada  cola, 

Que  rompe  montes,  armas  y  murallas, 

Que  el  mundo  apesta  y  todo  lo  desoía!"  3 

Así,  al  llegar  á  las  marmóreas  playas 
Habló  el  Maestro,  y  ordenó  á  la  fiera 
De  adelantar  sin  traspasar  sus  vallas.  r. 

¡Del  mismo  fraude  vera  imagen  era! 
La  frente  alzó  y  descubrió  su  busto, 
Mas  la  cola  quedó  siempre  hacia  afuera.  9 

Era  su  cara  la  del  hombre  justo. 

En  lo  exterior,  y  cual  serpiente  el  resto, 

De  aire  benigno  y  sin  semblante  adusto.  12 

Largo  vello  en  el  brazo  sobrepuesto; 

El  dorso,  el  pecho  con  sus  dos  costados 

Con  pintado  dibujo   bien  apuesto.  15 


EL    INFIERNO        CANTO    X\  il  97 


Turcos  y  Tetaros,  nunc.i  más  pintcidos 

Panos  lucieron,  ni  tejiera  Aracna 

Con  más  primor  los  suyos  matizados.  I8 

Como  se  ve  en  la  playa  una  tartana, 

Una  mitad  adentro  y   otra  fuera; 

Como  entre  tosca  gente  tudescana,  21 

El  castor  de  su  pesca  está  á  la  espera; 

Así  la  bestia,  entre  torrente  y  playa 

Estaba,  con  el  medio  cuerpo  afuera.  24 

Su  cola  ponzoñosa  al  aire  explaya 

Con  doble  dardo  de  escorpión,  que  gira, 

Y  que  á  uno  y  otro  lado  la  soslaya.  27 

Y  díjome  el  Maestro:      "Cuida  y  mira; 
Rodear  conviene  nuestra  vía  un  tanto 

Para  alcanzar  la  bestia  que  se  estira."  so 

Tras  sus  huellas,  bajando  me  adelanto, 

Y  unos  diez  pasos  á  derecha  dimos 

Por  salvar  de  las  llamas  el  espanto.  33 

Cuando  la  bestia,  cerca  ya  tuvimos, 

Más  adelante  en  la  incendiada  arena. 

Turba  yacente  en  el  abismo  vimos.  36 

Dijo  el  Maestro:  —  "  Una  experiencia  plena 

Debes  llevar  de  este  profundo  grado: 

Ve  á  mirar  los  penados  y  su  pena.  39 

"  Cuida  en  palabras  ser  muy  mesurado ; 

Y  mientras  vuelves,  yo  á  este  monstruo  pido 
Que  nos  preste  su  lomo  reforzado."  42 


98  DIVINA    COMEDIA 


Solitario,  costeando  pavorido 

El  sétimo  girón,  fui  donde  estaba 

Sentado  aquel  enjambre  dolorido.  45 

A  sus  ojos  la  pena  se  asomaba; 

De  aquí,  de  allá  prestábanse  la  mano 

Contra  el  fuego  que  á  todos  abrasaba.  48 

No  de  otro  modo  el  can  en  el  verano 

Hocico  y  pata  opone  á  mordeduras 

De  los  insectos  con  empeño  vano.  5i 

Contemplé  más  de  cerca  sus  figuras. 

Sin  conocer  ninguno,  tan  surcado 

Su  rostro  estaba  de  hondas  quemaduras.  54 

Del  cuello  de  cada  uno  vi  colgado 
Un  saco  de  color,  con  cierto  signo 
Que  contemplaban  ellos  con  agrado.  ^i 

Al  mirarlos,  siguiendo  mi  camino. 

Un  saco  vi  de  leones  blasonado, 

De  color  amarillo  y  azulino.  6o 

Y  observando  después  con  más  cuidado, 
Ánade,  sobre  tinta  sanguinosa, 

Blanco  más  que  la  leche,  vi  pintado.  r.3 

Y  uno  de  saco  blanco,  en  que  azulosa 
Noté  preñada  puerca,  quien  esquivo 
Preguntóme:  —  "¿A  qué  vienes  á  esta  fosa?       6(. 

"  Vete  de  acjuí ;  y  pues  te  encuentras  vivo, 

Sabe,  que  mi  vecino  Vitaliano 

Á  mi  izquierda  estará  también  cautivo.  w 


EL    INFIERNO  —CANTU    XVII  99 

"Entre  esos  florentinos,  yo  pacluano, 

Con  sus  ecos  mi  oído  mortifico, 

Si  gritan:  Venga  el  solo  soberano,  72 

''Que  la  bolsa  traerá  de  triple  pico." 

Y  contrajo  la  boca,  y  sacó  fuera 

La  lengua,  como  el  buey  lame  el  hocico.  75 

Temiendo  que  el  enojo  se  acreciera 

Del  que  de  mal  talante  había  hablado, 

Dejé  á  estas  almas  en  su  pena  fiera.  iñ 

Volví  á  mi  guía,  que  encontré  montado 
A  la  grupa  del  monstruo,  y  que  decía: 
—  "¡Aquí  tu  fuerza  y  tu  valor  osado!  «i 

"No  se  baja  por  otra  gradería: 

Yo  iré  en  el  medio:  sube  tú  adelante: 

No  nos  juegue  su  cola  felonía.''  84 

Como  el  que  la  cuartana  tremulante 

Mira  en  sus  uñas  pálidas,  y  el  frío 

Le  hace  temblar,  dos  veces  vacilante,  87 

Sentí  del  miedo  el  doble  escalofrío; 

Mas  la  vergüenza  sobrepuse  al  miedo. 

Ante  un  valor  que  confortaba  el  mío.  90 

De  la  fiera  en  la  espalda  trepo  quedo: 

Quiero  decir:  ¡Estrécheme  tu  brazo! 

Pero  un  sonido  articular  no  puedo.  93 

Y  él,  que  por  tantas  veces  con  su  abrazo 
Me  había  sostenido,  prontamente 

Me  sujetó  con  afectuoso  lazo.  96 


100  DIVINA    COMEDIA 


Y  á  Gerion  le  gritó: — "Baja  esforzado: 
Ancha  es  la  ruta  y  la  bajada  suave: 

Cuida  la  nueva  carga  que  te  he  echado."  9j 

Cual  desatraca  la  pequeña  nave, 

Retrocediendo,  tal  el  monstruo  fiero, 

Deja  la  playa  que  tenía  cabe.  102 

Donde  su  pecho  estaba,  muy  certero. 

Pone  la  cola,  firme  y  extendida. 

Como  la  anguila,  y  muévese  ligero.  105 

Más  pavura  no  creo  fué  sentida; 

Ni  por  Faetón,  cuando  perdido  el  freno, 

Los  cielos  hizo  arder  en  su  caída,  ios 

Ni  cuando  Icaro,  de  alas  en  su  estreno, 

Sintió  correr  la  cera  derretida, 

Gritando  el  padre: — "No  es  camino  bueno!"    iii 

¡Cómo  fué  mi  temor  en  la  partida. 
En  medio  de  los  aires,  sin  aliento. 
Viendo  solo  la  bestia  medio  hundida!  ii4 

El  monstruo  navegaba  lento,  lento ; 
Unas  veces  subía,  otras  bajaba, 

Y  arriba,  abajo,  me  azotaba  el  viento.  117 

A  mi  diestra  sentía  (jue  bramaba 

El  torrente  bravio,  y  aterrado 

Bajé  los  ojos  para  ver  do  estaba.  120 

Entonces  mi  terror  fué  redoblado: 
Fuegos  miré  y  percibí  sollozos; 

Y  contraje  mi  cuerpo  ([uebrantado.  123 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XVII  101 


Por  los  lejíinos  gritos  dolorosos, 

Al  girar  y  bajar,  bien  comprendía, 

Eran  ecos  de  centros  pavorosos.  no 

Como  alcón  que  en  los  aires  se  cernía, 

Baja  sin  ver  el  ave  ni  al  señuelo. 

En  círculos  girando  todavía,  uo 

Y  burla  al  cazador  en  su  desvelo, 

Y  lejos  de  él  se  aparta  á  la  bajada, 

Y  con  desdén  y  enojo  toca  el  suelo,  132 

Gerion,  al  pie  de  roca  acantilada, 
Nos  depuso  en  postrera  sacudida; 

Y  del  peso  su  espalda  descargada,  135 

Partió  cual  flecha  de  arco  despedida. 


CANTO  DECIMOCTAVO 


Descripción  del  octavo  circulo,  dividido  en  diez  valles,  ó  fosos  circulares  y  con- 
céntricos.—  En  cada  una  de  las  comparticiones  se  castiga  una  especie  de 
fraudulentos. — En  este  canto  se  trata  de  los  primeros  dos  valles.  —  En  uno 
de  estoi  valles  se  castiga  á  los  rufianes  por  manos  de  demonios  con  cuernos. 
—  En  otro  valle  yacen  sumidos  los  aduladores  y  las  cortesanas. 


Malebolge  es  un  sitio  del  Infierno, 
Todo  de  piedra,  de  color  ferroso. 
Como  el  circuito  del   contorno  externo.  3 

En  el  centro  del  campo  malignoso 

Se  encuentra  un  ancho  pozo  oscuro  y  hondo, 

Que  en  su  lugar  describiré  cuidoso.  6 

En  diez  valles  divídese  en  el  fondo, 

Y  de  aquel  pozo  hasta  la  roca  dura 

Se  dilata  otro  círculo  en  redondo.  9 

Cual  de  una  fortaleza  la  cintura 
Ciñen  sus  fosos  alternadamente, 
Trazados  en  concéntrica  figura,  12 

Es  su  imagen  inversa  cabalmente; 

Y  como  se  echan  puentes  á  sus  puertas 

Por  donde  pueda  transitar  la  gente,  15 


RL    INFIERNO  —  CANTO    XVIII  103 

Así  también  las   fosas  descubiertas 
Tienen  ¡íor  puentes  rocas  suspendidas, 
Tendidas  á  sus  bordes  cual  compuertas.  is 

En  tal  lugar,  con  fuertes  sacudidas 

Nos  depuso  Gerión;  y  del  poeta, 

Mis  pies  siguieron  cautos  las  medidas.  21 

\'olví  á  la  diestra  la  mirada  inquieta, 

Nuevos  verdugos  vi,  nuevos  dolores 

De  que  esta  prima  fosa  está  repleta:  24 

En  el  fondo,  desnudos  pecadores; 
Unos  que  van  con  paso  acelerado, 

Y  otros  vienen  con  pasos  avizores.  27 

Tal  los  romanos  van  de  lado  y  lado 

En  su  puente  durante  el  Jubileo, 

En  dos  filas  el  pueblo  separado,  30 

Para  evitar  de  gente  el  hormigueo, 

Y  á  San  Pedro  unos  marchan  rectamente 

Y  otros  siguen  al  monte  en  su  paseo.  33 

De  aquí,  de  allá,  de  espaldas  ó  de  frente, 

V^i  demonios  con  cuernos,  gente  fiera 

Las  almas  azotando  crudamente.  36 

¡Cual  movían  la  pierna  á  la  ligera! 

Cuando  el  primer  chasquido  resonaba, 

El  segundo  y  tercero  nadie  espera.  39 

Fijé  la  vista  en  uno  que  allí  estaba, 

Y  al  contemplarle,  tuve  mi  barrunto 

No  era  primera  vez  que  le  miraba.  42 


104-  DIVINA    COMEDIA 


Como  de  mi  Maestro  estaba  junto, 

El  lo  miró,  y  dióme  con  agrado 

Venia  para  volver  hacia  aquel  punto.  45 

Creyó  esquivar  el  rostro  el  flagelado 
Bajando  la  cabeza,  en  contorsiones, 

Y  por  ende  le  dije:  —  "Tú,  agachado,  48 

"Si  acaso  no  me  engañan  tus  facciones, 

Venedico  eres  tú,  Caccianimigo. 

¿Qué  te  trajo  tan  duras  puniciones?"  51 

Y  él  respondió: — "A  mi  pesar  lo  digo, 
Pero  me  obliga  tu  habla,  porque  en  ella 
Percibo  el  eco  de  otro  mundo  amigo.  54 

"Yo  soy  aquel  que  candida  doncella 

Entregué  del  Marqués  á  la  lujuria. 

Tal  cual  se  cuenta  de  Guisóla  bella.  57 

"Muchos  hay  de  Bolonia,  gente  espuria; 

No  soy  solo:  que  está  el  infierno  lleno 

Muy  más  que  de  la  lengua  y  la  canturia  60 

"Que  dice  sipa  entre  Savena  y  Reno; 
Pues  has  de  recordar,  como  se  cuenta, 
Que  de  avaricia  saco  fué  su  seno."  (^^ 

Demonio  armado  de  una  verga  cruenta, 
T>o  azota  y  grita:  —  "¡Anda,  rufián  maldito! 
Mujeres  no  hay  aquí  de  compra-venta."  66 

A  mi  guía  volvime  en  el  conflicto, 

Y  á  poco  andar,  un  puente  allí  encontramos. 
De  roca,  cual  los  que  antes  he   descrito.  60 


ÜL    INI  IliKNO     -  CANTO    XVIII  105 

Ligeramente,  el   puente  atravesamos, 

Y  volviendo  á  la  diestra  nuestra  planta, 

Aquel  eterno  cerco  abandonamos,  72 

Y  en  la   roca  que  en  arco  se  levanta 
Para  dejar  pasar  los  condenados: 

"Contempla  atento  cuanta  pena  aguanta         is 

"  Esa  turba  de  sombras  malhadadas, 

—  Dijo  mi  guía, — que  mirar  de  frente 

No  has  podido  siguiendo  sus  pisadas."  78 

Y  contemplé  desde  el  antiguo  puente 
Tropel  de  sombras  por  la  opuesta  banda, 
Azotadas  por  látigo  inclemente.  8I 

El  Maestro  previno  mi  demanda: 

—  "Y  mira  —  dijo, —al  que  camina  altivo, 

Sin  que  en  sus  ojos  el  dolor  se  expanda.  h4 

"Tiene  el  aspecto  que  tenía  aún  vivo: 
Ese  es  Jason,  de  astucia  y  valor  lleno. 
Que  á  Coicos  arrancó  su  oro  nativo.  87 

"  Pasó  después  por  la  ínsula  de  Lenno, 

Donde  audaces  mujeres  inmolaron 

A  los  hombres  con  fiero  desenfreno.  90 

"Sus  palabras  á  Hipsipila  embaucaron; 

Como  las  de  la  joven,  la  confianza 

De  las  otras  mujeres  engañaron:  93 

"Sola,  en  cinta,  dejóla  en  desperanza; 

Y  por  tal  culpa,  sufire  su  destino. 
Cumpliendo  de  Medea  la  venganza.  96 


106  DIVINA    COMEDIA 


"  Con  él  están  los  que  de  engaño  indigno 

Reos  se  hicieron.  —  Baste  esta  enseñanza 

En  este  valle  del  penar  condigno."  99 

Llegamos  á  un  extremo,  donde  alcanza 
El  arco  con  los  bordes  á  juntarse, 

Y  es  pilar  de  otro  puente  que  se  avanza ;  102 

Siento  de  allí  una  grita  levantarse, 
Con  bufidos  de  gente  condenada, 

Y  unos  á  otros  coléricos  golpearse.  J05 

La  pendiente  está  toda  embadurnada 
De  sucio  orín,  que  la  nariz  ofende 

Y  que  náuseas  provoca  á  la  mirada.  ios 

En  vano  el  ojo  penetrar  pretende 

Aquella  hondura,  sólo  percibida 

De  la  alta  roca,  á  cuyo  pie  desciende.  iii 

Vimos  allí  una  turba  zabullida. 

Que  chapoteaba  en  una  cloaca  inmunda 

A  estercolar  humano  parecida;  114 

Y  en  medio  á  la  asquerosa  baraúnda, 
Uno  de  ellos,  que  clérigo  barrunto, 

Con  excremento  su  cabeza  inunda.  117 

—  ''¿  Por  qué  me  miras,      preguntó  el  del  unto, — 

Y  no  á  esos  brutos?"--- Con  el  ojo  fijo 

Le  respondí:  —  "Porque  eres  un  trasunto  120 

"  I3e  uno  limpio  de  pelo,  y  bien  colijo 

Eres  Alessio  Interminei,  de  Luca: 

Por  eso  en   verte  aquí  me  regocijo."  12^ 


EL    INFIERNO  —  CANTO   XVIII  107 

Y  el  entonces,  golpeándose  la  nuca, 
Dijo: — "Aquí  purgo  la  lisonja  aviesa 

Que  con  la  lengua  al  prójimo  embauca."  126 

—  ''Ahora,  adelanta  un  tanto  la  cabeza, 

—  Dijo  mi  guía  —  y  mira  hacia  adelante. 

Para  que  tu  ojo  clave  con  fijeza  129 

"Esa  descabellada  lujuriante. 

Que  se  rasca  con  uñas  de  merdosa 

Y  se  acuesta  y  levanta  á  cada  instante.  132 

"  Esa  es  Tais,  la  puta  licenciosa. 

Que  al  decir  su  cortejo:   "Estoy  en  gracia?" 

Le  contestó: — "Y  muy  maravillosa!"  135 

Vamos!  que  tanta  podredumbre  sacia! 


CANTO  DECIMONONO 


Imprecación  contra  la  simonía.  —  Tercer  girón  del  octavo  círculo  donde  son  cas- 
tigados los  simoníacos. — Prelados  y  pontífices  enterrados  en  los  antros  ardien- 
tes, con  excepción  de  los  últimos  que  tienen  de  fuera  las  piernas  ardiendo. — 
Suplicio  del  papa  Nicolás  III  que  espera  para  hundirse  del  todo  la  venida 
de  Bonifacio  VIII,  y  anuncio  de  la  condenación  de  Clemente  V.  —  Discurso 
del  Dante  contra  los  simoníacos.  —  Los  dos  Poetas  continúan  su  viaje  infernal. 


¡Oh  Simón  Mago,  oh  míseros  secuaces, 
Que  las  gracias  de  Dios,  dulces  esposas, 
Dones  de  buenos,  prostituís  rapaces,  3 

Por  plata  y  oro,  y  sus  sagradas  cosas; 

Por  vosotros,  la  trompa  ahora  retumba, 

Que  estáis  en  la  tercera  de  estas  fosas!  6 

íbamos  ya  por  la  siguiente  tumba, 

Sobre  el  centro  del  puente,  en  cuya  parte 

¥A  foso  como  á  plomo  se  derrumba.  9 

¡Oh  gran  Sapiencia,  que  tu  tino  y   arte 

Muestras  en  tierra  y  cielo,  y  el  mal  hondo, 

Y  en  cuanto  justo  tu  virtud  reparte!  12 

Yo  vi  por  los  costados  y  en  el  fondo, 

Llena  la  piedra  lívida  de  ahujeros 

De  igual  tamaño,  y  cada  cual  redondo.  15 


i:l  infierno —canto  xix  109 


ICr.'iri,  cual  más  ó  menos,  los   fronteros 

Del  San  Ju.'in   ;i  la   {)ila   del   bautismo, 

Fuentes  de  bendición,  que  sumideros  ih 

De  niños  pueden  ser,  pues  que  yo  mismo 
Uno  rompí,  porque  uno  se  anegaba; 

Y  esto,  á  todos  de  fe  sirva  asimismo.  21 

Fuera  del  borde,  el  pecador  echaba 
Las  piernas  y  los  pies  vueltos  arriba, 

Y  el  resto  bajo  tierra  se  ocultaba:  24 

Ambas  plantas  quemaba  llama  viva ; 

Y  así  con  fuerza  muscular  vibrante, 

Trozar  podría  cuerda  compresiva.  n 

Tal  como  corre  un  fuego,  que  flamante 

El  aceite  relame,  tal  corría 

Desde  el  talón  al  calcañal,  errante.  30 

En  uno,  más  rojiza  llama  ardía, 

Y  pregunté:  —  "¿Por  qué  más  torturado, 

En  convulsiones  con  más  rabia  ansia?"  33 

—  "Si  quieres  que  te  cargue  hasta  su  lado, 

—  Dijo,  —  pues  descender  solo  no  puedes: 

Él  te  dirá  su  pena  y  su  pecado."  36 

Y  yo  á  él:  —  "Así  cuan  blando  accedes 
A  mis  deseos,  sabes  que  no  aparto 

Mi  voluntad  de  lo  que  das  ó  vedes."  39 

Y  luego  entramos  en  el  valle  cuarto, 
Tornando  hacia  la  izquierda,  que  llevaba 

A  estrecho  abismo  de  forados  harto.  42 


lio  DIVINA    COMEDIA 


El  Maestro  en  sus  hombros  me  llevaba, 

Y  me  depuso  al  borde  de  la  fosa 

De  aquel  que  con  las  piernas  se  quejaba.  45 

—  "Seas  quien  fueres, — dije  —  alma  llorosa, 
Que  como  leño  estás  medio  enterrado; 

Habla  si  puedes  con  tu  voz  quejosa."  48 

Yo  estaba  como  el  fraile,  que  inclinado 

Confiesa  en  su  hoyo  al   asesino  reacio, 

Que  quiere  hacer   ces^r  su  fin  airado,  51 

Y  él  me  gritó:      "¿Llegaste,  Bonifacio? 
Ahí  estás?  Pues  la  cuenta  me  ha  engañado; 
Pensaba  que  vinieras  más  despacio.  54 

"¿Tan  pronto  estás  del  oro  ya  saciado. 

Con  dolo  hurtado  á  la  divina  esposa. 

Que  sin  temor  has  tú  vilipendiado?"  57 

Cual  quien  oye  palabra  dubitosa 

Que  á  comprender  no  acierta,  así  yo  estaba 

Mudo,  la  faz  bajada  y  ruborosa.  60 

\'irgilio  dijo  entonces:  —  "Pronto,  acaba: 
Dile: — No  soy  el  que  tu  mente  augura." 

Y  respondí  cual  él  me  lo  enseñaba.  63 

Ambos  pies  retorcióse  en  su  tortura 
El  espíritu,  y  dijo   en  un  sollozo: 

—  "¿Qué  me  quieres?"  con  voces  de  amargura. 


"Si  de  saber  quien  soy  estás  deseoso, 
Y  á  saberlo  á  este  sitio  hayas  venido. 
Sabe,  (jue  el  grande  manto  esplendoroso 


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EL    INFIERNO  —  CANTO    XIX  111 

''Como  hijo   (le  l;i  loba  he  revestido; 

Por  colmar  sus  cachorros  de  riqueza 

Y  embolsar,  en  tal  bolsa  me  han  metido.  72 

"Otros  están  debajo  mi  cabeza, 

Simoníacos  cual  yo,  que  atarugados 

Han  descendido  por  la  grieta  aviesa.  75 

"Allí  iré  con  los  otros  sepultados 

Cuando  venga  el  que  espero,   que  motiva 

Mis  demandas  y  gritos  irritados.  78 

"Tiempo  ha  que  el  pie  me  escuece  llama  viva, 

Con  la  cabeza  abajo  penitente  : 

El,  tanto  no  estará  piernas  arriba.  si 

Después,  vendrá  del  lado  del  poniente, 

Pastor  sin  ley  y  de  obras  proditorias. 

Que  tapará  á  los  dos  en  la  pendiente.  84 

"  Nuevo  Jason  de  que  hablan  las  historias 

Del  libro  Macabeo,  de  la  Francia 

Las  voces  le  serán  propiciatorias."  87 

No  se  si  me  faltó  la  tolerancia 

Al  pronunciar  estas  palabras  graves: 

—  "¿Me  dirás  qué  tesoro  ó  qué  ganancia 


90 


"  Nuestro  Señor  al  entregar  sus  llaves 

Dióle  á  San  Pedro?  —  Dijo  solamente: 

"  Sigúeme,  Pedro,"  como  tú  lo  sabes.  93 

"Ni  Pedro,  ni  los  otros,  torpemente 

De  Matías  dinero  demandaron 

Al  nombrarle  en  lugar  del  proditente.  96 


112  DIVINA    COMEDIA 


"Sufre,  que  con  razón  te  castigaron, 

Y  guarda  la  riqueza  mal  habida 

Que  al  denostar  á  Carlos  te  pagaron.  99 

"Si  mi  lengua  no  fuese  contenida, 

Al  recordar  que  las  sagradas  llaves 

Tuviste  en  otro  tiempo,  en  leda  vida,  102 

"Mis  palabras  serían  menos  suaves. 

Por  tu  avaricia  que  á  la  tierra  atrista, 

Al  malo  leves,  para  el  bueno  graves.  105 

"  De  tí.  Pastor,  habló  el  Evangelista, 

Cuando  habló  de  la  impura  que  puteaba 

Con  reyes,  en  las  aguas,  á  su  vista;  ios 

"  La  que  diez  cuernos  por  honor  llevaba 

En  sus  siete  cabezas,  si  el  tesoro 

De  virtud  al  esposo  le  guardaba.  iii 

"Habéis  forjado  un  Dios  de  plata  y  oro: 

Si  uno  tuvo  la  torpe  idolatría, 

Vos  ciento  idolatráis,  sin  su  decoro.  114 

"¡Ah,  Constantino!  Cuánta  apostasía 

Produjo,  no  tu  conversión  suprema, 

Sí  tu  riqueza  en  el  prelado,  impía!"  117 

Y  mientras   yo  cantaba  sobre  el  tema. 
Por  ira  ó  por  conciencia  remordido. 

Ambos  pies  agitó  con  furia  extrema.  120 

Virgilio  se  mostraba  complacido, 

Y  pienso,  mis  palabras  atendía, 

Como  verdad  del  hombre  convencido.  123 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XIX  113 

Con  ambos  brazos  inc  tomó  mi  j^uía, 
Y  me  estrechó  sobre  su  blando  seno 
Al  remontar  por  la  tortuosa  vía.  126 

Sin  fatigarse,  de  bondades  lleno, 

Me  condujo  solícito  hasta  el  puente 

Del  quinto  valle,  con  andar  sereno.  129 

Su  carga  allí  depuso  suavemente, 

En  una  roca  yerma  y  escarpada, 

Que  aun  para  cabras  fuera  muy  pendiente,        132 

Donde  otro  valle  alcanza  la  mirada. 


CANTO  VIGÉSIMO 


Caarto  foso  ó  valle  del  octavo  círculo.  —  Procesión  silenciosa  délos  adivinos  que 
caminan  con  las  cabezas  trastornadas  hacia  atrás.  —  Virgilio  hace  relación  a} 
Dante  de  los  más  famosos  impostores  antiguos.  —  La  virgen  Manto,  funda- 
dora de  Mantua.  —  Historia  y  descripción  de  la  Italia  y  de  Mantua.  —  Otros 
adivinos  modernos. 


Otros  versos  traerán  nuevos  dolores, 

Dando  materia  á  este  veinteno  canto, 

Primero  de  enterrados  pecadores!  3 

Dominaba  el  abismo  del  quebranto, 

Y  vi  su  negro  fondo  al  descubierto 

Todo  bañado  en  angustioso  llanto.  6 

Y  vide  gentes  por  el  valle  abierto. 
Mudas  llorando,  como  en  letanía 

La  procesión  se  sigue  de  concierto.  9 

Como  la  vista  hasta  ellos  descendía. 

Me  parecieron  todos  invertidos 

Desde  el  punto  en  que  el  cuello  les  nacía.         12 

Los  rostros  hacia  atrás  están  torcidos; 

Van  á  tientas,  marchando  á  reculones. 

Que  de  ver  por  delante  están  cohibidos.  15 


EL    INFIliRNO —  CANTO    XX  115 


Parálisis  (}uizás  ó  convulsiones 

De  tal   modo  su  cuerpo  han  trastornado? 

No  lo  vi,  y  al  dudar  tengo  razones.  ih 

Si  esta  lección  de  Dios  te  ha  aprovechado, 

Oh  lector!  pensar  puedes  asimismo 

Si   pude  yo  también  no  haber  llorado,  21 

Al  contemplar  en  su  fatal  mutismo 

Nuestro  propio  trasunto,  que  bañaba 

Con  lágrimas  las  nalgas  de  sí  mismo!  24 

Ay!  en  verdad  su  vista  me  angustiaba, 

Y  el  guía  á  la  conciencia  dio  su  alerta 
Preguntando  si  acaso  dementaba.  27 

—  "Mora  aquí  la  piedad  que  yace  muerta. 

¿Y  quién  es  más  culpable  que  el  demente 

Que  juzga  á  la  justicia  grande  y  cierta?  30 

"Alza  la  faz,  y  mira  al  que,  á  la  frente 

De  los  Tebanos,  se  tragó  la  tierra, 

Cuando  todos  gritaban: — ¡Tenief  tente!  33 

^'(Por  qué  desertas,  Anfiriao,  ¿a  gtierra}  — 

Y  no  paró  hasta  el  valle  en  que  se  hacina 

La  culpa,  donde  Minos  nos  aferra.  36 

"  Pecho  es  su  espalda  en  la  dorsal  espina. 
Porque  quiso  mirar  muy  adelante, 

Y  por  eso  hacia  atrás  lento  camina.  39 

"Mira  á  Tiresias  que  trocó  el  semblante 
De  macho  en  hembra,  y  en  total  mudanza 
Todos  sus  miembros  abrazó  el  cambiante.  42 


116  DIVINA    COMEDIA 


"Para  tornar  á  su  viril  pujanza, 

Las  dos  serpientes  enroscó  en  su  vara, 

Que  le  dieron  su  antigua  semejanza.  45 

'*  Quien  al  ajeno  vientre  da  la  cara, 

Aronte  fué,  el  de  los  Lunios  montes, 

A  cuyo  pie  se  alberga  el  de  Carrara:  48 

"De  mármol  hizo  gruta  en  los  tramontes, 

Para  mirar  el  mar,  y  los  destellos 

Del  cielo  en  sus  más  vastos  horizontes.  51 

"Y  aquélla,  á  quien  le  bajan  los  cabellos 

Hasta  los  pechos,  que  á  mirar  no  alcanzas 

La  piel  cubierta  con  espesos  vellos,  54 

"  Manto  fué,  que  al  través  de  sus  andanzas 

Pisó  la  tierra  donde  yo  naciera. 

-Ahora  me  place  escuches  enseñanzas. —  57 

"  Cuando  de  Manto  el  padre  pereciera, 

Y  á  la  ciudad  de  Baco,  el  hado   aciago 
Esclavizó,  del  mundo  fué  viajera.  60 

"  En  lo   alto  de  la  Italia  se  halla  un  lago 
Al  pie  del  Alpe,  que   á  Germania  extraña 
Sobre  el  Tirol,  con  nombre  de  Benago.  63 

"  Con  fuentes  mil,  y  aun  creo   más,  se  baña. 
En  Camónica,  valle  de  Apenino, 

Y  de  Garda  se  estanca  en  la  campaña.  65 

En  su  medio  el  obispo  tridentino 

Y  el  de  Brescia  y  Verona,  sin  reclamo. 
Podrían  señalar  este  camino.  69 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XX  117 

"  Peschicra  se  halla  en   el  más  bajo   tramo, 

Helio  y  sólido   arnés  (jue  cubre  el   frente 

De  la  tierra  de  Brescia  y  de  Bergamo.  72 

"  Como  en  torno  la  costa  va  en  pendiente. 
Se  desborda  en  Benago,  y  se  esparrama, 

Y  en  verdes  prados  sigue  su  corriente.  75 

"Desde  allí,  río  Mincio  se  le  llama. 

No  ya  Benago,  y  hacia  el  Po  desciende, 

Y  en  Governolo  su  caudal  derrama.  78 

"Luego  en  lama  palúdica  se  extiende, 

Y  á  la  vez  que  su  nombre  se  demuda, 

En  estío  la  peste  allí  trasciende.  si 

"Al  cruzar  por  allí  la  virgen  cruda, 

Halló  una  tierra  en  medio  del  pantano, 

Sin  habitantes,  de  labor  desnuda.  84 

"Y  por  huir  todo  consorcio  humano, 

Para  ensayar  entre  sus  siervos  su  arte, 

Allí  vivió,  y  dióle  el  cuerpo  vano.  87 

"Extendidos  los  hom.bres  á  esa  parte. 

Reuniéronse  en  contorno,  defendidos 

Por  el  lago  que  sirve  de  baluarte.  90 

"Sobre  sus  viejos  huesos  carcomidos. 

Una  ciudad  se  alzó,  Mantua  llamada. 

Sin  dar  al  nombre  augurios  consabidos.  93 

"  Por  numerosa  gente  fué  habitada ; 

Luego,  por  Casalodi  en  su  locura, 

Por  dolo  á  Pinamonte  fué  entregada.  96 


118  DIVINA    COMEDIA 


"  Tal  fué  el  origen  de  mi  patria,  y  cura 

Que  si  algún  otro  lo  contrario   enseña, 

Contra  verdad  no  puede  la  impostura. "  99 

Y  yo:  —  "Maestro,  tu  palabra  es  dueña 
De  mi  conciencia,  y  toda  la  ilumina: 

Toda  otra  voz  es  apagada  leña.  102 

"  Mas  di,  si  entre  esa  gente  que  camina, 

Alguno  ves  digno  de  ser  notado. 

Pues  solo  á  ella  mi  atención  se  inclina."  .         105 

Y  él: — "Quien  á  espaldas  lleva  barba  oscura. 
Fué  augur  de  Grecia  en  su  tremenda  guerra, 
Cuando  de  varonil   progenitura  ios 

"  Sólo  el  niño  en  la  cuna  quedó  en  tierra ; 

Y  en  Áulida,  con  Calcas  mandó  osado, 

Cortar  el  primer  cable  á  la  desferra.  iii 

'*Eurípile  llamóse,  y  lo  he    cantado 

En  mi  noble  tragedia,  en  algún  canto 

Que  tú  sabes  y  el  mundo  no  ha  olvidado.        lu 

"Y  ese  que  sigue,  desmedrado  un  tanto, 

Miguel  Escoto  fué,  que   ciertamente 

De  magia  artera  poseyó  el  encanto.  117 

"Este,  es  Guido  Bonati;   aquel,  Asdente, 
Que  á  su  cuero  atenerse  bien  tjuisiera, 

Y  á  su  alesna;  más  tarde  se  arrepiente!  120 

"  Esas  tristes,  la  aguja  y  lanzadera 

Y  huso  dieron,  por  vara  de  adivina 

Con  malas  yerbas  y  artes  de  hechicera.  12^ 


EL    INFIERNO  — CANTO    XX  119 


"Ven:  ya  Caín  el  haz  de  espino    inclina, 

Tras  de  Sevilla,  y  de  la  mar  en  la  onda 

Uno  y  otro  hemivsferio  determina;  i26 

"La  luna  estaba  anoche  ya  redonda: 

Recuerda  que  benigna  te  ha  alumbrado 

Más  de  una  vez  en  selva  oscura  y  honda!"       129 

Así  me  habló;  siguiendo  lado  á  lado. 


CANTO  VIG-BSIMOPRIMERO 


Quinto  valle  ó  fosa  del  octavo  círculo. —El  lago  de  pez  bullente. — Un  diablo  negro. 
—Los  demonios  y  los  barateros. — El  suplicio  de  los  barateros. — Los  demonios 
se  oponen  al  paso  de  los  Poetas.— Virgilio  parlamenta  con  ellos  y  le  indican  tm 
nuevo  camino. — Los  dos  Poetas  siguen  su  marcha  escoltados  por  los  demonios. 
— La  trompeta  de  los  demonios. 


Así  de  puente  en  puente,  platicando 

De  lo  que  mi  Comedia  no  se  cura, 

Ambos  llegamos  á  la  cima,  cuando  3 

Nos  detuvimos  á  mirar  la  hondura 

De  Malebolge,  entre  quejidos  vanos, 

Y  asombrado  quedé  cuanto  era  oscura.  6 

Tal  como  en  su  arsenal  los  venecianos 

Hacen  hervir  la  brea  en  el  invierno, 

Al  carenar  sus  buques  no  bien  sanos,  9 

Que  no  navegan,  y  en  trabajo  alterno 

Nuevos  fabrican;  sientan  bien  la  estopa 

Al  que  hizo  largos  viajes  con  gobierno,  12 

Golpeando  ya  de  proa,  ya  de  popa, 

Mientras  que  tuercen  cables,  labran  remos 

Con  la  mesana  y  artimón  en  topa,  i5 


l'X    INFIERNO  —  CANTÜ    X.\I  121 

Tal,  sin  fuego,  por  arte  y  fin  supremos, 

Un  espeso  betún  abajo  hervía, 

Que  llenaba  el  abismo  en  sus  extremos.  ih 

No  veía  su  fondo,  más  veía 

El  borbollón  (jue  en  el  hervor  se  alzaba, 

Se  hinchaba  y  comprimido  descendía.  21 

En  tanto  cjue  hacia  abajo  yo   miraba 

Mi  guía  me  previno:  —  "¡Guarda!  ¡guarda!" 

Y  del  borde  sombrío  me  apartaba.  24 

Volvime  entonces,  como  aquel  que  tarda 

En  ver  el  riesgo  que  evitar  debiera, 

A  quien  pavura  súbita  acobarda,  n 

Y  aun  viéndolo  trepida  y  aun  espera. 
A  un  diablo  negro  vi  que  descendía 
Cruzando  por  las  rocas  de  carrera.  30 

Oh!  cuan  fiero  su  aspecto  parecía! 

¡  Cuánta  maldad  en  su  ademán  acerbo. 

En  su  ágil  paso,  y  ala  que  tendía!  33 

Sobre  su  agudo  lomo,  alto  y  superbo, 

De  ambas  piernas  cargado,  conducía, 

Asiendo  los  jarretes  á  un  protervo.  36 

Desde  el  puente  á  los  diablos  les  decía: 
— "De  Santa  Zita  traigo  aquí  un  anciano: 
Echadlo  abajo:  más  hay  todavía:  39 

"Tiene  muchos  la  tierra  del  Lucano; 

Que  barateros  son,  menos  Bonturo 

Que  cambia  el  no    por  sí  con  oro  en  mano."     42 


122  DIVINA    COMEDIA 


Lo  echó  al  abismo;  y  el  escollo  duro 

Volvió  á  subir  como  mastín  soltado 

Tras  el  ladrón,  que  corre  con  apuro.  45 

Zabulló,  resurgiendo  el  anegado, 

Y  gritaba  la  turba  endemoniada: 

"Aquí  la  Imagen  Santa  no  ha  colado:  48 

"No  como  en  Serchio  por  aquí  se  nada: 

Si  no  quieres  probar  nuestros  rejones, 

Guarda  de  repetir  otra  empinada."  51 

Y  al  pincharle  con  más  de  cien  arpones, 
Gritaban:  —  "Baila,  y  roba  bien  tapado. 

Si  aun  lo  puedes  hacer  entre  ladrones."  54 

No  de  otro  modo,  pinche  aleccionado. 

Hunde  con  tenedor  en  el  caldero. 

Carne  que  sobre  el  caldo  se  ha  asomado.  57 

—  "Que  no  te  vean,  bueno  considero; 

— Dijo  el  Maestro, — y  tras  de  alguna  roca 

Debes  buscar  algún  abrigadero.  60 

"No  temo  ofensa  en  lo  que  á  mí  se  toca; 
Ya  otra  vez  que  bajara  á  esta  morada. 
Hálleme  en  semejante  zafacoca."  63 

El  puente  atravesó  con  planta  osada, 

Y  al  borde  negro  de  la  sexta  fosa 

Mostró  á  todos  su  frente  asegurada.  66 

Con  el  furor  y   rabia  tempestuosa 

Que  entre  los  perros  un  mendigo  mueve. 

Si  pide  caridad  con  voz  quejosa,  69 


I-L    INI- 1I:RN(J  —CANTO    XXI  123 

I 

Tal  la  infernal  mesnada  se  remueve, 

Y  endereza  con  furi.i  sus  rejones; 

Mas  él  grita:  —''Que  nadie  sea  aleve;  72 

"Antes  que  me  toquéis  con  los  arpones, 

Que  alguno  se  adelante;  ya  veremos 

Si  se  atreven,  después  de  mis  razones. "  is 

—  ''¡Que  vaya  Malacoda!"  los  blasfemos 
Gritan  todos. — Sólo  uno  se  adelanta; 

Y  el  Maestro  pregunta:  —  "¿Qué  tenemos?  78 

"¿Piensas  tú,  Malacoda,  que  me  espanta 

Llegar  inerme  á  este  lugar  dañino? 

¿Piensas  que  pueda  aquí  fijar  la  planta  si 

"Sin  el  auxilio  del  favor  divino? 

Déjame  continuar,  que  quiere  el  cielo 

Que  á  otro  guíe  en  el  áspero  camino." —  «4 

Dijo  el  Maestro;  y  el  demonio,  al  suelo 
Dejó  el  arpón  caer,  amedrentado: 

—  "¡No  le  hieran!"  —  gritando  con  recelo.  s7 

Y  el  Maestro  siguió:  —  "Tú,  que  abrigado 
Te  hallas  bajo  del  arco  de  este  puente, 

Ven;  nada  temas;  todo  está  salvado." —  90 

Corrí  á  él  con  paso  diligente, 

Y  pensé  fuese  el  pacto  fementido 

Al  ver  los  diablos  avanzar  de  frente.  93 

Así  vide  un  ejército  rendido 

De  Caprona,  salir  lleno  de  susto. 

Ante  el  contrario  fuerte  y  prevenido.  Od 


124  DIVINA    CO\ffiDIA 


De  mi  Maestro  á  la  actitud  me  ajusto 

Sin  apartar  su  vista  de  la  mía, 

Ni  de  los  diablos  de  semblante  adusto.  99 

Unos  gritan:  —  "¿Acaso  convendría 

Que  probara  el  arpón?"  —  Y  en  eco  fiero 

Responden  otros: — "¡Bien,  bueno  sería!" —       102 

Pero  el  demonio,  aquél  que  habló  primero 
Con  mi  guía,  volvióse  presuroso 

Y  dijo: — "¡Quieto,  quieto,  Escarmenero ! " —     105 

Y  nos  habló  tranquilo  y  amistoso: 

—  "  Es  necesario  hacer  una  parada, 

Pues  roto  el  puente  está  del  sexto  foso.  ios 

"  Mas  si  queréis  seguir  vuestra  jornada, 

Montad  de  esa  caverna  los  peldaños 

Junto  á  la  roca  donde  está  su  entrada.  iii 

"  Mil  doscientos  sesenta  con  seis  años, 
Desde  ayer,  con  cinco  horas  del  presente, 
Cuentan  esos  caminos  soterraños.  114 

"Podéis  subir  por  su  áspera  pendiente: 

Mando  á  los  míos  aclarar  la  vía 

Mientras  vigilo  esta  maldita  gente."  117 

Y  á  la  vez  á  los  suyos  les  decía: 

—  "  Alquino,  Calcabrino,  y  tú.  Cañazo, 

Y  Barbarrecia  que  á  vosotros  guía!  120 

"Tú  también,  Libicoco,  y  Dragonazo; 

Tú,  Ciriato  el  dentudo,  y   Rubicente, 

Con  Graficán  y  Farfarel,  al  paso  123 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XXI  125 


'•  Id  en  contorno  de  la  pez   hirvicnte, 

Y  haced  pasar  á  salvo  al  otro  lado 

Á  estos  dos,  del  abismo  por  el  puente."  126 

—  "¡Ay,  Maestro!  —  exclamé  desconsolado  — 

Prescindir  de  la  escolta  mejor  fuera, 

Si  sabes  el  camino  antes  andado.  129 

•'  Si  es  siempre  tu   prudencia  tan  certera, 

No  escuchas  los  chirridos  que  mascujan? 

No  ves  su  ceja  que  amenaza  fiera?"  132 

Y  él:—  -'Nada  temas;  déjalos  que  rujan, 
Que  se  dirige  el  rechinar  de  dientes 

Contra  las  almas  que  en  la  pez  estrujan."  135 

A  la  izquierda  tornaron  diligentes. 

Haciendo*  al  Jefe  cual  señal  secreta 

Un  apretón  de  lengua  con  los  dientes,  i38 

Y  el  Jefe,  de  su  culo  hizo   trompeta. 


10 


CANTO   VIGÉSIMOSEGUNDO 


Continuación  del  canto  anterior.  -  Siguen  los  Poetas  orillando  el  sexto  circulo. 
_  Tormentos  de  los  barateros  y  de  los  que  bajo  el  favor  de  los  príncipes  tra- 
fican con  la  justicia. -El  baratero  Chiarapolo  de  Navarra. -Reseña  de  los  ba- 
rateros que  yacen  sumidos  en  el  lago  de  pez  hirviente.  -  Escenas  grotescas  entre 
diablos  y  barateros.  — Los  Poetas  se  alejan  del  lago  hirviente. 

Ejércitos  he  visto  alzar  su  campo, 

Y  desfilar  y  combatir  pujantes, 

Y  algunas  veces  retirarse  á  escampo.  3 


He  visto  corredores  merodeantes, 
¡Oh  Aretinos!  cruzando  vuestra  sier 
Y  justas  en  torneos  muy  brillantes, 


Con  campanas  ó  trompas  de  la  guerra, 

Y  tambores  ó  señas  de  torreones, 

Con  cosas  nuestras  ó  de  ajena  tierra;  9 

Mas  nunca  vi  jinetes  ni  peatones 

(Ni  navio  que  guíe  estrella  ó  faro), 

Marchar  con  tal  trompeta  en  procesiones.  12 

Los  diez  demonios  eran  nuestro  amparo. 
Que  si  se  anda  con  santos  en  el  templo, 
Ir  con  canalla  en  el  figón  no  es  raro.  I3 

Y  meditando  en  tan  extraño  ejemplo, 
La  gente  (¡ue  anda  entre  la  pez  montante 
Desde  la  orilla  atónito  contemplo.  i» 


EL  INFIERNO  —  CANTO   XXIl  127 


Como   el  delfín  que  en  arco  va  nadante 
índica  tempestad  en  mar  serena, 

Y  pone  precavido  al  navegante,  21 

Así  también,  para  aliviar  su  pena 
Asoma  el  lomo  el  pecador  ansioso, 

Y  veloz  cual  relámpago  se  ensena.  24 

Y  como  al  borde  de  inundado  foso 
Sacan  las  ranas  el  hocico  afuera. 

Celando  el  grueso  bulto  temeroso,  27 

La  gente  pecadora  allí  se  viera; 

Mas  cuando  Barbarrecia  aparecía, 

Se  escondía  en  la  pez  á  la  ligera.  30 

El  corazón  con  fuerza  me  latía 

Al  ver  un  pecador  que  se  atrasaba, 

Como  suele  la  rana  más  tardía.  33 

Graficán  que  de  cerca  la  acechaba, 
La  cazó  por  el  pelo  embadurnado, 

Y  una  nutria  en  su  garra  asemejaba.  36 

Conocía  á  los  diablos  que  he  nombrado. 

Porque  los  observé  muy  fijamente 

Cuando  el  jefe  los  hubo  reseñado.  39 

—  "¡Rubiceno,  desuella  prontamente 
Con  tus  uñas  el  lomo  del  maldito"!  — 

—  Gritaba  aquella  turba  maldiciente. —  42 

Y  yo:  —  "¿Quién  sea  el  pecador  aflicto 
Puedes  saber  que  se  halla  condenado 

A  estar  con  sus  verdugos  en  conflicto?" —         45 


128  DIVINA    COMEDIA 


El  buen  Maestro  se  acercó  á  su  lado, 

Y  al  demandar  su  nombre,  dijo  acerbo: 

—  "Fui  en  el  reino  de  Navarra  criado.  48 

"  A  un  señor  entregóme  como  siervo 

Mi  propia  madre,  y  el  enjendro  he  sido 

De  un  desalmado  perillán  protervo.  5i 

"Del  Rey  Tebaldo  familiar  valido, 

Me  asocié  con  la  gente  baratera 

Que  á  este  buUente  lago  me  ha  traído."    -         54 

Ciriato  cuya  boca  carnicera 

Muestra  del  jabalí  el  cruel  colmillo. 

Le  hizo  sentir  su  mordedura  fiera.  57 

Como  suele  caer  un  ratoncillo 

En  las  uñas  de  un  gato,  aprisionado, 

Barbarrecia  en  sus  brazos  lo  hizo  ovillo.  óo 

Volvió  su  rostro  del  Maestro  al  lado 

Diciéndole:  —  "Pregunta  lo  que  quieras, 

Antes  que  el  otro  le  haya  destrozado."  —  63 

Y  el  guía:  —  "Entre  esas  almas  lastimeras, 
Se  halla  bajo  la  pez  algún  Latino?" 

Y  aquel  dijo:  —  "Poco  antes  que  vinieras  66 

"He  tenido  uno  de  ellos  por  vecino: 

¡Ojala,  sin  temor  de  arpón  ó  garra 

Aun  nos  cubriera  el  negro  remolino!" —  69 

Y  Libicoco  con  su  arpón  le  agarra, 
Bramando: — "¡Por  demás  hemos  tardado!"  — 

Y  con  su  garfio  el  brazo  le  desgarra.  72 


EL   INFIERNO  — CANTO    XXII  129 

Dragonazo   las   piernas  le  ha  tomado; 

l'ero  su   decurión,   feroz  mirada 

Pasea  en  torno  en  ademán  airado.  75 

Cuando  la  turba  estuvo  apaciguada, 

Al  que  miraba  su  sangrienta  herida 

Le  interrogué  con  voz  apresurada.  78 

—  "¿Quién  era  el  que  dejaste  á  la  partida, 
Cuando  pisaste  el  borde  malhadado?"  — 

—  Y  dijo:  —  "Fray   Gomita  se  apellida.  si 

"Fué  de   Gallura;  vaso  desbordado 
De  todo  fraude,  que  faltó  á  su  dueño. 
Habiendo  á  sus  contrarios  contentado,  84 

"  Que  presos  tuvo,  y   que  por  torpe   empeño, 

Suelta  les  dio  de  llano  por  el  oro; 

Y  fué  de  barateros  gran  diseño.  87 

"Miguel  Zanche  también,  de  Logodoro, 

Está  con  él,  y  hablando   de  Cerdeña 

Las  dos  lenguas  no  cesan  de  hacer  coro.  9o 

"Mas  os  diría,  pero  ved  que  enseña 

Ese  diablo  los  dientes,  y  me  temo 

Que  otra  vez  quiera  escarmenar  mi  greña." —        93 

El  demonio  de  mando  allí  supremo, 

A  Farfarel  que  el  ojo  revolvía, 

Gritó:  —  "Vete,  alimaña  al  otro   extremo." —      96 

—  "  Si  gentes  de  Toscana  y  Lombardía 
Ver  queréis      díjonos   el   condenado,  — 

Ellas  vendrán  á  haceros  compañía.  99 


130  DIVINA    COMEDIA 


"Mas  los  demonios,  que  se  estén  á  un  lado, 
A  fin  de  que  no  teman  arriesgarse; 

Y  en  tanto  aquí  yo  quedaré  sentado.  102 

"Por  uno  que  yo  soy,  siete  juntarse 

Veréis  al  punto,  cuando  dé  un  silbido 

Toda  vez  que  llegaren  á  asomarse." —  ios 

Cañazo,  con  hocico  contraído, 

Movió  la  testa,  y  dijo: — "¡Qué  malicia, 

La  que  para  escaparse  ha  discurrido!"  — .  108 

El  otro,  que  ocultaba  su  pericia, 

Repuso:  —  "Debo  ser  muy  malicioso. 

Cuando  á  otros  llamo  á  soportar  sevicia." —        iii 

Alquino  prorrumpió,  muy  impetuoso: 
—  "Si  piensas  escapar  y  te  resbalas, 
No  sólo  á  pie  te  seguiré  afanoso:  lu 

"Hasta  la  pez  extenderé  las  alas. 
Quédate  aquí: — bajemos  á  la   cuesta. — 
Veremos  si  á  carrera  nos  igualas. "  —  117 

— '¡Ó  tú  que  lees,  verás  ([ue  buena  apuesta! 
Vuelven  todos  sus  ojos  á  los  lados 

Y  el  más  cruel  á  más  crueldad  se  apresta.        120 

El  navarro,  con  pasos  bien  contados, 

Fijó  en  tierra  la  planta,  y  con  desgarro 

Saltó  ligero,  y  los  dejó   burlados.  123 

Se  alborota  de  diablos  el  cotarro. 

Echándose  la  culpa;  y  tras  él  vuela 

Alquino,  que  le  grita:       ''iy«'i  te  agarro!" —      120 


EL    INFIERNO  — CANTO    XXII  131 

Más  (¡ue  las  alas  pudo  la  cautela: 

Mientras  el  pecho  de  uno  el  aire  hiende, 

El  otro  entre  la  pez  presto  se  cuela.  129 

Así  el  pato  en  el  agua  se  defiende 

A  vista  del  alcón,  y  el  ave  fiera 

Avergonzada  nuevo  vuelo  emprende.  132 

r 

Calcabrina,  á  quien  mucho  le  escociera 
La  burla,  aunque  del  lance  complacido, 
Con  Alquino  renueva  la  quimera.  135 

Cuando  en  la  fosa   al  pecador  ve  hundido 
Echa  la  zarpa  al  propio  compañero, 

Y  luchan  sobre  el  lago  derretido.  138 

Alquino   entonces,  cual  milano  fiero 

Le  hunde  las  uñas,  y  los  dos  por  junto 

Descienden  de  la  pez  al  hervidero.  i4i 

El  gran  calor  los  apacigua  al  punto; 

Mas  no  pueden  volar,  alicaídos: 

Presas  están  sus  alas  en  el  unto.  144 

Barbarrecia,  á  los  suyos  condolidos, 
Manda  que  cuatro  diablos  con  arpones 
Socorran  á  los  diablos  afligidos.  147 

Los  demonios,  en  grandes  confusiones, 
Tienden  sus  garfios  á  los  dos  cocidos 
Entre  la  pez,  que  hervía  ú  borbollones;  150 

Y  en  la  pez  los  dejamos  sumergidos. 


CANTO  VIGÉSIMOTERCERO 


Los  dos  Poetas  continúan  solitarios  su  marcha.  —  Dante  y  Virgilio  discurren 
sobre  las  consecuencias  de  la  gresca  entre  los  diablos  y  el  baratero.  —  Los 
demonios  furiosos  persiguen  vanamente  á  los  dos  Poetas,  por  estarles  vedado 
salir  de  su  cerco  infernal.  —  Bajada  á  la  sexta  fosa  ó  valle.  —  Castigo  de  los 
hipócritas,  que  van  cubiertos  con  pesados  mantos  de  plomo,  dorados  al  exte- 
rior.—  Coloquio  con  dos  boloñeses  de  la  Orden  de  los  Guadentes.  —  Los  Fa- 
riseos perseguidores  de  Cristo,  yacen  sobre  el  camino  extendidos  en  cruz, 
hollados  por  los  otros  condenados  de  este  valle  en  su  lenta  y  continua  mar- 
cha.—  Uno  de  los  condenados  les  indica  el  modo  de  salir  de  la  fosa,  dicién- 
doles  que  han  ido  engañados  por  los  demonios  en  el  camino  que  llevan. 

Solos,  callados,  sin  compaña  fiera, 

Vamos  uno  tras  otro,  lentamente, 

Como  frailes  menores  en  hilera.  3 

La  fábula  de  Esopo  vi  presente, 

Que  la  gresca  me  trajo  á  recordanza, 

En  que  al  topo  y  la  rana  pone  enfrente.  6 

Un  caso  y  otro,  tienen  semejanza, 

Como  el  hora  y  ahora,  si  se  atiende 

Al  principio  y  al  fin  que  b'ien  se  alcanza.  9 

Y  como  en  sucesión  surge  y  trasciende 

Una  idea  que  es  hija  de  otra  idea, 

Doble  temor  el  corazón  me  prende.  12 

Pensaba  así:  —  Esta  infernal  ralea 
Debe  estar  con  nosotros  irritada, 
Pues  dimos  ocasión  á  la  pelea.  \$ 


EL    INFIERNO     -CANTO    XXIII  133 

Por  SU  maldad,  tal  vez  aconsejada, 

X'endfcá  tras  de  nosotros  con  anhelo, 

Como  perros  tras  liebre  fatigada.  ih 

Sentí  erizarse  de  pavor  el  pelo, 

Y  mirando  hacia  atrás  muy  receloso, 

Dije  al  Maestro:       "¡Por  el  santo  cielo  1  21 

"  Si  no  andamos  con  paso  presuroso, 

Pienso  ser  por  los  diablos  alcanzado... 

Ya  los  veo  llegar,  y  estoy  medroso."  24 

Y  él  á  mí:  —  "Si  cristal  fuese  emplomado, 
No  sería  la  idea  que  te  asalta, 

De  lo  que  pienso  más  cabal  traslado.  27 

"  Ese  mismo  temor  me  sobresalta, 

Y  pues  los  dos  pensamos  igualmente. 

Igual  consejo  del  pensar  resalta.  30 

"Bajando  por  la  diestra  esta  pendiente 
Hasta  llegar  á  la  cercana  fosa. 
Nos  salvaremos  de  su  fiero  diente." 


Á  esta  sazón,  vimos  llegar  furiosa 
La  cuadrilla  de  diablos,  que  volando. 
De  echarnos  garra  se  mostraba  ansiosa. 


33 


36 


Mi  guía  me  apretó  en  su  seno  blando, 

Como  madre  amorosa,  que  despierta 

En  medio  de  un  incendio,  y  que  cargando         39 

Al  hijo,  huye  con  él,  y  solo  acierta 

A  salvarle,  abnegada,  y  ni  se  cura, 

Si  de  leve  camisa  va  cubierta.  42 


134  DIVINA    COMEDIA 


Se  deslizó   de  la  escarpada  altura, 

Hasta  tocar  el  pie  de  la  pendiente 

Que  cierra  de  aquel  valle  la  cintura.  45 

No  baja  por  canal  más  raudamente 
Agua  que  mueve  rueda  de  molino, 
Cuando  hiere  las  palas  la  corriente.  48 

Me  llevaba  estrechado  en  el  camino, 

Como  á  un  hijo,  más  bien  que  á  compañero, 

A  quien  confiara  el  cielo  su  destino.  51 

Ya  en  el  fondo  de  aquel  despeñadero, 

Los  demonios  ocupan  la  eminencia; 

Mas  no  tememos  ya  su  avance  fiero.  54 

Por  voluntad  del  alta  providencia, 

Del  cerco  quinto  guardas  enclavados, 

Los  encierra  fatal  circunferencia.  si 

Aquí  encontramos  seres  muy  pintados. 

Que  giraban  muy  lenta,  lentamente, 

Llorando,  y  por  la  pena  marchitados.  60 

Capa  con  capuchón  lleva  esta  gente. 

Cual  por  los  monjes  de  Colonia  usada, 

Y  les  cubre  los  cuerpos  y  la  frente.  63 

Por  fuera  resplandece  muy  dorada, 

Pero  es  toda  de  plomo,  y  pesa  tanto, 

Que  la  de  Federico  era  aliviada.  66 

—  ¡Oh!  cuan  eterno  y  fatigoso  manto!  — 

Nos  dirigimos  por  la  izquierda  nuestra 

De  ellos  al  son  y  de  su  triste  llanto.  69 


EL    INriERNU  — CANTO    XXIII  135 

Bajo   el  peso   de  capa  tan  siniestra, 

Y  con  su  andar  tan  lento,  en  su  mesura, 

Cada  paso  otra  sombra  al  lado   muestra.  72 

Yo  dije  á  mi  Maestro: — "Ver  procura 
Si  hay  alguno  de  nombre  conocido, 

Y  caminando  mira  á  la  ventura."  7$ 

Uno,  que  habla  toscana,  hubo  entendido, 
Al  punto  nos  gritó :  —  "  Tened  el  paso, 
Los  que  vais  por  el  aire  ennegrecido: 


7H 


"Puedo  llenar  vuestro  deseo  acaso." 

Mi  guía  me  miró,  y   dijo:  —  "Espera: 

Sigue  á  compás  de  su  marchar  escaso."  si 

Me  aparejé  con  dos  en  que  advirtiera 
Ansia  grande  de  estar  junto  conmigo. 
Aunque  el  peso  y  la  senda  lo  impidiera.  84 

De  cerca,  míranme  como  enemigo. 
Sin  pronunciar  una  palabra  sola; 

Y  ambos  parecen  consultar  consigo.  87 

—  "Este, — dicen  —  respira  por  la  gola. 

¿  Si  son  muertos,  cuál  es  el  privilegio 

Que  no  los  cubre  con  la  grave  estola?"  90 

Y  á  mí:       "  Dinos  Toscano,  hasta  el  colegio 
De  los  tristes  hipócritas  venido, 

¿Quién  eres?  —  sin  desdén  ni  sortilegio."  93 

Y  yo:  —"Nací  en  Florencia  y  he  crecido 
Del  Arno  en  la  ribera   deliciosa, 

Y  tengo  el  mismo  cuerpo  que  he  tenido.  96 


136  DIVINA    COMEDIA 


"¿Vosotros^  quiénes  sois  de  faz  llorosa, 
Que  lleva  el  sello  del  dolor  impreso, 
Y  qué  pena  os  irrita  y   os  acosa?" 


99 


Y  uno  de  ellos  responde:  —  "Es  tan  espeso 

Este  manto  de  plomo,  reluciente, 

Que  el  cuerpo  oscila  cual  balanza  al  peso.        102 

"  Boloñeses  de  la  orden  del  Gaudente 

Somos,  yo  Catalano,  y  Loderingo: 

Ambos,  en  vuestra  patria,  juntamente  105 

"Jueces  fuimos,  y  el  caso  bien  distingo: 

Fué  para  hacer  la  paz,  y  las  señales 

De  nuestra  paz,  se  ven  junto  á  Gardingo." 


108 


Yo  comencé: — "Hermanos,  vuestros  males..." 

Mas  no  pude  acabar,  que  vi  en  el  suelo 

Uno  crucificado  en  tres  puntales.  iii 

Al  verme,  retorcióse  con  anhelo, 

Y  resoplando  con  furor  suspira.  — 

Catalano  me  dijo: — "Sin  consuelo,  114 

"  Ese  que  ahí  en  aflicción  se  mira 

Al  fariseo  aconsejó  dañino 

Votar  á  un  hombre  de  la  plebe  á  la  ira.  117 

"Desnudo,  atravesado   en  el  camino. 
Como  le  ves,  el  duro  paso  siente 

Y  el  peso  de  los  que  andan  de  contino.  120 

"  Como  él,  su  suegro  yace  penitente 

En  esta  fosa,  y  todo  aquel  concilio 

Que  de  Judea  fué  fatal  simiente."  123 


EL    INllERNU —CANTO    XXIII  137 

Muy  sorprenclidü  se  (juedó  \'¡r^¡l¡o 

Ante  aquel  pecador  crucificado 

Tan  duramente  en  el   eterno   exilio;  I2í> 

Y  dijo  al  fraile  que  tenía  al  lado: 

—  "Decidnos  por  favor  en  esta  cuita: 

¿Hacia  mano   derecha  existe  un  vado  129 

"Que  salir  de  este  foso  nos  permita, 

Sin  que  guíe  la  marcha  que  llevemos 

De  ángeles  negros  la  legión  maldita?"  132 

Al  punto  respondió: — "Sí,  conocemos 
Una  roca  que  cerca  se  desprende, 

Y  los  valles  abarca  en  sus  extremos;  135 

"Pero  está  rota  aquí,  y  no  comprende 

Todo  este  valle;  mas  de  ruina  en  ruina 

Hasta  el   valle  cercano  va  y  asciende."  i38 

Mi  guía  un  tanto  la  cabeza  inclina, 

Y  prorrumpe: — "¡Qué  mal  me  ha  enderezado 
El  que  allá  abajo  al  pecador  domina!"  ui 

Y  el  fraile: — "Allá   en  Bolonia  me  han  hablado 
De  los  vicios  del  diablo,  y  que  es  doloso 

Y  padre  de  mentiras,  me  han  contando."  144 

Movió  mi  guía  el  paso  presuroso, 
Su  faz  un  tanto  de  ira  demudada, 

Y  al  dejar  aquel  grupo  pesaroso,  147 

Sigo  la  huella  de  su  planta  amada. 


CANTO  VIGÉSIMOCUARTO 


El  año  nuevo,  el  fin  del  invierno,  la  primavera  y  la  turbación  de  Virgilio.— Los 
dos  Poetas,  después  de  salir  del  sexto  círculo,  asqienden  penosamente  por  las 
ruinas  de  un  puente  roto  hasta  dominar  el  valle  del  cerco  sétimo.^ — Desaliento 
del  Dante  y  animosas  palabras  de  Virgilio.  —  Los  Poetas  descienden  al  sétimo 

cerco  y  encuentran  las  sombras  de  los  ladrones  atormentados  por  serpientes 

Vanni  Fucci,  ladrón  sacrilego,  picado  por  una   víbora,  es  reducido  á  cenizas  y 
vuelve  á  asumir  su  anterior  forma.  —  Confesión  y  predicciones  de  Vanni  Fucci. 

Cuando  en  el  joven  año  se  atempera 
Del  Sol  la  cabellera  bajo  acuario, 

Y  día  y  noche  sigue  igual  carrera;  3 

Cuando  la  helada,  manto  cinerario 

Reviste  á  imagen  de  su  blanca  hermana, 

De  que  es  trasunto  débil  y  precario;  6 

El  pastor,  sin  forraje,  en  la  mañana, 

Se  levanta,  y  contempla  la  llanura 

Blanquear  toda  en  contorno,  y  más  se  afana:      9 

Vuelve  á  su  choza  lleno  de  amargura. 
Sin  atinar  qué  hacer,  desatentado; 

Y  luego  ríe,  y  esperanza  augura.  ^      12 

Al  ver  el  mundo  en  horas  trasformado; 

Y  abre  el  redil  y  suelta  su  manada 

Que  hace  pacer,  y  empuña  su  cayado.  15 

Así  encontróse  mi  alma  conturbada 

Al  ver  del  guía  la  nublada  frente; 

Mas  luego,  por  él  mismo  fué  aquietada.  is 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XXIV  139 

Cuando  alcanzamos  el  ruinoso  puente, 

N'olvióse  á  mí  con  el  semblante  amigo 

Que  al  pie  del  monte  vi  tan  dulcemente.  21 

Abrió  sus  brazos,  me  brindó  su  abrigo ; 
Miró  en  contorno,  examinó  la  ruina; 

Y  ya   resuelto   me  llevó  consigo.  24 

Como  el  que  cauto  en  su  trabajo   atina, 

Y  de  todo   peligro  se  previene, 

Así  me  hizo  trepar  á  la  colina.  27 

Sobre  movibles  rocas  bien  se  tiene, 

Y  al  asentar  el  pie,  me  prevenía: 

—  "Tienta  bien,  por  si  acaso  se  mantiene."         30 

Para  los  emplomados  no  era  vía. 

Pues  nosotros,  con  peso  más  ligero, 

Apenas  si  la  planta  se  movía.  33 

De  haber  sido  más  largo  el  derrotero. 

Como  lo  fuera  el  recorrido,  pienso. 

Que  al  menos  yo,  quedara  en   el  sendero.  36 

Mas  como  Malebolge  va  en  descenso 
Hacia  el  pozo  del  centro,  la  avenida 
De  un  valle  al  otro  de  aquel  cerco  inmenso.      39 

Alterna  en  la  bajada  y  la  subida; 

Y  al  fin  tocó  la  cima  nuestra   planta 

En  la  postrera  piedra  suspendida.  42 

Oprimida  sentía  mi  garganta, 

Y  faltándome  el  aire  en  los  pulmones, 
Sentéme  á  descansar  de  pena  tanta.  45 


140 


DIVINA    COMEDIA 


—  "No  es  bueno   de  este  modo  te  apoltrones 

—  Dijo  el  Maestro, — que  entre  seda  y  pluma 
No  se  va  de  la  fama  á  las  regiones.  48 


"  Quien  en  el  ocio  su  existir  consuma, 

No  dejará  más  rastros  en  la  tierra 

Que  humo  en  el  aire,  y  en  el  agua  espuma. 


"Arriba!  sin  cansancio!  como  en  guerra 
Triunfa  el  alma  luchando  por  la  vida, 
Si  vence  al  flaco  cuerpo  que  la  encierra! 

"Más  larga  es  de  la  escala  la  subida: 
No  es  lo  bastante  haber  aquí  llegado 
Para  que  mi  lección  sea  entendida." 

A  estas  palabras,  me  sentí  animado, 

Y  alzándome,  aunque  sin  mucho  brío, 
Dije:  —  "Vamos!  que  soy  fuerte  y  osado." 

Y  continuamos  por  aquel  desvío 
Que  era  estrecho,  difícil,  peligroso. 
Más  escarpado  aún  que  en  el  bajío. 

Para  aquietar  al  corazón  medroso 
Hablaba  sin  cesar,  cuando  un   acento 
Percibí  que  se  alzaba  desde  el  foso 

No  distinguí  el  sentido,  en  el  momento 

De  alcanzar  hasta  el  arco  que  se  encumbra, 

Mas  tenía  de  cólera   el  aliento. 

Miré  hacia  abajo;  el  ojo  vislumbraba 
Con  mirada  de  carne  el  fondo  oscuro, 

Y  así  dije:— "Maestro,  á  la  penumbra 


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EL    INFIERNO  —  CANTO   XXIV  141 


"  Llegar  deseara,  hasta  dejar  el   muro 

Del   otro  cerco,  pues  :\qm  no  entiendo 

Lo  (¡ue  en  la  vana  mente  me  figuro."  75 

—  "A  tus  deseos  en  silencio  atiendo, 

— Me  respondió  -  pues  á  demanda  honesta 

Se  contesta  callando  y  defiriendo."  78 

Estábamos  del  puente  en  la  otra  cresta, 

Y  descendimos  al  octavo  foso, 

En  que  su  hondura  queda  manifiesta.  si 

Un  enjambre  allí  vimos  espantoso 

De  fieras  sierpes  de  diversas  menas, 

Que  aun  me  hiela  la  sangre  temeroso.  84 

No  se  jacte  la  Livia  en  sus   arenas 
Tener  quelidrios,  fáneas  y  lagartos, 

Y  cancros  y  culebras  anfribenas;  87 

Los  fondos  del  mar  Rojo,  no  tan  hartos, 

Ni  las  tierras  pestíferas  de  la  Etiopia 

Vieron  de  monstruos  semejantes   partos!  9o 

Entre  esta   cruda  y  venenosa  copia, 

Corren  seres  desnudos  y  espantados, 

Sin  esperar  alivio  ni  heliotropia.  93 

Por  detrás  van  con  sierpes  maniatados. 
Que  en  su  riñon  hunden  cabeza  y  cola, 

Y  por  delante,  en  nudos  enroscados.  % 

Vemos  venir  errante  un  alma  sola: 

Una  serpiente  brava  lo  atraviesa 

Donde  la  espalda  se  une  con  la  gola.  90 

II 


142  DIVINA    COMEDIA 


Dos  letras  no  se  escriben  más  á  priesa, 
Cual  tardara  en  arder  el  condenado 
Y  quedar  reducido  á  una  pavesa. 


102 


Su  ceniza  en  el  suelo  se  ha  juntado, 

Y  por  sí  mismo  el  mísero  desecho 

La  primitiva  forma  ha  recobrado.  105 

Los  sabios  aseguran,  que  es  un  hecho, 

Que  así  perece  el  fénix  y  renace 

De  cinco  siglos  en  prefijo  trecho:  ios 

No  come  grano  ni  en  la  yerba  pace; 
Vive  de  incienso,  lágrimas  y  amomo, 

Y  en  mirra  y  nardo  al  espirar  se  place.  iii 

Como  el  que  cae,  y  que  no  sabe  cómo, 

Por  obra  del  demonio  que  lo  estira 

Ó  por  otras  dolencias  al  abromo,  114 

Y  al  levantarse  en  su  contorno  mira, 
Por  la  pasada  angustia  desmarrido, 

Y  quebrantado  con  dolor  suspira,  117 

Tal  se  mostraba  el  pecador  erguido. 
Oh  potencia  de  Dios!  y  cuan  severa 
Contra  la  culpa  tu  venganza  ha   sido!  120 

El  buen  Maestro  demandó  quien  era, 

Y  él  respondió: — "Llovido  de  Toscana 

Caí  no   ha  mucho  en  esta  gola  fiera.  123 

"Mi  vida  fué  bestial,  no  vida  humana: 
V^anni   Fucci  Hamáronme,  la  Bestia, 

Y  en  Pistoya  habité  cueva  malsana."  i2f> 


EL   INFIERNO  —  CANTO    XXIV  143 


Dije  al  Maestro: — "  Imponlc  la  molestia 

De  estar  (¡uedo,  (jue  bien  le   he  conocido: 

Fué  sanguinario  y   torpe  en  su  inmodestia."        129 

El  pecador,  no  obstante  haberme  oído, 
X'^olvió  hacia   mí  con  su  alma  su  semblante, 
Por  la  triste  vergüenza  compungido.  132 

—  "Me  duele  más  estar  de  tí  delante, 

Que  mi  miseria, — dijo, — y  que  la  muerte 

Que  me  arrancó  del  mundo   bienandante.  135 

"Mas  fuerza  es  confesar,  al  responderte, 

Que  por  robar  los  vasos  consagrados 

En  el  infierno  me  hallo  de  esta  suerte;  i38 

"Que  á  otros  fueron  mis  robos  imputados; 

Pero  que  no  te  huelgue  mi  tormento 

Si  sales  de   estos  sitios  condenados.  ui 

•'Escucha  mis  pronósticos  atento: 
Ya  Pistoya  de  Negros  se  empobrece, 

Y  sufrirá  Florencia  cambiamientos ;  144 

"Vapor  de  Marte  en  Valle  Magra  crece. 

Que  negra  tempestad  lleva  en  su  seno. 

En  que  la  llama  de  la  guerra  acrece:  147 

"Se  peleará  en  el  campo  de  Piceno, 

Y  al  condensarse  aquella  niebla  espesa, 

Todos  los  Blancos  herirá  de  lleno.  150 

"Te  lo  digo  por  darte  gran  tristeza." 


CANTO   VIGÉSIMOQUINTO 


Continuación  del  sétimo  círculo  de  los  ladrones.  —  Blasfemia  y  castigo  de  Vanni 
Fucci.  —  Aparición  de  Caco.  —  Otros  condenados. —Metamorfosis  de  hombres 
y  serpientes.  —  Cianfa,  Añelo.  Brunelleschi  y  Puccio  Squianto. 

Dejó  de  hablar  aquel  ladrón  nefando, 

Ambas  manos  alzó,  hizo  dos  higas, 

Miró  al  cielo,  y  gritó:  —  "¡Eso  te  mando!"  3 

— Cual  diciendo: — ¡No  quiero  que  más  digas! 

Una  sierpe  se  enrosca  á  su  pescuezo. 

— Son  de  entonces  las  sierpes  mis  amigas.  6 

Otra  sus  brazos  ciñe,  y  queda  opreso: 
Le  envuelve  por  detrás  y  por  delante, 

Y  como  bulto  inmóvil  queda  tieso.  o 

¡Ah  Pistoya,  Pistoya  claudicante. 

Que  con  el  fuego  de  tu  seno  impuro 

No  extirpas  la  semilla  malignante!  12 

En  los  circuitos  del  infierno  oscuro 

No  vi  ante  Dios  un  ente  más  superbo. 

Ni  el  que  cayó  bajo  el  tebano   muro.  15 

Huyó  después,  sin  pronunciar  un  verbo, 

Y  vi  un  centauro  adelantar  rabioso, 

Que  así  gritaba:-— "¿Dónde  está  el  acerbo?"      is 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XXV  145 

La  iMarisnuí  en  su  fondo  cenagoso 

No  tiene  más  serpientes  enroscadas, 

Como  él,  del  anca  al  labio  espumajoso.  21 

Bajo  su  nuca,  de  alas  estiradas 

Iba  un  dragón,  que  todo  arder  hacía, 

Vomitando  sanorrientas  llamaradas.  24 

—  ''Este  es  Caco,  —  me  dijo  mi  buen  guía, — 
Que  las  rocas  al  pie  del  Aventino 

En  un  lago  sangriento  convertía.  27 

"No  sigue  de  los  otros  el  camino, 

Porque  robó  con  fraude  el  gran  rebaño 

Que  tenía   á  la  mano  de  vecino.  30 

"  Puso  fin  á  sus  hurtos  y  su  engaño 

Alcides,  con  cien  golpes  de  su  clava, 

De  que  diez  no  sintió,  maguer  su  amaño."  33 

Mientras  tanto,  la  sombra  se  alejaba, 

Y  tres  nuevos  espíritus  llegaron 

De  que  la  mente  muy  distante  estaba,  30 

Hasta  que  muy   de  cerca  nos  gritaron : 

—  "¿Quiénes  sois?"  —  Y  cesó  la  conferencia, 
Que  ellos  tan  sólo  la  atención  llamaron.  39 

Si  no  los  conocí,  por  inferencia, 

Al  continuar  hablando,  y  por  acaso, 

Tuve  del  nombre  de  uno  la   evidencia.  42 

El  uno  dijo:  —  "  Cianfa  está  en  atraso." 

Y  yo,  para  advertir  á  mi  buen  guía. 

Puse  el  dedo  en  el  labio  y  en  el  naso.  45 


146  DIVINA    COMEDIA 


Si  eres,  lector,  de  creencia  algo  tardía 

Por  lo  que  diga,  no  es  extraña  cosa, 

Pues  mi  vista  lo  vio,  y  aún  desconfía.  48 

Espiando  con  mirada  cuidadosa, 
Serpiente  con  seis  pies,   veo  que  avanza, 

Y  á  uno  de  ellos  se  enrosca  presurosa.  51 

Hunde  las  patas  medias  en  la  panza. 
Con  las  de  arriba  ciñe  brazo  y  brazo, 

Y  con  las  uñas  hasta  el  rostro   alcanza:  54 

Las  patas  bajas,  con  cerrado  lazo 

Toman  los  muslos,  y  la  cola  erguida 

Entre  ambos  mete,  y  roza  el  espinazo.  57 

Jamás  la  yedra  á  un  árbol  adherida 

Se  asió  á  su  tronco  y  gajos  cual  la  fiera 

Con  los  miembros  del  hombre  confundida,  oo 

Pues  derretidos  cual  caliente  cera. 

Uno  y  ninguno  en  forma  y  colorido 

Era  uno  otro  de  lo  que  antes  fuera,  63 

Así  el  papiro  en  brasas  encendido, 

Se   retuerce  tomando  tinta   oscura. 

Que  no  es  negra,  ni  blanca  como  ha  sido,  oó 

Los  otros  dos  miraban  con  pavura, 

Y,  —  "¡Cuál  cambias,  Añel!— ambos  gritaban   - 

Dos  no  son  ni   uno  solo  en  su  figura!"  69 

Una  sola  cabeza  ambos  formaban, 

En  un  solo  semblante  se  fundían, 

Bien  que  rasgos   perdidos  aun   mostraban.  72 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XXV  147 

De  cuatro  brazos,  dos  aparecían: 

Pecho,  piernas  y   vientre  al  deformarse, 

A  miembros  nunca  vistos  parecían.  75 

El  primitivo   aspecto  al  trasformarse, 

De  ninguno  y  los  dos,  bulto  malvado, 

A  lento  paso  comenzó  á  arrastrarse.  7« 

Cual  lagarto  en  verano,  apresurado 

Cruza  el  camino  de  otra  mata  en  busca, 

Que  parece  relámpago  animado,  si 

Así,  cual  grano  de  pimienta  fusca. 

Lívida  sierpecilla  que  ira  enciende. 

La  panza  de  los  otros  dos  rebusca.  84 

A  uno  su  dardo  viperino  hiende 

Por  do   se  toma  la  primer  comida: 

Salta  ligera,  y  á  sus  pies  se  extiende.  87 

La  sombra,  con  la  vista  amortecida, 

De  pie  la  mira,  y  sin  cesar  bosteza 

Como  de  fiebre  ó  sueño  poseída.  90 

Sierpe  y  sombra  se  miran  con  crudeza: 

Una  por  boca  y  otra  por  la  llaga. 

Humo  despiden  como  nube  espesa.  93 

Calle  Lucano,  que  al  cantar   propaga 

Los  cambios  de  Sabelio  y  de  Nasidio, 

Que  otro  cambio  los  suyos  deja  en  zaga.  96 

No  hable  de  Cadmo  y  Aretusa  Ovidio, 
Que  si  al  uno  en  serpiente  y  otra  en  fuente 
Su  musa  convirtió,  no  se  lo   ePividio;  99 


148  DIVINA    COMEDIA 


Pues  jamás  dos  naturas  frente  á  frente 

Trasmutaron  su  esencia  con  su  forma, 

Ni  en  materia,  de  modo  tan  repente.  102 

Hombre  y  bestia  se  arreglan  á  otra  norma: 
Se  bifurca  en  la  cola  la  serpiente, 

Y  el  cuerpo  del  herido  se  deforma.  105 

Ambas  piernas  se  adhieren  fuertemente, 

Y  cierran  de  tal  modo  la  juntura, 

Que  ni  señales  de  la  unión  presente.  ios 

La  bifurcada  cola,  la  figura 

Toma  del  pie  con  su  pellejo  flaco, 

Y  la  una  piel  se  ablanda  y  la  otra  endura.       iii 

Vi  los  brazos  hundirse  en  el  sobaco, 

Y  á  la  vez  de  la  sierpe  vi  extenderse 

De  uno  y  otro  costado  el  pie  retaco:  ii4 

Sus  pies  traseros  como  cuerda  tuerce, 

Y  en  el  hombre,  aquel  miembro  que  se  cela, 
En  dos  patas  rampantes  le  destuerce.  117 

Mientras  el  humo  al  uno  y  otro  vela, 
Al  hombre  la  serpiente  da  su  escama, 

Y  se  cubre  del  pelo  que  repela.  120 

El   uno  sobre  el  otro  se  encarama; 

Y  con  mirada  en  (jue  la  llama  ardía, 

Cada  cual  un  hocico  se  amalgama.  123 

El  erguido  hacia  abajo  contraía 

Las  sienes,  y  la  carne  rebosante 

En  orejas  y  cara  convertía.  126 


liL    INI  I1:KN(J  —  CANTU    XXV  149 

Con  l.'i  materia  posterior  sobrante 
Una  nariz  sobre  la  faz  se  planta, 

Y  los  labios  engruesan  lo  restante.  129 

Su  hocico  el  abatido  solevanta, 

Y  las  orejas  salen  de  su  testa, 

Como  sus  cuernos  caracol  levanta.  132 

La  lengua  que  antes  era  unida  y  presta, 

Se  parte  en  dos,  y  la  otra  dividida 

Se  reúne,  y  el  humo  contrarresta.  135 

El  alma,  así  en  culebra  convertida,  * 

Se  escapa  por  el  valle  y  va  silbando; 

El  de  pie  le  despide  su  escupida;  138 

Le  da  la  espalda,  y  dice  al  otro  hablando: 

—  ''  Quiero  que  corra  y  que  se  arrastre  Boso, 
Cual  yo  fui  por  los  suelos  arrastrando."  i4i 

Vi  de  esta  suerte  en  el  septeno  foso 
De  otras  almas  la  forma  trasmutada; 

—  Y  que  lo  nuevo  excuse  lo  enojoso. —  144 

Si  tenía  la  vista  algo  ofuscada 

Y  el  alma  absorta,  empero,  no  fué  tanto. 

De  las  sombras  no  ver  la  desbandada,  147 

Y  pude  conocer  á  Puccio  Squianto, 
El  solo  que  de  forma  no  cambiara.  — 

¡El  otro,  era  una  sombra  que  de  llanto,  150 

Desdichada  Gaville,  te  inundara! 


CANTO  VIGÉSIMOSEXTO 


Octavo  foso  del  círculo  infernal. — Los  dos  Poetas,  desde  la  altura  de  un  puente 
de  rocas  dominan  el  cerco  octavo. — Suplicio  de  los  consejeros  del  fraude. — 
Las  llamas  animadas  que  giran  en  torno  del  valle  ó  foso,  encerrando  cada 
una  de  ellas  uno  ó  más  pecadores. — La  llama  que  encierra  á  Ulises  y  Dio- 
medes,  formando  en  su  cresta  dos  lenguas  de  fuego  que  hablan,  es  interro- 
gada por  los  Poetas.  —  Ulises  narra  su  viaje  más  afuera  de  las  columnas  de 
Hércules,,  hasta  descubrir  una  nueva  tierra  y  su  naufragio. 


Goza  Florencia,  de  tu  fama  grande, 
Que  en  mar  y  tierra  con  sus  alas  vuela 

Y  que  tu  nombre  en  el  infierno  expande.  3 

Cinco   ladrones  de  tu  propia  escuela, 

Hijos  tuyos,  miré  yo  avergonzado. 

Que  por   cierto  no  abonan  tu  clientela.  6 

Mas  si  en  el  alba  es  cierto  lo  soñado, 

Pronto  verás  el  odio  que  te  aguarda. 

Como  en  el  Prato,  de  uno  y   otro  lado.  9 

Y  si  viniese  con  la  marcha  tarda, 
Como  que  ha  de  venir,  toda  m¡  vida 

Me  ha  de  pesar  en  cuanto  más  se  atarda.  12 

Remontamos  la  rápida  subida 

Sobre  escombros  á  modo  de  escollera, 

La  marcha  por  mi  guía  precedida.  15 


EL   INFIERNO -CANTO    XXVI  151 


Seguimos  solitarios   la   carrera, 

Por  entre  riscos,  (jue  á  no  ser  la  mano 

Nuestro  píe  remontarlos  no  pudiera.  is 

Cuando  pienso  en   aquel  mundo  inhumano, 

Y  en  lo    que  vi,  me  siento   más  doliente; 

Mi  espíritu  refreno  y  más  me  afano  21 

En  ir  tras  la  virtud   derechamente, 

Que  me  dio  buena  estrella,  ó  mejor  cosa, 

Y  no  debo  envidiarme  el  bien  presente.  24 

Como  suele  el  labriego  que  reposa. 

En  la  grata  estación  en  que  el  sol  brilla 

Y  más  tarda  en  venir  la  noche  umbrosa,  27 

Cuando  la  mosca  cede  á  la  mosquilla, 

Y  las  lucernas  todo  el  valle  alumbran, 

Campo  de  la  vendimia  y  de  la  trilla;  30 

Tal  las  llamas  chispeantes  ya  relumbran 

De  aquel  octavo  cerco  entre  los  fosos, 

Al  tiempo  que  mis  pies  la  roca  encumbran.        33 

Como  el  que  fué  vengado  por  los  osos. 

El  carro  vio  de  Elias  en  su  vuelo 

Llevado  por  caballos  fulgorosos,  36 

Sin  poderlos  seguir  en  su  desvelo, 

Viendo  solo  doquiera  viva  llama 

Que  como  nube  remontaba  al  cielo,  39 

Así  en  el  valle  el  fuego  se  derrama, 

Y  cada  llama  oculta  un  penitente 

En  cuyo  seno  sin  cesar  se  inflama.  42 


152  DIVINA    COMEDIA 


Miraba  absorto,  al  borde  del  gran  puente, 

Y  de  no  haberme  de  un  peñasco  asido, 

Al  abismo  cayera  ciertamente.  43 

Mi  guía,  al  observarme  así  abstraído, 

— "Un  espíritu, —  dice, — en  cada  hoguera 

De  lo  que  lo  devora  va  vestido."  48 

Respondí: —"Tu  palabra  verdadera 
Confirma  la  verdad  por  mí  sentida; 
Pero  además,  bien  penetrar  quisiera  51 

"Quién  es  aquel  que  en  llama  bipartida 

Surge,  como  en  la  pira  que  á  los  manes 

De  Eteocle  y  Polinice  fué  encendida."  54 

Y  respondió:-   "Del  fuego  en  los  afanes, 
Ulises  y  Diomedes,  como  hermanos. 

Pagan  á  la  ira  eterna  sus  desmanes.  57 

"Lloran  porque  en  su  muro  á  los  troyanos 

Con  doloso  caballo  abrieron  puerta. 

Por  do  salió  la  estirpe  de  romanos.  00 

"Lloran  el  fraude,  que  Deidamia  muerta 
Aun  deplora  de  Aquiles,  su  alma  triste, 

Y  el  paladión  que  hurtó  su  mano  experta."       63 

—  "Si  dentro  de  la  Ihima  que  los  viste 
Hablar  pueden,  -  le  dije,-  -yo  te  ruego 

Y  te  vuelvo  á  pedir  por  cuanto  existe,  60 

"No  me  niegues  hablarles  desde  luego. 

Pues  la  llama  de  cuernos  coronada 

Me  llama  con  deseos  sin  sosiego."  (/) 


i:l-    INriliKNü-     CANTO    XXVI  153 

Y  él   á   mi:       ''Tu   plcfi^aria   es   alabada, 

Y  por  eso  la  acojo  complacido; 

Mas  debe  ser  tu   lengua   moderada,  72 

"Déjame  hablar,  pues  bien  he  comprendido 
Lo  que  deseas,  porcjue  fueron  griegos 

Y  tu   idioma  les  es  desconocido."  75 

Al  acercarse  los  cornudos  fuegos, 

Cuando  al  Maestro   pareció   oportuno, 

En  esta  forma  dirigió  sus  ruegos:  78 

—  "Vosotros  los  que  vais  de  á  dos  en  uno 
Dentro   del  fuego,   por  lo   que   hice  en  vida, 

Si  recordáis  que  en  verso,  cual  ninguno,  8I 

"Fué  por  mí  vuestra  fama  trascendida, 

Parad,  y  por  el  fuego  que  atestigua 

Vuestra  muerte,  decidnos  vuestra  vida."  84 

El  alto  cuerno  de  la  hoguera  antigua 

Como  la  llama  que  fustiga  el   viento, 

Al   par  que  estaba  inmóvil  la  contigua,  87 

Se  agitó   con  activo  movimiento. 

Como  al  hablar  lo  hace  la  lengua  humana, 

Y  echó  hacia  afuera  su  escondido  acento:  90 

—  "Cuando  libre  de  Circe  la  inhumana. 
Que  más  de  un  año  en   Gaeta  me  retuvo, 

Do  antes  de  Eneas  era  soberana,  93 

"Ni  el  cariño   por  mi  hijo  me  contuvo. 

Ni  de  mi  viejo   padre  la  ternura. 

Ni  el  amor  de  Penélope  me  abstuvo,  96 


154  DIVINA    COMEDIA 


"De  correr  por  doquier  á  la  ventura, 
Por  conocer  el  mundo  como  experto, 

Y  al  hombre  con  sus  vicios  y  cultura.  99 

"Lánceme  sin  temor  en  mar  abierto, 

Con  sólo  un  leño,  y  tuve  por  compaña 

Pocos  hombres,  mas  todos  de  concierto.  102 

"  Vi  las  costas  del  mar  hasta  la  España, 
En  Marruecos,  y  en  la  isla  de  los  Sardos, 

Y  las  comarcas  que  en  contorno  baña.  ios 

"Mis  compañeros,  viejos  y  ya  tardos. 

Cual  yo  también,  llegamos  al  Estrecho 

Donde  Hércules  plantó  firmes  resguardos,  ios 

"Para  marcar  al  hombre  fatal  trecho; 
A  Ceuta  dejé  de  un  lado  á  la  partida, 

Y  Sevilla  quedó   por  ei   derecho:  iii 

"¡Hermanos  que  entre  riesgos  sin  medida 

"Tocáis — dije, —  el  extremo  de  occidente, 

"  En  la  corta  vigilia  de  la  vida  114 

"Aprovechad  la  fuerza  remanente! 

"  No  os  privéis  de  la  máxima  experiencia 

"  De  hallar  en  pos  el  Sol  mundo  sin  gente.      117 

"De  noble  estirpe  es  vuestro  ser  esencia: 

'•  Para  alcanzar  virtud  habéis  nacido 

"Y  no  á  vivir  cual  brutos  sin  conciencia."  120 

"  De  los  míos  el  ánimo  aguerrido 
lista  arenga  conforta,  y  su  osadía 
Nadie,   ni   yo,  la  hubiera  cotitenido.  us 


EL    INFIERNO  -  CANTO    XXVI  135 


''La  popa  vuelta  adonde  nace  el  día, 
lín  alas  locas  vueltos  nuestros  remos, 
Vamos  siempre  á  izquierda   en  nuestra   vía. 


126 


"Del  otro  polo  las  estrellas  vemos 
Kn  la  noche,  y  abajo,  no  aparecen 
Del   horizonte  nuestro  los  extremos.  129 

"  Cinco  lunas  renacen  y  decrecen 

Con  la  luz  por  debajo  de  la  luna, 

Desde  el  gran  paso  en  que  los  mares  crecen,        1^2 

''Cuando  aparece  una  montaña,  bruna 

Por  la  larga  distancia,  levantada 

Cual  hasta  entonces  no  era  vista  alguna.  135 

"  Oh  alegría!  que  en  llanto  fué  trocada! 
Que  de  la  nueva  tierra,  un  torbellino 
Bate  á  proa  la  nave  tormentada. 


138 


"Tres  vueltas  la  hace  dar  en  remolino; 

Sube  la  popa  al  enfrentar  la  tierra, 

Baja  la  proa,  y  el  querer  divino.  I4i 

"Al  fin  el  mar  sobre  nosotros  cierra." 


CANTO  VIGÉSniOSETDIO 


Continuación  del  cerco  octavo.  —  Otra  llama  animadci.  —  Diálogo  del  Dante  con  el 
conde  Guido  de  Montefeltro  sobre  el  estado  político  de  la  Romana.  —  Guido 
de  Montefeltro  hace  relación  de  su  vida  y  del  consejo  que  dio  á  Bonifacio  bajo 
previa  absolución,  que  fué  la  causa  de  su  condenación.  —  Discusión  casuística 
entre  San  Francisco  y  un  ángel  negro.  —  Las  almas  condenadas  y  los  cuerpos 
vivos. 


Dejó  de  hablar  la  llama  enhiesta  y  quieta, 

Y  prosiguió  girando  por  su  vía 

Con  venia  del  dulcísimo  poeta,  3 

Cuando  otra  llama  que  á  él  se  dirigía, 

Me  hizo  volver  los  ojos  á  su  altura 

Por  confuso  rumor  que  despedía.  6 

El  siciliano  toro  dio  tortura, 

—  Como  era  justo  —  en  su  primer  mugido, 

A  quien  lo  modeló  con  lima  dura,  9 

Mugiendo  con  la  voz  del  afligido, 

Que  aunque  de  bronce  estaba  fabricado, 

De  dolor  parecía  estremecido;  12 

Así  el  acento  en  llamas  encerrado 
Con  su  rumor  mezclaba  su   lenguaje, 
Convertido  en  la  (]ueja    del   penado.  ]<^ 


EL    INl'IERNU    -  CANTU    XXVII  157 

Mas  luego  (|ue  hubo   completado   el   viaje, 

La  flamígera  lengua,  claramente, 

A  una  voz  lastimera  dio  pasaje:  is 

"Tú,  quien  cjuiera  que  seas,  ser  clemente, 
Que  has  dicho  con  el  habla  de  lombardo: 
Anda  cji  paz!  No  te  atizo,  penitente!  21 

"  Aunque  me  acerque  á  tí  con  paso  tardo, 

Mi  voz  escucha,  por  piedad  te  ruego: 

Ya  vez  que  quieto  estoy  si  en  llamas  ardo.        24 

"  Si  recién  llegas  á  este  mundo  ciego, 

Y  acaso  vienes  de  la  dulce  tierra 

De  donde  vine  hasta  el  eterno  fuego,  27 

"Dime  si  la  Romana  se  halla  en  guerra: 
Yo  soy  de  la  montaña  que  en  Urbino 
Desprende  el  Tíber,  cuyo  valle  encierra." 


Escucho  atento  y  la  cabeza  inclino, 
Cuando  mi  guía,  blando  me  amonesta 
Y  me  dice: — "Habíale,  que  es  un  latino." 


30 


33 


Yo  que  tenía  pronta  la  respuesta, 

Le  respondí,  cuando  callado  hubo: 

— "  Alma  infeliz  á  quien  la  llama  tuesta,  36 

"  La  Romana  jamás  en  paz  estuvo 

En  el  alma  feroz  de  sus  tiranos: 

Tiene  la  triste  paz  que  de  antes  tuvo.  39 

Los  Polenta,  cual  siempre  soberanos 
Son  de  Rávena,  y  su  águila  atrevida 
Proteje  con  sus  alas  los  Cerbianos.  42 

12 


158  DIVINA    COMEDIA 


"La  tierra  que  en  su  prueba  sostenida 

Francos  mató  á  montones,  yace  opresa 

Del  verde  león  en  garras,  sometida.  45 

"El  dogo  viejo  y  el  que  nuevo  empieza 
En  Verrucchio,  matando  en  desgobierno, 
Como  mató  á  Montaña,  muerden  presa. 


48 


"Las  ciudades,  Lamorne  y  Santerno, 

Rige  el  leoncillo  azur  en  nido  blanco, 

Que  bando  cambia  de  verano  á  invierno.  5i 

"Y  aquella  á  la  que  el  Savio  baña  el  flanco, 
Que  entre  el  llano  y  el  monte  está  fundada. 
De  opresión  y  licencia  es  campo  franco.  54 

"  Ora  tu  nombre  di,  tan  apiadada 
Cual  otras  almas  en  martirio  han  sido, 

Y  sea  tu  memoria  prolongada."  57 

La  llama  ardiente  despidió  un  rugido, 

Y  su  punta,  cual  lengua  lanzó  afuera, 

De  aquí  de  allá,  y  habló  como  un  soplido: 


ÍO 


—  "  Si  yo  creyese,  mi  respuesta  fuera 
Dada  á  quien  pueda  retornar  al  mundo, 
Inmóvil  esta  llama  se  estuviera;  63 

«Mas  como  nadie,  hundido  en  lo  profundo 

De  este  valle,  ha  salido  vivo  y  sano. 

Sin  temor  á  la  infamia  lo  difundo.  66 

"Fui  guerrero;  después  fui  franciscano, 

Con    su    cordón   creyendo   hacer    enmienda; 

Y    cierto,    mi   creer  no    fuera   vano,  69 


EL   INFIERNO  —  CANTO    XXVII  159 


"Si  el  grande  Sacerdote  ¡Dios  lo  hienda! 
No  me  volviese  á  la  primera  culpa; 

Y  como  fué  yo  (juiero  se  me  entienda.  72 

"  Mientras  que  forma  fui  de  hueso  y  pulpa 

Que  la  madre  me  dio,  la  vida  mía 

No  de  león,  de  zorro  se  me  inculpa.  75 

"  La  torticera  y  encubierta  vía 

Supe  tan  bien,  que  á  fuer  de  mis   amaños 

Mi  nombre  por  la  tierra  se  extendía.  78 

''  Cuando  hube  entrado  en  los  maduros   años 

Que  la  vela  aferrar  y  atar  el  cable 

Hacen  al  hombre  tristes  desengaños,  si 

"Lo   que  antes  me  agradó,  fué  detestable; 

Y  contrito  y  confeso,  mi  deseo 

De  remisión  llenara  ¡ay  miserable!  84 

"  El  Príncipe  del  nuevo  Fariseo, 

—  En  guerra  á  inmediación  de  Lateranos, 

No  con  el  Sarraceno  y  el  Judeo;  87 

"Que  eran  sus  enemigos  muy  cristianos, 

Pues  ni  uno  en  Acre  renegó  su  creencia, 

Ni  fuera  mercader  con  egipcianos, —  90 

"Faltó  á  su  fe  llevado  á  la  eminencia; 

No  respetó  el  cordón,  ni  la  pedestre 

Orden  santa  de  ayuno  y  penitencia.  93 

"  Cual  Constantino  demandó  á  Silvestre 

Para  curar  su  lepra  de  Sorate, 

Llamóme  por  mi  mal,  como  maestre,  96 


160  DIVINA    COMEDIA 


"Para  curar  su  fiebre  de  combate: 

Pidióme  su  consejo:  hice  desecha, 

Porque  ebrio  parecióme  aquel  magnate.  99 

"  Luego  dijo :  —  "  Des  tierra  la  sospecha: 

'''Si  me  enseñas,  te  absuelvo  de  antemano, 

"  Como  pueda  á  Penestra  ver  deshecha.  102 

"  Todo  se  abre  y  se  cierra  por  mi  mano 
"  En  los  cielos,  pues  tengo  las  dos  llaves 
"  Que  mi  predecesor  tuvo  en  desgano. "  105 

"  Ante  estos  argumentos  harto  graves, 

Pensé  que  lo  peor  era  callarme, 

Y  dije:  —  ^'¡Oh  Padre!  pido  que  me  laves        ios 

"  Del  pecado  que  el  alma  va  á  mancharme, 

"  Cuando  te  digo :  —  Triunfarás  de  cierto 

^  Con  prometer  sin  dar  en  el  desarm^e."" —        11 1 

"Francisco  me  buscó,  cuando  fui  muerto; 

Mas  dijo,  negro  querubín  caído: 

"iVí?  te  lo  lleves,  que  me  harás  entuerto.  114 

'''Bajar  debe  á  mi  centro  maldecido, 

"  Porque  ha  dado  consejo  fraudtilento, 

"  Y  ya  le  tengo  de  la  crin  asido.  117 

"  No  hay  perdón  sÍ7i  final  repentimiento  : 

''^  Arrepentirse  y  reÍ7icidir  no  es  dado: 

"  Contradicción  no  admite  el  argumento. "  120 

"¡Pobre  de  mí!  cual  me  sentí  penado, 

Cuando  al  asirme  dijo: — ''/Ciertamente, 

"Que  tan  lógico  fuera  no  has  pensado !''  123 


EL    INFIERNO  — CANTO    XXVIl  161 

"A  Minos  me  llevó,  quien  imj>onente, 
Ocho  repliegues   dio  á  su  cola  luego, 

Y  mordiendo  la  punta  con  el  diente,  126 

"Gruñó: — "¡Merece  cjue  lo  esconda  el  fuego!" 

Y  aquí  me  ves  perdido  en  el  infierno, 
Envuelto  en  liarlas  sin  ningún  sosiego:"  129 

Después  de  hablar  siguió  su  giro   eterno 

Aquella  alma  quejosa  y  dolorida, 

Torciendo  al  aire  su  flamante  cuerno.  132 

Trepamos  del  otro  arco  la  subida, 

Que  cruza  el  foso,  y  fuimos  adelante 

Donde  paga  otra  turba  maldecida  135 

El  cargo  de  discordia  malignante. 


CANTO  VIGÉSIMOCTAVO 


Invocación  al  lenguaje  escrito  y  hablado. — Evocación  á  los  muertos.  —  Noveno 
cerco  donde  son  atormentados  los  cismáticos  y  promotores  de  discordias. — 
Aparición  de  Mahoma  y  de  Alí. —  Reminiscencia  de  Fray  Dolcino.  —  Las  almas 
en  pena  de  Pedro  de  Medicina,  Curione  y  el  Mosca.  —  Beltrán  del  Bosnio,  que 
11  ev  a  su  cabeza  en  las  manos  á  manera  de  una  linterna  con  que  se  alumbra. 

¿Quién  podría,  ni  en  voces  no  rimadas, 
Decir  la  sangre  y  llagas  que  he  mirado, 

Y  de  lleno  dejarlas  retrazadas?  3 

Todo  idioma,  sería  muy  menguado, 
Porque  á  nuestra  palabra  y  nuestras  mentes 
Tanto  en  su  seno  comprender  no  es  dado.  6 

Si  se   adunaran  las  extintas  gentes. 

Que  de  la  Pulla,  la  infelice  tierra. 

Bañaron  con  su  sangre  de  dolientes,  9 

Con  el  romano,  en  prolongada  guerra. 

Que  tanto  anillo  diera  por  despojos. 

Cual  Tito  Livio  escribe,  y  no  lo  yerra;  12 

Si  á  ellas  se  uniesen,  los  que  en  sangre  rojos 
Cayeron  contrapuestos  á  Güiscardo, 

Y  los  huesos,  que  aun  miran  nuestros  ojos  15 

En  Ceperano,  donde  fué  bigardo 

Cada  Pullense;  y  los  de  Tagliacozzo 

Donde  inerme  triunfara  el  viejo  Alardo;  is 


EL    INFIERNO —CANTO    \X\  III  I(j3 


Cuando  tocios,  en   j^riipo  lastimoso, 

Presentaran  sus   mienil)ros  mutilados, 

Nada  serían  ante  el  nono  foso.  21 

Jamás  tonel  sin  duela  ó  desfondado, 

Vióse  como  uno  allí,  todo  él  abierto 

Desde  la  barba  al  vientre,  el  desdichado.  2^ 

Su  corazón  se  muestra  á  descubierto; 

Sus  intestinos  cuelgan,  y  es  su  saco 

De  excrementos,  depósito  entreabierto.  n 

Le  seguía  al  través  del  aire  opaco, 

Y  al  mirarme  exclamó,  rasgando   el  pecho: 

—  "  Ve  como  las  entrañas  me  resaco.  30 

"  Mira  á  Mahoma  aquí,  todo  deshecho : 
Más  adelante  Alí  sigue  llorando, 

Y  su  cabeza  abierta  es  un  desecho.  33 

"Y  los  otros  que  ves  aquí  girando, 

De  escándalo  y  de  cisma  sembradores. 

Fueron  en  vida,  y  así  están  penando.  35 

"Un  diablo  se  halla  atrás,  que  en  sus  furores 
Nos  parte  con  el  filo  de  su  espada; 
Renovando  cruelmente  los  dolores  39 

"En  cada  vuelta  á  la  doliente  estrada; 

Porque  se  cicatriza  nuestra  herida 

Antes  de  repasar  la  vía  andada.  42 

"Mas  ¿qué  haces  tú  sobre  esa  roca  erguida? 

¿Tal  vez  retardas   el  suplicio  airado 

Por  la  culpa  en  el  mundo  cometida?"  45 


164  DIVINA    COMEDIA 


—  "Aun  no  ha  muerto,  ni  viene  condenado, 
Dijo  el  Maestro.  —  Busca  la  experiencia, 
No  el  tormento  que  en  lote  te  ha  tocado. 


48 


"  Yo  un  muerto  soy,  y  doile  mi  asistencia 
Al  recorrer  los  cercos  tenebrosos: 

Y  como  te  hablo,  es  esto  una  evidencia."  51 

Más  de  cien  almas  se  alzan  de  los  fosos 

Para  mirarme  como  extraño  caso. 

Olvidando  sus  golpes  dolorosos.  54 

Sigue  Mahoma:  —  "Pues  que  estás  de  paso, 

Y  vas  á  contemplar  el  Sol  en  breve, 

Di  á  Fray  Dolcino, — si  no  quiere  acaso  57 

"Acompañarme  aquí,  —  cuide  la  nieve 

Que  la  vitualla  ataja,  pues  podría 

Bien  suceder  que  el  Novares  la  lleve."  60 

Así  Mahoma,  al  tiempo  que  partía 
Dejó  de  hablarme  con  la  planta  alzada 
Volviendo  á  andar  por  la  doliente  vía.  63 

Otro,  que  trae  la  gola  agujereada. 
Cortada  la  nariz  hasta  la  ceja, 

Y  que  muestra  una  oreja  mutilada,  66 

Fijo  me  mira,  pero  no  se  queja 

Como  los  otros,  y  abre  su  garguero, 

En  chorro  al  destilar  sangre  bermeja.  o9 

—  "¡Oh  tú!  que  exento  del  tormento  fiero, 

Y  en  tierra  conocí  que  fué  latina, 

—  Dijo — según  de  tu  semblante  infiero,  72 


EL    INFIERNO  — CANTO    XXVIII  l()5 

"Acuérdate  de  Pedro  Medicina, 
Si  tornases  á  ver  el  dulce  llano 
Que  de  Vercello  á  Marcabó  se  inclina;  75 

"Y  á  los  dos  buenos  únicos  de  Fano, 

Y  Angiolelo,  dirás,  también  á   Guido, 

vSi  el  predecir  acjuí  no  es  un  don  vano,  7S 

"  Que  serán  de  un  bajel   desprevenido 

Arrojados  al  mar  frente  á  Cattólica, 

Dentro   de  un  saco  por  tirano   infido.  si 

''Entre  la  isla  de  Chipre  y  la  Mayólica, 

Nunca  verá  pirata   igual  Neptuno 

Tal  crimen  cometer  en  tierra  Argólica,  84 

"  El  traidor,  cuyos  ojos  ven  con  uno, 

En  el  país,  que  uno  que  está  conmigo 

No  quisiera  haber  visto  en  tiempo  alguno,  87 

"Los  llamará  para  tratar  consigo, 

Y  hará  tal,  que  ni  el  viento  de  Focara 

Ni  las  preces  los  pongan  al  abrigo."  90 

Y  yo  á  él:  —  "Dime  antes  y  declara. 
Si  he  de  ser  de  tus  nuevas  mensajero, 
¿Quién  tan  amarga  vista  no  deseara?"  93 

La  quijada  empuñó  d<^-  un  compañero, 

Abrir  la  boca  con  sus  manos  le  hizo. 

Gritando:  —  Un  mudo  que  mostrarte  quiero.        90 

'"Este  exilado,  á  Cesar  indeciso, 

Aliento  dio  al  decirle  :  —  "  Mucha  espera 

Nos  pierde  sin  salir  del  compromiso." —  99 


166  DIVINA    COMEDIA 


¡Cuan  consternada  su  apariencia  era, 

Con  la  lengua  á  raíz  despedazada, 

De  aquel  Curión,  que  la  movió  tan  fiera!  102 

Con  una  y  otra  mano  mutilada 

Otro  alzó  sus  muñones,  y  en  luz  hosca 

Mostrándome  su  cara  ensangrentada,  ios 

Clamó: — "¡También  acuérdate  de  Mosca! 
Yo  fui  quien  dije: — ¡Acabe  ¿o  e^npezado f 
Germen  de  males  de  la  gente  Tosca. "  ios 

—  "Y  muerte  de  tu  raza!"  —  dije  airado; 

Y  como  loco  que  el  dolor  conturba 

Se  fué  con  doble  duelo  acumulado.  m 

Quedé  á  mirar  la  condenada  turba, 

Y  cosa  vi  que  me  causó  pavura, 

Y  que  el  sólo  contarla  me  conturba;  ii4 

Mas  la  firme  conciencia  me  asegura. 

Como  fiel  compañera  que  da  aliento 

Bajo  el  albergue  de  una  mente  pura.  117 

Yo  vi  cierto,  y  lo  veo  en   el  momento, 

Un  busto  sin  cabeza  ir  caminando 

En  medio   de  aquel  triste  agrupamiento.  120 

La  cabeza,  del  pelo  iba  colgando 

En  sus  manos  á  modo  de  linterna, 

Y: — "¡Ay  de  mí!" — exclamaba  sollozando.       123 

De  sí  mismo  era  tétrica  lucerna, 

I Y  era,  cual  todo  en  uno  ó  dos  en  una...! 

Como  fuera  no  es  fácil  lo  discierna.  126 


EL   INFIERNO  —  CANTO    XXVIll  l67 

—  Lo  sabe  Aquél  que  todo  lo  coaduna! 

—  Al  pie  del   puente  alzóse  la  cabeza, 

Movió  los  labios  de  su  boca  bruna,  129 

Y  díjome:  —  "Contempla  esta  crudeza, 

Tú  que  vivo  visitas  á  los  muertos, 

Que  en  nadie  más  que  en  mí  la  culpa  pesa.     1^2 

"Para  llevar  de  mí,  comentos  ciertos. 

Que  soy  Bosnio  Beltrán  saber  tú  debes, 

Que  aconsejó  al  rey  Juan  en  sus  entuertos.      135 

"Al  hijo  y  padre  convertí  en  aleves. 

Cual  David  y  Absalón,  tan  fementido, 

Que  de  Aquitófel  son  las  culpas  leves.  138 

"Por  dividir  lo  que  se  hallaba  unido, 

Tengo  así  dividida  la   cabeza. 

Principio  de  este  cuerpo  amortecido;  i4i 

"Y  culpa  y  pena  así  se  contrapesa." 


CANTO  VIGESIMONONO 


Comparación  entre  los  grandes  dolores  de  la  tierra  y  del  infierno  — Al  salir  del 
noveno  cerco,  Dante  entrevé  á  su  pariente  Gen  del  Bello,  que  se  esquiva  ai- 
rado de  su  vista.  —  Diálogo  entre  Virgilio  y  el  Dante.  —  Los  dos  Poetas  entran 
en  el  décimo  valle  ó  foso  del  octavo  círculo.—  Tormento  de  los  falsificadores 
y  de  los  alquimistas,  devorados  por  llagas  asquerosas.  —  Coloquio  de  los  dos 
Poetas  con  una  sombra.  —  El  volador  de  Siena.  —  Capocchio. 


Con  tanta  gente  en  llaga  dolorida 
Mi  vista  estaba  de  dolor  colmada, 
Que  tanta  pena  á  lagrimar  convida;  3 

Mas  Virgilio  me  dijo:  —  "¿Tu  mirada, 

Por  qué  sigue  tan  fija  y  tan  ansiosa 

En  la  sombra  á  esa  turba  mutilada,  6 

"Que  antes  paseabas  triste  y  vagarosa? 

Nadie  contar  sus  almas  se  imagina, 

Que  millas  veinte  y  dos  mide  su  fosa.  9 

"Mas  ya  la  luna  á  nuestros  pies  se  inclina: 
Corto  es  el  tiempo  que  me  está  acordado, 

Y  hay  más  que  ver  en  la  mansión  maligna."      12 

—  "Si  bien  me  hubieses  antes  observado, 
Me  dieras  la  razón  —  dije  á  mi  guía, — 

Y  la  partida  un  tanto  retardado."  15 


EL    INFIERNO  —  CANTU    XXIX  169 

\A   entre  tanto,  su  áj^il   pie  movía, 

Caminando,  sin  darme  la  respuesta, 

Mientras  yo  continuaba: — "  lín  esta  impía  i8 

"  Mansión  del  duelo    la  mirada  puesta, 

De  mi  sangre,  un  espíritu  que  llora 

Pienso  haber  visto,  y  lo  que  culpa  cuesta."        21 

Dijo  el  Maestro  entonces: — "Si  deplora 

Tu  corazón   la  vista  del  doliente, 

Mayor  dolor  verás:  déjale  ahora:  24 

"  Le  he  visto  cuando  estabas  sobre  el  puente. 

Que  con  desdén  feroz  te  amenazaba, 

Geri- Bello,  llamándole  la  gente.  27 

"  Tu  atención  por  entonces  se  fijaba 
En  el  señor  que  fué  del  Altofuerte, 

Y  no  has  visto  al  que  al  lado  se  esquivaba."    30 

—  "  Oh  mi  Maestro,  su  violenta  muerte, 

—  Le  respondí — que  sin  venganza  yace 

Por  los  que  oprobio  parten  con  su  suerte,  33 

"  Quizás  motive  su  desdén,  y  le  hace 
Ocultarse  de  mí,  como  lo  hacía, 

Y  más  piedad  del  corazón  me  nace."  36 

Así  hablando  los  dos  en  compañía, 

Llegábamos  del  puente  hasta  la  altura, 

Do  con  más  luz  el  valle  se  veía:  39 

Y  al  penetrar  á  la  última  clausura 
De  Malebolge,  vimos  ya  cercanos 

Los  conversos  de  aquella  negra  hondura.  42 


170  DIVINA   COMEDIA 


Fuertes  lamentos  suben  inhumanos, 
Que  lastiman  cual  puntas  aceradas; 

Y  el  oído  tapé  con  ambas  manos.  45 

Valdechiana  no  vio  nunca  hacinadas 

De  Julio  hasta  Setiembre  en  hospitales, 

Ni  la  Marisma  y  la  Cerdeña  aunadas,  48 

Más  miserias  y  pestes  ni  más  males: 
Tal  era  la  infección  que  se  exhalaba 
De  los  corruptos  cuerpos  infernales.  51 

Bajamos  por  el  borde  en  que  estribaba 
El  largo  puente,  hacia  la  mano  indiestra, 
Donde  la  vista  el  valle  dominaba.  54 

Y  abajo  vi,  con  su  severa  muestra 
Del  Ser  Supremo  el  fallo  justiciero, 

Que  da  castigo  á  la  maldad  siniestra.  57 

No  creo  fuese  el  padecer  más  fiero 

Cuando  de  Egina  el  aire  tan  malsano 

Postró  doliente  todo  un  pueblo  entero,  60 

Que  desde  el  hombre  al  mísero  gusano 
Todos  murieron,  y  la  antigua  gente, 
—  Según  dan  los  poetas  por  certano,  — 


63 


Renovó  con  hormigas  su  simiente; 

Y  era  de  ver  en  esta  oscura  fosa 
Languidecer  por  hatos,  grey  doliente.  66 

Quien  sobre  el  vientre,  quien  de  espalda  posa; 

Y  unos  sobre  los  otros  se  arrastraban 

A  gatas  por  la  vía  dolorosa.  09 


EL    INFlIiKiNU  —  CANTO    XXIXI  171 

Mudos  los  dos,  las  plantas  nos  llevaban, 

Mirando  y  escuchando  á  los  penados, 

Que  en  vano  erguir  sus  cuerpos  intentaban.       72 

A  dos  vi  sobre  el  suelo,  cjue  adosados, 

Cual  una  olla  á  otra  junta  se  calienta. 

De  pies  á  la  cabeza  lacerados  75 

No   de  un  mancebo  mano  turbulenta 

Mueve  con  más  empeño  la  almohaza 

Ante  el  amo,  que  espera  y  se  impacienta,  78 

Cual  el  uno  y  el  otro  se  ataraza 

Con  sus  uñas,  moviéndose  rabiosos. 

Sin  alivio  al  ardor  que  los  abrasa.  si 

Rascábanse  las  costras  pustulosas 

—  Cual  con  cuchillo  escámase  el  pescado, — 
Con  uñas  aceradas  y  filosas.  84 

Y  hablando  al  un  leproso  condenado 
Dijo  mi  guía: — "Oh!  tú,  que  te  destrozas, 

Y  en  tenazas  tus  manos  has  trocado,  87 

"Dime  si  entre  estas  sombras  dolorosas 

Se  encuentra  algún  latino;  ¡y  que    le  baste 

Uña  eterna  á  tus  manos  trabajosas!"  90 

—  "Latinos  somos;  en  eterno  guaste 

Los  dos  estamos, — prorrumpió  gimiendo. — 
Mas,  ¿quién  eres,  que  así  lo  demandaste?"  93 

Y  el  Maestro:  —  "Soy  uno  que  desciendo 
Con  un  vivo,  de  piedra  en  piedra  dura, 

Y  mostrarle  el  infierno,  bien  entiendo."  96 


172  DIVINA    COMEDIA 


Al  oírle  rompieron  su  apretura, 

Y  trémulo  cada  uno  me  examina, 

Con  los  otros  que  oyeron  á  ventura.  99 

El  Maestro  hacia  mí,  blando  se  inclina; 
Miróme  y  dijo: — "A  tu  sabor  demanda." 

Y  hablé  obediente  á  voluntad  benigna:  102 

—  "Sea  vuestra   memoria  memoranda 
En  el  humano  mundo  de  la  mente, 

Y  viva  muchos  soles  y  se  expanda!  105 

"  Decidme  quiénes  sois,  y  de  qué  gente, 

Si  vuestro  mal  y  lastimosa  pena. 

No  lo  impide,  y  habladme  libremente."  ios 

—  "De  Arezzo  fui,  donde  Albero  de  Siena, 
— El  uno   dijo — asóme  en  fuego  vivo; 

Mas  no  es  ésta  la  causa  de  mi  pena.  iii 

"Es  verdad  que  una  vez  dije  por  juego, 
Que  volar  por  los  aires  yo  podría, 

Y  él,  de  muy  poco  seso,  y  harto  lego,  ih 

"  Quiso  le  demostrase  el  arte  mía, 

Y  porque  no  hice  un  Dédalo,  á  la  hoguera 

Me  echó  un  obispo  que  por  hijo  había.  ii7 

"De  las  diez,  á  la  fosa  postrimera 

Minos  me  condenó,  maguer  mis  preces, 

Porque  alquimista  allá  en  el  mundo  fuera. "       120 

Dije  al  Poeta:  —  "Son  estos  Sieneses, 

Todos  de  natural  tan  vanidoso. 

Como  más  no  lo  son  ni  los  franceses."  123 


EL    INFIERNO  — CANTO   XXIX  173 

A  estas  palabras  que  escuchó  un  leproso, 
Me  respondió:  —  "Cierto  es,  menos  l'>strica 
Que  fué  en  gastos  tal  ve":  parsimonioso;  126 

"Y  Nicolcás,  el  que  la  usanza  rica 

Del  jiroflé  nos  dio,  que  en  país  lejano 

Su  simiente  nativa  multiplica  ;  129 

"Y  la  cuadrilla  de  Cación  de  Asciano, 
Que  viña  y  bosque  disipó  sin  cuento; 

Y  Abbagliato  que  fué  de  juicio  sano.  132 

"Y  has  de  saber,  que  el  que  hace  este  comento 

Contra  el  Sienes,  y  que  tal  vez  te  asombra. 

Si  bien  miras,  tendrás  conocimiento  135 

"  Que  en  la  tierra  Capocchio  se  le  nombra, 
Falseador  de  metales  por  alquimia; 

Y  debes  recordar  al  ver  mi  sombra,  i38 

"Que  á  natura  imité  con  arte  eximia." 


13 


CANTO  TRIGÉSIMO 


Los  males  y  sufrimientos  en  la  tierra  y  en  el  Infierno. — Continuación  del  último 
valle  del  octavo  círculo. — Otros  falsificadores  por  trasmutación  de  la  propia 
persona,  presa  de  una  demencia  furiosa. — Mirra. — Juan  Esquico. — Un  falsifica- 
dor de  moneda. — Adán  de  Brescia. — Los  falsificadores  de  la  palabra. — Dispu- 
ta entre  el  hidrópico  Adán  de  Brescia,  y  el  griego  Sinón  devorado  por  la 
fiebre. — Diálogo  entre  los  dos  Poetas  en  que  Virgilio  reprocha  á  Dante  entre- 
tenerse en  atender  palabras  soeces.  . 


En  el  tiempo  en  que  Juno  despechada, 

Con  Semele  y  la  raza  del  tebano, 

Mostróse  como  siempre  malairada,  3 

Atamante  tornóse  tan  insano, 

Que  al  ver  á  sus  dos  hijos  con  su  esposa, 

Llevados  cada  uno  de  una  mano,  6 

—  "¡A  las  redes! — gritó  con  voz  furiosa, — 
¡Leona  y   cachorros  juntos  he  tomado!" 

Y  cual  zarpa  tendió  mano  impiadosa.  9 

Y  á  uno  de  ellos,  que  Learco  era  llamado, 
Lo  estrelló  en  una  roca,  furibundo, 

Y  ella  se  echó  con  otro  al  mar  airado.  12 

Y  cuando  la  fortuna,  á  lo  profundo 
Bajó  á  Troya  tan  alta  y  tan  osada, 

Y  rey  y  reino  se  borró  del  mundo,  15 


EL   INFIERNO  —  CANTO    XXX  175 

Y  Hécuba,  la  cautiva  desolada, 
Después  de  ver  á  Polixena  muerta, 

De  Polidoro  vio  la  faz  amada,  18 

Cadáver  triste  sobre  playa  yerta, 

Y  ladró   como  can,  con  pena  insana 

Oscura  el  alma,  y  la  razón  desierta,  21 

No  la  furia  tebana  y  la  troyana 

Atormentara  con  más  penas  crudas 

Los  animales  y  la  especie  humana,  24 

Cual  vi  dos  sombras  pálidas,  desnudas, 

Mordiéndose,  correr  á  la  manera 

Del  puerco,  con  sus  fauces  colmilludas.  27 

Una  alcanza  á  Capocchio  en  su  carrera, 

Y  al  nudo  de  su  cuello  el  diente  hendiendo 

Lo  hace  barrer  el  suelo  en  ira  fiera.  30 

El  Aretino,  á  golpe  tan  tremendo, 

—  "Este  espíritu,  —  exclama:  —  es  Juan  Esquico, 

Que  así  rabioso  á  todos  va  mordiendo."  33 

Y"  yo  á  él: — "Decirme  te  suplico, 

Cual  sea  la  otra  sombra  vagarosa, 

jY  puedas  preservarte  de  su  hocico!"  30 

Y  él: — "Es  esa  la  sombra  criminosa 

De  Mirra  antigua,  que  el  pudor  violando, 

Se  enamora  del  padre,  y  que  incestuosa  39 

"Peca  con  él,  su  ser  falsificando. 

Porque  en  otra  persona  se  transforma; 

Como  ese,  que  con  ella  va  penando,  42 


176  DIVINA    COMEDIA 


"  Quien  por  yegua  ganar  de  buena  forma, 

Buoso  Donati  se  llamó,  doloso. 

Por  testamento  en  ajustada  norma."  45 

Luego  que  hubo  pasado  el  par  rabioso 

Que  mantenía  absorta  la  mirada, 

La  extendí  por  el  cerco  doloroso,  48 

Y  á  modo  de  laúd  mal  conformada 
Una  sombra  miré,  que  tal  sería 

Si  la  parte  inferior  fuese  cortada.  51 

El  humor  de  una  grave  hidropesía 

De  su  cuerpo  los  miembros  deformaba, 

Y  á  su  rostro  no  el  vientre  respondía.  54 

De  arriba  abajo  el  labio  se  apartaba, 

Cual  la  boca  del  ético,  sedienta; 

Desde  la  barba  á  la  nariz  temblaba.  S7 

— "Alma  que  estás  de  toda  pena  exenta, 
No  sé  por  qué,  del  valle  en  el  secuestro, 
— Me  dijo, — pasa  y  toma  triste  cuenta  60 

"  Del  pobre  Adamo,  mísero  maestro : 

Todo  lo  tuve,  y  hoy  de  agua  una  gota 

Fuera  más  grata  en  mi  penar  siniestro.  63 

"  El  arroyo  que  el  fresco  valle  acota, 
Al  descender  del  verde  Casentino 

Y  en  el  Arno  sus  aguas  desagota,  66 

"Ante  mis  ojos  siempre  me  imagino, 

Y  su  imagen  risueña  me  deszuma 

Más  (jue  el  mal  me  descarna  de  contino.  69 


EL    INriERNÜ  ~- CANTO    XXX  177 

"  La  ríj^ida  justicia   (]ue  me  abruma, 
Castígame  por  donde  yo  he  pecado, 

Y  mi  lamento  se  transforma  en  bruma.  72 

"  En  Romena,  por  mi  falsificado 

Fué  el  dinero  sellado  del  Bautista; 

Por  ende  el  cuerpo  allí  dejé  quemado  75 

"  Más  si  viese  que  el  alma  aquí  se  atrista 
De  Guido,  de  Alejandro,  ó  de  su  hermano, 
Por  Fonte- Branda  diera  yo  esa  vista.  78 

"  Uno  ha  venido  ya  ó  está  cercano, 

Sí  no  miente  la  voz  de  esta  morada, 

Pero  ¡ay!  atado  estoy  de  pies  y  mano.  si 

"Si  en  cien  años,  pudiese  una  pisada 

Adelantar  con  cuerpo  más  ligero, 

Me  echaría  á  la  vía  condenada:  84 

"Le  buscaría  en  este  valle  fiero; 

—  Bien  que  tenga  once  millas  de  circuito, 

Y  media  de  ancho  mida  por  entero. —  37 

"Por  ellos  sufro  este  dolor  maldito; 
Ellos  me  hicieron  acuñar  florines 
De  tres  quilates  falsos,  con  delito" 


—  "Te  pido,  —  dije,  —  que  á  esos  denomines. 
Que  cual  la  húmeda  mano  en  el  invierno 
Humean  de  este  valle  en  los  confines." 


90 


93 


— "  Allí  los  vi  cuando  bajé  al  infierno, 

—Repuso,  —y  nunca,  nunca  se  han  movido: 

Y  así  estarán  por  tiempo  sempiterno.  96 


178  DIVINA    COMEDIA 


"Una  mintió  á  Josefo  y  su  marido: 
Otro  es  Sinón  en  Troya  mal  famado: 
Y  es  su  vapor,  su  aliento  corrompido." 


99 


Uno  de  aquellos  dos,  así  tachado, 
Golpeó  con  puño  firme  y  avizoro 
Del  hidrópico  Adamo  el  vientre  inflado,  102 

Que  retumbó  como  tambor  sonoro; 

Pero,  con  mano  por  igual  pujante. 

Gritándole:  —  "Ni  aún  este  oficio  ignoro!"         ios 

Maltratóle  furioso  su  semblante; 

Y  agregó:  —  "Bien  que  me  halle  aquí  tullido. 

Mi  brazo  para  tí,  aún  es  bastante. " 


IOS 


Y  el  otro  replicó:  —  "  Cuando  sumido 
Te  hallabas  en  las  llamas,  no  tan  presto 

Eras,  como  al  forjar,  florín  mentido."  iii 

Y  el  hidrópico  dijo: — "Cierto  es  esto; 
Pero  no  fué  tan  fiel  tu  testimonio. 

Cuando  en  Troya  te  fuera  á  tí  requesto. "  114 

—  "Verdad:  más  no  fué  puro  tu  antimonio, 

—  Gritó  Sinón:  —  si  entonces  he  mentido. 

Lo  has  hecho  tú  más  que  ningún  demonio."     117 

-—"Recuerda  aquel  caballo  fementido,— 
Repuso  el  otro,  aquel  de  vientre  hinchado, — 
Reo  por  todo  el  mundo  maldecido."  120 

_"Tú, —  dijo  el  griego  —  eres  el  más  penado; 

Con  panza  inflada,  y  con  la  lengua  seca. 

El  mirarte  y  beber  te  está  vedado."  123 


EL    INFIERNO  — CANTO    XXX  179 

^'   el  monedero:  —  "  lu  mentir  te  obceca 

(^)uc  si   padezco  sed   y   tenj^^o  humores, 

A  tí  fiebre  malijirna  te   reseca.  I26 

"  Es  tu  cabeza  presa  de  dolores, 

Y  lamer  el  espejo  de  Narciso 

Bien  quisieras  en  medio  á  tus  ardores. "  129 

La  disputa  escuchaba,  y  de  improviso 

El  buen  Maestro  prorrumpió:  —  ''Pues!  mira! 

¡Que  estoy  por  enojarme!"  —Yo  indeciso,  132 

Al  escuchar  aquel  acento   de  ira, 

Por  tal  vergüenza  me  sentí  turbado, 

Que  todavía  en  mi  memoria  gira.  135 

Y  como  el  que  desgracias  ha  soñado. 
O  aún  soñando  desea,  que  falsía 

Sea  lo   que  entre  sueños  ha  soñado,  I38 

Tal  yo  también,  que  ni  aun  hablar  podía, 
Con  palabras  mi  falta  no  excusaba, 

Y  me  excusaba  sin  saber  lo  hacía.  i4i 

—  "Culpas  más  graves  que  la  tuya  lava, 

Ese  rubor — dijo  el  Maestro  amado, — 

De  la  virtud,  que  todo  desagrava.  144 

"Y  piensa  que  estaré  siempre  á  tu  lado 
Si  otra  vez  te  encontrases  con  tal  gente, 
Que  encuentre  en  semejante  plato   agrado;         147 

"Que  es  bajeza  el  oírla  solamente.'' 


CANTO  TEIGESIMOPEIMERO 


La  lengua  de  Virgilio  y  la  lanza  de  Aquilas.  —  Aparición  de  los  Titanes  que 
levantan  la  mitad  del  cuerpo  sobre  la  octava  fosa  ó  valle  á  manera  de  torreo- 
nes de  fortaleza.  —  Los  dos  Poetas  dan  la  espalda  al  octavo  círculo,  y  se  diri- 
gen al  pozo  central  del  Infierno  que  está  encima  del  noveno  y  conduce  á  él. — 
Nemrod,  Efialtes  y  otros  Titanes.  —  El  gigante  Anteo. — Discurso  de  Virgilio 
suplicando  á  Anteo  que  los  haga  descender  al  noveno  círculo.  —  Anteo  toma 
á  Virgilio  y  Dante  en  sus  brazos,  y  como  un  lío  los  hace  descender  al  último 
abismo. 

La  misma  lengua  que  mordió  enojosa 

Y  dióme  de  vergüenza  la  semblanza, 

La  medicina  me  brindó  piadosa;  3 

Así  cuentan  curaba  aquella  lanza 

De  Peleo  y  Aquiles  al  herido; 

De  un  lado  dura  y  por  el  otro  mansa.  6 

Dejamos  aquel  valle  dolorido 

Contorneando  del  cerco  el  alto   muro, 

Mudos  y  el  pensamiento  contenido.  9 

Era  entre  día  y  noche,  un  claro  oscuro, 

Y  en  la  sombra  mi  vista  vacilaba, 

Cuando  un  cuerno  sonó  con  son  tan  duro,  12 

Que  todo  otro  sonido  sofocaba; 

Y  el  oído  la  vista  encaminando 

Atento  á  un  sólo  punto  concentraba.  15 


RL    INFIERNO  —  CANTO    XXXI  I  ^i  I 

Tras  de  l.i  rota  dolorosa,  cuando 

Carlomagno  perdió  la  santa  gesta, 

No  tan  terrible  el  cuerno  de  Rolando.  is 

En  mi  camino,  al  revolver  la  testa, 
De  muchas   altas  torres  vi  semejos, 

Y  al  guía  pregunté:  —  "¿Qué  tierra  es  ésta?       21 

Y  respondió:  —  "No  puedes  ver  de  lejos, 

Y  te  ofuscan  en  medio  á  las  tinieblas 

De  lo  que  tú  imaginas  los  reflejos.  24 

"  Lo   que  lejano   con  engaños  pueblas, 

Claro  verás,  estando  más  cercano; 

Apura  el  paso,  y  pasarán  las  nieblas.  27 

(Y  dulcemente  me  tomó  las  manos): 
"Antes  que  en  esta  vía  te  adelantes, 

Y  se  disipen  tus  mirajes  vanos,  30 

"Sabe  que  no  son  torres,  son  gigantes 

Hundidos  en  la  fosa,  y  esto  explica 

Que  sus  bustos  se  iergan  arrogantes."  33 

Como  cuando  la  niebla  se  disipa. 

Poco  á  poco  la  vista  trasfigura 

Lo  que  un  denso  vapor  diversifica,  36 

Así,  rompiendo  aquella  bruma  oscura, 

Al  borde  de  la  fosa  tremebunda. 

Huyó  el  engaño  y  vino  la  pavura.  39 

Como  á  Montereggión,  muro  circunda, 
Que  de  encumbradas  torres  se  corona. 
Así  también  se  alzaba  furibunda,  42 


182  DIVINA    COMEDIA 


Por  mitad  descubriendo  su  persona, 

La  fila  de  gigantes,  que  amenaza, 

Júpiter  con  sus  rayos  cuando  trona.  45 

Veo  una  faz  que  al  muro  sobrepasa, 

La  espalda,  el  pecho  y  de  su  vientre  parte, 

Y  á  un  lado  y  otro  el  brazo  que  rebasa.  48 

Hizo  natura  bien  dejando  el  arte 

De  procrear  tamaños  animales, 

Pues  de  tales  soldados  privó  á  Marte.  51 

Ballenas  y  elefantes  dan  señales 

Que  si  bien  no  del  todo  se  arrepiente, 

Aun  en  esto,  sus  juicios  son  cabales;  54 

Porque  si  á  la  potencia  de  la  mente 

Se  juntara  la  fuerza  maliciosa, 

El  hombre  á  resistir  fuera  impotente.  57 

Era  larga  la  faz  y  era  anchurosa 
Como  la  pina  de  San  Pedro  en  Roma, 

Y  su  armazón,  en  proporción  huesosa.  60 

K\  muro,  como  túnica  le  toma 

Medio  cuerpo,  y  el  resto,  tan  erguido 

De  la  cintura  á  la  cabeza  asoma,  63 

Que  en  tres  frisones,  uno  al  otro  unido, 

P2n  treinta  palmos,  no  se  alcanzaría 

Donde  el  hombre  su  manto  tiene  asido.  66 

^' ¡  Rafe  le  7nai,  ainec  zabí  a/mía/'' 

A  gritar  empezó  la  fiera  boca. 

Que  allí  no  suena  dulce  salmodia.  69 


KL    INFIERNO  -CANTO    XXXI  183 

Increpóle  el  Maestro:—   "Anima  loca, 

vSopla  tu  cuerno,  y  con  su  son  desfoga 

La  ira  ó  la  pasión  (jue  te  sofoca.  72 

^'  En  torno  al  cuello  encontrarás  la  soga, 
Que  por  siempre  te  amarra,   alma  confusa, 

Y  que  cruzada  al  pecho,  cruel  te  ahoga."  75 

Y  mirándome  dijo:  -"A  sí  se  acusa: 
Este  es  Nemrod,  y  por  su  loca  empresa, 

La  misma  lengua  el  mundo  ya  no  usa.  78 

"No  perdamos  el  tiempo,  que  interesa; 
Porque  el  lenguaje  que  habla  nadie  entiende, 

Y  ni  él  tampoco  lo  que  el  nuestro  expresa."    si 

El  buen  Maestro  su  camino  emprende; 

Gira  á  izquierda,  y  á  tiro  de  ballesta 

Otro  gigante  desde  el  foso  asciende.  84 

Quien  con  sus  fuerzas  su  furor  arresta, 

No  podría  decir;  pero  amarrados, 

Ambos  brazos  robustos  manifiesta,  87 

Por  cadena,  de  fierros  muy  pesados. 

Que  el  cuerpo  cinco  veces  le  ceñía 

Desde  el  cuello  á  los  miembros  empinados.       90 

—  "  Este  soberbio,  tuvo  la  osadía 

De  medirse  con  Jove,  y  en  sí  lleva 

Merecido  castigo, —  dijo  el  guía.  93 

"  Es  Efialtes,  que  puesto  á  la  gran  prueba, 

Con  gigantes  los  dioses  espantará: 

No  es  fácil  que  sus  brazos  más  remueva."  96 


184  DIVINA    COMEDIA 


—  "Maestro,  díjele,  yo  deseara 

Ver,  si  es  posible,  al  colosal  Briareo 

Y  que  su  imagen  por  el  ojo  entrara. 


99 


Y  él  á  mí:— "Lo  verás  cerca  de  Anteo, 
Que  puede  hablar  y   que  se  encuentra  suelto, 

Y  ha  de  bajarnos  donde  gime  el  reo.  102 

"El  que  tú  quieres  ver,  se  encuentra  envuelto 

En  cadenas,  cual  éste  semejante. 

Salvo  el  rostro  feroz  y  más  resuelto."  103 

No  puede  el  terremoto  más  pujante, 

Al  sacudir  el  torreón  más  fuerte. 

Igualar  el  poder  de  aquel  gigante;  ios 

Jamás  miedo  mayor  sentí  de  muerte, 

Y  me  la  diera  el  pecho  congojoso, 

A  no  saber  que  atado  estaba  inerte.  iii 

Seguimos  á  lo  largo  de  aquel  foso, 

Donde  Anteo,  su  busto  levantando, 

Cinco  brazas  afuera  está  alteroso.  ii4 

—  "¡Oh  tú!  que  en  aquel  valle  afortunado 

Donde  heredó  Scipión  eterna  gloria. 

Fué  Aníbal  y  Cartago  derrotado,  ii7 

"Leones  mil  tuviste  por  memoria, 

¡Y  que  de  haber  estado  tú  en  la  guerra 

De  tus  hermanos,  lauro  de  victoria  120 

"Coronara  á  los  hijos  de  la  tierra! 

Bájanos  hasta  el  hondo  precipicio. 

Donde  el  Cocito  su  frialdad  encierra.  123 


II.    IMII'.KXO  —  CANTO    XXXI  185 

'•  No   nos  dirijas  ;í  Tifón  ni   «I  Tizio. 

Este  (jue  ves,  dar  puede  lo  (|ue  se  ama, 

Si  te  inclinas  con  gesto  más  propicio,  126 

"  Y  por  el  mundo  pregonar  tu  fama, 

Que  vivo  está,  y  aun  tiene  vida  larga 

Si  antes  del  tiempo  el  cielo  no  le  llama. "         129 

Dijo  Virgilio,  y  el  gigante  alarga 
Presto,  las  manos  que  Hércules  sintiera, 

Y  entre  sus  brazos  al  Maestro  carga.  r^2 

Virgilio  que  coger  así  se  viera, 

Díjome: — "Haz  de  modo  que  te  prenda." 

Y  de  los  dos  Anteo  un  haz  hiciera.  135 

• 

Cual  parece,  al  mirar  á  Carisenda 

Rajo  el  declive,  que  una  nube  leve 

Mueve  en  contra  su  fábrica  estupenda,  i38 

Tal  me  parece  Anteo  que  se  mueve 
Al  inclinarse;  y  cierto,  que  en  tal  hora 
Quisiera  andar  por  vía  menos  breve.  141 

Mas,  levemente,  al  fondo  que  devora 

A  Lucifer  y  Judas,  nos  llevó: 

Doblegado  un  momento  se  demora,  144 

Y  cual  mástil  de  nave  se  irguió. 


CANTO  TRIGÉSIMOSEGUNDO 


Invocación  á  las  vírgenes  que  ayudaron  á  Anfión  á  levantar  los  muros  de  Tebas. — 
La  raza  maldita  de  los  traidores.  —  Entrada  de  los  dos  Poetas  al  noveno  y 
último  círculo.  —  Dante  pisa  en  la  oscuridad  con  su  pesado  cuerpo  de  hombre 
vivo,  las  sombras  de  los  condenados  que  se  quejan.  —  El  lago  helado  donde 
son  atormentados  los  traidores  enterrados  desde  el  cuello  hasta  los  pies. — La 
Antenoria,  una  de  las  cuatro  comparticiones  del  noveno  círculo,  que  son  la 
Caína,  la  Judaeca,  la  Antenoria  y  la  Tolomea. — Suplicio  y  enumeración  de 
los  traidores  á  la  patria,  que  penan  en  el  hielo.  —  Al  entrar  á  la  región  Tolo- 
mea,  Dante  ve  asomar  dos  cabezas  sobre  el  hiele,  una  de  las  cuales  devora 
la  otra. 

» 

Si  tuviese  una  rima  áspera  y  bronca, 

Como  á  este  triste  foso  convendría, 

Que  sustenta  las  rocas  con  que  entronca,  3 

Yo  el  jugo  de  mi  mente  exprimiría 

Más  plenamente;  pero  no  me  alabo, 

Pues  con  temor  doy  suelta  á  mi  osadía.  6 

Empresa  fácil  no  es,  llevar  á  cabo 

Lo  más  hondo  explicar  del  universo. 

Ni  es  de  lengua  que  aun  dice  inatnina  y  babbo.      o 

Ayuda,  como  Anfión,  pide  mi  verso, 

A  las  Donas  de  Tebas  fundadoras. 

¡No  sea  el  hecho  y  el  decir  diverso!  12 

—  Plebe  vil,  entre  razas  malhechoras, 
¡Mejor  que  ser  de  lo  que  hablar  es  duro, 
Fuerais  cabras  y  ovejas  baladoras! —  is 


EL    INFIERNO  —  CANTO    XXXII  187 

Así  que  entramos  en  el  pozo  oscuro, 

A  los  pies  del  gibante  desdoblado, 

Miré  la  altura  del  soberbio   muro.  is 

Clamó  una  voz  quejosa:  —  "¡Ay!  ten  cuidado! 

¡Y  no  maltrates  con  tu  planta  impía, 

La  frente  de  un  hermano  desdichado!"  21 

Volví  los  ojos  do  la  voz  salía, 

Y  un  lago  vi,  que  convertido  en  hielo, 

Más  que  de  agua,  de  vidrio  parecía.  24 

Nunca  en  invierno,  más  espeso  velo 

Cubrió  en  Austria  el  Danubio  congelado, 

Ni  vio  el  Tañáis  bajo  su  frío  cielo,  27 

Cual  el  que  vi,  que  á  haberse  derrumbado 

Sobre  él  Apuana  y  Tabernich  unidos, 

Sus  orillas  ni  un  ¡cricchl  hubieran  dado.  30 

Como  la  rana  lanza  sus  graznidos 

Con  el  hocico  fuera,  cuando  sueña 

La  espigadera  frutos  más  crecidos;  33 

Lívidas,  do  vergüenza  el  rostro  enseña, 

Yacen  las  sombras  en  el  lago  helado. 

Batiendo  el  diente  á  modo  de  cigüeña.  36 

Su  rostro  hacia  los  suelos  inclinado, 

Su  boca  fría,  y  su  mirar  transido, 

Dan  testimonio  de  su  triste  estado.  39 

Cuando  la  vista  en  torno  hube  corrido. 

Miré  á  mis  pies,  y  vi  dos  condenados 

El  pelo  de  uno  y  otro  confundido.  42 


DIVINA    COMEDIA 


'•¿Quiénes  sois  los  de  pechos  apretados?" 
—  Pregunto,  —  y  ellos  alzan  sus  semblantes 

Y  á  mí  tuercen  los  cuellos   doblegados.  45 

En  sus  ojos,  que  blandos  eran  antes, 
Al  asomar  la  lágrima,  se  cuaja, 

Y  se  cierran,  de  hielo  semejantes.  48 

Cual  leño  á  leño  ciñe  férrea  faja, 

Así  los  dos,  revueltas  sus  guedejas. 

Cual  cabras  topan  con  la  frente  baja.  51 

Uno  de  ellos,  perdidas  las  orejas 

Por  el  frío,  pregunta,  el  rostro  yerto : 

—  "¿Por  qué  en  nosotros  tu  mirada  espejas?     54 

''  Quiénes  son  esos  dos,  sabrás  de  cierto : 

Donde  Bisenzio  su  corriente  inclina, 

Fueron  señores  con  su  padre  Alberto.  57 

"  Hijos  son  de  una  madre ;  en  la  Caína 
Que  ora  atraviesas,  no  hay  sombra  malvada 
Que  más  merezca  estar  en  gelatina;  60 

"Ni  el  que  Arturo  mató  de  mano  armada, 

Ni  Focaccia,  ni  ese  otro  condenado 

Que  me  tiene  la  vista  interceptada  63 

"  Con  su  cabeza,  ser  abominado, 

Que  vSassol  Mascheroni  se  llamaba: 

Si  eres  toscano,  ya  te  lo  he  mentado.  66 

"  Pocas  palabras,  y  el  sermón  acaba. 
Fui  Camición  de  Pazzi,  y  acjuí  espío 
A  Carlin  que  descargue  mi  alma  prava."  69 


EL    INFIKRNO -~  CANTO    XXXII  189 

Después,  amoríltíldos   por  el  frío 

Vi  rostros  mil,  cjuc   .lun  tiritando  miro, 

Mirando  siempre  aquel  helado  río;  72 

Y  mientras  vamos  hacia  el  pozo  andando 
Donde  el  peso  del  mundo  se  coaduna, 

Y  entre  el  eterno  frío  iba  temblando,  75 

No  sé,  si  por  destino  ó  por  fortuna. 

Marchando  entre  cabezas  condenadas. 

Golpeó  mi  pie  en  el  semblante  á  una.  78 

Y  llorando  gritó: — "Si  tus  pisadas 
No  son  de  Mont'  Aperti  la  venganza. 

Por  qué  así  me  maltratan  despiadadas?"  si 

Dije  al  Maestro :  —  "  Para  nuestra  andanza ; 

Quiero  salir  de  dudas,  que  en  seguida 

Haré  cuanto  me  dicte  tu  templanza."  84 

Paróse  el  guía,  y  dije  á  la  dolida 

Sombra,  que  horrible  blasfemaba  ora: 

— "  ¿Quién  eres  tú  de  boca  maldecida?"  87 

—  "¿Y  tú  quién?"  —  replicó,  —  que  en  la  Antenota 
Golpeando  vas  los  rostros  duramente 

Cual  un  vivo,  con  planta  pesadora?"  90 

Y  respondí: — ¿Yo  soy  un  ser  viviente, 

Y  si  grata  te  puede  ser  la  fama. 

Quizás  tu  nombre  entre  los  otros  cuente.*'  93 

—  ";Por  lo  contrario  mi  miseria  clama! 

—  Replicó, —  y  eres  tú  mal  lisongero 

Al  aumentar  mi  pena  en  esta  lama."  96 

14 


190  DIVINA    COMEDIA 


Asi  el  cabello  de  aquel  ser  tan  fiero, 

Diciéndole:  —  "Tu  nombre  me  confiesa 

Ó  te  pelo  y  repelo  todo  entero."  99 

—  "Puedes  —  dice, — pelarme  con  franqueza; 
No  te  diré  mi  nombre,  y  te  lo  juro, 

Aunque  estrujes  mil  veces  mi  cabeza."  102 

De  una  mecha  bien  firme  le  aseguro, 

Y  empezaba  á  pelarle  ya  la  coca, 

En  tanto  que  él  ladraba  su  conjuro.  ios 

Mas  uno  grita:  —  "Qué  te  pasa,  Bocea?" 

¿No  te  basta  que  suene  tu  quijada, 

Que  aún  ladras?  Qué  demonio  el  que  te  aloca?"  ios 

— "  Ora,  tu  confesión  es  excusada, 

Traidor: — le  dije,  —  queda  con  tu  afirenta; 

De  tí  daré  noticia  no  falseada."  iii 

—  "Vete,  —  repuso — y  lo  que  quieras  cuenta, 
Mas  no  olvides  decir,  que  al  lado  mora 

El  que  su  lengua  puso  á  retroventa,  II4 

"  Y  aun  el  dinero  del  francés  deplora. 

Llorar  he  visto  á  Buoso  de  Duara, 

Do  helada  está  la  turba  pecadora.  ii7 

"Y  si  alguno  por  otro  demandara, 

A  Becchería  tienes  á  tu  lado, 

A  quien   P'lorencia  el  cuello  le  segara.  120 

"  Soldanier  más  allá,  creo  enterrado. 
Con  Ganello,  y  Tribaldo,  traicionero 
Que  entregara  á  Faénza  al  sueño  dado."  123 


EL   INFIERNO  —  CANTO   XXXII  191 


Más  lejos  vimos,  en  glacial  ahujero, 

De  dos  sombras  heladas  la  cabeza, 

Que  la  una  de  la  otra  era  sombrero.  120 

Como  el  hambriento  muerde  el  pan  á  priesa, 

Así  hundía  su  diente  un  condenado 

En  la  nuca  del  otro  cjue  era  presa.  129 

Cual  Tideo  de  rabia  trasportado 

De  Menalipo  devoró  la  frente. 

Así  roía  el  cráneo  descarnado.  132 

—  "¡Oh  tú!  le  dije,   que  con  fiero  diente 

Muerdes  una  cabeza  ya  reseca, 

¿Cuál  es  el  odio  que  tu  pecho  siente?  135 

"  Si  no  es  bestialidad  la  que  te  obceca. 

Di  quién  eres.  Por  qué  tan  iracundo? 

Si  la  lengua  con  que  hablo  no  se  seca,  i38 

La  razón  que  tu  tengas  diré  al  mundo." 


CANTO  TRIGESIMOTERCERO 


Hugolino  narra  su  emparedamiento  en  la  torre  de  Pisa,  juntamente  con  sus  cuatro 
hijos. —  Su  sueño  fatídico.  —  La  agonía  de  sus  hijos,  y  su  muerte  por  hambre. 
—  Hugolino  sobrevive  á  sus  hijos,  y  ciego,  desatentado,  puede  en  ól  más  el 
hambre  que  los  sentimientos  naturales.  —  Imprecación  del  Poeta  contra  Pisa. — 
La  región  de  la  Toloméa  donde  sufren  tormentos  otros  traidores  políticos. — 
Fray  Alberigo  Manfredi.  —  Branca  D'Oria.  —  Anticipación  de  la  pena  á  las 
demás  almas  de  los  traidores,  cuyo  cuerpo  permanece  todavía  en  la  tierra. 


La  boca  levantó  del  fiero  pasto, 

El  pecador,  limpiándola  en  el  pelo 

Del  cráneo,  por  detrás  ya  casi  guasto.  3 

Y  comenzó:  —  "Quieres  renueve  el  duelo. 
Que  el  corazón,  impío  me  atormenta, 

Y  antes  de  hablar,  me  oprime  sin  consuelo!        6 

"Mas,  si  al  traidor  que  muerdo,  afrenta  cría 

Mi  palabra,  cual  germen  encarnado, 

Hablaré  como  el  que  habla  y  se  lamenta.  9 

"No  sé  quién  eres,  ni  como  has  bajado; 
Mas  por  tu  acento,  tu  eres   Florentino; 

Y  lo  pienso,  después  que  te  he  escuchado.        12 

"Saber  debes  fui  el  conde  de  Hugolino, 

Y  éste  fué  el  arzobispo  de  Rugiero: 

Ahora  sabrás  por  qué  soy  su  vecino.  15 


F.L    INPIERNO-    CANTO    XXXIII  193 

''  Por  los  amaños  de  su  j]^enio  artero 

Confíeme  de  él,  y   á  muerte  condenado, 

Bien  se  sabe,  fui,  triste  prisionero.  ih 

"Mas  no  sabes  el  modo  despiadado 

Que  hizo  la  muerte  para  mí  más  cruda: 

Oye,  y  sabrás  como  yo  fui  agraviado.  21 

"  Una  estrecha  ventana  de  La  Muda, 

— Que  es  hoy  torre  del  hambre,  y  todavía 

A  otro  afligido  encerrará  sin   duda, —  2+ 

"  Más  de  una  luna  ya  mostrado  había. 

Cuando  en  sueños  miré,  correrse  el  velo 

Que  el  futuro  á  mis  ojos  escondía;  27 

"Y  á  éste  vi,  cual  señor  con  crudo  anhelo 

Cazar  lobo  y  lobeznos,  en  montaña 

Que  de  Luca  y  de  Pizza  parte  el  suelo.  30 

"  Con  perras  flacas,  dadas  á  esta  maña. 
Los  Gualando,  Sismondis  y  Lanfranco, 
Corrían  tras  su  huella  la  campaña.  33 

"En  corto  trecho,  con  cansado  tranco, 

Sueño,  que  á  hijos  y  padre  los  devora, 

Agudo  diente  que  les  hiende  el  flanco.  36 

"Al  despertar,  cuando  asomó  la  aurora, 
Sentí  á  mis  hijos,  que  entre  sueños  crueles, 
Pedían  pan  con  voz  desgarradora.  39 

"  ¡  Serás  muy  cruel  si  de  mi  mal  no  dueles. 
Pensando  en  lo  que  el  alma  me  anunciaba! 
Si  no  lloras,  ¿de  que  llorar  tú  sueles?  42 


194  DIVINA    COMEDIA 


"Despiertos  ya  mis  hijos,  se  acercaba 

La  hora  del  alimento  acostumbrado, 

Y  entre  sueños  cada  uno  vacilaba.  45 

"Sentí  clavar  la  puerta:  sepultado 

Quedé  en  la  horrible  torre,  y  vi  maltrecho 

El  rostro  de  mis  hijos;  y  callado,  48 

"¡Yo  no  lloraba,  empedernido  el  pecho! 

Ellos  lloraban,  y  Anselmucio  dijo: 

"¡Cómo  me  miras,  padre!  Qué  te  han  hecho?"     5i 

"Ni  lloré  entonces,  ni  repuse  á  mi  hijo; 

Todo  aquel  día  y   en  la  noche  opreso. 

Hasta  que  al  mundo  un  nuevo  Sol  bendijo.       54 

"  Débil  rayo  de  luz,  el  aire  espeso 
Bañó  de  la  prisión,  y  estremecido. 
Vi  en  cuatro  rostros  mi  semblante  impreso!       57 

"Mordime  las  dos  manos  dolorido. 

Y  mis  hijos,  pensando  que  me  embiste 

Hambre  voraz,  prorrumpen  en  quejido: 


60 


—  "¡Será  para  nosotros  menos  triste 

Que  comas  nuestra  carne  miserable! 

Tú  puedes  despojarla;  tú  la  diste." —  63 

"Por  consolarlos  me  mostré  inmutable: 

Quedamos  todos  en  mudez  sombría... 

¿Por  qué  no  me  tragó  tierra  implacable?  66 

"Así  llegamos  hasta  el  cuarto  día: 

Gualdo  me  dijo:   "Ven  ¡ay!  en  mi  ayuda!" 

Y  se  tendió  á  mis  pies  en  agonía.  69 


EL   INFIERNO  — CANTO    XXXIII  195 

"jCiualdo  iiiiirio;  y   v^i   con  len^uíi  muda, 

Uno  á  uno   morir  los  tres,  hambrientos, 

Kl  (¡uinto  y  sexto  día  en  ansia  cruda!  72 

"Ciego,  busqué  sus  cuerpos  macilentos... 

Tres  días  los  llamé  desatentado    .  . 

¡El  hambre  sofocó  los  sentimientos!"  75 

Con  ojo  torvo,  así  que  hubo  callado. 

Volvió  á  roer  el  cráneo  con  su  diente, 

Como  hace  el  can  en  hueso  destrozado.  7» 

¡Oh  Pisa,  vituperio  de  la  gente 

Del  bello  país  en  donde  el  sí  se  entona! 

Pues  que  tarda  el  castigo  providente, 


81 


Las  islas  de  Caprera  y  de  Gorgona 

Cierren  el  Arno,  y  cubra  su  corriente 

Anegada  la  estirpe  de  tu  zona!  84 

Pues  si  Hugolino  según  voz  de  gente, 

Tus  castillos  vendió,  no  te  era  dado 

Martirizar  sus  hijos  crudamente  ;  87 

Que  á  Hugo  y  Brigata  y  ambos  que  he  cantado, 

Su  edad  temprana,  inculpes  declaraba, 

¡Oh  nueva  Tebas  de  crueldad  traslado!  90 

El  lago  á  la  distancia  se  ensanchaba, 

Y  otra  turba  de  sombras  se  veía, 

Cuya  cabeza  al  dorso  se  inclinaba.  93 

La  misma  queja  resonar  se  oía, 

Y  su  llanto,  que  paso  no  encontraba, 

Sobre  el  helado  corazón  caía;  96 


196  DIVINA   COMEDIA 


Pues  la  lágrima  al  ojo  se  agolpaba, 

Y  cual  visera  de  cristal  helado, 

En  los  párpados  dura  se  fijaba,  99 

Bien  que  fuese  cual  callo  inanimado. 

Por  el  frío,  y  que  todo  sentimiento 

En  mi  rostro  estuviese  anonadado,  102 

Me  pareció  sentir  ligero  viento, 

Y  al  guía  interrogué:  —  "  ¿Quién  esto  mueve? 
¿No  está  el  Cocito  de  vapor  exento?"  105 

Y  él  respondió: — ''Ya  lo  verás  en  breve: 
Tu  ojo  á  tu  boca  le  dará   respuesta, 

Al  ver  la  causa  que  este  soplo  llueve."  ios 

Y  un  triste  que  en  el  frío  se  molesta, 

A  los   dos  nos  increpa:  —  '-Almas  tan  duras, 
Que  merecéis  esta  mansión  funesta,  iii 

"Quitadme  estas  heladas  veladuras. 

Antes  que  vuelva  á  congelarse  el  llanto, 

Que  el  corazón  impregna  de  tortura."  lu 

—  "Si   quieres,  —  dije,  —  alivio  á  tu  quebranto. 

Di  quien  eres  y  tu  ojo  desabrigo, 

O  en  el  fondo  del  hielo  te  suplanto."  117 

El  respondió:  —  "Yo  soy  fray  Alberigo; 
Soy  aquel  de  la  fruta  de  mal  huerto, 

Y  aquí  cosecho  dátiles  por  higo."  120 

Y  yo  á  él:  —  "Estás  en  cuerpo  muerto?" 

Y  respondió:  —  "Que  el  mundo  el  cuerpo  vea 
Puede  ser,  pues  de  todo  estoy  incierto.  123 


EL   INFIERNO  —  CANTO   XXXIII  197 


"  lis  privilep^io  de  esta  Tolomea, 

Que  con  frecuencia  el  ánima  caída 

De  Átropos  anticipe  la  tarea.  izr. 

"  Porque  ablandes  mi  vista  endurecida, 

Con  mejor  voluntad,  diré,  que  al  punto 

Que  un  alma  cual  la  mía  es  ya  perdida,  129 

"  Al  cuerpo  le  es  quitada,  y  su  trasunto 

\^iste  un  demonio  atroz  que  lo  gobierna, 

Antes  que  llegue  la  hora  del  consunto.  132 

"  Y  mientras  su  alma  baja  á  esta  cisterna. 

Queda  en  el  mundo  el  cuerpo  semi-vivo. 

Como  esa  sombra  que  á  mi  lado  inverna.         135 

"Saberlo  debes,  si  lo  has  visto  vivo: 

Es  Branca  D'Oria  que  hace  algunos  años 

Aquí  cayó,  y  aquí  quedó  cautivo."  i38 

—  "Creo,  —  le  dije, — son  puros  engaños, 
Pues  Branca  D'Oria  vive  todavía, 

Y  come,  bebe,  duerme  y  viste  paños."  ui 

Y  él:  —  "Malebolge  no  tragado  había 
A  Miguel  Zanchez  en  la  pez  hirviente. 
Cuando  esa  alma  perdida  aquí  caía;  144 

"Y  un  demonio  ocupaba  el  ser  viviente, 

Y  de  un  prójimo  suyo,  alma  maligna, 

Que  cual  D'Oria  pecó  traidoramente.  147 

"Ahora  extiende  hacia  mi  mano  benigna 

Y  abre  mis  ojos."  —  Los  dejé  cerrados, 

Y  noble  fué  con  él  mi  acción  indigna!  150 


198  DIVINA    COMEDIA 


¡Ah  Genoveses!  hombres  mixturados, 

De  usos  diversos,  llenos  de  magaña, 

¿Por  qué  no  sois  del  mundo  desterrados?         153 

Junto  del  alma  peor  de  la  Romana, 
Por  sus  obras  se  encuentra  allí  cautivo, 
Uno  vuestro,  que  ya  el  Cocito  baña. 


156 


Y  aun  en  el  mundo  el  cuerpo  se  halla  vivo. 


CANTO  TRIGKSIMOCUARTO 


Cuarta  y  última  esfera  de.l  círculo  nono.  —  Los  traidores  sumergirlos  en  el  hielo. 

—  líl  abismo  de  la  Judeca.  —  Aparición  de  Lucifer.  —  Bajada    y  subida  dje  los 
dos  Poetas.— El  centro  de  atracción  de   la  tierra.  —  Salida  á  otro  hemisferio 

—  El  riveder  de  las  estrellas. 

"^/  rey  con  las  banderas  del  Infierno 
Está  cercano;  más  primero  mira, 

—  Dijo  el  guía — si  ves  lo  que  discierno."  3 

Como  cuando  entre  nieblas  se  respira, 

Ó  que  al  anochecer  la  luz  decrece. 

Se  ve  un  molino  que  á  lo  lejos  gira,  6 

Grande  fábrica  así  ver  me  parece. 

—  Contra  el  viento  que  viene,  busco  abrigo, 

Y  mi  guía  á  su  espalda  me  le  ofrece. —  9 

Estaba  (en  metro  con  temor  lo  digo) 

Do  las  sombras  se  ven  en  transparencia 

Cual  paja  que  el  cristal  lleva  consigo;  12 

Donde  entre  el  hielo  sufren  penitencia, 

De  pie  ó  cabeza,  en  arco  contraído 

El  cuerpo,  pies  y  rostro  en  adherencia.  15 

Siguiendo  por  mi  guía  conducido. 

