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Full text of "Moscosoa : contribuciones científicas del Jardín Botánico Nacional "Dr. Rafael M. Moscoso""

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MAY 2 2 1989 


Moscosoa 


[VOLUMEN 5 1989 


Luis Ariza Julia. . . una dedicatoria 
1. 


Las Acacias (Acacia, Mimosaceae) de la Española: dos nuevas, una mejor descrita, y una 
clave para todas, las indígenas así como las cultivadas. 
4. R.C. Barneby & T. A. Zanoni. 


La flora y la vegetación de Isla Catalina, República Dominicana. 
28. T. A. Zanoni, M. M.Mejía, J. D. Pimentel, B., R. G. G. García G. 


Estudio ecofloristico comparativo del bosque seco subtropical de Azua y Monte Cristi, 
Republica Dominicana. 
55. R. R. García & N. Alba V. 


Notas sobre la flora de la Isla Española. III 
85. T. A. Zanoni & M. M. Mejía P: 


Usos y nombres de plantas en una zona rural de Haití. 
116. T. A. Zanoni, G. Hyvert, M. M. Mejía P., & C. Laurent. 


Three new Hispaniolan species of Tabebuia (Bignoniaceae). 
134. A. H. Gentry 


Estudios en los macromicetos de la República Dominicana. | 
142. C. A. Rodriguez Gallart 


Essential oils of plants from Hispaniola: 1. The volatile wood oil of Cinnamodendron 
ekmani (Canellaceae). 
154. R.P. Adams & T. A. Zanoni. 


A floristic study of five sites along an elevational transect in the Sierra de Baoruco, Prov. 
Pedernales, Dominican Republic. 
159. L. L. Fisher-Meerow & W. S. Judd 


Miscellaneous notes on Antillean mosses, 1. Thelia (Anomodontaceae) and Acaulon 
(Pottiaceae) new to the West Indies. 
186. W. R. Buck. 


Miscellaneous notes on Antillean mosses, 2. Rhaphidostichum (Sematophyllaceae) in the 
New World. 
189. W.R. Buck 


MOSCOSOA 


Contribuciones Científicas del Jardín Botánico Nacional ‘‘Dr. Rafael M. Mos- 
coso”. 


MOSCOSOA contiene artículos científicos sobre la botánica, especialmen- 
te sistemática de plantas (incluyendo estudios floristicos, monografía, quimo- 
taxonomía, y taxonomía numérica); morfología, anatomía, citología, paleo- 
botánica, biología de polenización, ecología, ernobotánica, y botánica econó- 
mica, especialmente cuando se relaciona ala ecología y taxonomía de plantas. 


Su alcance geográfico se definió primordialmente como la isla Española 
(la República Dominicana y Haití), pero incluye también las otras islas del 
Caribe (Antillas Occidentales). Artículos acerca de las zonas próximas al 
Caribe pueden ser consideradas previa consulta con el Editor. 


Se prefieren artículos escritos en español. Sin embargo se aceptarán artícu- 
los en inglés o fracés (los idiomas principales hablados en el Caribe), a los 
cuales deberá ser añadido un adecuado resumen adicional en español, en cada 
caso. 


La revista MOSCOSOA incluye las obras de los científicos del Jardín Bota- 
nico Nacional y los colaboradores fuera de la institución. Los autores pueden 
consultar con el Editor acerca de la conformidad de sus temas para la revista. 


EDITOR 
Thomas A. Zanoni 


COMITE EDITORIAL 
Julio Cicero Donald D. Dod Bassett Maguire 


Nota: Todos los manuscritos sometidos a MOSCOSOA son revisados por dos críticos. Las 
obras para la publicación en MOSCOSOA deben ser enviadas al Dr. Thomas A. Zanoni, 
Jardín Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, República Dominicana. 


Impreso en República Dominicana Printed in Dominican Republic 
Composición, diagramación e impresión 

Editorial CENAPEC, Av. Máximo Gómez No.72 

Santo Domingo, República Dominicana. 


ISSN 0254-6442 


Moscosoa 5 fue puesto en el correo el de febrero de 1989. 


DS E A Cad 


Moscosoa 5, 1989, pp. 1-3 


LUIS ARIZA JULIA 
_.. UNA DEDICATORIA 


Mejía, Milcíades M. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, Re- 
pública Dominicana). Luis Ariza Julia. . . una dedicatoria. Moscosoa 5:1-3. 1989. Una 
biografía breve y dedicatoria de Luis Ariza Julia, gran cultivador dominicano de orqui- 
deas, bromelias, y otras plantas. / 


Luis Ariza Julia, nació en el municipio de Sánchez, República Dominicana 
en el 1899, hijo de José del Carmen Ariza Torres y de Luisa Julia de Ariza. 
Cursó sus estudios primarios en Hamburgo, Alemania, de 1906 al 1910; se 
traslada a Barcelona, España en 1910 para iniciar su educación secundaria. 
Luego en 1913 viaja a Maryland, los Estados Unidos donde permanece hasta 
P91 7. 

Caso con la joven Hilda Arzeno Heisen el 8 de noviembre de 1924, con 
quien procreó dos hijas. 

Es un reconocido horticultor y botanico, que ha dedicado gran parte de 
su vida a ensenar el amor a la naturaleza. 

Luis incursiono en el mundo fascinante de las plantas desde temprana 
edad. Esta inclinación por la Botanica le nace como resultado de los progra- 
mas educativos que tenían las escuelas europeas de principio de este siglo, 
que incluían excursiones de verano a las montañas. Allí los niños disfrutaban 
del placer del bosque y se le enseñaba amar la naturaleza. 

Don Lulú, como le llaman en su pueblo, inicia el cultivo de especies or- 
namentales en 1920, cuando en un viaje por los alrededores de Puerto Plata, 
encontró una plantita epifítica, la que sembró en su patio y semanas más 
tarde floreció. Las hermosas flores rosadas correspondían a una orquídea 
endémica, Brough toma domingensis. Esto motivó al “naciente horticultor”, 
a realizar numerosos viajes de exploración para recolectar plantas en las 
márgenes del Río Yásica, en Sosúa, y sobre Loma Isabel de Torres, entre 
otras localidades. 

Su entusiasmo se multiplicó cuando una tarde del 1928, en el patio de la 
fábrica de fósforos de su familia, conoció a Eric L. Ekman. El estaba clasi- 
ficando unos troncos de cigua boba, árbol del género Ocotea usados para 
hacer palitos de fósforos, cuando se le presentó ese hombre rubio, barbudo 
y vestido con un overall azul y machete debajo del brazo. Ese era el gran 
botánico sueco. Esa noche, Ekman pernoctó en la residencia de don Luis 
Ariza Julia y en los días subsiguientes realizaron una excursión a la zona de 
Santiago y Navarrete. Ekman recolectaba muestras para el, herbario y, don 
Lulú plantas vivas para cultivar. De ese viaje todavía él conserva en su jardín 
un cacto semitrepadora del género Selenicereus (Cactaceae), que encontró 


2 Moscosoa 5, 1989 


en un barranco del Río Yaque del Norte. Ahora esa planta tiene 60 años 
bajo cultivo. 

Años más tarde, conoció al Doctor José de Js. Jiménez Almonte y a nu- 
merosos horticultores y botánicos extranjeros que lo visitaban o le escribían 
interesados en conocer acerca de las plantas nativas. Todos estos aconteci- 
mientos lo siguieron motivando hasta entregarse casi por completo a las or- 
quídeas y bromelias: su recolección y su cultivo, a veces llegando a hacer 
hibridos de ellas. 

Con el fin de estudiar y observar con más cuidado su colección de plantas, 
él las ha ido sembrando en el patio de su casa en Puerto Plata, donde ha crea- 
do uno de los jardines más bellos y mejor organizados de los que existen en 
la República Dominicana. 

La colección de palmas, helechos, orquídeas, bromelias, zamias, entre 
otras plantas, es muy valiosa. Una de sus familias favoritas es la Bromeliaceae, 
dentro de la cual ha creado más de veinte híbridos nuevos debidamente re- 
gistrados por la Sociedad de Bromelias. Creó el género Portemea de un cruce 
entre Aechinea mulfordii y Portea leptantha. 

Varias especies nuevas a la ciencia, algunas de las cuales llevan su nombre, 
han sido descubiertas por él. 


Moscosoa 5, 1989 


Como ciudadano, Don Lulú, ha sido un hombre ejemplar, ha desempeña- 
do diversos cargos en la Fábrica Nacional de Fósforos, fue presidente del 
Ayuntamiento de Puerto Plata, y miembro fundador del Club Rotario de 
esa ciudad norteña. 

Hasta la fecha, Don Lulú ha sido objeto de numerosos reconocimientos 
de parte de varias instituciones puertoplateñas y de Santo Domingo como 
muestra de gratitud imperecedera por su conducta intachable y los aportes 
científicos que ha dejado para las generaciones por venir. 

Para los biólogos, botánicos, y naturalistas en general, Luis Ariza Julia 
es un ejemplo a imitar por su perseverancia y dedicación a las investigacio- 
nes botánicas. 

Dedicamos esta edición Volumen 5 de Moscosoa a Luis Ariza Julia en su 
89 años. 


por: Milciades M. Mejía 


Moscosoa 5, 1989, pp. 4-27 


LAS ACACIAS (ACACIA, MIMOSACEAE) DE LA ESPANOLA: 
DOS NUEVAS, UNA MEJOR DESCRITA, Y UNA CLAVE PARA TODAS, 
LAS INDIGENAS ASI COMO LAS CULTIVADAS 


Rupert C. Barneby & Thomas A. Zanoni 


Barneby, Rupert C. (New York Botanical Garden, Bronx, New York 10458, USA) & 
Thomas A. Zanoni (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21-9, Santo Domingo, Repú- 
blica Dominicana). Las Acacias (Acacia, Mimosaceae) de la Espafiola: dos nuevas, una 
mejor descrita, y una clave para todas, las indigenas asi como las cultivadas. Mosco- 
soa 5: 4-27. 1989. Se describen Acacia cucuyo Barneby & Zanoni (de la Republica Do- 
minicana) y A. caurina Barneby & Zanoni (de Haiti) como especies nuevas para la ciencia. 
La A. barahonensis redescubierta esta descrita completamente con sus flores y los frutos. 
Se incluye una clave y las descripciones cortas de todas las especies nativas y cultivadas. 
La ortografía correcta de Acacia skleroxyla esta clarificada. 


The Acacias (Acacia, Mimosaceae) of the Dominican Republic and Haiti: two new 
species, one better described, and a key (and short descriptions) to all native and culti- 
vated species. Two new species, Acacia cucuyo, in the Dominican Republic, and A. 
caurina, in Haiti, are described. Acacia barahonensis, previously only known from 
sterile specimens, is fully described and illustrated with photographs. The correct spelling 
of A. scleroxyla is A. sklerox yla. 


La exploración botánica contribuye a producir plantas interesantes para 
el estudio de la flora de la isla Española. Se descubren los nuevos taxones 
todavía entre las legumbres. En los últimos cinco años, se describen una 
nueva especie en Rhodopis (Fabaceae; Judd, 1984), un nueyo género Obolin- 
ga (Mimosaceae; Barneby, 1988), y ahora dos nuevas especies de Acacia ya 
descritas aquí. Además la exploración produce muestras que aumentan signi- 
ficativamente nuestro conocimiento sobre las especies nativas de la flora de 
la República Dominicana y Haití, una flora que conocemos muy poco toda- 
vía. En la mayoría de los casos solamente conocemos que la especie está 
descrita y nada más de ella. 

En este artículo describimos dos nuevas Acacia. La A. caurina, la cual se 
descubrió hace 60 años y nunca fue recolectada después; y la otra A. cucuyo, 
fue descubierta en 1985. La exploración reciente de las zonas áridas produjo 
el redescubrimiento de A. barahonensis, conocida hasta ahora sólo por los 
ejemplares estériles del tipo. Describimos aquí por primera vez sus flores y 
vainas. 

La introducción de especies exóticas de Acacia como plantas ornamentales 
- o utiles (como fuente de madera, leña o carbon) sigue. Incluímos algunas 
especies exóticas de Acacia introducidas en los últimos años. 

Las descripciones de las especies nativas se toman de las muestras de her- 
bario recolectadas en la Española; las de las exóticas se toman de descripcio- 


Moscosoa 5, 1989 5 


nes de la flora de Australia, de donde provienen la mayoria de estas especies. 

Las distribuciones geograficas estan mayormente basadas en las muestras 
de los herbarios de la “Smithsonian” (US), la Universidad de Harvard (A & 
GH), el “New York Botanical Garden” (NY), y el Jardín Botánico Nacional, 
Santo Domingo (JBSD). 


Clave a las Acacia de la Española 


1. Hojas todas pinnadas. 

2. Arboles inermes o con agujones juntos a los nudos, o bejucos aculea- 
dos a lo largo de los entrenudos y del raquis peciolar, las estípulas 
siempre débiles, caedizas, u obsoletas. 

3. Arboles sin aguijones. 

4. Flores dispuestas en espigas elongadas y amentiformes, és- 

tas naciendo en las axilas de hojas coetáneas. 
5. Folíolos hasta 30—50 pares por pinna, lineares, los 
mayores 359107520 db... 1. A. sklerox yla 
5. Folíolos hasta 12-20 pares por pinna, oblongas u 
obovadas, los mayores 8—16 x 3—10 mm, véase 
la nota sobre A. muricata debajo de la anterior. 

4. Flores dispuestas en pequeñas cabezuelas globosas arregla- 
das en panículas terminales áfilas. 

6. Raquis primario de las hojas con 4—6 pares de pinnas 
y un solo nectario ubicado junto a la inserción del 
primer par; folíolos de cada pinna 10—17 yugados, 
su lámina penninervada hasta 3—7 mm de ancho; 
vaina no glauca; especie nativa, ¿Uli co .ooioo.... 

POTRO AAA SUENO LL 2. A. vogeliana 

6. Raquis primario de las hojas con hasta 15—20 pares 
de pinnas y un nectario ubicado entre casi todos; 
folíolos muy numerosos, angostamente lineares, 
1—nervio, menos de 1 mm de ancho, vaina glauca; 
en cultivo y naturalizada, nativa en Australia extra- 
COP SAA ALBA 11. A. dealbata 

3. Arboles, arbustos o bejucos armados con aguijones. 

7. Aguijones tres y ubicados junto a cada nudo del tallo, dos 
infraestipulares y uno, recurvado en un gancho infrape- 
ciolar; arbolito africano que se ha reportado en cultivo 
O bapa) echowcnel >. |0'0 4. A. senegal 

7. Aguijones esparcidos a lo largo de los entrenudos y a veces 


Moscosoa 5, 1989 


en los raquises peciolares; un bejuco o arbusto con ra- 

mas apoyantes; especie dudosamente reportada en la 

Española 2 ¡PIRATA 3. A. westiana 

2. Arboles y arbustos armados de estípulas transformadas en espinas 
(faltan aguijones cuticulares), las espinas muy variables en forma; 
inflorescencia de cabezuelas naciendo de las axilas de hojas del año 
o de braquiblastos annótinos; especies nativas. 

8. Pinnas de las hojas primarias en 3—21 pares; sin espinosas rami- 
tas áfilas en los tallos annótinos o en el tronco. 

9. Folíolos 1—nervios en su envés; vaina linear de menos de 
12 mm de ancho, algo comprimida, las válvulas pubéru- 
las; nervios perpendiculares del epicarpio distanciados 
entre sí; semillas uniseriadas. 

10. Raquis primario de las hojas (5)6—14 cm de largo 
con 10—21 pares de pinnas; vaina indehiscente.... 
pe). OA BE! 8 AO OA ee 5. A. macracantha 

10. Raquis primario de las hojas menos de 5 cm de largo 
con 3—7 pares de pinnas; vaina deshicente ....... 
. FITO 201. LAA 2 ae 6. A. tortuosa 

9. Folíolos penninerviados en su envés; vaina oblongo-elipsoi- 
dea o fusiforme casi cilíndrica, poco incurvada, de 1 cm 
o más de ancho, las válvulas glabras; nervios del epicar- 
pio muy numerosos y contiguos; semillas biseriadas; 
pinnás:(2)3—Stpares vilo Gee Sa 7. A. farnesiana 

8. Pinnas de todas las hojas de 1 o de 1-2 pares; a menudo con 
ramitas áfilas espinosas amenazantes a lo largo de varios tallos 
annótinos o del tronco. 

11. Pinnas raramente 1 y mayormente 2—yugadas, folíolos de 
las mayores 8—14—yugadas; receptáculo de las cabezue- 
las casi globoso de más o menos 1.5 mm diam.; flores 
anaranjado-amarillo; estambre 15—18; vaina oblicua- 
mente oblongo-elipsoidea, en madurez profundamente 
hundida a lo largo de la sutura seminifera y volviéndose 
nervicular, dehiscente sólo por la sutura deprimida, las 
semillas envueltas en pulpa al secarse crustácea........ 

a a Overly. AA e 8. A. cucuyo 


11. Pinnas uniformemente 1-yugadas, los foliolos 5—10(11)— 
yugados y no mas de 5 mm de largo; receptaculo de las 
cabezuelas claviforme, de 2—4 x 1 mm; flores amarillo- 
verdosas, blanco verdosas o marrón-amarillentas; estam- 


Moscosoa 5, 1989 q 


bres 30—50; vaina de la A. barahonensis, (la de la A. 
caurina no conocida) linear y ondeada, algo comprimida 
4.5—6 mm de ancho, dehiscente por ambas suturas, no 
pulposa adentro. 
12. Arbolitos arbustivos de hasta 3 m; inflorescencia 
precoz, anterior al desarrollo de las hojas del ano; 
espinas estipulares de ramitas foliadas 9-15 mm 
de largo; troncos de tallos áfilos armados con es- 
pinas agrupadas en forma de erizo; pedúnculos gla- 
bros de 4—5 mm de largo; periantio y ovario gla- 
bros; vaina linear de 70-105 x 4.5—6 mm; suroes- 
ted Republica Donmnicana... 62 2. fr ue. 
ES UR va ES. 9. A. barahonensis 
12. Arbustos bajos y difusos, de cerca de 1 m; las hojas 
y las flores contemporaneas; espinas estipulares 
hasta 2—5 mm de largo; ramitas afilas espinosas no 
conocidas todavia; pedunculos pubérulos de 7—15 
mm de largo; lobulos del caliz y de la corola asi 
como el ovario pubérulos; del noroeste de Haiti... 
I AI IRE CIA, NO, 10. A. caurina 
1. Hojas todas, o al menos las de las ramitas floríferas, transformadas en filo- 
dios laminiformes y simples (en A. melanoxylon algunas hojas de rami- 
tas jóvenes bipinnadas). 
13. Flores en cabezuelas globosas. 
14. Cabezuelas naciendo solitarias o geminadas en la axila de cada 
filodio; vainas rectas de 70-130x8-10mM............. 
A SUM O e A eS NL, 12. A. confusa 
14. Cabezuelas 2—9 dispuestas (todas o la mayoría) juntas en pe- 
queños seudoracismos áfilos, axilares, y más cortos que el fi- 
lodio. 
15. Filodio 1—nervios; vainas rectas de 55—100 x 6—8 mm .. 
ce o ll EAS 13. A. retinodes 
15. Filodios 3—5 nervios; vainas torcindas de 50-130 x 5-9 
mm. (Véase la nota debajo A. retinodes)............ 
O IO NT Se LEA E MAR O A. melanoxylon 
13. Flores en espigas elongadas. 
16. Filodios menos de 2 cm de ancho, glabros; vainas pocas, casi 
Powerade. OLI USO E PST, ABLE, 14. A. longifolia 
16. Filodios hasta 4—8 cm de ancho, a menudo finamente esca- 
bridos; varias vainas en cada espiga, torcidas en un espiral 


8 Moscosoa 5, 1989 


I. Series VULGARES Bentham 


1. ACACIA SKLEROXYLA Tussac, Fl. Antill. 1: 146, t. 21. 1811-13. - “Les 
Antilles” 

Mimosa angustifolia Lamarck, Encycl. 1:12. 1783. — “A Saint-Domingue” 
— Senegalia angustifolia (Lam.) Britt. & Rose, N. Amer. Fl. 23: 113. 
1928. — non Acacia angustifolia (Jacq.) Wendl., Comment. Acac. 34. 
1820. 

M. tenuifolia Descourtilz, Fl. Antill. 2: 105, t. 93. 1822; non Linn., 1753. 

Arbol inerme de 4—12 m, con madera dura y rojo-marron; foliolos muy 
numerosos y pequeños, hasta 20—50-yugados y 3-9 x 0.5—1.8 mm, inflo- 
rescencia 5-17 cm de largo; flores blancas (crema o amarillentas al enveje- 
cer), espigadas, melíferas; vaina anchamente linear, aplanada, de 70-150 x 
15—26 mm, insertada dentro del plano de las ramas foliosas, marrón oscuro 
o negruzco-marrón al madurar, leñosas y persistentes por un tiempo después 
de botar las semillas; semilla aplanada, marrón oscuro o negruzco-marrón, 
redondeada hasta ovada, 8—12 mm diámetro o 8-12 mm x 5-8 mm. Las 
semillas caen al suelo por gravedad o vuelan una corta distancia cuando son 
tiradas por el viento. Floración: marzo-mayo y agosto-septiembre, aparente- 
mente una vez al año, pero durante las estaciones lluviosas. Las vainas ma- 
duran varios meses después de la polinización de las flores, pero no tienen 
una estación muy distinta. Córbano, candelón, granolino (nombre no común 
usado cerca del poblado Bahoruco, Prov. Barahona). ENDEMICA a la Es- 
pañola. (Figs. 1 y 7). Frecuentemente un componente del bosque xerofitico, 
más común en la parte sur de la República Dominicana, sustrato calcáreo, 
elevación hasta 250 m.. 

Haití: fle Tortue, Presqu’ ile du Nord-Ouest. Ile Gonave, Cul-de-Sac. 
Republica Dominicana: Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, la base de 
la Cordillera Central, Sierra de Neiba, Hoya de Enriquillo, Llano de Azua y 
la Llanura Costera. 

El epíteto usualmente se escribe como scleroxyla, pero no es la ortografía 
de Tussac, la cual debe mantenerse. 

Nota: Grisebach (1864, p. 220, bajo del nombre inválido A. nudiflora 
Willd.) ha indicado de Haití, sin localidad exacta. a la A. muricata (L.) Willd., 
y Liogier citó de la misma un ejemplar recogido en la Española por Eggers 
3315a. Sin embargo no hemos confirmado su presencia en la isla. La A. 
muricata, endémica antillana, frecuente en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y 
más rara en las Antillas Menores, se asemeja a la A. skleroxyla por sus flores 
espigadas, pero se distingue por foliolos menos numerosos (hasta 12—20 
pares por pinna) y más grandes (hasta 12-30 x 3-10 mm) 


Moscosoa 5, 1989 9 


IS 


Fig. 1. A. Acacia farnesiana — vainas maduras. B. Acacia skleroxyla — vainas 
secas y abiertas, nótese las semillas de la vaina en el centro, Bahoruco, Prov. 
Barahona, República Dominicana. 


10 Moscosoa 5, 1989 


2. ACACIA VOGELIANA Steud., Nomencl. bot. ed. 2, 1:9. 1840. A. ambigua 
Vogel, Linnaea 10: 600. 1836. — “Hispaniola” [Ehrenberg]. — Holoti- 
po, B (destruído), isotipo, NY!US (fragm)! — Lysiloma ambigua (Vogel) 
Urb., Ark. Bot. 22A (8): 28. 1928, comb. illegit. Senegalia vogeliana 
Britton & Rose, N. Amer. Fl. 23: 116. 1928. Lysiloma vogeliana (Britton 
& Rose) Stehle, Bull. Mus. Hist. Nat. Paris II, 18: 193. 1946. 

Arbusto o arbolito de 2—10 m; flores blancas en pequeñas cabezuelas nu- 
merosas en panículas terminales de hasta 20 cm de largo; vaina anchamente 
linear, aplanada, de 100—125 x 20—25 mm, papirácea al madurar. Floración: 
(febrero) junio-septiembre. Frutos maduros enero-marzo. En los bosques ári- 
dos o semiáridos, sobre sustrato calcáreo, elevación sobre el nivel del mar 
hasta 700 m, en la República Dominicana y Haití. Reportada en Martinica, 
posiblemente introducida. 

Haití: Presqu ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, base del Massif de la Selle. 

República Dominicana: base de la Sierra de Neiba, Hoya de Enriquillo, base 

de la Sierra de Bahoruco, Península de Barahona, Llanura Costera. (F ig. 7). 

Aunque los estambres sean soldados entre sí en estemonozona corta, la 
dehiscencia de la vaina es la de Acacia, es decir valvar, y el exocarpio de sus 
válvulas en madurez no se desmenuza del endocarpio como sí siempre en el 
género Lysiloma. 


3. ACACIA WESTIANA DeCandolle, Prod. 2: 464. 1825. — “In ins. Sanctae- 
Crucis”. 
Senegalia westiana (DC) Britton & Rose, N. Amer. Fl. 24: 119. 1928. 

A. riparia auct. antll., ex parte; vix H.B.K. 

Bejuco armado de aguijones recurvos esparcidos; flores blancas en cabe- 
zuelas esféricas, éstas dispuestas en pseudoracimos terminales y axilares; val- 
na cartácea anchamente linear, aplanada, de 70-150 x 17—23 mm. En mani- 
guas y en bosques perturbados de tierra caliente, frecuente en Puerto Rico y 
las Islas Vírgenes, también en varias islas de las Antillas Menores. Reportado 
en Haití (sin lugar específico) por Urban (1920—1921) basada en un ejem- 
plar con colector no conocido en el herbario de Lamarck (P). No encontrado 
en la Espanola por botánicos contemporáneos. La A. westiana pertenece a 
un grupo complejo de Acacias neotropicales; tal vez se mostrará no especí- 
ficamente distinta de la A. riparia H.B.K. de América del Sur. 


ACACIA SENEGAL (L.) Willd., Sp. pl. 4: 1077, 1806. 
Mimosa senegal L, Sp. pl. 521. 1753. — “Arabia”. 
Arbusto o arbolito xerofítico las ramitas armadas en todos sus nudos con 
tres aguijones, la infrapeciolar recorvada en garapato; hojas pequeñas y pare- 


Moscosoa 5, 1989 11 


cidas a las de A. farnesiana; flores blanco-amarillentas en espigas; vainas 
oblongo-lineares, aplanadas, de 50-150 x 19-33 mm. Nativa de Africa 
tropical y Arabia, supuestamente (Liogier, 1985) cultivada en la Espanola. 


II. Series GUMMIFERAE Bentham 


5. ACACIA MACRACANTHA (Willd.) Poir. in Lam., Encycl. suppl. 1: 78. 1810. 

Mimosa macracantha Willd., Sp. pl. 4(2): 1082. 1806. — “Cumaná [ Vene- 

zuela]”, Humboldt.” — Holotipo, B-WILLD. — Poponax macracantha 
(Willd.) Killip, Caribbean Forester 9: 248. 1948. 

Mimosa lu tea Mill., Gard. Dict. ed. 8, no. 18. 1786. 

Acacia lutea (Mill.) Britton, Bull. Torr. Bot. Club 16: 327. 1889; non 
Leavenworth, 1824. Poponax lutea (Mill.) Britton & Rose, N. Amer. 
Fl. 23: 90. 1928. 

Arboles arbustivos de (1.5) 2—9 m; hojas sensitivas, con folíolos muy nu- 
merosos y pequeños; vainas erguidas y extendidas sobre el plano de la rama 
foliosa, lineares, casi rectas, 45-130 x 7-12 mm, comprimidas pero gruesas, 
usualmente algo estrechadas entre cada una de las 6(8)—14 semillas, las 
válvulas marrón oscuro o, en madurez, negruzco-marrón, indehiscentes. Las 
espinas estipulares varían de 3 hasta 30 mm de largo, las mayores compri- 
midas y carinadas. Bayahonda, diente de perro. (Fig. 2). 

Floración: (febrero-)mayo-noviembre. Frutos maduros: la estación no 
bien marcada, raramente recolectada si los frutos están en el suelo. Las vainas 
indehiscentes caen al suelo debajo del mismo árbol o no muy lejos. Las vacas 
comen las vainas maduras y descargan las semillas libre de sus válvulas. Estas 
semillas germinan fácilmente dentro del estiércol. 

En bosques y matorrales, xerofíticos, y espinosos, muchas veces como la 

especie dominante, común en casi toda la isla de la Española, hasta 1,500 m 
en las sierras. Su distribución actual probablemente resulta de la destrucción 
o la alteración del bosque seco y la diseminación de sus semillas por ganado. 
Este árbol es un invasor de terrenos baldíos y agotados. Una especie de una 
distribución muy amplia en el Caribe y en América del Sur. Haiti: Presqu’ ile 
du Nord-Quest, Massif du Nord. fle de la Gonave, Plaine Central, Massif de 
Matheux, Cul de Sac, Massif de la Hotte, Massif de la Selle. 
Republica Dominicana: Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, Cordillera 
Central (hasta 1,500 m), Valle de San Juan, Hoya de Enriquillo, Sierra de 
Bahoroco, Isla Beata, Peninsula de Barahona, Llano de Azua, Llanura Cos- 
tera, Isla Saona. (Fig. 8). 


6. ACACIA TORTUOSA (L.) Willd., Sp. pl. 4(2): 1083. 1806. Mimosa tor- 


12 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 2. Acacia macracantha. A. Habito de arbolito, con Richard A. Howard. 
B. Rama florecida. C. Vainas extendidas sobre el plano de la rama. D. Espi- 
nas estipulares. Las Mercedes, Prov. Pedernales, República Dominicana. 


tuosa L., Syst. ed. 10, 2: 1312. 1759. — Sin localidad, pero probable- 
mente de Jamaica (P. Browne). Holotipo, LINN 1228.27. — Popanax 
tortuosa (L.) Raf., Sylva Tellur. 118. 1838. 

Arbolito de 2—5 m, muy parecida a la A. macracantha, pero con hojas más 
pequeñas y más sencillas; las espinas estipulares casi cilíndricas y pubescen- 
tes, hasta 4.5 cm de largo en ramitas de crecimiento rápido. Vaina 5.5—12 
cm x 5-8 mm, usualmente pubérulas cuando verde, marrón oscuro o negruz- 
co-marrón al madurar y arrugada al secar, dehiscente por lo largo de la vaina. 
Semillas 5-13 cada vaina. Flores y frutos maduros: las estaciones no bien 
marcadas. (Fig. 3). 


Moscosoa 5, 1989 13 


Fig. 3. Acacia tortuosa. A. Vaina madura colgando bajo el plano de la rama. 
B. Semillas maduras, vaina madura, vaina verde (izquierda a derecha). C. Ra- 
ma florecida. Entre Boca de Cachón y Tierra Nueva, Prov. Independen- 
cia, República Dominicana. 


14 Moscosoa 5, 1989 


En el bosque drido y espinoso, muchas veces con Acacia macracantha y 
Prosopis juliflora, desde el nivel del mar hasta 400 m. Aqui, mucho menos 
común que la anterior. Mayormente distribuida en la region mexicano- 
caribe. Haiti: Cul-de-Sac. República Dominicana: Valle del Cibao, Valle de 
San Juan, Hoya de Enriquillo. (Fig. 7). 


7. ACACIA FARNESIANA (L.) Willd., Sp. pl. 1: 521. 1753. Mimosa farnesiana 
L., Sp. pl. 521. 1753. — “Habitat in Domingo”. Ya no se señaló holo- 
tipo. 

Vachellia farnesiana (L.) Wight & Arnott, Prodr. 272. 1834. Poponax 
Jarnesiana (L.) Raf., Sylva Tellur. 118. 1838. 

Arbustiva, hasta 5 m. Hojas parecidas a A. tortuosa, pero las pinnas menos 
numerosas y los foliolos penninervados por el envés. La vaina casi cilíndrica 
y por lo general arqueada, 40-70 x 10—17 mm, pulposa adentro, con vál- 
vulas negruzco-marrón o casi negras al madurar, dehiscente, longitudinal- 
mente estriadas y las semillas biserradas son características de esta especie. 
Aroma. Floración: enero-junio. (Fig. 1) 

Su distribución casual en la Española; posiblemente nativa (?) o naturali- 
zada, en matorrales secos y a veces no lejos de habitaciones. También, en 
cultivo como ornamental. Flores melíferas y muy aromáticas. De regiones 
tropicales y subtropicales en las Américas, desde México hasta Argentina 
y en el Caribe, también (introducida) en el Viejo Mundo. Fue introducida 
a Europa en el siglo XVI y desde el XIX allí se la cultiva por sus flores per- 
fumadas (la “cassie” del comercio). Haiti: Massif de la Hotte (“natural”), 
Cul-de-Sac (“natural”). República Dominicana: base de la Cordillera Central 

“natural”), Península de Samaná (““natural” y cultivada). (Fig. 7). 


8. Acacia cucuyo Barneby & Zanoni, sp. nov. (Figs. 4 y 8). 

Cum speciebus cubanis generis segregati Feracaciae Britton & Leon et cum 
hispaniolensibus A. barahonensis Urb. & Ekm. et A. caurina Zanoni & 
Barneby associanda, ab his omnibus foliorum plurimorum pinnis bijugis 
(nec omnium conjugatis) leguminisque forma et dehiscentia eximie diversa. 
Legumen sessile, anguste oblongo-ellipsoideum subincurvum et de latere 
modice compressum (20-)25—65 x (8-) 11—17 x 9—14 mm, dorso convexum, 
et aperte sulcatum, pulpa farctum, valvulis inmaturis succulentis glabris 
viridibus demum chartaceo-crustaceis nigricantibus; dehiscentia per suturam 
ventralem depressam hiatem follicularis, legumine delapso naviculari; semina 
transversa 1-seriata, pulpa exsiccata dura induta. | 

TIPO. REPUBLICA DOMINICANA. Prov. Azua: en bosque de Acacia 
(esta especie, aquí común) y mucho Clusia, Sierra Martín García, Loma de 


Moscosoa 5, 1989 15 


Fig. 4. Acacia cucuyo. A. Arbol con su forma tipica de crecimiento, ramifi- 
cando a pocos metros del suelo. Los tipos de esta especie fueron tomados 
de este arbol. Loma Copey, Sierra Martin Garcia, Republica Dominicana. 
B. Tallo principal de una planta joven, con sus espinas erizadas. C. Corteza 
casi lisa de un arbol grande que proporciono las muestras del tipo, es el mis- 
mo arbol de la Fig. 4—A. D. Flores. E. Vainas verdes expuestas sobre el nivel 
del plano de la rama. 


16 Moscosoa 5, 1989 


Copey, más o menos 3 km (por aire) al SO de Barrera, 18°18’ N, 70%56'0, 
elev. 780 m, 23 feb. 1987 (fl y fr), T. Zanoni, J. Pimentel & R. García 36370 
(holotipo, JBSD; isotipo, GH, K, NY, S, US). 

Arbol erecto, hasta 10 m de alto, tronco hasta 45 cm diámetro; ramas 
virgadas, escabroso-lenticilada, densamente foliosas, armadas en cada nudo 
con un par de estípulas espinosas debajo de la hoja decidua. Espinas adultas 
aciculares, ahusadas y puntiagudas, subteretes, rectas o un poco arqueadas 
hacia afuera, 2.5—8 X 0.4—1 mm, castaño-purpúreo cuando joven, cenizo 
cuando adulto, los tallos juveniles más de 15 cm de diámetro también arma- 
dos con pares de abreviados braquioblastos áfilos compuestos de ahusadas 
espinas estipulares de hasta 20 x 1 mm agrupadas en un corto eje común. 
Hojas mayormente y todos los pedúnculos fasciculados sobre los braquio- 
blastos axilares. Ramitas juveniles y todos los ejes foliosos diminutamente, 
sucio o pálido-pilosulosos, con trocomas divergentes de no más de 0.2 m 
de largo. Folíolos bicolores, verde oscuro y semibrillosos en el haz, y un 
poco más pálido en el envés, microscópico ciliolados. 

Hojas primarias de ramas de crecimiento normal de 1 6 2 pares de pinnas; 
raquis foliar* hasta 1 cm, todas hojas de braquiblastos conyugo-pinnada, 
pecíolo 1.5—2 mm; no estipulado; cóncavo, nectario pálido-marginado 0.5— 
0.7 mm x 0.4—0.6 mm de diámetro y entre los pares inferiores o único par 
de pinnas; raquis de pinnas (10-)13—33 mm, redondo dorsalmente, (1-)1.2— 
2.2 mm entre folíolos, canaliculado lateralmente y carinado ventralmente. 
Folíolos 8—14(15)-yugados, linear-oblongo, base obtusangulada, los de 
cerca de y arriba del centro del raquis más o menos 4—7.5 x 1-2 mm 
(3.2—4.1 veces más largo que el ancho), obtusas o apiculadas, cuando seco 
los nervios no visibles en la haz, en su envés carinado por el nervio subcéntri- 
co, ese nervio ramificado en ambos lados, nervios secundarios simples o ra- 
mificados una vez y no llegando al márgen del folíolo. 

Pedúnculos fasciculados, 2-4, cuando en antesis 6—13 x 0.5 mm, engor- 
dado y casi 2 mm de diámetro cuando con frutos. Involucro de 3 bracteo- 
las casi libres colocadas casi 1 mm debajo de la cabezuela, esa sin filamentos 
y más o menos 4 mm de diámetro. Receptáculo globoso y de 1.5 mm de diá- 
metro; brácteas florales ovadas y más o menos 0.3 mm de largo, Flores 
glabras con los lobos del cáliz microscópico ciliados, pentámeras. Cáliz 
rojizo-anaranjado, campanulado (0.9-)1.1—1.4 x 0.5—0.6 mm, lobos ovados 
y más o menos 0.2 mm. Corola anaranjado-amarilla, cilíndrica, 2.6—2.8 mm 
de largo, lobos ovados y obtusos 0.3 mm. Filamentos 15—18, anaranjado- 
amarillo, más o menos libre hasta su base, exsertos 1.5—2 mm por fuera de 


* El término “raquis foliar” indica el pecíolo y el raquis de la hoja compuesta en Acacia. 


Moscosoa 5, 1989 17 


la corola. Anteras más o menos 0.2 mm diámetro. Ovario casi estipulado, 
glabro, 9-14 ovulado. 

Vainas extendidas sobre el nivel de la ramita, 1—2 en cada cabezuela, sési- 
les, estrechamente oblongo-elipsoides, obtusas, ligeramente arqueadas y 
comprimidas lateralmente, (20-)25—65 x (8-)11—17 x 9-14 mm, redonda 
sobre la sutura cóncava dorsal y ligeramente sulcada sobre la sutura convexa 
ventral, el fruto maduro sólido, excarpo fino, verde, brilloso, y glabro, ro- 
deando una pulpa verde y jugosa que envuelve los óvulos, válvulas papiráceo- 
crustáceas y negro al madurar, pulpa se encoge por adentro pero adherente a 
las semillas uniserradas, esas puestas transversalmente al eje a lo largo de la 
vaina, dehiscentes por la sutura ventral (folicular) a todo lo largo de la vaina. 
La vaina dehiscente navicular. Semillas llenas y lentiformes, más o menos 
4 x 3—3.3 mm, testa marrón y semi-brillosa, línea fisural mas o menos 
3 x 2 mm. Germinación de la semilla epigea; primeras hojas juveniles 
paripinnada y 8—foliada, otras hojas juveniles conyugado-pinnadas, cada 
pinna 10—foliolada. 


Acacia cucuyo pertenece, por razón de sus espinas estipulantes, a Ser. 
Gummiferae Bentham, asociada con el grupo de Acacias antillanas segregado 
por Britton y León (Britton & Rose, 1928, p. 86) como el género Feracacia, 
aunque es anómala en aquel contexto por el número de las pinnas y la forma 
de la vaina. Dentro de la Serie Gummiferae se distinguen las Feracacias por 
dos características: a) las hojas conjugado-pinnada; y b) la presencia en los 
tallos viejos de braquioblastos armados ferozmente, homólogo a los del 
género Gleditsia (Fabaceae). Los braquioblastos cuando el eje primario está 
reducido, parecen un erizo. La vaina de las Feracacias típicas: A. daemon 
Ekm. & Urb., A. bucher Marie-Vict., y A. barahonensis, (mejor descrita en 
este artículo), aquella poco conocida especie cubana A. belairoides Urb. 
(de vaina desconocida todavía), es delgada ondulada, linear y comprimida, 
esta se asemeja a aquella de la continental A. constricta Benth., que dehisce 
inertemente por ambas suturas y no tiene la pulpa que rodea las semillas. En 
contraste, la vaina de A. cucuyo es oblicuamente elipsoide, en perfil convexa 
en su dorso y hundida o, al madurar, canaliculada en su vientre. Se abre con 
un folículo en su sutura seminífera solamente y está abierta para poner a 
descubierto las semillas dentro de la pulpa. La manera de diseminar las 
semillas no se conoce, pero posiblemente se involucra a las aves. Aunque 
sus espinas la colocan dentro de la clase de gleditsia característico de las 
Feracacias cubanas, se distingue la A. cucuyo de las otras especies no sola- 
mente por sus vainas distintas, sino por los dos pares de pinnas en la mayoría 
de sus hojas. Este síndrome no es conocido en Ser. Gummiferae. Su vaina 


18 Moscosoa 5, 1989 


pulposa parece algo a la de A. Farnesiana L., pero aquella es subterete, in- 
dehiscente, caracteristicamente tiene valvulas estriadas, y semillas biseriadas. 
El color anaranjado del periantio y de los filamentos de los estambres y el 
menor número de estambres también distinguen a A. cucuyo de las otras 
espinosas Acacias neotropicales. 

Se encuentra esta especie solamente en un área pequeña del bosque pri- 
mitivo en los altos de la Sierra Martín García. Los carboneros y conuqueros 
han reducido el área cubierta por el bosque original. Acacia cucuyo y Clusia 
rosea (“copey”) son los componentes principales de la Loma del Copey, 
elevación 780-800 m, sobre la roca calcárea casi sin suelo. No se tumba 
“cucuyo” para hacer carbón, pero si ocasionalmente para hacer estantes y 
empalizadas. La madera es muy dura, y por eso resulta muy difícil tumbar 
los árboles. 

Los troncos de los arbolitos tienen agrupaciones de espinas en forma de 
erizos en sus nudos. Los árboles maduros tienen una corteza algo lisa y no. 
espinosa. El fruto parece una canoa cuando maduro y abierto. 

Los ejemplares del tipo incluyen ramas floríferas tomadas de un árbol y 
ramas con frutos. 


9. ACACIA BARAHONENSIS Urban € Ekman, Ark. Bot. 22 A (8): 29. 1928 
—““in prov. Barahona inter Couéve-en-Haut et Trujín, solo quaternario- 
calcareo”. Ekman H—7043. Holotipo B (destruído); isotipo S! 

Un arbolito arbustivo hasta 3 m de alto, deciduo durante la estación seca 

y florecido cuando sin hojas. Ramas annótinas y viejas escamosas y gris, 
armadas en los nudos foliosos con pares de espinosas estípulas ascendentes, 
teretes, raquis foliar de hasta 9—15 x 0.4—0.7 mm, y algunos troncos con 
braquiblastos áfilos y erizados, glabros (excepto con tricomas diminutos 
cuando juveniles). Globosas cabezuelas pequeñas de 2—4 flores anaranjado- 
amarillas, en las axilas de hojas caídas de ramas áfilas. Pecíolo y raquis 1—2.5 
mm de largo, un nectario 0.4—0,6 x 0.3—0.5 mm oblicuamente truncado y 
estipitado; pinna un par en todas las hojas, el raquis (4-)6—20 mm, los seg- 
mentos entrefoliares 0.6—1.7 mm; folíolos (5)6—10(11) pares, estrechamente 
oblongos u oblongo-elíptico, ápice obtuso, base oblicuamente semicordada, 
los mayores 1.5—5 x 0.6—1.6 mm, láminas maduras aplanadas, brillosas, 
verde-olivo, subconcolorosas, nervio principal delgado y céntrico, algo 
carinado en ambos lados de la hoja, pinnado y no muy visible en el envés. 
Pedúnculos 3.5—5 mm de largo en antesis, engordados hasta más o menos 
1 mm de diámetro cuando con frutos maduros, con un involucro lobulado 
bajo la primera flor. La cabezuela más o menos 5.5 mm de diámetro y sin 
filamentos cuando en antesis; brácteas espatuladas 0.8 x 0.3 mm, persistentes; 


Moscosoa 5, 1989 19 


periantio pentamero, caliz campanulado 1—1.2 x 0.7 mm, lobos erectos 
0.2 mm; corola profundamente campanulada 2 mm, lobos ovados y agudos 
mas o menos 0.3 mm, androecio mas o menos 35-mero, 3 mm, anteras 
0.2 mm de diametro; ginoecio glabro 4 mm, ovario cortamente estipitado 
y glabro, estilo filiforme y exsertado más o menos 1 mm fuera de las anteras. 
Las vainas 1—2 en cada cabezuela, lineares y onduladas en perfil, 70-150 x 
4.5—6 mm, muy poco comprimidas pero sin quillas marcadas por las suturas 
salientes, su base atenuada en forma de estípite de 4—6 mm de largo con un 
ápice como un pico corto, estéril, las válvulas finamente carnosas, coriáceas, 
delicadas y brillosas, marrón oscuro o casi negruzco al madurar; dehiscente 
por ambas suturas, inerte; semillas uniseriadas 9—14, lenticular, más o menos 
4.5—3 mm, testa marrón sin brillo, línea fisural cerrada. 

En el bosque seco sobre roca calcárea, casi nivel del mar hasta 400 m, 
conocida solamente para la Península de Barahona (Prov. Pedernales), Sierra 
de Martín García (Prov. Azua), e Isla Beata. (Figs. 5 y 8). REPUBLICA 
DOMINICANA: Península de Barahona, Prov. Pedernales, entre La Sábila 
y Sabana del Cacheo, al sur de Manuel Goya (de Oviedo), elev. 150—200 m, 
17° 50’ N, 71° 32’ O, 12 jun 1986 (fl, fr), Zanoni, Mejía & García 36610 
(JBSD, NY). Sierra Martín García: Prov. Azua, 5 km al S del poblado de 
Barrero, en bosque cercano a la costa, sobre rocas calizas en el subidero 
y Loma La Mesa, vegetación enana por el efecto del viento, elev. 30 m, 
18° 19 N, 70° 54’ 0, 12 nov. 1985 (estéril) Pimentel, García € Caminero 
321, (JBSD, NY); en la Loma Alto de Yagua, 7—8 km al SE del poblado de 
Barrero, zona muy alterada, sus árboles talados para hacer carbón, con 
Metopium, Eugenia & Gyminda, 18° 19 N, 70° 55’ O, alt. 400 m, 13 nov. 
1985 (estéril), Pimentel, García & Caminero 358 (JBSD). Isla Beata: zona 
arenosa a 300 m del campamento de la Marina de Guerra en dirección a 
Punta Lanza con Gramineas, elev. 0-3 m, 17° 36.5’ N, 7131.50, 31 ago 
1985 (estéril) García & Pimentel 551 (JBSD). 

El redescubrimiento de A. barahonensis, que se describió originalmente 
a partir de muestras estériles, nos permite presentar por primera vez una 
descripción completa y establecer seguramente su posición taxonómica 
dentro de Acacia Ser. Gummiferae. Aunque Ekman recolectó material 
estéril, debió haber comprendido de los braquiblastos espinosos de los 
troncos maduros y las hojas con pinnas conjugadas que la especie domini- 
cana está relacionada con la A. daemon, que él mismo recolectó y descri- 
bió de la Provincia Oriente de Cuba. La relación entre estas especies se 
puede confirmar, y las diferencias notadas son: 4. barahonensis tiene menos 
folíolos en cada pinna (hasta 6—11 y nol1—25 pares), con espinas más cor- 
tas y más delgadas y no ahusadas. Las flores de A. daemon brotan sobre las 


20 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 5. Acacia barahonensis. A. Arbolito, con José D. Pimentel B. B. Braquio- 
blastos con espinas erizadas en un tronco principal. C. Vainas verdes, rectas 
y arqueadas. D. Rama florecida, nótese las espinas estipulares. Al sur de 
Las Tres Charcas (de Oviedo), Prov. Pedernales, República Dominicana. 


ramas cubiertas con hojas y A. barahonensis florece cuando no tiene hojas. 
Es difícil distinguir entre las vainas de las dos especies. No sé el color de la 
flor de A. daemon; el de A. barahonensis es un color no común de anaranja- 
do-amarillo. Las características de la especie A. caurina de Haití, probable- 
mente relacionada, se menciona bajo la descripción de aquella especie en 
este artículo. 


10. Acacia (Sect. Gummiferae Benth.) caurina Barneby & Zanoni, sp. nov. 
(Fig. 8). 


Moscosoa 5, 1989 Ed 


Hucusque cum A. barahonensis Urb. & Ekm. commutata, sed ab ea statura 
demissa vix 1 m alta, ramulorum foliatorum stipulis spinosos 2—5 (nec 9— 
15) mm usque longis, pedunculis perianthioque hispidulis diversa. Rami 
aphylli spinosi nulli vel haud collecti; legumen deest. 

TIPO. HAITI, [Départment Nord-Ouest] ; sprawling shrub on rocks, arid 
mountain slope west of bay, vicinity of Port-a-1"Ecu, 15—17 march 1929 (fl), 
Emery C. & G. M. Leonard 13863 (Holotipo: US! isotipos: A!, GH!, NY!) 

Arbusto de más o menos 1 m de alto, fuertemente ramificado xeromórfico 
y micrófilo, la corteza de las ramas cenizo-blanco y no lenticular; armadas en 
la mayoría de sus nudos por un par de espinas estipulares, divergentes, as- 
cendentes y marrón, 2—5 mm de largo. Las hojas conjugado-pinnadas con 
pecíolos muy abreviados y los pedúnculos fasciculados sobre los braquiblas- 
tos escamosos. Las ramitas y los pedúnculos densamente puberulentos. Los 
folíolos gruesos y aplanados bicoloridos y glabros en su superficie pero cilio- 
lados. 

Peciolo 1—2.5 mm de largo con un nectario 0.3—0.5 mm de largo, y 
0.25—0.4 mm de diámetro en su cabeza cóncava. Raquis de pinnas 4—10 mm 
de largo, los segmentos entrefoliares 0.4—1 mm de largo, carinados ventral- 
mente, comprimidos lateralmente. Folíolos 5—9 yugados, los primeros y 
últimos pares más pequeños, los otros oblongos a oblongo-abovado, base 
semicordada, los folíolos más grandes 1.8—3.4 x 0.6—1.2 mm (más o menos 
2.3—3.8 veces más largo que ancho), el haz sin nervios y el envés débilmente 
costado por el nervio céntrico no ramificado. 

Pedúnculos 1—3 en cada nudo, en antesis 7-12 mm de largo con un invo- 
lucro lobulado 1.5—2 mm debajo de la cabezuela ovada. Cabezuela sin fila- 
mentos 5—6 x 4 mm; receptáculo anchamente claviforme, hasta 4 x 1 mm, 
flores ““verdoso-blanco” o “verdoso-amarillento’’, cuando seco el cáliz y la 
corola castaños, los filamentos pardo-claro; brácteas, cáliz y corola un poco 
hispidulosos en sus extremos; brácteas estrechamente estipuladas, más o 
menos 0.6 x 0.2 mm. Flores pentámeras, con más o menos 50 estambres. 
Cáliz campanulado más o menos 1 x 0.8 mm, el tubo obscuramente nerviado, 
lobos obtusos y deltoideos 0.15 mm. Corola estrechamente campanulada, 
1.9—2.1 mm, lobos ovados 0.4—0.45 mm. Filamentos de los estambres uni- 
dos en su base, exertando hasta 1 mm. Pistilo más o menos 7 mm de largo. 
Ovario sesil, 1 mm de largo, estilo glabro con un estigma terminal y diminu- 
to, exertado 1 mm más lejos que las anteras. La vaina no es conocida todavia. 

Liogier (1985, p. 16—17) refiere los ejemplares del tipo de A. caurina a 
la poco conocida A. barahonensis, de la cual, la primera descripción comple- 
ta se publica en este artículo. Es semejante según el número de pinnas y de 
los folíolos en cada pinna, y se puede distinguir por su hábito pequeño y 


22 Moscosoa 5, 1989 


difuso, sus espinas estipulares más cortas que las ramitas foliosas, sus flores 
sincrónicas con las hojas nuevas y sus inflorescencias, periantios y ovarios 
hispidulosos. Los ejemplares examinados no muestran los braquiblastos eri- 
zados y Leonard no los menciona en sus notas de campo. Todavía no se han 
recolectado las vainas, y por eso no se puede decir con certeza que A. caurina 
pertenece a la agrupación Feracacia dentro Ser. Gummiferae, aunque la for- 
ma de la cabezuela sugiere esta conclusión. Las espinas estipulares son más 
cortas que las de cualquier otra especie cubana referida a este grupo. El 
color floral, recordado por Leonard como “‘verdoso-amarillo” (no. 13863) 
o “verdoso-blanco” no. 13860) contrasta bien con el anaranjado-amarillo 
de A. barahonensis. HAITI, Departement Nord-Ouest: shrub 2 ft high, 
flowers greenish-white; steep mountain slope west of bay, vicinity of Port- 
a-l’Ecu, 15—17 march 1929 (fl), Emery C. € G. M. Leonard 13860 (parati- 
pos, NY, US). 

Etimología del epíteto: del latín caurus, viento del noroeste, en alusión 
al departamento haitiense Nord-Ouest. 


III. SERIES BOTRYOCEPHALAE Bentham 


11. ACACIA DEALBATA Link, Enum. pl. berol. 2: 445. 1822. — Descrita de 
una planta cultivada en Berlín. 

A. decurrens sensu Liogier, 1985; non Willd. 

Arbol de hasta 12 m; hojas con hasta 25 pares de pinnas y 20—50 pares 
de folíolos pequeños; una glándula entre cada par de pinna; flores amarillas 
en cabezuelas esféricas, éstas reunidas en panículas amplias y terminales; val- 
na aplanada, de 30-86 x 8—12 mm, funiculo de las semillas engrosado en 
arilo pequeño. Floración: noviembre-marzo. 

Conocida naturalizada solamente en el área de Furcy, Haití, elevación 
1650-1800 m, donde era introducida como ornamental. Aparentemente 
reproduciéndose por semillas pero no hemos visto ejemplares con frutos. Na- 
uva de Australia. | 
Haití: Massif de la Selle (naturalizada) 

Véase Isely (1973) acerca del nombre correcto de la 4. dealbata. 


IV. Series PHYLLODINEAE Bentham 


12. ACACIA CONFUSA Merrill, Philip. J. Sci. 5 (Bot): 27. 1920. — Tipo: Subig, 
Luzon, Islas Filipinas, Merrill 2114. Isotipo: NY! 

Arbol de 4-6 m; filodios de 60—110 x 6—8 mm; cabezuelas axillares, flo- 

res amarillas; vaina linear, recta y aplanada, 70-130 x 9—10 mm, semilla 


Moscosoa 5, 1989 23 


ovada y aplanada, 5—6 x 3.5—4 mm. Acacia. Flores y frutos: estaciones no 
bien marcadas. 

Algo frecuente en cultivo en La Española, produciendo semillas, pero 
todavía no conocida como una planta naturalizada. Nativa de la isla Formosa 
(Taiwan) y las Filipinas. Introducida a cultivo en los subtrópicos y trópicos 
mundialmente. 

República Dominicana: Cordillera Central y Llanura Costera, a veces aparece 
fuera de cultivo aunque cuando cultivado. (Fig. 6). 


13. ACACIA RETINODES Schlechtendal, Linnaea 20: 664. 1847.— “[Behr] 
189 .. Sudaustralien”. 

A. neriifolia auct. hispaniol., non A. Cunningham. 

Arbusto o árbol mediocre; filodios 40-200 x 3—15 mm, uninervios; cabe- 
zuelas pequeñas, esféricas, cortamente racimosas, axilares; flores amarillas; 
vainas de 40—140 x 6—8 mm, rectas. 

Reportada en cultivo en la Española por Liogier (1985), pero no hemos 
visto ningún ejemplar de herbario. Nativa de Australia. La A. melanoxylon 
R. Br. in Aiton es una de las Acacias más frecuentemente cultivada en los 
trópicos y es muy parecida a A. retinodes. 


14, ACACIA LONGIFOLIA Willd., Sp. pl. 4: 1052. 1806. — “in Nova Hollan- 
dia”. 

Arboles arbustivos, casi glabros; filodios arqueados 50-150 x 8—15 mm, 
con 2 6 3 nervios prominentes; flores amarillas en espigas axilares de 4—5 cm 
de largo; vaina 60—110 x 3—6 mm, casi recta. 

Natural de Australia. Introducida de Puerto Rico antes de 1947 y culti- 
vada en la plantación de caucho de B. F. Goodrich Co. en Piedra Blanca, 
República Dominicana. Solamente conocida en cultivo, no común en la 
República Dominicana. 


15. ACACIA MANGIUM Willd., Sp. pl. 4(2): 1053. 1806. —‘‘in Moluccis”. 
Holotipo: Rumphius, Herb. amboin. 3: t. 81! 

Arbusto o árboles escabro-pubérulos; filodios arqueados hasta 100—240 x 
45—80 mm, con cerca de 4 nervios prominentes; flores amarillas en espigas 
axilares; vaina alargada 3—5 mm de ancha, torcida en espiral abierto. Man- 
gium. Introducido a cultivo en 1984 como árbol maderable por ENDA—Ca- 
ribe cerca de Zambrana, Cotuí y Tireo Arriba, Constanza, República Domi- 
nicana. De crecimiento rápido. Con flores en 1988. Nativa de Australia, Nue- 
va Guinea y las Islas Moluccas (National Research Council, 1983), donde 
es conocida como una invasora. 


24 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 6. Acacia confusa — rama florecida, cultivada. 


Especie excluida 


La Acacia domingensis Bertero ex DC, (Prodr. 2:464. 1825) es la Mimosa 
domingensis (DC) Bentham. 


Agradecimientos 


Queremos agradecer a los herbarios “‘Smithsonian Institution’’ (US), “New 
York Botanical Garden” (NY), y de la Universidad de Harvard (A £ GH) por 
el permiso para estudiar material de herbario. A los Drs. James Luteyn y 
María Lebrón-Luteyn, Dr. Scott Mori y esposa, y Dr. William Buck por su 
hospitalidad durante nuestra visita a New York; al Sr. A. Joseph Ossi y espo- 
sa, por su hospitalidad durante la visita a Washington DC; y al Dr. Richard 
A. Howard y esposa, por su hospitalidad durante nuestra (T. Zanoni) visita 
a Cambridge, Massachusetts, todos estos viajes en 1987. Especialmente 
agradecemos a José Pimentel B. y a Ricardo García G., quienes descubrieron 
Acacia cucuyo en el campo. 


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Moscosoa 5, 1989 


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Moscosoa 5, 1989 27 


Literatura citada 


Barneby, R. 1988. Obolinga, a new genus of Mimosaceae tribe Ingeae from 
Hispaniola. Brittonia (en prensa). 

Britton, N.L. & J. N. Rose. 1928. Mimosaceae N. Amer. Fl. 23:1—136. 

ENDA—Caribe. 1987. Acacia mangium, un árbol maderable de crecimiento 
rapido. Agroforesteria y Conservacion, estudios y experiencias. ENDA— 
Caribe: Santo Domingo, Republica Dominicana. (fotocopiada, sin 
paginacion). 

Grisebach, A.H.R. 1859—1864. Flora of the British West Indian Islands. 
Lovell Reeve & Co. London. (p. 220, 1864). 

Isely, D. 1973. Leguminosae of the United States: I. Subfamily Mimo- 
soideae. Mem. New York Bot. Gard. 25(1): 1-52. 

Judd, W.S. 1984. A new species of Rhodopis (Fabaceae) from Hispaniola. 
Sida 10:203—206. 

Liogier, A.H. 1985. La flora de la Espanola III. Universidad Central del Este 
(San Pedro de Macoris, Republica Dominicana) Vol. 56, Ser. Ci. 22. 
Moscoso, R. M. 1943. Catalogus florae domingensis (Catalogo de la flora 

dominicana). L. & S. Printing Co., Inc.: New York. 
National Research Council. 1983. Mangium and other fast-growing Acacias 
for the humid tropics. National Academy Press: Washington, DC. 
Urban, I. 1920—1921. Flora domingensis. Symbol. Antill. 8:1—860. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 28-54 


LA FLORA Y LA VEGETACION DE LA ISLA CATALINA, 
REPUBLICA DOMINICANA 


T. A. Zanoni, M. M. Mejia P., 
J. D. Pimentel B. & R. G. Garcia G. 


Zanoni, T. A., M.M. Mejia P., J. D. Pimentel B., & R. G. Garcia G. (Jardin Botanico 
Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). La flora y la vegeta- 
cion de la Isla Catalina, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 28-54. 1989. La Isla Cata- 
lina tiene un area de aproximadamente 9 kilometros cuadrados y esta localizada cer- 
ca de La Romana, en la parte sudeste de la isla Espafiola. La flora tiene componentes de 
la costa, de salinas, y del interior donde esta el bosque subtropical sobre roca calcacea. 
La flora es muy parecida a la de tierra firme, pero es mas pobre. Se describen doce zonas 
de vegetacion y se incluye una lista de especies encontradas con indicaciones de sus for- 
mas de vida, status y habitats. 


Isla Catalina is a small island of 9 square kilometers, located on the southeastern coast 
of the island of Hispaniola (Dominican Republic and Haiti). The island was probably 
formed when part of the coastal coralline shelf separated from what now forms tierra 
firme inmediately north of the island. The flora has three distinctive components - the 
coast, the saline areas, and the interior. Twelve major vegetation zones are recognized 
for the island. The vegetation is described and a list of vascular plants with their life 
forms and habitats is included. 


Las florulas de las islas pequenas pertenecientes a la isla Espanola han sido 
un fenómeno en el presente siglo. La fuerza principal en el trabajo de reco- 
lectar datos florísticos y sobre la vegetación fue Erik L. Ekman, un botánico 
sueco quien recolectó en la isla Española en 1917 y entre 1924-1931. El 
trató las florulas de las islas Tortuga (Ile Tortue; Ekman, 1929 a), Navasa 
(1le Navasse; Ekman, 1929 b), Gonave (Ile Gonave, Ekman 1930 a) de Haiti, 
y los Cayos de los Siete Hermanos, cerca de Monte Cristi, de la Republica 
Dominicana (Ekman, 1930 b). Las primeras florulas sobre islas dominicanas 
trataron Isla Beata (Ostenfeld, 1924; Howard, 1955; Anon, 1986a & 1986b) 
e Isla Alto Velo (Howard, 1955; Marcano y Cicero, 1981). Otras dos 
florulas recientes trataron las diminutas islas La Matica (Mejia & Zanoni, 
1981) y La Piedra o de los Pinos (Zanoni & Mejia, 1982) de las cuales 
tenemos unas revisiones en preparación con notas sobre los cambios de la 
flora y la vegetación después de transcurrir cinco años. 

Nuestras exploraciones botánicas en toda la isla Española en los últimos 
ocho años incluyen visitas a la Isla Catalina y su vecina Saona (trabajo de 
campo no terminado todavía) y a la Isla Beata (trabajo preliminar). 

Luego de estos inventarios, hemos llegado a la conclusión de que estamos 
contentos con nuestro reconocimiento de la vegetación y la recolección de 
las especies de Isla Catalina. La isla es pequeña y accesible en casi su totali- 


Moscosoa 5, 1989 29 


dad, por lo cual fue posible terminar el trabajo en diciembre de 1986. Aqui 
entregamos nuestro reporte. 

En los últimos meses, Isla Catalina ha aparecido en los periódicos domini- 
canos casi semanalmente. Fue publicado que algunos inversionistas tienen 
interés de arrendar la isla o parte de ella para desarrollar un centro turístico. 
Si este proyecto llega a realizarse, la superficie de vegetación de Isla Catalina 
cambiará drásticamente. Tenemos entendido que no existe otro estudio serio 
sobre la flora y la vegetación de Isla Catalina. Nuestro trabajo podrá quedar 
como la única evaluación antes de los cambios previstos. 


Isla Catalina 


La Isla Catalina, con un área de aproximadamente 9 km’, está localizada 
al suroeste de la ciudad de La Romana, Provincia La Romana, República 
Dominicana. Tiene forma de un triángulo ligeramente irregular. Está sepa- 
rada de tierra firme por un canal profundo de 2 km de ancho. 


Historia reciente 


En La Catalina se han venido realizando numerosas actividades, que de 
una u otra forma han afectado su ambiente natural. La historia no es bien 
conocida, pero podemos relatar una parte de ella. En 1889, el presidente 
Ulises Heureaux, por medio del decreto 2802, concedió por 25 años la Isla 
Catalina al General Ramón Castillo para establecer un hato de ganado mayor 
(Sang, 1987). 

Cerca del final de la década de los 1950, fue construído un pequeño aeró- 
dromo con la pista sin pavimentar, de aproximadamente 1.5 km de largo. 
Para esa época era usado como un aeródromo privado. En la actualidad, 
este aeropuerto no tiene uso y se ha cubierto de hierbas y arbustos como 
resultado de la regeneración natural del bosque. También durante la década 
de los 1950, la Fuerza Aérea Dominicana usó la isla como blanco en sus 
prácticas de tiro desde los aviones. 

La agricultura y la ganadería se han llevado a cabo en las hondonadas 
donde se ha formado una frágil capa vegetal. Hemos encontrado plantas de 
limón agrio, lechoza y naranja agria en algunos de los conucos abandonados. 

Al parecer la actividad más fuerte fue la ganadería ovina, caprina, porcina 
y posiblemente bovina. Hay varios potreros localizados en el centro y al nor- 
te de la isla sembrados (o invadidos) de hierba de guinea (Panicum maximum) 
para pasto, uno de ellos todavía tiene su alambrada vieja. Cada potrero posee 
un bebedero grande hecho de cemento. De los animales introducidos a La 


30 Moscosoa 5, 1989 


Catalina, se han alzado y convertido en cimarrones algunos cerdos, mapaches 
(Procyon lotor), y conejos. Encontramos huellas de los cerdos debajo de los 
cacheos (Pseudophoenix sargentii subsp. saonae); de los mapaches en el suelo 
humedo de los salados donde van a pescar cangrejos (en 1986), y los conejos 
son residentes en las hierbas próximo al aeródromo viejo. 

En 1981, los miembros de la Marina de Guerra de la República Dominica- 
na que estaban de puesto en el cuartel de La Catalina tenían dos mulos que 
eran usados en los recorridos rutinarios de vigilancia. Pastaban en potreros 
abandonados del aeródromo y la parte nordeste de la isla. 

En el 1934, fue instalado un aserradero para explotar la madera de caoba 
(Swietenia mahagoni), vera (Guaiacum sanctum), y quiebrahacha ( Krugioden- 
dron ferreum) entre otras especies. Los tocones existen hoy dia como evi- 
dencia de esta actividad. 

El corte de lena y la fabricacion de carbon vegetal se mantuvieron activa- 
mente hasta más o menos 1984 y 1985, anos en los cuales se produjeron dos 
grandes cortes de leña con la anuencia del jefe de la guarnición de la marina 
en ese lugar. 

En 1983, más de 2 km de las dunas localizadas al norte del cuartel de la 
marina fueron despojados totalmente de su cubierta vegetal y el área fue 
plantada de cocotero (Cocos nucifera) Actualmente en esta zona se ha desa- 
rrollado una tupida población de Corchorus hirsutus que cubre todavía 
(dic. 1986) las pequeñas plantas de cocotero. 

En el extremo sudeste, cerca de Playa del Este, fue construído un faro, 
hoy inactivo, para guiar a los barcos que entran al puerto de Río Dulce 
en La Romana. Para la construcción de este faro no hubo que talar el bosque 
ya que fue ubicado en una área costera ya deprovista de vegetación. Este 
lugar está afectado por un fuerte y constante oleaje que no permite el desa- 
rrollo de ningún tipo de vegetación próximo a la costa. En esta zona se han 
producido desprendimientos naturales de grandes bloques de rocas que antes 
estaban adheridas a la isla y ahora se encuentran depositados alrededor del 
faro. 

La costa nordeste, ubicada entre la Playa del Este y Punta Blandino, es la 
que está sufriendo el mayor daño causado por la contaminación de sus aguas. 
Un volumen considerable de la basura y desechos sólidos que se produce en 
la ciudad de La Romana y otros poblados cercanos son depositados por las 
corrientes marinas en la costa nordeste de la isla. También, es notable la 
deposición de petróleo y aceites lubricantes, provenientes de las máquinas de 
los barcos que frecuentan el puerto. Estas grasas recubren las rocas y arenas 
cercanas a la costa de la Isla Catalina, afectando la vida marina y la flora de 
esos lugares. El paisaje y el ambiente de esta área son los que presentan el 


Moscosoa 5, 1989 31 


aspecto mas feo y desagradable. Gran cantidad de desechos solidos de todo 
tipo dan la apariencia de un basurero. 

La cacería de palomas, rolones, cerdos cimarrones, mapaches y conejos . 
se ha venido realizando en La Catalina de una forma más o menos contínua. 
Se observan con frecuencia cartuchos vacíos de diferentes calibres en los lu- 
gares donde crece el Metopium, cuyas semillas son ingeridas por las palomas, 
además en los salados y los charcos que son usado por todos estos animales 
como bebederos naturales. 

Actualmente en esta isla viven los soldados que prestan servicio en el cuar- 
tel de la Marina de Guerra, ubicado al suroeste, próximo a Punta Pérez. Pero 
es visitada diariamente por los pescadores de la zona, que llegan allá para 
cocer sus alimentos utilizando leña y para tumbar los cocos que crecen en 
algunas partes de la costa y así obtener agua dulce. Además, el proyecto 
turístico de Casa de Campo en La Romana, tiene en su programa la visita de 
lanchas algunos días a la semana. Los turistas frecuentan mayormente la 
playa de arenas blancas localizada al norte de Punta Pérez, próximo al cam- 
pamento de la Marina de Guerra, lugar donde existía un pequeño embarca- 
dero. 

Recientemente (1980) fue construída una casa-refugio de concreto arma- 
do. Esta es usada por los miembros de la Marina de Guerra de puesto en la 
isla, para protegerse de los efectos de los huracanes y de las tormentas que 
afectan el área. Está ubicada en la orilla del bosque próximo a Punta Pérez, 
sobre un farallón de roca caliza a 10 m sobre el nivel del mar. Aparente- 
mente, no fue necesaria la remoción de muchos árboles para construir este 
refugio. 


Geología y agua 


Se considera la Isla Catalina como una porción separada de la Isla Es- 
pañola o tierra firme (Cook en Vaughan et al., 1922; Barrett, 1962). La 
costa al norte de la Catalina está compuesta de terrazas marinas desarrolla- 
das sobre antiguos arrecifes costeros. Estas terrazas pertenecen al Pleistoceno 
y las calizas al Mioceno y al Cretáceo. 

La topografía de la isla es de bajo relieve y la mayor extensión de su 
territorio no sobrepasa los 5 m de elevación (Fig. 1 2). En la ladera norte 
de la parte alta existen algunos farallones pequeños, los cuales indican que 
esta área emergió primero que la parte más baja que, posiblemente, quedó 
debajo del mar por más tiempo que la parte más elevada. 

Las partes bajas consisten en unos llanos de poco relieve. En el nordeste 
. y no lejos de Punta Blandino hay algunas depresiones con poco menos de un 


32 Moscosoa 5, 1989 


PUNTA BLANDINO 


PUNTA ACUADOR 
PUNTA MELADO 


ISLA CATALINA 


PUNTA PEREZ 


PLAYA DEL ESTE 


PUNTA BERROA 


REPUBLICA 
DOMINICANA 


Fig. 1. Isla Catalina, Provincia La Romana, Republica Dominicana. 


Moscosoa 5, 1989 33 


Fig. 2. Isla Catalina. Aerofotografía tomada el 22 de marzo 1967. La pista de 
aterrizaje del aeródromo es muy visible en el centro de la isla. 


34 Moscosoa 5, 1989 


metro de profundidad. También al oeste y detras de la playa arenosa entre 
Punta Acuador y Punta Pérez existe una hondonada situada a nivel del mar, 
delimitada por una barrera de arena depositada alli por el oleaje. Aparente- 
mente el agua marina pasa a través de la duna de arena y forma una laguna 
salada. 

La superficie expuesta de la isla es mayormente piedra, exceptuando los 
lugares donde se han formado las dunas. Existe poco desarrollo de 
suelo sobre las rocas calcareas y coralinas. Es frecuente observar acumu- 
laciones de arenas, fragmentos de rocas y caracoles cerca de la costa o en 
los lugares del interior donde el mar penetró en el pasado. 

La capa vegetal más desarrollada se encuentra en las depresiones y peque- 
nos llanos interiores donde la sedimentación ha sido mayor. Un suelo de co- 
lor chocolate, de partículas finas y con buena capacidad de retención de 
agua, existe próximo al aeródromo y al nordeste de la isla. En este tipo de 
suelo fue donde se llevaron a cabo las actividades agrícolas y ganaderas en las 
diferentes épocas. La regeneración natural de la vegetación en éstas áreas es 
parecida y las hierbas usadas como pastos crecen vigorosamente e impiden 
el paso por el lugar a las personas. Los árboles más altos y la vegetación más 
exhuberantes crece en este tipo de suelo. 

No encontramos manantiales de agua dulce; pero existe una pequeña char- 
ca de agua salobre que se acumula en un hoyo pequeño originado por la frag- 
mentación de la roca caliza causada al parecer por una línea de fractura 
(falla) que pasa por allí. Encontramos evidencias de que esta agua fue utili- 
zada para dar a beber a los animales. La Bacopa monnieri, Cyperus sp., y 
otras especies de agua dulce o casi dulce, fueron encontradas creciendo en 
el lodo alrededor del pequeño “pozo”. 

El agua de lluvia recolectada en las cañerías instaladas en el cuartel repre- 
senta la fuente principal de abastecimiento de ese líquido para los marinos. 


Clima 


La época lluviosa (de acuerdo a los datos de la estación climatológica más 
cercana, en La Romana) se produce de mayo hasta diciembre, 108—152 mm 
promedio mensual, disminuyendo ligeramente en junio y julio. El período de 
menos lluvia corresponde al invierno (diciembre) hasta la primavera (abril) 
que es marcadamente más seca, 37—54 mm promedio mensual (Fig. 3). Las 
precipitaciones durante la época lluviosa son más intensas y más frecuentes. 

La temperatura varía siguiendo casi el mismo patrón de las lluvias (Fig. 3). 
Las temperaturas más extremas y los promedios mensuales son más altos en 
los meses de la época lluviosa, el verano. La temperatura promedio mensual 


Moscosoa 5, 1989 35 


TEMPERATURA _ a 


” 


LLUVIA 


FCO. JIMENEZ 


Fig. 3. Temperatura y lluvia promedio mensual para los años 1931 hasta 
1980, de La Romana, estación climatológica más próxima a Isla Catalina. 


36 Moscosoa 5, 1989 


varía entre 24.3—27.9°C durante el año, con la mínima de 15°C y la máxima 
de 38°C. 

Según nuestra experiencia la mayor floración y fructificación de las plan- 
tas vasculares corresponde a los meses con mayor pluviosidad. 


Exploración botánica 


La exploración botánica de la Isla Catalina es un fenómeno en los últimos 
años. Ismael Vélez del Instituto Politécnico de San Germán, Puerto Rico, 
visitó la isla en mar 1950. No sabemos cuántas muestras él recolectó en su 
proyecto sobre la flora herbácea del Caribe (Vélez, 1954), pero la “Smith- 
sonian Institution” (US) tiene ocho muestras recibidas de él. H. A. Liogier 
(como A. H. Liogier) visitó la isla el 2 jul 1972 y 8 abr 1973, y con José de 
Jesús Jiménez el 18 feb 1978, recolectando cerca de 150—200 números de 
plantas vasculares. 

Más recientemente, T. Zanoni y M. Mejía recolectaron allí el 24 mar 1981, 
con Constantino Ramírez del 14 al 16 jul 1981, y con Ricardo García y 
Bienvenido Santana del 16 al 19 dic 1986. De los viajes de Zanoni y Mejía 
et al., las muestras suman más de 360 números. En la búsqueda de las mues- 
tras para el herbario fue necesario visitar dos veces o más muchos de los luga- 
res de la isla. Podemos afirmar que el mayor número de especies ya ha sido 
encontrado. 

Las muestras de Liogier y de Zanoni están depositadas en el herbario del 
Jardín Botánico Nacional (JBSD) y del New York (NY). 

Un viaje de reconocimiento de medio día fue realizado el 19 ago 1983 por 
los técnicos del Departamento de Vida Silvestre de la Secretaría de Estado de 
Agricultura de la República Dominicana (participantes: Orlando Amargós, 
Cecilia Hernández, Ramón Sánchez, Jurgen Czerwenka y Manuel González). 
Recolectaron aproximadamente 37 especies de plantas y reportaron varias 
más. La descripción de la vegetación hecha por ellos fue muy breve. El re- 
porte acerca de la flora, la vegetación y la avifauna no ha sido publicado. 
Las muestras de plantas no se conservaron en un herbario; éstas fueron bota- 
das en 1983 después de ser identificadas. 


La flora 


La flora de la Isla Catalina se divide en tres tipos principales, la que se 
desarrolla en la costa propiamente dicha ya sea sobre arena o en la roca, 
la que crece en los salados, y la del interior. 

Estas tres floras son muy similares a las que se desarrollan en la tierra 


Moscosoa 5, 1989 37 


JH 


Fig. 4. Playa arenosa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. Obsérvese los 
cocoteros sembrados. 


firme al norte de la Catalina. No existe ninguna especie de planta vascular 
que sea endémica de esta isla. 

La flora en general es mas pobre que la flora de tierra firme. Este hecho, 
a nuestro juicio, es logico si consideramos el tamano de la Isla Catalina y la 
poca variación ambiental con respecto a tierra firme que pudiera favorecer el 
desarrollo de otras especies. En este trabajo no hacemos ningún reporte acer- 
ca de los musgos (Briofita), líquenes y hongos; aunque observamos la pobre- 
za de estos grupos en la isla. 

Reportamos la presencia en la Catalina de dos híbridos naturales uno de 
Coccoloba uvifera con C. pubescens y el otro con C. diversifolia. El último es 
relativamente abundante en la zona norte, donde hallamos varios individuos. 
El primero fue encontrado solo en la parte suroeste de la isla. 

Caesalpinia ciliata y Acidocroton montanus son dos especies de los bos- 
ques secos del suroeste del país que forman parte de la flora de la Catalina. 
Este constituye el primer reporte de estas especies para la región este de la 
Española. 

En todas nuestras exploraciones, no encontramos ninguna especie de he- 
lecho (Pteridofitas). Esto nos sorprendió porque en los bosques de tierra 
firme próximo a Bayahíbe (al nordeste de Isla Catalina) el género Polypodium 
sensu lat. está representado y existen ambientes en el interior de la Catalina 


38 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 5. La salina detrás de la playa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. Se’ 
observa arbustos de Batis maritima. 


muy similares, que pudieran permitir el desarrollo de varios helechos tanto 
terrestres como epifiticos. 
Reportamos 216 especies de plantas vasculares en la Isla Catalina (Tabla 1) 


La vegetacion 


1. La. terraza costera del sur, entre Punta Pérez y el faro casi en la Playa 
del Este. Existe roca desnuda, muchas veces como “diente de perro”. El agua 
del mar sube sobre esta terraza durante las tormentas o los huracanes y depo- 
sita piedras, caracoles y arena. A veces piedras de la misma terraza son des- 
prendidas y tiradas por las tormentas. 

La vegetación está marcada por los efectos del salitre y los fuertes vientos 
que soplan en el área; los daños son notables hasta el interior del bosque 
contiguo a esta terraza. Las plantas arbustivas y arbóreas están peinadas y 
muy reducidas en tamaño, particularmente cerca del mar; su crecimiento 
varía, pudiendo ser desde un arbusto diminuto y postrado hasta erecto, 
dependiendo del efecto. 

Los arbustos (o árboles de porte pequeño) principales son Strump fia 
maritima, con Rachicallis americana, Conocarpus erectus, Ernodea litoralis, 


Moscosoa 5, 1989 39 


Fig. 6. Laguna de agua salada que penetra a través de las arenas de las dunas 
al interior de la playa al norte de Punta Pérez, Isla Catalina. En el primer 
plano de la foto esta la duna de arena deprovista de su vegetacion natural y 
ahora (dic. 1986) cubierta por el arbusto invasor Corchorus hirsutus. 


Coccoloba uvifera, Chamaecrista lineata var. brachyloba, Lantana involucrata, 
Erithalis parviflora, con las lianas de Ipomea macrantha y Canavalia maritima. 


2. El bosque inmediatamente próximo al interior de esta zona, en la mar- 
gen sur de la parte mas elevada, mayormente en el suroeste, de Punta Pérez 
hacia el este, presenta una faja estrecha de 10—15 m de ancho, caracterizada 
por las acumulaciones de arena y con poca cubierta vegetal. El margen in- 
terior de este bosque es transicional al bosque de la parte elevada. La especie 
arbórea principal es Metopium toxiferum (hasta 10 m de alto). Las otras 
especies arbóreas son: Bumelia obovata, Bursera simaruba, Ziziphus rignoni, 
Ateramnus lucidus, Jacquinia arborea, Krugiodendron ferreum, Gyminda 
latifolia. Los arbustos (o árboles de menor tamaño) son: Eugenia axillaris, 
Erithalis, fruticosa, Crossopetalum rhacoma, Capparis cynophallophora, 
Plumeria obtusa. Clusia rosea crece como árbol epifítico sobre Metopium. 
El estrato herbáceo no está presente. 


3. El bosque al nor-nordeste, más maduro, con árboles de 8—10 m de alto, 
denso con más o menos 1 m entre los troncos. Rocoso, con suelos de color 
café, con una acumulación de hojarasca sobre la superficie. Este bosque es 
muy parecido al bosque de la parte elevada, pero es más desarrollado, con 
menos diversidad de especies, un poco más alto, y más denso. El Guaiacum 
sanctum fue más abundante anteriormente. Todavía pueden ser encontrados 


40 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 7. El llano abandonado donde está el aeródromo. La zona tenía una cu- 
bierta de vegetación natural, pero al tumbar el bosque y mantenerlo limpio 
durante varios años, se ha producido la regeneración de la vegetación na- 
tural. Las hierbas principales (en dic. 1986) eran Panicum maximum y los 
arbustos o arbolitos pequeños de las invasoras Bursera simaruba, Plumeria 


obtusa y Lantana involucrata. 


los tocones de los árboles cortados. Los árboles más altos y comunes son: 
Guaiacum sanctum y Bursera simaruba. Otras especies arbóreas o arbustivas 
altas son: Amyris elemifera, Ateramnus lucida, Eugenia rhombea, Colubrina 
elliptica, Myrcianthes fragrans, Acacia skleroxyla, y Buxus glomeratus. Los 
arbustos incluyen Plumeria obtusa, Chiococca alba, Reynosia uncinata 
(rara), e [sidorea pungens. 


4. En el salado detrás del campamento militar y en el margen occidental 
hay una hondonada de alta salinidad donde el agua de lluvia puede acumular- 
se antes de infiltrarse. El suelo es arenoso y blanco. La vegetación con mu- 
chos espacios vacíos entre los arbustos de Batis maritima. Lippia nodiflora 
y Fimbristylis cymosa son las hierbas asociadas. En las márgenes rocosas del 
salado en el interior, se encuentran árboles pequeños de Conocarpus erectus, 
donde la roca está más expuesta. 


5. Punta Pérez, al suroeste, y representativa del bosque sobre la parte 
más elevada de la isla. El bosque “alto” de hasta 10—15 m de alto, desarro- 
llado sobre roca calcárea, con poca acumulación de suelo. Esta área está 


Moscosoa 5, 1989 41 


fuera del alcance del agua marina porque la costa es mas baja que esta terraza. 
El salitre podria llegar solamente durante las tormentas o los huracanes. Hay 
acumulación de la hojarasca y las ramitas caídas sobre la roca. Los árboles 
principales son: Guaiacum sanctum, Ziziphus rignoni. Colubrina elliptica, 
Exostema caribaeum, Pithecellobium circinale y P. unguis-cati, Caesalpinia 
sp. y C. vescicaria, Bourreria spp., Coccoloba diversifolia, Eugenia foetida, 
E. axillaris y E. rhombea, Bumelia obovata, Bursera simaruba, Krugiodendrum 
ferreum, Guettarda elliptica, Citharexylum fruticosum, Sapindus saponaria, 
Guapira brevipetiolata, Ateramnus lucidus, Thouinia trifoliata, Acacia 
skleroxyla y las suculentas arbóreas Opuntia moniliformis, Pilosocereus 
polygonus, y Lemairocereus hystrix. Los arbustos: Celosia nitida, Argytham- 
nia candicans, Acidocroton montanus, Neolaugeria resinosa, Coccoloba 
flavicans, Leucaena leucocephala, Plumeria obtusa, Lantana involucrata, 
Comocladia dodonaea, Malpighia micropetala, Erythroxylum areolatum y 
E. rotundifolium, Caesalpinia sp., Ximenia americana, las lianas Serjania 
spp., y Capparis flexuosa. Las hierbas son raras y fueron encontradas en 
sitios alterados, por ejemplo próximo al refugio construído muy cerca de 
Punta Pérez. 


6. El llano donde está el aeródromo viejo, al norte de la parte más elevada, 
fue limpiado para hacer la pista de aterrizaje. Ahora, es una transición de un 
campo con plantas herbáceas a uno de arbustos y con los árboles pioneros 
del bosque típico de la isla. Grandes áreas de Panicum maximum (una 
gramínea de hasta 2 m de alto) y a veces con Paspalum spp., con los arbustos 
invasores Leucaena leucocephala, Pluchea symphytifolia, Corchorus hirsu tus 
(muy grande, de hasta 1.5 m de alto), Sida acuminata, Melochia tomentosa 
(fuerte, hasta 3 m de alto), Lantana involucrata (fuerte, hasta 2 m de alto), 
Waltheria indica, Helicteres jamaicensis y Gossypium sp. Los árboles invaso- 
res, no muy altos todavía, incluyen Bourreria spp., Bursera simaru ba, 
Metopium toxiferum, Citharexylum fruticosum, Ziziphus rignoni, Pithece- 
llobium circinale, Eugenia foetida, Calyptranthes pallens, Caesalpinia vesicaria 
y Erithalis fruticosa. Entre las hierbas y lianas: Tephrosia purpurea, Stachy- 
tarpheta jamaicensis, Echites umbellata, Capraria biflora, y Centrosoma 
virginicum. 

Unos potreros o campos anteriormente en cultivo y luego abandonados, 
en el nor-nordeste, tienen una composición vegetal casi igual, pero con 
Desmanthus virgatus, Cordia globosa y Comocladia dodonaea. 


7. La zona costera occidental, al norte de Punta Acuador, hasta Punta 
Blandino, donde las rocas salen directamente del mar entre las mareas altas 


42 Moscosoa 5, 1989 


See ee a3) ee ee 
Fig. 8. Bosque al nordeste de Isla Catalina, con un estrato arbustivo y otro 
arbóreo. Pocos árboles del estrato arboreo sobresalen en esta vista como el 
Guaiacum sanctum. 
Fig. 9. El bosque de la parte elevada en el sur de la Isla Catalina tiene algunas 
especies de Cactaceae arboreas. 


y bajas. En las rocas inundadas constantemente por el agua del mar, no hay 
plantas vasculares. En el limite del alcance de la marea alta, las hierbas 
Sesuvium portulacastrum, a veces con una gramínea y plantas pequeñas de 
Conocarpus erectus. En el interior de esta franja, en una zona rocosa y con 
depositos de piedras, caracoles y arena: los arbustos de Borrichia arborescens, 
y Rachicallis americana. Más al interior: una vegetación arbustiva de Argusia 
gnaphalodes, Suriana maritima, con Erithalis parviflora o E. fruticosa. 


8. La zona costera occidental, una barrera o dunas de arena al norte del 
campamento militar hacia Punta Acuador. Limpiado en 1983 para sembrar 
cocoteros. La vegetación arbustiva después de esta alteración es principal- 
mente de Corchorus hirsutus y Ernodea litoralis con Canavalia maritima en 
el suelo. Las invasoras incluyen las especies típicas del bosque que anterior- 


Moscosoa 5, 1989 43 


3 e 4 
a 


Fig. 10. Terraza en la costa sur de la Isla Catalina, formada de rocas calcáreas. 
Dos rocas grandes sobre la terraza fueron tiradas por las olas durante las 
tormentas. Los arbustos enanos que se observan delante son Rachicallis 


americana. 


mente recubría esta área: los árboles y arbustos grandes de Coccolo ba uvifera, 
Exostema caribaeum, Colubrina ferrugineum Sapindus saponaria, Bursera 
simaruba, Pithecellobium circinale, y Eugenia foetida; entre los arbustos 
pequeños Crossopetalum rhacoma, Capparis flexuosa (también crece como 
liana), Rivina humilis, Caesalpinia vesicaria, y Lantana involucrata. 

Más al norte de esta zona alterada para sembrar los cocoteros, se encuen- 
tran las especies citadas arriba, además los árboles Guaiacum sanctum, 
Bumelia obovata, Swietenia mahagoni, Jacquinia arborea, Ziziphus rignoni, 
Eugenia axillaris y los arbustos de Erythroxylum areolatum, y las lianas de 
Serjania spp., Echites umbellata, y Stigmaphyllum sp., y las suculentas de 
Lemairocereus hystrix y Opuntia dillenii. 


9. Detrás del campamento militar y paralelo a la barrera arenosa en la 
costa cerca de Punta Acuador, hay una hondonada con tierra saturada en las 
partes más bajas. Muchas veces se forma una laguna poco profunda en la 
época lluviosa o con la entrada de agua marina a través de la barrera de arena 
en las mareas altas o con las tormentas. En esta zona hay un manglar con 
árboles de Conocarpus erectus mezclados con Bumelia obovata, Pithece- 
llobium circinale, Coccoloba uvifera, y Capparis flexuosa, así como Fim- 


44 Moscosoa 5, 1989 


bristylis cymosa en las partes más secas y rocosas. Creciendo en suelos mas 
saturados y salados está Batis maritima. 


10. Hondonadas, en la parte norte y un poco al sur de la Punta Blandino, 
son comunes detrás de las barreras costeras arenosas y con un piso de roca 
calcárea, con filtración lenta del agua lluvia. Variadas en su composición 
vegetal. Una es un manglar de Conocarpus erectus, con Bucida bucera y 
una gramínea. Otra con la gramínea Leptochloopsis virgata predominante, 
con la invasión de los arbustos Turnera diffusa, Melochia tomentosa, Co- 
mocladia dodonaea, Erthroxylum rotundifolium, Waltheria indica y plantas 
pequeñas de las especies arborescentes Bursera simaru ba, Bumelia obovata, 
Pithecello bium circinale, Plumeria obtusa, y Guaiacum sanctum. Una tercera 
con piso arenoso, con muchos arbustos de Exostema caribaeum, y algunos de 
Eugenia foetida, Bursera simaruba, Pithecellobium circinale, y Erithalis 
fruticosa. 


11. La costa norteña, entre Punta Melado y Punta Blandino, incluye dos 
ambientes: rocoso y arenoso. La vegetación en esta zona es enana y peinada 
por los efectos mecánicos de los vientos que vienen del este. En la costa 
rocosa: arbustos bajos y enanos cerca del mar: Conocarpus erectus, Rachica- 
llis americana, Strumpfia maritima, y la hierba Sesuvium portulacastrum. 
Un poco más al interior: arbustos de tamaño normal de Suriana maritima, 
Borrichia arborescens, Morinda citrifolia, con la liana Canavalia maritima. La 
costa y las dunas arenosas: las gramíneas Paspalum spp. y Spartina patens, 
Cakile lanceolata, Argusia gnaphalodes, Sesuvium portulacastrum, Suriana 
maritima, Chamaesyce mesembrianthemifolia, Caesalpinia ciliata; las lianas 
Ipomoea spp. sobre los arbustos y Canavalia maritima en el suelo. Ademas 
existen colonias grandes de Opuntia dillenii. 


12. Bosque costero, entre Punta Melado y el extremo más al norte de la isla 
(costa nordeste de la isla), es una franja con aproximadamente 10 m de 
ancho entre la costa y el bosque del interior. Mayormente con Jacquinia 
arborea, Conocarpus erectus y Bursera simaru ba. Plumeria obtusa, Coccoloba 
uvifera, Thespesia populnea, y las lianas Ipomoea spp. también son encon- 
tradas aquí. 


Literatura citada 


Anon. [1986 a.] Estudios en las áreas silvestres de la península de Barahona 
e Isla Beata, propuestas para la creación de una zona propuestas para la 
creación de una zona protegida (parque nacional). Secretaría de Estado 
de Agricultura, Subsecretaría de Recursos Naturales, Departamento 


Moscosoa 5, 1989 45 


de Vida Silvestre: Santo Domingo, Republica Dominicana. 296 pp., 
fotocopiado. 

Anon, 1986 b. Plan de manejo y conservación, Parque Nacional Jaragua. 
Dirección Nacional de Parques; Subsecretaría de Recursos Naturales, 
Secretaría de Estado de Agricultura; & Servicio Alemán de Cooperación 
Social-Técnica (DED): Santo Domingo, República Dominicana. 

Barrett, W. 1962. Emerged and submerged shorelines of the Dominican 
Republic. Rev. Geogr. (Inst. Panamer. Geogr. Hist.) 30:51—77. 

Cook, W. 1922. Geografía, pp. 27-54, en T. W. Vaughan et al (1922). Un 
reconocimiento geológico de la República Dominicana. Serv. Geol. 
Republica Dominicana Memorias 1: 1—302. 

Ekman, E.L. 1929 a. Plants observed on Tortue Island, Haiti. Ark. Bot. 


22A(9): 1-61. 

___. . 1929 b. Plants of Navassa Island, West Indies. Ark. Bot. 22A(16): 
L=TZ, 

-=— . 1930 a. A list of plants from the Island of Gonave, Haiti. Ark Bot. 
CEA EN 


_——— . 1930 b. Excursión botánica al noroeste de la República Dominicana. 
Bol. Estac. Agron., Moca, República Dominicana. B, 17:1—16. 

Howard, R.A. 1955. The vegetation of Beata and Alta Vela Islands, Hispa- 
niola. J: Arnold Arbor. 36:209—239. 

Marcano F., E. de J. & J. Cicero. 1981. Florula de la Isla Beata. Mus. Hom- 
bre Dominicano. Ser. Invest. Antropol. 18:81—97. 

Mejía, M. & T. Zanoni. 1981. Vegetación de la Isla Matica, Bahía de Andrés, 
Boca Chica, Distrito Nacional. Bol. Jard. Bot. “Dr. Rafael M. Moscoso” 
230 14,13, 

Ostenfeld, C. H. 1924. Plants from Beata Island, St. Domingo (Botanical 
results of the Dana expedition 1921-1922, No. 1). Dansk Bot. Ark. 
4(7):1—36. 

Sang, M.A. 1987. Ulises Heureaux, biografia de un dictador. Instituto 
Tecnológico de Santo Domingo: Santo Domingo, Republica Domini- 
cana. (Véase p. 251). 

Vélez L. 1954. Checklist of the herbaceous spermatophytes of the Caribbean 
Archipelago. Eighth International Botanical Congress, Paris, July 1954. 
[Mimeografiado, 49 pp; nunca publicado; copia en la biblioteca del 
Depto. de Botanica, “Smithsonian Institution”, Washington, DC, 
USA. ] 

Zanoni, T. A. & M. Mejía P. 1982. La vegetación de una isla artificial, Isla 
La Piedra, Andrés, Boca Chica, Distrito Nacional, República Dominica- 
na. Bol. Jard. Bot. Nac. “Dr. Rafael M. Moscoso” 5(4):3—8. 


46 Moscosoa 5, 1989 


Tabla 1. Especies recolectadas en la Isla Catalina, Provincia La Romana, 
Republica Dominicana. 
CLAVE: Area: Al, recientemente alterada; Bc, bosque de la periferia 
costera; Bi, bosque del interior; C, cerca del campamento militar; D, playa 
de arena o las dunas; Po, potrero y campos de cultivo abandonados; R, 
roca desnuda y costera; Re, aeródromo viejo, regeneración de vegetación 
arbustiva y del bosque, y S, salado, interior. 
FORMA DE VIDA: A, árbol; Ar, arbusto y subfrútice; Ep, epifítica o pará- 
sita; Hb, hierba;P, palmera;S, suculenta (Cactaceae y otras); Tr, trepadora, 
semitrepadora, rastrera (incluyendo lianas). 
STATUS: Aut, autóctona o nativa; Cut, cultivada; En, endémica de la Isla 
Española; J, introducida; Nat, naturalizada; y (*), maleza o invasora. 
PRUEBA: Las muestras del herbario con “L-” fueron recolectadas por 
Liogier; las con “Z-” fueron recolectadas por Zanoni et al. 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 


ACANTHACEAE 
Oplonia spinosa (Jacq.) Raf B Ar Aut Z—37333 
AIZOACEAE 
Sesuvium portulacastrum L. DR: Hb Aut Visual 
AMARANTHACEAE 
Caraxeron vermicularis (L.) Raf D,R Hb Aut Z—11960 
Celosia nitida Vahl Bi,R Hb Aut L- 31223 
Iresine diffusa H. & B. ex Willd. Bi,R Hb Aut Z—11932 
AMARYLLIDACEAE 
Hymenocallis caribaea (L.) Herbert D Hb Aut Visual 
ANACARDIACEAE 
Comocladia dodonaea (L.) Urb. B Ar Aut Visual 
Metopium toxiferum (L.) Krug & 

Urban Be A Aut Z—11963 
APOCYNACEAE 
Catharanthus roseus (L.) G. Don C Ar Nat Z—11963—A 
Echites umbellata Jacq. Re,Poi +1 Tt Aut Z—37175 
Plumeria obtusa L. Be Ar Aut Z—37239 
Urechites lutea (L.) Britton Re,Po Tr Aut Z—37306 
ARECACEAE 
Cocos nucifera L. Beep aeP Cut Visual 


Pseudophoenix sargentii subsp. 
saonae (O.F. Cook) Read Bi P Aut Visual 


Moscosoa 5, 1989 47 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 


ASCLEPIDACEAE 

Matelea maritima (Jacq.) Woodson Be E Aut Z—15438 
ASTERACEAE 

Ambrosia peruviana Willd. Al,Po Hb Cut Z—15440 
Borrichia arborescens (L.) DC D,R Ar Aut Z—15491 
Conyza canadensis (L) Cronq. Al,Po Hb Aut pagal Wha 
Eupatorium odoratum L. Al,Po Ar Aut Z—37186 
Lactuca inty bacea Jacq. Al,Po Hb Aut L-27390 
Pectis domingensis Urb. (?) Po Hb En L—27367 
Pluchea symphytifolia (Miller)Gillis  Al,Po Ar Aut Z—11924 
Tridax procumbens L. Al,Po Hb Aut Z—15450 
Vernonia cineria (L.) Less. Po Hb Aut Ka i gg 
AVICENNIACEAE 

Avicennia germinans (L.) L. Bc A Aut Visual 
BATACEAE 

Batis maritima L. S Ar Aut ZT 
BIGNONIACEAE 

Catalpa longissima (Jacq.)Dom.-Cours Bi A Aut Z—37322 
Tabebuia perfae Liogier Bi A En Z—15449 
BORAGINACEAE 

Bourreria baccata Raf. Bc,Bi A Aut LI 1230 
Bourreria ovata Miers Bi A Aut Z—37246 
Bourreria sp. Bi Ar En Z=3T274 
Cordia globosa (Jacq.) Kunth Po Ar Aut Visual 
Heliotropium curassavicum L. D Hb Aut Z—11964D 
Tournefortia volubilis L. Po Re Ar Aut Visual 
BRASSICACEAE 

Cakile lanceolata (Willd)O.E Schulz D Hb Aut Z—37206 
BROMELIACEAE 

Tillandsia balbisiana Schultes Bi Ep Aut tt i Bil 
T. flexuosa Swartz Bi Ep Aut Z—15462 
T. recurvata (L.)L. Bi Ep Aut Z—37330 
T. usneoides L. Bi Ep Aut 25765 
T. utriculata L. Bc,Bi Ep Aut Z—15405 
BURSERACEAE 


Bursera simaru ba (L.) Sarg. Be Ar Aut Z—37205 


48 Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 


BUXACEAE 

Buxus glomerata (Griseb)Muell.-Arg. Bi Ar Aut Z—37338 
CACTACEAE 

Lemairocereus hystrix (Haw.) Britt. 

