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PIMENTEL.— OBRAS COMPLETAS.
MENTEL.— OBRAS COMPLETAS.
OBRAS COMPLETAS
DE
D. FRANCISCO PIMENTEL
MIEMBRO QUE FUE DE VARIAS
SOCIEDADES CIENTÍFICAS Y LITERARIAS DE MÉXICO, EUROPA
Y ESTADOS UNIDOS DE N. AMÉRICA.
PUBLICARLAS PARA HONRAR LA MEMORIA DEL AUTOR, SCS HIJOS
JACINTO Y FERNANDO.
TOMO II.
MÉXICO.
TIPOGRAFÍA ECONÓMICA.
AVENIDA ORIENTE A. 2 NUM. 324
ANTES CAZUELA 1.
1903
CAPITULO XXXII.
COMPARACIÓN DEL TARASCO CON EL
MEXICANO Y SUS AFINES.
1. En el t. 1? de la presente*obra, 13 edición, al tratar del
Tarasco, y hablando del reino de Michoacán dije:
«Se ignora el origen de sus habitantes, sobre cuyo punto
el P. Acosta, en su Historia de Indias, cuenta una fábula in-
sulsa tomada, sin duda, del P- Duran (Historia de México,
MS.,) la cual ha refutado satisfactoriamente Clavijero. Di-
ce Acosta que viniendo los mexicanos hacia el valle de Mé-
xico, parte de ellos tuvieron un motivo de enojo con los otros,
por lo cual no sólo dejaron de seguirlos, sino que aun adop-
taron idioma diferente que fué el tarasco. El P. La-Rea, en
su Crónica, aunque no hace mérito de esa fábula, también
cree que los pobladores de Michoacán fueron mexicanos;
pero de todos modos esto es falso, pues la diferencia que
hay entre el tarasco y el mexicano demuestra que los hom-
bres que hablan esas lenguas son de nación diferente. Es-
te es uno de los casos en que la filología puede con seguri-
dad ilustrar la historia- »
La publicación de la obra del P. Duran intitulada «Histo-
ria de las Indias de Nueva España.» (Méx. 1867) ha confir-
mado mis sospechas respecto de ser él de quien tomó Acos-
ta la noticia sobre el origen de los tarascos- He aquí lo que
textualmente refiere Duran:
«Es de saber que los mexicanos, los que agora son Ta-
* Conforme lo hizo el autor en las ediciones 1? y 2? de su Cuadro, la
numeración de los capítulos es correlativa en la presente.— E. E.
6 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
vascos y avitan la provincia de Mechoacan, y los de la provin-
cia de Malinalco, todos eran de una congregación ó parciali-
dad y parientes, y salieron de aquella sétima cueva debajo
del amparo de un dios que los guiaba y todos hablaban una
lengua: llegados á aquel lugar ele Pazcuaro, viéndole tan apa-
cible y alegre, consultaron á su dios los sacerdotes y pidié-
ronle, que si no era aquel el lugar que les tenia prometido
y auian de fuerQa pasar adelante, que al menos tuviese por
bien de que aquella provincia quedase poblada: el dios Vit-
zilópochtli respondió á sus sacerdotes, en sueños, quel era
contento de hacer lo que le rogaban, y que el modo seria que
todos los que entrasen en una laguna grande que en aquel
lugar ay á se lavar, como ellos lo tienen de uso y costum-
bre, así hombres como mugeres, que después de entra-
dos se diese aviso á los que afuera quedasen, que les hurta-
sen la ropa, así á ellos como á ellas, y sin que losintiesen al-
Sasen el real y se fuesen con ella y los dejasen desnudos.
Los mexicanos obedeciendo el mandato de su dios, estando
los de la laguna embebecidos en el contento del agua, sin
ningún detenimiento alearon el real y partieron de allí, to-
mando la via que su dios les señaló. Después de auerse lava-
do con mucho contento los questauan en la laguna, salieron
della y buscando su ropa para, cubrirse no la aliaron, y en-
tendiendo ser burla que los demás les hacian, vinieron al
real donde auian dejado la demás gente y aliáronlo solo y
sin persona que les dijese hacia qué parte auian tomado la
via; y viéndose así desnudos y desamparados y sin saber
adonde ir, determinaron quedarse allí y poblar aquella tie-
rra, y cuentan los que dan esta relación, que como quedaron
desnudos en cueros, así ellos como ellas, y lo estuvieron mu.
cho tiempo, que de allí vinieron & perder la vergüenza y
traer descubiertas sus partes impúdicas y ano usar brague-
ros ni mantas los de aquella nación, sino unas camisas lar-
gas hasta el suelo, como lobas judaicas, el qual traje yo lo
alcancé y hoy dia entiendo se usa entre los manQeguales. • •
"Dividida la nación mexicana en tres partes, la una quedó
en nn y pobló aquella provincia, inventando lengua
particular para no ser tenidos ni conocidos por mexicanos,
agraviados de la injuria que se les auia hecho en dejallos; y
la otra parte, quedando en Malinalco. »
EL MEXICANO Y SUS AFINES- 7
Esta fábula de Duran ha sido literal ó sustancialmente ad-
mitida por los escritores subsecuentes, excepto Clavijero,
pues se conforman en creer que los tarascos son de origen
mexicano. Consúltese Acosta, Historia de Indias; García,
Origen de los Indios; La-Rea, Crónica de Michoacán; Beau-
mont, Crónica de Michoacán; Payno, Historia de Michoacán.
Por mi parte, intentaré demostrar aquí que los mexica-
nos no pudieron haber inventado por simple enojo ó capri-
cho (según dice Duran) un idioma como el tarasco, tan dis-
tinto al suyo: la filología no admite esta clase de invenciones,
de la manera que se puede inventar un dístico ó una cuarte-
ta, porque las lenguas nacen espontáneamente, y no por me-
dio de un convenio premeditado.
2- Antes de comparar filológicamente el mexicano y el ta-
rasco, voy á hacer un paralelo entre ellos, aunque muy bre-
ve, bajo el punto de vista literario, por cuyo paralelo comen-
zarán ya á percibirse las diferencias que hay entre esas dos
lenguas.
El mexicano es más rico en terminaciones que el tarasco,
y más abundante en nombres derivados.
El tarasco no sabe distinguir como el mexicano la catego-
ría de las personas; no tiene como este idioma formas para
expresar respeto, reverencia-
El mexicano tenía una prosodia bastante perfecta, supues-
to que pudo expresar la poesía; no se sabe que los tarascos
conocieran este sublime arte, sino es en época posterior, á
imitación del castellano.
El mexicano tiene pocos verbos irregulares respecto del
tarasco.
El mexicano posee bastantes "preposiciones, y el tarasco
casi todas las suple con nimbo, que algunos creen ser la úni-
ca preposición propia del idioma.
En compensación de las ventajas que hemos encontrado
al mexicano respecto del tarasco, vamos á indicar las exce-
lencias de éste.
El tarasco tiene más letras en su alfabeto que el mexica-
no: es, pues, más rico en combinación de sonidos.
Abundan más en tarasco las voces esdrújulas que comu-
nican al lenguaje cierta entonación y sonoridad.
Es más abundante el tarasco que el mexicano en onoma-
3 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
topeyas, en voces imitativas, que dan á la palabra cierta vi-
veza, más expresión.
El tarasco usa declinación para el nombre y pronombre,
de la cual carece el mexicano.
El tarasco tiene pronombre relativo que falta al azteca,
así como infinitivo, tan útil para expresar las ideas en abs-
tracto.
El mexicano suple las personas del verbo con pronombres,
prefijos: en esto va más adelante el tarasco, pues usa verda-
deros signos para ello, finales que no son el pronombre afi-
jo ni prefijo, exceptuando la primera persona de plural.
El verbo sustantivo tiene una conjugación completa y re-
gular en tarasco, mientras que en mexicano carece de pre-
sente de indicativo. Otros verbos del tarasco, aunque irre-
gulares, tienen por causa de irregularidad la eufonía, cir-
cunstancia que concurre aun en lenguas como el griego.
Respecto á número de voces no es fácil calcularle por-
falta de buenos diccionarios; pero sí puede asegurarse que
los idiomas que comparo son ricos en palabras.
Igualmente el tarasco y el mexicano tienen voces muy ex
presivas que resultan del uso de la composición, para la
cual ambos idiomas cuentan con los mismos recursos y la
misma variedad de combinaciones.
En resumen, no es posible dar á uno de estos idiomas la
preeminencia respecto del otro, pues cada uno tiene sus
ventajas y sus bellezas particulares. Buschmannensu obra
De los nombí es de lugares aztecas hizo del mexicano esta ca-
lificación: «La lengua antigua de Anáhuac está ala altura
de los idiomas más perfectos del antiguo mundo, y ofrece
material para los análisis más finos de gramáticas Nájera
en el prólogo á su Gramática del Tarasco se expresó así:
«Cuando se estudia este idioma, se ve que si se hubiera de
inventar una lengua no se haría sino imitando el tarasco.
Nada le falta, y es tan sencilla que parece nada tiene. >
3. Pasando ahora á tratar de las diferencias morfológicas
y gramaticales que se notan entre el tarasco y el mexicano.
me extenderé á considerar los afines de éste, es decir, todo
el grupo inexicano-ópata, y no me limitará á marcar sólo
i '¿ales sino aun algunas secundarias, para
EL MEXICANO Y SUS AFINES. 9
que que se perciba bien el aspecto tan diverso de las len-
guas que comparo.
La modificación de sonido que hay entre la c del tarasco,
cuando suena ca, co, cu, y la Je no se conoce en las lenguas
mexicano-ópatas, como tampoco la rh, sonido medio entre
la l y la r. En pima hay rh; pero asemejándose á la s.
Como lo veremos en el cap. 57 de la presente obra, en es-
tos idiomas tiene el mismo valor un signo antepuesto, inter-
calado, ó pospuesto, porque todos se aplican bajo un mismo
sistema que es el de yuxtaposición ó aglutinación- Sin em-
bargo, como en lingüística, lo mismo que en las demás cien-
cias naturales, se pueden admitir diferencias secundarias
para formar órdenes, géneros, etc., conviene hacer una dis-
tinción entre el tarasco y las lenguas mexicano-ópatas, á
saber, que en éstas domina el uso de finales ó terminacio-
nes, según lo hemos visto en los capítulos anteriores, mien-
tras que la gramática tarasca prefiere la intercalación muy
marcadamente, como consta de los siguientes ejemplos que
pueden explanarse leyendo la descripción del tarasco, capí-
tulo anterior.
De Tata, padre, sale el dativo tata-ni y de tatani el plural,
tata-eclia-ni intercalado el signo de plural. Las personas del
verbo se marcan con finales; pero los tiempos y modos con
intercalaciones, v. g., de la radical pa del verbo que signifi-
ca llevar sale pa-háca, yo llevo; papihea, yo había llevado;
pa-uaca, yo llevaré: ca es signo de primera persona de singu-
lar, así es que ha, pih y ua con las partículas intercaladas que
marcan el tiempo. Las voces también se marcan general-
mente con signos intercalados; v. g.,pahaca, yo llevo ;pa-nsra-
haca, yo soy llevado. Hemos visto en el capítulo anterior
que en tarasco hay pocas preposiciones, siendo himbo la que
aparece como más propia: pues bien, las preposiciones se su-
plen frecuentemente mediante el significado que tienen las
partículas del idioma llamadas propiamente por Lagunas
interposiciones (V. cap. anterior § 87.)
En los idiomas del grupo mexicano se encuentran pocas
voces onomatopeyas, mientras que en tarasco abundan.
El tarasco tiene declinación, así como también las lenguas
ópatas, cahita y eudeve; pero con estas diferencias. La de-
clinación tarasca es única de un plan sencillo, y la declina-
10 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
cióu de la familia ópata es varia y complicada por su diver-
sidad de signos. La declinación tarasca se extiende al pro-
nombre; pero no la del ópata, cahita y eudeve. Sobre todo,
la diferencia más notable es la de forma de signos, teniendo
que ocurrir á etimologías forzadas para encontrar alguna se-
mejanza aislada, como ri, una de las varias ñnales del ópa-
ta, respecto de eueri terminación del genitivo en tarasco; en
ópata, ri no sólo es final de genitivo sino también de acusati-
vo y dativo, casos que el tarasco distingue de aquel, y ade-
más sería preciso suponer una abreviación en ópata ó un
agregado en tarasco. La final e es signo común de vocativo
en mexicano, ópata y tarasco; pero c no parece ser más que
una interjección propia para llamar, esto es, forma que se
puede explicar por la ley de onomatopeya, y no por comu-
nidad de origen.
El tarasco tiene un solo signo para expresar plural, de
forma distinta á los varios del mexicano y sus congéneres.
Algunas analogías se descubren entre los signos de los
nombres y verbos derivados del tarasco y las lenguas me-
xicano-ópatas; pero son pocos, aislados, así es que se pue-
den explicar de la misma manera que más adelante explica-
remos, las semejanzas léxicas que igualmente se encuentran-
Las analogías más naturales que hallo entre los signos ta-
rascos y mexicano--ópatas se reducen á estas. La final ta
concurre en cora y tarasco para formar abstractos. Ti, ta,
kua, ri signos tarascos de verbal; en mexicano tli; en cahita
tzi; en cora te, ti; en mexicano ka; en cahita ri. Ke, ga partí-
culas del tarasco para la voz pasiva; en tepehuan ka. Ta sig-
no de compulsivo en tarasco; en mexicano tía; en cahita tua.
En el pronombre no hay más que una analogía aislada, se-
gún veremos al comparar los diccionarios, siendo otra di-
ferencia, notable entre los idiomas que comparo, la de que en
mexicano se encuentran dos formas para el pronombre, en
composición ó fuera de ella: nehuatl, nehua, ne, yo, en com-
posición es ni. El pronombre tarasco, en composición, sólo
experimenta una abreviación; pero un cambio de forma (V.
c. anterior § 34.) El posesivo del mexicano-ópata tiene cier-
tas partículas que se le agregan, ó el nombre á que se refie-
re sufre un cambio de final según hemos visto en las com-
paraciones correspondientes, entre ellas al tratar del resu-
EL MEXICANO Y SUS AFINES. 11
raen gramatical (c. 29:) nada de eso se usa en tarasco; hay las
siguientes diferencias. En mexicano-ópata.
Entre el verbo tarasco y el mexicano- -ópata las personas
se marcan con los pronombres, sean afijos, prefijos ó sepa-
rados: en tarasco hay terminaciones especiales, signos pro-
pios para marcar las personas, sin analogía con los del pro-
nombre, exceptuando la primera persona de plural. Ya he
indicado estas circunstancias en el capítulo anterior, trata-
ré de ellas en el cap. 57 al hablar del carácter morfológico
de estos idiomas, y el lector mismo puede cerciorarse de
ello comparando las finales que marcan las personas en ta-
rasco con el pronombre del mismo idioma. Otra diferencia
entre el verbo tarasco y el mexicano-ópata es la siguiente:
los pocos idiomas del grupo que tienen infinitivo le presen-
tan indeterminado, poco marcado, sin especiales signos que
le distingan, como lo expliqué en el resumen gramatical del
capítulo 29, mientras que en tarasco el infinitivo se haya per-
fectamente caracterizado, tiene su final propia n i. Pero lo
que especialmente decide la diferencia del verbo en las len-
guas que estudiamos, es la diversidad de signos: con traba-
jo, y forzando las etimologías, se encuentran apenas dos ó
tres semejanzas, entendiéndose de la conjugación radical, la
del verbo activo, pues respecto á verbos derivados ya hablé
anteriormente-
4. Pasando ahora á tratar del diccionario, comenzaré por
recordarlo que indiqué en el prólogo de esta obra, y fué que
las palabras se comunican más fácilmente de un pueblo á
otro, que la gramática: en consecuencia, no debe llamar la
atención que comparando concienzudamente el diccionario
tarasco con el mexicano-ópata, se encuentren algunas más
analogías que de gramática. Sin embargo, como la gran ma-
yoría de las voces son distintas entre esas lenguas, y como
existe la diferencia de sistema gramatical, resulta que las
analogías léxicas que se descubren, pueden racionalmente
explicarse de varios modos, menos por la comunidad de ori-
gen. Voy á ocuparme primero en comparaciones relativas
sólo al mexicano, y después lo haré respecto á las demás
lenguas del grupo.
Padre se dice en mexicano tatti, y madre nantli; en taras-
co tata, nae. La analogía de los nombres de parentesco reu-
12 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
nida á la de otras palabras primitivas y á la de sistema gra-
matical son la mejor prueba de afinidad en dos ó más len-
guas; pero por sisólas, pueden referirse ala ley de ono-
matopeya, pues su forma es la más sencilla, se compone de
sílabas fáciles que de un modo análogo debieron balbutir los
primeros hombres de diversas razas y distintos países. Así
lo reconocen lingüistas modernos como Renán en varias de
sus obras y Wedgwood en su Origin of language. Efectiva-
mente, la radical ta para decir padre la hallamos en idiomas
como el botocudo, el celta, el congo, el estoniano, el angola
y otros: la raíz ?ia (madre) se encuentra en Darien, Benin,
Potwotami, etc.
Otras palabras semejantes del tarasco y mexicano se pue-
de atribuir á la vecindad de los dos pueblos, como nombres
de animales ó utensilios, algunos verbos, y voces aislados
pertenecientes á varias categorías. He aquí ejemplos. Entre
los numerales sólo el dos se asemeja algo en mexicano y
tarasco orne, tzi-ima-ni, así como entre los pronombres sólo
el de segunda persona en singular tiene analogía tehua ó te
(mexicano); thu (tarasco).
Perro en mexicano es chichi: en tarasco uichu. Gato en
mexicano se dice mixto, en tarasco miztw, mono en mexicano
se traduce ozomatli, en tarasco ozoma. Halcón, milano, en
mexicano, es kuixin, en tarasco kuü/us. Araña, en mexicano,
es tokatl, en tarasco ta.ua.ki.
Tambor, en mexicano, ueuetl, en tarasco ta-uenua. Canasto'
en mexicano chichuitl, en tarasco tsikiueta.
En mexicano el verbo más propio para expresar la idea de
ser ó estar, el usado en tal acepción por la generalidad de los
intérpretes, el más extendido en el grupo es ka: como sinó-
nimo de ka: pero menos usado se halla m-ani que parece
tomado del tarasco eni, conservando la final característica
del infinitivo ni. Por el contrario, n-éki, querer, del mexi-
cano parece haber pasado al tarasco convirtiéndose en ueka
-ni, perdido el prefijo que no usa la gramática tarasca y
agregando su signo de infinitivo.
Otros nombres y verbos, como ciertos nombres de paren-
tesco ya explicados, pueden atribuirse á la onomatopeya;
v. g., tzetze-mu, en tarasco, gritar; en mexicano tzatzi;: kui-
(cha)-kua, en tarasco, canto; en mexicano kui-ko.
EL, MEXICANO Y SUS AFINES. 13
Hay otras semejanzas léxicas entre mexicano y tarasco
puramente aparentes y casuales, como akua, comida, en ta-
rasco; en mexicano tlakuaüi; en tarasco la a es radical y kua
una terminación muy común en sustantivos y adjetivos
verbales, mientras que en mexicano la final es lli, y la radi-
cal tlakua, resultando una coincidencia casual entre una raíz
y una terminación.
Del mismo modo podrían irse explicando algunas analo-
gías léxicas que se encuentran entre el tarasco y las lenguas
afines del mexicano, aunque con una diferencia que debe
tenerse en cuenta como dato precioso para la historia: el
trato ocasionado por la vecindad entre mexicanos y taras-
cos, no puede considerarse igualmente sino respecto de cier-
tas naciones inmediatas pertenecientes al grupo mexicano-
ópata; pero no de todas, así es que debe suponerse fundada-
mente un tránsito de los tarascos por el Norte de México,
durante el cual dejaron allí algo de su vocabulario y traje-
ron algo del perteneciente á otras tribus septentrionales.
He aquí ejemplos de palabras tarascas análogas con otras
lenguas vecinas ó tan distantes como el shoshone y el zuñi,
siendo de advertir que estas palabras no se encuentran las
más en mexicano, es decir, son análogas directamente con
el tarasco: de otro modo la explicación era muy sencilla:
que el mexicano i comunicó al tarasco lo que tenía de seme-
jante con las lenguas del Norte.
HERMANO.
Tarasco. Vaua. Op. Vaa. Eud Vatz. Com. Vari.
PRIMO.
Taras. Ihtza. Cora. T-ihatzi.
CABEZA.
Taras. Ehpu. Com. P-api- Guai. Apa. Cochimí. Ag-opi,
NARIZ.
Taras. Tz-ure. Uich. Ure (anómala en la familia ópata-pi-
ma á que el huichola pertenece-)
14 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
DIENTE.
Taras. Sini. Caigua. Sun. Mut- Sit.
CORAZÓN.
Taras. Min-tzita. Cost. Mene (anómala en la familia mut-
sun á que el costeño pertenece-)
CABELLO.
Taras. Ha-uiri. Mut, Uri.
SANGRE.
Taras. Y-uri-ri. Op- Era-t, Tep. Ure. P¿. V-ura.
Taras. Uatzi. Zufíi. Uetza-nah. Shoshone. N-atzi. (Esta pa-
labra es más parecida entre el tarasco con el Zuñi y Shos-
hone que con el mexicano, así es que no parece haberla re"
cibido por este intermedio. V. c. 30.)
Taras. Itsi. P'nna. Su-iti. Mut. Si. Ke. Sets (anómalas res-
pecto á las formas dominantes en el grupo mexicano-ópata.)
Taras. Turiri. Pima, Tura (Esta voz se encuentra en el
mismo casa que niño.)
FRÍO.
Taras. Tzirari. Cora. Zerit.
maíz.
Taras. Janini (maíz seco) Cora. Janib. Op. y Pi, Junu.
ESPECIE DE PALMA.
Taras. Tacamba. Op. Tacú. Cora .Tacati.
EL MEXICANO Y SUS AFINES. 15
CIRUELA.
Taras. Kupu. Kuich Kuarupu.
PISO.
Taras- Tzin-ireni. Mut G-ireni.
TOEDO.
Taras. Tzakari. Op. Tzaka.
Taras. Uakus- Pi Uaaki (V. lo observado respecto á la pa-
labra niño.)
Taras Tucuru. Pi. Tucuru. (La misma observación ante-
aior.)
CULEBRA.
Taras. A-kuitze. Chemegue. Kuiatz. Igual observación á
las dos palabras anteriores.)
PESCADO.
Taras. Kuruchu- Op- Ku-cci- Cahita- Kuchu. (Observación
anterior.)
GUSANO.
Taras. Karas. Mut- Kares.
SAPO.
Taras. Koki. Op. Koa.
GRANDE.
Taras Te-pari. Ouai. Pane:
SORDO.
Taras. Tozondi. Op. Ka-zotoda.
16 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
NEGRO.
Toros. Tu-(rim)-beti: Com. Tu-(ju)-bit.
VERDE.
Taras. Tzuri. Cahita- Tziari.
SER, ESTAR.
Taras. Eni. Eudeve- Eni.
Taras. Ketzare. Com. Ket-ziaro. (V. lo observado sobre la
palabra niño-)
IR.
Taras. Nir-a. Com. Nir. Cots. I-ni.
Taras. Huanda. Mut. Huate. (La misma observación que
sobre la palabra niño.)
VENIR.
Taras. Hurani. Eud. Hueren. (Aquí parece haber conser-
vado el eudeve ama parte de la final ni del infinitivo tarasco,
la n.)
ANDAR.
Taras. Huma. Cahita. Huarama.
ACOSTARSE, ECHARSE.
Taras. Uirupe. Tep- Uopoe.
SEMBRAR.
Taras. Hatzi-cuni. Cora. Atza. Pima. Uza. Com. Tetza
RONCAR.
Taras. Ku-ara. Op. T-oro. Tep. S-oro-ke.
EL MEXICANO Y SUS AFINES.
17
si.
Taras. Oa-ho. Diegueño. Ho. Caigua. Hoo.
Y, TAMBIÉN.
Taras. Ka- Tep. Kat.
ALLÁ.
Taras. H-ima, h-imin. Tep. Ami. Cahita.. Aman-i.
AHOEA.
Taras- I-yanani. Calata. Yeni.
Hechas ya las explicaciones convenientes sabré las pala-
bras semejantes entre el tarasco y el grupo mexicano- opa.
ta, que, como lo he dicho, son pocas respecto á la gran ma-
yoría de las que se encuentran diferentes, paso ahora á pre-
sentar algunos ejemplos de éstas, cuyas correspondientes
pueden consultarse, al menos la mayor parte, en los capítu-
los anteriores-
Español.
Hombre,
Mujer,
Viejo,
Hijo,
Marido,
Suegro,
Cuerpo,
Carne,
Ojo,
Oreja,
Boca,
Labio,
Lengua,
Cuello,
Mano.
Dedo,
Barriga,
Tarasco.
Tzihuereti.
Cuxareti-
Tharepeti.
Vuache-
Hanbucata-
Tharascue.
Cuiripehtsicata-
Cu ir ¿peta.
JEzkua.
Kutsikua.
Haramekua.
Penchumekua-
Katamu-
Anganchakua-
Hahki-
Munchuku rakua-
Ku parata.
18 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
Español. Tarasco.
Pecho,
Conchonakua-
Espalda,
Pexo.
Cola,
Gheti, chetskua-
Nervio,
Pasiri
Lágrima,
Veranda-
Piel, pellejo.
Sicuiri-
Cielo,
Avándaro-
Sol,
Huriata-
Nube,
Hanikua, xuma-
Luna,
Kutzi-
Lluvia,
Hanikua
Arco-iris,
Xupacata.
Granizo,
Xanuata.
Nieve,
Ietza-
Aire, «
Tariyata-
Tierra, mundo,
, Farakuahpen-
Año,
Vexurini-
Día,
Huriatekua.
Tarde,
Inchatiro.
Verano (tiempo de
aguas),
Hozta-
Invierno (tiempo de
seca),
Yatianskuaro, emenda.
Humo, vapor,
Sirauata-
Sombra,
Kuhmanda;
Río,
Yurekua-
Lago,
Hapunda-
Monte, cerro,
Gumpsta, pitziramaka^
mehtzamakua, huuata
ro, pukuriro.
Conejo,
Auani.
Venado,
Axuni.
León,
Puki-
Pluma,
Pungari.
Lombriz,
Tzirukua-
Mariposa,
Paracata.
Mosca,
Tindi.
Miel,
Ehpus-
EL MEXICANO Y
SUS AFINES. 19
Español.
Tarasco.
Leche,
ltzvkua.
Cuerno,
Tsiuangua.
Animal,
Axuni.
Árbol,
Angatapu.
Algodón,
Xurata.
Arena,
Cutzari.
Piedra,
Tzacapu.
Metal,
Tiamu.
Oro,
Tiripeti-
Comida,
Akua- (Véase lo expli-
cado anteriormente
sobre esta palabra.)
Pan,
Kurinda.
Hechicero,
Sikuame.
Flecha,
*
Plhtakua-
Arco (arma,)
Canicukua-
Barca, canoa,
Icharuta.
Amar,
Pampzparakua-
Dolor,
Pameri-
Muerte,
Uarikua-
Agrio,
Xaripeti-
Alto,
Yotati.
Amargo,
Camera-
Amigo,
Pichakua. harakua.
Enemigo,
Curuhnakua.
Bueno,
Ambaketi-
Dulce,
Urimarari-
Largo,
Yasti-
Azul,
lhtakua-
Amarillo,
Tirungariri.
Colorado,
Charapeti.
Uno, dos, etc.
(Véase el
§ siguiente.)
Yo, tú, etc.
(Véase el
pronombre
en el ca-
pítulo anterior.)
Crecer,
Taraxeni-
Nacer,
Tsipatzenoni.
20 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON
Español. Tarasco.
Ver,
Hablar,
Amanecer,
Volar,
Decir,
Llover,
Mear,
Comprar,
Morir,
Parir,
Subir,
Abajo,
Arriba,
Bien,
Cerca,
Lejos,
Más,
Mucho.
Exeni.
Uandani.
Erandení.
Ahcarani.
Arini, arani.
Hanini.
Yazcani
Piuani.
Uarini, uirucamani.
Peuani.
Keni, cararani.
Ketzakua.
Hahtsicurini.
Zez.
Piretini.
Yauaneti.
Caru.
Can, cerniendo, harandeti.
5. Como otro ejemplo de las diferencias que presentan
entre sí el mexicano y el tarasco, pongo en seguida los ad-
jetivos numerales; pero advirtiendo que el sistema aritmé-
tico de mexicanos y tarascos era el mismo, según consta de
las explicaciones que respectivamente hacen dos autores
antiguos, Molina y Lagunas, las cuales transcribo.
Dice Molina: «En la lengua mexicana hay tres números
mayores, y son 20, 400, 8000. Para estos números mayores
usan de estas dicciones: Paualli, Tzuntli, Xiquipüli, aunque
no pueden estar sin que les preceda alguno de los números
menores. El número menor es desde uno hasta veinte, y
llegando á veinte tornan á contar y multiplicar por el nú-
mero menor hasta otros veinte, y llegando á ellos dicen: Dos
veces veinte que son cuarenta, tres veces veinte que son
sesenta. Y cuando multiplican el número mayor, anteponen
el menor como cempoualli, veinte; ompoualli, cuarenta; epoua-
m. sesenta. Pero para multiplicar por el número menor jun-
tamente con el mayor, siempre posponen el número menoral
mayor, diciendo: Cempoualli onc?, veintiuno; cempoualli orno-
EL MEXICANO Y SUS AFINES.
21
me: veintidós, etc. Y es de notar que este número de vein-
te se va multiplicando de la manera ya dicha hasta cuatro-
cientos que dicen centzuntli, y de este último hasta ocho mil
que es el otro número mayor, se va multiplicando la cuenta
en la manera ya dicha, y así se multiplica este número ma-
yor, de cuatrocientos diciendo: centzuntli, cuatrocientos; ont-
zuntli, ochocientos; etzuntli, mil doscientos. Y cuando hay
necesidad de contar ó multiplicar los números intermedios,
ha de ser por veintes, y por el número menor que es del uno
hasta veinte, posponiendo siempre como está dicho, el nú-
mero menor al mayor, La misma manera se ha de guardar
para multiplicar de ocho mil en adelante, que dicen: cenxi-
pilli, ocho mil onxiquipilli, diez y seis mil, etc.»
Lagunas, refiriéndose al tarasco, se expresa así. «El me-
nor número es de uno á diez; el mediano de diez á veinte que
llaman maequatze- Y así un veinte, dos veintes, etc. Al nú-
mero mayor dicen macrepeta que son cuatrocientos. Y así
de esta manera van contando un cuatrocientos, dos cuatro-
cientos, etc., hasta llegar al número principal que e s mae-
quatze irepeta que son ocho mil.
Mexicano.
Tarasco.
Uno;
Ze,
Ma,
Dos,
Orne,
Taiman.
Tres,
Yey,
Tanimo-
Cuatro,
Naai,
Tamu-
Cinco,
Makuilli,
Yumu.
Seis,
Chikuaze,
Cuimu.
Siete,
Chikome,
Yuntzimn.
Ocho,
Chikuey,
Yuntanimu-
Nueve,
Chikunaui,
Yunthamu.
Diez,
Matlaktli,
Temben.
Once,
Matlaktlize,
Tembenma.
Veinte,
Zempoualli,
Maekuatze.
Cien,
MakuityouaU i ,
Yumekuatze.
Cuatrocientos,
Zentzuntli,
Maurepeta-
Ochomil,
Zenxikipilli,
Maekuatze irepeta,
Comparando atentamente los adjetivos numerales del me-
xicano y el tarasco no sólo se observan las analogías aritmé-
22 COMPARACIÓN DEL TARASCO CON EL MEXICANO Y SUS AFINES.
ticas que enseña la lectura de Molina y Lagunas sino otras.
Veamos lo que sobre el particular dice Moxó en sus Cartas
Mexicanas- «Del cotejo de las dos listas (de adjetivos nume-
rales) resulta que tienen una perfecta analogía en su cons-
trucción. En una y otra se explican con palabras simples
los números desde uno hasta seis, el diez, el veinte, y el cua-
trocientos. Los demás son compuestos de los simples, ligán-
dolos en mexicano con la partícula on y en tarasco con la
conjugación ca. En la progresión de los números menores
se pospone el menor al mayor, y al contrario en la de los ma-
yores; v. g. , matlactliomei, tembencdtinimu, donde el tres y ti-
ta nimu está colocado después del diez, lo cual se observa has-
ta treinta. Meaguatze catemben como si dijéramos en caste-
llano veinte y diez- En cuarenta y ochenta, etc., precede el
menor: ompohualli, nauhpohualli, ó entarasco tzimanequatze,
thamequatze, que equivalen al nuestro dos veces veinte: tres-
cientos es quince veces veinte- Los números mayores son
en las dos lenguas mexicana y tarasca veinte, cuatrocien-
tos y ochomil; pero los nombres de estos dos son palabras
figuradas en mexicano, compuestas de la unidad ce, que pa-
ra evitar cacofonía se pronuncia cen, y de las voces tzontli
madeja de pelo y xiquipüli bolsa ó talega- Por eso se usan
también como números indeterminados. En tarasco el Tem-
ben, que usan para decir diez, significa madeja, ó guedeja de
pelo; y el zutupu del ocho mil, bolsa ó talega- Es digno de
admiración, que estos idiomas teniendo tanta semejanza en
su aritmética, sean como son en extremo diferentes en la es-
tructura y combinación de todas las demás voces, de que se
componen.»
La última observación de Moxó puede explicarse fácilmen-
te, reflexionando que la aritmética no pertenece al idioma, si-
no que es uno de tantos conocimientos de arte ó ciencia que
pueden comunicarse entre los pueblos más extraños-
CAPITULO XXXIII
OBSERVACIONES
SOBRE EL HUABE, EL CHIAPANECO Y EL
CHOROTEGA, EN SU RELACIÓN CON EL TARASCO.
El Huabe ó Wabi, llamado también por algunos huazonte-
co, se habla por la nación de estos nombres, compuesta hoy
de unos tres mil individuos que habitan en las lagunas de
Tehuantepec, en los pueblos llamados San Mateo del Mar,
Santa María del Mar, San Francisco del Mar. San Dionisio
del Mar é Ixhuatan.
En la obra Recon ocimiento de Tehuantepec (México, 1844)
constan las siguientes noticias sobre los huabes. «Difieren
por su aspecto, de los demás moradores del Estado, siendo
generalmente robustos y bien formados- Andan habitual-
mente poco menos que desnudos, y su industria casi se re-
duce á la pesca, de que hacen un comercio bastante exten-
so. Sus fiestas conservan todavía el carácter de sus antiguas
costumbres.
«Están divididos en cuatro parcialidades, en estado de con-
tinua discordia, por razones de interés local. Su idioma se
ha corrompido al punto que apenas pueden los de un pue-
blo entender á los de otro.»
El P. Burgoa, en su Historia Geográfica (pág. 367), nos ha
conservado la noticia del origen y vicisitudes de los huaves.
Vinieron á Tehuantepec de la parte del Sur, por guerras
24 OBSERVACIÓN SOBRE EL HÜABE,
que tuvieron entre sí ó con sus vecinos, costeando en canoas-
Al llegar los huabes á Tehuantepec, habitaban allí los mijes,
quienes cedieron el país con poca resistencia, retirándose á
las montañas. En tiempo de Moctezuma fué agregada la pro-
vincia de ios huabes á la corona de México; pero poco des-
pués, reunidos los reyes zapoteco y mixteco, ocuparon á
Tehuantepec hasta el reinado de Cocijopij, en cuya época
tuvo lugar la llegada de los españoles, á quienes el rey te-
huantepecano se sujetó voluntariamente.»
Conformes los escritores modernos en que los huabes son
oriundos del Sur, discuten algunos, sin embargo, sobre si
vinieron del Perú ó Nicaragua. En mi concepto, no hay lu-
gar á esta discusión, ateniéndonos á este hecho bien claro que
refiere el P. Burgoa. He aquí sus propias palabras: <Se ave-
riguó la venida de los huabes de muy lejos, por un religioso
de Ntro- P. San Francisco, que venía de la provincia de Ni-
caragua, y oyendo en el Convento de Tehuantepec á un re-
ligioso nuestro, ministro de los huabes, hablar con su mu-
chacho, reparó en las voces y términos de la lengua, enten-
diendo lo que decía, aunque con alguna diferencia, y dijo
que era el mismo idioma de unos pueblos de Nicaragua, y de allá
debieron salir estos, pasando las costas de Sonsonate, Guate-
mala, Suchitepec y Soconusco hasta parar en esta de Te-
huantepec-»
Las indagaciones más recientes confirman la noticia del
P. Burgoa, pues varios autores modernos, entre ellos Bras-
seur de Bourbourg, indican la analogía del huabe con élna-
grandan que hablan en Nicaragua los indios de Subtiaba.
(Archivos de la Comisión Científica de México, 1. 1*? p. 125.)
Si el nagrandan es ó no precisamente el idioma de Nicara-
gua congénere del huabe, es cosa que no podemos decidir
nosotros por falta de datos. Todo lo que conocemos del na-
grandan son las pocas palabras recogidas por Squier, y del
huabe otras pocas que se hallan en]a Memoria sobre Tehuan-
tepec por Garay, y en la obra francesa Revue Americaine (t. 5);
aun esas pocas palabras no pueden compararse todas por-
que generalmente no son las mismas.
Lo que sí es más fácil comprobar, en virtud del material
que tenemos sobre el tarasco, es que este idioma no presen-
ta analogía ni con el huabe ni con el nagrandan, cuya analo-
EL CHIAPANECO Y EL CHOROTEGA, ETC.
25
gía indica el citado Brasseur (ubi supra), siendo de adver-
tir que otro escritor más reciente, Orozco y Berra, no en-
contró parentesco entre el huabe y los demás idiomas me-
xicanos, pues dice en su Geografía (p. 175): «El huabe es di-
ferente de los otros idiomas que se hablan en México»
Tarasco.
Huabe.
Padre,
Tata,
Tat
Madre,
Nana,
Mceu-
Hijo,
¡Jache,
Shaeual.
Hombre,
Tzihueriti,
Asheicy,
Mujer,
Cuxareti,
Nahta.
Sol,
Hiiriata,
NORt.
Luna,
Kutzi,
Kahan-
Estrella,
Hozkua,
Okass.
Cielo,
Avandaro,
Ombessakatz,
Tierra,
Parakuahpen,
Yek.
Casa,
Kuahta,
Piem.
Monte,
Cumpsta,
Tiak.
Maíz,
Ahtziri,
Oss.
Buho,
Tukuru,
Tanuk.
Venado,
Axuni,
Shokuen.
Arena,
Cutzari,
Wiah.
Uno,
Ma,
Anop.
Dos,
Tziman,
Epoen-
Tres,
Tanimo,
Eroppoef-
Cuatro,
Tamil,
Apukief-
Cinco,
Yumu,
Akukief.
Seis,
Guimu,
Anaif-
Siete,
Yuntziman,
Ayayif.
Ocho,
Yuntanimv ,
Opakoef.
Nueve,
Yunthamu,
Ohkanjce.
Diez,
Tembcn,
Agafpoef.
Veinte,
Maekuatze,
Níumieío.
Cien,
Yumakuatze,
Agopmiew.
Yo,
Si,
Shik.
Tu.
Thu,
lk.
El,
Rinde,
Akeen.
26
OBSERVACIÓN SOBRE EL HUABE,
Tarasco.
Hua.be.
Nosotros,
Hucha,
Ikohultz.
Vosotros,
Thucha,
Ahgahueyay-
Ellos,
Hihcha,
Áligayen.
Fácilmente se observará que entre tarasco y huabe sólo
hay analogías aisladas de algunas palabras. El sistema fo-
nético y de terminaciones, luego se percibe que es distinto:
respecto al gramatical, también se comprende su diferen-
cia con sólo examinar el siguiente ejemplo de conjugación,
en huabe, donde se verá que este idioma marca las perso-
nas del verbo con el pronombre, y el tiempo y modo con
partículas separadas- Ya sabemos que el sistema del taras-
co consiste en terminaciones yuxtapuestas.
Yo amo,
Tu,
El,
Nosotros,
Vosotros,
Ellos,
Skik sen diera.
Ik sen diera.
Akeen sen diera.
Jkohuz sen diera.
Ahgahuegay sen diera.
Ahgayen sen diera.
Como lo explicaré en el cap. 57, el huabe debe considerar-
se como idioma paulo-silábico sintético, mientras que el ta-
rasco es polisilábico polisintético.
Tarasco.
Nagrandan.
Hombre,
Tzihuereti,
Nuho-
Mujer,
Guxareti,
Nahseyorao-
Muchacho,
Hatsi,
Nasome.
Muchacha,
üatsi,
Naheoun.
Niño pequeño,
Characu,
Naneyame.
Padre,
Tata,
Gooha-
Madre,
Nana,
Goorao-
Marido,
Uarabucata,
Mhohue.
Esposa,
Tembucata,
Nume.
Hijo,
Uache,
Nasomeyamo,
Hija,
Vaclie,
Nasayme-
Cabeza,
Ehpu,
Goochemo-
Pelo,
Hauiri,
Merabe.
EL CHIAPANECO Y EL CHOROTEGA, ETC.
27
Tarasco.
Nagrandan
Cara,
Ahcangarikua,
Grote-
Frente,
Ehtzerukua,
Goola.
Oreja,
Kutsikua,
Nahme.
Ojo,
Ezkua,
Nahte.
Nariz,
TJri,
Mungoo-
Boca,
Haramekua,
Nunsu.
Lengua,
Katamu,
Greuhe-
Diente,
Sini,
Xa lie.
Pies,
Hantziri,
Graho.
Cielo,
Auandaro,
Xekupe.
Sol,
Huriata,
Nurribu.
Estrella,
Hozkua,
Nuete.
Fuego,
Turiri,
Nahic.
Agua,
Itsi,
Nimbu.
Piedra,
Tzacapu,
Nugo.
Yo,
Hi,
Salto-
Tu,
Thu,
Sumusheta.
Nosotros,
Rucha,
Semehmu.
Apenas se encuentran dos ó tres palabras algo semejan-
tes: en las finales y los prefijos no se observa ninguna ana-
logía.
Tratando ahora del Chiapaneco, comenzaré por decir que,
según Orozco y Berra, «su uso queda en Acola, distrito del
Centro, en la villa de Chiapa y en Suchiapa, distrito del
Oeste-* Esto manifestaba Orozco hace diez años; pero hoy,
u873,) el Sr. Obispo de Chiapas me dice en una carta lo que
paso á copiar, contestando otra en que le pedí informes so-
bre el chiapaneco: «En cuanto al idioma chiapaneco tengo
que decirle que ya es un idioma muerto, enteramente per-
dido, pues la tribu que lo hablaba, mezclada entre los ladi-
nos, como aquí los llaman, habla el español. »
Según Remesal, en su Historia de la provincia de Chiapas,
los chiapanecos son originarios de Nicaragua; Juarros en
su Historia de Guatemala los considera como descendientes
de los Toltecas; Clavijero expresa su opinión con las siguien.
tes palabras:
«Los chiapanecos, si hemos de dar crédito á sus tradi-
ciones, fueron los primeros pobladores del Nuevo Mundo.
28 OBSERVACIÓN SOBRE EL HUABE,
Decían que Votan, nieto de aquel respetable anciano que fa-
bricó la barca grande para salvarse á sí y á su familia del
diluvio, y uno de los que emprendieron la obra del grande
edificio que se hizo para subir al cielo, fué por expreso man-
dato del Señor á poblar aquella tierra- Decían también que
los primeros pobladores habían venido de la parte del Nor-
te, y que cuando llegaron á Soconusco, se separaron, yen-
do los unos á habitar el país ele Nicaragua, y permanecien-
do los otros en el de Chiapas. Esta nación, según dicen los
historiadores, no estaba gobernada por un rey, sino por dos
jefes militares, nombrados por los sacerdotes. Así se man-
tuvieron, hasta que los últimos reyes mexicanos los some-
tieron á aquella corona. Hacían el mismo uso de las pintu-
ras que los mexicanos, teniendo el mismo modo de compu-
tar el tiempo; pero empleaban diferentes figuras que aque-
llos para representar los años, los meses y los días.» (Clavi-
jero. Historia de México.)
En mi concepto, la ascendencia que Juarros supone á los
chiapanecos no es la verdadera; pero sí debe admitirse la que
los relaciona con los habitantes de Nicaragua, sea en el sen-
tir de Remesal, sea en el de Clavijero.
Ya Orozco y Berra (op. cit.) indicó la relación que puede
tener el chiapaneco con el idioma orotina de Nicaragua.
Brasseur cree que esa relación es con el chorotega ó dirían
según las siguientes palabras: «Les Chiapaneques ainsi nom-
ines du fleuve Chiapan (Tabascó) aux bords duquel ils oceu-
paient un petit nombre de villes: la principale etait une ci-
tadelle formidable qui en dominait le cours appelée dans leur
langue Chapa Nanduimé, dont la cité plus moderne de Cliia-
pa de Indios n 'etait en quelque sorte qu'un grand faubourg.
Les Chiapaneques, qui seraient peut-étre les restes d'une
migratión antique sortie deXibalba, pretendaient avoir don-
nó naissance aux Chorotecas de Nicaragua dont la langue se
reaproche de la leur.»
Estoy de acuerdo con Brasseur y con Orozco respecto á
la analogía entre el chiapaneco y un idioma de Nicaragua;
pero fijándome yo en el Nagrandan, antes citado, porqu e así
resulta de las comparaciones que he podido hacer: aun sien-
do pocas encuentro varias palabras semejantes entre los dos
idiomas, y estomehacepresumirlademostracióndeuaaafini-
EL CHIAPANECO Y EL CHOROTEGA, ETC. 29
dad másestrechahaciendo mayor número de comparaciones-
Pocas son como digo, las que yo he podido hacer, porque no
conozco en idioma chiapaneco más que el Pater inserto en la
primera edición de esta obra, el cual me facilitó el Sr. Oroz-
co, y un libro M. S- de oraciones cristianas, trunco, ilegible,
en parte, sin traducción alguna, perteneciente á la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística. He aq uí algunos ejem-
plos de palabras análogas chiapanecas y nagrandanas.
Nagrandan. Chiapaneco.
Padre, G-ooha, Y-oua.
Hijo ó hija, Nasayme, Naya.
Nosotros, Sem-ehmu, Cap-oídme.
Cielo, Nekupe, Nalcapa-jo-
Lo que prueba también que Mr. Brasseur se equivocó al
considerar el chiapaneco análogo al Chorotega, en lugar del
Nagrandan, es que de otro modo resultaría la siguiente
contradicción. El autor francés no sólo dice que el chorote-
ga y el chiapaneco tienen analogía, entre sí, sino también
con el tarasco- Pues bien, antes había dicho que eran aná-
logos huave, nagrandan y tarasco, resultando este idioma
afin de dos lenguas distintas, nagrandan y chorotega. Que
el nagrandan y el chorotega son distintos, así lo reconoce
Squier, la mejor autoridad en esta materia, pues á él se de-
be lo que conocemos de esos idiomas, y además, es fácil com-
probarlo comparando un idioma y otro. Sobre todo, Bras-
seur mismo manifiesta «que el nagrandan es totalmente dife-
rí n te del ochorotega:» (Archivos de la Comisión científica de
México t- lop- 132-)
Ya hemos visto anteriormente que el Tarasco no tiene afi-
nidad con el nagrandan: en consecuencia, no puede tenerla
con el análogo de éste, el chiapaneco. Sin embargo, añado
una prueba directa, y es la comparación del Pater en chia-
paneco con la misma oración entarasco (c 31) : no se encon-
trará la menor analogía ni léxica ni gramatical.
Púa mangúeme nilumá cañé nacapajó tomomo copamimé cham-
briomo chalaya guipumutamu gadilojd istanacupü cajilucá nacapajó:
30 OBSERVACIÓN SOBRE EL HUABE,
cajilo baña yacameomo nuori may tarilu mindamu oguajime Ha co-
pomimemo taguagime nambucamuneme cuqueme gadiluca si memu
casimemu taguagime nambucamuneme copa Upusüumu bica tipuca-
puimu mujarimimuname mangúeme Diusimutarilú nitang ame cha-
cuillame coji Jesús.
Que el tarasco no puede ser análogo, á un tiempo, con el
chorotega y elnagrandan, es cosa clara, supuesto que estos
idiomas son distintos; que no tenga analogía con el nagran-
dan y sus aunes huave y chiapaneco, se prueba por medio
de comparaciones filológicas.
Empero, todavía queda alguna duda respecto á la seme-
janza del tarasco con el chorotega. Por una parte, Bras-
seur la indica, y aunque incurriendo en la contradicción de
hacer al tarasco afin de dos idiomas distintos, esa contra-
dicción, pudiera tenerse como una distracción, como un ol-
vido. Por otro lado, encuentro que Latham en su Filología
comparativa (p. 436), observa la analogía de un pronombre
chorotega con otro tarasco. Con esta nueva indicación pro-
cedo á comparar, en lo que me es posible, el chorotega con
el tarasco, y mi comparación da el resultado que paso á ma-
nifestar, comenzando por poner en chorotega, dirían ó ma-
saya (lugar donde se habla) las mismas palabras que antes
en nagrandan, á fin de que sea fácil comparar estos idio-
mas, y cerciorarse de su diferencia:
Hombre, Rahpa.
Mujer, Bapateu.
Niño, Saika.
Niña, Saikee.
Niño pequeño, Chichi.
Padre, Ana.
Madre, Autu.
Marido, Ambin.
Esposa, Aguyee.
Hijo, Sacule.
Hija, Saicula.
Cabeza, Acu, edi.
Cabello, Tecsu-
Cara, Enu.
EL CHIAPANECO Y EL CHOROTEGA, ETC-
31
Frente,
Oreja,
Ojo,
Nariz,
Boca,
Lengua,
Dientes,
Pie,
Cielo,
Sol,
Estrella,
Fuego,
Agua,
Piedra,
Yo,
Tu,
El,
Nosotros,
Vosotros,'
Ellos,
Gnitu-
Ñau-
Setu.
Taco.
Dahnu.
Duliu.
Semu-
Naku-
Dehmalu.
Ahca.
Ucu-
Ahcu-
Eeia-
Esee, esenu.
leu.
lea-
lea.
Eechelu-
Uechelu.
Icanu.
Las analogías que encuentro con el Tarasco, más ó menos
inmediatas, son las siguientes:
Tarasco.
Chorotega.
Mujer, Esposa,
Tem-buka-ta,
Ba-paku (ta-baku,
pues ya hemos
visto en varios
idiomas r=t.)
Niño pequeño,
Cha-raku,
Chi-chi-
Marido,
U-ambu-cata,
Ambi-n.
Diente,
Sini (simi,)
Sema.
Estrella,
H-ozkua,
üku.
Nosotros,
Hucha,
Heche-lu.
Ellos,
Uihcha, hihchani,
Ji-
Icanu.
ihkani, (oblicuo. )
Las palabras análogas corresponden
parte de las comparadas.
De todo lo explicado en este capítulo,
á cosa de la quinta
resulta que el hua-
32 OBSERVACIÓN SOBRE EL. HÜABE.
be y el chiapaneco deben referirse á los idiomas de Nicara-
gua, según parece el nagrandan, y que el tarasco presenta
algunas analogías con el chorotega. No por esto me atreve-
ré á colocar los dos idiomas en la misma familia, sino es ba-
jo el concepto de clasificación dudosa, en espera de compro-
baciones más amplias. De todos modos, sí es preciso llamar
la atención sobre la afinidad que se nota entre el tarasco y
el chorotega: alguna comunicación por lo menos, entre los
pueblos que hablan esos idiomas, debe haber existido.
Concluiré este capítulo agregando una palabra respecto
al orotina con cuyo idioma hemos visto indica Orozco tener
afinidad el chiapaneco- En virtud de esa indicación, he tra-
tado de averiguar si el orotina es un idioma independiente,
ó si tiene relación con el nagrandan ó el chorotega; pero só-
lo he encontrado noticias contradictorias. Por ejemplo, Bus-
chmann en su obra hombres de lugares aztecas (§ 49) dice que
«el orotina acaso sea el nagrandan,» mientras que Brasseur
(Op. cit. p. 132) manifiesta «que según parece, los orotinas
usan un dialecto del chorotega-»
CAPITULO
EL MIXTECO.
NOTICIAS PRELIMINARES.
La lengua mixteca, se habla en la antigua provincia de
este nombre, situada sobre la costa del mar Pacífico, que
comprende actualmente, hacia el Norte, una fracción del
Estado de Puebla; hacia el Este, una del de Oaxaca, y al
Oeste, parte del Estado de Guerrero. Divídese la mixteca en
alta y baja, estando la primera en la serranía, y la segunda
en las llanuras contiguas á la costa.
Según la tradición que refiere Torquemada en su Monar-
quía Indiana (Lib. 3?, cap. 7,) «estando poblada la provincia
de Tula- • • • vinieron de hacia la parte del Norte ciertas na-
ciones de gentes que aportaron por la parte del Panuco.. . .
Estas gentes pasaron adelante hasta Tula, donde llegaron
y fueron bien recibidas y hospedadas de los naturales de
aquella provincia; allí fueron muy regaladas, porque era
gente muy entendida y ¡hábil, de grandes trazas é indus-
trias ■ •• • Mas esta nación no se sabe de dónde haya podido
venir, porque no hay más noticia de esto, que al principio
dijimos, que vinieron á aportar á la provincia del Panuco
.... Y visto por estas nuevas gentes, que en Tula no se po.
dían sustentar, por estar la tierra tan poblada, procuraron
pasara delante y fueron á poblar á Cholula, donde por el con-
siguiente fueron muy bien recibidos, y donde conocida raen-
3
3± EL, M1XTEC0.
te se sabe que emparentaron los naturales de allí con ellos
y quedaron poblados y arraigados mucho tiempo.» Conti-
nuando su narración el mismo autor, agrega en substancia,
que de Cholula fueron algunas de esas gentes á poblar la
Mixteca y la Zapoteca, y queellas «hicieron aquellos gran-
des y suntuosísimos edificios romanos de Mictlán, que cier-
tamente es edificio muy de ver.»
En efecto, esos palacios han llamado siempre la atención de
los viajeros, y prueban una adelantada civilización, siendo
notables principalmente seis columnas sin basas ni capi-
teles, que el barón Alejandro Humboldt y los que le han co-
piado, creen ser acaso las únicas del Nuevo Mundo. Empe-
ro, Sahagún dice que entre las ruinas de la ciudad de Tula
se veían en su tiempo unas columnas en forma de culebra,
que tenían la cabeza por basa y la cola por capitel. (Hist de
N. E-. tom. 39, pág. 106.)
Tanto los mixtecas como los zapotecas eran cultos é in-
dustriosos, y estuvieron divididos en varios estados manda-
dos por reyezuelos, hasta que los mexicanos los conquis-
taron.
La palabra mexicana Jlixtecatl, es nombre nacional, deri-
vado de mixtlan, lugar de nubes ó nebuloso, compuesto de
mixtli, nube, y de la terminación lian. Asimismo todos los
pueblos y lugares de la Mixteca tienen nombres mexicanos,
que en la gramática del P. Reyes, citada adelante, traen su
equivalente en mixteco; v. g., Yanguitlan en mexicano, es
Yodzokahi en mixteco. Esto confirma lo que digo, al hablar
del mexicano,- contra los que creen que los chichimecas eran
de la misma raza que los aztecas, porque sus nombres pro-
pios de gentes y lugares son mexicanos-
Las obras de que he usado para describir el mixteco, son
estas: Arte, por Fr. Antonio de los Reyes (México, 1593:)
Vocabulario en lengua mixteca, por los PP. de la Orden de
Predicadores, recopilado y acabado por Fr. Francisco de Ai-
rado (México, 1593:) Catecismo en idioma mixteco (Pue-
bla, 1873.)
La gramática se refiere especialmente al dialecto princi-
pal de la lengua mixteca, que es el tepuzculano, aunque ex-
plica las más notables diferencias de los otros. A pesar de
que está escrita con mal método, contiene todas las expli-
EL MIXTECO. 35
caciones necesarias para formarse una idea del idioma, si
bien es preciso tener cuidado de distinguir cuáles son las
formas propias de la lengua y cuáles las suplidas respecto á
nuestro idioma y al latín, pues es sabido que nuestros gra-
máticos trataban de amoldarse á la gramática de esta últi-
ma lengua- Sin embargo, el P. Reyes es de los que menos
erraron por este lado.
El diccionario es bastante copioso, y se refiere también al
tepuzculano.
DESCPJPCION.
1. Alfabeto. — El alfabeto mixteco puede reducirse á es-
tas letras:
a, ch. d. e. Jt- i. j. k. m. n- ñ- o- s- t. u. v. x. ó ks- gs.
y- z. dz. nd- tn- kh.
La g se halla únicamente en una voz, que significa un pá-
jaro llamado solitario- (1)
2. Pronunciación. — La pronunciación délas vocales es
clara; la h es aspirada; la v se pronuncia al menos algunas
veces, como lo hacen los hombres en mexicano (véase;) Ia7t7¿
tiene un sonido nasal; lo mismo la nd y la tn.
3- Combinación de letras- — Encuéntranse algunas pa-
labras hasta con tres consonantes juntas; pero lo común es
no pasar de dos, como donde concurren las letras dobles
que he señalado- Las vocales se repiten con frecuencia; tnaa,
frente; yeke tekyoo, nuez de la garganta; tnii, ufia; ñee dzi yu,
redaño; muí, rostro- La aspiración es de mucho uso.
Casi todas las palabras acaban en vocal, y generalmente
comienzan por consonante-
4- Sílabas. — Hasta de diez y siete sílabas he encontrado
palabras en esta lengua; v. g. , yodoyokavuandisasikandiyo'
saninahasahan, que significa andar cayendo y levantando;
yokuvuihuatinindiyotuvuiliuatusindisaliata\ caer en gracia al-
guna persona.
5. Acento y cantidad. — En mixteco hay que atender á
la cantidad, porque hay palabras largas y breves, y según
36 EL. MIXTECO.
sean, cambian de sentido. En cuanto al acento, encuentro
palabras agudas, graves, y esdrújulas, variando también
con la acentuación el significado de las voces; yondáyundi,
esdrújulo, yo lloro; yondayúncli, grave, yo tiemblo. Tan im-
portante en la acentuación en mixteco, que el P. Alvarado
dice: «En el acento varían muchas palabras la significación,
y algunas no solamente en tener ó perder una tilde; pero
aun en pronunciar el punto con blandura, ó con la voz llena,
llega á tanto esta lengua, que no se contenta con la que nos
dio naturaleza para pronunciar, sino que sube á las narices
y de ellas se vale en algunas pronunciaciones, que sin este
socorro quedan faltas.»
6- Composición. — Uno de los caracteres dominantes del
mixteco es la composición, pues tiene: 1? Voces yuxta-
puestas, en que ninguna de las componentes se altera, como
de yutnu, árbol, y kuiJii, fruta; yutnukuihi, árbol frutal ó de
fruta. 2? Voces yuxtapuestas en que se usa el metaplas-
mo, pues una de las componentes se altera; v. g. de huaha,
bueno, y de ñaha, no, sale ñahnaha, malo. 3? Voces que al
componerse se cortan y destrozan, por decirlo así, para
mezclarse con otras, como veremos al hablar de los adver-
bios que se componen con verbos. 49 Palabras que se in-
tercalan en otras, como de yosinindi, yo sé, y de maní, cosa
preciada, ó estimable; yosinimanindí, yo amo, ó estimo; y con
vhui, cosa que duele ó molesta; yosinivhuindi, yo aborrezco.
5o Hay varias partículas componentes que por sí nada sig-
nifican; pero que dan cierto sentido á los vocablos con que
se juntan, de lo cual tendremos suficientes ejemplos en
adelante.
Y es de advertir, que en sólo dos voces se juntan, sino aún
más, de lo cual resultan palabras de tantas sílabas, como
las que puse de ejemplo anteriormente, y que es preciso
traducir á nuestra lengua con varias voces.
7. Homónimos. — Se hace notable en mixteco la abundan-
cia de homónimos, como los siguientes.
Yotavuindi, yo libro á otro; yo caso; quiebro vasijas; cue-
zo loza.
Yosikandi, pido, ando.
Yondakandi, acompaño á otro; demando: salgo de un pue-
blo para ir al mío.
EL MIXTECO. 37
Yoyuhuindi, tengo miedo, aconsejo; voy á recibir á otroal
camino; lamo.
Yonatavuandi, traslado; saco alguna cosa; paseo-
Yosichindi, me baño; chupo cañas; meneo.
8. Sinónimos. — Al mismo tiempo no faltan sinónimos, de
que dan idea los que siguen:
Yonee, acabo una cosa entera; yondehe, acabo cosas dividi-
das ó apartadas; yondoko, acabo cosas líquidas: yosinokavua,
acabo una obra.
Yochidzondi, pongo cosas redondas ó llanas sobre otra; yo-
sakndi, pongo cosas tendidas.
Nasika, yatnini, yotnihuy, cerca-
ros a han di, yo voy en general; yonuhundi, voy á la casa ó
pueblo propio.
Yokesindi, yo vengo, en general; yondesindi, vengo á la ca-
sa ó pueblo propio.
Yosivaindi, entro en casa ajena; yondevuindi, entro á casa
propia-
Yokaindi, salgo de casa propia ó ajena para otra parte; yo-
koondi, salgo para casa ajena: yonoondi, salgo para casa
propia-
Yosikandi, pido; yondakandi, demando.
Dzuta, mollera de los hombres: nimia, de los niños-
Idza, mazorca de maíz antes que cuaje el grano; dedzi, ya
cuajado; ñeñe, ya seco-
9. Voces metafísicas- — No encuentro voces en mixteco
para expresar ciertas ideas metafísicas, como coser, esencia,
ser, etc- , pero no faltan para las facultades intelectuales y
otras cosas que no tienen representación material-
Sanakaha, memoria.
YotaJcusindi, entender.
Sákuvuiin i, albedrío-
Huiko, kevui, kuiya, tiempo-
Saudita, cosa verdadera.
Algunas palabras que significan cosas materiales, suplen
bien las que no lo son; v- g. , yosinindi, ver, significa también
conocer, entender; yotaanúnindi, atar, puede servir de recor-
dar, porque lo que se recuerda está como atado ó pegado á
la persona que recuerda-
38 EL MIXTECO.
10. Reverenciales. —Esencialmente respetuosa la len-
gua mixteca, se necesita un vocabulario especial para ha-
blar con los grandes señores y personas de respeto, como
por ejemplo:
2\oho, dientes, y los de un señor con yeknya yuchiya.
Sata, espaldas, y las de un señor, yusaya,-
Dzitui, nariz, y la de un señor, dutuya-
Tutnu, dzoho, orejas, y las de un señor, tnahaya-
Por este estilo hay otros sustantivos, verbos, etc. : otras
veces el nombre común se hace reverencial, figurando el
pronombre ya, de que luego hablaré; v. g., de kaka, muslos;
kakanduaya, muslos del seDor; de tnaa, frente; tnaayayaya,
frente del señor; de iüe, estar en pie; iííedzikaya, estar en
pie el señor; de yotnahandahandi, casarse; yotnaftandahaya,
casarse el señor, etc.
11. Caso. — El nombre no tiene declinación: sin embargo,
el vocativo se forma agregando la terminación y al nomina-
tivo, cuando hablan los hombres, y yal&s mujeres; v. g., ña-
ni, hermano; ftaniy, ¡oh hermano! Para el genitivo se usa el
pronombre personal como afijo, según veremos adelante; ó
las partículas si ó sasi antepuestas; así es que si Pedro, si Juan
significan de Pedro, de Juan, y también pueden aprovechar-
se dichas partículas pospuestas para el dativo, como por
ejemplo, sakuvuisi Pedro, sakuvuisi Juan, será para Pedro,
será para Juan. El acusativo se conoce por solo el pacien-
te, ó se marca con la partícula Tiaha, como veremos al hablar
del verbo-
La simple yuxtaposición suele indicar el caso, como de
yutnu, árbol, y kuihi, fruta; yutnukuihi, árbol de fruta sin
preposición. Sin esta parte del discurso, ni yuxtaposición,
ni signo alguno, veremos varias veces en la oración del Pa-
dre nuestro el nombre en ablativo, entendiéndose sólo por
el contexto de la oración.
12- Número. — No hay signos que indiquen singular ni
plural, de modo que para distinguir el núrnero se tiene que
atender al valor de las dicciones que acompañan el nombre,
como si en español dijéramos «muchos hombre,* «pocas mu-
jer,» «un joven,» «dos muchacho,» etc.
13. Género- — Tampoco para expresar el género encuen-
tro variedad de inflexiones reguladas, de modo que es pre-
EL. MIXTECO. 39
ciso posponer al nombre las palabras yee, macho; uahadzehe,
hembra, para marcar el sexo cuando no lo hace por sí so-
lo; v. g., dzyayee, hijo; dzayadzehe, hija, contrayendo ñahadze-
he; adzu, caballo; idzudzehe, yegua; tefloo, gallina; U-noo keteyee,
gallo, pues hablando de animales se suele poner también
kete, animal.
Algunas veces hay un vocabulario diferente para cada se-
xo, que marca el del que habla; v. g., hermana dicen los hom-
bres kuhua, y las mujeres kuhui; pero lo común es que los
dos sexos usen un mismo nombre.
No obstante lo dicho, veremos que el pronombre de la ter-
cera persona, varía para expresar femenino ó masculino, y
con él puede marcarse muchas veces el sexo; y lo mismo
sucede por medio de ciertas partículas de que luego ha-
blaré.
14. Derivados. — Los abstractos se forman añadiendo al
primitivo la partícula antepuesta sa; v. g., kuisi, blanco; sa-
kuisi, blancura.
Para otros derivados, como los colectivos, etc., es necesa-
rio un circunloquio, v. g., yutnu yusa significa pino, y para
expresar pinar, diremos sakua ó saisi yutnu yusa, en cuyo
ejemplo sakaa y saisi son dicciones que vienen á significar
donde hay-
Tampoco encuentro aumentativos ni diminutivos, y para
expresarlos es preciso usar alguna palabra que signifique
grande ó pequeño:
Suplen los comparativos con las palabras yodso, yodsoka,
que significa más ó encima más, el verbo tasisiyo, que quiere
decir sobrepujar, y otras voces análogas, corno huahaka, me-
jor ó más bueno- Sin embargo, hay una terminación ka, que
indica la comparación; v. g., Pedro es más bellaco, dzanaka
Pedro, donde fea se une á dzana, bellaco: para, «mejor es
Pedro que Juan, » tenemos huahaka Pedro dza Juan, signi-
ficando mejor Pedro, después Juan, porque dza significa des-
pués, contracción del adverbio ikadza.
Para formar los superlativos se usa de las voces referidas
yodzoka, dza, y también áehooka y otras análogas, y además
del adverbio ehidzu que significa muchísimo; v. g., kuaita,
humilde; ehidzu kuaita, humildísimo, é igualmente de ¡yo,
que más propiamente tiene todos los grados del adjetivo,
¿O EL MIXTECO.
pues iyo quiere decir mucho, iyoka, mucho más, pospuesta
ka, é iyoyuka, muchísimo más, intercalando la sílaba yu.
15. Pronombre personal. — Los pronombres persona-
les son:
Yo, hablando con iguales é inferiores, duhu, ndi-
Yo, hablando con superiores, ñadzaña, nacha, ndza.
Tú, doho, ndo.
Tú, usado por las mujeres como término muy familiar pa-
ra hablar con sus hijos, y que usado con otras personas in-
dica desprecio ó enojo, diya, nda.
Usted, ó sea un equivalente, disi, maini, ni-
Aquel, ta, tay, yulcua.
Aquella, ña, el cual hablando las mujeres le aplican aún á
los hombres.
Aquel y aquella, hablando de personas de respeto, es ya,
acaso aféresis de iya, señor.
Nosotros, ndoo.
Vosotros, doho, como en singular-
Aquellos, ta, tay, yukua, como en singular.
Los pronombres ndi, ndo, ta se posponen al verbo y nom-
bre como afijos, y duhu, doho, taise anteponen, de modo que
puede decirse yosikandí, yo ando; dithunidkiza, yo te acom-
pañaré: ñadzaña comúnmente se antepone, y ñadza 6 ndza
se pospone: disi y maini generalmente también se antepo-
nen, así como n i se pospone: diya se antepone, y nda se pos-
pone; ña, ndoo, ya, se posponen.
16. Posesivo. — Para formar el posesivo ó, mejor dicho,
para indicar posesión, basta agregar el personal al nombre
como afijo; v. g. , de huahi, casa, huaindi, mi casa; huahindo,
tu casa; huahua, su casa, cuyo modo de hablar es el más co-
mún; pero suele intercalarse la partícula si, cuando se ex-
presa alguna pasión ó sentimiento, ó cuando se quiere evi-
tar anfibología; v. g., mi alegría, sadzee inisindi; idnisita, su
caballo, pues idzuta, literalmente es caballo-aquel, lo cual es
equívoco, pues parece que á alguna persona se le llama ca-
ballo.
17- Partículas relativas. — Hay en mixteco ciertas par-
tículas cuyo objeto es, por lo común, acompañar el nombre
de la persona con quien se habla ó de la persona, animal, ó
tosa de que so habla, ó se hace relación, por lo cual se pue-
EL MIXTECO. 41
den llamar relativas. Sin embargo, algunas de esas partícu-
las no sólo se usan con el nombre, sino aun en su lugar. (2)
Con ellas, como indiqué anteriormente, puede á veces dis-
tinguirse el sexo del que habla y de quien se habla.
Algunos ejemplos harán comprender mejor esta forma de
la lengua mixteca, en los cuales veremos que varias de di-
chas partículas no tienen traducción en castellano; pero que
otras no son, ó parecen ser, más que substantivos ó adje-
tivos.
Hablando los hombres de, ó con mujeres, usan la partí-
cula do antes del nombre; v. g. , do María do Juana; y las
mujeres haciendo relación de hombres usan dr.it, como dzu
Pedro, dzu Juan. Los hombres, haciendo relación de otros
hombres, dicen ye como ye Juan, que parece ser un apóco-
pe de yee, hombre, y dzi cuando hablan á alguno, que quie-
re decir tío, dzito; y del mismo modo las mujeres usan tam-
bién dzi, que es tía, de dzidzi. Cuando las muchachas hablan
de otras muchachas ó mujeres usan Ico. ke, iko: pero si unas
y otras hablan de muchachos dicen dzuk: kuachi significa
muchacho sin expresión del sexo; pero supuesto lo dicho
iko kuachi será la hembra y dzuk kuachi el varón, bastando
muchas veces iko ó dzuk, solos. Los hombres y muchachos-
hablando de muchachos, dicen daku, solo, ó daku kuachi;
Eefiriéndose apersonas muertas dicen ñu ó Tutu, que
viene de ñuhu, tierra, y puede equivaler á difunto, cuando
hablan de uno en particular, y en general usan si, que sir-
ve también para hablar de cosas inanimadas y de niños pe-
queños. Cuando se trata de un animal usan por aféresis,
te de kete, animal en general.
18. Personas, modos y tiempos del verbo.— Las per-
sonas del verbo mixteco son las que hemos visto al hablar
del pronombre; los modos se reducen á indicativo é im-
perativo; los tiempos son presente, pretérito perfecto, plus-
cuamperfecto, futuro imperfecto y futuro perfecto. (3)
19. Su mecanismo. — El mecanismo de la conjugación
mixteca es de lo más sencillo, reduciéndose á marcar las
personas con los pronombres ndi, ndo, ta, ndoo, usados como
afijos, ó duhn, dolió, tai, antepuestos, como vimos al tratar
del pronombre, aunque no hay necesidad de esto cuando
se expresa la persona ó cosa misma, como veremos en la
42 EL MIXTECO.
análisis del Padre nuestro. Los tiempos se señalan con las
partículas siguientes antepuestas: yo para el presente; ni
para el pretérito perfecto; sani para el pluscuamperfecto'
el verbo sólo para el futuro imperfecto, y sa para el futuro
perfecto, al que además se pone la terminación ka. En el
imperativo hay algunas otras variaciones que. con las ex-
plicaciones hechas, podrá fácilmente conocer el lector en
el siguiente ejemplo de conjugación, siendo de notar que la
segunda persona del singular es el verbo en su mayor pu-
reza sin afijo ni partícula, por lo que puede servir de punto
de comparación. Empero, veremos en la análisis del Pater-
nóster que al menos el afijo reverencial ni, se nsa con la se-
gunda persona de imperativo,
20. Ejemplo de conjugación.
Indicativo. Presente.
Yo-dzatevui-ndi, yo peco.
Yo-dzatevui-ndo, tú, ó vosotros pecáis-
Yo-dzatevuita, aquel ó aquellos pecan.
Yo-dzatevuita, aquel ó aquellos pecan.
Ya-dzatevui-ndoo, nosotros pecamos.
Pretérito perfecto.
Ni-dmtevui-ndi, yo pequé, etc.
Ni d&atevui-ndo-
Ni-dzatevui-ta.
Ni-dza tev u i-ndoo-
Pretérito Pluscuamperfecto.
Sani-dmtevui-ndi, yo había pecado, etc.
Sa n i-dzatevui-ndo.
Sani-dzatevui-ta.
Sani-dzatevu i-ndoo.
Futuro imperfecto.
Dzatevui-ndi, yo pecaré, etc.
Dmtevui-ndo-
EL MIXTECO. 43
Dzatevui-ta.
Dzatevüi ndoo.
Futuro perfecto.
Sa-chatevui-kandf, yo habré pecado, etc.
Sa-dzatevui-kando,
Sa-dzatevui-ta.
Sa-dzatevui-kandoo.
Sa-dzatevui-kata, aquellos habrán pecado-
Imperativo.
Na-dzatevui-ndi, peque yo.
Dzatevüi, peca tú.
Na -dzatevui-ta, peque aquel y aquellos.
Nd-dzatevui-ndoo, pequemos nosotros.
( lii-dzatevui, pecad vosotros.
21. Número en el verbo. — Exceptuando la terminación
ka; de la tercera persona del plural de futuro perfecto, y la
partícula cid de la segunda del imperativo, vemos que no
hay modo de distinguir las segundas y terceras personas
del plural, pues el pronombre no tiene este niimero, sino
es en la primera persona. Sin embargo, hay cierta variedad
para distinguirle, aunque sólo en el presente de indicativo, y
es la de que la partícula yo es i: v. g., yodzatevuita, aquel
peca; idzatevuita, aquellos, ó todos, ó muchos pecan. Ade-
más hay tres verbos, en los cuales queda bien marcada la
la diferencia del plural al singular; pero esto debe verse co-
mo una excepción, cuyos verbos son iñendi, estoy en pie;
iyondi, estoy sentado; yokoonkoondi, yo me siento-
22. CÓMO se suple el pretérito imperfecto, el sub-
juntivo, etc. — El pretérito imperfecto de indicativo se su-
ple con el presente del verbo de que se trata, y el pretérito
del pasivo yokuvui, ser hecho, en esta forma:
Yo pecaba, yo-dzatevui-ndi nikuvui-
Tú pecabas, yo-dzatevui-ndo nikuvui, etc.
Aunque basta el presente sólo para suplir al pretérito
44 EL MIXTECO.
imperfecto, lo que nie parece más conforme al genio de la
lengua: v. g., «yo como cuando tú veniste,-» por «yo comió
cuando tú veniste.»
Súplese el subjuntivo con el futuro imperfecto y el adver-
bio kuevi, cuando ó como; por ejemplo:
Kuevui dzatevui-ndi, literalmente, cuándo pecaré yo-
Kuevui dzatevui-ndo, cuándo tú pecarás, etc.
El optativo puede suplirse con la interjección ha, que sig-
nifica deseo, tana ó tañí, sí, y el futuro imperfecto, como ¡oh
si yo pecase! ha tana dzatevui-ndi, etc.
Aun el infinitivo se suple con el futuro imperfecto, com-
poniéndose, á veces, el verbo regente con el regido: kdezati-
vaindi, voy á pecar, compuesto del verbo yosaha, yo voy,
futuro l'hu, el cual pierdo hu; y la significación literal del
ejemplo puesto es, iré-pecaré.
También los gerundios se suplen con el futuro.
Los participios de presente ó futuro se suplen con el pro-
nombre tai y el tiempo correspondiente, en esta forma: el
que peca, tai yodmtevui; el que ha de pecar, tai dzatevui, etc.
23. Verbales.— En cambio de participios adjetivos, hay
algunos sustantivos verbales que expresan tiempo- Así de-
be inferirse de estas palabras del P. Reyes : «Los verbales
se forman del presente de indicativo, anteponiendo sa ósasi;
v. g., de yosihindi, yo bebo; sasihi, la bebida. Para hablar
con más congruidad, se debe tener atención en esto de la
comida y bebida y sus semejantes, si es pasada, presente ó
porvenir. Porque si se hace relación de comida pasada di-
cen sanisasi, que es pretérito, y si actualmente está comien-
do, dicen el presente sasasi ó sayosasindi, y si es futuro, sa-
Jcasi.» De este ejemplo y de otros que he consultado, la ex-
plicación más general que puede sacarse es esta: el verbal
del presente es el indicativo del mismo tiempo, puesta la
partícula sa ó sasi en lugar de yo; los de pretérito y futuro
se marcan con sa ó sasi y además con las partículas propias
del tiempo; de modo que de yosasindi, yo como, sale sasasif
comida presente; de nisasindi, yo comía, sanisani, comida
pasada; y de Icasindi, yo comeré, sakasi, comida futura. En
estos verbales se omiten los afijos del verbo. Si considera-
mos estos nombres, no como derivados de verbo, sino como
simples sustantivos, entonces puede ciarse una explicación
EL MIXTECO. 45
inversa, y decir que algunos sustantivos se vuelven verbos,
ó se conjugan en mixteco, con sólo agregarles las partícu-
culas del verbo. (Véase la nota 15 del zapoteco).
24. Voz pasiva. — Para expresar la voz pasiva no hay sig-
no que cambie la activa sino que hay verbos independientes
que por sí tienen significación activa y otros del mismo mo-
do, de los cuales algunos suelen corresponderse en signifi-
cado y otros no; v. g., yotñiñondi, yo echo, y el correspon-
diente pasivo es ñoho; yosasindi, labrar madera, etc., y su
pasivo es yotusi; yosamindi, yo quemo, y su pasivo yosisi;
yokidzandi, yo hago, y su pasivo yoüuvaindi, etc., de manera
que aunque en mixteco no hay voz pasiva, sí hay verbos pa-
sivos, algunos de los cuales, como se ha indicado, no tienen
activos que les correspondan (4). como yoñunindiyoho, yo
soy azotado; yonihikuahindi, y soy herido ó lastimado, etc.
y del mismo modo hay activos sin pasivos correspondientes
En este caso pueden suplirse los pasivos del modo que ex
plica el P. Reyes: «Para decir Juan es amado de Pedro
tomaremos el verbo pasivo yokuvui, ser hecho, y anteponer
se el verbo activo, y al cabo se pondrá la persona que hace
con esta partícula sí, poniéndola que padece al principio de
esta manera: yokuvui manindisi Pedro ó yokuvui manUasin-
di 6 un Pedro ó unundi, lo mismo dicen iyo manindisi Pe-
dro iyonditandisi Juan- Hay otro modo de componer ver-
bos pasivos, que es con estos dos verbos, yehe, su futuro ke-
'"S y yosaha, ir, futuro kJm el yehe, significa estar alguna
cosa puesta en otra: su composición es, que tomando la se-
gunda sílaba del yosaha, que es sa, se anteponga al futuro
del yehe, y dirá yosakehe; así dicen yosakehe tata itundi, fué
sembrada mi milpa: también se puede decir pasiva el yehe
simple, sin composición de saha, como yehendudzu yehedzi-
ko iyondi, estoy puesto en mucha estima, y también se dice
con el &a, como nisake hendudzu nisa kehedziko iyondi, en pre-
térito, que es lo mismo.»
25. Verbo reflexivo. — El verbo reflexivo se forma con
los pronombres maindi, maindo, maita, compuestos de ndi,
ndo, ta, y la sílaba mai, los cuales suplen á los pronombres
me, te, se, del castellano y francés; v. g-, yo amo, yosinima-
nindi; yo me amo, yosinimanindi maindi; pero hay otros ver-
bos que sin necesidad de agregar este signo, tienen por sí
46 EL MIXTECO.
significación leflexiva como yodzakuanhandi, yo me enseño.
26. Compulsivo- — La partícula dza, intercalada en los fu-
turos imperfectos de los activos y neutros, forma com-
pulsivo (5); v, g., yosihindi yo bebo, su futuro koho; yodzako-
hondita, yo haga ó doy de beber áotro, agregando también
á ndi, yo; ta, aquel; yosasindi, yo como, su futuro kasi; yod-
zakasindita, yo hago comer á otro. Pero es de advertir que
no todo verbo que tenga dza es compulsivo, pues los hay con
otras significaciones; v. g., yodzahuinindi, embriagarse, es
recíproco; -jodzatecuindi, yo peco, es neutro; yodzandahu in-
di, yo engaño, es activo. De algunos verbos con dza, se for-
man pasivos quitando esa partícula, según Reyes; pero de
ios ejemplos que pone se ve, que más bien resultan verbos
recíprocos.
27- Impersonal. — Según el mismo autor no hay verbo
impersonal; pero no por esto debe entenderse que deje de
expresarse absolutamente, sino que se suple, según creo,
con el verbo iüe, estar en pie; v. g., iuendij, está en pie el
sol, es decir, hace sol.
28. Verbos frecuentativos y otros derivados.— Los
verbos frecuentativos se forman repitiendo dos sílabas del
primitivo, como de yosakundi, yo lloro; yosakusakundi, repi-
tiendo salen, yo lloro mucho, ó á menudo; de yosasi, yo como,
yosasisasindi, yo como á menudo, repitiendo sasi. La misma
acepción tiene la partícula ko compuesta con los verbos.
También la partícula sa expresa frecuencia de la acción,
como de yodzatevuindi, yo peco; sadzatevuindi, yo ando pe-
cando, poniendo sa en lugar de yo, en el presente de indi-
cativo, y á veces en el futuro imperfecto ó en este, ka, so-
bre cuyas partículas observa el P- Reyes: «Puede ser que
«se entienda que este ka sea futuro del sa, y no va fuera de
«camino, supuesto que quiere decir continuación; pero lo
«más cierto es, que puesto al fin del verbo significa que se
«haga más veces lo que el verbo significa; y al principio el
«dicho ka denota que sea andando, yendo ó viniendo, y que
«el sa y el ka sean correlativos y el sa sea de presente y el
<ka de futuro, no negando que el ka venga del verbo yosika,
«anclar y el sa no tiene de donde se derive.»
La partícula na, compuesta con el futuro imperfecto, sig-
nifica repetición; v. g; yosadzendi, futuro kadze, quiere de-
EL MIXTECO. 47
cir, cierro algo, como una puerta ó ventana, la primera vez;
y la segunda, tercera, etc-, será yonakadzendi-
La partícula kua, que propiamente es pretérito áeyosaha,
ir, significa con los verbos que se va acabando algo.
Hua. sirve para formar incoactivos.
Para expresar que una cosa dañada se reforma, ó compo-
ne, se usa la partícula nda, con el futuro imperfecto del ver-
bo yokidzandi, yo hago; futuro, kadza, poniendo la sílaba ka
en vez de nda, y así tendremos yondadzahuahandi, volver á
hacer bueno lo dañado, en cuyo ejemplo se ve intercalada la
voz liuaho, que quiere decir bueno.
La partícula ninl da al verbo la significación de una acción
oculta ó encubierta-
La palabra naha, significa deudo ó pariente, y compuesta
con los verbos, les da la acepción de juntar ó comunicar.
El verbo nisiyo, pretérito de ¿yo, estoy, se junta con todos
los verbos, componiéndose con el futuro imperfecto de in-
dicativo, dando el significado de que se solía ó acostumbra-
ba hacer aquello que el verbo expresa-
29. Verbos que varían de forma.- Son notables en es-
te idioma algunos verbos que varían de forma, según que la
persona sobre que recae su acción es primera, segunda ó
tercera, lo que se comprenderá con un ejemplo material:
yokachindi, yo digo, se usa en estos casos: yo te digo, de pri-
mera á segunda persona; tú me dices, de segunda á prime-
ra persona; a*quel me dice, de tercera á primera: yosisindise
usa para «yo digo á aquel.» «tú dices á aquel,» ó «aquel di-
ce á aquel.» Y por este estilo hay varios verbos que cam-
bian según es la persona que hace y la que padece-
30. Verbos de varia significación. —Hay otros verbos
que en el presente tienen un significado y varios en futuro-
cambiando de forma en este tiempo, como por ejemplo, yo-
sasindi, inalterable en el presente, tiene el futuro kasi, sig-
nificando comer, y kasi en acepción de labrar madera ó pie,
dra, enterrar muertos y tirar con cerbatana.
31*. Composición de unos verbos con otros-— Otros
verbos se componen unos con otros; v. g-, de okoo, descien-
do, y de ikaa estoy echado, sale yokookavandi, caigo de lo al-
to, y con iñe, estar en pie, futuro kuifíe, sale yokookuiñendi,
me detengo al andar, ó literalmente, caigo de pies; habien-
48 EL MIXTECO.
do ejemplos de composición hasta de tres verbos, con la ma-
yor abundancia y variedad.
32- De verbos con adverbios. — Pero lo más curioso que
presenta el mixteco, en este punto, es cuando se componen
los verbos con algunos adverbios para que participen de su
significación, como vamos á ver.
A naiyondidza, cómo, ó en qué manera, se le qmtz. iyon y,
de las tres sílabas restantes, na se pone al principio del
verbo, y dicha, entre el verbo, y el pronombre, ó solo des-
pués del verbo, si no hay pronombre; v. g.,nayokachin-
didzando, ¿cómo y en qué manera dices? nanikuvuindid-
za, ¿en qué manera se hizo? El adverbio dzondaani; sola-
mente, casi desaparece en composición, pues dzg se po-
ne antes del verbo y entre el verbo y el pronombre la sí-
laba lea, anteponiendo á esta la ni final; v. g. , dzoyoni-
handi, solamente estoy; muchas veces se deja ni, y otras se
añade hoo, que una vez. El adverbio tañahaka huatañaha,
huataka, aun no se compone con los verbos quitando fíaha
y dejando ta y ka, juntándose generalmente con el futuro
imperfecto de indicativo, de modo que ta ó Jiuata, se ponga
antes del verbo y ka entre el verbo y el pronombre; v. g.,
tandisaakata aun no ha venido, pudiendo agregarse hoo,
una vez; y por el estilo otras varias combinaciones.
33. Defectivos. — Hay verbos defectivos, como sino, an-
da; kasiño, ve andando: chismo, andad vosotros, el cual no
tiene más modo ni tiempos: yehe, estoy puesto, no tiene pre-
térito: huasiiidi y kuandesindi, vengo, sólo tienen presente,
y así otros, de los cuales algunos suplen lo que les falta
juntándose con otros verbos.
34. Irregulares. — Los irregulares son más en mixteco
que los regulares, cuya irregularidad se nota en las partí-
culas de presente y pretérito, y en el futuro imperfecto-
pues algunos como iñe, estoy en pie, y todos sus compues,
tos; iyo, estoy, y sus compuestos, etc., no reciben yo en el
presente: otros reciben la partícula ni de pretérito, de di-
ferente modo como iñe, ya citado, pues hace nisiñe y no ni
iñe; iyo hace nisiyo, etc. En el futuro imperfecto es donde
generalmente son irregulares los verbos mixtéeos, pues no
siguen la regla de formar ese tiempo del presente sin más
que la falta de partícula sino que por el contrario, no hay
EL MIXTECO. 49
conformidad entre ellos; v. g. , iñe hace el futuro kuiñe: iyo
hace koo, etc-
35. Verbo sustantivo- — Verbo sustantivo no hay en es-
ta lengua; pero puede suplirse con el pasivo yokuvui, ser
hecho; así es que yokuvuikuyundi, equivale á soy diligente;
dzananikuvu indo, á tú eres bellaco, ó más bien, tú eres be-
llaco, conforme á la libertad de cambiar un tiempo por otro,
que luego veremos (6-) Y aun sin necesidad del verbo yu~
kuvui, expresan sus juicios los mixtéeos callando la cópu-
la por elipsis, como si dijéramos «tú perezoso, » por «tú
eres perezoso,» lo cual creo que es lo más conforme al ge-
nio de la lengua.
36. Complemento del verbo. — El acusativo puede ir
sin ningún signo que le distinga, en esta forma: yo amo á
Juan, yosinimandi Juan, que es amo-yo-Juan; tú me amas,
yosimmanindondi, amas-tu-yo; cómo pan, yosasindi dzita-
Sin embargo, el mixteco aun da un paso más para distin-
guir bien la persona que hace de la que recibe la acción del
verbo, pues tiene la partícula ñaha, que casi siempre mar-
ca el acusativo, puesta en su lugar; yo te amo, yosimaniña-
handi, compuesto de yosimanindi, yo amo, y de ñaha, inter-
puesta, en donde se ve que la persona que hace va después
de la que padece, como si literalmente dijéramos amo-te-yo.
La partícula ñaha vale por la primera ó segunda persona,
según fuere la del pronombre que queda, es decir, si éste
es de primera, aquella es de segunda, y al contrario; pero
cuando se trata de tercera persona, entonces se expresa an-
teponiéndole la partícula si; v. g., yo amo á Juan, yosinima-
niñahandi si Juan.
Aun los nombres verbales distinguen la acción con la partí-
cula ñaha; pues por ejemplo, zadzakuaha significa la doctrina
que se enseña, y sadzakuahaña doctrina que se enseña á otro.
37- Modismo del verbo. — La gramática mixteca permi-
te usar un tiempo de verbo por otro, como el presente por
futuro, futuro por presente, y pasado por presente, como
adonde irás, en lugar de á dónde vas; tú eras ligero, por tú
eres ligero, etc
38. Adverbios. — En adverbios no me parece escaso, sien.
do notable que para el negativo no, hay ñaha, que sirve pa-
ra acompañar á los tiempos presente y pretérito, y á los que
4-
50 EL MIXTECO.
de ellos se forman; hua para futuro, y sus derivados; y hua-
sa para imperativo, de modo que hay tres con un significa-
do, cuyo uso varía según el tiempo ó modo de que se trata-
39. Preposición. —Encuéntrase en mixteco tan indetermi-
nada la preposición, que algunas de las que como tales men-
ciona el P. Reyes, no son sino adverbios, ó modos adverbia-
les, como los que equivalen á un día antes, un día después,
poco más ó menos, por lo cual, escondidamente, etc. Otras
no son sino nombres sustantivos con los cuales se suplen
las preposiciones, á saber: mía, rostro, ó cara, vale por en
junto, (apud) ante, ó delante, contra y sobre: sata, espalda,
equivale atrás ó detrás: inisi, en el corazón, quiere decir en-
tre: chisi, barriga, se toma por debajo (subter,) y por delan-
te (prse.)
Las que parecen mejor determinadas son:
dzuhua,
hacia.
needzavua,
hasta.
salía,
para ó por,
dzavuatnaha,
según.
dodzo, kodzo,
sobre-
naJio
entre.
sihi,
con.
Las preposiciones y adverbios van generalmente delante
del nombre ó verbo; pero no falta preposición como dzuhua ^
hacia, que vaya después-
40. Conjunción- — Respecto alas conjunciones dice el P.
Reyes : «Las que se usan son dehe, sihi, tuku, todas quieren
«decir *?/.» Pudiera entenderse de esta explicación, que no
hay sino estas tres conjunciones, por loque advierto no ser
así, pues se encuentran otras varias de las que llevan ese
nombre en todas las lenguas, como adzi, ó, dzoko, empero;
tana, si, etc. Las conjunciones dehe y sihi, se ponen éntrelos
dos nombres, cuya unión indican: v. g., vengan Pedro y Juan,
nakesi Pedro sihi ó dehe Juan; pero la conjunción tuku se pos-
pone nakesi Pedro, Juan tuku.
41. Partículas expletivas y de encarecimiento.—
.Hay dos partículas que pueden considerarse comoexpleti-
EL MIXTECO. 51
vas, pues según Reyes, «no sirven mái de adornar á la
«oración,» y son tú, Mi.
Hay otra partícula, que es clu, la cual, dice el mismo au-
tor, «por sí no significa nada, y acompañada es como más
«encarecimiento de la parte de la oración con que se junta;»
v. g., con niñu noche, tendremos niñundu que viene á sig-
nificar «toda la noche-»
42. Dialectos. — Según el autor que sigo, había muchos
dialectos delmixteco; oigámosle: «Hoy día se ve que no so-
«lamente entre pueblos diversos se usan diferentes modos
«de hablar; pero en un mismo pueblo se habla en un barrio
«de una manera y en otro de otra, siendo la lengua mixteca
«toda una. Pero hablando sin agravio de los demás pueblos
«de la mixteca, que merecen mucha los y tendrán otras co-
«sas particulares que notar en ellos, del de Tepuzculula po-
«demos decir que es el que más ha conservado la entereza
«de la lengua, y que con menos mezcla de otras se halla el
día de hoy.» Y en otros lugares agrega: «Todos (los dialec-
«tos) se reducen á las dos lenguas principales, que son las
«de Tepuzculula y Yanhuitlán, como raíces de las demás,
«aunque la de Tepuzculula es más universal y clara y que
«mejor se entiende en toda la Mixteca • • -y el que enten-
diere bien la lengua Tepuzculula la puede hablar en todas las
«partes de la Mixteca, con seguridad de que será entendi-
do de los naturales.»
Esto supuesto, me he contraído en las noticias hasta aquí
dadas al tepuzculano; pero ahora explicaré las diferencias
más notables de los dialectos secundarios.
El de Yanhuitlán cambia generalmente la pronunciación
de la sílaba ta en cha, como por ita, yerba, icha, y aun la í;
en otros casos, se vuelve también c/¿, como por tniño, tequio,
chino.
El pronombre personal duhu, yo, es en Yanguitlán./w/iu,
aunque se inclinan más bien los naturales á pronunciar la
j como ch, es decir chuhu: las mujeres aun usan otro pro-
nombre después del verbo que no es ni di ni juhu; sino de:
por el pronombre doho se usa choho, y en cuanto al ta de la
tercera persona cambia en cha, conforme á la diferencia de
pronunciación ya observada. El signo de posesión es más
perspicuo que en Tepuzculula, pues se usa la partícula feo,
52 EL MIXTECO.
antepuesta, para la primera persona, y si para la segunda
y tercera; v- g- , mi padre kotaanchu; tu padre sitaancho; sa-
padre sitaancha-
Encuéntranse también algunas diferencias en la forma
de varios vocablos como yosidzindi, dormir, por yokidzindi,
dormir, iyokadzindi, estar quedo, por iyodzadzindi. La par-
tícula negativa fíaha de Tepuzculula es en Yanhuitlán tu.
Los mixtéeos de Cuixtlahuac usan el dialecto de Yanhui-
tlán; pero con algunas diferencias, como, por ejemplo, en
lugar de yutna, mañana, dicen yucha.
Desde Tlachiaeo áChiutla y otros pueblos, la pronuncia-
ciones dificultosa y muy diferente á la de Tepuzculula: en
este lugar dicen yosasindi, comer y en Tlachiaeo yojhajhindj ,
cambiando también generalmente la sílaba dza en sa, y por
el estilo otras diferencias; aunque según el P. Reyes, «tie-
«nen algunos modos de hablar exquisitos y cortesanos que
«exceden á otros pueblos, por haber tenido principales de
«calificados ingenios que han ilustrado más su lengua- >
En los pronombres suelen decir yo por do, aun para la pri-
mera persona del plural.
En la Mixteca baja usan el pronombre yuhu para la pri-
mera persona, y gu para la segunda.
En la Mixteca alta nótanse varias diferencias en la forma
de las palabras, cambiando generalmente la a en e, como
por yotaandi, yo escribo yoteendí-
En la costa convierten en cha, coilas sílabas sa y si, y las
cha ó chi de Tepuzculula en ta ó ti: la segunda persona del
pronombre es el gu de la Mixteca baja.
El dialecto de Cuilapa tiene mucho del de Yanhuitlán y
del de la Mixteca baja-
En Mictlantongo es el único lugar donde usan la l, como
se ve, por ejemplo, en la primera persona del pronombre
personal que es luhu; la segunda es koho y la tercera dzai-
En Tamazulapa se usa gu para la segunda persona del
pronombre.
En Xaltepec y Nuchistlán siguen el dialecto de Yanhui-
tlán generalmente; pero en Xaltepec muchas de sus voces
difieren de las de los otros dialectos, como en la Mixteca ba-
ja, cambian la tí en e.
43. Comparación de nombres de parentesco- — Pre-
EL MIXTECO.
53
sentaré una lista de algunos nombres de parentesco en Te-
puzculano, según el P- Reyes y el diccionario, comparados
con los correspondientes del Mixteco alto y bajo, conforme
al Manual de párrocos impreso en Puebla: podrá notarse,
entre otras cosas, que el mixteco alto es el que usa las con-
sonantes dobles, comunicando [así al lenguaje una pronun-
ciación áspera, análoga á la naturaleza de sus montañas.
¡Cuan cierta es generalmente la analogía del lenguaje con
el clima y el terreno, así como con las costumbres de los
pueblos!
Tnpnzrnlaliino.
Mixttci) bajo.
Jlhte-o alto.
Padre,
dzutu.
yua.
yua.
Madre,
dzehe.
xi dihi.
xi dzihi.
Abuelo,
sij 6 S'jndi.
xii.
xii.
Abuela,
sitna ó sitnandi.
xitna.
xitna.
Hijo,
dzaya yee ó dzaya yeer<
>.di.
dehe hy.
dzahya yi.
Hija,
dzoya dz»he ó dzaya dz
efendi.
dehe dihi.
dz'iya dzihi.
Nieto,
dzaya ñani ó ñanindi.
dehtñani.
dzahya ñani.
Hermano,
fíani.
ñani.
ñani.
Hermana,
kultua.
kuha.
kuha.
Tío,
dzíto.
dito.
dzito.
Tía,
dzi ó dzidzindi.
didi.
dzidzi.
Sobrino,
dzasi.
daxi.
dzaxin.
En estos ejemplos encontraremos que los nombres tepuz-
culanos que llevan la terminación ndi, se parecen más á los
de los otros dos dialectos, si consideramos que esa termi-
nación no es de los nombres, sino el pronombre personal
significando como posesivo, así es que, por ejemplo, sij sig-
nifica abuelo y sijndi mi abuelo: de este último modo es co-
mo se usan comúnmente los nombres de parentesco.
44. Ejemplo de la oración del padre nuestro. — Con
la análisis del padre nuestro en Tepuzculano concluiré la
descripción de mixteco.
Dzutundoo
yodzikani andevui
Padre nuestro
(que) está V. (en el) cieio
n a ka kun áh ih u a h a ndoo
sananini nr>-
alabemos
(el) nombre de V. ven-
kisi santoniisini nakuvui ftuuñxye-
ga (el) reino de
V. sea hecho (en el m un-
54
EL MIXTECO.
vui
inini dzavuatnaha
y oku-
do (la) v<
Diuntad de V. así como
es he-
vui Cffl
idev
ui Dzitandoo
yutnaa yutnaa
cha (en el) cielo- (El) pan nuestro
(de) cada día
tasinisindo
huitno dzaandom
', ku a-
darás mucho
hoy perdonde V. (el) pe-
chisindoo
dzavuatnaha
yodzandoondoo
cado de nosotros
así como
perdonamos
suhani
sindoo huasa
ki-
(al) deudor
de nosotros no
nos
vuiñahani
nukuitandodzondoo
kuachi
deje V.
caeremos (caer)
(en) pecado
tavuiñahani
sañahuáhua: Dzavua
nakuvui
líbrenos V.
de mal. Así
sea hecho.
45. Análisis. — Dzutundoo: compuesto de dzutu, padre, y
ndoo, pronombre personal, afijo de la primera persona del
plural, usado aquí como posesivo según la forma de la
lengua,
Yodzikani: el diccionario trae varias traducciones del ver-
bo estar, según sus diversas acepciones, y de ellas la que
conviene á yodzikani es la que se usa en la frase «estar Dios
lejos del pecador,» en la cual la palabra correspondiente á
estar, es yodzikasto: la terminación sto, que se ve en ella, no
la encuentro explicada en la gramática; pero sí la ni del Pa-
ter, que es. según dije en su lugar, el pronombre afijo reve-
rencial de la segunda persona del singular, en español usted:
yo, sabemos que marca el presente de indicativo. El relati-
vo que debía ir antes del verbo; pero no se encuentra, según
parece, porque el mixteco carece de él, no recordando por
lo menos que se explique en la gramática.
Andevui: sustantivo en ablativo, sin ningún signo ni pala-
bra que indique el caso.
NakakunahuaJtuandoo: primera persona del plural de im-
EL MIXTECO. 55
perativo del verbo yokakunahihuahandi, alabar, como lo indi
ca la partícula na y el afijo ndoo.
Sananini: sanani, significa nombre, y ni, es el pronombre
afijo equivalente á usted, explicado ya, significando aquí co-
mo posesivo.
Nakisi: entre los ejemplos de palabras sinónimas puse
yolieesindi, yo vengo, hablando en general, ó á casa ajena, y
yondesindi, vengo á la casa ó pueblo propio; pero además hay
otros dos verbos que significan venir, y no se usan masque
en el presente, los cuales son huasindiy kuandesindi, tenien-
do ciertas y determinadas acepciones- Del primero de esos
cuatro verbos viene nakisi, tercera persona de imperativo:
porque aunque le falta el afijo, no le necesita cuando se ex-
presa la persona, ó se conoce por el contexto de la oración;
en el presente caso la palabra siguiente indica que se trata-
de tercera persona.
Santoniisini: sustantivo con el afijo ni, reverencial, ya ex-
plicado.
Nakuvui: tercera persona del singular de imperativo del
verbo pasivo yokuvui, ser hecho.
ÑuuTíayevui: sustantivo.
Inini: la terminación ni es el afijo reverencial, que ya co-
nocemos.
Dzavuatnaha: adverbio.
Yokuvui: tercera persona del singular de presente de in-
dicativo del verbo pasivo yokuvuindi, ser hecho.
Andevui: explicado antes.
Dzitandoo: de dzita, pan, y ndoo, nuestro.
Yutnaa yutnaa: yutñaa significa mañana; pero repetida
quiere decir cada día, según el diccionario, es decir, todos
los días, cuya idea se expresa repitiendo la palabra.
Tasinisindo: segunda persona de singular del futuro imper-
fecto de indicativo del verbo yotasindi, dar, indicado el tiem-
por falta de partícula, y la persona por el afijo ndo, que pa-
rece debía ser el reverencial ni: la repetición de sin (como
una i eufónica) es una de las formas que indican frecuencia
ó repetición, y que he traducido por mucho. Este verbo es
uno de los que varían según es primera, segunda ó tercera
la persona que ejecuta y recibe la acción del verbo.
Haüno; no tiene nada que observar.
56 EL MIXTECO.
Dzandooni: segunda persona del imperativo, pues aunque
lleva el afijo ni, veremos demostrado más adelante en la pa-
labra kivuiñahani, que puede usarle.
Kuachvtindoo: Jcuachi, significa pecado; si, es la partícula
posesiva que el diccionario traduce poreZe; ndoo, el pronom-
bre afijo nosotros.
Dzavuatnaha: adverbio-
Yodzandoondoo: Primera persona del plural de presente
de indicativo, marcada con la partícula yo y el afijo ndoo: ya
vimos antes este verbo.
Suhani: esta palabra es la que parece corresponder á deu-
dor, enemigo, ú otra semejante; pero no la encuentro en el
diccionario, por lo cual no me es posible rectificarla, y por
eso no la junto con la siguiente, como creo que debe estar,
aunque en el ejemplo que tengo á la vista se vea separada.
Sínodo: compuesto de la partícula posesiva si, y el afijo de
la tercera persona del plural.
Huasa: negación correspondiente á imperativo-
Kivuiñahani: segunda persona del verbo yokevuindi, dejar,
ó mejor desamparar: la falta de partícula indica que es im-
perativo, así como el adverbio anterior, y esta es la prueba
de que se puede usar afijo con imperativo- La partícula in-
tercalar ñaha es la que indica acusativo, estando aquí en
lugar de nos.
Nukuitandodzondoo: futuro irregular de yasatavuindodzo,
en primera persona de plural, supliendo al infinitivo caer.
Kuachi: sustantivo en ablativo, sin ningún signo que in-
dique el caso.
Tavuiñahani: imperativo, segunda persona de yotavuindi
librar de un peligro; ni, es el afijo reverencial, y ñaha, la
partícula de acusativo en lugar de nos.
Sauahuahua: nombre en ablativo, sin nada que indique lo
correspondiente á nuestra preposición de.
Dzavua: adverbio-
Nakuvui: queda explicado antes.
NOTAS.
(1) Por hallarse en el silabario mixteco, que se ve al prin-
cipio del catecismo de este idioma, las letras g, r, l, obser-
varé aquí: que en el idioma puro de los antiguos mixtéeos,
jamás se usó la r, como se prueba con las siguientes pala-
bras del P. Reyes: «En Texupausan déla r, sin que se ha-
«lle en otra parte de la Mixteca, y allí afirman los natura-
les antiguos ser introducción nueva en aquel pueblo que antes
«que viniesen españoles no se hablaba ansí-»
Respecto á la g he dicho que sólo en un vocablo se en-
cuentra, y por lo que toca á la l veremos, al hablar de los
dialectos, que sólo se usa en Mictlantongo, todo lo cual es
conforme al citado autor, al que nos debemos atener, en
todo lo que sea conforme á razón, porque trató el idioma
mixteco en su pureza, según nos lo da á entender con las
palabras siguientes: «Poniendo (en este arte) los vocablos
«y modos de hablar al uso antiguo de Tepuzculula, y como
«hoy día hablan los viejos que tienen más noticia de la len-
«gua.»
Aun respecto de la h el mismo autor, observa: «Sólo se
«puede saber acerca de innumerables vocablos, que por más
«claridad se escriben con h antes de vocal, y no por eso se
«ha de entender que es aspiración, sino que la pronuncia-
«ción ha de ser de tal suerte que parezca dejar la vocal so-
«la- ■ ■ .por la mesma razón se escribe mejor con h al prin-
«cipio de parte como huahi, y si se escribiese con v los que
«no supieren de la lengua, entenderían que se había de
«pronunciar como consonante.» De esto se infiere, prime-
ro: Que en muchas palabras mixtecas se usa inútilmente
la h, ó por v. Segundo: Que la v se pronuncia como h con
58 EL MIXTECO.
vocal al menos- algunas veces. Esto último lo explico en el
texto; pero lo primero no es fácil de remediar, porque no
lo es adivinar hoy donde se usa malamente la h y así pre-
fiero dejarla donde la encuentro.
Aunque de algunas explicaciones del P. Reyes parece
que no hay d sola, sinoncZ, de sus mismos ejemplos resulta
que no falta aquella, como se ve en los pronombres dolió
duhu, y demás que se anteponen, solos, ó compuestos (c.
39): los pronombres di, do, y todos los que se ponen, sí se
ve que al componerse con otras voces (lo que siempre su-
cede) se convierten en ndi, ndo, etc. , por lo cual así los lla-
maré.
(2) Esto es io que resulta de los ejemplos que pone Re-
yes, á los cuales me atengo mejor que á sus explicaciones.
En estas dice «que hay ciertas partículas, ó silábicas ad-
jecciones que sirven como de artículos, ó relativos, que se
ponen en lugar de pronombres.» Que se consideren como
artículos no es propio, porque el artículo sirve para deter-
minar los nombres comu y las partículas mixtecas van aún
con nombres propios. Que se pongan en lagar de pronombre,'
y de consiguiente del nombre, tampoco es exacto, hablan-
do en general, pues si bien vemos de ello ejemplos, como
cuando se usa la partícula daku en lugar del sustantivo Jtua-
chi, muchacho, lo general es que las partículas acompañen
el nombre, y no que se pongan en su lugar. No deben,
pues, confundirse de una manera absoluta con las partes
de la oración que conocemos en nuestras lenguas; son mi
generis; así es que P. Reyes se expresa con más exactitud
cuando dice: «Las más de las relaciones aquí puestas no
«tienen dependencia de vocablos, ni correspondencia ó co-
sa que se les parezca- » Con lo único que acaso pudiera
compararse dichas partículas, es con ciertas terminacio-
nes del chipeicay de que habla Du Ponceau. (Memoria, pág.
171 y 190).
(3) Aunque el P. Reyes pone como modos del verbo mix-
teco el subjuntivo, optativo é infinitivo, no es cierto que pro-
piamente haya tales modos, pues para formarlos tiene que
hacerlo por medio de perífrasis (como veremos después),
lo cual no es otra cosa sino suplir lo que falta á la lengua, y
esto es tan cierto, que el mismo escritor confiesa que «esta
EL MIXTECO. 59
«lengua es imperfectísima en estos modos: optativo y sub-
juntivo, que casi se vienen á expresar ambos con esta
« particular tana, que quiere decir si; solamente en el opta-
tivo se antepone esta ha.» Respecto al infinitivo, gerun-
dios, etc-, se suplen con el futuro, como el mismo Reyes ex-
plica, y de consiguiente ninguno de estos modos debe figu-
gurar en la conjugación. No cuento entre los tiempos el pre-
térito imperfecto, como lo hace Reyes, porque no le hay
sino suplido, como más adelante veremos.
(4) A estos llama el P. Reyes neutros pasivos, según pa-
rece, porque neutros se llaman los que no tienen voz pasiva,
y de consiguiente deben llamárselo mismo los pasivos que
carecen de activa. Pero luego se ve cuan distinto es care-
cer accidentalmente un verbo de voz activa, como acontece
en mixteco, que carecer esencialmente de pasiva, como suce-
de á los neutros en todas las lenguas: que el verbo pasivo
mixteco tenga activa propia, tácita ó suplida, es posible; pe-
ro que un neutro tenga pasiva, es imposible, en toda lengua.
La consecuencia del P- Reyes es, pues, falsa, y el nombre
que da á dichos verbos, impropio.
(6) Esto es realmente lo que resulta de lo que dice Re-
yes en el cap. 6, aunque su explicación es diferente.
(6) Según el diccionario, yokuvuindi, significa ser; pero
este verbo no es otra cosa sino el pasivo de yolddzandi ha-
cer, como varias veces confiesa el P. Reyes, siendo cosa
muy diferente suplir al verbo sustantivo que ser él mismo.
DIO XXXV.
EL ZAPOTECO.
NOTICIAS PRELIMINARES.
La lengua zapoteca se habla en una parte del Estado de
Oaxaca, limitada al Sur por el Pacífico, exceptuando una
pequeña fracción terreno ocupada por los chontales.
Respecto al origen é historia de los zapotecos, nada tengo
que añadir á lo dicho sobre los mixtéeos, pues la tradición
presenta á unos y á otros como dos tribus ó naciones her-
manas. Enlaparte comparativa veremos si esto lo confir-
ma ó desmiente la filología.
Tmpoteco 6 tzapoteca es nombre nacional, derivado de la
palabra mexicana tzapotlan, que significa «lugar de los zapo-
tes,» nombre castellanizado de una fruta muy conocida, que
se da en varios lugares de la República Mexicana.
Mi guía para la descripción del zapoteco ha sido el P. Fr.
Juan de Córdova, autor del arte de ese idioma, impreso en
México en 1578- Generalmente hablando es claro y abun-
dante en ejemplos.
También me he servido de la Doctrina cristiana escrita
por Fr. Leonardo Levanto (Puebla, 1776), y de un Dicciona-
rio anónimo. (MS).
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — Las letras del alfabeto zapoteco son las si-
guientes:
a- b. ch. e. g. h. i. k. 1. m. n. Ti. o, p. r. t. u.
x. y. z. th. (1).
EL ZAPOTECO. 61
2. Pronunciación. — Las vocales son tan poco marcadas,
que frecuentemente se confunden la a y la o la e y la i, la o y
la m, y aun lo mismo sucede con algunas consonantes, como
b con p; t con r, etc. De esto viene que en el alfabeto zapo-
teco parece haber letras que realmente no hay, como la d
confundida con la t, etc. La h es una aspiración.
3. Combinación de letras. — Hay cinco diptongos: ae,
ao, ei, ie, ou- Es bastante frecuente encontrar las siguien-
tes letras duplicadas:
a, e, i, o, l, n, k, p, t.