Hasta  donde  le  plugo  al  fin  mostrarme 

A  la  criatura  de.  esplendor  perdido,  18 


200  DIVINA   COMEDIA 


Me  detuvo,  y  atrás  hizo  quedarme, 

Diciendo:  —  "Mira  á  Dite;  es   el  momento 

De  que  tu  pecho  de  energía  se  arme."  21 

Como  quedara  helado  y  sin  aliento, 

No  preguntes,  lector,  ni  yo  lo  escribo, 

Pues  que  todo  decir  es  vano  intento.  24 

No  estaba  muerto,  más  no  estaba  vivo, 

Y  puede  imaginarse  un  ingenioso 

Lo  que  es  un  semi-muerto  y  semi-vivo.  27 

El  que  impera  en  el  reino  doloroso. 
Está  en  el  hielo,  á  medias  soterrado; 

Y  más  bien  me  igualara  yo  á  un  coloso,  30 

Que  un  gigante  á  su  brazo  desdoblado. 

¡Cuál  sería  de  pies  á  la  cabeza 

Su  gigantesco  cuerpo  levantado!  33 

Si  su  fealdad  iguala  su  belleza 

Cuando  contra  el  Criador  alzó  los  ojos, 

¡Razón  hay  de  llorar  en  la  tristeza!  36 

Oh!  qué  gran  maravilla  en  sus  despojos, 

Cuando  le  vi  tres  caras  en  la  testa! 

Una  delante  de  colores  rojos,  39 

Y  otras  dos,  ayuntadas  con  aquesta. 

Que  desde  el  medio  de  cada  ancha  espalda 

vSe  reunían  en  lo  alto  de  la  cresta.  42 

La  diestra,  era  entre  blanca  y  entre  gualda, 

Y  la  izquierda,  cual  son,  tales  y  cuales, 

Los  que  del  Nilo  nacen  á  la  falda.  45 


EL   INFIERNO  ~  CANTO    XXXIV  201 


Llevan  las  tres,  dos  alas  colosales, 

Cuál  de  tamaño  pájaro  en  el  vuelo. 

¡  |amás  el  viento  infló  velas  iguales!  48 

Kran  sin  plumas,   más  tenían"  pelo : 

¡Murciélago  infernal!  con  que  aventaba 

Tres  vientos  varios  de  perenne  hielo,  51 

Con  que  el  Cocito  todo  congelaba  í 
Por  seis  ojos  y  seis  mejillas  llora, 

Y  mezcla  el  llanto  á  sanguinosa  baba.  54 

En  cada  boca  un  pecador  devora 

Con  sus  colmillos,  de  espadilla  á  guisa: 

De  un  alma  es  cada  boca  torcedora.  57 

La  del  frente,  algo  menos  martiriza, 

Pero  su  garra,  cual  de  acero  dura, 

La  piel  hace  pedazos  triza  á  triza.  60 

— "  Aquel  que  sufre  la  mayor  tortura, 

—  Dijo  el  Maestro,  —  es  Judas  Iscariote, 
Cabeza  adentro  y  piernas  en  soltura.  63 

De  esos  cabeza  abajo,  en  otro  lote. 

El  que  pende  del  negro  befo,  es  Bruto, 

Que  sufre  sin  que  el  labio  queja  brote.  66 

El  otro  es  Cacio,  fuerte  como  enjuto. 

—  Mas  ya  la  noche  viene,  y  es  la  hora 

De  la  partida,  en  la  mansión  del  luto."  69 

Me  abracé  de  mi  sombra  protectora, 

Y  al  tentar  Lucifer  un  nuevo  vuelo, 

Su  ala  pisó  con  planta  previsora:  72 


202  DIVINA    COMEDIA 


Y  en  seguida  pisando  pelo  y  pelo, 

De  vello  en  vello  descendiendo  fuimos, 

Entre  la  helada  costra  y  denso  pelo.  75 

Cuando   al  anca  del  monstruo  descendimos, 

En  donde  el  muslo  á  compartirse  empieza, 

En  angustias,  mi  guía  y  yo  nos  vimos.  78 

El  puso  el  pie  do  estaba  su  cabeza, 

Y  del  pelo  se  asió,  cual  si  volviera 

Una  vez  más  al  antro  más  á  priesa.  si 

—  "¡Guarda!  —  dijo  —  que  no  hay  más  escalera! 

-  Como  hombre  que  perdiese  ya  el  aliento,  — 
¡Partir  conviene  de  mansión  tan  fiera!"  84 

Por  peñasco  horadado  en  su  cimiento. 

Salió,  y  al  deponerme  al  otro  lado, 

Me  dio  la  explicación  del  movimiento.  87 

Alcé  los  ojos,  y  quedé  asombrado 

Al  ver  arriba  al  infernal  coloso 

Que  las  piernas  había  trastornado.  90 

Cual  yo  quedé  confuso  y  afanoso, 
Puede  pensarlo  el  vulgo  que  no  entiende, 
Como  salí  del  paso  trabajoso.  93 

— "De  pie! — dijo  el  Maestro,— que  aun  se  extiende, 
En  larga  vía,  el  áspero  camino, 

Y  á  su  jornada  tercia  el  sol  desciende."  96 

No  era,  por  cierto,  un  sitio  palatino. 

Aquel  recinto,  triste  y  desolado, 

Sin  luz,  y  el  suelo  duro  y  salvajino.  99 


EL   INFIERNO  —  CANTO   XXXIV  203 


—  "  Al  dejar  el  abismo  condenado, 

—  Poniéndome  de  pie,  dije  á  mi  jruía 

Sácame  del  error  (jue  me  ha  turbado.  102 

"¿Dó  está  el  hielo?  Cómo  ese  que  se  erguía, 

Nos  muestra  su  estatura  trastornada? 

Cómo  la  noche  se  convierte  en  día?"  ios 

Y  él  á  mí:  —  "Tu  cabeza  preocupada, 
Estar  piensa  en  el  centro  en  que  me  viste 

Asir  el  pelo  del  que  al  mundo  horada.  I08 

"Mientras  que  yo  bajaba,  allí  estuviste, 

Y  al  revolverme,  descendiste,  al  punto 

Que  todo  peso  atrae  de  cuanto  existe.  iii 

Ahora,  de  otro  hemisferio  te  hallas  junto, 

Que  es  por  la  tierra  santa  cobijado. 

Bajo  de  cuya  cima  fué  consunto  ii4 

"EL  que  nació  y  viviera  sin  pecado: 

Tienes  los  pies  sobre  la  estrecha  esfera 

Que  la  Judeca  forma  al  otro  lado  ii7 

"Aquí  amanece;  allá  la  sombra  impera; 

Y  este  que  por  escala  nos  dio  el  pelo, 

Está  lo  mismo  que  antes  estuviera.  120 

"  A  esta  parte  cayó  del  alto  cielo, 

Y  la  tierra,  al  principio  dilatada. 

Con  espanto,  tendió  del  mar  el  velo,  123 

"Y  á  este  hemisferio  vino  arrebatada; 

Y  dejando  vacío  el  centro  roto 

Aquí  formó  montaña  levantada,  126 


204  DIVINA    COMEDIA 


"Y  abajo,  allá,  de  Belzebut  remoto, 

Del  largo  de  su  tumba  una  rotura. 

Que  no  se  vé,  pero  cercana  noto  129 

"  Por  el  son  de  arroyuelo  que  murmura 
Bajando  lento  con  andar  tortuoso, 

Y  en  la  roca  ha  cavado  su  abertura."  132 

Entramos  al  camino  tenebroso. 
Para  volver  á  ver  el  claro  mundo, 

Y  sin  cuidarnos  de  ningún  reposo,  135 

Subimos,  él  primero  y  yo  segundo. 

Hasta  del  cielo  ver  las  cosas  bellas. 

Por  un  resquicio  de  perfil  rotundo,  I38 

A  contemplar  de  nuevo  las  estrellas. 


EL  INFIERNO 


NOTAS  Y  COMENTARIOS  DEL  TRADUCTOR 


15 


EL   INFIERNO 

NOTAS     Y     COMENTARIOS  (H 
CANTO  PRIMERO 

(4-6).  Ahi  qtianto  a  dir  qiial  era  e  cosa  dura 

Qitesta  selva  selvaggia  ed  aspra  e  forte, 
Che  ncl  pensier  riniiova  la  paura. 

I>a  traducción  que  se  corrige  es  la  siguiente: 

Decir  lo  agreste  que  era,  es  cosa  dura, 
Esta  selva  tan  áspera  y  tan  fuerte 
Que  en  la  mente  renueva  la  pavura. 

Esta  versión  ha  sido  criticada  por  quien  soíítiene,  que  el  Dante  es 
intraducibie,  literal  y  poéticamente  con  todas  sus  calidades  esenciales, 
en  lo  que  todos  están  de  acuerdo;  pero  al  citar  como  argumento  esta 
estrofa,  con  relación  al  idioma  español,  el  ejemplo  es  contraprodu- 
cente, y  él  mismo  se  ha  encargado  de  demostrarlo  prácticamente,  al 
aconsejar  traducir  literalmente  el  verso  5,  tal  como  se  pone  en  la 
corrección:  Esta  selva  salvaje,  áspera  y  fuerte.  Es  éste  uno  de  los 
casos  en  que  me  había  apartado  de  mi  propia  teoría  como  traductor, 
teniendo  que  volver  á  ella  al  tiempo  de  revisar  mi  trabajo,  y  así,  por 
vía  de  ilustración  explicaré  las  razones  de  mi  primitiva  versión  y  de 
la  corrección  definitiva. 

Era  indispensable  incluir  en  la  traducción  los  cuatro  calificativos 
que  el  poeta  atribuye  á  la  selva:  osctira^  salvaje.,  áspera  y  fuerte. 
El  primero  está  comprendido  en  la  estrofa  primera,  que  le  da  su 
colorido:  los  otros  tres,  que  le  imprimen  su  doble  carácter  físico  y 
simbólico,  están  en  la  segunda  estrofa  citada.  En  nuestra  primera  ver- 
sión, agreste .^  correspondía  á  selvaggia.,  pero  la  palabra  estaba  fuera 


( I  )     Los  números  de  las  notas  se  refieren  á  los  versos  de  cada  canto. 


208  EL    INFIERNO 


de  su  lugar,  y  además  de  alterar  el  giro  del  original,  obligaba  á 
omitir  !a  exclamación  de  dolor  que  le  da  su  acento.  Para  enmendar 
esta  falta,  no  teníamos  sino  ser  fieles  á  nuestra  teoría,  ceñirnos  estric- 
tamente al  texto  y  traducirlo  textualmente  dejándonos  llevar  natural- 
mente por  la  corriente  dantesca.  Esto  hemos  hecho,  resultando  una 
verdadera  fotografía  interpretativa,  por  decirlo  así,  en  que  se  repro- 
duce la  estrofa  original  verso  por  verso,  palabra  por  palabra  equiva- 
lente, con  su  giro  propio,  en  su  forma  poética,  con  sus  acentos  rítmicos 
y  hasta  con  su  graciosa  paranomasia  de  selva  salvaje  (selva  selva^- 
gia).  Esto,  que  demuestra  que  el  Dante  es  traducible  en  castellano, 
es  una  muestra  del  paralellimc^  de  los  dos  idiomas,  que  recíprocamente 
se  prestan  con  tlexibilidad,  á  reproducir  con  los  mismos  sonidos  y  los 
mismos  giros  gramaticales,  las  formas  externas  del  número  y  de  la 
rima  del  verso  á  la  par  de  sus  poéticas  armonías  internas, 

(6).  Pavura  traduce  fielmente /íTí/rí?/ pero  tiene  más  fuerza  que 
en  italiano,  por  cuanto  expresa  el  pavor  á  la  vez  que  la  pavura. 
Como  lo  observa  López  Pelegrín,  y  Barcia  lo  confirma:  "un  hombre, 
en  el  momento  de  verificarse  un  terremoto,  se  llena  de  pavor:  des- 
pués que  ha  pasado,  tiene  pavura  á  los  terremotos".  Así  dice  el 
Dante,  dando  á  la  palabra  el  sentido  y  la  fuerza  que  tiene  en  cas- 
tellano: 

Che  nel  pensier  rinnova  la  patira 

Siendo  el  pavor  la  causa,  pavura  es  el  efecto,  y  éste  es  el  que  se 
renueva  en  el  pensamiento  del  poeta,  que  por  un  feliz  encuentro 
de  palabras,  la  traducción  puede  expresar  con  más  precisión  que  el 
original. 

(7).  — Tanto  e  amara  che  poco  e  piíi  morte 

Este  verso  podría  interpretarse  de  dos  modos,  refiriendo  la  palabra 
amara  á  la  selva  ó  á  la  empresa  de  contarla,  que  e  cosa  dtira. 

Esta  promiscuidad  ó  permutación  de  los  sentidos  y  su  combinación 
con  las  facultades  morales,  es  frecuente  en  las  imágenes  dantescas, 
como  puede  verse  en  el  verso  59  del  canto  primero,  donde  se  dice: 
dovc  ''I  Sol  tace  (calla)  para  indicar  "donde  el  sol  se  pone";  ó  en  el 
verso  28  del  canto  V,  en  que  se  lee:  ¿n  loco  d" ogni  luce  muto^  por 
"privado  de  luz",  y  en  el  verso  132  del  canto  111:  " /«  mente  di  su- 
dore  ancor  mi  óagna"".  Por  esto  nos  hemos  ajustado  literalmente  al 
original,  como  en  los  dos  citados;  pues  el  concepto,  debe  con  preci- 
sión encerrarse  en  una  sola  palabra.  Los  mismos  comentadores  ita- 
lianos  del  Dante  lo  han  comprendido,  y  así   dice  Hrunone   Hianchi, 


NOTAS   Y    COMBNTAKIüS  209 


explicando  este  verso,  que  ('1  enviu-lvc  la  Idea  de  que  "el  recuerdo 
de  la  selva  oscura  es  tan  ainartjfo  y  pavoroso  como  cl  de  la  muerte". 
Paolo  Costa,  contrayéndose,  á  la  construcción  j^^raniatical  de  la  ora- 
ción, adoílte  que  el  epíteto  amara  puede  referirse  á  la  selva,  ó  á  la 
dura  empresa  de  hablar  de  ella.  Incllnándosf  á  lo  sep^undo,  pero  que, 
en  todo  caso  el  sustantivo /irt'W/'íZ,  se  refiere  á  la  empresa,  y  en  ningún 
caso  á  la  selva, 

(S-*M.  Ma  per  tralar  del  hcn  cli'  i'  vi  Irovai 

Diro  deiraltre  cose  cli' io  v'  ho  scorle 

Scorií\  es  participio  del  verbo  scorgere^  que  comprende,  ver,  guiar 
cnn  seguridad  ó  acierto,  discernir,  mostrar,  acompañar,  y  según  AH- 
zeri,  en  su  comentario  analítico,  significaría  en  la  acepción  empleada, 
ver  de  lejos  ó  con  cierto  cuidado  ó  atención,  que  vale  tanto  como  ver 
con  discernimiento.  No  he  encontrado  en  nuestra  lengua  otro  equiva- 
lente, aunque  su  significado  sea  más  restringido,  sino  la  palabra  so- 
¿cric  (de  solercia  en  castellano,  soler sia  en  italiano)  derivado  del 
latín  (soleriía,  sollers)^  que  sus  clásicos  aplican,  así  á  la  fineza  de  los 
sentidos  y  la  destreza  manual  como  á  la  penetración  del  criterio,  lo 
mismo  que  á  las  cualidades  morales  y  á  las  facultades  intelectuales. 
En  castellano,  significa,  sagaz,  astuto,  hábil  para  tratar  alguna  cosa, 
y  en  italiano,  cuidadoso,  diligente.  El  sentido  del  concepto  se  conser- 
varía íntegro  por  este  equivalente,  que  envuelve  la  idea  de  ver  con 
cuidado  ó  discernimiento  ó  penetración,  para  juzgar  atinadamente  de 
las  cosas,  que  es  la  acepción  en  que  la  emplea  Cicerón.  Solerte  po- 
dría por  lo  tanto  suplir  á  scorte,  en  cierta  medida;  pero  he  preferido 
arreglar  estos  dos  versos  en  la  traducción,  siguiendo  el  orden  lógico 
del  pensamiento  del  autor,  al  contraponer  el  mal  al  bien,  modificando 
simplemente  el  orden  de  colocación  de  los  conceptos. 

(20).  Esta  imagen,  que  á  primera  vista  parece  atrevida,  ha  sido  lite- 
ralmente reproducida  en  la  traducción,  por  cuanto  ella  es,  no  sólo 
propia,  sino  científica,  y  reconoce  un  origen  histórico.  Como  lo  obser- 
va Camerini  en  sus  comentarios,  el  Dante  quiso  significar  en  este  verso, 
la  cavidad  del  corazón,  receptáculo  de  la  sangre,  que  por  una  feliz 
coincidencia,  en  que  la  poesía  se  armoniza  con  la  ciencia.  Harvey,  el 
descubridor  de  su  circulación,  llaiñó:  sanguinis  promptuarhim  et 
cisterna.  Boccaccio,  en  sus  comentarios,  no  penetró  su  significado 
fisiológico  y  pensó  que  era  una  mera  figura  que  localizaba  en  un  re- 
ceptáculo los  espíritus  vitales. 

(24).  Este  es  uno  de  los  famosos  tercetos  del  Dante.  El  poeta  ha 
procurado  encerrar  toda   la  fuerza  de  su  imagen  en  la  palabra  que  lo 


210  EL    INFIERNO 


cierra:  jrua¿a^  que  en  italiano  significa  iuirar,  y  por  extensión,  mirar 
■con  atención  ó  con  estupor.  En  castellano  existe  la  palabra  corres- 
pondiente aguaita^  que,  según  Barcia,  tiene  por  etimología  el  verbo 
catalán  aguaitar  que  en  lo  antiguo  significó  guarda^  de  donde  deri- 
varía la  acepción  aguardar  con  cuidado  ó  sea  acechar.  Así,  la  locución 
■empleada  en  la  traducción  de  "  mirar  hacia  atrás  con  ánimo  azorado", 
encierra  en  un  circunloquio  la  Idea  del  miedo  con  que  se  mira.  La 
^^'^^^^ix'^i'.  jadeante^  que  no  está  en  el  original,  corresponde  á  lenna 
affannata  (hálito  afanado),  y  da  mayor  fuerza  á  la  imagen  dentro  de 
sus  contornos  preciso-s. 

(25).  Alguna  vez  sucede,  que  el  circunloquio  ó  el  ripio  está  en  el 
original,  y  la  traducción  lo  ciñe  dentro  de  líneas  raás~ precisas  por 
efecto  de  la  lengua  á  que  se  vierte,  como  se  ve  en  este  caso: 

Cosí  I'  atíiino,  che  ancor  fiiggiva. 

Los  comentadorc  s  italianos  para  aclarar  el  concepto  con  propiedad, 
lo  complementan,  suponiendo  una  forma  elíptica.  Tommaseo  anota: 
'■'•  fzcggiíiva  dipaura",  y  Bianchi:  "  ancor  trépidamente  per  l'avuta 
paura  ".  La  palabra  Jltichiante^  tomada  en  la  acepción  figurada  de 
vacilante,  y  por  extensión  estar  en  peligro,  que  recta  y  genuinamente 
significa  irepidanie  ó  iréiaulOy  encierra  la  idea  del  poeta  conforme 
con  su  autorizado  comentario. 

(  30 ).  —  si  che  il  pie  fermo  sempre  era  il  piu  basso. 

Este  verso  ha  dado  origen  á  tan  largos  como  triviales  comentarios. 
Bianchi,  amplificando  el  comentario  de  Buti,  emplea  no  menos  de  una 
columna  de  sus  notas,  en  demostrar,  que  el  Dante  quiso  significar  que 
descendía  por  una  pendiente  suave,  en  la  que,  á  la  inversa  de  cuando 
se  camina  por  una  llanura,  el  pie  más  firme  suele  estar  más  alto  que 
el  de  movimiento,  ó  sea  el  menos  firme.  Fúndase  para  ello,  en  que  el 
poeta  dice,  que  caminaba  por  una  piaggia  diserla,  que  supone  el  co- 
mentador ser  una  cosía,  sin  advertir  que  piaggia  en  italiano,  en  su 
acepción  poética,  es  cualquier  lugar,  "  qualsivoglia  luogo",  según  la 
definición  de  Fanfani  en  su  autorizado  "  Vc^cabulario".  No  sintiendo 
el  comentador  firme  su  paso  en  este  terreno,  admite  que  pueda  tener 
el  concepto  un  significado  moral.  Ko<ii;il;i,  ¡)or  el  contrario,  entiende 
que  el  Dante  subía  (che  saliva),  y  as'  lo  repite  íílanc.  Fratlcelli,  con 
más  acierto,  y  dando  un  doble  significado  á  la  acción,  es  de  opinióni 
que  con  esta  frase  quiso  expresar  la  lentitud  y  la  circunspección,  con 
(jue  ¡iroccdía,  caminatido  ai  subir  (sit  per  Verla),  de  tal  manera,  que 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  211 


el  pie  más  firme  sobre  el  cual  };ravitaha  el  cuerpo,  estaba  sensible- 
mente siempre  más  abajo  (ju<-  el  otro,  ci  cual  entretanto  avanzaba 
hacia  arriba",  y  lo  mismo  repite  l'aolo  Costa. 

Tomando  en  cuenta  las  alternativas  de  la  marcha  del  poeta,  del 
texto  se  desprende  claramente,  "  que  subía  ".  Había  atravesado  la 
selva  oscura,  que  dejaba  á  su  es[)alda;  en  seguida,  descansó,  y  volvió 
á  seguir  su  camino  por  la  piaggia  diserta  ascendiendo  la  pendiente 
del  monte,  que  era  el  término  del  valle  que  transitaba,  lo  que  le  obli- 
gaba á  alirmar  más  el  pie  más  bajo,  como  sucede  cuando  se  sube. 
(Verso  28-30).  Más  adelante  dice,  que  al  comenzar  la  subida  (al  co- 
niificíay  dcir crta)  se  le  apareció  la  pantera  (verso  31-32),  que  le 
obligo  á  retroceder,  ó  sea  á  descender  (verso  36),  como  lo  dice  ex- 
presamente. 

Además  tomando  Ja  palabra  que  determina  la  acción  en  su  sentido 
recto  y  genuino,  es  Indudable  que  subía.  PeriHO^  en  Italiano,  es  inmó- 
vil, fijo,  estable  y  por  extensión,  durable  ó  constante,  como  en  el  latín 
de  que  deriva.  Fermare^  es  im[)edir  la  continuación  de  un  movimiento 
empezado  y  progresivo,  y  también  retener,  sostener,  reposarse.  Estas 
condiciones  del  movimiento,  combinadas  con  la  letra  del  texto  solo 
pueden  llenarse  subiendo:  —  si  (de  manera  que,  il  pié  ferino)  el  pie 
firme  ó  estable  sobre  que  reposa  el  peso  del  cuerpo,  (sempre  era  il 
piü  basso)  siempre  queda  más  abajo  del  que  se  mueve. 

Relacionando  estos  antecedentes  con  el  cansancio  del  viajero,  po- 
dría traducirse  de  otros  dos  modos,  igualmente  vagos: 

—  Afirmando  al  subir,  tardío  paso. 

—  Procurando  afirmar  el  tardo  paso. 

Hemos  preferido  traducir  literalmente,  reproduciendo  el  movimiento 
que  describe  e!  verso,  sea  que  subiera  ó  que  bajase,  pues  admite  todos 
los  significados  físicos  ó  morales  que  quieran  darse  al  concepto. 

(31).  Ed  ecco,  quasi  al  continciar  delP  erta 

Una  lonsa  leggiera  e  presta  molió, 
Che  di  peí  macúlalo  era  coperta. 

Ningún  comentador  ha  podido  explicar  satisfactoriamente  el  simbo- 
lismo de  esta  pantera,  que  es,  juntamente  con  el  león  y  la  loba  de  que 
hace  mención  más  adelante,  una  de  las  tres  bestias  que  hacen  retroce- 
der al  solitario  viajero  en  su  camino,  al  tiempo  de  ascender  al  monte, 
bañado  por  la  luz  del  Sol :  Che  mena  driiio  altrui per  ogni  calle''''. 

Blanc,  partiendo  de  que  loma  viene  de  latín  lynx^  declara  no  poder 
definir  si  se  trata  de  una  pantera,  de  un  lince  ó  de  un  leopardo,  cuando 


212  EL    INFIERNO 


la  palabra  misma  (onsa)  señala  la  especie  del  animal.  Los  comenta- 
dores antiguos  ven  en  la  lonsa  la  representación  de  la  lujuria;  en  el 
león  la  soberbia,  y  en  la  loba  la  avaricia;  y  los  modernos  ven  en  la 
primera  la  envidia,  no  faltando  quien  acumule  en  ella  la  lujuria  y  la 
envidia,  ó  le  dé  otra  interpretación  puramente  moral.  Hugo  Foseólo, 
en  su  "Discurso  sobre  el  poema  del  Dante"  fué  el  primero  que  dio  á 
esta  alegoría  el  significado  político  que  sin  duda  tuvo  para  el  gibelino 
de  la  edad  media,  que  presentía  como  Maquiavelo  la  unidad  italiana. 
Según  esto,  las  tres  bestias  representarían  las  tres  principales  poten- 
cias, que  por  entonces  mantenían  á  la  Italia  dividida,  y  obstaban  al 
restablecimiento  de  la  autoridad  imperial,  de  que  era  partidario,  y  de 
la  paz,  que  era  su  anhelo.  Así,  la  loba  sería  (como  es  evidentemente) 
la  curia  romana  y  el  poder  temporal  del  Papa;  la  lonsa^  leggiera  e 
presta  (ágil  y  móvil)  di  -peí  macúlalo ^s&útí  Florencia  dividida  en  los 
partidos  Blancos  y  Negros;  el  león,  la  casa  real  de  Francia,  á  la  sazón 
dominante  en  Ñapóles,  y  representada  por  Carlos  sin  tierra,  el  cual 
hizo  desterrar  al  Dante  de  Florencia.  Florencia  detuvo  la  carrera  po- 
lítica del  Dante,  como  la  pantera  lo  detenía  en  su  camino  fantástico 
(verso  35-38).  A  pesar  de  esto,  como  que  en  la  onza  ó  pantera  quiere 
simbolizar  á  su  patria,  ve  en  su  aparición  un  buen  presagio,  y  dice  que 
su  pintada  piel  es  alegre  ó  festiva  (gaielta)^  según  se  expresa  en  los 
versos  40-42,  lo  que  excluye  la  idea  de  la  lujuria  ó  déla  envidia,  ó  de 
las  dos  cosas  juntas,  que  se  pretende  encontrar  "n  la  bestia.  Siguiendo 
esta  interpretación  racional,  en  la  palabra  vióvil  va  envuelto  el  con- 
cepto de  ligereza,  de  leggiera  e  presta^  en  el  doble  sentido  de  mo- 
vimiento material  ó  moral  que  tiene  en  castellano.  (Véase  nota  al 
verso  42). 

(42).  St  che  a  bene  sperar  ^n^ era  cagione 

Di  quella  /era  la  gaietta  pelle. 

Gaieita^  está  sustituido  por  pintada,  que  sugiere  también  la  Idea 
de  alegría.  Esta  palabra  que  se  adapta  tan  bien  á  la  onza,  como  al 
leopardo  y  á  la  pantera,  siendo  la  piel  de  la  primera  pardo  claro,  con 
manchas  oscuras  é  irregulares,  más  claras  por  el  centro;  y  en  la  se- 
gunda, las  pintas  son  como  anillos,  en  lo  que  se  diferencia  del  leopar- 
do. Así,  pues,  //«/íZí/íZ  reemplaza  con  ventaja  á  ,fí2/>//í2.  Puede  justi- 
ficarse además  la  sustitución  con  una  hipótesis.  Gaietta,  bien  pudiera 
ser  gialletta,  ó  sea  amarillenta^  ó  leonada,  que  corresponde  á  los 
tres  animales  de  que  se  trata.  Esta  lección  aclararía  el  concepto  pues, 
admitido  que  la  lonza  di  pd  maculato  de  que  habla  el  poeta,  sea 
Florencia,  giallclla,  viene  mejor  que  gaietta,  si,  como  parece  evl- 


NOTAS  Y  COMENTARIOS  213 


(lente,  I.is  manchas  ó  pintas  sf  refieren  á  los  marrados  partidos  que  á 
la  sazón  la  fHvIdían.  Nos  limitamos  á  apuntar  la  hip()tesls  por  nuestra 
cuenta. 

Como  complcme  nto  de  esta  aiiotacicm  transcribiremos, —  por  excep- 
ción -  la  traducción  que  de  los  versos  citados  hace  el  conde  de  Cheste, 
porque  es  sinp^ular: 

Así,  <iiu;  á  poseer  irK-  inuc.vc  aliora 
I)r,  la  fiera,  la  piel  (ie  manchas  bellas. 

Lo  contrario  se  desprende  del  contexto,  que  el  mismo  Dante  ex- 
plana en  otro  pasaje,  que  se  relaciona  con  este,  y  que  ha  escapado  á 
la  atención  de  los  comentadores  italianos.  En  el  canto  XVI,  versos 
106-108,  se  dice,  que  con  una  cuerda  que  el  ptoeta  llevaba  á  la  cintura, 
pensó  en  tal  ocasión  enlazar  á  la  onza: 

/o  avcva  una  corda  intorno  cinta, 
E  con  essa  pcnsai  alcuna  volla 
Prender  la  lonca  alia  pelle  dipinta. 

Siendo  la  onza  ó  pantera  una  representación  de  Florencia,  patria 
del  poeta,  cuya  vista  le  causó  placer,  como  él  lo  dice,  no  podía  pensar 
en  apoderarse  de  la  piel  de  la  bestia  simbólica,  pues  esto  implica  la 
intención  de  matarla  para  desollarla,  sino  la  de  cautivarla,  por  medio 
del  cordón  de  la  penitencia,  que  era  la  cuerda  que  llevaba  á  la  cintura. 

(60).  Todos  los  traductores  españoles  han  retrocedido  ante  las  imá- 
genes del  Dante,  que  tienen  por  base  la  trasposición  de  los  sentidos, 
principalmente  el  de  la  vista  con  relación  á  la  voz,  y  han  procurado 
expresarlas  por  medio  de  circunloquios  ó  por  palabras  abstractas, 
que  á  la  vez  que  las  debilitan,  borran  sus  contornos  concretos  y  co- 
rrectos, despojando  al  poeta  de  su  orlg^lnalidad  en  los  modos  de  decir, 
ya  sea  para  pintar  los  objetos,  ya  para  expresar  la  impresión  que 
producen  en  el  ánimo.  El  color  poético  de  la  Divina  Comedia,  ó  sea 
el  tono  ^  principalmente  en  el  "Infierno",  es  el  claro-oscuro,  que  distri- 
buye con  intensidad  las  luces  y  las  sombras,  y  así  como  se  aplica  esta 
calificación  á  la  gradación  de  las  tintas  en  un  cuadro,  y  por  extensión 
al  estado  vago  del  alma,  así  también  puede  equipararse  la  escala  cro- 
mática de  la  luz  ó  de  la  voz  humana.  Así  como  se  dice  de  algunos  co- 
lores por  demás  vivos,  que  son  gritones,  puede  también  decirse  que 
son  mudos  ó  blandos.  Víctor  Hugo,  que  es,  como  Dante,  el  poeta  de 
los  atrevimientos  en  punto  á  imágenes,  ha  dicho:  "Los  montañeses 
de  las  inmediaciones  de  la  Selva  Negra,  tienen  una  especie  de  canto 
claro-oscuro",  y  aunque  los  retóricos  hayan  criticado  su  imagen,  como 


214  EL    INFIERNO 


la  del  Dante,  ha  entrado  en  el  lenguaje  poético  universal.   (Véase  la 
nota  al  verso  7). 

(61).  — Mentre  ch^  lo  ruinava  in  basso  loco 

Algunos  comentadores  (Bianchi  entre  ellos)  sostienen  que  debe  pre- 
ferirse la  lección  ruinava  en  vez  de  rovinava  que  los  demás  aceptan, 
mientras  que  Paolo  Costa  es  de  opinión  que  debe  ser  riiornava^  y 
Federico  Alizeri  apoya  esta  lección,  fundándose  en  una  razón  que  la 
desautoriza,  y  es,  que  rtiinava  es  caer  ó  descender  á  un  precipicio, 
que  es  precisamente  la  acción  que  el  poeta  expresa  y  pinta  con  una 
sola  palabra. 

Es  de  extrañarse  que  tan  prolijos  comentadores,  siendo  italianos, 
hayan  desconocido  la  etimología  de  la  palabra,  y.hasta  su  sentido 
propio  en  sus  diversas  formas,  confundiéndose  á  causa  de  esto  hasta 
el  punto  de  reemplazarla  arbitrariamente  por  otra,  de  significado 
contr.  rio. 

En  el  verso  34  del  canto  V,  al  trazar  el  segundo  círculo  del  Infierno 
en  que  giran  perpetuamente  los  condenados,  el  poeta  determina  su 
límite  poruña  rzñna^  ó  sea  por  un  abismo  ó  precipicio: 

Quando  giungon  davanti  alia  ruina 

La  palabra  rtiina  es  sinónima  en  italiano  de  rovina  y  significa  á  la 
vez  que  ruina  como  en  castellano,  una  anfractuosidad,  grieta,  despe- 
ñadero ó  valle  fragoso,  que  corresponde  á  sima  ó  barranco,  y  por 
extensión,  precipicio,  abismo. 

Su  etimología  es  dudosa:  unos  la  hacen  derivar  de  la  baja  latinidad 
y  otros  de  una  raíz  sancrita.  El  Dante  usa  alguna  vez  la  palabra  latina 
rucre  (que  tiene  alguna  analogía)  en  el  sentido  de  precipitar,  que  se- 
gún Bianchi,  sólo  se  emplearía  para  expresar  la  acción  de  correr  pre- 
suroso. En  la  época  de  la  "Divina  Comedia"  los  provenzales  tenían 
ya  la  palabra  rabina,  y  el  antiguo  francés  ó  lengua  del  <??^/,  la  pa- 
labra ravine  que  se  conserva  aún  en  el  moderno,  bajo  la  forma  de 
ravin,  con  el  significado  de  barranco  ó  sima.  En  este  sentido  lo  usa 
el  poeta  en  los  dos  casos  citados,  y  conocida  la  etimología  de  la 
palabra,  no  es  posible  dudar  de  su  significado  recto  y  genuino.  Así: 
metiíre.  ch'io  rovinava  (ó  ruinava)  in  basso  loco,  significa  literal- 
mente (|iie  se  precipitaba  ó  descendía  presurosamente  de  la  altura 
hacia  el  bajo,  ó  sea  al  fondo  del  valle,  que  era  la  rovina.  Por  lo  tanto, 
la  traducción:  "Mientras  que  al  negro  valle  descendía",  expresa  cla- 
ramente la  acción,  y  aunque  no  con   la  fuerza  del  original,  á   que  da 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  215 


rellt-ve  la  palal)ra  rovinava,  pinta  mejor  el  sitio  ó  paisaje,  en  armonía 
con  la  índ(ílc  di  1  estilo  dantesco  y  de  conformidad  con  lo  que  dice  el 
poeta  en  los  versos  14  y  15,  que  la  selva  oscura  estaba  situada  en  el 
vallf,  limitado  al  frente  por  una  colina  dominante,  (jue  empezó  á 
ascender  al  salir  de  acjuella: 

(Judia  valle 
che  ))i'  avea  di  p aura  il  cor  compunio. 

Sin  tomar  en  cuenta  este  Itinerario  ni  estos  elemc  ntos  filológ^ico!-,  los 

comentadores  Italianos  fundan  su  lección  de  ruinava  en  el   verso  138 

del  canto  XXXII  del  Paraíso,  en  que  se  hace  referencia  á  esta  misma 

circunstancia. 

Quando  chinava  a  ruinar  le  ciglia 

nianchi,  tomando  la  palabra  ciglia  en  su  sentido  de  ceja  del  r<Jstro 
humano,  interpreta  el  verso  de  este  modo:  "quando  cogll  occhi  bassi 
per  ismarrimento  d' animo  t' afírettavi  a  rltornar  nella  selva."  Ciglia^ 
en  la  acepción  usada  por  el  poeta,  es  ceja  ó  sea  la  parte  más  alta  de 
un  terreno  con  relación  á  un  punto  más  bajo;  y  de  ella  derivan  las 
palabras  Italianas  ciglione^  que  significa  la  parte  alta  de  un  camino^ 
y  ciglionare  levantar  el  terreno  en  los  bordes  de  un  foso.  De  manera 
que,  lo  que  el  Dante  quiso  decir,  y  dice  claramente  en  el  verso  cita- 
do,—  que  confirma  el  anterior  comentario,  —  es  que  descendía  precipi- 
tadamente  por  la  ceja  del  valle. 

Hay  además  otros  pasajes  que  confirman  este  comentarlo,  y  cuya 
correlación  con  la  palabra  ruina  ó  rovina  en  el  sentido  en  que  la 
emplea  el  Dante  no  ha  sido  notada  por  los  comentadores  italianos. 

P"n  los  versos  35-36  del  canto  XX  (Infierno),  se  dice  con  referencia 
á  un  alma  maldita  precipitada  al  abismo  infernal  de  Minos: 

E  non   resto  di  ruinare  a  valle 

Fino  a  Minos  che  ciascheduno  afierra. 

O  sea,  literalmente  traducido: —  "Y  no  paró  de  rodar  (ó  de  precipi- 
tarse) hasta  el  valle  donde  está  Minos,  que  aferra  á  cada  uno  (á  cada 
pecador)". 

En  los  versos  129  y  131  del  canto  XXXIII,  se  dice,  refiriéndose  á 
un  alma  condenada  que  es  precipitada  al   abismo  de  la  Tolomea: 

r  anima  trade 


Ella  ruina  in  si  fatta  cisterna; 


(61-63).  Mentre  di' io  ruittava  in  basso  loco, 

Dinanzi  agli  ochi  mi  si  fu  offerto 
Chi  per  lungo  silenzio  parea  fioco. 


216  EL   INFIERNO 


La  interpretación  que  mantengo,  y  que  se  aparta  de  la  de  casi  todos 
los  comentadores  italianos,  ha  sido  criticada  diciendo:  "que  todos  los 
que  no  hablan  parecen  mudos",  y  que  por  lo  tanto  esto  constituye 
una  notoria  vulgaridad.  Aparte  de  que  hay  silencios  elocuentes  que 
no  acusan  mudez,  no  se  ha  tenido  en  cuenta  al  hacer  esta  observación 
( que  tratándole  de  un  vivo  sería  pertinente),  que  entre  "los  todos" 
no  pueden  estar  incluidas  las  sombras  ó  espíritus,  que  no  respiran 
como  el  común  de  los  mortales.  Así,  en  el  canto  XXIII,  el  poeta  hace 
decir  á  uno  de  los  condenados,  refiriéndose  á  él,  en  contraposición  de 
Virgilio  que  no  respiraba  : 

CosUii  par  vivo  alP  atto  della  gola  : 

Por  manera  "que  un  ser  tan  silencioso  que  parecía  mudo  en  su  si- 
lencio", comprende  con  propiedad  no  solo  la  extinción  ó  suspensión 
de  la  palabra,  sino  también  la  privación  de  la  respiración,  lo  que  cons- 
tituye un  doble  silencio. 

Traducidos  literalmente  los  versos  62  y  63,  dicen:  "Delante  de  mis 
ojos  (dinansi  agli  occhij,  se  me  presentó  f/ui stjtí  offerio)  uno  que 
(cki)  por  (su)  largo  silencio  (per  hmgo  silencio)  parecía  mudo  {JiocoJ 
ó  sea  con  la  voz  apagada. 

Blanc  interpreta  el  concepto  de  este  modo:  "Dante,  al  ver  á  la  dis- 
tancia un  fantasma,  espera  naturalmente  como  pueda  venir  en  su 
socorro;  pero  como  éste  no  acude  inmediatamente  y  permanece  en 
silencio,  concluye,  que  debía  ser  débil  ó  cansado".  Fraticelll  dice: 
"  Fioco,  flaco,  débil  ó  lánguido,  por  haber  callado  mucho  tiempo". 
AUzeri  y  Paolo  Costa  (así  como  Fraticelli.  sin  afirmarlo),  piensan  que 
el  Dante  se  refería  al  largo  silencio  que  se  había  hecho  en  su  época 
en  torno  de  las  letras  antlg-uas  y  principalmente  de  las  obras  de  Vir- 
gilio. Brunone  Bianchi  comenta  este  pasaje:  "  Kntiéndase,  me  encontré 
delante  de  uno  que  parecía  un  hombre  que  por  largo  callar  hubiese 
perdido  el  uso  de  la  palabra". 

Come  se  vé,  estas  interpretaciones  tienen  poca  consistencia:  1°  por- 
que el  Dante  al  encontrarse  con  Virgilio,  no  podía  saber  si  hacía  mu- 
cho ó  poco  tiempo  que  estuviese  en  silencio;  2^  porque  no  sabía  quien 
era  Virgilio,  como  lo  manifista  en  el  verso  71  de  este  canto,  en  que  al 
fin  lo  reconoce,  y  por  lo  tanto  no  podía  hacer  alusión  á  su  obra  lite- 
raria; 3"  porque  de  la  construcción  gramatical  de  la  oración  puede 
deducirse  lógicamente  que  todo  lo  refiere  al  momento  de  la  aparición 
[dinanzi  (lí^li  occhi  parca)  y  no  al  pasado;  4'>  porque  el  Dante  no 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  21  7 


tenía  Idea  cl.ir.i  He  la  naturaleza  de  la  aparición,  y  dudaba,  al  res- 
pecto, como  lo  expresa  en  uno  de  sus  versos  sij^ulcntes : 

Qudl  che  iu  sil,  od  onibra,  od  nomo  ccrto 

5"  porque  no  tiene  sentido  racional  la  interpretación  de  que  parecía 
Virgilio  mudo  ó  lánj^uido  á  consecuencia  de  larp;^o  silencio,  pues  no 
hay  signo  visible  que  pueda  hacer  conocer  la  languidez  ó  la  mudez 
por  efectos  del  largo  callar,  y  más,  refiriéndose  á  una  sombra  que  ni 
respiraba  siquiera. 

Fundado  en  estas  consideraciones,  mi  interpretación  es  la  siguiente: 
"Delante  de  mis  ojos  se  me  presentó  uno  que  por  su  prolongado  silen- 
cio me  pareció  mudo".  Ksta  versión  es  concordante  (  n  un  todo  con  el 
texto  original,  sin  violentar  su  sentido,  y  es  también  la  más  racional, 
si  se  tiene  presente  lo  que  apuntamo.s  antes,  que  líi  sombra  de  Virgilio, 
no  solo  no  hablaba,  sino  que  ni  siquiera  respiraba,  lo  que  trae  natu- 
ralmente la  idea  de  la  afonía. 

(75).  — Poiclie  il  superho  Ilion  fu  combusto 

Al  exponer  nuestra  teoría  como  traductor,  digimos,  que  al  introducir 
algunos  modismos  y  términos  anticuados,  no  era  nuestro  objeto  retro- 
traer el  lenguaje  de  la  versión  castellana  á  la  época  contemporánea  del 
Dante,  sino  darle  un  ligero  tinte  arcaico,  de  manera  de  armonizarla 
más  con  el  original  empleando  no  sólo  palabras  equivalentes,  sino 
también  las  mismas  del  original,  algunas  de  las  cuales  están  fuera  del 
uso  corriente,  pero  que  en  la  época  del  Dante  eran  comunes  á  los 
dos  idiomas,  y  se  conservan  en  ambos  con  la  misma  acepción.  Tal 
sucede  con  la  palabra  combusto,  y  como  es  la  primera  vez  que  apa- 
rece un  arcaísmo  en  esta  traducción,  lo  acompañaremos  de  un  breve 
comentario. 

Como  lo  observa  Littré:  "  el  arcaísmo  es  una  necesidad  de  todas 
las  lenguas,  y  bien  empleado,  una  garantía  y  una  sanción,  y  por  no 
haberse  tomado  en  cuenta,  se  han  condenado  con  poco  juicio,  formas 
y  palabras  que  eran  necesarias''.  La  palabra  combusto^  anticuada,  es 
una  de  ellas,  que  tiene  el  mismo  valor  en  español  y  en  italiano,  y  que 
se  conserva  en  ambos  con  la  misma  acepción.  Los  italianos  la  han 
declarado  arcaica  porque  han  abandonado  el  uso  del  verbo  cotubu- 
rere  á  que  corresponde.  Los  españoles  la  han  declarado  anticuada, 
eliminándola  de  un  grupo  de  pahbras  en  que  hace  falta  {combus- 
iión^  combustible^  combustibilidad^  comburente ,,  combusto)  y  la 
reemplazan  con  la  palabra  abrasado,  que  no  es  lo  mismo  ni  tiene  el 


218  EL    INFIERNO 


mismo  valor  científico.  Seg-ún  la  definición  que  de  la  palabra  abrasar 
dan  los  diccionarios  españoles, — entre  ellos  Barcia — ella  significa  recta 
y  genuinamente,  reducir  á  brasas,  y  por  extensión,  quemar.  Mientras 
tanto,  el  mismo  Barcia  reconoce,  qué  combusto  participio  pasivo  del 
verbo  latino  coiuburere  —  de  donde  lo  tomó  el  español  en  la  misma 
acepción — es  "abrasar  del  todo,  quemar  juntamente",  de  cuní  con,  y 
de  burere^  quemar.  Así,  pues,  combusto  es  propiamente  quemado  y 
consumido  por  el  fueg-o,  y  en  el  caso  empleado,  un  término  más  com- 
prensivo y  expresivo  que  los  equivalentes  de  uso  común. 

(107-108)  Per  cui  tnori  la  vergine  Catnilla, 

Eurialo,  e   Turno,  e  Nizo  di  f ende. 

"Viril  porfía"  como  se  lee  en  la  edición  que  se  corrige,  es  una  tra- 
ducción libre,  que  omite  la  palabra  complementaria  del  concepto  his- 
tórico (di  feruie)  á  saber,  muertos  á  consecuencia  de  heridas  mortales 
recibidas,  luchando  por  la  defensa  ó  la  conquista  de  la  umile  lialíai 
ó  sea  el  antiguo  Lacio  cantado  por  Virgilio.  La  palabra  porfía  está 
empleada  en  su  doble  acepción  de  lucha  obstinada  ó  antagónica 
en  pro  ó  en  contra  de  la  fundación  del  imperio  latino,  á  que  hace  alu- 
sión el  poeta. 

(117).  Tommaseo  entiende  que  lloran  la  vida  penal  del  infierno, 
que  es  la  segunda  muerte.  Otros  entienden  que  piden  á  gritos  la 
muerte  del  alma.  Esta  es  la  versión  correcta,  pero  que  no  ha  sido 
bien  explicada.  Habiendo  muerto  el  cuerpo,  el  alma  que  le  sobrevive, 
es  la  que  sufre,  y  es  la  muerte  del  alma,  ó  sea  la  segunda  muerte,  lo 
que  los  condenados  piden. 

(  120).  En  el  verso  52  del  canto  II,  Virgilio  dice  al  Dante,  refirién- 
dose á  las  almas  que  esperan  su  redención  en  el  limbo,  entre  las  cua- 
les el  p(»eta  antiguo  se  hallaba: 

lo  era  ira  color  che  son  sospesi 

Como  se  verá  en  el  verso  correspondiente  (52),  hemos  precisado 
allí  el  concepto,  poniendo  la  palabra  limbo^  que  resalta  claramente 
del  texto;  pero  para  no  omitir  ninguno  de  los  modos  de  decir  del 
poeta,  colocamos  aquí  la  expresión  original,  aunque  sea  traspor- 
tándola : 

Los  (jui:  suspensos  sufren  penitentes 


NOTAS   Y   COMENTARIOS 


219 


CANTO  II 

(1-4).      Ilr  aquí  la  estrofa  orl^íinal  que  es  famosa: 

j^o  gionio  se  ti'andava,  c  I' acr  bruno 
l'o^licva  gli  animali,  che  sonó  in  Ierra, 
Dalle  faiiche  loro;  ed  io  sol  uno 
M^apparechiava  a  sostener  la  guerra. 

Thomas  Grey,  en  su  igualmente  famosa  elegía:  "El  Cementerio  de 
la  Aldea"  traducida  á  todas  las  lenguas,  ha  imitado  esta  estrofa  en 
los  versos  con  que  comienza,  agregándole  el  sonido  de  la  campana 
vespertina  que  «anuncia  la  muerte  del  día,"  idea  que  tomó  también 
de  los  versos  1-6  del  canto  VIH  del  Purgatorio. 
Era  gia  Vora  che  volgc'l dtsio 

E  che  lo  nuovo  peregrin  d'amore 

Punge,  se  ode  la  squilla  di  lontano 

Che  paja  'I  gtorno  pianger  che  si  mucre. 

Hé  aquí  la  estrofa  imitativa  del  poeta  inglés: 

The  cur/ew  tolls  the  knell  of  pariing  day ; 
The  lowing  herd  wind  slowly  o'er  the  lea; 
The  ploughman  homewards  plods  his  weary  way 
And  leaves  the  world  to  darkness  and  to  me. 

Los  comentadores  ingleses  han  observado,  que  el  final  del  penúlti- 
mo verso  de  esta  elegía  -  ^^iremblíng  hope  repose'^  -  es  uüa  imita- 
ción de'  Petrarca,  que  antes  había  A\c\vo'.  paventosse  s^eme  (teme- 
rosa ó  trémula  esperanza);  y  Macaulay  señálala  reminiscencia  del 
sonido  de  la  campana  al  morir  el  día  "como  un  specimen  de  uno  de 
los  más  desgraciados  plagios  que  se  hayan  hecho  jamás";  pero  no 
han  tenido  presente  el  plagio  ó  imitación  de  la  estrofa  de  este  canto 
que  es  el  fundamental. 
/g>-  _  o  mente,  che  scrivesti  ció  ch'io  vidi. 

En  la  anotación  al  verso  7  del  canto  I  hemos  apuntado,  que  en  las 
Imágenes  dantescas  es  frecuente  la  promiscuidad  ó  sustitución  de  los 
sentidos  en  combinación  con  las  facultades  morales.  En  este  verso  a 
la  inversa  del  caso  citado,  se  asigna  una  función  material  á  un  acto 
intelectual,  y  asi  se  hace  "escribir  á  la  mente  lo  que  vio."  Teniendo 
presente  esto  al  traducir  literalmente  la  estrofa,  en  vez  de  cid  ch'to 
vidi,  hemos  puesto  visiones  que  á  la  vez  que  condensa  el  pensamien- 
to en  una  sola  palabra,  es  más  expresivo-y  poético. 


220  EL    INFIERNO 


(13-15).  El  concepto  que  envuelve  esta  estrofa  es  complicado  y 
algo  oscuro  en  el  original,  por  efecto  de  esa  mezcla  de  espíritus  y 
cuerpos  vivos  de  diversa  naturaleza  y  con  las  mismas  pasiones  y  sen- 
saciones, combinándose  en  ella  fantásticamente  las  crencias  cristianas 
y  las  reminiscencias  paganas  de  que  la  Divina  Comedia  está  llena: 

Tu  diez,  che  di  Silvio  lo  párente, 
Corruttibile  ancora,  ad  intmortale 
Secólo  ando,  e  fu  sensibilmente. 

Traducido  literalmente:-  Tú  dices  que  ei  padre  de  Silvio  (Eneas) 
corruptible  aún  (hombre  mortal)  giró  en  el  siglo  inmortal  (el  mundo 
de  los  espíritus),  y  que  lo  hizo  sensiblemente  (es  decir,  real  y  mate- 
rialmente con  todos  sus  sentidos  corporales).  " 

La  traducción  invirtlendo  el  concepto,  sin  alterar  su  sentido,  dice  : 
"Eneas,  siendo  aún  hombre  mortal  ycorruiíbile)  palpó  {sensibil- 
mente) la  esencia  del  mundo  de  los  espíritus"  que  el  poeta  pone  en 
contraposición  de  los  sentidos  corporales  del  hombre  viviente.  En 
otro  poeta  que  no  fuese  el  Dante,  sería  una  impropiedad  hacerle  de- 
cir que  Eneas  "palpó  la  esencia",  pero  debe  tenerse  presente,  que 
las  sombras  dantescas  experimentan  las  mismas  sensaciones  de  los 
cuerpos  vivos,  como  se  ve  en  el  canto  VI,  en  que  se  quejan  las  som- 
bras que  el  poeta  huella  con  su  planta;  y  en  el  canto  XXXII  en  que 
las  cabezas  que  pisa  le  piden  que  no  las  lastime.  Mllton,  imitando 
estas  imágenes  del  Dante,  pinta  poéticamente  las  llamas  que  no 
alumbran,  y  las  tinieblas  visibles. 

(17-21).  Estos  dos  tercetos  están  intenclonalmente  asonantados  en 
la  traducción,  como  lo  están  en  el  original  los  dos  que  inmediata- 
mente se  suceden: 

Córtese  i  fu,  pensando  I' alto  effetto. 


Non  pare  indegno  ad  nomo  d'inlelletto  : 
Ch' ei  fu  de  ir  alma  Roma  e  di  su  o  impero 
Nell'  empíreo  ciel  per  padre  eletto  : 
La  quale  e  il  quale  (a  voler  dir  lo  vero ) 

U'  siede  il  snccessor  del  tnaggior  Piero. 

Como  es  la  primera  vez  que  aparecen  mezclados  los  consonantes 
con  los  asonantes  en  esta  traducción,  reproduciendo  la  forma  del  ori- 
ginal, conviene  dar  al  respecto  una  explicación  por  vía  de  ilustración 
y  comentarlo 

Habiéndome  propuesto   reproducir  la    melopea  del  verso  dantesco 


NOTAS    Y    COMKNTARIOS  221 


en  manto  es  posible  en  castellano,  subordinánfiola  á  la  idea  ori^^inal, 
he  procurado  buscar  la  analoj^ía  de  sus  compases  rífiuicos,  los  acor- 
des (onéiicos,  los  sonidos  llenos  y  la  coml)inaci()n  métrica  de  sílabas 
láridas  ó  aijudas  y  graves,  que  constituyen  el  número  ó  la  acentuación 
de  las  palabras.  F)s  la  solución  de  un  problema  mecánico  de  versifica- 
ción, ó  fónico,  si  se  quiere,  de  las  armonías  de  la  voz  humana  en  sus 
diversas  forma?,  combinadas  con  los  instrumentos  que  la  acompañan 
la  estructura  del  verso  de  los  j^randes  poetas  tiene,  como  la  frase 
musical,  su  armonía  propia  que  da  su  relieve  á  la  palabra  hablada. 
Rossini  lo  ha  demostrado  prácticamente  al  traducir  en  notas  melódi- 
cas, la  do'orida  y  al  parecer  prosaica  queja  de  Francesca  de  Rímini  : 
—  "  Ncssun  maggioy  dolore  che  rícordarse  del  iempo  felice  nella 
miseria. " 

Kn  los  idiomas  antiguos  que  nos  han  lef;ado  sus  g-randes  modelos 
poéticos,  el  verso  era  más  sonoro,  más  musical,  á  causa  de  su  rica 
prosodia,  y  les  bastaba  el  mecanismo  que  reposaba  sobre  la  combina- 
ción de  las  sílabas  largas  y  breves,  caracterizadas  por  acentos,  para 
producir  sus  pies  ó  compases,  que  se  refundían  métricamente  en  acor- 
des completos.  Habiendo  dcbaparecldo  en  los  Idiomas  modernos, —  y 
principalmente  en  los  derivados  del  latín  — el  ritmo  y  la  cadencia  de 
la  versificación  primitiva,  fué  necesario  suplir  esta  deficiencia  con  la 
Invención  de  un  nuevo  sistema  métrico,  análogo,  pero  distinto,  cuyos 
recursos  armónicos  consisten  en  períodos  musicales,  marcados  por 
consonantes  ó  asonantes,  acentos  y  apoyaduras,  sin  excluir  en  algu- 
nos casos,  pero  por  mero  accidente,  el  uso  de  las  pronunciaciones 
acentuadas  con  las  no  acentuadas,  artificio  q'ie  decide  del  movimien- 
to del  veso,  aún  cuando  la  sílaba  haya  dejado  de  tener  un  valor  mu- 
sical en  las  lenguas  habladas. 

El  movimiento  del  verso,  su  número  y  sus  pausas,  obedecen  á  reglas 
constantes  que  tienen  su  origen  en  la  naturaleza  de  los  idiomas  y  en  la 
organización  humana,  siendo  la  rima  y  la  cantidad  de  sílabas  lo  más 
secundario  en  su  estructura  armónica.  De  aquí,  que  el  francés  mo- 
derno, único  idioma  derivado  del  latín  que  no  haya  adoptado  para  su 
versificación  la  prosodia  poética  inventada  por  los  provenzales,  sea 
por  lo  general  un  Instrumento  insonoro  en  manos  de  sus  poetas,  al 
que  sólo  Corneille  ha  podido  arrancar  algunos  acentos  viriles,  Racine 
algunos  ecos  tiernos,  Lamartine  algunas  notas  melódicas,  Musset  nue- 
vas armonías,  y  al  que  Víctor  Hugo  con  su  Inspiración  lírica,  ha  hecho 
producir  nuevos  acordes  al  templar  sus  cuerdas,  dándole  la  resonan- 
cia de  un  nuevo  Iniítrumento  á  la  manera  del  Dante,  que  convirtió  un 

16 


222  EL    INFIERNO 


tosco  dialecto  en  la  lenorua  más  armoniosa  del  mundo.  No  puede  de- 
cirse empero  que  el  francés  carezca  en  absoluto  de  asonantes:  los 
tiene,  pero  solamente  agudos,  porque  sus  vocablos  carecen  de  termi- 
naciones graves,  en  que  principalmente  suenan  las  vocales.  Racine, 
que  pasa  por  el  mejor  versificador  de  la  lengua  francesa,  en  sus  ale- 
jandrinos tirados  á  cordel,  que  hacen  vibrar  las  consonantes  terminales 
de  cada  verso,  ensarta  hasta  ocho  a.-onantes  y  seis  consonantes 
agudos  uno  tras  de  otro,  en  sus  trajedias  y  poesías. 

Así,  el  consonante,  siendo  adorno  necesario  de  la  poesía  moderna 
para  suplir  la  insonoridad  de  las  lenguas  modernas,  no  es  condición 
esencial  de  la  métrica,  como  lo  prueba  el  verso  blanco  de  los  ingleses, 
en  que  la  idea  resuena  y  su  sonido  repercute  en  el  alma  mejor  que  el 
consonante.  Tratándose  del  asonante,  la  cuestión  es  más  simple  por 
una  parte  y  más  complicada  por  otra 

El  casteüano,  el  italiano  y  el  portugués,  —  prescindiendo  de  sus  dia- 
lectos, -  son  los  tres  únicos  idiomas  hablados  que  tienen  asonantes 
graves,  ó  sea  la  semi-rima,  en  que  se  recarga  la  pronunciación  sobre 
las  vocales  que  la  producen,  con  independencia  de  las  letras  conso- 
nantes, por  efecto  de  las  terminaciones  de  los  vocablos  de  que  care- 
cen los  otros  idiomas. 

En  la  métrica  española,  es  una  regla  de  sus  retóricos  no  interpolar 
los  consonantes  con  los  asonantes.  Algunos  poetas  de  nota,  y  entre 
ellos  Garcilaso,  —  importador  de  las  formas  de  la  poesía  italiana  en 
España,  y  más  que  todos.  Calderón  —  no  se  han  conformado  con  esta 
regla;  pero  ella  subsiste  convencionalmente,  y  su  observancia  es  cues- 
tión de  mero  buen  gusto  ó  de  oído.  Los  italianos,  que  cargan  sobre 
las  vocales,— como  lo  observa  el  purista  Salva, —  más  que  los  espa- 
ñoles, no  se  han  sometido  á  esta  regla,  que  aún  reconociéndole  una 
razón  de  ser,  tiene,  como  toda  regla,  su  excepción  racional. 

El  Dante  fue  el  primero  que  dio  el  ejemplo  de  emanciparse  de  esta 
traba  artificial,  persiguiendo  libremente  la  idea  al  través  de  sonidos 
análogos,  y  á  veces  idénticos,  cuidando  del  fondo  más  que  de  la  forma 
convencional  ó  retórica.  La  primera  vez  que  tropecé  con  los  conso- 
nantes y  asonantes  apareados,  persiguiendo  al  través  de  la  traducción 
la  idea  original,  fué  en  los  versos  34-36  del  canto  111  del  Infierno,  que 
el  mundo  entero  sabe  de  memoria  ;  y  después  de  trepidar  un  momento 
antes  de  quebrantar  una  regla  generalmente  aceptada,  traduje  del 
modo  ya  citado. 

Con  este  motivo  haré  notar  que,  con  excepción  de  dos  cantos,  todo 
el  Infierno  del  Dante  está  lleno  de  estrofas,  en  que  los  consonantes  se 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  223 


Interpolan  con  los  asonantes,  y  á  veces  en  una  sucesión  continua  de 
siis  y  siete  versos,  además  de  los  asonantes  y  consonantes  (|ue  inten- 
clonalinente  introduce  en  el  cuerpo  de  la  estrofa,  á  lin  de  prolfjngar  la 
vibración  de  su  nota  tcnnra. 

ICjem|)!os:  En  el  primer  canto  se  encuentian  Interpolados  via^  vo- 
glia,  pria,  avtiiioglia  (verso  97-100)  Kn  el  seg-undo  canto  ¿ntellciio^ 
impero^  dcíto,  vero  (verso  12-22)  se  suceden  sin  solución  de  conti- 
nuidad, así  como  iale^  tange,  assalc  y  compiange.  Kn  el  tercer  canto 
se  encuentran,  alternados  ó  pareados,  ira,  aggíra.  Unta,  spira,  c¿nta> 
viuta  (verso  28-31),  y  estrofa  de  por  medio,  la  típica,  que  queda  ya 
citada  (verso  34-36). 

Tara  no  ser  por  demás  prolijo  en  un  punto  accidental,  empero  tenga 
su  interés  literario  del  punto  de  vista  de  la  métrica  comparada,  me 
limitaré  á  señalar  con  sus  números  algunas  estrofas  dantescas  en  que 
los  consonantes  están  interpolados  con  los  asonantes.  Son  lassiguien" 
tes:  Canto  IV,  verso  13-16  y  142-145.  C.  V,  v.  85-88.  C  VI,  verso 
106-109.  C.  VII,  v.  61-64  Canto  VIII,  donde  se  encuentran  cuatro 
estrofas  asonantadas  sobre  las  mismas  vocales,  en  que  hasta  los  con- 
sonantes se  duplican  alguna  vez,  como  las  siguientes: 

Volte  ni'  liai  siciiria  rendutla,  e  tratto 


Non  mi  lasciar,  dtss^  ¿o  cosi  disfatto  : 
E  se  V  andar  piíi  oltre  c'  e  negalto, 
Ritroviam  V  orme  noslre  Ínsteme  ratto. 
E  qtiel  Signar  che  li  m'  avea  nienato. 

(Canto  VIII,  verso  98-105). 


Más  notable  es  aún  la  estrofa  del  canto  XIX,  en  que  se  suceden  sin 
interrupción,  uscia^  riva,  sivisíra^  viva,,  ministra^  giusiisia,  regi- 
stra, iristisia  y  Jiializia,  ó  sea  dos  consonantes  duplicados  y  nueve 
asonantes  perfectos. 

Bastan  estos  ejemplos  para  justificar  en  algún  caso  la  Interpolación 
discreta  de  los  asonantes  con  los  consonantes,  reproduciendo  una  de 
las  formas  del  modelo,  debiendo  advertir,  que  en  la  traducción  estos 
casos  son  menos  frecuentes  que  en  el  original,  pues  á  excepción  de 
los  cantos  XXII  y  XXVI,  en  todos  los  demás  los  dos  sonidos  de  que 
se  trata  están  libremente  mezclados. 

Sin  incurrir  en  la  materialidad  del  sastre  chino,  que  reprodujo  hasta 
los  remiendos  de  una  pieza  de  ropa  que  se  le  dio  por  modelo,  pienso 
haber  interpretado  racionalmente  el  texto,  al  emanciparme  por  excep- 
ción  de  una  regla  de  retórica  meramente   convencional,  sobre  todo 


224  EL   INFIERNO 


cuando  persiguiendo  una  idea  ó  desenvolviendo  una  imagen,  he  pro- 
curado seguir  pedestremente  el  vuelo  atrevido  del  poeta,  subor- 
dinando la  forma  al  fondo,  á  fin  de  reproducir  con  más  verdad  la 
Intención  y  la  acción  que  los  versos  envuelven. 

Parole  non  c¿  appulcro,  dice  Virgilio  al  Dante.  Sigo  el  precepto 
virgiliano  y  el  ejemplo  dantesco,  al  no  pretender  limar  el  cuño  primi- 
tivo de  la  estrofa  típica. 

(28).  En  esta  estrofa,  el  poeta  designa  á  San  Pablo  llamándole  sim- 
plemente Vas  (V elezione;  pero  lo  nombra  en  la  siguiente.  El  traduc- 
tor, en  éste  como  en  otros  pasajes,  ha  creído  no  violar  la  regla  que 
se  ha  impuesto,  al  poner  en  el  texto  los  nombres  sub-entendldos  ó 
que  se  hallan  en  otra  parte  del  texto. 

(31-33).   En  la  primera   edición   habíamos    explanado  el   concepto 

del  original: 

Ma  10  perche  venirvi?  O  chi  'I  concede? 
lo  non  Enea,  io  non  Paolj  sonó: 
Me  degno  a  ció  ne  io  ne  altri'l  crcde. 

Apartándonos  del  texto — á  que  ahora  nos  ceñimos  —  habíamos 
traducido  del  modo  siguiente: 

No  soy  Pablo  ni  Eneas  ¿qué  derecho 
Tengo  para  alcanzar  tan  alta  gracia 
Yo  de  la  vida  lánguida  desecho? 

Justificábamos  esta  interpretación  con  la  siguiente  nota,  que  repro- 
ducimos en  esta  edición  definitiva,  por  vía  de  antecedente: 

"  Lo->  comentadores  italianos  han  sentido  la  necesidad  de  ampliar 
el  concepto,  un  tanto  vago  en  sí.  Blanchi  dice,  que  "comparándose  á 
Eneas,  padre  del  imperio  romano,  y  á  San  Pablo,  fundador  de  la 
iglesia  cristiana  entre  los  gentiles  el  poeta  no  se  consideraba  llamado 
á  ninguna  de  estas  misiones".  Roblóla  apunta  vagamente,  que  la 
palabra  crede,  la  que  indudablemente  se  refiere  á  la  persona  del 
poeta,  es  "  a  corroboramento  delh  noslrafede'\  Interpretación  que 
dejaría  la  estrofa  sin  sentido  determinado.  Pietro  Prcd^,  el  último  de 
los  comentadores,  ve  con  más  sagacidad  en  las  palabras  me  degnOy 
una  reminiscencia  del  Dooiine  non  suiu  dignus. 

"Siguiendo  la  regla  de  no  explanar  los  conceptos  del  original, 
sino  en  casos  excepcionales,  y  e^to  mismo,  dentro  de  sus  propios 
elementos  ó  según  el  espíritu  del  poema,  hemos  acudido  al  efecto  á 
una  de  las  fuentes  del  pensamiento  del  poeta.  Tomamos  la  idea  com- 
plementaria encerrada  en  el  verso: 

«  Yo  ijf  l;i  vida  lánguido  ili'secho  », 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  225 


de  otro  texto  (Irl  iiiímuo  Dante,  l'.n  hu  lihro  titulado  "II  Convlto" 
pone  por  vúi  de  i)rüemio  estas  j)alabras:  "Ahi  jilacluto  fosse  al 
Dispensatore  DelTUnlverso,  che  la  caj^lone  della  mia  scu&a  mai  non 
fosse  stata:  che  nc  altri  contro  a  me  avrla  fallato,  nc  lo  sofferto  avreí 
pena  Ingiustamente,  di  esllio  e  di  j)overta;  polclié  fu  placeré  de'cltta- 
dini  della  bellisslma  Florenza,  di  fj^lttarmi  del  suo  dolce  seno.  Pere- 
g'rlno,  quasi  mendicando,  sonó  andato,  mostrando  contra  rala  vogHa 
la  piaga  della  fortuna.  Veramente  lo  sonó  stato  le^no  senza  vela  e 
senza  governo,  portato  a  diversi  porli,  e  focl,  e  lltl  dal  vento  secco, 
che  vapora  la  dolorosa  povertá!" 

"  Puede  observarse  que  el  Dante  escribía  su  poema  á  los  cuarenta 
años  de  edad,  cuando  en  el  mismo  supone  que  emprendió  su  viaje 
Infernal  ne I  'mes so  del  caiuniin  di  nostra  vila,  ó  sea  como  él  mismo 
lo  explica  en  el  ConvitOy  á  los  treinta  y  cinco  años,  y  que  habiendo 
escrito  las  palabras  citadas  á  los  cuarentlocho,  podría  tacharsf:  la 
explanación  como  un  anacronismo:  pero  debe  tenerse  presente,  que 
en  el  mismo  poema  hace  varias  veces  alusión  á  su  próximo  destierro, 
y  que  andaba  ya  errante  y  pobre  por  el  mundo  "como  buque  sin 
velas  ni  gobierno,  juguete  de  los  vientos"  cuando  escribía  su  "Divina 
Comedia." 

(52).  Véase  la  nota  al  verso  5/  del  canto  I  en  que  hace  referencia 
á  este  verso.  La  palabra  litnbo  no  está  en  el  texto,  pero  va  implícita 
en  el  concepto,  según  antes  se  explicó. 

(58-60).  He  aquí  la  estrofa  original: 

O  anima  córtese  Mantovana, 

Di  cui  la  /ama  ancor  nel  mondo  dura 

E  dtirera  quaiito  il  moto  lontana. 

Con  excepción  de  la  palabra  loniana,  que  se  refiere  á  la  prolonga- 
ción de  la  fama  del  poeta  antiguo,  cuyo  concepto  está  incluido  en 
durera  quanto  il  tnoio^  que  se  traduce  fielmente,  todo  lo  demás  está 
reproducido  por  su  orden,  con  la  sustitución  de  aliento  por  fama 
como  correlativo  de  "alma  noble"  [anima  córtese). 

(72).  — Atnor  tni  mosse,  che  mi  fa  parlare. 

El  verso  original  envuelve  dos  conceptos,  el  amor  que  mueve  á 
Beatriz,  y  el  amor  que  la  hace  hablar,  que  la  traducción  reproduce, 
acentuando   en  la  palabra  palpito  la   vibración    del  sentimiento  que 

mueve  su  labio. 

« 

( 78 ).  Di  quel  ciel.  ch^a  minor  li  cerchi  sui 


226  EL   INFIERNO 


En  la  palabra  inferior  por  luinor^  está  comprendido  el  pensa- 
miento cosmográfico  del  poeta,  con  arreglo  al  sistema  de  Tolomeo  á 
que  hace  referencia. 

( 108  ).  Su  la  fiumana,   otide  il  mar  non  ha  vanto  ? 

Este  verso  ha  dado  origen  á  variadas  interpretaciones  y  comenta- 
rios, coincidiendo  empero  en  un  punto,  y  es,  que  se  trata  del  Aque- 
ronte.  El  artículo  la  indica  que  se  hace  referencia  á  río  determinado. 
Fraticelli  observa  que  el  poeta  no  hace  mención  de  ningún  río  en  la 
selva  que  ha  atravesado,  pero  admite  que  estaba  cerca  del  Aqueronte, 
según  se  ve  más  adelante;  y  piensa,  por  lo  tanto,  que  debe  tomarse 
como  una  metáfora  en  el  sentido  político,  aludiendo  á  las  discordias 
civiles  de  la  época  del  Dante,  cuyas  tempestades  no  eran  menores 
{^non  ha  vanto')  que  las  del  mar.  Algunos  traductores,  tomando  en 
globo  el  concepto  como  mera  comparación,  creen  qne  debe  enten- 
derse, que  el  río  á  que  se  hace  alusión  tiene  mayores  tempestades  que 
el  mar.  Blanco  Brunone,  comentando  este  pasaje,  dice  que  el  mar  no 
puede  jactarse  ó  gloriarse,  de  que  el  río  en  cuestión  (el  Aqueronte) 
le  dé  su  tributo,  y  que  alegóricamente  significa  en  el  orden  moral,  el 
río  o  torrente  de  las  pasiones  mundanas  que  arrastran  al  hombre  a  la 
muerte  eterna.  Alizeri,  de  acuerdo  con  la  generalidad  de  los  comen- 
tadores, en  cuantQi^  que  se  trata  del  Aqueronte,  que  corre  dentro  del 
centro  del  globo  terráqueo,  y  que  por  lo  tanto  no  tiene  salida  al  mar, 
explana  el  concepto,  agregando ;  que  si  bien  el  mar  es  superior  ó  tiene 
ventaja  {^ha  vanio)  respecto  de  los  ríos  que  corren  sobre  la  superficie 
de  la  tierra,  no  así  respecto  del  Aqueronte,  porque  este  se  derrama 
en  el  centro  de  nuestro  mundo,  dentro  alie  segreie  ¿r(?j^,  descendiendo 
al  infierno  para  estancarse  en  el  Cocito.  Traducido  literalmente  el 
verso  dice:  Sobre  el  río  en  que  el  atar  no  tiene  ventaja  q  domi- 
nio. Aunque  débilmente,  nuestra  versión  reproduce  el  concepto  literal 
del  verso  en  el  sentido  general  de  que  el  río  de  que  se  trata,  no 
desciende  hacia  mar,  ó  lo  que  es  lo  mismo,  que  no  puede  este  glo- 
riarse {non  ha  vanio)  de  que  le  pague  su  tributo. 

(  III  ).  Cometo,  dof>o  colai  parole  falte. 

La  palabra //íz//(?ó"íz  de  la  traducción  está  incluida  en  el  sentido  de 
la  estrofa.  Más  adelante,  dice  el  mismo  Dante,  refiriéndose  á  Beatriz: 

O  pietosa  colei  che  mi  socarse. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  221 


(  I  \2-\  14  )     C  (iiifr()nte>i*  la  estrofa  orlj^inal  con  la  trarlucion. 

—  l'enni  <j¡iaifi{iií  del  tttio  hcato  scanno 
Fidatidoini  mi  lno  fiarlare  onesto 
Che  onora  le  c  t/nei  che  ndilo  l'hainio. 

La  palabra  beaio  que  sería  impro])la  t-n  castellano,  está  sustituida  por 
excclsOy  pues  tampoco  vendría  bien  la  de  santo.  \ín  lo  demás,  el  con- 
cepto está  reproducido,  aunque  no  en  toda  su  amplitud,  por  las  pala- 
bras sin  engaño  que  no  se  encuentran  en  el  orig"inal,  y  (pje  compren- 
den su  sentido  con  relación  al  parlare  onesto^  o  sea  al  Ingenio  recto 
del  poeta  antlgfuo,  cuyo  auxilio  solicita  Heatriz. 

( 127).  Rn  el  orli^inal  la  Imagt'n  está  en  plural .  Quale  i  fioretli,  etc. 
En  la  traducción  está  en  singular,  y  parece  más  propio,  desde  que  la 
comparación  es  personal,  con  relación  á  una  sola  cosa  y  no  á  varias, 
como  se  expresa  en  el  verso  siguiente  : 

Tal  tn¿  fec'io  di  mía  virlute  stanca. 

(  135).    En  el  verso  original  se  dice: 

che    iibbidisti. 

Alie  veré  parole  che  ti  porse  / 

El  concepto  sencillamente  expresado  por  el  poeta  está  reproducido 
por  una  metáfora,  que  envuelve  el  mismo  pensamiento  de  trasmitir  la 
palabra  de  verdad  ordenada  por  Beatriz,  y  que  además,  se  relaciona 
con  el  miedo  que  hace  trepidar  al  poeta  antes  de  oir  el  discurso  de 
Virgilio,  que  lo  decide  á  perseverar  en  su  empresa,  obedeciendo  á  la 
palabra  de  verdad. 


CANTO  III 

( I  ).  Per  me  si  va  iiclla  citla  dolente. 

La  palabra  ciudad,  así  en  castellano  como  en  italiano,  tiene  un  sen- 
tido limitado,  pero  en  ambos  Idiomas  envuelve,  etimológica  y  litera- 
riamente, uno  más  amplio,  que  es  el  que  le  da  el  Dante,  como  San 
Agustín  en  "  La  Ciudad  de  Dios"  y  Campanella  en  su  "  Ciudad  de^ 
Sol".  Los  comentadores  italianos  la  explican,  como  derivación  del 
latín,    civiiaSy    reunión    ó    condensación    de  ciudadanos  en  un  punto 


22%  EL    INFIERNO 


dado,  ú  hombres  que  habitan  una  ciudad.  Esta  interpretación  se  funda 
en  el  verso  95  del  canto  Xill  del  Purg-atorio,  en  que  se  dice,  hablando 
de  las  almas  que  lo  pueblan : 

O  Jrate  mió,  ciasciina  e  cittadina 
D'una  vera  cuta   

En  el  presente  caso,  se  ve  que  el  poeta  la  ha  empleado  Inspirándose 
en  la  concepción  de  San  Agustín,  que  pone  en  contraposición  á  la  ciu- 
dad divina,  ó  sea  el  conjunto  de  los  eleg-idos  que  pueblan  el  cielo,  con 
la  ciudad  mundana  ó  sea  el  conjunto  de  los  humanos  que  pueblan  la 
tierra.  Así,  en  el  verso  128  del  canto  I,  del  Infierno,  dice,  refiriéndose  á 
Dios  y  á   la  mansión  celeste  : 

Quivi  e  la  sita  cilta  e  Palto  seggio. 

En  ese  verso,  hemos  reproducido  el  mismo  vocablo,  caracterizán- 
dole con  el  adjetivo  divina,  que  estaba  en  la  mente  del  autor.  Ahora, 
en  contraposición  déla  "Ciudad  Divina",  el  poeta  pone  la  ciudad  In- 
fernal, ó  sea  la  de  Dite,  y  por  eso  también  la  hemos  repetido  literal- 
mente, interpretando  en  castellano,  el  pensamiento  original,  que  es,  á 
la  vez  que  una  alusión  literaria,  una  antítesis  religiosa  y  moral. 

(4).  Giiistisia  inosse  ¿I  mío  alto  Fattore. 

Este  verso  es  á  primera  vista  confu.-o  en  el  original,  á  causa  de  la 
palabra  luossc^  que  en  italiano  tiene  distintos  significados  según  se 
emplee,  y  está  usada  aquí  como  verbo.  Relacionándolo  con  los  que 
siguen,  resulta  claro  el  sentido  de  la  prosopopeya,  según  lo  han  ob- 
servado con  perspicacia  los  comentadores  italianos,  y  expresa  la  idea, 
que  la  justicia  movió  á  Dios  á  fabricar  el  Infierno.  La  palabra />£"<?//v/ 
que  sigue  y  el  simbolismo  de  la  Trinidad  con  que  el  concepto  se  des- 
arrolla, confirman  esta  interpretación  lógica.  La  traducción,  conser- 
vando las  tres  palabras  esenciales  que  constituyen  la  estrofa  y  el  espí- 
ritu del  verso,  suple  la  palabra  ruossc  por  aliento  que  imprime  el 
movimiento,  conforme  al  texto  bíblico  en  que  se  inspira  el  texto 
poético,  toda  vez  que  se  refiere  al  Creador  del  Universo. 

Longfellow  lo  ha  traducido  relacionándolo  con  los  siguientes  ver- 
sos: 

Jtislice  incited  hy  sublime   ere  xtor; 

Created  me  divine  omnipotence, 

The  highest   M'isdom  and  Ihe  primal  Lave. 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  229 


(5).  Fecemi  la  Divina   Poicstalc. 

VA  verso  está  literalmente  traducido,  s2Í[\o  gohernansa^  \iOx  potes- 
iantc.  Aquí  viene  mejor  que  en  ninjruna  otra  parte  este  vocablo  anti- 
cuado y  en  desuso,  pues  retlriénflose  á  una  Inscripción  que  se  supone 
anterior  á  la  creacl()n  del  hombre-  mismo,  la  palabra  más  vetusta  será 
siempre  la  más  apropiada. 

(30).  Faccvano  tuniiillo,  in  qual  s' aggira 

In  qiiell'aria  snisa  teinpo  tinta, 
Come  Parciia  quando  i!  ttirbo  spira. 

Este  concepto  pasa  por  ser  uno  de  los  más  oscuros  del  Dante.  Es 
sin  embar.ü^o  uno  de  los  más  claros  por  su  sentido  pintoresco  en  rela- 
ción á  la  idea,  sobre  todo,  si  se  tiene  presente  el  verso  23  de  este 
canto,  cuya  correlación  ha  írldo  señalada  antes  de  ahora  por  otros: 

Risonavan  per  l'aer  sensa  stelle. 

Los  antigfuos  comentadores  Italianos,  se  dieron  cuenta  clara  de  este 
concepto  oscuro.  Landino,  el  más  famoso  de  ellos,  que  publicó  su 
obra  en  I48I,  da  la  siguiente  explicación:  ''L'aria  che  é  á  noi,  i 
quali  habitiamo  sopra  la  térra,  é  tinta,  cioé  oscura,  non  sempre,  raa 
a  tempo,  cioé,  quando  il  Solé  e  partito  dal  nostro  heraisperio,  raa  pol 
che  ritorna,  diventa  lucida:  ma  quivi  perqué  no  vi  puo  mal  II  Solé,  é 
sempre  tinta.  Et  é  conveniente  cosa  che  chi  é  vinuto  sempre  in  oscuro, 
né  mai  operó  cosa  che  gli  desse  lume  di  fama,  sempre  riraanghi  nelle 
tenebre."  Vellotello  que  adicionó  los  comentarios  de  Landino,  y  pu- 
blicó sus  estudios  en  1564,  dice  sobre  el  mismo  tópico.  "Tinta 
sensa  teinpo^  perqué  essendo  sotto  térra,  era  cosi  tinta,  et  oscura  di 
sua  natura  non  potendovl  penetrar  ¡  raggi  del  Solé,  é  non  era  tinta  per 
tempo,  como  alcuna  volta  é  a  noi,  quando  é  oppressa  da  nube,  e  da 
nebbia,  onde  allora  diciamo  far  mal  tempo,  et  l'aria  esser  tinta,  et 
moralmente,  era  tinta  senza  tempo,  perqué  Tlnferno  é  sempre  tene- 
broso, non  lucendovl  mal  alcun  ragglo  della  divina,  et  illuminante 
gratia,  e  imita  Virgilio  nel  VI  ove  dice:  Ibant  obscuri  sola  subnoieiu 
^er  ainbras^  etc." 

Los  modernos  comentadores  italianos  entienden,  unos,  que  senza 
iempo  significa  sin  limitación  de  tiempo  ó  eternamente,  lo  que  es  evi- 
dente; y  otros,  que  la  palabra  tinta  (femenino  de  negro  en  este  caso) 
se  refiere  así  al  tiempo  como  al  aire,  interpretación  que  carece  de 
concordancia. 


230  EL    INFIERNO 


En  un  principio,  tradujimos  así: 

Suenan,  en  aire  negro;  que  se  aspira 
Sin  la  cuenta  del  tiempo,  cual  la  arena 
Que  en  el  turbión  arrebatada  gira. 

Ciñéndonos  más  al  sentido  del  original,  hemos  procurado  reprodu- 
cir el  mayor  número  de  palabras  esenciales,  conservando  el  adverbio 
seuipre:  traduciendo  tinta^  por  íinio^  ó  sea  oscuro  tirando  á  negro; 
y  sema  teíupo^  por  tiempo  eterito^  que  acentúa  enfáticamente,  como  en 
el  original  la  idea  de  siempre. 

El  conde  de  Cheste,  esquivando  la  dificultad,  ha  traducido  esta  fa- 
mosa estrofa  del  modo  siguiente: 

Alsan  rumor,  en  discordancia  tanta, 
Que  el  gran  ámbito  llenan  por  repentes, 
Como  la  arena  que  el  turbión  levanta. 

En  estos  tres  versos,  rellenados  con  tres  ripios,  que  alteran  el  con- 
cepto fundamental  que  forma  el  meollo  de  la  estrofa,  (pues  por  re- 
pentes^ es  lo  contrario  de  siempre)  se  echan  de  menos  hasta  las  pa- 
labras características,  que  como  otras  tantas  pinceladas  del  cuadro,  le 
Imprimen  movimiento,  le  dan  su  colorido  ó  sugieren  la  idea  de  la  me- 
dida del  tiempo  con  relación  á  lo  eterno:  ittiuulto ,aggira^ gira^  spira^ 
aria^  tinta^  sefnpre^  sensa  teiiipo.  Es  como  una  esencia,  que  al  ser 
trasvasada,  ha  perdido  su  apariencia,  su  color  y  su  perfume. 

(34-36).   Compárese  con  la  estrofa  original: 

Ed  egli  a  me :  «  Que  to  misero  tnodo 

Tengan  Panime  triste  di  coloro 

Che  visser  sema  infamia  e  sensa  lodo. 

Como  se  ve,  el  sentido  de  la  estrofa  es  el  mismo  en  el  original  y  la 
traducción  con  todas  sus  palabras  esenciales,  aunque  no  idénticas  en 
todas  sus  partes.  La  palabra  suerie  sustituida  á  viodo,  y  que  vale  lo 
mismo  en  ambos  idiomas  (suerte,  modo,  manera)  es  más  expresiva  y 
el  mismo  Dante  la  emplea  en  el  verso  cuarenta  y  ocho    de  éste  canto: 

E  la  lor  cieca  vita  c  tanto  bassa, 
Che  invidiosi  son  rf'  ogui  altra  sorte. 

A  la  bajeza  de  la  vida,  de  estos  condenados,  envidiosos  de'  estado 
de  los  demás  condenadoí--.  ó  sea  ^^  *,\\  )nisero  utodo  ó  sorte^  cual- 
quiera (  ogni)  que  sea,  viene  bien  la  calificación  de  ignominiosa  de 
la  traducción,  C(/nfornu*  en  un  todo  con  el  espíritu  del  discurso  de  \'lr- 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  231 


gllio.  í-a  ¡lalahra  e.sencial  i.iiscrn  cii-l  j)riiiu'r  verso  original,  ha  sido 
trasportada  al  secundo  de  la  traducción,  quedando  así  íntej^ros  los  dos 
versos  en  su  fondo  y  en  su  forma.  \\\  tercer  verso  es  casi  literal,  con 
sólo  la  adición  áevida  ociosa^  que  amplifica  el  texto  conforme  al  con- 
cepto (|ue  encierra  la  estrofa,  acentuándolo  en  el  mismo  sentido  que  lo 
hace  el  poeta  en  el  verso  64  de  este  canto,  cuando  dice: 
(Jnesti  sciaurati,  che  vi  a  i  non  fur  vivi, 

(54).  — Che  d''ogni  posa  7)ii  parcva  indegna, 

Alj:^unos  piensan  que  debe  entenderse  que  la  enseña  ó  bandera,  era 
indigna  de  toda  quietud  ó  la  desdeñaba^  ó  bien  que  era  incapaz  de 
ella.  Lamennals,  cuya  interpretación  ha  sido  adoptada  por  algunos 
comentadores  italianos,  traduce  así  este  verso:  qu'e/ie  me  paraissait 
condanmé  á  nc  Prcitdre  aucun  repos.  Este  concepto,  en  otra  forma, 
es  el  que  reproduce  la  traducción. 

(64).  Questi  sciauraii,  che  niai  non  fur  vivi. 

Los  comentadores  italianos  pretenden  aclarar  este  concepto  por 
medio  de  un  largo  circunloquio,  que  lo  diluye  en  palabras  y  lo  debi- 
lita: ^tnai  al  mondo  fur  nominóte  ne  in  bene  né  in  iuale''\  La  idea 
que  el  poeta  quiere  expresar  es,  que  "  vivieron  como  sino  fueran",  que 
la  traducción  reproduce  con  la  misma  concisión  y  quizá  con  mayor 
energía.  —  El  emperador  del  Brasil  Don  Pedro  II,  que  se  ocupaba 
simultáneamente  de  una  traducción  de  la  "Divina  Comedia"  en  por- 
tugués, al  devolverme  un  ejemplar  de  mi  ensayo  de  traducción  ano- 
tado de  su  mano,  puso  al  pie  de  este  verso,  el  siguiente,  que  tal  vez  es 
más  expresivo: 

Turba  que  en  vida  fué  cual  no  creada. 

(  81 ).  Carrera.  En  el  doble  sentido  de  camino  que  va  de  una  parte 
á  otra  y  del  curso  que  cada  uno  sigue  en  sus  acciones,  que  responde  á 
la  intención  que  encierra:    '•'' infino  al Jium.e''\ 

(III).   Fianza.,  por  confianza,  anticuado. 

(.134).  Che  balenó  una  luce  vermiglia 

Alguno  me  ha  observado  que  el  poeta  dice  balenó.,  y  no  fece  bale- 
nare.  fundándose,  en  que  lo  uno  es  la  causa  y  el  efecto,  y  lo  otro,  el 
efecto  solamente. 

El  pronombre  che,  equivalente  á  que  ó  el  cual  en  castellano,  re- 
suelve la  cuestión.  Es  el  viento  la  causa  que  hace  relampaguear  la  luz 
roja,  aunque  como  lo  observan  los  comentadores  italianos,  la  imagen 
no  tenga  una  rigurosa  propiedad  científica  ;  pero  así  está  escrito. 


232  EL    INFIERNO 


CANTO  IV 

El  Infierno  dantesco,  es  un  gran  valle  con  su  punta  en  el  centro  de 
la  tierra,  cuya  superficie  le  sirve  de  tapa.  Está  dividida  en  nueve  gran- 
des círculos,  que  de  grado  se  van  estrechando,  de  manera  que  el  con- 
junto ofrece  en  cierto  modo  la  imagen  de  un  anfiteatro.  En  las  mesetas 
de  estos  círculos  (que  encierran  entre  sus  bordes  un  espacio  muy  gran- 
de) se  hallan  ias  almas  condenadas.  Los  Poetas,  siguiendo  siempre  á 
la  izquierda,  recorren  cierta  porción  de  cada  círculo,  hasta  que  ven  la 
especie  de  pecadores  que  se  encuentran  allí  y  el  género  de  pena,  y  re- 
conocer algún  condenado.  Después,  se  encaminan  hacia  el  centro,  y 
hallada  el  abra,  bajan  por  ella  al  círculo  siguiente,  y  de  esta  manera 
hacen  su  viaje  hasta  lo  hondo. 

(14-16).  Incontincio  il  poeta  tutto  smorio 

Ed  10,  che  del  color  mi  fia  accorto. 

Es  esta  una  de  aquellas  imág-enes  del  Dante,  apenas  bosquejadas, 
con  un  solo  rasgo,  y  que  una  sola  palabra  acentúa  como  un  golpe 
de  pincel  en  un  cuadro  lleno  de  sombras.  La  palabra  smorio^  que 
en  italiano  significa  color  de  muerto,  ó  sea  la  palidez  cadavérica 
que  se  retleja  en  el  semblante  de  Virgilio,  es  el  golpe  maestro 
de  este  cuadro.  La  palabra  castellana  desencajado  no  reproduce 
con  toda  su  fuerza  esta  imagen  dantesca.  Esmoríecido^  como  se 
decía  antiguamente,  que  es  una  forma  de  la  palabra  original,  ó 
aiuoraiado^  como  se  dice  al  jjresente,  no  significa  lo  mismo  en  cas- 
tellano, pues  expresa  tan  sólo  el  estado  de  una  persona  desmayada, 
ó  privada  de  sentido,  y  lo  mismo  amortiguado^  que  equivale  á  sin 
fuerzas.  No  hemos  encontrado  en  nuestro  idioma  para  dar  su  colo- 
rido propio  á  este  cuadro,  sino  la  palabra  amortajada^  en  su  sen- 
tido anticuado,  que  es  lleno  de  muertes,  que  á  la  vez  comprende 
las  muertes  y  los  muertos  que  se  retlejaban  en  el  rostro  del  poeta 
antiguo,  á  la  manera  de  una  pálida  mortaja  de  su  sombra.  Más 
adelante,  introducimos  la  palabra  palides,  que  no  se  encuentra  lite- 
ralmente en  el  original,  aunque  implícita  en  la  parte  correlativa  color, 
pues  stnprto  significa  también  pálido  en  italiano.  Así,  hemos  tra- 
ducido: 

Mi  K"'^!  con  l'i  tiiz  amortajada. 

Vo  (jut!  su  pulidez   \í  desde  luojjo. 

Es  la  traducción  de  lo  inimitable.  La  magnífica  estrofa  encerrada 
en  los  versos    19-21,   de  este   canto,  que  pinta   una   de  la»  Imágenes 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  233 


mAs  sorprendentes  y  tétricas  del   poema,   completa   el  cuadro,  en  c|ue 
la   palidez  del   rostro  del   poeta  antlj^uo,   es   el   tono   dominante. 

(41-42).  Los  versos  correspondientes  del  orijíinal,  son  literalmente 
más  restrictivos  en  su  letra,  aunque  no  en  su  sentido.  La  traduc- 
ción está  de  perfecto  acuerdo  con  el  espíritu  de  las  estrofas  corre- 
lativas, en  que  se  habla  de  los  espíritus  que  yacen  en  el  limbo^ 
Nou  peccarOy  dice  el  poeta,  y  sólo  están  allí  por  no  haber  recibido 
el  agua  del  bautismo.  Kntre  ellos  está  el  mismo  Virj^llio,  que  dice 
de  sí:  "/<?  era  ira  color  che  son  sospes¿''\  ó  sea  esperando  su 
redención.  Esto  corrige,  de  conformidad  con  la  moral  religiosa  del 
poema,  lo  absoluto   del   verso  dantesco: 

C/ic  seitza  spcnie  vivcino  in  disto, 

Así  la  palabra  inocente  que  no  se  encuentra  en  el  original,  ate- 
nuada por  la  espectativa  á^  piadosa  redención,  está  perfectamente 
ajustada  al  espíritu  y  la  letra  del  texto,  conservando  empero  la  fuerza 
del   pensarJento,  la  condición   de  "sin  esperanza." 

(43-45").  Gran  duol  mi  prese  al  cor  qtiando  io  intesi 

Perocche  gente  di  incito  valore 
Conobbi,  che  in  quel  limbo  eran  sospesi. 

Esta  estrofa  ilustra  la  anterior,  y  en  la  traducción  el  concepto  ha 
sido  reforzado  dentro  de  su  espíritu,  poniendo  en  vez  de  gente  di 
molto  valore^  que  al  poeta  le  causaba  mucho  dolor  ver  en  el  limbo, 
lo  que  de  estas  palabras  se  desprende,  es  decir  gente  digna  [di  va- 
lore^ de  la  celeste  bienandanza,  que  estaba  simplemente  suspensa 
{^sospesi). 

(57-58).                                 Di  Moise  legista  e  ubbidienie  j 
Abraaní  patriarca 

Di  Moise  legista,  e  V  obediente 
Abraaní  patriarca. 

Estas  dos  lecciones  se  registran  alternativamente  en  las  más  autén- 
ticas ediciones  del  Dante.  Unos  aplican  el  adjetivo  de  Mbbidiente  ó 
ubedente  á  Moisés,  que  legisló  obediente  bajo  el  dictado  de  Dios, 
y  otros  á  Abraham  que  obedeció  el  mandato  supremo  de  sacrificar 
á  su  hijo  Isaac.  A  ambos  es  igualmente  aplicable  el  dictado,  y 
siendo  las  dos  versiones  concordes,  hemos  preferido  la  más  auto- 
rizada  por  su  forma  anticuada. 

(69).     Oscuresa^  anticuado,  oscuridad. 


234  EL    INFIERNO 


(104).  Cuento  en  su  acepción  metafórica,  ó  sea  como  lo  define 
Barcia,  relación  ó  noticia  difícil  de  explicar,  por  hallarse  enredada 
ó  mezclada  con  otras  cosas  y  que  traduce  con  su  oculta  intención 
la  mente  del  poeta: 

Parlando  cose  che  il  tacere  e  bello, 
Si  conC  era  il  parlar  cola  dox'''  era. 

(136).  Caso  por  acaso  que  es  lo  mismo,  y  reproduce  literalmente 
la  palabra  del  original,  que  encierra  con  concisión  dantesca  la  doc- 
trina de  Demócrito. 


CANTO  V 

(3).  La  gracia  de  esta  estrofa  consiste  en  sus  contornos  gráficos 
y  en  la  antítesis  que  de  ellos  resulta  en  palabras  condensadas.  Según 
la  concepción  del  poeta,  su  Infierno  es  una  gradación  de  círculos 
concéntricos,  que  se  suceden  hacia  abajo  en  un  cono  invertido.  Rl 
círculo  mayor  corresponde  á  la  entrada:  así  dice  Minos  al  poeta: 

Non  Cinganni  r atnpiezsa  deW entrabe. 

Al  descender  el  poeta  al   segundo  círculo,  éste  se  estrecha: 

Gilí  nel  secando  che  men  loco  cinghia 
E  tanto  pin  dolor,  che  pugne  a  guaio. 

De  aquí  surge  la  antítesis,  que  "en  menor  espacio  encierra  más 
dolor."  Las  palabras  pugne  (ó  punge)  a  guaio  (queja  como  au- 
llido) caracterizan  el  mayor  ó  más  grande  dolor,  por  la  combina- 
ción dantesca  del  aullido  quejumbroso  del  perro  con  el  sufrimiento 
del  hombre,  que  hemos  traducido  por  las  palabras  "aulla  plañidc-ro." 
En  el  canto  III,  verso  22,,  el  poeta  repite  este  tropo,  refirl(*ndose 
á  los  quejidos  y  grita  de  los  condenados: 

Quivi  sospiri,  piajili,  ed  alti  guai. 

(,")).  Slavz'i  Minos  orrihlentente,  c  ringliia 

En  la  primera  edición,  este  verso  estaba  traducido  del  modo  si- 
guiente: 

Alli,   Minos  lioirililt",  jíriiñf  aliito 

I'or  vía  de  curiosidad  filoliigica,  conservamos  la  nota  justificando 
esta  tra(lucci<')n,  ahora  enmendada  para  ceñirnos  más  al  texto. 

Ahito  ó  d  hito.  Esta  palabra  está  empleada  en  su  sentido  anticuado, 
que  es  el  que  recta  y  genuinamente  corresjionde  á  su  etimología.  En  su 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  235 


oriy;en  sij^nificó  fijo^  y  así  en  un  principio  se  dijo  fito  y  después  afitOy 
que  luego  se  convirtió  en  nhiío.  Covarrubias  en  su  "Tesoro",  dice: 
"Hito,  os  lo  mismo  (\\xq.  filio  que  vale  tanto  como  íijo,  de)  verbo  figo, 
ílpií,",  y  st'ñaia  como  oti^rn  di-1  proverbio  el  juc^o  del  hito  (|ue  con- 
sistía en  fijar  un  clavo  en  el  sudo  y  tirar  á  él  con  herrones  ó  con  pie- 
dras hasta  acertarle.  Harcla,  en  su  "Diccionario  Etimológico"  á  la  vez 
que  apunta  la  acepción  anticuada  de  la  palabra,  en  el  sentido  de 
"  quieto,  permanente  en  su  lugar",  desconoce  su  etimología,  y  confun- 
diendo su  significado  figurado  con  el  jirlmltlvo,  la  hace  derivar  de  la 
raíz  hebrea  ///Va,  pan  ó  trigo.  Cuervo,  en  su  "Diccionario  de  construc- 
ción "  etc.,  la  hace  ilerivar  con  más  acierto,  como  Covarrubias,  de' 
latín  ñc/jís,  \)or  Jixus^  participio  á^Jigere^  fijar,  "compuesto  de  a^  que 
es  intensivo,  y  Ji¿o^  antiguamente  lo  mismo  que  fijo  ".  En  su  primitiva 
forma  áe  Jiío^  está  empleada  en  el  poema  del  Cid,  y  Raynouard  en  su 
"Lexique  román",  trae  el  adverbio  añíaiuenl^  fijamente.  La  acepción 
figurada  es  la  que  ha  prevalecido  para  significar  la  hartura  del  estóma- 
go, ó  sea  su  embarazo  por  la  íljeza  del  alimento  no  digerido. 

La  palabra  hito  en  su  forma  y  acepción  etimológica  y  primitiva,  no 
se  ha  perdido  en  el  castellano,  y  e?  todavía  de  uso  corriente:  así  se 
dice  á  hilo^  por  fijamente  ;  y  dar  en  el  híto^  por  acertar  en  el  punto 
fijo  de  la  dificultad ;  y  lyñrar  de  hito  en  hito,  por  fijar  la  vista  en  un 
objeto;  lutidar  de  hito,  variar  de  asiento  ó  de  medios  de  ejecución. 
En  cualquiera  de  las  dos  formas  en  que  se  use  la  palabra,  sea  en  su 
acepción  antigua  ó  moderna,  ella  estaría  empleada  con  propiedad  res- 
pecto de  Minos,  á  quien  el  poeta  representa  juzgando  en  permanencia 
(fijamente)  en  el  segundo  círculo  del  Infierno,  y  la  hemos  puesto  como 
equivalencia  déla  palabra  siavvi  que  el  poeta  emplea,  uniéndola  á  la 
palabra  rÍ7tghia  (gruñe  rechinando  los  dientes)  que  por  no  ir  acom- 
pañada de  ningún  adjetivo  supone  la  inmovilidad,  como  se  indica  aquí 
y  en  los  versos  siguientes  en  que  lo  único  de  Minos  que  se  mueve,  es 
la  cola. 

(8).  "L'anima  mal  nata  tutta  si  confessa"  está  traducido  por  "El 
alma  malhadada  desnuda  se  confiesa",  dando  más  desarrollo  al  con- 
cepto, de  que  para  el  juez  del  Infierno  "quel  conoscitor  delle  pecca- 
ta",  no  hay  conciencia  oculta  ó  disfrazada. 

(II-I2).  Esta  imagen  gráfica,  que  es  famosa  en  el  retrato  del  Minos 
dantesco,  difiere  de  la  del  Minos  homérico,  que  sólo  juzgaba  á  los 
muertos,  y  se  acerca  más  al  Minos  virgiliano,  que  agitaba  en  sus  manos 
la  urna  fatal  en  que  se  encerraba  la  suerte  de  los  mortales,  cuando 
el  terrible  juez  llamaba  las  sombras  á  su  tribunal  para  juzgar  severa- 


236  EL    INFIERNO 


mente  su  vida.  Lo  que  constituye  su  originalidad  es  la  singular  función 
de  atributo  caudal,  cuyo  número  de  repliegues  en  torno  de  su  cuerpo 
marca  el  número  de  grados  del  Infierno  que  el  alma  condenada  debe 
descender. 

Cignesi  colla  coda  tante  volte 
Quantiinque  gradi  vuol  che  giu  sia  ntessa 

Esta  imagen  se  expresa  concisamente  en  el  verso  6  de  este  mismo 
canto,  en  que  el  poeta  dice: 

Giudíca  e  manda  secondo  che  avvinghia. 

O  sea.  según  la  colase  cine  al  cuerpo  en  espiral  marcando  los  gra- 
dos inferiores  (^¿W)  del  infierno  dantesco. 

En  la  primitiva  versión,  nos  apartamos  de  la  letra  del  texto,  de 
manera  que  la  imagen  resultaba  más  pintoresca  que  gráfica,  más  abs- 
tracta que  concreta,  indicando  que  "en  los  repliegues  de  la  cola  va 
escrita  la  sentencia  del  alma  condenada",  sin  marcar  el  número  de 
grados  que  los  repliegues  representaban,  y  era  como  sigue  : 

Cada  cual  á  su  círculo  endereza, 

Y  en  los  repliegues  de  su  cola,  escrita 

Va  la  sentencia  de  cada  alma  aviesa. 

En  la  traducción  definitiva,  nos  hemos  ceñido  más  al  original  re- 
produciendo en  su  ordenación,  las  imágenes,  los  conceptos  y  las  pala- 
bras esenciales,  con  la  fic^elidad  posible. 

(15).  Es  Intraducibie  la  concisa  energía  de  la  acción  que  se  pinta,  en 
el  original,  con  una  sola  palabra  : 

Dicono  e  odono,  e  poi  son  giu  volte. 

En  la  ^2\7i\)xz.  giú  (abajo)  está  encerrada  toda  la  fuerza  del  concep- 
to, y  agregada  la  palabra  volte  que  determina  la  acción  de  precipitar 
hacia  abajo,  el  cuadro  queda  completo.  No  es  posible  expresar  esta 
acción  con  solo  dos  palabras  como  en  italiano,  pero  si,  acercarse  un 
tanto  á  la  versión  al  original,  tomando  la  palabra  volie  (vuelta)  en 
castellano  en  su  acepción  de  ¿nveriida,  ó  sea  cabeza  abajo,  lo  que  dá 
más  relieve  á  la  Imagen  haclííndola  más  pintoresca. 

(17).  La  contemp'aclón  "de  hito  en  hito",  no  se  halla  textualmente 
en  el  original,  aunque  implícitamente  puede  deducirse  del  texto. 

Ciridí)   Minos  á  mu;  (juando  mi  z'idc 

Por  lo  tanto,  este  agregado  no  hace  sino  acentuar  un  poco  más 
la  acción  de  mirar,  sin   alterarla  ni  modificarla. 


NOTAS    V    COMENTARIOS  211 


(19).  Cui/o,  proviene  del  verbo  nntlruadíj  cuííay  ó  acuiíay  ó 
sea  afanarsf,  darse  mucha  prisa  por  alcanzar  .iljjfo,  y  así  en  el  lenjjuaje 
modrrmo  se  usa  todavía  cuitoso^  por  apresuradí),  cuando  en  el  anti- 
g-uo  sijrniticaba  apocado  ó  pusilánime  Kstá  usado  acjuí  como  adjetivo 
anticuado. 

(23-24).  VA  sentido  de  las  palabras  que  el  Dante  pone  en  boca  de 
Vlrí^^ilio,  es  el  mismo  de  la  traducción,  y  sólo  difiere  en  el  tiempo  de 
verbo. 

Viiolsi  cosí  cola  dovc  sí  f>iiolc 

Cío  que  si  vitóle 

Literalmente:  "se  quiere  así,  allí  donde  se  puede  todo  lo  que  se 
quiere"',  aludiendo  al  cielo  cristiano 

En  la  traducción,  el  poeta  antlg^uo  hace  alusión  directa  al  Dios  de 
los  cristianos,  y  dice  de  él,  hablando  á  Minos  "quien  todo  lo  ha  po- 
dido" además  de  "puede  lo  que  se  quiere",  para  comprender  el 
tiempo  pasado  y  presente,  é  implícitamente  el  destronamiento  de  los 
antiguos  dioses  de  la  mitolog^ía  Rriej^a  y  romana,  á  quienes  el  mismo 
Virgilio  en  otra  parte  del  poema  llama  "dei  bugiardi"  (mentidos 
Dioses). 

(27).  Traducido  literalmente  el  texto  dice:  "  He  llegado  allí  donde 
mucho  llanto  repercute"  (en  el  sentido  físico  moral).  Percuoiere  en 
italiano,  es  también  dar  golpes.  Usando  de  un  circunloquio,  la  tra- 
ducción reproduce  fielmente  el  sentido  de  la  estrofa,  trasladando  la 
palabra  llanto  al  segundo  verso,  y  haciendo  que  sus  ecos  unidos  á 
\o^  "del  doliente  grito"  {dolenti  nole)  golpeen  el  oído  y  el  corazón, 
procurando  también  reproducir  su  armonía  Imitativa. 

(  34 ) .  Quando  gíungón  davantí  alia  ruina 

La  palabra  ruiíia  está  en  el  texto  por  rovina^  que,  según  queda 
explicado  en  la  nota  al  verso  61  del  canto  primero,  significa  en  ita- 
liano, á  la  vez  que  ruina,  un  barranco  ó  despeñadero,  y  por  ex- 
tensión, precipicio,  abismo.  En  este  último  sentido  emplea  el  Dante 
la  palabra,  como  límite  del  segundo  círculo,  que  según  la  concepción 
topográfica  de  su  Infierno,  debía  terminar  en  un  abismo  ó  precipicio, 
hasta  donde  llegaban  girando  las  sombras  de  los  condenados,  arras- 
Uadas  por  el  viento  borrascoso  y  "mudo  de  luz"  de  aquel  circuito. — 
En  la  traducción  se  pone  negro  co7tfin^  que  es  más  vago,  pero  que 
tiene  la  misma  precisión  gráfica.  —  F.  Alizeri,  que  en  el  citado  verso 
del  canto  I,  repudia  la  palabra  rovinare ,  cuyo  sentido  desconoce, 
admite  en  éste,  que  ruina  "es,  á  no  dudarlo,  {sens'  allro)    una  esca- 

17 


238  EL    INFIERNO 


brosa  y  rota  bajada",  lo  que  tampoco  es  exacto,  pues  esta  circuns- 
tancia es  un  mero  accidente  en  el  abismo  ó  precipicio  á  que  el  poeta 
se  refiere. 

(39).  La  traducción  ha  tenido  que  adoptar  una  forma  elíptica  para 
encerrar  precisamente  en  un  solo   ver.so    el  concepto  comprendido  en 

el  original: 

Che  la  ragion  sojnniettono  al  talento 

Talento,  en  su  acepción  general,  vale  tanto  en  italiano  como  en  es- 
pañol; pero  en  italiano  significa  además  deseo,  tendencia,  inclinación, 
voluntad,  y  así  se  dice  "mal  talento",  por  rencor  ó  intención  ofen- 
siva. Literalmente  el  texto  dice:  "Que  la  razón  sometieron  {al  ta- 
lento) á  sus  tendencias,  inclinaciones  ó  deseos"  ó  sea  á  sus  Instintos. 
La  palabra  pensamiento  equivale  á  la  de  ragion  (razón),  en  contra- 
posición de  los  lujuriosos  de  que  se  trata. 

(  45  ) .  Nulla  speranza  li  conforta  niai 

Non  che  di  posa,  ma  di  ntinorpena. 

Como  se  ve,  en  la  traducción  está  reforzado  el  concepto  de  manera 
que  á  primera  vista  parecería  un  contrasentido,  cual  es  no  aspirar  á 
mejorar  de  suerte.  Empero,  la  traducción  está  ajustada  á  la  letra  y 
al  espíritu  del  original.  "Nulla  speranza  li  conforta  mai",  dice  el 
poeta;  y  tan  perdida  está  la  esperanza  de  los  condenados,  que  hasta  la 
aspiración  del  descanso  ó  de  la  menor  pena  está  muerta  en  ellos, 
porque  saben  que  el  suplicio  es  eterno  y  no  tendrá  fin  jamás.  Po- 
niéndose, pues,  en  el  caso  de  los  condenados,  el  contrasentido  apa- 
rente tiene  un  sentido  excepcional  y  abunda  en  la  idea  del  poeta, 
como  el  colmo  de  la  desesperación  que  acompaña  al  castigo  eterno. 
Podría  decirse  ron  más  propiedad:  "Ni  menor  pena  ni  descanso  es- 
peran^^  pero  resultaría  una  redundancia. 

(46).  iín  una  de  las  anteriores  estrofas,  el  Dante  con  referencia  á 
los  estorninos,  pinta  su  vuelo  en  sdtiera  hinga  e  plena  (bandada  ex- 
tendida de  frente  y  compacta).  En  ésta,  modificando  la  Imagen,  pinta 
á  las  grullas  volando  en  sentido  de  bandada  prolongada  en  fondo, 
lunga  riga.  La  expresión  "tendido  vuelo"  de  la  traducción  refleja 
esta   imagen   pintoresca,  aunque  más  débilmente. 

(47).  El  Dante  menciona  primero  el  canto  de  las  grullas  y  después 
describe  el  vuelo  á  que  se  refiere  la  nota  anterior.  Es  más  lógica  la 
sucesión  de  la  traducción;  pero  esto  es  accidental.  En  el  original  se 
dice: 

...  i  ^1  u  van  caiUaiulu  lor  tai 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  239 


Como  es  sabido,  el  lai  ó  los  lais  deslj^^naban,  en  el  sl^jlo  VI  He  la 
baja  latinidad.  cli'rt(»s  cantos  históricos,  que  losjujjlares  y  trcjveros  de 
la  ICdad  Media  y  del  Kenacimirnto  convirtieron  en  canciones,  que 
asuniiiTon  una  forma  lírica.  \\\  verso  tro(  álco  de  los  antlj^uos  latinos 
co'tado  alternativamente  en  la  cesura,  sirvió  de  modelo  á  su  artlücio 
métrico  y  asi  lo  usaban  los  trovadores  provenzales.  Probablemente 
de  aquí  tomó  el  Dante  la  idea  de  reproducir  métricamenie  el  canto 
quebrado  de  las  grullas,  y  tomó  hasta  la  palabra  del  antig^uo  francés 
que  según  algunos  etimologistas,  viene  del  germánico.  El  /<?/' del  an- 
tiguo francés,  corresponde  por  la  época  y  por  el  significado  con  la 
pa'abra  del  castellano  antiguo  cantiga  (canción),  á  que  siguió  lapa- 
labra  anticuada  cantiga,  que  corresponde  á  cántico  en  el  moderno 
lenguaje.  Al  traducir,  pues,  cantiga  por  lai,  la  traducción  ha  interpre- 
tado histórica,  filológica  y  figuradamente  el  sentido  recto  y  genuino 
del  original 

(59^.  Algunos  comentadores  del  Dante  han  si^stenido  que  el  texto 
original,  en  vez  de 

Che  succedette  a  Niño  e  fu  sua  sposa. 

debe  leerse  del  modo  siguiente: 

Clie  snggcr  dette  a  Niño  e  fu  sua  sposa. 

Ni  la  historia  ni  la  confusa  tradición  de  Semíramls  autorizan  esta 
Interpretación,  pues  si  bien  .Semíramls,  esposa  del  rey  Niño,  fué  madre 
del  Rey  del  mismo  nombre  que  le  sucedió,  nunca  fué  esposa  de  éste,  y 
Voltaire  en  su  tragedia,  que  es  el  que  ha  ido  más  adelante  en  la 
leyenda,  sólo  ha  fundado  su  trama  en  el  amor  que  concibió  por  su 
hijo.  Adoptando  la  interpretación  del  comentario,  fácil  habría  sido 
conciliar  en  la  traducción  las  dos  versiones,  poniendo: 
Que  fué  madre  de  Niño  y  fué  su  esposa 

En  la  palabra  madre^  iba  implícita  la  idea  de  dar  de  mamar  al  hijo, 
que  se  supone  esposo  de  Semíramis. 
Podría  también  decirse  : 

Que  de  ambos  Niños  fué  madre  y  esposa 

De  este  modo  se  combinaban  de  una  manera  vaga  las  dos  versiones. 
Hemos  preferido  atenernos  al  texto  consagrado. 

(65).  La  traducción  se  ha  permitido  aquí  alguna  libertad  en  la 
construcción,  pe; o   ajustándose  á  la  letra  y  al   espíritu   del  original. 

Elena  vidi,  per  cui  tatito  reo 
Teinpo  si  volsi. 


240  EL   INFIERNO 


La  palabra  reo  es  la  que  domina  en  el  concepto,  y  la  que  imprime 
su  carácter  á  la  época  en  que  vivió  Elena.  Reo  en  italiano,  además  de 
su  acepción  conocida,  tiene  la  de  malo  ó  dañoso,  ó  sea  calamitoso,  y 
en  esta  acepción  la  emplea  el  poeta  al  referirse  á  los  tiempos  greco- 
troyanos,  señalando  á  Elena  como  causa  de  ello  en  las  palabras: /^^^ 
cui  ianio  reo  iempo  s¿  volsi,  (por  quien  tantos  males  vinieron).  La 
palabra /í2/¿7/ de  la  traducción,  envuelve  implícitamente  este  concepto 
y  la  "larga  lucha",   el  tiempo  á   que   se  hace  referencia  t-n  el   texto. 

(66).  El  texto  dice  literalmente:  "Aquiles  que  acabó  combatiendo 
con  el  amor."  En  cuanto  á  la  adición:  "hijo  de  Peleo",  es  una  remi- 
niscencia homérica,  sugerida  por  la  rima,  que  parecería  un  ingerto 
pero  que  está  en  su  lugar,  no  solo  por  esto,  sino  también  porque  pue- 
de asegurarse  que  estaba  en  la  mente  del  poeta  italiano,  así  como  en 
la  del  poeta  griego  al  mencionar  al  héroe  á  la  par  de  su  progenitor, 
como  lo  prueba  el  verso  5  df  1  canto  XXXI  de  la    Divina  Comedia: 

D'  Achule  e  del  siio  padre  esser  cagione. 

(86).  Aire  lualígnoso  por  aer  maligno.  Véase  sobre  esta  pala- 
bra anticuada  de  buena  ley,  la  nota  al  verso  4  del  canto  XVIII. 

(99).  La  analogía  de  la  lengua  castellana  con  la  italiana  antigua  y 
moderna,  ha  permitido  traducir  esta  estrofa  y  algunas  de  las  siguien- 
tes, con  sus  mismas  palabras  y  con  su  misma  acentuación  rítmica  ó 
melopea.  Empero,  el  tercer  verso,  envolviendo  el  mismo  concepto, 
caííi  con  las  mismas  palabras  equivalentes,  difiere  un  tanto  en  su  for- 
ma del  original. 

Per  aver  pace  co''  segnact  sai 

Este  verso  refiriéndo-e  á  la  caída  del  l'o  en  el  Adriático,  traducido 
literalmente,  dice:  "Para  hacer  la  paz  con  sus  tributarios ",  ó  sea 
para  aq  lietar  ó  apaciguar  su  corriente.  Esta  Idea  está  envuelta  en  la 
versión,   aunque  sin  su  graciosa  cacofonía. 

(101).  El  Dante  al  bosquejar  este  cuadro,  se  limitó  á  perfilarlo 
con  largos  rasgos,  que  la  tradición  contemporánea  completaba,  y 
por  eso,  al  hacer   hablar  á  Francesca   de  Rímini,  sólo    le  hace    decir. 

Delta  bella  persona 

Che  mi  fu  tolla,  e,  il  modo  ancor  nCoffende 

al  recorcar  el  modo  como  fué  muerta  por  su  marido,  junto  con  su 
amante.  Debe  tenerse  presente  que  es  la  sombra  de  Fr^^ncesca  la 
que  haí)la  al  referirse  á  la  bella  personal,,  ó  sea  al  cuerpo  que  ¡per- 
dió ó  le  fué   arrebatado  al  morir,  y  cjue   las  palabras    ancor  ni'offen-' 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  241 


de^  sl^iiificaii,  (iiu>  aiíti  siendo  s()inl)ra,  todavía  le  lastima  el  modo 
como  perdió  la  vida,  ó  como  le  íiit  quitada.  La  palabra  offende 
está  empicada  en  la  traducción  en  el  sentido  de  duc¿c\{\  que  se  pres- 
ta en  una   de  sus  acepciones. 

(103).  AfHor,  cWa  uullo  amalo  amar  perdona. 

Ks  éste  uri(í  de  aquellos  versos  que  salen  fundidos  con  sus  delica- 
das aristas  de  bU  molde  típico,  y  que  no  es  posible  traducirlos  sin 
refundirlos  y  alterar  sus  puros  contornos.  Literalmente  se  dice  en  él  : 
"Amor,  que  á  ninguno  que  es  amado  dispensa  (^perdona)  de  amar"^ 
Es  la  traducción  poética  de  un  proverbio  vulgar:  "Amor  con  amor 
se  paga,''  ósea  "Amor  á  amar  obliga".  Nuestra  ¡primera  verdión 
fué  éíita: 

Amor  que  á  amar  obliga  y    no  perdona 

La  analogía  de  las  dos  lenguas  permite  reproducirlo  con  mayor 
exactitud  aún;  pero  el  verso  típico  queda  siempre  como  un  producto 
inimitable  de  la  Intuición,  de  la  armonía  y  de  la  combinación  feliz 
de  las  palabras  con  el  sentimiento,  tal  como  brotó  de  la  cabeza 
que  le  sirvió  de  molde. 

(118).  "  yí/  ieiupo  de  dolcí  sospiri^^"  está  traducido  aquí  '•'•en  el 
dulce  suspiro  del  delirio^''''  que  procedió  á  la  triste  caída  de  los 
dos  amantes,  por  la  intervención  del  Amor  (Cupido)  personificado  en 
la  acepción  en  que  emplea  el  Dante  esta  palabra,  al  marcarla  con  la 
inicial  mayúscula  y  referirse  á  él  en  tercera  persona. 

(iI9-I20).  La  ^^■Á\2^iX2L  acuerdo  está  empleada  aquí  en  el  sentido 
de  consentimiento,  conformidad,  concordancia,  equivalente  á  conce- 
deiie  auiore.  En  su  origen  ella  tenía  el  mismo  valor  que  en  el  len- 
guaje musical:  í2£r¿'r¿/^  de,>-'vado  del  latín  cnr  (corazón)  centro  con- 
vencional de  todas  las  armonías  morales.  En  su  acepción  recta  y 
genulna,  consagrada  por  el  uso,  acuerdo  significa  deliberación,  acto 
deliberado  de  voluntad,  y  en  este  sentido  es  que  el  poeta  pregunta  á 
Francesca,  por  qué  y  como,  en  el  tiempo  de  los  primeros  dulces 
suspiros,  "El  amor  concedió''  ó  sea  (Cupido)  ó  dio  su  consenti- 
miento para  que  conociese  los  tímidos  ó  dudosos  deseos  no  decla- 
rados todavía,  á   que  se  refiere  el  verso  que  sigue: 

. —  Che  conosceste  i  anbbiosi  desiri? 

(136).  Treinanie  ó  ireiueute  de  tremar  (temblar)  anticuado. 
Podía  ponerse  anhelante  en  vez  de  Ireinante ^  se  ha  preferido  la  pa- 
labra original,  de  igual  valor  y  más  expresiva  en  ambos  idiomas. 


242  EL    INFIERNO 


(137).  Aquí,  como  en  lo  demás  del  episodio  de  Francesca  de  Rímini, 
el  poeta  se  limita  á  alusiones  ó  referencias  que  estaban  en  la  mente 
de  los  lectores  de  la  época.  El  libro  de  Lanceloto  del  Lago  (ó  Lan- 
zarote  como  le  llama  Cervantes),  era  tan  popular  en  los  siglos  XIII 
y  XIV  en  que  escribía  el  Dante,  como  lo  es  el  Quijote  que  acabó  con 
los  libros  de  caballería,  y  bastaba  referirse  á  uno  de  sus  pasajes  para 
que  todos  comprendieran  la  alusión.  El  pasaje  del  libro  de  Lanceloto 
á  que  se  hace  alusión  es  el  siguiente:  "  Galeoto  agregó,  que  todas  las 
"  proezas  de  Lanceloto  no  habían  tenido  por  objeto  sino  agradar  á  la 
"  reina  Ginebra,  de  quien  estaba  apasionadamente  enamorado,  y  exi- 
"  gió  que  en  recompensa  de  tan  nobles  servicios  la  reina  diese  un 
"  beso  á  su  caballero.  ¿  Por  qué  me  haría  de  rogar?  dijo  ella ;  pues  yo 
"  también  lo  quiero.  —  En  seguida  los  tres  se  retiraron  aparte  como 
"  para  aconsejarse.  La  reina  ve  que  el  caballero  no  se  atreve  á  be- 
"  sarla,  y  tomándole  del  rostro  lo  besó  muy  largamente  delante  de 
"  Galeoto."  Como  se  dice  en  el  texto,  aquí  el  libro  y  el  autor  hizo 
el  papel  de  Galeoto,  cuyo  nombre  se  ha  hecho  desde  entonces  sinóni- 
mo de  tercero  en  amores,  lo  que  ha  sugerido  á  Echegaray  el  argumen- 
to del  más  célebre  de  sus  dramas. 

(  140).  De  concierto :  en  su  acepción  anticuada  de  locución  adver- 
bial, de  conformidad,  de  acuerdo,  de  inteligencia. 

(I4Í-I42).  El  circunloquio  del  original:  "  ComMo  morissi",  está 
encerrado  en  una  sola  palabra:  desfallecido,  que  expresa  lo  mismo  con 
mayor  concisión.  El  último  verso  del  terceto  es  idéntico,  aunque  no 
tan  armonioso;  pero  hemos  sacrificado  esta  condición  á  fin  de  repro- 
ducirlo en  toda  su  Integridad  literal,  por  ser  tan  conocido.  En  la 
primera  versión  que  de  este  canto  publicamos,  tradujimos: 

Caí  cual  se  derrumba  cuerpo  muerto. 

Ahora  queda  reproducido  textualmente  el  original  con  todas  sus 
palabras. 


CANTO  VI 

(5  6).  El  movimiento  de  la  frase  que  sigue  la  sucesión  de  las  accio- 
nes, es  en  la  traducción  el  mismo  del  original,  como  puede  versecora- 
parándola  con  el  texto  : 

Mi  veggio  interno,  come  cliio  mi  mox>a 
E  come  ch'io  mi  roiga;  e  ciCio  mi  guati. 


NOTAS    Y   COMENTARIOS  243 


(I.^).  Gurvio.  Kstc  ;itrll)iit(>  no  está  c-n  i'l  ()rli;iiial.  Kl  poeta  al 
pintar  al  Cancerbero,  .se  Umita  á  Hccir: 

Cerhero,  Jicra  criidclc  c  diversa, 
Con  tre  golc  canitianiciilc  Inlra. 

Lot,  arti.stas  que  han  ilustrado  la  "Divina  Comedia",  y  entre  ellos 
G.  Doré,  pintan  al  Cancerbero  con  colmillos  retorcidos,  á  manera  de 
gurvia,  vocablo  que  además  Implica  la  ¡dea  de  duro  6  férreo,  apli- 
cado al  diente  de  la  crudelc  fiera  diversa,  lo  que  completa  la  ima- 
jjen  del  poeta  dentro  de  las  líneas  de  su  cuadro,  poniendo  í^tirvio 
para  caracterizar  la  diversidad  Ait  U^xmA'á^Q.Vá.fiera  crudele. 

(22).  Se  ha  omitido  en  la  traducción  la  calificación  de  il  gran 
veriuo^  en  que  el  poeta  parece  haber  querido  asimilar  la  bestia  infernal 
á  la  serpiente: 

Quando  ci  scorse  Ct^rbero,  //  gran  vernio, 

Esta  comparación  ó  alusión,  ha  sido  objeto  de  difusos  comentarios. 
Unos  la  relacionan  con  un  verso  de  Pulci;  otros  con  un  pasaje  de 
Shakespeare  en  "Antonio  y  Cleopatra"  en  que  se  menciona  el  histó- 
rico áspid  egipcio  del  Níilo,  bajo  la  denominación  de  woriu.  El  Dante 
tomó  sin  duda  la  palabra  del  nombre  genérico  de  la  especie,  derivado 
del  latín. —  Los  ingleses  lo  tomaron  del  bajo  alemán  para  aplicarlo 
especialmente  á  la  serpiente. —  No  hemos  encontrado  sentido  preciso 
ni  colocación  á  esta  comparación  ó  quizás  alusión  remota.  Tal  vez  el 
poeta  quiso  significar  metafóricamente,  que  la  mordedura  del  cancer- 
bero,—  //  gran  ver/no  —  representaba  las  mordeduras  ó  remordi- 
mientos de  la  conciencia,  pues  en  italiano  se  dice  todavía:  ver  ¡no  della 
coscíensa.  Paolo  Costa  se  acerca  á  esta  interpretación,  que  Fraticelli 
acepta,  fundándose  ambos  en  el  texto  de  Isaías:  Vennis  eorum  non 
iuorieiur.  ( LXVI,  24).  —  En  el  canto  XXXIV.  el  Dante  emplea  tam- 
bién la  palabra  f^r/z/í?  aplicada  á  Lucifer,  por  de -precio. 

(52-57).  El  texto  original  envuelve  una  reticencia,  que  la  traduc- 
ción desarrolla,  de  conformidad  con  el  discurso  del  condenado  y  de  la 
moral  que  de  él  deduce  Virgilio: 

Ma  quando  tu  sarai  nel  dolce  mondo, 
Pregoti  c/i'  alia  mente  altruí  mi  rechi. 

(Verso  88-89.) 

Según  la  letra  y  el  espíritu  del  texto,  el  pecador  se  muestra  arre- 
pentido de  su  culpa  al  contestar  á  la  pregunta  del  poeta. 


244  EL    INFIERNO 


—  íí  Ma  dtm/ni  ch¿  tu  se\  che  'n  s¡  dolenie 
Luogo  se'  niessa,  ed  a  si  fatta  pena 

Che  s^altra  e  niaggio,  mella  e  si  spiacente. 

(Verso  +6-48.) 

—  «  Voi  cittadini  tni  chiamaste  Ciacco  : 
Per  la  dannosa  colpa  della  gola, 
Come  tu  vedi,  alia  pioggia  mi  Jiacco. 

(Verso  52-54.) 

Y  á  continuación  agreg-a  el  mismo  condenado  : 

nEd  io  auima  trista  non  son  sola: 

Che  tiitte  queste  a  siniil  pena  stanno 

Per  símil  colpa, 

( Verso  55-57  ). 

Es  un  verdadero  acto  de  contrición,  y  por  lo  tanto,  el  condenado, 
que  había  merecido  la  compasión  del  poeta,  no  podía  decirle  sino 
que  lo  recordase  en  el  dulce  mundo,  recordando  á  los  suyos  su  arre- 
pentimiento á  la  par  de  su  culpa,  que  lo  había  conducido  á  tal  mi- 
seria. 

(72).  —  Coíne  che  di  ció  pianga,  e  che  w'  adonti. 

Algunos  traductores  refieren  el  dolor  y  el  vituperio  ó  vergüenza  á 
los  vencedores,  es  decir,  á  los  negros,  dueños  del  poder;  los  comen- 
tadores lo  aplican  generalmente  á  los  blancos^  que  eran  los  perse" 
g-uidos.  El  concepto  está  reproducido  con  las  mismas  palabras,  pero 
generaliza  el  caso,  teniendo  presente  que  en  la  época  á  que  en  este 
pasaje  se  hace  alusión,  el  Dante  era  uno  de  los  que  en  medio  de  los 
dos  partidos  que  dividían  á  la  Italia,  deploraba  con  los  discretos,  los 
excesos  de  las  banderías  que  atligían  á  Florencia,  como  lo  insinúa  en 
este  canto  en   la  pregunta  que  hace  á  Ciacco: 

Ma  dimmi,  se  tu  sai  a  che  verranno 
Li  citladin  della  citta  partita. 


CANT(3  VII 

(2).  Piulo  Algu^o^  traducen  Piutón.  lo  cjue  es  un  doble  error, 
mitológico  y  dantesco,  ("orno  lo  ob.serva  ^'raticelll  en  sus  comentarios, 
el  Dante  no  ha  (juerido  reoreseruar  en  él  el  antiijuo  Dios  del  Infierno, 
que  en  la    Divina    Comedia    e.stá    .sustituido    por  Lucifer.  Esta  especie 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  245 


de  Júpiter  telúrico,  que  llonuro  presenta  unas  veces  como  carcelero 
de  los  es|)írltus  ó  romo  el  infierno  mismo,  y  á  que  Platón  d.  un 
sifrniücadü  espiritualista,  no  e.  el  demonio  del  Dante.  Ks  Plato,  el 
Dios  de  las  riquezas,  y  así,  al  anunciar  su  aparición  al  f.nal  del  canto 
VI  dice: 

Quivi  trovammo  Piulo  H  gran  ncmico. 

El  argun  ento  de  e^te  canto,  en  que  tiffuran  pródl^^os  y  avaros,  y  se 
trata  del  oro  y  de  la  teoría  de  la  Fortuna,  demuestra  claramente,  que 
es  Pluto  y  no  Plutón  lo  que  el  poeta  ba  querido  decir  y  ha  dicho,  aun- 
que amaljramando  el  simbolismo  infernal  y  terrestre  á  la  vez,  y  combi- 
nándolo con  sus  ideas  filosóficas.  Según  nuestra  opinión,  si  hubiese 
de  buscarse  la  filiación  moral  del  carácter  que  el  poeta  asigna  a  Pluto, 
se  encontraría  tal  ve/,  en  la  famosa  comedia  de  Aristófanes  que  lleva 
ese  nombre,  en  que  el  Dios  ciego  (como  la  Fortuna)  distribuye 
primero  las  riquezas  entre  los  más  indignos  de  poseerlas,  y  al  reco- 
brar la  vista,  cambia  la  fase  de  la  vida  humana,  dándolas   á    los  mas 

dignos. 

(2  bis^.   Estropajosa.— VA  verso  original  es  así: 

Comincio  Pinto  con  la  vocc  chioccia. 

Los  comentadores  italianos  explican  las  palabras  voce  chioccia, 
como  equivalente  de  voz  ronca,  áspera,  estridente,  precipitada  o 
balbuciente.  Como  chioccia  en  italiano  significa  literalmente  clueca 
de  aquí  se  deriva  en  esta  lengua  la  palabra  ^/^^^/^r^  (chochear). 
En  este  doble  significado  está  encerrada  la  Idea  del  poeta,  al  hacer 
cacarear  á  Pluto  como  una  gallina  clueca,  empollando  los  vicios  que 
simboliza.  La  traducción  se  ajusta  á  la  pintura  que  de  su  boca  se 
hace  en  el  verso  7  de  este  canto: 

Poi  si  rivolse  a  quelP  a  enfiata  labbia. 

La  palabra  estropajosa,   que  se   aplica   en   castellano  á  la  lengua 
torpe   para  pronunciar  y    que  por  derivación   se   liga  con   la  idea   de 
caduco  -  estropajo,  -  refleja,    aunque    débilmente,    la  acción    >    la 
intención  del  poeta. 
(12).  Fe'  la  vendetta  del  superbo  strupo. 

La  palabra  vendetta,  entiéndese,  que  está  empleada  por  el  poeta 
en  su  aceptación  jurídica,  expresando  que  el  arcángel  Miguel  v.nd.co 
al  cielo  del  estupro,  ó   sea  del  ultraje  de   los  ángeles  soberbios    que 


246  EL    INFIERNO 


se  rebelaron  contra  la  justicia  divina.  —  En  cuanto  á  la  palabra  strupo 
ó  stupro  las  opiniones  eí,tán  divididas. — Según  Grossi,  siropus^ 
significaba  en  la  b3Ja  latinidad,  rebaño  de  carneros,  que  viene  de  la 
raíz  teutónica,  sinip.  Monti,  acepta  esta  interpretación  y  agrega, 
que  este  vocablo  existe  todavía  en  el  dialecto  piamontés  con  el 
mismo  significado  y  el  mismo  sonido.  Allzeri  afirma,  que  en  la  Liguria 
se  emplea  este  término,  aplicándolo  por  desprecio  á  una  turba 
humana.  —  De  aquí  que  algunos  entiendan,  que  el  Dante  hablase  de 
los  ángeles  aludidos  como  de  un  rebaño  de  ovejas,  lo  que  no  con- 
cuerda con  \si  palabra  superó  o  qne  caracteriza  el  estyupo.  —  Otros 
entre  ellos  Buti,  cree  que  hay  una  trasposición,  licencia  frecuente- 
mente empleada  por  el  poeta,  y  que  debe  leerse  siupro  no  struPo^ 
é  interpreta  el  concepto  como  una  violación  de  la  virginidad  divina, 
por  el  hecho  de  la  primera  rebelión.  Blanc,  apoya  esta  opinión  con 
una  cita  de  San  Agustín,  en  que  asimila  la  idolatría  y  todo  lo  que 
pueda  daiiar  á  la  diviniíiad,  con  la  fornicación.  —  Fraticelli,  cree  que 
el  poeta  ha  empleado  la  palabra  en  cuestión  abundando  en  el  espíritu 
de  la  Biblia,  donde  la  idolatría  del  pueblo  hebreo  es  calificada  de 
adu'terio.  Paolo  Costa,  sostiene  más  ó  menos  la  misma  opinión, 
apoyándose  en  un  texto  de  la  Sagrada  Escritura,  en  el  libro  de  Enoc 
según  el  cual,  Miguel  encadenó  á  los  ángeles  rebeldes  que  violaron 
mujeres. — Brunone  Bianchl,  dice  al  respecto:  "No  desapruebo  á  los 
que  explican  la  palabra  strupo  (strup),  en  el  sentido  escritural  de 
defección  ó  infidencia  á  Dios".  —  Hemos  adoptado  la  interpretación 
más  racional  y  generalmente  admitida,  con  arreglo  al  espíritu  bíblico, 
acentuando  el  concepto  con  la  palabra  infido,  ó  sea  infidencia  á  Dios 
según  el  comentarlo  de  B    Bianchi. 

(13-15).  Es  difícil  de  traducir  esta  famosa  imagen  dantesca  en  su 
enérgica  sencillez,  que  pinta  con  un  solo  rasgo,  un  naufragio  y  una 
situación  moral : 

Quali  dal  vento  le  gonfiate  vele 
Caggio)io  aznwlíe  f>oiclie  I' alher  fiacca, 
'Jal  cadde  a   térra  la  Jicra  crudele. 

En  verso  suelto,  sin  la  traba  de  la  rima  encadenada  de  los  tercetos, 
sería  tal  vez  posible  reproducir  con  todas  sus  palabras  el  movimiento 
del  original,  demostrando  prácticamente  el  paralelismt)  de  la  lengua 
italiana  con  la  castellana: 

Contó  las  velas  por  el  viento  injiadas 
Envueltas  caen  cuando  flaqnea  el  árbol, 
Tal  la  fiera  cruel  cayo  en  el  sneh. 


NOTAS  Y   COMENTARIOS  247 


Carlylí",  en  su  estudio  soljrc  el  Dante  comparado  con  .Shakespt^are, 
que  es  uno  de  los  capítulos  de  su  lll)ro:  "  ííl  culto  de  los  h(*roes", 
admira  esta  imag'en  j)or  su  vfrdad ;  pero  la  traduce  mal  al  citarla. 
Confunde  las  cosas,  suponiendo:  "  (jue  t-s  el  hucjue  el  que  se  hunde) 
cuando  el  mástil  súbitamente  roto  le  falla."  Ksta  traducción  hace 
perder  á  la  ímajjen  el  carácter  de  verdad,  que  con  razón  le  atribuye 
el  orijjinal  pensador  Injrlós.  I. o  que  el  Dante  dice  pintorescamente,  y 
lo  que  moralmente  quiere  expresar  por  medio  de  esta  Imagen  es:  — 
que  así  como  las  velas  infladas  por  el  viento  caen  envueltas  ó  revuel- 
tas cuando  les  falta  el  mástil  que  las  sostiene,  así  se  desplomó  en 
tierra  el  demonio  Intlado  por  la  rabia  al  soplo  de  las  palabras  de 
Virgilio.  La  adición  ioyiuenioso  de  la  traducción  da  fuerza  á  la 
Imagen. 

(19-21).  Véase  la  nota  á  los  versos  34-36  del  canto  III,  sobre  la 
mezcla  de  consonantes  y  asonantes.  En  la  métrica  castellana,  es  una 
regla  convencional  no  aparearlos:  pero  en  la  italiana  no  se  observa, 
y  el  Dante  fué  el  primero  que  dio  ejemplo,  mezclando  en  los  tercetos 
de  su  poema  los  consonantes  á  la  par  de  los  asonantes  Al  seguir  su 
ejemplo  en  la  traducción,  hemos  dado  nuestras  razones  en  la  nota 
citada,  para  edificación  de  los  que  crean  ver  en  esto  un  defecto  que 
es  intencional,  y  de  que  no  faltan  ejemplos  entre  los  buenos  poetas 
españoles. 

(48).  In  ciii  usa  avarizia  il  suo  soperchio. 

La  idea  expresada  por  activa  está  interpretada  por  pasiva:  en  vez 
de  decir  que  la  avaricia  usó  en  los  condenados  el  exceso  de  su  fuerza 
—  que  es  la  idea  original  -se  dice,  para  establecer  la  antítesis  con  el 
concepto  del  verso  anterior,  que  ellos  usaron  con  extremo  de  la  fuerza 
de  su  avaricia  para  con  los  demás. 

(59-61).  ...  questa  suffa  : 

Qual  ella  sia,  parole  non  ci  appulcro. 
Or  puoi,  figliuol,  veder  la  carta  buffa. 
De '  ben  che  son  commessi  alia.  Fortuna, 
Per  che  /'  uinana  gente  si  rabbuffa. 

El  sentido  literal  del  texto  es,  que  tales  riñas  {suffd)  sea  cuales  fue- 
ren, no  deben  ser  embellecidas  ó  adornadas  {appulcro)  con  la  pala- 
bra. Textualmente,  sujjía  en  italiano  corresponde  á  la  palabra  riña 
de  la  traducción,  relacionada  con  la  palabra  bujjía  del  texto,  que  acen- 
túa el  sentido  de  este  concepto.   BtiJJ'a  en  italiano,  es  befa,  vanidad, 


248  EL    INFIERNO 


burla  ó  eng-año  bajo,  y  también,  ímpetu   ó  soplo  violento,  y  en   este 
doble  sentido  está  empleado  por  el  poeta.   Appulcro  (del  latín  pulcro 
ó  bello)   es  adornar   con  la  palabra  una  cosa  ó  un  hecho.   El  Dante 
hace  alusión  á  la  palabra' hablada,  al  hacer  decir  á  Virgilio,  que  aque- 
lla suJiTa  (que  caracteriza  después  con  la  palabra  óuj/'a)  es  indig-na  de 
ser  fijada  por  ella,  y  el  traductor  se  refiere  á  la  palabra  escrita  ó  grra- 
bada,  pero  la   Idea  es  la  misma:  en  el   original  en  forma  oral,  y  en  la 
traducción  en   forma  gráfica.    El  Dante  emplea  con  frecuencia  en  su 
poema  la  palabra  conio   (cuño)  en  el  sentido  de  sello   de  la  moneda 
corriente  de  buena  ley,  y  esto  autoriza  su  uso  en  este  caso  en  sentido 
metafórico.  (Véase  "Infierno"  C.  XVIII  v.  66;  Ídem  C.  XXX  v.   115; 
"  Paradiso"  C.  XIX  v.  126  y   141).    Además,   debe  tenerse  presente, 
que  el  Dante  hace  hablar  á  Virgilio  con  sus  reminiscencias  clásicas,  y 
que  puede  ser  permitido  al  poeta  antiguo,  lo  que  Horacio  en  su  tiempo 
encontraba  lícito,  cuando  decía  en  su  "Epístola  á  los  Pisones":  "¿Los 
romanos  prohibirían  á  Virgilio  y  á  Vario,  lo    que  fué  permitido  á  En- 
nio  y  a   Plauto  ?  "   No  es,   pues,  un  anacronismo   ni   una  impropiedad 
poner  en   boca  de  Virgilio  este  concepto,  perfectamente  ajustado  al 
texto  del   "Arte  poética"  del  poeta  latino,  contemporáneo  suyo.  To- 
dos los  latinistas  antiguos  y  modernos  —  con  rarísimas  excepciones  de 
mera  forma— han  traducido  el  famoso  pasaje  de  la  epístola  de  Horacio, 
que  se  refiere  á  la  introducción   de  neologismos  en  las    lenguas  [no- 
7HÍna  nova  rerznn  y  noiuen  stgnatum)  empleando  la  palabra  cuño. 
Martínez  de  la  Rosa,  en  su  traducción  de  esta  famosa  epístola,  sigue 
el  ejemplo  de  sus  antecesores. 

Siempre  lícito  fué,  lo  será  siempre, 
Con  el  sello  corriente  acuñar  voces. 

(64-65).  Los  comentadores  interpretan  de  dos  modos  este  concepto, 
y  varían  con  su  ortografía  su  sentido.  Fraticelli  entiende  que  el  Dante 
se  refiere:  "  al  oro  que  está  bajo  la  luna  y  al  que  por  el  tiempo  y  el 
uso  ha  sido  consumido:  ¿fi^  /«".  Camerini,  por  el  contrario,  supri- 
miendo la  coma  que  Fraticelli  pone  en  giá  fu,  piensa,  que  se  hace 
referencia:  "al  oro  que  poseyeron  en  vida  los  condenados".  H:sta  es 
la  versión  que  se  desprende  racionalmente  del  texto  y  á  la  que  nos 
hemos  ajustado,  porque  el  oro  es  una  de  aquellas  sustancias  que  aun- 
que se  gaste  .en  una  forma,  no  desaparece,  y  permanece  aliada  á  la 
materia. 

(121-124).  La  melopea  Imitativa  de  los  tristes  que  yacen  en  el 
fango,  se   reproduce   por  sonidos  análogos  en  el  castellano,  demos- 


NOTAS  Y   COMENTARIOS  249 


trandtí.  como  en  lo^  versos  12-15  de  este  faiUo,  el  jíaralelismo  de  las 

(ios  leni^iins. 

7  rís/i  /iiiiiuio 
Ncir  acr  dolcc  che  dal  sol  .v'  al/ij^ra, 
Portando  dcnlro  accidioso  /uddíio  : 
Or  ci  attristiau  iiclln  hcllclla  negra  / 


CANTO  VIII 

( 44 ).  Alma  hriosa.  En  el  texto  se  dice  alma  sdegnosa.  Esta  pa- 
labra en  italiano  tiene  un  sentido  más  lato  que  en  castellano,  y  signi- 
fica no  solo  desdén,  sino  también  todo  movimiento  súbito  de  personas 
ó  cosas  por  acción  externa;  y  así,  los  comentadores  italianos  entien- 
den que  Virgilio  quiso  significar  la  nobleza  ó  altivez  de  alma  de[ 
Dante,  como  virtud,  en  contraposición  de  la  ira,  que  es  un  vicio.  La 
palabra  Persona  orgogliosa  es  aplicada  en  la  siguiente  estrofa  al  ca- 
rácter del  condenado,  y  no  correspondería  por  lo  tanto.  La  palabra 
briosa,  que  en  castellano  significa  fuerte,  valerosa,  resuelta,  gentil  ó 
gallarda,  envuelve  el  doble  sentido  del  italiano  y  comprende  el  pen- 
samiento del  autor. 


CANTO  IX 

(18).  Che  sol  per  pena  ha  la  speranza  cionca  ? 

Compárese  con  los  versos  41-42  del  Canto  IV  y  véase  nuestro 
comentarlo  ampliando  su  sentido  restrictivo,  de  acuerdo  con  el  espí- 
ritu de  las  estrofas  correlativas,  y  siéndolo  igualmente  este  verso, 
su  interpretación  tiene  que  ser  armónica,  tanto  más  cuanto  que  en  este 
caso  el  texto  es  menos  restrictivo.  "Cionca"  significa,  truncada^ 
roia,  y  por  extensión  separada,  alejada  ó  lejana.  La  traducción 
"esperar  dudosos"  ó  sea  "esperanza  dudosa"  responde  á  esta  inter- 
pretación de  la  letra  y  del  sentido, 

(78).  En  nota  anterior  decíamos:  que  el  circunloquio  ó  ripio  está 
á  veces  en  el  texto  mismo,  y  que  la  traducción  lo  sigue,  procurando 
ceñirle  en  líneas  precisas.  En  este  caso,  el  fnuy  parecería  un  ripio,  no 
siéndolo  ni  en  el  original  ni  en  la  traducción.  YL\  muy  verdosas, 
corresponde  al  superlativo  verdíssiiue  del  italiano: 
E  con  idre  verdissime  eran  cinti. 


250  EL    INFIERNO 


CANTO  X 

(32-33).  Vedi  la  Farinata  che  s'e  driito  : 

Dalla  chitóla  in  su  ttttto  il  vedrai 

Las  palabras,  in  sti  tuHo  il  vedrai^  perecerían  indicar  no  solo  la 
parte  visible  del  cuerpo  de  Farinata,  sino  también  la  entereza  moral 
de  que  dio  pruebas  en  vida,  y  manifiesta  en  muerte,  que,  aun  cuando 
solo  se  mostrase  de  la  cintura  arriba,  podía  verse  todo  entero  {iuito 
il  vedrai).  Alizeri  en  su  minucioso  comento,  entiende,  que  la  profun- 
didad de  la  fosa  ardiente  en  que,  está  sepultado  Farinata  puede 
medirse  por  lo  que  él  muestra,  por  cuanto  la  distancia  desde  el 
ombligo  á  la  cabeza  es  la  mitad  justa  de  la  estatura  humana.  De  todos 
modos,  la  expresión  in  ttttto  acentúa  la  aparición,  y  la  correspon- 
diente, entero^  le  da  su  relieve 

(25)  Locuela^  es  la  palabra  empleada  por  el  Dante,  que  tiene  el 
mismo  valor  en  italiano  y  castellancj. 

(66).   Certia^  anticuado,  certeza,  Barcia  no  lo  trae. 

(79-80).  Ma  non  cmquanta  volte  fia  raccesa 

La  faccia  della  donna  che  qiii  regge 

La  palabra  gire  de  la  traducción  en  sustitución  de  fia  raccesa 
(renazca)  expresa  la  idea  de   la  t^ucesión  de  cincuenta  lunas  ó  meses. 

(85-87).  ...  Lo  strazio  e  I  grande  scetnpio 

Che  fece  VArbia  colorata  in  rosso. 
Tale  oración  fa  far  nel  tiosíro  templo. 

Kn  este  último  verso,  se  hace  alusión  á  la  costumbre  que  tenían  los 
magistrados  de  Florencia  de  dictar  sus  decretas,  congregados  en  un 
templo,  dando  á  la  palcibra  oración  un  sentido  irónico. 


CANTO  XI 

(52-54).   Compárese  la  estrofa  original  con  la  traducción. 

—  La  frode,  ond'  ogni  coscienza  c  7norsa, 
Puo  r nonio  usare  in  coliti  che  si  Jida, 
E  in  (¡tif/lo  che  Jidanca  non  inihorsa. 

Onde  é  morsa,  que  envuelve  la  idea  del  remordimiento,  está  tra- 
ducido por  el  concepto,  que  luticrdc  cual  carcoma,  (pie  la  implica. 
La  enérgica    ^\\íx^%\óv\  che  fidanza  non  iiuborsa^    y  cpie    rectamente 


I 

[ 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  251 


slyfnifioa  "no  echar  á  la  propia  bolsa  la  confianza",  y  por  extensión 
en  italiano,  "  acoj^er  con  operanza  ó  con  inccrtldumbre",  está  invo- 
lucrada en  el  concepto:  "  dr  (jue  la  buena  fe  no  se  recata",  ampliando 
la  c.-iiroía  dentro  del  nli•^^u)  doble  sentido:  "  Y  al  desconfiado  de  sor- 
presa toma  ". 


CANTO  XII 

98).   Cui'ffoxo,  anticuado,  le  mismo  que  cuidadoso. 
(  124).   Bajeza,  anticuado,  el  lugar  bajo  en  hondura. 

(I. ^5- 1. Vi).  —   ....    Ed  in  eterno  niiinge 

Le  lagrime,  che  col  bollar  disserra. 

Aíungc  del  verbo  ¡¡iU7tgere  ó  mugncre^  ordeñar,  t-xtraer,  etc  Dis- 
serra, del  verbo  disserrare,,  completa  el  conct-pto,  que  comprende 
la  palabra  descuajado.  Podría  traducirse  textualmente  este  verso  di- 
ciendo: hales  ordeñado  etc.,  que  se  relaciona  "con  el  eterno  llanto" 
que  el  hervor  del  río  sanguinoso  arranca  ó  descuaja  á  los  tiranos. 


CANTO  XIII 

(15),  Deshumanos,  anticuado,  vocablo  que  está  fuera  del  uso  co- 
mún sin  razón  alguna,  y  que  en  este  caso  es  más  expresivo  que  in- 
humanos,, por  cuanto  envuelve  la  idea  de  una  cosa  que  está  fuera  de 
lo  humano,  ó  sea  sobrenatural,  que  es  lo  que  el  Dante  ha  querido  ex- 
presar en  el  verso  correspondiente: 

Fauno  lamenti  in  sii  gii  alberi  sírani. 

(16-19).  Es  éste  uno  de  los  tercetos  más  débiles  y  enredados  del 
Dante,  lo  que  hace  difícil  su  correcta  interpretación  poética,  empero 
no  ser  esencial,  por  cuanto  sólo  se  refiere  al  itinerario  de  los  dos 
poetas.  Literalmente  dice:  "Y  el  buen  maestro: — "Antes  de  entrar 
más  adelante,  sabe,  que  estás  en  el  segundo  girón,  —  empezó  á  decir- 
me,— y  que    continuarás  por  él,  mientras  que   camines  por  el  horrible 

arenal". 

E  V  buon  maestro  :  —  «  Prima  che  pin  entre 
Sappi  che  se  nel  secando  girone, 
—  Mi  comincio  a  diré,  —  e  sarai  m,e}itre 
Che  tu  verrai  nell'  orribil  sabbione. 


252  FX    INFIERNO 


*     (20-21).   La  traducción  es  un  tanto   libre;   pero  está  ajustada  á   la 
lección  más  auténtica,  y  su  sentido  es  el  mismo.   El  Dante  dice: 

Pero  rigiiarda  bene,  e  st  vedrai 
Cose  che  darán  fede  al  mió  sermone. 

En  la  mayor  parte  de  las  ediciones  de  la  "Divina  Comedia",  se 
lee:  —  "  Cose  che  iorrien  fede  al  mió  sermone''\  6  sea,  "  cosas  que 
despojarían  de  fe  á  mis  palabras",  que  es  lo  contrario,  y  que  Buti  y 
los  comentadores  italianos  que  han  seguido  esta  lección,  interpretan 
así:  —  "cosas  que  si  te  las  dijera,  no  las  creerías",  lo  que  tiene  algún 
sentido,  aunque  no  sea  el  verdadero.  Foseólo,  con  más  penetración  y 
erudición,  adopta  la  lección  que  seguimos,  que  da  sentido  á  la  estrofa^ 
Virgilio  se  refiere  evidentemente  al  pasaje  del  libro  III  de  la  Eneida, 
en  que  Eneas  arranca  un  gajo  del  mirto  en  que  se  había  transformado 
Polidoro,  y  ve  correr  de  él  la  sangre,  pasaje  que  el  Dante  ha  imitado 
en  este  canto,  magnificándolo.  Para  que  no  cjuede  duda  al  respecto,  el 
mismo  Virgilio  hablando  con  el  árbol  de  que  el  Dante  había  tronchado 
un  gajo,  y  de  que  veía  brotar  sangre,  le  dice  al  dolorido  en  los  versos 
48-49  de  este  canto: 

Cío  ch^  ha  vediito,  pur  colla  inia  rima 
Non  avrebbe  in  te  la  man  distessa. 

Así,  hemos  traducido,  ateniéndonos  al  texto  originarlo  y  al  espíritu 
más  que  á  la  letra.   ( Véase  verso  48  de  este  canto). 

{25).  Este  verso  amanerado,  que  podría  parecer  extraño  en  la  tra- 
ducción, es  una  reproducción  fiel  del  original : 

lo  credo  ch'  ei  credette  ch'  io  credesse. 

(42).  Compárese  con  la  estrofa  original  que  es  una  de  las  más 
bellas  del  Dante: 

Cotne  d'  un  slisco  verde,   ch'  arso  sia 
Dair tin  de'  capi,  che  dalP  altro  geme 
E  cigala  per  x>ento  che  va  via. 

Chirrea^  es  propiamente  cigala;  y  la  palabra  irisieinenie,  apli- 
cada a!  chirrido,  reemplaza  2^.  genie. 

(59).  Ansa^  anticuado,  asa  ó  argolla. 

(88).  Asunla,  participio  del  verbo  irregular  anticuado  asumir. 

(99).  Tardalero.  lo  mismo  que  tardío.  El  Dante  dice:  come  gran 
di  spella  {trilicum  spelta  de  Llnneo);  en  castellano  espelta  ó  escan- 
da, que  es  una  especie  de  trigo  tardío,  (jui-  madura  también   al  acaso 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  253 


(102).  Fauno  dolare  rii  ni  riolor  Jiucslfa. 

Lllfralim-iiti',  la  traducción  de  la  estrofa  es  esta;  **  Crece  el  arbusto 
como  planta  silvtstri-:  las  arpías  pacen  en  sus  hojas;  causan  dolor  (en 
el  árbol  animado),  abren  ventanas  (heridas,  roturas,  ó  aberturas)  por 
donde  los  clamores  de  los  condenados  se  escapan".  —  Respetamos  en 
la  versión  el  estilo  dantesco,  poniendo  ventanas. 

(  143-150).  Compárese  con  el  texto  original  (jue  es  algo  oscuro  por 
sus  reminiscencias  históricas,  tradicionales  y  locales,  además  de  su 
concisión : 

I'  fui  della  cuta,  che  nel  fíatista 
Cangio   'I  primo  padronc  :  ond'  ei  per  qucslo 
*  Sentpre  con  I'  arte  sua  la  fara  trista¡ 

E  se  non  fosse  che  in  su/  passo  d'  Amo 
Ritnatie  ancor  di  lui  alcuna  vista, 
Quei  cittadin,  che  poi  la  rifondarno, 
Sovra  '/  cener  che  d'  Aitila  rimase, 
Avrebber  fatto  lavorare  indarno. 

Su  traducción  literal,  ajustada  al  giro  gramatical  del  texto,  es:  "La 
ciudad,  que  por  el  Bautista  cambió  al  primer  patrón  (Marte)  el  cual 
{ond' ei)  por  esto,  siempre  con  el  arte  suyo  (la  guerra)  la  contristará 
[\B.J'ayá  trisia),  Y  si  no  fuese  que  sobre  el  puente  del  Arno  aún  queda 
de  él  algún  vestigio  {alcuna  visiá)^  los  ciudadanos  que  la  refundaron, 
sobre  las  cenizas  que  dejó  Atila,  habrían  hecho  trabajar  en  vano". 

Según  algunos  comentadores  italianos  (Fraticelli,  Costa,  Blanc, 
Camerini,etc.)  el  fragmento  de  la  antigua  estatua  de  Marte,  encontrado 
bajo  las  ruinas  después  del  incendio  de  Florencia  por  los  bárbaros, 
y  colocado  entonces  sobre  el  puente  del  Arno,  habría  preservado  á 
la  ciudad  de  una  nueva  destrucción,  por  cuanto  era  tradicionalmente 
considerado  como  el  paladión  de  ella.  La  vaguedad  del  texto 
se  presta  á  esta  interpretación,  pero  ella  pugna  con  las  creencias 
religiosas  del  poeta,  pues  supondría  que  pensaba,  que  Marte,  su  anti- 
guo patrón  pagano,  habría  protegido  á  su  ciudad  más  eficazmente  que 
el  nuevo  patrón  cristiano,  que  á  esta  idea  respondería  la  adversativa: 
"si  no"  {e  si  nonn  fosse).  Brunone  Bianchi  respondería  á  esta  ob- 
jección:  "  Era  voz  corriente,  que  la  dicha  estatua  de  Marte,  fuese  para 
Florencia,  lo  que  el  paladión  para  Troya  ;  y  era  permitido  al  Dante 
como  poeta,  valerse  de  las  opiniones  y  preocupaciones  vulgares,  y 
tanto  más  entonces,  cuando  pone  en  escena  personas,  que  sino  por 
su  nacimiento,  por  su  modo  de  pensar  pertenecen  al  vulgo.  Así  me 
parece  natural  suponer  que  el  Dante  quiso  representar  en  los  que 
hace  hablar  aquella  raza  de  hombres  supersticiosos  é  ignorantes,  muy 

18 


254  EL    INFIERNO 


numerosos  en  su  tiempo,  que  en  vez  de  atribuir  las  desgracias  de 
la  patria  á  las  malas  costumbres  y  al  mal  gobierno,  echaban  la  culpa 
á  los  astros,  á  los  demonios  y  á  otras  ficciones." 

Rossetti,  según  Benvenuto  de  Imola,  citado  por  Bianchi,  entiende 
que  debe  darse  á  este  pasaje  un  sentido  totalmente  alegórico,  pero 
apunta  de  paso  una  idea  que  esparce  nueva  luz  sobre  el  texto  :  "  La 
ciudad,  aniquilada  por  la  fuerza  é  invadida  por  los  vicios,  habría  sido 
frecuentemente  atacada  por  enemigos  y  destruida  nuevamente  sz  no 
hubiese  quedado  sobre  el  Amo  alguna  fortaleza  de  difícil  expug- 
nación, y  un  poco  del  antiguo  valor  guerrero,  de  que  era  símbolo  el 
avance  de  la  estatua   de  Marte  que  se  veía  sobre  el  puente." 

Alizeri,  confirma  en  parte  la  última   opinión   de  Rossetti  al  analizar 

el  verso: 

Avrebber  /ato  lavorare  mdarno 

Según  él,  es  una  reminiscencia  del  salmo:  In  vanu7n  laboraverunt 
pui  edificant  eam  interpretándolo  así:  "  Es  un  modo  de  decir,  que 
la  nueva  ciudad,  lo  mismo  que  la  antigua,  habría  sucumbido  á  los 
ataques  de  sus  enemigos,  si  algo  del  primitivo  valor  no  hubiese  que- 
dado en  un   fragmento  de  la  estatua  de  Marte'. 

El  pensamiento  del  autor,  en  nuestra  opinión,  es  este:  que  Marte 
en  venganza  de  haber  sido  reemplazado  como  patrón  de  la  ciudad,  le 
retiró  su  protección  como  Dios  de  la  guerra,  y  que  á  no  haberse  con- 
servado un  vestigio  de  su  antigua  imagen,  habría  desaparecido  el  an- 
tiguo espíritu  marcial.  Y  que  por  lo  tanto,  sus  refundadores  habrían 
trabajado  en  vano,  porque  habría  sido  otra  vez  destruida  por  sus 
enemigos.  De  esta  mezcla  de  reminiscencias  mitológicas  y  creencias 
cristianas,  está  lleno  todo  el  Infierno,  de  manera  que  puede  explicarse 
la  aparente  contradicción  señalada  antes,  y  dar  al  concepto  su  verda- 
dero sentido  histórico.  De  cualquier  modo  que  se  interprete  el  texto, 
lo  traducimos  casi  literalmente  en  verso,  dejando  que  cada  uno  le  dé 
el  sentido  que  j)ueda  tener.  Por  lo  demás  todos  están  conformes  con 
que  el  Dante  se  equivocó  al  poner  Atila  por  Totila,  pues  aquel  no 
pasó  del   Apenino. 


CANTO  XIV 

(14).  Desesperanza^  lo  mismo  que  desesperación:  s.  f.  anticuado. 
(115).   Esparrama^  verbo  anticuado,  lo  mismo  que  desparrama. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  255 


CANTO  XV 

(  4-()  ).  Quallc  F/aimniiifr/ii  ira  Gu::zantc  e  liruggia 

'JVmcndo  il  Jioilu  che  in  ver  lor  s^az'vcuía, 
Fauno  lo  schiertno,  perche  il  mar  si  /¡infria 

Esta  estrofa  ha  dado  niarpen  á  las  más  variadas  y  contradictorias 
Interpretaciones  geográficas,  á  causa  del  extraño  nombre  de  Gussan- 
ii\  —  ó  Cuiscanic,  —  unido  al  muy   conocido  de  Bruges. 

FraticelU,  autorizado  comentador  del  Dante,  y  aulor  de  una  de  sus 
mejores  biografías,  asienta,  que  Gussante  y  Bru^gia^  son  dos  ciu- 
dades de  Flandes,  distantes  cinco  leguas  una  de  otra."  No  se  conoce 
tal   ciudad  de  Gussanic. 