& Rose Bi S Aut Visual 
Opuntia dillenii (Ker-Gawler)Haworth D S Aut Z- 13002 
O. moniliformis (L.) Haw. in Steud Bi S Aut Z—15420 
Pilocereus polygonus (Lam.)K.Schum Bi S Aut Z—15421 
CAPPARACEAE 
Capparis cynophallophora L. Bi A Aut Z-11958 
C. flexuosa L. Bi Ar Aut Z=3TAZS 
C. indica (L.) Fawc. & Rendle Bi A Aut LAR 
Cleome gynandra (L.) L. Po Ar Aut Z—15426 
CARICACEAE 
Carica papaya L. Po,C Ar Cut Z—15425 
CASUARINACEAE 
Casuarina equisetifolia L. D A Aut 2531189 
CELASTRACEAE 
Crossopetalum rhacoma Crantz R Ar Aut Z—37189 
Gyminda latifolia (Sw.) Urb. Bi Ar Aut Z—37238 
May tenus reynosioides Urb. Bi Ar Aut LR 
Schafferia frutescens Jacq. Bi Ar Aut LA 
CHENOPODIACEAE 
Salicornia bigelovii Torrey S Hb Aut 2715413 
CLUSIACEAE 
Clusia rosea Jacq. Bi A Aut Z—15434 
COMMELINACEAE 
Commelina diffusa Burm. f. Bi Hb Aut Z—37341 
CONVOLVULACEAE 
Convolvulus nodiflorus Dest. Po Ty Aut Z—37180 
Ipomoea batata L. C Tr Cut Visual 
I. desrousseuxii Steudel — Tr Aut L—27370 
I. pes-caprae (L.) R. Br D,R Tr Aut Z—15499 
I. triloba L. Bi Tr Aut L—27381 
I. violacea L. Bc If Aut Z—15471 


Jacquemontia pentancha (Jacq.) 
D. Don Po Tr Aut £37267 


Moscosoa 5, 1989 49 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 


Merremia dissecta Hall. f. Po Te Aut Z—15479 
COMBRETACEAE 

Terminalia catappa L. Bc A Nat Visual 
CYPERACEAE 

Cyperus elegans L. Bi H Aut Z—15408 
C. ligularis L. P H Aut Z 11937 
C. nanus var. subtenuis Kuk Bi, Po H Aut Z—37227 
C. planifolius L. C. Richard D H Aut Z—11943 
Cyperus spp. a H Aut L=27,379 
Eleocharis cellulosa Torrey S H Aut Z—15463 
Fimbristylis cymosa R. Br. D,R H Aut Visual 
Scleria lithosperma (L.) Sw. Bi,Po H Aut Z—15435 
DIOSCOREACEAE 

Rajania quinquefolia L. Bi Tr Aut NENA 
ERYTHROXYLACEAE 

Erythroxylum areolatum L. Bi Ar Aut Z—37194 
E. rotundifolium Lunan Bi Ar Aut Z—15380 
EUPHORBIACEAE 

Acidocroton montanus Urb. & Ekm. Bi Ar En Z—37244 
Argythamnia candidans Sw. Po,Al Ar Aut Z—37224 
Ateramnus lucidus (Sw.) Rothm. Bi A Aut Z—37215 
Chamaesyce adenoptera subsp. 

pergamena (Small) Burch D Hb Aut L—27 364 
C. cowellii Millsp. D,R Hb Aut L—27362 
C. glomerata Millsp. D,C Hb Aut Z—37343 
C. ophthalmica (Pers.) Burch C Hb Aut Z—37347 
C.Sp: R Hb Aut Z—37213 
C. sp. R Hb Aut Z—37236 
Chascotheca neopeltandra (Griseb. ) 

Urb Bi Ar Aut L—27351 
Jatropha hernandifolia Vent Bi Ar Aut Z—15489 
Phyllanthus sp. Po Hb Aut Z-15441 
FLACOURTIACEAE 
Samy da dodecandra Jacq. Bi Ar Aut Z-37252 
GOODENIACEAE 


Scaevola plumieri (L.) Vahl D Ar Aut Z-15495 


50 Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 


LEGUMINOSAE-MIMOSOIDEAE 
Acacia macracantha Humb. € 


Bonp. ex Willd. Bi,Po A Aut Visual 
A. skleroxyla Tussac Bi A En Z—37340 
Calliandra haematomma (Bert.) 

Bentham Bi Ar Aut Z—37332 
Desman thus virgatus (L.) Willd. Po Ar Aut Z-TTZOS 
Leucaena leucocephala (Lam). 

De Wit Po Ar Aut Z—37218 
Pithecellobium circinale (L.) 

Bentham Be Ar Aut Z—37184 
P. unguis-cati (L.) Bentham Bc Ar Aut Z—15464 
LEGUMINOSAE-CAESALPINOIDEAE 
Caesalpinia ciliata (Berg.) Urban Bc,D Ar Aut Z—15475 
C. domingensis Urb. Bi Ar En Z—37241 
C. vesicaria L. Bi Ar Aut Z—37204 
Cp. Bi Ar En Z—37258 
CY Sp: Bi Ar En L=29336 
Chamaecrista lineata var brachyloba 

(Griseb.) Irwin & Barneby Po Ar Aut Z—11964 
Senna mexicana var. berteriana 

(DC.) Irwin & Barneby Po Ar Aut Z=37255 
Tamarindus indicus. L. = Ar I Z—11939 
LEGUMINOSAE-PAPILIONOIDEAE 
Cajanus cajan (L.) Millsp. Po Ar Cut Visual 
Canavalia maritima (Aubl.) Thou. D Tr Aut Z—11916 
Centrosema virginicum (L.) Bentham Bi TF Aut DF) Yeo 
Corynella dubia (Poir.) Urban Bi Ar Aut Z—37267 
Galactia striata (Jacq.) Urban — TE Aut Z—37209 
Indigofera tinctoria L. Po Ar Aut Z—37177 
Stylosanthes hamata (L.) Taub. D, Po Ar Aut Z—37 345 
Tephrosia purpurea (L.) Persoon D,Po Ar Aut H—11955 
LORANTHACEAE 
Dendropemon alatus V. Tiegh Bc,Bi Ep Aut Z—15412 


(Parásita sobre Pithecello bium, 
Cordia, Bursera simaruba, Melochia 
tomentosa, Morinda citrifolia, Cocco- 
loba uvifera, Guaiacum sanctum) 


Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE TECNICO 


MALPIGHIACEAE 

Malpighia micropetala Urban 

MALVACEAE 

Gossypium sp. 

Hibiscus clypeatus L. 

Sida acuminata DC. 

Thespesia populnea (L.) Solander 
ex Correa 

MELASTOMATACEAE 

Tibouchina longifolia (Vahl.) Baill 

MELIACEAE 

Swietenia mahagoni (L.) Jacq. 

MORACEAE 

Ficus perforata L. 

F. sp 

F. sp 

MYRTACEAE 

Calyptranthes pallens (Poir.) Griseb 

Eugenia axillaris (Sw.) Willd. 

E. foetida Pers. 

E. laevis Berg (?) 

E. rhombea (Berg) Krug & Urban 


Myrcianthes fragrans (Sw.)Mc.Vaugh 


NYCTAGGINACEAE 

Guapira brevipetiolata (Heimerl) 
Liogier 

OLACACEAE 

Ximenia americana L. 

OLEACEAE 

Forestiera sp. 

ORCHIDACEAE 

Brough tonia domingensis (Lindl.) 
Rolfe 

ORCHIDACEAE 

Encyclia sp. 

Oeceoclades maculata (Lind.)Lind. 

Vanilla claviculata (W.Wright) Sw. 


ZONA 


Bc, Bi 
Bi 
Bi 
Bi 
Bi 


Sr Pre re re Se > 


Ep 
Hb 


FORMA STATUS 


51 


PRUEBA 


Z—15446 


Z—37266 
Z—15442 
Z—37226 


Visual 


Visual 


Z--37199 


Z—15447 
Z—15482 
Z=37336 


Z30273 
Z—34250 
ZP LOS 
Z—15406 
2531320 
4737219 


237205 
Z-37259 


127333 


Z—15388 


Z—15460 
Visual 
Z—15487 


52 Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE TECNICO ZONA FORMA STATUS PRUEBA 
PASSIFLORACEAE 

P. suberosa L. Bc Tr Aut Z—37212 
PHYTOLACACEAE 

Rivina humilis L. Bc, Bi Hb Aut Z—37179 
POACEAE 


Hb Aut Z—15483 
Hb Aut Z—37191 
Hb Aut Z—37276 
Hb Aut Z—15424 
Hb Aut Z—37349 


Bothriochloa pertusa (L.)A. Camus C 

Cenchrus echinatus L. D 

Digitaria sp. = 

Eragrostis ciliaris (L.) R. Br. — 

Eustachys petrea (Sw.) Desv. — 

Lasiacis divaricata (L.) Hitchc. Bi Hb Aut Z +3 1200 
Panicum maximum Jacq. Re Hb Nat Visual 

P. sp. Al,Re Hb Aut Z—11935 
Paspalum distichum L. D Hb Aut £37193 
P. laxum Lam. (?) D Hb Aut Z—3/ 7 
Setaria sp. D Hb Aut Z—37342 
Spartina patens (Ait.) Muhl. D Hb Aut Z—37301 


Sporobolus tenax (L. C. Richard) Hb Aut Z—15434 


Desv. 
POLYGONACEAE 
Coccoloba diversifolia Jacq. Bc, Bi A Aut Z—37237 
C. flavescens Jacq. Bi A Aut Z—37245 
C. pubescens L. Bi A Aut Z—37260 
C. uvifera L. Bc A Aut Visual 
C. diversifolia x C.-uvifera Bi A Aut Z—37305 
C. uvifera x C. pubescens Bc A Aut Z—37242 
C. sp. Bi Ar En Z—37243 
PORTULACACEAE 
Portulaca oleracea L. Al,Po Hb Aut Z—37346 
P. rubricaulis Kunth Bc,R Hb Aut Z=37282 
RHAMNACEAE 
Colu brina ellip tica (Sw.) Briz 8 Bi Ar Aut 

Stern. L—27380 
Krugiodendron ferreum (Vahl.) Urb Bi A Aut Z—1545 3 
Reynosia uncinata Urb. Bi Ar Aut Z—37300 
Ziziphus rignoni Delp. Bc A Aut Z—37230 


Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE TECNICO 


RUBIACEAE 


ZONA 


Antirrhoea ellip tica Urban & Ekman Bi 


in Urban 
A. lucida (Sw.) Hooker 
Chiococca alba (L.) Hitchc. 
Erithalis fruticosa L. 
E. parviflora Griseb 
Ernodea litoralis Sw. 
Exostema acuminatum Urban 


Bi 
Bi 
Bc 
R 
D 
Bi 


E. caribaeum (Jacq.) Roem, & Schult, Be 


Guettarda ellip tica Sw. 
G. sp. 


Isidorea pungens (Lam.) Robinson 


Morinda citrifolia L. 


Bi 


Neolaugeria resinosa (Vahl.)Nicholson Bc 
Rachicallis americana (Jacq. )O. Kuntze Bc,R 


Spermacoce assurgens Ruiz & Pavon 


RUTACEAE 

Ampris elemifera L. 

Citrus limon (L.) Burm.f. 
Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. 
Z. flavum Vahl 

SAPINDACEAE 

Bumelia obovata 

SAPINDACEAE 

Dodonaea elaeagnoides Rudolphi 
Hypelate trifoliata Sw. 
Sapindus sapanaria L. 

Serjania polyphylla (L.) Radlk. 
S. sinuata Schum. 

SAPOTACEAE 

Bumelia obovata (Lam.)DC 
SCROPHULARIACEAE 

Bacopa monnieri (L.) Pennell 
Capraria biflora L. 
SOLANACEAE 

Capsicum annuum L. 


Po 


Bi 
C 

Bi 
Bi 


Ar 


A 


FORMA STATUS 


Aut 


Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 


Aut 
Cut 
Aut 
Aut 


Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 


Aut 


Aut 
Aut 


Cut 


53 


PRUEBA 


L—18914 
Z—15382 
Z-31231 
237221 
Visual 

Z—11946 
Z—37192 
Z—11918 
Z—37232 
Z—37 329 
Z—37271 
Z—15496 
Z—37240 
Z—11937 
Z—37344 


EFTITLDT 
Visual 

Z—37321 
Z—37249 


Z—15466 
L=37279 
Z—37181 
Z—37268 
2737207 


Z—37200 


Z—15490 
£-31229 


Z-15452 


54 


NOMBRE TECNICO ZONA 


Solanum americanum var. nodiflorum Po.Al 
(Jacq.) Edmonds 


S. erianthum D. Don Po 
STERCULIACEAE 
Helicteres jamaicensis Jacq. Bi,Po 
H. semitriloba Bertero Bi 
Melochia tomentosa L. Po 
Waltheria indica L. Po, Bi 
SURIANACEAE 
Suriana maritima L. D 
THEOPHRASTACEAE 
Jacquinia arborea Vahl Bc 
TILIACEAE 
Corchorus hirsutus L. D 
TURNERACEAE 
Turnera diffusa Willd Po 
VERBENACEAE 
Bouchea prismatica (L.) Kuntze Al,Po 
Citharexylum fruticosum L Bi 
Duranta erecta L. Bi 
Lantana involucrata L. Al,Po 
Lippia micromera var. hellerii 

(Schaver) Mold. C 
L. nodiflora (L.) Michx. S 


Stachy tarpheta jamaicensis (L.)Vahl Po 
VITACEAE 


Cissus trifoliata (L.) L. Po 
ZYGOPHYLLACEAE 

Guaiacum officinale L. Bc 
G. sanctum L. Bi 
ALGAS 


Chara sp. = 


A A ae 


e] 
n= 


> > 


FORMA STATUS 


Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Aut 
Cut 
Aut 
Aut 
Aut 


Aut 
Aut 


Aut 


Moscosoa 5, 1989 


PRUEBA A 
Z—15428 
Z—15394 
Z—37248 
Z—11957 
Z—37233 
Z—37251 
Z—37183 
Z—37208 
Z—11923- 
Z—37304 
Z—37280 
7215456 
Z—37324 
Z—37190 
Visual 
Visual 
Z—11920 
Z—15393 


Visual 
Z—37196 


Z—15469 


Moscosoa 5, 1989, pp. 55-84 


ESTUDIO ECOFLORISTICO COMPARATIVO DEL BOSQUE 
SECO SUBTROPICAL DE AZUA Y MONTE CRISTI, 
REPUBLICA DOMINICANA 


Ricardo G. Garcia & Nelson Alba V. 


Garcia, Ricardo G. & Nelson Alba V. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—19, 
Santo Domingo, Republica Dominicana). Estudio ecofloristico comparativo del bosque 
seco subtropical de Azua y Monte Cristi, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 55-84. 
1989. El bosque seco y el monte espinoso subtropical ocupan el 22.80/o del territorio 
dominicano, desde el nivel del mar hasta aproximadamente 450 m. En este estudio se 
escogieron 55 estaciones de 100m2 cada una: 27 en Azua y 28 en Monte Cristi. Se reco- 
lectaron 245 especies de 160 géneros y 63 familias. De las especies presentes, 20.80/0 
son endémicas, 73.80/0 nativas y 5.40/o naturalizadas. Las especies arbóreas han sido 
muy afectadas por el corte de madera y la actividad de los carboneros. 


A comparative, ecofloristic study of the subtropical dry forest of Azua and Monte 
Cristi, Dominican Republic. Fifty-five study sites (100m2 each) were sampled for 
vascular plants. Both regions have short-statured arid-land forests with two rainy seasons 
each year. The vegetation is characterized by few tree species. A total of 245 species 
of trees, shrubs, and herbs are reported, 20.80/0 of which are endemic to the island. 
Cutting of tree species for wood and charcoal has altered the species composition and 
frequency. 


El bosque seco subtropical y el monte espinoso ocupan 10,983 km2 del 
territorio dominicano; localizados principalmente en el noroeste y en el 
suroeste del país. 

Esta zona de vida tiene características especiales, entre las que se destaca 
su composición florística formada mayormente por especies espinosas y 
suculentas, así como la presencia de especies anuales que aprovechan los 
períodos de lluvia para desarrollar sus ciclos biológicos, desapareciendo du- 
rante la época de sequía. 

La cantidad de lluvia anual varía entre 450 y 1000 mm. La temperatura 
se mantiene alta durante todo el año, excediendo en ocasiones 38°C. La 
altitud del bosque seco en la República Dominicana, abarca desde bajo el 
nivel del mar (en el Hoyo de Enriquillo) hasta aproximadamente los 450 m. 

Son escasos los trabajos botánicos realizados en zonas áridas de la Repú- 
blica Dominicana. Ekman en 1930 escribió observaciones ecológicas y taxo- 
nómicas sobre la flora de la Línea Noroeste. Jennings y Ferreiras (1979) 
realizaron un estudio de los recursos energéticos del bosque seco. En 1986, 
Loweski y Checo estudiaron el impacto de la producción tradicional de 
carbón en el bosque seco del país. 

Con el objetivo de contribuir al conocimiento de la flora en esta zona 
de vida, nos propusimos hacer un inventario de las especies, describir la ve- 


56 Moscosoa 5, 1989 


TEMPERATURA 


LLUVIA 


o 


8 
7 
6 
5 
4 
3 
2 
74 
C 


Fig. 1. Promedio total mensual de lluvia y promedio mensual de temperatura 
para la estación meteorológica de Azua (1938—1980). 


Moscosoa 5, 1989 57 


getación, detectar las causas que han provocado alteraciones en sus condi- 
ciones naturales, y aportar soluciones a los problemas que más afectan el 
bosque seco en Azua y Monte Cristi. 


DESCRIPCION DEL AREA DE ESTUDIO 
Azua 


En la Provincia de Azua fueron estudiadas dos áreas: al Suroeste y al Este 
de la ciudad de Azua. 

La mayor extensión estudiada está ubicada al Suroeste del poblado de 
Tábara Abajo; abarca una faja de aproximadamente 11 km. de largo por 2 a 
3 km. de ancho, siguiendo la carrera Azua-Barahona. Su elevación va desde 
el nivel del mar hasta 120 m. | 

El relieve de esta zona está formada por una llanura de suelos sedimenta- 
rios y aluvionales atravesados por algunos arroyos secos. Se observan, tam- 
bién, pequeñas colinas con suelo calizo y partes pedregosas. 

Las lluvias se disttribuyen en dos períodos durante el año; uno en mayo y 
otro que abarca desde agosto hasta octubre. Este segundo período está 
influenciado por la temporada de huracanes. 

La temperatura promedio es de 27°C alcanzando sus valores máximos en 
los meses de julio a septiembre. 

Una segunda extensión de bosque seco fue estudiada en el trayecto entre 
Puerto Tortuguero y el poblado de Hatillo. Las condiciones ambientales en 
esta parte son similares a la anterior, presentando pequeñas diferencias en su 
composición florística y la topografía. 


Monte Cristi 


El área estudiada está localizada al Este de la ciudad de Monte Cristi, en 
ambos lados de la Carretera Duarte. Se hizo mayor énfasis en el lado norte. 

Tiene una extension de aproximadamente 40km. de largo por 3km. de 
ancho, su elevación va desde el nivel del mar hasta 150 m. Topográficamente 
es parte de la llanura oeste del Valle del Cibao y el lado sur de la Cordillera 
Septentrional. 

Las lluvias son escasas y están influenciadas por los vientos alisios, su 
distribución es irregular, incrementándose en el período diciembre a febrero. 

El promedio mensual/anual de temperatura es de 26° C registrando sus va- 
lores máximos en los meses de julio a septiembre. 


58 Moscosoa 5, 1989 


TEMPERATURA 


LLUVIA 


—- NW BUD N @® 


Fig. 2. Promedio total mensual de lluvia y promedio mensual de temperatura 
para la estación meteorológica de Monte Cristi (1938—1980). 


Moscosoa 5, 1989 59 
Metodologia 


En diciembre de 1983 fueron iniciados los trabajos de campo con la selec- 
ción de las áreas de estudio. El criterio más utilizado para escoger las zonas 
de estudio fue la no alteración o el menor grado de trastorno en la vegetación. 

Un estudio de Ekman (1930), sirvió de base para seleccionar el área de 
Monte Cristi 

La recolección de muestras fue hecha en meses diferentes en Azua y 
Monte Cristi. En la primera zona las recolecciones fueron iniciadas en febre- 
ro; se realizaron 5 excursiones en los meses de febrero, marzo, junio, junio 
y octubre de 1984. Durante estos viajes fueron tomadas un total de 27 esta- 
ciones de 100m2 cada una. 

Los trabajos de campo en Monte Cristi comenzaron en enero de 1984. Se 
efectuaron tres viajes en los meses de enero, agosto y noviembre del mismo 
año. En esta zona fueron tomadas 28 estaciones de 100 m2. 

Debido a las características de la vegetación en las áreas seleccionadas, 
las estaciones fueron de 100m2, establecidas al azar según la metodología 
de Monción et. al. (1982) y Matteuci y Colmas (1982). 

El inventario y recolección de muestras incluyó todas las especies presen- 
tes. Los ejemplares recolectados están depositados en el herbario del Jardín 
Botánico Nacional de Santo Domingo (JBSD). 


Fórmulas usadas para la medición de los parámetros en la comunidad: 


1. Densidad de una especie: 


Dx = No. total de individuos encontrados en toda el área. 


2. Densidad total de las especies: 
DT= 2 de las densidades de cada especie 


3. Densidad relativa de una especie: 


void 22% 
DRX = DT * 100 


4. Frecuencia de una especie: 


FX = No. total de cuadros en que aparece una especie 


No. total de cuadros muestreados. 


5. Frecuencia total de las especies: 
FT = 2 de las frecuencias de cada especie 


60 Moscosoa 5, 1989 


6. Frecuencia relativa: 


FX 
FRA = 7 


Pr 
7. Dominancia de una especie: 
DMX = 2 de las areas de coberturas de los individuos de una 
especie. 


8. Dominancia de toda las especies: 
DMT = 2 DMX 


9. Dominancia relativa de una especie: 


DMX 
DMRX = DMT * 100 


10. Indice de valor de importancia de una especie: 
IVI = DRX + FRX + DMRX 


11. Indice de valor de importancia: 
IVIX = 2 (DRX + FRX + DMRX)/3 


Suelo 


Ademas de las muestras de plantas, también fueron tomadas muestras de 
suelo, las cuales se hicieron siguiendo la metodologia de Contin A. (1981). 
La cantidad de muestra tomada fue de 2 kgs. por estación y se realizaron 
tres estaciones en cada provincia. 

Los resultados obtenidos en los análisis de suelo presentaron gran similitud. 
Sus valores de pH se mantuvieron entre 7.5 y 8.5 ubicando estos suelos en la 
clasificación de básicos. 

La materia orgánica presentó valores entre 0.7% y 1.9%. Los valores de 
los nutrientes básicos estuvieron por encima de los niveles críticos. 

La textura varía desde franco en algunos lugares a franco-arenosos en 
otros. Su estructura está caracterizada por abundancia de limo, arena gruesa, 
arena fina y arcilla. 


ESTRUCTURA DE LA VEGETACION 


La estructura de la vegetación en diferentes áreas del bosque seco subtro- 
pical presenta aspectos muy semejantes siempre que estén sometidas a con- 
diciones climáticas análogas. Según De la Rie (1966) estas áreas pueden pre- 


Moscosoa 5, 1989 61 


sentar apariencias bastantes distintas en puntos próximos de una misma re- 
gión, si se modifica su composición florística o si una especie impera en una 
localidad. 

La vegetación en el bosque seco de las zonas de Azua y de Monte Cristi 
presenta tres estratos bien diferenciados. En contraste, Hartshorn et al. 
(1981) refiriéndose a dicha zona de vida expresa: “La vegetación natural en 
esta zona de vida consiste en bosques bajos de un solo estrato con abun- 
dantes especies de hojas duras”. En cada estación del trabajo actual, se 
observó la presencia de especies arbóreas, arbustivas y herbáceas y solo en 
aquellos lugares abiertos con aspecto de sabana no presentan los tres estra- 
tos. 

La abundancia y la frecuencia de las especies varían de una zona a otra, 
pero la estructura de la vegetación es muy similar en Azua y en Monte Cristi. 

En la Tabla I, la frecuencia relativa, (FRX), se establece el orden que 
ocupan las diez primeras especies, con su frecuencia expresada en por ciento 
para cada zona. Se puede observar que hay diferencias en la frecuencia de las 
principales especies que componen la vegetación de las dos zonas estudiadas. 
Es notable la alta frecuencia de la Senna atomaria en Azua, mientras que esta 
misma especie aparece entre las de más baja frecuencia en Monte Cristi. Esta 
variación da un aspecto muy diferente a la vegetación en la zona donde abun- 
da. En cambio en Monte Cristi, la frecuencia más alta corresponde a la 
especie Caesalpinia coriaria, mientras que en Azua ésta ocupa uno de los 
últimos lugares. 

Es importante destacar la alta frecuencia de Neoabbottia paniculata en 
Azua y su influencia en las diferencias de la fisonomía en la vegetación de 
ambas zonas. Debido a sus altos valores en los diversos parámetros estadís- 
ticos, puede decirse que esta especie, junto a Senna atomaria imprime 
rasgos distintivos a la vegetación en la zona de Tábara Abajo, donde son do- 
minantes junto al Prosopis juliflora. 

En la estructura y fisonomía de la vegetación del bosque seco en Azua y 
Monte Cristi, juegan un importante papel las Cactáceas arborescentes, entre 
las cuales hay cuatro especies principales: Lemaireocereus hystrix, Piloscereus 
polygonus, Opuntia moniliformis y Neoabbottia paniculata. Estas especies 
se puede decir que son las que dan el aspecto típico al bosque seco. Además 
de las Cactáceas son determinantes en la estructura de la vegetación las Le- 
guminosas arbóreas: Prosopis juliflora, Caesalpinia coriaria (en Monte Cristi), 
y Senna atomaria (ésta última particularmente abundante en la zona de 
Azua). Todas estas especies presentan buena regeneración, contrario a lo que 
ocurre con Guaiacum officinale, G. sanctum, Phyllostylon brasiliensis, y 
Capparis cynophallophora. 


62 Moscosoa 5, 1989 
Indice de Valor de Importancia (IVI) 


La suma de los valores de los parametros, Densidad Relativa, Frecuencia 
Relativa y Dominancia Relativa, nos dan el indice de valor de importancia 
de una especie (IVI). Este, según Curtis (1947), nos sirve para nombrar la 
fitocenosis de una zona, tomando como base los valores mas altos de IVI 
de las especies presentes. 

Los resultados obtenidos en las zonas estudiadas determinaron nombres 
diferentes para las fitocenosis de ambas. En Azua la sinécia esta determina- 
da por Leptochloopsis virgata, Cylindropuntia caribaea, Prosopis juliflora, 
y Lemaireocereus hystrix. La bromelia Tillandsia recurvata ocupa el primer 
lugar; no obstante, por ser una especie epifítica y de escaso tamaño, no 
influye en la fisonomía de la vegetación. 

En Monte Cristi la sinecia es diferente debido a la proporción y la apari- 
ción de especies distintas. Para esta zona la sinecia es: Leptochloopsis virgata, 
Prosopis juliflora, Caesalpinia coriaria. En esta asociación se presenta el 
mismo caso que en Azua con la especie Tillandsia recurvata, con la diferen- 
cia de que en esta última zona su IVI corresponde al segundo lugar. 

A pesar de que el IVI del Prosopis juliflora es mayor en Azua (24.5) que 
en Monte Cristi, ocupa un tercer lugar en esa última asociación: en cambio 
en la primera zona esta especie con un valor de 22.3, se encuentra en la se- 
gunda posición. Esta variación es debida a la abundancia de Opuntia caribaea, 
la cual tiene un valor de 27.3 en Azua, mientras en Monte Cristi es escasa. 
Con relación a esta especie en Monte Cristi, Ekman (1930) escribió: “Por 
suerte nuestra, la guasábara, (Opuntia caribaea), plaga terrible en los terrenos 
xerófitos de Azua y Haití, no existe aquí, o por lo menos, es muy rara”. 
Otro autor que escribió acerca de esta Cactaceae fue Moscoso (1941), el cual 
afirma: “Cacto muy común en la Llanura de Azua y en todo el camino de la 
ciudad a la de San Juan de la Maguana; no lo he visto en la Línea Noroeste 
aunque lo cita Ekman, con alguna duda, cerca de Guayubín”. 

Es importante destacar que dentro de las 10 primeras especies que forman 
la estructura fundamental del bosque seco subtropical en Azua, sólo aparece 
una, Prosopis juliflora, perteneciente a los árboles leñosos. En contraste para 
Monte Cristi aparecen dos: una de las cuales la Caesalpinia coriaria es deter- 
minante en la fisonomía de la vegetación de esa zona. Esa especie presenta 
valores muy bajos en la zona estudiada del Suroeste. Un fenómeno parecido 
se registró con la leguminosa Senna atomaria, ya que en el Suroeste es fre- 
cuente y determina en gran medida la fisonomía de la vegetación, sin embar- 
go, en Monte Cristi es escasa. 


Moscosoa 5, 1989 63 
Composición florística 


La fisonomía de la vegetación en Azua y Monte Cristi presenta gran stmi- 
litud, pero su composición florística tiene considerables diferencias. 

De un total de 245 especies identificadas en las dos zonas, hay 175 en 
Azua y 148 en Monte Cristi; solo 78 son comunes a ambas áreas, equivalen- 
tes al 31.85% del número total de especies encontradas. El 20.8% de todas las 
especies encontradas en el área total estudiada son endémicas, mientras el 
73.8% son nativas y un 5.4% naturalizadas. 

El porcentaje de endemismo para Azua es de 20% , mientras en Monte 
Cristi es de 19.6% ; como se puede notar los porcentajes son similares, pero 
la cantidad de especies endémicas comúnes son muy pocas, indicando una 
alta diferencia en la composición florística de las áreas estudiadas. Sin 
embargo, no podemos afirmar que estos resultados son definitivos debido 
a la limitante de tiempo y extensión con que fue efectuado el estudio. 

De las especies de Azua el 75.4% son nativas y el 4.6% naturalizadas, mien- 
tras en Monte Cristi hay 75.7% de especies nativas y 4.78% naturalizadas. En 
toda el área estudiada se encontraron un total de 51 especies endémicas 
de la Española, de las cuales 35 corresponden a Azua y 29 a Monte Crist, 
solamente 13 de éstas son comúnes a ambas zonas. 

Las familias con mayor riqueza específica en ambas zonas son las siguien- 
tes: Leguminosae 24, Euphorbiaceae 14, Graminae y Cactaceae 11 cada una, 
y por último las Verbenaceae con 10, de las cuales varias son endémicas. 
Las condiciones ambientales del bosque seco determinan un bajo índice de 
diversidad y, como consecuencia de dichas condiciones y del largo período 
evolutivo, se ha producido la existencia de elementos endémicos caracteri- 
zante de esta biocenosis. 

Si se comparan los resultados de este estudio con otros obtenidos en 
ecosistemas diferentes, se enfatiza lo expresado en relación al bajo índice 
de diversidad. Por ejemplo, Mejía (1984) en un área de bosque húmedo 
subtropical en la República Dominicana, con menor extensión que la abar- 
cada por el presente trabajo encontró un total de 408 especies. 

De todas las familias presentes en las zonas estudiadas se puede afirmar 
que las Cactaceae constituyen el ejemplo más típico de adaptación a las con- 
diciones especiales de bosque seco subtropical. De esa familia fueron identi- 
ficadas 11 especies de las cuales cuatro son endémicas, destacándose un caso 
muy especial correspondiente a la Neoabbottia paniculata. Esta planta que 
presenta una distribución restringida, aparece dentro del área estudiada sólo 
en Tábara Abajo. A pesar de que la zona de vida estudiada en Monte Cristi 
no presentó diferencia notable en los parámetros ambientales comparados, 


64 Moscosoa 5, 1989 


dicha especie no aparece alli. Por lo que se puede afirmar que existe factor 
o factores que han influido en la distribución de esta especie así como de 
otras, especialmente las endémicas. 

Cabrera y Willink (1973), al referirse a los factores que influyen en la 
distribución de las plantas, citan las montañas como uno de ellos. Esa afirma- 
ción nos permite deducir que ha podido ser la Cordillera Central con su 
gran extensión y sus alturas, lo que ha impedido que algunas especies del 
Suroeste atraviesen esa barrera física y se radiquen en el Noroeste donde 
existen condiciones ambientales similares y viceversa. A diferencia del aisla- 
miento que ha sucedido con algunas especies endémicas, las cuales no han 
llegado a Monte Crist, la Cylindropuntia caribaea se encuentra allí, pero no 
se ha propagado como en el Suroeste. Esto nos induce a pensar que hay uno 
o más factores que inhiban la propagación de dicha especie en la citada 
zona. ¿Será efecto de algún micro o macroelemento? ¿Competencia bio- 
lógica? 


Efectos Antrópicos 


Las zonas estudiadas han sufrido durante largo tiempo los efectos de la 
actividad humana, lo que ha diezmado sus recursos, principalmente los 
maderables. Schiffino (1945), dice que la República Dominicana exportaba 
grandes cantidades de madera extraídas de abundantes poblaciones de 
Guaiacum officinale (Guayacan) y Guaiacum sanctum (Vera). Otro autor, 
Marte (1984), expresa numéricamente la exportacion de madera provenien- 
te de las principales especies maderables del bosque seco. Solo en 1885, 
fueron exportados 6,739,385 libras de madera de Guayacan. 

Así es que podemos afirmar que la exportación fue una de las causas prin- 
cipales en la destrucción de las grandes poblaciones de Guaicacum officinale, 
G. sanctum, y Phyllostylon brasiliensis. El Guaiacum fue explotado con gran 
intensidad en Barahona, donde se estableció una empresa para la exportación 
exclusiva de estas especies. No es posible encontrar datos para el uso de estas 
maderas dentro del país pero sabemos que era considerable. 

Otro factor que ha afectado negativamente los árboles del bosque seco es 
la lentitud de crecimiento de algunos de ellos y la poca regeneración natural 
de varias de las especies presentes. 

Actualmente los árboles de Guaiacum spp. que sobreviven en el bosque 
seco son en su mayoría jóvenes, no aptos para ser aprovechados como ma- 
dera. Estas especies arbóreas presentan altas frecuencias, pero debido a 
su lentitud de crecimiento necesitarán muchos años para alcanzar un tama- 
ño aprovechable. 


Moscosoa 5, 1989 65 


De acuerdo con los resultados de este estudio, de todas las especies made- 
rables del bosque seco subtropical, el Prosopis juliflora (bayahonda), presen- 
ta una frecuencia y densidad (FX, DX) que sugiere la implementacion de su 
explotacion, adoptando para ella planes efectivos de manejo. Pero debe 
destacarse que la mayoria de los ejemplares encontrados en el area de estudio 
son jóvenes y de escaso desarrollo, debido a que los de mayor tamaño ya 
han sido cortados. 

Asociado al Prosopis juliflora en la zona de Monte Cristi existe un conside- 
rable número de individuos adultos de Caesalpinia coriaria (guatapanal) lo 
que parece indicar que esa especie no es muy atractiva actualmente para los 
cortadores de madera en la zona. Todavía se recolectan las vainas secas para 
usos medicinales y como fuente de tanino. 


Producción y Consumo de Carbón 


El uso de carbón y leña en los países del Tercer Mundo tiene una impor- 
tancia de primer orden. En República Dominicana la mayor producción de 
carbón y leña se efectúa en las regiones Suroeste y Noroeste y los princi- 
pales centros de consumo del producto son las grandes ciudades principal- 
mente Santo Domingo y Santiago de los Caballeros. 

Morel (1986) reporta un consumo de 6.9 millones de sacos en el año 
1983. Aunque no tenemos datos estadísticos más recientes creemos que este 
consumo ha aumentado conjuntamente con el aumento de la demanda 
relacionada con una población nacional creciente. Esta gran demanda de leña 
y carbón para consumo local es el factor número uno en la destrucción del 
bosque seco en la República Dominicana. 

El carbón producido en el bosque seco subtropical dominicano proviene 
de un pequeño número de especies, las que poseían grandes poblaciones 
actualmente muy reducidas. 

Un buen ejemplo lo constituye el Guaiacum officinale, del cual es difícil 
encontrar ejemplares aptos para la producción de leña o de carbón. El 
Capparis cynophallophora ha corrido la misma suerte. De éste sobreviven 
ejemplares de gran tamaño debido a que son usados como sombra en los pa- 
tios y a orillas de carreteras, principalmente por Monte Cristi. Las dos espe- 
cies que siguen produciendo la mayor cantidad de carbón, son el Prosopis 
juliflora y Senna atomaria; éstas a diferencia de las anteriores tienen alta 
regeneración natural y rápido crecimiento. Otras especies productoras de 
carbón son Acacia macracantha, Guaiacum sanctum, y Colubrina elliptica. 


66 Moscosoa 5, 1989 
Extracción y consumo de leña 


La leña es el principal combustible de origen forestal usado en los hogares 
rurales. El censo nacional de población y vivienda de 1981 determinó que el 
90% de las casas rurales usaban leña; consumiendo el 96.8% de la produc- 
ción total. La industria cañera y las panificadoras son también grandes con- 
sumidores de leña en la República Dominicana. Jennings y Ferreiras (1979) 
reportan un consumo de 2596.9 toneladas métricas de leña por la industria 
cañera en el período 1974-1975. 

Un estudio de la F.A.O. (1971), determinó la existencia de unos 6 millo- 
nes de metros cúbicos de leña en el bosque seco dominicano. Esta cantidad 
y otra similar que existía en el bosque húmedo, ha sido consumido casi en su 
totalidad, provocando la crisis que hoy afecta al país para cubrir la demanda 
de madera, leña y carbón. 

En el estudio de la F.A.O. se recomendaba la siembra anual de 10 millo- 
nes de árboles con fines de resolver la crisis de carbón y leña en el país, 
esto no se ha hecho. La crisis se acrecenta día a día y como consecuencia 
aumenta también el deterioro de las condiciones de vida de los pobladores 
del bosque seco, muchos de los cuales viven a expensas de los recursos del 
bosque exclusivamente. 


Pastoreo 


Además de las actividades antrópicas citadas anteriorment, se puede afir- 
mar que el pastoreo irracional con ganado, fundamentalmente caprino en las 
áreas no cultivadas del bosque seco subtropical, tiene efectos catastróficos 
sobre la vegetación y el suelo de las mismas. 

Según Rewinkel (1981), en la década 1966—1976, la población caprina 
del país aumentó de 240,000 a 355,000 individuos; de este total el 
31.5% se hallaba localizado en el Suroeste y 19.2% en el Noroeste. Ese nota- 
ble aumento produjo como consecuencia una mayor presión sobre la vege- 
tación del bosque seco subtropical aumentando su degradación. La crianza 
en estas regiones se realiza sin ninguna tecnificación, con los animales consu- 
miendo el material vegetal de las áreas silvestres no cercados e impidiendo 
la regeneración de las especies vegetales de la zona. Hay que destacar que la 
mayoría de las especies vegetales del bosque seco subtropical tienen un 
poder de regeneración muy bajo y por consiguiente, la presión permanente 
de los herbívoros produce efectos muy negativos sobre dicho ecosistema. 


Moscosoa 5, 1989 67 
Cultiv os 


El bosque seco ha sido grandemente afectado por la incorporacion de 
extensas dreas a cultivos de variadas especies de interés comercial, tales 
como: arroz, plátano, yuca, maíz, sorgo etc. Esa incorporación ha sido po- 
sible gracias a la topografía y a la disponibilidad de agua con que cuentan 
esas zonas en las provincias de Azua y de Monte Cristi. No solo las tierras 
irrigadas han sido utilizadas para cultivos, hay importantes de Aloe vera 
(sábila) en terrenos no irrigados en la zona de Monte Cristi. 


Apicultura 


Esta actividad, contrario a las citadas anteriormente, favorece la conserva- 
ción y desarrollo de las especies que componen el bosque seco subtropical. 
Debemos destacar que, desgraciadamente, la actividad apícola en las exten- 
siones de bosque seco está siendo fuertemente afectada por el corte y des- 
trucción de las especies melíferas de la zona. Con relación a esto tuvimos la 
experiencia de conversar con un apicultor de la Provincia de Monte Cristi, 
el cual afirmó que la producción de miel se estaba reduciendo, por la destruc- 
ción de la vegetación y la aplicación de insecticidas en los cultivos próximos. 
Algunos apiarios han tenido que ser trasladados debido al efecto de los insec- 
ticidas aplicados en las plantaciones agrícolas. Varias especies del bosque 
seco son melíferas; entre las principales están: Caesalpinia coriaria, Prosopis 
juliflora, Casearia ilicifolia, Erythroxylum brevipes y Haematoxylon campe- 
chianum. La apicultura, con un buen manejo, puede ser una actividad econó- 
mica de gran importancia en el bosque seco subtropical, que proporcionaría 
ingresos a la población de dicha zona sin producir efectos negativos en las 
condiciones ambientales. 


Literatura citada 


Cabrera, A. £ A. Willink 1973. Biogeografía de América Latina. Editora E.V. 
Chesneau, O.E.A. Washington, DC. USA. 

Contin, A. 1981. Investigación de Suelo. Editorial Trillas, S. A. México DF. 
México. 

Curtis, J. T. 1947. The palo verde forest type near Gonaive, Haiti and its 
relation to the surrounding vegetation. Caribbean Forester 8(1):1—25. 

De la Rue, E. 1966. Flora y fauna de los trópicos. Segunda edición. Editora 
Juventud Cristiana. Barcelona, España. 


68 Moscosoa 5, 1989 


Ekman, E. L. 1930. Excursion botánica al nord-oeste de la República Domi- 
nicana. Est. Agron. Moca (Republica Dominicana) Ser. B, 17:1—16. 
F.A.O., 1971. Inventario y fomento de los recursos forestales en la Repú- 

blica Dominicana, FAO Informe Técnico No. 2, Roma, Italia. 

Hartshorn, G., et. al 1981. La República Dominicana, perfil ambiental del 
país, un estudio de campo de AID Contract No. AID/SOD/PDC— 
CO247. JRD Associates, McLean, Virginia. 

Jennings, P. & B. Ferreiras. 1979. Recursos energéticos de los bosques secos 
en República Dominicana. Instituto Superior de Agricultura, Santiago, 
República Dominicana. 

Loweski L. £ H. Checo. 1986. Estudio sobre la producción tradicional de 
carbón vegetal y su impacto sobre el bosque seco nativo. Instituto Su- 
perior de Agricultura. Informe Especial No. 2. Programa de Desarrollo 
de Madera como Combustible. 

Marte, R. 1984. Estadísticas y documentos históricos sobre Santo Domingo 
(1805-1890). Museo Nacional de Historia y Geografía. Serie Documen- 
to No. 1 

Mejía P., M. M. 1984. La vegetación y la flora de la cuenca del Arroyo Parra, 
Provincia Peravia, República Dominicana. Moscosoa 3 :127—148. 

Monción, B. et al. 1982. Caracterización fitogeográfica del sector compren- 
dido entre Puerto Baquerizo-Moreno y la Laguna del Junco, Isla San 
Cristóbal, Archipiélago de Galápago. CEPEIGE No. 10 Quito, Ecuador. 

Morel, M. 1986. Situación forestal en República Dominicana. Serie Progressio 
No. 1, Santo Domingo, República Dominicana. 

Rewinkel, J. et al. 1981. La composición de la vegetación en la zona semiári- 
da del Proyecto Caprino, Las Tablas en la República Dominicana. In- 
forme Técnico del Proyecto de Pasto y Ganadería, República Domini- 
cana. (No publicado). 

Schiffino,. J. 1945. Riqueza forestal dominicana. Tomo I. Secretaria de Esta- 
do de Agricultura, Industria y Trabajo, Santo Domingo, República Do- 
minicana. 


Moscosoa 5, 1989 


69 


Tabla 1. Frecuencia relativa (FRX), densidad relativa (DRX), dominancia 
(DMRX), e indice de valor de importancia (IVI) para las diez especies con 


los valores mas altos de cada zona. 


——_—_ 
=—S——— 


Frecuencia relativa (FRX), las diez especies con los valores mas altos. 


AZUA FRX (%) MONTE CRISTI FRX(% ) 
Senna atomaria 4.06 Caesalpinia coriaria 4.33 
Prosopis juliflora 3.87 Lemaireocereus hystrix 4.35 
Tillandsia recurvata 3.74 Leptochloopsis virgata 4:17 
Cylindropuntia caribaeae 3.74 Prosopis juliflora 3.81 
Agave antillarum 3055 Tillandsia recurvata 3.63 
Guaiacum officinale 3.38 Opuntia moniliformis 3.44 
Lemaireocereus hystrix 3,24 Solanum aculeatum 3.26 
Cossopetalum decussatum 2.87 Harrisia nashii 3.26 
Leptochloopis virgata 2.70 Opuntia antillana 3.08 
Neoabbottia paniculata 2.70 Piloscereus polygonus 2.89 
Densidad relativa (DRX), las diez especies con los valores más altos. 

AZUA DRX (% ) MONTE CRISTI DRX(% ) 
Tillandsia recurvata 28.80 Tillandsia recurvata 25.60 
Cylindropuntia caribaea 14.63 Leptochloopsis virgata 18.89 
Leptochloopsis virgata 10.92 Eragrostis barrelieri: 6.15 
Lemaireocereus hystrix 9.35 Solunum aculeatum 5.86 
Tribulus cristoides 2.90 Opuntia antillana 4.62 
Prosopis juliflora 291 Lemaireocereus hystrix 2.73 
Agave antillarum 2.09 Tillandsia usneoides 2.69 
Senna atomaria TZ Prosopis juliflora 2.60 
Setaria setosa 1.14 Tillandsia fasciculata 2.20 
Melocactus lemairei 1.08 Aloe vera 1.74 
Dominancia (DMRX), las diez especies con los valores más altos. 

AZUA DMRX(% ) MONTE CRISTI DMRX(% ) 
Prosopis juliflora 18.20 Leptochloopsis virgata 27.34 
Leptochloopsis virgata 15.10 Prosopis juliflora 16.24 
Cylindropuntia caribaea 8.97 Caesapinia coriaria 10.91 
Lemaireocereus hystrix 8.55 Tillandsia recurvata 6.02 
Tilladsia recurvata 6.40 Phyllostylon brisiliensis 3.48 


70 


Senna atomaria 
Neoabbottia paniculata 
Agave antillarum 
Guaiacum officinale 
Tribulus cistoides 


0-37 
3.40 
b ate Ws 
2.40 
2.25 


Moscosoa 5, 1989 


Opuntia antillana 
Lemaireocereus hystrix 
Maytenus buxifolia 
Exostema spinosum 
Opuntia moniliformis 


by de | 
2109 
2.16 
1,49 
1.43 


Indice de valor de importancia (IVI), las diez especies con los valores más al- 


tos. 

AZUA 

Tillandsia recurvata 
Leptochloopsis virgata 
Cylindropuntia caribaea 
Prosopis juliflora 
Lemaireocereus hystrix 
Senna atomaria 

Agave antillarum 
Tribulus cistoides 
Neoabbottia paniculata 
Guaiacum officinale 


IVI (% ) 
38.94 
28.72 
27.34 
24.58 
21: PL 
EA 

9.01 
7.69 
6.96 
6.44 


MONTE CRISTI 
Leptochloopsis virgata 
Tillandsia recurvata 
Prosopis juliflora 
Caesalpinia coriaria 
Opuntia antillana 
Solanum aculeatum 
Lemaireocereus hystrix 
Eragrostis barrelieri 
Phyllostylon brasiliensis 
Opuntia moniliformis 


IVI (% ) 
50.40 
35.24 
22.34 
20.85 
10.46 

9.82 
9 AL 
8.00 
6.34 
5.60 


71 


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Moscosoa 5, 1989, pp. 85-115 
NOTAS SOBRE LA FLORA DE LA ISLA ESPANOLA. III. 


Thomas A. Zanoni 
Milcrades M. Mejia P. 


Zanoni, Thomas A. & Milciades M. Mejia P. (Apartado 21—9, Santo Domingo, Repu- 
blica Dominicana). Notas sobre la flora de la isla Española. III]. Moscosoa 5: 85-115. 
1989. Cuatro especies son descritas nuevas para la ciencia: Plumeria magna (Apocyna- 
ceae), Lasianthus bahorucanus y Mitracarpus bahorucanus (Rubiaceae), y Scrophularia 
bahorucana (Scrophulariaceae ). Se reportan los hibridos naturales entre Trema cubensis 
y T. micrantha y entre T. lamarckiana y T. micrantha (Ulmaceae). Se presentan notas 
nuevas sobre varias especies: Dieffenbachia maculata (Araceae); Pseudophoenix ekmanii 
(Arecaceae); Chlorophytum comosum y Nothoscordum gracile (Liliaceae); Bom bax 
ceiba (Bombacaceae ); Arcoa gonavensis, Caesalpinia pulcherrima y Stahlia monosperma 
(Caesalpiniaceae); Stylosanthes guianensis (Fabaceae); Wigandia pruritiva (Hydrophy- 
llaceae); Dendropemon pycnophyllus (Loranthaceae ); Cuphea hysspifolia (Lythraceae ); 
Colubrina asiatica (Rhamnaceae), Dodonaea spp. (Sapindaceae), Solanum selleanum 
(Solanaceae), y Trema spp. (Ulmaceae). También se incluyen las especies nuevas des- 
critas por otros autores en otras publicaciones desde 1986. No se incluyen las Orchidaceae 
en este articulo. 


Notes on the vascular flora of the island of Hispaniola (Dominican Republic and 
Haiti). III. Four species new to science are described: Plumeria magna (Apocynaceae ), 
Lasianthus bahorucanus and Mitracarpus bahorucanus (Rubiaceae) y Scrophularia 
bahorucana (Scrophulariaceae ). Natural hybrids between Trema cubensis and T. micran- 
tha and between T. lamarckiana and T. micrantha are reported. New information on 
existence and distribution is presented for Dieffenbachia maculata (Araceae); Pseudo- 
phoenix ekmanii (Arecaceae); Chlorophytum comosum y Nothoscordum gracile (Lilia- 
ceae); Bombax ceiba (Bombacaceae); Arcoa gonavensis, Caesalpinia pulcherrima and 
Stahlia monosperma (Caesalpiniaceae), Stylosanthes guianensis (Fabaceae); Wigandia 
pruritiva (Hydrophyllaceae); Dendropemon pycnophyllus-(Loranthaceae); Cuphea 
hyssopifolia (Lythraceae); Colubrina asiatica (Rhamnaceae); Dodonaea spp. (Sapin- 
daceae); Solanum selleanum (Solanaceae); and Trema spp. (Ulmaceae). Also included 
are the new species described by other authors in other publications for 1986-1988. 
The Orchidaceae are not included in this last category. 


Esta es nuestra tercera contribución de esta serie sobre la flora de la isla 
Española (República Dominicana y Haití). En la primera parte tratamos la 
familia de las Bromeliaceae (Zanoni, Mejía, & Read, 1986), y en la segunda 
varias especies, entre ellas dos especies nuevas para la ciencia (Zanoni & 
- Mejía, 1986). 

La serie sobre las Orchidaceae tratadas por Donald D. Dod (Véase esta 
edición de Moscosoa volumen 5, y la sexta parte anterior de Dod, 1986) 
es complementaria a nuestra serie; no tratamos esta familia en nuestros 
artículos. 

Nuestro inventario y estudio de la flora de la Española siguen. Reportamos 
aquí cuatro especies nuevas para la ciencia. También damos informaciones 


86 Moscosoa S, 1989 


nuevas sobre varios géneros. Para conveniencia de los estudiosos de la flora, 
incluímos los nombres de especies descritas nuevas para la Española por los 
otros autores en otras publicaciones. En otro artículo de esta edición de Mos- 
cosoa Volumen 5, Barneby y Zanoni revisan el género Acacia para la Española. 


DIEFFENBACHIA MACULATA (Lodd.) G. Don Araceae 
Una hierba perenne con hojas variegadas (mejor dicho manchadas), en 
cultivo y ahora conocida escapada en la Española. La especie nativa y co- 
mún en la isla es Dieffenbachia seguine (Jacq.) Shott, de la que no tene- 
mos conocimientos de que hayan plantas nativas con hojas variegadas, aun- 
que estén reportadas en otras partes de esa manera. 
REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. San Cristóbal: en el 
poblado rural de La Represa, en el Río Isa, zona alterada y cafetalera, esca- 
pada de cultivo, orilla de la carretera y no muy lejos de una casa rural, elev. 
160 m, 19 mar, 1984, (estéril), Zanoni, Pimentel, & García 29253 (JBSD); 
en las orillas del Río Matuey, en Mano Matuey, 12 km NO de Hato Damas, 
casi en el final del camino transitable por vehículos, bosque latifoliado y 
alterado, con café y cacao, escapada de cultivo, nombre común aquí “mata 
puerco”, elev. 240 m, 28 mar, 1984, (estéril), Zanoni, Pimentel, & García 
29456 (JBSD). 


PSEUDOPHOENIX EKMANII Burret Arecaceae 

Read (1968) presento la ultima revision del género Pseudophoenix en la 
que indicaba que poco se conocía acerca de esta especie endémica de la isla 
Espanola. Reporto la especie en Savana Pti-Glacis, Provincia Barahona 
basandose en el ejemplar del tipo recolectado por E. L. Ekman en 1926. 
Escribio tambien de las notas de Ekman, acerca de la presencia cerca de 
Savana Sigodond, Savana Cachéo, Savana Pti-Glacis cerca de Bouen des 
Truyes y la posibilidad de la misma cerca de Duvergé, Tierra Nueva, e Isla 
Beata. 

El reporte de Ekman sobre la especie en la Isla Beata fue confirmado con 
un ejemplar estéril recolectado por H. F. Loomis unos años después del 
descubrimiento de la especie hecho por Ekman (Read, 1968). 

Desde la recolección de las muestras de Ekman y de Loomis, ningún 
ejemplar ha aparecido en los herbarios, es decir, si algún botánico encontró 
la especie en el campo, no consiguió muestras para depositar en los herba- 
rios. Al parecer desde aquella época ningún botánico había visto Pseudo- 
phoenix ekmanii. 

En febrero de 1986, visitamos la zona árida del bosque sobre roca calcárea 
“diente de perro” al sur de Los Tres Charcos, al Oeste de Oviedo, Provincia 


¿DESEABA 


Moscosoa 5, 1989 87 


Pedernales, para buscar esta especie y cualquier otra planta de esa zona que 
ha sido muy poco herborizada por botanicos. Tuvimos la sorpresa de encon- 
trar varias palmeras esparcidas en el bosque. Una segunda penetración que 
se hiciera al Sur de Manuel Goya, más al Oeste de Oviedo, buscando los luga- 
res marcados como “Pti-Glacis””, “Sabana de Cacheo” en el mapa topográfico 
y un sitio llamado “Cacheo Cofí” (ortografía no cierta) por los campesinos. 
Descubrimos miles de palmeras de Pseudophoenix ekmanii, como los cam- 
pesinos nos habían dicho el día anterior. 

Afortunadamente, la zona donde crece esta especie está dentro del nuevo 
Parque Nacional Jaragua (principalmente la zona al sur de la carretera 
Oviedo-Pedernales, y al oeste de Laguna de Oviedo hacia al Oeste). 

En aquella zona, en la parte muy adentro del Parque Nacional, solamente 
hay pastoreo de ganado vacuno y caprino y cerdos cimarrones; no encon- 
tramos evidencias de siembras de cultivos menores (hay muy poco suelo). 

Los usos del “cacheo” son el consumo de los frutos caídos por los cerdos 
cimarrones. Y los monteros le extraen la médula del tronco para masticar 
la parte blanda que es azucarada. Como consecuencia del uso humano, de- 
saparecen al año varias palmeras porque la planta muere después de extraer- 
le el corazón del tronco. Es notable que las matas preferidas son aquellas que 
no son muy jóvenes, que tienen su “barriga” bien desarrollada, y que no han 
llegado a edad suficiente para la primera floración. Los campesinos nos 
dijeron que la pulpa del cacheo no es tan dulce después de florecer. 

Los campesinos (nuestros guías) nos informaron que este cacheo no estaba 
siendo usado para hacer la bebida también llamada “cacheo”, que es un 
mabí obtenido de la fermentación en agua del tejido esponjoso del interior 
de la palmera. 

Nos parece que la mayoría de los frutos rojos (de 1 a 3 semillas en cada 
uno) caen directamente debajo de la palmera madre, sobre la roca. Estas 
semillas germinarían y tienen éxito solamente cuando al caer entran por las 
fracturas de las placas de la roca caliza y si la lluvia (entre 600—700 mm por 
año) de esta zona muy árida llegara a tiempo. Hemos visto plantas de todos 
los tamaños, lo que significa que la especie está reproduciendo bien para ase- 
gurar la sobrevivencia de la especie si la no zona no es destruida completa- 
mente. Normalmente los campesinos dejan los cacheos cuando cortan otros 
árboles cercanos para hacer leña o carbón. 

Hemos visitado las zonas de Duvergé y de Tierra Nueva y no hemos podi- 
do confirmar la presencia de Pseudophoenix ekmanii ni en las faldas de la 
Sierra de Bahoruco (Duvergé), ni en la Sierra de Neiba (Tierra Nueva). 

Encontramos Pseudophoenix vinifera en la carretera al Sur de Duvergé a 
Puerto Escondido y más arriba de Puerto Escondido, aproximadamente 


88 Moscosoa 5, 1989 


en la zona entre 500—700 mm de elevacion. También se encuentra P. vinifera 
aproximadamente a 400—500 m de elevacion en las lomas al Norte del po- 
blado de Tierra Nueva (al Oeste de Boca de Cachon, casi en la frontera del 
pais) y en las lomas en la Carretera Internacional subiendo la Sierra de Neiba 
desde La Descubierta hasta Los Pinos de Eden, mas o menos en la misma 
elevacion. 

Ejemplares examinados (Pseudophoenix ekmanii): REPUBLICA DOMINI- 
CANA: Peninsula de Barahona: Prov. Pedernales: 7 km al Sur de Los Tres 
Charcos (de Oviedo) y aproximadamente 7—8 km mas a pié en el camino a 
la Playa Blanca, 17° 45” N, 71° 25” Oeste, elevación 100—200 m, 9 feb. 
1986 (fr. verde), Zanoni, Mejía, & Pimentel 36100 (BH, JBSD, NY, US); 
al Suroeste de Manuel Goya (de Oviedo), “Algodón” (Sabana de Algodón en 
el mapa topográfico), 17° 46’ N, 71° 34” Oeste, elev. 70—120 m, 11 jun 
1986 (fr. maduro), Zanoni, Mejía € García 37597 (JBSD) (Pseudophoenix 
vinifera): Sierra de Neiba: Prov. Independencia: 4 km. al Noroeste de La 
Descubierta en el camino a Los Pinos del Edén, roca caliza, 18° 45’ N, 71° 
46’ Oeste, elev. 1250 pies, 15 oct. 1981 (estéril), Mejía & Pimentel 17279 
(JBSD); Loma Pedro de la Cueva, laloma al Norte del poblado de Tierra Nue- 
va, 18° 36’ N, 71° 54” Oeste, elev. 400—500 m, 28 mayo, 1987, (recolecta- 
do por un campesino) Zanoni 39544 (JBSD). Sierra de Bahoruco: Prov. 
Independencia, al lado de Loma Grande, en arroyo de Río Las Damas, 5.7 
km de Puerto Escondido en la carretera a Duvergé, bosque enano de 3-4 m 
de alto y muy seco, 18” 20.5’ N, 71° 32’ Oeste, elev. 350 m. 17 ago. 1983 
(fr. maduro), Zanoni & Pimentel 26455 (JBSD). 


REINHARDTIA PAIEWONSKIANA R. W. Read, T. A. Zanoni, & M. Mejía Arecaceae 

Brittonia 39:20. 1987. Figs. 1—5. 

Una nueva palmera para la ciencia, descrita de muestras recolectadas en 
la Sierra de Bahoruco, Prov. Barahona, República Dominicana. Este consti- 
tuye el primer reporte del género para el Caribe. 

Una de las dos poblaciones reportadas por Read, Zanoni, & Mejia (1987), 
fue destruída por la actividad agrícola en Monteada Nueva, Polo. 


CHLOROPHYTUM COMOSUM (Thunb.) Jacq. Liliaceae 

Una especie herbacea cultivada, de follaje completamente verde y a veces 
verde matizado de blanco (cv. Vittatum). Encontrada “escapada” entre los 
desperdicios arrojados al bosque natural en el parque sobre Loma Isabel de 
Torres. Sin duda, las plantas o semillas fueron tiradas allí por los jardineros 
del parque. Previamente, no reportado ni en cultivo ni escapada en la Espa- 
ñola. 


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Moscosoa 5, 1989 89 


REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Septentrional: Prov. Puerto Plata: 
Loma Isabel de Torres, al S de la ciudad de Puerto Plata, “‘estas plantas es- 
capadas o botadas; otras plantas en cultivo dentro del parque”, elev. 750 m, 
30 nov., 1983, Zanoni, Pimentel & García 28065 (JBSD). Distrito Nacional: 
Jardín Botánico Nacional, en cultivo en el vivero, 19 mayo 1981 (fl), Pelaez 
80 (JBSD). 


NOTHOSCORDUM GRACILE (Aiton) W. T. Stearn Liliaceae 
Taxon 35: 338. 1986 

Nothoscordum inodorum de autores. (Véase Stearn, 1986). 

Hierba con bulbo pequeno; hojas lineares; tallo de inflorecencia hasta 
aproximadamente 60 cm de alto, flores blanco-verdosas. Los campesinos del 
lugar le llaman “ajo cimarrón” por su semejanza cuando está en flor a una 
planta de ajo. 

Esta especie se ha convertido en una maleza de los cultivos hortícolas de 

esa zona. Esta planta llegó al país como impureza en las semillas de hortalizas 
importadas. Reportamos esta especie nueva para la flora de la Española. 
Edward A. Cope del Bailey Hortorium identificó las muestras. 
REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. Peravia: Paraje 
Los Naranjales, al NE de Los Martínez, 13 km al Este del poblado de Las 
Caobas, 18° 28’ N, 70° 28’ Oeste, elev. 1000 m, 16 mayo, 1985 (fl, fr). J. 
Pérez s. n. (BH, JBSD). 


Plumeria magna T. A. Zanoni & M. Mejía, sp. nova. Apocynaceae 

Arbor usque 10 m, Cortex laevis. Folia glabra, spatulata, 7-14.6 cm x 2— 
4 cm, (ratio 2.5—6.5: 1); apice rotundato vel emarginato; base angustato; 
nervi visibles in foliis siccis, nervi secundarii (15—) 20—30 paribus. Inflores- 
centia subumbellata ad initium florendi. Pedunculus fructifer usque 9 cm 
longus. Pedicellus 0.8—1 cm longus. Flor albus, fauce flave, fragrans. Calyx 
in lobos ad 1 mm longos divisuss. Corola infundibuliformis, tubo 1.9—2 cm 
longo, lobi oblongi 2.6—4.5 cm x 0.5—1.2 cm. Folliculi curvi binatim, curvi, 
12—18 cm longi, 1.5 cm diametro. Semen 1.5—4 mm longum, ala papyracea 
20x 10mm. 
Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Los Haitises: Prov. El Seibo. Próximo a 
- la Cueva de Arena, caseta No. 1 del Parque Nacional Los Haitises, frente a la 
Bahia de San Lorenzo, roca calcárea, 19° 05 N, 69° 27.5” Oeste, alt. 0-10 m 
9 ene 1986 (fr), Zanoni, Mejía García 35980 (Holotipo: JBSD; Isotipos: 
GH, NY, S, US). Arbol de 7—8 m en el bosque frente al mar, latex blanco; 
fruto verde sobre un pedúnculo curvo. 

Arbol hasta 10 m o mas, corteza lisa. Hojas en los extremos de las ramas, 


90 Moscosoa 5, 1989 


no muy coriacea, fina, glabra tanto en el haz como en el envés, espatulada, 
de 7-14.6 por 2—4 cm (proporción 2.5—6.5: 1); ápice redondo, a veces 
emarginado en las hojas mas anchas; base muy angustada; nervio principal 
hundido en el haz y prominente en el envés de hojas secas; nervios secunda- 
rios visibles en ambos lados, (15-) 20—30 pares, un poco curvos, perpendi- 
culares o ligeramente inclinados en el ápice; margen revoluto. Peciolo 5-40 
mm de largo. Hojas juveniles 3.3—8 por 0.8—1.8 cm con pecíolo 0.7—2 cm 
de largo. 

Inflorescencia con ramitas congestionadas, subumbeladas al empezar la 
floración pero las ramas alargan hasta 7 cm al comenzar la fructificación; 
entre nudos entre flores 0.5 cm de largo. Pedúnculo hasta 9 cm de largo al 
terminar la floración. Pedicelo 0.8—1 cm de largo. Flor blanca con amari- 
lla en la garganta, fragante. Lóbulos del cáliz redondeados, glabros, apro- 
ximadamente 1 mm de largo. Corola ligeramente embudada, tubo 1.9—2 cm 
de largo; lóbulos oblongos con el ápice redondeado, 2.6—4.5 cm por 0.5— 
1.2 cm. 

Folículos en pares, 12—18 cm de largo por 1.5 cm diámetro, curvo, verde 
o rojizo-verdoso antes de secar. Normalmente una o dos flores de cada 
inflorescencia llegan a producir los folículos, entonces son pocos folículos 
en cada inflorescencia. Semilla 1.5—4 mm de largo con una ala papirácea de 
20 x 10 mm. 

Plumeria magna es la especie más grande que tiene el género en la isla, 
alcanzando el habitat de un árbol de 10 m de alto, y llega hasta la canopia 
del bosque de Los Haitises donde hemos visto el ave “aura tinosa”, Cathartes 
aura, perchada sobre las ramas. 

Fue descubierta en 1930 por Erik L. Ekman primeramente en la costa 
Atlántica de la Península de Samaná y después en Los Haitises. Ekman e 
Ignatz Urban reconocieron que se trataba de una especie nueva para la cien- 
cia, pero nunca publicaron una descripción. Poco después del descubrimien- 
to, Ekman y Urban murieron a principio del 1931. Hemos tomado el nombre 
Plumeria magna que fue el que utilizó Ekman en las etiquetas de las muestras 
que él recolectó. El nombre refiere al tamaño gigante de esta especie. Las 
otras especies de la Española raramente llegan a ser árboles, y ninguna tan 
altas como P. magna Nuestras otras especies son arbustos o árboles peque- 
ños, normalmente de los bosques no altos de las zonas áridas. 

Esta especie es parecida a la Plumeria krugii Urban de Puerto Rico y 
menos parecida a P. obtusa L. Se distingue de ambas fácilmente por las ca- 
racterística de sus hojas. 

Distribución: REPUBLICA DOMINICANA: Península de Samaná, Los 
Haitises, y Cordillera Central. Normalmente crece sobre roca caliza, pero 


Moscosoa 5, 1989 91 


puede encontrarse sobre la arena o roca serpentina. Elevación de nivel de 
mar hasta 500 m. Aunque crecen en las zonas de mucha lluvia, a veces hasta 
2,400 mm o más por año, su substrato presenta un ambiente de poco suelo 
y árido entre las lluvias, entonces su comportamiento fisiológico posible no 
es muy distinto de las otras especies de Plumeria de zonas más áridas. 
Ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Península de Sama- 
ná: Prov. Samaná: Boca de río San Juan, in forest on cliffs, 17 mayo 1930 
(fl), E. L. Ekman H-15003 (S); Loma Pan de Azúcar, este del poblado de 
La Laguna (Noroeste de Santa Bárbara de Samaná), 8 dic. 1982 (estéril), 
Zanoni, Mejía & Pérez 24759 (JBSD); Pilon de Azúcar, Laguna, alt. 300 m. 
16 de abril, 1965, Jiménez & Marcano 5095 (UCMM). Los Haitises: Prov. 
El Seibo: La Llanada, on a hill, c. 200 m., 29 jun 1930 (fl) £. L. Ekman 
H-15486 (S, US); aprox, 0.5 km al Oeste de la Cueva de Arena, Caseta No. 
1 del Parque Nacional Los Haitises, en arena, sobre una barrera de arena 
frente al mar, 21 feb 1986 (fr.), Zanoni, Mejía & Pimentel 36172 (JBSD); 
próximo a la Cueva de Arena, Caseta No. 1 del Parque Nacional Los Haitises 
frente a la Bahía de San Lorenzo, roca calcárea, 0-10 m, 9 ene 1986 (es- 
téril, joven), Zanoni, Mejía, Pimentel, £ García 35969 (JBSD); en los alre- 
dedores de la Cueva Arena, Bahía de San Lorenzo, Parque Nacional Los 
Haitises, roca caliza, 0-10 m, 27 oct. 1982 (fl), Mejía & Pimentel 23928 
(JBSD): Prov. Monte Plata [al límite del S de Los Haitises]: aprox 7 km por 
aire al N de Bayaguana, cerca de la Loma El Mogote, 28 mar 1988, estéril, 
Zanoni, Pimentel, & García 40701 (JBSD); Cordillera Central: Prov. Mon- 
señor Nouel: in thickets, serpentine barrens on hillside, near Hato Viejo, 
250—300 m, 17 apr. 1969 (estéril) Liogier 14882 (JBSD). 


ILEX BLANCHEANA Judd Aquifoliaceae 
Rhodora 88: 436. 1986 
Un arbusto o árbol pequeño descrito del Massif de la Selle, Haití. 


BOMBAX CEIBA L., Sp.pl. 511. 1753 Bombacaceae 

Bombax heptaphyllum L., Syst. Nat, ed. 12, 457. 1767. 

non L., Sp. pl., ed. 2, 960, 1763. 

Bombax tussacii Urban, Repert. Sp. Nov. 15: 171. 1918. 

Tussac (1827) reportó Bombax heptaphyllum para el área al norte de St. 
Marc, Haití y escribió acerca del uso de la lana de los frutos como un relleno 
para colchones. Urban (1918) consideró que las plantas de B. heptaphyllum 
según Tussac no eran de B. heptaphyllum L. y que corresponde a una especie 
nueva. El publicó el nombre B. fussacii con una recopilación de la descrip- 
ción de Tussac. Aparentemente, Urban no vió ningún ejemplar del herbario 


92 Moscosoa 5, 1989 


de Tussac, pero sí solamente el texto y el dibujo publicado por él en 1827. 

El dibujo de Tussac no se ajusta a las especies nativas de la Española y 
corresponde a Bombax ceiba L. como indicó Robyns (1963) en su monogra- 
fía del género Bombax. No hemos descubierto el ejemplar de Tussac en nues- 
tras solicitudes a los varios herbarios reportando material de Tussac. Stafleu 
(1967) reportó muy pocas muestras del herbario de Tussac son conocidas 
hoy día. El herbario de París (P) que tiene la colección más grande de 
Tussac no reportó ningún ejemplar de Bombax ceiba recolectado por Tussac 
en Haití. | 

Robyns (1963) incluyó “B. heptaphylla” y B. tussacii en la sinonimia de 
B. ceiba sin comentar acerca del caso. 

Entonces la Bombax ceiba L. debe ser considerada como una planta intro- 
ducida a Haití en la época de la visita de él a Haití que comenzó en el 1786 
(Urban, 1898-1899). 

No hemos encontrado otros ejemplares de Bombax heptaphylla ni en 
Haití, ni en la República Dominicana. Entonces no sabemos si la especie 
existe todavía en la isla Española. Liogier (1982) perdió el reporte de esta 
especie como parte de la flora introducida a la Española. 


ARCOA GONAVENSIS Urban Caesalpinaceae 

El “tamarind maru” (criollo haitiano), ‘‘tamarinde marrón” (francés, del 
nombre haitiano), o el “tamarindo cimarrón” (en la República Dominicana), 
era conocido solamente en Haití hasta los últimos años. Las exploraciones 
botánicas recientes en la República Dominicana dieron como resultado que 
la especie está también dentro del país definitivamente (Fig. 1). 

Ahora, se conoce esta especie al Sur de Cabral, en la base de la Sierra de 
Bahoruco, en la Sierra Martín García cerca de Barrero (de Azua), y cerca 
de Oviedo. 

Un ejemplar de tamarindo cimarrón frente al destacamento de la Policía 
Nacional de Oviedo es 15 m de alto. Según informes de un hombre que vive 
en el poblado, el árbol tiene por lo menos 40 años de edad. El dijo “hace 
más de 40 años que llegué aquí y ese árbol estaba casi de ese tamaño”. El 
árbol ha sobrevivido algunos intentos que se han hecho para tumbarlo y 
a los efectos del Huracán Inés; aquel que en 1966 destruyó casi totalmente 
el poblado de Oviedo. En esta fecha, varias ramas gruesas fueron destroza- 
das por el viento, dejándole la capa muy mal formada. 

El ambiente en que esta especie crece es árido y sobre roca calcárea donde 
hay muy poco suelo. Normalmente es un componente de la canopia del 
bosque árido y espinoso. Mayormente su altura sobresale a la de los otros 
árboles del bosque, pero no estamos seguro porque en los lugares visitados 


Moscosoa 5, 1989 93 


co 


ARCOA GONAVENSIS 


Fig. 1 Arcoa gonavensis (Caesalpiniaceae) en la Espanola. 


por nosotros los carboneros han cortado parte del bosque y posiblemente 
han entresacado los troncos de otras especies que producen arboles mas 
altos. Pero es notorio que estos ambientes normalmente no producen 
árboles tan alto como la Arcoa. 

Nosotros hemos visto los frutos de Arcoa una sola vez. Todos los frutos 
examinados, en febrero de 1986, de un árbol al sur de Oviedo, tenían sus se- 
millas picadas por insectos. Al parecer los frutos secos no habían alcanzado 
tamaño de madurez. Nada se conoce acerca de la propagación por semillas 
o por esquejes de la Arcoa. 

Los campesinos de Oviedo y de Haití usan la madera para hacer leña y 
carbón. No se conocen otros usos. 

Unos ejemplares del herbario de Arcoa fueron recolectados por José 
Schiffino en “Cumayaza, Prov. La Romana”. Se supone que la etiqueta está 
correcta para estas muestras, pero hemos buscado Arcoa cerca del Río 
Cumayasa, especialmente preguntando por “alquitrán”, el nombre reportado 
por Schiffino, y no hemos verificado la presencia de la especie en aquella 
zona oriental de la República Dominicana. Posiblemente la deforestación 
de estas áreas haya acabado con esa población de la Arcoa. 


CAESALPINA PULCHERRIMA (L.) Sw. Caesalpiniaceae 

Este arbusto de flores amarillas o rojo-anaranjados había sido previamente 
reportado en cultivo en la Española (Urban, 1920-1921; Moscosoa, 1943; 
Liogier, 1985). Es cultivado como una planta ornamental y también como 


94 Moscosoa 5. 1989 


cerca viva. Esta especie raramente es encontrada escapada aunque por semi- 
llas se esta produciendo libremente aquí. 

HAITI: Massif de la Hotte: Dept. Grand ‘Anse; 3 km Oeste de Miragoane y 
2 km al Sur en la carretera subiendo la loma al Reynolds (Aluminum) 
Haiti Mine, orilla de la carretera, elev. 200 m, 25 oct 1983 (fl & fr), Zanoni, 
Pimentel, & García 27786 (JBSD y otros). REPUBLICA DOMINICANA: 
Península Samaná: 2.3 km al Este de Las Galeras (Puesto del Ejército Na- 
cional): un rancho de ganados, sobre roca caliza, elev. 50 pies, 17 mar 1982 
(fl, escapado de cultivo?), Zanoni, Mejía, & Pimentel 19743 (JBSD y otros). 


STAHLIA MONOSPERMA (Tul.) Urb. Caesalpinaceae 

La “caobanilla””, nombre común en la República Dominicana y “polisan- 
dro” en Puerto Rico, se conoce en muy pocas lugares de ambas islas. Erik L. 
Ekman, encontró la especie en 1929 entre San Pedro de Macorís y la 
Romana y en Macao, Prov. La Altagracia, República Dominicana. 

Schiffino (1927) reportó que miles de traviesas usadas para rieles de ferro- 
carril fueron exportadas del país. Si esta información es cierta, entonces esta 
especie era muy abundante en los comienzos del presente siglo. Y casi se 
perdió la especie por la sobre explotación. 

Con las intensas exploraciones que hemos realizado en la zona oriental del 
país, constatamos que esta especie ha sido casi exterminada en la República 
Dominicana. Encontramos algunos árboles vivos de caobanilla cerca del Río 
Anamuya, en Macao; posiblemente la misma población visitada por Ekman 
en 1929. Y un árbol vivo descubrimos no lejos de la margen oriental del Río 
Soco, y otro al Oeste del mismo río. Crece sobre suelos arcillosos, detrás de 
los manglares que se desarrollan próximo a las desembocaduras de los ríos 
de esa zona. 

Las semillas de la caobanilla germinan con facilidad, hemos encontrado 
decenas de plantitas creciendo debajo de los árboles padres, lo que nos 
indica que la especie se está reproduciendo sin mayores dificultades. 
REPUBLICA DOMINICANA: Llanura Costera: Prov. La Altagracia; aprox. 
0.5 km al N del poblado rural de El Macao, en un potrero no lejos del Río 
Anamuya, 18° 46’ N, 68° 34” Oeste, alt. 5 m, 30 ene. 1986 (estéril), Zanoni, 
Mejía, & Pimentel 30626 (JBSD, NY, y otros). Prov. San Pedro de Macorís: 
0.7 km al Oeste del puente sobre Río Soco, en el lado del Sur de la carretera 
San Pedro de Macoris-La Romana, en una finca ganadera, 18” 27’ N, 69° 14” 
Oeste, elev. 0-20 m, 21 jun, 1986 (fr maduro), Pimentel & García 637 
(JBSD, MO, NY y otros). 


Moscosoa 5, 1989 95 


LOBELIA HOTTEANA Judd & Skean Campanulaceae 
Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 139. 1987. 
Una hierba perenne descrita del Massif de la Hotte, Haití. 


GARCINIA BARKERIANA (Urb. & Ekm.) Judd Clusiaceae 
Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 45. 1987 
Rheedia barkeriana Urb. & Ekm. 
Ark. Bot. 22A (10): 18. 1929, 
La misma combinación se publicó anteriormente por Liogier: Garcinia 
barkeriana (Urban € Ekman) A. H. Liogier, Phytologia 61: 353. (1986). 


STYLOSANTHES GUIANENSIS (Aublet) Swartz. Fabaceae 
Kungl. Vetenskapakad. Acta Handl. Stockholm 11:296. 1789. 
Trifolium guianense Aublet. Hist. Pl. Guiane Fr. 2: 776, 4: Pl. 309. 1775 
como T. “guiannense”” Aublet, Pl. 309. Tipo: “Macouria in pratis’’, 
Aublet s. n. (no visto) 

Reportamos esta especie naturalizada después del cultivo en un campo de 
las plantaciones de la palma aceitera africana en El Valle, República Domini- 
cana, donde fue introducida como una cubierta de suelo debajo de las pal- 
meras. 

Se pueden identificar las especies de Stylosanthes de la Española con la 
siguiente clave (modificada de Mohlenbrock, 1957): 


1. Cada flor o por lo menos las flores inferiores subtendidas por un rudi- 
mento de eje; bracteolas interiores 2; rostro de la legumbre del largo 
o más largo que el artículo superior, ambos artículos comúnmente 
fértiles; plantas puberulas o pelosas, no pegajosas ......... S. hamata. 
1. Flores no subtendidas por un rudimento del eje; bracteola interior una: 
rostro de la legumbre corto, menos de la mitad del largo del artículo 
superior, sólo el artículo distal fértil. 
2. Plantas densamente pubescentes con pelos cortos pegajosos (viscidos); 
pico de la legumbre 1/4—1/3 del largo del artículo superior ........ 


AAA ANCIANA NAAA TORERO S. viscosa 
2. Plantas glabras hasta pubescente o pilosas y no pegajosas; pico de la 
De A ad a e © S. guianensis 


REPUBLICA DOMINICANA: Margen Los Haitises—Cordillera Oriental: 
Prov. El Seibo: escapada y naturalizada de un campo experimental anterior- 
mente ubicado en este sitio, 4 km al Sur de El Valle, cerca de la casa princi- 
pal de la plantación de palma africana aceitera de INASCA; antes una sabana; 


96 Moscosoa 5, 1989 


tierra roja, 19°00’ N, 69° 30’ Oeste, elev. 200—250 m, 21 feb. 1986 (fl), Za- 
noni, Mejia & Pimentel 36168 (JBSD, NY): Prov. San Cristobal: cultivada en 
el “CNIA”, San Cristóbal, 5 nov 1975 (fl), Melo 90 (JBSD, NY). 


WIGANDIA PRURITIVA Sprengel Hydrophyllaceae 

Syst. veg. 1: 865. 1825. 
Nicotiana urens L. 

Syst. veg. ed. 10, 932. 1759. 
Nicotiana, “urens B. N. fol. cordatis crenatis, Racemis recurvatis, caule 
hispido — pruginoso.” Plumier. Ic. 
‘Nicotiana arborescens, spinosissima, flore exalbido.”’ Plumier. Cat. Pl. 
Amer. 38. 1703. 
Wigandia urens (L.) Urban, Fedde Repert. 15: 415. 1919. non Wigandia 
urens H. B. K., Nov. Gen. Sp. 3:100. 1818. non Wigandia urens (Ruiz & 
Pav.) Choisy. Mem. Soc. Phys. Geneve. 6: 115. 1833. 

Wigandia reflexa Brand. Pflanzenreich 59 Heft, (IV, 251); 135. 1913. 
Tipo: Cuba: “St. Lago [Santiago] de Cuba: Pinal de Ninancina”, Linden 
2107 (herb. Delessert, G—DEL). 

El nombre de la especie de la Espanola (Republica Dominicana y Haiti) y 
Cuba de Wigandia tiene una historia tortuosa. Aunque fue descrita desde 
1703 bajo el género Nicotiana, se conoce como una especie de las Hydrophy- 
llaceae desde el 1825, fecha cuando Sprengel publicó el nombre Wigandia 
pruritiva. No fue posible trasladar el nombre Nicotiana urens L. al de Wigan- 
dia porque Bonpland y Kunth publicaron Wigandia urens H. B. K. para las 
plantas de una especie de México. 

La combinacion Wigandia urens (L.) Urban fue propuesta por Urban en 
1919. No era posible usar este nombre, ya que es un homonimo de W. urens 
H. B. K. El proposito de reemplazar W. reflexa Brand por W. urens (L.) 
Urban no es posible. 

El nombre mas viejo y disponible para nuestras plantas es Wigandia 
pruritiva Sprengel. Ya que en 1825, Sprengel determino que no era posible 
usar la combinación Wigandia urens; él indicó claramente que la Nicotiana 
urens L. era un sinónimo de su W. pruritiva. 

Se conoce la especie en Cuba oriental y en la Española. En la Española 
se recolectó Wigandia pruritiva en el Presqu' ile du Nord-Ouest, Ile Gonave. 
Massif de la Selle, la Cordillera Central, la Sierra de Neiba, y la Sierra de 
Bahoruco (Figs. 2 y 3). 


DENDROPEMON PYCNOPHYLLUS Krug & Urban Loranthaceae 
Esta parásita leñosa crece sobre el pino Pinus occidentalis en forma 


Moscosoa 5, 1989 97 


Fig. 2 “Nicotiana foliis cordato-crenatis”, (Burmann, 1755, Pl. Amer, Carol, 
Plumier., Tab. CCXI), ahora Wigandia pruritiva. 


98 Moscosoa 5, 1989 


CS 
WIGANDIA PRURITIVA 


Fig. 3 Wigandia pruritiva (Hydrophyllaceae) en la isla Espanola. 


erecta o un poco difusa. Hemos encontrado unas plantas colgantes y de tallo 
mucho más largo de 50 cm en la Cordillera Central de la República Domini- 
cana. Aunque son colgantes y con entrenudos un poco más largos, con hojas 
hasta 15 mm de largo por 2 mm de ancho, las flores y las hojas son casi 
iguales a las de D. pycnophyllus. Por esta razón hemos concluido que estas 
plantas son variantes que están creciendo juntas con las formas típicas de la 
especie y no merecen una distinción como especie nueva. 

REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega: Parque Na- 
cional J. A. Bermúdez: “La Laguna”, aprox. 3 horas a pie desde La Ciénaga 
(de Manabao) en el sendero al Pico Duarte, bosque latifoliado con Podocar- 
pus y Brunillia, húmedo, muchas epífitas. 19°02’ N, 70° 32’ Oeste, alt. 2000 
m, 13 ene 1987, Zanoni, Pimentel € García 37440 (JBSD, LEA, MO, NY, 
U). 


CUPHEA HYSSOPIFOLIA Kunth Lythraceae 
Arbusto pequeno, perenne de hasta 60 cm, erecto, corola rosada a magen- 
ta; florece durante varios meses del ano. Aunque esta plantita es ampliamen- 
te cultivada como ornamental, raramente es encontrada escapada en la Es- 
pañola. Hasta ahora no se había reportado para la isla. 
REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega; in town of 
Las Palmas (of Constanza), about 23 km W of Autopista Duarte on road to 
El Río and Constanza, cultivated and also escaped and naturalized, elev. 
3000 ft., 14 apr, 1981 (fl), Zanoni, Mejía, & Ramírez 12486 (JBSD). 


Moscosoa 5, 1989 99 


MECRANIUM NEIBENSE Skean Melastomataceae 
Brittonia 39: 192. 1987. 
Un arbusto de la Sierra de Neiba, Republica Dominicana. 


MECRANIUM REVOLUTUM Skean & Judd Melastomataceae 
Brittonia 38: 230. 1986 
Una especie arbustiva descrita de Massif de la Hotte, Haitt. 


MERIANIA BREVIPEDUNCULATA Judd & Skean Melastomataceae 
Syst. pow 12: 974s UN. 
Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haitt. 


MERIANIA PARVIFLORA Judd & Skean Melastomataceae 
Syst. Bord 2 371, 1987. 
Un arbusto descrito de Morne Formond, Massif de la Hotte, Haití. 


MICONIA MACAYANA Judd & Skean Melastomataceae 
Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 145. 1987. 
Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haití. 


OSSAEA WOODSII Judd & Skean Melastomataceae 
Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 141. 1987. 
Un arbusto descrito del Massif de la Hotte, Haití. 


WALLENIA FORMOSENSIS Judd Myrsinaceae 
sida 11::329. 1986 
Una especie arbustiva descrita de la subida a Pic Macaya, Massif de la 
Hotte, Haití. 


CALYPTRANTHES BANILEJOANA A. H. Liogier* Myrtaceae 
Phytologia 61: 354. 1986. 
Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana. 


CALYPTRANTHES GUAYABILLO A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 354. 1986. 
Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana. 


CALYPTRANTHES JIMENOANA A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 355. 1986. 
Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana. 


*A. H. Liogier escribe su nombre “Alain” como autor de las especies nuevas que él publica. Conser- 
vamos la costumbre de escribir el apellido del autor para cualquier especie vegetal. 


100 Moscosoa 5, 1989 


CALYPTRANTHES LIMONCILLO A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 355. 1986. 
Un arbusto descrito de la Cordillera Central, Republica Dominicana. 


CALYPTROGENIA CUSPIDATA A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 356. 1986. 
Un arbusto o arbolito descrito de la Cordillera Central, Republica Domini- 
cana. 


EUGENIA CONSTANZAE A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 357. 1986 
Un arbusto descrito de la Cordillera Central, República Dominicana. 


EUGENIA HIGUEYANA A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 357. 1986 
Un arbusto descrito de la Llanura Costera, Repú blica Dominicana. 


EUGENIA HOLDRIDGEI A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytologia 61: 358. 1986. 
Un árbol pequeño descrito del Massif de la Selle, Haití. 


EUGENIA JIMENEZII A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytología 61: 358. 1986 
Un árbol pequeño descrito de la base de la Cordillera Central, República 
Dominicana. 


EUGENIA SAMANENSIS A. H. Liogier Myrtaceae 
Phytología 61: 359. 1986 
Un árbol pequeño descrito de la Península de Samaná, República Domini- 
cana. 


COLUBRINA ASIATICA (L.) Brongn. var. ASIATICA Rhamnaceae 
Arbusto scandens; es reportado por primera vez para la Española. Marshall 
C. Johnton identificó la muestra Zanoni et al. 33584. En 1971, él reportó 
esta especie del Viejo Mundo como recien llegada a las costas de Martinique, 
Jamaica, Cuba, y en los cayos de la Florida. 
HAITI: Massif du Nord: Dept. Nord: 1 km al Este de Anse-a-Foleur, frente al 
mar, con árboles y arbustos de la costa, elev. 0—5 m, Zanoni, Mejía, & Pi- 
mentel 33584 (JBSD, TEX, y otros), fr. verde o seco, semillas negras y bri- 
llosas, 4 feb. 1985; Chochu, 7.5 km al Este de Le Borgne en la carretera 


Moscosoa 5, 1989 101 


costera a Bayeux, frente al mar, en la arena, elev. nivel de mar, Zanoni, 
Mejía, & García 34798 (JBSD, MO, NY, TEX, US), fr. verde o seco, 5 jun. 
1985. 


HAMELIA VENTRICOSA Sw. Rubiaceae 
Primer reporte de este arbusto para la isla, en el Massif de la Hotte, Haiti 
(Judd, 1986). 


ISIDOREA GONAVENSIS Aiello & Borhidi Rubiaceae 
Acta Bot. Hungar. 32: 221. 1986 [1987?]. 
Un arbusto descrito de Ile Gonave, Haiti. 


ISIDOREA VERIS Ekman ex Aiello & Borhidi Ru biaceae 
Acta Bot. Hungar. 32: 222. 1986. [1987?]. 
Un arbusto descrito de Los Haitises, República Dominicana. 


Lasianthus bahorucanus T. Zanoni, sp. nova., Fig. 4 Rubiaceae 
Frutex foetens usque 3 m. Rami foliati pubescentes. Ramuli hornotini 
pubescentes. Folha elliptica; 3.5—9.5 x 0.8—3.2-cm, (3:1) 4:1—5.:5:1, apice 
acuminata, basi angustata glabra, nervus principalis prominens. Nervi abaxia- 
les prominentes pubescentes, nervis secundariis 6—8 jugii. Petiolus 3—4(-5), 
mm longus. 

Inflorecentiae axillares. Flores congestae, subsessiles, 4-meri. Calyx pubes- 
cente, 2—2.5 mm longus, lobis triangularibus. Corola alba, tubis 4 mm 
longibus, lobis 2 mm longibus pubescentibus abaxialibus. Fructus ovatus 
latissime, 5—7 mm longibus, 4—6 mm latibus, atropurpurel. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA, Sierra de Bahoruco; Prov. Barahona: 
entrada de “El Cortico”, bosque latifoliado y muy húmedo, llamado “Mon- 
teada Nueva” y “Cana Brava” por los botánicos, más arriba del batey de 
café “Monteada Nueva”, sobre la cima de la Loma Trocha de Paz, 18°07.5’ 
N,71* 13.5” Oeste, elev. 1400 m, 14 enero, 1988 (fl.), Zanoni, García, & 
Cabral 40675 (Holotipo JBSD; Isotipos: FLAS, GH, MO, NY). 

Arbustos hasta 3 m de alto. Ramas foliares con tricomas largos y adpresos, 
de color claro; ramitas jovenes muy pubescentes con tricomas adpresos hasta 
un poco divergente, de color claro. Follaje maloliente cuando es frotado 
(por eso su nombre común “palo de peo”). Hojas opuestas, elípticas, 3.5— 
9.5 x 0.8—3.2 cm, proporción (3:1) 4:1 a 5.5:1, ápice acuminado, base an- 
_ gustada. Haz de hoja glabro con nervio central prominulo. Envés de hoja 
_ glabro con tricomas sobre los nervios primarios y secundarios pero los ter- 
ciarios glabrescentes o pubescentes; nervio central prominente, nervios se- 


102 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 4 Lasianthus bahorucanus (Rubiaceae). Rama florifera. La corola blan- 
ca es de 3 mm de largo. Arbusto que proporciono los tipos. De entrada de 
“El Cortico” (Monteada Nueva), Polo, Provincia Barahona, República Domi- 
nicana, Zanoni, García, & Cabral 406 75. 


cundarios y terciarios prominulos a prominentes; nervios secundarios alter- 
nos de 6—8 pares y más claros que la lámina cuando la hoja está seca. Peciolo 
3—4(-5) mm de largo. 

Inflorescencia axilares, Flores aglomeradas y subsesiles. Cáliz de 2—2.5 
mm de largo con 4 lóbulos triangulares de 1 x 0.25 mm, pubescente. Corola 
blanca, tubo de 4 mm de largo; limbo de 2 mm de largo, 4 lóbulos recur- 
vados con tricomas blancos en su haz. Fruto azul-mediano cuando maduro, 
5—7mm largo, 4-6 mm ancho. 

Lasianthus bahorucanus es conocida solamente en la Sierra de Bahoruco, 
República Dominicana en el bosque muy húmedo y latifoliado, sobre 1000 
m de elevación. Aún L. lanceolatus (Griseb.) Gómez Maza crece en la misma 
cordillera en la República Dominicana y su extensión en Haití, Massif de la 
Selle, no hemos encontrado las dos especies creciendo junto. 


2 que AS 


A TAS 


Dry % > 


Moscosoa 5, 1989 103 


Lasianthus lanceolatus en Puerto Rico, La Espanola y Cuba, varia en la 
forma y tamano de su hoja, pero consideramos que es mejor para considerar 
solamente una otra variante L. bahorucanus. 

Richard A. Howard nos aviso que el Lasianthus es un género del Mundo 
Viejo, de Asia y que nuestras plantas del Caribe son las únicas del género 
en el Mundo Nuevo. Este patrón de distribución es poco conocido. Dr. 
Howard sugirió que las plantas caribeñas pertenecen a otro género. Incluí- 
mos la nueva especie L. bahorucanus en el mismo género aunque no hemos 
establecido con certeza su posición genérica. 

Otros ejemplares estudiados: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de 
Bahoruco: Prov. Barahona: La Tierra Fría, at 4600 ft, SW of Barahona, 
27 jul 1950 (fl), Howard 12225 (GH); Monteada Nueva, Caña Brava, wet 
forest disturbed by hurricanes, very common, alt. 1200-1300 m, Liogier 
14259 (GH, NY); 4 km arriba del pueblecito rural de “Entrada de Cortico” 
en el camino a El Gajo (sitio tradicional de los botánicos, bajo el nombre 
de “Monteada Nueva”), bosque latifoliado y nublado, muchas epifitas y 
helechos, 18° 07.5* N, 71° 13.5’ Oeste, alt. 4100-4200 piés, 19 ene 1982 
(fl y fr), Zanoni, Mejía € Pimentel 18895 (JBSD, NY); Loma “Pié Pol” 
(en los mapas Pié de Palo) de La Guasara de Barahona, bosque latifoliado y 
húmedo, con Magnolia hamori y Obolinga zanonii, 18°10’N, 71°12’ Oeste, 
elev. 1250 m, 25 mar 1987 (fl), Zanoni, Pimentel, & García 38767—B 
(JBSD, NY); “La Canela, cruce de Charco Blanco, 10 km al interior de La 
Ciénaga de Barahona, bosque latifoliado y muy húmedo con Prestoea 
montana, (sobre Loma Remigio según mapa topográfico), 18° 04’ N, 71° 11’ 
Oeste, elev. 1000 m, 12 enero, 1988 (fl),, Zanoni, Garcia, & Cabral 40660 
(GH, JBSD, NY, MO, S); mimo sitio, Zanoni, Pimentel, & García 30160 
(JBSD). 


Mitracarpus bahorucanus T. Zanoni, sp. nov. Rubiaceae 
Hierba perennis, compacta, 1.5—25 cm. Caulis erectus vel ascendens vel 
subprocumbens; ramosus. Internodia 10-40 mm longa, quadrangulata, 
angulo trichomata 0.2 mm. Folia opposita, 5-13 x 1—3 mm, angusto-ovata 
vel angusto-obovata vel oblonga, margine recurvata, apicibus obtusis, bases 
angustatis. Inflorescentia terminalis, hypocrateriformis, 4-7 mm diámetro, 
persistens. Bracteae inflorescentiae vel 12 x 4 mm. Calyx 2 mm. Corola 
alba. 

TIPO: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Baoruco: Prov. Pedernales 
Independencia límite: cerca del paso en el camino forestal entre Aceitillar 
(de Pedernales) y Puerto Escondido (de Duvergé): pinar de Pinus occidentalis, 
abierto, con hierbas y arbustos por abajo, 18°12’ N, 71*.33” Oeste, alt. 1800 


104 Moscosoa 5, 1989 


m, 10 abr 1988 (fr. seco), Zanoni, Pimentel, & Garcia 40762 (Holotipo: 
JBSD; Isotipos: FLAS, GH, NY, S). 