4. Sílabas. — El número de sílabas que he visto en las
palabras, consta de los siguientes ejemplos:
Lao, adverbio de varias significaciones.
Ki-go, río.
Pi-chi~)ta, ciervo.
Pe-ni-gon-na, mujer.
Kal-le-bi-xo-iio, veintiocho.
Ti-yoo hi-chaa-la-chia entrar sospecha.
To-ni-ke-za-ka-la-chia, contentar á otro.
Ha-ni-ka-na-zi~ka~la--ya, si yo cavase.
Ta-ka-pe-ni-ko-to-ke-la-ya, ser hecho zapatero.
5. Acentos. — «Es denotar, dice el P. Córdova, que hay
«muchos vocablos en esta lengua que con sólo la diferencia
«ó mudanza del acento, ó una aspiración en el modo de pro-
«nunciar protrayendo la voz, ó acortándola, significan dis-
«tintas cosas.» Ejemplo, guiie significa la rosa, ó piedra; pe-
ro en este segundo caso la i se pronuncia con tal suavidad,
que parece quedar guie.
6. Composición. — La yuxtaposición de las voces y su
composición por medio de partículas, son de mucho]uso, co-
mo veremos principalmente al tratar délos verbos com-
puestos, por lo cual excuso poner aquí ejemplos.
7. Figuras de dicción.— Las figuras de dicción se come-
ten con mucha frecuencia.
8. Riqueza. — Parece rico en número de voces, lo cual
confirma el P. Córdova cuando dice: «Es de saber que esta
«lengua tiene muchos más verbos que la nuestra, por los
«muchos modos que los indios tienen de hablar.»
62 EL ZAPOTECO.
9. Homónimos.— Sin embargo, por muy rico que sea no
deja de tener homónimos, aunque el citado autor dice: «Si
no hay mudanza de acento, letra ó sílaba no puede una voz
significar distintas cosas.» Esto es igual á decir que el za-
poteco carece absolutamente de homónimos, lo que sería
sin ejemplo en las lenguas; pero!el hecho es que en la mis-
ma gramática del P. Córdova se ven varios, bastando citar
por ejemplo lo que dice (pág. 34) respecto al verbo talca:
«Tiene cuatro significados, el primero, fio fis, ser hecho
«algo; el segundo, possum, potes, poder, el tercero, sirve de
sum, es, fui: y el cuarto, darse ó hacerse algo en alguna par-
te, ó pasar, como cuando preguntamos ¿Qué pasa en Méxi-
co? • • • Hase empero de notar aquí una cosa, y es que para
conocer cuando este verbo significa una cosa y cuando otra,
no hay otra claridad sino ex adjunctis.» (2)
Por el contrario, respecto á las partículas que hay en za-
poteco para formar derivados ó expresar las diversas mo-
dificaciones del verbo, nombre, etc., pudiera entenderse, de
algunas explicaciones del mismo Córdova, que son homóni-
mas; pero bien observadas se ve que, la mayor parte, no
pueden considerarse tales, porque aunque tengan varios
significados, es cambiando de lugar, ó usando de algún otro
recurso, con lo cual ya no pueden pasar por perfectamen-
te homónimas, es decir, que no tengan para distinguir su
significado, otro medio que los antecedentes y consecuen-
tes. Bastará un ejemplo para no ser demasiado difuso. «La
partícula la, dice el autor citado, tiene tantos significados,
que no sé si los podremos hallar á explicar;» y en efecto,
agrega que puede significar: primero, nombre: segundo,
conjunción copulativa: tercero, disyuntiva: cuarto, sirve
para formar nombres comparativos: quinto, forma adver-
bio: sexto, es partícula de pluscuamperfecto. Nada parece,
pues, más confuso y equívoco que la partícula la; pero no
sucede así observando lo siguiente:
Cuando significa nombre, se intercala entre el interroga-
tivo x ii y el pronombre; v. gr., xiilalo, ¿cómo te llamas, ó
cuál es tu nombre? Pero, además, algunas veces se distin-
gue porque es laa y no la, como veremos en el Padre nues-
tro- Cuando es conjunción copulativa se pospone al nombre
sin juntarse; y cuando es disyuntiva se antepone del mismo
EL ZAPOTECO. 63
modo; v. gr., Pedro y Juan, Pedro la Juan; Pedro ó Juan, la
Pedro, la Juan- Cuando es partícula de comparativo es laa,
y se antepone juntándose. En fin, cuando es signo de plus-
cuamperfecto, va intercalada en el verbo.
No por esto niego que deje de haber algunas partículas
rigurosamente homónimas, y á éstas les queda el recurso
que á las palabras de la misma clase, es decir, el sentido de
los antecedentes y consecuentes; y, en prueba, citaré la
partícula tete, que pospuesta, sirve para expresar dos ideas
bien diferentes: la de diminución y la degrado superlativo;
pues del P. Córdova consta, por ejemplo (fojas 4), que na-
huinitete quiere decir chiquitillo; y zitaotete, malísimo
(pág. 5).
10- Partes de la oración. — Las partes de la oración
son: nombre sustantivo, pronombre, verbo, adverbio, pre-
posición, conjunción é interjección- Como adjetivos verda-
deros no pueden considerarse, acaso, más que los numera-
les; los demás que hay en zapoteco, no son sino derivados
de verbo, sustantivo ó adverbio, según iremos viendo en su
lugar (3). Tampoco hay participio; pero sí sustantivos ver-
bales que expresan tiempo, como veremos adelante (4).
Respecto á los adjetivos numerales, observa Córdova,
que los zapotecos «guardan en su modo de contar el orden
de presente, pretérito y futuro, con quitar ó añadir alguna
letra ó sílaba.» Por ejemplo: kaayo significa cinco, hablando
de cosas que están contando, presentes; pero si son cosas
que se contaron antes, se dice kooyo.
También hay diferencia en la forma de los numerales,
según el sustantivo á que se aplican, como vemos en mexi-
cano y otros idiomas.
11. Género. — No hay signos para marcar el sexo- Los
seres que realmente le tienen, ó poseen nombres diferen-
tes, ó le marcan posponiendo la palabra gomia álos de hem-
bras, y niguiio á los de machos. Así es que, por ejemplo,
peni, significa el hombre in genere; peniniguiio, el varón; y
penigonna, la mujer; maniniguiio, animal macho; y mani-
gonna, animal hembra.
12. Número. — Tampoco hay signos para expresar el nú-
mero, de modo que es preciso señalar el plural por medio
de numerales, ó de algún adverbio que exprese pluralidad;
61 EL ZAPOTECO.
pichina, significa ciervo, y para decir ciervos, diré ziani pi-
cJiina, muchos ciervos, literalmente, pues ziani es un adver-
bio que significa muchos (5).
13. Caso. — Carece el nombre de declinaciones para ex-
presar el caso. Siiplese el genitivo como veremos al tratar
del pronombre. El dativo y el acusativo se conocen por
sólo la posición, poniéndolos después del verbo, y el acusa-
tivo antes del dativo cuando concurren los dos casos; v. gr.,
peea keta pichina, literalmente, «da pan ciervo.» Sin em-
bargo, respecto al acusativo hay que observar que, cuando
significa el lugar á donde se va, puede usarse la preposi-
ción lao, chaono lao México, vamos á México. Para el vocati-
vo se antepone al nominativo ah, ó se le pospone eh ó he, in-
terjecciones. El ablativo se marca con las preposiciones ó
se conoce también, como el acusativo y el dativo, por la po-
sición y por el contexto del discurso; v- gr., para decir hu-
yes del templo, se dice toxonelo yohotao, huyes templo sin
preposición de; para decir «comer con la boca,» diré «come
boca,» con lo que se evita la preposición con: «aquél dio
con el palo,» se traduce por kotiñani yaga, aquél dio palo.
14. Derivados. — No hay nombres colectivos, si no es
por medio de circunloquios; per ejemplo, para decir arbo-
leda, se dice «donde hay árboles.» Lo mismo sucede res-
pecto á los nombres que en español y otras lenguas hay
para expresar el lugar donde se hace algo; v. gr., cocina,
que en zapoteco es preciso perifrasear diciendo «lugar don-
de se hace la comida.»
Los nombres adjetivos que significan tener por cualidad
lo que indica el primitivo, se forman anteponiendo hua al
sustantivo, ó volviendo en hua su primera sílaba penne, lo-
do; huapenne, lodoso. Estos no mbres se encuentran tam
bien traducidos á modo de colectivos, como en lugar de lo-
doso «lodazal»
«Hay también en esta lengua nombres diminutivos, dice
el P. Córdova, aunque no al modo de la nuestra, que deci-
mos reyecillo, periquillo, muchachuelo, sino tómase el nom-
bre y pospónese un adverbio cantitativo, y asile forman;
v. gr., para decir chiquitillo, dicen nahuinitete; muchachue-
lo, penihuinitete; ó hahuinitoto, etc.»
Fórmanse los comparativos añadiendo al positivo las ter-
EL ZAPOTECO. 65
minaciones «i, ti ó la; v. gr., huazaka, bien huazakati, ó hua-
zakazi, más bien; zitao, mucho; zitaola, mucho más. La par-
tícula lata forma, según vimos, nombres de cualidad, ante-
puesta al sustantivo; pero si se antepone el adjetivo verbal,
indica comparación; nazii, necesitado; huanazzii, más nece-
sitado; naacJii, reverendo; huaachi, más reverendo (6).
El superlativo se forma por medio de la partícula ó ad-
verbio tete, agregado al verbal, verbo ó adverbio; zitao, mu-
cho; zitaotete, muchísimo. La terminación tao también for-
ma superlativos, y con los sustantivos indica abundancia;
niza, agua; nizatao, mucha agua ó lugar donde abunda.
También se forman superlativos usando la palabra kotubi,
que parece significar muy ó muy oten. En fin, la repetición
déla palabra indica grado superlativo; v. gr., tizoochi tizo-
ohi, estar borrachísimo.
15. Pronombre personal. — Los pronombres persona-
les, son:
Naa, ya, a, yo.
Lohui, loy ó looy, lo, tú.
Yobina, su merced ó usted, para hablar con los superio-
res.
Nikani, nike ó nikee, ni, ke, aquel ó aquellos.
Yobini ó yobina, aquel, hablando de personas de respeto.
Taono, tono ó tonoo, tona, no, noo, nosotros.
Lato, to, vosotros.
Ya y a no son más que una contracción ó abreviatura de
naa, así como lo de lohui, etc., cuyos pronombres abrevia-
dos se usan como afijos, principalmente para marcar las
personas del verbo, como veremos luego-
Además hay el afijo na, que quiere decir nosotros; pero
su pluralidad es tan vasta que indica todos; v. g., petagona
comimos todos nosotros ¡también se usa como posesivo.
Yobini, el pronombre reverencial de la tercera perso-
na, se usa también como de la segunda.
Yobi no sólo se ve en yobini, usted, sino que se junta con
los afijos «, lo, etc.; y significa así: yobia, yo mismo; i/obilo,
tú mismo, etc.; pero esto cuando se trata de seres anima-
dos, pues si son inanimados se usan laaka, laa; v. g., laaka
yaaga, el mismo palo, y no yobi yaaga-
16. Posesivo- — Pronombre posesivo no hay propiamen-
5
66 EL ZAPOTECO.
te; pero se suple con la palabra xiteni, perteneciente, lo
que pertenece, agregándole los personales afijos, de este
modo:
Xitenia,
mío-
Xitenüo,
tuyo.
Xitenini,
suyo-
Xitenitono, óxitenino,
nuestro.
Xitenüo,
vuestro
Por figura de dicción suele decirse xteni ó xitini-
Para decir, pues, por ejemplo, «mi manta,» diré xabaxi-
lenia, pues xaba, significa manta. También puede expre-
sarse posesión con sólo xi, primera sílaba de xitenia, ante-
puesta al nombre, y posponiendo el afijo correspondiente,
según la persona; xixabaya, mi manta; xixabalo, tu manta.
Cuando se habla de tercera persona, y se expresa ésta,
basta anteponer la sílaba xi, y así queda suplido el geniti-
vo; v. g., xi Pedro, de Pedro-
Pero la forma más sencilla, y acaso la más castiza que
tiene el zapoteco para expresar posesión, se reduce á agre-
gar el afijo al nombre, xabaya, mi manta; xabalo, tu manta;
xabani, su manta.
En fin, la partícula hua, antepuesta, equivale á cuyo 6 de
quién, y así es que con ella también se expresa posesión;
7. g., peni huaxabani, el hombre de quién es la manta.
17. Demostrativos. — El pronombre demostrativo es
nitii, ó nii, que significa este para todos los números y gé-
neros-
Laakaani, kaani,laani quiere decir ese ó ese mismo, tam-
bién para todos los números y géneros.
18. Relativo é interrogativo. — El relativo es ni, que
3e junta y antepone al verbo; v. g-, kotagoni significa comió,
y así nikotagoni será «el que comió.»
Tuxa ó tuia, tu ó chu, significan ¿qué? ¿quién? para ani-
mados. Xiikaxa, xiixa, xii, ¿qué? para animados. Koota,
¿cuál? para animados é inanimados.
19. Conjugaciones. — Los verbos tienen cuatro conjuga-
ciones, que se distinguen por las partículas con que co-
mienzan (7). Los de la primera conjugación usan en el pre-
sente ta, en el pretérito ko y en el futuro ka; los de la se-
EL ZAPOTECO. 67
gunda te, pe, ke: los de la tercera ti, ko, ki, y si son pasivos
ti, pi, ki, ó ti, ko, ka; y los de la cuarta to, pe, ko.
20. Personas, tiempos y modos del, yerbo. —Las per-
sonas son tres de singular y dos de plural, como en el pro-
nombre. Los modos indicativo, imperativo, y otro que sir-
ve para subjuntivo ú optativo (8). Los tiempos en indicati-
vo son: presente, pretérito imperfecto, tres pretéritos per-
fectos, pluscuamperfecto y futuro imperfecto. En impera-
tivo sólo hay un tiempo. En subjuntivo pretérito imperfec-
to, perfecto y futuro. (9)
21. Mecanismo del yerbo- —Las personas se marcan
con afijos, y los modos y tiempos con partículas.
22 Ejemplo de conjugación. — El siguiente ejemplo y
la subsecuente explicación, darán una idea exacta del ver-
bo zapoteco-
Indicativo Presente.
Ta-na-ija, yo cavo, etc. Tiee-na-no.
Ta-na-lo- Ta-^na-to-
Ta-na-ni, aquél ó aquellos cavan.
Pretérito imperfecto.
Ta-na-ti-a, yo cavaba, etc. Tiee-na-ti-no-
Ta-na-ti-lo. Ta-na-ti-to-
Ta-na-ti-ni-
El mismo de otro modo.
Ko-na-ti-a. Piya-na-ti-no, ó piee-na-ti-no.
Ko-na-ti-lo- Ko-na-ti-to.
Ko-na-ti-ni.
Primer pretérito perfecto, ó definido.
Ko-na-ya, yo cavé, etc. Piya-na-no, ó piee-na-no .
Ko-^na-lo. Ko-na-to.
Ko-na-ni.
Segundo pretérito perfecto ó anterior.
Huaya-iia-ya, yo hube cavado, etc.
68 EL ZAPOTECO
Tercer pretérito perfecto, ó indefinido.
Zia-na-ya, yo he cavado, etc.
Pluscuamperfecto.
Ko-na-kala-yUj yo había cavado, etc. Huayaó hueya-na-
kala-tono.
Ko-na-kála-lo. Ko-na-kala-to.
Ko-na-kala-ni.
El mismo de otro modo.
Huaya-na-kala-ya, etc.
De otro modo.
Zia-na-kala-ya, etc.
Futuro imperfecto.
Ka-na-ya, yo cavare, etc. Kia ó kie-na-no.
Ka-na-lo. Ka-na-to.
Ka-na^-ni
Imperativo.
Ko-na, cava tú.
Lakeya-na-no, 6 kolakiee-na-no, cavemos nosotros.
Kolaka-na, cavad vosotros.
SUBJUNTIVO U OPTATIVO.
Pretérito imperfecto.
Nia-na-la-ya-niaka, yo cavara, etc.
Nia-na-la-lo-niaka.
Nia-na-la-ni-niaka.
Nia-na-tono-niaka, 6 niee-na-la-tono-niaka.
Nia -i i a-la-to-ñiaka.
EL ZAPOTECO. o9
Pretérito perfecto.
Zia-na-tila-ya, yo haya cavado, etc Zia ó ziee-na-tila-tono.
Zia-na-tila-lo. Zia-na-tila-to.
Zia na-tila-ni.
Futuro.
Nika-na-ya, yo cavaré, etc. Nikia-na-lato-no.
Nika—na-lo. Nika-na-to.
Xila-na-ni.
23. Explicación del verbo. — El presente de indicativo
se forma de la raíz, los afijos ya, lo, etc., y la partícula pre-
positiva ta para todas las personas, menos la primera de
plural que hace tiee (10). El pretérito imperfecto es el an-
terior, con la sílaba intercalar ti, ó el primer pretérito per-
fecto con la misma ti. El pretérito perfecto se distingue
por la partícula piya ó piee en la primera persona de plural
y ko en las otras: el segundo perfecto lleva huaya, y el ter-
cero zia adverbios que significan ya, por lo cual estos tiem-
pos no son propios sino suplidos (11). El pluscuamperfecto
es el perfecto con la partícula intercalar kala, distinguién-
dose además la primera persona de plural por la partícula
huaya ó hueya: del segundo y tercer perfecto puede salir
también el pluscuamperfecto, como se ve en el ejemplo. El
futuro se marca con la partícula prepositiva kia 6 kie, para
la primera persona de plural, y ka para las otras.
En el imperativo no se ve afijo en las segundas personas,
llevando la de singular la partícula ko; y la de plural kolaka:
la primera persona de plural lleva el afijo y su partícula.
Las personas que faltan al imperativo se suplen con el
futuro.
El pretérito imperfecto de subjuntivo ú optativo se dis-
tingue por la partícula nía, que en la primera persona de
plural puede ser niee, y la intercalar la: la palabra niaka,
que se ve después de los afijos, viene del verbo taka, ser he-
cho, y el significado que comunica al verbo con que se jun-
ta es que se dejó de hacer lo que aquel significa. Tal ex-
plicación, que es del P. Córdova, no aclara mucho la ver-
70 EL ZAPOTECO.
dadera naturaleza de esa forma del verbo. Puede interpo-
nerse también al imperfecto de subjuntivo la partícula ti.
El pretérito perfecto lleva la partícula, ó más bien el adver-
bio zia ó ziee en la primera persona de plural y la intercalar
tila. El futuro en la primera persona de plural tiene la par-
tícula nikia y la intercalar lato; pero en las demás personas
sólo nika.
La forma explicada del subjuntivo ú optativo es la más
simple; pero es de advertir que la partícula la, del pretérito
imperfecto y del perfecto, también puede entrar en el fu-
turo, y que en los tres tiempos pueden ir zika ó zikala, de
modo que, por ejemplo, nikanaya significa yo cavare, según
el ejemplo; pero también puede decirse nikanalaya, nika-
nazikaya ó nikanazicalaya.
Cuando se quiere expresar optativo se antepone alguna
interjección que indique deseo como ha, kooba ó koopa, ta-
kooba, etc., y cuando subjuntivo un adverbio propio del mo-
do siendo tebela, cómo, el más usado: también se ve en el
optativo este adverbio precedido de ah, es decir, ahtebela, y
aun solo.
24. Cómo se suple el infinitivo, etc. — El infinitivo se
suple con el futuro, de modo que en lugar de decir, por
ejemplo, «quiero comer,» se dice «quiero comeré.» (12).
El gerundio que en castellano acaba en ando ó endo, y en
francés en ant, se suple por medio de verbos compuestos
en el tiempo de que se habla; v. g., con tagoa, yo como, y
tatia, yo muero, diré tagotatia, que literalmente es corno-
muero, es decir, comiendo muero. Si se tratara de tiempo
pasado diríamos «comió y murió,» y si de futuro «comeré y
moriré,» es decir, «comiendo murió» y «comiendo moriré.»
Los gerundios latinos de genitivo y acusativo se suplen
con el futuro, lo mismo que el infinitivo; v. g., en lugar de
«voy á comer,» «voy comeré.» Sin embargo, los de acusa-
tivo también se pueden suplir usando délos verbales; v. g.,
de kochina, mensajero, y zelea yo vengo, sale kochinazelea>
mensajero vengo, es decir, «vengo por mensajero» ó como
mensajero, que es igual á «vengo á traer un mensaje,» con
kona; el cultivador, resulta konazelea vengo como cultivador,
es decir, vengo á cultivar.
Los participios pueden suplirse con los verbales, ó con
EL ZAPOTECO. 71
el relativo ni y el tiempo correspondiente del verbo, según
el participio sea de presente, pasado ó futuro: v. gr- :
Xitagoni, el que come; de tagoni, aquél come, tercera
persona de singular del presente de indicativo.
Nitona, el que cava, en cuyo ejemplo y otros, no se ve
afijo.
Nipitogo, el cortado ó el que fué cortado, áepüigoni, aquél
fué cortado, pretérito del verbo pasivo titogoa, soy cortado.
Nikoti, el que murió, derivado del pretérito del verbo
tatia, yo muero.
Mkagoni, el que ha de comer: kagoni, es la tercera perso-
na de futuro de indicativo del verbo tagoa, yo como.
También hay participios compuestos; v. gr., con tolloba-
ya, yo barro, y con el verbal noo, el que está, resulta noo-
llobaiii, el que está barriendo-
Del verbo tonia, hacer, sale el verbal nonia, el que hace^
y compuesto con otros verbales hace de participio: v- gr.,
nonipeani, el que conoce.
Cuando á los participios, así como á los verbos, se les
añade la partícula ti, indican que actualmente se ejecuta su
acción; nitanati, el que actualmente cava ó está cavando-
25. Verbales. — Algunos sustantivos derivados de ver-
bo expresan tiempo, según se derivan del presente, pasado
ó futuro, y se forman anteponiendo al verbo la partícula
Jcela, y quitándole el afijo; de tagoa, yo como; kelatago, comi-
da presente; de kotagoa, yo comí; kelakotago, comida pasa-
da; y de kagoa, yo comeré; kelakago, comida futura-
El nombre comida, sin expresar tiempo, será fago, de
modo que en zapoteco pueden formarse sustantivos del
verbo, sin más que quitar á este afijo.
Hay otros verbales sustantivos cuya formación consiste
en agregar á la raíz del verbo una de estas partículas: otile.,
xili. xilo, xi; v. gr. :
Xillaa, calor; de tülaa, estar caliente.
Xitoxoni, ira ó furor; de titoxoga, estar airado.
XüixoTíe, carrera; de toxoñea, correr.
Xilina 6 xüianú, cavadura; de tanaya, cavar.
Para algunos de estos nombres no tenemos traducción
propia; v. gr., de tepania, despertar, xitepani, el acto de
despertar-
72 EL ZAPOTECO.
Otros verbales se derivan del pretérito perfecto de los
verbos (13), cuyo significado generalmente corresponde al
de los latinos terminados en orj en osus; v. gr. :
Kona, cultivador ó cavador; de konaya, yo cavé.
Euago, el que come; de huayagoa, yo he comido.
Koto, el que cubre; de kotoya, me cubrí.
Euenilachi, mentiroso; de hueyonilachia, yo he mentido.
Iluezaalachi, misericordioso; de huezaalachia, yo he sido
misericordioso.
Kotakazi, dormilón; de kotazia, yo dormí.
Huclloba, barredor, es decir, barrendero; de hueyollobaya,
he barrido.
Eobana, el hurtador ó ladrón; de kobanaya, yo hurté.
Hay otros adjetivos verbales que se forman generalmen-
te quitando al verbo el afijo y poniendo na, ne, ni, no, za ó
ze, en lugar de su partícula (14); v. gr. :
Naziña, hábil; tiziñaya, ser hábil.
Nayóbi, redondo; de tiyobi, ser redondo.
Naxiuaa, colorado; de tixiñaaya, ser colorado.
Noocha, mezclado; toochaya, mezclarse.
Natopa, chico; de titopaya, ser chico.
Zaa, el que va; de tizaya, ir.
Zee, el que viene; de telea, venir.
En composición, los adjetivos verbales comienzan por ya
(no sé si siempre), v. gr. , de nagazi, negro, y peni, hombre,
peniyazi, en lugar de peninagazi-
De los adjetivos verbales salen unos nombres bideriva-
dos, y también de los sustantivos, cuya significación pare-
ce ser la de abstractos, formándose por medio de kela; na-
ziña, hábil; Jcelanazifta, habilidad.
En fin, de los verbos que tienen radical de dos sílabas,
salen adjetivos y aun sustantivos; generalmente con sólo
quitarles la partícula y el afijo, v. gr.: nachahui ó chahui,
el que está bien; de tichahui, estar bien; chiba, el que está
encima; de tichiba, estar encima; lipi, fuerte; de litipia, ser
ó estar fuerte (15).
26. Verbos pasivos y otros. — No hay en zapoteco voz
pasiva; pero sí verbos que poseen esta significación, los
cuales tienen muchas veces sus correspondientes activos;
v. gr., totia, hacer; talca, ser hecho. Cuando á algún activo
EL ZAPOTECO. ¡ ó
le falta pasivo que le corresponda, se suple con ese mismo
talca, ser hecho, que también suple al verbo sustantivo, y
sirve de tal, como veremos adelante.
Los verbos pasivos comienzan generalmente por ti.
«Hay también en esta lengua, dice Córdoba, verbos co-
munes que en una voz significan acción y pasión • • • los
cuales difieren en los pretéritos y plurales,» de modo que
en esto se conoce el significado que debe dárseles.
Del mismo modo que hay verbos independientes de sig-
nificación pasiva, los hay que la tienen reflexiva; v. gr., toze-
tea, enseñarse. Cuando no se encuentra así, se suplen pos-
poniendo al verbo el pronombre correspondiente; v. gr.-
tanachiia, yo amo; tanachiiyobia, yo me amo.
Los reiterativos se forman intercalando al verbo una
partícula; v. gr-, de tagoa, yo como; ta-ziya-goa, volverá
comer: las partículas de reiterativo parecen ser ziya, ze, zi,
koze, kozi, ko, e, yo, ku .... También pueden formarse por
medio del adverbio kazaka, que indica reiteración.
Los verbos compulsivos se forman de la misma manera
que los reiterativos, es decir, intercalando al verbo una par-
tícula; pero además parece que la vocal de las partículas
propias de la conjugación cambia en o; tagoya, yo cómo; to-
kokagoya, doy de comer ó hago comer á otro, y de aquí pue-
de salir el reiterativo tokagoya, volver á hacer comer á otro-
Las partículos de compulsivo son, según parece, ka, ko, ze>
zi, o, yo.
La palabra kati significa momento ó instante, y repetida
es como si dijésemos «de momento en momento,» de cuya
manera se intercala ó antepone al verbo para expresar f re-
cuencia; v. g. . de tagoa, comer; tagokatikatia, comer con
frecuencia. Lo mismo sucede usando del adverbio nayapa
ó kayapa, que significa á menudo, ó de otras voces ó partí-
culas análogas, así como repitiendo el verbo.
Para expresar respeto, hay una terminación ó partícula
que se pone al verbo, y es zika.
Vemos, pues, que las modificaciones ó ideas accesorias
del verbo se expresan por medio de partículas; pero ade-
más de las explicadas, hay otras que le comunican varios
significados: algunas de esas partículas, cuando no todas,
7-i EL ZAPOTECO.
se usan no sólo con el verbo sino con otras partes del dis -
curso.
La partícula paa significa cosa deleitable, gustosa, muy
estimable; tagoya, comer; tagopaaya, comer espléndida-
mente.
La partícula ti, da el significado ele actualidad, ó estarse
haciendo algo; talaya, llegar; talati, estar llegando.
Xee, óxe, pospuestas al verbo, quiere decir que se con-
suma su acción; tollobaya, barrer; pellobaxee, barre hasta
que quede bien barrido.
Xexe, significa hacer resistencia.
Za, ze, ó zo, antepuestas al futuro imperfecto de indicati-
vo, dan la significación de %>osibüidad.
Zea, antepuesta, significa «algunas veces;» zeazelea, algu-
nas veces vengo: pospuesta, significa perseverancia, asis-
tencia, que se está haciendo aquello que expresa el verbo;
koyaazea, me fui para siempre, ó para no volver; tagozea,
estoy todavía comiendo: también quiere decir «hacia abajo.»
Gaa, significa presteza, continuación, adición.
Lii, quiere decir hacer bien ó rectamente lo que el verbo
significa, así como acabarse ó hacerse del todo aquello que
dice el verbo.
Además de estas partículas acaso habrá otras que yo no
conozca-
27. Verbo sustantivo. — El verbo tdka tiene varios sig-
nificados, según vimos al tratar de los homónimos, y con
él se suple el verbo sustantivo cuando talca significa se)" he-
cho. (16)
Sin embargo, hay otro medio de suplirle, más conforme
al genio de la lengua, y es el de conjugar el sustantivo, ó el
adjetivo verbal, sin más que agregarles el afijo de la perso-
na correspondiente, y con esta forma se significa el verbo
sustantivo; v. g., naxiñaa, colorado; naxínaalo, tú eres colo-
rado; Pedroya, yo soy Pedro.
También puede usarse con el mismo significado, el adje-
tivo verbal de talca, que es naka, conjugado, acompañando
á otro verbal ó á un sustantivo; v. g.,nagasi, negro, nalcaya
nagasi, soy negro, ó intercalando y abreviando naka; v. g.,
kopechekaya, soy oficial. (17)
28. Irregulares y defectivos. -No faltan verbos de-
EL ZAPOTECO. 75
fectivos, aunque son pocos, y también los hay irregulares.
Sin embargo, tampoco estos pueden ser muchos, porque
todos los que comienzan por te y todos los pasivos por ti
son regulares, y lo mismo casi todos los de la cuarta con-
jugación. Generalmente la irregularidad de los \erbos za-
potecos tiene por causa evitar la cacofonía. Para que se for-
me el lector idea de ellos, daré algunos ejemplos.
Takoa, cubrirse, hace el pretérito kotoa y no kokoa.
Tigobaya, yo trabo; kotobaya, yo trabé, y no kogobaija-
Toaya, cargar; piiaya, yo cargué, en lugar de peaya.
Taita, tomar; koxiia, yo tomé.
Tiziichia, covtsiv; koxiicMa, yo corté.
Por estos ejemplos parece que las irregularidades están
en los pretéritos, y en efecto, el P. Cor dova dice: «Estas
«mudanzas sólo es en los pretéritos y plurales de todos los
«verbos,» es decir, en las primeras personas de plural.
29. Verbos compuestos.— La composición de las pala-
bras zapotecas se observa principalmente en los verbos de
la manera más varia.
Compónense, primeramente, unos verbos con otros en el
mismo tiempo; de tagoa, yo como, y tielea me ahito; tagotiela,
que se conjuga como si fuera un solo verbo. Otras veces
con la primera persona del singular del futuro imperfecto
de indicativo, supliendo éste á nuestro infinitivo; v. g., ta-
kalackichaaya, quiero iré, es decir, quiero ir. Los verbos
que indican movimiento, frecuentemente se componen con
el futuro, en primera persona de plural; v. g., detiaaya,
voy, y titonaya, dejo; tiaketonaya, voy, dejaré, es decir, voy
á dejar.
Zaaya. yo voy, y zelea, vengo, se usan mucho en compo-
sición, siendo uno de los casos en que la traducción puede
hacerse con nuestro gerundio; v. g., huazaayagoa] voy co-
mo, es decir, voy comiendo-
De adjetivos verbales compuestos con verbo, daré por
ejemplo á tizenihuagoa, yo llamo á comer; de tizenia, yo lla-
mo, y huago, adjetivo verbal de tagoa, yo como.
También se componen los adjetivos verbales unos con
otros, y se conjuga el último: noo, es el adjetivo de tooya,
estar, y yago ó huago de tagoa, comer, y así resulta nooyagoa,
yo estoy como, es decir, estoy comiendo.
76 EL ZAPOTECO.
Con nombres sustantivos igualmente, se componen los
verbos; v. g., tatinizaya, muero de sed; de tatiya, muero, y
niza, sed. intercalado-
En fin, aun con adverbios y preposiciones se componen
los verbos; v. g., tapachichia, guardo fuertemente, siendo
clúclii el adverbio intercalado.
El verbo tonia, hacer, y sus derivados, se usan mucho en
toda clase de composiciones- Generalmente tonia da á la
palabra con que se junta la significación de «hacer muchas
veces» lo que ella expresa-
También se componen con mucha frecuencia talca y su
verbal naka-
30. Modismos del verbo- — Concluiré la explicación del
verbo diciendo que se usa tomar unos tiempos por otros,
como pretérito por presente, futuro por pretérito, etc.
31- Adverbios.— De la primera persona del presente de
indicativo se forman adverbios de modo, vuelta la partícu-
la hua, hue ó feo, y quitando el afijo; titoppea, estar junto;
huatoppe, ókatoppe, juntamente: muchos no tienen traduc
ción literal; v- g., de tatia, morir; huati; de teala, olvidar;
linéala-
En particular de algunos adverbios, lo único que hay
digno de observar es lo siguiente.
El adverbio kala, ó hela, cuando, sólo se usa con futuro,
y kola, de igual significado, con pretérito- Ki, que quiere
decir no, se usa antepuesto al futuro de indicativo. Yaka,
que significa también no ó no hay, ó no está antepuesto al
futuro, le hace significar como pretérito.
De algunos adverbios se forman nombres, anteponiendo
hua; v. g. , de nitoo, antes; huaniito, el delantero ó primero-
32. Preposición.— Estas son las palabras que el P. Cór-
dova pone como preposiciones.
Kalaoti, kalao, kala, hasta.
Laoni, lao, toa, ante.
Xiclwo, ó kichoo, de la otra parte.
Kabii, huabii, en derredor.
. lao, relativamente á (erga).
Late, lahui, entre.
Lao, chii, mientras.
'. dentro, debajo-
EL ZAI'OTECO. 77
Kete, xana, abajo.
Kaxe, huala, etc., cerca, junto-
Zika, según, como.
Laniiani, laniiakani, por lo cual, por (propter).
Xicheni, detrás-
Niiani, niiateni, por, para.
Zito, zitote, huayote, huayatate, de lejos.
Huatete, hualosi, después.
Laoni, chibani, kike, encima.
Kiaa, kayaa, arriba.
Zika- zikani, respecto á, acerca de-
Kachee, etc- , de otra manera.
Lana, telana, hualaa, huagachi, escondidamente (clam).
Nii, ó xii, con qué.
Algunas de estas palabras más bien son adverbios ó con-
junciones.
33. Conjunción. — «Las conjunciones en esta lengua di-
«ce el P. Córdova, son menos que las otras partes de la ora-
«ción, lo uno porque ellas son pocas entre sí, y lo otro por-
«que el modo de hablar de los indios es con unas sentencias
«truncadas y desatadas y no ligadas con conjunciones ni
«partículas, sino dirán una docena de sentencias sin con-
«junción alguna, lo cual en nosotros pareciera barbarismo.»
He aquí las conjunciones que trae el mismo autor:
Chela ó la, (pospuesta), significa y.
Chelanee, también.
Kani, kalani, (antepuestas), pero más-
La, (antepuesta), es o.
Lakelani, kelani, etc., supuesto que, por esta razón.
Laakani, laaka, así que, pues que-
Laniiakani, laniiani, etc., por lo cual, por esto-
Kota, ate, te, son dubitativas, como quien dice ¿acaso?
Za, (antepuesta), sí, aunque.
Kani, al menos.
Zaya, de esta manera.
Ni, (antepuesta), que, más que.
Otras conjunciones pone el P. Córdova entre los adver-
bios; otras se suplen con estos.
78
EL ZAPOTECO.
34. Interjección. — Entre las interjecciones hay una no-
table pe, la cual significa confirmación, que aquello de que
se trata es tal como se dice; v. g., yobipelo, tú mismo y no
otro; yobipe, él mismo, sin duda, sin falta.
35. Dialectos. — «Es agora de notar, dice el autor varias
«veces citado, que entre todos los pueblos que hablan esta
«lengua, digo aun los que son meros zapotecos, ningún pue-
«blo hay que no difiera del otro poco ó mucho, lo uno en po-
«ner unas letras por otras, y lo otro en que aunque hablan
«unos mesmos vocablos, unos los toman por una cosa, y
«otras por otra.» Sirva de ejemplo la palabra niño: en Za-
achiilla es botoo; en Ocotlan metho; en Etla binnito; en la Sie-
rra bitao; y en tierra caliente bato.
36. Ejemplo del Padre nuestro. — Haré análisis del
Padre nuestro, sirviéndome del ejemplo que trae Fr. Leo-
nardo Levanto en su Catecismo de la doctrina cristiana, y del
vocabulario manuscrito, que cité en el lugar respectivo.
Bixoozetonoohe,
Padre nuestro,
kiiebaa nachiibalo
(del) cielo tú que estás encima
nazitoo
grande
ziikani
ha sido hecho
lóalo
tu nombre,
ellakookii
(el) reino
xtennilo Tdta ziika ruarii nitizigueelalo
tuyo será venido ( ) acá tu voluntad
ziika raka k'oa
así es hecha arriba
kiiebaa laaniziika
(en el) cielo " como
gaka ruari layoo. Xiko-
será hecha acá (en la) tierra. El sustento de todos
nina
kixee
kixee peneclie,
ziika
nosotros
mañana
mañana da,
también
anna,
chela
a kozanailaaziikalo
tonoo
ahora,
y
no dejarás
(á)
nosotros
EL ZAPOTECO.
79
niiani
ya
kezihuina:
pe?.
■Hila zika
para
no
pecaremos (pecar):
libra también
tonoo
niiaxtenni
kiraa
hellahuechiie.
(á' nosotros
de
toda
maldad.
Gaga
ziiga
ziika.
Será hecho
así
así.
37. Análisis. — Bixoozetonoohe: bixooze, padre; tonoo pro-
nombre afijo de la primera persona de plural expresando
posesión, según la forma de la lengua; he interjección con
que se marca el vocativo.
Eiiebaa ó kiepaa: sustantivo en ablativo; pero sin ningún
signo que indique el caso.
Naachiibalo 6 nachibalo: tichiba es un verbo que significa
«estar encima,» de donde se deriva el verbal nachiba «el
que está encima,» el cual se conjuga como todos los verba-
les; lo es el afijo de la segunda persona del singular.
Nazitoo: adjetivo verbal que significa cosa grande ó engran-
decido.
Ziikani, zikani, ó ziakani: tercera persona de singular del
tercer pretérito perfecto del verbo pasivo taka, ser hecho-
Laalo: laa significa nombre; lo es el afijo correspondiente
á tú ó tuyo.
Kellakookii: sustantivo derivado, délos que se forman por
medio de la partícula kela ó kella.
Xtennilo: posesivo de la segunda persona de singular, cu-
ya formación se explicó en el lugar respectivo.
Kita: en el diccionario que tengo á la vista, no encuentro
este verbo; pero por un ejemplo del P. Córdova, infiero que
hay el pasivo titaya que significa ser venido. En kita se ve
la raíz ta y la partícula propia de futuro con que se suple el
imperativo, tercera persona: falta el afijo correspondiente
ni que no se pone cuando se expresa la persona misma,
pues entonces no hay lugar á equivocación, como sucede en
el presente caso, donde se expresa lo que ha de venir, que
es reino.
Ziika: es un advervio ó partícula de varios significados, y
según Córdova, «muchas veces se pospone á la dicción por
80 EL ZAPOTECO.
ornato.» Así debemos considerarla aquí, es decir, como ex-
pletiva, pues no tiene traducción ni sentido.
fiuarii: adverbio de lugar.
Nitizigueelalo: no encuentro estajpalabra en el diccionario;
pero por su correspondencia con el castellano y el afijo lo
tú, ó tuyo, parece que significa tu voluntad, ú otra voz aná-
loga-
Ziika: adverbio de que antes se habló.
Ralea: según la ortografía de Córclova, que es la que he
seguido en la descripción anterior (salvo las correcciones
de que hablé en la introducción), debe leerse taka, cuya va-
riación es consiguiente al cambio de letras explicado en el
párrafo 2. En el diccionario también se ve r en lugar de t,
de modo que las partículas de los verbos son allí ra, re, ri,
ro, y no ta, te, ti. to- Esto supuesto, diré que talca ó raka es
tercera persona del singular de indicativo presente del ver-
bo pasivo takaya, ser hecho: falta el afijo ni por lo explicado
en la palabra kita.
Kiaa, adverbio de lugar.
Kiiebaa: sustantivo en ablativo sin ningún signo que in-
dique el caso.
Laa.niziika: conjunción.
Galea: según la ortografía de Córdovaes caca (kaka), por
igual motivo, al explicativo al explicado respecto á la pala-
bra raka. Es, pues, futuro, tercera persona del pasivo taka,
ser hecho, faltando ni por lo misma razón que en kita y
raka.
Euarii: adverbio.
Layoo: sustantivo.
Xiconina: xikoni significa sustento; na es el afijo de pri-
mera persona del plural, que significa todos nosotros ó de to-
dos nosotros cuando se usa como posesivo. (Véase el párra-
fo 15.)
Kixee: la repetición ele esta palabra, que significa mañana ,
equivale á «todos los días,» ó «cada día,» como vemos en
mixteco.
Peneche: segunda persona de imperativo, de teneya, dar,
la falta de afijo es propia de tal persona y modo.
Ziika; adverbio de varios significados.
Atina: adverbio de tiempo.
EL ZAPOTECO. 81
Chela: conjunción.
A: adverbio.
Kozaanañaziikalo: kozaanalo es segunda persona del sin-
gular de futuro del verbo tozaanaya, dejar, de la cual decli-
nación: z iika es Ipartícula de varias significaciones; pero
aquí parece indicar respeto ó reverencia, según lo explica-
do (§ 26). El verbo está en futuro, supliendo al presente de
subjuntivo de que carece la lengua.
Tonoo: pronombre.
Niiani: preposición.
Ya. adverbio.
Keziliuina: no he encontrado esta palabra ni en el diccio-
nario ni en la gramática; pero infiero que es futuro del
verbo pecar, supliendo al infinito, por el contexto de la ora-
ción, por la partícula Ee, y porque zihui ó xihui significan
pecado.
Peziüla: segunda persona del imperativo de singular del
verbo toziülaya, librar, defender ó amparar.
Zika ó zikaa: explicado ya.
Tonoo: pronombre.
Niiaxtenni: según el diccionario esta voz significa de, por
ó porque.
Kiraa: adjetivo-
Kellaliuachiie: abstracto formado por medio de kella ó
kela.
Gaga, ó kaka según la diferencia de ortografía ya expli-
cada. Véase lo dicho antes sobre esta palabra.
Ziiga, ó ziika (según la diferente ortografía de que he
dado explicación al tratar de otras palabras). Véase lo di-
cho antes sobre esta partícula ó adverbio.
NOTAS.
(1) No trae el P. Córdova el alfabeto zapoteco, de mane-
ja que le he formado examinando las palabras que se en-
cuentran en su gramática; pero esto no obstante, temo que
haya alguna falta. He suprimido la c y la q, como en las
demás lenguas, por lo explicado en el prólogo. La v parece
que la hay; pero no es sino 7iua, hue, etc., por lo cual tam-
bién la he omitido.
(2) Esto lo confirma una Gramática MS., que ha venido
á mi poder después de tener concluida la descripción del
zapoteco, pues en ella se lee: «Muchas veces solo se entien-
«de lo que dicen, cuando hay equivocaciones en los térmi-
cos, por el antecedente y consiguiente.» En la misma gra-
mática se agrega que los homónimos suelen aclararse jun-
tándoles otras palabras; v. g., hela significa carne ó pescado;
si quiero decir lo segundo, diré belaniza, carne de agua,
porque niza significa agua.
(3) La diferencia que hay entre el adjetivo puro y el de-
rivado es la que existe entre una cosa independiente, que
subsiste por sí misma, y otra que tiene un ascendiente que
teda el ser. El adjetivo puro se cuenta, pues, entre las
partes primitivas de la oración; el derivado no tiene ese de-
Techo, como no le tiene el diminutivo ni ninguna otra clase
áe derivados.
(4) Los que el P. Córdova llama participios no son sino
supletorios, según se explicará.
El mismo autor, después de tratar de las partes de la
oración, explica (pág. 51 y siguientes) algunas palabras y
partículas que acaso pudieran tomarse como otra parte más
del discurso; pero no es así, porque, si bien se observan, ó
EL ZAPOTECO. 83
pueden incluirse en las otras, ó no son sino partículas que
sirven para formar derivados y expresar las diversas mo-
dificaciones del nombre, verbo, etc. , y, en consecuencia, al
tratar de estos pueden explicarse, sin necesidad de formar
artículo separado; v. g. :
Xihui: significa pecado, que es un nombre sustantivo.
Kati: también es un sustantivo, pues significa momento
ó instante.
Chiba: no es más que un adjetivo verbal «el que está en-
cima» y viene del verbo tichiba, «estar encima» ó «salir ha-
cia arriba.»
Ka: ó es el verbo taka; ser hecho, sin la partícula ta; ó el
verbo naka, sin na; ó es partícula de pluscuamperfecto; ó
pronombre demostrativo.
Lene ó hualene: es un adverbio que significa involuntaria-
mente, ó el adjetivo latino invitas.
Tini ó teni: puede considerarse como un sustantivo, pues
significa «diferencia ó distinción.»
Xee ó xe: es una partícula que junta con el verbo le da
cierta acspción, y así está en el caso de las que se deben
explicar al tratar del verbo.
Ti: se encuentra en el caso de la partícula anterior con
el verbo y adjetivo, ó usada con negación es un adverbio,
pues significábamos.
(5) El P. Córdova agrega que para decir hombres, cier-
vos; etc., en plural, «dan un cierto sonido que se distingue
«bien de cuando lo dicen por uno solo.» Parece, pues, que
el acento de la voz basta para expresar la diferencia del
número; pero creo que esto necesita confirmación, pues es
extraño que, teniendo el zapoteco un medio tan sencillo, re-
curra al uso de numerales ú otras palabras que expresan
muchedumbre.
(6) En la gramática MS-, citada en la nota 2, se dice: «Los
«comparativos se forman anteponiendo al positivo la partí-
«cula zelaazi, ó bien posponiendo noo, ó roo.»
(7) Según lo que dice el P. Córdova (pág. 17), hay verbos
que empiezan por na, ne, ni, no, za, ze; pero estos no son si-
no adjetivos verbales, como él mismo confiesa más ade-
lante.
(9) P. Córdoba pone además presente y pluscuamperfec-
84 EL ZAPOTECO.
to pero respecto á este, él mismo confiesa (pág. 76) que, ó
es el imperfecto del mismo modo, ó el pluscuamperfecto de
indicativo «antepuesto ah.» Esta ah vemos que no es más
que una interjección, y no un signo propio del verbo, de
manera que pluscuamperfecto no hay sino suplido. Res-
pecto al presente no es sino futuro, por su forma y por su
significado. Lo que puede hacer creer que hay más tiem-
pos de los que realmente existen, en subjuntivo ú optativo,
es que este modo tiene varias partículas, como vemos en
su lugar; así es que si en dos tiempos, que realmente son
uno sólo, se usan para cada cual diversas partículas pare-
cerán diferentes no siéndolo, pues esas partículas tienen
un mismo significado y se usan en todos los tiempos; no son
el distintivo de uno solo. Esto mismo puede hacer creer
que el optativo y el subjuntivo sean diferentes (véase la no-
ta 8).
(10) El P. Córdova dice (pág. 19) que «sólo las primeras
«personas de los plurales difieren en la voz y formación de
«todas las demás.» Esto es cierto, en cuanto á la partícula
prepositiva; pero el afijo marca perfectamente la segunda
persona de plural, de modo que sólo la tercera no tiene ma-
nera de distinguirse.
(11) La gramática MS- , citada en la nota 2, me confirma
en que estos tiempos son suplidos, pues dice: «ya no son
«usados ni los entienden los indios.» Parecen, pues, una de
las formas malamente introducidas por los gramáticos es-
pañoles en las lenguas indias.
(12) Según la gramática MS- , que he citado (nota 2) se
puede suplir también con el presente ó con los abstractos
de que hablo en el párrafo 25.
(13) Según el P. Córdova, fórmanse estos verbales (pá-
gina 6) del presente de indicativo cambiando la partícula y
quitando el afijo: sobre esto segundo no hay duda; pero so-
bre lo primero se observa que la derivación es directamen-
te del pretérito, pues las partículas de este son las que
conservan los verbales.
(14) El P. Córdova (pág. 11) dice que los adjetivos comien-
zan por na, ne, ni, no, ko, ya, hua. Respecto á los en ko, y hua
los puse entre los verbales de pretérito. En ?/«nohay, pues
EL ZAPOTECO. 85
el mismo autor dice (pág. 12) que este ya se usa en compo-
sición: los en za y ze, que le faltan, las explica en la página 17.
(15) Debo advertir que el P. Córdova generalmente con-
sidera los verbales como derivados de verbo; pero algunas
veces dice lo contrario, es decir, que de los nombres se
pueden formar verbos. Para saber cuál es lo cierto, era pre-
ciso apelar á uno de los sistemas que suponen una forma-
ción progresiva al lenguaje, á fin de conocer si primero exis-
tió el verbo y después el nombre, ó vice versa; pero esto no
puede hacerse, porque, según lo demuestra la ciencia, el
lenguaje se formó de un solo golpe. En consecuencia, si he
considerado siempre el nombre verbal como derivado del
verbo, ha sido por seguir un sistema fijo, y porque el que
he adoptado es el más conforme á las explicaciones usadas
por los gramáticos.
(16) De lo que dice el P. Córdova pudiera creerse que
hay verbo sustantivo propio; pero para mí no le hay sino
suplido con taka, cuando significa ser hecho, como sucede
en mixteco. Para creerlo así tengo varias razones. En pri-
mer lugar, en las más de las Jenguas antiguas escasean mu-
cho las palabras metafísicas puras, y el zapoteco no pre-
senta ejemplos para que se le considere fuera de la regla
general. En segundo lugar, entre las palabras metafísicas,
ser, separada de todo atributo, expresa una idea tan eleva-
da, que aun en idiomas como el griego, el latín, el francés,
el inglés y otros, se encuentra significando también estar,
hacer, etc. En tercer lugar, el zapoteco tiene varias formas
supletorias para expresar el verbo sustantivo, cuya exis-
tencia no se puede comprender habiendo una palabra pro-
pia para ello. ¿Se echa mano, en algún caso, de un supletorio,
cuando se tiene lo más propio para el objeto de que se tra-
ta?
(17) El P. Córdova (pág. 12) dice: «Cuando se antepone
«/¿wa, es ya casi como significación de verbo, ó quiere decir
«cosa ya hecha, como huaziTia, el que ya es hábil (de rwtñiza,
«hábil). • • ■huakaJiui, lo que está obscuro.» De esto parece
que poniendo la partícula hita al adjetivo verbal en su lugar
de su primera sílaba, se significa el verbo ser ó estar. La gra-
mática MS. citada (nota 2,) dice que hua da á los nombres
ó verbos la significación de actualidad, lo cual se concilia f á-
86 EL ZAPOTECO-
cilmente con lo dicho antes; pero no sucede así con un ejem-
plo que pone, y es huayanii naka gobbiicha, que significa
claro está el sol; huayanii viene de nayanii, claro; naka es
el verbal de ser hecho, que suple al verbo substantivo; goo-
biicha es el nombre sol, y así resulta que hua (al menos en
este ejemplo) no basta para expresar ser ó estar, pues va
acompañado de naka.
CAPITULO XXXVI.
COMPARACIÓN DEL MIXTECO
CON EL ZAPOTECO, EL MEXICANO-OPATA Y EL TARASCO.
1. Alfabeto. — El mixteco y el zapoteco tienen las si-
guientes letras comunes.
a, ch, e, g, h, i, k, m, n, ñ, o, s ó z, t, u, x, y.
En mixteco se encuentran algunas letras que no se ha-
llan en zapoteco, y son:
d,j, v» Qst dz, nd, tn, kh.
Sin embargo, hay que hacer las siguientes observacio-
nes. La t zapoteca suena muchas veces como d; la h es una
aspiración que suple á la j; la v, al menos algunas veces,
suena en mixteco como en zapoteco, esto es, del mismo mo-
do que cuando en español decimos Juieco, hueso, etc. (mix-
teco nota 1^); en fin, las letras dobles del mixteco son com-
binación de sonidos que se encuentran en el alfabeto co"
mún á las dos lenguas que comparo, teniendo presente lo
explicado sobre la d-
En zapoteco vemos algunas letras de que el mixteco ca-
rece, á saber:
b, l, p, /', th.
La th encuentra sus elementos en mixteco; la l se usaba
en el dialecto mixteco de Mictlantongo; la r entre los mix-
téeos de Texupa, y aunque el P. Reyes consideraba esta le-
88 COMPARACIÓN DEL MIXTECO
tra como introducción de los españoles, lo mismo puede
creerse respecto al zapoteco; pero además hay que hacer
otra observación: r y t son promiscuas en zapoteco, según
lo explicado en otro lugar (zapoteco § 2), y la t si se encuen-
tra en mixteco. En cuanto á la b y la p observaremos, des-
de luego, que son promiscuas en zapoteco (loe. cit), así es
que deben considerarse como un sonido poco marcado que
encuentra su equivalente en alguna letra afin no sólo del
mixteco, sino del zapoteco mismo: efectivamente, en este
idioma bato significa niño en el dialecto de la tierra caliente,
y en Ocotlán es metho. En lo general, obsérvese (parte des-
criptiva) lo indeterminado de la pronunciación mixteca y
zapoteca-
2. Combinación de letras.— Tanto en mixteco como en
zapoteco se repiten con frecuencia las vocales; v. g. tnaa,
frente en mixteco; beezo, viento en zapoteco. Cargazón de
consonantes no hay, como puede observarse en todos los
ejemplos puestos en ambos idiomas.
3. Sílabas. — En mixteco se encuentran palabras más
largas que en zapoteco; pero ambos idiomas son polisilá-
bicos.
4. Acento y cantidad.— Tanto en mixteco como en za-
poteco la más ligera modificación de acento y cantidad in-
cluye diferencia de significado en las voces (Mixteco y Za-
poteco §§ 5).
5. Composición. — Los dos idiomas que comparo son emi-
nentemente polisintéticos, como puede verse en la descrip-
ción del mixteco § 6, 31 y 32, y del zapoteco § 6 y 29.
6. Caso. — Ni el mixteco ni el zapoteco tienen declinación
para expresar el caso, que se conoce por medio de otras
palabras, de partículas, de la yuxtaposición ó de la posición
del nombre en el discurso.
La terminación ó interjección y pospuesta, marca en mix-
teco el vocativo cuando hablan los hombres, análoga á eh ó
he, en zapoteco. Tanto en un idioma como en otro se suple
el genitivo con el pronombre, usado como afijo, ó bien con
la partícula sasi ó si en mixteco, xi en zapoteco, cuya seme-
janza es marcada. (Mixteco §11. Zapoteco § 13 y 16).
7. Número. — No hay signos en estos idiomas paraexpre-
CON EL ZAPOTECO, EL MEXICANO-ÓPATA, ETC. 89
sar el número plural, sino que es preciso usar de palabras
que signifiquen dos, algunos, muchos, etc.
8. Género. — Tampoco hay signos para marcar el géne-
ro, sino es alguna voz que indique el sexo, siendo lo común
usar de las palabras macho, hembra.
9. Derivación. — Para formar derivados tienen el mixte-
co y el zapoteco algunas terminaciones yuxtapuestas, aun-
que pocas, siendo el uso dominante el de partículas prepo-
sitivas ó intercaladas. Algunas veces se suple la derivación
con la composición ó por medio de algún circunloquio. To-
do esto consta minuciosamente en la parte descriptiva con
referencia al nombre y al verbo.
10. Pronombre. — El mixteco y el zapoteco tienen pro-
nombres especiales que indican respeto, reverencia, y en
uno y otro idioma hay pronombres enteros ó abreviados.
(Descripción § 15).
Ni en mixteco ni en zapoteco se encuentra pronombre
posesivo; súplese con una partícula que indica posesión co-
mo vimos al tratar del caso; con alguna palabra que indica
propiedad, pertenencia, posesión; ó bien, y es lo más común,
con el pronombre personal usado como afiio (Descripción
§16).
Por lo demás, véanse respecto al pronombre las compa-
raciones léxicas.
11. Verbo. — El mecanismo de la conjugación mixteca y
zapoteca es enteramente igual como consta de las siguien-
tes indicaciones cuya explanación se encuentra en la parte
descriptiva.
Las personas del verbo, en los dos idiomas, son tres de
singular y dos de plural, señalándose con el pronombre an-
tepuesto ó afijo. Los tiempos y modos se marcan con par-
tículas. En mixteco sólo hay una terminación en el futuro
ka, igual á la partícula ka del zapoteco, del mismo tiempo
primera conjugación: no hay, pues, otra diferencia sino que
una misma sílaba va pospuesta ó antepuesta, lo cual no
constituye variedad de sistema. (V. c. 57). Por lo demás,
son pocas las analogías de forma que se encuentran entre
las partículas de estos idiomas, sobre cuya circunstancia
apliqúese lo que observo al comenzar las comparaciones
léxicas.
90 COMPARACIÓN DEL MIXTECO
Tanto en la conjugación mixteca, como en la zapoteca,
faltan el infinitivo, el gerundio y los participios adjetivos;
pero todo se suple del mismo modo, esto es, el infinitivo y
el gerundio especialmente con el futuro, y los participios
con los verbales ó el tiempo correspondiente del verbo, ter-
ceras personas, agregando el pronombre relativo ni, en za-
poteco, y el personal tai en mixteco (Mixteco § 22, Zapote-
co § 24).
12. Verbales. — En los idiomas que comparo, hay sus-
tantivos que indican tiempo, expresado éste por partículas
que se agregan al nombre, como si dijéramos «comida pa-
sada, presente ó futura.» Pueden llamarse estos nombres,
propiamente, participios sustantivos. El signo característico
de participio sustantivo en mixteco, es la partícula sa ó za:
también entre los signos de participios sustantivos, en za-
poteco, se encuentra la partícula za.
13. Verbos derivados ó voces.— Ni en mixteco ni en
zapo teco hay voz pasiva, sino verbos independientes que
tienen aquella significación.
Del mismo modo hay en los dos idiomas verbos reflexi-
vos, ó se suplen posponiendo al verbo el pronombre corres-
pondiente, como cuando decimos en español ámome-
En mixteco se forma compulsivo con la intercala dza; en
zapoteco hay varias partículas con el mismo objeto, entre
ellas ze, zi, análogas á dza.
Los frecuentativos se forman en mixteco repitiendo dos
sílabas del verbo primitivo ó con la partícula ko, la cual es
una de las que en zapoteco sirven igualmente para indicar
frecuencia. También en mixteco tiene la partícula frecuen-
tativa sa 6 za; en zapoteco ze, zi-
De esta manera hay otros verbos derivados en mixteco
y zapoteco de varias significaciones. (Véase parte descrip-
tiva).
14. Verbo sustantivo. — No hay verbo sustantivo en es-
tos idiomas, y en ambos se suple con el pasivo que signifi-
ca ser hecho, ó por elipsis, esto es, callando la cópula de las
proposiciones; v. g., «yo bueno> en lugar de «yo soy bue-
no^ El zapoteco aun tiene más medios para suplir el verbo
sustantivo (§ 27).
15. Modismos del verbo.— En los dos idiomas que com-
CON EL ZAPOTECO, EL MEXICANO-ÓPAPA, ETC. 91
paro, la gramática permite usar un tiempo del verbo por
otro- (Mix. 37, Zapot. 30).
16. Adverbio y preposición. — Tanto en mixteco como
en zapoteco hay adverbios que sólo se usan con ciertos tiem-
pos del verbo. (Mixt- 38, Zapot- 31).
La preposición en estos dos idiomas es de significación
tan indeterminada que algunas de las que figuran como ta-
les, más bien son adverbios y aun otras partes de la ora-
ción. (Mixt- 39. Zapot. 31).
17- Diccionario. — Al hablar de los dialectos mixtéeos
(Descripción, § 42) hemos visto cómo cambian unas letras
en otras, t en ch, d enj,j en ch, s enj ó ch, dz en s, e por a, a
por e etc. En el zapoteco no sólo hay cambio de letras de
un dialecto á otro, sino que en el idioma principal mismo
las vocales se confunden, y entre sí varias consonantes
(§2).
Es, pues, índole de estos idiomas tener una pronuncia-
ción poco marcada, de lo cual parece que debería resultar
frecuente cambio de forma en las voces, y efectivamente el
P. Reyes dice respecto al mixteco: «Hoy día se ve que no
solamente entre pueblos diversos se usan diferentes mo-
dos de hablar; pero en un mismo pueblo se habla en un ba-
rrio de una manera y en otro de otra» El P. Córdova, tra-
tando del zapoteco se expresa así: «Ningún pueblo hay que
no difiera del otro poco ó mucho, lo uno en poner unas le-
tras por otras, y lo otro en que aunque hablan unos mis-
mos vocablos unos los toman por una cosa, y otros por
otra.»
Supuesto lo dicho, no debe extrañarse que aunque el za-
poteco y el mixteco tengan la más estrecha analogía gra-
matical, difieran en el sistema léxico, de tal modo que, com-
parando sus diccionarios, llama la atención el mayor número
de palabras diferentes que se encuentran respecto á las
semejantes: de esta clase, pongo como ejemplo las si-
guientes:
Mixteco tepuzculano. Zapoteco.
Padre, Dz-utu, taa, To-ete, ro-ete.
Hija, Dza-ya (za ya), Zaa.
Cabeza, Dz-eke, K-ike,
92
COMPARACIÓN DEL MIXTECO
Mixteco tepuzculano. Zapoteco.
Ojos,
T-enu,
La-oni-
Boca,
Y-uhu,
Ii-ohua.
Nariz,
D-zini,
Ziini-
Ombligo,
Sitekoho,
Sikepe-
Estómago,
Nuini,
Siyela-nini.
Tripas,
Site, site-Jcani,
Xisini-
Muslo,
Ka ka,
Kote-
Pie,
S-aja,
N-ija.
Nube,
Iluíko,
Kaahua.
Arco-iris, ■
Tiko-yandi,
Gui-tike-ba-
Hormiga,
Tiyoko,
Bee-tooko,
Pulga,
Tiyo-ho,
Bee-heo-
Cuervo,
Te-huako,
Be-yake-
Buho,
Te-(fíu)--mi, sima,
tima,
Taama.
Árbol,
Yu-tnu,
Ya-ga-
Cacao,
Dzehua,
Bi-rnya.
Palma,
Yeye,
Yaga-
Palma,
Ñuu,
Zuña-
Sur,
Huahi-kahi,
Zo-kahui.
Plaza,
Y-ahui,
Ueaa.
Pan,
Dz-ita,
Gu-eta, gne-etu.
Noche,
N-uniño,
H-uaxiñu.
v^asa,
H-uaM,
Y-oho.
Templo,
Yuk,
Yok-otoo.
Sebo, manteca,
D-zahu,
Zaa.
Bueno, bien,
Sahuaha, sadziko,
Chahui, guizaka-
Pocos, cosa, poca,
Hua-tuni,
Hua-xia.
Tres,
Uni,
Ch-ona.
Ocho,
Una,
Xo- ono.
Verde,
Yehe,
Yaa.
Temprano,
Dana-hani,
Huaya-hani.
Allá,
Y-ugua,
B-uagne.
No,
Naha (fíaJea,)
Talca,
En, entre,
N-aho,
L-ahui.
Yo,
Ndi,
Naa.
Tú,
Dolió, ndo,
Lohui, lo.
Aquel,
Y-iikua,
N-ikee.
CON EL ZAPOTECO, EL MEXICANO-ÓPATA, ETC- 93
Mixteco tepuzculano. Zapoteco.
Aquel indicando Ya, Yo-bini.
respeto,
Nosotros, Ndoo, Noo, tonoo.
(En los verbos del mixteco y zapoteco debe buscarse la
radical al fin de la palabra y no en el prefijo que es un
signo.)
Arder, Yo~ka, Ta-kia-
Mojarse, Yo-chi, Ta-cha.
Dormir, Yo-cht, Ta-zia-
Hablar, Yoka-ha, Tolo-huia-
Correr, Yo-siño, To-soñea-
Dejar, Yo-clzaña, To-zaana.
Alumbrar, Yot-noo, Toza-niia.
Parir, Yoka-dzaya, Ti-zanaya-
Buschmann, en la obra Spuren der aztekischen Spraehe,
considera el zapoteco como diferente del mexicano, y lo
mismo Orozco en su Geografía de las lenguas de México. M.
Charencey en el opúsculo Notice sur quelquesf amules de lan-
gues da Mexique indica algunas analogías entre mexicano y
zapoteco; pero agregando que «sus diferencias son tales que
no es posible colocarlos en la misma familia.» Para mí, el
mixteco- -zapoteco tiene algunas analogías con el mexicano;
pero diferencias tan características que no sólo los apartan
de la misma familia sino aun del mismo grupo, conforme al
sistema que he seguido para reunir los idiomas mexicano--
ópatas: ya tengo explicado que admito hasta cuatro grados
de parentesco en los idiomas, el dialecto, la rama, la fami-
lia y el grupo. Aun bajo el punto de vista morfológico, de
clase, hay que establecer una subdivisión entre el mexica-
no--ópata y el tarasco respecto al mixteco-zapoteco- Con-
forme á lo explicado en el cap. 57, el mexicano-ópata y el
tarasco pueden llamarse idiomas de subflexión, pues bien,
el mixteco- -zapoteco es de yuxtaposición. Lo que hay de co-
mún morfológicamente entre esas lenguas es el polisilabis-
mo y la polisíntesis. Bajo este supuesto fijémonos ahora en
las diferencias más notables que presentan los idiomas que
nos ocupan.
94 COMPARACIÓN DEL MIXTECO
I. Sistema de derivación.
En la composición de las voces se encuentran algunos
cambios eufónicos en mixteco yzapoteco; pero en la,deriva-
ción, no hay casos de alteración fonética, como los hay en
mexicano-ópata y tarasco: todo en mixteco y zapoteco es
mera yuxtaposición, siempre que se tome como punto de
partida la verdadera raíz.
2. Signos de derivación.
Muy pocos son los que tienen analogía de forma entre
mexicano-ópata y tarasco con el mixteco-zapoteco; la ma-
yoría es del todo diferente. Con más facilidad se distingue
en el mixteco-zapoteco el significado y el valor particular
de los signos, que en mexicano y en tarasco. (Véanse los
signos del mixteco-zapoteco en los capítulos correspon-
dientes, y lo explicado sobre el mexicano y el tarasco).
3. Onomatopeyas.
En tarasco abundan las onomatopeyas; en mexicano y
demás lenguas del grupo hay pocas; pero en mixteco-
zapoteco yo no he podido encontrar palabras que lo parez-
can.
4. Número.
Carece el mixteco-zapoteco de las finales, repetición de
sílabas y demás procedimien tos gramaticales que hemos vis-
to en mexicano-ópata ó en tarasco para expresar el núme-
ro plural.
5. Pronombre.
El mixteco-zapoteco paro carece de tercera persona de
plural en el pronombre, y en el verbo, forma importante
que no falta en mexicano-ópata y tarasco.
6. Pasiva.
No se encuentra voz pasiva en mixteco-zapoteco, mien-
CON EL ZAPOTECO, EL MEXICANO-ÓPATA, ETC. 95
tras que los signos de ella son abundantes, en mexicano-
ópata y tarasco. En mixteco-zapoteco hay verbos de signi-
ficación pasiva; pero independientes (§ 13).
7. Verbo sustantivo.
En mexicano-ópata y en tarasco, el verbo sustantivo tie-
ne varios significados, según sucede aun en lenguas tan
adelantadas como el latín y el griego; pero en mixteco-za-
poteco puro no hay verbo sustantivo alguno; los gramáticos
españoles tuvieron que suplirle con el de significación pa-
siva correspondiente á hacer. (V. descripción).
8. Gerundios.
El gerundio, con signos análogos, se encuentra en las len-
guas mexicano-ópatas, y también en tarasco, (aunque en
este con otros signos) mientras que el mixteco-zapoteco
carece de esa forma.
9. Sistema léxico.
No se encuentran palabras análogas entre mexicano-
ópata y tarasco con el mixteco-zapoteco sino muy aislada-
mente, mucho más que entre el zapoteco y mixteco entre
sí comparados : de las cincuenta palabras semejantes que
hemos puesto de ejemplo entre el mixteco y el zapoteco, só-
lo hay análogas con el mexicano-ópata y el tarasco cinco ó
seis- (Véanse los ejemplos léxicos del mexicano-ópata en el
resumen del cap. 30, y en la parte correspondiente á cada
idioma). Las palabras aisladas semejantes entre mixteco-
zapoteco con el mexicano-ópata y el tarasco, pueden expli-
carse según lo observado en el cap. 32 respecto al mexica-
no y al tarasco entre sí comparados.
-+-t*~—
IDIOMAS AFINES DEL MIXTECO-ZAPOTECO
I. El Chuchen y ei Popoloco.
Este idioma, según el Sr. D. Manuel Orozco y Berra, en
su Geografía de las Lenguas de México (página 196), lleva el
nombre de Chocho en Oaxaca; en Puebla, el de Popoloco;
en Guerrero, el de Tlapaneco; en Michoacán, Teco; en Gua-
temala, Pupuluca; y antiguamente se llamaba Tope-
Hemos tenido la fortuna de ver una antigua Doctrina cris-
tiana en esta lengua (MS-), cuyo autor es, según parece,
el P. Pr. Benito Hernández, y de cuyo libro copiamos el si-
guiente Padre nuestro:
Thañay theeilingarmhi athiytnidhu y fíay dithiñiachuua dincha-
xirá atatcu ndithetafcu caguñi, nchiyatheetatcu ngarmhi andaatatcu
sagermhi y tcama caatuenesacaha cahau cahau atzizhuqhee caá tue-
nesacaha di euihay a taanguyheene caguñi, ditheethaxenyaqhine
tuenesacaha nchiyaquichuu, ditheetoanguyheene caguquichuu. . . .
sacaha, thiytheecheexengaqhine quichuu sacaha netganga yhathami-
fíi yixitgeyasacaha yhee cheecaamiñi chaeecaaqhi neimiñi caatuen-
sacaha caauendiñaña andataazu.
Escrito lo anterior (la edición), ha llegado á mis manos
la «Cartilla y Doctrina cristiana en la lengua Chuchona del
pueblo de Tepexi de la Seda, por el P. Fr. Bartolomé Rol-
dan.» (México, 1580), de donde tomo la siguiente traduc-
ción del Pater que, comparada con la anterior, se ve tiene
marcadas diferencias. En consecuencia, el Chuchón de
IDIOMAS AFINES DEL MIXTECO-ZAPOTECO. 97
Hernández y el de Roldan, deben considerarse como dia-
lectos distintos.
Taananau Jiganhúinathéénakhátdaqhéehingdcetiiniaa, hhd vacu-
na nchaañicharía. Khd ndatúe chhace ndanhui viqhée théengagua:
ujchaay túe nganhuma. Lhh'ianhuina tzauna khdui tünddnanahady*
Khd chee thayandnhúina quathenchuey anana, ukdáy tda táathydn&
ceteechuey anana. Lauuchhud nzayanhilinautciteinga quineyanaq-
hua thenchueyana. Khd chéecadnhuina thenirí qhua hinga rana
ohámetúe.
También el Popoloco de Puebla es un dialecto distinto
del Chuchón, aunque muy parecido, según puede juzgarse
por la siguiente comparación de los adjetivos numerales
que he podido recoger de los dos dialectos.
Chuchón.
Popoloco.
Uno,
Ngu,
Gou.
Dos,
Yuu-rina,
Yuu.
Tres,
Ni-rina,
Mi-
Cuatro,
Nuu-rina,
Noo.
Cinco,
Náu-rma
Nag-hc
Seis,
Njau-rina,
Tja.
Siete,
Yaatu-rina,
Yaato.
Ocho,
N7i-rina,
Gnu-
Nueve,
Naa-rina,
Na.
Diez,
Te-rina,
Tie.
La terminación riña, en chuchón, parece ser un signo
de adjetivo numeral.
Popoloco es una palabra del idioma mexicano que signifi-
ca bárbaro. La voz chuchan se encuentra en uno de los dia-
lectos totonacos significando brujo, hechicero; pero no me
atrevo á asegurar que debe referirse á la nación de cuyo
idioma me ocupo en este capítulo. Lo que sí puedo asentar,
sin temor de equivocarme, y más interesante á mi objeto,
es que 8l popoloco y el chuchón pertenecen á la familia
mixteco-zapoteca: tal es la opinión de todos los conocedo-
res de esos idiomas, y esa opinión la encuentro confirmada
por las comparaciones que he podido hacer, y de que pre-
sento las siguientes muestras.
7
98 IDIOMAS AFINES DEL
PADEE.
Popoloco- Dutua. Mixteco. Dzutu.
PADEE.
Cachón. Táa. Mixt- Táa.
MADRE.
Pop. Ja--na- Chu. Naa, Zapoteco. Huicha--na.
HIJO.
Chu. Tz--iena. Pop. Ch--eeni. Zap, X--ini.
HERMANO.
Pop. Tsi-kichie. Mix. Kuhua-
MANO.
Pop. Dute-;ni. Mix. Na--ni.
cielo, (raíz, anhui).
Chu. Ng-anhui-na. Mix- An-de-hui.
DÍA.
Chu. Met-hi. Mix. De--hui.
LUNA.
Pop. Yaa. Mix. Yoo.
MUNDO, TIEREA.
Pop. Ye. Mix. Ye--hui.
FUEGO.
Pop. Chui. Zap. Guii.
MONTE.
Pop. Naa. Zap. Ta-nni.
MIXTECO-ZAPOTECO. 99
FLOR
Pop. Tsouka-jaa. Zap. Jiie.
MAÍZ.
Pop. Noua. Mix. Nuni.
PIEDRA.
Pop. Choo. Mix. Chuu, yuu.
BLANCO.
Pop. Tie. Zap. Ya-ti-
AZUL.
Pop. Yuhua. Mix. Sanda-yuhua.
DOS.
Pop. Yuu. Mix. Uhui.
TRES.
Pop. Nii. Mix. U-ni.
CINCO.
Pop. Nag-hou. 3Iix. Ho-ho.
OCHO.
Pop- G-nii. Mix. U-na. Zap. Xo-no.
VEINTE.
Pop. Kaa. Zap. Kal-le.
YO.
Pop. Sni-a. Mix. Ndi. Zap. Na-a.
TU.
Pop. Ta-ha, da-ha. Mix. Do-ho.
100 IDIOMAS AFINES DEL
NOSOTROS.
Chu. Ñau. Mix. Ndoo. Zap. To-na, noo.
COMEE.
Pop. Asindie. Mix, Yos-asindi.
VER.
Chu. Tiyku. Mix. Yo-tiso.
OLER.
Chu. Ch-ituni. Mix. Y-otnani.
Chu. Haau. Mix. Dza-hua.
Los mixtéeos y zapotecos cuentan por veintenas, como
veremos más adelante- De los adjetivos verbales chucho-
nes sólo conozco hasta diez, así es que no puedo juzgar del
sistema aritmético. Los popolocos cuentan lo mismo que
los mixtéeos y zapotecos: el número veinte tiene su nombre
especial Jcaa: para expresar cien se dice nao-kaa, esto es
cinco veintes, pues noo, con un cambio de vocal eufónico ó
distintivo significa cinco.
2. El Cuicateco, el Chatino, el Papabuco y el Amusgo.
Los tres primeros idiomas se hablan en Oaxaca y el últi-
mo en Guerrero.
Los informes adquiridos por el Sr. Orozco y Berra (Geo-
grafía de las lenguas de México), que juzgo de buen origen,
le hicieron colocar, como yo también lo hago, al Cuicateco
con el mixteco y el amusgo con el zapoteco.
Respecto al chatino y al papabuco, tengo un buen dato
para considerarlos afines del mixteco, y es la noticia que
sobre esto me ha dado una persona ilustrada y de buen cri-
terio que visitó el Estado de Oaxaca, haciendo observacio-
nes sobre los idiomas y las costumbres de sus habitantes.
MIXTECO-ZAPOTECO. 101
Sin embargo, no he podido conseguir más muestras de
los idiomas mencionados que la traducción del Pater en dos
dialectos cuicatecos, que copio en seguida. El cuicateco no
debe confundirse con el cuitlateco que incluí en la familia
mexicana: aunque ambos nombres pertenecen al idioma
azteca, cuica significa cantar, y cuitlatl excremento, cosa
sucia.
Chidao, chicane cheti Jabí, chintuicofta; cobichi, Jubi na; chichi,
chicobi, no ns: ñendi ña; cobichi nenoíla.
Duica fíahán, fíahan, tando cheti Jubi. Nondo ñecno; chi Jubi,
Jubi; techi ni nons: má dinenino, ni chi canticono, diñen, tando-
7ions; dineninono chi canti co ñehen nons, ata condigno na tentac
ion, ante danhi, dinenino ni chin que hé danhi.
Chida deco, chiconede vae chetingue cuivicu duchi dende cuichi
nusiui dende vui chetinge cui, tundube vedinun dende tica nañaa,
tandu vae chetingue yn dingue deco de huehue techide deco Guema
yna dechecode deco ducue ticu tica, tandu nusun nadecheco deevio-
ducue chicad cusa yati, tumandicude cuitao vendicuido nanguade-
ne ducue chiguetae.
3. El Mazateco y el Solteco.
Estas dos lenguas se hablan enOaxaca. Las noticias que
sobre ellas he recibido, me hacen creer que pertenecen á
la familia mixteco-zapoteco, opinión que encuentro confir-
mada, respecto al mazateco, examinando el Pater que inser-
to adelante en dos dialectos, pues encuentro algunas voces
análogas á las correspondientes de los idiomas mixteco-
zapotecos ya estudiados-
Nadminá Naind ga tecni gahami, Sandumí ili Ga tirrubanajin
nanguili. Cuaha catama janimali, jacunit dic nangui canit gahami.
Niño rrajínna tey quitaha najin; qntedchtahanajin gadchidtonajin
jacunitgajin nedchata alejin chidtaga tedtunaji». Guquimit tacun-
tuajin, tned tinajin cuacha ca tama.
Tata nahan, xi naca nihaseno: Chacua, catoma fíieré: catichová
rico manimajin: catoma cuazuare, donjara batoó cor nangui, bateco,
nihasen: niotisla najin ri ganeihinixtin, tildo najin dehi; ni canuhi
ri guitenajin donjara batoo, juirin ni canojin ri quiteisajin, quiñi-
quenahi najin ri danjin quis anda ñongo niquesie Meé.
102 IDIOMAS AFINES DEL
4. El Chinanteco.
El Chinanteco se habla en el distrito de Chinantla, Oa-
xaca, no debiéndose confundir con el Cinatenco ó Tzinante-
co que se tiene por dialecto del Zotzil.
Hervás, en su Catálogo de las lenguas conocidas, considera
que el Chinanteco es afín del zapoteco, así como el mazateco.
Respecto á este idioma estoy conforme con la opinión de
Hervás, según lo que anteriormente he manifestado; pero
del Chinanteco no encuentro ni muestras que estudiar, ni
noticias exactas sobre su filiación. Burgoa, en su Historia
Geográfica, habla del Chinanteco como de un idioma áspero
y violento, lo cual no conviene con el zapoteco que es dulce
y suave. Sin embargo, como el acento puede cambiar sin
alterarse el fondo de un idioma, no es decisiva la indicación
de Burgoa, y en consecuencia, admitimos al Chinanteco en
la familia mixteco-zapoteco aunque en el concepto de dudo-
so en su clasificación.
5. Idiomas que forman la familia mixteco-zapoteca.
Concluimos este capítulo presentando el catálogo de los.
idiomas que forman la familia mixteco-zapoteca.
Esta señal * indica duda en la clasificación.
1. El mixteco con su dialectos á saber:
a. Tepuzculano.
b. Yanhuitlan.
c. Mixteco bajo-
cli. Montañés.
d. Cuixtlahuac.
e. Tlaxiaco.
/. Cuilapa.
g. Mictlantongo.
7¿. Tamazulapa.
i. Xultepec.
j. Nochistlan.
2. El zapoteco con sus dialectos, de los que he visto cita-
dos los siguientes:
MIXTECO-ZAPOTECO. 103
a.
Zaachillia.
&.
Ocotlan.
c.
Etla.
he.
Nexitza, netzicho.
d.
Serrano de Ixtepexi.
e.
Cajono.
/■
Serrano de Miahuatlan.
g-
Tehuantepecano :
3.
El Chuchon
de que he presentado
muestras en
dos
dialectos.
4.
El Popoloco.
5.
El Cuicateco
de que he presentado
muestras en
dos
dialectos.
6.
El Chatino.
7.
El Papabucc
i.
9.
El Amusgo.
*10.
El Solteco.
»11.
El Chinanteco.
CAPITULO XXXVIII.
EL MIXE.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El idioma mije ó mixe, se habla en algunos lugares del
Departamento de Oaxaca, como Juquila, Quezaltepec y Ati-
lan.
El cronista Herrera nos ha conservado las siguientes no-
ticias sobre los mixes- «Es gente de buena estatura, tienen
barbas largas, cosa rara en aquellas partes, y su lengua es
hablando muy grueso á manera de alemanes: entierran á
los que mueren por la mayor parte en el campo, y cada ano
hacen aquella memoria á los finados, llevándoles comida
por ofrenda sobre su sepultura, por el mes de Noviembre,
dos días antes ó después que nosotros celebramos la me-
moria de los difuntos. Es gente cruel, guerrera, grandes
amigos de carne humana, más valientes que cuantas nacio-
nes hay en Nueva España, porque aunque toda la provincia
no pasaba de dos mil hombres, nunca los pudo sojuzgar
Moctezuma ni los zapotecas, aunque son muchos más; y es-
tando juntos en las mismas sierras de los zapotecas, no cau-
tivaban hombre, ni mujer, ni niño que no le mataban y co-
mían, y hasta que fueron dominados lo hacían. Eran amigos
de que hubiese rebeliones de otros indios comarcanos para
comer carne humana. Andaban desnudos, con sólo un cue-
ro de venado ceñido por las nalgas á la barriga, y este cue-
ro es muy blanco y muy adobado con sesos de hombre, y
como la tierra es de muy altas sierras, sin piedras ni pe-
EL MIXE. 105
ñascos, y llena de yerba y muy lluviosa, estas gentes por
huir ó alcanzar se sientan en lo alto de la sierra á donde se
hallan, y alzando los pies se dejan ir por la yerba, y breve-
mente son abajo, deslizándose por ella con aquellos cueros.
Algunos castellanos lo han querido hacer y se han descala-
brado. Estas sierras délos mijes se conquistaron á pie, con
peones por no poder andar caballos por ellas: está poblada
en ellas la villa de San Ildefonso.»
El P. Burgoa pinta á los mixes como una nación arrogan-
te y altiva, agregando que la configuración de las sierras en
que vivían los obligaba á hablar siempre á gritos, cosa que
algunos atribuían «á su natural desmedido y enojoso. »
En el tomo 8? del Boletín de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística (pág. 385), se publicó una breve
noticia, escrita por mí, sobre un idioma que según el Illmo.
Sr. Lorenzana, sólo podía comprenderse de día, porque ca-
da palabra iba acompañada de gestos que no podían per-
cibirse cuando faltaba la luz. Algunas personas han creí-
do que este idioma es el mixe, por lo cual debo manifestar
que esto no es exacto: el mixe se entiende perfectamente
bien sin ayuda de la pantomima. Cuál sea el idioma panto-
mímico de Oaxaca, es cosa que hasta ahora no se ha podido
averiguar; de manera que, si tal idioma existió, parece que
ya no queda de él sino la noticia dada por el Sr. Lorenzana,
en su pastoral impresa en México el año de 1770.
Las obras que se han escrito sobre el mixe, y de que ten-
go noticia, son las siguientes:
Gramática y Diccionario por Agustín Quintana.
Sermones por Pr. Fernando Bejarano-
Confesionario en lengua mixe, con una construcción de
las oraciones de la doctrina cristiana y un compendio de
voces mixes para enseñar á pronunciar la dicha lengua, por
Fr. Agustín Quintana (Puebla 1733).
Esta última obra es la única que ha llegado á mis manos,
y por lo tanto no me es posible presentar una descripción
completa del idioma mixe: observando y estudiando el Con-
fesionario de Quintana, sólo he logrado formar las breves
noticias que siguen:
106 EL MIXE.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — Las letras de alfabeto mixe son las si-
guientes:
a- b. ch- e. h- i. k. m. n. u. o. p. t. u. v.
x- y. tz. (1)
2. Pronunciación. — «Siempre que á la m se sigue con-
sonante, dice el P. Quintana, no se pronuncia enteramente
la m, sino juntando un poco los labios, respirando por las
narices, y pronunciando con fuerza la consonante que si-
gue-*
El mismo autor enseña igualmente las siguientes reglas
de pronunciación.
«Siempre que á la n se le sigue consonante, no se pro-
nuncia enteramente la n, sino pegando un poco la lengua al
paladar, respirando por las narices, y pronunciando con
fuerza la consonante que se sigue.»
«Siempre que á la t se le sigue consonante, no se pronun-
cia la t enteramente, sino tocando un poco con la lengua al
paladar, y pronunciando con fuerza la consonante que se
sigue.»
«Siempre que á la t se antepone el pronombre i, siempre
la t pierde su fuerza, y se pronuncia tocando el paladar con
el medio de la lengua, y entonces no es necesario pronun-
ciar la i que precede.»
«La x siempre se pronuncia doblando un poco la punta
de la lengua hacia el medio del paladar, y así se pronuncia
en principio, medio y fin de dicción.» (2)
«Siempre que la tz se antepone al pronombre i, se pro-
nuncia la tz á modo de ch, aunque no tan fuertemente como
en castellano; y cuando así se pronuncia la tz, no es nece-
sario pronunciar la i que le precede, porque se embebe en
la c/í.»
«Cuando hay k (véase la nota la), antes ó después de tz
ó x, se pronuncia la Te distinta de la tz y de x->
Hay muchas palabras, en las cuales la diferente pronun-
ciación de una vocal las hace variar de sentido, y esa dife-
rencia de pronunciación se marca en lo escrito, con un acen-
EL MIXE. 107
to circunflejo; v. gr., kóy significa carga tú, y koy el conejo;
pítk, recibe; yi>w&, almagre. (3)
Bastan estas reglas para dar á conocer que la pronun-
ciación de la lengua mixe es muy dura y difícil.
3- Combinación de letras. — Es muy frecuente en mixe
la reunión de dos consonantes en una sílaba, y á esa reu-
nión se refieren algunas de las reglas de pronunciación da-
das anteriormente. Ejemplos de algunas sílabas:
Akx, epx, itzp, otzk, uxk, mma, mne, mpi, rato, mxu, mtza,
nme, nni, npo, ntu, nxa, ntze, tki, tino, tnu, tpa, txe.
Es bastante frecuente encontrar algunas vocales dupli-
cadas; v. g., feoó, brazos; teikkaa, dedos del pie; tinaak,
vientre.
Hay palabras en que concurren juntas tres y hasta cua-
tro vocales; v. gr., kaoiaphee, cosa mala.
4. Sílabas. — El idioma mixe es polisilábico. Ejemplos:
Xeket, sobaco.
Eimputphee, el pulso.
Tinaakmatz, redaño.
Naimaiatpotz, amarse á sí mismo.
Nihwmpetpotz, achacar ó acumular.
5. Composición de las palabras. — La composición de
las palabras es de bastante uso en el idioma mixe, come-
tiéndose á veces, al componer, las figuras de dicción; v. gr.,
nóókoteimpotz, echar agua en la cabeza, es un compuesto de
nóó, agua; kobaak, cabeza, y teimpótz, echar algo líquido: de
ookn, muerte, y patpótz, alcanzar; ooknpatpotz, alcanzar la
muerte: de xvma, siempre, y huikatn, vida; xúmahuikatn, vida
eterna.
6- Género, número y caso. — No encuentro signos es-
peciales para marcar el género; pero sí, como en otros idio-
mas mexicanos, algunos nombres de parentesco diferen-
tes, según el sexo del que habla; v. gr., las mujeres única-
mente usan las palabras siguientes:
Ay, hermano mayor. Kaip, cuñado.
Koyai, hermano menor. Noih, cuñada.
Okunk, nieto. Xoikx, nuera.
108 EL MIXE.
Carece el nombre de declinación para marcar el caso. El
genitivo se conoce por medio de una i antepuesta al nom-
bre de la cosa ó persona poseída; v. gr., taak, madre; itaak,
su madre, ó madre de él: xéxih, nombre; Dios ixéuh, nombre
de Dios, ó «Dios su nombre,» literalmente.
El número plural se denota por medio de la terminación
toch; v. gr., toix, mujer; toixtoch, mujeres.
Sin embargo, el plural se conoce muchas veces por las
demás palabras que acompañan al nombre, que queda en
singular; v. gr. , óótzn yachotmaatpa, nuestros enemigos: el
plural le marca el pronombre.
7. Derivados. — Son tantos los nombres verbales ó deri-
vados de verbo, que casi puede decirse no hay nombre que
no se forma de un verbo ó vice versa. Ejemplos:
De naihuinkipxpótz, persignarse ó medirse el rostro, sale
naihumfcipxn, persignación, el acto de persignarse.
De inonuextakpótz, rogar; monuextakn, ruego-
De kapxpokxpótz, saludar; kapxpokxn, saludo-
De taitumpótz, hacerlo todo; taitumba, el que todo lo hace.
De patókipótz, obedecer; patókiba, obediencia.
De huikatpótz, vivir; huikatn, vida.
De miatpHz, amar; mai, amado-
De nempótz, molestar; nemba, molesto.
Según consta de algunos otros ejemplos, se ve que tam-
bién hay abstractos derivados; v. gr-, depaak, dulce; paak-
kion, dulzura.
8. Numerales. —Los números ordinales se forman an-
teponiendo á los cardinales la partícula nw; v. gr., tv.uk,
uno; motuuk, primero.
Para decir de uno en uno, de dos en dos, etc., se agrega
al cardinal la terminación ait; metzk, dos; metzkaü, de dos
en dos.
Para decir á cada uno, á cada dos, etc., se antepone al
cardinal la partícula ni; nituuk, á cada uno; nimetzk, á los
dos- Se suele agregar la terminación ait-
Para decir como una vez, como dos veces, etc., se añade
al cardinal la palabra ok, que significa vez, y luego una n;
tukók, tres; tukókokn, como tres veces.
EL MIXE. 109
Por este estilo hay también algunas formas para decir
«de aquí á tantos días;» «ahora tantos días ó años;» «cada
tantos años.»
9. Pronombres. — Según los ejemplos del confesionario
de Quintana, hay pronombres simples y compuestos; pero
no hemos podido adquirir todas las noticias necesarias pa-
ra dar reglas sobre el particular (4). Mencionaremos,
pues, sencillamente, los pronombres que hemos encontra-
do, sea en composición ó fuera de ella.
Yo, ótz, n, nótz.
Tú, i%, nútz, mi mim, ni.
Tú, para hablar con cariño ó respeto, mih.
El ó aquél, t, i
El que, las que, hudiiphee, hudii.
El que, las que, phee, hee, pospuestos.
Este, estos, phee, hee, yaat
Quien, pon.
Nosotros, óótz, n.
Ellos, aquéllos, ydó
Mío, de mí, nótz.
Tuyo, de tí, m, mitzm-
Suyo, de él, i.
Nuestro, óótz, nóótz, n.
Naihee, significa como recíproco, él mismo, ella misma.
Pondremos algunos ejemplos para que se comprenda un
poco mejor el uso del pronombre.
Nhuintzón, nuestro señor; la n inicial significa nuestro-
Meitóótz, nuestro padre; teit es padre, la n inicial y óótz
es el pronombre.
Nhuindahatim, nuestra señora; la n inicial y la termina-
ción atim es el pronombre.
Ooikphee, los que están muertos; phee es el relativo.
3íhot, tu corazón; hot es el sustantivo.
Nhuintzónótz, mi señor; la n primera y la final ótz signifi-
can mío.
Nmaiaüpótz, yo amo: la n inicial y la final ótz designan la
persona.
lumpótz, yo hago: aquí está marcada la persona con el
afijo ótz.
110 EL MIXE.
Itunot, él hará: el prefijo i marca la tercera persona de
singular.
Momoikódtz, damos: 66tz usado como afijo significa nos.
Ixmatztuit, tú dejarás: el prefijo ix significa tú.
Móhrehpddtz, nosotros suspiramos: el afijo 66 tz marca la
persona.
lYukaneimp, él manda: de tukaneimpótz, yo mando: el pre-
fijo t marca la persona.
10. Verbo. — Por las explicaciones que acabamos de ha-
cer sobre el pronombre, se ve que éste marca las personas
del verbo usado como prefijo ó afijo, es decir, compuesto
con el verbo antes ó después de él.
El presente de indicativo acaba en p. Ejemplo:
Nmodoip-6tz, yo oigo: la n inicial y la final 6tz son el pro-
nombre. Mrnap, tú duermes : la m primera es el prefijo. It-
zoikp, aquél quiere: la i es el prefijo de la tereera persona
de singular. No insistiremos más sobre el uso de los afi-
jos y prefijos que es bastante claro.
El primer pretérito perfecto de indicativo tiene por sig-
no la terminación 6 con acento; v. g., nikxpúhd, encarnó.
Hay un segundo pretérito perfecto, cuyo signo es la par-
tícula prepositiva tó; v. g., tóphee thuandaik, el que ha pro-
metido: tó es el signo; phee el relativo que. Este tiempo se
traduce por nuestro pretérito compuesto, y parece signifi-
car tiempo menos remoto que el primer perfecto. Otro
ejemplo lo aclarará más.
16 6tz mi niacJwtmait, significa «te he ofendido:» tó, signo
del segundo pretérito; 6tz, pronombre de la primera perso-
na de singular; mi significa te.
El futuro imperfecto acaba en ot, en el dialecto más ge-
neral, que es el que se habla en Xuquilá, y al cual se refie-
ren las noticias del P. Quintana: en otros dialectos el futu-
ro acaba en it.
El imperativo tiene por signo la partícula mo, antepues-
ta, la cual significa ruego, y su terminación es k; v. g\, mo-
mMk, da; moipote, yo doy. Sin embargo, algunas veces se
encuentra el imperativo sin ningún signo, y parece ser la
forma más pura del verbo mixe; v. g., amaiatpHz yo guardo;
amaiat, guarda tú; modoipCtz, yo oigo; modou, oye tú-
No hay subjuntivo; se suple con el futuro.
EL MIXE. 111
Tampoco hay infinitivo que también se suple general-
mente con el futuro; v. g. «yo quiero iré,-» en lugar de «yo
quiero ir.» Por no haber infinitivo se nombran los verbos
por medio de la primera persona de singular de indicativo.
11. Varias clases de verbos. — La partícula liee sirve
para suplir al verbo sustantivo, y por tal se traduce; pero
sin embargo, hay el verbo dtpdtz ó itputz, que se interpreta
por ser ó estar.
La terminación na agregada al verbo, le hace indicar repe-
tición, v. g., tzappetpótzi subir; itmppetna, él volvió á subir.
La partícula prepositiva nal sirve para formar verbos
recíprocos, naikopuikpótz comunicarse.
Con la partícula yak, antepuesta, se forman verbos com-
pulsivos; v. g., yakaokpótz hacer morir, es decir, matar.
Según parece, no hay en mixe voz pasiva, sino verbos
pasivos, es decir, verbos independientes que tienen signifi-
cación pasiva; v. g. , kohpótz, ser hecho. Sin embargo, hay
un prefijo, ix, que sólo se usa con las primeras personas de
pasiva.
Por medio de la partícula móót o mó, agregada á los ver-
bos, se indica concomitancia; v. g., moyoipótz, andar con otro
móót, parece ser la preposición con.
12. Adverbio, preposición y conjunción. — Presenta-
remos algunos ejemplos de los adverbios, preposiciones y
conjunciones que hemos recogido en el Confesionario del
P. Quintana:
Ya, aquí. It, de (ex)-
Katii, no. Móót, con.
Heem, desde allá, allí. Akuuk, entre, dentro.
Xúma, siempre. Hom, en.
Kahundiin, nunca- Huindui, á (ad) ante-
MiJe, más. Heeküxm, para, para qué,
por que-
Hueniit, entonces. Huen, que (conjunción).
Ko, cuando. Etz, y.
Kúxm1 por, en, á, para, so- Ixta món, cuando, así, como,
bre, con. á la manera, que.
• Kíixmit, de (ex). Katiinam, aún no.
Hoitp, en, entre- lxta, como, desde.
HuiTí, en.
112
EL MIXE.
Los adjetivos significan como tales cuando califican sus-
tantivos; pero en los demás casos pueden significar como
adverbios, v. g., hanch, verdadero ó verdaderamente-
La preposición se pospone á su régimen.
13. Ejemplo del padre nuestro.
Nteitoótz
tzaphoitp
mtzónaiphee
konuikx
Padre nuestro
en (el) cielo
que vives
bendito
itot mitzm
xéuh
momoikóótz
mitzm
sea tu
nombre
danos
tu
konkion, itunot mitzm tzokn ya naxhuifí
reino hágase tu voluntad aquí en (la) tierra,
ixta ituiñu tzaphoitp- Oótzn kaik opom-
como se hace en (el) cielo. Nuestro pan cuoti-
opomit momoikóótz yoniit,
diano danos hoy
óótzn pokpa, ixta Oótz
nos (el) pecado, como nosotros
oútzn yachotmaatpa etz
(á) nuestros ofensor, y
etz
moyaknitokoik-
y
perdóna-
z
niaknitokoi
ros
perdonamos
katii
OÓtZ
no
nos
ixmomatztuit heekuxm katii 6Ctz nkedai
dejes para que no nosotros caigamos
huinónn káxn.
tentación en.
Etz mokohuankoótz uaiñihum
Y líbranos todo
kaoiaphee kuxmit.
mal de.
14. Análisis. — Nteitoótz: teit es el sustantivo padre; la n
inicial y óótz el posesivo.
Tzaphoitp: tzap, es el sustantivo cielo; hoitp, la preposición
pospuesta.
EL MIXE. 113
Mtzónaiphce: la final hee, es el relativo; tednai, es la radi-
cal del verbo; la p, terminación de indicativo presente; la
m inical, signo del pronombre de la segunda persona de
singular.
Konuikx: verbal.
Itot: futuro del verbo itpotz, yo soy ó estoy, como lo da á
conocer la terminación ot. Ya hemos dicho que con el futu-
ro se suple el subjuntivo.
Mitzm: pronombre posesivo.
Xéuh: sustantivo.
Momoikóótz: odtz es el pronombre nos; woila radical del
verbo; la k final es terminación de imperativo; la partícula
prepositiva mo, signo de imperativo.
Itunot: la terminación ot da á conocer que es futuro, con
cuyo tiempo se suple el imperativo.
Tzokn: verbal del verbo tzoikpótz, querer.
Nax es el sustantivo y huiñ la preposición.
Ituiñu: aunque es presente de indicativo no acaba en p,
porque en ciertos casos varía esta terminación en mixe,
como cuando el verbo va precedido de ixta-
Oporn opomit: opom significa mañana, y la repetición de
esa palabra equivale á cuotidiano; it es la preposición de.
Momoikóótz: verbo en imperativo, cuya forma se ha expli-
cado ya.
Moyaknitokoikóótzn: también está el verbo en imperativo;
óótzn es el pronombre afijo.
Yachotmaatpa: verbal, de yachotmaatpótz, perdonar.
Oótz: desde este pronombre hasta nkedai, caigamos, hay
un circunloquio para suplir al definitivo caer, de que care-
ce el idioma.
Todas las palabras que siguen, y las que hemos omitido
en la análisis, no necesitan explicaciones después de las
que hemos dado.
NOTAS.
(1) Conforme al sistema de ortografía, que he explicado
carias veces, omito la c y la q que suplo con la k. La d no la
he encontrado más que en una sola palabra, y sospecho que
en ella figura por equivocación en lugar de É, siendo seme-
jante la pronunciación de las dos letras, pues en un ejem-
plo del P- Quintana se dice «la t como c7.» La h creo que es
una aspiración. La j se encuentra en muchas palabras; pe-
ro la suprimo porque no es más que una i. Jja,u y la v se
usan por el P, Quintana promiscuamente, lo mismo que la
i y la y, no siéndome fácil conocer dónde está mal usada
alguna de esas letras-
(2) Creo que el sonido de la x en mixe es como en mexi-
cano, es decir, como ch francesa ó sh inglesa.
(3) A las vocales con acento las llama Quintana, impro-
piamente, diptongos, pues por diptongo se entiende «la
unión de dos vocales,» y en algunos délos ejemplos que po-
ne Quintana no hay más que una vocal. ¿Cómo forma dip-
tongo ó conque? v. g-, mók, tóy, Tcóy, p Je.
(4) El P. Quintana se refiere generalmente á su gramá-
tica, que no hemos visto, y las noticias que da en el Confe-
sionario son breves y sin método. Hablando de los pronom-
bres, da el nombre de simples á algunos que, según sus
ejemplos, se ven en composición: no es fácil atinar con la
verdad.
CAPITULO XXXIX.
EL ZOQUE.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El zoque se habla en Tabasco, Chiapas y Oaxaca.
Los zoques, en la antigüedad, llegaron á formar un esta-
do independiente, de alguna importancia y bastante pobla-
do; pero después fueron sometidos por los chiapanecos. Su
capital se llamaba Ohcahuay, en mexicano Tecpantlán, que
significa «lugar de palacios.» Todavía entre Oaxaca y Chia-
pas se encuentran ruinas importantes en partes donde ha-
bitaban los zoques.
La oración dominical que ponemos en seguida nos la ha
facilitado el Sr. Orozco.
Theshata tzapguesmue itupue yavecotzamue mis nei, yaminé
mis yumihacui, ya tugue mis sunoycui, yecnasquesi tzapques-
muese- Tesané homepe hornepe tzihete ys hoy, yatocoyates mis Ices-
cova hes jaziquet mis atocoipasé thesquesipuejatzi huitemistet-
zseu hocysete cuijomue ticomaye ya cotzocamisthe mumuyatzi-
que quesi, tese yatuque. Amén Jesús.
También hemos adquirido una noticia curiosa sobre los
indios zoques, remitida al Ministerio de Fomento, que co-
piamos luego:
Breve noticia acerca de las poblaciones Tapijulapa, Ocsolotlán y
Puzcatán, costumbres é idiomas de los indígenas sus habitantes.
«Tapijulapa.— La mayor parte de ellas está situada á
tres leguas de Tlacotalpa, aguas arriba del río de la Sierra.
Ocupa un pequeño valle cauzado por el descenso de varios
116 EL ZOQUE.
cerros y colinas que la circuyen. Se compone de unas cien
casas de paja, figurando entre ellas el templo parroquial,
colocado en una pequeña altura, desde el cual se domina
todo el pueblo, y puede admirarse bien su poética situa-
ción y aspecto pintoresco. El edificio parroquial es de cal y
canto, y de bastante capacidad, aunque techado de guano.
Las casas particulares todas son de setos de caña y cobija-
das de hoja, á excepción de la de Ignacio Moreno, notable
entre las demás por su estructura de ladrillos y techum-
bres de laja. Este pueblo, como todos los de los naturales,
tiene un edificio destinado á posada de los viajeros, lugar
de juntas municipales y celebración de juicios y ejecucio-
nes de justicia, que se conoce con el nombre de Cabildo, y
otro llamado convento en que reside el cura. El número de
habitantes puede llegar á ochenta familias en la actualidad.
En el mismo punto se divide el río de la Sierra en dos con-
fluentes, el de Amatan y el de Ocsolotlán. Se llega al pue-
blo del mismo nombre, subiendo este último y á tres leguas
de Tapijulapa.
«Ocsolotan: conserva vestigios de haber sido en lo pa-
sado una de las poblaciones más considerables en esta par-
te del nuevo continente. Se cita su iglesia parroquial como
una de las antigüedades dignas de observación; mas hoy
es una población insignificante, cuyo número de habitan-
tes no pasa de veinticinco á treinta familias.
«Mas al E. deTacoltapa, á ocho ó nueve leguas distante,
se halla el pueblo de Puzcatan, compuesto de cuarenta ó
cincuenta casas de muy pobre apariencia, con otras tantas
familias que las habitan. Nada hay que notar tocante á la
topografía de este lugar, cuyo aspecto nada extraordinario
ni digno de atención ofrece á la vista.
«La lengua de estos tres pueblos es la misma, con lasóla
diferencia del dialecto. El adjunto paradigma de conjuga-
ción y los ejemplos de palabras y frases que se añaden,
pueden dar una idea de este idioma, cuya gramática, al pa-
recer, difícilmente puede reducirse á reglas.
«Lo mismo puede decirse del traje. En los hombres se
compone de sombrero de guano, de alas cortas, que llaman
chontal; camisa y calzoncillos largos de manta, regularmen-
te tejida por las mujeres mismas- Es también uso, casi co-
EL ZOQUE. 117
rriente, especialmente en estos dos últimos pueblos, un ro-
sario de cuentas gordas y negras, con cruz de madera, pen-
diente al cuello sobre la camisa. Los tajupilapas, en los
días de gala, suelen atarse, por vía de corbata, un pañuelo
encarnado, cuyo nudo cae al pecho. En cuanto á las muje-
res, un huepil de manta hasta la cadera, con tira bordada
de hilo de colores; enagua angosta y corta, de una manta
de listas cruzadas generalmente azul y blanco; arete y gar-
gantilla de cuentas, y moño con abundancia de cinta ancha
roja, son las prendas acostumbradas en las ocasiones so-
lemnes. En el tiempo ordinario se suprime todo adorno y
aun cubierta de la cintura arriba, quedando solamente la
consabida enagua.
«Las costumbres, las creencias y preocupaciones de es-
tos indios son igualmente las mismas: el grado de ilustra-
ción es proporcional á su distancia de las poblaciones que
llaman ladinas-
«Con respecto á la religión, son muy buenos creyentes,
aunque el culto que tributan á la divinidad se resiente de-
masiado de la antigua idolatría de sus mayores. Los obje-
tos á que dedican exclusivamente su adoración, sus ofren-
das, sus preces, son las imágenes de los santos, siendo muy
dudoso que sepan distinguir entre el objeto visible que re-
cibe sus homenajes y el invisible á quién verdaderemente
deben destinarse. Lo cierto es, que en el remedio de sus
males, el logro de sus pequeñas empresas, y de cualesquie-
ra propósitos que forman, siempre ha de tener parte algún
santo.
«El indio no pasa un año sin hacer tres ó cuatro prome-
sas por alguno de los dichos motivos- La promesa es un vo-
to que se hace á algún santo ó á la Virgen de ir á tal fiesta,
quemar vela, dedicar alguna figura de oro ó plata, mandar
decir misas, ú otra cosa del mismo estilo, á trueque de al-
gún milagro que se pide, como, v. g., la curación de una
enfermedad, parecimiento de algún animal ó cosa perdida,
darse bien una milpa, etc. ; y las promesas de este género
son para los indios tan obligatorias, que por nada del mun-
do se dispensarían de cumplirlas.
«Por supuesto el culto del santo titular ó patrono, es el
que tiene toda la preferencia. Ordinariamente se le hace
118 EL ZOQUE.
una fiesta al año, por lo menos, y lo más importante de la
.tierra no hará que un indio falte á la festividad de su santo
patrono-
«Para entonces se guardan todos los extremos de regoci-
jo y todos los estrenos, y el cumplimiento de mil promesas.
El que toca el tambor, el que el pito, ó el clarín; los que ba-
rren la iglesia, los que componen el altar etc., todos lo ha-
cen en virtud de una promesa, que cumplen con el mayor
gusto. En esas fiestas se entregan los indios con extraor-
dinario exceso á la glotonería y á la embriaguez, de cuyos
desórdenes nacen casi siempre resultados lamentables-
«Todo lo que pertenece al santo del pueblo, inspira á
esas pobres gentes la más profunda veneración. Sirva de
ejemplo el caballo de Señor Santiago en Tapijulapa, el cual
tienen los indios tal vez en mayor estima que el santo mis-
mo.
«No tendría término una relación de todas las patrañas
á que dan crédito los indios, como á otros tantos artículos
de fe. Profesan tanto terror á los brujos, que el que logra
hacerse de la reputación de tal, tiene entre ellos un presti-
gio terrible. Creen firmemente en duendes, fantasmas y
aparecidos; en que cae del árbol una fruta cuando se la se-
ñala con el dedo; en que los animales dejan de hacer daño
colgando al santo unas mazorcas, y otras consejas del mis-
mo género-
«Los indios no son generalmente sensibles á la amistad,
ni dan importancia á los vínculos del parentesco de consan-
guinidad ó afinidad; pero la dan muy grande al compadraz-
go, cuyo vínculo espiritual les merece las más altas consi-
deraciones.
«Los indios por lo regular se casan en edad muy tempra-
na. Ordinariamente los padres son los que resuelven y
ajustan el desposorio, gastando en la petición de la novia,
y en la respuesta á ella, cierta etiqueta al modo de los an-
tiguos nobles.
«El indio, en el estado de semibarbarie en que todavía se
encuentra en toda la República, no tiene virtudes. Es com-
pletamente insensible al agravio lo mismo que al beneficio,
desconfiado particularmente del blanco, incapaz de hacer
el menor servicio sin que se le anticipe la retribución que
EL ZOQUE. 119
pida; inhospitalario y capaz de grandes atrocidades cuan-
do no hay temor que le contenga. Mas cuando el continuo
trato con los blancos ó ladinos ha despejado algún tanto
sus ideas, como sucede en los tres pueblos referidos, es
humano, hospitalario y tratable, dócil y muy sumiso á las
autoridades-
«En el ejercicio délos cargos que ejercen, se manifiestan
muy penetrados del importante papel de que se conside-
ran encargados, y cumplen con nimia escrupulosidad las
funciones de su misterio.
«En los pueblos de indígenas, la policía y el orden son
muy bien observados, y se administra pronta, aunque no
siempre recta justicia, porque es menester tener en consi-
deración el escaso discurso de esa gente y la frecuencia
con que se entregan á la embriaguez. Este es el único vicio
que los domina, y por cuya causa todo lo sacrifican hasta el
estado de independencia á que son tan apegados. Ninguna
otra propensión los arrastra, pues son generalmente cas-
tos, y no se conoce entre ellos la pasión al juego.
«Industria. — Los tapijulapas, ocsolotecos y puzcatecos se
ejercitan en hacer cal, que llevan á vender á la capital, así
como piedras lajas que recogen de las orillas de sus arro-
yos y ríos; xotes, una especie de caracol y yeso que sacan
de una cueva que esta á media legua del primer pueblo,
sobre la margen izquierda del río Ocsolotán, la cual contie-
ne también azufre y salitrón, y en servir de cargadores dé-
las mercancías que conducen á Chiapas.
«Tlacotalpa, Octubre 9 de 1861.»
Idioma español. Traducción en lengua de Tapijulapa.
Hacer, Chueci.
Haciendo, Chuquia.
Hecho, Chucuche-
Yo hago, Jut chuc.
Haz tú, MU chueg.
Hagan ustedes, Mitam chutam-
Tú haces, MU chuceo.
Dios hace, Dius chuceo.
120
EL ZOQUE.
Idioma español
Traducción en lengua de Tapijulapa.
Huntan menchucco.
Mittam chuctam.
Puend chuctam.
Hut irucnanchuc.
MU irucnanchuc.
Neego hune chucpa.
Huctam harem-
Neegueram chuctaamo-
Caxtampuem chuctam.
Hutni chunepa.
Mit, chucpa.
Hut hachi chucpany.
Hutany rain chucpañire.
Mittam negueram chuctamba.
Soldaorum chuquiába.
Ut chuceo.
Mit chuceo.
Quiontra chuceo-
Huctam harem.
Mittam chuquia.
Amigguram chueguia-
Cobaquec.
Quiobacam.
Quiobacma conecu-
El hombre junto con la mujer, Puen tundy liorna ñarusa.
Dios murió por el hombre, Dius eaaupuen gorolla.
¿En dónde está el infierno? ¿Juttam ito inñerno?
¿Cuándo viene nuestro Señor? ¿Jusanc nu niño reengoime?