Paolo  Costa,  dice  en  sus  anotaciones:  "■Guzsaníe,  en  alemán  Wii- 
sand  (arena  blanca),  villa  (villaggio)  de  F^landes,  Inmediato  al  mar." 
Tampoco  se  conoce  tal  villorrio   de  Witsand  en  Flandes. 

Hrunone  Bianchi,  haciendo  una  variante  á  P.  Costa,  trae:  "^Gussan- 
te,  una  pequeña  tierra  (piccola  ierra)  de  Flandes."  Esta  tierra  como 
la  supuesta  ciudad  y  villa  del  mismo  nombre  nadie  la  conoce. 

Blanc,  más  mesurado  en  su  comentarlo  que  los  anteriores,  establece 
la  cuestión  dubitativamente,  negando  la  existencia  de  la  pretendida 
ciudad,  villa  ó  pequeña  tierra;  pero  supone  que  pueda  ser  una  isla 
desconocida.  "  La  isla  de  Witsand^  dice,  cuyo  nombre  respondería 
á  Guizsanie^  no  se  conoce;  pero  como  el  mar  en  aquella  parte  pro- 
duce grandes  mutaciones,  pudiera  ser  que  existiese  en  los  tiempos 
del  Dante."  —  El  mismo  agrega,  que  algunos  creen  que  Guissante 
sea  la  isla  de  Cadsand,  —  ó  Cadzand  como  se  lee  en  los  mapas, — 
situada  sobre  el  mar  del  norte,  en  el  punto  donde  el  gran  canal  de 
Bruges  á  La  Esclusa  comunica  con  dicho  mar. 

La  interpretación  de  Cadsand^  ha  sido  generalmente  adoptada  por 
los  comentadores  italianos  y  por  casi  todos  los  traductores  extranje- 
ros. En  su  apoyo  se  hace  valer  el  testimonio  de  Lud.  Guiciardini,  que 
residió  algunos  años  en  Flandes,  y  publicó  en  Amberes  en  1567,  —  más 
de  dos  siglos  después  de  la  primera  edición  del  Dante, — su  obra  titu- 
lada: "Descrizione  di  tutti  i  Paessi  Bassi ".  En  ella  se  lee:  "Aquí,  fren- 
te á  frente  de  La  Esclusa,  se  encuentran  la  pequeña  isla  de  Cads andj 
con  una  villa  {villaggio)  del  mismo  nombre,  que  antes  fué  más  grande 
(la  isla)  pero  que  las  tempestades  del  mar  han  reducido  poco  á  poco 
casi  á  la  mitad.  Este  es  el  mismo  sitio  de  que  hace  mención  en  su 
Canto  XV  del  Infierno,  nuestro  gran  poeta  Dante,  llamándole incorrec" 
lamente,  quizás  por  error  de  imprenta,  Guizzante;    donde  todavía  hoy 


256  EL    INFIERNO 


se  hacen  continuamente  grandes  reparos  en  sus  márgenes,  á  causa  de 
que,  por  su  situación  y  por  lo  bajo  de  la  tierra,  la  marea  ó  sea  el 
tlujo,  hacia  Bruges,  tiene  aquí  grandísimo  poder,  sobre  todo  cuando 
reina  el  viento  maestro"  (norte). — La  descripción  es  exacta  y  la  in- 
terpretación geográficamente  aceptable,  bien  que  no  se  aduzca  nin- 
guna prueba  histórica,  aún    bajo  el  supuesto  de  un  error  de  imprenta. 

G.  Dalla  Vedova,  en  su  libro  "Gli  oríg-ine  della  Brenta  al  tempo  di 
Dante",  í2jZÍ'2/¿/ Cameriní,  explica  el  texto  así:  "Hallándose  Witsand^ 
{paesseíto)  hacia  el  confín  occidental  de  Flandes  dantesco,  y  Bruges 
hacia  la  parte  oriental,  parecería  que  con  estos  dos  nombres,  el  Dante 
quiso  indicar  el  dique  flamenco,  de  un  extremo  á  otro  del  país,  en  la 
extensión  como  120  kilómetros".  Seg-ún  esto,  el  Flandes  dantesco,  con 
los  diques  que  lo  protejen  contra  la  irrupciones  del  mar  del  norte,  se 
extendería  hacia  el  occidente  de  Bruges,  ó  sea  hacia  el  Canal  de  la 
Mancha,  lo  que  solo  es  geográficamente  exacto  hasta  Ostende,  y 
cuando  más  hasta  Nieuport;  y  esta  interpretación  excluiría  lo  que  pro- 
piamente se  conoce  con  los  nombres  de  Flandes  oriental  y  Flandes 
occidental,  no  comprendiendo  por  lo  tanto,  sus  dos  extremos,  como 
se  asevera. 

El  celebrado  dantista  Scartazzini,  sostiene  con  más  amplitud  aún, 
una  teoría  análoga,  que  ha  tenido  la  fortuna  de  ser  adoptada  en  Ingla- 
terra por  el  célebre  Gladstone,  quien  en  su  ensayo  titulado:  "El  Dante 
estudió  en  Oxford?"  asienta  como  artículo  de  fe:  "El  lugar  que  el 
Dante  llama  Gtii 2 s anie ^  zhor a.  se  interpreta  por  autoridad  que  hace 
ley,  (la  de  Scartazzini)  como  Wilsand'".  Empero,  agrega  á  renglón 
seguido,  destruyendo  su  categórica  afirmación:  "El  nombre  de  Wii- 
sandh'A  quedado  fuera  de  memoria;  pero  el  lugar  parece  haber  estado 
á  15  kilómetros  ó  9  millas  al  sud  oeste  de  Calais,  y  haber  sido  en 
tiempos  antiguos  el  puerto,  ó  un  puerto,  de  partida  para  Inglaterra- 
Parece  que  toda  esta  costa  en  aquel  tiempo  se  consideraba  dentro  de 
los  dominios  de  Flandeh".  físte  punto  singular  de  vista,  complica  más 
la  cuestión  sin  aclararla,  pues  los  confines  de  Flandes  á  que  se  hace 
referencia,  son  los  occidentales  por  la  parte  de  Francia,  interpretación 
que  altera  dlametralmente  los  rumbos  entre  el  Flandes  oriental  y  el 
occidental,  ó  sea  lo  que  propiamente  se  llama  Países  Bajos;.  Aun 
cuando  sea  históricamente  exacto,  que  lo  que  hoy  se  denomina  todavía 
Flandes  francesa,  se  consideraba  como  continuación  del  HIandts  fla- 
menco, Gladstone  parecería  ignorar,  que  al  presente  existe  sobre  la 
costa  meridional  del  Canal  de  la  Mancha,  un  punto  que  conserva  el 
nombre  de   M^/Vjy7«/' á  1 7  kilómetros    de    Calais,    hacia  Boulogne-sur- 


NOTAS    Y   COMENTARIOS  257 


Mcr,  (jiuí  alqi'iinos  jíC()j>;Tafos  creen  .sea  el  antijruo  lius  Poríus  de  los 
romanos,  lo  que  nos  llevaría  hasta  las  altas  costas  de  la  Franela,  que 
nlni^iina  conexión  tienen  con  las  bajas  de  l'Mandes. 

Alizerl,  uno  de  los  últimos  comentadores  dantescos,  insinúa  vaga- 
mente, en  el  mismo  sentido  de  Scartazzini:  "Lo  más  probable  es,  que 
Guasanie  ó  Guiz::a7Ue,  sea  la  isla  de  Witsand  en  los  conlines  (?) 
de  Flandes,  destruida  súbitamente  {v¿a  via)  por  los  embates  del  mar, 
y  de  la  que  no  quedan  ni  vestijifios".  Es  una  suposición  que  no  se 
*unda  en  ning;una  prueba  histórica  ni  geoj^^ráfica,  y  que  por  su  vag-ue- 
dad  deja  la  cuestión  en  más  incertidumbre  que  antes. 

Los  únicos  que  sepamos  se  hayan  apartado  de  los  comentadores 
italianos  en  este  punto,  son,  el  Conde  de  Chestey  José  María  Carulla> 
en  sus  respectivas  traduciones  en  verso  castellano,  quienes  ponen 
Gante  por  Gussanic^  aunque  sin  dar  ninguno  de  ellos  la  razón,  lo  que 
hace  pensar  que  se  guiaron  simplemente  por  la  analogía  del  sor  ido» 
siendo  ambos  trabajos  de  la  misma  época  y  escuela. 

Daremos  por  nuestra  parte,  las  razones  que  nos  han  inducido  á  in- 
terpretar Gussante  por  Gante:  I''  El  texto  mismo  de  la  estrofa,  que 
determina  dos  puertos  de  Flandes  (fiammenghi)  hasta  donde  llega 
la  marea  (¿I  fiotio)  que  el  viento  lleva  á  ellos  (s'avve7tia)^  lo  que  hace 
necesario  reparos  ó  diques  (schierino)  á  efecto  de  que  el  mar  (// 
tnare)  del  norte  retroceda  [se  fugg¿d\  ante  ellos,  cincunstancias  que 
coinciden  en  Bruges  y  en  Gante,  y  más  aún,  según  la  idea  que  en  el 
tiempo  del  Dante  se  tenía  de  la  hidrografía  de  esos  dos  puntos.  2°  La 
analogía  del  nombre,  que  lleva  la  consonante  inicial,  y  contener  la 
terminación  íntegra  que  completa  el  nombre,  prueba  que  en  etimolo- 
gía es  concluyente  y  que  no  concurre  enGadzand,  quedando  eliminado 
el  de  Witsant,  que  aunque  más  parecido,  es  por  lo  menos  problemá- 
tico, y  no  corresponde  á  la  nomenclatura  geográfica  de  Flandes.  3o  La 
presunción  racional  de  que  el  Dante,  al  señalar  dos  puntos  opuestos 
del  país  de  Flandes,  á  que  se  refiere  nombrándolos,  quiso  indicar  sus 
dos  capitales  históricas  y  geográficas:  Bruges,  del  Flandes  occidental, 
y  Gante,  del  Flandes  oriental,  que  determinan  dos  extremos  flamencos 
de  sus  diques  en  el  Valle  del  Escalda.  4**  La  inducción  lógica  de  que 
el  Dante,  el  hacer  la  descripción  de  lugares  determinados  fuera  de  Ita- 
lia, no  pudo  tener  otro  guía  que  la  geografía  de  Tolomeo,  que  era  la 
autoridad  de  su  tiempo  en  la  materia,  y  sobre  cuyo  sistema  reposa 
científicamente  su  poema.  5^  El  hecho  histórico  y  geográfico,  de  que 
en  tiempo  del  Dante,  Bruges  era  un  verdadero  puerto  de  mar,  no  ha- 
biéndose cegado  aun  el  estuario  del    Zwyn,  que  lo  ponía  naturalmente 


258  EL    INFIERNO 


en  comunicación  directa  con  el  mar  del  norte,  lo  que  pone  el  nombre 
de  Bruges  fuera  de  toda  duda  y  establece  un  seguro  punto  de  partida 
y  de  comparación.  6^  Que  en  las  ediciones  de  Tolomeo  de  la  Edad 
Media,  adicionadas  según  los  conocimientos  de  la  época, — y  los  del 
Dante  no  podían  ser  más  adelantados, — Gante  está  representado  en 
las  mismas  condiciones  hidrográficas  de  Bruges,  aun  cuando  hoy  se 
sepa  que  esto  no  es  exacto;  pero  situado  como  se  halla  en  la  con- 
fluencia del  Escalda  con  el  Lys  y  otros  ríos,  más  arriba  de  Amberes, 
sostenido  por  la  marea,  los  diques  y  obras  de  defensa  son  necesarios 
como  en  Bruges.  Puede  compararse  la  "Nouvells  geographie  univer- 
selle"  de  Reclus,  con  la  edición  latina  de  Tolomeo,  impresa  en  Roma 
en  1508,  y  la  primera  edición  italiana  de  Venecia  en  1548,  en  las  que» 
más  de  dos  siglos  después  de  la  la  edición  de  la  Divina  Comedia' 
todavía  Bruges  y  Gante  están  figurados  en  los  mapas  en  comunicación 
más  ó  menos  directa  con  el  mar  y  aun  entre  sí,  tal  como  el  Dante  los 
describe  en  su  comentada   estrofa. 

Basta  esto  para  justificar  la  lección  de  Gante  por  Gussanie,  con 
más  fundamento  racional,  histórico  y  científico  que  la  de  Wiisant  y 
Gadsand. 


CANTO  XVI 

(45).  El  vicio  torpe  de  la  Edad  Media, — general  entonces  en  toda  la 

Italia, —  que  expían  en  el  infierno  dantesco  los   condenados  de  que   se 

hace  mención   en  este   canto   y    el    anterior,  incluso    Bruneto   Latino» 

maestro  del  Dante,  está  velado,  ó   más  bien  dicho,   sub-entendido  por 

su  notoriedad.  Por  lo  tanto,  la  traducción  no  puede  ser  más  clara  que 

el  original. 

La  fiera  moglie,  piii  cK'altro  tni  nuoce. 

O  sea  literalmente:  "La  (mi)  fiera  mujer  mehizo  más  mal  (luinotice) 
que  todo  lo  demás  ( piú  ck'aUroy\  El  condenado  que  habla  da  á 
entender  de  este  modo  que  la  esquivez  de  su  mujer,  según  unos,  ó  el 
odio  que  le  inspiró  por  sus  malas  cualidades,  según  otros,  le  indujo  al 
vicio  torpe  porque  es  castigado  á  causa  de  su  mujer. 

(Í06).   Véase  la  nota  41-42    del  canto  1,    que  se  relaciona  con  esta 

estrofa: 

/o  aveva  una  corda  in  torno  cinta 

E  con  essa  f>ensai  alcttna  volta 

Prender  la  lonzn  alia  f>elle  dipinta. 


NÜTAS    V    CUMENTARIUS  259 


CANTO  XVII 

(21-22).  B  come  la  fra  li  l^edeschi  luychi 

Lo  hevero  s'  asselta  a  far  sua  guerra ; 

No  es  posihU'  entender  esta  comparación,  sin  acompañarla  de  un 
comentario.  Li  Tedeschi  Inrchi^  ó  sea,  los  alemanes,  pesados  sef^ún 
unos,  i^lotones  seg;ún  otros,  es  una  humorada  del  Dante,  como  una 
piedra  lanzada  en  su  tiempo  entre  güelfos  y  gibelinos,  apuntando  á  los 
alemanes  que  intervenían  en  las  cuestiones  de  la  Italia,  pues  no  obs- 
tante ser  él  mismo  jjlbelino.  ó  sea  partidario  del  imperio  temporal 
contra  el  papado,  participaba  del  odio  de  los  Italianos  contra  los  con- 
quistadores alemanes,  que  era  también  un  sentimiento  nacional.  Es 
una  referencia  puramente  incidental  que  hemos  traducido  por  "tosca 
gente  danubiana",  que  es  lo  que  hace  al  caso  de  la  comparación.  — 
Tra  i  Tedeschi^  según  Caraerini  y  los  demás  comentador^-s  italianos) 
quiere  decir  á  lo  largo  de  las  costas  del  Danubio.  El  autor,  según 
Bocacio,  hace  alusión  al  castor,  que  en  las  costas  del  Danubio,  como 
se  creía  entonces,  escondía  en  el  agua  su  cola,  que  es  muy  gruesa,  y 
por  ser  muy  grasienta,  impregnaba  el  agua  con  su  sustancia,  atrayendo 
á  modo  de  sebo  á  los  peces,  con  los  cuales  el  castor  se  alimentaba,  lo 
que  es  un  error,  como  lo  observa  Blanc.  —  Solo  con  esta  explicación 
puede  comprenderse  la  similitud  que  el  poeta  establece,  entre  la  acti- 
tud del  castor  y  ia  de  Gerión,  con  las  respectivas  colas  sumergidas: 

Ma  in  su  la  ríva  non  trasse  la  coda. 

(72-73)  Cridando  :   Vegna  ü  cavalier  sovrano, 

Che  rechera  la  tasca  coi  re  hecchi. 

La  palabra  cavalier  está  usada  por  el  poeta  en  sentido  irónico, 
como  calificativo  de  usurero,  según  dicen  era  costumbre  en  Florencia, 
en  su  tiempo;  y  según  Paolo  Costa  en  sus  notas,  se  refería  al  aplicarla, 
al  caballero  tlorentino  Giovanni  Buiamonte,  que  era  un  grande  usurero 
y  tenía  por  blasón  tres  picos  de  pájaro.  La  palabra  sovrano,  tal  vez 
responde  á  la  intención  de  asignarle  su  puesto  superior  entre  los  usu- 
reros condenados  de  antemano.  El  concepto  queda  claro  en  la  tra- 
ducción, aunque  sin  su  dejo  picante. 

(85).  Treuiíilanie,  aunque  parezca  un  arcaísmo,  no  lo  es,  y  como 
derivado  de  trémulo  es  más  propio  que  tembloroso  para  caracterizar 
el  comienzo  del  ataque  de  la  cuartana  con  sus  síntomas,  del  modo  gra- 
dual que  !o  describe  el  poeta: 


260  EL   INFIERNO 


Quale  colui  ck'  e  si  presso  al  riprezzo 
Della  quartana,  ch'  ha  gia  /'  unghie  smorte 
E  triema  hiito,  piir  guardando  il  rezzo. 

Las  palabras  temblar  y  vacilante  de  la  traducción,  cuando  sobre- 
viene el  acceso  del  frío,  completan  el  cuadro,  aunque  no  con  la  inten- 
sidad del  original,  que  pinta  al  trémulo  doliente  mirando  la  sombra 
{^guardando  ¿I  resso)  símbolo  del  frío,  que  los  atacados  miran  con 
horror,  por  una  asociación  de  ideas  y  sensaciones. 

(  107  ).  Perche  '  I  del,  come  pare  ancor,  si  cosse  : 

Hemos  combinado  en  la  traducción  la  referencia  mitológica  del 
autor  con  la  letra  del  texto  original.  El  poeta  hace  alusión  al  origen 
fabuloso  de  la  formación  de  la  vía  láctea,  que  según  el  mito,  señalaría 
el  trayecto  luminoso  de  la  caída  del  carro  de  Faetón,  que  hizo  arder 
{^si  cosse)^  el  cielo  como  se  ve  todavía  {^co me  pare  ancor). 


CANTO  XVIII 

(I).  Malebolge.  Esta  palabra  ha  pasado  al  lenguaje  común  para 
designar  la  región  del  infierno  dantesco  a^í  llamada,  y  por  eso  hemos 
preferido  conservarla  tal  y  cual,  como  lo  hacemos  respecto  de  los 
nombres  compuestos  de  los  diablos,  sin  embargo  de  que  se  prestaban 
á  ser  traducidos.  Algunos  han  traducido  Malebolge  por  Malos-Sacos. 
Mejor  es  dejarle  la  denominación  original  que  forma  parte  de  la  no- 
menclatura de  la  topografía  infernal  de  la  Divina  Comedia. 

(4),  Malignoso.  Esta  palabra  de  buena  ley  no  se  encuentra  en 
ningún  diccionario  español,  ni  aún  como  arcaísmo.  Los  puristas  es- 
pañoles, en  su  prurito  de  eliminar  vocablos,  que  amortizan  como  an- 
ticuados, sin  reemplazarlos  por  otros  equivalentes  ó  mejores,  y  excluir 
los  neologismos  necesarios,  tienden  no  solo  á  empobrecer  el  idioma, 
sino  también  á  inmovilizarlo  como  una  lengua  muerta,  y  ésta  misma, 
mutilada. 

El  adjetivo  maligno^  lo  mismo  que  /ualicioso,  sólo  se  aplica  á  las 
personas  propensas  á  lo  malo,  ó  sea  á  la  malignidad,  y  metafórica- 
mente, á  lo  que  es  en  sí  malo,  perjudicial  ó  nocivo.  Falta  por  lo  tanto 
una  palabra  propia,  que  determine  la  malignidad  de  las  cosas  en  sí,  y 
malignoso  es  la  que  corresponde  según  su  etimología,  y  el  recto  y 
genuino  sentido  que  del  verbo  á  que  pertenece  se  deriva. 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  2()l 


La  etimologfía  de  !a  palabra  es  conocida;  viene  del  latín  /ua/c  y 
genitus  (  malo  y  enijcndrado)  ó  sea  mal  j^énero  ó  mala  cosa.  Existe 
el  verl)o  activo  uiaUgna)%  que  expresa  la  acción  de  viciar  ó  inficio- 
nar, y  el  recíproco,  de  corromperse  y  empeorarse.  Kxlste  también  el 
sustantivo  malignidad^  que  es  no  sólo  propensión  del  ánimo  á  pensar 
ú  obrar  mal,  sino  también  la  calidad  que  constituye  nocivas  determi- 
nadas cosas,  y  así  se  aplica  especialmente  á  las  enfermedades. 

Harcia,  que  excluye  de  su  diccionario  la  jíalabra  malignoso^  reco- 
noce que  "el  sustantivo  malignidad  tiene  mucha  mayor  fuerza  que  el 
adjetivo  maligno^"  pero  se  limita  á  considerarlo  desde  el  punto  de 
vista  de  las  personas.  Falta,  pues,  su  derivado  necesario  á  este  g:rupo 
de  palabras,  y  principalmente  al  sustantivo  lualignidad  con  relación 
á  las  cosas,  y  vialignoso  es  el  que  corresponde.  Aplicado  este  califi- 
cativo á  la  sección  del  infierno  del  Dante  de  que  se  trata,  es  doble- 
mente adecuado,  si  se  tiene  presente  el  valor  del  verbo  activo  y 
recíproco  J>¿alig?tay,  ya  sea  en  el  sentido  de  viciar,  inficionar,  ya  de 
corromperse  ó  empeorarse,  que  es  la  idea  que  el  poeta  ha  querido 
significar  en  las  palabras  campo  maligno.  (Véase  la  nota  al  verso  86 
del  canto  V  y  al  verso  12  del  canto  XXIV.) 

(7-9).  La  construcción  de  la  estrofa  original  está  invertida,  pero  el 
sentido  y  las  palabras  no  difieren. 

Qtiel  cinghio  che  rintane  adtmque  e  tondo 
Tra  'I  pozzo  e  'I  pie  deW  alta  ripa  dura, 
Ed  ha  distinlo  in  dieci  valli  il  fondo. 

{^^).  Guisóla  bella^  Ghisola  bella  se  lee  uniformemente  en  todas 
las  ediciones  del  Dante.  Sin  embargo,  un  erudito  italiano  (Isidoro 
Lungo  "  Dante  ne'  tempi  di  Dante",  1888)  ha  descubierto  últimamente 
el  testamento  de  la  persona  á  que  este  verso  se  refiere,  y  de  él  resulta 
que  su  verdadero  nombre  era  Ghislabella  ó  Ghisolabella.  Nos  hemos 
atenido  á  la  lección  consagrada  que  es  la  que  sin  duda  estaba  en  la 
mente  del  poeta  al  evocar  la  idea  de  su  belleza  á  la  par  del  recuerdo 
de  su  desgracia. 

(66).  — Rufjian,  qui  non  son  femntine  da  contó. 

Este  verso  ha  dado  origen  á  las  más  intrincadas  discusiones,  en  que 
ha  intervenido  hasta  la  Academia  de  la  Crusca.  Los  comentadores 
antiguos,  aunque  discrepen  en  su  interpretación,  están  todos  confor- 
mes en  que  el  poeta  quiso  significar,  ó  bien  mujeres  que  se  engañaban 
ó  seducían  con  dinero,  ó  que  se  compraban  ó  se  vendían  por  él,  in- 
terviniendo los    rufianes.  Los    modernos  han  complicado  la  cuestión. 


262  EL    INFIERNO 


FratlcelH  entiende:  "mujeres  de  moneda  ó  de  hacerse  dinero  con 
ellas."  Blanc :  "mujeres  que  se  gozan  por  dinero",  y  Camerini : 
"que  se  obtengan  con  dinero".  Tommaseo:  "mujeres  á  venta". 
Bianchi,  comentando  á  los  comentadores  antiguos,  dice:  Coniare 
"  valía  antiguamente  tanto  como  engañar ;  y  conio,  engaño ;  pero 
"  este  significado  en  tal  caso  me  parece  mei\os  oportuno  y  más  débil 
**  que  el  otro".  Por  último,  el  ya  citado  Lungo,  el  más  moderno  de 
todos,  en  una  difusa,  disertación  de  más  de  63  páginas,  pretende 
demostrar,  que  la  palabra  conio  es  un  toscanismo  que  ha  cambiado 
de  sentido  con  el  tiempo,  y  que  "el  poeta  quiso  aludir  por  boca  del 
diablo,  no  al  lucro  ó  tráfico  de  la  mujer  por  dinero,  sino  el  arte  enga- 
ñoso, al  fraude  para  inducir  á  las  mujeres  á  hacer  la  voluntad  ajena." 

Todas  estas  discusiones  son  perfectamente  ociosas,  y  las  apuntamos 
por  vía  de  curiosidad.  El  verso  66  dice  claramente  lo  que  dice,  y  si 
la  palabra  da  conio  pudiese  dar  lugar  á  dudas  en  cuanto  á  su  diversa 
acepción  en  el  trascurso  del  tiempo,  las  palabras  fetnmine  y  ru- 
ffian  manifiestan,  que  se  trata  de  mujeres  que  se  compran  ó  se  venden 
por  dinero,  interviniendo  en  ello  los  rufianes.  La  palabra  compra- 
venta comprende  con  precisión  todos  los  sentidos  que  el  concepto 
dantesco  pueda  envolver. 

(127-132).  No  siempre  puede  retrocederse  ante  las  imágenes  dan- 
tescas, como  del cul  fatto  trombeíta  de  los  diablos,  ó  la  pintura  de 
Mahoma,  rolto  dal  luento  insin  dove  si  trulla.  Es  necesario,  pues, 
tomar  á  Tais,  con  su  inmunda  pomada  de  pecadora  y  sin  los  perfumes 
de  nardo  de  la  Magdalena. 


CANTO  XIX 

(  16-21).  Las  estrofas  originales  son  las  siguientes: 

Non  mi  parean  meno  ampi,  nc  maggiori, 
Che  qiiei,  che  son  nel  mió  bel  San  Giovanni 
Fatti  per  liiogo  de''  ballezzatori. 

IJ'nn  degli  qtiali,  ancor  non  e  molí'  anni 
Riípp^  io  per  un  che  dentro  -v'  anncgax>a  : 
E  qnesto  sia  sitggel,  ch'  ogtii  nomo  sganni. 

Se  ha  dicho,  que  el  Dante,  al  recordar  el  hecho,  protesta  que  lo 
hbo  por  salvar  la  vida  de  un  niño  Inocente,  y  no  por  irreverencia 
como  se  le  atribuía.  Por  esto  dice  en  el  verso  21:  "Y  Cito  sirva  de 
testimonio  ó  sello  {suggel)  para    desengañar  á  todos   los  hombres". 


NÜTiXS    Y    COMENTAUIUS  263 


(45).  I, a  expresión  ríe  (|uejar.se  con  las  piernas,  parecería  una  im- 
propiedad ó  una  inia^i^cn  por  dfiníis  atrevida;  pero  no  lo  es  en  la 
situación  que  pinta  el  i)ante;  y  j)ara  que  no  se  atribuya  al  traductor, 
ponemos  aquf  el  verso  orijrlnal. 

Di  (¡uei  che  sí  piangeva  con  la  zanca. 

(49-51).  lo  stava  come  ' I  frate  che  confessa 

Lo  pérfido  assassin,  che  poi  ch'  e  fitto, 
Richiania  lui.  per  che  la  mor  te  cessa. 

El  pensamiento  del  poeta,  en  esta  pavorosa  escena  trág^ica,  es,  que 
estaba  Inclinado  y  con  el  oído  atento  sobre  la  fosa  en  que  se  hallaba 
soterrado  de  cabeza  el  pecador,  como  el  fraile  que  confiesa  al  asesino 
enterrado  {/i¿¿o),  que  pide  confesión  para  que  la  muerte  cese  {morie 
cessa).  Lo  de  enterrado  y  el  cese  de  la  muerte,  no  podría  entenderse 
sin  el  auxilio  de  los  comentadores  italianos,  que  recuerdan  uno  de  los 
bárbaros  suplicios  de  la  edad  media,  el  cual  consistía,  en  arrojar  vivo 
al  criminal  en  un  hoyo  estrecho,  con  la  cabeza  abajo,  y  echarle  poco 
á  poco  tierra  encima  hasta  sofocarlo:  en  tal  extremidad,  el  reo  pedía 
confesor,  y  éste  se  inclinaba  sobre  la  fosa  para  oirle,  como  el  Dante 
sobre  la  del  pecador,  y  de  este  modo  la  muerte  cesaba  ó  se  suspendía. 

(I06-I1I).  Estos  dos  tercetos,  claros  en  su  letra,  son  confusos  por 
sus  alusiones  apocalípticas  é  históricas,  y  el  sentido  que  les  da  el  poe- 
ta, aparece  oscuro  á  primera  vista.  Deben  consultarse  los  comenta- 
dores que  los  explican  bien.   He  aquí  su  texto: 

D¿  vot,  Pasior,  s'  accorse  '  /  Vangelista, 
Quando  colei,  che  siede  sopra  Pacqtie, 
Puüaneggiar  corregí  a  hit  fu  vista: 
Quella,  che  con  le  sette  teste  nacque, 
E  dalle  dieci  coma  ebbe  argumento, 
Fin  che  virtute  al  siio  marito  piacque. 

(II5-II7).  Véase  la  estrofa  original  donde  el  sentido  está  más  cla- 
ramente expresado: 

Ahi,   Costantin,  di  quanto  mal  f ti  matre. 
Non  la  iua  conversión,  ina  quella  dote 
Che  da  te  prese  il  primo  ricco  patre  / 

(118).   Así  lo  canta  también  el  verso  original. 

—  E  7nentre  io  gli  cantava  cotai  note. 


264  EL    INFIERNO 


CANTO  XX 

(42).   Cainbianie.  Lo  mismo  que  variación,  met.  ant, 
(67-69).   Compárese  con    la  estrofa    original  en  que  la  palabra  befi' 
decir  de  la  traducción  está  oculta  bajo  la  palabra  segnar. 

Luogo  e  nel  meszo  la  dove  V  Trentino 
Pastare,  e  quel  di  Brescta,  e  '/  Veronese 
Segnar  patria,  se  fesse  quel  caminno. 

La  palabra  reclamo  de  la  traducción,  que  no  se  encuentra  en  el 
original,  responde  á  la  idea  del  poeta,  de  que  hallándose  el  lugar  á 
que  se  refiere  en  el  medio  {nel  niesso)  de  las  tres  jurisdicciones  co- 
lindantes, podrían  los  tres  obispos  bendiclrlo  en  común,  con  Igual  de- 
recho, ó  sea  sin   reclamo  de  ninguna  de  las  partes. 

(76-78).  Los  elementos  que  constituyen   la  estrofa    original,  forman 

Igualmente  la  traducción,  con  las  palabras  en  otro  orden  y  con  la  sola 

diferencia   de  Integrar  el  nombre  geográfico    de  Governolo,  que    el 

poeta  llama  Governo  : 

Tostó  che  Vacqiia  a  correr  mette  co, 
Non  piíc  Benaco,  nta  Mincio  si  chianta 
Fino  a  Governo,  dabe  cade  in  Po. 

(80).  Demuda^  del  verbo  anticuado   demudar^  en  su  acepción  pre 
cisa  de  variar,  mudar. 

(82).    Virgen  cruda,  así  llama  el  poeta  á  Manto: 

Qiiindi  f>assando  la  vergine  cruda. 

(I06-III).  Deben  leerse  en  el  original  estas  valientes  estrofas,  que 
expresan  con  enérgica  sencillez  el  heroísmo  de  la  Grecia  al  emprender 
la  guerra  de  Troya,  cuando  según  la  expresión  del  poeta,  "de  sus  va- 
rones apenas  quedaron  los  que  estaban  en  la  cuna",  al  tiempo  de  ha- 
cer cortar  Calcas  "  el  primer  cable"    (de  la  flota  expedicionaria). 

Qttel,  che  dalla  gota 
Porge  la  harha  in  su  le  spalle  bruñe, 
Fu,  guando  Grecia  fu  di  maschi  vota, 
Si,  che,  appena  rimaser  per  le  cune. 
Augure ;  e  dicde  'I  punto  con   Calcanta 
In  Anlide,  a  tagliar  la  prima  fuñe. 

Pensamos  que  en  la  traducción  se  hace  sentir  la  vibración  del  origi- 
nal, aunque  no  con  toda  su  energía  Inicial.  En  lo  demás,  se  reproducen 
la  acción,  las  imágenes,  los  conceptos  y  las  palabras  sustanciales.  La 
única  adición  al  texto,  fs  la  palabra  á  la  des/erra^  del  verbo  anticuado 
di'sferrir^  (que  no  trae  Barcia,  si  bien  traiga  desferrar),  ó   sea  soltar 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  265 

las  velas,  ()ii<.'  los  puristas,  como  de  costumbre,  lian  eliminado  del  uso 
corriente,  empero  conservar  el  verbo  a/virar  que  expresa  la  acción 
contraria.  Si  se  tomase  la  palabra  anticuada  desferraen  la  (;tra  acepción 
que  tiene,  de  discordia  de  opiniones  también  sería  ella  projjia,  puesto 
que,  en  la  diversidad  de  opiniones,  al  emprender  los  priegos  la  guerra, 
Calcas  cortó  la  cuestiíHi  haciendo  cortar  como  augur  "la  prima  fuñe" 
que  sugetaba  las  naves  expedicionarias  á  la  jjlaya.  Para  expresar  esta 
Idea  con  más  propiedad,  si  se  quiere,  podría  decirse:  "en  la  desferra", 
en  vez  de  "á  la  desferra". 

( 124-125  ).  lictic  V  confine 

D'ainbc  due  gli  cintsfieri.    

Es  notable  este  verso  en  que  el  poeta  establece  la  esfericidad  de  la 
tierra,  con  sus  opuestos  hemisferios,  y  señalando  sus  confines.  Véase 
el  comentarlo  á  los  versos  61-142  del  canto  XXVI,  en  que  amplía  esta 
idea  del  universo. 


CANTO  XXI 

(7-15).  Esta  animada  pintura  de  la  actividad  del  arsenal  veneciano 
en  la  época  del  Dante,  que  por  vía  de  comparación  introduce  en  su 
poema,  es  uno  de  sus  más  acabados  cuadros,  que  hemos  procurado 
reproducir  exactamente  con  todos  sus  pormenores  y  con  su  movi- 
miento alternativo.  Tan  solo  nos  hemos  permitido  introducir  un  de- 
talle accidental:  la  palabra  iopa.  Ni  es  una  impropiedad,  ni  un  ana- 
cronismo, como  algunos  pudieran  pensarlo,  como  por  ejemplo,  si  al 
hablar  de  las  galeras  del  siglo  XIII  y  XIV,  se  introdujese  un  tér- 
mino técnico  correspondiente  á  la  marina  moderna.  Topa^  en  la  época 
en  que  el  Dante  escribía  su  poema,  era  una  garrucha  que  usaban 
las  galeras  venecianas  de  que  habla,  para  izar  las  velas,  y  refiriéndose 
ala  mesana  y  al  artimón  de  los  buques  que  han  hecho  muchos  via- 
jes [piú  viaggí)  y  van  á  emprender  nuevos  con  buen  gobierno, 
está  en  su  lugar  y  completa  el  cuadro.  He  aquí  las  estrofas  origina- 
les, para  que  puedan  ser   comparadas  con  la  traducción. 

Quale  neW Arzana  de''    Viniziani 

Bolle  V  invernó  la  tenace  pece, 

A  rimpalmar  li  legni  lor  non  sani, 

Che  navicar  non  ponno ¡  e  'n  quella  vece 

Chi  fa  suo  legno  nuovo,  e  chi  fistoppa 

Le  coste  aquel  che  piu  viaggi  fece ; 

Chi  rivattc  da  pro  da,  e  chi  da  poppa ; 


266  EL   INFIERNO 


Altri  fa  remi,  ed  altri  volge  surte; 
Chi  terzeriielo  ed  arlintoii  rintoppa. 

(22-28).  La  traducción  de  esta  estrofa  difiere  de  la  interpretación 
que  le  dan  los  comentadores  italianos.   He  aquí  el  texto  original  y  su 

traducción: 

— Allor  mi  volsi  coiné  I'  iiom  cid  tarda 
Di  veder  ^uel  que  gli  convien  fuggire, 
E  citi  paitra  súbita  sgagliarda, 
Che  per  veder  non  indugia  ' ¿  partiré. 

Bien  que  sea  claro  el  sentido  de  estos  versos,  debe  anotarse  la  ex- 
traña interpretación  que  les  dan  los  comentadores  italianos.  Fraticelli 
dice:  "' Cui  tarda  di  veder,  cui  sembra  milTanni  di  vedere,  vale  a 
diré  che  é  ansioso  di  vedere''.  Brunone  Bianchi;  '•' Ctit  iarda,  a  cut 
par  mill'anni,  o  che  desidera  ardentemente  ".  Camerini:  Cui  iarda^  a 
cui  p?.r  Tora  mill'anni  '•.  Traduciendo  literalmente  en  prosa,  paréceme 
que  no  puede  hacerse  sino  del  modo  siguiente:  "Entonces,  volvíme 
como  el  hombre  que  tarda  (ansioso  en  ver  el  peligro)  lo  que  le  con- 
viene huir,  á  quien  pavura  súbita  acobarda,  y  que  para  verlo,  no  re- 
tarda, empero,  su  partida",  ó  sea  que  huye  al  mismo  tiempo  que  mira 
hacia  atrás,  ó  que  se  detiene  á  mirar.  Según  los  citados  comentadores 
debiera  leerse  así:  "Volvíme  entonces,  como  aquel  á  quien  se  le  fi, 
gura  que  cada  hora  tiene  mil  años  cuando  ardientemente  desea  ver, 
etc".   Los  miLaños  de  los  comentadores  italianos  están  demás. 

(63).  Zafacoca.  El  original  dice  baraita.  que  en  italiano  significa 
contienda,  altercado  ó  contraste,,  y  por  extensión,  astucia  ó  engaño- 
Zafacoca  en  castellano,  significa  desmoche  ó  descalabro,  y  por  exten" 
sión,  una  acción  análoga,  bien  que  en  esta  última  acepción  no  la  trai- 
gan los  diccionarios  castellanos.  Por  lo  tanto,  en  el  lenguaje  familiar 
que  habla  Virgilio  con  el  Dante,  está  empleada  en  la  traducción  con 
propiedad,  y  también  de  conformidad  al  estilo  del  originaljen  este  caso» 

(114).  SoterrañoSy  anticuado,  que  no  es  necesario  decir,  es  lo 
mismo  que  subterráneos. 

(139).  Ed  egli  avea  del  cttl  fatto  troiiibetia.  Esta  singular  trom- 
peta de  los  diablos,  que  algunos  han  criticado  como  figura  de  mal 
género,  corresponde  al  carácter  grotesco  á  la  par  cjue  terrible  que  el 
Dante  presta  á  los  genios  infernales,  empezando  por  el  mismo  Minos 
y  Pluto.   Antes  habíamos  traducido  ette  verso  del  modo  siguiente: 

HaciiMido  ()«'  trompeta  con   el  ano. 

Restablecemos  la  traducción  literal,  porque  es  característica.  No  se 
leen  en  las  Escrituras  sagradas,  imáger.es  algo  más  crudas? 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  267 


CANIO  XXll 


í  ^)  ./  e^caw/>o,  anticuado,  lo  mismo  que  á  escafe;  pero  á  es- 
J;¿  ;s  m..  expresivo,  porque  compr.nd.  no  solo  la  acc.<.  ^. 
de  carrera,  sino  la  circunstancia  de  hacerlo  en  can.po  ^^'^^'^  '''^^l 
de  .1  1  a  etimoloffia  de  la  palabra  lo  dice:  viene  de  campo  y  el  pe 
Xes  del  latín  el)  6  sea  en  toda  la  extensión  del  campo,  determina 
á  la  vez  que  la  acción,  el  terreno  ó  el  modo  como  se  ejecuta. 


CANTO  XXIII 

(6).   Si  hay  equivocación  en  la  cita,  corresponde  al  autor;  la  tra- 

ducción  es  textual: 

in  su  ¿a  farola  d"  lüopo 

Dov'  ci  parlo  della  rana  e  del  topo. 
í  71-72)    En  el  original  la  acción  no  está  expresada  con  más  clari- 
dad    porque  comprende  dos  acciones  simultáneas  y  la  causa  del  movi- 
lie;t'o  aUernado!  lo  que  hace  difícil  su  traducción  con  toda  ampbtud 
dentro  de  la  estrofa.  He  aquí  el  texto: 

Venia  si  plan,  che  nal  eravam  miovi 
Di  compagnia  ad  ogni  muover  d' anca. 

Literalmente:  -  "Caminaban  tan  despacio  que  nos  encontrábamos 
con  nuevos  companeros  (al  lado)  á  cada  movimiento  de  pierna    . 


CANTO  XXIV 

(4-6).   Confróntese  con  el  original: 

Quando  la  brina  in  sulla  térra  assempra 

L'  imagine  di  sua  sorella  blanca, 

Ma  poco  dura  alia  sua  penna  tempra. 

Falta  solamente  en  la  traducción  la  comparación  rebuscada  del 
Dante  de  la  helada  copiando  la  nieve,  acción  que  se  asocia  en  el  ul- 
timo  verso  á  la  idea  de  la  pluma  ^penna)  con  que  se  copia  un  escrito, 
noria  poca  duración  de  este  instrumento  para  imitar  o  copiar  (^>r- 
semprare).  Hay  aquí  un  equívoco  que  no  puede  ser  reproducido  en 
castellano:  ten^pera  della  penne,  ó  sea  simplemente  lemperalura.  se 
llama  así  en  italiano  el  temple  ó  corte  que  se  da  á  la  pluma  para  afi- 


268  EL    INFIERNO 


narla,  imag-en  que  se  asocia  con  la  de  la  temperatura  del  aire  y  cons- 
tituye el  núcleo  del  concepto,  un  tanto  gongórico.  El  vocablo  tra- 
sunto^ comprende  la  idea  que  domina  la  estrofa. 

(  53-54 ).  —  Con  I'  animo  che  vince  ogni  battaglia, 

Se  col  suo  grave  corpa  non  s'  accascia. 

Es  curioso  encontrar  en  el  Dante  esta  fórmula  de  la  lucha  por  la 
vida,  que  constituye  el  fundamento  de  la  teoría  darwiniana  y  de  la 
filosofía  spenceriana. 

(135).  Siempre  que  habla  ó  hace  hablar  el  Dante,  del  mundo  ó  de 
la  tierra,  de  la  vida,  del  sol  ó  del  aire  que  respiran  los  humanos,  es 
con  intenso  amor,  acompañando  el  sustantivo,  de  los  adjetivos  más 
tiernos:  dulce,  feliz,  bello,  etc  ,  y  esto  autoriza  la  adición  de  bienan- 
dante aplicado  al  mundo,  cuando  en  el  original  él  se  refiere  á  la  vida 

mundanal. 

Che  quand'  i'  fui  deW  altra  vita  lolto. 


CANTO  XXV 

(12).  Véase  la  nota  al  verso  3  del  canto  XVIII  á  prepósito  de  la 
palabra  maligno.  Los  españoles  que  han  proscrito  este  vocablo  como 
anticuado,  conservan  empero  como  de  usf)  corriente,  malignante^ 
participio  activo  del  verbo  malignar  de  que  en  la  misma  nota  se  hizo 
referencia. 

(61  ).  Este  mismo  concepto  repite  el  poeta  en  varios  versos  de  este 

canto: 

Né  fun  ne  I'  altro  gia  parea  quel  ch'  era 

( Verso  63. ) 

hi  una  faccia,  ou'  eran  dúo  perdnti 

(Verso  72.) 

La  traducción  ha  procurado  condensar  en  un  verso  la  fuerza  de  los 
tres,  dentro  de  su  sentido  propio,  sin  perjuicio  de  reproducir  los  otros 
en  su  forma  modificada. 


CANTO   XXVI 

98-99).   En  el  original  se  dice: 

....  o  divenir  del  mondo  esperto 
E  degli  vizii  umani  e  del  valore. 

Cultura  contrapuesto  á  vicio,  vale  tanto  como  virtud,  ó  sea  valore 
en  su  sentido  moral,  y  traduce  del  mismo  modo  la  idea  con  su  antítesis. 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  269 


{()1-142).  Las  estrofas  coniprrndid.is  cutre  estos  versos,  encierran 
la  teoría  cosmológica  del  poeta,  y  lorman  el  complemento  de  la  odisea 
dantesca,  que  ensancha  los  límites  conocidos  en  la  antij^üedad  y  en  la 
edad  media.  K\  héroe  homérico,  sale  de  los  contorn(»s  del  mar  P4edl- 
terráneo,  y  se  lan/a  al  "tenebroso  mar",  en  busca  de  la  Atlántida  so- 
ñada por  Platón,  de  la  última  Thule  presentida  por  Séneca,  para  dilatar 
el  mundo  moderno,  entrevisto  por  R.  Bacón  antes  del  Dante  (1267)  y 
al  fin  hallado  por  Colón,  lis  el  descul)rimlento  de  un  nuevo  mundo, 
poética  y  científicamente  adivinado  por  el  autor  de  la  Divina  Co^nedia 
que  dejando  de  lado  las  fantasías  g^eográficas  de  Homero,  con  arreglo 
á  las  enseñanzas  de  Pltágoras  y  de  Aristóteles,  y  de  Platón  en  parte 
se  pone  en  abierta  oposición  contra  las  opiniones  de  los  padres  de  la 
Ig-lesia  y  de  la  autoridad  de  los  papas  en  la  materia,  admitiendo  la  es. 
fericidad  de  la  tierra,  con  sus  dos  hemisferios  y  sus  dos  polos,  la  conti- 
nuidad de  los  mares,  su  ecuador  niagnético,  su  atracción  central  y  sus 
antípodas,  y  presupone  en  consecuencia  la  existencia  natural  de  una 
nueva  tierra.  En  estas  dos  palabras,  está  encerrada  la  síntesis  de  este 
canto,  que  no  puede  dejar  de  ser  comentado,  aunque  sea  brevemente 
en  los  límites  de  una  nota,  por  un  traductor  americano  del  divino  poe- 
ma, en  que  "pusieron  mano  cielo  y  tierra". 

Ulises,  en  el  viaje  que  le  hace  hacer  el  poeta,  toma  por  punto  de 
partida  el  Mediterráneo,  dejando  el  África  á  la  izquierda  y  la  Europa 
á  su  derecha;  navega  á  lo  largo  del  estrecho  de  las  columnas  de  Hér- 
cules, sin  respetar  la  prevención  fatal  del  seml-dios  tirio,  y  se  lanza  al 

ignoto  mar: 

Quando  veniímno  a  quella  foce  siretta 
Ov'  Ercole  signo  i  suoi  riguardi 
Accioche  V  uoin  piii  oltre  non  si  metía  j 
Dalla  man  destra  mi  lasciai  Sibilia, 
Dalí'  altra  gia  m'  avea  lasciata  Setta. 

Proclama  entonces  á  sus  compañeros,  ya  envejecidos  después  de 
largos  viajes  en  el  mundo  conocido,  y  les  estimula  á  seguir  el  camino 
del  sol  {direiro  al  sol),  esto  es,  hacia  adelante,  siempre  adelante, 
hasta  encontrar  otro  oriente  en  el  hemisferio  austral,  y  alcanzar  el 
mundo  que  está  más  allá  {diretro)  del  astro  guiador: 

Non  vogliate  negar  V  esperienza, 
Diretro  al  sol,  del  mondo  sensa  gente. 

De  aquí  parecería  deducirse,  que  el  Dante  creyera  que  el  hemisferio 
desconocido  estaba  inhabitado.  Respetando  la  letra  del  texto,  así  lo 
hemos  traducido.  Empero,  el  sentido  verdadero  parece  ser,  según  al- 
gunos comentadores,  qu**  con  estas  palabras  quiso  simplemente  signi- 

19 


270  EL    INFIERNO 


ficar:  "un  mundo  que  se  cree  sin  gente".  Esta  interpretación  racional 
puede  apoyarse  en  el  mismo  texto  del  Dante.  En  primer  lugar,  é!  no 
consideraba  inhabitable  el  hemisferio  austral,  según  se  creía  en  su 
tiempo.  En  los  versos  22-27  del  canto  I  del  Purgatorio,  al  referirse  á 
jas  cuatro  estrellas  que  vio  desde  lo  alto  de  la  montaña  del  Purgato- 
rio, dice,  contemplando  los  astros  del  polo  opuesto  —  el  antartico  — 
que  ellas  fueron  vistas  por  la  primera  gente  que  lo  habitó: 

lo  mi  volsi  a  man  desira,  e  possi  mente 
Air  altro  polo,  e  vidi  quattrn  slelle 
Notí  viste  niai  fitor  cli'  alia  prima  gente. 
Goder  pareva  il  ciel  di  lar  fiammelle. 
O  settentrional  vedovo  sito, 
Poiche  privato  se^  di  mirar  quelle. 

Los  comentadores  italianos  piensan,  y  es  lo  más  probable,  —  que 
por  prima  gente^  debe  entenderse  los  progenitores  del  género  hu- 
mano, esto  es,  Adán  y  Eva. 

Los  que  han  ilustrado  la  parte  astronómica  de  la  Divina  Comedia^ 
no  han  esparcido  suficiente  luz  sobre  esta  visión,  que  señalaba  la  apa- 
rición de  la  Cruz  del  Sud  en  los  cielos.  El  P.  Antonelli,  que  es  el  que 
más  especialmente  se  ha  contraído  á  este  punto,  dando  á  la  visión 
celeste  el  significado  moral  que  á  no  dudarlo  tiene,  pretende  probar 
científicamente,  que  el  poeta  adivinó  la  existencia  de  e^ta  constelación 
tal  cual  la  contemplamos  hoy.  Esta  interpretación  sobrenatural,  no 
tiene  consistencia  racional. 

Humboldt,  con  más  ciencia  y  menos  imaginación  supersticiosa,  ha 
demostrado  históricamente:  lo  Que  los  antiguos  tenían  otras  cruces 
estelares  en  su  cielo.  2°  Que  en  época  anterior  al  Dante,  una  parte  de 
la  Cruz  del  Sud  era  visible  en  Europa,  y  el  todo  ó  parte  de  ella  en  la 
extremidad  austral  de  la  India  y  al  sud  de  Alejandría.  3»'  Que  en  el 
Almajesto  de  Tolomeo,  las  cuatro  estrellas  principales  de  que  se  com- 
pone la  Cruz,  fueron  confunrlidas  más  tarde  con  los  pies  del  Centauro. 

Esta  exposición  histórica  está  comprobada  matemáticamente.  Según 
el  mismo  autor,  en  tiempo  de  Claudio  Tolomeo,  la  bella  estrella  colo- 
cada al  pie  de  la  Cruz,  se  elevaba  aún  en  Alejandría  á  su  paso  por  el 
meridiano,  hasta  6"  10  grados  de  altura,  en  tanto  que  hoy,  en  el  mismo 
sitio,  su  punto  culminante  queda  más  abajo  del  horizonte. 

"  Para  divisarla  actualmente,  (dice  el  Cosmos)^  á  6**  10  grados  de 
altura,  sería  preciso,  teniendo  en  cuenta  In  refracción  de  los  rayos  lu- 
minosos, colocarse  al  sud  de  Alejandría  á  los  2I*'43  grados  de  latitud 
norte.  Los  anacoretas  cristianos  del  siglo  IV,  podían  todavía  ver  la 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  271 


Cruz  del  Sud  á  los  10"  de  altura  desde  los  desiertos  de  la  Tebaida  ". 

Sea  que  el  Dante  tuviera  aljruna  noticia  de  estas  observaciones,  ó 
que  por  Intuición  de  su  inj^enlo  poético  tuviese  la  inspiración  de  las 
leyes  naturales,  al  simbolizar  en  ellas  las  cuatro  virtudes  cardinales, 
es  un  hecho,  que  si  no  vio,  adivinó  la  Cruz  del  Sud,  casi  en  el  mismo 
punto  del  cielo  en  que  se  ha  determinado,  y  que  presintió  místicamente 
la  existencia  del  Nuevo  Mundo  descubierto  por  Colón,  precediendo  á 
su  descubridor,  con  una  comprensión  clara  del  universo. 

Separándose  en  esta  parte  de  la  geografía  homérica,  que  figuraba 
la  tierra  como  un  disco,  circundada  de  una  masa  de  aguas  impetuosas, 

el  océano. — donde  se  hundía  el  sol  todas  las  noches,  y  donrie  se  en- 
contraba la  entrada  del  Infierno,  él  coloca  la  entrada  de  su  Infierno 
en  el  hemisferio  boreal,  y  al  través  de  las  entrañas  del  globo  llega  al 
austral,  hasta  los  antípodas,  mientras  hace  ejecutar  otro  viaje  á  Ulises 
por  la  superficie  de  las  aguas,  atravesando  la  línea  equinoccial 

El  Dante  admite  con  la  escuela  pitagórica  la  esfericidad  de  la  tierra, 
noción  que  se  había  olvidado  en  su  tiempo  por  los  sabios  y  era  com- 
batida por  los  escritores  sagrados.  Siguiendo  á  Aristóteles,  de  cuya 
doctrina  está  impregnado,  tiene  la  conciencia  de  la  atracción  central. 
Cree  con  Platón  en  los  antípodas,  como  lo  demuestra  el  famoso  pasaje 
del  Canto  XXXIV  del  Infierno,  cuando  dejan  Virgilio  y  el  Dante  el 
centro  de  la  tierra,  donde  estaba  enterrado  Lucifer  en  el  hielo,  y  am- 
bos poetas  asientan  los  pies  donde  antes  tenían  la  cabeza.  Habla  el 
Dante  por  boca  de  Virgilio: 

Ed  egli  a  me:   7u  inmagine  ancora 

D''  esser  di  la  dal  centro,  ov''  io  m^  appressi 

Al  peí  del  vertno  reo  ch '  el  mondo  fora  : 

Di  la  fuste  co tanto,  ciianf  io  scesi ; 

Qiiando  mi  volsi,  tu  passati  al  punto 

Al  qual  si  traggon  d''  ogni  parle  i  pessi ; 

E  se''  or  sotto  P  emisperio  giunto 

Ch^  e  contrapposto  á  quel  che  la  gran  secca 

Coverchia 

Qui  e  da  man  guando  di  la  e  sera. 

Cuando  se  piensa  que  esto  fué  escrito  siglo  y  medio  antes  del  des- 
cubrimiento de  la  América,  se  extraña  que  un  geógrafo  como  Malte- 
Brun,  haya  dicho:  "  Entonces,  (antes  de  Colón)  la  circunferencia  de 
la  tierra  era  desconocida:  nadie  podía  decir  si  el  océano  era  ó  no  una 
extensión  Inmensa  que  fuese  posible  atravesar;  no  se  conocían  las 
leyes  de  la  pesantez,  según  las  cuales,  dada  la  esfericidad  de  la  tierra» 


212  EL   INFIERNO 


la  posibilidad  de  dar  la  vuelta  al  mundo  era  evidente".  Con  cuyo 
motivo,  asevera  el  historiador  Washington  Irvíng:  "  que  esperar  en- 
contrar la  tierra  dirigiéndose  hacia  el  oeste,  era  uno  de  esos  misterios 
que  pasan  por  imposibles".  El  texto  poético  responde  á  estas  aser- 
ciones de  los  sabios  y  de  los  historiadores,  si  no  experimentalmente, 
por  lo  menos  por  el  método  inductivo  de  Bacón,  que  fué  el  precursor 
del  hecho  que  confirmó  lo  que  ya  se  creía  posible,  porque  se  sabía 
teóricamente,  y  siendo  naturalmente  lógico,  era  no  solo  probable,  sino 
también  evidente. 

El  texto  dantesco  es  tan  preciso  á  este  respeto,  cuanto  puede  serlo 
un  viaje  imaginario,  fundado  en  incompletas  nociones  y  teorías  cientí- 
ficas aún  no  sometidas  á  la  prueba  del  experimento. 

El  itinerario  de  Ulises  al  salir  de  las  columnas  de  Hércules  y  entrar 
al  gran  océano,  es  en  general  casi  el  mismo  de  Colón.  Sigue  el  camino 
del  sol  {diretro  a¿ sol),  aunque  no  precisamente  de  oriente  á  poniente, 
buscando  la  ierra  nuova  sensa gente^  lo  que  manifiesta  la  creencia 
de  su  existencia  y  la  posibilidad  de  llegar  á  ella  al  través  del  mar.  cru- 
zando la  línea  equinoccial.  Costea  el  África,  llega  al  Ecuador,  pierde 
de  vista  el  horizonte  de  la  Europa  que  deja  á  popa,  y  ve  los  astros 
del  opuesto  polo. 

E  volta  nostra  popf>a  nel  nrattino, 
De''  renti  facemnio  ale  al  folie  voló, 
Sempre  aquistando  del  lato  mancino. 
Tutte  le  stelle  gia  delV  altro  polo 
Vedea  la  notte,  e  V  nosiro  tanto  basso, 
Che  non  surgeva  fuor  del  marin  siiolo. 
Cingue  volte  racceso,  e  tante  ca^so^ 
Lo  lunie  era  di  sotto  della  luna, 
Poi  ch '  entrati  eravant  neW  alto  passo. 

Aquí  descubre  la  nueva  iierra^  y  naufraga  por  voluntad  de  Dios: 

Che  della  nuova  térra  un  torvo  nacque 
E  percorse  del  legno  il  primo  canto. 

coin "  altrui  piacque 

Infin  che  V  mar  fu  sopra  noi  richiuso. 

No  pretendemos  establecer  un  parangón  riguroso  entre  el  viaje 
imaginario  del  Ulises  dantesco  y  el  viaje  real  de  Colón,  que  cambió 
los  destinos  del  mundo.  El  fiel  poeta,  es  una  fantasía  basada  en  las 
nociones  científicas  de  la  antigüedad  y  los  conocimientos  de  su  tiempo, 
mezclada  con  alegorías  católicas  dentro  del  plan  lógico  de  su  poema» 
al  través  de  las  entrarías  de  la  tierra,  del  Purgatorio  en  el  hemisferio 


NOTAS    Y    COMICNTARIOS  273 


opuesto    al   conocido,   y   de  la   asccnsicm    al    Paraíso   en   las   re^^lones 
siderales. 

La  Idea  del  Dante,  es  cosmológica,  intervlnlenílo  en  ella  la  ciencia 
á  la  par  de  la  imagfinación.  La  de  Colón  es  cosmoj)^ráfica,  y  aunque 
errada  en  alj^unos  de  sus  puntos  fundamentales,  entre  ellos  el  tamaño 
del  j^loho  terráqueo,  se  funda  sobre  el  cálculo  cientílico  y  en  la  prác- 
tica del  navej^ador.  La  Cf^ncepción  del  Dante,  parecería  que  no  iba 
más  allá  de  suponer  el  hemisferio  austral  inundado  en  su  totalidad,  y 
er.  su  centro,  como  antípoda  á  la  tierra  santa,  la  isla  y  la  montaña  del 
Purgfatorio,  que  vio  él  al  salir  del  Infierno,  y  que  Ulises  encontró  al 
término  de  su  viaje,  llamándola  la  nueva  iierra^  que  es  probable- 
mente la  única  que  alcanzó  á  presentir  el  poeta.  Así  lo  hace  creer  la 
metáfora  de  los  versos  121-125  de  este  canto,  al  describir  los  fenó- 
menos físicos  producidos  por  la  caída  de  Lucifer: 

Da  quesía  parte  cadde  giu  dal  cielo  : 
E  la  térra,  che  pria  di  qua  si  sparse, 
Per  panra  di  lui  fe""  del  mar  velo, 
E  venni  alP  emisperio  nostro  :  e  forse 
Per  fuggir  lui,  lascio  qui  il  luogo  vuoto 
Quella,  ch''  appar  di  qua,  e  ne  risorse. 

Esta  montaña  aislada,  que  resurg-e  en  el  hemisferio  meridional,  en 
medio  de  las  grandes  aguas  tendidas  como  un  velo  por  huir  de  Luci- 
fer, es,  á  lo  que  parece,  la  del  Purgatorio,  la  nueva  tierra  que  Ulises 
alcanzara  á  divisar  en  su  viaje  marítimo,  donde  naufragó,  y  á  la  que 
llegaría  el  poeta  por  otro  camino  subterráneo. 

Relacionando  esta  parte  del  poema  con  las  teorías  pintorescamente 
expuestas  en  este  canto,  y  acreditadas  á  principios  del  siglo  XIV,  vése, 
que  en  lo  general,  ellas  son  más  correctas  que  las  del  mismo  Colón,  á 
fines  del  siglo  XV,  aún  después  de  recibir  las  lecciones  del  sabio  cos- 
mógrafo Toscanelli.  Colón,  seis  años  después  de  su  descubrimiento, 
(en  1498)  pensaba  todavía,  contra  la  opinión  de  Plinto,  y  siguiendo 
el  texto  bíblico,  que  "  las  aguas  eran  muy  pocas  ",  y  se  apoyaba  en 
Aristóteles  para  creerlo  así,  concluyendo  por  afirmar:  "En  cuanto  en 
esto  del  enjuto  de  la  tierra,  mucho  se  ha  experimentado  que  es  mucho 
más  de  lo  que  el  vulgo  cree''.  El  Dante  piensa  por  el  contrario,  que 
había  más  agua  que  tierra,  aún  equivocándose. 

En  cuanto  á  las  teorías  y  las  visiones  del  poeta,  y  los  cálculos  y 
fantasías  del  navegante,  pueden  señalarse  curiosas  analogías.  Colón 
combinando  sus  sueños  con  sus  observaciones,  pensaba  que  el  Paraíso 
terrestre  se  encontraba  en  la   "nueva  tierra",  más  ó  menos  donde  el 


274  EL    INFIERNO 


Dante  ponía  la  montaña  entrevista  por  Ulises,  que  corresponde  á  la 
del  Purgatorio  después  vista  por  el  poeta,  Humboldt,  al  combinar  las 
visiones,  las  nociones,  las  intuisiones  y  las  fantasías  del  gran  nave- 
gante, y  compararlas  con  las  del  gran  poeta,  observa:  "Colón,  al 
colocar  el  Paraíso  terrestre  en  la  América  del  Sud,  no  tuvo  más  moti- 
vos sino  la  abundancia  de  las  aguas  dulces  que  tluyen,  la  belleza  del 
clima  y  la  caprichosa  hipótesis  de  una  protuberancia  irregular  de  la 
tierra  hacia  el  occidente.  Sería  más  justo  conjeturar,  que  en  la  cosmo- 
logía del  Dante  (mezcla  de  Ideas  cristianas  y  árabes)  esta  tierra,  que 
no  había  sido  habitada  sino  por  la  primera  gente,  y  á  la  cual  se  llega 
al  salir  del  estrecho  entre  Ceuta  y  Sevilla  [Sibilia  e  Setta  del  Dante)^ 
siguiendo  primero  el  camino  del  sol  y  luego  navegando  hacia  el  sud- 
oeste, tiene  alguna  analogía  con  la  cosmología  de  algunos  padres  de 
la  Iglesia.  Pero  el  Dante,  lleno  de  erudición  y  de  filosofía,  admitía  la 
esfericidad  de  la  tierra;  y  el  Paraíso  que  coronaba  la  cima  de  la  mon- 
taña del  Purgatorio,  estaba  situado,  según  él,  en  medio  de  los  mares 
del  hemisferio  austral,  en  los  antípodas  de  Jerusalen". 

El  gran  sabio  alemán,  que  con  tan  vasta  erudición  histórica  ha  esta- 
blecido científicamente  en  su  "Examen  de  la  geografía  del  nuevo  con- 
tinente", la  posibilidad  de  que  el  Dante  conociese  la  existencia  de  la 
Cruz  del  Sud,  no  anda  tan  acertado,  cuando  afirma, — sin  comprobar 
su  aserción, —  que  la  cosmología  de  la  Divina  Coiaedia^  era  simple- 
mente una  mezcla  de  ideas  árabes  y  cristianas,  análogas  á  las  de  los 
Padres  de  la  Iglesia.  En  general,  su  idea  de  la  comprensión  del  uni- 
verso es  más  vasta,  y  su  filiación  debe  buscarse  en  otras  fuentes.  Las 
nociones  astronómicas  y  las  teorías  naturales  de  los  griegos  antes  se- 
ñaladas, parecen  haber  sido  los  guías  del  poeta  en  sus  viajes  imagi- 
narios. Lejos  de  tener  analogía  como  se  dice,  con  la  cosmología  de 
los  Padres  de  la  Iglesia,  está  en  abierta  contradicción  con  ella.  Tanto 
San  Agustín  como  Lactancto,  niegan  rotundamente  la  posibilidad  de 
los  antípodas,  y  la  Iglesia  católica  adoptó  esta  opinión  como  artículo 
de  fe,  al  punto  de  condenarse  herético  por  el  Papa,  á  un  obispo  que 
la  profesaba,  llamado  Vigilio,  la  misma  que  Virgilio  explica  al  Dante 
en  la  teoría  de  la  atracción  central  de  la  tierra,  refutando  á  otro  gran 
poeta  latino  (Lucrecio)  que  la  repudió.  F^n  cuanto  al  itinerario  marí- 
timo de  la  odisea  dantesca,  sus  antecedentes  históricos  y  geográficos 
deben  buscarse  en  las  antiguas  navegaciones  de  los  fenicios  y  de  los 
cartagineses,  de  que  Herodoto  y  Estrabón  dan  noticia,  y  que  la  ciencia 
y  la  experiencia  moderna  han  confirmado. 

Los  fenicios  realizaron  según  tradición  científicamente  comprobada, 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  275 

el  prliiKT  i)trlpli>  dfl  África  vn  el  e-^píu  io  dt-  tres  años,  pariiendo  del 
Mar  kojo  y  entrando  al  Mediterráneo  por  las  columnas  de  Hércules. 
A  su  rej^resü'contaron  los  expedicionarios,  (pie  navegando  alrededor 
de  la  Libia,  habían  tenido  el  sol  á  su  derecha,  lo  que  hizo  calificar  la 
expedición  de  fabulosa,  siendo  esto  el  testimonio  positivo  de  su  ver- 
dad, pues  como  se  ha  hecho  notar,  los  fenicios,  después  de  haber 
pasado  el  ecuador,  debían  necesariamente  tener  el  astro  á  la  dere- 
cha, como  lo  tendría  l^lises  marchando  al  otro  occidente,  diretro  al 
so/y  hasta  contemplar  los  astros  del  polo  austral. 

Los  cartagfineses  á  su  vez  ejecutaron  el  mismo  periplo,  conocido 
con  el  nombre  de  Hannon,  quinientos  años  antes  de  Jesucristo,  sa- 
liendo por  las  columnas  de  Hércules  y  Herrando  hasta  el  Cabo  Noun 
según  unos,  y  aún  hasta  el  Cabo  Verde,  según  lo  más  averiguado. 


CANTO  XXVIII 

(4-6).  Es  ésta  una  de  las  estrofas  oscuras  á  par  que  conceptuosas 
del  Infierno  del  Dante,  por  su  concisión   y    sus  modismos  anticuados. 

Ogni  lingua  per  cerio  verria  ineno, 
Per  lo  nostre  sermone  e  per  la  mente, 
Ch''  hacino  a  tanto  comprender  poco  seno. 

Literalmente:  —  "  Toda  lengua,  ciertamente  {ogni  lingua  per  certo)^ 
vendría  á  menos  {verria  jjieno),  porque  {per),  nuestra  palabra,  idioma 
ó  discurso  {nosiro  sermone)^  y  la  mente  {la  tnente)^  tienen  {c  hanno)^ 
para  tanto  comprender  {a  tanto  comprender),  poca  capacidad  (poco 
seno).'' 

En  nuestra  anterior  edición,  generalizando  el  concepto  del  poeta,  y 
aplicándolo  á  todos  los  casos  que  puede  comprender  la  mente  y  los 
idiomas,  la  habíamos  traducido  del  modo  siguiente: 

Todas  las  lenguas  son  poco  abundosas, 
Porque  nuestra  palabra  y  nuestras  mentes 
No  alcanzan  bien  á  comprender  las  cosas. 

Ciñéndose  estrictamente  ahora  al  texto  original,  nos  limitamos  á 
relacionarlo  con  la  interrogación  de  la  estrofa  anterior,  coherente  con 
las  que  se  leen  á  continuación. 

Los  comentadores  italianos  pretenden,  que  por  luente  debe  enten- 
derse "falta  de  memoria  para  comprender  y  retener  las  cosas,  por  su 
cantidad,  variedad  y  novedad",  aserta  falso  en  sí,  y  que  debilita  el 


276 


EL    INFIERNO 


profundo  sentido  del  concepto  del  poeta,  que  involucra,  no  la  mate- 
rialidad del  recuerdo  de  las  cosas  vistas,  sino  la  facultad  de  compren- 
derlas y  de  expresarlas  en  el  lenguaje  hablado. 

16).  Bigardo  por  bugiardo.  Estas  dos  palabras,  si  no  idénticas  á 
pesar  de  su  analogía,  pueden  considerarse  como  equivalentes.  En  ita- 
liano es  falso  ó  falaz.  En  español,  bigardía^  es  fingimiento,  y  bigardo 
vago  ó  vicioso.  Juan  de  Mena,  que  imitó  al  Dante  en  su  "Laberinto" 
á  mediados  del  siglo  XV,  la  emplea  acompañándola  del  calificativo 
áe  faltrero^  (ladrón).  En  cualquiera  de  sus  acepciones  cuadra  bien  al 
concepto  que  encierran  los  versos  del  original: 

A  Ceperan,  la  dove  fu  bugiardo 
Ciascun  Pugliese. 

(22-24).    La   traducción   de  esta  estrofa  es  escabrosa,  así  por  sus 
pormenores  como  por  los  términos  empleados  por  e!  poeta: 

Gia  veggia,  per  ntezzul  perderé  o  lulla, 
Cont '  to  vidi  un,  cosí  non  si  pertugia, 
Rotto  dal  mentó  insin  dove  si  trulla. 

Literalmente:  —  "Jamás  (gia)  tonel  [boite)  que  pierde  {perderé)  el 
fondo  (messule)  ó  duela  {lulla)  abrióse  asi  {cosí  non  si  pertugia) 
como  (un  pecador)  que  vi  abierto  {rotto)  desde  la  barba  {dal  7nento) 
hasta  el  vientre  {dove  si  trulla,  donde  se  pee)  ".  Las  palabras  sin 
duela  ó  desfondado,  reproducen  fielmente  el  texto  en  sus  detalles 
siendo  literal  todo  el  resto  de  la  traducción,  con  la  sola  excepción  de 
dove  si  trulla,  que  la  palabra  vientre  reemplaza  con  más  propiedad 
y  menos  grosería,  sin  que  la  imagt-n  pierda  de  su  fuerza,  ganando  más 
bien  en  precisión  anatómica  y  pintoresca. 

(42).  Resacar:  v.  anticuado:  sacar. 


CANTO  XXIX 


(1-3).  Con)párese  con  la  estrofa  original: 

La  molla  gente  e  le  diverse  piaghe 

Avean  le  litci  mié  si  inebríate 

Che  dello  stare  a  piangere  eran  vaglie. 

Literalmente:  —  "  La  mucha  gente  (en  pena)  y  las  diversas  llagas 
(dolores)  habían  empapado  ó  colmado  tanto  (si  inebríate),  mis  ojos 
{le  luce  tnie) ,  que  estaban  deseosos  de  llorar  {a  piangere  eran 
V  agite ) . 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  277 


Aljíiinos  traductores  (clchrc-s  han  interpretado  mal  este  pasaje,  to- 
mando al  pie  de  la  letra  la  palabra  int'6rio/e,  y  no  en  el  sentido  en 
t]iK*  la  usa  el  autor,  que  concuerda  con  su  etimología  latina,  que  han 
desconocido.  —  Florentino,  en  su  conocido  texto,  llustradíj  ¡jor  G. 
Doré,  traduce:  "Les  plaies  diverses  avalent  tellement  ciiivré  me  jeux 
etc."  Ratisbone,  en  su  traducción  en  verso  coronada  j)or  la  Acade- 
mia Francesa,  pone:  "M' avalent  tellement  egaré  comme  enibré  la 
vue". —  Kn  Italiano,  ti  vocablo,  ¿nncbrialo^  tiene  el  doble  sij^nificado 
de  ebrio,  y  de  empapado  ó  colmado,  y  en  este  sentido  se  aplica  á  un 
río  en  crecida  [^gonffia)  cuyas  aguas  se  desbordan,  que  es  el  que  le 
da  el  Dante,  para  significar  que  las  lágrimas  desbordaban  de  sus 
ojos.  —  Los  comentadores  italianos,  interpretando  la  palabra  en  el 
sentido  material  de  ¿nauppato^  no  han  tomado  en  cuenta  el  ligurado 
ác  ^onjyiaío^  que  es  el  que  le  da  el  autor. 

Según  los  etimologistas  latinos,  ebrius  viene  de  ^  (por  ex)  fuera,  y 
bria^  vaso  ó  especie  de  medida  usada  por  los  romanos,  ó  sea,  fuera  del 
vaso  ó  de  medida,  y  así,  Pllnio  la  aplica  á  una  fruta  muy  cargada  de 
jugo,  que  es  la  misma  imagen  que  el  Dante  ha  querido  pintar  gráfica- 
mente. Tal  es  la  idea  que  expresa  también  la  palabra  colmado^  equi- 
valente á  desbordado  ó  fuera  de  medida. 

(42).  La  palabra  conversos^  corresponde  así  en  la  traducción  como 
en  el  original  á  la  palabra  claustro  {chiosira)  de  la  estrofa,  para  de- 
signar sugestivamente  el  valle  cerrado  ó  foso  y  sus  condenados: 

Cuando  noi  funttno  in  su  /'  ultima  chiostra 
Di  Malebolge,  si  che  i  suoi  conversi 

(63).  Certano,  anticuado,  lo  mismo  que  cleito.  He  aquí  el  verso 

original : 

Secando  che  i  poeti  hanno  per  fernto. 

(79).  Ataraza  del  verbo  atarazar,  que  propiamente  es  morder  ó 
destrozar  con  los  dientes,  que  en  este  caso  se  usa  figuradamente  por 
morderse  las  carnes  con  las  uñas,  teniendo  presente  además  que  el 
poeta  las  compara  con  la  almohaza  que  también  tiene  dientes. 

(91).  Guaste,  del  verbo  anticuado ^^¿aj'/íz^  (gastar)  consumir.  Es 
la  misma  palabra  que  usa  el  Dante: 

Latin  sem  noi,  che  tu  vedi  guasti 

(126).  El  tal  ves  de  la  traducción  marca  la  intención  irónica  del 
verso  del  poeta,  oculta  en  una  alusión  personal: 

Che  seppe  far  le  tetnperate  spese 


278  EL    INFIERNO 


CANTO  XXX 

(16-21).  Compárese  con  las  estrofas  originales: 

Ecuba  trista,  misera  e  cattiva, 
Poseía  che  vide  Polisena  morta, 
E  del  suo  Polidoro     in  su  la  ri'va 
Del  mar  si  fu  la  dolor  osa  accorta, 
Porsennata  latro,  st  come  cañe; 
Tatito  il  dolor  W  fe''  ¿a  mente  torta. 

La  traducción  de  la  primera  de  estas  estrofas  es  casi  textual  con  la 
sola  adición  de  algunos  adjetivos  que  le  dan  quizás  más  expresión, 
trasladando  al  cuarto  verso  la  pintura  del  encuentro  del  cadáver  de 
Polidoro  á  orillas  del  mar.  La  acción  de  ladrar  como  can,  está  repro- 
ducida fielmente.  En  cuanto  al  concepto  que  encierran  las  palabras 
forsennata  y  mente  torta,  va  envuelto  en  las  palabras  de  pena  in- 
sana de  la  traducción;  que  se  completa  con  la  adición  del  alma 
oscura  y  de  la  rasón  desierta  que  las  acompañan  según  la  letra  y  el 
espíritu  del  texto. 

(43).  El  Dante  dice  donna  (hembra)  en  vez  de  la  yegua  de  la  tra- 
ducción, que  es  la  palabra  que  corresponde  con  arreglo  á  la  alusión 
histórica  que  hace  al  presentar  la  persona  de  Giann  Schicchi,  quien 
tomó  el  nombre  del  testador  Buoso  Donati  para  heredar  la  yegua  en 
cuestión. 

Per  gtiadagnar  la  donna  (yegua)  de  la  iorm-a . 

Xofma  en  italiano,   es  hato,  ó  manada  de  ganado  mayor. 

(54).  Che  ^  I  viso  non  rispondc  alia  ventraia. 

Debe  tenerse  en  cuenta  que  se  habla  de  un  hidrópico. 
(66).   Desagota    anticuado,  lo  mismo  que  desagua. 
(  114).   Requesto^  de  requerir,  aún  cuando  solo  se  usa  en  castellano 
en  femenino:  requesia,  requirimiento, 

(145-148).   Compárese  con  la  estrofa  original: 

E  fa  ragion  cW  io  ti  sia  senif>re  allaío, 
Se  piü  avvien  che  fortuna  f  accoglia, 
Ove  sien  gente  in  simigliante  piato ; 
Che  valer  ció  udire  c  hassa  voglia, 

Piato  en  italiano,  en  una  de  sus  acepciones,  es  pleito  y  piaíto , 
plato:  hemos  tomado  la  palabra  en  este  último  sentido,  que  coincide 


NOTAS    Y    COMÍ  NlAKKí-  279 


con  la  Intención  del  concepto.  Kl  piensa^  corresponde  á  "  f a  raji^lon" 
—  ¡-iajecny  traduce  con  toda  su  fuerza  en  una  sola  palabra,  ¿assa 
voglia. 


CANTO  XXXI 

(2).   El  texto  dice:   que  se  le  ti  nerón  ambas  mejillas. 

Si  che  mi  /irise  /'  una   c  V  allra  gnancia. 

(114).  Bien  que  pudiera  ser  permitido  comparará  los  gigantes  que 
sobresalían  con  más  de  la  mitad  del  cuerpo  del  fondo  del  abismo,  con 
los  buques  que  se  elevan  por  demás  sobre  las  aguas  muertas,  la  pala- 
bra está  empleada  en  el  sentido  arcaico  de  altivo^  que  corresponde  a 
la  pintura  que  el  poeta  hace  de  Anteo. 

(136-138).  Qual  pare  a  riguardar  la  Carisenda 

Sotto  il  cliinato,  qiiando  nuvol  vada 
Sovr''  essa  sí,  ch''  ella  in  contrario  penda 

Este  es  uno  de  los  pasajes  del  Dante  más  difíciles  de  traducir  y  de 
encerrar  con  precisión  dentro  de  un  terceto  castellano,  y  que  más  tra- 
bajo me  ha  costado  vaciar  en  su  molde,  á  fin  de  reproducir  los  múl. 
tiples  accidentes  que  pinta  sucesivamente  la  estrofa  original.  Se  hace 
alusión  en  ella  á  una  torre  de  Bolonia,  inclinada  como  la  de  Pisa,  lo 
que  da  la  clave  de  la  traducción  literal,  que  es  como  sigue:  "  Como 
al  mirar  la  Carisenda,  bajo  del  lado  á  que  se  inclina,  cuando  una  nube 
errante  pasa  sobre  ella,  en  contrario,  parece  que  se  inclinase  en  sen- 
tido contrario  (al  de  la  dirección  de  la  nube)".  La  idea  del  poeta  es» 
que  al  mirar  hacia  arriba  del  lado  de  la  inclinación,  cuando  una  nube 
pasa  en  dirección  contraria  á  esta,  no  es  la  nube  la  que  parece  mo- 
verse, sino  la  torre  misma,  que  es  la  misma  ilusión  que  se  experimenta, 
como  lo  observa  Allzeri,  cuando  una  nube  pasa  por  delante  de  la 
luna,  pareciendo  ser  esta  la  que  se  mueve.  El  movimiento  de  Anteo 
al  inclinarse,  reproduce  la  imagen. 

(144).  Esta  es  una  de  las  pocas  veces  en  que  el  Dante  hace  uso  de 
los  consonantes  agudos;  todo  el  poema,  con  rarísimas  excepciones, 
está  en  consonantes  graves,  y  esta  regla  de  buen  gusto  en  los  tercetos, 
está  observada  en  toda  la  traducción.  En  este  caso,  hemos  reproducido 
con  la  misma  acentuación  rítmica  del  original  los  sonidos  agudos  que 
emplea  en  la  consonancia.   Compárense  las  dos  estrofas  : 


280  EL    INFIERNO 


—  Ma  lievetneníe  al  fondo,  che  divora. 
Lucífero  con  Giuda,  ci  poso  ^ 
Ne  SI  chinato  li  fece  dimora, 
E  com^  albero  in  nave  si  levo. 

Es  otra  muestra  de  paralelismo  de  los  dos  idiomas,  que  hemos  hecho 
notar  varias  veces. 


CANTO  XXXII 

(28-30).  Cricch!  es  la  palabra  onomatopéyica  que  usa  el  Dante 
para  expresar  el  crujido  de  la  nieve  rota  por  una  percusión,  y  la  ira- 
ducclón  lo  reproduce: 

Com '  era  quivl:  che,  se  Tabernicch 
Vi  fosse  su  caduto,  o  Pietrapana, 
Non  avria  pur  dall'  orlo  fatto  cricch. 

(54).  — ..  ..Perche  cotanto  in  noi  ti  specchi? 

Del  verbo  anticuado  espejar ^  {specchtare)  que  los  italianos  han 
conservado  racionalmente  y  que  los  españoles  han  declarado  sin  razón 
en  desuso,  reemplazándolo  por  el  circunloquio  complicado  y  menos 
expresivo  de  mirarse  a¿  espejo.  En  este  caso  el  vocablo  arcaico  está 
usado  con  toda  propiedad,  no  sólo  porque  reproduce  la  misma  pala- 
bra del  original  con  el  mismo  significado  recto  y  genuino,  sino  porque 
también  refleja  la  doble  imagen  del  poeta.  Como  el  condenado  que 
habla,  tenía  la  cabeza  inclinada,  no  podía  mirarle  el  rostro  á  su  inter- 
locutor; pero,  como  lo  observan  los  comentadores  italianos,  Fraticelli 
y  Bianchl,  el  hielo  hacía  las  veces  de  espejo,  y  en  él  se  espejaba  tam- 
bién el  poeta,  mirando  reflejaba  allí  la  cara  inclinada  del  condenado, 
que  á  su  vez  retlejaba  del  mismo  modo  la  del  Dante.  —  Es  un  verbo 
que  debe  rehabilitarse  porque  hace  falta  en  el  idioma. 

(60).  Gelatina,,  tal  es  la  palabra  de  que  se  sirve  el  Dante,  para  dar 
familiarmente  (en  el  estilo  de  comedia)  la  idea  de  las  almas  condena- 
das y  fijadas  en  el  hielo: 

Degna  pin  d'  esscr  filia  in  gelatina. 

(96).  —  Che  nial  sai  Insingar  per  questa  lama. 

La/Ha,,  tiene  en  ambos  idiomas  un  significado  análogo,  aunque  no 
Idéntico.  F2n  italiano,  es  una  depresión  llana  del  terreno,  donde  se  de- 
positan las  aguas,  y  en  este  sentido  la  usa  el  Izante,  que  llama  estan- 
que al  campo  de  hielo  de  la  Antenora  y  la  Tolomea    En  español,  es 


NOTAS    Y    CÜMENTARIÜS  281 

el  cieno  que  -c  deposita  <  n  los  terrenos  íi.ijos,  donde  .se  estanca  el 
agua,  con  arrej^lo  á  su  etiniolü^^ía  latina  (como  la  trae  Barcia  ),  latna^ 
sitio  |);uitaii()so.  l'i^uradamente  puede  aceptarse  la  palabra,  en  este 
caso,  en  la  acei)ción  que  tiene  en  los  dos  idiomas,  pues  es  así  como  la 
usa  el  poeta. 

(104).  Coca,  por  ciocca,  coca,  en  español,  si^ínlíica  familiarmente 
cabeza,  y  es  expresión  proverbial  Ciocca  en  italiano,  es  un  mechón 
de  pelo. 

—  E  h'atti  (flicii''  nvca  piíi  (f  mía  ciocca. 

(  105).   Conjuro^  en  su  sentido  anticuado  de  jurar  siniestramente. 

(III).  Kn  el  original  se  dice:  "daré  de  tí  noticias  verdaderas"* 
En  la  traducción  se  dice  "  noticia  no  falseada  ".  Ambos  modos  de 
decir,  por  activa  ó  por  pasiva,  son  irónicos  refiriéndole  á  un  traidor. 

—  lo  portero  di  le  veré  iiovelle. 

(126).  Si  che  I'  un  capo  aW  altro  era  capello 

La  traducción  primitiva  que  se  corrige  es  la  siguiente: 

La  del  uno  sobre  otra  amontonada 
En  la  correspondiente  nota  explicativa  de  la  edición  de  París,  fun- 
daba esta  interpretación,  en  que  parecía  más  propio  tomar  la  imagen 
de  bulto,  y  representarla  pintorescamente,  siguiendo  las  líneas  gene- 
rales del  original.  Pensaba  entonces,  que  solo  en  el  original  son  apro- 
piadas todas  las  palabras  de  que  se  sirve  el  autor  para  expresar  con 
verdad  y  energía  todas  las  Imágenes  y  pensamientos.  Hacía  valer  tam- 
bién la  circunstancia  de  que  los  comentadores  italianos  son  de  opinión, 
que  la  palabra  capello  no  debe  tomarse  al  pie  de  la  letra,  y  sí  solo 
como  equivalente  de  coperchio^  interpretación  que  parece  conforme 
con  lo  que  dice  el  mismo  Dante,  cuando  llama  al  cabello:  capello^ 
coperchio  peloso  del  capo.  También  podría  suponerse,  que  el  poeta 
quiso  hacer  alusión  al  capello  de  los  cardenales,  por  lo  amoratado 
{lívido)  de  las  cabezas  superpuestas,  buscando  además  la  paranoraasía 
(forma  frecuentemente  empleada  por  él)  de  capo^  capello  y  capelo. 
Después  de  bien  pensado  y  pesado  el  pro  y  el  contra,  vuelvo  á  la 
observancia  de  mi  teoría  de  traductor,  de  ceñinue  estrictamente  al 
texto  y  reproducir  literalmente  sus  palabras  esenciales  y  característi- 
cas, respetando  en  un  todo  el  estilo  dantesco.  Es  lo  que  hemos  hecho 
en  la  corrección. 

(127).  — E  come  'I  pan  per  f ame  si  manduca. 

La  locución  d priesa,  agregada  en   la   traducción,  que  prolonga  la 


282  EL    INFTERNO 


Imag-en  del  poeta,  está  tomada  en  su  acepción  primitiva  para  darle 
mayor  fuerza,  representando  no  sólo  la  acción  de  comer  con  hambre* 
sino  también  apresuradamente  y  sin  interrupción.  Don  Andrés  Bello, 
en  sus  anotaciones  al  poema  del  Cid,  dice  sobre  esta  palabra:  " -/4 
priesa,  parece  que  al  principio  denotó  no  tanto  la  velocidad  de  una 
acción,  como  la  rápida  sucesión  de  muchas,  que  se  representaban 
como  pegadas  y  apretadas  unas  á  otras,  que  tal  es  la  fuerza  de  la  raíz 
latina  pressa''\ 

(134).  Reseca^  se  aplica  en  castellano,  en  una  de  sus  acepciones 
figuradas,  á  las  personas  tlacas  ó  descarnadas.  En  este  sentido  está 
usada  aquí  la  palabra,  y  equivale  á  cabeza  descarnada^  conforme 
con  el  teyto  que  pinta  á  Hugolino  devorando  los  sesos  de  Rugiero. 

La' ve 'I  cervel  s'  aggiunge  colla  mica. 

rose 

Le  tempie 

Che  quei  faceva  'I  teschio  e  I'  altre  cose. 

En  la  misma  acepción  empleada  en  la  traducción,  se  usa  aún  figura- 
damente en  italiano,  y  así  se  dice:  la  secca,  ó  sea  la  muerte  en  forma 
de  esqueleto;  ^  pare  la  luorte  secca,  hablando  de  una  persona  des- 
carnada. 


CANTO   XXXIII 

(3).  Este  es  uno  de  los  cuadros  más  enérgicos  del  Dante,  que  para 
que  produzca  todos  sus  efectos  en  la  traducción,  sería  necesario  pintar 
con  los  mismos  colores  naturalistas,  como  se  dice  hoy.  El  condenado, 
limpiándose  la  boca  en  el  cabello  del  cráneo  medio  consumido  que 
devora,  es  el  rasgo  dominante.  Los  elementos  que  componen  el  cua- 
dro, así  como  sus  sombras,  se  han  distribuido  convenientemente  en  el 
mismo  tono  general,  dentro  de  sus  contornos  precisos,  en  el  orden  en 
que  se  combinan  en  el  original,  con  algunos  ligeros  toques  que  lo 
acentúan.  El  verso  "  Del  capo  ch' egli  avea  diretro  guasto  ",  que  es 
la  acción  dominante,  está  literalmente  traducido,  reproduciendo  hasta 
la  palabra  anticuada  guasio  (gastado  ó  roído),  que  en  castellano  sig- 
nifica Igualmente  consumido. 

(24).  Este  verso  encierra  un  pensamiento  apenas  bosquejado,  yes, 
que  otro  condenado  será  encerrado  en  el  futuro  en  la  misma  torre, 
como  él  lo  fué. 

IC  in  che  conviene  ancor  ch  '  altri  si  chinda. 


NOTAS   Y    COMKNTAJ<I()S  283 


Este  es  el  pensamiento  (|Uf  amplí.i  la  traducción,  al  expresar  que 
alq^ún  atll^ido  será  encerrado  allí  del  misino  modo.  Tal  Interpretación 
sr  ajusta  igualmente  al  comentario  de  l'^raticelll :  —  "convien  ch'altri 
si  chiuda,  se  continuano  in  IM.sa  le  (Hvill  discordie  ". 

(36).  I. a  traducción  de  e.sta  estrofa  es  muy  deficiente,  por  la  difi- 
cultad de  encerrar  con  rasjro.-,  pronunciarlos  dentro  de  la  estrofa  las 
acciones  que  se  suceden  con  rapidez,  y  que  apenas  pueden  perfilarse 
lljíeramente  en  la  traducción.  La  fatiga  del  lobo  y  los  lobeznos,  que 
está  representada  por  la  versión  "cansado  tranco",  corresponde  dé- 
bilmente á  "stanchi  lo  padree  I  fij^li",  que  hace  alusión  á  la  situación 
de  Hu^olino  que  habla  y  á  la  de  sus  hijos,  alusión  que  se  diseña  implí- 
citamente en  las  palabras  "lobo  y  lobeznos". 

(52-54).  Compárese  con  la  estrofa  orig^inal: 

Perció  non  lagriinai,  ne  rispos'  io 
Tutto  que/  giortio,  ne  la  notte  appresso, 
Injin  che  I'  allro  sol  nel  mondo  uscio. 

En  alg-unas  ediciones  se  lee  ^¿?r(7,  en  vez  de  perció^  que  si  bien  es 
sinónimo  de  "  por  esto  ",  no  tiene  la  misma  fuerza  de  la  segunda  pala- 
bra que  también  significa  "per  lo  mismo  ",^cs  decir,  por  qué  estaba 
empedernido  su  pecho,  como  lo  dice  en  el  verso  49,  al  dar  la  razón 
de  por  qué  no  lloraba,  concepto  que  repite  en  el  verso  52.  La  tra- 
ducción "ni  entonces",  responde  á  esta  interpretación  del  texto,  adop- 
tando la  lección  más  correcta.  Es  de  extrañarse  que  dos  comentadores 
tan  notables  entre  los  italianos,  como  Fraticelli  y  Brunone  Bianchi, 
ponga  el  primero  perció^  y  el  segundo  peró,^  sin  dar  éste  la  razón  de 
su  preferencia,  como  la  da  con  acierto  Fraticelli. 

El  bellísimo  verso  final  del  terceto  está  completo  en  la  versión,  con 
la  sola  diferencia  de  poner  bendijo  por  uscio  (salió),  de  conformidad 
con  el  espíritu  del  discurso  y  la  palabra  mundo,  que  envuelve  un  con- 
traste entre  la  alegría  que  esparce  la  luz  del  sol  sobre  la  tierra,  y  la 
tristeza  de  la  sombría  torre  y  del  alma  del  que  habla. 

(75).  — Poseía,  pin  che  il  dolor,  pote  il  digiuno. 

Algunos  comentadores  italianos,  en  contradicción  con  otros,  han 
procurado  interpretar  este  verso  de  manera  de  atenuar  el  horror  del 
cuadro.  Boccacio,  Roblóla,  Bianchi  y  Camerini,  opinan  debe  enten- 
derse así: —  "  que  más  que  el  dolor,  pudo  el  hambre  que  lo  mató"  ( á 
Hugolino).  De  este  modo,  el  sueño  de  Hugolino,  sus  presentimientos, 
la  exclamación  patética  de  sus  hijos: 


284  EL    INFIERNO 


assat  ci  fia  men  doglia 

Se  tu  mangi  di  noi :  tu  ne  vesiisti 
Queste  misere  carni,  e  tu  le  spoglia, 

así  corao  la  estreraecedora  reticencia  con  que  termina  su  discurso,  no 
tendrían  razón  de  ser,  pierden  todo  su  efecto  trágico  y  su  terror  poé- 
tico, pues  todo  se  reduce  á  dar  á  entender,  que  "al  cabo  de  ocho  días 
de  ayuno  se  murió  de  hambre!"  Para  decir  esta  simpleza,  no  habría 
empleado  el  poeta  los  más  enérgicos  colores  del  claro  oscuro  de  su 
paleta,  que  pone  de  relieve  las  figuras  en  la  sombra,  ni  apelar  al  ele- 
mento dramático  del  fatalismo  antiguo,  que  en  los  sueños  y  en  los  pre 
sentimientos,  envuelven  un  desenlace  obligado  de  conformidad  con 
las  palabras  sugestivas  que  lo  acompaña.  Una  de  las  razones  que  dan 
los  comentadores  de  interpretación,  es  que  "la  acción  es  inverosímil, 
por  cuanto  un  hombre,  después  de  haber  pasado  ocho  días  sin  comer 
no  podía  tener  fuerzas  para  comer  carne  cruda!"  Empero,  admiten, 
que  "tal  vez  el  poeta  quiso  hacer  nacer  artificiosamente  en  la  mente 
del  lector  la  sospecha  de  que  el  conde  en  su  desesperación  se  comió  á 
sus  hijos  muertos".  Esta  es  la  verdión  universalmente  adoptada,  de 
acuerdo  con  la  tradición,  y  ésta  es  la  que  hemos  seguido,  procurando 
hacer  más  conceptuosa  la  reticencia,  de  modo  de  comprender  su  doble 
intención.  El  sentido  ampliado  de  la  traducción  es  éste: — "  que  el 
hambre  pudo  más  que  los  sentimientos  morales  y  naturales,  y  los 
sofocó". 

(93).  Unos  condenados  tienen  la  cabeza  inclinada  hacia  abajo  ó 
vuelta  hacia  arriba  (canto  XXXII);  éstos  por  el  contrario  la  tienen 
levantada,  pero  trastornada  hacia  la  espalda: 

—  Notí  volla  in  giu,  tna  tutta  riversata 
( 108  ).  Veggendo  la  cagion  cha  'I  fiato  piove. 

Es  un  modo  de  decir  dantesco,  en  que  la  palabra  piove  tiene  fuerza 
activa,  como  lo  observa  Allzeri,  en  el  sentido  de  que  el  aire  cae  allí 
como  la  lluvia,  en  la  región  sin  vapores  que  se  describe,  —  es  decir, 
—  que  no  está  sometida  á  la  acción  del  sol,  como  lo  dice  más  arriba 
el  poeta  : 

Gia  mi  parea  <tenlire  alquanto  vento} 
Perch'  io:  Maestro  tnio,  questo  che  nuove? 
Non  c  quaggiiiso  ogtti  vapore  spento  ? 

Virgilio  le  contesta:  que  el  ojo  del  mismo  Dante  le  dará  en  breve  la 
respuesta,  refiriéndose  á  Lucifer,  que  en  el  Coclto,  al  agitar  sus  alas 
gigantescas,  produce  el  viento  que  hiela  el  antro  infernal,  y  cae  como 
una  lluvia,  según  se  describe  en  el  canto  siguiente 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  285 


CANTO  XXXIV 

(II-I2j.  Fistos  dos  versos  han  sido  diversamente  interpretados  por 
los  traductores: 

—  í.a,  dovc  I'  onihrc  lulle  eran  copcrlc, 
E  traspalen  cotitc  festuca  in  vctro. 

El  sentido  de  la  imaj^en  es  claro  :  las  almas  encerradas  en  el  hielo  se 
ven  en  trasparencia  como  al  través  de  vidrio.  A  este  respecto  no  cabe 
duda.  Las  palabras  come  festuca^  son  las  que  han  dado  orij^en  á  la 
diversa  Interpretación.  Algunos  han  traducido /<?/£>  ^ox  festuca,  Orto- 
lán,  en  su  estudio  jurídico  literario:  "La  penalidad  del  Dante"  tra- 
duce así:  "Las  sombras  aparecen  en  el  hielo,  como  los  fetos  en  una 
redoma".  El  conde  de  Cheste,  adoptando  la  interpretación  de  Orto- 
lán,  y  y^onX^náo frasco  por  redoma,  traduce  así  la  estrofa: 

Era,  (y  con  susto  el  cántico  acometo) 
Ya  do  las  almas  todas,  trasparentes 
Adentro  están,  como  en  el  frasco  ft\  feto. 

Todos  los  comentadores  Italianos,  —  aunque  sin  dar  la  razón, — 
entienden  sin  fundar  su  opinión,  que  el  poeta  quiso  significar  con  estas 
palabras  una  paja  encerrada  dentro  de  un  vidrio  (V.  FraticelH,  Bru- 
none  Blanchi,  Camerini ).  Esta  es  la  interpretación  que  hemos  seguido^ 
después  de  estudiarla  del  punto  de  vista  filológico,  poético,  pintores- 
co, histórico  é  industrial,  á  fin  de  darnos  cuenta  exacta  de  su  verdadero 
sentido. 

La  ^2\i\ixz.  festuca,^  ó/estuco^  significa  en  italiano  un  fragmento  de 
paja,  de  madera  ó  de  cosa  semejante,  y  vale  tanto  como  fus  ce/lo  ó 
fuscelUno  en  su  sentido  recto  y  genuino.  A  este  respecto  tampoco 
cabe  duda,  \>\x^s  festuca  no  puede  confundirse  con  lapalahr a. _fe/ío  que 
viene  del  latín  fceius  idéntica  en  italiano  y  en  castellano  y  análoga  en 
todas  las  leguas  romanas.  Festuca  viene  también  del  latín,  con  su  sig- 
nificad») propio  de  fragmento  de  paja  ó  de  un  gajo  tierno,  y  los  anti- 
tlguos  latinos  la  empleaban  en  su  tiempo  en  el  mismo  sentido,  como 
lo  demuestra  el  proverbio  que  nos  han  legado:  ne  festtica  quidetiL 
(ni  siquiera  una  paja).  De  aquí  e\  fétzi  francés  (que  en  un  tiempo  fué 
fesiu)^  y  el  hahanoyestuca^/usce/Zo,  etc. 

Esto  basta  para  eliminar  la  interpretación  de  feto,  dada  por  el  conde 
de  Cheste  y  por  Ortolán. 

Queda  una  cuestión  por  resolver:  ¿Qué  relación  encontró  el  Dante 

20 


286  EL   INFIERNO 


entre  el  vidrio  y  la  paja,  astilla  de  madera  ó  cosa  parecida?  Pensamos 

—  y  ésta  es  una  hipótesis  nuestra  —  que  la  imag-en  le  fué  sug-erida  por 
los  vidrios  de  Venecia  que  ya  en  su  tiempo  se  fabricaban,  que  más 
tarde  hicieron  célebre  de  Murano,  y  que  por  imitación  se  fabrican  to- 
davía,—  en  que  se  ven  encerrados  dentro  de  una  masa  de  vidrio,  frag- 
mentos de  diversa  especie  y  color,  y  entre  ellos  su:tancias  veg-etales, 
para  demostrar  la  habilidad  del  artífice,  como  en  la  fábrica  de  acero  de 
Sheffield  se  encierra  una  paja  en  la  hoja  de  una  navaja,  sin  quemar  la 
paja.  La  comparación,  aunque  vulgar,  tiene  más  verdad  pintoresca  y  más 
sentido  que  la  del  feto  encerrado  en  una  redoma,  pues  no  se  trata  de 
embriones,  sino  de  formas  muertas  en  la  plenitud  del  anterior  desa- 
rrollo vital. 

Conocida  la  filiación  histórica  y  filológica  de  la  palabra,  y  dándose 
cuenta  de  la  imagen  pintoresca,  la  intención  poética  resalta  de  suyo 
naturalmente.  Las  sombras  condenadas  yacen  fijamente,  —  por  siempre, 

—  aprisionadas  entre  el  hielo,  transparentándole  en  él  como  la  paja 
fijamente  encerrada  en  el  vidrio.  i\d^n\zs,  /ziscel/o  implica  figurada- 
mente la  idea  de  tlaco  ó  de  seco,  que  corresponde  al  estado  de  las 
sombras  congeladas,  revueltas  en  el  hielo,  y  en  diversas  actitudes 
como  los  cadáveres  confundidos  en  una  huesa  común,  según  la  pintura 
del  poeta: 

Altre  sonó  a  giacere,  altre  staimo  críe, 
Qiiella  col  capo,  e  qtiella  colle  piante ^ 
Allra,  com''  arco,  il  volto  a^ piedi  inverte. 

( 44-45 ).  La  sinistra  a  veder  era  I  al,  qnali 

Vengan  di  la,  onde  '  /  Nilo  s '  avalla. 

Es  un  modo  figurativo  de  explicar  por  medio  dt"  una  alusión  indi- 
recta y  remota,  que  la  siniestra  cara  de  Lucifer  era  negra  como  lo  de- 
termina por  incidente  el  poeta  en  el  verso  65  de  este  canto,  al  mencio- 
nar una  de  las  tres  caras:  del  nero  ce//'o.  La  traducción  literal  de  los 
dos  versos  trascritos  es:  **  Y  la  siniestra  (cara)  que  se  veía  era  tal, 
cuales  son  (las  caros)  de  ios  que  vienen  de  allá  donde  el  Nilo  descien- 
de", lo  que  significa  del  color  de  los  negros  habitantes  de  la  Etiopía 
en  e!  punto  donde  el  Nilo  tiende  su  origen  y  cae  en  cataratas,  ó  sea  del 
pie  (')  falda  de  las  montañas  africanas,  qUc'  en  tiempo  tlel  Dante  se  creía 
ser  las  llamadas  de  la  Luna.  Tal  es  la  fijjura  y  alusión  geográfico- 
etnológlca  que  la  traducción  letleja,  poniendo/V/Zí/íi'  por  s'  avalla 
l)ara  designar  el  [)unto  de  descenso  del  mencionado  río. 

(OS).  A'  /'  allro  c  Cassio,  che  />tir  si  nietnbrttto 

Todos  los  comentadores  e>tán  conformes,  en  (¡ul-  el  Dante  confundió 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  287 


al  Cayn  Casio  de  la  conjuracicSn  contra  Cesar,  con  el  L  Casio  de 
quien  habla  Cicerón  en  sus  Catliinarlas,  en  que  pinta  al  scjrundo  co- 
mo muy  corpulento.  \í\  Casio  á  que  se  hace  alusión,  aunque  de  él  no  se 
conserve  nln>;una  (■l"ii;ie.  es  pinta<l()  por  todos  los  historiadores  como 
liaco  y  pálido.  Por  eso  decía  César,  refiriéndose  á  el,  que  era  uno  de 
esos  hombres  sombríos,  pálidos  y  llacos,  á  quien  temía.  listo  justi- 
fica la  palabra  cujulo  empleada  en  vez  de  lue.uhyulo,  conservando 
empero  la  idea  de  la  fortalc/.a  física  y  moral  del  personaje  y  fie  la  le- 
tra del  texto. 

(112-115).  E  se'  01'  so  tío  l\cmts/}cn<)  ffiuii/o 

Ch'  c  co)ilraf>f>oslo  a  qitel  che  la  ¡rran  sccca 
Coverchia,  sollo  '  /  cui  colmo  consnnlo 
Fít  I'  itoin  che  nacqui  e  visse  scuza  peca. 


Qiii  c  da  man,  quando  di  la  c  sera. 


Esta  estrofa,  envuelve  un  conjunto  de  reminiscencias  bíblicas,  difícil 
de  resolver  por  la  concisión  del  texto  original  sin  el  auxilio  de  los  co- 
mentadores italianos  que  la  han  ilustrado.  El  poeta  imaírina,  que  se 
halla  en  el  hemisferio  austral,  contrapuesto  al  boreal,  que  cubre  la 
gran  tierra  seca,  la  gran  secca)  bijo  de  cuya  alta  ciniD  {soito  'I  cui 
colmo)  íué  consunto  el  Hombre-Dios,  que  vivió  y  nació  sin  pecado. 
Entiéndase:  donde  el  Hombre-Dios  fué  sacrificado,  ó  sea  en  J^rusalen, 
que  el  Dante  supone  ser  el  punto  antípoda  de  aquel  en  que  se  encuen- 
tra, como  lo  explica  más  claramente  en  los  versos  1-3  del  2®  canto 
del  Purgatorio;  de  manera  que  se  hallaría  e^te  bajo  la  parte  más  cul- 
minante del  cerco  celeste  que  los  c  )!npren^e.  \^-x  gr.iii  SJCca.  es  la 
"tierra  árida",  la  Palestina,  que  la  Escritura  deno-uina  así,  traduciendo 
Con  propiedad :  "  tierra  santa",  que  reproduce  mis  claramen  te  el  con- 
cepto. La  palabra  coizsunlo,  derivada  del  latín,  p.  p.  del  verbo  consu- 
mir, tiene  el  mismo  valor  en  ambos  idiomas,  y  hornos  procura  do  con- 
servarla, porque  se  piensa  generalmente,  q  le  es  una  alusión  al 
consumiuaium  est  del  Evangelio. 

(104-113).  En  estas  estrofas  esiáa  eacer'-ad js  los  pensamientos 
sóbrela  esfericidad  de  la  tierra  y  atracción  ceatral,  de  qae  hicimos 
mención  antes,  al  comentar  el  descubrimiento  de  la  nitovx  ter  ra  por 
Ullses,  que  corresponde  á  este  punto.  (V.  nota  142  del  canto  XXVI). 
He  aquí  el  texto  de  estas  notables  estrofas,  y  que  tienen  por  antece- 
dente el  verso  79  de  este  canto  : 

Volse  la  lesla  o-y  eglí  avea  le  canche. 


288  EL   INFIERNO 


Al  dar  Virgilio  ¡a  explicación   de  este   movimiento  en  el  punto  cén- 
trico del  globo  terráqueo,  dice  al  Dante: 

Ed  egl¿  a  me:   Tu  itnniagini  ancora 

Z?'  esser  di  la  dal  centro,  ov''  io  Ȓ'  appresi. 


Quando  mi  volsi,  tu  passati  il  punto 

Al  qual  si  traggon  d''  ogni  parte  i  pesi : 

E  se''  or  sotto  V  emisperio  giitnto 

Ch''  e  contrapposlo  a  qiiel  che  la  gran  secca 

Coverc/tia 

Las  estrofas  siguientes  se  refieren  á  los  antípodas  de  que  nos  hemos 
ocupado  ya,  al  explicar  la  teoría  cosmológica  del  Dante. 

(  136- IJ9).  Esta  estrofa  tinal  del  Infierno  del  Dante,  es  conocida  en 
el  mundo  entero  bajo  la  denominación,  del  rivedey  de  las  estrellas: 

Salinimo  su,  ei  primo  ed  io  secando. 
Tanto  ch '  io  vidi  delle  cose  belle, 
Che  porta  il  Ciel,  per  tin  pertugio  tondo, 
E  quindi  uscimmo  a  riveder  le  stelle. 

El  último  verso  podría  haber  sido  traducido  algo  más  literalmente 
de  varios  modos: 

—  Salimos  á  rever  á  las  estrellas 

—  Saliendo  á  ver  de  nuevo  las  estrellas 

—  Y  allí,  volver  á  ver  á  las  estrellas 

—  Y  allí  vimos  de  nuevo  las  estrellas 

—  Y  tornamos  á  ver  á  las  estrellas 

—  Y  aqui  vimos  de  nuevo  las  estrellas. 

Hemos  preferido  una  forma  menos  literal,  pero  más  poética,  que  da 
mayor  solemnidad  á  este  momento  final,  acentuando  el  concepto  que 
se  reproduce,  aunque  no  con  la  concisión  del  original.  La  locución  con- 
templar de  mievo^  por  riveder^  es  más  propia  y  más  conprenslva  que 
el  rever  castellano,  que  no  obstante  el  intensivo  que  le  acompaña,  no 
tiene  el  mismo  valor  por  ser  limitado  en  su  sentido, 

A  causa  de  esto,  la  palabra  característica  que  Imprime  su  sello  á 
la  estrofa,  no  puede  ser  reproducida  en  castellano  con  todo  el  sentido 
que  tiene  en  el  original.  El  revidere  latino,  de  que  se  deriva,  trans- 
formado en  el  rever  español,  no  tiene  la  misma  fuerza  Intensiva  que 
el  rivedere  italiano  y  el  revoir  francés  que  se  prestan  á  tan  variadas 
como  expresivas  acepciont-s.  El  rever  (spaño),  palabra  dura  y  limi- 
tada en  su  aplicación,  significa  simplemente  volver  á  ver  una  cosa  ó 
volverla  á  examinar  con  cuidado.  Así  para  expresar  la  Idra  ck'  vol- 
verse á  ver  (los  personas   (|ue  se  (juieren,  hay   (pie  apelar   en  español 


NOTAS   Y    CüMENTAKIUS  289 


al  clrcimlociulo  "liast.i  la  vista"  ó  "hasta  más  ver,"  en  vez  del  afec- 
tuoso y  conocido  n  rivcdcrci  lí  an  revoir.  lie  a(iuí  la  razcni  del  circun- 
loquio de  la  traduccliin,  que  retleja  débilmente  la  luz  del  ori;í¡nal  y 
el  rcs[)landt)r  de  las  estrellas  á  que  se  hace  alusión. 

Nuestra  traducción  fiel  al  texto  en  su  sentido,  difiere  un  tanto  de 
la  lnterpretaci()n  qui'  le  han  dado  los  comentadores  italianos  y  los 
traductores  que  se  han  conformado  con  ella.  Scjrún  los  comentadores 
(Fraticelli.  Hrunone  liianchl  y  Camerlni),  hay  dos  acciones  sucesivas 
encerradas  en  los  citados  cuatro  versos:  la  visión  parcial  de  las  cosas 
bellas  del  cielo  (delle  cose  bellc  che  porta  il  cíel)  y  la  de  las  estre- 
llas, limitando  el  alcance  de  la  palabra  ianto  (hasla  6  ha'iia  tanto) 
á  )a  primera  acción,  que  nosotros  pensamos  domina  toda  la  oración, 
y  se  refiere  en  consecuencia  á  una  sola  y  única   acción. 

Los  comentadores  y  traductores  aludidos  entienden:  que  los  poetas 
subieron  á  lo  alto  de  la  caverna,  uno  en  pos  de  otro,  hasta  tanto  que 
el  Dante  pudo  ver  por  la  abertura  redonda  de  ella  (el  pei'tugío,  que 
el  conde  de  Cheste  traduce  por  buzón!)  "las  cosas  bellas  que  el  cielo 
hace  girar  en  su  movimiento,"  limitando  hasta  aquí  el  alcance  de  la 
palabra  tatito  •  y  que  después  salieron  á  volver  á  ver  las  estrellas, 
interpretación  á  que  se  puede  prestar  la  vaguedad  del  texto,  que  la 
implica,  pero  no  como  acción  distinta,  sino  como  consecuencia  de 
ella  y  condensación  del  mismo  pensamiento. 

Si  se  lee   con  atención  el  cuarteto  del  Dante,   vese    que    la    acción 
está  encerrada  en  los  tres  primeros  versos,   y   que  es  una  sola.  Basta 
traducir  literalmente:    ^'Subimos   {saliiumo  su)    él  primero    y  yo  se- 
gundo {e¿ primo  ed  io   secando)    hasta  tanto  [tanto)  que  pude  ver 
(¿://'  io  vidi)  algunas  de  las  cosas  bellas  {delle  cose  belle)   que  el  cie- 
lo comporta   {che  porta  il  ciel)   poruña   abertura  redonda   [per  un 
pertugio  tondoy      El  último  verso  es  el  resumen  ó  la  síntesis  de  esta 
acción  única:  "Y  aquí,  ó  desde  aquí  {quindi)  salimos    {usciinmo)  á 
volver  á  ver  las  estrellas  {riveder  le  stclle)  ó  sea  le  cose  belle  (todas) 
che  porta  il  cier'  perdidas   de  vista  desde  su  entrada  á    las  rei^iones 
infernales,  alumbradas  en  parte  tan  sólo  por  la  pálida    luz  de  la  luna. 
Fijándose,  pues,  en  la  construcción   graraaticil,  se  (ibserva,  que  en  el 
primer  verso  el  poeta    habla   en  plural:  subimos    {sali;uiiio)\    en  el 
segundo  en  singular  {io  vidi)\  en  parte  del  segando,  y  en  el  tercero, 
en  particular  de  las  cosas  bellas    {delle    cose  belle  )    que  vió,  y  en  el 
cuarto  verso    vuelve  á  hablar  en   plural  {usci;n:uo),  condensando  el 
concepto  encerrado  en  los    tres  primeros  versos.     "  Y  de  aq  u'  —  ó   de 
allí  —  salimos  á   volver  á  ver    (ó  contemplar  de  nuevo)   las  estrellas '' 


290  EL    INFIERNO 


Ó  sea  tudas  las  cosas  bellas,  antes  señaladas,  que  el  cielo  comporta, 
vistas  ó  entrevistas  por  la  abertura,  que  era  lo  único  que  podía  verse 
en  una  noche  estrellada. 

Marco  Foresi,  en  su  libro  "La  Divina  Comedia  voltata  in  jarosa," 
interpreta  de  una  macera  análoga  este  pasaje:  "  Finché  da  un  foro 
tondo  scorsi  alcune  delle  belle  cose  che  il  cielo  trae  íi^eco  nel  suo 
corso,  e  di  la  per  il  pertugio  medesimc  uscimo  a  rivedcre  le  stelle." 

Nuestra  traducción  responde  á  esta  interpretación  lógica,  al  relacio- 
nar el  cuarto  verso  con  los  tres  primeros  en  vez  de  aislarlo,  y  darle  el 
valor  de  la  explosión  del  pensamiento  de  su  autor  al  volver  á  ver  en 
contemplación  el  resplandor  de  las  estrellas. 


NOTA  FINAL 

¡Loado  sea  Dios  y  el  Dante,  al  salir  de  las  tinieblas,  de  las  medias 
luces,  y  de  los  reflejos  pálidos  de  una  traducción  poética  esclavizada 
á  la  rima,  que  es  una  especie  de  tormento  infernal,  que  el  mismo 
Dante  experimentó,  y  poder  contemplar  el  resplandor  Inextinguible 
de  las  estrellas  del  texto  original! 

Al  emprender  este  trabajo,  hacía  como  cuarenticinco  años  que  yo 
no  escribía  versos,  y  no  conocía  absolutamente  un  solo  comentador 
del  Dante,  lodo  mi  bagaje  dantesco  se  reducía  á  un  ejemplar  pelado 
de  la  "  Divina  Coii.edia"'  sin  notas  ni  comentarios,  cuyo  texto  rae 
habían  enseñado  á  descifrar  algunt-s  emigrados  liberales  italianos  en 
Montevideo,  hasta  aprenderlo  en  gran  parte  de  memoria  y  penetrarme 
directamente  de  su  espíritu. 

Puesto  seriamente  á  la  tarea,  la  he  llevado  á  termino  con  placer  y 
sin  pereza,  estudiando  con  atención  todos  los  comentadores  antiguos 
y  modernos,  pesando  el  vaU^r  de  las  palabras,  y  he  procurado  darme 
cuenta  racional  del  texto  que  Interpretaba  con  amor  y  conciencia. 

Al  comenzar  la  traducción  del  '•'  Infierno''^  puse  al  frente  del  ma- 
nuscrito estas  palabras,  con  que  el  autor  se  refiere  á  las  sombras  que 
se  ven  en  trasparencia  al  través  del  hielo:  ^'^  E  con  paura  il  fuetío  in 
meíro".  Al  terminar  repito  con  él,  cuando  pedía  poder  exprimir  "// 
stico'''  de  su  pensamiento  con  palabras  no  sujetas  al  yugo  de  la  rima: 

O^ni  hvifiia  f>cr  certo  vcrria  tncno 
Per  lo  tios/re  sermone  e  />tr  la  mente, 
Ch'  hanno  a  lauto  comprender  f>oco  seno. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS 


291 


Verso.s  (,uc-  los  comentadores,— con  más  palabras  que  Hicc-n  inc-nos 
—  {rli.san  así:  ■  "Todas  las  lenguas  son  Insulicic'ntcs,  porqiu-  la  natu- 
raleza mis:na  del  Icn^riiaje  humano  está  subordinada  al  intciec  to  del 
hombre,  y  por  esta  razón  ellas  timen  pora  r:,p;,ci(iad  (poco  .seno)  así 
romo  la  mente,  para  rtMnpreiider  todas  las  C(.«sas". 

But-nos  Aires,   Mayo  I"  dir  I8S9. 


EL  PURGATORIO 


PARTE   SEGUNDA 


EL    PURG/\ TORIO 


CANTO  riiniiíiio 


Alegoría  preliminar.  —  El  Poeta  invoca  á  las  Musas  al  salir  de  la  regini  infernal  al 
través  de  las  entrañas  del  globo,  en  compañía  de  Virgilio  y  llegan  ambos  al  pie 
de  la  montaña  del  Purgatorio  en  el  hemisferio  austral.  —  Recobra  ánimo  nuevo  á 
la  venida  de  la  aurora  en  medio  de  un  aire  puro  y  un  sereno  cielo.  —  Contempla 
las  cuatro  estrellas  simbólicas  de  las  cuatro  virtudes  cardinales  en  el  hemisferio 
Sud.  —  Los  dos  Poetas  encuentran  la  sombra  de  Catón  de  Utica,  guardián  del 
ante-purgatorio.  —  Coloquio  entre  Virgilio  y  Catón,  y  elogio  de  éste.  —  Catón 
instruye  á  Virgilio  de  lo  que  debe  hacer  para  limpiar  el  color  infernal  del  rostro 
del  Dante.  —  Los  dos  Poetas  descienden  hacia  la  playa  de  la  isla  del  Purgatorio 
y  ven  á  la  distancia  el  mar.  —  Virgilio  lava  el  rostro  del  Dante  con  el  rocío  del 
Purgatorio,  y  siguiendo  el  consejo  de  Catón,  le  ciñe  á  la  cintura  un  junco  marino, 
símbolo  de  humildad  }•  de  docilidad.  —  El  Retoñe  maravilloso  de  los  juncos  del 
Purgatorio. 

Por  correr  mejor  mar,  alza  la  vela 
La  navecilla  de  mi  ingenio  errante, 
Que  atrás  dejó  tan  borrascosa  estela!  3 

Canto  el  segundo  reino,  en  que  anhelante 

Se  purifica  el  alma  y  sube  en  vía 

De  llegar  hasta  el  cielo   bienandante.  6 

Resurja  aquí  la  muerta  poesía. 

Oh,  santas  Musas  que  me  dais  confianza ! 

Alze  Caliope  un  tanto  su  armonía,  9 

Y  acompañe  mi  canto  la  pujanza. 

Con  que  de  nueve  Urrucas  el  suspiro 

Ahogó,  de  remisión  sin  esperanza!  12 


296  DIVINA    COMEDIA 


Dulce  color  del  oriental  zafiro 

Que  en  el  sereno  espacio  difundía 

El  éter,  hasta  el  fin  del  primer  giro,  15 

De  nuevo  deleitó  la  vista  mía. 

Fuera  del  aura  muerta  y  sus  dolores, 

Que  aún  mi  pecho  y  mis  ojos  afligía.  is 

Bello  planeta  que  conforta  amores 

Hacía  sonreír  todo  el  oriente. 

Velando  en  luz  los  Peces  precursores.  21 

Volvime  á  diestra  mano,  y  puse  mente 

Al  otro  Polo,  y  vide  cuatro  estrellas 

Que  solo  vio  la  primitiva  gente.  24 

Parecía  gozarse  el  cielo  en  ellas. 
¡Oh  viudo  setentrión  entristecido, 
Que  estás  privado  de  mirar  aquellas!  27 

Cuando  su  luz  de  vista  hube  perdido, 

Volvime  al  otro  Polo  planetario 

En  que  se  había  el  Carro  sumergido,  30 

Y  cerca,  vi  un  anciano  solitario, 

Que  al  mirar,  reverencia  era  debida. 

Cual  debe  el  hijo  al  padre  originario.  33 

Larga  barba  algún  tanto  emblanquecida 

Llevaba,  y  cabellera  semejante, 

En  trenzas  sobre  el  pecho  repartida.  36 

Las  santas  luces  de  esplendor  radiante 

Alumbraban  su  rostro  con  su  fuego, 

Como  si  el  sol  tuviera  por  delante.  3*^ 


EL   PURGATORIO  —  CANTO    I  297 

— "  Quiénes  sois,  c|ue  siil^iendo  el  río  ciej^o, 

Salido  habéis  de  la  prisión  eterna?"  — 

Dijo,  y   la  noble  barba   movió  liic^o,  42 

Y  sip^uió: — "Quién  os  guía?  que  lucerna 
Os   alumbró  en  la  noche   cjuc   allá  enluta 

El  valle  siempre  negro   en   (jue  se  inferna?  45 

"Del  hondo  abismo  ¿qué  su  ley  inmuta? 

Ó  ha  revocado  el  cielo  su  decreto 

Qué  malditos,  venís  hasta  mi  gruta?" —  48 

Mi  guía  entonces  me  cogió   discreto, 

Y  con  señas,  con  voces,  y  con  mano, 

Me  hizo  de  hinojos  tributar  respeto.  51 

Y  luego  respondió:  —  "Virtuoso  anciano. 
Yo  no  vengo  por  mí;  mujer  del  cielo 

Me  ha  pedido  que  acorra  á  un  ser  humano.       54 

"Si   el  saber  quienes  somos  es  tu  anhelo, 

Lo  diré  con  palabra  verdadera. 

Que   al  decirlo,   de  ti  nada  recelo.  57 

"Este  que  ves,  no  vio  noche  postrera; 

Por  su  demencia  se  encontró  afligido. 

Tanto,  que  en  su  camino  se  perdiera  eo 

"Si  en  su  auxilio  no  hubiese  yo  acudido; 

Y  como  no  hay  más  vía   en  la  jornada 

Que  la  seguida,  por  aquí  he  venido.  63 

"  Le  he  mostrado  la  gente  condenada, 

Y  mostrar  los  espíritus  pretendo 

Que  purgan  bajo  ti,  su  alma  manchada.  66 


298  DIVINA    COMEDIA 


"Largo  es,  todo  decir,  y  no  me  extiendo: 

De  arriba  baja  la  virtud  que  ayuda 

Al  que  vengo  á  tus  plantas   conduciendo.  69 

"Que  tu  valer  en  su  favor  acuda: 

Busca  la  libertad,  que  sabe   cara, 

Quien  por  ella  de  vida  se  desnuda.  72 

"  Lo  sabes  tú,  que  amarga  no   encontrara 

En  Utica  la  muerte,  en  que  has  dejado 

La   carne,  que  el  gran  día  hará  preclara.  75 

"Ningún  decreto  eterno  hemos  violado: 

Este  es  un   vivo,  y  Minos  no  me  manda. 

Donde  los  castos  ojos  me  han  mirado  78 

"De  Marzia,  estoy,  y  aún  ella  te  demanda, 

Gran  corazón,  la  tengas  por  esposa. 

Acoje  por  su  amor  nuestra  demanda.  8I 

"  Déjanos  ir  por  tu  región  piadosa, 

De  siete  reinos;  que  este,  agradecido. 

De  ti  en  la  tierra  hará  mención  honrosa." —      84 

—  "Marzia    -  dijo,  —  á  mis  ojos  grata  ha  sido, 

Mientras  viví  en  el  mundo   en   otra  hora, 

Y  consiguió   de  mí  cuanto  ha  querido:  87 

"  Si  más  allá  del  Aqueronte  mora, 

Yo  aparte  estoy  del  mal,  por  ley  dictada. 

Cuando  salí  del  limbo  en  buena  hora.  90 

"Mas  si  te  guía  l^ienaventurada, 

Como  h)  dices,  ella  te  asegura, 

Que  tu  demanda  sea  j)ropic¡ada.  93 


EL   PURGATORIO  — CANTO   I  2VV 


"Anda,  y   ciñe  (Uí  un   junco  la  cintura 

De  cstí  mortal,  y   lava  su  semblante, 

l*ara  ([uiíarle  tocia   mancha  impura.  or, 

"No  es  bueno  se  presente  así  delante, 

—  Con  sombras  (jue  sorprendan  la  mirada, — 
Del  (}ue  es  del  Paraíso  el  anunciante.  w 

"Kn  torno  de  esta  islilla,  á  la  bajada, 

Pt)r  el  costado  que  la  bate  la  onda. 

El  junco  crece,  en  playa  abandonada:  102 

"Ninguna  planta  que  produzca  fronda 

O  pueda  endurecerse,  tiene  vida, 

Cuando  inflexible  á  percusión  responda.  105 

"No  renovéis  la  senda  recorrida: 

El  sol  que  nace  os  mostrará  el  camino, 

Y  de  este  monte  la  mejor  subida." —  ios 

Y  desapareció,  y  acto   contino. 
Miré  en  silencio,  de  mi  guía  al  lado, 
Escrutando  en  sus  ojos  mi  destino.  iii 

—  "Mis  pasos,  —  díjome  —  sigue,  hijo  amado: 
Volvamos  hacia  atrás,  que  aquí  declina 

Esta  llanura  que  hemos  contorneado." —  va 

El  alba  vence  la  hora  matutina. 

Que  huye  delante  de  ella,  y  aún  lejano 

Percibo  el  trem.ular   de  la  marina.  ii: 

Seguimos  solitarios  por  el  llano, 
Como  quien  busca  la  perdida  estrada, 

Y  mientras  tanto,  todo  es  tiempo  vano.  120 


300  DIVINA    COMEDIA 


Al  llegar  á  la  parte  resguardada, 

Que  pugna  con  el  sol,  donde  el  rocío 

No  evapora  la  luz  de  la  alborada,  123 

Ambas  manos  impuso  el  Maestro  mío 
Sobre  la  húmeda  yerba,  blandamente; 

Y  yo   que  penetré  su  intento  pío,  126 

Mis  mejillas  tendíle  prontamente. 

En  llanto  humedecidas;  y  borrado 

El  infernal  color  quedó  en  mi  frente.  129 

Llegamos  hasta  el  borde  desolado, 

Donde  mortal  que  al  mundo  retornara 

En  sus  aguas  jamás  ha  navegado.  132 

Y  como  el  buen  anciano  aconsejara, 
Me  ciñó  la  cintura  con   un  junco ; 

Y  joh  maravilla!  al  punto  retoñara  135 

La  humilde  planta,  de  su  gajo  trunco. 


CANTO  SEGUNDO 


Al  salir  i'l  sol,  llega  desde  alta  mar  una  barquilla  impulsada  por  las  alas  de  un 
ángel,  que  viene  desde  la  embocadura  del  Tiber,  punto  de  partida  de  las  almas 
destinadas  al  Purgatorio.  —  Las  almas  que  conduce  la  barca,  toman  tierra  y 
se  asombran  al  ver  que  el  Dante  no  es  un  muerto.  — Una  de  las  sombras,  hábil 
músico  que  iiabía  conocido  al  Dante  en  vida,  se  acerca  á  éste  y  se  entabla 
entre  ellos  un  coloquio.  —  Cazella  hace  la  narración  de  su  viaje  y  cediendo  á 
los  ruegos  del  Dante,  canta  una  canción  amorosa  del  Poeta.  —  Mientras  los  dos 
Poetas  y  las  demás  sombras  oyen  con  encanto  á  Cazella,  aparece  el  austero 
Catón,  y  le  reprociía  ese  momento  de  olvido.  —  El  grupo  se  dispersa  y  los  dos 
Poetas  corren  despavoridos  al  monte. 

Ya  estaba  el  sol   al  horizonte  junto, 

Que  cubre  con  su  cerco  meridiano 

Jerusalén  en  su  más  alto  punto.  3 

La  noche,  opuesta  en  círculo  lejano, 
Sale  del  Ganges  con  la  fiel  Balanza, 
Que  al  levantarse  el  sol  cae  de  su  mano;  6 

Y  del  blanco  y   del  rojo  la  semblanza, 
Marcando  el  paso  de  la  bella  aurora, 

Pasa  al  fin  del  dorado   á  la  mudanza.  9 

Aún  cerca  de  la  mar  estamos  ora. 

Tal  como  aquél  que  piensa  en  su  camino 

Con  deseos,  y  el  cuerpo  se  demora;  12 

Y  como  vese  en  cielo  matutino. 

De  Marte,  entre  el  vapor,  la   luz  rojiza, 

Al  ocaso  bañar  campo   marino,  15 

21 


302  DIVINA    COMEDIA 


Así  me  pareció  venir  de  prisa 

Una  luz  por  el  mar,  y  que  volaba, 

Tal  que  un  ala  veloz  fuera  rem.isa.  is 

A  tiempo  que  al  Maestro  interrogaba 

Con  los  ojos,  noté  que  al  observarla 

Con  más  intensidad  la  luz  brillaba.  21 

Por  ambos  lados  pude  contemplarla, 

Y  vi  una  blanca  forma  reluciente, 

Y  abajo,  otra  más  blanca,  al  remirarla.  24 

Mudo  el  guía,  miraba  atentamente, 

Pero  al  notar  alada  una  barquilla, 

Al  nauta  conoció  distintamente.  27 

Y  exclamó:  —  "Dobla  en  tierra  la  rodilla: 
Es  un  ángel  de  Dios:  plega  las  manos! 
Ministro  celestial  que  con  su  quilla  30 

"Desdeña  el  navegar  de  los  humanos; 

No  emplea  remos;  cual  celeste  vela, 

Su  ala  cruza  los  mares  más  lejanos.  33 

"Ved  cuan  erguido  sobre  el  agua  vuela, 

Batiendo  el  aire  con  eterna  pluma, 

Que  no  es  mortal  cual  pelo  que  se  pela." —     36 

Así  miro  avanzar  entre  la  bruma 

Aquella  ave  divina  de  luz  viva. 

Tan  deslumbrante,  (jue  su  vista  abruma.  39 

Doblo  la  faz;  y  cntonccf)  á  la  riba 
Toca  el  esl^elto  escjuife,  tan  ligero 
Que  apenas  roza  el  agua  fugitiva.  42 


EL    rURí.ATÜRIO  -CANTO  II  303 

\'¡ene  Á  l:i  popa  el   celestial  nauclero, 

1  )c.  hcatitud  el  sij^no   en  c\   inscripto, 

Con   cien  almas  (|ue  trae  al  surgidero.  45 

///  í'x/7//  /srae/j    -  ciunríny      de  Egipto! 

Las  almas  á  una  voz,  fervientemente. 

Con  todo  lo  demás  del  salmo  escrito.  48 

Hizo  de  cruz  el  signo  reverente, 

Y  dejando  en  la  playa  á  los  viajeros, 

Volvió,  como  al  venir,  rápidamente.  5i 

Parecía  que  fuesen  forasteros, 

Pues  asombrados,  todo  lo  miraban, 

Cual  quien  mira  con  ojos  noveleros.  54 

Rayos  del  sol  los  cielos  asaeteaban, 

Y  sus  certeras  flechas,  al  poniente 

A  Capricornio  del  zenit  lanzaban.  si 

Cuando  la  nueva  turba  estuvo  enfrente, 

Y  todos  á  una  voz  van  preguntando: 

—  "¿Por  do  al  monte  se  va  derechamente?" 


co 


Virgilio  les  responde:  —  "Estáis  pensando 

Que  almas  somos  del  sitio  habitadoras; 

Pero  vamos  también  peregrinando.  63 

"  Hemos  llegado  aquí  no  ha  muchas  horas, 

Por  vía  que  es  tan  áspera  y  tan  fuerte. 

Que  estas  breñas  nos  son  halagadoras."  60 

Al  verme  sin  el  signo  de  la  muerte, 

Y  respirando  como  lo  hace  un  vivo. 

Palideció  la  grey,  quedando  inerte.  69 


304  DIVINA    COMEDIA 


Mas  luego,  como   al  ramo   del  olivo 

Que  levanta  de  nuevas  mensajero, 

Nadie  se  muestra  de  acudir  esquivo,  72 

Así  corrieron  con  el  pie  ligero, 

Las  fortunadas  almas  adelante, 

Olvidando  hermosear  su  ser  primero.  75 

Una  de  ellas,  llegó  de  mí  delante, 

Y  me  abrazó  con  tan  cordial  afecto, 

Que  me  movió  á   cariño  semejante.  78, 

Oh,  sombra  vana,   con  humano   aspecto! 
Tres  veces  á  su  espalda  eché  los  brazos, 

Y  otras  tantas  hallé  solo  aire  escueto.  si 

En  mi  rostro  de  asombro  vio  los  trazos 
La  sombra,  y  sonrióse  levemente; 

Y  al  hablarme  seguí  tras  de  sus  pasos.  84 

—  "Sosiégate!"  —  me  dijo  dulcemente. — 

Le  conocí:  pedí  se  detuviera 

A  platicar  con  él  más  largamente.  S7 

Y  respondió:  —  "Cuando  mortal  yo  era, 
Te  amé  con  carne;  te  amo  ahora  sin  ella. 

Qué  haces  en  esta  tierra  lastimera?"  00 

"  Cazella  mío,  —  repliíjué,  --  la  huella 

Sigo  que  me  haga  retornar  del  viaje; 

Pero  tú,  como  guiado  por  tu  estrella  93 

"¿Tanto  tardaste?"  —  Y  él: — "Ningún  ultraje, 

Si  por  acaso  retardó  el  permiso 

De   realizar  hasta  ahora   este  pasaje,  9l' 


l.I.    l'l  KC.ATOKK)    --(WNTO    II  3U5 


"El  (lue  pudiera  hacerlo,   .i  mí  me  liizo: 

Que  en  tres  meses  seji^uidos  ha   ]:)asa(lo 

A  todo   aciuél   (jue  en  santa  paz  lo   (|uiso.  99 

"Me  hallaba   donde  el  'l'il)er  es  sahido, 
Cuando  en  el  mar  inmenso  se  derrama, 

Y  allí  benigno  me  acogió  á  su  lado.  102 

"Su  ala,  hacia  el  Tiber  otra  vez  le  llama, 

Porque  es  de  los  espíritus  la   riba, 

Que  el  A(|ueronte  oscuro  no  reclama."  —  105 

Y  yo: — ''Si  nueva  ley  no   te  ha  privado 
De  la  memoria  de  amoroso  canto, 

Que  á  veces  en  un  tiempo  me  ha  encantado,    ios 

"  Consuélame  con  tu  cantar  un  tanto, 

Porque  el  ánima  mía  y  mi  persona 

Se  ha  llenado  en  el  tránsito  de  espanto." —      iii 

—  "  Amor  que  iiella  inenie  mi  ragional " 

A  cantar  comenzó  tan  dulcemente. 

Que  la  dulce  canción  aun  mi  alma  entona.         114 

Mi  buen  Maestro  y  yo,  y  aquella  gente, 

Parecíamos  almas  bien  contentas, 

Sin  cuidados  ningunos  en  la  mente.  117 

Sus  notas  escuchábamos  atentos. 

Cuando  el  viejo  de  cara  respetuosa. 

Gritó  severo:  —  "Espíritus,  que  lentos  120 

"Os  detenéis  en  negligente  posa, 

Id  al  monte,  limpiando  la  impureza 

Que  os  oculta  de  Dios  la  faz  piadosa!" —         123 


306  DIVINA   COMEDIA 


Cual  palomas   que  en   medio  á  la  dehesa 

Trigo  y  zizaña  tienen  por  pastura, 

Tranquilas,  sin  arrullos  de  braveza,  uó 

Y  que  si  algo  las  turba,  con  pavura 

Súbitamente  dejan  la  comida. 

Porque  mayor  cuidado  las  apura;  129 

Tal  así,  la  mesnada  sorprendida 

El  canto  abandonó,  y  á  la  ribera 

Corrió  sin  atinar  en  la  partida.  132 

—  No  fué  menos  veloz  nuestra  carrera. 


CANTO  TEUOERO 


Los  (los  Poetas  prosi};ucn  su  camino.  —  Confusión  de  ambos  á  consecuencia  de 
su  Iiuida.  —  Dante,  al  ver  cjuc  su  cuerpo  interceptaba  los  rayos  del  sol,  se 
admira  que  Vir};ilio  no  proyecte  su  sombra  y  se  cree  abandonado  por  éste 
—  Discurso  de  Virgilio  sobre  el  misterio  del  ?7tás  allá.  —  Encuentran  un  grupo 
de  almas  que  les  indica  el  verdadero  camino  y  vuelven  liacia  atrás.  —  Manfre- 
do,  rey  de  Sicilia,  relata  su  muerte  y  su  conversión  final,  pidiendo  al  Dante  lo 
encomiende  ala  piedad  de  la  iiija  suya  para  abreviar  su  penitencia.  —  Deten- 
ción al  pie  de  la  montaña  de  los  condenados  por  la  Iglesia,  arrepentidos  á 
última  hora. 


Así  que  hubo  las  almas  dispersado 
La  subitánea  fuga  en  la  campaña, 
Hacia  el  monte  que  purga  del  pecado, 


Yo  me  estreché  contra  mi  fiel  compaña. 
¿Cómo  sin  él  me  habría  conducido? 
¿Quién  me  habría  llevado  á  la  montaña? 


Me  pareció   de  sí  desavenido: 

Oh,  conciencia  tan  límpida  y  tan  pura 

Que  había  aún  leve  falta  remordido!  9 

Al  verle  detenerse  en  la  premura 

Que  despoja  la  acción  de  su  nobleza. 

Mi  mente,  en  un  principio  algo  insegura,  12 

Se  dilató,  volviendo  la  cabeza 

Al  monte  que  mi  vista  concentraba, 

Y  que  en  la  tierra  sube  á  más  altura.  I5 


308  DIVINA    COMEDIA 


El  sol,  que  en  pos  de  mí,  rojo   flameaba, 

Y  interceptaba  yo  con  mi  figura, 

Y  adelante,  mi  sombra  se  mostraba.  is 

Pensé  al  mirar  de  lado,  con  pavura, 

Que  pudiera  quedar  abandonado. 

Pues  solo  vi  ante  mí  la  tierra  oscura.  21 

Mas  el  guía,  volviendo  á  mi  la  vista, 

Me  confortó  diciendo: — "¿Tú  has  pensado 

Que  acaso  como  siempre  no  te  asista?  24 

"Vesper  está  do  se  halla  sepultado 

Mi  cuerpo,  que  antes  sombra  proyectara, 

Y  Ñapóles  á  Brindis  ha  quitado.  27 

"  Si  ora  ninguna  sombra  á  mí  se  encara, 

No  te  admire,  que  no  es  propio  del  cielo 

Que  rayo  á  rayo  asombre  su  luz  clara.  30 

"  Para  sufrir  tormento  en  fuego  y  yelo 
Dios  del  cuerpo  nos  da  la  semejanza, 
Guardando  su  secreto  á  nuestro  anhelo.  33 

"  Insensato  es  quien  tiene  la  esperanza 

De  hallar  razón  en  la  infinita  vía, 

Que  en  uno  y  tres,  sustancia  es  y  semblanza.  36 

"  Conténtate  con  el  humano  al  qiiía, 

Por  qué  si  más  tuviese  en  atributo, 

No  era  preciso  el  parto  de  María.  39 

"Han  aspirado  á  más,  pero  sin  fruto, 
Los  que,  perdiendo  anhelo  sosegado. 
Tan  solo  han  alcanzado  eterno  luto.  42 


EL    rURGATOR'ü  —  CANTO    ill  309 


''No  .'í  riatón  ni   Aristóteles  úk'   (I.kIo, 

Ni  ;i  otros,   ir  iii;is  allá!"--    Y   .kiiií  su   ("rente 

Incline')  silencioso,  asaz  turbado.  45 

Al   pie  (le  la  montaña,  en  su   pendiente, 

Vimos  rocas  tan  ásperas  é  inciertas, 

Que  atajaran  el  pie  más   diligente.  48 

l'Lntre  Lerice  y  'rurl)ia,  más  desiertas 

No  son  las  sendas  figurando  escalas. 

Pues  á  estas  comparadas,  son  abiertas.  51 

—  "Por  donde  este  camino  tendrá  calas? 

—  Dijo  el  Maestro,  el  paso  asegurando, — 

Si  es  que  se  puede  remontar  sin  alas." —  54 

Mientras  tanto  mi  rostro  doblegando, 

Recorría  el  camino  con  la  mente, 

Dentro,  de  mí,  la  altura  contemplando;  57 

Cuando  á  la  izquierda  apareció  una  gente 

Que  eran  almas,  de  andar  tan  retardado, 

Que  venían  muy  lenta,  lentamente.  60 

—  "Alza  la  vista,  —  dije  al  Maestro  amado. — 
He  aquí  quien  darnos  puede  cierta  seña, 

Si  es  que  acaso  te  encuentras  extraviado." —     63 

Miróme  entonces  y  con  grata  seña 

Dijo: — "Vamos,  pues  vienen  tan  despacio: 

Y  tú,  hijo  mío,  la  esperanza  empeña." —  66 

Lejos  estaban  con  su  andar  rehacio, 

Y  después  de  mil  pasos  recorridos, 

A   buen  tiro  de  piedra  en  el  espacio,  69 


310  DIVINA    COxMEDIA 


Vimos  á  los  espíritus  reunidos 

Estrecharse  á  la  roca  titubeantes, 

Como  quien  sitios  ve  desconocidos.  72 

—  "  Oh,  espíritus,  selectos  bienandantes, 

—  Dijo  Virgilio  —  por  la  paz  bendita, 

Que  espero  alcanzareis  perseverantes,  75 

"Decidnos  por  favor  en  nuestra  cuita, 

Si  es  posible  subir  al  alto  risco; 

Perder  su  tiempo,  al  que  lo  estima,  irrita." —    7S 

Cual  ovejas  que  salen  del  aprisco. 

Una,  dos,  tres,  y  el  resto  no  se  mueve, 

Con  timidez,  y  gesto  medio  arisco;  si 

Mas  si  una  inicia  movimiento  leve, 

Se  detienen  ó  van  atropelladas, 

Sin  saber  el  por  qué  que  las  conmueve;  84 

De  tal  suerte  las  almas  fortunadas 

Formando  grupo  van  tras  la  primera. 

Púdico  el  rostro,  honestas  las  pisadas;  s" 

Pero  la  sombra  que  cabeza  hiciera, 
Al  ver  la  luz.  en  tierra  interceptada, 

Y  que  mi  sombra  á  diestra  se  extendiera,  9o 

Se  detuvo,  y  quedó  maravillada: 

Y  el  resto  de  la  banda,  símilmente, 

Sin  saber  el  por  qué,  quedó  parada.  93 

"^  Debo  deciros  que  este  es  un  viviente, — 

—  El  guía  dijo,  por  calmar  su  anhelo, — 

Y  por  eso  oscurece  el  sol  luciente;  % 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   III  311 


"  Y  no  os  asombre,  pues  \n  (juiere  el  cielo, 

Que  pueda  traspasar  esta  barrera. 

Por  espec¡;il  virtud,  fuera  del  suelo." —  99 

^'   a(]uclla  gente  digna  respondiera: 

—  "Retroceded,  marchando   por  delante."  — 

Y  saludó  con   mano  placentera.  102 

Y  uno  de  ellos,  llegando   á  mí  delante. 
Así  empezó:  —  "Quien  seas  no  pregunto: 

Mira  bien  si  conoces  mi  semblante." —  105 

Le  miré  con  fijeza  en  su  conjunto: 
Rubio   era,  y  bello  y  de  gentil  aspecto, 
Mostrando  un  golpe,  de  la  ceja  junto.  ios 

Humildemente  confesé  mi  aprieto; 

No  le  reconocí,  y  él  dijo: — "Cuida! 

De  la  imperial  Constanza,  soy  el  nieto," —        iii 

(Y  sobre  el  pecho  me  mostró  una  herida). 

—  "Soy  Manfredo,  —  agregó: — yo  te  suplico, 
Que  si  llegas  á  ver  mi  hija  querida,  114 

"De  Aragón  y  Sicilia,  timbre  rico, 

Generatriz  que  fué  de  su  corona, 

Le  digas  c]ue  aún  mis  penas  dulcifico.  ii7 

"Cuando  fué  mutilada  mi  persona, 

Por  dos  fieras  heridas,  repentido, 

Me  consagré  lloroso  al  que  perdona.  120 

"He  muy  grandes  pecados  cometido; 
Mas  la  bondad   de  Dios  es  infinita, 

Y  en  sus  brazos  sostiene  al  convertido.  123 


312  DIVINA    COMEDIA 


"  Si  el  Pastor  de  Cosenza,  que  en  mi  cuita 
Mandó  Clemente  á  perseguirme  á  la  hora, 
Leído  hubiese  en  mi  faz,  la  ley  escrita,  120 

"Mis  pobres  huesos  yacerían  ora 

Quietos  cerca  del  puente  Benevento 

Bajo  pesada  losa  protectora.  129 

"Hoy  la  lluvia  los  baña,  y  mueve  el  viento. 

Del  reino  echados,  junto  al  río  Verde, 

Con  antorchas  sin  luz,  por  escarmiento;  132 

"Pero  el  eterno  amor,  nunca  se  pierde 

Por  maldición  contra  la  eterna  gracia. 

Mientras  florece  la  esperanza  verde.  135 

''Verdad  es  que  quien  muere  en  contumacia 

De  nuestra  Iglesia  y  tarde  se  arrepiente. 

Debe  sufrir  su  pena  y  su  desgracia,  iss 

"En  este  sitio,  treinta  veces  treinta. 

Sobre  la  edad  en  que  murió  obstinado. 

Si  con  un  ruego,  remisión  no  cuenta:  i4i 

"Por  eso,  si  me  atiendes  con  agrado, 

Cuenta  por  candad  á  mi  Constanza, 

Como  me  has  visto  y  como  estoy  penado,       uí 

"Porque  la  prez  del  mundo,  mucho  alcanza." 


CANTO  CUARTO 


Guiados  por  las  almas  en  pena,  los  Poetas  suben  á  la  montaña  sagrada  por  un 
escabroso  sendero  y  llegan  liasta  el  primer  rellano.  —  Ambos  se  sientan  á 
descansar  y  Virgilio  explica  al  Dante  la  causa  del  opuesto  giro  del  sol  en  el 
hemisferio  donde  se  encuentra  la  montaña  del  Purgatorio,  antípoda  de  Jeru- 
salén.  —  Encuentro  con  un  grupo  de  almas  que  yacen  perezosamente  tendidas 
en  una  caverna.  — Dante  reconoce  entre  ellos  al  perezoso  Bellacqua,  quien  le 
explica  que  aquellos  son  los  espíritus  que  tardaron  en  convertirse. —  Peniten- 
cia de  los  negligentes  que  esperan  la  última  hora  para  convertirse. 

Cuando  por  el  placer  ó  la  congoja, 

Que  alguna  facultad  toda  comprenda, 

El  alma  humana  á  su  interior  se    acoja,  3 

No  es  posible  á  ninguna  otra  se  extienda, 

Y  esto  prueba  ser  falsa  la  doctrina, 

Que  un  alma  sobre  otra  alma,  luz  encienda;        6 

Porque  al  mirar  y  oir,  se  determina. 
Cosa  que  el  alma  absorba  arrebatada, 

Y  corre  el  tiempo  que  á  medir  no  atina:  9 

Que  á  una  potencia  afecta,  la  escuchada, 

Y  á  la  otra  aquella  que  en  el  alma  impera; 
Pues  una  es  libre,  la  otra  aprisionada.  12 

De  esto  tuve  experiencia   verdadera, 

Al  espíritu  oyendo  y  admirando. 

Cuando  á  cincuenta  grados  de  la  esfera,  is 


314  DIVINA    COMEDIA 


Estaba  el  sol  sin  yo  notarlo,  y  cuando 

Varias  almas  gritaron  de  la  altura: 

— "Aquí  tenéis  lo  que  venís  buscando." —  is 

No  es  mayor  de  la  viña  la  abertura 
Que  cierra  el  viñador  con  un  espino 
Cuando  la  uva  negrea  de  madura,  21 

Cual  era  aquel  estrecho   salvajino 
En  que  yo  y  el  Maestro  penetramos, 

Y  las  sombras  nos  dieron  por  camino.  24 

De  Noli  á  San  León  se  va  bajando, 

Y  en  Bismantova  súbese  á  la  cumbre, 

Con  los  pies;  pero  aquí,  sólo  volando  27 

Con  alas  que  contrasten  pesadumbre; 

Mas  me  las  dio  el  deseo,  y  el  buen  guía. 

Que  era  de  mi  esperanza  única  lumbre.  3o 

Por  una  rajadura  se  subía, 

Y  era  tan  escabrosa  su  estrechura. 

Que  de  los  pies  y  manos  me  valía.  33 

Cuando  llegamos  á  pisar  la  altura, 

Y  dominar  la  playa  descubierta. 

Clamé:  —  "Qué  nos  reserva  la  ventura?" —         36 

Y  de  él  á  mí:  —  "Sigue  mi  paso  alerta. 
Hasta  alcanzar  el  punto  culminante. 

Donde  encontremos  una  escolta  cierta. "  —  39 

Y  era  la  altura  tal,  que  trepidante 
La  vista  se  ofuscaba,  y  sus  costados 

Como  una  línea  á  plomo  del  cuadrante.  42 


VA,    ITUCAinKIO   —  LA^il*--»    l^ 


315 


Yo  sentí.'i  los  miembros  extenuados, 

Y  dije   al  dulce  Tadrc:  -   "Vuelve  y   mira 
C\')ino  arrastro  mis  pasos  (juebrautados."  —  +5 

--*'Hijo,  —  me  dice,  —  arrástrate   y  respira."  — 

Y  me  mostró   una  peña  dominante 

Que  en  el  contorno   de  acjuel  monte  gira.  4S 

Me  espoleó  su   |)alabra  confortante, 

Y  ágatas  me  arrastré  en  su  seguimiento, 

Hasta  pisar  la  roca  circundante.  si 

Ambos  tomamos  al  llegar  asiento, 

Y  volvimos  la  vista  hacia  el  Levante, 

Que  ver  camino  andado  es  un   contento.  54 

Miré  primero  el  fondo  colindante, 

Y  luego  el  Sol,  y  mucho  me  admiraba 

Ver  á  izquierda  su  rayo  centelleante.  57 

Dijo  el  Poeta  al  ver  que  absorto  estaba, 
Viendo  del  carro  las  chispeantes  huellas 
Que  entre  nosotros  y  Aquilón  pasaba: 


"Si  quieres  penetrar  bien  este  arcano. 
Recapacita  y  piensa,  que  este  monte. 
Aunque  opuesto  á  Sion  y  en  mar  lejano. 


60 


—  "Si  de  Castor  y  Polux  las  estrellas 

Pudieran  contemplarse  en  ese    espejo. 

Que  esparce  aquí  y  allá  sus  luces  bellas,  03 

"Aun  del  zodiaco  el  resplandor  bermejo 
Verías  de  las  Osas  muy  cercano. 
Si  recorriese  su  camino  viejo. 


66 


Ó9 


316  DIVINA    COMEDIA 


"Tienen  ambos  idéntico  horizonte 

En  los  dos  hemisferios,  que  es  la  senda 

Que  con  su  carro  no  acertó  Faetonte;  72 

"Y  por  eso  conviene  que  se  atienda, 

Que  ambos  montes  están  de  opuesto  lado 

A  fin  que  tu  intelecto,  bien  me  entienda.  "  —         "5 

—  "Comprendo, —  respondí,  —  que  no  he  mirado 
Con  ojos  claros,  y  ahora  bien  discierno 

Lo  que  antes  mi  razón  no  hubo  alcanzado.         /S 

"Este  es  el  semicírculo  superno 

Del  movimiento,  el  Ecuador  llamado, 

Que  siempre  está  entre  el  Sol  y  entre  el  invierno;  si 

'*De  suerte  que    -  según  me  has    explicado, — 
Se  acerca  al  Setentrión,  cuando  el  Hebreo 
Puede  mirarlo  del  candente  lado  84 

"Mas  si  te  place,  colma  mi  deseo: 

—  ¿Mucho  hay  (|ue  andar  en  la  áspera  subida, 
Porque  su  fin  ni  en  lontananza  veo?'' —  sr 

Y  él:  —  "La  montaña  se  halla  repartida 
De  tal  manera,  que  el  comienzo  es  grave, 

Y  más  arriba,  á  más  subir  convida.  % 

"Más  adelante  has  de  encontrarla  suave, 

Y  sentirás  tu  paso  tan  ligero 

Como  con  viento   en  popa,  anda  la  nave.  ^^^ 

"  Hallarás  al  final  de  este  sendero 
Tregua  á  tu  afán:  en  tanto,  '.u\uí  reposa. 

Y  nada  más,  (jue  esto  es  lo  verdadero." —         % 


EL  PURGATORIO  —  CANTO    IV  317 


Y  en  pos  de  esta  palabra  cariñosa 
Se  oyó  cerca  una  voz  c|ue  nos  decía: 
—  "Tal  vez  será  la  ruta  fatigosa."  — 


99 


Y  al  volvernos,  notamos  que  salía 

A  la  izíjuierda  de  un  risco  allí  yacente, 

Que  ni  él  ni.  yo  aún  percibido  había.  102 

Al  acercarnos,  vimos,  silencioso 

Un  grupo  de  su  sombra  cobijado, 

Como  en  el  suelo  se  echa  el  perezoso:  105 

Uno  me  pareció  más  fatigado. 

Que  ocultaba  en  su  brazo  la  cabeza 

De  sus  propias  rodillas  abrazado. 


108 


—  "Maestro  —  pregunté,  —  qué  sombra  es  esa 

Que  entre  las  otras  es  más  indolente, 

Cual  si  su  hermana  fuese  la  pereza?"  m 

En  nosotros,  la  sombra  puso  mente, 
Por  debajo  la  pierna  el  ojo  echando, 

Y  dijo:  —  "Sube,  tú,  que  eres  valiente." —  in 

Quien  era  entonces  conocí,  y  aun  cuando 

La  angustia  del  cansancio  me  afligía, 

Me  aproximé  á  su  lado  jadeando:  ii7 

Y  él,  la  cabeza  apenas  si  movía 

Diciendo:  —  ¿  "Has  visto  el  sol  cuando  se  mueve 

Y  hacia  el  hombro  siniestro  el  carro  guía?" —      120 

Su  floja  acción  y  su  palabra  breve, 
A  sonreír  me  había  prov^ocado, 

Y  comencé: — "No  á  compasión  me  mueve        123 

22 


318 


DH'INA    COMEDIA 


Bellacqua  tu  penar.  ¿Por  qué  sentado 
Estás  aquí? — "Aguardas  algún  guía? 
O  es  que  has  vuelto  á  tu  modo  acostumbrado?"  126 

Y  él:  —  "En  subir  yo  nada  ganaría: 

Ángel  de  Dios  que  vela  en  la  portada 

Ir  al  martirio  no  me  dejaría.  129 

"Antes  que  al  Purgatorio  tenga  entrada, 

Dispone  el  cielo  que  transcurra  un  giro 

Igual  al  tiempo  de  la  vida  andada;  132 

"Y  la  expiación  aplaza  hasta  el  suspiro, 

A  menos  que  plegaria  de  alma  humana 

A  tanta  penitencia  dé  un  respiro." —  135 

—  "El  Sol  alcanza  ya  su  meridiana;  — 

—  Dijo  el  Maestro  que  iba  caminando, — 

Ven,  que  la  noche  se  halla  muy  cercana,  133 

"Pisando  de  Marruecos  la  otra  riba." — 


CANTO  QUINTO 


i^()^  (los  Poetas  prosiguiriuio  su  niarclia  por  la  montaña,  so  encuentran  con  una 
multitud  de  espíritus. —  La  sombra  proyectada  por  el  cuerpo  del  Dante,  lo  hace 
reconocer  como  un  ser  viviente.  —  Los  espíritus,  que  son  ios  sorprendidos  por 
muerto  violenta,  y  que  se  arrepintieron  al  tiempo  de  morir,  perdonando  á  sus 
enemigos,  piden  al  Poeta  haga  memoria  de  ellos  en  el  mundo  auxiliándolos  con 
sus  ruegos.  —  Jacobo  del  Cassero,  Buonconto  de  Montefeltro  y  Pía  de  Siena, 
hacen  relación  de  su  trágica  muerte. 


Ya  las  sombras  se  habían  disipado: 

Yo  seguía  las  huellas  de  mi  guía, 

Cuando  delante  á  mí,  con  dedo  alzado,  3 

Uno  gritó :  —  "  Ved  cual  apaga  el  día 

El  que  á  la  izquierda  va  por  el  costado: 

Que  es  viviente  tal  vez  parecería!"  0 

Volví  mis  ojos  al  que  había  hablado, 

Y  vi  gran  turba,  ver  maravillada 

Que  mi  cuerpo  la  luz  había  eclipsado.  9 

—  "¿Por  qué  sientes  el  alma  conturbada, 

—  Dijo  el  guía, — y  tu  marcha  es  insegura? 

—  Qué  importa  lo  que  diga  esa  mesnada!" —     12 

"  Sigue,  y  deja  esa  gente  que  murmura ; 

Sé  fuerte,  como  torre  en  el  embate, 

Que  el  viento  no  conmueve  y  la  asegura;  15 


320  DIVINA    COMEDIA 


Que  el  hombre  que  entre  ideas  se  debate, 
Trepida  y  su  potencia  debilita, 

Y  pierde  su  objetivo  en  el  combate." —  is 

Qué  podía  decir  con  alma  aflicta, 

Sino  decir: — ''Te  sigo  avergonzado. 

Con  rubor  que  perdones  solicita." —  21 

En  tanto,  y  de  través  al  otro  lado, 

Vi  gente  de  la   v^ía  en  el  entronco 

Cantando  un  Miserere  compasado:  24 

Al  acercarse  y  ver  que  con  mi  tronco 

Apagaba  los  rayos  planetarios, 

Trocóse  el  canto  en  un  acento  bronco ;  27 

Y  dos  de  ellos  á  modo  de  emisarios, 
Se  avanzan  y  preguntan  asombrados: 

—  ''Quiénes  sois?  de  do  sois  originarios?"  ?o 

—  "Volved,  —  dijo  mi  guía  á  los  enviados, — 

Y  decid  que  es  de  carne  verdadera 

El  cuerpo  de  este  ser. — Id  sosegados. —  33 

"  Si  por  su  sombra  ver,  estáis  á  espera, 

Basta  que  os  diga:  le  debéis  honores, 

Que  él  puede  hacer  la  pena  más  ligera."  36 

Nunca  vi  de  la  tarde  los  fulgores, 
Tan  pronto  atravesar  cielo  sereno, 
Ni  sol  de  Agosto,  penetrar  vapores,  3'.) 

Como  á  las  sombras  vi  volver  de  lleno 

Al   punto  de  partida,  y   darnos  frente, 

Cual  jinetes  corriendo  en  desenfreno.  42 


EL   PURGATORIO  -  CANTO    V  321 


— "  Avanzíi  hacia  nosotros  mucha  ícente, 

Y  vienen   ;í  rogar,  —  dijo   el  l*oeta :    - 

No  te  pares,  y  escucha  atentamente. "  —  45 

"Alma  (jue  vas  á  la  mansión  selecta, 

Y  con  los  propios  miembros  cjue  has  nacido; 

—  Llegó  clamando: —  un  tanto  el  paso  aquieta:      4.s 

"Mira  si  alguno   nuestro   has  conocido, 

Para  dar  en  el  mundo  buena  cuenta. 

¿Por  qué  te  vas?  detente  complacido.  —  51 

"A  todos  nos  hirió  muerte  violenta: 

Pecadores,  al  fin  de  última  hora 

En  que  la  luz  celeste  nos  alienta,  54 

"  A  tiempo  arrepentidos  en  buen  hora, 

En  paz  con  Dios  salimos  de  la  vida 

Invocando  su  gracia  bienhechora." —  si 

Yo  respondí: — "Me  son  desconocidas 

Vuestras  faces,  fijando  las  miradas ; 

Pero  por  vuestras  almas  bien  nacidas,  60 

"  Serán  vuestras  demandas  propiciadas, 

En  la  paz  que  yo  busco  con  mi  guía. 

De  mundo  en  mundo  en  tierras  encontradas." - 


Y  uno  de  ellos  repuso:  —  "En  ti  se  fía 
Cada  uno,  sin  que  le  hagas  juramento, 
Que  de  tu  buen  querrer  no  desconfía. 

"Yo  que  te  hablo  con  pío   sentimiento 

Te  ruego  que  si  ves  el  caro  suelo 

Que  entre  Cario  y  Romana  tiene  asiento. 


63 


66 


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322  DIVINA    COMEDIA 


"Me  otorgues  tu  plegaria  de  consuelo 

En  Fano,  descargando  el  alma  mía 

De  culpas  que  aquí  lloro  en  desconsuelo.  72 

"Allí  nací;  después  la  sangre   mía 

Brotó  por  mis  heridas,  cuando  estaba 

En  Antenoria,  donde  asilo  había;  75 

"Y  donde  más  seguro  me  juzgaba 

Matóme  el  duque  d'Este  lleno  de  ira, 

El  derecho  violando  que  amparaba.  78 

"Ah!  si  me  hubiese  refugiado  en  Mira 
Cuando  en  Oriaco  fuera  yo  alcanzado, 
Gozara  el  aire  que  tu  mundo  aspira;  si 

"Mas,  corrí  á  las  lagunas  desalado, 

Donde  entre  fango  y  cañas  ¡qué  aún  lo  veo! 