Hierba perenne y compacta. Raiz tipica lenosa. Tallos varios, erectos, 
ascendentes, O casi prostrados, sin eje principal, de 1.5—25 cm de largo. 
Nuevas ramas brotan a partir de las cabezuelas viejas. Entrenudos de 10—40 
mm de largo. Los cuatro ángulos del tallo con tricomas aplanados de hasta 
0.2 mm de largo y sin color. Hojas opuestas, sesiles, ligeramente carnosas, 
aunque no muy gruesas; localizadas mayormente en los entrenudos largos, 
5—13 x 1-3 mm, angusto-aovada, angusto-obovada, o oblonga, margen recur- 
vo, ápice obtuso, base angustado; nervio central visible, un poco hundido 
en haz y prominente en el envés. Estípulas conectando las bases de las hojas, 
2 mm de largo con 2 6 más setas hasta 1.5 mm de largo, las líneas de pubes- 
cencia de los tallos continúan sobre la vaina estipular. 

Inflorescencia terminal, hipocrateriforme, 4—7 mm diámetro; persistente. 

Las ramas del tallo salen de las inflorescencias viejas, entonces aparece que 
hay inflorescencias axilares. Bracteas de la cabezuela hasta 12 x 4 mm, ner- 
vio central visible, margen recurvo, las bracteas inferiores son más largas que 
la cabezuela. Flores bisexuales y sésiles, varias en cada cabezuela. Cáliz apro- 
ximadamente 2 mm de largo con 2 lóbulos más grande que los otros dos, 
persistentes cuando el fruto madura. Corola blanca, cuatro lóbulos exertos 
fuera del cáliz. Fruto con dos cavidades 2 mm de largo. Una semilla en cada 
lóculo. 
OTROS EJEMPLARES ESTUDIADOS: Sierra de Bahoruco: Prov. Indepen- 
dencia: 32.5 km al “S” de Puerto Escondido en la carretera a Caseta No. 1 
de Foresta y al “E” a Charco Colorado, bosque latifoliado, más húmedo, 
ladera del N. de la Sierra de Bahoruco, 18°13’ N, 71° 28’ Oeste, alt. 1200 
m, 20 mar 1985 (fl), Mejía, Pimentel, & García 33960 (JBSD); Prov. Peder- 
nales; ca 40 km from Cabo Rojo on the Alcoa Aluminum Road, ca 3 km 
NW of end of the paved road, open windswept pine forest (Pinus occiden ta- 
lis), red latertic soil, elev. 1400-1500 m, jul 1981 (fl), L. L. Fisher — 
Meerow 642 (JBSD, FLAS); Sierra de Bahoruco: Prov. Pedernales, 43 km 
from port at Cabo Rojo, up Alcoa mine road (vía Las Mercedes) to Las Abe- 
jas, open Pinus occidentalis forest, evidence of fires in past, 18°09’ N,71* 35” 
W, elev. 5000 ft., 15 sep 1981 (fl), Zanoni & Mejía 16534 (JBSD). 


MICROPHOLIS POLITA subsp. HOTTEANA Judd Rubiaceae 
Moscosoa 4: 223. 1986. 
Un nuevo taxon reportado para el Massif de la Hotte, Haití. 


DODONAEA Sapindacae 
Se han publicado dos tratados modernos del género Dodonaea en los últi- 


Moscosoa 5, 1989 105 


mos anos: de Leenhouts (1983) sobre las especies fuera del continente de 
Australia y de West (1984) sobre las especies de Australia. Como resultado 
de éstos estudios, se clarificó la taxonomía y la sinonomia de este género 
con una distribución en la zona pantropical. 

Ahora podemos aclarar la taxonomía de las especies caribeñas y particular- 
mente las de la Española. Lippold (1978) trató las especies de las Américas, 
pero las obras de Leenhouts y West han visualizado el asunto más definitiva- 
mente, reduciendo varios nombres aceptados como sinonimia (Tabla 1). 

En el día de hoy podemos reconocer especies ampliamente distribuidas 
en el Caribe: Dodonaea angustifolia L. f., D. elaeagnoides Rudolphi, y D. 
viscosa Jacq. sensu strictu. Algunos ejemplares vistos en el herbario del 
“New York Botanical Garden” que proviene de Cuba sugieren que existen 
algunos intermedios de D. viscosa y D. angustifolia. Leenhouts comentó 
sobre este caso y consideró que los ejemplares, aunque vegetativamente se 
parecen a D. viscosa, tienen las características florales y los frutos de D. 
angustifolia El determinó que la muestra no era un híbrido porque tiene sus 
semillas bien desarrolladas. (Lippold, 1978, llegó a la misma conclusión aun- 
que él nombró las muestras como D. bialata H. B. K., que es sinónimo de 
D. angustifolia). 

Se pueden distinguir las tres especies antillanas por medio de la siguiente 
clave basada mayormente en las obras de Leenhouts (1983) y West (1984) 
y ajustada a las muestras del caribe vistas por nosotros: 


1. Hojas largas (hasta 13 cm) y ancho (2—4.5 cm), elíptica (o raramente 
obovado-elíptica), 3-4 veces más largo que ancho, ápice anchamente 
agudo u obtuso o apiculado, flores bisexuales; fruto entero 12-24 mm 
de largo, pedúnculo del fruto 7—12 mm, la ala 4—4.5 mm de ancho y no 

Manta a Wisse dEl estilo sa span lo + o o D. viscosa. 

_ 1. Hojas largas y lineares o pequeñas y obovadas; flores bisexuales o a veces 

unisexuales o funcionalmente unisexual (con estaminodes); fruto entero 

4—14 mm de largo. 

2. Hoja larga (hasta 12.5 cm), lineal hasta linear-oblanceolada, estrecha, 
36.5 (-16) a veces más larga que ancha, más ancho cerca de la porción 
central, ápice aguda hasta redonda; fruto entero de 7-14 mm de largo, 
pedúnculo de fruto 8—10 mm, la ala 3.5—6 mm de ancho y no adnato 
a la base del estilo, muchas veces POPLAR BLE LO A D. angustifolia 

2. Hojas pequeñas (hasta 8cm de largo), obovada, 1.75—4.5 veces más 
largo que ancho, más ancho en su extremo cuarto, ápice redonda o casi 
truncada, a veces apiculado o emarginado; fruto entero de 0.8—1.3 cm 
de largo, pedúnculo de fruto 4—6 mm de ancho y adnato a la base del 


106 Moscosoa 5, 1989 || ' 


Tabla 1. La sinonimia de las especies antillanas del Dodonaea (Sapindaceae) | 


Lippold (1978) Leenhouts (1983) West (1984) 


D. bialata D. angustifolia D. viscosa 
subsp. angustifolia 


D. elaeagnoides D. elaeagnoides (no tratado) 
D. linearifolia D. angustifolia (no tratado) 
D. viscosa D. viscosa D. viscosa 


subsp. viscosa 


estilo por 1.5—2.5 mm de largo; la ala 2-4 mm de ancho............ 
lap ama a eee holland Ll TOS D. elaeagnoides. 


Podemos recurrir a Leenhouts (1983) y West (1984) para la amplia sino- 
nimia que tienen estas especies. Citamos aquí solamente los nombres usados 
por las floras principales de la Española: Urban (1920-1921), Moscosoa 
(1943), y Liogier (1985). 

Para la distribución de cada especie hemos estudiado las muestras de los 
herbarios de JBSD y NY, que representan una distribución adecuada para la 
Española y parcial para las islas caribeñas. Lippold (1978), Leenhouts(1983), 
y West (1984) proporcionan más y mejores datos sobre las distribu- 
ciones fuera de la Española. 


DODONAEA ANGUSTIFOLIA L. f., Suppl. pl. 218. 1781. 
Lectotipo (designado por West, 1984): “In India australi, 
Linnaeus f. (LINN—herb. Smith no. 673.3). 

Citado como Dodonaea viscosa var. angustifolia (L. f.) Bentham por Urban 
(1920-1921, p. 396) y por Moscosoa (1943, p. 338), y como D. viscosa var. 
linearis (Harv. & Sond.) Sherff por Liogier (1986, p. 257). 

Habitat: un arbusto invasor de los campos baldios o de suelos degradados, 
usualmente con piedra o roca calcárea, en las lomas y las sierras, hasta 1500 
m de elevación. La especie de Dodonaea de más amplia distribución en la 
Española, principalmente en el interior de la isla, aunque conocido de no 
muchos ejemplares de Haití: Presqu'ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, 
Massif des Matheux, Massif de la Hotte. Massif de la Selle, Cordillera Sep- 


» 


en herb. 


Moscosoa 5, 1989 107 


tentrional, Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de Bahoruco, Llano 
Costero. No citamos ejemplares aqui (Fig. 5). 
Distribución caribeña: Cuba, Jamaica, Española, Islas Bahamas. 


D.ELAEAGNOIDES Rudolphi ex Ledebour & Alderstam, Diss. Bot. Pl. Do- 
ming. 18. 1805. Tipo: Rudolphi s. n. (B, herb. Willd. 7515). 

Citado como Dodonaea viscosa var. spathulata (Smith) Bentham por 
Urban (1920—1921, p. 396) y Moscoso (1943, p. 338), y como D. viscosa 
var. arborescens (Cunn.) Sherff por Liogier (1986, p. 257). 

Las hojas más agregadas a los extremos de las ramitas que en las otras dos 
especies. 

Usualmente un arbusto de uno o dos metros, pero a veces un arbolito 
hasta 6m. Habitat: zona costera, casi a nivel de mar, sobre roca calcárea, ser- 
prentina y en el interior también sobre substrato calcáreo, hasta 800 m de 
elevación en la Española: Ile Tortue, Massif du Nord, Massif de la Selle, 
Cordillera Septentrional, Valle del Cibao, Sierra de Neiba, Peninsula de 
Barahona, Los Haitises, Llano Costero (Fig. 5). Distribución caribeña: Cuba, 
Islas Caicos y Turcos, Islas Bahamas, Española, Puerto Rico, y Guadaloupe. 
Ejemplares Representativos: HAITI: Ile Tortue, Leonard & Leonard 13946 
(NY). Massif du Nord: Puilboreau Road, vicinity of Ennery, Leonard 8879 
(NY); Gros-Morne, Morne Bonpére, elev. 600 m., Ekman H—4942 (NY). Cul- 
de-Sac: vicinity of Fond Parisien, Leonard 4203 (NY). REPUBLICA DOMI- 
NICANA: El Morro, Monte Cristi, Smith 10363 (JBSD, NY); Jaiqui Picado, 
20 mi. W of Santiago, elev 300—400 m., Liogier 15213 (NY); Cañada El 
Maniel, 14 km “N” La Descubierta, Zanoni et al. 24818 (JBSD, NY), 24834 
(JBSD, NY), 24838 (JBSD, NY); Cabo Rojo, Pedernales, Liogier 16909 
(NY); frente al mar, Parque Nacional Los Haitises, Bahía de Samaná, Zanoni 
et al. 35962 (JBSD); Isla Catalina, La Romana, Zanoni et al. 15466 (JBSD). 
Isla Saona, Liogier et al. 27250 (JBSD). 


D. viscosa Jacq., Enum. Pl. Syst. 19. 1760 
Lectotipo (designado por West, 1984): Jamaica, 
Sloane s. n. (BM—herb. Sloane 5, p. 97). 

Citado como Dodonaea viscosa Jacq. var. vulgaris Bentham por Urban 

(1920-1921, p. 395) y por Moscoso (1943, p. 339), y como D. viscosa (L.) 
Jacq. var. viscosa por Liogier (1986, p. 257). 
Habitat: un arbusto de la zona costera, mayormente en las playas arenosas 
a casi nivel del mar (y una vez recolectada en el interior de la Española a 
250 m, “Prope Barahona”, Fuertes 317) Relativamente rara en la Española 
(Fig. 5). Distribución caribeña: Cuba, Jamaica, Española, Puerto Rico, 
St. Martín, Guadaloupe Martinique, y Granada. 


108 Moscosoa 5, 1989 


DODONAEA 


e D. ANGUSTIFOLIA 
o D. ELAEAGNOIDES 
x D. VISCOSA 


Fig. 5 Dodonaea (Sapindaceae) en la Española. 


Ejemplares Representativos: HAITI: Dept. Nord: Bayeau, in coastal thicket, 
Ekman H-2603 (NY); Bayeau, near Port Margot, sea level, Nash 149 (NY). 
Ile Tortue, Leonard & Leonard 15351 (NY). Massif de la Hotte, Dame 
Marie, Rousselin, on the beach, Ekman H—10486 (NY).REPUBLICA DO- 
MINICANA: prope Barahona, 250 m elev. Fuertes 317 (NY); Puerto Plata., 
Eggers 2609 (NY); Cabarete, A. € P. Liogier 2635 (JBSD), Zanoni & Pimen- 
tel 39689 (JBSD); Cayo Levantado, Samana Bay, Liogier 14403 (NY); Playa 
Cosson, 7 km al Oeste de Las Terrenas, Peninsula de Samana, Zanoni, Pimen- 
tel, & Garcta 29996 (JBSD); Sanchez, Peninsula de Samana, A. & P. Liogier 
27584 (JBSD). 


Scrophularia bahorucana T. Zanoni, sp. nova Scrophulariaceae 
Herba, usque 25 cm altis, Caulis 1-1.5 mm crassis, ascendentis vel erectus, 
sine ramis. Folia opposita, ovata, glabra, 13—16 x 5—7 mm (ratio 2: 1—3:1). 
Folia supera et infera parvifolia 3 lobis lateralibus, folia longiora 7—8 lobis 
lateralibus, apicis obtusis, basis cuneatis, margine serrato-crenato. Petioli 
(1—) 1.5-2 (—2.5) mm. Inflorescentia racemosa. Flores 4 vel 6 oppositae. 
Pedunculus 1.5—2 cm longus. Rhachis inflorescentae 2 cm. Pedunculus, 
rhachis, pedicelli, et calyx pubescentes. Bractea pedicelli 2—3 x 1 mm. Brac- 
tea florae 2—3 mm x 0.8—1 mm. Calyx 5 lobulis, basi connatis, oblongis, 
obtusis, 6 x 2 mm. Corola zygomorpha, 5 lobulis, luteo-viriditis, 13—14 mm 
longa; lobulis 2—3 mm, redondis, margine irregulari. Capsula matura incogni- 
ta. 


Moscosoa 5, 1989 109 


Planta suffructicosa de aproximadamente 25 cm de alto. Tallo no ramifi- 

cado, glabro, de 1-1.5 mm diámetro; entrenudos 3-5 mm (hasta 25 mm 
entre las hojas ínferas o hojas supras). Hojas opuestas, ovadas, glabras, 13— 
16 x 5-7 mm (ratio 2: 1-3: 1); hojas inferas o supras más pequeñas y con 
3 ó más lóbulos en cada lado, ápice obtusa, base cuneada, nervio central pro- 
minente, otros nervios no elevados; margen serrado-crenada. Hojas grandes 
con lóbulos obtusos, 7 u 8 en cada lado; peciolo (1—) 1.5—2 (—2.5)mm. 
Inflorescencia un racimó de 4 0 6 flores, opuestas; pedúnculo 1.5—2 cm, ra- 
quis + 2 cm. Pedúnculo, raquis, bracteas, pedicelos y calíz pubescentes; 
tricomas uniseriada, hasta 9 células, septa marrón oscuro, paredes de las 
células sin color cuando están secas. Bráctea en base de pedicel 2-3 x 1 
mm. Brácteas de debajo de las flores 2-3 mm x 0.8—1 mm. Cáliz con 5 
lóbulos, conadas en sus bases, oblongo, obtusa, 6 x 2 mm. Corola zigomor- 
fica, 5 lóbulos, verdoso-amarillenta mediana, 13—14 mm de largo; lóbulos 
2—3 mm, redondo, margen irregular. Fruto no maduro ovado y no pubescen- 
te. Fruto maduro no visto. 
Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Prov. Independen- 
cia; aprox. 30 km al “Sur'”” de Puerto Escondido en el camino a Aceitillar 
(o 3.3 km de la Caseta No. 2 de Foresta en camino a Aceitillar), bosque de 
Pinus occidentalis, 18°14 N, 71°30’ Oeste, elev. 1925 m, 17 mar., 1985, 
Zanoni, Mejía, Pimentel, & García 33637 (Holotipo: JBSD; Isotipo: NY). 

La Scrophularia bahorucana es endémica a la Sierra de Bahoruco, en la 
República Dominicana suroccidental, de los pinares de Pinus occidentalis. La 
especie más parecida es S. densifolia Urban & Ekman, endémica de la Cordi- 
llera Central de la República Dominicana. Scrophularia densifolia es una 
hierba suffructicosa de hasta 50 cm de alto, tallo glabro por debajo y pubes- 
cente arriba, más densamente foliada, el pedúnculo es más corto y casi no 
obvio, la inflorescencia es una panicula (con ramitas divididas en la base de 
la inflorescencia), cáliz con lóbulos obtusos, corola 9-10 mm de largo, las 
tricomas de pocas células y más cortas, las septas sin color, el fruto duro y 
más pequeño, de 5—6 mm de largo. 


SOLANUM SELLEANUM Urban & Ekman in Urban Solanaceae 

Ark. Bot. 21A(5): 60. 1927. 

Urban (1927), describió esta especie basado en las muestras florecidas 
recolectadas por Erik L. Ekman en el Massif de la Selle, Haití. Hasta ahora 
no se conocía el fruto. 

Crece como un arbolito de 5-6 m de alto. Cuando recolectábamos la 
muestra en la Sierra de Bahoruco, muchas de las plantas no tenían hojas, 
aparentemente se les habían caído repentinamente, posiblemente como 


110 Moscosoa 5, 1989 


consecuencia de la sequia del invierno que estaba afectando la zona. 

El fruto es casi globoso, deprimido un poco de la base al ápice, 2.5 cm 
de largo por casi 3 cm de diámetro, negrusco al madurar, pedicelo corto de 
aproximadamente 1 cm de largo, el pedúnculo largo y colgando cuando el 
fruto está maduro. Las semillas aplanadas de 4—5 x 4 mm, ápice redondo, 
base aguda, negrusca. 

Urban (1927) estaba en lo cierto al decir que Solanum selleanum se parece 
como S. schulzianum Urban, también endémica de la isla Española. El 
S. schulzianum tiene el fruto más pequeño, aproximadamente 10—12 mm 
diámetro con un cáliz púrpuro a purpuro-verde y persistente cuando el fruto 
está maduro. El primer reporte de Solanum selleanum en la República Do- 
minicana es: Sierra de Bahoruco: Prov. Independencia: 30 km al “Sur” de 
Puerto Escondido en el camino a Aceitillar (o 3.9 km al “Sur” de la Caseta 
No. 2 de Foresta), bosque latifoliado dentro de la zona de pinares, elev. 
1875 m, 17 mar 1985 (fr. en el suelo), Zanoni, Mejía, Pimentel y García 
33773 (JBSD). 


TREMA Ulmaceae 

Liogier (1971) reportó Trema cubensis nueva para la flora de la Española; 
antes era conocida solamente de Cuba. Hasta la fecha, Aguas Blancas de 
Constanza, era el único lugar de donde se había reportado esta especie en la 
República Dominicana. 

En los años siguientes, con más exploraciones en la Cordillera Central y la 
Sierra de Bahoruco, hemos encontrado Trema cubensis en otros lugares 
como indicamos más adelante. 

Cuando estábamos estudiando las muestras de Trema en nuestro herbario 
(JBSD), encontramos un ejemplar (Liogier 21947) con características no 
típicas de las especies reportadas hasta ahora para la isla. En 1982, visitamos 
los alrededores del Salto de Aguas Blancas y descubrimos unas plantas vivas 
muy parecidas a éste ejemplar. No lejos de estas plantas, hallamos 7. cubensis 
y T. micrantha. Las muestras de Liogier y de nosotros son de híbridos 
naturales entre estas dos especies. 

En otro viaje al Salto de Aguas Blancas, enero de 1988, notamos que la 
vegetación de la cuenca estaba más alterada que en 1982 cuando descubri- 
mos los híbridos. Un proyecto de reforestación cambió la vegetación y el 
crecimiento subsiguiente de los pinos sembrados también afectó la vegeta- 
ción de succesión natural. Parece que estamos perdiendo la T. cubensis y 
sus híbridos en esa parte de la cuenca del Arroyo Aguas Blancas. 

A veces se encuentra el género Trema tratado con los nombres de las ex- 
pecies escrito con terminaciones del sexo neutro, por ejemplo Urban publicó 


Moscosoa 5, 1989 111 


“Trema cubense” como el nombre de una especie nueva. El tipo del género 
Trema cannabina Lour, (Fl. Cochinch. 562. 1790), es distintamente consi- 
derada como femenina por su autor, entonces el género se considera como 
femenina. 

Reportamos aquí el híbrido natural entre Trema cubensis y T. micrantha. 
Este híbrido tiene las características de su hábito, de sus hojas intermedias 
entre los padres. También, revisamos la distribución de las otras especies del 
género nativas en la isla Española y otro híbrido natural entre 7. lamarckiana 
y T. micrantha. 

Los datos de distribución para confeccionar el mapa (Fig. 6) y las notas 
se tomarán de los herbarios JBSD y NY. 

Entre los nombres comunes para las especies de Trema en la República 
Dominicana se encuentra ““memizo”, “majagua”, y ““cuba”; el último nom- 
bre no es de amplio uso pero es reportado para la zona al norte de San Juan 
de la Maguana. 


TREMA CUBENSIS Urban Fedde Repert. 24:2. 1927. (como “cubense”). 
Tipo: Cuba: Prov. Oriental en Sierra Maestra en Pinar de Papayo, elev. 
800 m, Ekman 9261. 
Distribución: En sitios húmedos y alterados de la Cordillera Central y en la 
Sierra de Bahoruco, 1500-1800 m, a veces con Trema micrantha. 
REPUBLICA DOMINICANA: Prov. Santiago: Pico del Yaque [Pico La 
Rucilla], elev. 3000 m, sept 1947, M. Canela s.n. (NY). Prov. La Vega; en 
pinar, Las Aguas Blancas, Constanza, alt. 1600 m, 7 dic. 1974, A. H. « 
P. Liogier 21931 (JBSD), 21947 (NY); Aguas Blancas, 9 km al Sur de Cons- 
tanza, elev. 1700 m, 16 mayo 1983, Zanoni y Pimentel 25832 (JBSD); El 
Salto de Aguas Blancas, Constanza, 24 feb 1982, Zanoni, Mejía, Pimentel, 
& Mickel 19285 (JBSD, NY); El Convento, Constanza, 7 abr 1968, Marcano 
s. n. (herb. Jimémez No. 5401; NY, UCMM); Prov. Peravia: en las cimas de 
Loma del Rancho, al SE de San José de Ocoa, bosque latifoliado y muy 
húmedo con muchos vientos, con Prestoea montana, reducida en área y con 
vacas, 18° 31’ N, 70° 28’ Oeste, elev. 1350-1400 m, 14 ago 1987, Zanoni & 
Pimentel 40263 (GH, JBSD, MO, NY, U, US): Prov. San Juan: Parque Na- 
cional Ramirez: Loma La Lomita, El Valle de Tetero, 18° 59 N, 70°55’ 
Oeste, elev. 1550 m, Zanoni, € García 41464 (JBSD, MO, NY, y otros); 
Sierra de Bahoruco: Prov. Independencia: 30 km al “Sur” de Puerto Es- 
condido, en el camino a la Caseta No. 1 de Foresta y al E en el camino a 
Charco Colorado, bosque latifoliado y muy húmedo, 18° 13’ N, 71° 28’ 
Oeste, 1780 m. elev., 20 mar 1985, Zanoni Mejía, Pimentel, & García 
34002 (JBSD y otros). 


¥i2 Moscosoa 5, 1989 


4 T. CUBENSIS e T. LAMARCKIANA 
x T. DOMINGENSIS o T. MICRANTHA 


Fig. 6 Distribución de las especies de Trema (Ulmaceae) en la Española. 
Datos tomados de las muestras del herbario de JBSD y NY y de Urban 
(1920—1921 y Moscoso (1943). 


TREMA CUBENSIS X T. MICRANTHA (híbridos naturales) 

Este es el primer reporte de híbridos naturales entre estas dos especies. 

Los híbridos tienen hojas de tamaño, forma, textura, indumento y nervia- 
ción visiblemente intermedia entre las dos especies padres. Las hojas del 
hibrido, al secar, tienen el mismo color oscuro de Trema cubensis. 
Distribución: Hasta ahora solamente conocido de la Cordillera Central, Re- 
pública Dominicana. Evidentemente no reportado de Cuba todavía. 
REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Prov. La Vega: en camino 
de Aguas Blancas, Constanza, alt. 1500 m, 7 dic. 1974, A. H. 4 P. Liogier 
21947 (JBSD, NY); Aguas Blancas, 9 km al Sur de Constanza, elev. 1700 
m, 16 mayo 1983, Zanoni & Pimentel 25831 (JBSD, MO, NY), 25834 
(JBSD, MO, NY); El Salto de Aguas Blancas, Constanza, 24 feb. 1982, 
Zanoni, Mejía, Pimentel & Mickel 19283 (JBSD, MO, NY), y 19284 (JBSD, 
NY); Prov. San Juan: Parque Nacional Ramírez: Loma La Lomita, El Valle 
de Tetero, 18 59’ N, 70 55” Oeste, elev. 1550 m, Zanoni & García 41463 
(JBSD, MO, NY, y otros). 


TREMA DOMINGENSIS Urban Symb. Antill. 7:191. 1912. Tipo: “Santo Do- 
mingo [República Dominicana] : australe prope Barahona”, Fuertes 312. 
(como “Trema domingense). 


Moscosoa 5, 1989 113 


Todavia esta especie es conocida solamente por su tipo de la Sierra de 
Bahoruco (‘‘prope Barahona’). 
TREMA LAMARCKIANA (Roem. & Schult.) Blume 

Usualmente en sitios mas secos que inhabita 7rema micrantha; pionero e 
invasor de sitios alterados, talud de carreteras, normalmente no encontrado 
dentro de los bosques maduros. También sobre tierra serpentina. Elevacion: 
hasta 1500 m. 
Distribución: Haití: lle de Tortue, Massif du Nord, Valle & Plaine du Arti- 
bonite, Ile Gonave, Massif de la Hotte, Massif de la Selle. Republica Do- 
minicana: Cordillera Septentrional, Cordillera Central, Sierra de Neiba, 
Sierra de Bahoruco, Sierra Martín García, Llano Costero. Nativa a S. Florida 
y las Indies Occidentales. 


TREMA LAMARCKIANA X T.MICRANTHA (híbridos naturales) 

En los últimos ocho años hemos recolectado sobre la Loma Sierra Prieta, 
al Norte de Villa Mella en la carretera a Yamasá. Distrito Nacional, Repú- 
_ blica Dominicana, Descubrimos que entre las muestras de Trema habían 
| algunas no típicas. En un recorrido en 1984, fue posible tomar muestras su- 
_ ficientes de 16 árboles. 

Entre ese grupo encontramos-algunas muestras que corresponden a 7. 
| lamarckiana (Zanoni & Mejía 31908, 31925, 31926, 31928) y a T. micran- 
tha (Zanoni & Mejía 31905), las otras parecen como híbridos de primera y 
| segunda generación; y también se han producido cruzamiento retrógrado. 

La evidencia de la hibridación es obvia: incluye el tamaño, la forma, y la 
| textura, y el indumento de las hojas y en los nervios foliares. Si interpreta- 
| mos la evidencia correctamente los híbridos son fértiles y producen otra 
| generacion de progenia fértil. En el oct. 1984, todos los árboles tenían flores 
o frutos. 

Como 7. lamarckiana y T. micrantha no crecen juntos en muchos lugares, 
_ por lo que la posibilidad de hibridización es baja. Hasta ahora solamente he- 
/ mos encontrado los híbridos en Sierra Prieta. 

_ Entre los híbridos de primera y segunda generación, y los de cruzamiento 
¡| retrógrado se encuentran: REPUBLICA DOMINICANA: Llano Costero: 
¡ Distrito Nacional; en la base de Loma Sierra Prieta, poblado de Sierra Prieta 
(entre Villa Mella y Yamasá), alt. 100 m. (base), 16 oct. 1984, Zanoni & 
| Mejia 31897, 31898, 31899, 31901, 31902, 31903, 31911, 31914, 31916, 

31918, 31919, 31924 (JBSD, MO, NY y otros). 


_ TREMA MICRANTHA (L.) Blume 
T. mollis (Humb. £ Bonp. ex. Willd.) Blume. 


114 Moscosoa 5, 1989 


Urban (1920-1921) reportó Trema mollis cerca de Marmelade, Massif 
du Nord, Haití, donde Nash y Taylor también recolectaron T. micrantha. 
En anos recientes, se considera 7. mollis como sinónimo de T. micrantha 
(Nevling, 1960). 

En las muestras de herbario de Trema micrantha del Caribe que examina- 

das, parece que hay dos variantes (mas obvio en su textura y forma de las ho- 
jas), pero el patron de variación no es claro. No se ha publicado una revisión 
del género en los Neotrópicos todavía. 
Distribución: Haití: Presqu’ ile du Nord-Ouest, Massif du Nord, Massif de la 
Selle. República Dominicana: Cordillera Central, Sierra de Neiba, Sierra de 
Bahoruco, Los Haitises, Llanuras Costero. Nativa de S. Florida, las Indies 
Occidentales, y de c. México al S. hasta Brasil y Argentina. 

En ambientes un poco más húmedos que los habitantes por Trema 
lamarckiana, sitios descubiertos o alterados, a veces en la orilla del bosque 
muy húmedo. Elevación desde el nivel de mar hasta aproximadamente 
2000 m. A veces con 7. lamarckiana. 


DURANTA ARIDA subsp. SERPENTINA Judd Verbenaceae 
Moscosoa 4: 217. 1986. 
Un arbusto nuevo descrito de la Sierra de Bahoruco, República Dominica- 
na. 


Literatura Citada 


Dod, D. D. 1986, Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras 
notas. VI. Moscosoa 4: 188-199. 

Johnston, M. C. 1971. Revision of Colubrina (Rhamnaceae). Brittonia 
236233 

Judd, W. S. 1986. First report of Micropholis polita (Sapotaceae) and 
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223% 

Leenhouts, P. W. 1983. Notes on the extra-Australian species of Dodonaea 
(Sapindaceae). Blumea 28: 271-289. 

Liogier, A. H. 1971. Novitates Antillanae. IV. Mem. New York Bot. Gard. 
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Macorís, República Dominicana) Ser. Ci. 12: 1-317 (Véase pp. 178— 
189, Bombacaceae). 

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Macorís, República Dominicana) 56 (Ser. Ci. 22): 1-431. 


Moscosoa 5, 1989 ris 


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Macorís, República Dominicana) 64 (Ser. Ci. 24): 1-377. 

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Wiss. Beitr. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Beitr. Phytotax. 6: 79-126. 

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Ann. Missouri Bot. Gard. 44: 299-355. 

Nevling, L. I. Jr. 1960. Flora of Panama, Ulmaceae. Ann. Missouri Bot. 
Gard., 47: 102-113. 


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169-213. 

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(Palmae), a new species for the West Indies. Brittonia 39: 20—25. 

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cacede). Bull. Jard. Bot. Etat sa: 1315 (Véase pp. 88-95). 

Schiffino, J. 1927. Riqueza Forestal dominicana. Santo Domingo. 

Stafleu, F. A. 1967. Taxonomic literature. Regnum Veget. 52. 
Stearn, W. T. 1986. Nothoscordum gracile, the correct name of N. fragrans 
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Tussac, F. R. de 1827. Flore des Antilles. Vol. 4. Paris. (Véase vol. 4: 39—41 
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. I. 1927. Plantae haitienses novae vel rariores IV a cl. E. L. Ekman 

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Zanoni, T. A. & M.M. Mejía P. 1986. Notas sobre la flora de la isla Españo- 
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Zanoni, T.A., M.M. Mejía P., & R. W. Read. 1986. Notas sobre la flora de la 
isla Española. I. Bromeliaceae. Moscosoa 4: 54-104. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 116-133 


USOS Y NOMBRES COMUNES DE PLANTAS EN UNA ZONA RURAL 
DE HAITI 


Thomas A. Zanoni, Giselle Hyvert, 
Milciades M. Mejia P., Chantal Laurent 


Zanoni. Thomas A. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, 
Republica Dominicana). Giselle Hyvert (Programa pour le Developpement, Nations 
Unies. B. P. 557, Pourt-au-Prince, Haiti), Milcrades M. Mejia P. (Jardin Botánico Nacio- 
nal, Apartado 21—9, Santo Domingo. Republica Dominicana). & Chantal Laurent (Pro- 


q 


gramme por le Developpment, B. P. 557. Port-au-Prince, Haiti). Usos y nombres comu- 
nes de plantas en una zona rural de Haiti. Moscosoa 5: 116-133. 1989. Se reportan 
los nombres comunes en criollo haitiano y los usos de plantas dentro del “Parc Historique . 
National Sans Souci-Citadelle-Ramiers” en Milot. Haití. La fuente principal de informa- 
ción para elaborar este reporte fue un señor que practica la medicina tradicional (fol- 
klórica) o un “doctor feuilles’’. Por esta razón se incluyen muchos datos sobre las plantas 
medicinales usadas por personas de escasos recursos económicos y que viven en la zona 
rural. 


The Haitian Creole names and uses of the plants of the Parc Historique National in 
Milot. Haití, are reported. Because the principal informant was a “doctor feuilles” or 
practitioner of folk(traditional) medicine, many of the notes are about the medicinal 
uses by rural people of low income. 


El proyecto de restauración de las fortalezas ““Citadelle” y “Ramiers” 
y del palacio real de “Sans Souci” incluye el desarrollo de un parque históri- 
co nacional en una zona de 25 kilómetros cuadrados entre los poblados de 
Milot y Dondon, cerca de Cap Haitien, Haití. Este reporte sobre los usos de 
las plantas y sus nombres comunes es el resultado de un viaje de reconoci- 
miento y asesoramiento sobre los recursos naturales, particularmente la flora 
y su conservación dentro de este parque, en octubre de 1985. 

La construcción de las edificaciones históricas fueron iniciadas en 1814 
para la “Citadelle” y en 1811 para el “Sans Souci” bajo la dirección de Roi 
Henri Christophe, el rey de la parte del norte de Haití de 1807 al 1820. La 
“Citadelle” fue abandonada y el palacio saqueado después del suicidio de 
Henri Christophe en 1820. La localidad constituyó el centro del gobierno 
del reino. Era habitada en la época colonial anterior y todavía existen ruinas 
de casas y edificios con un estilo propio de la arquitectura francesa. 

Como parte del reconocimiento del parque fuimos acompañados por algu- 
nos guías nativos. Entre ellos estaba el señor Elipha Valcin. El conocía el 
área muy bien y había caminado por casi todo el campo. 


Moscosoa 5, 1989 TY 


/ 


CAP HAITIEN 


SANS SOUCI GRANDE 
RIVIERE 


PALAIS 
DU NORD 


~ 
~ 


>0 


MMM yy, 


WLLL 


4 


DONDON 


LEYENDA 


<= 500M. ELEV. 


_ Fig. 1. Ubicación del “Parque National Historique Sans Souci-Citadelle- 


Ramiers” en Milot, Haití. 


118 Moscosoa 5, 1989 
Informante Principal 


Elipha Valcin nació en el 1950 dentro del área cercana a Milot. Aprendió 
de su abuelo el uso de las plantas. Su padre (nació aproximadamente en 
1933) también es un “doctor feuilles”. 

Los dos reciben muchos visitantes de las áreas cercanas a Milot y de Cap 
Haitien (aproximadamente 23 kilómetros al Norte). Pocos clientes vienen de 
más lejos. Elipha pudo recordar uno que vino de Port-au-Prince. Ningún 
extranjero le ha visitado. 

Elipha tiene tres niños, una hembra y dos varones, quienes están en la 
escuela ahora. El espera que aprendan también el uso de las plantas medi- 
cinales. 


Encuesta 


Los guías principales durante la semana del 21—27 de octubre de 1985 
eran E. Valcin y otro campesino más viejo. Durante este tiempo, G. Hyvert 
era la encargada del grupo de investigación que incluía a los autores de este 
artículo, además de Donald D. Dod-orquideólogo, y Juan Tejada - arquitec- 
to y paisajista. 

G. Hyvert sirvió como intérprete de E. Valcin, quien hablaba haitiano. 
El guía indicaba a los investigadores las plantas encontradas en los senderos, 
decía los nombres en criollo y sobre los usos locales. Cuando el guía no 
señalaba alguna planta, uno de los investigadores se la presentaba a él para 
conseguir la información deseada. Los nombres y los usos presentados aquí 
ison solamente los que dieron los informantes. Para este informe, no se reco- 
pilaron datos de otras fuentes publicadas o no. 

La ortografía de los nombres en criollo originalmente era de G. Hyvert. 
Se han convertido los nombres a la ortografía en el diccionario de criollo 
haitiano (Valdman et al., 1981) que es mayormente basado en la ortografía 
estandarizada del “Institute Pedagogique National” de Haití. 

El nombre equivalente en francés se indica con un paréntesis después del 
nombre en criollo. El nombre en francés no se escribe si no corresponde al 
nombre en criollo. 

Cuando las plantas están reportadas como medicinales usamos la abrevia- 
[tura “med.” o, si tiene varios usos que no sean medicinales, se escribe “usos”. 
¡Se agregaron otras notas cuando fue posible. Muchas veces la manera de 
ladministración y la dosis de las plantas medicinales no fueron dadas por los 
informantes. 

- Reportamos los usos medicinales como información básica. Aunque los 


Moscosoa 5, 1989 119 


Fig. 2. El informante Elipha Valcin conversando con la restauracionista 
Giselle Hyvert, 25 octubre 1985, cerca del ““Parking” (estacionamiento) de 
la fortaleza de ““Citadelle”. 


informantes crean que los remedios son efectivos, el lector no debe tomar 
esta información como una guía para auto-medicación. 

Fue nuestra conclusión que los moradores usan casi cualquier planta le- 
ñosa (los arbustos y los árboles, frutales o no) para hacer leña o carbón vege- 
tal. La única fuente de combustible proviene de las plantas para los habitan- 
tes de muy bajos ingresos. 

Es sorprendente el alto número de plantas nativas del área que tienen sus 
nombres comunes en criollo. 

Todas las plantas encontradas no están incluídas en la lista de la Tabla 1; 
solamente se incluyen las que tienen nombres en criollo o con algún uso 
reportado por los informantes. 

Muestras de casi todas las plantas están depositadas en el herbario del 
Jardín Botánico Nacional (JBSD). 


120 Moscosoa 5, 1989 
Agradecimiento 


El viaje de T. Zanoni y M. Mejía a Cap Haitien, Haiti fue financiado por 
el fondo “National Historic Park ISPAN/UNESCO/PNUD Project-Hai 
79011”, un proyecto cooperativo del gobierno haitiano por medio del 
“Institute de Sauvegarde du Patrimoine Nationale” (ISPAN) y la Organiza- 
ción de las Naciones Unidas por medio de la UNESCO y del Programa de 
Desarrollo (PNUD). Los técnicos del Jardín Botánico Nacional expresan su 
aprecio a G. Hyvert quien coordinó esta visita. Especialmente agradesemos 
al Dr. Albert Valdman y sus colegas del “Creole Institute”” de la Universidad 
de Indiana, Bloomington, Indiana, EE.UU. A., por revisar los nombres 
comunes para la ortografía actualmente en uso en el criollo haitiano. 


Literatura citada 
Valdman, A., S. Yoder, C. Roberts, 81 Y. Joseph. 1981. Haitian Creole? 


English-French dictionary. Creole Institute, Indiana University. 
Bloomington, Indiana. (2 volúmenes). 


Moscosoa 5, 1989 121 


Tabla 1. Catalogo de los nombres técnicos y comunes y los usos de las 
plantas dentro del Parc Historique National Sans Souci — Citadelle - Ramiers’’ 
Milot, Haiti. 


—————————_ - =zzz 


HELECHOS & SUS ALIADOS 

Adiantum cristatum L. kalimet (calumet) 
med.: una hoja en alcohol se aplica a la cabeza, los pies, y la cintura de una 
persona loca. 


Adiantum sp. eskapile 
med.: hojas usadas para hacer una tisana; contra vértigo. 


Lycopodium cernuum L. fey lanme (feuille la mere) 
med.: la hierba entera para hacer una tisana, para la mujer después del parto; 
esto ayuda a reponer la sangre perdida. 


Pityrogramma sp. jiwondel 
med.: una tisana con las hojas; contra la fiebre. 

Polypodium aureum L. aganman 
med.: (no recordado). (no 

Polypodium crassifolium L. lang bef (lange boef) 
Polypodium polypodioides L. mouri leve 
med.: las hojas en ron o clerén, contra resfriado.. 

Thelypteris spp. fouje nan fey 
Vittaria sp. zandolit 
HONGOS 

Basidiomycetes (no identificado) djon-djon laté 


uso: no comestible, terrestre 


Basidiomycetes (no identificado) djon-djon 
uso: comestible, creciendo sobre el tronco seco de Cecropia peltata. 
Nota: El nombre **djon-djon” es general para los hongos. 


SPERMATOPHYTA 

Aegiphila sp. lyann savon 
uso: la hoja y las cenizas tiradas al río, para paralizar los peces, luego una 
persona puede recogerlos fácilmente. 


Allophylus cominia Sw. trapawol 
uso: hervir las hojas tres veces; ingerirlo portres días, la persona en coma 
y casi muerta hablará antes de morir. 


122 Moscosoa 5, 1989 


Anacardium occiden tale L. nwa (noix de cajou) 
usos: semillas (“nwa'”) comestible, pero la cáscara de la semilla es tóxica 
y causa dermatitis; el pedúnculo engrosado (“pom”) es comestible. 


Anachelium cochleatum (L.) Hoffmanns. kanvele 


Ananas comosus (L.) Merrill anana (ananas) 
uso: fruta comestible; en cultivo y naturalizada 


Andropogon sp. zed fen (herbe fin) 
uso: forraje para el ganado. 


Annona muricata L. kowosol, sousol (corosol) 
uso: fruta comestible, también usada para hacer helado. 


Annonareticulata L. bwa kachiman (bois cachiman) 
usos: la pulpa de la fruta madura es usada en la fabricación de helados, tam- 
bién es comestible crudo. 


Aristolochia sp. lyann aniko 
med.: tallo en clerén, contra dolor intestinal. 


Artocarpus altilis (Parkins.)Fosb. labapen (abre a pain) 
uso: semillas comestibles; en cultivo y naturalizado. 


Artocarpus altilis (Parkins.) Fosb. lamveritas (abre veritel) 
uso: fruta comestible, sin semillas; en cultivo. 


Bambusa vulgaris L. banbou (bambue) 
uso: tiras del tallo usadas para hacer las canastas planas llamadas “la yó” 


Bidens sp. zeb zegui (herbe aiguille) 
med.: hierba entera, para tratar la sangre. 


Bocconia frutescens L. labapen mawon (abre a pain marron) 

bwa jaunisse (bois la jauniese) 
med.: la raiz mezclada con el agua a temperatura ambiental; tomar la infu- 
sion para tratar ictericia. 


Bombacapsis emarginata (A. Rich.) A. Bobyns chandel (chandelle) 
uso: carbon vegetal 


Brassica sp. ti chou (chou) 
uso: comestible, en cultivo. 


Bursera simaru ba (L.) Sarg. gonmye (gommier) 
med.: la corteza para hacer una tisana; para bajar la fiebre. Uso: resina, usada 
como un pegamento (cola o cemento). 


Cajanus cajan (L.) Millsp. pwa kongo (pois congo) 
uso: semillas comestibles, en cultivo. 


Moscosoa 5, 1989 123 


Calathea allouia (Aubl.) Lindley topi (toupie) 


Capsicum annum L. piman zwazo (piment oiseau) 
uso: fruta usada como condimento de alimentos. 

Carica papaya L. papay (papaye) 
uso: fruta comestible, en cultivo. 

Catalpa Iongissima (Jacq.) Sims bwatchenn (bois chéne) 


med.: las hojas usadas para hacer unas tisanas contra fiebre. Uso: carbon 
vegetal; otros reportaron que no es usado para carbon vegetal; madera. 


Cecropia peltata L. twonpet (trumpette) 
uso: ramitas huecas; usadas para hacer flautas. 


Centrosema plumierii (Turp.) Benth. | pwa neg mawon (pois negue marron) 


Citharexylum fruticosum L. J1jiri mawon 
Nota: flor venenosa. 

Chrysophvllum cainito L. kay mit (caimite) 
uso: árbol histórico al lado del palacio Sans Souci, donde Roi H. Christophe 
tenía su corte. 


Chrysophyllum oliviforme L. kaymit mawon (caimite marron) 


Citrus aurantium L. zoranj si(orange sur) 
uso: el jugo de la fruta tiene sabor agrio. 


Citrus maxima (J. Burman) Merrill chadek (chadéque) 
uso: fruta citrica, comestible y jugosa. 


C. sinensis (L.) Osbeck zoranj (orange) 
uso: fruta comestible y de sabor dulce. 


Clematis dioica L. maro piman (marrom piment) 
med.: pedazos muy pequenos de las hojas aplicados al pie, para reducir el 
agua del absceso antes de visitar al médico. Los pedazos grandes de las hojas 
no deben ser usados para este tratamiento, ya que pueden ser peligrosos. 


Clerodendron spinosum (L.) Sprengel gagal 
med.: tres hojas usadas para hacer una tísana, es tomada como un expecto- 
rante para sacar el líquido de los pulmones, en los casos de tuberculosis. 


Clusia minor L. patí vi 


Clusia rosea Jacq. fig modi (fig. maudit) 
usos: carbon vegetal; latex gomoso usado como pegamento. 


Coccoloba pubescens L. akasi gran fey 
uso: carbon vegetal; no tiene uso medicinal reportado. 


124 Moscosoa 5, 1989 


Coffea arabica L. kafe (café) 
uso: semilla procesada para obtener el polvo de café; en cultivo. 
Colubrina grandulosa var. antillana (M. C. Johnston) M. C. Johnston’. 


bwa zet (bois zed) 
uso: madera para construcción. 


Comocladia cuneata Britton breziyet 
Nota: causa dermatitis porcontacto; no usado 

Cordia mirabiloides (Jacq.) R. 8 S. kwok chen (croque chién) 
Costus arabicus L. zebjo 
Cucurbita moschata (Duch.) Duch. joumou 


usos: hojas y raices comestibles; fruto comestible; en cultivo. 


Cupania americana L. satayan, twazocot 
med.: foliolos de la hoja aplicados en la frente, contra el dolor de cabeza; 
o aplicados a la espalda, contra el dolor de la columna vertebral. 


Cuscuta americana L. (?) lamitye (la maitier) 
med.: los tallos (la planta encera), contra la ictericia. 

Cyperus odoratus L. (?) goreye 
Desmodium spp. demi kalen 


med.: hierba usada para hacer una tisana, contra diarrea. 


Didymopanax morototoni (Aubl.) Dcne.&Planch bwa kanno 
uso: planchas de madera. 


Dieffenbachia sequine (Jacq.) Schott kann madere (canne-madere) 
med.: la hoja aplicada a la piel irritada por picaduras de mosquitos u otro 
insectos. Nota: los tallos podrian causar la muerte cuando son ingeridos. 


Dioscorea trifida L.f. yann kouchkouch (igname) 
uso: comestible 


Dioscorea sp. yanm segen 
uso: comestible, blanco y no dulce. 


Discorea sp. yanm wayal 
uso: comestible, blanco y dulce 


Dioscorea X cayennensis Lam. yanm ginen 
uso: comestible; amarillo y dulce. 


Dioscorea sp. yanm karakole 
uso: comestible, amarillo y dulce. 


Moscosoa 5, 1989 125 


Dioscorea sp. yanm franse 
uso: comestible, amarillo y dulce. 
Dioscorea sp. yanm plimout 
uso: comestible, amarillo y dulce 
Duranta erecta L. mayi 
Elais guianensis Jacq. ti kwokwo 


usos: aceite extraido de los frutos; se come la semilla, med: ningun uso re- 
portado; en cultivo. 


Entada gigas (L.) Fawcett & Rendie kakon 
uso: semilla venenosa, pero usada en la artesania para fabricar collares y 
aretes, especialmente para vender a los turistas que visitan la ‘‘Citadelle’’. 


Eriochrysis cayenensis Beauv. zeb fen (herbe fin) 
nota: sin uso alguno, no forrajera. 


Eugenia domingensis Berg bwa kayiman (bois caiman) 
uso: madera para horcones de casa. 


Eugenia odorata Berg bwa kajou (?) 
uso: carbon vegetal; el nombre comun reportado no parece correcto. 


Eupatorium odoratum L. lang chat(langue a chat) 
med.: reumatismo; la hoja usada contra los gases estomacales 


Ficus sp. figye mol (figuier mol) 
uso: carbón vegetal. 


Ficus sp. akasi 
uso: carbon vegetal. 


Forsteronia corymbosa (Jacq.) G. Meyer pativ kebek 
notas: las hojas y las flores son venenosas. 


Guarea guidonia (L.) Sleumer bwa wouj (bois rouge) 
usos: carbón vegetal y madera. 


Guazuma tomentosa H.B.K. bwadom (bois d’orme?) 

(bois d' homme?) 
med.: la corteza verde usada para hacer una tisana, tomado a temperatura 
ambiental varias veces al día durante 2 Ó 3 días, contra la irritación por el 
calor; la hoja entera y el agua y el jugo de la naranja agria (Citrus aurantium), 
contra el dolor de cabeza. Nota: se consideran las hojas como dañinas para 
la casa porque los insectos dentro de las hojas pueden entrar. 


126 Moscosoa 5, 1989 


Euphorbia cotonifolia L. fwondke 
uso: arbusto ornamental en cultivo, sin otro uso. 

Gouania lupuloides (L.) Urban nivre malodan, 

lyann savon (liane savon), 

savon dri 


uso: la espuma resultante de los tallos en agua, se usa para lavar la ropa. 
Nota: puede causar vértigo o simpleza, venenosa. 


Hamelia axillaris Sw. koray 


Hamelia patens Jacq. kowoyel (corail) 
med.: una decocción de las hojas en agua (llamado un “‘té”’) usado para 
bañar a las madres después del parto; también para los gases intestinales. 


Hippeastrum puniceum (Lam.) Kuntze zonyon delin 
med.: el bulbo mezclado con clerén, tomar 2 cucharadas en la mañana y en 
la noche durante una semana o más, contra los trastornos estomacales; el 
bulbo rayado se aplica a los huesos de la muñeca, cuando están “abiertos”. 


Hypoxis decumbens L. goreye 
Hyptis suaveolens (L.) Poit. chimo 
Hyptis sp. zango bourik 
Inga vera Willd. pwa dou (pois doux ?) 


uso: para sombra en las plantaciones de café, también como lena. 


Ipomoea batata L. patat dou (patate douce) 
uso: rizomas comestibles. 


Ipomoea sp. manje kochon 
med.: tallo hervido en agua, se deja enfriar, luego se anade azucar, o miel de 
abeja y se toma contra el dolor intestinal. 

Jacquinia linearis Jacq. gason panapiti (garcon pa na petit) 
med.: las hojas en ron o clerén tomada por las mujeres embarazadas, tam- 
bién contra resfriado. 


Kalanchoe pinnata (Lam.) Pers. makanda zo pwason 
uso: El polvo hecho de la planta es aplicado a la cabeza y la cresta de los 
gallos antes de las peleas 


Lantana camara L. s. lat. te soley (te soleil) 
med.: té, para los niños pequeños. 


Lantana trifolia L. wizine 


Moscosoa 5, 1989 127 


Leonurus sibiricus L. Fle mari (fleur marier ?) 


Leucaena leucocephala (Lam.) DeWit. magdalen (magdalene) 
uso: la semilla usada como un substituto del cafe. 


Malvaviscus arboreus Cav. ti nici (?), paresé 
uso: un arbusto ornamental en cultivo. 


Mammea americana L. zabriko (abricot) 
uso: fruto comestible; la cáscara de la fruta es considerada venenosa. 


Mangifera indica L. mangó (mangue) 
usos: la fruta comestible, madera para hacer carbón vegetal. 


Manihot esculenta Crantz manyok (manioc) 
uso: raíces comestibles después de procesar; otra clase llamada “‘manyok 
dou” con raíces comestibles, sin procesar; en cultivo. 


Maranta arundinacea L. alowout (““arrowroot” en inglés) 
uso: el almidón del rizoma es usado como alimento. 


Marcgravia rectiflora Tr. & Planch. fey zandolit 
med.: la hoja usada en un tratamiento de fricción sobre el cuerpo, contra la 
fiebra mala y la magia. 


Miconia racemosa (Aubl.) DC kakapoul 
usos: las aves comen los frutos maduros. La hoja se aplica a la piel de las 
vacas y los caballos como una fricción cuando se pierden los pelos, para 
restaurar los pelos. 


Miconia sp. twazokót 
med.: una hoja, rociada por alcohol por la boca del hombre, aplicada como 
una compresa sobre el estómago o la parte baja de la espalda, contra el dolor. 


Mikania cordifolia (L. f.) Willd. lyann franse 
med.: la sabia de las hojas tomada para restaurar la sangre. 

Mimosa pudica L. wonti 
uso: una combinación de la planta y alcohol para hacer un alcolado, para 
aplicar externalmente al cuerpo, contra los espiritus malos. 

Momordica charantia L. konndeyamo, eskin 
med.: las hojas, para hacer un té, contra el dolor intestinal y contra la fiebre. 
Musa corniculata Lour. bannan wouj 
uso: fruto comestible, cocinado. 

M. paradisíaca L. bannann 
uso: fruto comestible, cocinado (el plátano de la República Dominicana). 


128 Moscosoa 5, 1989 


M. sapientum L. fig. bannann (figue banane) 
uso: fruto comestible crudo o cocinado (el guineo o banano de la Republica 
Dominicana) 


Myrica cerifera L. kannel abej (canelle abeille), 

kannel dous (cannelle doux), 

kannel myel (cannelle miel) 

med.: las hojas en una botella de ron y clerén contra los gases del vientre. 
usos: carbón vegetal y también como una cerca viva. 


Ochroma pyramidale (Cav.) Urban koton flo (coton fleur) 
usos: Las fibras de los frutos maduros, para llenar los colchones y almohadas. 
Esta lana se vendía anteriormente a los compradores de café para exportar. 


Ocimum micranthum Willd. bazilik savann (basilic savan) 
med.: las hojas usadas contra los gases estomacales. 


Ocimum sp. fonbazen 
med.: las hojas usadas contra los gases estomacales. 

Ocotea sp. lorye gep (laurier guépe) 
med.: reportado pero no explicado. 


Oreopanax capitata (Jacq.) Dene. & Pl. bwa kochon (bois cochon) 
bwa neg (bois negre) 
uso: carbón vegetal. 


Pachyrrhiza tuberousus (Lam.) Sprengel pwa manyok (pois manioc) 
uso: rizoma comestible. Nota: las semillas rojas son venenosas. 

Panicum maximum Jacq. zeb ginen (herbe guinée) 
uso: pasto para el ganado. 

Paspalum sp. zeb si (herbe sur) 
uso: pasto para el ganado 

Passiflora guadrangularis L. grenad (grenadine) 
uso: el fruto usado para hacer jugo. 

P. rubra L. kalson (calecon ?) 


med.: las hojas maceradas en alcohol, aplicadas a los pies, contra la inflama- 
ción. 


Pedilanthus tithymaloides (L.) Poit. pakin kwenna (ipecuanha) 
med.: el latex aplicado a la piel para los abscesos. 
Peperomia serpens (Sw.) Lodd. kreson kalkare 


med.: reportado, no explicado. 


Moscosoa 5, 1989 129 


Peperomia sp. ti nanm kaseve 
uso: las hojas majadas hechadas en clerén como una hierba aromática. 


Persea americana L. zaboka (avocat) 
uso: el fruto comestible. 


Petiveria alliacea L. vevenn (verveine) 
med.: respirar el olor de la raíz en la mañana y en la noche, para el dolor 
de la cabeza. 


Phaseolus vulgaris L. pwa wouj (pois rouge) 
uso: las semillas comestibles, en cultivo. 


Phyllanthus sp. boul nan do 
uso: para sazonar los alimentos. 


Phytolocca sp. donbo kontan 
med.: para sazonar los alimentos. 


Picramnia pentandra Sw. bwa ti gason (bois petit garcon) 
med.: usada para hacer un baño a los niños cuando están incómodos, para 
tranquilizarlos 


Pilea sp. kresson kalkare 
med.: planta entera hervida en agua, se aplica a los ojos para combatir los 
dolores. 


Pilea sp. ti nanm 
med.: planta entera, contra los gases estomacales. 


Pinus occidentalis Sw. bwapen (bois pin) 
med.: las hojas, en una tisana, para bajar la temperatura del cuerpo. uso: 
madera. 


Piper aduncum L. gwayouyou, siriyo 
med.: las hojas, en un té, contra fiebre. 


Piper marginatum Jacq. siyon bonm (sirop bon?) 
med.: las hojas (de olor de anisette), en un té, contra los gases estomacales. 
Piper sp. fey tibonm 
uso: rociar una rama con hojas con clerén y hacer cruces sobre el cuerpo, 
para proteger a las personas cuando han comido algo malo o cuando una 
persona quiere hacerle daño a otra; este uso fue considerado efectivo por el 
informante (otro, no Elipha Valcin). 


Plantago major L. plantin (plantain) 
med.: las hojas para hacer una tisana, contra los gases estomacales. 


130 Moscosoa 5, 1989 


Porophyllum ruderale (Jacq.) Cassini mal dan (mal de diente?) 
med.: no recordado 


Pothomorphe peltata (L.) Miquel fey kolet (feuille collet) 
uso: para verificar la clase de carne; la hoja frotada y aplicada a la carne, si 
es de animal, la hoja no cambia de color; pero, si es aplicada sobre carne 
humana, la hoja cambia el color a negruzco y después a verde. 


Pouteria domingensis var. cuprea (Urb. & Ekm.) Cronq. toti mawon 
uso: carbon vegetal 


Prunus myrtifolius (L.) Urb. lamandye ti fey (1'amandier 
petit feuille) 
uso: carbón vegetal y madera de contrucción; los frutos no comestible. 


Pseudelephantopus spicata (Jss.) Rohr. sentantwan 
med.: hacer una tisana con la planta entera, contra los gases estomacales 
Psidium quajava L. gwayav (goave) 
uso: la fruta es comestible. 

Rauwolfia sp. voyankew 
med.: no reportado. 

Rivina humilis L. lanman laye 
uso: las hojas, para sazonar algunos alimentos. 

Rhipsalis baccifera (J. S. Mill.) Stearn tet anba 
med.: la planta entera para hacer una tisana, contra el dolor del vientre. 
Rhoeo discolor (1'Her.) Hance boul nan do 


uso: cultivado como planta ornamental. 


Ricinus communis L. maskriti 
uso: el aceite de la semilla usado como unguento para el cabello. 


Roystonea hispaniolana L. H. Bailey palmis (palmiste) 
uso: el fruto es alimento para engordar los cerdos; el hombre puede comer 
las semillas sin ningun riesgo, pero no la come. Nota: una palmera de Source 
Pol (próximo al sitio Bois Pin) está reportada como una reliquia de la época 
del Roi Henri Christophe. 


Rytidophyllum auriculatum Hooker fey aran (feuille hareng) 
med.: la hoja usada para hacer una tisana, contra el dolor de estómago. 


Securidaca virgata Sw. koukouy 
uso: las ramas usadas como escobas para barrer el piso de las casas y los pa- 
tios. 


Moscosoa 5, 1989 134 


Senna obtusifolia (L.) Irwin & Barneby pwa pyan (pois puant) 
med.: se hace una tisana de las hojas o de un extracto del zumo de las hojas, 
para el pecho apretado. 


Senna spectabilis (DC.) Irwin & Barneby bwa kabrit 
Sesamum indicum L. jyiri blan 
uso: las semillas comestibles usadas con manioc (yuca) en la fabricación de 


casabe. 


Sida linifolia Juss. ex Cav. bale vach (balai vache) 
Sida rhombifolia L. bale (balai) 
med.: no recordado 

Simarou ba glauca DC bwa blanch (bois blanche) 
uso: la madera muy blanca, para hacer muebles. 

Solanum ciliatum La. tomat zonbi 
Spermacoce assurgens Ruiz & Pavon bonbonfle 


med.: la hierba entera para hacer una tisana, contra los gases estomacales en 
los niños. 


Solanum torvum Sw. samorét 


Spondias mombin L. monben 
uso: el fruto comestible, considerado como una buena fuente de de vitami- 
nas. 


Spondias purpurea L. Sigwel (cirouelle) 
uso: el fruto comestible. 


Stachy tarpheta jamaicensis (L.) Vahl Vevenn ke rat 
med.: con las rarces de esta planta en la mano, se hierven los tallos y las hojas 
en agua para hacer una tisana, contra las lombrices en los niños y en los adul- 
tos. 


Swietenia mahagoni (L.) Jacq. bwa kajou (bois acajou) 
uso: la madera de construcción y de muebles; no usado para hacer carbón 
vegetal. 


Syzygium jambos (L.) Alston pomowos (pomme rose) 
uso: la fruta comestible. Nota: encontrado dentro una cerca viva, usada con- 
tra los vientos fuertes en el sitio de Bois Pin. 


Tabernaemontana citrifolia L. bwa let(bois lait) 
med.: el latex se aplica a la piel, cuando los carbunculos nacidos estan rojos 
con las cabezas blancas. 


132 Moscosoa 5, 1989 


Terminalia catappa L. zanmann (amandier) 
med.: con las hojas se hace una tisana, cuando el paciente no desea dormir, 
para mantener los ojos abiertos. Uso: las semillas son comestibles. 


Ternstroemia nashii Urban kannel mawon, (canelle marron) 
med.: las hojas en ron, contra el reumatismo y contra el resfriado. 
Theophrasta americana L. tl nanm 
med.: no recordado. 

Tournefortia sp. chik chik 
med.: las rarces, hojas, y sal usadas para tratar los gases estomacales. 

Trichilia hirta L. chalmon byen 
med.: las hojas, contra la fiebre 

Trichilla pallida Sw. manyas 


med.: las hojas en agua, como un enema, venenoso cuando es 


Trichilla pallida Sw. manyas 
med.: las hojas en agua, como un enema; venenoso cuando es tomado inter- 
namente. 


Tridax procumbens L. fey kalmason 
med.: la hierba entera en una tisana con azúcar, para fortalecer las mujeres 
después del parto. 


Trophis racemosa (L.) Urban ramon chwal 
Turpinia occiden talis (Sw.) G. Don Jijiri mawon 
Urena lobata (L.) Gaud. manman gep, gran kouzen 


uso: la corteza de los tallos verde, para hacer un cordón o soga para amarrar 
animales. 


Vanilla barbellata Rchb. f. majou vét 
med.: los entrenudos del tallo (no considerados venenosos) majados en un 
pilón, con almíbar de azúcar de caña, ingerido para los problemas intestinales 
y los parásitos; los nudos del tallo son considerados venenosos y posiblemen- 
te fatales. 


Vitis tilifolia Humb. & Bonpl. majoue vert 


Xanthosoma sagittifolium Schott malanga tayo (taro) 
uso: el tubérculo es comestible. 


Zanthoxylum pimpinelloides (Lam.) DC. fey be 
med.: el tallo macerado, en una botella de ron, contra la palpitacion del 
corazon. 


Moscosoa 5, 1989 133 


Zanthoxylum sp. pini lwa 


med.: las hojas, para hacer una tisana, mezclado con “‘farine franses’’, contra 
diarrea. 


Zingiber zerumbet (L.) J. E. Smith jen janm (gimgembre) 
med.: el rizoma en una tisana para las mujeres embarazadas, para calentar el 
cuerpo al tiempo de parir. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 134-141 


THREE NEW HISPANIOLAN SPECIES 
OF TABEBUIA (BIGNONIACEAE) 


Alwyn H. Gentry 


Gentry, Alwyn H. (Missouri Botanical Garden, Box 99, St. Louis. Missouri 63166— 
0299, U.S.A.) Three new Hispaniolan species of Tabebuia (Bignoniaceae ). Moscosoa 5: 
134-141. 1989. Tabebuia bullata, T. vinosa, and T. zanonii are described as new to 
science from the Dominican Republic. 

Se describen tres especies nuevas para la ciencia —Tabebuia bullata, T. vinosa y T. 
zanonii, halladas en la República Dominicana. 


Recent collections of Tabebuis from Hispaniola, mostly by Dr. Thomas A. 
Zanoni and associates at the Jardin Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Mos- 
coso”, include the three new species described here. 


1. Tabebuia bullata A. Gentry, sp. nov. 

Type. DOMINICAN REPUBLIC. La Vega: Alto de Casabito, 13 km W 
of junction with Carretera Duarte (near Bonao), road to Constanza, 19 01'N, 
70° 30’W, 1140 m alt., 10 Apr 1983 (fl), Gentry & Zanoni 50678 (holotype, 
MO: isotype, JBSD, MO). 

Frutex vel arbor parva ad 6 metros. Folia 3—foliolata, foliolis obovatis 
vel oblongo-obovatis, ad apicem rotundatis, bullatis, infra venulis pilosis. 
Inflorescentia laxe paniculata, trichomatibus stipitato-peltatis. Calyx campa- 
nulatus, 5—lobatus, lepidotus et pubescens trichomatibus stipitato-peltatis; 
corolla alba, extra glabra. Capsula linearis, striato-costata. 

Shrub or small spindly tree 2—6 m tall, branchlets thick, subtetragonal to 
subterete, flattened at nodes, densely lepidote when young. Leaves 3—folio- 
late, the leaflets obovate to oblong-obovate, broadly rounded at apex, some- 
times inconspicuously emarginate or subcuspidate, the base cuneate to 
obtuse, the lateral leaflets asymmetrically oblique, (5—) 10—36 cm long, 
(2—)4—23 cm wide, thick-coriaceous, more or less bullate, the veinlets, 
slightly impressed above, conspicuously and intricately raised below, glabres- 
cently lepidote above, below pilose with stiff trichomes along the veiniets, 
the trichomes rather sparse and not impressed into areoles; petiolules 0.2— 
1.5 cm long, thick, lenticellate, the petioles thick and short, practically non- 
existent to 1 cm long, with conspicuous lighter lenticels, lepidote and 
minutely puberulous. Inflorescence terminal, openly paniculate, the stalked- 
lepidote trichomes as in 7. acrophylla. Flowers with the calyx campanulate, 
irregularly ca. 5—lobed, densely lepidote and stalked-lepidote, 15—21 mm 
long, 8-12 mm wide, conspicuously longitudinally ridged, especially in 


Moscosoa 5, 1989 be 


bud; corolla white or palest pink, tubular-infundibuliform, 5—8 cm long, 
the tube 4—6 cm long, 1.3—3.5 cm wide at mouth of tube, the lobes 1.5—2 
cm long, glabrous outside, pilose in floor of throat inside; stamens didyna- 
mous, the thecae divaricate, 3 mm long; pistil ca. 2.5 cm long, the ovary 
linear, 5 mm long, 1 mm wide, densely minutely lepidote; disk annular- 
patelliform, 1.5 mm long, 4-5 mm wide. Immature fruit linear cylindric, 6 
cm long, 7 mm wide, longitudinally striate-costate, conspicuously refescent 
with sessile and stalked peltate scales. 

Distribution. Endemic to upland forests in central Dominican Republic 
in Peravia, La Vega, and Santiago Provinces. 

Specimens examined: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. La Vega: 17 km S 
of Jarabacoa, road to Constanza, 1200 m, 10 Apr 1985 (st), Gentry « 
Zanoni 50657 (JBSD, MO); Rio La Palma, Constanza, 1000 m, 6—7 Jul 
1973 (fl), Liogier 19442 (JBSD); entre Loma La Sal y Loma La Golondrina, 
19 04'N, 70° 34’ W, 3100 ft., 13 Apr 1982 (fl), Zanoni et al. 19957 (JBSD, 
MO). Prov. Peravia: Arroyo Parra, La Vereda, 18° 32’ N, 70° 28” W, 950— 
1000 m, 6 Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50540 (JBSD, MO); Carmona 
road, 33 km N of San José de Ocoa, 18° 38’ N, 70° 30’W, 1300 m, 6 Apr 
1985 (fl) Gentry & Zanoni 50533 (JBSD, MO); 12 km E of San José de 
Ocoa, 18° 32’ N, 70” 28’W, 1150 m, 6 Apr 2985 (fl, fr), Gentry & Zanoni 
50551 (JBSD, MO); San José de Ocoa, Loma del Rancho, 1100 m, 18° 31’ 
N, 70° 30” W, 8 Jul 1978 (fl), Mejía 67 (JBSD); 9.8 km SW from Juan 
Aldian, 10 Jun 1980 (fl, fr), Mejía & Zanoni 6818 (JBSD); 14.1 km N de 
San José de Ocoa, 1400 m, 18” 38’ N, 70° 30” W, 7 Apr 1982 (fl), Zanoni 
et al. 19862 (JBSD). Prov. Santiago: Loma Bajita, Distr. San José de las 
Matas, Yaguasa, open pines, 700-800 m, 10 June 1933 (fl), Valeur 91/1 
(MO, NY, US); camino desde Aguacate al sur, 570 m, 1% 18 N, 71° 
19” W, 3 Mar 1982 (fl), Zanoni et al. 19478 (JBSD). 

Similar to 7. acrophylla but differs conspicuously in white rather than 
red or purple-red flowers, larger more infundibuliform corollas, larger 
- browner-drying strikingly ridged calyces and many-flowered openly panicu- 
late inflorescences. The two species are also ecologically separated, T. bullata 
occurring at generally higher altitudes from 550—1200 m and T. acrophylla 
generally below 500 m. A single high altitude collection of T. acrophylla 
(Liogier 17190 from 1700 m) has prominently ribbed calyces, approaching 
T. bullata (although black drying) suggesting that there may be introgres- 
sion between the two species. Vegetatively T. bullata can be distinguished 
from T. acrophylla macroscopically by the different pubescence texture of 
the leaf undersides, gritty rather than soft; microscopically the sparser stiffer 
irregularly oriented trichomes of the leaf underside are quite distinct from 


136 Moscosoa 5, 1989 


the shorter denser trichomes appressed into the areoli of the leaf undersurface 
of T. acrophylla. The flowers and inflorescences of the two species are so — 
different as to make specific recognition of the white-flowered openly pani- 
culate taxon unavoidable. 


2. Tabebuia vinosa A. Gentry, sp. nov. 

Type. Dominican Republic. La Vega: 11.6 km S of Constanza, 1880 m, 
Gentry & Zanoni 50673 (holotype, MO, isotypes, JBSD, MO, to be distribut- 
ed). 

Arbor parva ad 6 metros. Folia (3—)5—7(—9) foliolata, foliolis obovatis, 
ad apicem rotundatis, lepidotis. Inflorescentia racemosa vel anguste panicu- 
lata, ferrugineopuberula, trichomatibus stipitato-peltatis sessilibusque. Calyx 
cupulatus, 5—dentatus vel bilabiatus; corolla vinosa, extra glabra. Capsula 
linearis, longistrorsum costata. 

Small rather rachitic tree or treelet 2.5—6 m tall, the branches terete with 
enlarged nodes, when young coarsely rufescent with lepidote and stalked 
lepidote trichomes, with a few large conspicuous lenticels. Leaves (3—)5—7 
(—9)—foliolate, the leaflets obovate to narrowly obovate, rounded or truncate 
at apex, cuneate to broadly cuneate at base, the terminal, 2.5—10 cm long, 
0.8—6 cm wide, the basals (of 5) 2—7 cm long, 0.5—4 cm wide, if 7—foliola- 
te, the lowermost pair smaller and often subsessile, coriaceous, sometimes 
with a revolute margin, smooth to the touch above and below, typically 
drying slightly discolorous, more reddish brown above and olive brown 
below, lepidote (sometimes in part lepidote-punctate) above and below, the 
scales small and reddish, rather scattered, conspicuously brochidodromous, 
the secondary veins plane or impressed above, prominent beneath, the 
tertiary veins plane above, plane or somewhat prominulous below; petiolules 
thickish, coarsely and somewhat glabrescently rufescent with lepidote and 
stalked-lepidote trichomes, terminals 0.5—1.5 cm long, the laterals mostly 
not clearly differentiated from cuneate leaflet base, the petiole thick, 1—7 
cm long. Inflorescence terminal, several-flowered, irregularly racemose or 
narrowly paniculate, typically with subulate bracts up to 10 mm long 
subtending lateral branches or pedicel bases and subulate bracteoles up to 
8 mm long in upper part of pedicel, the pedicels and bracts and rachis cons- 
picuously coarsely rufescent with lepidote and stalked-lepidote trichomes. 
Flowers with the calyx cupular, irregularly shallowly 5—dentate to bilabiate, 
longitudinally ribbed, 11—20 mm long, 8—12 mm wide, drying dark, more 
or less rufescent with a mixture of sessile and stalked-lepidote trichomes; 
corolla deep wine-colored (white in Zanoni et al. 28332) with whitish 
trichomes in throat when fresh, rather narrowly tubular infundibuliform, 


Moscosoa 5, 1989 137 


3—6 cm long, 0.8—2 cm wide at mouth of tube, the tube 2—4 cm long, the 
lobes 0.5—1.5 cm long, glabrous outside, inside densely pilose with long 
trichomes in throat and villous at level of stamen insertion; stamens didyna- 
mous, the anther thecae subexserted, divaricate, 3 mm long; ovary linear, 
4—5 mm long, 1 mm wide, densely whitish lepidote ; disk annular-pulvinate, 
1 mm long, 3 mm wide. Fruit (only 1 seen) 8—9 cm long, ca. 11 mm wide, 
terete, lepidote, also with a very few short-stipitate lepidote trichomes, dry- 
ing blackish, with several prominulous longitudinal ridges, subtended by the 
persistent calyx; seeds bialate, 7-9 mm long, 2.2—2.5 cm long, the hyaline- 
membranaceous wings sharply demarcated from the brown seed body. 

Distribution. Endemic to the Cordillera Central of the Dominican Repub- 
lic from (1000—) 1200—1900 m in altitude in mixed pine-broadleaf cloud 
forest, the highest altitude of any Hispaniolan Tabebuia. 

Collections examined. DOMINICAN REPUBLIC, Prov. Azua: Loma Nalga 
de Maco, steep hard limestone, 1700-1800 m, 8 Jun 1926 (st), Ekman 
H6296 (S.). Prov. La Vega: El Cajon, Pinar Bonito Road, 1850 m, 16—19 
Oct 1981 (fl), D. Dod s.n. (JBSD); 10—11 km S of Constanza, 18° 50' N, 
70° 45’ W, 1730-1850 m, 10 Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50664 
(JBSD, MO); 11.6 km S of Constanza, 18° 51 N, 70° 45’ W, 1880 m, 10 
Apr 1985 (fl), Gentry & Zanoni 50673 (JBSD, MO); Cienaga de la Culata, 
1700 m, 16 May 1959 (fl), J. Jiménez 4008 (K); Alto Casabito, Bonao, 
1200-1300 m, 30 Mar 1974, Liogier € Liogier 21491 (JBSD), 27 Mar 
1977 (fl), 26613 (NY); Loma de Sal, Jarabacoa, 1200 m, 16 Jul 1975 (fl), 
Liogier & Liogier 23631 (JBSD); 5.4 km S and 4.6 km W of Constanza, 
road to Pinar Parejo, 18° 50’ N, 70° 45” W, 5750 ft, 24 Feb 1982 (fl), 
Zanoni et al. 19387 (MO); 6 km de La Sal, 19° 4’ N, 70° 34° W, 3600 ft, 
14 Apr 1982, Zanoni et al. 20082 (MO). Prov. Peravia: Loma de La Valva- 
coa, arriba El Guineal, 18° 28’ N, 70° 22: W, 1300-1775 m, 14 Jul 1982 
(fl), Zanoni et al. 21623 (JBSD), entre Arroyo La Represa y Loma de Los 
Palos Mojados, arriba El Bejucal, 18° 37’ N, 70° 35’ W. 1200-1500 m, 4 
Aug 1982 (fl, fr), Zanoni et al. 22256 (JBSD), El Tope, Loma Rodríguez, 
18° 26’ N, 70° 18’ W, 1320-1510 m, 29 Dec 1983 (fl), Zanoni et al. 28232 
(JBSD); Arroyo Parra, 12 km de San José de Ocoa, 18° 34’ N, 70° 27’ W, 
1000 m, 30 Dec 1983 (fl), Zanoni et al. 28332 (JBSD). Prov. Santiago 
Rodríguez: Monción, top of Monte Gallo, mossy forest 1825 m, 19 Jun 
1929 (fl), Ekman H12920 (S). 

Perhaps most closely related to T. domingensis and to Cuban Tabebuia 
bibracteolata, differing from the latter in the stalked peltate trichomes not 
“decapitated” and in the smooth leaflets, not whitish to grayish below. It 
is most similar to 7. domingensis of the Barahona Peninsula from which it 


138 Moscosoa 5, 1989 


differs in the conspicuous stalked peltate trichomes of the inflorescence, | 
the thicker petiolules and broader thicker leaflets, and especially the cons- 
picuous trichomes in the corolla throat. Some of the collections were identi- 
fied as 7. revoluta or T. cf. revoluta but it differs from that species in much 
larger flowers, broader leaflets, and the pilose inside of the corolla throat. 


3. Tabebuia zanonii A. Gentry, sp. nov. 

Type. DOMINICAN REPUBLIC: Los Haitises, Prov. El Seibo, Naranjo 
Arriba, en los cayos cercanos al poblado, 19° 05’N, 69° 34.5’ W, 0-10 m 
alt., 28 Oct 1982 (fl), Mejia & Pimentel 23957 (holotype, JBSD; fragm., 
MO). 

Frutex vel arbor parva ad 7 metros. Folia 3—5—foliolata, foliolis oblanceo- 
lata-oblongis vel oblongo-ellipticis, ad apicem obtusis, infra plusminusve 
puberulis trichomatibus simplicibus. Inflorescentia paniculata, floribus 
paucis. Calyx campanulatus, irregulariter 2—4—labiatus, lepidota; corolla 
vinosa, extra glabra. Fructus ignotus. 

Shrub or small tree 2.5—7 m tall, dichotomously branched; lepidote with 
reddish and/or whitish sessile or subsessile peltate scales, usually also sparsely 
puberulous with a few minute unicellular trichomes, more or less lenticellate 
when young. Leaves 3—5—foliolate, the leaflets oblanceolate-oblong to 
oblong-elliptic, obtuse to rounded at base and apex, sometimes apiculate, the 
terminal 5.5—16 cm long, 1—6 cm wide, the basals 2.5—12 cm long, 1.2—4.5 
cm wide, coriaceous, the margins more or less erose, concolorous, olive 
brownish, rather sparsely peltate-lepidote above and below with uniformly 
sessile scales, always puberulous with minute single-celled trichomes at 
least along midvein below and sometimes (Liogier & Liogier 24693) over 
surface not noticeably rough to the touch, brochidodromous, the secondary ' 
veins plane or slightly impressed above, strongly raised below, the tertiary 
venation immersed but slightly prominulous below; petiolules 2-13 mm 
long, the laterals leaflets sessile or subsessile, the petioles 0.8—2.5 cm long, 
thick, minutely simple puberulous but apparently lacking any stalked- 
peltate scales. Inflorescence a reduced terminal panicle with several 2—3— 
flowered pedicels or reduced to a few separate flowers, lepidote with black 
peltate scales, these in part very short-stalked, the bracts and bracteoles 
linear, with at least a few long-stalked peltate scales with long flexuous bases. 
Flowers with the calyx campanulate, rather thin, irregularly 2—4—lobed, 
10—11 mm long, 5—6 mm wide, densely lepidote with sessile and subsessile 
blackish peltate scales, drying blackish; corolla deep pinkish red to wine red, 
narrowly tubular-infundibuliform, 2.5—3.5 cm long, 0.7—1 cm wide at 
mouth, the tube ca. 2 cm long, the lobes ca. 0.5 cm long, papillose-ciliate, 


Moscosoa 5, 1989 139 


Y 


Figure 1. Tabebuis bullata and T. vinosa. A—B. T. bullata A. Gentry. A. Habit 
(Gentry and Zanoni 50551). B. Flowers and inflorescence (Gentry and 
Zanoni 50533). C—E. T. vinosa A. Gentry. (Gentry and Zanoni 50673). C. 
Habit. D. Inflorescence. E. Front view of flowers showing subexserted 
anthers and long white trichomes in throat. 


140 Moscosoa 5, 1989 


strongly papillose-puberulous in throat, the stamen insertions very sparsely 
villous, the anthers slightly included, divaricate, 2.5 mm long, pistil ca. 2 cm 
long, the ovary linear, 3-4 mm long, 1 mm wide, densely black lepidote- 
glandular; disk annular pulvinate, 1 mm long, 2 mm wide. 

Endemic to Los Haitises, the karst limestone region on the south side of 
the Bahra de Samana, near sea level. 

Additional collections examined. DOMINICAN REPUBLIC. Prov. El 
Seibo: Los Haitises, La Manaclita, limestone crag, 2 Jul 1930 (st), Ekman 
H15532 (B, S); una islita, Los Haitises, Bahía de Samana, 23 Jan 1976 
(fl), Liogier &.Liogier 24693 (JBSD); Los Haitises, la costa cerca la boca de 
Bahía de San Lorenzo, Cano Salado, 19°05’ N, 69° 28—29’ W, 0--5 malt., 
9 Nov 1983 (st), Zanoni & Pimentel 27903 (JBSD). 

As here interpreted, this is a locally endemic species intermediate between 
T. paniculata of the Samana Peninsula and 7. buchii of northern Haiti. Its 
leaves have minute single-celled simple trichomes (along with the numerous 
sessile lepidote scales) on the leaflet undersurfaces, at least along the main 
veins and sometimes over the whole surface. Thus the trichomes are exactly 
like those of 7. paniculata but in that species they are restricted to the 
adaxial petiole surface and the base of the midvein above; in 7. buchii 
there are trichomes over the leaf undersurface but these are much longer and 
mixed with long stalked peltate scales. The tertiary venation below is more 
prominulous than in 7. paniculata but less so than in 7. buchii, and the very 
slightly erose leaflet margins are also intermediate between the strongly 
erose ones of 7. buchii and the entire ones of 7. paniculata. The most dis- 
tinctive feature of T. zanonii is its flowers which are smaller and narrow than 
in 7. paniculata and are deep rose-red or wine-red rather than white to pale 
pink; presumably this reflects a switch from bee-pollination in 7. paniculata 
to hummingbird-pollination in 7. zanonii. Tabecuia buchii has longer, report- 
edly light pink flowers as in 7. paniculata but these are more narrowly 
campanulate as in 7. zanonii. Other distinctions between T. zanonii and T. 
paniculata are slightly included vs. deeply included anthers and a strongly 
papillose puberulous corolla floor and very slightly villose stamen insertions 
vs. nearly glabrous corolla floor and strongly villous stamen insertions. The 
relationship between T. zanonii and T. paniculata is very similar to that 
between 7. sauvallei and T. calcicola, in each case apparently reflecting a 
similar switch in pollination syndrome. 


Acknowledgements 


This research was sponsored by the U.S. National Science Foundation 
BSR-8305040 and BSR—8607113. I thank T. Zanoni, M. Mejia, and the 


———" de a 


Moscosoa 5, 1989 ? 141 


Jardin Botanical Nacional for providing transportation and guide service 
during my visit to the Dominican Republic. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 142-153 


ESTUDIOS EN LOS MACROMICETOS DE LA 
REPUBLICA DOMINICANA. I. 


C. Augusto Rodriguez Gallart 


Rodriguez Gallart, C. Augusto (P. O. Box 250—1, Santo Domingo, Republica Domini- 
cana). Estudios en los macromicetos de la República Dominicana. |. Moscosoa 5: 142- 
153. 1989. Se describen los hongos Chlorophyllum molybdites y Psilocybe cubensis 
de plantas frescas de la República Dominicana y se trata la ecología y la distribución 
geográfica. Se presenta una serie de macro y micro-fotografías de cada especie. Son 
reportes nuevos de las especies para el país. 


Studies in the macrofungi (Basidiomycetes) of the Dominican Republic. |. The native 
basidiomycetes Chlorophyllum molybdites and Psilocybe cubensis are described in detail. 
Included are notes on the natural history and macro - and microphotographs of each 
species. These two species are reported for the first time for the Dominican Republic. 


El territorio de la República Dominicana comprende aproximadamente 
dos-tercios de la isla de la Española, cuya ubicación geografica la hace propi- 
cia a un régimen de lluvias tropicales. La Española posee el sistema orografi- 
co más alto del Caribe lo cual favorece a la formación de zonas de condicio- 
nes climáticas diferentes que varían desde valles fríos y lluviosos de copiosa 
vegetación, hasta regiones secas y áridas casi desérticas, las cuales proporcio- 
nan un habitat muy favorable al desarrollo de una exuberante micoflora. La 
aparición de hongos en la Española parece remontarse a la Epoca Terciaria 
(Stubblefield, Miller, Taylor & Cole, 1985). 

En sentido general la micoflora dominicana ha sido poco estudiada y en 
particular los macromicetos. Sin embargo, los micromicetos, gracias a la ex- 
traordinaria labor llevada a cabo durante los años de 1925 al 1934 por R. 
Ciferri (1961), Toro (1927), González Fragoso (1926-1928), Petrak (1930) 
y Chardon (1946) ha sido mejor identificada y registrada. 

Los primeros trabajos publicados sobre la micoflora dominicana fueron 
realizados por el Reverendo M. J. Berkeley (1852) sobre 67 macromicetos 
recolectados por Augusto Sallé. Luego Murrill (1915) en su estudio sobre los 
poliporáceos tropicales hace alusión, en algunas especies, como existentes 
en la República Dominicana, lo cual nos hace pensar que tuvo acceso a los 
mismos. 

Rafael Ciferri en su extensa obra “Mycoflora Domingensis Integrata” 
(1961) describe también algunas especies de macromicetos, así por igual 
Chardon, Petrak y González Fragoso en las obras antes señaladas. 

En cuanto a estudios llevados a cabo por nacionales, casi nada se ha publi- 
cado, con excepción de dos tesis a nivel de estudiante de grado y un estudio 


Moscosoa 5, 1989 143 


realizado por Inchaustegui y Herrera (1975) sobre “‘Conteo. de pólenes y 
hongos de la zona noroeste de la ciudad de Santo Domingo”. Creemos que la 
causa principal de la falta de interés en la Micología por parte de los domini- 
canos ha sido motivada, posiblemente, por el desconocimiento total de la 
micofaguia con excepción de la parte occidental de la República Dominicana 
que forma frontera con el hermano pueblo de Haití. 


Registro para la República Dominicana de las especies Chlorophyllum 
moly bdites y Psilocy be cubensis 


El autor está llevando a cabo estudios sobre los macromicetos de la Repú- 
blica Dominicana en especial los de las regiones geográficas que componen el 
este del país: la Cordillera Oriental, Los Haitises y el Llano Costero (Zanoni, 
1986). 

Se describe por primera vez para la República Dominicana las especies 
Chlorophyllum molybdites: familia Agaricaeae, y Psilocybe cubensis: familia 
Strophariaceae siguiendo, en la clasificación de los mismos el criterio de R. 
Singer (1986). 

Los ejemplares se estudiaron siguiendo las técnicas usuales. Las observa- 
ciones microscópicas se efectuaron con preparaciones montadas en KOH al 
5% y en reactivo Melzer. Las descripciones macroscópicas se realizaron de 
notas tomadas directamente en el campo. Los colores del carpóforo fueron 
referidos a colores del Methuen Handbook (1978) e indicados como números 
después del nombre del color. 


CHLOROPHYLLUM MOLIBDITES (Meyer ex Fr.) Masse. Figs. 1-10. 
Kew Bulletin 1898: 135. 1898. 


El diámetro del píleo varía de tamaño, aparentemente según el tipo de 
suelo en el cual se ha desarrollado el ejemplar. En los jardines de la ciudad de 
La Romana (Llano Costero) en los cuales el suelo se ha mezclado con “ca- 
chaza”” (residuo de la filtración sucesiva del jugo de la caña de azúcar en el 
proceso de la fabricación del azúcar) el píleo llega a tener hasta 200 mm de 
diámetro (Fig. 1) y su proliferación pratense es extraordionariamente abun- 
dante, en especial después de las grandes lluvias de los meses de mayo y 
junio. La formación de “anillos de brujas”? es común cuando se trata de 
suelos mezclados con ““cachaza”. (Fig. 5). 


Nota: Los ejemplares citados para “CAR” están en el herbario privado del autor. 


144 Moscosoa 5, 1989 


En los hongos desarrollados sobre suelos corrientes de pastizales (muestras 
estudiadas en las regiones geograficas de la Cordillera Oriental y Los Haitises) 
los carpóforos estan menos desarrollados y el diámetro de pileo varia desde 
100 a 150 mm, su proliferación es menos abundante y no hemos observado 
en ninguna de las regiones antes señaladas formaciones de anillos de brujas. 

El carpóforo de todas las muestras estudiadas son de contexto suave y 
carnoso. Las formas más frecuentes del píleo son, para las etapas más jóvenes 
de los hongos, globosas-ovoides, expandiéndose los mismos a formas conve- 
xos-aplanadas suavemente umbonadas para los estadios más adultos. La 
superficie del píleo es seca; inicialmente cubierta con una cutícula de color 
marrón oscuro (5F5) en algunos especímenes, mientras que en otros la cu- 
tícula es de color marrón claro (5C4); esta ultima se rompe formando es- 
camas algo concéntricas, alrededor del umbo el cual permanece cubierto. El 
resto del píleo es de color crema (4A3). El margen del píleo, en estadios 
jóvenes, está doblado y en algunos ejemplares permanece así hasta su etapa 
adulta; dicho margen generalmente está surcado y estriado en los primeros 
5 mm. (Fig. 3) 

Las láminas son libres y alejadas del estípite; de color crema (4A3) en esta- 
do fresco, cambiando a color verde pálido al envejecer; moderadamente dis- 
tantes y algo ventricosas con bordes diminutamente aserrado. (Fig. 4) 

El estípite de 100 a 200 mm x 10 a 20 mm, es fácilmente desprendible 
del píleo, de color crema pálido, generalmente derecho y cilíndrico; con 
bulbo en el extremo inferior y con un anillo doble y carnoso en el tercio 
superior, movible cuando el hongo está seco; de hasta 12 mm de ancho y de 
color marrón claro en estado seco. (Fig. 3) 

El contexto es carnoso y de un espesor de hasta 15 mm (Fig. 4), de color 
blanco hueso cuando fresco y marrón claro en etapas de secado. El Chloro- 
phyllum molybdite, cuando está fresco, tiene olor agradable pero poco acen- 
tuado, sin embargo, en estado seco tiene un olor agradable y fuerte. 

La impresión de la esporada es abundante y de color verde pálido. El 
tamaño de las esporadas varía de (8-) 8.8—9.6(-12) x (5.6-) 6.4 (-8) micras; 
Q = 1.41, de forma ovoidea a elipsoide; con poro germinal truncado (Figs. 
6 y 9), dextrinoides, con gútula muy pronunciada, redonda de color verde 
claro. 

Basidios 20—22 x 9.6 micras, claviformes, hialinos, con cuatro esterigmas 
bien desarrolladas (Figs. 7 y 8). Pleurocistidios ausentes; Queilocistidios de 
32-40 x 10—20 micras, piriformes, cilíndricos, hialinos de pared delgada 
(Figs. 9 y 10). La trama himenoforal es irregular, hialina, inamiloide y estre- 
cha. 


Moscosoa 5, 1989 145 


2 $. 3 


A 


Figs. 14. Chlorophyllum molibdites: 1. Píleo. 2. Himenósforo. 3. Vista 
lateral del hongo. 4. Contexto y lámina. 


Historia Natural y Distribución: 

Crecen solitarios o agrupados sobre el suelo en praderas y jardines, a veces 
formando anillos de brujas. Los hemos encontrado desde 20 a 300 metros 
sobre el nivel del mar. 

Son muy abundantes después de las primeras lluvias de mayo y junio, 
pero lo hemos observado en menos abundancia después de las lluvias de oto- 
ño. Los hemos recolectado a 4 kilometros del Ingenio Quisqueya, Provincia 
de San Pedro de Macorís; en varios jardines residenciales de Casa de Campo, 
Provincia La Romana; en praderas a 12 kilómetros de Hato Mayor, hacia 


146 Moscosoa 5, 1989 | 


Fig. 5. Habitat del Chlorophyllum molibdites, anillo de brujas en jardines de 
Casa de Campo, La Romana, Prov. La Romana, República Dominicana. 


7 


Figs. 6. Chlorophyllum molikdites: Esporas montadas en KOH; nótese la 
gútula. Escala: 10 micras. 


Moscosoa 5, 1989 147 


Figs 7-10 Chlorophyllum molibdites: 7 & 8. Basidios, imagen obtenida 
con contraste interferencial según Normarski. 9. Queilocistidios y esporas 


montadas en Melzer. 10. Queilocistidios, imagen con contraste interferencial. 
Escala: 10 micras. 


Sabana de la Mar, Provincia de Hato Mayor y cerca de la Presa de Hatillo, 
Cotuí, Provincia Sánchez Ramírez. 

Esta especie es de amplia distribución tanto tropical como subtropical. 
Ha sido reportado en el área del Caribe para Cuba (Kreisel 1971); Martinica 
y Guadalupe (Pegler, 1983); Trinidad y Venezuela (Dennis 1970); Puerto 
Rico e Islas Vírgenes (Chardon 1926), y México (Guzmán 1976). 


148 Moscosoa 5, 1989 


Observaciones: 

Esta especie ha sido reportada como toxica; siendo los sintomas de into- 
xicacion usualmente mareos, náuseas y vómitos, los cuales usualmente apa- 
recen de 1 a 2 horas después de haberse ingerido el hongo. Se han reportado 
casos de muerte en niños. (Ammirati, Horgen & Tranquair, 1985). Las sus- 
tancias tóxicas de esta especie han sido estudiadas por Eiler & Nelson (Toxi- 
con 12: 1974, citada en Singer, 1986). 


Ejemplares Estudiados: 

REPUBLICA DOMINICANA: Llanura Costera: La Romana, jardín abonado 
con cachaza de caña, 21 de julio 1985, (CAR) 18. La Romana, jardín, 1 de 
septiembre 1985, (CAR) 27. La Romana, Casa de Campo, jardín abonado 
con cachaza de caña, 15 de abril 1987, (CAR) 95. Casa de Campo, jardín 
abonado con cachaza de caña, 23 de mayo 1987 (JBSD y CAR) 110. San 
Pedro de Macorís, Carretera Mella-Ingenio Quisqueya, Km. 4, en pastizales, 
18 de junio 1987, (CAR) 123. Cordillera Oriental: Hato Mayor-Sabana de 
la Mar Km. 12, cerca de mata de palma real (Roystonea hispaniolana Bailey), 
11 de abril de 1986, (CAR) 50. Los Haitises: Cotuí, cerca de la Presa de 
Hatillo, 15 mayo 1986. (CAR) 62. 


PSILOCYBE CUBENSIS (Earle) Singer, Sydowia 2:37. 1948. Figs. 11-18 


El diámetro del píleo varía desde 40 hasta 70 mm.; carnoso, glabro; de 
forma cónico-campanulado hasta plano. Generalmente con umbo bien desa- 
rrollado en todos los ejemplares estudiados, de color caramelo (6B7) que va 
aclarando hacia los bordes hasta convertirse en color paja a crema. (Fig. 11). 

Las láminas son adnatas, de color marrón oscuro o gris-violáceo, modera- 
damente agrupadas, ventricosas con margen blanquesino. (Fig. 12). 

El estípite de (40-) 70 — 120 (-150) mm. x 5 — 10 mm., central, glabro, 
fibroso, hueco, mas ancho en la base; de color crema paja. El estípite al ras- 
parlo se torna azul-violeta. Anillo blanquesino, frágil situado en el cuarto 
superior del estípite, membranoso, con su cara superior generalmente negra 
debido a la caída de las esporas. (Fig. 13) 

Contexto de color crema, que se mancha de azul-verdoso cuando se mal- 
trata. El olor del hongo es suave cuando fresco y más pronunciado cuando 
seco. (Fig. 12) 

La impresión de la esporada es abundante y de color negro-vinaceo. El 
tamaño de las esporas varía de (12-) 12.8 — 14.4 x (6.4-) 7.2—8 (-8.8) 
micras; Q = 1.6; de forma hexagonal, ovaladas, de pared gruesa, color café; 
con poro germinal truncado. (Figs. 17 y 18) 


Moscosoa 5, 1989 149 


> 
Gi 


IN 


TE , ik 


Figs. 11-14 Psilocybe cubensis. 11. Píleo y habitat. 12. Himenósforo, 
contexto, y láminas. 13. Vista lateral del hongo. 14. Estadios jóvenes. 


co 3 st ee as 


Basidios 24—28 x 10 micras; tetraspóricos, subcilindricos con ligera 
contracción central; hialinos, de pared delgada. (Fig. 15). 

Pleurocistidios escasos. Queilocistidios 18-20 x 7.2—9 micras; abundan- 
tes, hialinos, de pared delgada; fusoides, piriformes, lageniformes con ápice 
terminado en una estructura globosa a mucronada. (Fig. 16). Trama hime- 
noforal paralela con hifas elongadas de hasta 3 micras hialinas. 


150 Moscosoa 5, 1989 


Figs. 15—18. Psilocybe cubensis. 15. Basidios. 16. Queilocistidios, imagenes 
con contraste interferencial segun Normanski. 17. Esporas montadas en solu- 
cion Melzer. 18. Esporas montadas en KOH. Escala: 10 micras. 


Historia Natural y Distribucion: 

Crecen gregarios en pastizales sobre estiércol de vaca, aunque algunos de 
los ejemplares estudiados crecían en estiércol de caballo. Los hemos encon- 
trado desde 30 hasta 300 metros sobre el nivel del mar y después de las llu- 
vias de mayo y agosto. 

Los hemos recolectado, no en abundancia, en praderas a 3 km. al noroeste 
del poblado de Hato Mayor y a 12 km. al norte del mismo poblado, Provin- 
cia de Hato Mayor. 

Esta especie es de amplia distribución tropical y subtropical. Ha sido 
reportada en el área del Caribe, para Cuba por primera vez por Earle (1906) 
como Stropharia cubensis, (Singer, 1958) y por Kreisel (1971); para Marti- 
nica y Guadalupe (Pegler, 1983), Trinidad y Bolivia (Dennis, 1970), Puerto 


Moscosoa 5, 1989 $51 


Rico (Stevenson, 1975), México (Singer, 1949), Guatemala, Colombia, Bra- 
sil y Argentina (Guzman, 1983 y Pulido, 1983). 