¿En qué lugar se pone el agua? ¿ Tijorn cooataba nuc?
¿Quién está allí? ¿ Yam hito gem.
Véase el capítulo siguiente:
Nosotros hacemos,
Ustedes hacen,
Los hombres hacen,
Yo hacía,
Tú hacías,
El hijo hacia,
Nosotros hacíamos,
Ustedes hacían,
Los españoles hacían,
Yo haré,
Tú harás,
Mi hermano hará,
Nosotros haremos,
Ustedes harán,
Los soldados harán,
Yo hice,
Tú hiciste,
El enemigo hizo,
Nosotros hicimos,
Ustedes hicieron,
Los amigos hicieron,
La cabeza,
De la cabeza,
Por la cabeza,
CAPITULO XL.
COMPARACIONES RELATIVAS AL MIXE
Y AL ZOQUE.
El idioma zoque, según dijimos en el capítulo anterior, se
habla en Chiapas, Oaxaca, y varias partes de Tabasco, en-
tre ellas Tapijulapa, Ocsolatán y Puzcatán; pero siendo de
advertir que en estos últimos lugares se usa un dialecto di-
ferente al que se refiere la traducción del Peder noster que
presentamos en el mismo capítulo: esa diferencia es tal,
que más que llamarse dialecto una de las lenguas referidas,
respecto de la otra, deben considerarse como de ramas dis-
tintas.
Como ejemplo de ello, hago la siguiente comparación,
dando el nombre de Tapijulapa (que ya otros le han dado)
al idioma de Tabasco.
Zoque.
Tapijulapa.
Yo,
As,
Hutni, lint, gut, ut.
Tú,
Mis,
MU.
Nosotros.
Tes,
Huntan, Jinetean, laitan.
Vosotros,
Mistha,
Mittam, mitam.
Asentado ya que el zoque se divide en dos ramas, pasa-
mos ahora á compararlas con el mixe, y si bien nuestras
comparaciones tienen que ser muy reducidas por escasez
122 COMPARACIONES RELATIVAS
de materiales, ellas confirman lo que otros indianístas han
indicado, esto es, que el mixe y el zoque deben considerar-
se como de una familia- A fin de evitar repeticiones haré,
al mismo tiempo, la comparación con el mexicano y elmix-
teco-zapoteco para dar á conocer que el zoque-mixe es len-
gua mezclada, reuniendo á lo suyo propio, algo de mixteco-
zapoteco y de mexicano, tanto en la gramática como en el
vocabulario-
En el vocabulario tiene también el zoque-mixe algunas
voces de la familia maya: de todo pondré ejemplos.
GRAMÁTICA.
1- Pronunciación. — Las reglas que conocemos respec-
to á la pronunciación mixe (c. 38) nos hacen ver que es du-
ra y difícil, cuya circunstancia será una de las que le dis-
tingan del mexicano, y le acerquen al mixteco alto, dialec-
to cargado de consonantes y de pronunciación áspera. Sin
embargo, el mixe, es todavía más duro y se presenta más
cargado de consonantes, siendo de los pocos idiomas de Mé-
xico que recuerdan los del N. de Europa; v. g., en las vo-
ces mtzutzp, muerdes; mtzotzapxp, hablar deshonestamente.
Así, pues, ó el mixteco alto influyó en la pronunción del
mixe. ó más bien causas análogas como la naturaleza del
terreno que parece retratarse en los idiomas, y efectiva-
mente los mixes vivían en lugares ásperos y montañosos
como los mixtéeos altos. El P. Burgoa hace la siguiente
observación: «Los mixes hablan á gritos, y aunque los más
atribuyen su ruidosa articulación á su natural desmedido
y enojoso, he advertido que lo intratable de las sierras les
ha hecho de costumbre natural la vocería, porque siendo
los montes seguidos unos tras otros, tenían en barrancos
profundos sus habitaciones, entre selvas que sacude el
viento y entre arroyos que se precipitan en raudales, y de
todo resulta tan confuso murmullo que era menester para
entenderse en sobre-agudo con desentonado estruendo.»
2. Caso- — Para expresar genitivo usa el mixe del mismo
procedimiento que el Tapijulapa, que es agregar al nombre
la partícula i que significa su, suyo. En el Tapijulapa, se
AL MIXE Y AL ZOQUE. 123
altera la terminación del nombre en algunos casos, cuya
alteración no parece consistir en el agregado de la prepo-
sición pospuesta, sino de una final- Sin embargo, no tengo
más datos para juzgar perfectamente sobre esto, y sólo
pondré el siguiente ejemplo:
Kobakek, cabeza.
Kiobak-am, de la cabeza.
Kióbak-ma, para la cabeza.
Es de advertir que la i posesiva se encuentra también en
mexicano y mixe, como veremos en las comparaciones
léxicas.
3. Número- — Para marcar el número plural, hay en
mixe la final toch. En el Tapijulapa encuentro ejemplo de
plural terminado en d; v. gr-, puen, hombre; puend, hom-
bres; d y t son letras promiscuas, en mixe, lo que importa
una analogía entre el signo de plural en el Tapijulapa y la
inicial del mismo signo en mixe. También encuentro en el
Tapijulapa, que la terminación am es signo de plural en
nombres, pronombres y verbos; v. gr., del nombre caste-
llano amigo sale amiguv-am; del pronombre mit, tú, mit-am;
del imperativo chueg, haz tú, chut-am, haced vosotros; de
chuko, hace, chukt-am, ellos hacen. En mexicano y sus
congéneres, figura el sonido m como signo de plural. (V.
c. 29). En mixteco-zapoteco no hay signo de plural.
4. Derivados. — Abundan en mixe, como en mexicano,
los nombres verbales, encontrándose analogía en alguna
de sus terminaciones: n, mixe; ni, mexicano; na, ne, ni no,
partícula prefija en zapoteco.
Los abstractos se forman en mixe por medio de la termi-
nación ion; mexicano otl. En mixteco los abstractos se mar-
can con la partícula prefija sa, sin que se encuentre signo
propio para ello en zapoteco.
En mixe, como en mexicano, hay varios derivados de ad-
jetivo numeral, siendo notable la siguiente analogía. Para
decir en mixe una vez, dos veces, etc., se añade al cardinal
la sílaba ok y luego una n; tukok, tres: tukokokn, tres veces;
en mexicano de ze, uno, se deriva zepa, una vez, y de zepa
sale oksepa otra vez, donde encontramos la misma sílaba
ok que en mixe. Para decir en este idioma de uno en uno,
124 COMPARACIONES RELATIVAS
de dos en dos, etc., se usa la terminación ait, en mexicano
etl (eí).
5. Pronombres. — En mixe, zoque y Tapijulapa hay pro-
nombres simples y compuestos, como en mexicano y mixte-
co-zapoteco. Tocante á la forma de ellos, algunos pueden
referirse al mexicano y otros al mixteco-zapoteco, como lo
veremos en las comparaciones léxicas.
6. Verbo. — El pronombre señala en mixe las personas
del verbo, como en mexicano y mixteco-zapoteco. En el Ta-
pijulapa algunas veces se observa cambio de terminación
para marcar las personas; pero con más claridad se ve es-
to verificado con el pronombre, lo mismo que en mixe y
mixteco-zapoteco.
Los tiempos y modos se diferencian en mixe y Tapijula-
pa con terminaciones y partículas; v. gr., en Tapijulapa se
dice jut chuck, yo hago; jut iruknan-chuk, yo hacía; jut chu-
nepa. yo haré; mit chu-eg, haz tú. A este ejemplo tengo que
reducirme porque no conozco bien las reglas respecto á
derivación del verbo en ninguna de las dos ramas del
zoque.
Sobre analogía ó diferencia de signos verbales, en las len-
guas que comparo, sólo puedo hacer las siguientes obser-
vaciones. En mixe la terminación p marca el indicativo
presente, cuyo modo y tiempo en mexicano no tiene signo
propio sino variedad de finales. En mixteco el signo de pre-
sente de indicativo es la partícula prefija yo; en zapo-
teco, ta-
El primer pretérito de indicativo, en mixe, acaba en o, y
lo mismo se observa alguna vez en el Tapijulapa; v. gr., jut
chuh, yo hago;. /mí cJmko, yo hice; la o prefija es uno de los
signos en mexicano del pretérito perfecto, y ya veremos en
el capítulo 57, que en estos idiomas lo mismo vale un signo
antes que después de la radical.
El segundo pretérito, en mixe, se marca con la partícula
prepositiva to, análoga á la del zapoteco ti en sus dos pre-
téritos imperfectos. (Zapoteco, § 22).
El futuro mixe acaba en ü, ot, sin analogía en mexicano
ni en mixteco-zapoteco.
El imperativo tiene por signo, en mixe, la partícula mo y
AL MIXE Y AL ZOQUE. 125
la final k: en mexicano encontramos también en imperati-
vo, la partícula ma.
No tiene imperativo el mixe, como tampoco le tiene el
mexicano ni el mixteco-zapoteco. En el Tapijulapa hay infi-
nitivo, participio y gerundio; pero no conociendo las reglas
de su formación, sólo pongo el ejemplo siguiente: chuezi,
hacer; chuleta, haciendo; chucuche, hecho.
7. Verbos derivados. — Según parece, no hay en mixe
voz pasiva, sino como en mixteco-zapoteco, es decir, verbos
independientes que tienen significación pasiva.
Otros verbos derivados se forman en mixe como en me-
xicano por medio de finales, en las cuales hallo esta analo-
gía: na, en mixe; ni, en mexicano, terminaciones de verbo
frecuentivo. En mixteco los signos de frecuentativos son
ka y sa; pero hay una partícula na, igual á la terminación
mixe, de frecuentativo, la cual con el futuro imperfecto
significa repetición.
8. Adverbio y preposición. — La preposición en mixe,
así como en mexicano, está mejor determinada que en mix-
teco-zapoteco. Para decir cuotidiano, todos los días, se usa
esta repetición mañana-mañana, lo mismo en mixe que en
mixteco-zapoteco.
DICCIONARIO.
Pocas son las comparaciones léxicas que puedo presen-
tar, porque, como ya lo he manifestado varias veces, son
escasos los materiales respecto al mixe, y más todavía res-
pecto al zoque y al tapijulapa. Sin embargo, entre los que
puedo reunir, escojo la misma clase de palabras que hasta
ahora he acostumbrado comparar, conteniendo ejemplos de
voces que aparecen como exclusivas delzoque-mixe, ó aná-
logas con el mixteco-zapoteco, mexicano ó familia maya.
HOMBRE, MACHO.
Mixe. Yai-tohk. Mixteco. Yee.
MUJER, HEMBRA.
Mixe. Toix.
126 COMPARACIONES RELATIVAS
NIÑO, NIÑA.
Mixe. Maxunk.
PADRE.
Mixe. Teit. Zoque. Jate, hate. Zapoteco. Tóete, roe-
te. Mixteco- Dz-uta, taa. Mexicano. Tatli.
MADRE.
Mixe- Taak.
HIJO.
Mixe. Mank, unk.
HIJA.
Mixe. Nox.
ESPOSO.
Mixe. Moatzon.
SUEGRO, SUEGRA.
Mixe. Moot.
HERMANO.
Mixe. Aich, uich. Tapijulapa, H-achi. Zapoteco. B-e-
che.
TÍO, TÍA.
Mixe. Tzukuu (tuku). Mex. Tekol.
SOBRINO.
Mixe. Mank. Mex. Machtli (mak-tli). Recuérdese
que en mexicano ch = Je.
CUERPO, CARNE.
Mixe. Nik-x. Mex. Nak-ayo, nak-atl.
PIEL, PELLEJO.
Mixe. Ak.
AL MIXE Y AL ZOQUE. 127
CABEZA.
Mixe. Kobaak. Tapijulapa. Kobakek. Zapoteco. Kike.
CABELLO.
Mixe. Kohuai.
OJO.
Mixe- H-uin. Mixt. T-enu. Zap- La-oni.
BOCA.
Mixe- Au. Mixe. Y-uhu. Zap. R-ohua.
LABIOS.
Mixe. A dem (a-tem). Mex. Ten-tli.
DI EX TE.
Mixe. Totz.
NARIZ.
Mixe. Hop.
LENGUA.
Mixe. Yen. Mixt. Yaa.
OREJA.
Mixe. Tatzk.
BRAZO, MANO.
Mixe. Koo. Mame. Kop.
UÑA.
Mixe. Xoik.
PECHO.
Mixe. Kaich.
1*28 COMPARACIONES RELATIVAS
TETAS.
Mixe- Tzitzk. Mixt- Dika (tika).
Mixt. Joak.
Mixe. Tinaak.
Mixe. Putzn.
Mixe. Kox.
ESPALDAS.
OMBLIGO.
RODILLA.
Mixe. Teik.
Mixe. Cot, huichot-
Mixe. Nooipifi.
CORAZÓN.
SANGRE .
NERVIO.
Mixe. Eim.
HOESO.
Mixe. Pahk. Maya y Quiche. Bak
EXCREMENTO.
Mixe. Toiñ.
CIELO.
Mixe. Tzap. Zoque. Tzap-gues-
SOL, DÍA.
Mixe- Xeuh. Mame. Kih- Quiche- Gih.
AL MIXE Y AL ZOQUE. 129
TIERRA, MUNDO.
Mixe. Nax, ñas. Zoque, Yek-nas.
AGUA.
Mixe. Noo.
FUEGO.
Mixe. Xóón.
frío, cosa fría.
Mixe. Xux.
VENADO.
Mixe- Haiehun.
CONEJO.
Mixe. Koy. Huaxteco. Koy, kuy.
LEÓN.
Mixe. Kaa. Mixt.- Kaha.
AVE, PAJARO.
Mixe. Xoon.
maíz.
Mixe- Mok.
judia, (frijol.)
Mixe. Xók. Mex- E-xotl.
YERBA, HENO.
Mixe. Móy.
PIEDRA.
Mixe- Tzaa (taa). Mex. Tetl.
130 COMPARACIONES RELATIVAS
VOLUNTAD.
Mixe. Tzokn, zokn. Zoque- Zunoykui.
REINO.
Mixe- Konkion. Zoque. Yumi-kakui.
COMIDA.
Mixe. Kaik. Mex. Tla-kualli-
pan de maíz.
Mixe- Xukuuik.
ENEMIGO.
Mixe. Atzuj,
PEQUEÑO.
Mixe- Mutzk-
MUERTO,
Mixe. Oiok. Mex. M-iki.
GRANDE.
Mixe- Moh.
NEGRO, PRIETO.
Mixe. Xix.
VERDE.
Mixe. Tzuxk-
UNO.
Mixe. Tuuk. Zoque. Turna.
DOS.
Mixe- Metzk Zoque- Metza.
TRES.
Mixe. Tuk-ok Zoque. Tuk-ay-
AL MIXE Y AL ZOQUE. 131
CUATRO .
Mixe. Maktaxk.
CINCO.
Mixe- Moko-xk. Mex. Maku-illi.
DIEZ.
Mixe- Mahk. Mex, Matlak-tli. 4
YO.
Mixe. Otz. Zoque. Áz. Papij. Ut.
YO.
Mixe- N, Notz. Tapij. Hut-ni. Mex- Ne, ni. Mixt- Ndi.
Zapt- Naa.
TU.
Mixe. Mitz, mi, rn- Zoque- Miz. Tapij. Mit.
TU.
Mixe- Ix.
USTED.
Jíixe. Mih. Mixt. Maini.
EL, AQUEL .
Mixe- Phee. Zoque. Pitis,
EL, AQUEL .
Mixe. T, i. Mixt. Ta, tai.
NOSOTROS.
Mixe. Ootz, n. Zoque. Tes . Tapij. Hutan. Mixt. Ndoo.
Zap. Noo, na.
VOSOTROS.
Zoque. Miztha. Tapij. Mittam, mitam.
132 COMPARACIONES RELATIVAS
AQUELLOS.
Mixe. Yao. Mex. Yeu-an.
mío.
Mixe. No-tz. Mex- No.
TUYO.
Mixe. Mi-tzm, m- Mex. Mo.
SUYO.
Mixe. I. Mex. I. Maya. I.
NUESTRO.
Mixe. Otzn.
SER, ESTAR.
Mixe. Itpotz. Zoque. Itupue. (Potz es aüp del verbo mi-
xe, y así debe fijarse la atención en las radicales que es lo
que generalmente pondremos en adelante.)
DAR.
Mixe. Mmoi.
BEBER.
Mixe. Uuk. Maya. Ukul.
HACER.
Mixe. Tum-potz- Zoque. Tu-ke.
VER, MIRAR.
Mixe. Ixpotz.
OÍR.
Mixe. Modoi.
MORIR, MATAR.
Mixe. Ook- Me c. M-iki.
AL MIXE Y AL ZOQUE.
133
VENIR.
Mixe. Mim. Zoque. Ya-min.
MAMAR.
Mixe. Tizt. Mixt. Sadzi.
m.
Mexe. Nkokx.
Mixe. Keex.
Mixe- Hokx.
Mixe- Mma.
Mixe. Mxijk.
Mixe- Mtzutz, chuich.
NACER, PARIR.
COMER.
DORMIR.
REÍR.
MORDER.
MEAR.
Mixe. Tatz- Mixt- Dzachi, tzachi.
HABLAR.
Mixe. Kaipx. Mxit- Ka ja.
SEMBRAR.
Mixe. Tniip.
OLER.
Mixe Txuui.
134 COMPARACIONES RELATIVAS
LLORAR.
Mixe. Hoy.
PERDONAR.
Mixe- Yaknitokoik. Zoque. Yatokaya.
DEJAR.
Mixe. Ixmomatz-tuit. Zoque. Hu-itemiztetz-zaen.
EN, DENTRO.
Mixe. Hoipt.
EN.
Mixe. Huiñ.
DE.
Mixe- It.
EN, Á, PARA.
Mixe. Ku-xm. Mex, Ka, k.
MAÑANA.
Mixe. Opom. Zoque. H-omepe.
HOY, AHORA.
Mixe. Yoniit. Mixt. Uitna-
AYER.
Mixe. Oxoy.
NO.
Mixe. Ka-tii, ka. Zoque. Ja-tzi, ka-tzi. Zap. Yaka, aka.
PARA QUÉ.
Mixe. Hee-kuxm. Zoque. Kuixom-e.
Hemos visto en las anteriores comparaciones, que algu-
nos adjetivos numerales del mixe encuentran análogos en
AL MIXE Y AL ZOQUE.
135
la lengua azteca; pero, además, debe advertirse que el sis-
tema aritmético de los mijes era igual al de los mexicanos;
contando por veintenas, del modo siguiente:
Uno,
Dos,
Tres,
Cuatro,
Cinco,
Seis,
Siete,
Ocho,
Nueve,
Diez,
Once,
Veinte,
Treinta,
Cien,
Tuuk.
Metzk.
TuTcok.
Maktaxk.
Mokoxk.
Tuduuk.
Huextuuk.
Tuktuuk.
Taxtuuk.
Motile.
Mahktuuk, esto es,
diez y uno; luego
diez y dos, etc.
lpx.
lpxmahk, esto es,
veinte más diez, y
así sucesivamente-
Mokopx, es decir, cin-
co veintes.
El número cuatrocientos tiene en mixe, como en mexica-
no, una terminación propia que le distingue, tuukmoiñ, lo
que los mexicanos llamaban un zontli, zentzuntli. Para de-
cir quinientos, en mixe, se expresa así: tuukmoiñ ko mo-
kopx, 400+100, y así en adelante- (Véase comparación del
Mexicano y Tarasco, al fin del capítulo 32).
Empero, también, es de advertir que los mixtéeos y za-
potecos tenían el mismo modo de contar que los mexica-
nos, y, en consecuencia, que losmixes. (Véase el cap. 42).
CAPITULO XLI.
EL MATLATZ1NCA Ó PIRINDA.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El idioma pirinda se hablaba antiguamente en el valle de
Toluca; pero hoy sólo se usa en Charo, lugar perteneciente
al Estado de Michoacán.
«Los matlatzincas, dice Clavijero, formaron un Estado
«considerable en el fértil valle de Toluca; y aunque hubiese
«sido grande antiguamente la fama de su valor, fueron no
«obstante sometidos por el rey Axayacatl á la corona de
«México.»
Según Basalenque, los matlatzincas de Charo eran origi-
narios de Toluca, y salieron de su patria con el objeto de
ayudar en una guerra á las michoacanos- Alcanzada por
éstos la victoria, sus aliados los matlatzincas se avecinda-
ron en Michoacán, situándose desde Indaparapeo hasta
Tiripitío, que era el centro del reino, por lo cual se les lla-
mó pirindas, ó mejor pirintas, que en lengua tarasca signi-
fica «los de enmedio- »
Matlatzinco es una palabra mexicana que significa «lugar-
cito de las redes,» pues se compone de matlat, red, y la
partícula tranco que expresa diminución. Fácilmente se
comprende, pues, que matlatzinca viene de matlatzinco, y
que la etimología exige que estas palabras se escriban con
e (mejor 7c) y no con g como hacen algunos autores.
Las obras que he podido ver sobre el matlatzinca son el
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA. 137
Arte y Diccionario de Basalenque, el cual se conserva ma-
nuscrito en el Museo Nacional de México, y la gramática,
el Catecismo y el Manual del P. Guevara, cuyo original
manuscrito poséela Sociedad Mexicana de Geografía y Es-
tadística. Desgraciadamente el Arte está trunco, de mane-
ra que no he podido aprovechar de él sino una parte, sien-
do, por lo mismo, mi principal guía y maestro el P. Basa-
lenque.
La Gramática de este último autor no sólo es bastante
para formar idea del sistema de la lengua matlatzinca, sino
que aun se puede aprender á hablar con ella. Empero, un
lingüista observador le encontrará algunos vacíos compa-
rándola con el diccionario; descubrirá en éste varias for-
mas que carecen de explicación en aquella.
El Arte del P. Guevara, en la parte que he podido ver,
me parece más completo que el de Basalenque- Entre uno
y otro autor se observan diferencias notables en la forma
de algunas palabras, lo cual depende generalmente del sis-
tema de ortografía seguida por cada uno; pero algunas oca-
siones creo que esas diferencias vienen de la variedad de
dialectos que tiene el idioma-
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — El alfabeto de la lengua matlatzinca, tie-
ne veintiuna letras, á saber (1):
a. b. di. d. e. g. h. i. k. m. n- o- p. r. t te. th. u. x- y. z.
2 Pronunciación. Respecto á la pronunciación, sólo
puedo decir (véase la nota 1?0 que la d se muda en r, en
composición y fuera de ella, y viceversa: y que también es
frecuente el cambio de la b en p, ó de la p en b. Aunque la
i latina y la y griega suenan lo mismo en muchos casos,
como en yni, sin embargo, los autores usan de una ú otra
letra con el objeto de distinguir en lo escrito el significado
de algunas voces. La th y la t se usan indiferentemente por
un mismo autor: no obstante esto, creo que hay diferencia
en la pronunciación de esas letras- Según Basalenque, no
hay s; pero como Guevara la usa en vez de z, se infiere que
138 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA.
esta letra se pronuncia como s, y que este sonido existe en
el idioma: yo usaré, sin embargo, de la z conforme á Basa-
lenque.
3. Combinación de letras.— La combinación de voca-
les y consonantes es proporcionada, siendo pocas las pala-
bras que tienen una pronunciación forzada como nikax-
thoho.
La h, que es una aspiración, es la letra que domina en el
idioma, y de su concurrencia en otra ú otras consonantes
es de lo que pueden resultar algunas palabras duras.
Se encuentran varias voces en que se nota la repetición
de una misma vocal; v. g., nimeyaa, la costumbre; neta, la
orilla; inbotunutzü, la rabadilla; inchuu, la leche.
Hay poca variedad en el principio de los vocablos, por-
que los nombres, los verbos y los derivados se marcan con
partículas prepositivas, que son siempre las mismas. Casi
todas las palabras acaban siempre en vocal.
4. Sílabas. — El idioma matlalzinca es polisilábico, y aun
que tiene monosílabos son pocos. Ejemplos:
Ba, desde allí.
Iluema, Hombre.
Níbama, hocico-
Kitubari, estar echado.
Imbeyahata, maldad.
Inbotubethiri, ingle.
Kitubeginxathita, corregir como juez.
Mtehahadineheta, argu mentó.
Mrahatzobuthoneheta, longanimidad.
KituteginchimutTiohuinikuhumbi, ando compuesto y doy
buen ejemplo.
5. Composición. — La composición de las palabras es de
mucho uso, y se tiene como elegante. Ejemplos: kitikakari-
thohoki, temer y ser bueno; kimituhoritakimindutzitzi, bus-
car lo que se ha de comer; kitabutoclúkitabunuti. améy cum-
plí.
Hay algunos adverbios ó partículas que al componerse
se dividen; v. g., con kitzitzi, comer, y el adverbio pukah, có-
mo, se dice pu-ki-kah-tzitzi, como yo cómo.
Las figuras de dicción se cometen con mucha frecuencia
al componerse las palabras, y aun en otros casos, es decir,
EL MATLATZTNCA Ó PIRINDA. 139
se cambian, omiten ó agregan letras ó sílabas, lo cual es
causa de que el idioma aumente varias veces su dificultad.
Hay muchas partículas que se usan en composición con
las palabras, como iremos viendo.
G. Riqueza. — Parece rico el idioma en número de voces.
El P. Basalenque, hablando de él, dice: «Tiene varias signi-
«ficaciones de verbos que lo que acá hablamos con un vei-
«bo como tañer, que sirve para campana, órgano, trompe-
ras, etc. ellos para cada una de estas tienen distintos ver-
bos: asimismo nuestro verbo sacar sirve para sacar agua
«de la tinaja, pan de la caja, ropa del cestón; ellos no usan
«esto sino que usan de distintos verbos.» El mismo autor
agrega en otro lugar: «También se note que no por saber
«un verbo lo pueden usar en todas ocasiones echándole el
«sustantivo, como lo hace el castellano, que con este verbo
«poner y el sustantivo dice todo lo que quiere, como pon
«esa espada, pon esa alfombra, pon ese jarro, pon esa silla:
«en esta lengua para estas cuatro cosas tiene varios verbos:
«para la espada por ser larga y en el suelo dice dikabi, y
«así á todas las cosas largas; y si ponen estas arriba, díkat-
«zi; para las segundas que son anchas dicen dipihibi, y si
«es arriba dipihitzi; para las terceras que son huecas dicen
«dipitebi, y si es encima dicen dipuetzi; para las cuartas que
«son redondas y sólidas dicen dichobi, y si es arriba ditwtzL»
7. Onomatopeyas. — Parece muy escaso en voces ono-
matopeyas, pues entre cosa de dos mil quinientas palabras
que he examinado, apenas hay tres ó cuatro que imitan la
naturaleza.
8. Voces metafísicas. — Daré ejemplos de algunas vo-
ces metafísicas, cuyo origen no he encontrado que esté en
cosas materiales.
Nitepuenyaa, pensamiento ó memoria.
Kitutuhegthi, entender.
Nináhui, voluntad.
Jfuthohoneheta. bondad.
Mnahoxemi, verdad.
Ninkuthi, cosa.
Kituteyoyaa, olvidar.
. Nitethochineheta, amor.
Xitenithamineheto , pereza.
140 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA.
Otra clase de palabras metafísicas no se encuentra en
el diccionario, tales como esencia, idea, ser. Algunas otras
se suplen; v. g., tiempo es inhiabi, que significa día, sol; sus-
tancia se expresa con niyeh, suyo .
9. Género y caso. — Carece el idioma de signos para
marcar el género, y de declinación para expresar el caso
(2). Sin embargo, el vocativo tiene algunas partículas pre-
positivas que le distinguen, y son ka, ki, ma, las cuales tie-
nen diferente uso según el sexo de la persona que habla y
de aquella á quien se habla.
El genitivo se puede expresar con las partículas posesi-
vas, de que hablaré luego (§ 13), ó con sólo la yuxtaposición;
v. g., huerihui, hijo; Pedro huerihui, hijo de Pedro, poniendo
primero el nombre del poseedor y luego el de la persona ó
cosa poseída-
Con sólo la yuxtaposición se expresa también calidad y
otras relaciones semejantes; v. g., de huema hombre, é in-
hami, tierra: huemainhami, hombre de tierra.
10. Número. — Hay número singular, dual y plural.
El singular se marca con una de estas ocho partículas
prepositivas: huetu, ma, hite, huebe, i, in, ni, nin- De estas
partículas, las cuatro primeras sólo se usan con nombres
de seres racionales. Huetu con nombres propios de varones:
ma con nombres propios de hembras: hue con nombres
sustantivos comunes y adjetivos; v. g., huema, hombre hue-
bana, hocicudo; de nibana, hocico: huebe; va con nombres
verbales. Be las otras partículas, i suele anteponerse á hue
y también á ni ó nin, según algunos ejemplos que veo en el
diccionario; pero comúnmente se antepone sola á nombres
de irracionales: in va raras veces con nombres de racional,
siendo su uso común acompañar los de seres inanimados,
ó de irracionales: ni acompaña algunos sustantivos, dice la
Gramática; pero no explica cuáles, así como á todos los ver-
bos volviéndolos nombres: en el diccionario lo que he obser-
vado respecto á las partículas in y ni, es que hay algunos
nombres que sólo con cambiar una de estas partículas en
la otra cambian de significado; v. g., nichaxi, la obra de car-
pintería; inchaxi, la azuela: sobre la partícula nin no ecuen-
tro explicación especial; pero sospecho que sólo es una va-
riedad eufónica de ni-
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA. 141
Resulta, pues, que las dichas partículas no sólo indican
el número sino otras ideas, como luego se echa de ver. (3)
Además de las partículas mencionadas, se ven en el dic-
cionario py y pu con las cuales empiezan varios sustantivos
pybahui, el telar; pybari, el aposento donde se duerme; pu-
hetzi, el pueblo; etc. Sin embargo, no encuentro en la gra-
mática explicación sobre estas ni otras iniciales-
El dual se marca con la partícula the antepuesta; v. g. ,
huema, el hombre; thema, los dos hombres, (4).
El signo del plural, es la sílaba ne, antepuesta; v- g. nema,
los hombres: dicho signo se usa con todos los nombres de
seres animados y muchos de inanimados, aunque no todos.
Algunos nombres de parentesco tienen como signo del
pl ural la terminación e, la cual se ve igualmente en mutlio-
hue, buenos; plural de kithohui, bueno; pero esto debe ver-
se como una excepción. Esa misma terminación e la vere-
mos en el plural del pronombre de la tercera persona, en
algunos tiempos del verbo, y en otros casos-
11. Derivados. — Hay ciertos nombres en matlatzinca
derivados de sustantivos, adjetivos y verbos, cuyo signo es
la terminación neheta. muchos de los cuales tienen signi-
ficación de abstractos. Ejemplos:
Mahentaneheta, la ausencia.
Nitebenuneheta, liberalidad.
Nitebeyeheneheta, el reinado.
Inbothethineheta, la golosina.
Nibunibineheta, la divinidad.
Nichahathineheta, la hermosura.
Pugihineheta, lugar donde entran y salen.
Mtehahadineheta, el argumento.
NiteJiahathineheta, la limosna.
Los nombres gentilicios se forman con la partícula pre-
positiva hue, que vimos al tratar del número, (párrafo 10);
v. g., intohati: México; huetoxati, el mexicano. Se ve que el
procedimiento del idioma, en este caso, y lo mismo sucede
en todos los semejantes, consiste en un cambio de partícu-
las yuxtapuestas: se usa in, con el nombre del lugar; por-
que es partícula que va con nombres de cosas, y hue forma
142 EL MATLATZINCA Ó PIRIXDA-
el gentilicio porque es partícula que se usa con nombres
de personas.
Los diminutivos se expresan por medio de partículas in-
tercalares, como te, cho, etc.; huema, hombre; hue-tema,
hombrecillo, hombre vil, en significación de desprecio-
El comparativo y el superlativo se forman también por
medio de partículas intercalares que significan más, muy,
mucho, en gran manera; v. g., kithohui, bueno; ki-muten-
tholtui, mejor; ki-murahanten-thohui, bonísimo.
Por medio de la partícula he se expresa respeto, reveren-
cia: v. g., kaki, yo; hekaki, mi merced. Las partículas tu,
chu, vi, ó di tienen el mismo objeto; huema, hombre; hue-tu-
ma, hombre digno de honra, de respeto.
Los verbales adjetivos se marcan con la partícula prepo-
sitiva huebe, que ya vimos anteriormente (§ 10), en lugar de
las partículas del verbo; v. g., kitutu-tochi, amar; huebe-to-
chi, el que ama. Estos nombres expresan pasión poniendo
huebu en lugar de huebe: v. g., huebu-tochi. lo amado; así es
que be indica acción y bu pasión. Si á estos verbales se agre-
ga la terminación ta, y á algunos la partícula intercalar te,
se indica generalidad; v. g., huebetzitzi; el que come; huebet-
zitzita, el que todo lo come.
Se forman nombres sustantivos de los verbos, cambian-
do las partículas prepositivas de estos, según se indicó al
tratar del número (§ 10); v. g., de Jcitutu-tochi, amar: ni-to-
chi, ó inbu-tochi, el amar, es decir, la acción de amar, aun-
que también significa lo amado.
El adjetivo numeral tiene varios derivados. Por medio de
la terminación ni se expresan veces: dahui, uno; dani, una
vez; kuta, cinco; kutani, cinco veces, y así con las demás,
aunque en la formación de algunos hay irregularidades.
Los ordinales se forman agregando á los cardinales la
partícula imube; v. g., rahuió dahui, uno; imuberahui, prime-
ro; nohui, dos; imúbenohui, segundo; yun, tres; imubeyun,
tercero.
Con la partícula mun se forma otro orden de derivados;
mun-^dahui ó munda, de uno en uno; munnohui ó munno, de
dos en dos; munyo, de tres en tres-
Combinando la terminación ni y la partícula imube, re#-
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 143
sultán imube-noni, segunda vez; imube-nini ó yuni, tercera
vez; etc.
Aun hay otros derivados del adjetivo numeral; chetheno-
hui, dos de nosotros; che-yun, tres de nosotros; etc.
12. Pronombre personal. — El pronombre personal se
expresa de esta manera:
Kaki, yo.
EakJmehui, JcaJcuébi ó kakuehebi, nosotros dos.
Kakohuiti, kakehébi, nosotros-
Kahachi, tú-
Kachehui, vosotros dos.
Kachohui, vosotros-
Inthehui, aquél.
Inthehuehui, aquéllos dos.
Inthehue, aquellos.
El pronombre kakohuiti indica una pluralidad general,
ilimitada; pero kakebi sólo se usa hablando de un pueblo, de
una congregación, es decir, indica una pluralidad determi-
nada. «También se note, dice Basalenque, que si los mu-
chos de una religión ó de un pueblo, hablan entre sí, sin
relación á otros, usan el kahohui (contracción de kakohuiti);
pero si ellos hablan con otro extraño usan el kakehébi; lo
mismo se note en los duales que pusimos arriba kakuehui
y kakuebi, el primero usan los dos entre sí, el kuebi cuando
los dos hablan con otro.»
13. Posesivos- — El posesivo, hablando en general, de una
manera indeterminada, se expresa así:
Singular.
Niteijeh, mío-
Kaxniyeh, tuyo-
Niyeh inthehui, suyo.
Dual.
Inbetheyeh, de nosotros dos.
Kachehui intheyeh, de vosotros dos.
Intheyeh huehui, de aquellos dos.
144 EL MATLA.TZINCA Ó PIRINDA.
Plural.
InboyeJí, de nosotros muchos-
Indoyeh kacJioJiui, de vosotros muchos.
Indoyeh inteJiue, de aquéllos muchos.
La partícula característica de este posesivo es yeJí ó ye,
pues las otras de que se compone, nite, etc., excepto kax,
las vamos á ver luego expresando posesión de una cosa par-
ticular, de modo que yeh, como dice Basalenque, «expresa
posesión general.* Las palabras inthehui, kacJieJiui, etc.,
que se ven con el posesivo, son los pronombres personales
que concurren á su formación.
Para expresar posesión de cosas ó personas determina-
das, hay diferentes partículas, las cuales varían según lo
poseído, pertenece á una de estas clases: I?1 Cosas inanima-
das, como mi sombrero, mi capa. 2a Cosa intrínseca ó pro-
pia de persona, como mi alma, mi voluntad, mi cuerpo, mi
cabeza, mi vista. 3a Nombres que significan acción, como
mi enseñanza. 4a Animales irracionales. 5a Nombres ver-
bales. 6a Nombres de parentesco, como mi hijo, mi padre.
Los signos que encuentro en los ejemplos y explicacio-
nes de la gramática, para expresar posesión, son éstos :
Singular.
la persona: nite, nitu, Jinete, Jiuetu.
2a ,, ni, niri, Jiaeri.
3a ,, ni, niri, Jiueri.
Dual.
la persona: inbeti, inbetu, Jiuébete.
2a ,) intJie, intJieri, JiuetJieri.
3a ,, intJie, intheri, JiuetJieri.
Plural.
la persona: inbo, inbote, inbotu, borin, liue,
bote, nebote, nebotu.
2a , , indo, indori, Jiuero.
3a ,, indo, indori, Jiuero.
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 145
Ejemplos: Behinta, enseñanza; nitu-be7dntat mi enseñan-
za; inbetu-behinta, la enseñanza de nosotros dos; inbotu-be-
hinta, la enseñanza de nosotros muchos; tzini, perro: nite-
tzini, mi perro; inbete-lzini, el perro de nosotros dos; inbo-
tzini, el perro de nosotros muchos.
Para saber cuáles son las partículas que se usan con ca-
da especie de nombres, sería preciso entrar en explicacio-
nes prolijas, ajenas al plan de esta obra, por lo cual me li-
mito á hacer las siguientes observaciones :
En la composición de las partículas posesivas, según se
han puesto anteriormente, entran las explicadas al tra-
tar del número, como ni, hue, etc. ; v. gr. , huerihui, hijo;
hueteriJiui, mi hijo: en este caso te es el verdadero signo de
posesión, y hue indica que se habla de un ser racional, no
pudiéndose suponer que aquí sirve para indicar el número,
porque se ve también en el dual y plural; huebete, huebote,
etc- Esto se comprenderá bien leyendo el análisis del Pa-
dre nuestro.
Los signos de las segundas y terceras personas son igua-
les, según se ve luego, por lo cual es preciso distinguirlas
por medio del pronombre personal; v. gr., huetebepahachi,
mi despensero; hueribepahachi kahachi, tu despensero; hue-
ribepahachi inthehui, el despensero de aquél.
Además de los signos de posesión explicados, hay otro,
hua, que, según la gramática, indica respeto; v. gr-, Jiuat-
hami, mi respetado padre; huanihui, mi respetada madre.
Todo lo dicho hace ver que la Gramática matlatzinca es
complicada y difícil en cuanto al modo de expresar pose-
sión; pero aun hay más variedad de signos, con el objeto
de expresar que lo poseído es dual ó plural. Ejemplo:
DUAL.
Singular.
Netetzini huehui kaki, mis dos perros, etc-
Dual.
Nebethetdni huehui kaku7iebi, los dos perros de nosotros
dos.
10
146 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
Plural.
Nebotzini huehui kakehebi, los dos perros de nosotros.
PLURAL.
Singular.
Netetzinie kaki, mis muchos perros, etc.
Dual.
Nebethetzinie kakuebi, los muchos perros de nosotros dos.
Plural.
Nebotzinie kakehebi, los muchos perros de nosotros.
Analizando este ejemplo vemos que tzini es el sustantivo
perro; nete, nebethe y demás partículas prepositivas son el
signo de posesión; kaki, etc., lo pronombres personales;
huehui, el signo del dual; y la terminación e, agregada á tzi-
ni, el signo del plural, aunque suele no usarse, pues la fal-
ta de huehui basta, por sí sola, para distinguir un número
de otro-
Estos posesivos, que indican dual y plural, tienen sus va-
riedades en los signos, según que el nombre de lo poseído
es verbal, de parentesco ó de irracional. Con los demás
nombres se usan los numerales ó adverbios, como sien es-
pañol dijéramos mis dos capas, mis muchos sombreros, etc.
Hay dos partículas ba y ma, que conviene explicar al tra-
tar de los posesivos, y sobre las cuales dice Basalenque:
«Esta partícula ba, antepuesta á un sustantivo, le hace in-
definido y no limitado á alguno, como bahani, la casa; ba-
«hachi, la hacienda, cosas que pueden ser de todos; pero es-
«ta partícula ma limita el sustantivo á que sea de una ó al-
«gunos, como mahani, mahachi, casa y hacienda de alguno
«ó algunos-»
Hay otra partícula posesiva, kini, con la cual se suple
muy bien el genitivo; v. g. , inaa, ropa; kini inaa Pedro, ro-
pa de Pedro-
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 147
La idea de posesión aun tiene todavía más formas en la
lengua matlatzinca, pues hay una conjugación que la indi-
ca, según veremos al tratar del verbo.
14. Demostrativos y relativos. — Los demostrativos
se expresan así, según Basalenque:
Nini, este-
Ninie, estos.
Titii, aqueste.
Inthehui, aquel, hablando de un ser animado; nihiy de un
inanimado-
Kiteni, el cual.
Este último parece relativo por su significación.
Guevara pone como demostrativos los siguientes:
Nii, este.
Thii, aquél.
Xuh, aquel que se ve.
Teliui, el que no se ve.
Thiihe, esos que se ven.
Thehue, los que están lejos-
Intehue, los que nos vemos-
De varios relativos que pone el mismo Guevara, el único
que parece propio es intutu, ó in el que: los demás son los
signos del verbo que luego veremos.
15- Modos y tiempos del verbo- —El verbo matlazinca
no tiene más que indicativo é imperativo (5)- Los tiempos,
en el indicativo son presente, pretérito imperfecto, preté-
rito perfecto y dos futuros (6). El imperativo no tiene más
que un tiempo- Participios hay de presente y de futuro.
16- Ejemplo de conjugación. — Presentaré un ejemplo
de conjugación, para que con vista de él y de las subse-
cuentes explicaciones pueda comprenderse el mecanismo
del verbo.
INDICATIVO. —PRESENTE.
Singular.
Ki-tu-tu-tochi, yo amo, etc-
Ki-tu-tochi ó ki-ki-tu-tochi .
Ki-tu-tochi.
148 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
Dual.
Ki-kuen-tu-tochi, nosotros dos amamos-
Ki-chén-tu-tochi.
Ki-Jcuen-tu-tochi.
Plural.
Ki Icuclien-tu-toclii, nosotros amamos, etc.
Ki-clieclien-tu-tochi.
Ki-ron-tu-tochi.
PRETÉRITO IMPERFECTO
Singular.
Ki-mi-tu-tit-tochi, yo amaba, etc.
Ki-mi-Jci-tu-tochi.
Ki-mi-tu-tochi.
Dual.
Ki-mi-kuen-tu-tochi, nosotros dos amábamos, etc.
Ki-mi-chen-tu-tochi.
Ki-m i-kuen-tu-tocli i.
Plural.
Ki-mi-lcuchen-tu-tochi, nosotros amábamos, etc.
Ki-mi-chehen-tu-tochi.
Ki-mi-ron-tu-tochi-
PRETÉRITO PERFECTO.
Singular.
Ki-tabu-tochi, yo amé, etc.
Kir-lábu-tochi-
Ki-tu-tochi-
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 149
Dual.
Ki-kuébu-tochi, nosotros dos amábamos, etc.
Ki-chebu-tochi.
Ki-kuen-tu-toch i-
Plural.
Ki-kuchen-bu-tochi, nosotros amamos, etc.
Ki-chehen-bii-toch i.
Ei-tu-ro-toclíi-
FUTURO.
Singular.
Ki-ru-tochi, yo amaré, etc.
Ki-ri-tochi-
Ka-ritatu-toch i.
Dual.
Ki-ru-toclii-huehui, nosotros dos amaremos, etc.
Ki-ri-tochi~huehui.
Ka-ritatu-toch i-h uehui.
Plural.
Ki-ru-tochie, nosotros amaremos, etc.
Ki-ri-tochie-
Ka-ritatu-tochie.
OTRO FUTURO.
Singular.
Ta-ki-mi-(ó min)-tu-tu-tochi, yo he de amar, etc.
150 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
IMPERATIVO.
Singular.
Ku-tochi, ame yo, etc.
Di-tochi-
Ta-tu-tochi.
Dual.
Ku-tochi-huehui, amemos nosotros dos, etc.
Di-tochi-huehui.
Ta-tu-toclii-liuehui.
Plural.
Ku-tochie, amemos nosotros, etc.
Di-tochte.
Ta-tu-tochie-
PARTICIPIO.
Presente.
In-mutu-tochU el que ama.
In-kuentu-tochi-huehui, los dos que aman.
ln-don-(6 ron)-tu-tochi, los muchos que aman.
Futuro.
In-kakatu-tochi, el que amará-
In-kakatu-tochi-hueliui, los dos que amarán.
In-kakatu-tochie, los muchos que amarán.
17. Explicación del verbo. — Del anterior ejemplo cons-
ta que la partícula prepositiva ki es un signo común á todas
las personas del indicatho, exceptuando las terceras del
futuro, de modo que esa partícula puede considerarse co-
mo la característica del verbo.
Los signos particulares del presente de indicativo son,
tu, kuen, chen, etc-, combinados de la manera que se ve en
el ejemplo.
BL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 151
El pretérito imperfecto tiene por signo la partícula mi in-
tercalada en el presente, es decir, se forma del presente y
el signo mi. Acerca del pretérito imperfecto observa Basa-
lenque que «muchas veces se liga con otro verbo, como si
«yo fuera á mi casa viera á mi padre, en la cual oración, así
«en latín como en romance, entrambos verbos son de este
«pretérito imperfecto, y en esta lengua el segundo verbo lo
«hablan por futuro de indicativo antecediendo la partícu-
«la ta.»
El pretérito perfecto tiene signos propios para todas las
personas, exceptuando las terceras del singular y del dual
que son iguales á las del presente. La tercera persona del
plural termina en e, sobre cuya terminación observa Basa-
lenque: «En acabar estas personas en la e varían los ver-
«bos, porque unos añaden á su final la e; otros convierten
«su final en e; otros que acaban en i la convierten en ne.»
Respecto á los signos del primer futuro no hay más que
observar, sino que huehui es el signo del dual; y la termi-
nación e, del plural.
El segundo futuro, que según Basalenque corresponde
en significado al latino terminado en rus, se forma, según
el mismo autor, «del pretérito imperfecto de indicativo,
«poniendo antes la partícula ta-»
Las partículas ku, di, ta son comunes á los tres números
del imperativo; pero el dual y el plural se distinguen con
los mismos signos que en el futuro-
Los participios de presente se forman de las terceras
personas del presente de indicativo; al participio de singular
se agrega la partícula mu, al de dual huehui; y en lugar de
ki llevan todos in, que es uno de los signos de los nombres
(§ 10). Este mismo signo in se ve en los participios de futu-
ro, cada uno de los cuales tiene sus respectivas partículas,
según se ve en el ejemplo. Empero, sospecho que esos par-
ticipios no son una forma propia del matlatzinca, sino intro-
ducción de los gramáticos españoles. (Véase la nota 5). Más
bien debe considerarse como participio propio de la lengua
el verbal que comienza por la partícula huele, explicado en
otro lugar (§ 11).
Obsérvese que hay algunas personas como la segunda y
tercera de singular del presente de indicativo, que tienen
152 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
una misma forma, por lo cual se usa para distinguirlas el
pronombre personal.
Súplese el subjuntivo con el indicativo y algún adverbio
que signifiq ue duda, condición ó algunas de las otras rela-
ciones propias de subjuntivo; v. g., para decir como tu ames,
traduciré yaka kitutochi, que literalmente es como tú amas.
El infinitivo se suple con el futuro, cuando el verbo deter-
minante está en presente; pero si está en futuro, entonces
el determinado (infinitivo) va en imperativo, aunque tam-
bién se puede poner en futuro.
18. Voz pasiva. — La voz pasiva tiene el mismo mecanis-
mo que la activa, es decir, se forma por medio de partícu-
las. Para que el lector pueda formar idea, pondré un ejem
pío.
Singular.
Ki-tochi-ki-kaki, yo soy amado, etc.
Ki-toclii-ki-kahaclú.
Ki-tochi-inthehui-
Dual.
Ki-tochi-huehui-kakuebi, nosotros dos somos amados.
Ki-tochi-hueliui-kacheuí '.
Ki-tochi-inthehuehui.
Plural.
Ki-tochi-kakehebi, nosotros somos amados, etc.
Ki-tochi-kachohu i.
Ki-tochie-inth ehue.
Ki, es la partícula característica del verbo que hemos
visto en la voz activa: tochi, la radical del verbo; kaki, kalxa-
clii, etc., son los pronombres personales; huehui, partícula
del dual-
Los verbos que significan afección, sufrimiento, cuali-
dad, como estar triste, tener miedo, tener dolor, dañarme,
podrirme, etc., se conjugan como los pasivos sin más dife-
rencia que en las terceras personas del singular, se agre-
ga la partícula vi.
19. Varias clases de verbos.— El ejemplo de conjuga-
ción que hemos visto anteriormente (§ 16) es de un verbo
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA. 153
activo transitivo; pero los activos intransitivos, aunque en
algunas de sus personas tienen los mismos signos, gene-
ralmente presentan diferencias que permiten distinguir-
los, de modo que la lengua matlazinca distingue la acción
transitiva de la inmanente. Por lo común la diferencia con-
siste en que cuando el verbo activo transitivo lleva duplica-
do el signo tú, el intransitivo sólo le usa una vez; y que cuan-
do le usa una vez el transitivo, se omite del todo en el otro.
Comprobaré lo dicho con algunos ejemplos que pueden com-
pararse con la conjugación puesta antes (§ 16).
Ki-tu-tzitzi, yo como. Ki-ru-tzitzi. yo comeré.
Ki-ki-tzitzi, tú comes. Kiri-lá-tzüzi, tú comerás.
Ki-tzitzi, aquél come. Karita-tzitzi, aquél comerá.
Ki-kuen-tzitzi ', nosotros dos
comemos. Ku-tzitzi, coma yo.
Ki-ro-tzitzi, aquellos comen. Ti-tzitzi, come tú.
Ki-mi-tu- tzitzi, yo comía. Ta-tzitzi, coma aquél-
Ki-mi-tzitzi, aquél comía.
De los verbos que expresan acción inmanente, como co-
mer, se forman otros que expresan transición agregándo-
les tu; v. g., kitutzitzi, yo como; kitu-tu-tzitzi, doy de comer
á otro.
Los verbos reflexivos tienen para distinguirse alguna va-
riedad en sus partículas respecto al verbo activo, siendo su
signo principal, característico, la partícula te, como se pue-
de ver del ejemplo siguiente:
Ki-tu-te-tocM, yo me amo-
Kiki-te-tochi, tú te amas.
Ki-te-tochi, aquél se ama.
Hay, sin embargo, algunos verbos que llevan la partícula
te, y no tienen significación reflexiva. (Véase el análisis del
Padre nuestro).
Los verbos frecuentativos se forman con las partículas
rahaka ó nigranegti, pospuestas: una se usa con ciertos ver-
bos, y otra con otros; v. g., kitu-rahakii-tzitzi, siempre co-
mo. También con la partícula bu, interpuesta, se expresa
frecuencia, la cual se usa aun con los verbales.
Con la partícula intercalar kana, se expresa que la acción
154 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA.
del verbo se ejecutó á buen tiempo, Mtu-kananohui, llegar
á buen tiem po.
La partícula prepositiva chare indica interrogación.
Maní, interpuesta en el verbo, da á entender que su ac-
ción se va ejecutando, es decir, que la acción no es momen-
tánea; v. g. , imzízteni ki-mani-yaa, la fruta se va pudriendo.
Con la partícula intercalar nah, se indica posibilidad; v.
g., kitu-nah-thehui, puedo cantar. Con yaxiho, se significa
imposibilidad.
Por este estilo hay otros muchos verbos derivados que se
forman por medio de partículas, y expresan diversas rela-
ciones; v. g. nen, indica ejecutar de paso la acción del verbo;
ninki, prosecución: pi, que lo que se hace es para sí mismo
ó para otro, de modo que con esta partícula se forman los
verbos que en otras de las lenguas descritas anteriormen-
te hemos conocido con el nombre de dativos 6 aplicativos; te>
indica que la acción del verbo recae en tercera persona; be
y ta, generalidad, es decir, que la acción del verbo se diri-
ge á todos, á muchos- Algunas partículas sólo se usan con
ciertas personas del verbo, no con todas; otras hay que son
puramente expletivas, de adorno; otras que se usan no sólo
con los verbos sino también con los nombres. Son tantas
las partículas, que sólo una gramática prolija debe enume-
rarlas todas, y por lo tanto yo me contento con lo dicho has-
ta aquí.
20. Verbo sustantivo- — El verbo sustantivo se expresa
agregando al nombre ó pronombre algunas partículas del
verbo, de manera que realmente esas partes de la oración
se conjugan, se vuelven verbos (7). Ejemplos.
Ki-kaki, yo soy.
Ki-kakuehwi, nosotros dos somos-
Ki-kakehébi, nosotros somos-
Ki-mi--kaki, yo era.
Kari-kaki, yo seré.
Ta-kaki, yo sea-
Ta-kahachi, se tú.
Supuestos estos ejemplos, lo que puede asentarse es que
los signos de esta conjugación son: ki, para el presente de
indicativo; ki-mi, para el pretérito; kari 6karita, para el fu-
EE MATLATZINCA Ó PIRINDA- 155
turo, y ta para el imperativo. Así, pues, con el adjetivo
thohui, bueno diré, en presente, ki-tho, hui-kaki, yo soy
bueno; en futuro kari— thóhui-káki, yo seré bueno, etc.
21. Verbos posesivos — Hay una conjugación en matlat-
zinca para expresar posesión, la cual varía según la rela-
ción que se expresa es de primera á segunda y tercer per-
sona, de segunda á primera y tercera, ó de tercera á pri-
mera, segunda y tercera, como puede verse del siguiente
ejemplo.
1? PERSONA A 2* Y 3a.
Singular.
Kaki k¿ niri nigta ki kahachi, yo soy tu vida-
Kaki ki ni nigta ki inthehui, yo soy vida de aquél, etc.
Dual.
Kakuebi ki niri nigta kuébi kahachi, nosotros dos somos tu
vida.
Kakuebi ki ni nigta Jcuebi inthehui. nosotros dos somos vida
de aquél.
Plural.
Kakéhébi ki niri nigta kehebi kahachi, nosotros somos tu
vida.
Kakéhébi ki ni nigta kcheb i inthehui, nosotros somos vida
de aquél, etc.
2^ PERSONA A 1? Y 3?
Singular.
Kax ki nitu nigta ki kaki- tú eres mi vida-
Kax ki ninigta ki inthehui, tú eres vida de aquél, etc.
Dual.
Kachehui ki nitu nigta huehui kaki, vosotros dos sois mi
vida.
156 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
Kachehui ki ni nigta huehei inthehui, vosotros dos sois vi-
da de aquél.
Plural.
Kachohui ki nitu nigta kohui kaki, vosotros sois mi vida.
Kachohui M ni nigta kohui inthehui, vosotros sois vida de
aquél, etc.
3^ PERSONA A 1?, 2^ Y 3^
Singular.
Inthehui ki nitu nigta kaki, aquél es mi vida-
Inthehui kiniri nigta kahachi, aquél es tu vida.
Inthehui ki niri nigta inthehui, aquél es vida de aquél, etc.
Dual.
lnthehuehui ki nitu nigta huehui kaki, aquellos dos son mi
vida,
lnthehuehui ki ni nigta huehui kahachi, aquellos dos son tu
vida.
lnthehuehui ki ni nigta huehui inthehui, aquellos dos son vi-
da de aquél.
Plural.
Inthehue kinitu nigta kaki, aquellos son mi vida.
Inthehue ki niri nigta kahachi, aquellos son tu vida-
Inthehue ki ni nigta inthehui, aquellos son vida de aquél.
Bastará explicar la forma de algunas personas para que
el lector pueda entender los ejemplos puestos.
La primera persona del singular de la conjugación de l?1
á 2^ y 3^ persona, consta del pronombre kaki, yo; la partí-
cula ki, propia del verbo; niri, partícula posesiva; nigta, que
es el sustantivo vida; ki, signo de verbo; kahachi, el pronom-
bre tú.
La primera persona del dual, de la misma conjugación,
se forma del pronombre kakuebi, nosotros dos; ki, partícula
verbal; niri, partícula posesiva; nigta, sustantivo; kuebi,
contracción de kakuebi, y kahachi, tú.
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 157
La primera persona del singular de la conjugación de 2$
ál^y 3^ persona tiene kax, que parece significar tu, pues
está en lugar de kahachi; ki, particula verbal; nitu, partícu-
la posesiva; nigta, sustantivo; M signo de verbo; kaki, yo.
La primera persona del dual, de la misma conjugación,
se forma de kachehui, vosotros dos; los signos ki y nitu, que
antes hemos visto; el sustantivo nigta; el signo huehui, y
kaki, yo.
Esta conjugación posesiva presenta alguna diferencia en
sus partículas cuando el nombre de lo poseído es de oficio
ó parentesco.
22. Verbos defectivos é irregulares. — Los verbos
defectivos é irregulares abundan, y no sólo en esto es irre-
gular el idioma matlaltzinca, sino en todo lo demás, pues
cada regla de su Gramática tiene muchas excepciones- Es-
to, reunido al mecanismo complicado del idioma, hace que
sea sumamente difícil.
23. Preposición, adverbio y conjunción. — Hay pocas
preposiciones, por lo cual dice Basalenque que «con una se
expresan muchas de las nuestras.»
Las conjunciones también son escasas.
Los adverbios abundan. Sin embargo, no hay el afirma-
tivo sí, de modo que para responder es preciso hacerlo re-
pitiendo la pregunta como en latín.
Algunos adverbios y preposiciones se suplen por medio
de partículas; v. g. , pu, que se traduce por allí ó de allí, co-
mo en la palabra ki-pu-mébue, allí le azotaron; py ó y, que
significa allá ó en; pyhiti, en el cielo; pitzitzi, en el comedor.
Py también significa con, y en este sentido sirve para
formar adverbios de modo; nikatzo, necio; pynikatzo con ne-
cedad, neciamente-
24. Dialectos. — La lengua matlatzinca se divide en va-
rios dialectos, de lo que nos da testimonio el P- Guevara en
el prólogo de su gramática, diciendo: «La hablan en unas
«partes diferente que en otras y las mujeres en lo más, y
«así van hechos dos confesionarios, uno general y otro par-
«ticular.»
25. Ejemplo de la oración dominical. — He aquí el Pa-
dre Nuestro en matlatzinca:
158
EL MATLATZINCA Ó PIEINDA-
Kabotuntanki kishechori ypiytiy thare-
Padre nuestro (que) estás arriba en (el) cielo santi-
hetemeyuhbutohui
ficado sea
tharetehehui
hágase
inituyuh
tu nombre
inunihami
sobre (la) tierra
topue
venga
nitubeye,
tu reino,
inkituhenahui
tu voluntad
ipuzka hetnhehui ypiytiy. Achii ripah'
como se hace en (el) cielo. Ahora da-
kehbi inbotumehui indahmutze dihemin-
nos (el) pan nuestro (de) cada día perdó-
dikebi inbotubuchochi
nanos nuestros pecados
pukuehentukahmindi
como perdonamos
indorihuebikeh
nuximenkarihechi
kehbi
(á) nuestros deudores
no dejes caer
nos
muhe dihedanita
kehbi pinita inbuti.
y libra
nos de mal-
26- Análisis- — Kabotuntanki: las sílabas primera y últi-
ma ka-ki, son signos del vocativo, pues según Basalenque
«si se habla con Dios ó con los sacerdotes usamos ka y ki,
ó de todo junto:» botu, partícula posesiva; ta, es un abrevia-
do de tami, padre; las dos n son eufónicas, pues como dice
Basalenque, «lan se pone de ordinario ante c, d, p, q, (k) í.>
Kizhechori: kichori, es el verbo estar: z, una partícula que
sirve para indicar que está en alto la persona ó cosa de que
se habla; he, partícula reverencial, usada aquí porque se
habla con Dios.
Ypiytiy: ypi, es la preposición en; ytiy, ó hiti, como escri-
be Basalenque, significa cielo-
Tharehetemeyuhbutohui: tohui ó thohui, es el adjetivo bueno;
bu, creo que puede traducirse por muy, de manera que el
verbo lo que literalmente significa, es «hacer muy bueno;»
la partícula he es reverencial; tharete ó tárete, es el signo de
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 159
la tercera persona del singular de imperativo, propio de los
verbos que Basalenque llama (malamente) de la quinta con-
jugación, y son los reflexivos, entre los cuales hay algunos,
como el de que voy hablando, que tienen forma, mas no sig-
nificación reflexiva (véase el § 19). Aquí la significación del
verbo es pasiva, de modo que, según esto, puede suplirse
esa voz con la forma reflexiva-
Inituyuh: iniyuh ó iniyuu, según la ortografía de Basalen-
que, significa nombre, en cuya palabra yuh es la radical, é
irá una partícula de las que expresan singular y que se usan
con los nombres, según lo explicado al hablar del número
(§ 10); tu, es uno de los signos que indican posesión.
Tapue: ta-tu, es el signo de la tercera persona de singu-
lar del imperativo, según vimos en el ejemplo de conjuga-
ción; pero como los verbos intransitivos pierden tu (§ 19),
por eso no vemos esta partícula en tapue. Creo que la radi-
cal de este verbo no es pue sino pee, porque en una lista de
verbos que trae el P. Guevara se ve que kitupee, significa
yo vengo.
Nitubeye: tu, es partícula posesiva; nibeye, contracción del
sustantivo nibeheye, reino, marcado con la partícula ni, la
cual indica que la palabra es un sustantivo, y que se halla
en singular. Si queremos formar un verbo de esa voz, pon-
gamos las partículas ki-tu, en lugar de ni, y queda kitube-
yehe, reinar.
Tharetehehui: tharete ó tárete, es una partícula que se ex.
plicó anteriormente; hehui, la radical del verbo-
Inunihami: inu, preposición; nihami, sustantivo-
InkítuhenaJaci: la radical de esta palabra es náhui; in, una
de las partículas de los nombres; tu, signo de posesión; he,
reverencial.
Ipuzca: adverbio.
Achii: adverbio.
Ripalikehbi: ri ó di, es el signo de la segunda persona del
singular de imperativo; pah, es un verbo, que no he encon-
trado en el diccionario, y que he traducido por su corres-
pondencia con el castellano; kehbi, abreviatura del prono ta-
bre kakehebi, nosotros.
Inbotumehui: botu, partícula posesiva; inmehui, sustantivo
•del singular, marcado uno y otro con la partícula m,
160 EL MATLATZINCA Ó PIPJNDA-
Indahmutze: esta voz significa literalmente toda mañana,
pues inrnutze quiere decir mañana, y da, dah ó dan es una
partícula que significa todo; la n es eufónica, según lo ex-
plicado anteriormente.
Dihemindikebi: mindi, ó muigndi, según el Diccionario de
Basalenque, es la radical del verbo perdonar; di, es el signo
correspondiente del verbo ya explicado; he, partícula re-
verencial; keb i, contracción del pronombre kakeliébi, Según
este y otros ejemplos, el pronombre abreviado se usa como
afijo en matlatzinca.
Inbotubuclioclii: botu, partícula posesiva; inbuchochi, sus-
tantivo del singular, según lo indica la partícula prepositi-
va in: el número plural está, pues, indicado en el presente
caso, por la partícula posesiva que pertenece á este nú-
mero.
Pukuenhentukahmindi, mindi, es la radical del verbo, se-
gún vimos antes; kuehentu, signo de la primera persona del
singular de presente de indicativo; pukah, el adverbio como,
que se divide en composición, según vimos en otro lugar
(§5).
Indor'üiuebikelí: huebi ó huehebi, es la radical de esta pala-
bra; indori, es partícula posesiva de la segunda y tercera
persona del plural: el estar, pues, con la primera, sólo se
explica por el afijo keh, abreviatura de kakehebi, nosotros,
que fija el sentido-
Mulie: conjunción.
Dihedanita: di y he, partículas explicadas varias veces;
danitaó liagnita. según Basalenque, radical del verbo librar-
Pinita: preposición.
lnbuti: sustantivo.
-+-f+-
NOTAS.
(1) El P- Basalanque cita en su Gramática una Cartilla
escrita por él, en que pone el alfabeto y explica la pronun-
ciación de las letras ; pero tal cartilla no ha llegado á mis
manos y, en consecuencia, no he tenido más arbitrio para
formar el alfabeto, que consultar el Diccionario y la Gra-
mática; aunque lo he hecho muy atentamente, temo haya
resultado alguna falta que, sólo con vista de la cartilla, se-
ría posible corregir.
En la colección de Padre nuestro de la Sociedad Mexi-
cana de Geografía y Estadística, está esa oración en matlat-
zinca, y en ella se ven más letras délas que yo pongo; pero
no las admito porque la autoridad de esa colección no bas-
ta por sí sola, en virtud de que la Ortografía que se usa en
ella es mala, según he podido observar en varios idiomas,
y además tiene muchas erratas de imprenta. (Véase el
Opata, nota 10-)
Basalenque, hablando de las letras, enseña que todas las
sílabas constan sólo de dos letras, lo cual es cierto gene-
ralmente, pero no siempre; v. g-, ni-kaz-tho-ho, la tercera
sílaba es de dos letras, porque la th representa un sonido
simple; pero de la segunda sílaba no puede hacerse la mis-
ma explicación y, en consecuencia, no cabe duda que tiene
tres letras.
(2) El P. Basalenque, siguiendo la Gramática latina, po-
ne un ejemplo de declinación, del cual, examinado, resulta:
que el nominativo, dativo y acusativo son iguales; que el
vocativo se marca con una partícula prepositiva, como ex-
plico en el texto; que el genitivo tiene después de sí, una
partícula, la cual no es una terminación, no es un signo del
i i
162 EL MATLATZINCA Ó PIRINDA-
caso, sino una palabra que equivale á nuestro posesivo surjo,
de aquel; que el ablativo tiene, después de sí, pinita ó doni-
ta, que tampoco es una terminación ni un signo, sino una
preposición. Carece, pues, el nombre, de declinación, y lo
mismo sucede con el pronombre, pues aunque el P. Basa-
lenque pone también un ejemplo por el cual parece decli-
nable, resulta respectivamente lo mismo que he dicho so-
bre el nombre. Iguales observaciones hay que hacer á la
Gramática del P. Guevara-
(3) El P. Basalenque dice que estas partículas «quieren
decir lo que en nuestro español él, Za,» de modo que, según
esto, equivalen á nuestro artículo. Para probar la inexacti-
tud de esa aserción, baste notar que el objeto del artículo
es determinar, por lo cual su empleo lógico es con los nom-
bres comunes: en matlatzinca vemos, por el contrario, que
se usan las partículas aun con los nombres propios.
(4) Según Basalenque (glosa 4*), la partícula the viene
de theno, dos; pero en el Diccionario veo que dos es nohui-
(5) «Ellos (los matlatzincas) dice el P. Basalenque (glo-
«sa 41) se contentaban con poco, el indicativo y el impera-
«tivo, y de estos aun no todos los tiempos. Pero siguiendo
«el arte latino he puesto todos los modos y tiempos posi-
«bles . ... aunque ellos no usaban tales modos de hablar-»
Esta confesión de Basalenque me ahorra el trabajo de refu-
tar uno á uno los modos extraños que aparecen en su gra-
mática, y en la de Guevara, como he tenido que hacerlo en
la mayor parte de los idiomas descritos en esta obra-
(6) Basalenque, según vimos en la nota anterior, confiesa
que no tiene el verbo todos los tiempos, y sin embargo, en
los ejemplos de conjugación pone todos los que son propios
del español y latín, supliéndolos de la manera que le es po-
sible. Creo que los que están de más en el indicativo, y
por eso los omito, son el pretérito pluscuamperfecto y el
futuro perfecto. En el imperativo no admito más que un
tiempo, pues aunque Basalenque leda varios, estos no se
forman de signos, sino de adverbios; de palabras significa-
tivas, resultando oraciones y no tiempos propios. Lo único
que parece haber de notable, en el particular, es que los ad-
verbios que pone Basalenque con el imperativo, sólo se usan
EL MATLATZINCA Ó PIRINDA- 163
con este modo, y son: chichi, luego; tamutate, después; muxi,
no, para vedar; y taraka; no más, basta.
(7) El P. Basalenque supone, en varios lugares de su
Gramática, que Jci significa ser, lo cual es inexacto: ki no es
más que un signo de ciertos tiempos en todos los verbos, co-
mo hemos visto en varios ejemplos, cuyo signo y otros se
juntan al nombre ó pronombre, del mismo modo que lo he-
mos visto en otros idiomas descritos en esta obra. Sólo el
empeño de imitar el latín, pudo conducir á Basalenque á
dar semejante explicación.
CAPITULO XL1I
OBSERVACIONES SOBRE EL MATLATZINCA
O PIRINDA.
ARITMÉTICA.
1. Beristain de Souza, en su Biblioteca hispano- americana,
hablando del P. Bravo Lagunas dijo: «Fué maestro perití-
simo de la lengua Pirinda, llamada Tarasca. > Aquí hay un
un error manifiesto, porque Pirinda no es sinónimo de Ta-
rasco sino de Matlatzinca. Sin embargo, el error de Beris-
tain ha cundido entre varios autores, como por ejemplo,
Brasseur en los Archivos de la Comisión científica de México
(t. 1? p. 123), y Smith en la Noticia del Tarasco (Revue Ame-
ricaine). Hervásen su Catálogo (t. 19 p. 290) distingue bien
el Tarasco del Pirinda, y lo mismo Balbi en el Atlas etno-
gráfico; pero incurriendo ambos en otro error, y es el de
poner como una tercera lengua el Matlatzinca. Véase lo que
nosotros hemos explicado en el capítulo anterior.
2. Mr- Charencey en su opúsculo «Noticia sobre algunas
familias de lenguas de México» coloca indebidamente el
pirinda al lado del otomí, como de una familia- El pirinda
ó matlatzinca no pertenece á la familia otomí, y ni siquiera
al mismo grupo, pues aquel es un idioma polisintético de
yuxtaposición, y el otomí, un idioma cuasi monosilábico.
Véase la comparación del otomí con el pirinda, cap. 54.
3. El Sr. Orozco, en su Geografía de las lenguas de México,
considera al Ocuilteco (que se hablaba en el pueblo de Ocui-
OBSERVACIONES SOBRE EL MATLATZINCA Ó PIRINDA. 165
la, Distrito de Toluca) como de la familia Pirinda. Lo que yo
he podido averiguar sobre ese idioma es que se ha extin-
guido, de manera que no me es posible rectificar la opinión
del Sr. Orozco por medio de comparaciones filológicas-
Por lo demás, veo que el referido escritor se apoya en P.
Sahagun, pero que este precisamente dice lo contrario- He
aquí las palabras de Sahagun: «Estos que se llaman Ocuil-
tecos viven en el distrito de Toluca, en tierras y términos su-
yos, son de la misma vida y costumbres de los de Toluca,
aunque su lenguaje es diferente- « Bien pudiera suceder que
la diferencia que encontraba Sahagun entre el Ocuilteco y
el Matlatzinca no fuese tal que sus idiomas comparados
resultasen de distinta familia; pero á falta de datos compa-
rativos y sólo por el criterio de autoridad, tal como resulta
de Sahagun, no es lógico poner el Ocuilteco al lado del Pi-
rinda. El dicho de los prácticos es suficiente para agrupar
los idiomas, si revela semejanza entre ellos, pues esa seme-
janza debe ser notable cuando se percibe aún sin necesidad
de procedimientos filológicos- Pero cuando esos mismos
prácticos no encuentran analogía entre los idiomas, y aun
la niegan terminantemente, no queda otro recurso para
rectificar su parecer sino el paralelo lingüístico
4. Comparando el matlatzinca con el mixteco-zapoteco se
observará fácilmente que tienen el mismo carácter morfo-
lógico, esto es, que el pirinda es un idioma polisilábico poli-
sintético de yuxtaposición. Sin embargo, no puede colo-
carse el pirinda en el mismo grupo que el mixteco-zapote-
co, ni menos en la misma familia, porque entre ellos hay las
siguientes diferencias.
Desde luego, la de forma de signos gramaticales, si no es
con alguna rara excepción.
El mixteco-zapoteco no tiene signos para expresar el nú-
mero, mientras que abundan en el pirinda-
Este idioma posee todas las personas del pronombre, y
en mixteco-zapoteco falta el correspondiente á la tercera
persona del plural.
El pirinda usa signos para la pasiva, y ya sabemos que
el mixteco-zapoteco carece de esa voz.
El sistema léxico del mixteco-zapoteco y el del matlat-
166 OBSERVACIONES SOBRE EL
zinca son distintos, pues sólo palabras aisladas se encuen-
tran semejantes.
5. En cuanto al mexicano y al tarasco, comparados con el
pirinda, resulta desde luego, que mientras que aquellos
idiomas pueden considerarse como de subñexión, el pirin-
da es de yuxtaposición pura. Véase el cap. 57 en que trata-
mos del carácter morfológico de estas lenguas.
Por lo demás, los idiomas que nos ocupan presentan di-
ferencias muy marcadas en el diccionario y en la forma de
los signos gramaticales: entre estos, la única analogía nota-
ble que encuentro es la de la sílaba ne, del pirinda, para
marcar plural; en mexicano me; en comanche ne; en cahita
m, etc-
Hablando en lo general, el pirinda tiene un aspecto dife-
rente al grupo mexicano-ópata y al tarasco por su mucha
irregularidad y excesiva complicación, verdadera exube-
rancia de formas gramaticales, como por ejemplo; los mu-
chos signos para marcar número singular y la gran varie-
dad de procedimientos respecto al posesivo que es de lo
más característico en la gramática matlatzinca. Llama tam-
bién la atención en este idioma el mayor influjo de las mu-
jeres: tanto en mexicano-ópata como en mixteco--zapote-
co y tarasco hemos visto algunas formas gramaticales y pa-
labras propias del sexo femenino; pero en pirinda ese siste-
ma llega á tal desarrollo que el P. Guevara observó *que en
lo más hablaban las mujeres diferente de los hombres.*
6. Tocante á la circunstancia de considerar yo al pirinda
como lengua de mera yuxtaposición, explicaré que no he
encontrado en ella más que un caso que parece de inflexión,
y es cuando la final i suele cambiar on e para formar plural.
Esto se presenta como una rara excepción al lado de la mul-
titud de signos gramaticales que posee el idioma, todos usa-
dos por yuxtaposición.
7. Para que el lector pueda, por sí mismo, hacer compa-
raciones, respecto al idioma que nos ocupa, pongo en segui-
da algunos ejemplos de palabras matlatzincas, donde con-
sidero generalmente sólo la radical, y no los signos prefijos
para indicar número, ser animado, tiempo, etc, según lo
explicado en el capítulo anterior. Teniendo unas veces que
seguir á Basalenque y otras á Guevara, que usan diversa
MATLATZINCA Ó PIRINDA.
lft
ortografía, no me será posible fijar ésta con la perfección
que yo desearía.
Hombre,
Ma.
Niño,
Muvaa-
Mozo,
Muteti.
Mujer casada,
Merimaa.
Padre,
Thami.
Madre,
Nihui.
Hijo,
Dihui, Bihui-
Esposa,
Baxuy.
Carne, cuerpo,
Turimi, indimi.
Ojo,
Tuu.
Nariz,
Mari.
Boca, hocico,
Naa, bama.
Oreja,
Che.
Cabeza,
Nu.
Mano,
Yeh.
Barriga,
Yaa.
Barbas,
Chixna.
Pie,
Moo.
Pierna,
Tzavoti.
Cielo,
Itiy, MU.
Tierra, mundo,
ffarni, liúbeni.
Sol,
Yahbi.
Luna,
Buee.
Estrella,
Etzee-
Granizo,
Too.
Hielo,
TeeJi.
Nube,
Mahbo.
Frío,
Kitzee.
Calor,
Kipahui.
Río,
Nateve.
León,
Tzataa.
Venado,
Tzakapaari.
Perro,
Tzini-
Conejo,
Thachoo.
Liebre,
Keah.
Ratón,
Tepoo.
Águila,
TehchinL
168
OBSERVACIONES SOBRE EL
Buho,
Cuervo,
Paloma,
Culebra,
Gusano,
Hormiga,
Pescado,
Maguey,
Árbol,
Flor,
Caña,
Chile verde,
Chile seco,
Nopal,
Maíz,
Frijol,
Calabaza,
Arco (arma),
Casa,
Templo,
Enfermedad,
Medicina,
Pan de trigo,
Pan de maíz,
Miel,
Muerte,
Vida,
Nombre,
Voluntad,
Pecado,
El mal,
Grande,
Chico,
Bueno,
Flaco,
Enemigo,
Blanco,
Negro,
Yo, tu, mío, etc-
anterior.
Tebe, hivi.
Techaa.
Netetuto.
Techimi, chimi.
Teyoxii.
Techachiki.
Hiv.
Xumi. ,
Tzao.
Tenii.
Thihui-
Xaami.
Yoomi.
3Iihati-
Tatui.
Chihu-
Muu.
Tzotzaa.
Baami.
Bumibani-
ln-tey.
Teyeti.
Imetaxi.
Imehui.
Unintuti.
In-intuta.
ln-inetha-
Yuh, yuu.
Nahui.
Buchochi-
Buti.
Mahyee-
Techaye.
Thohui.
Boyotza.
Hanti.
Toxi.
Botaa, boo,
Véanse los pronombres en el capítulo
MATLATZINCA Ó PIRINDA.
169
Llover,
Reír,
Gritar,
Hacer,
Ver,
Oír.
Oler,
Gustar,
Tocar,
Comer,
Amar,
Cantar,
Llorar,
Matar,
Morir,
Dormir,
Sembrar,
Estar,
Morder,
Hablar,
Ir,
Venir,
Dar,
Mañana,
Ayer,
Ahora, hoy,
Allí,
Aquí,
De,
Con,
En,
Mahbi.
Teiti, takati.
Nenaa-
Hehui.
Nuu.
Teti.
Xuti.
Tzojñnaa.
Titihiri.
Tzitzi.
Tochi.
Thehui.
Kuhe.
Betuta.
Tuy.
Hiui.
Tuhmi.
Chori.
Xahui.
Temueti.
Paa,
Pee, pue.
Piliaki-
Mutze.
hita.
Chichi, achii.
Dichotti.
Kikuini, ka i ni-
Pinita.
Pi.
Ipi.
8. Concluiré este capítulo haciendo una indicación sobre
la aritmética pirinda y mixteco-zapoteca.
El modo de contar de los pirindas era por veintenas, y lo
mismo usaban los mixtéeos y zapotecos. He aquí la expli-
cación del P. Guevara respecto á los primeros: «Lo que
usan generalmente es contar de veinte en veinte, y en con-
tando cinco veces veinte que son ciento vuelven desde el
número singular de uno-» He aquí los números cardinales
170
OBSERVACIONES SOBRE EL
del pirinda, donde se observará que cuatrocientos tienen un
nombre especial.
Uno,
Dos,
Tres,
Cuatro,
Cinco,
Seis,
Siete,
Ocho,
Nueve,
Diez,
Once,
Veinte,
Cien,
Cuatrocientos,
Yndahui.
Ynahui,
Ynyulia.
Ynkunohuy.
Ynkuthaa.
Ynclahtohui.
Ynethohui.
Ynenkunohui-
Ymurahtadahata-
Yndahata-
Yndahata musdahui (10 -h
1).
Yndohonta.
Ynkuta-ta (5X20).
Dáhanuta.
Respecto al mixteco-zapoteco voy á presentar luego los
nombres de número, y aquí observaré que en uno y en
otro el veinte tiene nombre propio, lo mismo que el cuatro-
cientos; el número ciento en mixteco y en zapoteco significa
cinco veintes como en pirinda- El mismo sistema de contar
que los mixtéeos, zapotecos y pirindas tenían los mexica-
nos, tarascos y mixes. (Véase cap. 32 y 40). Sin embargo,
la forma de los adjetivos numerales presenta rara analogía
en los idiomas de las seis naciones-
Mixteco.
Zapoteco.
Uno,
Ek,
Tobi, chaga.
Dos,
Uvui,
Topa, kato.
Tres,
Uni,
Chona, kayo
Cuatro,
Kmi,
Tapa, taa.
Cinco,
Hoho,
Kaayo-
Seis,
Iño,
Xopa.
Siete,
Usa,
C'aache.
Ocho,
Una,
Xoono.
Nueve,
Ee,
Kaa, gaa.
Diez,
Usi,
Chii.
MATLATZINCA Ó PIRINDA. 171
Mixteco. Zapoteco.
Veinte, Oleo,
Ciento, Hoho-dzico,
Cuatrocientos, Ee-tuvui,
Ocho mil, Usitetue,
Kal-le.
Kayoa.
Tobiela, chagüela.
Chaguzoti,tobizoti.
Para mayor claridad copiaré aquí lo que se lee sobre la
aritmética de los zapotecos en el antiguo diccionario (M. S.)
que me sirve de guía: «Acerca del modo de contar de estos
indios zapotecos es de notar. Que en el discurso de su cuen-
ta cuando van contando tienen sus términos ó paradas,
donde descansa la cuenta, de la manera que nosotros va-
mos de diez en diez hasta ciento, y de ciento vamos por cien-
tos hasta mil, y de allí por millares, etc. Así estos zapote-
cos cuentan hasta cinco al que llaman kaayo ó kooyo, y de
allí ponen cuatro veces cinco que son veinte, al que llaman
kal-le ó kol-le. Y de allí van contando, y ponen cinco veces
veinte que son ciento al que llaman kayoa ó koyoa. Y de allí
ponen cuatro veces ciento que son cuatrocientos que llaman
tobiela ó chagaela, que es como en nuestra cuenta el núme-
ro mil. Y de allí ponen veinte veces cuatrocientos que son
ochomil, y á este número llaman tobizoti, chagazoti. Y este
es el mayor número que tienen, y de aquí van contando de
ocho en ocho mil.»
—*+-*.
CAPITULO XLIII
EL YUCATECO O MAYA. (1)
NOTICIAS PRELIMINARES.
La lengua maya se habla en todo el Estado de Yucatán,
Isla del Carmen, pueblo de Montecristo en Tabasco, y del
Palenque en Chiapas. Con tal tenacidad han conservado los
indios ese idioma, que hasta hoy no hablan otro, de modo
que los blancos se han visto obligados á aprenderle para
darse á entender.
Los antiguos habitantes de Yucatán, dice el cronista He-
rrera, contaban que sus antecesores habían venido del
Oriente. Según otro autor, en 1420 todos los mayas se reu-
nieron bajo el mando de un solo monarca, siendo Mayapan
la capital de aquel vasto imperio. Más adelante, la penínsu-
la se dividió en varios Estados con sus jefes particulares.
Francisco Fernández de Córdova fué el que descubrió á
Yucatán, en 1517, y le conquistó el capitán Francisco de
Montejo en 1527-
Los españoles dan testimonio de la adelantada civilización
que alcanzaron los yucatecos, casi tan avanzada como la de
los mexicanos.
Herrera dice «que habitaban juntos en pueblos con mu-
«cha policía.» Torquemada, que «el reino de Yucatán, que
«corre por más de trescientas leguas, así como fué muy
«poblado de gentes, fué también regido de señores parti-
«culares, que es el Estado de los reyes. Gobernábanse por
EL YUCATECO Ó MAYA. 173
«leyes y costumbres buenas, vivían en paz y en justicia,
«que es argumento de su buen gobierno, y alude mucho á
«esto ser todos de una lengua, que no admira poco, que tan-
«to gentío y tan extendido, en término de tantas leguas, se
«entendiesen con un propio lenguaje.»
Lo que más llamó la atención de los españoles, en Yuca-
tán, fué la multitud de edificios de piedra, de los cuales los
más eran templos. En ellos adoraban los mayas muchos ído-
los, á quienes ofrecían vírctimas humanas, horrible prácti-
ca que, según se dice, introdujeron allí los mexicanos. Res-
pecto á la religión de los mayas, agregan los autores que
creían en la inmortalidad del alma, así como en las penas
y recompensas futuras.
Los mayas conocían la escritura jeroglífica, y dividían el
año como los mexicanos, es decir, en diez y ocho meses de
á veinte días, agregando cinco al fin del último mes.
Para la descripción del maya he usado la gramática del
P- Fr. Gabriel de San Buenaventura (México 1684). Des-
pués de concluido mi trabajo llegó á mis manos otra gra-
mática más moderna y extensa, escrita por el P. Pedro Bel-
trán de Santa Rosa, la cual me ha servido para rectificar al-
gunas reglas de Buenaventura, y hacer algunas adiciones.
DERCRIPCION.
1. Alfabeto. — Las letras que se usan en el idioma yu-
cateco son las siguientes:
a. b. c. o. e- ch. cfi. h. i. k- l. m. n. o. p. p. ó pp-
t. th. tz. u. x. y. y. z. (2)
2. Pronunciación. — «La letra ¿>, según Buenaventura,
se pronuncia hiriendo con la lengua los dientes de arriba,
con presteza y algún ímpetu. »
«La cñ, dice Beltrán, se pronuncia pegando con alguna
fuerza la punta de la lengua al paladar, cerca del nacimien-
to de los dientes altos, y arrojando el aire con un poco de
más ímpetu que en la antecedente letra (la o), se rempuja
con él la lengua hacia abajo; pero quedándose ella en el aire- »
La h, según Ruz y Beltrán, suena como jota.
174 EL YUCaTECO ó maya.
La c se pronuncia como q, aun antes de e i-
«La p ó p±> como algunos escriben, no pide más diligen-
cia, dice Beltrán, que abrir un poco los dientes, y, cerra-
dos los labios sin que la lengua sirva de algo, echan el aire
con ímpetu y brevedad.»
«La th, según Buenaventura, se pronuncia hiriendo con
la lengua los dientes ó encías de arriba con presteza.»
«La tz, dice el mismo autor, se pronuncia puesta la pun-
ta de la lengua junto á los labios, no del todo cerrados, con
suavidad.»
«La k, enseña Ruz, se ha de pronunciar arqueando un po-
co la lengua, de suerte que se encorve hacia el frenillo, to-
cando sí el nacimiento de los dientes bajos: con la punta y
el arco que ella hace ha de tocar un poco en la bóveda del
paladar al tiempo de expeler un pequeño aire impetuoso sin
pronunciar, estándose ella queda con una poca diferencia
de la que pronunciamos la o y la g. »
El mismo P. Ruz observa que «se usa de la t sola entre
vocablo y vocablo sólo para dar fuerza gutural; v. g., t oabi;
de la c sola como este vocablo c toon, y de la h, como h kimu;
de x como x cfip- »
Generalmente hablando, el idioma es gutural.
3. Combinación de letras. — No se observa cargazón de
consonantes en yucateco, y sí la repetición de una misma
vocal en muchas palabras; v. g., yaneech, kaanoob, toon, etc.
Son de tanto uso algunas figuras de dicción, que el P.
Beltrán dice: «Están necesario el uso de las sinalefas y
síncopas, que sin hipérbole se puede afirmar que todo el
ser y hermosura de esta lengua es el uso de ellas, y la par-
te más principal del arte es su explicación.» Daré algunos
ejemplos: en lugar de ma in kati, no quiero, se dice rain ka-
ti; en vez de ti ca otoch, en nuestra casa, ti c otoch ó t c otoch :
por naced in cali, yo subo, naclin cah, etc.
4. Sílabas. — Como se puede observar en los ejemplos de
palabras yucatecas que voy poniendo, este idioma es poli-
silábico, aunque tiene muchos monosílabos.
5. Acentos. — No he encontrado en la gramática reglas
sobre los acentos; pero se ven estos en la escritura, y se
nota que hay palabras cuyo significado cambia sólo por te-
EL YUCA TECO Ó MAYA. 175
ner acento; v. g., liutul, derrumbarse; hútul, cosa derrum-
bada; lubul, caer; lúbul, cosa caída. (3)
6. Composición. — Se componen las palabras unas con .
otras ó con partículas; pero la composición es de menos uso
respecto á otras lenguas de México.
7. Riqueza. — Es rico el idioma, de lo que nos da testimo-
nio el P. Buenaventura cuando dice en la dedicatoria de su
Gramática; «Es tan fecundo, que casi no padece equivoca-
ción en sus voces, propiamente pronunciadas; tan profuso,
que no mendiga de otro alguno las propiedades; tan pro-
pio, que aun sus voces explican la naturaleza y propieda-
des de los objetos, que parece fué el más semejante al que
en los labios de nuestro primer padre dio á cada cosa su
esencial y nativo nombre- »
Como una pequeña prueba de lo que dice Buenaventura,
presentaré algunos ejemplos de verbos que abundan en el
idioma, y de que nosotros carecemos.
App, quebrar cosas duras.
Kali, quebrar cosas largas.
Bah, vaciar licores.
Bitfi, tener algo con el dedo pulgar y el índice.
Cfíicñ, recoger granos uno por uno.
Hab, apartar la lefia del fuego.
Hooo, sacar comida con la mano.
Keh, abrir una cosa suavemente con los dedos.
L(rf, vaciar granos.
Letz, encoger una cosa suavemente con los dedos.
Lipp, asir una cosa sutilmente con dos dedos.
Male, comer cosas blandas.
Ux, coger fruta de un árbol.
Xuc, caer de bruces con ímpetu.
He escogido estos verbos entre los monosilábicos para
que no pueda dudarse que son palabras simples.
8. Número y género.— No hay signos para marcar el
número, pero puede distinguirse el plural por medio del
pronombre; uinic ob, hombres: ob significa aquellos. Los ver-
bales, terminados en an tienen una terminación, tac, para
expresar plural; chelan. echado, ó cosa echada; clielantac%
cosas echadas- También algunas adjetivos, terminados en
176 EL YUCATECO Ó MAYA.
nac, forman plural cambiando su terminación en lac: p¡>u-
ppuxnac, agachado; Pinippuxlac, agachados.
La partícula ali ó h, que significa el que, sirve para mar-
car el género masculino, é ix ose, que significa la que, el gé-
nero femenino: sin embargo, esas partículas sólo se usan
con nombres sustantivos y adjetivos de personas, pues con
los de animales se emplean las palabras xibil y cfiupul, que
significan macho y hembra. Estas reglas tienen rara excep-
ción.
Hay algunos nombres de parentesco que cambian según
el sexo del que habla; mehen, hijo, dice el padre; al, hijo, di-
ce la madre.
9. Caso. — El nombre no tiene declinación para expresar
el caso, conociéndose éste por la posición de las palabras,
el contexto del discurso y las preposiciones, entre las cua-
les veremos, al tratar de ellas, figura principalmente ti,
que tiene varios significados.
Además, para expresar genitivo, se usa el pronombre po-
sesivo, antepuesto al nombre de la cosa poseída; v. g., uzu-
hal Pedro, el miedo de Pedro; u, es el posesivo déla tercera
persona de singular.
La terminación il también expresa genitivo, «cuando (se-
«gún las propias palabras del P. Buenaventura) hay cierta
«posesión no propia de persona, sino que por razón de al-
«gún oficie se apropia la cosa; v. g., ullaveil kuna, la llave
«del templo:» en este caso se ve igualmente el posesivo u-
El citado gramático agrega: «Va pospuesta la partícula il á
«nombres sustantivos.» Por ejemplo; uzuhal Pedro, según
vimos antes, significa el miedo de Pedro, es decir, el que
Pedro tiene; pero si quiero significar el miedo que se tiene
á Pedro, entonces diré umhalil Pedro. En este último caso
la relación que se expresa con il es propiamente de abla-
tivo (4), y lo mismo sucede en los casos siguientes.
Cuando se significa que alguna persona, animal ó cosa es
de algún lugar; v. g-, kaknab, mar; kaknabil, eñieñ, pájaro
de mar.
Cuando se declara la materia de la cosa; mazcab, fierro;
mazcabil cura, olla de fierro, aunque también se puede ex-
presar esto sin poner signo alguno; mazcab cum.
EL YUCATECO Ó MAYA. 177
El vocativo se expresa con la interjección e; cuhuy, virgen;
cuhuye, ¡oh virgen!
10. Derivados.— La terminación ü, agregada á sustan-
tivos y adjetivos, sirve para formar abstractos; uinic, hom-
bre; uinicil, humanidad.
Se forman los comparativos anteponiendo á los nombres
los posesivos u, i, y posponiéndoles una vocal igual á la en
que terminan y una l; v. g., lob, malo; ulóbol, peor. Sin em-
bargo, lo común es que los comparativos terminen en il,
aunque no sea i la última vocal del nombre.
También se expresan los comparativos por medio de va
rios adverbios ó adjetivos que indican comparación.
Con hach, hunac, que significan muy, se suplen los super-
lativos; liunac ahmiatz, muy docto-
La partícula ah, antepuesta, sirve para formar nombres
gentilicios; ah México, mexicano.
La terminación tzil, según la gramática de Buenaventu-
ra, agregada á algunos nombres, «significa lo mismo que
«ellos, con esta diferencia; que los primitivos llevan los pro-
hombres que les competen y estos no llevan pronombres;
«v. g., inyum, mi padre; yuntzil, padre, sin denotar de quiéa;
« meh en, hijo; inmehen, mi hijo; mehentzü, hijo, sin declarar
«cuyo.»
Con la terminación yen, los sustantivos se vuelven adjeti-
vos del mismo significado; cicin, demonio; ciciyen, cosa en-
demoniada ó del demonio-
Con liz, tul y uol, también se forman adjetivos de los sus-
tantivos; chum, principio; chumliz, cosa que tiene principio;
tzotz, vello; tultzotz, velloso; luum, tierra; uol tuum, lleno de
tierra.
Han significa, según el P. Buenaventura, «lo que es teni-
«do en lugar de lo que el nombre significa;» v. g. , yum, pa-
dre; yumilan, padrino. Lo mismo se significa con lah; zucun,
hermano mayor; zucunlah, el que es tenido por tai-
Posponiendo cao y anteponiendo ah, se significa el posee-
dor, el dueño de aquello que indica el primitivo; tzimin, ca-
ballo; ah tzimin cab, el que tiene caballo. Lo mismo se expre-
sa con sólo posponer nal; otoch, casa; otochnai, el dueño de
la casa.
En cuanto á verbales ó derivados, los hay de varias ter-
1 2
178 EL YUCATECO Ó MAYA-
urinaciones- Algunos acaban en tzil, matzil. cosa maravillo-
sa- La terminación ay con los verbos neutros y de la terce-
ra conjugación, forman nombres sustantivos y adjetivos;
zatal, perderse; zatay, perdición; numul, pasar; numay, cosa
que pasa; mol, recoger; mola/y, congregación, junta. Hay
otros verbales terminados en il, ul, correspondientes á los
latinos terminados en or; ahloil, redentor; ahoibul, escritor.
De los verbos terminados en ancil se derivan nombres cam-
biando la terminación del verbo en nac; cicilancil, temblar;
cicilnac, cosa que tiembla.
El adjetivo numeral tiene muchos derivados, pues varía
determinación, según el sustantivo á que se aplica; por
ejemplo, la terminación ac sirve para contar canoas, bar-
cas, casas y otras cosas; balach, para contar rayas; ban,
montones; cot, cuadrúpedos: coo, rollos ó ruedas; cul, matas,
arbustos; cfiüc, heridas; cfiuy, racimos, sartas; tul, seres ra-
cionales, y así otras muchas terminaciones.
11. Pronombre personal. — He aquí el pronombre per-
sonal.
Ten, en, yo. Toon, on, nosotros.
Tech, ech, tu. Teex, ex, vosotros.
Lay, laylo, lo, aquel. Loob, ob, aquellos.
Lay puede significar como demostrativo, este, ese.
También lay y heklay, que parece su compuesto, signifi-
ca esto es, conviene á saber, el cual, lo cual.
La persona que padece se expresa con los pronombres
abreviados en, ech, etc.; v. g., yacunah incalí, yo amo; yacu-
nah incah ech, yo te amo.
12. Posesivo. — El pronombre posesivo se expresa de es-
te modo:
ln. u, mío. Ca, nuestro.
A, au, tuyo. Aex. auex, vuestro-
U, i, suyo, de aquél. Uob, yob, de aquellos.
Este pronombre tiene á veces el significado de personal.
El nombre y el verbo, compuestos con el posesivo, se in-
tercalan en la segunda y tercera persona del plural; v. g.,
yum, padre; a-njum-ex, vuestro padre. Respecto al verbo,
EL YUCATECO Ó MAYA. 179
podremos observarlo en el ejemplo de conjugación que ade-
lante veremos.
In, a, u, etc. se juntan con nombres y verbos que empie-'
zan por consonante; u, au, i con los que empiezan por vocal;
otoch, casa; uotoch, mi casa; esta última regla no es, sin em-
bargo, general según Beltrán (página 12.)
Para que el nombre que va junto con ca, nuestro, expre-
se plural, dice Buenaventura, se le agrega ob; cayuní nues-
tro padre; cayumob, nuestros padres. Beltrán agrega que
ob es tan necesaria para la segunda y tercera persona como
para la primera.
Los demás usos del pronombre posesivo, así como los
del personal, se verán al tratar del verbo.
13. Reflexivos y recíprocos. — El pronombre reflexi-
vo es éste:
Inba, á mí mismo, á mí, me.
Aba, á tí mismo, á tí, te.
Uba, á sí mismo, á sí, se.
('aba, á nosotros mismos, á nos, nos.
Abaex, á vosotros mismos, á vos vos.
Ubaobi, ubaob, aquellos mismos, á sí, se.
Algunas de sus personas, según se observa desde luego,
están formadas de la terminación ba y el posesivo in, a.
etc.
La partícula tanba interpuesta á los reflexivos de plural,
los hace reflexionaa «unos á otros,» es decir, reciprocidad;
tan ucimzic ubatanbaob, se están matando unos á otros- Tam-
bién se pospone tanba; ubimzah ubaobtanba, se mataron
unos á otros. (5)
14. Relativo- — No explica el P. Buenaventura si hay
pronombre relativo propio; pero al hablar de las partículas
dice que «lie, hex, puestos al principio de la oración, signi-
«fican el que, la que, aquello que;» v. g., he huinic, el nom
bre que. También vimos (§ 11) que lar/ significa el cual, lo
cual.
15. Demostrativo. — 1 equivale á nuestros demostrati-
vos, ese, esa, eso, lo; v. g., ma uoheli, no lo sé, ó no sé eso; te-
ñí lo, yo soy ese; oa teni, dame de eso ó dame eso- Esta par-
180 EL YUCATECO Ó MAYA.
tícula i también puede significar, según los casos, allá,
ciertamente.
11 es otra partícula que también suele servir de pronom-
bre demostrativo, posponiéndose; v. g., ~baunx uuinicil?
cuántos fueron esos hombres? La misma partícula tiene
varios usos según hemos ido viendo, y á veces dice la gra-
mática: «sirve sólo de adorno.»
16. Conjugaciones de los verbos.— El verbo tiene cua-
tro conjugaciones. Pertenecen á la primera los verbos pa-
sivos, los neutros y los que Buenaventura y Beltrán llaman
incorporados, que éste define así: «Por verbos incorporados
se entienden aquellos activos que se hacen un cuerpo con
los nombres que son la persona que padece, y aunque son
activos, por la incorporación con los nombres, dejan de ser
puré activos, pues no se les puede dar pasiva si no es des-
uniendo de ellos el nombre.» Además, pueden ir por la pri-
mera conjugación los verbos de las otras tres, que como ve-
remos, son activos si se usan á modo de neutros, es decir,
cuando se calla su complemento; como cuando se dice yo
leo, sin expresar qué; yo amo, sin decir á quién: en este ca-
so los verbos activos se designan en las gramáticas yucate-
cas con el nombre de absolutos (6), acaso porque expresan
su acción de una manera absoluta, general.
Los verbos de la segunda conjugación son activos, polisi-
lábicos y terminan en ah- Los de la tercera también son ac-
tivos; pero monosílabos y de diversas terminaciones y de
más de una sílaba. Hay, sin embargo, algunas excepciones
alo dicho; v. g. , tzec, castigar, aunque es de una sílaba, va
por la cuarta conjugación.
De todo lo expuesto, resulta: 19, que la gramática yuca-
teca divide los verbos en dos grandes clases, una de los ac-
tivos y otra de los que no lo son: 2?, que los verbos de la
primera clase pueden entrar en la segunda.
17. Mecanismo del verbo. — Las personas se marcan
por medio de los pronombres personales ó posesivos; los
tiempos y modos con partículas y terminaciones-
18. Ejemplo de conjugación. — Daré ejemplo de un ver-
bo de la primera conjugación.
EL YUCATECO Ó MAYA. 181
Indicativo. Presente.
Naced incalí, yo subo, etc- bacal cacah-
Nacal acah. Nacal aóahex.
Nacal ucáh. Nacal iicahob.
Pretérito imperfecto.
Nacal incalí cuchi, yo subía etc. Nacal cacah cuchi.
Nacal acah cuchi- Nacal acahex cuchi-
Nacal acah cuchi. Nacal ucahob cuchi.
Pretérito perfecto.
Nacen, yo subí, etc Nacon.
Nacech. Nacex.
Nací. Nacob.
Pluscuamperfecto.
Nacen ili cuchi, yo había subí- Nacon ili cuchi.
do, etc.
Nacech ili cuchi- Nacex ili cuchi.
Nací il¿ cuchi- Nacob ili cuchi.
Futuro imperfecto.
Bin nacacen, yo subiré, etc. Bin nacacon-
Bin nacacech. Bin nacacex.
Bin nacac. Bin nacacob.
Futuro perfecto.
Nacen ili cuchom, yo habré su- Nacon ili cuchom-
bido etc.
Nacech ili cuchom. Nacex ili cuchom.
Naci ili cuchom. Nacob ili cuchom.
Imperativo. (7)
Neceen, sube tú etc. Nacenex.
Nacac. Nacacob.
182 EL YUCATECO Ó MAYA.
Subjuntivo.
Hi ó hiuil nacacen, yo subiera etc-
Optativo.
Cachi cagna nacacen, ojalá que yo subiera, etc.
Infinitivo.
Presente. — Nacal, subir.
Pretérito. — Naciil, haber subido.
Futuro. — Binü nacac, haber de subir.
Gerundios.
V nacal, de subir.
Tinacal, á subir.
Tinacal subiendo.
Ah nacal, el que sube.
Participio.
19. Explicación del verbo. — Tomaré como punto de
comparación el presente de infinitivo para explicar el verbo.
El presente de indicativo, en las cuatro conjugaciones,
se forma del infinitivo, los posesivos in, a, u, etc., y la par-
tícula cali. El pretérito imperfecto, en todas las conjuga-
ciones, es el presente con las partículas cuchi, cachi, ó catu-
chi: la primera y tercera partícula indican cosa pasada ha
poco, y la segunda tiempo pasado más anterior, de manera
que, propiamente hablando, hay dos pretéritos imperfec-
tos, uno próximo y otro remoto.
El pretérito perfecto varía en cada conjugación; en la
primera, como se ve del ejemplo, es la forma más pura del
verbo, nac, y los afijos en, ech, etc., menos en la tercera per-
sona de singular que acaba en i, cuya i se pone en lugar de
las dos últimas letras del infinitivo presente. Los verbos
de la segunda conjugación forman el pretérito perfecto del
EL YUCATECO Ó MAYA. 183
infinitivo plísente, sin más que anteponerle el posesivo in,
a, u; cambezah, enseñar; incambezah, enseñé. Con los verbos
de la tercera conjugación se usa el posesivo in, a, w, ante-'
puesto al infinitivo y la terminación ah, tzic, obedecer; intzi-
cah, yo obedecí. Los de la cuarta usan el mismo posesivo
in, a, u, y agregan al infinitivo tah: canon, guardar; incauan-
tah, yo guardé. Anteponiendo al pretérito perfecto la par-
tícula ti, denota que la acción se ejecutó hoy; de modo que
así como el imperfecto, expresa pasado remoto y próximo.
El pluscuamperfecto de las cuatro conjugaciones es el pre-
térito perfecto con la partícula ili, que le es propia, y cuchi
del imperfecto.
El futuro imperfecto varía de forma en cada conjuga-
ción. Los verbos de la primera le forman con la partícula
bin antepuesta; los afines en, ech, etc., y convirtiendo en c
la l final del infinitivo: en la tercera persona del singular no
se usa afijo; empero, puede ponerse para mayor claridad.
El P. Beltrán, hablando de los verbos de la primera con-
jugación, observa, respecto al futuro y al pretérito, que
«cuando los verbos de las otras tres conjugaciones se ha-
cen absolutos, y por esto han de ir por esta primera conju-
gación, hacen el pretérito en nahi y el futuro en nac, aña-
didas estas dos partículas al cuerpo del verbo- ■ • y no co-
mo advierte el P. Gabriel en ni el pretérito, porque no lo
usa así el indio, y lo mismo digo de los incorporados po-
niendo el nombre entre el verbo y la partícula nahi.*
Los verbos de la segunda conjugación forman el futuro
imperfecto con bin, los posesivos antepuestos in, a, u, y la
terminación ez; v. gr. , cambezah, enseñar; bin incambez, yo
enseñaré. Los de la tercera conjugación llevan la misma
partícula bin, y los posesivos in, a u, teniendo por final una
vocal igual á la última del infinitivo y una b; v. gr. , tzic, obe-
decer; binz inticib, yo obedeceré (8). En fin, los de la cuarta
conjugación llevan igualmente la partícula bin, antepuesta,
los posesivos in, a, u, y la terminación te añadida al infini-
tivo; cañan, guardar; bin incalíante, yo guardaré-
El futuro perfecto, en toda conjugación, es el pretérito
pluscuamperfecto con la partícula cuchom ó cochom, en el
lugar de cuchi.
«Para el imperativo, dice Beltrán, no hay partícula algu-
184 el yuca'teco ó maya.
na, y sólo se advierte que su voz es la misma del futuro con
la segunda, tercera y cuarta conjugación, añadiendo el pro-
nombre in, a, u, en las terceras personas, y el ex en la se-
gunda de plural del pronombre en, ech, quedándose sin
pronombre la segunda de singular. Pero para la primera
conjugación es de otra manera, porque la segunda persona
de singular es la voz del pretérito perfecto como está- La
segunda de plural es la misma voz dicha, pero añadiendo el
ex del pronombre en, ech. La tercera del singular es la mis-
ma voz de la tercera del futuro; pero sin la partícula bin.
La tercera del plural de la misma voz dicha del futuro, aña-
diéndole el ob del pronombre en, ech, excepto los acabados
en tal, que hacen de otro modo.>
Respecto al subjuntivo, dice Buenaventura, que «hi hiuü
son dos partículas que denotan subjuntivo: antepuestas al
futuro imperfecto hacen voz de subjuntivo.» El P. Beltrán
agrega que «todos los tiempos de subjuntivo son la voz de
la tercera persona del futuro, con esta diferencia: que los
de la primera conjugación piden los dos pronombres ten y
en, uno antepuesto y otro pospuesto; v. gr., ten nacacen,
yo suba- Pero para las otras tres conjugaciones se requie-
ren antepuestos los dos pronombres ten é in; v. gr., ten in
cambez, yo lo enseñé-»
El optativo, según los ejemplos de conjugación que trae
Buenaventura, más bien parece suplido, pues se forma del
futuro, sin bin, y cachi 6 cayna, que vienen á ser unas inter-
jecciones que significan ojalá. También se forma el optati-
vo posponiendo ina en vez de anteponer cachi ó cayna, pues
el mismo Buenaventura, hablando délas partículas déla
lengua maya, dice: «Ina, pospuesta á futuro imperfecto,
sin la partícula bin, hace presente y futuro de optativo;
pospuesta al pretérito perfecto de indicativo, hace roman-
ce de pluscuamperfecto de optativo-»
El presente de infinitivo es igual al de indicativo, sin
pronombre ni partícula alguna. El pretérito se distingue
por la terminación ü, agregada á la tercera persona del
singular del pretérito de indicativo. El futuro es el de in-
dicativo con la partícula binil, en lugar de bin, y sin usar
ningún pronombre- En la segunda,, tercera y cuarta con-
jugación, según los ejemplos de Buenaventura, se ve un se-
EL YUCATECO Ó MAYA. 185
gundo infinitivo de presente que no es otra cosa sino el fu-
turo imperfecto sin partícula. Comparando lo que sobre
este infinitivo dicen Buenaventura y Beltrán, resulta que
es el propio de los verbos activos, y que el otro infinitivo só-
lo se usa cuando los activos se vuelven absolutos; v. gr., in
lot in cambez Pedro, quiero enseñar á Pedro; in kat cambezah,
quiero enseñar.
En cuanto á los gerundios, vemos en el ejemplo puesto,
que el primero, conforme á Beltrán, es igual al presente
de infinitivo con el posesivo u, y que los otros dos son el
mismo presente de infinitivo con la partícula, ó más bien
preposición ti, de manera que los tales gerundios más bien
son suplidos, imitando los latinos.
Lo mismo sospecho respecto al participio, pues la partí-
cula ah, más que un signo es una palabra que significa (véa-
se § 8) el que, el que es, fulano. (9).
20. Mudanzas de los verbos. — Las terminaciones ó
partículas que corresponden á los verbos, según lo que an-
teriormente se ha explicado, varían en ciertos casos, resul-
tando como una nueva conjugación. Presentaré ejemplos
de algunos de los casos en que tal variación se verifica, á
fin de dar una idea de esa forma de la lengua maya.
Cuando la persona que hace se pospone al verbo, éste se
usa de la manera común; v. g., con cambezah, enseñar, diré:
cambezah ucah Pedro Juan, Juan enseña á Pedro. Pero si el
nominativo se antepone, entonces los tiempos, presente y
futuro del verbo terminan en ic, y el pretérito en i. Juan
cambezic Pedro, Juan enseñó á Pedro; camben, enseñó; bin
cambezic, enseñará.
El verbo oliél, saber ó conocer, y otros varios, tienen la
propiedad de hacer cambiar de terminación al verbo que
rigen; uohel licil acambezic, sé que enseñas.
Varias conjunciones hacen también cambiar el verbo;
v. g., bay abalic, así dices; bayabalci, así dijiste: bay bin aba-
lie, así dirás.
La misma propiedad tienen todos los adverbios, pues el
P. Buenaventura dice: «Todos los que fueren siutpliciter&d-
«verbios si se antepusieren á los verbos los mudarán de to-
«dos tiempos.»
Según las explicaciones de Beltrán, la terminación ¿p es
186 EL YUCATECO Ó MAYA.
de tanto interés, que en ciertos tiempos del verbo activo in-
dica que se expresa su complemento, y de no ponerse, el
verbo es absoluto; así es que, por ejemplo, cambezah signifi-
ca enseñar, y cambezic, enseñarlo.
El mismo Beltrán y también Buenaventura, dicen que las
terminaciones explicadas se usan cuando quedan tácitas al-
gunas palabras como qué, de qué, etc.
21. Verbo pasivo. — El verbo pasivo se forma cambiando
la terminación del activo; v. g., oa, dar; cabal, ser dado; tzic,
obedecer; tzicil, ser obedecido. La terminación característi-
ca de estos verbos es una l-
En pasiva hay un participio que corresponde al de activa;
v. g., ahtzíc, el que obedece; ahtzicil, el que es obedecido; ah
cañan, el que guarda; canantabal, lo que es guardado.
22- Varias clases de verbos derivados.— Anteponien-
do al verbo la partícula ttieil 6 lie, toma el sentido de que
suele hacerse aquello que significa; acutal, sentarse; licil-
acutal, soler sentarse. Esas mismas partículas pospuestas
se traducen por en qué, de qué, por dónde, por qué, qué, con
qué.
Las terminaciones pul y cab, denotan hacer con ímpetu lo
que el verbo significa; chelpul, arrojar algo con ímpetu.
Baci, bacilo, bacito, bacitacbe, bacitaclo: estas partículas dan
á los verbos los siguientes significados- La primera, dejar
de hacer; baci acambez, dejar de enseñar. La segunda, dejar
de hacer la cosa del todo. La tercera, dejar de hacer por en"
tonces. La cuarta y quinta, dejar ahora.
Para expresar que está á punto de suceder lo que el ver-
bo significa, se usa bal; ocol, entrar; ocbal, estar á punto de
entrar.
Si quiero indicar repetición usaré caput ó ca: v. g., oib,
escribir; baput oib, volver á escribir.