En  un  lago  de  sangre  caí  postrado." —  84 

Y  otro  habló:  —  "Que  se  cumpla  el  gran  deseo 
Que  te  conduce  á  este  elevado  monte; 

Que  al  mío  ayudarás  lo  pienso  y  creo.  87 

"Yo  soy  de  Montefeltro:  soy  Buonconte: 

Nadie  de  mí  se  cura,  ni  aún  mi  Juana, 

Porque  hoy  mi  baja  frente,  nada  afronte."  90 

Y  yo  á  él: — "Qué  fuerza,  qué  aventura 
Te  hizo  desparecer  de  Campaldino; 

Pues  se  ignora  cual  fué  tu  sepultura?"  v3 

Y  él  respondió: — "Al  pie  del  Casentino 
Hay  un  río  (]ue  llaman  el  Arquiano 

Y  sobre  el  Yermo  nace  en  Apenino,  'm 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   V  323 


"Y   (luc  pierde  su  nombre  en  el  rellano: 

Allí  llepfué  la  gola  traspasada 

I  luyendo  á  pie  y  ensangrentando  el  llano;  99 

"Ciego,  con  la  palabra  anonadada, 
Murmuré  el  dulce  nombre  de  María, 

Y  allí  cayó  mi  carne  mutilada.  102 

"Te  diré  la  verdad,  por  si  algún  día 

Ruegas  por  mí :  Un  ángel  del  Infierno 

A  un  ángel  celestial  que  me  acogía,  ios 

"Gritó:  —  Me  qtiitas  tu  lo  qiie  es  eterno 

Por  tina  lagrimilla  en  recoutpensa; 

Pero  este  ctierpo  es  mío  y  lo  gobier7to.  ios 

"  Bien  sabes  que  en  el  aire  se  condensa 

El  húmedo  vapor,  que  agua  se  vuelve 

Del  alto  frío  en  la  región  inmensa.  iii 

"Allí  el  genio  del  mal  que  el  mal  resuelve, 

Mueve  maligno  el  humo  con  el  viento 

Por  el  poder  que  su  natura  envuelve.  II4 

"Iba  ya  á  oscurecer,  y  en  un  momento, 

De  Prato  al  monte  nube  tempestuosa 

Llenó  el  valle,  toldando  el  firmamento.  m 

"El  aire  se  volvió  lluvia  copiosa, 

Y  al  descender  corrió  por  las  pendientes 

La  que  no  se  bebió  la  tierra  ansiosa.  120 

"Y  reunidas  las  rápidas  corrientes 

A  las  del  Arno,  todo  fué  arrastrado 

Con  fuerza  irresistible  de  torrentes.  I23 


324  DIVINA    COMEDIA 


"  El  Arquiano  arrastró  mi  cuerpo  helado 

Hasta  el  Arno,  y  deshizo  enfurecido 

La  cruz,  que  con  mis  brazos,  figurado  126 

"Había  yo,  por  el  dolor  vencido; 
Me  llevó  por  su  cauce  á  lo  profundo, 

Y  entre  su  fango  me  dejó  sumido."  129 

Siguió  un  tercer  espíritu  al  segundo: 
—  "  Cuando  descanses  de  tu  larga  vía 

Y  vuelvas  otra  vez  á  ver  el  mundo,  132 

"Acuérdate  de  mí:  yo  soy  la  Pía: 

Siena  me  hizo,  y  me  mató  Marema; 

Lo  sabe  aquel,  que  en  nuevo  anillo,  un  día       135 

Puso  en  mi  dedo  desposoiia  gema." — 


CANTO  SKXTO 


Símil  de  los  jugadores  y  la  situación  d(d  Poiíta,  respecto  de  las  almas  que  le 
solicitan  preces.  —  líncucntro  con  otras  almas  convertidas  violentamente  á  úl- 
tima llora.  —  Reseña  histórica  de  algunas  de  las  ánimas  en  pena.  —  Coloquio 
úr.  los  Poetas  sobre  la  eficacia  de  las  preces  humanas  para  modificar  la  volun- 
tad divina.  —  Encuentro  de  los  Poetas  con  Sordelo,  trovador  mantuano.  —  En- 
trevista de  los  dos  Poetas  mantuanos.  —  Amarga  y  dolorosa  invectiva  del 
Dante  sobre,  el  estado  de  la  Italia  y  sus  luchas  intestinas,  irónicamente  apli- 
cada á  ¡•"ioreiuia. 

Cuando  termina  el  juego  de  la  zara, 

Y  el  que  pierde,  retírase  doliente, 
Repitiendo  las  suertes  que  compara,  3 

Con  el  que  gana,  va  toda  la  gente; 

Los  unos  por  detrás  y  otros  delante, 

O  hacen  al  lado  muestra  de  presente.  6 

Escucha  el  ganador  con  buen  semblante, 
Esquivando  la  mano,  y  va  de  priesa, 

Y  defendiéndose,  sigue  adelante.  9 

Tal  me  encontraba  entre  la  turba  espesa 
Volviendo  el  rostro   al  uno  y  otro  lado, 

Y  librarme  merced  á  una  promesa.  12 

Allí  vi  al  Aretino,  á  quien  airado 
Con  fiero  brazo  Tacco  dio  la  muerte, 

Y  aquel  que  perseguido  murió  ahogado.  15 

Suplicaban  allí  con  mano  inerte, 

Novello,  y  el  Pisano  que  sin  vida. 

Reanimó  de  Marzuco  el  alma  fuerte.  I8 


326  DIVINA    COMEDIA 


V^i  al  conde  de  Orso;  y  su  alma  dividida 

Del  cuerpo  (por  malicia  ó  por  envidia, 

Según  él,  no  por  culpa  cometida),  21 

De  Pier  de  Broccia,  digo;  (y  de  su  insidia 

Se  guarde  la  princesa  de  Brabante 

Para  no  verse  en  más  penosa  lidia).  24 

Libre  ya  de  la  turba  suplicante 

Que  oración  redentora  me  pedía 

Para  alcanzar  la  gracia  edificante,  ^^ 

Yo  comencé: — "Paréceme  luz  mía! 
Que  expresas  en  las  hojas  de  tu  texto, 
Que  un  decreto  del  cielo  no  podría 


"  La  plegaria  alterar.  Si  piden  esto, 

De  estos  sería  la  esperanza  vana, 

O  tu  dicho  no  está  bien  manifiesto?"  — 

Y  de  él  á  mí: — "Su  inteligencia  es  llana, 

Y  la  esperanza  de  estos  no  es  quimera 
Si  bien  se  mira  con  la  mente  sana; 

"  Pues  el  juicio  supremo  no  se  altera 
Porque  fuego  de  amor  haya  pagado 
Lo  que  un  alma  cumplir  aquí  debiera. 


30 


33 


36 


39 


"Y  allí,  donde  otra  cosa  yo  he  afirmado 

Enmienda  no  cabía,  por  efecto 

Que  Dios,  del  ruego  estaba  separado.  42 

"No  te  es  dado  aclarar  tan  gran  secreto; 

Disipa  toda  duda,  y  sólo  fía 

P)n  la  verdad  que  alumbra  el  intelecto.  45 


EL  PURGATORIO  —  CANTO    VI  327 

'' ICnticndcs  cjuc  í'i   Ucatriz   me  refería: 

Tú  la  verás  en  la  encumbrada  meta 

De  este  monte,  sonriente  de  alegría." —  4» 

Yo  exclamé: — "Caro  j^uía,  el  paso  aprieta; 

La  fntiga  pasó  que  me  afligía; 

Ye  (|ue  el  monte  su  soml)ra  ya  proyecta." —         51 

—  "Caminaremos  mientras  haya  día, 

—  Repúsome, —  cuanto  nos  sea  dado; 

Pero  la  empresa  es  ardua  todavía.  54 

"Antes  que  la  eminencia  hayas  pisado 

Verás  de  nuevo  el  sol,  que  en  el  presente 

No  se  halla  por  tu  cuerpo  interceptado.  57 

"Pero  diviso  un  alma  penitente, 

Sola,  muy  sola,  que  parece  aguarda: 

Tal  vez  nos  ponga  en  vía  prontamente."  eo 

Y  al  acercarnos,  oh,  ánima  lombarda! 
Como  estabas  altiva  y  desdeñosa, 

Con  profunda  mirada,  honesta  y  tarda!  63 

Ella  en  tanto  yacía  silenciosa; 

Pero   dejaba  hacer,  fijo  mirando 

A  guisa  de  león  cuando  se  posa.  66 

Virgilio,  empero,  se  acercó,  rogando 
Que  nos  mostrase  la  mejor  subida: 

Y  contestó,  á  su  vez  interrogado  69 

Sobre  la  tierra  nuestra  y  nuestra  vida; 

Y  el  dulce  guía,  apenas  comenzaba 
"Mantua".  .  .    á  decir,  la  sombra  estremecida      72 


328  DIVINA    COMEDIA 


Vino   del  sitio  en  que  parada  estaba, 
Exclamando:  —  "Oh  Mantuano!  soy  Sordelo! 
Soy  de  la  misma  tierra!".  .  .    y  lo  abrazaba.       75 

—  Oh,  Italia  esclava,  habitación  del  duelo; 
Nave  en  gran  tempestad,  sin  su  piloto; 
Señora  de  un  burdel,  no  de  tu  suelo!  — 


Para  el  alma  gentil,  bastó  el  remoto 
Dulce  recuerdo  de  nativa  tierra; 
Para  brindar  al  compatriota  el  voto. 


78 


81 


Mientras  tu  vives  en  perpetua  guerra, 

Y  con  tus  mismas  manos  te  destrozas. 

Aun  entre  muros  que  igual  foso   cierra.  84 

Mira,  infeliz,  las  playas  espaciosas 

De  tu  marina,  y  busca  si  en  tu  seno 

En  parte  alguna  con  la  paz  te  gozas.  87 

De  qué  sirvió  que  te  ajustase  el  freno 

Justiniano,  si  está  la  silla  rota? 

Sin  él,  tu  oprobio  fuera  menos  pleno.  90 

Ay!  gente,  que  debieras  ser  devota 
Al  César  en  su  trono  bien  sentado. 
Entiende  bien  lo  que  tu  Dios  te  nota.  93 

Ve  la  fiera  que  brava  se  ha  tornado 

Porque  sólo  la  brida  manejaste 

vSin  haberla  de  espuelas  adiestrado.  96 

Oh,  tú,  tedesco  vVlljerto,  (|ue  dejaste 

Que  ella  se  hiciera  indómita  y  salvaje 

Porque  en  sus  hombros  nunca  cabalgaste!  99 


EL   l'UHGATÜRIÜ  —  CANTO    VI  329 


Justa  sentencia  desde  el  cielo  baje 
Sobre  tu  sangre;  y  sea  tan  de  cierto 
Que  á  tu  heredero  el  miedo  le  trabaje; 


102 


Pues  por  tí,  con  tu  padre  de  concierto, 

Por  codicia  de  tierras  apartadas, 

El  jardín  del  imperio  fué  un  desierto  !  ios 

Ven  y  verás  facciones  desalmadas; 
Mónteseos,  Filipescos,  Capuletos 
Y  Monaldos,  y  gentes  contristadas. 


108 


Ven  á  ver  á  tus  nobles  predilectos, 

Y  su  magaña  dura  y  opresora, 

Y  ve  si  en  Santafior  se  encuentraa  quietos.        iii 

Mira  á  tu  Roma  que  al  presente  llora 

Viuda  y  sola,  que  en  día  y  noche  clama: 

—  Por  qué  mi  César  me  abandona  ahora?  114 

Ven  á  mirar  cuánto  la  gente  se  ama! 

Y  si  piedad  alguna  no  has  sentido, 

Ven  á  tener  vergüenza  de  tu  famal  m 

Oh  Jove!  el  invocarte  es  permitido, 

Pues  fuiste  por  amor  crucificado! 

¿Tus  justos  ojos  se  han  oscurecido?  120 

Ó  en  tu  profundo  fallo  has  ordenado, 

Como  presagio  de  una  suerte  buena, 

Que  el  bien  por  hoy  nos  sea  denegado?  123 

Toda  la  tierra  Itálica  está  llena 

De  tiranos,  tornándose  en  Marcelo 

Cualquier  villano  que  facción  ordena.  126 


330  DIVINA    COMEDIA 


Florencia  mía,  toma  por  consuelo 

Mi  digresión,  que  á  ti  nada  te  toca, 

Merced  del  pueblo  á  su  discreto  celo.  129 

Hay  corazón  que  la  justicia  evoca, 

Mas  lenta  de  arco,  y  flecha  no  segura: 

La  tuya  está  en  la  punta  de  tu  boca.  132 

Muchos  renuncian  la  común  procura, 

Mas  tu  pueblo  solícito  responde. 

Gritando: —  Yo  la  agarro  I — y  la  asegura.         135 

Alégrate,  que  á  ti  te  corresponde; 

Rica,  en  paz,  y  regida  con  prudencia; 

—  Si  hablo  verdad,  su  efecto  no  se  esconde. —     i38 

Lacedemonia,  Atenas,  con  su  ciencia. 

Con  sus  leyes  antiguas,  tan  civiles. 

Buena  hicieron,  un  poco,  su  existencia;  i4i 

Pero  tú,  con  tus  leyes  tan  sutiles, 

A  mitad  de  Noviembre  has  alcanzado 

Sin  que  tus  leyes  en  Octubre  enhiles.  U4 

Cuantas  veces,  en  tiempo  no  olvidado, 

Leyes,  moneda,  cargos  y  costumbre, 

Al  innovar  gobiernos  has  mudado!  147 

Acuérdate  cuando  la  luz  te  alumbre! 
Te  serás  como  enferma,  que  tendida 
Sobre  pluma,  tan  sólo  pesadumbre,  150 

Al  revolverse  encuentra  dolorida. 


CANTO  SÉTIMO 


Virgilio  SI*  <la  á  conocer  á  Sordo.lo  relatando  su  vida  y  su  muerte  y  su  gira  por 
el  Infierno,  y  Sordelo  le  tributa  su  homenaje  de  admiración.  —  Sordelo  da  noti- 
cias á  los  Poetas  de  la  parte  del  Purgatorio  que  habita  y  se  ofrece  como  guía. 

—  Próxima  ya  la  noche,  Sordelo  conduce  á  los  Poetas  á  un  valle  apartado  y 
tranquilo,  donde  encuentran  á  los  monarcas  penitentes  que  cantan  el  himno  á 
la  Virgen  en  la  cuarta  estación  de  espera  del  Purgatorio.  —  Revista  de  empe- 
radores, reyes  y  príncipes  contemporáneos  que  purgan  su  ambición.  —  Dege- 
neración de  las  casas  reales  de  Bohemia,  de  Francia,  de  Sicilia,  de  Aragón, 
de  la  Pulla  y  de  Provenza.  —  Elogio  de  Enri(}ue  III  de  Inglaterra,  de  su  hijo 
Eduardo  y  de  otros  príncipes  Imenos. 

Después  de  la  acogida  placentera, 

Que  renovaron  ambos  con  dulzura, 

Sordelo  al  guía  preguntó  quién  era?  3 

—  "  Antes  de  que  viniesen  á  esta  altura 
Las  almas  que  la  gracia  ha  señalado, 

Octavio  dio  á  mis  huesos  sepultura.  6 

"Virgilio  soy:  —  no  por  mayor  pecado, 
De  fe  solo  por  falta,  perdí  el  cielo."  — 
Así  repuso  el  Maestro  interrogado.  9 

Cual  quien  mira  de  pronto  con  anhelo, 

Maravillado,  lo  que  está  esperando, 

Y  exclama:  ¿es  ó  no  es?  en  su  desvelo,  12 

Tal  Sordelo,  los  párpados  bajando 
Humildemente,  de  respeto  en  signo 
De  Virgilio  las  plantas  abrazando,  15 


332  DIVINA    COMEDIA 

Así  exclamó: — "Oh  gloria  del  Latino, 
Que  el  poder  de  su  lengua  ha  revelado! 
De  donde  yo  nací,  renombre  digno! 


18 


"¿Por  qué  gracia  especial  me  eres  mostrado? 

Si  digno  soy  de  oirte  humildemente, 

¿Di  si  vienes  del  mundo  condenado?" —  21 

—  "Por  los  cercos  del  ámbito  doliente, 

—  Respondió,—  de  muy  lejos  he  venido 

Por  virtud  que  me  mueve  providente.  24 

"No  por  hacer,  mas  por  no  hacer,  perdido 
Tengo  el  cielo,  por  ti  tan  anhelado, 

Y  que  tarde  me  fuera  conocido.  27 

"Hay  abajo  un  lugar  entenebrado 

En  donde  no  hay  ahullidos  ni  tormentos, 

Donde  solo  el  suspiro  ha  resonado ;  30 

"  Allí  estoy  con  los  párvulos,  no  exentos 
De  la  culpa  que  á  tiempo  no  lavaron, 

Y  la  muerte  mordió  sin  sacramentos;  33 

"Allí  conmigo  los  que  no  alcanzaron 

Las  tres  santas  virtudes  á  vestirse, 

Aunque  todas  las  otras  practicaron.  36 

"  Mas  si  sabes,  y   bien  puede  decirse, 

Indícanos  cual  es  mejor  sendero 

Por  donde  al  Purgatorio  pueda  irse." —  39 

La  sombra:  -  "  Auncjue  mi  puesto  no  es  certero, 

Hasta  lo  alto  subir  no  me  es  vedado. 

Por  lo  (jue  puedo  ser  tu  compañero.  42 


EL    PURC.ATUKIÜ    -  CAMO    Vil  333 


"Pero  ;il   ocaso  el  sol  está  inclinado; 
De  noche  no  es  posil)le  la  subida, 
Y   es  forzoso   buscar  sitio  abrigado. 


\s 


"  1  lacia  el  lado  derecho,  está  reunida 

l^na  lep^ión  de  sombras:  si  te  place 

A  conocerlas  la  ocasión  convida/' —  4h 

—  **Cómo?  —  dijo  Virgilio,  —  y  qué  me  hace 

De  noche  caminar?  nada  recelo. 

¿Habrá  quien  del  camino  me  rechace?" —  51 

Rayó   Sordelo  con  el  dedo  el  suelo. 
Diciendo:       "Cuando  el  sol  se  haya  ocultado, 
No  ir  más  allá,  es  voluntad  del  cielo,  54 

"  No  es  que  te  sea  el  paso  contrastado 
Por  otra  cosa  que  la  noche  umbría; 

Y  lo  que  no  se  puede,  está  vedado.  57 

"Empero,  descender  bien  se  podría, 

Y  recorrer  la  costa,  en  torno  errando, 
Mientras  que  nos  alumbre  luz  del  día."  — 


60 


Virgilio,  poco  menos  que  admirado, 
—  "Llévanos, —  dijo,  —  donde  placentera 
Pueda  sernos  la  noche,  demorando."  — 


63 


No  lejos,  continuando  la  carrera. 

Vi  un  barranco  cavado  á  los  extremos, 

Que  como  un  valle  de  los  nuestros  era.  66 

Dijo  la  sombra :  —  "  Luego  llegaremos 
Donde  el  monte  un  recodo  manifiesta, 
Y  allí,  que  venga  el  día  esperaremos." —  69 

23 


334  DIVINA   COMEDIA 


Entre  el  llano  y  la  escarpa  va  una  cuesta 

Que  por  tortuosa  senda  que  se  inclina 

Nos  lleva  donde  el  monte  más  se  acuesta.  72 

Grana,  plata  con  oro,  leche  albina, 

Esmeralda  brillante  en  su  fractura, 

índico  palo  que  el  pulido  afina,  75 

Al  lado  de  las  flores  y  verdura 

De  este  seno,  su  brillo  apagaría. 

Como  en  gran  luz  es  la  menor  oscura.  78 

Mas  no  solo  colores  esplendía: 

Suavísimos  olores  lo  impregnaban 

Que  misteriosa  esencia  difundía.  .  si 

Salve  Regina!  á  unísono  entonaban 

Almas  sentadas  en  florido  prado, 

Que  en  aquel  verde  valle  se  ocultaban.  84 

Dijo  el  que  nos  había  acompañado: 

—  "  No  pidáis  que  os  conduzca  á  la  llanura 

Antes  que  el  sol  su  luz  haya  anidado.  87 

"  Mejor  contemplareis  desde  la  altura 

De  esas  sombras  los  rostros  y  el  talante, 

Que  bajando  del  valle  en  su  procura.  90 

"  El  que  está  más  arriba,  con  semblante 

De  haber  grandes  deberes  descuidado, 

Y  que  enmudece  entre  la  grey  cantante,  93 

"  F'ué  Rodolfo,  que  pudo  en  su  reinado 

Curar  las  llagas  de  la  Italia,  muerta. 

Vendrá  muy  tarde  quien  lo  intente  osado!  96 


IvL    l'LRGATÜKIO    -CANTO    MI  335 


"  Ouien  lo  conforta  con  mirada  cierta, 

Ri^ió  la  tierra,  que  agua  en  abundancia 

Da  Molda  al  lllba,  y   lüba  á  mar  abierta:  w 

"  Otocar  fué,  que  gobernó  en  su  infancia 

Mejor  cjue  su  hijo  Wenceslao  barbado, 

Que  yace  en  lujuriosa  intemperancia.  102 

'•  Ese  Romo  (¡ue  se  halla  junto  al  lado 
De  ese  de  noble  aspecto,  tan  derecho. 
Murió  huyendo,  y  el  lis  ha  desflorado :  105 

"Mírale  allá  cual  se  golpea  el  pecho; 

Y  al  otro,  que  suspira,  y  que  convierte 
Crispada  mano,  de  mejilla  en  lecho.  ios 

"Padre  y  suegro  del  rey  que  en  mala  suerte 

Tocó  á  la  Francia,  por  la  torpe  vida 

De  su  hijo  y  rey,  se  duelen  en  la  muerte.         iii 

"  Y  el  que  ostenta  estatura  tan  fornida, 

Y  voz  aduna  al  de  nariz  no  escaso. 

La  cuerda  del  valor  llevó  ceñida.  114 

"Si  rey  no  hubiera  sido  tan  de  paso, 

El  joven  que  detrás  está  sentado, 

Bien  pasara  el  valor  de  vaso  en   vaso.  117 

"De  otros  hijos,  decir  tanto  no  es  dado; 

Santiago  y  Federico  reinan  ora, 

Pero  el  reino  mejor  no  han  heredado.  120 

"  Porque  no  siempre  de  raíz  creadora 

La  probidad  humana  ha  retoñado; 

Que  quien  la  da,  concede  al  que  la  implora.         123 


336  DIVINA    COMEDIA 


"De  ese  nasón  el  hijo  bastardeado, 

Cual  los  del  otro  que  á  su  lado  canta, 

A  la  Pulla  y  Provenza  ha  desolado.  126 

"  Tanto  ha  degenerado  aquella  planta, 

Cuanto  más  á  Beatriz  y  á  Margarita 

Y  á  Constanza,  su  muerto  esposo  encanta.         129 

"Ved   al  rey  que  vivió  vida  bendita, 

Que  sólo  está:  Enrique  es  de  Inglaterra: 

A  este  su  prole  en   la  virtud  imita.  132 

"Quien  más  abajo  está,  tendido  en  tierra 

Mirando  arriba,  fué  el  marqués   Guillermo, 

Por  quien  Alejandría  hace  en  su  guerra,  n.^ 

De  Canavese  y  Monferrato  un  yermo." 


CANTO  OCTANO 


El  crepúsculo  vespertino. —  El  himno  délas  almas  del  Purgatorio. —  Bajada  de  dos 
ángeles  de  espadas  flamígeras  sin  punta,  para  custodiar  el  valle  de  las  almas. — 
Los  Poetas  bajan  al  valle  para  liahlar  con  las  grandes  almas  en  pena.  —  I'n- 
cuentro  del  Dante  con  el  Juez  Niño. — Niño  recuerda  su  vida  pasada,  y  recomienda 
su  alma  á  las  preces  de  su  hija.  —  Virgilio  explica  al  Dante  el  movimiento  alter- 
nativo de  los  astros  en  el  hemisferio  austral.  —  Aparición  y  huida  de  la  serpiente 
maligna  expulsada  por  los  ángeles.  —  Diálogo  entre  el  Dante  y  Conrado  Mal.is- 
pina  en  que  el  segundo  hace  el  elogio  del  primero  y  de  su  familia.  — Predicción  (le 
Malaspina  al  Dante. 


De  los  tiernos  deseos  era  la  hora, 

Que  al  navegante  el  corazón  sugiere 

El  día  del  Adiós  que  rememora;  3 

Y  al  novel  peregrino  amor  le  hiere, 

Si  oye  sonar  esquila  en  lo  lejano. 

Que  parece  llorar  la  luz  que  muere;  6 

Cuando  sentí  el  oído  como  en  vano, 
Mirando  solo  una  de  aquellas  almas. 
Que  atención  les  pedía  con  la  mano:  9 

Uniendo  y  levantando  sus  dos  palmas, 

\^olvió  sus  ojos  fijos  al  oriente, 

Como  diciendo  á  Dios:   "-'/Solo  tú  calmas T        12 

Te  lucís  ante,  tan  devotamente 

De  su  boca  brotó  con  dulces  notas, 

Que  enajenaron  corazón  y  mente;  15 


338  DIVINA    COMEDIA 


Y  dulcemente  los  demás,  devotos, 
Siguieron  entonando  el  himno  entero, 
Mirando  las  esferas  más  remotas 


—  Busca,  lector,  sentido  verdadero 
A  esta  visión  de  velo  trasparente, 
Que  es  fácil  traspasar  por  lo  ligero. — 


18 


21 


Vi  ejército  gentil,  que  penitente 
Después  del  himno,  contemplaba  el  cielo, 
Pálido,  y  esperando  humildemente;  24 

Y  de  lo  alto  bajar  en  raudo  vuelo 
Dos  ángeles  con  fúlgidas  espadas. 

Sin  punta,  como  en  signo  de  consuelo :  27 

Verdes,  como  las  hojas  renovadas 

Sus  alas,  y  la  veste  refulgente 

Que  á  su  espalda  brotaban  ventiladas.  30 

Uno  de  ellos  bajó  por  nuestro  frente, 

Y  el  otro  descendió  por  parte  opuesta, 
Quedando  en  medio  la  piadosa  gente.  33 

Vi  que  era  blonda  su  cabeza  enhiesta, 

Mas  contemplar  sus  rostros   no  podía 

A  su  esplendor  mi  vista   contrapuesta.  36 

Dijo  Sordelo: — "MánJ.alos  María 
A  custodiar  el  valle  amenazado. 
Porque  se  acerca  la  serpiente  impía." 


V) 


Y  yo,  que  no  sabía  de  que  lado. 
Interrogué  del   valle  los  extremos, 

Y  me  acogí  á  mi  guía,  todo  helado,  42 


EL   PURGATORIO  --  CANTO  VIH  339 


—  "  Ora,      aji^rcíjrf)  Sordelo,-    bajaremos; 
Que  seréis  recil)icios  con  adrado, 

Y  con  las  p^randes  sombras  hal:)larenios."   -         i^ 

Creo  que  ni  tres  pasos  hube  andado, 

^'   ;'i  un  espíritu   vi   (jue  parecía 

Querer  reconocerme  con  cuidado.  48 

VA  aire  ya  la  noche  ennegrecía, 

Pero  no  tanto,  que  no  fuese  dado 

Discernir  lo  que  el  ojo  percibía.  51 

El  vino  á  mí;  yo  me  acerqué  á  su  lado: 

—  ¡Oh,  Niño,  nol)le  juez,  cual  fué  mi  gozo 

Al  no  hallarte  en  el  mundo  condenado !  —  54 

Y  después  de  un  saludo  cariñoso, 

Niño  rae  preguntó: — "Cuándo  has  venido 

Al  pie  del  monte,  por  el  mar  undoso?"  57 

—  "Oh!  —  respondí: — Por  sitio  entristecido, 
Esta  mañana  vine,  en  primer  vida. 

Para  la  otra  alcanzar  arrepentido." —  60 

Niño  y  Sordelo,  mi  respuesta  oída, 

Hacia  atrás  se  volvieron  de  improviso, 

Como  acontece  á  gente  desmarrida!  63 

Uno  mira  á  Virgilio;  otro  remiso 

Se  dirije  á  un  sedente.  —  •'  Sus !  Conrado  I 

Ven  á  ver  lo  que  Dios  por  gracia  quiso." —     66 

Y  vuelto  á  mí: — "Por  el  favor  preciado 
Que  á  Aquel  le  debes,  que  profundo  esconde 
vSu  alto  por  qué;  cuando   hayas  traspasado        69 


340  DIVINA    COMEDIA 


"  El  ancho  mar,  y  que  te  encuentres  donde 

Mi  Juana  está,  dirás  que  por  mí  clame 

Allá  donde  á  inocentes  se  responde!  72 

'•Pienso  que  ya  su  madre  no  me  ame, 

Pues  por  otra  trocó  su  blanca  venda, 

Que  mísera  tal    vez  tarde  reclame.  75 

"Y  por  ella  es  muy  fácil  se  comprenda. 
Lo  que  en  mujeres  fuego  de  amor  dura 
Cuando  el  ojo  y  el  tacto  no  lo  encienda.  78 

"  No  le  dará  tan  bella  sepultura 

El  Milanés  que  en  Víbora  se  acampa, 

Cual  se  la  diera  el  Gallo  de  Galura." —  81 

Así  dijo,  marcándose  en  la  estampa 

r3e  su  aspecto,  su  noble  y  recto  celo. 

Que  al  corazón  en  su  medida  alampa.  84 

Mi  vista  ansiosa  se  tornaba  al   cielo, 
Donde  los  astros,  de  amplitud  decrecen, 
Cual  rueda  junto  el  eje  acorta  el  vuelo. 


Y  el  guía:  —  "Á  qué  tus  ojos  obedecen?"  — 

Y  yo  á  él: — "Miro  esas  tres  estrellas 
Que  más  acá  del  polo  resplandecen."  — 

Y  de  él  á  mí:  -  "Las  cuatro  luces  bellas 
Que  viste  esta  mañana,  están  abajo, 

Y  ascienden  éstas  donde  estaban  ellas."  — 

Mientras  tanto  Sordelo  á  sí  le  trajo, 
Diciendo: —"  Mira  allá  nuestro  adversario."- 

Y  apuntó  con  el  dedo  hacia  lo   bajo. 


ÜJ 


90 


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96 


EL   PURGATORIO     -  CANTO   VIII  341 


A  la   partt;  del   valle  solitario, 

Ouc  es  sin  reparo,  una  serpiente  estaba. 

(Que  á  l^vva  tal  vez  le  dio   cebo   nefario.) 


'y) 


Kntre  yerbas  y  flores  se  arrastraba 

\'\  mal  reptil   torciendo  la  cabeza, 

^    lamiéndose  el  lomo  se   lavaba.  102 

No  vi, —  decir  no  puedo  con  certeza, — 

Moverse  á  los  aleones  celestiales, 

Pero   les  vi  volar  con  ligereza,  —  I05 

Y  de  sus  alas  verdes  las  señales 
Sentí  en  el  aire,  huyendo  la  serpiente, 

Y  tornar  á  la  vez,  volando  iguales.  ios 

La  sombra  que  acudiera  prontamente 

Al  llamado  del  juez,  en  el  asalto 

No  dejó  de  mirarme  fijamente.  iii 

— "  Que  la  luz  que  te  guía  á  lo  más  alto 

Me  dijo,  —  encuentre  suficiente  cera 

Para  que  subas  hasta  el  gran  resalto!  114 

'•  Y  si  quieres  noticia  verdadera 

De  Valdemagra  y  la  región   vecina, 

Dilo,  que  allí  en  un  tiempo  grande  fuera.  117 

"Me  llamaba  Conrado  Malaspina; 

No  el  antiguo,  mas  fui  su  descendiente, 

Y  el  amor  á  mi  prole,  aquí  se  afina." —  120 

Y  yo: — "Vuestro  país  no  vi  presente; 
¿Mas  cual  es  en  Europa  la  demora 

Que  no  repita  el  nombre  reverente?  123 


342  DIVINA    COMEDIA 


"  La  fama  vuestra,  vuestra  raza  honora, 

Por  el  pueblo  y  los  nobles  aclamada, 

Que  hasta  os  conoce  quien  allí  no  mora.  126 

"Y  os  juro,  —  ¡Que  así  pueda  en  mi  jornada 

Subir  tan  alto!  —  que  á  tu  digna  gente 

La  ilustrará  la  bolsa  con  la  espada.  129 

"  Su  natura  y  su  genio  providente 

Hará  que  el  genio  malo  no  lo  aparte 

De  la  senda  que  sigue  rectamente." —  132 

Y  respondióme:  —  "Antes  que  el  sol  se  aparte 
Siete  veces  girando  en  su  trascurso, 

Que  Aries  con  cuatro  pies  monta  y  comparte,     n5 

"Será  loado  tu  cortés  discurso, 

Y  quedará  clavado  en  tu  cabeza. 

Si  el  juicio  divinal  no  cambia  curso,  i.w 

"Con  más  seguros  clavos  y  fijeza."  — 


CANTO  xNOVENO 


Al  venir  el  día,  el  Poeta  st;  adormece  y  sueña  que  un  águila  lo  levanta  á  la  regi<Sn 
del  fuego.  —  Durante  el  sueño,  Lucía  lo  trasporta  dormido  al  tercer  rellano  de 
la  montaña. —  V'^irgilio  le  muestra  la  puerta  del  Purgatorio  custodiada  por  un 
ángel.  —  El  portero  celestial  permítela  entrada á  los  dos  Poetas  y  con  una  espada 
resplandeciente  graba  en  la  frente  del  Dante  siete  PP,  símbolo  de  los  siete 
pecados  capitales,  qus  deben  borrarse  sucesivamente  al  ascender  los  círculos 
del  Purgatorio.  —  K\  ángel  abre  las  puertas  del  Purgatorio  con  las  llaves  místi- 
cas, una  de  oro  y  otra  de  plata,  y  deja  penetrar  en  sus  antros  á  los  dos  Poetas, 
con  prohibición  de  mirar  hacia  atrás. 


Del  anciano  Thyton  la  concubina 

Ya  asomaba  al  extremo  del  oriente, 

Al  salir  de  sus  brazos,  blanquecina,  3 

Con  gemas  que  lucían  en  su  frente, 

De  aquel  frío  animal  en  la  figura 

Que  con  la  cola  hiere  humana  gente.  6 

Dos  pasos  daba  allí  la  noche  oscura. 

Replegando  al  tercero  lentamente 

Sus  alas,  inclinadas  de  la  altura;  9 

Y  yo,  de  Adam  humano  descendiente. 
Me  recliné  con  sueño  y  con  quebranto. 
Sentándonos  los  cinco  juntam.ente.  12 

Era  la  hora  del  quejoso    canto 

Que  en  la  mañana  da  la  golondrina, 

Quizá  en  memoria  del  pasado  llanto ;  15 


344  DIVINA    COMEDIA 


En  que  libre  la  mente  peregrina, 

Su  carne  olvida  y  con  el  alma  piensa, 

Contemplando  visión  cuasi  divina;  is 

Y  en  sueños,  parecióme  ver  suspensa 
Con  plumas  de  oro,  un  águila  en  el  cielo. 

Con  ala  abierta  y  de  mirada  intensa.  21 

Soñaba  estar  sobre  aquel  mismo  suelo 
En  donde  Ganimedes  fué  arrojado, 

Y  arrebatado  al  sumo  en  raudo  vuelo.  24 

Yo  pensaba,  que  sitio  acostumbrado 

Del  águila  sería,  en  su  despego 

De  ejercitar  sus  garras  de  otro  lado.  27 

Después  me  pareció,  que  en  insosiego 
Terrible  cual  relámpago  venía, 

Y  me  llevaba  á  la  región  del  fuego,  30 

Y  que  con  ella  arder,  me  parecía; 

Y  entonces,  el  incendio  imaginado, 

El  agitado  sueño  al  fin  rompía.  33 

No  de  otro  modo,  Aquiles  despertado 

Volvió  sus  ojos  con  inquieto  giro 

Al  verse  á  extraño  sitio  trasportado,  36 

Cuando  del  lado  de  Quirón,  á  Scyro 

Su  madre  le  llevó,  en   donde  fuera 

Por  los  griegos  sacado  del  retiro.  39 

Así  también  mi  ser  se  estremeciera, 

Huyendo  el  sueño,  y  pálido  cual  muerto, 

Por  el  espanto,  helado  me  sintiera.  42 


i:l  ri'KCAroRio  -  canto  ix  ."^45 

Al  lado   estaba   mi   ^iiarclián   experto: 

^  a   dos   horas  el   sol,  subido  había, 

^    in¡    rostro   miraba   el   mar   al)ierto.  45 

—  "No  temas  nada,      dijo  mi  buen  ^uía, -- 
Memos  venido  al  punto   deseado: 

No  restrinjas,  dilata  tu  energía.  48 

"Al  fin,  al  Purjj^atorio  has  alcanzado: 
Míralo  de  altas  rocas  defendido, 

Y  ve  la  brecha  de  su  entrada  al  lado.  51 

"  El  alba  había  el  cielo  aclarecido, 

Y  el  alma  tuya,  dentro  tí  dormía. 

Con  tu  cuerpo  entre  flores  extendido;  54 

"Cuando  dijo  una  santa:  —  ''Soy  Lucía: 

Déjame  levantar  á  ese  dormido 

Para  ayudarle  en  su  cansada  vía.'' —  57 

—  "Las  tres  sombras  allá  se  han  detenido. — 
Ella  te  trajo  al  despuntar  el  día, 

Y  subiendo,  sus  huellas  he  seguido.  60 

"Sus  bellos  ojos  en  que  amor  lucía 
Me  señalaron  esa  brecha  abierta, 

Y  tu  sueño  se  fué,  cuando  partía." —  6? 

Como  quien  en  sí  mismo  á  ver  no  acierta 

Y  que  cambia  en  confianza  su  pavura 

Cuando  al  fin  la  verdad  ve  descubierta;  66 

Tal  cambié  yo,  pasando  la   amargura. 

—  Mi  guía  entonces  traspasó  el  cercado 

Y  yo  seguí  tras  él  hacia  la   altura.  —  69 


346  DIVINA    COMEDIA 


—  Lector,  bien  ves  que  el  tono  he  levantado 
De  mi  asunto,  y  así,  con  mayor  arte, 
No  extrañes  lo  mantenga  reforzado. — 


72 


Presurosos,  llegamos  á  la  parte 

Do  el  recinto  mostraba  una  abertura, 

Como  la  brecha  que  muralla  parte.  75 

Vi  una  puerta  y  tres  gradas  á  su  altura: 
De  diverso  color  cada  una  era, 

Y  un  guardián  silencioso  en  la  estrechura.  78 

Y  como  mi  ojo,  más  y  más  se  abriera, 
Le  vi  sentado  en  grado  soberano 
Con  rostro  que  mi  vista  encegueciera. 


81 


Empuñaba  una  espada  en  una  mano, 
Que  en  nosotros  sus  rayos  reflejara. 
De  modo,  que  mirarla  quise  en  vano  84 

—  "A  qué  venís  aquí?  —  nos  preguntara  — 

—  Quién  encamina  vuestra  marcha  incierta? 
Guau  que  no  os  cueste  la  venida  cara!"  87 

—  "Mujer  del  cielo  que  nos  guarda  alerta, — 

—  Repuso  el  guía,  —  aquí  nos  ha  enviado, 
Diciendo: — Id  á  donde  está  la  puerta^ —         90 

"  Que  vuestro  paso  sea  afortunado. 

—  Cortés  nos  dijo  el  celestial  portero:  — 

—  Podéis  subir  hasta  el  más  alto   grado.*'  93 

Más  cerca,  vi  que  el  escalón  primero 

Era  de  mármol  blanco,  y  su  tersura 

Tal,  que  era  espejo  de  mi  cuerpo  entero;  'A; 


EL    rURC.ATOKKí  — CANTO    IX  347 

^    el   scjj^undo,  de  piculra   más   oscura, 
Kn  ancho   y  largo  de  hendiduras  llena, 

Y  de  color  rojizo  en  su  tintura;  */; 

Y  que  el  tercero,  que  el  conjunto   ordena, 
Pórfido  parecía,  tan  flamante 

Como  sangre  que  brota  de  la  vena.  102 

Con  sus  plantas  sobre  este,  dominante 

Estaba  el  ángel,  al  umbral  sentado, 

Que  parecióme  piedra  de  diamante.  i05 

Con  buena  voluntad,  de  grado  en  grado 

Llevóme  el  guía,  y  dijo:       "Solicita 

Con  humildad,  corra  el  cerrojo  echado." —        io:s 

Yo  me  postré  ante  la  faz  bendita. 
Pedí  misericordia  y  que  me  abriera, 
Persignando  tres  veces  faz  contrita.  iii 

Siete  PP  en  mi  frente  describiera 

La  punta  de  su  espada,  y  luego:  —  "Lava 

Estas  llagas,  adentro"  —  me  dijera.  11+ 

Ceniza  ó  tierra  seca  que  se  cave 
Mostraba  en  el  color  de   su  indumento, 

Y  de  él  extrajo  entonces  doble  llave.  117 

Una  era  de  oro,  la  otra  era  de  argento: 

Con  la  blanca,  después  con  la  dorada, 

Tocó  la  puerta  con  mi  gran  contento.  120 

— "  Cuando  una  llave  está  desarreglada. 

No  puede  hacer  girar  la  cerradura; 

—  Dijo,  —  y  la  puerta  queda  bien  cerrada.  123 


348  DIVINA    COMEDIA 


"  Es  más  precisa  la  una  y  más  segura, 

Pero  la  otra  requiere  más  prudencia, 

Porque  desata  el  nudo  con  blandura.  126 

"Pedro  me  dijo  al  darlas:      Ten  conciencia 

Que  es  inejor  ptierta  abierta  que  cerrada 

Si  e¿  pecador  se  postra  en  penite7tcia. "  --  129 

Abrió  luego  la  puerta  consagrada 

Diciéndonos: — "Tened  bien  entendido, 

Que  vuelve,  el  que  echa  atrás  una  mirada."  i?2 

Crujió  la  puerta  con  terrible  ruido 
Sobre  los  quicios  del  dintel  sagrado, 
Produciendo  metálico  sonido,  I35 

Cual  no  crujió  el  portón  nunca  violado. 
Que  en  Tarpeya  guardaba  el  gran  tesoro 
De  que  fué  el  buen  Mételo  despojado. 


138 


Pensé  escuchar  después  canto  sonoro, 

Y  música  que  al  canto  se  mezclaba, 

Y  del    Te  detun  latidaimis  dulce  coro;  i4i 

Y  evocando  el  recuerdo,  imaginaba, 
Oir  como  en  la  tierra,  vagamente. 

El  órgano  que  al  canto  acompañaba  144 

Sin  percibir  las  voces  claramente. 


(JANTO  J)K0IMO 


Los  (los  Poetas  penetran  al  Purgatorio  por  una  senda  tortuosa  cavada  t^n  la  pie- 
dra. —  Suben  al  primer  rellano  que  contornea  la  montaña  á  modo  de  comiza, 
—  En  su  tránsito  admiran,  entallados  en  mármol  con  arte  divino,  varios  ejem- 
plos de  humildad:  —  la  Virgen  María  saludada  por  el  ángel  Gabriel;  David 
bailando  ante  el  Arca;  Trajano  escuchando  el  ruego  de  una  desgraciada  viu- 
da.—  Vienen  á  ellos  multitud  de  almas  que  expían  el  pecado  de  la  soberbia, 
doblegados  bajo  enormes  pesos  que  llevan  sobre  su  espalda. 


Traspasado  el  umbral  de  aquella  puerta. 

Que  por  culpa  del  alma  es  desusada, 

Porque  hace  ver  derecha  vía  tuerta,  3 

Por  el  ruido  sentí  que  era  cerrada. 

—  ¡De  haber  tornado  el  ojo  á  la  salida, 

Que  excusa  á  la  sentencia  fuera  dada! —  6 

Allí,  subimos  una  roca  hendida, 

Que  serpenteando  luego  se  reparte, 

Cual  ola  por  dos  fuerzas  combatida.  9 

—  "Aquí  conviene  usar  de  tino  y  arte, 

—  Dijo  el  Maestro:  —  bueno  es  inclinarse, 

Ya  de  una  parte,  ya  de  la  otra  parte." —  12 

Esto  hacía  la  marcha  dilatarse; 

Y  el  disco  de  la  luna,  ya  menguante, 

En  su  lecho  empezaba  á  recostarse,  15 

24 


350  DIVINA    COMEDIA 


Y  el  barranco  seguía  hacia  adelante ; 

Hasta  que  al  fin  pisamos  suelo  abierto, 

Del  monte  en  un  rellano  circundante.  I8 

Yo  fatigado,  y  uno  y  otro  incierto 

Del  camino,  paramos  en  un  llano, 

Más  solo  que  una  senda  del  desierto;  21 

Desde  la  orilla  confinante  al  vano, 

Hasta  el  pie  de  la  roca,  mediria 

Tres  veces  el  largor  del  cuerpo  humano:  24 

Kn  cuanto  mi  ojo  allí  volar  podía 

De  la  comiza  al  uno  y  otro  flanco. 

De  la  misma  extensión  me  parecía.  27 

Inmóviles,  sin  dar  siquiera  un  tranco, 

Noté  que  en  su  contorno  la  subida 

Era  todo  de  un  mármol  puro  y  blanco,  30 

Sin  presentar  en  su  extensión  salida; 

Con  relieves,  —  mas  no  de  Palicleto,  — 

Que  por  ellos,  natura  era  vencida.  33 

El  ángel,  nuncio  del  pascual  decreto 

De  la  paz,^  que  á  la  tierra  que  lloraba 

Abrió  el  cerrado  cielo  con  afecto,  ^6 

Su  celestial  imagen  nos  mostraba. 

Con  tal  verdad,  con  expresión  tan  suave. 

Que  su  boca  en  el  mármol  palpitaba,  39 

Como  si  fuese  á  pronunciar  el  Ave; 

Y  la  pura  y  sin  mancha  estaba  al  lado, 

Que  del  divino  amor  tiene  la  llave,  u 


EL   PURGATORIO  —  CANTO    X  351 


Y  en  sus  labios  tenía  modelado 

VA  Eccc  Ancilla  Dei,  tan  propiamente, 

Cual  en  cera  se  ve  sello  estampado.  45 

—  "No  mires  hacia  un  lado  solamente"  — 

—  Dijo  el  sabio  que  al  lado  me  tenía 

Fin  donde  el  corazón  tiene  la  gente.  —  48 

Y  al  apartar  los  ojos  de  María, 

Mcás  allcá  de  su  imagen,  donde  estaba 

El  que  mi  incierto  paso  dirigía,  si 

Otra  historia  la  roca  presentaba. 

Que  me  hizo  adelantar  con  más  presura 

Donde  mejor  la  vista  dilataba;  54 

Y  contemplé  en  el  mármol  la  escultura, 
Del  carro  con  sus  bueyes  y  arca  santa, 

Que  hacer  lo  que  es  de  Dios,  castigo  augura.        57 

Formado  en  siete  coros  se  adelanta  * 

Toda  la  gente;  y  con  sentido  intenso, 

Trepido  entre  si  canta  ó  si  no  canta.  60 

Creía  ver  las  nubes  del  incienso, 

Y  aun  su  olor  en  los  aires  percibía, 

Sin  dar  al  Sí  ni  al  No,  seguro  ascenso.  63 

Aquel  bendito  vaso,  precedía 

Con  humildad  bailando,  el  gran  Salmista, 

Que  más  que  rey  y  menos  parecía.  66 

A  su  frente,  clavándole  la  vista, 

Micol  desde  un  palacio  le  admiraba 

Como  la  esposa  á  quien  despecho  atrista.  69 


352  DIVINA    COMEDIA 


Moví  mi  pie  del  punto  en  que  me  hallaba. 

Para  observar  de  cerca  nueva  historia, 

Que  en  blanco,  tras  Micol  se  diseñaba.  72 

Allí  estaba  historiado  en  su  alta  gloria 

El  valor  de  aquel  príncipe  romano 

Que  á  Gregorio  inspiró  su  gran  victoria.  i!^ 

Me  refiero  á  la  imagen  de  Trajano, 

Con  una  viuda  asida  de  su  freno, 

Bañando  con  sus  lágrimas  su  mano.  i^ 

En  torno  suyo  todo  estaba  lleno 

De  caballeros,  y  águila  dorada 

A  sus  banderas  daba  vuelo  pleno ;  81 

Y  la  infeliz,  por  el  tropel  cercada 
Parecía  decir:  —  ^^  Señor,  venganza! 

Mi  hijo  está  muerto  I  estoy  desamparada  /"  84 

Y  que  él  responde: — ^^ Guarda  la  esperanza 
Hasta  mi  vuelta.''  —  Y  que  ella:  —  '-'Señor  mío! — 
—  Dice:  —  El  dolor  apura  la  tardanza,  ..  87 

"  Y  si  no  vuelves)''  —  Y  él: — "  Un  hijo  mío 
Te  la  dará." — Y  que  ella: — '-'Qué  te  tiene? 
Bien  de  otro  no  aprovecha  en  su  desvio!" —     ';o 

Y  que  él  replica:  —  '-'Alienta!  que  conviene 
Qtie  á  cumplir  7ni  deber,  presto  me  mueva! 
Justicia  manda,  si  piedad  retiene" —  93 

Aquel,  que  no  conoce  cosa  nueva. 

Esculpió  esta  palabra  viva  y  clara. 

Que  cosa  mundanal  en  sí  no  lleva.  % 


i:l  purgatorio -canto  x  353 

Mientras  en  contemplar  me  deleitaba 
De  tantas  humildades  el  retrazo, 

Y  (jue  á  su  grande  artífice  admiraba;  99 

—  "  \^iene  hacia  aquí,  pero  con  tardo  paso, 

—  Murmuraba  el  Poeta,  —  mucha  gente. 

Que  hasta  la  altura  nos  endilgue  acaso. "  102 

Y  mi   ojo  que  anheloso  é  impaciente, 
A  contemplar  lo  nuevo  era  llamado, 
Volvióse  hacia  lo  nuevo  prontamente.  105 

No  quisiera,  lector,  que  desmayado 

Vuelvas  del  buen  propósito,  si  cuento 

Como  hace  Dios  pagar  al  que  ha  pecado.        108 

No  cuides  de  la  forma  del  tormento : 

Piensa  en  lo  que  vendrá,  que  toda  pena 

Tiene  al  juicio  final  su  fijamento.  iii 

Yo  comencé:  —  "Mi  vista  se  enajena, 

Al  ver  adelantar  esas  visiones. 

Que  personas  no  son  de  forma  plena." —  lu 

Y  él  á  mí:    -"Las  severas  condiciones 
De  su  tormento,  las  inclina  al  suelo, 

Tanto  que  ver  no  puedes  sus  facciones.  117 

"  Pero  contempla  con  mayor  anhelo 

Ese  que  va  de  piedras  recargado; 

En  él  verás  de  los  demás  el  duelo. "  —  120 

—  Oh!  soberbio  cristiano,  desgraciado. 
Que  con  la  vista  y  con  la  mente  insana, 

Vas  hacia  atrás  con  paso  trastornado!  123 


354  DIVINA    COMEDIA 


Piensa  has  nacido  en  g-usanera  humana, 

Para  formar  la  mariposa  angélica, 

Que  vuela  á  la  justicia  soberana!  126 

Por  qué  alzas  gallo  de  soberbia  excéptica, 
Cuasi  insecto  sumido  en  podredumbre, 
Abortado  con  forma  cadavérica? —  129 

Cual  por  sostén  de  vigas  ó  techumbre 

Como  soporte,  vése  una  figura 

Agobiada  por  tanta  pesadumbre,  132 

Que  al  que  la  mira  causa  pesadura, 

Así  también  sentí  mi  alma  afligida 

Al  mirar  de  las  sombras  la  tortura.  135 

Más  ó  menos  cada  una  contraída, 

Según  la  espalda  el  peso  le  recarga, 

Llora  la  grey  paciente  y  dolorida,  i38 

Cual  clamando :  — A^¿?  ptiedo  con  la  carga/ 


CANTO  L'NDFAÜMO 


Paráfrasis  (kl  Pater  Noster  de.  los  orgullosos  <lfl  Purgatorio.  —  Obligación  de 
rezar  por  los  difuntos.  —  Un  penitonte.  indica  á  los  Poetas  el  camino  que  deben 
seguir.  —  Confesión  de  Humberto,  conde  de  Santa  Fiori.  —  Coloquio  entre  el 
Poeta  y  Oderizo  de  Gubio,  sobre  la  pintura  y  las  letras,  y  sobre  la  vanidad 
de  la  fama  mundanal.  —  El  provenzal  Salvano  que  purga  el  pecado  de  la 
soberbia,  dispensado  de  la  espera  por  un  acto  de  ;ibntgíici.')n.  —  Alusión  al 
destino  futuro  del  Poeta. 


—  "Padre  nuestro  que  te  hallas  en  el  cielo, 

No  circunscrito,  pues  tu  amor  benigno 

En  lo  infinito  se  difunde  al  suelo.  3 

"  Sea  alabado  tu  poder  divino 

Y  tu  nombre,  por  toda  tu  criatura, 

Que  grata  te  tributa,  incienso  digno.  6 

"Venga  en  paz  el  tu  reino  de  ventura, 

Porque  si  de  tu  seno  no  desciende, 

No  alcanzaremos  solos  tanta  altura.  9 

"Tu  voluntad  que  el  sacrificio  enciende 

Y  tus  ángeles  cantan  en  su  Hosanna, 

Se  haga  en  la  tierra  que  tu  amor  comprende.  12 

"  Danos  del  pan  la  gracia  cotidiana, 

Porque  sin  ella  en  árido   desierto 

Marcha  hacia  atrás  aquel  que  más  se  afana.       15 


356  DIVINA    COxMEDIA 


"  Y  así  cual  perdonamos  de  concierto 

Recíprocos  agravios,  tú  perdona 

Las  culpas  del  humano  desacierto.  is 

"Nuestra  virtud  que  débil  se  abandona, 
Del  enemigo  guarda  y  del  pecado, 

Y  líbranos  del  mal  que  nos  baldona.  21 

"  Esta  última  plegaria.  Padre  amado, 

No  es  por  nosotros;  son  nuestros  clamores 

Por  los  que  allá  en  el  mundo  se  han  quedado." —  24 

Así  oran  por  nosotros  pecadores 

Las  sombras  con  sus  cargas  vacilando, 

Cual  soñamos  en  sueños  opresores.  27 

Su  peso  desigual  sobrellevando. 

Recorren  fatigadas  la  comiza, 

La  niebla  mundanal  purificando.  30 

Si  el  ruego  por  nosotros  se  eterniza 

Allí,  ¿qué  debe  el  hombre  en  este  suelo 

Hacer,  si  con  las  penas  simpatiza?  33 

Debe  ayudar  al  triste  en    desconsuelo 
A  que  las  manchas  de  la  vida  lave, 

Y  suba  puro  al   estrellado  cielo.  36 

— "  Que  piadosa  justicia  desagrave 

Vuestras  almas  subiendo  prontamente, 

J^n  alas  del  deseo  como  el  ave!  39 

"  Decidme  de  (jué  lado  la  pendiente 

Rs  más  corta,  y  si  hay  otra,  aunque  más  larga, 

Y  por  donde  es  mejor  la  descendiente;  42 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XI  357 


'*  Ponjue  este  compañero,  con  la  carga 
De  la  carne  de   Adam  está  vestido, 

Y  aiinciuc  animoso,  el  peso  el  paso  embarca  " —  45 

Cuando  hubo  estas  palabras  proferido 
El  buen  Maestro  tras  del  cual  yo  iba, 
Un  acento  que  me  era  conocido,  4h 

Respondió :  —  "  Por  la  diestra  de  la  riba 

Seguid,  y  encontraréis  una  bajada 

Que  pueda  transitar  persona  viva.  51 

'Si   no  fuera  esta  carga  tan  pesada 

Que  la  cerviz  abate  de  mi  sombra 

Con  la  faz  por  los  suelos  arrastrada,  54 

"  A  ese  que  vive  aún  y  no  se  nombra, 
Mirara,  por  saber  si  es  conocido, 

Y  moverle  á  piedad  si  es  que  se  asombra.         57 

f  ■ 

"Latino,  de  un  gran  Tosco  fui  nacido: 

Guillermo  Aldobrandesqui  es  mi  ascendiente: 

— No  sé  si  el  nombre  suyo,  habréis  oído. —       60 

"  La  sangre  antigua  y  gloria  permanente 

De  mis  mayores,  criaron  la  arrogancia 

Que  á  la  madre  común  niega  demente.  63 

"Los  hombres  desprecié  con  tal  jactancia, 
Que  por  ello  morí,  cual  sabe  Siena, 

Y  sabe  en  Campagnati  hasta  la  infancia.  66 

"Humberto  soy,  y  lo  que  más  me  apena, 
Que  mi  orgullo  á  los  míos  ha  perdido, 

Y  por  mí  sufren  mal,  y  sufren  pena.  69 


358  DIVINA    COMEDIA 


"  Por  aplacar  á  Dios,  llevo  dolido 

Este  peso,  las  culpas  compurgando 

En  muerte,  que  en  la  vida  he  cometido." —         72 

Yo  bajé  la  cabeza,  esto  escuchando, 

Y  uno  de  ellos,  (no  el  otro  que  me  hablaba), 
Volvióse  á  mí,  su  peso  soportando ;  75 

Y  al  verme,  conocióme,  y  me  llamaba, 
En  mí  fijando  su  ojo  atribulado. 

Mientras  que  con  los  otros  se  arrastraba.  7s 

—  "Oderizo, —  le  dije, —  te  has  llamado, 

La  prez  de  Agudio,  honor  de  la  pintura, 

Que  se  llama  en  París  iluminado  ? "  ¿i 

Y  él  á  mí:  —  -'Vale  más  la  miniatura 
De  Franco  Bolones;  yo  no  he  subido 

Sino  en  parte,  de  honor  á  tanta  altura.  84 

•*  No  habría  en  vida  tan  cortés  yo  sido 

Para  con  él,  pues  excederle  ansiaba 

Por  el  amor  del  arte  que  en  mí  ardía.  87 

"  De  tal  soberbia,  éste  el  castigo  ha  sido; 

Y  ni  alcanzara  pena  congojosa 

Si  en  tiempo  no  me  hubiese  arrepentido.  ;o 

"  Oh,  gloria  vana,  de  la  humana  cosa! 

Cuan  poco   el  verde  de  tu  planta  dura 

Cuando  el  tiempo  no  la  hace  vigorosa!  93 

"  Cimabué  se  glorió  de  la  pintura 

El  campo  mantener:  —  Giotto  ha  venido, 

Y  su  fama  so  ha  vuelto  sombra  oscura.  x> 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XI  359 


**Así  arrebata  el  uno  al  otro   Guido, 

La  gloria  de  la  lengua:  viene  breve 

Quien  á  los  dos  espantará  del  nido.  99 

"Es  el  rumor  mundano  soplo  leve 

Que  de  una  y  otra  parte  lleva  el  viento, 

Que  nombre  cambia  al  paso  que  se  mueve.       102 

'•  Será  mayor  tu  fama  en  el  momento 

Que  te  despojes  de  la  carne  vieja, 

lín  vez  de  balbucear  pueril  acento  ?  ios 

"En  mil  años  —  si  Dios  mueve  la  ceja, — 

Ante  la  eternidad  su  corto  espacio 

A  una  vuelta  del  mundo  se  asemeja.  ios 

"  Ese  que  en  su  camino  va  despacio. 

De  su  nombre  Toscana  estaba  henchido, 

Que  ni  en  Siena  resuena  en  su  palacio,  iii 

"Donde  era  el  amo  cuando  fué  destruida 

Por  Florentina  rabia,  tan  superba 

Entonces,  y  al  presente  prostituida.  lu 

"  Vuestro  renombre,  es  cual  color  de  hierba, 
Que  ora  viene,  se  va,  se  descolora, 

Y  marchita  el  que  tierna  la  preserva." —  117 

Yo  exclamé:  —  "Tu  palabra  en  mí  atesora 

Saludable  humildad,  y  más  me  afano; 

Mas  ¿quién  es  ese  que  te  hablaba  ahora?" —    120 

"Ese  es, — repuso, —  el  Provenzal  Salvano 

Y  aquí  se  halla  por  ser  muy  presuntuoso, 

Que  á  Siena  pretendió  tener  en  mano.  123 


360  DIVINA    COMEDIA 


"  Así  se  va  arrastrando  sin  reposo 

Desde  su  muerte:  tal  es  el  presente 

Que  da  el  cielo  á  quien  peca  de  ambiciones." —    126 

Y  yo; — "¿Cómo  el  que  tarde  se  arrepiente 
Cuando  el  término  llega  de  la  vida 

Queda  abajo  como  alma  penitente,  129 

"Si  no   es  por  la  plegaria  socorrida, 

Por  todo  el  tiempo  que  en  el  mundo  ha  estado, 

A  este  ha  sido  acordada  la  subida?  132 

—  "Es  —  dijo      que  en  la  gloria  de  su  estado 
Por  propia  voluntad,  un  día  en  Siena, 
Mostróse  humildemente  arrodillado,  135 

"  Por  rescatar  de  la  cautiva  pena 

A  un  amigo  en  la  Francia  aprisionado, 

Y  su  sangre  vibró  de  vena  en  vena.  138 

"No  diré  más:  si  oscuramente  he  hablado 

Más  tarde,  por  los  tuyos  explicada 

La  palabra  será  que  has  escuchado.  i4i 

"  Por  tal  obra  ha  venido  á  esta  morada." 


CANTO  DUODKOniO 


Los  Poetas  siguen  su  camino  por  el  borde  del  circuito  y  Virgilio  hace  notar  al 
Dante  los  ejemplos  famosos  de  soberbia  castigada,  diseñados  en  el  suelo.  — 
A  la  llora  del  m«',<l¡o  dia,  aparece  un  ángel  luminoso  que  les  indica  el  camino 
de  la  subida  y  que  con  su  ala  borra  una  de  las  siete  PP  de  la  frente  del 
Dante,  —  Los  Poetas  suben  |)or  una  áspera  escalera,  y  al  penetrar  al  recinto 
superior,  oyen  palabras  de  vida  y  de  esperanza  desconocidas  en  el  infierno. — 
El  Dante  se  siente  más  ligero  para  continuar  su  fatigosa  marcha,  y  Virgilio  le 
hace  saber  que  la  subida  le  será  más  fácil  á  medida  que  se  vayan  borrando 
de  su  frente  las  manchas  del  pecado.  —  El  Dante  lleva  entonces  la  mano  á  su 
frente  y  advierte  que  de  las  siete  PP  estampadas  por  la  llave  del  ángel  de  la 
entrada,  sólo  quedaban  seis. 

Como  bueyes  al  par  bajo  de  un  yugo, 

Iba  yo  con  la  sombra  recargada, 

Hasta  que  al  dulce  guía  decir  plugo:  3 

—  "Deja  sufrir  esa  alma  tormentada; 

Cada  cual  debe  aquí  con  vela  y  remo. 

Su  barca  dirigir  bien  gobernada." —  6 

Alzé  la  frente  con  esfuerzo  extremo; 

Pero  mi  alma  hacia  abajo  se  inclinaba 

Por  pensamiento  de  humildad,  supremo.  9 

Con  voluntad  mis  pies  encaminaba 

Kn  pos  del  guía,  con  mayor  anhelo, 

Y  cada  cual  su  paso  apresuraba ;  12 

Cuando  de  pronto  dijo: — "Mira  al  suelo, 

Pues  el  camino  te  será  más  grato 

Al  ver  lo  que  tú  pisas  sin  recelo." —  l'; 


362  DIVINA    COMEDIA 


Cual  por  memoria,  con  piadoso  boato 
En  losa  sepulcral,  sobre  los  muertos 
A  flor  de  tierra,  pónese  el  retrato. 


18 


Que  hace  llorar  sobre  los  huesos  yertos, 

Despertando  doliente  remembranza, 

Donde  propicios  ruegos  son  ofertos;  21 

Otras  efigies  vi  de  más  semblanza 

Al  borde  del  camino,  figuradas 

En  cuanto  el  monte  por  su  falda  avanza.  24 

La  más  noble  criatura  de  las  creadas 

Miré,  desde  los  cielos  despedida 

Como  rayo,  por  manos  irritadas.  27 

Vi  al  Briareo  con  mortal  herida, 
Por  el  rayo  celeste  fialminado,. 

Y  su  gran  bulto,  convertido  en  hielo;  30 

Y  á  Palas  y  á  Timbreo,  y  Marte  armado, 
Ver  con  Jove  los  miembros  palpitantes 

De  titanes,  en  campo  ensangrentado.  33 

Y  vi  al  Nemrod  con  ojos  delirantes 

De  su  obra  al  pie,  mirar  las  locas  gentes, 

En  Sennaar  soberbios  cooperantes.  36 

Oh  Niobe!  qué  miradas  tan  dolientes 
Tuyas  vi,  figuradas  en  la  estrada. 
Entres  dos  sietes  hijos  fallecientes! 


30 


Oh  Saúl!  traspasado  con  tu  espada, 
Tu  cuerpo  muerto  en  Gelbué  yacía, 
Hoy  montaña  sin  lluvia  y  desolada!  42 


EL   lURGATíJRIU    -  CANTO    XII  303 

Olí,  loca  Ara^nc!  cual  mci   parecía 

\'erte  ya  media  araña,  contristada 

Por  tu  propia  labor  y  tu  osadía!  45 

Oh,   Roboan!  tu  imagen  cincelada 

Ya  no  amenaza:  llena  de  aspaviento 

vSe  ve  como  en   tu   carro  se  mostraba!  4« 

Representaba  el  duro   pavimento, 

Como  Almeon  tan  caro  hacer  pagaba 

A  su  madre  el  fatídico  ornamento.  5i 

Allí  á  Senaquerib  se  figuraba 

Por  su  prole  en  el  templo   asesinado, 

Y  como,  muerto,  allí  lo  abandonaba.  54 

El  crudo  ejemplo  estaba  allí  estampado, 

Cuando  á  Cyro,  Tamyris  le  dijera: 

Toma  más  sangre  si  no  estás  saciado!  57 

De  los  Asirios  la  legión  que  huyera, 

Veíase,  con  Holofernes  muerto, 

X  las  reliquias  de  su  hueste  fiera.  60 

Tus  cenizas,  ¡oh  Ilion!  cual  polvo  yerto, 

Y  abyección  y  vileza  á  que  has  bajado, 
Mostrábase  con  signo  no  encubierto.  63, 

¿Qué  pincel,  qué  buril  sería  osado 

A  retrazar  las  sombras  y  motivos 

Que  el  genio  más  sutil  haya  admirado?  66 

Muertos,  los  muertos,  y  los  vivos,  vivos: 

Nadie  lo  vio  cual  yo,  tan  verdadero. 

Cual  yo  lo  vi,  con  ojos  reflexivos  69 


364  niVINA    COMEDIA 


—  Ora  tu  ojo  levanta,  tú  altanero 

Hijo  de  Eva:  no  bajes  la  mirada 

Para  advertir  que  llevas  mal  sendero! —  72 

Prosiguiendo  del  monte  la  jornada, 

El  sol  la  suya  en  tanto  recorría 

Sin  ser  por  nuestra  mente  calculada ;  75 

Cuando  aquel  que  mis  pasos  precedía, 
Exclamó  de  repente:  —  "Alza  la  testa: 
No  es  caso  de  seguir  marcha  tardía.  78 

"  Contempla  ese  ángel  que  á  llegar  se  apresta 
A  nuestro  encuentro :  mira  como  torna 
Del  servicio  del  sol  la  sierva  sexta. 


81 


"  De  reverencia  tu  semblante  adorna, 
Porque  grato  te  lleve  hasta  la  altura; 
Pues  un  día  como  este,  no  retorna."  — 


84 


Comprendí  del  consejo  la  cordura. 

De  tiempo  no  perder,  pues  no  era  aquella 

Materia  que  á  mi  mente  fuese  oscura.  87 

A  mí  venía,  la  criatura  bella 

Con  un  blanco  ropaje,  y  parecía 

Su  rostro  ser  cual  matutina  estrella.  90 

Los  brazos  y  las  alas  extendía, 

Al  decirnos:  —  "Subid  por  esas  gradas 

Que  os  llevarán  por  accesible  vía." —  93 

Oh,  voces  pocas  veces  escuchadas  I 

¿Por  qué  los  hombres  á  subir  nacidos 

Dejan  caer  sus  almas  amenguadas?  96 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XII  365 

Nos  mostró  los  peldaños  derruidos, 

Y  con  el  aln  me  tocó  hi  frente, 

Buen  auc^urio   de  pasos  prevenidos.  99 

Como  á  diestra,  subiendo  la  pendiente 

Se  percibe  la  iglesia  que  domina 

A  la  buena  ciudad  cerca  del  puente,  102 

Y  al  subir  Rubaconte  más  se  inclina 
Por  las  escalas  hechas,  cuando  estaba 

Seguro  el  libro,  sin  la  fraude  indigna;  105 

Así  también  la  roca  se  aplanaba 

Al  conducir  sin  pena  á  otros  girones, 

Que  el  uno  y  otro  lado  limitaban.  ios 

A  tiempo  de  llegar  á  estas  regiones, 

Beati  paiíperes  spiritti,  cantaban. 

Voces  llenas  de  dulces  emociones.  iii 

Cuan  diversas  de  aquellas  que  sonaban 

En  el  Infierno !  que  tan  dulce  canto 

Con  los  fieros  lamentos  contrastaban!  ii4 

Los  escalones  remontaba  en  tanto, 

Y  al  subir,  más  liviano  me  sentía, 

Cuando  en  el  llano  me  cansaba  tanto.  117 

—  "Qué  cosa  es  esta, — pregunté  á  mi  guía^  — 
Que  me  alivia  de  un  peso,  en  tal  manera, 

Que  ya  no  siento  la  fatiga  mía? —  120 

— "  Cuando  las  PP  que  el  ángel  te  imprimiera, 

—  Repuso,  —  y  de  que  guardas  las  señales, 

Se  borren,  —  que  una  ya  despareciera, —  123 

25 


^^^  DIVINA    COMEDIA 


"Movido  por  tus  fuerzas  corporales, 
La  voluntad  te  alentará  en  la  empresa, 
Gozando  en  las  fatigas  naturales."  — 

Cual  quien  lleva  una  cosa  en  su  cabeza 
Que  no  sospecha,  presa  es  de  la  duda, 
Al  ver  señales  que  otro  le  endereza, 

Y  con  el  tacto  su  sentido  ayuda, 

Y  busca  y  halla,  y  mano  socorrida 
Hace  que  á  la  visión  incierta  acuda, 

Así  la  diestra  levanté  extendida, 

Y  hallé  de  siete  PP  una  borrada, 
Que  por  la  llave  fuérame  imprimida; 

Y  Virgilio  sonreía  en  su  mirada. 


126 


129 


132 


135 


(JANTO  DECLMOTEKCJ'JUO 


Sul)rn  los  Poetas  al  segundo  circuid  dfl  Purgatorio  dondi:  se  expia  el  p<;ca<lo  de 
la  envidia.  —  Los  pt'nitentes  van  virstidos  con  un  silicio,  y  los  ojos  cosidos  con 
hilos  de  hierro. —  Espíritus  invisibles  cruzan  volan<lo  i;l  aire,  y  dan  voces  que 
recuerdan  á  los  envidiosos,  cji-mpios  de  amor  y  de  caridad  en  pro  del  prójimo. 

—  VA  Dante  es  interpelado  por  una  mujer  de  Siena,  llamada  Sapia,  quií  se  con- 
fiesa culpable  por  haber  rogado  por  la  desgracia  <le  su  patria.  — El  Dante  se 
confiesa  á  sí  mismo  como  propenso  á  la  envidia  y  á  la  cólera,  y  promete  á 
Sapia  recomendarla  á  sus  conciudadanos,  á  c|uienes  califica  duramente. 

Llegamos  de  la  escala  hasta  la  cima 
Donde  otra  vez  hasta  el  monte  se  replega, 

Y  donde  el  alma  mala  se  sublima.  ^ 

A  otra  comiza  en  cerco  allí  se  llega, 

A  manera  que  lo  era  la  pasada, 

Pero  en  arco  menor,  se  cierra  y  plega.  6 

De  imágenes  ó  señas  despojada, 

Con  lívido  color  aparecía 

La  dura  roca  al  largo  de  la  estrada  9 

—  "  Si  esperamos  aquí  que  llegue  un  guía, 

—  Reflexionó  el  Poeta,  —  ciertamente. 

Muy  tarde  encontraremos  nuestra  vía." —  12 

Miró  al  Sol  en  seguida,  fijamente, 
Giró  á  su  diestra  sobre  fijo  centro, 

Y  á  la  izquierda  volvióse  prontamente.  15 

—  "Oh  dulce  luz!  en  que  confiado  entro, 
Que  á  los  nuevos  caminos  nos  induces, 

—  Exclamó,       y  nos  guías  aquí  adentro!  I8 


368  DIVINA    COMEDIA 


"TÚ  calientas  y  alumbras  con  tus  luces, 

Y  si  contraria  causa  no  nos  tienta 

Siempre  con  tus   fulgores  nos  conduces!" —        21 

Cuando  una  milla,  por  humana  cuenta. 

Hubimos  del  camino  recorrido, 

Con  ágil  paso  y  voluntad  contenta,  24 

En  los  aires  sentimos  un  volido 
De  invisibles  espíritus,  llamando 
A  la  mesa  de  amor  dulce  sonido.  27 

La  voz  primera  que  pasó  volando, 
Vinum  non  habent,  dijo  con  voz  clara, 

Y  á  lo  lejos  sus  voces  reiterando.  30 

Y  antes  que  el  eco  blando  se  apagara. 
Otra  exclamó  á  lo  lejos:  —  "Soy  Oreste!"  — 
Sin  que  tampoco  el  vuelo  se  fijara.  33 

Al  Padre  pregunté: — "¿Qué  acento  es  este?" 

—  Y  al  preguntar,  clamó  una  voz  tercera 

—  "  Amad  al  e^teinigo  atinque  os  moleste, "  —        36 

Y  el  Maestro:  —  "Se  purga  en  esta  esfera 
La  culpa  de  la  envidia,  que  fustiga 

Con  látigo  de  amor  mano  severa:  39 

"Blanda  es  aquí  la  brida  que  los  liga; 

Y  pienso  lo  has  de  ver,  según  colijo, 

Antes  que  el  paso  del  perdón  subsiga.  42 

"Pero  ten  en  el  aire  el  ojo  fijo, 

Y  verás  muchas  sombras  por  delante 
Sentadas  todas  en  su  afán  prolijo." —  45 


iL  riKí.ATOKio  — CANTO  XIII  369 


Abrí  mejor  los  ojos,  y  anhelante 

vSombras  vi,  (|ue  vestían  sendos  mantos 

De  un  color  .í  la  piedra  semejante.  48 

Y  oí  clamar  entre  angustiosos  llantos: 
—  "Ora  María,  por  nosotros  ora! 

Y  á  Pedro  y  á  Miguel!  todos  los  Santos!" —    5i 

No  pienso  que  haya  un  alma  pecadora 

Que  al  mirar  estas  penas,  no  sintiera 

De  compasión  la  espina  punzadora.  54 

Cuando  más  cerca  de  ellos  estuviera, 
Ya  tuve  de  cada  uno  claro  indicio, 

Y  gran  dolor  mis  ojos  exprimiera.  57 

Cubiertos  todos  con  un  vil  silicio, 

Los  unos  á  los  otros  adosados, 

Contra  el  muro  sufrían  el  suplicio,  60 

Tal  los  ciegos,  en  fiestas  consagradas, 

Demandan  la  limosna  compungidos. 

Sus  cabezas  en  grupo   amontonadas,  63 

Para  excitar  la  compasión,  dolidos. 
Agregando  á  la  queja  pronunciada 
La  vista  que  penetra  en  los  oídos.  66 

La  luz  tienen  los  ciegos  apagada: 

Y  así  á  estas  sombras  en  su  noche  oscura 

De  los  cielos  la  luz  está  negada.  69 

Hilo  de  hierro   fora  cual  costura 

Sus  párpados,  á  modo  que  al  salvaje 

Gavilán  que  se  doma  en  su  bravura.  72 


370  DIVINA    COMEDIA 


Me  parecía  cometer  ultraje 

Al  mirarlos  sin  ser  por  ellos  visto, 

Y  acudí  de  mi  sabio  al  arbitraje. 


75 


Bien  mí  pensar  había  él  entrevisto, 

Y  anticipando  el  juicio  á  la  demanda, 

Dijo: — ''Puedes  hablar;  mas  cauto  y  listo." —      78 

Virgilio  caminaba  por  la  banda 

De  la  comiza,  el  riesgo  desafiando 

Porque  ningún  reparo  la  enguirlanda.  si 

A  otro  lado  las  sombras  van  penando, 

Cosidas  con  su  bárbara  costura, 

De  lágrimas  sus  pechos  inundando;  84 

Y  yo  así  les  hablé:  —  "Gente,  segura 
De  ver  de  lo  alto  la  eternal  lucencia, 

Que  vuestro  anhelo  con  ardor  procura!  s7 

"Que  la  gracia  disipe  en  la  conciencia 

Las  espumas,  y  corra  puro  y  claro 

Como  un  río,  la  noble  inteligencia!  9o 

"Mas  decid  por  favor,  que  me  es  muy  caro, 

¿Hay  en  esta  mansión  alma  italiana 

A  quien  tal  vez  pudiera  dar  amparo?"  —  9i 

—  "Oh  hermano,  acjuí  cada  alma  es  ciudadana 

De  una  vera  ciudad.    Yo  pensaría 

Buscas  tú,  peregrina  alma  italiana." —  96 

Me  pareció  que  aquella  voz  venía 

No  lejos  del  lugar  en  (]ue  me  hallaba, 

Y  adelanté  por  si  mejor  oía.  «/í 


EL   PURGATORIO —  CANTO   XIII  371 

l'n   alm.'i   vi   i\uc.  entre  otras  esperal)a, 

Sci^iin   ¡)()r  su   actitud  lo  coligiera, 

Pues  cual  ciego  su  barba  levantaba.  102 

—  Espíritu  que  sufres  y  (jue  espera, 

—  Le  dije,  —  si  á  mi   ruego  has  respondido, 
Dime  tu  nombre  y  cuál  tu  patria  era."  —  105 

Y  respondióme:  —  "Yo  Sienesa  he  sido, 

Y  aquí  purgo  con  otros  mala  vida, 
Clamando  al  que  perdona  al   afligido.  ios 

"Sapia  me  llamaban,  mas  perdida 

La  razón,  no  fui  sabia,  y  en  los  daños 

De  los  demás  gozéme  sin  medida;  iii 

'■Y  no  imagines  que  te  cuento  engaños: 

Oye  y  verás  cual  fuera  mi  insania 

Al  descender  el  arco  de  mis  años.  114 

"Los  ciudadanos  de  la  patria  mía 

En  Colle  á  sus  contrarios  contrastando, 

Yo  su  derrota  al  cielo  le  pedía.  117 

"Y  Dios  me  oyó,  sus  huestes  debelando 

En  hora  amarga;  y  yo  me  complacía 

Con  alegría  sin  igual  gozando.  120 

"  Y  desafiando  al  cielo  me  engreía 
Gritando  á  Dios: —  ^'JJe  tí  nada  yo  temo! 
Como  hace  el  mirlo  en  bonancible  día.  123 

"  Volvime  á  Dios  en  el  momento  extremo, 

Y  en  paz  con  él,  no  habría  yo  alcanzado 

De  penitencia  este  lugar  postremo,  126 


372  DIVINA    COMEDIA 


"Si  no  me  hubiese  pío  recordado 

Pier  Pettignano  en  santas  oraciones, 

Quien  con  su  caridad  me  ha  rescatado.  129 

"Mas  tú  quién  eres  di,  que  tus  razones 

Respiran  al  hablar  con  ojo  abierto, 

E  inquieren  nuestras  tristes  condiciones?" —       132 

—  "  Mi  ojo  será  cosido  cuando  muerto; 
Pero  por  poco  tiempo,  pues  la  envidia, 

—  Dije, — poco  sentí,  y  esto  es  lo  cierto.  135 

"  De  más  grande  terror  siente  la  insidia. 

Mi  alma  allá  abajo,  y  temo  dolorido. 

De  otro  tormento  la  pesada  lidia." —  i38 

La  sombra  :  —  "  Quién  aquí  te  ha  conducido  ? 
Piensas  tornar  á  donde  estabas  antes?"  — 

Y  yo: — "Ese  que  no  habla  me  ha  traído;        i4i 

"Y  un  vivo  soy:  son  cortos  mis  instantes: 

Dime  cuál  quieres  que  en  el  mundo  mueva 

En  tu  favor  mis  plantas  vacilantes." —  144 

Y  ella  á  mí: —  "Lo  que  escucho  es  cosa  nueva, 

Y  es  señal  de  que  Dios  te  es  favorable. 

¡Tu  plegaria  que  á  Dios  por  mí  conmueva!      147 

"Yo  te  suplico  por  lo  más  amable. 
Que  á  los  míos,  si  pisas  la  Toscana, 
Recomiendes  mi  fama  miserable.  150 

"  Tú  los  verás  entre  la  gente  vana 

Que  espera  en  Talamone,  y  que  cual  antes 

Perderá  la  esperanza  de  su  Diana;  153 

"Pero  más  perderán  los  almirantes." 


(,!ANTO   DKOIMOOÜAKTO 


CoiUinu.ui<')u  iK-  l.i  j;ira  fii  <1  rii  rulo  (K;  los  envidiosos.  —  Pn-jíuiituflo  r\  l'o«tta  (luien 
es  y  de  donde  viene,  contesta  indicando  las  inárgtínes  del  Arno.  —  Con  tal  niotivo, 
Guido  Duca  dirijft'  invectivas  contra  las  costumbres  <le  algunos  pueblos  del  valle 
del  Amo,  y  predice  á  su  compañero  Rinier  de  Calboli  las  atrocidades  de  su  nieto. 

—  Kn  sejruida,  al  declarar  su  nombre,  lamenta  la  degeneración  de  la  Romana, 
recordando  algunos  nombres  ilustres  de  su  tiempo.  —  Dos  nuevas  voces  resuenan 
en  el  aire  á  manera  de  trueno,  ad virtiendo  los  castigos  que  sufren  los  envidiosos. — 
Virgilio  deplora  las  pasiones  desenfrenadas  de;  la  humanidad. 

—  "  Quién  es  aquel  que  en  nuestro  monte  gira 
Sin  que  la  muerte  le  haya  dado  el  vuelo, 

Que  el  ojo  mueve  y  como  quiere  mira?" —        3 

—  "No  lo  sé,  pero  viene  acompañado; 

Pregunta  tú  que  estás  más  allegada. 

Invitándole  á  hablar  con  buen  agrado." —  6 

Dos  almas,  la  una  á  la  o^^ra  recostada. 
Así  hablaban  de  mí  por  diestra  mano, 

Y  una  me  habló  con  frente  levantada:  9 

—  ''  Oh  tú,  que  vienes  con  tu  cuerpo   humano, 

Y  vas  subiendo  á  la  región  del  cielo. 
Consuélanos  con  habla  de  cristiano.  12 

"  Quién  eres  ?  cómo  vienes  desde  el  suelo  ? 

Nos  maravilla  la  suprema  gracia 

Nunca  alcanzada  por  mortal  anhelo." —  15 

—  "En  la  Toscana, — díjeles,  —  se  espacia 
Un  riachuelo  que  nace  en  Falterona, 

Y  en  cien  millas  de  curso  no  se  sacia.  is 


374  DIVIXA    COMEDIA 


De  sus  márgenes  viene  mi  persona : 
Decir  quien  soy  sería  hablar  en  vano, 
Que  el  nombre  mío  poco  se  pregona." 


—  "Según  tu  encarnación  de  ser  humano, 
Entiendo  que  has  nacido,  —  me  responde 
El  primero,  —  del  Arno  muy  cercano." - 

Y  el  otro: — "Si  otro  nombre  corresponde 
A  otro  río.  Por  qué  su  nombre  oculta 
Como  terrible  cosa  que  se  esconde?"  — 

Y  la  una  y  la  otra  sombra  se  consulta, 

Y  una  dijo:— "No  sé;  pero  es  condigno. 
Perezca  un  nombre  que  á  la  tierra  insulta! 


21 


24 


27 


30 


"  Desde  el  principio,  en  medio  al  Apenino, 

(De  que  es  Peloro  monte  destacado, 

Que  de  abundantes  aguas  lleva  signo)  33 

"Hasta  que  al  mar  tributo  le  ha  pagado, 

Y  el  sol  marino  su  vapor  prodiga 

A  otros  ríos  que  en  él  se  han  derramado,  36 

"De  virtud,  cual  de  víbora  enemiga, 

Se  huyó  de  aquel  lugar,  por  desventura, 

O  por  mal  que  en  sí  lleva  y  lo  castiga.  39 

"Y  han  cambiado  de  suerte  su  natura 

Los  habitantes  que  su  valle  acota. 

Cual  los  (|ue  Circe  tuvo  en  su  pastura,  42 

"  Entre  cerdos,  más  dignos  de  bellota 

Que  de  gustar  comida  de  las  gentes. 

—  Primero  el   Arno  en  pobre  lecho  brota,  45 


EL   PURGATORIO  -  CANTO  XIV  375 


"Luego  encuentra   al   hajar  cuzxos  gruñentes 

riuliiriios  de  él,  y   en   marcha  desdeñosa 

Tuerce  el  hocico  y  sigue  sus  corrientes.  48 

"  Así  bajando,  cuanto  más  se  engrosa. 

Luego  *en  lobos  los  perros  se  convierten, 

V.n  la  maldita  y  malhadada  fosa.  51 

"  Cuando  aguas  hondas  sus  gargantas  vierten, 

Encuentra  zorras  llenas   de  malicia, 

Que  á  cogerlas  no  hay  trampas  que  lo  acierten.    54 

"Y  nada  callaré,  porque  es  justicia. 

Que  alguno  al  escucharme  tome  cuenta 

De  mi  palabra,  á  la  verdad  propicia.  57 

"  Tu  nieto   ante  mis  ojos  se  presenta 

Cazando  lobos  en  la  infausta  riba 

Del  fiero  río,  y  que  á  la  gente  ahuyenta;  60 

"De  unos  vende  la  carne  que  está  viva; 

A  otro  degüella  como  á  buey  añoso, 

Y  vende  y  mata  y  de  su  honor  se  priva.  63 

"  Y  al  salir  de  la  selva,  sanguinoso, 

La  deja  tal,  que  al  trascurrir  mil  años 

No  volverá  á  su  estado,  antes  hermoso." —        66 

Como  al  anuncio  de  futuros  daños 

Se  turba  el  rostro  del  que  escucha  atento. 

Bien  sean  ciertos  ó  tan  solo  engaños,  69 

Así,  de  la  otra  sombra  el  sentimiento 

Se  revela,  y  el  rostro  se  contrista, 

Al  escuchar  aquel  fatal  acento.  72 


376  DIVINA    COMEDIA 


De  la  que  habló,  de  la  otra  solo  vista, 

Quise  el  nombre  saber,  y  preguntado 

Que  les  fué,  con  plegaria  dulce  y  mista,  75 

La  sombra  que  primero  había  hablado 
Así  empezó:  —  "Mortal,   tú  me  has  pedido 
Lo  que  no  has  hecho,  pues  no  te  has  nombrado; 


78 


"Mas  si  el  favor  de  Dios  tan  crrande  ha  sido 

Para  ti,  yo  seré    condescendiente: 

Sabe,  pues,  que  yo  soy  del  Duca  Guido. 

"Fué  la  envidia  en  mi  sangre  tan  bullente, 
Que  al  mirar  á  otro  ser  afortunado. 
Lívida  palidez  iba  á  mi  frente. 

"De  tal  grano  la  paja  he  cosechado! 
—  Por  qué  tu  corazón,  oh  raza  humana 
El  mal  busca,  de  bienes  divorciado !  — 

"Este  es  Rinier,  prez  y  honra  de  la  casa 
De  Calboli;  después,  nadie  ha  heredado 
Su  alta  virtud  y  su  valor  sin  tasa. 


SI 


84 


87 


90 


"Mas  su  sangre  no  solo  se  ha  apocado 

Entre  el  Reno  y  el  Po,  monte  y  marina; 

Mas  noble  herencia  suya  han  disipado.  93 

"  Tan  solo  crece  venenosa  espina 

En  sus  términos  ya,  y  á  paso  tardo 

Vendrá,  si  viene,  planta  más  benigna.  96 

"  Dónde  está  Lizio  y  Arrigo  Menardo, 
Pier  Traversano  y  de  Caspiña  Guido? 
VA  romanólo  es  hoy   un  ser  bastardo!  99 


EL   I'L'RGATÍJRIÜ  —  CANTO    XIV  '611 

"  Cuátulo  á   HüU)!ii;i   un   I^^ibio   hahr.i  venido? 

Cuándo  en  Firenz;i  un   Bernardino   P'osco, 

Gentil  retoño  en  humildad  nacido?  102 

"No  te  debe  admirar  (juc  llore,  ;oh  Tosco! 

Cuando  recuerdo  á  Guido  de  la  Prata, 

^'  Hugolin  d'Azzo!  (Con   razón  me  ofusco!)      io5 

''Y  con  Tignazo  á  su  familia  grata, 

Y  la  raza  Anastági  y  Traversara, 

Sin  herederos  de  graíideza  innata:  ioh 

"Damas  y  nobles  de  virtud  preclara 

Que  despiertan  amor  y  simpatía, 

Cuando  el  vicio  las  almas  acapara!  iii 

"  Por  qué  no  huiste  Brettinoro,  el  día 

En  que  fué  tu  familia  desterrada, 

Con  tanta  gente,  por  no  ser  impía!  lu 

"Bagnacavallo  es  bien  no  engendre  nada; 

Y  hace  mal  Castrocaro,  y  aun  peor  Conio, 
Dando  condes  con  alma  tan  malvada.  117 

"Bien  harán  los  Pagani,  si  el  demonio 

Los  abandona;  mas  su  ser    impuro 

Nunca  dará  virtuoso  testimonio.  120 

"  Oh!  Hugolino  Fantoli,  3^0  te  auguro 

Que  brillará  tu  nombre;  que  es  certano 

Que  ningún  heredero  lo  haga  oscuro.  123 

"Prosigue  tu  camino,  buen  Toscano! 

Callo,  mis  ojos  por  llorar  ansian : 

Que  al  recordar  la  patria  más  me  afano." —     120 


378  DIVINA    COMEDIA 


Sabiendo  que  las  almas  bien  sentían 

Nuestras  pisadas,  su  mudez  notando, 

Nuestras  plantas  confiadas  se  movían.  129 

Y  ya  solos,  la  marcha  continuando, 
Tal  como  rayo  que  los  aires  hiende, 
Sentimos  una  voz,  así  clamando:  132 

Me  matará  citalquiera  si  'jne  aprehende! 

Y  huyó  la  voz,  cual  trueno  en  lejanía 
Cuando  se  rasga  nube  que  se  enciende.  135 

El  clamor  resonaba  todavía. 

Cuando  otra  voz  más  alta  y  angustiada. 

Cual  otro  trueno  el  aire  recorría.  iss 

Yo  soy  Aglaura  en  piedra  tras  formada  / 

Entonces  me  estreché  con  mi  Poeta, 

A  su  espalda  cejando  una  pisada.  ui 

El  aura  en  derredor  ya  estaba  quieta, 

Y  él  habló:  —  "Tal  debiera  ser  el  freno 

Que  al  hombre  tenga  dentro  de  su  meta;  144 

"Mas,  ciego  y  sordo  y  de  apetitos  lleno, 
El  cebo  muerde  que  el  demonio   tira. 
Desbocado  en  su  loco  desenfreno:  147 

"Le  llama  el  cielo  y  en  contorno  gira, 
Mostrando  á  todos  su  belleza  eterna, 

Y  el  hombre  al  suelo  solamente  mira;  150 

"Y   os  castiga  (juien  todo  lo  gobierna!"  — 


CANTO   l)l<';(JlM(><,»riXT() 


AI  inclinarse  el  sol  al  occidirnte  se  aparece,  á  los  Poetas  un  ángel  luminoso  que  les 
indica  el  camino  para  subir  del  segundo  al  tercero  grado  del  Purgatorio  en  que  se 
expía  el  pecado  de  la  ira.  — Colotiuio  entre  el  Dante  y  Virgilio  en  que  el  primero 
le  pide  le  explique  las  palabras  d(í  Guido  respecto  de  la  envidia  y  los  bienes 
terrestres  y  mundanos.  —  Al  tocar  el  tercer  círculo,  el  Dante  arrobado,  ve  pasar 
la  visión  de  los  ejemplos  de  memorable  mansedumbre,  en  oposición  á  la  ira  cuya 
expiación  va  á  ver.  —  Los  Poetas  se  encuentran  envueltos  en  una  atmósfera  de 
denso  humo  (jue  oscurece  la  luz,  donde  penan  los  iracundos. 


Cuanto  hora  tercia  en  su  postrer  momento 
Y  el  principio  del   día  en  la  alta  esfera, 
Siempre  á  guisa  de  niño  en  movimiento,  ?, 

Tanto  distaba  el  sol  en  su  carrera, 

Al  tiempo  que  á  occidente  descendía. 

Véspero  allá;  y  aquí  de  noche  era.  6 

La  luz  de  lleno  el  rostro   nos  hería, 
Pues  girando  del  monte  en  la   pendiente, 
íbamos  al  ocaso  en  recta  vía;  9 

Cuando  siento  pasar  sobre  mi   frente 

Un  resplandor  que  al  mismo  día  anima. 

Cosa,  por  nunca  vista,  sorprendente.  12 

Las  manos   levanté   del  ojo   encima, 

Como  resguardo   que  visión  despeja, 

Cuando  una  luz  muy  viva  nos  lastima.  15 


380  DIVINA    COMEDIA 


Cual  de  un  espejo  ó  de  agua  en  que  se   espeja, 

Salta  rayo  de  luz  á  opuesta  parte, 

Subiendo  en  línea  por  igual,  pareja,  i8 

Al  que  desciende,  y  doble  se  reparte, 

A  la  inversa  de  piedra  desplomada, 

Según  lo  enseña  la  experiencia  y  arte,  21 

Tal  la  luz  parecióme  refractada 

Al  herir  mi  pupila,  y  deslumbrado 

Aparté  de  sus  rayos  la  mirada.  24 


^ 


—  "  Qué  luz  es  esa,  —  dije,  —  Padre  amado, 

Que  soportar  no  puedo,  y  que  camina 

Al  parecer  viniendo  á  nuestro  lado?" —  27 

"No  te  admire,       repuso, — si  benigna. 

La  familia  del  cielo,  un  mensajero 

Manda  á  mostrar  la  ruta  peregrina.  30 

"Pronto  verás  con  ojo  más  certero 
El  resplandor  que  causa  tu  conflicto, 

Y  te  será  cual  nada  placentero." —  33 

Y  vimos  acercarse  ángel  bendito. 
Que  nos  dijo:  —  "Subid  esa  escalera, 

Menos  penosa  al  pecador  aflicto."' —  36 

Y  al  subir,  escuchamos  por  doquiera 
Beati  niísericordisf  y  cantaban: 

Tu  eres  el  vencedor:  goza  y  espera.  39 

Nuestros  pies  la  escalera  remontaban, 

Y  meditaba,  al  paso  que  iba  andando, 

La  lección  (jue  sus  labios  encerraban;  42 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XV  381 


Y  á  él  me  volví,  su  juicio  demandando: 
—  ^' Qué  nos  cjuiso  decir  el  de   Romana, 

Del   divorcio   del   bien  y   el   mal    hablando?" —    i5 

Y  de  él  á  mí: — "De  su  mayor   magaña 
Conoce  el  mal,  (jue  es  natural  condene 

Para  evitarnos  pena  que  nos  daña.  4h 

"Si  el  bien  buscáis  que  con  el  mal  se  aviene, 

Y  se  comparte,  hasta  que  al  fin  se  extrema. 

La  envidia  aspira  cá  más  de   lo  que  tiene;  51 

"  Mas  si  el  amor  á  esfera  más  suprema 

Levanta  el  alma,  con  ferviente  anhelo 

No  hay  inquietud  que  pecho  humano  tema ;       54 

"  Pues  cuanto  más  se  parte  bien  del  suelo, 
Más  se  acrecienta  el  bien  de  cada  uno, 

Y  arde  más  caridad  allá   en  el  cielo."  -  -  57 

— "  Satisfecho  no  estoy,  y  quedo  ayuno. 

Cual  si  nada  me  hubieses  respondido; 

Pues  otras  dudas  en  mi  mente  aduno.  60 

"  Cómo  un  bien,  entre  muchos  repartido, 

Más  enriquece  á  cada  poseyente 

Que  si  fuera  entre  pocos  distribuido?" —  63 

Y  él  respondió: — "Te  fijas  solamente 
En  pasajeras  cosas  terrenales, 

Que  oscurecen  las  luces  de  tu  mente.  66 

"  Los  infinitos  goces  celestiales 

Difunden  con  amor  sus  resplandores 

Como  un  rayo  de  sol  sobre  cristales;  69 

26 


382  DIVINA    COMEDIA 


"Y  se  dilatan,  cuantos  más   ardores 
La  caridad  de  todos  y  uno   enciende, 

Y  la  eterna  virtud  fecunda  amores;  72 

''Y  cuanto  más  el  número  se  extiende 
De  los  electos,  más  lo  bueno  se  ama, 
Como   un  espejo  en  otro,  luz  trasciende.  75 

"Si  aun  mi  razón  á  tu  razón  no  llama, 

Ya  verás  á  Beatriz,  quien  plenamente 

Te  quitará  el  anhelo  que  en  ti  clama.  78 

"  Procura  que  se  borren  de  tu  frente 
Como  ya  dos,  las  otras  cinco  llagas, 
Que  cicatricen  lágrima  doliente." —  si 

Iba  á  decir:-— "Al  persuadir  halagas..." 

Pero  de  un  nuevo   centro  en  las  regiones, 

Se  contuvieron  mis  palabras  vagas.  84 

Asaltado  por  súbitas  visiones 

Estático  miré  piadosa  gente 

Prosternada  en  un  templo  en  oraciones;  87 

Y  una  mujer  que  entraba  presurosa. 
Clamando  como  madre:  —  "Hijo  querido! 

Oh,  como  me  has  tenido  cuidadosa!  90 

"Ve  á  tu  padre  (jue  triste  y  afligido 

Como  yo  te  buscaba!" — Y  entre  tanto, 

Había  la  visión  desparecido.  93 

Y  luego  otra  mujer  bañada  en  llanto. 
Destilando  dolor  su  faz  hermosa, 

Cual  brota  del  despecho  ó  del  quebranto,  00 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XV  383 

Dijo:  —  '' wS¡  rieles  l;i   ciiulad  gloriosa, 
De  nombre  entre   los  dioses  debatido 

Y  de  la  ciencia  antorcha  luminosa,  99 

Vcnp^ate  de  (iiiicn  loco  se  ha  atrevido 
A  nuestra  hija   .'il)razar,  ¡oh  Pisistrato!"  — 

Y  el  buen  señor,  clemente  y  contenido,  102 

Contestar  con  semblante  blando   y  grato: 
—  "Qué  haremos  con  acjuel  que  nos  destriza 
Si  al  que  ama  condenamos  por  ingrato." —       105 

Gente  vi,  que  el  rencor  encoleriza, 

A  un  joven  lapidar,  gritando  fuerte 

Los  unos  á  los  otros:  Martiriza!  ios 

Y  al  joven  inclinarse  ante  la  muerte 
Doblando  la  cabeza  hacia  la  tierra, 

Y  en  el  cielo  al  buscar  suprema  suerte,  iii 

Pedir  á  Dios,  en  medio  á  tanta  guerra 

Perdón  para  sus  crueles  matadores, 

Con  el  aspecto  que  piedad  encierra.  ii4 

Vuelta  mi  alma  á  las  cosas  exteriores 

Borradas  como  imagen  entrevista. 

Comprendí  no  eran  falsos  mis  errores.  117 

\^irgilio  me  seguía  con  la  vista, 

Y  al  verme  como  á  un  hombre  que  despierta. 
Dijo:  —  ¿"Qué  tienes,  que  es  lo  que  atrista?     120 

"  Más  de  una  media  legua  en  marcha  incierta 

Las  rodillas  doblando  has  caminado, 

Cual  quien  con  sueño  ó  con  el  vino  brega." —     123 


384  DIVINA    COMEDIA 


—  "Escúchame,  —  le  dije, — Padre  amado, 
Te  diré  lo  que  he  visto  en  mis  visiones, 
Cuando  sentí  mi  cuerpo  quebrantado." —  120 

—  "  Cien  caretas  cubriendo  tus  facciones, 

—  Repuso,  —  no  me  harían  más  oscura 

Tu  mente  con  sus  varias  impresiones.  129 

"Lo  que  tú  has  visto,  la  esperanza  augura 

De  que  te  bañes  en  la  eterna  fuente 

Que  de  la  paz  difunde  el  agua  pura.  132 

"Si  pregunté  ¿qué  tienes?  no  inconsciente 

Lo  hiciera  por  no  ver  lo  que  se  mira. 

Dejando  al  cuerpo  andar  cobardemente,  135 

"Sí,  por  dar  á  tus  pies,  fuerza  que  inspira; 

Que  es  bueno  amonestar  á  la   pereza 

Que  en  su  corta  vigilia  lenta  gira." —  133 

Absortos  de  la  tarde  en  la  belleza. 

Seguimos,  espaciando  la  mirada 

En  contra  al  sol  que  declinaba  á  priesa;  i4i 

Y  por  grados,  cual  nube  condensada 

Vimos  venir,  cual  noche,  un  aire  oscuro, 

Sin  encontrar  guarida  descansada,  144 

Perdiendo,  con  la  vista,  el  aire  puro. 


CANTO  DKCmOSEXTO 


Pasaje  i\o.  los  l'oftas  al  traví's  de  torbellinos  «le  liuino  (íspcso.  —  Lo3  penitentes 
purgan  en  el  circulo  tercero  el  pecado  <ie  la  ira,  cantando  el  himno  misericor- 
dioso del  Ag^niis  Dei.  —  Uno  de  los  pecadores  llamado  Morca  el  Lombardo, 
departe  con  el  Dante  sobre  el  estado  del  alma  en  el  mundo  y  le  demuestra 
el  libre  albedrío  dado  al  hombre,  independiente  de  la  falsa  influencia  atribuida 
á  los  astros  sobre  las  acciones  humanas.  —  Confusión  de  los  poderes  espiri- 
tuales y  temporales,  causa  de  una  parte  de  los  males  que  aflijen  á  la  huma- 
nidad. —  Mención  de  algunos  vivientes,  fieles  á  las  antiguas  costumbres.  — 
Anuncio  del  alba,  precedida  por  un    ángel  luminoso. 


Bruma  infernal  en  noche  nebulosa 

Sin  un  planeta  bajo  pobre  cielo, 

Entre  atmósfera  densa  y  tenebrosa,  3 

No  me  cubrió  con  más  espeso  velo. 

Como  el  del  humo   aquel,  que  me  picaba 

Cual  burdo  paño  de  erizado  pelo.  6 

La  oscuridad  mis  ojos  ofuscaba, 
Y  mi  fiel  compañero  me  ofrecía 
Su  hombro  amigo,  y  en  él  me  reclinaba.  9 

Tal  como  fuera  un  ciego  en  pos  del  guía, 

Por  no  extraviarse  ó  tropezar  cuitado 

En  cosa  que  lo  hiriese  ó  mataría,  12 

Iba  yo  por  aquel  aire  viciado, 

Escuchando  al  Maestro,  que  así  hablaba: 

—  "Cuida  de  no  apartarte  de  mi  lado." —  15 


386  DIVINA    COMEDIA 


Rumor  piadoso  el  aire  aquel  llenaba, 

Pidiendo  en  dulce  paz,  misericordia, 

Al  ángel  puro  que  pecados  lava.  I8 

El  AgntiS  Dei  cantaban  en  su  exordia 

Al  unisón,  en  modo  compasado 

Que  parecía  acorde  de  concordia.  21 

—  "Maestro, — dije — ¿qué  es  lo  que  he  escuchado? "- 

Y  él :  —  "A  saber  lo  cierto  aquí  se  aprende, 
Del  iracundo  el  nudo  desatado." —  24 

—  "  Quién  eres  tú  que  el  aire  nuestro  hiende, 

Y  de  nosotros  hablas  todavía 

Por  las  kalendas  que  tu  tiempo  entiende?" —     27 

De  pronto,  así  una  voz  me  reprendía; 

Y  el  Maestro: — "Pregunta  solamente 

Si  de  subir  á  lo  alto  esta  es  la  vía." —  30 

Yo: — "Criatura,  que  sufres  penitente 

Para  tornar  al  Ser  que  te  ha  creado, 

Llega,  y  oirás  historia  sorprendente." —  33 

— "  Te  seguiré  cuanto  me  sea  dado, 

—  Repuso,  —  en  medio  de  esta  noche  oscura. 
Por  el  oído  el  ojo  reemplazado." —  36 

Yo  comencé: — "Con  esta  vestidura 
Que  disuelve  la  muerte,  voy  arriba, 
Cruzando  del  infierno  la  amargura;  39 

"  Y  si  Dios,  con  su  gracia  compasiva 

Que  hasta  su  corte  llegue,  quiere  en  suerte, 

Por  senda  nueva  para  gente  viva,  42 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XVI  387 


''Oí   lo   (juc  fuiste  antes  de  l.'i  muerte; 
l)¡iiu!   tanihiéii   si   voy   (lescnniinadf) 

Y  haz  (jue  con  tu  palabra  el  rumbo  acierte." —       45 

—  ^'Lombardo   fui,   y  Marco  fui  llamado; 
]\\  mundo   conoci,  y   amé   en  la  vida 

La  virtud,  tjue  hoy  es  arco   destemplado.  4S 

"Para  subir  vas  bien  en  tu  corrida."  — 

—  Así  repuso  y  ag^regó: — "Te  pido 

Me  ampares  en  la  corte  bendecida." —  51 

—  "  Por  mi  fe,  cumpliré  con  tu  pedido; 

—  Le  contesté,—  mas  tengo  acá  en  mi  mente 
Una  duda,  sin  dar  con  su  sentido  54 

"  Antes  me  trabajaba,  y  doblemente 

Ora  con  tu  palabra,   que  concierto 

Con  otra  que  me  ha  dicho  un  penitente.  57 

"  Si  cual  dices,  el  mundo   está  desierto 
De  la  virtud,  que  al  vicio  se  pospone, 

Y  todo  de  maldad  está  cubierto,  oo 

"  Dime  la  causa,  á  fin  que  lo   pregone 

Si  lo  alcanzo,  pues  ora  me  confundo. 

Que  uno  en  el  cielo  y  otro  abajo  pone." —       63 

Alto  suspiro,  con  dolor  profundo 

De  su  pecho  exhaló,  y  dijo:  —  "Hermano, 

El  mundo  es  ciego,  y  vienes  tú  del  mundo.        66 

"Todas  las  causas  busca  el  ser  humano 

Sólo  en  el  cielo  necesariamente, 

Cual  si  todo  moviese  ajena  mano.  69 


388  DIVINA    COMEDIA 


''Si  así  fuere,  no  habría  alma  consciente, 

Ni  libre  arbitrio,  y  fuera  una  injusticia 

El  premio  al  bien,  el  luto  al  mal  doliente.  72 

"  Las  acciones  del  hombre  el  cielo  inicia, 

—  No  digo  todas,      y  aunque  así  lo  diga. 

Os  dio  la  luz  del  bien  y  la  malicia,  is 

"Y  libre  voluntad,  que  se  fatiga 

Contra  celeste  influencia  en  lucha  dura, 

Pero  que  bien  nutrida  al  bien  obliga.  73 

"Fuertes  y  libres,  á  mejor  natura 
Sometidos  estáis,  que  el  cielo  cría 
La  mente  libre,  de  que  no  se  cura; 


"Y  si  al  presente  el  mundo  se  desvía. 
La  causa  está  en  el  hombre  que  lo  inicia; 
Y  en  verdad,  te  diré  más  todavía. 

"Sale  de  manos  de  El  y  la  acaricia 
Antes  de  ser,  á  guisa  del  infante, 
El  alma  balbuceando  su  primicia: 


81 


84 


87 


"Aquella  alma  sencilla  es  ignorante; 

Mas  del  seno  feliz  de  Dios  nacida, 

A  lo  que  hace  feliz  busca  anhelante.  90 

"Por  efímeros  bienes  seducida. 

Se  engaña,  y  deja  los  caminos  buenos. 

Si  por  freno  ó  mentor  no  es  contenida.  93 

"Y  así  convienen  de  la  ley  los  frenos, 

Y  conviene  (juien  rija  y  cjuien  discierna 

De  la  vera  ciudad  la  torre  al  menos.  % 


IvL    I^UKGATÜRIO — CANTO    XVI  389 

''  Las  leyes  son,  mas  sin  acción  externa, 

Pues  si  el  Pastor  rumea  todavía. 

Ya  con  uñas  hendidas  no  gobierna.  99 

''  Y  así  la  gente,  tal  cual  hace  el  guía, 
Se  harta  con  vanos  bienes  de  la  vida, 
Buscando  el   pasto  del  presente  día.  102 

''Y  así  se  ve,  que  el  ser  mal  conducida, 

Vicia  la  especie  con  su  ser  fecundo, 

No  la  naturaleza  corrompida.  105 

"Roma,  que  un  día  pauta  fué  del  mundo, 

Tuvo  dos  Soles,  que  nos  ha  mostrado, 

Del  cielo  y  tierra  el  uno  y  otro  oriundo.  ios 

'•El  uno  por  el  otro  se  ha  apagado, 

El  báculo  juntando  con  la  espada, 

Y  es  fuerza,  todo  ser  mal  gobernado,  iii 

"Pues  el  temor  en  ambos  se  anonada. 

Si  aun  dudas,  ve  la  espiga  de  la  siega 

Por  su  fruto  en  la  planta  señalada.  114 

"  El  país  que  el  Po  con  el  Adige  riega, 

Centro  fué  de  virtud  y  cortesía 

Antes  de  Federico  y  de  su  brega:  117 

"  Al  presente,  seguro  bien  podría, 

Quien  por  vergüenza  huyera  de  los  buenos, 

No  tenerlos  jamás  por  compañía.  120 

"  Tres  ancianos  virtuosos  guarda  al  menos, 

De  aquella  edad,  á  quienes  se  *hace  tardo 

Que  Dios  Íes  llame  á  días  más  serenos:  123 


390  DIVINA    COMEDIA 


"  Conrado  del  Palazzo,  el  buen   Geraldo, 

Y  Guido  del  Castel,  que  se  apellida 

En  Francia,  simplemente  el  buen   Lombardo.     126 

"Hoy  la  Iglesia  de  Roma  está  abatida 
\  Por  confundir  en  sí  dos  regimientos, 

Y  por  su  peso,  al  fango  cae  rendida!" —  12Q 

—  "Oh  Marco!,  —  díjele, — tus   argumentos 

Comprendo,  y  el  por  qué  de  rica  herencia 

Los  hijos  de  Leví  fueron  exentos.  1.^2 

"  Pero  quién  es   Gerardo,  la  excelencia, 

Según  lo  dices,  de  la  antigua  gente, 

Que  avergüenza  á  este  siglo  en  decadencia? "  — 


,  I      — "O  me  engañas  ó  tientas  diestramente; 

V^         ^     — Me  replicó  la  sombra.  —  Si  hablas  Tosco 
Sabes  quien  fué  Gerardo  ciertamente. 

"No  por  otro  dictado  le  conozco, 
De  no  tomarlo  del  de  su  hija  Gaya. 
Seguir  no  puedo:  Dios  sea  con  vosco.     >^ 

"Mira  el  albor  que  el  humo  negro  raya 
Con  blanca  luz,  viniendo  á  prevenirme 
Que  antes  del  Ángel,  fuerza  es  que  me  vaya,"  — 

Dijo  la  sombra  y  más  no  quiso  oirme. 


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144 


CANTO  DÉCIMOSETIMO 


SiiKn  los  Poetas  de  hi  m'j;ia  humareda  á  tiempo  de  ponerse  el  sol, —  Kl  Dante, 
arrebatado  por  un  nuevo  éxtasis,  ve  en  su  imaginación  varios  ejemplos  de 
iracundos  á  quienes  la  pasión  arrastró  á  grandes  excesos.  —  El  ángel  luminoso 
encamina  á  los  Poetas  por  la  escalera  (jue  los  conduce  al  cuarto  círculo  de  los 
perezosos.  —  Al  venir  la  noche  se  detienen  en  su  marcha.  — Virgilio  hace  saber 
al  Dante  que  allí  purgan  sus  pecados  los  que  fueron  tibios  en  el  amor  al  bien 
y  le  explica  el  plan  moral  de  los  tres  círculos  anteriores  del  Purgatorio,  demos- 
trando que  el  amor  es  el  principio  de  todo  bien. 


Si  en  los  Alpes,  lector,  te  has  encontrado, 

Entre  nieblas,  mirando  inciertamente. 

Como  el  topo  al  través  de  ojo  velado,  3 

Cuando  húmedo  vapor  del  aire  ambiente 

Comienza  á  disiparse,  y  que  la  esfera 

Del  sol,  en  él  penetra  débilmente;  6 

Una  imagen  tendrás,  aunque  ligera, 

De  como  al  sol  á  contemplar  volvía, 

Cuando  ya  hacia  el  ocaso  descendiera.  9 

Emparejando  el  paso  con  mi  guía, 

Salimos  fuera  de  la  nube  oscura 

Con  moribunda  luz  que  en  lo   alto   ardía.  12 

—  ¡Oh,  fantasía,  que  en  sublime  altura 

Nos  enajenas,  que  ni  mil  trompetas 

Percibe  en  sus  arrobos  la  criatura!  I5 


392 


DIVINA    COMEDIA 


Quién  te  da  impulso?  cómo  te  completas? 
Muévete  luz  que  el  cielo  mismo  informa 

Y  por  querer  de  Dios  aquí  concretas?  — 

Vi  la  mujer  que  trasmutó  su  forma 
En  avecilla,  á  quien  deleita  el  canto, 

Y  que  fué  de  crueldad  horrible  norma. 

La  mente  mía  concretóse  tanto 
Dentro  de  sí,  que  nada  percibía 
Al  exterior  del  misterioso  encanto. 

Brotó  después  en  la  alta  fantasía 
La  imagen  de  un  crucificado  fiero, 
Que  con  mirada  de  desdén  moría. 


La  imagen  de  una  joven  desolada 
Surgió  clamando:  —  "Madre!  mi  regina! 
Por  qué  con  ira  te  has  tornado   en  nada? 


18 


21 


24 


27 


En  torno  suyo  estaba  el  grande  Asuero, 

Y  Esther  su  esposa;  el  justo  Mardoqueo, 

Que  en  decir  y  en  hacer  fué  siempre  entero.     3o 

Esta  visión  por  si  romperse  veo, 
Como  burbuja  de  aire  disipada 
Cuando  cesa  del  agua  el  gorgoteo. 


33 


36 


"Has  muerto  por  salvar  á  tu  Lavina, 

Y  me  has  perdido:   mi  alma  te  lamenta 

Aún  más  que  á  Turno  en  su  funesta  ruina!" — 39 

Cual  se  disipa  un  sueño,  en  el  momento 

Que  nueva  luz  los  párpados  golpea. 

Antes  (¡ue  se  despierte  el  pensamiento,  42 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XVII  393 

.\sí  pasó   la   imaginaria  idea, 

Ante  una  luz  (jue  el  ojo  me  golpeara 

Con  brillo  que  en  el  mundo  no  clarea.  45 

Volvime  para  ver  donde  me  hallara, 

Cuando  uno  dijo:  —  "Por  aquí  se  sube."  — 

Con  voz  (|uc  mis  potencias  embargara.  48 

Desde  ese  instante  voluntad  no  tuve 
vSino   para  buscar  al  que  me  hablaba, 

Y  solo  en  su  presencia  me  contuve;  51 

Pues  así  como  el  sol  la  vista  grava 

Y  su  fulgor  produce  incertidumbre, 

Así  sentí  que  asiento  me  faltaba.  54 

-    "De  espíritu   divino  es  la  vislumbre 
Que  para  encaminar,  ruego   no  espera, 

Y  que  se  vela  con  su  misma  lumbre.  57 

"Hace  lo  que  uno  por  sí  mismo  hiciera: 

Quien  ruego  espera  ante  peligro  ajeno, 

De  prestar  el  auxilio  se  exonera.  60 

"  A  ir  nos  invita  por  camino  bueno, 

Antes  que  el  sol  se  oculte,  pues  tendría 

En  noche,  que  esperar  día  sereno." —  63 

De  este  modo  me  habló  mi  sabio  guía. 
Volvemos  nuestros  pasos  á  una  escala, 

Y  al  pisar  la  primera  gradería,  56 

Siento  de  cerca  blando  golpe  de  ala, 

Que  aire  á  mi  rostro  da,  y  un  grato   acento. 

Que  Beati  Pacifici,  dulce  exhala.  69 


394  DIVINA    COMEDIA 


El  reflejo  del  sol  subía  lento, 

Anunciando   la  noche,  y  á  otro  lado 

De  estrellas  se  cubría  el  firmamento.  72 

—  "Oh,  valor!  por  qué  me  has  abandonado?" 
Dije  triste  entre  mí,  cuando  sintiera 

Doblarse  mis  rodillas,  fatigado.  75 

Allí  do  terminaba  la  escalera. 

Inmóviles  en  lo  alto  nos  paramos, 

Como  nave  que  atraca  á  la  ribera.  78 

Yo  puse  mi  atención  por  si  escuchaba 
En  el  nuevo  girón  algún  sonido, 

Y  dije  á  mi  Maestro  que  esperaba:  si 

—  "Oh  dulce  padre!  cual  la  ofensa  ha  sido 
Que  se  purga  en  el  cerco  en  que  nos  vemos? 
Ande  tu  voz,  si  el  pie  se  ha  detenido." —  84 

Y  él: —  "De  culpa  y  castigo  son  extremos: 
Amor  del  bien  que  tarde  se  practica, 

Y  tiene  aquí  que  manejar  sus  remos.  87 

"  Y  si  tu  mente  bien  no   te  lo   explica, 

Óyeme,  y  algún  fruto  hallar  procura 

En  la  lección  que  el  caso  justifica.  90 

"  Ni  al  gran  Creador  ni  á  mísera  criatura 

Nunca  faltó   el  amor,  —  muy  bien  se  sabe, — 

O   por  instinto,  ó  bien  por  su  natura.  93 

"  Lo  natural  no   incurre  en   falta   grave, 

Y  el  otro,  puede  errar  por  mal  objeto, 

C^  vigor  que  lo  exceda  ó  menoscabe.  96 


1:L    l'URGAKJRIÜ  — canto    XVII  395 

"  S¡   los  hit'iuís   primeros  l)usca  recto, 

\'   en  los  sep^iindos  jruarda  su  mesura, 

El   placer  (jue  se  cuicuentra  no   es  defecto.  w 

"  Mas  si  se  tuerce  al  mal,  ó  no  procura 

vSeoruir  al  bien  con  toda  su  eficaciencia. 

Contra  su   Autor  procede  la  criatura.  102 

"De  :\(\uí  puedes  sacar  la  consecuencia: 
De  la  virtud,  amor  es  la  simiente, 

Y  lo   contrario  trae  su  penitencia.  105 

"Como  el  amor  reside  en  el  paciente 

Que  busca  por  su  medio  su  ventura. 

El  odio  contra  sí  no  es  procedente.  ios 

"  y  no  puede  por  tanto,  la  criatura 

Desligarse  por  sí  del  amor  primo 

Con  un  odio  contrario  á  su  natura.  iii 

"  Queda,  si  bien  distingo  y  bien  estimo, 

Que  se  ame  el  mal  ajeno,  y  rebajado 

De  tres  modos,  amor  nazca  en  tu  limo.  114 

"Hay  quien,  porque  el  vecino  es  humillado. 

Espera  levantarse,  y  que  reclama 

Fundar  sobre  su  ruina  grande  estado.  117 

"Hay  quien,  gracias,  poder  y  honor  ó  fama, 
Teme  perder  porque  otro  se  levante, 

Y  contristado  por  su  ruina  clama.  120 

"Y  quien,  por  una  injuria  avergonzante 
Tiene  sed  de  venganza,  noche  y  día, 

Y  es  natural  que  el  odio   en  él  se  implante.      123 


396  DIVINA    COMEDIA 


"Ese  triforme  amor  aquí  se  expía. 
Ora  te  explicaré  como  se  entiende 
Otro  que  corre  al  bien  por  mala  vía.  126 

"  Cada  cual,  un  confuso  bien  comprende, 
Que  satisfaga  su  alma  en  lo  que  aspira, 

Y  por  su  logro    cada  cual  contiende.  129 

"  Si  lento  amor  su  voluntad  le  inspira, 
De  su  pereza  purga  aquí  el  pecado, 

Y  arrepentido,  con  dolor  suspira.  132 

"Ningún  bien  que  haga  al  hombre  desgraciado 

Puede  darle  ventura  verdadera; 

Pues  de  fruto  y  raíz  está  privado.  135 

"  El  amor  que  al  exceso  se  abandona, 

Se  llora  más  abajo,  en  tres  circuitos; 

Mas,  como  tripartito  se  eslabona,  i38 

"Te  dejo  á  ti  que  indagues  sus  conflictos." 


CANTO  J)E(JLMOGTAVO 


No  satisfecho  el  Poeta  ton  las  cxpücacioiies  de  Viri^ilio,  pregunta  cómo  |)ijeflen 
derivar  (iel  amor  las  buiíiias  y  malas  acciones  humanas.  —  Virjjilio  explica  la 
naturaleza  del  bien  y  del  mal  y  demuestra  la  responsai^ilidad  que  se  deriva 
del  propio  albedrío. —  A  media  noclu;  los  Poetas  ven  |)asar  corriendo  las  almas 
de  los  per«'.zosos,  (jue  recuerdan  jjraniles  ejemplos  contrarios  al  vicio  que  pur- 
gan. —  Un  abad  de  San  Jeno  les  indica  el  camino  y  execra  la  elección  reciente 
de  un  sucesor  suyo,  prediciéndole  grandes  desgracias.  —  Dos  almas  cierran  la 
marcha  de  los  perezosos,  estimulando  su  carrera  y  recordando  ejemplos  de 
los  nocivos  efectos  de  la  pereza.  —  En  medio  de  sus  meditaciones,  el  sueño  se 
apodera  del  Poeta. 

Terminado   que  fué  el  razonamiento, 

El  gran  Doctor,  atento  me  miraba 

Para  observar  si  estaba  yo  contento ;  3 

Y  yo,  que  aun  de  saber  sediento  estaba, 
Fuera  callaba,  y  dentro  me  decía. 

Si  el  mucho   preguntar  le  fastidiaba;  6 

Pero  él,  que  mis  deseos  percibía, 

Con  su  amable  palabra  me    dio  aliento. 

Librándome  de  toda  cobardía;  9 

Y  así  le  hablé: — "Se  aviva  el  pensamiento 
Con  tus  luces,  que  veo  claramente 

Cuanta  razón  comporta  en  su  elemento;  12 

"  Pero  te  ruego,  alumbres  aún  mi  mente. 

Explicando  ese  amor  que  es  el  objeto 

Del  bien  y   el  mal,  alternativamente." —  is 

27 


398  DIVINA    COMEDIA 


—  "  Mírame  con  la  luz  de  tu  intelecto, 

—  Contestó,  —  y  verás  de  una  mirada 
Que  un  guía  ciego,  peca  de  indiscreto. 


is 


"El  alma  para  amar  ha  sido  creada, 
Mas  se  complace  en  coáas  pasajeras 
Cuando  por  los   placeres  es  llamada;  21 

'•  Vuestra   aprehensión  convierte  en  verdaderas 
Las  ilusiones,  que  al  deseo   incitan, 

Y  el  ánimo  seducen  placenteras.  24 

"Si  se  recogen  los  que  así  se  agitan, 
Inclínanse  al  amor  de  la  natura, 

Y  el  amor  y  el  placer  juntos  palpitan,  27 

"Después,  cual  viva  llama  que  en  la  altura 

Se  mueve  por  la  esencia  que  la  asciende 

Á  donde  más  en  su  elemento  dura:  30 

"Así  el  deseo  el  alma  noble  enciende, 

Y  en  movimiento  espiritual  se  exulta, 

Y  en  busca  de  lo  amado,  vuelo  emprende.         33 

«  Ora,  ya  ves  cual  la  verdad  se  oculta 

Á  la  gente  obcecada,  que  asevera 

Que  de  cualquier  amor  el  bien  resulta;  36 

"Tal   vez  porque  pensaron  que  amor  era 

Buena  materia  en  sí,  sin  ver  que  un  signo 

No  siempre  es  bueno,  puesto  en  buena  cera." —    39 

— "  De  tu  ingenio  siguiendo  en  el  camino, 
—  Repuse,  —  (lué  es  amor  me  has  enseñado; 
Pero  otras  nuevas  dudas  me  imagino.  42 


i:i-  i'URr.ATokio —CANTO  xvüi  399 

"  Si   en   lo   externo  el   amor  nos  es  brindado, 

^    él   alma   con   el   propio   pie  camina, 

Tuerto  ó   derecho,  prejuzgar  no   es  dado."  45 

Y  él:       "No  más  lejos  la  razón  atina 
Kn  la  cuestión:  en  lo  demcás,  espera 

Ver  á  l^eatriz,  poríjue  es  de  fe  divina.  4s 

"  La  forma  sustancial,  sea  cualquiera, 
Distinta  es  en  materia,  y  á  ella  unida 

Y  por  propia  virtud  por  sí  se  entera.  51 

"  La  cual,  cuando  no  opera,  no  es  sentida, 

Y  solo  se  demuestra  por  su  efecto, 

Como  en  planta  el  verdor  revela  vida.  54 

"  Pero,  de  donde  viene  al  intelecto 

La  primera  noción,  nadie  la  sabe. 

Ni  al  apetito  su  inicial   afecto;  57 

"  Pues,  como  abeja  labra  miel  suave 

Por  instinto,  en  los  actos   naturales 

Ni  la  censura  ni  el  elogio  cabe.  60 

''  Lo  innato,  en  las  virtudes  esenciales 

Todo  condensa,  y  bien  os  aconseja 

La  razón  al  tenerse  en  sus  umbrales.  63 

"  Este  principio,  la  razón  refleja 

De  merecer  del  bien  el  don  fecundo. 

Que  toma  el  buen  amor  y  el  malo  deja  66 

''  Los  sabios  que  han  cavado  en  lo  profundo. 
Proclaman  esta  innata  libertad, 

Y  esta  moral,  herencia  es  hoy  del  mundo.  69 


400  DIVINA    COMEDIA 


'■  Y  aunque,  de  la  fatal  necesidad 

Surja  el  amor  que  el  apetito  enciende, 

De  enfrenarlo  tenéis  la  potestad.  72 

"La  más  noble  virtud,  Beatriz  entiende, 
Es  el  libre  albedrío;  y  pon  cuidado 
Recordarlo  si  te  habla  y  si  te  atiende." —         75 

La  luna  con  el  paso  retardado 

Que  al  nacer  las  estrellas  eclipsaba, 

En  forma  de  un  caldero  rescaldado,  78 

Contra  el  cielo,  la  vía  transitaba 

Que  el  sol  inflama,  cuando  visto  en  Roma 

Entre  Cerdaña  y  Córcega  bajaba  si 

Mi  sombra  amiga,  de  quien  fama  toma 

Piétola,  honor  de  la  región  mantuana. 

Quitóme  un  peso  que  la  mente  abroma,  84 

Pues  yo,  con  mi  razón  abierta  y  llana, 

Habiendo  las  cuestiones  comprendido, 

Sentí  reposo  en  somnolencia  vana;  87 

Pero   fui  derrepente  interrumpido 

Por  el  tropel  de  tumultuosa  gente 

Que  á  nuestra  espalda  había  aparecido.  90 

Como  el  Ismen  y  Asopo,  antiguamente 

Vieron  en  Tebas  multitud  furiosa, 

De   noche,  á  Baco  reclamar  rugiente,  93 

Tal  corría  la  turba  presurosa, 

Tras  justo  amor  las  sombras  galopando. 

Con  buena  voluntad,  no  perezosa.  9o 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XVIII  40 


Muy  pronto  se  acercó,  pues  siempre  andando 
Movióse   toda   aíjuclla   turba   extraña, 

Y  al    frente,  dos   Lírit.than   sollozando:  •>; 

—  "María,  corre  presto    ;i  la  montaña; 
César,  Lérida  quiere  sometida : 

Sitia  á  Marsella   y   luego  corre  cá  España."         102 

—  "Pronto!  pronto!  —  gritó  turba  afligida;  — 
No  perdamos  el  tiempo   en  la  indolencia 

Para   alcanzar  de  gracia   nueva  vida.  "  105 

—  "  Gentes,  que  con  fervor  y  diligencia 
Purgáis  vuestra  tibieza,  que  fué  en  daño 

Del  bien  obrar,  tal  vez  por   negligencia,  10-; 

"Este  que  vive, — y  cierto,  no  es  engaño, — 

Quiere  subir  así  que  luzca  el  día; 

Mas,  ¿cual  de  la  subida  es  el  peldaño?''  -        iii 

Estas  palabras  pronunció   mi  guía, 

Y  uno   dijo: — "Seguid  por  el  sendero 

Tras  de  nosotros,  y  hallaréis  la  vía.  114 

"  La  voluntad  nos  mueve  á  andar  ligero, 

wSin   podernos   parar,  y  así  perdona 

Que  no  sea  contigo   lisonjero.  117 

"De  San  Zeno   el  abad,  fui  yo  en  Verona, 

En  los  tiempos  del  bueno  Barbaroja, 

Cuyos  dolores   aun  Milán  pregona.  120 

"  Al  borde  de  la  tumba  se  acongoja 
Uno  que  llorará  su  monasterio, 

Y  su  poder  que  á  la  virtud  despoja;  123 


+U2  DIVINA    COMEDIA 


"Pues  á  su  hijo,  que  es  hijo  de  adulterio, 

Y  malo  en  cuerpo  y  alma,  le  ha  donado 

Del  pastor  verdadero  el   ministerio.  ' —  120 

Si  dijo  más  ó  si  quedó   callado. 

No  lo  sé,  pues  ya  lejos  caminaba; 

Pero  retuve  lo  que  había  hablado.  129 

Y  aquel  que  en   todo  trance  me  auxiliaba 

—  "Ahí  vienen  dos,  mordiendo   su  pecado."  — 

—  Me  dijo,  —  y  me  volví  donde   apuntaba.  132 

Y  los  de  atrás  gritaban: —"  Se  ha  tragado 
El  mar,  la  muerta  gente  que  ha  perdido 

La  rica  herencia  del  Jordán  sagrado.  135 

"Y  aquellos,   que  cobardes  no  han  seguido 

Con  el  hijo  de  Anquises  sus  consejos, 

Vida  sin  gloria,  solo  han  merecido." —  ns 

Cuando  las   sombras  iban  ya  muy  lejos 

Que  apenas  si  confusas  se  veían. 

De  nueva    idea   tuve  los  reflejos,  ui 

De  la  que   otras  ideas  más  nacían: 

Y  en  alternado  vagaroso  ensueño 

Sentí  al  fin  que  mis  ojos  se  adormían,  144 

Y  el  pensamiento  trasmutóse  en  sueño. 


CANTO  DECBIONONO 


Sueño  alegórico  del  Poeta  antes  de  amanecer.  —  Una  sirena,  representación  d<'  la 
voluptuosidad  y  la  pereza,  canta  su  poder  de  seducción.  —  Una  mujer  que  repre- 
senta la  virtud,  rasga  las  vestiduras  que  cubrían  el  vientre  fétido  de  la  seductora. 
—  El  Poeta  despierta  y  sube  por  una  escalera,  siguiendo  la  indicación  de  un 
ángel,  que  borra  con  su  ala  la  mancha  del  pecado  que  en  aquel  cerco  se  purga.  — 
Quinto  girón,  donde  se  castiga  la  avaricia.  —  Almas  que  lloran  tendidas  boca 
abajo.  —  Una  de  las  almas  indica  el  camino  á  los  Poetas.  —  Confesión  del  Papa 
que  solo  lo  fué  poco  más  de  un  mes  y  se  arrepintió  tarde  del  pecado  de  la  ava- 
ricia.—  El  Poeta  tributa  su  homenaje  á  la  dignidad  pontificia.  —  El  llanto  que 
madura  la  Gracia. 


En  la  hora  aquella,  en  que  el  calor  diurno 

Templar  no  puede  el  frío   de  la  luna, 

Vencida  por  la  tierra  ó  por  Saturno,  3 

Cuando  el  geomanta  ve  mayor  fortuna 

Antes  del  alba,  al  lado  del  oriente. 

Surgir  del  cielo,  en  la  penumbra   bruna,  6 

Una  mujer  vi  en  sueños,  balbuciente, 

Manca  de  manos,  de  mirar  torcido, 

Color  de  muerte,  coja  y  repelente.  9 

Al  mirarla,  cual  cuerpo  entumecido 

Conforta  el  sol  después  de  noche   fría. 

Con  mi  vista,  su  lengua  dio  un  sonido.  12 

Después  de  hablar,  un  talle  esbelto  erguía, 

Y  su  marchito  rostro,  embellecido, 

Cual  lo  pide  el  amor,  se   coloreaba;  15 


404  DIVINA    COMEDIA 


Y  brotó  de  su  boca  una  armonía, 

Y  á  cantar  comenzó,  tan  bien,  que  pena 

De  no  haberla  escuchado  sentiría.  I8 

—  "Yo  soy, —  cantaba  así,  —  dulce  Sirena 
Que  extravía  en  el  mar  al  navegante. 

¡De  tal  encanto  tengo  la  voz  llena!  21 

"  Detuve  á  Ulises  en  su  viaje  errante, 

Y  mi  voz  es  por  todos  tan  amada 

Que  quien  me  oye,  me  sigue  siempre  amante." —  2+ 

Aun  su  boca  no  estaba  bien  cerrada 

Cuando  santa  mujer,  vi  derrepente, 

Confundirla  con  sólo  su  mirada.  27 

—  "  Oh,  Virgilio !  —  decía  fieramente,  — 
Quién  es  esta?"  —  Y  Virgilio  se  acercaba 
Contemplando  á  la  santa  fijamente. —  30 

Y  á  la  otra  sus  vestidos  desgarraba 
Descubriendo  su  vientre  en  el  desnudo; 

Y  desperté  al  hedor  que  él  exhalaba.  33 

Volvime  al  guía  de  sorpresa  mudo, 

Quien  me  dijo:  —  "Tres  veces  te  he  llamado: 


Se  abre  la  puerta  de  este  centro  crudo."  — 


36 


Me  levanté:  vi  todo  iluminado 

El  sacro  monte  y  toda  su  gradiente; 

Y   marchamos  dejando  el  sol  á  un  lado.  39 

Seguía  yo,  con  encorvada  frente 

Cual  (]uien  la  carga  del  pensar  concentra, 

A  modo  de  mitad  de  arco  de  puente;  42 


EL   PURGATORIO  —  CANTU    XI \  405 

C\ianclo  cscucIk':  —  "  Por  esta  puerta  se  entra!  "  — 

C'on  acento  tan   blando   y   tan   l)en¡^no, 

Cual  en  vida  mortal  jamás  se   encuentra.  45 

Y  el  (|ue  me  habló,  con  alas  extendidas, 
Blancas  como  del  cisne,  iba  mostrando 
Nuestro  camino  por  estrecha  vía;  48 

Y  así  exclamó,  mi   frente   ventilando : 

—  ^'Qiíi  ¿tigentf  venturoso   el  afligido, 

Y  que  padece,  su  alma   consolando!"  51 

—  "¿Por  qué  miras  al  suelo  compungido, 

—  Dijo  el  Maestro  con  su  voz  amiga,  — 
Después  que  el  vuelo  el  ángel  ha  tendido?        54 

Nueva  visión,  —  le  dije,  —que  me  obliga 
A  caminar  así  con  planta  vaga, 
Porque  mi  pensamiento  á  ella  se  liga." —  57 

"Has  visto,  —  me  repuso,  —  aquella  maga 
Por  quien  abajo  lloran  sin  consuelo, 

Y  has  visto  conjurar  su   influencia  aciaga:  60 

"Bástate!  tu  talón  golpee  el  suelo! 

Vuela  al  reclamo  que  el  Eterno  gira 

Moviendo  magnas  ruedas   en  el  cielo!"  63 

Como  el  halcón  que  bien  el  pie  se  mira 

Del  cazador  al  grito,  y  vuela  apriesa 

En  busca  de  la  presa  que  le  estira;  66 

Tal  hice  yo,  subiendo   con  presteza 

Por  la  estrechura  de  la  roca  hendida, 

Hasta  el  fin,  donde  nuevo  cerco  empieza.  69 


406  DIVINA    COMEDIA 


Ya  del  quinto  girón  en  la  salida, 
\'eo  gente  que  triste  lagrimea, 

Y  boca  abajo  en  tierra  está  tendida;  72 

Adhcesit  pavimejito  anima  mea  I 

Percibo  que  murmuran  suspirando 

Con  acento  que  sordo  titubea.  75 

—  "¡Oh,  elegidos!  que  estáis  aquí  esperando 
La  justicia  que  alivia  males  duros! 

Venimos  la  subida  aquí  buscando." —  73 

—  "  Si  exentos  de  penar  estáis  seguros, 

Y  queréis  encontrar  pronto  la  vía, 

Seguid  siempre  por  fuera  de  los  muros." —       si 

En  la  respuesta  al  ruego  de  mi  guía. 

Por  las  palabras  entrever  yo  creo 

Que  algo  más  en  su  fondo  se  escondía.  84 

Miro  al  Poeta,  y  en  su  rostro  leo, 

Al  dirigirme  plácida   mirada, 

Que  su  vista  responde  á  mi  deseo.  s? 

Viendo  que  mi  demanda  era  acordada, 

Me  dirigí  á  la  infeliz  criatura 

Que  antes  por  el  Maestro  fuera  hablada,  00 

Diciéndole:  —  "¡Oh  tú,  en  quien  madura 
El  llanto,  la  expiación  que  lleva  al  cielo, 
Suspende  á  mi  pedido  tu  amargura.  9.» 

"¿Por  qué  te  hallas  tendido  contra  el  suelo? 

Y  dime,  si  lo  quieres,  cjuien  has  sido, 

Y  si  algo  puedo  hacer  por  tu  consuelo." —       06 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XIX  407 


Y   él  á   mí:  —  "Te   diré  por  (jué,  dolido 
La  espalda  doy   al  cielo;   más   primero, 
Sabe  (}ue  el  sucesor  de  Pedro  he  sido. 


99 


'*  Entre  Chiavari  y  Sestro,  su  sendero 
Un  río  cava,  (¡ue  su  noml")re  ha  dado 
De  mi  familia   al   título   altanero.  102 

"  lín  poco  más  de  un   mes,  hallé  pesado 

Kl  manto,  que  del  lodo  no  se  guarda: 

Pluma  es  todo  á  su  peso  comparado.  ios 

"Mi  conversión,  ¡aymé!  fué  ya  muy  tarda: 

Cuando  elegido  fui  Pastor  Romano, 

Comprendí  que  la  vida  era  bastarda;  ios 

"Sentí,  que  inquieto  el   corazón  humano 
Levantarse  no  puede  en  esa  vida; 

Y  aspiré  al  bien  eterno  y  soberano.  iii 

"Era  hasta  aquel  instante,  alma  perdida, 
Apartada  de  Dios;  de  todo  avara: 

Y  por  eso  la  ves  aquí  punida.  ii4 

"De  la  avaricia  la  expiación  es  clara 

De  los  que  están  echados  en  el  suelo. 

La  más  cruel  que  el  monte  les   depara:  117 

''Como   antes  no  miraron  hacia  el  cielo 

Por  mirar  de  la  tierra  la   malicia, 

Nos  postra  la  justicia,  sin  consuelo,  120 

"  Cual  extingue  en  cada  uno  la  avaricia 

El  amor  hacia  el  bien,  viviendo  en  vano. 

Así  nos  tiene  atados  la  justicia,  123 


"^^^  DIVINA    COxMEDIA 


"Sin  poder  remover  ni  pie  ni  mano; 

Y  aun  estará  esta  gente  en  tierra  echada 
Cuanto  le  plazca  al  justo  Soberano. " 

Tenía  la  rodilla  yo  doblada; 

Y  al  empezar  á  hablar,  mi  reverencia 
Por  él,  si  no  fué  vista,  fué  notada. 


126 


129 


135 


—  "  Por  qué  te  inclinas,  —  dijo,  —  en  mi  presencia  ? 
Y  yo:  — "La  dignidad  del  soberano 
Reverenciar  me  manda  la  conciencia."—  u 

—  "Levántate  sobre  tus  pies,  hermano! 

—  Repuso,— soy  un  siervo  sometido 
Cual  los  demás,  al  solo    Soberano. 

"Si  bien  el  sacro  texto  has  comprendido, 
Que  dice  Ñeque  mibent,  claramente. 
Mi  pensamiento  habrás  ya  comprendido. 

"No  te  detengas;  vete  prontamente, 

Que  el  llanto  que   hace  madurar  la   gracia. 

Interrumpes,  estando  tú  presente. 

"Allá,  una  nieta  que  se  llama  Alasia, 
Dejé,  muy  buena,  si  no  la  ha  viciado 
De  nuestra  casa  el  mal,  por  su  desgracia: 

"Nada  más  de  lo  mío  allí  ha  quedado." 


138 


141 


144 


CANTO  VIGKSIMO 


Al  separarse  del  rai)a  Adriano,  los  dos  Poetas  siguen  su  marcha  rodeando  el 
(¡uinto  rellano  del  monte  del  Purjratorio.  —  Encuentro  con  una  sombra  afligida 
que  ensalza  altos  ejemplos  contrarios  á  la  avaricia. —  El  doliente  espíritu  les 
revela  que  es  Hugo,  conde  de  París,  padre  del  primer  Capeto,  rey  de  Francia,  y 
execra  los  vicios  y  la  initiuidad  de  sus  descendientes. —  El  mismo,  satisfaciendo 
á  una  pregunta,  explica  la  disciplina  moral  de  los  avaros  y  de  los  pródigos 
en  el  Purgatorio,  donde  se  loan  de  día  las  virtudes  contrarias,  y  reprenden  de 
noche  sus  vicios. — Un  súbito  temblor  de  tierra  hace  estremecer  toda  la  mon- 
taña, á  que  se  sigue  un  gran  grito,  y  un  religioso  cántico  celeste. — Emoción  y 
punzante  curiosidad  del  Poeta. 

\      Contra  mayor  querer,  se  lucha  en  vano; 
Y  por  esto,  la  esponja  no  empapada 
Del  agua  retiré,  si  con  desgano.  3 

Mi  guía,  por  la  roca  no  ocupada 

Siguió,  y  yo  tras  él,  cual  se  rodea 

Una  muralla  estrecha  y  almenada;  6 

Pues  la  gente  que  triste  lagrimea 

Por  el  mal  que  en  el  mundo  se  congloba. 

Por  el  opuesto  lado  nos  codea.  9 

Que  maldita  seas  tú,  ¡oh  vieja  loba! 
Que  con  tu  hambre  sin  fin,  entre  las  fieras 
Más  presas  que  ellas  juntas  come  y  roba!  12 

Cielo!  que  según  dicen,  tus  esferas 

Indican  las  mudanzas,  ¿qué  momento 

Para  ahuyentarla  de  este  mundo  esperas  ?  —       15 


410  DIVINA    COMEDIA 


Seguíamos  en  tanto,  á  paso  lento, 
Y  atendiendo  á  las  sombras,  percibía 
Llanto  piadoso  y  ecos  de  lamento. 


Por  ventura  escuché:  —  "Dulce  María!" 
(Muy  cerca  de  nosotros,  voz  de  llanto, 
Cual  de  mujer  que  en  parto  lloraría  ). 


18 


21 


Y  continuar:  —  "Tan  pobre  fuiste,  tanto, 
Cuanto  se  puede  ver  por  el  hospicio 

Do  depusiste  él  tu  fruto  santo. '  —  04 

Y  oí  seguidamente: — "¡Oh,  buen  Fabricio! 
La  virtuosa  pobreza  has  preferido 

A  la  riqueza  que  acompaña  al  vicio!" —  27 

Estas  palabras,  gratas  á  mi  oído, 

Moviéronme  á  seguir  con  más  certeza, 

Al  espíritu  en  pos  de  su  sonido.  30 

El,  hablando  siguió,  de  la  largueza 

De  Nicolás,  en  pro  de  las  doncellas, 

Para  salvar  su  juvenil  pureza.  33 

—  "Oh  ánima,  —  dije,  —  de  palabras  bellas! 

¿Quién  fuiste?  Poríjue  sólo  tu  alabanza 

Das  á  dignas  acciones  que  resellas?  36 

"  No  quedará  sin  premio  tu  confianza , 

vSi  vuelvo  á  recorrer  la  corta  vía 

De  mi  vida,  que  al  término  se  avanza." —  39 

Y  él: — "Lo  diré  movido  á  simpatía, 
Respondiendo,  sin  premio,  á  gracia  tanta 

Cual  la  que  irradias  vivo  todavía.  42 


EL    rURGATÜRIÜ    -  CANTO    XX  411 

''Yo   fui  miz  tic  .uiuclhi  mala   planta 

De  la  cristiana  tierra  desolante, 

Que  rara  vez  con  frutos  se  levanta.  45 

"Si  de  ella,  Hru^e  y  Duai,   y  Lile  y  Gante 

Se  quisieran  vengar,  el  fallo   acepto, 

Que  es  justicia   (jue  á  Dios   pide  anhelante.  48 

"Llamáronme  en  el  mundo   Hugo   Capeto; 

Hijos  míos,   P'elipe  y  Luis  han  sido, 

Nuevos  reyes  de  Francia  con  respeto.  51 

"De  un  carnicero  de  París  nacido, 
Cuando  sus  viejos  reyes  acabaron, 
Menos   uno  de  vil  sayal  vestido,  54 

"Del  gobierno  las  riendas  empuñaron 
Mis  manos,  y  el  poder  que  yo  hice  mío 
Numerosos  amigos  sustentaron.  57 

"De  la  viuda  corona,  un  hijo   mío 

Ceñido  fué,  y  consagrada  iguala 

Mi  raza,  á  la  más  alta  en  poderío.  60 

"Mientras  duró  la  dote  provenzala, 

Mi  progenie,  sin  ser  de  gran  valía, 

Si  no  hizo  bien  tampoco   cosa  mala.  63 

"Después  se  dio  á  la  fuerza  y  la  falsía, 

Y  á  la  rapiña,  y  por  su  mal  destino, 

Tomó  Pontiií,  Gascuña  y  Normandía;  66 

"Y   Carlos,  en  Italia,  á  Conradino 

Por  enmienda  mató,  y  en  su  osadía, 

Al  cielo  echó  al  gran  Tomás  de  Aquino.  69 


412  DIVINA    COMEDIA 


'"Se  acerca  el  tiempo  en  que  la  Francia,  un  día 

A  otro  Carlos  envíe,  por  provanza 

De  lo  que  en  sí  su  raza  contenía.  72 

"Armado  irá  tan  sólo   de  la  lanza 

De  Judas,  y    con  punta  tan  filosa 

Que  de  Florencia  romperá  la  panza.  75 

"No  tierras,  sino  fama  vergonzosa 

Conquistará,  con  el  pecado  grave 

De  serle  leve  toda  acción   dañosa.  78 

"El  otro,  sale  preso  de  una  nave, 

\  ende  á  su  hija,  su  precio  regateando, 

Como  sólo  un  corsario  hacerlo  sabe.  si 

"Oh,  avaricia,  qué  más  vienes  buscando? 

Por  tí  mi  pueblo,  del  honor  perjuro, 

Ya  con  su  propia  carne  traficando!  84 

"Veo,  para  agravar  el  mal  futuro, 
Que  Alaña  á  flor-de-lis  se  ha  sometido, 

Y  en  su  Vicario,  á  Cristo,  en  trance  duro.  sz 

"  Y  le  veo  otra  vez  escarnecido. 
Beber  nuevo  vinagre  con  sus  hieles, 

Y  entre  ladrones  vivos  ser  herido.  90 

"Y  otro  Pilatos,  de  iras  más  crueles. 

Que  nada  sacia,  que  sin  ley  alcanza 

Hasta  el  sagrado  templo  de  los  fieles.  v.í 

"¡Oh,  Señor  mío!  cuando  tu  venganza 
Q)ue  se  oculta  en  tu  cólera  bondosa, 
Responderá  á  legítima  esperanza?  96 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XX  413 


"TÚ   me  has  pedido   de  hi  sola  esposa 

Del   Ivspíriiu  Santo  explicaciones, 

Al  invocar  su  esencia  misteriosa:  w 

Nuestro  espíritu,  se  alza  en  oraciones 
Durante  el  día,  y  en  la  noche  dando 
\in  vez  de  ruedos,  duras  maldiciones:  102 

"A  Pigmalion   entonces  recordando, 

Que  fué  traidor,  ladrón,  y  parricida. 

Con  avidez  el  oro  ambicionando;  105 

"  Y  la  miseria  ciel  avaro  Mida, 

Castig^ado  en  el  don  que  se  le  acuerda. 

Que  debe  ser  por  siempre  escarnecida;  ios 

"Y  de  Acham  la  renuncia  se  recuerda 
Que  robó  los  despojos,  á  quien  la  ira 
Aun  de  Josué  parece  que  lo  muerda;  iii 

"Y  á  su  esposo  acusamos  con  Tafira; 

Loamos  la  coz  que  escarmentó  á  Eliodoro ; 

Y  voz  de  infamia  por  el  monte  gira.  115 

"  Pülmestor  que  mata  á  Polidoro, 

Y  Craso,  —  gritan  todos  finalmente, — 

Dmos,  pites  sabes,  como  sabe  el  oro.  ii7 

"Y  hablan  así,  más  bajo   ó  fuertemente, 

Según  la  dura  espuela  los  pensiona, 

Que  hace  andar  más  despacio  ó  prontamente.       120 

"Este  sentir  á  todos  apasiona, 

Y  si  á  mí  solamente  has  escuchado 

Es  que  entonces  no  hablaba  otra  persona." —       123 

28 


414  DIVINA    COMEDIA 


El  alma  atrás  habiendo  ya  dejado. 

Tratamos  cual  nos  fuera  permitido, 

De  superar  la  vía   por  un  lado,  I26 

Cuando   sentí  cual  mole  derruida 
Temblar  el  monte,  y  convertido   en  hielo 
Quedé,  como  en  las  ansias  de  la  vida.  129 

No  más  se  estremeció  la  isla  de  Délo 

Cuando  Latona  en  ella  hizo  su  nido 

Para  alumbrar  los  dos  ojos  del  cielo.  132 

De  un  grito  general  el  estampido 

A  mi  guía  trajera  de  mi  lado, 

Quien  me  dijo: —'' Serás  bien  conducido."--      135 

El  Gloria  excelsi  Deo,  fué  entonado 
Por  muchas  voces  con  amor  intenso. 
En  medio   de   aquel  grito  atribulado.  i38 

Inmóviles  quedamos,  en   suspenso, 

Cual  los  pastores  al  oir  tal  canto, 

Hasta  el  final  de  aquel  temblor  inmenso.  ui 

Luego  seguimos  el  camino  santo, 

Entre  sombras  yacentes  en  la  tierra. 

Que  proseguían   en  su   eterno  llanto.  144 

Nunca  dentro  de  mí  sentí  más  guerra 

Por  descubrir  arcano  misterioso, 

—  Si  la  memoria  mía  aquí  no  yerra —  I47 

Como  en  a(}uel  momento  pavoroso: 

El  hablar  me  impedía  el  paso  activo, 

Y  no  pudiendo  responder  ansioso,  150 

Con  timidez  seguía  pensativo. 


CANTO  VIGEíSIMOIMíIMEKO 


Al  subir  los  (los  Poetas  la  escala,  se  les  aparece  una  sombra  (\w.  los  acoinp.iria  f;n 
su  marcha.  —  Virgilio  explica  su  presencia  y  la  del  Dante  en  aíjucl  lugar.  —  La 
sombra  explica  á  su  vez  la  causa  mística  del  temblor  <le  tierra  en  el  Purgatorio, 
producida  por  la  alegría  universal  <le  la  liberación  de  un  alma  en  pena.  —  El 
alma  rescatada  es  el  poeta  Estacio,  quien  hace  mención  de  su  vida  y  de  sus 
obras,  manifestando  su  admiración  por  \'irgilio.  —  \'irgilio  se  da  á  conocer  y 
Estacio  le  tributa  su  homenaje. 


Msa  sed  natural,  que  no  se  sacia 

Sino  en  el  agua  de  la  clara  fuente 

Que  á  la  Samaritana  dio  su  gracia,  3 

Me  trabaja,  con  ánimo  impaciente, 

Y  por  la  obstruida  vía  me  encamino, 

De  la  justa  venganza  condoliente.  6 

Cual  de  Lucas  lo  trae  texto  divino. 

Que  apareció  Jesús  resucitado 

A  dos  hombres  en  medio  á  su   camino,  9 

Apareció  una  sombra  á  nuestro   lado. 

De  pie  sobre  la  turba  allí  tendida. 

Que  hasta  entonces  no  habíamos  notado.  12 

Y  exclamó: — "Dios  os  dé  paz   bendecida!"  — 
-  Nos  volvimos  de  súbito,  y  Virgilio 

Habló,  señal  haciendo,  comedida:  15 


416  DIVINA    COMEDIA 


— "  Que  alcances  beata  paz  en  el  concilio 

Donde  se  hace  justicia  verdadera, 

Que  me  relega  en  el  eterno  exilio!"  is 

—  "  Cómo !  —  dijo,      con  planta  tan  ligera 

Sin  ser  sombras  de  esferas  celestiales, 

Venís!  y  quién  os  guía  en  la  carrera?" —  21 

Y  el  Doctor:  —  "Si  contemplas  las  señales 

Que  el  buen  ángel  guardián  solo  perfila, 

Verás  que  ha  traspasado  sus  umbrales.  24 

"Mas,  aquella  que  en  día  y  noches  hila, 

Aún  no  había  la  rueca  devanado 

Con  que  el  destino  humano  Cloto  enhila,  27 

"Su  alma,  que  es  de  las  nuestras  un  dechado. 

No  podía  venir  arriba  sola. 

Porque  en  sombra  su  ser  no   ha  trasmutado.      30 

"  Por  eso  fui  sacado  de  la  gola 

Del  infierno,  á  mostrar  estos  tormentos, 

Como  lo  haré,  cual  puede  una  alma  sola.  33 

"Mas  dime:  ¿por   qué  el  monte  en  sus  cimientos 

Desde  su  blanda  base  estremecido. 

Ha  temblado  entre  cantos  y  lamentos?"  36 

Esta  pregunta  había  coincidido 

Con  mi  deseo,  y  fiado  en  la  esperanza, 

Mi  sed  se  había  un  tanto  ya  extinguido.  39 

Kl  espíritu  dijo: — "No  hay  mudanza 

En  el  monte,  según  ordenaciones 

Que  corresponden  á  la  eterna  usanza.  42 


EL    l'lKí.AroKIO  —  CANTO    XXI  417 

"Aquí,  no  se  producen   variaciones; 

Se  (la   y   lecibe   lo   (jiuí   el   cielo   lleve, 

V   no   más,  sin  extrañas  conexiones.  45 

"  Porque  a(]uí,  no  hay  granizo,  lluvia  ó  nieve, 

Ni  hay  rocío,  ni  escarcha,  cuando  sube 

Las  tres  gradas  de  entrada  el  alma  leve:  48 

"Tampoco   espesa  ni  licrera  nul)e, 

Ni  truenos,  ni  de   la  hija  de  Taumante 

El  arco-iris  que  inconstante  sube.  51 

"Ningún  vapor  se  siente  en  adelante. 
Después  que  las  tres  gradas  se  han  pasado, 
Do  está  el  ángel  de  Pedro  vigilante.  5+ 

"Tal  vez  esta  montaña  haya  temblado 

Por  escondidos  vientos  de  la  tierra, 

Más  abajo,  que  aquí  no  han  alcanzado:  si 

"  Tiembla,  si,  cuando  el  alma  que  ella  aferra 
Purificada  surge,  en  el  momento 
Que  entre  gritos  de  gozo  desentierra, 


60 


"La  voluntad  da  fe  del  sentimiento, 

Y  el  alma  libre,  al  trasmutar  de  estado. 

Obedece  á  su  propio  movimiento:  63 

"  Este  anhelo  latente  ha  combinado 

La  divina  justicia  providente, 

Con  el  tormento  junto  del  pecado.  (^ 

"  Aquí  echado,  he  penado  yo  doliente 

Quinientos  años,  y  ora  resurgido 

Por  voluntad,  me  muevo  libremente.  69 


418  DIVINA    COMEDIA 


"Por  eso  tiembla  el  monte,  y   has  oído 

De  las  almas  el    grito  de  alabanza 

Que  piden  redención  al  Dios  querido."    -  72 

Satisfecha  la  sed  de  mi  esperanza, 
Mayor  sed  de  beber  aún  me  devora: 

—  Esto,  solo,  á  explicar  mi  goce  alcanza. —      75 

El  guía  dijo:  —  "Bien  comprendo  ahora 

Como  la  red  que  os  ata  se  desata, 

Y  al  temblar  goza  el  alma  pecadora.  78 

"Pero  di,  por  qué  en  pena  tan  ingrata 
Por  tantos,  tantos  siglos  has  yacido: 

—  De  ti  saberlo  fuera  cosa  grata."  —  si 

—  "Cuando  Tito,  del  cielo  protegido 
Vengó  la  sangre  del  que  el  mundo  adora, 

Que  Judas  Iscariote  hubo  vendido;  84 

—  "  La  sombra  respondió,  —  "  nombre  que  honora 
Tenía  yo  en  la  tierra,  algo  famoso; 

Mas  la  fe  me  faltaba  salvadora.  87 

"  Mi  canto  era  tan  dulce  y  melodioso. 
Que  á  Roma  fui,  yo  siendo  Tolosano, 
Donde  mi  frente  orló  mirto   glorioso.  90 

"  Estacio  fué  mi  nombre,  y  del  Tebano 

Canté  los  hechos;  mas  del  grande  Aquiles 

Con  la  segunda  carga,  pisé  en  vano.  93 

"De  mi  ardor,  los  destellos  juveniles, 
Se  han  encendido  en  la  divina  llama, 
Que  iluminó  la  mente  de  otros   miles.  9< 


EL   PURC.ATURIÜ   -    CANTO    XXI  419 


"La    l^neid.'i   h\á   ni   miincii,   fin-   l;i   nianin; 

I"ué   la   nodriza   (|U('   niiiiio   mi    canto: 

Sin   ella   no    j)c's.íra    ni    una   dracniíi,  99 

^'  \   ])()r   halKir   vivido   en   al^ún   tanto 

Cuando   vivió   X'ircrilio,   me   estaría 

Otro  sol   más,  echado  en   mi   (juebranto." —        102 

A   estas   palabras  me   miro   mi  guía, 
Como  diciendo:  Calía  I — más  no  puede 
Siempre  vencerse  voluntad  en  porfía.  io5 

Risa  ó  llanto,  sucede  ó  bien   precede, 
A  la  pasión  de  que  uno   está  nutrido, 

Y  lo  sincero  á  sus  impulsos  cede.  ios 

Sonriente,  yo  me  doy   por  entendido, 

Y  la  sombra  su  vista  me  endereza 

Buscando  en  mi  expresión  algún  sentido.  iii 

—  "Puedas  lograr  en  bien  tu  grande  empresa! 
Mas,  ¿por  qué  tu  semblante  ha  iluminado 
Relámpago  sonriente  que  interesa?" —  ii4 

Me  sentí  doblemente  conturbado: 

Callar  y  hablar  cada  uno   me  pedía; 

Suspiré:  mi  suspiro  fué  escuchado.  in 

—  "Habla  sin  miedo" — me  ordenó  mi  guía 
Con  bondad,  —  y  al  hablarle,  di  mi  nombre, 
Dándole  la  respuesta   que  pedía." —  120 

Y  de  este  modo  hablé:  —  "Tal  vez  te  asombre 
El  verme  sonreír  con  tanto  agrado: 

Quiero  asombrarte  más  con  un  gran  nombre.        123 


^^^  DIVINA    COMEDIA 


126 


"Este,  que  en  las  alturas  me  ha  guiado, 
Es  el  Virgilio,  de  quien  tu  aprendiste 
Hombres  y  dioses  á  cantar  osado. 

"  Si  otro  motivo  á  mi  sonrisa  diste, 

Bórralo  de  tu  mente :  -  estimulada 

Tan  solo  fué  por  lo   que  bien  dijiste,"—  129 

Viendo  á  la  sombra  medio  prosternada 

El  buen  Doctor,  la  dijo  prevenido: 

-"Sombra  soy  y  eres  sombra:     somos  nada."—  132 

Y  ella  exclamó  al  erguirse:   -  "  Habrás  medido 

Lo  mmenso  del  amor  que  el   alma  siente. 

Pues  nuestra  propia  vanidad  olvido,  135 

" Cuando  en  tu  sombra  veo  un  ser  viviente." 


( ^ ANTO  V 1 GESJ i\l OSEG  L' N I  )0 


Coloijuio  entii'  \'irjíilio  y  Kstacio  sobre  las  coivÜtiniKis  de  sus  almas.  — Estacio 
tixplica  C(íiii()  se  lialla  pur^jaiido,  no  el  pe.rado  <lc  la  avaricia,  sino  el  d»*,  la  disipa- 
ción pródijfa,  vicios  contrarios  que  se  castigan  en  el  misino  lugar.  —  R<rlata 
el  mismo  como  se  convirtió  al  cristianismo,  inspirado  por  la  autoridad  po<'tica 
del  pagano  Virgilio  y  sus  misteriosas  profecías  de  la  VI*  Égloga.  —  Los  tres 
Poetas  llegan  al  sexto  círculo  don<le  se  castiga  el  pecado  de  la  gula.  —  Encuentran 
un  árbol  cargado  de  pomas,  dc-ntro  del  cual  resuenan  voces  (\w'.  recuerdan  mode- 
los ejemplares  de  templanza. 

Ya   el   ánj^rel  t?-as  nosotros  se  ha  quedado 
Del  sexto  giro  en  la  áspera  pendiente, 
Habiéndome  otra  letra  más  borrado;  3 

Y  de  los  que  justicia,  en  ruego   ardiente 
Piden  con  Bcati  et  sititint  plañidero, 

Ya  se  ha  perdido  el  eco  balbuciente;  6 

Yo  me  siento  tan  leve  y  placentero. 

Que  sin  fatiga,  cruzo  por  la  senda 

De  las  dos  sombras,  con  el  pie  ligero.  9 

—  "Amor  que  en  otro   amor  su  llama  encienda, 

—  Dijo  Virgilio,  —  dan   el   mismo  efecto, 

Por  poco  que  su  llama  se  trascienda.  12 

"Así,  cuando  cumpliendo  alto  decreto, 

Juvenal  en  el  limbo   fué   sumido, 

A  par  mía,  y  hablóme  de  tu   afecto,  15 

"  Benévola  amistad  por  ti  he  sentido. 
Cuanto  es  posible,  aun  vista  la  persona, 

Y  á  tu  lado  me  siento   complacido.  I8 


422  DIVINA    COMEDIA 


"Mas  dime,  y  como   amigo  me   perdona, 
Si  acaso  mi  palabra  no  refreno, 

Y  habíame  como  amigo  que  ra/ona.  21 

"Cómo   pudo  encontrar  dentro  tu  seno 

La  avaricia  lugar,  si  lo   ocupaba 

La  grande  ciencia  de  que  estabas  lleno?"  24 

Estacio  sonreía  y  le  miraba 

En  silencio,  y  después:  —"Me  ha  complacido 

Tu  afectuosa  pregunta:" — contestaba. —  27 

"  A  veces,  lo   que  no  se  ha  discernido 

Hace  dudar,  si  la  razón  no  busca 

Lo  que  acaso  verdad  tiene  escondido.  30 

"  Tu  pregunta  me  muestra,  que  te  ofusca 

La  idea  de  que  avaro  he  sido  en  vida, 

Por  encontrarme  en  la  caverna  fusca.  33 

"  Eué  por  mí  la  avaricia  aborrecida: 

Y  si  miles  de  lunas  he  penado, 

Por  otra  causa  fué  mi  alma  punida.  36 

"  Si  tu  acento  no  hubiera   despertado, 

—  Y  es  bueno  aquí  que  tu  atención  reclame, — 

La  noble  indignación  con  que  has    clamado:       39 

"/^  que  excesos  no  ¿leva,  sacra  faine, 

Del  oro,  el  apetito  á  los  ¡uiinaiios! 