Observaciones: 

El Psilocy be cubensis se caracteriza por ser una especie psicotrópica debi- 
do a su contenido de psilocybina. Heim (195 8) en estudios realizados acerca 
del uso de estos hongos entre los indios mazatecas, del Estado de Oaxaca, 
México, cita que esta especie llega hasta contener 0.5% de psilocyna y 
0.25% de psilocybina, sustancias éstas alucinógenas, aisladas por primera vez 
en 1962, las cuales producen efectos psicomiméticos en el hombre parecidos 
a los causantes por LSD (Hofmann, 1977). 

El género Psilocybe ha sido muy estudiado a partir de los trabajos etno- 
botánicos llevados a cabo por R. Heim y G. Wasson acerca del uso de este 
género como alucinógenos entre indios mazatecas, zapotecas y aztecas. 
(Heim, 1958 y Wasson, 1980). 

Guzmán (1983) estudia y registra 144 especies de Psilocybe de las cuales 
70 son clasificadas como alucinógenas (Guzmán, 1978). 

Hemos comprobado que el Psilocybe cubensis ha sido utilizado como 
alucinógeno, generalmente en infusiones, en la República Dominicana. 

Esta especie al ser ingerida, produce trastornos nerviosos con percepción 
de alucinaciones, las cuales aparecen aproximadamente, media hora después 
de la ingestión. (Guzmán, 1978) 

El Psilocybe cubensis fue descrito por primera vez en 1906, en Cuba, y 
se cree que fue introducida en América a través de los españoles, con el 
ganado vacuno que trajeron del norte de Africa en tiempos de la coloniza- 
ción. (Guzmán, 1978). 


Ejemplares Estudiados: 

REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Oriental: Carretera Hato Mayor- 
Sabana de la Mar, km. 12, en pastizales sobre estiércol de vaca, 6 de julio 
1985, (CAR) 14. En pastizales sobre estiércol de vaca,.30 agosto 1985, 
(CAR) 25 y (CAR) 28. Al noroeste de Hato Mayor km 11, en pastizales, so- 
bre estiércol de vaca, 19 de abril 1986, (CAR) 52. En sitio de Pringamosa, 
3 km de Hato Mayor, sobre estiércol de caballo en pastizales, 7 de mayo 
1986 (CAR) 59. Carretera Hato Mayor-Sabana de la Mar, km. 12, en 
pastizales sobre estiércol de vaca, 7 de junio 1987, (JBSD y CAR) 118. 


152 Moscosoa 5, 1989 
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Moscosoa 5, 1989, pp. 154-158 


ESSENTIAL OILS OF PLANTS FROM HISPANIOLA: 
1. THE VOLATILE WOOD OIL OF CINNAMODENDRON EKMANII 
(CANELLACEAE) 


Robert P. Adams and Thomas A. Zanoni 


Adams, Robert P. (Box 423, Baylor University, Waco, TX 79798, USA) and Zanoni, 
Thomas A. (Jardin Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Moscoso”, Apartado Postal 21—9, 
Santo Domingo, Dominican Republic). Essential oils of plants from Hispaniola: 1. The 
volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii (Canellaceae ). Moscosoa 5: 154-158. 1989. 
The volatile oil from the wood of Cinnamodendron ekmanii Sleumer (Canellaceae ) was 
analyzed by fused silica capillary gas chromatography/ ion trap mass spectroscopy 
(GC/ITMS). The wood yielded 0.200/0 (oven dry wt basis) of volatile oil. The oil is 
dominated by 1,8 cineol (35.90/0) with moderate amounts of q, — humulene (9.1), 6— 
caryophyllene (6.5), 4—terpineol (5.0), germacrene D (4.9), G—elemene (4.8), p —pi- 
nene (3.6) and a — terpineol (3.0). A total of 48 components were identified and report- 
ed. No unknown components greater than a trace (0.50/o of the total oil) were found. 
The components typical of cinnamon wood oil (cinnamaldehyde, cinnamy] acetate) were 
not found contrary to the implication of the generic name (Cinnamodendron). 


A wide variety of aromatic plants occur on Hispaniola. Neither the com- 
position nor yields of most of these species has been examined. This study 
of the volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii is the first in a series in 
which the essential oils of aromatic, and especially endemic, species from 
Hispaniola will be reported. New sources of spices and essential oils will 
also be investigated from among the endemic species. In addition, the 
potential for the introduction of commercial spice and essential oil crops 
will also be investigated to determine the influence of soil and climate on the 
quantity and quality of th e products. 

Cinnamodendron ekmanii is endemic to Hispaniola (the island that in- 
cludes the Dominican Republic and Haiti) and is only known from karst 
limestone regions in the northeastern corner of the Dominican Republic. 
The distribution is limited to the geographic regions of the Samana Pen- 
insula, Los Haitises, and the eastern extreme of the Cordillera Septentrional. 
Specimens examined are: REPUBLICA DOMINICANA: Peninsula de Sama- 
na: Prov. Samana: Laguna, in Loma Zaramagua, light forest, elev. 250 m, 
“occurs in all limestone mountains east of Rio San Juan,’ Ekman H—14975 
(Holotype & Isotype, S); cerca del poblado El Escarbado (N de La Majagua), 
limite del oeste de la sierra de la peninsula y de la Loma de Majagua, sobre 
roca de caliza, elev. 30 m, Zanoni et al. 29978 (JBSD), Zanoni et al. 24686 
(JBSD); en el bosque en el paso de Loma Pan de Azúcar, La Laguna, elev. 
300-440 m, Zanoni et al. 31188 (JBSD); Cordillera Septentrional: Prov. 
Puerto Plata: en bosque, El Choco (de) Cabarete, alt. 50 m, A. & P. Liogier 
26495 (JBSD); 1.8 km al Suroeste de Cabarete en un sendero viejo a El 


Moscosoa 5, 1989 155 


Choco, sobre un mogote de caliza, Zanoni & Gentry 34119 (JBSD, NY, 
voucher for chemical study), Zanoni & Gentry 34124 (JBSD, NY); Los 
Haitises: Prov. El Seibo: Bahía de San Lorenzo, en el Cayo “Come Queso” 
al Oeste de Cueva de Arena, alt. 5m, Mejía et al. 1558 (JBSD); fuera de la 
Cueva de Arena, frente a la Bahía de San Lorenzo, roca calcarea, elev. 
0—10 m, Zanoni et al. 35976 (JBSD); aprox. 20 min a pie desde la caseta de 
guardaparques de Monte Bonito en el sendero a Pilancón, bosque latifoliado, 
zona húmeda, Zanoni et al. 36218 (JBSD). 

Cinnamodendron ekmanii is a component of the understory of the natural 
forest cover of the karst terrain that has been severely altered by deforesta- 
tion. The sites have very little accumulation of mineral soil; the substrate is 
principally rock and organic material. The removal of the forest cover and 
subsequent burning of the sites destroys the “soil” in large part. In our 
observations, younger plants still exist in the sites visited, but few small 
trees have been seen. 


Materials and Methods 


Wood of C. ekmanii and a voucher specimen (Zanoni 34119) were collect- 
ed from near Cabarete, Dominican Republic in April, 1985. A herbarium 
voucher specimen is on deposit at JBSD. Wood stems of approximately 2 cm 
in diameter were cut into 1 cm sections and these were then split into 4 
pieces to increase the surface area during steam distillation. The volatile 
wood oil was extracted by steam distillation for 14 h ina circulatory steam 
distillation apparatus using diethyl ether as a floating solvent trap (Adams 
1975). The ether was removed from the oil by use of a jet of nitrogen, then 
tightly sealed in a glass vial with a foil-lined cap and stored at -20°C until 
analyzed. 

Mass spectra were recorded with a Finnigan Ion Trap (ITD) mass 
spectrometer model 700 directly coupled to a Varian 6500 gas chro- 
matograph, using a J & W DB5, 0.25 mm x 60 m, 0.25 micron coating 
thickness fused quartz capillary column. The GC/ITD was operated under 
the following conditions: injector temperature: 180° C; temperature pro- 
grammed: 60—240°C @3°/ min; carrier gas: Hc @22.9 cm/sec (60°C), 19.1 
cm/sec (220°C); 0.1 ul (20% soln), split 1:50. Tuning values for the ITD 
were 40, 48, 85, 95 using cedrol as a tuning standard. Cedrol is well-suited 
for tuning the ITD because its mass spectrum is very sensitive to changes 
in tuning values. n-octane, n-eicosane and hexadecyl acetate were added 
as internal standards. 

Quantification was made by FID using a DB5 column (see above) in a 


156 Moscosoa 5, 1989 


Varian 6500 gas chromatograph with He as the carrier gas with an average 
linear velocity of 15 cm/sec (60°C); 18 cm/sec (220”C);0.1 ul (20% soln.), 
split 1:30, temperatures as above, except the FID operated @ 240°C. Identi- 
fications were made by comparisons of the mass spectrum of each component 
in the oils with those of the known terpenes and by computer searches of 
spectra from the Finnigan library based on the National Bureau of Standards 
(NBS) data (Adams, et al., 1979) and a newly created library of terpenoids 
on the ion trap. Relative retention times (RRT hexadecyl acetate = 1.00) 
were also compared with the RRT of known terpenoids run under the same 
conditions. Peak areas were quantitated using a Columbia Scientific Industries 
Supergrator—2 electronic digital integrator. 


Results and Discussion 


The yield of volatile oil from the wood was 0.20% (dry wt basis). The 
composition of the wood oil is reported in Table 1. A total of 48 compounds 
were identified and reported (Table 1). Several unidentified trace components 
(less than 0.5 % of the total oil) were found and are not listed in Table I. 
The oil is dominated by 1, 8 - cineol (35.9 %) with moderate amounts of 
a - humulene (9.1), $ - caryyophyllene (6.5), 4 - terpineol (5.0), germacrene 
D (4.9), B -elemene (4.8), B - pinene (3.6) and a - terpineol (3.0). In addition 
to the terpenoids from the mevalonic acid pathway, several aromatic com- 
pounds were found which come from the phenyl propanoid pathway (eu- 
genel, methy! eugenol and safrole), but these were minor componets in this 
ol Tible:1)% 

The wood of Cinnamodendron ekmanii is said to have a cinnamonlike or 
‘spicy’ aroma when freshly cut. The compounds responsible for the aroma of 
commercial cinnamon bark (Cinnamonum spp.) are cinnamaldehyde and 
cinnamyl acetate (Lawrence, 1980). A search for these two compounds in 
the oil of Cinnamodendron ekmanii failed to discover even trace amounts. 
It is possible that the aromatic components degraded before analyses, 
although both cinnamaldehyde and cinnamyl acetate appear to be stable in 
commercial cinnamon bark. Alternatively, the cinnamon-like aromas released 
upon cutting the wood may be due to the mixing of enzymes from the 
cambium with the volatile oil and subsequent reactions. It might be noted 
that Senanayake et al. (1977) showed that eugenol and cinnamaldehyde are 
synthesized from the phenyl propanoid pathway (probably phenylalanine 
as the precursor). The presence of eugenol, methyl eugenol and safrole (all 
from the phenyl propanoid pathway) in C. ekmanii oil (table 1) indicates 
that the precursors for cinnamaldehyde are present. 


— 


Moscosoa 5, 1989 157 


TABLE 1. Composition of the volatile wood oil of Cinnamodendron ekmanii 
Compounds are listed in order of their elution from a D85 column. Com- 
pound names in parenthesis are tentatively identified. T indicates the com- 
pound is present in a trace amount (less than 0.5% of the total oil). 


% Total % Total 
COMPOUND oil COMPOUND oil 
a —Thujene T Safrole ME 
a —Pinene 210 a —Terpineol acetate 2.28 
Camphene T a —Cubebene E 
Sabinene 22 Eugenol E 
6B —Pinene 3559 a —Copaene F 
Myrcene 1.12 6B —Bourbonene 43 
a: —Phellandrene E B —Elemene 4.82 
a —Terpinene 0.96 Methy]l eugenol 1.41 
p--Cymene 1.87 6B —Caryophylene 6.51 
Limonene 2.41 a —Humulene 9.16 
1,8—Cineol 35.88 Germacrene isomer 3 E 
y — Terpinene 2:15 Germacrene D 4.87 
(cis-p-menth-2-ene-1-ol) T (trans-Methy]l isoeugenol) T 
p—Cymenene T ( B —Selinene) TF 
Terpinolene 0.55 (a. —Selinene + y —Elemene) 0.82 
Linalool T y — Cadinene T 
Camphor T 0 —Cadinene 0.70 
6 —Terpineol T Elemol 1.81 
4—Terpineol 5.02 Caryophyllene oxide si 
(p-Cymen-9- ol) 43 r-Eudesmol E 
a — Terpineol 3.02 y — Cadinol T 
cis-Piperitol A $ — Eudesmol 0.50 
trans-Piperitol T a: — Eudesmol T 
Borny]l acetate a 


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Moscosoa 5, 1989, pp. 159-185 


A FLORISTIC STUDY OF FIVE SITES ALONG AN ELEVATIONAL 
TRANSECT IN THE SIERRA DE BAORUCO, PROV. PEDERNALES, 
DOMINICAN REPUBLIC 


Linda L. Fisher-Meerow & Walter S. Judd 


Fisher-Meerow, Linda L. & Walter S. Judd (Department of Botany, 220 Bartram Hall, 
University of Florida, Gainesville, Florida 32611) A floristic study of five sites along an 
elevational transect in the Sierra de Baoruco, Prov. Pedernales, Dominican Republic. 
Moscosoa 5: 159-185. 1989. The vascular plant flora is enumerated in five study sites 
ranging from sea level to 1500 m elevation in the Sierra de Baoruco, Prov. Pedernales, 
Dominican Republic. The sites encompass the vegetational zones of thorn woodland, dry 
forest, moist forest, lower montane moist to wet forest (pine savanna), and wet (cloud) 
orest. A total of 325 species, 235 genera, and 85 families, comprising 31 ferns, 2 conifers, 
and 292 flowering plants, was collected. Thirty five species were recorded from site 1, 
45 from site 2, 72 from site 3, 82 from site 4, and 132 from site 5. The greatest floristic 
similarity is between the first two sites, which share 25 0/0 of their species, followed by 
the third and fifth sites (6.20/0), and second and third sites (5.40/o). All others have less 
than 20/o of their species in common. The major ecological factors, including rainfall, 
temperature, soil type, and history of disturbance, are discussed in relation to the vegeta- 
tion of the zones. Endemism varies significantly between sites, ranging from ca. 9o/o in 
the dry forest to ca. 480/o in the pine savanna. 


Un estudio florístico de cinco sitios en el trayecto elevacional en la Sierra de Bahoruco, 
Provincia Pedernales, República Dominicana. Se reporta sobre la flora vascular de los si- 
tios ubicados entre el nivel del mar y 1500 m en la Sierra de Bahoruco occidental. La 
vegetación incluye el bosque espinoso, el bosque árido, el bosque húmedo, el bosque 
húmedo a muy húmedo montano (sabana del pino), y el bosque muy húmedo (o nubla- 
do) montano. Se recolectaron 325 especies de 235 géneros y de 85 familias. Los factores 
ecológicos principales, incluyendo la precipitación, la temperatura, el suelo, y la historia 
de alteración, se tratan en relación a la vegetación en cada zona estudiada. El ende- 
mismo varía mucho entre los sitios: de muy bajo nivel de 9o/o del bosque árido hasta 
480/0 de la sabana del pino arriba en la sierra. 


The flora of Hispaniola is the least known of any in the Antilles. It pro- 
vides both an excellent example of the rapidly disappearing tropical forest 
and an opportunity to examine altitudinal zonation of vegetation. For these 
reasons, a floristic study in the Dominican Republic was undertaken. A 
study area in the Province of Pedernales on the southern slope of the Sierra 
de Baoruco was chosen for several reasons. Reports of the area’s high en- 
demism and unusual edaphic conditions suggested an interesting flora. Also, 
the region has been historically one of the least accessible and least populated 
regions of the Dominican Republic, and Alcoa Aluminum, which leased 
(until 1984) the land upon which the study sites were located, prohibited 
settlement on the property, so relatively low levels of disturbance were 
anticipated and found. Not the least important was the ease with which a 


160 Moscosoa 5, 1989 


transect of the mountains could be observed due to their relative steepness, 
and thus short distances involved, and the excellent sea level to 1400 m 
paved road built by Alcoa. Ecological information was recorded in the 
study sites and gathered from the literature, and the species present in the 
various elevational zones (as represented by the study plots) were enumerat- 
ed. These species lists were used to provide quantitative estimates of en- 
demism and elevational distribution within the study area. 

A brief summary of the botanical exploration of Hispaniola may be 
found in Moscoso (1943) and Jiménez (1985). 


General Description of Study Area and Collection Methods 


The study area was located in the southwestern portion of the Dominican 
Republic, Prov. Pedernales, on the southern slope of the Sierra de Baoruco 
and the adjacent peninsular coastal plain. The mountains intercept the 
prevailing north-easterly trade winds and cause wide variation in precipita- 
tion. The entire southern peninsula is sparsely populated and is maintained 
as open range throughout. The study sites were located on land leased by 
Alcoa Aluminum. Alcoa had controlled the property since the 1940’s when 
it was inaccessible and nearly unpopulated. The company prohibited public 
access to the road leading from Cabo Rojo to their main mine operations 
at an elevation of about 1500 m, some 45 km to the north. Thus, except 
for the strip mines and presence of occasional grazing animals, the area was 
relatively undisturbed. However, fires are frequent in the pine forests. The 
undisturbed nature of the region’s vegetation and the easy access to a wide 
variety of habitats made the region ideal for a floristic study. Five sites were 
chosen to best represent the range of variation in vegetation types along the 
altitudinal gradient upon arrival in the area in early July of 1982 (Figures 1 
and 2). At the first two sites central stations were established and the vegeta- 
tion sampled in all directions from these stations, covering an area slightly 
greater than one hectare. The same technique was followed for site 4, except 
that a larger area was covered (ca. 5 hectares) due to its greater diversity. 
For sites 3 and 5 the vegetation was sampled in the forest adjacent to the 
road and footpath, respectively, for ca. 2 km. Three to six days of intensive 
collecting were spent on each site. Preliminary identifications were made at 
the University of Florida using published floras and checklists (see introduc- 
tion to checklist) and confirmed by comparison with specimens at the New 
York Botanical Garden. Several identifications were provided by Dr. Thomas 
A. Zanoni, based on material at the herbarium of the Jardin Botanico Nacio- 
nal, Santo Domingo. Voucher specimens are located at the herbarium of 


Moscosoa 5, 1989 161 


DOMINICAN 
REPUBLIC 


rince 


ISLAND 
OF 
HISPANIOLA 


Fig. 1. The island of Hispaniola. Shaded area of inset contains the study sites 
and is enlarged in Figure 2. 


the University of Florida, Gainesville, FL (FLAS) and the herbarium of the 
Jardin Botdnico Nacional, Santo Domingo (JBSD). 


Description of Vegetation and Ecology of Study Sites 


The study sites are described in order from low to high elevation. The 
Holdridge system of vegetation classification (Holdridge, 1964) was used 
because it has been applied successfully in the most recent ecological discus- 
sion of the Dominican Republic (Union Panamericana, 1967) and, since its 
units are determined empirically, it is believed to most objectively allow 
comparisons between different vegetation zones. Reference will also be made 
to Beard’s (1955) system, since it has been used most frequently in de- 
scribing Antillean vegetation. Other useful vegetation classifications are found - 
in Howard (1973) and Ciferri (1936). An annotated bibliography of the 
vegetation and flora of Hispaniola is available in Zanoni et al. (1985). 

Site 1: Subtropical Thorn Woodland. The main study site, ¡.e., site la in 
Figure 2, was located at 60 m in elevation about 0.5 km east of the road to 
Las Mercedes and about 7 km from Pedernales. Additional collections were 
also made adjacent to the Alcoa Exploration Company residential buildings 


162 Moscosoa 5, 1989 


at Cabo Rojo, near the coast, 1.e., site 1b in Figure 2. In the first area man- 
grove vegetation (which was not sampled) extends some distance inland, so a 
site was chosen about 2 km from the coast, while, in the second, a limestone 
cliff with cacti and thornwoodland vegetation rises directly above the 
shoreline. 

Mean temperatures in Azua (also on the south coast near sea level), 
area 28.5°C in August and 25.0°C in January (Union Panamericana, 1967). 
Biotemperature, as used in the Holdridge scheme, disregards all temperatures 
above 30°C. Thus, the biotemperature at site 1 would be somewhat lower 
than the figures given above, and the region falls into the subtropical zone 
just above the tropical/subtropical division in Holdridge’s diagram of life 
zones (Holdridge, 1964). 

Rainfall in the area of site 1 has been estimated to be below 750 mm 
(Union Panamericana, 1967) and below 500 mm (Ciferri, 1936). As is true 
in most areas of the subtropics, the rainfall is highly seasonal. There are two 
rain maxima, in May-June and again in September-October. The interim two 
summer months are not very dry, but the period from December to March 
is exceedingly so. It is likely that in no month does rainfall exceed potential 
evapotranspiration 

The topography of the peninsular lowlands is distinctive. A series of 
broad, flat plains, which continue unbroken for many miles, is punctuat- 
ed by a series of rocky steps Sites la and 1b are located on the plains rather 
than on the sparsely vegetated cliffs. 

The soils, if a soil cover exists, are primarily skeletal lithic torriothents 
(Comprehensive Resource Inventory and Evaluation Systems (CRIES), 
1977). Depth to the bedrock, which is hard coral limestone, is mostly less 
than 50 cm The soils are extremely stony, have a clay texture, are excessively 
drained, and have very low available water capacity. They have a pH range 
of 7.7 to 8.9 and an average of 8.4 (Santiago, 1982). At alkaline conditions 
such as these, the solubility of nearly all micronutrients is reduced, and 
phosphate, which averages 20 p.p.m. (Santiago, 1982), is unavailable 
(Donahue et al., 1977). Very little organic matter is present, and there is 
essentially no surface litter. In many areas the coral limestone bedrock is 
exposed. This limestone has a rough irregular upper boundary with abundant 
solution holes and fractures, which has earned it the name dogtooth limestone 
elsewhere in the Caribbean (Howard & Briggs, 1953). Site la consists 
entirely of soil, but in the coastal site (1b), exposed dogtooth limestone 
predominates. Several taxa appear to be limited essentially to the exposed 
limestone areas, such as Capparis cynophallophora, Capraria biflora, Cordia 
ignea, Echites umbellata, Plumeria obtusa, Harrisia nashii, Leptochloopsis 


Moscosoa 5, 1989 163 


virgata, and Urechites lutea. 

Sites la and 1b are not very diverse floristically and contain only 35 
species of tracheophytes (of which ca. 18% are endemic to Hispaniola). Mem- 
bers of the Cactaceae, Fabaceae and Euphorbiaceae are common. At site la 
a single species, Acacia macracantha, makes up over 50% of the cover. Other 
common to very common trees are Capparis ferruginea, Guaiacum officinale, 
Haitiella ekmanii, Metopium brownei, Opuntia moniliformis, and Phyllosty- 
lon brasiliense; common shrubs include Croton origanifolius, C. discolor, and 
Lippia alba. The succulents, Agave brevipetala, Cephalocereus polygonus, 
Harrisia nashii, Melocactus communis, Opuntia caribeae, and Opuntia dillenii, 
are also conspicuous. In the coastal site no one species dominates, but 
Metopium brownei, Plumiera obtusa, and Capparis cynophallophora, as well 
as many of the species from the main site are common. The small trees and 
shrubs are widely spaced, without forming a closed canopy, and mostly 
limited to three to five meters in height. The most diagnostic feature of this 
community, and the main basis for separating sites 1 and 2, is the abundance 
of cacti. Six species were identified in the study plots, and Mammalaria 
prolifera (Mill.) Haw. was seen nearby. Xeric adaptations such as small, thick 
leaves or dense pubescence are frequent; spinyness is also very obvious. 

Holdrigde (1964) classified this vegetation as subtropical thorn woodland, 
but noted that this may be due to edaphic factors since the estimated 
quanity of rainfall would qualify this area for dry forest. Thus, in this case, 
the classification is based on observations of the vegetation itself and not on 
a known rainfall value. Rainfall may be slightly lower than in site 2 due to 
coastal effects, but no rainfall measurements have been made in the peninsula 
south of Pedernales. Observations of the authors suggest that desiccating 
daily afternoon winds, which are very strong near the coast, would compound 
the effective dryness caused by soil with poor water-holding ability and 
result in a habitat substantially dryer than rainfall alone would suggest. In 
Beard’s (1955) system of classification the vegetation falls between typical 
thorn woodland and cactus scrub formations in the seasonal formation 
series. In most general descriptions of this vegetation type, e. g., Howard 
(1973), it is known as thorn scrub. This title would also be applied to site 2, 
and thus may not be sufficiently discriminating. Although the 25% coefficient 
of community similarity between sites 1 and 2 is significantly higher than 
that of any other two sites, it is small enough that they probably should be 
considered distinct floristically. However, the same species of Acacia is 
dominant in both, and they are quite similar ecologically. 

Site 2: Subtropical Dry Forest. The second study site also contains two 
subsites as indicated in Figure 2. The main site, upon which specimens of 


5, 1989 


164 


1 45 
Fig. 2. Location and elevation of the study sites. 


Moscosoa 5, 1989 165 


nearly all species present were collected, was located at 245 m elevation on 
the road to Las Mercedes, about 1 km south of the village (2a in Figure 2). 
Collections were also made of those species unique to a second site (2b in 
Figure 2) at 215 m elevation along the main road linking Barahona and 
Pedernales, about 25 km east of the latter (vicinity of Loma El Guano). 

Temperature at this elevation is not significantly different from that of 
the first site. However, rainfall is greater, primarily due to the distance from 
the coast, and has been estimated to be between 750 and 1000 mm per year 
(Union Panamericana, 1967). Its annual distribution is undoubtedly very 
similar to that of site 1. Two other factors in addition to the higher annual 
rainfall combine to produce an effectively wetter habitat. The first is the 
vegetation itself; especially in the main site, the canopy is essentially closed 
and provides a substantial degree of shade. Several herbaceous species appear 
to be limited to these shaded areas. The second factor is wind velocity; the 
extremely high afternoon winds were not observed here, especially under 
the canopy. 


The topography in site 2 consists of gently sloping terrain with occasional 
steep cliffs. As in site 1, the main site (2a) was on soil, whereas the subsite 
(2b) consists of bare, eroded dogtooth limestone. The soil appears very 
similar to that of site 1, and the available soil maps (CRIES, 1977; Union 
Panamericana, 1967) do not differentiate the soils of sites 1 and 2. 

Floristically site 2 is slightly more diverse than site 1 (45 vs. 35 species; 
ca. 9% of these endemic to Hispaniola) and contains a greater diversity of life 
forms. Malvaceae, Euphorbiaceae, and Fabaceae are the most abundant 
families both in number of species and number of individuals. In disturbed 
areas, the leguminous species Acacia macracantha, Prosopis juliflora, 
and Cassia atomaria from a fairly open canopy three or four meters in 
height. In presumably less disturbed areas two other trees, Capparis fe- 
rruginea and Zizyphus rignoni, are also common, and the canopy is gene- 
rally taller and less even. The tallest species in the study plots, Zizyphus 
rignoni, reaches ca. ten meters and occasional emergent individuals of Bursera 
simaruba were seen outside the study plots. Other common tress include 
Cameraria angustifolia, Cordia buchii and Plumeria obtusa, the first two 
essentially limited to imestone outcrops. Common shrubs include: A butilon 
abutiloides, Comocladia dodonaea, Croton ciliato-glanduliferus, Cryptorhiza 
hatiensis, Guaiacum sanctum, Hybanthus havanensis, Lantana camara, and 
Turnera diffusa. Vines are common, as is the herb, Callisia repens. Plants 
with spines are nearly absent from the less disturbed areas of the main site. 

This area would be classified as subtropical dry forest in the Holdrigde 
scheme (1964). The vegetation is slightly less developed than that typical 


166 Moscosoa 5, 1989 


of this life zone due to the poor soils and history of disturbance, and 
approaches thorn woodland vegetation in the most disturbed areas and 
in localities with exposed limestone substrate. The vegetation in the less 
disturbed main site would probably be classified in Beard’s (1955) system as 
deciduous seasonal forest or dry evergeen woodland. 

The thorn woodland of sites 1 and 2 is the most common lowland forma- 
tion in the Antilles (Howard, 1973). Despite being so widespread, ecological 
questions remain concerning its status as a natural climax community 
(see Johannessen, 1963; Asprey & Robbins, 1953; Seifriz, 1943; Howard & 
Briggs, 1953). The percentage of endemics in these sites is not high, and 
most of these endemic species appear to be limited to the dogtooth 
limestone outcrops. The flora on the dogtooth limestone of sites 1b and 
2b is likely a stable climax community, but the Acacia dominated main 
study sites probably represent a secondary reduction from more diverse dry 
forest similar to the denser forested areas of site 2. 

Site 3: Subtropical Moist Forest. At the third site collections were made 
in the forest adjacent to the Alcoa road from 620 to 900 m in elevation. 
Collecting was concentrated in the middle of this range, which was from 
700 to 800 m at kilometer 22 and 23 on the Alcoa road. 

Assuming a lapse rate of 6°C per km, mean temperatures at 750 m eleva- 
tion are about 24°C in August and 21.5°C in January. Annual precipitation 
averages 1100 to 1250 mm per year (Union Panamericana, 1967). It is likely 
that for six to seven months precipitation exceeds evapotranspiration, and 
the area is effectively wet. 

It is in this region of the mountains that elevation changes most abruptly; 
the topography is steep and rocky throughout. Average slopes range from 
15 to 30% and higher (CRIES, 1977). Exposed Eocene limestone bedrock 
outcrops are more abundant than soil covered areas, and the limestone is 
eroded into numerous deep pits, many of which are filled with leaf litter. 
The soils are typic and paralithic Ustropepts. These soils are somewhat 
excessively drained, rocky, and have a clay loam texture nearly uniform 
with depth (CRIES, 1977). They have an average pH of 7.4 and an average 
organic matter content of 3.5%. 

The study site supports a well-developed diverse forest of 72 species. No 
single canopy tree is dominant although Prunus myrtifolia and Ficus 
citrifolia are locally very abundant. Other common tress include: Catalpa 
longissima, Cecropia peltata, Cupania americana, Guarea guidonia, 
Gyrotaenia myriocarpa, and Wallenia apiculata. Common shrubs or small 
trees are Hamelia patens, Heterotrichum angustifolium, Piper aduncum, P. 
amalago, Psychotria nervosa, P. pubescens, Rytidophyllum leucomallon, and 


Moscosoa 5, 1989 167 


R. auriculatum. The canopy is typically about 20 m high with much varia- 
tion due to steep slopes and emergents. Woody species predominate and 
vines are common. Only three epiphytic species were seen, and all are rare. 
Although no one family is dominant, the following have three to five 
species in the flora at this site: Bignoniaceae, Rubiaceae, Polypodiaceae, 
Fabaceae, Urticaceae, Orchidaceae, Poaceae, and Piperaceae. Endemism is 
not particularly high (ca. 15% ) and several introduced species are common, 
espcially Senna spectabilis, which dominates the forest margin. Spiny and/or 
succulent species are rare, and leaves tend to be larger than in the previous 
two sites. 

The area is classified as subtropical/premontane moist forest by holdridge 
(Union Panamericana, 1967). In Beard’s (1955) system it would probably 
be considered semi-evergreen seasonal forest. 

Site 4: Subtropical Lower Montane Moist to Wet Forest (Pine Savanna). 
The fourth study site was located in the pine savanna at 1400 to 1500 m 
elevation, about 3 km west of the end of Alcoa’s paved road (north of 
Aceitillar). 

Temperature here is much lower than at the previous sites. Mean January 
temperatures of 4.4° to 8.3°C with occasional frosts have been recorded at 
1675 m in Haiti (Pedersen, 1953). In winter, extratropical circulation sys- 
tems often reach into the Caribbean (Lauer, 1973), and lend an unpredicta- 
bility to winter weather in the mountains. Mean annual temperature is pro- 
bably about 15°C, which places the area in the lower montane zone of 
Holdridge’s scheme (1964). 

Rainfall averages about 1700 mm per year (Union Panamericana, 1967). 
This is nearly twice as great as the annual potential evapotranspiration. 
In addition, afternoon clouds descend to ground level much of the year, 
some of which condense on the vegetation and ground, thus increasing 
total moisture. However, due to exposure the pine savanna lacks the moister 
subcanopy microhabitat of broadleaved forests. 

The red soil of the pine savanna is extremely high in aluminum and iron 
oxides (Goldrich and Berquist, 1947). The soils have been classified as 
paralithic and typic Eutropepts, are well drained, have very low available 
water capacity, and a clay loam texture nearly uniform with depth (CRIES, 
1977). They have an average pH of 6.7 and an average of 4% organic matter. 
Although soil fills the valleys and flat areas to considerable depths, ridges 
and slopes have exposed limestone. These are often covered with pine litter, 
but bare rock is common. The terrain on which the pine savanna occurs is 
mostly gently rolling hills with occasional steeper slopes and ravines. 

As the name implies, the zone is an open windswept community dominat- 


168 Moscosoa 5, 1989 


ed by a single tree species, Pinus occidentalis, with a continuous grass, herb, 
and shrub layer beneath. Eighty two species were collected on the study site. 
The pines are widely spaced (ave. ca. 10 m between trees), allowing much 
light to reach the ground layer, and are mostly less than 40 cm in diameter 
and 15 min height. Regeneration seems to be common, even on unreclaimed 
mine sites. The only other common tree in the open savanna is the palm 
Coccothrinax scoparia, but several small trees, including Weinmannia pinna- 
ta, Clusia clusioides, and Garrya fadyenii occur in ravines. Agave antillana 
is common, especially in rocky areas. Herbs are abundant (ca. 80% of species); 
the grasses Andropogon glomeratus, A. urbanianus, Schizachyrium gracile, 
Triodia eragrostoides, Tripsacum dactyloides, and Panicum aciculare and a 
sedge, Bulbostylis subaphylla dominate the landscape, although patches of 
Pteridium aquilinum and many other herbs are also common (especially 
Borreria verticillata, Chamaesyce thymifolia, Gnaphalium eggersii, Hieracium 
gronovii, and Polygala crucianelloides) Among the shrubs two types appear 
more or less equally abundant, those upright to a height of ca. 0.5—1.5 m, 
e.g., Cestrum brevifolium, Chamaescrista glandulosa var. picardae, Coreopsis 
buchii, Eupatorium illitum, Hypericum hypericoides, Lyonia truncata, L. 
microcarpa, Myrica picardae, Senecio picardae, and Sophora albopetiolulata, 
and decumbent or very diminutive shrubs usually less than ca. 0.3 m in 
height, e. g., Bumelia repens, Ilex tuerckheimii, Forestiera selleana, Gesneria 
pulverulenta, Lippia domingensis, Vernonia fruticosa, and Rondeletia sp. 
The orchids, two of which are very common (Tetramicra ekmanii and 
Spiranthes torta), are all terrestrial. Members of the Asteraceae and Poaceae 
are especially diverse in this community. About 48% of the species collected 
on the study site are endemic to Hispaniola; this is nearly three times as great 
as that of the preceeding three sites and slightly greater than that of the fifth 
site. This high endemism may be explained by the fact that the high eleva- 
tion forests of Hispaniola are basically a series of biological islands, and 
thus promote isolation and speciation. Edaphic factors also may contribute 
to the region’s high endemism since the soil is highly lateritic and high in 
aluminum and iron. 

The study site is classified as lower montane moist forest in Holdridge’s 
(1964) system. At higher elevations (above 2000 m) similar pine savanna 
occurs in the montane wet forest life zone. According to Beard (1955), 
montane pine forest should be considered a fire-climax derived from 
montane hardwood forest. He believed that the high elevation pinelands of 
Hispaniola are not true savannas because the grasses are not dominant ecolo- 
gically, but that true pine savanna does occur at lower elevations. This 
distinction is probably not meaningful since grasses are certainly abundant 


Moscosoa 5, 1989 169 


and the pines are quite open at many high elevation localities. Howard 
(1973) considered the pinelands of Hispaniola as a variation of montane 
sclerophyll vegetation. 

The problem is caused by the fact that savannas are not a true climatic 
climax since similar climates can and do support hardwood forests. Consi- 
derable controversy exists over the factors that control the presence of 
savannas, Koeppen (1931) stressed the importance of climatic factors, i.e., 
high but unevenly distributed rainfall along with an impermeable hardpan 
layer in the soil. Although the rainfall statistics fit the study area, a hardpan 
is not present and the soils are well drained with little water holding ability. 
Beard (1953) observed that most savannas in northern tropical America 
occur on mature, oligotrophic soils. Although it is true that the pine savanna 
soils are oligotrophic neither Beard’s nor Koeppen’s factors are sufficient, 
since Holdridge (1942) observed that if the pinelands were prevented from 
burning, hardwood forest would eventually succeed the pines. Further 
controversy exists over the role of humans, especially aboriginal peoples, 
in setting fires and thus inducing savannas. Denevan (1961) considered the 
upland pines of Nicaragua to be primarily human induced, however, as 
pointed out by Chardon (1941), the pinelands of Hispaniola are ancient 
geologically (as suggested by the present level of endemism) and occupy vast 
areas of high uninhabited mountains. Sarmiento and Monasterio (1975), 
in their review of the enviromnental conditions associated with savannas in 
tropical America, concluded that a holocenotic interpretation was required. 
First, savannas will not occur if rainfall is either too little, too great, or too 
evenly distributed. Second, although oligotrophic soils tend to support 
savannas, the presence of a savanna contributes to oligotrophy since litter 
is not incorporated into the soil, but insteed is consumed by fire. Third, fire 
is a critical factor in eliminating hardwoods and encouraging pine regenera- 
tion. They argue that many to most savannas are not human-induced 
ecosystems and that those that are may be recognized readily by the preva- 
lence of weedy, introduced species. If this is true, then the study site is a na- 
tural savanna since only ca, 2% of the species are non-native, and, as mention- 
ed above, the area supports a large number of endemics. 

Site 5: Premontane Wet Forest. The last site, which is known locally as 
Las Abejas, is located about 10 km west of the end of Alcoa’s paved road 
at 1100 to 1200 m elevation. Unquestionably the most dramatic of the sites, 
it consists of a deep ravine, which descends abruptly from the pines. The 
area is occupied by an epiphyte-rich, diverse hardwood forest. 

Mean temperatures of ca. 18°C in January and 21.5°C in July would be 
expected based on a 6°C lapse rate. In the humid, heavily shaded microhabi- 


170 Moscosoa 5, 1989 


tat under the dense canopy temperatures are moderated, and frost is not 
known to occur. Union Panamericana’s (1967) rainfall map shows that the 
area receives an amount (1700 mm) equivalent to site 4. In addition, sub- 
surface and surface flow contribute to the total rainfall. Since dense clouds 
descend into the ravine almost every afternoon, at least in summer, condensa- 
tion also makes a sizeable contribution to total moisture. In fact, the vegeta- 
tion exhibits abundant epiphytes and festooning bryophytes typical of 
cloud or mist forest. 

Edaphic conditions vary greatly. Nearly vertical limestone cliffs occur on 
the sides of the ravine, whereas the floor of the ravine shows thick accumula- 
tions of organic matter over a base of red lateritic soil like that of the 
pinelands. 

As is typical in wetter tropical forests, the vegetation is very diverse. In 
the relatively small area contained in the Las Abejas study site, 132 species 
of vascular plants were collected; ca. 31% of these are endemic to Hispaniola. 
Common trees and shrubs include: Alsophila woodwardioides, Ardisia 
angustata, Bernardia tenuifolia, Brunellia comocladiifolia, Cestrum coeloph- 
lebium, Cupania americana, Dendropanax arboreus, Gomedesia lindeniana, 
Guarea guidonia, Hamelia patens, Mecranium amygdalinum, Meriania invo- 
lucrata, Miconia ferruginea, M. laevigata, M. lanceolata, Myrcia splendens, 
Myrsine coriacea, Nectandra patens, Ossaea barahonensis, Piper arboreum, 
P. confusum, Prestoea montana, Psychotria berteroana, P. liogieri, P. 
pubescens, Rhamnus sphaerosperma, and Trema micranthum. Lianas are 
very abundant. Although ferns make up the greatest percentage of terrestrial 
herbaceous species (see checklist), several angiosperms are also abundant. 
These include Pilea leptogramma, Peperomia pellucida, Campelia zanonia, 
and Ichanthus axillaris. The most distinctive feature of this site is the 
abundance of epiphytes. These include orchids, ferns, bromeliads, species 
of Peperomia, and Rhipsalis baccifera (see checklist). In addition to tracheo- 
phytes, mosses and liverworts are both diverse and very abundant. The most 
diverse family is the Polypodiaceae, followed by Piperaceae, Orchidaceae, 
Solanaceae, Melastomataceae, Rubiaceae, Asteraceae, Urticaceae, and 
Myrtaceae. 

The area likely falls within the premontane wet forest type, although the 
Las Abejas ravine, because of its small size, is not distinguished from the 
surrounding pine savanna on the Holdridge map (Union Panamericana, 
1967). It may be further classified as a cloud forest type of atmospheric 
association due to frequent fog and mist. Beard (1943) characterized similar 
zones as montane lower montane rain forest, moist forest, or cloud forest. 
Howard (1973) considered such forests under the broad category of montane 


Moscosoa 5, 1989 Y] 


sclerophyll. Edaphic factors are probably very important in controlling 
distinctions between montane wet forest types (see Grubb and Tanner, 
1976; Tanner, 1977). The ravine (unlike the surrounding uplands) is protect- 
ed from wind and fire, and has somewhat more moisture due to runoff; thus 
it is dominated by broadleaf trees instead of pines. 


Results and Conclusions 


A total of 325 species, 235 genera and 85 families (including 31 ferns, 2 
conifers, and 292 angiosperms) was collected (or in a few cases, recorded) in 
the various study sites. Families with ten or more species included: Poly- 
podiaceae (29 spp.), Orchidaceae (19), Asteraceae (19), Rubiaceae (16), 
Piperaceae (15), Poaceae (14), Fabaceae (13), Urticaceae (11), Solanaceae 
(11), and Apocynaceae (10). Thirty five species were recorded from site 1, 
45 from site 2, 72 from site 3, 82 from site 4, and 132 from site 5. Species 
diversity increases with elevation, 1. e., from site 1 to 5. Las Abejas (site 5) 
derives mucho of its diversity from epiphytic and terrestrial herbaceous 
species; the high diversity of the pine savanna is surprising, especially since it 
consists almost entirely of herbs and shrubs. As shown in Table 1 the sites 
are distinct floristically. Greatest similarity is seen between sites 1 and 2, 
followed by sites 3 and 5, and sites 2 and 3. 

Changes in the relative abundance of plant families are also correlated 
with site. Cactaceae, Fabaceae, Euphorbiaceae, and Malvaceae dominate the 
first two sites, whereas Rubiaceae, Bignoniaceae, and Urticaceae are common 
in the mid-elevation moist forest. Asteraceae, Poaceae, Fabaceae, and Rubia- 
ceae are well represented in site 4, while Polypodiaceae, Orchidaceae, Solana- 
ceae, Rubiaceae, and Melastomataceae dominate site 5. Canopy height 
increases in the order of site 1, 2, 4, 3, 5. Succulents are abundant and 
herbaceous species hearly non-existent in site 1. Herbs are still rare in site 2, 
but site 3 contains plants with a diversity of habits. A diverse range of habits 
also characterizes site 5, and epiphytes are especially abundant. Small-leaved 
species predominate in sites 4, 1, and 2, while larger leaved plants characte- 
rize sites 3 and 5. 

The zonation observed in the Sierra de Baoruco has as its first order cause 
the major gradients in soil characters, temperature, and rainfall. The soils are 
somewhat unfavorable to plant growth in all zones, but especially in sites 
1, 2, and 4. Soil pH changes fairly regularly with elevation, decreasing from 
ca. 8 to 6.5 as elevation increases. In addition, fire in site 4 reduces soil 
organic matter, and the cool, humid atmosphere and dense vegetation of 
site 5 results in the accumulation of a peat-like soil in places. The complete 


£32 Moscosoa 5, 1989 


lack of soil in the subsistes of sites 1 and 2 is probably the major reason for 
the occurrence of several distinctive species in these plots. Temperature 
decreases regularly as elevation increases except at the highest elevations 
which are affected by extra-tropical frontal systems. The direct results of 
temperature may only be limiting factors in the pine savanna (sice 4), where 
frosts occur, thereby eliminating many tropical species from competition 
with the pines. Indirectly, however, temperature exerts an influence since 
potential evapotranspiration is a direct function of temperature. 

The moisture gradient is more complex. Although rainfall increases 
regularly as elevation increases, complicating factors are soil water-holding 
ability (which is least in sites 1, 2, and 4), lateral flow (which augments 
rainfall in site 5), potential evapotranspiration differences, the frequent 
occurrence of fog and mist at higher elevations (as in site 5), and wind veloc- 
ity (which increases the evaporative power of the air, especially in site 1, 
but also in site 4). The nature of the vegetation also effects the moisture 
gradient in that a more humid microhabitat exists under the closed canopies 
of sites 3 and 5, and to a lesser degree of site 2. In addition, the history of 
disturbance in sites 1 and 2 has resulted in changes in their vegetation, the 
magnitude of which is unknown. Fire in site 4 results in a syndrome of 
vegetational adaptations and severly limits the spread of hardwood species 
into the pine savanna. 


The physical and human induced changes mentioned above are correlated 
with vegetational changes. For convenience, these vegetational changes are 
often categorized as a series of zones. The zones actually consist of hundreds 
of different individual species’ ranges that are correlated only where a sharp 
discontinuity in the physical environment exists. For the study area, this 
is found only between the pine savanna and the moist hardwood forest of 
the Las Abejas ravine. Here the transition area is very narrow, whereas 
elsewhere broad overlaps between designated types are present. By selecting 
a series of five widely separated study sites (Figure 2), the inherent prob- 
lens in determining the boundaries of vegetational zones were avoided in 
this study. 

One of the most useful aspects of the Holdridge (1974) system of vegeta- 
tion classification is that is actually uses the two most important aspects 
of the physical environment, rainfall and temperature, and thus avoids the 
problems caused by non-correlated species ranges. The system works especially 
well for sites 2 and 3. However, the pine savanna of site 4 includes three 
different life zones (lower montane moist forest, lower montane wet forest, 
and montane wet forest). Despite this fact it appears relatively homogeneous 
because the edaphic factors of fire and soil conditions probably are most 


Moscosoa 5, 1989 173 


TABLA 1. Floristic comparison of the five study sites (values = percent 
similarity ). 


EEE EE eV—_ 
SS 


site 1 site 2 site 3 site 4 Site 3 
site 1 de 
site 2 2d) + 
site 3 1.9 5.4 © 
site 4 0 0.8 13 y 
site 5 0 0.6 6.2 1,9 E 


important in determining vegetation at this site. For sites 1 and 5, either 
rainfall data are not adequate or other factors influence the vegetation to 
a degree, making classification difficult. Also disturbance (as in sites 1 and 
2) commonly results in a vegetation type more typical of the adjacent drier 
life zone. 


Acknowledgments 


This paper is Florida Agricultural Experiment Station Journal Series No. 
7549. The authors are grateful to the Alcoa Aluminum Co. for their accom- 
modation and assistance in the Dominican Republic. Special thanks go to Dr. 
Alan Meerow for his assistance to L. L. Fisher-Meerow during the field por- 
tion of this study. Thanks are also due to Drs. Dana G. Griffin, III, Michael 
R. Perfit, William L. Stern, Steven P. Darwin, and Charles A. Woods for their 
helpful comments, and to Drs. Alain H. Liogier, John Mickel, David B. 
Lellinger, Gerald J. Gastony, David W. Hall, Donovan S. Correll, Lawrence 
E. Skog, and Donald D. Dod for their assistance with certain identifications. 
The authors thank Dr. Thomas A. Zanoni for his identifications (and confir- 
mations) for many specimens and helpful suggestions concerning the man- 
uscript. Dr. David W. Hall and James D. Skean, Jr. also provided many useful 
suggestions on the manuscript. We thank also the staff of the herbarium 
of the University of Florida and the New York Botanical Garden 


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Checklist 


The following is a list of all vascular plant species collected by the authors in the study sites describ- 
ed in the preceeding chapter. The sequence, rank, and delimitation of taxa in the Filicepsida follows 
that used by Proctor (1977). For the Angiospermopsida, the classification scheme of Thorne (1983) 
was followed with some slight modifications (R.Thorne, pers. comm.). For each species the following 
information is given: name, site number(s), Fisher-Meerow collection numbers (unless stated as Judd), 
frequency, and habit. (Species are assumed to be terrestrial unless stated otherwise.) Voucher spec- 
imens have been deposited at the herbarium of the University of Florida, Gainesville (FLAS) and the 
herbarium of the Jardin Botanico Nacional, Santo Domingo (JBSD). 

In addition to relevant monographs and revisions, the following references were consulted for 
identification and distribution: Barker & Dardeau (1930), Moscoso (1943), Jiménez (1966), Liogier 
(1978, 1981, 1982, 1983, 1985), Adams (1972), Leon (1946), Leon & Alain (1951), Alain (1953- 
1957, 1963), Correll & Correll (1982), Britton & Millspaugh (1920), Britton & Wilson (1923-1926), 
Howard (1974-1979), Long & Lakela (1976), Urban (1898-1928), and Hitchcock & Chase (1936). 
Since relatively few families are covered in Liogier's flora of Hispaniola (1981, 1983, 1985) and 
Moscoso's flora (1943) lacks keys and descriptions, the identity of endemic and difficult species was 
determined by comparison with specimens at the New York Botanical Garden. 


FILICOPSIDA 

Schizaeaceae 

Anemia adiantifolia (L.) Sw. Site 4: Judd 1492; occasional herb. 
Cyatheaceae 

Alsophila woodwardioides (Kaulf.) Conant. Site 5: 912; common tree. 
Poly podiaceae 

Anopteris hexagonia (L.) C. Chr. Site 5: 815; occasional herb. 
Asplenium auritum Sw. Site 5: 604; common epiphytic herb. 
Asplenium cristatum Lam. Site 5: 864; occasional herb. 


Moscosoa 5, 1989 


Asplenium myriophyllum (Sw.) Presl. Site 5: 846, 866a; common herb. 
Asplenium radicans L. Site 5: 915; occasional herb. 

Asplenium serra Langed. & Fish. Site 5: 863; rare herb. 

Asplenium trichomanes-dentatum L. Site 5: 8666; occasional herb. 
Dennstaedtia globulifera (Poir.) Hieron. Site 5: 914; occasional herb. 
Didymochlaena truncatula (Sw.) J. Smith. Site 5: 867; very common herb. 
Diplazium hians Kunze ex Klotzsch. Site 5: 844; common herb. 
Diplazium pectinatum (Fée)C. Chr. Site 5: 854; uncommon herb. 
Diplazium unilobum (Poir.) Hieron. Site 5: 842; very common herb. 
Elaphoglossum eggersii (Baker) C. Chr. Site 5: 605; occasional epiphytic herb. 
Lastreopsis effusa (Sw.) Tindale var. effusa. Site 5: 865; rare herb. 


Nephrolepis multiflora (Roxb.) Jarrett ex Morton. Site 3: 770; occasional herb. 


Odontosoria aculeata (L.) J. Smith. Site 5: 904; common vine. 
Polypodium consimile Mett. Site 5: 843; occasional herb. 
Polypodium crassifolium L. Site 5: 848; common, primarily epiphytic herb. 
Polypodium dispersum A.M. Evans. Site 3: 738; common herb. 
Polypodium heterophyllum L. Site 3: 723; common vine. 
Polypodium loriceum L. Site 5: 600, 603; common epiphytic herb. 
Polypodium phyllitidis L. Site 3: 752; common herb. 

Polypodium vulpinum Lindman. Site 5: 602; occasional herb. 
Pteridium aquilinum (L.) Kuhn. Site 4: 652; very common herb. 
Pteris longifolia L. Site 3: 771; occasional herb. 

Tectaria incisa Cav. Site 5: 847; rare herb. 

Thelypteris imitata C. Chr. Site 4: 708, 661; occasional herb. 
Thepypteris patens (Sw.) Small. Site 5: 905; common herb. 
Vittaria graminifolia Kaulf. Site 5: 839; rare epiphytic herb. 


CONIFEROPSIDA 

Pinaceae 

Pinus occidentalis Sw. Site 4: 687; very abundant tree. 

Pdocarpaceae 

Podocarpus aristulatus Parl. Site 5: reported by T. Zanoni; occasional tree. 


ANGIOSPERMOPSIDA 

DICOTY LEDONE AE (ANNONIE AE) 

ANNONIFLORAE 

Lauraceae 

Licaria triandra (Sw ) Kostermans. Site 3: 616; occasional tree. 

Nectandra patens (Sw.) Nees. Site 5: 615; occasional tree. Det. T. Zanoni. 
Piperaceae 

Peperomia cf. alata Ruiz & Pav. Site 5: 837, 853; common epiphytic herb. 
Peperomia glabella (Sw.) A. Dietr. Site 5: 879, 939; common herb. 
Peperomia maculosa (L.) Hook. Site 5: 860; rare herb. 


Peperomia magnoliifolia (Jacq.) A. Dietr. Site 5: 878; common herb on limestone cliffs. 
Peperomia obtusifolia (L.) A. Dietr. Site 3: 780; common herb on limestone cliffs 


Peperomia pellucida (L.) Kunth. Site 5: 852; very eommon herb. 
Peperomia penicillata DC. Site 5: 857; occasional epiphytic herb. 


Peperomia quadrifolia (L.) Kunth. Site 5: 838, 937; common epiphytic or terrestrial herb. 


Peperomia rhom bea Ruiz & Pav. Site 5: 856; occasional epiphytic herb. 


177 


Piper aduncum L. Site 3: 765; very common, in openings and along roadside; site 5: 8/6; common 


roadside shrub. 
Piper amalago L. Site 3: 734; common shrub. 
Piper arboreum Aubl. Site 5: 870; common tree. 
Piper confusum DC. Site 5: 612, 820; common shrub to small tree. 
Piper jacquemontianum (Kunth) DC. Site 5: 855; occasional small tree. 


Lepianthes umbellatum (L.) Raf. Site 5: 800; common shrub, along roadside and in openings. 


Menispermaceae 


Cissampelos pareira L. Site 2: 532; occasional; site 3: 730, 758; common; site 5: 80]; common vine. 


178 Moscosoa 5, 1989 


Ranunculaceae 

Clematis baralonensis Urb. Site 4: 897; occasional vine in ravine. 

Papaveraceae 

Bocconia frutescens L. Site 4: 685; occasional; site 5: 797: common shrub, especially in disturbed 
openings. 


THEIFLORAE 

Theaceae 

Ternstroemia sp. Site 5: reported by T. Zanoni; shrub. 

Aquifoliaceae 

Ilex tuerckheimii Loes. Site 4: 601, 640; common shrub. 

Marcgraviace ae 

Marcgravia oligandra C.. Wr. ex Griseb. Site 5: 840; occasional vine. 

Marcgravia rectiflora Triana & Planch. Site 3: 759; common vine. 

Clusiaceae 

Clusia clusioides (Griseb.) D'Arcy. Site 4: 900; occasional, in ravine: site 5: 871; rare to occasional 
small tree. 

Clusia rosa Jacq. Site 3: 745; occasional shrub. 

Hypericum hypericoides (L.) Crantz. Site 4: 633; common shrub. 

Rheedia sp. Site 5: reported by T. Zanoni; shrub. 

Ericaceae 

Lyonia microcarpa Urb. & Ekm. Site 4: Judd 3012; occasional shrub. 

Lyonia truncata Urb. var. truncata. Site 4: 650; occasional shrub. 

Sapotaceae 

Bumelia repens (Urb. & Ekm.) Strearn. Site 4: 649, 694: occasional shrub. 

Chrysophyllum oliviforme L. Site 3: 755; occasional tree. 

Myrsinaceae 

Ardisia angustata Urb. Site 5: 599; common tree or shrub. 

Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult. Site 5: 902; common tree. 

Wallenia apiculata Urb. Site 3: 728; common tree. 


CHENOPODIFLORAE 

Phytolaccaceae 

Phy tolacca icosandra L. Site 5: 819; occasional herb, along trail. 
Rivina humilis L. Site 3: 715; occasional herb. 

Amaranthaceae 

Achyranthes aspera L. Site 2: 540; occasional herb. 


Cactaceae 
Cephalocereus polygonus (Lam.) Britt. & Rose. Site 1: 579; common shrub. 


Harrisia nashii Britt. Site 1: 793b; locally common shrub. 

Hylocereus triangularis (L.) Britt. & Rose. Site 3: 749; occasional scrambling vine. 

Melocactus communis Link & Otto. Site 1: 948; locally abundant shrub. 

Opuntia caribaeae Britt. & Rose. Site 1: 576; abundant shrub. . 

Opuntia dillenii (Ker-Gawl.) Haw. Site 1: 578; common shrub; site 2: not collected; rare, juveniles 
only. 

Opun tia moniliformis (L.) Haw. Site 1: 577, 792; abundant shrub or small tree. 

Rhipsalis baccifera (J. S. Mill.) Stearn. Site 5: 841; occasional epiphytic shrub. 


GERANITFLORAE 

Zygophyllaceae 

Gualacum officinale L. Site 1: 557; common; site 2: 5/5; occasional small tree. 

Guaiacum sanctum L. Site 1: 574a; occasional; site 2: 519; abundant shrub. 

Malphigiaceae 
Stigmaphyllon angulosum (L.) A. Juss. Site 3: 725, 768; site 5: 814; occasional vine. 
Stigmaphyllon emarginatum (Cav.) Adr. Juss. Site 2: 574b; occasional; site 4: 888; rare vine. 
Polygalaceae 

Polygala crucianelloides DC. Site 4: 635; common herb. 

Securidaca virgata Sw. Site 3: 731, 762; occasional to common vine. 


Moscosoa 5, 1989 179 


CELASTRIFLORAE 

Celastraceae 

Maytenus reynosioides Urb. & Ekm. Site 1: 556; occasional small tree. 
Schaefferia frutescens Jacq. Site 2: 516; occasional tree. 


SANTALIFLORAE 

Loranthaceae 

Dendropemon haitiense Urb. & Ekm. Site 2: 523; occasional epiphytic and parasitic shrub. 

Viscaceae 

Arceuthobium bicarinatum Urb. Site 4: 625; occasional epiphytic and parasitic subshrub.. 
Phoradendron mucronatum (DC.) Krug & Urb. Site 1: 570; common epiphytic and parasitic shrub. 
Phoradendron trinervum (Lam.) Griseb. Site 3: 739; occasional epiphytic and parasitic shrub. 
Balanophoraceae 

Scybalium jamaicense (Sw.) Schott. & Endl. Site 5: 945; rare root-parasitic herb. 


VIOLIFLORAE 
Flacourtiaceae 
Samyda dodecandra Jacq. Site 2: 547; occasional shrub. Det. T. Zanoni. 


MALVIFLORAE 

Sterculiaceae 

Melochia tomentosa L. Site 1: 567; site 2: 546; occasional shrub. 

Waltheria indica L. Site 4: 671, 892; uncommon herb or subshrub. 

Malvaceae 

A butilon abu tiloides (Jacq. ) Garcke. Site 2: 531; very common shrub, especially disturbed areas. 
A butilon hirtum (Lam.) Sweet. Site 2: 535; occasional herb. 

Bastardia bivalvis (Cav.) Kunth. Site 2: 534; occasional herb. 

Hibiscus brasiliensis L. Site 2: 575; occasional shrub. 

Sida acuta Burm. Site 2: 536; abundant herb in open areas. 

Violaceae 

Hy ban thus havanensis Jacq. Site 2: 521; common; site 3: 753; occasional shrub. 
Passifloraceae 

Passiflora orbiculata Cav. Site 5: 875; occasional vine. 

Passiflora rubra L.Site 3: 757; occasional; site 5: 809, 834, 883; common vine. 
Turneraceae 

Turnera diffusa Willd. Site 2: 545; common shrub. 

Cucurbitaceae 

Cayaponia americana (Lam.) Cogn. Site 5: 798, 806, 941; common vine. 

Psiguria pedata (L.) Howard. Site 3: 620; site 5: 935; occasional vine. 

Begnoniaceae 

Begonia domingensis DC. Site 5: 614; occasional herb. 

Capparaceae 

Capparis cynophallophora L. Site 1: 710; site 2: 522, occasional shrub or small tree. 
Capparis ferruginea L. Site 1: 560, 571; common; site 2: 513; very common shrub or small tree. 
Brassicaceae 

Cardamine africana L. Site 5: 921; occasional herb. 

Ulmaceae 

Phyllostylon brasiliense Capanema. Site 1: 573; common shrub. 

Trema micranthum (L.) Blume. Site 5: 827; common tree. 

Urticaceae (incl. Moraceae, Cecropiaceae ) 

Cecropia peltata L. Site 3: 748; very abundant; site 5: 832; occasional tree, open areas. 
Ficus citrifolia P. Mill. Site 3: 763; common tree. 

Ficus perforata L. Site 3: 781; occasional tree on limestone cliff. 

Ficus trigonata L. Site 3: 727; occasional tree. 

Gyrotaenia myriocarpa Griseb. Site 3: 764, 733; occasional small tree. 

Phenax microcarpus Urb. Site 5: 877, 906; common subshrub. 

Pilea inequalis (Juss. ex Poir.) Wedd. Site 5: 919; common herb. 


180 Moscosoa 5, 1989 


Pilea lanceolata (Lam.) Wedd. Site 4: 696; in ravine; site 5: 910; occasional herb 
Pilea leptogramma Urb. Site 5: 611, 920; very common herb, 

Pilea microphylla (L.) Liebm. Site 4: 693; occasional to common herb. 

Urera baccifera (L.) Wedd. Site 3: 784; occasional shrub. 

Rhamnaceae 

Colu brina arborescens (Mill.) Sarg. Site 5: 924; common tree. 

Rhamnus sphaerosperma Sw. Site 5: 903; common shrub or small tree. 
Zizyphus rignoni Delp. Site 2: 520; common tree. 


Euphorbiaceae 

Acalypha chamaedrifclia (Lam.) Mull. Arg. Site 4: 697; occasional herb. 

Bernardia tenuifolia Urb. Site 5: 934; common small tree. 

Chamaesyce thymifolia (L.) Millsp. Site 4: 636, 638; common herb. 

Croton discolor Willd. Site 1: 561a; site 2: 526; common shrub. Det. T. Zanoni (56 /a) 
Croton ciliato-glanduliferus Ort. Site 2: 517; very common shrub. Det. T. Zanoni. 
Croton organifolius Lam. Site 1: 561b; very common shrub. 

Dalechampia scandens L. Site 3: 767; occasional vine. 

Drypetes lateriflora (Sw.) Krug & Urb. Site 3: 719; occasional shrub to small tree. 
Jatropha gossypifolia L. Site 1: 559; rare; site 2: 533; occasional shrub. 

Phyllanthus caroliniensis subsp. saxicola (Small) Webster. Site 4: 637; occasional herb 


RU TIFLORAE 

Rutaceae 

Citrus aurantifolia (Christm.) Swingle. Site 3: 714; occasional tree along roadside. 

Citrus aurantium L. Site 5: 922; rare tree, near path. 

Zanthoxylum martinicense (Lam.) DC. Site 3: 756; occasional to common tree. 

Simaroubaceae 

Picramnia pentandra Sw. Site 3: 621, 732, 736; occasional shrub to small tree. 

Meliaceae 

Guarea guidonia L. Site 3: 623; site 5: 862, 929; common tree. 

Trichilia pallida Sw. Site 3: 619, 718; occasional shrub to small tree. 

Burseraceae 

Bursera simaruba (L.) Sarg. Site 2: not collected; rare shrub, emergent trees observed outside study 
site. 

Anacardiaceae 

Comocladia cuneata Britt. Site 3: 743; occasional tree. 

Comocladia dodonaea (L.) Urb. Site 2: not collected; occasional shrub. 

Metopium brownii (Jacq.) Urb. Site 1: not collected; common shrub to tree. 

Sapindaceae 

Allophylus rigidus Sw. Site 5: 826; occasional shrub. 

Cupania americana L. Site 3: 760; common; site 5: 859; occasional tree. 

Dodonaea angustifolia L. f. Site 4: 680; uncommon shrub. 

Serjania sp. Site 2: 525; occasional vine. 

Sabiaceae 

Meliosma cf. herbertii Rolfe. Site 5: 872; occasional shrub or small tree. 

Myricaceae 

Myrica picardae Krug & Urb. Site 4: 704; common shrub. 

Fabaceae 

Acacia macracantha Humb. & Bonpl. ex Willd. Site 1: 563; abundant tree; site 2: 512; abundant tree; 
site 3: 742; occasional tree. 

Acacia sklerox yla Tuss. Site 3: 724; occasional tree. 

Ateleia gummifera (Bert.) D. Dietr. Site 4: 891; occasional shrub. 

Cassia atomaria (L.) Irw. & Barn. Site 1: 569; occasional; site 2: 514, 554; very common shrub or 
small tree. Det. T. Zanoni. 

Centrosema virginianum (L.) Benth. Site 4: 662; common vine. 

Chamaescrista glandulosa var. picardae (Urb.) Irw. & Barn. Site 4: 630; common shrub. Det T Zanoni. 

Cracca caribaea (Jacq.) Benth. Site 5: 858; uncommon vine. 


Moscosoa 5, 1989 181 


Desmodium ascendens (Sw.) DC. Site 4: 586; occasional herb. 

Pithecellobium circinale (L.) Benth. Site 1: 562, 791; uncommon shrub. 

Poitaea galegoides Vent. Site 4: 580; uncommon shrub. 

Prosopsis juliflora (Willd.) DC. Site 1: 564; uncommon; site 2: 537; very common small tree. 

Senna spectabilis (DC.) Irw. € Barn. Site 2: 528; occasional shrub to small tree; site 3: 771; abundant 
tree, especially along road. 

Sophora albo-petiolulata Leonard. Site 4: 632; occasional shrub. 


ROSIFLORAE 

Rosaceae 

Prunus myrtifolia (L.) Urb. Site 3: 618, 735; abundant tree. 

Cunoniaceae 

Weinmannia pinnata L. Site 4: 658; common tree in ravines. 

Brunelliaceae 

Brunellia comocladiifolia subsp. domingensis Cuatr. Site 5: 911; common tree. 


MYRTIFLORAE 

Melastomataceae 

Heterotrichum angustifolium DC. Site 3: 582; common shrub. 

Mecranium amygdalinum (Desr.) C. Wr. Site 5: Judd 3018; common tree. 
Meriania involucrata (Desv.) Naud. Site 5: 609, 794, 916; common shrub. 
Miconia ferruginea (Desv.) DC. Site 5: 908; occasional shrub to tree. 
Miconia laevigata (L.) DC. Site 5: 917; occasional shrub to tree. 

Miconia lanceolata (Desv.) DC. Site 5: 909; occasional tree. 

Ossaea barahonensis Urb. & Ekm. Site 5: 610; 851; occasional shrub to tree. 
Myrtaceae 

Calyptran thes nummularia Berg. Site 5: 869; occasional shrub to tree. 
Cryptorhiza haitiensis Urb. Site 2: Zanoni & Pimentel 26407 (FTG, JBSD); common shrub. 
Eugenia maleolens Pers. Site 3: 733; occasional shrub. 

Eugenia picardae Krug & Urb. Site 5: 830; occasional shrub. 

Gomidesia lindeniana Berg. Site 5: 887; occasional tree. 

Myrcia splendens (Sw) DC. Site 5: 829, 928; common tree. 

Onagraceae 

Fuchsia triphyllum (L.) Site 5: 592, 944; common shrub. 


GENTIANIFLORAE 

Oleaceae 

Forestiera selleana Urb. & Ekm. Site 4: 895; occasional shrub. 

Rubiaceae 

Borreria laevis (Lam.) Griseb. Site 2:.524, 530; occasional herb. 

Borreria verticillata (L.) G.F.W. Meyer. Site 4: 585, 672; common herb. 

Chiococca alba (L.) Hitche. Site 3: 779; occasional liana or scrambling shrub. 

Diodia apiculata (Willd.) K. Schum. Site 4: 644, 692, 679; common herb. This taxon may be only 
varietally distinct from Diodia teres Walt. 

Galium domingense litis. Site 4: 657, 699, 706; occasional vine, especially in ravines and on limestone 
outcrops. 

Hamelia patens Jacq. Site 3: 712, 778; site 5: 818; very common shrub. 

Mitracarpus brachystigma Urb. Site 4: 643; occasional herb. 

Mitracarpus decumbens Urb. Site 4: 624, 664; occasional herb. 

Psychotria berteroana DC. Site 5: 796; occasional shrub or small tree. 

Psychotria liogieri Steyermark. Site 5: 606, 875, 933; common shrub. 

Psychotria nervosa Sw. Site 3: 713; abundant shrub. 

Psychotria pubescens Sw. Site 3: 622, 716; common shrub or small tree. 

Psychotria uliginosa Sw. Site 5: 608, 913; occasional semiherbaceous scrambling shrub. 

Relbunium hypocarpium (L.) Hemal. Site 5: 660, 698; occasional herb. 

Rondeletia sp. 1. Site 3: 717, 722; occasional shrub or small tree. 

Rondeletia sp. 2. Site 4: 899; occasional shrub near ravine. 


182 Moscosoa 5, 1989 


Apocynaceae (incl. Asclepiadaceae) 

Angadenia berterii (DC.) Miers. Site 4: 890; occasional vine. 

Asclepias nivea L. Site 4: 631; occasional; site 5: 828; rare herb. limited to trail margin. 
Cameraria angustifolia L. Site 2: 548; common tree on dogtooth limestone. 
Cynanchum aemulans (Schltr.) Jiménez. Site 4: 628, 710a; occasional vine. 
Cynanchum leptocladon (Dene.) Jiménez. Site 3: 740; site 5: 824; occasional vine. 
Echites umbellata Jacq. Site 1: 787; common; site 2: 543, 551; occasional vine. 
Forsteronia corymbosa (Jacq.) G.F.W. Meyer. Site 3: 617; occasional vine. 

Mesechites angustifolia (Poir.) Miers. Site 3: 769; occasional vine. 

Plumeria obtusa L. (s. lat.) Site 1: not collected; site 2: 552; common shrub to small tree. 
Urechites lutea (L.) Britton. Site 1: 785; occasional vine. Bignoniaceae 

Bignoniaceae 


Catalpa longissima (Jacq.) Dum.—Cours. Site 3: 581; common tree. 

Distic tis lactiflora (Vahl) DC. Site 3: 777; occasional vine. 

Doxantha unguis-cati (L.) Miers. Site 2: 518; site 3: 754; common vine. 

Jacaranda poitaei Urb. Site 3: 775; occasional tree. This specimen appeared intermediate in vegetative 
characters between this species and J. ekmanii Alain. 

Tecoma stans (L.) Kunth. Site 3: 737; site 4: 624; occasional shrub to tree. 

Scrophulariaceae 

Buchnera floridana Gandog. Site 4: 595; occasional herb. 


Capraria biflora L. Site 1: 788; occasional shrub. 


Gesneriaceae 

Gesneria pulverulenta Alain. Site 4: 656; occasional shrub. 

Ry tidophyllum leucomallon Hanst. Site 3: 750; common shrub. 

Rytidophyllum auriculatum Hook. Site 3: 583; common shrub; site 4: 702; occasional shrub in ravine. 

Trichantha domingensis (Urb.) Wiehler. Site 5: 613; occasional epiphytic herb. Species is placed in the 
genus Columnea by some botanists, 

Verbenaceae 

Citrarexylum caudatum L. Site 3: 776; occasional shrub. 

Citharexylum schulzii Urb. & Ekm. Site 4: 596; occasional shrub. 

Lantana camara L. (s. lat.) Site 2: 527; common shrub in disturbed areas. 

Lippia alba (Mill.) N.E. Br. Site 1: 566; common shrub. 

Lippia domingensis Moldenke. Site 4: 669, 707; occasional shrub. Det. T. Zanoni. 

Petitia domingensis Jacq. Site 3: 761, 772, 782; occasional tree. 

Verbena domingensis Urb. Site 4: 676, 677. rare herb. 

Lamiaceae 

Salvia selleana Urb. Site 4: 639; occasional shrub. 


SOLANIFLORAE 

Boraginaceae 

Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) Oken. Site 1: 568; site 2: 529; occasional shrub or small tree. Det. T. 
Zanoni. 

Cordia buchii Urb. Site 2: 549; common small tree on dogtooth limestone. 

Cordia ignea Urb. & Ekm. Site 1: 786; occasional small tree 

Tournefortia glabra L. Site 5: 598, 907; occasional small tree. 

Tournefortia minuta Bert. ex Spreng. Site 2: 542; occasional shrub. 

Solanaceae 

Cestrum brevifolium Urb. Site 4: 626, 682; occasional shrub. 

Cestrum coelophlebium O. E. Schulz. Site 5: 938; occasional shrub to small tree. Det. T. Zanoni. 

Cestrum picardae Alain. Site 5: 849; rare shrub. 

Jaltomata antillana (Krug & Urb.) D’ Arcy. Site 5: 850; common herb, in clearings. 

Lycianthes virgata (Lam.) Bitter. Site 5: 815; occasional shrub. 

Physalis peruviana L. Site 5: 799; common herb, in clearings. 

Solanum americanum Mill. Site-5: 813; common herb, in clearings. 

Solanum antillarum O. E. Schulz. Site 5: 821; occasional shrub, in clearings and along trail. 

Solanum pyrifolium Lam. Site 5: 804; common vine, in clearings. 


Moscosoa 5, 1989 183 


Solanum umbellatum Mill. Site 5: 802; common shrub. 

cf. Solamum sp. Site 5: 923; occasional vine. 

Convolvulaceae 

Evolvulus arbuscula Poir. Site 2: 550; occasional herb. 

Ipomoea furcyensis Urb. Site 3: 751; site 5: 659; occasional vine. Det. T. Zanoni. 

Turbina rudolphii (R. € S.) O’Donell. Site 3: 729; occasional vine. Det. T. Zanoni. 

Polemoniaceae 

Gilia incisa Benth. Site 4: 627; occasional herb in ravine. 

Campanulaceae 

Lobelia robusta Graham. Site 5: 593; common subshrub, especially in disturbed areas along road and 
trail. 

CORNIFLORAE 

Vitaceae 

Cissus acida L. Site 1: 565, 789; common vine. 

Cissus intermedia A. Rich. Site 2: 553; occasional vine on dogtooth limestone 

Garryaceae 

Garrya fadyenii Hook. Site 4: 655; occasional shrub; site 5: not collected; uncommon tree. 

Araliaceae (incl. Apiaceae ) 

Dendropanax arboreus (L.) Decne. & Planch. Site 3: 746; occasional; site 5: 811, 825, 868, 873; 
abundant tree. 

Valerianaceae 

Valeriana scandens L. Site 5: 812; occasional vine. 


ASTERIFLORAE 

Asteraceae 

Ambrosia peruviana Willd. Site 4: 670; common herb. 

Bidens alba (L.) DC. Site 4: 705; common herb. 

Conyza canadensis var. pusilla (Nutt.) Cronq. Site 4: 690; occasional herb. 
Coreopsis buchii Blake. Site 4: 641; common shrub. 

Erigeron cuneifolius DC. Site 4: 6 74; rare herb. 

Eupatorium cf. barahonense Urb. Site 5: 822; occasional shrub. 
Eupatorium illitum Urb. Site 4: 584, 651; occasional shrub. 
Eupatorium sinuatum var. viscegerum Urb. & Ekm. Site 4: 889, 894; occasional shrub. 
Eupatorium sophiaefolium L. Site 4: 654, 675; occasional herb. 
Gnaphalium eggersii Urb. Site 4: 663; common herb. 

Hieracium gronovii L. Site 4: 634; common herb. 

Liabum umbellatum (L.) Sch. Bip. Site 4: 898; occasional herb. 
Mikania cordifolia (L. f.) Willd. Site: 805; occasional vine. 

Mikania micrantha HBK. Site 5: 807; occasional vine. 

Neurolaena lobata (L.) Cass. Site 5: 817; occasional subshrub. 
Piqueria trinerva Cav. Site 4: 681; occasional herb. 

Senecio picardae Krug & Urb. Site 4: 628; common shrub. 
Vernonia fruticosa (L.) Sw. Site 4: 666, 673, 683; occasional shrub. 
Asteraceae sp. 1. Site 5: 808; rare herb, disturbed roadside. 


MONOCOTYLEDONEAE (LILIIDAE) 

LILUFLORAE 

Dioscoreaceae 

Rajania cordata L. Site 4: 701; occasional vine in ravine. 

Rajania ovata Sw. Site 5: 823; common vine. 

Smilacaceae 

Smilax havanensis Jacq. Site 4: 709; occasional vine in ravine. 

Smilax populnea Kunth. Site 5: 861; uncommon vine; this may only be a spineless form of the 
variable S. havanensis. 

Sirilax smallii Morong. Site 3: 726; occasional vine. 

Alstreomeriaceae 

Bomarea edulis (Tuss.) Herb. Site 5: 597, 833; occasional vine. 


184 Moscosoa 5, 1989 


Agavaceae 

Agave antillana Descourt. Site 4: 896; common shrub, especially in rocky areas. 

Agave brevipetala Trel. Site 1: 793a; common shrub, especially in rocky areas. 

Orchidaceae 

Beadlea sp. (sterile). Site 5: 943; occasional herb. Det. D. Dod. 

Eltroplectris calcarata (Sw.) Garay & Sweet (plant sterile, possibly Pelexia adnata (Sw.) Spreng) Site 3: 
774; occasional herb. Det. D. Dod. 

Bletia patula Hook. Site 3: 901; common herb. 

Encyclia vespa Vell. Site 5: 926; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod. 

Epidendrum cf. anceps Jacq. Site 5: 835; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod. 

Epidendrum cochleatum L. Site 5: reported by T. Zanoni; epiphy herb. 

Isochilus linearis (Jacq.) R. Br. Site 5: 876; occasional epiphy tic herb. 

Lycaste barringtoniae (Smith) Lindl. Site 5: 927; occasional epiphytic herb. 

Oncidium variegatum Sw. Site 4: 588; rare herb on limestone outcrop. Det. D. Dod. 

Oncidium velutinum Lindl. Site 3: 946; occasional epiphytic herb. 

Pleurothállis gelida Lind). Site 5: 950; occasional epiphytic herb. 

Pleurothallis cf. parvula Ames & Schweinf. Site 5: 884; occasional epiphytic herb. Det. D. Dod. 

Pleurothallis oblongifolia Lindl. Site 5: 942; occasional epiphytic herb. 

Polyrrhiza sallei (Richb. f.) Cogn. Site 3: 947; rare epiphytic herb. 

Prescottia stachyodes Lindl. Site 5: 875b; occasional herb. Det. D. Dod. 

Spiranthes torta (Thunb.) Garay & Sweet. Site 4: 590; common herb. Det. D. Dod. 

Tetramicra bulbosa Mansf. Site 4: 587; rare herb. 

Tetramicra ekmanii Mansf. Site 4: 591, 668; common herb. Det. D. Dod. 

Trichopilia fragrans (Lindb.) Rehb. Site 5: 925; uncommon epiphytic herb. 


ARIFLORAE 
Araceae 
Anthurium scandens (Aubl.) Engl. Site 5: 936; uncommon vine. 


ARECIFLORAE 

Arecaceae 

Coccothrinax scoparia Becc. Site 4: 589; common small tree. 
Haitiella ekmanii (Burret) Bailey. Site 1: 949; abundant small tree. 
Prestoea montana (Grah.) Nichols. Site 5: 885; occasional tree. 


COMMELINIFLORAE 

Bromeliaceae 

Pitcairnia elizabethae L. B. Smith. Site 4: 689; common herb, especially on rocky slopes. 

Tillandsia recurvata (L.) L. Site 1: 558; site 2: 539; site 3: 747; uncommon epiphytic herb. 

Tillandsia selleana Harms. Site 5: 594, 881; common epiphytic herb. 

Tillandsia variabilis Schlecht. Site 5: 940; occasional epiphytic herb. 

Cy peraceae 

Bulbostylis subaphylla Clarke. Site 4: 647, 691; common herb. 

Commelinaceae 

Callisia repens (Jacq.) L. Site 2: 538; abundant herb. 

Campelia zanonia (L.) Kunth. Site 5: 918; common herb. 

Poaceae 

Andropogon glomeratus var. pumilus Dewey. Site 4: 653, 678; common herb. 

Andropogon urbanianus Hitchc. Site 4: Judd 1464; common herb. 

Eragrostis pilosa (L.) Beauv. Site 1: 572; abundant; site 2: 541; occasional herb. 

Ichnanthus axillaris (Nees) Hitchc. € Chase. Site 5: 607, 930, 931, 932; common herb. Det. D. Hall. 

Lasiacis divaricata (L.) Hitchc. Site 3: 721; occasional large herb, arching over shrubs. 

Lasiacis sorghoidea var. patentiflora (Hitchc. & Chase) Davidse. Site 3: 744; common scrambling 
climbing herb. Since this specimen is nearly, but not completely, glabrous, it exhibits characteristics 
somewhat intermediate between variety patentiflora and variety sorghoidea. According to Davidse 
(1972) the two varieties are most distinct in Trinidad, becomming less so north and south of this 
region. 


Moscosoa 5, 1989 185 


Leptochloa monticola Chase. Site 4: Judd 1491; uncommon herb. 

Panicum aciculare Desv. ex Poir. Site 4: 644, 645; occasional herb. 

Rhynchely trum repens (Willd.)C. E. Hubbard. Site 3: 741; common herb, especially along road. 
Schizachyrium gracile (Spreng.) Nash. Site 4: 646; very common herb. 

Se taria glauca (L.) Beauv. Site 4: 667; 893; occasional herb. 

Triodia eragrostoides Vassey & Scribn. Site 5: 648; 695; occasional herb. 

Tripsacum dactyloides (L.) L. Site 4: 686; occasional herb. Det. T. Zanoni. 

Leptocholoopis virgata (Poir.) Yates. Site 1: 790; occasional herb near coast. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 186-188 


MISCELLANEOUS NOTES ON ANTILLEAN MOSSES, 1. 
THELIA (ANOMODONTACEAE) AND ACAULON (POTTIACEAE) 
NEW TO THE WEST INDIES 


William R. Buck 


Buck, William R. (New York Botanical Garden, Bronx, NY 10458-5126, U.S.A.). 
Miscellaneous notes on Antillean mosses, 1. Thelia (Anomodontaceae) and Acaulon 
(Pottiaceae) new to the West Indies. Moscosoa 5: 186-188. 1989. The moss genera 
Thelia and Acaulon are reported as new to the West Indies based upon the collection 
of T. hirtella (Hedw.) Sull. and A. muticum (Hedw.) C. Mill. in the Dominican Republic 
in January 1987. The biogeographical significance of their presence in Hispaniola is 
discussed. 


Los géneros de musgos Thelia y Acaulon se reportan como nuevos para las Antillas. 
Este informe está basado en colecciones de 7. hirtella (Hedw.) Sull. y A. muticum 
(Hedw.) C. Mill. hechas en la República Dominicana durante enero de 1987. La im- 
portancia biogeográphica de su presencia en la Española es tratada. 


Although I had previously spent about three months collecting mosses in 
Hispaniola, as well as re-examining numerous specimens by other collectors, 
during my most recent visit to the island in January 1987, I collected two 
genera of mosses, both unrecorded for the West Indies. The two genera, 
Thelia and Acaulon, are both primarily temperate in distribution, and add 
to the continental affinities of the moss flora of Hispaniola (Steere, 1985). 

Although the Sierra de Baoruco has a fairly distinctive flora, more like 
that of the Haitian Massif de la Selle than like that of other Dominican 
highlands (cf. Berry, 1983), due to poor roads I had never collected there, 
except in the southernmost Las Abejas. The area, except for pockets of 
hardwoods, did not appear particularly rich for bryophytes. The dry-mesic 
scrub forest of pines, acacias, junipers and other woody plants adapted to 
an edaphically dry area do not provide adequate substrates for a diverse 
bryoflora. However, in this habitat I found a moss forming dense carpets 
over rocks and soil. It proved to be Thelia hirtella (Hedw.) Sull. (Dominican 
Republic. Prov. Independencia: Sierra de Baoruco, ca. 9 km S of Puerto 
Escondido, 960 m, ca. 18°18°N, 71°31’W, pine-scrubland ecotone with 
Juniperus lucayana (?), 24 Jan 1987, W. R. Buck 14424 (JBSD, NY)).. 

Thelia is a genus of three species endemic to eastern North America. 
Thelia hirtella is the most widespread in the genus, ranging from Wisconsin 
and southern Ontario to Nova Scotia, south to Florida and Texas, and 
northeastern Mexico (Crum, 1966). Although its extension into Hispaniola 
would not have been predicted, it does add another genus to a bryoflora 
already rich in north temperate representatives. 


Moscosoa 5, 1989 187 


The other genus new to the West Indies, Acaulon, is also temperate in 
origin, but its habitat is very different and its explanation in the flora more 
interesting. 

On a previous trip to the Dominican Republic I briefly collected in an 
area along the Rio Nizao at the base of Pico Alto de la Bandera, just east 
of Valle Nuevo. Even in that short period I collected both an endemic 
(Pleuridium holdridgei Crum & Steere) as well as major disjuncts of taxa rare 
even in their area of primary provenance (Bryoxiphium norvegicum (Brid.) 
Mitt. —north-central United States; and Brachymenium fabronioides (C. 
Mill.) Par.—central Andes). Therefore, I was anxious once again to collect 
in this little-disturbed area, and indeed I was rewarded. Fairly promptly I 
discovered the autumn ephemeral Acaulon muticum (Hedw.) C. Mull. var. 
muticum. (Dominican Republic. Prov. La Vega: Just E of Valle Nuevo on 
road up Pico Alto de la Bandera, along Rio Nizao, 7200 ft, ca. 18° 47’N, 
70° 40’W, pine-tussock grass vegetation, on moist soil, 10 Jan 1987, W. R. 
Buck 14035 (NY)). What makes this find so interesting is twofold. First, 
it is the var. muticum, primarily a European taxon only known in eastern 
North America from two collections (Crum & Anderson, 1981), rather than 
the common American A. muticum var. rufescens (Jaeg.) Crum. This recent 
Hispaniolan collection represents, to my knowledge, the only primarily 
European taxon in the moss flora. Second, the dispersal of Acaulon is indeed 
problematic. Most moss distribution patterns can, if no other reasonable 
option is available, be explained by long-distance dispersal (van Zanten, 
1976), since most mosses release thousands of wind-borne spores. However, 
in Acaulon the leaves are concave and enclose the immersed, inoperculate 
capsules. Spore release relies on an irregular rupturing of the capsule, usually 
associated with the death and decay of the plants. Therefore, spores are 
most likely only able to disperse very short distances unless moved by water. 
For this reason it would be convenient if one could postulate a land connec- 
tion between Hispaniola and North or Central America. During the Sym- 
posium on the Biogeography of the West Indies held at the Florida State 
Museum, University of Florida, on March 2—5, 1987, such speculations were 
used by some zoologists to explain current patterns of distribution of 
organisms. However, Perfit and Heezen (1978) have shown that although 
some of the Greater Antilles were indeed much closer to or even in contact 
with Central America, during the tectonic movements to their present loca- 
tions they were most likely submerged part of the time. Perfit re-emphasized 
this during the 1987 Biogeography Symposium but made it plain that 
Caribbean geology is among the most complicated that exist and no con- 
clusions are absolute. Therefore, the occurrence of Acaulon on Hispaniola 


188 Moscosoa 5, 1989 


remains a mystery. Until all the geological evidence is available, speculation 
based purely on the distribution of the biota is tentative. 


Acknowledgments 


I thank Dr. Thomas Zanoni for providing transportation and other support 
while I was collecting in the Dominican Republic, and my travelling com- 
panion, Dr. Richard Harris, for his assistance. 1 thank the National Science 
Foundation for their support of this work through grant BSR—8021729. 
Dra. Inés Sastre-De Jesús translated my abstract into Spanish, for which 
I thank her. 


Literature Cited 


Berry, P. E. 1983. The relationships of Fuchsia (Onagraceae) in Hispaniola. 
Moscosoa 2: 61-76. 

Crum, H. 1966. A taxonomic account of the genus Thelia. Natl. Mus. Canada 
Bull. 2d6: 123127 

— & L. E. Anderson. 1981. Mosses of eastern North America. 2 vols. 
Columbia University Press, New York. 

Perfit, M. R. & B. C. Heezen. 1978. The geology and evolution of the 
Cayman Trench. Geol. Soc. Amer. Bull. 89: 1155-1174. 

Steere, W. C. 1985. On the continental affiliations of the moss flora of 
Hispaniola. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 11: 155-173. 

Van Zanten, B. O. 1976. Preliminary report on germination experiments 
designed to estimate the survival chances of moss spores during aerial 
trans-oceanic long-range dispersal in the Southern Hemisphere, with 
particular reference to New Zealand. J. Hattori Bot. Lab. 41: 133-140. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 189-193 


MISCELANEOUS NOTES ON ANTILLEAN MOSSES, 2. 
RHAPHIDOSTICHUM (SEMATOPHYLLACEAE) IN THE NEW WORLD 


William R. Buck 


Buck, William R. (New York Botanical Garden, Bronx, NY 10458—5126, U.S.A). 
Miscellaneous notes on Antillean mosses, 2. Rhaphidostichum (Sematophyllaceae ) in the 
New World. Moscosoa 5: 189-193. 1989. Rhaphidostichum is reviewed for the New 
World and two species are recognized, R. schwaneckeanum (C. Mill.) Broth. and R. 
acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov. Both are described. Rhaphidostichum guia- 
nense Bartr. is synonymized with Sematophyllum galipense (C. Mill.) Mitt. and R. 
gunckelii Thér. is treated as Sematophyllum gunckelii (Thér.) Buck, comb. nov. 


Rhaphidostichum es revisado parael Mundo Nuevo y dos especies estan reconocidas, 
R. schwaneckeanum (C. Mill.) Broth. y R. acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov. Los 
dos están descritos. Rhaphidostegium guianense Bartr. es un sinónimo de Sematophyllum 
galipense (C. Mill.) Mitt. y R. gunckelii Thér. es tratado como Sematophyllum gunckelii 
(Thér.) Buck, comb. nov. 


Rhaphidostichum is primarily an Asian genus of Sematophyllaceae with 
only two species in the New World, both West Indian endemics. The genus is 
characterized by essentially oblong leaves with abruptly tapered, strap- 
shaped (loriform), serrate apices. The leaf cells are linear, smooth, and very 
incrassate. The alar cells are greatly enlarged, often in subauriculate areas, 
the outer ones mostly curved. The seta is often roughened above; the 
exothecial cells are collenchymatous; the exostome teeth have either a zig- 
zag center line or a narrow furrow. 

In the strict sense Rhaphidostichum seems most closely related to Acropo- 
rium because of the subauriculate, curved alar cells and a tendency toward 
furrowed exostome teeth. However, Acroporium differs in gradually tapered, 
concave leaves and cuspidate branches. When the genus was described 
(Fleischer, 1923), the section Papillidiopsis was included in the genus to 
accommodate those species without a loriform leaf apex, mostly unipapillose 
leaf cells, and alar cells not curved. This section is being removed from the 
genus (Buck Tan, in prep.). 

In the New World Rhaphidostichum has been little used, and then usually 
incorrectly so. Three species currently reside in the genus, R. guianense 
Bartr., R. gunckelii Thér. and R. schwaneckeanum (C. Mull.) Broth The first 
two of these belong in Sematophyllum and are treated at the end of this 
paper. Rhaphidostichum schwaneckeanum, a West Indian endemic, on the 
other hand, truly belongs in the genus and is very similar to some of the 
Asian/Oceania species. In addition, another Antillean species never previously 
placed in the genus belongs there. Rhaphidostichum and its two American 


Moscosoa 5, 1989 190 


species are described below. Rhaphidostichum is added to the short list of 
genera of primarily Asiatic provenance with outliers in the Antilles or the 
northern Andes (cf. Buck, 1987). 

Rhaphidostichum Fleisch., Musci Fl. Buitenzorg 4: 1307. 1923. 

Hypnum sect. Chaetomitrella C. Miull., Bot. Jahrb. 5:85. 1983 [see also 

Forschungsreise Gazelle (Bot.) 4: 48. 1989]. 

Rather robust plants in dense, mostly glossy, usually golden mats. Stems 
creeing, freely but irregularly branched; branches erect or ascending, often 
+ turgid; pseudoparaphyllia foliose. Leaves erect to erect-spreading, abruptly 
constricted from an ovate to oblong, concave base to a long, slender, serrate, 
often + parallel-sided, plane or twisted acumen; margins plane, serrate above, 
entire to serrulate below; costa short and double or absent; cells linear to 
linear-flexuose, smooth, very incrassate, often with the lumina narrower than 
the walls, porose; alar cells greatly enlarged, inflated, often in subauriculate 
areas, oblong, the outer ones often curved, often colored, at least at the 
base of the costa. Autoicous or dioicous. Perichaetial leaves erect, mostly 
lanceolate; margins serrate; cells thick-walled, porose, smooth. Setae elongate, 
reddish, often roughened above; capsules inclined to nodding, small, ovoid to 
short-cylindric, asymmetric, sometimes with a roughened neck; exothecial 
cells collenchymatous; annulus none; operculum obliquely long-rostrate; 
peristome double, exostome teeth on front surface with a zig-zag center line 
or a median furrow, cross-striolate below, coarsely papillose above, project- 
ing at back; endostome with a high basal membrane, segments keeled, 
perforate, cilia 1—2, well developed. Spores medium-sized to large, papillose. 
Calyptrae cucullate, smooth, naked. 


Key to the American species of Rhaphidostichum 


1. Plants slender, autoicous; alar cells + oval......... R. acestrostegium (1) 
1. Plants + robust, dioicous; alar cells oblong ...... R. schwaneckeanum (2) 


1. Rhaphidostichum acestrostegium (Sull.) Buck, comb. nov. 

Hypnum acestrostegium Sull., Proc. Amer. Acad. Arts & Sci. 5:287. 1861; 
Sematophyllum acestrostegium (Sull.) Mitt., J. Linn. Soc., Bot. 12: 
488. 1869; Rhaphidostegium acestrostegium (Sull). Jaeg., Ber. Tatigk. St. 
Gallischen Naturwiss. Ges. 1876—77: 402. 1878; Acroporium acestroste- 
gium (Sull.) Crum & Steere, Bryologist 59: 254. 1956. 

Rhaphidostegium helleri Ren. & Card., Bull. Soc. Roy. Bot. Belgique 41(1): 
95.1905. 

Rhaphidostegium microtheca Ren. & Card., Bull. Soc. Roy. Bot. Belgique 
41(1): 96. 1905. 


Moscosoa 5, 1989 191 


Smallish plants in thin, yellow- to reddish-green mats. Stems dark red, 
irregularly branched, the branches short, ascending. Stem and branch leaves 
somewhat differentiated, stem leaves entire to serrulate; branch leaves erect- 
spreading, 0.8—1.65 mm long, lanceolate to oblong-lanceolate, concave, 
abruptly long-acuminate, the apex often twisted; margins plane, serrate- 
serrulate in upper half; cells linear, flexuose, firm-walled, porose; alar cells 
2—3 in each basal angle, oval or rarely + oblong, yellow to red-brown, 
enlarged, inflated. Autoicous; perichaetia on stems and bases of branches. 
Perichaetial leaves erect, ca. 1.5 mm long, oblong-lanceolate, abruptly 
acuminate; margins strongly serrate almost to base, more strongly so above; 
cells large, lax, thick-walled, colored in lower 1/3—1/4 of leaf; alar cells not 
differentiated. Setae ca. 1 cm long, smooth throughout, curved just below 
the urn; capsules inclined, short, 0.5—0.9 mm long; exostome teeth on front 
surface with a narrowly furrowed median line; endostome segments narrow, 
papillose, cilia single. Spores finely papillose, 11.5—17.5 ¡ym in diameter. 

Range: Endemic to the West Indies; Cuba, Puerto Rico; mostly growing 
on rotten wood and tree trunks, rarely rocks. Previous reports from Hispan- 
iola (Buck & Steere, 1983) are based on misdeterminations. 

The species is immediately distinguishable under the dissecting microscope 
by the slender plants with leaf apices which appear as long, golden hair 
points. With higher magnification the apex is sharply serrate/serrulate and 
usually twisted. The plants are much smaller than R. schwaneckeanum and 
autoicous. However, a relationship is unmistakable. The furrowed exostome 
led to the species’ placement in Acroporium, even though the leaves lack the 
characteristic channeled acumen of that genus. 


2. RHAPHIDOSTICHUM SCHWANECKEANUM (C. Mull.) Broth., Nat. Pfl. ed. 2, 11: 
435.51 925.. 

Hypnum schwaneckeanum C. Múll., Bot. Zeit. 16: 172. 1858;Sematophyllum 
schwaneckeanum (C. Mull.) Mitt., J. Linn. Soc., Bot. 12: 490. 1869; 
Rhaphidostegium schwaneckeanum (C. Mill.) Jaeg., Ber. Tatigk. St. 
Gallischen Naturwiss. Ges. 1876—77: 405. 1878; R. schwaneckei Kindb., 
Enum. Bryin. Exot. 33. 1888, nom. illeg. 

Leskea congesta (Hedw.) Swartz var. flavicans Hampe, Linnaea 25: 362. 
1853, nom. nud. 

Medium sized to rather robust plants in yellow to golden, somewhat 
shiny, dense, small cushions. Stems creeping, red, freely but irregularly 
branched, the branches ascending, 1.0—1.5 cm long. Leaves erect, 1.75— 
2.5(-3.0) mm long, abruptly tapered from an oblong to oblong-ovate, 
concave base to a long, flat or twisted acumen, sometimes over half the leaf 


192 Moscosoa 5, 1989 


length; margins plane, serrate above, serrulate almost to base; costa short and 
double; cells linear to linear-flexuose, slightly shorter in apex of acumen, 
incrassate and porose throughout; alar cells 3—5, subauriculate, enlarged, 
inflated, oblong-curved, hyaline, more than 10 times the size of the sub- 
quadrate ones above them, colored across the insertion. Dioicous. Perichaetial 
leaves erect, 1.5—2.1 mm long, lanceolate-triangular, + gradually acuminate, 
concave; margins plane, serrate almost to base; cells linear above, quadrate 
to hexagonal below, incrassate and porose throughout. Setae ca. 1.5 cm 
long, reddish, scabrous above; capsules inclined, ca. 1 mm long, ovoid- 
cylindric, with a prominent neck region; exostome teeth on fron surfase 
with a narrow furrow; endostome segments narrowly perforate, cilia mostly 
single, short. Spores papillose, 22—25 ym in diameter. 