Con cid se indica hacer despacio y bien lo que el verbo
significa, y lo contrario con Jiomol.
El verbo frecuentativo se forma duplicando las primeras
letras del primitivo; baykab, estregarse los ojos; babaykab,
restregarse. Lo mismo se significa con el adverbio zuzun, á
menudo.
La terminación lah, añadida á los verbos de la tercera
conjugación, denota pluralidad; cñaa, tomar; cñaala, tomar
EL YUCATECO Ó MAYA. 187
muchas cosas. Lo mismo se significa con lahal, agregada á
los verbos neutros; cimil, morir; cimilahal, morir muchos.
Las partículas italac, lac, lie. uchul, hacen impersonal al
verbo.
Por este mismo estilo hay otros verbos derivados en la
lengua maya.
23. Irregulares.- -Hay algunos verbos irregulares y de-
fectivos; pero según parece son pocos. Entre los irregula-
res deben contarse los de la primera conjugación, que ter-
mina en ancil y ial, pues salen de la regla general para for-
mar su pretérito y futuro.
24. Verbo sustantivo.— No hay verbo sustantivo, de
manera que se hace elipsis de él; v. g. , con batab, príncipe,
diré: Pedro batab, Pedro (es) príncipe, ó bien se suple con-
jugando el pronombre personal, v. g.:
Ten en yo soy.
Ten en cuchi, yo era.
2 en hi en yo fui.
Ten hi en ili cuchi yo había sido.
2 en bin ac en, yo será.
Ten hi en ili cochom, yo habré sido.
Ten, es el pronombre yo; en, es el mismo pronombre
abreviado que se usa como afijo en la conjugación; cuchi, hi,
etc., partículas para marcar los tiempos-
Para decir, pues, por ejemplo, yo soy príncipe, tú eres
príncipe, aquél es príncipe, diré en yucateco, ten, batab en;
tech batab ech; lay batab lo.
Con la terminación il, agregada á verbos, adverbios, nom-
bres, pronombres y participios, se significa ser, según Bue-
naventura, v. g. , uohel techil inyurn, se que eres mi padre.
25. Cómo se forman verbos de otras partes de la
oración.— Agregando al nombre, pronombre y otras par-
tes de la oración, la terminación hal ó hil, se forma un ver-
bo que, según la gramática, significa «convertirse en lo que
la dicción significare » v. g., uinic, hombre; uinichal, hacer-
se hombre.
De sustantivos, y también de verbos, se forman otros
verbos posponiendo pahal; chun, principio, chunpahal, prin-
cipiarse; choch, desatar; chochpahal, desatarse.
188
EL YUCATECO O MAYA.
Por medio de las terminaciones cinah, cunah, se forman
verbos de los adjetivos; tibil, bueno, tibilcunah, hacer ó vol-
ver buena alguna cosa; lob malo; lobcinah, hacer ó volver
mala alguna cosa.
Con sólo posponer á algunos nombres y participios los
afijos en, ech, etc., toman el significado de verbos, v. g., de
zaJiae sale zahacen, tengo miedo.
La partícula cah, con los verbos terminados en bil y el
pronombre respectivo, significa lo mismo que los verbos de
donde estos salen; así es que por ejemplo, lo mismo es man
incalí, que manbü incalí, pues uno y otro significan yo com-
pro.
Las terminaciones inali, intah, nah, agregadas á los sus-
tantivos, los convierten en verbos, que significan tomar pa-
ra sí ó para su usólo que el verbo indica; boolil, paga; boolil-
tah, tomar por paga.
Con otras partículas ó terminaciones se forman otros
verbos de la misma manera.
26. Adverbios- — Todos los adjetivos, en el idioma yuca-
teco, pueden tomarse adverbialmente; v. g., ya grave ó gra-
vemente- Empero, no faltan adverbios puros.
27. Preposición. — Apenas llegan á tres ó cuatro las pa-
labras que he encontrado en la gramática equivalentes á
nuestras preposiciones, de manera que este idioma debe
ser muy escaso de ellas. Pruébalo también la circunstan-
cia de que es preciso echar mano de la preposición ti para
expresar relaciones tan diversas como las que se indican
con las palabras siguientes: para, de, en, con, por, á, por
en medio, cuando, conviene á saber, contra.
28. Ejemplo del idioma. — Como ejemplo del idioma
presentaré algunos párrafos del catecismo romano, según
el P. Ruz, y luego haré su análisis.
Tzihi
ti
cilich zuhuy 3:[aria
zuhuyil
Nació
de
Santa . virgen María virginidad
heoáan
ti
le una
Dios . le
Iglesia
perpetua
de
la madre de
Dios la
Iglesia
mixbikin
tu
muhyahtah
en oabaci
ti
jamás
ha
sufrido
que se pusiese en
EL YUCA TECO Ó MAYA.
189
capelciu
ilil le
zuhuyil
heoánil ti
le
duda
la
virginidad
perpetua de
la
and
Dios
iix uyoczahma uol cd
leti
madre de Dios
y ha creído que
el
xokolal
y
cd tu tocah
xmd helel
leti
celo
con
que defendió
siempre
el
peclzil
ti le
nd lay cd
ach humpel
hatzul
honor
de la
madre era
una
parte
tile
tzic
cd payheen
cdach ti
ya
del respeto q
ue debía
á(el)
hijo
Le
cilichoib
cu oaic tóon
le nuculilóob
La
Escritura
suminístranos
las pruebas
hach
chicdantacóob ti le
uzuhuyil
María
más
auténticas de la
virginidad de
María
29- Análisis. — Tzihi :1a ¿no parece tener en este lugar
más objeto que explicado al fin del § 2: zihi es tercera per-
sona del singular de pretérito perfecto del indicativo de
verbo neutro, según lo demuestra la terminación ?'.
Ti: preposición.
Cilich: adjetivo.
Zuhuy: adjetivo que Buenaventura escribe cuhuy.
Zuhuyil, abstracto, derivado del nombre anterior por me-
dio de la terminación il.
Heoáan: adjetivo.
Le: esta palabra parece un artículo; pero ni en la gramá-
tica de Buenaventura, ni en la de Beltrán, se explica tal
parte de la oración. Es, pues, muy probable que sea una de
las formas introducidas por los españoles en el maya. El P.
Beltrán se queja de esto varias veces, como en la pág. 152,
donde dice: «Pobre idioma que vemos reducido á la lengua
mixta ó de cocina.»
190 EL YUCATECO Ó MAYA.
Una: ná significa madre; u es el pronombre posesivo que
suple al genitivo.
Mixbikin: adverbio.
Tu muhyahtah: la terminación ah de este verbo está indi-
cando tiempo pasado, y que pertenece á la tercera conjuga-
ción: u es el pronombre que se usa en la misma conjuga-
ción correspondiente á la tercera persona de singular: la t
parece tener el objeto explicado en el § 2.
Cá: conjunción.
Dabaci: la traducción más literal de esta palabra, es «fue-
ra puesta,» pues es un verbo pasivo, y como tal, y estar en
tercera persona del singular del pretérito perfecto de indi-
cativo, termina en i.
Calpelcunlil: abstracto, según se ve de la terminación il.
Iix: conjunción.
Leti: véase lo dicho sobre la palabra le-
Xokolal: sustantivo.
V-: preposición.
Tu tocali: sobre tu, véase lo dicho antes: tocah, según su
terminación, es pretérito perfecto de un verbo de la terce-
ra conjugación.
Pectzil: sustantivo abstracto.
Lay cáach: lay, palabra que en elyucateco españolizado se
traduce por ser (véase lo dicho de la palabra le en el § 24);
cáach, signo de pretérito, lo mismo que cachi, cuchi, catuchi.
Humpel: derivado de han, uno.
Hatzul: sustantivo.
lile: ti, preposición; sobre le, véase lo dicho antes.
T?:ic: sustantivo.
Paybéen cáach: verbo en que se ve el mismo signo cáach,
de que antes se habló.
Yal: sustantivo.-
Cilichoib: compuesto del adjetivo cilich, que antes hemos
visto en significación de santa, y de oib, escribir ó escritu-
ra, según se use como verbo ó sustantivo.
Cu oáic tóon: cu oáic significa «ella suministra;» en cuyo
caso la c de cu creo que tiene la misma explicación que la t
de tu, de que se ha hablado anteriormente: la terminación
ic denota que el verbo es activo y que se toma como tal,
pues le sigue su complemento expreso (véase el § 20), en
EL YUCATECO ó maya. 191
cuyo caso, según consta de los ejemplos de Beltrán, no se
usa el signo de presente cali: tóon es el pronombre jios 6
nosotros.
Nuculilóob: sustantivo de plural, marcado el número con
el pronombre ob, lo mismo que en chicáantacóob-
Uzuhuyü: aquí tenemos otro ejemplo del posesivo u su-
pliendo al genitivo latino, ó á nuestra preposición de.
NOTAS.
(1) No me parece fuera de propósito insertar aquí algu-
nas observaciones sobre las palabras mayo y maya, que leí
ante la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, con
motivo de una duda que se ofreció sobre su uso.
Hay dos idiomas muy diferentes en la República Mexi-
cana por su sistema gramatical, por su diccionario y hasta
por la posición geográfica de los pueblos que los hablan; pe-
ro muy semejantes por los nombres que llevan, pues uno
se llama Mayo y otro Maya- Esa semejanza llega hasta la
igualdad misma, en ciertos casos, pues según se asegura,
en Yucatán llaman mayo al maya, cuando se aplica á algún
sustantivo masculino, así es que, por ejemplo, se dice el in-
dio mayo, y la india maya; el idioma mayo, y la lengua maya.
Semejante costumbre se nota desde luego que tiene su
origen en el idioma castellano; se ve que á la radical may se
le adaptan las terminaciones a, o, que en nuestra lengua sir-
ven generalmente para marcar el género masculino ó feme-
nino.
Veamos, pues, si ese uso autoriza semejante modo de ha-
blar; veamos si la palabra maya, usada con nombres mas-
culinos, debe cambiar en castellano, considerada no ya co-
mo palabra de lengua extraña, sino como hija adoptiva de
nuestro idioma.
Sobre el primer punto ocurre desde luego que el uso es el
juez supremo de los idiomas; que de nada sirve el esfuerzo
de algunos lingüista para desterrar una voz que un pueblo
entero se empeña en adoptar; que es perder el tiempo ocu-
parse en cuestiones de esta clase, cuando las palabras son
signos convencionales y no necesarios de nuestras ideas.
EL YQCATECO Ó MAYA. 193
Todo esto parece muy exacto; pero tiene contestaciones
fáciles y concluyentes. El uso es, en efecto, el juez supre-
mo de los idiomas; pero no el uso caprichoso y vulgar, sino
el uso fundado en la razón, en la conveniencia, ó por lo me-
nos en el gusto, como cuando se quiere contribuir á la be-
lleza, á la eufonía de una lengua. Por esto es que un distin-
guido gramático español ha definido muy exactamente la
gramática castellana, diciendo que «es el conjunto ordena-
« do de las reglas del lenguaje que vemos observadas en los
«escritos ó conversaciones de las personas doctas,» lo cual
es conforme con lo que decía Quintiliano: « Consetudimen
sermonis voca'oo consensum eruditorum-»
Esto supuesto, busquemos qué nombre aplican á la len-
gua que nos ocupa, los escritores que han tratado ó habla-
do de ella, es decir, las personas doctas en la materia, y
encontraremos que nacionales y extranjeros le dan el nom-
bre de mayo, pudiéndome servir de apoyo los nombres de
Herrera, Clavijero, Pr. Gabriel de San Buenaventura, Pe-
dro Beltrán de Santa Rosa, Fr. Joaquín Ruz, Beristain.
Stephens y Guillermo Humboldt. Algunos de estos ú otros
autores, no sólo usan el nombre maya con lengua, es decir,
con un nombre femenino, sino también con la palabra idio-
ma que es masculino. Vemos, en efecto, que el P. Beltrán
de Santa Rosa intitula su gramática «Arte del idioma ma-
ya;» vemos también que el Br. Felipe Santiago de la Made-
ra dice «Arte y semilexicon del idioma maya;» y vemos
igualmente que adopta ese modo de hablar D. Fr. Mateo,
obispo de Yucatán *. El P. Ruz en su Silabario yucateco
(pág. 5), dice también idioma maya.
Establecida la forma de una voz por los escritores, nada
importa que el pueblo la estropee, porque, en primer lu-
gar, el hombre ilustrado domina con el tiempo y hace en-
trar en razón al que nada sabe; y en segundo, el que un ig-
norante cometa un error no es razón para que le imite un
entendido.
Pero aun suponiendo que los más doctos autores se hu-
bieran empeñado en usar la palabra mayo, en vez de maija,
no por eso estaría bien, porque aunque el docto debe guiar
* Uno y otro en la censura á la Gramática de Beltrán.
13
194 EL YUCATECO O MAYA.
al ignorante, de la misma manera la razón debe guiar al
docto.
En el caso que nos ocupa, preguntaré: ¿Cuál es el objeto
del lenguaje? ¿qué es lo que le hace más propio? El objeto
del lenguaje es dar á conocer nuestras ideas; y así será más
propio un idioma cuanto sea más claro, cuanto más abun-
de en signos perspicuos que respondan á cada uno de nues-
tros pensamientos. Si, pues, hay dos idiomas, dos pueblos
en nuestro país diferentes en todo, ¿por qué no asignar-
les á cada uno su nombre propio y decirle á aquel mayo y á
este maya, y no á los dos del primer modo, causando mil du-
das y anfibologías?
No creo que ninguna persona de buen sentido pueda im-
pugnar seriamente estos argumentos, de manera que no
queda en pie más que la resistencia que un oído castellano
experimenta al usar la terminación a con un nombre mas-
culino. Voy, pues, á tratar de este último punto.
La regla general en castellano, como antes he indicado,
es que los adjetivos masculinos terminan en o, y los feme-
ninos en a, y así es que decimos, hombre alto y mujer alta;
pero no obstante esto vemos adjetivos que con sólo la ter-
minación a se usan para los dos géneros, como idioma per-
sa y lengua persa; hombre moscovita y mujer moscovita; ca-
ballo escita y yegua escita. No se aparta, pues, del genio del
idioma español el decir indio maya é india maya; lengua ma-
ya, é idioma maya; consiguiéndose á la vez dar claridad y
precisión al lenguaje. Aun por razones menos poderosas
que la claridad del discurso y sin más objeto que la eufo-
nía, vemos nombres de terminación femenina usados como
masculinos, como cuando decimos el alma y el águila, en lu-
gar de la alma y la águila-
Creo, pues, que todo buen escritor, debe usar el nombre
maya para designar el idioma que se habla en Yucatán,
y mayo el de Sonora; tanto más cuanto que esos nombres
tienen una razón en sí mismos, y es que maya es palabra
propia del idioma yucateco, y mayo se dice porque el pue-
blo que habla ese idioma vive alas orillas del río Mayo.
(2) He adoptado el alfabeto que pone el P. Ruz en su Si-
labario yucateco, por ser el que me parece mejor de los
que he visto.
EL YUCATECO Ó MAYA. 195
(3) Queda confirmada esta observación con lo que dice
Beltrán (§ 98). «Nótase que todos los infinitivos de los ver-
bos neutros de dos sílabas símiles son participios; pero
pronunciando aguda la primera, cuando es participio y
■aguda la segunda cuando es cuerpo de verbo; v. g., hutúl,
derrumbarse; hútul, cosa derrumbada.»
(4) Cuando digo «el amor de Pedro,» queriendo significar
el que tiene, entonces hay genitivo, porque Pedro es el po-
seedor de aquella pasión. Cuando quiero significar el amor
que se tiene á Pedro, entonces la preposición de no puede
expresar sino una relación de ablativo, porque no es Pedro
el que tiene amor sino á quien se tiene. La confusión de uno
y otro caso consiste en que la preposición de es anfibológi-
ca, pues sirve para expresar relaciones muy diversas.
(5) Buenaventura sólo explica el uso de tamba con abaex
y ubaob; pero Beltrán (§ 47) hace ver que también se puede
usar con caba.
(6) Beltrán (§ 54) incluye impropiamente, á mi entender,
los verbos neutros éntrelos absolutos: si estos fueran neu-
tros no habría necesidad de un hombre nuevo- Buenaven-
tura explica con toda claridad la naturaleza de los verbos
absolutos diciendo: «Todo verbo activo se hace absoluto no
•dándole persona que padece.»
(7) El P. Buenaventura pone también futuro en el im-
perativo; pero yo no le admito porque no es más que un su-
pletorio formado del futuro imperfecto de indicativo y de
cat, adverbio que significa después.
(8) Respecto á esta regla hace Beltrán la siguiente ob-
servación: «Esto es lo que enseña el P. Gabriel; pero el uso
está corriente de otro modo: pues al futuro sólo se le aña-
de una e diciendo: bin in tzice, obedecerlo.
(9) Otro participio ponen Buenaventura y Beltrán que
llaman de pretérito, y que no es otra cosa sino un adjetivo
verbal de significación pasiva: los hay terminados en an,
bil, be, te; v. g., binan, ido; payalte, llamado ó convidado.
Respecto á los supinos que traen los mismos autores, nada
digo porque es demasiado manifiesto que son una imita-
ción de la gramática latina.
CAPITULO XL1V
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZÜTÜHIL.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El idioma quiche se habla 'en Chiapas y Guatemala, y el
cachiquel y zutuhil, sólo en este último punto. Los tres idio-
mas tienen entre sí la más perfecta analogía, aunque con
algunas diferencias, de que daremos idea en otro lugar.
Antes de la llegada de los españoles, el reino Quiche era
el más poderoso y civilizado de Guatemala. En el lugar lla-
mado Santa Cruz del Quiche se conservan todavía las rui-
nas de Utlatán, ciudad de primer orden y antigua capital
del reino, que rivalizaba con los palacios de Moctezuma y
de los Incas. He aquí la descripción que nos queda de la
residencia de los monarcas quichées. — El palacio de Uta-
tlán tenía de frente, de Esto á Oeste. 376 pasos, y de N. á
S. 728, y estaba construido de piedras de diversos colores.
El palacio estaba dividido en seis partes: la primera era el
alojamiento de una .tropa numerosa de lanceros, arqueros
y otros soldados escogidos que formaban la guardia real.
La segunda estaba destinada para habitación de los prín-
cipes y parientes del rey, que eran servidos con una regia
magnificencia, mientras permanecían solteros. La tercera
comprendía la habitación del rey, donde había departa-
mentos para recibir en la mañana, la tarde y la noche: en
una de las salas estaba el trono, bajo doceles tejidos de
plumas, y se subía á él por muchas gradas- En esta parte
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTÜHIL. 197
del palacio se encontraban también la tesorería, el tribu-
nal de los jueces de la ciudad, el depósito de armas, jardi-
nes, casa de pájaros y de bestias feroces, así como otras
varias oficinas. La cuarta y quinta división comprendía los
palacios de las mujeres y concubinas del rey. En la sexta
estaba la casa de educación para los infantes y otros niños
de sangre real- Fuera del palacio había un vasto edificio,
en el cual se educaban de cinco á seis mil jóvenes.
La capital de los cachiqueles eraRatinamit ó Tecpangua-
temala, ciudad grande y fuerte; y la de los zutuhiles, Ati-
tan, cerca de la laguna de este nombre, y que se tenía por
inexpugnable.
Todos estos pueblos conocían la escritura jeroglífica-
El P. Ximenez, en su «Historia del origen de los indios
de Guatemala» (Viena, 1857), dice: «No es fácil averiguar
cuándo comenzó aquesta monarquía de los indios quichées,
porque cuidaron muy poco en escribir el tiempo que cada
uno de los reyes reinaba; y sólo dicen los reyes que hubo
desde el tiempo que ponen á Balamquitzé, y desde éste y
los otros tres, dicen que son trece generaciones; porque
reinaba cuando vinieron los españoles Tecum-Tepepul, que
quiere decir amontonada grandeza, majestad, que aborbo-
11a, ó que hierve como el agua; pero dándole á cada uno de
aquestos reyes cuarenta años, ó algo más ó menos de im-
perio, unos con otros, aunque algunos dan muchos años á
cada rey, vendrá á caer el principio de aqueste reino como
por los años de 1054 del nacimiento de Cristo.»
El primer rey, Balam-quitzé, parece que fué el que in-
trodujo la costumbre de sacrificar hombres al dios Tohil.
En tiempo del cuarto rey, llamado Cotuha-Ztayub, se divi-
dió el reino en veinticuatro partes, al mando de otros tantos
grandes señores, los cuales eran como consejeros, y sin
cuyo acuerdo nada se disponía. En el reinado siguiente se
rebelaron los de Ilocab, que fueron vencidos, se traslada-
ron los quichées al lugar donde los encontraron los espa-
ñoles, llamado Cumarcacha, y el rey que entonces gober-
naba, Cucumatz-Cotuha, fué quien levantó gente de guerra
y fortificó las fronteras del reino. En tiempo del octavo mo-
narca, se sublevaron los cachiqueles, y pusieron un rey de
entre los suyos: el reino cachiquel se subdividió poco des-
198 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL.
pues en dos, siendo uno de ellos el de los sacatepeques.
Reinando el duodécimo rey, llegaron los españoles, los cua-
le quemaron, y pusieron en el trono á su hijo Tecum-Tepe-
pul, que fué el último rey.
La palabra quiche, kichc ó quifráé, significa muchos árboles,
como lo explicaremos más adelante- Según la relación de
un autor antiguo, el nombre quiche se dio al primitivo im-
perio del Palenque «por las innumerables familias de dife-
rentes naciones que le compusieron, las cuales simboliza-
ban en figuras de diversos árboles.» Es de advertir, que al
idioma quiche llaman algunos utlateca- Las palabras ca-
quichel y zutuhil las escriben los autores de diferentes mo-
dos, especialmente la última; zutugil, yutahil, etc. A este
idioma le llaman algunos zacapnla ó atiteca.
La obra de que me he servido especialmente para estu-
diar el quiche, es la Gramática publicada por Brasseur de
Bourbourg (París 1862), la cual ha sido formada de diver-
sas obras antiguas, especialmente de las del P. Ximenez,
añadiendo el editor varias notas ú observaciones.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto- — El alfabeto de la lengua quiche es el si
guíente:
a. b. c. e. g. h. i. k. I. m. n. o. p. q. r. t u. v.
oc. y. z. tz. tch. (1).
2. Pronunciación. — La primera regla que da la gramá-
tica sobre la pronunciación, es que «la y (griega), es vocal
al fin de una sílaba y consonante al principio,» regla que
bien pudiera omitirse con sólo usar de la i latina en las fi-
nales. La b suele trocarse por p y vice versa; v. g., pit ó bit.
La c se pronuncia como en castellano antes de a, o, u: y
cuando va seguida de h es cuando suena tch- (Véase la no-
ta 1^). «La g, dice la gramática, se pronuncia dando como
una castañeta en el gaznate, siendo el sonido de esta letra
muy gutural.» La h, precedida ó seguida de vocal, es una
aspiración; suena como j. La k se pronuncia casi como la c;
pero basta la más ligera diferencia para que las dos letras
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL- 199
deban figurar en el alfabeto- «La q, dice la gramática, aisla-
da y en seguida de u, denota una c fuerte y algo breve,
mientras que las dos letras qu, seguidas de e, i, se han de
pronunciar como ki largo, así como que, qui en el castella-
no.» La v suena como la w inglesa. La x suena como en me-
xicano, es decir, como sh inglesa ó ch francesa- El sonido de
la z es tan semejante al de la s, que muchas veces los auto-
res usan esta letra por aquella. La tz se pronuncia fuerte-
mente.
3. Combinación de letras. — No hay cargazón de con-
sonantes en quiche, y más bien dominan las vocales, encon-
trándose repetidas, á veces, algunas de estas; v. g. , uchee
xic; taarnic.
4- Sílabas. — El idioma quiche, es polisilábico; pero abun-
dan los monosílabos: la mayor parte de las palabras son de
dos ó tres sílabas.
5. Figuras de dicción. — Las figuras de dicción se come-
ten en varios casos; v. g. , antes de la partícula x, que indi-
ca diminución, se pone i siempre que lo exija la eufonía; xco-
lob, entrañas; n' ixcolob mis entrañas- La apócope es otra fi-
gura que se usa muchas veces; v- g., ala, muchachos, en lu-
gar de alabom-
6. Onomatopeyas. — Parecen abundar en este idioma
las onomatopeyas, la cual confirma el P. Ximénez con estas
palabras. «Se funda toda la lengua en unos ecos ó sonidos,
originados de los cantos, sonidos ó naturaleza de las cosas.»
7- Género, número y CASO-— Para distinguir la hembra
del macho, se añade al nombre el sustantivo ixok, mujer;
v. g. , coh, león; LxoJc-coh, leona. Los nombres propios de mu-
jeres llevan una x antepuesta, la cual es un signo que deno-
ta inferioridad ó diminución.
No hay declinaciones para expresar el caso: el genitivo
se suple por medio del pronombre posesivo; v. g., u balice
aliitn, el cuñado del señor, literalmente, «su cuñado señor.»
El vocativo se suele expresar por medio de la terminación
e, añadida al nominativo.
Los nombres de cosas carecen de signos para expresar
plural, y se suplen por medio de palabras que indican mu-
chedumbre, sucediendo lo mismo con los nombres colecti-
200 EL QUICHE, CACHIQUEL. Y ZÜTUHIL.
vos de persona; uinak, gente; quia uinak, mucha ge2ite; abah,
piedra; e abah, las piedras, literalmente-
Los nombres sustantivos que tienen plural le forman por
medio de las terminaciones ab, eb, ib, ob, ub, para cuya apli-
cación no hay regla cierta; atít, abuela; atitab, abuelas- Al-
gunos nombres hacen el plural en om; alab, muchacho; ala-
bom, muchachos.
Los adjetivos forman plural con las terminaciones ak, tak,
ic, tic, y algunos otros; v. g., nim, grande; nimak, grandes.
Los adjetivos verbales terminados en ic, hacen el plural en
ak; bolobic, redondo; bolobak, redondos. Hay unos verbales
que significan pluralidad terminados en oh ó uh;x. g., tana-
toh, detenidos: cuando á estos verbales se les agregan nom-
bres de colores, estos significan como superlativos.
Las palabras con que generalmente se suple el plural de
los nombres que no le tienen son e ó he, que significan los,
aquellos, estos; pero también pueden usarse por elegancia,
aun con los nombres que tienen plural, y aun con los que
indican muchedumbre, como los numerales.
8- Derivados.— De los verbos activos, pasivos, absolutos
y neutros, se derivan nombres verbales, formados por me-
dio de terminaciones. Ejemplos:
Logoh, amar; logobal, ó logonem, amor, (activo.)
Logon, amar en sentido absoluto sin decir á quien pre-
cisamente; logonie, amor en el mismo sentido.
Logox, ser amado; logoxic, amor, (pasivo-)
Abundan otra clase de derivados que se forman por me-
dio de la partícula ah, antepuesta ó pospuesta al primitivo,
y tienen diversos significados, como de dignidades, oficios,
patria, linaje, etc.
Tzib, escritura; ahtzib, el escribano.
Ttz, sortilegio; alátz, el sortílego-
Tzih, palabra; ahtzih, el hablador.
Naoh, sabiduría, ahnaoli, el sabio.
Sabinal, nombre ele pueblo; Ah-Eabinal, el de
Rabinal.
Ea algunos derivados de esta clase no se percibe fácil-
EL QUICHE, CACHIUTEL Y ZUTUHIL, 201
mente la analogía que tienen con el primitivo, si no es pre-
via alguna explicación; v. g., de au, collar, viene ahav, se-
ñor, porque el collar era una insignia de los señores, como
quien dice «el del collar.» Por el contrario, en otros deriva-
dos fácilmente se percibe el profundo sentido que encie-
rran v. g., de unían, el miembro viril; ahuman, el desobe-
diente.
Hay algunos adjetivos que cambiando de terminación se
aplican á cosa ó á persona, ó significan in genere: v. g. nim,
cosa grande; nima uinah, persona grande; zak, blanco, en
general; zaki ha, casa blanca.
Por medio de las terminaciones al, el, il, ol, ul, se forman
abstractos; v. g., de nim, grande; nimal, grandeza; de utz,
bueno; utzil, bondad. (2) Estos abstractos vuelven á tomar
el significado de adjetivos, agregándoles la terminación ó
partícula ah.
Todos los sustantivos pueden significar como adjetivos,
agregándoles las partículas dichas, compuestas, es decir,
al-ah, el-ah, etc.. v. g., quiq, sangre; quiqélaJí, sangriento.
No hay signos propios para formar comparativos ni su-
perlativos, y se tienen que expresar por medio de adver-
vios, adjetivos ó circunloquios.
9. Adjetivos. -Respecto del adjetivo, lo que hay más
digno de observar es que el numeral tiene variedad de ter-
minaciones ó partículas, según el sustantivo á que se apli-
ca: la terminación pob sirve para contar períodos, discur-
sos ó palabras; rabah, hileras; qulah, pares, tzuh, gotas; v.
g-, hun, uno; hutzuh ha, una gota.
De los numerales se derivan verbos activos, pasivos, ab-
solutos y compulsivos; han; uno; hiuiamah, igualar, unificar.
Algunas veces los sustantivos se usan en significación de
adjetivos anteponiéndolos; v. g., con abah, piedra y be, ca-
mino; diré abah be, camino pedregoso.
10. Pronombre personal. — He aquí el pronombre per-
sonal:
In nuv\ nu, yo. Oh, nosotros-
At, a, tú. Ix, vosotros.
Are, ri r\ él, aquél. K, he, aquellos-
202 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL.
El acusativo se expresa de este modo:
Para presente. Pretérito. Futuro.
Quin, qui,
me.
Xin,
xi.
Xquin, xqui
Cat, te.
Xat.
Xcat-
Koli, nos.
Xoh.
Xkoh.
Quyx, voz.
Xyx.
Xquyx-
Que, ellos.
Xe.
Xque.
Lal ó la en singular, y alalc en plural, significan usía, se-
ñoría, alteza, es decir, son partículas para expresar respeto.
11. Pronombre posesivo.
Nu, F\ mi. Ka, K' nuestro.
A, Av\ tú. /, Iv\ vuestro.
U, i?', su- Qui, C" qu\ sus.
Los pronombres nu, a, etc., sirven para los nombres que
empiezan por consonante; v. g., nu num, mi esclavo, y los
otros para los que empiezan por vocal; v. g., v, oyoual, mi
ira- C'' sirven para los que empiezan con a, o\ u, y qu para
los que empiezan con e, i.
Los pronombres v\ av\ con la terminación ech ó e, signi-
fican mío, tuyo, etc. Con esa misma terminación, y antepo-
niendo la preposición chi ó c7¿' se significa dativo; v. g., ch-
av-ech, á ó para sí.
Con la terminación ib añadida á los posesivos se expresa
reciprocidad; v. g., vib, me, á mí mismo. Sin embargo, pa-
rece que ib no es una terminación, sino un sustantivo que
significa «la esencia de una cosa.» (3)
En algunos casos se agrega á los nombres que concurren
con pasivo, las terminaciones, al, el, ü, ol, ni, v. g., nu ga-
gal, mi sangre, y no gag; la estera de la cama, u popol chat:
pop, significa estera.
12. Ejemplo de conjugación. — Los verbos, en quiche,
son de cuatro clases, activos, absolutos, pasivos y neutros.
Se llaman absolutos los activos cuyo complemento se calla,
como cuando se dice «yo amo,» sin decir á quién, de una
manera general, absoluta.
Comenzaremos por dar un ejemplo de un verbo activo.
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL. 203
MODO INDICATIVO.
Presente.
Ca mu logoh, yo amo- Ca ka logoh.
Ca logoh. Qu y logoh.
Cu logoh. Ca qui logoh-
Pretérito perfecto.
X-in, xi-nu ó x-nu X-Tca logoh.
logoh, yo amé.
X-a logoh. • X-y logoh.
X-u logoh. X-qui logoh.
Otro.
Na logom, yo amaré. Ka logom.
A logom. Y logom.
V logom- Qui logom.
Futuro imperfecto.
ChJ ín, x~ch' in, chi nu ó Chi ka ó x-chi Tea logoh.
x-chi nu logoh, yo amaré.
Ch? a ó x-ch' a logoh- C1C y ó x-clC y logoh.
Clt' u ó x-clC u logoh. Chi qui ó xrchi qui logoh.
Participio.
Legonel, el que ama.
13- Explicación del verbo- — Las personas se marcan
por medio de los pronombres posesivos nu, á, etc., cuando
el verbo empieza por consonante, y con v, av, etc., cuando
empieza por vocal.
El signo del presente es la partícula ca, que por figura de
dicción se convierte en ku, ó en c'
204 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL-
El signo del primer pretérito perfecto es la partícula xi
ó x- A los verbos monosílabos se les añade una o cuando
terminan el período; v. g., il, ver, hace ilo. Usando con el
primer pretérito perfecto la sílaba mi, se significa «que ha-
ce poco tiempo se verificó la acción del verbo,» á cuya for-
ma pudiéramos llamar pretérito próximo-
El segundo pretérito perfecto es el participio pasado con
el pronombre posesivo.
La lengua quiche carece de pretérito imperfecto y plus-
cuamperfecto, y tiene que suplirlos por medio de circun-
loquios.
Las partículas chi, ch ó x-ch, x-chi son signos del futuro.
«De estas tres maneras de futuro, dice la Gramática, la
primera es la más usada: denota que la cosa se hará; pero
no tan presto que no pase bastante tiempo de por medio.
La segunda manera se usa para más brevedad, como hoy.
La tercera manera denota brevedad, de modo que ya pare-
ce que se está haciendo la cosa.» Resulta, pues, que en
quiche hay propiamente tres futuros.
El imperativo se expresa por medio del futuro imperfec-
to, y en todos los verbos polisílabos; pero si son monosíla-
bos y comienzan con a, e, i, se les añade a; si comienzan con
o, se les añade o, y si con u, otra u.
No hay propiamente subjuntivo, ni optativo, supliéndose
con la partícula tah que significa ojalá ó que: ve que signifi-
ca si condicional, etc.
El infinitivo se expresa generalmente por medio decircun-
loquios, como si, por ejemplo, en español dijéramos: «yo
quiero que yo esté contigo,» en lugar de «yo quiero estar con-
tigo,» ó como cuando traducimos la oración latina «voló te
amare,» por «quiero que tú ames,» ó mejor todavía, cuando
en inglés decimos «/ luish I ivere with you,» por «quisieren
estar contigo.» Estos ejemplos dan una idea de cómo puede
suplirse el infinitivo. Sin embargo, no por esto falta infini-
tivo, en quiche, y, según creo, es el presente de indicativo
sin ningún signo de persona ó tiempo. (4)
Respecto á los participios, hablaremos más adelante.
14. Verbos absoluto, pasivo y neutro. — De todo ver-
bo activo se forma absoluto y pasivo cambiando su termi-
nación, según las reglas de la gramática: v. g. , los verbos
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL. 205
activos polisílabos acabados en h, cambian esta letra en n
para absoluto, y en x para pasivo, así es que de logoh, amar,
salen logon y logox. Cuando el período acaba en verbo abso-
luto, se le agrega ¿c, logonic.
Todos los verbos activos, así monosílabos como polisíla-
bos, toman una segunda forma pasiva por medio de la ter-
minación tah: logoh, logox ó logotah-
Los prefijos que se usan para marcar las personas en los
verbos absolutos y pasivos, son los pronombres persona-
les en acusativo, es decir, quin cat, etc. (§ 10).
Los verbos neutros son primitivos ó derivados (5), siendo
estos los que se derivan de nombres sustantivos. Se for-
man añadiendo al nombre ar, er, ir, or, ur; v. g., mem, mu-
do; memer, enmudecer. De estos verbos neutros derivados
salen activos, cambiando la terminación r en h: v. g., ya,
agua; yaar, hacer agua; yaah, regar-
Agregando á los neutros primitivos ó derivados la ter-
minación izah, resultan compulsivos; v. g. , ahauar, reinar;
ahauarizah, hacer reinar á otro.
También de los adjetivos se forman neutros en ar, er, etc.,
y estos hacen activos en h y compulsivos en izah. Cuando
el verbo neutro termina el período, se le agrega ik, con po-
cas excepciones.
15. Verbo sustantivo.— No hay verbo sustantivo puro
en el idioma quiche, y se suple con otros, como ux, y uxic
(en fin de período), que muchos autores prácticos asegu-
ran ser hecho, es decir, la pasiva de hacer (fio) : también se
suple con qoh, qohe, cjo, 6 golic, que aunque se traduce por
.se?*, también significa estar, tener, haber, según varios auto-
res. Las personas se designan en estos verbos por medio
de los pronombres ¿a, at, etc', aunque en el futuro se usan
los prefijos de verbo absoluto. (6)
Sin embargo, el modo propio y genuino de la lengua pa-
ra expresar el verbo ser, es el que los autores llaman «ver-
bo sustantivo implícito,» y consiste en conjugar el pronom-
bre personal de una manera semejante á la que hemos vis-
to en los idiomas mame y majTa. En el presente de indicati-
vo se pospone sim pumente el nombre que sirve de atribu-
to; v. g.. in beyom, yo soy mercader: en el pretérito perfecto
se agrega un adverbio que signifique tiempo pasado; v. g.,
206 EL, QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL.
oh, atz oher, nosotros fuimos buenos: oher significa antigua-
mente. El futuro se expresa con adverbios que significan
tiempo futuro, y por este estilo se forman los demás tiem-
pos.
16. Varias clases de verbos. — La gramática quiche
tiene algunas reglas para el uso del verbo con el pronom-
bre recíproco, con la partícula reverencial laly con las par-
tículas negativas y prohibitivas mavi, mana, man, nía-
Verbos irregulares hay varios; pero no parecen ser mu-
chos.
Hay verbos deponentes, es decir, los cuales en su forma
son pasivos y en su significación activos.
Tiene el idioma verbos plurales, y son los que significan
muchedumbre, y se forman de los neutros, monosílabos y
pasivos, añadiendo las terminaciones aheb, iheb, eheb: he, es
el pronombre ellos. Cam, morir; x, e camibeh, murieron.
También se hacen verbos plurales con sólo añadir alie, ehe
ó ihetalc.
17. Sistema de derivación.— Hemos visto ya diversos
ejemplos de derivación, tanto en nombres como en verbos;
pero la lengua quiche es tan rica y tan regular en su siste-
ma de derivación, que es preciso dar alguna idea más ex-
tensa al lector, poniendo un ejemplo de una palabra mono-
sílaba con sus principales derivados. Sea esa palabra el sus-
tantivo baJc, hueso, ó barrena, de la cual sale el verbo bale,
•barrenar con sólo adaptarle los signos del verbo y de éste
salen las siguientes voces.
1. Bale, primera pasiva.
2. Baleatah, segunda pasiva. (Véase el § 14).
3. Balcón, primer absoluto.
4. Balcón, segundo absoluto.
5. Balee, primer neutro.
6. Baker, segundo neutro.
7. Baleaba, activo.
8. Bakol, participio de presente.
9. Baleal, participio neutro de presente.
10. Baleaboh, participio de plural
11. Baleoh, verbal: el acto de barrenar.
12. Balebal, el instrumento á donde ó con que se barrena.
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZÜTUHIL. 207
13. Bakabic; adjetivo que la Gramática llama metafórico,
y que adelante explicaremos.
14. Bakuh, activo de los terminados en h.
15. Baleaba, activo frecuentativo.
16. Baléala, activo distributivo.
17. Bakabot, neutro frecuentativo.
18. Bakbot, otro verbo neutro frecuentativo.
19. Bakac, neutro intensivo.
20. Bakbo, neutro.
21. Bakabo, otro verbo neutro.
22. Balean, verbal.
23. Bakom, adjetivo pasivo: cosa barrenada.
21. Bakah, verbal para contar.
De cada uno de estos derivados resultan otros bideriva-
dos tan abundantes, que es imposible explicarlos todos en
una obra de la naturaleza de la presente. Sin embargo, va-
mos á decir lo que nos parece más notable.
Todo verbo activo monosílabo significa como pasivo (núm.
1); sin más que el uso de los prefijos respectivos que ya
hemos explicado- De estos pasivos salen diversos verbales,
participios y verbos; v. g., bakinak, cosa barrenada; bakic,
el ser barrenado; bakel, el que hade ser barrenado; bakibal,
instrumento con que se ha de barrenar.
Del segundo pasivo terminado en tali salen, entre otros
derivados, algunos verbos de significación compulsiva, v. g.,
bakatahizah ó bakatahizax, ser compelido á barrenar.
Respecto á los verbos absolutos, ya dijimos algo anterior-
mente; pero sólo hablando de los que se forman de activos
polisílabos: los verbos activos monosílabos tienen dos abso-
lutos, como los que se ven en el ejemplo. De estos absolu-
tos se derivan varios verbales y participios, uno de ellos
correspondiente en significado al futuro latino terminado
en rus. Otros verbales hay derivados de absolutos que ter-
minan en ic, y significan acción; v. g-, bakouic, la acción de
barrenar, Es de advertir que estos y otros verbales se con-
jugan adaptándoles los pronombres posesivos, y aun algu-
nos la partícula del verbo, de una manera análoga á lo que
hemos visto en el mame.
Del activo derivado bakaba (núm. 7), sale su correspon-
208 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL.
diente absoluto bakabaan, y trece participios ó verbales,
así como verbos activo y compulsivo.
De los verbales que significan instrumento (núm. 12), se
derivan verbos del mismo significado, terminados en eli-
Los verbales metafóricos tienen la particularidad de que
forman plural por medio de la terminación ac; v. g., bolobic
huyu, montaña que parece redonda, bolobac huyub, monta-
ñas redondas. Estos adjetivos se usan como apodos ó para
significar semejanza.
Respecto á los verbos activos (núm. 14), que terminan en
ah, eh, ih, oh, uh, diré que se forman por medio de estas
terminaciones agregadas á todos los nombres y á los ver-
bos activos, así monosílabos como polisílabos, y también á
muchos verbales. De estos verbos se derivan sus corres-
pondientes verbos absoluto y pasivo, participios, verbales,
etc
18. Preposición. — Algunas preposiciones se anteponen
á su régimen; pero otras se posponen.
Hay preposiciones simples y otras compuestas, siendo
estas las que se forman de nombre ó pronombre y prepo-
sición; v. g., chicah, arriba; de chi, en, y cah, cielo; rumal, de,
ri, él, umal, por-
Ejemplos de preposiciones.
Up} á ó hacia alguna persona, con, etc.
Pa, á ó hacia alguna cosa-
Chi, á, para y otros varios significados.
Chinakcth, cerca de (juxta).
Chirih, contra.
Xol, entre.
19- Adverbio y conjunción.— En adverbios es riquísi-
mo el idioma, habiéndolos de todos significados.
Ejemplos.
Vacamic, vacami, cami, ahora.
Qate, rjatecut, qatena, qateoc, después.
Nabe, oía, primero, desde luego.
Ta, entonces, cuando.
Taltin, catahiii, ahora, actualmente.
Xhocotah, hace largo tiempo que.
EL QUICHE, CACHIUTEL Y ZUTUHIL. 209
Oher, antiguamente.
Hutagih, hugih, cada día.
Ibir, ayer.
Ehuec, mañana.
Cakrail, luego.
Apa, pa, á donde.
Varal, aquí.
Chiri, por acá.
Chüa, lae, allá.
Húmale, por todas partes, siempre.
Qui quia, mucho.
Quiamul, muchas veces.
Tzatz, mucho, bastante.
Xoo, muy.
Halan/, de otro modo.
Ve, sí, así sea.
Xax, ciertamente.
Utz, bien, bueno.
En cuanto á conjunciones las hay correspondientes á las
nuestras, y, que, si, pero, y otras varias.
20. El cachiquel y el zutuhil. — El cachiquel y el zutu-
hil forman el plural por medio de la terminación ay ó i y
no de ab eb, etc-, como el quiche-
Los pronombres personales son iguales en quiche y en
cachiquel; pero en zutuhil se duplican, es decir, en lugar de
in ; yo, se dice in-in.
En cachiquel y zutuhil, la tercera persona del singular
del pronombre posesivo no es u sino ru, y en los otros po-
sesivos se distinguen los tres dialectos; v. g. , vech. mío, en
quiche; viclún en cachiquel; vixinen zutuhil.
También se distinguen los tres dialectos en los pronom-
bres dativos, así como el cachiquel y zutuhil se diferencian
del quiche en los recíprocos.
El cachiquel y el zutuhil tienen una misma partícula ver-
bal en el presente, pero diferente á la del quiche; éste tie-
ne por signo la partícula ca, y en quiche y cachiquel es t.
El cachiquel suele anteponer á la partícula del presente tan,
y el zutuhil can.
Para los pretéritos perfectos usan los tres dialectos los
14-
210
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL-
mismos signos; pero en futuro el signo del cachiquel y zu-
tuhil esa:.
Las partículas de los verbos absolutos, pasivos y neutros
son las mismas en los dialectos, excepto en la tercera per-
sona del singular de presente y futuro, que en cachiquel y
zutuhil son diferentes á las del quiche.
Este dialecto, como hemos visto, suple el imperativo con
el futuro; pero los otros dos dialectos con el presente.
Hay algunos verbos que indican movimiento, y sirven de
adverbios añadiendo oc ú ok en quiche, en zutuhil a, y nada
en cachiquel.
La partícula reverencial la sólo en quiche se usa- Algu-
nas otras variedades gramaticales se observan entre los
tres dialectos; pero de menos importancia, y también hay
sus diferencias en la forma de algunas palabras.
21. Ejemplo del quiche.-— Presentaremos como ejem-
plo del quiche, la oración dominical.
Ka
Cahau
chi
cali Lal
qovi,
Nuestro
Padre
(que) en
(el) cielo Ud.
está,
r' auazirizaxic-tah
U
La-
Chi
santificado sea
(el) nombre Ud.
de
jje-tah
Alian >
•era
La Chi
ban-ta
Sea venido
(el) Reino
Ud. de
hágase
ahauam
La
varal
chuvi
uleu
(el) precept
o (de) Ud. aquí
sobre
(la) tierra
queheri
ca
han
chi cali.
Ya
así como
.... •
se hace
en (el) cielo.
Dé
La chikech ka hutagihil
Ud. á nosotros nuestro de cada día
va. Zacha
pan. Perdone
La ká
Ud. nuestros
mak
pecado
queheri
así como
ca
ka
EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL-
¿11
zacho
perdonamos
qui mak rii x-e
sus pecado esos á los
makun
deudor
chike.
de nosotros
Ruq m' oh ocotah
¿ no nos abandone
La pa
Ud. en
takchiibal mak; xata koh colla La
tentación (ó) pecado; pero á nosotros salve Ud.
pa itzel.
de mal.
22. Análisis- — Haremos análisis de las palabras que me-
rezcan alguna explicación.
Ka: pronombre posesivo de los que se usan con nombres
que empiezan por consonante.
Caliau: sustantivo, compuesto de ahau, señor, ca 6 ka,
nuestro.
Chi: preposición de varios significados-
Lal: partícula reverencial, equivalente á usted, usía, alte-
za, etc-
Qovi: uno de los verbos con que se suple el verbo sustan-
tivo (§ 15); la terminación vi es, según la gramática, «par-
tícula de elegancia-»
R' auazirizaxic-tah: Verbo posesivo, como lo indica la ter-
minación tah: la r' es el prefijo de la tercera persona en los
verbos que empiezan por vocal.
La: partícula reverencial en caso oblicuo, pues sólo en
nominativo es lal
Chi: esta palabra parece ser la preposición que hemos
visto antes, y de que hablamos en el lugar respectivo (§ 18).
Petah: verbo pasivo, según lo indícala terminación tah-
Ahaurem: sustantivo derivado de ahau, señor.
Ahauak: derivado también de ahau, señor.
( 'h uvi: preposición compuesta con el pronombre u, desig-
nando la tercera persona como si dijéramos «sobre él ó ella,
aquel ó aquella-»
Ca: signo del presente correspondiente al verbo siguien-
te ban.
212 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZUTUHIL-
Chikech: voz compuesta de la preposición chi y el posesivo
kech, de cuya manera se significa el activo (§ 11).
Ca ka zacho: ca, signo de presente; ka, posesivo para mar-
car la persona; zacho, verbo-
Qui: pronombre, el cual da al nombre siguiente el signi-
ficado de pluralidad.
X-e: pronombre en acusativo de tiempo pasado (§ 10).
Makum: parece un derivado de makuh, pecar.
Chike: parece un compuesto de la preposición chi y el po-
sesivo ke-
Buq: compuesto del pronombre r' aquél, y de la preposi-
ción uq, á, con. No comprendemos el sentido que forma es-
ta palabra con el resto de la oración: acaso sea una partí-
cula expletiva, de adorno.
3f oh: iri contracción de la negación ma ó mavi; oh pro-
nombre-
Takchiibal: derivado de tahchiih, tentar.
Koh: pronombre en acusativo (§ 10).
NOTAS.
(1) He puesto dos letras más en el alfabeto, que son la tz,
y la tch, porque tienen un sonido simple, y muy bien po-
dría adaptárseles un solo carácter. En el sánscrito hay le-
tras que nosotros representamos con dj, ks, tch, etc.
(2) La formación de estos nombres se explica malamen-
te en la gramática, diciendo que se derivan de adjetivos abs-
tractos: los derivados que resultan son los abstractos.
(3) Esta es una observación del anotador de la gramá-
tica.
(4) Las razones que da el anotador de la gramática, y los
ejemplos que presenta, me persuaden de que hay infiniti-
vo en quiche, aunque los antiguos gramáticos no le expli-
can. Por el contrario, admiten cuatro gerundios que sí de-
ben suprimirse, pues son suplidos por medio de circunlo-
quios.
(5) Impropiamente se les llama en la gramática simples
ó compuestos, pues la composición resulta de juntar dos
palabras significativas, y la derivación consiste en sacar
una palabra de otra, adaptándole algunos signos.
(6) No creo que haya verbo sustantivo puro en quiche pol-
las razones siguientes:
1^ Todos los autores excepto el P. Ximénez, creen que
no hay verbo ser; siendo más fácil que un autor se equivo-
que y no varios.
2^ El quiche tiene un medio peculiar de suplir el verbo
sustantivo, cuyo medio no se comprende, y aparece como
inútil, si el idioma posee el verbo ser como nosotros.
3^ Es cosa general en las lenguas antiguas que escaseen
las palabras metafísicas puras. El verbo ser, separado de to-
214 EL QUICHE, CACHIQUEL Y ZÜTUHIL.
do atributo, expresa una idea tan metafísica, que aun en
griego, latín, francés é inglés significan estar, Itacer, etc.
En varias lenguas de las descritas en esta obra vemos
que no hay verbo sustantivo, y lo mismo sucede en algunas
de los Estados Unidos del Norte. {Duponceau- Memoire).
4^ En los idiomas mame, maya y huaxteco, que son her-
manos del quiche, según demostraremos más adelante, no
hay verbo sustantivo sino del mismo modo que en quiche,
es decir, suplido por medio del pronombre personal.
5?" Los gramáticos españoles procuraron siempre amol-
dar al latín y castellano las lenguas indígenas. ¿Cuál será
la fuerza de la verdad cuando niegan una forma de que es-
taban tan poseídos como su verbo ser?
6^ El anotador de la gramática pregunta si tal vez por
complacer al consejo de Indias se dijo que las lenguas indí-
genas no podían expresar algunos conceptos de la Sagra-
da Escritura, con objeto de probar la inferioridad de los in-
dígenas. Esta es una suposición que carece de fundamen-
to, y que no puede apoyarse en hecho ninguno.
7^ El mismo anotador presenta algunos ejemplos para
probar la existencia del verbo ser, sacados de libros ante-
riores á la conquista. Antes de la conquista los indios no co-
nocían la escritura fonética, única con que se puede expre-
sar el verbo ser.
8^ Hay la circunstancia de que ux es la radical de uxlab,
que significa respiración, aliento, y esto indica cuan dis-
tantes estaban los quichées de la idea pura del ente: se ve,
desde luego, lo material que era para ellos el significado del
verbo ux.
CAPITULO XLV.
EL MAME O ZAKLOHPAKAP.
NOTICIAS PRELIMINARES.
Al hablar Balbi sobre las lenguas de la región de Guate-
mala, dice: «El Mame ó Pocoman le usan los mames y po-
«comanes, que parecen no ser más que dos tribus de una
«misma nación, la cual formaba un Estado poderoso en Gua-
«temala. Se extendió por el distrito de Huehuetenango, en
«la provincia de este nombre, y por parte de la de Quetzal-
«tenango, así como por el distrito de Soconusco en Chia-
«pas. En todos estos lugares se habla mame ó pocoman, lo
«mismo que en Amatitlán, Mixco, y Petapa, de la provincia
«de Zacatepec ó Guatemala; en Chalchuapa, perteneciente
«á la de San Salvador; y en Mito, Jalapa y Jilotepec, de la
«de Chiquimula.»
La circunstancia de hablarse en Soconusco, pertenecien-
te á México, es la que hace aparecer la lengua mame en la
presente obra. Sin embargo, debe advertirse que no se ha-
bla en todo el distrito, sino sólo en Tapachula.
Por lo que dice Balbi, parece que el mame y el pocoman
son un mismo idioma; pero yo no lo creo así, y me lo confir-
ma Juarros, quien, en su Historia de Guatemala, al enu-
merar las lenguas del país, cita aquellas dos como dife-
rentes.
Respecto á la historia de los mames, resumiré en pocas
palabras, lo que cuentan el mismo Juarros y Torquemada.
Esa nación habitaba en Soconusco desde tiempos muy
216 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
antiguos sin saberse de dónde había venido, gobernándose
con independencia, hasta que un poderoso ejército de ol-
mecas venido de la parte de México los conquistó y redujo
al estado de tributarios. Quiénes fueron esos olmecas, no
es fácil de aclarar; pero atendiendo al nombre, parecen ser
parte de la nación á que atribuye Ixtlixochitl (Historia chi-
chimeca) la construcción déla famosa pirámide de Cholula,
y que, según la opinión más acreditada, habitaron aquellos
países antes que los toltecas.
El hecho es que los mames quedaron sujetos á la servi-
dumbre, y para salir de ella emigraron la mayor parte ha-
cia el Sur, buscando tierras libres donde establecerse, y
llegando según se dice hasta Nicaragua.
Después de la invasión de los olmecas, los mames que aun
quedaban en Soconusco, se vieron atacados y vencidos por
los toltecas, cuyo jefe dio á un hermano suyo el señorío de
los mames. Es de suponerse que este acontecimiento tuvo
lugar cuando la dispersión de los primeros, y de que ha-
blé al tratar del mexicano (véase).
Más adelante, mames y toltecas tuvieron varias guerras
con sus confinantes los quichées, hasta que un rey de estos,
Kikab II, los derrotó completamente, al grado de que los
mames tuvieron que ocultarse en los bosques.
En fin; Ahuitzotl, octavo rey de México, mandó sus ejér-
citos triunfantes hasta Guatemala, quedando desde enton-
ces los habitantes de Soconusco dependientes y tributarios
del imperio.
Es sabido que Chiapas era de lo más poblado y civilizado
en el Nuevo Mundo, cuyas dos circunstancias concurrían
en Soconusco, según las noticias que se conservan.
La palabra Xoconochco, de la que hicieron los españoles
Soconusco, es mexicana y significa «en dondehay tunaagria,»
pues se compone de xocotl, cosa agria; nochtli, tuna; y la
posposición co, en, ó en donde- Sin embargo, los habitantes
de Soconusco han conservado el nombre de mames, que no
es mexicano, sino de su propia lengua, y cuyo significado
nos explica el padre Reynoso en su Arte, que luego citaré,
diciendo: «A esta lengua llaman Mame, é indios mames álos
«de esta tierra, porque ordinariamente hablan y responden
«con esta palabra man, que quiere decir padre, y por esto
EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP. 217
«les llaman Mames, y á esta lengua Mame, la cual, según
«su antigualla, se llama Zaklohpakap.»
El Arte y Vocabulario del P. Fr. Diego de Reynoso (Mé-
xico, 1644), es del que me he servido, el cual es bastante di-
minuto y oscuro.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. —Las letras del alfabeto mame son estas:
a. b- ch. e- h. i. k. 1. m. n- o. p. t. ti. v-
x- y. z. tz. (1).
2. Combinación de letras. — La h fque es una aspira-
ción) y aun más la Je, abundan en este idioma, por lo cual
es muy gutural. Generalmente la reunión de vocales y con-
sonantes es proporcionada; sin embargo, en algunas pala-
bras dominan las últimas, principalmente por la concurren-
cia de la k con otra consonante; v. g., kokx, bellota; tzotz, co-
sa espesa; xookz, :pozo; xtalbil, beneficio; tzubp, beso; tzutz,
tejón. Empero hay otras voces en que abunda la vocal, co-
mo ehaan, colar; loon, comer fruta; paan, confesar; xuut,
costilla; cJiii, crecer; chaax crudo; paak, cuchara; taal, sue-
ro; vuaiaiam, gritar; kuux, lama; zuum, limpiar; xuuh, mu-
jer; cheem, moler maíz.
3. Pronunciación. — En cuanto á la pronunciación sólo
diré que las vocales son claras; la h es aspirada, y de que
sea fuerte ó suave resulta diferencia de significado en las
voces; la v suena como g.
4. Sílabas. — La palabra más larga que he encontrado es
de siete sílabas; pero de la composición de las voces acaso
resulten aun de mayor número.
Lok, adobe.
Amak, advenedizo.
Kivuilan, adorar.
Kivuilalbü, adoración.
Ixpokomanel, acusador.
Kahabtzinamiahum, atormentar.
Hikumilitakakap, codiciar.
218 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
Generalmente las palabras son de dos ó tres sílabas.
5. Composición. — La composición no es tan frecuente
como en mixteco y mexicano; pero no por eso deja de usar-
se como se ve por ejemplo, en vuüzampahü pecado consen-
tido, compuesto de vuitzam, consentir, y áe pliaü, pecado;
kakih, dos días, de kabe, dos, y de kih, día; eliikim, quitar
por fuerza, de eli, salir y de ikim, tomar; y por este estilo
se ven otros nombres y verbos compuestos.
6. Riqueza. — No parece escaso el idioma en número de
voces, y una de las circunstancias que lo indican es la abun-
dancia de ciertos verbos, cada uno de los cuales expresa
conceptos para los que, aun en lenguas ricas como el cas
tellano, es preciso usar de auxiliares ó circunloquios.
Biam, poner nombre.
ZuJcum, anudarse las enaguas.
Paom, partir palos.
Ipam, tener paciencia.
Bizum, tener pena-
Petin, poner piedras.
Ixpukpiam, saltar con un pie encogiendo el otro.
XieJcbem, hacer señas.
Ixmntzbem, hacer señas con los ojos.
Xoon, tirar piedras.
Bakoli, torcerse la madera.
Kuke, ponerse el sol.
Vaiam, poner precio.
7. Sinónimos.— Como ejemplos de sinónimos pondré:
Buzan, cantar en general; oke, cantar las aves-
Xtalem, amar; ahon, querer.
Lekon, sombra de árbol; ixneunokx, sombra de hombre.
Kakzam, tañer en general; zuim, tañer chirimía; chunam,
tañer trompeta.
Chovuirn, okzamix'balon, vestirse; kolbam, vestirse, huípil;
amin, vestirse enaguas-
Meltzhum, volver en general; tzauh, volver de un lugar-
Zilin ó zannahe, estar desnudo por pobreza; zoponhe, estar
desnudo por deshonestidad.
EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
219
KuMaJcon, poner en general; palee, poner boca arriba;
mutzban, poner boca abajo; chale, ponerse de lado; hoke,
ponerse de bruces; cholban, ponerse en hilera.
8. Onomatopeyas. — Abundan las onomatopeyas, de que
dará algunos ejemplos:
Tililin,
Tzubp,
Aiam,
Tokokon,
Xenahe,
Xeu,
Tzup,
Vuaiaiam,
Xup,
Zilum,
Hululum,
Kitzitzim,
ruido,
beso,
bostezo,
cacarear,
acezar,
aliento-
escupitina-
gritar,
soplo,
zumbar,
gruñir,
rechinar.
9. Voces metafísicas. — Hay voces metafísicas bastan-
tes para expresar conceptos como los siguientes:
Naom,
Kuhzibiil ó kuikuhi,
Tzalakbil,
Noábü,
Biz,
Bizum,
IxkanaoMl,
Ipibil,
Nabam,
Yuvuanil,
Tzakehtze,
Ahobil ó ahbil,
Bañil,
Tinikialtih,
TiloL
acordarse ó pensar-
ánimo,
contento,
entendimiento,
imaginación,
imaginar ó pensar-
olvido,
paciencia,
recordar,
rudeza-
tristeza-
voluntad,
virtud,
verdad,
cosa.
Y otras por el estilo, aunque no por eso creo que se en-
220 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
cuentren todas las que usan las lenguas filosóficas, como
ente, sustancia, accidente, ser, etc., no faltando ejemplos de
suplir con una voz material una idea metafísica; v- g-, Tcih,
día, también significa tiempo.
10. Género. — No hay géneros, es decir, signos propios
para expresarlos, sino que cada nombre tiene forma del to-
do diferente para distinguir el sexo, ó la falta de él, habien-
do nombres que encierran, á la vez, la idea adjetiva, v. g.,
mama, hombre viejo; ahkimikeia, mujer vieja; kanak, cosa
vieja: esta forma no carece de ejemplo en nombres abstrac-
tos y verbos; mamau, vejez del hombre; keiail ó ahkimikil,
vejez de la mujer; mamaix, envejecer el hombre; keiaix ó
ahkimikix, envejecerse la mujer.
Hay varios nombres de parentesco, diferentes según el
sexo del que habla; Balok, cunado hablando del hombre; lt-
zam, cuñado hablando de la mujer; Ixiben, hermano ó her-
mana de la mujer; Vaunap, hermano ó hermana del hom-
bre; Tikialbil ó pavui, entenado ó entenada del varón; lual-
bil, entenado ó entenada de la mujer; Ikxman, nieto ó nieta
del varón; Bechel, nieto ó nieta de la mujer.
11. Número- — Para expresar el número plural hay la
partícula prepositiva e, cuando se trata de seres animados;
vuinac, persona; evuniak, personas, considerándose como
elegante posponer además la e; kiaol, hijo; ekiaole, hijos- (2)
Para los inanimados no hay signo que exprese plural, si-
no que es preciso usar de los numerales ó de algún adver-
bio que indique pluralidad; v- g-, abali, piedra, y para decir
piedras antepondré el adverbio ikoh, que significa muchos ó
muchas, ikoh abolí-
El adjetivo es invariable; el único caso en que recibe la
partícula de plural es un superlativo: v- g-,iknelxi, mucho
mejor; eiknelxi, mucho mejores; y por excepción son plura-
les koke, pequeños, plural de chimchim, pequeño; y nimak,
grandes de nim. Pero ni aun en estos casos hay concordan-
cia, porque el sustantivo no forma entonces plural, bastan-
do que el adjetivo le indique; v. g., con kual, niño, diré koke
kual, pequeños niño, literalmente-
12. Caso. — El nombre carece de declinación para expre-
sar el caso-
13- Derivados- — No encuentro signos propios para for-
EL MAME Ó ZAKEOHPAKAP. 221
mar aumentativos, diminutivos, comparativos ni otros de-
rivados, sino sólo adverbios ó adjetivos con que suplirlos;
como ín'm, grande; óhimehim, pequeño ó poco; ikna, mejor;
ikhi, así como, etc-
Para el superlativo sí hay terminaciones, y son elxi, el-
xiix, xilx; v. g. , de dan, bueno; banelxi, bonísima; de ikoh,
mucho; ikohelxi, muchísimo; de {lina, mejor; iknelxi, mu-
cho mejor. (3)
Para los abstractos se encuentran también terminacio-
nes propias; de kiah, flojo; kiahil, flojera; de nim, grande;
nimal, grandeza; de chuuk, loco; chuhil, locura.
De verbos ó nombres se derivan otros nombres que indi-
can la persona que ejecuta ó usa lo que el primitivo expre-
sa, por medio de la partícula antepuesta ah; v. g. , de zu,
flauta; ahzu, el que la toca, es decir, el flautista; de kuvuin,
predicar; alikuv, predicador; habiendo algunos nombres
que no tienen traducción literal como de tzi, boca; ahtzi, que
equivale á intérprete-
Los verbales que acaban en el y on, de significación acti-
va, son poco usadas, según Reinoso:
Xtalinel, el que ama, de xtalem, amar.
Okzalon,el que cree.
Riküon, el que guarda.
Vuatizon, ó vuaton, el que duerme en la casa para guar-
darla.
Veton, el que anda.
Ixkuilon, el que se casa.
Lebon, el que pesca ó pescador.
Ihxmamon, el que tiene muchos nietos.
Alón, la mujer que pare.
Chutizon, la mujer que da de mamar.
Los verbales sustantivos en U son de mucho uso, como
los siguientes:
Xtalhil, el amor, de xtalem, amar.
Yaliil, el trabajo, de yahun, afligir.
AhMl, voluntad.
Nahbil, vivienda.
Ankibü, duración de la vida.
Bulibil, la acción de azotar.
222 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
Kaililil, maravilla.
Eivuilalbil, deidad.
Hay otros verbales de significación pasiva acabados en
li, na et; v. g. :
Ambli, desocupado, de amet.
Kuztli, acostado, de Jeutze.
Okna, enterado, de oJci.
Chimbina, aporreado, de chinan.
Xina, ido, de xi.
Zubet, engañado, de zubum-
De los más sustantivos y adjetivos se derivan verbos,
añadiéndoles las terminaciones an, in, zan, x, ix, ó ax. (4)
Chihilan, tomar carne, ó encarnar de cliicJiil, carne.
Pahin, pecar, de %>ah, pecado.
Bautizan, que no tiene traducción literal, de ban, bueno.
Ehenx, enfriarse, de ehe?i, el frío.
Mamaix, envejecerse, de mama, viejo.
Tzilax, que no tiene traducción literal, de tzil, la por-
quería-
14. Pronombre personal.— Los pronombres persona-
les son:
Ain,
yo.
Aia,
tú.
Aliu ó ahí,
aquél-
Ao 6 aoio,
nosotros,
Ae, ó aeie,
vosotros.
Aehu ó aehi,
aquellos-
Aunque el pronombre carece de declinación, los siguien-
tes expresan algunos casos:
Vuih, á mí, para mí, en mí.
Tilia, á tí, para tí, en tí.
Tihu, á aquél, para aquél, en aquél.
EL MAME O ZAKLOHPAKAP-
223
Kiho,
á nosotros, para nosotros, en
nosotros.
lühae,
á vosotros, para vosotros, en
vosotros.
Kihaehu,
á aquéllos, para aquéllos, en
aquéllos-
Vuxm,
de mí, por mí.
Tumo.
por tí.
Tumhi,
por aquél.
Kumo,
por nosotros.
Kume,
por vosotros-
Kumhv,
por aquéllos.
Vuib,
por mí mismo-
Tipa,
por tí mismo.
Tipia,
por aquél mismo-
Kíbo,
por nosotros mismos-
Kíbe,
por vosotros mismos.
Kíbaeku ó kíbhu,
por aquéllos mismos-
Pero en estos ejemplos, más que inflexiones reguladas
que formen declinación, lo que se descubre es la composi-
ción del prombre personal con alguna preposición, pues tih
ó ti, tum, vum, etc., son preposiciones como veremos en su
lugar.
15. Posesivo- — De las explicaciones (algo confusas) que
sobre el pronombre hace el P. Reynoso, creo que lo que de-
be entenderse respecto al posesivo es lo siguiente:
Vua, vite, vui, vuo, vu, y na, ne, ni, no, nu, significan mío,
mí ó de mí-
Tea, tuyo.
TeJtn, tela, telia, de aquél.
Ka, ke, ki, ó kic, ko, ku, nuestro.
Ke, ki, kie, (pronunciado suavemente), vuestro-
Keku, kieJiu, de aquellos.
Para el uso de estos varios pronombres se atiende á la
primera vocal de la palabra con que se juntan, pues siem-
pre se usan en composición, haciendo de modo que corres-
ponda la del pronombre; y así, si la primera vocal del nom-
224 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
bre es á, usaré vua, na, Jcá; si es e, usaré Ice, etc.; v. g., con
akum, trabajo, diré kakum, nuestro trabajo; con etlebil, cos-
tumbre; Jcetlebü, nuestra costumbre; en cuyos ejemplos se
pierde una letra por evitar la cacofonía, cosa que en otros
casos no es necesaria; v. g., con chu, madre, diré nuchu, mi
madre; conbanil, bondad; nábanil, mi bondad; con kuxomál,
mocedad; kukuxomal, mi mocedad.
Se observa también que entre Jcehu, y kiehu, de aquellos,
se intercalan las palabras con que se juntan, y lo mismo
entre Me, nuestro; v. g., etlebil, costumbre; ki-etlebil-c, nues-
tra costumbre; kuxomál, mocedad; ki-kuxomal-hu, la moce-
dad de aquellos: creo que igual forma se observa con teliu,
etc-
16. Demostrativos. — Los demostrativos son lu, aquel ó
ese; lukiehi, esos ó aquellos; alta, ae, ahí, aehi, ahu, esto,
aquesto.
17. Verbo sustantivo- — Lo primero que se ofrece al
tratar del verbo es la conjugación del sustantivo, que no es
otra cosa sino el pronombre personal conjugado. (5)
Tiene modos indicativo, imperativo y optativo, y los tiem-
pos siguientes. El indicativo, presente, aunque no posee con
propiedad más que primera persona, pues las demás se su-
plen con el pronombre puro; pretérito imperfecto y perfec-
to; pluscuamperfecto, el cual, si exceptuamos la primera
persona de singular, está suplido por el imperfecto; dos fu-
turos imperfectos y futuro perfecto. El imperativo no tie-
ne más que un tiempo. El presente de optativo es el pro-
nombre y la interjección vuit, ojalá, intercalada, menos la
primera persona de singular que tiene terminación propia;
el pretérito perfecto está compuesto del de indicativo y vuit;
el pluscuamperfecto y el f aturo llevan también vuit- Los
tiempos repetidos que se venen la conjugación del verbo
sustantivo y en la de los verbos adjetivos, deben contener
alguna modificación de sentido, unos respecto de otros; pe-
ro no siempre me es posible conocerla, por falta de explica-
ción en la gramática que tengo á la vista. Cuando la conozca,
haré la debida observación.
Para comprender el mecanismo del verbo sustantivo, po-
demos considerar como su raíz el pronombre personal mo-
dificado por terminaciones, en las primeras personas de
EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP. 225
singular, partículas intercaladas en las otras, metaplasmo,
y partículas antepuestas en el futuro de optativo.
He aquí el verbo por entero, señalándolas partículas mo-
dificativas para perfecta claridad.
Indicativo. Presente.
Ain--in, ó ain--inen, ó ain--ki- Ao ó aoio.
nen, yo soy, etc. Ae ó aeie.
Aia. Aehu.
Ahu.
Pretérito imperfecto.
Ain-tok, yo era, etc. Ao--tok--o.
A-tok--a. Ae--tok--e-
A~tok~hu. Ae~tok--hu.
Pretérito perfecto.
Aiii~7ii, yo fui, etc. Ao-hi-io.
A—hi—ia. Ae--M-ie.
A-hi-hu. Ae-7ii--hu.
Pretérito pluscuamperfecto.
Ain--tokem, yo había sido, etc. Ao--tok--o.
A--tok-a. Ae-tok-e.
A--tok--hu. Ae-tok-hu.
Futuro imperfecto.
In-abenelem, yo seré, etc- O-ábenel-o.
A~benel--a. E~abenel--e.
A~benel~hu. E-abenél-hu.
De otro modo, y acaso con alguna modificación en el sig-
nificado:
1 5
226 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
Ain-loiem. Ao-lo-io.
A-lo-ia. Ae-lo-ie.
A-lo-hu- Ae-lo-hu.
Futuro perfecto.
Ain-lohi, yo habré sido, etc. Ao-lohi-io.
A-lohi ia. Ae-lohi-ie.
A-lo-hu. Ae-lo-hu.
Imperativo.
A-u-ia, se tú, etc. A-uk-eie.
A-u-hu. A-uk-ehu.
A-uk-oio.
Optativo. Presente.
Ain-vuit-em, ojalá que yo sea, Ao-vuit-o.
etc.
A-vuit-a. Ae-vuit-e.
A-vuit-hu. Ae-vuit-hu.
Pretérito perfecto.
Ain-vuit-hiem, ojalá que yo ha- Ao-vuit-hi-io.
ya sido, etc.
A-vuit-hi-ia. Ae-vuit-hi-ie.
A-vuit-hi-hu. Ae-vuit-hi-hu.
Pretérito pluscuamperfecto.
Ain-vuit-tokhiem, ojalá que yo Ao-vuit-tokhi-io.
hubiera ó hubiese sido, etc.
A-vuit-tok7ii-ia, Ae-vuit-tokhi-ie.
A-vuit-tokhi-hu. Ae~vu it-tokhi-hu.
Futuro.
Ka-in-^vuit-en, ojalá que yo Ka-ao-vuit-o.
fuera, etc.
Ka-vuit-a. Ka-ae-vuit-e.
Ka-vuit-hu. . Ka-ae-vuit-hu.
EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP. 227
18. Verbos adjetivos. — Los verbos adjetivos son de va-
rias terminaciones: an, en, in, on, un, ü, han, zan, et, lan,
he, ix, ax eh; pero todos se conjugan de una misma manera,
siendo la conjugación sumamente complicada, como se ve
del siguiente ejemplo y su correspondiente explicación.
19. Ejemplo de conjugación.
Indicativo. Presente.
Ain-tzum-chim-xtalem, yo Tzum-ko-xtalem-o.
amo, etc. Tzum-che-xtalem-e.
Tzum-xtalem-a. Tzum-che-xtalem-hu.
Tzum-xtalem-hu.
Pretérito perfecto.
Tzum-tok-chim-xtalem, yo Tzum-tok-ko-xtalem-o.
amaba, etc. Tzum-tok-che-xtalem-e.
Tzum-toli-xtalem-a, Tzum-tok-che-xtalem-hu.
Tzum-tok-xtalem-h u .
I. Pretérito imperfecto.
Ini-xtalim, yo amé, etc. Oi-xtalim-o.
Ui-xtalim-a. Ei-xtalim-e.
Ui-xtalim-hu- Ei-xtalim-hu.
2. Otro en cuyo significado entra el pronombre acusativo.
Uni-xtale, yo le amé, etc. Uki-xtali-o.
Uti-xtali-a Uki-xtali-e.
Uti-xtali-hu. Uki-xtali-hu.
3. Otro cuyo significado parece ser de tiempo más anterior.
Ma chim-xtalim, ya yo amé, Ma ko-xtalim-o.
etc. Ma che-xtalim-e.
Ma xtalim-a- Ma che-xtalim-liu.
Ma xtalim-hu.
228 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
4. Otro que tiene el significado del anterior con el acusativo.
Ma ni-xtali, yo ya le amé etc. Ma ki-xtali-o.
Ma ti-xtali-a- Ma M-xtali-e.
Ma ti-xtali-hu. Ma ki-xtali-hu.
5. Otro con el mismo significado que el último.
Ma uni-xtali, Ma uti-xtali-a, etc.
Pretérito pluscuamperfecto.
Ixtok chim-xtalim, después Ixtok ko-xtalim-o.
que yo había amado, etc. Ixtok che-xtalim-e.
Ixtok xtalim-a. Ixtok che-xtalim-hu.
Ixtok xtalim-hu.
Futuro imperfecto.
Uni-xtalibetz, yo amaré etc Ki-xtalibetz-o.
Thxtalibetz-a. Ki-xtalibetz-e.
Ti-xtalibetz-hu. Ki-xtalibetz-hu.
Otro Futuro.
Ain chim-xtalem. Ao ko-xtalem.
Aia xtalem. Ae che-xtalem.
Ahu xtalem. Ae che-xtalem.
Futuro que indica obligación ó deber.
Tzok-ni-xtale. yo tendré de Twk-ki-xtali-o-
amar, etc. Tzok-hi-xtali-e.
Tzok-ti-xtale-a. Tzok-hi-xtali-hu.
Tzok-ti-xtali-hu.
Futuro perfecto.
Ain-lo-in-xtalem, yo habré Ao-lo-io o xtalem.
amado, etc. Ae-lo-ie e-xtalem.
A-lo-ia u-xtalem. Ae-lo-hu e-xtalem.
A-lo-hu o-xtalem.
EL MAME O ZAKLOHPAKAP.
229
Imperativo.
lxtali)i-o--ia, arria tú, etc.
Ixtalin--o--hu.
Ko-ixtalin-o.
Ixtalin-ke--ie.
Ixtalin—ke-hu.
Optativo presente.
Ain--vuit--chim-xtalem, ojalá Ao--vuit-o ko— xtalem-
que yo ame, etc. Ae- vuit-e che-xtalem.
A--vuit~a xtalem. Ac—vuit-hu- che-xtalem.
A-vuit-hu-xtalem-
Pretérito pluscuamperfecto.
Ix-vuit'-chin-xtalem, ojalá
que yo hubiera ó hubie-
se amado, etc.
Ix~vuit--xtalema.
Ix vuit— xtalem— hu-
Ix—vuit'-ko" xtalem -o.
Ix—vuit— che— xtalem— e-
Ix—vuit- -che- -xtalem- -hu.
Ix-v u ¿t-ni-xta l i.
Ix-vuit-ti-xtali-a-
Ix-vuit-ti-xtali-h u ■
Otro.
Ix-vuit-M-xtali-o.
lx-vuit-ki-xtali-e-
Ix-vu it-k i-xta l i-h u ■
Infinitivo.
Xtalem, amar.
Se puede tener por participio de este verbo al verbal ter-
minado en el; xtalinel, el que ama.
20. Explicación del verbo.— Tomando como punto de
comparación el infinitivo, pueden hacerse las siguientes ex-
plicaciones acerca del verbo-
La primera persona de singular del presente de indicati-
vo, se forma por medio del pronombre personal a in y las
partículas tzum y chim; las demás personas con sólo tzum y
los afijos ó pronombres personales abreviados a, hu, etc.,
llevando además las dos últimas personas del plural la par-
230 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
tícula che, y la primera persona del mismo número ko, la
cual parece ser el pronombre posesivo, usado como prefijo.
La primera persona del singular de presente de indicativo
puede también formarse anteponiendo tzum y el posesivo,
y esta forma indica que se expresa el complemento del ver-
bo, mientras que del modo que se ve en el ejemplo, queda
tácito.
El pretérito imperfecto lleva las partículas tzum y tok en
todas las personas; ko, che, che en las de plural y los afijos,
menos en la primera persona de singular, que en cambio
lleva chim: la falta de afijo se nota en todas las primeras per-
sonas de singular, por lo cual no me cansaré de repetir es-
ta observación.
El pretérito perfecto, primero lleva las partículas prepo-
sitivas ini, ui etc., algunas de las cuales parecen ser el pro-
nombre personal abreviado, y los afijos: la e del infinitivo
cambia en i.
El segundo perfecto, además de los afijos, tiene las par-
tículas uní, uti, etc. : la primera persona de singular pierde
la m final respecto al infinitivo, y las otras respecto al pri-
mer pretérito perfecto.
La formación de los otros dos perfectos (tercero y cuar-
to) se comprende fácilmente con lo que va explicado; pero
obsérvese además la concurrencia de ma, que no es un sig-
no, sino la conjunción ya. Con esta misma conjunción, agre-
gada al segundo perfecto, se forma el quinto, que, por lo
tanto, es más bien un supletorio, pues no tienen signos pro-
pios que le distingan. (6)
El pluscuamperfecto es igual al tercer pretérito perfec-
to poniendo en lugar de ma los adverbios ixtok 6 maitolc.
En el futuro imperfecto primero, lo más notable es la
terminación ibetz en lugar de la em del infinitivo.
El otro futuro se forma de las partículas chim, ko, che y
el pronombre personal.
El futuro que indica obligación es igual al cuarto preté-
rito perfecto, puesta la partícula tzok en lugar de adverbio
ó conjunción ma.
En el futuro perfecto parece concurrir el segundo imper-
fecto del verbo sustantivo.
El imperativo, además de los otros signos que se ven en
EL MAME Ó ZAKLOHP^KAP- 231
el ejemplo, tiene su terminación particular in, y una i ante-
puesta.
El presente de optativo tiene notable analogía con el del
verbo sustantivo, figurando en él, así como en los pluscuam-
perfectos, la interjección vuit, ojalá.
El subjuntivo según creo, es el optativo sin vuit.
El infinitivo tiene la misma terminación que el presente
de indicativo; pero ningún otro signo.
21. Verbo pasivo-— El verbo ó voz pasiva se forma cam-
biando la terminación de la activa; v. g. :
Tzum cliim xtalemhetz, yo soy amado.
Tzum xtalinhetz-a, tu eres amado.
Xtalimin-tok, yo era amado.
U-xtaleh-ia, tu fuiste amado.
In xtalbak, yo seré amado.
Por lo demás el mecanismo de la voz pasiva es igual al de
la activa.
22. Otros verbos. — Añadiendo al verbo activo ó neutro
la terminación zam, ó bam, se forman verbos compulsivos
ó reflexivos; de vuam, comer, vuatizam, dar de comer á otro;
denaom, recordar, naomizam, hacer recordar á otro; áeiap-
ti, enfermar, iaptizam, hacerse enfermo; de zilin, estardes-
nudo, zübam, desnudarse; de ichim, bañarse, ichimzam ó
ichimzan, bañar áotro, etc.
Además hay, según Reynoso, verbos impersonales, de-
ponentes y defectivos, y en otro lugar observa que:
«Estos naturales usan mucho de estas dos dicciones xiy
«tza7i pospuestas al verbo: para hablar de acciones afuera,
«de llevar, enviar ó mirar lejos usan del xi; y del tzah para
«nosotros ó hacia nosotros; v. g., akonxi, llévalo á dar, dalo
«llevándolo; akontzah, dalo á mí ó hacia mí; ilonxi, mira ha-
«cia fuera, esto es, cosa distinta de la vista, etc.; ilontzah,
«mira acá ó hacia donde yo estoy. De modo que si la acción
«es hacia nosotros, usamos del tzah, y si es á otro ó parte
«distinta, usaremos siempre del a-i.»
23. Conjugación de los verbales- — «De muchos ver-
«bos activos, neutros y deponentes, dice el mismo autor, se
«derivan y salen otros verbos (nombres verbales) acabados
232 EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP.
«en li; de hovuen, arrastrar; houli, arrastrado; de tzuiun, co-
«ger ó prender; tzuizli, preso ó cogido- • • . de tzúbum, enga-
«fiar; zubli, engañado. Y otros muchos, los cuales se conju-
«gan con tzum y chim en el presente de indicativo pasivo ....
«Y estos verbos (verbales) en li no tienen más de estos dos
«tiempos pasivos Sácanse dos que debían terminar
«en li y acaban en chi, que son lokchi, de lokon, comprar;
«lahchi, desterrado; de lahon, ahuyentar y desterrar. Otro
«hay en vui, que es áeilon, mirar; ilvui visto ó mirado. Y no
«hallo más, los cuales se conjugan como los pasados
«De estos dichos verbos se derivan otros (verbales) acaba-
«dos en et, que tienen el romance y sentido pasivo, y sefor-
«man como los pasados .... de l anón, kanet; de puJiun, pu-
«/¿eí; de zubum, zubet >
Desde luego se ve que los que Reynoso ilama verbos no
son sino los adjetivos verbales que expliqué en el párrafo
13, y lo que realmente resulta es que esos verbales se con-
jugan adaptándoles las partículas del verbo; v. g. :
Tzum chim zubet, yo soy engañado.
Tzum zubet ia, tú eres, etc.
Tzum zubet liu, aquél es. etc.
De modo que por ser su sentido pasivo, súplese con esta
forma el verbo sustantivo, la cópula délas proposiciones.
También de otro modo se conjuga el adjetivo verbal; se-
gún otros ejemplos que trae Reynoso, como el siguiente de
nakli, acostumbrado.
Nakli-k-in, yo soy acostumbrado, etc.
Nakli-ia.
Nakli-hu-
Nakli-k-o, ó nakli-k-e.
Nakli-ki-eie.
Nakli-ki-ehu.
Tenemos, pues, ejemplos de conjugación de los adjetivos
verbales pasivos terminados en li y et; pero es de advertir
que también los en na se conjugan, de lo cual resulta que
todos, pues, según vimos en su lugar, sólo los hay con una
de esas tres terminaciones.
EL MAME Ó ZAKLOHPAKAP. 233
En fin, mencionaré otra forma déla lengua mame, de que
nos dio idea el mixteco, y consiste en que los verbales sus-
tantivos en il, según su terminación, expresan tiempo pre-
sente ó pasado; il significa presente, y agregando bem ó en,
pasado; v. g., Tamil, muerte presente; kimilen, muerte pa-
sada.
24. Adverbios y partícula. — Hay adverbios de todas
clases y significados: interrogando se suelen juntar dos, y
algunos negativos se reúnen con verbo. Hay una partícula
lo que concurre en toda locución dudosa.
25. Preposición. — Las preposiciones que encuentro co-
rrespondientes á las del castellano son:
Te, tih vuih, á, denotando daño ó provecho-
Vuitz, ante ó delante .
Te, para, ó de, significando posesión.
Tibah, tivui, sobre ó encima.
ToJí, en ó dentro.
Tih, en ó para.
Tukil, con.
Toxol, entre.
Tzuma, hasta.
Tum, por ó de.
Tixhi, tras-
Vum, de.
El acusativo no va regido de preposición, según se ve de
algunos ejemplos; v. g., ain tzum chin xtalem Dios, yo amo á
Dios; de modo que el complemento del verbo no toma sig-
no particular.
26. Conjunción.— Sobre la conjunción dice Reynoso:
«Conjunción es la que traba y junta las partes de la oración,
«"son estas: atzian, atzumld, atzunkun, ikzumkumani, iktzum-
«kum, tzum, tukil, kalah, vuechi, tizen, kati, vuitxi. Como no-
esotros solemos trabar y juntar las partes y razones que ha-
blamos de sí ó nó, y, cómo, y por esto, sí, así, pero: eso
«mismo suenan los vocablos dichos-» (7).
NOTAS.
(1) Según Reynoso, carece el mame de cuatro letras, d,
f, g, r\ pero yo tampoco encuentro j, U, ñ, s, por lo cual las
omito. Respecto á la / es de advertir que aunque se encuen-
tra pli no debe creerse que tiene aquella pronunciación, si-
no que se pronuncia separadamente cada letra; v. g., en zip-
hen, ahito, diré zip-hen. Hay otra letra que, según el autor
citado, es «un carácter que son dos c pegadas.» pero agre-
ga, «es lo mismo que si se escribiera y pronunciara con lale-
«tra Je;» luego es inútil una letra nueva y extraña, y con la
k nos basta-
(2) No cabe la menor duda sobre lo que digo respecto al
número, y todo consta de las explicaciones y ejemplos del
P. Reynoso. Cuando, pues, este autor dice (fol. 1) «que el
nombre no tiene singular y plural como en la lengua latina,»
sólo debe entenderse que carece de terminaciones para ello;
pero no de otro medio que da el mismo resultado.
(3) Según Reynoso, los sustantivos también tienen su-
perlativo; pero debo observar que tal forma es contraria á
la naturaleza misma de las cosas, pues sólo el adjetivo, ú
otra parte de la oración que expresa cualidad, es suscepti-
ble de grados; así es que cuando en castellano encontramos,
como se lee en Iglesias, «señorísima portera,* es sólo en es-
tilo familiar, tomando el sustantivo como adjetivo. Un ejem-
plo que pone Reynoso nada prueba, porque erradamente
parece suponer que milagrosísimo es un derivado de milagro,
cuando no es sino biderivado, porque de milagro, viene mi-
lagroso, y de milagroso milagrosísimo.
(4) Los terminados en an ó zan, según Reynoso; son ac-
tivos, y los otros neutros; pero los que cita de los primeros
son intransitivos, al menos pecar y encarnar, que tienen sig-
EL HAME Ó ZAKLOHPAKAP- 235
niñeado propio en castellano, de modo que su regla parece
falsa-
(5) «En esta lengua dice el P. Reynoso, no hay propio
«sum, es, fui: súplenle con el pronombre primitivo ain, aia,
«aliu, en la persona y número que requieren. Hay quien di-
«ga que con diversos aditos de verbos, adverbios y nombres
«adjetivos antepuestos y pospuestos al pronombre primiti-
«vo ain, hacen con ellos el mismo sentido del verbo sum, es
«fui. Todo lo cual repruebo por inusitado y supérfluo, y di-
«go: que hay verbo sum, es, fui, suplido con el pronombre
«primitivo ain, sin adito de verbo, ni nombre adjetivo y sus-
«tantivo, sino solamente de adito de adverbio; ó una dicción
«que es con la que el indio varía y diferencia los tiempos, como
«se verá abajo. Y cuando el venerable padre predicador Fr-
«Gerónimo Larios le conjuga anteponiéndole el adjetivo han,
«no hace el sentido de sum, es, fui Luego no se ha de
«conjugar á sum, es, fui con la partícula han, sino con los
«aditos y adverbios con que el indio varía y diferencia los
«tiempos de dicho verbo, supliéndole solamente con el pro-
«nombre primitivo ain, que lo demás es confundir verbos
«etc.»
(6) No se deben tener por verdaderos tiempos del verbo
sino aquellos que se forman por medio de signos regula-
dos, y todo lo demás, no son sino medios supletorios. Por
esto es que en las lenguas aquí descritas, no admito tantos
tiempos cuantos suponen los autores, y por estose ve tam-
bién que los mejores gramáticos españoles no admiten ya,
como tiempos propios de la conjugación castellana, los que
se forman con los verbos auxiliares, porque lo que resulta
con ellos son verdaderas oraciones.
(7) No me es posible, como en las otras lenguas, hacerla
análisis del Padre nuestro ni de otra oración, porque no he
logrado conseguir ninguna. El ejemplar que poseo de la
obra del P. Reynoso no tiene más que gramática y diccio-
nario, no obstante que la página Índice: «Arte vocabulario,
«confesionario y modo de administrar el santo sacramento
«de la Eucaristía y el de la Extrema-Unción y Doctrina
cristiana.» En la portada no se anuncia más que: «Arte y
vocabulario en la lengua Mame» que, como digo, es lo que
yo he visto.
CAPITULO XLV1.
EL HUAXTECO.
NOTICIAS PRELIMINARES
Nada nos dice la historia de positivo respecto al origen
de los huaxtecos, ni sobre su establecimiento en Anáhuac.
Cuando llegaron los españoles, el lugar que ocupaban era
la frontera Norte del reino de Texcoco, y parte de la del
mexicano, siendo independientes de uno y otro.
Hoy se conoce su país con el nombre de la Huaxteca: com
prende la parte Norte del Estado de Veracruz y una frac-
ción lindante del de San Luis, confinando, al Oriente, con
el Golfo de México, desde la barra de Túxpam hasta Tam-
pico, según el Mapa ethnográfico de D. Manuel Orozco y
Berra.
Huaxtlan es una palabra mexicana que significa «donde
hay, ó abunda el huaxi,» fruto muy conocido en México con
el nombre castellanizado de guaje. Compónese aquella pa-
labra de huaxin, perdiendo in por contracción, muy usada
en mexicano al componerse las palabras, y tlan, partícula
que significa «donde hay, ó abunda algo,» y que sirve para
formar colectivos. De huaxtlan es de donde, según parece,
viene el nombre gentilicio huaxtecail, que los españoles con-
virtieron en huixteca ó hnaxtcco.
Mi guía principal para describir el Iluaxteco es la Noticia
con diccionario y doctrina: cristiana por Tapia Zenteno (Mex.
1761). He rectificado la noticia con el diccionario y la doc-
EL HUAXTECO. 237
trina, pues aquella está escrita muy de prisa, con obscuri-
dad y bastantes contradicciones.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto- — Las vocales y consonantes de la lengua
huaxteca pueden expresarse con las siguientes letras:
a. b. oh. el e. g- h. i- j- k- l. m. n. o- p- t- u. v.
oc. y. z- tz. (1)
2. Pronunciación.— Es muy suave su pronunciación, y
en particular, lo que hay muy digno de notar sobre ella,
según las propias palabras del autor de la noticia que sigo,
es lo siguiente:
«La z se pronuncia con todo rigor, con la lengua algo íue-
«ra de los dientes, pegada á ellos: la tz cerrando los dien-
«tes, y difundiendo por todos ellos la lengua, formando un
«silbido sin violencia: la x se profiere algo apartados los
«dientes, sin llegar á ellos la lengua y asentándola en lo
«inferior de la boca bien abiertos los labios: la oh, en las fi-
«nales, y cuando se le sigue consonante, es semejante á la
«íc, aunque se pronuncia bien cerrados los dientes, sin to-
«carles la lengua, y los labios juntos por los extremos,
«abiertos un poco en el medio: en el principio, y cuando se
«le sigue vocal, se pronuncia como en castellano; y en fin,
«algunas veces se hiere la h de la ch no más que como una
«aspiración que da fuerza á la vocal que le sigue, conser-
«vando la c su sonido.» También es de advertir, que la 11
suele encontrarse; pero no es una sola letra, sino doble l,
como en latín; y que la h es una aspiración muy fuerte á
veces. Las vocales son claras-
3. Combinación de letras. — Exceptuando algunas pala-
bras, como xappa, clavar; kpaJiloux, voltear, y otras en que
generalmente concurren la tz, vemos que está bastante bien
proporcionada la reunión de vocales y consonantes, evitan-
do el idioma la cargazón de éstas, y proponiendo más bien
238 EL HUAXTECO.
ala repetición de vocales, y al uso frecuente de la aspiración,
todo lo que se ve, por ejemplo, en:
Aam,
araña-
Xaal.
vomitar.
Pamtaaakam,
pantorrilla,
Teem,
ciruela.
Xootz,
cangrejo-
Tiaeb,
el cielo.
Lahban,
agorar-
ffuatzih,
afeitarse.
Pocas palabras acaban en d, muchas en tz, y las más con
variedad. Esto último se ve en principio de dicción.
4- Sílabas. — La mayor parte de las palabras son de dos
silabas; pero las he visto de una y hasta de ocho, y acaso ha-
ya de más.
Ik. La-bin-chix-ta-lab.
Ta-mel. Bi-ti-ti-ling-jil-li-
Hua-te-nal. Ta-tu-ka-huin-cliix-lom ■
Tom-hix-ta-lab. Ta -ku-ku-li-be-lax-ta-lab.
5- Composición de las palabras- — El huaxteco tiene vo-
ces compuestas; v. g-, la partícula ó preposición tam, com-
puesta con el verbo venir, cuando ó como; y así taminullitz,
es lo mismo que «cuando yo vine;» si une á un sustantivo,
significa en, ó lugar; como tamtiteopam, «en la iglesia,» en
cuya acepción se aplica siempre á los nombres de lugares,
como Tampamolón, «en donde hay puercos á montones, ó á
cargas;» y de esta manera se verifica la composición con
otras palabras y partículas, no limitándose el huaxteco á es-
te medio de componer, sino que también usa partículas in-
tercalares. De voces simplemente yuxtapuestas, citaré por
ejemplo, huitzkojal, flor-corona, es decir, corona de flores;
apatztat, palma-estera, ó sea estera de palma- Cuando el
sustantivo se compone con adjetivo, va este primero, como
ikatinik, animoso hombre-
6. Metaplasmo. — El metaplasmo era tan usado entre
los huaxtecos, y con tal libertad, que Tapia dice: «Las pa-
EL HUAXTECO. 239
labras (en unos) parecen muy diversos de lo que son en
«otra boca.»
7. Sinónimos- — Respectivamente á su diccionario es ri-
ca en sinónimos, de los que nos dan idea los siguientes:
Correr, oklatz, azil.
Después, talbel, kahuil, taüab, zatoiki.
Frío, en general, tozob, y con aire norte tzailel-
Hablar en general, kahuh, kahui; con descortesía, olom-
kauk; murmurando, tüimnal; chanceando katzuknal-
Hacer, en general tahjal; hacer bien, tzehualli.
Ver, tzutal; mirar tellal.
Decir, ulu, olchial, olna.
Amar, en general, kanezal; con pasión letemzal
Compañero en el camino, injunil; en el trabajo, tolmihuali
en el oficio, attohom.
De la misma manera se encuentran otros sinónimos, pa-
ra expresar todas las modificaciones de las semillas, plan-
tas, animales, etc.; así es que el maíz tiene seis, igual nú-
mero la hormiga, tres la lagartija, cuatro el tordo, etc., etc.
8. Onomatopeyas. — Encuentro en este idioma bastan-
tes voces onomatopeyas, como las siguientes:
Tzok,
rayo.
Zum,
abeja-
Kukum,
paloma.
Kakokol,
cacarear.
Zuzum,
lloviznar.
Ululul, tininil,
tronar.
Atix,
estornudo.
Huahual,
ladrar.
Kua,
sapo.
9- Géneros- — No tiene variedad de terminaciones que
distingan el sexo, sino que, generalmente, cada uno tiene
su nombre del todo diferente que le distingue, como hom-
bre, infle; mujer, uxum. Sin embargo, hay nombres que por
su identidad no pueden, por sí solos, dar á conocer el sexo,
y esto lo remedia el huaxteco, agregando al nombre, en ta-
240 EL HUAXTECO.
les casos, la palabra macho ó hembra; tzalle, el rey; uxum-
tzalle, hembra-rey, es decir, la reina.
De la misma manera procede con el sustantivo acompa-
ñado de adjetivo, habiendo nombres diversos que, por sí so-
los, expresan uno y otro con perfecta distinción del sexo;
yetzel, hombre viejo; uxkuae, mujer vieja; tziom, cosa vieja;
tuz, hombre gordo; kochol, cosa gorda, ó bien tzejelinik, joven
hombre; tzejeluxm, joven mujer.
Además tiene otro modo de distinguir el sexo: el hom-
bre, cuando habla, da á sus parientes un nombre diferente
que la mujer; esta dice á su hijo tam, y aquel le llama atik.
Hay, empero alguna excepción, como madre, á quien los
hijos varones llaman del mismo modo que las hembras, y
tomol, esposo, que se aplican igualmente ambos consortes.
10- Número- — Tiene número singular y plural; fórmase
este del primero, añadiendo la terminación chik; atik, hijo;
atikchik, hijos, regla que tiene algunas excepciones.
Cuando de usar la partícula chik, puede resultar anfibo-
logía, cuida el huaxteco de evitarla, expresando el plural
con el numeral correspondiente, si se puede fijar el núme-
ro de cosas de que se habla, y si es indeterminado con la
partícula yam, que significa mucho, ó cosa mucha: si á kua,
el sapo se le agrega chik, se confundiría con el verbo de es-
tar, y para evitarlo se dice yam kua, anteponiendo yam, cu-
ya forma acostumbran á veces, aun sin necesidad de evitar
confusión.
Basta que el sustantivo indique plural, para que no lo ha-
ga el adjetivo, y vice versa, lo cual se nota también en los
sustantivos acompañados de pronombre patax hualahchik,
literalmente, es todo pecados; kuakua paüomchik , santo pa-
dres; naxe lahu intzalle takixtal, este diez del rey manda-
miento; huahua yaatichualle, nosotros el desterrado; yam
inki, muchos hombre, etc. No hay, pues, concordancia de
número-
11. Caso. — No tiene declinación para expresar el caso,
pues sus nombres no varían de terminación, si no es voca-
tivo, agregando una e al nominativo; ajatik, señor; ajatike,
¡oh Sefior! alargando la e cuando se quiere demostrar res-
peto, como de pailón, padre, pallóme, pailomee- Hay algu-
nas irregularidades: á tzalle, el príncipe, ó rey, se le añade
EL HUAXTECO. 241
la sílaba lom, antes de la e, tzallelome, y lo misino á los ver-
bales en ix ó en ox; y así de loox, salvador, sale, looklome:
cuando se quiere demostrar amor ó familiaridad, se añade
la partícula tatú antepuesta, como de exopchix, maestro, ta-
tuexopchixlome, en cuyo caso suele omitirse la partícula lom,
sincopando, y esto es más usado por las mujeres, que rara
vez acostumbran la otra forma. El genitivo se puede expre-
sar, á veces, con el pronombre posesivo; el acusativo se in-
dica con la partícula intercalar chi, en algunas modificacio-
nes del verbo, como veremos al tratar de este. También hay
preposiciones y partículas componentes para expresar la
relación de las ideas, y en fin, muchas veces se conoce esa
relación sólo por la posición de la palabra en el discurso,
por su contexto, ó por la simple yuxtaposición; v. g., para
decir «corona de flores» se dice huitzkojál, flor-corona, sin
preposición de, puesto en primer lugar el término conse-
cuente y después el antecedente. En la oración dominical,
que pondré luego, se verá el sustantivo tiaeb, cielo, en abla-
tivo, sin ningún signo ni preposición que le indique, y sólo
expresado por el contexto del discurso.
12. Derivados. — Pórmanse los abstractos con la termi-
nación talab; de kaknax, cortés; káknaxtalab, cortesanía,
omitiendo algunas veces, por apócope, la sílaba ab
Con la preposición ó partícula tam, antepuesta al primiti-
vo, se suplen los colectivos, significando en, ó «dónde hay,»
como vimos al tratar délos compuestos: á estos nombres
llama Tapia impropiameníe semi-abstr actos.
Se forman los diminutivos generalmente perifraseando
por medio del adjetivo chichik, pequeño; te árbol; chichiktc,
pequeño árbol, ó sea arbolito, anteponiendo el adjetivo: pa-
ra decir hombrecito, mujercita varía el adjetivo, pues de
inik, hombre, sale tzakaminik. También la terminación U
suele usarse para significar diminución, la cual sirve igual-
mente de nota de posesión, como en yabakanü, nuestro pan,
palabra que veremos adelante, en la oración del Padre
nuestro.
Los patronímicos se forman añadiendo al nombre de la
madre la sílaba antepuesta pa, que tal vez sea contracción
de pap, padre.
No hay inflexiones peculiares para el comparativo, usan-
1 6
242 EL HUAXTECO-
do del adverbio okox, ó de kahuil, en significación de más ó
mejor.
El superlativo se forma por medio de la sílaba antepuesta
le; pullik, grande; lepuüik, muy grande. (2)
13. Pronombres personales. — Los pronombres perso-
nales son:
Nana, yo- Huahua, nosotros.
Tata, tú. Xaxa, vosotros.
Jajá, aquél Baba, aquellos.
í 14. Posesivos.— Los posesivos se expresan así:
Naiia ukalfó solo u, mío-
Tata akal ó anakal, ana ó a, tuyo.
Jajá inkál, ó in, suyo.
En el plural dícese simplemente xaxabal, de vosotros ó
vuestro; y nuestro parece que se expresa con la sílaba pre-
positiva ya. U, ana ó a é in se componen con el verbo, ante-
puestos, como veremos luego, y también con el nombre; v.
g., mim, madre; unim, mi madre; amim, tu madre; inmim, su
madre.
15. Interrogativos.— En interrogativos no es escaso el
idioma.
Itam, ¿quién? para preguntar por personas.
Rama, ¿quién? de una manera indefinida.
Atam, ¿qué cosa? para inanimados.
Atamto, ¿qué?
16. Demostrativo. — El demostrativo no tiene las modi-
ficaciones que en otras lenguas, para señalar la persona que
está cerca del que habla, ó de aquella á quien se habla, y el
único que hay es exe ó naxe, este, ese, ó aquél.
17. Relativo. — No hay relativo, ele modo que las oracio-
nes donde debiera concurrir, se forman como si se estuvie-
ra tácito; v. g., úbellal á Dios paüom patax huahuil intahja-
mal tiaeb ani tzabal, literalmente significa: «Creo en Dios
Padre Todopoderoso hizo el cielo y tierra» en lugar de «que
hizo,» etc.
18. Conjugaciones de los verbos.— Las conjugaciones
EL, HUAXTECO- 243
de los verbos pueden reducirse á dos; unos que hacen la
terminación del pretérito imperfecto de indicativo en itz ó
t itz, al ó mal, y otros en nek ó nenek, «siendo solo motivo de
«hacer clase ó conjugación aparte, dice Tapia, el que aun-
«que estos verbos hacen el pretérito en itz, como los de la
«primera, los de la primera nunca hacen en nek ni nenek co-
«mo los de esta segunda»
19. Sus modificaciones- — Tiene el verbo varias modifi-
caciones, activa, pasiva, reflexiva y además otras cinco pa-
ra expresar diversas relaciones que, en nuestras lenguas
analíticas, sólo pueden formarse con varias palabras que
acompañan el verbo: he aquí un ejemplo que lo hará com-
prender. (3)
1^, yo hago, utahjal ó intahjal,
2^, yo soy hecho, tanintahjal-
3^, yo me hago, utahjaltuba.
4$, yo me lo hago, utahchialtuba-
5^, yo te lo hago, tatutahchial-
6^, yo se lo hago, vtahchial.
7^, yo lo hago muchas veces, utahchinchial.
8^, hacer ú obligar á otrc á ejecutar alguna acción;
v. g., comer, kapunza.
20. Ejemplo de conjugación. — He aquí un ejemplo de
la primera conjugación, que, con las subsecuentes explica-
ciones, dará á conocer el mecanismo del verbo huaxteco.
Indicativo. Presente.
Nana utahjal ó intahjal, yo hago, etc.
Tata atahjal ó ittahjal.
Jajá intahjal.
Huahua yat&hjal.
Xaxa y atahjal.
Baba tahjal.
Pretérito imperfecto.
Nana utahjalitz ó intahjaütz, yo hacía, etc.
Tata utahjalitz Ó4ttahjalitz.
244 EL HUAXTECO-
Jajá ittahialitz.
Huahua huatahjalitz.
Xaxa itztahjalitz ó atahjalitz-
Baba uttahjalitz.
Pretérito perfecto.
Nana utahjaitz ó utahiamal, ó utalijamalitz, yo hi-
ce, etc.
Tata atahjaitz ó atahjamal ó atahjamalitz.
Jajá intahjaitz, etc.
Huahua yatahjaitz, etc.
Xaxa yatahjaitz; etc-
Baba tahjaitz, etc.
Pretérito pluscuamperfecto.
Nana utahjalak ó utahjamalak, ó utahjamalakitz.
yo había hecho, etc.
Tata atahjalak, etc.
Jajá intahjalak, etc.
Huahua yatahjalak, etc.
Xaxa yatahjalak, etc.
Baba tahjalak, etc.
Futuro imperfecto.
Nana ku ó kin, ó kiatahja, yo haré, etc.
Tato kiatahja, etc.
Imperativo.
Tato katahja, haz tú, etc Xaxa katahja.
Jajá katahja. Baba katahjan.
Huahua katahjan.
EL HUAXTECO- 245
Subjuntivo. Presente.
Nana katahja ó kiatahja, yo haga, etc.
Tata katahja ó kiatahja.
Jajá katahja, etc.
Pretérito imperfecto.
Nana kin, u, ó intahjalak, yo hiciera, etc. Huahua yatahjalak.
Tata a, ó ittahjalak. Xaka kiatahjalak.
Jajá kiatahjalak. Baba kiatahjalak.
Infinitivo.
Tahjal, hacer.
21. Explicación del verbo- — Se ve, pues, que la conju-
gación huaxteca, tomando por punto de comparación el in-
finitivo, se forma agregando á éste partículas, prefijos y
terminaciones.
El presente de indicativo es el infinitivo con los prefijos ó
pronombres posesivos u, a, in, en las personas del singu-
lar, y la partícula ya, antepuesta á la I?1 y 2^ persona de
plural: la 3?1 persona de este número se conoce sólo por el
pronombre personal baba: la segunda del singular puede
ir marcada con la partícula prepositiva it, sola, ó con ella y
el posesivo an. El pretérito imperfecto lleva también pre-
fijos y partículas antepuestas, y la terminación it?.. El per-
fecto usa los prefijos y partículas del presente, y tiene tres
terminaciones que se forman sobre el infinitivo quitada la
letra final. El pluscuamperfecto se distingue por las ter-
minaciones, ak, malak, ó malakitz. El futuro no tiene prefi-
jos; pero sí las partículas antepuestas leu, kin ó kia, y en su
final pierde la última letra del infinitivo.
Igual letra falta á las personas del imperativo, excep-
tuando dos que acaban en n: ka es la partícula que se ante-
pone á todas las personas.
El subjuntivo tiene igual mecanismo á los otros modos;
y si bien se examina podrá verse que el presente está su-
246 EL HUAXTECO-
plido por el futuro de indicativo y el imperativo, excepto la
1?- y 2& persona del plural. La terminación del pretérito es
una de las del pluscuamperfecto de indicativo.
El infinitivo es el presente de indicativo, sin ninguna par-
tícula ni prefijo.
22. Verbales y participios. — Los nombres verbales se
forman agregando x ó chix al infinitivo: v. g. , de txobnal, sa-
ber; tzobnax, el que sabe.
Participios, según parece (4), hay de presente y de pre-
térito; al menos de este último dice Tapia, que se forma
por medio de la terminación titz; tahjal, hacer, tahjattitz, el
que hizo.
23. Qué se usa generalmente en lugar del infini-
tivo.—En lugar del infinitivo se usa comúnmente el futuro
de indicativo ú otro tiempo, de modo que para decir yo
quiero hacer, digo ule kiatahja quiero haré: el primer (man-
damiento) oir misa, será tin hunil Jcaatza misa, esto es, oye
misa, usando del imperativo. No por esto deja de usarse
algunas veces el infinitivo (5), del cual se encuentra una va-
riedad, y consiste en no usar la misma terminación del pre-
sente de indicativo, sino b; v. g., tahjab en lugar de tahjal. So-
bre esta forma enseña Tapia que «cuando estos infinitivos se
«modifican con adverbios de manera que quede indefinida
«la acción, se interpone entre el adverbio y el verbo este
«semipronombre, hita.» Y en efecto, así lo veremos usado
en la oración del Padre nuestro.
24. 2^ modificación del verbo. — La segunda modifica-
ción del verbo ó pasiva, se forma con las mismas termina-
ciones que la primera; pero con diferentes partículas para
las primeras y segundas personas, y terminando en chial
las terceras; como se ve aquí:
Tanintahjal, yo soy hecho, etc- Tahuatahjal.
Tatitahjal. Taxitahjal
Intahchial . lntahchial.
Para comprender bien esta forma, así como las demás,
obsérvese que la raíz del verbo es tah-
25. 3^ modificación. — La tercera modificación, ó re-
flexiva, es igual á la voz activa, sin más que el agregado de
EL HUAXTECO- 247
ciertas partículas que suplen á los pronombres me. te, se
del francés ó castellano, y son, según el orden de las per-
sonas, tuba, taba, timba, tuaba, tiaba, timba; y así yo me ha-
go, será utahjaltuba; tú te haces, atahjaltaba, etc.
26. 4^ modificación. — De la cuarta modificación pondré
un ejemplo:
Yo me lo hago, utahchialtuba.
Tú te lo haces, atahchialtaba.
Aquel se lo hace, intahchialtimba.
27. 5^ y 6^ modificación. — La 4^ modificación, como se
ve, es la reflexiva con inclusión del acusativo lo, ó esto, re-
presentado por la sílaba intercalar chi. Esta misma, y con
igual significación, figura en las modificaciones quinta y
sexta, que incluyen el pronombre en dativo combinado del
modo que se ve en los ejemplos siguientes:
Yo te lo hago, tatutalickial.
Tú me lo haces, tanatahchial.
Aquel me lo hace, tanintahchial.
Yo se lo hago, utahchial-
Tú se lo haces, utahchial.
Aquel te lo hace, tatitahchial
28. 7^ modificación. — La séptima modificación, que pue-
de llamarse frecuentativa, se forma intercalando á las ante-
riores la sílaba chin, de esta manera:
Yo se lo hago muchas veces, utahchinchial
Tú se lo haces, etc., atahchinchial.
Aquél se lo hace, etc., intahcinchial.
29. 8$ modificación.— Por último, la octava modificación
se ofrece en los verbos que con propiedad pueden tomar
significado compulsivo, y se forma añadiendo la terminación
anza; v. g., utzal, beber; hacer beber á otro será utzanza, cu-
ya regla tiene pocas excepciones: cuando el verbo acaba en
n, en infinitivo, entonces la pierde, y sólo recibe la termi-
24:8 EL HUAXTECO-
nación za ábohin, bañarse; bañar á otro, abchiza; regla que
también tiene algunas pocas excepciones.