En  el  infierno  yacería  infame.  42 

"Pensé  entonces  que  mucho  abrir  las  manos 

Era  exceso  también,  y  arrepentido, 

Lo  deploré  como   los   otros  males.  45 


EL  PURGATORIO  —  CANTO    XXII  423 


"¡Oh,  cuantos,   por  no   lialxtr  esto   sabido, 

Ante   el  juicio   final    irán    pelados 

Por  no   haberse   en   la   vida   corregido!  48 

"Pues  debes  de  saber,  ([ue  los   jxxados 

Tienen  contraria  falta,   y   j^or  lo  tanto 

Son   por  i^iial   justicia  marchitados.  51 

"Por  eso  he  derramado  amaromo  llanto 

Entre  esas  pecadoras   almas  sórdidas, 

Por  lo  contrario   en   que   pecaron  tanto." —         54 

-  "  Cuando  cantaste  aquellas  luchas  hórridas 
De  la  doble  tristeza  de  Jocasta, 

—  Dijo  el  tierno  cantor  de  las  Bucólicas,  —         si 

"  Que  Clio  acompañó   con  lira  infausta, 

Ninguna  fe  tu  acento  me  revela, 

Sin  la  cual  ningún  bien  al  hombre  basta.  6o 

"Y  así?  qué  Sol,  qué  luz  que  al  cielo  vuela, 

Te  alumbró,  que  tan  firme  navegaste 

Derecho  al  Pescador  tras  de  su  vela?"  63 

Y  él  dijo:      "Tú  el  primero  me  llevaste 
Al  Parnaso,  á  beber  en  fuente  pura, 

Y  con  amor  divino  me  alumbraste.  66 

"  Fuiste,  como  quien  anda  en  noche  oscura, 

Con  luz  radiante  que  á  la   espalda  lleva, 

Que  á  otros    alumbra,  y   que  de  sí  no  cura.       69 

"Tú  anunciaste:  —  E¿  siglo  se  reimeva; 
Retorcía  la  justicia  al  mutido  Iminano, 
Y  del  cielo  desciende  raza  mtevaJ  72 


424  DIVINA    COiMEDIA 


Por  ti  yo  fui  poeta  y  fui  cristiano, 

Y  para  que  contemples  su  evidencia, 

El  gran  diseño  trazará  mi  mano.  75 

"  Ya  penetrado  de  la  vera  creencia, 

El  mundo  estaba,  la  que  fué  sembrada 

Por  mensajeros  de  la  eterna  esencia.  78 

"  Y  la  palabra  tuya,  recordada, 

Con  los  nuevos  apóstoles,  en  tanto. 

Se  armonizaba  tanto,  que  inclinaba  si 

"El  alma,  á  ver  en  cada  fiel  un  santo; 

Y  al  ser  por  Domiciano  perseguidos, 

Mis  lágrimas  se  unieron  con  su  llanto.  84 

"  Fueron  por  mí  en  la  tierra  socorridos, 

Y  practiqué  sus  usos  y  sus  ruegos, 
Despreciando  á  los  otros  descreídos;  87 

"Y  antes  que  con  mis  cantos,  á  los  griegos 

Llevase  á  Tebas,  fui  yo  bautizado. 

Quedando  en  apariencia  entre  los  ciegos,  90 

"Al  paganismo  en  público  entregado; 

Y  esta  tibieza  mía,  en  desconsuelo 

Cinco  siglos  de  pena  me  ha  costado.  93 

"Tú,  que  ante   m:   rompiste  el  denso  velo 

Que  me  ocultaba,  lo  (jue  yo  bendigo, 

Dime  mientras  subimos,  por    consuelo:  96 

"¿En  dónde  está  Terencio,  nuestro  amigo? 

Cecilio,  Plauto  y  Varro,  refractarios, 

Di,  si  sabes,  (jue  sufren  un  castigo?"  99 


KI-   rURí.A  rOKIO  —  CANTO  XXII  425 


"Todos,  con  Persio,  y   yo  con  otros  varios, 
---Dijo  el  Maestro, — cst;'iii   con  a([ucl  griego 
A    ([uicMi   la   musa  (lió  seno   plenario,  102 

"l^n  el  primer  girón  del  mundo  ciego, 

Hablando  con  frecuencia  de  arpel  monte 

Que  nos  bañó   con   fecundante  riego.  105 

"  Eurípides  está  con  Anacreonte, 

Con  Simónides  y   Agaton,  cjue  en   Grecia 

El  laurel  coronó  del  sacro  monte;  ios 

"Antigone  y  Deifil:i  con  Argesia, 

Y  tu  Ismenia,  cual  siempre  contristadas, 

Allí  soportan  penitencia  recia.  iii 

"  Dafne,  Isifil  y   Tetis,  que  cantadas 

Fueron  por  ti,  están  acompañando 

A  Deidamia  y  hermanas  malhatadas."  114 

Callaron  ambos  al  seguir  andando, 

Fuera  del  paso  que  ya  atrás  quedaba, 

En  torno  suyo  atentos   observando.  117 

Cuatro  siervas  del   día,  relevaba 

La  quinta  en  el  timón   del   carro   ardiente, 

Que  á  la  altura  su  cuerno  levantaba,  120 

Cuando  el  guía  nos  dijo:  —  "  Es  conveniente 

Seguir  por  la  derecha   con  paciencia, 

El  monte  contorneando  atentamente." —  123 

Aconsejados  bien  por  la  experiencia. 

Confiados  proseguimos  en  la  vía, 

Que  señaló  Virgilio  con  prudencia.  120 


426  DIVINA    COMEDIA 


Los  dos  delante,  yo  detrás  seguía, 

Oyendo  de  su  boca  las  lecci(>nes 

Que  el  intelecto  impregna  en   poesía.  129 

Mas,  de  pronto  interrumpen  sus  razones 
Ante  un  árbol,  en  medio  de  la  estrada, 
Con  frutos  que  dan  suaves  emisiones.  132 

A  modo  del  abeto,  adelgazada 

Es  la  parte  de  arriba,  calculado 

Para  hacer  más  difícil  la  trepada:  135 

De  una  parte  el  camino  está  cerrado, 
Y  cae  de  la  alta  roca  un  agua  clara, 
Que  corre  por  sus  hojas  hasta  el  prado.  I38 

Al  árbol  uno  y  otro  se  acercara, 

Cuando  grita  una  voz  allí  escondida: 

—  "Este  alimento  á  nadie  se  depara." —  ui 

Agregando:  —  "Cuidaba  más  María 

De  la  boda  el  manjar  que  otros  gustaron. 

Que  de  su  boca  que  os  responde  pía.  144 

"Los  antiguos  romanos  no  probaron 
Sino  agua  pura,  y  de  Daniel  severo, 
Los  labios  torpe  cebo  despreciaron.  147 

"  Del  siglo  de  oro  en   el  albor  primero 

La  bellota  fué  el  fruto  más  sabroso. 

Dando  el  arroyo  néctar  lisonjero.  I50 

"Miel  y  langostas,  fué  el  manjar    pastoso 

Que  alimentó  al  Bautista  en  el  desierto; 

Por  eso  fué  tan  grande  y  tan  glorioso,  153 

"Cual  reza  el  Evangelio   á  libro  abierto." 


CANTO  VIG ESIMO'l'KliCKKO 


Sexto  línulo.  —  Castigo  úr.  los  golosos,  almas  extenuadas  que  patleccn  hambre 
y  sed,  con  la  vista  de  frutos  olorosos  y  aguas  cristalinas.  —  Encuentro  del 
Dante  con  Foresio  Donati,  muerto  cinco  años  antes.  —  El  Poeta  se  admira  de 
encontrarle  en  aquel  lugar,  dispensado  de  esperar  en  el  ante-purgatorio,  la 
entrada  al  Purgatorio.  —  Foresio  explica  que  esta  gracia  la  debe  á  los  ruegos 
de  su  esposa  Nella,  piadosa  y  casta  viuda.  —  Invectiva  contra  la  deshonestidad 
de  las  damas  florentinas.  —  El  Poeta  da  cuenta  de  su  viaje  y  explica  la  pre- 
sencia de  las  dos  sombras  que  le  acompañan. 


Mientras  mi  vista,  por  la  fronda  verde 

\^agaba,  como  suele  quien  espía, 

Y  en  pos  de  un  pajarillo  el  tiempo  pierde.  3 

El  que  era  más   que  padre,  me  decía: 

—  "Hijo  querido,  el  tiempo  señalado 
Conviene  aprovechar  durante  el  día." —  6 

Volvime  á  él,  y  á  paso  apresurado, 

A  los  sabios  seguí    y  cuanto  oía 

Hacía  (¡ue  el  andar  fuese  aliviado.  9 

Sonó  un  canto  quejoso   en  lejanía: 

Doirmie,  labia  uteaf  modulado, 

Que  dolor  y  delicia  producía.  12 

—  "Oh  padre  mío!  qué  es  lo  que  he  escuchado?'' 

—  Pregunto,  y  él:  — "Tal   vez  sombras  errantes 
Que  desatan  el  nudo   del   pecado." —  15 


428  DIVINA    COMEDIA 


Tal  como  pensativos  caminantes 

Que  hallan  en  su  camino  gente  ignota, 

Y  prosiguen  mirando   unos  instantes,  is 

De  tal  modo,  siguiendo  su  derrota, 

Al  dejarnos  de  lado  nos  miraba 

En  silencio  al  pasar,  turba  devota.  21 

Eran  sus  ojos  como  oscura  cava, 

Pálido  rostro,  y  carne  reducida 

Que  la  piel  con  los  huesos  conformaba.  24 

No  de  Eriston  la  carne  enflaquecida, 

Me  figuro  llegara  á  tal  magrura. 

Cuando  fué  por  él  mismo  consumida.  21 

Yo  me  dije:  -  "Es  la  gente  sin  ventura 
Que  se  perdiera  en  Sión,  cuando  María 
En  el  hijo  clavó  su  mordedura."  30 

Sin  gema  anillo,  el  ojo  parecía, 

Y  quien  leyese  en  sus  facciones  OMO, 

La  Eme  fatal  en  ellas  bien  leería.  33 

Quién  pudiera  pensar  que  olor  de  un  pomo 

Que  el  agua  riega,  en  ellos  produjese 

Un  hambre  tal,  á  no  saberse  cómo?  35 

Mas  si  el  efecto  sólo  percibiese. 

Pues  la  causa  no  me  era  manifiesta, 

Me  preguíitaba  cual  la  causa  fuese;  39 

Cuando  de  lo  profundo  de  la  testa 

Una  sombr:i  ni¡r()me  fijamente. 

Exclamando:—  "Qué  gracia  me  es  propuesta.^"        1,' 


EL    PURGATORIO  —  CANTO    XXIII  429 

No  habría  conocido   al   penitente, 

Si  lo   (luc  su   apariencia  me  ocultaba 

La  voz  no  lo  dijera  claramente.  45 

Su  acento   mi  recuerdo   iluminaba, 

Y  en  aquel  ser  enjuto  tan  cambiado. 

El  rostro  de  Foresio  me  mostraba.  48 

—  "No  mires  este  ser  adolorado. 

Ni  la  lepra  que  mancha  su  semblante, 

Ni  si  me   hallo  de  carnes  despojado.  5i 

^' Dime  en  verdad,  —  clamaba  suplicante, — 
Quiénes  son  esos  dos?  cómo  han  venido? 
Quién  te  ha  guiado  en  tu  camino  errante?"        54 

—  "Ante  tu  faz  me  siento  tan  dolido, 

—  Dije,  al  mirarle  tan  desfigurado, — 

Cual  cuando  muerto  te  lloré  afligido.  si 

"Mas  di,  por  Dios!  por  qué  tan  extenuado? 

No  puedo  hablar,  mi  espíritu  fluctúa 

Cuando  lo  embarga  otro  mayor  cuidado."  —      60 

Y  él  á  mí:       "La  justicia  que  gradúa. 
Da  su  virtud  al  agua  y  á  la  planta 

Que  queda  atrás,  y  así  nos  extenúa.  63 

"Toda  esa  gente  que  llorando  canta 

Porque  halagó  su  boca  sin  mesura. 

En  hambre  y  sed,  se  purifica  santa.  66 

"El  beber  y  el  comer  más  les  apura, 
Viendo  del  pomo   el  fruto  apetitoso, 

Y  el  agua  que  se  extiende  en  la  verdura;  69 

29 


430  DIVINA    COMEDIA 


"Y  al  tornar  á  este  sitio  delicioso 
Girando,  se  refresca  nuestra  pena: 

—  Digo  pena; — más  bien  diría  g-ozo.  72 

"  La  voluntad  que  el  árbol  enajena, 

Es  la  que  hizo  exclamar  á  Cristo :  Eli! 

Al  librarnos  con  sangre  de  su  vena."  7S 

—  "Foresio  amigo:  —  yo  le  dije  así:  — 
Después  que  tú  pasaste  á  mejor  vida 

Cinco  años  no  han  corrido  desde  allí.  78 

'*Si  de  pecar  tan  sólo   fué  extinguida 

Tu  voluntad,  cuando  llegó  tu  hora 

Con  el  sano  dolor  que  á  Dios  convida,  8I 

^' Cómo  te  encuentro  tan  arriba  ahora? 

Creí  que  estabas  abajo  detenido, 

Donde  paga  su  culpa  alma  deudora." —  84 

Y  él  repuso:    -"Hasta  aquí  me  ha  conducido 
A  beber  del  martirio  absintio  grato, 

•Mi  Nella,  por  su  llanto  socorrido;  87 

•'  Por  las  plegarias  de  su  amor  innato. 

Subir  aquí  me  ha  sido  permitido, 

Librándome  del  bajo  centro  ingrato.  90 

"  Y  tanto  más  querida  á  Dios  ha  sido 

Mi  viuda,  de  recuerdo  tan  amado, 

Cuanto  que  sola  y  triste,  buena  ha  sido;  93 

"  Que  la  Barbagia  de  Cerdeña  ha  dado, 

Y  más  mujeres  púdicas  abriga, 

Que  la  Barbagia  donde  la  he  dejado.  96 


EL    PURGATORIO —CANTO    XXIIl  431 

'•Dulce  hermimo!   (¡uc  (juieres  que  te  diga? 

\'eo   un   futuro  tiempo   prometido, 

Que  á  la  hora  <.\v.\   presente  pronto  siga,  99 

"En  que  será  en   el   pulpito   proliihido 

A  las  desvergonzadas  florentinas 

Mostrar  los  scínos  sin  cendal  tupido.  102 

"  Ni  á  bárbaras  mujeres  Levantinas 
Fué  preciso  obligar  el  ir  cubiertas 
Mediante  espirituales  disciplinas!  ios 

"  Si  esas  impuras  estuviesen  ciertas 

De  lo  que  el  cielo  les  prepara  aprisa, 

Aullaran  ya  con  boca  bien  abierta.  ios 

"Si  mi  presciencia  en  vano  no  me  avisa, 

Han  de  llorar  antes  que  asome  el  bozo 

En   el  niño  que  arrulla  la  nodriza.  iii 

"Ora  explica  tu  viaje  misterioso: 

Que  asombrada  cual  yo,  mira  esta  gente. 

Ver  que  haces  sombra  al  astro  luminoso." —      114 

Y  yo  á  él:  —  "Si  aun  guardas  en  la  mente 

Lo  que  fuimos  los  dos  en  el  pasado, 

Pienso  que  grato  no  será  el  presente.  117 

"De  la  mundana  vida  me  ha  sacado 
Ese  que  va  adelante,  y  que  rotunda 
La  compañera  de  Ese  me  ha  mostrado.  120 

—  Y  el  Sol  mostré. —  "En  lobreguez  profunda 

Mostrado  me  ha  los  verdaderos  muertos, 

Con  esta  vera  carne  que  él  segunda.  123 


432  DIVINA    COMEDIA 


"Hasta  aquí  me  han  traído  sus  aciertos, 

Subiendo  alrededor  de  la  montaña, 

Que  os  endereza  por  caminos  tuertos.  I26 

"El  me  asegura  que  me  hará  compaña. 

Hasta  ver  á  Beatriz  en  sitio  ledo, 

Dejándome  al  subir  de  la  montaña:  129 

"Ese  es  Virgilio,  quien  así  me  ha  hablado: 

Y  el  otro  es  un  espíritu  virtuoso, 

Por  quien  esta  montaña  ha  retemblado  132 

"Al  dejar  vuestro  reino  doloroso." 


CANTO  VWESIMOUÜAUTO 


Contiiiuari(Sn  del  coI()<iuio  cntr«  r.\  Dante  y  Foirsio,  r.n  (\w.  estele,  dic(r,  que  su  her- 
mana ricarda  se  llalla  en  el  cielo,  y  se  aleja,  mostrando  otros  personajes  en 
penitencia,  de  que  hace  mención.  —  Aparición  del  poeta  íifjnayunta  de  Luca, 
que  vaticina  al  Dante  la  simpatía  de  una  joven  luquesa  durante  su  destierro, 
manifestándole  su  admiración  al  reconocer  la  superioridad  del  sentimiento  poé- 
tico que  ha  introducido  en  el  arte.  —  Los  tres  Poetas  encuentran  un  nuevo 
árbol  cargado  de  frutos,  vanamente  deseados.  —  Una  voz  misteriosa  cita  ejem- 
plos edificantes  de  la  historia  profana  y  sajíra<la  contra  los  golosos.  —  Un 
ángel  les  muestra  el  camino  del  círculo  superior,  y  borra  de  la  frente  del 
Dante  la  sexta  P. 

Ni  el  decir  ni  el  hablar  era  más  lento, 
Siempre  alargando  las  pisadas  ciertas, 
Como  nave  que  sigue  con  buen  viento.  3 

Y  aquellas  sombras  que  eran  dobles  muertos, 

Al  verme  vivo,  admiración  mostrando, 

Ven  por  los  hoyos  de  sus  ojos  yertos.  6 

Yo  en  tanto,  mi  discurso   continuando. 

Dije  á  Foresio :  —  "  Esa  alma  que  se  atarda. 

Tal  vez  por  otra  causa  va  quedando.  9 

"Mas  di  si  sabes  donde  está  Picarda; 
Dime  si  ves  de  nota  una  persona 
Entre  esta  gente  que  subir  aguarda."  — 


12 


—  "Mi  hermana,  que  virtud  y  gracia  abona. 
Cual  la  que  más,    -  me  dijo,  —  en  triunfo  alcanza 
En  el  Olimpo,  leda,  su  corona.  i5 

"Aquí,  se  nombra  á  todos  sin  desfianza, 

Pues  el  hambre  que  á  todos  nos  ayunta. 

De  todos  alteró  la  semejanza.  is 


434  DIVINA    COMEDIA 


"Este,  —  apuntando  el  dedo, —es  Bonayunta, 

De  Luca;  y  esa  sombra  demacrada 

Que  de  sus  huesos  muestra  cada  punta,  21 

"A  la  Iglesia  de  Dios  tuvo  abrazada: 

Vino  de  Tours,  y  purga  en  el  ayuno 

La  anguila  con  vernacha  aderezada."  —  24 

Muchos  otros  mostróme,  uno  por  uno, 

Y  todos  se  mostraban  complacientes. 

Sin  torvo  ceño  en  su  semblante  bruno.  27 

Entre  aquellos  que  en  vano  mueven  dientes, 

Vi  á  Ubaldino  de  Pila;  á  Bonifacio, 

Pastor  episcopal  de  muchas  gentes.  30 

Vi  á  Marchesi,  que  poi*  largo  espacio 
Bebió  en  Forli,  con  boca  más  mojada, 

Y  que  bebiendo,  nunca  estuvo  sacio.  33 

Como  cuando  la  vista  es  apuntada 

A  una  cosa  más  que  á  otra,  así  al  de  Luca 

Mi  atención  por  él  mismo  fué  llamada.  35 

Murmuraba,  nombrando  á  una  Gentuca, 

Con   aquella  garganta   que  en  su  llaga 

La  divina  justicia  lo  machuca.  39 

—  "Anima,  —  díjele,  —  si  hablar  te  halaga. 
Pues  pareces  deseosa  que  te  atienda, 

Con  tu  palabra  mi  palabra  paga." —  42 

— "  Mujer,  que  aun  de  mujer  no  lleva  venda, 

—  Comenzó,  —  te  ha  de  hacer  más  placentera 

Mi  ciudad,  bien  que  alguno  la  reprenda.  45 


KL    l'URí.ATOKIÜ  -  CAN  lO    X\1V  435 


"TÚ  llcvaríls   ni¡   previsión  certera: 

Y  aiin(iiie  parezca  (jue  murmuro  errores, 

El  tiempo  te  dirá  (jue  es  verdadera. 


»H 


"Mas  dime:  ¿eres  aquel   que  en  tus   all)ores 

Kscril)iste  unos  versos,  comenzando: 

Vosoíros  qué  sabéis  que  son  amores?''  51 

Y  repliqué: — "Yo  soy   uno.  (jue  cuando 
Amor  inspira,  con  la  mano  traza. 

Lo   que  en   el   pecho   tiene  palpitando."—-  54 

—  "Ahora  percibo  el  nudo  que  me  enlaza 
Con  Notaio   y   Güitone,  y  me  retiene, 

Y  que  el  estilo  nuevo  me  retraza.  57 

"Veo  que  vuestra  pluma  se  mantiene 

Fiel  al  dictado  del  amor,  segura, 

Lo  que  en  verdad  la  nuestra  no  sostiene.  eo 

"  Quien  pretenda  elevarse  á  más  altura, 
No   distingue   un  estilo  de  otro  estilo."  — 

—  Y  terminó  callando  con  cordura. —  63 

Cual   las  aves  que  invernan  en  el  Nilo, 
Alguna  vez  forman  bandada  espesa, 

Y  luego  en  raudo  vuelo  van  en  hilo,  66 

Así,  toda  la  turba  con  presteza. 

Volvió  la  espalda,  y   prosiguió  delante, 

Ligera,  por  querer  ó  por  magreza  09 

Como  quien  de  correr  se  siente  laso, 

Y  se  va  poco  á  poco  retrazando 

Y  descansa,  marchando  paso  á  paso,  72 


436  DIVINA    COMEDIA 


Foresio,  sus  pisadas  retardando, 
Me  seguía,  diciendo  en  voz  dolida: 

—  "  ¿  Cuándo  de  nuevo  nos  veremos,  cuándo?" —     75 

—  "No  sé,  —  repuse,  —  el  plazo  de  mi  vida; 
Pero  la  vuelta  no  será  tan  presto 

Como  el  deseo  que  á  venir  convida;  78 

"  Pues  el  destino  me  asignó  mi  puesto 
Donde  el  bien  cada  día  se  despulpa, 

Y  á  deplorable  ruina  está   dispuesto." —  si 

—  "Anda;  —  dijo,  —  quien  tiene  mayor  culpa 
De  un  caballo  á  la  cola  va  arrastrado, 

Al  negro  valle  donde  no  hay  disculpa:  84 

"  La  bestia  va  con  paso  arrebatado, 
Golpeándole  por  ásperas  veredas, 

Y  lo  deja  cadáver  destrozado.  87 

"  No  mucho  han  de  girar  celestes  ruedas, 

—  Y  miró   al  cielo,  —  sin  que  veas  claro 

Lo  que  al  presente  comprender  no  puedas.        90 

"Quédate,  Adiós:  el  tiempo  me  es  muy  caro 
En  este  reino,  y  mucho  ya  he  perdido 
Platicando  contigo;  y  me  separo." —  93 

Cual  jinete  á  galope,  desprendido 

De  un  escuadrón,  que  busca   valeroso 

El  primer  choque,  por  honor  movido,  96 

Así  partió  Foresio  presuroso, 

Y  (¡uedé  con  mis  dos  acompañantes, 

Grandes  guías  del   canto  más  glorioso.  99 


i:l  ruKí.AToKio  — canto  xxi\  437 


Y  cuando   ya  las  soml^ras  muy   distantes 
Mi   mente  sus  palabras  meditaba, 
Sip^uiéndolas  con   ojos   anhelantes,  102 

Vi   un  .írbol,  que  en   sus  ^ajos  ostentaba 

Como   el   otro  sus   frutos,   no  lejano, 

A  tiempo  que  hacia  un  lado  yo  miraba:  105 

Y  gentes  vi  debajo,  alzar  la  mano, 

Y  evitar  no  sé  qué,   cómo,  ;ii  adonde, 

(Cual  hace  el  niño   antojadizo  y  vano,  108 

A  un  ruego  que  á  su  ruego  no  responde, 

Y  que  le  hace  pedir  la  cosa  ansiada, 

Cuanto  más  se  retira  y  más  se  esconde)  iii 

Y  á  la  gente  pasar  desengañada. 

—  Hasta  aquel  árbol  la  atracción  nos  lleva. 
Que  ni  á  ruegos  ni  lágrimas  da  nada.  —  114 

—  JVo  es  este  el  árbol  que  tentara  á  Eva: 
No  os  acerquéis :  seguid  por  vuestra  vía ; 

Que  su  retoño  ínás  allá  se  eleva. —  117 

Así  una  voz  oculta  nos  decía; 
Virgilio,  yo  y  Estacio,  con  pies  cuitos. 
Seguimos  por  el  lado  que  ascendía.  120 

Y  agregó: — Recordad  á  los  malditos 
Centauros,  que  á    Teseo  combatieron, 

Co7i  dobles  pechos  y  hartos  de  apetitos ;  123 

Y  á  los  hebreos  que  á  beber  se  dieron. 

Que  no  quiso  Gedeón  como  soldados. 

Cuando  en  Median  al  llano  descendieron.         126 


438  DIVINA    COMEDIA 


Y  así  al  pie  de  las  rocas  recostados, 
Seguíamos  oyendo  los  sollozos 

De  la  gula,  en  sus  tristes  condenados;  I29 

Y  al  encontrar  caminos  espaciosos, 
Mil  pasos  avanzamos,  contemplando 

Los  contornos  del  monte,  silenciosos.  132 

—  "Quiénes  son  esos  tres  que  van  pensando?"  — 

—  Gritó   una  voz  que  á  mí  me  estremeciera. 
Como  bestia  espantada  titubeando. —  bs 

Alzé  los   ojos  para  ver  quien   era 

Y  no  creo  que  de  horno  haya  salido 

Vidrio   ó  metal  que  más  rojizo  fuera,  i38 

Cual  uno,  que  me  dijo; — Bienve^iido 

El  que  busca  la  paz.  Id  adelante. 

La  vuelta  dad  por  donde  habéis  subido, —       \\\ 

Cegado  por  su  aspecto  deslumbrante, 

Encamíneme  en  pos  de  mis  doctores 

Por  el  oído,  en  marcha  vacilante.  144 

Y  como  nunciatriz  de  los  albores 
Sopla  brisa  de  Mayo  que  acaricia. 

Cargada  del  perfume  de  las  flores,  147 

Sentí  como  de  un  viento  la  caricia, 

Ala  celeste  que  mi  frente   orea. 

Esparciendo  ambrosía  con  delicia;  iso 

Y  una  voz  exclamar:  —  "Bendito  sea 

El  que  la  gracia  alumbra,  y  no  del  gusto 

Del  paladar  el  apetito  humea,  1S3 

"Y  que  apetece  sólo  lo  que  es  justo."  — 


CANTO  VIGKSIMOQUINTO 


Suben  los  tres  Poetas  por  la  estrecha  vía  que  conduce  del  sexto  al  sétimo  circulo. — 
Dante  pregunta  á  Virgilio  cómo  pueden  enflaíjuecerse  los  espíritus  en  un  lugar 
donde  el  hambre  no  favorece  el  apetito.  —  Virgilio  pide  á  Estacio  que  le  res- 
ponda, y  este  explica  la  generación  del  cuerpo  humano,  la  infusión  del  alma  en 
él  por  su  propia  virtud,  y  el  modo  de  existir  de  ella  después  de  la  muerte. — 
Llegados  los  Poetas  al  linde  del  sétimo  círculo,  lo  hallan  todo  cubierto  de  lla- 
mas, á  excepción  del  borde  externo.  —  En  medio  de  aquel  fuego,  ven  moverse  á 
los  lujuriosos  que  cantan  un   himno,  alabando  ejemplos  de  castidad. 


Forzoso  era  subir:  el  meridiano 

Cedía  el  Sol  á  Tauro,  y  traspasaba 

La  noche  opuesta  el  de  Escorpión  lejano.  3 

Por  lo  cual,  como  nada  nos  fijaba, 
Cual  sucede  al  que  sigue  á  la  ventura, 
Necesidad  los  pasos  impulsaba.  6 

Entramos  del  peñón  por  la  abertura, 

Y  uno  á  uno  trepamos  por  su  escala. 

Que  más  no   permitía  su  estrechura.  9 

Cual  pichón  de  cigüeña  mueve  el  ala 

Cuando  intenta  volar,  y  dentro  al  nido 

En  vanos  aleteos  se  desala,  12 

Tal  sentía,  apagado   ó  encendido 

El  anhelo  de  hablar,  que  se  suspende 

Antes  de  articular  algún  sonido;  15 


440  DIVINA    COMEDIA 


Mas,  dijo  el  dulce  Padre:  —  "  Habla,  y  desprende 
La  flecha  que  la  lengua  te  sofoca, 

Y  el  arco  de  tu  labio  firme  tiende. "    -  is 

Y  entonces  con  firmeza  abrí  la  boca: 

— "  Cómo   puede  un  espíritu  ser  magro. 

Donde  alimento  al  alma  no  provoca?" —  21 

—  "  Si  recordases  bien,  como  Melagro 
Se  consumió,  mientras  ardió  una  brasa, 

—  Respondió,  —  no  hallarías  que  es  milagro.       24 

"Y  si  pensases,  que  el  espejo  traza 
La  imagen,  y  acompaña  al  movimiento. 
Comprenderás  lo  que  á  las  almas  pasa.  27 

"  Mejor  responderá  á  tu  pensamiento 
Estacio,  á  quien  le  pido  y  á  quien  ruego. 
Te  cure  de  ese  extraño  sentimiento."  — 


—  "  Si  la  eterna  venganza  le  desplego 
Ante  ti, — dijo  Estacio  al  dulce  guía, — 
Es  porque  á  tu  deseo  no  me  niego."  — 

Y  continuó:  —  "Si  la  palabra  mía 

Tu  mente  guarda  y  á  pensar  te  mueve, 

Te  alumbrará  como  la  luz   del  día. 


30 


33 


36 


"La  purísima  sangre  que  no  bebe 

De  la  vena  la  sed,  sustancia  es  sana, 

Del  banquete  vital,  rico  relieve:  39 

"Va  al  corazón,  y  á  la  criatura  humana 

Le  da  su  forma,  en  carne  al   transformarse, 

Por  la  corriente  (jue  en   la  vena  mana:  42 


EL  ri;Kc.AT()r<H)      canto  XXV  441 


"Más   pura   aún,       (nuíjor  es   no   nombrarse 

l'^l  preciso   lujj^ar   donde  en  seguida 

Kn  vaso   natural  va  á  derramarse):  45 

"Una  sangre  á  otra  sangre  allí  reunida, 

La   m;ls  activa   ;'i  la   pasiva  entona, 

De  su  nativa  fuente  resurgida;  48 

''Y  al  mismo  tiempo   con   vigor  reacciona, 

Primero  coagulada,  luego  viva 

Por  gestación  que  la  materia  abona.  51 

"Su  virtud  se  convierte  en   alma  activa. 

Como  una  planta,  un  tanto   diferente, 

Porque  una,  viva  está,  la  otra  se  aviva;  54 

"Y  obra  de  suerte,  que  mover  se  siente 

Como  pulpo  marino,  y  organiza 

La  potencia  que  lleva  en  su  simiente:  57 

"  Se  contrae,  se  dilata,  y  finaliza 
Del  corazón  la  fuerza  generante, 
Por  la  virtud  que  el  cuerpo  fecundiza.  60 

"Mas,  como  el  animal  se  hace  pensante. 
Aun  no  lo  puedes  ver,  porque  es  un   punto. 
Que  á  los  más  sabios  deja  vacilante,  63 

"  Pues  según  su  doctrina,  no   hay  conjunto, 

Entre  el  alma  y  armónico  intelecto 

Por  no  ver  á  la  mente   órgano   adjunto.  65 

"  Abre  tu  mente  de  verdad  al  concepto, 

Y  sabe  que  en  su  feto,  aunque  latente. 

El  poder  del  cerebro  es  ya  perfecto.  69 


442  DIVINA    COMEDIA 


"El  Gran  Móvil,  contempla  complaciente, 

Este  prodigio  natural,  é  inspira 

Un  espíritu  nuevo,  en  sí  completo,  72 

"Que  vida  activa  en  su  sustancia  aspira, 

Y  forma  un  alma  sola  que  consciente. 

Se  mueve,  y  vive,  y  en  su  centro  gira.  75 

"Y  á  fin  que  mi  palabra  entre  en  tu  mente, 
Mira  ese  sol  que  se  convierte  en  vino 
En  la  savia  de  viña  floreciente. 


"Y  cuando  de  Laquesis ,  con  el  lino 
La  carne  se  consume,  virtualmente 
Lleva  en  sí  con  lo  humano  lo  divino 


78 


8i 


"  Entre  mudas  potencias,  solamente 

Inteligencia,  voluntad  y  memoria. 

Obran  activas  más  agudamente.  84 

"  Sin  parar,  en  su  marcha  transitoria, 

Pasa  el  alma  de  la  una  á  la  otra  riba, 

Y  se  orienta  en  su  senda  promisoria;  87 

"Y  en  el  lugar  que  Dios  le  circunscriba. 

Potencia  formativa  irradia  en  torno 

Cual  sucedía  con  la  carne  viva.  90 

"  Cual  aire  vaporoso  que  en  contorno 

Otros  rayos  de  luz  en  sí  refleja, 

De  variado  color,  que  son  su  adorno,  9j 

"  Así  el  aire  á  que  pasa,  la  asemeja 
A  la  forma  en  que  estaba  modelada, 
Reflejando  el  despojo  que  atrás  deja.  96 


EL   PURGATORIO  —CANTO    XXV  443 


''  ^    lucjTo,  como   v¡v;i  ll.unar;icla 

Que  del  fuego  acompaña  el   movimiento, 

En  espíritu  se  halla  transformada.  99 

"Sombra  se  llama   desde  aquel   momento, 

Y  en  esta  nueva  forma  (|ue  asumimos, 

Se   c^rp^aniza  de  nuevo   el  sentimiento.  102 

"Y   por  eso   aquí  hablamos  y  reimos, 

Y  lloramos,  los  ayes  exhalando, 

Que  oyes  en  este  mundo  en  que  vivimos,  ios 

"Y  según  las  pasiones  van   obrando. 
Placer  ó   afán,  las  sombras  los  figura, 

Y  es  esto  lo  que  admiras  contemplando." —  ios 

En  el  lugar  de  la  última  tortura 

Estábamos,  y  vueltos  á  la  diestra 

Nuestra  atención  otro   cuidado  apura.  iii 

En  la  roca,  una  llama  se  nos  muestra. 
Que  corre  cual  ballesta  disparada, 

Y  que  un  viento  del  borde  la  secuestra.  114 

Por  evitar  la  ardiente  llamarada 
Uno  á  uno  seguimos  por  la  vía; 
-Yo,  temiendo  caer  en  la  hondonada.    -  ii? 

—  "En  este  sitio,  —  dijo  el  sabio  guía, — 

A  la  vista  se  debe  poner  freno, 

Pues  errarse  el  camino  bien  podría." —  120 

Y  Stiimnce  Deus  cleínentice,  desde  el  seno 
Del  incendio,  las  almas  van  cantando; 

Y  por  mirarlas,  mi  temor  refreno.  123 


444 

^^^ DIVINA    COxMEDIA 

Vi  sombras  por  las  llamas  circulando: 
—  Sus  pasos  y  los  míos  observaba, 
Con  la  vista  los  pasos  alternando.  - 

Y  un  himno  entre  aquel  fuego  resonaba, 
El    Virum  nojí  cognosco,  fuertemente, 
Que  luego  en  voz  más  baja  comenzaba. 

Y  al  fin:-  "Diana  en  el  bosque  se  ha  quedado 
A  Calisto  arrojando  por  impura, 

Que  el  veneno  de  Venus  ha  probado."  — 

Después  cantaban  á  la  esposa  pura, 

Y  á  los  castos  maridos,  arreglados 
A  la  ley  que  virtud  les  asegura. 

Y  pienso  que  así  irán  estos  penados 
Por  el  tiempo  que  Dios  los  martiriza, 
Conviniendo  esta  cura  á  sus  pecados, 

En  que  el  fuego  sus  llagas  cicatriza. 


126 


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(LVNTO   \1GESLM08EXT0 


Los  Poetas  prosiguen  su  camino  al  trav»!s  del  sétimo  círculo,  apartándose  de  las 
llamas  de  los  condenados,  quienes  se  asombran  al  ver  que  el  Dante  intercepta 
la  luz  del  sol.  —  Kl  Dante  ve  cruzar  entre  los  fuegos  dos  grupos  de  sombras 
que  marchan  en  sentido  opuesto,  expiando  dos  especies  de  lujuria  y  que  se 
dan  un  beso  al  encontrarse.  —  El  poeta  bolones  Guido  Guinicelli  habla  con  el 
Dante  y  este  lo  saluda  con  respeto,  como  auno  desús  predecesores.  —  Guido 
señala  entre  las  almas  otro  poeta  más  digno  de  reverencia.—  Este  es  el  poeta 
provenzal  Arnaldo  Daniel,  quien  suplica  al  Dante  en  versos  provenzales  que  lo 
auxilie  con  sus  oraciones. 


Mientras  íbamos  todos  en  hilera, 

Dijo   el  Maestro  al  borde  del  barranco: 

—  -'Guárdate  del  abismo  y  de  la  hoguera." —    3 

E^   sol  que  hería  mi  siniestro  flanco  ; 
Descendía  radiante  al  occidente, 

Y  el  celeste  color  tornaba  en  blanco.  6 

Yo  hacía  con  mi  sombra  más  rubente 

Al  parecer  su  llama;  y  á  este  indicio 

Vi  á  las  sombras  errantes  poner  mente,  9 

Sin  poder  aún  formar  del  caso  juicio; 

Y  á  murmurar  entre  ellas  comenzaron: 

—  ''No  parece  tener  cuerpo  ficticio!" —  12 

Y  poco  á  poco  á  mí  se  aproximaron, 
Observándome  siempre  con  resguardo, 

Y  sin  salir  del  fuego,  así  me  hablaron:  15 

30 


446  DIMNA    COMEDIA 


—  "Oh,  tú!  que  vas  c.'etrás  con   paso  tardo, 

Porque  tu  escolta  esa  atención  merezca, 

Dime  quien  eres,  aunque  en  llamas  ardo;  i8 

"  Y  tu  respuesta,  más  que  á  mí  se  ofrezca 

A  esta  mesnada,  que  sedienta  se  halla, 

Como  el  Indo  y  Etiope  de  agua  fresca.  21 

"  Por  qué  tu  cuerpo  forma  una  muralla 

Al  sol,  cual  si  no  hubieses  todavía 

Caído   de  muerte  en  pescadora  malla?"  24 

Así  me   habló,  y  á  dar  me  disponía 

Ya  mi  respuesta,  cuando  fué  cruzada 

Por  otra  novedad  que  aparecía:  27 

Por  la  senda  de  llamas,  abrasada, 
Gente   venía  en  dirección  opuesta, 

Y  fué  por  ella  mi  atención  llamada.  30 

Una  banda  hacia  la  otra  marcha  presta, 
Cada  sombra  se  besa  una  por  una, 

Y  siguen  su  camino  en  son  de  fiesta.  a 

Así  entre  medio  de  su  turba  bruna 

Se  hocica  confundida  cada  hormiga, 

Que  busca  su  camino  ó  su  fortuna.  36 

Después  de  una  acogida  tan  amiga, 

Y  antes  que  el  paso  cada  cual  recorra, 

Una   y   otra  gritando  se  fatiga.  v; 

Unos  claman: — "  Sodoma  con   Gomorra!*' 

Y  otros  claman: — ''En  vaca  trasformada 
Pasifáe  llama  al  toro  (|ue  la  acorra." —  42 


EL  PURGATORIO — CANTO  XXVI         447 

Como  en  los   Rifeos  montes,  en  bandada 
Vuelan  las   jrriillas   [^or  huir  del   hielo, 

Y  otras   del  sol  la  arena  acalorada,  4í 

Así  la  doble  turl)a  va  en  su  anhelo, 

Y  renuevan  su  canto,  lagrimeantes, 

Con  gritos  de  dolor  y  desconsuelo;  48 

Y  hacia  mí  se  acercaron  como  de  antes 
Las  sombras  que  me  habían  preguntado. 

Con  la  atención  pintada  en  sus  semillantes.         51 

Yo  que  dos  veces  observé  su  agrado, 

A  decir  comencé: — "Oh,  almas  seguras 

De  alcanzar  grata  paz  en  otro  estado !  54 

"No  han  quedado  ni  verdes  ni  maduras 

Las  partes  de  mi  cuerpo,  y  aquí  llego 

Con  mi  sangre  y  mis  vivas  coyunturas.  S7 

"Vengo  la  luz  buscando  como  ciego; 

Santa  mujer  que  me  dispensa  gracia 

Trae  el  cuerpo  mortal  que  aquí  relego.  60 

"Que  vuestra  ansia  mayor  por  siempre  sacia 

Alcance  de  los  cielos  la  morada. 

Donde  el  amor  con  plenitud  se  espacia!  63 

"Mas  decidme  una  cosa,  que  anotada 
Llevar  quiero:  —  qué  sois?  qué  la  otra  turba 
Que  de  la  vuestra  marcha  á  la  encontrada?" —      66 

Tal  como  tosco  montañés  se  turba 
Cuando  entra  A  una  ciudad  civilizada, 

Y  cuanto  ve,  le  admira,  y  se  perturba,  69 


448  DIVINA    COMEDIA 


Así  quedó  la  gente  de  asombrada; 

Mas  cuando  el  estupor  hubo  pasado, 

Como  acontece  en  alma  bien  templada,  72 

Una  me  dijo:  —  "Ser  afortunado, 

Que  al  penetrar  en  nuestra  triste  vida 

La  experiencia   en  las  sombras  has  buscado!      75 

"  La  gente  que  está  aparte,  va  afligida. 
Por  lo  mismo  que  á  Cesar,  aún  triunfando, 
Reyna  llamó  la  plebe  consentida;  78 

"Y  por  eso,  Sodoina I  van  gritando, 
Reprobando  en  sí  mismos  su  delito. 
Su  vergüenza  las  llamas  atizando.  8I 

"Nuestro  pecado  es  doble,  hermafrodito; 

Pues  violamos  las  leyes  naturales. 

Saciando  bestialmente  el  apetito.  84 

"Y  en  aprobio  á  pecados  tan  brutales. 

En  cada  encuentro  el  nombre  pronunciamos 

De  la  que  fué  bestial  entre  bestiales.  87 

"Ya  sabes  el  pecado  que  purgamos: 

Decirte  nuestros  nombres  bien  quisiera, 

Mas,  tiempo  falta,  pues  de  prisa  andamos.  90 

"Empero,  el  mió  te  diré:      yo   era 

Guido  de  Guinecelli:  aquí  me  purgo 

Por  buena  contrición  de  hora  postrera."-  93 

Como  en  el  triste  caso  de  Licurgo, 

Los  dos  hijos  (^ue  hallaron  á  la  madre. 

Tal   hice  yo, —  si  bien  no  á  tanto  surgo, —  % 


EL   l^URGATüKIÜ  —  CANTO    XXVI  449 

Al   escuchar   el   iioinl)rt;   de   a(|ucl    padre, 

No  sólo   mío,   de   otros   de   ni.ís   fama, 

A  los  que  el  nombre  de  poetas  cuadre,  99 

Verhí   de.   cerca   m¡   deseo   inflama, 

Lo  miro   y   lo   remiro  laríi^o  espacio. 

Sin  dejarme  acercar  la  viva  llama.  102 

Cuando  ya  de  mirarle  estuve  sacio, 
Me  ofrecí,  respondiendo  a  su  deseo. 
Con  las  protestas  de  cordial  regracio.  105 

Y  replicóme:       "Lo   que  escucho  y  veo 
Hondo   vestigio  dejará  patente 

Sin  borrarlo  las  aguas  del  Leteo.  ios 

"Mas  si  habla  el  labio  lo  que  el  pecho  siente, 

Dime,  cual  es  la  causa  del  afecto 

Que  manifiestas  tan  amablemente?" —  iii 

—  "Es  de  tus  rimas,  —  respondí, — ^^el  efecto. 
Que  mientras  dure  el  uso  más  moderno, 
Muestras  caras  serán  del  intelecto." —  ii4 

Y  él: — "Hermano,  una  sombra  aquí  discierno, 

—  Y  con  el  dedo  la  mostró  á  mi  alcance, — 
Que  fué  el  fabro  mejor  de  hablar  materno.        117 

"En  dulce  verso  y  prosa  de  romance 

Fué  superior,  aunque  hayan  repetido. 

Que  el  Lemosin  en  gloria  se  le  avance:  120 

"  Sin  mirar  la  verdad,  va  tras  el  ruido 

El  vulgo  con  sus  vanas  opiniones, 

Sin  dar  al  arte  ó  la  razón   oído.  123 


450  DIVINA   COMEDIA 


"  Así  también  hicieron  con  Guitones 

Los  que  antes  le  aclamaron  como  egregio ; 

Mas  la  verdad  triunfó  con  sus  razones.  126 

"  Ya  que  gozas  del   amplio   privilegio 

De  subir  hasta  el  claustro  luminoso 

Donde  Cristo  es  abad  del  gran  colegio,  129 

"Reza  por  mí  de  un  Pater,  fervoroso, 
La  parte  que  conviene  en  este  mundo, 
En  que  no  hay  tentador  pecaminoso." —  132 

Después,  por  dar  lugar,  al  que  segundo 

Muy  cerca  de  él  estaba,  echóse  al  fuego 

Como  un  pez  en  un  piélago  profundo.  135 

Al  antes  señalado  le  hablo  luego. 
Antes  que  el  fuego  con  la  sombra  gire, 

Y  su  nombre  demando  en  blando  ruego;  i38 

Y  en  lengua  habló  que  no  hay  á  quien  no  inspire: 
—  Tan  n¿  abelhis  vosire  cortes  deman, 

Qtí  leu  no  n¿  puesc  ni  ni!  voill  á  vos  cobrire.      141 

Jeu  sui  Arnauiz,  que  plor  e  vai  chantan: 

Consiros  vei  ¿a  passada  /olor, 

E  vei  jaiizen  ¿a  joi  qu'  esper  denan.  144 

Ara  tis  prec  aqttella  valor, 

Que  US  guia  al  sont  sens  freich  e  sens  calina, 

Sovenha  us  ateinprar  ina  dolor.  147 

Y  al  fuego  se  arrojó,  que  el  alma  afina. 


CANTO  VIGÉSIMOS KTLMO 


Un  ángel  anuncia  que  pata  seguir  más  adi-.lantc.  es  necesario  atravesar  las  llamas. — 
El  Poeta  trepida,  pero  Virgilio  lo  alienta  diciémlole  que  del  otro  lado  está  Bea- 
triz.—  El  Poeta,  en  compañía  de  sus  dos  guías,  atraviesa  las  llamas. —  l'n  ángel 
de  luz  los  llama  y  les  indica  la  subida. —  Sobreviene  la  noche,  el  Poeta  se  ador- 
mece y  tiene  un  sueño  místico  en  que  ve  á  Lía,  imagen  de  la  vida  activa,  cogiendo 
flores  en  los  jardines  del  Paraíso,  quien  hace  alusión  á  la  vida  comtemplativa  de 
su  hermana  Raquel. —  Al  amanecer,  los  Poetas  prosiguen  su  viaje,  y  llegan  al  Pa- 
raíso terrestre.  —  Virgilio  se  despide  del  Dante  y  lo  entrega  á  su  libre  albedrío. 


A  tiempo  que  su  primo  rayo  vibra, 

Donde  Jesús  vertió  su  sangre  pura, 

Cayendo  el  Ebro  bajo  el  alta  Libra,  3 

Y  el  Ganges  hace  arder  desde  su  altura, 
Estaba  el  Sol;  y  al  extinguirse  el  día, 

Se  apareció  de  un  ángel  la  figura.  6 

Alejado  del  fijego  se  tenía, 

El  Beati  mundo  cor  de  repitiendo. 

Con  sobrehumana  voz  en  armonía.  9 

Y  luego:  —  "Animas  santas,  id  subiendo 
Mordidos  por  la  llama  fulgurosa, 

Y  los  cantos  de  allá  siempre  siguiendo." —         12 

Así  dijo,  y  con  alma  temerosa, 

Me  sentí  como  el  hombre  condenado 

A  ser  vivo  enterrado  en  una  fosa.  15 


452  DIVINA    COMEDIA 


Alzé  las  manos  y  pensé    angustiado, 

Mirando  el  fuego,   en  la  terrible  suerte 

De  tanto   cuerpo   humano  allá  quemado.  is 

A  mis  guías  volví  mi  rostro  inerte, 

Y  Virgilio  me  dijo:  — 'Hijo   querido, 

Tormento   puede  ser,  pero   no  muerte,  21 

"Acuérdate   que  bien  te  he   conducido 
En   hombros  de  Gedeón,  en  otra  empresa, 
¿Qué  no  haré  por  el  cielo  protegido?  24 

"Mil  años  estar  puedes,  con  certeza, 

En  medio   de  esa  llama  abrasadora, 

Sin  que  pierda  un  cabello  tu  cabeza.  27 

"Y  si  pensaras  que  te  engaño  ahora, 
Pon  la  mano  en  la  llama,  y  la  evidencia 
Tendrás  de  que  las  carnes  no  devora.  30 

"No  temas  del  peligro  la  apariencia: 
Acércate  con  ánimo  seguro."  — 

—  Y  yo  inmóvil,  pugnando  mi   conciencia. —       33 

Cuando  me  vio  tan  inactivo   y   duro, 

—  "Hijo  mío, — me  dijo  algo  turbado, — 

Entre  Beatriz  y  tú,  se  halla  ese  muro."  —  36 

Cual  Píramo,  de  Tisbe  el  nombre  amado, 

Al  tiempo  de  morir  miró  á  su  amante. 

Cuando  el  moral   tiñóse  de  encarnado,  39 

Así  ablandado  me  sentí  al   instante 

De  pronunciarse  un  nombre,  (jue  en  mi  mente 

Florece  siempre  puro  y  rozagante.  42 


EL    1'UK(,A101<1(J    -CANlü   XXVll  453 

Virp^üio   entonces  nic   miró  sonriente, 

Cual  se  hace  con   v.\   niño,  (|ue  halagado 

Al   vc;r  la   dulce  poma,  al   fin   consiente.  45 

Y  al   fuego  se  lanzó   determinado, 
A   l^stacio   previniendo   ine  siguiera, 

Que  entre  los  dos  se  hallaba   colocado.  48 

Al  encontrarme  en   medio  de  la  hoguera, 

Me  habría  sumergido  en   vidrio   ardiente 

Por  refrescarme,  tal  su  temple  era.  51 

El  dulce  padre,  siempre  providente, 

Nombrándome  á  Beatriz,  me  confortaba. 

Cual  si  la  viese  ya  resplandeciente.  54 

Escuchando  una  voz  que  allá  cantaba, 

Seguimos,  guiándonos  por  sus  sonidos. 

Hasta  subir  do  el  fuego  terminaba,  57 

Vein'd,  los  por  im  padre  bendecidos  I 

Sonó  dentro  á  una  luz,  tan    esplendente. 

Que  mis  ojos  sentí  como  perdidos.  60 

Viene  la  noche:   baja   el  sol  ardiente: 
No  os   detengáis ;  apresurad  el  paso, 
Mientras  izo  se  ennegrezca  el  occidente.  63 

Iba  el  sendero  por  peñasco  eriazo. 

De  modo  que  mi  cuerpo,  interceptaba 

Del  fatigado  sol  el  rayo  escaso;  66 

Y  cuando  en  medio  á  la  subida  estaba, 
Notamos  por  mi  sombra  ya  extinguida, 

Que  el  sol  á   nuestra  espalda  se  acostaba.  69 


454  DIVINA    COMEDIA 


Antes  que  por  la  noche  oscurecida 

La  bóveda  celeste  se  mostrara, 

Envolviendo  en  sus   sombras  la  subida,  72 

Cada  uno   en  un  peldaño  se  acostara. 

Pues  lo  áspero  del  monte  en  adelante 

No  dejaba  subir  cual  se  deseara.  fs 

Tal  como  hace  la  cabra  trashumante. 

Que  después  de  pacer  en  altozano 

Busca  la  sombra,  mansa  y  rumiante,  78 

Cuando  más  arde  el  sol  en  el  verano, 

Y  el  pastor  vigilante  se  reclina 

Sobre  el  cayado,  mano  sobre  mano;  81 

Y  cual  hace  la  gente  campesina 
Cuando  ronda  de  noche  su  ganado 
Guardándole  de  bestia  asaz  dañina,  84 

Tal  de  los  tres  el  respectivo  estado: 
Yo  era  la  cabra  y  ellos  los  pa'stores, 
Con  la  roca  del  uno  y   otro  lado.  9/í 

Perdidos  los  espacios  exteriores. 

Aún  alcanzaba  á  ver  á  las  estrellas, 

Al  parecer  más  claras  y  mayores.  90 

Así  rumiando  y  contemplando   aquellas, 

Tomóme  el  sueño,  que  frecuentemente 

Traza  la  imagen  de  futuras  huellas.  95 

Pienso  que  era  la  hora  que  en  oriente 

Sobre  el  monte  Citereo  asoma  el    día, 

Con  su  fuego  de  amor  por  siempre  ardiente,     ví) 


EL   FüKGATüRiO  —  CANTO    XXVil  455 


Y    en  sueños,  percibir  me   parecía 
Joven  bella,  vap^ando   en   una   banda, 
Corriendo  flores,   y   que  así  decía: 


99 


—  ''Si  alo^^uno  acaso  quien  soy  yo  demanda, 

Lía  me  llamo,  que   moviendo  en  torno 

Las  bellas  manos,   formo   una  jruirlanda.  102 

"Ante  el  espejo   por  placer  me  exorno; 

Mas  mi  hermana  Raquel  solo  se  paga 

De  estar  ante  él  en  incesante  adorno.  105 

"En  verse  el  bello  rostro,  ella  se  halaga, 

Como  yo  en   adornarme  con  mis  manos; 

Ella  mirando,  yo  con  lo   que  haga." —  ios 

Del  alba  los  crepúsculos  tempranos 

Que  al  peregrino  errante  tanto  halagan 

Cuando  vuelve  á  sus  lares  no  lejanos,  iii 

Entre  las  sombras  fugitivas  vagan, 

Y  con  ellas  mi  sueño,  y  me  levanto 

Al  ver  los  grandes  Maestros  levantados.  114 

—  "La  dulce  poma  porque  anhela  tanto 

El  incesante  afán  de  los   mortales, 

Tu  hambre  apaciguará  con  tu  quebranto." —    117 

Así  Virgilio,  con  palabras  tales, 
Habíame,  y  en  oírle  me  recreo. 
Con  deleites,  que  nunca  sentí  iguales.  120 

Con  voluntad,  yo  el   ánimo  espoleo, 

Y  á  cada  paso  en  la  áspera  pendiente 

Crecen  en  mí  las  alas  del  deseo.  123 


456  DIVINA    COxMEDIA 


Al  recorrer  la  escala   enteramente, 

La  planta  hollando  el  escalón  superno, 

Virgilio  me  miró   muy  fijamente,  126 

Diciendo:  —  ''El  fuego  temporal  y  eterno 

Has  visto  ya,  hasta  venir  á  parte 

En  que  solo  por  mí  no  más  discierno.  129 

"Te  he  conducido  con  ingenio  y  arte: 

Desde  aquí  tu  albedrío  te  conduce 

Por  vías  en  que  no  has  de  fatigarte.  132 

"Mira  á  tu  frente  el  sol  como  reluce; 

Las  flores,  hierbas  y  árboles  frondosos. 

Que  aqueste  suelo  de  si  por  si  produce.  iss 

"Antes  de  ver  los  ojos  luminosos 

Que  llorosos  me  hicieron  auxiliarte, 

Descansa  en  estos  sitios   deliciosos.  138 

"No  esperes  ya  que  pueda  aconsejarte: 

Tu  sano  juicio  tu  albedrío  abona, 

Y  debes  por  ti  mismo   gobernarte,  i4i 

"Pues  te  enmitro  y  te  pongo  la  corona"  — 


CANTO  VIG líSJMOOCTAVO 


El  Pofita  penetra  en  la  selva  umbrosa  del  Paraíso  terrestre,  admirando  sus  bellezas 
sobrenaturales.  —  Un  rio  de  agua  trasparente  y  sombría  lo  detiene,  en  su  marcha. 
—  En  la  margen  opuesta  ve  una  bellísima  joven  que  canta  recogiendo  flores.  — 
El  Poeta  le  pide  que  se  acerque  para  oir  y  entender  su  canto.  —  La  bella  joven 
(  que  realiza  la  visión  del  canto  precedente,  y  que  según  se  ve  después,  es  la  Con- 
desa Matilde,  que  enriqueció  á  la  Iglesia)  le  explica  las  maravillas  del  Edén, 
disipando  las  dudas  que  le  manifiesta  el  Poeta. 


De  conocer  por  dentro  estaba  ansioso 

La  divina  floresta,  que  templaba 

Del  nuevo  día  el  brillo  esplendoroso.  3 

Impaciente,  la  planta  me  llevaba 

Al  través  de  aquel  campo,  lento,  lento, 

Que  por  doquier  aromas  exhalaba.  6 

Aura  dulce,  sin  leve  mudamiento. 

Hasta  mi  frente,  plácida  desciende, 

Más  suavemente  que  el  más  suave  viento,  9 

Y  por  las  hojas,  trémula  desciende, 
Inclinando  los  gajos  á  la  parte 

A  que  su  santa  sombra  el  monte  extiende.  12 

Y  de  tal  modo   el  soplo  se  reparte. 
Que   no  perturba   á  las   canoras  aves. 

Que   ensayan  libres  de  natura  el  arte,  15 


^^^  DIVINA    COMEDIA 


El  alba  saludando  en  cantos  suaves, 
Que  acompañan  las  hojas  susurrando, 
Como  lo  hace  el  bordón  en  notas  graves; 

Tal  cual  de  rama  en  rama  van  sonando 
Los  pinares  de  Quiasi  en  la  ribera, 
A  tiempo  que  el  Siroco  va  soplando. 

En  tanto,  por  la  selva  placentera 
Lentamente  llevóme  el  paso  mío, 
Sin  poder  atinar  donde  estuviera; 

Cuando  fui  detenido  por  un  río, 

Qae  á  la  izquierda,  con  plácida  corriente 

Las  hierbas  doblegaba  en  su  desvío. 

Era  su  agua  tan  pura  y  trasparente, 
Como  no  vista  acá,  sin  mezcla  alguna, 
Sin  que  nada  escondiese  su  corriente; 

Empero  se  movía  bruna,  bruna, 
Bajo  perpetua  sombra,  que  los  rayos 
No  penetran  del  sol  ni  de  b   luna. 

El  pie  detuve  ante  sus  bordes  gayos, 

Mirando  más  allá  de  la  ribera 

La  variedad  de  sus  lozanos  Mayos, 

Cuando  súbitamente  apareciera 
Una  imagen  que  el  alma  cautivaba 
De  admiración,  y  todo   lo   excluyera. 

Sólita,   una  mujer  vi  (|ue   vagal)a. 
Cantando  y  escogiendo  flor  y  flores, 
Que  esmaltaban  la  vía  que  cruzaba. 


18 


21 


24 


27 


30i 


33' 


36: 


39 


42 


LL    rUKGATüKIÜ    -   CANTO    XXVIII  459 

—  "  X'irii^cMi   hclL'i   t|uc   encienden   los   .imores, 
vSi   ¡ii/.iío   por  los  rasj2^os  del  semblante 

Que  son   del   corazón  indicadores,  45 

"  Díjrnate  prosejj^uir  m.ís  adelante, 

—  Díjele,  —  más  cercana  á  la  ribera, 

Para  entenfler  lo   que  tu   boca  cante.  48 

"Tú  me  haces  recordar  donde  perdiera 

La   diosa  madre  á  su  hija  Proserpina, 

Cuando  la   hija  perdió  su   primavera." —  51 

Tal  cual  gira  graciosa  bailarina 
Sobre  sus   pies,  poniendo  uno   delante 

Y  en  equilibrio  sobre  sí  se  inclina,  54 

Volvió  hacia  mí  su  plácido  semblante 
Entre  el  jalde  y  el  rojo  de  sus  flores, 
Baja  la  vista,  púdica  y  radiante;  57 

Y  tanto  más  su  aspecto  me  encantaba. 
Cuanto  que  las  palabras  entendía 
Del  canto  que  á  lo  lejos  me  encantaba. 


60 


Y  al  borde  en  que  la  hierba  se  extendía 

Se  aproximó,  mostrando   complaciente 

Las  luces  de  sus  ojos  que  escondía.  6.v 

No  pienso  fuera  más  resplandeciente 

La  mirada  de  Venus  cuando  herida 

Fué  por  su  hijo  con  mano  de  inocente.  66 

Desde  la  orilla  opuesta,  reía  erguida, 

Las  flores  matizando  con  sus  manos. 

Que  da  sin  germen  tierra  bendecida.  69 


460  DIVINA    COMEDIA 


Ni  tres  pasos  estábamos  lejanos, 

Mas,  de  Jerges  el  paso  de  Helesponto, 

Que  es   el  freno  del  orgullo   en  los  humanos,     72 

A  Leandro  pareciera  menos  pronto 

Al  nadar  entre  Sexto  y  entre  Abydos, 

Cual  á  mí  no  salvarlos  pronto,  pronto.  75 

Ella  me  dijo:  —  "Sois  recién  venidos, 
Y  mi  risa  extrañáis,  aquí  viniendo, 
Donde  la  estirpe  humana  no  hace  nidos: 


"Y  algo  oscuro  por  eso  estáis  creyendo; 

Pero  que  el  salmo  Dilectasti  baste 

Para  aclarar  lo  mismo  que  estáis  viendo. 


78 


81 


"Y  tú,  que  antes  de  ahora  me  rogaste. 

Pregunta  lo   que  quieras,  que  estoy  presta 

A  cualquiera  cuestión  que  á  ti  te  abaste." —       84 

—  "El  murmullo  del  agua  y  la  floresta, 

Mi  fe,  —  le  dije,  —  conciliar  no   puede. 

Con  lo  enseñado  por  la  ciencia  opuesta." —       87 

Y  ella:  —  "Yo  te  diré  como  procede 
La  Suma  causa,  que  dudar  te  hace. 

Para  que  sombra  alguna  no  te  quede.  90 

"El  Sumo  Bien,  que  sólo  en  sí  se  place, 
Bueno  hizo  al  hombre,  á  bienes  inclinado, 

Y  acjuí  le  dio  la  paz  (jue  satisface;  93 

"Mas  este  don  perdió   por  su  pecado. 

Y  en  afanes,  en  llantos  y  en  dolores. 

Su  honesta  y  dulce  risa  se  ha  trocado;  96 


EL  PURGATORIO -- CANTO   XXVIII  461 


"  Y   ;i  fin   (jue  iio  pudicscín   los  vapores 
Que  vse  exhalan  del  ae^ua  y   de  la  tierra, 

Y  dilatan  del  inundo  los  ardores,  99 

"Al  hombre  bueno  inocularle  í^uerra, 

Ksta  montaña  se  ha  elevado  tanto 

Que  libre  se  halla  el   .'ímbito   (jue  encierra.  102 

"Y  como  el  aiie  gira,  tanto  cuanto, 

—  Si  la  esfera  en  (|ue  gira  no  está  rota, — 

A  su  impulsión  sólo  obedece  en  tanto,  105 

"  El  aire  vivo  en  que  este  monte  flota, 

En  la  tupida  selva  que  estás  viendo 

El  son  produce  que  tu  oído  nota,  ios 

"Con  su  soplo  las  plantas  s^^cudiendo, 

Y  de  virtud  la  atmósfera  impregnada 

En  su  perpetuo  giro  va  esparciendo.  iii 

"  La  tierra  por  vosotras  habitada 

Por  su  cielo   ó  por  sí,  concibe  y  crea. 

Arboles  varios  de  virtud  variada.  114 

"Óyeme  bien  y  forma  clara  idea: 

No  es  maravilla,  cuando  alguna  planta 

Aun  sin  semilla  aparecer  se  vea;  117 

"  Y  has  de  saber  que  esta  campaña  santa 
De  todas  las  simientes  está  llena, 

Y  el  fruto  lleva  en  sí  la  misma  planta.  120 

"No  surge  el  agua  aquí  de  oculta  vena 
Por  vapor  que  en  el  frío  se  condensa, 

Y  no  pierde  ni  gana,  igual  y  plena;  123 

31 


462  DIVINA    COMEDIA 


"Porque  ella  brota  de  una  fuente  inmensa 
Que  á  voluntad  del  Hacedor  desciende, 

Y  que  con  sus  corrientes  se  compensa.  126 

"Hacia  esta  parte  su  virtud  extiende 

Y  quita  la  memoria  del  pecado, 

Y  á  la  otra  parte  sumo  bien  trasciende.  129 

"Aquí  el  Leteo,  y  al  opuesto  lado 

Eunóe  se  llama,  y  sólo  es  provechosa 

Cuando  junto  con  la  otra  se  ha  gustado.  132 

"Más  que  todas  las  otras  es  sabrosa.—/ 

--  Si  con  esto  tu  sed  aun  no  se  sacia, 

No  puedo  descubrirte  ya  otra  cosa.  135 

"Un  corolario  te  daré  por  gracia, 

Que  no  pienso  te  sea  indiferente 

Si  mi  palabra  para  ti  se  espacia.  i38 

"  Los  poetas  que  tuvo  antiguamente 

De  oro  la  edad  en  su  feliz  estado, 

Este  jardín  soñaron  en  su  mente:  141 

"Aquí  inocente  el  hombre  fué  creado. 
Aquí  existe  la  eterna  primavera 

Y  el  néctar  está  aquí,  de  que  se  ha  hablado." —     144 

Yo  mis  ojos  giré  cuando  esto  oyera 

Y  á  mis  poetas  vi,  que  sonreían 
Escuchando  lo  que  ella  me  dijera;  117 


Y  á  la  joven  mis  ojos  se  volvieron. 


OAiNTO  VIGÉSIMONONO 


Los  Poetas  mnoutaii  la  rorriciitc  <I<1  Lcteo,  sij>;uiin<l<)  ellos  pí)!  una  orilla  y  la  joven 
quo  los  acompaña  por  la  o|)Ucstu.  —  Aparición  de.  una  procesión  simbólica,  á 
cuyo  frente,  marchan  siete  luminares  (los  siete  dones  del  ICspiritu  Santo ) ;  y  en 
seguida  los  veinte  ancianos  del  Apocalipsis.  —  Los  cánticos  anuncian  la  próxima 
llegada  de  Beatriz.  —  Aparecen  cuatro  animales  místicos,  ( los  cuatro  Evange- 
lios), y  un  carro  espléndido  arrastrado  por  un  Grifo  de  doble  naturaleza,  repre- 
sentación de  Cristo.  —  Siguen  las  cuatro  virtudes  cardinales,  las  tres  virtudes 
teologales,  los  Apóstoles  San  Pedro  y  San  Pablo,  cuatro  grandes  doctores  de  la 
Iglesia,  y  finalmente  San  Juan,  el  autor  del  Apocalipsis.— La  procesión  se  detiene 
frente  al  Poeta. 

Ella,  con  voz  de  amor  de  un  alma  grata, 

Cantando  continuó  muy   dulcemente: 

Beati  qitorum  teda  sunt  peccata.  3 

Como  ninfas  que  van  ligeramente 

Por  selvático  sitio,  y  van  deseando, 

Unas  la  sombra  y  otras  sol  luciente,  6 

Remontó  la  corriente,  caminando 

Por  la  ribera,  mientras  yo  seguía 

Por  la  opuesta  su  paso  acompañando.  9 

Unos  cien  pasos  recorrido  había. 

Cuando  noté  que  el  río,  ya  desviado, 

Al  levante  mi  marcha   dirigía.  12 

Luego,  que  hubimos  corto  trecho  andado. 

Volvióse  á  mí,  diciendo  cariñosa : 

—  "Hermano,  ve  y   escucha  con  cuidado."  15 

Yo  percibí  una  luz   esplendorosa 

Que  se  espaciaba  por  la  gran  floresta, 

Y  un  relámpago  ser  me  imaginaba;  is 


464  DIVINA    COMEDIA 


Pero  la  luz  fulgúrea  pasó  presta, 

Y  como  la   otra  más  resplandecía, 

Me  decía  entre  mí:  -Qué  cosa  es  esta?  21 

Circulaba  una  dulce  melodía 

En  ondas  luminosas,  y  en  mi  celo 

Llegué  á  improbar  en  Eva  la  osadía;  24 

Pues  cuando  obedecía  tierra  y  cielo 

A  una  sola  mujer  recien  formada, 

Rasgó  imprudente  el   misterioso  velo.  27 

De  haber  sido  más  cauta  y  resignada, 

Habría  yo  alcanzado  las  delicias 

De  esta  mansión,  en  vida   prolongada.  30 

Mientras  del  goce  eterno  las   primicias 

Iba  así  contemplando  embebecido. 

Con  deseo  mayor  de  más  leticias,  3?. 

En  el  aire  brotó  fuego  encendido 

Bajo  el  verde  ramaje,  y   concertante 

Su  rumor  quedó  en  canto  convertido,  36 

—  Vírgenes  sacrosantas!  si  constante 
Por  vosotras  vigilias  he  sufrido, 

Y  hambre  y  sed,  yo  os  invoco  en  este  instante!     39 

Vierta  Helicona  su  raudal  crecido, 

Y  (|ue  Urania  me  ayude  con  su   coro 

Para  pensar  en  verso  lo  sentido! —  42 

A   poco  andar  siete  árboles  de  oro 

A  lo  lejos  la  vista  me  fingía, 

En  aire  vago  que  no  bien  exploro;  45 


EL   PURGATORIO  — CANTO   XXIX  465 


Mas  al  llegar  á  corta  cercanía 

Disípase  el  en^^año   que.  me  afana, 

Mirando   bien   lo   (|U(^   antes   mal   veía,  48 

Reconociendo  con   razón  más  sana 
Que  candelabros  ante  mí  tenía, 

Y  el  canto   de  las  voces  era  ¡ Hosanal  5i 

\\\\  alto,  el  bello  arnés  resplandecía 
Mcás  que  la  luna,  en  el  azul  sereno, 
Cuando  en  la  media  noche  más  se  amplía.  54 

Inmensa  admiración  colma  mi  seno; 

Miro  á  Virg-ilio  y  su  mirada  ansiosa 

Me  muestra  el  estupor  de  que  está  lleno.  57 

Volví  á  mirar  tan  encumbrada  cosa, 

Que  se  acercaba  muy  pausadamente, 

Más  lentamente  que  una  nueva  esposa.  60 

La  joven  me  gritó:--  "Por   qué  así  ardiente 
Miras  la  viva  luz  que  allí  fulgura, 

Y  no  la  procesión  que  sigue  ingente?" —  63 

Y  vi  gente  venir  en  derechura. 
Vestida  toda  del   más  puro  blanco, 

Como  jamás  se  viera  igual  blancura.  66 

Yo,  siguiendo  la   orilla  del  barranco, 

En  el  agua  mi  sombra  percibía 

Como  en  espejo,  por  siniestro  flanco;  69 

Y  cuando  vi  desde  la  margen  mía 
Tan  solo  por  el  río  t-star  distante. 

Me  detuve  por  ver  lo  que  venía.  72 


466  DIVINA    COMEDIA 


Y  las  antorchas  vi  que  iban  delante, 

Dejando  atrás  el  aire  todo  tinto, 

Cual  si  pintaran  flámula  flotante:  75 

En  siete  fajas  veíase  distinto 

Un  listón  de  magníficos  colores 

Que  arco  forman  al  Sol,  y  á  Delia  cinto- 


78 


Eran  como  estandartes,  superiores 

A  la  corta  visión  de  los  humanos. 

Brotando  entre  diez  pasos  de  fulgores.  8i 

Iban  delante  veinte  y  cuatro  ancianos. 

De  dos  á  dos,  cual  elegidos  seres, 

Y  ceñían  su  sien  lirios  tempranos.  84 

Cantaban  todos:  —  "Bendecida  tú  eres, 
Hija  de  Adam!  por  siempre  bendecida 
Tu  belleza  entre  todas  las  mujeres!" 


87 


Cuando  la  verde  senda  florecida. 

Que  delante  de  mí  trazó  su  huella, 

Libre  dejó  la  gente  esclarecida,  9o 

Como  en  el  cielo,  luz  tras  luz  destella, 

Cuatro  animales  cerca  la  seguían, 

Coronados  con  hoja  verde  y  bella.  93 

De  seis  plumosas  alas  se  vestían, 

Y  un  ojo  en  cada  pluma,  que  los  de  Argo 

No  más  vivos  ni  fúlgidos  serían.  96 

De  describrir  su  forma  no  me  encargo 

En  verso,  ¡oh  buen  lector!  porque  reclama 

Mi  atención,  un  asunto  algo  m.is  largo.  09 


EL    rURGATÜR.10  —CANTO   XXIX  467 


Leer  puedes  á   l^zeíjuiel,  cuando  se  inflama 

Al  verlos   ir  de  la   reunión   ni;'is   fría, 

Entre  nubes  y  viento  y  viva  llama.  102 

Yo  los  vi  cual  los  vio  la   profecía, 

Menos  las  alas,  lo  que  más  se  aviene 

Con  la  visión   de  Juan  y  con  la  mía.  105 

En  medio  de  los  cuatro  se  mantiene 

Un  carro   de  dos  ruedas,  que  arrastraba 

Un  Grifo,  que  del  cuello  uncido  viene.  ioh 

Sus  alas  á  los  lados  desplegaba, 

Sin  tocar  el  listón  de  siete  listas, 

(Y   la  media,  entre  tres  y  tres  quedaba)  iii 

Se  alzaban  tanto  ya,  que  no  eran  vistas: 

Sus  aguilenos  miembros  eran  de  oro, 

Y  el  resto,  blanco  y  rojo,  en  tintas  mixtas.       lu 

Carro  no  tuvo  de  mayor  decoro 

En  Roma,  ni  Excipión,  ni  tuvo  Augusto, 

Ni   aquel  hijo  del   Sol,  que  con  desdoro  U7 

Al  desviarse  del  Sol,  quedó    combusto, 
Cuando  ruegos  terrestres  escuchando, 
Jove  mostróse  en  sus  arcanos  justo. 


120 


Tres  mujeres  danzantes  van  girando 

A  la  derecha,  y  una  tan  rojiza 

De  confundirse  en  fuego  flameando.  123 

La  otra,  verde  esmeralda  simboliza 

En  sus  huesos  y  carne;  y  la  tercera 

Cual  nieve  que  al  caer  se  cristaliza.  126 


468  DIVINA    COMEDIA 


Gobierna  el  triple  grupo  la  primera, 

O  la  rojiza,  y  al  costado  de  esta 

La  una  en  pos  de  la  otra  va  ligera.  129 

Otras  cuatro  á  la  izquierda,  en  son  de  fiesta 
De  púrpura  vestidas,  van  danzando, 

Y  una  lleva  tres  ojos  en  la  testa.  132 

Y  tras  la  procesión  van  caminando 
Dos  ancianos,  de  traje  diferente, 

Pero  los  dos,  honestidad  mostrando.  135 

El  uno,  parecía  un  descendiente 

De  Hipócrates  el  grande,  á  quien  natura 

Creó  para  bien  de  la  más  cara  gente.  ¡38 

De  lo  contrario  el  otro  más  se  cura, 

Con  una  espada  aguda  y  refulgente. 

Que  aun  río  de  por  medio,  da  pavura.  i4i 

Y  van  cuatro  después,  humildemente, 

Y  en  pos  de  ellos  un  viejo,  que  aunque  erguido 
Parecía  dormir  profundamente.  144 

Cual  de  los  veinticuatro,  es  el  vestido 

De  los  siete,  que  en  todo  se  asemeia 

Menos  que  el  albo  lirio  no  han  ceñido.  147 

Cintos  de  rosas  y  de  flor  bermeja. 

Se  creyeran  al  verlos  lejamente 

Que  ardían  más  arriba  de  la  ceja.  150 

Cuando  el  carro  triunfal  tuve  á  mi  frente, 
Sonó  un  trueno,  su  marcha  conteniendo, 

Y  cesó  de  marchar  la  electa  gente,  153 

Las  banderas  su  avance  deteniendo. 


OAxXTO  TlilGESIMü 


Aparición  y  triunfo  de  lU'.atriz,  siinholo  de,  la  Teología.  —  Desaparición  de  Virgilio 
y  dolor  del  Poeta.  —  Amonestación  de  Beatriz  al  Poeta,  quien  se  muestra  tan 
confundido,  que  los  ángeles  interceden  por  él.  —  Beatriz  con  la  severidad  de  una 
madre  y  la  autoridad  de  un  juez,  insiste  sobre  los  extravíos  del  Dante,  confun- 
diéndolo con  su  palabra,  y  diciéndole  que  solo  con  el  llanto  del  arrepentimiento 
se  hará  merecedor  del  beneficio  de  las  aguas  del  Leteo. 


Y  cuando  el  setentrión  del  primo  cielo, 

—  Sin  oriente  jamás  y  sin  ocaso, 

Sin  otra  niebla  que  de  culpa  el  velo; —  3 

Que  el  puesto  señalaba  en  cada  caso, 

—  Como  abajo  se  fija  rectamente 

El  timón  que  del  puerto  guía  al  paso; —  6 

De  firme  se  asento,  — la  santa  gente. 

Que  la  luz  con  el  Grifo   precedía, 

En  paz  volvióse  al  carro,  reverente.  9 

Y  uno  de  ellos,  que  en  medio  se  tenía, 
Veni^  sponsa,  de  Líbano,  cantando, 

Tres  veces  con  el  coro  repetía.  12 

Cual  beatas  almas  que  al  postrero  bando 

Ligeras  surgirán  de  su  caverna. 

La  revestida  carne  aleluyando,  \^ 


470  DIVINA    COMEDIA 


Así,  sobre  la  fúlgida  basterna, 
Respondieron:  Ad  vocein  tanti  senis. 
Anunciadores  de  la  vida  eterna;  i8 

Clamando:  Benecdüus ,  tu  qui  venís ; 

Y  al  par  vertiendo  flores  en  contorno: 
Manibus  o  date  lilia  plenis.  21 

Alguna  vez  del  día  en  el  retorno, 
La  parte  del  oriente  vi  rosada, 

Y  la  otra  parte  con  sereno  adorno;  24 

Y  la  cara  del  sol  nacer  sombreada, 
De  modo,  que  velado  de  vapores 

Podía  sostenerse  la  mirada;  27 

Así  entre  nubes  de  fragantes  flores 
Que  la  angélica  mano  vierte  arriba, 

Y  al  carro  le  prestaban  sus  colores,  30 

Con  blanco  velo,  cinta  de  la  oliva. 

Una  mujer  surgió,  con  verde  manto, 

Vestida  de  color  de  llama  viva.  33 

Y  el  alma  mía  que  por  tiempo  tanto 
No  se  había  encontrado  en  su  presencia, 
Trémulo  de  placer  ante  su  encanto,  36 

Aun  sin  mirarla,  tuvo  la  conciencia. 

Por  oculta  virtud  de  ella  nacida, 

De  aquel  antiguo  amor  la  gran  potencia,  39 

Al  contemplar  aquella  faz  cjuerida, 

De  alta  virtud,  á  quien  tan  grande  afecto 

Voté  en  los  días  de  la  edad  florida.  42 


KL    l'URC.ATORIÜ  — CANTO    XXX  471 

Volvime  ;í  la  siniestra   con  respeto, 

Cual  tierno  infante  corre  liacia  la  mama, 

Por   miedo   o   de   aflicciones   por  efecto,  45 

A  decir  á  Virgilio:—  "Ni  una  dracma 

Que  no  tiemble,  de  sanjrre  me  ha  quedado: 

Conozco  el  signo  de  la  antigua  llama." —  48 

Mas  Virgilio  me   había  abandonado, 

Virgilio,  el  gran  Maestro,  el  dulce  padre, 

A  quien  ella  me  había  encomendado!  51 

Y  en  el  vergel  de  nuestra  antigua  madre. 
Mi  faz  por  el  rocío  blanquecida, 

Se  oscureció  otra  vez,  llorando  al  Padre.  54 

—  "Dante,  no  de  Virgilio  la  partida 
Te  haga  llorar,  pues  llorarás  ahora 
Por  otra  espada  que  abrirá  su  herida." —  57 

Como  almirante  va  de  popa  á  prora 
Avistando  las  naves  que  comanda, 

Y  que  anima  á  su  gente  y  se  cerciora,  60 

Así  del  carro  á  la  siniestra  banda. 

Donde  mi  nombre  fuera  pronunciado, 

— Ya  que  es  fuerza  nombrarme  en  la  demanda —     63 

Vi  á  la  mujer  que  había  contemplado 

Velada  entre  las  flores  de  la  fiesta. 

La  vista  dirigiendo  hacia  mi  lado.  66 

Bien  que  el  velo  caído  de  su  testa. 

Ceñido  con  la  fronda  de  Minerva 

No  todo  su  semblante  manifiesta,  69 


472  DIVINA    COMEDIA 


Regia  miraba,  con  mirada  acerba, 

Y  mantenía  erguida  la  cerviz, 

Cual  quien  su  ardor  para  el  final  reserva:  72 

—  "Mírame  bien,  yo  soy,  yo  soy  Beatriz! 

Subiste  al  fin   del   monte  la  pendiente? 

No  sabes  tú  que  el  hombre  aquí  es  feliz?" —  75 

Cayó  mi  vista  en  medio  á  la  corriente, 

Y  al  verse  en  ella,  se  escondió  en  la  hierba. 
¡Tanta  vergüenza  se  grabó  en  mi  frente!  78 

Como  el  hijo  que  piensa  que  es  superba 

Una  madre,  mis  labios  se  amargaron 

Con  el  sabor  de  la  piedad  acerba.  8I 

Ella  calló:  los  ángeles  cantaron: 

In  te,  speravi,  con  divinos  sones, 

Pero  del  pedes  ineos  no  pasaron.  84 

Cual  de  Italia  en  las  frígidas  regiones 

En  sus  montes  la  nieve  se  congela 

Cuando  soplan  los  vientos  Esclavones,  87 

Y  filtra  al  interior,  si  se  deshiela 

De  algún  viento  más  tibio  á  los  respiros, 

Como  el  fuego   que  funde  la  candela,  9o 

Así  estuve  sin  llantos  ni  suspiros. 

Hasta  escuchar  los  célicos  concentos 

De  las  eternas  notas  en  su  giro;  93 

Mas  luego,  los  simpáticos  acentos 

Que  compasión  en  mi  favor  pedían. 

Clamando: — "No  reagraves  sus  tormentos!"       96 


EL  PURGATORIO  —  CANTO   XXX  473 

Los  hielos  tic  mi   pedio   dtírrctían, 

Y  en  l.íp^rimas  y  aÜt^nU),  sollozante, 

Por  boca,  pecho   y  ojos  me  salían.  9> 

Klla,  firme  del   carro   hacia  adelante, 

A  diestra  del  timón  que  lo  gobierna. 

Así  le  dijo  al  coro  suplicante:  102 

— "  A  vosotros   que  estáis  en  vela  eterna, 

Sin  sueño  día  y   noche,  y   que  la  vida 

Veis  de  los  siglos  en  su  marcha  alterna,  105 

"Mi  respuesta  no  se  halla  dirigida: 

Quiero  (jue  ese  que  llora  bien  me  entienda, 

Pagando  culpa  y  duelo  en  su  medida;  ioh 

"No  sólo  las  estrellas,  por  su  senda 

Señalan  á  cada  hombre  su  destino, 

Del  bueno  y  mal  influjo  en  la  contienda:  iii 

"Por  la  largueza  del  poder  divino 

Que  hace  de  lo  alto  que  la  gracia  llueva, 

Y  la  vista  no  alcanza  en  su  camino;  114 

"  Ese  mortal  ha  sido   en  vida  nueva 

Tan  inclinado  al  bien  que  se  demuestre, 

Que  dio  de  sí  la  más  cumplida  prueba:  117 

"Pero  es  tanto  maligno  y  más  silvestre, 

Terreno  sin  cultivo   ó  mal  sembrado. 

Cuanto  mayor  es  su  vigor  terrestre.  120 

"Algún  tiempo  mi  rostro  le  ha  guiado. 

En  la  infantil  edad,  niña  querida. 

Siguiendo  el  buen  sendero  de  mi  lado.  123 


474  DH'INA   COMEDIA 


"  Cuando  en  segunda  edad  cambié  de  vida 

Tan  luego  que  su  umbral  hube  pisado 

Dióse  á  las  otras  y  quedé  perdida.  i26 

"Mi  espíritu,  de  carnes  despojado, 

Aunque  en  belleza  y  en  virtud  creciera, 

Fué  para  él  menos  grato,  y  olvidado.  129 

"Ya  no  siguió  por  vía  verdadera, 
Porque  imágenes  falsas  perseguía. 
Que  nunca,  promisión  cumplen  entera.  132 

"Por  él  rogaba  en  vano  noche  y  día, 

Y  hasta  en  sueños  mi  voz  lo  amonestaba; 

Pero  él,  por  su  camino  proseguía  135 

"  Tanto  cayó,  que  el  ruego  no  bastaba 

A  salvarle  de  pasos  tan  inciertos: 

Sólo  ver  el  infierno  le  restaba.  I38 

"Por  él  llamé  á  la  puerta  de  los  muertos; 

Por  él,  llorando,  auxilio  le  he  pedido 

A  quien  le  ha  guiado  aquí  con  pasos  ciertos,      ui 

"Y  el  decreto  de  Dios  fuera  abolido. 

Si  el  Leteo  pasara,  y  su  bebida 

Gustara  el  pecador  no  dolorido,  144 

"Sin  costarle  una  lágrima  vertida!" 


(UNTO  TlilGESIMOI'IMM VAIO 


Confusión  y  dolor  creciente  del  Poeta  interpelado   por  Beatriz  sobre  sus  extravíos. 

—  La  imagen  de  Beatriz  se  revela  más  bella  que  nunca  en  los  ojos  del  Cirifo 
simbólico.  —  El  Poeta  emocionado  se  desmaya,  y  al  volver  en  sí,  es  llevado  por 
Matilde  al  Leteo,  en  que  lo  sumerge.  —  Las  cuatro  virtudes  lo  llevan  de  nuevo 
ante  Beatriz.  —  Las  tres  virtudes  teologales  interceden  ante  Beatriz  en  su  favor. 

—  Invocación  del  Poeta. 


—  "Oh,  tú,  que  te  hallas  más  allá  del  río!" 

—  (Dirigiendo  hacia  mí  su  voz  en  punta, 

Cuyo  filo  sintiera  el  pecho  mío,  3 

Siguió  Beatriz  en  su  oración  conjunta) 

—  "Di  si  mi  acusación  es  infundada? 

Tu  confesión  responda  á  mi  pregunta." —  6 

Tenía  mi  cabeza  tan  turbada 

Y  en  el  labio  las  voces  tan  suspensas, 

Que  no  daba  palabra  articulada.  9 

Esperó;  luego   dijo: — "Di,  qué  piensas? 

Respóndeme:  qué  es  lo  que  á  tí  te  atrista? 

No  han  borrado  las  aguas  tus  ofensas?" —  12 

La  confusión,  con  la  pavura  mixta, 

Débil  si]  arrancaron   de  mi   boca. 

Que  escuchar  no  era  dado  sin  la  vista.  I5 


476  DIVINA    COMEDIA 


Cual  por  tensión  la  flecha  se  disloca, 

Y  rompe  cuerda  y  arco  despedida, 

Y  con  menos  violencia  el  blanco  toca,  is 

Así  tesa  estalló  mi  alma  afligida, 

Con  lágrimas,  brotando  entre  sollozos 

La  voz  por  emociones  comprimida.  21 

Ella  habló:--  "Mis  cuidados  amorosos 

Al  inspirarte  las  acciones   buenas 

Que  encierran  los  anhelos  más  gloriosos,  24 

"¿Qué  fosos  detuvieron,  qué  cadenas 

Te  impidieron  seguir  hacia  adelante. 

Dejando  atrás  las  esperanzas  plenas?  27 

"  Qué  agrados  percibiste  por  delante. 

Qué  viste  de  los  otros  en  la  frente, 

Al  correr  en  su  busca  tu  alma  errante?" —        30 

Yo  después  de  un  suspiro  muy  doliente. 

Apenas  pude  contestar  turbado. 

Con  palabra  llorosa  y  balbuciente:  33 

— "  Falso  halago  presente  me  ha  engañado 

Extraviando  mis  pasos  en  la  vida. 

Después  que  de  tu  vista  fui  privado." —  36 

Y  ella:  —  "Tu  confesión  era  sabida 
Por  el  Supremo  juez  (jue  todo  anota, 

Para  quien  no  hay  jamás  culpa  escondida;  39 

"  Mas  si  del  labio  del  culpal)le  brota, 

Y  se  acusa  contrito  del  pecado. 

La  justiciera  espada  el  filo  embota.  42 


EL  PURGATORIO  —  CANTO  XXXI  477 

"Ya  que  estás  de  tu  error  averj^onzado  ; 

Que  tu   alma  débil,  fuerte  se  convierta, 

Si   acaso  las  sirenas  la  han  tentado.  45 

'•No  llores,  y   oye  mi  palabra  cierta, 

\'iendo  como   en   la  senda  te  has  perdido, 

Que  te  indicaba  hasta  mi   carne   muerta.  48 

"  Arte  y  natura,  tanto  no  has  querido 

Como  mi  bello  cuerpo,  que  en  la  vida 

Me  contuvo,  y  en   polvo  se  ha  esparcido.  51 

"  Después  que  para  ti  quedé  perdida 

Y  te  faltó  ese  goce,  ¿qué  otra  cosa 

Te  sería  en  el  mundo   apetecida?  54 

"Al  sentir  la  primer  saeta  dolosa, 
Debiste  levantar  la  vista  al  cielo, 

Y  á  mí,  que  no  era  imagen  engañosa;  57 

"  Y  no  arrastrar  tus  alas  por  el  suelo,  '» 

Ni  más  culpas  buscar,  ni  á  jovenzuela, 

Ni  á  vanidades  consagrar  tu  anhelo.  60 

"Dos  ó  tres  veces,  cuando  apenas  vuela 

Puede  el  ave  caer,  mas  emplumada. 

De  redes  y  saetas  bien  se  cela." —  63 

Como  niño,  la  faz  avergonzada. 

Con  ojos  bajos,  mudo  está  escuchando 

La  reprensión  de  falta  confesada,  es 

Yo  estaba;  y  ella  dijo: — "Estás  llorando 

Al  escuchar  mi  acento;  alza  la  barba, 

Que  mayor  pena  sentirás  mirando." —  69 

32 


478  DIVÍNA    COMEDIA 


No  con  más  fuerza  la  raíz  escarba 

De  árbol  robusto  tramontano  viento 

Ó  el  que  viene  soplando  desde  Yarba,  72 

Como  á  mí  su  imperioso  mandamiento; 

Pues  al  decir  la  barba,  y  no  el  semblante, 

Bien  comprendí  su  malicioso  intento.  75 

Al  levantar  los  ojos,  vi  delante 

Las  primeras  angélicas  criaturas 

Que  detenían  su  aspersión  fragante;  78 

Y  con  miradas  aun  no  bien  seguras 

A  Beatriz  comtemplé,  vuelta  á  la  fiera. 

Que  es  solo  una  persona  en  dos  naturas.  si 

Bajo  su  velo,  allende  la  ribera, 

Me  pareció  más  grande  su  hermosura, 

Como   en  la  tierra  más  que  todas  era.  S4 

De  la  ortiga  sentí  la  picadura, 

Con  más  intensidad  arrepentido, 

Con  más  amor  buscando  la  ventura.  87 

Por  la  conciencia  me  sentí  mordido, 

Y  vencido  caí,  tan  desmayado 

Como  lo  sabe  la  que  causa  ha  sido.  90 

Después,  cuando  al  sentir  hube  tornado, 

Aquella  joven  que  encontrara  sola, 

Miré  que  me  tenía  á  su  costado.  93 

Me  hizo  entrar  en   el  río  hasta  la  gola, 

Mientras  ella,  flotando  iba  ligera 

Cual  una  lanzadera,  de  ola  en   ola.  96 


EL  PURGATORIO  —  CANTO  XXXI  479 


Cuando   me  halle  cercano   ;l   la   ribera, 

Aspci'i¡^cs  mes,  sonó   tan   dulcemente, 

Cual   recordarlo   ni   escril^ir   pudiera.  99 

La   bella,   con  sus  brazos,  ])landamente 

Suinergi(S   mi   cabeza,  y   estrechado 

ÜbliíTOme  ;í   beber  en  la   corriente.  102 

Y  me  sació,  y  presentó  bañado 
Dentro   á  la  danza  de  las   cuatro   bellas, 

Y  por  las  cuatro  me   sentí   abrazado.  105 

—  "Somos  ninfas  aquí;  del   cielo  estrellas; 

Y  antes  de  que  Beatriz  bajase  al  mundo. 
Fuimos  sus  siervas  entre  todas  ellas.  ios 

"Ver  te  haremos  sus  ojos;  y  el  jocundo 

Brillo  de  su  mirar,  las  tres  del  lado 

Te  mostrarán  con  ojo  más  profundo." —  iii 

Y  agregaron  con  ritmo  compasado, 
Al  llevarme  del  Grifo   frente  á  frente, 

Donde  Beatriz  se  había  colocado:  ii4 

—  "Sus  esmeraldas  tienes  á  tu  frente: 
Sacíate  con  las  luces  amorosas 

Que  han  dirigido  á  ti  su  flecha  ardiente."--     117 

Mis  ojos  con  deseos  ardorosos 

Buscaron  á  Beatriz,  la  que  clavaba 

En  el   Grifo  miradas  cariñosas.  120 

La  doble  fiera  en  ella  se  irradiaba, 

Como  en  espejo  el  sol  al  reflejarse. 

En   la  doble  natura  que  alternaba.  123 


480  DIVINA    COMEDIA 


Piensa  lector,  si  no   era  de  admirarse 

Viendo  á  la  bestia  que  se  estaba  queda 

En  los  amados  ojos  trasmutarse.  i26 

Mientras  que  llena  de  estupor  y  leda 
Mi  alma  gustaba  aquel  manjar  divino, 
De  que  nunca  saciada  el  alma   queda,  129 

Adelantóse  aquel  sublime  trino, 

Que  he  mostrado  cantando  veces  tantas, 

Danzando  por  su  angélico  camino.  132 

—  "Torna  Beatriz  esas  miradas  santas 
Hacia  tu  fiel, —  cantaban,  —  que  en  desgracia 
Ha  movido  hacia  ti  mortales  plantas.  135 

"  Por  gracia  muéstrale  tu  excelsa  gracia 

De  velada  sonrisa,  y   que  discierna 

La  segunda  belleza  que  te  agracia. "  —  I38 

¡Oh,  esplendor  de  la  viva  luz  eterna! 

Quién  que  se  haya  á  la  sombra  reposado 

Del  Parnaso,  bebiendo  en  su  cisterna,  141 

Podría  remontar  el  vuelo  osado 

Para  expresar  cual  tú  me  apareciste, 

Sombra  velada  en  cielo  armonizado  ua 

Cuando  en  el  aire  libre  te  perdiste! 


CANTO  TliltíESIMOSEGUNDO 


Continúa  la  simbólica  procesión  su  marcha  solemne. —  El  Grifo  conduce  el  carro 
simbólico  de  la  Iglesia  hasta  el  árbol  del  Paraíso,  y  después  de  atarlo  á  él,  vuelve 
al  cielo  con  su  celeste  acompañamiento. —  El  árbol  reverdece  como  la  Iglesia 
primitiva.  —  Beatriz  se  sienta  sobre  las  raíces  del  árbol. —  El  Poeta  se  adormece 
y  al  despertar  ve  la  aparición  a{)ocalíptica  de  la  historia  de  la  Iglesia,  en  visio- 
nes que  se  suceden,  hasta  destruir  el  carro  simbólico. 


Estaba  con  los  ojos  tan  atentos, 

Que  los  demás  sentidos  olvidaba, 

Tras  de  diez  años  de  mirar  sedientos:  3 

Cual  cercado  de  muros  me  encontraba, 

Mirando  solo  el  rostro  sonriente, 

Que  á  las  antiguas  redes  me  llevaba.  6 

Volviéndome  á  la  diestra  derrepente, 

A  mi  izquierda  miré  las  tres  deidades 

Que  decían: — "  Cual  mira  fijamente!" —  9 

Y  aquella  turbación  que  en  ansiedades 

Siente  el  ojo  del  sol  ante  el  gran  foco. 

Ofuscó  mis  humanas  claridades.  12 

Mas  la  vista  aclarada  poco  á  poco, 
(Y  digo  poco  á  mucho  comparado, 
Que  en  el  punto  de  vista  me  coloco)  15 


482  DIVINA    COMEDIA 


Vi  que  marchaba  por  mi  diestro  lado 

El  ejército  santo,  y  encararse 

Al  sol,  por  siete  llamas  alumbrado.  I8 

Cual  bajo  los  escudos,  por  guardarse 

Se  cubre  una  legión,  y  su  bandera 

Fija,  cuando  de  frente  va  á  cambiarse;  21 

Tal  la  legión  celeste  se  moviera 

En  su  giro,  la  marcha  precediendo, 

Antes  que  el  carro  su  timón  volviera.  24 

Las  vírgenes,  las  ruedas  van  siguiendo; 
El  Grifo,  mueve  el  carro  consagrado, 

Y  apenas  si  las  alas  va  moviendo.  27 

La  que  en  el  río  habíame  bañado, 

Y  Estacio  y  yo,  seguimos  por  la  rueda 

Que  describía  un  arco  retardado.  so 

Al  cruzar  por  la  selva,  sola  y  queda, 
Que  por  la  culpa  de  Eva  hemos  perdido, 

Y  al  son  marchando  de  armonía  leda,  33 

Cuando  apenas  hubimos  recorrido 

Tres  tiros  de  saeta,  majestuosa 

Bajó  Beatriz  del  carro  bendecido.  36 

Adaful  Adainl  clamó  voz  rumorosa; 

Y  rodearon  un  árbol  despojado, 

Secos  sus  gajos,  sin  corona  hojosa.  39 

Su  gigantesco  tronco  levantado 

Y  su  soberbia  copa  dilatada. 

Aun  al  Indico  hubieran  admirado.  42 


EL    l'lKí.AI OKIO— CANK)    \X\II  483 


—  ^' I^eato    (ififo!   jM)r  t¡   íkj   fué  picada 
Esta   planta,   tan   (lalc(i   por  su  ^usto, 

Y  (|ue  en   el  vientre  tórnase   acedada!" —  45 

En   contorno   de  aquel   árbol   robusto, 
Claman  todos;  y   el   Orifo   biformado: 

—  "Así  se  guarda  el  germen   de  lo  justo!" —      as 

Vuelto  al  tiinón  (.[uc.  había  manejado, 

Atólo  al  árbol,  viudo   de  verdura, 

De  que  en  un  tiempo  fuera  aquel  formado.        51 

Cual  nuestras  plantas,  cuando   el  sol  mistura 

Con  las  luces  del  Pez,  la  luz  que  lleva, 

Al  irradiar  en  la  celeste  altura,  54 

Túrgido  el  tallo,  su  color  renueva, 
Antes  que  sus  corceles  haya  atado 
El  sol,  bajo  la  luz  de  estrella  nueva,  57 

Así,  color  de  rosa,  asaz  violado, 

Vi  que  tomaba  la  marchita  planta, 

Quedando  el  árbol  seco,  renovado.  60 

No  comprendí,  que  el  mundo  no  lo  canta, 

El  himno   que  las  gentes  entonaron, 

Con  nota  llena  de  armonía  tanta!  63 

Si  pudiese  expresar  cual  se  cerraron 

De  Argos  los  ojos  cuando  el  cuento  oyera 

De  Siringa,  que  aquellos  bien  pagaron,  66 

Copiar  tal  vez  como  pintor  pudiera 
Como  quedé  de  pronto   adormecido. 
—  Como  se  duerme,  píntelo  quien  quiera! —       69 


484  DIVINA    COMEDIA 


Del  sueño,  (paso  el  tiempo  trascurrido), 
Un  resplandor  rompió  su  velo  vano, 

Y  una  voz  dijo: — "Arriba!   pon  sentido!" —        72 

Como  al  mirar  las  flores  del  manzano, 

—  Cuyas  flores  son  de  ángeles  sustento, 

Festín  eterno  en  cielo  soberano, —  75 

Santiago,  Pedro  y  Juan,  al  sentimiento 

Volvieron  de  su  ser  anonadado, 

Al  escuchar  resurgidor  acento,  78 

Viendo  que  los  había  abandonado 
De  Eloi  y  de   Moisés  la  compañía, 

Y  á  su  Maestro  en  luz  trasfigurado,  si 

Tal  fué  mi  despertar,  y  vi   á  la  pía 

Joven   mujer,  que  fué  mi  conductora 

Cuando  en  el  santo  río  me  inmergía.  84 

Yo  pregunté: — "Do  está  Beatriz  ahora?" 

Y  ella:  —  "Del  árbol  en  la  raíz  fecunda 
Sentada  está  á  su  sombra  protectora.  87 

"La  compañía  ve,  que  la  circunda; 

Las  demás,  con  el  Grifo  van  al  cielo. 

Con  más  dulce  canción  y  más  profunda.  " —       90 

Así  me  habló,  y  en  mi  confuso  anhelo 

Más  no  escuché,  cuando  delante  viera 

La  que  embargaba  todo  mi  desvelo,  93 

Asentada  en  la  tierra  verdadera 

Como   custodio   del  sagrado   plaustro. 

Que  atara  al  árbol  la  biforme  fiera,  96 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XXXII  485 


En  torno   de  ella   le   formaban  claustro 

Las  siete  ninfas,  con   antorcha  en  mano, 

Que  no   apagara  ni   Aíjuilón  ni   el   Austro.  99 

—  "Poco  serás  del   mundo  ciudadano, 

Y  gozarás  conmigo   eternamente 

Kn  la  Roma   itn  cjue  Cristo  es  un   Romano;        102 

"Pero  en  favor  de   pecadora  gente, 
Pon  la  vista  en  el   carro   bendecido, 

Y  lo   que  vieres  grábalo  en   tu  mente." —  105 

Habló  Beatriz,  y   yo  á  sus  pies  rendido, 

De  sus  mandatos  cumplidor  devoto. 

Miré  cual  me  lo   había  prevenido.  108 

No  de  una  nube  espesa  el  seno  roto 

Más  raudamente  el  rayo  despidiera 

Desde  el  confín  del  cielo  más  remoto,  iii 

Cual  el  ave  de  Jove  descendiera 
Sobre  el  árbol  rompiendo  su  corteza 

Y  la  hoja  y  nueva  flor  que  lo  vistiera:  ii4 

Contra  el  carro  chocó  con  tal  rudeza, 

Que  lo  inclinó  cual  nave  sin  fortuna 

Cuando  en  borrasca  á  zozobrar  empieza.  117 

Después,  vi  guarecerse  entre  la  cuna 

De  aquel  carro  triunfal,  tan  flaca  vulpa. 

Que  de  buen  pasto  parecía  ayuna.  120 

Beatriz  le  reprochó  su  torpe  culpa, 

Y  el  animal  huyó  muy  de  corrida 

Cual  lo  pueden  hacer  huesos  sin  pulpa.  123 


486  DIVINA    COMEDIA 


Entonces  vi  que  el  águila  atrevida, 

Al  penetrar  del  carro  hasta  el  arca, 

Dejaba  en  él  su  pluma  allí  esparcida.  126 

Con  un  acento  que  tristezas  marca, 

Bajó  una  voz  del  cielo  que  decía: 

—  "Qué  mala  carga  llevas,  oh,  mi  barca!" —      129 

Me  pareció   que  el  suelo   se   entreabría. 

Entre  ambas  ruedas  un  dragón  lanzando, 

Que  en  el  carro  su  aguda  cola  hundía;  132 

Y  como  avispa  su  aguijón  sacando, 
Así  plegó  su  cola  venenosa. 

Con  el  fondo  del  carro,  serpenteando.  135 

Lo  que  quedó,  —  cual  tierra  generosa 

Que  el  césped  cubre, —  aquella  pluma  oferta 

Tal  vez  con  intención   casta  v  piadosa,  i38 

Cubrió  sus  ruedas,  y   quedó   cubierta 

Aquella  ruina,  sin  que  tarde  tanto 

En  lanzar  un  suspiro  boca  abierta.  I4i 

Ya  trasformado  el  edificio  santo 

Siete  cabezas  á  brotar  empiezan. 

Tres  al   timón,  una  de  cada  canto.  144 

Tres,  como  bueyes,  cuernos  ender(!zan; 

Y  las  cuatro,   con   uno  en  cada  frente. 
Monstruos  (jue  con  palabras  no  se  expresan!    147 

Y  como  roca  en  cima  prominente, 
Vi  desnuda  ramera  allí  sentada. 

Girar  en  derredor  ojo   impudente.  I50 


EL   PURGATORIO  —  CANTO  XXXII  487 


Y  como  por  tenerla  bien   ^uardadíi, 
A  su  lado  mostrál)ase  un   i^i^ante, 

Besándose  en  acción  siempre  alternada.  153 

Miróme  ella,  lasciva  y   provocante, 

Y  en  castigo,  de  pies  á  la  cabeza, 

La  ílajeló  ante  mí  su  cruel   amante,  I56 

Y  de  celos  henchido,  con  fiereza 
Arrastró  por  la  selva  el  carro  roto; 

Y  fué  mi  escudo  aquella  selva  espesa  isy 

Que  al  monstruo  y  la  ramera  puso  coto. 


CANTO   TEIGÉSIMOTERCERO 


Anuncio  profetice  de  Beatriz  de  que  se  acerca  ya  un  vengador  de  la  Iglesia  y 
que  será  también  restaurador  del  Imperio.  —  Beatriz  anima  al  Poeta  á  fin  de 
que  la  interrogue,  y  al  contestar  á  sus  preguntas,  le  ordena  que  escriba  lo  que 
ha  visto. — Llegada  alas  antiguas  fuentes  del  Paraíso  terrestre.— Beatriz  ordena 
á  Matilde  sumerja  al  Poeta  en  las  aguas  del  Eunoes,  donde  junto  con  él  se 
baña  Estacio.  —  Regenerado  el  Poeta  por  el  baño  se  siente  animosamente  dis- 
puesto para  continuar  su  viaje  hasta  el  cielo. 


Deus,  venerimt  gentes,  alternando 

De  tres  en  cuatro,  dulce  salmodia, 

Las  mujeres  cantaron  lagrimeando.  3 

Beatriz  en  tanto,  suspirosa  y  pía, 

Las  escuchaba,  el  rostro  demudado. 

Más  que  al  pie  de  la  cruz  el  de  María.  6 

Cuando  hubieron  las  vírgenes  callado, 

Ella  les  respondió  puesta  de  pie, 

Con  rostro  como  el  fuego  colorado:  9 

Modictun,  et  non  videbitis  me, 

Et  itermn,  ¡oh  hermanas  predilectas! 

Modicmn,  et  vos  videbetis  me!  12 

Llamó  á  las  siete  vírgenes  selectas, 

A  la  joven,  al  sabio,  á  mí  y  á  Estacio, 

Honrando  á  la  pureza  y  los  poetas.  is 


liL   rURGATÜKlO  -  CANTO   XXXIIl  489 

Al  comenzar  :'i  caminar,   despacio, 

Cuando  su  pie  diez  veces   hulx)  impuesto, 

Sus  ojos  me  clavó   por  largo  espacio;  is 

Y  con  tran(]uilo  aspecto:  —  "Ven   más  presto, 

—  Me  dijo, —  pues  hablar  quiero  contigo, 

Si  á  escucharme  te  encuentras  bien  disj)uesto." —  21 

Cuando  me  vio  junto  á  su  lado  amigo, 

—  Dijo  :  —  ""  Hermano,  me  extraña  que  no  intentes 
Interrogarme,  cuando  estás   conmigo."  —  24 

Cual  pasa  á  los  que  en  sumo  reverentes 

Delante  á  sus  mayores,  balbuceando. 

Se  les  queda  la  voz  entre  los   dientes,  27 

Así  me  sucedió,  y   aún  titubeando 

Comencé:  —  "Mis  anhelos  halagüeños 

Bien  conoces,  ¡tan  sólo  en  vos   pensando!"         30 

Y  ella  me  replicó: —  "  Pues  pon  empeño, 
En  dejar  la  vergüenza  que  te  apoca, 

Que  te  hace  hablar  como  durante  el  sueño.       33 

"Rompió  el  dragón  la  consagrada  copa. 

Que  fué  y  no  es;  mas  sábelo  el  culpable, 

Que  á  vindicta  de  Dios  no  alcanza  sopa.  36 

"  Que  tenga  un  sucesor,  es  indudable. 
El  águila  que  dio  su  pluma  al  carro, 
Dejándolo  despojo  miserable;  39 

"Lo   veo,  y  con  certeza  te  lo  narro; 

Veo   á  los  astros  por  segura  huella 

Proseguir  sin  tropiezo  ni  desbarro.  42 


490  DIVINA    COMEDIA 


"  Quinientos  diez  y  cinco,  con  estrella 

Nuncio  de  Dios,  abatirá  á  la  impura 

Y  á  su  gigante,  cómplice  con  ella.  45 

"  Como  de  Esfinge  ó  Temis,  será  oscura 

Mi  palabra,  si  bien  no  te  persuades, 

Porque  ella  turba  la  razón  segura;  48 

"  Pero  muy  pronto  el  hado  y  las  Náyades 

Soltarán  del  enigma  el  nudo  fuerte, 

Sin  daño  de  rebaños  ni  heredades.  si 

"Anota  mis  palabras,   de  tal   suerte 

Que  puedas  repetirlas  mientras  vivas, 

A  los  vivos  que  van  hacia  la  muerte.  S4 

"Y  pon  en  mente  cuando  tú  lo  escribas, 

De  no  ocultar  cual  es  aquella  planta 

Dos  veces  muerta  con  sus  hojas  vivas.  57 

"  Quien  la  despoja,  ley   de  Dios  quebranta, 

Y  el  que  lo  hace  blasfema  y  le  ha    ofendido. 
Pues  sólo  para  sí  la  creara  santa.  60 

"Por  morderla,  tormentos  han  sufrido, 

Por  años  cinco  mil,  sin  que  redima 

Ni   al  hombre  primo,  el  fraude  cometido.  63 

"Duerme  tu  ingenio,  si  no  bien  estima 
La  razón  que  tan  alto  la  ha  subido, 

Y  coposa  se  extiende  por  su    cima.  66 

"  Si  tu  vano  pensar  no  hubiese  sido 
Como  las  aguas  de  Elsa  en  su  corriente, 
Píramo  que  el  moral  deja  teñido,  69 


EL   PURCATOUK)  —CANTO    XXXIU  491 


"  Por   tíiiitas   circunstancias   solamente 

Deberías  saber,  (jue   es  justo  efecto 

La  interdicción  del  árbol  inoralmente.  72 

"Y  como  veo  guarda  tu   intelecto 
Nej^ro  color  y   est/i  petrificado, 

Y  te  ofusca  la  luz  de  mi   hablar  recto,  75 

"Quiero   cjue  si   no   escrito,  esto   pintado 

Lleves  en  ti,  cual  peregrino  ausente  — 

Que  torna  con  bordón  de  palma  orlado." —       78 

Y  yo:  —  "Como  una  estampa  permanente 
Se  fija  en  una  cera  resellada, 

Tus  palabras  se  estampan   en  mi  mente.  «i 

"  ¿  Mas,  por  qué  tu   palabra  tan  deseada, 
Sin  que  la  alcance,  en  los  espacios  vuela, 
Sobre  mi  inteligencia  limitada?"  84 

—  "Por  qué  conozcas,  —  dijo,  —  que  la  escuela 
Que  has  seguido,  sin  vuelo  en  su  doctrina. 

No   es  la  que  mi  palabra  te  revela;  87 

''  Pues  la  vía  mundana  y  la  divina, 

Distan  tanto  entre  sí,  como  la  gloria 

Del  cielo,  con  la  tierra  que  confina."  —  90 

Yo  repuse:— "Tu  imagen  promisoria 
Siempre  me  acompañó  con  el  deseo. 
Sin  que  olvidos  recuerde  mi  memoria."  —  93 

—  "No  puedes  recordar,  porque  bien  veo, 

—  Me  replicó  sonriendo,  —  has  olvidado 

Que  bebiste  las  aguas  del   Leteo.  96 


492  DIVINA    COMEDIA 


"Todo  humo  indica  fuego  concentrado, 
Y  en  tu  olvido  se  ve,  sin  que  haya    duda, 
Que  otra  atención  tu  afecto  ha  cautivado. 


"  Desde  ahora,  sólo  la  verdad   desnuda 
Verás  de  mi  palabra  y    pensamiento, 
Sin  que  se  oculte  á  tu  mirada  ruda."  — 

Ya   con  brillo   mayor,  á  paso  lento 
El  Sol  el  meridiano  iba  cruzando, 
Que  acá  y  allá  difiere  en  su  momento. 

Según  los  varios  horizontes;  cuando, 

A  manera  de  guardia  destacada 

Vi  á  las  siete  doncellas  observando. 


99 


102 


105 


108 


Al  confín  de  una  sombra  amortiguada. 

Como  en  los  Alpes  el  verdor  sombroso 

De  una  selva,  en  sus  aguas  reflejada.  m 

Ante  ellas,  Tigris  y  Eufrates  undoso 
Parecían  brotar  de  una  fontana, 

Y  apartarse  uno  de  otro  cariñoso.  ii4 

—  "Oh  luz!  oh  gloria  de  la  gente  humana! 
Qué  aguas  son  las  que  nacen  de  una  fuente, 

Y  una  de  otra  después  se  va  lejana?"  117 

A  Beatriz  demandé  piadosamente. 

—  "Pregúntalo  á  Matilde"— me  dijo  ella; 

Y  á  ella,  Matilde  dijo  complaciente:  120 

—  "De  eso  y   aún  más,  de  tanta  cosa  bella, 
Explicación  le  di,  y  estoy  segura, 

Que  aún  el   Leteo  no  horró  su   huellu." —  123 


EL   PURGATORIO  —  CANTO   XXXIII  493 


Y  Beatriz:  —  "Lo  mayor  (jue  se  procura 
De  lo   menor  á  la  memoria  priva, 

A   la   mente,  nublando  vista   oscura.  i26 

"  Pero  mira  el   líunoes  que  allí  deriva: 

Llévale  á  él,  y  en  su  onda  venturosa 

Haz  que  su  flaco  espíritu  reviva." —  I29 

Y  Matilde,  con  alma  generosa, 
Obedeciendo  aquel  llamado  amigo, 

Se  prestó  voluntaria  y  bondadosa:  132 

La  bella  dona,  me  llevó  consigo, 

Y  al  emprender  la  marcha  dijo  á  Estacio, 

Con  infinita  gracia:  -  "Ven  conmigo." —  135 

Si  tuviese  lector,  más  largo  espacio 

Para  escribir,  yo   contaría  en  parte. 

El  beber  de  que  nunca  estuve  sacio.  i38 

Mas  las  hojas  que  el  numen  me  reparte, 
Con  mi  segundo  canto  se  han  llenado, 

Y  me  contiene  con  su  freno  el  arte.  i4i 

Yo  volví  de  aquel  río  consagrado, 

Como  planta  en  que  brotan  frondas  bellas, 

Por  una  nueva  savia  renovado,  14+ 

Puro,  y  pronto  á  subir  á  las  estrellas. 


33 


EL  PURGATORIO 


iNOTAS   Y   COMENTARIOS   DEL  TRADUCTOR 


EL  PURGATORIO 

NOTAS     Y     COMENTARIOS 


CANTO   PRIMERO 

(  I-.*  ).  Per  corrcnniglior  acqua  alca  lévele 

Oniai  la  navi'cella  del  mío  ingegno, 
Che  lascia  dietro  a  se  7nar  si  crudele  : 

Ebta  alegoría  encierra  la  síntesis  del  Infierno  y  del  Pukgatorio. — 
El  Poeta,  después  del  cuarto  día  de  su  tenebroso  viaje  al  través  de 
las  entrañas  del  globo,  penetrando  por  el  hemisferio  boreal,  llega  al 
austral,  según  queda  explicado  en  la  nota  v.  61-142  del  canto  XXVI 
del  Infierno.  Allí  se  encuentra  en  la  isla  del  Purgatorio,  montaña  que 
surge  de  en  medio  de  los  mares,  en  la  forma  de  un  cono,  con  once 
rellanos  circulares:  Los  cuatro  primeros  comprenden  el  ante-purga- 
torio, custodiado  por  Catón  de  Útica,  donde  son  detenidos  por  el 
espacio  de  varias  vidas,  los  que  inmediatamente  no  son  admitidos  á 
la  expiación;  y  los  otros  siete,  al  Purgatorio,  propiamente  dicho» 
donde  se  purgan  los  siete  pecados  capitales.  En  su  cima  se  encuentra 
el  Paraíso  terrenal.  —  El  Poeta  emplea  cuatro  días  en  recorrer  el  Pur- 
gatorio. 

(  7  ).  Ma  qui  la  moría  poesía  ristirga. 

Este  verso  ha  sido  Interpretado  de  tres  maneras  más  ó  menos  cohe- 
rentes: la  una  abstracta  ó  moral;  la  otra  puramente  histórica;  y  la 
tercera,  al  caso  presente  de  la  invocación. — Los  más  antiguos  co- 
mentadores de  los  siglos  XV  y  XVI,  —  entre  ellos  Landino  y  Veltu- 
belio,  —  entienden  que  el  Dante  se  refería  á  la  facultad  poética,  que 
yacía  muerta  en  Italia  después  de  la  irrupción  de  los  bárbaros,  á  la 
vez  que  á  los  muertos,  en  el  sentido  que,  después  de  haber  cantado  á 
los  del  Infierno,  donte  todo  está  muerto,  cantaría  á  los  del  Purgatorio, 
donde  las  almas  resucitan.  Los  modernos  comentadores,  (Buti,  Fra- 
tricelli,  Paolo  Costa,  Brunone  Bianchi,  Mario  Foresi,  etc.)   entienden 


498  EL   PURGATORIO 


por  Jiioria poesía^  la  poesia  lúgubre,  ó  sea  la  de  la  muerta  gente  del 
Infierno,  muerta  por  siempre  corporal  y  espiritualmente,  y  que  se  pro- 
pone cantar  á  los  muertos  del  Purgatorio,  cuyas  almas  resurjen  á  la 
gracia  por  medio  de  la  penitencia,  confortadas  por  la  esperanza  de 
mejor  vida.  El  verso  que  antecede:  E  cantero  di  quel secondo  regno^ 
al  cual  se  relaciona  la  invocación  á  las  musas  para  cambiar  el  tono 
(sonno)^  antes  empleado,  y  la  palabra  qui^  {aqur\  en  este  lugar,  con 
tal  motivo,  en  esta  ocasión),  indican  claramente  que  el  Poeta  no  se 
refería  á  la  poesía  muerta  en  Italia,  como  lo  explicaban  los  antiguos 
comentadores,  y  sí  á  la  poesía  de  la  muerte,  que  forma  el  asunto  del 
Infierno  y  del  Purgatorio,  en  su  doble  estado,  eterno  y  temporario. 
La  palabra  sugestiva,  risurga,  en  el  modo  imperativo  que  se  refiere 
al  tiempo  presente,  distingue  los  muertos  de  la  región  infernal  de  los 
de  la  región  purificadora,  en  la  que,  á  la  inversa  de  la  anterior,  á  los 
tormentos  y  maldiciones  de  los  perpetuos  condenados,  se  sucederán 
las  plegarias  de  la  penitencia,  cuyas  almas  resurjirán.  Según  esta 
interpretación,  que  surje  naturalmente  del  texto,  se  armoniza  el  doble 
concepto  de  la  invocación,  que  complementa  la  síntesis  de  las  dos 
partes  del  poema,  encerrada  en  la  primera  estrofa,  ya  comentada. 

Los  traductores  han  esquivado  precisar  el  concepto,  que  por  su 
concisión  se  presta  á  equívoca^  interpretaciones,  y  lo  han  envuelto 
en  vagos  contornos  en  que  la  idea  se  pierde  de  vista  y  la  imagen  se 
borra. 

Mario  Foresi,  el  traductor  en  prosa  italiana  de  la  Divina  Comedia, 
por  lo  general  claro  y  preciso,  traduce  así  este  verso:  "Ma  qui  fate 
che  la  lúgubre  poesia  ritorni  lieta",  paráfrasis  que  no  siendo  del 
todo  correcto,  debilita  el  concepto,  generalizando  su  parte  accesoria. 

Florentino,  que  con  su  traducción  ha  unido  su  nombre  á  las  ilustra- 
ciones dantescas  de  G.  Doré,  sale  del  paso  con  un  tropo:  Mais  qu'ici 
la  niorte  poesíe  se  raltume. 

El  Conde  de  Cheste,  rodea  la  dificultad,  diluye  el  concepto  y  lo 
limita  en  su  alcance,  interpretándolo  á  su  manera,  sin  ceñirse  á  la  letra 
del  texto: 

Más  cambie  el  verso   aquí  su  fuerza  dura. 

Por  último,  Katisbonne,  en  su  traducción  coronada  por  la  Academia 
Francesa,  ciñiéndose  más  al  sentido  y  á  las  palabras  del  texto,  sigue 
á  Florentino,  borrando  la  palabra  característica  que  domina  el  con- 
cepto, (risurga)  que  es  la  que  le  imprime  su  sello: 

Qu'  iti  la  inoiti?  poósie  se  raiiume. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  499 


Kn  presencia  (\v  ostos  cjt?mplos  y  en  la  imposibilidad  de  decir  en  un 
solo  vers(í  más  de  lo  que  el  autor  ha  dicho  o  lia  (|uerid()  expresar,  he- 
mos creído  deber  ceñirnos  al  texto  ori>;inal,  reprofluciendo  todas  sus 
palabras  en  su  orden  l(')tii( o,  auncjue  variando  su  ccílocación,  y  dejar 
al  comentarif^  la  palabra  final. 

(  11-12).  M  cui  le  Piche  misero  sentirá 

T.o  colpa  tal,  che  disperar  perdono. 

Alusión  á  las  nueve  hermanas,  hijas  de  Pierio,  que  cjesafiaron  á  las 
n\usas  á  cantar,  y  vencidas  por  éstas,  fueron  convertidas  por  castigo, 
t-n  urracas  ó  picazas  {piche). 

(  1.^-15).  Dolce  color  d'' oriental  zafiro 

Che  s''accoglieva  nel  sereno  aspetto 
Dell  aer  puro  infino  al  primo  giro. 

A  esta  estrofa,  y  principalmente  al  verso  último,  se  han  dado  largas 
proyecciones  en  el  espacio.  Según  los  antiguos  comentadores  Landino 
y  Veltubello,  el  Poeta  al  indicar  el  primo  giro,  se  refería  al  mundo  de 
la  luna,  que  es  el  primero  ó  el  que  sigue  inmediatamente  después  del 
círculo  terráqueo.  Los  modernos  comentadores  (Buti,  Giolani  y  Tom- 
maseo),  han  aceptado  esta  interpretación.  Lombardi  y  Bianchi  van 
más  lejos  aún,  suponiendo  que  el  Dante  se  refería  al  cielo  girante  de 
las  estrellas  fijas  en  la  extremidad  {infino)  del  último  horizonte.  Ali- 
zeri,  con  más  mesura,  limita  su  alcance,  aclarando  el  texto,  por  el  texto 
mismo,  y  hace  notar,  que  el  Dante,  al  salir  de  las  entrañas  de  la  tierra, 
no  podía  percibir  desde  la  playa  de  la  montaña  del  Purgatorio,  sino 
un  horizonte  limitado,  no  siendo  posible  que  su  vista  alcanzase  á  dis- 
tinguir el  aspecto  del  mundo  de  la  luna,  y  menos  aún  el  de  la  región  de 
las  estrellas  fijas  en  el  empíreo;  y  que  al  señalar  el  color  de  záfiro  que 
se  contenía  en  el  aspecto  visible  del  aire,  indicaba  un  límite  determi- 
nado, y  por  lo  tanto,  sólo  se  refería  á  la  visión  inmediata.  Además, 
puede  hacerse  valer  en  favor  de  esta  inter[)retaclón,  el  v.  16  que  sigue 
inmediatamente  y  que  ha  escapado  á  la  atención  de  los  comentadores, 
tal  vez  por  su  misma  claridad. 

Agli  occhi  miei  ricomincio  diletto. 

Así,  lo  que  el  poeta  vuelve  á  ver,  {agli  occhi  miei  ricomincio)  es 
el  mismo  aspecto  sereno  del  aire  puro  de  la  atmósfera  terrestre,  per- 
dida de  vista  hasta  el  momento  de  riveder  le  stelle  :  es  una  pincelada 
que  ilumina  el  fondo  del  nuevo  cuadro,  en  contraposición  de  las  tinie- 
blas infernales  de  que  acaba  de  salir 


500  EL   PURGATORIO 


Poniendo,  pues,  de  lado  la  interpretación  relativa  al  mundo  de  la 
luna,  é  inclinándonos  á  la  de  Alizerl,  —  sin  excluir  en  absoluto  la  de 
Lombardi  y  Bianchi  como  proyección  poética,  —  hemos  traducido  lite- 
ralmente las  estrofas  en  el  orden  de  las  imágenes  que  se  suceden  sin 
omitir  una  sola  de  sus  palabras,  aunque  el  verso  no  resulte  en  caste- 
llano tan  armonioso  como  pudiera  ser,  omitiendo  algunas  de  ellas. 

( 21 ).  Velando  i  Pesct,  ch'erano  in  sua  scoria. 

El  verso  está  traducido  ampliando  la  imagen  dentro  de  su  sentido  y 
modificando  un  tanto  su  forma,  pero  ajustándose  á  la  verdad  óptica  y 
astronómica  que  retleja  el  original  pintorescamente.  Es  una  imagen 
dantesca  á  la  inversa,  en  que  la  palabra  velando^  le  da  su  carácter, 
indicando  scoria^  la  posición  respectiva  de  los  astros  á  que  alude.  Es 
la  luz  mayor  del  planeta  Venus,  que  vela  la  luz  menor  de  la  constela- 
ción de  los  Peces  que  le  servían  de  escolta,  ó  lo  que  es  lo  mismo,  que 
la  precedía  en  su  giro  en  el  momento  á  que  se  hace  referencia,  es  de- 
cir, antes  de  salir  el  sol,  cuando  éste  se  encontraba  en  el  signo  de 
Aries. 

(22-24).  Yo  mi  vohi  a  man  desira,  e  posi  m.ente 

All  altro  polo,  e  vidi  quatlro  stelle 
Non  vista  mai  fnorche  alia  prima  gente. 

El  Poeta  miraba  hacia  el  oriente,  y  al  volverse  á  mano  derecha,  de- 
bía necesariamente  encontrar  el  polo  antartico,  cosa  que  sucede  al  es- 
pectador del  cielo,  así  en  uno  como  en  otro  hemisferio.  Si  cupiese 
duda  á  este  respecto,  los  versos  29-30  que  sij^uen,  señalando  como 
opuesto  el  polo  norte  con  sus  constelaciones,  en  aquel  momento,  la 
resolvería: 

Un  poco  me  volgendo  all  altro  polo, 

La  onde  il  Cano  era  <¿\',x  sparito. 

Respecto  de  la  visión  sideral  del  Poeta  en  rl  hemisferio  sud,  en  que 
algunos  comentadores  han  creído  ver  señalada  la  revelación  de  la  Cruz 
del  Sud,  véase  nuestra  anotación  al  canto  XXVI,  versos  61-142  del 
Infierno.  En  cuanto  á  su  significación  moral,  ella  es  clara:  simboliza  las 
cuatro  virtudes  cardinales:  —  Prudencia, — Justicia,  —  Fortaleza  y  Tem- 
planza.—  Por  eso,  en  el  verso  37  de  este  mismo  canto,  las  llama: 
quailro  lüci  sanie. 

(31-39).  Vidi  presso  di  me  un  veglio  solo 


Li  raggi  delle  quatlro  Ittci  sanie 
Fregiavan  si  la  sua  facci  di  lume. 


NOTAS    ^     (  OMI  MARIOS  501 


Este  personaje,  guardián  Hrl  ant(--i)urjíatori(),  es  CatcSn  de  Útica,  en 
cjuif-n  el  poeta  personllica  al  campeón  fie  la  libertad  humana,  (  que  él 
también  busca,  srjrún  se  dice  más  adelante)  coronánflole  con  las  luces 
eternas  de  las  virtudes  cardinales,  y  si-  arrodilla  ante  él  tributándole 
reverencia  como  á  un  padre.  I'or  eso  no  lo  coloca  entre  los  suicidas 
del  Infierno,  considerando  su  muerte  como  acto  deHI)erado  de  la  vo- 
luntad, para  no  vivir  en  un  mundo  esclavo;  y  así  lo  separa  de  su  mujer 
Marcia,  que  se  halla  en  el  Limbo,  junto  con  Virgilio,  poniendo  más 
adelante  en  su  boca  estas  palabras,  rcs|)ecto  de  ella: 

ür  qui  <li  la  dal  mal  fiuine  dimora, 
Piíi  mover  non  mi  puo  per  quella  legge 
Che  fatta  quand'io  me  n'usci  fuera. 

(v.  8.S-90). 

Véase  nuestras  notas  á  los  versos  120  del  Canto  I  del  Infierno. 
y  41  -45  del  Canto  IV  del  mismo,  en  que  se  comenta  bajo  un  nuevo 
punto  de  vista,  el  espíritu  de  tolerancia  humana  de  la  moral  religiosa 
del  Dante.  Seg^ún  su  amplia  doctrina,  las  jjrandes  almas  virtuosas  de 
la  antigüedad,  solo  se  hallaban  en  el  Limbo,  por  el  hecho  de  no  haber 
recibido  el  bautismo,  y  de  entre  ellas  hace  salir  á  Catón,  al  más  vir- 
tuoso de  los  gentiles,  prometiéndole,  por  medio  de  Virgilio,  la  reden- 
ción en  el  día  del  juicio  final: 

Tu'l  sai,  che  non  ti  fu  lei  amara 
In  Vtica  la  morte,  ove  lasciaste 
La  veste  ch'al  gran  di  sará  s\  cara 
(v.  73-75) 

(  41 ).  ....   movendo  quelle  onesle  pitune. 

El  poeta  emplea  piunie^  por  barba,  —  en  una  de  las  acepciones 
latinas, —  y  oneste^  pe  r  venerable  ó  noble. 

(72).  Como  sa  qui  per  lei  "vita  riffiíita. 

La  traducción  reproduce  débilmente  la  enérgica  sencillez  del  con- 
cepto original:  — "  Lo  sabe  quien  por  ella  (la  libertad)  vida  rehusa". 

(75  ).  La  veste  ch'al  gran  di  sará  si  cara 

Veste^  por  vestidura  humana,  ó  sea  cuerpo  mortal  del  alma,  que 
hemos  traducido  por  "carne,"  conforme  al  sentido  figurado  del  texto. 
El  gran  día  á  que  se  hace  alusión  es  el  del  juicio  final,  y  la  palabra 
Preclara,  por  chiara^  (gloriosa^  en  italiano),  es  la  equivalente  en  cas- 
tellano y  refuerza  el  concepto  original,  en  su  medida. 


502  EL   PURGATORIO 


(II5-I18).  L,' alba  vinceva  Tora  matutina 

que  fuggia  innansi,  si  che  di  lontano 
Conobbi  el  tremolar  della  marina. 

Humboldt,  en  e!  "Cosmos,"  refiriéndose  á  este  pasaje,  dice:  ''Dante 
pinta  de  una  manera  inimitable,  en  el  primer  canto  del  Purgatorio,  los 
vapores  de  la  mañana  y  la  trémula  luz  de  la  mar  que  aparece  á  lo 
lejos  dulcemente  agitada." —  Al  sabio  alemán  le  ha  sucedido  lo  que  al 
gran  escritor  inglés  Carlyle,  (véase  nuestra  nota  al  Canto  VII,  verso 
13  del  Infierno), —  que  al  traducir  uno  y  otro  estas  admirables  estrofas 
del  Dante,  han  alterado  su  sentido,  atribuyéndoles  bellezas  que  debili- 
tan sus  rasgos  originales.  Lo  que  el  poeta  percibe  (conobbi)^  es  mera- 
mente la  luz  del  alba,  ó  sea  su  luz  blanca,  que  vence  la  luz  de  la  hora 
matutina  que  la  precede  (color  d' oriental  zafiroj^  lo  que  excluye  la 
imagen  de  luz  trémula  del  mar  en  los  vapores  visibles  de  la  mañana 
que  supone  Humboldt.  Prosiguiendo  los  poetas  su  camino  [no i  anda- 
van)  perciben  en  lejanía  (di  lonlano),  no  la  trémula  luz  del  mar,  que 
no  tiene  por  sí  mismo  luz,  sino  las  ondas  del  mar  mismo,  que  marchan- 
do, como  marchaban,  por  un  terreno  en  descenso,  {ad  imo,  ad  ¿¿uo)^ 
en  dirección  á  la  playa,  hacía  visible  la  luz  del  horizonte  marino,  en 
medio  de  la  luz  incierta  del  amanecer,  (no  de  los  vapores),  vencida 
por  el  comienzo  de  la  aurora.  La  traducción  literal  del  texto  pondrá 
más  en  claro  su  verdadero  sentido:  —  El  alba  [la  luz  blanca)  vencía 
á  la  hora  matutina  (la  azulada  que  la  precede)  que  huía  delante  de 
ella,  de  tal  modo  {si)  que  desde  lejos  {di  lonlano)  percibí  {conobbi)  el 
tremular  {il  tremolar)  ^^  ia  marina,"  ( ó  sea  del  mar  mismo).  El 
sentido  figurado  de  la  palabra  irehiolar  en  italiano,  es  un  movimiento 
trémulo,  que  en  castellano  corresponde  á  tremular,  y  es  la  que  corres- 
ponde á  la  verdad  de  la  imagen. 


CANTO  II 

(1-6).  Gia  era  il  Solé  all'oriscrontc  giunto, 

Lo  cui  nteridian  cercliio  coz'erchia 
lertisalein  col  sno  />í¡t  alio  p/into  : 

E  la  Notíe,  che  opossita  a  lui  cerchia, 
Uscia  di  Gange  /uor  con  la  bilance, 
Che  lejcaggion  de  man  quando  soverchia. 

Como  se  ha  explicado  en  el  conu-ntario  correspondiente  á  los  versos 
61  -  142  dtl  Canto   XXVI   del    Infierno,  según    el  sistema   co.smológico 


NOTAS   Y  com!«:ntariüs  5U3 


(k'I  D.iriti-,  la  inoiitana  (id  l'iirjíatorio  era  antípoda  dt*  Jc;riisal«''n.  I'or 
coiisfciKMici.i,  al  decir  (¡ik'  "el  Sol  s(í  hallaba  sobre  el  horizonte,  cuyí) 
círculo  nuTÍdiano  cubre  á  Jcnisah-n  en  su  punto  más  elevado,"  quiere 
slunilicar  que  el  astro  licitaba  al  lujrizonte  occidental  de  Jerusalén, 
recorriendo  el  arco  meridiano  (pie  tiene  su  cénit  en  e  ,te  punto,  y  cjue 
en  ese  momento  aparecía  naciente  en  el  Purjíatorio. —  I>a  noche  es  la 
personificación  poética  de  la  sombra  de  la  tierra,  en  oposición  al  Sol, 
cuya  sombra  á  la  sazón  extendía  en  el  (ianges,  ó  sea  las  Indias  Orien- 
tales, sujjonlendo,  se^ún  las  nociones  ^eojíráficas  de  la  época,  que  el 
horizonte  de  Jerusalén  fuese  un  meridiano  de  ellas. 

(  13  ).  Gin  mi  ponente  sopra  'I  suol  marino. 

**  Campo  marino"  por  suol  marino^  es  la  traducción  literal  del 
texto,  indicando  el  punto  del  horizonte  bajo  el  cual  se  oculta  el  Sol 
en  el  horizonte  terrestre,  limitado  por  la  línea  visible  de  las  a^uas. 
Algunos  códices  traen :  qu¿  nel  ponente  en  vez  de  Ciú^  y  Brunone 
Bianchi  sostiene  que  esta  es  la  buena  lección;  pero  nos  hemos  ate- 
nido al  texto  consagrado,  pensando  con  Alizeri,  que  6^/?/:  es  la  palabra 
que  corresponde. 

(  75 ).  Quasi  obviando  cVire  a  farsi  helle. 

"Olvidando  hermosear"  por  obliando  farsi  belle^  es  la  traducción 
literal  de  un  concepto  atrevido  del  Poeta,  refiriéndose  á  las  almas 
maravilladas  por  su  aparición,  que  casi  olvidaban  ir  á  hermosearse,  ó 
sea  á  purificarse  en  las  altas  reg-iones  del  Purgatorio. 

(114).  Amor  che  nella  menie  mi  ragiona. 

Primer  verso  de    una  canción    del  Dante,  comentada   por    él  en  el 

Convito^   que  como  las  demás  citas  latinas  y  provenzales,  debe  ser 

reproducida  textualmente, —  como  lo  es  en  la  traducción, —  según  la 
intención  del  poeta. 


CANTO   III 

(  25-27  ).  Véspero  e  gia  dov^  e  sepolto 

Lo  corpo  dentro  al  guale  io  facev' ombra  : 
Napoli  r ha,  e  da  Brandizio  e  tollo. 

El  Poeta,  al  no  ver  proyectarse  en  el  suelo  la  sombra  de  Virgilio, 
perdida  entre  los  rayos  del  sol,  se  cree  abandonado  por  él,  según  lo 
expresa  en  los  versos  19-21  que  anteceden: 


504  EL    PURGATORIO 


lo  mi  volsi  dallato,  con  panra 

ry  essere  abhandonato,  quanePio  vidi 

Solo  dinanzzi  a  nte  la  térra  oscura. 

A  esto  responde  Virgilio,  que  el  cuerpo  suyo  que  en  vida  proyec- 
taba sombra,  se  halla  enterrado  en  Ñapóles,  habiendo  sido  quitado  á 
Brindis  donde  murió;  y  señala  de  paso  la  hora  en  aquel  momento,  al 
decir  que  Vesper  dominaba  ailí,  lo  que,  según  los  cálculos  astronó- 
micos con  arreglo  á  la  cosmología  del  Dante,  indicaría  que  faltaba  una 
hora  para  que  el  sol  se  pusiera  en  Itaiia,  y  dos  horas  que  había  aso- 
mado en  el  horizonte  del  Purgatorio,  y  otras  tantas  que  se  había 
puesto  en  el  opuesto  de  J<*rusalén. 


CANTO  IV 

(53-66).  VolH  a  levante,  ond' eravan  saliti 


Gli  occhi  primo  drizai  afassi  lili. 
Poseía  gli  alsai  al  Solé  :  ed  amniirava 
Che  da  sinistra  n''eravam  feriti. 

Ben  s'avvide  ti  Foeta,  che  io  stava 
Stupido  tutlo  al  carro  della  luce 
Ove  tra  noi  ed  Aquilone  intrava. 

Ond'  egli  a  me  :  Se  Castor  e  Polluce 
Fossero  in  compagnia  de  quello  specchio, 
Che  sti  e  giii  del  suo  lunte  conduce, 

Tu  vedrest'  il  Zodiaco  rubecchio 
Ancore  all'Orse  piu  stretto  rotare. 
Se  non  uscise  puor  del  camin  vecchio. 

Hallándose  los  dos  Poetas  en  el  hemisferio  austral,  mirando  hacia 
el  levante,  el  Dante  se  admira  de  que  los  rayos  de  la  luz,  ó  sea  del 
sol,  le  hieran  por  la  izquierda,  girando  por  la  bóveda  celeste  entre 
ellos  y  el  Aquilón,  á  la  inversa  de  lo  que  sucede  en  el  hemisferio 
boreal,  en  que  él  nace  entre  el  astro  y  el  espectador,  quedando  el 
astro  á  la  derecha.  Virgilio  le  explica,  que  si  Castor  y  Pollux,  ó  sea 
el  signo  de  Geminls  acompañase  á  aquel  espejo, —el  sol,  —  que 
esparce  {conduce)  sus  luces  arriba  y  abajo  {su  c  giú)  ó  sea  en  los 
dos  hemisferios,  vería  el  zodiaco  ardiente  y  rojizo  {rubecchio)  girando 
más  cerca  de  las  Osas,  ó  sea  del  setentrión.sl  recorriese  como  siempre 
{se  non  uscise fuor)  su  camino  ordinario  {dal  camin  vecchio  ósea 
la  eclíj)tlca.   Algunos  comentadores  sostienen  que  por  rubecchio  debe 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  505 


rntendtrse  rueda  dfntada  de  molino  {rubcccio^  en  italiano  moderno), 
pero  nos  hemos  atenido  á  la  lección  más  autorizada, 

(  124).  Bellacqua^  en  quien  el  I'oeía  personiliea  la  pereza,  fué  un 
tocador  de  citara  y  hábil  constructor  de  instrumentos  de  música,  su- 
mamente perezoso. 

(  I3;-I.V> ).  vedi  ch'  e  tocco 

Meridiau  dal  Solé,  ed  alia  rivn 
Copre  la  ttollc  gia  col  />tc   Marrocco. 

Hallándose  el  sol  en  su  meridiano,  (  ra  medio  día  en  el  Purgatorio 
y  media  noche  en  Jerusalén,  su  antípoda;  y  sej^^ún  el  sistema  geográ- 
fico del  Poeta,  la  noche  debía  extender  su  pie,  ó  dar  su  primer  paso, 
sobre  las  playas  de  Marruecos,  que  suponía  en  el  confín  del  hemisferio 
boreal. 


CANTO  V 

(67-75).  El  que  habla,  es  Jacobo  Casero,  natural  de  Fano,  á  quien 
Azon  VIH,  marqués  de  Este,  mandó  matar  en  Oriaco,  violando  el 
asilo  del  territorio  paduano,  cuya  capital, —  Padua, —  se  supone  fun- 
dada por  Antenor, 

(88-89).  Buonconte,  hijo  del  conde  Guido  de  Montefeltro,  murió 
en  la  batalla  de  Campaldino,  á  la  que  asistió  el  mismo  Dante,  for- 
mando parte  de  la  caballería  de  Florencia.  Su  cadáver  no  fué  encon- 
trado El  relato  imaginario  de  su  muerte  que  el  Poeta  pone  en  su  boca, 
y  su  redención  en  la  hora  final,  es  uno  de  los  episodios  más  bellos  de 
esta  parte  del  poema,  La  Juana  á  que  hace  referencia  Buonconte,  es 
su  esposa,  á  la  sazón  en  vida. 

(I09-III).  Ben  sai  come  nell'aer  si  racoglie 

Quel  umido  vapor  che  in  acqua  riede, 
Tostó  che  sale  dove'l  freddo  il  coglie. 

Humboldt,  en  el  "Cosmos"  admira  esta  estrofa  como  descripción 
físico-poética  de  un  fenómeno  de  la  naturaleza:  —  "En  el  quinto  canto 
(del  Purgatorio)  muestra  las  nubes  que  revientan  y  los  ríos  que  se 
desbordan,  en  el  momento  en  que  el  Arno,  después  de  la  batalla  de 
Campaldino.  arrastra  el  cadáver  de  Buonconte  de  Montefeltro". 

(  183-136).  Ricorditi  di  me  cha  son  lo  Pía. 

Sicena  mi  fe,  dis/aceme  Maremma  : 
Salsi  coliii,  che,  inanellata  pria, 
"íJisposato  ití'avea  colla  sua  gemnta. 


506  EL   PURGATORIO 


Pia^  viuda  de  un  Tolomei,  se  casó  en  segundas  nupcias  con  un  Nello. 
señor  de  Castell  della  Pietra  en  la  Marema,  quien,  sospechando  de  su 
fidelidad,  la  dejó  morir  en  medio  de  la  mar  aria  de  su  castillo,  según 
una  tradición,  ó  la  hizo  matar  violentamente,  según  otra.  En  cuatro 
versos,  el  Poeta  ha  inmortalizado  su  memoria,  como  la  de  Francesca 
de  Rímlni,  sugiriendo  la  idea  de  su  inocencia  ante  la  posteridad  en  su 
enigmática  y  concisa  invocación.  —  Merced  á  la  analogía  de  las  dos 
lenguas,  varias  veces  señalada  en  esta  traducción  con  ejemplos,  esta 
bellísima  estrofa  puede  ser  reproducida  casi  textualmente  en  caste- 
llano, en  cuanto  es  posible,  en  sus  giros  gramaticales  y  con  la  armonía 
de  sus  acentos  rítmicos.  La  traducción  "  nuevo  anillo  ",  responde  á 
inanellaia  pria,  aludiendo  al  primer  desposorio. 


CANTO  VI 

(  I  ).  Quando  si  parte  il  ginoco  della  zara. 

El  juego  de  los  dados  á  que  se  daba  la  denominación  de  zara.,  se- 
gún los  comentadores. 

(13-15).  Quivi  era  I'  Aretin,  che  dalle  bracchia 

Fiere  di  Ghin  di  Tacco  ebbe  la  morte^ 
E  r  alíro  ch''  annego  correndo  in  caccia. 

El  Aretlno  á  que  se  hace  referencia,  fué  un  juez  llamado,  según  los 
comentadores,  miser  Benincaza,  natural  de  Arezzo,  á  quien  Ghino 
Tacco  cortó  la  cabeza  en  su  tribunal,  en  venganza  de  haber  pronun- 
ciado una  sentencia  de  muerte  contra  un  hermano  suyo.  U  aliro  á  que 
se  hace  alusión  en  el  v.  15,  sería,  según  el  comentador  Anónimo  del 
Dante,  un  joven  aretino  también,  llamado  Guccio  de  Tarlatl,  el  cual 
se  ahogó  en  el  Arno,  según  algunos  comentadores,  persiguiendo  la 
caza;  según  otros,  dándole  caza  sus  enemigos.  Las  }¡)2\2^^x2i^  correndo 
in  caccia  han  dado  lugar  á  esta  doble  interpretación.  Seguimos  la  ver- 
sión más  autorizada,  que  es  la  que  parece  históricamente  comprobada, 
pues  según  el  mismo  Anónimo,  el  hecho  tuvo  lugar,  huyendo  Tarletl 
después  de  la  derrota  de  Blbiena,  perseguid  )  de  cerca  por  los  vence- 
dores, que  le  obligaron  á  arrojarse  al  río  donde  se  ahogó. 

(17-18).  Novello  (Federico)  hijo  del  Conde  Guido  de  Hattifosi, 
muerto  por  un  Hartoli.  "El  que  en  Pisa'\  {qiiel  da  Pisa)  es  alusión 
á  Farinata  de  los  Scoringiona  de  Pisa,  muerto   por  un  enemigo  suyo, 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  507 


lo  qiif  (ii<)  ocasión  para   (|iic'  st-    mostrara    la    foitalt'/a   de  alma   de   su 
padre  Marzuro,  que  asistií)  á  su  entierro  y  perdorK)  á  su  matador 

(  I<í-24).  ICl  conde  ( )rso,  personaje  dudoso  (|mc  d  l'octa  se  limita  á 
nombrar,  sej^ún  unos  i)c*rt(necía  á  la  familia  de  l(<s  Abberti,  y  sfjrún 
otros,  era  un  hijo  del  conde  NapoU()n  de  Cerhaia,  muerto  por  su  tío 
Alberto  da  Manzona.  Todo  lo  demás  de  la  fstrofa  y  lo  que  sij^ue  hasta 
el  V.  24,  se  refiere  á  fierre  de  la  lirorhe,  natural  de  Turcna,  cirujano 
del  rey  San  Luis  y  valido  de  Kelipe  III  el  atrevirlo,  (juien  por  instij^a- 
ciones  de  su  seji^unda  mujer,  María  de  Brabante,  lo  hizo  morir  en  la 
horca. 

(74).  Sordcl/o,  trovador  did  sijj^^lo  XIlí,  natural  de  Mantua,  que  sa- 
luda á  \'^ir^illo  como  compatriota,  rasj^o  de  fraternidad  que  provoca 
la  dolorosa  é  irónica  dijj^resión  del  I'oeta  sobre  el  estado  de  la  Italia 
de  su  tiempo,  haciendo  su  profesión  de  fe  Cibelina  ó  imperialista,  y  que 
se  considera  como  una  de  las  más  sublimes  Inspiraciones  de  su  poema. 

(96-105).  El  tudesco  Alberto,  es  Alberto  de  Austria,  hijo  de  Ro- 
dolfo (de  quien  se  hace  más  especial  mención  en  el  sig-ulente  canto), 
que  electo  emperador  romano,  no  quiso  pasar  á  Italia,  lo  mismo  que 
su  padre.  La  "justa  sentencia",  alude  á  la  muerte  violenta  del  sobrino 
de  Alberto,  Juan  de  Austria,  quien  se  ne^ó  á  auxiliar  á  los  Gibellnos 
El  heredero  suyo  á  quien  se  hace  referencia,  es  Enrique  VII  de  Lu- 
xemburgo,  que  electo  emperador,  defraudó  las  esperanzas  de  la  Italia, 
como  sus  antecesores. 

(118- 119).  E  se  licito  tn' e,  o  sonimo  Giove, 

Che  /os/i  in  térra  per  noi  crucifisso. 

Esta  invocación  al  stiiuo  Jove^  ha  sido  interpretada  de  diversas 
maneras  por  los  comentadores.  Los  unos,  la  consideran  cerno  una  re- 
miniscencia pagana  aplicada  al  Dios  de  los  cristianos,  empleando  la 
palabra  en  su  .sentido  filosófico.  Algunos,  alambicando  el  sentido,  (en- 
tre los  antiguos,  Laudlno,  y  entre  los  modernos,  Alizeri),  entienden 
que  el  Poeta  se  dirigía  al  sommo  giovatore^  ó  sea  al  sumo  auxiliador 
y  redentor  de  los  humanos,  cuando  le  pedía  su  auxilio  para  la  Italia 
esclavizada.  Los  más,  le  dan  un  sentido  etimológico,  como  palabra 
derivada  de  Jehovat,  empleada  en  la  Sagrada  Escritura,  que  significa 
el  Dios  Padre.  Pero  como  la  invocación  es  dirigida  á  Jesús,  que  fué 
crucificado  en  la  tierra  en  la  persona  de  su  Único  Hijo,  hecho  hombre, 
es  evidente,  que,  la  invocación  es  á  Jesucristo,  y  debe  entenderse 
Jove,  por  Dios  en  general,  aplicada  en  particular  la  denominación  al 
Hombre-Dios. 


508  EL    PURGATORIO 


(136- 138).  Desde  este  verso  hasta  el  final  del  canto,  la  invectiva 
cambia  de  tono,  convirtiéndose  de  amarga  y  dolorosa  al  condenar  el 
estado  general  de  la  Italia,  en  irónica  y  deprimente  al  referirse  en  par- 
ticular á  Florencia,  como  el  Poeta  tiene  el  cuidado  de  insinuarlo  en  el 
V.  138,  abundando  en  su  ironía: 

S^t'o  dico  il  ver,  r  effetto  nol  nasconde. 

(I3Ü-I32).  Molti  han  giustisia  in  cor,  ma  tarde  scocca, 

Per  no  venir  sema  consiglio  aW  arco  : 
Ma  il  popol  tuo  r  ha  in  somtno  della  bocea. 

La  traducción  literal  es:  —  "  Muchos  tienen  la  justicia  en  el  corazón, 
pero  su  flecha  es  tardía,  porque  no  arman  su  arco  sin  meditarlo;  la  de 
tu  pueblo  está  en  la  punta  de  su  boca".  Es  difícil  vaciar  esta  mag-ní- 
fica  estrofa  con  toda  su  enérgica  concisión  en  el  molde  castellano;  sin 
embargo,  merced  á  la  analogía  y  á  la  flexibilidad  de  las  dos  lenguas, 
ha  sido  posible  reproducirla  con  todas  sus  palabras  esenciales  ó  equi- 
valentes, y  en  su  movimiento  alternativo,  sin  alterar  su  estructura 
original. 


CANTO  VII 

(28).   Entenebrado    del  verbo  anticuado  entenebrecer. 

(  34  -  35  ). che  le  tre  sanie 

Virtit  non  si  vestiro   

Las  tres  virtudes  teologales:   Fe,  Esperanza,  Caridad. 

(63).  Demorando  y  del  verbo  demorar.,  en  su  acepción  anticuada 
de  detenerse  en  alguna  parte,  reproduciendo  la  palabra  del  original 
empleada  en  el  mismo  sentido: 

Che  aver  si  fino  diletto,  ditnorando. 

(87).  Prima  che' I  poco  Solé  omai  s'annida. 

Este  verso,  que  es  el  verso  85  en  el  texto,  ha  sido  trasportado  al 
verso  87  de  la  versión,  reproduciendo  textualmente  la  imagen  del  sol 
que  va  á  anidarse,  por  ponerse,  comparándolo  á  las  aves  que  se  reco- 
gen al  nido  al  venir  la  noche. 

(94-95).  Rodolfo  de  Austria,  emperador  electo,  de  quien  se  hace 
mención  en  el  canto  anterior,  por  haber  hecho  abandono  de  la  Italia 
cuyas  desgracias  pudo  remediar  con  su  presencia: 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  509 

che  polca 

Satinar  le  piaghe,  c'  liatnio   Italia  ii/ofla. 

Traducido  litiralmt-nti-  dice:.  .  ."llaj^as  que  han  muerto  á  la  Italia", 
l.üü  coint'ntadori-s  interpretan  que  pr^r  "muerta",  debe  cntcnderbe 
amorttcida,  ó  como  muerta.  La  traducción  reproduce  el  texto  con 
toda  la  fuerza  de  la  expresión  del  autor. 

(97-102).  Oiócaro^  rey  de  Holieinia,  yerno  del  emperador  Rodolfo, 
antes  mencionado.  Wenceslao  es  el  liijo  de  Otócaro  que  le  sucedió  en 
el  trono. 

(103-105).  Ese  Romo  etc  [quel  ftasuito  en  el  texto)  es  Felipe  III. 
rey  de  Francia,  de  quien  se  dice  que  "al  morir  Imyendo,  dcslloró  lo-> 
lices"  : 

Morí  fuggendo  e  disfiorando  il  giglio, 

por  haber  perdido  una  batalla  naval  bajo  esa  ensena,  muriendo  des- 
pués de  pesadumbre.  El  de  "noble  aspecto"  que  está  á  bU  lado  {beni- 
gno aspeiío,  dice  el  texto)  es  Enrique  III,  rey  de  Navarra,  cuya  hija  se 
casó  con  Felipe  el  Hermoso,  hijo  del  Romo. 

(I07-I0S).  U  altro  vedette  c' ha  falto  alia  guancia 

Della  sua  palma,  sospirando,  letto 
Padre  e  suocero  son  del  -¡nal  di  Francia. 

Felipe  III  de  Francia,  y  Enrique  III  de  Navarra,  padre  el  primero  y 
suegro  el  segundo  de  Felipe  el  Hermoso,  antes  señalados,  designán- 
dose ahora  al  tercero  con  el  calificativo  de  "mal  de  Francia",  ó  sea, 
como  en  la  traducción  se  pone  :  "el  rey  que  por  mala  suerte  tocó  á 
Francia"  En  el  laberinto  de  trasposiciones  de  esta  estrofa,  hemos 
procurado  reproducir  textualmente  la  atrevida  imagen  de  convertir 
las  palmas  de  las  manos  en  lecho  de  las  mejillas,  diciendo:  "Que 
convierte  crispada  mano,  de  mejilla  en  lecho" 

(II2-II4).  El  de  estatura  fornida  {memdrulío^  en  el  texto)  que  canta 
con  el  de  nariz  no  escasa,  {da¿  inaschio  nasso)  son:  Pedro  III  de 
Aragón,  y  Carlos  I  de  Provenza,  rey  de  las  dos  Sicilias.  La  cuerda 
del  valor  de  que  se  dice  fué  ceñido  el  primero,  {D'ogni  valor  portó 
cinta  la  corda)  es  una  metáfora  alusiva  á  las  virtudes  de  que  estuvo 
adornado  en   vida. 

(II5-II7).  "El  joven  que  deírás  está  sentado",  es  el  primogénito  de 
Pedro  de  Aragón,  que  reinó  poco  tiempo  y  murió  sin  sucesión.  La 
opinión  de  los  comentadores  está  dividida  respecto  de  cual  sea  el  hijo 
de  Pedro  á  que  se  hace  alusión,  pues  dejó  cuatro,    no  cabiendo  duda 

34 


510  EL   PURGATORIO 


que  se  trata  de  uno  de  ellos,   (de  dos  se  hace  mención    más  adelante) 
por  lo  que  el  mismo  poeta  dice  en  seguida: 

se  dopo  lid  fose  rimaso 

Bene  andava  il  valor  di  vaso  in  vaso. 

Este  último  verso  se  halla  textualmente   reproducido  en  la    versión. 

(119).  Santiag-o  y  Federico,  hijos  de  Pedro  III,  reyes  á  la  sazón,  de 
Aragón  el  uno  y  de  Sicilia  el  otro,  de  quienes  se  dice  que  si  hereda- 
ron los  reinos  de  su  padre,  ninguno  de  los  dos  posee  su  mejor  heren- 
cia, (su  virtud) : 

hanno  i  riaini: 

Del  retaggio  miglior  nessiin  possede. 

(125-127).  Alusión  á  Carlos  II,  soberano  de  Sicilia  y  de  Provenza, 
hijo  degenerado  de  Carlos  (a.  el  Nasón) . 

(128-130).  Tanio  é  del  seme  siio  fninor  la  planta, 

Quanto  piu  che  Beatrice  e  Margherita, 
Costanza  di  mariío  ancor  si  vanta. 

Hemos  seguido  el  giro  elíptico  del  original  como  se  ve  comparando 
ambos  textos.  El  concepto  que  envuelve  esta  estrofa,  (un  tanto  oscu- 
ra así  por  su  forma  como  por  las  indirectas  alusiones  históricas)  ha 
sido  objeto  de  variados  comentarios.  En  definitiva,  la  interpretación 
que  ha  prevalecido,  es  la  de  Brunone  Bianchi.  Entiéndase:  —  Tanto 
la  planta  ha  degenerado  de  su  semilla,  ó  sea,  tanto  Carlos  II  es  infe- 
rior {¡iiinof)  á  su  padre  Carlos  I,  cuanto  más  la  gloria  conyugal  de 
Constanza  (viuda  de  Pedro  de  Aragón,  que  aun  se  gloriaba  de  su 
muerto  esposo)  es  superior  á  la  de  Beatriz  y  Margarita,  hijas  del  con- 
de de  Provenza,  casadas  con  dos  reyes  de  Francia,  sobre  cuyos  nom- 
bres difieren  los  comentadores.  En  suma,  un  concepto  depresivo  para 
la  dinastía  de  Francia,  personificando  sus  royes  en  sus  mujeres. 

(131),   "El  rey  de  vida  bendita',  es  Enrique  III  de  Inglaterra. 

(133-136).  "Quien  más  abajo  está"  es  Guillermo,  Marqués  de  Mon- 
ferrato,  que  murió  prisionero  en  Alejandría  de  la  Paglla,  y  por  ven- 
gar su  muerte,  se  .siguió  la  guerra  á  que  hace  alusión  en  los  dos  últi- 
mos versos. 


CANTO    VIII 

(1-6).  ICra  gia  I 'ora,  che    volge  'I  disto 

W/'  naviganti,  e  intcrieriscc  7  cuore 
Lo  di,  c'  han  dallo  a  dolci  amici  a  Dio . 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  511 


S  che  io  Muovo  f>eref¡rin  (Camore 

Punge,  st  ode  squii/a  Hi  lontano, 

Che  f>aia*¡  giortto  />ian/rer,  che  si  niitore. 

Compárese  la  traduccicin  ron  las  estrofas  originales  y  véase  la  nota 
(1-4)  al  cap.  II  (l»-l  Infierno.  —  Estas  dos  estrofas  son  inmortales,  y  al 
iraví^s  de  los  siglos  vibran  en  el  oído  y  en  el  corazón  de  la  humani- 
dad, como  un  eco  que  se  trasmite  de  generación  en  generación.  Es 
difícil  reproducir  en  una  versión  su  d<il)lc  armonía,  por  lo  complicado 
de  sus  giros  en  su  forma  elíptica,  y  las  ideas,  impresiones  y  emociones 
que  envuelve,  ó  con  las  cuales  se  relaciona,  asociadas  á  la  hora  del 
crepúsculo  y  de  la  oración  de  la  tarde.  I. a  traducción  literal  es  la 
siguiente  :  "Era  ya  la  hora  en  que  torna  d  deseo  (  ó  el  recuerdo  )  á 
lü>  navegantes,  enterneciendo  su  corazón,  hacia  el  día  en  que  dijeron 
adiós  á  los  dulces  amigos;  y  en  que  el  novel  peregrino  es  alligido 
(se  siente  atllgido)  por  el  amor  (por  el  recuerdo  de  los  que  ama  ó 
de  los  seres  amados  que  deja  en  su  patria)  si  oye  (sonar)  esquila  en 
lo  lejano,  que  parece  llorar  el  día  (ó  la  luz  )  que  muere."  Hemos  pro- 
curado ceñirnos  en  cuanto  es  posible  al  original  reproduciendo  en  su 
orden  y  con  su  sentido  propio,  todas  sus  palabras  esenciales,  conser- 
vando su  armonía  originarla. 

El  conde  de  Cheste,  ha  sido  feliz  en  la  versión  de  este  pasaje,  repro- 
duciendo correctamente  en  castellano  la  armonía  poética  y  el  senti- 
miento de  las  estrofas  originales: 

Era  la  hora  en  que  soñar  consigo 

Enternecido  el  navegante  quiere, 

El  día  en  que  adiós  dijo  al  caro  amigo  ; 

V  en  que  al  novel  peregrinante  hiere 
Amor,  si  escuclia  el  bronce  que  lejano 
Llorar  parece  el  día  que  se  muere. 