Range: Endemic to the West Indies; Cuba, Puerto Rico, Guadeloupe, 
Martinique, St. Vincent; mostly growing on old wood. 

Rhaphidostichum schwaneckeanum is an easy species to recognize by its 
abruptly tapered, serrate leaf apices. It might be confused with R. acestros- 
tegium, but it is much larger and dioicous. The plants seem to mostly occur 
in small cushions, usually not more than 2 cm in diameter. Rhaphidostichum 
acestrostegium grows in much more extensive mats. Despite the size and 
growth-from differences, the leaf shape and toothing coupled with the large 
alar cells and furrowed exostome teeth argue strongly for a congeneric 
relationship. 


Excluded species 


RHAPHIDOSTICHUM GUIANENSE BARTR., Bull. Torrey Bot. Club 66: 228. 1939. 
= Sematophyllum galipense (C. Mull.) Mitt. 


RHAPHIDOSTICHUM GUNCKELI Thér., Revista Chilena Hist. Nat. 34: 258. 1930. 
= Sematophyllum gunckelii (Thér.) Buck, comb. nov. 

This species, based on Chilean material (Gunckel s.n., 12. IX. 1929, 
isotype NY!), seems mostly closely related to S. aberrans Broth.) Bartr., 
from the Juan Fernandez Islands. I have not seen any material, however, and 
am basing my speculation on the description provided by Robinson (1975). 


Acknowledgments 


The National Science Foundation is gratefully acknowledged for their 
support of this work through grant BSR—8021729. 


Moscosoa 5, 1989 193 
Literature Cited 


Buck, W. R. 1987. Notes on Asian Hypnaceae and associated taxa. Mem. 
New York Bot. Gard. 45:519—527. 

Buck, W. R. & B. C. Tan. in prep. Generic delimitation of the Sematophy- 
llaceae. 1. Old World taxa associated with Trichosteleum. 

Fleischer, M. 1923. Hypnobryales. Die Musci der Flora von Buitenzorg 4: 
1115—1566. 

Robonson, H. 1975. The mosses of Juan Fernandez Islands. Smithsonian 
Contr. Bot. 27: i—iv, 1—88. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 194-201 


REDISCOVERY OF EKMANIOCHARIS (MELASTOMATACEAE) 


James D. Skean, Jr. 


Skean, James D., Jr. (Department of Botany, University of Florida, Gainesville, Florida 
32611-, U.S.A.). Rediscovery of Ekmaniocharis (Melastomataceae). Moscosoa 5: 194- 
201. 1989. Ekmaniocharis crassinervis Urban, a rare species in a monotypic genus 
endemic to the Massif de la Hotte of Haiti, has been collected for the first time since 
the two collections of Erik Ekman in 1917 and 1926. A detailed description of the 
species and the localities of collection are presented. 


Ekmaniocharis crassinervis Urban, una especie rara del género monotípico, endémica 
del Massif de la Hotte en Haití, ha sido colectada por primera vez desde las dos coleccio- 
nes de Erik Ekman en 1917 y 1926. Se presentan una descripción detallada de la especie 
y las localidades donde fue colectada. 


Among the 882 collections made by Erik L. Ekman in southern Haiti 
from May-September, 1917, was an axillary-flowered shrubby melastome 
with unusual collar-like nodal flanges. Urban (1921) described this collec- 
tion [Ekman H-208] as a new genus and species: Ekmaniocharis crassinervis 
Urb. As he believed, this taxon is closely related to Mecranium J. D. Hook. 
(Melastomataceae: Miconieae), a genus of about 20 species of montane 
shrubs and small trees endemic to the Greater Antilles. Ekmaniocharis and 
species of Mecranium are unique within the axillary, 4-merous Miconieae 
in possessing internal calyx lobes that are fused in a calyptra, which is 
ruptured irregularly at anthesis, and a fringe of hairs located internally at the 
bases of the stamens (W. S. Judd, in prep.). Related species of the polyphy- 
letic genus Ossaea DC. (see Judd, 1986) lack these features, are generally 
much more pubescent, and have longer external calyx lobes. 

From Ekman’s field notes at Stockholm (Book III, p. 197), it appears 
that he first discovered Ekmaniocharis as a rare shrub in “Jardins Coutard” 
on the northeastern slopes of Morne Vanderveld near La Civette (= Nan 
Civet) at ca. 800 m elev. This locality is about 10 km northwest of Camp 
Perrin in the Massif de la Hotte, the cordillera west of the Trouin Valley on 
the southern peninsula of Haiti. La Hotte is also the center of diversity for 
Mecranium. Nine species are indigenous, seven of them endemic (Skean and 
Judd, 1986). Ekman returned to Morne Vanderveld in December, 1925, 
and in his notes (Book IV, p. 4) recounts searching in vain for the Ekmanio- 
charis population, which he presumed had been destroyed by hillside plant- 
ing. 

In December, 1926, Ekman was pleased to locate a second population 
of Ekmaniocharis at ca. 800 m elev. on the Formon ( = Formond) plain 
between Les Platons and Formon, writing “Indeed glad to have a new 


Moscosoa 5, 1989 195 


locality for this rare Melast., and more so, one in which it is quite abundant.” 
on a label now attached to the specimin at Stockholm. Ekman made a 
collection of sterile specimens [H- 7419] on this excursion, his most successful 
in the higher elevations of La Hotte, which he described in a lively account 
of his exploration of the Morne Formon region with Henry D. Barker 
(Ekman, 1928). 

Since its discovery, Ekmaniocharis has been cited as a genus of phytogeo- 
graphical interest, endemic to the Massif de la Hotte. Urban, arguing that 
the flora of the southern mountains of Hispaniola was distinctly different 
from that of the central and northern mountains, listed Ekmaniocharis 
as one of eight examples of genera endemic to southern Hispaniola (Urban, 
1923). Shortly thereafter, representatives of all except Ekmaniocharis were 
found in the north (Ekman, 1930). Howard (1973) listed Ekmaniocharis 
as one of 26 genera endemic to Hispaniola. Of these, the monotypic genera 
Ekmaniocharis, Mattefeldia Urb. (Asteraceae), and Wunschmannia Urb. 
(Bignoniaceae), are restricted to the Massif de la Hotte. 

In May-June 1984, I assisted Walter S. Judd in the botanical portion of a 
biogeophysical inventory of two proposed national parks of Haiti (see Judd, 
1987). In June 1984, I collected in the Morne Formon/Pic Macaya region of 
the Massif de la Hotte in what is now Parc National Pic Macaya. Dr. Judd 
had made an earlier trip to this remote area in January-February of the 
same year. This region, though greatly deforested, supports perhaps the 
largest expanse of primary montane forest in Haiti, and is known for its rich 
and highly endemic flora (Dod, 1984; Ekman, 1928; Judd, 1987; Moscoso, 
1943). Our collections indicate relatively high endemism of the angiosperms 
(excluding orchids): ca. 35% of the species are endemic to Hispaniola and 
19% are endemic to La Hotte (Judd, 1987). 

To reach Parc Macaya, we retraced Ekman’s route from La Pretre across 
the Riviere L’Acul, and up the steep slopes to Les Platons. Parking our 
vehicles at Les Platons, we hiked ca. 10 km across the gently sloping plain 
of Formon through the village of Sou Bwa ( = Sous Bois) to the village of 
Formon, our center of operations, at the southern base of Morne Formon. 
The plain (Figure 1), elevation ca. 750—1000 m, is heavily disturbed (ca. 
90% open agricultural fields). The original vegetation is almost completely 
destroyed and persists only in scattered aggregations on dog-toothed limes- 
tone. Since we were unable to find Ekmaniocharis on either trip, we believed 
there was 2 good possibility that the species was extinct. 

In July, 1985, I returned to Parc Macaya to collect specinems of Mecraninm 
and search for Ekmaniocharis as part of an ongoing monographic study. A 
more extensive search at lower elevations outside the national park revealed 


196 Moscosoa 5, 1989 


Figure 1. The Formon qu Papes of ii ahaa sick 
from locality of Skean 1660, 1665, 2079, 2115, and 2115A; note the ex- 
treme deforestation typical of region; house of Mr. Auprano Despagne is in 
background. 


two populations of Ekmaniocharis!. A detailed description of the species 
(based on my collections and field observations, as well as Ekman’s 
specimens) is presented below with localities of the known populations. 


Ekmaniocharis crassinervis Urban (Figs. 2 & 3) 

Evergreen shrubs to ca. 2.5 m tall with light gray, smooth to slightly 
furrowed bark. Twigs slightly 4-angled, soon becoming rounded, green to 
tnged heavily with red-purple, nodose, 2-3. mm in diameter on internodes. 
with a prominent collar-like flange, ca. 1-3 mm wide, encircling each node 
and making total nodal diameter 4-7 mm, smooth to tuberculate/corky, 
essentially glabrous, but youngest nodes usually with unbranched to irreg- 
ularly branched and matted multicellular hairs, to ca. 0.2 mm long, often 
hidden beneath nodal flanges; internodes (1)2.2—5.4(6.8) cm long. Leaves 


1. l returned to this area in Jan. 1987 and found the site of the largest known population of Ekmanio- 
charis planted in sweet potatoes. No individuals of reproductive size remained - only ca. 10 plants, all 
less than 1 m tall and adjacent to large rocks. Three collections made on this trip are cited herein, 
including some nearly-mature dried fruits prepared by P. R. Despagne. 


Moscosoa 5, 1989 197 


Figure 2. Habit of E. crassinervis; Pierre Ronique Despagne standing in 
rak bwa with Ekmaniocharis on his right; note plants of Phyllanthus myrio- 
phyllus to his left. In January 1987 no plants this large remained. 


opposite; petiole 3—11 mm long, green to red-purple, smooth or tuberculate/ 
corky, usually caniculate, essentially glabrous; blade coriaceous, ovate, less 
commonly elliptic, 3.4—11(12.8) cm long, (1.5)2.5—5.4 cm wide, slightly 
curved adaxially, green, usually drying olive green above and golden-brown 
below, with youngest leaves often tinged heavily with red-purple; apex 
acuminate or acute, often curved downward; base slightly or strongly 
cordate, less commonly rounded; margin flat, or often revolute near base, 
obscurely serrate + throughout, with teeth terminated by caducous, multi- 
cellular, apically-curved, acicular projections to ca. 1.5 mm long and ca. 0.2 
mm wide; venation acrodromous, suprabasal, with a prominent midvein, 2 
conspicuous secondary veins joining midvein 1—3(5) mm above lamina base, 
2 less conspicuous, intramarginal secondary veins, and numerous percurrent 
tertiary veins more or less perpendicular to the midvein; adaxial surface with 
midvein, 2 major secondary veins, and tertiary veins strongly impressed, the 
surface glabrous except for minute, conical or cylindrical, unbrached, multi- 
cellular glandular hairs, to ca. 0.1 mm long, caducous, or often persisting in 
impressions of midvein and 2 conspicuous secondary veins; abaxial surface 


198 Moscosoa 5, 1989 


i 
an 


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LI 


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Figure 3. Ekmaniocharis crassinervis; A, branch with young fruits (Skean 
1665); B, nodal flange (Skean 1665); C, mature leaf (Ekman H208, isotype); 
D, young leaf (Ekman H208, isotype); E, flower bud (Skean 1665), note 
rupturing of calyptra formed from fused internal calyx lobes; F, flower 
(Skean 1665); G, young fruit (Skean 1665). 


Moscosoa 5, 1989 199 


with midvein and 2 conspicuous secondary veins prominently raised, 2 
intramarginal secondary veins and tertiary veins less raised, quaternary and 
higher order veins reticulate, slightly raised, the surface sparsley pubescent 
with minute glandular hairs similar to those on adaxial surface, and youngest 
leaves with caducous, axillary tufts of matted, elongate to irregularly 
branched, multicellular hairs, to ca. 0.3 mm long, at junction of midvein 
and 2 major secondary veins. /nflorescences axillary, paniculate cymes 
borne among leaves and on leafless nodes below, often with two inflores- 
cences in the same leaf axil, each 2.5—7.1 cm long, 1.5—3.6 cm wide, 1—2 
branched, the axes green to tinged heavily with red-purple, with opposite, 
caducous, narrowly triangular bracts to ca. 2.1 mm long, rarely these bracts 
foliar, with blades to ca. 1.9 x 0.7 cm and petioles ca. 1 mm long; peduncle 
(6) 15—23 (31) mm long. Flowers 4-merous, sessile, each subtended by 2 
opposite, narrowly triangular bracteoles, ca. 0.5 x 0.3 mm. Hypanthium 
green to tinged heavily with red-purple, cylindrical or very slightly obconical, 
2—2.8 mm long, 1.9-2.4 mm wide, smooth, very sparsely pubescent with 
minute glandular hairs similar to those on leaves; portion free from ovary 
0.7—1.2 mm long; proximal non-membranous portion of calyx (bearing ex- 
ternal calyx lobes) ca. 0.4 mm long. External calyx lobes reduced to 4 
triangular teeth, ca. 0.5 x 0.4 mm, often with caducous acicular apices. 
Internal calyx lobes fused in a calyptra, ca. 0.9 mm high, which is ruptured 
irregularly at anthesis, terminated by a caducous apiculum ca. 0.1 mm long. 
Petals 4, purple, obovate, 2.1—3.5 mm long, 1.4—1.9 mm wide, reflexed; 
apex rounded, emarginate, with an asymmetrically placed notch ca. 0.3 mm 
across; margin entire, often slightly involute. Stamens 8, inserted above an 
adaxial erose fringe ca. 0.3 mm high, geniculate, folded adaxially in bud; 
proximal segment (filament) purple, 1.8—2.4 mm long, flattened dorsally, 
narrowly obovate, ca. 0.3 mm wide at base, ca. 0.4 mm wide near apex, 
curved; distal segment (anther sacs and connective) 1.7—2.1 mm long, ca. 
0.5 mm wide, ovate or oblong, the anther sacs white, 1.5—1.8 mm long, 
adaxially inrolled, dehiscing confluently by a single apical pore, the portion 
of connective below the anther sacs purple, 0.2—0.3 mm long, flattened 
dorsally. Ovary inferior, 1.2-1.9 mm long, 1.4-1.8 mm wide, the apex 
prolonged into a fused, collar-like, 8-ribbed appendage, ca. 0.8 mm high, 
which encases the folded distal stamen segments in bud and encircles the 
style. Style light purple, 4.6—5.8 mm long, slightly obconical, ca. 0.3 mm 
wide at base, ca. 0.5 mm wide near apex, strongly curved; stigma papillose, 
ca. 0.25 mm across. Berries (nearly mature) green, tinged with red-purple, 
turning deep purple-black, urceolate, ca. 4 x 5 mm, very sparsely pubescent 
with minute glandular hairs, many-seeded. Seeds (nearly mature) tan, 


200 Moscosoa 5, 1989 


narrowly cochleate, ca. 0.6 x 0.4 mm, papillose. Mature fruits and seeds 
not known. 

Recent collections (all deposited at FLAS, duplicates to be distributed): 
HAITI. Dept. du Sud, Massif de la Hotte, extremely disturbed vegetation 
on dog-toothed limestone in open fields ca. 2 km N of Les Platons along 
trail from Les Platons to Sou Bwa, ca. 850 m elev., only 2 plants seen, 4 
July 1985, Skean 1642 (sterile); ibid., ca. 0.75 km S of Sou Bwa among 
limestone, ca. 50 m S of the house of Mr. Auprano Despagne, ca. 905 m 
elev., ca. 30 plants seen, 5 July 1985, Skean 1660 (young fr.); ibid., 6 July 
1985, Skean 1665 (fl., young fr.); ibid., 31 Dec. 1986, Skean 2079 (sterile); 
ibid., 4 Jan. 1987, Skean 2115 (sterile), Skean 2115A (fr.). 

Ekman’s Collections: HAITI. Depart. du Sud, Morne de la Hotte (Massif 
de la Hotte, Morne Vanderveld, “Jardins Coutard”), in steep NE mountain 
woods, ca. 800 m elev., nonrare occurrence, 10 June 1917 (fl), Ekman 
H-208 (holotype! and isotype!: S); ibid., Massif de la Hotte, western group, 
Torbec, between Les Platons and Formon, ca. 800 m elev., not rare, sterile 
shrub, 26 Dec. 1926, Ekman H- 7419 (EHH, GG, IJ, S, US). 

Ekmaniocharis is a rare component of moist rak bwa, i.e., hardwood 
forests on dog-toothed limestone, on the Formon plain at ca. 800—900 m 
elev. Few areas of native vegetation remain at these elevations, increasing 
the rarity of the plant. Figure 1, taken from the site of the largest popula- 
tion known, shows the destruction of the habitat typical of the Formon 
plain. Where it survives, Ekmaniocharis occurs as a shrub to ca. 2.5 m tall 
rooted in shallow soil among exposed limestone rocks. The habitat of the 
plant is illustrated in Figure 2. The plants flower in June (Ekman H-208) 
and July, but no animals were observed to visit the flowers. Common species 
associated with Ekmaniocharis include the ferns Campyloneurum vexatum 
Eaton and Elaphoglossum crinitum (L.) Christ, the shrubs Besleria lutea 
L., Lepianthes umbellatum (L.) Raf., Lobelia robusta Graham, Miconia 
subcompressa Urb., Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult., 
Phyllanthus myriophyllus Urb., Piper aduncum L., Psidium guajava L., 
Psychotria pubescens Sw., Rytidophyllum bicolor Urb., and Vernonia 
saepium Ekm., and the weedy vine, Smilax havanensis Jacq. 

Urban distinguished Ekmaniocharis from Mecranium by the presence of 
what he called “connate, branchlike stipules resembling a cupule” (Urban, 
1921; see Fig. 3, a—b). Similar nodal outgrowths are found in other Miconieae, 
e. g., Miconia condylata Wurdack. These nodal flanges and the presence of 
well-developed caducous projections on the leaf serrations (Fig. 3, c—d) 
may be used to distinguissh Ekmaniocharis from Mecranium. 

Although phenetically distinct, Ekmaniocharis crassinervis and species of 


Moscosoa 5, 1989 201 


Mecranium share some unique, and relatively complex, derived characters. 
Therefore, from a cladistic viewpoint, the generic separation of Ekmanio- 
charis from Mecranium may not be justified. This conclusion, however, 
would require support from a through cladistic analysis, which is currently 
underway. 


Acknowledgements 


I especially thank Paul Paryski of ISPAN, who provided cheerful company 
and transportation to Les Platons. Edmond Magny and Florence Sergile of 
Damien were most helpful in providing collecting permits. Thanks are 
also due to Wendy B. Zomlefer for her excellent illustration, to Pierre R. 
Despagne for preparing dred fruits, to the curators of GH, IJ, S, and US for 
loans of Ekman’s collections, to Kent D. Perkins for administrative handling 
of these loans, and to Walter S. Judd for reviewing the manuscript. 


Literature cited 


Dod, D. 1984. Massif de la Hotte, isla peculiar: orquideas nuevas iluminan su 
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. 1923.Zur Pflanzengeographie von Hispaniola. Symbol. Antill. 9:1—54. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 202-215 


LANTANA SECT. CAMARA (VERBENACEAE) IN HISPANIOLA: 
NOVELTIES AND NOTES 


Roger W. Sanders 


Sanders, Roger W. (Fairchild Tropical Garden, 11935 Old Cutler Road, Miami, FL 
33156, USA). Lantana sect. Camara (Verbenaceae) in Hispaniola: Novelties and notes. 
Moscosoa 5: 202-215. 1989. Lantana urticifolia subsp. moldenkei and subsp zanonii are 
described from Hispaniola and are compared to other members of Lantana sect. Camara 
that are indigenous to the islands. 


Lantana Secc. Camara (Verbenaceae) de la isla Espafiola: novedades y otras notas. Se 
describen Lantana urticifolia subsp. moldenkei y subsp. zanonii de la Española y se 
comparen estas subspecies a otras especies nativas de la Secc. Camara. 


Recent revisionary studies of Lantana L. (Sanders, 1987; in press, a) and 
preparation of the treatment of Lantana for the Flora Vascular de la Isla 
Española reveal two undescribed subspecies of L. urticifolia (Fig. 1, 2). 
Furthermore, the limits of all the species of Lantana sect. Camara Cham. 
native in Hispaniola, namely L. bahamensis, L. camara, L. leonardiorum, 
L. subcordata, and L. urticifolia, need to be clarified. 

Members of sect. Camara are distinguished by their corollas that are 
usually yellow, orange or infused with red or magenta, and by their fistulose 
receptacles, black drupes, and inflated, obconic pyrenes. Species of Lantana 
sect. Callioreas Cham. also occur in Hispaniola and will be treated in a later 
publication. This latter group is characterized by white or pinkish-purple 
corollas, non-fistulose receptacles, white or magenta drupes, and solid, 
bilobed pyrenes. 

The new taxa are given the rank of subspecies for two reasons. First some 
equivalant infraspecific variants of L. urticifolia have wide geographic 
distributions in the Caribbean and South America (Sanders, in press, a). 
Second the nomenclature of Lantana is complex and confused. The resolu- 
tion, which is in progress, will require in-house examination of types in 
European herbaria. Names that have priority at the rank of species or 
variety eventually may emerge, whereas the rank of subspecies is essentially 
free of obscure, poorly known epithets. 


Lantana urticifolia subsp. moldenkei R. Sanders, subsp. nov. (Fig. 2) 
Divergens a corpore speciei Lantanae urticifoliae Mill. laminis folii in 


superficie nonsetosis, ovatis, distale curvatim acuminatis, in basi decurrenti- 
bus cum lateri margine moderate 13—25 serrato-crenato, cum bracteis 


Moscosoa 5, 1989 203 


1622. A. Habitat. B. Portion of stem showing leaf scar. C. Leaf. D. Adaxial 
surface of lamina, apex. E. Adaxial surface of lamina, below apex. F. Abaxial 
surface of lamina, apex. G. Inflorescence, viewed from above. H.—J. Inflores- 
cence bracts, adaxial view; H. Second series inward, I. Third series, J. Fourth 
series. K. Flower and subtending bract, side view. L. Flower, longitudinal 
section. M. Calyx. N. Corolla limb, face view. O. Pistil. P.—Q. Pyrene; P. 
Abaxial view, Q. Adaxial view. Scale bar as follows: 3 cm (A), 1.5 cm (C), 
1 cm (G), 3.3 mm (H—Q), 1.7 mm (B, D—F). 


204 Moscosoa 5, 1989 


cultivated from cuttings of Sanders 1570 (F), Sanders 1604 (B). A.—B. 
Leaves, showing variation in shape. C. Adaxial surface of lamina. D. Abaxial 
surface of lamina, margin. E. Details of hairs of abaxial laminar surface. F. 
Inflorescence (bracts are somewhat shorter than normal, perhaps due to cul- 
tivation under colder conditions than would be natural). G.—J. Inflorescence 
bracts; G. Second series inward, abaxial view, H. Second series, adaxial view, 
I, Third series, adaxial view, J. Fourth series, adaxial view. Scale bar as 
follows: 3 cm (A, B), 1 cm (F), 2.5 mm (G—J), 1.7 (C, D), 0.6 mm (E). 


inflorescentiae lanceolatis ubique subscariosis, adaxiale sine trichomatibus, 
in apice attenuatis. 

Shrubs, erect or ascending, 0.5—2 m tall. Laminas mostly 3—7 cm long, 
cordate, ovate, narrowly ovate, or oblong lanceolate, mostly 1.3—1.7 times 
as long as wide, subrugose to nonrugose; veins reticulate, not noticeably 
impressed adaxially, somewhat emergent abaxially; base attenuately 
decurrent onto petiole; sides convex-rounded distally, often constricted 
below the acuminate apex; margins usually flat, finely serrate-crenate, teeth 
13 to 17 (25) per side, 1—2 mm high, usually not tipped with antrorse setae 
that are larger than surrounding hairs; sinuses (from middle section of 


Moscosoa 5, 1989 205 


margin) dividing the lamina mostly 1/10—1/15 the distance from the teeth 
apices to the midrib; adaxial surface covered (often sparsely so) normally 
with only eglandular hairs 0.1—0.3 (—0.6) mm long. Inflorescence bracts 
lanceolate or subulate, attenuate from near base, short pilose, longer hairs 
ca. 0.3 mm long; distal third with margins gradually converging, of the same 
texture and thickness as proximal portion, bearing hairs only on margins 
and abaxial surface or also on adaxial surface only at very tip. Corollas 
yellow or yellow-orange changing to orange-red on subsequent day(s); tube 
7—12 mm long, limb 6—9 mm long. 2n = 44. 


TYPE: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Barahona: 8.5 km north of Paraiso 
along road to Barahona, 18° 03 N, 71° 08 W, mixed thorn-broadleaf forest, 
lower slopes of limestone coastal range, elev. 25-50 m, 23 Feb 1983, 
R. Sanders 1621 (HOLOTYPE: JBSD!, ISOTYPES: F!, FTG!, GH!, NY!, 
TEX!). 

Representative specimens: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Azua: 1 km. 
E of Hatillo, Sanders 1614 (FTG, JBSD). Prov. Barahona: near Barahona, 
M.- Fuertes 292 (F, GH, US); 5 km N of Barahona, Sanders 1616 (FTG, 
JBSD); 10 km SW of Barahona, Sanders 1619 (FTG, JBSD); 2 km N of 
Paraiso, Sanders 1623 (FTG, JBSD). Prov. Dajabón: 2 km SW of Dajabón, 
Sanders 1593 (FTG, JBSD); 6 km N de Pueblo Nuevo, 7. Zanoni & M. 
Mejía 17832 (JBSD). Distrito Nacional: Loma Sierra Prieta, M. Mejía & 
T. Zanoni 7846 (JBSD). Prov. La Vega: 25 km S of Jarabacoa, 19” 00 N, 
70°38 W, Sanders 1606 (FTG, JBSD); 17 km N of Jarabacoa, Sanders 
et al, 1605 (FTG, JBSD); 14 km NW of Constanza, M. Mejía & T. Zanoni 
5029 (FTG, JBSD); 3 km W or Santiago - Santo Domingo, Road, 19 02 N, 
70° 28 W, Sanders 1608 (FTG, JBSD); 3-4 km W of Constanza, Sanders 
et al. 1708 (FTG, JBSD); 5 km O de La Culata de Constanza. T. Zanoni et 
al. 19230 (JBSD), NY); near Constanza, H. von Turckheim 2999 (NY). 
Prov. Peravia: 38 km E of Azua, near Galeón, Sanders 1611 (FTG, JBSD). 
Prov. Puerto Plata: 6—10 km S of Puerto Plata, Sanders 1601 (FTG, JBSD). 
Prov. San Cristóbal: 9 km N of San Cristóbal, M. Mejía et al. 10292 (JBSD). 
Prov. Santiago: Inoa, Sanders 1580 (FTG, JBSD); 16 km E of Monción, 
Sanders 1585 (FTG, JBSD); 1.5 km S of La Cumbre, Sanders 1604 (FTG, 
JBSD) HAITI. Dept. de l'Ouest: Port-au-Prince, E. Ekman 1997 (F) Dept. 
du Nord'ouest: Ile de la Tortue, La Vallée, E. & G. Leonard 11220 (A, MO, 
US). PUERTO RICO: Between Sabana Grande and Maricao, Sanders 1497 
(FTG), Sanders 1499 (FTG); 4 km SSE of Maricao, L. Smith PR—34 (LL); 
NE outskirts of Guanica, L. Smith, PR—21 (LL). Intermediates: L. urtici- 
folia subsp. moldenkei X L. camara: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Alta- 


206 Moscosoa 5, 1989 


gracia: La Playita, T. Zanoni et al 10853 (JBSD). Distrito Nacional: Santo 
Domingo, H. Allard 13319 (US), 13845 (US), 13886 (US), 14121 (US), 
14407 (US), 15898 (US); same loc, D. Dod € T. Zanoni 10047 (JBSD). 
Prov. La Vega: Jarabacoa, B. August 849 (JBSD, NY). Prov. Puerta Plata: 
Puerta Plata, C. Raunkiaer 1257 (US). Prov. Santiago: Jacagua, J. Jiménez 
5189 (NY). HAITI. Dept. del Artibonite: St. Michel de l’Atalaye, E. Leonard 
7194 (GH, NY, US). Dept. du Nord: Bayeux, 18 Jan 1925 Weir s.n. (US). 
Dept. du Sud: Les Cayes,, J. Harshberger 67 (US). lle de la Gonave: Anse 
Galette, E. Leonard 3175 (US). PUERTO RICO: 2 km S of Cayey, Sanders 
1509 (FTG); Seboruco, Sanders 1507 (FTG); Juncoa, R. Wagner 427 (A); 
near Luquillo, L. Smith PR-47 (LL); 9 km SSW of Guaynabo, L. Smith 
PR-24 (LL). L. urticifolia subsp. moldenkei X L. leonardorum: DOMINI- 
CAN REPUBLIC. Prov. Monte Cristi: Elevated coral reefs S of Monte Cristi, 
R. & E. Howard 9574 (GH, NY, US); E de Monte Cristi, A. & P. Liogier 
22163 (JBSD, NY); near Copey, A. Liogier 16386 (NY); same loc. Sanders 
et al. 1695 (FTG, JBSD). Prov. Puerta Plata: Isabel de Torres, A. & P. 
Liogier 23140 (JBSD, FTG, NY). Prov. Valverde: La Pradera, A. Liogier 
11595 (JBSD, NY); 7 km N of Cruce de Guayacanes 19° 42 N, 71° 04 W, 
Sanders 1599 (FTG, JBSD). HAITI. Dept. du Nord’ouest: near Cabaret, 
E. & G. Leonard 11949 (GH, US); Móle St. Nicolas, E. & G. Leonard 13337 
(US); lle de la Tortue, E. & G. Leonard 15280 (US). L. urticifolia subsp. 
moldenkei X L. subcordata: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Santiago: San 
José de las Matas, E. Valeur 1002 (F, LL, MO, NY, US); 15 km S of Santia- 
go, Sanders 1572 (FTG, JBSD). Prov. Santiago Rodríguez: Monción, Sanders 
1587 (FTG, JBSD); same loc., E. Valeur 193 (US); “Station 9062”, A. 
Liogier 9062—4 (JBSD); between Monción and Sabaneta, Sanders 1590 
(FTG, JBSD). 

Habitat and Distribution: Occupying a wide range of habitats from 
semiarid coastal plains to middle elevation mesic, pine forests and evergreen 
broadleaf forests; throughout Hispaniola and Puerto Rico; flowering and 
fruiting most of the year depending on rains and local climate. 

The epithet honors Dr. Harold N. Moldenke (1909—), worldwide 
authority on the Verbenaceae and editor of Phy tologia. 


Lantana urticifolia subsp. zanonii R. Sanders, subsp. nov. (Fig. 1) 


Divergens a corpore speciei Lantanae urticifoliae Mill. laminis folii parvis, 
trullatis vel ovatitriangularibus vel lancitriangularibus in superficie disperse 
setosis, marginibus revolutulis grosse 6—11 serratis, serraturis in apice antror- 
se setosis, bracteis inflorescentiae plus minusve anguste oblongis vel 


Moscosoa 5, 1989 207 


linearibus in base subscariosis in medio sat dilatatis distale parallelimarginatis 
cum consistentia foliorum adaxiale saepe cum trichomatibus, in apice abrupte 
acutatis vel obtusis. Differt a L. leonardioro Mold. laminis folii grandioribus 
minus bullatis plus serratis, bracteis inflorescentiae plus elongatis in apice 
plus acutatis. 

Shrubs, ascending or subscandent, 0.5—3 m tall. Laminas mostly 1-3 

(—4) cm long, trullate to ovate— or lanceolate-triangular, 1.3—1.8 (—2.0) 
times longer than wide, rugose; veins reticulate, impressed adaxially, 
emergent abaxially; base abruptly or shortly decurrent on to the petiole; 
sides more or less straight, converging into an acute apex; margins minutely 
but distinctly revolute, coarsely serrate; teeth 6 to 11 (13) per side, 1-2 mm 
high, usually tipped with antrorse setae that are larger than the surrounding 
hairs; sinuses (from middle section of margin) dividing the lamina 1/5—1/8 
the distance from the teeth apices to the midrib; adaxial surface more or less 
densely covered with a mixture of eglandular and glandular hairs ca. 0.3 mm 
long and with evenly scattered setaceous antrorse hairs 0.7—1.5 mm long. 
Inflorescence bracts oblong-elliptic to oblong-linear, usually moderately 
dilated near the middle, setose-ciliate, longer trichomes 0.5—1.0 mm long; 
distal third with margins more or less parallel, more leaflike in texture and 
thickness than is proximal portion, often bearing scattered hairs on surface 
above. Corollas yellow or changing to orange with age; tube 5—10 mm 
long; limb 4—8 mm long. 2n = 22. 
TYPE: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Pedernales: 18 km northwest of 
Oviedo along road to Pedernales, 17°52’N, 71°29 W edge of dense thorn 
scrub on low ridge of dogtooth limestone, elev. 220 m, 1 Oct 1984, R. 
Sanders, T. Zanoni, & J. Pimentel 1682 (HOLOTYPE: JBSD!; ISOTYPES: 
F!, FLAS!, FTG!, GH!, NY!, TEX!, US!). 

Representative specimens: DOMINICAN REPUBLIC. Prov. Independencia: 
Lemba, Marcano & Jiménez 4296 (US). Prov. La Romana: farallon de Cuma- 
yasa, A. Liogier 19198 (JBSD, NY); same loc., A. Liogier & N. Melo 24220 
(JBSD). Prov.-Pedernales; 18 km NW of Oviedo, R. Sanders 1622, (FTG, 
JBSD), 1622a (garden-grown from cuttings of 1622) (FTG, JBSD); 33—35 
km NW of Oviedo, 17°56’N, 71°31’W, R. Sanders et al. 1687 (FTG, JBSD), 
entre Oviedo y Cabo Rojo, A. € P. Liogier 26739 (JBSD, NY); Loma de 
Guano, 17 km del Puerto de Cabo Rojo hacia Oviedo, 17°56 N, 71° 34 O, 
M. Mejía & J. Pimentel 499 (JBSD); same loc., M. Mejía & J. Pimentel 500 
(JBSD); Los Guanitos, A. Liogier 16956 (LL, NY, US); 32 km E of Cabo 
Rojo, A. Liogier 14227 (NY, US). Prov. Peravia: Loma Arroyo Mingo, 
18°17 N, 70°24 0,S. Peláez & J. Czerwenka 583 (JBSD); cerca de Baní, 
A. & P. Liogier 22025 (FTG, JBSD, NY). Prov. San Pedro de Macorís: 2 km 


208 Moscosoa 5, 1989 


N de las boca del Rio Cumayasa, 7: Zanoni € G. Proctor 22029 (JBSD). 
Intermediates: L. urticifolia subsp. zanonii X subsp. moldenkei: DOMINI- 
CAN REPUBLIC. Prov. Azua: Azua, Rose 3885 (NY, US). Prov. Barahona: 
Laguna de Rincon, Cabral, 22 May 1975, M. Peña s.n. (JBSD). Prov. La 
Romana: Boca de Cumayasa, 18°25 N, 69°06 W, M. Mejía € C. Ramírez 
14753 (JBSD, NY). Prov. Pedernales: cerca de Pedernales, A. & P. Liogier 
23331 (NY); same loc. A. Liogier 9043—7 (JBSD). Prov. Peravia: entre 
Baní y Azua, A. & P. Liogier 25917 (JBSD, NY); KM 80 near Bani, R. 
Howard 12039 (GH, NY); N of Galeón, M. Mejía € T. Zanoni 7023; near 
Baní, B. Augusto 677 (NY); Loma Las Tablas, 15 km W of Baní, J. 
Czerwenka & S. Peláez 402 (JBSD, NY); same loc., M. Rewinkel s. n. 
(JBSD); 5 km W of San José de Ocoa, Sanders 1624 (FTG, JBSD); same 
loc. T. Zanoni & M. Mejía 11865 (JBSD). 

Habitat and Distribution: Southern coast of Dominican Republic, possibly 
extending into Haiti; often locally common; apparently in association with 
outcrops of coralline limestone and semiarid climate; flowering and fruiting 
May through December in association with the rainy season. 

The epithet honors Dr. Thomas A. Zanoni (1949—), botanist at the 
Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael M. Moscoso” and editor of the Flora 
Vascular de la Isla Española, whose hospitality expedited my study of this 
taxon. 

Lantana urticifolia has been misidentified primarily as L. arida Britton 
and L. camara L (Jiménez, 1967; Moldenke, 1959; Moscoso, 1943). Examina- 
tion of the type of Lantana arida [HOLOTYPE: JAMAICA: Salt Pond 
Hills, Kingston Harbor, 2 Mar 1908, N. Britton & A. Hollick 1824, NY!] 
shows the name to be a synonym of L. urticifolia Mill. [HOLOTYPE: MEXI- 
CO. Veracruz: 1731, Wm. Houston s. n., BM, photo!] , a name that has not 
been widely applied until accepted as the correct name for the pubescent 
lantana in Jamaica (Adams, 1972). 

Lantana camara and its closet congeners are separated from L. urticifolia 
on the basis of the structure of the foliar hairs. Lantana camara has stout 
basally geniculate, attenuately conical hairs. Lantana urticifolia has soft, 
more or less erect, more or less filiform hairs. 

Lantana urticifolia exhibits continuous variation over its distribution 
from Mexico to South America and the Antilles. Regional differences occur 
in leaf size, serration, and pubescence, and in bract structure. The pubescence 
differences are various combinations of hair length, stiffness, thickness, 
curvature, arrangement, and density. 

Lantana ufticifolia subsp. moldenkei is one of the several variants 
encompassed by L. urticifolia. This subspecies closely resembles plants from 


Moscosoa 5, 1989 209 


Cuba and central Mesoamerica but lacks the long setaceous hairs on the 
adaxial laminar surface. Its leaves are similar to those of Jamaica and eastern 
Mesoamerica except for the shape and degree of dentation of the laminas. A 
few collections (Sanders et al. 1605, 1708) from the higher elevations of the 
Cordillera Central have hispid hairs to about 1 mm or more in length. This 
suggests either that the character is somewhat genetically unstable, or the 
plants from higher elevation have retained or developed the Cuban/Meso- 
american condition in parallel. Either possibility supports the conspecific 
status of the geographic variants of L. urticifolia 

Morphological intermediates between L. urticifolia subsp. moldenkei 
and L. camara are common, especially in or around urban areas (See 
specimen citations below L. urticifolia subsp. moldenkei. ). The abaxial leaf 
surfaces of these plants bear both stout, geniculate hairs on the veins and 
dense straight hairs on the lamina and vein surfaces. I interpret these to be 
hybrids similar to those between L. depressa Small and L. camara in Florida 
(Sanders, 1987). Whether L. camara is native or naturalized in Hispaniola 
is not known. Regardless, human disturbance of natural habitats would 
provide habitat favorable for hybrids between the two species. Collections 
of L. urticifolia subsp. moldenkei from Puerto Rico possess to varying 
degrees the geniculate, stout hairs of L. camara. This may be the result of 
either simple hybridization or more complex introgression. 

The degree of morphological overlap between L. urticifolia subsp. 
moldenkei and L. urticifolia subsp. zanonii suggests that the two are 
conspecific and that the latter should also be treated as a regional variant 
of L. urticifolia Morphological intermediates exist between the two taxa 
(See specimen citations below L. urticifolia subsp. zanonii.) suggesting 
local adaptive clines or secondary hybridization. 

Although the morphological variation between L. urticifolia subsp. 
zanonii and L. leonardiorum is discontinuous and they are specifically 
distinct, they are closely related. Both are diploids (2n = 22; Sanders, in 
preparation), and the two taxa are strongly disjunct — L. leonardorum 
on the northern coast, and L. urticifolia subsp. zanonii on the southern 
coast. The characters that set subsp. zanonii apart from the rest of L. 
urticifolia find their most extreme expression in L. leonardorum (Fig. 3); 
that is, subsp. zanonii is morphologically intermediate in certain characters 
between L. leonardiorum and L. urticifolia. Unknown is whether 1) subsp. 
zanonii is a taxon of hybrid origin, 2) subsp. zanonii is the ancestor of 
L. leonardiorum, or 3) subsp. zanonii and L. leonardiorum evolved in parallel 
from L. urticifolia in adaptation to similar habitats (semiarid, coralline 
limestones). 


210 Moscosoa 5, 1989 


PIE yy 
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& 
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Po 2 7 
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. 


Fig. 3 Lantana leonardorum; cultivated from cuttings of Sanders 1594 
(A, B, G—Q), Sanders 1594 (C, E—F, R—T), Leonard € Leonard 11930 at 
A (D). A. Habit. B. Portion of stem. C.— D. Leaves, showing variation. E. 
Adaxial surface of lamina, margin. F. Abaxial surface of lamina, apex. G. 
Representative hairs from adaxial laminar surface. H.—J. Inflorescence 
bracts, adaxial view; J. Second series inward, I. Third series, J. Fourth 
series. K. Flower and subtending bract, side view. L. Flower, longitudinal 
section. M. Calyx. N. Corolla limb, face view. O. Pistil. P. Developing 
infructescence. Q. Developing fruit. R.— T. Pyrene; R. abaxial view, S. 
adaxial view, T. cross-section. Scale bar as follow: 3 cm (A), 1 cm (C—D, 
P), 5 mm (H—O, Q—T), 3.3 mm (B), 1.1 mm (E—F), 0.7 mm (G). 


Moscosoa 5, 1989 211 


In the middle valley of the Río Yaque del Norte, specimens occur that 
strongly resemble subsp. zanonii However, these plants exceed the limits 
of variation found in subsp. zanonii (láminas often longer, more narrowly 
triangular or oblong and with up to 15 serrations per margin) and are 
tetraploid (2n = 44; Sanders, in press b.). These northern specimens are 
interpreted to be simple hybrids or hybrid derivatives between L. leonardio- 
rum and L. urticifolia subsp. moldenkei (See specimen citations below 
L. urticifolia subsp. moldenkei. ). 

Lantana urticifolia subsp. urticifolia, common in Jamaica, appears to 
occur sporadically in the west and south of Hispaniola. It is distinguished 
from subsp. moldenkei by the narrower, more straight-sided laminas with 
smaller, more crowded crenations and continuous pannose pubescence, and 
by the shorter bracts. 

Lantana subcordata Urb. (Fig. 4), a diploid (2n = 22) endemic of the 
San José de las Matas region, shows some similarities to L. urticifolia subsp. 
moldenkei (tetraploid with ovate, crenate, nonglandular laminas), to subsp. 
zanonii (diploid with setaceous laminar hairs, small laminas), and to L. 
leonardiorum (diploid with small, bullate laminas, small rounded bracts). 
However, it appears to be specifically distinct from these taxa. Lantana 
subcordata, L. urticifolia subsp. moldenkei, and their occasional. morpho- 
logical intermediates (See specimen citations below L. urticifolia subsp. 
moldenkei.) occur sympatrically. Two of these intermediates (Sanders 1572, 
1590) undoubtedly are hybrids because they are triploid ( n = 16/17, 
2n = 33; Sanders, in press b.); this is probably true for the other intermediate 
collections as well. 

Lantana bahamensis occurs along the northern coast of Haiti. The structu- 
re of laminar hairs indicates a close relationship with L. urticifolia. Generally 
the species is noticeably glabrescent and bears long triangular laminas that 
have very shallow, appressed crenations and lustrous adaxial surfaces. 
However, the plants from Hispaniola are more densely pubescent, such that 
are difficult to distinguish from L. urticifolia subsp. urticifolia. This may 
suggest that L. bahamensis should be included in L. urticifolia, but it may 
also reflect introgression between L. urticifolia and L. bahamensis where the 
two have come in contact. 


Key to Lantana sect. Camara in Hispaniola 
Hybrids between L. camara and the remaining species are to be expected. 


These cannot be keyed satisfactorily through couplet 1 because they bear a 
mixture of the geniculate and erect types of hairs. 


213 Moscosoa 5, 1989 


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Fig. 4. Lantana subcordata; cultivated form cuttings of Sanders 1583; 
(A—C, G—I, P—Q), Sanders 1583 (E—F, K, M, O), Sanders 1575 (D, J, 
L, N, R-U, A: Habit. B. Portion of stem. C. Representative hairs from 
stem. D.— E. Leaves, showing variation. F. Adaxial surface of lamina, 
margin. G. Abaxial surface of lamina, distal portion. H. Hairs from abaxial 
laminar surface between veins. I. Inflorescence. J.—O. Inflorescence bracts, 
adaxial view, showing variation; J.—K. Second series inward, L.—M. Third 
series, N.— O. Fourth series. P. Flower, longitudinal view. Q. Corolla limb, 
face view. R. Mature fruit. S.—U. Pyrene; S. abaxial view, T. adaxial view, 


U. Cross-section. Scale bar as follows: 3 cm (A), 1 cm (D—E, I), 3.3 mm 
(B, F—G, J—U), 0.4 mm (C, H). 


Moscosoa 5, 1989 213 


1. Hairs of abaxial laminar surfaces sparse and somewhat remote from one 
another, restricted mostly to midrib, secondary, and tertiary veins, stout, 
attenuately conical, never gland-tipped, geniculate toward base with distal 
2/3 held parallel to lamina or vein surfaces; Caribbean and widely cultivat- 
ectarougnout the, trenies ds aoguo- bosses. 941 Lantana camara L. 

1. Hairs of abaxial laminar surfaces usually abundant and crowded, at least 
along crevice between major veins and laminar surface, usually occurring 
on all veins including areoles and often on non-innervated laminar tissue, 
weak, filiform, gland-tipped or not, + erect from basal insertion, spread- 


ECO Jaina of Moin CUECA oS LS Sesebrs iebru.. 2 
2. Inflorescence bracts ellipticrhombic, obovate, or spatulate; apex 
rounded or broadly obtuse, somewhat recurved or sprending........ 3 


3. Laminas mostly 2—6 cm long; adaxial surface usually sparsely 
strigillose, with the hairs eglandular, 0.3 mm or less long, bases 
of hairs usually pustulate and encrusted, laminar surface exposed 
and shiny; abaxial surface usually pilose only in the crevice between 
the main veins and laminar surface; marginal teeth broadly rounded, 
transversely oblong, ca. 4 times longer than high; northern Hispaniola, 
Bahamas, cand Caba ed S42 sok ose a Lantana bahamensis Britt. 

3. Laminas mostly 0.5—2.0 cm long; adaxial surface densely pilose- 
hirsute, the hairs eglandular or also glandular, 0.1—0.5 mm long, 
with a sparser canopy of longer setaceous hairs often 0.7—1.5 mm 
long, bases of hairs usually not conspicuously pustulate nor encrust- 
ed, laminar surface not normally exposed nor shiny; abaxial surface 
densely and uniformy pilose; marginal teeth mostly acute or narrowly 
rounded, triangular or semicircular, 1—2 times longer than high..... 


4. Plants erect, low and stiffly, densely branched, usually with prick- 
les; laminas narrowly triangular to narrowly elliptic, strongly 
bullate or puckered between the few (c. 3—5) secondary veins, 
margins revolute; teeth usually 3—6 per side; each tooth tipped by 
a seta stouter and longer than those on the remainder of the 
E EA CA .. 2 eh Sa Lantana leonardiorum Mold. 

4. Plants usually trailing or procumbent, sparingly branched, usually 
without prickles; laminas subcordate to ovate or ovate-triangular, 
rugose between the several (c. 10) secondary veins, tertiary veins 
and also areolar veins, margin subrevolute; teeth usually 8—15 
per side; each tooth usually not tipped by a seta noticeably 
stouter or longer than those on the remainder of the margin; 
enicindsad wawolled all. te aro. Lantana subcordata Urb. 


214 


Moscosoa 5, 1989 


2. Inflorescence bracts elliptic linear, narrowly ovate, or lanceolate; apex 
attenuate, acute or abruptly and narrowly rounded at very tip, not 
noticeably recurvedicioo. ia. DURA IP NAPA IAE 5 


$ 


Laminar teeth 6—11 (13) per side: each tooth usually tipped by one 
or more setae stouter and longer than those on the remainder of 
the margin; adaxial laminar surface usually with setaceous hairs 
0.7—1.5 mm long between the secondary veins; Inflorescence bracts 
elliptic linear or narrowly oblong, widest and sometimes dilated 
near the middle, margins setose, apex abruptly acute or narrowly 
rounded; endemic....... Lantana urticifolia subsp. zanonii Sanders 


. Laminar teeth (12) 13—30 per side; each tooth not tipped by setae 


stouter and longer than those on the remainder of the margin; 
adaxial laminar surface lacking setaceous hairs 0.7—1.5 mm long 
between the secondary veins; inflorescence bracts subulate, lan- 
ceolate, or narrowly ovate, widest near the base, margins not setose, 
apex attenuates 3200 52. UO ARR? ORT a SOS, y COLA A 6 
6. Laminas mostly 1.7—2.5 times as long as wide, lanceolate-trian- 
gular to oblong-triangular, apex acute to obtuse, base abruptly 
decurrent onto petiole; surfaces densely and evenly pannose, hairs 
uniformly about 0.1—0.2 mm long; marginal teeth mostly 17—30 
per side, 0.5—0.7 mm high; inflorescence bracts usually 1/4—1/2 
as long as corolla tube, narrowly ovate or acutely lanceolate; His- 
paniola, Jamaica, Central America, & Mexico................. 
ota. BE So ADIÓS NU Lantana urticifolia subsp. urticifolia 
6. Laminas mostly 1.3—1.7 times as long as wide, ovate or ovate- 
oblong, apex acuminate with protracted tip, base long decurrent 
onto petiole; surfaces not pannose, hairs often sparse and unevenly 
distributed, mixed in lengths 0.1—0.6 mm; marginal teeth mostly 
13-17 (225) per side, 1-2 mm high; inflorescence bracts usually 
1/2—1 times as long as corolla tube, lanceolate-acuminate to linear- 
lanceolate or subulate; Hispaniola and Puerto Rico............. 
dot Bis So. See Lantana urticifolia subsp. moldenkei Sanders 


Acknowledgments 


Fairchild Tropical Garden (FTG), the Jardín Botánico Nacional “Dr. 
Rafael M. Moscoso”, and a grant from the American Philosophical Society 
supported the needed travel and field work. Priscilla Fawcett, FTG staff 
illustrator, drew Figs. 1-4. Curators of the following herbaria are thanked 


Moscosoa 5, 1989 215 


for the loan of specimens: A, F, FTG, GH, JBSD, LL, MO, NY, US. Drs. 
C. E. Nauman and D.H. Nicolson reviewed a manuscript draft. 


Literature Cited 


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Caribbean species of Lantana (Verbenaceae). Amer. J. Bot. 74. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 216-225 


TWO ATYPICAL EXAMPLES OF SEED DISTRIBUTION 
IN THE DOMINICAN REPUBLIC 


Richard A. Howard & Thomas A. Zanoni 


Howard, Richard A. (Arnold Arboretum of Harvard University, 22 Divinity Avenue, 
Cambridge, Massachusetts 02138, U.S.A.) & Thomas A. Zanoni (Jardin Botanico Nacio- 
nal, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). Two atypical examples 
of seed distribution in the Dominican Republic. Moscosoa 5: 216-225. 1989. The 
seeds of Melocactus communis (Cactaceae) are removed from the fruits and transported 
by the common fire ants, Solenopsis geminata. Cattle eat the mature pods of Acacia 
macracantha (Mimosaceae ) and transport them. The seeds of the Acacia readily germinate 
in the dung deposited on the ground. Several to many seedlings in each dung deposit 
can result in the tight clustering of trees in nature. Also, dung beetles, Canthon violaceus, 
observed removing individual seeds of Acacia from the dung and transporting the seeds 
to their tunnels. This contributes to the dispersal pattern of solitary trees of Acacia. 


Se reporta la diseminación de las semillas del cacto “melón” Melocactus communis 
(Cactaceae) por las hormigas, Solenopsis geminata, en la provincia de Pedernales, Repú- 
blica Dominicana. 


Las observaciones sobre la diseminación de las semillas del cambrón, Acacia macra- 
cantha (Mimosaceae ) indican que hay dos diseminadores. Las vacas comen las vainas ma- 
duras y descargan las semillas en el estiércol, sobre el suelo. En este micro-habitat húme- 
do y abonado (estiércol) las semillas germinan fácilmente. Cada depósito de estiércol 
contiene varias semillas que pueden germinar, por esta razón se nota que los cambrones 
crecen agregados. 

Los escarabajos, Canthon violaceus, sacan las semillas de cambrón de el estiércol y 
las llevan a hoyos individuales. Esto contribuye al patrón de distribución de árboles 
aislados. 


When Henry N. Ridley wrote his encyclopedic book, “The Dispersal of 
Plants throughout the World” (1930), he noted that there was no adequate 
work on the subject at that time and that existing references were brief and 
scattered. He sought to collate and compare the existing observations and 
records, and then he stated, “The complete story of dispersal, however, is 
not yet finished, and there is still a large field of work for observers. . . 
Travellers in almost any area of the globe, but especially in the tropics, may 
easily add to our knowledge of this subject.” The Caribbean area and His- 
paniola are not specifically: mentioned in Ridley’s book, although H. B. 
Guppy’s classic study “Plants, seeds, and currents in the West Indies and 
Azores”. (1917), is included in the bibliography. 

In 1988 the reference most often cited for information on seed and 
fruit dispersal is the third edition of L. van der Pijl's “Principles of dispersal 
in higher plants” (1982). This small volume of 215 pages contrasts with the 
744 pages in Ridley's ““Dispersal” and is regrettably much too synoptic in 


Moscosoa 5, 1989 217 


presentation and in bibliographic references supporting his text. Again the 
Caribbean islands and their plants are lacking as the source of examples in 
discussing the morphology or the vectors of dispersal. Ridley’s comment that 
existing references on dispersal are few and scattered is still pertinent to the 
Caribbean islands. Observations are needed from and by botanists, naturalists 
and interested observers and can be assembled, if not published directly. 
We offer two examples of recent observations of seemingly atypical methods 
of plant distribution. 

The genus Melocactus, a barrel-type cactus, produces a perennial 
cephalium of closely associated nodes or areoles consisting of spines, 
glochids, flowers and fruits. Plants are known as “Melón espinoso”, “Tete 
d'Anglais”, or “Pope's Head”. Melocactus lemairei (Monv.) Miquel is the 
name commonly applied to the plants of Hispaniola. Moscoso (1943) listed 
in addition Melocactus communis Link & Otto, a name which is difficult to 
trace and typify, and Melocactus intortus (Miller) Urban, a species now 
recognized to occur in the Lesser Antilles and north to Puerto Rico and the 
Bahamas but for which no verifiable record exists for the Dominican 
Republic. 

Most species of Melocactus are now recognized from geographical loca- 
tions rather than morphological characteristics. Fields studies of variation 
in populations and the assembly of plants from many geographic areas to 
be grown together for study seem to be the best way species limits and 
characteristics can be established. Most species in the Antilles have small 
pink flowers which produce elongate fruits or “berries”, pink in color and 
tapering at the base. The fruits are tightly packed in the cephalium and, as 
they mature, appear to be squeezed to the surface of the cephalium. Even- 
tually they rest on the surface of the cephalium or fall to the ground. For a 
period there was argument in the literature as to whether the fruits were 
forceably ejected like seeds pinched between fingers or whether they were 
truly eased free of the surrounding mass of hairs and spines. 

It has been suggested that such colored soft fruits should be attractive to 
birds and dispersed by them. Once when one ofus (RAH) was photographing 
a fruiting specimen of Melocactus intortus on Montserrat, a brown thrush 
swooped down and took the fruit before I could snap my picture. Later, on 
St. Kitts, we observed that the thrush did not eat the whole fruit but instead 
smeared the fruit on branches of adjacent shrubs, consuming the pink wall 
of the fruit and leaving the black seeds adherent in masses to the branches. 
Such deposits of seeds were extensive, and there was no evidence they were 
eaten by other animals. One assumes that eventually some seeds dried, 
were freed of the mass and fell to the ground, where they germinated. 


218 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 1. A cephalium of Melocactus communis (Cactaceae) from which the 
commom fire ant removes the seeds from the fruit and carries them away, 
Pedernales, Dominican Republic. 


On a recent trip to Cabo Rojo, Dominican Republic, we stopped to obser- 
ve plants of ‘Melocactus communis”. These plants were in general smaller 
than those of M. intortus, familiar to us in the Lesser Antilles. The plants we 
saw had both flowers and fruit, but to our surprise the pink fruits extending 
from the cephalium were but hollow shells without the usual contents of 
numerous seeds and fleshy funicles. As we watched we observed many active 
individuals of the common fire ant Solenopsis geminata (Fabricus), gathering 
the seeds and partial funicle from the inside of the fruit and carrying them 
down the body of the cactus plant to the ground, where we soon lost sight 
of them. This was not a single fruit of plant, the empty cactus fruits were 
on each of the dozen or more plants that made up the local population. 
Some of the empty fruit cases were shrivelling from drying, indicating they 
had been emptied and exposed for some time. Apparently the empty cases 
had no appeal to birds in the area, and the pulp was not collected or eaten 
by the ants. 

A search of the cactus literature for comparable observations has been 
unrewarding. Benson (1982) also had birds snatch fruits he was about to 
photograph and in part verified the idea that whole fruits are carried away 
by birds. It has even been suggested that the fruits of Rhipsalis have been 
carried across the Atlantic, and from these, plants of the Cactaceae have 


Moscosoa 5, 1989 219 


become established in Africa (Anthony 1948, Camp 1948). 

There are many observations and illustrations of birds eating into the 
larger fruits of Pilosocereus in the Antilles. The work of McAtee (1947) is 
frequently cited as the summary paper on the distribution of seeds by birds. 
Although McAtee suggested birds might eat the pulp and reject the seeds as 
regurgitated pellets or as excreta. Gunn and Dennis (1976) and Sauer (1982) 
indicate the question is not settled whether birds do actually carry seeds any 
distance internally. 

Ants, too, are well known vectors or agents in the transport of seeds, 
usually due to their inadvertent gathering of the seed while collecting the 
oil-rich elaiosomes found on the seeds of certain families of plants. Berg 
(1975) reported the existence of 1500 species of Australian plants in 57 
genera and 24 families where seeds are regularly dispersed by ants attracted 
to the elaiosomes. Pijl (1955, 1982) and Kapil etal. (1980) give further 
references to seed distribution by ants and the nature of the plant body 
attractive to the ant. Although the ant observed carrying the seeds of 
Melocactus is common in the New World and introduced to scattered loca- 
tions in Africa and Polynesia, this is to our knowledge the first report of 
ant distribution of Melocactus seeds. 

Our second observation of unusual seed distribution occurred on the 
mined-out bauxite lands at Las Mercedes, inland from Cabo Rojo. Considera- 
bly bauxite ore remains. The area might again be mined in the future. We 
were interested in the regrowth of vegetation in this area where no deliberate 
or purposeful planting had been done. The native vegetation from adjacent 
unmined areas had encroached at the margins but the scattered trees through- 
out the of the area were specimens of Acacia macran tha Humb. & ex Willd., 
a species of very wide distribution in tropical America and often considered 
a weed tree. 

The plants, which were to 5 m tall, offered shade and browse to cattle 
and horses roaming untethered in the area. Most of the trees appeared to be 
in clumps, but occasional solitary specimens were seen. Trees were of many 
ages. The youngest seedlings were developing in open areas from old cow 
dung or pads, with anywhere from six to thirty seedlings per pad. The 
pods of Acacia macracantha do contain some sweet tissue between the seeds 
and are eaten by the cattle. The undigested seeds deposited in the pads at 
random in the mined-out area had germinated and developed into the clump 
plantings we observed. 

The possible answer to the single trees we observed might be in our 
observation of a relatively fresh cow pad that was being excavated by dung 
beetles. The pad was alive with several dozen beetles actively forming balls of 


220 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 2. Cow dung with seedlings of Acacia macracantha. Note the roots 
below the dung that extended into the soil. Las Mercedes, Prov. Pedernales, 
Dominican Republic. 


the manure, which they proceeded to move across the mined-out area. The 
beetles acted in pairs, one pulling and one pushing. We tracked dung balls 
and beetles a dozen yards or more to a spot where one pair of beetles was 
busy burying the ball. On a hunch, we took the dung ball from the beetles 
and broke it open to reveal a single seed of Acacia macracantha. A dozen 
more balls were collected and all but one contained at least one Acacia 
seed. A few beetles were collected in alcohol and returned to Cambridge, 
where they were identified by entomologists of the Harvard Musseum of 
Comparative Zoology as Scarabaeidae: Coprinae: Canthon violaceus. 

Pijl (1982) gives no supporting references to his statement (p. 23), “Dung 
beetles in deserts contribute to germination by burying dung with seeds.” 
Ridley (1930) discusses the role of ants as seed distributors in considerable 
detail but mentions other insects only briefly and dung beetles not at all 
However, in our observations it was clear that the inclusion of an Acacia 
seed in the dung ball was pure chance and not a deliberate action of the 
beetle. The beetle apparently had nothing to gain, for the larvae are not 
known to attack seeds, especially hard ones. However, it is possible the 
fermenting action of the dung or its acidity might scarify the seed coat and 
speed the germination of the seed and the manure would enhance the 
development of the seedling. 


Moscosoa 5, 1989 221 


Observations and reports of mammals transporting seeds by ingestion 
and subsequent excretion are many. Burtt (1929) for Africa and Harris 
(1965) for the Antilles suggest cattle as agents of distribution of several 
legumes. Observations of elephants as disseminators (Alexandre 1978, 
Lieberman et al. 1987) are intriguing in the recent qualitative and quantitative 
evidence that germination is enhanced by passage through the animal’s 
system and growth is more rapid from the fertilizer effects of dung. 

Specific records for the Antilles of cattle distribution of seeds are few. 
It is suggested by Mooney et al. (in Simpson 1977) that seeds of Prosopis 
germinate better when passed through the digestive system of cattle or 
horses and that the spread of this important leguminous tree may be as- 
sociated with the development of pastures in tropical areas. Only on Mont- 
serrat in the Lesser Antilles does Prosopis occur in dense thickets at the 
edge of mangrove embayments, where it is presumably introduced and 
spread by ruminating cattle. 

By contrast is the record of Dichrostachys cinerea (L.) Wight & Arnott 
(including D. nutans (Pers.) Bentham & D. glomerata (Forsk.) Chiov.), often 
regarded as the worst weed tree of the Caribbean area and especially Cuba. 
Dichrostachys is called marabú or aroma marabu in Cuba, where it has 
invaded and occupied many hundreds of acres of agricultural land. It was 
introduced from Africa as an ornamental plant before 1863, for the earliest 
record is a collection of Charles Wright from a cultivated plant at Retiro, 
Pinar del Rio province, on July 15, 1863. Grisebach in fact described this 
collection as a new species, Piptadenia stenadenia Griseb. (p. 81, 1866), 
although Fournet (p. 717. 1978) suggested it was introduced accidentally 
to Marie Galante with a cargo of cattle. Nevertheless, cattle have been 
responsible for its spread in Cuba. In 1911 and 1912 J. A. Shafer indicated 
on specimens in the herbarium of the Arnold Arboretum (A) that the plant 
had formed thickets along the roadsides in Santa Clara and Pinar del Rio 
provinces. By 1928 J. G. Jack indicatéd on his collections (A) that 
Dichrostachys was a roadside and pasture pest. In 1939 one of us (RAH) 
recorded that Dichrostachys plants were well established along cow paths 
in southern Las Villas province and especially in pastures at Central Soledad. 
Cattle were spreading the plant faster than local labor could remove the 
seedlings. Although the spiny stems were useful in producing charcoal, 
cutting the woody stems only increased the density of the thickets. Marie- 
Victorin and Leon (1942) describe the spread of the marabu and call it the 
king of many areas. Leon and Alain (1951) regard the plants as the plague 
of the country. In fact, the first experimental use of 2—4—D as an herbicide 
for woody tropical plants was tried on the pastures of Soledad (Thiman 


722 Moscosoa 5, 1989 


1948). Surprisingly, nowhere else in the Antilles has Dichrostachys become 
a pest, and for some islands the early records of its presence have not been 
verified by recent collections. 

Thus we add the record of cattle as a vector in the spread and establish- 
ment of Acacia macracantha. The unusual clusters or grouping of plants 
encountered on the mined-out bauxite areas can be attributed to germina- 
tion of several seeds in each unit of cow dung. The occurrence of single 
plants can be due to the activity of dung beetles is this area of Hispaniola. 

We refer again to our initial comment that observations on seed and 
fruit distribution were lacking for the Caribbean area and we make a few 
suggestions. Gunn and Dennis have published a “World Guide to Tropical 
Drift Seeds and Fruits” (1946) which will aid beachcombers or seed collec- 
tors in drift areas in the identification of their findings. However, a myriad 
of problems related to seed drift are presented by the shape of Hispaniola 
and its location. What is a drift seed inventory of the north coast in contrast 
to the south coast of Hispaniola? Do differences occur in drift flora on the 
north and south coasts of the southern peninsula of Haiti? What seeds or 
fruits are found in Samana Bay? Years ago Guppy (1912, 1917) studied the 
drift discharged by the Black River in Jamaica. Do Hispaniolan rivers 
discharge the same or a comparable volume of seeds? J. D. Sauer’s 
comprehensive descriptive and comparative study of the “‘Cayman Islands 
Seashore Vegetation” (1982) can well be emulated in studies of other islands, 
large or small, in the Caribbean. Gunn and Dennis like Sauer notes the 
unanswered problems of the establishment, possible or real, of drift seeds 
as plants along the sea coasts. Both works in fact refer to the observations of 
T. M. Savage English in 1913 that two species of land crabs “‘are so destruc- 
tive to seedlings that the self-establishment of drift species is highly unlike- 
ly.” However, Howard (1950) observed that “land crabs’ carried away 
seeds of coastal species and, following ““feeding” experiments, reported that 
seeds were apparently taken away, even into burrows of land crabs. Although 
widely quoted, neither of these observations has been recorded again, 
judging from the cited literature. 


Berg (1975) recorded 1500 species of plants distributed by ants in Austra- 
lia. Some of the 87 genera and 24 families in this documentation occur in 
Hispaniola and yet no comparable local observations can be found. Do ants 
transport seeds of the Euphorbiaceae, Violaceae, Papaveraceae and other 
families in Hispaniola as they do in other countries? In the magnificent 
“Genera Palmarum” by Uhl and Dransfield (1987) a very brief sections of 
less than a page is devoted to “dispersal”, but only two references apply 
to New World palms and not one palm occurring in Hispaniola is mentioned. 


Moscosoa 5, 1989 223 


Palm fruits are eaten by the introduced monkey on St. Kitts (Sade & Hildrech, 
but what are its food habits on adjacent Nevis, or Martinique, or Grenada 
where the palms may be different? Introduced monkeys on Barbados 
destroy vegetable gardens and fruit orchards but are they responsible for the 
distribution of several unusual weeds on Barbados? What fruits or seeds are 
truly transported by birds? In a restricted study in Puerto Rico, Bell (1970) 
and Edmisten (1970) reported their observations on seeds eaten by birds 
and concluded the method was not evident for the distribution of seeds of 
Phytolacca icosandra, the primary plant in their study. Arceuthobium 
bicarinatum Urban, popularly known as “Conde de pino”, is a hemiparasite, 
if not a complete parasite, infesting only seemingly mature specimens of 
Pinus occidentalis in the Sierra de Bahoruco as well as the Cordillera Central. 
Other mistletoes are known to have explosive fruits and sticky seeds. 
However, the most explosive ejects seeds only a few centimeters, and the 
“explosion” would not explain the wide and seemingly selective distribu- 
tion of that species. Are“birds attracted by the fruits and therefore respon- 
sible for the spread of this parasitic plant which affects the growth of a 
valuable timber tree? 

These are but a few of the simple questions that remain without a satis- 
factory or complete answer for the vegetation of Hispaniola. 


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224 Moscosoa 5, 1989 


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Moscosoa 5, 1989, pp. 226-234 


ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NUEVAS PARA LA CIENCIA, 
ENDEMICAS A LA ESPANOLA. II. 


Donald D. Dod 


Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repú- 
blica Dominicana). Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la ciencia, endémicas a la Espa” 
ñola Il. Moscosoa 5: 226-234. 1989. Se describen cuatro especies de Orchidaceae 
nuevas para la ciencia y endémicas a la Española. Las nuevas especies son: Pleurothallis 
atrohiata, Dilomilis filicina, Erythrodes laticalcari, Stelis magnicava. 


Four species of orchids (Pleurothallis, Dilomilis, Erythrodes and Stelis) new to science 
and endemic to Hispaniola are described. 


Algunas orquídeas encontradas con flores fáciles de distinguir permiten 
una rápida descripción y publicación. Sin embargo hay plantas cuya taxo- 
nomía no es fácil y que exigen una demora de hasta años para su divulgación. 
También hay plantas recolectadas estériles que demoran en florecer varios 
años antes de que puedan ser disponibles para ser identificadas y colocadas 
en su apropiada relación a las otras especies del género. 

En este grupo de cuatro nuevas especies que estamos publicando como 
nuevas para la ciencia, todas se presentan varios años después de la colec- 
ción original. 

La Pleurothallis atrohiata tardó casi un año en florecer. Y un año más 
para obtener suficiente material de herbario. La Dilomilis filicina presentó 
dificultad en ponerla en un género satisfactorio. La Erythrodes laticalcari 
se estudiaba por varios años usando ejemplares de varios lugares para deter- 
minar la consistencia y la variabilidad del taxon. La Stelis magnicava después 
de florecer por tres años sin variación perceptible en la flor pareció suficien- 
temente diferente para reconocerla como una especie nueva. 


Pleurothallis atrohiata D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 1) 
Orchidea, epiphytica, arcte repente, usque ad 10 cm alta. Ramicaules 


filiformis, 1—articulatus, erectiusculus, superne canaliculatus, 3-5 cm 
altus, vaginis arcte vestitis. Folium mediocre, coriaceum rigidumque, glabrum, 
supra sulcatum, infra incrasstum, elliptico-oblongum, basi in petiolum atte- 
nuatum, 1 cm longum, apice subrotundato, emarginato, mucronato, usque 
ad 3—5 cm longum, 1.0—1.4 cm laturr. Inflorescentia I, usque ad 4—flora, 
7.5 cm longa, erecta vel nutans ubi plusquam flores duo, spatha intus 2 
vaginis basilibus; bractea infertili 1, bracteae prima fertili saepius floram.et 
extensionem racemi continens, tum floram diversam, ovario pedicilato 1 cm 
longo. Flores grandes et graves inter species domingensis. Sepala cymbifor- 


Moscosoa 5, 1989 227 


C. LUER 


Fig. 1. Pleurothallis atrohiata D. D. Dod, sp. nov. 


228 Moscosoa 5, 1989 


mia, apices conduplicatis, canaliculatis, intus puberulentis, extus papillosis, 
semi-pelludicis, nervis-carinatis, vinaceis; postico ovato, lanceolato, acumina- 
to, acuto, basi cuneato, breviter connato, 3—nervocarinato, 10.3 mm longo, 
3.1 mm lato; lateralibus 2/3 connatis, synsepalo formantibus, apicibus 
fere caudatis, 10.5 mm longis, 5.0 mm lats Petalis atrovinats, sepalis 
fere equantibus, extus subtiliter denseque pubescentibus, ovatis, longo- 
triangulatis, leviter acuminatis, tertius apicalis incrassatis, caudaticens, basi 
cuneatis, ad lateres pedis adherentibus, intus 1/3 basalibus glabris, praeter 
carinas, superne pubescentibus, 3—nervis, 8 mm longis, 1.5 mm latis. Labello 
brevissime latoque unguiculato, ambitu hastata, inferne trilobato, lobis 
basilaribus erectis, obtusis, integerrimis, laevibus, lobo terminali producto, 
triangulari, acuto, ubi applanato, 7.0 mm longo, 3.1 mm inter lobos, basin 
versus tricarinato, apicem versus untcarinato, margin anticus lobis incrassato; 
columna claviforme, antera et alis membranaceis, basi lat, quadrato, 1.5 
mm lato; ovario papilloso. Planta sylvestris similis Stelis repens Cogn. sed 
crecens in viridarium, grandios et similis Pleurothallis tricostata Cogn.; 
descripcione cum planta cultam. 
Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Camp Perrin: carretera a Jeremie lado 
suroeste de la via por la orilla del Riviere Glace, justo antes del vado sobre 
árbol caído, 800 m elev., 18°25’ N, 73% 55” O, recolectada 23 abr 1982, 
floreció en cultivo 10 feb 1983, D. D. Dod 1026 (Holotipo: JBSD, Isotipos: 
AMES, NY; SEL, US): 

Observaciones: La P. atrohiata está relacionda con el grupo P. oblongifolia, 
P. claudii, y P. tricostata. Estas tres tienen inflorescencia más largas que la 
hoja, flores grandes y elementos estrechos y con la excepción de P. claudii, 
un color atro-vinácea que predomina. Esta nueva orquídea tiene la flor más 
grande que todo. Su distribución, hasta donde conocemos, es limitada al 
Massif de la Hotte. Al descubrir las plantas sin flores, las identifiqué primero 
como Stelis repens Cogn. debido a su tamaño pequeño y su hábito rastrero, 
pero cuando crecieron en nuestro invernadero, se diferenciaron en gran 
manera. | 

El nombre atrohiata (boca negra) se refiere a esa característica especial 
en la flor. 


Dilomilis filicina D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 2) 

Orchidea epiphytica, pusilla, caespitosa, usque ad 11 cm alta. Radices 
basiles, carnosae, breviter tortiles, glabrae, 1.5 mm crassae. Caules multi- 
articulati, erecti vel nutantes, teretes, a foliis obtegentes, simplices vel 
ramosi, usque ad 5 ramis. Folia multa, disticha, coriacea, margine incrassata 
et erosa, basi cuneata, lineare-ovata, acuta, apiculata, carinata-canaliculata, 


Moscosoa 5, 1989 229 


J de D. ORTEGA 
Fig. 2. Dilomilis filicina D. D. Dod, sp. nov. 


230 Moscosoa 5, 1989 


articulata cum vaginis verrucosis striatisque, 5.0 mm longa, 2.0 mm lata. 
Flores pellucido-luteis et sanguineis, singulariter, a caulibus vel ramis 
terminales sed caules crecentibus longiore; perianthio ex parte aperto, medio- 
cri, plus minusve folia equans; bracteae infundibiliformes, carinatae, cauda- 
tae, 2.5 mm longae; ovarium pedicillatum muriculatum, 2 mm longum. 
Sepala plus minusve similia, tenuiter sanguinea, anguste-traingularia, ad 
apicem intus canaliculata, extus carinata, libra, trinervia; posticum 5.5 mm 
longum, 1.0 mm latum; lateralia tenuiter obliqua. Petala medio stria san- 
guinea adornata, falcata, ovata, 5.0 mm longa, 1.3 mm lata. Labellum pro 
parte maximo sanguineum, basi unguiculatum, cardinatum, leviter cordatum, 
margine dimidio basili erectum, basim versus cristae geminatae unitae, 
medium versus separatae, tertio apicale tenuiter carinatum, lamina oblongo- 
obovata, obtusa, apice tenuiter emarginata, apiculata, 2.7 mm longum, 
1.5 mm latissimum. Columna pusilla, cymbiformis; apicem versus angusta- 
tum a basi latior, pedi brevi, clinandrium biangulatum: antera incumbente, 
basin versus ad clinandrium adnata, 2 loculo, 6—8 polliniis, elliptico—oblon- 
gis, applanatis, binatiis cum caudices breviter conjunctis par singuli in quoque 
loculo; capsula muricata. 


Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Les Cayes: Les Platons, después de la Igle- 
sia a pié como 3 horas, acercándose a Formond, creciendo sobre árboles, en 
un bosque latifoliado sobre rocas kársticas, elev. 950 m, 19°19’N, 74°01’ Oe, 
recolectada 22 feb 1982, floreció en cultivo 6 abr 1982, D. D. Dod 998 
(Holotipo: JBSD; Isotipos: AMES, MO, NY, SEL, US). 

La Dilomilis filicina solamente se ha encontrado a 950—1000 m de eleva- 
ción, en situaciones de bastante luz y ventilación, creciendo sobre las bases 
de árboles de 10—20 cm de diámetro. A primera visita parece un helecho 
pequeño o un musgo. Su nombre Dilomilis filicina expresa esta semblanza: 
filicina = como helecho. 

Esta pequeña especie con sus ocho polinias no cabe fácilmente en el gé- 
nero Dilomilis Raf. Se haconsiderado los siguientes géneros: Dichaea Lindl. 
Octomeria R. Br., Pachyphyllum H.B.K. para acomodarla. No obstante cier- 
tas semejanzas con estos géneros, hay diferencias irreconciliables y por eso 
estoy acomodándola en Dilomilis Raf. Schlechter así lo hizo con la especie 
Octadesmia scirpoidea Schltr. pero puso un interrogante ? al lado del nombre 
genérico, expresando su duda en cuanto a lo correcto de esa identificación. 

Comparaciones de las partes vegetativas y florales muestran que la D. 
filicina tiene más en común con la D. scipoidea que con la D. montana, la 
otra especie del género Dilomilis en la Española. Se espera que estudios 
anatómicos revelen la verdadera relación genérica de estas dos especies. 


Moscosoa 5, 1989 230 
Aquí se presenta una clave del género Dilomilis Raf. en la Española: 
1. Inflorescencia racemosa o paniculada, 1-10 flores......... D. montana 


1. Inflorescencia no racemosa sino sub-sésil 
2. Planta hasta 30 cm de alto, hojas teretes, flores mayores de 1.5 cm 


ate Cerblisra Sepicnsa argh: ls D. scirpoidea 
2. Planta menor de 10 cm de alto, hojas ovadas, aserradas, flores meno- 
CROACIA Gon. Errar «> D. filicina 


Ery throdes laticalcari D. D. Dod, sp. nov. (Fig. 3) 

Orchidea. Planta terrestris-ruderalis, elata, usque ad 70 cm alta. Rhizoma 
cauliforme, decumbens vel ascendens, multi-nodosum, usque ad 4 cm inter 
nodos, radices crassae, pilosae. Caulis crassus usque ad 9.0 mm latus, superne 
interdum ramificans, plurifolium. Folia 3-10, inferne separata, languescentia 
vel mercidis, superne fere conferta, grandia pro genere in insula Hispaniola, 
petiolis inclusis 10—16 cm longa, 2.5—5.5 cm lata, oblicua, superne 3—sulca- 
ta, inferne 3—carinata, lati-elliptica vel ovata, acuminata, multinervosa, basi 
petiolis amplexicaulibus, laminae marginibus undulatus interdum erosis, 
apicem tenuiter reflexis. Pedunculus terminalis usque ad 35 cm longus, as- 
cendens ad erectus, inferne crassus, pluriarticulatus, piloso-capitatus, vaginae 
inferne una, foliolata usque ad 4 cm longa, amplexicaulis, superne plures, 
en magnitudines diminuens, toto amplectens usque squamata. Racemus cum 
floribus ante anthesin columnaris albus, bracteae ad basin virellae, sub 
anthesis elongatus, floribus separatis, bracteae et ovaria sessiles, pilosi-capita- 
ti. Flora nivea, verticalia, bracteae scariosacentes, plusminusve quam ovariis 
longae. Sepala lateralis sub-membranaceae, satis reflexa, superne libera, 
inferne petalis conniventibus, basi oblicuis, oblongo-elliptica, obtusa, 3—ner- 
vosa, 7.0 mm longa, 2.5 mm lata; sepalum dorsalum tenuiter concavum cum 
petalis conniventes 75% , elliptico—ovatum obtusum, tenuiter reflexum, 
3—nervosum, 6.7 mm longum, 3.0 mm latum. Petalis membranaceis, basi 
tenuiter attenuatis, oblongo-ellipticis, obtusis, tenuiter reflexis, uninervosis, 
5.3 mm longis, 2.0 mm latis. Labellum carnosum, librum, calcaratum, basin 
columnae adnatum, ante orificium calcaris bilamellatum, lamina medio 
conduplicato, post isthmo apice vix reflexum, applanato, breviter, triangulari, 
crasso, bicalloso, papilloso, toto labello et calcari, 11.3 mm longo, medio 
2.9 mm lato, isthmo 1.5 mm lato, apice 2.6 mm lato, calcari ex basin dilata- 
tum, apicem versus acuminatum, cilindricum, rotundatum, 5.2 mm longum. 
Columna 4.5 mm longa, stigmata basi confluentia, convexa, ovata. 


Moscosoa 5, 1989 


Fig. 3. Erythrodes laticalcari D. D. Dod, sp. nov. 


232 


V. NAGLER 


Moscosoa 5. 1989 233 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Septentrional: Santiago: 
Loma Diego de Ocampo, parte “atrás” hacia el norte abajo del firme en bos- 
que latifoliado viejo, creciendo en hojarasca, elev. 1150 m, 19° 36’N, 70°41 
Oe, recolectada 10 ago 1981, floreció en cultuvo abr 1984. D D. Dod 1353 
(Holotipo: JBSD; Isotipos: AMES, MO, NY, SEL, US) 

Otros ejemplares examinados: Cordillera Septentrional: Navarrete: carre- 
tera La Lomota a la Loma El Murazo, sobre Loma Mil tareas Dod S98X 
(JBSD). Loma El Murazo, Dod 1181 (JBSD); San Francisco de Macorís: 
Loma Quita Espuela, Dod 1147 (JBSD); Cordillera Central: San José de 
Ocoa: El Manaclar, Dod 1951 (JBSD); Baní, poblado Arroyo Blanco sobre 
Loma Rodríguez, Dod 1919 (JBSD) Sierra de Neiba: La Descubierta, Sabana 
Real, Dod 1051 (JBSD); Sierra de Bahoruco antes de Paraíso: Finca Teza- 
nos Dod 1428 (JBSD); Barahona: 10 km al interior de La Ciénaga, 7. Zano- 
ni etal. s. n. ene 1987 (JBSD). 

La planta de Erythrodes laticalcari es muy parecida a las otras especies 
del género en la Española (excluyendo a E. hirtella) excepto que es algo más 
grande. Su flor grande se asemeja bastante a la de E. plantaginea pero el 
nectario es muy ancho y hacia ápice se reduce abruptamente la amplitud. La 
flor en su apogeo da la impresión de que el labelo es una lengua exhausta. 
El labelo disecado, una vez ablando con flicerina y aplanado para poder 
determinar su forma, se muestra algo parecido al de la E. plantaginea excepto 
que el ápice es más estrecho. Las otras especies, con la excepción de E. 
erythrodoides tienen flores más pequeñas, con el ápice más ancho y el 
espolón casi cilíndrico y con una reducción gradual desde el medio hasta el 
final. 

El nombre Jaticalcari se refiere al espolón bastante amplio en el medio. 


Stelis magnicava D. D. Dod sp. nov. (Fig. 4) 

Orchidea Herba epiphytica, caespitosa, usque ad 20 cm alta, inter genus 
Stelis in Hispaniolae elatissima. Radices filiformes, flexuosae, glabrae. 
Ramicaules erecti folia longiore, usque ad 11 cm long, 22 mm crassi, 
vaginis pro maxima parte obtectis. Folium satis coriaceum, 9.0 cm, 1.8 cm 
latum, obovatum, basi in petiolum attenuatum, 1.5 cm longum, apice ro- 
tundatum, margine eroso-cartilagineum, emarginatum, cum angulo 90, 
breviter mucronato, lamina tenuiter reclinata. Pedunculi succesivi 1—3 
spatha 7.7 mm. Racemus suberectus, vel paulo arcautus, quam folia plus 
minusve longum, fere usque 1.5 cm basin multiflorus, usque ad 29; bracteae 
ocreatae, acutae; ovarium pedicellatum 3 mm longum. Alabastra apice 
obtusa. Flores flavi, plus minusve separati, inter speciem Hispaniolae gran- 
disime. Sepala lati-ovata, apice obtusa, inferne carinata, tri-nervia, leviter 


234 Moscosoa 5, 1989 


marginata; postico 2.3 mm longum 1.8 mm latum, lateralia 2.3 mm longa, 
1.7 mm lata. Petala transverse obtrapezoidea, obliqua, angulis rotundatis, 
curvatis, truncatis, in situ columna tenuiter breviore, extus carinata, apice 
superficie nova nectarifera, sparsim papillosa, valde incrassata, et ad medio 
leviter scabridiuscula et obtusa, apiculata, 0.6—0.71 mm longa, 1.0—1.1 mm 
lata, 3 nervia. Labellum 0.8 mm longum, 0.7 mm latum, clausum columna 
longior, subtus basi ad pedem columnae cardinatum, oblongo-tnangulanis, 
microscopico-pubescens, basin versus transverse tenuiter pulvinatum, apice 
tenuiter acuminatum, obtusum, leviter revolutum, post apicem foveatum 
magnum, 0.38 mm latum. Columna humilis, 0.9 mm longa, alis longis, aper- 
tis, in pedem breve 0.2 mm longum producta. 


Tipo: HAITI: Massif de la Hotte: Les Cayes: Les Platons, después de la Igle- 
sia a pié 3 horas al llano de Formond, de allí loma arriba a una terraza con el 
campamento No. 2 a 1650 m elev., al este unos 150 m a un arroyo seco que 
conduce a otra terraza abajo, orquídeas creciendo a 3 metros sobre la tierra 
en un árbol de 15 cm de espesor, 18°19’ N, 74°01’ Oe recolectada feb 1984. 
Florecieron en cultivo 28 ago 1986, Dod 1018 (Holotipo: JBSD; Isotipos: 
AMES, MO, NY, SEL, US). 

Esta especie se distingue por tener las flores más grandes del género en 
La Española. Sin duda las plantas son las más grandes. La especie se distingue 
de la S. jenssenii porque ésta última tiene la planta mucho más pequeña, la 
inflorescencia mucho más larga que su hoja, las flores muy separadas y los 
pétalos más largos que la columna. Hay muchas otras plantas de Stelis 
encontradas por Formond, que tienen flores algo más pequeñas que la nueva 
pero varían tanto que no es posible escoger entre ellas caracteres constantes 
para definir otras especies. A lo mejor representan un grupo de híbridas. 

El nombre especifico magnicava se refiere a la cavidad o fóvea grande del 
labelo. 


Agradecimientos 


Doy mis gracias a Daniel Ortega, Carl Luer, y Valerie Nagler por los dibu- 
jos. 


Nota: La figura 4 la publicaremos en la próxima edición. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 235-249 


ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NUEVAS PARA LA ESPANOLA 
Y OTRAS NOTAS: VII 


Donald D. Dod 


Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repú- 
blica Dominicana). Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. VII. 
Moscosoa 5: 235-249. 1989, Se informa del redescubrimiento de la Epidendrum blan- 
cheanum Urb. cerca del área del holotipo. Plantas vivas han florecido y se ha podido 
dar una descripción de la flor, detalle que hacía falta en la descripción original. Se ha 
descubierto la Cyclopogon miradorense Schltr. en la Española que tiene una amplia dis- 
tribucion a 150-1000 m. Se presenta el cambio de nombre de Encyclia sintenesii 
(Rechb. f.) Britt a Encyclia gravida Lindley. Se aclara que la Encyclia isochila (Rehb. f.) 
Dod no tiene su labelo entero sino trilobado, y así la var. tridens no vale la pena distin- 
guirla. Se presenta la palabra ruderal (ruderalis, latin) con significado de “creciendo en 
hojarasca” sea sobre tierra o epifítica. Se describe la naturaleza de las espinas de Cyrto- 
podium punctatum (L.) Lindl. Se inforina que la anotación sobre la colección de Ekman 
H-6861 (S) como una especie nueva para la ciencia nunca fue publicada por el autor L.C. 
Garay y que más tarde en la literatura, se dió otra identificación a la colección pero no se 
corrigió la anotación ya mencionada. Se reporta observaciones acerca del crecimiento 
perenne de Prescottia cordifolia, y otras ruderal-terrestriales. Se explica la interrupción 
en el sistema de numeración en el libro de colección de Donald D. Dod. 


The rediscovery of Epidendrum blancheanum is reported. Since the original descrip- 
tion covered the plant only, a description of the flowers is given. A widely distributed 
plant in the Spiranthinae has been identified as Cyclopogon miradorense Schltr., a first 
report fot Hispaniola. Encyclia sintenesii (Rchb. f.) Britton, conmon in Hispaniola, 
is placed in synonymy to Encyclia gravida Lindl. Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod is 
found to have a trilobed lip, not an entire one. Thus the var. tridens is to be disregarded 
and considered as a synonymon of E. isochila. The word “ruderal” (latin ruderalis) is 
introduced to describe those terrestial orchids growing in organic material rather than 
soil and those epiphytes which grow in that material in an epiphytic mode. An explana- 
tion is given as to how the spines on the pseudobulbs of Cyrtopodium punctatum (L.) 
Lindl. are formed. The annotation of Ekman H-6861 (S) as a species new to science was 
never published. Garay later identified the specimen as Lepanthopsis constanzensis 
(Cogn.) Garay but the annotation on the sheet was never corrected. Observations on the 
perennial nature of Prescottia cordifolia Rchb. f. and similar ruderal terrestrials are 
reported. An explanation is given of the numbering system of the collection book of 
the authot (D. Dod). 


En el curso de escribir la Flora de las Orchidaceae en la isla Espanola hay 
una serie de observaciones que contribuyen a un mejor entendimiento de 
varias especies comunes. Ademas ha sido posible identificar unas orquideas 
ruderal-terrestres que hasta la fecha se han considerado como Spiranthes 
elata (Sw.) L. C. Rich. También hay notas taxonomicas que siguen corrigien- 
do la lista de las especies de orquideas en la Espanola. 


236 Moscosoa 5, 1989 


FPIDENDRUM BLANCHEANUM Urb., Ark. Bot. 17(7): 21. 1921. 

Urban, en la publicación del tipo de esta especie, dijo que la planta sola- 
mente tenía cápsula y sépalos como remanentes de la flor. 

En 1982, el autor recolectó unas plantas en Formond, Massif de la Hotte, 
en Haití, no lejos de Ma Blanche donde Ekman encontró el tipo de E. blan- 
cheanum, y las identificó como Epidendrum stroboliferum Rchb. f. Cuando 
florecieron en el invernadero del Jardín Botánico Nacional, se vió que no 
correspondían a esa especie. Estudios han probado que es la E. blancheanum 
Urb. Aquí, por primera vez presentamos una foto de la planta, un dibujo de 
la flor (Fig. 1 y 2) y una descripción de la flor, hecha a partir de material 
VIVO. 

Sepala carnosula, ovato-oblonga, intus leviter convexa, extus carinata, base 
cuneata, apice interdum leviter acuminata, apiculata; postico 7.3 mm longo, 
3.3 mm lato, lateralibus obliqua, 7.2 mm longa, 2.7 mm lata. Petala ligulata, 
intus tenuiter convexa, apice obtusa, extus tenuiter carinata, 7.0 mm longa, 
1.1 mm lata. Labellum carnosulum, ovatum, glabrum, base cordatum, apice 
obtuso-rotundatum, 5.0 mm longum, 5.0 mm latum, extus ubi columnam 
adnatum incrassatum, multi-nervum, base multi-cristatum, superficie laeve 
multi-sulcatum. Columna lata, 3.6 mm longa, antica tenuiter erosa, base alae 
longiores; ovarium basi incrassatum ob cavitum gibbosum 2.2 mm longum, 
2.2 mm latum; antera bifida, ab ore producta; rostellum planities, media 
rima incrassata, ubi columnam adnata. Bractea floralia sub-quadrato-orbicu- 
laris, apice acuminata, obtusa, extus multicarinata, intus tenuiter nervato- 
costata, 10.5 mm longa, 8.0 mm lata. 

HAITI: Massif de la Hotte: Ma Blanche, Ekman H 615 (S, tipo, foto vista); 
Formond, mayo 1982, 950 m. elev., Dod 999 (JBSD). 


CYCLOPOGON MIRADORENSE Schltr. 

Repert. Spec. Nov. Regni Veg. 21: 382.1925. 
REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Limpio Loma de Cabrera, 
poblado Rio Limpio, vereda hacia Loma Nalga de Maco, terrestre ruderal en 
bosquecito secundario justo antes de dejar el valle para subir hacia la loma, 
800 m elev., 19° 12’ N, 71° Oc, abr 1983, floreció en cultivo mar 1985, 
Dod 1057 (JBSD); Sierra Bahoruco, Barahona, carretera a La Guasara 5 km 
adentro donde pasa debajo del acueducto del Ingenio Barahona, en terra 
mojada por agua saliendo del tubo 100 m, Dod 1553 (JBSD); Duvergé: 
Puerto Escondido, Puesto Militar 2—3 km adentro por la carretera a Peder- 
nales, donde por la derecha hay una montería virgen ““Zapotén Abajo” 600 
m, Dod 1940 (JBSD). 

Estas colecciones son las primeras que he podido identificar con certeza 


Moscosoa 5, 1989 237 


Fig. 1. Epidendrum blancheanum Urban. 


238 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 2. Epidendrum blancheanum Urban. Nótese el hábito de ramificación. 
Las hojas lanceoladas ayudan a distinguir esta especie de la E. ramosum. 


aunque he tropezado con la especie desde hace mucho tiempo. El dibujo 
de Hamer (1982) es idéntico al material nuestro. Caracteres sobresalientes 
son: plantas medianas, hojas medianas, peciolos estrechos y cortos, pedúncu- 
lo color castaño pálido, los pelos de arriba algo capitados, flores color 
castaño pálido en el exterior, el labelo por la base algo auriculado, con un 
dedo largo retrorso en cada lado. 


ENCYCLIA GRAVIDA (Lindl). Schltr., Beih. Bot. Centralb. 36(2): 472. 1918 

Epidendrum gravidum Lindl., J. Hort. Soc. London 4:44. 1849 

Encyclia sintenisii (Rchb, f) Britton Sci. Surv. Porto Rico 5(2):192—197. 
1924. 

Epidendrum sintenisii Rchb. f., Ber. Deutsche Bot. Gesell. 3:277. 1885 

Epidendrum monticulum Fawc. & Rendle, J. Bot. 47: 124. 1909. 

Epidendrum oncidioides var. gravidum (Lindl.) Ames, Hubb., & Schweinf, 
Bot. Mus. Leaf. 3:104. 1935. 

Encyclia oncidioides var. gravida (Lindl.) Hoehne, Arg. Bot. Estado S. 
Paolo n.s. 2: 153. 1952. 


Moscosoa 5, 1989 239 


Mientras quien escribe hacía colecciones de las orquídeas en Puerto Rico 
desde 1948 a 1964, siempre juzgaba que el nombre apropiado para este 
taxón era Encyclia sintenisii (Rchb. f.) Britton. Al empezar a hacer coleccio- 
nes en la República Dominicana en 1965 se identificaba material similar con 
ese nombre apoyado por una publicación de Garay (1969). 

Hace varios años cuando la biblioteca del Jardín Botánico Nacional en 
Santo Domingo recibió el libro “Schedulae Orchidianae” por Ames, descu- 
brí el dibujo de Epidendrum gravidum Lindley. Un estudio cuidadoso no 
demostró ninguna diferencia entre el dibujo y el material de Puerto Rico o 
el de la República Dominicana. Material en herbario de este taxón oriundo 
de Jamaica, Puerto Rico y la Española ha llevado una variedad de nombres y 
por eso los indicamos como sinónimos. 


ENCYCLIA ISOCHILA (Rchb. f.) Dod, Moscosoa 4: 193. 1986. 

Encyclia isochila var. tridens (Rchb. f.) Dod. Moscosoa 4:193. 1986. 

El autor recientemente (1986) publicó una nota sobre la Encyclia isochila 
(Rchb. f.) Dod y su variedad E. isochila var. tridens (Rchb. f.) Dod. Esta 
nota fue publicada usando la siguiente información acerca de la especie y su 
variedad: Cogniaux (1910) describió el labelo “oblongo-lanceolato-acumina- 
to margine involuto, disco laevi.”” El describió el labelo de la var. tridens 
asi: “labelo utrinque ante apicen dente extrorso acuto prosiliente aucto”. 
De estos datos se puede inferir que la E. isochila. tiene una variedad tridens 
de labelo entero. 

Garay (1969) hablando de una planta de la var. tridens de esta especie, 
dice “al juzgar el número de ejemplares que he examinado de esta especie 
oriunda de la República Dominicana, esta variedad parece ser mucho más 
común que la variedad típica, que se describe como tener un labelo entero”. 
Un poco después de la publicación mía en 1986, (en base a estos dos datos 
de Cogniaux y Garay), recibí un dibujo de la flor de E. isochila hecho por 
James Ackerman basado en el mismo holotipo en el British Museum. El 
dibujo señala que el labelo es trilobado, no entero como Cogniaux (1909) y 
como Garay (1969) habían reportado. Otro dibujo de la flor de la var. tridens 
señala que la única diferencia entre la variedad y la especie es que la forma 
de los ápices de los lóbulos del labelo de la variedad tienden a ser apiculados, 
mientras los de la especie no lo son. Por eso no reconozco la variedad, 
porque el labelo de E. isochila es trilobada ya. 

Así es que la distribución actual de la Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod 
en la Española es la que fue reportada en Moscosoa, en 1986, para la especie 
y su variedad. La coleccion Ekman 14198 (S) que no es trilobada sino que 
tiene el labelo entero, se considera un aspecto de la variación expresada en 


240 Moscosoa 5, 1989 


la especie. Aqui se reporta una extensión de esta especie para Haití, por 
primera vez para ese pais, HAITI: Milot, Parque Nacional del Citadelle, 
Crudem Road, epifita sobre un árbol de sombra en cafetal, Dod 1949 
(JBSD); 


Ruderal, una nueva palabra en el vocabulario del orquideólogo 


“Ruderal (del latín rudus. - eris, ruinas, escombros) calificativo que se 
aplica a una gran parte de la paranthropophytia y a los medios respectivos: 
vegetación ruderal. . . En general comprende los medios o estaciones rude- 
rales creados por la habitacion humana y construcciones anejas. . . En la 
práctica los límites de este concepto no están fijados con precisión” (Font 
Quer, 1977). 

Desde hace tiempo he observado que la división de plantas de Orquídeas 
en dos categorías, epifiticas y terrestres, es una simplificación poco útil y 
hasta contradictoria. Solamente ha servido para indicar plantas que crecen 
al nivel de tierra y las que crecen más arriba, sobre árboles o arbustos. 

En mis notas encuentro que la primera planta de Liparis nervosa que re- 
colecté en Puerto Rico estaba sobre humus en una horqueta de un árho! 
mediano, aproximadamente a 1.5 metros de altura, no lejos de un pequeño 
salto. Una vez, en Monteada Nueva de la Sierra de Bahoruco, República 
Dominicana, descubrí dos plantas de Cranichis diphylla creciendo sobre 
muscos en el tronco de un árbol vivo y vertical. ¿Son estas dos especies 
terrestres o epifiticas? 