30. Verbos de la segunda conjugación.— Por lo que
respecta á los verbos de la segunda conjugación, que hacen
el pretérito en nelc, ya se dijo en qué consistía su diferen-
cia, y por lo demás se conjugan de la misma manera que
los de la primera, siendo de advertir que los en nek, pare-
cen ser intransitivos, ó tomados como tales, y que algunos
hay que admiten las dos terminaciones del pretérito para
dar más fuerza á la expresión. «Cuando estos mismos ver-
«bos (en nek), dice Tapia, admiten construcción de activos,
«es lo más usado preterizar como los de la primera conju-
«gación- »
31. Verbos derivados. — Hay algunos verbos, derivados
de nombres, que tienen generalmente su terminación en
beza ó meza; v. g., tzikot, cosa ancha; tzikotmeza, ensanchar.
32. Cómo se suple el verbo sustantivo. — No hay ver-
bo sustantivo, que se suple por elipsis; v. g., ¿itamtami na-
na? ¿quién yo? en lugar de ¿quién soy yo? Otras veces, yes
forma notable de esta lengua, se usa el pronombre perso-
nal conjugado, en pretérito, agregándole la terminación itz;
y así nanaitz, tataitzjajaitz, significan yo fui, tú fuiste, aquél
fué. Otras veces se suple con el verbo estar; anitz kuachik,
así está, que significa así es.
33. Preposiciones. — Hablando de las preposiciones, dice
Tapia: «De ellas á los adverbios hay poquísima diferencia
«en el sonido y aun equivocación muchas veces en el signi-
«ficado.» Sin embargo, hay algunas que muy bien equivalen
á las nuestras, como las siguientes:
Tin,
á, en-
Kal, tinkal,
por ó con-
Ti,
en.
Al, tinal,
entre.
Timba,
de. cerca de
Mazak'i,
hasta.
Mazakmab,
desde.
Tintamet, tinxot,
ante-
E>-:!. tinébal.
iineb,
por.
La preposición nunca se pospone.
EL HUAXTECO. 249
34. Partículas. — Hay varias partículas que se usan en
composición, algunas de las cuales tienen significado de ad-
verbio y otras de preposición, ó de uno ú otra según el sen-
tido del discurso (6), siendo las principales ki, tieb, tam ó
tan, ni, zay, at. La partícula il, pospuesta, sirve para for-
mar adverbios de los números hun, uno; hunil, una vez;
también admiten los numerales las partículas tam, tinéb, ki,
con las cuales se forman adverbios ó modos adverbiales de
personas ó tiempo; v. g., tres personas, oxtineb ú oxtieb,
sincopando; oxki, de aquí á tres días; tzabki, pasado maña-
na, es decir, dentro de dos días: ni, pospuesta á hun, uno,
le da la significación de único, y tieb hace lo mismo con los
otros números, como oxtieb, tres únicos ó tres solos: ki, pos-
puesta, sirve también para denotar familiaridad ó cariño ó
que lo que se dice no es cosa de importancia.
35. Adverbios de modo. — Carece esta lengua de adver-
bios de modos, los cuales se suplen con la preposición kal,
con, y el sustantivo abstracto, de modo que buenamente se-
rá kal alhuatalab, es decir, con bondad.
36. Conjunción. — «No me parece la conjunción cosa par-
ticular, digna de lugar propio, dice Tapia, porque un pro-
«pio vocablo ya es adverbio, ya es conjunción, ya es disyun-
ción; v. g., Pedro y Juan han de ir, Juan ani Pedro kanatz:
«aquí el ani es conjunción rigorosamente- En esta otra: sea
«así, ó no sea así, yo lo he de hacer, maxanimax ibani nana,
«kutahja, la mesma voz repetida es adverbio. En esta pro-
«pia oración, el max, como se ha visto, es disyunción, en
«esta otra es adverbio: si lo ha de hacer, que lo haga, max
«kiatahja kiatahja. »
37. Dialectos. — De las siguientes palabras del autor de
la noticia sobre el huaxteco, se ve que tenía un dialecto
usado en Tamtoyoc: «Tendrá gran cuidado el principiante
«en no tropezar en el dialecto y pronunciación de los de
«Tamtoyoc y la mayor parte de la jurisdicción de Tampico,
«excepto Pánoco, que no pronuncian la tz como está dicho,
«mayormente los serranos de Tamtino, sino que en lugar
«de la tz usan de ch, pronunciándola como nosotros en cas-
«tellano y afectando un remilgo: con esto hacen confusísimo
«el idioma y le llenan de equívocos.»
En la colección de Padre nuestros en lenguas indígenas,
250
EL HUAXTECO.
publicada por la Sociedad de Geografía y Estadística de
México, se ve esa Oración traducida al huaxteco, en tres
dialectos diferentes, de manera que puede asegurarse por
lo menos la existencia de tres variedades del idioma.
38. Ejemplo de la oración dominical. — Presentaré,
por último, el Padre nuestro en huaxteco, y haré su análisis
para que el lector pueda, en lo posible, completar la idea
que he querido darle de esa lengua.
Pallóme
Padre
anitkuahat
(que) estás
tiaeb
(en el) cielo
kuakua-
santo
uhlu anabi kachik anatzalletal ka-
dicho (sea) tu nombre venga tu reino se
tahan
haga
analenul
tu querer
tetizábal
sobre (la) tierra
nuantiani
como
huatohab
hacer
tiaeb.
(en el) cielo.
Ani
Y
tahupim-
tú darás ■
xakue
hoy
kailel
cada día
yabakanü
nuestro pan
kni
y
takupa—
tú per-
kidamchi antuhualabchik antiani hua-
donarás (nuestros) pecados como no-
¡tua
sotros
tupakulamchial
perdonamos
tutomnanchixlom
(á nuestros) deudo-
cuik
res
ani
y
ib takuhila, tinkal ib
no (nos) dejarás, para que no
kukuallam
caigamos
Un exextalab timat takuluoh
en tentación antes (nos) salvarás
timba
de
ib kuakua. Anitz katahan.
(lo) no santo (lo malo). Así se haga.
ei/'huaxteco. 251
39- Análisis. — Paüome: vocativo de pailom, indicado por
la terminación e.
Anitkualiat : del verbo kuahat, estar, segunda persona de
indicativo, presente, como lo demuestra su terminación
igual á la del infinitivo, la partícula it y el prefijo an. Res-
pecto al castellano, queda tácito, antes del verbo, el pro-
nombre relativo de que carece el huaxteco.
Tiaeb: sustantivo en ablativo; pero sin preposición ni sig-
no que indique el caso.
Kuakuaahlu: Tcuakua significa bueno, santo; uliul, dicho,
de ulu, decir.
Anabi: compuesto de bi, nombre, y de ana, posesivo, co-
rrespondiente á la ssgunda persona del singular.
Kachlk: imperativo del verbo chlk, venir, marcado con la
partícula ka.
Anatzalletal: compuesto del posesivo, ana, tuyo, y de tza-
lletal, reino, en la forma abstracta, pues se deriva de tzaüe,
rey, señor, dueño ó gobernador, tomando la terminación
tal de los abstractos.
Kataham: es un impersonal del verbo tahjal, hacer, según
explica Tapia (pág. 3.1 )\
Analenal: ana, posesivo; lenal, parece contracción ó abre-
viación de leJienal, que significa querer, lo que no es extra-
fio sabido el mucho uso que los huaxtecos hacían del meta-
plasmo.
Tetitzábal: compuesto de la preposición teti, y de tzabal,
tierra.
Nuantlani: adverbio.
Huatahab: es la variedad del infinitivo tahjal, hacer, expli-
cada en el párrafo 23.
Tiaeb: sustantivo en ablativo, sin ningún signo que indi-
que el caso como anteriormente observamos.
Ani: conjunción copulativa-
Takupiza: segunda persona del singular de futuro de in-
dicativo del verbo pizal, dar, como lo indica la falta de la úl-
tima letra, respecto al infinitivo, la partícula ku, y el pro-
nombre ta, abreviación de tata.
Xahue. adverbio-
Kaüel: adverbio.
Yabakanil: balean, significa pan; ya, según este ejemplo y
252 EL HUAXTECO-
otros que se ven en la gramática y doctrina cristiana, co-
rresponde á nuestro; il es una terminación explicada al tra-
tar de los derivados.
Ani: conjunción.
lakupakidamchi: aquí se ve talen, de que se habló ante-
riormente; pakulamchia, es el futuro de pakalamchial, per-
donar, perdida la / final del infinitivo, según la forma co-
mún.
Antuhualabchik: hualab, significa pecado; chik, es la ter-
minación de plural; antu, no le he visto explicado en ningu-
na parte.
Antiani; es un adverbio.
Huahua: pronombre de la primera persona del plural.
Tupakulamchial: del mismo verbo 'perdonar, explicado ya.
Tutomnanchixlomchik: tutomnanchix; es un participio, ó
verbal de los que terminan en chix; la terminación chik, es
la de plural; lom, según la noticia de Tapia, se usa con los
participios terminados en chix, en vocativo; pero también
cuando están en plural, según dice á la página 9.
Ani: conjunción-
Ib: adverbio.
Takithüa: taku, se ha explicado ja,; hila, es el futuro de
hilal, dejar.
linkal: preposición.
Ib: adverbio.
Kukuallam: subjuntivo del verbo huallam,ca,ev, señalado
con la partícula ku.
lin: preposición.
Exextalab: abstracto, según se ve de su terminación tcr
lab.
Tirnat: adverbio.
Takulouh: taku, ya se explicó: louh, es el verbo salvar.
Timba: preposición.
76: adverbio.
Kuakua: nombre sustantivo.
Anitz: adverbio.
Katahan: ya se explicó.
NOTAS.
(1) Tapia omite las letras c/¿ y tz en el alfabeto (pág. 1?0;
pero las menciona más adelante (pág. 2 y 3); en rigor hay
tres ch, pues esta letra tiene tres sonidos, y así debía haber
otros tantos caracteres para expresarlos.
(2) Así se ve claramente de la explicación del autor que
sigo (Tapia, pág. 12), no obstante que poco antes dice: «No
«hay nombre que pueda formar comparativo ni superlati-
vo.» Tal contradicción creo viene de que acaso para el au-
tor no hay superlativos, si no se forman por medio de ter-
minaciones, como si las partículas antepuestas no pudieran
hacer el mismo oficio.
(3) Nuestros antiguos gramáticos, como dije en el prólo-
go, se regían para sus explicaciones por la gramática latina,
y así es que querían amoldar á ella las lenguas mexicanas:
no es, pues, extraño, que nuestro Tapia diga (pág. 21) que
no hay sino voz activa y pasiva; pero el hecho es que más
adelante tiene que suponer una segunda voz pasiva, en la que
incluye todo lo que le faltaba.
(4) En medio de la confusión con que está escrita la no-
ticia de Tapia, no es fácil conocer de un modo satisfactorio
si hay participios en huaxteco; de modo que sólo he puesto
lo que me parece más probable. Baste decir que el dicho
autor, analizando ciertas palabras, asienta que «no parecen
«rigorosos participios, aunque se deriven de verbos y sig-
«nifiquen cosa que necesita tiempo para su acción. » ¿Cómo
conciliar esto con la siguiente definición de los mejores gra-
máticos? «Un nombre es verbal cuando se deriva de verbo;
«pero si además conserva la significación de tiempo y ac-
ción ó pasión, es participio.» ¿Por qué, pues, si hay pala-
254 EL HUAXTECO.
bras, en huaxteco, que tengan este carácter, no le parecen
participios, á Tapia? No es fácil adivinarlo.
(5) Según Tapia no le hay, cosa que yo no admito, por las
razones siguientes:
1^ Porque lo que el autor llama impropiamente raíz de
los verbos, que viene á ser el presente de indicativo sin pre-
fijos, le veo usado en acepción de infinitivo, sin poder tener
otra, en varios pasajes de la doctrina cristiana; v. g., en los
Artículos de la fe se dice: Un tzeil bellal á Dios, literalmente,
la cuarta vez creer en Dios.
2a Porque el mismo Tapia pone el verbo, en la forma di-
cha, significando infinitivo, sin que pueda ser otra cosa, en
varios ejemplos; v. g. , al hablar de las preposiciones (pág.
43), dice que netz Un tahjal significa voy á hacer, en cuyo
ejemplo Un es la preposición a, y no prefijo de verbo.
ga Porque igual forma vemos en otras de las lenguas in-
dígenas, con las cuales tiene grande analogía el huaxteco,
según veremos en la parte comparativa.
4a Porque Tapia no hace más que contradecirse y vaci-
lar en sus doctrinas. En la página 21, dice: «El infinitivo
«... siempre se suple con el presente del indicativo, etc-»
En la página 33: «Zo más comunes suplirle (el infinitivo) con
«el futuro, etc.» En la página 25: «el infinitivo se forma de
«la raíz del verbo quitada la l y puesta o, etc> Conque, en
un lugar, siempre se suple el infinitivo, en otro, por lo común,
y en otro ya se concede cierta especie de infinitivo-
5^ El usar otros tiempos por el infinitivo, no prueba sino
un modismo de la lengua huaxteca, una variedad de ora-
ciones, y nada más.
6^ Que no haya infinitivos «porque no pueden por sí
«solos ser entendidos,» como dice Tapia (pág. 33), no es
razón, pues lo mismo sucede en tocias las lenguas donde
los hay: ¿qué significan las palabras aisladas tener, haber,
etcétera?
(6) Tapia llama impropiamente semiodverbiosú, estas par-
tículas componentes, y se equivoca al dar á entender que
sólo significan como adverbios, pues de sus mismos ejem-
plos (pág. 46) se ve que tan puede equivaler á en ó a, que no
son otra cosa sino preposiciones, y at equivale á con, según
su vocabulario (pág. 87).
CAPITULO XLT1I.
COMPARACIONES RELATIVAS
A LOS IDIOMAS MAYA, QUICHE, HUAXTECO Y MAME.
M. Charencey en su opúsculo «ie pronom personel dans les
idiomes de la famille lapachulana huaxteque (p. 2) dice que
yo llamo impropiamente Mames! Zaklohpakap. Debo, pues,
manifestar, por principio de este capítulo, que ni soy yo
quien he inventado ese nombre, ni es impropio, como pue-
de verse leyendo1" las noticias preliminares del cap. 45. Lo
cierto es que Mr. Charencey en otro opúsculo suyo poste-
rior, intitulado: Notice sur quelques f amules de langues du
Mexique (p. 33), adopta la denominación de familia mame-
huaxteca. El motivo porque Mr. Charencey concede el pri-
mer lugar al Mame es porque cree que esta lengua se pre-
senta como la más antigua de la familia- Por mi parte opi-
no que en idiomas escritos como el español y el latín es fá-
cil seguir la genealogía de ellos; pero que en los idiomas
que carecen de signos fonéticos, de verdadera literatura,
el lingüista sólo puede marcar la afinidad; pero no la priori-
dad y posterioridad, atendiendo á que lenguas nacidas de
un mismo tronco y separadas en una misma época pueden
presentar después aspecto distinto, no por causa de edad
sino porque la una se alteró respecto de la otra por alguna
de tantas causas que influyen en el cambio de los idiomas,
como la mayor civilización alcanzada por el pueblo que ha-
bla alguna de ellas. Así, por ejemplo, se citan el hebreo y
el árabe, pertenecientes á un mismo tronco; el primero
256 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
n
quedó pobre, como rudimental respecto al segundo que se
desarrolló en razón de la civilización árabe, respecto de la
hebrea. Es sabido que los lingüistas han adoptado hoy es-
te lema: Non facies ómnibus unanec diversa tamen quelem de-
cet esse sororum. Bajo este concepto, yo llamaré á la familia
mame-huaxteca simplemente maya, porque maya es el idio-
ma más conocido y de más nombre entre los de su género,
sin conceder por esto al maya ni á ninguno de sus afines
derecho de primogenitura, sino de hermandad.
GRAMÁTICA.
1- Alfabeto. — Sólo por medio de la viva voz sería posi-
ble explicar á satisfacción las analogías de sonidos entre
los idiomas que estudiamos en este capítulo. Sin embar-
go, en las comparaciones léxicas procuraré, por medio de
la traslación más aproximada posible, hacer que se perciba
la semejanza de palabras y sus elementos.
2- Combinación de letras.— En los idiomas mayas, qui-
che, etc., no hay cargazón de consonantes en lo general de
las palabras, y más bien domina la vocal.
3. Sílabas. — Tanto el maya como el quiche, mame y
huaxteco pueden reputarse como paulo-silábicos, ya por-
que tienen muchos monosílabos, y ya porque sus palabras
de varias sílabas son de dos ó tres generalmente.
4. Composición. —La composición en los idiomas de la
familia maya se usa; pero no tanto ni con la variedad de
procedimientos como en el grupo mexicano-ópata el taras-
co, el mixteco-zapoteco y el pirinda. Esto es en lo general
hablando; pero siendo de advertir que el huaxteco usa más
la composición relativamente á los otros tres idiomas de
que aquí tratamos, mientras que el menos sintético de to-
dos es el quiche. (Véanse descripciones).
5. Onomatopeyas- — Tanto el maya como el quiche, ma-
me y huaxteco abundan en onomatopeyas, de las que se ven
ejemplos en la parte descriptiva-
6. Número- — EL maya no tiene signos para marcar el nú-
mero en los sustantivos; pero sí en algunos verbales por
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 257
medio de las finales mac, lac; quiche ak, tak. En huaxteco
encontramos la terminación de plural ch-ik análoga á las
anteriores, y aun más semejante á ic, t-ic del quiche. La fi-
nal ak, de plural, se ve en mame; v. g., de nim grande; ni-
mak grandes. Por lo demás, el signo mame de plural es la
partícula prepositiva e, usada igualmente como terminación:
la e marcando plural se encuentra también en quiche signi-
ficando los, estos, aquellos.
7. Caso. — Carecen los cuatros idiomas que aquí compa-
ro de declinación para expresar el caso, supliéndola de la
misma manera, esto es, por medio de la posición de las pa-
labras, el contexto del discurso, las preposiciones, el pose-
sivo supliendo al genitivo, etc.
En maya, quiche y huaxteco una e final es signo de voca-
tivo, así como en maya y huaxteco la terminación il marca
posesión, genitivo.
8. Derivados.— Al, el, il, ol, ul ó mejor dicho l con una
vocal eufónica es terminación del quiche para formar abs-
tractos, en maya il, en huaxteco t-al, en mame al, il
La partícula ah, generalmente antepuesta, sirve para for-
mar nombres gentilicios en maya y quiche. La misma par-
tícula ah se encuentra en algunos derivados del mame (c.
45, § 13).
En quiche y maya los sustantivos pueden significar como
adjetivos mediante un cambio de final, como uol en maya;
alali, elah en quiche.
Por medio de terminaciones se forman verbales; v. g., il,
ul, en maya; al en quiche; al, il, en mame: en huaxteco ch-
ix, en quiche ¿c; en mame on, en quiche an.
Los adjetivos numerales tienen variedad de terminacio-
nes ó partículas, según el sustantivo á que se aplican. (Véa-
se maya y quiche).
9- Género. — No hay signos para marcar el género, si no
es en maya la partícula ah ó h, significando el que, ó ix, x
significando la que, una y otra con nombres de persona-
Por lo demás, en las cuatro lenguas que comparo el modo de
conocer el sexo son las palabras macho, hembra. Hay en es-
tos idiomas varios nombres de parentesco que cambian se-
gún el sexo de la persona que habla.
17
258 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
Se encuentran algunas formas para distinguir los racio-
nales de los irracionales, los animados de los inanimados-
En quiche y mame los nombres de cosas carecen de sig-
nos para expresar el número plural-
10. Pronombre personal.— He aquí las analogías que
presenta el pronombre personal en los idiomas que nos
ocupan, usándose bajo dos formas, enteros y abreviados.
yo.
Maya. En. Quiche. In. Mame. A-in.
Quiche- Nu. Huaxteco. Na-na.
TU.
Maya- Te-ech. Huaxteco. Ta-ta.
Quiche. A- Mame. Ai-a.
EL, AQUEL.
Mame. Ahu, ahi ó aju, aji, pues la h es aspirada.
Huaxteco- J-aja.
NOSOTROS.
Maya, On. Quiche- Oh. oj.
VOSOTROS.
Maya- Ex. Quiche. Ix. Huaxteco. X-ax-a.
ELLOS, AQUELLOS.
Quiche. He- Mame- Ae-hu, ae-hi.
Maya. Ob. Huaxteco. B-ab-a.
11. Posesivo. — Las analogías del posesivo constan de las
siguientes comparaciones:
mío.
Maya. In, u. Quiche. N-u. Huaxteco. U. Mame. N-u.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 259
TUTO.
Maya. A, au. Quiche. A, av. Huaxteco. A.
SUYO, DE EL.
Maya- I- Huaxteco- I-n.
Maya. U. Quiche. U.
Maya. Ca. Quiche- Ca ó Ka. Mame. Ca ó Ka-
En huaxteco (§ 14) el signo de posesión acompañando al
pronombre personal es ca-l 6 ka-l.
VUESTRO.
Quiche. L Huax. Ya ó i-a.
DE ELLOS.
#ií?'. Ki, Ku. Mam. Ki-ehu, Ke-hu.
En estos idiomas, el posesivo se usa en composición no
sólo con el nombre, sino con el verbo para marcar las per-
sonas, según lo indicaremos luego, y más detalladamente
queda explicado en la parte descriptiva.
En la formación del pronombre recíproco en maya (§ 13)
y quiche (§ 11) hay analogías, pues consiste en el uso de una
final agregada al posesivo-
12. Verbo. — El mecanismo del verbo en los cuatro idio-
mas que comparamos es el mismo, marcar las personas
con los pronombres personales ó posesivos, los tiempos y
modos con partículas y algunas terminaciones. Véase la
parte descriptiva, y aquí pondré algunos ejemplos de las
analogías que presentan las partículas y terminaciones.
Indicativo. Presente.
Maya. Ca-h. Qui- Ca.
260 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
Pretéritos.
Maya. A-h ó aj, tah, (perf). (3?" y 4?1 conjugación). Qui.
X ó j, (perf). Huax. A-k, (plusq). Mame. T-o-k, (imperf).
Maya- Ti (perf. próximo). Huax. Itz, (perf. é imp.) Mam-
U-ti, (29 perf).
Qui. Mi, (perf. próximo. Huax. Ma-1, (perf). Mam. Ma,
(perf. 39 á 59)
Futuro.
Maya. Cu-cho-m. Qui Chi.
Maya. Ez, (2^ conjugación) . Mame. Ib~etz.
Imperativo.
En Maya el imperativo si se compara con el infinitivo,
es este modo perdida la final. (Maya § 18).
En huaxteco el imperativo llévala partícula ka; pero tam-
bién pierde la final, respecto al infinitivo.
Subjuntivo y optativo.
Estos modos, en las cuatro lenguas á que me refiero,
más bien se suplen con otros ó palabras que significan que,
si, ojalá, etc
Infinitivo.
Es la misma forma que la del indicativo presente sin pro-
nombre ni signo alguno.
En quiche y en huatexco se suele suplir el infinitivo con
otro tiempo. (Quiche, § 13 y Huax. § 33).
Gerundio no hay propiamente en estos idiomas: los del
Maya más bien son supletorios según manifesté en la des-
cripción del idioma.
Participios donde se encuentran con más propiedad es
en huaxteco y quiche.
13. Varias clases de verbos- — La gramática maya y la
quiche tienen formas para distinguir los verbos activos de
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 261
los que no lo son, y el complemento expreso ó tácito, según
lo explicado en los capítulos correspondientes. En huaxte-
co se encuentran también signos del verbo, cuando el com-
plemento va expreso, correspondientes á las modificacio-
nes ó voces 4a, 5a y 6a (§ 19 y siguiente).
En el mismo idioma huaxteco (§ 30) hay una 1^ conjugación
especial para los verbos activos. En mame se usanpartícu
las que agregadas á los verbos neutros les dan significa-
ción de transitivos; v. g., vuam, comer; vua tizam, dar co-
mida.
El verbo pasivo se forma en maya, quiche y mame cam-
biando las terminaciones del activo, y en huaxteco las par-
tículas.
Además, el verbo tiene en estos idiomas otras varias mo-
dificaciones ó derivaciones, con más ó menos riqueza en ca-
da uno; pero con el mismo sistema y muchos signos seme-
jantes; v. g., zam, en mame, es final de compulsivo; en huax-
teco za an-za; en maya i-zah (Véanse los capítulos anterio-
res).
Los cuatro idiomas tienen verbos formados de nombre,
siendo el más rico en derivaciones verbales el quiche.
El verbo sustantivo se ve con toda claridad en maya y en
mame que es el pronombre conjugado. Lo mismo he expli-
cado del quiche, y aun en huaxteco encontramos igual pro-
cedimiento en el pretérito. (Véase descripción.)
En Quiche (§ 17) se conjugan los nombres verbales como
en mame (§ 23.)
16. Preposición. — La construcción y el uso de las pre-
posiciones en maya, quiche, huaxteco y mame, tienen ana-
logía, así como la forma de algunas, según vamos á ver en
las comparaciones léxicas.
DICCIONARIO.
Como lo ofrecí anteriormente, procuraré, por medio de
nuestras letras, trasladar los caracteres propios del maya
y los sonidos correspondientes de sus congéneres, lo cual
no puede practicarse con perfección; pero es indispensable
hacerlo así en virtud de que no ha habido cuidado de uni-
262 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
formar la ortografía de estos idiomas. Entiendo se ocupa
en ello el Sr. Dr. Berendt, quien se ha dedicado especial-
mente al estudio de las lenguas yucatecas y de Centro-
América, permaneciendo en los lugares donde se hablan.
Entretanto que estudios particulares ilustran la materia,
sólo puedo hacer las siguientes indicaciones, además de lo
explicado respecto á la pronunciación del maya (cap. 43).
»=dz
c^=dj.
h=]-
p=p fuerte.
th=tt.
a;=ch francesa ó sh inglesa.
z=s dura.
HOMBRE.
Maya. Uinic. Euaxteco. Inic. Mame. Uinac.
MUJER.
Ma. Xchup. Mam. Xuuh. Hua. Uxum.
ABUELO.
Mam- Icx.-man. Hua- Mam. Quiche. Mam.
MADRE.
Mam- Chu. Qui. Chuch.
HIJO-
Ma. Ual, yal. Qui. Al, alabal.
HIJO.
Mam. Kiahol. Qui- Kahol.
HERMANO.
Ma. Icin. Mame- Itzin.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 263
HERMANO (DE LA MUJER.)
Huax. Uxibam. Mame. Ixibem.
HERMANA.
Mame. Uanop. Huax. Uakab.
HERMANA.
Mame- Itzin- Huax. Ixam.
TÍO.
Ma. Acan. Mame. Ikian.
SOBRINO.
Mame. Ikiak. Huax. Itzak.
SUEGRO (DEL HOMBRE.)
Mame. Hi. Qui. Hi. Huax. Hi-yan.
SUEGRO (DE LA MUJER.)
Huax. Alib. Mame. Ilip.
CUÑADO (DEL HOMBRE.)
Mame- Balok. Huax. Bay.
CARNE.
Qui, Chac- Mame Chihil-
CUERPO.
Ma. Uinicil. Mame. Uinkil.
CARA.
Ma. Yiche- Mame. Vuich, vuitz. Qui. Vach-
264 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
CABEZA.
Qui. Vi- Mame. Vui.
CABELLO.
Ma. TzotzeL Mame. Tzamal.
PIEL, CUTIS.
Ma. Othel. Huax- Otol.
OJO.
Ma. Ich. Mame. Vuitz-uich.
PESTAÑA.
Ma- Matzab. Huax. Matab.
NARIZ.
Mam. Cham. Huax. Zam. Qui. Tzam-
Ma. Lee-xicen. Qui. xikin.
BOCA.
Ma. Tchi. Mame. Tzi. Qui. Tchi.
PALADAR.
Ma. Mabcan. Huax- Tacan.
LENGUA.
Ma- Ac- Qui. Ag. Mame- Ac-
SALIVA.
Ma. Tuub. Mame. Tzup. Qui. Chub
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 265
DIENTE. MUELA.
Ma. Co. Huax. Ca-nab. Qui. Ca.
GARGANTA.
Ma. Kal . Mame. Kul. Qui Kul.
TETAS.
Mame. Imah. Huax. Mil. Qui. Im.
MANO, BRAZO.
Ma- Kab. Mame- Kop. Huax. Kub-ak. Qui- Gab.
CODO.
Qui. Chuc- Mame. Chunup.
BARRIGA, VIENTRE.
Mame. Kuh. Huax. Chi-kul.
• OMBLIGO.
Mam. Mux. Qui. Muxux.
RODILLA.
Qui. Chek. Mam. Chek.
PANTORRILLA.
Mam. Huakam. Hua. Pautakam.
PIE.
Mam- Kam Hua. Akam.
VENA.
Ma. Ichac. Mam. Ibac.
266 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
VENA.
Ma. Nohol. Hua. Notz.
COKAZON.
Mam. Kub. Qui. Kux.
HIÉL.
Ma- Ka. Mam- Ka. Qui. Kay.
HUESO.
Ma. Bakel, bak. .Hita. Beklek. J/am. Bak. Qui.
Bak.
TUÉTANO.
.Ma. Dzubac. Mam. Baczum.
TRIPAS.
Ma. Tchoch. Mam. Tacha.
SANGRE.
Ma. Kik. Mam. Chik. #iía. Xitz. Qu¿. Kik.
ALA DE AVE.
Ma. Xik. Qui. Xik.
COLA, RABO.
Qui. He. Jíam. He. iTua. Hueuh-
CIELO.
Ma. Caan. i¥aw. Cah. Qui. Cah.
SOL, DÍA.
Ma. Kinil, Kin. Búa- Akicha- Mam. Kih. <?i«. Gih.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 267
LUNA.
Mam. Ikhau. Qui. Ik.
ESTRELLA.
Mam- Cheu. Hua- Chuzelot.
NUBE.
Ma. Muz. Mam. Muh.
LLUVIA.
Ma. Hai- Mam. Kap-hap.
ROCÍO.
Ma. Itz. Hua. Ijel.
RELÁMPAGO.
Ma. Lemba. Hua. Ley.
RAYO.
Ha. Tchák. Hua. Tzok. Qui. Tchab.
A 5? o.
Ma. Hab. Mam. Habki. Qui. Ab.
DÍA.
Hua. A-Ki-cha. Mam. Kih.
MAÑANA.
Ma. Yaaxcal. Mam. Naxchic.
NOCHE.
Ma. Akab. Mam. Akbil. Hua. Acal.
268 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
MUNDO.
Ma. Yok-olcab- Mam- Chok.
AÜUA.
Ma. Ha (ja). Mam- A. Hua. Ija. Qui. Ab, a, at-
FUEGO.
Ma. Kak. Hua. Kamal- Mam. KanaL Qui- Gag.
AIEE.
Ma. Ikal. ik. Mam. Kia-kik. Hua. Ik. Qui. Ig.
ABENA.
Qui. Zan. fiwa. Ki-zab.
CENIZA.
Ma- Dzitaan. Mam. Tzaah. Qui- Tchach.
LODO.
Qui. Xocol. Mam. Xocol.
PIEDEA.
Ma. Tunich, tun. Hua. Tujub.
SAL.
Ma- Taab. Mam. Atzam. Hua. Atem.
ÁRBOL.
Ma. Tche. Mam. Tzehua- Te. Qui. Che.
HOJA.
Ma- Ledz. Qui. Le.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC 269
HOJA.
Mam. Xak. Hua. Hekel.
KAMA DE ÁRBOL.
Ma. Kobché- Mam. Koptzé.
ESPINA.
Ma. Kix. Hua. Kiz. Mam. Chix. Qui. Kix.
CAÑA.
Mam. Patzam. Hua. Pakal.
ESPIGA.
Mam. Tunum. Hua. Tuchu.
FLOR.
Ma. N-icte. Hua. Uitz.
LEÑO, MADERA.
Ma. Zi. Hua. Zi. Mam. Zi. Qui. Zi.
MADERA.
Hua. Te. Mam. Tze-
PLUMA.
Ma. Kukum, Kuk. Hua. Kuklek.
MIEL.
Ma, Cab. Mam. Cap. Qui. Cab.
PICO DE AVE.
Mam- Titzi. Hua. Toxi.
270 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
CUERNO.
Mam. Uka. Qui. Uka.
MAE.
Qui. Polo. Mam. Palo.
>
RIO.
Ma- Ukum. Hua. Ualka.
LLANURA.
Mam. Chakalah. Hua. Jolchal.
VALLE.
Ma- Taaxil. Hua. Tzalam.
FRÍO.
Qui. Teu. Hua. Tozob.
CALOR, CALIENTE.
Ma. Kilcab. Mam. Kiac. Hua. Kac.
HUMO, SAHUMERIO.
Ma- Buo. Qui. Buk. Hua. Pauk.
HUMO.
Mam. Zip. Qui. Zib.
VERANO.
Mam- Kihal. Hua. Kahal. Qui. Zakih.
ORIENTE.
Ma. Lakin, likil. ¿fuá. E-lelkin.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 271
MAGUEY.
Ma. Zi. Hua. Tzim.
MAÍZ.
Ma. Ixim. Hua. Iziz.
MAZORCA DE MAÍZ.
Mam. Hal. Qui. Hal-
CALABAZA.
Qui. Akam. Hua. Kalem.
PINO.
Mam. Tzah. Qui. Tchah.
PIMIENTO, CHILE.
Qui. Ic- Hua. Itz.
TABACO.
Qui, Met. Hua. May.
MONO (CIERTA ESPECIE),
Ma. Maax. Qui. Max.
LEÓN.
Ma. Coh. Qui, Coh-
VENADO.
Má. Ceb. Mam. Cheh. Qui. Keh.
TIGRE.
Jifa. Balam. Qui. Balam.
272 COMPARACIONES RELATIVAS A LOS
PERRO.
Ma. Pek. Hua. Piko.
ratón.
Ma. Cho- Qui. Cho.
ARDILLA.
Ma. Cuc. Qui. Cuc- Mam- Cuc.
ÁGUILA.
Ma. Coot. Qui. Cot-
ÁGUILA.
J/am. Tibul. Hua. Tabil.
LECHUZA.
Qwí. Xoch. Mam. Xichim. Hua. Xikaik.
CUERVO.
Mam. Hoh. Qui. Koch, hoh.
PALOMA.
Mam. Xuukx. Hua. K~ukum.
MURCIÉLAGO.
Ma. Zok. Hua. Zut- Mam. Kokz. Qui. Zotz.
TORTUGA.
Mam. Petz. IZua. Pet-
CULEBRA.
Ma. Cam, can. Jiaw. Kan. Hua. Tzam. cham. Quí.
Can.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 273
GUSANO.
Mam. Chikup. Qui. Chil.
ARAÑA.
Ma. Am. Hua. Aam. Qui. Am.
TOPO.
Ma. Ba. Qui. Ba.
pulga.
Ma. Kiak. Hua. Tzak. Qui. Kak.
MOSCA.
Qui. Xlem. Mam. Ahem.
GARRAPATA.
Mam. Zip. Hua. Tip. $mí Zip.
PIOJO.
J/a. Uk. lía??^. Uk. Hua. Utz. #?«'. Uk.
HORMIGA-
Ma. Zinic- Hua. Zanitz. Mam. Zinic-
ALACRÁN.
Ma. Zinan. Mam. Zinan. Qui. Zinah.
PESCADO.
Ma. Kay. Qui. Kar. Mam. Ker.
REY.
Ma. Ahau. Mam. Ahau.
ís
274 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
GUERRA.
Qui. Labal. Mam. Labal.
LANZA.
Ma. Tok- Qui. Tok-
ARCO (ARMA.)
Ma. Ppum. Rúa. Pulab.
FLECHA.
Qui. Tchab. Hua- Ticho-clab- Ma. Katcheil.
PUNTA DE PEDERNAL
Ma. Tchai. Qui. Tchai. Mam. Tzak.
DOLOR.
Ma. Kinam. Mam. Kion, chion.
DOLOR, SUFRIMIENTO, ENFERMEDAD.
Ma. Yail. Mam. Yabil- Hua, Yahulatz.
TOS.
Qui. Ohb. Hua. Ohob. Mam. Ohon-
CARCOBA, CORCOBADO.
Ma. Buz. Qui. Buz.
CASA.
Ma. Otoch. Hua. Ata.
CASA.
Qui- Ha. Mam. Ha-
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 275
HUSO.
Ma. Pechech. Qui. Petel.
PEINE.
Hua. Tzichab. Mam. Tziap.
PAN.
Ma. Pacach. Hua. Bacam. Mam. Buabah.
PAPEL, LIBRO.
Mam. Uh. Hua. Uh. Qui. Uh-
OLLA, VASO.
Ma. Buleb. Qui. BuhL Hua. Muí.
TAZA PARA BEBER.
Ma. Cum. Qui. Cum.
COMIDA.
Mam- Chibah. Qui. Chib.
BESO.
Ma. Dzuc- Mam. Tzubp- Hna. Tzut-bantalab.
SOPLO.
Qui. Xup. Mam. Xup.
RISA-
Mam. Tze-bil. Qui. Tze-
CANTO.
Qui. Bix. Mam. Bitz.
276 COMPARACIONES RELATIVAS A LOS
MENTIRA.
Mam. Halohpakap. Hua- Hamkauh.
SOBERBIA.
Ma. Nonohbail. Mam. Nimahibil.
PECADO.
Qui. Pau. Pah-ibil.
PECADOR.
Qui- Ahpau. Mam. Ahpah.
ESCRITURA-
Qui. Tzib. Mam. Tzibam.
BRUJO, ADIVINO.
Ma. Naal. Qui. Naual.
BRUJO, ADIVINO.
Mam. Ahka. Hua. Ehenkix.
MIEDO.
Qui. Xib. Mam- Xob-al.
MÁSCARA-
Ma. Kohel. Qui- Koh.
BAILE.
Mam- Bixbil. Hua. Bixnel.
HOYO.
Mam. Huí. Hua. Hol.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 277
MERCANCÍA.
Qui. Kairn. Mam. Kaihel.
SUEÑO-
Ma. Uenel. Mam. Uatel- Hua, Uachib-
HAMBRE-
Ma- Uih. Mam. Uaih.
SED-
Ma. Ukah. Mam. Ukah.
CLARIDAD.
Ma. Zazil. Qui. Zakil.
NOMBRE.
Qui- Bi. Hua. Bih. Mam. Bi.
BELLEZA.
Ma. Zubtalil. Mam. Tilbil.
CAMINO.
Ma- Beel, be. Qui. Be. Hua, Bel-
COLOR, PINTURA.
Ma- Bonlil. Qui. Bon-
MUERTE.
Mam. Camic. Qui- Camic.
ORINA.
Qui. Chul. Huax. Chik.
OFENSA.
Ma, Pochob- Mam. Pahilil-
278 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
POBREZA.
Mam- Mebail- Qui Mebail.
ENTENDIMIENTO.
Ma. Naat. Mam- Naobil.
BUENO.
Mam. Bam. Qui. Bom.
ENEMIGO.
Ma. Ahcaual. Mam. Ahkob.
ENEMIGO.
Ma. Kahual. Hua. Vuahlop.
MUERTO.
Ma. Zimen. Mam. Kimna.
PEQUEÑO.
Ma. Tchichan. Hua. Chinchín.
GRANDE.
Qui- Nim. Mam. Ñim.
CALIENTE.
Mam- Kiak. Hua. Kak.
TODO.
Ma. Tulakal. Mam. Tikiakil.
MUCHO.
Ma- Yab. Hua- Yam.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC. 279
SOLO, DESIERTO.
Ma. Tocoy. Hua. Tocat.
MUDO.
Hua. Mo. Mam. Men. Qui. Men.
CIEGO.
Mam. Mix. Hua. Maku.
AGRIO.
Qui. Cham. Mam. Cham. Ma. Chuh.
DULCE.
Ma. Zuc. Hua. Zic-
PESADO.
Ma. Al. Qui. Al. Mam. Al:
VIEJO
Qui. Ama. Mam. Mama. Hua. Ziame.
COSA VIEJA.
Qui. Tziak. Hua. Tziom.
FUERTE.
Qui. Cou. Mam. Cuh, Cau.
MADURO.
Mam. Tzakahna. Qui. Tchag.
RICO.
Mam. Kinon. Qui. Ginom.
280 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
POBRE.
Qui. Meba. Mam. Meba.
ENFERMO.
Qui. Yab. Hua. Yahul.
SUCIO, SUCIEDAD.
Qui. Zalilah. Mam. Tzilal.
HERMOSO.
Qui. Hebel. Hua. Huabel.
NEGRO.
Ma. Ekbok. Hua. Ehek. Qui. Gek.
BLANCO.
Ma. Zac. Hua. Tzacni. Qui. Zac.
ROJO.
Ma. Tchac. Hua. Tzacni. Qui. Zac
AMARILLO.
Ma. Kanal- Qui. Gan. Mam. Kan.
UNO.
Ma. Hun. Hua. Hun. Mam. Hum- Qui. Hun.
DOS.
Ma. Ca. Mam- Cabe. Qui. Cab. Hua. Tzab.
TRES.
Ma. Ox. Hua. Ox. J/am. Oxe. Qwi. Ox, oxib.
IDIOMAS MAYa, QUICHE, ETC- 281
CUATRO.
Ma. Can. Mam. Kiahe- Qui. Kah.
CINCO.
Ma. Ho. Hua. Bo. Mam. Hoc. Qui. Oo, oob.
SEIS.
Ma- Uac- Hua. Acac- Mam. Uacac. Qui. Uacakib.
SIETE.
Ma. Uuc- Hua- Buc. Mam. Buc. Qui. Ucub.
OCHO.
Ma. Uaxab. Hua. Huaxik. Mam. Uahxk- Qui. Uaha-
kib.
NUEVE.
Ma- Bolón. Hua. Beleu. Mam. Belhuh Qui. Beleh.
DIEZ.
Ma. Lahun. Hua. Lahu. Mam. Lahuh. Qui. Labuh.
VEINTE.
Ma. Hunkal. Hua. Huminik. Mam. Huinkin. Qui.
Huvinak.
CIENTO.
Ma. Hokal. Mam. Okal. Qui. Okal.
Yo, tú, etc. Véanse las comparaciones gramati-
cales.
ACABAR.
Mam. Bahle. Hua. Tale.
282 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
ANDAR.
Qui. Bey. Hua. Beyal. Ma. Beti.
ARROLLAR.
Ma. Bol. Qui. Bol.
ACOSTARSE.
Qui- Cotz. Mam. Cutze. Hua. Cuatzi.
ABRIR.
Hua, Hapi. Qui. Hak. Mam. Hakon.
ANDAR.
Mam. Beti. Hua. Belal.
ARRANCAR, CORTAR.
Qui- Hoch. Ma. Hokzah.
ALEGRARSE.
Qui. Zihah. Mam. Tzalah.
AYUDAR.
Mam. Onim. Hua. T-olmi.
BAILAR.
Mam. Bixain. Hua. Bixom.
BEBER.
Ma. Ukul. Mam. Ukam. Qui. Ukah.
BAÑARSE.
Hua. Achín. Mam. Ichin.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC- 283
BUSCAR.
Qui. Hoy. Mam. Hoyon.
BRILLAR.
Ma. Lem. Qui. Lemlot-
BESAR.
Mam. Tzubam. Qui- Tzub. Hua. Tzubzbay.
CREER.
Ma> Oczahuoltaal. Mam. Oczalam.
CANTAR.
Qui Bix. Mam. Bitzan.
CURAR.
Qui. Cun. Mam. Canam.
CONTAR.
Mam. Ahlan- Hua. Ahial-
CARGAR.
Qui- Ekah. Mam. Ikam.
CORTAR.
Ma. Kuptal. Qui. Kux. Mam. Kupum.
COMER.
Qui. Va. Mam. Vuam.
CAMINAR.
Mam. Betem. Hua. Bellal.
284 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
COSECHAR EL MAÍZ.
Qui. Hach. Mam. Hachom.
DECIR.
Mam. Chi. Hua. Ol-chial.
DOBLAR.
Mam- Pakon. Hua. Paklal.
DESCANSAR.
Qui. Lian. Mo;m. Oh-lam.
DESNUDAR.
Mam. Zambam. Qui. Zan.
ESCRIBIR, PINTAR.
Ma. Dzib, dziblal. Mam. Tzibam. Qui. Tziba-
ENTRAR.
Ma. Okol. Mam. Oki. Qui. Ok. Hua. Oza, otzi.
(Nótese que es frecuente el cambio de A' en Z y sus com-
puestas).
ENFRIAR.
Mam. Cheuzam. Hua. Tzauza.
ENVEJECER.
Mam. Mamaix. Qui. Mamaah-
ENTERRAR.
Mam. Mukum. Qui. Muk-
ESCUPIR.
Mam. Tzubam- Hua. Tzuplatz.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC- 285
ENFERMAR.
Mam. Yapti. Qui- Yabih.
FIJAR.
Ma- Hedz. Qui- Hek.
FAVORECER, AYUDAR.
Qui To. Ma. Tocah.
GUERREAR, HACER LA GUERRA.
Qui- Labah. Mam. Laban-
GUARDAR.
Mam. Kuum. Hua. Koy.
HERIR.
Ma. Zimbezah. Hua. Tzobeza.
HERIR.
Ma- L-oxic. Mam. Ixhi.
HILAR.
Ma. K-uchak. Hua. Huicha.
HACER.
Qui. Ban. Mam. Bancham.
HINCHARSE, AUMENTAR.
Qui. Polouah. Ma. Ppolezah.
HACER LODO.
Qui. Xokolih. Mam. Xocolix.
286 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
IR, ANDAR.
Ma. Binel. Qui. Biih.
JUZGAR.
Mam. Tahkua- Hua. Takumchi.
LEER.
Mam. Ahlan. Hua. Ahial-
LEVANTARSE.
Mam- Kiche, kixche Hua. Kacha.
LLORAR.
Ma. Okol. Hua. Uknal. Mam. Oki. Qui- Og, ok.
LLAMAR.
Mam. Kakzan. Hua. Kani.
MORIR.
Ma. Zimil. Hua. Zemil. Mam. Kime.
MATAR.
Ma. Zimzah. Mam. Kimizan. Hua. Zemza. Qui. Ka-
mizah.
METER.
Qui- Koh. Mam Oki.
MENTIR.
Mam. Halón. Hua. Hamtalab.
MOLER.
Mam- Cheem. Qui. Keen, Keeh.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC 287
MAMAR.
Mam- Chuum. Hua- Chuchul.
MIRAR, VER.
Qui- Tzun. Hua. Tzutal.
NACER.
Ma. Z-ihil. Ma. Izhe.
OLER.
Qui. Koin. Mam- Zikon. Hua. Zika, jika
PARIR.
Ma. Alan- Mam. Alam-
PENSAR, ACORDARSE.
Qui. Naba. Mam. Nabam.
PICAR.
Mam. Tocliom- Hua. Tochi-
PONER.
Mam. Kubi Hua- Kuabal.
PREGUNTAR.
Mam. Kanin. Hua. Konoy.
QUEMAR.
Mam. Tzazan, tzei- Hua. Tai, taza.
QUERER.
Ma. O-lak. Hua. Le-
288 COMPARACIONES RELATIVAS Á LOS
QUITAR, TOMAR.
Qui. Mah. Ma- Machal-
QUEJARSE.
Mame- Elenel. Hua. Ejel.
REUNIR, JUNTAR.
Qui. Mol. Ma. Mol, molcabtaal. Mam. Mohben.
ROMPER, QUEBRAR.
Ma- Paxal, pax. Qui. Pax. Hua. Pokeitz.
reír.
Mam. Tzeen. Qui- Tzeh. Hua. Tehnal.
RESPONDER.
Mam. Tzakuem. Hua. Tzoktzi.
RODAR.
Mam. Tolim. Hua. Tulik.
SEMBRAR.
Qui. Au. Mam. Auam.
SUFRIR.
Qui- Kuy. Hua. Kupchi, jupchi.
SANGRAR, HERIR.
Qui. Tok. Ma. Tok.
SOPLAR.
Qui. Xup. Mam. Xupin.
SACAR.
Hua- K-alza. Mam. Elzan.
IDIOMAS MAYA. QUICHE, ETC. 289
SALAR.
Mam- A-tzamin. Hua. Tzapin.
SALIR.
Hua- K-alel. Mam. Eli.
TRAGAR.
Qui. Big. Mam. Bikon.
TARDAR, ALARGAR, ALEJAR.
Ma. Naachtal- Qui. Nahtih.
TOSER.
Qui. Ohbar- Hua. Ohobol. Mam. Ohnapti.
TRONAR, RUIDO.
Mam. Tililin. Qui. Tinin-
TENER MIEDO-
Qui. Xib. Mam. Xob.
TENER HIPO-
Mam. Xokopti. Hua. Xuchkul.
TOPAR.
Mam. Maktzin. Hua- Mapui.
VENDER.
Ma. Con. Mam- Cain.
VER-
Ma. Ylah. Mam. Ylon. Qui. Yl.
VER.
Ma. Kaah- Mam. Kain.
1 9
290 COMPARACIONES RELATIVAS A LOS
VENIR-
Mam. Uli- Hita. ülel. Qui. Ul.
DEBAJO-
Ma. Alan. Hua. Alai.
ALLÁ-
Jí/am. Tzixi. Hua. Tixua, tihua.
LEJOS.
31a. Nach. .tom. Nachak. Qi*í- Naht.
CERCA.
Ma. Nadz. j|/a)?i- Nakak. Qui. Nabah.
ANTES.
jfcfam. B-ahtok. Hua. Okox.
AQUÍ.
j)/a. Tila. Hua. Tiaje.
SIEMPRE.
i/a. Amal. Qui. Amagel.
MÁ3.
Mam. Chintel. Qui. Chic.
no. (partícula negativa.)
Ma. Ma- Qui- Ma.
no. (id.)
Mam. Bah. Jíua. I-batz.
con.
Mam. Tukil. #ua. Tinkal.
IDIOMAS MAYA, QUICHE, ETC- 291
DE, Á ETC.
Ma, Ti. Mam. Tih. Hua. Tin, ti.
de (siguo de posesión.)
Ma. Ah. Qui. Ah.
POR.
Mam. Tum. Hua. Tineb.
ENTRE.
Mam. Toxol- Qui. Xol.
Conociendo ya el sistema gramatical y léxico de cuatro
idiomas de la familia maya, podemos fácilmente y con po-
cas palabras, explicar cuáles son los caracteres que los dis-
tinguen de las demás lenguas hasta aquí estudiadas.
1? El sistema fonético, encontrándose sonidos particula-
res de la familia maya, y dominando en su combinación la
vocal. En los demás idiomas que hasta ahora conocemos, ó
hay reunión proporcionada de vocales y consonantes, ó
más bien éstas exceden.
2? Abundan en los idiomas mayas los monosílabos, y aun
las voces polisílabas son generalmente cortas, de dos á tres
sílabas: en consecuencia, estos idiomas merecen la califica-
ción de paulo-silábicos relativamente al mexicano, tarasco,
mixteco, etc., etc.
3? Aunque entre los idiomas mayas hay algunos más
sintéticos que otros, como el mame y huaxteco respecto al
maya y quiche, todos, sin embargo, hacen respectivamen-
te menos uso de la composición y tienen menos procedi-
mientos para ella que las demás lenguas hasta aquí analiza
das y comparadas. Obsérvese la conjugación maya, por
ejemplo, y se notará el uso de partículas separadas que ni
siquiera se yuxtaponen; estudíese la construcción de las
preposiciones en maya, quiche mame y huaxteco, y se echa-
rá de ver que se usan frecuentemente fuera de composi-
ción, á diferencia del mexicano, tarasco, etc. Lo mismo su-
cede con otras partes del discurso.
292 COMPARACIONES DEL MAYA, QUICHE, ETC.
49 La onomatopeya abunda en las lenguas mayas, de cu-
ya abundancia sólo nos presenta ejemplo el tarasco entre
las lenguas indígenas que ya conocemos,
50 El medio más propio de la familia maya para expre-
sar el verbo sustantivo es el uso del pronombre personal
conjugado, cuyo sistema completamente desarrollado sólo
en algunos idiomas de esa familia se encuentra.
6? La forma de los signos gramaticales difiere, excep-
tuando raras analogías, entre la familia maya y el grupo
mexicano, ópata, el tarasco, mixteco, zapoteco, pirinda, etc.
79 Lo mismo que con los signos gramaticales, sucede con
las palabras, con el sistema léxico, fuera de algunas seme-
janzas aisladas.
El lector, fácilmente puede hacer comparaciones, pues
para ello hemos proporcionado materiales bastantes.
IDIOMAS PERTENECIENTES A LA FAMILIA
MAYA.
EL CHONTAL, EL CARIBE Y OTRAS LENGUAS QUE
INFUNDADAMENTE SE SUPONE PERTENECER A LA MISMA
FAMILIA.
1. El Lacandón. — El idioma Lacandón se habla en. la par-
te oriental de Chiapas, extendiéndose hasta Guatemala,
donde le usan las tribus de indios que habitan á orillas del
río de Usumacinta. Todos los indianistas están conformes
en considerar el Lacandón como afin del Maya.
2. El Peten ó Itzae. — El Peten ó Itzae se usa en Guate-
mala, orillas de los lagos Petén-Itza. El Padre Ximénez, la
mejor autoridad en la materia, consideraba las lenguas de
Guatemala como afines unas de otras y con el Maya, sin
más diferencia que la que tienen entre sí los idiomas neola-
tinos. Como uno de esos idiomas de Guatemala citó Ximé-
nez el peten.
. Los indianistas modernos colocan igualmente el peten al
lado del maya.
3. El Punctunc. — El Punctunc, usado en las cercanías
del Palenque, tiene tanta afinidad con el maya que se con-
sidera como dialecto suyo. Squier cita la obra siguiente:
«Galindo, Col. D. Juan-* «A Vocabulary of the Punctunc
dialect spoken in the vicinity of Palenque.» Ludewig, al ha-
blar del maya, menciona el Punctunc como su dialecto.
4. El Chol ó Mopan. — Orozco y Berra en su Geografía
294 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
de las lenguas de México, dice: «Los Choles forman una tribu
establecida desde tiempos remotos en Guatemala, dividi-
dos en dos fracciones, la una se encuentra al Este de Chia-
pas, y la otra muy retirada en la Ve rapaz.» Más adelante, el
mismo Orozco refuta á Balbi respecto á que el chol y el mo-
pan sean idiomas distintos, supuesto que choles y mopanes
son de la misma filiación y que no se encuentra noticia de
que haya una lengua particular mopan. Brasseur de Bor-
boug, en los «Archivos de la comisión científica de México»
(t. lo) cree, como Balbi, que hay lengua mopan y lengua chol
Sin embargo de esto, yo me inclino á la opinión de Orozco,
porque leyendo el catálogo de lenguas de Guatemala forma-
do por Juarros y completado por Buschman, no encuentro
tal lengua mopan (Nombres de lugares aztecas, § 48). Squier
tampoco hace mención alguna de la lengua mopan.
Bajo el supuesto, pues, de que chol y mopan deben con-
siderarse como nombres de tribus y no de lenguas distin-
tas, diré que el chol es tan parecido al maya, que Brasseur
(loe. cit.) le juzga como dialecto. Según D. Dionisio Fran-
cisco Palacios, en sus «Noticias del departamento de Simo-
jovel» (M. S-), el chol es una mezcla de zotzil y maya: esta
circunstancia no impide la clasificación del chol al lado del
maya, porque el tzotzil es también afin suyo como luego ve-
remos.
He aquí una traducción del Pater en chol, inserta en la
primera edición de esta obra, y que me facilitó el Sr. Orozco.
Tiat le lojon, auétipuchan ulzat aluilacabal trict'C lolejon han gra-
cia chulee vili<; á p>ucical vafchec ti paniumü chee tipanchan. Laa
cual tijuun peí quin, de vennomelojón gaalee sutoen lasvet baschee
mué sutoenlaa y vetob laspibulob. Liante! ti lolontecl colanon melojon
y chachan ja i peí y tiué nialolojon. Amén Jesús.
5. El Chorti ó Chorte. — Brasseur, en la obra citada an
teriormente, supone que el Chorti es lo mismo que el chol,
opinión singular que encuentro desmentida por los demás
autores que hablan de esas lenguas, y de los cuales bastará
citar dos. Juarros, en su catálogo de las lenguas de Guate-
mala, pone separadamente el chol y el chorti, y lo mismo
Squier en su Monografía. Por lo demás, sólo debo advertir
FAMILIA MAYA, ETC. 295
que el chorti es uno de los varios idiomas cuya afinidad con
el maya se ha conocido con la simple práctica, y sin necesi-
dad de comparaciones-
El chorti se habla en las orillas del río Montagua, Gua-
temala.
6. El Chañabal, Comiteco ó Jocolobal.— El Chañaba!
se extiende por Comitán, Zapaluta y Chicomuclo, pertene-
cientes á Chiapas, frontera con Guatemala.
El Chañabal es uno de los idiomas que Ximénez citó ex-
presamente comoafin del mame, tzotzil, etc., esto es, como
pertenecientes á la familia maya. Pineda, en su Descripción
Geográfica de Chiapas, dice que el Chañábales un compuesto
de zotzil, maya, casdal y trokek. Estas dos últimas lenguas
son muertas, y no sé quede vestigio de ellas.
He aquí el Pater en Chañabal de la misma procedencia que
el del Chol, inserto anteriormente.
Tattic haya culchahan tanlinubal á vihiljacué eg bagtic á guajan
acotuc águabal hichuc ili luJium jastal culchahan.
Yipü caltzil eg giiiniquil tic aquitic sva yabanhi soc cidanperdon
eg multic hichuc qucj ganticon guazt culanticon perdón macha hay
smul sigilticon soc mi ztagua concotic mulil mas lee coltaxjotic scab
puevj jachuc.
7- El tzotzil ó tzinanteco. — La ciudad de Tzinacan-
tlan, que en mexicano significa «lugar de murciélagos,» fué
la capital de los quelenes, y después de los tzotziles, quie-
nes la llamaban Zotzilhá, que significa lo mismo; de zotzil,
murciélago.
El ejemplo siguiente del Padre nuestro, proporcionado
como los anteriores por el Sr. Orozco, nos dará alguna idea
del idioma tzotzil.
Totit ot-te nacal oi ta vinagel-utzilaluc á vi-acotal aguajualel-aco-
pas huc á chut cano-echuc noog ta vinagel-eclusé ta valumil-Acbeo-
tic e cham-llocom llocomutic-eche ocachaibeidic-cuie tag tojolic-ma
á guae llalucuntic-ta altajoltic-ech ocacolta idic noog ta stojol ti co-
loc. Amén Jesús.
Tzinanteco ó Ciñan teco es lo mismo que Zoztil ó Tzotzil:
296 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
tzinanteco es un derivado del mexicano Tzinacantlan, nom-
bre que hemos usado al comenzar este párrafo.
El zotzil, por común acuerdo de todos los indianistas, co-
menzando per el P. Ximénez, pertenece á la familia maya
considerándole varios como más cercano al quiche. He aquí
algunas comparaciones del pronombre, en zotzil, con el ma-
ya y el quiche, que comprueban su mayor semejanza con
éste.
YO.
Zot- H-on. Maya. En. Quiche. In-
TU.
Zot. Ot Maya. Teech, ech. Qui. At.
tu (oblicuo.)
Zot. A, av. Maya- A, au. Qui. A, av.
EL, AQUEL-
Zot. Alumi. Maya. Laylo, Lay. Qui- Are (ale.)
NOSOTROS.
Zot- Hotic. Maya. Tuon, taon, on. Qui. Oh-
VOSOTROS.
Zot- Ox-uc- Ma. Ex. Qui. Ix.
8. El Tzendal ó Cendal. — El tzendal se habla en Chia-
pas-
Mr- Brasseur cree que el Tzendal es la lengua madre y
el maya la hija: digo respecto á esta suposición lo mismo
que dije el cap. 45 sobre la prioridad del mame según Cha-
rencey. Lo más conforme á los principios filológicos es la
opinión del Padre Ximénez, aunque escribió en época atra-
sada, y consiste en considerar las lenguas que nos ocupan
como hermanas. Véase adelante el § 11- Squier, aunque
propuso dar á la familia maya el nombre tzendal, opina
realmente como Ximénez. pues en su Monografía, (p. 6) su-
FAMILIA MAYA, ETC. 297
pone una lengua madre ó tronco común del cual salieron el
tzendal, maya, mame, etc-, etc, formando una familia. De
los diversos miembros de esta familia, el tzendal se acerca
más al tzotzil que á ningún otro.
9. El Poconchi ó Pocomán. — El Poconchi se considera
por algunos distinto del Pocomán; pero son un mismo idio-
ma ó cuando menos dialectos tan parecidos que no deben
separase. Fr- Thomas Gage, maestro en esa lengua, nos da
testimonio de ello desde el título de su obra intitulada: «Nue-
va relación de las indias occidentales, etc , con una gramáti-
ca ó rudimentos de la lengua india llamada Poconchi ó Po-
comán.» (Londres 1697.) Vater en el Mitridates, consideró
igualmente Poconchi sinónimo de Pocomán, y lo mismo, más
modernamente, el bien informado Squier {Monografía.) Bal-
bi confundió el Pocomán con el mame, según lo indiqué en
otro lugar (c. 45.)
El Poconchi, con este nombre, se habla en San Cristóbal,
Cagcoh, Tahtic y Tucuru: con el nombre de Pocomán se
usa en las cercanías de Palin, Amatitlán y Petapa. Tomo
esta noticia geográfica de Brasseur. (Op. cit. p. 129.)
Como nadie duda hoy que el Poconchi pertenece á la
familia maya, me limitaré á presentar aquí las siguientes
comparaciones léxicas.
hombre, varón.
Poconchi. Vinac. Maya. Uinic. Mame. Uinac.
BOCA-
Poc. Chi. Maya. Tchi. Quiche. Tchí.
mano.
Poc. Cam. Maya. Cab.
cielo.
Poc. Taxab. Huasteco. Tiaeb.
SOL, DÍA.
Poc. Kih, kik. Maya. Km. Mame. Kí
298 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
TIERRA.
Poc. Acal. Httax. Tzabal.
PESCADO.
Poc Car. Maya. Cai. Quiche. Car.
REY.
Poc. Vihau. Maya. Ahau. Mame. Ahau.
NOMBRE-
Poc. Bi. Huax. Bi, bih. Quiche. Bi. Mame. Bi.
CASA.
Poc. P-atoachoch. Maya. Otoch. Quiche. Ochoch.
NO-
Poc. Ma. Maya y Quiche- Ma.
YO.
Poc In. Maya- En. Quiche. In.
YO (oblicuo-)
Poc. Nu, v. Quiche. Nu, v.
TU.
Poc. At- Quiche. At. £ote¿Z. Ot.
tu (oblicuo-)
Poc Av, a. Maya. Au, a. Quiche- Av, a. Zot. A, av.
aquel, (oblicuo.)
Poc- Ru, r. Quiche. U, r.
NOSOTROS-
Poc. Oh. J/aí/a- On. Qui- Oh.
FAMILIA MAYA, ETC. 299
NOSOTROS (oblicuo- )
Poc. Ka, k. Maya- Ca- Quiche- Ka, k.
VOSOTROS.
Poc. Tita, Maya. Teex.
VOSOTROS (oblicuo.)
Poc. Auta. Zot- Atic.
ELLOS AQUELLOS.
Poc Kitak, Ktak. Qui. Ke, k. (oblicuo). Zot. Ztik.
(oblicuo.)
10. El cakchi ó caichi.— El cakchi ó caichi es otro de
los idiomas de Guatemala, citado por el padre Ximénez, co-
mo perteneciente á la gran familia maya; y así se le consi-
dera. Sin tomar en cuenta las diversas variaciones ortográ-
ficas introducidas por los autores, diré que cakchi, según
escribían Ximénez y Hervás, 6 caichi, según Juarros, deben
considerarse como un solo idioma, conforme opina Orozco
en su Geografía de las lenguas de México, ó á lo menos como
dos dialectos muy parecidos formando una misma lengua,
según indica Brasseur (op. cit p. 129J Lo que sí no debe
admitirse es que cakchi ó caichi sean idiomas que figuren
separadamente como resulta de la enumeración de Balbi
(núm. 631, 686.)
Tampoco debe admitirse la confusión que hacen algunos
como Luedvrig, del cakchi con el cachiquel: son lenguas
hermanas; pero no una misma. Tanto Ximénez como Jua-
rros, mencionan separadamente el cakchi y el cachiquel; y
Hervás mostrándose en esto muy bien informado dijo en su
catálogo (p. 304): «Tienen afinidad las lenguas maya, cakchi,
poconchi, cakquichel la cakchi se habla en la provin-
cia de Ve rapaz por la extensión de 30 leguas.»
11. El coxoh y el ixil. — El Coxoh y el Ixil, son de los
idiomas cuya filiación indicó el padre Ximénez y nadie ha
contradecido después. El pasaje de Ximénez donde habló
de esas lenguas, reproducido por Brasseur, Orozco y otros
300 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
autores, nos parece conveniente insertarle aquí: «Según se
colige de todas las lenguas de este reino de Guatemala, des-
de la Tzotzil, Zendal, Chañaba!, Coxoh, Mame, Lacandon,
Peten, Ixil; Kakchiquel, Cakchi, Poconchi, hasta otras mu-
chas lenguas, que en diversos partidos se hablan, fueron
todas una misma, y en diferentes provincias y pueblos la
corrompieron de diferente suerte; pero las raíces de los
verbos y nombres se encuentran generalmente serlas mis-
mas, y es lo que se ve con nuestro castellano, pues que las
lenguas de Europa, siendo hijas del latín, los italianos la co-
rrompieron de un modo, Jos franceses de otro, los españo-
les de otro, etc.
12. El achí y el manche. — Entre las naciones pertene-
cientes al grupo maya pone Squier en su monografía (p. 9)
los Achis y los Manches. Respecto de los manches, ni por
Squier ni por otros autores he podido averiguar si tenían
dialecto particular; pero sí consta esto respecto á los achis,
pues Fr. Alonso Escalona escribió «Sermones en lengua
mexicana que tradujo después é, la achi guatemalteca-»
Torquemada hablando de Pr. Francisco Gómez dice: «En
Guatemala aprendió brevemente la lengua Achi, que es al
de sus naturales, y muy dificultosa de aprender.»
Latham, en su Filología comparativa, admite el Achi entre
las lenguas mayas.
Orozco, como tribu que habla chol, cita á los manches;
pero yo no encuentro confirmada esta noticia- Squier, entre
los pueblos de origen maya, considera separadamente Cho-
les y manches (loe. cit- p- 9-)
13. El haitiano y sus dialectos- — Balbi en su Atlas
etnográfico dice: «Cuba? et Ha'íti, Quizqueja ou Itis? parlées
jadis par les naturels des deux grandes íles de Cuba et de
Haíti, eteintes depuis tres long-temps. 11 parait que ees
deux langues, sur les quelles on ne sait presque rien sur
tout á i'égard de la premiére ne differaint pas beaucoup
entre'elles et qu'elles avaient une tres grand affinité avec
la maya; quelque savant méme croit qu'elles en etaient des
dialectes- Plusieurs mots ha'itiens ontpassé, dit le celebre
barón de Humboldt, de la fin du XV siécle dans lecastillan
et de cette langue dans plusieurs aut'.^s del'Europe et mé-
me de 1 America. Parmi ees mots nous signalarons les sui-
FAMILIA MAYA, ETC. 301
vants -.batata (convolvus batatas) ; yuca et casabe (jatropha ma-
nihot) ; guayacan (gu&]cLCdí,n officinale); mague y (a,gave ameri-
cana); mahiz ó maíz (zea); iguana (lacerta iguana); hamaca,
balsa, canei ó buhio, canoa, chicha, tabaco, cacique, etc.» ■ ■ •
«Boriqua? et Jamaica? par les indigenes des lies Bórica ou
Porto Rico et de la Jamaíque, eteints depuis tres long-
temps. On ne sait absolument rien sur les langues que par-
laintce deux peuples; il parait cependant probable qu'elles
appartenaient á cette f amule-»
Orozco y Berra, siguiendo á Balbi, y también con el ca-
rácter de clasificación dudosa, admite el Haitiano y sus
afines en la familia maya. Por mi parte, esa duda aumenta,
pues habiendo procedido á comparar el idioma que nos ocu-
pa con el maya, quiche, mayo y huaxteco, encuentro más
diferencias que analogías, como consta de los siguientes
ejemplos que pueden cotejarse con el bocabulario inserto
en el cap. 47. Las palabras análogas irán marcadas con es-
ta señal +. Me valgo, respecto al Haitiano, del siguiente
escrito incluido por Brasseur en la Relación de Yucatán \)ov
Fr. Diego de Landa: «Quelques vestiges d'un Vocabuiaire
de l'ancienne langue de Haiti et de ees dialectes.» En este
pequeño vocabulario hay algunas palabras consideradas
como de origen dudoso, las cuales omito absolutamente.
+ Akábi-
Enemigo.
Ana,
Flor.
At, ata, atu,
Uno.
Bibi,
Madre.
Bo,
Grande.
Boa,
Casa, habitación
4- Bo n,
Bueno.
Cañe,
Rey, señor.
Cari,
Hombre.
Chon,
Caliente, seco.
Ciba,
Piedra.
Cochi,
Sol.
Cohiba, cohub,
Tabaco.
Cuinix,
Mosca.
-\- El, ili,
Hijo.
Eyeri,
Hombre.
302
IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
Hito, ÜO,
Huiou,
In, inacu,
Inuya,
+ M,
+ Balakua (pala-hua),
+ I-Jcan,
+ I-tihu, tihi,
Liani,
Maguey,
Ma,
Mahiz,
Moinalu,
Narguti,
Pu,
Queya,
lii,
+ Tiao,
Turei,
+ Ti,
Yuca.
Hombre,
Sol.
Mujer.
Mujer.
Ojo.
Mar.
Pescado.
Cosa vieja.
Mujer.
Agave Americana.
No.
Maíz (zea).
Sangre.
Abuelo.
Rojo.
Mundo.
Hombre, macho, pueblo.
Hermano.
Cielo.
A. en (preposición.)
Blanco.
De todas maneras consideraré el haitiano en la familia
maya, annque como dudoso, mientras es posible á otras
personas hacer comparaciones amplias, sobre todo de gra-
mática.
14. El Caribe. El Sr. Orozco, en la Geografía de las len-
guas de México, menciona un idioma con el nombre de Cari-
be como dialecto maya. Aunque el Sr. Orozco me merece el
mejor concepto por sus luces, no puedo adoptar su opinión
porque absolutamente no la encuentro confirmada: ningún
libro que trata de idiomas de México, ni persona alguna
práctica en los idiomas de Yucatán, me ha dado noticia del
Caribe, como dialecto maya- Por otra parte, he ocurrido á
comparar los principales idiomas mayas con el caribe pro-
pio y varios de sus dialectos, y sólo encuentro analogías
aisladas que no deben llamar la atención.
Creo inútil dar aquí cuenta con esas comparaciones, las
cuales, por otra parte, alargarían demasiado este capítulo,
en virtud de tener el caribe diversos dialectos que estudiar.
FAMILIA MAYA, ETC. 303
Squier. coloca en grupos diferentes á los mayas y á los
caribes de Centro América, que son precisamente á los que
se refiere el Sr. Orozco, pues dice: «El caribe es dialecto
maya, usado por indios que se internan por Tabasco y tie-
nen su asiento principal en Guatemala •••• El caribe tomado
del nombre de caribes que se da á los indios que habitan
en las fronteras de Tabasco y que son de estirpe yucate-
ca. Estos que aquí apuntamos forman %>arte de los de la
América Central.* (Compárese Orozco, Geografía de las len-
guas de México p. 20. 165 con Squier Monograph p. 9 y 10.)
Todos los indianistas que he podido consultar, conside-
ran á los caribes como lo hace Squier, esto es, separada-
mente de los mayas, siendo de advertir que el aspecto físi-
co de unos y otros es diverso. Consúltese, por ejemplo, las
Notas etnológicas y antropológicas sobre Nicaragua, por Pablo
Levy, y se verá que en la pág. 34 dice hablando de los Ca-
ribes: «Une race que le voyageur ne s'atend guére á y ren-
contrer et qui difiere de celles au milieu desquelles elle est
comme enclavée, autant par le physique que par le Jangua-
ge et le mceurs.»
14. Chontal.— Hasta fines del siglo 16 se encontraban
chontales aun en el Estado de México; hoy existen en Gue-
rrero, Oaxaca, Tabasco, Guatemala y Nicaragua. El Padre
Burgoa, refiriéndose á los chontales de Oaxaca, los presen-
ta como feroces y enteramente bárbaros. En el día, los
chontales de Oaxaca, así como los de Guerrero, Tabasco y
Centro América han perdido su ferocidad; pero todavía son
huraños y están poco adelantados en civilización. Los chon-
tales de Tabasco, aun creen en la trasmigración de las al-
mas, suponiendo que el hombre se convierte en cuadrúpe-
do, ave, etc. Los chontales se han distinguido siempre por
su constitución robusta y su valor: habiendo hecho una re-
sistencia tenaz á los españoles, fueron dominados más bien
por la persuación de los misioneros, que por las armas.
Hervás en su Catéilogo, Latham en su Filología comparati-
va, Orozco en su Geografía consideran el idioma Chontal,
como de la familia maya- Veamos de qué manera y con qué
fundamentos:
Hervás dice: «Esta lengua, que Herrera llama Chontal, y
304 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
pone extendido por Tabasco, Guatemala y Nicaragua, debe
ser algún dialecto de la lengua maya.»
El dicho de Hervás sólo encierra una presunción que en
ninguna manera confirma más adelante, pues se reduce á
presentar algunas pruebas sobre afinidad del Cakchi con
el maya.
Latham no adelanta en pruebas á Hervás, diciendo sim-
plemente «que cree ser el Chontal otra forma del Zendal.»
El Sr. Orozco es el único que funda de algún modo su
opinión, pues explica haberse decidido á colocar el chontal
al lado del maya, en virtud de un informe que recibió de
Tabasco, «afirmando que el chontal tiene semejanza con el
maya.»
Sin embargo, la noticia que obtuvo el Sr. Orozco me pa-
rece vaga, y además existen varias razones para que yo no
pueda admitir el chontal en la familia de que tratamos.
En primer lugar, varios indianistas, entre ellos Squier
(op. cit. p. 10) ponen á los chontales en grupo separado de
los mayas. En segundo lugar, yo he ocurrido también á in-
formarme, precisamente con personas de Tabasco, y nie-
gan la semejanza del chontal y el maya- Por último, he lo-
grado conseguir 26 palabras del chontal como se habla en
San Miguel Ecatepec de Oaxaca, y veo que no tiene analo-
gía con las correspondientes de la familia maya, según po-
drá conocerlo el lector por sí mismo, leyendo la lista que
pongo luego y ocurriendo al vocabulario del cap. 47. Debo
esa lista al favor del Sr- Porter Bliss, secretario de la le-
gación americana en México, que tuvo oportunidad de re-
cogerla.
Hombre, Acue.
Mujer, Canoc
Cabeza, Ahua.
Ojo, Au.
Boca, Acó.
Mano, Mane.
Rodilla, Ancono.
Pie, Larnish.
Sol, Ora.
Luna, Mutla-
FAMILIA MAYA, ETC 305
Agua, Laha-
Fuego, Uncua-
Aire, Lahua.
Cerro, Huala.
Árbol, Ehe.
Uno, Nuli.
Dos, Ucue.
Tres, Fane.
Cuatro, Jlalpu-
Cinco, Maague.
Seis, Canchus.
Siete, Coate.
Ocho, Jlalfa-
Nueve, Tenia-
Diez, Bamac-
Veinte, Nushans.
Me parece conveniente añadir que Squier, al hablar de
los chontales como independientes del grupo maya, incluye
entre ellos á los Lencas, Payas, Uluas ó "Wblwas, Marabios
y Taulepas, así como dudosamente á los Chorotegas y Na-
grandanes. Sin embargo, el mismo Squier hace adelante la
siguiente explicación: «The classification, excep in the cases
of the Tzendals (mayas) and Nahuatls, has been based ra-
ther upon contiguity and similarity of character, condition
and developement, than upon any knownlinguistical affini-
tes, and is therefore open to great modifications.»
Efectivamente, yo he comparado las 26 palabras Chonta-
les puestas anteriormente con el Lenca, Ulua, Nagrandán
y Chorotega sin encontrar anologías que indiquen afinidad
filológica- El Chontal aparece, pues, como su nombre lo in-
dica, como extranjero: esto significa la voz mexicana Chon-
talli-
15. El zoque. — Hervás, en su catálogo (p. 306) asienta,
como una mera conjetura, que el zoque tiene afinidad con el
mame, lacandón y otras lenguas mayas- Balbi, con menos
indecisión, colocaelzoque entre las mismas lenguas (no 692)
Squier (Monog. p. 9) también pone á los zoques en-
tre los mayas. Empero ya hemos visto en la presente obra
(c 38, 39, 40) que el zoque-mixe es un idioma independien-
20
306 IDIOMAS PERTENECIENTES Á LA
te, pudiendo pasar por mezclado en virtud de reunir á lo
suyo propio algo de mexicano y algo de mixteco-zapoteco;
pero no teniendo de maya más que algunas palabras. Ni
genealógica ni morfológicamente tienen analogía zoque y
maya, así es que no pueden colocarse ni en el mismo grupo
ni en la misma clase ú orden.
Charencey, en su Noticia sobre algunas lenguas de México,
aunque sin entrar en comparaciones detenidas y valiéndo-
se especialmente de la primera edición de esta obra, con-
sideró bien el zoque-mixe como familia particular. Acertó
igualmente Mr. Aubertin en sus Instrucctions ethnologiques
pour le Mexique, cuando á la pág- 7 dijo: «los Chiapanecos,
Zendales (mayas) y zoques son tres grupos de pueblos cu-
yas lenguas pertenecen á familias diferentes.» Orozco tam-
poco puso el zoque-mixe al lado del maya, y no conociendo
su filiación le incluyó entre los idiomas sin clasificar.
16. Chiapaneco. — Ya hemos tratado del chiapaneco en
el cap. 33 de esta obra, y con lo explicado allí basta para
comprender que ese idioma no pertenece á la familia maya
como infundadamente lo sospechó Hervás (loe. cit.) y más
explícitamente lo admite Balbi (n? 689). Orozco pone el
Chiapaneco entre las lenguas sin clasificación.
17. Zapoteco. — Latham, en su Filología comparativa (p.
434) presume que el zapoteco sea maya. El zapoteco no
tiene analogía con el maya ni genealógica ni morfológica-
mente, como se demuestra en los capítulos respectivos de
la presente obra.
18. Idiomas que forman la familia maya. — Aclarado
ya cuáles son los idiomas que realmente tienen afinidad
con el maya, paso á formar su lista. Después de cada uno
de los idiomas comparados en el cap. 47, pongo los que pa-
recen ser más análogos, aunque por falta de obras didác-
ticas no es posible hacer una división, por ramas, comple-
tamente satisfactoria.
1 Yucateco ó maya.
2 Punctunc.
3 Lacandón ó Xoquinoe.
4 Peten ó Itzae.
5 Chaftabal, comiteco, jocolobal-
FAMILIA MAYA, ETC. 307
6 Cliol ó Mopan.
7 Chorti, Chorte.
8 Cakchi, caichi, cachi, cakgi, etc.
9 Ixil, izil.
10 Coxoh.
11 Quiche, utlateca-
12 Zutuhil, zutugil, atiteca, zacapula.
13 Cachiquel, cachiquil.
14 Tzotzil, zotzil, tzinanteco, cinanteco-
15 Tzendal, zendal.
16 Mame, mem, zaklohpakap, tapachulano-
17 Poconchi ó Pocomán.
18 Ache, Achí
19 Euaxteco con sus dialectos de que he mencionado
tres en el cap- Jf.6.
20 El Haitiano, quizqueja ó itis con sus afines el
Cubano, Boriqua y Jamaica (de clasifica-
ción dudosa).
CAPITULO XLIX
EL TOTONACO.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El totonaco se habla en el norte del Estado de Puebla y
en la parte del de Veracruz, al mismo rumbo, que confina
con el país de los huaxtecos y con el Golfo de México, des-
de la barra de Túxpan hasta la de Chachalacas.
Según lo que dice Torquemada (lib. 3, cap. 18), los toto-
nacos liegaron á Anáhuac antes que los chichimecas, vi-
niendo del mismo rumbo, es decir, del Norte, divididos en
veinte parcialidades ó familias. El primer punto donde se
establecieron, fué Teotihuacán, y allí, según afirmaban,
construyeron dos famosos templos dedicados al Sol y á la
Luna, cuyas ruinas aun existen; pero que, según otras
relaciones, no fueron obra suya, sino de losolmecas, reedi-
ficados después por los toltecas- De Teotihuacán se pasaron
á Tenamitic y de allí á los lugares donde ahora se con-
servan-
La capital de los totonacos fué Mixquihuacán, y además
tenían otras varias ciudades muy pobladas, como la de
Cempoala, sobre la costa del Golfo, la primera á donde en-
traron los españoles.
Fueron gobernados por reyes, cuyos nombres son:
Umeacatl- Ithualtzmtecuhüi.
Xatontan. Tlaixcliuatenitztli.
Tenitztli- Catoxcan.
Panin- JSahnacatl é Ixcahuill.
Nahuacatl-
EL TOTONACO. 309
El primero de estos reyes fué el que los totonacos traje-
ron por caudillo de los países septentrionales, y gobernó en
paz, pero en su tiempo una hambre y una peste terribles,
acabaron con la mayor parte de la población.
En tiempo del segundo rey, llegaron loschichimecas, es-
tableciéndose en Nepoalco, á seis leguas de la capital toto-
naca.
En los otros tres reinados, hubo la mayor paz y nada
aconteció de notable: pero Ithualtzintecuhtli, tuvo una gue-
rra con los Tecpanquimichtlan, en que quedó vencedor y
dejó bien escarmentados á sus enemigos.
Los reyes 7? y 8? gobernaron en paz, dejando el último
dividido el reino entre sus dos hijos Nahuacatl é Ixcahuitl,
que en breve se enemistaron, y dividiéndose el pueblo en
dos bandos comenzó una lucha, de la cual resultó que los
dos reyes se ausentaron. Viendo esto los chichimecas, die-
ron sobre los totonacos, quedando éstos vencidos y al man-
do de un jefe de aquella nación, llamado Xihuitlpopoca, al
cual sucedieron MoctecuJizuma y Quauhtlaebana.
Más adelante, la provincia de los totonacos fué conquista-
da por los mexicanos, cuyos tributarios eran ala llegada de
los españoles, y cuya circunstancia hizo que se ligaran, los
primeros, con Cortés para hacer la guerra á Moctezuma.
Respecto alas costumbres, civilización, etc-, délos tona-
tos, me parece curioso copiar lo que dice el P. Sahagun:
«Estos tonatos tienen la cara larga y las cabezas chatas ....
«viven en policía, porque traen ropas buenas los hombres
«y maxtles, andan calzados y traen joyas y sartales al cue-
«11o y se ponen plumajes, y traen aventaderos, y se ponen
«otros dijes, andan ropados curiosamente; míranse en es-
«pejos, y las mujeres se ponen enaguas pintadas, galanas
«camisas ni más ni menos: son pulidas y curiosas en todo,
«y solían traer las enaguas ametaladas de colores y lo mis-
«mo las camisas, y algunas de ellas traían un vestuario que
«se llama camitl, que es huípil, como de red; y esto que es-
«tá dicho traían los principales y sus mujeres. Toda la de-
«más gente traen otro traje diferente, porque las mujeres
«plebeyas traían enaguas ametaladas de azul y blanco, y las
«trenzaderas de que usaban para tocar los cabellos de dife-
«rentes colores y torcidos con pluma.. Cuando iban al mer-
310 EL TOTONACO.
«cado se ponían muy galanas, y eran grandes tejedoras de
«labores: todos, hombres y mujeres, son blancos, de buenos
«rostros, bien dispuestos, de buenas facciones, su lengua-
«je muy diferente de otros, aunque algunos de ellos hablan
«el othomí y otros lengua de las nahoas ó mexicanos. Otros
«hay que entienden la lengua huaxteca, y son curiosos y
«buenos oficiales de cantores, bailan con gracia y lindos me-
«neos. El mantenimiento principal era el axi (pimiento), en
«el cual, después de haber sido molido, mojaban las torti-
llas calientes (pan de maíz,) y comíanlas todo junto.»
A esto debe añadirse que, en cuanto á religión: parece
que adoptaron la mexicana con sus horribles sacrificios hu-
manos: de tres en tres años, mataban tres niños, cuya san-
gre, mezclada con cierta goma, guardaban como cosa sa-
grada. Sin embargo, en una alta sierra había un célebre
templo dedicado á la diosa de las mieses, la cual según de-
cían, no quería sacrificios de hombres sino de animales. Es
notable que, según Torquemada, los totonacos usasen la
circuncisión-
La etimología que trae Buschmann, en su obra Los nom-
bres de lugares aztecas, de la palabra totonaco no es exacta;
porque este autor la tomó como mexicana, no siendo sino
totonaca, como lo acredita D. Francisco Domínguez en su
Doctrina de Naolingo, diciendo: «-Totonaco significa á la letra,
«tres corazones en un sentido, y tres panales en otro;» y en
efecto, toto, es tres, y naco, corazón. Sin embargo, esta tra-
ducción literal no nos aclara el sentido que debe encerrar
la palabra, tomada evidentemente en un sentido metafóri-
co. Ello es que el número tres parece haber tenido algo de
misterioso entre los totonacos, pues no sólo le aplicaban á
su lengua, sino también, según vimos, cada tres años hacían
un sacrificio solemne de tres niños.
El libro que he usado para describir el idioma es el Arte
por D. José Zambrano Bonilla, con una doctrina en la len-
gua de Naolingo, por D. Francisco Domínguez. (México,
1752.) El Arte está lleno de defectos en el método y en las
explicaciones, porque ninguno como su autor se empeñó en
imitarla gramática latina, de modo que su libro empieza
por el curioso título de «Arte de lengua totonaca conforme
al de Antonio de Nebrija,» como si este gramático hubiera
EL TOTONACO- 311
formado un molde para todas las lenguas. Por lo demás, la
obra contiene las reglas bastantes para conocer el idioma,
así es que no obstante sus defectos me parece apreciable.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — Estas son las letras del alfabeto totonaco.
a. cJi. e. g. h. i. k- l m. n- o- p. t. u. v. x.
y. z. tz. lh. (1)
2. Pronunciación. — Las vocales son claras. La g se pro-
nuncia como en ga, gue; pero fuertemente; «para la pronun-
ciación de la Ui, dice Zambrano, se dobla la lengua tocan-
«do con la punta del paladar, dilatando los labios sobre los
«dientes á medio abrir la boca, y difundiendo la voz á modo
«de silvo por los dos lados de los labios que se mueven y
«suenan, según la vocal á que se juntan; para lapronuncia-
«ción de la tz se pegan los dientes llegando á ellos la lengua,
«como tocando á abrir la boca para despedir la voz.»
3. Combinación de letras. — Es proporcionada general-
mente la combinación de vocales y consonantes, como po-
dremos observar en las palabras totonacas citadas en ade-
lante. Las figuras de dicción, que sonde mucho uso, evitan
la reunión de consonantes que producirían mal sonido; v. g.,
en lugar de ikgalhazkin, se dice igalhazkin, aunque en lo es-
crito no hacen los autores la omisión de la letra. No hay nin-
guna vez que acabe en l. (2)
4. Sílabas- — Es polisilábico el totonaco.
5. Composición. — La composición de las palabras es de
mucho uso, cometiéndoselas figuras de dicción- Daré algu-
nos ejemplos.
Jlakalikan, herradura; de makan, mano, y likan, fierro,
perdiendo una n la primera voz.
Takamalachixco, noble hombre; de chixeo, hombre, y taka-
mal, noble, añadiendo una a-
Kiogzpon, encima de mí, compuesto del pronombre kin,
posesivo, perdida una n, y de ogzpon, encima.
Makanitlahuan, ó makaniatlahuan, andar con las manos;
312 EL TOTONACO-
de malean, mano, y tlahuan, anclar, agregada i 6 ia á la pri-
mera voz.
Las letras que se agregan en composición y que Zam-
brano llama ligaduras, son i, a, ia; pero es de advertir que,
al menos algunas veces, según parece, son significativas,
expresando la relación de las palabras compuestas.
Hay, además, muchas partículas componentes, deque se
irá tratando en su lugar.
De los ejemplos anteriores consta que se puede compo-
ner un sustantivo con otro, un sustantivo con adjetivo,
pronombre posesivo con adverbio y nombre con verbo; pe-
ro además se hacen otras muchas combinaciones de unas
partes de la oración con otras, como verbo con verbo, ad-
verbio ó preposición con verbo, etc., á veces no sólo se jun-
tan dos ó más verbos, sino varias partes de la oración, de
todas las cuales se hace un solo verbo, conjugándose el que
va al último; lioxilhmagatlakachalikihuin, andar profetizan-
do; es un compuesto de la partícula li, el verbo oxüha, el
adverbio magat, el nombre lakatin, y los verbos chaan y li-
kihuin, siendo este último el que se conjuga.
6. Homónimos. — Hay algunos homónimos bastante nota-
bles, porque en los más no tienen relación entre sí sus va-
rios significados, y suelen ser partes muy distintas de la
oración. No creo sin embargo, que abundan. (3)
Chan, llegar, hormiga, cosa cocida, maduro-
Chaan, sembrar, llegar allá.
Chilh, amarró, llegó.
Chichi, perro (4), caliente.
Chita, ordeSar, llegaste-
Euan, decir, ser.
Huaya, comes, gavilán.
Lapanit, tigre, admiración.
Lihua, muy, carne.
Mákniy, acerca, matar.
Min, venir, tuyo.
Ogxaniy, morir en la juventud, cansarse.
Pakza, sanar, todos.
Polakni, vientre, adentro.
Kilhni, boca, reñiste.
EL TOTONACO- 313
Zkatan, piojo, venado.
Ztay, vender, ardilla.
Tala, hermano, golpeaste.
Tohuan, hoja, yerba, pie, ¿qué dice?
Izoco, pájaro; comenzaste.
Tzotzo, chupastes, buche.
Xono, el que suda, el que desuella.
7. Partes de la oración. — Las partes de la oración son
nombre, pronombre, verbo, preposición, adverbio, conjun-
ción é interjección. (5)
Respecto al adjetivo haré aquí una observación, y es que
los numerales toman diferentes signos que los distinguen
según el sustantivo á que se aplican, de la misma manera
que lo vemos en mexicano. (Véase.)
8. Género. — No hay signos para expresar el género; pe-
ro hay muchos nombres que por su sola significación son
masculinos ó femeninos; huixkana, el varón; pozkat, la hem-
bra. Estos dos nombres, antepuestos á otros, sirven para
distinguir el sexo, cuando la palabra no lo hace por sí sola.
9. Número. — Los nombres de seres inanimados carecen
de inflexiones para expresar plural, excepto algunos que
para los totonacos eran animados, como el cielo, estrellas,
etc., y otros en que el uso del plural ha sido ocasionado por
el influjo de la lengua española. En los nombres de anima-
dos se forma el número [plural de singular por medio de
una de estas cinco terminaciones: n, in, ó nin; itni, ó nitni;
an;na, ó ne, ni, no, nu. Ejemplos:
Oxga, mancebo; oxgan, mancebos.
Agapon, cielo; agaponin, cielos.
Palana, el capitán; pulananin, los capitanes.
Malean, mano; makanitni, manos.
Ztaco, estrella; ztaconitni, estrellas.
Pixchogoy, peña; jñxckogoyan, peñas.
Xanat, flor; xanatna, flores.
Las terminaciones in é itni se usan cuando el singular
acaba en consonante, y nit nitni cuando termina en vocal,
de cuyo modo se evita la cacofonía que resultaría, por ejem-
314 EL TOTONACO-
pío, en agapon-nin, má-kan-nitni, repetida la n- Para el uso
de las terminaciones na, ne, ni, no, nu, se tiene presente la
vocal última del singular, para hacer que concuerde la de
la terminación: así vimos que xanat hace xanat-na y vemos
que xonolc, hace xonok-no; chihuix, chihuix-ni, etc.
Hay nombres que usan indiferentemente de una de dos
terminaciones.
Sospecho que itni ó nitni expresan generalmente número
dual, y, en efecto, se usan por lo común con nombres de
las partes del cuerpo que son dos por naturaleza, como ojos,
manos, etc.
Encuentro dos nombres (y acaso haya más) que no guar-
dan regularidad con las terminaciones dichas, chixko que
hace el plural chixko-huin, y chichi, que hace chichi-xni-
«Los verbales en t, dice Zambrano, pluralizan con la par-
tícula lak, antepuesta; v. g., laMiókgilkbit, ó vuelto el tit en
«got, liokxilhgot y más galano con una y otra partícula, como
<laTcliokxühgot. Exceptúanse chahat ó tzomahat, con algunos
«otros, que pluralizan con la partícula ¿afc,antepuesta, y vol-
« viendo la t en que finalizan en n; lakchahan, las viejas; lak-
«tzohahan, las doncellas.»
Pero no sólo en el caso anterior se ven usadas las partí-
culas antepuestas para formar plural; los nombres de pa-
rentesco anteponen na, tala; hermano; natalan, hermana,
usando su terminación respectiva. Lo mismo sucede con
los colectivos de persona, los que expresan edad y algunos
adjetivos, cuya partícula es lak- En fin, dice Zambrano:
«los colectivos de cosa, los posesivos absolutos que dicen ó
«denotan más ó menos, pluralizan sólo con la partícula lak
«antepuesta.» Si el nombre con que se junta lak comienza
con g, se convierte en lag, como lag-golon.
No obstante lo dicho respecto á los nombres de seres
animados, es de advertir que no todos los de esta clase tie-
nen plural; el uso excluye algunos, en cuyo caso súplenle
con el adverbio Ihohua, mucho, con el cual forman también
plural los nombres de inanimados. (6)
10. Concordancia del número.— Muchos adjetivos re-
ciben y conservan las terminaciones de plural concordan-
do con el sustantivo; de golo, viejo, y magaclhtahuagaeno,
EL TOTONACO- 315
maestro, sale, laggolon magaelhtakuagaerionin, maestros vie-
jos.
11. Caso.— El nombre carece de declinación: sólo para
formar el vocativo recibe el nominativo las terminaciones o,
e, ó la partícula antepuesta a, cuando el nombre va acompa-
ñado de pronombre, como si se dijera ¡oh tu, Pedro! El no-
minativo se puede marcar con la partícula an, en significa-
ción deeZ, la, lo, ó con el pronombre huata, él ó aquél. El ge-
nitivo se expresa con el pronombre posesivo de tercera per-
sona ixla, ó ix, ó con la partícula xa, todo lo cual significa
su, ó suyo: ix y xa se usan compuestos y antepuestos al no-
minativo; pero ixla va separado, y se refiere al genitivo; ix-
chik ó xachilc Pedro, casa de Pedro, ó literalmente, «su casa
Pedro-» (7). «El dativo, segvm Zambrano (pág. 50), se for-
«ma con el romance para á que le corresponde en muchas
«partes de la oración la partícula nali, ó los pronombres (po-
«sesivos) separados Mía, mila, ixla, porque á estos masque
«á otros les conviene el romance ó totonaco de dativo:» tam-
bién se señala este caso con los verbos llamados aplicativos.
El acusativo se marca por su posición en el discurso, ó por
medio de ciertas partículas que se juntan al verbo activo,
como veremos al hablar de éste; y el ablativo con prepo-
siciones ó partículas.
Empero hay veces que basta la yuxtaposición de las pa-
labras para expresar su relación; ziphtzogo, significa pájaro
de monte, sin que se exprese de; makalikan, mano de fierro
(herradura), también sin de. Cuando esta preposición indi-
ca semejanza, se expresa por medio de la intercalar hui, ó
huix; nako-hui- xanat, flor semejante á un corazón. Zambra-
no comprende huix entre las ligaduras; pero como se ve sig-
nifica como preposición. (8)
12. Derivados- — La terminación tat ó la partícula li, sir-
ven para formar abstractos; de oxJca, joven; oxlcatat, juven-
tud; de ztalanga, claro; ztalangatat, claridad; de zazaga, blan-
co; lizagaga ó zagagatat, blancura.
Los colectivos se forman por medio de lea ó po; de tlaan,
bueno; Jcatlaan, lugar de cosas buenas, ó donde hay cosas
buenas; polachia, lugar donde hay presos, etc.
La terminación ¿7a ó la, indica que el derivado tiene por
cualidad lo que expresa el primitivo;, de cJiochot, agua; cho-
316 EL TOTONACO.
chotla, aguado; de potlon, lodo; potlonila, lodoso. El mismo
significado da á algunos nombres la terminación huah; de
tzotzoko, colorado; tzotzokohuah, cosa colorada, pues no tiene
traducción literal. Ton, significa lo mismo que la; pero ton
se antepone, y significa la cualidad en el todo, y la en todo,
ó en parte; v. g., de galhni, sangre; galhnila, ensangrenta-
do, en todo ó en parte; y tongalhni, todo ensangrentado-
Ma, antepuesta, indica posesión de lo que expresa el pri-
mitivo, puesto el derivado en plural; de tamokon, riqueza;
matamokono, rico, ó «el poseedor de las riquezas.»
Carece el totonaco de signos para expresar comparati-
tivo y superlativo, así es que tiene que suplirse con adver-
bios que significan más ó muy.
Abunda en verbales, ó derivados de verbo, como lo prue-
ban los siguientes ejemplos, en los que se observará el uso
de partículas prepositivas ó terminaciones para su forma-
ción.
Del verbo akmonoy, bautizar salen:
Ahmo?iono, el que bautiza.
Taakmonon, el bautizado ó cosa bautizada.
Liakmonon, el instrumento con que se bautiza.
Taakmonot, el bautismo.
Akmononka, el bautismo con que hade ser bautizado.
Poakmonon, el bautisterio.
De lakazhuika, afeitar, salen:
Lakazhuikni, el barbero.
Talakazhuikni, la barba.
Lilakazhuikni, la navaja-
Lilakazhuikit, afeitable.
Polakazhuikni, barbería-
De lakahuanan, mirar, se derivan:
Lakahuana, el que mira.
Talakahuan, la vista.
LilakaJiuan, los anteojos .
Polakahuan, el vigía.
Lakahuananka, cosa visible.
EL TOTONACO-
317
13. Pronombre personal. — Los pronombres persona-
les son:
AJcit,
yo,
Kin,
me.
Huix,
tú.
Aman ó huata,
aquél.
Akin,
nosotros.
Küa, 6 kinka,
nos-
Huixin,
vosotros.
Huatonin,
aquéllos.
14. Demostrativos.-— Los demostrativos:
Oyamah ú ornan, este, esta, esto.
Oyamagoh ú omagoh, estos, estas, estos.
AmaJí, ese ó aquél, esa ó aquella, eso ó
aquello.
Amakoh, esos ó aquellos, esas ó aquellas,
esos ó aquellos.
Anti, él ó aquél, ella ó aquella, ellos ó
aquellos.
Anto, ellas ó aquellas.
15. Posesivos. — Los posesivos:
Küa ó kin,
mío.
Mila ó min,
tuyo.
Ixla ó ix,
suyo-
Kilakan,
nuestro
Milakan,
vuestro.
Ixlakan,
de ellos.
Kin, min, ix, solo se usan en composición, y su plural
se marca por medio de la terminación kan, interpuesto el
nombre en estar foma:
Kintlat,
Kintlatkan,
Mintzi,
Mintúkan,
mi padre.
nuestro padre-
tu madre,
vuestra madre.
Cuando estos pronombres se juntan con sustantivos tie-
318 EL TOTONACO-
lien, como vemos, significación de posesivos; pero cuando
se juntan con preposiciones, adverbios, y aun algunos ad-
jetivos, significan como personales.
Mintazton, tú solo.
Mintaztokan, aquellos solos-
Ixogzpon, encima de él.
Ixogzponkan, encima de ellos.
16. Conjugaciones de los verbos.- «Las conjugacio-
nes de los verbos, según Zambrano, son tres, en y, a, n.
«La primera en y, que hace la segunda persona de indica-
«tivo del número singular en a y el pretérito perfecto en Ih
«ó nit, como paxlúy, paxkia, paxkilh ó paxkinit- La segunda
«en a, y el pretérito perfecto en li ó nit, como oxilha, oxihli,
«ú oxilnit- La tercera en n, y el pretérito perfecto en Ih ó
«nit, como zkin, zkina, zkilh ó zkinit.»
17- Personas, modos y tiempos. — Las personas del
verbo son tres del singular y tres del plural.
Los modos indicativo, imperativo y subjuntivo. (9)
Los tiempos en indicativo, son: presente, pretérito im-
perfecto, dos perfectos, pluscuamperfecto, futuro imper-
fecto y dos futuros perfectos: estos últimos parecen más
bien suplidos por el pretérito perfecto y la partícula na-
huan; pero no he podido rectificar esta sospecha, es decir,
no he podido saber si nohuon es un adverbio ú otra parte
de la oración significativa de por sí, ó un verdadero signo
de la conjugación, cosa que igualmente sucede con otros
tiempos puestos adelante. El imperativo sólo tiene un tiem-
po. En subjuntivo hay presente, el cual parece suplido por
el imperativo, 6 viceversa, como podrá observar el lector;
pretérito imperfecto, perfecto, pluscuamperfecto, que pa-
rece suplido por el anterior tiempo y la partícula kahuak;
futuro, que, en mi concepto, también está suplido por el
perfecto y nahuan: respecto á este tiempo, aun Zambrano
observa que generalmente se usa el futuro imperfecto de
indicativo en su lugar.
18. Modificaciones. — Es rico el verbo en modificaciones
para expresar con una sola raíz muchas relaciones, pudien-
do numerarse las siguientes: acción, pasión, reflexión, com-
EL TOTONACO- 319
pulsión, daño ó provecho, frecuencia, voluntad, indetermi-
nación, demora, compañía, arrepentimiento, movimiento,
conclusión, y acaso alguna más cuyo conocimiento se me .
haya escapado. (10)
19. Mecanismo. — En cuanto á su mecanismo, se com-
prenderá leyendo la siguiente explicación, y el ejemplo á
que se refiere, que se pone después: en una y en otro tomo
por punto de comparación la segunda persona del singular
del pretérito perfecto, que es la forma más simple, la más
pura.
Indicativo. El presente se forma del prefijo ik, y las ter-
minaciones ?/, a, yaua, yatit, goy- El pretérito imperfecto
lleva las partículas xak é ix (siendo también ix signo de po-
sesión ó pronombre posesivo, como vimos en su lugar, de
modo que es un prefijo), y las terminaciones del presente.
El perfecto tiene el prefijo ik de presente y las terminacio-
nes Ih, uh, tit, golh: la segunda persona del singular es el
verbo en su mayor pureza, en el ejemplo que vamos á ver,
que es de la primera conjugación; pero no se observa la
misma circunstancia en las otras dos conjugaciones. El se-
gundo perfecto tiene también ik y las terminaciones nit,
nita, nitauh, nitatit ó nitanit, y gonit. El pluscuamperfecto
lleva las mismas terminaciones que el anterior y las partí-
culas del pretérito 'imperfecto, de modo que es una combi-
nación de los dos. El futuro imperfecto usa las partículas
nak y na, y las terminaciones delfl presente y pretérito im-
perfecto: el primer futuro perfecto es el primer pretérito
perfecto con la partícula ó adverbio nahuan: el segundo fu-
turo perfecto es el segundo pretérito perfecto con nahuan.
El imperativo lleva la partícula ka y las terminaciones Ih,
tit, golh del pretérito perfecto de indicativo-
Subjuntivo: en el presente, la primera persona del singu-
lar se distingue por la partícula kak y la terminación Ih', la
primera del plural también por kak y la terminación ií/¿;las
otras son iguales á las del imperativo, aunque la tercera
del plural acaba en agolh y no en golh : eljpretérito imperfec-
to tiene las partículas del indicativo y las terminaciones del
perfecto: el pretérito perfecto las partículas xakti, ixti, y las
terminaciones del pretérito perfecto de indicativo, aunque
la tercera persona del plural es agolh y no golh: «"la partícula
320 EL TOTONACO-
«¿i, según Zambrano, acompaña y adorna generalmente al
«pretérito pluscuamperfecto y futuro de subjuntivo, y no
«le descuadra el perfecto de indicativo, aunque le es más
«propia al perfecto de subjuntivo:» el pluscuamperfecto es
el anterior con kaJiuah, aunque la tercera persona del plu-
ral acaba en golh: el futuro es el anterior con nahuan.
20. Ejemplo de conjugación. — Resulta, pues, que el
verbo totonaco se forma por medio de terminaciones, par-
tículas y los prefijos ix, ik. He aquí el ejemplo que com-
prueba todo lo dicho:
Indicativo, presente.
Ik-paxki-y, yo amo, etc. Ik-paxki-yauh.
Paxki-a- Paxki-yatit.
Paxki-y- Paxki-goy-
Pretérito imperfecto.
Xac-paxki-y, yo amaba, etc. Xac-paxki-yauh.
lx-paxki-a. Ix-paxki-yatit.
lx-paxki-y- Ix-paxki-goy-
Pretérito perfecto.
Ik-paxki-lh, yo amé, etc. lh-paxki-uh.
Paxki. Paxki-tit.
Paxki-lh ■ Paxkki-golh ■
Otro pretérito.
que ignoro si realmente significa lo mismo que el anterior,
ó si es una modificación suya.
- lk-paxky-nit. Ik- paxki-nitauh.
{. Paxky^tiita. Paxki-nitatit ó paxki-nitan-
tit.
Paxki-nit. Paxki-gonü-
Pretérito pluscuamperfecto.
Xak-Paxki-nit, yo había Xak-paxki-nitauh.
amado, etc.
Ix-paxki nita. Ix-Paxki-nitatit, ó paxli-
nitantit.
Ix-paxky-nit. lx-paxki-gonit.
EL TOTONACO- 321
Futuro imperfecto.
Nák-paxM-y, yo amaré, etc. Nák-paxM-yauh.
X'i-paxki-a. Ni-paxki-yatit.
Na-paxM-y- Na-paxki-goy.
Futuro perfecto.
lk-paxki-lh nahuan, yo ha- lk-paxki-uh nahilan.
bré amado, etc.
Paxki nahuan. Paxki-tit nahuan.
Paxki-lh nahuan- Paxki-golh nahuan.
El mismo de otro modo.
Ik-paxki-nit nahuan- lie- paxki- nitauh nahuan-
Paxki-nita nahuan. Paxki-nitatit, ó paxki-ni-
tantit nahuan-
Paxki-nit nahuan- Paxhi-gonit nahuan.
Imperativo.
Ka-paxki, ama tú, etc. Ka-paxki-tit.
Ka-paxki-lh. Ka-paxki- golh.
Subjuntivo. Presente.
Kák-paxM-lh, yo ame, etc. Kak-paxki-uh-
Ka-paxM. Ka-paxki-tit.
Ka-paxki-lh. Ka-jKtxki-agolh-
Pretérito imperfecto.
Xak-paxki-lh, yo amara, etc. Xak-paxki-uh.
Ix-paxki- 1. 1- paxki-tit-
Ix-paxki-lh- Ix-paxki-agolh-
21
322 EL TOTONACO.
Pretérito perfecto.
Xakti-paxki-lh, yo haya Xákti-paxM-uh.
ainado, etc.
Ixti-paxki. Ixti-paxki- tit.
Ixti-paxki-lh- lxti-paxki-agolh.
Pretérito pluscuamperfecto.
Xakti-jjaxki-lh-kahuah, yo Xákti-paxki-uh kahuah.
hubiera amado, etc.
Ixti-paxki-kahuah. Ixti-paxki-ti kahuah.
Ixti-paxki-lh kahua. Ixti-paxki- golh kahuah.
' Futuro.
Xakti-jjaxkhlh nahuan, yo XaJcti-paxki-uh nahuan.
amare, etc.
Ixti-paxki nahuan- Ixti-paxki-ti nahuan-
Ixti-paxki-lh nahuam. Ixti-paxhi-golh nahuan.
21. Verbos de la segunda y tercera conjugación. —
Los verbos de la segunda y tercera conjugación se conju-
gan lo mismo que los de la primera, usando de iguales par-
tículas y sin más diferencia que la variedad de terminacio-
nes con que se distinguen.
Jk-okxilh-a, yo veo.
Ik-okxUh-auh, nosotros vemos.
Xak-okxüh-a, yo veía,
Ix-okxilh-goy , aquellos veían.
Okxilh-ti, tú viste.
Okxil-nita, tú viste.
Ik-zki-n, yo pido.
Ik-'/.ki-nauh, nosotros pedimos.
Xak-zki-n, yo pedía.
Ix-zki- nagoy, aquellos pedían-
Zki-nti, tú pediste.
EL TOTONACO- 323
22. Verbos derivados. — El verbo pasivo se forma del
activo agresando la partícula kan ó ka, como intercalar ó
terminación; pero no tan sencillamente que la voz activa de-
je de perder á veces algunas letras.
lk-paxki-knn. yo soy amado.
Paxki-kan-a, tú eres amado.
Ix-paxki-kan-atit, vosotros erais amados.
Ix-paxki-go-kan, aquellos eran amados.
Kak-paxki-kalh, yo sea amado.
Ka-paxki-ka, tú seas amado.
Ka-paxki-go-ka-lh, aquellos sean amados.
El verbo reflexivo se forma del pasivo por medio de las
partículas agzton, agztomakni, man, que suplen á los pronom-
bres me, te, se, aunque más bien significan yo mismo, tú
mismo, él mismo, las cuales se intercalan entre la partícu-
la y el verbo; ikagztonchaguekan, jo me lavo.
El verbo compulsivo se forma agregando al activo, ó neu-
tro, la partícula ma, antepuesta, y sufriendo la final, algu-
nas ligeras variaciones, á veces, según las reglas que da la
gramática; de pulay, sale mapuliy: aunque empiecen los ver-
bos con ma, reciben dicha partícula, como mamagamy, que
que sale de magan, Muchos verbos, principalmente neutros,
añaden maga en lugar de ma. Los que empiezan por ta, la
pierden para hacerse compulsivos ó la mudan en ma; tanoy,
hace manoy. Muchos no tienen traducción literal; por ejem-
plo de tanoy, entrar; manoy, entrar á otro, es decir, meter;
de niy, morir; nwkniy, hacer morir á otro, es decir matar,
etc-
Hay en totonaco cierta modificación del verbo que, al tra-
tar de otros idiomas, designamos con el nombre de verbo
apUcativo (11), y se forma por medio de la terminación niy,
agregada al activo, ó neutro; maxkiniy, significa el ió á él ó «le
dió.> A los neutros niy les da, á veces, significación de abla-
tivo ikxitzi ii iy, me enojé con él: niy por contracción, suele
quedar en ni.
Con las partículas likihuin, tilhay, tlahuan, y otras partí-
culas y verbos, se expresan los frecuentativos usados á mo-
do de la partícula ka de pasiva; de paxki, amar paxkilikihui-
32-1 EL TOTONACO.
na, andas amando; paxkitühaya, aquél va ó anda amando.
(12)
La terminación poton indica que se quiere hacer lo que
el verbo significa; ikpaxkipoton, quiero amar ó tengo volun-
tad de amar.
Con palay se indica que se repite la acción del verbo; pax-
kipalagoy, aquellos suelen amar.
El verbo malí, por sí solo, significa estar acostado; pero
compuesto con otros les da la significación de actualidad;
ikpaxkimah, yo estoy amando.
El verbo indeterminado se forma con sólo añadir las ter-
minaciones an, en, in, on, un; de ikpaxki, ikpaxkinan (con
una n eufónica), yo amo á alguno, hablando indeterminada-
mente sin decir á quién. El pasivo forma también indeter-
minado, como de paxlalcan, páxkikana/n. Los indetermina-
dos pueden tomar la partícula ma para expresar compul-
sión. Estos verbos los llama Zambrano absolutos.
La partícula gaey da al verbo la significación de tardanza
ó demora, y lo mismo la terminación ko, la cual, así como
otras, modifican no sólo el verbo sino otras partes de la
oración.
La, antepuesta á los verbos, indica que la acción se ejecu-
ta en compañía; laoxilhgolh, lo vieron juntos-
Para que el verbo indique falta de voluntad ó arrepenti-
miento, se le antepone la partícula laa.