(13).  Te  liicis  anie,  etc.  Primeras  palabras  del  himno  de  San  Am- 
brosio, que  la  iglesia  canta  al  terminar  completas,  ó  sea  la  parte  del 
oficio  divino  en  que  se  completan  las  horas  canónicas  del  día  para 
conjurar  durante  la  noche  las  malas  artes  del  demonio:  Te  lucís  ante 
ierminuut^  Rcruiu  creator  óptimo,  (Antes  de  finnlizar  el  día,  te  loa- 
mos, óptimo  Creador  del  universo). 

(42).  Todo  helado  etc.  El  adjetivo  iodo^  parecería  un  ripio  de  la 
traducción  siendo  una  reproducción  del  verso  original:   TuUo  gelaio. 

(53).  Niso  Visconli,  de  Pisa,  juez  del  distrito  de  GoUura  en  Cerde- 
ña,  uno  de  los  jefes  del    partido    Güelfo,  á  quien  el  Dante  conoció  en 


512  EL   PURGATORIO 


el  asedio  de   Caprona,  de    que    hace   mención  en    el    canto    XXII   de) 
Infierno. 

(59-60").  Veni  stamane,  e  sonó  zn  prima  vita, 

Ancor  che  P  altra  si  andando  acqtiista. 

Prima  vita,  primera  vida,  por  vida  mortal. 

(71).  Juana^  hija  de  Niño,  á  cuyas  preces  encomienda  su  alma. 

(74).  Poscia  che  trasmutó  le  bianche  bende. 

La  venda  blanca,  era  entonces,  según  algunos  comentadores,  un 
distintivo  propio  de  la  viudez,  y  según  otros  de  las  casadas  en  gene- 
ral, fundándose  en  el  testimonio  del  mismo  poeta,  que  dice  en  el  v.  43 
del  c.  XXIV  de  esta  X)?íxi&'.  femnitna non  porta  benda  para  de- 
signar una  doncella.  Así,  debe  entenderse  que  ¡a  viuda  de  Niño  cambió 
una  venda  por  otra  venda  al  despojarse  en  segundas  nupcias,  y  no 
como  lo  dice  Bianchi,  por  otra  de  color  más  alegre. 

( 80 ).  La  vípera  che  i  Melanessi  acampa 

El  segundo  marido  de  la  viuda  de  Niño,  Galeazo  Vlsconti,  de  Milán, 
que  tenía  por  blasón  una  víbora  en  el  campo  de  su  escudo:  la  de 
Niño,  era  un  gallo  en  campo  de  oro. 

( 86-87  ).  la  dove  la  stelle  s  on  piu  tarde, 

Si  come  ruota  piu  presso  alio  stello. 

F>n  la  zona  circumpolar  donde  las  estrellas  se  mueven  aparentemen- 
te con  más  retardo  en  el  sentido  de  hacer  más  corto  camino.  Todos 
los  traductores  siguiendo  la  interpretación  de  algunos  comentadores 
italianos,  entienden  p¿ú  tarde  por  más  tardías  ó  lentas  en  su  giro,  lo 
que  siendo  científicamente  inexacto  está  en  contradición  con  la  imagen 
en  que  se  describe  gráficamente  el  movimiento  relativo  de  los  astros. 
Una  rueda  en  movimiento  está  animada  de  igual  velocidad  en  todas  y 
cada  una  de  sus  partes,  pero  las  más  cercanas  á  su  eje,  describen  un 
círculo  menor  en  el  espacio.  Así  el  Poeta,  al  comparar  á  las  estrellas 
polares  más  cercanas  del  eje  del  mundo,  con  los  puntos  más  cercanos 
del  eje  de  una  rueda,  ha  querido  expresar  que  aquellas  se  mueven, 
no  con  menor  velocidad,  sino  simplemente  que  giran  aparentemente 
en  círculo  menor,  ó  sea,  metafóricamente  hablando,  con  más  retardo 
que  las  cercanas  al  Ecuador  como  se  dice  en  la  traducción,  que  decre- 
cen en  la  amplitud  de  su  rotación. 

(89-93).  Ed  io  a  lui;  -A  <¡uelle  Ir  e  face  lie 

Di  che  V  Polo  di  qua  titilo  quanto  arde. 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  513 


E  degíi  a  >ui- :  I .e  t/uafro  cliinre  sicllc 
Che  vído'i'i  staniati,  son  di  /a  f>assc, 
E  (¡ueslo  son  saliíe  ov^cron  i/nc/lc 

Las /r<*/í7a7/í',  t>íiubi)lo  (It;  las  tres  virtudes  teologales,  (jue  i-ej;ún 
los  comentadores  que  han  Ilustrado  la  parte  astron()mlca  de  la  Divina 
Comeiila,  serían  las  alfas,  ó  sea,  las  estrellas  más  brillantes  de  las 
constelaciones  del  Kridano,  el  Navio  y  el  Pez  austral. 

Las  cuatro  estrellas  vistas  por  la  mañana,  son  las  designadas  en  el 
canto  I  del  Purgatorio  v.  23-25  y  v.  37  que  simbolizan  las  virtudes 
cardinales.  (Véase  la  nota  correspondiente). 

(  112-113).  Trovi  ncl  tuo  arbitrio  lanía  cera, 

QuanC  c  nicsticro  infino  al  somnto  smalto. 

Cera,  por  espíritu  suficiente  para  ascender  hasta  la  cúspide  de  la 
montaña,  convlrtiendo  en  alegoría  la  metáfora  del  verso  anterior,  de 
la  luz  que  debe  conducirlo  á  esa  eminencia  : 

Se  la  lucerna  che  ti  mena  in  alto. 

Las  palabras  som.'Jio  smalto,  han  sido  interpretadas  de  diversas 
maneras  por  los  comentadores  :  como  alusión  al  esmalte  de  los  cielos, 
según  unos  :  como  prados  esmaltados  de  verdura  y  de  flores,  según 
otros.  A  nuestro  juick),  la  verdadera  interpretación  es  otra.  Smalto,^ 
en  italiano,  es  no  solo  esmalte,  como  lo  entienden  en  una  de  sus  acep- 
ciones los  comentadores,  sino  también  los  rellanos  de  las  escalinatas 
en  los  atrios  de  los  templos  ó  edificios  públicos,  y  así,  el  sommo 
Stnalto,  es  el  último  escalón  ó  rellano  del  Purgatorio.  Por  eso  en  el 
canto  IX  V.  52  del  Infierno  el  Poeta  pone  en  boca  de  Megera  estas 
palabras : 

Venga  Medusa,  si  ' I  fareinmo  smalto 

ó  sea,  para  convertirlo  en  piedra.  Interpretando  este  verso,  no  han 
andado  más  acertados  los  comentadores  italianos  Brunone  Bianchi  y 
A'izeri,  al  aseverar,  que  esto  significa  que  lo  harían  más  duro  que  el 
esmalte,  lo  que  por  otra  parte  no  tiene  sentido.  La  palabra  equiva- 
lente en  castellano,  es  pues,  la  que  hemos  empleado  :  resalió^  que  es 
lo  que  sobresale  en  una  superficie  llana,  y  resaltos  sucesivos  forman 
la  montaña  del  Purgatorio,  c  lyas  escalinatas  son  de  piedra,  hasta 
llegar  al  último  (j"<9///;//^(?)  á  que  se  hace  referencia. 

(  115  ).  Conrado,  que  es  el  que  habla,  había  sido  señor  de  Luni- 
giana,  donde  se  encuentra  Valdemagra. 


514  EL    PURGATORIO 


(  118).  Afina;  en  el  texto  rajfjíína.  en  el  sentido  metafórico  de  la 
purificación  por  el  fuego. 

(  121  ).  Demora^  en  su  acepción  anticuada  de  morada. 

(  133  ).  ....  Or  va,  che  ti  Sol  non  si  ricorca 

Sette  volte  nel  lelto  che  il  Montone 
Con  tutu  quattro  i  pie  copre  ed  inforca. 

Traducción  literal  : —  "El  sol  no  volverá  siete  veces,  (  siete  años) 
á  recogerse  en  el  lecho  ( leito^  por  la  eclíptica  )  que  Aries,  (  il  Mon- 
ione  )   cubre  y  pisa  con  sus  cuatro  patas." 

(136-138").  Checotesta  córtese  opinione 

Tifia  chiovata  in  tneszo  della  testa 

Con  niaggior  chiovi  che  cT  altrui  sermone 

Se  corso  di  giudicio  non  s' arresta. 

El  Dante,  agradecido  á  la  hospitalidad  que  le  fué  dada  por  un  des- 
cendiente de  Malaspina,  durante  su  destierro,  pone  en  boca  de  su 
antecesor  esta  predicción,  al  agradecer  sus  palabras,  que  "  le  serán 
clavadas  en  la  cabeza  con  mejores  clavos  que  ningún  otro  discurso." 


CANTO   IX 

(I-I9).  Este  pasage  es  uno  de  los  que  han  suscitado  más  discusio- 
nes críticas  y  científicas  entre  los  comentadores  antij^uos  y  modernos, 
respecto  de  su  sentido  mitológico  y  del  significado  de  sus  imágenes 
poéticas,  en  sus  relaciones  con  la  astronomía,  para  determinar  los 
fenómenos  celestes  que  se  describan,  y  fijar  la  hora  en  que  se  pro- 
ducen, sin  que  hasta  el  presente  se  hallan  podido  poner  de  acuerdo 
los   intérpretes.   Lo  analizaremos  siguiendo  el  orden  de  las  estrofas  : 

(1-3).  I^a  concubina  di  Titone  antico 

Gia  s'imbiancaba  al  baleo  acórtente, 
Fuor  delle  braccia  del  suo  dolee  antico. 

Es  bien  conocida  la  fábula  de  Tithon,  príncipe  troyano,  de  cuya 
hermosura  se  enamoró  la  aurora,  y  lo  arrebató  al  Olimpo  para  ha- 
cerle su  esposo,  pidiendo  á  Júpiter  que  le  diese  la  inmortalidad  ;  pero 
olvidóse  de  pedirle  igualmente  la  eterna  juventud  ;  por  lo  que  con  los 
años  Tithón  llegó  un  á  estado  tal  de  decre|>itud,  que  había  necesi- 
dad de  fajarle  como  á  un  niño  recién  nacido.  I'or  eso  le  llama  el 
Poeta  aniico.,  ó  sea  anciano. 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  515 


Seniin  esto,  no  cal»;  du<ia  de  que  el  fenómeno  que  se  describe  es 
una  aurora,  pero  no  en  el  momento  preciso  que  precede  a  la  salida 
del  sol,  con  cabellos  de  oro,  dedos  de  rosa  y  vestiduras  de  azafrán  y 
purpura,  como  la  i)itital)an  lo^  antiíj^iios,  sino  la  blanca  aurora,  envuel- 
ta en  blancos  velos,  en  ese  momento  de  luz  Incierta,  entre  la  noche 
que  se  va  y  el  día  que  viene,  que  se  llama  el  alba  y  (|ue  el  Poeta  ha 
descrito  en  el  canto  I  del  Purijatorio,  v.  II5II6:  (v.  la  nota  corres- 
pondiente.) 

IJ'alha  vinceba  l'ora  malluiina 
Che  ftiggia  iitnanzi .  . 

Ksta  Interpretación  se  confirma  con  el  v.  2  de  la  estrofa:  s^iiubim- 
caba  al  balso  iV  o  fíenle. 

\ljrunos  comentadores  han  pretendido  deducir  del  calificativo  de 
concubina,  que  no  se  hace  referencia  á  la  aurora  solar,  verdadera 
esposa  de  Tlthón,  sino  á  la  I.una,  querida  nocturna  de  éste,  se;rún 
ellos,  y  por  lo  tanto,  que  el  fenómeno  celeste  que  se  describe  es  una 
aurora  lunar,  ó  sea,  el  crepúsculo  blanquecino  que  en  determinadas 
fases  precede  á  su  salida  del  horizonte.  Esta  interpretación  ha  sido 
considerada  arbitraria,  pues  ningún  mitólog-o  hace  mención  de  estos 
dobles  amores  de  Tithon,  y  adolece  del  inconveniente  de  hacer  inven- 
tar al  Dante,  una  nueva  mitología.  Como  objeción  de  detalle,  carece 
de  valor  filológico,  por  cuanto  lo  más  probable,  es  que  el  Dante  em- 
pleó la  palabra  concubina,  derivada  del  lat:ín  cubile  (cama),  en  su 
acepción  original,  imitando  un  conocido  verso  de  Virgilio,  que  la  usa 
en  ese  sentido,  refiriéndose  al  mismo  Tithon.  Esta  interpretación  se 
confirma  con  la  letra  del  texto,  en  que  se  dice:  que  la  aurora  salía 
/uor  dellabraccia  del  s tío  dulce  amico^  ó  sea,  fuera  del  lecho  de  su 
amante,  que  es  lo  mismo  que  dice  Homero  al  comienzo  del  canto  V  de 
la  Odisea:  "La  aurora  abandonaba  el  lecho  del  bello  Tithon,  para 
llevar  la  luz  á  los  inmortales  y  á  los  humanos." 

(  4-6 ).  Di  gemme  la  stia  fronte  era  lucente 

Poste  in  figura  del  freddo  a>ttntale 
Che  con  la  coda  percuote  la  gente. 

La  frente  de  la  aurora,  ó  más  propiamente  del  alba,  aparece  coro- 
nada de  piebras  resplandecientes,  —  de  estrellas,  —  dispuestas  en  la 
forma,  (in  figura)  del  frío  animal  que  hiere  ó  golpea  {^Percuote')  al 
hombre  con  su  cola.  Aquí  se  complican  las  contradicciones  ¿qué 
estrellas  formaban  esa  corona?  eran  anuncio  de  la  salida  del  sol  ó  de 
la  luna?  cual  es  el  frío  animal  á  que  se  hace  alusión? 


516  EL   PURGATORIO 


El  P.  Antonelli,  que  ha  ¡lustrada  la  parte  astronómica  de  la  Divina 
Comedia^  sostiene:  que  las  estrellas  {geminen  que  lucían  sobre  la 
frente  de  la  concubina  de  Tithon,  eran  las  más  brillantes  de  la  comte- 
lación  del  Escorpión,  las  cuales,  antes  de  la  aparición  de  la  luna,  están 
dispuestas  de  modo  de  figurar  verdaderamente  una  sierpe,  en  el  punto 
del  mundo  que  se  supone  en  el  poema,  y  en  la  estación  y  día  que  se 
indica. 

Según  la  cronología  y  cosmografía  de  la  Divina  Comedia^  perfec- 
tamente comprobadas  por  sus  referencias  históricas  y  astronómicas,  el 
fenómeno  celeste  en  cuestión  tenía  lugar  en  la  noche  del  7  al  8  de  Abril 
de  1300,  y  por  lo  tanto,  en  la  época  del  equinoccio,  cuando  ei  sol  es- 
taba en  Aries  y  la  noche  debía  alzarse  en  Libra,  hallándose  el  Poeta 
peregrino  en  el  punto  medio  del  hemisferio  austral,  bajo  el  Ecuador. 
En  consecuencia,  las  estrellas  del  Escorpión,  debían  de  hacer  su  apa- 
rición después  de  puesto  el  sol,  coronando  el  crepúsculo  de  la  luna. 
De  aquí  deduce  el  P.  Antonelli,  que  era  de  noche,  y  que  el  fenómeno 
que  se  describe,  es  una  aurora  lunar  visible  en  aquel  momento  en  el 
horizonte  del  Purgatorio. 

El  célebre  profesor  Octavio  Fabrizio  Mossottl,  —  director  del  Ob- 
servatorio de  Bolonia  y  fundador  del  primer  Observatorio  astronómico 
en  Buenos  Aires, —  ha  sostenido  la  proposición  contraria  á  la  del  P. 
Antonelli.  AI  tratar  de  la  fijación  de  la  hora  sideral,  expondremos  sus 
razones  fundamentales  en  pro  de  su  teoría  astronómica. 

Los  que  han  adherido  á  la  opinión  de  Mossottl  objetan  á  los  parti- 
darios de  la  aurora  lunar:  I**  que  es  una  novedad  en  astronomía  tomar 
en  cuenta  este  fenómeno:  2*^  que  tiene  el  grave  inconveniente  de 
hacer  dormir  al  Poeta  por  el  espacio  de  once  horas, —  como  se  verá 
después:  3^  que  el  Poeta  no  dice  precisamente  que  la  corona  de  la 
aurora,  —  nocturna  ó  matinal,—  la  formase  la  constelación  del  Escor- 
pión, sino  que  estaba  dispuesta  á  modo  del  frío  animal  que  hiere  á  los' 
hombres  con  la  cola:  4°  que  estando  el  sol  en  Aries,  la  constelación 
de  Piscis,  se  ve  aparecer  al  oriente  precediendo  á  la  aurora :  S^  que 
sin  excluir  al  Escorjnón  como  testimonio  celeste  para  comprobar  la 
hora,  el  animal  de  fría  sangre,  á  que  se  hace  aluí>lón,  es  Piscis,  ó  el 
pescado,  que  tiene  su  mayor  fuerza  en  la  cola.  En  comprobación  de 
que  esta  es  la  verdadera  int(r[)retación,  pueden  citarle  dos  pasajes  del 
texto.  En  el  canto  XI  del  Infierno,  v.  113  y  114,  se  anuncia  la  apari- 
ción de  la  aurora,  diciendo: 

i  pesci  g'uissan  su  per  Porisonta. 

E  il  carro  tullo  sovra  ¿oro  g^iace. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  517 


Kn  v\  canto  I  del  l'urjjatorio,  v.  18  21,  ;tl  señalarla  aparición  del 
lucero  i\r  In  mañana  dice: 

/.I)  hel pianfla,  clisad  atnar  conjorla 

Faceva  tullo  rider  róñente, 

l'eiatido  i  />txct,  c/i' erario  i/t  sita  se  o  ría. 

Entre  los  principal»  s  conuntadores  modernos,  los  (¡ue  han  sostenido 
la  te(uia  de  Antonelli,  son  Hriinone  Hlanchi  y  Alizeri.  Los  que  más 
decididamente  se  han  adherido  á  la  ojiinión  de  Mossotti  son  Paolo 
Costa  y  FraticelH. 

(  7-9 ).  E  la  nolte  de'passi,  con  che  sale, 

Falle  avea  dúo  nel  luogo  ov'eravanio, 
E  ti  terso  gia  chinava  in  giicso  I' ale. 

Esta  estrofa  es  la  fundamental,  porque  es  la  que  determina  la  hora 
sideral  por  medio  de  dos  metáforas,  Traducida  literalmente  dice  así; 
"Y  la  noche,  de  los  pasos  con  que  sube,  había  dado  dos  en  el  lugar 
(  del  mundo)  donde  estábamos,  y  el  tercero,  ya  inclinaba  hacia  abajo 
sus  alas." 

Bajo  la  equinoccial,  la  noche  tiene  doce  horas,  y  otras  tar.tas  el  día. 
Partiendo  de  esta  base,  el  P.  Antonelli  y  sus  adeptos,  sostienen  que 
debe  entenderse,  que  los  pasos  de  la  noche  á  que  se  hace  referencia, 
son  las  horas,  y  que  por  lo  tanto,  había  dado  ya  el  segundo  y  comple- 
taba el  tercero,  lo  que  equivale  á  decir  que  eran  las  nueve  de  la  noche. 
En  tal  caao,  faltarían  nueve  horas  para  amanecer.  A  esta  interpretación 
se  opone  el  texto  mismo,  que  declara:  que  la  noche  al  dar  su  tercer 
paso,  "inclinaba  hacia  abajo  sus  alas,"  ó  sea,  que  declinaba  en  el  me- 
ridiano. Para  conciliar  esta  contradicción,  algunos  comentadores  creen, 
que  estos  pasos  deben  contarse  por  las  cuatro  vigilias  en  que  los  ro- 
manos dividían  el  tiempo  nocturno,  de  tres  en  tres  horas,  en  cuyo  caso 
sólo  faltarían  cuitro  horas  para  amanecer.  Otros  han  pretendido  que 
el  Poeta  se  refiere  al  horizonte  de  Italia,  donde  apuntaba  la  aurora, 
mientras  que  en  el  del  Purgatorio  era  prima  noche;  pero  la  aserción 
precisa:  nel  luogo  ov'eravamo^  excluye  esta  interpretación  concilia- 
toria. 

Mossotti,  y  los  que  han  aceptado  su  teoría  astronómica,  sostienen, 
que  por  pasos  de  la  noche,  debe  entenderse  los  de  las  seis  constela- 
ciones zodiacales  que  señalan  su  ascenso  y  su  descenso  en  el  meridia- 
no. Si  la  noche  sube  con  tres  pasos,  con  tres  debe  descender.  Subiendo 
el  sol  en  Aries,  y  la  noche  en  Libra,  surgen  sucesivamente,  el  Escor- 
pión, el  Sagitario,  el  Capricornio,  el  Acuario  y  finalmente  los  Peces,  al 


518  EL    PURGATORIO 


comenzar  el  crepúsculo  de  la  aurora  matinal.  El  observador — dice 
Mossotli  y  lo  repiten  Paolo  Costa  y  Fratricelli,  —  colocado  en  el  centro 
del  hemisferio,  como  se  hallaba  el  Poeta,  —  que  esto  significa  nelluogo 
ov'eravamo^ — verá  las  dos  constelaciones  de  la  Libra  y  del  Escorpión, 
que  son  ¿  due  prinii  passi  con  che  la  noUe  sale  sobre  el  horizonte 
después  de  haber  pasado  el  meridiano  y  encontrarse  en  la  parte  occi- 
dental. En  seguida  verá  la  tercera  constelación,  esto  es  el  Sagitario, 
giá  chinava  in  giuso  l'ale^  lo  que  vale  tanto  como  decir  que  había  re- 
corrido al  menos  su  mitad.  Finalmente,  verá  las  otras  tres  constelacio- 
nes, el  Capricornio,  el  Acuario  y  los  Peces,  en  la  parte  oriental.  De 
este  modo,  sólo  faltaría  una  hora  para  amanecer,  y  así.  la  interpreta- 
ción de  esta  estrofa,  correspondería  á  la  precedente  y  el  texto  se  con- 
ciliaria en  un  todo  con  la  astronomía. 

(10-12).  El  Poeta,  vencido  por  el  sueño,  se  duerme  á  la  aparición 
del  alba. 


(13-19).  Nell  ora,  chi  comincian  i  trisÜ  lai 

La  rondinella  presso  alia  ntattina, 
Forse  a  memoria  de  suvi  primi  guai 


In  sogno  m.e  parea 

Esta  es  la  aurora  propiamente  dicha,  anunciada  por  el  canto  de  Fi- 
lomena; entre  ella,  y  el  alba  que  la  precede,  ha  transcurrido  el  espa- 
cio de  tiempo  que  media  entre  el  momento  en  que  el  Poeta  se  duerme 
y  aquel  en  que  empieza  á  soñar.  A  este  respecto,  no  puede  caber  la 
más  mínima  duda  en  los  v.  52-53  de  este  mismo  canto,  Virgilio,  seña- 
lando la  hora  precisa  de  su  sueño,  dice  al  Potta: 

Dianzi,  nell  alba  que  precede  al  giorno, 
Quando  Panima  tua  dentro  dormía. 

Empero,  algunos  comentadores  piensan  que  del  texto  podría  dedu- 
cirse que  el  Poeta  se  durmió  al  levantarse  la  luna,  y  empezó  á  soñar 
poco  antes  de  salir  el  sol,  pretendiendo  conciliar  así  las  dos  auroras 
la  lunar  y  la  solar.  Alizeri  dice  que  esta  estrofa  marca  una  evidente  y 
súbita  transición  entre  la  hora  tercia  de  la  noche  y  la  última  de  la  ma- 
ñana. Más  lógicos  son  los  que  ciñéndose  á  la  letra  del  texto  y  acep- 
tando la  interpretación  astronómica  de  Mossotti,  dan  unidad  al  pasaje 
comentado,  presentando  un  cuadro  completo  y  armónico  en  todas  y 
cada  una  de  sus  partes.  Por  eso  la  traducción  se  ajusta  á  esta  interpre- 
tación lógica  y  natural,  ajustándose  á  la  vez  estrictamente  al  texto. 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  519 


CANTO  X 

(  ^7y  Per  che  si  teme  ufjicio  ¡ton  commeso 

Alusión  al  caso  del  levita  (3/.a,  herido  de  muerte,  por  haber  ohado 
en  violación  del  precepto  divino,  tocar  el  arca  santa  que  vacilaba 
sobre  su  carro. 

(  75  >.  Mosse  Gregorio  á  la  sun  gran  viltoria. 

Según  una  leyenda,  autorizada  por  Santo  Tomás  de  Aquino,  Gre- 
gorio el  Grande,  leyendo  un  día  la  vida  de  Trajano  quedó  tan  impre- 
sionado por  las  virtudes  del  emperador  romano,  que  alcanzó  con  sus 
plegarias  salvarlo  del  infierno,  obteniendo  sobre  el  demonio  esta  gran 
victoria. 

( 1 1 3-1 14  V  quel  ch'io  veggio 

Muover  a  voi,  non  mi  sembran  persone. 

Estos  versos  de  la  traducción,  corresponden  á  los  versos  1 12-113 
del  original.  El  adjetivo  plena  está  usado  en  su  acepción  anticuada 
de  llena,  pudlendo  también  tomarse  en  su  acepción  moderna  de 
completa. 


CANTO  XI 

^, 40-42  ).  Mostrate  da    quel  mano  inver  láscala 

Si  vapiu  corto;  h  c'é piii  d'un  vareo, 
Quel  ne  insegnate  che  me7i  corto  cala. 

La  palabra  descendiente  de  la  traducción,  está  empleada  en  su 
sentido  anticuado  de  bajada  6 falda. 

(.91-93).  O  vana  gloria  deWuinano  posse, 

Ccn^Poco  verde  in  su  la  cima  dura, 
Se  non  e  giunta  dall'etati grosse. 

El  concepto  original  sobre  la  instabilidad  de  la  gloria  del  ingenio 
humano,  envuelto  en  la  metáfora  de  la  poca  duración  del  verdor  en 
la  cima  de  un  árbol,  con  la  restricción  que  la  limita,  se  presta  á  una 
doble  interpretación.  Los  comentadores  en  general,  entienden  que  la 
Idea  del  Poeta  es,  que  esa  gloria  no  sea  duradera,  sino  seguida  de 
tiempos  de  ignorancia,  en  que  el  progreso  se  detiene.  Es   una  de  las 


520  EL   PURGATORIO 


fases,  ó  una  de  las  formas  á  que  se  presta  el  concepto.  Tomando  en 
cuenta  este  comentario  racional,  que  comprende  su  síntesis,  creemos, 
que  el  pensamiento  del  autor,  encerrado  dentro  de  líneas  más  precisas, 
á  la  vez  que  más  amplias,  es,  que  la  gloria  del  ing-enio,  que  llega  á  la 
más  alta  cima  del  árbol  con  que  se  compara,  no  persiste  en  su  verdor, 
sino  hasta  tanto  que  es  coronada  por  otro  genio  superior,  á  menos 
que  sobrevengan  edades  estériles,  ó  lo  que  es  lo  mismo,  hasta  que  el 
tiempo  la  consagre.  A  esta  interpretación  responde  la  traducción, 
arreglada  á  los  ejemplos  históricos  que  siguen. 

(  I4I-I42 ).  che  superba 

Fu  a  quel  ientpo,  com'oya  ¿  putta. 

El  calificativo  de  prostiluída^  en  vez  de  la  palabra  cruda  del 
original,  no  le  quita  nada  de  su  energía,  reproduciendo  fielmente  el 
concepto. 


CANTO  XII 

( 78 ).  Dal  servigio  del  di  Vancella  sexta. 

La  sexta  hora,  ó  sea  el  medio  día,  según  el  modo  de  contar  desde  la 
aparición  del  sol  hasta  su  puesta,  dividiendo  el  día  y  la  noche  en  dos 
partes  Iguales. 

(  102 ).  La  ben  guidata         


Así  llama  irónicamente  el   Poeta  á   Florencia,  que  hemos   traducido 
por  buena  ciudad^  en  el  mismo  sentido. 

(  105  ).  Ch^era  sicuro  'I  qtiaderno  e  la  doga. 

"En  que  estaba  seguro  el  libro  de  registros   y  el  tesoro".   Alusión 
á  las  depredaciones  de  los  dineros  públicos  de  su  tiempo  en  Flcírc ncia. 


CANTO  XIII 

(  ^2  ).  lo  sonó  Oresle  ! 

Algunos  comentadores  italianos,  «ntre  ellos  el    P.  Venturi.   han   en- 
tendido que  es  la  sombra  del   mismo  Oreste  la  que  habla,   lo   que  no 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  521 

tendría  sentido,  tratándosf  di-  presentar  un  acto  de  caridad  y  de  abne- 
gación. Los  más  nu)dern()s,  con  mejor  retlcxión,  han  recordado  que 
estas  son  las  palabras  de  Píbides,  sacrificándose  por  su  aml^ro,  y  que 
rl  Poeta  pone  en  boca  de  los  ándeles. 

(40-42).  1.0  fren  vuol  csser  del  conlrario  suoiio ; 

Crido  che  I'  udirai,  per  lo  mió  avvíso, 
Prima  e/ie  n^iunt^hi  al  />asso  del  perdono. 

Véase  h)s  versos  142-143  del  canto  XIV  que  se  li^i^an  con  los 
citados. 

((»5-(>íi).  Notí  piir  per  lo  sonar  dcllc  parole, 

Ma  per  la  vis/a,  che  non  moto  agogna. 

La  traducción  de  "acrregara  la  queja  pronunciada  —  la  vista  que 
penetra  en  los  oídos",  reproduce  el  concepto  en  otra  forma,  ciñcndose 
al  texto.  Sobre  esta  promiscuidad  ó  permutación  de  los  sentidos,  fre- 
cuente en  la  Divina  Comedia,  véase  nuestro  comentarlo  al  canto  I, 
verso  7,  del  Infierno. 

(81).  Perche  da  milla  sponda  s'  inghirnxlda. 

Enguirlanda^  del  verbo  anticuado  enguirlandar^  lo  mismo  que 
engfuirnaldar. 

(Sv'í-Só  ).  o  gente  sicura 

di  veder  I'  alto  Imne. 

Lucencia^  s.  f.  anticuado,  lo  mismo  que  claridad  ó  resplandor. 
(lO^i.  Savia  non /id,  avegna  che  Sapia. 

Juegfo  de  palabras  del  ori.ü^inal,  que  la  traducción  reproduce  espla- 
nando  un  tanto  el  concepto. 

(151-154).  Esta  estrofa  sería  ininteligible  sin  su  cometario.  Los 
Slaneses,  cuya  vanidad  se  moteja  en  el  canto  XXIX  del  Infierno,  com- 
parándola con  la  de  los  franceses,  habían  adquirido  el  pequeño  puerto 
de  Talamone,  el  cual  esperaban  convertir  en  un  emporio  comercial,  y 
que  el  aire  infestado  de  la  Marisma  les  obligó  á  abandonar.  La  Diana 
es  un  río  fabuloso,  que  losSianeses  creían  corriese  bajo  los  muros  de 
su  ciudad,  encerrando  grandes  tesoros,  ó  una  fuente  perdida,  que  según 
tradición,  estaba  señalada  en  los  tiempos  del  paganismo  por  una 
estatua  de  Diana.  La  burla  á  los  almirantes  se  refiere  á  las  ilusiones 
del  puerto. 


522  EL   PURGATORIO 


CANTO   XIV 


(142-143). quel  fu  il  duro  canto 

Che  dovria  I' uom  tener  dentro  sua  -meta. 

Véase  los  versos  40-41  del  canto  XIII. 


CANTO  XV 

(1-6).  Quanío,  tra  I'  ultimar  deW  ora  tersa 

E'l  principio  del  di,  par  de  la  spera, 
Che  setnpre  a  guisa  di  /andullo  schersa, 

Tanto  pareva  gia  in  ver  la  sera 
Essere  al  sol  del  suo  corso  rimas  o ; 
Véspero  la,  e  qui  niezsanotte  era. 

Traducción  literal  comentada: — "Tanto,  cuanto  dista  la  último  hora 
tercia  (de  la  mañana  en  el  equinoccio, entendiéndose  por  líltiraa,  el  mo- 
mento en  que  va  á  cumplirse  la  tt^rcera  de  las  seis  á  las  nueve)  del  prin- 
cipio del  día  cuando  aparece  en  la  esfera,  —  siempre  en  movimiento  á 
guisa  de  niño,  —  tanto  distaba  el  sol  de  la  noche  (del  ocaso)  en  su 
curso,  (ó  sea  el  espacio  de  tres  horas)  —  Vesper  allá  (en  el  Purgato- 
rio), y  aquí  (en  Italia,  donde  escribe  el  Poeta)  era  media  noche".  — 
Eran  pues  las  tres  de  la  tarde,  tres  horas  antes  de  ponerse  el  sol  en  el 
equinoccio.   Compárese  el  texto  original  con  la  traducción. 

K'^l)-  E  pin  di  caritate  arde  in  q¡/el  chiostro. 

Chiosiro  (claustro)  es  una  palabra  frecuentemente  usada  por  el 
Poeta  al  referirse  así  á  las  reglones  infernales  como  á  las  mansiones 
celestiales,  asimilándolas  á  los  monasterios,  donde  se  reza.  —  F2n  este 
caso  se  refiere  al  cielo  y  así  lo  interpreta  la  traducción. 

(117).  lo  riconobbi  i  ntiei  non  falsi  error  i. 

Como  podría  parecer  una  contradicción  decir  que  "no  eran  falsos 
los  errores",  trascribimos  el  texto  para  que  se  compare  con  la  tra- 
ducción. 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  523 


CANTO  XVI 

(ly).   Exofdia,  dil  V.  n.  ant.   cxot'dir,  principiar. 

(96).  SfRÚn  l.'t  intcrprt'ta(i(')n  más  acreditarla  de  los  comentadores, 
deducida  de  un  pasaje  del  Convilo  del  aut(»r,  la  torre  de  la  justicia,  ó 
sea  la  torre  del  bien  vivir  civil  de  la  ciudad  de  San  Ag^ustín. 

(9S-W).  ...  f>ero  che  il  Pastor  che  precede 

Rumiuar  Puo,  nía  non  ha  iinn^hie  fessc. 

Entiéndese:  "  F21  pa.stf)r  cristiano  (el  Papa)  puede  rumiar  (preparar 
el  alimento  espiritual)  pero  no  tiene  la  pezuña  hendida". — Este  pasaje 
se  explica  por  el  texto  de  la  Sagrada  Escritura.  Segfún  la  ley  de  Moi- 
sés, los  rumiantes  que  no  tienen  la  pezuña  hendida,  eran  considerados 
Impuros.  Alusión  al  poder  temporal  y  espiritual,  según  lo  dice  el 
mismo  l^oeta  más  adelante: 

Soleva  Roma,  che  'I  buon  mondo  feo, 
Dúo  solí  aver,  che  I' una  e  I'  altra  strada 
Facean  vedere,  e  del  mondo  e  di  Deo. 

L'  un  I'  aliro  ha  spento,  ed  e  giunta  la  spada 
Col  pastorale  :  e  I' U7t  coll'  aliro  insiem,e 
Per  viva  forsa  mal  convien  que  vada. 

(v.  I06-III). 

En  varios  cantos  del  poema  se  repite  este  mismo  pensamiento,  sobre 
la  confusión  y  la  división  del  poder  temporal  y  espiritual  del  Papado 
católico. 

(140).  S'  io  no  I  togliessi  da  sua  Jiglia  Gaia. 

Este  concepto  es  ambiguo.  Según  algunos  comentadores,  la  hija  de 
Gerardo,  á  que  se  hace  referencia,  fué  un  modelo  de  castidad;  según 
otros,  fué  una  disoluta.  —Antítesis  ó  ejemplo,  la  traducción  ajustada  al 
texto,  responde  á  la  doble  interpretación. 

(141).  Dio  sia  con  voi,  che  pin  non  vegno  vosco. 

Vosco,  pronombre  personal  anticuado,  tomado  del  latín:  con  vos,  ó 
con  vosotros. 


524  EL   PURGATORIO 


CANTO  XVII 

^17-18).  Muoveti  lume,  che  nel  del  s '  informa, 

Per  se,  o  per  voler  che  giu  lo  scorge. 

La  palabra  inforiua^ — que  es  la  misma  del  original, —  está  empleada 
en  la  traducción  en  su  acepción  filosófica,  de  forma  sustancial  de  algún 
cuerpo,  con  un  valor  equivalente  al  que  le  da  el  Poeta,  que  según  to- 
dos los  comentadores,  es  el  de  una  luz  celeste  que  toma  su  forma  y 
disposición  del  cielo  mismo  y  se  mueve  naturalmente,  descendiendo 
hasta  la  tierra  por  voluntad  de  Dios. 

(19-20).  Dell'  empiesza  di  lei  che  muto  forma 

Nell'  uccell  che  a  cantar  piu  si  dilefta. 

Alusión  á  la  fábula  de  Progne  y  Filomena. 

(25-26).  Poi  piovve  dentro  aW  alta  fantasía 

Un  criicifisso  dispettoso  e  fiero. 

Según  los  comentadores  italianos,  la  palabra //¿7z;z;¿?  está  empleada 
por  el  autor  en  el  sentido  de  caer  á  plomo.  El  crucificado  á  que  se 
hace  referencia,  es  Aman,  ministro  del  rey  Asuero,  que  se  nombra 
más  adelante. 

(38-39).  ..r  sonó  essa  che  lutto, 

Madre,  alia  tua,  pria  che  all'  altra  ruina 

El  nombre  de  Turno  no  está  consignado  en  el  texto,  pero  la  alusión 
es  tan  clara,  que  es  permitido  ponerlo  en  la  traducción. 

(44).  Nuova  luce  perciiote  '  I  viso  chiuso. 

La  imagen  de  la  percusión,  para  pintar  todas  las  impresiones  vio- 
lentas de  los  sentidos,  es  frecuentemente  empleada  por  el  Poeta;  en  la 
estrofa  siguiente  la  repite: 

y  oslo  ch'  un  lunie  il  volto  mi  percossc. 

P2s  bueno  advertirlo  para  que  no  se  extrañe  la  repetición  que  repro- 
duce la  traducción. 

(121).  Ed  e  che  per  ingiuria  par  che  adonti. 

Avergonzante,  del  verbo  avergonzar,  dvíclarado  anticuado  por  la 
Academia,  y  no  reemplazado  en  su  equivalencia,  como  sucede  en  va- 
rios otros  casos  que  se  han  herho  notar  en  estos  comentarlos. 


NOTAS   Y   CONENTARIÜS  525 


CANTO  XVIII 

(  7S-SI  ).  Im  Luna  quasi  a  mcsza  note  iardci 

Facea  la  stella  a  noi  parer  piu  rade, 
Fatla  com'un  scheggion,  che  tutlC  arde 

E  correa   contra^  cicl,  per  quelle  slrade, 
Che  7  solé  injlamnia  allcr  che  quel  da  Roma 
Tro'  Sardi  e  corsi  il  -<cdc  quando  cade. 

El  Poeta  llevaba  cinco  días  de  viaje  :  emprendido  durante  el  pleni- 
lunio, la  luna  debía  levantarse  cada  vez  más  tarde  después  de  puesto 
el  sol,  y  mostrarse  como  á  la  n  edla  noche,  en  la  hora  que  se  señala, 
y  hallarse  por  consecuencia  en  su  último  cuarto  menguante.  De  aquí  la 
extraña  Imap^en  de  que  el  astro  nocturno  tenía  la  forma  de  un  caldero 
convexo  caldeado,  visto  de  perfil.  Hallándose  el  poeta  en  el  hemisfe- 
rio antartico,  la  luna,  contra  el  curso  aparente  del  cielo  {contra' ¿ ctel) 
corría  de  poniente  á  oriente  por  el  camino  del  zodiaco,  {Per  quelle 
siradc),  al  raiiimo  tiempo  que  los  (habitantes)  de  Roma  {que  I  da  Ro- 
ma) veían  ponerse  el  sol  en  el  hemisferio  opuesto,  entre  Córceg-a  y 
Cerdeña. 

(83).  Piéiola,  antiguamente  llamada  Andes,  lugar  del  nacimiento 
de  Virgilio,  cerca  de  Mantua. 

(100-102).  Marta  corsé  con  fretta  alia  inontagna  : 

E  Cesare  per  suggiugiare  Ilerda, 
Piinse  Marsilia,  e  poi  corsé  in  IsPagna. 

Ejemplos  de  celeridad  en  contraposición  de  la  pereza.  Por  una  feliz 
coincidencia,  esta  estrofa  típica  puede  ser  reproducida  en  castellano 
casi  textualmente,  con  el  rápido  movimiento  de  sus  giros. 

(119).  Sotto  r  imperio  del  bzton  Barbarossa. 

El  Poeta  llama  por  ironía  buono  á  Barbaroja,  de  quien  dice  en  el 
verso  siguiente  que  Milán  aún  lo  recuerda  con  dolor,  aludiendo  á  que 
este  emperador  fué  el  que  arrasó  la  ciudad. 


CANTO   XIX 

(41-42).  Come  coliii  che  V  ha  di  pensier  carca 

Che  fa  di  se  iin  m.ez2o  arco  di  ponte. 

F2s  decir,  que  iba  encorvado  por  el  peso  del  pensamiento,  á  la  ma- 

35 


526  EL   PURGATORIO 


ñera  de  un  medio  arco   de  puente.   Compárese  la  traducción  con  el 
original, 

(62-63).  Glt  occhi  rivolgi  al  logoro,  che  gira 

Lo  Rege  eterno  con  la  ruota  magna. 

El  vocablo  logoro,  traducido  por  reclamo  del  halconero,  corres- 
ponde propiamente  á  la  metáfora  que  se  desenvuelve  en  la  estrofa 
siguiente,  v.  64-65. 

Quale  il  falcon  che  prima  a'  pie  si  mira 
Indi  si  volge  al  grido 


CANTO  XX 

(68-69).  e  poi 

Ripinse  al  ciel  Toniniaso,  per  ammenda. 

Concepto  confuso,  sobre  el  cual  los  comentadores  no  están  de 
acuerdo,  y  que  la  traducción  reproduce  con  arreglo  al  texto,  interpre- 
tando la  intención  del  Poeta.  Se  dice  irónicamente:  que  Carlos  de 
Anjou  por  enmienda  (de  sus  crímenes)  hizo  víctima  á  Conradino  para 
asegurar  su  corona,  sacrificándolo;  y  que  volvió  ai  cielo  el  alma  de 
Santo  Tomás  de  Aquino,  á  quien  se  dice  hizo  envenenar  por  medio  de 
su  médico. 
(  141  ).  Come  i  pastor  che  pri^na  udir  quel  canto. 

Como  los  pastores  que  oyeron  por  primera  vez  el  canto  de  Gloria 
¿n  excelsis  Dei^  saludando  el  nacimiento  de  Cristo,  á  que  se  hace  re- 
ferencia en  el  verso  136  que  antecede. 


CANTO  XXI 

(  36 ).  Parver  gridare  infino  a '  suoi  pie  /nolli? 

Hasta  los  cimientos  de  la  montaña,  ó  sea  hasta  el  mar  de  donde  surge 
la  isla  del  Purgatorio  que  sen  "sus  pies  blandos";  imagen  que  repro- 
duce textualmente  la  traducción  con  las  palabras:  desde  su  blanda 
dase  estretnecido. 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  527 


CANTO  XXII 

(4<,..»S).  Quatiti  risiirgeratt  co'  crini  scemi 

Per  V  if^ttorattza,  che  (¡tiesta  pecca 
Toglie  íl  pcutir  vivctido,  e  negli  csiremi! 

r.irn  comprender  el  sentido  dt*  esta  estrofa,  deben  tenerse  presentes 
los  versos  56  y  57  del  canto  Vil  del  Inlierno,  aludiendf)  á  los  avaros 
y  á  los  pródigos: 

(Juesti  risurfferantto  del  sepulcro 

Col  pugno  chiuso,  e  questi  co  '  crin  inocci 

O  sea  que  los  pródigos  resucitarán  en  el  juicio  final  sin  pelo  en  la 
cabeza, 

(  US  -  120  ).  E  gia  le  quattro  ancelle  eran  del  giorno 

Rimase  addiclro,  e  la  quinta  era  al  temo 
Dricsando  pur  in  su  I'  ar dente  corno. 

Le  qualli'o  ance¿/e :  las  cuatro  i)rinieias  horas  del  día,  relevadas 
por  la  quinta  hora  en  el  timón  del  carro  del  sol,  que  se  levantaba  á  su 
meridiano,  lo  que  corresponde,  en  la  estación  á  que  se  hace  referen- 
cia, á  las  once  y  media  de  la  mañana,  habiendo  cumplido  la  quinta 
hora,  como  media  hora  de  su  servicio.  Compárese  el  texto  con  la  tra- 
ducción. 


CANTO  XXIIl 

(28-30). Ecco 

La  gente  che  perde  Gerusalemme, 
Quando  Marta  nel  figlio  die  di  becco. 

La  María  á  que  se  hace  referencia,  como  lo  apuntan  los  comenta- 
dores, fué  una  mujer  que  se  comió  á  su  propio  hijo,  durante  el  sitio  de 
Jerusalén  por  Tito,  seg-ún  lo  dice  el  historiador  Josefo. 

(32-33).  Chi  nel  viso  degli  tiomini  legge  OMO 

Bcn  avria  conosciuto  I"  em-me. 

Alude  á  la  superstición  de  los  que  creían  leer  la  palabra  oiuo^  (hom- 
bre, en  italiano)  en  el  rostro  humano;  los  dos  ojos  formaban  las  oes, 
y  la  nariz  y  las  cejas  con  las  mejillas,  la  M.  El  Poeta  dice  que  la  M, 
(sijT^no  de  muerte)  podía  leerse  más  fácilmente  en  las  facciones  de  los 
demacrados,  estando  apag^ados  en  ellos  los  ojos. 


528  EL   PURGATORIO 


(49.)  Adolorado^  del  v.  n.  anticuado  adoloriar. 

(94-96).  Che  la  Barbagia  di  Sar digna  ascai 

Nelle  fem-mine  sue  e  piu  púdica, 
Che  la  Barbagia  dox/io  la  lasciai 

La  Barbagia,  país  semibárbaro  en  la  isla  de  Cerdeña,  donde  la 
gente  andaba  casi  desnuda,  nombre  que  da  á  Florencia  para  vituperar 
el  impudor  de  sus  mujeres,  que  mostraban  sus  senos,  según  se  lee  más 
adelante. 

(103).  Levantinas^  por  mujeres  del  Levante.  En  el  texto  se  lee : 
Sarracine  (sarracenas). 

(1 19-120).  Pallr'ier  guando  tonda 

Vi  si  mostró  la  stiora  di  coba. 

La  luna,  hermana  del  sol. 

(  122 ).  de'  veri  inorti : 

Lo«-  verdaderos  muertos,  como  se  reproduce  en  la  traducción,  esto 
es  los  condenados  del  Infierno,  donde  el  alma  yace  por  siempre  muerta. 


CANTO  XXIV 

(16).  Desfianza,  s.  f.  anticuado:  lo  mismo  que  desconfianza. 
(43).  Feíninina  e  nata,  é  non  porta  ancor  benda. 

Queda  ya  explicado  en  otra  nota  que  la  venda  ó  velo  era  distintivo 
de  las  mujeres  casadas  ó  viudas,  no   llevándolo  las  solteras. 

(  I5I-I54 ).  Beati  ciii  allanta 

Tanto  di  grasia,  che  Vamor  del  gusto 
Nel  petto  lor  troppo  disto  non  fuma, 
Esnri'endo  sempre  qnanto  e  giusto. 

Traducido  literalmente:  —  "  Beatos  aquellos  que  alumbra  tanta 
gracia,  á  quienes  el  amor  de  comer  y  beber  (del  gusto)  no  Htnan  por 
demás  el  pecho  con  el  luimo  del  deseo,  y  cjue  solo  apetecen  lo  que  es 
justo."  Compárese  el  texto  con  la  traducción. 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  529 


CANTO  XX\^ 

^  I  -3  V,  Ora  era 

Che  V  Solé  avea  lo  cerctiio  di  merij^gc 
I.asciato  al  Tauro  e   la  Noltc  alio  Scor/>to. 

Ks  decir,  el  Sol  Indicaba  las  dos  de  la  tar<le  en  el  meridiano  del 
Purjfalorio,  mientras  en  rl  hemisferio  antípoda,  eran  las  dos  de  la  ma- 
ñana (de  noche). 

(v^7-75)  A  propósito  de  este  maj^nífico  trozo  de  poesía,  los  comen 
tadores  extranjeros  observan  que  los  comentadores  Italianos  han  exa- 
gerado por  demás  su  mérito  científico,  presentando  con  este  motivo 
al  Pante,  como  un  fí;ran  médico  y  un  profundo  filósofo.  Guingené  dice 
á  este  respecto  en  su  Flisíoria  de  la  Uíeraiura  italiana:  '"Su  teoría 
sobre  la  parte  de  la  sanj^re  destinada  á  la  reproducción  del  hombre, 
sobre  esta  reproducción,  sobre  la  formación  del  alma  vegetativa,  >  la 
sensitiva  en  la  criatura,  antes  de  nacer,  así  como  su  desarrollo  cuando 
nace,  y  lo  que  es  esta  alma  después  de  la  muerte,  llevando  en  el  aire 
que  la  rodea  algo  como  un  sello  ó  como  una  imagen  del  cuerpo  que 
ella  animaba  en  la  tierra;  todo  esto  no  es  ni  una  buena  física,  ni  de  una 
metafísica  sana;  pero  en  esto  trozo  de  más  de  sesenta  verso,  se  puede, 
como  en  muchos  trozos  de  Lucrecio, admirar  la  fuerza  de  la  expresión, 
la  poesía  del  estilo,  y  el  arte  de  reproducir  con  claridad  y  en  hermosos 
versos,  los  detalles  más  difíciles  de  una  mala  filosofía  y  de  una  física 
llena  de  errores".  La  traducción  ha  procurado  reproducir  su  expre- 
sión, en  cuanto  es  posible. 


CANTO  XXVI 

(95).  El  Licurgo  á  que  se  hace  referencia,  es  un  rey  de  Nemea,  que 
habiendo  condenado  á  muerte  á  Isipile,  aya  de  su  hijo,  por  haberle 
dejado  morder  por  una  culebra,  fué  salvada  por  sus  hijos  que  se 
abrazaron  de  ella. 

(96).  Tal  ini  fec'to  (tna  non  a  tanto  insurgo ). 

Suygo,  en  la  traducción:  del  verbo  anticuado  insurgir  en  su  acep- 
ción de  levantar. 

<  117  ).  Fu  vieglior  fabhro  del  parlar  materno. 


530  EL   PURGATORIO 


Fabro,  en  su  acepción  anticuada  ó  sea  "el  mejor  artífice  de  la 
lengua  materna." 

(130-132').  Fagli  per  me  un  dir  un  paternos  tro. 

Quando  bisogna  a  noi  di  questo  jnondo, 
Ove  poder  peccar  non  é  pin  nostro. 

"Reza  un  padrenuestro,  en  cuanto  lo  necesitamos  en  este  mundo, 
donde  no  podemos  pecar,"  es  decir,  suprimiendo  las  palabras:  "no 
nos  dejas  caer  en  tentación". 

(  102-147)  Estos  versos  provenzales,  como  toda  cita  en  idioma 
extraño,  debían  reproducirse  textualmente,  como  se  hace,  respetando 
la  intención  del  Poeta.  He  aquí  su  traducción:  "Tanto  me  place 
vuestra  cortés  demanda,  que  no  puedo  ni  quiero  ocultarme  de  vos:  Yo 
soy  Amoldo  que,  lloro  y  voy  cantando;  que  con  tristeza  veo  la  pasada, 
locura,  y  veo  alegre  la  felicidad  que  áspero  mañana.  Ahora  os  ruego, 
por  aquella  virtud  que  os  guía  á  la  cima  sin  frío  ni  calor,  os  acordéis 
de  aliviar  mi  dolor". 


.  CANTO  XXVII 

(1-5).  Si  come,  quando  i  primi  raggi  vibra, 

La  dove  V  suo  Fattore  il  sangue  sparse, 
Cadendo  Ibero  sotto  ¿''alta  Libra, 

E  Vonde  in  Gange  di  miovo  riarse, 
Sistava  il  solé,  onde  ^l giorno  sen  giva. 

Los  antiguos  comentadores  italianos  Landino  y  Ventebello  inter- 
pretan este  pasaje,  según  las  nociones  geográficas  y  astronómicas  que 
envuelve.  El  P.  Vtnturi,  lo  declara  un  imhroglio  grandi  di  pároli  e 
di  cosiy  non  valsandosi  pur  dir  aliro,  se  non  che  íramoniava  il 
Solé.  AHzeri  dice  que  es  uno  de  los  más  Intrincados  del  poema,  admi- 
rando la  poesía  que  encierra.  Los  demás  comentadores  se  limitan  á 
construir  la  frase  gramaticalmente,  entrando  en  algunas  explicaciones 
a.stronómicas.  F^ste  es  el  mejor  método  ilustrativo.  Traducido  literal- 
mente en  su  ordenación,  dice  así:  Tal  coiuo,  cuando  vibra  su  primer 
rayo  (el  Sol,  que  se-  nombra  más  adelante)  allí  donde  su  Hacedor 
derramó  su  snnj{re  (en  Jerusalén,  antípoda  del  Purgatorio)  cayendo 
el  Ebro  ( la  España)  bajo  la  alia  (alta  por  que  estaba  en  su  meridiano) 
Libra,,  cuando  las  ondas  del  Ganges  se  encienden  de  nuevoy  estaba 


ÑUTAS    Y    COMENTARIOS  531 


el  So  I, y  el  día  se  iba  ya ;  ó  lo  «luc-  c-s  lo  misino:  "el  Sol  nacía  en 
Jcru>alén,  mientras  se  ponía  cu  el  Purgatorio,  y  hallándose  aquel  en 
Arits.  la  noche  dehía  liallarse  en  el  si^no  opuesto  de  Libya  á  la  sazón 
en  su  meridiano  en  el  Ehro,  ó  sea  Kspaña,  confín  occidental,  y  el 
mediodía  en  el  Gani^t-s  confín  oriental".  Todo  esto  se  entii  nde,  par- 
tie-iulo  (le  la  base  cosmológica  del  Poeta,  de  que  Jerusalén  era  antí- 
poda del  Purgatorio,  y  (jue  el  Ganges  corriese  bajo  el  meridiano  del 
Khro. 

( I.W-I42).  Non  aspcltar  mió  dir  piu,  tic  mió  cenno  ; 

IJhero,  dritto,  sano  e  tiio  arbitrio, 
B  fallo  /ore  non  /are  a  suo  seiino  : 
Per  ch'io  te  sopra  te  corono  e  niitrio. 

Kl  sublime  verso  que  cieira  este  cuarteto,  podría  haber  sido  tradu- 
cido en  t  tra  forma  : 

Pues  potifro  sobre  ti  mitra  y  corotia. 

Hemos  preferido  emplear  el  vocablo  del  texto  (te  enmitro,  ¿e  ini- 
iHo),  co'iio  más  expresivo.  La  Academia  P.spañola  ha  declarado  anti- 
cuado el  verbo  eniuiirar^  que  en  solo  una  palabra  expresa  uua  acción 
y  una  idea,  reemplazándola  por  el  circunloquio  enrevesado  y  menos 
expresivo  de  poner  milra^  como  sucede  con  el  verbo  espejarse^ 
bárbaramente  reemplazado  por  el  enredado  circunloquio  de  mirarse  al 
espejo!  (Véase  el  comentario  al  v.  4  del  Canto  XVIII,  y  v.  54  del 
Canto  XXXII  del  I/ifierno).  La  palabra  mitrar  no  tiene  el  mismo  valor 
y  la  Academia  solo  la  admite  en  el  sentido  de  obtener  un  obispado. 
¿Qué  se  diría  si  con  el  mismo  criterio  se  declarase  arcaico  el  vocablo 
coronar,  y  se  reemplazase  por  el  pesado  circunloquio  de  poner 
corona? 


CANTO  XXVIII 

(To-  18).  Ma  con  piena  letisia  P  ore  prime 

Cantando,  riceveano  intra  le  /oglie  , 
Che  temvan  bordone  a  la  sue  rime 

Quiere  decir  que  el  murmullo  de  las  hojas  acompañaba  el  canto  de 
líis  aves,  como  el  bordón  que  es  el  tubo  más  larg^o  y  grueso  de  la 
cornamusa  hace  invariablemente  el  contrabajo 

(  36  ).  La  gran  variasion  de  '  /resc/ii  inai. 


532  EL   PURGATORIO 


Jlfayos^  por  Arboles  en  general,  recordándolos  ramajes  frondosos 
que  en  la  noche  víspera  del  I*  de  Mayo,  los  campesinos  italianos 
acostumbraban  poner  frente  de  las  casas  de  sus  queridas. 

(40  -  42).  E  la  m'apparve 

Una  Donna  soletta,  che  si  gia 
Cantando,  ed  iscigliendo  fior  dajiore, 
Ond^  era  pinia  tutta  la  siia  vía. 

Esta  aparición  realiza  la  visión  del  canto  precedente  durante  el 
sueño  del  Poeta,  la  que  según  se  verá  en  el  Canto  XXXIII  es  la  céle- 
bre condesa  Matilde  que  enriqueció  á  la  Iglesia. 

(91  - 102).  Lo  sonimo  Bene,  che  solo  a  se  place 

Fece  I'  uom  buono ,  e  il  ben  di  questo  loco 
Diede  per  arra  a  lui  cTetema  pace. 


Perche  il  turbar,  che  so  tío  da  si  fanno 
U esalazion  deWacqua  e  della  térra, 
Che,  quanto  posson  diettro  al  calor  vanno. 
Air  tiom  non  facesse  alcuna  guerra, 
Questo  monte  salto  ver  lo  ciel tanto 
E  libero  e  da  indi,  ove  si  serra. 

Este  pasaje  ha  sido  mal  reproducido  ó  mal  interpretado  por  algu- 
nos traductores  y  no  todos  los  comentadores  lo  explican  satisfactoria- 
mente. En  la  traducción  de  Fiorentino,  se  dice:  "A  fin  que  les  chan- 
gements  operes  ci-dessous  par  les  exhalaisons  de  l'eau  et  de  la 
terre,  qui  suivent  autants  qu'elles  le  peuventi  la  chaleur,  ne  livrassents 
aucune  guerre  a  /'  houítne^  cette  montagne  s'  eleva  ainsi  vers  le  ciel» 
et  elle  est  libre  depuis  le  lieu  oü  elle  est  cióse" —  (v.  97-103).  Tradu- 
cido así  el  texto  literalmente,  y  tomado  aisladamente  el  verso  100  : 

Air  uom  non  facesse  alcuna  guerra, 

parecería  indicar  que  el  monte  del  Purgatorio  se  elevó  tanto,  para  no 
molestar  al  hombre  con  sus  propias  exhalaciones,  ó  sean  las  del  mundo 
terrenal.  El  conde  de  Cheste,  tomando  la  palabra  hombre  {uotuó)^  por 
hombre  mortal,  lo  ha  interpretado  en  ese  sentido: 

Los  vapores  del  agua  y  de  la  tierra. 
Que  buscan  siempre  el  fci^xñdo  elemento 
No  diesen  Al.  mortal  ninguna  guerra. 

El  hombre  (/'  uomd)  á  que  hace  referencia  el  Poeta,  no  es  el  hom- 
bre mortal,  sino  /'  noiu  bttoifo  de  que  se  habla  en  el  verso  91  trans" 
Grito,  á   quirn  le  dio  Dios  por  arras,  —  como    él    lo  dice, —  el   Paraíso 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  533 


terrenal,  "para  que  viviese  en  eterna  paz"  (v.  91-92)  y  á  fin  de  que 
chta  no  fui-sf  turbada  por  las  exhalaciones  de  la  tierra,  que  hiciesen 
guerra  al  hombre  (/'  uont  buono),  elevó  tanto  la  montaña  del  Purga- 
torio, dejándola  libre  de  la  mala  Intluencia,  desde  el  punto  en  que  su 
aire  se  encierra  (desde  la  puerta  guardada  por  el  ángel  de  las  gradas). 
Esta  es  la  razón  por  que  ponemos  en  nuestra  traducción  hombre 
bueno  y  no  hombre  simplemente  ó  mortal,  interpretando  según  el 
tenor  mismo  del  texto  la  verdadera  intención  del  autor. 

(145-148).  lo  mi  rivolsi  addietro  aliara  iutto 

A'mici  Poeti,  e  vidi,  che  con  riso 
Udito  avevan  rultinto  coslutto. 
Poi  alia  bella  donna  tornai  7  viso. 

Los  Poetas  son  Virgilio  y  Estacio  que  seguían  á  espaldas  del  Dante, 
sin  que  este  lo  hubiese  advertido,  y  á  estos  se  refiere  su  interiocutora, 
que  podía  verlos  cuando  él  no  los  veía. 


CANTO  XXIX 

(3).  Palabras  del  salmo  31,  congratulando  al  Poeta  por  haber  bo- 
rrado de  su  frente  las  siete  PP  que  le  había  estampado  el  ángel  con 
su  espada. 

(33).  Leticias^  anticuado,  lo  mismo  que  felicidades,  usado  por  la 
primera  vez  en  prural  en  esta  traducción,  lo  mismo  que  está  en  el 
texto :  le  tiste. 

(34).  Dinansi  a  noi  tal^  quule  U7t  Juocco  acceso.  Como  se  ve,  el 
fuego  encendido  de  la  traducción,  corresponde  al  fuoco  acceso  del 
texto,  palabra  por  palabra.  Algunos  comentadores  han  pretendido  que 
en  fuocOy  debía  ponerse  una  coma,  refiriendo  la  palabra  acceso  al 
aire  de  que  se  hace  mención  en  el  verso  siguiente.  Como  se  dice  fuego 
ardiente  y  fuego  apagado,  bien  pudo  el  Poeta  decir  fuego  encendido 
ó  fuego  de  llamas,  para  distinguirlo  de  un  fuego  de  brasas,  etc:  sobre 
todo,  así  esta  escrito  y  asi  lo  trascribimos. 

(43-154).  Esta  procesión  alegórica,  inspirada  por  las  profesías  de 
Ezequiel  y  por  los  salmos  de  San  Juan,  como  el  mismo  Poeta  lo  dice, 
(v.  105-105)  ha  sido  uniforme  y  claramente  interpretada  por  los  co- 
mentadores, á  pesar  de  su  carácter  apocalíptico.  El  carro  triunfal,  es  la 
Iglesia  Católica.  Los  siete  candelabros,  los  siete  dones    del  Espíritu 


534  EL   PURGATORIO 


Santo.  Los  que  van  vestidos  de  blanco,  son  los  patriarcas  que  creye- 
ron en  Cristo  antes  de  su  advenimiento.  Las  llamas  que  pintan  el  aire 
con  los  colores  del  iris,  á  manera  de  banderolas  (que  algunos  comen- 
tadores creen  que  son  pinceles  {pennelli^^  son  los  siete  sacramentos 
de  la  Ig-lesia.  Los  ancianos  coronados  de  tempranos  lirios,  son  los  24 
libros  del  Antiguo  Testamento.  Los  diez  pasos  que  median  entre  los 
candelabros  se  supone  que  son  los  diez  Mandamientos  de  la  ley  de 
Dios.  Los  cuatro  animales  alados,  coronados  de  verdes  hojas,  son  los 
cuatro  Evang-elistas.  El  grifo,  naturaleza  medio  humana  y  medio 
divina,  simbolizada  por  la  formas  del  león  y  del  águila,  es  Jesucristo. 
Las  dos  ruedas  del  carro,  representan  el  Antiguo  y  el  Nuevo  Testa- 
mento, sobre  los  cuales  gira  el  carro  de  la  Iglesia.  Las  tres  mujeres  que 
bailan  al  costado  de  la  rueda  derecha,  son  las  virtudes  teologales:  la 
roja,  es  la  caridad;  la  verde,  es  la  Esperanza;  y  la  blanca  la  Fe.  Las 
vestidas  de  púrpura  que  danzan  al  costado  izquierdo,  son  las  virtudes 
cardinales,  llevando  por  atributo  la  Prudencia  tres  ojos  en  la  frente. 
Uno  de  los  ancianos  que  marchan  detrás  del  carro  con  el  traje  de  los 
discípulos  de  Hipócrates,  es  San  Lucas,  que  fué  médico.  San  Pablo  es 
el  que  empuña  la  espada  aguda  y  resplandeciente.  Los  cuatro  perso- 
najes de  aspecto  humilde  son  los  cuatro  Evangelistas.  El  anciano  que 
va  como  dormido,  es  San  Juan,  autor  del  Apocalipsis,  á  la  edad  de 
noventa  años.  Este  cuadro  místico,  es  considerado  como  uno  de  los 
más  espléndidos  del  poema  humano-divino,  "en  que  pusieron  mano 
cielo  y  tierra."  La  versión  solo  puede  reproducir  débilmente  su  rico 
colorido. 

(142).  Humildosamenie^  anticuado,   lo  mismo  que  humildemente. 


CANTO  XXX 

(  I  ).  Quando  7  Settentrion  del  primo  cielo. 

El  Poeta  llama  setentrión  del  primer  cielo,  á  los  siete  candelabros 
designados  en  el  canto  anterior,  abimllándolos  á  las  siete  estrellas  de 
la  osa  Mayor  en  el  cielo  setentrlonal,  llamadas  también  Carro  mayor, 
y  comparando  al  que  dirige  el  timón  del  carro  místico,  con  el  nauclero 
supremo  que  gobierna  el  carro  sideral. 

(15).  La  revestita  carne  allelniando 

En  algunos  textor  antiguos  y  modernos  se  lee  alleviando  (aliviando) 


NOTAS    Y    c:üMENT ARIOS  535 


en  vez  He  aleluyando.  Hemos  preferido  esta  versión  aceptada  i)or 
Aüzerl,  aunque  desechada  por  Hrunone  Bianchl,  no  obstante  que  la 
Academia  no  Incluye  esc  vocal)lo  en  su  Diccionario. 

(29-48).  ICsta  luminosa  aparición  «le  Beatriz,  preparada  por  los 
cantos  anteriores,  se  considera,  como  el  de  la  procesión  que  antecede, 
uno  de  los  más  bellos  cuadros  del  poema,  dándole  su  significado  la 
|>asión  latente  que  vibra  en  los  versos  del  Poeta  y  que  se  acentúa  con 
esta  explosión  de  reconcentrado  amor  ( v.  46-48),  en  presencia  de  la 
amada  muerta  diez  aííos  antes. 

Mcíi  che  firamma 

Di  sangue  in'  c  rñnasa,  che  non  Iremi; 
Conosco  i  segni  ctclV  antica  Jiatnma. 

(90).  S¡  che  per  f HOCO  foncler  la  candela. 

Comparación  en  forma  de  antítesis  entre  el  aire  caliente  que  liquida 
\a  nieve  y  el  fuego  que  derrite  la  candela. 

(116).  Maestre^  adjetivo  anticuado,  en  su  acepción  de  doctor,  ó 
maestro.  En  el  original  se  dice:  ch*  ogni  abito  destro. 


CANTO  XXXI 

(2-4).  Volgeitdo  V  suo  parlare  a  -me  per  punta 

Che  pur  per  taglio  in''era  paruf  aero, 
Ricomincio  seguendo  sema  cunta. 

Compara  el  Poeta  la  palabra  de  Beatriz  con  una  espada,  que  des- 
pués de  haberle  herido  de  íilo,  le  dirige  ahora  su  punta.  La  oración 
conjunta  de  la  traducción,  en  vez  de  seguendo  sansa  cunta  del  texto, 
responde  Igualmente  á  la  idea  del  autor,  de  discurso  agregado,  unido  ó 
enlazado  al  anterior,  en  su  acepción  recta  y  genuina. 

(13).  Al  quale  intender  per  niestier  la  viste. 

"Que  entenderse  no  podía  sin  el  auxilio  de  la  vista."  Otro  ejemplo 
de  la  promiscuidad  ó  sustitución  de  los  sentidos,  tan  frecuente  en  el 
estilo  dantesco  y  que  hemos  hecho  notar  en  otros  comentarlos. 

(67-69).  ed  ella  disse:  Qiiando 

Per  uair  se^  dótente,  alza  la  barba, 
E  prenderai  pile  doglia  riguardando . 


536  EL   PURGATORIO 


Barba,  en  el  sentido  de  la  parte  por  el  todo,  ó  sea  el  rostro,  y 
alusión  maliciosa  de  Beatriz  al  Poeta,  para  indicarle  que  ya  no  era  un 
jovenzuelo  imberbe  para  dejarse  llevar  por  tales  devaneos,  acen- 
tuando el  sentido  irónico  del  concepto,  que  el  Dante  no  usaba  barba» 
y  por  eso  dice  él  mismo  más  adelante  en  el  v.  75-, 


Ben  conobbi  V  velen  deW  argomento. 


CANTO  XXXII 

(  30 ).  Che  fe'  V  órbita  ma  con  minore  arco. 

Quiere  decir  al  lado  de  la  rueda  derecha  en  el  movimiento  de  con- 
versión del  carro  á  la  derecha,  que  trazaba  en  el  suelo  un  arco  menor 
que  el  de  la  rueda  izquierda,  ó  sea  retardado,  como  se  dice  en  la 
traducción. 

(38-42).  El  árbol  del  bien  y  del  mal,  que  la  desobediencia  de  Adán 
y  Eva  condenó  á  la  esterilidad. 

(49-51).  E  volto  al  temo  ch^  elle  avea  tirata, 

Trassello  al  pie  della  vedova  frasca : 
E  que  I  di  lei  a  lei  las  cío  legato. 

Es  decir:  ató  el  timón  del  carro  al  árbol  seco  de  que  aquel  (el 
timón)  había  sido  formado  en  otro  tiempo. 

(  52-54 ).  Come  le  nostre  piante,  qiiando  ciasca 

Giu  la  gran  luce  mischiata,  con  quella 
Che  raggia  dietro  alia  celeste  Lasca. 

Quiere  decir:  como  cuando  logran  ¿us^  (la  del  Sol)  cae  mezclada 
con  aquella  (de  la  constelación  de  Aries)  que  va  detrás^  ó  sigue  á 
la  de  los  celestes  peces ^  ó  en  í)trüs  términos:  en  la  estación  de  la 
primavera. 

(  102  ).  Di  quella  Roma  onde  Cristo  c  Romano. 

Roma  celeste,  ó  sea  en  el  Paraíso. 

(I09-I60V  Los  comentadores  explican  así  esta  aleg-oría.  El  ave  de 
Jüve,  es  el  águila,  símbolo  del  imperio.  La  zorra,  es  la  heregía,  Intro- 
ducida por  el  emperador  Anastasio,  á  la  cual  Beatriz  pone  en  fuga, 
como  representante  de  la  teología.  Las  plumas  con  que  el  águila  llena 
el  carro,  figuran  los  bienes  dados  á  la  Iglesia  por  el  emperador  Cons- 
tantino y  sus  sucesores.  El  dragón  que  sale  de  la  tierra  entreabierta  en 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  537 


me-Hio  «U-  las  ruedas  del  carro,  es.  según  mu.^,  la  serpiente  que  tentó  á 
Kva,  y  .según  otros.  Mahoma.  I. as  siete  cabe/as  que  salen  del  carro. 
son  los  siete  pecados  capitales,  representando  la  pereza,  la  avaricia,  la 
gula  y  la  lujuria,  las  que  llevan  tres  cuernos.  La  |)rosHtuta,  {u?ia 
puHatta  scio//a^  en  el  texto)  es  la  corte  Romana  corrompida  en 
tiempo  del  papa  lionifactf)  V'III,  y  el  gigante  que  la  abraza  y  la  flag<  la 
es  Felip»'  el  Hermoso,  rey  de  Francia. 


CANTO  XXXIII 

(  I  ).  Dcns  vencKunt  gente,  etc.  Salmo  I>XXViII,  anunciando  la 
ruina  del  templo  de  Jerusalén :  "Dios,  vinieron  las  naciones  á  tu  here- 
dad, contaminaron  tu  santo  templo:  redujeron  á  Jerusalén  en  cabana, 
de  guardar  frutos." —  (Trad.  del  P    vScio). 

(13-15).  Palabras  de  Cristo  á  los  Apóstoles,  anunciándoles  su 
muerte  y  su  resurrección: — "Un  poco,  y  ya  no  me  veréis:  y  otro  peco 
y  me  veréis;  porque  voy  al  Padre."  —  (Evang.  de  S.  Juan,  cap.  XVI, 
V.  XVI,  trad.  del  P.  Scio).  Rl  gigante,  arrastrando  el  carro  junto  con 
la  prostituta,  de  que  se  hace  mención  en  el  final  del  canto  anterior,  es 
como  se  ha  explicado,  Felipe  el  Hermoso,  que  trasportó  á  Avignon, 
la  Santa  Sede  manchada  y  el  papado  prostituido  en  la  persona  de 
Clemente  V.  Beatriz,  adaptando  los  textos  evangélicos  á  la  situación 
de  la  Iglesia  en  aquella  época,  anuncia  que  la  Iglesia  resucitará  y  que 
el  Papado  ^erá  restablecido  en  su  primitiva  pureza. 

(  34-36 ).  Sappi  che  '/  vaso  che  7  serpente  ruppe, 

Fu,  e  non  c ;  ma  thi  si  ha  colpa  credda 
Che  vinditta  di  Dio  non  teme  suppe. 

El  vaso,  es  el  carro,  símbolo  de  la  Iglesia  católica:  y  el  "fué  y  no 
es",  se  refiere  á  ella  en  el  sentido  explicado  en  la  nota  anterior.  Kn 
cuanto  á  la  "  vindicta  de  Dios,  que  no  teme,  ó  á  la  que  no  alcanza  la 
sopa",  alude  á  una  preocupación  popular,  según  la  cual,  el  matador 
que  comía  una  sopa  sobre  la  tumba  de  su  víctima,  quedaba  al  abrigo 
de  toda  venganza. 

^  40-42).  C/t'  io  veggio  ceriamente,  e  pero  il  nat-ro 

A  dame  lempo  gia  stelle  propitiqiie 
Sicuro  d''  ogni  inloppo  e  rf'  ogni  sbarro. 


538  EL   PURGATORIO 


Sbarro^  en  italiano,  en  una  de  sus  acepciones,  es  impedimento  ó 
retención.  Desbarro,  en  castellano,  en  otra  de  sus  acepciones,  es  des- 
liz ó  desacierto.  En  este  sentido,  la  traducción  refleja  el  concepto:  no 
encontrarán  impedimento,  ó  lo  que  es  lo  mismo,  no  se  desviarán  de 
su  cur.>o. 

( 43-45  ).  Nel  quale  ttn  Cinquecento  Diecce  e  Cinque, 

Messo  di  Dio,  ancidera  la  fuia, 
E  quel  gigante,  che  con  lei  delinque. 

Este  número  enigmático  que  parece  una  reminiscencia  del  Apoca- 
lipsis (cap.  13)  ha  dado  orig-en  á  variados  comentarios.  Según  la 
Interpretación  más  aceptada,  este  número,  escrito  en  letras  romanas, 
se  leería  así:  DVX,  ó  sea  dux.  A  cual  dux  se  hace  referencia  ?  Según 
unos  á  Enrique  el  Grande,  y  según  otros  á  el  Grande-la-Scala,  á  que 
parece  aludir  el  Dante  en  otro  pasaje,  indicándolo  como  á  futuro 
redentor  de  la  Italia.  (Canto  11  del  Infierno,  v.  I02-III).  La  conclusión 
final  de  Beatriz,  no  es  más  explícita  que  el  Apocalipsis,  prediciendo 
un  hecho  general  y  no  determinado,  y  así  agrega  ella  misma  en 
seguida: 

E  /orse  che  la  inia  narrazione,  buia 
Qual  Teini  o  Sfinge,  -mente  persuade 
Perche  a  lar  modo  to  intelleito  atttiia. 

( 67-68 ).  E,  se  stali  non  fossero  acqiia  d'  Elsa 

L,i  pensier  vano  intorno  alia  tua  mente 
E  il  placer  loro  un  Piramo  alia  gelsa. 

Elsa^  río  de  la  Toscana,  cuyas  aguas  tienen  la  propiedad  de  incrus- 
tar con  un  tártaro  y  cuasi  petrificar  los  objetos  que  se  sumergen  en  él. 
El  símil  de  Beatriz,  aludiendo  á  los  pensamientos  del  Dante,  se  repro- 
duce bajo  otra  forma  en  el  siguiente  verso,  aludiendo  á  la  fábula 
Babilónica  de  Piramo  y  TIsbe,  en  que  la  sangre  de  los  dos  amantes, 
tiñó  de  negro  las  frutas  del  moral  al  tiempo  de  morir. 


EL    paraíso 


PARTE    TERCERA 


EL    paraíso 


CANTO  PRIMERO 


Invocación  á  Apolo.  —  El  Poeta  describe  como  se  levantó  desde  el  Paraíso  terrenal 
hasta  el  primer  cielo,  con  los  ojos  fijos  en  su  bienamada  Beatriz.  —  El  Dante  y 
Beatriz  se  elevan  hasta  el  cielo  de  fuego.  —  El  Poeta,  no  comprende  cómo  le  es 
dado  volar  tan  alto  entre  cuerpos  leves  á  pesar  de  las  leyes  de  la  gravedad; 
Beatriz  se  lo  explica  con  maternal  ternura,  haciéndole  saber  que  le  presta  sus 
alas.  —  El  orden  de  las  cosas  morales  y  naturales. 


De  la  gloria  de  Aquél  que  todo  mueve 
Lleno  está  el  universo,  que  se  esplende 
En  unas  partes  más,  en  otras  leve.  3 

En  el  cielo  en  que  más  su  luz  extiende 

Estuve,  y  cosas  vi  que  al  relatarse 

No  puede  ó  sabe  quién  de  allá  desciende ;  6 

Porque  nuestro  intelecto  al  acercarse 

A  sus  deseos,  profundiza  tanto, 

Que  la  memoria  atrás  llega  á  borrarse.  9 

Pero  en  verdad,  cuanto  del  reino  santo 

He  guardado  en  mi  mente  cual  tesoro, 

Ora  será  materia  de  mi  canto.  12 

Oh,  buen  Apolo!  tu  asistencia  imploro; 

Que  tu  alta  inspiración  colme  mi  vaso, 

Y  acuérdame  el  laurel  que  más  valoro.  15 

36 


542  DIVINA   COMEDIA 


Me  ha  bastado  una  cima  del  Parnaso 

Hasta  el  presente,  y  ahora  dos  te  pido 

Al  elevarme  en  mi  postrero  paso.  I8 

Penétreme  el  espíritu  atrevido 

Con  que  á  Marsyas,  el  cuerpo  ensangrentado 

Sacaste,  de  su  vaina  desprendido!  21 

Oh,  divina  virtud!  por  ti  ayudado, 

La  sombra  de  aquel  reino  bendecido 

Diré  cómo  en  mi  mente  se  ha  estampado.  24 

Caiga,  oh  Padre!  de  tu  árbol  tan  querido, 

Sobre  mi  frente  una  hoja  soberana, 

Que  haya  por  ti,  mi  canto  merecido!  n 

Tan  rara  vez  con  ella  se  engalana 
El  César  ó  el  Poeta  triunfalmente, 
(Culpa  y  baldón  de  voluntad  humana!)  30 

Que  debiera  gozarse  alegremente 

La  deifica  deidad,  cuando  la  rama 

De  Penea,  corona  noble  frente.  33 

Leve  chispa  produce  grande  llama: 
Tal  vez  en  pos  de  mí,  mejores  luces 
Alumbrarán  en  Cirra  nueva  fama.  36 

Oh,  luminar  del  mundo!  tú  conduces 

Al  mortal  por  mil  sendas;  más  aquella 

Que  junta  cuatro  cercos  en  tres  cruces,  39 

Con  mejor  curso,  y  con  mejor  estrella, 

De  ti  conjunta,  nuestra  cera  humana 

Según  sus  leyes  atempera  y  sella!  42 


KL    l'ARAISO— CANTO    I  543 

Era  de  noche  acá,  y  allí  mañana: 
El  hemisferio  aquel  estaba  blanco, 

Y  el  opuesto  sumido  en  escurana,  45 

Cu. indo  á  Beatriz,  hacia  el  siniestro  flanco 

\'i  que  miraba  al  sol,  más  fijamente 

Que  un  águila  imperial,  con  ojo  franco.  48 

Como  un  rayo  de  luz,  vuelve  ascendente 

Del  reflector  que  al  paso  se  le  opuso, 

O  el  peregrino  hacia  el  hogar  ausente,  51 

Así  del  ojo  de  Beatriz,  infuso 

El  acto  repetir  surgió  en  mi  mente, 

Y  al  sol  miré  con  terrenal  desuso.  54 

Es  permitido  allá  nativamente, 

Lo  que  en  la  tierra  no;  pues  fué  creado 

Cual  sitio  propio  de  la  humana  gente.  57 

Mal  resistí  su  círculo  inflamado, 
Pero  pude  mirar  su  luz,  chispeante 
Como  hierro  por  fuegos  abrasado. 


Y  súbito  pensé  tener  delante 
Día  con  día,  cual  si  Dios  hubiera 
Ornado  de  otro  sol,  cielo  radiante. 

Beatriz  miraba  hacia  la  eterna  esfera, 

Y  yo  por  verla,  el  sol  no  contemplaba, 
Fija  mi  vista  en  ella,  toda  entera; 

Y  mi  interior  su  aspecto  trasformaba 
Como  Glauco  al  gustar  marina  hierba, 
En  igual  á  los  Dioses  se  tornaba. 


60 


63 


66 


69 


544  DIVINA    COMEDIA 


Trashumanar,  significar  per  verba, 

Es  imposible;  que  al  ejemplo  baste 

Al  que  tal  experiencia  Dios  reserva.  72 

Si  yo  era  sólo  lo  que  tú  creaste, 

Tú  lo  sabes  ¡oh  Amor!  que  eres  gobierno 

Cuando  á  tu  luz  de  nuevo  me  llevaste!  75 

En  la  rueda  que  giras,  sempiterno 
El  deseo  hacia  ti,  que  en  armonía 
Dirige  moderando  juicio  eterno,  78 

Me  pareció  que  el  cielo  se  encendía 

Con  la  llama  del  sol,  cual  lago  extenso. 

Que  ni  ríos  ni  lluvia  formaría.  8I 

La  novedad  del  son,  y  el  brillo  intenso. 

De  conocer  su  causa,  en  mí  encendiera 

Deseo  no  sentido  y  más  inmenso.  84 

Y  ella,  que  cual  yo  mismo  mi  alma  viera. 
Por  aquietar  el  ánimo  alterado. 

Antes  de  preguntar,  su  boca  abriera,  87 

Y  comenzó: — "Tú  mismo  te  has  turbado 
Con  tu  falso  pensar,  y  así  no  atinas 

A  ver  bien,  lo  que  mal  has  contemplado. 


"En  la  tiera  no  estás,  cual  te  imaginas: 

Un  rayo  de  los  cielos  disparado. 

Corre  menos  que  tú,  que  allá  caminas."  — 


90 


93 


De  mi  primera  duda  desnudado 

Con  plácida  sonrisa  y  dulce  acento, 

Por  otra  duda  me  sentí  enredado,  % 


EL   TARAISÜ— CANTO    I  545 


Y  l¡i  (lije:  —  "Se  ;i(|uietíi  en  el  contento 
Mi  grande  .idminicióii ;  pero  me  admira 

Como  en  los  aires,  leve  el  cuerpo  siento. " —     '>>> 

lUla,  después  que  con  piedad  suspira 

Vuelve  hacia  mí  los  ojos,  con  semblante 

De  madre,  para  el  hijo  cjue  delira.  102 

Y  así  empezó:  — "El  orden  es  constante 
De  las  cosas  en  sí;  y  por  tal  forma 

El  universo  á  Dios  es  semejante.  105 

"  Aquí  los  nobles  seres  ven  la  norma 

Del  eterno  que  todo  determina, 

Según  ley  á  que  todo  se  conforma.  ios 

"Toda  natura,  al  orden  tal  se  inclina 

De  diversa  manera,  y  queda  abierto 

El  principio  á  que  el  alma  se  avecina;  iii 

"Y  así  navegan  á  diverso  punto 

Por  el  gran  mar  del  ser,  y  cada  una 

Con  el  instinto  que  le  da  el  acierto.  114 

"  Esto  las  lleva  al  fuego  de  la  luna, 
Moviendo  el  corazón  de  los  mortales, 

Y  esto  las  partes  de  la  tierra  aduna.  117 

"  Y  á  más  de  los  que  son  irracionales, 

De  su  arco  la  saeta  se  endereza 

A  los  que  aman  y  entienden  racionales.  120 

"La  Providencia,  con  igual  fijeza 

Con  sus  luces  mantiene  el  cielo  quieto, 

En  donde  gira  con  mayor  presteza.  123 


546  DIVINA    COMEDIA 


"  Y  allá  como  lo  manda  alto  decreto, 
Nos  lleva  la  impulsión  de  aquella  cuerda, 
Como  flecha  que  apunta  al  bien  dilecto.  126 

"Es  verdad  que  la  forma  no  concuerda 

Alguna  vez  con  la  intención  y  el  arte. 

Pues  la  sorda  materia  se  hace  lerda;  129 

"Y  así,  de  aquel  camino  se  departe 

La  criatura,  que  puede  ser  movida 

Por  su  libre  querer  hacia  otra  parte;  132 

"Como  se  ve  de  nube  suspendida 
Fuego  caer,  si  en  ímpetu  primero 
Falsamente  á  la  tierra  es  atraída.  135 

**No  te  debe  admirar,  si  bien  infiero. 

El  que  subas,  cual  baja  presuroso 

Un  río  en  terrenal  despeñadero.  i38 

"Sería  el  no  subir  maravilloso 

Si  quedases  inmóvil  en  el  suelo. 

Vivo  fuego  que  asciende  sin  reposo." —  ui 

Dijo,  elevando  su  semblante  al  cielo. 


CANTO  SEGUNDO 


El  Poeta  conforta  á  los  que  le  han  seguido  en  su  viaje  al  través  del  misterioso  mar 
que  surca  con  su  barquilla.  —  Promete  revelar  cosas  admirables  á  los  electos  que 
so  nutren  con  el  pan  de  los  Angeles.  —  Después  de  ascender  al  primer  cielo  de  la 
Luna,  pide  la  explicación  de  las  manchas  que  ve  en  ella.— Beatriz  le  demuestra 
su  error  y  le  explica  su  verdadera  causa  según  los  conocimientos  astronómicos 
de  la  época  del  Poeta. 


Oh!  los  que  vais  en  pequeñuela  barca, 

Y  ansiosos  de  escucharme  habéis  seguido 

Tras  de  mi  leño  que  el  espacio  abarca!  3 

Volved  la  proa  hacia  el  hogar  querido, 

No  penetréis  al  piélago  agitado, 

Que  os  perdería,  siendo  yo  perdido.  6 

En  estas  aguas  nadie  ha  navegado: 
Guía  Apolo,  Minerva  hinche  mi  vela, 

Y  las  Musas,  las  Osas  me  han  mostrado.  9 

Vosotros  pocos,  que  el  gustar  desvela 

Del  angélico  pan,  dulce  alimento 

Que  aquí,  si  más  se  come,  más  se  anhela,  12 

Podéis  la  vela  desplegar  al  viento, 

Ln  los  mares  mi  surco  continuando, 

Antes  que  el  mar  lo  borre  en  un  momento.       15 


548  DIVINA    COMEDIA 


Gente  gloriosa  á  Coicos  arribando, 

Menos  que  lo  estaréis,  quedó  admirada 

Viendo  á  Jasón  con  bueyes  ir  arando.  is 

La  sed  perpetua  con  el  alma  creada 

Nos  lleva  por  el  éter  velozmente, 

Como  gira  la  bóveda  estrellada.  21 

Beatriz  miraba  arriba,  yo  su  frente; 

Y  es  más  tarda  la  flecha  presurosa 

Que  despide  ballesta  prontamente,  2+ 

Que  yo,  al  mirar  otra  admirable  cosa 

Desviar  el  rostro,  y  retornarlo  á  aquella 

Que  concentraba  la  mirada  ansiosa.  21 

Y  me  dijo,  tan  plácida  cuan  bella: 

—  "Levanta  á  Dios  tu  frente,  agradecido, 

Pues  has  llegado  á  la  primera  estrella." —  30 

Estar  me  pareció  todo  circuido 

De  nube  clara,  sólida,   infinita. 

Como  diamante  por  el  sol  herido.  33 

Envueltos  por  la  eterna  margarita. 

Nos  recibió,  como  agua  que  recibe 

Rayo  de  luz,  y  el  agua  no  se  agita.  30 

Si  en  cuerpo  estaba  allí,  no  se  concibe 

Como  una  dimensión  otra  reciba. 

Cuando  uno  y  otro  cuerpo  se  percibe;  3^ 

Pero  la  llama  del  deseo  aviva 

El  penetrar  la  esencia  que  trasciende, 

Y  en  el  Verbo  se  muestra  difusiva.  42 


ICL   PARAÍSO  ~  CANTO   II  549 


Lo  cjuc  dcnuicstr.'i  (lUC  en   l;i  fe  se  aprende 

Sin   otra  prueba   (jue  el   pensar  inmoto, 

V   la  ]ir¡nia   víM'dad  el   hombre  entiende.  45 

\o  respondí:  —  "Madona,  tan  devoto 
Como  puedo,  rej^racio  al  vSer  potente 
Oue  me  trajo  del  mundo   más  remoto. 


IH 


Pero  dime,  si  el  signo  es  evidente, 

Cuando  visto  este  cuerpo  de  la  tierra 

Fábula  de  Cain  sugiere  en  mente?" —  si 

Sonrióse,  y  luego  dijo: — "Por  que  yerra 

La  opinión  sin  razón  de  los  mortales, 

Sin  descubrir  la  llave  que  lo  encierra. —  54 

"No  deben  admirarte  esas  señales. 

Pues  ya  ves  que  son  cortas  en  su  ascenso 

De  la  razón  las  alas  terrenales.  57 

"Dime  si  piensas  tú  como  yo  pienso."  — 

Y  yo: — "Lo  que  en  la  tierra  vese  vario, 

Creo  que  es  causa  cuerpo  raro  ó   denso." —      úo 

Y  de  ella  á  mí:  —  "Tu  juicio  aun  es  falsario, 

Y  lo  verás,  al  escuchar  atento 

El  argumento  que  te  haré  en  contrario.  63 

"  El  cielo  octavo  tiene  en  su  elemento 

Astros  de  varia  luz,  mole  y  esfera. 

Cual  se  notan  en  vario  movimiento.  66 

"  Si  de  lo  denso  ó  raro  esto  naciera. 

Una  sola  virtud  fuera  la  esencia 

Que  en  más  ó  en  menos,  distribuido  fuera.         69 


550  DIVINA    COMEDIA 


"Varias  virtudes  son  la  consecuencia 

De  principios  formales,  menos  uno, 

Y  esto  destruye  tu  razón  y  ciencia.  72 

"A  más,  si  fuese  causa  de  lo  bruno 

Lo  raro  en  ese  cuerpo,  ú  otra  parte 

De  su  propia  materia  fuera  ayuno;  75 

"Este  planeta,  tal  cual  se  comparte 

Gordo  y  magno  en  su  cuerpo  fuera  aquesto, 

Cual  volumen  que  en  hojas  se  reparte. 


7S 


"  Si  lo  primero,  fuera  manifiesto 

En  eclipses  de  sol,  pues  se  vería 

El  luminar  que  queda  contrapuesto.  si 

"  Como  esto  no  es  así,  la  otra  teoría 

Se  refuta   por  sí  en  cuanto  expresa, 

Mostrando  de  tu  juicio  la  falsía.  84 

"  Si  ese  cuerpo,  no  es  vano  que  atraviesa 

Rayo  de  luz,  el  tiene  un  punto  donde 

Todo  contrario  cuerpo  en  él  tropieza  87 

"Por  ende,  aquí  el  reflejo  corresponde, 

Como  el  color  en  un  cristal  bruñido 

Cuando  detrás  de  sí  su  plomo  esconde  90 

"Tu  dirás,  que  al  mostrarse  oscurecido 
El  rayo  aquí  proviene  de  que  en  parte 
Más  penetrante  su  refracto  ha  sido.  93 

"A  esa  instancia,  tu  puedes  contestarte 

Con  la  experiencia  que  comprueba  todo, 

Y  es  fuente  humana  de  la  ciencia  y  arte.  00 


I:L    paraíso  -  CANTO  II 


551 


''TrCvS  espejos  prepara,  de  tal  modo, 
Que  dos  cercanos,  lejos  el  tercero, 
l^ntre  los  dos  promedie  tu  acomodo. 


99 


''Si  á  tu  espalda  se  enciende  algún  mechero, 
Verás  cjue  en  todos  tres  la  luz  se  enciende, 
Reflejando  las  luces  por  entero;  102 


"  Y  bien  que  menos  grande  se  trasciende 
En  el  que  está  de  ti  más  apartado. 
Verás  como  la  triple  luz  esplende. 


"  Como   el  rayo  estival  acalorado 
La  blanca  nieve  funde  por  su  efecto. 
Dando  el  calor  que  el  frío  le  ha  quitado, 

"De  tal  modo  aclarado  tu  intelecto. 
Te  mostraré  una  luz  tan  peregrina. 
Que  te  hará  cintilar  su  vivo  aspecto. 

"Dentro  del  cielo  de  la  paz  divina 
Un  cuerpo  gira,  que  virtud  infunde 
En  todo  el  ser,  y  todo  lo  domina. 

"En  el  siguiente  cielo  que  difunde 
Tantas  estrellas  de  diversa  esencia. 
Propia  virtud  en  ellas  se  refunde. 

"En  otros  cielos,  hay  la  diferencia. 

Que  conteniendo  en  sí  germen  fecundo 

A  otros  fines  se   adaptan  y  otra  influencia. 

"Y  así  ves,  que  estos  órganos  del  mundo, 
O  reciben  ó  dan  de  grado  en  grado, 
Desde  arriba  hasta  el  cielo  más  profundo. 


105 


108 


III 


114 


117 


120 


123 


552  DIVINA    COMEDIA 


"Y  considera  bien  como  he  encontrado 

El  camino  que  buscas,  verdadero, 

De  modo  de  pasar  tú  solo  el  vado.  126 

"De  los  cielos  su  eterno  derrotero 

Se  atribuye  á   beatíficos  motores. 

Como  al  martillo  la  obra  del  herrero.  129 

''  Y  el  cielo  tan  hermoso  en  sus  fulgores, 
De  la  profunda  mente  que  lo  mueve 
Reproduce  su  sello  en  resplandores.  132 

"Y  como  el  alma  en  vuestro  polvo  leve 

En  diferentes  miembros  conformada 

Hace  que  su  potencia  se  renueve,  135 

"La  inteligencia  así  multiplicada 

En  esos  astros  su  bondad  desplega 

Girando  en  unidad  bien  ordenada.  iss 

"Cada  virtud  diversa  así  se  allega 

Con  el  astro  benigno,  que  la  aviva, 

Y  cual  la  vida  en  ti,  en  él  se  apega.  ui 

"  De  la  suma  natura  se  deriva 

Virtud  que  mixta  en  esos  cuerpos  luce. 

Como  leticia  en  la  pupila  viva.  144 

"De  aquí  proviene  que  su  luz  induce 

A  ver  diverso,  no  lo  denso  y  raro, 

Que  es  el  formal  principio  el  que  produce,       147 

"Conforme  á  su  bondad,  lo  turbio  y  claro."  — 


(JANTO  TEliCEKO 


Asprcto  lie  la  Luna,  inorada  ilc  los  (¡ue  <iucbrantaron  sus  votos  religiosos,  por 
lo  que  gozan  de  menor  luz  que  los  demás  espíritus. —  Aparición  de  Picarda 
Donati  que  disipa  algunas  dudas  del  Poeta  respecto  de  la  condición  de  los  bien- 
aventurados. —  Cuenta  Picarda  cómo  fué  arrebatada  por  su  hermano  de  un 
monasterio  y  obligada  á  casarse  por  violencia.  —  Mención  de  la  Emperatriz 
Constanza,  que  casada  del  mismo  modo  con  un  hijo  del  Emperador  Barba- 
roja,  honró  siempre  el  velo  que  le  fue  arrancado. 


El  sol,  que  antes  de  amor  prendió  mi  pecho, 
A  su  bella  verdad  me  ha  convertido, 
Quedando  refutado  y  satisfecho.  3 

Y  yo  por  confesarme  convencido 

Y  de  mi  error  profundo  cerciorado, 

Alzé  la  frente,  para  hablar  erguido;  6 

Mas  por  una  visión  quedé  estrechado, 
Que  mi  atención  atrajo  fijamente, 

Y  de  mi  confesión,  quedé  olvidado.  9 

Como  en  el  vidrio  terso  y  trasparente 

O  bien  en  agua  nítida  y  tranquila 

Cuyo  fondo  se  mira  claramente,  12 

Miramos  nuestra  imagen  que  vacila. 
Tan  tenue,  como  perla  en  blanca  frente, 

Y  que  fija  de  pronto  la  pupila,  15 


554  DIVINA    COMEDIA 


Anheloso  de  hablar  miré  una  gente, 

Que  en  el  error  opuesto  me  indujera 

Al  que  encendió  el  amor  entre  hombre  y  fuente.     i8 

Y  apenas,  sorprendido  la  entreviera, 
--Que  espejados  semblantes  parecían, — 
Volvime  presto  para  ver  lo  que  era; 


21 


Nada  viendo,  volví  donde  lucían 

Los  ojos  de  mi  guía,  dulcemente, 

Que  entre  luces  ardientes  sonreían.  24 

—  "  No  te  sorprenda  verme  tan  sonriente 

—  Ella  me  dijo,  —  si  pueril  te  noto: 

Aun  no  pisas  la  huella  firmemente,  27 

"Y  te  extravías  en  camino  ignoto. 

—  Esos  que  ves,  son  seres  relegados 

En  este  sitio,  por  romper  su  voto:  so 

"  Habíales,  porque  son  afortunados, 

Que  verdadera  luz  que  es  venturosa, 

Sus  pies  retiene  con  su  luz  atados."  33 

Y  á  una  sombra  que  vi  más  anhelosa 

De  hablar,  me  dirigí,  con  gran  premura, 

Cuasi  como  hombre  á.  quien  anhelo  acosa:         36 

--"Oh,  espíritu  feliz!  que  con  dulzura 

Sientes  los  rayos  de  la  eterna  vida. 

Que  sólo  el  que  la  gusta  ama   y  procura; 


.^9 


"  Á  decirme  tu  nombre,  te  convida 

Mi  buena  voluntad,  y  quien  tú  fuiste."  — 

—  Me  contestó  sonriendo  y  complacida:  -12 


i:\.  paraíso— CANTO  III  555 


—  "La  nuestra  caridad   nunca  resiste 

A  justa  voluntad,  (juc  es  como  aquella 

Que  en  la  corte  celeste  igual  existe.  45 

"Mn  el   inundo   yo   fui  sóror  doncella, 

Y  si  tu  mente  mi   recuerdo  guarda, 

No  á  ti  me  ocultaré  por  ser  más  bella,  48 

"  Reconociendo  que  yo  soy  Picarda, 

Que  aquí  moro  con  estos  bendecidos, 

Beata  como  ellos  en  la   esfera  tarda.  si 

"  Nuestros  afectos  viven  encendidos 

Del  Espíritu  Santo  en  goce  tanto. 

En  leticia  á  su  arbitrio  sometidos.  S4 

"Esta  suerte  que  abajo  fuera  encanto, 

Dada  nos  fué  por  votos   claudicantes, 

Que  descuidamos  en  la  tierra  un  tanto."  57 

—  "Cuan  bellos  son,  —  la  dije,  —esos  semblantes 
En  que  se  esplende  no  sé  qué  divino, 

Que  trasfigura  vuestra  forma  de  antes,  60 

"Por  eso  en  recordar  no  fui  festino; 

Pero  ora  que  me  ayuda  lo  que  dices. 

Para  refigurarte  bien  atino  ;  63 

"Pero  si  bien  no  sois  aquí  infelices, 

¿No  os  impulsa  hacia  arriba  algún  deseo 

Para  ser  más  arriba  más  felices?"  66 

A  ella  y  las   otras  sonreírse  veo. 

Respondiendo  después,  tan  dulce  y  leda. 

Como  el  primer  amor  en  su  alboreo:  69 


556  DIVINA    COMEDIA 


—  "  Hermano,  aquí  la  voluntad  aqueda 
Virtud  de  caridad,  que  arfiar  nos  hace 
Lo  que  el  cielo  nos  niegue  ó  nos  conceda,        72 

"Y  que  el  deseo  nunca  se  ultrapase, 
Porque  de  lo  contrario,  otra  ventura 
Opuesta  fuera  Al  que  hace  y  que  deshace:       75 

"Lucha  tal  no  es  posible  en  esta  altura, 

Que  estar  en  caridad  aquí  es  preciso, 

De  Dios  considerando  la  natura,  78 

"Como  divina  voluntad  lo  quiso. 

Sin  apartarse  del  divino  agrado 

En  sus  deseos  corazón  sumiso;  si 

"Y  así,  sembrados  de  uno  en  otro  grado 

En  este  reino,  todo  nos  complace, 

Como  alto  Rey  lo  tiene  decretado.  84 

"Su  voluntad  es  la  que  todo  lo  hace: 

Hacia  El,  como  á  la  mar  todo  se  mueve, 

Lo  que  natura  cría  cual  le  place." —  87 

Claro  vi  entonces,  que  allí  todo  debe 
Ser  cielo  y  paraíso,  aunque  la  gracia 
Del  Sumo  Bien,  en  vario  modo  llueve.  90 

Mas  cual  suele  ocurrir  en  boca  lacia. 

Que  ora  le  harta  un  manjar  y  otro  apetece^ 

Que  este  pide,  y  a([uel  nunca  le  sacia.  93 

Así,  mi  anhelo  de  mirar  se  acrece 

El  fin  de  acjuella  inacabada  tela, 

En  que  la  lanzadera  desparece.  9c. 


KI.    l'ARAISO  — CANTO    III  557 


—  "  Perfecta  vida,  —  dijo,  —  mas  enciela 

A   una   nuijcr,  á  cuya  réjala  y   norma, 

l.n   vuestro  mundo  vístese  y  vSe  vela,  99 

"La  (jue  en  vida  y  en  muerte  se  conforma 
Ser  la  esposa  de  Dios,  (jue  el  voto  acepta, 
Con  caridad   que  á  todo  se  uniforma.  102 

"  Kn  edad  juvenil,  yo  fui  su  adepta; 

Huí  del  mundo,  y  de  su  hábito  vestida 

Juré  observar  la  repela  de  su  secta.  105 

''Mas  el  hombre  de  especie  pervertida, 

Del  dulce  claustro  me  arrancó  secuestra, 

¡Dios  sabe  cuál  después  fuera  mi  vida!  ios 

"Y  ese  nuevo  esplendor,  que  á  ti  se  muestra 

A  la  derecha  mía,  y  que  se  enciende 

En  estas  luces  de  la  esfera  nuestra,  -       m 

"Lo  que  digo  de  mi,  de  ella  se  entiende: 

Sóror  cual  yo,  le  fuera  arrebatado 

El  sacro  velo  que  su  sombra  extiende;  114 

"  Pero  devuelta  al  mundo  mal  su  grado 

Contra  las  leyes  de  la  buena  usanza. 

Guardó  en  su  corazón  su  velo  amado.  117 

"  La  luz  es  esa  de  la  gran  Constanza, 

En  que  el  segundo  Suabio  engendraría 

De  su  tercer  varón,  postrer  pujanza.  ' —  12c 

Y  en  seguida,  diciendo:  Ave  María, 
Se  disipó  en  su  atmósfera  cantando. 
Cual  peso  que  en  las  aguas  descendía.  123 


37 


558  DIVINA    COMEDIA 


La  vista  mía  la  siguió  mirando 

Hasta  que  su  visión  hube  perdido, 

A  mi  mayor  anhelo  retornando,  126 

Hacia  Beatriz  del  todo  convertido: 

Ella  me  fulguró  con  su  mirada, 

Y  en  el  primer  momento,  sin  sentido  129 

La  voz  quedó  en  mi  labio  retardada. 


CANTO  CUARTO 


Dudas  del  Poeta  acerca  de  Picarda  y  de  Constanza  que  no  rompieron  sus  votos 
voluntariamente.  —  Beatriz  combate  la  opinión  del  Poeta  y  le  manifiesta  el  error 
de  la  doctrina  de  Platón,  según  la  cual  las  almas  volvían  á  las  estrellas  de  que 
liabían  nacido.  —  El  Poeta  convencido  y  agradecido,  pregunta  si  los  votos  pueden 
compensarse  con  otras  buenas  obras.  —  La  mirada  de  Beatriz  se  enciende  con 
el  fuego  del  amor  divino,  y  el  Poeta  se  siente  deslumbrado. 


Como  entre  dos  manjares  atrayentes, 

El  hombre,  libre,  hambriento  de  la  vida, 

Antes  muere  que  hincar  en  uno  dientes,  3 

Tal  sucede  á  la  oveja,  que  perdida 

Entre  lobos,  se  encuentra  á  dos  temiendo, 

O  perro  entre  dos  gamos  de  perdida.  6 

Si  así  callaba  yo,  no  me  reprendo, 

Pues  por  dudas  mi  espíritu  espoleado. 

Lo  que  era  necesario,  no  encomiendo.  9 

Callaba,  y  el  deseo  bien  pintado 

En  mi  rostro  á  lo  vivo  se  veía, 

Aun  más  viviente  que  si  fuera  hablado.  12 

Hizo  Beatriz  lo  que  Daniel  un  día, 
La  ira  cruel  de  Nabuco  serenando. 
Que  tan  injusto  en  su  ímpetu  lo  hacía.  15 


560  DIVINA    COMEDIA 


—  ''Bien  veo,  —  dijo, ---te  hallas  oscilando 
Entre  un  deseo  y  otro,  y  su  atadura 
Quieres  romper,  tu  aliento  afuera  echando. 


is 


'*  Si  la  buena  intención,    ~  te  dices,  —  dura, 

¿Por  qué,  violencia  ajena  que  domina 

Del  merecer  acorta  la  mesura?  21 

''Hacia  la  duda  al  parecer  te  inclina 
Pensar  que  el  alma  vuelve  á  las  estrellas, 
Como  Platón  enseña  en  su  doctrina.  24 

"Esas  las  dudas  son  con  que  te  estrellas, 

Y  trataré,  probando  su  falsía, 

La  que  menos  veneno  tiene  de  ellas.  27 

"El  serafín  del  cielo  en  su  valía, 
Moisés,  Samuel  y  Juan  en  sus  peldaños, 

Y  todos  los  demás  hasta  María,  >o 

"No  tienen  más  arriba  otros  escaños 

Que  esas  almas  que  has  visto  en  giro  alterno, 

Ni  tienen  ser  por  más  ó  menos  años:  33 

"Embelleciendo  el  primer  cerco  eterno, 

Gozan  de  diferente  dulce  vida 

Cerca  ó  lejos  del  soplo  sempiterno.  36 

"Es  la  esfera  en  que  giran  más  tendida, 

Y  las  vistas,  tan  solo  son  el  signo 

De  la  primera  celestial  subida.  39 

"Y  con  este  lenguaje  te  designo 

Lo  (jue  por  sensación  el  hombre  aprende 

Y  íjue  es  materia  de  intelecto  digno.  42 


II,    I'AKAISO       <  A.N'IO    1\  561 


'*Por  eso  la   I'scritura  condesciende 

Con  vuestro  (uiieiidiiniento,  y  pies  y  mano 

A   Dios  le  da,  auncjue  otra  cosa  entiende.  45 

"La   Santa   Ip^Icsia,  con  aspecto  humano 

A  Miguel   y  á  Oabriel  los  representa, 

Y  al  otro  que  á  Tobías  hizo  sano.  48 

"  Lo  que  Timco  de  las  almas  cuenta 
Con  lo  que  acjuí  se  ve  no  configura, 
Si  es  que,  como  lo  dice,  tal  lo  sienta.  5i 

"Según  dice,  retorna  el  alma  pura 

Hacia  su  estrella  de  donde  ha  salido 

Al   darle  forma  humana  la  natura.  5+ 

''Tal  vez  en  su  sentencia,  otro  sentido 

Que  no  es  de  risa,  encierre  su  dictado, 

Que  en  intención  pudiera  ser  tenido.  57 

''Si  honor  ó  improbación  él  ha  pensado 

Atribuir  de  estas  orbes  á  la  influencia, 

Su  arco,  quizá  algo  cierto  haya  acertado.  60 

"  Tal  principio,  por  mala  inteligencia. 

Como  á  Jove,  por  casi  todo  el  mundo 

A  Marte  y  á  Mercurio  ha  deificado.  63 

"Otra  duda  te  trae  cogitabundo: 

Tiene  menos  veneno,  y  su  malicia 

No  podría  llevarte  á  mal  profundo.  es 

"Juzga  injusta  el  mortal  nuestra  justicia, 

Cuando  debiera  hallar  de  fe  argumento 

En  lugar  de  una  herética  injusticia.  69 


562  DIVINA    COMEDIA 


"Pero  puede  el  humano  entendimiento 
Penetrar  la  verdad  con  evidencia, 

Y  cual  deseas  quedarás  contento.  72 

"Si  esas  almas  pasivas  de  violencia, 

Inertes  se  entregaron  á  la  fuerza, 

No  hay  excusa,  no  habiendo  resistencia.  75 

'^La  voluntad  es  activa  si  se  esfuerza, 

Como  la  llama  viva,  que  subiendo, 

No  hay  violencia  posible  que  la  tuerza;  78 

"  Poco  ó  mucho  su  fuerza  sometiendo, 
Coopera  á  la  violencia  y  la  consiente, 

Y  esto  hicieron,  ser  libres  aun  pudiendo.  si 

"En  posesión  de  su  querer  consciente, 

Como  Mucio  al  tender  severa  mano, 

O  San  Lorenzo  en  la  parrilla  ardiente,  84 

"  Habrían  vuelto  por  camino  llano. 

Libres,  al  santo  sitio  antes  perdido. 

—  Pero  firme  querer,  no  es  siempre  humano! —     8" 

"  Con  esta  distinción,  si  has  comprendido 

Como  lo  debes,  tu  argumento  caso, 

Que  te  habría  en  errores  inducido.  ^0 

"Mas  otra  duda  se  atraviesa  al  paso. 

Que  no  puedes  salvar  tú  solamente 

Sin  que  se  agote  el  pensamiento  laso.  93 

"Cual  cosa  cierta  te  infundí  en  la  mente, 

Que  beatitud  y  mentira  no  condice, 

Pues  siempre  á  la  verdad  tiene  presente.  ^. 


EL   paraíso  -CANTO    IV  5^3 


"*  I^ste  aserto,  Picard.i  contradice, 
Pues  Constanza  lloró  su  velo  amado, 

Y  es  bueno  que  tal  caso  profundice.  99 

"Muchas  veces,  hermano,  de  mal  grado, 

Por  huir  de  un  pclij^ro,  se  consiente 

Hacer  lo  (jue  un  deber  nos  ha  vedado  ;  102 

''  Como  Almeón,  que  á  su  padre  fué  obediente, 
A  su  madre  matando,  sin  defensa, 

Y  (]ue  por  ser  piadoso,  fué  inclemente.  ios 

"Sobre  este  punto  delicado,  piensa 

Que  si  el  querer  á  fuerza  da  tributo, 

No  puede  disculparse  tal  ofensa.  ios 

"No  admite  mal  querer  que  es  absoluto, 

Y  si  consiente  de  temores  presa, 

Al  retraerse  coge  amargo  fruto.  iii 

"Pero  cuando  Picarda  así  se  expresa, 
Entiende  en  absoluto  el  albedrío, 

Y  yo  lo  otro,  y  la  contienda  cesa." —  ii4 

Así  las  ondas  de  aquel  santo  río 

Que  de  la  fuente  de  verdad  deriva. 

Dieron  la  paz  al  pensamiento  mío.  117 

—  "Oh  del  Amante  primo,  amada!  Oh  diva! 

—  La  dije,  —  cuyo  hablar  mi  ser  inunda 
Con  un  fuego  que  más  y  más  se  aviva! 


120 


''No  es  la  afección  que  siento,  tan  profunda 

Que  baste  á  compensar  gracia  con  gracia  : 

Mas  quien  todo  lo  ve,  respuesta  infunda!  ¡23 


564  DIVINA    COMEDIA 


"  Veo  que  el  intelecto  no  se  sacia 

Si  la  verdad  por  siempre  no  lo  ilustra, 

Y  que  solo  en  sus  ámbitos  se  espacia.  126 

"  Posa  en  ella,  cual  fiera  en  su  palustra, 

Cuando  puede  alcanzarla,  y  la  retiene, 

Sin  lo  cual,  todo  anhelo  al  fin  se  frustra;  129 

"  De  la  verdad,  la  duda  al  pie  se  tiene, 
Como  un  retoño;  que  es  de  su  natura 
Llevarnos  á  la  cima  que  conviene.  132 

"  Y  esto  me  mueve,  r  oh  celestial  criatura ! 

A  esclarecer  con  toda  reverencia 

Otra  verdad  que  me  parece  oscura.  135 

"  Puede  de  buenas  obras  la  excelencia 
Compensar  algún  voto  quebrantado. 
Inclinando  en  el  cielo  á  la  clemencia?" —  i?& 

Vi  de  Beatriz  el  ojo  iluminado 

Por  tantas  chispas  del  amor  divino. 

Que  volviendo  la  espalda  desmayado,  i4i 

Casi  perdido,  la  cabeza  inclino. 


CANTO  QUJNTO 


Beatriz  responde  ala  pregunta  del  Poeta,  disertando  sobre  la  naturaleza  del  voto 
V  como  es  posible  compensarlo.  —  Beatriz  y  el  Poeta  ascienden  hasta  la  esfera 
de  Mercurio,  donde  se  les  aparecen  millares  de  espíritus  que  vienen  á  sa 
encuentro.  —  Uno  de  ellos  ofrece  dar  al  Dante  las  explicaciones  que  le  pida. — 
Al  preguntar  el  Poeta  el  nombre  del  espíritu,  la  luz  en  que  éste  se  halla 
envuelto  se  aviva  tanto,  (jue  no  puede  soportarla  con  sus  ojos  mortales. 


—  "Si  en  mis  ojos  flamea  amor  ardiente, 

Como  en  la  tierra  nunca  visto  ha  sido, 

Que  ante  su  brillo  tu  ojo  es  impotente,  3 

"No  te  admire,  porque  ésto  lleva  unido 

La  perfecta  visión,  tal  como  aprende 

vSu  marcha  el  pie,  por  la  verdad  movido.  6 

"Bien  veo  ya  como  en  tu  mente  esplende 

La  luz  divina  que  por  siempre  luce, 

Y  que  con  solo  verla  amor  enciende;  9 

"Y  si  otra  cosa  nuestro  amor  seduce, 
Es  tan  solo  de  aquella  algún  vestigio 
Mal  mirado,  que  en  ella  se  trasluce.  12 

"  Quieres  saber,  si  un  bien  con  su  prestigio 

Contra  violado  voto  pueda  tanto 

Que  al  ánima  asegura  su  litigio." —  15 


566  DIVINA    COMEDIA 


Así  Beatriz  encomenzó  este  canto, 

Y  como  hombre  que  sigue  lo  que  empieza 
Siguió  el  proceso  del  discurso  santo:  is 

—  "El  don  mayor  que  Dios  en  su  largueza 
Hizo  creando,  con  bondad  colmada, 

Y  para  El  más  conforme  á  su  grandeza,  21 

"Fué  el  de  la  voluntad  deliberada, 

De  que  toda  criatura  inteligente 

Por  la  gracia  especial  está  dotada.  24 

"Ora  verás,  juzgando  con  tu  mente 

El  gran  valor  del  voto,  y  si  es  exacto 

Que  Dios  asiente  á  lo  que  el  hombre  asiente;  27 

"  Que  al  firmar  entre  el  hombre  y  Dios  el  pacto, 

Víctima  voluntaria,  ese  tesoro 

Se  ofrece,  como  digo,  por  tal  acto.  30 

"¿Qué  puede  compensarlo  con  decoro? 

Creerás  hacer  buen  uso  de  lo  oferto 

Volviendo  plomo  si  robaste  el  oro?  33 

"Del  punto  principal,  esto  es  lo  cierto; 

Mas  si  la  santa  Iglesia  lo  dispensa. 

Lo  que  te  he  dicho  quedaría  incierto.  36 

"No  te  levantes  de  esta  mesa  inmensa: 

Porque  el  duro  alimento  que  has  probado, 

Con  fuerza  digestiva  se  compensa.  39 

"Abre  la  mente  á  lo  que  te  he  enseñado, 

Y  guárdalo  entre  ti,  pues  no  da  ciencia 

Oír  sin  retener  lo  ya  escuchado.  42 


KL    TARAISO  — CANTO    V  567 


"Dos  cosas  corresponden  á  In  esencia 
Del  sacrificio:  l.i  una,  la  empeñada; 

Y  la  otra   is  la   ofrecida  convenencia.  as 

"  Ksta  última  no  (jueda  cancelada, 

Si  no  se  cumple;    y   explicada  ha  sido 

En  lo  demás  con  precisión  sobrada.  48 

"  Por  necesario,  fuéles  permitido, 
A  los  Hebreos  permutar  ofrenda 
Alguna  vez,  como  lo  habrás  leído.  5i 

''Puede  que  lo  primero,  esto  comprenda, 

Como  materia,  en  lo  que  no  se  manca, 

El  voto  permutando  por  la  enmienda.  S4 

"Mas  nadie  de  su  espalda  el  peso    arranca 

Por  propia  voluntad,  si  no  da  vuelta, 

Bien  la  llave  amarilla,  bien  la  blanca;  57 

"Y  cualquiera  permuta  es  mal  resuelta, 

Si  no  lleva  la  cosa  que  la  ha  dado. 

Como  el  cuatro  en  el  seis,  se  encuentra  envuelto.  60 

"Pues  vale  y  pesa  tanto,  lo  pesado 

Por  su  valor,  que  en  toda  fiel  balanza. 

Por  su  valor  tiene  que  ser  pagado.  63 

"Mortales!  no  toméis  mi  voto  á  chanza: 

Cumplid  el  voto  de  piedad  sincera; 

No  cual  Jefté  en  su  cruel  lealtanza;  66 

"Que  en  decir:  Uzee  mal^  mejor  hiciera, 

Y  no  hacer  lo  peor,  como  un  estulto. 

Como  el  gran  rey  de  Grecia  procediera,  69 


568  DIVINA    COMEDIA 


"Que  de  Ifijenia,  en  llanto  bañó  el  bulto, 

Y  hace  llorar  al  loco  y  sabio  grave, 

Que  oyen  hablar  de  semejante  culto.  72 

"Sed  cristianos;  que  os  mueva  causa  grave: 

No  seáis  como  pluma  á  todo  viento, 

Ni  penséis  que  toda  agua  manchas  lave.  75 

"Tenéis  el  Viejo  y  Nuevo  Testamento, 

Y  el  Pastor  de  la  Iglesia  es  vuestro  guía: 

Esto  basta  del  alma  al  salvamento.  78 

"Si  os  grita  al  oído  la  codicia  impía. 

Sed  hombres,  y  no  estúpida  borrega, 

A  quien  pueda  mofar  gente  judía.  si 

"No  cual  cordero  hagáis,  que  se  despega 

Del  pezón  de  la  madre  y  que  lascivo 

Consigo  mismo  retozando  brega. "  —  84 

Esto  dijo  Beatriz,  como  lo  escribo; 

Y  volvióse  después  toda  anhelante 

Hacia  el  punto  del  mundo  que  es  más  vivo.      í^7 

Y  su  silencio,  al  trasmutar  semblante, 
Silencio  imponen   á  mi  ardiente  anhelo 

Que  ya  nuevas  cuestiones  ve  delante.  90 

Como  saeta  que  en  su  raudo  vuelo 

Hiere,  cuando  aún  la  cuerda  no  está  quieta, 

Así  alcanzamos  el  segundo  cielo.  93 

Leda  Beatriz,  al  alcanzar  la  meta 

De  la  luz  de  aquel  cielo  reluciente, 

Más  luminoso  pareció  el  planeta.  96 


l.L    l'ARAISO-  CANTO    V  569 


Y  si  la  estrella  se  lii/.o  sonriente 
¿Qué  podría   yo  hacer,  (jue  por  natura 

Soy   nuulahle  mortal  innatamente?  99 

("orno  en   una  pesquera  quieta  y   pura, 

Se  precipitan  peces  nadadores, 

Kn  lo  (|ue  cae  buscando  sn   pastura,  102 

Así  miré  venir  mil   esplendores 

A  nosotros,  y  en  cada  cual  se  oía: 

Ved  qiíioi  viene  á  acrecer  miestros  amores.      105 

Kse  enjambre  de  sombras  que  venía, 

Se  mostraba  colmado  de  leticia 

En  el  claro  fulgor  que  se  esparcía.  ios 

Piensa,  lector,  si  lo  que  aquí  se  inicia 

Se  interrumpiera,  cual  te  angustiaría 

No  ver  el  fin  de  la  eternal  caricia.  iii 

Y  podrás  estimar  la  simpatía, 

Si  el  tuyo  y  mi  deseo  parangono, 

Cuan  ancioso  de  oírlas  estaría!  114 

"¡Oh  bienaventurado!  á  quien  el  trono 
Del  triunfo  eterno  dado  es  ver  por  gracia, 
Sin  hacer  de  milicia  el  abandono!  117 

"La  luz  que  en  estos  ámbitos  se  espacia 
Nos  ilumina.  —  Di  lo  que  deseas, 

Y  en  nuestra  ardiente  caridad  te  sacia." —         120 

Oh  caridad,  que  armónica  flameas! 

Tú  me  hablaste  así!  Beatriz  diciendo: 

—  "Puedes  creerlas  cual  si  fuesen  deas."  123 


570  DIVINA    COMEDIA 


—  "  Que  tenéis  vuestros  nidos  estoy  viendo, 
En  vuestra  propia  luz,  pues  la  mirada 
Resplandece  en  tus  ojos  sonriendo.  126 

"Mas  quién  eres  no  sé,  oh  alma  elevada. 

Ni  por  qué  permaneces  en  la  esfera. 

Que  se  esconde  al  mortal,  de  luz  velada!" —  129 

Esto  dije,  mirando  á  la  lumbrera. 
Que  primero  me  hablara  con  amores, 

Y  aun  más  luciente  de  lo  que  antes  era.  132 

Como  el  sol  con  sus  propios  resplandores 

Se  oculta  por  su  luz,  cuando  consume 

Con  su  calor,  del  aire  los  vapores,  135 

Mas  gozosa  de  nuevo  se  reasume 
Dentro  á  su  rayo  la  figura  santa, 

Y  encerrada  en  la  forma  que  así  asume,  i38 

Habló,  como  el  siguiente  Canto  canta. 


CANTO  SEXTO 


El  físpiritu  interrojíado  por  el  Poeta,  le  manifiesta  que  e.s  el  emperador  Justiniano. 
—  Relata  los  altos  lieclios  de  la  historia  romana,  de  que  el  águila  imperial  es 
símbolo,  V  <jue  declara  injuriada  por  güelfos  y  gibelinos  al  adoptarla  por  en- 
seña de  guerra.  —  Agrega  que  la  estrella  de  Mercurio  está  habitada  por  los 
que  hicieron  grandes  cosas  por  el  pensamiento  y  por  la  acción,  dejando  renom- 
bre y  progenie.  —  Para  vengar  la  memoria  de  Romeo,  primer  ministro  del 
conde  de  Provenza,  Raimundo  Berenger,  mal  pagado  por  éste,  hace  el  elogio 
de  aquél. 


—  "  Constantino,  del  águila  la  insignia, 

Contra  el  Sol  la  volvió;  que  antes  siguiera 

Al  héroe  antiguo  que  ganó  á  Lavinia.  3 

''Por  cien  años  y  cien,  se  mantuviera 

En  el  confín  de  Europa,  venerada, 

Cerca  del  mismo  monte  en  que  naciera.  6 

''Bajo  la  sombra  de  ala  consagrada 

Al  mundo  gobernó  de  mano  en  mano, 

Hasta  que  fué  á  mis  manos  entregada.  9 

"Yo  César  fui;  he  sido  Justiniano, 

Que  por  querer  del  primo  amor  que  siento, 

Limpié  las  leyes  de  su  exceso  vano.  12 

"  Antes  de  realizar  tan  noble  intento, 

Una  sola  natura  veía  en  Cristo, 

Y  lo  creía,  con  tal  fe  contento.  15 


S12  ÜIVINA    COMEDIA 


"Mas  el  Santo  Agapito,  que  provisto 
Fué  cual  Sumo  Pastor,  con  fe  sincera 
Me  hizo  ver  lo  divino  en  Jesucristo.  is 

Creíle;  y  lo  que  el  Santo  me  dijera, 
Cual  tú  lo  ves,  hoy  veo  claramente, 
Pues  de  dos  cosas,  una  es  verdadera.  21 

"  Así  que  de  la  Iglesia  fui  creyente, 
A  Dios  plugo  inspirarme  voluntario. 
La  grande  obra  á  que  díme  enteramente  24 

"De  las  armas  di  el  mando  á  Belisario, 
Cuya  diestra  del  cielo  fué  conjunta, 
Marcándome  reposo  necesario.  27 

"Ya  he  contestado  á  tu  primer  pregunta; 
Pero  hay  una  cuestión  que  se  interpone, 

Y  me  obliga  á  seguir,  porque  se  ayunta;  30 

"Para  mostrarte  no  hay  razón  que  abone, 

A  quien  combate  el  sacrosanto  signo, 

Si  se  lo  apropia  ó  bien  si  se  le  opone.  33 

"Ve  por  cuantas  hazañas  se  hizo  digno 

De  reverencia,  desde  aquel  momento 

En  que  marcó  Palante  su  destino.  36 

"Bien  sabes  tú,  que  en  Alba  tuvo  asiento 
Por  tres  siglos,  peleando  por  su  gloria 

Y  al  fin  tres  contra  tres  con  noble  aliento.         39 

"  De  las  Sabinas  sabes  bien  la  historia, 

Y  de  Lucrecia,  y  de  los  siete  regios 

Que  en  contorno  dictaron  la  victoria.  42 


RL    l'AKAISO-  CANTO    VI  573 


"Sabes,  (juc  los  romanos  más  ej^^regios 
La  contlujeron  contra   Pirro   y   Hreno, 

Y  otros  reyes  de  graneles  privilegios.  45 

'*  A   c'l   le  deben  'i  orcuato,   y   Quinto  el  bueno 

De  inculta  cabellera,  y  Fabio  y  Decio, 

La  fama  de  que  el  mundo  se  halla  lleno.  48 

"  Los  Árabes  domó  en  combate  recio, 

Que  de  Aníbal  en  pos  Alpes  cruzaron, 

Donde  bajas  ¡oh  Po!  de  monte  Helvecio.  51 

A  su  sombra,  muy  jóvenes  triunfaron 

Pompeyo  y  Escipión;  y  en  la  colina 

Donde  naciste  tú,  muchos  lloraron.  54 

*  Después  que  plugo  á  voluntad  divina 
Dar  al  mundo,  de  paz  día  sereno, 
Roma  en  manos  de  César  lo  consigna.  57 

"Lo  que  hizo  el  signo  desde  el  Vaz  al  Reno 
Lo  vio  el  Iser,  el  Era,  lo  vio  el  Sena, 

Y  los  valles  del  Ródano  en  su  seno;  60 

"  Y  lo  que  hizo  saliendo  de  Ravena, 

Pasando  el  Rubicón,  fué  de  tal  vuelo, 

Que  la  lengua  y  la  pluma  se  refrena.  63 

"Y  las  huestes  llevó  de  España  al  suelo; 

Luego  á  Durazzo;  y  en  Farsalia  dando, 

Hasta  el  caliente  Nilo  sintió  el  duelo.  66 

"Hacia  el  Simois  y  Antandro  retornando, 

—  Tumba  de  Héctor,  que  hoy  son  ruinas  troyanas,  — 

Por  mal  de  Tolomeo  fué  volando.  69 


38 


574  DIVINA    COMEDIA 


"Vino,  y  cual  rayo  de  alas  soberanas 

Venció  á  Juba,  corriendo  al  Occidente, 

Al  sentir  las  trompetas  pompeyanas.  72 

''Por  lo  que  hizo  este  signo  prepotente, 

Casio  con  Bruto  abajo  están  ladrando, 

Lloran  Peruza  y  Módena  doliente.  75 

"Y  aun  Cleopatra  la  triste  está  llorando, 
La  que  huyó  del  peligro,  y  por  despojo 
Al  áspid  entregó  su  seno  blando.  ts 

"Con  él  corrió  hasta  el  linde  del  Mar  Rojo; 
El  mundo  fué  con  él  pacificado, 

Y  del  templo  de  Jano  echó  el  cerrojo.  8I 

"Pero  este  signo  de  que  tanto  he  hablado, 

Y  hecho  había,  y  haría  en   lo  futuro. 

En  el  reino  mortal  que  ha  dominado,  84 

"  Aparece  pequeño  y  aun  oscuro 
Si  en  el  César  tercero  se  le  mira 
Con  ojo  claro  y  con  aspecto  puro;  87 

"  Que  la  viva  justicia  que  me  inspira, 

Le  concedió,  llevándole  en  su  mano. 

La  gloria  de  vengar  del  cielo  la  ira.  oo 

"Y  admírate,  su  esfuerzo  soberano 
Hizo  á  Tito  tomar  digna  venganza 
De  la  venganza  del  pecado   humano.  93 

"Y  cuando  el  diente  del  lombardo  alcanza 
A  la  Iglesia  á  morder,  bajo  su  auspicio, 
Carlomagno  venciendo,  es  su  esperanza.  9(, 


KL    l'AKAISO  -CANTO    VI  575 


''Ora  puedes  juzjrar  por  este  indicio 

A  los  (jiie  antes  juz^riiá  y  he  condenado, 

Causas  de  tanto  humano  maleficio.  w 

"Uno,  al  signo  con  lises  ha  afrentado, 
Y  el  otro  se  lo  apropia  por  su  parte; 
Que  es  difícil  saber  cual  más  culpado.  102 

'-Que  siga  el  Gibelino  y  siga  en  su  ai  ce 

Bajo  otro  cielo,  que  no  ampara  el  cielo 

Al  quG  de  la  justicia  marcha   aparte.  105 

'*  No  abatirla  pretendan  en  el  suelo 

Carlos,  ni   Güelfos;  teman  á  su  garra 

Que  á  más  valiente  león  dejó  sin  pelo.  10» 

"A  veces  la  justicia  al  hijo  agarra 

Por  la  culpa  del  padre;  y  no  se  cura 

Que  trueque  en  lirio  el  águila  su  garra.  iii 

"Esta  pequeña  estrella  se  rodea 
De  espíritus  benéficos  y  activos 
Que  dejaron  en  pos  fama  y  ralea;  ii4 

"  Que  cuando  por  terrenos  atractivos 

Los  deseos  desvían  á  la  gloria, 

En  menos  luz  quedan  aquí  cautivos  117 

"Si  la  paga  con  la  obra  meritoria 

Medimos,  encontramos  la  leticia 

Siempre  igual,  por  igual  consolatoria.  120 

"Aquí  se  endulza  en  vivida  justicia 

Nuestro  afecto,  tan  libre  de  pasiones. 

Que  no  puede  torcerlo  la  nequicia.  123 


576  DIVINA    COMEDIA 


"Diversas  voces  forman  dulces  sones: 

Y  así  en  diversos  grados  se  concita 

La  armonía  celeste  en  sus  regiones.  126 

"  Y  dentro  á  la  presente  margarita 

Luce  su  luz  Romeo:  su  obra  buena, 

La  gente  ingrata  declaró  maldita.  129 

"  Empero,  el  provenzal  de  su  condena 

No  se  ha  reído:  que  quien  mal  camina 

Así  mismo  se  busca  daño  y  pena.  132 

"Cuatro  hijas  tuvo,  cada  cual  regina; 

Raymundo  Berenger,  quien  las  hiciera, 

Fué  una  humilde  persona  peregrina.  135 

"Torpe  consejo  á  su  señor  moviera, 
A  pedirle  sus  cuentas  á  ese  justo, 

Y  por  diez,  siete  y  cinco  desvolviera.  138 

"Fuese  pobre,  cuando  era  ya  vetusto, 

Y  si  el  mundo  supiera  su  valía, 

Al  mendigar  su  pan  triste  y  augusto,  i4i 

"Más  de  lo  que  lo  ensalza,  ensalzaría." 


CANTO  SÉTIMO 


Las  palabras  de.  Justiniano  hacen  nacer  nuevas  dudas  en  el  ánimo  del  Poeta.  —  Le 
parece  extraño  que  Jesucristo  haya  merecido  ser  crucificado,  y  que  los  judíos, 
culpables  del  pran  crimen,  hayan  sido  castigados  con  justicia.  —  No  alcanza  por 
qu '•  Jt'sús  escogió  ese  modo  extraordinario  de  redención.  —  Beatriz  le  convence 
de  la  justicia  de  una  y  otra  cosa,  revelándole  el  secreto  de  la  doctrina,  y  le  habla 
de  la  inmortalidad  del  alma,  y  de  la  resurrección  de  la  carne. 


Hossamia,  sanius  Deus  sabaóth, 

Snperillustrans  claritate  tua 

Felices  ignes  horuin  malaoth!  3 

Así  canta  y  en  rueda  continúa 

Ante  mi  oído  y  vista  la  sustancia 

En  que  una  doble  luz  se  perpetúa.  6 

Y  movidas  al  par  en  consonancia, 
Como  chispas  las  sombras  pasar  veo, 

Y  súbitas  perderse  en  la  distancia.  9 

Yo  dudando,  no  sé  ni  lo  que  creo, 

Y  me  digo  entre  mí:  Oh,  Beatriz  mía! 

Mi  sed  apaga!  sin  tu  voz  flaqueo!  12 

Mas  el  grande  respeto  que  sentía, 
Apenas  pronunciado  el  B  y  el  Iz, 
Como  á  un  hombre  dormido  me  oprimía.  l=> 


578  DRiNA    COMEDIA 


De  tal  estado  me  sacó  Beatriz, 

Y  comenzó,  radiante  en  su  sonrisa, 

Que  haría  con  su  fuego  á  un  ser,  feliz.  is 

—  "  Según  segura  inspiración  me  avisa, 

Pena  y  justa  venganza  juntamente, 

Tu  comprensión  mantiene  aun  indecisa.  21 

"Mas  yo  te  alumbraré  la  oscura  mente: 

Escucha  bien,  que  la  palabra  mía. 

De  una  grande  verdad  te  hará  presente.  24 

"Por  no  sufrir  el  freno  que  regía 
Su  voluntad,  el  hombre  no  nacido, 
Perdiéndose,  su  prole  perdería.  27 

"Y  así,  el  género  humano  sumergido 

Vivió  por  muchos  siglos  en  error, 

Hasta  que  el  Verbo  Santo  fué  venido.  so 

"La  natura  divina  del  Creador, 

A  la  humana  natura  unió  en  persona, 

Por  movimiento  de  su  eterno  amor.  33 

"Atiende,  y  bien  con  mi  razón  razona: 

Está  natura  á  su  Hacedor  unida, 

Cual  fué  creada,  su  bondad  abona;  36 

"  Mas  fué  por  ella  misma  despedida 

Del  Paraíso,  porque  incautamente 

Dejó  la  senda  de  verdad  y  vida;  39 

"Así  la  pena  de  la  cruz  pendiente, 

Si  en  el  orden  humano  se  mensura, 

Impuesta  fué  cual  nunca  justamente.  42 


EL  paraíso  -  CANTO   Vil  579 


"  \    ninp^una  pudiera  ser  más  dura 
Mirando   ¡í   la   Persona   (juc  sufría 
^'   (jui-   hal)t.i   asumido   tal    natura. 


45 


'•!)(;   i^ual   causa  otro   efecto   provenía 

Que  al   Judío  y  á  Dios  plugo  una  muerte, 

Que   al  conmover  la  tierra,  el  cielo  abría.  i« 

''Y  así,  no  debe  extraño  parecerte, 

Que  se  diga,  (jue  fué  venganza  justa, 

La  que  después  vengó  justicia  fuerte.  51 

"Mas  veo  que  en  tu  mente  más  se  ajusta 

V\\  nudo,  y  de  la   duda  al  bamboleo, 

Hn  ella  la  verdad  no  bien  se  incrusta.  54 

'*Tu  dices: — Lo  que  escucho  bien  lo  creo, 
Mas  por  qué,  Dios  quisiera,  me  es  oculto, 
Darnos  tal  redención,  eso  no  veo. —  f^i 

"  Este  decreto,  hermano,  está  sepulto 

A  los  oíos  de  ser  inteligente 

Que  en  las  llamas  de  amor  aun  no  es  adulto.  60 

'•  Como  en   este  misterio,  ciertamente 

Mucho  se  mire  y  poco  se  discierna, 

Su  gran  razón  haré  más  evidente.  63 

"  La  divina  bondad,  que  de  sí  externa 
Todo  rencor,  y  ardiendo  en  sí  cintila, 
Y  así  desplega  su  belleza  eterna, 


66 


"  Lo  que  directamente  ella  destila 
No  tiene  fin,  porque  jamás  se  mueve 
Su  sello,  cuando  próvida  sigila; 


69 


580  DIVINA    COMEDIA 


"Lo  que  por  su  virtud  de  lo  alto  llueve, 

Libre  es  del  todo,  por  no  estar  sujeto 

A  otra  causa  menor  lo  que  promueve,  72 

"  Lo  semejante,  le  merece  afecto. 

Que  el  santo  ardor  que  en  todo  resplandece, 

Vivifica  la  causa  y  el  efecto.  is 

"  Con  estos  dones  su  virtud  acrece 
La   humanidad:  si  la  criatura  falla. 
De  su  innata  nobleza  desmerece: 


"  El  pecado  del  todo  la  avasalla, 

Y  más  se  aleja  de  aquel  Bien  divino. 

Cuanto  en  ella  su  blanca  luz  desmaya. 


78 


81 


"Y  no  recobra  su  frescor  prístino. 

Si  de  culpa  el  abismo  no  es  colmado; 

Que  mal  placer,  tiene  el  dolor  condigno.  84 

"Cuando  el  humano  germen  fué  manchado, 
Su  dignidad  perdió  con  esos  dones, 

Y  fué  del  Paraíso  desterrado,  87 

"Que  recobrar  no  puede;  y  si  te  pones 

A  meditar  con  suma  sutileza 

Llegarás  á  dos  solas  conclusiones:  90 

"  O  que  Dios  por  sí  mismo,  y  por  largueza 
Perdonará  por  sí,  ó  el  hombre  mismo 
Rescatará  en  la  pena  su  flaqueza.  93 

"  Fija  tu  ojo  en  el  fondo  del  abismo 
Del  eterno  pensar,  en  cuanto  es  dado, 

Y  escucha  mis  razones  asimismo.  9c> 


EL    I'AKAISÜ— CANTO    VTí  581 

"  Kl   hombre  en  su   iiatur.'i  limitado, 

Mal   poilía   pajrar  con   la   obediencia, 

Aun  postr;indose  humilde  y   humillado,  Q9 

''Cuánto  se  alzo  soberbio  en  su  presencia; 

Y  por  esto,  la  culpa  no  ha  podido 

Kl  hombre  rescatar  en  su  impotencia ;  102 

"Y  (jue  al  juicio  de  Dios  ha  convenido 
X'^olver  al  hombre  á  su  plenaria  vida, 

Y  si  una  di^o,   dos  he  comprendido.  ios 

"  Mas  siendo   la  obra  tanto  más  querida 

Cuánto  más  al  obrero  representa. 

De  su  bondoso  corazón  nacida,  ios 

"  La  divina  bondad  que  al  mundo  alienta, 

Procediendo  por  esta  doble  vía, 

Al  rescataros  se  encontró  contenta.  iii 

'*  Entre  noche  final  y  primo  día, 

Nunca  un  acto  más  alto  y  más  grandioso 

Se  vio,  ni  se  verá,  ni  se  podría;  ii4 

"Porque  al  darse,  fué  Dios  más  generoso. 

Habilitando  al  hombre  á  rescatarse, 

Que  en  perdonar  la  falta  bondadoso.  117 

"De  otro  modo  no  pudo  compensarse 

A  la  justicia,  si  de  Dios  el  Hijo 

No  se  hubiera  humillado  hasta  encarnarse.        120 

"Ora  quiero  llevar  tu  anhelo  fijo, 
Volviendo  al  punto  á  que  de  nuevo  llego 

Y  veas  por  qué  senda  te  dirijo.  123 


582  DIVINA    COMEDIA 


"  Dices :    Yo  veo  el  aire,  el  agua,  el  fuego, 

Y  la  tierra  con  todas  sus  mixturas, 

Venir  á  corrupciÓ7i,  perderse  luego.  I26 

"Estas  cosas  creadas,  fueron  puras; 

Y  siendo  lo  que  digo  verdadero, 

Contra  la  corrupción  fueron  seguras.  129 

"Los  ángeles,  oh  hermano!  y  el  sincero 
Mundo  en  que  estás,  han  sido  bien  creados, 

Y  gozan  puros  de  su  ser  entero.  132 

"  Mas  los  cuatro  elementos  ya  nombrados, 

Y  las  cosas  que  engendran  y  retienen, 

Por  creada  virtud  son  informados.  135 

"Creada  fué  la  materia  que  contienen, 

Y  su  virtud  informativa,  y  tantas 
uantas  estrellas  y  potencia  tienen.  I38 


r^ 


"El  alma  de  los  brutos  y  las  plantas, 

Y  la  sustancia  que  la  mueve,  gira 

Bajo  la  influencia  de  las  luces  santas.  \\\ 

"  Mas  por  sí  misma  nuestra  vida  inspira 

La  alta  bondad,  que  de  ella  la  enamora, 

Con  un  anhelo  que  jamás  espira.  144 

"Y  de  esto  puedes  deducir  ahora. 

Vuestra  resurrección  bien  meditada. 

Como  la  humana  carne  nació  en  su  hora  147 

"Y  en  los  primeros  padres  fué  creada." — 


CANTO  OCTAVO 


El  culto  de  Venus  en  la  antigüedad.— Sube  el  Poeta  á  la  estrella  de  Venus,  que 
ejnbcllece  con  su  luz  d  Beatriz,  y  admira  la  felicidad  d«;  los  que  fueron  inflama- 
dos por  la  pasión  del  amor  y  la  dominaron.  —  Viene  á  su  encuentro  Carlos 
Martcl,  joven  heredero  de  la  corona  de  Hungría,  qnien  le  pinta  la  índole  per- 
versa de  su  hermano  Roberto,  contraria  á  la  de  Carlos  II,  su  padre. —  Dante 
le  interroga  sobre  las  causas  que  hacen  degenerar  á  los  hijos. —  Carlos  Martel 
le  revela  lo  próvida  que  es  la  naturaleza  y  le  manifiesta  el  error  de  los  que 
descuidan  sus  saludables  indicaciones. 


Creía  el  mundo  en  su  profano  ciclo, 

Que  la  bella  Ciprina,  los  amores 

Presidía,  brillando  en  su  epiciclo.  3 

Y  así,  le  tributaba  los  honores 
Del  sacrificio  y  voto  agradecido, 

La  antigua  gente  imbuida  en  sus  errores,  6 

Que  veneraba  á  Dione  y  á  Cupido, 

La  una  por  madre,  y  otro  por  ser  hijo. 

Quien  en  las  faldas  se  sentó  de  Dido.  9 

Y  de  Venus,  como  antes  ya  se  dijo. 
El  nombre  daban  á  la  blanca  estrella, 

Que  en  pos  ó  antes  del  sol  es  astro  fijo.  12 

De  como  pude  levantarme  hasta  ella 

No  lo  se,  pero  vi  que  iluminada 

Por  su  fulgor,  era  Beatriz  más  bella.  is 


584  DIVINA    COMEDIA 


Como  chispas  de  viva  llamarada, 

Ó  voces  ora  graves,  ora  tiernas, 

Se  notan  en  cantata  concertada,  is 

Contemplo  en  esa  luz  muchas  lucernas 

Girar  en  alternados  movimientos, 

Según  las  hieren  luces  sempiternas :  21 

De  fría  nube  nunca  raudos  vientos, 

\  istos  ó  no,  bajaron  tan  festinos 

Que  parecieran  tardos  y  muy  lentos.  24 

Al  ver  los  luminares  peregrinos 

A  nosotros  venir,  rompiendo   el  giro 

Que  comienza  en  los  ángeles  divinos,  27 

En  pos  de  aquellos  que  delante  admiro, 

Sonó  el  Hosanna  tan  divinamente. 

Que  desde  entonces  á  escucharle  aspiro.  30 

Uno  de  ellos  paróse  á  nuestro  frente. 
Solo,  y  me  dijo: — "Aquí  todo  te  asiste: 
Goza  en  el  goce  de  esta  noble  gente, 


33 


''  Que  entre  celestes  príncipes  existe, 

Y  que  de  giro  en  giro  te  promete. 

Lo  que  en  el  mundo  alguna  vez  dijiste:  36 

"  Voi^  che  intendeno  ti  terzo  ciel  movete! 

Y  es  tanto  nuestro  amof  para  tu  agrado. 
Que  hace  que  el  giro  nuestro  aquí  se  aquiete.'' 


39 


Después  que  reverente  hube  mirado 

Los  ojos  de  mi  guía  y  mi  Señora, 

Y  que  fui  por  sus  luces  confortado,  42 


liL   1'.U<A1S0  — CANTU    MU  585 

Volvime  hacia  la  luz  tan   j)rom¡sora, 

Y  tan  solo:  Quien  eres)  la  voz  mía 

Articuló,  si   1)ii'n   halagadora.  45 

Oh !  cuánto  y  cómo  vi  que  se  acrecía 
Su  brillo,  en  nuevo  goce  transportado 
Al  escucharme  hablar,  con  alegría!  4« 

Y  radiante  me  habló: — "Corta  morada 
Hice  en  el   mundo:  de  haber  larga  sido, 

Harta  desgracia  fuérame  evitada.  51 

^  Esta  leticia  de  que  estoy   circuido, 

Me  envuelve  con  su  velo  esplendoroso, 

(Cuasi  animal  que  en  seda  está  escondido).  54 

"Mucho  me  amaste  en  vida,  cariñoso: 

Yo,  si  hubiera  vivido,  te  brindaba, 

Más  que  la  hoja  y  la  flor,  fruto  jugoso.  ^i 

''  Toda  la  izquierda  orilla  en  que  se  lava 

Hl  Ródano  y  el  Sorga  mixturado, 

Por  su  señor  más  tarde,  me  esperaba;  60 

'•  Y  aquel  cuerno  de   Ausonia,  rematado 

En  Bari,  y  en  Gaeta  y  en   Cretona, 

En  que  al  mar,  Tronto  y  Verde  es  derramado.        63 

'*  Ya  en  mi  frente  brillaba  la  corona 

De  aquella  tierra  que  el  Danubio  riega, 

Cuando  playas  tudescas  abandona:  66 

'•  Y  la  bella  Tinacria,  á  donde  llega 

En  Pachino  y  Pilero  sobre  el  golfo. 

El  humo  denso   con  que  el  Euro  brega,  69 


586  DIVINA    COMEDIA 


"  Sin  que  el  Trifeo  sople  en  el  regolfo ; 

Sus  monarcas  legítimos  tuviera, 

Hijos  de  mí,  de  Carlos  y  Rodolfo,  72 

"  Si  el  mal  gobierno  al  pueblo  no  moviera 

A  sacudir  el  yugo  y  lo  indujese 

A  gritar  en  Palermo:  /Muera/  Muera!  75 

"Si  estos  casos  mi  hermano  preveyese, 

La  Cataluña  pobre  y  avarienta 

Es  probable  no  tanto  protegiese;  78 

"Porque  en  verdad,  contra  sí  mismo  atenta. 
Quien  de  nada  se  cuida,  y  que  su  barca 
Recarga  más,  si  el  peso  no  sustenta.  si 

"  De  rica  estirpe  y  de  natura  parca. 

Precisaba  tener  una   milicia 

Que  no   cuidase  del  dinero  en  arca." —  84 

Yo  le  repuse: — "Crece  la  leticia 

Que  me  infundes,  señor,  pues  pienso  y  creo, 

Que  se  termina  el  bien  en  quien  lo  inicia,  37 

"Y  tú  lo  sientes  como  yo  lo  veo, 

Y  es  por  eso  tu  hablar  tanto  más  grato, 

Cuanto  discierne  el  divinal  deseo.  90 


"Bien  que  feliz,  mis  dudas  aun  combato. 
Que  al  escucharte  nacen  nuevamente, 
Como  de  dulce  germen,  fruto   ingrato." 


93 


Esto  á  él,  y  él  á  mí:  —  "Si  bien  patente 

La  verdad  te  mostrase  á  tus  razones, 

La  espalda  dieras  á  que  das  la  frente.  9c 


KL    I'AKAISO— CANTO    \  111  5H7 

''  l'.l  l)ieii  (juc  rejT^ocija  estas  regiones, 

l^n  (jiie   feliz  te  eK;vas,  providente 

Difunde  en  grandes  ciclos,  grandes  dones:  </) 

"Y   no   vela  por  ellas  solamente 

l'.n  su  mente,  por  siempre  en  sí  perfecta, 

Sino  t.iml)ién  por  su  salud  inmanente;  102 

"Pues  lanzada  de  su  arco  la  saeta, 

Predestinada  hacia  su  fm  se  inclina, 

Como  flecha  que  al   blanco  va  directa.  105 

''  De  otro  modo,  la  luz  que  te  encamina 
Produciría  su  contrario  efecto, 

Y  su  obra,  en  vez  de  un  acto,  fuera  ruina.        ios 

"Y  esto  no  puede  ser,  si  el  intelecto 
Que  mueve  estas  estrellas  no  ha  fallado, 
Creando  en  su  origen  orden  imperfecto.  iii 

"Dime  si  bien  tus  dudas  he  aclarado?" — 

Y  yo: — "No  más:  pues  veo  claramente, 

Que  natura  no  falla  á  lo  creado." —  114 

Siguió  hablando: — "Sería  procedente 

Que  en  la  tierra  viviese  el  hombre  aislado?" — - 

(Yo  contesté:  —  "Oh  no  seguramente.") —         117 

— "  Sería  bien,  no  ser  al  hombre  dado 

Trabajar  según  varia  competencia? 

No;  que  otra  cosa  el  mundo  te  ha  enseñado."       120 

\    de  aquí,  deduciendo  una  evidencia. 

Concluyó: — "Y  así  surge  de  esta  base 

Cual  de  una  raíz,  variada  consecuencia.  123 


588  DIVINA    COMEDIA 


"Que  uno  nace  Solón  ó  Jerjes  nace; 
Otro  Melquizedet,  de  otro  el  destino 
Es  ver  volar  al  hijo  que  se  abrace.  126 

"La  natura  en  acción,  estampa  el  signo 

En  la  cera  mortal,  con  tino  y   arte, 

Sin  distinguir  morada  en  su  camino.  129 

"  De  esto  proviene  que  Esaú  se  aparte 

Del  germen  de  Jacob;  y  que  Quirino, 

Hijo  de  padre  oscuro,  se  dé  á  Marte.  152 

"  La  natura  engendrada,  en  su  camino 

Repetiría  un  tipo  semejante, 

A  no  prevalecer  poder  divino.  i?5 

"Ya  ves  atrás  lo  que  antes  por  delante; 

Y  para  darte  de  mi  amor  la  prueba, 

Daréte  corolario  que  te  enmante.  I38 

"  Siempre  que  la  natura  se  subleva 

Contra  su  ley,  como  cualquier  simiente, 

Fuera  de  su  región,  la  muerte  lleva.  I4i 

''Si  el  mundo  no  apartara  de  su  mente 

Del  proceder  nativo  las  razones, 

Siguiéndolo  tendría  buena  gente.  144 

Mas  vosotros,  desviáis  á  devociones 
Al  que  nació  para  ceñir  la  espada: 

Y  hacéis  un  rey  de  quien  os  da  sermones:       147 

"Y  así  marcháis  por  senda  descarriada."  — 


CANTO  NOVKNO 


Desaparece  Carlos  MarU-l,  |)romiiiii;m(l<>  -^u  última  palabra.  —  Aparición  de  Cuni- 
cia,  hermana  del  tirano  Ezzelino  III  cl  Romano  y  predice  las  calamidades 
que  amenazan  á  la  Marca  de  Trcviso  y  á  los  Paduanos,  <lenunciando  la  traición 
del  impío  obispo  de  Teltro. —  El  trovador  Fulqucto  de  Marsella,  poseído  de  un 
grande  amor  como  el  Dante,  le  muestra  el  alma  de  la  cortesana  de  Jericó,  que 
salvó  á  los  judíos  en  la  conquista  de  la  tierra  prometida.  —  Este  gran  recuerdo 
se  ha  borrado  del  espíritu  de  los  que  no  estudian  las  falsas  Decretales,  como 
fuentes  de  riquezas  mal  habidas,  y  abandonan  el  Evangelio  y  los  Doctores  de 
la  Iglesia  que  sólo  prometen  felicidades  celestes. 


Después  que  así  me  habló,  bella  Clemencia, 

Tu  buen  Carlos,  narrando  los  engaños 

Que  tendría  su  noble  descendencia,  3 

Dijo  al  fin:— "Calla  y  deja  andar  los  años!" 

Y  así,  sólo  diré  que  justo  llanto 

Ha  de  pagar  vuestros  injustos  daños.  6 

Y  el  espíritu  envuelto  en  fuego  santo, 
Volvióse  á  las  celestes  claridades 

Del  sol,  que  con  su  bien  nos  llena  tanto !  9 

Oh  almas  oscuras,  llenas  de  impiedades. 
Que  apartáis  de  la  luz  vuestros  amores, 
Con  frente  erguida  en  vanas  vanidades!  12 

Entonces,  uno  de  esos  esplendores 
Vino  á  mí,  con  anhelos  de  acudirme. 
Mostrándolo  en  sus  luces  exteriores.  15 


39 


590  DIVINA   COMEDIA 


La  vista  de  Beatriz,  que  siempre  firme 

Estaba  sobre  mí,  su  caro  asenso 

En  su  mirada  pareció  infundirme.  I8 

— "  Concede  á  mi  querer  pronto  compenso, 

Beato  espíritu,  —  dije,  —  y  dame  prueba, 

Que  pueda  reflejar  lo  que  yo  pienso." —  21 

La  luz,  que  para  mí  aun  era  nueva, 
Desde  el  profundo  foco  en  que  cantaba, 
Habló,  como  una  luz  que  al  bien  nos  lleva:       24 

—  "  En  la  Itálica  tierra  triste  y  prava, 

Que  en  llanuras  se  extiende,  entre  el  Rialto, 

Y  las  fuentes  del  Brenta  y  de  la  Piava, 


"Un  collado  se  eleva,  no  muy  alto, 

Allí,  donde  bajara  una  centella. 

Que  fué  de  la  comarca  el  sobresalto. 


27 


30 


"De  esa  misma  raíz  nací  yo  en  ella: 

Me  llamaron  Cunicia,  y  hoy  refulgo, 

Vencida  por  los  fuegos  de  esa  estrella.  33 

"Yo  aquí  serena  mi  perdón  promulgo 
Con  mi  brillo,  y  su  causa  no   me  altera, 
Aunque  extraño  tal  vez  parezca  al  vulgo.  36 

"  Contempla  de  mi  cielo  esa  lumbrera 

Que  en  el  mundo  dejó  merecimiento, 

Y  antes  que  el  nombre  y  que  su  fama  muera,     39 

"Cinco  siglos  tendrán  su  cumplimiento: 

—  Ve  si  debe  el  mortal  ser  excelente, 

Legando  nueva  vida  con  aumento.  42 


KL    rAKuVISO— CANTO    IX  591 


"  No  piensa  así  la  turba  (jiic  al  presente 

Adije  y  Tap^liamento  allá  circunda, 

^    ni   por  castijrada  se  arrepiente ;  45 

"  Mas  la  palude  que  al  Paduano  inunda, 
Roja  hará  el  agua  que  á  Vizancio  baña, 
l*ues  del  deber  rompieron  la  coyunda;  48 

Y  do  el  Cañau  con  Sila  se  acompaña, 
Hay  un  señor,  con  frente  enhiesta  y  alta, 

(Jue  por  cogerle,  alguna  red  se  amaña.  51 

"  Y  Peltre  llorará  la  horrible  falta 

De  su  Pastor,  tan  cruda  y  tan  impía, 

Que  por  más  crimen  no  se  ha  entrado  en  Malta.     54 

"  Que  ancha  cuba  la  sangre  llenaría 
Del  ferrarense !  y  quien  no  fatigado. 
Pesarla  onza  por  onza  intentaría!  si 

"Sangre  que  hará  verter  el  preste  airado 

Por  servir  á  su  bando ;  que  estos  dones 

Son  del  país  regalo  acostumbrado.  60 

"  Altos  espejos  hay  que  sin  nociones 
Tronos  llamáis,  que  el  fallo  justiciero 
Reflejan,  y  hacen  buenas  mis  razones." —  63 

Y  aquí  calló,  con  ademán  ligero 
Por  otro  objeto  su  atención  llamada, 
\'olviendo  al   coro  que  ocupó  primero.  66 

La  otra  luz  que  me  fuera  señalada 

Resplandeció  preclara  ante  mi  vista, 

Como  preciosa  piedra  en  luz  bañada.  69 


592  DIVINA   COMEDIA 


Por  el  placer,  allá  fuego  se  aquista, 

Como  la  risa  aquí,  y  en  el  infierno 

La  sombra  que  á  los  reprobos  revista.  72 

—  "  Dios  todo  ve,  y  tú  ves  en  lo  eterno, 

—  Dije,  —  espíritu  beato;  así  que  nada 

Se  oculta  á  ti  del  gran  pensar  interno;  75 

"Tú  que  mezclas  tu  voz,  armonizada 

Con  esas  luces  de  eternal  chispeo. 

Cada  una  de  seis  alas  enmantada,  78 

"Por  qué  no  satisfaces  mi  deseo? 
Mi  alma  no  esperaría  tu  demanda 
Si  yo  me  altruase  como  en  ti  me  veo." —         si 

—  "El  mayor  valle  donde  un  mar  se  expanda, 

—  Me  respondió  el  espíritu  brillante, — 
(Fuera  del  que  en  la  tierra  es  la  guirlanda),     84 

"  Entre  dos  continentes,  sol  delante, 
Comprende  espacio  tal,  que  el  meridiano 
Trasporta  al  horizonte  confinante;  87 

"  De  ese  valle  yo  he  sido  litorano, 

Entre  Ebro  y  Macra,  por  camino  corto 

Que  al  Genovés  divide  del  Toscano;  90 

"Bajo  él  entre  un  acaso,  y  casi  un  orto. 

Está  Bugía,  tierra  en  que  he  nacido  : 

Su  agua  entibió  la  sangre  que  comporto.  93 

"Por  Fulco  fui  en  el  mundo  conocido; 

Y  con  mis  luces  se  imprimió  este  cielo 

Como  yo  fui  por  ^llas  imprimido.  9o 


EL   i'ARAISO  —  CANTO    IX  593 


"No   ardió   con  mus  amor  la  liija  de   Helo, 

Con  menjrua  de  Siíjueo  y  de  Creüsa, 

Cual  yo,  mientras  hlanciuear  no  vi  mi  pelo.        99 

"Ni  ardió  mcás  Rodopea,  á  quien  ilusa 
Demofonte  engañó,  ni  Alcides,  cuando, 
Ni  aun  devanar  por  su  Jolé  rehusa.  102 

"  No  se  arrepiente  el  alma,  que  gozando, 

Horra  culpa,  que  al  alma  no  retorna; 

Goza  en  quien  todo  ordena  vigilando.  ios 

"  Aquí  se  admira  un  arte  que  se  adorna 

Con  la  virtud,  mostrando  el  Ijien  qne  viene, 

Y  que  del  cielo  hasta  la  tierra  torna.  ios 

"Y  á  fin  que  tu  ansia  de  saber  te  llene, 

De  las  cosas  que  ves,  en  esta  esfera, 

Seguir  más  adelante  me  conviene:  iii 

"Quieres  saber  quién  guarda  esa  lumbrera 

Que  en  este  cielo  junto  á  mí  cintila, 

Cual  luz  que  en  agua  pura  reverbera?  ir 

"  Has  de  saber  que  dentro,  está  tranquila 

El  alma  de  Roab,  de  otras  conjunta, 

Sobre  la  cual  más  esplendor  destila.  117 

"  En  este  cielo  á  que  la  sombra  apunta 

De  vuestro  mundo,  bendecida  su  alma 

En  el  triunfo  de  Cristo  quedó  asunta.  120 

"  Bien  merece  ser  puesta  como  palma 

En  un  cielo,  marcando  la  victoria 

Que  conquistó,  clavado  en  palma  y  palma.       123 


594  DIVINA   COMEDIA 


129 


132 


"Que  ella  favoreció  la  primer  gloria 

Cuando  pisó  Josué  la  Tierra  Santa, 

Que  el  Papa  apenas  guarda  en  la  memoria.     i26 

"En  tu  ciudad  se  cultivó  la  planta 

Del  que  olvidó  al  Autor  de  los  autores, 

De  cuya  envidia  viene  pena  tanta, 

"Que  da  y  esparce  las  malditas  flores, 
Los  corderos  y  ovejas  extraviando, 
En  lobos  convirtiendo  los  pastores. 

"Por  eso,  el  Evangelio  abandonando 

Y  sus  doctores,  falsas  decretales 

Estudian,  sus  ganancias  anotando.  i35 

"De  esto  se  ocupan  Papa  y  Cardenales, 

Sin  pensar  que  al  venir  á  Nazareto, 

Voló  Gabriel  con  alas  inmortales.  13» 

"Pero  en  el  Vaticano,  lo  selecto 

Que  Roma  tiene,  sacro  cementerio 

De  Pedro  y  de  su  ejército  perfecto,  ui 

"Libre  al  fin  quedará  del  adulterio."  — 


CANTO  DKCMMO 


MI  I'octa  crloln  a  el  oí  ilcii  jxi  ficto  con  t\nr  Dios  creó  i;l  Universo.  —  El  Poeta  y 
Beatriz  ascicndon  al  cuarto  ciclo,  <|Ui:  t's  c.l  <1«;1  Sol.  —  Alli  se  encuentran  ro- 
deados por  las  almas  resplan<li'cientes  de  los  Doctores  de  la  ciencia  divina. — 
Doce  de  los  espíritus  más  brillantes  del  planeta,  forman  en  torno  del  Poeta 
una  corona.  —  Uno  de  ellos,  que  se  manifiesta  ser  Santo  Tomás  de  Aquino,  le 
revela  el  nomlire  de  los  otros  bienaventurados,  que  admiran  la  belleza  de  la 
mujer  que  va  á  conducirle  al  cielo. 