En contraste, en la Sierra de Bahoruco por Zapotén, andando en un bos- 
que nublado por poco pisé un lindo ejemplar de la Trichopilia fragrans, 
sus flores blancas iluminando la sombra y perfumando el aire. ¿Era epifítica 
O terrestre? 

Recientemente, en un artículo escrito por Benzing & Atwood (1982) 
tratando de preferencia de habitats de orquídeas creciendo en bosques 
viejos, encontré el uso de esta palabra que para mí es hasta la fecha, la que 
ha hecho falta en la distinción terrestre-epifítica. 

En una gráfica, ellos usan la palabra inglesa “ruderals’’ para clasificar 
muchas orquídeas que caen entre las verdaderas terrestres y las que sin 
duda son epífiticas. 

Los autores señalan que en horquetas de árboles y sobre piedras y ramas 
anchas hay una acumulación de material orgánico que ha caído desde la 
parte del árbol más arriba. En contraste, indican que abajo sobre la tierra hay 
una capa similar de detritus: hojas, flores y ramitas que caenacontinuamente. 
En esa capa sobre la tierra crecen orquídeas que ahora acostumbramos 


Moscosoa 5, 1989 241 


llamar terrestres, pero que nunca tocan tierra, solamente crecen en la capa 
de hojarasca. 

Esta introducción del término “ruderal”, ya existente en español, deja 
por un extremo las orquídeas que crecen en tierra mineral, más o menos 
en pleno sol, especies como Bletia patula, sacoila lanceolata, o Habenaria 
monorrhiza. En el otro extremo hay epifíticas puras, como Dendrophylax 
varius, Oncidium variegatum, y Campylocentrum filiforme, que crecen en 
situaciones xéricas sin beneficio de material ruderal. Aún en condiciones 
de humedad, creciendo sobre ramitas en la copa, tenemos especies de 
Lepanthes, Lepanthopsis, y en Campylocentrum, la C. serpentilingua y la 
C. macrocarpum, que nunca se ven aprovechando una situación ruderal. 
Son epifíticas puras. 

Aunque la palabra ruderal no es muy explícita en su distinción de elemen- 
tos sobre nivel de tierra por lo menos nos da una categoría bien definida en 
cuanto al medio del substrato. En otras palabras, debe usarse como un cali- 
ficativo: ruderal terrestre y ruderal epifítica. 

Los orquideólogos en sentido específico y los botánicos en sentido general, 
debemos adoptar la palabra ruderal, y aquí lo hago, para referirnos a ese 
ambiente especial que se compone de detribus (basura) que cae de árboles 
en bosques viejos sobre la tierra, al igual sobre las ramas y las horquetas de 
los mismos árboles. Esto significa que excluimos la idea de que esta basura 
vegetal esté restringida al resultado del trabajo del hombre. 

Entoncés, es esencial que reconozcamos este humus como un medio o 

“ substrato distinto a la tierra, también de la condición de epifítica pura y que 
siempre existe entre estos dos extremos. Además podemos afirmar que el 
substrato ruderal aplicado a orquídeas existe porque no ha habido una ac- 
tividad humana allí. 

En bosques sub-tropicales y tropicales donde abundan orquídeas, el cam- 
pesino con su hacha elimina la rica población de epífitas y con su “quema” 
o “fuego de limpieza” acaba con las terrestres y las ruderales que han podido 
sobrevivir a lá tumba del bosque. Creo que es significativo el hecho de que las 
primeras orquídeas que aparecen en un bosque secundario apenas existían 
en el bosque original y viejo. 

Por supuesto, cuando uno trata de orquídeas en la zona templada, es algo 
común encontrar especies de Habenaria (Platanthera) y de Pogonia prospe- 
rando al lado de carreteras donde rellenos han concentrado suelos altos en 
materia orgánica. Tal condición es sólo la más estrecha aplicación del concep- 
to de ruderal. 


242 Moscosoa 5, 1989 
Una nueva especie de Lepanthopsis sale una natimuerta 


En el año 1986, el autor publicó una monografía del género Lepanthopsis 
Ames como existe en la isla Española. Fue una sorpresa al examinar un re- 
trato de la Ekman H-6861(S), ver que el especimen mostró el nombre 
L. bituberculata Garay, sp. n. La colección se había hecho en Haití, (Massif 
de la Selle, Morne de las Commissaires). La anotación por Garay se había 
hecho en julio del 1951. Fue la primera vez que yo supe de tal especie. 

Un repaso de la literatura no reveló la publicación de ese nombre. Por otro 
lado, al estudiar de nuevo la publicación “A Revision of the Genus Lepan- 
thopsis Ames, encontré la probable solución. Esta colección de Ekman, al 
igual que la Ekman H—11821 (S) aparece en el trabajo de Garay identificada 
como L. constanzensis (Cogn.) Garay. En la clave de especies él mencionó 
un dato específico acerca del taxón “labelo con dos callos hacia el ápice”. 
Estos dos callos corresponden al dato que motivó a Garay a aplicar el nom- 
bre “bituberculata” a la Ekman H—6861 (S). Antes de publicar la nueva es- 
pecie, él a lo mejor llegó a examinar la Ekman H—11821(S) y esa, había 
sido identificada por Mansfeld como Pleurothallis constanzensis Cogn. y 
posiblemente tenía la flor color vináceo. 

Visto que Garay no anotó sobre Ekman H-6861 la identificación correcta 
que él había descubierto (y publicado en su monografía) en relación a la 
Ekman H-11821(S), podemos concluir que ya había devuelto el ejemplar. 
El retrato de la planta de Ekman H—6861(S) que poseemos, especialmente 
la inflorescencia zig-zag la identificó fácilmente para mí. Además el dato es- 
crito por Ekman en la etiqueta “Fl. pale yellow” (Flor amarillo pálida) 
corresponde a la variante alba mencionada en mi monografía. A lo mejor 
fue ese detalle del color alba lo que motivó a Urban a no identificarla como 
Pleurothallis constanzensis. 

El material holotipo de esta especie, Tuerckheim 3482, no aparece en her- 
barios y la conclusión es que junto a muchos otros que manejaban Cogniaux 
y Urban, fue perdido en la destrucción del herbario de Berlín en la segunda 
guerra mundial. Se espera obtener el especimen Ekman H—6861(S) para ano- 
tar la identificación correcta. 


Las espinas de Cyrtopodium punctatum 


Hay pocas orquídeas entre las especies nativas a la Isla Española, que 
tengan una defensa contra predadores. Quizás algunas han desarrollado un 
sabor ya sea en la flor o en la planta que actúa como un repelente, pero esta 
calidad es difícil de determinar sin experimentos sofisticados. Hasta el mo- 


Moscosoa 5, 1989 243 


mento, la única manera de detectar una inmunidad es por observación de la 
condición de las flores y la planta. 

Mientras el autor llevaba a cabo sus exploraciones en Haití, por Formond, 
en 1982 (Dod, 1984 y 1986) se observó en plantas de Epidendrum jamaicen- 
se y E. nocturnum que un roedor había comido una parte de un crecimiento 
de varias plantas. En enero de 1983, junto a José Ottenwalder, estudiante de 
Zoología en la Universidad de Florida, encontré materia fecal del roedor 
Plagiodontia aedis cerca del área donde se había notado la acción de un pre- 
dador de las plantas. 

Otra evidencia de predacción fue visible en material de herbario (JBSD) de 
Ervthrodes plantaginea (L.) Fawc. & Rendle. En ese caso solamente el pro- 
minente nectario de la flor blanca fue dañado. Visto que tales flores tienen 
espolinas de 3—5 mm de largo, no es difícil conjeturar que un zumbador pe- 
queño como la Mellisuga minima, una avecilla de solamente 5-6 cm de 
largo pudiera haber hecho una perforación del nectario. El autor ha obser- 
vado a este zumbador picar otras flores blancas y en una ocasión vió que el 
avecilla perforó una apertura o por lo menos usaba una perforación hecha 
por otro “dulcefago” en el bejuco Distictis lactiflora. En el caso de la orquí- 
dea, no se notaba que en las flores dañadas habían algunas polinizadas y por 
ende no se puede llegar a la conclusión de que tal daño a la flor fuera parte 
del costo de su polinización. 

Recientemente el autor ha podido observar que otra orquídea tiene una 
defensa contra ciertos predadores y cómo la planta se ha adaptado para 
defenderse. La Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. tiene unos seudobulbos 
que en el caso de nuestras especies de orquídeas en la Española, son las más 
grande que tenemos. -Esta especie es nativa de Florida en Los Estados Uni- 
dos, de Puerto Rico (casi extinguida) y la Española (no común pero amplia- 
mente distribuida en la República Dominicana desde 10—800 m de elevación 
en ambientes de poca a bastante lluvia). Los seudobulbos son fusiformes, 
hasta 45 cm de largo, 5 cm de ancho y terminados en unas hojas plicadas 
de hasta 45 cm de largo. 

Una planta vieja, ubicada sobre una piedra grande o en una horqueta de un 
árbol que da sombra en el café puede crecer tan grande que llega a tener 
hasta 20 seudobulbos o más sin hojas además de las 3—5 del año actual. Tal 
planta puede pesar más de 100 libras (Marion-Landais, 1987). La persona 
que trata de recolectar una planta grande de Cyrtopodium punctatum, se 
encuentra que una planta a veces tiene la defensa de algunas hormigas gran- 
des y agresivas que viven entre las abundantes raíces pero que siempre 
tienen sus seudobulbos adornados con unas espinas, duras y agusadas. Con 
el tiempo, estas espinas, especialmente las de la parte inferior del seudobulbo 


244 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 3. Cyrtopodium punctatum (L.) Lindley. Se ven las espinas formadas 
por la abscisión del peciolo de la hoja. 


ALA 
a 


se caen, pero casi siempre la parte superior mantiene esta defensa. 

He conocido la Cyrtopodium punctatum por más de 30 años, casi siempre 
teniendo una planta como parte de mi propia colección. Nunca he prestado 
atención a las espinas, fuera de mantener un respeto por ellas cuando maneja- 
ba la planta. Sucede que recientemente en mis estudios de polinización de las 
flores de las orquídeas, empecé a notar detalles desapercibidos antes. 

En el caso de la Cyrtopodium punctatum quería averiguar lo que sería la 
naturaleza de la predación contra la cual la planta se había adaptado de ma- 
nera que su seudobulbo tenía estas espinas. En Puerto Rico y aquí en la 
Española, la amenaza principal a la planta es el hombre, primero con la des- 
trucción de su ambiente y, especialmente en Puerto Rico por el uso del 
seudobulbo, y finalmente por los amantes de orquídeas quienes recolectan 
la especie para ponerla en sus jardines. 

En Puerto Rico la especie antes se usaba como una fuente de material 
para pegar madera, especialmente la usada en fabricar guitarras. Además se 


Moscosoa 5, 1989 245 


ha sabido que la pulpa machacada y aplicada sobre un vendaje servia al 
secarse como un yeso para proteger un brazo roto. 


No es fácil suponer que esta defensa tan hábil del seudobulbo contra el 
hombre viniera en quinientos años (tiempo después de Colón) como una se- 
lección natural de las especies. Pero cuando uno estudia la posibilidad de 
que los seudobulbos hubieran provisto alimento, tratamos de un uso que ha 
durado mucho más tiempo-por milenios. Visto que la especie crece en Flo- 
rida, América Central y parte de América del Sur y muchas veces sobre pie- 
dras donde es posible el acceso de animales rumiantes como venados, no es 
difícil creer que las plantas que desarrollaron espinas tuvieran menos pre- 
dación. 

Además de esta especulación en cuanto a la predacción, empecé a investi- 
gar la naturaleza del desarrollo de la espina. Temprano en la primavera, al 
lado del seudobulbo más reciente, nacen dos retoños, uno que produce la 
espiga larga de flores y la otra el nuevo seudobulbo. Lo que se ve en el prin- 
cipio es una piña de los ápices de las hojas. Estas hojas siguen alargándose 
hasta que se ve al fondo un tallo grueso que sigue alargándose a la vez que va 
hinchándose en forma ahusada. Al estudiar la planta mientras crecía, encon- 
tré que las hojas son la fuente de las espinas. 

La hoja se adhiere al seudobulbo con su base unida a un anillo o una 
articulación. La parte basal es una vaina amplectiva; más arriba se pone 
estrecha formando el tallo de la hoja. La hoja tiene una costilla central, una 
quilla, que provee rigidez. Al lado del nervio central hay costillas menores. 
Según la hoja va madurando las quillas van endureciendo. Empezando por 
la base del seudobulbo, las hojas que van secándose se desprenden y dejan 
la vaina con una espina grande en el centro y espinas menores a cada ladoo 

Al escudriñar el proceso de desprendimiento de la hoja descubrí el secreto 
de la espina. Antes de que se cayera una hoja, empecé a ver una diferencia de 
color del tejido por la zona de desprendimiento. Meneaba una hoja para ver 
si podía desprenderla. Por un lado del eje central el tejido empezó a separarse 
y donde había cada nervio vi que salía una espinita. Dejé de esforzar y exa- 
miné con mi lupa la línea de abscisión, donde se separaba la hoja de su base 
(la vaina). En vez de romperse por casualidad, en una forma irregular, había 
una forma simétrica. Cada nervio dejaba una puntica extendiéndose hacia 
abajo por la base de la hoja y hacia arriba por el ápice de la vaina. La esforcé 
más y se partió por la quilla central. La separación de este nervio central no 
era perpendicular al eje, sino diagonal, dejando una espina en la quilla de la 
hoja y en la de la vaina. De allí en adelante fue fácil separar el otro lado de la 
vaina. 

Después de haber hecho la separación, pude ver que toda nueva vaina sin 


246 Moscosoa 5, 1989 


su hoja era similar a todas las anteriores. Este interesante fenomeno es casi 
imposible de discernir revisando material de herbario. No aparece en ninguna 
descripción de la planta, ni en el dibujo que he podido examinar. Aunque no 
es definitivo en cuanto a la identificación de la especie, para el científico que 
quiere saber todo lo posible sobre las plantas, esa línea de abscisión sugiere 
una idea de diseño. Pero con esa idea de diseño surge la pregunta de cómo 
ese diseño cabe en nuestro concepto de la casualidad de variación y luego de 
adaptación y selección. Y ¿si hay un diseño, quien es el diseñador? 


Orquideas terrestres - ¿anuales o perennes? 


El uso de material de herbario para nuestra comprensión de orquídeas 
terrestres impone una casi insuperable limitación sobre el estudiante. La 
desecación combinada con la comprensión deja (para todo propósito prácti- 
co) un residuo bi-dimensional, seco, castaño, del cual lo que mejor se puede 
decir es que la planta tenía raíces carnosas y fasciculadas, unas hojas, una 
inflorescencia, una o varias flores cuyas dimensiones son inevitablemente 
menores que las de las plantas vivas. 

Afortunadamente, quien escribe está eximido de tener que depender de 
“autopsias” para todos sus datos. Tengo la ventaja de recolectar mis propias 
plantas, a menudo plántulas difíciles de identificar en cuanto a especie y a 
veces aún a género. Las traigo a un invernadero, aire acondicionado o a un 
vivero según sus necesidades de temperatura para que sigan creciendo. Cuan- 
do florecen describo la planta viva con sus flores antes de desmembrarlas 
bajo el microscopio y al fin la seco en una prensa, guardando algunas flores 
en F.A.A. o la Solución Kews. 

El privilegio de recolectar mis propias plantas y estudiarlas vivas ha pagado 
recientemente un dividendo no anticipado. Una planta ruderal, estéril, de 
género desconocido fue recolectada en 1984. Se sembró en un tarro lleno de 
hojarasca, creció produciendo varias hojas y floreció en enero de 1985. Tenía 
hojas características de la especie Prescottia stachyodes y sus flores, algo más 
grande que las normales, mostraban el labelo típicamente capuchado. Cuan- 
do desenterré la planta y la lavé con un chorro de agua, noté que tenía dos 
grupos de raíces fasciculadas uno debajo del otro y entre ellos un tallo no 
piloso como eran los tubérculos sino glabro y un poco rosado. 

Al escudriñar la parte que había estado enterrada, observé que en el tallo 
rosado un poco más arriba de las raíces había unas cicatrices donde antes, a 
lo mejor, habían crecido hojas. En seguida me di cuenta de que esa parte in- 
ferior era pariente de la planta que había florecido. Recordé el ambiente de 
esa planta y empecé a comprender lo que había sucedido. En el bosque lati- 


Moscosoa 5, 1989 247 


foliado hay una caida constante de hojas, ramitas, pedazos de corteza, y 
flores (en su tiempo). A la vez que la planta original iba “bajando” con la 
pudrición de la capa de hojas donde nació, caían más hojas que obligaban al 
tallo a “ascender” algo para llegar a la luz. Así se desarrollaba el tallo ver- 
tical subterráneo. 

Fascinado por esa historia escrita en hojas, examiné la parte de la planta 
con hojas. Allí en la base de un pecíolo vi una rotura y al pelarlo hacia abajo 
descubrí el nuevo retoño que haría el próximo crecimiento de la planta. Sin 
dudas la planta era perenne y de unos cuantos años de edad. No había mane- 
ra de averiguar en el fondo de la planta cuantos sistemas de raíces ya habían 
muerto y desintegrado. 

La planta bajo estudio tenía varias hojas, las cuales se emitieron a diferen- 
tes niveles. Al lado de la inflorescencia había una sola hoja cordada por la 
base Un poco más abajo otra hoja crecía con esa parte del tallo desarrollan- 
do su propio sistema de raíces. De manera que lo que parecía una planta con 
varias hojas eran varias generaciones de la misma planta. Así es que habría 
que describir la especie como monofila porque en situaciones más secas, so- 
lamente la nueva hoja se quedaría viva. Lo que aclara este proceso es la in- 
clusión en la descripción que la planta es perenne y cada año produce una 
hoja y (a lo mejor) la inflorescencia. 

No recuerdo haber visto en la descripción de una orquídea terrestre o 
ruderal algún dato que indicara si fuera una planta anual o perenne. Esta 
experiencia contada me ha convencido de que en el futuro a cada planta ru- 
deral, sin bulbo o pseudobulbo, debo notar con cuidado al desenterrarla si 
es anual o perenne. 


Una aclaración sobre el libro de colección de D. D. Dod 


Empezando en septiembre de 1965, el autor mantenía su propio libro de 
colección, solamente de orquídeas de la Española. Al iniciar su trabajo con 
el Jardín Botánico Nacional en Santo Domingo, el decidió con el acuer- 
do del Dr. Alain Liogier, en aquel entonces Director del Departamento de 
Botánica, entregar sus colecciones al Dr. Liogier para que aparecieran con los 
números de Liogier y el nombre de Dod como colector. 

El sistema empezó con el número Dod 404 en diciembre de 1973 y si- 
guió hasta octubre de 1975. A partir de ese momento, el autor decidió publi- 
car sus propios materiales. Volvió a hacer las entradas pertinentes desde el 
tiempo que había dejado de hacerlas. Por eso, el material recolectado por él 
entre los números 404 y 537 debe llevar dos números, el de Liogier y el de 
D. Dod. Además de los números 404 al 537, estoy descubriendo otras colec- 


248 Moscosoa 5, 1989 


ciones con el numero de Liogier que deben tener el de Dod. Estos se recono- 
cen porque Liogier siempre en tal caso puso al final de la descripcion de la 
planta el nombre (Dod) entre paréntesis. Todavia hay unos cuantos ejempla- 
res en herbarios a las que hay que anadir los numeros de Dod. 


Agradecimientos 


En la preparación de estas notas he sido muy beneficiado por la ayuda 
de las siguientes personas: Ing. Eric Hagsater, quien me regaló una foto del 
tipo de la Epidendrum blancheanum; Dr. James Ackerman, quien me regaló 
una copia de su dibujo de los labelos de Encyclia isochila y su variedad 
tridens; Dr. Thomas A. Zanoni, por su ayuda continua con detalles de biblio- 
grafía e Ing. Manuel Báez, por el dibujo de la Epidendrum blancheanum. 


Literatura citada 


Ames, O. 1923. Additions to the orchid flora of Central America with 
observations on noteworthy species. Sched Orchid. 4:1—62. 

Benzing, D. H. & J. T. Atwood. 1984. Orchidaceae: ancestral habitats and 
current status in forest canopies. Syst. Bot. 9: 155—165. 

Cogniaux A. 1909—1910. Orchidaceae. Symbol. Antill. 6:293—696. 

Dod, D.D. 1984. Massif de la Hotte, isla peculiar, orquídeas nuevas iluminan 
su historia. Moscosoa 3: 91-99. 

. 1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas a la ciencia, endémicas en la 

Española. Moscosoa 4: 133-187. 

1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. 
VI. Moscosoa 4: 188—199. 

Font Quer, P. 1977. Diccionario de Botánica. Editorial Labor: Madrid. 

Garay, L. A. 1953. A revision of the genus Lepanthopsis Ames. Orchid J. 
2(10): 467-468. 

—__ 1969. Notes on West Indian orchids, I. Jour. Arnold Arb. 50(3): 462— 
468. 

Hamer, F. 1982. Orchids of Nicaragua. Part 1 Ic. Pl. Trop. 7: Pl. 612. 

Marion-Landais, H. 1987. Cyrtopodium punctatum. Bol. Soc. Dom. Orqui- 
deol. 3:3, 29—34. 


Moscosoa 5, 1989 


249 


Tabla I. Resumen de la aplicación de “ruderal” a una clasificación de orquí- 


deas tropicales. 


Orquídea terrestre 


Orquídea terrestre 
ruderal 


Orquidea epifitica 


ruderal 


Orquidea epifitica 
pura 


Crece en suelo mineral con un porcentaje limita- 
do de material organico, bien mezclado; general- 
mente bastante expuesta al sol. 


Crece debajo de bosques viejos a nivel de tierra 
pero en la basura organica encima del suelo; 
este es un ambiente siempre renovandose por la 
caida de mas hojarasca. 


Crece sobre los arboles, debajo de las copas a 
menudo en bosques donde se ha desarrollado la 
calidad de “climax”; acompañadas por otras 
epífitas tales como: helechos, anturios, pepero- 
mias y bromelias; recibe una luz reducida y fil- 
trada, sus raíces están pegadas al árbol o por lo 
menos metidas en la capa ruderal. 


condición mésica: crece en las copas de árboles 
en bosques donde hay alta humedad; mayor- 
mente sus raíces están pegadas a las ramitas con 
la excepción de las orquídeas áfilas. 


condición xérica: crece en copas de árboles y en 
ramas de arbustos, bajas en humedad; substrato: 
cáscara lisa, no cubierta con materia orgánica 
muerta; las orquídeas áfilas tienden a mandar 
raíces aéreas después de fijarse bien al substrato 
con raíces originales. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 250-264 


EL GENERO LEPANTHES (ORCHIDACEAE) DE LA 
ESPANOLA. I 


Henry A. Hespenheide & Donald D. Dod 


Hespenheide, Henry A. (Department of Biology, University of California, Los Ange- 
les, California 90024, U. S. A.) & Donald D. Dod (Jardin Botánico Nacional, Apartado 
21—9, Santo Domingo, Republica Dominicana). El género Lepanthes (Orchidaceae) 
de la Isla Española. | Moscosoa 5: 250-264. 1989. Después de una breve introducción 
histórica del género Lepanthes en La Española, se presenta cinco nuevas especies de 
Lepanthes: L. bahorucana, L. caudatisepala, L. domingensis, L.nutanticalis  L. 
palatoflora. 


After a brief historical introduction to the genus Lepanthes in Hispaniola, five endemic 
species new to science are described. 


En la isla Española el estudio del género Lepanthes Sw. se caracteriza por 
la gran escasez de material de herbario antes del 1965. A pesar de que en esta 
isla se han recolectado plantas desde el año 1689, empezando con Plumier, 
no fue hasta 1910 que Cogniaux publicó como nuevo para ciencia la primera 
especie, Lepanthes serrulata. Pero no hace mucho se determinó que ésta era 
Lepanthopsis serrulata (Cogn.) Hespenheide & Garay (Garay, 1968). 

Schlechter (1910) fue el primero en reconocer un verdadero Lepanthes 
de esta isla y lo publicó, Z. tenuis. En el 1917 Urban publicó tres mas, L. 
constanzae, L. mornicola, y L. subalpina Para más, se esperó hasta el 1926 
cuando Mansfeld publicó L. urbaniana. Luego se añadieron dos más: L. 
purpurata L. O. Williams (1946) y L. furcatipetala Garay (1952). 

En resumen encontramos que desde la publicación de la primera Lepan- 
thes en 1910 hasta la última en 1952, solamente han habido 7 nuevas 
especies publicadas por 5 autores basado en el material de 5 colectores. De 
las nuevas especies, 3 se han recolectado en la República Dominicana y 4 en 
Haiti (Tabla I.). 

El ultimo colector que logro descubrir una nueva especie de Lepanthes 
y tenerla publicada era Holdridge en 1946 y fue publicada por Williams en el 
mismo año. Lepanthes furcatipetala fue descubierta por Ekman en 1924 
pero no hasta 1952 fuera publicado por Garay. Por eso, después de las colec- 
ciones de Holdridge, no ha habido el descubrimiento y publicacion de un 
Lepanthes. Por supuesto han habido otros colectores, antes de Holdridge y 
después, incluyendo a unos famosos, pero pocos de ellos prestaban atención 
suficiente al género para hacer una recolección de plantas de este género. En 
su mayoría extranjeros, tenemos los siguientes Schomburgk en 1848, Eggers 


Moscosoa 5, 1989 251 


en 1887, Taylor en 1909, Leonard en 1920, Abbott en 1920—21 Valcur en 
1928, Curtis en 1944, y Howard en 1946. 

Aun el famoso botanico dominicano, Rafael M. Moscoso no dejo nada de 
ese género en sus colecciones. Según nuestro entender él recolectó pocas 
muestras para el herbario. Sin embargo, un estudiante de él, Dr. José Jiménez 
desarrolló un interés en las orquídeas e hizo recolección de Lepanthes de 
varios lugares. Fue él que primero se puso en contacto con Hespenheide 
buscando ayuda con sus problemas de identificación de su material. En 1967 
Alain Liogier empezó a recolectar en la isla y hasta el final de 1978 también 
hacía colecciones de plantas del género. 

Cuando el segundo autor (D. Dod) empezó su trabajo aquí en 1965, se ter- 
minó un período de 13 años cuando nadie se interesaba suficiente en el gé- 
nero de Lepanthes en la Española para publicar algo. Sin embargo desde ese 
tiempo hasta el presente, tampoco hemos hecho publicaciones sobre el géne- 
ro a pesar de tener mucho material. La demora es el resultado de que estos 
estudios siempre han confrontado el contínuo descubrimiento de nuevo ma- 
terial que iluminaba lo ya recolectado. Aún desde 1981, exploraciones en 
Haití han revelado muchas otras especies nuevas y han provocado otra de- 
mora. Solamente ahora hemos llegado al punto que pensamos que podemos 
publicar algo definitivo sobre 5 especies nuevas para la ciencia. 


Como se ha notado, el estudio actual tiene muy poco de antecedentes, 
poca historia. La primera lista de las Lepanthes fue publicada por Urban 
(1920), con nada más de 6 especies, una no reconocida ahora como un 
Lepanthes. En 1943 Moscoso publicó su “Catalogus Flora Domingensis” 
en el que se trató de las mismas seis Lepanthes de Urban. Jiménez (1965) 
publicó una lista de tres especies adicionales a la de Moscoso. En 1967, 
Schott ef al publicó otra lista de las orquídeas y allí puso en lista las mis- 
mas ya mencionadas. Después de esa publicación no se ha ensayado otra lista 
porque los presentes autores no se vieron con suficientes datos para justifi- 
carlo. 

Aunque los dos autores han estado juntos en el país solamente una vez por 
dos semanas, se han unido por dos semanas en Panamá y trés veces en los 
Estados Unidos por tiempo más corto para tratar con el tema de las Lepan- 
thes. El segundo autor siempre ha provisto al primero con material seco y 
flores y plantas preservadas en líquido más diagnósticas diapositivas en color. 

La publicación de esta breve historia con cinco nuevas especies de Lepan- 
thes es en cierto sentido un preludio a la revisión que tiene que ser escrito 
para comprender este género en la Española. 


TIP 8 Moscosoa 5, 1989 
Lepanthes barahucana Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 1) 

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 4.5—8.5 cm alta. Ramicaules 
tenuis 3.0—7.0 cm longi, 0.4 mm lat, arcuati, 5—7 articulati, vaginis obtecti, 
vaginae ore dilatato, obliquo, marginato, acuto, ore et striis microscopico- 
echinatis. Folium 1.8—2.2 cm longum, 1.0—1.3 mm latum, flavo-virens, 
hebes, arcuatum, late ovatum vel elliptico-anceolatum, abrupte acutum, 
apicen versus subtliter denticulatum, apice peranguste emarginato, bidenta- 
to, petiolo 3 mm longo, multi-pedunculatum. Pedunculus plus minusve 
folium aequalis, ante vel post laminam, no adpressum, 1—3 articulatus usque 
ad 10 mm longum racemo multfloro, disticho, congesto; flores succedaneae; 
bracteae carinatae, infundibiliformes, carinis pauci-ciliatis, apice acutis, 
pedicilli breviores, 1 mm longi. Sepala straminea, glabra, triangulari-ovata, 
acuminata, extus carinis tenuiter ciliatis; lateralia inter se basaliter connata, 
binervia, 4.6—5.0 mm longa, 1.1—1.4 mm lata; sepalum posticum 4.8—5 mm 
longum, 1.2—1.8 mm latum, ad angulum 45° cum axem columnae. Petala 
transverse bilobata, puberula, margine ciliata, margines laminae exteria 
aurantiaca, inferne rubris, uninervia, 0.5—0.6 mm longa, lobo anteriore 
anguste-triangulari, 0.8—1.0 mm longo, lobo pos lineari, leviter falcato, 
apice acuto, 1.3—1.6 mm longo, petalorum lobis inter se angulo 105”. 
Labellum rubrum, trilobatum, in medio 0.5 mm longum, lobis lateralibus 
dolabriformibus 0.6 mm longis, loborum superficiebus convexis, puberulis, 
ovatis, basaliter rotundatis, apice anguste rotundatis, incurvatis-falcatis, 
margine ciliatis, 1.4—1.5 mm longis, 0.5—0.6 mm latss, lobo intermedio 
abaxiali triangulari, ciliato candido, post sinum pusillum sito. Columna 
erecta, ad clinandrium dilatata,1.4 mm longa, rostello apice angulati-obtusi, 
apiculato, stigma quam clinandrio altiore et parallelo ad axem columnae. 
Antera albida, emarginata. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Duvergé: Puerto 
Escondido, Zapotén, lugar de un viejo aserradero a 8 km al sur del Puesto 
Militar Aguacate, a la derecha de la carretera, mas abajo de la terraza del 
aserradero creciendo sobre arbustos en un bosque nuboso poco alterado, 
elev. 1450-1550 m, 18° 52’ N, 70° 41’ Oe, abr. 1971, D. D. Dod 279 
(Holotipo: JBSD). 

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de 
Bahoruco: Zapotén arriba, elev. 1550-1600 m, Dod 355 (JBSD); HAITI: 
Massif de La Selle, Morne des Commissaires J. T. Curtis 57 (AMES); Massif 
de La Hotte: Les Cayes; Formond, Dod 1841 (JBSD). 

La Lepanthes bahorucana se concentra en la Sierra de Bahoruco-Massif 
de la Selle frontera Haití-República Dominicana. La localidad en el Massif 


Moscosoa 5, 1989 253 


Fig. 1. Lepanthes bahorucana D. D. Dod, sp. nov. 


254 Moscosoa 5, 1989 


de la Hotte representa la dispersion mayor. Los sépalos planos, triangulares, 
atenuados, los pétalos cortos y el labelo con superficie notablemente con- 
vexo y casi paralelo al eje de la columna la distinguen. 

El nombre £. bahorucana destaca su descubrimiento por el autor en esa 
Sierra. 


Lepanthes caudatisepala Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 2) 

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 2.8—6.6 cm alta. Ramicaules 
1.4—4.1 cm longi, ascendentes, 4—7 articulati, vaginis obtecti; vaginae striis 
microscopico-echinatis, vaginae ore dilatato, microscopico-echinato, margl- 
nato, mucronato. Folium 1.4—2.5 cm longum, 0.6—1.0 cm latum, elliptico- 
lanceolatum, basaliter 1.5—2.5 mm petiolatum, margine sparse ciliatum, 
apice anguste emarginatum, mucronatum. Inflorescentiae 1-5, 4-7 mm 
longae, usque ad 9 floribus; bracteis sparse ciliatis, 0.75 mm longis, inter se 
0.4 mm distantibus; pedicellis 0.65 mm longis. Sepala viridirubra, lineari- 
triangularia, caudata, trinervia; sepala lateralia inter se leviter connata, 6.4— 
6.6 mm longa, 1.3 mm lata; sepalum posticum 6.5 mm longum, 1.7 mm 
latum. Petala roseo-purpurea, transverse bilobata, uninervia, pubescentia, 
0.4 mm longa, lobo anteriore linear, incurvato, 0.6 mm longo, lobo posterio- 
re lineari, apice breviter rotundato, 0.9—0.95 mm longo. Labellum roseo- 
purpureum, trilobatum, in medio 0.5 mm longum, lobis lateralibus dola- 
briformibus, 0.6 mm longis, loborum superficies anguste ovata, basiliter 
rotundata, apice acuminata, incurvato-falcata, breviter ciliata, 0.9 mm longa, 
0.3 mm lata, lobo intermedio abaxiali, post-sinum pusillum sito, lineari, 
ciliato. Columna roseo-purpurea, erecta, ad clinandrium dilatata, 1.2 mm 
longa; rostello apice leviter retuso, apiculato, stigmate quam clinandrio 
altiore; anthera et polliniis 0.3 mm longa. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Piedra Blanca: 
Km. 16 de carretera a Rancho Arriba, Firme Banilejos, al Este de la via en 
bosque latifoliado primitivo, creciendo sobre arbustos y árboles, elev. 1000 
m, 18° 45’ N, 70° 05’ Oe, ene 1972, D. D. Dod 308 (holotipo. JBSD). 

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera 
Central: Bonao: Loma La Palma, Dod 470 (JBSD); Casabito, Dod 30 (JBSD); 
San Cristóbal: El Cacao, Los Privados, Dod 253 (JBSD); Pueblito Rio 
Limpio: Loma Peña Blanca, Dod 374 (JBSD). 

La Lepanthes caudatisepala está restringida a la Cordillera Central entre 
la frontera y la Loma Rodríguez de Baní. Hay algo de semejanza a la L. 
bahorucana pero los sépalos caudados, curvados no planas, y triangulares la 


Moscosoa 5, 1989 255 


Fig. 2. Lepanthes caudatisepala D. D. Dod, sp. nov. 


256 Moscosoa 5, 1989 


distinguen; los pétalos son más cortos que los de la L. bahorucana y el labelo 
no es paralelo a la columna. 

La Lepanthes caudatisepala es una de las especies más fácil de distinguir 
entre el género en la Española. No hay otra semejante. Tanto material que la 
planta ha expendido en producir los sépalos que parece que por razón de 
economía se ha producido pétalos algo insignificantes. Hasta la fecha su dis- 
tribución está limitada a la Cordillera Central y a elevaciones de 100-1200 
m de elevación. 

El nombre específico L. caudatisepala enfatiza los sépalos caudados. 


Lepanthes domingensis Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 3) 

Orchidea. Herba pusilla, epiphytica, caespitosa, 3—5.5 cm alta. Ramicaules 
folia longiores, 2—3.5 cm longi, erecti, vel ascendentes, stricti, raro curvati, 
gracili, 4-8 articulat,, unifoliati, vaginis obtecti; vaginae striis microscopico- 
echinati, vaginae ore dilatato, acuto, marginato, apiculato, microscopico- 
echinato. Folium 1.4—2.0 cm longum, 1.0—1.5 cm latum, coriaceum, hebes, 
inferne inferne interdum cum maculum brunneum, lati-ovatum vel subor- 
biculare, obtusum, base abrupte et breviter petiolatum, margines marginat, 
apicem versus leviter erosum, apice emarginatum, bidentatum, mucronatum. 
Pedunculi usque ad 5, quam folium plus minusve longum, nec adpressi, 
inferne et latrorsi emittentes, multiflori. Flores usque ad 12, comparate 
plantam grandes, distichi, conferti, bracteae ocreatae, sparse ciliatae, acutae, 
pedicilli 2.0 mm longi. Sepala glabra, straminea; lateralia inter se basaliter 
connata, obovata, acuta, binervia, valde deflexa 2.9—3.2 mm longa. 1.5 mm 
lata; sepalum posticum obovatum-acutum, revolutum, 3.0—3.3 mm longum, 
1.9 mm latum. Petala transverse bilobata, aurantiaca, trinervia, 0.9 mm longa, 
lobis subequaliter, triangulari-falcatis, 1.5—1.6 mm longis. Labellum, rubrum 
superficie puberulum subrectangulare, longe trinerve, margine revolutum, 
basaliter subcordatum, apice trilobatum, 2.1 mm longum, 1.5 latum, in 
medio valde emarginatum, 1.5 mm longum, lobis lateralibus tenuiter ciliatis, 
apice rotundatis, lobo intermedio triangulari. Columna erecta, ad clinan- 
drum leviter dilatata, 0.8 mm longa; rostello apice transverso apiculato, 
stigmate quam clinandrio alto; anthera et polliniis 0.45 mm longis. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Jarabacoa: Loma de 
La Sal, mas alla de la casa forestal, creciendo sobre arboles, generalmente a 
más de 2 m sobre la tierra, elev. 1150 m, 19° 05’ N, 70° 36’ Oe, dic. 1967, 
D. D. Dod 170 (Holotipo: JBSD). 

Otros ejemplares examinados: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera 
Central: Bonao: Loma La Palma, Dod 469 (JBSD); Casabito, Dod 1505 


Moscosoa 5, 1989 257 


Fig. 3. Lepanthes domingensis D. D. Dod, sp. nov. 


258 Moscosoa 5, 1989 


(JBSD); Pueblito Rio Limpio: Loma Nalga de Maco, Dod 843 JBSD); Sierra 
de Neiba: Hondo Valle, Calimete, Dod 215 (JBSD). Sierra de Bahoruco: 
Cabo Rojo: Isla, Dod 700 (JBSD); Las Abejas, Dod 883 (JBSD). HAITI: 
Massif de la Hotte: Les Cayes: Formond, 1982, Dod 1909 (JBSD). 

La distribucion de la Lepanthes domingensis es interesante por la sepa- 
racion de los distintos lugares donde ha aparecido. La de Calimete en la 
Sierra de Neiba es única en esa región. La de Isla se destaca porque es la 
única especie de Lepanthes en un bosque con muchas especies de orquídeas 
y también es muy común allí. En Formond, Haití, forma una parte de la 
gran variedad de especies de Lepanthes de esa región. 

El nombre L. domingensis corresponde al país donde fue encontrado pri- 
mero e indica la amplia distribución que tiene allí. 


Lepanthes nutanticaulis Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 4) 

Orchidea. Herba epiphytica, caespitosa, 4—13 cm longa, radices mediocres. 
Ramicaules pergraciles, 0.5 mm crassi, ascendentes, vel nutantes, 2.5—7.0 
cm longi, unifoliati, 4—9 articulati, quoque segmento per vaginam striatam 
et infundibiliformem obtectam, striae microscopico echinato, vaginae ore 
dilatato, microscopico echinato, marginato, mucronato. Folium subcoria- 
ceum, lanceolatum vel lati-ellipticum, basaliter abrupte et breviter petiola- 
tum, 1.0—1.5 mm longum, margine sparse breviterque ciliatis, apice acumi- 
natis 28-45 mm longum, 7.5—20 mm latum. Inflorescentiae generaliter 
folia super, usque ad 10, plus minusve folium longae, racimo usque ad 
30—floro, congesto, bracteis sparse ciliatis 1.3—1.5 mm longis; pedicillis 
1.0—1.4 mm longis. Sepala glabra, citrina, ciliata, inferne carinata, interdum 
ciliata, ovata, acuta, interdum caudata. Sepala lateralia inter se 1/3 connata, 
margine interia rubris, binervia, 3.8-4.2 mm longa, 2.0 mm lata; sepalum 
posticum, 4.8—4.9 mm longum, 2.8 mm latum. Petala transverse bilobata, 
superficie puberulis, margine rubris, interiis aurantiacis, 3 nervia, 0.7 mm 
longa, lobi subequaliter, lineari-triangulares, acuti, 2.6—2.9 mm longi. Labe- 
llum trilobatum, in medio 0.6 mm longum, lobi lateralia rubri, dolabrifor- 
mes, 1.2 mm longi, loborum superficiebus puberulis, angulati-ovatis, basaliter 
rotundatis, apice acuminatis, incurvatis, falcatis, et breviter ciliatis, 2.5 mm 
longis, 0.6 mm latis; lobo intermedio abaxiali, basaliter pilis albis brevis mul- 
tis, longioribus sparsis, in recavo vado sito. Columna erecta, ad clinandrium 
leviter dilatata, 1.5 mm longa, rostello apice obtuso-angulato, apiculato, 
stigmate quam clinandrio altiore, anthera et polliniis 0.6 mm longis. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahoruco: Barahona; carrete- 
ra a La Guásara, Finca de Habib, Loma Pie Pol, en primitivo bosque latifolia- 


Moscosoa 5, 1989 259 


Fig. 4. Lepanthes nutanticaulis D. D. Dod, sp. nov. 


260 Moscosoa 5, 1989 


do, creciendo sobre arbustos y árboles, elev, 1200—1250 m, 18° 08’ N, 
71° 18° Oe, mar 1971, D. D. Dod 254, (Holotipo, JBSD). 

Otros ejemplares examinados: HAITI: Massif de la Hotte: Formond, 1550 
m, Dod 1921 (JBSD). REPUBLICA DOMINICANA: Sierra de Bahofuco. 
Polo, Argentina, Dod 156 (JBSD); Duvergé: Zapotén, Dod 163 (JBSD); 
Cabo Rojo; Las Abejas, Dod 882 (JBSD); Duvergé: Loma de Toro, Dod 
1636 (JBSD); Puerto Escondido, Vuelta del Codo, Dod 1848 (JBSD); 
Barahona: Filipinas, Dod 1394 (JBSD). 

La Lepanthes nutanticaulis, sin duda, es una de las mas bellas de este 
género en La Española. Su tamaño grande (para el género aquí) y la brillan- 
tez y simetría de los colores de la forma, la destacan. Sin embargo no es fácil 
ver las plantas porque cuando tienen flores, ellas pesan tanto que las hojas se 
cuelgan y fácilmente se pasan por desapercibidas. Las plantas encontradas en 
1983 en Formond, Haití, tienen que ser consideradas como esta especie pero 
no son tan grandes ni tan coloridas. 

Sin tener flores vivas, el estudiante tiene dificultad en distinguir la L. nu- 
tanticaulis de la L. urbaniana Mansfeld. La descripción original de esta última 
especie hace falta muchos detalles. Sin embargo, hay diferencias notables que 
permiten la distinción. La L. nutanticaulis tiene la hoja más ancha, menos 
tiesa; el ramicaule es tan delgado que la hoja con una flor toma una posición 
nutante; los sépalos son cóncavos con los ápices perpendiculares al plano de 
la base de la flor, y el ángulo entre los sépalos laterales es más de 45”: los 
pétalos son más largos, pero el labelo es más corto; la antera es cuveada. 

La L. nutanticaulis recibe su nombre porque el ramicaule tan delgado no 
puede sostener erguida la hoja y por ende se cuelga. 


Lepanthes palatoflora Hespenheide & Dod, sp. nov. (Fig. 5) 

Orchidea. Herba pusilla, epiphytica, caespitosa, 1.5—2.5 cm alta. Ramicau- 
les breves, interdum in muscis occulti, erecti, vel reclinau 0.8—1.5 cm 
longi, unifoliati, 4—articulati, vaginis obtecti; vaginae striis puberulents, vagi- 
nae ore dilatato, puberulento, marginato, mucronato. Folium 8—10 mm 
longum, 4—5 mm latum, ellipticum vel obovatum, basaliter 1.5 mm petio- 
latum, margine sparse ciliato, apice obtuso. Inflorescentiae usque ad 4, 6.5— 
20 mm longae, usque ad 15 florae, bracteis sparse ciliatis, 0.8—1.0 mm 
longis, inter se 0.6—0.8 mm distantibus; pedicellis 0.8—1.0 mm longis. Sepa- 
la tenuiter convexa, flavovirens, glabra, ovata, microscopico-ciliata, lateralia 
2.8—2.9 mm longo, 1.65 mm lata, interia rubris, rectis, inter se % connata, 
angulo 75”, binervia; sepalum posticum medio versus tincta rubrum, 3.9— 
4.1 mm longum, 2.0—2.3 mm latum. Petala plana, nec imbricata, superficie 
puberula, transverse bilobata, 3 nervia, exteria recta, microscopico ciliata 


Moscosoa 5, 1989 261 


Fig. 5. Lepanthes palatoflora D. D. Dod, sp. nov. 


262 Moscosoa 5, 1989 


0.7—1.0 longa, lobis subequaliter, lineari-triangularibus, acutis 1.6—2.1 mm 
longis. Labellum rubrum, superficie puberulum, trilobatum, in medio 0.4— 
0.6 mm longum, lobi lateralia dolabriformes breves, 0.8 mm longi, loborum 
superficies ovata, basaliter rotundata, apice abrupte angustata acuta, leviter 
incurvata, et breviter ciliata, 1.2—1.6 mm lata, lobo intermedio abaxiali post 
sinum pusillum sito, truncato, ciliato. Columna deflexa, ad clinandrium 
leviter dilatata, 1.05—1.4 mm longa, rostello apice leviter retuso, apiculato; 
anthera et pollinis 0.4—0.5 mm longis. 


Tipo: REPUBLICA DOMINICANA: Cordillera Central: Bonao: carretera a 
Constanza al lado del Rio Jatubey, antes de llegar a Casabito, creciendo 
sobre arbustos, frecuentemente en musgos, elev. 1200 m, 19° 01’ N, 70° 33” 
Oe, mayo 1967 D. D. Dod 79 (Holotipo: JBSD) 

Otros ejemplares examinados: Baní: Loma Barbacoa, T. Zanoni et al. 
21532 (JBSD); Piedra Blanca: Firme de Banilejo, Dod 312 (JBSD); Constan- 
za, Loma Campanario, Dod 225 (JBSD); Bonao: Casabito, Dod 1508 (JBSD) 

La Lepanthes palatoflora se distingue por su planta pequeña en toda di- 
mensión excepto la flor que a veces casi iguala a la hoja. Las inflorescencias 
crecen hasta exceder las hojas y se separan lateralmente de la hoja. La planta 
es algo semejante a la de L. kryptos (sin publicarse todavía) porque esta 
última también tiene el ramicaule corto y el racimo descarriado. Pero la flor 
de la L. kryptos es más grande, la superficie de los sépalos es completamente 
liso y brilloso, con el ángulo entre los sépalos laterales más de 90”; los pé- 
talos transversos tienen un apículo de ángulo obtuso. El labelo es mucho más 
largo con el ápice atenuado. 

El nombre específico, palatoflora, (palato = descarriada, perdida), refiere 
al hábito de la flor de crecer a una distancia de la hoja como si no perteneciera. 


Literatura citada 


Cogniaux, A. 1909-1910. Orchidaceae. Symbol. Antill. 6:293—718. 

Garay, L. A. 1953. Two new orchids — subtribe Pleurothallidinae. Orchid J. 

1:218=219 

.1968. Studies in American orchids VII. Caldasia 10: 231-238. 

Garay, L. A. andH. R. Sweet. 1974. Orchidaceae, en R. A. Howard, (ed.), 
Flora of the Lesser Antilles, Leeward and Windward Islands. Arnold 
Arboretum: Jamaica Plain, Massachusetts. ix + 235 pp. 

Hespenheide, H. A. 1968. A revision of the West Indian species of Lepanthes: 
I. Jamaica. Proc. Acad. Nat. Sci. Philadelphia 120: 1-23. 


Moscosoa 5, 1989 263 


—_—. . 1970. A revision of the West Indian species of Lepanthes: 11. Lesser 

Antilles. Notul. Nat. Acad. Nat. Sci. Philadelphia 429: 1—6. 

. 1973. A revision of the West Indian species of Lepanthes (Orchida- 

ceae): III. Cuba. Brittonia 25: 257—283. 

Jiménez, J. de J. 1965. Novedades de la flora de Santo Domingo, No. 1. 
Adiciones a la flora orquideológica de la isla de Santo Domingo después 
de la publicación del Catalogus Florae Domingensis de Moscoso. Con- 
trib. Ocas. Inst. Bot. “Rafael M. Moscoso” Univ. Auton. Santo Domin- 
go 1: 1—5 (y seis páginas sin numeración). 

Moscoso, R. M. 1943. Catalogus florae domingensis. New York: L. & S. 
Printing. 

Schott, L., D. D. Dod, and L. Marion. 1967. Lista de las orquidaceas Domi- 
nicanas. Contrib. Ocas. Inst. Bot. “Rafael M. Moscoso”, Univ. Auton. 
Santo Domingo 20 pp. 

Schlechter, R. 1913. Orchidaceae, pp. 492-498 en I. Urban (1913), Nova 
genera et species VI. Symbol. Antill. 7: 482-559, 

Urban, I. 1917. Sertum Antillarum. IV. Feddes Repert. Sp. Nov. Regni Veg. 
13: :98112. 

—— . 1920-1921. Flora domingensis. Symbol. Antill. 8: 1—860. (Véase 
p. 113-148). 

——_ . 1926. Plantae Haitiensis novae vel rariores III. a cl. E. L. Ekman 
1924-1926 lectae. Ark. Bot. 20A (15): 1-94. 

Williams, L. O. 1946. Two orchids from Haiti. Bot. Mus. Leafl. 12: 255, 
256. 


Moscosoa 5, 1989 


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264 


Moscosoa 5, 1989, pp. 265-269 


ORQUIDEAS (ORCHIDACEAE) NATIVAS SILVESTRES EN EL 
JARDIN BOTANICO NACIONAL, EN SANTO DOMINGO, 
REPUBLICA DOMINICANA 


Donald D. Dod 


Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9 Santo Domingo, Repúbli- 
ca Dominicana). Orquideas (Orchidaceae) nativas silvestres en el Jardin Botanico Nacio- 
nal, en Santo Domingo, Republica Dominicana. Moscosoa 5: 265-269. 1989. El Jar- 
din Botánico Nacional, con un area de mas o menos 2 kilómetros cuadrados, tiene una 
Reserva Forestal de aproximadamente el 500/o de esa area. El bosque es secundario, 
en proceso de transición. Varias orquídeas nativas se han encontrado creciendo en el bos- 
que, a su orilla o en ciertas plantaciones horticulturales. Se reportan siete especies y se 
describe el ambiente escogido por cada una con opiniones en cuanto al origen de varias 
de las especies. 


A report is given of the wild native orchids in the forested areas of the National Botan- 
ical Garden. Seven species are reported with data given as to their probable origin and a 
relation to antecedent forests there. 


El Jardín Botánico Nacional de Santo Domingo es uno de los más grandes 
en el Nuevo Mundo, con un área de más o menos 2 kilómetros cuadrados. 
A. de Dod (1986) ha dado un breve resumen de la historia de la propiedad. 
El área denominada como la Reserva Forestal representa el ambiente con 
la vegetación más vieja. La gran parte de este bosquecito está dominada 
por el árbol Campeche, (Haemotoxylon campechianum). El Campeche es el 
árbol que ha mostrado la mayor capacidad para adaptarse a un suelo que es 
casi puro caliche (carbonato de calcio). 

Hasta el momento, ignoramos cuando las tierras que forman la base de la 
Reserva Forestal fueran abandonadas como un pasto para animales y la rege- 
neración natural pudiera suceder, pero es del orden de pocas décadas. El 
Campeche es un árbol efímero, tendiendo a morirse después de unos 20— 
30 años. Muere pronto pero durante su corta vida deposita una cantidad 
de hojas, flores y ramitas que forman una rica capa de materia vegetal que 
es alimento para otras plantas y árboles que no pueden adaptarse al caliche 
puro como fuera mucho del suelo original del área. Visto que el Campeche 
es un árbol prolífico, muchas de las semillas producidas por la primera gene- 
ración, nacieron y crecieron más rápido y más grande que sus antecesores. 
Son estos los que mayormente componen el bosque actual. 

Sin embargo, a pesar de la dominancia del Campeche, el autor ha descu- 
bierto en la Reserva, señales de que otras especies ya pueden competir con 
éxito con esta especie dominante. Una de estas es la Caoba, Swietenia 
mahagoni. Hace varias décadas se sembraron Caobas en derredor de caminos 


266 Moscosoa 5, 1989 


y por el area donde estaba la administración del depósito de municiones que 
ocupaba las tierras antes de convertirse en el Jardín Botánico. Estos árboles 
nunca han crecido a tamaño que valga la pena aserrar, pero sí, por unos 15 
años han producido semillas. En el 1977 se descubrieron varios arbolitos de 
Caoba en la Reserva Forestal. Aprovechando el rico abono producido por la 
leguminosa Campeche, los arbolitos, delgados, pero creciendo rápidamente 
están ya a más de 3 metros y prometen pronto irrumpir por las copas de los 
Campeches. En ese ambiente ellos pueden alcanzar un tamaño comercial. 

Junto con esta invasión de la Reserva Forestal, hemos podido observar 
que varias especies de orquídeas han podido acomodarse allí, algunas como 
epífitas y otras como terrestres y ruderales. Como sucede típicamente, las 
terrestres aparecieron primero. Una especie de Vanilla, V. poitaei, fue des- 
cubierta en 1975 de tal tamaño que habría que estar su edad en más de 15 
años. El género Vanilla se caracteriza por su capacidad de nacer en tierras 
no muy fértiles y pronto convertirse en una planta “epifítica”, con sus raíces 
fuertes fijando el bejuco al tronco del árbol. Luego a libre albedrío puede 
crecer por una rama o colgando libre bajando otra vez a la tierra. El bejuco 
puede ramificarse y luego después de varios crecimientos estar en condición 
de florecer. A veces una ramita se rompe del bejuco principal, cae a la tierra, 
y otra planta se forma. 

Seguramente bajo tal proceso, la mata que encontramos pesando más de 
100 libras y midiendo la suma de sus varias ramificaciones más de 75 metros, 
indicaba por su tamaño la edad de 15 años. Ahora debe tener unos 27 años. 

Otra orquídea con la capacidad de invadir rápidamente al área era la 
Stenorrhynchos lanceolata. Esta especie quizás crecía en la hierba que 
formaba parte de los pastos de la finca donde se instaló el depósito de muni- 
ciones. En el mismo 1975 encontré la especie en la orilla de la Reserva 
Forestal donde había grama nativa no sobrecrecida por la grama exótica, 
Zoysia sp., que se ha usado para los céspedes en el Jardín Botánico. 

En ese año también descubrí el Angelito, Oncidium variegatum, creciendo 
en forma colgante sobre una ramita de un Campeche. Era de esperarse por- 
que esta especie es característicamente de ciertos árboles que no crecen en 
bosques sino en situaciones aisladas como la Naranja china, Citrus sinensis, 
o el Higuero, Crescentia cujete L. En nuestro Jardín Botánico, el Angelito es 
muy común, vista como epifita sobre la Hojancha, Coccoloba pubescens, 
el Guanito, Coccothrinax argentea, y varios otros árboles, creciendo en áreas 
abiertas. Sin embargo, en la Reserva Forestal es rara, con una sola mata que 
pudiera con éxito invadir el bosque. 

Acompañando al Angelito encontré la orquídea áfila Campylocentrum 
fasciola que también es común creciendo sobre árboles de Higúero y de 


Moscosoa 5, 1989 207 


Fig. 1. Stenorrhynches lanceolatum (Aubl.) L. C. Rich. ex Spreng., proba- 
blemente una reliquia de los pastos anteriores que cubrían una gran parte de 
la finca ganadera que existía antes de la formación del Jardín Botánico Na- 
cional. La encontramos creciendo en tierra en una maleza graminacea. Esta 
ilustración usada con el permiso de “‘Stanford University Press”, del libro de 
D. S. Correll, “Native orchids of North America, north of Mexico” 1978, 
Pl. 82 (como Spiranthes orchioides). 


268 Moscosoa 5, 1989 


Naranja China en los claros. Es interesante como ciertas orquideas al igual 
que ciertas aves “prefieren” ciertos árboles. 

En contraste con estas epífitas, he encontrado dos orquídeas terrestres 
que normalmente son-de bosques poco estorbados. Una de ellas es bien rara, 
la Triphora gentianoides habiéndola yo hallado solamente en el Parque Na- 
cional del Este. En aquel ambiente bastante primitivo apareció en pleno sen- 
dero, creciendo entre las piedras a un lado donde afortunadamente no había 
sido pisada. La distribución en el Jardín Botánico es solamente el tercer re- 
porte para la Isla Española. Ekman (como Ekman 15467) en 1930 la descu- 
brió por Los Haitises. En el Jardín Botánico se encontró debajo de unos 
Campeches en el área frente al invernadero. La planta volvió a aparecer el 
año siguiente pero el año después ya faltaba y nunca más la hemos visto en 
ese lugar. 

Otra orquídea ruderal encontrada en el 1986 en la Reserva Forestal es la 
Liparis nervosa (antes L. elata). Es la primera vez que ha aparecido en eleva- 
ciones tan bajas, prefiriendo generalmente ambientes de 100—500 metros. 

La última orquídea silvestre encontrada en el Jardín Botánico es la Oeceo- 
clades maculata. Esta especie invasora (Dod, 1986) fue reportada primero en 
1975 por la costa oriental de la Isla. Traje material a nuestros viveros donde 
se adaptó fácilmente, floreció e hizo cápsulas de semilla. Pero antes de que 
tuviera tiempo de nacer la se semilla, crecer las plántulas hasta la madurez 
y florecer, encontramos otras matas ya con flores en el mismo Jardín Botá- 
nico. Así es que las matas que encontramos fuera del área de los viveros lle- 
garon allí con la primera invasión de la especie al Este de la Isla. 

Rastreos frecuentes de la Reserva Forestal seguramente van a revelar más 
especies, especialmente las ruderales. Será interesante determinar cuáles son 
y las condiciones que ellas prefieren. Así vamos a conocer las orquídeas que 
son más tolerantes en áreas estorbadas. 


Literatura citada 


Dod, Annabelle E. de 1986. Las aves del Jardín Botánico Nacional. Mosco- 
soa 4:266—271. 

Dod, Donald D. 1986. Oeceoclades maculata (Orchidaceae) 1975 a 1985, en 
una marcha inexorable cruza la Isla Española. Moscosoa 4:26 3—265. 


Moscosoa 5, 1989 269 


Tablas 1. Especies de orquideas nativas encontradas en la Reserva Forestal 
del Jardin Botanico Nacional, Santo Domingo. 


Vanilla poitaei Rchb. f., Ruderal y epifita, en pleno bosque; planta muy 
grande 

Stenorrhynchos lanceolatum (Aubl.) L. C. Ric. ex Spreng., Terrestre, en gra- 
mas silvestres, orilla del bosque. 

Oncidium variegatum (Sw) Sw., Epifita, común en los Higueros, rara en el 
bosque 

Campylocentrum fasciola (Lindl.) Cogn., Epífita, áfila, rara en el bosque 

Trhiphora gentianoides (Sw) Ames & Schltr., Terrestre, rara, efímera 

Liparis nervosa (Thunb.) Lindl., Ruderal, rara 

Oeceoclades maculata (Lindl.) Lindl., Terrestre y ruderal, invasora desde 
América del Sur. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 270-275 


UN INVENTARIO DE LAS ORCHIDACEAE DEL PARC 
NATIONAL CITADELLE, SANS SOUCI Y RAMIERS, 


EN MILOT, HAITI 
Donald D. Dod 


Dod, Donald D. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Republi- 
ca Dominicana). Un inventario de las Orchidaceae del Parc National Citadelle, Sans 
Souci y Ramiers, en Milot, Haiti. Moscosoa 5: 270-275. 1989. El inventario de las 
Orchidaceae del Parque se realizó en octubre 1985. El autor, quien es especialista en or- 
quideas, acompañado de dos botánicos, también del Jardín Botánico Nacional, pasó una 
semana de exploración especialmente en la Sierra Chaine Bonnet a PEveque al norte del 
Citadelle. En octubre de 1987 pasó otra semana, estudiando las aves y observando y 
recolectando orquídeas. Entre las dos visitas se encontró un total de 53 especies, varias 
de ellas inesperadas. Después de un breve comentario sobre los diferentes ambientes 
explorados se presenta la lista de las 53 especies con sus autores y datos acerca de sus 
distribuciones y status. 


An inventory of the Orchidaceae of the Park was carried out by a team from the Do- 
minican National Botanical Garden. The author, an orechid specialist, found a total of 
53 different species of orchids during two one week visits in 1985 and 1987 both in 
October. Several orchids were unexpectated and a few reported for the first time in 
Haití, one being possibly new for science. After a brief description of the various areas 
explored, there is given a list of the 53 orchids seen or collected. Each species has its 
author plus a brief summary of its distribution in the island and the frequency of its 
appearance in the Park. 


En octubre del 1985 el cuerpo botánico del Jardín Botánico Nacional en 
Santo Domingo, R. D. fué invitado a hacer un inventario de las plantas en el 
Parque. El que escribe, participando con otros dos botánicos, el Doctor Tho- 
mas Zanoni y el Lic. Milcfades Mejía, exploramos allí los días 21 al 28 de 
octubre. 

Aunque pude ver orquídeas en unos árboles viejos cerca del Palacio Sans 
Soucí del Rey Christophe, la mayoría de las colecciones se hicieron en la 
sierra al norte de la misma Citadelle. La primera impresión que recibe el visi- 
tante a la fortaleza histórica es que quedan poco árboles de los bosques 
primitivos que crecían allí cuando las construcciones se empezaron. Sin 
embargo, era muy evidente con toda la destrucción de los árboles durante la 
construcción de los dos edificios grandes y con el impacto de los campesinos 
después, un inesperado número de palos sean primitivos o solamente viejos, 
han quedado con, o han adquirido, una cantidad sorprendente de especies 
de orquídeas. 

Aún en derredor del mismo palacio se encontró unas orquídeas terrestres, 
la Prescottia oligantha creciendo entre las piedras de una muralla al lado de 
un patio. Aún el venerable caimito Chrysophyllum cainito frente al palacio 


Moscosoa 5, 1989 21 


donde se dice que el Rey por las tardes celebraba su Corte, tenia unas pocas 
plantas de la orquidea Anacheilium cochleatum sin mencionar una abun- 
dancia de bromelias. 

Subiendo el camino pedáneo que conecta al estacionamiento “Parking” 
de vehículos con la fortaleza, se presentan orquídeas al visitante que sabe 
reconocerlas. Oncidium variegatum era común creciendo sobre unos árboles 


de naranja china cerca de la última casa. Más arriba por la derecha, cuantio- 
sas plantas de Anacheiliun cochleatum crecían sobre rocas peladas. 


En un lugar con malezas, unas plantas de Epidendrum wrightii Lindl. se 
revelaron con sus flores anaranjadas brillando en el sol. Acercándome a la 
Citadelle subí al firme cerca de donde estaban las ruinas de un horno para 
producir cal viva que se usó como cemento en la construcción de la fortaleza. 
Entre unas piedras grandes cubiertas con plantas litofíticas descubrí una 
colonia de la orquídea Pleuro thallis gelida con sus flores amarillas dando su 
perfume peculiar al aire. 

Mientras que uno va subiendo el camino para los peatones, no es fácil 
evaluar bien el bosque que se ve más arriba por la derecha. Abajo hay arbo- 
ledas que indican que son parte de un bosque secundario, quizás sombra de 
café. Sin embargo, cuando uno sube y entra a la fortaleza y sube las escaleras 
que conducen al mirador más alto hacia el norte, se revela una serie de 
picachos que tienen árboles cuyos colores y formas indican vejez. Se recibe 
la impresión de poco impacto por el hombre, por lo menos solamente se 
veía una sola “tala”, típica, donde después de secarse la tumba, se había 
quemado todo. 


La cuchilla sobre la cual se ha edificado la Citadelle está a 800 m s n m 
Hacia el sur la elevación va disminuyendo y no tiene árboles. Hacia el norte 
una serie de picachos van subiendo y bajando hasta llegar a la Morne Sainte 
Louise de 760 m de elevación. Más allá los picos van bajando un poco for- 
mando la Morne Bo'd Choiseul con varias cabezas. De allí otra subida lleva a 
la Morne Bonnet a P'Eveque que otra vez tiene los 800 m. Al final de la 
cadena hay otra loma masiva y de allí la roca va bajando rápidamente auna 
terraza donde emana un manantial que se ha represado para proveer agua 
para el pueblito de Milot. Debajo de esa loma masiva hay varios manantiales 
que, a lo mejor, surtían agua para el palacio en las épocas de su construcción 
y de su uso por la familia real. 

La vertiente al Este de esa cadena de pichachos colinda con las propieda- 
des de los campesinos quienes, a lo mejor, son los que no han poblado esa 
área por tanto tiempo como las familias que viven más abajo de la carretera. 
Los que viven más arriba de la vía que llega al “Parking” han hecho su impac- 
to sobre el bosque hasta dejar la gran parte de la roca kárstica pelada. Sola- 


272 Moscosoa 5, 1989 


mente en precipicios y en el mismo firme hay una vegetación que no ha 
sentido el hacha y la candela. Aún allí la presencia de tocones indica que 
habran, no hace mucho tiempo, árboles más grandes. Los que quedan, ma- 
yormente torcidos y achaparrados, son los que tienen los remanentes de las 
orquídeas que en la antigúedad cubrían todo el bosque. 

En el primer día de exploración en un arroyo cerca del Sans Souci, yo 
andaba por un riachuelo que bajaba desde la presa que se habían construído 
al pie de la loma arriba. Allí encontré unos árboles de roble (Catalpa lon- 
gissima) como nunca he visto antes. Uno con un tronco de dos metros de 
diámetro levantaba ramas gruesas a una altura de 25 metros, con una exten- 
sión de amplitud casi igual. Me dió pena ver que alguien había cortado una 
rama, dejando la parte más guresa sin uso. Ese árbol tenía cubriendo el lado 
norte, unas matas de Anacheilium cohleatum en plena flor, una de las colo- 
nias más grandes de esta especie que jamás había visto. Más arriba vi varias 
otras especies de Epidendrum y de la Encyclia bifida. El árbol me impresionó 
tanto que llevé a la Srta. Giselle Hyvert con sus ayudantes y a mis compañe- 
ros botánicos para que ellos lo vieran con el mismo afán que yo, que aprecio 
lo precioso de tales árboles viejos. Enfaticé la necesidad de imponer una veda 
estricta sobre la tumba de más árboles en ese arroyo. 

El día siguiente, estando en la Morne Sainte Louise, observé que la vertien- 
te hacia el Oeste mostraba más árboles y mayores. Ví un palo de hojancha, 
Coccoloba pubescens, de unos cinco metros de alto que me llamó la aten- 
ción. Bajé para examinarlo y vi un tronco de por lo menos 15 centímetros 
de diámetro. Esa vertiente era más pendiente y más húmeda que la del 
este. Allí encontré una orquídea poco común, la Comparettia falcata. 

A pesar de la abundancia de la hojarasca, recolecté pocas orquídeas ru- 
derales. Sin embargo, unas cuantas, asi-llamadas epífitas, se encontraron 
creciendo en las hojas y sobre las piedras. En especial recuerdo Lycaste 
barringtoniae, Epidendrum jamaicense, y Maxillaria adendrobium creciendo 
así. 

Aunque no pude explorar a mi satisfacción el picacho más alto, logré 
encontrar un total de 46 especies de orquídeas en el Parque. Con solamente 
25 ‘horas en cuatro dias de libre exploración, creo que ese número es feno- 
menal cuando se considera la condición de la mayoría de bosques en Haití. 

En octubre del 1987 se nos invitó otra vez a pasar una semana en el Par- 
que (del 23 al 30 de octubre). Esta vez, mi esposa Annabelle, ornitóloga, nos 
acompañó en lugar de uno de los botánicos. Ella y yo debíamos hacer un 
inventario de las aves en el área. Durante las exploraciones para aves, muchas 
veces en cafetales, logré ver y a veces recolectar otras especies de orquídeas 
no encontradas en la visita del 1985. Ellas eran Jacquiniella globosa, Poly- 


Moscosoa 5, 1989 273 


radicion lindenii, y Encyclia isochila. En la única vez que subi a la Citadelle, 
pasé un largo rato en el camino escudriñando los árboles grandes y anotando 
las diferentes especies que se llevaban. En uno ví la Jacquiniella teretifolia 
que no había notado en 1985. El Dr. Zanoni, un día cuando andaba con la 
Srta. Hyvert, volvió con otra especie de orquídea que no se había visto en el 
viaje de 1985, Tetramicra ekmanii. Este hallazgo es el primer reporte de la 
especie en tierras donde no crece Pinus occidentalis. 

Yo saqué un día del trabajo con las aves para subir al pico Morne Bonnet 
a l'Eveque, 800 m, para completar mi cobertura de los diferentes picos en la 
cadena. En esa exploración además de ver unas cuantas que ya había visto en 
Morne Sainte Louise, hallé la Polystachya foliosa, la Maxillaria coccinea y 
una Pleuro thallis que podría ser nueva para la ciencia. 

Aquí presentamos la lista de especies descubiertas en los viajes, dando un 
total de 53, un record muy notable cuando se considera la condición general 
de los bosques en Haití y la historia turbulenta del área del parque nacional 
de la Citadelle (Tabla 1). 


Agradecimientos 


Los viajes a Cap Haitien, Haití fueron financiados por el fondo “National 
Historic Park ISPAN/UNESCO/PNUD Proyect-Hait 79011”, un proyecto 
cooperativo del gobierno haitiano por medio del “Institute de Sauvergarde 
du Patrimoine Nationale” (ISPAN) y la Organización de las Naciones Unidas 
por medio de la UNESCO y del Programa de Desarrollo (PNUD). Quiero 
expresar mi aprecio y agradecimiento a Giselle Hyvert, quien coordinó estas 
visitas, y concedió permiso para la publicación de este informe, el primero 
que se ha hecho de esta interesante área. También agradezco al Dr. Thomas 
A. Zanoni por la organización de nuestro viaje a Haití en las dos ocasiones de 
las visitas en 1985 y 1987 y al Lic. Milciades Mejía, por su ayuda en recolec- 
tar orquídeas en lugares por donde yo no andaba. 


274 Moscosoa 5, 1989 
Tabla 1: Especies de orquideas encontradas en el Parque Citadelle, del 21 al 
27 de octubre, 1985 y del 23 al 30 de octubre, 1987. 


CODIGOS: 

STATUS: 

E = Endémica para la Isla Espanola; EH = Endémica para Haiti; A = Abun- 
dante, O = Ocasional; R = Rara. 

DISTRIBUCION: 

DAI = Distribución amplia en la Isla Española; DARD = Distribución amplia 
en la República Dominicana; DLI = Distribución limitada en la Isla; S = Dis- 
tribución en Parque limitada a Chaine Bonnet a |’Evequé; PRH = Primer re- 


porte para Haití: DLH = Distribución limitada a Haití; * = Encontrada en 
1987. 

DISTRI- 
NOMBRE CIENTIFICO BUCION STATUS 
Anacheilium cochleatum (L.) Hoffmg DAI A 
Bletia patula Hook. S, DAI O 
Comparettia falcata Poepp. & Endl. S, DAI R 
Cyclopogon sp S, DAI O 
Cyrtopodium punctatum (L.) Lindl. DAI O 
Domingoa haematochila (Rchb, f. )Carabia S. DAI O 
Eltroplectris calcarata (Sw.) Garay & Sweet S, DAI R 
Encyclia ekmanii (Mansf.) Dod DLH E,E 
*Encyclia isochila (Rchb. f.) Dod DARD R, PRH 
Encyclia gravida (Lindl.) Schltr. S, DAI O 
Epidendrum anceps Jacq. DAI A 
Epidendrum difforme Jacq. DAI A 
Epidendrum jamaicense Lindl. S, DAI O 
Epidendrum carpophorum Barb. Rodr. S, DAI O 
Epidendrum neoporpax Ames S, DAI R 
Epidendrum nocturnum Jacq. DAI A 
Epidendrum ramosum Jacq. DAI A 
Epidendrum rigidum Jacq. DAI A 
Epidendrum stroboliferum Rchb. f. S, DAI R 
Epidendrum wrigh tii Lindl. DAI O 
Hormidium trip terum (Brongh.) Cogn. DAI A 
Isochilus linearis (Jacq.) Schltr. DAI O 
*Jacquiniella globosa (Jacq.) Schltr DAI R 
*Jac quiniella tere tifolia (Sw.) Britt. & Wilson S, DAI R 


Moscosoa 5, 1989 


NOMBRE CIENTIFICO 


Lepanthes sp. 

Lepanthopsis domingensis Dod 
Lepanthopsis quisqueyana Dod 
Lycaste barringtoniae (Smith) Lindl. 
Malaxis domingensis Ames 

Maxillaria adendrobium (Rchb. f.) Dressler 
*Max illaria coccinea (Jacq.) L. O. Wms. 
Maxillaria conferta (Griseb.) Schweinfurth 
Maxillaria rufescens Lindl. 

Oncidium guianense (Aubl.) Garay 
Oncidium variegatum (Sw.) Sw 
Pleurothallis aristata Hook. 

Pleuro thallis bipapulare Dod 
Pleurothallis gelida Lindl. 

Pleurothallis curtisii Dod 

Pleuro thallis mornicola Mansf. 
Pleurothallis obovata Lindl. 
Pleurothallis pruinosa Lindl. 

Pleuro thallis ruscifolia (Jacq.) R. Br. 
Pleuro thallis testaefolia (Sw.) Lindl. 
Pleurothallis wilsonii Lindl. 
Pleurothallis sp. n. 

*Polyradicion lindenii (Lindl.) Garay 


Polystachya concreta Jacq.) Garay & Sweet. 


*Polystachya foliosa (Hook.) Rchb. f. 
Prescottia oligantha (Sw.) Lindl. 
Stelis pygmaea Cogn. 

Stelis repens Cogn. 

*Tetramicra ekmanii Mansf >? 

Vanilla barbellata Rchb. f. 

Vanilla poitaei Rchb. f. 


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275 


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Moscosoa 5, 1989, pp. 276-280 


SANTUARIO PARA UNA ORQUIDEA ENDEMICA 
Donald D. Dod 


Dod, Donald D. (Jardin Botánico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Repú- 
blica Dominicana). Santuario para una orquidea endémica. Moscosoa 5: 276-280. 1989. 
Una breve historia de la formación del santuario para la orquídea endémica Oncidium 
henekenii R. Schomb. ex Lindl., incluyendo una breve descripción de la ecología donde 
antes se encontraba. Se mencionan estudios hechos acerca de la polinización de la flor, 
daños causados por el huracán del 1979 y un tornado en 1980; se reporta la regenera- 
ción natural de la especie en el santuario y los planes para lograr el aumento de tamaño 
del santuario para llevar a cabo estudios de otras plantas que crecen en ese ambiente 
xerofítico. 


A brief history is given of the sanctuary for the endemic orchid Oncidium henekenii, 
including a description of the habitat of areas where the species was previously found. 
Damages to the area by hurricane in 1979 and tornado in 1980 are reported as well as 
information that since 1986 a natural increase in the plants has been observed. Plans are 
discussed for adding to the sanctuary so as to study other plants that grow in that 
xerofitic area. 


La orquídea epifítica, Oncidium henekenii Schomburkgh ex Lindley es 
endémica de la Isla Española. Esta orquídea es una planta de ambiente xero- 
fítico y generalmente se halla creciendo a una altura de 1—3 metros sobre 
arbustos, con una preferencia para la azota criollo (Randia parviflora) y el 
arraiján (Eugenia ligustrina). De vez en cuando la he visto pegada a las ramas 
más bajas del árbol baitoa (Phyllostylon brasiliensis) Una vez la encontré 
en una horqueta de un almácigo (Bursera simaruba). William Osment, orqui- 
deólogo y amigo, me ha contado que en Haití él la descubrió sobre el alelí 
(Plumeria sp.). 

Antes encontrada en Haití y varios lugares en la República Dominicana, 
uno por.uno esos lugares o se han destruido o la especie se ha extinguido allí 
(Dod, 1976). Con la ayuda de un amigo, el autor descubrió en la República 
Dominicana una colonia de plantas en un área nunca explorada antes para 
orquídeas. En un arbusto de Randia parviflora, habían casi cincuenta 
plantas, por lo menos dos terceras partes de ellas ya maduras. El anfitrión de 
esta colonia tenía pocas hojas y mostraba que su salud no era de lo mejor. 

Reconociendo la precariedad de la existencia del anfitrión, decidí luchar 
para que un área sustancial se declarara como una reserva científica por el 
entonces presidente Balaguer (Dod, 1976). Después de una demora de un par 
de años, un área de unas 225 tareas fue segregada y puesta bajo la adminis- 
tración de Parques Nacionales. Un vigilante de tiempo completo fue nombra- 
do y la supervisión del Santuario fue delegada al autor. Un área de 113.4 
tareas fue puesta bajo cerca a prueba de cabras. 


Moscosoa 5, 1989 yar he | 


Visto que el arbusto que tenia la colonia duraria poco, transplantamos las 
matas, dispersándolas en el area, escogiendo una variedad de especies de ar- 
bustos anfitriones. Debido al mento natural después del descubrimiento de 
la colonia, al terminar la resiembra, encontramos que habia mas o menos 
cien plantas en el área cercada. Enseñé al vigilante a polinizar las flores siem- 
pre cruzando con otra planta. 

Antes de poder finalizar la creación del Santuario, yo había hecho una 
visita allí para estudiar el insecto que polinizaba las flores. Cogí dos o tres 
abejones, uno de los cuales tenía las polinias pegadas a su cuerpo. Las mandé 
al Dr. Calaway Dodson, especialista en estudiar los polinizadores de orquí- 
deas. El los identificó como pertenecientes al género Centris, pero ignoraba 
la especie. 

Al mandar muestras a otros entomólogos, uno de ellos, el Dr. Roy Snelling 
tentativamente la identificó como C. insularis, de la cual solamente se había 
conocido la hembra. En otra ocasión, cogimos una cantidad de insectos visi- 
tando otras flores en el Santuario. Estos fueron enviados al Dr. Snelling, los 
cuales lo hicieron cambiar de opinión. El pensó que podría ser otra especie, 
pero paraestar seguro alguien debe hacer un estudio más detallado del géne- 
ro Centris en la Isla. Así es que todavía no se sabe el nombre del abejón que 
poliniza la Oncidium henekenii. 

Cada año cuando habían flores en las plantas, yo volvía al Santuario para 
tratar de sacar una fotografía definitiva del abejón posado sobre la flor. Una 
vez fui acompañado por el notado fotógrafo Robert F. Sisson, mandado por 
la revista National Geographic, pero no logramos nada. Había un mínimo de 
actividad del abejón. 

Después de haber dispersado la colonia original de Oncidium henekenii, 
pude observar que había menos atención a las flores de parte de los abejones. 
Aún probé unir dos otras plantas que habíamos mantenido en forma porta- 
ble, sembradas sobre un pedazo de madera. A pesar de aumentar la presencia 
de flores en un solo lugar, habían pocas visitas de los abejones. 

Habiendo leído que la introducción de abejas domésticas en un área tenía 
el efecto de reducir el número de las abejas nativas, empecé a investigar las 
fincas en derredor del Santuario. El vigilante descubrió que había un grupo 
de colmenas establecidas en la finca al sur del Santuario ¿Pudieran ser esas 
abejas la causa de la disminución de la Centris visitando nuestras orquídeas. 

El número de plantas en el Santuario después de la dispersión sumaba más 
o menos cien. Varias se murieron en el transplante pero añadimos otras halla- 
das fuera del área. En agosto de 1979 el huracán David que azotó la Isla, 
produjo unos cuantos daños alos árboles del Santuario pero las orquídeas no 
sufrieron tanto pues los vientos más fuertes no alcanzaron a esa área. En 


278 Moscosoa 5, 1989 


1980, un tornado con granizo cuyas pelotas midieron hasta 8 centimetros 
de ancho hizo mucha destruccion a las orquideas junto a las demas plantas 
del sector. Algunos cactos gigantes de Opuntia moniliformis se perforaron 
con las balas de hielo. Un inventario después del incidente reveló que 
habiamos perdido por lo menos una cuarta o hasta una tercera parte de las 
matas. Un malhechor, no mucho tiempo después, trepo la cerca aprovechan- 
do la ausencia del vigilante y robó varias matas, principalmente la mas gran- 
de que crecía en una horqueta de un Almácigo (Bursera simaru ba). 

Con esas tres pérdidas al recurso la especie está en peligro, consulté con el 
vigilante y decidimos que él debía un día en la semana sacar tiempo de su 
vigilancia para rastrear las fincas en los alrededores para buscar más plantas. 
El logró descubrir un lugar donde había una vegetación vieja y allí, bastante 
dispersada, una cantidad sustancial de O. henekenii. 

Sabiendo que en cualquier momento el dueño de esa propiedad pudiera 
decidir cortar los árboles con fines de hacer carbón o de hacer siembras, de- 
cidimos transplantarlos al Santuario. De esta manera logramos aumentar el 
número de plantas a más de 150, 

Debido a la destrucción de los bosques originales en la región y con ellos 
todas las orquídeas que habitan allí, estamos tratando de recoger cada una 
de las especies de orquídeas que allí crecen para establecerlas en el Santuario. 
Ya contamos con las siguientes especies: Oncidium variegatum, O. quadrilo- 
bum, Encyclia atropurpurea, E. cogniauxia, Broughtonia domingensis y 
Tetramicra canaliculata. Hay varias más que crecen no lejos que pensamos 
introducir: Oncidium haitiense, O. osmentii, O. guianense, O. calochilum, 
Tetramicra parviflora y Campylocentrum filiforme. 

En mayo de 1987 hice mi visita regular al Santuario. Fui a la finca donde 
se habían encontrado más plantas de nuestra orquídea. Corté una rama 
que tenía una orquídea con flores y la amarré junto a otra en las mismas 
condiciones. Arreglé mi equipo fotográfico y me senté para vigilar. Hora tras 
hora y no había ni una visita del polinizador. Este lugar estaba a más de dos 
kilómetros de las colmenas de abejas domésticas y yo había esperado que 
quizás la influencia de estas sería menor o aún nula. 

Volví al Santuario desencantado pero allí el vigilante me llevó por un 
recortido al Santuario para ver algo que me alegró. A cada rato veíamos 
plántulas de O. henekenii que habían nacido sobre las ramitas de arbustos; 
algunos tenían una planta madre cerca y otros estaban a cierta distancia de la 
mata madura. Se distinguían fácilmente por el tamaño de la plantica y por- 
que no tenían el amarre plástico con que habíamos fijado el transplante a su 
nuevo hogar. Al fin habíamos logrado un aumento natural de esta orquídea 
bajo amenaza de extinción. 


Moscosoa 5, 1989 279 


Con este logro del aumento natural, estamos ahora en un nuevo enfoque 
en relacion al Santuario. Dos jovenes de nuestro cuerpo botanico, Ricardo 
Garcia y José Pimentel (1986), a sugerencia mia hicieron un inventario de 
todas las especies del Santuario. Descubrimos que no toda el area original- 
mente declarada por la ley se habia cerrado con la cerca de alambre de púa. 
La parte excluida ha sido expuesta por unos 10 anos al impacto de chivos, 
y al corte de arbustos para carbón o para palos de cerca. Las preferencias de 
estas actividades habían dejado la vegetación con un aspecto sumamente 
diferente. Los cactos, cayucos (Lemaireocereus hystrix y Pilosocereus 
polygonus) y alpargatas (Opuntia moniliformis) predominaban y otras 
Opuntias cubrían mucho terreno. Habían pocas plantas graminaceas. Era una 
vegetación muy empobrecida. 

El plan propuesto pondrá esta parte no cercada dentro de otra cerca a 
prueba de chivos. Es la dividirá en secciones, una de las cuales será para el 
control. En ésta no se hará nada de experimentación, solamente dejándola 
a la repoblación natural. Allí se harán inventarios periódicos para saber la 
recuperación de la vegetación: incidencia de las especies ya allí, tasas de cre- 
cimiento, introducción de otras especies, actividades de aves y otros polini- 
zadores. Las otras secciones se usarán para sembrar ciertas especies exóticas 
con fines de probar su capacidad de adaptarse a la competencia de las plantas 
nativas. 

Al sur de esta parte del área original, todavía sin cerca, hay otra que es 
del Estado, la cual está igualmente alterada por el hombre y sus animales. 
Pero en vez de ser un llano como el Santuario, es una loma con una geología 
y una vegetación algo diferente. Proponemos reubicar la familia que ocupa la 
tierra actualmente y a la vez mu dar las colmenas de abejas que ellos atienden 
para su dueño, el cual vive en Villa Vásquez. La loma que caracteriza mucho 
el terreno de esa región, se someterá al tratamiento experimental similar a 
la nueva parte cercada en el llano. Se buscará otro predio de tierra del Es- 
tado para establecer la familia allí y arreglar que obtengan el título de esa 
propiedad. 

En estas dos áreas a añadirse, el énfasis será probar la siembra de plantas 
como jojoba, Simmondsia chinensis, y el uso de especies nativas e introduci- 
das para fines energéticos. De esta manera el vigilante y el personal del 
Jardín Botánico tendrán más trabajo y el Santuario mayor y más variado 
uso. 


280 Moscosoa 5, 1989 


Literatura citada 


Dod. D. D. 1976. Oncidium henekenii — bee orchid pollinated by bee. Amer. 
Orchid. Soc. Bull. 53: 792—794. 

Garcia, R. & J. Pimentel. 1986. Florula de la Reserva Científica “Dr. Orlan- 
do Cruz Franco””, Provincia Monte Cristi, República Dominicana, Mos- 
cosoa 4: 206-214. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 281-291 


MIGUEL DOMINGO FUERTES LOREN: 
BENEMERITUS FLORAE DOMINGENSIS 
(1871—1926) 


José Luis Saez, S. J. 


Saez, José Luis. (Residencia San Ignacio, Apartado 76, Santo Domingo, Republica 
Dominicana). Miguel Domingo Fuertes Loren: benemeritus florae domingensis (1871— 
1926) Moscosoa 5: 281-291. 1989. Se presenta una biografia de Miguel D. Fuertes - 
Loren, quien recolectó muestras de plantas en la República Dominicana, para enviar a 
Ignatz Urban de Berlin y ayudo a von Tuerckheim en su visita al pais en 1910. 


Miguel Domingo Fuertes Loren: benemeritus florae domingensis (1871—1926). A 
biographical sketch of the Spanish parish priest who lived in the Dominican Republic 
from 1909 to 1926. Of interest to botanists, was the collecting of herbarium specimens 
that Fuertes sent to Ignatz Urban at Berlin and the asistance that he provided to von 
Tuerckheim when he collected in the Dominican Republic in 1910. 


Miguel Domingo Fuertes Loren nació en Daroca, una ciudad del siglo 
VIII, en la provincia de Zaragoza, Aragon, Espana, en la madrugada del 4 
de agosto de 1871. Según costumbre de la época, fue bautizado el mismo 
día en la Parroquia de Santiago Apóstol, derribada a principios de este siglo 
a causa de un estado ruinoso.! Miguel Domingo era el segundo de los cua- 
tro hijos del matrimonio de los agricultores Dionisio Fuertes Julián y Quite- 
ria Loren Aznar, ambos de la provincia de Zaragoza, aunque el apellido Fuer- 
tes provenga originalmente de Asturias. 

Miguel Domingo asistió a la escuela que tenían los Padres Escolapios junto 
a la Puerta Baja de la ciudad amurallada de Daroca, y al cumplir los quince 
años ingresó en el Seminario Conciliar de Teruel para dar inicio a sus estu- 
dios eclesiásticos. En el verano de 1886 obtiene el título de Bachiller por el 
Instituto de la Universidad de Zaragoza, y alos dos años, se traslada al Semi- 
nario de la misma ciudad para concluir sus estudios mayores. Allí recibirá la 
tonsura y las cuatro órdenes menores el 23 de septiembre de 1892. Dos años 
después, el 21 de diciembre de 1894, recibiría el Diaconado, y lo ejercería 
con beneplácito de todos en la Parroquia de Santiago de Daroca. Ocho meses 
más tarde, solicitaría ser admitido al Sacerdocio, que recibió el 21 de sep- 
tiembre de 1895 en la Catedral de la Seo de Zaragoza, de manos del Obispo 
Auxiliar, Don Mariano Supervivía Lostalé.? 

Unas semanas después de la ordenación, el P. Fuertes recibe su primer 
nombramiento. El 11 de octubre de 1895 se hace cargo de la ayudantía 
de la Parroquia de Villafeliche, y el 10 de octubre de 1898 será trasladado 
como Párroco a Lechón, uno de los municipios de Daroca. 


282 Moscosoa 5, 1989 


Foto 1. Miguel D. Fuertes y Lorén, un poco después de su ordenación sacer- 
dotal en Daroca, España en 1895. (Del archivo de la familia Fuertes, de 
Madrid, España). 


Moscosoa 5, 1989 283 


Después de ejercer su ministerio en las parroquias de Villafeliche y Lechon, 
ambas del arciprestazgo de Daroca, el P. Fuertes solicita las letras comenda- 
ticias para trasladarse a la Arquidiócesis de Buenos Aires. Asi comenzaría su 
peregrinaje por tierras americanas que le llevaría, nueve años después a Bara- 
hona, para cerrar allí el libro de su vida. 

Aunque no consta la fecha exacta de su llegada a Buenos Aires, sabemos 
que en febrero de 1899 estaba ya instalado como Capellán del Hospital 
Rivadavia, donde permanecería hasta finales de 1903. En enero del año si- 
guiente, el P. Fuertes obtiene pasaporte para viajar a España, y después de 
una breve estancia con los suyos en Daroca, se encamina a Lima, Perú, don- 
de el Arzobispo había aceptado ya sus servicios como Capellán del fundo rús- 
tico Hoja Redonda en la Parroquia de Santiago de Chincha Baja (Lima).? 

Por las notas biográficas que dejó el profesor Ignatz Urban, sabemos que el 
P, Fuertes estuvo en Brasil y Uruguay, probablemente antes de establecerse 
por año y medio en la Arquidiócesis de Lima. Sin embargo, los archivos dio- 
cesanos no arrojan saldo positivo con respecto a la supuesta estancia del 
sacerdote aragonés en los dos países mencionados. Ni siquiera hay constan- 
cia documental de su labor docente en Perú, como menciona el mismo 
Urban, y repite al pie de la letra Carlos E. Chardón.* 

El 26 de septiembre de 1906, el P. Fuertes abandona su trabajo en Perú, 
y se dirije a Panamá, el 1ro. de diciembre del mismo año, el Obispo de Pana- 
má le asigna la Parroquia de San Pedro de Taboga, una islita a 16 kms. de la 
ciudad, que apenas contaba con cuatrocientas casas, una iglesia y un sanato- 
rio.? 

El 22 de febrero de 1908, el P. Fuertes obtiene las licencias correspondien- 
tes para trasladarse a Santiago de Cuba. En la parroquia rural de Tí-Arriba, 
cerca de Alto Songo, ejercerá su ministerio desde el 18 de abril de 1908 hasta 
el 28 de abril de 1909, en que entrega la Parroquia al Arzobispo, y se embar- 
ca rumbo a Santo Domingo, la última etapa del viaje.® 

Los datos más confiables, a falta de información directa, nos hacen supo- 
ner que el P. Fuertes llegaría al puerto de Santo Domingo el domingo 16 de 
mayo de 1909, a bordo del vapor francés Abdel-Kader, que había hecho 
escala en Santiago de Cuba el día anterior. 

Cuando llega el P. Fuertes a Santo Domingo, el Arzobispo Nouel, que 
había ocupado la sede dominicana tres años antes, estaba haciendo visita 
pastoral por las parroquias del Cibao. Cuando regresó de su viaje el 13 de 
junio, renueva las licencias que le había extendido el 19 de mayo el goberna- 
dor eclesiástico José María de Meriño. Después de ocuparse de alguna cape- 
llanía cercana a la Catedral, el P. Fuertes recibe el nombramiento de Párroco 
de Barahona el 21 de junio de 1909.? Poco más de una semana después, ya 


284 Moscosoa 5, 1989 


SS SS IAS S SS SSS 


Foto 2. La ciudad de Daroca (La Puerta Alta), España. (Foto de José L. 
Mesa, 1986). 


está el sacerdote aragonés al frente de la destartalada iglesia de Santa Cruz, 
erigida en 1851. 

Pocas semanas después de hacerse cargo de la Parroquia, el P. Fuertes se 
integra a la Junta Provincial de Estudios de Barahona, sustituyendo en ese 
oficio al P. José Sanz Martínez, su predecesor en la Parroquia de Barahona 
desde marzo de 1906.2 Como miembro ex-oficio, el P. Fuertes pronto for- 
maría parte de tribunales de exámenes, además de ser nombrado Profesor 
Ayudante de la Escuela de Varones y Profesor Interino de la Escuela de 
Niñas “El Salvador” *? 

Además de sus labores parroquiales, visita a las ermitas de Petit-Trou 
[Enriquillo] y Paradís [Paraiso] , pronto emprenderá el P. Fuertes una nueva 
tarea. Con ocasión de la visita del científico alemán Hans Von Túrckheim?0 
(1853-1920) en diciembre de 1909, el Párroco de Barahona acepta colabo- 
rar con el proyecto del Profesor Ignatz Urban (1848—1931), de completar 


Moscosoa 5, 1989 285 


la labor de recolección de plantas iniciada en 1887 por el danés Henrik 
Franz Eggers. Una vez aprendida la técnica —quizás el oficio no era total- 
mente desconocido para el—, el P. Fuertes realiza, por lo menos, tres expedi- 
ciones botánicas en 1910, 1911 y 1912. Es en esta última, precisamente, 
cuando el P. Fuertes conquista por vez primera la cima de La Pelona, según 
los datos más probables el 6 de julio de 1912. 

Durante ese mismo viaje a la Cordillera Central, y por sugerencia del pro- 
fesor Urban, el P. Fuertes recorrió las provincias de La Vega, Azua y Baraho- 
na. “Me interesaba mucho averiguar —dice Urban— si las plantas de las gran- 
des alturas descubiertas por el Barón Eggers y el Conde Von Túrckheim, 
Constanza arriba en el Valle Nuevo (2,270 m.) y en el Pico del Valle (2,630 
m.) presentaban mayor extensión, y si la interesantísima flora de aquél pico 
que describí y analicé en Symbolae VI, pp. 280—292, se podía enriquecer 
con nuevos hallazgos. ”*1 

No parece que el P. Fuertes hiciera otras expediciones como herborizador 
después de 1912, aunque es posible que continuase ese trabajo en los alre- 
dedores de Barahona, sobre todo con motivo de sus visitas a las ermitas de 
Petit-Trout y Paradis. Sabemos que en esas tres expediciones mencionadas 
colectó más de dos mil especímenes, aunque su catálogo, elaborado en Oc- 
tubre de 1916 para obsequiárselo a Monseñor Nouel junto con la colec- 
ción de duplicados que aún conservamos en el país, sólo recoja 1,974 nú- 
meros. ?? 

En 1913, el P. Fuertes acompañará a Monseñor Nouel a Europa, al renun- 
ciar el Arzobispo a la Presidencia Interina de la República, después de haber 
residido en la Casa Curial de Barahona durante el último mes de su gobierno. 
En Europa, además de visitar a sus familiares de Daroca, establecería contac- 
to directo con el profesor Urban, y visitaría su museo botánico. El 4 de 
Septiembre del mismo año, y después de haberse reunido con la comitiva 
del Arzobispo, probablemente en Barcelona, regresará a Santo Domingo 
a bordo del vapor cubano “Julia”. 

Una vez establecido de nuevo en su Parroquia de Barahona, el P. Fuertes 
se ocupará una vez más de su antigua profesión de mineralogista, que parece 
había cultivado, sobre todo, en el Perú. En Noviembre de ese año inicia una 
expedición minera que le llevará “más allá de la Beata”, después de haber 
hecho unas semanas antes “una difícil excursión a la montaña que hay de- 
trás de Las Damas”.13 

De ambas excursiones científicas, el P. Fuertes presentó un informe 
detallado al señor Andrés Julio Montolío, cuñado de Monseñor Nouel, y 
con quien ya tenía amistad y relaciones comerciales el párroco de Barahona. 
Después de mantenerse retirado de toda actividad a causa de una crisis de 


286 Moscosoa 5, 1989 


MIGUEL FUERTES 


OURA DE BARAHONA 
SANTO DOMPOO 
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E 4 GG Bu De 3. digs al ho Ditigado Qe 


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haetoria . ta ahldad o Jatia ole tusticia a stos cambio atm efe 
Tico wu final ne lach, fea tem amie wpa vote ¿de Una temubhidadt hera 
4 x eiFa a tum lidad, euaclo de un estado E decarcde”’ 
y aqutado por un Jurmenage ade pet y a 

Sugete tn poro la mente 4 vwa uma uda Me: ibid Lego. de 
iu mundo que vu lo esemte 4 flvecte lus honores , mas ye la pene 

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Mo mur aulas para todos 


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Foto 3. Carta del P. Fuertes al Arzobispo Nouel (18 noviembre, 1913), en 
que le da cuenta de una excursión minera y el hallazgo de una fuente de 
aguas termales en El Alpargatal. (Archivo del Arzobispado de Santo Domin- 
go). Como podra observarse, la caligrafia del P. Fuertes corresponde exacta- 
mente con la del Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes (Ed. 
Fasc.). La firma que aparece al frente de dicha obra, en las páginas interiores, 
no se corresponde en modo alguno con la usada por el P. Fuertes a lo largo 
de su vida. 