Ki, antepuesta á los verbos, á la terminación pi, los hace
de movimiento, expresando que el sujeto va ó viene á ejer-
cer su acción; v. g., ¿toliputza? ¿qué veniste á buscar?
La misma partícula /. i pospuesta puede traducirse por ya
indicando conclusión; iJMahuayl i, ya lo hice, lo cual se ex-
presa también con las terminaciones ta, Uta, a- Lo mismo
indica la palabra talciy, según parece, pues aunque por sí
significa levantarse, observa Zambrano que con otros verbos
quiere decir: «dejar hecho lo que el verbo significa.»
23. Verbo sustantivo.— El verbo lay significa ser, es-
tar y poder: hay, pues, una palabra que equivale ó suple al
verbo sustantivo; así para decir, yo soy santo, tú eres san-
to, aquél es santo, diré: santo ¿I. lay, santo laya, santo lay. Es-
te verbo puede ir en composición con otros. Además, tiene
el totonaco el verbo huan, que aunque á veces significa de-
EL TOTONACO. 325
cir, también ser ó ser hecho- Empero muchas veces se hace
elipsis del verbo sustantivo; akit santo, yo santo, por «yo
soy santo.»
24. Defectivos é irregulares. — No faltan en totonaco
verbos defectivos y los irregulares abundan.
25. Activos- -Pero lo que hay de más curioso en el ver-
bo totonaco, es el modo con que el activo se da á conocer,
como tal, indicando que hay paciente en la oración. Es ne-
cesario alguna prolijidad para dar á comprender esta for-
ma de la lengua totonaca-
Cuando el acusativo está en singular, no hay signo que le
indique; basta la posición de la palabra; v. g., yo amo á Dios,
ikpaxkiy Dios.
Cuando el paciente está en plural, su nota es la partícula
ka, intercalada en el verbo, entre este y la partícula conju-
gativa; yo amo á los hombres, il—l-a-paxl-iy chixkohuin. O
bien se usa con el mismo objeto la partícula go, agregada
al verbo (la cual no se pone donde el verbo tiene go, como
sucede en la tercera persona del plural de indicativo), vol-
viéndose goy en las segundas personas de singular de pre-
sente y pretérito imperfecto de indicativo- Ejemplos:
ll—paxl-i-go-y chixlohuin, yo amo á los hombres.
Il-paxhi-goy-a chixl oliuin, tú amas á los hombres
Paxki-goy chixlohuin aquéllos aman á los hombres.
Paxli-go chixlohuin, tu amaste á los hombres (13.)
Observa Zambrano que «algunos acompañan go con /•«.»
Cuando el acusativo es el pronombre del singular de pri-
mera persona me, se expresa por medio de lin, antepuesto;
linpaxlia, me amas. Cuando es el mismo pronombre en
plural, nos, entonces hay que atender á que puede concu-
rrir en una de estas cuatro oraciones:
1^, tú nos amas.
2?", vosotros nos amáis.
3?1, él nos ama.
4?1, ellos nos aman.
En la primera y segunda, nos se traduce por el pronom-
bre Mía, antepuesto al verbo, yendo éste en primera perso-
326 EL TOTONACO.
na de plural del tiempo de que se habla; kila paxfciyauh, tú
nos amas, vosotros nos amáis. En la tercera oración se usa
de kinka, poniendo el verbo en segunda persona de singu-
lar del tiempo correspondiente, posponiéndole una n\ kinka
paxkiarn, nos ama. La cuarta oración es como la tercera; pe-
ro agregando al verbo la partícula go, de que ya he hablado;
kinka paxkigoyan, nos aman.
Cuando el acusativo es el pronombre de singular de la se-
gunda persona, te, pueden formarse también cuatro ora-
ciones:
1$, yo te amo.
2^, nosotros te amamos.
3^, él te ama.
4^, ellos íeaman.
Para la primera y tercera, se pospone una n al verbo en
segunda persona de singular del tiempo respectivo; pax-
kiarn, te amo; paxkin, te amó. La seguuda oración se forma
como la anterior; pero poniendo al verbo la partícula ik ola
que corresponde al tiempo, y ka, v. g., il-ka-paxkiam, te
amamos. En el cuarto caso se pospone la letra n á la segun-
da persona de singular del verbo y la partid ula go, que ya
conocemos; paxkigoyan, te aman; kapaxkigon te amaron.
Otras cuatro combinaciones resultan cuando el acusati-
vo es la segunda persona del pronombre en plural:
I?*, yo os amo.
2?1, nosotros os amamos.
3^, él os ama-
á®, ellos os aman-
Para la primera y tercera, se usa lo mismo que en el sin-
gular te; pero marcándose el número plural con la partícu-
la 7, a, de que ya tenemos conocimiento; lapaxJdan, yo os
amo. La segunda y cuarta oración en nada se distinguen de
las del singular te; pero puede evitarse toda equivocación
usando del pronombre personal en nominativo como pacien-
te, á falta de acusativo, es decir, huixin vosotros, signifi-
cando os.
EL TOTONACO- 327
También en la primera y segunda oración del plural nos,
puede resultar anfibología, porque una misma oración sir-
ve para agentes diversos en número, tú ó vosotros: pero es
fácil de evitarla usando los nominativos huix, tú, ó huixin,
vosotros. Lo mismo digo respectivamente de la primera y
tercera oración con te y os, bastando expresar el agente akit.
yo, ó huata, él, con lo que se sabe si se trata de primera ó
tercera persona, que es en lo que podía haber ambigüedad.
El acusativo de la tercera persona de singular del pro-
nombre, es su nominativo, conociéndose por la posición: el
plural se designa congo, en cuyo caso no se sigue otro acu-
sativo, porque el pronombre le representa; paxkigoy, «yo
los amo,» «yo amo á ellos.»
26. Neutros.-— Los verbos neutros en el pretérito y sus
derivados toman la partícula lag, significando como ablati-
vo; ih-lag-xalhhuan, yo lloré por tí. (14)
27- Preposiciones. — No se usan las preposiciones solas,
sino generalmente compuestas entre sí, ó con las otras par-
tes de la oración, anteponiéndose, menos nal- que se puede
posponer á los numerales: esta misma preposición nak ypo
(y acaso alguna otra) se ven usadas fuera de composición.
Como ejemplo de preposiciones presentaré á:
Chatón, por
Paxton, con, hacia.
Lakatin, ante-
Lanti, desde.
Oghpon, en, sobre.
Mal-ni, en, por, hacia-
La simple yuxtaposición basta, á veces, para expresar lo
que la preposición, como vimos al tratar del caso.
28. Adverbios. — Abunda en adverbios el totonaco: todos
los verbos y nombres que pueden formar adverbio de mo-
do, lo hacen anteponiendo cha, perdiendo la final una sílaba,
ó convirtiéndola en h. como de lalhlmat, llanto; chakalhhuat,
llorosamente. Para dar idea de los adverbios y de su abun-
dancia, pondré algunos de tiempo.
Chio, ahora.
Xogzponomanl-ilhtamal-o, hoy, en este día.
328 EL TOTONACO.
Chali, mañana-
Toxarna, pasado mañana.
Mixtoto, mixtati, mixkitziz, de aquí á tres días-
Ixkatamatna, á su tiempo, al año.
Gotana, ayer-
Toxama, toxamata, antes de ayer-
Liaha, poco há-
Tonkan, zogtonkan, luego, al punto-
Chalichalichalian, cada día.
Tziza, por la mañana-
Pontziza ó lihuapontziza, muy de mañana-
Al-nizpalhalha ahuanan, á la aurora-
Mxnitonleohui, ó tangaetzaz, en amaneciendo.
Kakuini, de día-
Taxtonot, á medio día-
Eagotanonnon, sobre tarde-
Kohuiniy, tarde por la mañana,
Alíxnitzizhuanan, en anocheciendo-
Zmalanl-an, al entrar la noche.
Tanl-anat, á media noche-
Tzüztotay, tzilizahuanan, tziliza huanat, l-atzüizhua, na-
rixtzüiztat tzizni en el silencio de la noche-
TontaztaL a, toda la noche-
TontaJco, lohuixhalay, todo el día.
Kan, aunque nunca.
Ixlimaghuata, ixogzpona, ya es hora-
Zliaümoton, en un momento.
Pihnatít, luego, al punto-
TlaankilhtamaJco, ixlimahua, á buen tiempo-
MagtomHiiipxmt, en un abrir y cerrar los ojos.
Ixtotomahatna, cada tres días.
Eatata, al.tomalata, há un año-
AJeata, ominachalata, de aquí á un año.
Katamatna, cada año.
TonioJcxini, en ningún tiempo.
Atitontihi, amagtontihi, en otra ocasión.
Aagtonhilh tamaleo, en otro tiempo.
Chaxpalat. entre año-
Pampahnüa, entre semana, año ó día, día vedado.
Nimponcholata, l-ilhtamal-o, cuanto tiempo há-
EL TOTOXACO- 329
Ixtotota ó mixtotota, antier.
Ilagaza, magaña, amagan, muchos dias há.
Lahuantaztol-a, continuamente-
Azlia, alia, lia, de aquí aun rato-
Makxtoca, maldhan, siempre.
Ol-xni, xaolcxni, nilihuaya, nilakaoxni, ¿cuándo?
29. Conjunciones. — He aquí algunos ejemplos de con-
junciones:
Ana,
y-
Chona, pala,
ó.
Alata,
ya.
Ha,
sí.
Chona,
así.
Lanchóla óalanchola,
así como.
ffuatachi,
pero-
Eacliona,
aunque.
Pianachona,
así también
30. Partículas. — Hay en totonaco una partícula an, la
cual significa el, la, lo, y acompaña el agente de la oración:
otras veces es demostrativa, interrogativa, dubitativa.
Otra partícula li, sirve para demostrar que la persona de
que se trata es de cierto lugar; li México, como quien dice
«vecino de México:» acompañando á los adjetivos los hace
sustantivos; tlaan, bueno; litlaan, la gracia: sirve también
para formar partitivos; li 'profeta, significa «uno de los pro-
fetas.»
La partícula pi, antepuesta, significa que; otras veces sue-
le significar que aquello que se dice se hace en balde, sin
provecho, sin objeto, de mala gana ó manera: también sig-
nifica solo: suple al verbo ser ó estar, pues por ejemplo, pi'
tlaan significa ya esta bueno. Todas estas partículas se usan
en composición. (15)
31. Dialectos. — Los totonacos se dividen en cuatro cla-
ses que se distinguen por las variaciones del idioma: los de
la sierra alta, llamados tetililhati; los de Xalpan y Pontepec,
chak ahuaxti; otros i paparía; y los de Naolingo, tatimolo- D-
Francisco Domínguez trae ejemplos de tres dialectos que
330
EL TOTONACO-
reproduciré, en parte, para dar idea de sus notables dife-
rencias.
Corazón,
7i alo,
alionólo,
lal-atzin.
Mundo,
kiltamalco,
latoxahuat,
tanl-ilatzon-
Luna,
malloyo,
papo,
laxkipap.
Maíz,
loxi,
tapaxni.
Jcizpa.
Ninguno,
tinti,
intini,
lal-ati.
Ahora,
chohua,
chiyo,
yanohue.
Cuerpo,
mal-ni,
pol-olh,
tal-atalat.
Semilla,
tini,
lichanat,
tazti.
Bueno,
tzey,
tlaan,
holhana.
Verdad,
ztonlcua,
lolol-o,
til-xllana.
Ver,
lal-tzilha,
olxilha,
leí- en.
Creer,
alaeniy,
l-analay,
l-atayahuay.
32. Ejemplo de la oración dominical. — Concluiré, co-
mo en las otras lenguas, con el análisis del Padre nuestro,
usando del que escribió D. Francisco Domínguez en el dia-
lecto de la Sierra baja de Naolingo, aunque no me será po-
sible hacer ese análisis con perfección, por falta de diccio-
nario-
Kintlatlane
nak
Hayan
huil
Nuestro Padre (q-
ae) en (el)
cielo
está
takollalihuakahuai
lli ó
mimaol-xot
nil-imi-
santificado sea
O
tu nombre
ven-
nanin ó
rnintalalchi
tacholaháhuanla 6
ga ()
tuv reino
sea hecha
0
minpahiiat
cholei
lalnitiet
chalchix
tu voluntad
así
(en el) mundo
como
nal- Hayan
0
linchouhlan
lal-alliga
en (el) cielo
0
nuestro pan
cuotidiano
nil-ilaixkiuh
yanohue lal-ilamatzanl-aniuh
danos
hoy
perdónanos
EL TOTONACO-
331
Tcintakállükan
rJionlei ó litnan
lamat-
nuestros pecados ;
isí como ( ) nosotros
perdo-
zanganiyauh ó
/.• intalakallaniyan la
ala
namos ( )
nuestros deudores y
no
kilamalctaxtoyauh
nali yoyauh
nal; a
nos dejes
para que estemos
en
liyogni. Chon
tacholal-ahuanla.
tentación. Así
sea hecho.
33. Análisis. — Kintlatl-ane: Uinkan es el pronombre po-
sesivo de la primera persona de plural, en el cual va inter-
calado tlat, padre; e la terminación propia de vocativo.
Nal-: preposición.
Tiayan: nombre sustantivo.
Huil, ó más bien huilh: tercera persona del singular de
presente de indicativo del verbo defectivo huih, yo estoy.
Tal-ollalihua/.ahuonli: esta palabra es un verbo pasivo, co-
rrespondiente al castellano (santificado sea,) ú otra expre-
sión análoga; pero por falta de diccionario no me ha sido po-
sible conocer su verdadero significado, por lo cual excuso
arriesgar explicaciones que pueden resultar erróneas: que
sea un verbo pasivo se conoce no sólo por su corresponden-
cia con nuestra lengua, sino por la sílaba intercalada ka.
O: esta es una interjección que, según Zambrano (pág.
81), sirve para formar vocativo; pero agrega que no es una
forma propia de la lengua, sino tomada del castellano. Sin
embargo, en este y otros casos que veremos adelante no
tiene traducción para nosotros.
Mimaókxot: maokxot, significa nombre, y mi es el posesivo
de la segunda persona de singular min perdida la n final
(gratia euphonce).
Nil-iminanin: min es el verbo defectivo venir; ki debe ser
la partícula que se junta á los verbos para que expresen
movimiento.
O: explicada ya.
Mintakakchi: min posesivo de la segunda persona de sin-
gular; tákakchi sustantivo.
332 EL TOTONACO-
Tacholahahuanla: cJiolay es el verbo hacer, correspondien-
te á la primera declinación; ha el signo de pasiva; huan ver-
bo que significa decir, ser ó estar; pero aquí no le encuen-
tro el sentido que deba tener.
O: interjección de que ya hablé.
Minpahuat: rain es el posesivo tuyo; pahuat sustantivo.
Cholei: conjunción.
Kahnitiet: nombre sustantivo.
ChalcMx: conjunción.
Nal-: preposición.
Tiayan: sustantivo.
O: interjección.
Kinchouhhan: kinkan posesivo de la primera persona de
plural; chouh es el sustantivo pan, intercalado.
Lahalliga: adverbio.
MküaixMuh: hila es el pronombre nos, el cual se usa
cuando el agente es de segunda persona del singular y el
paciente está en plural, puesto el verbo en primera perso-
na de este número, según el uso de la lengua que minucio-
samente expliqué en su lugar: ixkiúh es primera persona
del plural de pretérito del verbo ixkiy, dar, la cual se usa
aquí seguramente porque el imperativo carece de primeras
personas.
YanoJme: adverbio.
Kaküamatmnhaniuh: raatzanhay es el verbo perdonar; hila
significa nos, usado en la forma que se acaba de explicar;
la partícula ni no pertenece á la terminación, que es uh, si-
no que indica dativo, en cuyo caso está hila. En este ejem-
plo vemos, pues, que se usa la partícula correspondiente,
á más de hila, para indicar dativo; pero no sucede así en el
ejemplo anterior en que también hila es dativo y va solo, de
manera que, según esto, hila sirve para dos casos, y no só-
lo para acusativo, como parece inferirse de las explicacio-
nes de Zambrano.
Kintahallithan: hinhan se ha explicado ya; tal-allit es el sus-
tantivo vecado.
Chonlei: Conjunción.
O: interjección.
Kitnan: pronombre de la primera persona del plural.
EL TOTONACO. 333
Lamatzanl-aniyauh: matmnkay es el verbo perdonar; ni sig-
no de verbo dativo y aplicativo.
O: interjección.
Ka: conjunción.
Ala: adverbio-
KUamaktaxtoyauh: es el verbo maktaxtoy, dejar, con el
pronombre hila, en la forma ya explicada-
JSalt: conjunción.
YoyauJí: del verbo yak, estar-
Naka ó nal-: preposición.
Liyogni: sustantivo.
Chon: conjunción.
lacliolal-ahuanla: verbo pasivo, explicado anteriormente-
NOTAS.
(1) Según Zambrano, faltan b, d,f, r (pág. 2); pero des-
pués agrega que no hay ñ ni 11. En la página 1?" asienta que
la h se usa en lugar de g; y en la página 2 que esta letra no
se usa en lo escrito; pero en la página 3 y 4 explica su pro-
nunciación, y su obra está llena de gg, por cuj^os motivos
no la omito, siendo así que la h no basta para expresar su
sonido- La j si la omito, porque se suple bien con la h aspi-
rada, y en efecto, Zambrano dice (página 1?0 que usan la h
por,?'. También omito la ,9, porque el mismo autor dice que
la expresan con z- En cuanto á la v, aunque manifiesta en
la página 3 que no la hay, en las páginas 2 y 127 asegura
que los autores totonacos la usaron.
(2) Tampoco hay dicción que acabe en g, según Zambra-
no; pero no hago mención de esta letra, porque no la uso,
conforme á lo explicado en la introduccion-
es) La lista de los homónimos que se ve en la obra de
Zambrano pasa de ciento treinta; pero de ellos hay que re-
bajar muchos que no lo son, pues se distinguen por el acen-
to, ó las diferentes letras con que se escriben y pronuncian.
Por ejemplo: lahuay, mojarse, y gahuay, regañar; chana,
con; chana, sembrador.
(4) La palabra chichi también la hallamos en mexicano y
se traduce al español por perro; pero debe advertirse que
no se refiere al animal de ese nombre traído por los espa-
ñoles, sino á otro que se le parecía indígena de México.
(5) Según Zambrano, también hay participio: pero para
probar lo contrario, no tengo necesidad de refutarle, pues
él mismo confiesa (pág- 64) que«elque llamamos participio
«de presente es el verbal (latino) en tor, como asimismo el
EL TOTONACO. 335
«participio de pretérito es nombre sustantivo; pero en esta
«lengua se usa de uno y otro, para una y otra significación;
«porque paxMna, significa el amador, y el que ama ó ama-
«ba, y tapaxkin, el amor ó el amado-» Debe, pues, decirse,
que el totonaco suple los participios de que carecen con los
nombres verbales.
Otro modo hay de suplir los participios, que el mismo
autor explica así: «El totonaco correspondiente al participio
«de presente, son las terceras personas de todos los tiempos
«en uno y otro número, regidas del semi-participio (par-
«tícula) anti; y el participio de pretérito con las mismas
«terceras personas, antepuesta la partícula ta; v. g. , el que
ama, amaba ó amó, antipaxkiy, anti ixtapaxldy , antipaxküh,
etc- ; el de pretérito tapaxkiy, ixtapaxkiy, tapaxkilh.»
(6) He observado ya varias veces las equivocaciones en
que han caído nuestros gramáticos por querer amoldarse
á la gramática latina, y lo indiqué respecto á Zambrano.
El primer punto de imitación de este es querer reducir á
las reglas de Jos plurales á tres declinaciones; la primera
de los nombres acabados en a, e, i, o, te la segunda de los
en n, y la tercera de los en t; de lo cual parece que sólo los
que tienen tales terminaciones gozan plural, y aun clara-
mente lo dice así en la página 5: «Las letras con que finali-
«zan los nombres que tienen plurales, son a, e, i, o, u, ?i, t;>
Pero muy pronto se ve que tal principio es falso, pues en
la página 7 se ven ejemplos de nombres que hacen plural,
terminados en g, l- (c, según el autor), x, m y Ih. No pudien-
do ocultarse esto al gramático, da la siguiente regla: «Los
«nombres de las otras terminaciones, que llamamos extra-
avagantes, pluralizan con el adverbio Ihohua, y los que tienen
«plural se reducen á las tres declinaciones, ó á las excepcio-
«nes.» Pero ¿cuáles son las reglas para reducir esos nom-
bres extravagantes á cada una de las tres declinaciones? El
autor lo calla, y de consiguiente de nada sirve todo lo ex-
plicado sobre las tres declinaciones, resultando falso el
principio en que funda sus reglas, é incompletaslas que de-
duce. No por eso creo que la formación del número en toto-
naco deje de estar sujeto á reglas; pero ellas deben ser con-
formes al genio particular de la lengua. Yo me limito á de-
cir lo que mi plan exige.
336 EL TOTONACO.
(7) Los genitivos de que habla Zambrano (pag. 80) de
los nombres de reinos, provincias, etc., no son sino ablati-
vos, y así las partículas que allí menciona deben referirse
á este caso: en efecto, cuando digo, por ejemplo, «los ánge-
«les del cielo,» no quiero decir «los ángeles de que es pro-
«pietario el cielo,» sino «que habitan en el cielo.» Cuando
digo «el libro de Pedro,» expreso con claridad lo mismo que
con «el libro de que es propietario Pedro,» porque entonces
sí hay genitivo.
(8) Al concluir lo respectivo á los accidentes del nombre,
observaré que Zambrano (pág. 49) cae en una equivocación
al decir que, en totonaco, el sustantivo y el adjetivo «con-
«ciertan en género, número y caso.» Respecto á lo segun-
do, he dicho ya lo conveniente; en cuanto al género no pue-
de haber semejante concordancia en una lengua que carece
de signos para expresarle, y en cuanto á la concordancia de
caso no la hay en las lenguas que carecen de declinación,
por más que por rutina lo digan algunos gramáticos-
(9) Tratando Zambrano de igualar la conjugación totona-
ca con la latina concede infinitivo al verbo; pero como real-
mente no le hay, dice (pág. 13) que se forma por medio del
semiverbo poton ú otro semejante: diré, pues, que como ve-
remos luego, poton ni es verbo ni semiverbo, sino uno de
los muchos signos ó voces que modifican el verbo totonaco,
y cuya significación no es la de infinitivo, sino la de volun-
tad, y si junto con el verbo se traduce por infinitivo, es por-
que á nosotros nos suena mejor de este modo, no teniendo
una propia traducción literal- Digo lo mismo respecto á las
demás palabras ó signos semejantes & poton, cuya explica-
ción, que veremos en su lugar, dará á conocer mejor el
error de Zambrano. En cuanto á los participios de este au-
tor, ya se habló en la nota 5, y respecto á sus gerundios
basta leerle para ver que no los hay si no es por medio de
perífrasis y supletorios-
(10) Del verbo activo, según Zambrano, «se componen
«seis diferencias de verbos» (pág. 60); pero yo considero
como formas del verbo totonaco: primero, la voz activa: se-
gundo, las que se forman por medio de partículas ó termi-
naciones que no tienen sentido fuera de la conjugación: ter-
cero, las que se forman por medio de palabras que aunque
EL TOTONACO. 337
tienen sentido separadas del verbo, le comunican otro dife-
rente al juntarse con él. En efecto, no hay razón para con-
siderar sólo como modificaciones del verbo las que se for-
man con las partículas ó terminaciones correspondientes
á las seis diferencias de verbos de que habla Zambrano, y
excluir las que resultan por la unión de otras análogas. Las
combinaciones que deben omitirse son las que resultan por
la reunión de voces que tienen sentido fijo, de lo cual se
forman palabras yuxtapuestas, que no tienen nada que ex-
plicar, y su sentido es claro. Tal sucede, por ejemplo, con
juntar un verbo cualquiera, cliaan, que significa llegar allá,
ó chin, llegar acá, de que habla Zambrano (pág. 97).
(11) Cree Zambrano que el aplicativo rige dos acusati-
vos; pero aunque así sea, á veces, lo común es que uno sea
dativo: por ejemplo, cuando digo «Pedro le dio,» hay un da-
tivo que es le y un acusativo tácito ó expreso, «Pedro le dio
«dinero, un consejo, un abrazo, etc.»
(12) Hablando Zambrano de los frecuentativos (pág. 70)
dice: «Los más ordinarios y frecuentes son los que le hacen
«con los semiverbos, likihuiíi, tilhay, palay, mah.» En cuan-
to á likihuin y tilhay, estoy conforme, pero respecto á los
otros dos, consta de su mismo libro (pág. 44, 45 y 46) que
dan otra significación á los verbos: palay indica «volver á
«hacer,» es decir, repetir la acción del verbo, malí, «estar
haciendo,» es decir, actualidad. Que estas dos significacio-
nes no deben confundirse con los verbos frecuentativos, se
nota cuando consideramos que estos pueden recibir aque-
llas: azotar, por ejemplo, es frecuentativo, y sin embargo,
puede modificarse diciendo «yo vuelvo á azotar,» «tú estas
azotando:» en el primer cuso se repite la acción, en el segun-
do se ejecuta actualmente- En cuanto al nombre de semiver-
bos que Zambrano da á las partículas modificativas, ya dije
en la nota 9.
(13) A la conjugación que resulta con la partícula go lla-
ma Zambrano verbo compuesto.
(14) Por decir Zambrano (pág. 96) que algunos neutros
llevan nota de acusativo, parece que los signos que marcan
este caso no son peculiares del verbo activo, sino también
de neutro, cuando concurre con acusativo, lo cual muy bien
puede ser. (Véase el mexicano).
22
338 EL TOTONACO.
(15) Zambrano, con el nombre de partículas, explica
otras, pero yo sólo he encontrado las referidas que merez-
can mencionarse. Las demás pueden dividirse en tres cla-
ses: primera, unas que no son más que signos, de los verbos,
derivados, etc., como ti, partícula generalmente de subjun-
tivo; ka, signo de colectivo, etc- : segunda, partículas que
sirven para señalar las diferentes modificaciones del verbo
ú otras partes del discurso: tercera, muchas que claramen-
te pueden reducirse á determinada clase de oración, pues
su sentido es obvio; v. g- :
Yo, y i, sí, así, (conjunción).
Cho, como (conjunción).
Lak, ante (preposición)-
Xik ó zilc, más (adverbio).
En consecuencia, cada una de estas partículas tiene su
lugar propio dónde explicarse, sin necesidad de formar ar-
tículo separado.
L
COMPARACIONES RELATIVAS
AL TOTONACO
El Sr- Orozco y Berra, en su Geografía de las lenguas de
México, coloca el totonaco al lado del maya; pero usando
de una juiciosa reserva manifiesta que esa clasificación es
dudosa.
M. Charencey, en su «Noticia sobre algunas familias de
lenguas de México,» se inclina á creer que el totonaco es
lengua de transición entre el mexicano y la familia maya, te-
niendo más afinidad con esta. Por mi parte opino que el
totonaco es un idioma mezclado, pues á lo suyo propio agre-
ga algo de mexicano y algo de maya; pero más del primero:
efectivamente, comparando bien el totonaco con el mexica-
cano y el yucateco, se observa que en cuanto á la gramáti-
ca, exceden las formas aztecas á las mayas, y en cuanto al
diccionario, si se toman unas mismas palabras mexicanas
y mayas, resulta también que es mayor el número de ana-
logías con las primeras que con las segundas. En conse-
cuencia de todo esto, pongo en mi clasificación al totonaco
en familia independiente; pero como lengua mezclada donde
hay más de mexicano que de maya.
De lo que no participo absolutamente es de la idea que el
totonaco sea idioma de transición, porque opino con la ma-
yoría de los filólogos, que no hay transición en lingüística,
como no la hay en antropología: el mulato es una mezcla de
negro y blanco; no un paso del uno al otro, así como el idio-
340 COMPARACIONES RELATIVAS
ma español, por ejemplo, no es una gradación del latín álos
demás elementos lingüísticos que en aquel idioma se en-
cuentran, sino una reunión de todo ello.
GRAMÁTICA.
1. Alfabeto- — El mexicano y el totonaco tienen sonidos
correspondientes á las mismas letras, ó sus análogas: la ti
mexicana se halla en totonaco. Por el contrario, carece este
idioma de algunos sonidos correspondientes á letras espe-
ciales del alfabeto maya que hemos visto en el capítulo 43.
2. Combinación de letras. —En los idiomas mexicano
y totonaco es generalmente proporcionada la reunión de
vocales y consonantes, mientras que en maya denomina la
vocal-
3. Sílabas. — El totonaco y el mexicano son idiomas poli-
silábicos; pero el maya debe calificarse de paulosilábicos,
según lo explicado en el cap. 47.
4. Composición. — La composición de las palabras es de
mucho uso en mexicano y totonaco. En mexicano hay dos
partículas que sirven para unir las palabras, en ciertos ca-
sos, y son ha, ti También en totonaco se encuentra la mis-
ma clase de partículas, á saber, a, i, ia. El maya es menos
sintético que el mexicano, y en consecuencia, que el totona-
co, según lo explicado en el cap. 47, de manera que mexi-
cano y totonaco merecen calificarse de polisintéticos y el
maya de sintético. Véase más adelante el capítulo donde
trato del carácter morfológico délos idiomas indígenas.
M. Charencey confiesa la diferente estructura del toto-
naco y maya, pues dice: «La structure du totonaque est
beaucoup plus aglomerante que celles des idiomes de la fa-
mille mam-huaxteque.»
5. Onomatopeyas. — El mexicano y el totonaco tienen
pocas voces onomatepeyas, las cuales abundan en maya.
6. Artículo. — Ni en mexicano, ni en totonaco, ni en ma-
ya, hay artículo propiamente dicho, con todos sus usos y
aplicaciones. Sin embargo, en maya se encuentran algunas
partículas como ai que se traducen á veces por el ó la, pasan-
do lo mismo en totonaco con la partícula an.
AL TOTONACO- 341
7. Número- — Los signos para marcar el plural son dife-
rentes en maya, quiche, mamey huaxteco respecto al toto-
naco, mientras que una de las combinaciones del totonaco
que indica plural in, es semejante á la del mismo objeto en
mexicano tin. Esta terminación Un, aun en mexicano, que-
da en in con el pronombre; v. g. de nehuatl, yo, no resulta
tehuatl-tin, sino tehuat-in, nosotros: así, en totonaco de al-it,
yo, ak—in, nosotros.
8. Derivados.- La forma de los signos para expresar
derivados es generalmente peculiar del totonaco, presen-
tando algunas analogías aisladas ya con el mexicano, ya con
el maya ó sus congéneres. Por ejemplo, la es signo de co-
lectivos en mexicauo, y la misma terminación, ó Ha indica
en totonaco una idea análoga, esto es, que el derivado tiene
por cualidad lo que indica el primitivo. Las finales oni, ni,
kan, la son propias de verbal en mexicano; en totonaco no,
ni, la- La terminación tat sirve en totonaco para formar
abstractos; en huaxteco talab- Li, la son partículas to tona-
cas de verbal; en mame li, il, el; en maya il, ul-
9- Verbo. — El verbo totonaco presenta una diferencia
característica respecto al mexicano y al maya, siendo una
de las formas propias de aquel idioma, á saber, que no se
contenta con prefijos ó pronombres abreviados para mar-
car las personas, sino que usa para ello de finales di-
versas.
Respecto á la forma de las partículas y terminaciones con
que el totonaco marca el tiempo, el modo y la voz, sucede lo
que con los nombres derivados, la mayor parte es propia
del totonaco, con sólo alguna semejanza aislada respecto al
mexicano ó lenguas mayas. En lo que presenta más analo-
gía el verbo totonaco con el mexicano es en las partículas
de activo.
Mexicano. Totonaco.
A", Ko. Ka-
Kin, Ki- Kin.
La analogía más natural que encuentro entre el verbo to-
tonaco y el de la familia maya es Ka, signo de imperativo
en totonaco y huaxteco.
342 COMPARACIONES RELATIVAS
10. Preposición. — En totonaco, generalmente la prepo-
sición va compuesta con otras palabras, y del mismo modo
se usa en mexicano, mientras que en maya va separada,
otra prueba de la estructura más sintética de los dos pri-
meros idiomas.
11. Las analogías que he indicado del totonaco con el me-
xicano y el maya, son, en mi concepto, las más dignas de
llamar la atención, pareciéndome forzadas la mayor parte
de las que indica M. Charencey, entre la familia maya y el
totonaco, según paso á comprobarlo.
Cree este escritor que «los pronombres incorporados
«(prefijos y sufijos) son casi idénticos en los dos grupos de
«lenguas.» Esto lo juzgo inexacto, pues lo que sucede es que
se confunden los prefijos y afijos del mame y otras lenguas
de la familia maya con las terminaciones totonacas. Efec-
tivamente, en totonaco los pronombres que sirven para la
conjugación son ik ó ix. El primero corresponde al perso-
nal á/cit, yo, y por eso se usa en la conjugación para marcar
las primeras personas, ix corresponde al personal huix, tu
ó al posesivo ix suyo, así es que se usa con las segundas y
las terceras personas del verbo- Véase en la descripción
del totonaco el ejemplo de conjugación. Así, pues, la fi-
nal a de la segunda persona singular de indicativo presen-
te, en totonaco no es un pronombre, no es un sufijo, es una
terminación sin analogía con el pronombre. Otra prueba de
que la final a es una terminación, consiste en que el totona-
co posee tres conjugaciones distintas, cuya distinción pen-
de precisamente del cambio de las finales ?/, o, u (Tot. § 16
y 21-) Entretanto, los verdaderos pronombres abreviados,
los prefijos ik, ix no cambian en ninguna de las tres conju-
gaciones- La terminación a del verbo totonaco no debe, en
consecuencia, confundirse con el sufijo o, pronombre abre-
viado, puesto al fin del verbo en la conjugación mame: a, en
mame viene de ain, yo. Fácilmente se nota que ni el pro-
nombre mame ni su abreviado tienen analogía de forma con
sus correspondientes totonacos. Lo mismo exactamente
sucede respecto á las otras terminaciones que se han con-
fundido con los pronombres enteros ó abreviados de la fa-
milia maya.
El Sr. Charencey encuentra analogía entre la partícula
AL TOTONACO- 343
ka del totonaco, en los verbos activos, y ca del quiche La
partícula ca del quiche es signo de tiempo presente y no de
activo; los neutros se distinguen por medio de terminacio-
nes (V. cap. 44 §§ 12, 13 y 14.)
DICCIONARIO.
Los siguientes ejemplos del Diccionario Totonaco son po-
co numerosos porque no encuentro ningún vocabulario ex-
tenso, teniendo que limitarme á una corta lista de palabras
que directamente pude conseguir, y á las que se encuen-
tran dispersas en la gramática de Zambrano Bonilla, don-
de muchas son inútiles para las comparaciones filológicas
por pertenecer exclusivamente á la teología cristiana.
MUJER, HEMBRA.
Totonaco. Zinat- Mexicano. Zihuatl.
PADRE.
Tot. Tlat. Mex. Tatli.
MADRE.
Tot. Tzi. Mex. Teziztli.
MADRE.
Tot Nan. Mex. Nantli.
HIJO.
Tot- Ka-m- Mex- No-ko-neuh (no, es el posesivo,
neuh, final que le acompaña.)
HERMANO.
Tot. Tala. Mex. Tlatli.
HERMANO MAYOR.
lot. P-ipi. Mex. T-epi.
344 COMPARACIONES RELATIVAS
Tl'o.
Tot, Ko-Ko. Mex, Te-kol.
CUERPO.
Tot. T-aka-talat. Mex- N- aka-yo.
DIENTE.
Tot. Tatzan. Mex. Tantli.
NARIZ.
Tot. Kin-ka- Mex. Ya-katl.
OREJA.
Tot. Tagaen, t-akaen. Mex- N-akaz.
BRAZO.
Tot. Makpan. Mex. Maitl.
MANO.
Tot. Makan. Mex. Maitl-
DEDO.
Tot Maklag. Mex- MapiJli-
ESTRELLA.
Tot. Ztako- Mex. Zitlali.
NORTE.
Tot- Yxtan-kan. Mex- M-iktlam-pan.
RIO.
Tot. Tl-ate. 3/ea;.Ato-yatl-
ESPECIE DE PERRO.
Tot- Chichi. Mex. Chichi.
AL TOTONACO- 345
PAJARO.
Tot. Tzoko. Mex. TototL
ESPECIE DE GALLO Ó GALLINA.
Tot. Totoloko, tilan. Mex. Totolin.
ESPECIE DE GALLO 6 GALLINA.
Tot. Kuanako. Mex. Kuanaka-
CULEBRA.
Tot. Lon-gua, lon-kua- Mex- Koatl.
GUSANO.
Tot. Kal- Mex, O-kuiHn.
PIOJO.
Tot, Zk-atan. Mex. Ate-mitl.
FLOR.
Tot Xanat. Mex- Xóchitl-
FRUTO, FRUTA.
Tot. Xalihuala. Mex. Xucbihuali-
PINA, (FRUTA CONOCIDA.)
Tot. Matzake. Mex. Matzatli-
CAÑA.
lot. Chan-kat. Mex. A-katl.
SAL.
Tot- Ma-tzat. Mex. Yx-tatl.
346 COMPARACIONES RELATIVAS
BASTIMENTO, COMIDA.
Tot. Tihuatl, tikuatl- Mex- Ytakatl.
TEMPLO.
Tot. Tokpan. Mex, Teopantli.
NOMBRE.
Tot- Tokohuini. Mex. Tokaitl.
BRUJO.
Tot. Ke-nihualtin Mex. Nahualli-
SOBERBIA.
Tot. Tatlankanit. Mex. Nepan-tlakaliztli.
ENTENDIMIENTO-
Tot. Takatzin. Mex- Tlakaliztli.
PECADO.
lot- Talakali. Mex. Tlatakoli.
BUENO.
Tot. Kolhana. Mex, Kualli.
SORDO.
Tot. Agatapa, akatapa. Mex- N-akazti.
MANCO.
Tot- Makaztolo. Mex. Makotoktik.
MENTIROSO.
Tot. Tlatulatna, skapana. Mex. Tlapikini, iztlaka-
tini.
AL TOTONACO- 347
ALEGRE-
Tot. Pakohuay, paxohuay. Mex. Pakini.
REDONDO.
Tot, Ztiliti. Mex. Tolotik.
RICO.
Tot. Tamokonina- Mex. Mokuiltonoa.
BLANCO-
Tot. Zakaka. Mex. Iztak.
NEGRO.
Tot. Tzitzek. Mex. Tliltik.
COSA BLANCA, CLARA.
Tot. Ztoh. Mex. Iztak.
TUYO.
Tot. Min. Mex. Mo.
suyo.
Tot Yx. Mex- Y.
ESTO-
Tot. Othue. Mex, Yehua.
SER, ESTAR, ETC.
Tot. Hu-an. Mex. M-an-i.
MOJARSE.
Tot- Kahuia. Mex. Chakuani.
348 COMPARACIONES RELATIVAS
HACER .
Tot. T-ahuay. Mex. Ch-ihua-
MATAR.
Tot. Makniy. Mex. Miki, miktia.
COMER.
Tot. Hua-yan, kuayan. Mex. Kua.
ORDEÑAR.
Tot. Chita. Mex- Chihualpatzka.
SANAR.
Tot. Pazka. Mex. Pahti.
BUSCAR.
Tot. Tehuan. Mex. Temoa.
Tot. Yhuay. Mex. K-ohua.
ALEGRARSE.
Tot. P-axahuai. Mex. Ahahuia.
QUEBRAR.
Tot. Tapaniy. Mex. Tlapana.
DAR.
Tot. Maxkin. Mex- Maka.
ASAR, COSA ASADA.
1 ot Tazkoy. Mex. Tlaxtitl.
AL TOTONACO- 349
AGUARDAR.
Tot. Kalhitiy. Mex. Chialtia. (Kialtia.)
CRECER.
Tot. Katay. Mex, Zkaltia.
NO.
Tot, Kan. Mex. Kaamo.
HOY, AHORA.
Tot. M-ikam. Mex. Axkan.
DETRÁS.
lot. Kaen- Mex. Tei-kam-pa.
ENCIMA.
Tot. X-okpon. Mex. T-epan-
ENCIMA.
Tot. Ikakni. Mex- Ikpap.
DONDE, ADONDE.
Tot. Niko. Mex, Kanin.
ARRIBA.
Tot M-ako-tey. Mex. Ako.
LUEGO .
Tot. Aztan. Mex. Axkan.
DE, EN.
Tot. Na-ka. Mex. Ka, k.
TAMBIÉN, Y.
Tot. Ka- Mex. Ke-ne-
350 COMPARACIONES RELATIVAS
Ahora procuraré comparar entre totonaco y maya las
mismas palabras que con el mexicano, siendo preciso para
hacer esa comparación usar de nuestro alfabeto respecto al
maya con la aproximación posible, según lo explicado en el
cap. 47.
MUJER, HEMBRA.
Tot. Zinat, pozkat. Maya- Xchup. Mame. Xuuh.
Huaxteco. Uxum.
Tot Tlat, tlate, chape, tze. 31a. Yum. Búa. Paylon.
Qui- Kahau.
Tot. Tzi, ñau. Ma. Na. Mam. Chu. Qui. Chuch. Hua.
Min.
HIJO.
Tot. Kam. Maya. Ual, yal. Qui- Kahol.
HERMANO.
Tot. Tala, taho, tako, pozko. Ma. Icin. Mam- Itzin.
ixiben. Qui. Atza. Hua. Uxibem.
Tot. Pipi, tahot, chahan. Ma. Uitzin. Mam- Uanap,
itzin. Hua, Uakab, ixam.
tío.
Tot. Koko. Ma- Acan. Mam. Ikian. Hua- Itzan.
CUERPO.
Tot Takatalat, pokolh, makni. Ma- Unicil. Mam-
Uinkil.
DIENTE.
Tot Tatzan. Ma. Co- Hua. Camab- Qui. Ca.
AL TOTONACO- 351
Tot- Kinka. Ma. Ni. Mam. Cham. Hua, Zam. Qui.
Tzam.
OREJA.
Tot- Tagaen, takaen, kakaxkolna. Ma. Xicin. Mam.
Xihim. Qui- Xikin. Hua, Xutzum.
BRAZO, MANO.
Tot. Makpam, makan- Ma- Kab. Mam. Kop. Hua.
Kubak. Qui. Gab-
DEDO.
Tot. Maklag, alízomakan. 31a- Kab. Hua. Kubak.
lek.
ESTRELLA.
Tot. Ztako. Ma. Ek. Hua, Chuzelot. Mam. Cheu.
NORTE.
Tot- Yxtankan, kataon. Ma. Xaman. Hua. Tehuai-
kailal.
RIO.
Tot, Tlate, keltochokoy. Ma. Ukum. Hua- Ualka.
ESPECIE DE PERRO.
Tot, Chichi. Ma. Pek. Hua, Piko.
PÁJARO.
Tot. Tzoko, zpoun. Ma. Chiich, Djidj. Hua, Tzitzim.
Mam. Chioch.
352 COMPARACIONES RELATIVAS
ESPECIE DE GALLO O GALLINA
Tot, Totoloko, tilan, kuanaka, piyo. Ma. Xkax. Hua.
Koxol, pita.
CULEBRA.
Tot. Longua- Ma- Cara, can- Mam. Kan. Hua- Tzam,
cham. Qui. Can.
GUSANO.
Tot. Kal, tzapola- Ma. Xnokol. Mam. Chikup. Qui.
Chil- Hua. Zum.
PIOJO.
Tot. Zkatan, izkat. Ma. Uk. Mam. Uk. Hua- Utz.
Qui. Uk
FLOR.
Tot. Xanat, chanat. Ma, Nicte. Hua. Uitz.
FRUTO, FRUTA.
Tot. Xalihuala, tahuakat. Ma. Ich. Hua. Hualil,
huitzkapnel.
CAÑA.
Tot- Chankat- Ma, Zakab. Mam- Patzam. Hua- Pa-
kal.
SAL.
Tot. Matzat. Ma. Taab- Mam. Atzam. Hua. Atem.
TEMPLO.
Tot. Tekpan, Zikollan. Ma. Kona. Hua. Teopam.
NOMBRE.
Tot- Tokohuini, maokxot. Ma. Kaba. Hua- Bih.
AL TOTONACO. 353
BEUJO.
Tot. Kenihualtin, chuchono. Ma. Huay, Naal. Qui.
Naual. Mam. Ahka. Hua. Ehenchix.
SOBERBIA.
Tot. Tatlankanit, lapalagua. Ma. Nonohbail, Mam-
Nimahibil. Hua. Telabatalab.
ENTENDIMIENTO.
Tot- Takatzin, lalaktzazan. Ma. Naat. Mam- Naobil.
Hua Tzalap.
PECADO.
Tot. Talakali. Ma- Keban. Qui- Pan. Mam. Pahibil.
Hua. Hualab.
SORDO.
Tot. Agatapa, akatapa, kakaltit. Ma. Cook- Hua.
Tzine.
MANCO.
Tot- Makaztolo, pekchotok. Ma- Culkab.
MENTIROSO.
Tot. Tiatulatna, skapana. Ma. Teiz. Hua. Hamka-
uhil.
ALEGRE.
Tot. Pakohuay, paxohuay, taxhuan. Ma- Kimacool.
Hua. Kulbelil.
REDONDO.
Tot. Ztiliti, kilzpitil. Ma. Uouoloc.
23
354 COMPARACIONES RELATIVAS
RICO.
Tot. Tamokonina, tahuilana. Ma- Aikal. Mam. Kinon.
Qui Ginom.
BLANCO.
Tot- Zakaka, znapapa. Ma- Zac. Hua. Tzakni. Qui.
Zac-
NEGRO.
Tot- Tzitzek, tzit. Ma, Ek, box. Hua- Ehek. Qui-
Gek.
COSA CLARA.
Tot, Ztoh. Ma. Kazac.
TUYO.
Tot. Min, mila. Ma. Au, a, atial, Hua. Ana, a. Qui.
Av, a. Mam. Tea.
SUYO.
Tot- Yxla, ix. Ma, U, utial, i. Hua. In. Qui. U, r.
lia?w. Tehu-
ESTO.
Tot. Othue, oyamah. Ma. Letiela, I. Hua. Naxe, exe.
Mam. Aha- ahu.
MOJARSE.
Tot- Kahuai. Ma. Chulul. Hua. Atze. Mam- Akizan.
HACER.
Tot. Tlahuay, cholay. Ma. Mentic. Qui. Barí. Mam.
Bancham. Hua. Tan jal.
AL TOTONACO. 355
MATAR.
Tot. Makniy. Ma. Zimzah. Mam. Kimizan. Hua.
Zemza- Qui. Kamizah.
comer .
Tot- Huayan. Ma. Hanal. Qui. Va. Mam. Vuam- Hua.
Kapul.
ORDEÑAR.
Tot. Chita, Ma- Potz. Hua. Huatzi.
SANAR.
Tot. Pazka- Ma. Utztal. Hua. Lehkin, kahuilitz.
BUSCAR.
Tot. T>huan. Ma. Caxan. Qui- Hoy. Mam. Hoyon.
Hua. Ali.
COMPRAR.
Tot. Yhuay. Ma- Man. Hua. Tzayal.
ALEGRARSE.
Tot. Paxahuai, taxhuanan. Ma. Kimacol. Qui. Zihah.
Mam. Tzalah. Hua. Kulbel.
QUEBRAR.
Tot. Tapaniy, papitziy. Ma. Paxal. Mam. Pax. Hua.
Pambay.
DAR.
Tot Maxkiy, ixkiy. Ma. Dza. Hua. Pizal, binal-
ASAR.
Tot Tazkoy, taztoloy. Ma. Kaak. Hua. Huiya.
356 COMPARACIONES RELATIVAS
AGUARDAR.
Tot, Kalhitiy. Ma. Paak.
CRECER.
Tot. Katay. Ma. Chihil. Qui. Hil. Hua. Iehjel.
NO.
Tot. Kan. Ma. Ma. Qui. Ma- Hua. Ibatz. Mam.
Bah.
DETRÁS.
Tot. Kaen, ken, chagüen. Ma. Tupach.
ENCIMA.
Tot- Xokpon, ikakni. Ma. Yokol-
DONDE, ADONDE.
Tot. Niko, lachon. Ma. Tuux. Hua. Otam, ohuatam.
Qui- Apa, pa.
ARRIBA.
Tot. Makotoy, taiman. Ma. Kanal. Hua. Ehal
amalki.
Examinando la lista de palabras que precede, se confirma
lo que indiqué al comenzar este capítulo, es decir, que si se
comparaban unas mismas palabras mexicanas y mayas con
el totonaco, resultaba mayor el número de analogías con
las primeras que con las segundas. Después de esta demos-
tración, y para concluir el capítulo, compararé el pronom-
bre y los adjetivos numerales entre mexicano y totonaco,
como ejemplo de las diferencias léxicas que existen entre
esos idiomas, aprovechando la comparación de los numera-
les para hacer notar la diferencia que hay también entre
las palabras que directamente he hecho recoger de los toto-
COMPARACIONES RELATIVAS AL T OTÓN ACÓ.
357
nacos, y las que se ven en la gramática de Zambrano Boni-
lla: esas diferencias pueden ser de dialecto, de sistema or-
tográfico, ó causadas por el curso del tiempo.
Toton
acó.
Mexicano
Yo,
t
Al-it,
Nehuatl.
Tú,
Huia
5
Tehuatl
Aquel,
Amah, huata,
Yehuatl-
Nosotros,
Akin
!
Tehuantin.
Vosotros,
Huixui,
Amehuantin.
Aquellos,
Huatonin,
Yehuantin.
Totonaco.
Totonaco.
Mexicano.
Uno,
Toin,
Tara,
Ze-
Dos,
Toyon,
Tu i y,
Orne-
Tres,
Toto
Tutu,
Yey.
Cuatro,
lati,
Tate,
Nahui.
Cinco,
Kitziz.
Kitziz,
Máleuilli.
Seis,
Chaxcut,
Chacha,
Chicuaze.
Siete,
Toxon,
Tujum,
Chicóme.
Ocho,
Tzaian.
Tzaian,
Chicuey.
Nueve,
Nahatza,
Najatza,
Chicunani.
Diez,
Raah,
Kauhe,
MatlaJctli-
Veinte,
Puxam,
Puchan,
Zemjjoualli-
Ciento,
Eitzizpuxant,
Makuilpoualli
-+++-
CAPITULO LI.
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU.
NOTICIAS PRELIMINARES.
El othomí es una de las lenguas más extendidas en la Re-
pública mexicana, pues se habla en todo el Estado de Que-
rétaro y en una parte de los de San Luis, Guana]uato, Mi-
choacán, México, Puebla, Veracruz y Tlaxcala-
La provincia de los othomíes, según Clavijero, comenza-
ba en la parte septentrional del valle de México, y se ex-
tendía por pellas montanas hacia el Norte, hasta 90 mi-
lias de la capital. Entre todos los lugares habitados que eran
muchos, sobresalían la antigua y célebre mudad de Tula
(fundada por los toltecas), y la de Xilotepec, la cual des-
ude la conquista de los españoles, fué la metrópoli de
los othomíes.
Esta nación es tenida por una délas mas antiguas de
Anáhuac, habiendo permanecido en el estado salvaje duran-
te muchos siglos, de modo que siempre se la ha reputado
por la más grosera de aquellos países. El P. Saliagun, ha-
blando de ella dice: -Los othomíes de su condición eran
.torpes, toscos é inhábiles: rinéndoies por su torpedadles
«suelen decir en oprobio iah que inhábil! .. eres como o ho-
cmí . lo cual se decía por lo regular al que era rudo y tor-
«w reprendiéndole de su poca capacidad y habilidad.»
Fn o siglo XV comenzaron los othomíes á vivir en socie-
dad sujetos á los reyes de Texcoco, y fundaron muchos
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU. 35&
pueblos. Sin embargo una gran parte de ellos quedó en el
estado salvaje, habiendo dado mucho trabajo su conquistad
los españoles, la cual se verificó totalmente hasta el siglo
XVII.
Clavijero cita varios autores de gramáticas y diccionarios
othomíes, y lo mismo LeónPinelo y Beristain; pero D. Luis
de Nevé y Molina, en el prólogo á su arte, dice: «Para el
«idioma othomí no ha habido un solo individuo que se ataree
«en discurrir, que se desvele en pensar un modo fácil para
«enseñarlo. Y si varios se han dedicado á escribir algu-
«nos papeles sueltos, que en mi poder he tenido, ha sido con
«tanta obscuridad, confesando tantas dificultades, y discu-
«rriendo tantos caracteres, tan difíciles, que para enten-
«derlos era necesario que ellos mismos verbalmentenoslos
«explicaran; tan contrarios unos con otros, y tan disonan-
«tes, que lo que uno escribió es difícil que otro lo entienda,
«haciendo por este camino el idioma más difícil de lo que es
«en sí, y dificultando con tantos caracteres y figuras el po-
«derse dar á la imprenta, y lo que es más, no haber segui-
«do unánimes una regla ó modo de escribirlo, que es de
«donde han dimanado tantas dificultades. »
El examen que he hecho de algunas obras sobre al otho-
mí, confirma lo que dice Nevé; de manera que, como obser-
va el P. Nájera, la obra de aquel autor «es laiinica por don-
«de se viene en conocimiento de la naturaleza de la lengua.»
Esto supuesto, ha sido mi principal guía el libro que él es-
cribió con el nombre de Reglas de ortografía, diccionario y
arte del idioma othomí, aunque consultando también otros es-
critos antiguos y modernos, entre ellos la Disertación del P.
Nájera.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — De treinta y cuatro letras consta el alfa-
beto othomí (1), de las cuales trece son vocales, y cuya di-
ferencia va marcada con signos encima de cada letra, ex-
cepto las vocales claras que no llevan ninguno.
a, e, i, o, u, claras-
a, e, i, o, ti, nasales.
360 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ.
(i, ü, guturales-
é, pectoral.
é, pectoral nasal.
Las consonantes son :
b. ch. d. g. h- k. m- n. ñ- p- r- s. t. x- y. z-
kk. kli. ó kj- ph. 6 pj. tt. tz.
2. Pronunciación.— Los nombres de las vocales indican
el órgano que las modifica; pero para mayor claridad debe
advertirse, que la e pectoral se pronuncia «remedando el
balido de la oveja,» por lo cual la llama Nevé ovejuna, y la é
pectoral nasal «comienza en el pecho ó garganta, y cerran-
«do suavemente los dientes termina en la nariz,» según la
explicación de Nájera.
La h se aspira con fuerza; la r es suave; la x es ks; la kli y
la ph se pronuncian aspirando con fuerza la h; la tt, dice Ne-
vé, «pronunciase tocando fuertemente la lengua á los dien-
«tes y echando el sonido con violencia hacia fuera :> laM;
tiene un sonido muy fuerte apretando el nacimiento de la
lengua contra la bóveda superior del paladar y arrojando
hacia fuera la voz.
Empero, es preciso repetir con el P. Nájera: «Todo lo di-
«cho ni da una regla fija para la pronunciación, ni pone en
«claro totalmente cuál debe ser en ciertos casos. En efecto,
«¿cómo pueden bastar las letras para hacer entender algu-
«nas palabras que apenas comienzan á sonar, cuando espi-
«ran en los labios, y otras que, alo más, constan de dos sí-
«labas separadas la una de la otra por el tono, que unas ve-
«ces les da la nariz, otras la garganta y en el que en otras
«tiene parte la mayor ó menor fuerza para aspirar ó respi-
«rar? Esta dificultad se presentó como insuperable á los que
«al principio quisieron escribir la lengua con sólo las letras,
«y bajo de ella sucumbieron, confundiéndose y haciéndose
«ininteligibles, pues inventaron agregar á la palabra las le-
«tras h, ng, nn, nug, mm; con lo que después no se sabía
«si eran parte de la voz, ó sólo el signo musical de ella. ¡Gran-
«de esfuerzo de ingenio necesitó D. Luis Nevé y Molina pa-
«ra descubrir el sistema bajo el cual publicó su obra, úni-
«ca por donde se viene en conocimiento de la naturaleza de
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ. 361
«la lengua! De lo expuesto se sigue que, en el sistema de
«escritura hebrea, griega y la actual europea, no puede, sin
«gravísimas dificultades, escribirse el othomí. En esos sis-
«temas nos sería imposible distinguir y anotar las palabras
«homónimas, cuya significación varía, no por la mutación
«de las letras, sino ya por la expresión, ya por la modulación
«de la voz, y á veces por el solo significado de la palabra.
«Luego el othomí necesita, para escribirse con perfección,
«de un sistema propio y peculiar de ortología. En él no só-
«lo debería haber las letras que representasen los sonidos,
«sino también los signos de los tonos que dan la expresión
«á las letras, pues una misma palabra, según los diversos
«tonos, significa diversas cosas. Aun cuando para entender
«á todo esto, usáramos de algunos puntos, como los de la
«Masborra, nos quedaba un hueco que llenar, pues muchas
«palabras, aun con los mismos tonos, significan distintas
«cosas, según sus distintas raíces; clasificación que no po-
«dría hacerse con solo los puntos musicales. H¿, es el mon-
«te ó cerro; hé, el cielo; he, fingir, muy, el corazón; muy, el
«alma; muy, la índole; muy, afecto del ánimo: nho, bueno;
«n/¿o, hermoso; nho, apto; nho, justo; nho, perfecto; nho, ur-
«bano, y aun significa otras muchas cosas: por lo tanto, el
«othomí necesita de un género de escritura en el que hu-
«biere signos con que fijar el significado de las palabras que
«con las mismas letras y tono pueden tenerlo diverso. Es-
«to se podría conseguir acaso con la escritura china.»
3. Sílabas. — La lengua othomí es cuasi monosilábica, se-
gún lo explicado en el capítulo siguiente.
4. Onomatopeyas. — Imita esta lengua la naturaleza en
cuanto lo permite su cuasi monosilabismo, como vemos en
estas onomatopeyas.
A,
respirar.
Bu,
hacer viento.
ITia,
aspirar.
1,
el dolor.
Si,
grito.
l'«,
aullar.
Ztzo,
escupir.
He,
estornudar.
3G2 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ.
Nkku, hipar.
Hay, soplar.
Hehe, toser.
5. Homónimos. — Abunda en homónimos el othomí, cu-
yos varios significados algunas veces tienen entre sí cierta
analogía, que fácilmente se comprende; otras no presentan
ninguna relación; y varias ocasiones consiste su diferencia
en que la misma palabra puede ser una ú otra parte de la
oración, aunque expresando la misma idea genérica. De to-
do daré ejemplos.
A, el blanco, el fin, conseguir el fin.
Bá, usar, uso, pecho de mujer, ubre, leche.
Bi, temer, temblar.
Búy, vivir, vida.
Da, cocido, digerir.
Da, madurarse, maduro, á propósito.
IíL, sonar, comenzar, tejer.
Hia, inquirir palabra, idioma, aspirar el aire, la luz.
Hog, dulce, honesto, el caballero por sus portes.
Ki, venerable, remover.
Ku, leve, ligero.
Kuy, gustar, sabor, hacer algo, correr, acosar, perse-
guir.
Ma, desagradar, fastidiarse, estar lleno.
Me, espesar, condensar, señor de alguna cosa, habi-
tante de la casa-
Nho, bueno, hermoso, perfecto, justo, urbano-
Mi, lleno, el camino.
Pité, gobernar, gobierno-
Ra, igual, semejante.
Sa, benévolo, benevolencia.
Si, plano, color, corteza, hoja, extender, cutis, acaso,
por ventura.
Téi, el pasto, la paja.
Ti, el ebrio, embriagarse, ofuscar, confundir.
EL OTHOMÍ Ó HIA-H1U. 363
Tsa, meramente, propiamente, sanar, gozar de salud,
la punta, la cúspide de un cuerpo, por dentro, lo in-
terior lo agudo, lo dividido.
Tst, rechinar, disminuir.
U, la sal, ahora.
Za, redondo, redondez, el arco, levantar un arco.
Zá, lefia, lefiar.
Ztsi, elegir, beber-
Veremos adelante cómo puede saberse lo que represen-
ta una palabra de las que se toman por verbo, sustantivo,
ú otra parte de la oración, y aquí sólo diré que para reme-
diar los inconvenientes que resultarían de los homónimos,
pueden usarse palabras compuestas; una de las cuales de-
termina el sentido de la otra. En (linee de, vemos que di nee
significa yo quiero; pero no se sabe qué cosa, porque de es
el agua, ó vestido; si quiero, pues, aquella, diré dehe; he,
significa frío; si lo segundo, deye; ye, significa lo largo. Xo
hay necesidad de esta forma cuando no se teme la equivoca-
ción, comosiyo dijera: «quiero beber agua;>entonces de bas-
ta, porque lo demás con que puede equivocarse no es cosa
de beber. En el imperativo de los verbos veremos que se
usa la misma composición, y desde aquí advierto que es con
igual objeto que la de los nombres.
6. Voces metafísicas.— Encuéntranse voces para ex-
presar varias ideas metafísicas, cosas que no tienen repre-
sentación material, como pensar, olvidar, entendimiento,
esperanza. Acaso alguna de esas palabras tengan un ori-
gen independiente de todo lo que está bajo el dominio de los
sentidos; pero de varias se puede asegurar que no es así:
O, significa acordarse y también la recámara, como si la me-
moria se comparara con un retiro donde están guardadas
las cosas: muy, significa el alma; pero también el corazón:
lo bueno también se explica con la misma palabra que lo
hermoso, nJw: lo feo y lo malo tiene por signo común á ntzo:
té, significa alto y noble: crear y hacer es te.
7. Palabras expresivas. — Del cuasi monosilabismo
othoraí, resultan palabras compuestas muy expresivas.
Ejemplos.
361 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ.
Tinsu, tzinsu; ti: tzi, retoño; nsu, la hembra; la hija.
Batzi 6a, engendrado; tzi, retoño; el hijo.
Kasti; ka, rubia; sti, superficie, el oro.
Kogkhai; kog, dulce; kkai gente; el hombre de buena ín-
dole.
Silcei, si, piel; Jcei, cuerpo; el cutis.
Ehmi; e, airado; hmi, cara; el mal agestado.
Yohmi; yo, dos, hmi, cara; el pérfido.
Metí; me, el que carece; ti, riqueza; el mendigo.
Dansu; da, florida nsu, hembra; la niña.
Heme; hét fingir; me, madre; la madrastra.
Ihugu; thu, estar colgado; gu, oreja; el pendiente.
Dodo; do, piedra; el tonto.
Hidai; hia, luz: di, producir; el sol.
Hiatsi; Ida, luz; tsi, hacer; el día.
Ngéde; ngé, carne; de, cubrir; las enaguas.
Razana; ra, una; zana, luna; el mes.
Okha; o, acordarse; kJia, santo; Dios.
8. Partes de la oración. — Las categorías gramaticales
se hallan poco determinados enothomí, una misma palabra
ya es sustantivo, ya adjetivo, ya verbo ó adverbio.
Sucede, pues, que muchas veces el sentido del discurso
pende sólo de su encadenamiento, es decir, de la sintaxis,
de la posición de las palabras. Sin embargo, hay otros me-
dios para poder distinguir las partes de la oración, que se
usan generalmente con el objeto de evitar anfibologías; ade-
más, se ven sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios, que
lo son naturalmente, por todo lo cual trataré de cada cosa
en particular, como lo hago en las demás lenguas.
9. Género y caso. — El nombre no tiene declinación ni
género. Este se expresa con nombres distintos ó con las
palabras taó tza, macho; nsu ó nxu, hembra; tayo, el perro;
nxuyo, la perra. Lo más generales, que el nombre se toma
por masculino- Hay palabras diferentes según el sexo del
que habla, para algunos nombres de parentesco: l-huada,
hermano, dice el hombro; ida, hermane-, dice la mujer.
10. Número. —El número singular se marca con na,
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ. 365
aquel, aquella, aquello, y también el, la, lo ó uno, una: el
plural con la partícula pospuesta ya, ó e antepuesta.
11. Nombre. — Si se quiere evitar toda equivocación entre
el sustantivo y el adjetivo, se antepone al primero la partícu-
la na, que quiere decir uno, una, y á veces, el la, lo, ó aquel,
aquella, aquello, como se acaba de decir, y al adjetivo la pa-
labra ma, que significa cosa; pero cuando el adjetivo se to-
ma como sustantivo lleva la partícula xa; nanho, la bondad
manho, lo bueno; xanho, el bueno.
Hay nombres, como indiqué al tratar de las partes de la
oración, que siempre son sustantivos ó adjetivos; v. g., ye
hombre; tho, todo.
Hay sustantivos que se unen á otros para explicar un
atributo, como sihta, corteza del padre, es decir, el abuelo.
En los compuestos suele el antecedente colocarse des-
pués del consiguiente; mate, del amor hacedor, que signifi-
ca el amante.
El adjetivo se antepone siempre al sustantivo, como la ye,
santo nombre.
12. Comparativo y superlativo- —El comparativo se
expresa con el positivo y nra, más ó chu, menos; n7io. bueno :
nra nho, más bueno; el superlativo con tza 6 tze que signifi-
can mucho, sumo; así es que tza nho quiere decir muy bue-
no ó bonísimo; tze ntzo, muy malo.
13- Diminutivos- — «Para hacer diminutivos los nombres,
«dice Nevé, se les antepone la partícula ztzi ó ztzu; v. g., pa-
«pelito, ztzi, hensi- De estas mismas partículas usan parade-
«cir tontito:» esta palabra tantito es el significado propio de
ztzióztxu.
14. Pronombre personal. — Los pronombres persona-
les son:
Nuga, nugaga, nugui, yo-
Gui, ki, me, para mí.
Nuguénúy, tú.
Y, hi, te, á tí, para tí.
Nunu, aquél.
Bi, ba, /•/, le, á ó para aquél, se, para sí.
Nugahé, nngagahé, nuguihé, nosotros ó nos.
366 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU-
Nuguégúi, nuguehu, núygúi, núyhu, vosotros, ó vos.
Nuyu, aquellos, les.
Nájera, (pag. 79 y 138), explicando á Nevé, advierte que
el pronombre personal es propiamente ga, gué, nu, jquenu
es partícula cuyo oficio es indicar que la palabra siguiente
es pronombre para fijar el sentido. El mismo autor añade:
"en los que mejor hablan el othomí no suénala u; pero tam-
"poco deja de sonar n: el pronombre de la primera persona
"es nga ú ga, etc. (2)
Es frecuente usar el pronombre contraído ó abreviado por
ejemplo, /¿e'en lugao de nugahé.
El pronombre personal es de poco uso: en su lugar acos-
tumbran los othomíes un nombre que expresa autoridad,
benevolencia ó amistad, según con quien se habla. Por
ejemplo.-"tu servidor te obedecerá, "por "yo te obedeceré"
"tu amigo te ama," por "yo te amo," etc.
15. Posesivos. — Los posesivos se expresan así:
Ma,
mío.
Ni,
tuyo.
Na,
suyo.
Carece de plural, que se suple con la adición del perso-
nal; ma te he, literalmente «mió padre nosotros» que en buen
castellano es «padre nuestro. »
En el capítulo 15 habla Nevé de unas oraciones cuya na-
turaleza fácilmente se comprende, y que él llama de perte-
necer ó tocar, diciendo: ''Estos romances fácilmente se
"responden con los pronombres posesivos y el nombre me-
liti, que significa bien ó riqueza, y así es lo mismo decir á
"mi me toca ó pertenece, que decir es mío ó es bien mió, y
"así diremos ma mehti. Con más elegancia se les posponen
"los pronombres primitivos: pero sincopados; v. g.,ma meh-
liti ga, es tuyo, ó á tí te toca ó pertenece .... Y adviértase
"que cuando la tercera persona que posee no es determi-
"nadamente el pronombre aquel sino otro nombre, enton-
"ces se omite el nu y en su lugar se pone el nombre qué
"fuere."
16. Relativos. — Los relativos son toó, gui, gue.
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU. 367
17. Demostrativos. — Los demostrativos núa, ó núnú,
este, esta, esto nuyu, estos, estas, estos: na, aquel, aque-
lla, aquello, y, á veces, puede significar el, la, lo, ó uno, una
■como varias veces he dicho; ya, aquellos, aquellas, etc.
18. Verbo- — En othomí no hay más que verbos activos,
pues como tales se usan aun los neutros: algunos, como en
otra parte se dijo son verbos por naturaleza como te, enve-
jecerse. Generalmente cuando un nombre se toma como
verbo cambia el acento; lúa, amanece; lúa la palabra-
19. Modos y tiempos. — Los modos son indicativo é im-
perativo: los tiempos, en indicativo, presente, pretérito im-
perfecto, pretérito perfecto definido, el mismo indefinido,
pluscuamperfecto, futuro imperfecto y futuro perfecto: en
imperativo no hay más que un tiempo. (Véase lo explicado
en el capítulo siguiente sobre los tiempos del verbo otho-
mí, y especialmente sobre pretéritos y verbales.)
20. Mecanismo del verbo- — La conjugación se hace con
«1 auxilio de partículas separadas, que denoten el tiempo y
marcan la persona; pero como las mismas que se usan en
singular hay en plural, se distingue este número por los
pronombres lié, nosotros; gúi, ó hu, vosotros; yu, aquellos.
El presente de indicativo lleva las partículas di, gui, y: el pre-
térito imperfecto tiene las mismas partículas y además
hma ó ma que le distinguen; el pretérito perfecto definido
usa las partículas da, ga, M: el indefinido xta, xl-a, xa, las
cuales sirven también al pluscuamperfecto que lleva, ade-
más, la hma del imperfecto: con ga, gui, da, se marca el fu-
turo imperfecto, y el perfecto con gua, y las partículas del
pretérito perfecto indefinido. El imperativo no tiene más
que segunda persona del singular y segunda del plural, con-
siderada aquella por los gramáticos como la raíz del verbo,
porque en ella se presenta éste en toda su pureza, es decir,
sin partícula ni nada que le acompañe ó altere. El pronom-
bre se usa como afijo del verbo según lo explico en el capí-
tulo siguiente. § 7
21. Ejemplo de conjugación- — Examinemos el ejemplo
siguiente:
338 EL OTHOMÍ Ó HIA HIU.
Indicativo. Presente.
Di nee, yo quiero, etc., Di nee hé.
Guiñee. Guineegiíi, 6 guiñee hu.
Y nee. Yneeyu.
Pretérito imperfecto.
Di nee lima, yo quería, etc. Di nee lima hé-
Gui nee lima. Gui nee lima gúi ó hu.
Y nee lima. Y nee lima yu-
Pretérito definido.
Da nee, yo quise etc. Da nee he'.
Ga nee. Ga nee gúi ó hit.
Bi nee- Bi nee yu-
Pretérito indefinido.
Xta nee, yo he querido, etc. Xta nee hé-
Xla nee ó xpi nee. Xla nee gúi ó hu.
Xa nee- Xa nee yu 6 xpi nee yu.
Pluscuamperfecto.
Xta nee lima, yo había querido,
etc. Xa nee lima hé.
Xka nee lema. Xlca nee lima gúi ó hu.
Xa nee hma ó xpi nee lima. Xa nee lima ó xpi nee
lima yu.
Futuro imperfecto.
Ga nee, yo querré, etc. Ga nee hé.
Guiñee. Guineegúi 6 hu.
Da nee. Da nee yu.
EL GTHOMÍ Ó HIA-HIU. 369
Futuro perfecto.
Gua xta nee, yo habré querido,
etc. Gua xta nee lié.
Gua xka nee. Gua xha nee giíi ó hu.
Gua xa nee ó gua xpi nee yu. Gua xa nee ó gua xpí
nee yu.
Imperativo.
Nee, quiere tú, Nee gúi ó nee hu, quered
vosotros.
22. Imperativo. — Vemos, como antes advertí, que la se-
gunda persona del singular de imperativo es el verbo en to-
da su pureza; pero es muy importante añadir que, á veces,
esa persona se forma con la repetición del verbo; v. g., con
te, hacer, diré, te te, hacer hacer, que significa haz tú: otras
veces se forma del verbo y otro, ó de un nombre con el que
tiene analogía; v. g., de ó, acordarse, y plio, conocer, resul-
ta opho, escribe tú. No pocas veces el verbo se une á otro
de los que significan acción, movimiento, ejecución, uso y
ejercicio; así es que de o, acordarse, y kha, hacer, sale ol.ha,
acuérdate; de sai, extraer, y tza, poder; saitza, extrae tú, de
hui, oler, y ni, germinar, huini, huele tú, etc. [Véase el ca-
pítulo siguiente.]
Por urbanidad se hace preceder el imperativo, de sa,
agrádete, ó da, concede. Hay verbos como muk morirse,
que nunca se usan en imperativo.
23- CÓMO SE SUPLE LO QUE FALTA AL VERBO.— Tod OS IOS
demás modos de que carece el verbo se suplen por el futu-
ro imperfecto; v. g. di neega te, quiero haré, es decir, «quie-
ro hacer.» «Al pretérito imperfecto de subjuntivo, aunque
se suple por el futuro imperfecto, se le pospone la partícu-
la mí,» dice Nevé.
24. Participios, gerundios y verbales-— No se derivan
del verbo participios, ni gerundios. Los verbales se distin-
24
370 EL, OTHOMÍ Ó HIA-HIU-
guen por la adición ó cambio de algunas letras iniciales.
Por ejemplo:
oplió, escribir; na ttophó, la escritura.
aguí, enterrar; na yogui, el entierro.
nee, querer; na linee, la voluntad.
nu, ver; na hnu, la vista.
xopho, cosechar, na zopho, la cosecha.
En cuyos ejemplos la partícula na es la misma que hemos
visto con el sustantivo. Según Nevé, también usan ya los
verbales, y una y otra partícula sirven para distinguirlos
del verbo.
Para formar concretos se usa te ó the, hacer, añadido al
verbo ma, amar; ma te, el amante: también se usa agregar
el verbo te á la segunda persona del singular de imperati-
vo, como de pephi, pephate, el servidor.
Súplese el participio con el relativo too, el que ó la que;
too ma te, el que ama ó amaba; too da ma, el que amará.
25. Verbo sustantivo. — Carece el othomí propiamente
hablando, de verbo sustantivo; pero se suple con el nombre
usado como verbo, el cual se conjuga y significa así: (3).
Bna nho, yo soy bueno-
Gna nho, tú eres bueno.
Na nho, aquel es bueno.
En este casólas partículas que señalan las personas son
las mismas que en los verbos, menos en el presente é im-
perfecto, pues se usan dna, gna, na, en vez de di, gui, y, no
obstante que algunos usan de unas ú otras indistintamente.
La partícula ui sirve para el imperativo, pospuesta; nho
ui, sé bueno; metí ui, sé rico.
Otras veces se hace elipsis del verbo sustantivo; ngui me-
tí, yo (soy) rico. Hay también otro medio, aunque poco usa-
do, y es el uso de la partícula gue, que indica existencia, co-
mo en meti gue; ser rico.
26- Verbos con posesivo. — Es de advertir con Nevé, que
hay verbos que se conjugan con interposición del pronom-
EL OTHOMÍ Ó HIA-HIÜ. 371
bre posesivo; v. g., yo resuello, di huemahl que es lo mis-
mo que "saco mi resuello," ó "sale mi resuello."
27- Adverbios. — Los adverbios pueden ser los mismos
adjetivos tomados en sentido adverbial; pero lo más común
es agregar el adjetivo tho. todo, pospuesto; nho, bueno; nho-
tho, bien. Hay palabras que por sí tienen sentido adver-
bial.
Lo común es poner el adverbio al verbo.
28. Preposiciones. — He aqui algunas preposiciones y
ejemplos de su uso según Nájera.
Ga, de; se, á, ó para; kha, en; bi, bajo; se, sobre; gui,
junto.
Ngu ga do, casa de piedra.
Ngu bi ngu, casa bajo de casa-
Ngu se he, casa para nosotros-
Ga henü y gui, tú y yo juntamente.
Ngu se ngu, casa sobre casa-
Kha ngu, en la casa-
Estos ejemplos confirman una regla que da la gramática
othomí, y es que la preposición se ha de colocar inmediata-
mente antes de su complemento.
Ninguna preposición rige al acusativo, de modo que sólo
en la posición se conoce, yendo primero el nominativo, lue-
go el verbo y después el acusativo. Lo mismo sucede para
expresar otras relaciones; v. g.,nama ollia, literalmente
aquella Madre de Dios, es decir, la Madre de Dios; sólo la
posición expresa de-
29. Conjunción.— Según Nevé, en el othomí sólo se ha-
llan conjunciones copulativas; pero también se encuentra
gua, significando la disyuntiva ó.
30. Partículas.— Además de las partículas que tiene el
othomí para la conjugación, el número, etc- , de que ya he-
mos dado cuenta, usa otras muchas con que expresa rela-
ciones. He aquí las que creo más dignas de mencionar:
Go, indica reverencia, respeto.
Ngui, gui, cosa líquida.
Dd, aumentativo; v. g-, da ngú, casa grande-
372 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU.
Na, cosa cruel ó contraria: v. g., na ná muy, corazón cruel.
De na ribadi, sabio, resulta, na na nbádi, ignorante no-sa-
bio.
Khoo, estar ausente, ausencia.
Ga, significa de, para expresar la sustancia ¿e que algu-
na cosa se compone, como mesa de palo.
Xi, ¿qué? es decir, interrogación.
Me, origen, habitación, propiedad, dueño de alguna cosa.
Mi, partícula de exornación con el pretérito imperfecto,
y los verbales.
Ntho, sumo grado; v. g., te amo en gran manera, nthó di
máy.
Para otras aclaraciones respecto á las partículas véase el
capítulo siguiente.
31. Dialectos. — En cuanto á los dialectos del othomí,
sólo diré que son tantos cuantos los pueblos donde se ha-
bla- Unos indios dicen ol-ha, Dios, y otros ol-hu; algunos pro-
nuncian ma, irse, y otros, pa, y así diferencian su modo de
hablar, hasta el grado que los de un rumbo suelen no en-
tender á los de otro, cosa que no debemos extrañar en una
lengua donde tanto importa la más ligera modificación.
NOTAS.
(1) Adopto en él las correcciones que hace Nájera á Ne-
vé; pero además admito la y de que no da razón Nájera, y
se ve, sin embargo, en su disertación, pág. 123 et passim.
La w que el mismo autor usa (pág. 123) es para mí g; y su
Jes la convierte en x, porque explicando su pronunciación no
hay necesidad de usar dos letras donde basta una.
(2) Supuesta esta explicación el pronombre nugagaJié,
viene á quedar en gagaíié, ó ngagahé.
(3) Según Nevé, sí le hay; pero oigamos á Nájera: «Este
«modo de conjugar los nombres (que voy á explicar inme-
«diatamentej, cuando se emplean como atributo de la per-
«sona, está probando estar por demás el verbo sustantivo.
«¿Puede haber de sobra en una lengua un verbo tan impor-
«tante, si desde el principio existió en ella? No; y ¿quéquie-
«re decir esto? Yo ya había sospechado que tal verbo fue-
«ra una de las introducciones que las lenguas grecolatinas
«habían hecho en el othomí, y analizándolo me he confirma-
«do en esa conjetura. Goguehgue (según Nevé) quiere decir
<soy. Go, es una partícula reverencial que se ha dado en
«usar aun en los verbos, segvm dice Nevé en la página 139,
<gue, es también partícula que se puede traducir por ser, como
«lo está en la página 132, y la otra gue (el gui ó qui de que se
«habla en la 153) quiere decir yo. Vése esto más palpable-
«mente en uno de los tres modos con que se dice yo soy,
«que es gogueheaga; go; partícula reverencial; gue, la que
374 EL OTHOMÍ Ó HIA-HIU.
«significa ser; y hcaga, que suena aga, el pronombre yo. En
«las otras personas está más visible el artificio de la com-
posición gogue y gogueh-nú ... Nada tiene de común, ni
«parecido, este modo de conjugar, al de los otros verbos, y
«es tan poco usado, dice Nevé, que sólo lo ha puesto en su
«obra para que no lo echen de menos los principiantes-»
CAPITULO L!I
COMPARACIONES ENTRE EL CHINO
Y EL OTHOMI.
Uno de los primeros escritores que dio noticia sobre el
idioma othomí fué Herrera, en sus Decadas de Indias, va-
liéndose de estas palabras: "El lenguaje de los otomites es
muy duro y corto, porque aunque los religiosos han pro-
curado imprimir la doctrina cristiana en esta lengua, no
han podido salir con ello, porque una cosa diciéndola aprie-
sa ó despacio, alto ó bajo, tiene diferente significación. "
Hervás leyendo á Herrera, hizo los siguientes comenta-
rios en su Catálogo de las lenguas conocidas: "La breve noti-
cia que da Herrera de la lengua otomite, basta para cono-
cer que se asemeja mucho al chino, en variar la significa-
ción de las palabras, con el acento vario de sus sílabas, por
lo que la gramática otomite se debe escribir como se escri-
be la china diferenciando la escritura con diversos acentos
unas mismas letras."
Más adelante, Adelung, en el Mitridates, calificó de este
modo el idioma othomí: "La lengua de los othomíes se hace
notable por el monosilabismo ó al menos por la brevedad
de la mayor parte de sus palabras, por su dureza y su as-
piración."
Du Ponceau, lingüista Norte-americano, en algunas obras
que escribió sobre los idiomas indígenas de los Estados
Unidos, asentó la siguiente proposición: "Las formas com-
plicadas, á que he dado el nombre de polisintéticas, parecen
376 COMPARACIONES ENTRE EL
existir en todas las lenguas americanas desde Groenlandia
hasta el cabo de Hornos." Sin embargo, el mismo Du Pon-
ceau en su Memoria (París 1838) manifiesta que sus relacio-
nes con el mexicano Don Manuel CrisóstomoNájera le pro-
porcionaron la ocasión de renunciar á la generalidad de su
aserto, respecto á las lenguas americanas, conociendo, por
]as explicaciones de Nájera, "que el othomí es monosilábi-
co y de estructura semejante al chino." He aquí como se
expresa Du Ponceau respecto al resultado de sus conferen-
cias con el P. Nájera: "J'engageai M. Nájera á mettre par
écrit ses idees sur ce sujet et leur donnerle developement
necessaire, ce qu'il fit dans un memoire écrit en langue la-
tine que je presentai en son nom á la société philologique
americaine, et qui est imprimé dans le cinquiéme volume
de la nouvelle serie de ses Transactions. Des exemplaires
de ce memoire ont eté envoyés aux academies et a plusieurs
savants distingues dans differentes parties de l'Europe. Plu-
sieurs journaux scientifiques en ont fait une mention hono-
rable- Dans cet ouvrage, l'auteur prouve evidemment que
la langue des othomís est purement monosyllabique."
Efectivamente, el P. Nájera fué quien desarrolló la teo-
ría de que el othomí es un idioma monosilábico puro, des-
cribiéndole directamente y comparándole después con el
chino, sacando estas consecuencias que se leen á las pági-
nas 85 y 86 de su Disertación tal como se imprimió en Mé-
xico (1845). "No es posible al conocer y juzgar el othomí
no reconocer en él muchos vestigios del chino antiguo y
moderno" • • • • "Existe parentesco entre las gramáticas chi-
no y othomí."
Desde que escribió Nájera, su opinión sobre el idioma
othomí fué adoptada generalmente, tanto en México como
en el extranjero.
En 1863 se publicó en París una obra con el título de
"Elementos de gramática othomí, " la cuales un compendio de
la gramática de Nevé, seguido de algunos extractos de la
Disertación de Nájera; pero con observaciones y adiciones
dirigidas á ratificar la idea de que el othomí es monosilábi-
co y semejante al chino. En México, Don Manuel Orozco y
Berra, en su Geografía de las lenguas de México (1864), de tal
manera se conformó con el sistema de Nájera, que se limitó
CHINO Y EL OTHOMÍ. 377
á transcribir algunas hojas suyas, no sólo respecto al otho-
mí sino también respecto á ruazahua, admitiendo á estas
dos lenguas como monosilábicas.
Empero, aunque según lo indicado, la generalidad de las
personas ha creído y cree hoy en el monosilabismo del otho-
mí. así como en su procedencia más ó menos remota con el
chino, no por eso ha dejado de haber escritores que indi-
quen algo en contra de esa opinión.
Gallatin, en los Estados Unidos, opinó de la manera que
explica Latham en su Filología comparativa con las siguien-
tes palabras: "His own opinión evidently being that the vela,
tion to the Chínese ivas oneof analogy rather titán offinity. "
Latham, por su parte, expresó la opinión particular que
había formado respecto al othomí, comparado con el chino,
de este modo (op. cit. p. 431). In respect to the Chínese the
real question is not whether it has more ajfinities ivith the
othomí but whether it has more affinities ivith the Othomí than
with the Maya or any other American language; a matter
wich we must most investígate without remembering that
some difference in favour of the othomí is to be expected in
as much, as two languages whit short or monosyllabic
words will, f rom the very íact of the shortness and simpli-
city of their constituent elements, have more words alike
than two polysyllabic forms of spoech. The fact, however,
which most affects the place of the othomí language is the
quasi-monosylabic character of other American langua-
ges. "
El historiador César Cantú, hablando de las lenguas me-
xicanas, ha dicho: "En Nueva España la lengua othomí, que
es la más divulgada por ella después de la azteca, por su
composición monosilábica y por las radicales se asemeja
mucho al chino; pero ¿quién se atrevería á suponerla deri-
vada de ésta cuando se encuentra aislada en el corazón de
aquel continente?»
M. Auburtin en sus «Instrucciones etnológicas sobre Méxi-
xico» (París 1862), se expresa de este modo: «Según algu-
nos autores, el othomí es monosilábico como el chino; otros
reconociendo en él un lenguaje muy primitivo y de una pro-
nunciación nasal muy extraña, en armonía con la infancia
de la civilización, no le admiten entre las lenguas monosilá-
378 COMPARACIONES ENTRE EL
bicas. Estudios locales más profundos podrán acaso minis-
trarnos nuevos datos que serían interesantes á la ciencia
antropológica.»
Por último, M. Charencey en su opúsculo " Noticias sobre
algunas familias de lenguas de México." omite la siguiente
opinión: "La structurepresqu'entierement monosylabique
de l'othomí, avait engagé quelques savants á lui atribuer
une origine Asiatique. Nájera lui méme a donné une liste
de mots othomis raprochés des mots chinois correspon-
dents. Tout cela prouve fort peu de chose. Des langues
monosilabiques, méme appartenant á des souches radicale-
ment distintas, offrent toujours entre elles, du moin sous
le rapport lexicographique un certain degré d'affinitá que
l'on ne peut raisonnablement attribuier qu'au seul hasard.
"D'ailleurs; l'othomí se rattache d'une part au Mazahua
deja beaucoup moins monosylabique que lui, et de l'autre
au Matlatzinca ou Pirinda idiómeástructureainsiincorpa-
rantequen'importe quel autre dialecte de Nouveau monde-
Nous pouvons done, jusqu'a nouvel ordre, regarder comme
chimerique le lien de párente que l'on ávoulu établir entre
l'othomí et le3 langues de l'extreme Orient."
La opinión de Chanrencey, tomada sin reserva alguna,
admitiendo la analogía del pirinda y el othomí, conduciría
á una reacción completa, volveríamos á creer, como llegó á
creer DuPonceau, que todas las lenguas americanas son
polisintéticas.
Empero, la analogía entre el othomí y el pirinda es tan
infundada como la de aquel idioma y el chino. Consúltese
la presente obra en todos los lugares donde hablo del pirin-
da y del othomí; especialmente las comparaciones del capí-
tulo 54, y el lector quedará fácilmente convencido de que
no hay parentesco eritre esas lenguas.
Por lo demás, cuál ha sido mi parecer respecto á la cues-
tión que ventilamos; en el presente capítulo, consta en la
primera adición de esta obra, donde se ve que, en parte,
admití las opiniones de Nájera, y en parte las rechacé.
Efectivamente, alucinado por la habilidad con que mi
compatriota expuso su sistema sobre el othomí, y alucina-
do también por el consentimiento de Du Ponceau, admití el
monosilabismo de aquel idioma; pero le negué resueltamen-
CHINO Y EL OTHOMÍ- 379
te (t. 2 p. 194, 203) respecto al mazahua, reservándome
hacer comparaciones en la parte segunda de la obra. Lle-
gado este caso, me he convencido, una vez más, de las razo-
nes con que algunos lingüistas sostienen que sólo compa-
rando unos idiomas con otros, pueden conocerse bien: la
comparación entablada por mí entre el othomí y el mazahua,
y luego con otras lenguas, me ha hecho palpable que el
othomí no es idioma exactamente como el chino, debiéndo-
se adoptar un medio entre la aserción de que todas las len-
guas americanas sean polisintéticas y la suposición de que
el othomí sea monosilábico puro: la verdad es, por una par-
te que el othomí solamente aparece cuasi monosilábico, co-
mo otros idiomas que ya se conocen en América, y por otro
lado, que respecto al chino sólo tiene una analogía limitada-
mente morfológica y en manera alguna genealógica, digo li-
mitadamente en cuanto á la diferencia que supone una len-
gua que se acerca más al tipo monosilábico y otra que se
acerca menos.
Ahora bien, para comprobar mi dictamen, creo que el me-
dio más á propósito es comparar el othomí y el chino, usan-
do especialmente de la misma gramática de Remusat que
usó Nájera, á fin de que no se crea que mis consecuencias
resultan de consultar autores de distinto sistema. Por esa
comparación se verá claramente que el othomí y el chino
sólo tienen, como lo he dicho, alguna analogía morfológica;
pero que tocante al sistema gramatical difieren en lo esen-
cial, y sólo se parecen en algunos procedimientos secunda-
rios, que son comunes á lenguas de clases y grupos di-
versos .
1. Categorías gramaticales. — La primera circunstan-
cia de que se ha hecho mérito para igualar al chino con el
othomí, es la falta de categorías gramaticales. Vamos á ver
que se ha exagerado mucho esa falta, y que en lenguas de
distintos sistemas se encuentra algo, más ó menos de lo que
realmente pasa en los dos idiomas que aquí comparo.
En las aclaraciones de Remusat á la Carta de G- Hum-
boldt sobre el chino (París, 1827, nota 21), dice aquel sinó-
logo: «Les chinois n'ont pas une idee bien precise et bien
complete de ce que nous nommons parties de l'oiraison,
catégories gramntaticales; toutefois on ne doit pas porter
380 COMPARACIONES ENTRE EL
trop loin l'idée qu'on se forme de leur ignorance ou de leur
indifference dans cette matiere. II est imposible, ainsi que
l'a tres bien remarqué M. G. Humboldt de parler ou d'écrire
sans étre dirige par un sentiment vague des formes gram-
maticales des mots, mais il est tout aussi diñicile d'écrire
sur un sujet quelconque sans arréter sa pensée sur le va-
leur grammaticale des mots qu'on emploie- II est surtout
impossible de traiter certains su jets de philosophie, de dis-
courir sur la morale, la metaphysique, l'ontologie, sans
avoir des notions assez bien definies des termes abstraits,
des qualificatifs, des noms d'agent, d'action, etc. Bienplus:
nous nous creyons quelque fois libres d'analiser de deux
ou trois manieres differentes une méme phrase, de dépJa-
cer l'idée verbale, de supposer telle on telle ellipse, d'ima-
giner tel ou tel raport: or, je suis persuade que dans tous
ees cas, la liberté que nous prenons tient á notre ignorance ,
et que le plus souvent un Chinois instruit ne verrait qu'une
seule bonne maniere d'analiser ees phrases qui nous pa-
raissent si indeterminées. lis poussent la precisión tout
loin que nous, quoique ils aient moins d'ocasions de s'ex-
pliquer á se sujet. Ils ont cultivé la practique et non la
theorie, l'art etnon pas la science. Ils ont une grammaire,
mais non pas de grammairiens- Voilá, je crois, toute la
difference.»
Consecuente Remusat con esta explicación aun es más ex-
plícito en su Gramática, pues allí dice: «Muchas palabras
chinas pueden tomarse separadamente, como sustantivos,
como adjetivos, como verbos, y alguna vez, como partícu-
las.*
En othomí me parece que las categorías gramaticales se
hallan aun mejor determinadas que en Chino, pues hay pa-
labras que corresponden independientemente á cada parte
de la oración, y además, en los casos de homonismo y ho-
mofonismo no sólo se puede aclarar el sentido por los an-
tecedentes y consecuentes, sino que existen partículas, las
cuales distinguen el sustantivo, el adjetivo, el pronombre,
el verbo, el verbal y el adverbio. Véase el capítulo anterior.
Respecto á lo que pasa en nuestros idiomas, relativamen-
te al punto que examinamos, podríamos comenzar por una
manifestación délo que hay de arbitrario en las dosifica-
CHINO Y EL OTHOMÍ- 381
ciones gramaticales, teniendo en cuenta lo discordes que
andan los filósofos y gramáticos desde Platón y Aristóteles;
pero esto nos llevaría más bien al terreno de la especula-
ción y no al práctico en que preferimos colocarnos. Nos re-
duciremos, pues, á presentar varios ejemplos del mismo
idioma en que escribimos, y á recordar algunos hechos re-
lativos á lenguas indígenas, las cuales no tienen analogía ni
con el chino ni con el othomí.
En las siguientes oraciones se notará que la palabra do-
ble es sustantivo, adjetivo, verbo ó adverbio. «El doble délas
campanas entristece» (sustantivo). «El hombre doble desa-
grada» (adjetivo) «Cuando el campanero doble iré al templo»
(verbo). «Al doble» (modo adverbial).
En las oraciones que siguen, la palabra nada es sustanti-
vo, verbo ó adverbio- «Dios hizo al hombre de la nada.» (sus-
tantivo). «La ballena nada en el mar» (verbo) «El flojo nada
aprende» (adverbio).
La voz haber es verbo ó nombre. «He aumentado mi haber»
(nombre). «Después de haber hablado.» (verbo).
Si en español, lengua de inflexión, lengua que pertenece
al grupo indo-europeo, encontramos casos de lo que pasa
en chino y en othomí, nada tendrá de extraño hallar eso
mismo en idiomas menos perfectos, de yuxtaposición, co-
mo el mixteco y el totonaco: en ellos, según vimos al des-
cribirlos, hay muchos homónimos de cuyo uso resulta que
una misma voz represente varias partes del discurso. Tam-
bién observamos cierta indeterminación gramatical en las
lenguas del grupo mexicano-ópata, (c- 29) muy marcada en
tarahumar. (c. 9).
2. Sistema silábico.— Du Ponceau, en su Memoria, (p.
69 nota) dice: «Je n'entends pas par langue monosyllabique
celle dont tous les mots seraient des monosyllabes, je ne
crois pas qu'il en existe de semblable, meme le chinois. J'a-
ppelle de ce nom une langue dont toutes les syllabes sont des
mots». El Padre Nájera, y otros muchos, entienden por len-
gua monosilábica lo mismo que Du Ponceau; pero la verdad
es que no hay idioma alguno donde todos los monosílabos
sean significativos. Remusat, Jullien y los mejores sinólo-
gos convienen en que el chino tiene partículas que nada sig-
nifican, á las cuales dan el nombre de vacías (vides). Por
382 COMPARACIONES ENTRE EL
otra parte, hay voces disílabas en chino que no pueden des-
componerse en monosílabos significativos; por lo menos,
creo que á esta clase pertenecen ciertas interjecciones y al-
gunas voces imitativas, dependiendo el significado de estas
precisamente de la repetición de una misma sílaba, la cual
aislada no tiene valor alguno. Ejemplos: Uhu expresando
dolor; shini, iah! ¡en verdad! Kan-kan, el ruido del tambor;
Iciao-kiao, el canto del gallo. En el mismo idioma chino se
encuentran voces compuestas de sílabas, cuyas partes con-
servan hasta cierto punto su significado; v. g., degiang, con-
ducir y Kiun, ejército, se forma ciang-l-iun, el general, esto
es, «el conductor del ejército». Sin embargo, esa analogía
de las partes con el todo no se halla, no se comprende fácil-
mente en otros compuestos, pues expresiones concretas de
valor contrario pueden formar unidades abstractas.
Ese mismo Remusat de que Nájera se valió para compa-
rar el chino con el othomí niega en su Disertación latina que
aquel idioma sea rigorosamente monosilábico, y en su nota
13 á G- Humboldt hace la siguiente aclaración: «Je faisais
voir qaela pretendue nature monosyllabique, comunement
atribué á la langue chinoise tenait á l'usage d'affecter un
caractére particulier á chaqué syllabe, usage qui n'avait pas
permis de ramener á l'unité les parties d'un méme mot qui
concouraient á V expression d'un sens unique; de sorte
qu'on l'ecrivait et on prononQait en chinois jiii-kia'i-tchi, et
en latin hominum, quoique ce füt essentiellement et radi-
calement la méme chose, et qu'il eüit été posible d*écrire
d'un cote jinJaa'itchi, et de 1 'autre hom-in-um sans rien chan-
ger á la nature des idees-»
De lo dicho resulta, que el nombre monosilábico que se da
al chino es puramente relativo, esto es, no significa el mono-
silabismo puro que en ningún idioma existe, sino únicamen-
te la circunstancia de que en chino hay más monosílabos
significativos que en otros idiomas.
Así, pues, si en othomí todos los monosílabos fueran sig-
nificativos, resultaría que este idioma es, respecto al chino,
pluscuanmonosilábico, archimonosilábico, consecuencia
que parece ridicula. La verdad es, que sólo el espíritu de
sistema puede comunicar al othomí semejante carácter co-
mo paso á explicarlo-
CHINO Y EL OTHOMÍ. 383
El P. Nájera acertó en manifestar que el agregado puesto
á algunos verbos en los diccionarios othomíes es una pala-
bra significativa para fijar el sentido, así como que, en oca-
siones, la aglomeración de letras con que se ha querido ex-
plicar la pronunciación, ha desfigurado ciertas palabras.
Empero, el mismo Nájera confiesa á la pág. 34 de su di-
sertación que las partículas, los monosílabos de la conjuga-
ción, carecen de significado: lo mismo confiesa en la pág.
33 sobre la partícula xa ó Isa propia de los adjetivos. Res-
pecto de otras partículas, no significativas, evita Nájera la
dificultad dejando de entrar en explicación, como, por ejem-
plo, la sílaba nu que acompaña los pronombres-
Otras ocasiones tiene que apelar Nájera á etimologías
forzadas, de que él mismo no se fiaba, como sucede con las
partículas del plural, é yd significando la lluvia: lluvia en
othomí, no es é ni yd sino yé, así es que Nájera acaba por
decir: «Si la partícula yd no conserva su significado, tene-
mos una que carece de sentido. » Nevé, á quien Nájera con-
sideraba como el gran maestro del idioma othomí, y que es-
cribió imparcialmente sin forzar el idioma á ningún siste-
ma, dice lo siguiente en la página 101 de su Gramática: "Se
hallan unas partículas de las cuales unas son significativas,
y otras que de por sí nada significan.»
Pasando ahora de las partículas othomís á las palabras
propiamente dichas, veremos que las hay aun más largas
que en chino. Nájera conviene (página 33) en que se hallan
voces hasta de tres sílabas; pero en realidad se encuentran
hasta de cuatro en lo común del diccionario como nugagahe,
nosotros, cuando no se abrevia; ximanehe, también; ztza-man
-thñ-hu, hambriento; twh-Iián-tháh-U, adulterar. Enlos adje-
tivos numerales hay palabras hasta de siete sílabas, goc—ho-
rah-te-mo-re-ta, noventa: esto en cuanto á la forma mate-
rial de las palabras. En cuanto á su valor, es más frecuen-
te en othomí que en chino encontrar polisílabos que no pue-
den descomponerse en partes significativas- ¿Cómo se inter-
pretará fundada y racionalmente, cada sílaba délos pronom-
bres? ¿Qué quiera decir te y qué ma en la interjección tema?
Sería preciso ocurrir á verdaderos despropósitos, á inter-
pretaciones risibles para dar significado á todas las sílabas
384 COMPARACIONES ENTRE EL
othomís. No contento yo con pedir explicación á los libros,
he ocurrido directamente á los indígenas, algunos de ellos
personas ilustradas, les he señalado con el dedo las pala-
bras polisílabas de su idioma, y nada me han explicado, ó
después de vacilaciones no han dado explicación satisfac-
toria. Presumir, como presumen algunos, que en otro tiem-
po todas las sílabas othomíes, como todas las sílabas chi-
nas, tuvieron significado aunque hoy no se encuentra, es
una mera suposición, y las ciencias no pueden fundarse en
suposiciones sino en hechos.
3. Sistema de derivación.— En el idioma chino para ex-
presar las diversas relaciones y modificaciones de las ideas
se usan estos procedimientos. 1*? La posición de la palabra
en el discurso. 29 La composición. 3o Partículas separadas
que no se unen con la radical. 49 Cambio de acento. De to-
do esto nos dan idea nuestros idiomas, como consta de los
siguientes ejemplos, sin salir del castellano.
En la oración "las embarcaciones agitan las olas del mar, "
el nominativo y el acusativo se conocen únicamente por la
posición; con sólo invertir, cambia el agente y el paciente;
esto es: "las olas del mar agitan las embarcaciones."
Cuando decimos maniroto, barbicano, la composición ex-
presa una relación de ablativo «roto de la mano,> «cano de
la barba.
En cuanto al uso de partículas bastaría recordar las pre-
posiciones; y además nótese que en castellano el optativo
se suple con el imperativo y la partícula ojolá; v. g., ¡ojalá
viniera mi amigo! De los idiomas modernos el inglés usa
más de partículas que otro alguno.
En las oraciones siguientes el cambio de acento supone
diferente modo y aun tiempo, en el verbo- Yo amaré; (fu-
turo indicativo); yo amare, (futuro de subjuntivo). Yo amé,
(pretérito de indicativo); yo ame, (presente de subjuntivo).
La diferencia que hay entre el chino y otros idiomas res-
pecto á los usos indicados, consiste en que el chino tiene
que valerse de ellos con más frecuencia, para suplir la fal
ta de verdadera derivación, desconocida en ese idioma, y cu-
ya circunstancia es la que esencialmente le distingue de
las lenguas de inflexión como la nuestra, y de yuxtaposi-
ción como el mexicano.
CHINO Y EL OTHOMÍ. 385
Efectivamente, por derivación propia se entiende «la des-
cendencia, la deducción de una palabra respecto de la otra
por medio de un cambio ó un agregado.» En las lenguas, de
inflexión domina el sistema de cambios, aunque no faltan
casos de simples agregados; en las lenguas de yuxtaposi-
ción ó aglutinación domina el sistema de agregación aun-
que no faltan casos de inflexión. Respecto al mexicano y
demás lenguas indígenas hablo largamente en el capítulo
57, consideradas como lenguas de yuxtaposición, y aquí me
bastará aclarar lo dicho con los siguientes ejemplos.
De buen-o se deriva buen-a: cambiando la o en a se mar-
ca el género. De hombre sale hombres; el agregado de una
s expresa el número plural. De am-ar se forma am-o: el
cambio de final indica otro modo y tiempo. De correr, viene
re-correr: una sílaba prefija yuxtapuesta basta para for-
mar un verbo reiterativo.
Pues bien, el chino no conoce ni el sistema de inflexión ó
cambio, ni el de yuxtaposición ó agregado. Veamos ahora
qué es lo que pasa con el othomí.
El othomí, como el chino, hace mucho uso de los procedi-
mientos explicados anteriormente, es decir, los emplea más
frecuentemente que las lenguas de aglutinación y de in-
flexión. Empero, no desconoce enteramente, de una manera
absoluta, los sistemas de cambios y agregados, los usa po-
co, apenas los indica en ocasiones; pero no le son completa-
mente ignorados. Voy á comprobarlo, y con esta compro-
bación resultará especialmente determinada la diferencia
de grado que hay entre el chino y el othomí, entre un idio-
ma que se ha convenido en llamar monosilábico, y otro que
relativamente sólo puede calificarse de cuasi-monosilúbiro.
En lógica rigorosa esos nombres deberían desterrarse, y
sustituirlos con otros que indicasen los diferentes sistemas
de derivación, en sus diversos grados, que es lo que real-
mente distingue á unos idiomas de otros.
En othomí los nombres verbales, esto es, los derivados
de verbo no se forman, como en chino, por una simple mo-
dificación del acento, sino agregando ó cambiando letras
iniciales, lo cual explica minuciosamente Nevé en el cap. 4
de su gramática, y yo lo he indicado en el capítulo anterior
§ 24, donde constan algunos ejemplos á que me remito.
25
386 COMPARACIONES ENTRE EL
Esta circunstancia no pudo menos de embarazar al P-
Nájera en su sistema, y tuvo que confesar por lo menos,
(p; 74) «que eso era una ligerísima diferencia entre othomí
y chino». Bastan diferencias de esta clase para que en las
ciencias naturales, como la lingüista, se establezcan clases,
órdenes, etc.; además, esa diferencia no es la única, como
vamos á verlo.
Algunos verbos othomíes en las terceras personas! de
los pretéritos sufren una mutación, como las siguientes:
Adi, pedir; yadi, pidió.
Gotti, cerrar; gotti, cerró.
Tzati, quemar; záti, quemó.
Es decir, que se añade, quita ó cambia alguna letra al
verbo. Nájera se descartó de esta dificultad diciendo que,
según Nevé, ese uso del pretérito «no pertenecía á lo mate-
rial del idioma ni al general uso de los nacidos, sino á la ma-
yor energía con que le hablan los más cultos»- Según Náje-
ra, los más cultos eran los indios imitadores del lenguaje y
costumbres españolas. Esto no pasa de una suposición,
mientras que la alteración de los pretéritos es un hecho, y
no único, pues ya hemos visto lo mismo respecto á los ver-
bales, y vamos á señalar otros casos.
Además, la alteración fonética de los verbos, no sólo se
observa en othomí, sino en otro idioma afin suyo, el Pame,
según puede verse en el capítulo 55, así es que aquella for-
ma se presenta como propia de la familia, y no como pecu-
liar de un idioma aislado, circunstancia que hace más im-
probable la supuesta influencia de los indios llamados la-
dinos.
El citado Nevé, ocupa el cap. 14 de su Gramática en tra"
tar de lo que él llama síncopa. Nájera, como ya lo dije an-
tes, tuvo mucha razón en observar que los verbos othomíes
no se abrevian del imperativo á los otros modos, sino que
en todos se conserva el verbo tal cual es, y en el imperati-
vo hay un agregado, según consta en el capítulo ante-
rior, § 22.
Esto es muy cierto; pero no lo es menos que en varios de
los casos que Nevé llama síncopa hay un cambio de letras,
una verdadera alteración eufónica. Para no confundir al
CHINO Y EL OTHOMÍ. 387
lector me limitaré á cuatro ejemplos, de nombre, adverbio,
verbo y pronombre-
De pa, vender, y th¿hñú, carbón, resulta el nombre na
théhñd, el carbonero. Aquí se ve claramente que no hay una
simple abreviación.
Nuguá, aquí; phaxkua, ayuda aquí: no sólo falta la sílaba
nu, sino que la g cambia en /,-.
De phatzi, ayudar viene phax, como en la siguiente ora-
ción' da phax okhd. Dios te ayude: en phatzi, respecto de
phax, hay una comutación de tz en x, y este no es un cam-
bio aislado sino regla general de la gramática othomí. Lo
mismo sucede respecto del pronombre, cambiando ga en
ha, en las oraciones que enseña el arte del idioma que nos
ocupa, así es que naga, yo, queda en lea, donde no sólo se
omite la partícula nu, sino que hay un cambio en lo sustan-
cial de la palabra. Esto es tratándose del pronombre enca-
so recto; pero además hay la circunstancia, muy notable,
de que en caso oblicuo cambia de forma, como lo observo
más adelante, § 6.
4. Género. — Ni en chino ni en othomí hay signos para
marcar el género, sino las palabras macho 6 hembra. Esta
circunstancia es común á lenguas diversas, como sucede
con todas las americanas de que tengo yo noticia.
5. Número. — El chino moderno, según el autor que espe-
cialmente sigo, (Remusat) distingue el plural del singular
con las partículas tchoung, tchou, antepuestas, ó tu, kia'i, pos-
puestas- Los othomíes forman el plural usando las partí-
culas ya, e que no tienen semejanza fonética con las partí-
culas chinas como luego se echa de ver: es sabido que para
conceder analogía á dos lenguas no basta que usen una mis-
ma clase de signos, sino que es necesario haya semejanza
entre ellos. El mexicano, por ejemplo, tiene la final Un
para formar plural, y el español la fináis, lo cual prueba un
mismo procedimiento; pero no habiendo analogía entre Un
y s, no se puede inferir la analogía de esos dos idiomas.
6. Caso. — El idioma chino no tiene declinación para ex-
presar el caso ni con el nombre ni con el pronombre. En
othomí el pronombre cambia de forma del caso recto al
oblicuo; nuga, nugui, yo; gui, ki. me; migué, núy, tú;?/, hi,
te; nunu, aquel; bi, &á ki, le.
388 COMPARACIONES ENTRE EL
7. Pronombre personal. — Acabamos de señalar una di-
ferencia entre el pronombre chino y el othomí; pero ade-
más hay otra, y es que en othomí va acompañado general-
mente de la partícula nu, yuxtapuesta, signo de pronombre.
En othomí, se usa el pronombre como afijo del verbo; v. g.,
di xadiga, yo rezo: ga es el pronombre miga- Di ztzihlca, yo
enciendo: ka es el pronombre miga con el cambio explicado
anteriormente. Gui hongué, tú buscas; gué es el afijo. Y
ámhnu: nu afijo, abreviación de nunu. Del mismo modo se
usa el pronombre en caso oblicuo.
En la forma dé los pronombres chinos y othomíes sólo se
encuentra anología en la primera persona como consta de
la siguiente comparación.
YO.
Chino. Ngó, ngu, iú.
Othomí. Nugaga, nugui, nuga.
TÚ-
Chino. Eúl, jú, jo, treú, y en la lengua moderna ni-
Othomí. Nugue, núy.
él, aquel.
Chino. Khi, i, kiuei, tchi, y en el moderno, tha.
Othomí. Nunu.
8. Posesivos. — Los chinos carecen de pronombre pose-
sivo; no así los othomíes, según consta del capítulo anterior.
Esta diferencia es digna de llamar la atención.
9. Verbo. — Ya dimos á conocer anteriormente ciertas
diferencias esenciales entre othomí y chino , las cuales se
refieren en parte al verbo, es decir, respecto á la forma-
ción de pretéritos y verbales. Ahora marcaremos otras dos
difei encías notables confesadas por el P. Nájera, y son las
siguientes: el verbo othomí tiene partículas para designar
las personas y tiempos, mientras que el chino carece de
CHINO Y EL OTHOMÍ. 389
las primeras. El verbo chino posee una partícula para ex-
presar la voz pasiva, y el othomí no tiene verbos pasivos.
No siendo posible que el P. Nájera dejara de conocer la
variedad que presenta el verbo chino, comparado con el
othomí, se vio en el caso de explicarse por medio de dos su-
posiciones igualmente infundadas, en lo substancial del
asunto; l*, que en el verbo othomí deben haber influido el
latín, el español, el mexicano y el huaxteco: 2^, que el verbo
othomí en lo antiguo, tenía una forma más sencilla.
Respecto de la influencia latina y española parece que se
verificó respecto at verbo othomí en un punto, como cree
Nájera, y fué en la formación del pretérito pluscuamper-
fecto, y el futuro perfecto: estos tiempos parecen artificia-
les, formados por la combinación de los otros, y como debi-
da esa combinación á la mane de los gramáticos. Por lo de-
más, el mecanismo de la conjugación othomí se presenta
castiza, muy distinta á la española y latina, así como á la
mexicana y huaxteca, según paso á comprobarlo valiéndo-
me de la misma comparación de que se vale Nájera. Des-
de luego convengo en hacer á un lado el pluscuamper-
fecto y el futuro perfecto; pero también omito las per-
sonas de plural y el imperativo en virtud de la siguiente
manifestación de Nájera. "El artificio de los plurales es se-
"mejante en los verbos mexicanos y huaxtecos, y nada de
"común tiene con ellos, el délos othomíes. En la formación
"del imperativo, es tan diverso el estilo conque proceden
"las tres lenguas que más no puede ser.*'
En lo que queda por comparar veamos lo que resulta.
Mexicano. Nichihua. |
Huaxteco. Utahjal. V yo hago.