Mirando  al  Hijo  en  el  amor  intenso, 

Que  eternamente  al  uno  y  al  otro  inspira, 

El  motor  inefable  de  lo  inmenso,  3 

Cuanto  en  la  mente  y  en  el  ojo  gira. 
Todo  ordenó,  tan  justa  y  sabiamente. 
Que  cuanto  más  se  mira,  más  se  admira.  6 

Alza,  lector,  conmigo,  humilde  frente; 

Contempla  en  las  esferas  esa  parte. 

De  dos  cercos  el  punto  divergente;  9 

Y  allí,  comienza  á  contemplar  el  arte 

Del  gran  Maestro,  que  en  sí  mismo  se  ama, 

Sin  que  sus  ojos  de  su  hechura  aparte;  12 

Contempla  cual  de  allí  se  desparrama. 

El  cerco  oblicuo  de  planetas  guía, 

Para  servir  al  mundo  que  los  llama:  is 


596  DIVINA  COMEDIA 


Si   no  marchase  por  oblicua  vía. 

La  virtud  de  los  cielos  fuera  en  vano, 

Que  en   la  tierra  gran  fuerza  moriría,  is 

Y  si  su  recto  curso,  más  lejano    • 
O  menos  fuese,  desde  tal  momento 

Fallara  todo  el  existir  mundano;  21 

Puedes,  lector,  quedar  en  quieto  asiento 

Ante  tanto  prodigio,  pensativo; 

Que  sin  fatiga,  quedarás  contento:  2+ 

Toma  la   copa  en  que  por  ti  prelibo: 

Vuelvo   al  trabajo  que  mi  mente  apura 

En  la  materia  que  obediente  escribo.  27 

El  ministro  mayor  de  la  natura. 

Que   el  sello  celestial  en  todo  asienta, 

Y  el  tiempo  con  sus  luces  conmensura,  30 

En  la   parte  que  arriba  se  comenta. 

Conjunto  á  sus  espiras  circulaba 

Donde  la  hora  más  pronto  se  presenta.  33 

En   aquel  punto  fijo  me  encontraba; 

Y  como   pensamiento  que  sorprende, 

vSin  saber  cómo  y  cuándo  me  elevaba,  36 

Y  mi  Beatriz,  cual  ser  que  se  desprende 
De  lo  bueno  á  mejor,  súbitamente, 

vSin  medjda  del  tiempo,  leve  asciende.  39 

Cuan  bella  estaba,  de  por  sí  luciente, 

Al  entrar  en  el  Sol,  c^ue  la  envolvía 

Sin   mudar  su  color,  luz  esplendente!  42 


HL    rARAISO  —  CANTO    X  397 

N¡   arle   iii    iiii^rnio    iiiia^iiiar   podría, 

No  (lijío  (lescril)¡r  larita   l)elleza: 

—  PiHules  creerlo,  y   por  mirarla  ansia.  4S 

Que  nuestra  fantasía  en  su  bajeza 

No  se  eleve,  la  cosa  es  bien  sencilla, 

Pues  nadie  mide  el  Sol  en  su  grandeza.  is 

Cuanta  familia  del  Gran  Padre  brilla, 

Que  con  solo  mirarse  á  sí  se  sacia 

Al  verle  crear  tan  grande  maravilla!  51 

Y  así  Heatriz  me  habló: — 'Al  Sol  regracia 
De  los  (juerubes,  al  brillar  visible 

Ante  tus  ojos  por  inmensa  gracia!"  S4 

Nunca  pecho  mortal  fué  más  sensible 

A  la  piedad,  cual  fuera  yo  movido 

Con  tanta  gratitud  como  es  posible,         ■  57 

Cuando  esa  voz  repercutió  en  mi  oído; 
En  El  puse  mi  amor  tan  solamente. 

Y  se  eclipsó  Beatriz  en  el  olvido.  60 

No  le  desagradó;  más  bien  sonriente 
Mi  mente  iluminó  con  su  sonrisa, 

Y  pude  verlo  todo   claramente.  63 

Miro  una  luz  fulgente,  que  indivisa 

Nos  rodea,  formando  una  corona. 

Que  más  que  en  luz,  en  voces  se  armoniza.        60 

Así  á  veces  á  la  hija  de  Latona, 

Vemos  ceñido  en  aire  condensado 

1^1  círculo  trazado  por  su  zona.  69 


598  DIVINA   COMEDIA 


En  la  corte  celeste  he  contemplado 
Tantas  joyas,  tan  ricas  y  tan  bellas, 
Que  de  aquel  reino  trasportar  no  es  dado;        72 

Y  el  canto  de  las  luces  es  de  aquellas. 
—  Quien  no  puede  volar  hasta  su  cielo, 
Espere  un  mudo  que  les  hable  de  ellas.  75 

Cantando,  aquellos  soles  en  su   vuelo 

Giraron   en  contorno  con  tres  vueltas. 

Como  en  el  polo  estrellas  en  el  cielo.  78 

Parecían  cual  jóvenes  esbeltas, 

Que  al  bailar,  se  detienen  esperando 

Que  la  música  indique  nuevas  vueltas.  si 

Del  seno  de  uno  de  ellos  brotó:  —  "Cuando 

El  rayo  de  la  gracia  en  que  se  enciende 

El  verdadero  amor  que  crece  amando,  84 

"  Y  que  multiplicado  en  ti  resplende, 

Te  ha  traído  subiendo  esta  escalera 

Que  el  que  sube  una  vez  siempre  la  asciende;         87 

"  Quien  á  tu  sed  el  vino  no  ofreciera 

De  su  redoma,  libre  no  sería: 

Agua  estancada  en  su  corriente  fuera.  90 

"Quieres  saber  que  planta  es  la  que  cría 

La  flor  de  la  guirnalda  iluminada 

Que  circunda  á  la  bella  que  te  guía.  93 

"Yo  fui  cordero  de  la  grey  sagrada 

Que  conduce  Domingo,  por  camino 

li)n  que  engorda  la  oveja  no  extraviada.  96 


KL    PARAÍSO     -  CANTO    X  599 

"Kl   (juc  tenjT^o  á  ni¡   diestra   por  vecino, 

Mi    lu'iinaiio   f'iM'   y    iiiaí-stro ;  y  este,   Alberto, 

(iraiule  en  Colonia:  —  yo  Tomás  de  Acjuino.         w 

''Si   de  los  otros  (juieres  estar  cierto, 

()uc.  mi  palabra  siga  tu  mirada, 

Girando  por  el  cerco  de  concierto.  102 

"\'e  de  Graziano  el  ánima  inflamada 
Oue  por  eximio  en  uno  y  otro  foro 
Tuvo  en  el  Paraíso  grata  entrada.  io5 

"  El  otro,  que  es  ornato  de  este  coro, 

Fué  el  Pedro,  que  cual  viuda  desvalida, 

Donó  á  la  Santa  Iglesia  su  tesoro.  ios 

"  La  quinta  luz,  más  lúcida  y  más  bella, 
Respira  tanto  amor,  que  todo  el  mundo 
Se  alegrará  tener  noticia  de  ella.  iii 

"  Vn  saber  ella  encierra,  tan  profundo, 

Que  si  lo  verdadero  es  verdadero, 

No  surgirá  en  la  tierra  su  segundo.  ii4 

"Al  lado  resplandece  otro  lucero. 

Que  penetró  la  angélica  natura 

Siendo  carne,  con  ánimo  certero.  117 

"La  luz  pequeña,  que  sonríe  quieta  ^ 

De  la  creencia  cristiana  fué  abogado, 

Y  de  él  San  Agustín  hizo  lectura.  120 

"  Ora,  si  tu  atención  me  ha  acompañado 

De  luz  en  luz,  debes  estar  ansioso, 

Quien  es  la  octava  luz  que  no  he  nombrado.  123 


600  DIVINA   COMEDIA 


''*De  ver  el  sumo  bien  se  halla  gozoso 

El  espíritu  noble,  que  ha  mostrado 

Las  mentiras  de  un  mundo  mentiroso.  126 

"  El  cuerpo  de  que  fuera  separado 

Yace  en  Cielduro,  y  desde  allí  ha  venido 

A  esta  paz,  santo  mártir  desterrado.  129 

"Mira  arder  el  espíritu  encendido 

De  Isidoro,  de  Beda,  y  de  Ricardo 

Que  entre  los  hombres,  gran  varón  ha  sido.  132 

"  Ese  otro  que  contemplas  con  retardo,  ' 

Es  la  luz  de  un  espíritu  pensante 

Que  su  día  final  halló  muy  tardo:  135 

"  De  Sigerio  es  la  luz,  siempre  brillante, 
Que  en  la  calle  de  Fuarre,  como  es  fama, 
Silogismo  verdades,  enseñante." —  i38 

Aquí,  como  reloj  que  en  su  hora  llama 

A  maitines  de  Dios  la  casta  esposa 

Para  adorar  al  que  su  amor  inflama,  i4i 

En  que  una  y  otra  rueda  cadenciosa, 
Fija  el  puntero,  y  el  tin-tin  sonando. 
Se  llena  el  alma  de  emoción  piadosa;  144 

Así  la  excelsa  rueda  vi  girando, 

Y  cantar  á  la  vez  con  voz  tan  tierna. 

Que  solo  escucha  el  coro  venerando,  .  147 

Donde  se  goza   de  la  paz  eterna. 


CANTO  UNDÉCIMO 


Insensatez  de  la  actividad  de  los  mortales.  —  Dudas  del  Poeta  que  resuelve  To- 
más de  Aquino.  —  El  Santo  relata  al  Poeta  la  vida  ejemplar  de  San  Francisco 
de  Asís.  —  Elogio  de   Santo  Domingo.  —  Consejos  de  Santo    Tomás  al   Poeta. 


Oh!  de  mortales  insensato  anhelo, 
Que  persiguiendo  falsos  silogismos 
Arrastráis  vuestras  alas  por  el  suelo !  3 

Uno  estudia  derecho,  otro  aforismos  ; 

Un  otro  se  dedica  al  sacerdocio; 

Otro  á  fundar  por  fuerza  despotismos.  0 

Y  quien  al  robo,  ó  al  civil  negocio; 
Quien  en  el  goce  de  la  carne  envuelto, 

Se  fatiga,  viviendo  otro  en  el  ocio;  9 

Mientras  que  yo  de  ligaduras  suelto. 

Subiendo  al  cielo  con  Beatriz,  espero 

En  la  gloria  inmortal  quedar  absuelto.  12 

Volvió  á  su  posición  cada  lucero, 

Fijándose  en  un  punto  de  la  esfera 

Como  cirio  fijado  en  candelero.  15 

Y  sentí  que  me  hablaba  la  lumbrera 
Que  antes  me  habló,  y  grata  sonriendo 

Con  más  intensidad  resplandeciera:  I8 


602  DIVINA   COMEDIA 


—  "En  este  claro  rayo  en  que  me  enciendo, 

Veo,  mirando  hacia  la  luz  eterna. 

Tu  pensamiento,  y  su  razón  comprendo.  21 

"  Dudas,  y  quieres  que  mejor  discierna, 
Pues  mi  palabra  tu  razón  asorda, 

Y  sólo  entiendes  una  lengua  externa.  2+ 

"  Lo   que  te  dije  de  la  oveja  gorda, 

Y  de  aquel  ser  que  nO  tendrá  segundo. 
Distinga  bien  tu  inteligencia  sorda.  27 

"La  providencia  que  gobierna  al  mundo, 

Con  tino  tal,  que  ante  su  solo   aspecto 

La  vista  nunca  alcanza  á  lo  profundo,  30 

"  Por  mantener  unida  al  ser  dilecto 

La  esposa  del  que  en  grito  de  agonía 

Su  sangre  dio,  con  divinal  afecto,  33 

Y  fuese,  siempre  fiel  y  siempre  pía. 
Dos  campeones  la  dio  con  sus  favores, 
Que  sus  guardianes  fuesen  y  su  guía: 


36 


"El  uno,  con  seráficos  ardores; 

El  otro  fué  en  la  tierra  la  sapiencia 

Que  el  querub  coronó  con  esplendores  v) 

"  De  uno  hablaré,  pues  de  ambos  la  excelencia. 

El  elogio  del  uno,  ambos  comprende. 

Que  un  mismo  fin,  buscaron  en  conciencia.         42 

"Entre  el  Tupín,  y  el  río  que  desciende 

De  la  colina  del  piadoso  Ubaldo, 

De  alta  montaña,  fértil  cuesta  pende;  45 


EL   paraíso  —  CANTO   XI  603 


"  Y  entra   .í  Perii^i.i   v.\   frío   y   el  rescaldo 
Por  su   Puerta  del  vSol,  y  á  espaldas  llora 
Rajo  su   yuí^o,  el   de  Nocera  y   Ciualdo: 


"Allí  donde  la  cuesta  trepadora 
Declina,  vino   al   mundo  un  sol   ardiente, 
Como  en  el   Ganges  se  levanta  ahora: 


4« 


51 


"  Quien  de  palabra  designarle  intente. 

No  diga  Asís,  pues  quedaría  corto. 

Porque  hablando  en  verdad,  es  un  oriente.         54 

"Aun  no  lejano  el  resplandor  de  su  orto, 

Comenzó  á  propagarse  por  la  tierra 

De  sus  grandes  virtudes  el  conforto.  57 

"  Joven  aún,  con  su  familia  en  guerra, 

A  una  mujer  amó,  que  como  á  muerte, 

La  mano  del  placer  cierra  su  puerta:  60 

"  En  espíritu,  dióle  vida  y  suerte, 

^/  corain  patre  para  siempre  unido, 

Amó  á  su  esposa  con  amor  más  fuerte.  63 

"Esta,  privada  del  primer  marido. 

Mil  cien  y  un  años,  en  desdén  y^  obscura 

Había  sola  sin  amor  vivido.  ee 

"En  vano  un  día  la  encontró  segura 

Con  Amidas,  la  voz,  que  aun  amorosa 

Infunde  en  todo  el  mundo  la  pavura;  69 

"Fué  en  vano  que  constante  y  valerosa. 
Cuando  María  al  pie  quedó  en  tristeza 
Acompañase  á  Cristo  en  cruz  gloriosa;  72 


604  DIVINA   COMEDIA 


"  Y  para  hablar  con  menos  oscureza, 

El  nombre  te  diré  de  esos  amantes  : 

Francisco  el  uno,  la  otra  la  Pobreza.  75 

"  Su  concordia  y  su  plácidos  semblantes, 

Su  amor  de  vanidades  al  resguardo, 

La  piedad  reflejaban  inspirantes;  78 

"Tanto,  que  el  venerable  San  Bernardo 
Se  descalzó,  buscando  paz  dichosa, 

Y  aun  corriendo  pensó  llegar  ya  tardo;  sí 

"Oh,  ignorada  riqueza,  tan  preciosa! 
Descalzo  Egidio  sigue,  con  Silvestro, 

Y  van  hacia  el  esposo  por  la  esposa!  84 

"  Y  juntos  van  el  padre  y  el  maestro, 

Con  la  pobreza  y   con  su  pobre  gente 

Que  de  humildad  ceñía  ya  el  cabestro.  87 

"  No  sonrojaba  su  apacible  frente 

El  que  de  un  Bernardón  el  hijo  fuera, 

Ni  el  ser  mirado  desdeñosamente.  90 

"Ante  Inocencio,  su  misión  severa 
Regiamente  explicó,  y  el  Padre  santo 

Su  sello  puso  á  religión  austera.  93 

» 

"Cuando  la  pobre  gente  creció  tanto. 
En  pos  del  ser  que  á  la  virtud  incita. 
Que  merece  del  cielo  dulce  canto,  96 

"  Con  segunda  corona  fué  bendita 

Por  Honorio  Tercero,  (¡ue  inspirado 

Fué  por  Dios,  como  gran  archimandrita.  99 


EL   paraíso  —  CANTU    XI  605 


"  DevSafiandü  el  martirio,  denodado, 
Del  gran  Soldán  ante  la  faz  superba, 
De  Cristo  predicó  el  apostolado. 


102 


''La  gente  halló  su  conversión  acerba, 

Y  él  volviendo  á  sus  lares  afanoso, 

Se  dio  al  cultivo  de  italiana  yerba.  I05 

''Entre  el  Arno  y  el  Tíber  peñascoso. 

Cristo  le  impuso  su  postrera  estigma, 

Que  dos  años  llevó  cuerpo  glorioso.  ios 

"  Y  cuando  Aquel  que  de  su  humilde  cima 

Lo  levantó,  y  halló  merecederos 

Sus  santos  hechos  de  la  sacra  estima,  iii 

"A  sus  hermanos,  fieles  herederos, 

Recomendó  la  esposa  dulce  y  pura, 

Amándola  con  votos  verdaderos:  ii4 

"Y  de  su  gremio,  su  alma  de  ventura, 

Al   retornar  á  la  mansión  primera, 

Su  propio  cuerpo  fué  la  sepultura.  117 

"Quién  después  de  él  en  alta  mar  pudiera, 
Como  colega,  mantener  la  barca 
De  Pedro,  por  la  ruta  más  certera? 


120 


"Ese  fué  después  del,  nuestro  patriarca; 

Y  quien  sigue  su  regla  en  lo  que  manda, 
Puede  decir  que  la  merced  embarca.  123 

"  Pero  el  rebaño  quiere  nueva  vianda, 

Y  por  glotón,  bien  suceder  podría. 

Que  por  diverso  campo  al  fin  se  expanda.        126 

40 


606  DIVL\A   COMEDIA 


"  Que  oveja  que  del  pasto  se  desvía, 

Y  que  errante  se  aleja  del  rebaño^ 

Vuelve  al  redil  de  leche  ya  vacía;  129 

"Pero  hay  ovejas  que  temiendo  el  daño 
Se  estrechan  al  pastor;  mas  son  tan  pocas, 
Que  se  pueden  cubrir  con  poco  paño.  132 

"  Ora,  si  mis  palabras  bien  evocas, 

Y  me  has  oído  con  el  alma  atenta, 

Y  en  tu  mente  lo  dicho  no  revocas,  135 

"  En  parte,  tu  ansia  quedará  contenta. 
Viendo   donde  la  planta  se  desgaja, 

Y  como  el  de  correa  toma  cuenta;  i38 

"Que  sólo  engorda,  aquel  que  bien  trabaja."  — 


CANTO  DUODÉCIMO 


Al  ti',1  minar  su  discurso  Santo  Tomás  de  Aquino,  otra  corona  de  espíritus  circunda 
á  la  primera  á  la  manera  de  los  arcos  del  Iris.  — Uno  de  los  espíritus  del  nuevo 
círculo  luminoso,  que  es  el  franciscano  San  Buenaventura,  hace  el  elogio  de  Santo 
Domingo,  en  agradecimiento  del  de  San  Francisco,  hecho  por  Santo  Tomás. 
—  San  Buenaventura  explica  al  Poeta  quiénes  son  las  ánimas  de  su  orden  que 
gozan  de  la  bienaventuranza  en  la  mansión  del  Sol. 


Al  apagarse  el  postrimer  acento 

De  la  llama  elocuente  de  aquel  Santo, 

La  gran  rueda  se  puso  en  movimiento;  i 

Y  así  que  su  armonía  giró  un  tanto, 
Por  otra  nueva  rueda  fué  cercada, 

Uniendo  giro  á  giro  y  canto  á  canto.  6 

Canto  que  vence  á  musa  renombrada, 

Y  hasta  la  dulce  voz  de  la  sirena. 

Como  la  luz  á  imagen  reflejada.  9 

Cual  dos  arcos  en  nube  alta  y  serena 

Paralelos  se  prestan  sus  colores, 

Cuando  á  su  mensajera  Juno   ordena,  12 

Naciendo  de  los  rayos  interiores. 

Como  ecos  de  la  ninfa  enamorada. 

Que  amor  extingue  como  el  sol  vapores,  15 


608  DIVINA   COMEDIA 


Y  que  es  presagio  de  promesa  dada 
Al  buen  Noé  por  la  potencia  eterna: 

La  tierra  no  será  jiunca  inundada!  is 

Así  la  doble  rosa  sempiterna, 

Giraba  alrededor  como  guirlanda 

Uniéndose  la  externa  con  la  interna.  21 

Y  cuando  el  canto  de  la  doble  banda, 

Y  que  su  danza  circular  radiante, 

Con  ley  tan  placentera  como  blanda,  24 

Se  detuvo  en  su  vuelo  concertante, 

Como  dos  ojos  que  el  placer  conmueva 

Se  abren  y  cierran  en  un  mismo  instante,  27 

Sopló  una  voz  una  lumbrera  nueva. 
Que  como  aguja  á  la  polar  estrella 
Mi  vista  de  su  lado  al  punto  lleva ;  30 

Y  me  dijo: — "El  amor  que  me  hace  bella 
Al  otro  jefe  á  comparar  me  mueve 

Con  San  Francisco  que  á  la  par  destella.  33 

"Al  uno  y  otro  congloriarse  debe: 

Por  una  misma  causa  militaron, 

Poniendo  sus  virtudes  de  relieve.  36 

"Las  falanjes  de  Cristo  que  se  armaron 

A   tanta  costa,  en  pos  de  su  bandera, 

Antes  de  combatir  se  acobardaron;  39 

"Cuando  el  Emperador  que  siempre  impera 

Acudió  en  protección  de  su  milicia. 

Por  gracia,  no  cjue  así  lo  mereciera:  42 


KL    I  AKAISO  — CANTO    Xll  609 

"Dos  campeones  armados  de  justicia 

A  su  Itsposa  le  dio,  para  adcjuirirse 

La  voluntad  del   pueblo   más   propicia.  45 

"Donde  al  soplo  de  Céfiro  á  expandirse 
Comienza  en  su  estación  la  nueva  fronda 
De  que  mira  á  la  Europa  revestirse;  48 

"No  lejos  donde  el  mar  estrella  la  onda, 
Tras  del  cual  cuando  el  Sol  á  Cáncer  llega 
Alguna  vez  su  luz  al  hombre  esconda,  51 

"  Está  la  afortunada  Calaruega, 

Bajo  la  protección  del  gran  escudo 

Que  león  vencido  y  vencedor  allega.  54 

"  Allí  nació  el  Apóstol,  que  nervudo 

Fué  de  la  fe  cristiana  fiel  atleta, 

Manso  al  amigo,  al  enemigo  crudo:  57 

"  Su  temprana  virtud  fué  tan  completa, 

Que  apenas  á  la  vida  despertado 

Desde  el  materno  seno  fué  profeta.  60 

"  Con  la  fe  por  esposa,  bautizado 

En  la  sagrada  fuente  de  su  ciencia 

Con  recíproca  gracia  fué  dotado.  63 

"La  madrina  que  diera  su  adquiescencia, 

En  sueños,  vio  los  frutos  admirables 

Que  dejaría  como  rica  herencia.  66 

"  Y  colmado  de  dones  inefables 

Un  ángel  fué  á  la  tierra  á  bautizarlo 

Con  el  nombre  de  cosas  impecables,  69 


610  DIVINA    COMEDIA 


"Domingo  se  llamó;  y  hay  que  nombrarlo 
Como  al  cultivador  del  bien,  que  Cristo 
En  su  viña  eligió  para  ayudarlo; 

"  Que  vióse  que  era  familiar  de   Cristo, 
Pues  su  primer  amor,  de  manifiesto 
En  el  consejo  se  inspiró  de  Cristo. 

"Despierto  y  mudo,  de  rodillas  puesto, 
Muchas  veces  hallólo  su  nodriza 
Cual  si  dijera :  —  Yo  nací  para  esto  ! 


"Félix!  tu  hijo  tu  nombre  simboliza! 
Madre  feliz  que  te  llamaste  Juana 
Nombre  que  de  venturas  es  premisa! 


"  Ir  pidió  contra  el  mundo  claudicante, 
Y  del  germen  porque  él  ha  combatido 
Hay  veinte  y  cuatro  plantas  por  delante. 


78 


81 


"  No  para  el  mundo  en  estudiar  se  afana 

Al  Ostiense  y  Tadeo :  su  conciencia 

Nutre  el  maná  de  la  verdad  cristiana.  84 

"En  poco  tiempo,  gran  doctor  en  ciencia. 

Se  contrajo  á  la  viña  saludable. 

Que  se  emblanca  por  causa  de  indolencia. 


87 


"Se  presentó  á  la  sede  venerable. 

Antes  benigna  al  pobre,  hoy  sin  clemencia. 

—  Ella  no:  quien  la  ocupa  miserable. —  90 

"  No  dispensas  pidió  ni  fraudulencia. 

Ni  provisión  de  la  primer  vacante; 

Non  décimas  qtice  sunt  del  pobre  herencia: 


*)3 


»0 


EL    TARAISO -CANTO    XII  MI 


"De  alta  doctrina  y  voluntad  nutrido, 

Su  apostolado  se  inició   tremendo 

(\ial   torrente  de  lo  alto   desprendido,  99 


"  Las  espinas  heréticas   barriendo, 
Y  con   ímpetus  siempre  poderosos 
Los  obstáculos  todos  fué  venciendo. 


102 


"De  él  brotaron  arroyos  abundosos 

Con  que  el  huerto  católico  se  rie^a, 

Donde  brotan  arbustos  vigorosos.  105 

''Si  el  poder  de  una  rueda  á  tanto  llega 

De  la  lorlesia  en  la  vio^a  victoriosa 

Al  defenderse  en  intestina  brega,  ios 

"  Ya  podrás  comprender  cuan  poderosa 

Es  la  virtud,  antes  de  mí   ensalsada 

Por  Tomás  con  palabra  cariñosa.  iii 

"Mas  la  huella  por  la  órbita  trazada 
De  aquella  santa  rueda,  se  ha  borrado, 

Y  en  maleza  la  planta  fué  trocada.  lu 

"  Su  grey,  de  su  camino  se  ha  desviado, 

Y  en  vez  de  proseguir  fiel  y  derecha 

Vuelve  el  talón  hacia  el  camino  andado.  117 

"  Muy  pronto  dará  muestra  la  cosecha 

Del  mal  cultivo,  en  la  zizaña  impura 

Que  del  arca  del  grano  se  desecha.  120 

"  Quien  haga  hoja  por  hoja  la  lectura 
De  nuestro  libro,  encontrará  una  carta 
Donde  se  lea :  —  Me  conservo  ptira.  123 


612  DIVINA   COMEDIA 


"Mas  no  será  en  Cásale  ni  Aquasparta, 

Porque  allí  se  interpreta  la  Escritura, 

Que  uno  la  esquiva  y  otra  la  coarta.  126 

"En  vida,  me  llamé  Buenaventura 

De  Boñoregio,  que  en  piadoso  estado, 

De  siniestros  afectos  no  hice  cura.  129 

"  Aquí  están,  Agustín  é  Iluminado, 
Los  primeros  descalzos  miserables 
Que  á  Dios  con  el  cordón  se  han  propiciado,      132 

"De  Hugo  de  San  Victorio  inseparables: 

Y  Pedro  Mangiador;  y  Pedro  Hespano, 

Que  dejó  doce  libros  memorables.  135 

"Natán  profeta;  el  metropolitano 

Crisóstomo,  y  Anselmo;  y  el  Donado 

Que  en  el  arte  primero  puso  mano.  iss 

"  Rabán  también  está,  y  brilla  al  lado 

El  abate  Joaquín ;  el  Calabreto, 

De  espíritu  profético  dotado.  ui 

"A  ensalzar  á  un  apóstol  tan  perfecto 

Me  mueve  la  inflamada  cortesía 

De  Fray  Tomás  y  su  decir  discreto,  144 

"Y  toda  esta  celeste  compañía." 


CANTO  DKOIMOTKUCEIiO 


El  Poeta  describe  la  doble  danza  de  los  espíritus  bienavcnturadoá  délas  dos  {(uir- 
naldas  luminosas,  que  compara  con  las  veinte  y  cuatro  estrellas  más  brillan- 
tes del  cielo.  —  Santo  Tomás  desvaniH'e  otra  duda  del  Dante,  y  le  explica,  que 
ai  decir  que  Salomón  no  tendría  segundo  en  sabiduría,  tal  proposición  no 
comprendía  ni  á  nuestro  padre  Adán  ni  á  Jesucristo.  —  Se  explica,  como  la 
Escritura  enseña,  que  la  naturaleza  de  Adán  fué  la  sabiduría  encarnada  con 
todas  las  perfecciones,  y  la  de  Jesucristo  creada  y  perfectísima  en  sí. — I^o 
exhorta  á  no  precipitarse  en  sus  juicios,  dejándose  llevar  por  vanas  apariencias. 


Quien  quiera  comprender  lo  que  he  mirado, 

Que  retenga  en  su  mente  mis  visiones, 

Cual  firme  signo,  en  el  peñón  grabado:  3 

Quince  estrellas  del  cielo  en  las  regiones 

Que  se  imagine,  de  esplendor  sereno, 

Que  en  los  aires  difundan  radiaciones;  6 

Que  imagine  aquel  Carro,  á  quien  el  seno 

Basta  de  nuestro  cielo,  noche  y    día 

Girando  su  timón  de  luces  lleno;  9 

Que  se  imagine  el  cuerno,  todavía. 

Que  del  eje  proyecta  el  raudo  vuelo, 

Y  que  de  la  alta  esfera  es  centro  y  ¿uía,  12 

Formar  de  sí  dos  signos  en  el  cielo. 

Cual  de  la  hija  de  Minos  la  corona 

Cuando  sintiera  de  la  muerte  el  hielo;  15 


614  DIVINA   COMEDIA 


Y  SUS  luces  mezclar  la  doble  zona 
En  sus  opuestos  giros,  de  manera 
Que  el  doble  movimiento  se  escalona; 


18 


Y  se  tendrá  una  sombra  bien  somera 
De  la  constelación  y  doble  danza 

Que  circulaba  en  la  celeste  esfera;  21 

Porque  difiere  de  la  humana  usanza, 

Cuanto  la  marcha  lenta  del  Quiana 

Del  astro  que  en  los  cielos  más  avanza.  24 

Allá  se  canta,  —  no  canción  profana,  — 
De  tres  Personas  divinal  natura, 

Y  en  una,  la  divina  con  la  humana.  27 

Cumplió  el  canto  y  la  danza  su  mesura. 

Fijándose  las  santas  luces  de  oro, 

Felices  en  gozar  de  otra  ventura.  30 

Rompió  el  silencio  del  divino  coro 
La  luz,  que  antes  contó  la  santa  vida 
Del  gran  pobre  de  Dios  y  su  tesoro: 


33 


—  "Cuando  la  paja  se  halla  dividida 
De  la  simiente  en  el  granero  puesta, 
A  nueva  trill  i  caridad  convida.  36 


"  Crees  que  en  el  pecho,  do  salió  la  cuesta 
Que  á  primera  mujer  dio  su  semblanza, 
Y  cuyo  paladar  tanto  nos  cuesta; 


39 


"Crees  que  en  aquel,  que  traspasó  la  lanza, 

Y   (jue  antes  y  después  ha  rescatado 

Toda  culpa  pesada  en  su  balanza;  4í 


i-:l  i'AKAiso— c/nto  XIII  615 


''(\iaiUo  á  natura   humana   dar  es  dado 

l^n   luz  intelectual,  les  fué   ¡níundido 

Por  la  virtud  (jue  á  entrambos  ha  formado;         1=; 

"  Por  eso  debe  haberte  sorprendido 

Cuando  te  dije  que  el  saber  más  hondo 

]ín  la  quinta  lumbrera  está  escondido.  48 

"Fíjate  bien,  que  á  tu  pensar  respondo, 

Y  la  verdad  de  lo  que  te  he  afirmado 

Verás,  como  su  centro  en  un  redondo.  51 

''Lo   inmortal,  ó  á  morir  predestinado, 

Es  sólo  el  esplendor  de  aquella  idea 

Que  nuestro  Dios,  amando,  nos  ha  dado;  54 

"La  viva  luz  del  foco  que  flamea 
Sin  que  jamás  del  Uno  se  desuna 
En   el  amor  que  el  trino  y  uno  crea,  57 

"  Por  su  virtud  su  radiación  aduna 

Espejada  en  sus  nueve  subsistencias. 

Que  eternamente  permanece  en  una.  60 

"Cuando  baja  á  las  últimas  potencias 
Gradualmente  su  acción  disminuyendo, 
Ya  no  son  sino  breves  contingencias. 


"Y  que  esas  contingencias  son,  entiendo, 
Las  cosas  generadas,  que  produce 
Con  germen  ó  sin  él,  cielos  moviendo: 

"  La  forma  á  que  su  cera  se  reduce, 
No  es  igual,  pero  siempre  en  su  diseño 
El  ideal  más  ó  menos  se  trasluce. 


63 


66 


69 


616  DIVINA    COMEDIA 


"Y  así  se  ve  brotar  de  un  mismo  leño 

Según  su  especie,  mala  ó  buena  fruta, 

Como  vosotros  con  diverso  ingenio.  72 

"  Si  la  cera  que  en  forma  se  trasmuta 

Se  asimilase  la  virtud  suprema, 

Mostraría  su  sello  sin  disputa;  75 

"  Mas  la  natura  sólo  da  su  esquema. 

Tal  como  pinta  consumado  artista 

Que  maneja  el  pincel  con  mano  trema;  78 

"Mas  si  de  ardiente  amor  la  clara  vista, 

De  la  prima  virtud  le  estampa  el  signo, 

Toda  la   perfección  consigo  aquista.  si 

"Así  el  hombre  primero  nació  digno, 

Dotado  de  animales  perfecciones, 

Y  la  Virgen  parió  bajo  su  signo.  84 

"Doy  aquí  la  razón  á  tus  razones: 

Que  la  humana  natura  no  ha  formado 

Dos  criaturas  colmadas  de  más  dones.  87 

"Si  tu  pensar  no  hubiese  penetrado. 
Aun  dirías,  con  labio  vacilante: 
Cómo  fué  Salomón  sm  par  creado  ? 


Disipará  tu  duda  en  el  instante, 
Pensar  en  la  razón  que  le  moviera 
Cuando  le  dijo   Pide,  al  demandante. 

"Y  si  aún  mi  explicación  oscura  fuera, 
Verás  que  rey,  pidió  sabiduría 
Para  ejercer  su  potestad  entera: 


^)Ü 


')() 


EL   paraíso  — CANTO    XIII  ()17 

"No   por  saber  la  fuerza   y   la  cuantía 

De  motores  del  cielo,  ó  si  necesse 

l^>s   contingencia,  (')  si  iiecesse  cría.  99 

"  Y   no,  si  est  ciare  primitm  uioiiují  esse, 

O  si   en  el  semicírculo  cai)ría 

Un  triángulo  que  recta  no  tuviese.  102 

"  Esto  anota  y  lo  que  antes  te  decía, 

Y  á  la  regia  prudencia  que  comparo, 

Que   apuntaba,  verás,  la  flecha   mía.  io5 

"Y  si  al  Surse  levantas  ojo  claro, 
A  los  reyes  verás  me  he  referido, 
Que  si  son  muchos,  uno  bueno  es  raro,  ios 

"  Con  esta  distinción  fija  el  sentido, 

Que  á  tu  creencia  dará  su  firme  aplomo 

Sobre  el  padre  común  y   el  Dios  querido.  iii 

"  Y  esto  sirva  á  tus  pies  siempre  de  plomo 

Para  ir  con  lentitud,  como  hombre  laso, 

Entre  el  sí  y  entre  el   no,  mirando  el  como.       lu 

"  Entre  los  mentecatos,  el  más  baso 
Es  quien  afirma  ó  sin  criterio  niega, 
Lo  mismo  un   caso,   que  el  contrario  caso;         117 

"  Y  de  este  modo  la  razón  se  plega 
Con  el  juicio  vulgar  á  falsa  parte, 

Y  el  amor  propio  al  intelecto  ciega.  120 

"  A  veces,  otro  de  la  orilla  parte 

A  pescar  la  verdad  con  que  no  acierta, 

Y  vuelve  peor,  porque  le  falta  el  arte.  123 


618  DIVINA    CO^-ÍDIA 


"De  esto  al  mundo  le  dan  la  prueba  cierta, 

Con  Parménides,  Briso  con  Mebiso, 

Sin  encontrar  su  rumbo  en  marcha  incierta;  126 

"Y  Arrio  y   Sabelio,  y  todo  aquel  que  quiso 

Herir  como  una  espada  la  Escritura, 

Haciendo  tuerto  lo  que  recto  se  hizo.  129 

"Necia  es  la  gente  por  demás  segura 

En  juzgar,  como  aquel  que  todo  estima 

En  vasto  campo  con  razón  madura.  132 

"  He  visto  á  veces  en  ingrato  clima 

Árbol  silvestre  en  apariencia  yerto 

Mostrar  después  las  rosas  en  su  cima;  135 

"Y  he  visto  buque,  al  parecer  muy  cierto, 

Correr  del  mar  el  líquido  camino, 

Y  naufragar  al  penetrar  al  puerto.  i3á 

"No  crean,  doña  Berta  ó  seor  Martino, 
Si  ven  á  uno  robar  y  á  otro  ofrecerse, 
El  fallo  penetrar  del  juez  divino:  i4i 

"Que  uno  puede  salvarse,  otro  perderse."  — 


CANTO  DECIMOCUARTO 


TiTCcra  coroiui  (K-  los  BicnaviMiturados.  -  Beatriz  lis  pide.  <jiuí  revelen  al  Poe.ta 
el  misterio  de  la  resurrección  de  la  carne. — Uno  de  los  espíritus  accede  al  pe- 
dido de  Beatriz  y  le  explica  la  gloria  de  que  gozan. — Sube  el  Poeta  al  quinto 
cielo,  que  es  el  de  Marte. — Sobre  dos  rayos  dispuestos  en  forma  de  cruz,  vuelan 
en  lodo  sentido  haciendo  oir  hiinnos  melodiosos,  las  almas  radiosas  de  los 
Cruzados,  que  sufrieron  el  martirio  por  la  fe  de  Cristo  y  por  su  Iglesia. 


Del  centro  al  borde,  y  desde  el  borde  al  centro, 

Muévese  el  agua  en  el  redondo  vaso, 

Según  se  impulse  desde  fuera  ó  dentro.  3 

Así  en  la  mente  se  produjo  el  caso. 

Como  lo  digo,  luego  que  atendiera 

Al  glorioso  Tomás,  en  mi  embarazo:  6 

Por  la  similitud,  que  proviniera. 

De  la  voz  de  Beatriz  y  de  aquel  Santo 

A  la  que  hablar  después  así  pluguiera:  9 

—  ''Este  hombre  ha  menester  en  su  quebranto. 

Si  no  lo  dice,  pues  ni  piensa  ahora, 

Que  raíz  de  verdad  alcance  en  tanto.  12 

"  Muéstrale  si  la  luz,  con  que  se  enflora 
Vuestra  sustancia,  siempre  inextinguible. 
Eternamente  brillará  cual  ora;  15 


620  DIVINA   COMEDIA 


"  Y  como,  al  revestir  forma  visible, 

En  el  día  final,  resucitada. 

Contemplar  su  fulgor  será  posible." —  is 

Cual  á  veces  en  danza  concertada 

Se  anima  la  alegría  bulliciosa. 

Con  cadencia  y  con  voz  más  agitada,  21 

Así  al  oír  esta  oración  piadosa. 

La  alegría  en  las  almas  se  acrecienta 

Girando  al  son  de  nota  melodiosa.  24 

Quien  por  temer  la  muerte  se  lamenta, 

Para  subir  á  lo  alto,  no  concibe 

Como  la  lluvia  eterna  el  alma  alienta.  27 

El  Uno,  el  Dos  y  el  Tres,  que  siempre  vive, 

Y  reina  siempre  en  Tres,  en  Dos  y  en  Uno, 

No  circunscrito,  y  todo  circunscribe,  30 

Ensalzó  por  tres  veces,  cada  uno 

De  los  seres,  con  tanta  melodía. 

Que  á  gran  virtud,  sería  justo   muño.  33 

Y  escuché,  que  la  luz  de  mayor  día 
Del  círculo  menor,  con  voz  modesta, 

— Tal   vez  cual  la  del  ángel   de  María,  —  36 

Respondía:   -"Cuan  larga  es  la  gran  fiesta 

Del   Paraíso,  nuestro  amor  ardiente. 

Será  por  nuestras  luces  manifiesta.  39 

"  Su  claridad,  nace  de  amor  ferviente; 
vSu  artlor  de  la  visión;  y  aquella  es  tanta. 
Cuanta  es  la  gracia  cjue  la  gracia  aumente.         12 


EL  paraíso —CANTO   XIV  621 


"  Cuando  otra  carne  más  gloriosa  y  santa 

Revista  nueva  vez  nuestra  persona, 

Más  grata  será  al  Ser  que  todo  encanta;  45 

"  Porque  se  acrecerá  lo  que  nos  dona 
1^1  sumo  Bien  que  en  esta  luz  nos  tiene, 
Cxratuita  luz  que  al  Bien  se  acondiciona;  48 

"  Porque  crecer  á  la  visión  conviene, 

Y  crecer  el  ardor  que  aquella  inflama, 

Y  en  el  ardor  crecer  que  de  ella  viene;  si 

''  Mas  cual  carbón  que  lanza  viva  llama, 

Y  que  lo  envuelve  en  viva  incandescencia, 

Y  conserva  su  forma  entre  la  flama,  54 

"  Así  el  fulgor  que  envuelve  nuestra  esencia, 
Nuestra  carne,  hoy  en  tierra  sepultada, 
Mostrará  en  luminosa  trasparencia.  57 

"  Su  intensa  luz  parecerá  atenuada 
A  los  sentidos  de  la  carne  inciertos, 

Y  con  su  vista  el  alma  deleitada. "  —  60 

Un  Amen,  en  los  célicos  conciertos, 

Me  pareció  escuchar,  cual  si  anhelasen 

De  nuevo  revestir  sus  cuerpos  muertos.  63 

Y  tal  vez,  no  por  ellos  suplicasen. 

Sino  por  padre  ó  madre,  ó   prenda  cara. 

Antes  que  en  llama  eterna  se  abrigasen.  66 

Entonces  vi,  con  luz  brillante  y  clara. 

Un  resplandor  surgir  de  la  primera, 

A  guisa  de  horizonte  que  se  aclara.  69 

41 


622  DIVINA    COMEDIA 


Como  del  día  en  la  hora  postrimera, 

El  cielo  al  presentar  nueva  apariencia, 

Se  duda  de  si  es  falsa  ó  verdadera,  72 

Así  me  apareció  la  nueva  esencia 

De  otras  almas,  girando  centelleante 

Fuera  de  la  otra  gran  circunferencia.  75 

Oh,  de  Espíritu  Santo,  luz  radiante 

En  toda  su  verdad!  y  cuan  candente 

Venciste  mi  pupila  vacilante!  78 

Mas  Beatriz,  siempre  bella  y  sonriente 

Se  me  mostró;  y  esta  visión  querida 

Hoy  no  podría  renovar  la  mente.  si 

Mi  vista  por  Beatriz  fortalecida, 

Me  hizo  ver,  que  por  ella  trasladado. 

Remontaba  á  una  esfera  bendecida.  84 

Bien  percibí  que  estaba  levantado. 

Por  el  ardiente  brillo  de  la  estrella. 

De  un  rojizo  color,  no  acostumbrado.  87 

Y  con  el  habla  que  es  en  todos  bella, 

Una  en  todos,  si  á  Dios  rinde  holocausto, 

Al  contemplar  la  gracia  que  destella,  90 

Aún  no  en  mi  pecho  el  sacrificio  exhausto 

Conocí  la  eficacia  de  mi  ruego 

Que  era  acogido  en  su  momento   fausto:  93 

Entre  dos  rayos  rojos  miré  luego 

Aparecer  tan  grandes  resplandores, 

(Jue  yo  exclamé:  /  6^//  Hclión,  lie  aquí  tu  fuego!  ^x^ 


EL    rAKAISÜ  — CANTO   XIV  623 

Cual   blancos  astros  majrnos  y  menores 
Tiende  cic   un   polo   al   otro   centelleantes, 
Galasia,  confundiendo  á  los  doctores,  '/) 

Los  dos  rayos  de  Marte,  rutilantes, 

1^'orman  constelación  del  sacro  signo 

Que  en  el  círculo  trazan  sus  cuadrantes.  102 

Aquí  mi  ingenio  y  mi  memoria  inclino: 
En  aquella  gran  cruz,  flameaba  Cristo, 

Y  ante  tan  gran  modelo,  nada  es  digno  105 

Mas  quien  carga  su  cruz,  y  sigue  á  Cristo, 

Disculpará  que  el  numen  se  reprima 

Al  ver  en  su  árbol,  relumbrar  á  Cristo.  ios 

De  un  cuerno  al  otro  y  desde  el  pie  á  la  cima, 

Se  mueven  vivas  luces,  cintilando 

Al  encontrarse  y  condensarse  encima.  iii 

Así,  variadas  formas  renovando, 

En  la  tierra  se  ven  cambiar  de  aspecto 

Los  átomos  que  en  grupo  van  girando  ii4 

En  el  rayo  de  luz,  que  cruza  recto 

La  sombra,  en  la  estación  acalorada, 

Donde  el  hombre  se  entrega  á  sueño  quieto,         117 

Y  como  giga  y  arpa  bien  templada, 
Con  muchas  cuerdas  dan  dulce  sonido. 

Bien  que  la  nota  siéntase  apagada;  120 

Dentro  del  luminar  aparecido 

Resonaba  en  la  cruz  tal  melodía. 

Que  arrobaba,  sin  ser  el  himno  oído.  123 


^^"^  DIVINA    COMEDIA 


Que  era  en  loor  yo  bien  lo  percibía, 
Porque  el  Risurgz  e  vinci  me  llegaba, 
Como  al  que  oye  y  no  entiende  una  armonía. 

Y  todo,  de  tal  modo  enamoraba, 
Que  en  mi  vida  mortal,  ninguna  cosa 
Más  dulce  ni  atractiva  recordaba. 

Mi  palabra  es  tal  vez  desamorosa, 
Si  parezco  olvidar  los  ojos  bellos 
Hn  que  el  deseo  mío  se  reposa; 

Mas  si  se  piensa  que  esos  vivos  sellos 

Cuanto  más  suben  dan  más  luz  incisa, 

Y  aun  vuelto  no  me  había  yo  hacia  ellos, 

De  lo  que  yo  me  acuso,  tendré  excusa, 
Al  procurar  decir  lo  verdadero, 
Pues  el  santo  placer  no  se  recusa, 

Porque  se  hace,  subiendo,  más  sincero. 


126 


129 


132 


135 


I3S 


CANTO  DECIMOQUINTO 


Del  brazo  de  la  cruz  formado  por  los  espíritus  resplandecientes  del  quinto  cielo,  se 
desprende  una  luz  que  dirije  al  Poeta  palabras  paternales,  y  le  declara  (jue  es  su 
tatarabuelo  Cacciagüida.  —  Se  liabla  de  la  genealogía  de  su  familia,  de  las  anti- 
guas costumbres  patriarcales  de  Florencia,  en  contraste  con  los  vicios  y  discor- 
dias, y  de  los  modernos.  —  El  espíritu,  ;il  relatar  sus  servicios,  dice  que  formó 
parte  de  la  segunda  cruzada  predicada  por  San  r>ern:u do,  y  que  ganó  el  marti- 
rio, combatiendo  por  la  fe  de  Jesucristo. 


Benigna  voluntad,  en  que  se  licúa 

Siempre  el  amor  que  rectamente  inspira, 

Como  en  el  mal  la  voluntad  inicua,  3 

Silencio  puso  á  la  armoniosa  lira, 

Aquietando  sus  cuerdas  con  la  mano. 

Que  en  el  cielo  las  templa  y  las  estira.  6 

No  había  sido  mi  plegaria  en  vano, 
Cuando  la  rueda  de  ánimas,  atenta. 
Me  brindaba  su  goce  soberano !  9 

—  Bien  merece  el  mortal  que  se  lamenta. 

Corriendo  tras  de  cosa  que  no  dura. 

La  suerte  que  en  la  vida  le  atormenta!—  12 

Como   en  aura  serena,  quieta  y  pura 

Trascurre  una  centella  pasajera 

Agitando  la  vista,  antes  segura,  is 


626  DIVINA    COMEDIA 


Que  una  estrella  creyérase  viajera, 

A  no  ser  que  en  el  punto  donde  asciende 

No  falta  estrella  alguna  de  la  esfera;  is 

Así  del   brazo  que  á  la  diestra  extiende 

Hasta  el   pie  de  la  cruz,  corriera  un  astro 

De  la  constelación  que  en  ella  esplende:  21 

Sin  desviarse  la  perla  de  su  rastro, 

Discurrió   por  la  lista  iluminada 

Como  luz  encerrada  en  alabastro.  24 

Tal  la  sombra  de  Anquises,  bienamada, 
(Si  hemos  de  creer  á  la  más  alta  musa) 
Corrió   á  Eneas  en  plácida  morada.  27 

O  sanguis  nieiisl  o  super  infusa 

Gratia  Deil  sictii  tibí,  cui 

Bis  unqttain  cceli  janna  reclusa)  30 

Así  la  lumbre  habló   y  á  ella  volví: 

Y  luego  hacia  Beatriz   volví  el  semblante, 

Y  asombrado  quedé  de  cuanto  vi:  33 

Ardía   una  sonrisa  tan  radiante 

En  sus   ojos,  que  estar  me  imaginaba 

De  la  gracia  en  el  cielo  confinante.  3í. 

El  alma,  cuya  lumbre  me  encantaba 

Su  oración  prosiguií),  más  de  manera 

Que  no   pude  entender  lo  que  me  hablaba;         3) 

No   porque  oscuro  su  lenguaje  fuera, 

Sino  por  lo  sublime  del  concepto, 

Que  no  se  alcanza  en  la  mortal  esfera.  42 


VA.    rAKAISO  — CANTO    XV  627 


Y  cuando   el  arco  del   ardiente  afecto 
Desprendió  la   palabra,  (jue  fijada 

1mi  el  blanco  ciuedó   de  mi  intelecto,  45 

Entendí  que  decía  emocionada: 

—  "Bendito  seas  tú!  Tú,  Trino  y  Uno! 

Que  has  protegido  á  mi  progenie  amada!"         48 

Y  prosiguió:       "Cuan  largo  y  grato  ayuno, 
Desde  que  leo  en  este  libro  magno, 
Inmutable  en  lo  blanco  y  en  lo  bruno,  51 

"Has  satisfecho  al  fin,  ¡oh  caro  hermano! 
Gracias  á  la  mujer  que  te  ha  subido 

En  sus  alas  al  cielo  soberano !  54 

• 
"  Tú  crees,  que  tu  pensar  á  mí  ha  venido 
Por  reflexión  de  Dios,  como  radiante 
El  uno,  en  seis  ó  cinco  se  halla  incluido ;  57 

"  Por  eso  no  me  pides  suplicante 

Que  te  diga  quien  soy,  cuando  gozoso 

Aun  más  que  la  otra,  brillo  en  este  instante.      00 

"Y  en  verdad;  lo  pequeño  y  lo  grandioso 

De  esta  vida,  se  espeja  en  el  espejo, 

Que  alumbra  el  pensamiento  vagaroso;  63 

"Pero  el  sagrado  amor,  de  que  no  alejo 

La  vista  siempre  fija,  me  asaéta 

Como  dulce  anhelar,   que  da  consejo.  66 

"  Ora,  en  tu  voz  segura,  alegre  y  quieta. 

Suene  la  voluntad,  suene  el  deseo. 

Que  mi  respuesta  el  cielo  la  decreta." —  69 


628  DIVINA    COMEDIA 


Miro  á  Beatriz,  y  en  su  sonrisa  leo 

Que  sin  hablar  penetra  mi  conciencia, 

Y  exclamo,  dando  vuelo  á  mi  deseo:  72 

—  "Dotados  por  igual  de  amor  y  ciencia 

Por  la  Igualdad  suprema  y  primitiva 

Gozáis  del  equilibrio  en  su  presencia;  75 

"  Porque  el  sol,  de  sus  llamas  fuente  viva 

Os  dio  calor  y  luces  siempre  iguales, 

A  semejanza  de  su  llama  activa;  rs 

"Mas,  querer  y  saber,  entre  mortales. 

Por  razón  que  tenéis  bien  manifiesta, 

Tienen  alas  con  fuerzas  desiguales.  sí 

"Esta  desigualdad  me  ha  sido  impuesta 

Como  á  mortal,  aunque  mi  mente  espacio 

Para  asistir  á  la  paterna  fiesta;  84 

"  Y  te  suplico  á  ti,  vivo  topacio. 

Adorno  de  esta  joya  tan  preciosa. 

Dejar  mi  pecho  con  tu  nombre  sacio!" —  87 

--  "Hoja  de  mi  árbol!  cuanto  tiempo  ansiosa 

Mi  alma  esperó.  —  Yo  tu  raíz  he  sido" — 

—  Así  me  dijo  el  alma  luminosa.  —  ^^o 

Y  prosiguió:      "Aquel  de  que  ha  venido 
Tu  cognación,  cien  años  sin  consuelo. 

Del  monte  el  primo  borde  ha  recorrido.  03 

"Ha  sido  mi  hijo,  y  fué  tu  bisabuelo, 

Y  es  justo  que  tu  abrevies  su  fatiga 

Con  meritorias  obras  en  el  suelo.  % 


EL  paraíso  — CANTO   XV.  629 


"  l^'lorencia,  en  viejo  muro  que  aun  la  abriga 
Donde  aun  se  oye  sonar  la  Tercia  y  Nona, 
\'ivía   en   paz,  de  la  modestia  amiga.  99 

"  No  gastaba  collares,  ni  corona. 

Ni  sus  damas,  calzados  ó  cintura. 

Que  brillasen  aun   más  que  la  persona.  102 

''  Aun  era  para  el  padre  una  ventura 

Una  hija  tener,  porque  venía 

Con  los  años,  la  dote  en  su  mesura.  ios 

"La  casa  sin  familia,  no  existía, 

Ni  pudo  Sardanápalo  mostrarle 

Kl  lujo  que  en  sus  cámaras  cabría.  ios 

"  No  pudo  á  Montemal  sobrepujarle 

Ucalatayo,  que  como  ha  vencido 

Para  subir,  bajar  ha  de  costarle  iii 

"He  visto  á  Relinchón,  andar  ceñido 

De  cuero  y  hueso,  y  asomar  la  esposa 

Ante  el  espejo,  rostro  no  teñido.  lu 

"Y  á  los  Vequios  y  Nervi,  ser  preciosa 

Una  piel,  de  bordados  no   cubierta, 

Y  á  sus  consortes  rueca  laboriosa;  117 

"  Felices,  cada  cual  tenía  cierta 

La  tierra  de  su  tumba,  y  aun  ninguna 

Su  cama,  por  la  Francia  halló  desierta.  120 

"  Una  velaba  al  lado  de  la  cuna 

Consolando  á  los  niños  en  su  idioma. 

Que  á  padre  y  madre  en  un  amor  auna;  123 


630  DIVINA    COMEDIA 

*^La  otra,  los  hilos  de  su  rueca  toma, 

Haciendo  á  la  familia  algún  relato 

Del  Troyano,  de  Fiésola  ó  de  Roma.  126 

"  Creo  entonces  hallar  fuera  insensato, 

Una  Cangüela,   un  Lapo  Saltarelo, 

Cual  hoy,  una  Cornelia,  un  Cincinato.  129 

"  En  tal  estado,  de  virtud  modelo, 

Y  en  tal  ciudad  del  cielo  bendecida, 

Me  hizo  María  huésped  de  su  suelo,  132 

"  Por  tierno  grito  maternal  movida, 

Y  en  vuestra  antigua  pila  bendecido, 

Nací  á  la  vez  Cristiano  y  Cachagüida.  135 

"Mis  hermanos,  Morón  y  Elíseo  han  sido; 
Mi  mujer  vino  á  mi  de  Val  de  Pado, 

Y  de  esta  fuente  viene  tu  apellido.  i38 

"  Serví  bajo  el  imperio  de  Conrado, 

Y  caballero  fui  de  su  milicia, 

Y  por  mi  bien  obrar,  gané  su  agrado.  ui 

"  Seguíle  á  combatir  á  la  malicia 

Del  impío,  que  usurpa  torpemente, 

Por  culpa  del  Pastor,  vuestra  justicia.  lu 

"Y  fui  por  mano  de  tan  torpe  gente 

Desatado  del  mundo  aquel,  falaz, 

Cuyo  amor  es  de  vicios  la  simiente,  147 

"Y  vine  del  martirio  á  Santa  paz."  — 


CANTO   1)K(!1M0SEXT0 


VA  l'oiUa  cxpcriiniMita  on  el  rielo  i-.l  sintimicnto  luunaiio  de  la  nobleza  íIc  la  san- 
;;;rií.  —  Interroga  á  su  tatarabuelo  sobre  sus  antepasados  y  sobre  la  eondición 
de  los  habitantes  d(í  Florencia  en  su  tiempo.  —  Cacciagüida  le  contesta  y 
estigmatiza  á  los  nuevos  habitantes,  que  han  hecho  degenerar  la  antigua  ciu- 
dad, introduciendo  en  ella  la  discordia.  —  El  Poeta  pone  en  boca  de  su  ante- 
pasado palabras  severas  contra  sus  enemigos,  que  lo  habían  desterrado  de  su 
patria. 


Oh,  nobleza  de  sangre  con  pobreza! 

Que  de  ti  se  gloríe  tanta  gente 

En  la  tierra  tan  llena  de  flaqueza,  3 

Ya  no  me  maravilla  ciertamente; 

Que  allá  do  el  apetito  se  modera, 

En  el  cielo,  llenaste  tú  mi  mente!  6 

Bien  sé  que  tú  eres  capa  pasajera, 

Que  si  no  se  remienda  cada  día 

La  cercena  del  tiempo  la  tijera.  9 

Con  el  VoSj  que  era  en  Roma  primacía. 
Aunque  no  siempre  fuera  acostumbrado, 
Recomencé  con  la  palabra  mía;  12 

Y  Beatriz,  que  se  estaba  á  mi  costado. 

Reía,  como  aquella  que  tosiera 

De  Ginebra  al  galán  enamorado.  15 

—  "Vos  sois  mi  padre,  —  así  yo  prosiguiera,  - 

Vos  prestáis  á  mi  labio  la  energía; 

Vos  me  eleváis  á  más  sublime  esfera.  is 


632  DIVINA    COMEDIA 


"Entran  en  mí  torrentes  de  alegría: 

Mi  mente  llenan  ríos  de  leticia, 

Que  goza  en  contener  el  alma  mía;  21 

"Habladme,  pues,  oh  paternal  primicia, 

De  vuestros  padres,  y  de  aquellos  años 

Que  señalaron  la  primer  puericia.  24 

"Decidme,  cuáles  eran  los  rebaños 

Entonces  de  San  Juan,  y  entre  la  gente 

La  digna  de  ocupar  estos  escaños." —  27 

Como  el  carbón  se  torna  más  ardiente 

Al  soplo  de  los  vientos,  vide,  aquella 

Luz  esplender  más  amorosamente,  30 

A  mis  ojos  mostrándose  más  bella; 

Y  me  habló  con  acento  dulce  y  suave. 

Que  en  el  moderno  hablar  no  se  resella:  33 

—  "Desde  aquel  día  en  que  se  dijo  el   Ave, 

Al  parto,  en  que  mi  madre,  mujer  santa, 

vSe  alivió  con  mi  ser,  del  peso  grave,  36 

"Marte,  quinientas  veces  se  adelanta 

Con  más  ochenta  y  tres  en  su  carrera, 

A  encenderse  del  León  bajo  la  planta.  39 

"De  mi  familia  el  sitio  en  que  naciera 

Era  en  Florencia  su  postrero  sexto, 

Que  en  vuestras  fiestas  marca  la  carrera.  42 

"Baste  de  mis  mayores  decir  esto; 

Quienes  fueron,  de  donde  procedieron. 

Mas  callar,  que  el  decirlo   creo  honesto.  45 


liL    l'AWAISO— CANTO    XVI  633 

"IvOS  (juc  entonces  llevar  armas  pudieran 

Entre  el  puente  de  Marte  y   el  Bautista, 

Vn  quinto  de  los  de  hoy   acaso   fueran.  48 

"Mas,  la  ciudadanía,  que  ora  es  mixta 
Con  Figuinos,  Certaldos  y  Campéanos, 
Era  í^enuina  en  el   más  bajo  artista.  si 

"  Más  valiera  tenerlos  más  lejanos 

A  esos  hombres,  y  haber  por  colindantes 

Los  pueblos  de  Galluzzo  y   de  Trepianos,  51 

"Que  sufrir  los  olores  repugnantes 

De  los  villanos  de  Aguillón  y  Signa, 

En  materia  de  estafa  penetrantes.  57 

"Si  en  gente  cada  día  menos  digna, 
César,  en  vez  de  una  madrastra  puerca. 
Tuviera  madre  con  amor,  benigna,  60 

"El  Florentino  que  se  vende  y  merca 

Hubiera  retornado  á  Semifontes 

Donde  su  abuelo  mendigaba,  cerca;  63 

"Montemurlo,  sería  de  sus  contes; 
Estarían  los  Cirquios  en  su  Ancona, 

Y  en  Valgraba  quizá  los  Buendalmontes;  66 

"  Que  á  fuerza  de  mezclar  tanta  persona, 

Las  ciudades  se  ven  indigestadas. 

Como  el  cuerpo  que  cebos  amontona.  69 

"Cae  el  toro  entre  ovejas  encegadas, 

Y  á  veces  una  espada,  tan  solo  una, 

Corta  más  y  mejor  que  cinco  espadas.  72 


634  DIVINA    COMEDIA 


"Si  ves,  los  de  Urbisaglia  y  los  de  Luna 

Que  se  han  ido,  y  cual  yace  en  decadencia 

De  Sinigaglia  y  Chiusi  la  fortuna,  75 

"  Verás  como  se  acaba  la  existencia 
De  las  familias  en  la  vida  inerte, 

Y  verás  su  destino  en  evidencia.  78 

"Todas  las  cosas  vuestras  llevan  muerte, 

Y  si  hay  entre  ellas,  más  durable  alguna, 
Vuestra  corta  existencia  no  lo  advierte.  si 

"  Como  bajo  el  influjo  de  la  luna 

El  mar  cubre  la  playa  ó  se  retira. 

Así  trata  Florencia  su  fortuna;  84 

"Y  por  eso  no  es  cosa  que  se  admira 
Lo  que  diré  de  excelsos  Florencianos, 
Cuya  escondida   fama  nadie  mira.  87 

"  A  los  Hugos  yo  vi,  los  Catalanos, 

Filipis,  Creció,  Ormanes  y  Alverigios, 

P2n  decadencia,  grandes  ciudadanos;  90 

"Y  ancianos  vi  rodeados  de  prestigios, 
Junto  con  los  vSannella  á  los  del  Arca, 

Y  Ardingos,  Soldanieris  y  Hostigios.  93 

"  Sobre  la  puerta  que  al  presente  abarca, 

De  nueva  felonía  tnnto  peso, 

Que  hará  muy  pronto  naufragar  la  barca,  96 

"  Los  Raviñani  vi,  quien  su  deceso 

Dieron  al  conde  (niido,  y  los  que  el  nombre 

Del  alto  Belinchón  llevan  impreso;  99 


EL   paraíso  — CANTO    XVI  635 

"  Pressa  ganaba  en  el  gobierno,  agnombre, 

Y   doraba  su   espada  Galigayo 

En  su   pomo  grabando  su  renombre.  102 

"(irande  era  la  columna  ya  del  Vayo; 
Grandes  los  Gallos,  vSacjuios  y  Berucios, 
Aunque  después  adulteró  el  estayo.  io.=> 

"  La  cepa  que  dio   origen  á  Calfucios 

Era  grande  también,  y  se  sentaban 

En  las  curules,  Sizios  y   Arrigucios.  ios 

"Oh,  cuan  nobles  entonces  se  mostraban 

Los  hoy  caídos,  con  las  bolas  de  oro 

Que  á  Florencia  con  glorias  enfloraban!  iii 

"  Esto  hacían  los  padres   con  decoro, 

Mientras  los  hijos  en  la  iglesia  vaca. 

Van  á  buscar  engorde  en  su  tesoro.  114 

"  La  raza  que  hoy,  como  dragón  ataca 
Al  fugitivo,  y  que  le  muestra  el  diente 
Al  corderillo,  y  que  con  él  se  aplaca,  117 

"  Ya   aparecía  entre  tan  pobre  gente, 

Tal  que  no  plugo  al  Ubertín  Donato, 

Se  la  diera  su  suegro  por  pariente.  120 

"  Camposacco,  vivía  en  el  Mercato, 

De  Fiésola  venido,  y  ya  se  viera 

Buen  ciudadano,  á  Juda  y  á  Infangato.  123 

"Y  diré,  cosa  increíble  y  verdadera: 

Por  breve  puerta  á  la  ciudad  se  entraba, 

A  que  daban  su  nombre  los  de  Pera.  126 


636  DIVINA    COMEDIA 


"  Todo  aquel  que  la  enseña  levantaba, 

Del  gran  Barón  de  alto  renombre  regio, 

De  Tomás  en  la  fiesta  tremolaba:  129 

"  De  aquí,  de  su  milicia  el  privilegio. 

Bien  que  después  al  pueblo  se  reunían 

Los  que  han  dorado  su  blasón  egregio.  132 

"Gualderios,  Importunis,  ya  existían, 

Y  sin  tanto  vecino  que  le  ha  entrado. 

Aun  los  del  Burgo,  quietos  estarían.  135 

"  La  casa  que  tus  males  ha  causado. 
Por  el  justo  rencor  que  se  ha  encendido, 

Y  vuestra  paz  por  siempre  ha  desterrado,  i38 

"  Gozaba  de  un  honor  bien  merecido. 
Oh,  Buendelmonte!  cuánto  mal  trajiste 
Desdeñando  el  consorcio  apetecido!  ui 

"Feliz  aun  fuera  mucha  gente  triste, 

vSi  Dios  te  hubiera  sumergido  en  Ema 

La  primer  vez  que  á  la  ciudad  viniste!  144 

"  Pero   faltaba  á  su  marmóreo  emblema. 
Que  de  Florencia  guarda  el  viejo  puente, 
Víctima  hacerla  de  su  paz  postrera.  -147 

"Con  los  nombrados  y  otra  mucha  gente 
Vide  á  Florencia  en  plácido  reposo, 
Cumpliendo  sus  destinos  felizmente;  150 

"  Y  con  ellos  al  pueblo,  que  glorioso 

Y  justo,  enarbolaba  blanco  lirio. 

Que  invertido  cual  símbolo  oprobioso,  153 

"Trocó  en  rojo  la  guerra  en  su  delirio."  — 


CAiNTO  DECIMOSETIMO 


El  poeta  interro^ja  á  su  antepasado  sobro  las  predicciones  que  acerca  de  él  le 
fueran  hechas  en  el  Infierno  y  el  Purgatorio  con  palabras  veladas.  —  Caccia- 
güida  las  confirma  anunciándole  su  destierro  y  los  pesares  que  le  esperan  por 
las  asechanzas  de  sus  enemigos.  —  El  Poeta  manifiesta  su  anhelo  de  proclamar 
ante  el  mundo  las  verdades  que  le  han  sido  reveladas.  —  Cacciagüida  lo  exhorta 
á  perseverar  en  este  propósito,  diciéndole,  que  después  del  amargo  sabor,  la  nu- 
trición de  su  palabra  será  sana. 


Como  acudió  á  Climene  á  cerciorarse 

Faetón,  lo  que  en  su  contra  había  oído, 

Y  que  aun  hace  á  los  padres  cautelarse,  3 

Tal  me  encontré,  y  así  fui  comprendido 

Por  mi  Beatriz,  y   por  la  eterna  lumbre 

Que  para  hablarme  habíase  movido.  6 

Ella  me  dijo:      "Que  el  deseo  alumbre 

Tu  mente,  y  á  la  llama  dé  salida 

En  que  la  interna  estampa  se  vislumbre.  9 

"Lo  que  puedes  decir,  cosa  es  sabida; 

Pero  di  la  gran  sed  que  á  ti  te  afana 

Para  ofrecer  á  tu  alma  la   bebida." —  12 

—  "Oh  cara  planta  mía,  soberana! 

Como  en  triángulos  ven  humanas  mentes 

Dos  obtusos  incluir,  y  es  cosa  llana,  15 

42 


638  DIVINA    COMEDIA 


"  TÚ  ves  claro  las  cosas  contingeates, 

Antes  de  ser  en  sí,  mirando  al  Punto 

Que  los  tiempos  sin  fin  tiene  presentes.  i8 

"Mientras  que  estuve  de  Virgilio  junto, 

En  el  monte  en  que  el  ánima  se  cura, 

Y  al  descender  al  ámbito  difunto,  21 

"Me  anunciaron  en  mal,  suerte  futura; 
Bien  que  con  resistencia  yo  me  siento 
Cubo  de  piedra  á  golpes  de  ventura;  24 

"Pero  tendría  mi  ánimo  contento 

Si  preveyese  la  fortuna  mía, 

Que  dardo  que  se  ve,  viene  más  lento." —         27 

Así  á  la  luz  que  antes  me  hablara  pía 

Díjele,  confesando  humildemente 

Mi  sentir,  cual  Beatriz  me  lo  pedía.  30 

No  con  ambajes,  que  á  insensata  gente 

Enviscaba,  cuando  aun  no  redimiera 

El  cordero  de  Dios  al  inocente,  ^  33 

Sino  con  lengua  clara  y  verdadera, 
Me  repuso  la  luz,  de  amor  paterno 
Irradiando  sonrisa  placentera:  36 

— "  Contingencia,  que  fuera  del  cuaderno 

De  la  materia  humana  se  desprende. 

Pintada  tiene  el  ojo  del  Eterno;  39 

"Pero  su  acción  sobre  ella  no  se  extiende, 

Sino  como  la  vista  en  que  se  espeja 

Nave  en  corriente  que  veloz  desciende:  42 


EL    paraíso— CANTO   XVII  639 

"De  a(iuí,  (lUc  como   hiere  vuestra   oreja 

Del  órgano   la  música,  he  sentido 

El  destino  que  el  tiempo  te  apareja.  45 

"  Como  salió  de  Atenas  compelido 

Por  su  madrastra  el  hijo  de  Teseo, 

De  Florencia  saldrás  entristecido.  48 

"Lo  que  se  busca  y   (juiere,  claro  veo, 
Y  pronto  ha  de  lograrlo   quien  lo  piensa 
Donde  á  Cristo  se  merca  en  regateo.  si 

"  La  inculpación  agravará  la  ofensa 

Con  su  grito;  mas  luego  la  venganza 

Hará  de  la  verdad  justa  defensa.  54 

"  Tú  dejarás  cuanto  el  amor  alcanza, 

Que  es  este  el  primer  dardo  disparado 

Que  el  arco  del  destierro  en  pos  nos  lanza.       57 

"Tu  probarás  entonces,  cuan  salado 

Es  el   ajeno  pan,  y  cuan  penosa 

La  escalera  que  sube  el  desterrado.  60 

"  Y   lo  que  hará  tu  carga  más  gravosa, 

Será  la  imbécil,  la  perversa  gente 

Que  acompañe  tu  vida  dolorosa.  63 

"Tan  ingrata  será  como  inclemente, 

En  tu  contra;  mas  ten  por  ev^idencia, 

Que  la  vergüenza  marcará  su  frente.  66 

"  Su  torpeza  será  prueba  y  sentencia, 

Que  su  condena  cierta  se  adelanta: 

Tu  premio,  lo  hallarás  en  tu  conciencia.  69 


640  DIVINA   COMEDIA 


"  Tu  refugio  primero  en  pena  tanta 

El  afecto  será  del  gran  Lombardo, 

Que  porta  sobre  Escala  el  ave  santa.  72 

"Y  será  tan  benigno  su  resguardo, 

Que  á  Ja  inversa  del  uso,  tu  pedido 

Al  favor  otorgado,  será  tardo.  75 

"  Con  él  verás  á  un  [príncipe  nacido 

Bajo  el  influjo  de  marcial  estrella, 

Que  será  por  sus  hechos  aplaudido.  78 

"  Su  nombre  entre  las  gentes  no  descuella, 

Pues  'nueve  años  no  cuenta  todavía, 

Que  en  las  esferas  su  destino  sella.  si 

"  Antes  que  el  Gaseo  enrede  en  su  falsía 

Al  gran  Enrique,  despreciando  el  oro 

Mostrará  su  valor  y  gallardía.  8+ 

"Grande  en  magnificencia  y  en  decoro, 

Sus  enemigos  le  serán  propicios, 

Y  sus  lenguas,  de  aplauso  serán  coro.  87 

"Él  te  dispensará  sus  beneficios: 

Por  él,  de  la  riqueza,  hoy  pobre  gente. 

Gozará  bajo  válidos  auspicios.  ';o 

"Y  esto  de  él  además  guarda  en  tu  mente; 
Mas  no  lo  digas    .  .  .  "  —  y  me  habló  de  cosas 
No  creíbles,  aun  vistas  de  presente, —  93 

Agregando:—  "Hijo   mío,  he  ahí  las  glosas 

De  lo  anunciado  á  ti,  con  las  insiiHas 

Que  te  ocultan  las  horas  tenebrosas.  ^><> 


EL    TARAISO      CANTO    XVII  641 

"Deja  á  tus  compatriotas  sus  envidias, 

Que  será  su  existencia  prolongada 

Hasta  ver  castigada  sus  perfidias." —  99 

Calló  el  ánima  santa,  reposada, 

Luego  que  hubo  tejido  la  gran  tela, 

Cuya  urdimbre  por  mí  fué  preparada.  102 

Yo  empezé,  como  el  hombre  á  quien  desvela 

La  duda,  y  se  aconseja  de  persona 

Que  mira  y  ama,  y  que  escuchar  anhela:  105 

—  "Veo,  oh  padre,  que  el  tiempo  me  espolona 

Y  viene  contra  mí  su  golpe  á  darme, 

Que  es  grave  al  que  cobarde  se  abandona.       ios 

"Y  así,  de  previsión  es  bien  que  me  arme, 

Pues  si  la  patria  pierdo,  con  mi  canto 

Otra  patria  mejor  puedo  ganarme.  iii 

"Allá  en  el  mundo  del  eterno  llanto, 

Y  allí  del  monte  en  la  sublime  altura 

En  que  me  guiara  la  que  admiro  tanto;  114 

"Y  en  los  cielos  después,  de  lumbre  pura, 

Aprendí  muchas  cosas  que  atestiguo. 

Con  sabor,  para  muchos,  de  amargura;  117 

"Y  si  con  la  verdad  me  muestro  exiguo, 

Temo  puedan  juzgarme  sin  decoro 

Los  que  á  este  tiempo  llamarán  antiguo." —       120 

La  luz  que  revestía  mi  tesoro 

Sonreía  más  bella  y  más  corrusca 

Como  un  rayo  de  sol  se  espeja  en  oro.  123 


642  DIVINA    COMEDIA 


Y  repuso:  —  "Conciencia  que  se  ofusca 
Por  vergüenza  que  en  otros  ó  en  sí  mira, 

Has  de  golpear  con  tu  palabra  brusca:  126 

"No  importa!  apártate  de  la  mentira 

Y  tu  visión  entera  manifiesta, 

Y  á  otros  deja  rascar  sarna  con  ira.  129 

"  Tu  palabra,  al  principio  harto  molesta 

Al  paladar  será;  mas  nutrimento 

Al  cuerpo  le  dará  cuando  digesta.  132 

"Tu  voz  tendrá  la  fuerza  del  gran  viento 
Que  sacude  las  cimas  empinadas, 

Y  esto  dará  á  tu  honor  más  valimiento.  135 

"  Para  eso,  en  estas  ruedas  estrelladas, 

Y  en  el  monte  y  el  valle  doloroso, 

Te  han  mostrado  las  almas  elevadas;  i38 

"  Que  el  ánimo  de  aquel  que  espera  ansioso. 

No  fía  en  el  ejemplo  que  se  esconda 

En  origen  oscuro  ó  sospechoso,  i4i 

"Y  que  á  su  íntimo  anhelo  no  responda."  — 


CANTO  DECIMOCTAVO 


Cacciagüida  señala  á  su  nieto  otros  grandes  espíritus  que  combatieron  por  su  fe. — 
El  Poeta  asciende  al  sexto  cielo  que  es  el  planeta  Júpiter,  inorada  de  los  que 
distribuyeron  con  rectitud  la  justicia  en  el  mundo.  —  Las  almas  bienaventuradas 
forman  con  sus  luces  letras  movibles,  que  reproducen  las  palabras  de  la  Biblia 
predicando  la  justicia.  —  Otros  resplandores  nacen  de  los  primeros  y  dibujan 
una  águila  imperial.    -Invectiva  del  Poeta  contra  la  simonía  pontificia. 


En  silencio  gozaba  de  su  Verbo 

Aquella  luz  bendita,  y  yo  gustaba 

El  mío,  entre  lo   dulce  con  lo  acerbo ;  3 

Y  la  mujer  que  á  Dios  me  encaminaba, 
Me  dijo: — "Reconcentra  el  pensamiento 

Ante  Aquel  que  las  culpas  todas  lava." —  6 

Me  vuelvo  al  son  del  amoroso  acento 

Sin  que  un  punto  mi  rostro  se  desvíe 

Del  alma  á  que  abandono  el  sentimiento;  9 

No  que  de  mi  palabra  desconfíe, 

Sino  porque  gravitan  en  mi  mente 

Ideas  que  requieren  quien  las  guíe.  12 

Y  podría  decir  tan  solamente. 

Que  contemplándola,  mi  ardiente  afecto 

Libre  de  otro  deseo  al  fin  se  siente.  15 


644  DIVINA    COMEDIA 


Mientras  gozaba  del  placer  directo 

De  lo  eternal,  de  mi  Beatriz  el  viso 

Me  hace  gozar  con  el  segundo  aspecto,  is 

Venciéndome  con  luminoso  hechizo; 

Y  ella  me  dijo:  —  "Vuélvete  y  atiende 

Que  mis  ojos  no  son  el  Paraíso." —  21 

Cual  suele  suceder,  que  se  trasciende 

El  afecto  en  la  vista,  cuando  es  lanto 

Que  por  todo  el  espíritu  se  extiende,  24 

Así  en  las  luces  de  aquel  fuego  santo, 

De  Cachagüida  conocí  el  anhelo 

De  aleccionarme  todavía  un  tanto;  27 

Y  á  decirme  empezó:  —  "Del  quinto  cielo 
El  árbol  que  se  nutre  de  su  cima. 

Siempre  con  frutos  con  su  verde  velo,  30 

"  Los  celestes  espíritus  anima. 

Que  antes  de  acá  venir,  tuvieron  fama 

Y  las  musas  cantaron  con  estima.  33 

"Ora  ve  de  la  cruz  la  blanca  llama. 

Que  al  nombrar  á  cada  uno,  diseñarse 

Veras,  como  la  nube  que  se  inflama".  36 

Al  nombrar  á  Josué,  desarrollarse 

En  la  cruz  resplandor  súbito  veo, 

Que  un  acto  fué  nombrarle  y   el  mostrarse.         39 

Al  señalar  al  alto  Macabeo, 

Otro  vi,  sobre  si  mismo  girando, 

Peonza  (¡ue  el  goce  bate  en  su  volteo.  42 


EL    paraíso— CANTO    XVIII  645 

Así,  de  Carloniap^no  y  de  Rolando 

Kl  resplandor  sec^uí  yo  con  la  vista, 

Cual  cazador,  alcón  í\uq  va  volando.  45 

Tras  Guillermo,  Reinaldo  se  presenta, 

Y  el  grande  Godofredo  ante  mi  vista. 

Con  Roberto  Guiscardo  de  alta  cuenta.  48 

La  luz  paterna  con  las  luces  mixtas. 
Mostró  que  el  alma  que  me  había  hablado, 
Era  en  el  canto  celestial  artista.  51 

Volvime  entonces  hacia  el  diestro  lado 

Por  ver  lo  que  Beatriz  me  prevenía, 

Con  signos  ó  en  palabras  expresado ;  54 

Y  en  sus  ojos  tan  pura  luz  ardía, 
Tan  llena  de  placer,  que  su  semblanza 

Sus  otros  resplandores  excedía.  57 

Y  como  el  hombre  que  más  dicha  alcanza 
Obrando  el  bien,  cuando  de  día  en  día 

En  el  camino  de  virtud  avanza,  60 

Yo  advertí  que  mi  vuelo  se  extendía 

En  el  arco  del  cielo  dilatado. 

Mirando  que  Beatriz  se  embellecía.  63 

Y  así,  como  el  semblante  sonrojado 
De  blanca  virgen,  su  color  perdido 

Pronto  retorna  á  su  primer  estado,  66 

Pasé  de  pronto  al  cielo  emblanquecido 

Del  sexto  cielo,  en  candido  albores 

Por  su  celeste  seno  recibido.  69 


646  DIVINA    COMEDIA 


Vi  la  estrella  Jovial  con  sus  fulgores, 

Irradiando  el  amor  que  reverbera, 

Palabras  ngurar  en  resplandores.  72 

Cual  aves  que  de  un  río  en  la  ribera, 

Congratulándose  de  sus  pasturas 

Forman  cerco  ó  vuelan  en  hilera,  75 

Así  en  su  luz  las  célicas  criaturas 

Voltijeando  cantaban  y  formaban 

La  D,   la  I  y  de  L  las  figuras.  78 

Primero  al  son  de  su  cantar  volaban, 
Luego,  al  trazar  sus  signos  esplendentes, 
Detenían  el  vuelo  y  se  callaban.  si 

¡Diva  Pegasea,  que  á  mortales  mentes 

Llenas  de  gloria  eterna,  y  la  existencia 

Haces  durar  del  genio  entre  las  gentes,  84 

Que  tu  luz  ilumine  mi  copxiencia, 
Al  descifrar  tus  letras  inmortales, 
Y  que  muestren  mis  versos  tu  potencia!  87 

Trazando   consonantes  y  vocales 
Por  cinco  veces  siete,  sus  letreros 
Brillaron  en  las  luces  celestiales. 


Diligite  justiiía,  los  primeros, 

Con  el  nombre  y  el  verbo  bien  distinto: 

Qui  judicatis  terram,  los  postreros. 


<X) 


03 


Después,  en  la  M  del  vocablo  quinto, 

Se  ordenaban,  y  á  Jove  convertían 

En  argentino  globo  de  oro  cinto.  % 


KL    l'AKA ISO  — CANTO    XVIII  647 


Y  hacia  lo  alto  de  la  M  descendían 
Otras  luces,  que  al  tiempo  de  posarse 
Cantaban,  creo,  al  bien  (¡ue  las  traía.  99 

Después,  cual  dos  tizones  al  chocarse 

Dan  origen  á  súl:)ito  chispeo. 

En  que  suelen  los  necios  augurarse,  102 

Mil  luces  resurgir  en  torno  veo, 

Una  más  densa  y  otra  más  somera. 

Según   el  sol  la  enciende  en  su  sorteo.  io5 

Y  quieta  en  su  lugar  cada  lumbrera, 
De  aquel  foco  de  luz  ha  renacido 

Testa  y  cuello  de  una  águila  altanera.  ios 

Quien  la  trazara,  guía  no  ha  tenido ; 

El  es  su  guía,  que  la  vida  alienta. 

Con  la  propia  virtud  que  forma  el  nido.  iii 

La  otra  legión  de   luces  que  contenta 

Cual  corona  de  la  M  se  mostrara, 

Al  moverse  la  imagen  complementa.  114 

Oh  dulce  estrella!  cuánta  piedra  rara 
Me  mostró,  que  del  mundo  la  justicia 
Es  la  joya  que  el  cielo  nos  depara!  ii7 

Ruego  pues  á  la  mente  en  que  se  inicia 
Su  fuerza  y  su  virtud,  que  el  humo  impuro 
Sople  del  fuego  que  su  rayo  vicia. 


1 20 


Y  que  otra  vez  fustigue  brazo  duro 

Al  que  compra  y  que  vende  en  medio  al  templo. 

Que  señaló  con  el  martirio  el  muro.  123 


648  DIVINA    COMEDIA 


¡Oh  milicia  celeste  que  contemplo! 
Ruega  por  los  que  están  allá  en  la   tierra 
Descaminados  por  el  mal  ejemplo!  126 

Con  espadas  se  hacía  antes  la  guerra; 
Ora  se  hace,  de  aquí  de  allá,  quitando 
El  pan  que  el  Padre  bueno  dá  á  la  tierra.        129 

Tú  que  escribes  tan  solo  traficando, 

Piensa  que  Pedro  y  Pablo  han  padecido 

Por  esa  vid  que  estás  tú  marchitando.  132 

Tú  me  dirás :  —  Yo  gozo  en  el  delirio 

Del  oro  del  Bautista  solitario, 

Que  una  danza  pagó  con  su  martirio :  135 

Pedro  y  Pablo  no  son  de  mi  santuario. 


(^ANTO  DECIMONOVENO 


Hablu  el  ala  simbólica  (juc  contiene  en  si  muchas  grand<;s  almas. —  Su  palabra 
articula  el  Vo  y  el  M/o  y  sus  conceptos  envuelven  el  A^os  y  el  Nuestro.  —Res- 
ponde á  la  duda  oculta  del  Poeta,  sobre  si  el  hombre  puede  salvarse  sin  bau- 
tismo. —  Resuelve  la  cuestión  por  la  negativa,  pero  agrega,  que  muchos  que  son 
cristianos,  serán  en  el  jucio  final,  tratados  con  más  severidad  que  los  paganos. — 
Señala  á  una  multitud  de  malvados  soberanos  europeos  que  se  hallan  en  este 
caso,  asimilándolos  á  las  bestias  feroces. 


Ante  mí,  con  las  alas  desplegadas 

La  bella  imagen  vi,  que  trascendía 

El  goce  de  las  almas  concertadas.  3 

Un  rubí  cada  cual  me  parecía. 

Por  los  rayos  del  sol  tan  encendido, 

Que  en  mis  ojos  ardiente  refringía.  6 

Lo  que  era,  descubrir  no  es  permitido, 
Porque  nunca  se  ha  escrito  ni  se  ha  hablado, 
Ni  fué  por  fantasía  comprendido,  9 

Que  del  águila  el  pico  á  mi  costado 

Articulaba  con  el    Yo  y  el  Mío, 

Nos  y  Nuestro^  concepto  meditado.  12 

Y  comenzó: — "Por  ser  tan  justo  y  pío 

Exaltado  me  veo  en  alta  gloria, 

Que  vence  todo  anhelo  con  su  brío.  is 


650  DIVINA    COMEDIA 


"  En  la  tierra  he  dejado  mi  memoria, 
Que  bien  que  aplauda  la  malvada  gente, 
No  sigue  las  lecciones  de  la  historia."  — 


18 


Cual  de  muchos  carbones  brota  ardiente 

Sólo  una  llama,  mil  y  mil  amores 

Brotaban  de  la  imagen  esplendente.  21 

Y  así  yo  proseguí:  —  "Perpetuas  flores 

De  la  eterna  leticia,  que  por  uno 

Juntos  me  hacéis  sentir  vuestros  olores,  24 

"  Poned  fin,  respirando,  al  grande  ayuno 

Que  largo  tiempo  padecí  en  el  suelo, 

Sin  hallar  para  el  alma  pasto  alguno.  27 

"  Sé  bien  que  la  justicia  es  luz  del  cielo. 

Que  si  se  muestra  en  el  divino  espejo. 

Miráis  vosotros  al  través  de  un  velo.  30 

"Ved  cuan  atentamente  me  aparejo, 

A  escuchar,  pues  sabéis  cuanto  he  dudado; 

Duda  que  antes   de  tiempo  me  hizo  viejo." —     33 

Como  alcón  del  capillo  libertado. 

Aletea,  moviendo  la  cabeza. 

Galano  al  emprender  su  vuelo  osado,  36 

Así  aquel  signo  muestra  su  belleza 

En  la  divina  gracia  entretejido. 

Con  cantos  que  los  cielos  embelesa;  39 

Y  habló  después  así:  —  "Quien  ha  medido 

Con  su  compás  los  mundos,  y   en  su  esfera 

Lo  visible  y  lo   oculto  ha  comprendido,  42 


EL   PAKAISU  — CANTO    XIX  651 

"  No   h.'i  podido  sellarlos,  de  manera 

En  todo  el  universo,  (jue  su  Verbo 

Del  todo  lo  inlinito  comprendiera;  45 

"  Y  esto  se  muestra  en  el   j^rimer  superbo, 

Suma  de   perfección  de  la  criatura, 

Por  no  esperar  la  luz,  cayendo  acerbo;  48 

'*Y   es  natural  cjue  la   ínlima  natura 

No  pueda  con  los  bienes  ser  colmada 

Con  lo  que  es  infinito   en  su  mesura.  51 

"  Por  eso,  vuestra  ciencia  limitada, 

Débil  reflejo  de  su  grande  mente, 

Que  en  sus  creaciones  con  amor  fulgura,  54 

"No  sea  por  natura  tan  potente, 

Que  su  principio  intrínseco  discierna, 

En  la  extensión  del  Ser  omnipotente.  57 

"Por  eso,  en  la  justicia  sempiterna, 

Sólo  alcanza  el  mortal  meditabundo 

Lo  que  la  vista  que  en  la  mar  se  interna,  60 

"  Que  en  su  orilla,  no  alcanza  lo   profundo, 

Sin  penetrar  en  el  inmenso  seno 

En  que  se  oculta  misterioso  mundo.  63 

"  Sólo  da  luz  el  resplandor  sereno 

Que  no  se  enturbia;  lo  demás  es  niebla, 

O  sombra  de  la  carne,  ó  su  veneno.  66 

"Bastante  he  disipado  la  tinieblgí 

Que  te  escondía  la  justicia  viva. 

Con  esa  duda  que  tu  mente  puebla.  69 


652  DIVINA    COMEDIA 


"TÚ  piensas:  —  Nace  un  hombre  allá  en  la  riba 

Del  Indus,  sin  que  nadie  en  sus  regíosles 

Ni  hable  de  Cristo  ni  su  nombre  escriba.  72 

"  Tan  bueno  en  sus  deseos  y  en  acciones 

Cuanto  puede  pedirlo  el  cristianismo , 

Vive  puro,  sin  malas  intenciones.  75 

"  Muere  sin  fe,  m^uriendo  sin  bautismo. 

Dónde  está  la  justicia  que  condena? 

Dónde  la  culpa  está  del  paganísimo  ?  78 

"  Quién  eres  tú  que  alta  justicia  ordena, 

Y  á  millones  de  leguas  ver  pretende, 

Cuando  lo  más  cercano  ve  con  pena?  si 

"  Al  que  por  sutileza  bien  no  entiende, 

No  es  maravilla  turben  dudas  tales. 

Si  en  la  Santa  Escritura  no  lo  aprende.  84 

"Pobres  mentes!  terrestres  animales! 

La  prima  voluntad  de  esencia  buena, 

Encierra  en  sí  los  bienes  celestiales.  87 

"Todo  lo  justo  con  su  ser  consuena; 

Ningún  bien  natural  así  la  tira; 

Porque,  radiante,  todo  bien  ordena."  —  90 

Como  en  su  nido  la  cigüeña  gira 
Después  que  á  sus  polluelos  alimenta, 

Y  su  prole  la  mira  y  la  remira,  93 

Al  levantar  mis  ojos,  tal  se  ostenta 

La  imagen  cuyas  alas  misterialcs 

Agita  al  pensamiento  (|ue  la  alienta.  96 


KL    l'AKAISO  — CANTO    XIX  653 

Circulando  y  cantando  dice: — "Tales 
Como  mis  ecos,  ;'i  quien  no  me  entiende, 
«   Tal  es  el  juicio  eterno  á  los  mortales. "  —  w 

Quietas  las  luces  que  la  luz  enciende 

Del  líspíritu  Santo,  en  el  emblema 

Que  aun  la  fama  de  Roma  al  mundo  extiende,       102 

Prosigue :  —  "  Nunca  á  la  región  suprema 

Subió  un  mortal  sin  adorar  á  Cristo, 

Antes,  ó  en  muerte  sobre  cruz  postrema;  105 

"Pero  muchos  que  gritan  Cristo!  Cristo! 

En  el  juicio  final,  aun  menos  prope 

De  él  estarán,  que  el  que  negara  á  Cristo.         ios 

"A  esos  cristianos  damnará  el  Etiope, 

Cuando  las  almas  formen  dos  colegios, 

El  uno  siempre  rico,  el  otro  inope.  iii 

"  Qué  no  dirán  de  vuestros  guías  regios. 
Los  Pérsicos,  al  ver  el  libro  abierto 
Que  atestigüe  sus  torpes  sacrilegios? 


114 


"Allí  la  culpa  se  leerá  de  Alberto, 

Consignada  por  pluma  que  condena, 

Que  del  reino  de  Praga  hará  un  desierto.  117 

"  Y  se  verá  el  dolor,  del  que  en  el  Sena 

Por  moneda  de  ley  falsificada. 

Diente  de  javalí  sufrir  en  pena.  120 

"Veráse  la  soberbia  no  sacisítía. 
Que  á  Inglaterra  y  á  Escocia  con  su  furia 
Halló  estrecha  su  tierra  limitada.  123 

43 


654  DIVINA   COMEDIA 


"Veráse  la  molicie  y  la  lujuria 

Del  rey  de  España,  y  del  Bohemio  indigno, 

Cobarde  rey,  que  su  blasón  injuria;  126 

"  Y  a)  Cojo  de  Sión,  juicio  condigno, 
Marcar  una  virtud  con  I  cumplida; 

Y  á  mil  vicios,  con  M  poner  signo.  129 

"Veráse  la  avaricia  envilecida. 

Del  que  en  la  isla  del  Etna  tiene  asiento. 

Donde  Anquises  finó  su  larga  vida;  132 

"Y  por  mostrar  su  poco  valimiento. 

Su  registro,  con  letras  mutiladas. 

Será,  de  gran  maldad,  breve  comento;  135 

"Y  veránse  las  obras  condenadas 

Con  que  su  indigno  tío,  con  su  hermano, 

Dejaron  dos  naciones  deshonradas;  i38 

"También  del  rey  Noruego  y  Lusitano; 

Y  del  de  Regia,  el  nombre  ha  de  inscribirse, 
Que  el  cuño  adulteró  del  Veneciano.  ui 

"Fuera  Hungría  feliz,  si  prevenirse 

Pudiese  de  tiranos;  y  Navarra 

Pudiera  en  sus  montañas  resistirse.  144 

"  Y    es  de  liberación  segura  el  arra. 

Que  se  quejan  Nicosia  y  Famagosta, 

De  la  bestia,  que  echándoles  su  garra  147 

"Del  flanco  de  las  nestias  más  se  acosta."  — 


CANTO  VIGÉSIMO 


Calla  i'l  águila,  y  as!  como  se  ilumina  líl  cielo,  cuando  desciende  el  Sol,  con  el 
resplandor  de  las  estrellas  en  que  brilla  su  luz,  según  se  creía  en  tiempo  del 
Poeta,  de  tal  manera  nuevas  voces  se  hacen  sentir  en  su  silencio.  —  El  águila 
vuelve  á  hablar  y  muestra  las  grandes  almas  antiguas  que  encierra  en  si,  ha- 
ciendo su  elogio. —  Explica  al  Poeta,  como  algunas  almas  que  él  había  creído 
paganas,  tenían  su  lugar  en  el  ciclo,  por  haber  muerto  en  la  fe  de  Cristo. 


Cuando  el  astro  que  al  mundo  todo  alumbra, 

Del  hemisferio  nuestro  ya  desciende, 

Y  se  consume  el  día  en  su  penumbra,  3 

El  cielo,  que  antes,  él  tan  solo  enciende. 

Aparece  alumbrado  derrepente 

Por  muchas  luces,  en  la  que  una  esplende.  6 

Este  aspecto  del  Sol  vino  á  mi  mente. 
Cuando  el  signo  del  mundo  y  de  sus  duxes, 
En  su  silencio  fué  más  elocuente.  9 

Oh  cielos!  yo  miré  tan  vivas  luces 

Aun  más  brillantes,  entonar  un  canto. 

Que  en  mi  memoria,  vago  reproduces!  12 

Oh  dulce  amor  de  sonriente  manto! 

Cual  ardían  tus  chispas  inmortales. 

Que  solo  anima  pensamiento  santo!  15 


656  DIVINA    COMEDIA 


Cuando  las  bellas  gemas  celestiales 

De  que  la  sexta  luz  está  incrustada, 

Apagaron  sus  sones  celestiales,  is 

De  un  río  de  corriente  despeñada 
Sordo  rumor  me  pareció  que  oía, 
Indicando  su  fuente  levantada.  21 

Si  en  cítara  se  forma  la  armonía 

Por  el  mango,  y  así,  como  de  fuera 

En  la  zampona  el  viento  se  la  envía,  24 

Tal,  impaciente  por  secreta  espera. 
El  rumor,  como  en  caña  perforada. 
Por  el  cuello  del  águila  subiera;  27 

Y  convirtióse  en  voz  articulada, 

Y  en  palabra  después,  tan  elocuente, 

Que  dentro  al  corazón  quedó  grabada:  30 

—  "  La  parte  que  en  mí  ves,  que  en  sol  ardiente 

Fija  águila  mortal,  —  así  empezara, — 

Importa  que  ahora  mires  fijamente.  33 

"  De  los  fuegos  que  asoman  en  mi  cara 

Y  en  ojo  y  testa  como  luz  cintila. 

Esa  es  la  luz  más  alta  y  más  preclara.  36 

"  La  que  tengo  en  el  medio  por  pupila. 

Fué  el  cantor  del  Espíritu  más  santo, 

Que  el  Arca  en  triunfo  trasportó  tranquila.         39 

"Ora  el  valor  conoce  de  su  canto. 
En  cuanto  su  obra  bien  se  le  asemeja, 

Y  fué  remunerado  en  otro  tanto.  42 


EL   TARAISÜ-    CANTU    XX  657 

"De  cinco  (jiie  son  arco  de  mi  ceja, 

La  cjiíe  al  pico  cercana   es  manifiesta, 

\'^n¿  consuelo  de  viuda  que  se  queja.  45 

"  Ora  conoce  al  fin,  cuan  caro  cuesta 

Al  Cristo  no  seguir,  con  la  experiencia 

De  aquella  dulce  vida  y  de  la  opuesta.  48 

"  El  que  sigue  en  igual  circunferencia 

Que  en  mis  ojos  describe  arco  superno. 

Su  vida  prolongó  con  penitencia.  5i 

"Ora  sabe,  que  el  juicio  del  Eterno, 

No  se  trasmuta,  aunque  el  ferviente  ruego 

Postergue  abajo  su  decreto  eterno.  5+ 

"  Conmigo  y  con  las  leyes,  viene  luego. 
Quien  con  buena  intención  mal  fruto  ha  dado, 
Cuando  al  Pastor  cediendo,  se  hizo  Griego.        57 

"Hoy  conoce  que  el  mal  que  se  ha  imputado 

Al  bien  que  procuró  no  le  es  nocivo 

Aunque  por  él  el  mundo  está  arruinado.  60 

"  El  que  miras  del  arco  en  el  declivo, 

Guillermo  fué,  cuyo  país  le  llora, 

Llorando  en  Cario  y  Federico  vivo.  63 

"Hoy  reconoce,  como  se  enamora 

El  cielo  del  buen  rey,  y  su  semblante 

Tiñe  con  el  fulgor  que  lo  colora.  66 

"¿Quién  pensara  que  en  mundo  tan  distante. 

El  troyano  Rifeo,  en  lo  redondo 

De  mi  ojo,  quinta  luz  fuese  brillante?  69 


658  DIVINA    COMEDIA 


"Ora  conoce  bien,  que   quien  lo  hondo 

No  puede  ver  de  la  divina  gracia, 

Jamás  alcanza  con  su  vista  al  fondo." —  72 

Tal  como  alondra  que  su  vuelo  espacia, 

Canta  primero,  y  luego  el  canto  cesa 

En  el  dulce  gorgeo  que  la  sacia;  75 

Me  pareció  la  imagen  ver  impresa 

Del  eterno  placer,  que  rectamente 

Las  cosas  á  sus  fines  endereza.  78 

Bien  que  fuese  mi  duda  trasparente, 

Cual  un  color  el  vidrio  manifiesta, 

Sin  poder  enfrenar  labio  impaciente,  8I 

De  mi  boca  salió: — "¿Qué  cosa  es  esta?"  — 
Como  quien  se  descarga  de  un  gran  peso; 

Y  vi  relampaguear  con  luz  de  fiesta  84 

El  ojo  del  águila  en  nuevo  acceso: 

Y  respondióme  el  signo  bendecido, 

Un  término  poniendo  á  mi  embeleso:  87 

—  "Veo  que  cuanto  he  dicho  lo  has  creído. 

Porque  lo  digo,  sin  saber  consciente. 

Cual  suele  creerse  en  lo  que  está  escondido.     ')o 

"Haces,  como  el  que  el  nombre  de  una  cosa 

Aprende  bien,  más  no  su  cualidad. 

Si  otro  no  se  la  explica  sabiamente.  93 

^''  Regmcni  ccclortim  se  abre  á  la  piedad 
De  ardiente  amor  y  vivida  esperanza. 
Venciendo  la  divina  voluntad;  ?6 


KL    PARAÍSO-    CANTO    XX  659 

"No  del  hombre  soberbio  ;i   semejanza: 
Véncela  porque  así  (luiere  ser  vinta, 

Y  vinta  vence  por  su  bienandanza.  99 

"  Te  asombra  ver  la  luz  i^rimera  y   (|u¡nta 

En  mi  ceja,  cual  signo  bendecido 

Que  en  la  región  angélica  se  pinta.  102 

"No  de  profanos  cuerpos  han  salido, 
Sino  cristianos,  ya  de  alma  creyente, 
En  martirio  futuro  ó  ya  sufrido.  105 

"Una,  desde  el  infierno,  cual  viviente. 

Tornó  á  sus  huesos;  nunca  vista  gracia, 

Premio   acordado  á  la  esperanza  ardiente.  108 

"  Esperanza  tan  viva  en  su  eficacia. 
Que  por  Dios  su  plegaria  fué  acogida, 
Moviéndole  á  piedad  su  pertinacia;  iii 

"El  ánima  gloriosa,  revertida 

A  su  carne,  que  poco  la  guardara. 

En  El  creyó,  siendo  su  voz  oída;  lu 

"Y  creyendo  tal  fuego  la  inflamara 

De  santo  amor,  que  en  su  segunda  vida 

Mereció  que  en  los  cietos  se  gozara.  117 

"La  otra,  en  gracia  de  linfa  bendecida, 
Que  brota  en  fuente,  que  humanal  criatura 
Saber  no  puede  donde  fué  nacida,  120 

"Todo  su  amor  le  dio  con  alma  pura, 

Y  Dios,  de  gracia  en  gracia,  así  le  abriera 

La  vista  á  santa  redención  futura;  123 


660  DIVINA    COMEDIA 


"Y  al  creer  en  ella,  desde  entonces  fuera 
A  su  piedad,  hediondo  el  paganismo, 

Y  el  vicio  reprobó  justa  y  severa;  126 

"  Y  lavara  su  antiguo  gentilismo. 

La  bella  triada  de  Ja  diestra  rueda, 

Más  de  mil  años  antes  del  bautismo.  129 

"Oh  predestinación!  cuan  lejos  queda 

Su  oculto   origen  y  final  decreto. 

Que  alcanzar  su  razón  ninguno  pueda!  132 

"  Y  tú,   débil  mortal,  sé  circunspecto 

Al  juzgar,  pues  nosotros  que  á  Dios  vemos 

No  conocemos  todo  el  ser  electo.  135 

"Y  este  ignorar,  por  dulce  lo  tenemos, 
Pues  nuestro  bien,  con  este  bien  se  afina, 

Y  lo  que   quiere  Dios,  también  queremos". —    i38 

Y  fué  así  como  el  águila  divina 
Aclaró  con  su  luz  mi  corta  vista, 

Y  me  brindó  la  suave  medicina.  i4i 

Y  como  á  buen  cantor  buen  citarista 
Bien  acompaña  con  vibrante  cuerda 

En  que  mayor  placer  el  canto  aquista,  144 

Así  cuanto  escuché,  se  me  recuerda. 
Que  yo  vi  las  dos  luces  benedictas, 
Tal  como   el  parpadeo  se  concuerda,  147 

Mover  con  la  palabra  sus  Uamitas. 


CANTO  VIGÉSI]\IOPRTMP]RO 


Del  cielo  de  Júpiter,  sube  el  Poeta  guiado  por  Beatriz  al  sétimo  ciclo  de  Saturno.  — 
Allí  encuentra  á  los  solitarios  que  se  han  dado  ú  la  vida  contemplativa.  —  Ve  una 
altisima  escalera  de  oro,  como  la  de  Jacob,  por  la  que  suben  y  bajan  llamas 
ardientes.  —  Coloquio  entre  San  Damián  y  el  Poeta,  respondiendo  el  primero  á 
algunas  preguntas  del  segundo.  —  Imprecación  contra  los  malos  sacerdotes. 


Volví  á  fijar  mi  vista  en  el  semblante 
De  mi  Beatriz,  y  mi  alma  toda  entera 
Llenaba  su  atractivo  dominante.  3 

No  sonreía,  y  dijo:  —  "Si  sonriera. 

En  cenizas  tu  ser  convertiría. 

Como  á  Semele  incauta  sucediera.  6 

"  Por  esta  escala,  la  belleza  mía, 

En  el  palacio  eterno  más  esplende^ 

Como  lo  has  visto  cuanto  más  subía;  9 

"Tanto,  que  á  no  templarla,  más  se  enciende, 

Y  tu  mortal  potencia,  á  sus  fulgores 

Rama  sería  que  centella  prende.  12 

"  En  los  sétimos  y  altos  resplandores 

Te  hallas  del  signo  del  León  ardiente, 

Que  en  la  tierra  proyecta  sus  colores.  15 


662  DIVINA    COMEDIA 


"Pon  el  alma  en  tus  ojos;  que  tu  mente 

Espejo  sea  al  ver  á  la  figura, 

Que  en  ese  espejo  mirarás  patente." —  I8 

Quien  supiera,  cuan  dulce  la  pastura 

Era  del  rostro  con  su  aspecto  beato, 

Al  tener  que  admirar  otra  hermosura,  21 

Comprendería  cuánto  me  era  grato, 

Al  compensar  aquel  placer  divino, 

Obedecer  al  celestial  mandato.  2* 

En  el  globo  que  gira  cristalino, 

Con  el  nombre  del  padre  venerando, 

Que  en  la  tierra  extirpó  germen  maligno,  27 

De  áureo  color  sus  luces  irradiando, 

Una  escalera  vi,  tan  levantada, 

Que  al  mirarla,  mi  vista  se  perdía.  30 

Y  miré  descender  de  grada  en  grada 
Tanto  esplendor,  como  si  aquella  lumbre 
Fuese  la  luz  del  cielo  concentrada.  33 

Tal  como  las  cornejas,  por  costumbre, 

Al  calentar  sus  alas  ateridas 

Cuando  del  sol  asoma  la  vislumbre,  36 

Vuelan,  en  varia  dirección  movidas, 
Juntas  volviendo  al  sitio  acostumbrado, 

Y  otras  por  los  espacios  van  perdidas,  39 

Del  mismo  modo  el  resplandor  sagrado 

De  aquellas  luces,  vino  unidamente 

Hasta  que  se  fijara  en  cierto  grado.  42 


líL    l'AKAISQ  -CANTO    XXI  663 

L.'i  m;is  cercana  .1  mí,  tan   reluciente 
Se  puso,  cjue  yo  dije  en  nií,  pensando: 

—  I^ien  veo  el  grande  amor  que  por  mí  siente.       45 

Mas  como  la  (¡ue  indica  el  cómo  y  cuándo, 
Del  hablar  y  callar,  se  estuvo  quieta, 
Venciendo  mi  deseo,  no  demando:  48 

Ella  benigna,  ve  mi  ansia  secreta, 
En  Aquel  de  (jue  toda  luz  procede, 

Y  dijo: — "Tu  deseo  ardiente  acjuieto." —  51 

Y  comencé:  —  "  Hien  sé  que  sólo  puede 
Mi  pobre  merecer,  ser  atendido 

Por  la  que  la  pregunta  me  concede!  54 

"  Oh  espíritu  que  te  hallas   escondido 

En  tu  leticia!  —  di  qué  simpatía 

Tan  cerca  de  mi  lado  te  ha  traído?  57 

"¿Por  qué  no  suena  aquí  la  sinfonía 

Del  concierto  eternal  del  Paraíso, 

Que  otras  esferas  llena  de  armonía?"  60 

—  "  Es  tu  oído  mortal,  como  tu  viso : 

—  Repuso. — En  esta  esfera  no  se  canta, 

Por  causa  que  en  Beatriz  apaga  el  riso,  63 

"Yo  desde  lo  alto  de  la  escala  santa 

He  descendido  por  hacerte  fiesta. 

Con  esta  luz  celeste  que  me  enmanta,  66 

"Sin  que  más  grande  amor  me  haga  más  presta; 

Que  igual  amor  cada  una  en  sí  contiene. 

Como  su  viva  llama  manifiesta.  69 


664  DIVINA    COMEDIA 


"Mas  la  alta  caridad  que  nos  retiene 

Siervas  de  aquel  que  todo  lo  gobierna, 

En  la  suerte  que  observas  nos  mantiene." —       72 

—  ''Bien  veo,  —  dije  yo, — sacra  lucerna. 
De  como  el  libre  amor  todo  concierte 
Obedeciendo  á  providencia  eterna ;  75 

"Bien  que  en  mi  juicio  á  comprender  no  acierte. 

Como  vienes  á  mí  predestinada 

Entre  las  almas  de  tu  propia  suerte." —  78 


Con  mi  última  palabra  pronunciada 
El  foco  de  la  luz  giró  en  su  centro, 
Cual  piedra  de  molino,  apresurada. 


81 


Después  dijo  el  am.or  que  estaba  dentro: 

—  "La  luz  divina  sobre  mí  gravita 

Penetrando  en  la  luz  en  que  me  encuentro;         84 

"Y  su  virtud  que  mi  visión  excita. 

Tanto  me  exalta  sobre  mí,  que  veo 

La  suma  Esencia,  ingénita,  infinita.  87 

"  De  aquí  proviene  el  gozo  en  que  flameo, 
Porque  á  mi  vista,  cuanto  más  se  aclara, 
Mayor  fulgor  de  caridad  poseo.  90 

"  Pero  del  cielo  el  alma  más  preclara. 

El  serafín  ({ue  está  junto  á  Dios  mismo, 

A  tu  pregunta  nada  contestara.  93 

"La  respuesta  se  oculta  en  el  abismo 

Del  eterno  saber,  (jue  es  tan  profundo, 

Que  su  fondo  no  alcanza  el  humanismo.  96 


KN    paraíso  — CANTO    XXI  665 

"Y  esto  dirás  al  retornar  al   nuindo, 

A  fin  (jue  mente  humana  no  presuma 

Misterio  penetrar  del  cielo  oriundo.  w 

"  La  mente,  (¡ue  acjuí  es  luz,  abajo  es  bruma. 

¿Qué  extraño  cjue  el  mortal  sea  impotente 

A  comprender  lo  que  es  de  Esencia  suma?" —      102 

Ante  modo  de  hablar  tan  imponente, 

Prescindiendo  de  inútiles  cuestiones. 

Le  pregunté  su  nombre  humildemente.  105 

— "  Entre  playas  de  Italia,  dos  peñones 

Se  levantan,  no  lejos  de  tu  patria, 

Más  altos  que  los  altos  nubarrones,  ios 

"Formando  giba,  que  se  llama  Catria: 
Consagrada,  á  su  pie  se  halla  una  hermita, 
Donde  el  culto  de  Dios  tuvo  su  patria." —       iii 

Así  recomenzó  la  luz  bendita. 

Prosiguiendo  después: — "Con  fervor  vivo 

Allí  á  Dios  entregué  mi  alma  contrita.  114 

"Mi  alimento  fué  el  jugo  del  olivo, 

Feliz  pasando  del  calor  al  hielo. 

Entregado  al  placer  contemplativo.  117 

"  Abundante  cosecha  daba  el  cielo 

A  ese  lugar,  que  hoy  es  un  yermo  vano, 

Y  que  en  un  tiempo  fuera  fértil  suelo.  120 

"  En  aquel  sitio,  fui  Pedro  Damiano, 

Y  Pedro  Pecador  viví  en  la  casa 

De  la  Virgen  á  orillas  del  Adriano.  123 


666  DIVINA    COMEDIA 


"  Mi  existencia  mortal  era  ya  escasa, 

Cuando  cubierto  fui  con  el  capelo, 

Que  hoy  de  malos  á  peores  se  traspasa.  126 

"Vino  Cefas,  y  el  vaso  del  consuelo 

Del  Espíritu  Santo,  y  mendicantes, 

Se  hospedaron  descalzos  en  el  suelo.  129 

"Los  modernos  pastores,  son  paseantes, 

Que  para  andar  precisan  de  sostenes. 

Que  carguen  con  sus  carnes  abundantes.  132 

Cubriendo  con  su  manto  palafrenes, 

Bajo  una  piel,  dos  bestias  van  andando. 

—  ¡Oh  paciencia  que  tanto  te  contienes!"  135 

A  esta  voz,  muchas  flámulas,  girando, 
Bajar  de  grada  en  grada,  vi  animarse. 
En  cada  nuevo  giro,  más  brillando,  iss 

Y  en  torno  de  aquella  ánima  agruparse. 
Lanzando  un  grito  de  fragor  tan  lleno, 

Que  no  puede  con  nada  compararse,  i4i 

Y  que  me  anonadó  cual  sordo  trueno. 


CANTO  VIGKSIMOSEGIJNI )0 


San  Bi'iiito  se  presiMita  al  Poiíta  en  el  cielo  de  Saturno  y  le  designa  algunos  desús 
compañeros,  dados  como  él  á  la  vida  contemplativa.  —  Le  dice  que  su  Orden 
es  á  la  saz(Sn  letra  muerta,  entre  sacerdotes  avaros  y  desgenerados. — 'Ascen- 
ción del  Poeta  á  la  octava  esfera  de  las  estrellas  fijas.  —  Beatriz  y  el  Poeta 
penetran  en  la  constelación  de  G»'minis,  bajo  la  cual  naciera  el  Dante. —El 
Poeta  contempla  desde  aquella  altura  el  camino  recorrido,  los  planetas  que  gi- 
ran, y   al   mundo  con  sonrisa  de  menosprecio. 

En  mi  estupor  volvime  hacia  mi  guía, 

Como  el  niño  en  sus  cuitas  siempre  corre 

A  buscar  el  amparo  en  que  confía;  3 

Y  cual  madre  amorosa  que  socorre 
Al  hijo  desolado,  con  anhelo, 

Y  tierna  voz  que  á  la  desgracia  acorre,  6 

Me  dijo:  —  "Qué  no  ves  que  este  es  el  cielo, 

Y  que  en  el  cielo  cuanto  existe  es  santo, 

Y  lo  que  se  hace  es  por  devoto  celo?  9 

"  Cuanto  te  habría  conturbado  el  canto, 

Con  mi  sonrisa,  juzgará  tu  oído, 

Si  un  justo  grito  te  conmueve  tanto  !  12 

"  Si  su  plegaria   hubieras  entendido 

Tú  sabrías  el  voto  de  venganza. 

Que  antes  de  tú  morir,  será  cumplido.  15 

"La  justiciera  espada,  en  su  hora  alcanza, 
Tarde  ó  temprano:  al  que  la  teme  fiera, 

Y  al  que  la  anhela  lleno  de  esperanza.  is 


668  DIVINA   COMEDIA 


"  V^uelve  tu  vista  á  la  divina  hoguera, 

Y  verás  los  espíritus  famosos, 

Que  he  de  mostrarte  dentro  de  su  esfera." —      21 

La  contemplé  con  ojos  anhelosos, 

Y  cien  esferas  vi,  que  mutuamente, 
Confundían  sus  rayos  luminosos  24 

Y  como  aquel  que  en  sus  deseos  siente 
Clavado  el  aguijón,  y  que  trepida, 

Entre  callar  y  hablar  osadamente,  27 

Estaba  yo,  cuando  la  más  lucida 

De  aquellas  perlas,  hacia  mí  se  vino, 

De  colmar  mis  deseos  complacida.  30 

Y  hablóme  así,  su  centro  diamantino: 

—  "Si  el  amor  vieses  que  en  nosotros  arde, 
Tu  pensamiento  hallara  su  camino.  33 

"Y  á  fin  de  que  la  espera  no  retarde 

Tu  gran  viaje,  daréte  la  respuesta. 

Ya  que  en  hablar  te  muestras  tan  cobarde.         36 

"El  monte,  que  á  Cassino  tiene  en  cuesta, 
En  los  antiguos  tiempos,  tuvo  encima, 
Idolátrica  gente  mal  dispuesta.  39 

"  Yo  fui  el  primero  que  llevé  á  su  cima, 

La  palabra  de  Aquel  que  trajo  al  mundo 

La  verdadera  fe  que  nos  sublima;  42 

"Y  su  germen  en  nu'  fué  tan  fecundo, 

Que  liberté  á  los  pueblos  circundantes 

Del  culto  impío  c^uc  sedujo  al  mundo.  as 


I:L    l'AKAISO  —  CANTO    XXII  669 

"Esas  otras  lumbreras  contemplantes, 

Varones  fueron,  cuyo  ardor  primario 

Flores  fecunda  y  frutos  confortantes.  4« 

"  Aciuí  ves  á  Romualdo,  a(juí  {\  Macario ; 

Y  á  mis  hermanos,  que  en  las  obras  nuestras, 
Almas  y  pies  llevaron  al  santuario." —  51 

—  "  El  afecto,  —  repuse,  —  que  demuestras 

Hablándome  con  plácida  semblanza. 

Cuya  bondad  veo  en  las  luces  vuestras,  54 

"Han  dilatado  tanto  mi  confianza. 
Como  el  sol  en  la  rosa,  cuando  abierta 
Ostenta  de  su  savia  la  pujanza;  57 

"Y  así,  te  pido  oh  padre!  que  revierta 

Tu  luz  su  gracia,  y  que  me  digas  pío, 

Si  puedo  ver  tu  imagen  descubierta.  "  —  60 

Y  de  él  á  mí:  —  "Colmado  á  tu  albedrío 
Será  tu  anhelo  en  la  final  esfera, 

Y  los  deseos  todos  con  el  mío.  63 

"En  su  perfecta  madurez,  se  entera 

Toda  esperanza  allí;  donde  inmutable 

Todo  gravita  donde  siempre  fuera,  ce 

"Que  entre  polos  no  está,  ni  es  confinable; 

Y  nuestra  escala  la  extensión  abarca 

Que  á  tu  mirada  penetrar  no  es  dable:  69 

"Hasta  la  grada  que  su  altura  marca, 
Cuando  cargada  de  ángeles  se  viera, 
Sólo  la  vio  Jacob,  el  gran  Patriarca.  72 

44 


670  DIVINA    COMEDIA 


"Mas  hoy,  para  subir  esta  escalera 

No  mueve  el  pie  ninguno,  y  la  Orden  mía, 

Es  sólo  en  el  papel  mancha  rastrera.  75 

"El  muro  que  los  claustros  circuía, 

Hoy  es  caverna,  y  son  los  capuchones 

Sacos  llenos  de  harina  de  avería.  78 

"Mas  la  usura  no  tantas  maldiciones 

De  Dios  merece,  cuanto  el  torpe  fruto 

Que  trastorna  del  fraile  las  pasiones.  si 

"  De  la  Iglesia  la  ofrenda,  es  el  tributo 
Debido  á  pobre  grey,  que  pan  demanda, 

Y  no  el  hartazgo  de  apetito  bruto.  84 

"  Es  la  carne  mortal  por  sí  tan  blanda, 

Que  no  es  bastante  buen  comenzaraiento, 

Pues  al  nacer  la  encina  no  da  glanda.  sz 

"Pedro  empezó  sin  oro  y  sin  argento; 

Y  yo,  con  oraciones,  con  ayunos ; 

Y  Francisco  fué  humilde  en  su  convento.  90 

"  Si  ora  ves  el  principio  de  cada  uno 
En  su  regla,  verás  (|ue  en  su  camino, 
Lo  que  era  blanco  convirtióse  en  bruno.  93 

"  Ni  aquel  milagro  del  poder  divino, 

Que  torciera  el  Jordán  y  el  mar  desviara. 

Remediaría  vicio  tan  dañino." —  96 

Así  dijo  la  luz  que  se  engolfara 

En  la  masa  de  luces,  cjue  reunida, 

A  los  espacios  cual  turbión  volara.  99 


EL   paraíso  —  CANTO    XKII  671 

Mi  dulce  jj^Liía,  siempre  prevenida, 

A  una  señal  me  hizo  subir  la  escala, 

Por  su  virtud  mi  pesantez  vencida.  102 

Nada  en  la  tierra  en  rapidez  iguala 
A  mi  ascención  en  vuelo  reposado. 
Como  si  el  aire  me  llevara  en  su  ala.  105 

Pueda,  oh  lector!  no  más  al  cielo  amado 

P2n  triunfo  retornar,  yo  que  en  mi  ruego 

Lloro  golpeando  el  pecho,  mi  pecado,  ios 

Si  no  es  verdad,  que  cual  tu  dedo  al  fuego 
Pronto  acercas  y  esquivas,  yo  en  el  signo 
Predecesor  de  Tauro  me  vi  luego.  iii 

Astros  gloriosos  que  el  poder  divino 

Impregnó  de  virtud,  yo  reconozco 

Que  mi  ingenio  lo  mide  tu  destino !  lu 

Con  vosotros  nació,  se  hundió  con  vosco, 

El  padre  universal  de  toda  vida, 

Cuando  sentí  al  nacer  el  aire  Tosco.  117 

Después,  por  alta  gracia  concedida 

En  la  alta  esfera  que  girando  os  lleva. 

Por  vuestras  puertas  encontré  salida.  120 

Mi  alma  á  vosotros  con  amor  se  eleva 

Por  el  premio  alcanzar  de  la  virtud. 

En  el  trance  en  que  el  alma  se  renueva:  123 

—  "  Próximo  estás  de  la  final  salud ; 

—  Clamó  Beatriz, — y  debe  tu  mirada 
Penetrar  con  intensa  plenitud.  126 


672  DIVINA   COMEDIA 


"Antes  de  ir  á  región  más  encumbrada, 
Mira  hacia  abajo,  y  mira  cuanto  mundo 
Dejé  á  tus  pies,  en  rápida  jornada,  129 

"Para  que  ofrezcas  corazón  jocundo 
A  las  etéreas  almas,  que  triunfantes 
Vienen  movidas  de  placer  profundo." —  132 

Yo,  por  las  siete  esferas  circundantes, 
Giré  la  vista,  y  contemplé  este  globo 

Y  sonreí  ante  su  vil  semblante.  135 

Y  soy  prudente  cuando  no  me  arrobo, 

Y  más  me  humillo,  porque  así  lo  piensa 
Quien  en  verdad  pueda  llamarse  probo.  138 

La  hija  vi  de  Latona  en  luz  intensa, 
Sin  esa  sombra  que  su  faz  contrista, 
Que  no  es  cual  yo  creía,  rara  y  densa.  i4i 

Y  el  resplandor,  que  no  hay  quien  lo  resista 
Oh  Hiperión!  vi  de  tu  hijo,  y  en  su  esfera 

A  Venus  y  á  Mercurio  ante  mi  vista.  144 

Y  contemplé  cual  Júpiter  tempera 
A  Saturno  y  á  Marte,  claro  viendo, 

Los  círculos  que  marcan  su  carrera.  147 

Y  los  siete  planetas  vi  luciendo. 

Cuan  grades  son,  y  cuanto  son  veloces, 

Y  sus  distancias  al  girar  midiendo.  150 

Los  eternos  Gemelos,  en  su  vuelo 

Me  mostraron  la  Tierra,  que  orgullosos 

Miran   los  hombres,  y  encontré  consuelo  153 

De  Beatriz  en  los  ojos  bondadosos. 


CANTO  VIGE8IM0TERÜER0 


Alborada  celestial.  —  ApariciiHi  triunfal  di-.  J«:sucristo,  acompañado  de  la  \  irjjen 
M aria  0.11  medio  de  la  coitc  celestial. — La  luz  del  Hijo  de.  Dios  quita  la  vista 
al  Poeta,  pero  al  ascender  al  Empíreo  puede  contemplar  claramente  las  mara- 
villas del  Paraíso.  —  El  Arcángel  Gabriel,  en  forma  de  llama,  baja  á  coronar  á 
la  Virgen,  la  que  se  eleva  gloriosa  arriba  de  todos  los  Santos. 


Cual  ave  atenta  en  el  follaje,  donde 

El  nido  tiene  de  la  prole  amada, 

Cuando  la  noche  toda  cosa  esconde,  ^ 

Por  gozar  de  su  vista,  enamorada, 

Y  procurarles  luego  la  pastura, 

—  Duro  trabajo  que  á  su  instinto  agrada, —       6 

De  un  alta  rama  pósase  en  la  altura, 

Y  con  ardiente  afecto  aguarda  el  día, 

Que  anunciará  del  alba  la  blancura;  9 

Erguida  así,  mi  encantadora  guía. 

Miraba  hacia  aquel  punto  de  la  esfera 

Donde  aparenta  el  sol  marcha  tardía.  12 

Viendo  que  pensativa  se  estuviera, 
Me  hallé  cual  quien  desea  vacilando, 

Y  sus  ansias  aquieta  con  la  espera.  15 

Pero  sentime  más  tranquilo,  cuando 

Entre  la  larga  espera  y  lo  previsto, 

Vi  que  el  cielo  venía  ya  aclarando,  is 


674  DIVINA   COxMEDIA 


Y  ella   me  dijo: — ^  "Mira  aquí  de  Cristo 
La  falanje  triunfal,  que  ha  cosechado 

El  fruto  que  en  los  orbes  tiene  aquisto."—        21 

Me  pareció  su  rostro  iluminado, 

Con  dulces  ojos  de  leticia  llenos, 

De  un  modo  tal,  que  no  es  para  expresado!     24 

Como  en  los  plenilunios  más  serenos 

Con  las  estrellas  en  fulgor  eternas 

Diana  sonríe  en  los  celestes  senos,  27 

Yo  vi  sobre  millares  de  lucernas 

Un  sol  que  á  todas  ellas  encendía. 

Como  el  nuestro  las  lámparas  supernas.  30 

Y  por  la  viva  luz  trasparecía 
Aquel  brillante  sol,  con  luz  tan  clara, 

Que  afrontarla  mi  vista  no  podía.  33 

Pero  Beatriz,  mi  dulce  guía  cara, 

Me  dijo: — "Esa  sublime  refulgencia 

Es  fuerza  de  quien  nadie  se  repara.  36 

"  Es  aquí  la  potencia  y  la  sapiencia, 
Que  abre  camino  al  Cielo  y  á  la  Tierra, 
Colmando  de  las  almas  la  apetencia." —  39 

Tal  como  fuego  que  la  nube  encierra, 

Al  dilatarse,  porque  allí  no  cabe. 

Contra  su  propia  ley,  baja  y  s.;  aterra,  42 

Mi  mente  así,  con  nutrición  tan  suave, 

Se  dilató  con  impetuoso  brío, 

Que  mi  recuerdo,  retrazar  no  sabe.  45 


EL   i'AKAlSü  —  CANTU    XXIII  075 

''Al)rc  tus  ojos:   míranui  cu.il  río: 
Lo  (]ue  h.'is  mirado  te  hace  tan  potente, 
Que  puedes  ver  hasta  el  aspecto  mío.  "  —  4h 

Yo  estaba,  como  aquel  que  se  resiente 

De  olvidada  visión,  y  que  procura 

Renovar  con  esfuerzos  en  la  mente,  51 

Al  escuchar  tal  nuncio  de  ventura, 

Que  en  el  libro  del  pecho  consignara 

Como  imborrable  letra  que  perdura.  54 

Si  la  voz  de  Polimnia  me  ayudara 

Con  el  fraterno  coro  de  armonía, 

Que  alimenta  su  leche  dulce  y  cara,  57 

Ni  cantar  un  milésimo  podría 

De  la  sonrisa  de  esplendor  divino 

Que  su  celeste  aspecto  embellecía.  60 

Por  eso,  el  Paraíso  que  adivino 

Debe  saltar  el  místico  poema, 

Como  quien  halla  roto  su  camino;  63 

Y  quien  estime  el  ponderoso  tema, 
Que  una  espalda  mortal  dobla  y  enarca, 

No  ha  de  increparle,  porque  débil  trema.  66 

No  es  travesía  para  frágil  barca 

El  mar  que  surca  la  atrevida  prora, 

Ni  de  nauclero  de  fatiga  parca.  69 

Y  ella: — "Tanto  mi  rostro  te  enamora. 
Que  no  ves  el  jardín,  que  peregrino, 

Bajo  los  rayos  de  Jesús  se  enflora?  72 


676  DIVINA   COMEDIA 


"La  rosa  que  encarnó  Verbo  Divino 
Aquí  está  con  los  lirios  perfumados, 
Cuyo  aroma  señala  el  buen  camino." —  75 

Sumiso  á  sus  consejos  venerados 

Mi  flaqueza  mortal  vencer  procuro, 

Levantando  mis  ojos  arrobados.  78 

Como  en  rayo  de  sol  que  hiende  puro 

Nube  espesa,  se  ven  las  bellas  flores 

Del  prado  antes  envuelto  en  aire  oscuro,  si 

Así  vi  multitudes  de  esplendores 

Bañados  de  altos  rayos  fulgurantes, 

vSin  el  principio  ver  de  sus  fulgores.  84 


Oh  virtud!  que  tus  rayos  emanantes 
Alzaste  pía,  dilatando  un  poco 
El  campo  de  mis  ojos  vacilantes! 


87 


El  nombre  de  la  flor  que  siempre  invoco 

Mañana  y  noche,  despertó  el  anhelo 

De  contemplar  el  más  brillante  foco,  90 

Cuando  con  ambos  ojos,  vi  sin  velo. 

El  cuál  y  el  cuánto  de  la  viva  estrella, 

Que  al  mundo  vence  y   que  venera  el  cielo.       03 

Bajó  por  el  espacio  una  centella, 

Formando  cerco  á  guisa  de  corona, 

Y  la  ciñó,  girando  en  torno  de  ella.  96 

La  melodía  (juc  más  dulce  enton.i 

La  voz  humana,  y  más  el  alma  tira, 

Trueno  sería  en  la  celeste  zona,  99 


EL   paraíso  —  CANTO    XXIII  677 

Comparaclíi  al  sonar  ele   a(}U(ílla  lira, 

Que  coronaba  el  límpido  zafiro 

Con  (jue  el  cielo  más  claro  se  enzafira.  102 

—  "Soy  el  Amor  anj^clico,  (]ue  espiro 

Del  vientre  puro,  el  goce  que  concentras, 

Que  albergue  fué  de  universal  suspiro.  I05 

"Y  giraré,  Reina  del  Cielo,  mientras 
Sigas  á  tu  hijo,  y  se  ilumine  el  día 
Porque  en  los  cielos  superiores  entras." —  ios 

Así  la  circulante  melodía 

Cantaba,  y  las  lumbreras  en  su  canto 

Ensalzaban  el  nombre  de  María.  iii 

Aquel  orbe,  de  mundos  regio  manto, 

En  que  la  llama  del  Amor  se  aviva 

De  Dios  potente  al  soplo  sacrosanto,  114 

Tan  lejos  se  halla  de  terrestre  riba 

En  límite  sin  fin,  que  su  evidencia, 

De  lo  infinito  estaba  más  arriba;  117 

Y  era  pobre  de  mi  ojo  la  potencia 

Para  seguir  su  coronada  llama. 

Que  obedecía  á  divinal  influencia.  120 

Tal  como  niño,  que  después  que  mama 

Los  tiernos  brazos  á  la  madre  tiende, 

Al  dulce  impulso  que  su  seno  inflama,  123 

Así,  cada  fulgor  su  luz  extiende 

Hacia  la  cima,  con  sublime  afecto 

Que  la  luz  de  María  más  enciende ;  126 


678  DIVINA    COMEDIA 


Y  al  extasiarme  en  su  divino  aspecto, 
Cantan  Regina  Ccelí,  dulcemente, 

Con  voces  que  al  pensarlo  me  delecto.  \ii 

Oh,  cuánta  es  la  abundancia  proficiente 

De  aquellas  arcas,  ricas  más  que  el  oro. 

Que  al  mundo  dieron  tan  feraz  simiente!  132 

Allí  se  vive  y  goza  del  tesoro 

Ganado  en  el  destierro  con  fe  pía, 

De  Babilonia  despreciando  el  oro;  135 

Allí  el  Hijo  de  Dios  y  de  María 

Triunfa,  y   triunfan  bajo  él  en  su  victoria, 

Los  electos  que  le  hacen  compañía,  i38 

Y  el  que  tiene  las  llaves  de  tal  gloria. 


CANTO  VIGKSIMOCUAIÍTO 


La  cena  pascual.  —  Beatriz  suplica  á  los  Santos  viertan  sobre  el  Poeta  el  celeste 
roció  que  aclara  la  inteligencia.  —  Los  Espíritus  manifiestan  su  alegría  girando 
en  torno  de  Beatriz  á  la  manera  de  los  cometas. —Del  círculo  más  luminoso 
sale  San  Pedro,  y  accediendo  al  ruej>o  de  Beatriz  interroga  al  Poeta  sobre 
diversos  puntos  arduos  de  la  Fe.  —  Ll  Poeta  resuelve  las  cuestiones,  dando  las 
razones  de  su  creencia. — La  luz  del  gran  Apóstol  bendice  cantando  al  Poeta 
teólogo  y   gir;i  tres  veces  en  torno  suyo. 

—  "  Oh  consorcio  selecto  en  la  gran  cena 

Del  Cordero  pascual,  cuya  comida 

Siempre  y  por  siempre  el  apetito  llena;  3 

"Si  de  Dios  por  la  gracia  consentida, 

Este  mortal  merece  su   alimento. 

Antes  del  tiempo  fijo  de  la  vida,  6 

"Satisfaced  su  inmenso  sentimiento; 

Dadle  el  rocío  de  las  almas  quietas, 

Que  os  refrigera,  y  que  es  su  pensamiento."       9 

Beatriz  dijo;  y  las  ánimas  selectas. 

Globos  que  sobre  su  eje  van  rotando, 

Difunden  luz  á  guisa  de  cometas.  12 

Como  las  ruedas  de  un  reloj  girando, 

Que  en  la  primera  que  se  pone  mente 

Quieta  parece,  y  otras  van  volando,  is 

Así  los  ígneos  globos,  diferente  — 

mente  danzando,  muestran  la  riqueza 

De  su  luz,  más  ó  menos  lentamente.  is 


680  DIVINA    COMEDIA 


De  aquella  en  quien  noté  mayor  belleza, 

Vide  salir  un  fuego  venturoso, 

Que  ninguno  quedó  de  más  clareza ;  21 

Y  de  Beatriz  en  torno,  fulgoroso 
Giró   tres  vec^s,  con  cantar  tan  divo, 

Que  hasta  he  perdido  su  eco  delicioso;  24 

Y  la  pluma  lo  salta  y  no  lo  escribo; 
Pues  no  hay  palabra  ni  pincel  potente, 

A  describirlo  ó  á  pintarlo  vivo.  27 

—  "Oh  santa  hermana  que  con  ruego  ardiente, 

Devota  pides;  por  tu  dulce  afecto!"  — 

Dijo  la  bella  luz   resplandeciente.  30 

Y  callando,  el  Espíritu  perfecto 
Hacia  Beatriz  le  dirigió  el  respiro, 

Que  antes  le  hablara  como  á  ser  dilecto.  33 

Y  ella:  —  "Gran  luz  del  gran  Varón  que  admiro, 
A  quien  Dios  en  la  tierra  dio  las  llaves 

De  esta  mansión,  de  santidad  retiro!  36 

"A  éste,  en  los  puntos  más  ó  menos  graves 

Puedes  tentar,  sobre  la  fe  sincera, 

Que  te  hizo  andar  sobre  la  mar  cual  sabes.       39 

"Si  ama  el  bien,  si  bien  cree  y  bien  espera, 

No  se  ocuha,  pues  tienes  por  delante. 

Espejo  fiel  de  la  verdad  entera.  42 

"  Pero  si  de  este  reino  es  habitante 

vSólo  quien  tiene  fe,  glorificarla 

Debe  este  ser,  con  voz  vivificante." —  45 


EL   l'AKAlbU—  CANTO    XXIV  681 

Como  contiene  el  bachiller  su  parla 
Mientras  el  maestro  pone  su  problema 
Pensando  en  la  cuestión  sin  aclararla,  48 

Me  armaba  de  argumentos  sobre  el  tema, 

Mientras  ella  le  habló,  para  estar  presto 

A  responder  á  la  cuestión  suprema.  51 

—  "Di,  buen  cristiano,  y  pon  de  manifiesto: 
(Qité  es  la  fe)'' — Yo  á  la  luz  alcé  la  frente, 
Ante  la  luz  que  preguntábame  esto;  54 

Y  me  volví  á  Beatriz,  quien  prontamente 
Me  hizo  señal  para  que  yo   expandiese 
Afuera  el  agua  de  mi  interna  fuente.  57 

—  "Si  la  gracia  permite  me  confiese, 

—  Prorrumpí, —  con  el  alto  Primipilo 

Que  El  claramente  mi  pensar  exprese!"  60 

Y  proseguí: — "Como  en  veraz  estilo 

Tu  caro  hermano  ¡oh  padre!  lo  ha  enseñado, 

—  El  que  contigo  puso  á  Roma  al  hilo, —  63 

"  La  fe,  es  en  sustancia  lo  esperado 

Y  argum.ento  de  cosa  no  presente. 

—  Pienso  que  bien  su  esencia  he  demostrado." —    66 

Y  escuché: — "Bien  está,  si  claramente 
Sabes,  por  qué  la  fe  se  ha  definido 
Sustancia  y  argumento  juntamente." —  69 

— "El  Bien  profundo, —  repliqué  advertido, — 
Que  aquí  me  ofrece  el  cielo  en  su  apariencia, 
A  los  ojos  del  hombre  está  escondido.  72 


682  DIVINA  COMEDIA 


"Su  ser,  sólo  comprende  en  su  creencia, 

Y  como  su  esperí^nza  ella  contiene. 

Deduce  de  sustancia  la  existencia.  75 

"Con  tal  creencia,  al  hombre  le  conviene 

Silogismar,  con  nuestra  corta  vista. 

Puesto  que  intento  de  argumento  tiene." —         78 

Y  escuché: — "Si  el  saber  que  allá  se  aquista. 
Hubiera  tal  doctrina  comprendido, 

No  habría  ocupación  para  el  sofista." —  8i 

Sopló  el  amor  en  fuegos  encendido, 

Y  prosiguió: — "Muy  bien  la  ley  y  el  peso 

De  tu  moneda  comprobada  ha  sido.  84 

"  Mas  dime  si  en  tu  bolsa  tienes  eso." — 

Yo  repuse:—  "Tan  lúcida  y  rotunda. 

Que  tiene  de  virtud  el  cuño  impreso.  " —  87 

Salió  la  voz  de  aquella  luz  profunda: 

—  "  ¿De  dónde  viene  esa  preciosa  joya 

Sobre  la  cual  toda  virtud  se  funda?" —  9o 

Y  yo: — "Lluvia  sin  fin  que  desarrolla 
El  Espíritu  Santo,  y  que  profusa 

Del  viejo  y  nuevo  cuero  el  texto  apoya,  93 

"Es  silogismo  y  es  verdad  inconcusa, 

Grabada   en  mí  con  tal  convencimiento, 

Que  toda  otro  razón  parece  obtusa." —  96 

La  luz:— "Del  viejo  y  nuevo  Testamento, 

Q)uc  luz  ó  qué  intuición  te  ha   revelado 

Que  contenga  el  divino  pensamiento?" —  99 


EL    l'ARAISO  — CANTO    XXIV  683 

Y  yo:      "Ser  pruch.i  de  verdad  nic  ha  dado 
\'A\  sus   obras  nativas  la  natura, 

Que  liierro  sobre  el  yuníjue  no  ha  forjado."  —        102 

Respondido  me  fué: — "¿Quién  te  ^segura 

Que  tal  obra  existiera?  liso  es  lo  mismo 

Que  probar  por  lo  mismo  que  se  jura."—         105 

—  '•Si  el  mundo  convirtióse  al  Cristianismo, 

—  Repliqué, —  sin  milagros,   ese  es  uno 

Que  vale  por  centenas  asimismo;  ios 

"  Pues  que  viniste  tú  pobre  y  ayuno 

A  sembrar  en  el  campo  buena  planta, 

Que  viva  fué  y  hoy  es  silvestre  pruno." —         iii 

Y  esto  acabado,  de  la  Corte  santa 
Por  las  esferas  resonó  un  Laudamos , 

Con  melodía,  como  allá  se   canta.  114 

Y  aquel  varón  que  en  tan  diversos  ramos 
Me  examinara,  y  conducido  había 

A  sus  últimas  hojas  con  reclamos,  117 

Así  recomenzó : —  "  La  gracia  pía 

Que  tu  mente  alumbró,  te  abrió  la  boca, 

Y  la  has  abierto  tal  cual  se  debía;  120 

"Si  bien  confirmo  la  verdad  que  evoca, 

Es  menester  decir  que  fe  te  asiste 

Cuando  tu  labio  la  verdad  invoca.  " —  123 

—  "Santo  padre!  que  ves  lo  que  creíste 
Cuando  al  Santo  sepulcro  penetraras, 

Y  á  más  jóvenes  pies  te  antepusiste!"  126 


684  DIVINA    COMEDIA 


—  Comencé, —  "  Quieres  tú  que  en  formas  claras 
Exprese  la  razón  de  mi  creencia, 

Y  su  razón  y  forma  no  separas:  129 

"Yo  respondo:  De  Dios  creo  en  la  esencia; 

Uno  y  eterno,  que  los  cielos  mueve, 

Inmóvil,  con  amor  en  su  volencia.  132 

"  No  necesito  prueba  que  lo  pruebe, 

Física  ó  metafísica,  ni  ensalmo; 

Me  la  dá  la  verdad  que  pura  llueve,  135 

"  Por  Moisés,  los  profetas  y  los  salmos, 

Y  el  Evangelio  con  su  sacro  texto. 

Que  escribisteis  vosotros,  seres  almos!  i38 

"Creo  en  las  Tres  Personas,  y  con  esto 
Creo  en  su  esencia,  que  es  tan  una  y  trina, 
Que  lleva  el  sttnt  y  el  est  de  manifiesto.  141 

"Y  la  profunda  condición  divina 

De  que  me  ocupo,  en  mi  cabeza  sella 

Con  su  sello,  evangélica  doctrina.  144 

"Este  principio  que  en  mi  hablar  destella 

Y  me  tiene  en  sus  llamas  encendido, 

En  mi  cintila  como  en  cielo  estrella!"  147 

Como  el  señor  que  escucha  complacido, 

Y  que  abraza  á  su  siervo  gratulando 

La  noticia  feliz  que  le  ha  traído,  150 

Así  en  torno,  bendíjome  cantando 

Por  tres  veces,  á  tiempo  que  callara 

La  apostólica  luz,  á  cuyo  mando  153 

Dije  lo  dicho;  tanto  le  agradara. 


CANTO  VIGÉSIMÜQIJINTO 


AlusiiSn  del  Poeta  á  su  pooiiui  sacro  en  que  pusieron  mano  cielo  y  tierra,  á  m 
(destierro,  y  á  su  coronaciim  futura  en  la  fuente  de  su  bautismo.  —  El  apóstol 
Santiago  examina  al  Poeta  sobre  la  Esperanza  y  le  pone  tres  cuestiones.  — 
Beatriz  contesta  á  una  de  ellas  y  el  Poeta  á  las  otras  dos.  —  San  Juan  Evange- 
lista se  une  á  los  Espíritus  del  Apóstol  Santiago  y  de  San  Pedro.  —  El  Evange- 
lista le  hace  saber  c¡ue  solo  su  espíritu  se  halla, en  el  cielo,  porque  solo  el 
Cristo  y  la  Virgen  María  han  podido  subir  en  cuerpo  hasta  los  cielos. — Arro- 
bamiento del  Poeta,  que  al  contemplar  á  Beatriz  cjueda  enceguecido. 


Si  aconteciera   que  el  poema  santo 

En  el  que  ha  puesto  mano  cielo  y  tierra, 

Y  ha  largos  años  me  enflaquece  tanto,  i 

Venciese  la  crueldad  que  me  destierra 
Del  bello  aprisco,  en  que  dormí  cordero. 
Enemigo  del  lobo  que  hace  guerra,  6 

Con  otro  pelo  y  canto  más  austero, 

Como  poeta,  ceñiré  en  la  fuente 

De  mi  bautismo,  mi  laurel  postrero:  9 

Su  agua  la  fe  me  dio  del  inocente, 

Y  entrado  en  Dios,  por  ella  mereciera 

Los  tres  giros  de  Pedro  bendiciente!  12 

Entonces,  vi  venir  una   lumbrera 

Del  cerco  do  saliera  la  primicia 

Que  de  Cristo  primer  vicario  fuera,  I5 

45 


686  DIVINA    COMEDIA 


Y  mi  Beatriz,  colmada  de  leticia, 

Clamó: — "Contempla  al  gran  Varón  que  asoma, 
Por  quien  allá  visitan  á   Galicia." —  I8 

Como  cuando  se  posa  la  paloma 

Con  su  pareja^  y  en  su  amor  se  expande, 

Y  dulce  arrullo,  circulando  toma;  21 

Tal  el  uno  glorioso,  y  otro  grande, 

Con  beatíficos  giros  se  acogieron, 

Alabando  el  manjar  que  el  cielo   mande.  24 

Congratulados,  hacia  mí  vinieron, 

Y  corain  ine,  cada  uno  quedó  fijo. 

Con  fuegos  que  mis  párpados  vencieron.  27 

Sonriendo  Beatriz,   entonces  dijo: 

—  'Tnclita  vida,  que  la   gran  largueza 

Del  Templo,  celebró  con  regocijo:  30 

"Haz  sonar  la  Esperanza   en  esta   alteza: 
Tu  sabes,  que  tres  veces  la  has  mostrado 
Por  Jesús  á  otros  tres  en  su  terneza." — 


33 


—  "Alza  la  frente,  y  mira  asegurado; 

Que  lo  que  viene  del  humano  mundo, 

Debe  en  aquesta  luz  ser  madurado." —  36 

Este  conforto,  el  luminar  segundo 
Me  dirigió;  y  entonces  vi  los  montes, 
Cuya  luz  me  sumiera  en  lo   profundo. 


39 


—  "Pues  alta  gracia  (juiero   que  tú  afrontes 

A  nuestro   lunperador,  antes  de  muerto 

En  el   aula  secreta,  con  sus  Contes,  42 


i:l  lARAisü— canto  XXV  687 

"Para  (jiie  veas  con  su   brillo   cierto 
La   lísperanza  {\uc  tanto   os  enamora, 

Y  confortes  con  ella  al  mundo  incierto.  45 

"Dime,  qué  es  ella  y  como  tu  alma  enflora? 

Cuál  es  su  origen?  cómo  á  tí  te  viene?" — 

Así  me  habló   la  luz  deslumbradora.  48 

Y  aquella  pía  que  de  sí  me  tiene 
Dando  á  mis  alas  vuelo  tan  pujante, 

Mi  respuesta,  solícita  previene:  si 

—  "  No  se  cuenta  en  la  igrlesia  militante 

Hijo  que  más  espere,  como  escrito 

Está  en  el  sol  que  brilla  por  delante.  5+ 

"Por  eso,  fuele  dado  desde  Egipto, 

Que  á  ver  Jerusalén  aquí  viniera. 

Antes  del  plazo  militar  prescripto.  57 

"Las  otras  dos  cuestiones,  en  tu  esfera 
Bien  se  saben,  que  son  para  que  cuente 
Cuanto  su  gran  virtud  te  es  placentera.  6o 

"  El  puede  resolverlas  llanamente 

Sin  jactancia  mundana  ni  sabionda. 

jQue  la  gracia  de  Dios  llene  tu  mente!" —         63 

Como  el   alumno  que  al  doctor  responda 

Sin  trepidar,  en  punto  en  que  es  experto. 

De  modo  que  á  su  ingenio  corresponda,  66 

Dije:  —  "Esperanza,  es  esperar  lo  cierto 

De  la  gloria  futura,  que  produce 

Gracia  divina  en  mérito   no  incierto.  69 


688  DIVINA    COMEDIA 


"En  muchos  astros  esta  luz  reluce, 

Y  el  que  desde  su  altura  me  la  envía 

Es  el  sumo  cantor  del  sumo  Duce.  72 

^'- En  ti  esperen, — nos  dice  en  su  Teodía, — 
Los  que  saben  ¡oh  Padre!  tu  alto  nombre/ 
Puede  acaso  ignorarlo  la  fe  mía?  75 

"  Su  lluvia  derramaste  sobre  el  hombre, 
Que  has  destilado  en  este  pecho,  lleno 
Con  tu  Epístola  santa  y  tu  renombre." —  78 

Mientras  que  hablaba,  dentro  al  vivo  seno 

De  aquel  incendio,  tremolaba  un  lampo. 

Cual  relámpago  brota  en  fuego  pleno.  si 

Y  espiró: — "El  Amor  con  que  aún  me  alampo, 
Que  á  su  virtud  mi  espíritu  somete, 

Desde  que  con  la  palma  dejé  el  campo,  84 

"Quiere  que  en  ti  lo  infunda  y  te  delecte; 

Y  rae  agrada  saber  tu  pensamiento: 

¿Qué  es  lo  que  la  Esperanza  te  promete?" —    87 

Y  yo:  —  "El  antiguo  y  nuevo  Testamento 

Lo  dicen." — Y  él: — "Pues  dilo." — Yo  en  seguida: 
— "  En  las  almas,  de  Dios  el  sentimiento,  90 

"Dice  Isaías:  Cada  cual  vestida 
En  su  tierra  será  con  doble  veste; 

Y  es  su  tierra  esta  pura  y  dulce  vida.  93 

"Y  el  texto  de  tu  hermano  está  conteste 
Cuando  á  blancas  estolas  se  refiera, 

Y  esta  revelación  nos  manifieste." —  96 


EL    TARAISO  — CANTO    XXV  689 

Y  antes  cjue  estas  palabras  concluyera, 
Un  Spcroif  />/   U\   arriba   oía, 

Que  al  coro   celestial  le  respondiera.  99 

lín  seguida  una  luz  resplandecía, 

Que  si  un  cristal  así  Cáncer  tuviera, 

En  el  invierno,  un  mes  sería  un  día.  102 

Como  entra  en  danza,  virgen  hechicera, 
Haciendo  á  nueva  esposa  los  honores, 

Y  en  su  inocencia  nada  más  espera,  ios 

Así  la  luz  brotada  de  esplendores 

Vino  á  las  dos,  girando  en  su  cadencia 

Con  el  intenso  ardor  de  sus  amores,  ios 

Y  al  canto  se  mezcló  por  complacencia: 
—  Inmóvil,  mi  Beatriz  ante  su  aspecto, 
Callaba  como  novia  en  su  inocencia. —  iii 

— "Este  es  quien  sobre  el  pecho,  con  afecto 

El  Pelícano  nuestro  puso,  y  fuera 

Sobre  la  cruz  á  grande  oficio  electo." —  \\\ 

Beatriz,  estas  palabras  profiriera, 
Inmóvil   siempre,  con  la  vista  atenta. 
Contemplando  la  espléndida  lumbrera.  117 

Como  aquel  que  mirar  al  sol  intenta 

Y  piensa  que  es  el  sol   el  eclipsado, 

Sin  ver  la  luz  que  de  su  ser  se  aumenta,  120 

Así  quedé  ante  el  fuego,  deslumhrado, 

Y  una  voz  escuché:-    "La  luz  te  ciega. 
Buscando  aquí  lo  que  jamás  ha  estado.  123 


690  DIVINA    COMEDIA 


"  Tierra  en  tierra  es  mi  cuerpo,  mientras  llega 
Aquel  momento  en  que  se  colme  el  plaustro 
De  los  electos  que  el  Eterno  allega.  126 

"Con   doble  estola  en  el  divino  claustro, 

Solo  hay  dos  luces  con  sublime  giro: 

Sépalo  el  mundo  desde  el  norte  al  austro."  —   129 

A  estas  palabras,  á  los  fuegos  miro 

Detenerse,  cesando  el  dulce  canto, 

Que  el  trino  daba  en  celestial  respiro;  132 

Como  los  remos  bogan,  entretanto 

Ruge  la  tempestad,  y  el  movimiento 

Paran,  si  se  oye  un  silbo  en  el  quebranto.         135 

Ay!  cuanto  de  mi  mente  fué  el  tormento 

Al  volverme  á  mirar  á  mi  Beatriz! 

No  la  pude  mirar  en  el  momento,  i3s 

Bien  que  á  su  lado,  en  mundo  tan  feliz!   - 


CANTO  VIG  K8IM0SEXT0 


San  Juan  Evangelista  dirige  la  )/alal)ia  al  Poeta,  deslumbrado  por  su  luz,  y  lo 
examina  sobre  la  virtud  to.ologal  de  la  Caridad.—  El  Poeta  diserta  con  argu- 
mentaciones filosóficas  y  textos  sagrados  sobre  la  naturaleza  del  amor  divino, 
y  la  corte  celestial  aplaude  sus  conclusiones.  -  El  Poeta  recobra  la  vista,  rea- 
nimado por  las  luces  de  Beatriz.  -  Aparición  de  Adam,  quien  responde  á  las 
cuestiones  del  Poeta,  precisando  la  época  de  su  nacimiento  en  el  Paraíso,  la 
causa  de  su  destierro,  y  el  idioma  primitivo. 


Mientras  que  vacilaba  enceguecido 

Por  la  luz  que  me  había  deslumbrado, 

Sonó  un  respiro  en  el  atento   oído,  ?> 

Diciendo:  —  "Si  en  tus  ojos  se  ha  apagado 

La  luz  que  por  mi  luz  fuera  consunta, 

De  hablar  y  razonar  no  estás  privado.  6 

"Comienza,  pues,  y  dime  adonde   apunta 

El  alma  tuya,  y  ten  por  cierto  y  fía, 

Que  tu  vista  extraviada  no   es  difunta;  9 

"Pues  la  criatura  que  tus  pasos  guía 

En  estas  luces,  tiene  en  su  mirada 

La  virtud  de  las  manos  de  Ananía. " —  12 

Y  yo: — ^Que  presurosa  ó  retardada, 
A  su  placer,  abra  estas  vivas  puertas 
Por  donde  entró  su  imagen  adorada!  15 


692  DIVINA    COMEDIA 


•'  Las  dichas  que  en  el  cielo  son  ofertas, 

Es  el  Alfa  y  Omega,  y  su  escritura 

Mi  amor  descifra  con  sus  luces  ciertas. "  —  is 

Y  aquella  voz  que  me  infundió  pavura, 

Y  que  la  causa  fué  de  mi  ceguera, 

Hacerme  razonar  aun  más  procura,  21 

Diciéndome: — "Con  fina  cernedera 

Debes  cernir,  y  hacia  que  blanco  pones 

Los  puntos  de  tu  flecha  en  esa  esfera." —  24 

Y  yo:  —  "Por  filosóficas  razones, 

Y  autoridad  que  desde  aquí  desciende. 

Tengo  del  grande  amor  las  impresiones.  27 

"Que  el  bien,  en  cuanto  bien  por  tal  se  entiende, 

Encendiendo  el  amor,  más  lo  sublima, 

Cuanto  mayor  bondad  en  sí  comprende;  30 

"  Y  así,  la  esencia  pura  que  lo  anima 

En  cada  bien  en  que  su  acción  renueva 

Sea  un  rayo  de  luz  que  la  reanima;  33 

"Y  por  eso  es  forzoso  que  se  mueva 

La  inteligencia  amando,  y  que  discierna, 

La  verdad,  que  verdad   tiene  por  prueba.  36 

"Esta  verdad  la  tengo  por  eterna, 

Porque  el  primer  amor  la  ha  demostrado 

En  toda  la  sustancia  sempiterna;  39 

"Y  lo  enseña  el  Autor  que  no  ha  fallado. 

Cuando  dijo  á  Moisés,  por  darle  aliento: 

Que  iodo  es  bueno  te  será  mostrado.  42 


i:l  takaiso  -canto  xxvi  693 

"  Tú  lo  enseñas   también,   con  alto   acento, 

De  tu  Evangelio   en   el  sublime  arcano, 

Que  es  en  el  mundo  el  grande  fundamento." —     45 

Y  me  observó: — "Por  intelecto  humano, 

Y  gran  autoridad  con   (¡uc  concuerda, 
Consagra  á  Dios  tu  amor  más  soberano.  48 

•'Pero  dime  si  sientes  otra  cuerda, 

Que  á  Dios  te  arrastre,  y  di   con  claros  sones 

Con  cuantos  dientes  ese  amor  te  muerda. " —      51 

Bien  penetré  las  santas  intenciones 

Del  águila  de  Cristo  en  sus  alturas. 

Dirigiendo  hacia  el  bien  mis  confesiones.  54 

Y  así  recomencé: — "Las  mordeduras 
Que  convierten  á  Dios  el  alma  entera. 

Son  de  mi  caridad  señales  puras;  57 

"Que  el  ser  del  mundo,  y  el  que  Dios  me  diera. 
La  muerte  que  sufrió  porque  yo  viva, 

Y  lo  que  todo  fiel  conmigo  espera,  60 

"  Con  la  predicha  conoscencia  viva, 

Al  sacarme  del  mar  del  amor  muerto, 

Me  han  conducido  á  salvadora  riba.  63 


"  Las  frondas  que  enfrondecen  todo  el  huerto 
Del  Hortelano  eterno,  yo  amo  tanto 
Cuanto  los  bienes  de  su  seno  abierto. ''  — 


66 


Así  que  hube  callado,  un  dulce  canto 
Resonó  por  el  cielo,  y  mi  Señora, 
Repitió  con  el  coro :  —  Santo  /  Santo  / 


69 


694  DIVINA    COMEDIA 


Como  una  luz  despierta  punzadora 

Al  que  duerme,  y  temprano   le  amanece, 

Hiriendo  la  pupila  vibradora,  72 

Y  que  despierto  lo  que  ve  aborrece, 
— Tan  necia  es  la  vigilia  inesperada!  — 

Hasta  que  el  juicio  sano  se  esclarece,  75 

La  vista  por  Beatriz  me  fué  lavada 
Con  los  rayos  que  su  ojo  despedía. 
Alumbrando  mil  millas  su  mirada.  78 

Vi  que  con  más  poder  que  antes,  veía,  ' 

Y  estupefacto,  pregunté  quien  era 

Un  cuarto  resplandor  que  percibía.  si 

Dijo  Beatriz:  —  "Desde  esa  gran  lumbrera 

Contempla  á  su  Hacedor  el  alma  prima, 

Que  la  prima  Virtud  formó  primera."  84 

Como  gajo  del  árbol,  cuya  cima 

Dobla  el  viento  al  pasar,  y  se  endereza 

Por  la  propia  virtud  que  la  sublima,  87 

Tal  hice  yo,  doblando  la  cabeza, 

Mientras  me  hablaba;  pero  más  seguro 

De  hablar  sentí  el  deseo,  con  viveza,  90 

Clamando: — "Único  fruto,  que  maduro 

Nació  en  el  mundo,  ¡Oh  padre  primitivo. 

Del  hombre  en  el  pasado  y  el  futuro!  9.' 

"Con  cuanto  el  hombre  tiene  de  expresivo. 

Te  suplico  comprendas  el  desvelo 

En  (jue  por  escucharte  me  desvivo." —  oo 


EL    I'ARAISO  -  CANTO    XXVI  695 

Suele   animal   cul)¡ert()   por  un   velo, 
Al  moverse,  mostrar  por  lo  (]ue  ansia, 
Manifestando  al  exterior  su  anhelo:  99 

De  tal  manera  el  alma  se  movía, 

Dejando  traspirar  por  su  cubierta. 

Cuanta  era  en  complacerme  su  alegría.  102 

Y  respiró:  —  "Sin  que  me  sea  oferta 
Tu  voluntad,  mejor  que  tú  discierno 

La  cosa  que  tú  tengas  por  más  cierta;  105 

"  Porque  la  veo  en  el  espejo   eterno, 

Que  en  sí  refleja  todo  lo   creado. 

Sin  que  en  él  se  refleje  nada  externo.  ios 

"  Quieres  saber  desde  qué  tiempo  he  estado 

En   el  jardín  sublime,  que  tu  guía 

Subiendo  excelsa  escala,  te  ha  mostrado;  iii 

"Qué  tiempo  lo  gozó  la  vista  mía; 
Cuál  de  la  ira  de  Dios  la  causa  ha  sido 

Y  el  idioma  que  entonces  se  entendía:  ii4 

"No  ha  sido  por  gustar  fruto   prohibido, 

Causa  primera  de  mi  largo  exilio, 

Si  no  el  haber  su  ley  desconocido.  117 

"  Allí  donde  Beatriz  te  envió  á  Virgilio, 

Por  cuatro  mil  trescientos  y  dos  giros 

Del  sol,  ansié  por  ver  este  concilio;  120 

"Le   vi  girar  en  luces  de  zafiros 

En  su  camino,  novecientos  treinta. 

Exhalando  en  la  tierra  mis  suspiros.  123 


696  DIVINA    COMEDIA 


"Del  idioma  que  hablé  perdióse  cuenta 

Antes  de  aquel  trabajo   inacabable 

Que  de  la  gente  de  Nemrod  se  cuenta;  126 

"Porque  ningún  efecto  razonable 

Por  voluntad  del  hombre,  es  duradero, 

Si  Dios  no  lo  hace  para  siempre  estable.  129 

"Hablar  es  en  el  hombre  don  primero, 

Mas  deja   el  modo  á  la  humanal  natura, 

Como  le  plazca,  libre  por  entero.  132 

"Antes  de  caer  á  la  mansión  oscura, 

Uno,  llamóse  al  Bien  que  el  bien  contiene, 

Y  que  aquí  me  circunda  de  luz  pura:  135 

"  Después  llamóse   Klí,  y  esto  conviene 

Porque  la  usanza  humana  se  fecunda, 

Como  la  hoja  del   árbol  que  va  y  viene.  i38 

"En  el  monte  que  se  alza  en  mar  profunda, 

Puro  viví,  y  en  vida  deshonesta, 

De  la  hora  prima,  hasta  la  que  es  segunda,  hi 

"Si  cambia  el  sol  cuadrante  en  la  hora  sexta."  — 


(^ANTO  VIGESIM08ETIM0 


Despm's  de  un  himno  cantado  por  las  voces  del  Paraíso,  San  Pe.dro,  inflamado 
de  piadosa  indignación,  anatematiza  á  sus  avaros  suc(;3ores,  compariindolos 
con  los  Santos  Pontífices  de  los  primeros  siglos  de  la  Iglesia.  —  La  indigna- 
ción hace  resplandecer  el  color  rojo  en  toda  la  corte  celestial  inflamada  por 
la  palabra  del  Apóstol. — El  Poeta,  girando  siempre  con  la  constelación  de 
Los  Gemelos,  se  eleva  al  Noveno  cielo  ó  Primero  Móvil,  donde  no  hay  dis- 
tinción de  lugar  ni  de  tiempo.  —  Las  celestes  bellezas  de  esta  esfera,  mueven 
á  Beatriz  á  lamentar  la  codicia  de  la  familia  humana,  de  que  son  culpables 
los  malos  monarcas. 