Moscosoa 5, 1989 287 


salud, el P. Fuertes emprendera otra expedicion minera a la Sierra del Baho- 
ruco, comenzando el recorrido por Enriquillo y acompanado esta vez por un 
ingeniero geólogo francés, que trabajaba para el Estado. Es entonces cuando 
el P. Fuertes descubre un enorme filón de “‘cobre’’ de 49 millones de metros 
cúbicos en el Bahoruco, además de confirmar la existencia de un cuantioso 
filón de magnesita. El filón de cobre de que habla el sacerdote —un mineral 
azul verdoso de cuya composición no da cuenta en sus informes—, es el que, 
años después, se identificaría como pectolita que, una vez pulida, tendría 
valor como piedra quasi preciosa, y se conocería luego como larimar.** 

La última expedición minera de que tenemos noticia es la que inició el 
P. Fuertes el 3 de enero de 1917 hacia Duvergé para “recoger unas muestras 
de grandes yacimientos de reciente descubrimiento”. Es posible que el 
nombramiento del P. Fuertes como Intendente Provincial de Enseñanza de 
Barahona en mayo de 1917, interrumpiera por un tiempo —presentaría re- 
nuncia a su cargo en abril de 1918—, las exploraciones mineras. Nunca se 
interrumpiría, sin embargo, su dedicación al estudio científico de esa zona 
del país en que le tocó vivir los últimos diecisiete años de su vida. “Vivo 
conforme aquí, —le decía al Arzobispo Nouel en enero de 1917—, consa- 
grado al estudio de la Provincia que la quiero lo que no se puede decir, y 
todos mis esfuerzos pienso, no esté lejos el día, de verlos coronados. ”18 

A partir de 1918, y después de haber presenciado los efectos de la ocupa- 
ción militar norteamericana en el país, el P. Fuertes concentraría sus es- 
fuerzos en los trabajos de construcción de un nuevo templo parroquial en 
Barahona, así como las nuevas ermitas en Enriquillo, La Ciénaga y Paraíso. 
La delicada salud del sacerdote, el desgaste físico de las expediciones mineras 
y los conflictos que surgían de este nuevo empeño, acabaron por minar su 
resistencia. A partir de entonces son frecuentes en su correspondencia con 
el Arzobispo Nouel las noticias de una nueva recaída, que le obligarian a 
dejar la Parroquia en manos de otro compañero sacerdote, y, por supuesto, 
los disgustos propios del manejo de fondos y el sometimiento a la decisión 
colectiva o al capricho de las autoridades locales. Si a todo ésto se añade la 
urgencia que mostraban las autoridades eclesiásticas en la terminación y 
bendición del templo, tendremos una visión más completa del estado en que 
se encontraba el P. Fuertes cuando se acercaba la crisis definitiva de su larga 
enfermedad. 

Después de su internamiento en el Hospital del Batey Central de la Bara- 
hona Co., sus médicos y el mismo Arzobispo Nouel le obligan a trasladarse 
a la Capital para someterse a tratamiento en el Hospital Padre Billini. El 9 
de febrero de 1926, llegaría el P. Fuertes al puerto de Santo Domingo, pro- 
bablemente acompañado del Dr. Ellis Geraldino. Tres semanas después, ya 


288 Moscosoa 5, 1989 


en estado de gravedad e internado en el Asilo Santa Clara, moria en la noche 
del 3 de marzo de 1926 el P. Miguel Domingo Fuertes Lorén, a los cincuenta 
y cinco años de edad y treinta y uno de ministerio sacerdotal. Su cadáver 
sería velado en la capilla del mismo Asilo Santa Clara, y al día siguiente, sería 
sepultado en una bóveda de la capilla de San José del Convento Domini- 
co.” 

Aunque solamente ha podido localizarse hasta ahora un reducido porcen- 
taje de los escritos y papeles que guardaba el P. Miguel Fuertes en el archivo 
de la Casa Curial de Barahona, tanto el epistolario —unas doscientas cuatro 
cartas—, como los testimonios escritos de la época, nos permiten trazar un re- 
trato emocional de la personalidad del sacerdote, el científico y hombre de 
estudio y, sobre todo, del hombre servicial que dedicó los últimos diecisiete 
años de su vida a la Iglesia y la sociedad dominicana. 

Ante todo, es preciso decir que el P. Fuertes fue un hombre afable, sen- 
cillo, de hablar dulce y pausado, y presto siempre a servir a los demás. A 
pesar de estar al frente de una parroquia de las más pobres del país, nunca 
dejó de socorrer a los que necesitaban más que él de ayuda. “No vacilo en 
afirmar —le dice a Monseñor Nouel en enero de 1917— que si no es por ava- 
ricia O lacería, no hay otro sacerdote que viva con más privaciones y estre- 
checes que yo en la Arquidiócesis. No han sido un día ni dos los que no he 
tenido el pan cotidiano suficiente para mí ni los que me rodean, y en estos 
mismos días no he dejado jamás de dar o al enfermo o al necesitado, y aun al 
que me lo pidiese en nombre de Dios, sin parar mientes si decía verdad, di- 
midiando mi ración o pidiendo prestado para completarla.”18 Las estreche- 
ces no fueron obstáculo, sin embargo, para que el párroco cumpliera con sus 
compromisos ante la Curia Arquidiocesana. Sorprende, por eso, el cuidado 
con que prepara las cuentas trimestrales, y las cartas de excusa respetuosa 
cuando tarda más de lo debido. 

Además de los testimonios de sus contemporáneos acerca de su predica- 
ción, trato con los feligreses, cuidado en el desempeño de su misión pastoral 
y, sobre todo, disponibilidad, hay numerosos testimonios escritos de la 
confianza que depositaron en él muchos de los habitantes de Barahona y 
otros lugares del país, sobre todo, cuando se trataba de obtener asesoría en 
materia de Botánica o Mineralogía. 

Su seriedad científica —muestra fehaciente de ello está en la biblioteca 
que poseía a la hora de su muerte—, le ganó prestigio ante sus colegas. En su 
circulo de amigos y corresponsales se contaban el Dr. Fernando Arturo 
Defilló, el Dr? Rafaele Ciferri, Director de la Estación Agrnónmica de Haina, 
el Secretario de Agricultura, Rafael A. Espaillat, el experto norteamericano 
George Howard Hamor, el Dr. Gerardo Marten Ellis y el educador Bayoán 


Moscosoa 5, 1989 289 


de Hostos, hijo del eminente Eugenio María de Hostos, que era director de la 
Escuela de Varones de Barahona a la llegada del P. Fuertes a esa ciudad en 
1909. 

De su correspondencia con el Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel —no han 
podido ser ubicadas todas las cartas de Nouel al Párroco de Barahona—, se 
deduce el cariño y la obediencia filial que caracterizó la amistad que unía al 
sacerdote español con el Arzobispo de Santo Domingo desde 1909. 

Los apelativos que usa para dirigirse al Arzobispo (“Padre de mi alma”, 
“Monseñor de mi respeto y afecto”, etc.), el interés que muestra con 
frecuencia por los familiares del mismo Nouel, y el cariño con que recuerda 
a los pequeños, nos revelan a un hombre afectuoso y sentimental. Los alti- 
bajos euforia-depresión, que deja entrever en algunas de sus cartas, sobre 
todo a partir de 1918, refuerza el carácter sentimental propio de los arago- 
neses. Este predominio de lo sentimental no significa en modo alguno que el 
P. Fuertes no adoptase cierta dureza cuando se trataba de hacer valer el 
órden, la justicia y hasta “la letra de la Ley”, como ocurrió a su llegada a 
Barahona, y ante la extrañeza del entonces párroco, José Sanz Martínez, que 
parecía renuente a abandonar su cómoda posición como Presidente del 
Ayuntamiento y de la Junta de Estudios. 

El Ayuntamiento y la Gobernación de Barahona solicitaron frecuente- 
mente la colaboración del P. Fuertes para cuantas tareas se presentasen, en 
las que su asesoría era la única a mano. Colaboró en la redacción de un in- 
forme sobre el estado sanitario de la Provincia en 1925, y antes había redac- 
tado un memorandum sobre la educación en Barahona (1917), había hecho 
un presupuesto detallado de las necesidades de las escuelas de la región 
(1910), y sería comisionado para gestionar, én 1925, la instalación del pri- 
mer alumbrado eléctrico de la ciudad. Sabemos, indirectamente, que el P. 
Fuertes asesoró a algunos botánicos o simples investigadores de la flora o los 
recursos naturales de la isla. Así parece que ocurrió con el Dr. Wythe Cocke 
que acompañaba a Clyde P. Ross y Thomas W. Vaughan en mayo y junio de 
1919 en una expedición por las provincias de Azua y Barahona.}9 

A la hora de su muerte, el Secretario de Agricultura e Inmigración del 
gobierno de Horacio Vásquez, solicitó formalmente a Monseñor Nouel la 
donación o cesión de las colecciones botánica, paleontológica y mineraló- 
gica que pertenecía al P. Fuertes?0. Unas semanas después, el Arzobispo 
de Santo Domingo donaba a la Escuela de Agronomía la colección de plan- 
tas que el P. Fuertes le había obsequiado en Octubre de 1916. Años más 
tarde, la colección de duplicados de Nouel fue depositada en el Herbario de 
la entonces Universidad de Santo Domingo (USD), donde aún se conservan a 
pesar del tiempo y los accidentes del clima. 


290 Moscosoa 5, 1989 


Aunque son varios los autores que se han ocupado de evaluar la labor 
del P. Fuertes como colector de plantas —Benemeritus Florae Domingensis, 
le llamó el profesor Urban—, es preciso destacar la enorme proyección que 
tuvo su Obra entre los hombres de ciencia, aunque tanto Barahona como Za- 
ragoza nunca llegaran a saber la categoría y el fruto del trabajo callado de 
aquél hombre bondadoso que se rodeaba de libros y plantas secas en las 
horas que le dejaba libre su iglesia y sus feligreses. 

Sabemos que el profesor Ignatz Urban creó el género Fuertesia, en la 
familia de las Loasáceas, precisamente en honor del P. Miguel Fuertes, y 
más tarde, el botánico Schlechter, también en su honor, bautizó un nuevo 
género entre las Orquidáceas: el Fuertesiella?22. Como agrega el Dr. José 
de Jesús Jiménez, han sido bautizadas con el nombre del P. Fuertes treinta 
y dos especies endémicas y cuatro de los helechos.?2 

A la hora de su muerte, las colecciones de plantas del P. Fuertes se encon- 
traban en catorce museos o herbarios de Europa, seis de los Estados Unidos, 
y cinco colecciones privadas, incluyendo la que él mismo obsequió en 1916 
al Arzobispo Adolfo Alejandro Nouel, de que hablábamos mas arriba.? 
Además de las colecciones ya constatadas, actualmente nos consta que las 
colecciones de plantas enviadas por el P. Fuertes directamente o a través del 
profesor Urban, se encuentran en el Museo de Historia Natural de Viena 
(589 muestras), en el “British Museum’’ de Londres (722 muestras), en la 
Colección Botánica del Estado de Munich (209 muestras), y en el “Field 
Museum of Natural History” de Chicago (658 muestras). En algunos de esos 
herbarios se conserva además correspondencia del profesor Urban o del 
mismo Fuertes. 


Notas 


pul 


Arzobispado de Zaragoza. Parroquia de Santiago, Libro VIII de Bautismos, fol. 207, v. 1. 

Arzobispado de Zaragoza. Expedientes de Ordenes Presbiterado. Miguel Fuertes Lorén, hoja 2. 

3. Carta del Arzobispo de Lima a D. Miguel Fuertes (Lima, 7 de Octubre de 1903), Arzobispado de 
Santo Domingo. Correspondencia Sacerdotes Extranjeros. Pbro, M. Fuertes (1909-1916). 
Arzobispado de Lima. Licencias. Registro 641 (23 Septiembre 1905). 

4. Ignatius Urban, Symbole Antillanae, vol. VII (1911-1913), pág. 482; Carlos E. Chardon, Los 
Naturalistas de la América Latina, Tomo I (Ciudad Trujillo: Editora del Caribe, 1949), pag. 
192; “Necrología: Rev. Padre Miguel D. Fuertes Lorén”, Boletín Eclesiástico, 2a. época, año 
43, nn. 24-25 (Santo Domingo, Marzo-Abril 1926), pág. 593; reproducido en Catálogo de 
plantas colectadas por el Padre Fuertes (Santo Domingo: Academia de Ciencias de la Re- 
pública Dominicana, 1978), pág. 21. 

5. Acerca de la estancia del P. Fuértes en Panamá, véase: Arzobispado de Panamá. Libro de nom- 
bramientos y licencias, folio 197, márg. 13. 

6. Por una carta del P. Gorgonio Obón a los familiares de Fuertes (Panamá, 23 Febrero 1908), 

sabemos que el 10 de enero de 1908 salió hacia La Habana, a pesar de que sus licencias 


ad 


Moscosoa 5, 1989 291 


10. 


¡AN 
12. 


13. 


14. 


15. 


16. 


15 


18. 


19. 


20. 


21. 


22. 
23. 


están fechadas el 22 de febrero de ese mismo aó. Arzobispado de Santiago de Cuba. Libro 
registro de secretaría, n. 68: Entradas, folio 49, Reg. 126: ibid., Salidas, folio 61, Reg. 172. 

Arzobispado de Santo Domingo [en adelante, ASD ], Libro II de Títulos, n. 505, folio 101. 

El P. Sanz era natural de Sigueña (Guadalajara, España), y estaba en Santo Domingo desde 1905. 
Se desempeñó como presidente del Ayuntamiento de Barahona (1908-1909), y de la Junta 
de Estudios de la Provincia (1908—1909). 

Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Interior y Policía. Gobernación de Barahona. 
Libro 17 de Actas, pags. 29—30; ibid, Ayuntamiento de Barahona, libro 7, pags. 54-55. 

I. Urban, Symbolae Antillanae, VII (1911-1913), pags. 482-483; R. M. Moscoso, Catalogus 
Florae domingensis. Parte I (Universidad de Santo Domingo, 1943), pags. xxxvii-xxxviii; 
José de Jesús Jiménez, Colectores de plantas de la Hispaniola (Santiago: U.C. M.M., 1985), 
pág. 172; Carlos E. Chardón, op. cit, pág. 192; “Necrología, etc.”, Boletín Eclesiástico, 
pag. 593-594. 

I. Urban, op. cit, pag. 483. 

Catálogo de plantas colectadas por el Padre Fuertes. ed. fascimil. (Santo Domingo: Academia de 
Ciencias de la República Dominicana, 1978. 

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 9 de Noviembre de 1913), ASD. Correspondencia 
Sacerdotes Extranjeros. Pbro. M. Fuertes, estante B, cajón 48, legajo 7, pág. 2. La montaña 
“detrás de Las Damas” (es decir, del río Las Damas), podría ser la Loma de las Iglesias (580 
mts.), Loma Grande (580 mts.), al suroeste de Duvergé, o quizás, el valle de Puerto 
Escondido. 

Acerca del descubrimiento del mineral, véase: Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 22 
de Noviembre de 1916), ASD. Correspondencia, etc., pag. 2. Acerca de la “Pectolita” y su 
valor actual, véase: Rafael O. de León, “El Larimar: Origen y composición”, Suplemento 
Listín Diario, año XCVI, n. 24,616 (29 de Marzo de 1986), págs. 6—7; Robert E. Woodruff, 
“Larimar: Beautiful, Blue and Baffling”, Lapidary Journal, vol. 39, n. 10 (January 1986), 
págs. 26-32. 

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 3 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, 
etc. 

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 11 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, 
eto. 

Acerca de la muerte, funeral y entierro del P. Fuertes, véanse: Nuevo Diario, año V, n. 933 (San- 
to Domingo, Marzo 3, 1926), pág. 1, col. 1; Listín Diario, año XXXVII, n. 11,128 (Mar- 
zo 4, 1926), pág. 4, col. 3; Nuevo Diario, año V, n. 934 (Marzo 4, 1926), pág. 1, col. 5: 
Listín Diario, año XXXVII, n. 11,129 (Marzo 5, 1926), pág. 1, col. 4: Blanco y Negro, 
año VII (Santo Domingo, Marzo 6, 1926), pag. 28. 

Carta de M. Fuertes a Mons. Nouel (Barahona, 11 de Enero de 1917), ASD. Correspondencia, 
etc. 


Cfr. T.W. Vaughan, Un reconocimiento geológico de la República Dominicana (Washington, 
1922). ed. fasc. Sociedad Dominicana de Bibliófilos, núm. 48 (Santo Domingo, 1983), pág. 18. 

Carta de R. Espaillat a Mons. Nouel (Santo Domingo, Marzo 1ro, 1926), of. 1171. ASD. Co- 
rrespondencia Oficial (1926). Véase también: “La Iglesia y el Estado”, Boletín Eclesiástico, 
2da. época, año 44, nn. 26—27 (Mayo-Junio 1926), pág. 632. 

R. M. Moscoso, op. cit., pág. xl; también en “Pbro. Don Miguel Fuertes y Lorens (sic)”, Bol. 
Estación Agronómica de Haina, serie D, no. 3 (Marzo 1926), pág. 4; Carlos E. Chardón, 
op. cit, pag. 193; José de Js. Jiménez, op. cit., pág. 80. 

ibid., pag. 81. 

I. Urban, op. cit, pág. 483; trad. esp. Boletín Eclesiástico, 2da. época, año XXVIII, núm. 121 
(25 de Diciembre de 1913), pág. 636: Moscoso, op. cit., (1943), pág. xxxviii 


Moscosoa 5, 1989, pp. 292-298 


EINAR J. VALEUR: COLECTOR BOTANICO EN LA 
REPUBLICA DOMINICANA 
(1929-1933) 


Thomas A. Zanoni 


Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, 
Republica Dominicana). Einar J. Valeur: colector botánico en la República Dominicana 
(1929-1933). Moscosoa 5: 292-298. 1989. Una corta relación de las actividades botáni- 
cas de Einar J. Valeur, un ingeniero danés, que recolectó plantas en la República Dominica- 
na desde 1929 hasta su muerte en 1934, El principal juego de muestras fue vendido a la 
“Smithsonian Institution” (US). Los detalles fueron obtenidos de correspondencia 
actualmente en archivos. 


A short account of the botanical activities of Einar J. Valeur, a Danish engineer, who 
collected plant specimens in the Dominican Republic from 1929 until his death in 1934. 
The principal set of specimens was sold to the “Smithsonian Institution (US). Details 
provided by correspondence now in archives. 


El directorio internacional de botánica de 1931 (Anon., 1931) describió 
a Einar Jensen Valeur como “‘Valeur, E. J. Monción (Flora of the Dominican 
Republic: Taxonomy)”. Es así como los botánicos de hoy día conocen a este 
colector de plantas de la República Dominicana. Valeur todavía es una figura 
muy poco conocida. 

Apareció en el mundo botánico dominicano vía la influencia del botánico 
sueco Dr. Erik L. Ekman, quien le encontró cuando llegó a Monción, en 
mayo de 1929. Ekman había caminado por muchas partes de la Cordillera 
Central y llegó a Monción para recolectar en los alrededores muestras para el 
herbario. 

Ekman escribió en su carta a William R. Maxon (carta de 2 julio 1929): 
“El Señor E. J. Valeur, mi anfitrión en Monción y Las Lagunas de Cenobi, 
es un ingeniero danés que piensa que el oro descubierto doquier cerca de 
Monción está en la cantidad y valor suficiente para buscarlo. Exploraba y 
lavaba oro en los numerosos ríos por muchos años, y todavía el es tan pobre 
como cuando inició su exploración. Ahora, parece que él ha perdido la es- 
peranza de descubrir oro en cantidades suficientes que valga la pena y ha 
adquirido una plantación de café (en Las Lagunas de Cenobr). Cuando los 
cafetales crecen, él tiene tiempo para hacer otra cosa y se ha interesado en 


Nota del autor: Por la abundancia de cartas entre Einar J. Valeur y los científicos de la “Smithsonian 
Institution”, actualmente conservadas en los archivos de la misma institución, podemos conocer un 
capítulo interesante de la exploración botánica en la Española. La ausencia de listas de viajes o 
“field books” no permite la reconstrucción de las rutas del colector. 


Moscosoa 5, 1989 293 


recolectar muestras de herbario. Hizo algo similar con Olson-Seffler en 
México, entonces conoce como preparar las muestras. Sugiero que pudiera 
recolectar para ustedes [la “Smithsonian Institution”] y le mencioné tam- 
bién que ustedes podrán pagarle diez centavos por cada ejemplar bien pre- 
parado.” 

Los otros detalles acerca de quien era Valeur vienen de dos cartas escritas 
más de cuarenta años después de su muerta. 

Alfred Hansen del Museo Botánico de Copenhagen (carta a J. J. Jiménez, 
1 dic. 1978, en el archivo del herbario de la Universidad Católica Madre y 
Maestra) escribió que Valeur nació en el 1874 ó 1875 en Helsingfor, al 
Norte de Copenhagen, Dinamarca. Su padre era doctor en medicina. Valeur 
no era botánico. Hansen no tenían ninguna indicación de cuando o por qué 
Valeur se radicó en la República Dominicana. 

La otra carta, de Antonio I. Brito I. (a J. J. Jiménez, 27 abril 1959, en el 
archivo del herbario de la Universidad Católica Madre y Maestra) indicó que 
Valeur llegó al país en el 1917. Valeur compraba oro en las cercanías de 
Monción y lo vendía a Israel Brito (el padre de A. I. Brito). También, 
informó que Valeur había subido a la cima de Monte Gallo y había grabado 
su nombre y la fecha “VALEUR 1927” en la corteza de un árbol en la 
misma loma. Mantenía un conuco de cien tareas sembrado de café, plátanos, 
y yautía en Las Lagunas de Cenobí, por la Cidra. Según Brito, “Murió en 
Sonador, sección de Bonao, en 1935, allí vivía un hermano de él a quien le 
apodaban Canuto”. Brito notó que “. . . algunos de estos (datos) no se le 
puede dar mucho crédito, . . .”. Estos datos fueron publicados más tarde 
por Jiménez (1985) en su libro sobre los colectores de plantas en la Españo- 
la. 

Valeur & la “Smithsonian Institution” 


Maxon contestó rápidamente a Ekman (carta del 10 julio, 1929). En 
aquella época el servicio de correos entre Santo Domingo y Washington, D.C., 
era tan rápido que la carta de Ekman llegó en ocho días. Solicitó una entrega 
de prueba de 200—300 muestras con etiquetas, con el compromiso de pagar 
diez centavos de dólar norteamericano por cada ejemplar. Maxon indicó que 
Ekman debía enseñar a Valeur a preparar las muestra y las etiquetas. En ese 
tiempo Emery C. Leonard, de la “Smithsonian Institution” trataba las plan- 
tas vasculares con Ignatz Urban del Museo Botánico de Berlín, especialmen- 
te cualquier especie nueva. Maxón mismo trataba los helechos nuevos con 
C. Christiansen de Copenhagen. 

Ekman contestó a Maxon (carta del 30 de julio, 1929) que Valeur no te- 
nía los materiales necesarios para hacer las prensas para secar las muestras. 


294 Moscosoa 5, 1989 


Aparentemente, la misma carta indicaba que Ekman tenia dudas acerca de 
Valeur. Maxon, contestando (carta del 12 de sep., 1929) pregunto a Ekman: 
“Leyendo entre líneas su carta [del 30 jul. 1929] entiendo que usted piensa 
que posiblemente el Sr. Valeur no tendrá éxito en su recolección. ¿Es esta 
su opinion?’’ No obstante, Maxon envió los ventiladores para secar las plan- 
tas. 

Al final de septiembre, Valeur escribió a Maxon (carta del 29 sept. 1929) 
diciendo que el primer envío de muestras estaba listo para ser despachado a 
Washington. También preguntó sobre la posibilidad de vender series de du- 
plicados a otras instituciones botánicas. El bulto se entregó al correo el 6 de 
oct. y llegó a las manos de Maxon a final de mes. Maxon (carta de Valeur, 
31 oct. 1929) calificó las muestras como “muy llenas, realmente excelentes; 
la “Smithsonian” las comprara, y a quince centavos cada una”. Consideran- 
do la calidad de las muestras, Maxon indicó que Valeur podría vender las 
otras series fácilmente. Pero preferiría que el colector canalizara todas las 
muestras a la “Smithsonian”? para venderlas a los suscriptores. Mas tarde, 
Maxon tuvo que admitir que no sería posible tratar la venta por medio de la 
“Smithsonian”. 

Maxon notificó a Ekman (carta del 31 oct. 1929) que ““Las muestras de 
Valeur son tan buenas que se debe promover la búsqueda de más y que él 
[Valeur] debía preparar otras series de duplicados para los suscriptores. Es 
muy importante [tener un colector en la zona de Monción en la República 
Dominicana] porque usted mismo viajará a Santa Marta de Venezuela al 
final de este año [1929] ””. 

La tarea inicial de Ekman había sido recolectar un tiempo en la Españo- 
la en ruta a América del Sur. El se quedó en Cuba, Haití, y la República 
Dominicana desde el 1917 hasta el 1931, año en que murió, en Santiago, 
República Dominicana. Nunca llegó al destino fijado por el Museo Sueco 
de Historia Natural, su institución patrona. 

Valeur mantenía las series de duplicados en su casa en Monción, aunque 
era casi imposible evitar las infestaciones de insectos y el problema de la 
humedad. Quería enviar los duplicados a los suscriptores con listas provisio- 
nales de las identificaciones hechas por Leonard y Maxon (carta de 
Valeur a Maxon, 28 nov. 1929). Maxon (carta 10 dic. 1929) aconsejó en 
contra de esta práctica y recomendó que Valeur mismo preparara las eti- 
quetas. Mencionó que la “Smithsonian” pagaría diez centavos si ellos ident- 
ficaban las muestras. 

Ekman le había enseñado bien acerca de la preparación de etiquetas (car- 
ta de Valeur a Maxon, 9 feb. 1930). Valeur comentó que Ekman le había 
explicado antes que quince centavos por cada ejemplar cubrirían los gastos y 


Moscosoa 5, 1989 295 


nada más y Valeur estaba muy optimista cuando Ekman trató asi este asun- 
to. Valeur expresamente mencionó el precio de la venta porque Maxon, en 
su carta previa había citado diez centavos, menos de lo que había esperado 
Valeur, quien vió estas ventas como un suplemento esencial a su muy bajo 
ingreso anual. Debemos recordar también que era la época de la Gran Depre- 
sión que empezó en el 1929. Los efectos de la Depresión habían llegado a la 
República Dominicana y así también a Valeur. El explicó que las expedi- 
ciones a la sierra alta eran costosas y que el no tenía nada para cubrir los 
gastos en caso de enfermedad o accidente. En la misma carta, indicó que 
había escrito a Christiansen en Copenhagen para tratar de vender una serie de 
los duplicados. 

Valeur se dió cuenta de la falta de ética al enviar los ejemplares directa- 
mente a Christiansen (carta de Valeur a Maxon, 16 mar., 1930) y explicó 
a Maxon que no entendía si podía solicitar a los suscriptores europeos 
directamente sin intervención de la “Smithsonian”. Ekman había reco- 
mendado a Valeur que Copenhagen (C), Berlín (B), y Kew (K) eran posible 
suscriptores. 

Por fin, Maxon contestó a Valeur (3 jun. 1930) acerca de varios asuntos de 
interés para Valeur. Indicó que la “Smithsonian” tenía poco dinero para 
comprar muestras a causa de la Gran Depresión. Pero, solicitó otro juego 
(el segundo) de ejemplares con el compromiso de pagar la cuenta después 
del 1 jul. 1930, cuando la “Smithsonian” empezaría su año fiscal. Indicó que 
estaba ofendido por la gestión de Valeur a Christiansen, porque ese era un 
colaborador en el trabajo sobre los helechos de la Española. Además afirmó 
que él consideraba que diez centavos por cada ejemplar era un precio justo 
porque la “Smithsonian”? debía identificar las muestras. Maxon sugirió un 
precio de quince centavos para los otros suscriptores. 

Valeur se quedó descontento con la oferta de solamente diez centavos 
cada ejemplar y solicitó directamente al jefe del herbario Ellsworth P. 
Killip (carta del 23 jun. 1930) un ajuste del precio considerando las pérdi- 
das de muestras a causa de insectos, antes de su entrega a la “Smithsonian”. 
También, solicitó más información sobre tres o cuatro otros suscriptores. 

Todavía la “Smithsonian” tenía interés en representar a Valeur frente a 
otros suscriptores. Pero Killip (carta a Valeur, 16 jul. 1930) sugirió que 
Valeur vendiera directamente a E. D. Merrill del Jardín Botánico de New 
York (NY), a B.L. Robinson de la Universidad de Harvard (GH), a S. C. 
Simms del “Field Museum of Natural History” (F), a J. M. Greenman del 
Jardín Botánico de Missouri (MO), y a L. Briquet del Jardín Botánico de 
Geneva (G). [Sabemos ahora que las muestras de Valeur llegaron a estos her- 
barios pero no si todos compraron las muestras directamente de Valeur. Al- 


296 Moscosoa 5, 1989 


gunos de estos herbarios no tenian ni comprobantes ni el papeleo de archi- 
vo todavia. ] 

Al final de 1930, Valeur dedicó más tiempo a la búsqueda de muestras del 
herbario (carta de Valeur a Killip, 4 nov. 1930). Las ventas de las series a los 
suscriptores eran muy importantes como fuente de ingresos a Valeur. 

El tercer bulto de muestras se envió en febrero de’ 931. Valeur también 
mencionó la muerte de E. L. Ekman (carta de Valeur a Maxon, 9 feb. 1931). 
Desde diciembre del 1929 hasta el 1930, Valeur recolectaba muestras para 
completar las series de duplicados para los suscriptores. El usó el mismo nú- 
mero de colección para las muestras de la “Smithsonian”, aunque las locali- 
dades pudieran ser diferentes y así lo indicó en cada etiqueta. Maxon le 
amonestó contra esta práctica (carta del 4 mar. 1931) y más tarde (carta del 
30 mar. 1931) le aconsejó que asignara un número nuevo a esos duplicados y 
los enviara a la “Smithsonian” para identificarlos y evitar errores en los nom- 
bres [Desde ese tiempo en adelante, resulta difícil relacionar los números con 
las localidades visitadas por Valeur. ] 

Valeur informó otra vez a Maxon (carta del 8 nov. 1931) de sus problemas 
financieros y de que era necesario dejar la recolección de plantas durante 
1931. Sin embargo, tenía un bulto listo para enviar. Killip escribió a Valeur 
(carta del 3 dic. 1931) de la imposibilidad de comprar cualquier muestra en 
ese momento, aunque solicitó el envío del bulto, con la posibilidad de su 
compra en el 1932. El bulto llegó en febrero del 1932. 

La siguiente comunicación de Valeur a Maxon (carta del 23 abr. 1933) 
indicó que él había reiniciado su recolección de muestras y queria enviar 
unos bultos más pequeños pero con más frecuencia. El habló de sus proble- 
mas económicos y de la necesidad de tener ingresos por medio de sus colec- 
ciones botánicas. El no tenía otro ingreso durante la Gran Depresión para cu- 
brir la diferencia entre los gastos de exploración y el monto recibido por con- 
cepto de la venta de las muestras. 

Maxon estuvo de acuerdo con la solicitud de enviar bultos más pequeños 
y más frecuentes. Hizo énfasis en el estrecho presupuesto de la “Smithso- 
nian” e indicó que esperaba muy pocas compras en el año fiscal 1933-1934. 
Entonces explicó que la entrega de fondos podría tardar un año o más, con 
incertidumbre acerca del año 1934—1935 también (carta del 10 mayo 1933). 

Valeur estuvo enfermo en el verano y el envío se demoró hasta agosto 
(carta a Maxon, 20 ago. 1933). Reconoció que la “Smithsonian” tenía difi- 
cultades para pagar. Decía que la exploración botánica no rendía sesenta 
dólares al mes, insuficiente para cubrir sus gastos. 

Las compras se quedaron estancadas en la “Smithsonian” y el dinero 
no se entregó a Valeur. Maxon indicó a Valeur (carta del 13 oct. 1933) que 


Moscosoa 5, 1989 297 


no era posible comprar las muestras en 1933—1934. No existia fondo gu- 
bernamental o privado en la “Smithsonian” para ninguna compra de mues- 
tras científicas (memorandum de A. Wetmore a Maxon, 11 oct. 1933). 

En el nuevo año fiscal de 1934-1935, Maxon avisó a Valeur acerca de la 
entrega de los US$19.90 que le debían (carta del 17 de ago. 1934). Valeur 
nunca contestó. 

La “Smithsonian” solicitó que el consulado Americano en Santo Domin- 
go comunicara con el consulado danés acerca del paradero de Valeur. El 
consulado americano (carta a la Secretaría Estado de Washington, 17 oct. 
1934) contestó que el cónsul danés, un amigo personal de Valeur, le había 
dicho que el colector había muerto hacía más o menos un año. 

El dinero de la última compra hecha por la “Smithsonian se entregó a la 
Oficina de Asuntos Exteriores de Dinamarca en Copenhagen. El consulado 
danés en Santo Domingo indicó que un testamento de Valeur se había 
entregado a ellos para ser verificado. El testamento tenía a un hermano de 
Valeur como heredero de sus bienes en la República Dominicana. Pero el 
consulado: danés no reconocía el testamento como válido (carta del 
consulado Americano en Santo Domingo a la Secretaría de Estado, Washing- 
ton, 22 enero 1935). 

Hasta aquí llega la historia de Einar Jensen Valeur en la República Domi- 
nicana. 


Las muestras botánicas de V aleur 


Valeur vendió sus muestras de herbario a las siguientes instituciones: US: 
1027 ejamplares*, el juego principal (reportes en el archivo del herbario); 
F: 485 ejemplares, en tres entregas (carta de A. Rehling a T. Zanoni, 11 feb. 
1986); C: 604 ejemplares, en cuatro entregas (carta de J. Lewinsky a T. Za- 
noni, 8 enero 1986); G: 713 ejemplares, en tres entregas (carta de H. M. 
Burdet a T. Zanoni, 21 feb. 1986); NY: sin record existente, pero ejemplares 
en el herbario (carta P. K. Holmgren a T. Zanoni, 4 mar. 1986); GH: sin 
record existente en 1986 (carta de M. Canoso a T. Zanoni, 12 jun. 1986). 
No está claro si él vendió las muestras a Berlin (B), no hay record. 

Se sabe que otros herbarios tienen algunas muestras de Valeur, pero 
no las obtuvieron directamente de él. 


* Aunque las listas de identificaciones de plantas de Valeur confeccionadas por los botánicos de la 
“Smithsonian” indicaron el número más alto recibido como 1035, sólo fueron reportadas en su ar- 
chivo de accesiones 1027 muestras y una de madera. 


298 Moscosoa 5, 1989 


No se conoce una lista detallada de las fechas y los lugares visitados por 
Valeur. El visitó Laguna de Cenobí (La Cidra) donde tenía su finca de café 
y plátanos, Sabaneta, Monción, Río Magua, Río Mao, Dajao, Arroyo Toma, 
La Leonor, La Ceiba de Mao, todos cerca de Monción; Jicomé, Loma Bajita 
(de Jicomé), Arroyo Jicomé, y San José de las Matas; Sonador (de Bonao) 
y Constanza. 

Urban (1931) mencionó que Valeur acompañaba a Ekman en expedicio- 
nes cerca de Monción, pero no indicó los lugares exactos. 


Agradecimientos 


El autor expresa su gratitud al Museo de Historia Natural de la “Smithso- 
nian Institution” por hacer posible los materiales de sus archivos de accesio- 
nes del herbario, que incluyen también las cartas entre Valeur y Maxon, 
Valeur y Killip, Maxon y Ekman, y entre la “Smithsonian Institution” y el 
consulado norteamericano en Santo Domingo, República Dominicana. Al 
Dr. Robert W. Read de la “Smithsonian” doy gracias por facilitar mis visitas 
a Washington, D. C. en los años de 1985 y 1986. A la Oficina de Becas de la 
“Smithsonian” por su apoyo financiero para la realización de esas visitas, y a 
Donald D. Dod por su ayuda editorial. 

Especialmente agradezco a quienes proporcionaron información sobre 
Valeur por medio de la correspondencia: C. L. Lundell de “University of 
Texas at Dallas”, Alfreida Rehling de “Field Museum of Natural History, 
Chicago”, Patricia K. Holmgren del “New York Botanical Garden”, Michael 
T. Stieber del “Hunt Institute of Botanical Documentation” de Pittsburgh, 
Hervé M. Burdet de “Conservatoire et Jardin Botaniques” de Geneva, Ri- 
chard M. Lowden de la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago, 
República Dominicana, y Jette Lewinsky de “Botanisk Museum” de 
“Kobenhavns Universitet”. 


Literatura citada 


Anon. 1931. International address book of botanists, Bailiére, Tindall and 
Cox. London. (Véase p. 563). 

Jiménez, J. J. 1985. Colectores de plantas de la Hispaniola. Universidad 
Católica Madre y Maestra. Santiago, República Dominicana. (Véase 
pp. 174,175). 

Urban, I. 1931. Plantae Haitienses et Domingenses novae vel rariores IX. 
a cl. E. L. Ekman 1924-1930 lectae. Ark. Bot. 23A(11):1—103, Taf. 
1—4. (Véase p. 2). 


Moscosoa 5, 1989, pp. 299-306 


LAS EXPEDICIONES BOTANICAS DE JOSEPH N. ROSE 
A LA REPUBLICA DOMINICANA (1913) Y HAITI (1918) 


Thomas A. Zanoni & Robert W. Read 


Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- 
publica Dominicana) & Robert W. Read (Department of Botany, Smithsonian Institu- 
tion, Washington, D. C. 20560, U.S.A.). Las expediciones botanicas de Joseph N. Rose a 
la Republica Dominicana (1913) y Haiti (1918). Moscosoa 5: 299-306. 1989. 


The botanical expeditions of Joseph N. Rose to the Dominican Republic in 1913 
Haiti in 1918. Including the itinerary and collection numbers of the collector on the 
other Caribbean islands during the same trips. 


El botanico Joseph Nelson Rose fue uno de los asistentes (1896—1905) 
y un curador asociado (1905—1912 y 1923—1928) del Herbario Nacional del 
Museo Nacional de los Estados Unidos, la “Smithsonian Institution”, cuando 
inició sus estudios sobre las Cactaceas de las Américas (Stafleu y Cowan, 
1983). Fue trasladado de la “Smithsonian”” a la “Carnegie Institution” de 
Washington, D. C., como investigador entre 1912 y 1923 para preparar su 
monografía sobre esta familia en colaboración con Nathaniel Lord Britton 
del Jardín Botánico de New York (Cowan & Stafleu, 1981). 

En 1913, hizo un viaje a las Antillas en busca de Cactáceas y otras plantas 
de las zonas áridas subtropicales. Rose volvió a recolectar en el Caribe por 
segunda vez en 1918 a su regreso de Ecuador hacia los Estados Unidos. 


Viaje de 1913 


Rose y Nathaniel L. Britton tenían un programa de trabajo de campo y de 
laboratorio con el objetivo de preparar una monografía sobre la familia de 
las Cactáceas (Anon., 1914). 

El 25 de enero de 1913, Britton y otros acompañantes salieron de New 
York en el vapor “Guiana” (carta de N. L. Britton a J. N. Rose, 7 y 11 de 
enero de 1913) hacia las islas caribeñas de St. Thomas, St. Jan, Tórtola, 
Virgen Gorda y Anegeda de las Islas Vírgenes, Puerto Rico, y Caracas, Vene- 
zuela (carta de N. L. Britton a J. N. Rose, 7 y 11 de enero 1913). Ese día 
salieron también del mismo puerto, Rose junto a William R. Fitch y Paul 
G. Russell como ayudantes, con destino a St. Thomas, St. Croix, St. Kitts, 
Antigua, y la República Dominicana. 

El grupo de la “Smithsonian” viajo por más de diez semanas en busca 
de muestras. Aproximadamente 1,200 especies (7,000 ejemplares) se 
recolectaron. El primer juego de esas muestras fue depositado en la Smith- 


300 Moscosoa 5, 1989 


sonian (US), el segundo en el New York (NY), y otros en el “Bureau of 
Science” en Manila, Filipinas (Stafleu & Cowan, 1983) y en el museo bota- 
nico de Berlin-Dahlem (B). El botanico Ignatz Urban estudio estas myestras 
para la preparación de su “Flora domingensis”, publicada en 1920 y 1921. 

Aunque el interés especial del programa era las Cactáceas, ellos recolecta- 
ron muestras de la flora en general, incluyendo plantas no vasculares. Entre 
los materiales recolectados incluyeron también plantas vivas, principalmente 
de las Cactáceas, semillas, bulbos y esquejes para sembrar. 

Las fechas de las visitas a las islas se han podido determinar tomando las 
de plantas recolectadas: St. Thomas (sin fecha), St. Croix (1 feb. y 19—24 
feb.), St. Kitts (2 feb.), Antigua -(4—16 feb.), y la República Dominicana 
(7 mar.—2 abr.). 

En una carta a N. L. Britton del 18 de abril, después de su regreso a 
Washington, Rose escribió “Nuestra expedición a Santo Domingo fue un 
gran éxito. Aunque no recolectamos tantos números de especies, se obtuvie- 
ron muchos ejemplares valiosos para canje. Recolecté quince especies de 
Cactáceas cerca de Azua, incluyendo dos especies introducidas al cultivo. 
Entre las sorpresas hubo una Cylindropuntia relacionada a Opuntia leptocau- 
lis, una enorme Consolea, un Melocactus interesante, Harrisia nashii, una 
Leptocereus con raices tuberosas, Mamillaria pusilla var. haitiensis, Lemai- 
reocereus hystrix, y otras especies. No fue posible visitar al Padre Fuertes, 
pero él envió algunas especies y un Acanthocereus. Nos enviará una Pereskia 
que esperamos”. 

Una parte de los ejamplares vivos recibidos de Fuertes se dañó al llegar a 
los Estados Unidos (carta de Rose a N. L. Britton, 22 de abril de 1913). La 
Pereskia llegó a Washington más tarde y se enviará a Britton (carta de Rose a 
N. L. Britton, 8 de mayo de 1913). 


Viaje de 1918 


El Dr. Rose viajó a Ecuador en busca de muestras de plantas de los Andes. 
Era la primera expedición realizada bajo un programa cooperativo de. la 
“Smithsonian Institution”, el “New York Botanical Garden” y el “Gray 
Herbarium”” para estudiar las plantas de la parte norteña de América del Sur. 
El recibió también ayuda del ““Bureau of Plant Industry” del Departamento 
de Agricultura de los Estados Unidos (Anon., 1919; Walcott, 1921). 

Rose y George Rose, un fotógrafo, salieron de la ciudad de Washington, 
D. C., el 22 de julio de 1918 y regresaron el 4 de diciembre del mismo 
año. Rumbo a Ecuador hicieron paradas cortas en Cuba, Panamá, y Haití. 
Aunque bajaron en Cuba del 26—28 de julio, no recolectaron muestras 


301 


Moscosoa 5, 1989 


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302 Moscosoa 5, 1989 


Fig. 2. El botanico Joseph N. Rose. Fotografia usada con permiso de “Hunt 
Institute for Botanical Documentation”. 


de plantas. Varias plantas fueron recolectadas cerca de los puertos de Cristó- 
bal, Panamá, y de Port-au-Prince, Haití. 

Bajaron del vapor en Port-au-Prince, Haití el 27 de noviembre y recolec- 
taron aproximadamente 46 especies de plantas. 

Se dividieron las muestras entre las tres instituciones (GH, NY, y US). 


Agradecimientos 


A la biblioteca del Departamento de Botanica de la “Smithsonian Institu- 
tion” donde se encuentran los libros de campo de Joseph N. Rose. A los 
“Smithsonian Institution Archives” quienes dieron el permiso para citar las 
cartas de Joseph N. Rose. A la “Smithsonian Institution” que dió una beca 
a T. Zanoni en octubre de 1986 para visitar su Depto. de Botánica y a Ro- 
bert W. Read, botánico de la misma institución por las facilidades durante la 
estadía del primer autor (T. A. Z.) en Washington, D. C. 


Moscosoa 5, 1989 303 
Literatura citada 


Anon. 1914. Cactuses and desert plants from the West Indies and south- 
western United States., pp. 37—41 en Explorations and field work of 
the Smithsonian Institution en 1913. Smithsonian Misc. Coll. 63(8): 
1—88. 

Anon. 1919. Botanical exploration in Ecuador, en Explorations and field 
work of the Smithsonian Institution in 1918. Smithsonian Misc. Coll. 
WO(2 id 122, 

Cowan, R. S. & F. A. Stafleu. 1981. Rose and Britton: from Brittonrosea 
to Cassia. Brittonia 33: 285-293. 

Stafleu, F. A. & R. S. Cowan. 1983. Taxonomic literature. Vol. IV: P—Sak. 
Regnum Vegetabile 110: 884-887. 

Walcott, C. D. 1921. Report of the Secretary of the Smighsonian Institution, 
Charles D. Walcott, for the year ending June 30, 1919. Annual Rep. 
Smithsonian Inst. 1919: 1-103. 


Apéndice 


Las expediciones de J. N. Rose. Los números asignados a las plantas re- 
colectadas están indicados en paréntesis. Los nombres están listados como 
fueron escritos por los exploradores, con sus correcciones entre [ ]. 


1913 


[sin fecha] , St. Thomas (3173-3197); 1 feb., Frederiksted, St. Croix 
(3201-3227); 2 feb., cerca de Basse Terre, St. Kitts (3228-3241); 4 feb., 
cerca de St. John, Antigua (3242-3267); 5 feb., cerca de St. John, Antigua 
(3268-3283); 6 feb., cerca de All Souls, en el centro de Antigua (3284— 
3298); 6 feb., cerca de English Harbor, Antigua (3299-3308); 7 feb., cerca 
de St. John, Antigua (3309); 7 feb., Holiday Hill, Antigua (3310—3348); 
8 feb., cerca de All Souls, Antigua (3349, 3350); 8 feb., cerca de English 
Harbor, Antigua (3351-3360); 8 feb., cerca de All Souls, Antigua (3361— 
3364); 9 feb., cerca de St. John, Antigua (3365-3370); 10 feb., en un pan- 
tano, cerca de St. John, Antigua (3371, 3372); 10 feb., en la orilla del cami- 
no, cerca de St. John, Antigua (3373-3375); 10 feb., cerca de St. John, 
Antigua (3376-3384); 10 feb., cerca de Claremont, Antigua (3385-3393); 
10 feb., cerca de St. Mary's, Antigua (3394—3402); 10 feb., cerca de Cades 
Bay, Antigua (3403); 10 feb., cerca de St. John, Antigua (3404); 10 feb., 
cerca de Cades Bay, Antigua (3405—3407); 11 feb., al Este de St. John, 


304 Moscosoa 5, 1989 


Antigua (3408—3418); 12 feb., Johnson Point, Antigua (3419, 3420); 12 
feb., Boggy Peak, Antigua (3421—3535); 13 feb., en el camino a St. Phillip’s, 
Antigua (3435—3444); 13 feb., cerca de la iglesia de St. Philip, Antigua 
(3445); 13 feb., en un campo baldío, iglesia de St. Philip, Antigua (3446— 
3449); 12 feb., Boggy Peak, Antigua (3450—3453); 14 feb., Blubber Valley, 
Antigua (3454-3458); 14 feb., una loma en la orilla del Blubber Valley, 
Antigua (3459-3467); 14 feb., Blubber Valley, Antigua (3468-3471); 
15 feb., Blubber Valley, Antigua (3472); 15 feb., una loma en la orilla del 
Blubber Valley, Antigua (4373-3488); 14 feb., Blubber Valley, Antigua 
(3489); 16 feb., en el camino a Fig-Tree Hill, Antigua (3490, 3491); 16 feb., 
Fig-Tree Hill, Antigua (3492-3500); 19 feb., cerca de Frederiksted, St. 
Croix (3501-3531); 20 feb., en el camino a Christiansted, St. Croix (3532— 
3536); 20 feb., West End, Sandy Point, St. Croix (3537-3541); 20 feb., 
cerca de Christiansted, St. Croix (3542-3557); 21 feb., cerca de Christian- 
sted, St. Croix (3558-3582); 21 feb., East End, St. Croix (3583); 22 feb., 
al Norte de Christiansted, St. Croix (3584—3592); 22 feb., Caneel Bay 
Estate, St. Croix (3593); 22 feb., al Norte de Christiansted, St. Croix (3594— 
3600); 22 feb., Caneel Bay Estate, St. Croix (3601-3610); 22 feb., Christian- 
sted, St. Croix (3611, 3612); 23 feb., en cultivo en Christiansted, St. Croix 
(3613, 3614); 23 feb., Christiansted, St. Croix (3615-3618); 24 feb., un 
loma cerca de Christiansted, St. Croix (3619-3643); 1 feb., St. Croix 
(3644); 7 feb., Holiday Hill, Antigua (3645); 10 feb., Holiday Hill, Antigua 
(3646, 3647); 12 feb., Antigua (3648); 14 feb., Antigua (3649); 13 feb., 
Antigua (3650); 14 feb., Antigua (3651); 15 feb., Antigua (3652, 3653); 
4—15 feb., Antigua (3654); 15 feb., Antigua (3655, 3656); 16 feb., Antigua 
(3657-3661); 24 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3662); 21 feb., 
cerca de Christiansted, St. Croix (3663); 22 feb., cerca de Christiansted, St. 
Croix (3664); 24 feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3665, 3666); 20-24 
feb., cerca de Christiansted, St. Croix (3667—3670); 17 mar., Azua, República 
Dominicana (3671); 10 feb., Antigua (3672); 7 feb., Antigua (3673) ;14 feb., 
Antigua (3674-3679); 7 feb., Antigua (3680, 3681); 10feb., Antigua 
(3682-3686); 7 feb., Antigua (3687-3689); [sin fecha] mar., Azua, Rep. 
Dominicana (3690); 16 mar., Azua (3691, 3692); 14 mar., Azua (3693— 
3695); 9 mar., Santo Domingo, Rep. Dominicana (3696, 3697); 10 mar., 
Santo Domingo, ciudad (3698); 7 mar., San Pedro de Macorís, Rep. Domi- 
nicana (3699-3737); 9 mar., en la orilla del Río Ozama, Santo Domingo, 
ciudad (3738-3783); 9 mar., en las lomas cerca del Rio Ozama, ciudad de 
Santo Domingo (3784-3796); 9 mar., en la orilla del Río Ozama, ciudad 
de Santo Domingo (3797—3799); 10 mar., en la orilla del camino, al Suroes- 
te de-Santo Domingo (3800-3813); 7 mar., en las murallas de San Pedro 


Moscosoa 5, 1989 305 


de Macoris (3814); 12 mar., en el camino al puerto de Azua (3815—3839); 
12 mar., Azua (3840); 13 mar., en la loma al Norte de Azua (3841—3864); 
13 mar., en el camino al puerto de Azua (3865, 3866); 14 mar., al Este de 
Azua (3867-3903); 15 mar., al Noroeste de Azua (3904-3928); 15 mar., 
en la base de la cordillera al Norte de Azua (3929-3944); 16 mar., en la 
orilla de los canales de riego, Azua (3945—3952); 16 mar., en la ciudad de 
Azua (3953); 17 mar., en la base de la cordillera, al Norte de Azua (3954— 
3974); 17 mar., en la base de la cordillera, al Norte de Azua, cerca de 1,000 
pies elev. (3975—3991);17 mar.,.en la base de la cordillera, al Norte de Azua 
(3992-3995); 18 mar., al Sur de Azua (3996-4035); 20 mar., al Nordeste 
de Azua (4036-4084); 21 mar., al Nordeste de Azua (4085-4097); 22 mar., 
al Sur de Azua (4098, 4099); 25 mar., en el camino a “Agua Cave”, Santo 
Domingo (4100); 24 mar., cerca de la cueva de Santa Ana, en ciudad de 
Santo Domingo (4101-4117); 24 mar., al Este del Río Ozama, cerca de 
Santo Domingo (4118, 4119); 25 mar., cerca de “Agua Cave”, Santo 
Domingo (4120-4149); 26 mar.*, al Norte de San Pedro de Macorís (4150— 
4197); 28 mar., al Norte de San Pedro de Macorís, (4198-4242), [sin fecha] 
mar., ciudad de Santo Domingo (4243); 30 mar., en la costa al Sur de San 
Pedro de Macorís (4244-4260); 30 mar., en la playa al Sur de San Pedro 
de Macorís (4261-4270); 31. mar., cerca de la costa al Sudeste de San 
Pedro de Macorís (4271-4308); 2 abr., Sánchez, Rep. Dominicana (4309— 
4397); 10 mar., ciudad de Santo Domingo (4398); [sin fecha] mar., Azua 
(4399, 4400); 12 feb., cerca de la cima de Boggy Peak, Antigua (4401— 
4405); 2 abr., Sánchez, Rep. Dominicana (4406); 18 mar., Azua (4407— 
4413); 20 mar., Azua (4414-4422); 24 mar., Santo Domingo, ciudad 
(4423-4431); 25 mar., Santo Domingo, ciudad (4432-4436); 26 mar., 
San Pedro de Macorís (4437-4447); 19 feb., St. Croix (4448-4452); 20 
feb., St. Croix (4453); 22 feb., St. Croix (4454); 24 feb., St. Croix (4455, 
4456; 19 feb., St. Croix (4457); 21 feb., St. Croix (4458); [sin fecha] feb., 
(4459, 4460); 10 feb., Antigua (4461, 4462); 15 feb., Antigua (4463, 4464); 
9 mar., Santo Domingo, ciudad (4465-4468); [sin fecha] mar., San Pedro 
de Macorís (4469, 4470); 20 mar., Azua (4471); [sin fecha] abr., Oceano 
Atlántico, 675 millas de la ciudad de New York (4472); 24 mar., Santo Do- 
mingo, ciudad (4473—4476); 25 mar., Santo Domingo, ciudad (4477-4479); 
10 mar., Santo Domingo (4480—4482); 25 mar., Santo Domingo (4483); 14 
mar., Azua (4484); 15 mar., Azua (4485, 4486); 17 mar., Azua (4487, 4488); 
7 mar., San Pedro de Macorís (4489); 28 mar., San Pedro de Macorís (4490, 
4491); 31 mar., San Pedro de Macorís (4492-4495); 30 mar., San Pedro de 
Macorís (4496-4498); 2 abr., Sánchez (4499—4504); [sin fecha] mar., Azua 
(4505); [sin fecha] mar., San Pedro de Macorís (4506); [muestra tomada de 


306 Moscosoa 5, 1989 


una planta que floreció en cultivo, ene., 1914] Blubber Valley, Antigua 
(4507); 1-5 mar., St Thomas (4508-4510); [sin fecha] Santo Domingo 
(4511); 1—5 mar., St. Thomas (4512-4515); 16 feb., Antigua (4516). 


* NOTA: A su salida de la República Dominicana, Rose y sus compañeros 
bajaron del vapor y recolectaron varias muestras de plantas en una barra de 
arena próxima a la costa y no muy lejos del Puerto de San Pedro de Maco- 
rís (carta de rose a N. L. Britton, 18 de abril de 1913, en los archivos de la 
“Smithsonian Institution”). 


1918 


27 nov., Port-au-Prince, Haiti (22088—22100); [27] nov., Port-au-Prince 
(23977-23999). 


Moscosoa 5, 1989, pp. 307-323 


LOS DOS VIAJES BOTANICOS DE HARRY A. ALLARD 
A LA REPUBLICA DOMINICANA EN 1945—1946 Y 1947-1948 


Thomas A. Zanoni 


Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- 
publica Dominicana). Los dos viajes botanicos de Harry A. Allard a la Republica Domini- 
cana en 1945-1946 y 1947-1948. Moscosoa 5: 307-323. 1989. Harry A. Allard via- 
jó ala República Dominicana dos veces para visitar su hijo Howard F. Allard y recolectó 
muestras de plantas para la “Smithsonian Institution” en ambos viajes, además de varios 
insectos en su segundo viaje. Se presenta los datos detallados sobre las localidades visita- 
das y las fechas del trabajo del campo. 


The two botanical trips of Harry A. Allard to the Dominican Republic in 1945—1946 
and 1947-1948. Allard visited his son Howard F. Allard, chief of the U. S. Dep. Ag- 
riculture-Dominican Dep. Agriculture- B.F. Goodrich Rubber experimental plantations 
in the Dominican Republic on two occasions. The older Allard collected herbarium 
specimens and some of insects for the Smithsonian Institution. A detailed: itinerary 
with collection numbers is presented. 


Howard F. Allard era encargado de un proyecto experimental de caucho, 
(Hevea brasiliensis L.) en Piedra Blanca, República Dominicana. El proyecto 
fue auspiciado por la Secretaría de Agricultura de la República Dominicana, 
el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América, y la com- 
pañía norteamericana de gomas de caucho B. F. Goodrich. 

Su padre, Harry A. Allard, acercándose a la jubilación de su carrera pro- 
fesional, visitó su hijo Howard en la República Dominicana en 1945—1946 
y 1947-1948 (Figs. 1-3). 

Allard, empleado del Departamento de Agricultura de los EE.UU. A. 
desde 1906 hasta 1946, principalmente en el mejoramiento de plantas, tenía 
un vivo interés en plantas y animales silvestres para casi toda su vida (1880— 
1963). 

El exploraba, en su tiempo libre, los estados de Virginia y West Virginia 
de los Estados Unidos en busca de plantas, para sus estudios florísticos y 
publicó varios artículos sobre este tema (véase. la bibliografía en Guerney, 
1964). El usaba los recursos del herbario nacional de la ‘“‘Smithsonian Institu- 
tion” de Washington, D.C., en estos estudios. Como consecuencia de esta 
relación, él conocía varios curadores botánicos, como E. P. Killip (encargado 
del herbario), William R. Maxon (pteridólogo), y Emery C. Leonard (especia- 
lista en la familia de las Acanthaceae y de la flora de la República Dominica- 
na y Haití). Además, fue amigo del Secretario (director) de la “Smithsonian 
Institution” - Alexander Wetmore. 


308 Moscosoa 5, 1989 


ay 
MY 
PIEDRA BLANCA 


LOS 
PLATANOS 


o LOMA 
CAMPANA 


RIO 
LOS PLATANOS 


VILLA ALTAGRACIA 


LA COLONIA 


CAMBITA 
GARABITO 


SAN CRISTOBAL 


camel / 


Fig. 1. Lugares visitados por Harry A. Allard en busca de plantas. Parte sur- 
central Republica Dominicana (Ciudad Trujillo es ahora la ciudad de Santo 
Domingo). 


Moscosoa 5, 1989 309 


El primer viaje 1945—6 


Conociendo el interés de la “Smithsonian” en la adquisición de muestras 
de plantas para el herbario y particularmente de la flora de la Española, 
Harry Allard hizo en el verano de 1945 una oferta para recolectar en la 
República Dominicana. Las primeras etapas del arreglo fueron hechos 
entre Killip y Maxon de la División de Plantas y fueron finalizadas por el 
Secretario Wetmore. La “Smithsonian” ofreció US$250.00 para cubrir los 
gastos y proporcionó el equipo necesario para preparar las muestras en el 
campo (carta de A. Wetmore a H. A. Allard, 24 jul 1945). Allard fue obliga- 
do a entregar las muestras directamente a la División de Plantas para el estu- 
dio por E. C. Leonard. 

Leonard había recolectado en Haití durante la década de 1920 (Zanoni, 
1986). Wetmore, un ornitólogo, también había recolectado allí, pero mues- 
tras de aves, durante la misma época (Wetmore & Swales, 1931). Los fondos 
para pagar los gastos de Allard probablemente provinieron de la herencia 
dejada a la “Smithsonian” por William C. Abbott para promover estudios 
de la historia natural. Secretario Wetmore (quien obtuvo la donación de 
Abbott) dirigía estos recursos principalmente a los estudios ornitológicos y 
particularmente para las expediciones a la isla de Española, que era la isla 
favorita de Abbott. 

Allard hizo su viaje como un ciudadano privado con fines de visitar a 
su hijo y no como agente del Departamento de Agricultura. 

Viajó en la República Dominicana de 3 de noviembre del 1945 hasta el 
7 de febrero del 1946. Durante ese tiempo, tenía la casa de su hijo como 
su base de trabajo. Allard hijo vivía en una casa rural en el límite occidental 
de la ciudad capital, Ciudad Trujillo (hoy Santo Domingo), cerca de la Cueva 
de Santana (más tarde, el Parque Botánico y Zoológico, y más recientemente 
un parque infantil en las Avenidas Alma Mater y Bolívar). Inició sus recolec- 
ciones de plantas el día después de su llegada, el 4 de noviembre, y continuó 
hasta el final de enero del 1946, pocos días antes de su salida del país. 

Aparentemente él viajo mucho con el hijo a Piedra Blanca, donde estaba 
el campo experimental de caucho. Muchas de las localidades en la Carretera 
Duarte estaban en la ruta vieja que conectaba la capital y Santiago. 

Recolectaba principalmente en la capital o en la ruta a Piedra Blanca o 
su cercanía. Pero visitó Guamira (cerca de Hato Mayor del Rey) el 25 de 
noviembre; Colonia Ramfis (ahora La Colonia) más arriba de Cambita Gara- 
bitos el 15 y 23 de diciembre y 27 de enero; en la cercanía de La Vega y la 
carretera a Jarabacoa 9 y 12 de enero; llegando a Jarabacoa y el Salto de 
Jimenoa 25 de enero; Santiago y su cercanía, incluyendo la Carretera 


310 Moscosoa 5, 1989 


t 


PUERTO PLATA 
LA CUMBRE 


LOMA 
PALO QUEMADO 
REPUBLICA 
DOMINICANA 


SANTIAGO 


@ SANTO CERRO 


LA VEGA 


JARABACOA 


CONSTANZA 


VALLE NUEVO 


pay JOSE de OCOA 


FCO. JIMENEZ 


Fig. 2. Lugares visitados por Harry A. Allard en la parte nor-central de la 
República Dominicana. Detalle: la ubicacion de los mapas de las Figuras 1 y 
24 


Moscosoa 5, 1989 311 


Luperón (ahora la carretera vieja entre Santiago y Puerto Plata) llegando a 
La Cumbre y Loma de Palo Quemado, el 10 y 11 de enero; y a la playa 
de Boca Chica, el 20 de enero. 

Terminó sus recolecciones unos pocos días antes de su salida por avión 
para dejar tiempo para preparar el envío del equipo y de las plantas diseca- 
das por barco. 


El segundo viaje 1947 


Harry Allard regresó otra vez a la República Dominicana en septiembre 
de 1947, llegando a Santo Domingo por barco. Como en su primera visita, 
inició sus recolecciones pocos días (11 de sept) después de su llegada. 

Recolectaba principalmente en la cercanía de la capital y en la ruta hasta 
la plantación de caucho de Piedra Blanca, como en su viaje anterior. Hizo 
un viaje especial a Constanza por la ruta de La Vega-Jarabacoa-El Río 
(de Constanza)— Constanza para recolectar en la Cordillera Central. Cuando 
llegó a Constanza, visitó la estación experimental de la Secretaría de Agri- 
cultura para inspeccionar las pruebas de plantas de las zonas templadas en el 
ambiente fresco de Constanza. No indicó cuáles plantas se estaban probando, 
pero se puede ver la Melilotus alba Medic y la Pennisetum purpureum Schu- 
mach en las fotografías de su artículo (Howard, 1949 b). La Melilotus no 
está en cultivo hoy en día pero se encuentra esta especie como una planta 
invasora en las orillas de la carretera, especialmente en el tramo entre Cons- 
tanza y San José de Ocoa. No está claro si la distribución tiene algo que ver 
con el cultivo en 1947 en el campo experimental de Constanza. 

Allard quería caminar a Valle Nuevo pero la carretera al sur de Constan- 
za estaba en mala condición y su vehículo no subió bien en el lodo (carta de 
H. A. Allard a E. C. Leonard, 9 dic. 1947). Probablemente no llegó muy 
lejos de Constanza; su libro del campo indicó que su recolección de la zona 
más elevada era de 5,000—5,200 pies (aproximadamente 1,600 m) que corres- 
ponde a las elevaciones de los límites del mismo valle de Constanza en el 
camino a Valle Nuevo. 

Al final del 1947 y al principio de 1948, subió la Loma Campana de la 
Cordillera Central, al suroeste de Piedra Blanca, llegando a la cima, aproxi- 
madamente 3,400 pies (1100 m). Encontró un bosque latifoliado muy hú- 
medo. Posiblemente este era el ambiente más rico en especies visitado por 
Allard en sus dos viajes a la República Dominicana. 

Las otras excursiones del segundo viaje se hicieron cerca de la ciudad 
capital, Jaina (Haina), y en el camino a o cerca de Piedra Blanca. 


312 Moscosoa 5, 1989 
Itinerario 


Los detalles de las fechas, los sitios visitados, y los números de muestras 
recolectadas se encuentran en el Apéndice. Harry Allard escribió unos diarios 
durante sus viajes que contienen varias otras notas y observaciones. Estas 
se conservan en los archivos de la biblioteca de la Universidad de North 
Carolina, Chapel Hill, North Carolina, EE.UU. A. 


La “cosecha” 


Los viajes a la República Dominicana eran muy productivos para Allard. 
Recolectó aproximadamente 2,032 números (incluyendo entre 5,000 y 
6,000 muestras, contando los duplicados) en su primer viaje (carta de Allard 
a Wetmore, 7 feb 1946). El segundo se produjo aproximadamente 3,333 
números (incluyendo 9,100 muestras, contando los duplicados) de plantas 
vasculares, musgos, y líquenes (memorandum de Leonard a Killip, 1 abr. 
1948) y 60 muestras de insectos (reporte de accesión del museo, 8 jul. 
1948, ““Smithsonian”). 

Chardon (1949) reportó otras cantidades de plantas recolectadas por 
Allard. No sé de dónde él sacó los números. Jiménez (1953, 1959, y 1985) 
recopiló los datos de Chardon. 

La colección principal de muestras de Allard se encuentra en la “Smith- 
sonian Institution”. Los duplicados fueron distribuidos a varios herbarios, 
incluyendo Universidad de Harvard (GH) y el Jardín Botánico de New 
York (NY). 


El autor 


Allard escribió varios artículos sobre sus experiencias en la República 
Dominicana. En tres, trató acerca del país y su vegetación (Allard 1947, 
1948, y 1949a). Sus escritos botánicos eran pocos. Escribió acerca de la jabi- 
lla Hura crepitans L. (Allard, 1950), Ambrosia (Allard & Allard, 1946), y 
acerca del comportamiento de plantas de las zonas templadas introducidas 
a Constanza (Allard 1949 b). En relación a la agricultura, publicó sobre una 
variedad nueva de aguacate Persea americana Miller (Allard, 1949 c) y 
acerca de tabaco Nicotiana tabacum L. (Allard y Allard 1947 y 1948). 
Mucho más tarde, después de sus viajes al país, escribió sobre los grillos 


(Allard, 1957). 


Moscosoa 5, 1989 313 


Fig. 3. Harry Ardell Allard, botanico. 


Agradecimientos 


Quiero expresar mis agradecimientos a la Oficina de Accesiones de la 
“Smithsonian Institution” por su generosa ayuda en la busqueda de los 
reportes viejos y la correspondencia de Harry A. Allard y los Archivos 
de la “Smithsonian” (fuente de las cartas y los memorandums citados 
aquí). Agradezco la hospitalidad de Robert W. Read del Departamento de 
Botánica de la “Smithsonian” durante mi estadía en la ciudad de Washing- 
ton, DC en octubre de 1986. 

La Oficina de Becas de la “Smithsonian” otorgó una beca para facilitar 
las investigaciones de T. Zanoni en Washington en 1986. 


314 Moscosoa 5, 1989 


Agradezco a Francisco Jiménez por su ayuda en la preparacion de los 
mapas que acompanan este articulo. 

Finalmente, quiero agradecer a “McGraw-Hill Book Company, Inc.” de 
New York por el permiso para usar el retrato de H.A. Howard del libro: 
Steere, W.C. (ed.) 1958, “Fifty years of botany, golden jubilee volume of the 
Botanical Society of America”, también a la “Botanical Society of America” 
y al editor William C. Steere. 


Literatura citada 


Allard, H. A. 1947. On the trail in the Dominican Republic. Potomac Appa- 
lachian Trail Club Bull. 16:50—53. 

. 1948. Vegetation and floral beauty in the mountains of the Domi- 

nican Republic. Wild Flower 24: 53—64, Pl. X—XII. 

. 19492. Constanza -the valley beautiful. J. New York Bot. Gard. 50: 

169—1% 

—__—. . 1949b. Plant behavior in a temperate valley on a Caribbean island. 
The reaction of familiar species in the unfamiliar climate of Constanza 
in the Dominican Republic. J. New York Bot. Gard. 50:203—209. 

—_—. . 1949c. A new avocado found in the Dominican Republic. Foreign 
Agric. MAA 

—_— . 1950. The sandbox tree and its armament. Bull Torrey Bot. Club 
77: 509555; 

—__ . 1957. The stridulations of some crickets in the Dominican Republic. 
J. Washington Acad. Sci. 47: 150-152. 

Allard, H. A. & H. F. Allard. 1946. Growth of ragweed for its medicinal 
virtues in the Dominican Republic. Science 104: 429, 430. 

. 1948. Tabacco in the Dominican Republic. U. S. Dep. Agric., Off. 

Foreign Agric. Relations, Foreign Agric. Rep. 30: 1-27. 

Chardon, C. E. 1949. Los naturalistas en la América Latina. Tomo I. Los 
siglos XVI, XVII y XVIII, Alejandro Humboldt, Carlos Darwin, la 
Española, Cuba y Puerto Rico. Secretaría de Estado de Agricultura, 
Pecuaria y Colonización: Ciudad Trujillo, República Dominicana. 
(Véase pp. 202, 203). 

Gurney, A. B. 1964. Harry A. Allard, naturalist: his life and work (1880— 
1963). Bull. Torrey Bot. Club 91:151—164. 

Jiménez, J. J. 1953. Plantas nuevas para la ciencia, nuevas para la Hispanio- 
la, y nuevas para la República Dominicana. Annales Univ. Santo Domin- 
go 65—66: 101-146. (Publ. Univ. Santo Domingo ser. 9, no. 2, 152: 
5—50). 


Moscosoa 5, 1989 315 


___. . 1959. A new catalogue of the Dominican flora. Rec. Adv. Bot. 1:932- 
936. 

__. . 1985. Colectores de plantas de la Hispaniola. Universidad Católica 
Madre y Maestra: Santiago, Republica Dominicana. (Véase pp. 29—31). 

Wetmore, A. £ B. H. Swales. 1931. The birds of Haiti and the Dominican 
Republic. U. S. Nat. Mus. Bull. 155:1-483. 


Apéndice 


Las fechas no están en orden, pero los números sí están en orden secuen- 
cial. Howard F. Allard recolectaba bajo los números de su padre Howard A. 
Allard. 


1945 


29 mayo, Piedra Blanca (12180); 29 mayo, Carretera Duarte (12181); 30 
abr., Ciudad Trujillo [Santo Domingo] (12182); 24 abr., Piedra Blanca 
(12183); 31 mar., Señora Trainer, en Boca Chica (12184); 4 abr., casa de 
H. F. Allard, en Ciudad Trujillo (12185); 2 abr., km. 31 de Carretera Duarte 
(12186); 24 abr., una planta introducida en 1925 de la estación experi- 
mental de U.S. Department of Agriculture de Puerto Rico, recolectada en 
Piedra Blanca (12187); 24 abr., orilla de la Carretera Duarte (12188); 7 
jun., casa de H. F. Allard, Ciudad Trujillo (12189); 25 jul., como 12189 
(12190); 6 jul. campo del club de golf, Ciudad Trujillo (12191—12191 B); 
6 jul., Country Club, Ciudad Trujillo (12192); 25 jul., cerca de la casa de 
H. F. Allard, Ciudad Trujillo, (12193); 23 sept., como 12193, (12194). 
Harry A. Allard recolectaba más tarde en 1945 y temprano en 1946. 
Posiblemente, su hijo le acompañaba en los viajes para llegar al campo, pero 
el nombre de H. A. Allard se menciona solamente en las etiquetas. 
4 nov., en el patio de la casa de H. F. Allard, una milla al oeste de Ciudad 
Trujillo [Santo Domingo] (13000—13004); 4 nov., la playa, Jaina [Haina] 
(13005—13008); 4 nov., cerca y en el patio de la casa de H. F. Allard (13009 
—13042); 5 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13043—13065); 5 nov., 
cerca de Piedra Blanca (13066, 13067); 5 nov., cerca de la plantación de 
caucho de B. F. Goodrich Co. en Piedra Blanca (13068—13086); 5 nov., 
Km. 36 de la Carretera Duarte, cerca de la entrada de la represa, por Básimo 
[Básima] (13087, 13088); 6 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13089— 
13140); 7 nov., cerca de Piedra Blanca, elev. 550 pies (13141, 13142); 7 
nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (1314313174); 
7 nov., cerca de Basimo [Basima], Km. 51.5 (13175—13180); 8 nov., cerca 


316 Moscosoa 5, 1989 


de la casa de H. F. Allard (13180—13201); 9 nov., como 13180 (13202— 
13231); 10 nov., cerca de la embajada de los EE.UU. A., Ciudad Trujillo 
(13232); 11 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13242—13289); 12 nev., 
como 13242 (13290—13295); 13 nov., cerca de la casa de H. F. Allard 
(13296—13306); 13 nov., cerca de la embajada de los EE. UU. A., Ciudad 
Trujillo (13307—13319); 14 nov., cerca de la entrada de la represa, Carretera 
Duarte [Básima ?] (13320); 14 nov., en Piedra Blanca (13321—13324); 14 
nov., puente cerca dela plantación de caucho, Piedra Blanca (13325—13 337); . 
14 nov., Km. 70, Carretera Duarte (13338, 13339); 14 nov., Km. 67, Carre- 
tera Duarte (13340); 15 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13341—13363); 
16 nov., como 13341 (13364—13384); 17 nov., entre la casa de H. F. Allard 
y el aeropuerto (13385—13405); 18 nov., cerca de la casa de H. F. Allard 
(13406—13432); 19 nov., entre la casa de H. F. Allard y el aeropuerto 
(13433—13465); 19 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13466—13480); 
20 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13481—13484); 
20 nov., Piedra Blanca (13485, 13486); 20 nov., cerca de la plantación de 
caucho, Piedra Blanca (13487—13499); 20 nov., Carretera Duarte, cerca de 
Piedra Blanca (13500); 20 nov., Km. 33, Carretera Duarte (13501-13513); 
20 nov., cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13514, 13515); 
21 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13516); 21 nov., en el patio o cerca 
de la embajada de los EE.UU. A. (13517—13528); 21 nov., cerca de la casa 
de H. F. Allard (13529—13541); 22 nov., como 13529 (13542—13559); 22 
nov., en la carretera, aprox. 0.5—0.7 milla al oeste de la casa de H. F. Allard 
(13560—13575); 23 nov., cerca de Piedra Blanca (13576—13586); 23 nov., 
cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca (13587—13619); 23 nov., 
cerca de Basimo, en la carretera Duarte (13620—13622); 25 nov., cerca de la 
casa del Sr. Dunsmore, en Guamira, cerca de Hato Mayor (13623—13669); 
26 nov., cerca de la casa de H. F. Allard (13670); 27 nov., como 13670 
(13671—13704); 28 nov., como 13670 (13705—13737); [sin fecha] nov., 
‘Km. 54 de Carretera Duarte, cerca de Villa Altagracia (13738); 29 nov., 
cerca del puente, Rio Maimon, Piedra Blanca (13739); 1 dic., cerca de la casa 
de H. F. Allard (13740-13765); 2 dic., como 13740 (13766—13779); 29 
nov., [lugar no indicado, posiblemente Piedra Blanca] (13780); 29 nov., 
cerca del puente, Rio Maimón, Piedra Blanca (13781—13829); 29 nov.,. 
cerca de Km. 39, Carretera Duarte (13830—13833); 30 nov., cerca de la 
casa de H. F. Allard (13834—13854); 2 dic., como 13834 (13855—13866); ' 
3 dic., como 13834 (13867—13874); [sin fecha] :¡jun., en el patio de la em- 
bajada de los EE. UU. A., Ciudad Trujillo, recolectado por H. F. Allard 
(13875); 15 jun., en el patio de la casa de H. F. Allard, recolectado por el 
(13876); 3 jun., como 13875, recolectado por H. F. Allard (13877); [sin 


Moscosoa 5, 1989 317 


fecha] abr., en el patio del consulado dominicano, Ciudad Trujillo, recolec- 
tado por H. F. Allard (13878); 4 dic., cerca de la casa de H. F. Allard (13879 
—13890); 5 dic., como 13879 (13891—13912); 8 dic., como 13879 (13913); 
9 dic., como 13879 (13914—13936); 10 dic., como 13879 (13937-13943); 
11 dic., cerca de Km. 55 de Carretera Duarte (13944—13947); 11 dic., cerca 
de la plantación de caucho, Piedra Blanca (13948, 13949); 11 dic., Km. 55 
de Carretera Duarte (13950); 11 dic., en las orillas del Río Maimon, a 1.5—3 
millas de Piedra Blanca (13951—14006); 13 dic., en Carretera Duarte (sin 
más datos) (14007); 13 dic., [cerca de la casa de H. F. Allard] (14008— 
14037); 15 dic., Colonia Ramfis [La Colonia de Cambita Garabito], San 
Cristóbal, elev. 3,000—3,100 pies (14038—14067); 15 dic., más abajo de 
Colonia Ramfis, un arroyo, elev, 2,600—2,700 pies (14068—14092); 15 dic., 
Colonia Ramfis elev. 3,100 pies (14093); 15 dic., como 14068 (14094); 15 
dic., cerca de Cambita de los Garabidos [Cambita Garabitos], elev. 2,000 
pies (14095); 15 dic., como 14093 (14096); 15 dic., como 14093 (14097, 
14098); 15 dic., como 14095 (14099); 16 dic., cerca de la casa de H. F. 
Allard (14100—14110); 17 dic., como 14100 (14111—14114); 17 dic., 
entre la casa de H. F. Allard y el aeropuerto (14115—14121); 17 dic., cerca 
de la casa de H. F. Allard (14122—14141); 18 dic., como 14122 (14142— 
14166); 18 dic., cerca del Hotel El Jaragua, frente al Mar Caribe, Ciudad 
Trujillo (1416714171); 18 dic., Country Club, Ciudad Trujillo (14172); 19 
dic., La Cumbre, Carretera Duarte, elev. 1000—1,000 pies (14173-14175); 
19 dic., el paso de La Cumbre, al sur de Piedra Blanca, elev. 1.000 — 1,200 
pies (14176—14196); 19 dic., en una plantación de banano, en una loma 
cerca del paso de La Cumbre (14197—14203); 19 dic., en la loma cerca del 
paso de La Cumbre, elev. 1,300—1,500 pies (1420414212); 19 dic., como 
14176 (14213—14231); como 14204 (14232); 20 dic., cerca de la casa de 
H. F. Allard (14233—14235); 21 dic., Km. 29, Carretera Duarte (14236— 
14238); 21 dic., Km. 39 de Carretera Duarte (14239—14242); 21 dic., como 
14236, elev. 200-650 pies (14243—14286); 23 dic., subida a Colonia 
Ramfis, elev. 1,400—1,500 pies (14287); 23 dic., Colonia Ramfis, elev. 2,000 
pies (14288-14291); 23 dic., Colonia Ramfis, elev. 2,300—2,500 pies 
(14292—14320); 24 dic., Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (14321); 23 dic., 
Colonia Ramfis, elev. 2,500 pies, recolectado por H. F. Allard (14322); 24 
dic., cerca de la casa de H. F. Allard (14323); 24 dic., en el patio de la 
embajada de los EE.UU. A. (14324); 24 dic., como 14321 (14325—14327); 
26 dic., en la costa del Mar Caribe, al sur de la casa de H. F. Allard (14328— 
14330); 26 dic., como 14167(14331—14343); 26 dic., como 14167 (14344, 
14345); 26 dic., Avenida Bolivar, al Oeste de Ciudad Trujillo (14346— 
14351); 26 dic., cerca de la casa de H. F. Allard, Avenida Bolivar (14352— 


318 Moscosoa 5, 1989 


14357); 27 dic., como 14352 (14358-14381); 28 dic., Ciudad Trujillo 
(14382, 14383); 28 dic., en la playa de Haina (14384—14395); 28 dic., 
cerca de la casa de H. F. Allard (14396); 29 dic., cerca de la casa de H. F. 
Allard (14397-14412); 31 dic., en el patio de la casa de Dr. Ibarra [Ciudad 
Trujillo] (14413, 14414); [sin fecha, 31 dic., ?] sin lugar (14415). 


1946 


1 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14416—14428); 2 ene., en el patio de 
la embajada de los EE. UU. A. (14429-14431); 2 ene., al final de Avenida 
Bolivar, Ciudad Trujillo (14432—14437); 2 ene., cerca de la casa de H. F. 
Allard (14440, 14441); 3 ene., cerca de Piedra Blanca (14442—14447); 5 
ene., Avenida Bolivar, al Oeste de Ciudad Trujillo (14448); 5 ene., cerca de 
las cuevas, Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (14449-14458); 6 ene., como 
14429 (14459, 14460); 6 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14461— 
14464); 7 ene., como 14429 (14465); 7 ene., como 14449 (14466—14472); 
7 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14473—14475); 8 ene., Ciudad Tru- 
jillo (14476); 8 ene., en el poblado de Piedra Blanca (14477); 8 ene., cerca 
de la plantacion de caucho, de B. F. Goodrich Co., Piedra Blanca (14478— 
14502); 12 ene., en el parque, La Vega (14503); 12 ene., cerca de La Vega 
(14504, 14505); 12 ene., en un pinar, en la carretera de La Vega a Jaraba- 
coa (14506—14511); 12 ene., en el pinar, cerca de Jarabacoa, elev. 1,500 
pies (14512—14531); 11 ene., cerca de Santiago, sobre Mt. Palo Quemado 
(14532, 14533); 9 ene., en el patio del Monasterio del Santo Cerro [Cerro 
Santo Cerro, cerca de La Vega], elev. 850-900 pies (14534-14539); 11 
ene., en el patio del Hotel Mercedes, Santiago (14540); 11 ene., La Cumbre, 
Km. 18 al norte de Santiago, elev. 1,500 pies [en camino a Puerto Plata] 
(14541); 11 ene., cerca de las barracas militares, La Cumbre (14542); 11 
ene., cerca de la Cumbre (14543—14546); 11 ene., como 14542 (14547— 
14562); 11 ene., Mt. Palo Quemado, elev. 1,000 pies (14563, 14564); 11 
ene., como 14542 (14565—14576); 11 ene., como 14543 (14577, 14578); 
11 ene., como 14542 o la cercanía (14579—14613); 11 ene., sobre Mt. Palo 
Quemado, Km. 17 a 18 en la carretera de Santiago al norte a La Cumbre y 
Puerto Plata, elev. 1,000 pies (14614—14616); 11 ene., como 14543(14617); 
10 ene., cerca del acueducto de Trujillo, cerca de Santiago (14618, 14619); 
10 ene., en un patio de una casa, cerca de Santiago (14620); 14 ene. [?], 
en el patio de la casa de H.F. Ailard (14621—14623); 16 ene., cerca de la 
casa de H. F. Allard (14624—146 70); 17 ene., como 14624 (14671—14691); 
17 ene., planta originalmente recolectada en Piedra Blanca, pero sembrada 
en el patio de la casa de H. F. Al'ard (14692); 17 ene., cerca de la casa de H. 


Moscosoa 5, 1989 319 


F. Allard (14693—14695); 18 ene., el puente y su cercanía, Río Maimon, 
Piedra Blanca (14696—14753); 18 ene., Km. 50 de la Carretera Duarte 
(14754, 14755); 19 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14756, 14757); 
20 ene., en Boca Chica (14758—14761); 20 ene., en la playa de Boca Chica 
(14762—14769); 20 ene., como 14758 (14770); 20 ene., como 14762 
(14771-14773); 20 ene., como 14758 (14774); 20 ene., como 14762 
(14775, 14776); 20 ene., como. 14758 (14777); 20 ene., como 14762 
(14778—14781); 12 ene., en el pinar, cerca de Jarabacoa, elev. 1,500 pies 
(14782, 14783); 21 ene., en las cuevas, al Suroeste de la casa de H. F. Allard 
(14784—14788); 22 ene., cerca de Piedra Blanca (14789); 22 ene., Km. 43.5 
de Carretera Duarte (14790); 22 ene., Km. 46 de Carretera Duarte (14791); 
22 ene., Km. [?] de Carretera Duarte (14792); 22 ene., cerca de la planta- 
ción de caucho de Piedra Blanca (14793—14801); 22 ene., en la Carretera 
Duarte al Este de Piedra Blanca (14802); 22 ene., como 14793 (14803— 
14806); 22 ene., el puente, Piedra Blanca (14807); 22 ene., como 14802 
(14808—14817); 24 ene., en un pinar, cerca de La Vega (14818, 14819); 
25 ene., cerca de Jarabacoa (14820); 25 ene., en el pinar, el Salto de Jime- 
noa [en el Río Jimenoa, cerca de Jarabacoa] (14821—14881); 25 ene., en 
un pinar, en la carretera de La Vega a Jarabacoa, elev. 2,000 pies (14882— 
14930); 26 ene., cerca de la casa de H. F. Allard (14937—14944); 27 ene., 
3 millas bajando de Colonia Ramfis [en el camino a San Cristóbal] (14945, 
14946); 27 ene., 2 millas bajando de la Colonia Ramfis (14947); 27 ene., 
3—3.5 millas bajando de la Colonia Ramfis (14948—14952); 27 ene., como 
14945 (14953—14972); 27 ene., cerca de la Colonia Ramfis (14973); 27 
ene., 1—3 millas bajando de la Colonia Ramfis (14974—14976); 27 ene., 
como 14947 (14977); 27 ene., 0.5 milla bajando de la Colonia Ramfis 
(14978); 27 ene., como 14947 (14979, 14980); 27 ene., 1 milla bajando 
de la casa de Colonia Ramfis (14981); 27 ene., cerca de la Colonia Ramfis 
(14982); 27 ene., como 14978 (14983); 27 ene., como 14982 (14984— 
14998); 11 dic. 1945, Piedra Blanca (14999); 28 ene., cerca de la casa de H. 
F. Allard (15000); [sin fecha], semillas compradas en San Cristóbal (15001); 
11 ene., semillas recolectadas en Santiago (15002); 28 ene., semillas, Ciudad 
Trujillo (15003); [sin fecha], semillas y frutos, Carretera Duarte (15004); 
sept. 1945, semillas recolectadas en Ciudad Trujillo por H. F. Allard (15005); 
[sin fecha], semillas recolectadas en las orillas del Río Maimón, Piedra Blan- 
ca (15006); 20 dic., 1945, frutos y semillas, Piedra Blanca (15007); 30 
ene., cerca de la casa de H. F. Allard, (15008—15020); 1 feb., cerca de las 
grutas y cuevas al Suroeste de la casa de H. F. Allard (15021—15027); 22 
ene., semillas, Piedra Blanca (15028); 3 feb., cerca de la casa de H. F. Allard 
(15029), 4 feb., semillas compradas en el mercado de Ciudad Trujillo (15030, 


320 Moscosoa 5, 1989 


15031); jun. o jul. 1945, Piedra Blanca, recolectada por H. F. Allard (15032). 
1947 


11 sep., cerca de la casa de H. F. Allard, Ciudad Trujillo (1568815695); 
[sin fecha] mayo, Piedra Blanca, recolectada por H. F. Allard (15696); 12 
sep., 1—1.5 milla al Norte de la Ciudad Trujillo, en las orillas del Rio Ozama 
(15697-15705); 13 sep., recolectada por H. F. Allard (15706—15708); 
13 sep., cerca de la casa de H. F. Allard (15709—15720); 16 sep., Piedra 
Blanca y cerca de la plantación de caucho (15721—15729); 16 sep., cerca del 
Río Maimón, Piedra Blanca (15730, 15731); 20 sep., Ciudad Trujillo (15732, 
15733); 21 sep., la playa de Haina (15734, 15735); 25 sep., cerca de la casa 
de H. F. Allard (15736—15743); 26 sep., cerca del aeropuerto de Ciudad 
Trujillo (15744-15749); 26 sep., al oeste de Ciudad Trujillo (15750— 
15753); 28 sep., Ciudad Trujillo (15754); 28 sep.,. Country Club, Ciudad 
Trujillo (15755, 15756); 28 sep., como 15754 (15757); 28 sep., como 
15755 (15758-—15760); 30 sep., Piedra Blanca (15761); 30 sep., el puente 
sobre Río Maimón, Piedra Blanca (15762—15765); 30 sep., cerca de Piedra 
Blanca (15766—15787); 30 sep., Km. 37 de Carretera Duarte (15788); 
2 oct, cerca de la casa de H. F. Allard (15789); 2 oct., de 2 0 3 millas al 
Norte de Ciudad Trujillo, en las orillas del Río Ozama (15790—15832); 
5 oct., Ciudad Trujillo (15833); 5 oct., cerca de la casa de H. F. Allard 
(15834—15841); 5 oct., en un arroyo, Sabana de Rosa, Km. 28 de Carretera 
Duarte (15842—15848); 5 oct., Sabana de Rosa (15849, 15850); 5 oct., 
como 15842 (15851); 5 oct., como 15849 (15852); 5 oct., como 15842 
(15853, 15854); 5 oct., como 15849 (15855); 5 oct., como 15842 (15856— 
15896); 6 oct., cerca de la embajada de los EE. UU. A. en Ciudad Trujillo 
(15897—15904); 7 oct., cerca de la casa de H. F. Allard (15905); 7 oct., 
de 2 0 3 millas al Norte de Ciudad Trujillo, en las orillas y los pantanos del 
Río Ozama (15906—15934); 11 oct., Sabana de la Rosa, Km. 28 de Carre- 
tera Duarte (15935—15953); 11 oct., entre Sabana de la Rosa y el Rio Haina 
(15954—16041); 12 oct., cerca de Colonia Ramfis, elev. 1,800 pies (16042); 
12 oct., Colonia Ramfis (16043—16050); 13 oct., Ciudad Trujillo (16051); 
14 oct., en las orillas del Río Maimón, Piedra Blanca (16052, 16053); 14 
oct., cerca de Piedra Blanca (16054—16065); 14 oct., en el pinar, cerca de 
Piedra Blanca, elev. 1,000 pies (16066—16071); 14 oct., la loma del pinar, 
Piedra Blanca (16072—16093); 14 oct., en las orillas del Río Maimón, Piedra 
Blanca (16094, 16095); 14 oct., cerca de Villa Altagracia (16096); 14 oct., 
Los Alcarizos [Los Alcarrizos, al Norte de Ciudad Trujillo en Carretera 
Duarte] (16097—16101); 17 oct., al Oeste de la Ciudad Trujillo, cerca de las 


Moscosoa 5, 1989 321 


cuevas (16102—16169); [sin fecha], sin lugar, numero no usado (16170); 
[sin fecha], semillas de 16097 (de 14 oct.) de Los Alcarrizos (16171); [sin 
fecha], sin lugar (16172); 17 oct., semillas, Ciudad Trujillo (16173, 16174); 
[sin fecha] oct., semillas, Ciudad Trujillo (16175, 16176); [sin fecha] oct., 
semillas, Ciudad Trujillo (16177); 18 oct., Ciudad Trujillo (16178—16204); 
19 oct., cerca de las cuevas grandes, al Oeste de Ciudad Trujillo (16205— 
16227); 19 oct., la playa de Haina (16228—16250); 20 oct., cerca de la Co- 
lonia Ramfis, elev. 1,600 pies (16251—16275); 20 oct., cerca de la Colo- 
nia Ramfis, elev. 1,200 pies (16276—16279); 20 oct., como 16251 (16280— 
16343); 21 oct., en el patio de la embajada de los EE. UU. A., Ciudad Tru- 
jillo (16344); 22 oct., cerca de la casa de H. F. Allard y al Oeste de Ciudad 
Trujillo (16345—16383); 29 oct., entre Constanza y Jarabacoa, elev. 3,500 
pies (16384—16411); 29 oct., en La Cumbre, entre Constanza y Jarabacoa, 
elev. 4,000 pies (16412, 16413); 29 oct., cerca de Constanza, elev. 3,400 
pies (16414); 29 oct., en Constanza (16415); 29 oct., en el valle de Cons- 
tanza, elev. 3,400—3,500 pies (16416, 16417); 29 oct., como 16412 (16418 
—16430); 29 oct., como 16416 (16431—16437); 28 oct., en el camino de 
Valle Nuevo a Constanza, elev. 4,000 pies (16438—16443); 28 oct., en un 
pinar, en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,000—4,200 pies 
(16444—16498); 28 oct., 2n el valle de Constanza (16499); 28 oct., como 
16444 (16500); 28 oct., en el valle de Constanza, elev. 3,400 pies, cerca del 
hotel (16501); 28 oct., en el valle de Constanza, elev. 3,500 pies (16502); 
27 oct., en el camino de Jarabacoa a Constanza cerca de La Cumbre (16503); 
29 oct., en el camino de Constanza a Jarabacoa, en La Cumbre, elev. 4,000 
pies (16504—16520); 28 oct., en el pinar, en el camino de Constanza a Jara- 
bacoa, elev. 4,100—4,200 pies (16521—16555); 28 oct., en el camino de 
Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,550 pies (16556—16600); 31 oct., Ciudad 
Trujillo (16601); 27 oct., Ciudad Trujillo (16602); 1 nov., al Oeste de Ciu- 
dad Trujillo (16603—16604—A); 2 nov., Ciudad Trujillo (16605—16610); 
de Ciudad Trujillo (16611—16618); 4 nov., al Oeste de Ciudad Trujillo 
(16619—16624); 5 nov., cerca de Piedra Blanca (16625, 16626); 5 nov. en 
las orillas del Rio Maimón, Piedra Blanca (16627—16636); 5 nov., Los 
Alcarrizos (16637—16646); 5 nov., en las orillas del Rio Maimon, Piedra 
Blanca (16647—16722); 5 nov., cerca de Piedra Blanca (16723—16727); 7 
nov., en Avenida Bolivar, Ciudad Trujillo (16728); 8 nov., al Oeste de Ciu- 
dad Trujillo (16729—16743); 8 nov., Ciudad Trujillo (16744); 8 nov., Colo- 
nia Ramfis, elev. 2,200 pies (16745—16769); 9 nov., al Oeste de Ciudad 
Trujillo (16770-16786); 10 nov., como 16770 (16787—16809); 11 nov., 
como 16770 (16810—16818); 12 nov., cerca de la plantación de caucho, 
Piedra Blanca (16819—16826); 12 nov., en las orillas del Río Maimón, 


322 Moscosoa 5, 1989 


Piedra Blanca (16827, 16828); 12 nov., como 16819 (16829—16877); 8 
nov., la Colonia Ramfis (16878—16884); 12 nov., como 16819 (16885— 
16999); 12 nov., en y cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca 
(17000—17005); 14 nov., al Oeste de Ciudad Trujillo (17006—17008); 
14 nov., en el aeropuerto, Ciudad Trujillo (17009); 14 nov., como 17006 
(17010); 15 nov., como 17006 (17011-17015); 15 nov., Ciudad Trujillo 
(17016); 16 nov., Ciudad Trujillo (17017); 18 nov., Ciudad Trujillo (17018); 
19 nov., en el valle del Rio Nizao, Valdesia (17019—17054); 20 nov., 
Ciudad Trujillo (17055, 17056); 21 nov., puente cerca de Piedra Blanca 
(17057); 21 nov., en y cerca de la plantacion de caucho, Piedra Blanca 
(17058-17175); 24 nov., Ciudad Trujillo y al Oeste de la ciudad (17176— 
17182); 26 nov., cerca de La Represa, Rio Mana (17183—17302); 28 nov., 
Avenida Independencia, Ciudad Trujillo (17303); 30 nov., en el valle del Rio 
Nizao, Valdesia (17304—17377); 4 dic., en el camino y las laderas de la subi- 
da de Constanza a Valle Nuevo, elev. 5,000—5,200 pies (17378-17447); 
4 dic., cerca de Constanza, camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,000 
pies (17448-17457); 4 dic., como 17448, pero elev 3,800 pies (17458— 
17460); 3 dic., en el camino de Constanza a Valle Nuevo, elev. 4,500—5,000 
pies (17461); 5 dic., una colina cerca de Constanza, elev. 3,600—3,700 pies 
(17462); 4 dic., en el pinar, camino de Constanza a Valle Nuevo, elev, 5,000 
—5,200 pies (17463—17550); 4 dic., en el camino de Constanza a Valle 
Nuevo, elev. 3,600 pies (17551, 17551—A); 4 dic., como 17463 (17552— 
17623); 5 dic., cerca de Jarabacoa (17624—17626); 4 dic., como 17463 
(17627-17643); 4 dic., en el pinar y bosque latifoliado, en el camino de 
Constanza a Valle Nuevo, elev. 5,000—5,2000 pies (17644—17649); 5 dic., 
cerca de Jarabacoa, elev. 1,600 pies (17650); 4 dic., en el pinar, cerca de 
Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17651—17671); 4 dic., en el bosque nublado, 
cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17672—17685); 4 dic., en el pinar, 
cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17686—17699); 4 dic., en el bosque 
nublado y pinar cerca de Valle Nuevo, elev. 5,200 pies (17700—17713); 4 
dic., como 17686 (17714—17755); 4 dic., como 17700 (17756—17766); 
5 dic., Piedra Blanca (17767, 17768); 5 dic., cerca de Jarabacoa (17769); 
4 dic., como 17700 (17770); 10 dic., cerca de la plantacion de caucho, Pie- 
dra Blanca (17771—17884); 13 dic., Ciudad Trujillo (17885); 14 dic., al 
Oeste de Ciudad Trujillo (17886—17944); 17 dic., cerca del puente, Piedra 
Blanca (17945—17948); 17 dic., cerca de la plantacion de caucho, Piedra 
Blanca (17949—18036); 19 dic., al Oeste de Ciudad Trujillo (18037); 21 
dic., al Oeste de Ciudad Trujillo (18038—18077); 23 dic., el puente, Rio 
Maimón, Piedra Blanca (18078, 18079); 23 dic., cerca de la plantación de 
caucho y al Oeste de Piedra Blanca (18080—18177); 24 dic., en el patio 


Moscosoa 5, 1989 323 


de la casa de H. F. Allard (18178); 23 dic., cerca de Piedra Blanca (18179, 
18180); 28 dic., en y al Oeste de la Ciudad Trujillo (18181—18184); 31 dic., 
Loma Campana (18185) 1 ene., como 18185 (18186); 1 ene., en el valle 
de Rio Las Platanas, base de Loma Campana [ahora llamada “El Alto de la 
Paloma” en los mapas topograficos] (18187—18192); 31 dic. 1947, como 
18185 (18193, 18194); 31 dic. 1947, en la cima de Loma Campana, bosque 
nublado, elev. 3,400 pies (18195—18225); 31 dic. 1947, en las laderas de 
Loma Campana (18226—18258); 30 dic. 1947, cerca del Rio Maimon, 
Piedra Blanca (18259); 30 dic. 1947, las laderas de Loma Campana, elev. 
2,500 pies (18260); 1 ene., en el valle del Rio Platanas, en la base de Loma 
Campana (18261—18300); 2 ene., Piedra Blanca (18301); 2 ene., cerca de la 
plantacion de caucho, Piedra Blanca (18302, 18303); 2 ene., cerca del Rio 
Maimón, Piedra Blanca (18304); 1 ene., la ladera de Loma Campana (18305— 
18332); 2 ene., en el valle del Rio Platanas, en la base de Loma Campana 
(18333—18459); 1 ene., en la cima de Loma Campana (18460—18560); 1 
ene., en la Loma Campana, bosque latifoliado y húmedo, elev. 3,400 pies 
(18561—18792); 3 ene., como 18561 (18793—18804); 3 ene., cerca de la 
plantación de caucho, Piedra Blanca, elev. 500—600 pies (18805—18841); 
1 ene., como 18561 (18842); 7 ene., en el patio de la casa de H. F. Allard 
(18843); 9 ene., en el pinar al Norte de Piedra Blanca, elev. 800 pies 
(18844—18856); 9 ene., como 18844 (18857—18927); 11 ene., al Oeste 
de Ciudad Trujillo (18928—18937); 12 ene., como 18928 (18938—18940); 
15 ene., como 18928 (18941); 17 ene., en la playa de Haina (18942—18946A); 
19 ene., en y cerca de la plantación de caucho, Piedra Blanca (18947— 
19004); 21 ene., como 18928 (19005—19017); 25 ene., en Ciudad Trujillo 
(19018); 27 ene., en Villa Altagracia (19019, 19020). 