Othomí. Di te. )
"En las tres lenguas, dice Nájera, el pretérito se Corma
con sólo los pronombres." Esto no es exacto. En mexicano
el presente su forma con el pronombre personal prefijo, en
huaxteco con el posesivo prefijo, y en othomí con partícu-
las separadas que marcan las personas, partículas que no
conoce el mexicano, ni el huaxteco ni el chino, según antes
390 COMPARACIONES ENTRE EL
lo dijimos respecto á este: así, pues, dichas partículas apa-
recen como forma peculiar del othomí.
Mexicano. Nichihuaya- )
Huaxteco. UtahjaHtz. v yo hacía.
Othomí. Di te hm a. )
Según Nájera el imperfecto se forma en mexicano, huax-
teco y othomí "con los pronombres y partículas pospues-
tas. " Tampoco esta explicación es buena. El mexicano y el
huaxteco usan finales yuxtapuestas; el othomí una partícula
separada que implica sistema distinto.
Mexicano. Onichiuh. )
Huaxteco- Utahjamal. V yo hice.
Othomí. Da te. )
"El perfecto, según Nájera, se forma con solo los pro-
nombres en mexicano y othomí, si bien el primero varía las
sílabas de su raíz." Aquí vuelve á confundir Nájera los
pronombres prefijos mexicanos con las partículas separa-
das del othomí. Debe también explicarse la diferencia que
presenta el huaxteco, y es el uso de una terminación yux-
tapuesta.
Mexicano. Nichihuaz. j
Huaxteco. Kiatahja. V yo haré.
Othomí. Ga te, j
"En el futuro, dice Nájera, no hay semejanza entre estas
lenguas, si no es en cuanto á que las tres con sólo pronom-
bres componen un tiempo sin agregar partícula alguna. "
Explicación inexacta como las anteriores, pues se vuel-
ven á confundir los prefijos del mexicano y huaxteco con las
partículas separadas del othomí, y se omite explicar que el
futuro mexicano se marca con una terminación z, y el huax-
teco suprimiendo la final del imperativo.
Lo dicho es en cuanto á la voz activa; pero además debe
hacerse mérito de que en ohtomí no hay pasiva, mientras
CHINO Y EL OTHOMÍ. 391
que la usan tanto el mexicano como el huaxteco. Esto es sin
entrar en pormenores secundarios que aumentarían la se-
rie de diferencias entre los idiomas que Nájera no acertó á
comparar bien, desconociendo lo que realmente hace dife-
rencia de sistema.
Tocante á la otra suposición de Nájera respecto á que el
verbo othomí, en lo antiguo, se presentaba con forma más
sencilla, observaré lo siguiente.
La historia de las lenguas nos demuestra que éstas han
ido siempre délo compuesto á lo simple, de la síntesis á la
análisis como el español respecto al latín. ¿Por qué hemos
de hacer una excepción con el othomí? El fundamento ra-
cional de Nájera, sobre el punto de que tratamos, lo único
que presenta con apariencia de hecho es la circunstancia de
que los othomíes tienen hoy tres partículas para designar
tiempo ma, ni, na pasado, futuro y presente. Empero, de
esto no se puede inferir que en el uso de las partículas úni-
camente consistiera antes la conjugación. Por una parte se
observa que no hay sustitución de sistema, pues los otho-
míes usan de su conjugación y al mismo tiempo de las partí-
culas dichas; no es una forma antigua que se ha salvado de
los cataclismos lingüísticos como los restos de la época pa-
leozoica en geología. Nada de esto, las partículas referidas
tienen hoy un uso particular, y el verbo su sistema de con-
jugación: cual es el uso de las partículas en cuestión, nos lo
explica Nevé, con toda claridad por medio de las siguien-
tes palabras: "Ma, ni, na, non partículas que denotan lo pa-
sado, lo futuro y presente de los tiempos; y así para decir
ayer, dicen: ma nde; mangundé, mañana; nihiatzi, á la tarde;
hoy na panaya." Las partículas ma, ni, na, son, pues, par-
tículas adverbiales de tiempo como las hay de lugar, canti-
dad, etc. ¿Acaso porque en español se dice escribo ahora;
escribí antes; escribiré luego, hemos de inferir que la con-
jugación antigua fué el infinitivo ó cualquiera radical con
sólo los adverbios?
10. Sistema léxico- — Omitiendo algunas formas secun-
darias del othomí y del chino, cuya analogía ó diferencia
nada probaría en pro ni en contra, paso á tratar del sistema
léxico, haciendo algunas comparaciones, previas dos adver-
tencias. En lenguas de la naturaleza que el chino y el othomí
392
COMPARACIONES ENTRE EL
es más fácil la conservación de analogías casuales, que en
idiomas complicados, según lo han indicado ya Latham y
Charencey, citados al comenzar este capítulo. Hay que te-
ner en cuenta también las onomatopeyas propias del mono-
silabismo, ó cuasi-monosilabismo-
No obstante esto, los ejemplos que pongo en seguida in-
dican la diferencia de sistema léxico que existe entre chino
y othomí.
Chino.
Othomí
Hombre, Shin, jin, po, lung. Yelie
Mujer, Niu. Behia, dansu.
Padre, Fou, fu, hu, chu, pe- Bta,ta.
Hijo, Tseu, tse. Balitzi, iso.
Hija, Niu. Ttisu.
Cabeza, Chin, theou, ten, tu- Ñasmu, fía.
Ojo, Yan, yen, mou, mole. Daa, da.
Nariz, Ni, pei, pi, bi. Siñu, siyu, siu.
Boca, Keu, hou- Ne,
Lengua, Sche, che, schit, chi- Khane.
Oreja, 01, y- Gu.
Mano, Thcho, scheu, schu. Ye.
Corazón, Seng, sin. Muy-
Cielo, Ihiam, dian, lien, Vi. Mahetzi.
Tierra, Tu, ti- Hay.
Sol, Zhi, ji, yat, jat- Hiadi.
Luna, Youei, yuet,juet, uet. Zana.
Estrella, King-seng, sing-scheng Ztzé, tzoz.
Fuego, Ke.-kua,lcho,cho,ho,fo- Ztzibi, tzibi.
Aire, Bong, fung. Ndalii-
Agua, Tscho, chiu, schuy, shoi, De~he (7¿e significa/no)
Río, Toung. Dathe.
Ave, Miao, niao. Ztzintzu.
Pez, Yu. Búa,
Árbol, Mu, mok. Bay.
Piedra, Shi, shap. Do.
Muerte, Ku. Bu.
Yo, tú, etc- fse compararon antes.)
Bueno, Bao. Ma — nho, niza, üza.
CHINO Y EL OTHOMÍ. 393
Chino. Othomí.
Malo,
Ngo<
Ka-ntzo.
Uno,
I, yik, git-
Na-ra, nra-
Dos,
Eul, gui, ny, y-
Yo~ho.
Tres,
San;zam.
Hiu.
Cuatro,
Se, si, szu.
Go-ho-
Cinco,
Ou, on, ong, in,
ngu.
Ku~tto-
Seis,
Lou, lu, loh.
Rato-
Siete,
Thsi, tsat, tsit-
Foto-
Ocho,
Pa, pat-
Hiato-
Nueve,
Kieou, kou-
Gato.
Diez,
Chi, ski, chat, shap.
Peta.
Amar,
Hao-
Ma-di.
Poder,
Te
Ztza.
Ver,
Kian.
Nu.
Comer,
KM-
Tzi.
Dar,
Pa.
Da.
Atreverse,
Ka.
Psa.
Venir,
Khui, lai.
Ehe, yehe.
Sobre,
U¿.
Jfa-setze, ma-lla-
El que,
Cho, ho
quien,
To.
No, ni,
Po.
Yo.
La variedad de forma que tienen algunas palabras chinas,
es de ortografía ó de dialecto.
CAPITULO Lili.
EL MAZAHUA O MAZAHUI.
NOTICIAS PRELIMINARES.
«Los principales lugares habitados por los mazahuis, di-
ce Clavijero, estaban en las montañas occidentales del valle
de México, y componían la provincia de Mazahuacán, per-
teneciente á la corona de Tacuba.»
En el día, según las noticias que he podido adquirir, pa-
rece que sólo quedan algunos restos de la nación mazahua
en el Distrito de Ixtlahuaca perteneciente al departamento
de México-
Ha sido tan pobre de escritores el idioma mazahua, que,
según creo, no se ha escrito sobre él más que una doctri-
na, precedida de algunas breves noticias gramaticales, por
el Lie. Diego de Nájera Yanguas, de donde he sacado las
pocas noticias que pongo á continuación. También he visto
un Vocabulario MS., trunco (anónimo), en la biblioteca de
D- Fernando Ramírez.
DESCRIPCIÓN.
1. Alfabeto. — El alfabeto mazahua consta de las siguien-
tes letras:
a. b. ck. c,h. d. e. g. h. i. 7c. m. n. Ti. o. p. r.
t u. v. oc. y. z. tz- (1).
EL MAZAHUA Ó MAZAHUI. 395
2. Pronunciación. — La pronunciación de la ch y de la
c,h es diferente; pero el autor que me sirve de guía no ex-
plica en qué consiste la diferencia.
Según creo, la z suena como 6', y la h como./, siendo una
aspiración.
3. Combinación de letras.— Generalmente es propor-
cionada la reunión de vocales y consonantes. Abunda la h,
es decir, la aspiración, y es frecuente la reunión de dos tt-
En algunas palabras se suele ver repetida una misma vocal;
v. g. , amboo, dentro.
4. Sílabas. — El idioma mazuahua es cuasi-monosilábico
(2), según explico en el capítulo anterior respecto al otho-
mí. Véase también el capítulo que sigue al presente-
5. Género, número y caso.— No encuentro signos pe-
culiares para marcar el género ni el caso. Con la partícula
hi, separada, y no como terminación (3), se marca el núme-
ro plural; v. g.. nezok; pecado, nezok hi, pecados.
El mazahua tiene el número dual; pero sólo en el verbo, y
no en el nombre, siendo su signo la partícula hui; v. g. , me
hui, idos vosotros dos.
6. Pronombre personal. — Según los ejemplos que he
podido ver en la doctrina del Lie- Yanguas, el pronombre
mazuahua es el siguiente:
Yo, ñuze.
Tú, Tíutzkhe, anguezkhe.
El, aquel, hanguekhe.
Nosotros, anguezguetohi, (hi partícula de plural).
Vosotros, anguetzkhehi, matzke:
7. Posesivo. — .1//, significa mío ó de mí; v. g., mi nehpue-
ze, mi capote- Ni, significa tuyo ó suyo; v. g. , ni nehpueze,
tu capote; ni nehpueze Pedro, capote de Pedro. El posesivo
de la primera persona de plural se marca, según parece,
con la partícula me, pospuesta; v- g- , mimutze, señor mío;
mi mutze me, señor nuestro, así como con el signo de plural
hi; ni muin hi; vuestras almas-
8- Relativo y demostrativo. — Macho, makhe, significa
el relativo que, y kocho, significa quién.
Mahda, mayna, son el demostrativo éste, ésta, éstos, éstas.
396 EL MAZAHUA Ó MAZAHUI.
9. Verbo. — Las personas y tiempos se marcan por me-
dio de partículas separadas, las cuales, en presente de indi-
cativo, son ti, ki, i; v. g. :
Ti niiu, yo veo.
Ki nuu, tú ves.
1 nuu, aquél ve.
Para el plural se agrega la partícula hi, que hemos visto
sirve también para los nombres; v. g. , ti nuu hi, nosotros
vemos.
Las partículas de pretérito son to, gui, po ó pi.
To nuu, yo vi.
Gui nuu. tú viste.
Po nuu, aquél vio.
Las partículas de futuro son ta, te, ta, y para distinguir
la tercera de la primera se agrega la partícula pospuesta go.
Ta nuu, yo veré.
Te nuu, tú verás.
Ta nuu go, aquel verá.
La partícula me, que hemos visto al hablar del posesivo,
también se usa con los verbos designando la primera per-
sona; toma me, nosotros dijimos.
Las partículas po ó pi del pretérito se mudan en mo, mi,
si concurre en la oración el adverbio cuando.
Hay algunos verbos que varían cuando se habla de prime-
ra ó segunda persona, ó de segunda ó primera; v. g., ti une,
yo doy; ti dakke, yo te doy.
Hay ciertas partículas, con las cuales se expresa un tiem-
po semejante al futuro latino terminando en rus, y cuyas
partículas son go go, antepuestas, y maha, pospuesta; v. g.,
to elie, yo vine; ti go go e molía, aquel había de venir, perdien-
do el verbo la sílaba lie.
La partícula hi, antes del verbo ó nombre, significa no.
La partícula ke, antes del verbo, es interrogativa.
EL, MAZAHUA O MAZAHUI.
397
10- Adbervio, preposición y con junción.— Daré ejem-
plos de algunos adverbios, conjunciones y preposiciones.
Ximueñehe, ximiieñetze, y.
Hira, hire, hi, no-
To, ti, clari, si.
Mamue, cuándo, después.
Mal-hnaya, ahora.
Nangueze, por qué, para qué,
por.
Nihmi, ante, delante.
Amboo, dentro.
Zomue, aunque.
Anguemue, entonces.
Makhe, para qué, para, de,
en.
Xin, también.
Mahl-hua, acá, aquí.
Halchua, á dónde-
Niñene, junto, con.
Ndnii, abajo.
Daichogue, siempre.
Chinihere, mucho.
Anclee, ayer-
Zomue, pero.
11. Ejemplo del Padre nuestro.
Mi yho me kioouihui ahezi tanereho
Padre nuestro (que) estás (en el) cielo santificado (sea)
ni chuu, ta ehe
ni
nahmuu ta cha
tu nombre, venga (á nos)
tu
reino hágase
axoñihomue cho
ni
nane mal-he anzi
(en la) tierra ?
tu
voluntad así como
ocha ahezi.
21 yak
me mi bech me
se hace (en el) cielo.
Da nos nuestro pan
choyazmue, ti choth'he
me mo huezok me
cuotidiano perdona
nos nuestras culpas
mal-he anzi ti gattotpue me macho i zol-hegue
así como perdonamos (á) los que ofenden
me
nos
pefchecho
no nos
gucguetme
dejes
tezoxl-heme yo
caer en
398 EL MAZAHUA Ó MAZAHUI.
huezok hi
Upe yeziz
me
macho yoñene
pecados
libra
nos
de
macho tenxi
Jcigaho.
todo
mal.
12- Análisis. — Aíiyho me:. las partículas mi, me signifi-
can nuestro, según vimos al tratar del posesivo; yho es pa-
dre. Los nombres de parentesco se usan siempre con el
posesivo.
Ki obuihui: la partícula 7ci es propia de la segunda perso-
na de singular de indicativo.
Ahezi: sustantivo sin ningún signo que supla la preposi-
ción en, lo cual se nota frecuentemente, porque el mazahua
es pobre de preposiciones y conjunciones.
Tanereho: parece un adjetivo.
Ni cliuu: ni, posesivo.
Ta ehe: ta es signo de futuro, y seguramente con este
tiempo se suple el subjuntivo-
Ta cha: la misma observación que en el verbo anterior.
Aocoñihomut: sustantivo sin ningún signo ni preposición
que marque el caso.
C'ho: sospecho que es una partícula reverencial.
Ti yak me: ti es signo de primera persona, en el indicati-
vo; pero como no hemos encontrado en las noticias de Yan-
guas razón ninguna sobre el imperativo, no podemos expli-
car aquí la existencia de ti: me, hemos visto que equivale al
pronombre de segunda persona de plural. (Véase en el ca-
pítulo siguiente mi aclaración sobre el imperativo maza-
hua).
Mi bech me: bcch es el sustantivo, mi me el posesivo (§§7
y 9).
Ti chotkhe me: la misma observación que sobre el impera-
tivo da.
Mo, en lugar de mi, tal vez sea una forma para el posesi-
vo de plural.
I zokhegue: i, signo de tercera persona de indicativo.
Pékhecho guegúetme tezoxkheme: hemos escrito y tratado,
según Yanguas; pero no podemos analizar esas palabras,
pues son un circunloquio para snplir nuestro infinitivo, y
EL MAZAHUA Ó MAZAHUI. 399
no hemos encontrado explicaciones sobre esta forma del
mazahua.
HuezoJc hi: aquí se ve la partícula hi que marca el plural.
Tipe yeziz me: ya hemos hablado sobre el imperativo.
Macho youene- Yanguas traduce estas palabras por de; pe-
ro parece haber un circunloquio, lo mismo que en las dos
palabras siguientes.
Eigaho: esta palabra se encuentra varias veces traducida
en la doctrina por mal; pero creo que literalmente significa
no-bueno de hi, no, y naho, bueno, con, una variación eu-
fónica.
NOTAS.
(1) Como de costumbre, he suprimido las letras c y q por
innecesarias- Según Naje r a Yanguas, no faltan al mazahua
más que la/, l, s, pero tampoco encuentro la 11 ni la j: esta
última se suple con la h, que es una aspiración, según creo.
No hace mérito el referido autor de la iz; pero evidentemen-
te existe en el idioma. Frecuentemente confunde el mismo
escritor la v y la u, la i y la y-
(2) El P. Fr- Manuel de San JuanCrisóstomo Náxera, en
su Disertación sobre la lengua othomí, dice equivocadamente
que el mazahua es monosilábico, error en que han caído to-
dos los que han copiado al P. Náxera. (Véase el capítulo an-
terior y el que sigue al presente).
(3) El Lie- Yanguas advierte que ésta y las demás partí-
culas del mazuhua van separadas, cuya observación es muy
importante, porque de otro modo se tomarían por desinen-
cias ó terminaciones, cuyo sistema es extraño al mazahua.
Sin embargo, el autor junta, en lo escrito, las partículas
con las palabras á que corresponden, como si formaran una
sola cosa, dando motivo con esto á mil equivocaciones, y
desfigurando el sistema propio del idioma: nosotros ten-
dremos cuidado de escribir separadamente las partículas.
CAPITULO LIV.
COMPARACIÓN
DEL OTHOMÍ CON EL MAZAHUA
Y EL PIRINDA.
CARACTERES DISTINTIVOS DÉLA FAMILIA OTHOML
1. Letras. — El alfabeto mazahua es menos complicado
que el othomí, aunque en mi concepto habría que, agregar
á aquel varias letras si se conociese más profundamente el
sistema fonético del idioma. Sin embargo, fácilmente se
perciben en el mazahua los sonidos del othomí h aspirada
(de mucho uso) kJi, fí, tt, tz. De todas maneras el mazahua
aparece menos cargado de consonantes que el othomí, y es
de pronunciación más fácil-
Debo advertir aquí, como un agregado al capítulo ante-
rior, que en mazahua hay algunas letras promiscuas t y r,
n y ñ, etc., así es que las partículas del verbo to, ta, ti, te
suelen sonar y escribirse ro, va, ri, re; nuu, ver, se dice
igualmente ñuu etc.
2. Sílabas. — En mazahua hay dicciones más largas que en
othomí, hasta de seis sílabas; v. g., ma-mue-ho-gon-kua-re%
después, mientras que en othomí las mayores palabras son
de cuatro sílabas, en lo común del diccionario, sin incluir
las compuestas que resultan en los adjetivos numerales. Sin
embargo, el mazahua debe considerarse idioma cuasi-mo-
26
402 COMPARACIÓN DEL OTHOMÍ CON EL
nosilábico como el othomí, ya porque abunda en monosíla-
bos, y ya porque su gramática está fundada especialmente
en el uso de partículas separadas- En el capítulo anterior,
nota 3, manifesté que aunque el Lie. Yanguas, al explicar
el mazahua, advirtió muy acertadamente que las partículas
gramaticales iban separadas, el mismo autor, en lo escrito,
juntaba las partículas con las radicales, desfigurando el sis-
tema propio del idioma, y esta circunstancia debe tenerse
muy presente. Por ejemplo, se escribe nimuimhi, vuestras
almas, debiendo ser ni muin hi: ni es el posesivo, muin el
sustantivo, hi partícula de plural.
3. Género y caso- — Ni en mazahua ni en othomí hay sig-
nos especiales para marcar el género y el caso.
4. Número. — Por medio de una partícula separada se
marca el plural, en mazahua, lo mismo que en othomí. En
mazahua hay dual con el verbo según lo explicado en el ca-
pítulo anterior, § 5. Algo de esto tiene también el othomí,
pues persona competente en el idioma me ha hecho ver que
en algunos casos, cuando el verbo othomí se refiere á dos
personas, lleva la partícula hui, la misma que hemos visto
en mazahua (loe. cit.)- A este uso debe referirse Nevé en su
gramática othomí, cuando en el cap. 16 trata de lo que él lla-
ma concomitancias, y explica así: «Hay algunas expresiones
de acciones que en este idioma llamamos concomitancias
por ser acciones que se hacen juntamente con otro.» Los
ejemplos que pone Nevé se refieren á dos personas, á saber:
«voy con Juan»; «vivo con Antonio»; «tu comes con José»;
«Juan comió con Pedro.» Las partículas que se U3an en es-
tas oraciones, son be, gúi: esta última recuerda la partícu-
la hui del mazahua.
5. Pronombre personal. — La analogía del pronombre
entre othomí y mazahua consta de la siguiente compara-
ción.
YO.
Othomí. Nuga, nugui. Mazahua. Ñuze ó nuze, pues ya he-
mos dicho que n y ñ se conmutan.
TU.
Ot. Nugué. Maz. Ñutzkhe, ó nutzkhe.
MAZAHUA Y EL PIRINDA. 403
NOSOTROS.
Ot. Nu-guié, nugahé. 31az- An-guezguetohi.
VOSOTROS.
Ot- Nu-guégúi, nu-gueu. Maz- An-guetzkhehi.
6. Posesivo. — He aquí la comparación del posesivo.
Othomí. Ma, mió; ni, tuyo; na, suyo.
Mazahua. lili, mió; ni, tuyo; ni, suyo.
7. Verbo. — Las personas y tiempos se marcan en maza-
hua como en othomí, esto es, con partículas separadas, cu-
ya analogía consta de la siguiente comparación.
Presente.
Othomí. Di, gui, i. Mazahua. Ti, ki, i-
Pretérito.
Othomí. Da, ga, bi. Mazahua,. To, gui, pi ó po.
En las partículas de futuro no hay semejanza entre los
dos idiomas si no es respecto á da, del othomí, con ta del
mazahua en las terceras personas.
Hay un segundo futuro, en mazahua, cuyo signo es la
partícula go repetida: el futuro perfecto en othomí se mar-
con gua-
Ni en othomí ni en mazahua hay subjuntivo, ni infinitivo.
(Véanse las descripciones de estos idiomas). Empero, el
mazahua, me parece aun más pobre en modos del verbo que
el othomí, pues, en mi concepto, no tiene imperativo, su-
pliéndole con el futuro- Desde luego se notará fácilmente
que esto no es contrario á la ideología, pues el imperativo
expresa tiempo más próximo ó más remoto; pero siempre
futuro, siendo por ejemplo lo mismo decir: "'compra un li-
bro para mí" que "comprarás un libro para mí." Por lo de-
404
COMPARACIÓN DEL OTHOMÍ CON EL
más, he observado que los signos de la segunda persona de
futuro son las partículas te ó ti pues se dice por ejemplo, ti
liare, tu sabrás, temamue, tú dirás. Ti es signo de primera
persona de presente, lo cual no obsta, pues basta el tono,
bastan los antecedentes y consecuentes de la oración para
aclarar el sentido de los homónimos como lo he explicado al
tratar del othomí. En castellano la palabra escrib-e, con la
misma terminación e, puede ser presente de indicativo (ter-
cera persona) ó imperativo- Por otra parte, si el imperati-
vo mazahua tuviese una forma propia, la hubiera explicado
el Lie. Yanguas en su obra sobre aquel idioma, y nada dijo
sobre ese modo, según lo observé en el capítulo anterior.
Lo cierto es que el imperativo se encuentra en mazahua
marcado con las partículas te ó ti según consta de los si-
guientes ejemplos.
Te nuu Id,
Te phati hi,
1 i nuu,
Ti mobi,
Te ne M,
mirad vosotros,
sabed vosotros-
mira tú.
anda tú.
venid vosotros.
8. Preposición.- -La preposición se construye en maza-
hua del mismo modo que en othomí, y tan pobre de prepo-
siciones es un idioma como otro, subentendiéndose muchas
veces en el discurso.
9. Sistema léxico. — La siguiente comparación de pala-
bras acabará de comprobar el parentesco del othomí y el
mazahua.
Mazahua
Othomí.
Mujer,
Enttixu,
D-anxu,
Niño,
Zhiyotti,
Tzuntti.
Madre,
Ñu 6 nu, (mu)
Me.
Hijo,
C'hitzi,
Bahtzi.
Abuela,
Zu,
Tzu.
Hermano,
Khuarme,
Khuada-
Tío,
Mo,
Moa.
Tío,
Huee,
Ue.
M^ZAHUA Y EL PIRINDA-
Mazahua. Othomí
405
Tía,
m,
m
Tía,
Zizi,
ZihtzL
Suegro,
Cha,
Tza.
Suegra,
Choo,
To.
Pariente ,
Menhi, mehñi,
Meni.
Cuerpo,
Honxi,
Hankhiay,
Carne,
Nonguee,
Ngce-
Cabeza,
m,
Ña.
Nariz,
Axiñu,
XiTtu.
Boca,
NecJie,
Ne-
Diente,
Ezi.
Tzi,
Pezcuezo,
E-yizi,
Yuga.
Mano,
E-yeche,
Ye.
Dedo,
Et-ziye,
Zaha-
Uña,
E-xo,
Xa.
Ombligo,
E-zome,
Tzay.
Espalda,
E-xMti,
Xuta.
Pierna, pié,
En-khuante,
Xinthe.
Rodilla,
E-ñiJnno
Nahmu.
Tripas,
Hehpoho,
Tlietxepho.
Corazón,
Muibui,
Muy.
Sangre,
Okhi,
Khi.
Hueso,
Nchoye,
Ndoyo-
Vena,
E-ñichi,
Ñul-hi,
Cielo,
Ahezi,
Mahezi-
Sol,
Yhare.
Hiadi.
Lumbre fuego,
Zibi,
Tzibi.
Agua,
An-dehe,
Dehe.
Monte, cerro,
Yol—huatte,
Hantte.
Día,
E-}ja,
Pa.
Conejo,
Na-Jrhua,
Na-hhua.
Ratón,
Yo-ngo,
Ngu.
Pájaro
Tzinzi,
Ztzintzu-
Gallina,
Zu-ene,
Eni.
Pescado,
Am-ho,
Hua.
Pluma,
Ti-xene,
Xini-
Sementera de maíz
, Ni-huamhi,
Na-huahi.
Pimiento, chile,
Ey,
M-ay.
406 COMPARACIÓN DEL OTHOMÍ CON EL
Mahahua. Othomí.
Piedra,
Do,
Do.
Sal,
E-o,
U.
Dios,
Ol-himi,
Okha.
Señor,
Mutze,
Mulike.
Calentura, calor,
Ñopa,
Npa.
Cama,
Nattoze,
Nttotzi.
Cántaro,
Xhene,
Xeni.
Ninguno,
Hi-kliua,
Khoo.
Grande,
Da-chinoho,
Ma-noho.
Bueno,
Isaho,
Nho.
Blanco,
Nantoxi,
Ntaxi.
Negro,
Nan-photte,
Na-bode.
Amarillo,
Nan-l-axde,
Kaxti.
Yo, mío, etc. (Ya se compararon anteriormente).
Ver,
Nuu-nuu.
Nu.
Saber,
Pare,
Padi.
Trabajar,
Berih-pehpi,
Pephi.
Dejar,
Hezi,
Hiegui.
Mentir,
Chine,
Phetni.
Beber,
Zi,
Tzi.
Morir,
Ndu,
Tu.
Ir,
Mo, ma,
Ma.
Hablar,
Ña,
Ñha.
Dormir,
lhi,
Alia.
Salir,
Peye,
Paeni-
Llamar,
Zhone,
Nzohni.
Venir,
Ñehe,
Ehe.
Perder,
Bexi,
Redi.
Dar,
Une, y une,
Lnni.
Querer,
Riñe,
Nee.
Barrer,
Paxi,
Paxi.
Ayer,
Andee,
M-ande.
Acá,
Makhua,
Nugua, nuh-ua.
Delante,
Nihmi,
Na-hmi.
Dentro,
Arnboo,
Nbo.
MAZAHUA Y EL PIRINDA-
Mazahua. Othomí.
407
No, Hi, hira, Hi, hiña.
De, en, Mal-he, Kha-
Sobre, Miguihuizi, Maxetze.
Y, también, Ximueñehe, Ximanehe.
Entre los adjetivos numerales del othomí y el mazahua
hay analogía en algunos; pero no en todos, como consta de
la siguiente comparación.
Mazahua.
Othomí.
Uno,
Dalia,
Kara, nra
Dos,
Yehe,
Yoho.
Tres,
Efíhii,
Hiu.
Cuatro,
Zioho,
Goho.
Cinco,
Zicha,
Kutte.
Seis,
Nantto,
Rato.
Siete,
Yencho,
Yoto.
Ocho,
Xincho,
Hiato-
Nueve,
Zincho,
Guto.
Diez,
Decha,
Reta.
Veinte,
Yhotte,
Nrahte.
Ciento,
Zhichiche,
Nranthbe.
Mil,
Yerno clecliiche,
Nramoo.
En el capítulo cuarenta y dos he manifestado que M
Charencey colocó el othomí al lado del pirinda, como idio-
mas de una misma familia. Se nota además, comparando el
vocabulario de esas lenguas, que tienen algunas palabras
comunes, aun de las que se llaman primitivas, esto es,
nombres de parentesco, miembros del cuerpo, adjetivos nu •
merales, etc. Sin embargo, la verdad es, que el othomí y el
pirinda son idiomas muy distintos,en su mecanismo, gra-
mática y aun parte del vocabulario, como paso á compro-
barlo por medio de un paralelo, debiéndose inferir de todo
esto que entre pirindas y othomís hubo una comunicación
bastante estrecha; pero no una fusión completa, sucedien-
do entre los dos pueblos lo que entre árabes y españoles;
408 COMPARACIÓN DEL OTHOMÍ CON EL
éstos tomaron algunas palabras de aquéllos; pero lo subs"
tancial de su idioma quedó subsistente, de manera que
mientras el árabe pertenece á la familia semítica, el espa-
ñol es del grupo indo-europeo, familia greco-latina- Así el
pirinda forma una familia particular, y por su carácter mor-
fológico pertenece á la clase de lenguas polisintético-poli-
silábicas de yuxtaposición; el othomí es miembro de otra
familia, y pertenece á la clase de lenguas cuasi monisilábi-
cas. según lo hemos visto en el capítulo cincuenta y dos.
El othomí es un idioma sumamente sencillo en su artificio
gramatical; el prinda es de lo más complicado que puede
darse.
1. Letras. — El pirinda no tiene los sonidos particulares
del othomí, como la modificación de vocales y ciertas con-
sonantes M, tt, n, kj, etc.
2. Sílabas. — En lo común del diccionario el othomí tie-
ne, á lo más, palabras de cuatro sílabas, y abunda en mono-
sílabos. Sólo en los adjetivos numerales es donde el othomí
presenta voces más largas que de cuatro sílabas; y preci-
samente puede atribuirse á la influencia del pirinda, porque
hay mucha semejanza entre esos adjetivos en las dos len-
guas, de manera que la aritmética parece haberse comuni-
cado de los prindas á los othomíes. Por lo demás, todo lo
contrario que en othomí pasa en pirinda, pues este idioma
tiene palabras muy largas y pocos monosílabos, (c 41 § 4).
3- Composición. — En othomí se usan palabras sencilla-
mente yuxtapuestas, sea para suplir la derivación, sea pa-
ra aclarar el sentido de los homónimos. En pirinda la com-
posición de voces y partículas se acostumbra en el más al-
to grado, y con gran variedad de procedimientos (cap. 41).
4. Onomatopeyas. — En el pirinda casi no se encuentran
voces onomatopeyas, mientras que abundan en othomí.
5. Caso- — El pirinda tiene partículas prepositivas para
vocativo, forma desconocida al othomí.
6. Número. — Para el singular usa en el pirinda ocho par-
tículas yuxtapuestas que además indican otras relaciones.
Estas relaciones no figuran en la gramática othomí por me-
dio de la única partícula que posee el idioma para marcar
singular, cuya partícula, por otra parte, no va yuxtapuesta
sino separada- El pirinda tiene dual en nombres, pronom-
MAZAHUA Y EL PIRINDA- 409
bres y verbos; en othomí apenas se indica el dual sólo con
los verbos. El mazahua tiene dual, mejor determinado, pe-
ro sólo con los verbos: además se advierte que la partícula
hui con que se marca dual, en el verbo mazahua, no tiene
semejanza con las partículas correspondientes del pirinda
(cap. 41 § 16). Los signos de plural en matlatzinca, son
el prefijo ne, y la terminación e- En othomí los signos del
mismo número plural son las partículas separadas, ya, pos-
puesta y e, antepuesta; la terminación e del pirinda, y la
partícula c del othomí tiene el mismo sonido, pero se funda
en diferente sistema.
7. Derivados. — El pirinda forma derivados por medio
de partículas yuxtapuestas, sean prefijas, intercaladas ó
finales. El othomí carece de derivación regulada propiamen-
te dicha, según lo explicado en el cap. 52.
8. Pronombre personal. — El pronombre personal no
presenta analogía alguna entre el pirinda y el othomí (Véa-
se othomí § 14 y pirinda §12).
9. Posesivo— El posesivo, como se presenta en pirinda,
es la forma más complicada que puede darse en un idioma
según consta en la descripción del cap. 41. En othomí, el
posesivo no sólo es sencillo sino pobre, pues aun de plural
carece, reduciéndose á las tres sílabas ma, ni, na que no
guardan analogía con el signo general de posesión en pirin-
da, yeh con otras de las partículas posesivas del pirinda no
es extraño encontrar alguna semejanza aislada respecto al
othomí, siendo aquellas tantas y tan varias.
10. Verbos. — Nada más diferente bajo todos aspectos
que el verbo pirinda y el othomí. En primer lugar, el ver-
bo pirinda se forma según el sistema de yuxtaposición ó
aglutinación, mientras que en el othomí domina el uso de
partículas separadas el cual supone un sistema esencial-
mente distinto. En segundo lugar, el verbo pirinda sabe
diferenciar el verbo activo transitivo del intransitivo, estos
del pasivo, del reflexivo, del frecuentativo, etc. , etc. : en
othomí no hay más que una clase de verbos y de conjuga-
ciones. En tercer lugar, el mecanismo de la conjugación pi-
rinda es complicadísimo; el de la othomí muy sencilla. En
cuarto lugar, entre tantos signos como tiene el verbo pirin-
ea y los pocos del othomí, apenas se encuentra alguna ana-
410
COMPARACIÓN DEL OTHOMI CON EL
logia aislada, y aun así expresando relaciones diversas, co-
mo por ejemplo: Ki del pirinda y gui del othomí: Ki es sig-
no del modo indicativo, y gui es signo de persona. Por últi-
mo, son desconocidos al othomí los verbos posesivos del pi-
rinda, tan característicos de este idioma, como todo lo que
atañe á la idea de posesión que domina en su gramática.
11. Dialectos. — Tanto el othomí como el matlatzinca
tienen muchos dialectos; pero en pirinda hay la particula-
ridad de que las mujeres generalmente usan su vocabula-
rio especial respecto á los hombres. Esta circunstancia no
sé que exista en othomí sino con algunos nombres de pa-
rentesco,- pero no caracteriza el idioma.
12. Sistema léxico. — No obstante las palabras comunes
que se encuentran entre pirinda y othomí, hay en su voca-
bulario diferencias esenciales como consta de los siguien-
tes ejemplos que sería inútil multiplicar.
Pirinda.
Othomí.
Hombre,
Ma,
Yehe.
Niño,
Muvaa,
Tzintti.
Madre.
Nihui,
Me-
Hijo,
Dihui,
Bahtzi
Esposa,
Baxuy,
Datzu-
Cuerpo,
Turimi,
KhaHei.
Nariz,
Mari,
Siyu.
Oreja,
Che,
Gu.
Barriga,
Toa,
Zittey.
Pie,
Moo,
Gaa.
Sol,
Yahbi,
Hiadi.
Luna,
Buee,
Zana-
Nube,
Mahbo-
Guy-
Conejo,
Thachoo,
Khua.
Ratón,
Tepoo,
Ngu.
Cuervo,
Techaa,
Ka.
Paloma,
Neteluto,
Doykha,
Gusano,
leyoxii,
Zuue-
Maguey,
Xumi,
Guada.
Árbol,
Tma,
Bay.
Chile,
Xaami,
Ngi.
MAZAHUA Y EL PIRINDA-
411
Pirinda.
Othomí
Maíz,
Tatui,
Detha.
Frijol,
Chihu,
Khu.
\^3;S3.,
Baami,
Ngu.
Enfermedad,
Intey,
Hieni-
Pan de maíz,
Imehui,
Thuhme.
Vida.
Inehta,
Nbuy.
Nombre,
Yuu, yuh,
Thuhu.
Llover,
Jlahbi,
Uay.
Gritar,
Xenaa,
Mati.
Hacer,
Hehui,
Kha.
Oler,
Xuti,
Yuni.
Amar,
TocJii,
Madi,
Llorar,
Kuke,
Zoni,
Matar,
Betuta,
Ho-
Sembrar,
Tuhini,
Poottt-
Hablar,
Temueti,
Ña,
Venir,
Ehe,
Pee, pue,
Dar,
PahaJci,
Da.
Concluiré este capítulo señalando en pocas palabras,
cuáles son los caracteres distintivos del othomí, y sus con
generes, respecto á los demás idiomas estudiados en la pre"
senté obra.
1? El sistema fonético.
2? La abundancia de monosílabos.
39 Los pocos casos de derivación por medio de altera-
ciones fonéticas ó de la yuxtaposición, dominando el uso de
partículas separadas.
4*? El sistema léxico en lo general.
-»-« t-
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMI.
EL JONAZ O MECO, EL SERRANO.— IDIOMAS QUE FORMAN LA
FAMILIA OTHOMÍ.— OBSERVACIÓN SOBRE EL ANTIGUO
CHICHIMECO.
El Sr. Orozco y Berra, en su Geografía de las lenguas de Mé-
xico dice: «El pame se usa en la misión de Cerro-Prieto, (cura-
to de Jacala) delEstado de México, se extiende principalmen-
te por los puebles de San Luis Potosí, y también se encuen-
tra en Querétaro y Guanajuato. En Querétaro había
pames entre los congregados de las misiones, hoy sólo exis-
ten en el pueblo de Santa María Acapulco En Gua-
najuato, únicamente en la misión de la Purísima Concep-
ción de Arnedo á una legua de Xichú, llamada hoy Villa
Victoria.» Del idioma pame, relativamente á San Luis Po-
tosí, dice el mismo Orozco lo siguiente: «Idioma que no he-
mos podido clasificar. Las misiones que llevaron el título
de Santa Catalina del Río Verde, comenzaron á ser funda-
das en 1607, por el franciscano Pr. Juan de Cárdenas : reci-
bieron el nombre de custodia en la junta general celebrada
por la orden en Sevilla, año de 1621: los misioneros obtuvie-
ron en 1677, el socorro de sínodos, que se les pagaron por
las cajas reales hasta 1751, época en que los pueblos de por
sí podían sostener á sus párrocos por medio de emolumen-
tos. Las misiones quedaron establecida sen la Sierra Gorda,
y llegaban á Tamaulipas, antes que D. Antonio Escandón
llegara á colonizar allí: sus nombres eran Río Verde, Va-
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 413
lie del Maíz, San Nicolás, Piñiguan, San Antonio Lagunillas,
San Juan Tello, ¡San Felipe de Gamotes, San José, San José
de los Montes Alaquines, San Nicolás de los Montes Ala-
quines, la Divina Pastora, pueblos todos de pames á los que
hay que agregar de las misiones de Tampico, San Pedro y
San Pablo Tamlacuan, San Antonio délas Guayabas, San
Francisco del Sauz, San Francisco de la Palma ó Zihpaun,
San Miguel Tamoltexa, Santa María Tampalantin ó Coxoun.
Según las noticias de los misioneros, á la fundación de Río
Verde, concurrieron no sólo los indios pames, sino los otho-
mís, etc»
La única obra que he podido encontrar sobre el idio-
ma pame, es un manuscrito que me perteneció durante al-
gún tiempo, y que cedí después para la biblioteca de mi
hermano político Don Joaquín García Icazbalceta.
En ese manuscrito se incluye un tratado sobre othomí y
se habla de diversas materias, extrañas á los idiomas indí-
genas, como sobre volcanes, cuestiones de derecho canóni-
co, etc. La obra aparece, en parte, todavía como un borra-
dor, como apuntes que no recibieron la última mano. Lo
más sustancial sobre el pame, se reduce á algunas noticias
gramaticales incompletas y un pequeño vocabulario pame,
mexicano y othomí con algunas palabras del idioma jonaz.
El autor de la obra fué el padre dieguino Fr. Juan Guada-
lupe Soriano, misionero de los pames, quien la escribió por
el año de 1766.
El padre Soriano conoció la analogía del pame con el otho-
mí, pues dice ser idiomas «"que se aprenden por las mismas
reglas.» Es curioso advertir, que según el mismo escritor,
el pame y el chino tienen parentesco, lo mismo que se ha
dicho del othomí. Me remito especialmente al capítulo 17,
pues lo explicado respecto al othomí comparado con el chi-
no, es aplicable al pame, y aun con más razón, porque este
idioma presenta aun más excepciones respecto á lo que se
entiende por monosilabismo, según podrá observarse en la
descripción que adelante presento.
He aquí cómo Soriano explica el parentesco de los pames
y de los chinos: «El origen de esta nación pame, y muchos
autores afirman de todos los indios, dicen que el empera-
dor Xolotl con su gente vinieron de las partes del Japón,
414 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
China, Corea, transitando á la América por la California, y
es opinión que tiene más probabilidad. Y se prueba por in-
ferencia que la lengua del idioma pame es cuasi una con el
idioma chino; luego hay alguna luz ó premisa por donde in-
ferir que estos pames tienen su origen del chino Imperio.
Y si no los términos más comunes que estos chichimecos
usan, los más se componen de partículas cha cho; v. g., ga-
chao, harás luego, etcétera, como se verá en el arte. Y el chi-
no los más términos del idioma se componen de las mismas
partículas cho, etc.»
Continúa el padre Soriano su relación sobre los pames,
divagándose en hablar acerca de la supuesta venida del após-
tol Santo Tomás á América, en describir minuciosamente
las misiones y, sobre todo, del mal trato que los soldados
españoles daban á los indios. Omitiendo todo esto, sólo me
parece oportuno reproducir el siguiente pasaje para tener
idea de lo que eran los pames.
«La nación pame comienza desde la misión de S- José ó
Fuen Clara que es donde llaman Sierra Madre, ó Sierra
Gorda, nación muy abundante de gente esparcida por los
montes y las sierras, y comenzaban desde el paraje nom-
brado Puerto del Aire, á un lado del real de Zimapan y por
todos los cerros divagados de Xiliapan, Pacula. En Xilia-
pan había como cien familias, Pacula pasan de 200, Cerro
Prieto ó los Montes tienen como 300 familias, Landamas de
200, Tilaco lo mismo, Jalpan como 400, Concaa como 100,
Pancoyol como 200. Sigue esta nación por toda la provincia
de Río Verde, y en fin, ha sido esta nación muy dilatada,
aun hoy, esto es, que se ha consumido con las continuas
pestes. Es gente muy dócil y nada guerrera, muy humildes,
aunque por lo común muy grandes flojos .... A pocos años
que Cortés cogió la corte principal de México, rindieron es-
tos pames obediencia á la Santa Iglesia y al monarca cató-
lico. Y se administraron por nuestros religiosos francisca-
nos observantes, en los principos, y después por ser la mies
grande, y los operarios pocos cedieron esto á religiosos
agustinos: mantuvieron sos misiones, una en Pacula y otra
en Xalpan hasta 1744, que por orden del Excelentísimo Sr.
D. Pedro Agustín Cebrian, conde de Fuen Clara virrey de
este hemisferio mexicano, por superior decreto, se le or-
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 415
denó al Sr. D. José de Escandón, lugarteniente del virrey
en la costa del seno mexicano pasara á estas misiones y des-
pojara á dichos agustinos, y entregase la misión de Pacula
á los descalzos, y de Xalpam á los franciscanos de San Per_
nando. Recibidos que fueron, hallaron nuestros religiosos
á los chichemecos, aunque sujetos y humildes; pero aun to-
davía se mantenían en las selvas como fieras, y sólo al tra-
bajo solían comparecer tal cual de los bárbaros instados de
su necesidad.»
Tratando el padre Soriano del carácter, usos y costum-
bres de los pames, se expresa de este modo: «El genio de
estos indios y de todos los de la América es indefinible,
pues el que los trata más, los conoce menos: al tratar con
ellos es un lento y dilatado martirio; por lo común, raro
agradece un beneficio, pues si se les da alguna cosa dicen,
no me lo darán de balde. Como son ignorantes son muy ma-
liciosos. Los varones por lo común, son muy flojos, y sólo
les agrada andar por los montes como fieras. Y por esto re-
pugnaron tanto nuestra doctrina en los principios que los
sujetaban los ministros, hastaatumultarsey querer quitar
la vida á los misioneros. Los hombres son ingeniosos y hu-
mildes, por la buena aprenden cualquiera cosa; las mujeres
son muy limpias, hábiles y trabajadoras, hacen mantas
muy pulidas, buenos huepiles, petates y petacas muy curio-
sas. La mujer acarrea el agua, trae leña, y en fin lo más tra-
baja la pobre mujer, y el marido se suele estar acostado
durmiendo. Las casas de los pames son de zacate ó palma:
andan descalzos; su vestido es poco menos que la desnudez,
pues los más usan su mantilla y una frazada. Su comida es
maíz tostado que llaman cacalote y muchos yerbajes. Toda-
vía los más son inclinados á la idolatría, tienen todavía mu-
chísimos abusos y todavían creen cuasi todos en hechiceros
ó embusteros. Estos pames antiguamente adoraban mucho
á Moctezuma, á cuyo dominio estuvieron sujetos muchos
años, venerándole por deidad ; adoraban todos al Sol por
Dios. Otros tienen sus dioses particulares como unos mu-
ñecos de piedra ó palo. Usan también de sus bailes, y á la
casa donde bailan le llaman catoiz manchi, que quiere decir
casa doncella. Este baile lo usan cuando siembran, cuando
está la milpa en elote, y cuando cogen el maíz se hace esto
416 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
baile á son de un tainborcillo y muchos pitos, y con mucha
pausa comienzan á tocar canciones tristes y melancólicas.
"En medio se sienta el hechicero ó sajoo con su tamborci-
11o y haciendo mil visajes clava la vista en los circunstantes.
Y con mucho despacio se va parando, y después de danzar
muchas danzas se sienta en un banquillo y con una espina
se pica en la pantorrilla y con aquella sangre que sale ro-
cía la milpa, á modo de bendición. Y antes de esta cer emo-
nia ninguno se arriesgaba á coger un elote de la milpa, de-
cían que estaba doncella: después de esta ceremonia le pa-
gaban al embustero cajoo 6 hechicero, y comenzaban á co-
mer elotes todos, después mucha embriaguez, á que son los
indios muy inclinados .... Es grande la creencia que los
más indios tienen á estos hechiceros, los que tienen sus su-
periores que llaman Madai cajoo, que quiere decir hechice-
ro granda Y esta canalla se emplea en curar á los enfer-
mos, y el modo es soplarles todo el cuerpo, y aquel soplo
lo guardan en una ollita, la tapan muy bien, la llevan á en-
terrar junto á esas piedras ó ídolos que tengo referido. . . .
Esta maldita gente que llaman cajoos ó hechiceros, los ve-
neran y tienen al modo que los católicos tienen sacerdotes.
Cuando pare alguna mujer, se usa que ya que la parida
puede salir, señala el día de su fiesta, y para el día asigna-
do se juntan los parientes, le trae el padrino un cuchillo
pequeño, se lo pone á las manos, y después lo sacan por
fuera de la casa dando muchas vueltas, y si la ahijada es
mujer, le ponen una oaxaquita, un cántaro ú otros trastes
y acaban por embriagarse todos. Si se muere alguno en
una casa le abren la puerta para que salga el cuerpo, y si
lo sacan por la puerta hecha, cierran ésta y abren otra."
Concluye Soriano su relación sobre los pames, encare-
ciendo los trabajos que pasaban los misioneros, y como no-
ta ó agregado dice: "Yo fúndela misión de la Purísima
Concepción de Bucareli el año 76 mes de Agosto en Ranas
y en el Plátano Este año de 77 se secularizaron las
misiones de Pacula, Xiliapan y Cerro Prieto. Su primer
cura interino fué D. Francisco de la Peña."
1. Alfabeto y pronunciación. — Siendo tan difícil la
pronunciación del pame que con sólo la viva voz podría en-
señarse bien, me parece conveniente, por lo menos, copiar
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ- 417
las siguientes reglas que da el padre Soriano : «Las vocales
claras se pronuncian como tales, como acontece en caste-
llano. Las vocales confusas qué son diptongos, se pronun-
cian cerradas los dientes respirando por las narices. Las
narigales, que se conocen por el acento circunflejo se pro-
nuncian del todo por las narices abriendo los dientes.
«Cuando se escriben dos tt y z en ésta forma ttz, su pro-
nunciación es de zumbillo haciendo como moscón. Cuando
se quita una t y se escribe tz, se pronuncia con más suavi-
dad, abriendo la boca.
«Tiene pronunciación que llaman ove jal, y se notará con
una raya en el principio, y es cuando se pronuncia á modo
de oveja, caídas las quijadas.
«Usa también este idioma de la pronunciación singulta-
da ó detenida, la cual es llamando el resuello para adentro.
«Cuando se escriben dos tt seguidas, se laman tt fuertes,
y se pronuncian azotando la lengua contra los dientes.
«Tiene letras aspiradas las que se pronuncian como cuan-
do se tose-
«La xse pronuncia silbando, y se reprueba que esta letra
haga las veces de la s.
«Tienen guturales que son toda su pronunciación en la
garganta.
«Las vocales son a, e, i, o, u. La y griega entre latinos se
toma por vocal, y en este idioma acontece lo mismo. De es-
tas vocales se hacen varios diptongos.
«En este idioma la 7¿, á más de que en muchos vocablos
sirve de aspiración, hace las veces dej'y g.
«La c se pronuncia como en castellano, pero también ha-
ce veces de s, y cuando esto acontece se le pone una cé-
dula,
«La u vocal después de q se pronuncia como en castella-
no, lo mismo es después de g-
«Carece el idioma pame de las letras siguientes : de la /,
de la l, y en algunas misiones, como en ésta, de la r-
«El vocablo con vírgula arriba es narigal, con raya en
medio gutural, y con vírgula abajo es pectoral.»
Lo explicado basta para comprender fácilmente la analo-
gía fonética que hay entre el pame y el othomí. Véase lo di-
cho sobre este idioma, y su comparación con el mazahua.
27
418 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
2. Sílabas- — El pame no es un idioma monosilábico, co-
mo se entiende el chino, por las mismas razones que he ex-
plicado sobre el othomí, y con más fundamento todavía,
pues el pame presenta en lo general del diccionario, pala-
bras más largas que el othomí, menos monosílabos signifi-
cativos, y como lo veremos al tratar del verbo tiene más ca-
sos de cambios fonéticos y de yuxtaposición para derivar,
cuyos procedimientos son extraños al chino. Sin embargo,
el pame no es polisintético sino cuasi monisilábico como el
othomí, conforme á lo explicado sobre este idioma. Efecti-
vamente, en pame abundan los monosílabos, muchos de
ellos significativos en composición, es decir, formando pa-
labras de varias sílabas; las voces más largas son de cinco
ó seis sílabas como en mazahua, y en fin, su sistema gra-
matical se funda especialmente en partículas que deben es-
cribirse separadas. Bastante indica el verdadero sistema
del idioma el padre Soriano cuando le compara con el chino,
según el pasaje copiado al comenzar este capítulo, no obs-
tante que escribe frecuentemente los signos gramaticales
del pame uniéndolos á las radicales por un uso vicioso, que
hemos visto extendido al othomí y al mazahua. Recuérdese
que al tratar de este idioma observamos que el Lie. Yanguas
explicó terminantemente que las partículas debían usarse
separadas, y sin embargo él las juntaba con las radi-
cales.
Obra circunstancia que desfiguró especialmente el otho-
mí, y lo mismo altera en ocasiones el efecto del pame, es la
cargazón de letras para explicar la pronunciación. Por
ejemplo en uno de los padre nuestros del pame, incluidos
en la colección de la Sociedad mexicana de Geografía y Es-
tadística, y que copiaremos luego, se encuentran palabras
como ésta que parece sumamente larga, no teniendo más
que cinco sílabas:
qqu ih n-gnahg-hnhehrr-gguh-u?ih.
Para traducir la voz española Jesús escriben así: GGehs-
suhs, empleando casi doble número de letras.
3. Homónimos. — Encuéntranse en pame voces rigorosa-
mente homónimas como othomí. Otras no lo son, pues se
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 419
distinguen bien su significado, como en cualquier idioma,
según la sílaba donde carga el acento.
4- Casos. — El parné no tiene declinación para expresar
el caso como no le tiene el othomí.
5- Género. — Las únicas palabras fuera de macho y hem-
bra, que encuentro enpame para distinguir el sexo, son los
pronombres cuduo, aquellas, y cuele lea estas. En othomí tam-
poco hay género propiamente dicho-
6. Número- — El padre Soriano dice en un lugar de su
obra lo siguiente: «Las declinaciones de los nombres dees-
tos idiomas, pame y othomí es realmente una, la cual es por
los nombres de singular y plural- En el singular, á todos
los nombres así simples como compuestos se les antepone
la partícula na, y en el plural ?/«:la partícula na correspon-
á él, la, lo, y la partícula ya á los, las-» De aquí parece que
el pame y el othomí tienen exactamente las mismas partí-
culas con el objeto de expresar el número; pero de otras ex-
plicaciones y ejemplos del padre Soriano consta lo siguien-
te: La partícula na marca generalmente el número singu-
lar, como en othomí; pero algunas veces esa partícula os ni,
acaso por cambio meramente eufónico. El plural se marca
en pame, con la partícula antepuesta di, y en algunos nom-
bres con la terminación t. He aquí uno de los casos de yux-
taposición que señalo á los que pretenden considerar estos
idiomas como monosilábicos puros- La final t de plural se
usa también con el verbo.
7. Composición. — Hemos visto al tratar del othomí, que
este idioma usa poco de la composición respecto á las len-
guas sintéticas y polisintéticas. Lo mismo sucede en pame,
de manera que aun en algunos casos donde Soriano dice que
se juntan unas palabras con otras, no hay tal unión según
consta de sus mismos ejemplos. Hablando verbi gratia, del
pronombre de la segunda persona en caso oblicuo dice:
«Cuando se junta con nombre acaba éste en /.-, como tu her-
mano nii mixok». Vemos aquí que no se dice niimixok, esto
es, no forman una sola palabra el posesivo y el nombre.
8. Pronombre personal- — El pronombre personal en
pame, es el siguiente:
Yo- Kagao, Kagaok, Kaol-, Kao-
Tú. Jok.
420 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
Aquél. Kunu-
Nosotros. Kaolma-
Vosotros. Jokon, jol-ne.
Aquellos. Kudo-
La analogía del pronombre pame y othomí se percibe en
la primera y tercera persona del singular: K-agao, en pame,
N-uga, en othomí; K-unu, en pame, n-unu en othomí.
El plural de la primera persona se marca con la partícu-
la final ma, que recuerda la partícula me del mazahua, con
el mismo objeto en el posesivo.
9. Posesivo. — El posesivo mío, ó de mí, en pame, es-fiTa-
nue ó nuee. Tuyo ó suyo, en el mismo idioma es, nii; en ma-
zahua ni, también para las dos personas; en othomí ni para
la segunda y na para la tercera.
Cuando el posesivo de la segunda persona de singular se
junta con algún nombre, termina este en K; v. g., nii mixok
tu hermano.
10. Demostrativo. — El demostrativo en mazahua es Ka-
nee, Kunea, este; Kuddea, estos. Al nombre, al cual se refie-
re el demostrativo, se agrega una n final.
11. Verbo.— Las personas del verbo pame se conocen no
sólo por el pronombre sino por partículas que marcan tiem-
po y persona. Las partículas de indicativo presente son ya,
Jci, u; v. g.
Yo enseño. Ya xaop-
Tú enseñas. Ki xaop-
Aquél enseña. U xaop.
Igual sistema es el del othomí, habiendo analogía de for-
ma es la segunda partícula que en othomí es gui, y en ma-
zahua Ki, lo mismo que en pame. La partícula u del pame
es en othomí y en mazahua i.
En pame, con en mazahua y en othomí, las mismas partí-
culas de singular sirven para plural, distinguiendo el pame
este número del modo siguiente: la tercera persona gene-
ralmente con sólo el pronombre de plural, y las otras per-
sonas agregando una m ó una t, la cual rara vez he visto en
la tercera persona. El primer medio es análogo al del otho-
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 421
mí, pues m puede considerarse como la terminación ma de
plural en el pronombre personal: en othomí el plural del
pronombre marca el número en el verbo. El agregado de la
t es un procedimiento igual al del mazahua, pues este idio-
ma marca el plural, en el verbo, con el mismo signo que en
el nombre: en pame, t, según lo hemos dicho antes, (§ 6) es
signo de plural con el nombre. Lo dicho sobre los plurales
se entiende no sólo respecto al presente de indicativo, sino
á los demás tiempos, así es que excusamos repetir una mis-
ma regla.
Las partículas del pretérito imperfecto, en pame, sonÁ'w
ó Kan, Ki ó Kin, Ku ó Kun: agregando á esta última el pro-
nombre se evita toda equivocación con la primera persona.
Ejemplo:
Yo enseñaba. Ku xaop.
Tú enseñabas. Kin xaop.
El enseñaba. Kunu Ku xaop-
El pretérito perfecto se distingue por medio de las par-
tículas Runa, Kine, do ó da, v. g.
Yo enseñé- Kunu xaop.
Tú enseñaste. Kini xaop-
En enseñó. Du xaop
Entre las partículas pames de los pretéritos y las corres-
pondientes del othomí y mazahua, hay analogía en la partí-
cula de la segunda persona, á saber, en othomí y mazahua
gui, en pame Ki, Kin, Kini.
El futuro se conoce en pame por medio de las partículas
ga, gui í/a;esta última no se confunde con la primera por me-
dio del pronombre. Ga, gui, son las mismas partículas que
usa el othomí en el futuro. Ejemplo del pame.
Yo enseñaré, Ga xaop.
Tú enseñarás, Gui xaop.
El enseñará. Kunu ga xaop-
El imperativo en pame se marca cambiando la final de in-
dicativo en tt, ó agregándole esta letra v. g. xaoptt, enseña
422 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
tú. He aquí otra forma que convencerá no ser estos idio-
mas monosilábicos puros. En othomí no hay signo especial
para el imperativo; pero se fija el sentido también con el
agregado de una palabra. (Véase othomí §. 22).
Subjuntivo no hay en othomí, y en pame sólo tiene preté-
rito imperfecto, siendo sus partículas da Kin, da, determi-
nado el sentido de esta última, respecto ala primera, como
ya lo hemos visto en casos iguales con el pronombre-
Infinitivo no hay en pame, como tampoco en othomí ni en
mazahua.
12. Cambios fonéticos en los pretéritos y en el fu-
turo.— Hemos visto al comparar el chino con el othomí las
alteraciones fonéticas de este idioma en el pretérito. En
pame esas alteraciones se observan no sólo en el pretérito,
sino también en el futuro, según consta de las siguientes
reglas que da el padre Soriano.
«Los verbos que en la segunda sílaba del pretérito tienen
p la mudan en g; v. g. yo ayudaba Ku pait, tú enseñabas, Ki
gai. En la tercera persona de singular muda la p en m; v.
g. aquel ayudaba- Ku maü. Los verbos que tienen en la se-
gunda sílaba x la mudan en la ch; v. g. yo ensañaba Ku xaop.
aquellos enseñaban, Kuddo Kuchaop.»
Los ejemplos anteriores se refieren al pretérito imper-
fecto; pero es de advertir que la misma clase de cambios fo-
néticos experimenta el pretérito perfecto de esta manera p
en g\ a en í; x en ch. Sin embargo, de los ejemplos puestos
por Soriano, consta que lo segundo no es un cambio, sino
un agregado; v. g. Kunu aum, yo quemé; Kuddo du taum,
aquellos quemaron. También en othomí hemos visto que
unas veces hay cambio y otras agregados.
En el futuro pame hay agregados y cambios como en el
pretérito; v. g. ga aum, yo quemaré; Kunu ga naum, aquél
quemará (añadiendo una n inicial.) De ga pait, yo ayudaré
sale, Kunu ga mait: aquí la p cambia en m.
13. Verbos en f. — «Algunos verbos que comienzan en t,
dice Soriano, no se conjugan sino que como es el presente
así son los demás tiempos. Los más verbos en t se conju-
gan con advertencia, que el presente como es la primera
persona son todas las demás en algunas; v. g. tinaaz que
significa levantarse, toneit que significa bendecir, aunque
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 423
en la tercera persona de plural muda de í en m, aquellos
bendicen uneit.»
De estas palabras de Soriano se infiere: 1? En pame al-
gunos verbos que comienzan por t, son defectivos, no te-
niendo más que presente 2? Otros verbos en t sólo distin-
guen las personas en presente por medio del pronombre; v.
g. Kao tinaax, yo enseño, Jol- tinaaz, tú enseñas, etc. 3*? Al-
gunos verbos en t distinguen la tercera persona de plural
con el signo u que hemos dado á conocer (§ 11).
También explica Soriano respecto á los verbos en t aun-
que según parece como una excepción, lo siguiente: <El
verbo tidoet, peleo, en la segunda persona se le añade una 7¿,
y en la tercera. El verbo Takeoe, volver, se conjuga en todos
tiempos como los que llevan la partícula ya.»
ü Adverbio, preposición y conjunción. — Respecto al
adverbio, preposición y conjunción no da regla alguna el
padre Soriano, ni presenta ejemplos bastantes para poder-
las establecer yo con seguridad, así es que me limitaré á
presentar ejemplos de esas partes de la oración en las com-
paraciones léxicas.
15. Dialectos. — En la colección de padre nuestros de la
Sociedad de Geografía y Estadística constan tres ejemplos
como de otros tantos dialectos del pame- Omito aquí el pri-
mero, poniéndole más adelante, porque pertenece al idioma
jonaz, y sólo copio los otros dos: uno de ellos se refiere al
dialecto hablado en la ciudad del Maíz, San Luis Potosí, y
el otro al que se usa en la antigua misión de la Purísima
Concepción de Arnedo, Guanajuato. Téngase presente lo
que ya expliqué sobre la cargazón de consonantes que se
observa en uno de estos dialectos. Según las comparacio-
nes que he hecho, el pame explicado por el padre Soriano
corresponde á un tercer dialecto probablemente el princi-
pal, el más extendido.
Caucan xugüenan, que humiju cantan impains, achscalijon
gee nigiu yucant gee cumpó, chaucat gee quimang, ac-gi entripó
acgi cantan impain- Senté caucan senda gunó yucant chiné
ijuadeatan caucan humuts, ac-gi pain caucan hujuadptand
caucan humunts,ry mi negenl- do guaik guuing cacaa yeket val1
ening. ac-ge-uo.
424
EL PAME COMPARADO CON EL, OTHOMI.
Ttattahghuhgg, ighegh cldih uhvoh hinh gghih qquihhmis
sches, ughgnjuhgh ttahghgihh mnddisseh Qquihihihh uhggú-
ho ulighg gühihh rrehhino, lh qquih üghgghihghh loohlluhn ttáh
ighschchahh, Assi uhggüghh commo ub vóhnnihghh. Vhiighehddi
uhvrá hhvíhn qquihhphpohggühuhli, yhchihh uh vehvéhh ihghgil-
hohgiihuhh ih qquih ihchi luehvehihhmhurhggiihuhh uhhohddi-
nuchhéhóhúg- Asi commo ahpe hpáhhddi ihec dhggühuhh leuhm-
húhrúhhg uhohnddí ahplqyiggühúhh. lh qquihn?ahghnhéhrrggü-
huhhphpahagh, Ahndhssuhqquih huhnhéhh. Mahhsséhh. Uihb-
bráhrhr ihhehggühuhh. Ihghgóhttahhehréh Ggéhssúhs.
16. Comparaciones léxicas relativas al pame.— He
aquí algunas comparaciones léxicas entre othomí y pame,
contrayéndome, respecto á este, al dialecto que explica Su-
riano.
Othoraí.
Pame.
Muchacho,
Zinti,
Xití,
Vieja,
Dajtzu,
Maxu,
Padre,
Ta,
Tataa,
Agua,
De-je,
Ba-jaa,
Arroyo,
Hie,
Haa,
Noche,
Sai,
Sao-
Tarde,
N-indeo,
D-adae.
Gato,
Mixi,
Mixi.
Águila,
Xini,
Ea-xaim
Cuervo,
Kaa,
Ba-kaa.
Piojo,
Tto,
Ntoo.
Pulga,
Na-a,
Nu-ee.
Cierta especie
de
abeja,
Kogui,
Koga.
Cierta especie
de
garza,
Xinehu
Xilau.
Calabaza,
Muu,
Muhui,
Aguacate,
Zanii,
Zaon,
Cierta especie
de
maguey,
Gaza,
Kaza-
Flor,
Deni,
Ndo.
Yerba comestible,
Ya-xitaa,
Xixaa.
Piedra,
Do,
Ku-do
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOML
Othomí. Tame.
425
Arena,
Bomu,
Mumui.
Barro,
Pejai,
Tu-pae.
Cuerpo,
Ha-nkiay,
Xke.
Ojo,
Daa,
Tao.
Pestaña,
Xidaa,
Xidao.
Nariz,
XiTiu,
Xinua.
Diente,
Z¿,
Zei.
Ombligo,
Zai,
Tai,
Lágrima,
Guidaa.
Kidao.
Copete,
Katzia,
Kaaz.
Oreja,
Gu,
Gao.
Templo,
JSIika,
Pika.
Flecha,
Thai,
Taa-
Olla,
Tzei,
Zei.
Bueno,
Nho,
Ma-liau.
Uno,
Na-ra,
JSa-ndaa
Diez.
Reta,
Extoto.
Nadar,
Xahaa,
Xihiau.
Asar,
Jiazi,
Jatz,
Cantar,
Tahu
Ta palta t-
Querer,
Nee,
Nou,
Hacer,
Kha,
Chao.
Morir,
Tu,
Du.
Decir,
Ma,
Moo.
Ver,
Na,
Ga-nu.
Ayudar,
Patzi,
Paat.
Hurtar,
Pee, phe,
Peea.
Escupir,
Tzotzi,
Ghotz.
Probar,
Tza,
Chao.
Recuérdese que en estos idiomas, aun en uno mismo,
conmuta tz en ch-
Morder,
Tzate,
Tzon.
Yo, mío, etc., véanse en las comparaciones gramaticales.
17. El jonaz ó meco- — Pasando ahora a tratar del idio-
ma jonaz ó meco, comenzaré por transcribir la siguiente no-
426 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
ticia que da el Sr. Orozco en su «Geografía de las lenguas
de México:» «Siendo inútiles las providencias tomadas por
los virreyes para contener las depredaciones de los indios
chichimecos, D. Luis de Velasco el 29, encargó su reducción,
hacia 1594, á los religiosos de San Francisco, primero, y en
seguida á los jesuítas. En consecuencia, fué fundado el
pueblo de San Luis de la Paz, en memoria del virrey y del
gran fruto que se esperaba sacar con el establecimiento del
pueblo. La parcialidad de chichimecos, que fué congrega-
da, pertenecía á la familia de los tonaces ó jonaces, cuya
lengua se llamó meco por los misioneros, lo mismo que de-
nominaron la de los habitantes de San José Vizarrón en
Querétaro.»
En otro lugar dice el mismo Sr. Orozco: «El meco de los
indios jonaces ó tonaces, en Querétaro' y Guanajuato, pare-
ce corresponder al othomí.» Esta sospecha del Sr. Orozco
respecto al parentesco del jonaz con el othomí es una rea-
lidad.
Por una parte veo que el padre Soriano, en su obra sobre
el pame, dice que «á los jonaces llamaban también othomi-
tes.» Por otra parte, comparando los ejemplos del jonaz
(que trae el mismo autor) con el othomí se confirma la ana-
logía que hay entre esos idiomas. Sin embargo de esto, de-
bemos considerar al jonaz unido con el othomí por medio
del pame, pues á este idioma se acerca más inmediatamen-
te, según consta de las comparaciones que voy á presentar
y que no extiendo más por falta de materiales. La relación
entre el jonaz y el pame es tan estrecha, que en la colección
de padre nuestros de la Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística, se puso el jonaz como dialecto pame, según lo
observé anteriormente (§ 15). He aquí el Pater en idioma jo-
naz, según la citada colección, y luego presentaré las com-
paraciones con el pame.
Tata micagon indis bonigemajá: indis unajá groztacuz: Quii
unibó: Nage eu nitazd, unibó ubonigí: Urroze paricagon uvin-
guí> ambogón bucon gatigí bajir gomór, como icagon gumorbon
quipicgóhichaugó; nenanguí na.ndazó pacunimá, imor gócabon-
jd pajarar. Amén Jesús.
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMI.
Pame. Jonaz.
427
Doncella,
Manze,
Mataa.
Viuda,
Mahoo,
Mahoo.
Sol,
Xampae,
Mane.
Estrella,
Kaxau,
Gatoe, (Ka toe)
Año,
Xapao,
Xapa.
Hoy,
Chea,
Ichi-yau.
Pasado mañana,
Turumpae,
Pi-turoni-
Noche,
Zao,
U~zaa.
Cabeza,
Kanau,
Kiaynio.
Pelo,
Exkagnei,
Xanae.
Diente,
Zei,
Ga-zei-
Cerilla de los
oídos,
Pankau,
Panchaa-
Pescuezo,
Excoma,
Xunee-
Mano,
Exkampo,
Kambo.
Barriga,
Namptio,
Nambaa.
Ombligo,
Tai i,
Taa.
Sangre,
Ichii,
G-achee.
Piojo,
¡too,
N-uroo.
n-utoo-
Colorado,
Guua,
Guazól.
Azul,
Ninkijuiz,
Zinlciyuiz.
Amarillo.
Xijan ,
Zijan-
Uno,
Xandaa,
Xataa.
Dos,
Tiiloe,
Tikuire.
Tresj
Tignura,
Tignum.
Cuatro,
Tipa,
Tipaa.
Cinco,
Ixbotont,
Zemoxo
Seis,
Tikiana,
Tol ou.
Siete,
Tekitilloe,
Piiuu.
Ocho,
leHtignum,
lachea-
Nueve,
Naujea,
Najujui.
Diez,
Extoto,
Chioxjo.
Yo,
Ka gao,
1-lag.
Tú,
Jok,
I-jiok.
18. El serrano- — En la colección de padre nuestros de
la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística hay un
428 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
ejemplo de esa oración con el nombre de Serrano, cuyo idio-
ma se habla en la Sierra Gorda. Fácilmente se nota que el
serrano se parece al othomí aun más que el pame y el jo-
naz. Por ejemplo, la palabra mahetzi, cielo, es común al se-
rrano y al othomí, mientras que en pame, (dialecto expli-
cado por Soriano) se dice Kininit, y en jonaz urrue. El serra-
no no solamente es más parecido al othomí que el pame y
el jonaz, sino que el mazuah.ua/ v. g., en mazahua padre se
dice yho, en othomí ta, en serrano tai. De tal manera hay
analogía entre othomí y serrano, que el Pater en este idio-
ma, puede traducirse casi todo por medio del diccionario y
de la gramática othomíes: he aquí una comparación, ponien-
do primero el othomí y luego el serrano-
1. Mata he- Mío padre nosotros-
1. Ma tai je. Mío padre nosotros.
31a, mío, posesivo; ta, sustantivo; he, nosotros. El signi-
ficado es «padre nuestro,» porque como lo hemos dicho al
tratar del othomí (cap. 51 § 15) en este idioma el posesivo
carece de plural, que se suple con la adición del pronombre
personal. Lo mismo exactamente se verifica en serrano:
nótese que he y je suenan lo mismo, porque la h en othomí
es aspirada.
2. Ni buy- Tu habitación.
2. Gui bu. Tú habitas.
Ni, posesivo; buy, sustantivo.
Gui, partícula de la conjugación igual á la correspondien-
te del othomí, para designar persona y tiempo. Fácilmente
se percibe la analogía que hay entre el sustantivo othomí
buy y el verbo serrano bu.
3. Mahetzi, Cielo.
3. Mahetzi. Cielo.
Tanto en othomí como en serrano so omite la preposi-
ción en.
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 429
4. Da ne ansu. Llaman santo.
4- Ki sunda too da gue santificado sea.
Da, partícula de la conjugación; ne, verbo; ansu corrup-
ción del español santo.
Sunda es corrupción del español santo, menos desfigura-
da la palabra que en othomí; Ki, too, partículas que no pue-
do explicar por falta de datos; pero que sospecho sirven
para dar á la palabra santo significación equivalente á par-
ticipio ú adjetivo verbal santificado.
Da gue, da es la partícula del verbo igual á la del mismo
modo, tiempo y persona en othomí; gue, palabra que signi-
fica existencia, la misma que en othomí suple al verbo sus-
tantivo (c. 51 § 25). Se notará que la oración del Padre
nuestro que vamos analizando es más literal en serrano,
respecto al español que en othomí.
5. Ni huliu. Tu nombre.
5. Bit tuju. Tu nombre.
Entre el posesivo ni del othomí y rit del serrano hay po-
ca analogía; pero es más completa la semejanza, de lo que
á primera vista parece, en los sustantivos huhu tuju porque
la h es igual á j en othomí, y porque Nevé escribe thuhu con
t inicial- También Yépez en su vocabulario othomí escribe
huhu Aquí debo advertir que, respecto al othomí, me va
sirviendo de guía especialmente la traducción inclusa en la
colección de Padre nuestros de la Sociedad de Geografía y
Estadística, varias veces citada (México 1860).
6. Da ehe gahe. Venga (á) nos.
6- Da ne pa Keke. Llévanos.
Da, partícula del verbo; ehe, verbo; gahe, pronombre en
caso oblicuo sin preposición ni otro signo que marque el ca-
so, sino es la posición de la palabra.
Da ne pa. Da es partícula de verbo igual en othomí; ne
partícula especial de la conjugación, en serrano, que pare-
ce marcar otro modo distinto del indicativo; pa en othomí,
según Yépez, significa ir, guiar, llevar. Kele, es el pronom-
430 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
bre, no tan diferente al othomí, como al pronto parece, si
se observa que k es afin de g y j (h aspirada).
7. Ni buy. Tu habitación.
7. Ni mole hanini. A tu reino.
Ni buy. Ya hemos explicado estas partículas en el núme-
ro 2.
Ni mole hanini. Corresponden á las palabras españolas
«á tu reino;» pero no es posible analizarlas por falta de da-
tos, tomando aquí el serrano otro giro que el othomí: kani-
ni parece una corrupción del español reino; ni, es igual en
la forma y posición al posesivo othomí; pero antes hemos
visto, y después veremos, que el posesivo en serrano es rit
ó dit, pues en este idioma, como en othomí, aparecen la r y
t como promiscuas.
8. Da kha. Harán, hágase.
8. Ne si da kaa- Hágase ó sea hecha.
Da, partícula de futuro de indicativo con que se suple en
othomí el subjuntivo; kha, verbo.
Da kaa, Lo mismo que en othomí; pero el serrano lleva
las partículas ne, si, que parecen marcar el modo subjunti-
vo, ó acaso la voz pasiva: el othomí carece de una y otra.
Ya hemos visto antes la partícula ne sola en el número 6
donde indica ruego, súplica, por el sentido del discurso.
9. Ni linee. Tu voluntad.
9. Na molikair/M. La voluntad (tuya).
Ni, posesivo; linee, verbal del verbo nee querer, que va for-
mado con el agregado de una letra inicial, según lo explica-
do especialmente en el capítulo 52.
Na: Por la posición de esta palabra parece corresponder
al posesivo othomí; pero ya hemos visto que el posesivo en
serrano se expresa de otro modo, y con claridad, veremos
en adelanteque na, en serrano, corresponde á la partícula
othomí, también na, que indica el número de singular y si-
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ- 431
gnifica ¿/ ó Za, uno, una. Mokkanzu, sustantivo, cuya etimo-
logía no conocemos.
10. Ngu-gua no, hay. Así (en) la tierra.
10. Tanto na sinfay. Así (en) ]a tierra.
Ngu-gua ó ngua, como otros escriben, es un adverbio: na
partícula de que hemos hablado en el número 9; hay sus-
tantivo. Conforme á la construcción tan común en othomí,
la proposición se subentiende.
Tanto, adverbio; na partícula como en othomí; sinfay, sus-
tantivo sin preposición que rija como en othomí.
11. Tengu maetzi. Como (en el) cielo.
11. Tengu mahetzi. Como (en el) cielo.
El adverbio, el sustantivo y la construcción son iguales
en los dos idiomas que comparo.
12. Ma hme he. Mío pan nosotros, esto es, el pan
nuestro.
12. Mat turne je. Mío pan nosotros.
Véase lo explicado en el número 1, y aquí sólo hay que
agregar que el posesivo serrano es mat en vez de ma.
13. Tana ya. (De) cada día).
13. Ta mapa. (De) cada día.
Ta en ambos idiomas significa cada ú otra palabra si-
nónima; na, en othomi, es la partícula ya explicada, á la
que corresponde ma en serrano, sea que esté mal escrita,
sea variación eufónica, pues m y n son letras que conmu-
tan en diversos idiomas. (Véase lo explicado respecto al
mexicano, cahita, etc.) Tanto en serrano como en othomí se
suprime nuestra preposición de.
14- Ra he. Danos.
14. Ral- je. Danos.
432 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
Ra y rak, verbo; he y je pronombre. Aquí se nota que en
serrano, como en othomí, el imperativo puede ir sin partí-
cula alguna: aparece ese modo en los dos idiomas como la
forma más pura del verbo.
15 Nava paya. Hoy.
15. Tiya- Hoy.
Según Yépez na paya significa hoy, y nava paya, de hoy
en adelante.
Tiya, semejante al othomí poya.
16- Ha puni he- Y perdónanos.
16- Ne si punga je- Perdónanos.
Ha conjunción; puni verbo; he pronombre. Ne, si, partí-
culas especiales del verbo serrano de que ya he hablado
anteriormente; punga verbo análogo al othomí; je pronom-
bre lo mismo que he (aspirada la/¿.)
17. Ma dupate he- Mió deudas nuestras.
17. Mat oiga je. Mió deudas nuestras.
Ya hemos explicado cómo se expresa el plural del posesi-
vo; dupate en othomí y oiga en serrano son palabras adap-
tadas á la idea de pecado, falta, deuda.
18- Tengu di puni he- Como perdonamos.
18- Tengu si di punjee- Como perdonamos.
Tengu adverbio ya explicado; di, partícula del verbo; pun i
verbo; he pronombre para distinguir el número plural, se-
gún el uso del idioma othomí- (cap. 51.)
En serrano sólo hay que observar dos circunstancias res-
pecto al othomí, la partícula si que ya hemos encontrado
otras veces, y el pronombre jee usado como afijo. Empero,
también el othomí usa el pronombre afijo, según consta en
ios caps- 51 y 52.
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ. 433
19. U man dupate he. Ahora mío deudores nos-
otros, (nuestros deudores.)
19. Too dittulc je- Lo mismo.
U adverbio, ndupate sustantivo que Yépez escribe nduh-
tai: ia formación del posesivo en plural por medio de ma y
he nos es conocida.
Too, partícula que ya vimos anteriormente (núm. 4) y no
hemos podido interpretar; dit ó rit según vimos en el núm.
19, es el pronombre; tuk sustantivo ;je correspondiente al
he othomí para para expresar el posesivo de plural.
20. Ha yo guihé he. Y no nos permitas.
20. Neyo gui jega je- No nos permitas.
Ha, conjunción; yo adverbio de negación; gui partícula de
conjugación; hé verbo; he el pronombre nos.
Neyo adverbio; gui etc. lo mismo que en othomí.
21. Ga he l-ha (A) nosotros hacer, practicar.
21. Ca tale je. (A) nosotros caer.
Ga signo del futuro de indicativo con cuyo tiempo y mo-
do se suple el infinitivo; he el pronombre nosotros; kha sig-
nifica obrar, hacer, practicar.
Ga el mismo signo en othomí; tale verbo que en othomí es
tagui; je el pronombre-
22- Na tzo-kadi. La tentación, lo malo.
22. Retentación. (En) tentación.
Na es la partícula othomí de singular que ya hemos ex-
plicado; tzo-kadi, según Yépez, significa tentación; pero la
idea es más bien cosa mala, lo malo, pues na tzo significa ma-
lo. Esta clase de palabras fueron introducidas en los idio-
mas indígenas por la teología cristiana- En serrano vemos
que con la idea se adoptó la palabra castellana re-tentación;
no sabemos si re equivale aquí á la preposición en, ó se usa
sólo por imitar el acento particular del idioma-
28
434 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ-
23. llana pehe he. Más bien líbranos.
23. Maneta juega je- Más bien líbranos.
La primera palabra en los dos idiomas es un adverbio; la
segunda el verbo sin signo alguno, como ya lo vimos ante-
riormente en imperativo: la tercera es el pronombre.
24- Hin nlto. (De) mal.
24- Gat-titrjov-ya-izoonfen i.
Hin significa no: y nho bueno, esto es, lo no bueno, lo ma-
lo. Eu serrano probablemente se usa de otro circunloquio
para expresar la misma idea; pero tomando otro giro que el
otlíomí.
19. Idiomas que comprende la familia othomí. — Su-
puesto lo explicado en este capítulo y en los anteriores, de-
be clasificarse la familia othomí del modo siguiente.
19 El othomí con sus dialectos-
20 El serrano tan parecido al othomí que pudiera creér-
sele uno de sus dialectos- Sin embargo, por tenerse en el
país como idioma separado, y poseer voces y aun formas
gramaticales especiales, conviene considerarle particular-
mente.
3o El mazahua-
49 El pame con sus dialectos.
59 El jonaz ó meco muy parecido al pame.
20- Observación sobre el antiguo chichimeco. — En
el capítulo primero de esta obra he comprobado suficiente-
mente que el antiguo idioma chichimeco era diferente del
mexicano, y ahora añado aquí un testimonio más, el del
padre Mendieta cuya obra, publicada por mi hermano po-
lítico D. Joaquín García Icazbalceta, nos permite tomar de
primera mano las noticias que de él sacó Torquemada. He
aquí lo que dice Mendieta á la pág. 144: «Los de Texcoco
afirman ser primeros moradores de su tierra y ser chichi-
mecos; y al presente por ventura se hallaron algunos de la
mismo, lengua, á lo menos húbolos después de haber venido
los españoles con muchos años- Mas generalmente, en los
tiempos ele agora, ya son los texcocanos cuetsi una lengua con
los mexicanos, ayuntados con ellos por casamientos.* Esto
EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ- 435
supuesto, trato ahora de manifestar, aunque como mera pre-
sunción, que los antiguos chichitnecos eran de la familia
othomí. He aquí las razones en que me fundo.
1? Los chichimecos antiguos, en sus costumbres y esta-
dos de civilización, se presentan lo mismo quelosothomíes,
esto es, casi bárbaros, sin participar del adelantamiento
que alcanzaron los toltecas, mexicanos, etc.
2? Es verdad que después de la conquista se llamaba chi-
chimeco ó meco á todo indio errante, como sinónimo de
bárbaro, convirtiéndose en una palabra genérica; pero si se
leen con atención las relaciones antiguas y modernas, sobre
historia de México, se verá que el nombre chichimeco se
aplicaba muy especialmente á los othomíes y sus congéne-
res.
3<? Hoy, el nombre meco ha quedado como propio de una
sola nación ó tribu, la jonaz, y resulta que ésta pertenece á
la familia othomí.
4? Sahagun en su Historia de Nueva España consagra un
capítulo á examinar «cuántas maneras de chichimecos ha
habido en esta tierra*, y dice: «Los chichimecos eran tres
géneros, los unos eran los othomíes, los segundos los llama-
dos tamime,y los terceros los que se dicen teuchichimecos.»
Adviértase, que estas tres naciones son las que Sahagun
consideraba como legítimos chichimecos, así es que aunque
en otros pasajes de su obra, lo mismo que en otros autores
antiguos, se llaman chicMmecas á otras naciones inclusas las
mexicanas, debe atribuirse á que con la voz chichi meca se
indicó en la antigüedad lo contrario que después de la con-
quista: después de la conquista, según lo he explicado, chi-
chimeco significaba bárbaro; pero antiguamente chichimeco
era dictado honorífico, indicando descendencia de una de
las razas más antiguas del país. Así se explica, por ejem-
plo, cómo Ixtlilxochitlen su Historia délos chichimecos (cap.
13) diga que el emperador chichimeco Techotlaila fué el que
hizo extender el idioma mexicano entre sus subditos; expli-
que en varias de sus Relaciones que chichimecos y toltecos
tenían diversa lengua, y al mismo tiempo, en la primera re-
lación de la parte segunda asiente: «Los toltecas, aculhuas,
mexicanos y todas las otras naciones del país pretenden ser
de raza chichimeca.» Esta pretensión es la que ha dado lu-
436 EL PAME COMPARADO CON EL OTHOMÍ.
gar á confundir los chichimecos con naciones diversas; ni
todas las del país pueden tener el mismo origen.
5? Hervás, en su Catálogo, no obstante que adoptó la opi-
nión errónea de Clavijero sobre confundir á los chichime-
cos con los mexicanos y toltecas, considera en la pág. 309
que el othomí, el mazahua y el idioma llamado especialmen-
te chichimeco tenían afinidad.
6? El padre Soriano, á quien debemos las mejores noti-
cias que nos quedan sobre los pames, dice, según lo vimos
anteriormente, que esa nación «traía por jefe al emperador
Xolotl.» Todos sabemos, por Ixtlilxochil y demás autores
antiguos, que Xolotl fué el jefe de los llamados propiamen-
te chichimecos. El pame, como lo hemos visto en este capí-
tulo, es idioma ¿e la familia othomí.
Repito que no pasa mi aserto de una simple presunción por
ahora; acaso tenga yo tiempo de profundizar la cuestión, ó
basten mis apuntes para que otra persona lo haga.
CAPITULO MI.
EL APACHE.
1- El apache ha sido erróneamente confundido, por va-
rios autores, con idiomas que no le son análogos, como el
Yuma, según indicación de Her vas y el Pawne según Va -
ter. Gallatin también confundió el Apache con el Cocomari-
copa (Yuma) guiado por la palabra epach, que en Cocomari-
copa significa hombre. Violet creyó que el apache tenía re-
lación con el Shoshone- Últimamente Orozco y Berra, en su
Geografía de las lenguas de México (página 59), toma como
Apache elChemegue y el Yuta que son idiomas de la familia
Shoshone, y también cree que es apache el Yavipai, perte-
neciente al Yuma. Buschmann, muy buena autoridad tra-
tándose del apache, ha manifestado ya que este idioma no
tiene analogía con el Pawne, con el Yuma, ni con el Shosho-
ne. En la presente obra pueden consultarse los capítulos
14 y 18 relativos á las lenguas yumas y shoshones, quedán-
dome por advertir únicamente que la coincidencia de la pa-
labra apache, admitida en castellano, y épach del cocomari-
copa, proviene de que los españoles tomaron esa voz del Yu-
ma, aplicándola á otra tribu distinta, según han observado
Turner y Buschmann.
De las falsas analogías supuestas con el apache, la que
tiene más apariencia de verdadera, es respecto al othomí.
Por mi parte, he aquí las razones que he encontrado en el
curso de mis estudios lingüísticos, para haber imaginado
alguna vez parentesco entre esas dos lenguas-
438 EL APACHE.
En primer lugar, los idiomas athapascos, á cuya familia
pertenece el apache como adelante explicaré, pueden con-
siderarse lenguas paulo-silábicas, según la calificación
de Latham, en su Filología comparativa, con cuya califica-
ción estoy conforme. Pues bien, el othomí como ya lo sabe-
mos, es cuasi- monosilábico, así es que desde luego, apare-
ce alguna analogía morfológica entre othomi y apache. En
segundo lugar, consultando autores sobre historia antigua
de México, me he encontrado, como se encontró Buch-
mann, con Arricivita quien en su Crónica, dijo lo siguiente:
«Estando bastantes apaches de paz en la Misión de San An-
tonio de Valero, observó un religioso que un indio othomi-
te ladino, que había entrado con la recua de los avíos, es-
taba una noche parlando en larga conversación con ellos,
y siendo poco el tiempo que había estado en aquella tierra,
le preguntó que si acaso entendía la lengua de los apaches,
y satisfizo con que era la misma othomí que él hablaba, y
sólo con la diferencia de que ellos variaban la significación
de muchas vocales que en la suya querían decir otras co-
sas; pero por el contexto de las otras palabras fácilmente
se entendían.» La última circunstancia que me haya incli-
nado á suponer alguna analogía entre othomí y apache es la
siguiente: tratando en México con una persona ilustrada
de nación othomí, acerca de su lengua, me dijo que había
visto en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística,
un vocabulario del apache, inserto en una obra norte-ame-
ricana, y le había llamado la atención encontrar voces otho-
míes.
Todo lo dicho me condujo á hacer una comparación dete-
nida entre apache y othomí, cuyo resultado ha sido encon-
trar que hay alguna analogía léxica entre los dos idiomas;
pero de palabras aisladas. Esa analogía de palabras aisla-
das no prueba, pues, fusión completa entre la raza othomí,
y menos comunidad de origen; pero sí indica el trato habi-
do entre ellos, trato muy creíble si recordamos que los otho-
míes, según sus tradiciones, vinieron de los países septen-
trionales. Este nuevo dato tienen los historiadores respec-
to á la emigración de las tribus Anahuacenses. Voy á pre-
sentar un ejemplo de comparaciones entre othomí y apache,
señalando las palabras más naturalmente análogas. Me val-
EL APACHE.
439
go respecto al apache del vocabulario publicado por School-
craft (Iridian tribes) reduciendo la ortografía inglesa á la
española; pero poniendo entre paréntesis las voces apaches
como las encuentro! escritas- Respecto al othorní sigo á Ne-
vé y á Yepez.
Apache.
Othomí.
Dios,
Jisniri, (hisneereé),
Ohha.
Hombre,
Aili, (aüee),
Yelie-
* Mujer,
Itzan, (eetzan),\
Danzu, ns~itzu.
* Niño, muchacho,
Isken, (eeskane),
itzi-nei, (eetzeeney),
Hunttu, b-ahtzl
Padre,
Diskun, (deeskune),
Ja.
* Madre,
Ma,
Me.
Hijo,
Pichyi, (peeshyee),
Bahtzi.
Marido,
Pirgaun (peergaun),
Dame,
Cuerpo,
Dzi, (dz.ee),
Hanlhiay.
Carne,
Itz, (eetz),
Ngce.
Cabeza,
Zi, (zee),
Ña.
*Ojo,
Sli-da, s linda (slee) ,
Daa.
Cabello,
Sisga, (seesga),
Xta.
* Nariz,
Tzi, (Tzee),
Zi-i/n.
Boca,
Da,
Ne.
Lengua,
Der, (daré),
Khane.
Diente,
Gov.
Tzi-
Mano,
Lda,
Ye-
Pie,
Ki. (liee),
Gua.
Corazón,
Tzuli, (tzooleé),
Muy.
Sangre,
Tidzel, (teedzeel),
KM.
Cielo,
Lh, (eah),
Mahetzi.
Mundo,
Za,
Nximahay.
Sol,
Slimai, (sleemai)
Hiadi.
Luna,
Ciar a y,
da significa noche.
Zana.
* Estrella,
Zunz,
Ztze.
Fuego,
Kou, Icón,
Ztzibi-
* Agua,
Tuaj (toah),
Dehe, (teje).
Río,
Lugli, (Looglee),
Dathc
Monte,
Chis, (chees),
Xantte.
440
EL APACHE.
Apache.
Othomí.
* Nieve,
TsH, (tskee), sajs,
{salís),
Sikha.
Lluvia.
Nagosti, (Nagostee),
Ye.
* Venado,
Pakaj, (pakah),
Phantthoe-
* Perro,
Zi~tzian, (zeetzianan) ,
Talo.
Pescado,
Zui, (zooee),
Hua.
Culebra,
Jivo, (hivó),
Kkella-
Águila,
Zajntzai,
Xuni-
* Cuervo,
Kaj-re, tisjua, (tees
hooa),
Ka.
Flor,
Chiskusae, (cheesku-
sae),
Deni.
Maiz,
Najla,
Detlia.
Piedra,
Zeyzay,
Do.
Sal,
Nikaz, {neekaz),
U.
Casa,
Kisti, (keestee),
Ngu-
* Flecha,
Kaj.
Tjay.
Frío,
Gusgajz, (goosgahz),
Nztzee.
Muerte,
Tajzaj, (tahzali),
Ndalitedu.
* Pan,
Enda-tzuli, (endat-
zoolee),
Thuhme.
* Bueno,
Nitchu, (neetchoo)
Niza, (manlio),
* Malo,
Ze-nto,
Ntzo.
Negro,
Tisley, (teesley),
Bode.
Blanco,
Sikaj, (seekah),
Ttaxi.
Uno
Tahse, tajse, tas,
Nra, na-ra.
Dos,
Najki, (nalilee),
Yooho.
Tres,
Tai.
Hiu.
Cuatro,
To,
Gooho-
* Cinco,
Asile,
K-uta.
Seis,
Rostan,
Balito.
* Siete,
Gostede,
Yolito.
Ocho,
Zapi, (zapee),
Hiahto.
* Nueve,
Gastai,
Gutlio-
Diez,
Sesara,
Beta.
* Veinte,
Nahteen,
Nralite.
Yo,
Shali,
Naga, nugui.
Tu,
Dah,
Nugue, nuy.
EL APACHE.
Apache.
Othooií.
El,
Ahhan,
Nunu.
Nosotros,
Tnik, (tneek),
Nngahe.
Vosotros,
Itzi, (e.etzee,)
Nuguegui.
Ellos,
Incha, (eencha).
Nuyu.
Beber,
Tuichaj, (tooeeshah,)
Ztzi.
Bailar,
Isis, (eesis),
Ney-
Comer,
Ichoj, (eeshali),
Tzi-
Ver,
Uski, (ooskce),
Nuu.
441
2. El apache, según lo indiqué en el párrafo anterior, es
una rama del Athapasco, Atabasco, Tinné ó Dtinné, el idioma
más septentrional del Nuevo Mundo, con excepción del Es-
quimal- El primero que conoció la analogía del apache con
el athapasco, fué el americano Turner, según consta de
una memoria que leyó ante la Sociedad Americana de Et-
nología, y fué publicada en el Literary World del 17 de Abril
de 1852.
Después de la memoria de Turner, el Dr. Buschmann de
Berlín ha dado á luz varios escritos más extensos, compa-
rando el apache con las lenguas athapascas. Yo tengo en
mi poder un ejemplar de los trabajos de Buchmann sobre
el apache que, con sus demás obras, tuvo el autor la bon-
dad de remitirme-
A propósito de uno de los escritos de Buschmann sobre
el idioma que nos ocupa en este capítulo, Turner insertó la
siguiente nota en la obra Senate Documenta (v. 13).
«The manuscript of the present paper on Lieutenant
Whipple's vocabularies was delivered to Mr. Whipple in
January of this year (1856); and now, in the month of May,
as it is going through the press, I have received a copy of
Dr. Buschmann's learned and highly interesting treatise
on the Athapascan family of languages printed in Berlín in
the present year- Dr. Buschmann mentions repeatedly that
the discovery, of the Athapascan relationship of the apa-
che nation is due to me; but he claims at the same time as
his own discovery, the fact that a similar relationship exist9
between the Athapascans proper and the Navajos- This
claim however cannot be admitted, because in the abo-
442 EL APACHE.
ve rnentioned paper published in the Literary World,
Ytreat both of the Apaches and of their congeners the Na-
vahoes- The affinity of the Apaches and Navajos has been
repeatedly asserted by spanish and American writers. I
need quote only theexcellentauthority of Gregg. He says:
«The principal wild tribes which inhiibit or extend their
incursions or peregrinations upon the territory of New Mé-
xico the Navajoes, the Apache^ the Yutas, the Galguas and the
Comanches. Of the latther will speak in another place- The
tivofirst are f rom one and the same original stock, there beig,
even xt the present day no very important difference in their
language.»
A la autoridad de Gregg sería fácil afladir otras de espa-
ñoles y americanos respecto á la analogía del apache con
el navajo; pero bastará citar aquí dos únicamente. D. Juan
Cordero, en sus Noticias Relativas á la Nación Apache, escri-
tas en 1796, divide á los apaches en 9 tribus del mismo idio-
ma, siendo una de ellas precisamente la navajo.
Un siglo antes de Cordero, por los años de 1697, el P.
Niel, en sus Apuntamientos á las memorias del Padre Zarate
sobre Nuevo México (§108), escribió estas palabras: «Ala
parte del Occidente de estas excanjaques en aquella exten-
dida medianía que se ve entre aquellos fértilísimos tramos
que el P. Zarate llamó tierra, de promisión, y el reino de Mo-
qui y serranías de las Cruzadas distantes de Nuevo Méxi-
co entre 90 á 100 leguas rumbo Noroeste, á que arriba del
río Zama, al abrigo de varias serranías que todos rumbos
empinan picachos y cuchillas del que forman varios arro-
yos que forman cañadas, valles y ancones, habita por mu-
chas leguas la nación de los apaches del Navajo en número
muy crecido son de la misma, lengua y valor que los Apaches
de Xila, Sierra Florida y Llanos-»
El Sr. Buschmann, en su última obra sobre el apache
(1860), se ha defendido del cargo que le hizo Turner mani-
festando que él «nunca pronunció la palabra peligrosa é irri-
tante descubrir; que tanto respecto al Navajo como al Xica-
rilla, sólo pretendía haber demostrado su parentesco con el
athapasco, porque antes sólo se habían hecho indicaciones,
y no comparaciones detenidas.»
Lo que hay efectivamente de cierto en la cuestión ocurrí-
EL APACHE. 443
da entre Buschmann y Turner es que á éste se debe la pri-
mera indicación sobre el parentesco del apache con el atha-
pasco, y á Buschmann la confirmación ampliamente com-
probada de ese parentesco. Suum cuique.
También manifestó Turner, al concluir la nota copiada en
parte anteriormente, que Buschmann había escrito mal Ti-
carillas, en vez deJicarillas, siendo lo primero una errata de
imprenta en la relación de Simpson. A este otro cargo ob-
servó Buschmann que no podía tenerse por errata de im-
prenta lo que Simpson repetía no una sino varias veces. Ya
más adelante ha escrito Buschmann propiamente Xicarillas,
pues tampoco es Jicar illas como pone Turner. Véanse los
autores tanto españoles como mexicanos y se encontrará
escrito Xicarillas, como por ejemplo, en el Teatro Americano
de Villaseñor (1. 6 pág. 412) en la Historia de la Compañía, de
Jesús, por Alegre (t 3. p- 336), y últimamente en la Geografía,
de las lenguas de México, por Orozco (p. 76). Xicarillas es una
palabra híbrida formada del mexicano Xicalli y la termina-
ción española de diminutivo. Xicalli es un vaso de calabaza,
cuya palabra hemos adoptado en castellano pronunciando
jicara. Aun la Academia española ha admitido esta voz en
su Diccionario de la lengua castellana, con la siguiente acep-
ción: «Vasija pequeña de loza que sirve para varios usos, y
principalmente para tomar chocolate.» Debe advertirse
también respecto al Xicarilla que su analogía con el apache
fué declarada en México, así como lo hemos visto del Na-
vajo, antes que lo hubiese indicado ningún lingüista extran-
jero. Bastará citar, en comprobación, las Noticias de Corde-
ro ya mencionadas, quien dice terminantemente: «Los Xi-
carillas son una rama de Apaches Faraones. »
3. Pasando ahora á señalar los países que han habitado ó
habitan los apaches, me parece que lo más adecuado es
transcribir ó extractar lo que sobre esto dicen algunos au-
tores bien informados.
El Dr. Buschmann, en su referida última obra sobre el
apache, (1860) inserta un pasaje de la Noticia de California
porVenegas, relativo ala tribu que habla ese idioma, dicien-
do: «Agrego á este trabajo una fuente antigua; Miguel Ve-
negas da en su Noticia de California noticias extensas sobre
domicilio, carácter é historia del pueblo apache las cuales
444 EL APACHE.
adquieren por la fecha antigua aun más valor.» Debo, pues,
advertir que las noticias de Venegas sobre los apaches es-
tán tomadas de una obra anterior intitulada Apostólicos afa-
nes de la Compañía de Jesús», de la cual saco yo como de
primera mano, el siguiente párrafo.
«El formidable nombre de apaches se ha extendido tanto,
y por sus frecuentes sangrientas hostilidades se han hecho
tan temibles que comúnmente á todos los Gentiles belico-
sos se les atribuye. Pero principalmente habla esta relación
de los comprendidos en aquel tramo de tierra casi circular,
que comienza desde el Real de Chihuahua, cruza hacia el
Poniente por los presidios de Xanos, Fronteras y Terrena-
te, llega al río Gila, sube aun hacia el Norte, hasta el Moqui
y Nuevo México, revuelve hacia el Oriente al presidio del
Paso, y remata hacia el Sur en el real de Chihuahua. En es-
ta dilatada extensión de tierra, que es de más de trescientas
leguas, viven los tan temidos como crueles feroces apaches
esparcidos, y divididos en rancherías no muy numerosas
entre valles y serranías muy difíciles de penetrar, ó por la
escasez de aguas en los caminos, ó por lo áspero é inaccesi-
ble de sus montes.»
Veamos ahora lo que dice sobre el domicilio de los apa-
ches otro autor antiguo descononocido á Turner y á Busch-
mann. Me refiero al interesante documento que ya he teni-
do ocasión de citar, y tiene el siguiente título: «Noticias re-
lativas á la nación apache que en el año de 1796 extendió en
el paso del Norte, el Teniente Coronel D. Antonio Cordero,
por encargo del Sr. Comandante general Mariscal de Com-
po D. Pedro de Nava.» Las noticias de Cordero se publica-
ron primeramente en un periódico de México, y después se
han insertado en la Geografía de Orozco y Berra, con la si-
guiente recomendación que me parece muy fundada: «Cor-
dero sirvió, desde muy niño, en las compañías presidíales,
hizo por espacio de muchos años la guerra á los salvajes,
sabía su lengua, había tenido con ellos tratos y relaciones,
los conocía bajo todas sus fases, y ninguno como él pudo
hablar con tanto tino y tamaña exactitud.» Bajo este con-
cepto aprovecho los siguientes pasajes de Cordero.
«Es la nación apache una de las salvajes de la América
septentrional, fronteriza á las provincias internas de la
EL APACHE. 445
Nueva-España- Se extienden en el vasto espacio de dicho
continente, que comprende los grados 30 á 38 latitud N, y
264 á 277 de longitud de Tenerife. ¿
Después explica Cordero que los apaches se dividen en
nueve tribus principales, y pasando á tratar de los lugares
que cada uno ocupa, señala los siguientes límites-
Los apaches llamados Tontos Coyoteros, eran los más oc-
cidentales de todos, tenían rancherías próximas á la sierra
de presidios de la provincia de Sonora, y algunas ya pacifi-
cadas, se establecieron en el presidio de Tugson y sus in-
mediaciones. Confinaban los Tontos, por el Poniente, con los
Pápagos, cocomaricopas, y yavipais, por el Norte con los
moquis; por el Oriente con los chiricaguis; y por el Sur con
los establecimientos españoles.
Los apaches llamados Chiricaguis, tenían su principal ha-
bitación en la sierra del mismo nombre. Algunas de sus
rancherías consiguieron del gobierno español establecerse
pacíficamente en los presidios de Bacoachi y Janos. Confi-
naban los Chiricaguis con los moquinos, por el Norte; con
los Tontos, por el Poniente; con los españoles por el Sur; y
con los Gileños por el Oriente.
Los apaches Gileños tenían algunas rancherías de paz en
el presidio de Janos. La generalidad de la tribu colindaba,
por el Poniente, con los Chiricaguis; por el Norte con la
provincia de Nuevo México; por el Oriente con la parciali-
dad mimbrefia; y por el Sur con los españoles.
La tribu de apaches Mímbrenos se dividía en dos clases,
altos y bajos : los primeros que eran los más contiguos á la
provinciadela Nueva Vizcaya, estaban sujetos á los españo-
les y vivían pacíficos en sus presidios de Janos y Carrizal:
el país de los segundos era el próximo á la provincia de
Nuevo México como la frontera Norte; lindaban por el Po-
niente con los Mímbrenos; por el Oriente con los Faraones
y por el Sur con los establecimientos españoles.
Los apaches Faraones ocupábanlas sierras intermedias del
Río Grande del Norte á Pecos, siendo el teatro de sus irrup-
ciones las provincias de Nuevo Méxicoyde la Nueva Vizcaya.
Una que otra ranchería pacífica de Faraones se había esta-
blecido pacíficamente en el presidio de S. Eleazario. Los Xi-
carillas, rama de los Faraones, vivían también pacíficos en la
446 EL APACHE.
provincia de Nuevo México, en terrenos contiguos al pue-
blo de Taos, frontera de los comanches. La totalidad de los
Faraones confinaba por el Norte, con la provincia de Nuevo
México; por el Poniente con los apaches mímbrenos; por el
Oriente con los mescaleros y por el Sur con la provincia de
Nueva Vizcaya-
Los apaches llamados Mescaleros habitaban en las sierras
próximas al río Pecos por una y otra banda, extendiéndose
hacia el Norte. Generalmente hacían sus entradas por el
bolsón de Mapimí, ya para atacar la Nueva Vizcaya, ya Coa-
huila. Por el Norte lindaban con los comanches; por el
Oriente con .los faraones; por el Poniente con los llaneros, y
por el Sur con los españoles.
Los apaches Llaneros vagaban por los llanos y arenales
situa'dos entre el río Pecos y el Colorado. Se dividían en
tres clases, Natajes, Sipiyanes y Llaneros. Confinaban por
el Norte, con los comanches; por el Poniente con los Mesca-
leros; por el Oriente con los lipanes, y por el Sur con la lí-
nea de presidios españoles.
Los apaches Lipanes se presentan como los más orienta-
les, divididos en dos clases, de arriba y de abajo, con refe-
rencia al curso del río Grande cuyas aguas bañan su terri-
torio- Los Lipanes de arriba estaban enlazados con los mes-
caleros y llaneros, ocupando. los terrenos contiguos á esas
tribus. Los lipanes de abajo vivían generalmente en la fron-
tera de la provincia de Texas, orillas del mar. Los límites
de los lipanes en lo general eran los siguientes. Por el po-
niente los Llaneros; por el Norte los Comanches; por el
Occidente la provincia de Texas; por el Sur los españoles.
Los navajos son los más septentrionales de los apaches,
habitando la sierra y mesas de navajo con diez rancherías
fijas á saber: Sevolleta, Chacolí, Guadalupe, Cerro-Cabezón,
Agua-Salada, Cerro chato. Chusca, Tunieta, Chella y Ca-
rrizo. Los navajos estaban sometidos á los españoles, te-
niendo por limítrofes á los apaches chiricaguis y gileños
hacia el Sur; por el Norte á los yutas; por el Poniente á los
moquinos y por el Oriente á la provincia de Nuevo Mé-
xico.
Pasando ahora á consultar algunos autores modernos que
tratan de los establecimientos apaches, vemos que Whipple
EE APACHE. 447
dice lo siguiente: «Los navajos y ios pinaleños son subdivi-
siones de la gran nación apache, que puede decirse, en tér-
minos generales, ocupa ó más bien vaga en el espacio trian-
gular incluido entre los pueblos de Nuevo México, el Río
Colorado y el Gila, de donde se extiende hasta el Golfo de
México- • • • Los navajos son una poderosa tribu de indios
residentes en los tributarios del Río San Juan, al Oriente
del; Río Grande y al Este del Colorado entre los 35? y 37?
latitud Norte .... Los pinaleños, según Bartlett, montan á
cosa de cinco mil almas, y se extiende en el circuito com-
prendido entre la sierra Piñal y la sierra Blanca, cuyas dos
montañas están cerca de la parte superior del río San Fran-
cisco á cosa de cinco días del camino del Gila.»
Henry, á quien se debe el vocabulario apache publicado
por Schoolkraf t, resume de esta manera sus noticias sobre
el domicilio de los apaches- «En tiempo de paz viven en los
valles del río Gila, del río Mimbres y del Norte, y en tiem-
po de guerra en las áridas cimas de la sierra Nevada, y en
sus ramales; pero jamás han penetrado hasta las playas
del mar del Sur.»
Orozco y Berra, en su Geografía de las lenguas de México,
inserta, como ya lo hemos dicho, la noticia de Cordero, y
en otro lugar dice: «Los apaches se extienden por nuestra
línea divisoria con los Estados-Unidos, desde Sonora hasta
Tamaulipas; no estando fijamente establecidos, vagan co-
metiendo depredaciones en todos los lugares indefensos de
aquellas comarcas, llevando algunas veces el exterminio
hasta Estados más centrales.»
Según el mismo Orozco, en Sonora se encuentran apaches
tontos ó coyoteros, chiricaguis, navajos, gileños y mimbre-
fios; en Chihuahua faraones, mescaleros y xicarillas; en
Coahuila llaneros; en Nuevo León y Tamaulipas lipanes.
4- No quiero entrar en más pormenores sobre la Geogra-
fía de los apaches, porque su estado nómade ha ocasionado
que varios autores presenten noticias confusas ó contradic-
torias sobre el particular. Paso pues, á considerar aquella
nación bajo el punto de vista histórico, aunque con la breve-
dad que mi plan exige, siendo filológico y no histórico.
Del origen de los apaches sólo se sabe, por la filología
comparativa, que pertenecen á la nación Atapasca. Turner
448 EL APACHE.
ha querido ir más lejos; ha indicado una procedencia asiá-
tica; pero Bu schraann trata esta opinión con desdén. Por
mi parte, diré sencillamente que, en mi concepto, los pue-
blos de México, cuya historia é idiomas conozco son auctó-
tonos.
Los apaches carecen de religión y de gobierno. Es cierto
que creen en la existencia de un Ser Supremo y Criador
que llaman en su lengua «Capitán del cielo;» pero no le dan
culto alguno, ni los liga con él la esperanza de un premio ó
el temor de un castigo: para el apache todo acaba con la vi
da presente.
Algunas relaciones dicen que hay ciertos animales vene-
rados por los apaches; pero esto me parece muy dudoso.
El bien informado Cordero, lo que sí sostiene es la creen-
cia en un espíritu maligno de quien se supone depende in-
mediatamente lo próspero y lo adverso. Como una especie
de intermedio para aplacar al espíritu maligno tienen los
apaches profetas ó adivinos que gozan de la más alta esti-
mación. Esos adivinos practican la medicina, la más rudi-
mental, la aplicación de algunas yerbas, y esto acompaña-
do de ceremonias y cantos supersticiosos.
El gobierno se reduce ala elección, como jefe, del hombre
más hábil ó más valiente de cada tribu, en los casos de gue-
rra; pero sin quitar á nadie su independencia, ni obligarle
con vínculo alguno, pudiéndose separar el que gusta, cuando
es su voluntad. Sin embargo, es de suponerse que hay algu-
na disciplina militar entre los apaches, tácita ó expresa, por-
que de otro modo no podrían consumar sus campafías co-
mo lo hacen, esto es, siguiendo un plan ordenado. Cuando
van á la guerra dejan bien guarecidas sus familias, y los
hombres de armas salen subdivididos en pequeñas parti-
das que se reúnen en punto designado. Colocan una embos-
cada donde les parece ventajoso, y allí atraen á sus contra-
rios por medio de algún robo parcial. Es increíble la veloci-
dad con que huyen los apaches después de practicado un
robo de bestias, que es el principal objeto de sus incursio-
nes, asegurándose que una sola noche suelen caminar has-
ta 30 leguas. A veces, una pequeña partida de cinco ó seis
indios hace más destrozos que gran número de ellos, cuan-
to se ocultan más fácilmente para atacar ó retirarse.