—  "Gloria  al  Padre  y  al  Hijo  y  Almo  Santo!"  — 

El  Paraíso  con  amor  cantaba, 

Y  se  embriagaba  mi  alma  al  dulce  canto.  3 

A  universal  sonrisa  semejaba 

Lo  visto,  y  me  embriagaba  su  belleza, 

Que  en  el  oído  y   en  la  vista  entraba.  6 

¡Oh  inefable  alegría  de  pureza! 

¡Oh  de  paz  y   de  amor  eterna  vida! 

¡Oh  sin  afán,  segura  y  gran  riqueza!  9 

Ante  mis  ojos  contemplé  encendida 

Una  cuádruple  luz,  y  la  primera 

Que  antes  me  hablara,  más  esclarecida;  12 

Mas  su  color  cambió  de  tal  manera 

Como  si  Jove  se  tornase  en  Marte, 

Que  ave  que  muda  pluma  pareciera.  15 


698  DIVINA    COMEDIA 


La  sabia  Providencia  que  reparte 

Celestes  cargos,  á  las  luces  de  oro 

Puesto  había  silencio  en  toda  parte,  is 

Cuando  escuché :  —  "Si  yo  me  trascoloro 
No  te  asombre,  mortal,  porque  á  mi  acento 
Verás  cambiar  color  á  todo  el  coro.  21 

"El  que  en  la  tierra  usurpa  mi  alto  asiento, 

(Mi  asiento  sí,  que  es  como  sede  vaca 

Ante  el  Hijo  de  Dios  que  mira  atento);  24 

"Mi  cementerio  ha  convertido  en  cloaca 

De  sangre  y  podre,  tanto  que  el  malvado 

Que  del  cielo  cayó,  su  rabia  aplaca." —  27 

De  aquel  color,  que  el  sol  trasparentado 

Tiñe  la  nube,  tarde  y  de  mañana. 

Se  mostró  todo  el  cielo  iluminado.  30 

Cual  casta  dama,  de  conciencia  sana. 

Que  oye  el  relato  de  una  acción  impura, 

De  sí  segura,  con  rubor  se  afana,  33 

Tal  de  Beatriz,  cambióse  la  figura: 

—  Así  debió  eclipsarse  el  firmamento 

Cuando  espiró  Jesús  en  su  amargura.  ~  36 

El  grande  Apóstol  prosiguió  el    comento, 

Pero  con  voz  en  sí  tan  demudada, 

Cual  fuera  del  color  el  cambiamiento:  39 

—  "No  la  esposa  de  Dios,   alimentada 
Con  sangre  mía  y  la  de  Lino  y  Cleto, 

Fué  para  ser  por  la  codicia  usada;  42 


EL    l'AUAISO  — CANTO    XXVII  699 

"Sí,   ¡)()r   i]^()z.ir  (le   :H|uel   vivir   perfecto, 

De  Calixto,  de  Pío,  Sixto,   Urbano, 

Con  sant^re   y   llanto   derramando  afecto.  45 

"No  fué  nuestra  intención  que  á  diestra  mano 
De  mi  heredero,  un  j^^rupo  se  pusiera, 

Y  dividir  en  dos,  pueblo  cristiano;  48 

"Ni  que  las  llaves  que  mi  Dios  me  diera 

Se  convirtiesen  en  pendón  impío. 

Que  contra  el  bautizado  combatiera;  51 

"Ni  que  pudiera  ser  el  sello  mío 

Signo  de  ventas  torpes  y  mendaces, 

Que  me  causan  rubor  y  dolorío.  54 

"  Con  capa  de  pastor,  lobos  rapaces. 

Se  ven  de  aquí  por  los  amenos  prados! 

Oh  defensa  de  Dios  que  inerte  yaces!  57 

"Veo  á  Cahors  y  á  Guaseo,  preparados 
A  beber  nuestra  sangre.  Oh  buen  principio; 
Cuáles  serán  tus  fines  malhadados!  60 

"Mas  la  alta  Providencia,  que  en  Escipio 
Dio  á  Roma  un  defensor,  gloria  del  mundo, 
Socorrerá  su  grande  municipio.  63 

"Tú,  hijo  mío,  que  triste  y  vagabundo 
Volverás  á  la  tierra,  abre  la  boca, 

Y  no  me  ocultes  tu  pesar  profundo." —  66 

Cual  helado  vapor  que  se  desfloca 

Baja  en  forma  de  copos,  cuando  el  cuerno 

De  la  cabra  del  cielo  al  sol  ya  toca,  69 


700  DIVINA   COMEDIA 


Así  el  éter  espléndido  y  superno 

Ornarse  de  vapores  vi,  triunfantes, 

Pero  ascendiendo,  con  el  coro  eterno.  72 

Yo  seguía  los  fuegos  deslumbrantes 
Siguiéndolos  en  su  esplendor  alado, 
Hasta  perderse  en  luces  más  distantes.  75 

Beatriz,  viendo  que  mi  ojo  desmayado 

Se  dirigía  en  vano  á    la  alta  cima, 

Me  dijo:  —  "Mira  atrás  lo  que  has  andado." —      78 

Después  de  ver  la  tierra  en  la  hora  prima, 

Vi  que  había  ya  el  arco  contorneado, 

Que  vá  del  meridiano  á  nuevo  clima.  8I 

Vi  el  estrecho  de  Gades,  que  esforzado 

Franqueó  Ulises,  y  luego  la  ribera 

Donde  Europa  fué  á  Jove,  peso  amado.  84 

Y  mucho  más  al  descubierto  viera 

En  los  espacios;  pero  el  sol  ya  había 

A  otro  signo  llevado  su  lumbrera.  87 

Mi  enamorada  mente,  que  seguía 

La  imagen  de  Beatriz  en  su  hermosura, 

A  ella  volvióse,  y  vi  que  más  ardía.  00 

Si  el  arte  puede  así  cual  la  natura 

Encantar  nuestros  ojos  por  la  mente. 

En  carne  humana  ó  en  vivaz  pintura,  93 

Es  nada,  todo  visto  juntamente, 

Ante  el  placer  divino  que  sintiera 

Al  contemplar  su  rostro  sonriente.  96 


EL   paraíso  —  CANTO   XXVII  701 


Por  la  virtud  que  su  mirar  me  diera, 

Volé  de  Leda  desde  el  bello  nido, 

Hasta  alcanzar  veloz  celeste  esfera.  99 

Aquel  cielo  elevado  y  extendido, 

Ks  tan  igual  que  ni  aún  decir  podría 

Dónde  mi  vuelo  se  hubo  detenido.  102 

Beatriz,  que  mis  anhelos  comprendía, 

Me  habló  animada  de  sonrisa  leda, 

Que  Dios  gozarse  en  ella  parecía:  105 

— "  La  ley  del  mundo  que  en  la  tierra  queda 
Tiene  su  centro,  y  el  contorno  mueve, 
Comienza  y  fina  aquí  su  inmensa  rueda.  ios 

"En  este  cielo,  todo  lo  promueve 

La  mente  divinal,  que  amor  trasciende 

Con  el  impulso  que  de  lo  alto  llueve.  111 

"  De  luz  y  amor  un  cerco  lo  comprende, 

Cercando  á  los  demás,  y  ese  precinto 

Sólo  el  que  lo  ciñó  su  nudo  entiende.  114 

"  Solo  él  se  mira  en  su  girar  distinto, 

Con  tal  exactitud,  como  dispuesto 

Se  halla  en  el  diez,  el  dos  que  forma  el  quinto,    117 

"  Ora  te  quedará  de  manifiesto 

Como  el  tiempo,  sus  raíces  y  sus  frondas 

Puede   extender  en  tan  inmenso  tiesto.  120 

"  Oh  vil  codicia  que  el  abismo  ahondas 

Del  mísero  mortal,  en  que  pereces 

Sin  levantar  los  ojos  de  sus  ondas!  123 

46 


702  DIVINA   COMEDIA 


"La  voluntad  humana,  bien  florece; 
Mas  la  continua  lluvia  la  marchita 

Y  la  savia  del  árbol  se  empobrece.  126 

"La  inocencia  y  la  fe,  tan  solo  habita 

En  el  pecho  infantil;  pero  cada  una, 

La  barba  al  asomar,  se  debilita.  129 

"Quien,  balbuciente  aún,  primero  ayuna, 

Y  la  lengua  al  soltar,  después  devora 
Cualquier  comida  y  en  cualquiera  luna;  132 

"Quien,  balbuciente,  que  á  la  madre  adora 

Y  la  escucha,  cuando  habla  y  cuando  crece 
Muerta  quisiera  ver  su  genitora;  135 

"Así,  la  hija  del  sol,  blanca  aparece 
En  su  primer  aspecto  de  mañana, 

Y  su  piel  en  la  noche  se  ennegrece. 


138 


"Y  has  de  saber  que  allá  en  la  tierra  insana, 

Nadie  tiene  el  timón  de  su  gobierno, 

Y  así  naufraga  la  familia  humana:  i4i 

"Y  antes  que  Enero  salga  del  invierno. 

Por  la  céntima,  abajo  descuidada, 

Ha  de  rugir  el  cerco  sempiterno,  144 

"  Que  la  fortuna  allá  tan  esperada, 

Pondrá  la  popa  donde  está  la  prora, 

A  su  camino  recto  enderezada,  147 

"Y  el  fruto  bueno  nacerá  en  su  flora."  — 


CANTO    VIGESLAIOCTAVO 


El  Poota,  despm's  de  contemplar  extasiado  á  Beatriz,  vuelve  sus  ojos  hacia  un 
punto  brillantísimo,  y  ve  nueve  circuios  en  torno  de  él,  de  los  cuales,  los  más 
inmediatos  son  los  más  luminosos  y  los  más  rápidos  en  su  movimiento.  —  Este 
Punto,  <jue  asi  se  designa  en  el  poema,  por  antonomasia,  es  la  divina  Esencia.  — 
Los  círculos  (jue  roilean  al  Punto,  son  los  órdenes  angélicos,  divididos  en  tres 
gerarquías  ternarias.  —  Beatriz  explica  cómo  el  orden  de  los  cielos,  concuerda 
con  el  orden  de  los  círculos  gerárquicos.  —  Enumeración  de  los  coros  angélicos 
y  de  sus  oficios,  y  explicación  de  su  naturaleza  según  la  doctrina  de  San 
Dionisio. 


Después  que  el  paraíso  de  mi  mente, 
Habló  contra  la  vida  desalmada 
Del  mísero  mortal  en  el  presente, 

Como  el  que  en  un  espejo  reflejada 

Ve  una  luz  que  se  enciende  á  su  reverso, 

Sorprendiendo  su  mente  y  su  mirada, 

Y  mira  atrás  por  ver  si  el   vidrio  terso 
Le  dice  la  verdad,  y  que  concuerda 
Con  ella  ve,  cual  música  con  verso, 

Así,  —  mi  fiel  memoria  lo  recuerda, — 
Hice,  los  bellos  ojos  contemplando 
A  que  me  atara  del  Amor  la  cuerda: 


12 


Cuando  al  volver  los  ojos,  vi  tocando 

Los  míos,  aquel  cielo,  cielo  inmenso, 

Que  en  los  vastos  espacios  va  girando,  15 


704  DIVINA    COMEDIA 


Un  punto  vi,  de  resplandor  intenso 
Cual  punzadora  luz  que  un  centro  afoca, 

Y  deslumhrado,  me  dejó  suspenso.  is 

La  estrella  que  de  acá  se  ve  más  poca, 

Luna  sería  colocada  al  lado, 

Como  estrella  y  estrella  se  coloca.  21 

En  espacio,  tal  vez  aproximado, 

Al  anillo  en  que  el  sol  su  luz  destiñe, 

Entre  vapor  opaco  y  condensado,  24 

Un  ígneo  cerco  que  aquel  punto  ciñe. 

Giraba  tan  veloz,  que  habría  vinto, 

El  veloz  movimiento  que  restriñe.  27 

Y  este  arco,  otro  tenía  por  precinto, 

Y  un  tercero   des{)ués,  y  á  más  un  cuarto, 

Y  un  quinto,  más  un  sexto  en  pos  del  quinto;     30 

Y  un  sétimo  además  en  el  reparto, 
Que  la  sirviente  que  obedece  á  Juno 

En  su  arco  magno  encontraría  aun  harto;  33 

Y  así  el  octavo,  el  nono,  y  cada  uno 
Más  tardo  se  movía,  según  era 

Su  número  distante  más  del  uno ;  36 

Y  se  inflamaba  en  llama  verdadera 
El  más  cercano  de  la  chispa  pura, 

Porque  más  se  encendía  en  la  primera.  39 

Al  mirar  mi  sorpresa,  con  dulzura 

Me  dijo  así  Beatriz:—  "De  ese  alto  l^unto 

Depende  el  cielo,  y  toda  la  Natura.  42 


LL   i'AUAlSÜ  —  CANTO    XXVIll  705 

"Mira  el   cerco  (juc  más  le  está  conjunto, 

Y  sabe,  cjue  si  gira  velozmente, 

Es  que  el  amor  se  afoca  en  ese  punto. "  —         45 

Y  yo  á  ella: — "Si  el  mundo,  símilmente 
Estuviese  ordenado,  de  esta  esfera 

Hallara  lo  (|ue  dices,  evidente;  48 

"Mas  del  mundo  sensible,  en  la  carrera. 

En  sus  giros,  es  tanto  más  divina, 

Cuanto  más  de  su  centro  se  halla  fuera.  51 

"Disipa,  pues,  de  mi  alma  la  neblina, 

En  este  angelical  y  sacro  templo 

Que  en  el  amor  y  con  la  luz  confina.  54 

"Necesito  saber,  como  el  ejemplo 

Y  el  ejemplar,  no  marchan  de  igual  suerte, 
Que  en  vano  yo  sin  penetrar  contemplo." —      57 

— "  Que  tus  dedos  no  basten  á  solverte 

Ese  nudo  que  nadie  ha  desatado, 

Ni  lo  intentó,   no  debe  sorprenderte." —  60 

Dijo   ella,  prosiguiendo: — "Pon  cuidado 

En  mis  palabras,  y  tendrás  conciencia. 

Si  piensas,  en  su  gran  significado.  63 

"  La  mayor  ó  menor  circunferencia 

De  los  cercos  corpóreos,  no  depende, 

Sino  de  la  extensión  de  su  alta  influencia.  66 

"Mayor  bondad,  más  garande  bien  comprende, 

Y  más  salud,  en  cuerpo  mayor  cabe, 

vSi  una  igual  perfección  en  él  trasciende.  69 


706  DIVINA    COMEDIA 


"Así  esta  esfera,  que  es  principio  y  llave 

De  todo  el  universo,  corresponde 

Al  cerco  que  más  ama  y  que  más  sabe.  72 

'•Por  eso  tu  medida  no  responde 

A  su  íntima  virtud,  que  en  apariencia 

Tan  sólo  ante  tus  ojos  se  arredonde.  75 

"Tú  verás  la  final  correspondencia 

Del  más  á  más,  y  del  mayor  al  menos, 

En  cada  cielo,  en  su  alta  inteligencia." —  78 

Como  quedan  brillantes  y  serenos 

Los  espacios  del  aire,  cuando  blando 

Bóreas  los  llena  con  sus  vientos  buenos,  81 

Purificándolos,  y  disipando 

Las  nubes,  y  la  esfera  ríe  bella, 

Sus  bellezas  eternas  ostentando;  84 

Yo  así  también,  con  las  razones  de  Ella, 

La  escondida  verdad  mis  ojos  vieron 

Como  se  ve  en  los  cielos  una  estrella.  87 

Y  apenas  sus  palabras  concluyeron, 
Como  chispeante  hierro  encandecido, 
Chispas  de  luz,  los  cercos  despidieron. 

Era  aquel  un  incendio  desmedido: 
Su  número  de  chispas  redoblado, 
l^^n  tabla  de  ajedrez  no  es  contenido. 

Un  Hosana  en  los  coros  fué  cantado 
Al  Punto,  que  en  el  ubi,  en  sus  confines 
Los  puso  donde  siempre  se  han  hallado. 


90 


"■n 


yo 


i:l  i'ARAiso— canto  xxviii  707 

La  (jue  en  mí  ve,  como  en  los  altos  fmcs, 

Me  dijo:  —  "ICn  esos  círculos  primeros 

Los  querubes  has  visto  y  serafines,  w 

"  Que  en  sus  órbitas  vuelan  tan  ligeros, 
Por  semejarse  al  Punto,  cuanto  es  dado 
Volar  á  los  angélicos  luceros.  102 

"  Los  amores  que  en  torno  se  han  formado, 

Se  llaman  Tronos  del  divino  aspecto 

Porque  la  prima  terna  han  circundado.  io5 

"Y  has  de  saber  que  es  tanto  más  su  afecto, 

Cuanto  su  vista  en  la  verdad  profunda 

Penetra  más,  y  aquieta  el  intelecto.  ios 

"Y  aquí  se  muestra  bien  como  se  funda, 

Que  la  dicha  del  bienaventurado 

Es  la  visión,  que  amor,  solo  secunda.  iii 

"  Y  ese  mirar  que  mide,  solo  es  dado 

Al  que  merece,  por  bondad  divina, 

Y  que  procede  así  de  grado  en  grado.  114 

"Y  ese  ternario  que  también  germina 

En  esta  Primavera  sempiterna. 

Que  Aries  nocturno  su  verdor  no  arruina,  117 

"  Con  trinada  de  Hcsana  desinvierna. 

De  tres  órdenes,  triple  melodía, 

Que  cual  el  primo,  su  delicia  interna.  120 

"  De  estas  Deas  la  triple  gerarquía. 

Virtud,  Dominación  y  Prepotencia, 

En  el  orden  tercero  se  gloría.  123 


708  DIVINA    COMEDIA 


"En  la  doble  ternal  circunferencia 
Los  Príncipes  y  Arcángeles  que  giran 
Loan  sin  fin  con  Angeles  su  Esencia; 


'•Y  así  ordenados,  hacia  arriba  miran, 
Abajo  influyen,  y  hacia  Dios  llevados, 
Unos  á  otros  con  amor  se  tiran. 


126 


129 


"  Dionisio,  con  ardor,  en  sus  dictados, 

Al  contemplar  este  orden  angelorio, 

Tal  como  yo  los  tiene  designados.  132 

"De  esta  doctrina  discrepó  Gregorio, 

Pero  más  tarde,  con  el  ojo  abierto, 

Rióse  de  sí  en  el  celeste  emporio.  135 

"Y  si  tan  gran  secreto  ves,  despierto, 
Mortal  aún,  no  admires  ni  me  admiro, 
Pues  quien  todo  lo  ve  lo  ha  descubierto,  I38 

"A  Paulo,  abajo,  en  su  celeste  giro."  — 


CANTO  VIGESIMONONO 


Beatriz,  dcspm's  ún  contemplar  el  Punto  divino,  previniendo  los  deseos  del  Poeta, 
le  explica  como  los  ángeles  fueron  creados  por  Dios,  la  división  de  la  milicia 
celeste  en  dos  legiones,  y  como  una  parte  de  ellas  se  reveló  contra  su  autor, 
mostrándole  los  ángeles  que  recibieron  el  premio  de  su  fidelidad.  — Refuta  Bea- 
triz la  opinión  de  algunos  teólogos  sobre  el  origen  de  los  ángeles.  —  Impre- 
cación de  la  misma  contra  los  predicadores  de  su  época,  que  traficaban  con 
falsas  indulgencias  y  alimentaban  su  rebaño  con  fábulas  y  viento,  en  menos- 
cabo de  la  leligión  verdadera.  —  Unidad  y  reproducción  délas  sustancias  angé- 
licas en  Dios. 


Cuando  entrambos,  los  hijos  de  Latona, 

Bajo  el  signo  del  Aries  y  la  Libra 

En  un  mismo  horizonte  forman  zona,  3 

Cuanto  fugaz  su  brillo  se  equilibra, 
Hasta  que  el  uno  ú  otro  corta  el  cinto, 

Y  al  cambiar  de  hemisferio  se  delibra,  6 

Tanto,  con  rostro  de  sonrisas  pinto, 

Calló  Beatriz,  el  Punto  contemplando 

Por  cuyas  luces  me  sintiera  vinto.  9 

Y  comenzó: — "Yo  digo,  y  no  demando, 
Lo  que  quieres  oir,  porque  lo  he  visto. 
Donde  el  uóz  termina  y  todo  quando.  12 

"No  por  hacer  de  bien  mayor  aquisto, 

Que  posible  no  es,  pues  sus  fulgores 

Pueden  al  esplendor,  decir:  subsisto;  15 


710  DIVINA    COMEDIA 


"  El,  en  su  eternidad  sin  precursores, 

Como  le  plugo  y  de  los  tiempos  fuera. 

Partió  el  Amor  eterno  en  nueve  amores.  is 

"No  que  al  principio  en  inacción  yaciera, 

Pues  no  tuvo  jamás  horas  contadas 

De  Dios  sobre  estas  aguas  la  carrera.  21 

"  Materia  y  formas  juntas  depuradas, 

Procedieron  de  acciones  siempre  iguales. 

Cual  flechas  de  arco  triple  disparadas.  24 

"Como  en  el  vidrio,  en  ámbar  ó  en  cristales. 

Venir,  mostrarse,  rayo  reflejado, 

Son  acciones  y  efectos  iniciales,  27 

"Así  el  triforme  efecto  combinado, 

De  la  potencia  de  su  Autor  nacido. 

Súbito  brota  en  rayo  condensado.  30 

"  Concreado  fué  tal  orden  y  construido 

Con  las  sustancias,  puestas  en  la  cima 

Del  mundo,  en  sólo  un  acto  producido.  33 

"  La  potencia  pasiva  está  en  la  sima, 

Y  está  en  el  medio  la  potencia  activa. 
Ligando  lo  de  abajo  y  lo  de  encima.  36 

"Gerónimo  escribió  que  en  primitiva 

Edad,  fueron  los  ángeles  creados. 

Antes  que  en  tierra  la  criatura  viva;  39 

"  Lo  contrario  está  escrito  en  los  traslados 
De  la  l^^scritura  y  de  su  texto  santo, 

Y  lo  verán  tus  ojos  alumbrados;  42 


KL    lAKAISO —CANTO    XXIX  711 

'•  Y   aun   l.'i  razón   comprende  un  tanto  cuanto, 

(Jue  no  es  posible  fuesen  los  motores 

Sin   perfección   .1   prexistir  por  tanto.  45 

''  Sabes  ya  donde  y  cuando  estos  amores 

Fueron  creados;  y  estos  fundamentos 

Pueden  satisfacer  tus  tres  ardores.  48 

"  Antes  que  veinte  cuenten  tus  alientos, 

De  los  ángeles  creados,  una  parte 

Turbó  los  terrenales  elementos.  51 

"La  otra  quedó,  y  se  amaestró  en  el  arte 

Que  tú  disciernes,  con  tan  gran  delicia, 

Que  de  su  giro  nunca  se  departe.  54 

"  La  caída,  obra  fué  de  la  malicia 

Del  soberbio,  que  en  ámbitos  infestos 

Enterró  por  castigo  la  justicia.  57 

"  Los  que  mirando  estás,  fueron  modestos, 

Por  celestial  bondad  edificados, 

Que  para  su  obra  los  creó  dispuestos.  60 

"  Por  sus  méritos  fueron  exaltados 

Con  gracia  iluminante,  y  en  su  acierto 

Son  por  la  firme  voluntad  guiados.  63 

"  Y  no  quiero  que  dudes,  que  es  lo  cierto, 

Que  recibir  la  gracia  es  meritorio 

Si  la  recibe  el  corazón  abierto.  66 

"  Ya  la  ordenanza  de  este  consistorio 

Comprenderás,  si  oíste  con  cautela. 

Sin  requerir  más  largo  relatorio.  69 


712  DIVINA    COMEDIA 


"Pero  como  se  enseña  en  vuestra  escuela, 

Que  tiene  en  sí  la  angélica  natura, 

Memoria  y  voluntad  que  la  desvela,  72 

"  Más  te  diré,  para  que  veas  pura 

La  verdad  en  el  mundo  oscurecida, 

Con  equívocos  textos  de  lectura.  75 

"  Estas  sustancias,  en  celeste  vida. 

Ven  extasiadas  la  divina  cara, 

De  quien  ninguna  cosa  está  escondida.  78 

"  Por  eso,  su  mirada  no  repara 

En  nada  más,  ni  en  recordar  se  empeña, 

Ni  de  su  pensamiento  la  separa.  si 

"Allá  en  la  tierra,  sin  dormir  se  sueña, 
Y  unos  creen  y  otros  nó  lo  verdadero; 
En  unos  culpa,  ó  de  vergüenza  seña.  84 

"  Por  eso  no  marcháis  por  un  sendero, 

Eilosofando:  la  ilusión  trasporta 

A  lo  que  trae  la  mente  al  retortero.  87 

"  Y  esto,  tanto   en  el  cielo  en  sí  comporta 

Mayor  censura,  que  cuando  es  pospuesta 

La  divina  Escritura  que  se  entorta.  90 

"  Allá  no  piensan  cuanta  sangre  cuesta 

En  el  mundo  sembrarla,  y  cuanto  place 

Quien  humilde  su  letra  manitlesta.  93 

"  Cada  uno,  extrañas  invenciones  hace, 
(^)ue  cunden  en  corriente  asaz  revuelta. 
Predicando  h>angelio,  cjue  deshace.  % 


liL    l'AKAISO  — CANTO    XXIX  713 


"Uno   dice:  La  luna  se  (lió  vuelta 
En  la  pasión  de  Cristo,  y  se  interpuso 
Entre  el  sol  y  la  tierra  en  noche  envuelta. 


99 


"Que  la  luz  se  escondiera,  otro  supuso, 

Y  que  al  Indo,  la  España  y  la  Judea, 

El  eclipse  alcanzara  circunfuso.  102 

"  No  es  tan  grande  de  Bindos  la  ralea 

En  Florencia,  cual  fábulas  por  año, 

Que  aquí  y  allá  el  pulpito  vocea;  105 

"Y  las  pobres  ovejas  del  rebaño, 

Tornan  del  pasto  pacidas  de  viento. 

Sin  ser  excusa  el  ignorar  el  daño.  ios 

"Cristo  no  dijo  á  su  primer  convento: 

Andad  y  predicad  al  mundo  chanzas: 

Dio  á  los  suyos  verdad  por  fundamento.  iii 

"De  sus  bocas  brotaron  enseñanzas 

Del  Evangelio,  y  por  su  fe  luchando, 

Hicieron  sus  escudos  y  sus  lanzas.  in 

"Ora,  el  predicador  habla  chanceando, 

Y  con  tal  que  la  gente  bien  se  ría, 

De  nada  cuida,  el  capuchón  calando:  117 

"Si  supiese  que   pájaro  se  cría 

El  vulgo  entre  sus  pliegues,  ciertamente 

En  tales  perdonanzas  no  creería.  120 

"Y  esto  hace  que  en  la  tierra  se   acreciente 
La  estulticia,  que  cree  sin  testimonio. 
Cualquiera  promisión  inconsistente,  123 


714  DIVINA    COMEDIA 

"Para  el  cerdo  engordar  de  San   Antonio; 
Y  otros,  peores  que  cerdos,  que  han  pagado 
Con  moneda  de  falso  testimonio.  120 

"  Pero  del  grande  asunto  me  he  apartado, 

En  el  caminj^  que  la  luz  orienta, 

Que  el  tiempo  es  corto  y  nos  está  contado.     129 

"  La  copia  de  estos  ángeles  se  aumenta 

Si  más  y  más  se  sube,  y  no  hay  locuela 

Que  con  lengua  mortal  pueda  dar  cuenta.         1^2 

"  Al  recordar  lo  que  Daniel  revela, 

Verás  que  en  sus  millares  de  millares, 

Un  infinito  número  se  cela.  135 

"De  primitiva  luz  los  luminares, 

De  manera  diversa  combinados 

Difunden  esplendores  tutelares;  us 

"  Y  por  ella  los  ángeles  bañados. 

El  amor  acompaña  su  dulzura, 

Diversamente  ardientes  ó  templados.  i4i 

"  Contempla  en  su  largueza  y  en  su  altura 

Del  Eterno  las  luces  rutilantes. 

Que  si  en  muchos  espejos  se  fractura,  144 

"Es  uno  siempre  en  sí,  cual  ora  y  antes." 


CANTO  TlüGESIMO 


Desaparece  gradualmente  la  danza  angélica  en  torno  del  Punto.  —  Vuélvese  el 
Poeta  hacia  Beatriz,  cu)-a  belleza  se  acrecienta.  —  Beatriz  le  dice  que  está  en  el 
Empíreo,  y  le  promete  la  vista  de  los  Angeles  Bienaventurados.  —  El  Poeta  ve 
delante  de  sí  un  río  de  luz  que  corre  entre  márgenes  dií  flores  primaverales,  de 
que  brotan  chispas  luminosas  que  se  posan  sobre  las  flores  y  retornan  á  la 
corriente. —  El  Poeta  ve  una  gratlería  en  forma  de  rosa  en  cuyas  hojas  se 
sientan  lo  Bienaventurados. — Beatriz  le  muestra  un  trono  preparado  para 
Enrique  VII,  cuyas  magnánimas  aspiraciones  contrariaron  los  italianos. 


Como  á  millas  seis  mil  en  lo  lejano 

Arde  allá  la  hora  sexta,  y  este  mundo 

Su  sombra  inclina,  cuasi  al  lecho  plano,  3 

Cuando  el  centro  del  cielo,  más  profundo 
Comienza  á  ser,  tal  que  una  que   otra  estrella 
Muestra  apenas  su  brillo  moribundo ;  6 

Y  como  viene  la  sirvienta  bella 

Del  sol  después,  cerrando  el  firmamento 

Hasta  el  astro  final  que  más  destella;  9 

Así  el  triunfo,  que  loa  en  su  contento 
En  torno  al  Punto,  porque  fui  vencido, 

Y  circunscribe  propio  movimiento,  12 

Ante  mis  ojos  pareció  extinguido; 

Y  á  buscar  de  Beatriz  la  vista  amada. 
Movióme  amor  y  estar  enceguecido.  15 


716  DIVINA    COMEDIA 


Si  toda  mi  alabanza  condensada 
Pudiese  presentar  con  su  riqueza, 
Poco  sería,  ó  no  sería  nada. 


18 


Trasladar  no  es  posible  la  belleza 

Que  contemplé,  y  aún  vivo  persuadido 

Que  sólo  Dios  comprende  su  grandeza.  21 

Me  doy  en  este  trance  por  vencido, 

Pues  jamás  escribiendo  sobre  un  tema 

Autor  grave  ó  risueño  más  lo  ha  sido;  24 

Que  como  el  sol  deslumbra  ojo  que  trema, 

Cuando  recuerdo  su  sonrisa  beata. 

La  mente  ofusca  con  su  luz  suprema.         "  27 

Desde  aquel  día  en  que  la  vi  tan  grata 

En  esta  vida  y  en  aquella  vista. 

Mi  canto  de  su  amor  no  se  desata.  30 

Mas  no  es  posible  que  mi  musa  insista 

Su  belleza  seguir  poetizando, 

Con  el  último  esfuerzo  del  artista.  33 

A  canto  más  sonoro  encomendando 
El  loor  que  mi  trompa  no  le  diera, 
Voy  mi  difícil  obra  terminando.  36 

Con  gesto  y  voz  de  quien  hablando  impera, 

Comenzó:  —  "Ved   del  cielo  la  luz   pura: 

Ya  del  más  grande  cuerpo  estamos  fuera!  3^í 

"  Luz  de  la  mente,  llena  de  ventura. 

De  verdadero  amor  y  de  leticia, 

Que  trasciende  doquiera  su  dulzura.  42 


1:L   TAUAISÜ  —  canto   XXX  717 

"Verás  del   Paraíso   la  milicia 

En  dos  legiones,  y  una  con  su  aspecto 

En  el  día  de  la  última  justicia." —  45 

Como  súbito  lampo  en  su  trayecto 

Rompe  la  vista   y   de  poder  la  priva, 

Sin  cjue   perciba  ni   el   más  grande  objeto,  4s 

Así  una  circunfusa  luz  muy  viva. 

Ciñó  mi  vista  con  fulgente  velo, 

Perdiendo  la  potencia  sensitiva.  51 

—  "Siempre  el  amor  que  da  la  paz  del  cielo, 

De  este  modo  saluda  al  bienvenido 

Para  encender  la  vela  de  su  celo." —  54 

Al  entrar  estas  voces  en  mi  oído, 

Y  en  el  pecho  me  hubieron  penetrado, 

A  más  altura  me  encontré  subido;  si 

Por  nueva  vista  me  sentí  alumbrado, 

De  modo  tal,  que  contemplar  pudiera 

El  resplandor  más  vivo  en  lo  creado.  co 

Entonces,  vi  fluyente  una  lumbrera. 

Que  corría  cual  río  entre  dos  ribas, 

Pintadas  de  admirable  primavera.  63 

De  aquel  río  brotaban  chispas  vivas. 

Que  salpicaban  las  brillantes  flores, 

Como  en  oro  y  rubí,  luces  activas.  66 

Embriagadas  después  en  los  olores, 

Se  sumergían  en  la  luz  fluyente, 

Alternando  sus  varios  resplandores.  '  69 

47 


718  DIVINA    COxMEDIA 


—  "El  gran  deseo  que  te  anima  ardiente 
De  mirar  lo  que  ves  con  vista  clara, 

Si  á  ti  te  place,  á  mí  es  complaciente.  72 

•'A  beber  de  esas  luces  te  prepara 
Antes  que  tus  deseos  sean  sacios.  "-- 

—  De  mis  ojos  el  sol,  así  me  hablara. —  75 

"  Este  río  que  ves  y  estos  topacios 

Que  entran  y  salen,  y  el  verdor  sonriente. 

Son  de  otro  ser  sombríferos  prefacios.  7» 

"Pueden  verse  cual  son  muy  fácilmente, 

Y  si  td  no  lo  ves,  es  que  turbada 

Tu  vista,  á  penetrarlo  no  es  potente." —  si 

El  infante,  tan  pronto  la  mamada 

No  busca  más  ansioso  al  despertarse, 

Cuando  ha  pasado  la  hora  acostumbrada,  84 

Como  yo,  por  mejor  ver  espejarse 

Mi  vista  ansiosa,  en  la  fluvial  hoguera. 

Que  encierra  la  virtud  de  mejorarse.  S7 

Y  al  par  que  de  mis  ojos  la  visera 
Mojaba  en  ella,  vi  que  redondeada 

En  vez  de  larga,  ante  mis  ojos  fuera.  90 

Y  como  vése  gente  disfrazada 

Al  mostrarse  con  máscaras  depuestas, 
Aparecer  de  pronto  trasformadas,  93 

Tal  se  cambiaron  en  mayores  fiestas 
Las  flores  y  las  chispas  que  yo  vide, 

Y  ambas  cortes  del  cielo  manifiestas,  96 


ÜL   paraíso -CANTO    XXX  719 

jOh  grandeza   de   Dios,   por  (juien   yo  vide 

Alto  triunfo  del   reino   verdadero! 

Dame  fuerza  al  decir  como  lo  vide!  99 

Hay  en  la  altura,  celestial  lucero 

Que  el  Criador  sólo  muestra  á  la  criatura, 

Que  en   paz  se  goza  en  verle  por  entero:  102 

Se  desarrolla  en  circular  figura, 

Tanto,  que  su  normal  circunferencia, 

Fuera  en  torno  del  sol  larga  cintura:  105 

Un  solo  rayo  tiene  en  apariencia, 

Que  del  Móvil  primero  es  el  reflejo, 

Del  que  toma  su  vida  y  su  potencia.  ios 

Cual  colina  que  mírase  al  espejo 

Del  agua  de  su  pie,  por  ver  su  adorno. 

Con  sus  yerbas  y  flores  en  bosquejo,  iii 

Así  sobre  la  luz  que  gira  en  torno, 

En  gradería  inmensa,  reflejadas 

Vi  las  almas,  del  mundo  de  retorno.  114 


Y  si  en  ínfimo  grado,  están  bañadas 

De  tanta  luz  ¡cuánta  la  luz  sería 

De  esta  rosa  en  sus  hojas  dilatadas!  117 


No  en  su  amplitud  mi  vista  se  perdía. 

Pues  comprendía  el  goce  soberano 

En  el  cuánto  y  el  cuál  de  su  alegría.  120 

Allí,  no  hay  nada  lejos  ni  cercano. 

Pues  donde  Dios,  sin  mediador  gobierna, 

No  se  aplica  la  ley  del  mundo  humano.  123 


720  DIVINA    COMEDIA 


El  oro  de  la  rosa  sempiterna, 

Que  en  gradas  se  dilata,  al  Sol  ofrece 

Su  perfume  en  tributo,  y  nunca  inverna.  126 

Como  al  que  quiere  hablar  y  que  enmudece, 

Beatriz  á  sí  me  trajo,  y  dijo: — "Mira, 

Cuanta  candida  veste  aquí  aparece!  129 

"Nuestra  ciudad  en  los  espacios  gira! 

Mira  esa  gradería  tan  colmada, 

Que  poca  gente  más  tener  aspira!  132 

"La  gran  silla  que  llama  tu  mirada 

Por  corona  que  tiene  sobrepuesta, 

Antes  que  goces  cena  bienhadada  135 

"Será  ocupada  por  el  alma  honesta, 
Del  alto  Enrique,  que  á  la  Italia  triste 
Procurará  ordenar,  aun  no  dispuesta.  i3s 

"Esa  ciega  codicia  que  os  enviste, 

Os  asemeja  al   niño,  que   maligno. 

Aun  muerto  de  hambre,  á  la  nodriz  resiste.       hi 

"Será  prefecto   en  tribunal  divino. 

Uno,  que  en  plena  luz  ó  en  el  secreto, 

No  marchará  con  él  por  un  camino.  144 

"Mas  de  su  santo  oficio,  alto  decreto 

Pronto  despojará,  siendo  enterrado 

Con  el  mago  Simón  por  su  defecto,  147 

"Y  el  de  Alaña  será  más  soterrado." 


CANTO  TKKiHSIMOriUMKIJO 


I-.l  l'oi'ta,  extasi;nlo,  contempla  en  «oda  su  j^Ioria,  t;ii  su  rosa  mística,  la  forma 
del  Paraíso. —  Al  volverse  hacia  (Jondíí- estaba  Beatriz,  para  p(ídirle  que  le 
expli(iue  sus  dudas,  ve  que  ella  lia  desaparecido. -•  San  Bernardo  le  muestra 
el  trono  en  que  está  Beatriz  sentada  al  lado  de  Raquel,  en  recompensa  de  sus 
virtudes.  —  El  Poeta  levanta  hacia  ella  sus  ojos  y  le  agradece  haberle  guiado 
por  los  dos  reinos,  y  le  ruega  que  guarde  su  alma  en  la  gracia  que  le  ha 
propiciado.  —  San  Bernardo  invita  al  Poeta  á  fijar  sus  ojos  en  las  maravillas 
del  jardín  celeste,  y  le  señala  la  más  hermosa  de  las  criaturas.  —  El  Poeta  ve 
á  la  reina  del  cielo  rodeada  de  ángeles,  y  su  fcílicidad  es  tan  grande,  que  no 
se  atreve  á  describirla. 


En  forma  candidísima  de  rosa, 

He  contemplado  la  milicia  santa, 

Que  con  su  sangre,  Cristo  hizo  su  esposa;  3 

Mas  la  que  vuela,  y  arrobada  canta 

El  esplendor  de  Aquel  que  la  enamora, 

Y  la  bondad  que  al  cielo  la  levanta,  6 

Como  multitud  de  abejas  que  se  enflora. 

Una  vez  y  otra  vez  torna  afanada 

Donde  su  miel  dulcísima  elabora,  9 

A  la  gran  flor  bajaba,  engalanada 

Con  tantas  hojas,  resurgiendo  arriba, 

Donde  tiene  su  amor  siempre  morada.  12 

Eran  sus  rostros  como  llama  viv^a, 

Sus  alas  de  oro,   y  lo  demás  tan  blanco. 

Que  ni  la  nieve   á  tal  blancura  arriba ;  15 


122  DIVINA   COMEDIA 


Y  al  descender  así,  de  banco  en  banco, 
Esparcían  la  paz  y  los  ardores 

De  Dios,  batiendo  el  ala  por  su  flanco.  \\ 

Interpoladas,  como  en  flor  las  flores, 

Y  el  Punto,  aquella  multitud  volante, 

No  me  impedía  ver  sus  resplandores;  21 

Porque  la  luz  divina  y  penetrante 

En  los  orbes,  según  cada  uno  es  digno, 

A  eclipsarle,  jamás  nada  es  bastante.  24 

Aquel  reino  seguro  y  tan  benigno. 

Habitación  de  antigua  y  nueva  gente. 

Sólo  en  un  punto  ve  de  amor  el  signo.  27 

Oh,  trina  luz!  solo  astro  refulgente 

Que  cintilas,  los  ojos  encantando! 

Mira  al  mundo  afligido,  dulcemente!  30 

Si  el  Bárbaro,  de  playas  arribando 

Que  Hélice  alumbra  siempre  cada  día 

Con  el  hijo  que  al  lado  va  rotando,  33 

De  Roma  ante  la  gran  soberanía 

Se  asombraba  mirando  el  Laterano, 

Que  á  las  cosas  mortales  excedía,  36 

Yo,  que  al  divino  ser,  del  ser  humano, 

Hasta  el  eterno  tiempo  era  venido 

Desde  Florencia,  pueblo  justo  y  s:  no,  39 

De  cuan  grande  estupor  sobrecogido. 
Quedar  debí,  ante  el  sublime  ejemplo. 
Que  ató  mi  lengua,  y  asordó  el  oído.  42 


KN    l'ARAISO  — CANTO    XXXI  723 


Cual   peregrino  (jue  llegado   al  templo 
Donde  le  lleva  un  voto,  está  pensando 
Describirlo  al  regreso,  así  contemplo  4S 

La  viva  luz,  mi  vista  levantando, 

Que  paseo  vagante  por  las  gradas, 

Ora  arriba,  ora  abajo,  circulando.  48 

Faces  veía  en  caridad  bañadas. 

Reflejos  de  otra  luz,  y  con  su  riso 

De  todas  las  virtudes  adornadas.  si 

La  forma  general  del  Paraíso 

En  su  extensión  había  contemplado, 

Mas  sin  fijarme  en  término  preciso.  54 

Por  ardientes  anhelos  reanimado, 

Busqué  los  ojos  de  mi  dulce  guía, 

De  tantas  maravillas  asombrado.  57 

En  vez  de  la   que  ver  me  prometía, 

Un  anciano  encontré  de  noble  aspecto 

Que  blancas  vestiduras  revestía.  eo 

Sus  ojos  difundían,  del  electo 

La  benigna  leticia,  y  silencioso, 

Me  miraba  como  á  hijo,  con  afecto.  63 

—  "  Dónde  ella  está? " —  le  pregunté  yo  ansioso. — 

El  me  repuso :  —  "  Por  llenar  su  anhelo, 

He  dejado  mi  sitio  luminoso.  66 

"En  el  sumo  ternario  de  este  cielo, 

Está  sentada  en  trono  refulgente, 

Porque  fué  de  virtudes  un  modelo." —  69 


724  DIVINA    COMEDIA 


Mis  ojos  levanté  súbitamente, 

Y  la  vi  que  se  hacía  una  corona 

Con  luces  que  irradiaban  de  su  frente.  72 

Del  suelo  nuestro  en  la  más  alta  zona, 

Ni  aun  el  ojo  del  buzo  tanto  dista 

Cuando  á  los  hondos  mares  se  abandona,  75 

Cuánto  distaba  de  Beatriz  mi  vista. 

Aunque  bien  distinguiese  su  semblanza, 

Pues  no  la  interceptaba  cosa  mixta.  78 

-  "Mujer!  en  quien  florece  mi  esperanza! 
Tu,  que  por  mi  salud  al  limbo  fuiste, 
En  el  Infierno  dándome  amparanza!  si 

"  En  cuanta  cosa  tú  mirar  me  hiciste, 
De  la  virtud  que  me  has  comunicado, 
Reconozco  la  gracia  que  te  asiste.  84 

"Yo  era  un  esclavo:  tú  me  has  libertado, 

Y  me  has  puesto  en  la  vía  en  que  me  ayude 
Para  alcanzar  el  término  anhelado.  87 

"Que  tu  magnificencia  mi  alma  escude 

De  todo  mal,  para  que  torne  sana 

Cuando  del  cuerpo  humano  se  desnude." —  )o 

Así  le  hablé;  y  aquella  tan  lejana 

Cual  parecía,  sonrió  y  miróme: 

Luego  volvióse  á  la  eternal  fontana.  ^;3 

El  santo  anciano,  dijo: — ^  "  Porque  tome 

Tu  pie  mortal  el  salvador  camino, 

Movida  ella  de  amor,  aquí  mandóme.  96 


EL   i'ARAlSü  — CANTO    XXXI  725 

'•\'uele  tu  vista  en   el  jardín  divino, 

Y  (]ue  vuele  encendida  y  sin  retardo, 

Hasta  alcanzar  el  esplendor  genuino.  99 

"La  Reina  de  los  Cielos,  por  quien  ardo 

Con  todo  amor  dispensará  su  gracia, 

Porciue  yo  soy,  sabrás,  su  fiel  Bernardo." —       102 

Y  como   aquel  que  viene  de  la  Croacia, 
De  Verónica  á  ver  la  imagen  nuestra. 

Por  su  fama,  y  de  verla  no  se  sacia,  ios 

Y  se  dice  entre  sí,  mientras  se  muestra : 

—  Jesucristo,  Dios  mío  verdadero  I 

Es  verdad  que  asi  fué  la.  cara  vuestra)  ios 

Así  yo  contemplando  aquel  lucero 

De   viva  caridad,  que  en  este  mundo 

Saboreó  dulce  paz,  justo  y  severo.  iii 

"  Hijo  de  gracia,  este  vivir  jocundo, — 

—  Así  me  dijo,  —  no  ha  de  serte  noto 
Mirando  solamente  á  lo  profundo.  ii4 

'•Mira  esos  cercos,  en  lo  más  remoto, 

Hasta  ver  en  su  trono  á  la  Regina, 

De  que  este  reino  es  subdito  devoto."—  117 

Y  al  mirar,  como  en  hora  matutina. 
Brilla  más  del  oriente  el  horizonte 

Que  hacia  la  parte  donde  el  sol  se  inclina,       120 

Vi  como  en  valle  que  limita  un  monte. 

Con  mis  ojos,  brillar  en  la  alta  esfera, 

Una  luz  superior  como  en  tramonte  123 


726 


DIVINA    COMEDIA 


Y  como  donde  el  Carro  ver  se  espera, 
Que  mal  guió  Factonte,  más  se  inflama, 

Y  aquí  y  allí,  toda  otra  le)^  supera,  126 

De  este  modo,  el  pacífico  oriflama. 

Avivado  en  su  centro,  se  reparte, 

Debilitando  en  torno  toda  llama;  129 

Y  tendiendo  sus  alas  á  esa  parte 
Angeles  vi,  volando  con  encantos, 

Distinto  cada  cual  en  brillo  y  arte;  132 

Allí  vi  con  sus  juegos  y  sus  cantos 

Reir  á  una  belleza,  que  leticia 

Era  á  todos  los  ojos  de  los  Santos.  135 

Si  tuviese  en  decir  tanta  divicia 

Cual  para  imaginar,  nunca  pudiera 

Ni  el  bosquejo  tentar  de  esta  delicia.  138 

Cuando  Bernardo  vio  que  yo  pusiera 

Toda  mi  alma  en  la  luz  resplandeciente, 

Y  el  amor  en  sus  ojos  más  ardiera,  141 

Mi  fervor  se  hizo  más  y  más  ardiente. 


Cy\NTO  TRIGESIMOSEGUNDO 


San  Bcriuirdo  coiUin.'ia  explicando  al  Poeta,  el  orden  en  que  t'.stán  colocados  los 
Bienaventurados  en  el  inmenso  anfiteatro  de  la  Rosa  mistica.  —  La  Rosa  está 
dividida  en  dos  mitades,  en  (,'uyo  centro  se  eleva  el  trono  de.  la  Virgen. — 
A  los  pies  del  trono  está  Eva,  y  más  abajo,  las  mujeres  Judías.  —  Frente 
al  trono,  se  halla  el  de  San  Juan  Bautista,  y  más  ahajo,  los  asientos  ocupados 
por  San  Francisco.  San  Benito,  San  Agustín  y  otros  Santos-  —  Estos  asientos 
dividen  la  Rosa  como  por  un  muro  de  separación,  entre  los  Santos  que  creye- 
ron en  Jesucristo,  antes  y  después  de  la  Redención.  —  Una  parte  de  la  Rosa 
está  ocupada  por  los  Niños,  y  San  Bernando  explica  al  Poeta  por  qué  los  ino- 
centes tienen  un  lugar  en  ella,  señalándole  los  Santos  más  considerables  que 
forman  el  cortejo  de  la  gloriosa  Virgen. 

El  Doctor,  contemplando  gracias  tantas, 

Dejó  brotar  su  gran  sabiduría, 

De  labios  santos,  con  palabras  santas:  ^ 

—  "La  llaga   que  cerró  y  ungió  María, 

Abrió  y  pungió   esa  mujer  hermosa. 

Que  á  sus  plantas  sentada  se  extasía.  6 

"En  el  tercer  estado,  está  gloriosa 

Raquel,  y  entre  las  hojas  se  levanta 

Con  Beatriz  cual  lo  ves,  y  esplendorosa,  9 

"  Judit,  Rebeca,  Sara,  y  cual  se  encanta 

La  bisabuela  del  cantor  doliente 

Que  en  la  Escritura  el  Miserere  canta.  12 

"De  grada  y  grada  en  la  floral  pendiente, 

Están  los   que  uno  á  uno  iré  nombrando, 

Entre   hoja  y  hoja  cada  cual  sedente.  15 


728  DIVINA    COMEDIA 


"  Hasta  el  sétimo  grado  remontando, 

Y  bajando,  se  ven  á  los  Hebreos 

La  flor  en  dos  mitades  separando;  ih 

''Porque  según  de  Cristo  los  deseos 

Vivieron  en  su  fe,  y  forman  muro 

Que  divide  á  los  santos  corifeos.  21 

"De  la  flor  en  el  círculo  maduro, 

Están  entre  los  Santos  elegidos. 

Los  que  creyeron  en  Jesús  venturo.  24 

"  En  esos  hemiciclos,  distribuidos 

Están  los  que  en  el  gran  advenimiento 

Fueron  por  Jesucristo  redimidos.  27 

"Y  como  en  torno  del  glorioso  asiento 

De  la  Reina  del  Cielo,  los  escaños 

Forman  un  celestial  compartimiento,  w 

"Así  en  frente  el  gran  Juan,  que  en  tristes  años, 
Siempre  santo,  sufrió  martirio  y  pena, 

Y  en  el  infierno  padeció  dos  años;  33 

"Y  más  abajo,  en  su  grandeza  plena, 
Francisco,  Benedicto  y  Agustino, 

Y  la  falange  que  las  gradas  llena.  m> 

"  Admira  el  alto  proceder  divino, 

Que  la  fe  vieja  y  nueva  tiene  en  cuenta, 

Y  les  da  en  su  jardín  igual  destino.  <y 

"Abajo  de  acjuel  grado  en  que  se  ostenta 

La  línea  de  las  dos  circunscripciones, 

Nadie  por  propio  mérito  se  sienta,  42 


EL    PAKAISO  —  CANTO    XXXII  729 

•Mas  por  el  de  otro;  en  ciertas  condiciones, 

Que   ^on  almas  del  cuerpo  separadas, 

Sin  libertad  inicial  en  sus  acciones,  45 

"  Bien  lo  muestran  sus  faces  delicadas, 

Y  el  eco  de  sus  voces  infantiles, 

Si  por  ti  son  bien  vistas  y  escuchadas.  4» 

'Fu  duda  veo,  empero  la  sigiles: 

Yo  te  desataré  las  ligaduras 

De  esos  tus  pensamientos  tan  sutiles.  51 

"En  la  amplitud  de  estas  regiones  puras. 

Es  todo  lo  casual  desconocido, 

Como  el  hambre,  la  sed,  las  amarguras;  54 

"  Porque  el  orden  eterno  establecido 

En  cuanto  ves,  se  amolda  justamente, 

Como  el  anillo  que  va  al  dedo  unido;  57 

'*  Mas  la  inocente,  festinada  gente, 

No  penetra  á  esta  vida  sme  causa, 

Por  virtud  más  ó  menos  excelente.  60 

"  El  Rey  que  esta  región  rige  con  pausa, 

Con  tanto  amor  y  con  placer  perfecto, 

—  Sin  que  ose  nadie  penetrar  la  causa, —  63 

"Las  almas  todas  con  su  ledo  aspecto. 
Creadas  á  su  placer,  de  gracia  dota 
Diversamente: — y  bástete  el  efecto.  66 

"Y  esto,  evidente  la  pasión  denota 

De  los  gemelos  de  la  Biblia,  aquellos, 

Que  en  el  vientre  materno  la  ira  azota.  69 


730  DIVINA    COMEDIA 


"  Que  así,  cual  da  color  á  los  cabellos, 

De  tal  luz  los  corona  la  alta  gracia, 

Para  dar  á  la  frente  sus  destellos.  72 

"Tan  sólo  por  bvondad  que  los  congracia 

Ocupan  esas  gradas,  diferentes 

De  la  primer  merced  por  eficacia.  75 

"Bastaba  en  otros  siglos  precedentes 
Para  salvarse,  sólo  la  inocencia, 

Y  la  fe  de  los  buenos  ascendientes;  78 

"En  tiempos  posteriores  de  existencia 
Al  dar  vuelo  á  los  niños,  les  conviene 
Por  la  circuncisión,  darles  potencia;  sí 

"Mas  cuando  el  tiempo  de  la  gracia  adviene. 

Sin  el  bautismo  candido  de  Cristo, 

La  inocencia  en  el  hombre  se  detiene.  S4 

"  Ora,  mira  la  faz  que  más  á  Cristo 

Se  asemeja;  y  su  luz  tan  clara  y  pura, 

Puede,  sólo,  ayudarte  á  ver  á  Cristo." —  S7 

Sobre  ella  vi  llover  tanta  dulzura, 

Que  esparcían  los  ángeles  flotantes. 

Creados  para  volar  á  tanta  altura,  90 

Que  cuanto  había  contemplado  enantes, 

De  tanta  admiración  no  me  colmara 

Ni  me  mostró  de  Dios  los  semejantes,  93 

Como  el  amor  primero  que  bajara 
Cantando:  Ave  María  gratia  plena! 

Y  extendiendo  las  alas,  la  mirara.  )b 


KL    I'AKAISO  — CANTO    XXXII  731 

Respondió  .1  l;i  divina  cantilena 
Todo  el  celeste  coro  enternecido, 
Resplandeciendo  con  su  luz  serena.  w 

—  "  Oh,  Santo  Padre,  que  por  mí  has  (¡uerido 
Por  prestarme  tu  auxilio  bondadoso, 
Descender  de  tu  asiento  esclarecido,  102 

"Qué  ángel  es  ese,  que  al  mirar  gozoso 

A  nuestra  Reina  con  su  faz  divina. 

Parece  iluminar  fuego  amoroso?" —  105 

Así  busqué  enseñanza  en  la  doctrina 

De  aquel  que  se  hermoseaba  ante  María, 

Como  ante  el  sol  la  estrella  matutina.  ios 

—  "Toda  cuanta  belleza  y  gallardía, 

—  Repuso,  —  tiene  un  ángel  en  el  alma, 

En  él  está  como  la  luz  del  día.  iii 

"  El  á  María  le  ofreció  la  palma, 

Cuando  el  Hijo  de  Dios,  quiso  piadoso 

Cargar  con  los  pecados  de  nuestra  alma.  114 

"Mas  sigue  mi  palabra  cuidadoso, 
A  fin  que  con  tus  ojos  patentices 
Los  patricios  de  reino  tan  piadoso.  117 

"  Los  dos  más  encumbrados  y  felices. 
Por  estar  cerca  de  la  Reina  Augusta, 
Son  de  esta  Rosa  cuasi  las  raíces.  120 

"El  que  á  la  izquierda  de  ella  más  se  ajusta. 

El  Padre  fué  por  cuyo  osado  gusto. 

La  especie  humana  tanto  acíbar  gusta.  123 


112  DIVIXA    COMEDIA 


"El  que  á  la  diestra  está,  padre  vetusto 

De  nuestra  Iglesia,  las  sagradas  llaves 

Confióle  Dios  en  su  jardín  venusto.  126 

"Y  el  que  antes  de  morir  vio  en  tiempos  graves 

Las  conquistas  de  Cristo  y  de  su  esposa, 

Con  su  lanza,  y  sus  clavos  y  sus  llaves,  129 

"Está  á  su  lado;  y  á  su  lado  posa 

El  guiador,  bajo  el  cual  vivió  del  mana 

Gente  ingrata,  rebelde  y  veleidosa.  132 

"  Sentada  frente  á  Pedro,  está  Santa  Ana, 

De  contemplar  á  su  hija  tan  contenta, 

Que  con  ojo  extasiado,  canta  ¡ Hosanal  i?5 

"Y  junto  al  más  gran  padre,  allí  se  ostenta 

Lucía,  que  en  tu  trance  de  amargura, 

Para  salvarte  á  tu  Beatriz  alienta.  i.^s 

"Pero  tu  sueño  estático  te  apura: 
Pongamos  punto,  y  como  el  sastre  haremos, 
Que  mide  por  el  paño  la  costura.  ui 

"Al  primo  Amor  los  ojos  alzaremos. 

Para  que  viéndolo,  la  luz  penetres, 

De  sus  rayos  profundos  y  supremos.  144 

"Y  á  fin  que  por  acaso  no  te  enhetres, 

Y  al  extender  tu  vuelo  ultrapasarte, 
Conviene  que  con  pío  ruego  impetres,  147 

Gracia,  de  la  que  puede  aquí  ampararte; 

Y  tú  me  seguirás  con  afecciones, 

Sin  que  de  mí  tu  corazón  se  aparte." —  i5( 

Y  comenzó  sus  santas  oraciones. 


y 


(JANTO  TlilGÉSLMOTKUOERO 


Plegaria  de  San  Bernardo  á  la  \ir>íen,  paraTrascando  la  Salve,  para  que  acuerde 
á  Dante  la  gracia  de  contemplar  la  visión  de  Dios,  y  sacar  saludables  leccio- 
nes de  lo  que  ha  visto.  —  El  Poeta  siente  que  la  potencia  del  rayo  visual 
aumenta  en  él,  y  su  vista,  al  penetrar  en  la  eterna  luz,  percibe  en  un  triple  cir- 
culo, los  tres  colores  simbólicos  del  misterio  de  la  Trinidad.  —  En  el  circulo 
central,  ve  la  efigie  humana,  pero  sin  poder  comprender  cómo  se  combina  la 
naturaleza  mortal  con  la  divina.  —  Un  súbito  y  nuevo  resplandor  de  la  gracia,  le 
hace  comprender  lo  que  no  podría  por  sí  ni  repetir  á  los  mortales,  armonizán- 
dosela voluntad  humana  con  la  divina. 


—  ^'  Virgen  y  madre,  la  hija  de  tu  hijo, 

Aka  y  humilde  como  no  hay  criatura, 

Del  acuerdo  eternal  término  fijo!  3 

"Tú  ennobleciste  la  humanal  natura, 

Tanto,  que  en  su  grandeza  el  Hacedor, 

No  desdeñó  encarnar  su  propia  hechura.  6 

''  Se  reanimó  en  tu  vientre  el  santo  amor, 

Y  á  su  calor,  en  paz  eternamente. 

Ha  germinado  esta  divina  flor.  9 

"Tú  eres  la  meridiana  refulgente 

De  caridad  aquí,  y  allá  en  el  suelo 

De  esperanza  mortal  la  viva  fuente.  12 

"  Señora,  es  tan  valioso  tu  consuelo, 

Que  quien  pide  merced,  si  á  ti  no  corre, 

Es  cual  volar  sin  alas,  vano  anhelo.  15 

48 


734  DIVINA    COMEDIA 


"No  sólo  tu  bondad  pía  socorre 

A  quien  demanda:  á  veces  generosa, 

Al  que  no  pide  con  amor  acorre.  is 

''En  ti  misericordia  y  luz  piadosa; 

En  ti  magnificencia;  en  ti  se  aduna 

Cuanto  perfecto  encierra  alma  bondosa.  21 

"  Este  ser,  que  desde  ínfima  laguna, 

La  vida  espiritual  ha  recorrido. 

Por  sus  gradas  subiendo,  una  por  una,  24 

"Ruega,  le  sea  en  gracia  concedido, 

Poder  mirar  con  ojo  levantado, 

A  la  última  salud,  fortalecido.  27 

"Y  yo,  que  en  contemplarla  me  he  abrasado, 

Por  él  pido  con  voto  más  ferviente, 

Que  no  en  vano  su  gracia  haya  implorado;       30 

"  Y  disipes  las  nubes  de  la  mente 
De  su  mortalidad,  y  esplendorosa 
Pueda  ver  su  ventura  claramente.  33 

"También  te  ruego,  Reina  poderosa. 
Que  sus  afectos  se  conserven  sanos 
Después  de  una  visión  tan  portentosa; 


36 


"Y  le  guardes  de  caer  cual  los  humanos! 

Mira  á  Beatriz  con  todos  los  electos, 

Juntos  conmigo  levantar  sus  manos." —  39 

Los  ojos  venerados  y  dilectos. 

Fijos  en  el  cjue  oraba,  demostraron, 

Que  acogía  en  sus  preces,  sus  afectos,  42 


liL    paraíso  — CANTO    XXXIII  755 

Y  hacia  la  eterna  luz  se  enderezaron; 
Que  ojos  mortales,  se^ún  creen  y  creo, 

Nunca  tan  claramente  penetraron.  45 

Y  yo,  que  el  fin   de  mis   anhelos  veo 
Tan  próximo  de  mí,  coino  debía, 

Apago  en  mí  las  llamas  del  deseo.  48 

Bernardo  me  apuntaba,  y  sonreía, 

Porque  mirase  arriba,  pero  ya   era 

Yo   por  mí  mismo,  lo  cjue  en   mí  quería;  si 

Pues  mi  vista,  más  fija  y  más  sincera, 

Mis  y  más  se  extendía  penetrante 

En  la  alta  luz  eterna  y  verdadera.  54 

Vi  con  mayor  poder  más  adelante, 

Lo  que  á  la  lengua  y  á  la  vista  excede, 

Y  postra  la  memoria  vacilante.  57 

Como  al  que  ve  entre  sueños  le  sucede. 
Que  en  pos  del  sueño  la  impresión   pasada 
Queda  en  la  mente,  sin  que  más  le  quede;         (o 

Tal  estoy,  cuando  casi  disipada 

La  visión,  todavía  me  destila 

Dulzura  al  corazón  de  ella  emanada.  63 

Así  ante  el  sol  la  nieve  se  deshila ; 

Así  el  viento  se  lleva  en  hojas  leves 

Las  sentencias  que  lanza  la  Sybila.  eo 

Oh,  suma  luz,  que  en  las  alturas  mueves 

Los  mortales  conceptos;  da  á  mi  mente 

Un  poco  del  poder  con  que  me  eleves;  69 


736  DIVINA    COMEDIA 


Y  haz  que  mi  lengua  sea  tan  potente, 
Que  al  menos  una  chispa  de  tu  gloria 

Pueda  dejar  á  la  futura  gente;  72 

Que  al  retornar  un  tanto  en  mi  memoria, 

Y  hacer  mi  verso  un  poco  resonante, 
Acrezca  en  su  concepto  tu  victoria.  75 


Pienso  que  de  aquel  rayo  penetrante 
La  viva  luz  me  habría  desmarrido 
A  no  apartar  los  ojos  al  instante; 


78 


Mas  recuerdo,  que  fui  más  atrevido, 

Al  encarar  de  cerca  el  gran  aspecto 

Del  supremo  valer  indefinido.  si 

Gracia  abundante,  que  como  á  un  electo 

Me  ha  permitido  ver  la  luz  eterna. 

Hasta  perder  mi  vista  por  completo!  u 

En  su  profundo  ser,  vi  cual  se  interna 

En  un  volumen  por  amor  atado 

Cuanto  el  vasto  universo  descuaderna;  sz 

Sustancia  y  accidente,  combinado 

Todo  de  modo  tal,  que  forma  un  todo 

De  que  es  vislumbre  lo  por  mí  narrado.  9o 

La  forma  universal  miré  en  su  modo, 
Según  lo  pienso,  que  en  contentos  largos. 
Esto  al  decir,  aun  gozo  sobre  todo!  93 

Un  instante  fué  en  mí  los  mil  letargos 

De  veinte  y  cinco  siglos  de  la  empresa 

En  que  Neptuno  vio  la  sombra  de  Argos.  96 


EL    lARAISO  — CANTO    XXXIII  737 


Así  la  mente,  llena  de  sorpresa, 
Mirando  inmóvil,  con  fijeza  atenta, 
Cuanto   más  mira  ardiente,  se  embelesa. 


99 


Y  de  tal  modo  aquella  luz  me  alienta. 
Que  dejarla  de  ver  por  otro  aspecto. 

No  hay  humano  poder  cjue  lo  consienta;  102 

Por  cuanto  el  bien,  que  es  del  querer  objeto, 

Se  encierra  en  ella;  y  fuera  de  su  llama, 

Es  defectuoso  lo  que  allí  es  perfecto.  105 

Ora  que  su  presencia  no  me  inflama. 

Es  mi  recuerdo  como  el  de  un  infante 

Que  se  baña  la  lengua  en  lo  que  mama.  ios 

No  que  vanase  el  único  semblante 

De  aquella  viva  luz  que  contemplaba. 

Que  es  siempre  igual  como  la  vi  delante,  iii 

Sino  porque  mi  vista  se  esforzaba, 

Haciendo  ver  en  sólo  una  apariencia 

Lo  que  en  mí  y  no  en  ella  se  mudaba.  ii4 

En  la  profunda  y  trasparente  esencia 

De  la  alta  luz,  tres  cercos  percibía^ 

De  tres  colores,  de  una  continencia.  117 

Uno  de  otro,  el  reflejo  parecía. 

Como  dos  iris,  y  el  tercero  un  foco 

Del  fuego  que  en  los  dos  resplandecía.  120 

No  alcanza  mi  palabra  á  lo  que  evoco, 
Para  pintar  las  celestiales  llamas, 

Y  es  tanto,  que  no  basta  decir  poco!  123 


738  DIVINA    COMEDIA 


Oh  luz  eterna,  que  en  tu  luz  te  inflamas, 

Que  te  comprendes,  y  de  ti  entendida 

Tu  solamente  te  sonríes  y  amas!  126 

Aquella  irradiación  de  ti  nacida 

Aparecía  en  ti,  cual  reflejada. 

Por  mis  ojos  mortales  percibida.  129 

Dentro  de  sí,  con  su  color  pintada, 

Parecía  del  hombre  la  figura, 

Y  en  ella  mi  atención  quedó  clavada.  132 

Cual  pensativo  geómetra  procura, 

Sin  hallar  el  principio  que  le  mueva, 

Del  círculo  encontrar  la  cuadratura;  135 

Así  me  hallaba  ante  visión  tan  nueva, 

Queriendo  comprender  cual  se  adunaba 

La  imagen,  con  el  cerco  y  con  su  prueba.        i3s 

Con  mis  alas,  tan  alto  no  volaba, 
Cuando  mi  mente  nueva  luz  hería, 
En  que  su  voluntad  se  condensaba:  I4i 

Faltó  la  poderosa  fantasía ; 

Mas  movió,  como  rueda  por  sus  huellas, 

Deseo  y  voluntad,  en  armonía,  144 

Kl  Amor  que  al  Sol  mueve  y  las  Estrellas. 


riN    l)K    LA    DIVINA    COMKDIA 


EL  PARAÍSO 


N0TA8  Y  COMENTARIOS  DEL  TRADUCTOR 


EL  paraíso 

NOTAS    Y   COMENTARIOS 


CANTO  PRIMKRO 

(^1-?).  I.a  gloria  di  Colui  che  /tillo  muove. 

Per  ¿universo  penetra,  e  risplandc 
Iii  una  parte  pin,  e  nietto  altrove. 

Ksta  estrofa,  como  la  primera  del  Purg^atorio,  encierra  la  síntesis 
del  Paraíso.  El  Poeta,  con  arreglo  á  la  doctrina  astronómica  y  teoría 
geocéntrica  de  Tolomeo,  coloca  la  tierra  inmóvil  en  el  centro  del  unt- 
verso;  y  en  torno  de  ella,  y  en  órbitas  circulares  y  concéntricas,  hace 
girar  con  velocidad  creciente  los  cielos  de  la  Luna,  de  Mercurio,  de 
Venus,  del  Sol,  de  Marte,  Júpiter  y  Saturno,  á  que  sigue  la  esfera 
octava  de  las  estrellas  fijas,  y  el  Noveno  cielo  móvil,  y  finalmente  el 
Empíreo,  que  permanece  inmóvil  en  el  espacio  infinito.  Transportado 
por  la  misma  fuerza  que  hace  girar  los  cielos,  y  guiado  por  la  luz 
siempre  creciente  de  los  ojos  de  IBeatriz,  que  lo  acompaña,  el  Poeta  se 
eleva  sucesivamente  de  uno  á  otro  cielo,  y  en  cada  uno  de  ellos  se  le 
aparecen  los  Bienaventurados  que  gozan,  según  su  naturaleza  en  vida, 
de  la  propia  de  cada  planeta,  la  cual  es  mayor  ó  menor,  según  se 
hallen  más  ó  menos  distantes  del  foco  de  la  luz  de  Dios,  con  cuya 
viíión  final,  en  la  íorma  simbólica  de  la  Trinidad,  en  que  aparece  la 
figura  humana  divinizada,  termina  la  última  parte  del  poema. 

(19-21  ).  Entra  nel  pello  mió,  e  spira  ttie, 

Si  come  qnando  Mai'syas  traesti 
Delta  vagina  delle  menihre  sue. 

Florentino,  el  traductor  de  la  Divina  Comedia,  ilustrada  por  Doré, 
dice  al  anotar  esta  magnífica  estrofa:  "  Toda  la  atrocidad  del  suplicio 
de  Marsyas,  desaparece  en  los  sublimes  versos  del  Poeta.  En  vez  del 
horror  y  de  la  repugnancia  que  se  experimentaría  ante  la  imagen  del 
Sátiro,  mcj.,trando  sus   músculos  rígidos,  sus  entrañas  al  desnudo,  sus 


742  EL  paraíso 


carnes  sangrientas,  se  siente  uno  poseído  de  admiración  por  el  Dios 
todopoderoso,  que  saca  de  su  envoltura  el  alma  del  profano,  como  se 
saca  de  una  vaina  la  hoja  de  una  espada." 

(37-42).  Surge  á  mortali  per  diverse  f o ci 

La  lucerna  del  mondo ;  tna  da  quella 
Che  quattro  cerchi  giunge  con  tre  croci, 

Con  miglior  corso,  e  con  migliore  stella 
Esce  congiwita,  e  la  mondaria  cera 
Piii  a  sito  modo  témpora  e  sugella. 

Algunos  comentadores  han  tratado  de  explicar  los  cuatro  cercos  que 
reunidos  forman  tres  cruces,  dándoles  una  significación  mística  ó 
alegórica.  La  interpretación  astronómica  es  la  que  ha  prevalecido- 
Entiéndase:  el  punto  de  intersección  en  que  se  reúnen  cuatro  círculos 
celestes,  á  saber:  el  horizonte  (por  donde  asoma  el  Sol,  la  htcerna  del 
mondo^  á  que  se  hace  referencia),  el  del  Zodiaco,  el  del  Ecuador,  y 
el  de  Coluro  equinoccial,  que  entrecortándose,  forman  las  tres  cruces 
en  la  estación  de  primavera.  La  cera  mundana^  es  según  unos  la  tie- 
rra, y  según  otros,' la  carne  mortal,  ó  el  alma  humana.  La  traducción 
responde  á  estas  dos  últimas  interpretaciones  unidas  ó  separadamente. 

(45  ).   Escurana^  s.  f.  anticuado,  lo  mismo  que  oscuridad. 

(70).  Trasumanar.  Esta  palabra  fué  inventada  por  el  Dante,  para 
expresar  una  idea  que  estaba  en  su  conciencia  y  que  él  mi>.mo  declara 
no  poder  expresar  con  palabras: 

Trasumanar,  significar  per  verba 
Non  si  potria  :  pero  Pesempio  basti 
A  ciíi  r esperieiiza  grazia  serba. 

ha  palabra  trashumanar,  significaba  en  la  mente  del  Poeta,  el  pasaje 
del  estado  humano  al  estado  divino,  asimilándose  en  un  todo  á  Dios, 
ó  sea  la  deificación  del  Hombre.  Es  la  inversa  del  Dios  hecho  hombre: 
el  hombre  convertido  en  Dios.  Lucrecio, —  el  poeta  antiguo  que  más 
analogía  tiene  con  el  )3ante,  por  el  carácter  enciclopédico  de  su  obra, 
-al  cantar  el  triunfo  de  la  doctrina  de  Epicuro,  que  suprimía  los 
pavores  de  la  muerte  y  de  la  vida  eterna  del  alma,  á  la  vez  que  supri- 
mía á  la  providencia,  exclama:  "La  superstición  fué  pisoteada,  y  su 
derrota  nos  hizo  Iguales  á  los  Dioses". —  En  apoyo  de  su  razonamiento 
invoca  como  prueba,  la  experiencia.  El  Dante  hace  lo  mismo,  Invo- 
cando la  experiencia  como  argumento  definitivo  de  hecho.  En  las 
estrofas  anteriores  (v.  67-69)  dice:  que  la  sola  vista  de  Beatriz  trans- 
figurada y  divinizarla,  lo  penetró  con  su  espíritu  celeste,  como  á  Glau- 


NOTAS   Y    COMFNTARIOS  743 


co,  ((invertido  en  Dios  marino  por  el  solo  h'  cho  (i(;  ^-ustar  una  hierba 
misteriosa  que  hacía  revivir  á  los  peces: 

Nel  sao  asf>i-//o  ial  r/cii/ro  mí  /ci, 

Qual  si  Je*  Glauco  ucll  irusiar  de II  erha, 

Ch  'I  Je  ^  cousorto  iit  ttiay  dcírli  allri  Dei. 

y  SRre^a  después  en  los  v.  12-  75,  que  solo  el  Amor  del  cielo  que 
todo  lo  c^obierna,  ó  sea  la  Gracia,  que  reserva  tal  experiencia  á  los 
electos,  sabía  lo  que  quedaba  en  él  de  humano,  en  aquel  momento  en 
que  se  sentía  espiritualizado  y  como  divinizado  por  su  luz: 

S'  10  ¿fa  sol  de  tne  qual  me  creaste 
Novellainente,  Amor  che  'I  Ciel  governi, 
Tu  'I  sai,  che  col  tuo  lume  mi  levaste. 

No  pudiendo  explicar /¿^r  verba  la  metamorfosis,  el  poeta  cristiano, 
lo  mismo  que  d  poeta  ateo,  apela  ig^ualmente  á  la  experiencia,  citando 
como  ejemplo  ó  comprobante,  una  fábula  pagana ;  pero  haciendo 
intervenir  la  Gracia  especial  de  Dios,  reemplaza  el  razonamiento  por 
la  fe,  al  asimilar  el  hombre  á  Dios,  trashumanándolo,  ó  sea  deificán- 
dolo por  asimilación. 


CANTO    II 

( I  -  3 ).  O  voi,  che  siete  in  piccioleita  barca, 

Desiderosi  d'  as  collar,  seguí  ti 
Retro  al  mío  legno  che  cantando  varea. 

Alusión  á  la  alegoría  que  sirve  de  introducción  al  primer  canto  del 
Purgatorio. 

(16-18).  Que' gloríosí,  che  passaro  a  Coico, 

Non  s'  ainmiraron,  com.e  voi /arete, 
Quando  Jason  víder  fatto  hífolco. 

Parecería  que  el  Poeta  continúa  la  metáfora  de  la  estrofa  anterior, 
comparando  el  surco  que  abre  el  labrador  eu  la  tierra,  con  el  de  su 
barquilla  en  el  mar.  La  reminiscencia  mitológica  con  que  la  adorna, 
es  incompleta  en  la  traducción,  lo  mismo  que  en  el  texto.  Los  Argo- 
nautas no  se  admiraron  tanto  de  ver  á  Jason  arando  con  bueyes, 
cuanto  porque  lo  hacía  domando  bueyes  que  despedían  llamas  por 
las  narices,  al  abrir  los  surcos  en  que  sembraba  los  dientes  del  dra- 
gón, de  que  debían  brotar  hombres  armados.  Por  esto  dice,  que  los 


744  EL  paraíso 


que  le  sigan,  se  admirarán  más  al  verle  surcar  el  ignoto  mar  en  que 
los  invita  á  navegar.  Podría  traducirse  este  verso  completando  el 
ejemplo  mitológico,  pero  hemos  preferido  seguir  fielmente  el  texto,  en 
vez  de  poner: 

Viendo  á  Jasotí  arar,  bueyes  domando. 

(34),  La  eterna  margarita:  así  llama  el  Poeta  á  la  luna.  El 
vocablo  significa  en  italiano  lo  mismo  que  en  espaSo),  perla,  y  tlor  á 
la  vez.  En  el  canto  VI  de  esta  parte,  v.  127,  vuelve  el  Poeta  á  desig- 
nar la  luna  con  la  denominación  de  presente  tnargheriia  (V.  la  nota 
correspondiente ). 

(42).  Come  riostra  natura  in  Dio  s'' tinio. 

La  alusión  á  la  encarnación  del  Verbo,  es  clara,  para  demostrar 
místicamente,  como  un  cuerpo  penetra  en  otro,  unificándose;  y  por 
eso  nos  hemos  creído  autorizados  á  poner  la  palabra  misma,  aplicán- 
dole un  adjetivo  que  la  acentúa  dentro  del  concepto. 

(48).  Regracio:  verbo  a.  anticuado,  lo  mismo  que  agradecer,  y 
que  es  la  misma  palabra  del  texto. 

'51).  Faii  de  Cain,  favoleggiare  allriti. 

Hemos  traducido  "fábula  de  C'^ín"  en  el  sentido  en  que  el  autor 
usa  la  \)2\^\iX2.  favoleggiare  (contar  fábulas)  aludiendo  á  la  supersti- 
ción popular  de  que  se  ha  hecho  mención  en  el  canto  XX  del  Infierno, 
que  hacía  ver  en  las  manchas  de  la  luna,  á  Caín  cargando  un  haz  de 
espinos,  superstición  á  que  alude  también  Shakespeare  en  '' El  sueño 
de  una  noche  de  estío." 

(75-7S).  Fora  di  sua  7nateria  si  digiitno 

Esto  piaticia;  o  si  come  comparte 
Lo  grasso  e  il  magro,  cosí  qiieslo 
Nell  sito  volunte  congerehbe  carie. 

La  respuesta  de  Beatriz  á  la  prej^unta  del  Poeta  respecto  de  lo 
raro  y  denso  de  las  manchas  del  sol,  es  tan  especiosa  como  sutil;  y 
las  comparaciones  son  tan  vulgares,  que  la  metáfora  final  es  rebus- 
cada; por  eso  reproducimos  la  estrofa  original,  á  fin  de  que  se  la  com- 
pare con  la  traducción  que  la  reproduce  con  las  mismas  palabras. 

(95).  Instancia :  esta  palabra  está  empleada  en  la  traducción,  en 
el  sentido  del  bnguaje  escolástico  que  tiene  en  ti  original,  signifi- 
cando una  ré¡)llca : 

Da  i/uisla  instancia  puo  deliberarli. 


NOTAS    Y   COMENTARIOS  745 


(lOI).  Kn  el  tt'xto  ////  ¡uiiíi'.  \/A  |);il;il)ra  mechero  de  l.i  traduc- 
ción, en  el  sentido  de  tomar  la  parte  por  el  todo,  como  sucede  en  bra- 
sero, que  reprenta  á  la  vez  la  idea  de  las  brasas  y  del  receptáculo  que 
las  contiene. 

112  115),  Dentro  dal  cid  ci»ila  divina  f>acc 
Si  gira  un  corpa,  nclla  cui  vtrtuit 
L'csscr  di  lutlo  su  conlcnio  giace 
Lo  segucnie 

El  cielo  de  la  eterna  paz  es  el  Empíreo;  —  el  cuerpo  que  gira  en  él 
es  el  primer  cielo  móvil;  —  el  siguiente  es  el  octavo  cielo.  (V.  la  nota 
primera  del  Paraíso). 

(118).  Los  otros  cielos,  (Gl¿  aliri girón,  en  el  texto)  son  los  siete 
cielos  inferiores:  Saturno,  Júpiter,  Marte,  el  Sol,  Venus  y  la  Luna. 

(139).  Allega:  verbo  anticuado,  en  su  acepción  de  unir  ó  juntar 
que  es  la  misma  en  que  se  emplea  en  el  texto  la  palabra  equivalente, 
kga. 


CANTO  III 

(  1 ).   El  Sol^  etc.,  Beatriz  llamada  así  por  antonomasia  en  el  texto. 

(7).  Estrechado,  del  v.  anticuado  estrechar,  en  su  acepción  de 
detener,  contener,  retener.  En  el  original:  che  relenne. 

(18).  Alusión  al  Narciso  de  la  fábula,  que  tomó  un  retlejo  por  la 
realidad  ;  e!  Poeta,  á  la  inversa  (all  error  contrario  corsi^  dice  el 
mismo)  tomó  por  retlejos  las  imágenes  que  vio  girar  entre  la  blanca 
atmósfera  de  la  Luna. 

(46).   Sóror  doncella:  en  el  texto,  vergine  sorella. 

(49).  La  que  habla,  es  Picarda,  hermana  de  Foresi,  de  quien  se 
hace  mención  en  el  canto  XXIII  del  Purgatorio.  Monja  en  un  convento 
de  la  orden  franciscana,  fué  sacada  de  él  por  su  hermano,  que  la  hizo 
casar  con  un  noble  florentino, 

(63).  Refigurarte  :  v.  a.  anticuado,  en  su  acepción  de  reconocer  ó 
recordar  la  figura  de  una  persona.  En  el  original  se  emplea  la  misma 
palabra,  con  el  mismo  significado: 

Si  che  raffigurar  nt'e  piii  latino. 

En  cuanto  á  la  palabra  latino^  empleada  varias  veces  en  el  poema, 
ha  sido  interpretada  por  los  comentadores  como  fácil  ó  agradable, 
apoyándose  en  un  pasaje  del  Conviio  del  mismo  Dante,  que  así  lo  ex- 
plica. La  traducción  se  arregla  á  esta  interpretación  autorizada. 


746  EL  paraíso 


(96).  Encie/a^Xz  misma  palabra  del  texto.  Inventada  por  el  Dante; 
no  se  encuentra  ni  en  el  diccionario  italiano  ni  en  el  castellano;  por 
carecer  de  equivalente,  la  hemos  conservado  en  la  traducción. —  Ella 
significa  en  la  intención  del  Poeta,  asignar  más  alto  cielo,  ó  penetrar 
más  en  los  cielos,  acercándose  al  Empíreo,  centro  de  Dios. 

(105).  Secta^  por  orden  monástica,  es  la  misma  palabra  del  origi- 
nal, que  podría  parecer  extraña  en  boca  de  un  católico. 

E  promissi  la  vía  della  siia  seiia, 

\  118).  "La  gran  Constanza"  que  se  nombra,  arrebatada  al  claus- 
tro como  Picarda,  fué  la  hija  de  Roberto  de  Sicilia,  que  casó  con  el 
Emperador  Enrique  V,  hijo  de  Federico  Barbaroja,  de  quien  tuvo  á 
Federico  II,  tercero  y  último  monarca  de  la  casa  de  Suabia.  A  ella 
alude  Picarda  cuando  dice  en  el  v.  1 10. 

Cío  ch'io  ti  dico  di  me,  di  se  s'iniende. 

(123).  Come  per  acqtia  aipa  cosa  grave. 

Como  un  objeto  pesado  se  hunde  en  el  agua.   La   traducción  repro 


duce  textualmente  la  imagen. 


CANTO  IV 

(9).  No  encomieitdo^  equivalente  al  ne  comuendo  del  texto»  en  su 
acepción  anticuada  de  recomendar  ó  alabar  una  cosa,  que  es  la  misma 
que  le  da  el  Poeta. 

(64-66).  Ratisbonne,  el  traductor  del  Dante  en  verso  francés,  dice, 
comentando  este  pasaje:  "  A  primera  vista  parece  que  debe  ser  lo 
contrario,  porque  se  trata  de  saber,  como  la  violencia  extraña  puede 
disminuir  el  valor  de  una  voluntad  que  permanece  en  sí  buena,  lo  que 
pone  en  cuestión  la  justicia  de  Dios.  Pero  el  Dante  lo  explica.  Como 
no  se  puede  dudar  de  la  justicia  divina,  esta  dificultad  se  convierte  en 
un  motivo  de*adoración,  en  un  argumento  de  fe,  mientras  que  si  se 
entiende  mal  la  doctrina  de  Timeo,  sobre  el  regreso  de  cada  alma  á 
su  estrella,  se  aparta  de  la  ortodoxia  dogmática  y  se  cae  en  la  herejía. 
Así  se  explica  de  una  manera  clara  este  pasaje,  que  todos  los  comen- 
tadores y  traductores  han  juzgado  Inexplicable,  y  que  no  requiere 
grande  esfuerzo  para  comprender" 

(89).  CasOy  del  verbo  casar,  en  su  sentido  jurídico,  que  es  el  mismo 
del  original:  rargoniento  casso. 


NOTAS   Y   CÜMliNTARIOS  747 


CANTO  V 

(16).  Encontenzó:  anticuado,  del  verbo  encomenzar,  lo  mismo  que 
comenzar. 

(45).  Convcncnctas.  s.  f.  anticuado,  equivalente  á  convenio,  ajuste 
ó  concierto,  que  es  el  sentido  que  en  el  orijj^lnal  se  da  á  la  palabra 
convenensa. 

{^^2)).  Manca:  del  verbo  a.  anticuado  mancar^  en  su  significado 
de  faltar  ó  dejarse  de  liaccr  una  cosa  por  falta  de  alguno.  En  el  texto: 
che   non  se  falla. 

(57).  E  de  lia  chiave  biatica  e  della  gialla. 

Alusión  á  las  dos  llaves  de  oro  y  i)lata  del  ángel  de  la  puerta  del 
Purgatorio.   (C.  IX) 

(66).  Leallansa^  anticuado,  lo  mismo  que  lealtad. 

(83).  En  el  texto:  lascivo,^  lo  mismo  que  en  la  versión.  Esta  pala- 
bra ha  promovido  dudas  entre  los  comentadores.  En  definitiva,  ha 
sido  interpretada  en  su  acepción  latina,  de  exultante  ó  vivaz.  Con  el 
mismo  significado  está  empleada  en  la  traducción,  en  su  acepción 
anticuada  de  goce  inmoderado  de  alguna  cosa. 

(87).  Hacia  el  sol.  En  el  texto: 

Aquella  parte  ove  'I  mondo  e  pin  vivo. 

(117).  Prima  che  la  milisia  s''  abaitdoiuti. 

Milicia.,  por  vida,  en  el  sentido  con  que  el  Poeta  la  repite  varias 
veces,  que  es  el  mismo  que  le  da  la  Escritura:  "Milicia  es  la  vida  del 
hombre.  (Lib.  de  Job). 


CANTO  VI 

(  I  -  3 ) .  Poscia  que  Consiantin  I'  Aqiiila  valse 

Contra  il  corso  del  del,  ch'  ella  seguio 
Dietro  all'  antico  che  Lavina  tolse. 

Alusión  histórica  á  la  traslación  de  la  sede  del  imperio  romano  á 
Constantinopla,  y  su  primera  fundación.  "^Después  que  Constantino 
hizo  volar  el  águila  contra  el  curso  del  sol,  (de  occidente  á  oriente) 
que  (antes)  habia  seguido  al  (héroe)  antiguo  (de  oriente  á  occi- 
dente), que  quitó  á  Lavinia",  etc. 


748  EL  paraíso 


(,31-?^).  Perche  tii  veggi  con  guanta  ragione 

Si  muove  contra  il  sacrosanto  segno 
E  chi  r  apf>ropia,  e  chi  a  liii  s'  oppone. 

El  "sacrosanto  sijrno"  es  el  águila  del  imperio  romano,  y  la  alu- 
sión, á  los  que  van  contra  él.  bien  sea  que  se  lo  apropien  ó  lo  com- 
batan, se  refiere  á  los  güelfos  y  gibelínos,  como  más  claramente  se  ve 
al  fin  del  canto.   (V.  la  nota  á  los  versos  100- 106) 

(  38  -  39 ) . indino  al  fine 

Che  tre  e  tre  pugnar  per  lid  ancora. 

Alusión  al  combate  de  los  tres  Horacios  contra  los  tres   Curiados. 

(46-47).  Onde  Torquato,  e  Quinzio  che  dal  cirro 

Negletto  fu  nomato,  e  Deci,  e  Fabi. 

El  Quinto  de  cabellera  inculta  á  que  se  hace  referencia,  es  Cin- 
cinato. 

( 92  -  93  ) .  Pnscia  con  Tito  a  far  vendetta  corsé 

Della  vendetta  del  peccato  antico. 

Alusión  á  la  ruina  de  Jerusalén  en  venganza  del  primer  pecado,  ó 
sea  del  de  la  muerte  de  Cristo  por  los  judíos. 

(  100- 106  >.  Véase  la  nota  á  los  versos  31  -  33,  que  se  relaciona  con 
éstos. 

(  112  ).  Cuesta  picea  la  stella  si  correda. 

El  planeta  Mercurio  S¿  coyreda^  ae  adorna.  En  la  traducción,  "se 
rodea". 

(  123  ).  Torcer  giainntai  ad  al  cuna  nequicia. 

Latinismo  introducido  en  la  lengua  italiana  por  el  Dante,  con  su 
significado  primitivo  de  malicia,  perversidad,  corrupción.  En  caste* 
llano  no  ha  sido  adoptado,  pero  lo  autoriza  el  hecho  de  haber  sido 
empleado  en  el  mismo  caso  por  el  Director  de  la  Academia  Española. 

(  127  ).  li  dentro  a  la  presente  margherita. 

Margarita,  por  luna,  denominación  latina  dada  á  la  perla,  y  que 
se  conserva  en  español,  aplicándose  en  la  nomenclatura  científica  al 
nácar.   (V.  la  nota  al  v.  34  C.  II,  de  esta  partea. 


{  I2S  ),  l.ttce  la  luce  di  Romeo 


Pudiera  parecer  un   pleonarmo   el  "  luce  su  luz"    de    la   traducción, 
que  no  es  sino  una  reproducción  del  original. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  74'V 


( 13<s ).  Che gU assegnó  setie  c  cingue  Per  diece. 

Literalmente,  .sij>fnifica  fie  devolver  doce  por  diez,  como  se  pone 
en  la  traducción,  ciñcndose  á  la  letra  del  texto:  "por  ^W^z  volvió 
siete  y  cinco",  que  suman  doce. 


CANTO  VII 

(1-3).  Este  terceto  está  compuesto  de  palabras  hebreas  y  latinas, 
tomadas  de  textos  de  los  rezos  de  la  I<rlesia.  Su  traducción  es:  "Salve, 
Santo  Dios  de  los  ejércitos,  que  iluminas  con  tus  claridades,  los  felices 
esplendores  de  estos  reinos," 

(25-27).  Per  non  soffrire  a  la  virtii  che  viiole 

Ffeno  a  suo  prode  quell'  nom  che  non  nacque, 
Dannando  se,  danno  luiia  sua  prole. 

V  uoiu  non  nacque^  en  la  traducción,  "hombre  no  nacido,"  por 
no  haber  nacido  de  madre,  esAdam. 

(40-45).  La  pena  dunque  che  la  croce  porse, 

S'  alia  natíira  asunta  si  misnra, 
Nulla  giainai  si  giusia^nente  morse ^  I 

E  cosí  nulla  fu  di  tanta  ingiura, 
Guardando  alia  Persona  che  sofferse, 
In  che  era  contralla  tal  natura. 

Concepto  complicado  y  ¿sutil,  que  requiere  aclaración  Construyase: 
La  pena  impuesta  en  la  Cruz  (á  consecuencia  del  pecado  de  Adam  de 
que  se  habla  en  la  estrofa  anterior),  si  se  mide  con  arreglo  á  la  natu- 
raleza humana,  ninguna  fué  más  justamente  sufrida  (juorse)/  y  así 
(también)  ninguna  (pena)  fué  más  Injusta  ("di  iania  ingitira)  s\  se 
atiende  á  la  Persona  (Jesús)  que  la  sufrió  (el  Hombre  Dios)  en 
quien  estaba  unida  la  naturaleza  humana  con  la  divina. 

(60).  Nella  Jia^na  d'  amor  non  e  adulto 

Adulto^  por  crecido  dentro  de  las  llamas  de  la  caridad,  traducido 
literalmente  su  sentido. 

(64).  Esterna.,  del  verbo  anticuado  estemar^  en  su  acepción  de 
manifestar  alguna  impresión  interna,  por  actos  externos. 

(120).  GU  Angeli,  frate,  e  H  paese  sincero. 

La  palabra  sincero  de  la   traducción,  está  empleada   en   el  mismo 

49 


750  EL  paraíso 


sentido  del  original  en  su  acepción  arcaica  de  puro,  de  lo  que  no  tiene 
mezcla  de  otra  materia  extraña. 

(135).  Da  creata  viriii  sonó  informati 

Informados^  del  verbo  infortnar^  en  su  sentido  filosófico  de  forma 
sustancial  de  alguna  cosa,  como  en  el  original. 

(137).  Creata  fu  la  viriute  informante. 

La  traducción  conforme  con  el  original  en   el  sentido  explicado  en 
la  nota  anterior. 


CANTO  VIH 

(  24  ).  O  visibile  o  no,  tanto  festini 

Festinos  en  el  texto  y/esiinos  en  la  tradución,  en  el  sentido  de 
prontos  ó  rápidos.  La  Academia  Española  trae  festinación,  como  sus- 
tantivo, y  ha  declarado  anticuados  los  adverbios  fesiina/Jiienfo  y  fes- 
itnOy  empero  haya  prevalecido  el  último  en  el  uso  común. 

( 37 ).  Vot  che  intendendo  il  terso  ciel  tnovete 

Es  el  primer  verso  de  una  canción  del  Dante  inserta  en  el  ConvUo^ 
que  por  esta  circunstancia  hemos  mantenido  textualmente  en  la  lengua 
en  que  fué  escrita.  Su  traducción  literal,  es:  "Vos  que  hacéis  mover 
el  tercer  cielo." 

(49).  El  discurso  que  comienza  en  este  ver^o 

Cosí  fatta,  mi  dt'sse:  II  rnondo  mt  ebbe, 

se  supone  pronunciado  por  la  sombra  de  Carlos  Martel,  rey  de  Hun- 
gría, hijo  de  Carlos  II,  rey  de  Ñapóles,  con  quien  el  Dante  dice  vivió 
en  Florencia  en  íntima  relación,  aunque  algunos  comentadores  lo  pon- 
gan en  duda. 

(54).  Quasi  animal  di  sua  seta  fasciato. 

No  es  necesario  advertir  que  se  alude  al  gusano  de  seda;  y  si  se 
reproduce  el  texto,  es  para  que  se  vea  que  la  traducción  es  una  repro- 
ducción textual. 

( 126  ).  Che,  volando  per  Vacre,  iljiglio  perse. 

Alusión  al  padre  de  Icaro,  viéndolo  perecer  volando  en  los  aires. 
(133).  La  natura  generala,  en  el  texto,  que  se  traduce  por  natu- 


NOTAS    Y    COMENTARIOS  751 


raleza  enjjondraHa,  en  el  sentido  que  tiene  en  el  orljrinal,  de  hombre 
naciilo  de  hombre,  como  una  planta  de  la  semilla  de  otra  planta,  á 
diferencia  de  la  naturaleza  de  lo  increado. 

(138).  Zi////Ví2///¿',  del  verbo  enmantar^  en  su  acepción  de  i)oner 
manto,  que  la  Academia  Española  ha  declarado  arcaico,  reemplazán- 
d(ílo  por  una  perífrasis,  como  en  el  caso  de  espejar,  enmltrar,  etc. 


CANTO   IX 

( I  ).  El  Poeta  se  dirige  á  Clemencia,  hija  del  rey  Carlos  Martel,  y 
mujer  de  Luis  X,  rey  de  Francia,  que  vivía  al  tiempo  de  escribirse 
estos  versos. 

(  29 ).  La  onde  scese  gia  unafacella 

La  facela  á  que  se  hace  alusión  metafóricamente,  es  el  tirano 
Ezelino,  condenado  del  Infierno,  (Canto  XI)  hermano  de  Cunicia,  que 
es  la  que  habla,  y  de  quien  vuelve  á  hacer  referencia  en  el  verso  31 : 

Z?'  una  niestna  radice  nacqui,  edio  ed  ella  ; 

{"^2).  Refulgo^  del  verbo  anticuado  refulgir,  lo  mismo  que  res- 
plandecer. 

(40).  Questo  centesinti  anno  ancor  s'  incinqiia 

Esto  se  escribía  antes  de  terminar  el  año  1500,  y  puede  entenderse 
que  se  refería  al  año  1500  ó  bien,  á  cinco  siglos  más  de  aquella  fecha, 
sucesivos  ó  multiplicados,  que  todo  es  lo  mismo,  pues  la  idea  es  ua 
largo  período  de  siglos,  como  lo  entienden  los  comentadores. 

(46).    Palude^  anticuado,  lo  mismo  que  laguna. 

(54),  Malia^  alusión  á  una  torre,  —  María,  según  otros,  —  situada 
á  orillas  del  lago  Bolsena,  donde  se  encerraba  á  los  clérigos,  reos  de 
delitos  capitales.  El  delito  á  que  se  hace  referencia,  es  el  del  obispo 
de  Fieltro  que  incitó  á  matar  á  muchos  refugiados  ferrarenses,  vio- 
lando la  fe  de  la  hospitalidad. 

(82-88  ).  La  maggior  valla  iti  che  /'  acqua  si  sp anda  : 

Tra  discordanti  liíi,  conlra  ti  Solé 

Tronío  sen  va,  che /a  meridiano 
La  dove  P  orizzonte  priafar  siiole 
Di  quella  valle fii'  io  lilorano. 


752  EL  paraíso 


El  Mediterráneo,  que  los  antiguos  creían  ser  el  mayor  de  los  mares, 
y  al  cual  el  Dante,  según  las  noticias  geográficas  de  su  tiempo,  daba 
90*^  en  vez  de  50°,  suponiendo  así  que  se  extendía  tanto,  que  el  cerco 
que  en  un  principio  es  su  horizonte,  se  convertía  luego  en  su  meri- 
diano. 
(  130 ).  Produce  e  spande  il  maladetto  fiore 

Los  florines  de  Florencia,  que  llevaban  estampada  la  tlor  de  lis. 


CANTO  X 

(  9  ).  Dove  I'  un  moto  aW  altro  si percuote 

En  el  punto  donde  el  ecuador  se  cruza  con  el  zodiaco. 

(107).  Quel  Pieirofu,  etc.,  -Pedro  Lombardo,  famoso  teólogo. 
La  comparación  al  parecer  remota,  que  completa  la  estrofa,  alude, 
según  los  comentadores,  al  proemio  de  una  de  sus  obras,  en  el  cual 
dice  que  ofrece  á  la  Iglesia  su  corto  don,  como  la  viuda  del  Evange- 
lio de  que  hace  mención  San  Lúeas  en  el  cap.  2L 

(113).  "Si  lo  verdadero  es  verdadero".  En  el  texto:  si  ¿I  vero  e 
vero.  Esta  estrofa  se  refiere  á  Salomón. 

(115).  Este  es  San  Dionisio  Areopagita.  • 


CANTO  XI 

(46).  Rescaldo^  anticuado,  lo  mismo  que  rescoldo. 
(57),  Conforto^  anticuado,  lo  mismo  ^wq  confortación 
(138).   "  El  de  correa":  II  corrcgger  en   el  texto,  aludiendo  á  la 
correa  que  llevan  ceñida  á  la  cintura  los  dominicanos. 


CANTO  XII 

(  12  ).  Quando  Ginuoiie  a  siia  ancellajuhe 

Iris,  mensajera  de  Juno,  la  misma  á  que  se  hace  alusión  en  la  estrofa 
siguiente,  prolongando  la  mctiífora  y  ligándola  con  el  fin  del  diluvio. 


NOTAS   Y   COMliNrARIÜS  763 


(  54  ).  /'/  che  soffg^iacf  i  I  ¡íone  f  soggiaza. 

Alusión  al  escudo  de  armas  de  España,  cuartelado  de  leones  y  de 
castillos,  en  que  uno  de  los  leones  está  arriba,  y  otro  abajo. 

( 9t) ).  I)tl  qual  t¡  fascian  ventiqtiatli'o  piante. 

Los  veinte  y  cuatro  santos  que  forman  la  doble  j^uirnalda  de  res- 
plandores que  circunda  á  Beatriz  y  al  Poeta. 

(  106).  Se  tal  fu  I'  utia  mota  della  biga. 

Nueva  alusión  á  la  metáfora  varias  veces  repetida  del  carro  que 
representa  la  Iglesia,  y  en  este  caso,  los  santos  y  doctores  de  la  Re- 
ligión, siendo  una  de  sus  ruedas  Santo  Domingo  y  la  otra  San  Fran- 
cisco. 

(121).  chi  cercassc  a  foglío  a  faglio 

Nuestro  volunte,  ancor  trovcria  carta. 

Carta  en  la  traducción,  lo  mismo  que  en  el  original,  por  hoja  de 
un  libro. 


CANTO    XIII 

( I  -  3  ).  Imma£ini  chi  bene  entender  cupe 

Quel,  oh'  io  or  vedi  (e  retengna  /'  intage 
Mentre  ch'  io  dico,   coiné  ferma  rupe) 

Este  pasaje  ha  sido  interpretado  de  dos  maneras  diferentes  bien 
que  análogas,  por  los  comentadores  y  traductores.  Unos  entienden 
que  la  idea  del  poeta  es:  que  se  retenga  la  imagen  con  la  misma  fir- 
meza que  si  estuviese  grabada  en  una  piedra;  otros,  que  ha  querido 
significar:  que  la  mantenga  con  la  misma  firmeza  que  un  peñón  en  su 
equilibrio  ó  centro  de  gravedad.  Fratlcelli  dice  al  respecto:  '"'•Chi 
cu^e  (voc.  latina)  chi  desidera  intender  bene  quello,  ch'io  ora  vide 
(e  mentre  ch'io  lo  narro,  ne  ritenga  I' i.uage  (l'image  come  ferma 
rí¿/¿?),  tenacemente  in  se  scolplta." — Brunone  Blanchi,  lo  explica 
dándole  el  doble  sentido: — "E  ritegna  V  irnage^  etc.,  entiéndase: 
"impresa  en  la  mente,  (ó  esculpida)  como  en  la  piedra,  de  modo  que 
no  se  remueva  en  la  mente,  "  Paolo  Costa  lo  entiende  más  ó  menos 
como  Fraticelll,  en  el  sentido  figurado  de  "  imagen  tenazmente  escul- 
pida." Camerlni  se  limita  á  reproducir  el  antiguo  comentario  del 
Landini  y  del  Vellutello,  que  es  vago,  y  sólo  se  refiere  á  la  visión  de 
los  astros  y  no  á  la  imagen  misma.     Mario    Foresi,  en  su  arreglo  en 


754  EL  paraíso 


prosa  italiana  de  la  Divina  Comedia,  lo  interpreta  lo  mismo  que 
Paolo  Costa:  "l'imagene  tenacemente  scolpita."  Alizeri,  cinéndose 
más  á  la  letra  del  texto,  lo  comenta  de  este  modo:  '■'■  E  riiegna  (In 
va^nic)  r  tmage  [P  imagine  cioé  ch' ei  de  fingere  a  sé  medesimo) 
tnemre  ch'io  dico  (durante  il  mió  diré)  come  ferma  rupa^  (non 
meno  salda  di  quel  che  una  rupe  stia  in  propio  sitio  ".  Florentino 
traduce:  "  Et  grave  en  luí,  comme  sur  un  rocher. " — Ratisbonne  en  su 
traducción  en  verso,  desfigura  la  imagen  como  de  costumbre,  trasla" 
dándola  de  la  piedra  al  hierro: 

et  reiiens  bien  Vintage 

Gravé  en  ton  esprit  comme  un  trait  sur  du  fer. 

El  conde  de  Cheste  traduce  de  una  manera  algo  equívoca,  pero  si- 
guiendo de  cerca  el  original: 

y  él  procure 
Guardarlo,  al  decir  yo,  cual  firm.e  roca. 

Interpretando  el  concepto  de  guardar  el  recuerdo    de    una    imagen 
como  una  piedra  mantiene  su  estabilidad,  podría  traducirse    de    dife- 
rentes modos,  pero  resultaría  siempre    una    imagen    violenta,  relacio- 
nando  la  Inmovilidad  con  la  persistencia  de  la  memoria.      Nos  hemos 
decidido  por  la  Interpretación  más  racional  y  más  acreditada. 

(4-21).  Compendiando  en  prosa  las  visiones  siderales  comprendi- 
das en  estas  estrofas,  léase:  "Imagínese  primeramente  quince  estre- 
llas de  primera  magnitud,  en  seguida  las  siete  estrellas  del  carro  ó  de 
la  Osa  mayor,  y  finalmente,  las  dos  estrellas  que  terminan  la  osa  me- 
nor, que  suman  las  24  estrellas  á  que  se  hace  alusión,  las  cuales  reu- 
nidas forman  dos  coronas  concéntricas  de  Ariadna,  convertida  en 
constelación,  y  se  tendrá  una  sombra  de  la  constelación  que  en  torno 
circulaba  en  doble  danza". 

(37-39).  Tu  credi,  che  nel  peto,  onde  la  costa 

Si  trasse,  per  formor  la  bella  guancia, 
II  cui  palato  a  iutto  'I  mondo  costa. 

Esta  estrofa,  encierra  en  Italiano  un  juego  de  palabras  que  por  una 
feliz  coincidencia,  es  posible  reproducir  literalmente  en  castellano, 
merced  á  la  mayor  analogía  de  las  dos  lenguas  en  su  origen.  Cuesia> 
(í<?«r////£2^  sustantivo  derivado  del  latín  ¿TOÓ /í7,  tenía  el  mismo  signifi- 
cado en  español  en  el  tiempo  en  que  escribía  el  Dante  y  aún  se  con- 
serva un  vestiglo  de  este  arcaísmo,  en  la  locución  adverbial  de  "á 
cuestas",  ó  sobre  las  cobtillas.  La  palabra  cuesta^  en  su  acepción  ver- 
bal, no  requiere  explicación.  Semblanza^  en  su  acepción  de  semejanza 
reemplaza  tal  vez  con  ventaja,  á  la  bella  guancia  del  texto. 


ÑUTAS    Y    COMENTARIOS  755 


(65).  Generados^  arcaísmo,  del  werho  /^encfar^  engendrar. 

(67).  Trente^  del  verbo  antlcuador  iremery  á  que  se  refiere  la  nota 
al  V.  136.  C.  I  del  Infierno. 

(115).  Raso,  anticuado,  bajo,  que  suljsiste  todavía  en  Pan  baso. 
En  el  oríjílnal  :  abasso. 

( 108).  Dona  Beria  ó  seor  Martin  \  etc.,  son  nombres  tomados  al 
acaso,  como  zutano  y  mengano,  como  expresión  del  vulj^o  de  los 
creyentes  en  materia  de  sortilcg^ios. 


CANTO  XIV 

(13).  Ditegli  se  la  luce.,  onde  s'injiora 

Se  enflora.^  lo  mismo  que  en  el  original,  del  verbo  enflorecer,  de- 
clarado anticuado  por  la  Academia  Española,  sin  reemplazarlo  con 
ningún  equivalente,  teniendo  así  que  acudir  para  expresar  la  idea,  á 
la  complicada  perífrasis  de  "engalanar  con  flores". 

<^  33 ).  Che  ad  ogni  nterto  saria  giusto  jniciio. 

Muño,  de  niunus^  latinismo  Introducido  por  el  Dante  en  el  italiano» 
y  que  sólo  se  cita  como  recuerdo  literario,  en  su  acepción  de  donativo 
ó  recompensa,  razón  por  la  cual  lo  hemos  mantenido  textualmente.  En 
castellano  se  encuentra  su  raíz  en  munifice  y  en  munificencia. 

(39).  r^j"/¿z,  lo  mismo  que  en  el  texto,  en  su  sentido  poético  de 
vestido. 

(99).  Gatasta^\o  mismo  que  en  el  texto,  nombre  griego  dado  á  la 
Vía  láctea. 

(100-102).  Si  costellati  faceam  nel  profoíido 

Marte  che'  raggi  il  venerabil  segno 
Che  fan  giunture  di  quadranti  in  tondo. 

Los  dos  rayos  de  Mane  á  que  se  hace  referencia  en  el  verso  95  de 
este  canto: 

M  apparvero  splendor  dentro  a  dtie  raggi. 

Estos  dos  rayos  que  se  cruzan  ó  se  reúnen  {^che  fan  giunture)  iox- 
man  la  cruz  vista  en  la  profundidad  («^/ //'¿>/(2'«<¿'o)  de  la  redondez 
de  Marte,  como  en  un  círculo  cortado  por  dos  diámetros  equidistantes, 
se  forma  su  cuadrante  {di  quadranti  in  tondo). 

(109).  "  De  un  cuerno  al  otro,"  etc. — Di  corno  in  corno  en  el  texto* 
De  un  extremo  á  otro  de  los  brazos  de  la  cruz. 


756  EL  paraíso 


(139).  Perche  si  fa,  montando,  pin  sincero. 

Sincero  en  la  traducción  como  en  el  original,  en  la  misma  acepción 
explicada  en  el  v,  130  del  c.  VIII. 


CANTO  XV 

(  I  ).  Licua^  latinismo  del  verbo  anticuado  licuar^  en  su  acepción  de 
derretir. 

(9-10).  Moniemalo^ó  Monte-Mario,  altura  desde  donde  se  divisan 
los  principales  edificios  de  Roma,  como  de  Ucalatogo  los  de  Flo- 
rencia. 

(28-30).  Traducción:  "  Oh  tú,  sangre  mía!  Oh  superabundante  gra- 
cia de  Dios!  A  quién  como  á  ti  se  abrirán  por  dos  veces  las  puertas 
de  los  cielos  ?" 

(  56-57 ).  cosí  come  rata 

Dair  un,  si  conosce  il  cingue  e' I  sei 

Compárese  con  la  traducción. 

(  1 19-120).  ed  ancor  nulla 

Era  per  Francia  nel  letto  deserta. 

Según  los  comentadores,  porque  entc^nces  los  maridos  no  dejaban 
desierto  el  tálamo  por  ir  á  comerciar  á  Francia,  como  sucedía  en 
tiempo  del  Dante. 


CANTO  XVI 

(  14-15  ).  Los  comentarios  son  variados.  Según  unos,  la  doncella  de 
Ginebra  tosió  ( como  está  escrito  )  cuando  dio  á  Lanceloto  el  primer 
beso,  cometiendo  la  primtra  falta  (  al  primo  fallo  ).  Según  otros,  en 
señal  de  animar  al  amante  á  dar  el  beso.  No  falta  quien  interprete,  que 
la  doncella  tosió  para  advertir  de  su  presencia  á  los  amantes,  que  se 
hallaban  juntos  en  su  cámara. 

(36-39).  Al  sttn  León  cinquecento  cinquanta 

E  trenlajiate  venne  questo  Joco 
A  rinfianintarse  soltó  la  siia  pianta. 

Asi  determina  Cacclaguida,  antecesor  del  Dante,  el  día  de  su  naci- 
miento, á  contar  desde  el  día  de  la  salutación  angélica  á  que  hace  rete- 


NOTAS    Y    COMüNTARIÜS  757 


renda  In  estrofa  ¡interior.  ICntióndase  as{:  "Desde  el  nacimiento  de 
Cristo,  habían  transcurrido  550,  más  30,  ó  sea  5K0  revoluciones  del 
planeta  Marte,  y  sií-ndo  los  años  de  Marte  casi  el  doble  de  los  solares, 
se  sljínlilca  (jue  Cacclaji^uida  debió  nacer  á  fines  del  sij^jo  undécimo  ó 
principios  del  duodécimo.  "  La  imaj^^en  de  reencenderse  bajo  las  plan- 
tas del  León,  significa,  simplemente,  volver  á  esta  constelación  zo- 
diacal. 

(79).  Enccgadas :  del  adjetivo  anticuado,  encegado^  oscuro  ó 
nejjro. 

(100).  Agno7nbre:  anticuado;  lo  vsví^vao  q;}\c^  renombre, 

( 105  ).  Estayo^  anticuado,  lo  mismo  que  destajo^  en  su  acepción  de 
obllg^ación  contraída.   En  el  texto  staío^  en  el  mismo  sentido. 

(  143  ).   Ema^  riacho  que  hay  que  pasar  para  llegar  á  Florencia. 

(145).  Alusión  á  la  estatua  de  Marte  en  el  puente  viejo  de  Floren- 
cia, de  que  se  ha  hecho  referencia   en  el   Infierno. 

(152-154).  Los  antiguos  estandartes  de  Florencia,  llevaban  lirio 
blanco  en  campo  rojo;  pero  durante  la  guerra  intestina,  se  cambió 
en  rojo  sobre  campo  blanco. 


CANTO  XVII 

(32).  Enviscaba:  del  verbo  anticuado  enviscar,,  untar  con  liga  las 
ramas  para  cazar  vivos  los  pájaros.  En  el  texto:  s'  invescava. 

(54).  La  dove  Cristo  tutto  di  si  merca. 

Regateo  en  la  traducción;  vocablo  declarado  anticuado  en  su  sen- 
tido de  vender  y  revender  disputando  sobre  el  precio,  que  es  de  uso 
común. 

(71-72).  El  gran  Lombardo,  es  Escaligero  de  Verona,  que  llevaba 
por  divisa  una  escala  surmontada  de  águila.  El  joven  príncipe  de 
quien  se  hace  mención  especial  en  las  estrofas  siguientes,  es  según  los 
comentadores,  Can-de-la-Escala,  que  en  el  canto  II  del  Infierno,  se 
indica  como  futuro  libertador  de  la  Italia. 

(82).  Antes  que  el  Gaseo  :  en  el  texto  :  Ma  pria  che  '/  Guasca^ 
V  alto  Arrigo.  Alusión  á  Clemente  V,  nacido  en  Gascona,  á  quien  el 
Poeta  acusa  de  perfidia  respecto  de  Enrique  VIL 

(106).  Espolona,,  AiA  y  ^xho  anticuado  espolonear^Xo  mismo  que 
espolear. 


758  EL  paraíso 


(122).   Corrusca :  adjetivo   anticuado,   viva,  activa,  animada.  En 
el  texto,  en  la  misma  acepción  :  si  fe'  prima  corrusca. 


CANTO  XVIII 

(  17  ).  Viso^  en  su  acepción  anticuada  de  visia.  En  el  original,  viso^ 
por  rostro. 

(40-42).  E  al  nome  delFalto  Macabeo 

Vidi  muoversi  un  altro  roteando ; 
E  letizia  era  ferza  del  paleo 

Imagen  atrevida,  en  que  se  compara  el  movimiento  giratorio  de 
¡a  luz  de  una  grande  alma,  con  un  juego  infantil,  inspirada  (como  lo 
apunta  Alizerl ),  por  un  verso  de  Virgilio.  La  traducción  literal  es: 
"Al  nombre  del  alto  Macabeo  vi  moverse  otro  (resplandor)  girando; 
y  la  leticia  era  el  látigo  de  la  peonza.  " 
(  76-78).  OrY)  or\  or\^  in  sue  figure 

Las  tres  primeras  letras  de  las  palabras  de  ia  Escritura,  cuyo  texto 
se  cita  en  el  v.  91-93  de  este  canto.  En  cuanto  al  significado  especial 
que  el  Poeta  da  á  la  M  final,  y  sobre  la  cual  se  concentran  las  luces, 
(y.  94-99 )  señalaría,  según  algunos  comentadores,  la  primera  letra 
de  la  palabra  Monarquía^  como  punto  de  partida  del  águila  imperial 
que  de  ella  va  á  surgir,  según  lo  describe  en  los  versos  106-109,  y  se 
recalca  en  el  v.  113, 
(105).  Si  come  il  Sol,  che  /'  accende,  sortille. 

Sortille,  del  texto,  envuelve  la  idea  de  la  más  ó  menos  luz  del  sol 
que  á  cada  espíritu  toca  en  suerte.  El  vocablo  sorteo  de  la  traducción, 
modifica  la  forma  de  la  idea,  refiriéndose  al  acto  que  precede  á  la 
suerte  de  cada  alma 

(  130-136).  Invectiva  al  Papa  Bonifacio  (según  algunos  comenta- 
dores, y  á  Clemente  V,  según  otros)  que  se  interpreta  de  este  modo: 
"Tú  (  Papa  )  que  sólo  escribes  bulas  de  excomunión  para  cancelarlas 
á  precio  de  oro,  piensa  en  Pedro  y  en  Pablo,  que  murieron  por  la  viña 
que  tú  arruinas  y  que  viven  aún  (  en  el  cielo).  Bien  puedes  tú  de- 
cir: Yo  deseo  (ó  amo)  tanto  al  que  quiso  vivir  solitario  en  el  de- 
sierto (alusión  á  los  llorínes  con  la  efigie  del  Bautista  )  y  que  una 
danza  llevó  al  martirio,  que  no  conozco  ni  al  Pescador  (  San  Pe- 
dro) ni  áwSan   Pablo." 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  759 


CANTO  XIX 

(  95  ).   MisierialeSy  anticuado,  misteriosas. 

( 107  ).  Che  saranno  in  gindicio  assai  men  prope 

Prope^  latinismo  que  responde   á  la  idea   de  propicio. 

(109).  Dannaráy  del  verbo  anticuado  daiunar.,  condenar. 

(IJI).  Inope,  anticuado,  de  inopia,  pobreza,  escasez. 

(II5-II7).  Alberto  de  Austria,  hijo  de  Rodolfo  de  Hapsburgo,  de- 
vastador de  la  Bohemia. 

(IT8-I20).  Alusión  á  Felipe  el  Hermoso,  rey  de  Francia,  falsifica- 
dor de  moneda,  á  quien  mató  un  jabalí  en  la  caza. 

(125).  Alúdese  al  rey  de  España  Alfonso  X,  llamado  el  Sabio,  y  á 
Wenceslao,  rey  de  Bohemia,  de  quien  se  hace  mención  en  el  canto  VIII 
del  Purgatorio. 

(127).  Carlos  II,  rey  de  Puya  y  de  Jerusalén,  llamado  el  Cojo,  de 
quien  se  decía,  que  solo  tenía  una  virtud,  que  era  la  generosidad,  en 
cambio  de  mil  vicios;  y  por  eso  el  águila  que  habla  señala  la  única 
virtud  con  una  I  romana  que  representa  el  número  I,  y  sus  vicios  con 
la  M,  inicial  de  mil. 

(145).  B  creder  del  ciascun,  che  gia  per  arra. 

Arra,  ó  arras,  anticuado,  prenda  de  compromiso,  en  el  sentido 
amargo  de  que  está  impregnada  esta  virulenta  sátira  contra  los  papas 
y  monarcas  reinantes  entonces  en  Europa,  que  compara  con  las  bes- 
tias feroces.  Nicosia  y  Famagosia  eran  ciudades  principales  de  la 
isla  de  Chipre,  tiranizadas  por  Enrique  II  (que  por  divisa  llevaba  en 
su  escudo  un  león),  que  se  quejaban  de  la  garra  de  la  bestia  que  los 
oprimía  y  que  iba  á  la  par  de  las  demás  bestias  coronadas;  y  esa 
queja  de  los  pueblos,  era,  según  la  intención  del  Poeta,  el  arra  que 
debían  tener  todos  por  segura  prenda  de  próxima  liberación. 


CANTO  XX 

( 12 ).  O  do  Ice  a7Jtor,  che  di  riso  Vanmanti 

Literalmente:  Oh,  dulce  amor!  que  te  enmantas  de  sonrisas.  Véase 
sobre  la  palabra  enmantar  la  nota  al  canto  VIII,  v.  138. 


760  EL  paraíso 


(45).  La  vedovella  consoló  del  figlio. 

Alusión  á  la  acción  de  Trajano  de  que  se  hace  especial  mención  en 
el  canto  X  del  Purgatorio.  La  estrofa  siguiente  se  refiere  también  al 
mismo,  que  según  la  tradición  popular,  fué  sacado  del  Infierno  después 
de  500  anos  de  penar,  por  la  intercesión  de  las  plegarlas  de  San  Gre- 
gorio, como  se  dice  más  adelante. 

(49-54).  Exequias,  rey  de  Judá,  que  pidió  quince  años  de  vida  para 
arrepentirse  de  sus  pecados  y  obtuvo  esta  gracia. 

(55-60).  El  emperador  Constantino. 

(61-66).  Guillermo  III,  rey  de  Sicilia. 

(98).    Vinta^  latinismo  anticuado,  lo  mismo  que  en  el  texto: 

Ma  vince  lei  pet  che  vnole  esser  vinta. 
(146).  Benedictas^  anticuado    lo  mismo  que  beneditas   ó  bende- 


cidas. 


CANTO  XXI 

(63).  Riso^  anticuado,  risa  ó  sonrisa. 

(66).   Bmuania.  Véanse  las  notas  á  los  versos  138  del  canto  VIII 
y  V.  12  del  canto  XX. 


CANTO  XXII 

(86).  Comensatniento,  arcaico,  comienzo. 
(87).  Ghianda^  anticuado  glande,  \í^\\o\2l. 
(88).  Argento^  anticuado,  plata. 
(  H5).    Vosco^  anticuado,  vos. 


CANTO  XXIII 

(12).   El  medio  día,    cuando    la    marcha  del  Sol   parece   más  lenta. 
En  el  texto: 

Sotto  la  quale  il  sol  mostra  iiun  Jretta 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  761 


(30).  Cotnc  fa  il  iios/ro  ¡c  ~,<is(e  siipcrnc. 

líl  verso  Hr  la  traducción  es  idéntico  al  de  la  del  conde  de  Cheste, 
que  hemos  adoptado.  Con  frecuencia  hemos  coincidido  con  el  traduc- 
tor español  en  algunos  versos,  (pie  por  la  analo^^ía  de  los  idiomas  se 
pueden  traducir  literalmente  ó  no  pueden  ser  traducidos  de  otro  modo. 
En  aljíunos  casos  le  hemos  debido,  como  en  este,  versos  felices,  con 
giros  apropiados,  y  el  hallazgo  de  consonantes  recónditos,  autorizán- 
donos con  su  ejemplo,  como  director  de  la  Academia  Española,  el  uso 
de  algunos  arcaísmos  y  latinismos  SI  en  la  traducción  del  "Infierno"  le 
hemos  criticado  con  alguna  severidad,  sin  pretender  que  nuestra  obra 
sea  mejor  que  la  suya,  y  sí  solamente  distinta,  debemos  reconocer  que 
su  traducción  de  las  dos  últimas  partes  de  la  Divina  Comedia,  y  sobre 
todo  en  algunos  pasajes  del  Purgatorio,  es  muy  superior  á  la  de  la 
primera  parte. 

Con  este  motivo  debo  consignar  aquí  un  recuerdo  que  hace  honor  al 
noble  carácter  del  conde  de  Cheste  Cuando  durante  mi  corta  perma- 
nencia en  España,  fui  nombrado  miembro  de  la  Academia  Española,  el 
ilustre  conde,  al  enviarme  mi  diploma,  lo  hizo  acompañándolo  de  una 
atenta  carta  y  de  un  rico  ejemplar  de  la  última  edición  del  Diccio- 
nario de  la  Lengua  Castellana.  Al  manifestar  yo  mi  agradecimiento 
al  Señor  Núñez  de  Arce,  que  fué  quien  puso  en  mis  manos  estos  docu- 
mentos, no  pude  menos  de  decirle  que  agradecía  tanto  más  tal  proce- 
der, cuanto  que  el  conde  de  Cheste  debía  estar  resentido  conmigo,  por 
la  manera  como  había  juzgado  su  versión  dantesca.  El  Señor  Núñez 
de  Arce  me  contestó  haberle  oído  decir  que  aun  cuando  lo  hubiera 
tratado  con  severidad  como  traductor  había  sido  como  historiador 
justo  con  sus  ascendientes,  y  que  por  esto  me  estaba  agradecido.  Se 
refería  á  su  antepasado,  el  General  D.  Joaquín  de  la  Pezuela,  el  ven- 
cedor de  Vilcapugio,  Ayohuma  y  Sipe  Sipe,  imparcialmente  juzgado  en 
nuestra  Historia  de  Belgrano  y  de  la  Independencia  Argentina. 

(66).     Enarca^  anticuado,  del  verbo  enarcar,  arquear, 

(123).  Delecto^  del  verbo  anticuado  delectar^  equivalente  á  de- 
leitar. 

CANTO  XXIV 

(16-17).  Cosí  quelle  cavolle  üifferente- 

MENTE  da7isando,  dalla  sua  ricchessa. 

Nos  hemos  ceñido  en  la  traducción  á  la  forma  métrica  del  original, 
de  cortar  el  adverbio,  que  es  una  imitación  de  la  hipometría  latina. 


762  EL  paraíso 


Algunos  poetas  españoles  se  han  permitido  usar  de  esta  licencia  poé- 
tica: entre  ellos  Fr.  Luis  de  León,  Calderón  y  Jovellanos,  siendo  bien 
conocidos  los  versos  del  primero  que  dicen  así: 

Y  mientras  miserable- 
mente se  están  los  otros  abrasando. 

(21).  Clareza^  anticuado,  claridad. 

(56).  Expandiese^  del  verbo  expander.,  vocablo  declarado  anti- 
cuado por  la  Academia,  no  obstante  conservar  los  sustantivados  y 
adjetivados  que  con  él  se  relacionan,  como  son:  expansión^  expansi- 
ble^  expansivo.,  expancimienio^  expansibletnenie  y  expansibilidad. 
No  habría  que  observar  á  esto,  si  al  desterrar  la  palabra  fundamental, 
madre  del  grupo  de  palabras  á  que  ha  dado  origen,  se  la  reemplazase 
siquiera  por  una  madrastra;  pero  ni  eso.  Así,  al  definir  la  palabra  ex- 
pansión., se  vé  obligada  á  reconocer  á  la  madre  que  reniega,  dicien- 
do: "  Expansión:  Física:  acción  y  efecto  de  extenderse  ó  dilatarse.  *' 
(  Definición  incorrecta,  como  varias  otras  de  la  Academia,  por  lo  que 
respecta  á  la  acción  y  al  efecto,  pues  expansión  es  la  acción,  y  expan- 
siniiento  el  efecto,  como  en  rendición  y  rendimiento).  Moral:  ca- 
rácier  expansivo^  amistad  expansiva.  '' — Barcia  limita  su  significado 
reduciéndolo  á  la  cualidad  de  esponjar,  no  obstante  reconocer  que  su 
forma  etimológica  es  expandere.,  del  latín,  lo  mismo  que  la  Academia, 
Domínguez  amplía  más  la  definición  metafórica,  dentro  de  su  sentido 
recto  y  genuino:  "  Movimiento  y  demostración  de  ternura,  sensibilidad 
y  afectuosa  confianza.  "  —  Así  pues,  desterrada  del  idioma  la  palabra 
expansión^  no  existe  en  el  idioma  español,  ninguna  otra  que  pueda 
expresar  la  acción  de  la  dilatación  de  los  cuerpos  físicos  ó  de  los  afec- 
tos del  corazón,  no  obstante  conservarse  todos  los  retoños  de  la  raíz 
primitiva. 

( 59 ).  Comincia '  ¿o,  daW  alto  primipilo 

PrimipUo.,  así  se  llamaba  el  primer  centurión  del  antiguo  ejército 
romano.  PrimipUos  Prior  (el  primero  de  los  que  llevan  dardo)  de. 
nominación  que  el  Poeta  aplica  á  San  Pedro. 

(63).  Che  mise  Rotna  teco  nel  buen  filo. 

En  la  traducción  "  puso  al  hilo  ",  con  arreglo  al  modismo  español, 
al  hilo^  ó  sea  sin  interrupción  ó  en  la  dirección  de  alguna  cosa. 

(94).  Conclusa.,  anticuado,  como  incluida  ó  contenida. 

(149).  6^^¿7/«/a«í/£;,  del  verbo  anticuado  gratularse.^  darse  el  para- 
bién, que  en  su  acepción  religiosa  se  conserva  en  el  sentido  de  ale- 
grarse ó  conjplacerse. 


NOTAS   Y    COMENTARIOS  763 


CANTO  XXV 

(  7  ).  Con  altra  voce  oviai,  con  altro  vello. 

La  palabra  vello  ha  dado  origen  á  variados  comentarios  y  numero- 
sas interpretaciones.  Como  en  la  estrofa  anterior,  el  Poeta  se  compara 
á  un  cordero  {agnc/lo)  en  medio  «'  lupi  che  gli fanno  guerra^  algu- 
nos comentadores  sostienen,  que  prolongando  la  comparación,  debe 
entenderse  vello  por  lana.  Otros  Insinúan  que  debe  entenderse  en  el 
sentido  Horaciano,  de  mudar  de  pelo,  ó  sea  de  encanecer,  lo  que  pa- 
rece más  natural  puesto  que  el  Poeta  se  hallaba  en  el  linde  de  la 
vejez.   A  esta  Interpretación  responde  la  versión. 

(17-18).  Santiago  de  Compostela.  á  quien  el  Poeta  denomina'/ 
Bayone. 

(31).  Alteza^  anticuado,  lo  mismo  que  altura,  eminencia,  etc. 

(38).  En  el  texto:  and''  io  levai gl¿  occhi  a'  motiti^  refiriéndose  á 
los  montes  de  luz  que  antes  lo  habían  deslumhrado. 

(42).  Conies^  anticuado,  condes. 

( 57  ).  Ansí  che  il  inílilar  gli  sia  prescritio. 

Se  repite  la  alusión  á  las  palabras  del  Evangelio:  "Milicia  es  la 
vida  ",  etc. 

(95).  La  dove  traita  delle  Manche  stole. 

Alusión  á  un  pasaje  del  Apocalipsis  de  San  Juan,  cap.  VII:  '•  Estos 
que  están  ante  el  trono,  cubiertos  de  estolas  (vestiduras)  blancas  ". 

(lOO-IOI)  Peseta  ira  esse  un  lume  si  schiari, 

Si,  che,  se  il  Cancro  avesse  un  tal  cristallo, 
II  verno  avrebbe  un  mese  d'un  sol  di. 

Cristal  por  estrella.  Es  decir:  Si  la  constelación  de  Cáncer  tuviese 
una  estrella  tan  clara  (como  la  luz  á  que  se  refiere  en  la  estrofa  an- 
terior) tendría  un  mes  de  día  continuo,  por  cuanto  en  el  inviernoi 
cuando  el  Sol  se  pone,  aparece  Cáncer  en  el  cielo,  y  vlce  versa,  cuando 
Cáncer  se  pone,  aparece  el  Sol,  de  modo  que  en  el  supuesto,  sería  un 
día  sin  noche,  desde  el  21  de  Diciembre  hasta  el  21  de  Enero. 

(II2-II4).  El  Pelícano  es  Jesús,  que  con  su  sangre  regeneró  al 
género  humano,  y  el  que  puso  sobre  su  pecho  al  morir,  es  San  Juan, 
á  quien  desde  lo  alto  de  la  Cruz  le  confió  el  alto  oficio  de  que  sirviera 
á  su  madre  como  un  hijo. 


764  EL  paraíso 


CANTO  XXVI 

(61).  Conoscencia,  anticuado,  conocencia  ó  conocimiento. 

(97-99).  Tal  volta  itn  animal  coverto  broglia 

Si,  che  Vaf/etto  convien,  che  si  paia, 
Per  lo  seguir,  che  face  in  lid  la  invoglia. 

El  Tommaseo  critica  esta  Imagen  por  baja,  suponiendo  que  el 
Poetase  refiere  á  un  animal  Irracional;  y  Alizeri  la  defiende  como 
sublime,  entendiéndola  del  mlsn-.o  modo.  Los  demás  comentadores  la 
aceptan  tal  cual,  explicando  lo  que  de  por  sí  no  pide  explicación, 
porque  la  Imagen  es  gráfica.  Nosotros  entendemos,  que  en  la  palabra 
animal,  el  Dante,  no  sólo  ha  querido  comprender  todos  los  seres  ani- 
mados, como  en  el  verso  2  del  canto  II  del  Infierno : 

Toglieva  gli  anitnai,  che  sonó  in  térra. 

Debe  entenderse  en  el  sentido  que  tiene  en  el  v,  88,  c.  V  del  In- 
fierno, en  que  Francesca  de  Rímini,  dirigiéndose  al  Poeta,  le  dice:  O 
animal  gracioso.  Es  tanto  más  razonable  esta  interpretación,  que  se 
ha  ocultado  á  los  comentadores,  cuanto  que  la  comparación  se  refiere 
á  Adam,  el  primer  hombre  creado;  y  la  palabra  affetto,  que  caracte- 
riza el  movimiento,  indica  claramente  que  se  alude  á  un  movimiento 
revelador  de  un  sentimiento,  que  sólo  es  propio  del  ser  racional.  La 
palabra  2/^/(3!,  de  la  traducción,  reemplaza  el  invoglia  (envoltura)  del 
texto,  que  tiene  más  latitud 

(I4I-I42).  Dalla  pritn'ora  a  qitella  ch' e  seconda. 

Come  V  Sol  muta  quadra  alPora  sesla. 

Estando  dividido  el  día  en  cuatro  cuadrantes  de  la  esfera,  el  pri- 
mero se  completa  en  la  hora  sexta,  y  por  tanto,  habiendo  pasado  ésta 
el  Sol,  se  dice  que  eran  las  siete  del  día,  á  que  se  refiere  el  primer 
verso.  Alude  á  la  antigua  opinión  de  que  Adara  sólo  permaneció 
slele  horas  en  el  Paraíso,  ó  como  se  dice  en  el  texto:  "desde  la  pri- 
mera hora  df'l  día,  hasta  la  primera  del  segundo  cuadrante." 


NOTAS  Y   COMENTARIOS  765 


CANTO    XXVII 

(54).  Dolorío^  anticuado,  dolor. 
(143).  Per  la  centestna,  clCe  laggiti  negletta. 

I. a  céntima  que  sej^ún  la  expresión  del  Poeta  se  descuidaba  contar 
en  el  mundo,  es  la  centósima  parte  del  día,  que  con  arreglo  al  calen- 
dario Juliano,  era  la  diferencia  que  resultaba  entre  el  año  civil  y  el 
año  solar,  error  que  fué  corregido  por  el  calendario  Gregoriano.  La 
frase  de  Beatriz,  en  sentido  figurado,  es  interpretada  por  todos  los 
comentadores,  como  Indicando  corto  trascurso  de  tiempo. 


CANTO   XXVIII 

(75).  Arredonde^  á&\    verbo    anticuado    arredondar^    redondear. 
En  el  texto: 

Dclle  sustanzie  che  fapaion  tonde. 

(121).  En  el  texto:  le  tve  Dee^  para  indicar  las  tres  categorías    an- 
gélicas, según  un  pasaje  de  San  Juan. 


CANTO   XXIX 

(1-7).  La  idea  es:  tan  corto  espacio  de  tiempo  como  el  que  puede 
durar  la  presencia  simultánea  del  Sol  y  de  la  Luna  bajo  el  mismo 
horizonte,  respecto  del  punto  del  hemisferio  en  que  la  una  surge  y  el 
otro  se  pone;  ó  lo  que  es  lo  mismo,  que  cambiando  la  una  ó  el  otro 
de  hemisferio,  se  delibra  ó  se  liberta  del  cinto  que  la  ciñe,  según  la 
expresión  metafórica  del  texto.  El  giro  dantesco,  que  hemos  seguido, 
es  complicado,  y  debe  compararse  con  su  versión. 

Quando  ambe  due  li  figli  di  Latona 
Coverti  del  Montone,  e  della  Libra, 
Fanno  delPoriszonte  insieme  zona, 
Tanto,  col  volto  di  riso  ripinto. 

En  este  último  verso  se  traduce  ripinio^  por  pinio^  anticuado,  lo 
mismo  que  pintado. 

SO 


766  EL  paraíso 


(103).  En  el  texto:  Non  ha  Firense  ianti  Lapi  e  Bindi^  nombres 
comunes,  que  son  dimintuivos  de  Jacobo  y  Albino,  para  designar  la 
vulgaridad. 

(120).  Perdonansas^  a.nticüa.dOj  perdones. 

(  135).  Determinato  numero  si  cela. 

De  celar,  ant,  derivado  del  latín,  en  la  acepción  de  encubrir,  ocultar. 


CANTO  XXX 

( 1-9  ).  Forse  seimila  miglia  di  lontano 

Ci  ferve  Pora  sesta,  e  questo  mondo 
China  gia  l'ombra,  quasi  al  letto  piano, 

Quando  al  messo  del  cielo,  a  noi  frofondo, 
Comincia  a  farsi  tal,  che  alcuna  stella 
Per  de  ''I  par  ere  injino  a  quesío  fondo; 

E  come  vien  la  chiartsima  ancella 
Del  Sol  piu  oltre,  cosi  il  cié  I  si  chinde 
Di  vista  in  vista  tnfino  alia  piu  bella. 

Pasaje  complicado,  así  por  sus  giros  cuanto  por  la  diversidad  de 
sus  remotas  referencias,  que  hace  sumamente  difícil  su  traducción  lite- 
ral. El  Poeta,  para  dar  una  ¡dea  de  como  desaparece  ante  sus  ojos  el 
coro  angélico  del  triunfo  de  Cristo,  que  lo  deslumbra  primero  y  lo 
enceguece  después,  lo  compara  á  la  desaparición  gradual  de  las  es- 
trellas al  amanecer.  Para  ello,  toma  al  remoto  sol  en  su  cénit  en 
contraposición  de  la  sombra  que  proyecta  la  tierra,  y  pinta  con  varia- 
dos colores  la  hora  que  precede  al  nacimiento  del  día,  que  es  la  que 
quiere  determinar.  He  aquí  su  texto  analizado:  —  "Tal  vez  (ó,  poco 
más  ó  menos)  á  seis  mil  millas  de  distancia  {di  lontano)  arde  la  hora 
sexta,  (la  del  mediodía),  y  este  mundo  (la  tierra)  casi  inclina  ya  su 
sombra  al  lecho  llano  (al  horizonte,  hacia  el  poniente):  —  Cuando  en 
medio  del  cielo  (el  cielo  octavo  de  las  estrellas  fijas)  para  nosotros 
tan  profundo  (porque  está  tan  alto)  comienza  á  hacerse  tal  (tal  ó 
más  profundo,  que  es  decir,  á  aclararse)  de  modo  que  algunas  estre- 
llas comienzan  á  desaparecer  y  no  pueden  verse  desde  el  fondo  (te- 
rrestre):— Y  como  viene  después  (ó,  más  allá)  la  clarísima  sierva  del 
sol  (la  aurora),  y  cierra  el  cielo  de  estrella  en  estrella,  hasta  (cubrir 
ó  apagar)  á  la  distancia  la  más  bella  (la  más  resplandeciente)." 

Para  la  inteligencia  com¡)leta  de  este  pasaje,  léase  la  siguiente  expli- 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  767 


ración  de  Brunone  lilaiu  hi,  que  concuerda  con  la  de  todos  los  comen- 
tadores: "Para  encontrar  con  precisión  la  hora  indicada,  debe  tenerse 
presente,  (jue  la  circunferencia  de  la  tierra  cri  entonces  estimada  en 
20,400  millas,  de  las  cuales  el  sol  recorre  850  en  cada  hora.  SI,  pues, 
la  4''  parte  de  20,400  es  igual  á  5,100,  y  el  mediodía  se  halla  distante 
de  un  determinado  lugar,  tal  vez  (ó  poco  más  ó  menos)  unas  seis 
mil  millas,  en  tal  caso,  faltarán  para  la  primera  hora  del  día,  distante 
un  cuadrante  de  la  hora  sexta  del  cuadrante,  como  900  millas,  que  el 
sol  recorrería  en  poco  más  de  una  hora.  Por  medio  de  toda  esta  perí- 
frasis, viene  á  decirse  en  definitivo,  que  faltaba  cerca  de  una  hora 
para  la  salida  del  sol." 

(25).  Tretne^  del  verbo  anticuado  trer)¿ey,  \7ív\2ls  veces  anotado. 
(-'"4).  Per  far  disposto  a  siia  Jiarnnia  il  candello 

Esta  metáfora  ha  sido  tachada  de  poco  noble  con  relación  al  asunto, 
traduciendo  algunos,  ciyio  por  candela^  lo  que  altera  su  verdadero 
sentido,  que  es  encender  la  vela  hermana  en  la  llama  del  amor  divino. 

(61-69).  E  vidi  lume  in  forma  di  riviera,  ' 

Fulvido  di  fulgori,  inira  due  rive 
Dipinte  di  mirabil  primavera. 

Di  tal  Jiumana  uscian  faville  vive  y 
E  d'ogni  si  niescean  ne'  fiori, 
Quasi  rubini  che  oro  circonscrive. 

Poi,  com.e  inebríate  dagli  odori, 

Riprofondavan  se  nel  miro  gurge  ^ 

E  s'  una  entrava,  un*  altra  usciane  fuori. 

A  propósito  de  este  magnífico  trozo  de  poesía,  dice  Humboldt  en  el 
Cosmos  :  "Al  entrar  á  los  bosques  del  paraíso  terrestre,  el  poeta  re- 
cuerda la  selva  de  pinos  de  Ravena  {^la  pineia  in  sul  lito  di 
Chiassi)^  donde  resuena  en  las  cimas  de  los  árboles  el  canto  matinal 
de  las  aves.  Esta  imagen  natural  contrasta  con  el  río  de  luz  que  corre 
en  el  paraíso  terrestre,  "  este  río  de  que  brotan  chispas  vivas,  que  se 
posan  sobre  las  flores  de  la  ribera,  y  en  seguida,  como  embriagadas 
por  sus  perfumes,  vuelven  á  hundirse  en  el  admirable  abismo,  al  mismo 
tiempo  que  brotan  otras".  Podría  creerse  que  esta  ficción  es  un  recuer- 
do del  raro  y  singular  espectáculo  que  presenta  la  fosforescencia  del 
océano,  cuando  del  choque  de  las  ondas  se  desprenden  puntos  lumino- 
sos que  se  levantan  sobre  la  superficie  de  las  aguas, y  convierten  toda 
la  líquida  llanura  en  un  mar  de  estrellas  en  movimiento." 

(88-89).                                 E  Si  covte  di  lei  bevve  la  gronda 
Delle  palpebre  mié 


768  EL  paraíso 


Gronda  en  Italiano,  significa  á  la  vez,  alero  de  techo  y  visera  de 
gorra  :  en  este  último  emplea  la  palabra  el  Poeta  para  designar  por 
analogía  las  pestañas  "viseras  de  sus  párpados.'' 

(94-99).  La  triple  repetición  del  vide  {vidi)  en  los  consonantes  en- 
cadenados de  los  dos  tercetos  señalados,  es  una  reproducción  del 
texto  original: 

Cosí  mi  si  cambiara  tn  maggior  feste 
Le  Jiori  e  le  faville,  si  di'  io  viDi 
Ambe  le  corti  dil  Ciel  mani/este. 

O  isplendor  di  Dio,  per  cui  lo  vidi 
U  alto  trionfo  del  regno  verace, 
Dammi  virtude  a  dir  com^  io  lo  VlDi. 

(141).  Nodris^  anticuado,  nodriza  ó  madre. 

(147)  Alusión  á  Bonifacio  III,  nacido  en  Alagna,  de  quien  se  hace 
mención  en  el  canto  IX  del  Infierno. 


CANTO  XXXI 

(7).  Enflora^  vocablo  declarado  arcaico,  y  antes  anotado. 

(15).  Arrió  a  y  del  verbo  anticuado  arribar^  equivalente  á  subir^ 
ensalzar^  levantar. 

(29).  Cinli/aSy  íorma.  ZTCzlca.  de  ciníi/acián^  brillo,  equivalente  á 
esclntilización. 

(81 ).  Amparanza^  anticuado,  amparo. 

(  7-12 ).  St  come  schiera  d"  api  che  5'  infiora 

Una  fiata,  ed  una  si  ritorna 
La  dove  suo  lovore  s*  insapora. 

Los  textos  difieren  en  cuanto  al  verso  8:  unos  traen:  una  fiaia^  ed 
una^  y  otros,  una  fiata  ed  alira.  Ambas  lecciones  expresan  un  doble 
movimiento  alternativo  material  y  místico,  y  así  lo  reproduce  la  ver- 
sión. 


CANTO  XXXIl 

(4-6  ).  La  pinga,  che  Marta  richiusc  cd  itnse, 

(Judia,  ch*  e  tanto  bella  e  da  sitoi  f>iedi 
E  cülei  che  /'  aperse  e  che  la  punse. 


NOTAS   Y   COMENTARIOS  769 


Alusión  á  ICva.  "  La  lla^íi  cju*'  Marí;i  (  erró  y  vinjjió,  níjuclhi  (  mu- 
jer )  tan  bella  que  está  á  sus  pies  es  la  que  la  abrió  y  |)un}rjó.  "  — 
Fungió  { |)unse  )  dt'l  verbo /^w«(^/>,  en  su  aceprióti  de  punsar,  decla- 
ra(lo  arcaico,  y  que  sólo  se  conserva  en  el  sentido  metafórico  de  herir 
las  i)aslones  del  ánimo  ó  el  corazón. 

(  70-72 ).  Pero,  secoiido  il  color  de  '  capcllt 

Di  cotal  grazia  /'  altisinio  lunie 
Dignatnenle  convicn  che  í'  inca/yelll. 

Son  diversas  y  contradictorias  las  Interpretaciones  que  los  comen- 
tadores dan  á  este  terceto.  El  anterior,  se  refiere  á  los  g^emelos  de  la 
Biblia,  Jacob  y  Esaü,  que  desde  el  vientre  de  la  madre  pugnaron  á 
cual  nacería  primero.  Como  el  uno  fué  rubio  y  el  otro  de  pelo  oscuro, 
el  Poeta  parecería  significar,  que  por  estas  señales  se  conoce  la  com- 
plexión del  hombre,  y  por  tanto,  las  Inclinaciones  de  su  ánimo.  De 
aquí  que  algunos  hayan  pensado,  que  la  ¡dea  del  Poeta  era  que  Dios 
distribuía  la  gracia  infusa,  según  el  color  de  los  cabellos,  idea  ab- 
surda y  en  contradicción  con  las  doctrinas  profesadas  por  el  mismo 
Poeta.  La  interpretación  más  racional,  que  ha  prevalecido,  es  la  que 
se  ajusta  á  los  versos  anteriores  que  la  confirman: 

La  mentí  tutte,  iii  suo  lieto  cospetto 
Creando,  a  suo  piacer  di  grasia  dota 
Diversamente 

Así,  debe  entenderse  metafóricamente,  que  la  altísima  luz,  conviene 
que  dignamente  se  corone  en  las  cabezas  {s"  incapetli)  con  la  (más 
ó  menos)  gracia  infusa  de  que  han  sido  dotados  por  Dios,  según  sus 
disposiciones  naturales."   A  esta  interpretación  responde  la   versión. 

(  82  ).  Adviene^  del  verbo  neutro  anticuado,  advenif ,  equivalente  á 
venir  ó  sobrevenir. 

(121).  Ajusta^  en  el  texto,  aggiusta^  latinismo  empleado  por  el 
Dante,  en  el  sentido  de  proximidad   {juxta). 


CANTO  XXXIII 

(64).  Cosí  la  nevé  al  sol  si  disigilla 

Deshiía  por  disigilla.  Habiéndose  publicado  antes  un  fragmento 
de  mi  traducción  de  este  canto,  el  Sr.  Rafael  P>agueiro,  en  la  revista 
"Artes  y  Letras,"  hizo  el  siguiente  comentarlo:  "El  Sr.  Mitre  ha  en- 


770  EL  paraíso 


centrado  esa  palabra,  —  deshila, —  mucho  menos  metafísica  que  la  del 
original:  si  disigilla,  (se  desella),  es  decir,  pierde  la  forma,  puesto 
que  el  sello  es  la  garantía  de  la  forma,  y  la  nieve  bajo  el  sol  se 
líquida,  y  por  consiguiente,  se  deforma."  La  misma  palabra  había 
sido  empleada  antes  por  el  conde  de  Cheste  en  su  traducción,  y 
hemos  coincidido  en  la  interpretación,  porque  en  castellano,  deshilar, 
significa,  no  sólo  sacar  hilo  sde  algún  tejido,  ó  reducir  á  hilos  alguna 
cosa  (imagen  á  que  se  prestaba  la  nieve  liquidada  ),  sino  también 
destilar  ó  echar  gota  á  gota,  siendo  esta  la  acepción  en  que  está  em- 
pleada la  palabra.  Fácil  habría  sido  traducir  literalmente  el  verso 
dantesco,  con  el  sentido  metafísico  que  le  da  el  Poeta,  empleando  el 
verbo  sigilar^  en  el  sentido  de  sellar  que  tiene  en  castellano,  y  que 
consignamos  por  vía  de  variante  ó  corrección: 

Asi  la  nieve  al  sol  se  desigila.  / 

(94-96).  Un  punto  solo  ni"  e  maggior  letargo. 

Che  venticinque  secoli  alia  impresa, 
Che  fe  '  Nettuno  ammirar  P  ombra  eP  Argo. 

Este  cómputo,  marca  la  fecha  en  que  el  Dante  escribía  su  poema, 
veinticinco  siglc  s  después  de  la  empresa  de  los  Argonautas. 
(117).  Coniinencia^  en  su  acepción  anticuada  de  coniinente. 

(133-135).  Qual  e  il  geómetra  che   tutto  s'affige 

Per  mistirar  lo  cerchio,  e  non  ritrova. 
Pensando,  quel  principio  ond'  egli  indige. 

La  palabra  cuadratura  de  la  traducción,   no  la  trae  el  texto,  pero 
se  halla  implícita  en  él. 


índice 


PRELIMINARES 

PÁGINAS 

Nota  Bibliográfica '. V- VIII 

Teoría  del  Traductor IX     XIX 

EL  INFIERNO    (Primera  parte) 

Canto          I.— La  Selva  oscura I —    8 

>  II.  -Beatriz  y  Virgilio 9—   14 

>  III.— La  Puerta  del  Infierno.— Aqueronte  y  Caronte 15—  20 

>  IV.  -  El  Limbo  y  los  Grandes  Poetas 21—  26 

>  V. — Minos. — Francesca  de  Rímini 27 —  32 

s,             VI.— El  Infierno  del  Cancerbero 33 —  37 

>  VIL— Plato.— La  Estigia 38—  43 

>  VIII.-  La  Ciudad  ardiente 44—  49 

>  IX. — Las  Furias  y  el  Ángel 50 —  55 

T)               X.  —Los  Sepulcros  ardientes  y  Farinata ^d —  61 

>  XI. — La  Escala  de  los  Pecados 62 —  66 

>  XII.— El  Minotauro,  Los  Centauros  y  el  Río  de  Sangre 67 —  72 

»          XIII.— La  Selva  dolorosa 73—  78 

»          XIV.— La  Lluvia  de  fuego 79—  84 

>  XV.— Bruneto  Latino  y  el  Dante 85—  89 

>  XVI.— El  Flegetón 90—  95 

>  XVII.— Gerión 96—101 

T>       XVIII.— Malebolge 102-107 

>  XIX. — Los  Papas  Simoniacos 108 — 113 

>  XX.— Los  Adivinos 114— 119 

»          XXI.— Los  Demonios 120—125 

»         XXII.— El  Lago  de  pez  hirviente 126— 131 

>  XXIII. — Los  Hipócritas  y  los    Fariseos -.  132 — 137 

>  XXIV. — Las  serpientes  y  los  ladrones  sacrilegos 138 — 143 

»         XXV.— Metamorfosis   infernales 144—149 

>  XXVI. — Las  llamas  animadas.— El  viaje  de  Ulises 150 — 155 

>  XXVII.— Guido  de  Montefeltro I56-I6I 

»     XXVIIL— Mahoma  y  los  Cismáticos 162—167 


112  ÍNDICE 


PÁGINAS 

Canto    XXIX.— Impostores  y  Alquimistas 168—173 

>  XXX.— Los  Falsificadores \T^—Yjf^ 

>  XXXI.— Los  Titanes 180—185 

>  XXXII.— Los  Traidores 186— 191 

í    XXXIII.— Hugolino  y  sus  hijos 192—198 

»     XXXIV.— Lucifer.— Las  Estrellas I99_204 


APÉNDICE  AL  INFIERNO 
Notas  y  Comentarios  del  Traductor 205^291 


EL  PURGATORIO  (Segunda  parte) 

Canto  I.— El  ante-purgatorio.- Catón  de  Útica 295—300 

II.— El  viaje  de  las  almas. — El  cantor  Casella 301—306 

III. — El  monte  del  Purgatorio. — Manfredo  de  Sicilia 307—312 

IV. — Subida  del  Purgatorio. — Los  perezosos 313 318 

V.— Circulo  de  los   violentos.  —  Muerte    de    Buonconte.  — 

La  Pía 3I9_324 

VI.— Eficacia  del  ruego.— Sordello  y  Virgilio. — Invectivad 

la  Italia 325-330 

VII.— Un  valle  del  Purgatorio. — Grandes  almas  en  pena.— 

Conrado  de  Malaspina 331 — 336 

VIII.  — Continuación  de  las   grandes  almas  en  pena.»-La  ser- 
piente tentadora 337 — 342 

IX.— La  puerta  del  Purgatorio 343 343 

X. — Primer  círculo  del  Purgatorio  donde  se  expía  el  pecado 

de  la  soberbia.  —  Los   escultores  divinos 349—354 

XI, — Paráfrasis  del  Pater  Noster.—'La.s  vanidades  mundanas  355—360 
XII. — Ejemplos  de  soberbia  castigados.  —  Segundo    círculo 

del  Purgatorio 361  —  366 

XIII.- Suplicio    expiatorio  de  los  envidiosos.  —  Ejemplos  de 

Caridad 367—372 

XIV.— El  valle  del  Arno.— Castigo  de  otros  envidiosos 373—378 

XV. -Grandes   ejemplos  de  mansedumbre.  —  La    región  del 

humo 379-  384 

XVI. — Tercer  círculo  del  Purgatorio  donde  se  expía  el  pecado 

de  la  ira 385—390 

XVII.  — Cuarto  círculo  del  Purgatorio. — Las    almas  perezosas. 

—  El  principio  del  bien  y  del  mal 391     39ó 

XVIII.  — Ejemplos  de  actividad  y  de  pereza  contrapuestos 397  —  402 

XIX. — La  sirena  de  la  voluptuosidad  y  la  pereza  ante  la  vir- 
tud.—Quinto  gii(')n  do  los  avatientos 403—408 

XX.— Almas  que  lloran  el  pecado  de  la  avaricia.— Ejemplos 
de  pobreza  y  generosidad.- Hujfo  Capeto  y  su  des- 
cendencia    409 — 414 


ÍNDICE  773 


PXgiwas 

Canto       XXI.-i:stacio  y  Virgilio 415—420 

>  XXII. -Penitencia   y  rcdciuión   df.  Estacio. — Sexto  círi-ulo   del 

Purgatorio    en  qm;  so  expia   la  Jíula.  —  Ejemplos  de 

sobriedad 421— 42r) 

>  XXIII.  -Castigos    de  la  gula.— Toresio  y   el   Dante.— Invectiva 

contra  la  deshonestidad  de  los  vestidos  femeninos.  .  427 — 432 

»           XXIV.-  Bonagiunta  y  el  Dante  — La  vieja  y   la  nueva  poesía.  4.Í.3 — 438 

>  XXV.  — La  generación   humana  y  las   formas  de  las   almas.— 

Sétimo  circulo  en   (jue  se  purga    entre   llamas  el    pe- 
cado de  la  Lujuria 439 — 444 

>  XXVI.  — Castigo  de  los  lujuriosos. — El  poeta  provenzal  Amoldo.  445—450 

>  XXVII.— Llegada  al  Paraíso  terrestre 451—456 

>  XXVIII.— El  Paraíso  terrestre  y  sus  leyes  físicas 457—462 

>  XXIX. — La  procesión  simbólica 463 — 468 

>  XXX.— El  triunfo  de  Beatriz 469—474 

>  XXXI.— Beatriz  y  el  Dante.— El  Leteo 475-480 

>  XXXII.  -Simbolismo  de  la  Iglesia  Romana 481—487 

>  XXXIII.  — Las  fuentes  de  los  ríos  del  Paraíso  Terrenal.— El  Euo- 

noe.— Conclusión  del  Purgatorio. — Las  estrellas 48S  -493 

APÉNDICE  AL  PURGATORIO 

Notas  y  Comentarios  del  traductor 495  —538 


EL  PARAÍSO  (Tercera  parte) 

Canto  I. — Ascensión  del  poeta  y  de  Beatriz  al  primer  cielo 542 — 546 

>  II.— El  cielo  de  la  Luna 547—552 

>  III. — Las  almas  que  violaron  sus  votos 553 — 558 

>  IV. — Las    almas   y  las  estrellas.  — Compensación   de  obras 

malas  y  buenas 559 — 564 

>  V.— La  esfera  de  Mercurio SdS — 570 

T>  VI. — El  Emperador  Justiniano  y   el  Águila  Romana 571—576 

>  VIL— La  redención  de  la  Cruz 577 — 582 

»  VIII. — La  estrella  de  Venus 583 — 588 

>  IX.  — Cunesia  y  la  Marca  de  Treviso 589  -  594 

>  X. — Los  Doctores  de  la  Divina  Ciencia. — Santo  Tomás  de 

Aquino 595-600 

»  XI.— San  Francisco  de  Asis 601— C06 

»  XII. — Santo  Domingo  de  Guzmán 607—612 

»  XIII.  — La  danza  celeste  de  las  luces  de  los  Bienaventurados. .  613 — 618 

»  XIV.— El  quinto  cielo  de  Marte  y  los  Mártires  de  la  fe 619—624 

T>  XV. — Cacchiagüida,  antecesor  del  Dante 625 — 630 

»  XVI.— La  antigua  Florencia 631—636 

>  XVII. — Predicciones  históricas  y  sobre  el  destino  del  Poeta.  637     642 
»           XVIII.— El  Planeta  de  Júpiter 643—648 


774  ÍNDICE 


PÁGINAS 

Canto      XIX. — El  Águila  Romana.— Explicación  de  la  fe  de  Cristo..  .  649 — 654 

»                XX. — Continuación  del  Canto  anterior óv'íS — 660 

3>              XXI. — Sétima  esfera  de  Saturno. — La   Predestinación 661 — 666 

»            XXII. — San  Benito  y  su  orden. — El  signo  de  Géminis 667—672 

»           XXIII. — Gloria  de   Jesucristo  y  de  la  Virgen   María 673-678 

>  XXIV.— San  Pedro   y  el  Poeta 679—684 

»             XXV. — El  Apóstol  Santiago  y  San  Juan  Evangelista 685 — 690 

»           XXVI.-La  Caridad.— Adam 691—696 

»         XXVII.— San  Pedro  y  los  Pontífices 697  -702 

T>        XXVIII.— El  Punió  luminoso.— 'L.'d.  milicia  de  los  cielos. — El  or- 
den de  los  cielos 703—708 

>  XXIX.-  El  génesis  de  los  Angeles.  -El  Empíreo. — Los  ríos  de 

luz 709—714 

»             XXX. — La  forma  del  Paraíso. — San    Bernardo.  — El  jardín  ce- 
lestial   715—720 

»          XXXI.— La  Rosa  Mística 721—726 

»          XXXII. — Los  Espíritus  Angélicos. — Triunfo  de  la  Virgen  María.  727 — 73 
»       XXXIII. — Salutación  á  la  Virgen  María. — Visión  final. — El  Miste- 
rio de    la  Trinidad. — Armonía  de    la  voluntad  y  de 

las  Estrellas. — Fin  de  la  Divina  Comedia 733 — 738 

APÉNDICE  AL  PARAÍSO 

Notas  y  Comentarios   del    Traductor 739—770 


EIÍ15ATAS  Y  COKKKCCIONES 


PAGINA 

\liRSO 

DONDE   DICE 

I.KASE: 

18 

74 

Interrogué 

Interrogúele 

60 

lOI 

mas 

más 

67 

4 

franco 

flanco 

155 

120 

siempre  á  izquierda 

á  izquierda  siempre 

157 

24 

ves 

ves 

165 

77 

Y  Angiolelo 

A  Angiolelo 

190 

97 

Asi 

Así 

30S 

16 

que  en  pos 

en  pos 

308 

17 

Y  interceptaba 

Interceptaba 

309 

43 

é 

fué 

319 

I 

Ya    las  sombras  se 
disipado. 

habían 

Ya    estaba    de    las    sombras 
alejado. 

338 

30 

brotaban 

flotaban 

342 

131 

lo 

la 

371 

109 

Sapia  7ne 

Sapía 

392 

22 

concretóse 

concentróse 

400 

81 

bajaba 

bajaba,  {punto) 

437 

II3-II7 

No  es  este  el  árbol  < 

7ue  tentara  á  Eva: 

No  os  acerquéis  :  seguid  por  vuestra  vía . 
Que  su  retoño  más  allá  se  eleva. 

Léase  : 
El  árbol  que  mordido  fué  por  Eva 
Arriba  está:  seguid  por  vuestra  vía: 
Este  es  retoño  del  que  allá  se  eleva. 


471 

59 

Avistando 

Revistando 

544 

71 

al  ejemplo 

el  ejemplo 

585 

172 

punto 

puerto 

550 

77 

magno 

magro 

563 

103 

Alm.eón 

Alméon 

565 

10 

nuestro 

vuestro 

581 

121 

llevar 

llenar 

587 

123 

Cual  de  una  raís 

Cual  de  raíz 

588 

126 

abrace 

abrase 

592 

91 

acaso 

ocaso 

616 

72 

ingenio 

ingeño 

619 

12 

en  tanto 

un  tanto 

658 

85 

El  ojo  del  , 
acceso: 

águila  en   nuevo 

En    el     ojo    del 
acceso : 

663 

51 

aquieto 

aquieta 

669 

66 

pesar 

pensar 

720 

7 

como 

cual 

águila     otro 


ADDENDA 


Impresa  la  hoja  de  la  Fe  de  Erratas;,   se.  ha  notado  el  siguiente  error,  que  debe 
corregirse  : 

I^n  la  página  728,  verso   17,  donde  dice  : 

Y  hajatido,  se  7<cn  á  /os  Hehreos 

Debe  leerse: 

Y  bajando,  se  ven  á  las  Hebreas 

En  consecuencia,  la  estrofa  que  sigue  en  la    misma  página,   versos   IQ-2I,    debe 
también  corregirse  del  modo  siguiente,  para  (jue  corresponda  á  la  rima : 

Porcjue  según  de  Cristo  las  ideas. 
Vivieron  en  su  fe,  y  forman  muro 
Que  parten  sus  escalas  y  preseas. 


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BRIEF 

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