Moscosoa 5, 1989, pp. 324-339 
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U.S.A.) Bibliography of West Indian mosses. Moscosoa 5: 324-339. 1989. A bibliogra- 
phy of references on West Indian mosses has been compiled. 287 citations are presented. 


Una bibliografia sobre los muscos (Bryophyta) de las Antillas Occidentales con 287 
titulos. Es publicada antes de la flora briofitica ya en preparacion por el autor y William 
C. Steere. 


Mosses have been documented from the West Indies from as early as the 
late 17th century. However, most work on the group has only been floristic 
listings or the inclusion of West Indian species in more wide-ranging mon- 
ographs. Many species have not been analyzed since their original descrip- 
tion. Indeed, the vast majority of the following references are either descrip- 
tions of new species, floristic lists or monographs that happen to cover a 
few West Indian species. For this reason, a monographic flora of the West 
Indian mosses was proposed and is underway. All species that have been 
described from the West Indies, as well as many from the northern Andes 
—the area with the closest affinities to the Antillean moss flora— are being 
critically studied, described and illustrated. As a preparation to the initiation 
of this flora, the following bibliography was compiled so that literature 
records could be checked. Because of increases interest in the West Indies 
it seemed appropriate to share the following bibliography. 


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BIBLIOGRAFIA DE LA FLORA Y DE LA VEGETACION 
DE LA ISLA ESPANOLA. III. ADICIONES 


Thomas A. Zanoni 


Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- 
pública Dominicana). Bibliografía de la flora y de la vegetación de la Isla Española. III. 
Adiciones. Moscosoa 5: 340-348. 1989. 


Se publicó la “bibliografía de la flora y de la vegetación de la Isla Española 
“en los Volúmenes 3 y 4 de la revista Moscosoa. Este artículo incluye varios 
títulos nuevos y otros no incluidos en las otras dos partes de esta serie 

Bibliography of the flora and the vegetation of Haiti and the Dominican 
Republic (island Hispaniola in the Caribbean Sea), addiciones. 


Bibliografía 


Anon. 1986. Plan de manejo y conservación: Parque Nacional de Jaragua. 
Dirección Nacional de Parques, Subsecretaría de Recursos Naturales 
de la Secretaria de Estado de Agricultura, & Servicio Alemán de Coope- 
ración Social-Técnica (DED). Santo Domingo, República Dominicana. 
167 pp. 

Una descripción del ambiente, la vegetación, la fauna, la arqueología, 
y los efectos humanos dentro del nuevo parque nacional, en la provin- 
cia de Pedernales, República Dominicana. Incluyendo las listas de las 
plantas y los animales encontrados o reportados. 

Academia de Ciencias de la Republica Dominicana (ed) [1985]. Memoria de 
la segunda jornada Científica Medio Ambiente y Recursos Naturales 
en homenaje al Profesor Ricardo Ramírez Núñez, 5 al 7 de Septiembre, 
1984, Santo Domingo-Santiago. Editorial CENAPEC. Santo Domingo, 
República Dominicana. 290 pp. 

Almodóvar, L. R. & I. Bonnelly de Calvent, 1978. Notas sobre las algas ma- 
rinas bentónicas macroscópicas de la República Dominicana. Ciencia 
(Univ. Autónoma Santo Domingo) 5(1): 3-22. 

Un catálogo de las algas marinas, con citas de ios ejemplares estudiados. 
Basado en el trabajo del primer autor, ejemplares en varios herbarios 
y la literatura’ 

Alvarez, V. 1985. Bibliografía sobre los manglares de la República Domini- 
cana, Parte 1. Contrb. Centro Invest. Biol. Marina Univ. Autónoma 
Santo Domingo 68: 1, 1-16. 


' 
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] 


Moscosoa 5, 1989 341 


Una bibliografía anotada sobre el tema de los bosques de mangles 
(manglares). 

—. .1985. La flora de la Laguna de Oviedo, pp. 196—208 en Academia de 
Ciencias de la República Dominicana (ed.). 

Un estudio de los manglares y las plantas dentro la laguna de agua sa- 
lada en el suroeste de la República Dominicana. 

Alvarez, V. & M. García. 1986. La Bahía de San Lorenzo, su flora y su fauna, 
primera parte. Contrib. Centro Invest. Biol. Mar. (CIBIMA) 76: 1—16, 
Tab. 1 y 2, Fig. 1-6. 

Los resultados de un estudio sobre los manglares y la vegetación 
sumergida de la Bahía de San Lorenzo, Prov. El Seibo, República Do- 
minicana. Se incluyen listas de las algas macroscópicas, las plantas ma- 
rinas, los moluscos, los crustáceos, los equinodermos, los peces y unos 
dibujos de la vegetación. 

Ballista, A. 1982. La flora terrestre del litoral sur de la ciudad de Santo Do- 
mingo. Ciencia (Univ. Autonoma Santo Domingo) 6(1—4): 69—77. 

Descripciones de las estaciones muestreadas en la costa, frente a la 
ciudad, República Dominicana, con una lista de especies encontradas. 

Betancourt, C., J. Cruz, J. García, & L. Galarza. 1986. Estudio preliminar 
de los hifomicetos acuáticos (Deuteromicotina) de la República Domi- 
nicana. Carib. J. Sci. 22: 49-51. 

Bonnelly de Calventi, I., D. Terrero, N. Núñez , & M. Vásquez Tineo. 1985. 
Principios bioactivos de la flora de la República Dominicana, pp. 175, 
176 en Academia de Ciencias de la República Dominicana (ed.). 

Un resumen de su charla sobre el proyecto del Centro de Investigacio- 
nes de Biología Marina de Santo Domingo; se indica una revisión de la 
literatura fue hecha y se inicia el estudio químico de las plantas. No 
detalles. 

Caminero, G., & J. Czerwenka. 1985. Contribuciones al estudio del “bosque 
seco” en la región suroeste de la República Dominicana, p. 209 en 
Academia de Ciencias de la República Dominicana (ed.). 

Un resumen de su charla presentada en la conferencia. 

Davis, E. W. 1983. Preparation of the Haitian Zombi poison. Bot. Mus. Leafl. 
29: 139-150. 

Sobre la preparación y el contenido del veneno de los Zombi de Haití. 

Dod, A. S. de. 1986. Las aves del Jardín Botánico Nacional. 1. Moscosoa 
4: 266-271. 

Una breve introducción a las aves del Jardín Botánico de la República 
Dominicana. Se incluye una lista de aves y los ambientes preferidos 
dentro del terreno de la institución. 


342 Moscosoa 5, 1989 


Dod, D. D. 1985. Robando orquideas a Las Abejas. Bol. Soc. Dominicana 
Orquid. 2(5): 4-10. 

Recuerdos del autor sobre sus visitas a Las Abejas en la Sierra de 
Bahoruco, Republica Dominicana, en busca de las orquideas nativas. 

——_ . 1986. Afidos y tripidos polinizan orquídeas en las Pleurothalli- 
dinae (Orchidaceae). Moscosoa 4: 200-202. 

—__. . 1986. Colores fantásticos en las orquídeas dominicanas. Bol. Soc. 
Dominicana Orquid. 3(1): 31-37 y portada trasera. 

Se trata la gama de los colores de las orquídeas (Orchidaceae) nativas 
con tres páginas de nueve fotografías a colores. 

—__—. . 1986. Loma de Diego Ocampo: rinde más orquídeas que lo esperado. 

Bol. Soc. Dominicana Orquid. 2(6): 4—9. 

Recuento sobre la exploración para orquídeas en Loma Diego Ocam- 
po, Prov. Santiago, República Dominicana. 
. 1986. Oeceoclades maculata (Orchidaceae), 1975-1985, en una mar- 

cha inexorable cruza la isla Española. Moscosoa 4: 203—203. 

. 1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas a la ciencia, endémicas en la 

Española. Moscosoa 4: 133-187 

Se describen especies nuevas en Lepanthopsis, Stelis, Malaxis, Crani- 
chis, y Goodyera (Orchidaceae). 

——— 1986. Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. 
VI. Moscosoa 4: 188—189, 

Se incluyen los cambios de nombres de Barbosella y Encyclia. 

Dorr, L. J. 1986. A new combination in Chimaphila (Ericaceae). Sida 11: 
370. 

El nombre de Chimaphila domingensis (Ericaceae: Pyroloideae) debe 
ser C. umbellata subsp. domingensis. 

García, R. G. & J. Pimentel B. 1986. Florula de la Reserva Científica “Dr. 
Orlando Cruz Franco”, Provincia Monte Cristi, República Dominicana. 
Moscosoa 4: 206-214. 

Geilfus, F. 1986. Agricultores marginales y manejo de los recursos naturales 
en República Dominicana. Medio Ambiente Caribeño (ENDA—Caribe, 
República Dominicana) 2:105—122. 

Se trata la agricultura marginal de los terrenos montañosos mayor- 
mente no aptos para bosques. Con el aumento de la población, au- 
menta la presión sobre estos terrenos con más tiempo en cultivo y 
menos tiempo baldío, resultando en la fertilidad reducida del suelo 
y la erosión. El autor analizó los orígenes del sistema de agricultura 
marginal y define los procesos socio-económicos y ecológicos. Se 
incluye un mapa pequeño del uso de la tierra del país. 


Moscosoa 5, 1989 343 


Gil Brisaboa, P. & R. Fajardo King. 1986. La repoblación forestal en Repú- 
blica Dominicana, especies recomendadas. Instituto Interamericano 
de Cooperación para la Agricultura Publ. Misc. Al/DO—86—002: v, 
1-43. 

Treintiseis especies arbóreas recomendadas para reforestación, con las 
posibles zonas de adaptación, suelos, requerimientos ambientales, 
reproducción, morfología y comportamiento, características de las 
semillas, las plagas y enfermedades, notas y los usos. Mayormente 
especies no nativas del país. 

Gómez, J. D., M. Vargas, & E. A. Malek, 1986. Moluscos de agua dulce de 
República Dominicana. Publ. Univ. Autónoma Santo Domingo 535 
(Col. Ambiente & Sociedad 2): 1—135. 

Los caracoles (Gastropoda), descripciones, dibujos, y distribución 
en el agua dulce de la República Dominicana, “Condiciones eco- 
lógicas y relaciones de Biomphalaria glabrata con otros moluscos 
y vegetales en República Dominicana” (pp. 31-46) incluye la des- 
cripción de la vegetación en las orillas de los ríos y lagunas estudios 
(de sitios específicos) con dibujos de la vegetación. 

González, G. 1986. La deforestación en la República Dominicana, pp. 1— 

45 en G. González. La deforestación en la República Dominicana y 
La niñez desvalida en República Dominicana. Colección Orfeo, Bi- 
blioteca Nacional. Santo Domingo, República Dominicana. 86 pp. 
Una recopilación de los artículos publicados por el autor en el pe- 
riódico Listín Diario (1985) y en El Sol (1986). Se citan datos sobre 
la deforestación dentro del país y se publican varias recomendacio- 
nes sobre el problema. 

Incháustegui, S., W. Gutiérrez, V. Rivas, V. Alvarez, N. Núñez de Ricart, 
& I. Bonnelly de Calventi. 1978. Notas sobre la ecología del Lago En- 
riquillo, República Dominicana en 1977, pp. 305—347 en 1. Bonnelly 
de Calventi (ed.), Conservación y ecodesarrollo. Publ. Univ. Autónoma 
Santo Domingo, Col. Ci. & Tecn. 8. 

Se reporta sobre la flora y la fauna de las Islas Cabritos, Islita, y 
Barbarita en el Lago Enriquillo, en la parte occidental de la República 
Dominicana, y los manantiales La Azufrada y Los Borbollones de la 
tierra firme. Se describen la flora y fauna acuática del lago, el bosque 
de tierra firma y las islas. Se incluyen listas de especies de la planta, y 
las aves. : 

Judd, W. S. 1986. First report of Micropholis polita (Sapotaceae) and 
Hamelia ventricosa (Rubiaceae) from Hispaniola. Moscosoa 4: 222— 
225. 


344 Moscosoa 5, 1989 


Se describe Micropholis polita subsp. hotteana y se reporta Hamelia 
ventricosa para Haiti. 

—— . 1986. A new species of Wallenia (Myrsinaceae) from Haiti. Sida 11: 
e eae E 

Se describe Wallenia formonensis de Haití. 

_——_ 1987. Floristic study of Morne La Visite and Pic Macaya National 
Parks, Haití. Bull. Florida St. Mus. Biol. Sci. 32(1): 1-136. 

Se presenta un estudio florístico y de vegetación de los dos parques 
nacionales de Haití. El estudio documenta la riqueza y el alto nivel 
de endémicas. El botánico Erik L. Ekman recolectó en aquellas zonas 
en el principio del siglo y fue posible de recolectar muestras de las mis- 
mas especies. 

Judd, W. S. & R. W. Sanders. 1986. A new Duranta (Verbenaceae) from 
Hispaniola. Moscosoa 4: 217-221. 

Se describe Duranta arida subsp. serpentina de la República Domini- 
cana. 

Liogier, A. H. 1985. La flora de la Española: sus principales características, 
pp. 184-195 en Academia de Ciericias de la República Dominicana 
(ed.). 

Un resumen de los datos sobre la composición de la flora por familias; 
endemismo (36% o 1,800 especies); revista de los estudios florísticos 
y de los herbarios de importancia en el estudio de la flora. 

Liogier, A. H. 1985. Novitates antillanae. XI. Phytologia 58: 325—328. 

Se reportó Acacia dealbata como arbusto naturalizado en Haití; las 

especies nuevas en Calyptranthes y Myrcia; los cambios de nombres 

Schefflera (Didymopanax ) y Mastichodendron (Siderox ylon). 

. 1986. La flora de la Española IV. Univ. Centr. Este (San Pedro de Ma- 
corís, República Dominicana) Ser. Ci. 24:1—377. 

Lowden, R. 1985. Investigaciones científicas en el área botánica de la Uni- 
versidad Católica Madre y Maestra, pp. 210-213 en Academia de 
Ciencias de la República Dominicana (ed.) 1985. 

Un resumen de los trabajos en las plantas acuáticas y la bibliografía 
del autor. 

Lozano, C., L. Ventura, & M. Vásquez-Tineo. 1985. Investigación fitoquí- 
mica preliminar en plantas medicinales de la República Dominicana, 
pp. 177, 178 en Academia de Ciencias de la República Dominicana 
(ed.). 

Una lista de las plantas bajo estudio en el Centro de Investitaciones de 
Biología Marina (CIBIMA) de la Universidad Autónoma de Santo Do- 
mingo. No otro detalle. 


Moscosoa 5, 1989 345 


Manon Rossi, W. 1983. La medicina folklorica en la Republica Dominicana. 
Publ. Univ. CETEC (Santo Domingo, Republica Dominicana) Ser., Ci. 
2:93. 

El concepto de medicina folklórica o auto-administrada, la historia del 
uso de plantas medicinales desde el tiempo de los indios Tainos, me- 
dicina mágica, plantas medicinales en el país. Mayor parte del texto es 
un recuento de las observaciones del autor sobre las plantas y sus usos 
medicinales dentro la República Dominicana especie por especie. Los 
nombres técnicos a veces no corresponden a los nombres comunes, 
aparentemente fueron tomados de libros europeos. 


Marie-Victorin, (Frére). 1943. Les hautes pinedes d'Haiti. Naturaliste Canad. 
70 (ser. 3, 14): 245-258. 

Frére Marie-Victorin visitó Haití por una semana en 1942 para recolec- 
tar muestras del herbario (y perdió sus notas en su vuelo a Puerto Ri- 
co). Visitó la Morne des Commissaires del Massif de la Selle en la parte 
sudoriental. Describió la vegetación general de los pinares entre 1500— 
200 m. de elevación. 

Marion H., L. 1985. Los huracanes y las orquídeas. Bol. Soc. Dominicana 
Orquid. 2(5): 11-18. 

Sobre los efectos físicos y químicos de los huracanes y las orquídeas. 

Marranzini, D. 1985. Crónica de sociales. Bol. Soc. Dominicana Orquid. 
2(5); 42, 43. 

Incluye un reporte de la excursión de la sociedad a la región del Este 
de la República Dominicana. Se incluye una lista pequeña de las or- 
quídeas encontradas en el sitio al norte de Hato Mayor del Rey. 

Martínez, E. 1985. El estudio de la vida silvestre, pp. 56—67 en Academia de 
Ciencias de la República Dominicana (ed.). 

Un bosquejo sobre las plantas y animales amenazados de extinción y 
su selección para estudiarlos 

Maxon, W. R. 1924. Two new ferns from the Dominican Republic. Amer. 
Fern. J. 14: 74—76. 

Se describen las dos especies de helechos, Elaphoglossum hispanioli- 
cum Maxon y Diplazium alsophilum Maxon de la República Domini- 
cana. 

Montero, M. I. Bonnelly de Calventi, & L. R. Almodóvar. 1982. Las algas 
marinas de la laguna de Boca Chica, Bahía de Andrés, D.N. Ciencia 
(Univ. Autónoma de Santo Domingo) 6(1—4): 29-53. 

Descripciones de las estaciones estudiadas en Andrés, República Do- 
minicana y sus algas macroscópicas, con catálogo de las especies en- 
contradas. 


Moscosoa 5, 1989 


Nash, G. V. 1908. A tragedy of the forest. Torreya 8: 255—259. Acerca de 
la estrangulación de los árboles por Clusia (Clusiaceae). El citó y pu- 
blicó unas fotografías de Clusia rosea como la encontró cerca de Cap 
Haitien, Haití. 

Read, R. W., T. A. Zanoni, & M. Mejía. 1987. Reinhardtia paiewonskiana 
(Palmae), a new species for the West Indies. Brittonia 39: 20—25. 

Se describe una nueva especie Reinhardtia paiewonskiana (Arecaceae) 
de la República Dominicana. Este constituye el primer reporte del 
género en el Caribe. 

Robineau, L. 1986. Encuesta sobre medicina tradicional popular en una 
zona rural y en una zona urbana marginal de la República Dominica- 
na. Moscosoa 4: 226-265. 

Un estudio del uso de plantas medicinales como primer recurso de 
tratar enfermedades. Se incluye un análisis de los usos, las frecuencias 
del uso, y las plantas y sus partes utilizadas. 

Schott, L. 1985. Curiosos hábitos de crecimiento de ciertos Oncidiums equi- 
tantes. Bol. Soc. Dominicana Orquid. 2(5): 19-22. 

Sobre el hábito de crecimiento de Oncidium tuerckheimii, O. variega- 
tum, O. desertorum, O. haitiense, O. calochilum, Epidendrum anceps, 
E. nocturnum, y E. wrightii (Orchidaceae), nativa a la Española. 

Skean, J. D. Jr. & W. S. Judd. 1986. A new Mecranium (Melastomataceae) 
from Hispaniola. Brittonia 38: 230—237. 

Se describe Mecranium revolutum de Haiti. 

Veloz Maggiolo, M. 1980. Sobre ajíes y batatas, pp. 131-143 en M. Veloz 
Maggiolo, Vida y cultura en la prehistoria de Santo Domingo. Univ. 
Centr. Este [San Pedro de Macorís, República Dominicana] Ser. Ci. 
10: 1— fo. 

Mas sobre la identidad de este vegetal de los indios Tainos. El autor 
considera que el aje es Ipomoea batatas (Convolvulaceae). 

Weninger, B., M. Rouzier, R. Dagulh, J. Foucaud, L. Robineau, & R. Anton. 
1986. La medicine populaire dans le Plateau Central d’Haiti. 1. Etude 
du systeme therapeutique tradicionnel dans un cadre socio-culturel 
rural. J. Ethnopharm. 17: 1-11. 

Los campesinos de Thormonde, Haiti, utilizan las plantas como me- 
dicina en una escala larga, frecuentemente como el primer recurso 
como remedio. Se reporta la frecuencia de tratamiento contra 38 en- 
fermedades. 

Weniger, B., M. Rouzier, R. Daguilh, D. Henrys, & R. Anton. 1986. La me- 
dicine populaire dans le Plateau Central d'Haiti. 2. Inventaire ethno- 
pharmacologique. J. Ethnopharm. 17: 13—30. 


Moscosoa 5, 1989 347 


Una lista de 161 plantas locales utilizadas para tratar 38 enfermedades 
comunes. Los nombres comunes y técnicos de las plantas, sus usos 
medicinales, la parte de planta utilizada, y la dosificacion. 

Werge, R. W. 1974. La agricultura de “tumba y quema” en la República 

Dominicana. Eme Eme (Santiago, República Dominicana) 3(13); 47— 
56. 
Descripción de la forma de agricultura más utilizada en el país, y las 
consecuencias a las plantas cultivadas y el ambiente. El autor conclu- 
yó que el sistema constituye una actividad marginal y que debe ser 
ajustado para mejorar los ingresos. 
Whetstone, R. D. & T. A. Atkinson. 1986. Bumelia dominicana (Sapotaceae), 
a new name for an old sapote. Sida 11: 396. 
El nombre correcto para Bumelia (Dipholis) ferruginea es Bumelia 
dominicana (Sapotaceae). 

Zanoni, T. A. 1986. Bibliografía botánica del Caribe. I. Moscosoa 4:49—53. 

. 1986. Bibligrafía -de la flora y de la vegetación de la isla Española. II. 

Adiciones. Moscosoa 4: 39-48. 
—__ . 1986. Las expediciones botánicas de William L. Abbott y Emery C. 
Leonard a la isla de la Española. Moscosoa 4: 6— 38. 
—_—. . 1986. Flower show in honor of Luis Ariza Julia. J. Bromel. Soc. 36: 
250. 
Una noticia sobre el homenaje a Luis Ariza Julia por el Voluntariado 
del Jardin Botánico Nacional, Santo Domingo, República Dominicana. 
Ariza Julia recolectó muchas Bromeliaceae nativas del país, con fo- 
tografías. 

—__— . 1986. Regiones geográficas de la isla de la Española. Moscosoa 4:1—5. 
Se expone el sistema de las regiones geográficas de Haití y la Repúbli- 
ca Dominicana para el uso en la revista ““Moscosoa” y en la “Flora 
Vascular de la Isla Española”. 


Zanoni, T. A. & M. M. Mejía P. 1986. Notas sobre la flora de la isla Española. 
II. Moscosoa 4: 105—132. 
Se presentan notas sobre varias especies de Juniperus, Allamanda, 
Stapelia, Pseudogynoxys, Tithonia, Parmentiera, Rhipsalis, Casuarina, 
Cucumis, Cnidosculus, Fuertesia, Azadirachta, Cassipourea, Coccolo- 
ba, Morinda, Russelia, Clerodendrum, y Verbena. Se describen Amyris 
metopioides y Maytenus ocoensis nuevas para la ciencia. 
Zanoni, T. A., M. M. Mejia, & R. W. Read. 1986. Notas sobre la flora de la 
isla Espanola. I. Bromeliaceae. Moscosoa 4: 54—104. 
Se publican informaciones nuevas sobre el habito, la coloracion, el 
ambiente, la distribucion geografica, y la sinonimia de las especies na- 


348 Moscosoa 5, 1989 


tivas de las Bromeliaceae (sin incluir Pitcairnia). 
Zanoni, T. A. & R. W. Read 1986. Hybrid in Chrysalidocarpus. Principe 
30:35 3% 
Se reportó un híbrido natural entre las palmeras en cultivo de Chrysa- 
lidocarpus lutescens y C. madagascarensis var. lucubensis, en un patio 
en la República Dominicana. 
Zimmermann, T. 1986. Agroforestry— a last hope for conservation in Haiti? 
Agroforestry Syst. 4: 253-268. 
El autor trabajo en Haití desde el 1983 como asistente técnico en 
proyectos de agroforesta con grupos pequeños de campesinos. Los 
propósitos son: parar la erosión en las lomas, buscar métodos nuevos 
para evitar pérdida y degradación de la tierra agrícola, usar el agua 
lluvia mejor, y promover la autosuficiencia basada en las cosechas 
básicas. Se incluye una lista de árboles útiles en la reforestación en 
Haití. 


Nota 


Hemos descubierto que no existe el título siguiente: 
Penzig, O. 1932. La caoba dominicana. Instituto Botánico e Laboratorio 
Crittogame. Pavia, Italia. 314 pp. 
Este título tomado del “Anuario bibliográfico dominicano” (Biblioteca 
Nacional, Santo Domingo, República Dominicana. 1984, p. 39), proviene de 
la portada de un tomo con título mal escrito. 


Moscosoa 5, 1989, pp. 349-374 
BIBLIOGRAFIA BOTANICA DEL CARIBE. II. 
Thomas A. Zanoni 


Zanoni, Thomas A. (Jardin Botanico Nacional, Apartado 21—9, Santo Domingo, Re- 
publica Dominicana). Bibliotrafia botanica del Caribe. 2. Moscosoa 5: 349-374. 1989. 
Una bibliografía anotada sobre la literatura botánica publicada en los años desde 1984. 
Se incluyen los temas de la botánica general y la ecología de las plantas de las islas del 
Caribe. 

Bibliography of the flora and the vegetation of the Caribbean islands, with annota- 
tions. 


Este es el segundo artículo de la bibliografía botánica sobre las plantas del 
Caribe. Esta serie comprende la botánica general incluyendo la ecología ve- 
getal. 

La bibliografía trata los títulos de artículos, folletos, y libros publicados 
desde el 1 de enero de 1984. Solicitamos que los autores y los editores 
envíen separadas de las publicaciones para incluir las obras en las próximas 
ediciones de “Bibliografía Botánica del Caribe”. Se puede enviar la corres- 
pondencia al editor de la revista Moscosoa: Dr. T. Zanoni, Jardín Botánico 
Nacional, Apartado 21—9. Santo Domingo, República Dominicana. Agrade- 
cemos a quienes han cooperado en la primera y segunda edición de esta 
bibligrafía. 

Los títulos especificamente acerca de la República Dominicana y Haití se 
encuentran en la serie “Bibliografía de la flora y de la vegetación de la Isla 
Española” publicada en la revista Moscosoa, que forma una bibliografía pa- 
ralela a esta serie sobre el Caribe. 


Agradecimiento 


Quiero expresar mi agradecimiento a William R. Buck del “New York 
Botanical Garden”, quien proporcionó varios títulos incluídos en este ar- 
tículo. 


Bibliografía 


Anon. 1984. Resultados de la colaboración checoslovaco-cubana. 1. Resúme- 
nes de los artículos publicados (septiembre de 1967 a marzo de 1984). 
Acta Bot. Cub. 20: 1-13. 

Acevedo-Rodríguez, P. & R. O. Woodbury. 1985. Los bejucos de Puerto 
Rico, Volumen I. U.S. Dep. Agric. Forest Serv., Gen. Techn. Rep. SO— 
58: i—11i, 1-331. 


Moscosoa 5, 1989 350 


La primera parte de una flora de los bejucos, con descripciones y di- 
bujos de cada especie en Puerto Rico. 

Adams, R. P., C. E. Jarvis, V. Slane, & T. A. Zanoni. 1987. 

Typification of Juniperus barbadensis L. and J. bermudiana L. and 
rediscovery of J. barbadensis from St. Lucia, BWI (Cupressaceae). 
Taxon 36: 441-445. 

Alayo Soto, R. & A. Mercado Sierra. 1985. Camponotus ramulorum Wheeler 
(Hymenoptera: Formicoidea), nuevo hospedero del hongo Hirsutella 
saussurei Speare. Ci. Biol. (Cuba) 13: 117-120. 

Albert Puentes, D. & A. López Almirall. 1986. Distribución de las faneróga- 
mas endémicas de Sierra Maestra. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, 
Cut), 11127 

Se analiza la distribución de las 212 especies endémicas de la Sierra 
Maestra, la cadena montañosa más alta de Cuba. Se incluye una lista 
de las especies encontradas y un mapa de las zonas mencionadas en el 
reporte. 

Alvarez de Zayas, A. 1984. [1985]. Los agaves de Cuba oriental. Rev. Jard. 
Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(3): 3-16. 

Con un cuadro de las características morfológicas, los dibujos, las dis- 
tribuciones, y mapas de las cuatro especies de Agave (Agavaceae) 
en Cuba oriental. 

Alvarez de Zayas, A., C. Sánchez Villaverde, & A. Urquiola Cruz. 1985. Plan- 
tas interesantes de la Laguna Jovero, Sandino, Pinar del Río. Rev. Jard. 
Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 109-115. 

Las notas ecológicas y una flórula de una laguna pequeña de Cuba. Se 
tratan los criterios para la conservación de la laguna. Con unos di- 
bujos de las especies encontradas. 

Armesto, J. J., J. D. Mitchell, & C. Villagran. 1986. A comparison of spatial 
patterns of trees in some tropical and temperate forests. Biotrópica 
18:14 11, 

La densidad de los árboles varía en los bosques de la zona templada 
norteña (EE.UU. A.), y en la zona templada sureña (Chile), subtro- 
pical (Madagascar), y tropicales (Costa Rica, St. John de las Islas 
Vírgenes, y Guiana Francesa). 

Arnold, G. R. W. & R. F. Castañeda Ruiz. 1984. [1985.] Nueva especie del 
género Didymostilbe: D. cubensis G. Arnold et Castañeda sp. nov. Rev. 
Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(3): 61-64. 

Se describe un hongo saprofito sobre el tallo de Persea americana. 

Averza, A. A. & L. R. Almodóvar. 1984. Halodule wrightii Aschers. (Fane- 
rógama marina, Potomogetonaceae), en Bahía Fosforescente, Puerto 


Moscosoa 5, 1989 $51 


Rico. Parte I. Science-Ciencia (Ponce, Puerto Rico) 11: 41—45. 

. 1985. Halodule wrightii Aschers. (fanerógama marina, Potamogeto- 
naceae), en Cayo Laurel, Puerto Rico. Parte II. Science-Ciencia (Ponce, 
Puerto Rico) 12: 99—108. 

Se estudiaron las variaciones en el crecimiento y en la morfologia de 
Halodule wrightii Los diferentes parametros ambientales fueron 
utilizados para determinar variaciones sobre la poblacion de Halodule, 
arraigada en la laguna arrecifal. Se encontro una estabilidad en cuan- 
to a las evaluaciones fisicas y biologicas. Sin embargo, los datos mos- 
traron cierta estacionalidad de las algas epifitas, asi como la domi- 
nancia por parte de las algas rojas. Las Halodule mostraron una esta- 
bilidad en las mediciones a través del estudio. Aunque se notó una 
variación en mediciones entre las estaciones, observándose que las 
plantas en las estaciones más alejadas del frontón arrecifal presenta- 
ron menor número de plantas por unidad de área, y menor peso. Se 
observó un incremento de las mediciones con el aumento de profun- 
didad para el ancho y largo de las hojas, la distancia internodal y el 
ancho del rizoide. 

. 1986. Halodule wrightii Aschers. (Fanerógama marina, Potomageto- 

naceae), en la Isla Cueva, Puerto Rico III. Science-Ciencia 13(1): 21-32. 
Se estudiaron las variaciones en el crecimiento y la morfología de 
Halodule wrightii en Isla Cueva, La Parguera, Puerto Rico. Se encon- 
tró las plantas arraigadas en este ambiente. La variación de marea 
afectaba estacionalmente las hojas, pero solo en cuanto a su longitud. 
Las otras partes de la planta a su vez mostraron variaciones en las 
dimensiones dependiendo de la profundidad en que se desarrollaban 
y la misma exhibió estacionalidad. 

Ballantine, D. L. 1985. Batryocladia wynnei sp. nov. and B. spinulifera 
(Rhodymeniales, Rhodophyta) Taylor & Abbott from Puerto Rico. 
Phycologia 24: 199-204, 

Ballantine, D. L. & M. J. Wynne. 1986. Notes on the marine algae of Puerto 
Rico I. Additions to the flora. Bot. Marina 29: 131—135. 

Se reportan dieciséis especies de algas bénticas en el mar próximo a 
Puerto Rico por primera vez. 

Balatova-Tulackova, E. 1984. Phytosociological characteristics of the Sclerio 
interruptae-Rhynchosporetum subimberbis (Yaguaramas Savanna, Cu- 
ba). Folia Geobot. Phytotax. Praha 19: 317—321. 

Balatova-Tulackova, E. & R. Capote. 1984. Contribution to the knowledge 
of some savanna and forb-rich communities on the Isla de la Juventud 
(Cuba). Folia Geobot. Phytotax. Praha 20: 17—39. 


352 Moscosoa 5, 1989 


Se describen las asociaciones vegetales de la parte central de la Isla 
de la Juventud (Isla de Pinos), Cuba, que crecen en la arena blanca. 
Se reconocen tres clases: una de la zona inundada, de hierbas, la se- 
gunda de hierbas en un pantano, y la tercera de sabana. 

. 1985. The Cassio lineatae-Aristidetum neglectae, a new association 
of the serpentine in Cuba. Folia Geobot. Phytotax. (Praha) 20: 177— 
183. 

Se describe una sabana sobre el serpentino en la Prov. Matanzas, 
Cuba. 

Balatova-Tulackova, E. & P. Herrera Oliver. 1984. A new Zornia in the flora 
of Cuba. Folia Geobot. Phytotax. Praha 19: 211, 212. 

Una nueva especie endémica Zornia arenicola (Leguminosae-Papilion- 
oideae) se describe de Cuba. 

Barreto, 'A., A. Lobaina, & N. Enriquez. 1985. Leguminosas: nuevas locali- 
dades en Cuba. Acta Bot. Cub. 33: 1—5. 

Se reportan las nuevas localidades de 47 especies de Leguminosae de 
Cuba, pero sin citar los ejemplares del herbario. 

Barreto Valdés, A. & G. P. Yakovlev. 1987. Estudio taxonomico del género 
Lysiloma (Mimosaceae) en Cuba. Acta Bot. Cub. 41: 1—12. 

Se estudian las dos especies, Lysiloma sabicu y L. latisiliquum y 
se describe una subespecie L. latisiliquum subsp. lataefoliolatum 
nueva para la ciencia. Se incluyen las descripciones, distribuciones, 
fotografías, y un mapa de las distribuciones de los taxones. 

Barreto Valdés, A. & G. P. Yakovlev. 1987. El género Leucaena (Legumino- 
sae: Mimosoideae) en Cuba. Acta Bot. Cuba. 42: 1—7. 

Se describe Leucaena leucocephala y su distribución en Cuba. 

Baudoin, R. 1985. Analyse de la distribution des bryophytes épiphylles 
sur la Soufriére de Guadeloupe. Comp. Rend. Séance Soc. Biogéogr. 
6254557; 

Berazain, R. 1985. Una nueva combinacion para el género Schoepfia Schre- 
ber (Olacaceae). Rev. Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 10—11. 

Se hace la combinación a una nueva especie del género Schoepfia 
(Olacaceae) sobre la base del material publicado como Pseudogono- 
calyx paradoxa Bisse & Berazaín (Ericaceae). Véase Bisse & Berazaín 
(1984) Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(2): 133-146. 

Berazaín, R., R. Rankin, I. Arias, & J. Gutiérrez. 1985. Notas sobre la vege- 
tación de serpentina en Camagúey. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, 
Cuba) 6(2): 63—78. 

Se describe la formación vegetal de cinco áreas de serpentina cerca 
de Camagúey, Cuba, e incluye una lista de las especies encontradas. 


Moscosoa 5, 1989 353 


Se incluyen algunas fotografías de las especies endémicas. 

Berazain Iturralde, R., C. Sánchez Villaverde, & R. Rankin Rodríguez. 1985. 
Breve reseña de los pinares en Sumidero, Pinar del Río. Rev. Jard. Bot. 
Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 99-107. 

Una corta reseña sobre la flora, la vegetación, y los arroyos al sur de 
Sumidero, Cuba, incluyendo notas sobre el endemismo. 

Beurton, C. 1985. Zanthoxylum bissei, eine neue Art aus Cuba (Rutaceae). 
Rev. Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 3—9. 

Se describe una especie nueva y endémica Zanthoxylum  bissei 
(Rutaceae) de la región calcárea de San Antonio del Sur, Cuba; 
ilustrada por fotografías y dibujos. 

——_ . 1987. Phyllodienbildende Zanthoxylum-Sippen in Cuba II. Z. du- 
mosum, Z. pseudodumosum, Z. ignoratum und Z. arnoldii (Fam. 
Rutaceae). Feddes Repert. 98: 53-73. 

Se describen las cuatro especies de Cuba, con los dibujos, notas acer- 
ca de la distribución y del ambiente. También, se incluye una clave 
para identificar las siete especies cubanas de Zanthoxylum con filo- 
des. 

Biochino, A. A. & J. Ortega Valdés. 1984. Características de la vegetación 
en algunos embalses de Cuba. Ci. Biol. (Cuba) 12: 61-80. 

Un estudio de la vegetación acuática (plantas superiores) en toda la 
isla de Cuba, determinándose el grado de enyerbamiento y la biomasa 
de las especies más reproductivas. Se analiza el proceso de enyerba- 
miento en los embalses de recién construcción, así como la influencia 
que sobre dicho proceso ejerce la no limpieza del área previamentea 
la inundación. Incluyendo un inventario florístico de los ocho em- 
balses. 

Birdsey, R. A. & D. Jiménez. 1985. The forests of Toro Negro [Puerto Rico] 
U.S. Dep. Agric., For. Serv. Res. Pap. SO—222: 11, 1-29. 

Birdsey, R. A., P. L. Weaver, & C. Nicholls. 1985. The forest resources of 
St. Vincent, pp. 31-102 en A. E. Lugo (ed.), Development, forestry, 
and environmental quality in the eastern Caribbean. Institute of Tropi- 
cal Forestry, Río Piedras, Puerto Rico. 

Bisse, J. 1985 (1986). El género Mosiera Small (Myrtaceae-Myrtoideae) en 
Cuba I. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 3-6. 

El autor argumenta y acepta el cambio de nombres de las Myrtus 
antillanas por el nombre Mosiera propuesta en 1933 por Small 
y realiza las combinaciones necesarias en dicho género. Entre los 
nombres cambiados figuran los de Psidium, Eugenia, y Myrtus. 

Bisse, J. & J. Gutiérrez Amaro. 1985. Contribuciones al estudio del género 


354 Moscosoa 5, 1989 


Bumelia Swartz (Sapotaceae) en Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Haba- 
na, Cuba) 6(1): 19-25. 
Se describen las especies nuevas de Bumelia maoensis, B. neglecta, y 
B. gymnanthifolia, y la combinación nueva de B. ekmaniana. 

Bisse, J., J. Gutiérrez, I. Arias, & R. Rankin. 1985. Observaciones florísticas 
en la Sierra del Frijol (Provincia Guantánamo). Rev. Jard. Bot. Nac. (La 
Habana, Cuba) 6(1): 83-97. 

La descripción de la vegetación y una lista de especies. 

Borgesen, F. 1913-1920 (1985, facsímil). The marine algae of the Dutch 
West Indies. Koeltz Scientific Books: Koenigstein, Federal Republic of 
Germany. 732 pp. 

Originalmente publicado en Dansk Bot. Ark. 1(4): 1-158(1913); 
3(1a-f): 1-504(1915—1920). 

Borhidi, A. 1983. New names and new species in the flora of Cuba and 
Antilles, III. Acta Bot. Hung. 29: 181-215. 

Se incluyen cambios de estado y combinaciones nuevas de 43 taxo- 
nes, dos nombres nuevos, y 35 taxones nuevos para la ciencia. 

. 1985. Phytogeographic survey of Cuba. I. The phytogeographic 
characteristics and evolution of the flora of Cuba. Acta Bot. Hung. 
31:3=3% 

Se tratan el endemismo, las disyunciones, el origen, la evolución, 
y la migración de la flora cubana. Se indican las afinidades florís- 
ticas y los centros de evolución de las plantas vasculares. 

Borhidi, A. & O. Muniz. 1985. Adiciones al catálogo de las palmas de Cuba. 
Acta Bot. Hung. 31: 225-230. 

Se describen Coccothrinax fagildei y C. trinitensis nuevas para la 
ciencia. Se reduce el género Hemithrinax a un subgénero de Thrinax. 

Braem, G. J. 1986. Tolumnia— der neue, aber doch alto, Name fuerdie 
“Variegaten Oncidien”. Orchidee 37: 55—59. 

El género nuevo descrito es un segregado del Oncidium; el grupo de 
las especies relacionadas a Oncidium variegatum. 

Britton, N.L. & J. N. Rose. 1926. The tree-cactuses of the West Indies. 
J. New York Bot. Gard. 26(310): 217-221. 

Se reporta sobre Dendrocereus undulosus (DC) Britton & Rose de 
Cuba y de Haití. W. Buch envió las muestras y unas fotografías que 
ayudaban en la identificación de Cereus undulosus como esta especie. 
Se trata de Dendrocereus nodiflorus y Neoabbottia paniculata, tam- 
bién del Caribe. 

Brown, S. & A. E. Lugo. 1985. Deforestation of tropical rain forest, pp. 
252, 253, en D. D. Churas (ed.) Environmental sciences: a framework 


Moscosoa 5, 1989 355 


for decision making. Benjamin Cummings, Menlo Park, California. 

Brown, S., A. Glubczynski, & A. E. Lugo. 1984. Effects of land use and 
climate on the organic carbon content of tropical forest soils in Puerto 
Rico, pp. 204—209, en New forests for a changing world. Proceedings 
of the convention of the Society of American Foresters, October 16— 
20, 1983, Portland, Oregon. Society of American Foresters, Washington, 
D.C. 

Bula-Meyer, G. 1986. Liagrorophila endophy tica (Achrochaetiaceae, Rhodo- 
phyta) in the Caribbean Sea: a new record for the Atlantic Ocean. Brit. 
Phycol. J. 21: 263—268. 

Capote, R. P. & E. E. Garcia. 1987. Simbolos convencionales para mapas de 
vegetacion. Acta Bot. Cub. 43: 1—7. 

Se confeccionó un conjunto de símbolos convencionales en blanco y 
negro para mapas de vegetación, que corresponden a las formaciones 
representadas en Cuba. 

Capote, R. P., N. Ricardo, D. Vilamajó, R. Oviedo, & E. E. Garcia. 1987. 
Flora y vegetación de la zona costera entre Daiquirí y Verraco, Parque 
Baconao, Santiago de Cuba. Acta Bot. Cub. 48: 1-28. 

Castañeda Ruiz, R. F. £ G.R.W. Arnold. 1985 (1986). Algunos hongos nue- 
vos para Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 55, 56. 

Se reportan especies de Camposporium, Codinaea, Dactylella, Exo- 
chalara, Fusariella, Harposporum, Herpographium, Helicomyces, 
Helicoom, Hyphodiscosia, Idriella, Melanochaeta, Monocillium, 
Nalanthamala, Periconia, Peyronelina, Thozetella, y Zygosporium 
nuevas para la flora de Cuba. 

—— . 1985. Deuteromycotina de Cuba. I. Hyphomycetes. Rev. Jard. Bot. 
Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 47-67. 

Se describen las especies nuevas para ciencia en los géneros: Bactro- 
desmium, Cercosporula, Conoplea, Idriella, Thozetella, Trichocla- 
dium, Beltraniopsis, y Hemibeltrania. 

Catasús Guerra, L. 1985. Aportes agrostológicos a la flora de Cuba. Acta 
Bot. Cub. 26: 1-4. 

Se reportan Thysanolaena máxima, Bothriochloa ischaema, Tripsa- 
cum laxa, Themeda arguens, y Themeda quadrivalvis nuevas para la 
flora de Cuba (Poaceae). 

—— . 1985. Cuatro nuevas especies de Aristida (Poaceae) de Cuba. Acta 
Bot. Cub. 24: 1-4. 

Se describen Aristida bissei, A. jaucensis, A. pinifolia, y A. sandinen- 
sis nuevas para la ciencia. 


356 Moscosoa 5, 1989 


—— . 1985. El género Chloris (Poaceae) en Cuba. Acta Bot. Cub. 25: 1-6. 
Incluyendo una especie nueva Chloris berazainae. 

—— . 1985. Revision del género Leptochloa (Poaceae) en Cuba. Acta Bot. 
Cub. 27: 1-5. : 

——- . 1987. Revisión del género Arthrostylidium (Poaceae) en Cuba. Acta 
Bot: Cubes iat?) 

Catasus, L. & P. Herrera. 1985. Revision del género Themeda (Poaceae) en 
Cuba. Acta Bot. Cub. 35: 1—5. 

Themeda quadrivalvis y T. arguens en Cuba. 

Chiappy, C., L. Montes, P. Herrera, & R. Capote. 1986. Estudio y valoriza- 
ción de la propuesta de reserva natural “La Cañanda” en la Isla de la 
Juventud. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, Cuba) 9: 1-24. 

Se reportó sobre la flora y la vegetación actual, el endemismo, y las 
especies reportadas como amenazadas o en vía de extinción de la re- 
serva en la Isla de la Juventud, Cuba. Se publica un mapa de la vege- 
tación y una lista de las especies encontradas. 

Clark, L. G. 1984. [1986] . Notes on two viny West Indian bamboos. J. 
Amer. Bamboo Soc. 5: 69—72. 

Como distinguir entre Arthrostylidium sarmentosum y Chusquea 
abietifolia (Poaceae) por su follaje. 

Comas González, A. 1984. Chloroccales (Chlorophyceae) de algunos acua- 

torios de Pinar del Río, Cuba. Acta Bot. Cub. 17: 1-60. 

. A. 1984. [1985] . Observaciones taxonómicas sobre algunas Clorofí- 
ceas unicelulares (Chlorococcales) de la Laguna de Ariguanbo, Cuba. 
Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(3): 41-52. 

Una lista, las descripciones, y los dibujos de las algas. 

Comas González, A. & S. Maldonado Gonzalez. 1984. (1985). Observaciones 
taxonómicas sobre algunas Clorofíceas unicelulares (Chlorococcales) de 
la Laguna de Ariguanabo, Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cu- 
ba) 5(3): 41-51. 

Consejo de Redacción Revista del Jardín Botánico Nacional. 1985. Ha falle- 
cido el Profesor Dr. Johannes Bisse. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, 
Cuba) 6(1): 3—7. 

Un resumen biogrdfico, una bibliografia de los escritos sobre Cuba, 
y los taxones nuevos descritos por Bisse, un aleman que trabaja en 
la flora cubana. 

David, A. 1985. Pore fungi from French Antilles and Guiana. Mycotaxon 22: 
285-325. 

Deighton, F. C. 1985. Harpographium hamatum sp. nov. from Jamaica. 
Trans. Brit. Mycol. Soc. 85: 738. 


Moscosoa 5, 1989 55-7 


Del Risco, E. & V. Samek. 1984. Estudio fitocenologica de los pinares de 
Pinar del Rio y su importancia practica para la silvicultura. Acta Bot. 
Cub:20* 1728: 

Una descripción del bosque de Pinus tropicalis y P. caribaea y la su- 
cesión de la vegetación. 

Devi Prasad, P. V. 1986. A seasonal study of the red seaweeds Solieria 
tenera and three species of Gracilaria from Jamaica. Hydrobiologia 
140: 167-171. 

Díaz Canals, L., C. M. Panfet Valdés, & A. R. Medina. 1984. [1985] Ejem- 
plares tipos localizados en el herbario del Jardín Botánico Nacional 
(HAJB). Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(3): 109-1109. 

Díaz Dumas, M. A. 1985. Notas acerca de las orquídeas de la Sierra de 
Imías. Rev. Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 20—28. 

Un listado de las Orchidaceae de las regiones central y occidental 
de las Sierras de Imías, Prov. Guantánamo, Cuba. Se incluyen cinco 
reportes de especies anteriormente no conocidas de la zona. Sé dis- 
cuten las relaciones florísticas con otros complejos montañosos de 
Cuba oriental y se ofrecen los mapas de distribución de algunas 
especies. 

Díaz, M. A., J. A. Cabrera, & R. Pérez. 1985. El primer reporte de Catasetum 
L. C. Rich. (Orchidaceae) para las Antillas: Catasetum cf. intergerri- 
mum Hook. Rev. Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 12—19. 

Un primer reporte de Catasetum cf. intergerrimum (Orchidaceae) 
para Cuba y las Antillas, de la Península de Guanacahabibes, Prov. 
Pinar del Río, con unos dibujos y fotografías detallados. 

Dietrich, H. 1984. Acanthaceae cubanae novae III. Stenandrium arnoldii, sp. 
nov. Wiss. Zeitschr. Friedrich-Schiller-Univ. Jena. Naturwiss. Reihe 33, 
62723729: 

—— . 1984. Floristische und taxonomische Notizen zu den Orchideen 
Cubas 5: Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 5(1): 29—56. 

Se indican datos florísticos detallados de 108 especies de las Orchi- 
daceae de Cuba. Se publican tres combinaciones nuevas en los gé- 
neros Encyclia y Cryptophoran thus. 

—— . 1984. Orchidaceae cubanae novae I. Tetramicra montecristensis H. 
Dietrich, spec. nov. Orchidee 35: 192-194. 

. 1984. Orchidaceae cubanae novae II. Dilomilis bissei H. Dietrich, 

spec. nov. Orchidee 35: 200—202. 

. 1984. Orchidaceae cubanae novae III. Pleurothallis richteri H. Die- 
trich, sp. nov. Orchidee 35: 221—224. 

—— . 1984. Vorlaeufiges Gattungs—und Artenverzeichnis cubanischer 


358 Moscosoa 5, 1989 


Orchidaceae. Wiss. Z. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Naturwiss. Reihe 
332707321: 
Una lista de las Orchidaceae de Cuba; se reportan 300 species. 
—_. . 1985. Floristische und taxonomische Notizen zu den Orchideen 
Cubas. 6. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(2): 29—37. 
Se indican datos florísticos detallados de 69 especies de las Orchi- 
daceae de Cuba. Reportes importantes son los de Campylocentrum 
cf. pachyrrhizum (ilustrada por dibujo), Catasetum cf. intergerrimum, 
Harrisiella cf. filiformis, Tropidia polystachya, Hapalorchis lineatus, 
Oncidium tuerckheimii, Oncidium intermedium, y Calanthe mexi- 
cana. Con notas taxonómicas sobre los géneros Triphora, Tropidia, 
Catasetum, Campylocentrum y Harrisiella. 
—_ . 1985. Orchidaceae cubanae novae III, [IV] Octomeria ventii H. 
Dietrich, sp. nov. Feddes Repert. 96: 35—40. 
Octomeria ventii se describe como nueva para la ciencia; se incluye 
un dibujo de O. tridentata (Orchidaceae). 
Duharte, M. E. 1984. (1985). Acerca de la morfología y distribución en 
Cuba de algunas especies del género Passiflora L. Rev. Jard. Bot. Nac. 
(La Habana, Cuba) 5(3): 21-28. 
Un análisis de seis especies de Passiflora (Passifloraceae), su variación 
de las características, y sus distribuciones. 
Fernández Zeoueira, M. & A. Borhidi. 1984. Estudio taxonómico del género 
Ariadne Urb. (Rubiaceae). Act. Bot. Hung. 30: 345-351. 
Fernández, M. & A. Borhidi. 1985. Studies in Rondeletieae, VIII. Nuevos 
taxa del género Rondeletia en Cuba. Acta Bot. Hung. 31: 147-172. 
Se describen catorce taxones nuevos de Rondeletia (Rubiaceae) de 
Cuba. 
Ferrer, R. L. & R. A. Herrera. 1985. Especies micorrízicas cubanas. Rev. 
Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 75-82. 
Una lista de plantas vasculares y la indicación de la presencia o au- 
sencia de microrrizas. 
Frangi, J. L. & A. E. Lugo. 1985. Ecosystem dynamics of a subtropical 
floodplain forest. Ecol. Monogr. 55: 351-369. 
Un estudio sobre un bosque pluvial de la palma de la sierra, Prestoea 
montana (Arecaceae) en la Sierra de Luquillo, Puerto Rico. Datos 
sobre densidad de la palma, ciclo del agua, biomasa, productividad, 
descomposición de la hojarasca. 
Fredericq. S. & J. N. Norris. 1986. The structure and reproduction of 
Dasya haitiana (Dasyaceae, Rhodophyta) from the Caribbean Sea. 
Phytocologia 25: 185-196. 


Moscosoa 5, 1989 359 


Se describe la alga nueva Dasya haitiana (Rhodophyta), su morfolo- 
gia, y reproduccion. 

Freytes, M. J. & L. R. Almodovar. 1986. Botanica marina en Puerto Rico; 
bibliografía. Science-Ciencia 13(1): 13—20. 

Una bibliografia sobre la botanica marina de Puerto Rico; 76 titulos 
citados, incluyendo los de tesis y disertaciones. 

Fuentes Fiallo, V. R. 1984. Sobre la flora medicinal en Cuba. Bol. Resenas 
Pl. Med. (La Habana, Cuba) 11: 1—39. 

La historia y el estado actual de la flora medicinal de Cuba; donde 
(dentro la vegetación nativa) estan las plantas medicinales; la posibi- 
lidad de la introduccion de plantas medicinales exoticas; y una biblio- 
grafía. 

Fuentes, V. 1984. [1985] . Estudios en el género Henoonia Grisebach 1. 
Morfología y biometría de las hojas. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, 
Cuba) 5(3): 29-40, 

—__. . 1985 [1986] . Bissea myrtifolia (Griseb.) Fuentes comb. nov. Rev. 
Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 11-16. 

El nombre nuevo propuesto para Henoonia myrtifolia es Bissea 
myrtifolia; la especie pertenece a la familia de las Goetzeaceae. Con 
una descripción y un dibujo. 

Fuentes, V. & N. N. Rodríguez. 1985 [1986] . Estudio en el género Henoo- 
nia Grisebach II. Variabilidad de las hojas de una población. Rev. Jard. 
Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 7-10. 

Los resultados del estudio de la variabilidad de las hojas de Henoo- 
nia myrtifolia (Goetzeaceae) de Cuba mostraron la alta variabilidad 
de los caracteres considerados, así como la ineficiencia de los mismos 
como factor discriminante para la determinación de categorías espe- 
cificas en este género. 

Fuentes, V. R., M. Rodríguez, M. Poucheaux, L. Cabrera, y Y. S. Lara. 
1985. Estudios en la medicina tradicional en Cuba. II. Rev. Pl. Med. 
(La Habana, Cuba) 5: 13-40). 

Se realizó una encuesta a adultos en residencias de ancianos y asilos 
de La Habana, Cuba. Se reportaron las plantas (161 especies) utili- 
zadas como medicina, la forma de uso, vía de administración, parte 
utilizada, propiedades atribuidas, y su clasificación de acuerdo a los 
criterios de la dicotomía “frío-caliente”. El artículo anterior es 
publicado en Rev. Pl. Med. (La Habana, Cuba) 2(1): 25-46 (1982). 

García, E. E., R. P. Capote, P. Herrera y M. Surlí. 1985. La vegetación del 
Sur de Isla de la Juventud. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 
6(2): 79-94. 


360 Moscosoa 5, 1989 


Se presenta un breve bosquejo historico y consideraciones sobre 
geología, clima, suelo, y el estado de la vegetación de la parte sureña 
de la Isla de la Juventud, Cuba. Se describen las formaciones vegeta- 
les, la ecomorfología, y la distribución geográfica de las especies. Se 
incluye una lista de las especies. 

Gloser, J. & A. G. Suárez. 1984. Control de las pérdidas de agua en diferen- 
tes especies xerofíticas de la costa SE de Cuba. Acta Bot. Cub. 20:63—71. 

Graham, A. 1986. Literature on vegetational history in Latin America. Sup- 
plement III. Rev. Palaeobot. Palynol. 48: 199-239. 

Graham, H. D. & E. Negron de Bravo. 1985. Chemical composition of the 
seeds, leaves and pods of Canavalia maritima. Caribbean J. Sci. 21: 
163-167. 

Granda, M. M. & V. R. Fuentes. 1985. Rauvolfia x ivanovii Granda et Fuen- 
tes: nuevo híbrido espontáneo para el género en Cuba. Rev. Jard. Bot. 
Nac. (La Habana, Cuba) 6(2): 38-46. 

El híbrido espontáneo Rauvolfia x ivanovii (Apocynaceae) de R. 
viridis y R. ligustrina surgió bajo cultivo en Cuba, con dibujo. 

Grillo Mensa, E., E. Peña, y D. Pérez. 1985. Germinación masiva “in vitro” 
de algunas especies de orquídeas en el Jardín Botánico Nacional. Rev. 
Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(2): 95—100. 

Se reportó sobre la germinación de especies nativas de Bletia, Phaius, 
Cattleyopsis, Cyrtopodium, Epidendrum, Encyclia, Polystachya, y 
Scaphyglottis y varias especies exóticas. 

Grolle, R. 1984. Zur Kenntnis der Lejeuneoideae in Cuba (1): Cyclolejeunea. 

Wiss. Z. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Naturwiss. Reihe 33: 759—764 
Se distinguen entre Cyclolejeunea y Prionolejeunea. Dentro de Cyclo- 
lejeunea, hay dos especies en Cuba. Se incluyen notas taxonómicas 
sobre los subgéneros de Cyclolejeunea. 

Gross, E. 1985. Aechmea smithorum var. longistipitata, a new variety from 
the Lesser Antilles. J. Bromel. Soc. 35: 262-264. 

Gutiérrez Amaro, J. 1985. Un hallazgo interesante para la flora de Cuba. 
Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 27-30. 

Se recolectó Acanthocereus pentagonus (Cactaceae) en Cuba, con 
unos dibujos. 

Guzmán, G. 1986. Distribución de los hongos en la región del Caribe y zonas 
vecinas. Caldesia 15(71—75): 103-120. 

Se analiza la distribución de 85 especies de macromicetos a través de 
las Antillas y regiones vecinas de México, EE. UU. A., Bermuda, y 
América del Sur, basada en observaciones personales y en la biblio- 
grafía. 


Moscosoa 5, 1989 361 


Hakki, M. I. 1985. Studies on West Indian plants 3. On floral morphology, 
anatomy and relationship of Picrodendron baccatum (L.) Krug & Urban 
(Euphorbiaceae). Bot. Jahrb. syst. 107: 379—394. 

El estudio de la morfologia floral y la anatomia de Picrodendron 
baccatum indicó que esta especie está más relacionada a las Euphor- 
biaceae; un género endémico al Caribe. 

Heatwole, H. 1985. Survey of the mangroves of Puerto Rico. . . a benchmark 
study. Caribbean J. Sci. 21: 85—99. 

Un reporte sobre el estado de los manglares de Puerto Rico. Entre 
un cuarto y un tercio de los manglares desaparecen desde los anos de 
1960. La pérdida mas grande es entre los habitats de Avicennia, 
Laguncularia, y Conocarpus. La regeneración de los manglares varía 
mucho después de su destrucción. 

Helmecke, K. & L. Menéndez. 1986. Oekologische und physiologische 
Aspekte des Serpentinbodens und seiner Pflanzengesellschaften. Feddes 
Repert:"97: 43-47. 

Se describen los factores ecológicos importantes en el desarrollo de 
la vegetación sobre el terreno serpentino de Cuba. Entre los factores 
están la deficiencia de nitrógeno y otros nutrientes, las relaciones 
entre los ¡ones en el suelo y las plantas, el alto nivel de metales pesa- 
dos, las condiciones en los complejos de absorción del suelo, y la 
influencia de magnesio. 

Herrera Oliver, P. 1985. Taxonomía de las especies cubanas del género 
Croton (Angiospermae: Euphorbiaceae). Acta Bot. Cub. 34: 1—5. 
Herrera Oliver, P., L. Montes Rodríguez, & C. Chiappy Jhones. 1987. Valora- 
ción botánica de la propuesta de reserva natural “Loma de la Coca”, 

ciudad de La Habana, Cuba. Acta Bot. Cub. 52:1—23. 
Con el fin de conocer y valorar el área “Loma de la Coca”, se realizó 
un análisis de la vegetación y la flora teniendo en cuenta la diversidad 
y afinidad florística, el endemismo, las plantas amenazadas o en peli- 
gro de extinción, y la importancia económica de las especies. Se des- 
criben las formaciones vegetales y se presenta una lista de las especies 
encontradas con indicación de sus valores. 

Holubová-Jechová, V. & A. Mercado Sierra. 1986. Studies on Hyphomycetes 
from Cuba IV. Dematiaceous Hyphomycetes from the province Pinar 
del Rio. Ceska Mykol. 40: 142-164. 

Honeychurch, P. N. 1986. Caribbean wild plants and their uses. MacMillan 
Caribbean (MacMillan Publishers Ltd.): London. x, 166 pp. 

Una guía ilustrada de las plantas silvestres (medicinales y ornamenta- 
les) de las Antillas (mayormente de las Antillas Menores). Con los 


362 Moscosoa 5, 1989 


nombres técnicos y comunes, los dibujos y las descripciones cortas, y 
los usos medicinales y otros. Se incluyen las plantas sin usos conoci- 
dos. Con unas listas de los quimicos de interés medicinal en varias 
plantas, de los usos medicinales genéricos, de las plantas de forraje, 
y de las plantas meliferas. 

Howard, R. A. 1986. Three new species of Dicotyledoneae from St. Lucia, 
West Indies. Phytologia 61: 1—4. 

Se describen las especies nuevas de Acalypha elizabethae, Bernardia 
laurentii, y Calliandra slanae, de la isla St. Lucia. 

Howard, R. A. & E. S. Howard. 1985. The Reverend Lansdown Guilding, 
1797-1831. Phytologia 58: 105-164. 

Datos biográficos sobre Guilding, quien vivía en la isla St. Vincent. 
Era un ministro y un aficionado de la historia natural. Envió mues- 
tras a los botánicos y zoologos de Inglaterra. 

Howard, R. A. & E. A. Kellogg. 1986. Nomenclatural notes on Miconia 
(Melastomatoceae). J. Arnold Arbor. 67: 233-255. 

Notas sobre la sinonimia de las Miconia y Melastoma de las Antillas 
Menores. Se incluyen especies referidas a Conostegia, Clidemia, Cha- 
rianthus, Graffenriedia, Henriettea, Melastomastrum, Nespera, Tetra- 
zygia, y Tibouchina. 

Howard, R. A. & G. W. Staples. 1983. The modern names for Catesby’s 
plants. J. Arnold Arbor. 64: 511-546. 

Mark Catesby (1682-1749) recolectaba en los SE. Estados Unidos 
y en las Islas Bahamas. Escribió “The Natural History of Carolina, 
Florida, and the Bahama Islands”, obra consultada por C. Linnaeus. 
Se indican los nombres actuales de las plantas citadas por Catesby y 
los tipos de los nombres basados en la misma obra. 

Hunter, D. M. 1986. On the population biology of three epiphytic bromeliads 
in an upper montane rain forest in Jamaica. Amer. J. Bot. 73:669. 
(Abstracto). 

Jiménez, J. A., A. E. Lugo, & G. Cintrón. 1985. Tree mortality in mangrove 
forests. Biotropica 17: 177-1895. 

Se trata la mortalidad de los árboles de mangle de Puerto Rico, la 
Florida, y Panamá. La mortalidad individual está relacionada a la 
densidad de los árboles y la madurez del bosque. La mortalidad masi- 
va del bosque resulta de los cambios ambientales, especialmente los 
causados por el hombre. 

Judd, W. S. 1986. Taxonomic placement of Calycogonium squamulosum 
(Melastomataceae: Miconieae). Brittonia 38: 238-242. 

La especie de Puerto Rico debe ser considerada como Henriettea 


Moscosoa 5, 1989 363 


squamulosa (Cogn.) Judd. 
Kellogg, E. A. & R. A. Howard. 1986. The West Indian species of Phoraden- 
dron (Viscaceae). J. Arnold Arbor. 67: 65—107. 
Las descripciones, la sinonimia, y las distribuciones de las Phora- 
dendron (Viscacece) de las Antillas Occidentales. Entre las especies 
excluidas del Phoradendron estan los taxones referidos a Dendroph- 
thora y Phthirusa. Con una clave. 
Kelly, D. L. 1985. Epiphytes and climbers of a Jamaican rainforest: vertical 
distribution, life forms and life histories. J. Biogeogr. 12: 223-241. 
En el bosque pluvial de las montañas del nordeste de Jamaica, se 
encuentran 107 especies de plantas epifíticas y lianas; las más co- 
munes pertenecen a los helechos, las Orchidaceae, las Bromeliaceae, 
y las Araceae. 
Koehler, E. 1984, Zur Blattnervatur der neotropischen Buxus-Arten und 
ihre Bedeutung fuer die Systematik (Buxaceae). Flora 175: 345-374. 
Sobre la venación de las hojas de las especies del Buxus en el Nuevo 
Mundo. Esta característica fue útil para reconocer la diferenciación 
sub-genérica, especialmente en combinación con el estudio del polen. 
—— . 1985. Arbeitstagung zur Flora von Cuba. Biol. Rundschau 23: 329— 
330. 
Un resumen del taller sobre “la flora de Cuba”, en Berlín, Alemania, 
del 4 al 7 de octubre de 1984. 
. 1985. Vorstellungen zur Evolution und Chorogenese der neotropis- 
chen Buxus-Arten. Feddes Repert. 96: 663-675. 
Un estudio sobre la distribución geográfica, el polen, la anatomía del 
peciolo y del sistema vascular del género Buxus (Buxaceae), especial- 
mente en relación a las especies del Nuevo Mundo. 
Komárek, J. 1984. Sobre las Cianofíceas de Cuba: (1) Aphanizomenon 
volzii; (2) especies de Fortiea. Acta Bot. Cub. 18: 1-30. 
. 1984. Sobre las Cianofíceas de Cuba: (3) Especies planctónicas que 
forman florecimientos de las aguas. Acta Bot. Cub. 19: 1-33. 
La Caro, F. & R. L. Rudd. 1985. Leaf litter disappearance rates in Puerto 
Rican montane rain forest. Biotropica 17: 269—276. 
Se estudió la descomposición de la hojarasca de seis especies arbóreas 
del bosque pluvial de las montañas de Puerto Rico; entre las especies 
eran las del bosque de climax y del bosque secundario. Se reportaron 
las diferencias en la velocidad de descomposición, y la estructura de 
las hojas (lignin y fibras). El nivel de nutrientes dentro la hoja no 
afectó la velocidad de descomposición pero afectó la calidad de la 
hojarasca en relación a los nutrientes disponibles y el ciclo de los 


364 Moscosoa 5, 1989 


elementos. 

Leiva Sanchez, A. T. 1984. [1985.] Una nueva especie de Dendropemon 
(Blume) Reichenb. (Loranthaceae) en Cuba central. Rev. Jard. Bot. 
Nac. (La Habana, Cuba) 5( ): 17-20. 

Se describe Dendropemon claraensis. 

—_— . 1985. Notas taxonómicas sobre el género Dendrophthora Eichler 
(Viscaceae). Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 31-39. 

La tipificación de Dendrophthora flagelliformis, D. tetrastachya, 
D. mancinellae, y D. bonaniae. 

Leiva Sanchez, A. T., J. Sierra Calzado, & R. Medina Núñez. 1985(1986). 
Sobre el género Dendropemon (Blume) Reichenb. (Loranthaceae) en 
Cuba. II. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 17-29. 

Se presenta el análisis de las especies glabras del Dendropemon 
(Loranthaceae) de Cuba. Se describe una especie nueva, descartán- 
dose la existencia en Cuba de otra, se reducen dos otras especies a 
sinonimia, y se presenta una clave para la determinación de las espe- 
cies cubanas del género. 

Liogier, H. A. 1985. Descriptive flora of Puerto Rico and adjacent islands: 
Spermatopyhta, Vol. 1. Casuarinaceae to Connaraceae. Editorial de la 
Universidad de Puerto Rico: Río Piedras, Puerto Rico. 352 pp. 

———_.1986. Novitates antillanae. XII. Phytologia 61: 353-360. 

Con los cambios en nombres de Rheedia a Garcinia (Clusiaceae) y 
varias especies nuevas en Calyptranthes, Calyptrogenia, y Eugenia 
(Myrtaceae) y Matelea (Asclepiadaceae, para Puerto Rico y la Espa- 
nola. 

Lobreau-Callen, D. & J. Jeremie. 1986. L’espece Cneorum tricoccon (Cneo- 
raceae, Rutales) representee a Cuba. Grana 25: 155-158. 

El reporte de Cneorum trimerum (Urb.) Chodat de Cuba se refiere 
mejor a Cneorum tricoccon L., una especie del Mediterráneo, en base 
a las características de anatomía vegetativa y floral y del polen. 

López Almirall, A. 1985. Posible híbrido natural entre Erythroxylon areo- 
latum y E. rotundifolium en Isla de la Juventud. Acta Bot. Cub. 30: 
1-5. 

—_—. . 1985. Variabilidad morfológica de las hojas en las especies cubanas 
del género Calophyllum (Clusiaceae). Acta Bot. Cub. 31: 1-27. 

Se puede observar que Calophyllum rivulare, C. antillanum, y C. 
pinetorum son muy semejante y probablemente tienen un origen 
común. Calophyllum utile parece ser muy diferente a los otros tres 
especies. 

Lourteig, A. 1987. Nomenclatura plantarum americanarum IV. Solanaceae. 


Moscosoa 5, 1989 365 


Phytologia 62: 441—448. 
Dos especies de Plumier, descritas como Solanum por Dunal, perte- 
necen al género Lycianthes; Solanum aphyodendron es un sinónimo 
de S. nudum. 

Lugo, A. E. 1985. An introduction to the forests of Puerto Rico. U. S. Dep. 
Agric., Forest Service, Institute of Tropical Forestry, Southern Forest 
Experiment Station, Rio Piedras, Puerto Rico. 20 pp. 

—__. . 1985 (1986) Other studies in natural and plantation forests. Annual 
Letter Inst. Trop. Forestry (Río Piedras, Puerto Rico) 1984—1985: 
5—9. (Traducción española, pp. 37-39). 

Las investigaciones del instituto sobre un bosque de palmeras en un 
valle inundable de la cordillera y sobre el crecimiento de kadam 
(Anthocephalus chinensis, Rubiaceae) introducido en plantaciones 
en Puerto Rico. Véase Frangi & Lugo (1985) para la publicación mas 
completa. 

—_. . 1986. (1987). Other studies in plantations and natural forests. Instit. 
Trop. For. Annual letter 1985—1986: 7—10. 

El resumen de los trabajos sobre el bosque seco del bosque de Guani- 
ca, Puerto Rico. Véase Lugo & Murphy (1986) y Murphy & Lugo 
(1986) para los reportes mas completos. 

Lugo, A. E. & S. Brown (eds.) 1985. Watershed management in the Caribbean. 
Proceedings of the 2 nd Workshop of Caribbean Foresters, 1984 March 
19-23, Kingstown, Saint Vicent and the Grenadines. United States 
Department of Agriculture, Forest Service, Institute of Tropical Forest- 
ry, Southern Forest Experiment Station; Washington, D.C.: U. S. Man 
and the Biosphere Program, Río Piedras, Puerto Rico. 157 pp. 

Lugo, A. E. & P. G. Murphy. 1986. Nutrient dynamics of a Puerto Rican 
subtropical dry forest. J. Trop. Ecol. 2: 55—72. 

Manitz, H. 1984. Bibliographie der Verbreitungskarten cubanischer Gefaess- 
pflanzen, Supplement 2. Wiss. Z. Friedrich-Schiller-Univ. Jena, Natur- 
wiss. Reihe 33: 739-757. 

Una bibliografía de los mapas de la distribución de plantas en Cuba. 

Marrero, A. C., A. Beyra, A. Barreto, & N. Enríquez. 1986. Valoración de la 
llanura serpentinítica de Cromo (Provincia de Camagúey) como micro- 
reserva natural. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, Cuba) 13: 1—9. 

Se reportó sobre las especies nativas y endémicas encontradas en la 
zona de serpentina con alto contenido en cromo, magnesio, y silicio, 
en Cuba. 

Matteri, C. M. 1985. Current state of Latin American bryology. J. Hattori 
Bot. Lab. 59: 481-486. 


366 Moscosoa 5, 1989 


Mena Portales, J. & A. Mercado Sierra. 1984. [1985.] Nuevas especies de 
Endocalyx y Stachylidium (Hyphomycetes, Deuteromycotina) de Cuba. 
Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba). 5(3): 53—60. 

—_. 1987. Piricaudopsis (Hyphomycetes, Deuteromycotina), nuevo género 
esteroblástico de Cuba. Acta Bot. Cub. 51: 1-5. 

Menéndez, L. 1986. Dinámica de biomasa en la asociación Bletia purpurae 
Andropogonetum gracilis (Pinar del Río, Cuba). Ci. Biol. (La Habana, 
Cuba) 16: 49-55. 

Se estudia durante un ano la biomasa en una comunidad herbacea. 
Se comparan los valores de la biomasa viva y muerta fija a las plantas, 
asi como el aporte de hojarasca en el suelo. La biomasa mayor se 
producen en mayo y octubre, lo que coincide con el comienzo o el 
fin del período más lluvioso. 

Menéndez, L., D. Vilamajo, & L. Castiñeiras. 1985. Algunos aspectos de la 
regeneración de un bosque tropical siempreverde, Sierra de Rosario, 
Cuba. Ci. Biol. (Cuba) 13: 39-49. 

Se realizaron las obeservaciones e hicieron las mediciones de las plán- 
tulas y las plantas jóvenes, las lianas, las hierbas, y los arbustos en el 
bosque, durante dos años. El bosque ha mantenido un banco de 
plantas durante un período largo. 

Menéndez, L., D. Vilamajo, & P. Herrera. 1987. Flora y vegetación de la 
cayeria al norte de Matanzas, Cuba. Acta Bot. Cub. 39: 1-20. 

Menéndez, L., D. Vilamajo, & N. Ricardo. 1987. Principales características 
fisionómicas de la vegetación boscosa de Las Peladas, Sierra del Rosario, 
Cuba. Acta Bot. Cub. 40: 1-25. 

Mercado Sierra, A. 1984. Odontodyctiospora, nuevo género de Hifomicetes 
de Cuba. Acta Bot. Cub. 22: 1-4. 

_———_ . 1984. Nueva especie de Capnobotrys (Hyphomycetes) de la fumagina 
de Cuba. Acta Bot. Cub. 23: 1—5. 

_—— . 1984. Nuevas especies de Deightoniella, Phaeoisaria, Sporidesmium, y 
Taeniolella (Hyphomycetes) de Cuba. Acta Bot. Cub. 21: 1-10. 

Mercado Sierra, A. & R. F. Castañeda Ruiz. 1985. Nuevos Hifomicetos 
tálicos de Cuba. Acta Bot. Cub. 32: 1-10. 

Incluyendo las especies nuevas de Oidiodendron robustum y Sumpo- 
diella roystoneae. También se trata el género de Stephanasporium. 

—_. . 1987. Nuevos o raros Hifomicetes de Cuba. I. Especies de Cacumis- 
porium, Gueda, Rhinocladium, y Veronaea. Acta Bot. Cub. 50: 1—7. 

Mercado Sierra, A. & J. Mena Portales. 1985 (1986). Nuevo género de hifo- 
micete fialídico de Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 
63): 1760 


Moscosoa 5, 1989 367 


Se describen el género nuevo de Phialosporostilbe (Hyphomycetes) 
creciendo sobre las ramitas de Arthrostylidium (Poaceae) en Cuba. 

Mielcarek, R. 1986. Le Jardin Botanique National de la Havane (Cuba). 
Bull) Soe:Anim: Jard. Inst. Bor10(1): 2-6. 

—__. .. 1986. La végétation coti¢re de Cuba. Bull. Soc. Anim. Jard. Inst. 
Bec) 10): 4618, 214,22. 

Moncada, M. 1985. Morfología del polen en Myrica (Dicot. Myricaceae). 
Acta. Bot. Cub. 28: 1-4, 

Se describe los granos de polen de cuatro especies de Myrica (My- 
ricaceae) de Cuba. 

—_. . 1987. Morfología de polen en Amarantaceae. Acta Bot. Cub. 44: 
153: 

Se describe los granos de polen de Amaranthus, Achyranthes, Cha- 
missoa, Goerziella, Gomphrena, Guilleminea, Lithophila, Philoxerus, 
Iresine, Celosia, Woehleria, y Alternanthera, de las especies cubanas. 

Moncada, M. & S. Machado. 1987. Los granos de polen de Simarubaceae 
Acta Bot. Cub. 45: 1—7. 

Se describen los granos de polen de Suriana (Surianaceae), Simaru ba, 
Castela, Picrasma, Picramnia, y Alvaradoa (Simarubaceae), de las 
especies cubanas. 

Montes Rodríguez, L. A., C. Chiappy Jhones, P. Herrera Oliver, & B. San- 
chez Oria. 1986. Estudio y valorización de la propuesta de reserva na- 
tural “La Ceiba” en la Isla de la Juventud. Rep. Invest. Inst. Bot. (La 
Habana, Cuba) 8: 1-22. 

Se analizan aspectos como la flora, la vegetación, y el endemismo, 
así como las especies amenazadas o en peligro de extinción, y aque- 
llas que puedan resultar de utilidad al hombre de la reserva natural 
en la Isla de la Juventud, Cuba. Se publica una lista de la flora y un 
mapa de la vegetación actual. 

Murphy, P. G. & A. E. Lugo. 1986. Structure and biomass of a subtropical 
dry forest in Puerto Rico. Biotropica 18: 89—96. 

Se describe el bosque seco de Guánica, Puerto Rico (precipitación 
860 mm anual), su estructura y biomasa. Es decíduo en la estación 
seca del invierno. La mitad de la biomasa está bajo tierra. 

Nicolson, D. H. 1987. Two new combinations in Chromoleana (Asteraceae: 
Eupatorieae) for Dominica. Phytologia 62: 

Se publican las combinaciones nuevas de Chromolaena impetiolaris 
(antes Eupatorium impetiolaris) y C. macrodon (E. macrodon). 

Nielsen, R. & J. McLachlan. 1986. Arochaete marchantiae comb. nov. and 

Trichothyra irregularis gen. et sp. nov. with notes on other species of 


368 Moscosoa 5, 1989 


small filamentous green algae from St. Lucia (West Indies). Nordic J. 
Bot. 6: 515-524. 

Norris, J. N. 1985. Graciliaria and Polycavernosa from the Caribbean and 
Florida: key and list of the species of economic potencial, pp. 101, 
102, Fig. 71, 72 en I. A. Abbott & J. N. Norris (eds.), Taxonomy of 
economic seaweeds with reference to some Pacific and Caribbean 
species. Calif. Sea Grant College Progr. Rep. T-CSGCP—011. (xv, 
pp. 1-167). 

Ogden, N. B., W. G. Gladfelter, J. C. Ogden, & E. H. Gladfelter. 1985. 
Marine and terrestrial flora and fauna notes on Sombrero Island in 
the Caribbean. Atoll Res. Bull. 292: 61—74. 

Pena, E., E. Grillo, & M. Ruiz. 1985. Metabolitos secundarios en Cycada- 
ceae: I. Estudios de los tipos de metabolitos secundarios en especies de 
los géneros Microcycas, Dioon, Cycas, Zamia y Ceratozamia. Rev. Jard. 
Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(1): 125-133. 

Se reporta sobre diecinueve especies de Cycadaceae; los grupos de 
aminoácidos libres, los flavonoides, los triterpenos, los esteroides, y 
los glucósidos cardiotónicos de las hojas nuevas y viejas. 

Pérez E. & P. Smid. 1984. Crecimiento y desarrollo de dos especies de plan- 
tas típicas de sabana. Acta Bot. Cub. 20: 54—62. 

Sobre el crecimiento de Andropogon tener y Leptocoryphium lana- 
tum en Sabana de Yaguaranas, Cienfuegos, Cuba. 

——__ . 1984. Observaciones de la dinámica de biomasa aérea de una comuni- 
dad herbácea de sabana. Acta Bot. Cub. 20: 41—53. 

Plasencia Fraga, J. M. 1985. Invas.ón de Typha domingensis (Pers.) Kunth 
en un embalse de Sierra del Rosario. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Haba- 
na, Cuba) 7: 1-8. 

_—_ . 1986. El papel ecológico de la vegetación acuática superior en la 
Laguna del Tesoro, Cuba. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, Cuba) 
122117. 3 

Se determinó la concentración de oxígeno, la temperatura, y el pH 
en cinco biotopos durante un año dentro de la laguna, así como la 
distribución y biomasa de las especies más comunes. 

Plasencia Fraga, J. M. £ J. Kvet. 1984. El efecto de cortes sucesivos sobre el 
crecimiento de Typha domingensis. Ci. Biol. (Cuba) 12: 49—60. 

Se determinó el efecto de de los cortes sobre la biomasa aérea y 
subterráneo de Typha. Los cortes se realizaron a dos niveles y cua- 
tro frecuencias. Los cortes a nivel del suelo produjeron más efecto 
sobre la biomasa aérea y subterránea. Se recomienda realizar experi- 
mentos a mayor escala con vista al uso de este método en el control 


Moscosoa 5,1989 369 


de Typha en aliviaderos y canales. 

Podzorski, A. C. 1984. Caponea caribbea Podzorski, a structurally unique 
new diatom from Jamaica. Novae Hedwigia 40: 1—8. 

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locales de Isla de la Juventud. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba). 
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Una lista de las especies endémicas y su distribucion en la Isla de la 
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sida: Fissidentaceae), from Puerto Rico and the Dominican Republic. 
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Quero, H. J. & R. W. Read. 1986. A revision of the palm genus Gaussia. 
Syst. Bot. 11: 145—154. 

Una revisión taxonómica del género Gaussia (Arecaceae); G. prin- 
cipes en Cuba y G. attenuata en Puerto Rico. 

Ricardo, N. L. Menéndez, & M. Tesarova. 1984. Desaparición de hojarasca 
en dos tipos de bosque tropical en Sierra del Rosario. Acta Bot. Cub. 
20: 29—40. 

La desaparacion de la hojarasca de un bosque siempreverde tropical 
submontano y uno siempreverde tropical microfilo humedo esta 
influido por los extremos de la temperatura y la precipitacion. 

Robaina, C., R. Menéndez, F. Rodriguez, M. E. Manzine, M. Larinova, y 
V. R. Fuentes. 1985. Tamizaje fitoquimico de plantas medicinales 
utilizadas popularmente en Cuba. Rev. Pl. Med. (Cuba) 5: 97—104. 

Se presentan los resultados del tamizaje fitoquímico de 15 especies 
de plantas de uso como medicina en Cuba, las que arrojaron valora- 
ción farmacológica positiva de acuerdo con lo citado popularmente. 

Rodríguez Fuentes, A. 1985. Sobre el género Melochia L. en Cuba. Rev. 
Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 47-52. 

Se presentan algunos caracteres más notables de las especies de 
Melochia (Sterculiaceae) de Cuba, con una clave de las especies y los 
dibujos de las hojas típicas. 

Rodríguez Hernández, M. 1985. Clave para los hongos de la fumagina en 
Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (Cuba) 6(2): 53-62. 

—__ . 1985. Dos nuevas especies de Ascomycetes de la fumagina: Chaeto- 
thyrium diversum y Dennisiella longispora. Rev. Jard. Bot. Nac. (La 
Habana, Cuba) 6(1): 69—73. 

Rodríguez Hernández, M. & M. Camino Vilaró. 1985. (1986). El género 
Seuratia (Ascomycotina) en Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, 
Cuba) 6(3): 61-63. 


370 Moscosoa 5, 1989 


El primer reporte del género en Cuba; con dibujos. 

Rodríguez, M. E. 1986. Cantidad de hojarasca descompuesta en dos áreas del 
bosque siempreverde submontano de Sierra del Rosario, estimada por 
el método de las áreas pares. Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, Cuba) 
104122 

Rodriguez, M. E., M. O. Orozco, C. Alonso, y M. Lescaille. 1986. 

Variación de algunos factores edáficos en relación con afectaciones de 
la vegetación en un área de la Estación Ecológica de Sierra del Rosario. 
I. Humedad, materia orgánica, fósforo, nitrógeno, relación C/N y pH. 
Rep. Invest. Inst. Bot. (La Habana, Cuba) 15: 1-23. 

Rodríguez, M. E., M. O. Orozco, & M. A. Zorrilla. 1987. Actividad biológica 
en sedimentos del sumidero del Arroyo de La Viuda, Cueva Fuentes, 
Pinar del Río, Cuba. Acta Bot. Cub. 47: 1-15. 

Rodríguez, M. E. & M. A. Zorrilla. 1986. Passalus interstitialis Pascoe (Co- 
leoptera: Passalidae) y su papel en el inicio de la descomposición de la 
madera en el bosque de la Estación Ecológica Sierra del Rosario, Cuba. 
II. Actividad en condiciones de laboratorio. Ci. Biol. (La Habana, Cuba) 
16: 6%-75, 

Se determinó la cantidad de serrín producida por el insecto en peda- 
zos de madera de Matayba apetala, Licaria triandra, y Cinnamomum 
triplinervis. Se encontró que la actividad del insecto estaba relaciona- 
da al contenido inicial de agua, y la densidad de madera. Se hacen 
proyecciones sobre la duración de la madera en el bosque. 

Román Parra, C. & J. A. Schriefer. 1986. Investigación of the contraceptive 
properties of a Puerto Rican plant. Science-Ciencia 13: 75-77. 

El extracto de Lepidium virginicum (Brassicaceae) fue efectivo como 
contraceptivo en los ratones del laboratorio. Los resultados sugieren 
que la planta tiene una sustancia contraceptiva que merece más estu- 
dio. 

Sánchez Villaverde, C. 1985 (1986). El género Trichomanes L. subgénero 
Didymoglossum (Desvaux) C. Chr. en Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La 
Habana, Cuba) 6(3): 31-48. 

Se describen 10 especies en Cuba, se ofrece una clave para su deter- 
minación, y datos sobre su distribución en Cuba. Se incluyen notas 
sobre la anatomía del rizoma, venas, indusio, y esporas. Con dibujos. 

Sánchez Villaverde, C. & M. García Caluff. 1985. Una especie de Psilotum 
Sw. rara en Cuba se relocaliza. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 
6(1): 41-45. 

Un nuevo reporte de Psilotum complanatum (Psilotaceae) en Cuba, 
con un dibujo, una descripción, y un mapa de su distribución. . 


Moscosoa 5, 1989 * 571 


Sanders, R. W. 1987. Identity of Lantana depressa and L. ovatifolia (Verbe- 
naceae) of Florida and the Bahamas. Syst. Bot. 12: 44—60. 

Por medio de estudios de morfología, cromosomas, e híbridos arti- 
ficiales en el campo y en el jardín experimental, se distingue entre 
Lantana depressa, L. ovatifolia, y los híbridos entre estas especies y 
L. camara. Se describe L. depressa var. sanibelensis nueva para la 
ciencia. 

——. .1987. Taxonomic significance of chromosome observations in Carib- 
bean species of Lantana (Verbenaceae). Amer. J. Bot. 74: 914-920. 

Se reporta los números de cromosomas de varias especies de Lan tana 
de la Florida, EE. UU. A. y de las islas caribeñas y se interpretan los 
datos en relación ala taxonomía de las especies nativas. 

Saralegui Boza, H. 1985 (1986). Problemática de Piper aduncum L. s.l. en 
Cuba. Rev. Jard. Bot. Nac. (La Habana, Cuba) 6(3): 51-54. 

Se argumenta la existencia de Piper aduncum L. y P. ossanum (C. 
DC.) Trel. (Piperaceae) en Cuba. 

Sastre, C. 1985. Evolution de la flore terrestre, en Evolution des biotopes de 
la Soufriere de Guadeloupe apres les éruptions de 1976—77. Comp. 
Rend. Séanc. Soc. Biogéogr. 61: 9-21. 

—— . 1985. Nomenclature de deux especes de Lobelia L. des Petites Ant- 
lles. Phytologia 58: 167, 168. 

Sobre Lobelia stricta Swartz y L. areolata Richard ex Juss. de Gua- 
deloupe, Antillas Menores. 

Schmiedeknecht, M. 1984. Charakteristk der Rostpilzflora Cubas. Ergeb- 
nisse der cubanisch-deutschen Alexander-v.-Humboldt- Gedaechtnis- 
Expedition 1967/68, Nr. 36. Wiss. Z. Fnedrich-Schiller-Univ. Jena, 
Naturwiss. Reihe 33 : 765—778. 

Las especies de las Uredinales de Cuba; sus distribuciones por plantas 
infectadas por este hongo de roya. 

Singh, P.D.A. & N. C. Singh. 1985. The Jamaican thornapple (Datura stra- 
monium L. ) as a local source of tropane alkaloids. Caribbean J. Sci. 
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Smith, A. 1986. Seamoss farming in Saint Lucia: from research to reality. 
Carib. Conserv. News 4(6): 7—9. 

Se reporta sobre un proyecto de cultivar las algas marinas rojas de 
Gracilaria y Euchema en Saint Lucia; son utilizadas para hacer refres- 
cos y el flan en las islas caribenas. 


Stevenson, D. W. 1987. Again the West Indian Zamias. Fairchild Trop. Gard. 
Bull, 42(3):, 23293 


372 Moscosoa 5, 1989 


Una breve revision del género Zamia (Zamiaceae) en las islas caribe- 
nas. Se publica una especie nueva, Zamia amblyphyllidia de Puerto 
Rico. Se incluye una clave para identificar las especies nativas. 

Stuchlick [Stuchlik], L. 1984. Morfología de los granos de polen de las 
Chloranthaceae y Canellaceae cubanas. Acta Bot. Hungar. 30: 321— 
328. 

Se describe el polen de Hedyosmum (Chloranthaceae) y de Canella y 
de Cinnamodendron (Canellaceaeae) de Cuba. Incluyendo las foto- 
fías del polen. 

Stuchlik, L. £ M. Moncada. 1987. Morfología de los granos de polen de las 
especies cubanas de Phytolaccaceae. Acta Bot. Cub. 46:1—11. 

Se describen los granos de polen de Agdestia, Microtea, Petiveria, 
Phy tolacca, Rivinia, y Trichostigma. 

Suárez, A. G. & J. Gloser. 1984. Cursos diarios del microclima y del régimen 
hídrico en un pastizal de Paspalum notatum y Panicum maximum. Acta 
Bot. Cub. 20: 72-87. 

Sugden, A. M., E. V. J. Tanner, & V. Kapos. 1985. Regeneration following 
clearing in a Jamaican montane forest: results of a ten-year study. J. 
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Vales, M. A. 1984. Cuticular analysis of the leaf of Ceratopyxis verbenaceae 
(Griseb.) Hooker f. ex Hooker (Rubiaceae). Acta Bot. Hung. 30: 341— 
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Vales, M. A. & H. Suess. 1985. Die Holzanatomie der in Kuba endemischen 
Rubiaceae Acuneanthus tinifolius (Griseb.) Borhidi, Ariadne shaferi 
(Standl.) Urb. und Neomazaea phiallan thoides (Griseb.) Krug et Urb. 
Feddes Repert. 96: 215—225. 

Se estudian las maderas de las especies endémicas de Cuba. 

—__. . 1985. Die Holzanatomie der in Kuba endemischen Rubiaceae Phy- 
llomelia coronata Griseb. und Ceratopyxis verbenacea (Griseb.) Hook. 
f. ex Hook. Feddes Repert. 96: 227—233. 

Vilamajó, D. 1984. Comportamiento fenológico de especies del estrato 
arbóreo en un bosque siempreverde. Ci. Biol. (Cuba) 19:79—92. 

Se presentan los datos del ritmo fenológico de quince especies de 
árboles durante los cinco años del estudio. Se relaciona el ritmo a las 
condiciones climáticas. 

__—_. . 1985. Comportamiento fenológico de especies de vegetación secunda- 
ria en Sierra del Rosario, Cuba. Ci. Biol. (Cuba) 13: 51-58. 

Se observó durante cinco años la fenología de seis especies arbóreas 
y arbustivas. La mayor producción de hojas, flores, y frutos ocurrió 
en la época de mayor precipitación. 


Moscosoa 5, 1989 373 


Vilamajo, D., R. P. Capote, N. kKicardo, E. E. Garcia, & L. Montes Rodrí- 
guez. 1987. La vegetación entre Herradura y Bacunayagua, costa norte 
de la Provincia de La Habana, Cuba. Acta Bot. Cub. 49:1—15. 
Vilamajo, D. & L. Menéndez. 1987. Flora y vegetación del grupo insular 
Los Colorados, Cuba. Acta Bot. Cub. 38: 1-14. 
Wadsworth, F. H. & R. A. Birdsey. 1985. A new look at the forests of Puerto 
Rico. Turrialba 35(1): 11;17. 
Un inventario reciente de los bosques secundarios en terrenos poten- 
ciales para la producción de madera en Puerto Rico, indica que casi 
la mitad de ellos (52,000 ha) ya contienen, sin sembrarlos, una nueva 
cosecha potencial de árboles de 21 especies maderables. Este aconte- 
cimiento reduce a la mitad el área a sembrarse. Se tratan las pregun- 
tas: ¿Cómo se regeneró este número tan alto de árboles? ¿Siguen 
este proceso los otros bosques secundarios? ¿Cuán rápido crecen 
estos árboles? ¿Responderían al tratamiento silvicultural? ¿Podría 
ser su producción económicamente viable? 
Wagenaar Hummelinck, P. 1986. Agaveproblemen op de Bovenwindse Eilam- 
den der Kleine Antillen. Suculenta 65: 138-142. 
Las Agave (Agavaceae) de las Antillas Menores, una lista de las espe- 
cies conocidas anteriormente y las nuevas. 
——— . 1986. Agavenproblemen op de Bovenwindse Eilanden der Kleine 
Antillen. II. Suculenta 65: 161—164. 
Sobre Agave missioum, A. karatto, y A. scheurmaniana in las Antillas 
Menores. 
Weaver, P. L. 1986. Hurricane damage and recovery in the montane forests 
of the Luquillo Mountains of Puerto Rico. Caribb. J. Sci. 22: 53—70. 
El daño hecho por los huracanes y la recuperación de los bosques 
montañosos, Sierra de Luquillo, Puerto Rico. 
—— . 1986 (1987). Natural forest and line planting studies. Instit. Trop. 
For. Annual letter 1985-1986: 5, 6. 
Un resumen del inventario de los bosques de la isla St. Vincent, 
del daño hecho por los huracanes y la recuperación de la vegetación 
natural en un bosque experimental de la Sierra de Luquillo, Puerto 
Rico, y un estudio ecológico del bosque enano y nublado en la mis- 
ma sierra de Puerto Rico. Los reportes enteros se publican en Birsdey, 
et al. (1985), Weaver (1986), y Weaver et al. (1986), respectivamente. 
Weaver, P. L., E. Medina, D. Pool, K. Dugger, J. Gonzales-Liboy, & E. Cue- 
vas. 1986. Ecological observations in the dwarf cloud forest of the 
Luquillo Mountains of Puerto Rico. Biotropica 18: 79-85. 
Una investigación florística y ecológica sobre el bosque enano y 


374 Moscosoa 5, 1989 


nublado de Puerto Rico, ineluyendo la producción de biomasa, área 
foliar, hojarasca, la devolución de los N, P, K, Ca, y Mg al suelo por 
descomposición de la hojarasca, y el crecimiento anual de los árboles. 
Weniger, B. & L. Robineau. [1987.] Seminaire Tramil 2, recherches scientifi- 
ques et usage populaire des plantes médicinales dans la caraiba, Santo 
Domingo, novembre 1986. Rapport partie scientifique. [Enda-Caribe. 
Santo Domingo, Republica Dominicana]. 254 pp. 
Un reporte sobre el seminario acerca de las plantas medicinales del 
Caribe, de noviembre de 1986. Con una lista de participantes, y los 
usos de las plantas. La mayor parte de la publicación se resume de la 
manera siguiente: ““Reportoire des especes les plus courantes retrou- 
vees dans les usages traditionnels selon les enquetes ethnopharmacolo- 
giques de Thomonde, Haiti, Zambrana (rural), Rep. Dominicaine, 
Manganagua (sub-urbaine), Rep. Dominicaine”. Incluyendo una bi- 
bliografía de la literatura citada. 
Wiersma, P. 1984. Moss flora and vegetation of Saba and St. Eustatius 
(West Indies). Proc. Konink. Nederl. Akad. Wetenschap. C, 87: 337— 
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Lantana sect. Camara (Verbenaceaz) in Hispaniola: novelties and notes. BSG 
202. R.W. Sander. 


Two atypical examples of seed distributien'in the Dominican Republic. 
216.R.A, Howard & T. A. Zanoni 


Orquídeas (Orchidaceae ) nuevas para la ciencia, endémicas a la Española. II, 
226. D. D. Dod 


Orquídeas (Orchidaceae) nuevas para la Española y otras notas. VII. 
235, D.D. Dod 


El género Lepanthes (Orchidaceae) de la Isla Española. 1. 
250. H. A.Hespenheide & D. D. Dod. 


Orquídeas (Orchidaceae) nativas silvestres en el Jardín Botánico Nacional, en Santo Do- 
mingo, República Dominicana. 
265. D.D. Dod. 


Un inventario de las Orchidaceae del Parc National Citadelle, Sans Souci y Ramiers, en 
Milot, Haití. 
270. D. D. Dod. 


Santuario para una orqu idea endémica. 
276. D.D. Dod 


BIOGRAFIAS: 
Miguel Domingo Fuertes Loren: benemeritus florae domingensis. 
281. J. L. Saez 


Einar J. Valeur: colector botánico en la República Dominicana. 
292. T. A. Zanoni. 


Las expediciones botánicas de Joseph N. Rose a la República Dominicana (1913) y Haití 
(1918). 
299. T. A. Zanoni& R, W. Read 


Los dos viajes botánicos de Harry A. Allard a la República Dominicana en 1945-1946 y 
1947-1948 
307. T. A. Zanoni 


BIBLIOGRAFIAS: 
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Bibliografía de la flora y la vegetación de la Isla Española. III. Adiciones. 
340. T. A. Zanoni 


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