EL APACHE- 449
Algunos autores antiguos y modernos no conceden á los
apaches ni aun el valor militar, los pintan únicamente como
alevosos y crueles- Sin embargo, Cordero, dice: «En Ja oca-
sión que más se reconoce el valor ó temeridad de estos bár-
baros, es cuando llega el lance de que sean atacados por sus
enemigos. Jamás les falta la serenidad, aunque sean sor-
prendidos y no tengan recursos de defensa. Pelean hasta
que les falta el aliento, y corrientemente prefieren morir á
rendirse.» El mismo autor añade que la vanidad del apa-
che consiste en la fama de valor, teniendo un título honorí-
fico que agregan á su nombre, y es jazkie que significa bi-
zarro.
Las armas favoritas de los apaches son flecha y lanza, en
cuyo manejo son destrísimos. Suelen usar también armas
de fuego, aunque pocas veces, porque carecen de industria
para arreglarlas si se inutilizan.
Los que han tenido ocasión de presenciar las incursiones
de los apaches las pintan con los más negros colores- «Ho-
rror tiene la pluma, dice Arricivita, para indicar las ferinas
costumbres de los salvajes, oprimen con muy duro trato á
sus prisioneros dándoles las más crueles muertes, á mu-
chos los queman vivos, y mientras viven les cortan las car-
nes y á su vista las comen; á pocos les reservan la vida pa-
ra que les sirvan como esclavos, ó para venderlos á otras
naciones: destrísimos en el manejo de los caballos, y en sus
acometimientos levantan tal algazara y gritería que sus ala-
ridos infunden terror á los más animosos, y siendo sus or-
dinarias armas el chuzo y las flechas, las juegan con gran
lijereza, brío y destreza, pocas veces pueden resistir ni los
cueros ni las adargas: se arrojan como feroces tigres, y por
robar traginan toda la latitud de aquellas tierras, causando
amarguísimas lágrimas con la increíble carnicería que eje-
cutan en los que defienden sus bienes y haciendas, ó en los
pasajeros para que no avisen de sus invasiones. Estas las
frecuentan como lobos nocturnos dando con alevosía impre-
visos asaltos, y valiéndose de las tinieblas de la noche y cau-
telosos ardides para lograr sus entradas que proporción an
con mañosa astucia. Logrando su arrojo caminan en una no-
che increíbles ditancias, y hacen su retirada como veloces
águilas, dificultando mucho darles alcance. Su alarido de-
29
450 EL APACHE-
ja despavoridos los pueblos, y turbados á los soldados: no
es posible hacer cómputo del número de cristianos que han
muerto á manos de los apaches, y fuera fastidio mencionar
poblaciones, minas y haciendas que se han despoblado por
huir de su crueldad. También en medio del día, y á cara
descubierta, han atacado á los pueblos y presidios, y han
ejecutado en los convoyes escoltados de soldados, lastimo-
sas muertes, y llevádose grandes despojos-» Según afirman
varios autores, los apaches no acostumbran, como otros sal-
vajes de América, arrancar la cabellera de sus víctimas-
El estado de guerra es normal entre los apaches, espe-
cial mente con los blancos y con los comanches, cuyas dos
razas consideran como sus capitales enemigos. También ha-
cen expediciones contra otras tribus vecinas, y á veces en-
tre sí mismos es frecuente tengan sangrientas reyertas por
cualquier motivo. Cordero manifiesta que los apaches viven
en continua desconfianza unos con otros, nunca se hablan
sin las armas en la mano con gran cautela, jamás se salu-
dan ni despiden, siendo su acción más urbana mirarse y
considerarse un rato recíprocamente.
El alimento más agradable para los apaches es la carne
de caballos y mulos; pero también comen la de animales sil-
vestres que cazan, especialmente cuadrúpedos, gustando
poco de las aves, y desdeñando completamente el pescado,
según se dice. La caza se practica generalmente por toda la
tribu sin distinción de edad ni sexo, con gran movimiento y
aparato. También aprovechan los apaches las frutas silves-
tres; pero ejercen muy poco la agricutura, reducida á cul-
tivar, por las mujeres, en puntos feraces y de poco trabajo,
algún maíz, frijol, calabaza y tabaco. Fuman esta planta, y
beben del licor que sacan del maguey llamado mezcal, de la
palma y otras plantas: beber y fumar son las principales
delicias del apache.
Las tribus que forman la nación que nos ocupa, eligen en
lo general para su morada, las sierras más escarpadas y
montuosas donde encuentran fortificaciones naturales. Sus
chozas son circulares, formadas de ramas de árbol y pieles
de caballo, cíbolo, etc. Empero, sólo las parcialidades some-
tidas á los blancos permanecen en un lugar; las demás son
nómadas y cambian de domicilio según la estación del año,
EL APACHE- 451
según sus planes guerreros ó buscando medios de subsis-
tencia. Cuando una ranchería, como llaman los españoles á
una reunión de familias, se considera agredida por sus ene-
migos, se traslada con todos sus animales y útiles, á gran-
des distancias, con admirable prontitud. En estos casos las
cabalgaduras llevan los muebles; pero si carecen de ellas,
entonces las mujeres sirven de bestias de carga: las muje-
res, en todos casos, conducen á sus hijos de pecho colgados
de la cabeza por medio de un cesto de mimbres.
Por lo demás, la condición del sexo femenino es igual-
mente dura entre los apaches. Las mujeres sobre cultivar
la tierra, conforme á lo indicado anteriormente, preparan
los alimentos, cuidan las bestias, conducen el agua y la le-
fia, curten cueros, recogen los frutos silvestres, y en la gue-
rra desempeñan el cargo de centinelas ú otros que desig-
nan los hombres. Estos no tienen más ocupación que pe-
lear y preparar las armas.
La poligamia se acostumbra entre los apaches, compran-
do el hombre á la mujer, del padre ó pariente más cercano,
mejor dicho, cambiándola por algunos utensilios ó anima-
les, de cuya manera el hombre es dueño absoluto de la mu-
jer: esta no es esposa sino sierva. Sin embargo, el divorcio
suele tener efecto devolviendo la familia de la mujer el pre-
cio de ésta. Un autor moderno, Henry, dice que una sola
mujer se considera como la favorita, y que las otras son
sus esclavas.
Los escritores más antiguos pintan á los apaches entera-
mente desnudos, sin más que el calzado de cuero; pero ya
Cordero da algunos pormenores sobre su traje y aun ador-
nos, si bien lo más sencillo y natural como puede suponer-
se: pieles, conchas, espinas de pescado, plumas, piedreci-
llas, raíces odoríferas, etc. Algunos dicen que los legítimos
apaches no se tifien parte alguna del cuerpo; otros asegu-
ran que se pintan cara, brazos y piernas.
La principal diversión de los apaches, especialmente pa.
ra celebrar una victoria, es el baile. Saltan todos á un tiem-
po, formando una rueda, colocado cada sexo simétricamen-
te, y de cuando en cuando ocupan el centro dos ó tres más
ágiles que bailan con suma violencia y dificultosas contor-
ciones.
452 EL APACHE-
Los apaches usan el cabello largo, son morenos, sin bar-
ba, de ojos vivos, bien proporcionados, muy robustos, fuer-
tes y ágiles, como acostumbrados á la intemperie y á una
vida activa, ayudado esto por el buen clima que disfrutan,
y por el buen cuidado que tienen de su salud, de tal modo
que dejan los lugares donde hay alguna epidemia, abando-
nando á los enfermos que pudieran contagiarlos. Sin em-
bargo, respecto el uso de los alimentos no observan mucho
las reglas higiénicas, pues cuando encuentran provisiones
en abundancia se entregan á la intemperancia más comple-
ta. En tiempo de carestía el apache sabe sufrir el hambre
y la sed hasta un punto increíble para el hombre civilizado.
Es frecuente, entre los apaches, llegar á cien años, en esta-
do de robustez, pudiendo tomar parte en la caza y aun en
la guerra. Empero los ancianos débiles y enfermos son des-
preciados.
Los apaches, como todos los pueblos salvajes, tienen
muy desarrollada la percepción de los sentidos, ejercitados
hasta lo sumo ya en distinguir el canto del pájaro verdade-
ro del fingido, que es una contraseña; ya en apreciar la can-
tidad de polvo que levanta la bestia cargada ó vacía; ya en
medir la longitud de sus pasos según la velocidad que lle-
va el hombre ó el bruto; ya en distinguir la ondulación que
causa en la yerba la fiera que pasa ó el enemigo que se es-
conde. Lo que especialmente ha llamado la atención de los
blancos, respecto á la perspicacia de los apaches, es la ma-
nera ingeniosa con que se entienden por medio de humazos
en sus campanas, sea para atacar ó para defenderse.
No falta quien crea que los apaches tuvieron relaciones
con los antiguos mexicanos, y que antes de la conquista es-
pañola poseían alguna civilización. He aquí lo que sobre es-
te particular observa Henry: «Los apaches tomaron poca
parte en los acontecimientos del descubrimiento y la con-
quista de México por su posición y por tener pocas relaciones
con Moctezuma. Sin embargo, es probable, á juzgar por la
veneración que hacia Moctezuma tienen todavía, que le re-
conocieron como emperador y que habían adquirido cierta
civilización porque, según la tradición, vivían en paz y cul-
tivaban la tierra. Las orillas del río del Norte, del Gila y
del río de los Mimbres, estaban llenos de ricas mieses, sus
EL APACHE- 453
caravanas frecuentaban el impero de Moctezuma trayendo
para su uso objetos de lujo y comestibles. Caído el imperio
de Moctezuma, la sed de oro llevó á los españoles hasta con
ellos, los apaches los recibieron bien; pero la manía de con-
vertirlos por parte de los sacerdotes españoles los encole-
rizó. Los españoles fundaron misiones en el río Grande, á
las cuales quedaron extraños los apaches, y pronto se ene-
mistaron los apaches de la sierra y los indios establecidos
por los españoles en las llanuras.»
No sé qué puedan tener de fundadas las apreciaciones de
Henry, especialmente respecto á la semi-civilización de los
apaches, siendo lo cierto que ningún resto de cultura que-
da entre ellos, siendo patente que las relaciones más anti-
guaslos pintan siempre bárbaros y salvajes, y por tal razón
estableciendo los españoles presidios y misiones. También
es notable que otros autores americanos opinan que «los
apaches han sido probablemente los destructores y no los
fundadores de la civilización de que existen restos en la
orilla del Gila.» (Schoolcraft lndian tribes.)
Las noticias más dignas de crédito nos enseñan que la
guerra continua hecha por los bárbaros apaches, coman-
ches, etc., á los colonos españoles, llamó la atención del go-
bierno colonial, y entonces ocurrió al sistema combinado de
presidios y misiones. Los presidios eran colonias militares;
las misiones establecimientos de religiosos- Los soldados
presidíales, agricultores en tiempo de paz, tenían por obli-
gación defender la colonia, escoltar á los caminantes y ha-
cer la guerra á los salvajes. Cuál fué el resultado de los
presidios y misiones, nos lo indica el escritor tantas veces
citado, Cordero, con las siguientes palabras : «No es del caso
aquí investigar el origen de la cruel y sangrienta guerra
que de muchos años á esta parte han hecho los apaches
en las colonias españolas. Tal vez la originarían, desde
tiempos anteriores, las infracciones, excesos y avaricias de
los mismos colonos que se hallaban en la frontera con man-
dos subalternos. En el día, las sabias providencias de un
gobierno justo, activo y piadoso, la van haciendo terminar,
debiéndose advertir que no sólo no aspira su sistema á la
destrucción ó esclavitud de estos salvajes, sino que solicita
por los medios más eficaces su felicidad, dejándolos poseer
454 EL APACHE-
sus hogares en el seno de la paz, con la precisa circunstan-
cia de que bien impuestos de nuestra justicia y poder para
sostenerla, respetan nuestras poblaciones sin inquietar á
nuestros habitantes.*
Cuando desapareció en México el sistema de presidios
y misiones, volvieron al estado de guerra muchas tribus
de indios ya sometidos, y, no obstante que en el presu-
puesto de gastos del país se han señalado siempre algu-
nas sumas para pagar tropas que persigan á los salvajes,
éstos todavía cometen continuas depredaciones, habiendo
llegado hace pocos años partidas de ellos hasta cerca de la
capital del Estado de Zacatecas, y una ocasión, todavía más
al centro del país, cerca de San Luis Potosí.
En la parte de territorio, perteneciente á los Estados
Unidos, donde hay apaches, tampoco es nada lisonjera la
situación de éstos. He aquí la triste opinión que sobre ellos
presenta el Dr. Henry: «Para los apaches parece que con
el curso de los años se acerca más y más su destrucción.
Para el salvaje hijo de las montañas, corrompido por los vi-
cios, enervado por la indolencia y perseguido por ladrón
parece no hay un brillante porvenir. Nada, nada sino su
extinción y muerte, una total y absoluta extinción.*
Aun respecto délos Navajos, tribu de apaches pacífica y
la más civilizada de ellos, dice el Teniente coronel Eaton
que durante el invierno hacen incursiones para robar, que
habitan en cuevas ó en chozas miserables, que no tienen go-
bierno bien establecido, en una palabra, y son las propias
expresiones de Eaton: «No se encuentra en los Estados
Unidos una tribu más desarreglada y vil.»
5. En uno de los párrafos anteriores hemos manifestado
que Cordero consideraba á los apaches divididos en nueve
parcialidades ó tribus principales. Conviene ahora á nues-
tro propósito copiar íntegro el pasaje relativo de Cordero,
para hacer luego varias observaciones que nos ocurren.
«La nación apache puede dividirse en nueve parcialidades
ó tribus principales, y varias adyacentes, tomando aquellas
su denominación, ya de las sierras y ríos de sus cantones,
ya de las frutas y animales que más abundan. Los nom-
bres con que entre ellos se conocen son los siguientes:
Vinni-ettinen-ne, Segatejen-ne, Tjaiccujen-ne, lecujen-ne, Yu-
EL APACHE- 455
tajen-ne, S'ejen-ne, Citelcajen-ne, Lipajen-ne y Yutojen-ne,
que sustituyen los españoles nombrándolos, por el mismo
orden, Tontos, Chiricaguis, Gileños, Mímbrenos, Faraones,
Mescaleros, Llaneros, Lipanes y Navajos, y á todos bajo el
genérico de apaches. Hablan el mismo idioma, y aunque
varía el acento, y tal cual voz provincial, no influye esta di-
ferencia para que dejen de entenderse recíprocamente.*
Es fácil observar, desde luego, que hay dos nombres de
tribus apaches donde figura la palabra yuta, lo cual pudie-
ra aparecer como una confirmación de que los yutas son
apaches, en contra délo que nosotros hemos establecido.
Observaremos, pues, en primer lugar, que el nombre de
una tribu ó nación, por sí solo, no puede decidir de su ori-
gen: ya hemos visto que apache es palabra y urna, y que por
eso los yumas son apaches, así como que xicarUla es voz de
origen mexicano, aunque no son mexicanos los xicarillas.
Por otra parte, es fácil conocer que Cordero rio confundió
los yutas con los apaches, pues al hablar de los Navajos ex-
plica «que lindaban con los Yutas» mencionando á estos co-
mo nación distinta- Por último, y aun cuando Cordero ó
cualquiera otro hubiese confundido á los yutas con los apa-
ches, la comprobación de su error sería fácil por medio de
las comparaciones filológicas que se han hecho y fácilmen-
te pueden repetirse.
Lo que sí recibe una nueva confirmación por la nomen-
clatura de Cordero, es que los apaches son atapascos, aten-
diendo á la final ríe que significa hombre, pues del mismo
modo se marcan los nombres de tribus athapascas, usando
la terminación dinn i ó tin-ne que también significa hom-
bre; v. g. , las Tlingeha-dtnni, los Ambahtaut~dinni, etc.
De la manifestación de Cordero consta claramente tam-
bién que el apache debe considerarse como un solo idioma
dividido en dialectos, pues las diferencias de estos «no in-
fluyen para que dejen de entenderse recíprocamente los
que los usan.» No debemos, pues, considerar el Navajo y
el Xicarilla como idiomas particulares, según lo hace
Buschmann, quien, por otra parte, no puede menos sino
convenir, tratando de las variedades del apache, en que
«muchas analogías confirman ser un solo idioma.» Una de
esas analogías, observada también por Buschmann, la cual
456 EL APACHE-
une entre sí los dialectos apaches; pero que los presenta
como rama especial del atbapasca, es la de los adjetivos nu-
merales: estos adjetivos guardan estrecha analogía en los
dialectos apaches, y difieren de ios del athapasca-
Sin embargo de todo lo dicho, hoy no es fácil clasificar
los dialectos apaches conservando las denominaciones de
Cordero, porque no siempre se ha considerado esa deno-
minación: tampoco se conocen tocias las variedades princi-
pales ó secundarias que Cordero menciona ó indica. Tur-
ner y Buschmann, sólo conocieron muestras de cinco va-
riedades del idioma que nos ocupa, á saber, apache cuyo
vocabulario formó el Dr. Henry con el nombre general de
la nación; apache de las minas de cobre (cop. per-mine), el
cual dio á conocer Bartlet; el pinaleño según "Whipple; el
navajo de que hay dos vocabularios, recogido uno por Eaton
y otro por Whipple; el Xicarilla según Simpson. Ya hemos
explicado anteriormente que los xicarillas son una rama de
faraones, y ahora observaremos que el apache de las minas
de cobre, por su posición geográfica, pertenece al dialecto
mimbreño, con cuyo nombre convendrá distinguirle en ade-
lante para evitar circunloquios.
A los cinco dialectos apaches conocidos por Turner y
Buschmann puedo yo añadir muestras de otros dos, como
veremos en los párrafos siguientes, y son la oración del
padre nuestro en lipan, y un vocabulario con el nombre ge-
neral apache, según se habla en el Norte de México: este
vocabulario fué recogido por el oficial del ejército francés
Ed- Guillemin y remitido al coronel Doutrelaine, presiden-
te de la Comisión científica, literaria y artística de México. Dou-
trelaine me pasó una copia de ese vocabulario, siendo yo
vicepresidente de la sección de arqueología y lingüística en
la misma comisión.
Desgraciadamente no se indica en el manuscrito que ten-
go á la vista, en qué parte precisamente del Norte de Mé-
xico se formó el vocabulario. Sin embargo, para distinguir-
le del apache de Henry, llamaré á éste «Apache Norteame-
ricano,» pues se habla en territorio de los Estados Unidos,
y al apache de Guillemin le llamaré mexicano.
Como último dialecto apache de que tenemos muestras,
mencionaré el mescalero de que hay ejemplos en obras ñor-
EL APACHE-
457
teamericanas, resultando que los dialectos del apache has-
ta hoy conocidos prácticamente, son los ocho que siguen:
1? Apache norteamericano.
2<? Apache mexicano.
3? Mimbreño (Copper-mine).
4l) Pinaleño.
5*? Navajo.
6? Xicarilla, (faraón).
7? Lipan.
8<? Mescalero.
6. Pasando á hacer algunas comparaciones entre los dia-
lectos mencionados, comenzaré por copiar el vocabulario
del apache mexicano, el cual desgraciadamente es muy
corto, si bien más completo que otros respecto al sistema
aritmético.
Hia-tighil,
Altase- tazi tan,
Thou-pasetsdchinai,
Thou-ipel,
Souce,
Dchi-ghounahaí,
Clai-ghounaha'í,
Dchi-cati,
Clai-tcharoun,
Nigot-sang,
Pica-ghounli,
Istamen,
Chi-thá,
Chi-má,
Chi-já,
Chi-hatsai,
Titzi,
Ka-sta,
Ztigli-tchalai,
Yghi,
Yané stihitaltuli,
Yané zkaí,
Houskijaí,
Ciel.
Maítre des cieux.
Etre supérieur.
Enfer.
Etoiles.
Soleil.
Lune.
Jour. (Lumiére).
Nuit.
Terre.
Homme.
Femme.
Pére.
Mere.
Fils.
Filie.
Arbre.
Poison des fleches.
Sierra.
Chemin.
Bceuf.
Vache-
Venado.
458
EL APACHE-
Ca-tso,
Pi,
Ghli ou kli,
Nogogli,
Naghoulki,
Hastiga,
Tocata-naghsulki,
Dchá,
Dchá-tarigajai,
Klougé,
Bayé,
Custhó,
Cuskaz,
Chigl-Custho,
Scitli,
Kyhlago,
Hatchilego,
Shoundago Castho,
Id. Cuskaz,
Chida-huje,
Tanghlou ,
Chidata tzitza,
Pa-tzitza,
Icha,
Ni-ná,
Tan-tang,
Oa-tazang,
Unda-tzi-thzaya,
Hi na?
Tant-hai?
Chi,
Istia,
Ni-thá,
Itha,
Liévre.
Ane.
Cheval.
Pluie.
II pleut.
Pie q voir.
II va pleuvoir.
Sombrero.
Caméleon.
Oiseau.
Coyote.
II fait chaud.
II fait f roid.
J'ai chaud.
J'ai froid.
Beaucoup.
Peu.
Tres chaud.
Tres froid.
Grand faim.
Peu d'appétit.
J'ai f ai ni.
J'ai soif.
Manger.
Tuimanges.
Nous mangeons.
Marcher (andar)
Marche (anda).
Que voulez vous?
Comment allez-vous?
Moi.
Boire.
Tu bois.
Bouvons.
Jou signifie: Bien, Beau, et Bon.
Dchi-jou: Beau jour, Belle journée-
Picaghounli-jou: Homme bon.
(Ahou-) jou: Etés-vous bien?
Mauvais se dit: Thoun pour les choses, et
Thoun-Djoura: pour les persones.
EL APACHE.
159
Dchi-Thoun: Mauvaise journée.
Picaghounli thoun-Djoura: Mauvais homme.
Bonjour, dans le sens de la salutation, se dit:
Poustécké.
Numération des Apaches.
Les apaches n'ont pas de chiffres pour compter. lis pour-
raient ríemployer qu'un nombre restreint de caracteres carleur
numeración parlée est decimale comme on peut enjuger d'aprés
leur maniere de compter depuis 1 jusqu'a 2000.
1.
Tatchlé.
2.
Naque.
o
O.
Thré.
4.
Ti.
5.
As tía-
6.
Costangou (Hostang)
7-
Costsidi.
8.
Sapi.
9-
Costhai-
10.
Cones-nau.
11.
Cla-sátla.
12.
Naqui-sátla.
13.
Thrá-sátla.
14.
Ti-sátla.
15.
Astla-sátla.
16.
Hostan ou costan-sátla
17.
Costsi-sátla.
18.
Sápi-sátla-
19-
Costhá-sátla-
20.
Nattin (ou Nattin.)
21.
Nattin-tchla.
22.
Nattin-naqui.
23.
, , thré.
24.
,, ti.
25.
,, asila.
26.
,, hostang.
27.
,, costsidi.
28.
,, Sapi.
29.
,, Costhai.
50. Astlá-tin.
51. Astlá-tin-tchla.
60. Costang-tin.
61. Costang-tin-schlá.
70. Costsi-tin.
71. Costsi-tin-tchá.
80. Savi-tin.
81. Sávi-tin-tchá.
90. Costhá-tin.
91. Costhá-tin-tchlá.
100. Conés-nattin.
101. . Conés-nattin-tchla.
102 naqui
110. Cía sátla-tin.
120. Naqui-sátla-tin.
130. Thra-sáta-tin.
140. Ti-sátla-tin.
150. Astla-sátla-tin.
160. Costang sátla-tin.
200. Naquin-cones-nattin.
300. Thrá-conés -nattin.
400. Tit-conés-nattin.
460
EL APACHE-
30. Thrá-tin.
31. Thré-tchlá,
32. ,, naqui.
39. Thré-costhai.
40. Tis-tin.
41. Ti-tchá.
500. Astlan
600. Gostan
700. Costin
800. Sapen-conés-nattin.
900. Costhain
1000. Conesnau-conés-nat-
tin(lOXlOO)
2000. Nattin-conés-nattin.
(La característique de la deuxiéme dizaine est Sátla, ce-
lle des suivantes Tin.)
Las siguientes comparaciones serán bastantes para po-
der apreciar las analogías y diferencias del apache mexica-
no con los otros dialectos, y estas mismas comparaciones
servirán como ejemplos del pinaleño, navajo, etc. Es de ad-
vertir que el único vocabulario abundante que tenemos es
el del apache norte-americano, por cuyo motivo no deben
extrañarse frecuentes omisiones. Los ejemplos que de to-
do puedo presentarlos reduzco ala ortografía española, se-
gún lo explicado en el prólogo, adoptando la K-
\. HOMBRE.
Apache mexicano. Pika-junli- Apache norte-americano. Aili.
Mimbreño. Nde. Navajo. Ten-ne; justkin. Pinaleño. Peyah-
ne. Xicarüla. Tin-de. Mescalero. Ende..
%
2. MUJER.
Ap. mex. Istamen. Ap- N A. Itsan- Nav. Itsomi, istemai.
Pin. Etsuni. Xic. Teke.
3. PADRE.
Ap. mex. Tja. Ap. N A. Diskun. Nav. Jai, jik. Pin. Ikai.
4. MADRE.
Ap. mex- Ma. Ap. N. A. Ma. Nav. Ma-
EL APACHE- 461
5. HIJO.
Ap. mex. Ja. Ap. N. A. Pichyi. Nav. Jai. Pin- Jas-tiyu.
6. HIJA.
Ap. mex. Jatsai- Ap. A. A. Pichaugai. Nav. Setsi.
7. CIELO.
Ap. mex. Jia-tijil. Ap. N A- Ej. Nav. Iyaj; tatjlit-
8. SOL.
Ap. mex. Dchi-junajai. Ap. N. \A. Skimai. Nav. Chokonoi.
Mira. Chigonakai. Pin. Yajai . Mese. Chu-najai-
9. LUNA.
Ap. mex. Klai-junajai- Ap. N. A- Kla-rai. (Kla significa no-
che.) Nav. Klai-jonoi. Pin. Il-sonsaier.
10. ESTRELLA.
Ap. mex. Sus. Ap. N. A. Suns. Nav. Sonj, ol-chik. Pin. El-
sonsat-yu. Xic. Chaj.
11. TIERRA.
Ap. mex. Nigot-sang. Ap. N A. Sa. Nav. Klej-se ne; Pin.
Tles. Xic. Ne.
12. DÍA, LUZ.
Ap. mex. Dchi-kati. Ap. N A. Ski. Nav. Jost-ingo; chingo;
nilatjlit.
13. NOCHE.
Ap. mex. Klait-charun. Ap. N A. Kla. Nav. KLaigo.
14. ÁRBOL.
Ap. mex. Titzi. Nav. Sedetzo-bitzi.
462 EL APACHE-
15. VENADO.
Ap. mex. Juskijai. Ap. N A. Pakaj. Nav: Piuj, pa-ye, pi.
Pin. Nonuan-jaide. Xic Payah.
1G. LIEBRE.
Ap. mex. Katso. Ap. N A. Kajso. Nav. Kajetso.
17. COYOTE.
Ap. mex Bayé. Pin. Boch.
18. PÁJARO.
Ap. mex- Kluge. Ap. N A. Jajsi. Nav. Tsitze.
19. LLUVIA.
Ap. mex. Nogogli. Ap. N. A. Nagosti. Nav- Na-jelliuj.
20. BIEN, BUENO, BELLO.
Ap. mex. Ju. Ap. N A. Nitchu. Nav. Yajs-juj; ias-ju.
21. MALO.
Ap. mex. Tjun- Ap. N A. Zento. Nav. Toyahs-jonh.
22. uno.
Ap. mex. Tatchle. Ap. N. A. Tajse. Nav. Tlaji, tatjle. Mim.
Tachte. Mese. Tachee.
23. dos.
Ap. mex. Nague. Ap. N. A. Najki. Nav- Najki, naki. Mim.
Naki. Mese- Najki.
24. TRES.
Ap. mex. Tjre. Ap. N A. Tai. Nav. Tau; tja. Mim. Tai. Mese.
Kajyai.
EL. APACHE- 463
25. CUATRO.
Ap. mex. Ti. Ap. N A. To. Nav. Ti; tji. Mim- Tij. Mese. In-
yej.
26. cinco.
Ap. mex. As tía. Ap. N A. Astle. Nav- Estlaj; eskla. Mese.
Achtle.
27. seis.
Ap. mex. Kostang. Ap. N A- Kontan. Mese. Jostkone- Nav-
Justaj, justar-
28. SIETE.
Ap. mex- Kostsidi. Ap. N. A. Gostede. Nav- Tsotsi; sustsil.
Mese- Jostide-
29. ocho.
Ap. mex- Sapi. Ap. N- A- Sapi. Nav- Tsaipi; tsepi- Mese.
Jajpi.
30. NUEVE.
Ap- mex. Kostjai. Ap. N- A. Gastai. Nav. Nastai. ilfe.se. Njos-
tai.
31. DIEZ.
Ap- mex. Kones-nau. Ap. N- A. Sesara. Nav. Nesnaj-nitj-
ne. Mese. Gonenanai.
32. ONCE.
Ap. mex. Kla-satla- Ap. N. A- Ostlaj-sata. Nav. Tlat sajtaj,
Kla-data- Mese- Klatsajtaj.
33. VEINTE.
Ap. mex. Nat-tin. Ap- N. A. Naj-tin. Nav- Naj-tin; nat-
tin. Mese. Natin-ye.
464 EL APACHE-
34. CIENTO.
Ap- mex. Kones-nattin. Nav. Nes-najtin. Mese. Gonc nan-
tuuj.
25. yo, ano.
Ap. mex. Chi. Ap- N. A. Chaj. Nav. Chinj. Mim. Chi. Mese.
Chi ó shi.
36. tú.
Ap. mex. Ni. Ap. N A. Daj. Nav. Ninj. Mese. Di, di-daj.
37. LLOVER.
Ap. mex. Jastiga. Nav- Jilgotjl.
38. COMER.
Ap. mex. Icha. Ap. N. A. Ichaj. Nav- Et-ichiuj.
39. BEBER.
Ap. mex. Istia- Ap. N- A- Tuichaj- Nav. Teiklank, Et-
echtlinlj- Mese. Ish-shan ó ich-chan.
40. ANDAR.
Ap. mex. Tzitjruga. Nov- Janonuy.
Del dialecto llamado Lipan, como se habla en. Coahuila,
sólo puedo presentar el siguiente ejemplo de la oración do-
minical, tomado de la colección de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística. (México, 1860).
Cuttall nezlló ezllá anel ti qui Llatá; setezdanela net agá ñau-
tela; nosesene nda tendajé lie agá tandé: tanzanenda agá atan-
claju, senegui ti ezllza glezi, aj ullú ti lie llata; Lie tulatan nez-
lléja lagé tatichi anizané tatichi en gncecen dé joullé vandatzhé
Senegui ajullá da yé nachezonllé tenagé vandaezhec en ne zto
agatenjá tenda tlez ti tezchupanen da glicóa genechi te najacen-
gli Gaache lijé net
EL APACHE- 465
7. Siendo inútil reproducir aquí los vocabularios ó listas
de palabras apaches que se encuentran en diversas obras,
concluiré el presente capítulo haciendo la explicación más
general posible sobre la gramática y el mecanismo dei idio-
ma que nos ocupa, bajo el concepto de que poco puedo de-
cir sobre esto, porque poco es lo que se sabe.
Dominan en el apache los sonidos guturales y silbantes,
encontrándose la s ó z diversamente combinada, como por
ejemplo, ts ó tz; st ó zt; tsk, tst. La l también abunda, y se
combina de varios modos; v. g., Id, ti, kl, ndl, tle, sjtl.
Tanto en las vocales como en las consonantes se encuen-
tran algunos sonidos confusos poco determinados-
Hay bastantes palabras cargadas de consonantes, no fal-
tando algunas en que domina la vocal.
Se encuentra la r fuerte, y varias combinaciones de con-
sonantes como nd, nt, kn, etc.
La h suena como./, y es de mucho uso. En navajo se com-
bina frecuentemente con z, es decir, jz-
Se encuentran bastantes monosílabos en lo general del
idioma apache, y las palabras de varias sílabas comúnmente
son cortas: así, pues, este idioma debe calificarse de paulo-
silábico. (Véase el capítulo siguiente).
Acentos hay varios, cuyo valor ignoro.
Se usa la composición de las palabras; pero en menor
grado que en mexicano, mixteco, etc. (Véase el capítulo si-
guiente).
Respecto á nombres derivados sólo conozco la formación
de los privativos en navajo, por medio de una final, ó una
sílaba antepuesta; v. g., lajlcum, dulce; lajkumdaj, agrio;
yajsjonj, bueno, to-yajsjonj, malo. To, según la etimología
explicada por idiomas afines del navajo, es el adverbio de
negación no-
Los posesivos se usan prefijos, en composición con otras
palabras, especialmente nombres de parentesco, miembros
del cuerpo; mi-padre, mi-cabeza, etc.
En el dialecto explicado por Henry se antepone al verbo
ee ó e, que según parece significa él como si en lugar de de-
cir, amar, dijésemos, él ama.
Las personas del verbo se marcan con el pronombre ge-
neralmente prefijo.
30
466 EL APACHE.
Según Henry, el verbo apache carece de tiempos. Esto
no debe tomarse en un sentido absoluto, y del examen que
he podido hacer de las muestras que tengo de los dialectos
apaches, resulta que el verbo no sólo expresa presente, pa-
sado y futuro, sino también algunos modos, aunque todo al
parecer con irregularidad. Lo que debe deducirse, pues,
de la aserción de Henry, es que no habrá signos regulares
para marcar tiempo y modo, sino palabras auxiliares para
suplirlos como si, por ejemplo, se dijera yo amar hoy (pre-
sente), yo amar mañana, (futuro), etc.
Consta de varios ejemplos que, por lo menos algunas ve-
ces, la preposición se antepone á su régimen-
-+++-
CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS IDIOMAS
MEXICANOS.
Los lingüistas distinguen acertadamente la afinidad
morfológica de los idiomas de la genealógica, esto es, la
de forma y la de origen. La primera se funda en el sis-
tema general de las lenguas, la segunda en analogías gra-
maticales y léxicas más ó menos próximas, que dan lugar
al dialecto, á la rama, á la familia y al grupo: la afinidad
morfológica sirve para establecer clases únicamente. Nos
daremos á entender mejor por medio de un ejemplo. Si en-
contramos dos idiomas cuyo sistema de derivación consis-
ta en signos intercalados', pero signos que no tengan entre
sí semejanza alguna, diremos que esos idiomas pertenecen
á la misma clase, que son idiomas de intercalación. Pero si
además d3 la conformidad de sistema hallamos más ó me-
nos analogía en los signos, entonces esos dos idiomas serán
dialecto el uno del otro, ó lenguas de la misma rama, fami-
lia ó grupo. Así, pues, el vascuence y el mexicano se colo-
can en la misma clase, porque uno y otro se consideran co-
mo lenguas de aglutinación ó yuxtaposición; pero no perte-
necen ni aun al mismo grupo genealógico, porque entre
ellas no hay ninguna analogía léxica ni gramatical. Por el
contrario, el mexicano y el ópata, no sólo pertenecen á la
misma clase en virtud de que su carácter morfológico es
468 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
idéntico, sino que deben ponerse en el mismo grupo, porque
presentan algunas analogías léxicas y gramaticales.
En los capítulos anteriores más bien me he fijado, al com "
parar los idiomas indígenas, en la semejanza genealógica,
aunque haciendo indicaciones sobre el carácter morfológi-
co que no puede separarse de la gramática. Empero, con-
viene á mi propósito entrar en explicaciones especiales
sobre el sistema general de los idiomas mexicanos, ya pa-
ra dividirlos en clases, ya para aclarar algunos puntos so-
bre el particular.
Desde luego debemos comenzar por fijarnos en cuáles son
los sistemas de idiomas que admiten los lingüistas. Toma-
ré por intérprete un autor muy moderno, y que ha escrito
en el mismo idioma que yo lo hago: «Los caracteres, la for-
ma, es la base más segura sobre que podemos fundar una
clasificación. Toda lengua se compone de raices ó elementos
indisolubles, distintos de la palabra que supone ya una re-
lación determinada. Un signo característico para distinguir
los idiomas, nos ofrece la manera de expresar esas relacio-
nes en la raíz. Aquellas lenguas en que la palabra tiene una
sola forma, y se compone por consiguiente, de elementos
invariables, no hacen distinción entre palabra y raíz, desem-
peñando ésta (el elemento invariable) las veces de sustan-
tantivo, adjetivo, etc. Estas lenguas constituyen la primera
clase, y reciben de la naturaleza de sus palabras el nombre
de monosilábicas. Si las relaciones gramaticales se expre-
san por medio de elementos distintos de la raíz, con la cual
se une, resulta otra clase de idiomas. La raíz queda tam-
bién aquí invariable; pero se la yuxtaponen (inmediatamen-
te) otros sonidos que designan las relaciones en que se la
coloca, generalmente afijos 6 prefijos, que en algún tiempo
existieron como palabras significativas. De la unión débil
que se verifica entre la raíz y ese elemento formativo que la
determina, han tomado el nombre de lenguas aglutinantes
(de aglutinación). Queda otro tercer medio, y es hacer que
los dos elementos, raíz y partícula formativa, se fundan ó
combinen en uno solo para constituir una unidad, y de tal
modo, que ninguna de las partes pueda existir separada de
la otra, formando juntas un organismo. Es el grado más
bello y elevado que puede alcanzar el lenguaje en su des-
IDIOMAS MEXICANOS. 469
arrollo, y los idiomas aquí comprendidos se llaman de
flexión, formando la tercera y última clase.» (Ayuso. Filo-
logía).
Para comprender prácticamente la diferencia que hay
entre la flexión y la yuxtaposición, voy á valerme de un ejem-
plo. El latín que es un idioma de flexión, expresa el caso
del modo siguiente:
Nominativo.
Rosa,
Genitivo.
liosa'.
Acusativo.
Rosa m
El tarasco, que es un idioma de yuxtaposición, procede-
ría de este modo;
Nom. Rosa.
Gen. Rosa-eueri.
Acus- Rosa-ni.
En el primer caso hay un cambio en la final, una altera-
ción fonética; en el segundo un simple agregado, una mera
yuxtaposición.
Bajo este concepto, los idiomas americanos han sido
puestos en la clase de lenguas de aglutinación ó yuxtaposi-
ción, y creo que justamente, tratándose de una clasificación
lo más general posible: yo no encuentro, al menos en México
ningún idioma monosilábico, como el chino, ni tampoco len-
guas en que esté completamente desarrollado el sistema de
flexión, como el sánscrito, griego y latín. Empero todos
comprenden fácilmente que una clase, en cualquiera mate-
ria que sea, admite divisiones y subdivisiones, y bajo este con-
cepto digo que en México pueden presentarse tres órdenes
de idiomas, á saber: de sub-flexión, de mera yuxtaposición
y cuasi-monosilábicos.
Comenzaré por decir, qué es lo que entiendo por lengua
de sub-flexión. Para mí debe aplicarse este nombre á aque-
llos idiomas mexicanos en los cuales se usa comúnmente
la yuxtaposición; pero donde también se encuentran casos
de derivación que no son simplemente de sílabas yuxtapues-
470 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
tas, sino formada por medio de alteración fonética, al modo
que se ve en las lenguas clásicas.
Para que no parezca mi opinión enteramente extraña, y
en consecuencia sospechosa por su singularidad con aque-
llas personas acostumbradas á considerar todas las lenguas
americanas como de mera yuxtaposición, recordaré que el
acreditado filólogo Duponceau, al explicar el carácter gene-
ral de las lenguas americanas, manifestó que uno de sus
procedimientos era: «l'aide d'inflexions, comme dans les
langues grecque et latine.» (Mémoire, página 89- )
Voy á manifestar varios casos que me parecen de infle-
xión en las lenguas del grupo mexicano-ópata, cuyas len-
guas nos servirán de ejemplo.
Mexicano.
Ichlatl, oveja, hace ich/came, ovejas, y no ichl,atl— me.
Zolin, codorniz, hace Zoltin, codornices y no zolin-tin.
Los nombres acabados en üi 6 li forman el vocativo, no
agregando una e final sino cambiando la i en e.
De tlakatl, persona, se deriva el nombre reverencial tla-
Jcatzin, y no tlakatl- zin.
De Kalli, casa, sale Kaltontli, casita, y no Kalli-tontli .
De Kualli, bueno, viene Kualoü, bondad, y no Kualli-otl.
De tlilli, tizne; tlillo, tiznado, y no tlilli-o-
De teotl, Dios, noteuh, mi Dios, en vez de noteotl-euh.
Chiva, hacer, forma su pretérito chiuh, y no chiva-uh.
La final de pasiva es lo unas veces yuxtapuesta; pero
otras veces mediante un cambio fonético: así los verbos ter-
minados en ia y en oa pierda la a; Ha vea, hace ita-lo 6 ito.
Los verbos compulsivos no se forman agregando la termi-
nación tía, sino cambiando la del activo; v. g. chola, llorar,
cholctia- Del mismo modo los aplicativos se expresan cam-
biando la terminación del activo en lia ó vía.
Opata.
Ne, yo; no, de mí.
Tzat, flecha; tamo-tzama, nuestras flechas, con la final po-
sesiva ma: no se dice tzat-ma.
IDIOMAS MEXICANOS- 471
De guaiguadeni, comestible, y deto resulta guaiga-deto, y
no guaiguadeni- deto.
Hiroi, me abstengo; hiroa, me abstendré, y no hiroi-a.
Etzitoa, me escondo; etzitoia, me escondí, y no etzitoa-ia.
Vut, esclavo; vu-kui, tener esclavo, y no vut-kui.
Takori, esférico; takora, esféricamente, y no takori-a-
Eudebe.
Siibi, el halcón, en nominativo; siibt para el halcón, dativo,
y no siibit.
Sei, uno, se-tze, primero, y no sei-tze-
Metakan, tajar; metasiven instrumento para tajar, en vez
de metakan- siv en.
Sitori, miel; sitorave, enmelado, y no sitori-rave.
Hibaan, comer; hibesari, glotón, y no hibaansari.
Nee hiosguan, yo pinto; nee hiosguadauh, yo soy pintado, en
lugar de hiosguan-dauh.
Gahita.
Ona, sal, en nominativo; onta, genitivo; no ona-ta.
Kari, casa, en genitivo Kata: no se dice Kart-ta.
De ioreme, hombre; ioremraua; humanidad, y no ioreme-
raua.
Moka, dar; maki, don, en vez de maka-i.
Taha, yo quemo; tahiua, soy quemado, y no tahaiua.
Baña, llorar; buantua, hacer llorar, y no buanatua-
Etza, sembrar; etzia, sembrar para otro, y no ctza-ia.
Kart, casa; kate, hacer casa; pero no kart-te.
Tarahumar.
Kusiki, palo; kusirerc, lugar donde hay palos, en lugar de
Kusiki-rere.
Mu, tú, mi, para sí.
Eme, nosotros; emi, para nosotros.
Muku, morir; muldsati, mortal, y no muku-isati.
Roa, comer; koka, comí: no se usa Koa-ka.
472 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
Tepehuan.
Gomado, dos; gol-ohao, dos veces, y no golado-hao.
Iddi, este; iddama, estos, y no iddi-ama.
Aguidi, digo; aguidana, diga, en vez de aguidi-ana.
Oae, escribo; oanta, escribí, y no oae-nta.
Tuite, escardar; tuitajare, instrumento para escardar, y
no tuite-qjare.
Sade, arrear; sadaguide, arrear para otro, y no sade-
ngicide-
Cora.
Kurute, grulla; Kurutzi, grullas; no se dice Kurute-tzi.
Muache, amar; muaclúa, amor, y no muache-iat.
ZeJiti, arena; zeata, arenal, y no zehti-ta.
Zeaut, uno, zeuix, una vez: zeau-ix, no se usa.
Pima.
Ohana, pintar; oharhaga, pintura, y no ohana-rhaga.
Aha, despachar; Ta a7ii, despache, y no aha-i.
Namuku, enseñar, namukimiJcu, eseñaré, por namuku-
imulcu.
Noulco, hablo; NovM, lo hablado, en vez de noukoH.
Varios idiomas.
Ln, tú; ema, tuyo, y no en-rna. (Comanche).
Utsgin, dos; utsgisi. de dos en dos; pero no utsginsi.
(Mutsun).
Oio, coger una cosa; oiso, coger muchas cosas, y no oio~
so. (Mutsun).
Tschipale, pegar; tscJapicJiurre, pegado, por tschipaJce-chu-
rre. (Vaicura).
Amukiri, jugar, amukirerc, juego: no se dice amukirirere.
(Guaicura).
De sif, venir; siben; pero no sif-ben. (Seri.)
Agregaré algunos ejemplos tomados del tarasco.
IDIOMAS MEXICANOS. 473
Tzacapu, piedra, teacapendo, pedregal, y no tzocapu-endo.
De tzipeni, vivir; tzipeti, el que vive; pero no tzipeni-ti-
Pañi, llevar; parí, el que lleva, en vez de pani-ri.
Eskani, mirar; ezkua, la vista, y no esl-ani-l-ua.
Hinde, ese; hini, para ese, (dativo) por hinde-ni.
77> irehaca, yo como; thirexaca, comiendo: la diferencia es-
tá en un cambio fonético.
De ari, radical de verbo, sale arati; pero no arhati.
Me parece inútil multiplicar más los ejemplos, aunque
acaso alguno de los puestos sea inadecuado, pues como lo
han observado ya los lingüistas: «es difícil establecer los li-
mites en que termínala aglutinación, y comienza la flexión.»
Explicado lo que entiendo por lengua de sub-ñexión, fá-
cilmente se comprenderá cuáles son las que califico de me-
ra yuxtaposición, es decir, aquellas como el mixteco, el za-
poteco y el pirinda donde no se encuentran casos de flexión ó
son sumamente raros. Véanse los capítulos correspondien"
tes á estos idiomas.
En cuanto á los que llamo cuasi monosilábicos, consúlte-
se el capítulo 52 donde comparo el chino con el othomí: allí
califico de lengua cuasi-monosilábica aquella que aunque
presente casos de yuxtaposición y de cambios fonéticos usa
especialmente el sistema de partículas separadas, como las
lenguas llamadas monosilábicas.
Paso ahora á examinar dos cuestiones interesantes para
mi objeto, relativas á las lenguas de yuxtaposición en gene-
ral: 1^ ¿Los signos gramaticales son todos significativos,
tienen valor independiente de la radical? 2^ ¿Los signos gra-
maticales valen lo mismo antes que después ó en medio de
la radical?
Comenzando por la segunda cuestión contesto, desde lue-
go, afirmativamente, fundado en las observaciones que he
podido hacer respecto á las lenguas de México. He aquí co-
mo se expresó sobre el particular, hace mucho tiempo, el
filólogo alemán P. Schlegel en su obra sobre La lengua y la
filosofía de los indios. (Lib- 1, cap. 4.)
«Que dans une langue de ce genre les particules se joig-
nent par derriére au mot radical, commedans le basque et
danslesdeclinaisondelanguesamericaines;ou bienqu'elles
sejoignent au contraire par-devant, coinme dans la langue
474 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
cophte; ou bien encoré que ees deux methodes s'emploient
tour á tour, comme on le voit l'exernple dans le mexicain,
le peruvien et d'autres dialectes de l'Amérique; enfin que
les particules soient entrelacées dans le mot méme, com-
me les exemples n'en seraint pas rares dans d'autres lan-
gues americaines, tout celane change rien au principe éta-
bli: c'est au fond la méme structure, une grammaire for-
mée ál'aide d'additions exterieures etnon pas des flexions.>
Voy á comprobar la verdad de esta doctrina con algún
ejemplo:
Lo, signo de pasivo en mexicano aparece como final ó in-
tercalar. (Mex- § 30 y 37.)
La sílaba te, antepuesta, es signo de gerundio en mexica-
no, y en su dialecto el jalisciense to, como final.
La partícula prepositiva raer, es signo de imperativo en
mexicano; su afin el cahita la pospone en el mismo modo del
verbo.
En eudeve dauh ó uh, signo de pasiva, se intercala ó pos-
pone. (Eud. § 12.)
Ta ó to, signo de pretérito en Pima, va antes ó después
de la radical. (Pim. nota 6.)
Los signos que marcan las personas, en tarasco, van ge-
neralmente al fin de la radical; pero también se intercalan.
(Tar. §27.)
En totonaco, na es signo de plural como prefijo ó como fi-
nal. (Tot. § 9.)
En lo que no estoy conforme con Schlegel, ni otros lin-
güistas más modernos, es en que todos los signos gramati-
cales sean significativos, en que pueden existir como pala-
bras independientes, siendo de advertir que esta teoría se
ha hecho extensiva aun á las lenguas de flexión, como lo
sostiene, por ejemplo, Müller en su obra «La ciencia del
lenguaje.» (Lee 6%.)
Sin meterme en analizar las lenguas de flexión, que no
son objeto de mi obra, sólo observaré que los mismos sabios
europeos no están todos conformes con la teoría enunciada.
Renán, en su Origen del lenguaje, dice admitir el hecho de
que la mayor parte de las inflexiones deba su origen á par-
tículas que se han añadido al fin de las palabras, pero «que
sería temerario asegurar lo mismo respecto á todas las in-
IDIOMAS MEXICANOS. 475
flexiones.» Monlau en su Diccionario Etimológico enseña que
«los sufijos y las inflexiones carecen de tocio valor significati-
vo ó se han perdido por completo. »
Yo, por mi parte, sostengo igual principio aun respecto
de las lenguas de México, sin embargo, que no son de me-
ra flexión; creo que, por lo menos, «algunos de sus signos
gramaticales nada significan, ni tienen valor independientes de
la radical.» Voy á procurar comprobar esto, examinando los
dos idiomas que más fácilmente se pueden interpretar, los
más estudiados, aquellos de que tenemos mejores obras di-
dácticas, esto es, el mexicano y el tarasco. Mis conclusio-
nes carecerían de fuerza derivándolas de otras lenguas,
respecto á las cuales apenas hay una breve gramática ó un
corto vocabulario.
Mexicano.
Las ligaduras ó partículas de composición son Ka y ti; Ka
puede referirse á la preposición Ka, con; pero tino encuen-
tra interpretación semejante.
Miel-, para expresar plural, no es otra cosa sino el adver-
bio mucho; pero además, hay cuatro terminaciones con el
mismo objeto, me, le, Un, hitan- Unan, éntrelas preposicio-
nes mexicanas, significa con, compañía, y pudiera suponer-
se que pasó á signo de plural indicando unión. Me, pudiera
creerse que es un abreviado de miele, mucho, aunque este ad-
verbio tiene un objeto particular, que es ir con nombres de
inanimados, mientras que me se usa con nombres de ani-
mados, así es que teniendo cada uno aplicación distinta, pa-
rece que no deben confundirse-
Respecto de le y de tin, no pueden hacerse ni aun esa
clase de interpretaciones
E, final, signo de vocativo, parece ser una interjección.
Tzin, terminación para expresar respeto, no significa na-
da por sí sola-
Las terminaciones de diminutivo son pil, tontli, ton, acaso
su etimología se encuentre en piltontli que, según Molina,
significa niño, muchacho. Una explicación enteramente
igual, no puede hacerse respecto á pol, final de aumentati-
476 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
vo, refiriéndose al adverbio grande que es huey ó izachihuey,
el cual también se traduce por hueypol, mas quédala duda
de si el adverbio recibe también la terminación de aumen-
tativo, ó si pol es un abreviado de hueypol.
Las terminaciones tía, la, sirven para formar colectivos:
la es un adverbio de tía, y tía puede serlo de tlan postposi-
ción que significa lugar de.
Otl, es final de abstracto: no tiene interpretación.
Hua, y e son finales que indican posesión: hua, puede ser
una contracción de la preposición huan, con, porque en me-
xicano la n final suele suprimirse, y e pudiera derivarse del
posesivo te. Empero no se encuentra explicación alguna pa-
ra otra terminación posesiva ó que indica cualidad ó.
Katl, terminación de gentilicios, debe ser abreviado de
tlakatl, persona, pero no se encuentra con la misma facili-
dad, y dudo que se encuentre nunca, el significado de las
abundantes terminaciones de verbal y verbo nominal que
constan en la descripción del mexicano § 17. ¿Qué significan
por sí solas finales como ti, l¿, 7:, i, ni, etc.? Nada absoluta-
mente: el sentido que encierran depende del todo que for-
man con la palabra áque se juntan, y nada más.
La final uh de los nombres que se juntan con pronombre
posesivo tampoco, por sí, significa nada.
Ni, ti, an, son prefijos del verbo, cuyo origen se halla en
el pronombre personal. Ma, es partícula de imperativo y
subjuntivo que pudiera pasar por un adverbio; pero ningún
significado se encuentra á los demás signos del verbo, al
prefijo o de pretérito, y á las terminacienes ya, z, ni, etc. ,
ni aun como resto de verbos auxiliares que no existen en
las lenguas mexicanas.
Kj sus compuestos; te, tía, son partículas del verbo ac-
tivo. Te, puede ser un abreviado del pronombre tehuatl,
porque concurre cuando el verbo se refiere á personas, y
tía puede derivarse de itla, cosa, porque indica cosa calla-
da en la oración. K, tendrá acaso su origen en la preposi-
ción le, que significa a, propia para expresar relación de
acusativo. Empero, las terminaciones ó partículas de los
demás verbos derivados no permiten interpretación de es-
ta clase como lo signo de pasivo, tía de compulsivo, lia, ó
via de aplicativo, etc-
IDIOMAS MEXICANOS. 477
In, 7v«, 07?, poloa, po: Estas partículas no pueden incluir-
se en parte determinada de la oración, como vimos al tratar
del mexicano §46, su significado pende déla palabra con
que se juntan; no tienen valor por sí solas.
Tarasco.
Sobre la declinación tarasca se han presentado dos expli-
caciones distintas, Jo cual ya indica no se conoce claramen-
te la significación de sus signos, sino que se ocurre ala me-
ra interpretación. Nájera (gramática tarasca) dice: «los ca-
sos se designaban por preposiciones pospuestas, -> lo cual
no es exacto. En mexicano así se verifica, conociéndose que
no hay declinación propia, porque las finales de los nom-
bres en acusativo, dativo, etc., tienen significado separada-
mente, por sí solas, y esto no se verifica en tarasco: las ter-
minaciones eueri, ni, nada significan sino relación de geni-
tivo, acusativo ó dativo, en tanto que van unidas con nom-
bre ó pronombre. Esto es tan cierto, que el padre Lagunas
maestro del idioma tarasco, llegó á decir (Diccionario pág.
96) que esa lengua no tenía preposiciones. Véase sobre este
punto la nota 12 del cap- 31. Lo más probable es que en ta-
rasco no hay más que una preposición propia himbo, la cual
se usa para expresarse relaciones de ablativo, y lo que las
gramáticas del tarasco llaman efectivo: que himbo sea una
preposición y no una terminación, se conoce en que ella tie-
ne valor por sí sola. Lo más notable es que Nájera mismo
se contradice, pues llega á explicar que «los pronombres se
declinan por declinaciones propias-'» Todos sabemos que
por declinación propia se entiende el uso de finales, cuyo
significado no se encuentra separadamente.
La explicación de Smith Qlcvue Américaine) es todavía
más violenta que la de Nájera. Supone que euri, final del
genitivo, es el pronombre suyo: pues bien suyo, en tarasco,
es liind-eueri, esto es, el pronombre hinde de la tercera per-
sona con la final propia de genitivo, una misma para los
nombres que para los pronombres; no es cierto que eueri
aisladamente signifique suyo- Del mismo modo es inexacto
que ni, final de acusativo y dativo pueda significar le: Junde
478 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
ó ima significan él, hhide-ni ó ima-ni le, á él, para el, por-
que ni es signo de acusativo y dativo tanto para nombres
como para pronombres. El abreviado de hindeni es hin- Sobre
la é final de vocativo no dice Smith sino que es igual en me-
xicano: precisamente es la terminación tarasca que puede
interpretarse suponiendo que sea una interjección propia
para llamar.
A los maestros antiguos del idioma, como Lagunas y Ba-
salenque, no les ocurrió sobre la declinación tarasca, la ex-
plicación de Nájera, ni menos la de Smith.
Echa ó cha, es signo de plural en tarasco: no tiene traduc-
ción en ios adverbios de cantidad, en los adjetivos numera-
les, ni en ninguna otra voz.
Nada significan por sí solas, las terminaciones de abstrac-
to y de verbal Kua, ta: tampoco las terminaciones de verbal
ti, ri, rho, etc., ni la de colectivo ndo.
En el capítulo 31 hemos visto que es falsa la suposición
de Smith respecto á que las finales del verbo tarasco sean
pronombres que marcan las personas; esto no se verifica
sino con la primera persona de plural, y las demás termi-
naciones no tienen semejanza alguna con el pronombre en-
tero, ni abreviado; nada significan aisladamente.
Los verbos derivados se forman, entarasco, generalmen-
te por medio de partículas intercaladas, cuyo significado
pende de su unión con el verbo; á pocas de esas partículas
se encuentra significado aisladamente.
Véase la gramática del padre Basalenque (pág. 79) y se
encontrará una explicación minuciosa sobre diversas par-
tículas que el autor caracteriza de este modo: «¡)or sí no sig-
nificativas.»
Investigaciones como las que hemos hecho sobre el me-
xicano y el tarasco obligan á hacer, por lo menos, esta con-
fesión: «Algunos signos gramaticales han perdido ya su
valor y significado propios, aun admitiendo que alguna vez
le tuvieron.» Estamos, pues, en el caso de pasar ya á tratar
otro punto análogo, y es respecto al polisilabismo y al mono-
silabismo.
Algunos teóricos han querido suponer que todas las len-
guas fueron monosilábicas, esto es, que toda sílaba ha sig-
IDIOMAS MEXICANOS. 479
nificaclo algo ele por sí, del misino modo que se ha querido
suponer respecto á los signos gramaticales.
El fundamento de ese sistema es la supuesta tendencia
del espíritu humano de lo simple alo compuesto. Pues bien,
ni la filosofía ni la lingüística comprueban la marcha de lo
simple á lo compuesto-
Es sabido que la filosofía escolástica estableció lo que se
conoce en las escuelas con el nombre de simple aprehensión,
es decir, la idea pura, de la cual se suponía ascender al jui-
cio y al raciocinio; pero la idea pura no es más que una abs-
tracción hipotética, no natural, porque el espíritu jamás se
representa un objeto, si no es con alguna cualidad, por lo
menos la de la extensión en las cosas materiales (res exten-
sa), ola del pensamiento en las espirituales (res cogitans).
El juicio, es, pues, la forma primitiva del entendimiento, y
su descomposición en ideas, una análisis del hombre re-
flexivo: el espíritu humano comienza por lo complexo, por
ver las cosas en su conjunto, en una especie de confusión,
y más adelante es cuando descompone y analiza. Consúlte-
se especialmente á Reicl, que es á quien pertenece la im-
pugnación de la teoría escolástica.
Por lo demás, la historia de las lenguas enseña que cada
familia ha conservado tenazmente su carácter esencial, de
manera que los idiomas monosilábicos lo han sido siempre,
y respectivamente los polisilábicos. En el Asia, de ciento
cincuenta á ciento ochenta millones de hombres, habíanlos
idiomas monosilábicos, y no se sabe que estos hayan llega-
do, después de centenares de años, á igualarse, por ejem-
plo, con las lenguas indo-europeas.
Pero no sólo esto, sino que los cambios de ciertos idio-
mas que nos son muy conocidos, en lugar de verificarse de
lo simple á lo compuesto, ha sido al contrario, como sucede
con las lenguas analíticas derivadas de las sintéticas, v. g.,
el español respecto del latín. El curso de las lenguas hacia
la análisis corresponde, pues, al del espíritu humano hacia
la reflexión, cada vez más clara.
Así, pues, un filólogo que ha escrito recientemente, La-
than, hace con exactitud, la siguiente observación: «Puede
una palabra limitarse á una sílaba, es decir que puede ser
monosilábica ó de otra clase diversa. La regla que nos pro-
480 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
hibe multiplicar causas innecesariamente, sugiere la infe-
rencia a prior i de que ninguna palabra es larga sin necesi-
dad. Algo tiene también de a priori, lo que naturalmente
se infiere, y es, que todas las raíces fueron en su origen
monosilábicas. Esto, aunque en gran parte ha sido probado
ya por indagaciones positivas, con dificultad podrá admi-
tirse de un a manera absoluta y aplicarse indistintamente.*
Con efecto, observaciones particulares sobre varias len-
guas demuestran lo infundado del supuesto monosilabismo
general, comenzando porque el chino, tipo de los idiomas
llamados monosilábicos, no es rigorosamente tal según lo
hemos explicado en el capítulo 52. Respecto á otros idio-
mas, consúltese, por ejemplo, á Renán, quien en su Histo-
ria de las lenguas semítica* hace ver que no es posible expli-
car el tránsito de esos idiomas del estado monosilábico al
trilítero. Sobre todo, y con relación precisamente á un idio-
ma de México, al azteca, explicó ya hace tiempo Alejandro
Humboldt «era un error creer que las palabras largas en
mexicano, las polisílabas, fuesen siempre el resultado de
la composición, como un sánscrito, griego y alemán.» Efec-
tivamente, en mexicano y otras muchas lenguas indígenas
hay palabras polisílabas simples, ó con solo el agregado de
terminaciones que no tienen significado propio, que son
signos puros, como anteriormente lo hemos comprobado,
bastando añadir aquí un ejemplo de terminación, en guai-
cura, que tiene cinco sílabas, ri-ki-ra-L-a-ra. Obsérvese
también que en azteca, tarasco y otras lenguas mexicanas,
se encuentran palabras simples, cuyo origen es la onomato-
peya, las cuales no se pueden descomponer en monosílabos
significativos, porque ni son compuestas ni derivadas, y su
significación pende de todo el conjunto; chidiipini, lloviznar;
tlakuakualal-a, tronar.
Aun cuando realmente resultase probado (que no resul-
ta) haber sido todos los idiomas monosilábicos puros, ó al
menos como el chino, hoy no cabe duda que existen lenguas
donde dominan los monosílabos, y otros donde dominan los
polisílabos, sea por origen, sea por transformación progre-
siva- De cualquier modo, el lingüista encuentra idiomas de
distinto carácter bajo el punto de vista del sistema silábico,
y eso le basta para sus clasificaciones. Así el antropólogo
IDIOMAS MEXICANOS. 481
clasifica hoy, por un lado al blanco y por otro al negro, sea
que opine respecto al origen del hombre con los monoge-
nistas ó con los poligenistas, ateniéndose al hecho actual de
la diferencia de razas.
Supuesto todo lo dicho sobre el sistema silábico, diré que
en los idiomas mexicanos encuentro, bajo ese aspecto, tres
órdenes de lenguas, unas polisilábicas, otras paulosilábicas
y otras cuasi-monosílabas. Respecto á lo que se entiende
por lenguas polisilábicas, nada tengo que explicar, porque
el término es muy conocido y usual; respecto á las lenguas
cuasi-monosilábicas, me remito alo explicado sobre el otho-
mí y sus congéneres. Tocante á los idiomas paulo-silábi-
cos, ya he hecho indicaciones al tratar de la familia maya,
etc, pero aquí repetiré que por lenguas paulo-monosilábi-
cas entiendo aquellas donde no dominan los monosílabos co-
mo en othomí, ni tampoco palabras tan largas como en mexica-
no, tarasco, mixteco, etc., sino que teniendo bastantes monosilá-
bicas, abundan más las palabras cortas, de pocas sílabas.
Me resta iinicamente hablar sobre otro de los caracteres
morfológicos de las lenguas mexicanas, y es el sistema de
composición. Es sabido que á los idiomas americanos se
les califica generalmente de polisintéticos; que la mayoría
de las personas cree que todas las lenguas del Nuevo Mun-
do tienen ese carácter. Por mi parte, no admito semejante
idea, pues en México encuentro que comparando unos idio-
mas con otros, resultan, relativamente hablando, estos tres
grados: 1? Lenguas realmente polisintéticas. 2? Lenguas
nada más que sintéticas. 3? Lenguas cuasi-monosilábicas-
Polisíntesis, como lo dice la palabra, significa mucha com-
posición, y en este sentido hay lenguas en México como el
azteca, el ópata, el tarasco, el mixteco, etc. Usan esas len-
guas en alto grado de la composición, y con toda clase de
procedimientos respecto á palabras y partículas, como su-
ficientemente se ha explicado al analizar cada idioma-
Por lenguas nada más que sintéticas, entiendo aquellas
que hacen menos uso de la composición respecto al mexi-
cano, tarasco, etc. ; que no tienen tantos recursos para com-
poner, y que se acercan algo más al sistema mosilábico, por-
que como, por ejemplo, el Maya y el Huave usan en la con-
31
482 CARÁCTER MORFOLÓGICO DE LOS
jugación del verbo y en otros casos de derivación, no sólo
de la yuxtaposición, y de algunos cambios eufónicos, sino
de partículas separadas, muchas de ellas significativas. En
el mismo caso del Maya y elHuave se encuentra el Apache,
porque ni hace tanto uso de la composición como las len-
guas propiamente polisintéticas, y en el verbo se marcan los
tiempos no con partículas yuxtapuestas, agregadas, sino
con palabras á modo de auxiliares. En cuanto á las lenguas
mexicanas, que respecto al uso de la composición le pre-
sentan aun en menor grado que las sintéticas, basta para
distinguirlas el nombre cuasi-monosilábico que constante-
mente les hemos dado, pues el nombre indica bien su ca-
rácter. Véase lo dicho sobre el othomí y sus congéneres, y
se encontrará que esos idiomas forman generalmente la de-
rivación, no por medio de la yuxtaposición ó composición,
sino de partículas separadas, y que cuando usan de la com-
posición es bajo el procedimiento más sencillo y casi limi-
tándose á aclarar los homónimos.
Resumiendo todo lo dicho en el presente capítulo, resul-
ta que podemos y debemos considerar las lenguas mexica-
nas bajo tres aspectos, el sistema silábico, el de composi-
ción y el de derivación. Combinando esos caracteres, ten-
dremos la clasificación siguiente, para cuya aclaración pue-
de consultarse lo dicho sobre cada idioma, tanto al anali-
zarle como al compararle.
1er Orden. Lenguas polisilábicas polisintéticas de sub-
flexión.
a. El grupo mexicano- ópata.
£>. El idioma Tarasco,
c- El Zoque-mixe.
d. El totonaco.
2? Orden- Lenguas polisilábicas, polisintéticas de yuxta-
posición.
a. La familia mixteco-zapoteca sintéticas.
b. El pirinda.
IDIOMAS MEXICANOS. 483
3er Orden. Lenguas paulo-silábicas.
a. La familia maya.
b. El chontaly elchiapaneco (dudosos),
c- Elhuave.
d. El apache.
4? Orden. Lenguas cuasi-monosilábicas.
a, El othomí.
&. Elmazahua, parné y demás afines del othomí.
CAPITULO LVIII Y ULTIMO.
CATALOGO GENERAL Y CLASIFICACIÓN
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO.
Consúltese especialmente el capítulo anterior respecto á
la clasificación morfológica, y especialmente el prólogo res-
pecto á lo que entiendo por grupo y familia. Esta señal *
indica que la clasificación es dudosa, en los términos expli-
cados al tratar del idioma á que la señal se refiere.
!"• Orden. Lenguas polisilábicas, polisintéticas de
sub-flexión.
Grupo mexicano-ópata.
I. Familia mexicana
1. El mexicano, náhuatl ó azteca. Sus dialectos son:
a- El conchos.
b. El sinaloense-
*c. El mazapil.
d. El jaliscience.
e. El ahualulco-
/. El pipil.
g. El niquiran.
*2. El cuitlateco.
CATÁLOGO Y CLASIFICACIÓN DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO. 485
II. Familia sonorense ú ópata-pima.
3- El opata, teguiuia ó tequina, sonorense.
4. El eudebe, heve ó hegue, dohme ó dohema, batuco.
5. El joba, joval, ova.
6. El pima, nevóme; ohotama ú otama, con sus dialectos,
siendo los más conocidos:
a. El tecoripa-
b. El sabagui.
7. El tepehuán con sus dialectos.
8. El pápago ó papabicotan.
9 á 12. El Yuma, comprendiendo el cuchan, el cocomari-
copa ú opa, el Mojave ó mahao, el diegueño ó cuñeil, el ya-
vipai, yampai, yampaio.
*13. El cajuenche, cucapa ó jallicuamay.
14. El sobaipure.
15. Eljulime.
16. El tarahumar con sus dialectos, entre ellos:
a. El Varogio ó Chinipa-
b. El Guazápare-
c. El Pachera.
17. El Cahita ó Sinaloa. Sus dialectas más conocidos.
a. EIYaqui.
b. El Mayo.
c. El Tehueco ó zuaque-
18. El Guazave ó Vacoregue-
19. El Chora, Chota, Cora del Nayarit ó Nayarita. Tam-
bién al Pima suelen llamar Cora, y este mismo nombre tie-
ne un idioma en la Baja-California. El Nayarita cuenta tres
dialectos.
a. El Mautzicat.
b. El Teacucitzin.
c. El Ateanaca.
486 CATÁLOGO GENERAL Y CLASIFICACIÓN
20. El Colotlan.
21. El Tubar y sus dialectos.
22. ElHuichola.
*23. ElZacateco.
24. El Acaxe'e ó Topia, comprendiendo el Sabaibo, el Te-
baca y el Xixime, este último de clasificación dudosa.
III. Familia Comanche-SIioshone.
25. El Comanche con sus dialectos, llamado también Nau-
ni, Paduca, Hietan ó Jetan.
26. El Caigua ó Kioway.
27. El Shoshone ó Chochone-
28. ElWihinasht.
29. El Utah, Yutah ó yuta.
30. El Pah-utah ó payuta.
31. El Chemegue ó Cheme-huevi.
32. El Cahuillo ó Cawio.
33. EIKechi.
34. EINetela.
35. EIKizhóKij.
36. El Fernandefio.
37. ElMoqui.
Pertenecen á la familia Shoshone otros varios idiomas que
se hablan en los Estados-Unidos, cuya enumeración com-
pleta no corresponde al plan de mi obra, limitada á las len-
guas de México y á presentar algunos ejemplos de las li-
mítrofes que aparezcan afines de aquellas. En otras obras
se irán sucesivamente siguiendo las analogías, hasta su tér-
mino en un tratado general.
IV. Familia Tejana ó Coahuilteca.
38. El Tejano ó Coahuilteco con sus dialectos.
* V. Familia Keres-Zuui.
39. El Keres ó Quera dividido en tres dialectos Kiwomi
ó Kioame, Cochitemi ó Quime, Acoma y Acuco.
40. El Tesuque ó Tegua.
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO. 487
41. ElTaos, Piro, Suma, Picori.
42. El Jeniez, Taño, Peco.
43. El Zuñi ó Cíbola.
VI. Fámula Mutsun.
44. El Mutsun.
45. El Rumsen.
46. ElAchastli.
47. El Soledad.
48. El Costeño ó Costanos.
A la familia Mutsun ó Rumsen pertenecen otros varios
idiomas de California, según Taylor, lo que es preciso te-
ner presente cuando se trate de una clasificación general
de las lenguas americanas. Para mi objeto basta con lo que
he explicado sobre el Mutsun en los capítulos 22, 23, y 24.
VIL Familia Guaicura.
49. El Guaicura, Vaicura óMonqui.
50. ElAripa.
51. ElUchita.
52. El Cora-
53. El Conchó ó Lauretano-
VIII Familia Cochimí-Laimon.
54 á 57- El Cochimí dividido en cuatro dialectos, ó más
bien lenguas hermanas, á saber, el Cadegomó, y los idio-
mas usados en las misiones de S. Javier, S. Joaquín, y San-
ta María.
58. El Laimon y Layamon.
IX. Familia Ser i-
59. ElSerióCeri.
60- El Guaima ó Gayama-
61. El Upanguaima-
488 CATALOGÓ GENERAL Y CLASIFICACIÓN
Familias independientes entre si y del grupo mexicano-ópata.
X. Familia Tarasca.
62. El Tarasco.
*63. El Chorotega de Nicaragua (muy dudosa su analogía
con el Tarasco-)
XI- Familia Zoque-mixe, {idioma mezclado.)
64- El Mixe con sus dialectos.
65. El Zoque.
66. El Tapijulapa-
XII. Familia Totonaca, (idioma mezclado.)
67. El Totonaco dividido en cuatro dialectos-
2? Orden. Lenguas polisilábicas polisintéticas
de yuxtaposición.^
XIII- Familia Mixteco-Zapoteca- .
68. El Mixteco dividido en once dialectos.
69. El Zapoteco con sus dialectos de que he citado ocho
(c. 37.)
70. El Chuchon, dos dialectos.
71. El Popoloco.
72. El Cuicateco, dos dialectos.
73. ElChatino.
74. El Papabuco.
75. El Amusgo.
76. El Mazateco, dos dialectos.
*77. El Solteco.
*78. El Chinanteco.
XIV. Familia Pirinda ó Matlatzinca.
79. El Pirinda ó Matlatzinca con sus dialectos.
3'r Orden. Lenguas paulo-silábicas sintéticas.
XV. Familia Maya.
80. El Yucateco ó Maya-
81- El Punctunc.
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO. 489
82. El Lacandón ó Xoquinel.
83. El Peten ó Itzae.
84. El Chañabal, Comiteco, Jocolabal.
85. El Chol ó Mopan.
86. El Chorti ó Chorte.
87. El Cakchi, Caichi; Cachi, Cakgi.
88. El Ixil, Izil.
89. ElCoxoh.
90. El Quiche, Utlatecc-
91. El Zutuhil, Zutugil, Atiteca, Zacapula.
92. El Cachiquel, Cachiquil.
93. El Tzothil, Zotzil, Tzintaneco. Cintaneco.
94. El Tzendal, Zendal.
95. El Mame, Mem. Zaklohpakap.
96. El Poconchi, Pocoman.
97. El Atche, Atchi.
98. El Huaxteco con sus dialectos.
*99. El Haitiano, Quizqueja ó Itis con sus afines el Cuba-
no, Boriqua y Jamaica.
XVI. Familia Chontal.
*100. El Chontal. (Dudoso en su carácter morfológico.)
XVII. Idiomas oriundos de Nicaragua.
*101- El Huave, Huazonteca. (Dudoso respecto á la fami-
lia de lenguas de Nicaragua á que realmente pertenece.)
*102 El Chiapaneco, afin delNagrandan (dudoso en su ca-
rácter morfológico.)
XVIII. Familia apache, rama de las lenguas Athapascas.
103 El apache de que se conocen ocho dialectos (c. 56.)
a. Apache N. Americano.
b. Apache mexicano.
c. Mimbreño. (Coppermine.)
d. Pinaleño.
e. Navajo.
490 CATÁLOGO GENERAL, Y CLASIFICACIÓN
/. Xicarilla ó Faraón.
g. Lipan.
h. Mescalero.
4? Orden. Lenguas cuasi -monosilábicas.
XIX- Familia Othomí-
104. ElOthomíóHiahiu.
105. El Serrano.
106. El Mazahua.
107. El Pame con sus dialectos.
108. El Jonaz ó Meco. (Acaso restos del antiguo Chichi-
meco, según explico en el capítulo correspondiente.)
Post-Scriptum.
Ya impresa la presente obra, llegó á mis manos la histo-
ria que se está publicando en los Estados Unidos, intitulada
«The native races of the Pacific States» por Hubert Howe
Bancroft, cuyo tercer volumen (1875) trata de varios idio-
mas americanos, entre ellos los que son objeto de mi estu-
dio. No he podido, pues, hacer mérito del interesante tra-
bajo de Mr. Bancroft, y aquí sólo debo añadir una explica-
ción sobre las diferencias que se encuentran entre mi li-
bro y el del escritor americano, respecto á apreciaciones
lingüísticas, clasificación y número de idiomas, cuyas dife-
rencias parecen tanto más notables cuanto que Bancroft ci-
ta algunas veces mi obra sobre las lenguas mexicanas.
En primer lugar, obsérvese que Mr. Bancroft no ha pre-
tendido formar un tratado de filología comparativa sino que
generalmente se guía por los trabajos de otros, siendo sus
apreciaciones históricas, y su clasificación de idiomas bajo
el punto de vista geográfico. Así pues, no hay que extra-
ñar, por ejemplo, que en el catálogo de Bancroft aparezcan
juntos idiomas tan distintos, entre sí, como el Mutsun y el
Tatché, el Matlatzinca y el Tarasco.
Tocante al mayor número de idiomas mencionados por
Bancroft, respecto á los que yo menciono, se explica, en
parte, porque yo no he tratado de incluir en mi obra todas
DE LaS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO.
491
las lenguas que se hablan en los Estados Unidos, Centro
América, etc., y además porque, según lo he explicado va-
rias veces en el curso de mis estudios, ha sido común mul-
tiplicar indebidamente las lenguas americanas tomandocomo
nombres de idiomas distintos, voces sinónimas y aun nom-
bres de tribus y lugares. Bastará señalar aquí un caso res"
pecto á Bancroft. Este autor considera en el apache diez y
siete variedades ó dialectos, mientras que yo sólo admito
nueve, habiendo presentado muestras de ocho. Pues bien,
obsérvese, por ejemplo, que Bancroft admite el Mimbre-
fio, el Copper-Mine, el Xicarilla y el Faraón, cuando yo he
tenido ocasión de aclarar que Mimbrefio y Copper-Mine
son un mismo dialecto, así como son igualmente uno solo el
Xicarilla y el Faraón.
Respecto á tener ya consultada Bancroft mi obra sobre
lenguas mexicanas, fácilmente se observará que aquel autor
sólo pudo conocer la primera edición, en la cual aun no ha-
bía yo presentado la comparación ni la clasificación de las
lenguas. Si ahora he acertado en mi empresa, mi mayor
satisfacción será facilitar sus estudios á los escritores que
me sucedan.
Debo también manifestar aquí, que terminada la impre-
sión de la presente obra, llegó á mis manos el «Arte de la
lengua Chiapaneca» por Fr- Juan de Albornoz (París 1875)
que acaba de recibir mi hermano político D. Joaquín Gar-
cía Icazbalceta- Comparando las palabras del chiapaneco
que pone de ejemplos el padre Albornoz con las correspon-
dientes del Nagrandan veo confirmada la analogía de esos
idiomas indicada por mí en el capítulo 33. Ejemplos:
Chiapaneco.
Nagrandan.
Varón,
Xa ha,
Nal io.
Mujer,
Xahui,
Xahsei-omo.
Madre,
Goma,
Goomo.
Muchacha,
Xakoue,
Naheoun.
Piedra,
Noka,
Nugo.
Estrella,
Nahuiti,
Nuete.
Cabeza,
N-goqhima.
Gochemo-
Tú,
Simo,
Sumusheta
Nosotros,
Sihmimo,
Semehmu.
492 CATÁLOGO GENERAL Y CLASIFICACIÓN
Comparaciones gramaticales entre Chiapaneco y Nagran-
dan me es imposible hacer, porque no tengo la gramática
de este último idioma.
Por la gramática de Albornoz veo también confirmada
otra indicación que hice en el capítulo 33, y es que no exis-
te analogía entre el Tarasco y el Chiapaneco, ni léxica, ni
gramatical (sólo morfológica.)
Por lo que igualmente encuentro sobre el Chiapaneco en
la referida gramática, me parece que este idioma es distin-
to del Huave, tanto en la gramática como en el diccionario,
y respecto á lo primero aun bajo el punto de vista morfoló-
gico: según lo explicado en los capítulos 33 y 57 el Huave es
un idioma paulo-silábico sintético, mientras que el Chiapa-
neco aparece ahora (según la gramática de Albornoz) lengua
polisilábica polisintética, de sub- flexión. Como los dos pri-
meros caracteres son fáciles de percibir, sólo me detendré
en poner algunos ejemplos para comprobar que en Chiapa-
neco ocurren casos no sólo de mera yuxtaposición sino de
cambio fonético.
De ipapa?ne, hablar, no sale ñamb-ipapame, habló, sino
ftambapame, cambiando ip en fiamb. De ilicahomo, estar
triste, no se deriva í-ilicahomo, sino toricahomo, cambiando
il en or. De ipandih-ameho, amamantar, se deriva ipandih-
uamche, tú amamantas, cambiando la final. Del verbo aipo-
iou-i, aborrecer, se deriva aipoiou-e, cambiando la termi-
nación i en e.
Me parece conveniente añadir aquí, como explicación bi-
bliográfica, que las palabras del Nagrandan y del Chorote-
ga puestas en la presente obra, están tomadas de la Filolo-
gía comparativa de Lathan, con referencia á Squier.
A propósito del Chiapaneco, puedo hacer también una
aclaración sobre otro idioma.
Buscando algo sobre el referido Chiapaneco, en una no-
ticia manuscrita fecha Mayo 10 de 1861 suscriba por D. M.
Ferrer y dirigida al agente de Fomento D. Agustín Vilase-
ca, noticia que me ha facilitado últimamente el Sr. García
Cubas, encuentro el motivo porque pueda creerse que el
Maya sea afin del Caribe; todo consiste en que á algunos
indios yucatecos, que habitan las orillas del río San Pedro
les llaman Caribes. E^, pa3>, cuestión de nombre aplicado
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO. 493
á una tribu Maya; por lo demás ya he manifestado en el ca-
pítulo 48 que el Caribe propiamente dicho no pertenece á
las lenguas Mayas. He aquí literalmente lo que se lee en la
noticia manuscrita á que me refiero: «En el río de San Pe-
dro que tributa sus aguas al Usumacinta, cuatro leguas
arriba de Balancán, se hallan algunas tribus de indios pro-
cedentes de Yucatán, cuya lengua es la Maya degenerada.
Les dan el nombre de Caribes-»
No debo omitir aquí otra noticia que últimamente he re-
cibido, y es que en algunos pueblos de Veracruz quedan
restos del idioma Tepehua: suponen algunos que es afin del
othomí.
Concluiré este apéndice copiando una breve relación so-
bre el idioma Maratin de Tamaulipas (extinguido según el
P. Santa María.)
«El carácter de los idiomas orientales del mundo antiguo,
sin exceptuar el hebreo, se advierte también en estos, co-
mo son los multiplicados énfasis en la expresión, los fre-
cuentes símilis y alegorías y la repetida aplicación de una
sola voz para muchas cosas según el sentido. Hablando
conmigo su castellano un indio maratin, que entendía tam-
hien el idioma de los pasitas, y el de los mariguanes, pin-
tándome la conducta de un persegidor suyo, que tanto á
dicho indio, como á todos los de su nación los tenía sobre-
cogidos con gritos importunos, malos tratamientos y tro-
pelías, no obstante que ya estaban dados y reducidos; se
me explicaba en estos mismos términos mazorrales pero
bastante expresivos: N gritando tanto como perro desde por
por la mañana hasta la noche, corriendo tanto y queriendo ma-
tar como coyote, aporreando tanto á los muchacho (es el nom-
bre que se dan á sí mismo) como toro, y todo el día no hacien-
do nade*! como nosotros antes, los muchachos queriendo trabajar
cantando como pajarito, y ese N siempre atajando el camino co-
mo río, y también los muchacho huyendo como venado al monte
porque no los azotar; por este mismo su discurso verdadera-
mente expresivo, le multipliqué preguntas sobre pregun-
tas, tanto sobre su idioma como sobre los otros que sabía;
le hice cotejar las voces del castellano en que me hablaba,
con las de su idioma nativo, y de las otras reclamándole las
inflexiones de nuestros verbos con las que pudiera haber
494 CATÁLOGO GENERAL Y CLASIFICACIÓN
en los suyos, y concluí al cabo sin equivocación, á mi ver,
que en los verbos de dichos idiomas no hay otras inflexio-
nes que las de los infinitivos activo y pasivo, que aplican á
las personas, á los tiempos, y números según el sentido lo
necesita. Advertiré también que sus nombres no se decli-
nan por adición de partículas, sino por inflexiones de sus
letras, tanto en los casos como en los números, con la
circunstancia de que para expresar un plural numero-
so, la inflexión de que se valen es no poco distinta de la
inflexión del plural común, chiguat v. g. en idioma maratín
significa mujer, chiguata las mujeres, aachiguata muchas
mujeres, prolongando más y más las A A cuanto más sea
el número que significa la voz.
La aplicación de símiles para cada cosa es también carac-
terística de su expresión, y no hay duda que bien visto es
el laconismo más ceñido, de que pueden valerse para el aho-
rro de muchísimas voces y frases en el discurso, trasmitien-
do al mismo tiempo á quien los oye el concepto más pleno de
lo que quieren explicar. Poniendo al lado de la expresión
huyendo la de como venado al monte, ya se está mirando el
ahorro de precipitadamente sin atender peligros, sin omi-
tir rincones y sin temer malezas ó despeñaderos, como lo
hacen en igual grado los venados y los indios. Concluí tam-
bién que este género de anagolizar á cada paso es el mismo
con que se explican en sus idiomas nativos y aun en lo fa-
miliar. Los mariguanes para exhortar á los chicos á que los
imiten y sigan, cuando les enseñan á subir y bajar por las
piedras, á brincar con presteza, y á dar vueltas en el mis-
mo tiempo de la carrera, les dicen con repetición y ahinco
Magchinighua, que quiere decir, como pajarito, agregándole
el indio la práctica y ejemplo de sus carreras y cabriolas
con sus altos y bajos. Magclá significa pajarito diminutivo
de Magch, Pájaro y Nihua significa como ó al modo de. En sus
conversaciones familiares que presencié varias veces, se les
oye el Nigua á cada paso como si fuera partícula ó voz auxi-
liar. Por este motivo de sus frecuentes símiles, y de la úni-
ca inflexión de infinitivo, activo y pasivo en sus verbos cuan-
do llegan á aprender el castellano, lo ingertan, digámoslo
así, con los idiotismos del suyo, y les sale el nosotros correr
como venado al monte, y los españoles nos matar como lobo; pe-
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO. 495
ro también muriendo con nuestras varas como pájaro, que en
su idioma suena de este modo: Miga cuino consgiohua mato-
mau espeñol mipaaJiehu c aa aliñe paagchichu bumnighua cuaa-
liané paagchichu mi mino Xirimagchnighua, donde se oye el
nighua á cada paso y cuya traducción es literalmente como
se ha visto.»
Canto de los maratines traducido por el P. Santa María.
No ohgimah ka tamugni-
Fuimos gritando á pelear al monte.
Jurinigua migticui.
Al modo de leones que comen carne.
Coapagtzi comipaahchu.
á los enemigos, que nos querían matar
nohgi mehgme paahchichu.
fuimos hacerlos morir á pedazos.
Tze pomg, tze xirt, tzemald-á-
La cuerda, la flecha, el arco,
ming colicoli, ming catamá-
nuestras fuerzas, nuestros tiros,
tzi pamini cugtimá memehé.
los hicieron huir sin poder correr.
Aacliiguata tzicuini, ming metepeh
Las mujeres, los muchachos nosotros los vimos
ming maamelié, ming maatzimetzu
nosotros gritando de gusto, nosotros dando brincos,
coomutepá cuiücicuimá paagclúcliú
nos venimos, y allá muy lejos los dejamos muertos.
Aaachiguatá mohka mimigilii
Las mujeres ya no estarán llorando
49G CATÁLOGO Y CLASIFICACIÓN DE LAS LENGUAS INDÍGENAS.
Chenohgimá xiri l-a tamugni
para que vayamos con flechas á pelear al monte.
Aaachiguata heninig maamehé
Las mujeres y nosotros gritando de gusto,
baah ka Peyot hemegtuché
beberemos pevote y nos dormiremos.
FIN DEL CUADRO DESCRIPTIVO Y COMPARATIVO DE LAS
LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO.
LINGÜISTICA.
DISCURSOS Y DISERTACIONES.
DISCURSO LEÍDO
POR EL SR. D. FRANCISCO PIMEXTEL AL TOIIAR ASIENTO POR PRIMERA VEZ
EN LA SOCIEDAD DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
EL 22 DE AGOSTO DE 1861.
Señores :
Apenas tuvo conocimiento esta Sociedad de que me ocu-
paba en escribir una obra sobre las lenguas indígenas de
México, cuando esto fué bastante para que me considerase
digno de recibirme en su seno, prueba inequívoca del apre-
cio con que ve toda clase de trabajos científicos, y de que
quiere alentar á sus autores honrándolos por todos los me-
dios que están á su alcance.
Por mi parte, no encuentro mejor medio de manifestarle
mi gratitud á la Sociedad, que dedicarle mi referida obra,
cuya oferta espero aceptará bondadosamente.
Cuál sea la utilidad que pueda resultar á la ciencia del
trabajo que he emprendido, no debo esforzarme en demos-
trarlo á personas tan ilustradas como las que me escuchan,
pues ellas conocen las aplicaciones que tiene la lingüística
á ia filosofía, la historia, la geografía, la literatura, y aun á
la zoología y la botánica.
Empero, recordando las palabras del orador romano:
ament meminisse perite, creo que me es permitido hacer
algunas reflexiones siquiera sobre el provecho que una de
las ciencias citadas, la historia, puede sacar de la filología.
Efectivamente, la historia por sí sola nada nos descubre
acerca del origen de las naciones, muy poco nos enseña so.
bre la mezcla y confusión de las razas, casi nada nos dice
500 IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA.
de las emigraciones de los pueblos, mientras todo esto lo
explica admirablemente el análisis y la investigación del fi-
lólogo.
Comparando unas lenguas con otras, se averigua el pa-
rentesco de los pueblos más distantes, de los más opuestos
en costumbres y civilización. ¿Quién si no la lingüística ha
demostrado la comunidad de origen entre los ilustrados
habitantes de Europa y los desgraciados hijos de la India
Oriental? ¿Quién si no la filología pudo sospechar que eran
pueblos hermanos los que hablan idiomas al parecer tan di-
ferentes como el alemán y el griego?
Por el contrario, á la vez que la lingüística nos descubre
cuáles son las naciones de un mismo origen que hoy se en-
cuentran separadas, nos enseña cuáles son los pueblos, di-
versos en un principio, que después se han reunido. Por
ejemplo: los Vogais con facciones casi mongólicas, hablan
la lengua délos bellos turcos osmanlis, y los kirghis que
parecen de cierta familia asiática, usan un dialecto turco
que no corresponde á su físico.
Pero no sólo esto, como he indicado antes, enseña la filo-
logía á la historia, sino que aun le señala el itinerario que
han' seguido los pueblos en sus emigraciones. Hagamos,
para convencernos una aplicación en nuestro propio suelo,
en México: una oscura tradición, algunas ruinas desparra-
madas, nos dicen que los antiguos mexicanos vinieron del
-Norte; otra tradición más confu sal todavía, nos recuerda
que los antiguos Toltecas perecieron en su mayor parte, y
que el resto de la nación emigró por diversos rumbos. Pues
bien; el estudio de las lenguas que se hablan al Norte de
México, indica el camino que trajeron los mexicanos, pues
ellas están llenas de palabras aztecas; y con la misma cla-
ridad, el conocimiento de los nombres de lugares, aun más
allá de Guatemala, nos demuestra que esa fué la ruta que
al dispersarse, formó una parte de la nación tolteca.
Sin embargo, la aplicación de la filología á la historia no
es tan sencilla como parece de lo que he dicho hasta aquí.
El lingüista puede extraviarse, puede llevar sus deduccio-
nes hasta más allá de lo debido, si no tiene presentes dos
importantes observaciones. La primera, que la diferencia
de lenguas lo que indica es que dospueblos se dividieron pa-
IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA. 501
ra formar naciones diferentes, desde una época remotísi-
ma; mas no desde el primer momento de su existencia ma-
terial. La segunda, que la igualdad de idiomas prueba,
conforme al orden natural de las cosas, igualdad de raza ó
de familia; pero que esta regla general puede tener algu-
nas excepciones á causa de acontecimientos extraordina-
rios.
Pruébase lo primero de dos modos diferentes, pero con-
formes en resultado, según las creencias religiosas del que
discurre.
Para los que creen en la divinidad del Génesis, la dife-
rencia de lenguas es tan antigua que data desde la confu-
sión que hubo en Babel, donde los hombres, aunque todos
de una sola raza, se dividieron en naciones según sus len-
guas.
Para los que necesitan como base de sus conclusiones al-
go más que la fe, debe bastar este hecho, á saber: que no
obstante la diversidad de lenguas en dos pueblos, la fisio-
logía suele encontrar que son de una misma raza.
En este caso, y por medios puramente científicos, ¿cómo
explicar que unos mismos hombres, como por ejemplo, los
semitas é indo-europeos, hablen lenguas tan diferentes?
Sólo por medio de hipótesis puede contestarse esta pre-
gunta: ó suponemos que dos pueblos estuvieron sin lengua-
je antes de separarse, ó que, aunque tuvieron un mismo
idioma, era imperfectísimo, estaba en embrión cuando se
dividieron, y hasta después fué cuando le fijaron de una
manera definitiva, resultando diferencias por circunstan-
cias locales y accidentales. La primera hipótesis, el mu-
tum ct turpepecu8 de los antiguos, es hoy inadmisible. Los
que toman la Biblia como base de su opinión, no pueden du-
dar que el lenguaje dejase de existir desde el momento de
creado el hombre, porque como dice un historiador moder-
no: «Si consulto la Sagrada Escritura, me enseña que la
«palabra existía desde el principio, y que la palabra era
«Dios: Dios habló al hombre, y por su mandato el hombre
«puso nombre á todas las cosas- Además, ¿no creó Dios
«por ventura al hombre perfecto? ¿Y cómo lo hubiera sido
«careciendo de la palabra, instrumento por el cual es racio-
nal?> Pero aun los mejores filólogos modernos que piensan
502 IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA.
con entera independencia de la Escritura, un Humboldt,
un Schlegel, un Renán y otros, no admiten un período de
mudez en el hombre. «La palabra, segián mi entera convic-
ción, dice el primero de esos autores, debe considerarse
realmente como inherente al hombre.» «Es un delirio, dice
«Renán, imaginar un primer estado en que el hombre no
«habló seguido de otro en que conquistó el uso de la pala-
bra.>
No queda, pues, más que la segunda hipótesis para con-
ciliar la aparente contradicción entre la filología y la fisio-
logía, y es la única admisible. «Vemos á veces, dice Renán,
«en el prefacio á su Origen del lenguaje, grandes familias
«humanas hablar idiomas enteramente diferentes, aunque
«no se nota entre ellas fisiológicamente ninguna diferencia
« fundamental. Así la antropología no hubiera llegado á la dis-
« tinción de los pueblos indo-enropeos y de los semíticos,
«si el estudio de las lenguas no hubiera demostrado que el
«hebreo, el siriaco y el árabe por una parte, el sánscrito, el
«griego, las lenguas germánicas, etc.; por otra, forman
«dos reuniones irreducibles. La hipótesis más natural
«que se presenta para explicar tal fenómeno, es supo-
«ner que una raza única, salida de una misma cuna, se ha
«dividido en dos ramas antes de poseer un lenguaje definí-
«tivo- Lo que parece confirmar esta hipótesis es, que los
«dos sistemas de lenguas de que hablamos, aunque absolu-
«tamente distintos, no dejan de ofrecer cierto aire de fami-
«lia, como dos gemelos que habiendo crecido á poca dis-
«tancia uno de otro, se hubieran separado después absolu-
«tamente hacia la edad de cuatro ó cinco años. El lenguaje
«aparece de este modo como un segundo momento en la
«existencia de la humanidad, y se ve uno obligado, á su pe-
«sar, á admitir un período en que los semitas y los Aria-
«nos vivían juntos sin lenguaje regular, ó á lo más, con el
«germen rudimental de lo que ha venido á ser más tarde el
«sistema indo-europeo y el sistema semítico.»
Sin embargo, esta hipótesis parece no confirmarse por la
historia de las lenguas, pues lo que ella enseña es, que ca-
da familia ha seguido un curso constante, que los idiomas
tienden á conservarse inalterables, y á no sufrir transfor-
maciones. El chino lleva cuatro mil años de ser una lengua
IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA. 503
monosilábica y sin flexiones, el sánscrito y sus sucesores,
han sido siempre respectivamente sintéticos; el vascuense,
rodeado de lenguas extrañas, es lo mismo que el primer día;
las lenguas semíticas vivieron siempre rodeadas de otras á
las que nunca pudieron robar el tiempo presente y las con-
jugaciones, que tanta falta les hacen; el othomí, en México,
al lado de las lenguas polisintéticas y con gramática, nun-
ca ha pasado de monosilábico, ni ha podido establecer bien
sus categorías gramaticales; el mexicano, junto al tarasco,
no ha podido pedirle prestado el infinitivo, tan útil en la ora-
ción. Esto no quiere decir que las lenguas no pueden per-
der algo, perfeccionarse ó corromperse: lo que se nota es
que en su esencia, en su sistema caracterísco, quedan inal-
terables. Una revolución, un trastorno, una conquista, pue-
den modificar una lengua; pero entonces sucede una de dos
cosas: la menos perfecta desaparece, para dejar su lugar á
la mejor, ó resulta una nueva lengua, una mezcla que par-
ticipa del genio de sus madres, como el español, francés é
italiano, por una parte, y el inglés por otra.
Pero aun cuando de esa clase de trastornos resultasen al-
gunas excepciones, no lo serían con propiedad, si se consi-
derara qué la ciencia no puede guiarse sino por aconteci-
mientos naturales, que debe distinguir entre la fuerza y la
libertad. ¿Qué se diría del geólogo que, para describir las
capas del globo, se guiara por lo que observaba en un te-
rreno trastornado por un acontecimiento particular? «Yo
«no respondo de los acontecimientos ocasionados por la
«fuerza, dice Du Ponceau, yo creo poder asegurar solamen-
«te que las lenguas abandonadas á sí mismas, tienen una
«tendencia manifiesta á conservar su estructura y sus for-
«mas originales.
«Al paso que vemos cómo se perfeccionan en la marcha
«progresiva de la sociedad todas las artes, dice Can tú, no
«han hecht) las lenguas ningún adelanto desde que nos son
«conocidas; no existe ni una sola que haya añadido ningún
«elemento esencial á ios que antes poseía.»
El Sr. Wisseman observa que: «En cualquiera época que
«tomemos una lengua, la hablamos completa en sus cali-
504 IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA.
«dades esenciales y características, puede perfeccionarse
«más, hacerse más rica y de una construcción más variada-
«pero sus propiedades distintivas, su principio vital, su al-
«ma si puedo llamarle así, parece formada enteramente, y
«no puede ya variar. Si ocurre una alteración es solamente
«por el nacimiento de una nueva lengua, que sale como el
«Fénix de las cenizas de otra; y aun cuando ocurra esta su-
«cesión, del italiano al latín, y del inglés al anglo-sajón, la
«cubre un velo misterioso: parece que este dialecto se en-
suelve como el gusano de seda para pasar al estado de cri-
«sáhda, y no le vemos sino cuando sale unas veces más,
«otras menos hermoso; pero siempre completamente orga-
«nizado y desde luego inimitable. Y aun mirándole de cerca
«veremos que este primer ser contenía ya dentro de sípre-
«paradas las partes y los órganos que debían algún día dar
«la forma y la vida al estado que había de suceder.»
¿Cómo conciliar, pues, todo esto, con la hipótesis que he-
mos considerado admirable? Creo que de esta manera. La
historia de las lenguas nos es conocida desde hace mucho
tiempo, es verdad; pero no desde su origen: de manera que
lo único que se puede probar es que los idiomas no han va-
riado de cierto tiempo acá; pero no otra cosa. Esto se pue-
de, pues, conciliar con la hipótesis expuesta, discurriendo
que las lenguas en su origen, pudieron tener un estado em-
brionario; que después se fijaron; que fijadas son inaltera-
bles, y que nosotros las hemos conocido ya en su estado de
fijeza.
Sólo de esta manera se puede explicar el hecho, de que
pueblos de una misma raza hablen lenguas diversas, no
obstante la estabilidad que se observa en el sistema de és-
tas.
Resulta, pues, de todas maneras, que el estudio délas
lenguas nos lleva á una época ante-histórica, la cual, según
unos, puede empezar desde Babel, y, según otro,,, desde
que las lenguas fijaron sus sistemas: de uno y otro modo se
conviene en una época remotosísima, en que la lingüística
alcanza más allá de la historia.
IMPORTANCIA DE LA LINGÜÍSTICA. 505
Respecto á que la igualdad de lengua prueba la de la ra-
za y familia, conforme al orden natural, y que sólo causas
extraordinarias pueden hacer excepción á esta regla, que-
da demostrado por lo dicho sobre la estabilidad que se ob-
serva en los idiomas, al menos desde que fijan su sistema;
y así, es claro que aunque una nación se divida en muchas,
todas conservarán la esencia, la sustancia de su primer len-
guaje, y, en efecto, lo vemos verificado como por ejemplo,
en los miembros, en la gran familia de lenguas indo-euro-
peas.
Sin embargo, puede suceder que una nación de cierta ra-
za, conquiste á otra que no sea de la misma, y le imponga
su lengua, en cuyo caso la igualdad de idioma no sería un
principio legítimo para deducirla de origen. En estos casos
debe tenerse presente la regla de Balbi: «Cuando dos idio-
«mas se encuentran, el menos cultivado, el menos literario,
«se pierde, en parte ó enteramente, pues no es la conquis-
«ta ni el dominio lo que introduce tal lengua en tal país: ca-
«si siempre es la superioridad relativa del idioma la que
«acaba por hacerle dominante, sea que pertenezca al ven-
«cedor ó al vencido.» Esto explica por qué v. g., el latín do-
minó en la Galia, y por qué en Egipto los hebreos conser-
varon su idioma, olvidado después en Babilonia-
Así, pues, aunque lo natural es que la comunidad de len-
guaje pruebe la de razón, para no incurrir en un error his-
tórico es más seguro auxiliar la filología con la ciencia de
Blumenbach, y entonces una y otra, ó confirman la igual-
dad de las naciones, ó descubren cosas inesperadas para la
historia, es decir, la fusión de razas diferentes, probada su
diferencia por la fisiología, y su fusión por la lingüística.
El estudio ¿3 aguas mezcladas también nos descubre
la reunión de los pueblos, pues en ellas queda marcada la
señal de las diversas madres que les dieron el ser, resul-
tando en resumen: que la igualdad de lenguas, por sí sola,
es una gran probabilidad de la comunidad de origen, por-
que lo natural, la regla general es que cada pueblo conser-
ve su lengua; que la igualdad de caracteres físicos además
de la del idioma, confirma el origen común de las naciones;
506
IMPORTANCIA DE LA LINGÜISTICA.
que la contrariedad entre la fisiología y la lingüística descu-
bre una fusión inesperada; y que la mezcla de idiomas nos
da á conocer cuáles son precisamente las diversas naciones
que se juntaron en un mismo lugar.
Tales son los descubrimientos que promete la lingüísti-
ca, procediendo de la manera que he explicado; tales los
progresos que con su ayuda puede hacer una de las cien-
cias á que es aplicable; con razón dijo un célebre gramático
inglés: languages clonotlie, las lenguas no mienten.
México, Agosto 22 de 1851.
OTRA VEZ EL NOMBRE DE MÉXICO.
«En el periódico titulado el «Siglo XIX,» apareció una
etimología de la palabra México, formada por el Sr. D. Jo-
sé María Cabrera, sobre la cual llamaba la atención de la
Sociedad de Geografía y Estadística, por cuyo motivo uno
de sus miembros, el Sr- Espinosa, propuso que se nombra-
se una comisión para examinarla. Casi al mismo tiempo se
leyó ante la expresada corporación, otra etimología de la
misma voz, por el Sr. Lie- Galicia, pidiendo que la Socie-
dad diese su opinión sobre ella, y en consecuencia de esto,
se nombró una comisión que examinara á la vez las dos eti-
mologías.
La comisión ha creído que el objeto de su encargo es bas-
tante claro; á saber: que diga si esas etimologías le parecen
buenas ó malas, exactas ó erróneas; si cree que la Sociedad
debe admitirlas ó reprobarlas-
Bajo este supuesto, la comisión ha hecho todas las in-
vestigaciones que han estado á su alcance, y ha reflexiona-
do atentamente sobre el particular. El resultado de sus
trabajos, ha sido convencerse de que el asunto de que se
trata, es uno de aquellos que se presentan á menudo en to-
das las ciencias, uno de aquellos puntos fundados en razo-
nes, más ó menos buenas, en argumentos más ó menos só-
lidos; pero que sólo producen opiniones probables, no una
certeza completa. Como sólo en este último caso, puede
una sociedad científica prestar su apoyo á la aserción de
un individuo, la comisión ha creído que la sociedad no debe
apoyar ni impugnar ninguna de las dos etimologías, sino
dejarlas como opiniones de sus autores, las cuales merecen
508 OTRA VEZ EL NOMBRE DE MÉXICO.
sin embargo, un justo aprecio por la conocida inteligencia
é ilustración de las personas que las han presentado.
En pocas palabras tratará la comisión de exponer las ra-
zones que han tenido para pensar de esa manera.
La palabra «México,» en ciertos casos, puede conside-
rarse como homónima, es decir, que bajo una misma forma
tiene varios significados, como sucede cuando se dice por
algunos etimologistas mexitli (sin perder ni cambiar ningu-
na letra) es el nombre del dios de la guerra, ó el de un cau-
dillo, ó el de una yerba que se cría en los alrrededores de
la capital. En ciertos casos, para atinar con el verdadero
significado de una palabra, es preciso apelar á comparacio-
nes relativas, al aspecto físico de los lugares, ásus circuns-
tancias locales, á la historia del pueblo de que se trata; pe-
ro en todo esto no hay sino confusión y variedad, no prin-
cipios fijos. En la historia de un pueblo no existe un solo
hecho notable que le haya obligado á inventar un nombre;
en las circunstancias locales y físicas de un lugar, hay
multitud de cosas que pueden haber llamado la atención de
sus fundadores. Así es que México, corno dicen algunos,
puede tener su origen en la abundancia del maguey metí,
que abunda en sus cercanías; puede significar fuente ó ma-
nantial, como quieren otros, en atención á los lagos sobre
que fué fundado, y así puede tener otras muchas interpre-
taciones.
Si la palabra México no se considera como homónima,
sino que sus varios significados penden de las alteraciones
que sufra la palabra, conforme á las reglas de la deri-
vación en mexicano, entonces puede consultarse la gramá-
tica de este idioma, es cierto, pero no por esto tenemos un
punto fijo de donde partir, porque para conocer el verdade-
ro sentido de una palabra, es necesario conocer su ortogra-
fía primitiva y nosotros no la conocemos re ípecto á la voz
México, lo cual se prueba suficientemente con la variedad
que hay sobre esto entre los autores. Por ejemplo, unos
dicen que México debía escribirse mecicatl, porque se deri-
va de metí, maguey y citli liebre; otros dicen que es mexitli
porque se compone de metí, maguey, y xitli ombligo; otros
que no es sino messico, porque significa el Mesías. Empero
no faltará persona que pueda observar á la comisión que el
OTRA VEZ EL NOMBRE DE MÉXICO. 509
que haya variedad de opiniones sobre una materia, no
prueba que todas sean erróneas sino que alguna puede ser
exacta, y que en consecuencia, á la comisión le toca exami-
nar cuál de las diferentes ortografías de la palabra México
e3 la buena, es la primitiva- A esto contesta la comisión?
que tal cosa no se puede hacer sino en las lenguas escritas,
porque en esta clase de lenguas por más cambios que haya
sufrido una palabra, es posible por medio del examen de
los libros formar su historia, consignar las alteraciones
materiales ó eufónicas que ha 3uf rido durante su uso; pero
donde la escritura no existe, ¿cómo adivinar la forma pri-
mitiva de una voz? así, pues, nadie puede asegurar hoy sin
ligereza suma, que la palabra México, tal cual la conocemos,
es la misma que usaron ios aztecas cuando la inventaron.
Si éstos cuando crearon la palabra México hubieran tenido
una escritura, no habría cosa más fácil sino recurrir á los
escritos de aquella época, y saber la verdadera forma de la
voz, como se hace con otros idiomas.
Tratándose de aplicar á los cambios de la palabra México
las regias generales de etimología, hay la misma dificultad:
que no conocemos, su forma primitiva; pero además existe
otra. Se ha observado que los idiomas cambian letras por
otras afines como b por p; k por g; etc; pero esta regla tie-
ne sus excepciones; hay casos en que se verifican cambios
de letras que no tienen analogía. Por ejemplo, en español
tenemos la / convertida en h, como de folia, hoja; de fato ha-
do; la l muda en j como de allio ajo; de cunículo conejo; de
speculo espejo. Estos ejemplos, y otros muchos, han permi-
tido que ios autores de obras sobre etimología, hayan esta-
blecido ciertas reglas particulares para ciertos idiomas,
que generalmente han sido los hindo-europeos; pero lo que
pasa con estos ¿será una regla para los idiomas mexicanos?
Nadie puede creerlo.
En fin, si no se considera que sea necesario tomar por
punto de partida, en la análisis de una palabra, su forma
primera; sino se han de seguir reglas para averiguar su al-
teración, entonces la falta de principios es más completa,
menos puede esperarse que nos fijemos en una base sólida,
porque como dice el vulgo y dice muy bien: «quitando y po-
niendo letras todas las palabras son iguales.» La com
510 OTRA VEZ EL NOMBRE DE MÉXICO.
podría presentar muchos resultados ridículos sacados por
los etimologistas que han caminado á su arbitrio, pero se
contentará con recordar la conocida etimología de menaje
que hizo descender á alfana de equus-
Resumiendo todo lo dicho, resulta que ni en la historia
de México, ni en las circunstancias físicas y locales de la
ciudad, ni en las observaciones, á desprecio de las reglas
etimológicas, hay un dato cierto que pueda guiar á la Socie-
dad para aprobar ó reprobar las etimologías que nos ocu-
pan, y ni aun tenemos á nuestra disposición otro medio, que
de conocerle todo lo supliría, y es el de comparar las varias
etimologías que hay de la palabra México con el signo jero-
glífico de esta ciudad, pues es claro que la etimología que se
conformara con el jeroglífico, sería la verdadera. Desgra-
ciadamente ese medio de comprobación nos falta, porque
hasta hoy no se conoce el signo de la capital del imperio az-
teca.
Por lo tanto, el dictamen de la comisión se reduce á lo que
ha dicho desde el principio: «que la Sociedad no debe apo-
yar ni impugnar ninguna de las dos etimologías que se le
han presentado, sino que debe dejarla como opinión de sus
autores, tributándoles, sí, el justo aprecio que merecen sus
trabajos.
México, Febrero de 1862. — José Guadalupe Romero. — Fran-
cisco Pimentel.
<«a*«»- ■
kUTljlü
fllViUA i AlLllAil/lVlllU
INTRODUCCIÓN
DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL CUADRO DESCRIPTIVO Y COMPARATIVO
DE LAS LENGUAS INDÍGENAS DE MÉXICO.
Una de las ciencias que más han llamado la atención de
los sabios de Europa en los últimos tiempos, principalmen-
te de los profundos y estudiosos alemanes, es la lingüística,
conocida también por los nombres de Filología comparativa
ó ethnográfica, ó simplemente ethnografía, aunque este últi-
mo no cuadra bien con su objeto, hablando con todo el ri-
gor etimológico. Está dividida en dos partes, esencialmen-
te distintas, el conocimiento práctico de las lenguas, y su
estudio comparativo,
Como otras muchas ciencias, comenzó la lingüística por
dedicarse á indagaciones estériles, y usar métodos falsos:
quiso edificar antes de tener materiales,
Buscar la lengua primitiva, la que debía contener el ger-
men de todas las demás; he aquí el objeto de los primeros
lingüistas. Su medio de comprobación fué la etimología:
pero no una etimología juiciosa y fundada, como realmente
existe; no la comparación de las palabras, sino la suposi-
ción de que en tal voz existía el sentido de tal otra. Por ejem-
plo: Goropio Becano, en 1569, quiso probar que la lengua
del paraíso había sido el flamenco, y para ello se valió de
etimologías como las dos siguientes: Adam es una palabra
compuesta de hat, odio, y clam, dique; porque era un dique
opuesto al odio de la serpiente. Eva se compone de e, jura-
mento, y vat, tina; porque era el receptáculo déla promesa
512 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
de un redentor. De esta manera fué siempre fácil elevarse
desde alfana hasta equus, etimología de Menaje con que se
caracteriza lo ridículo del sistema etimológico.
Alfana vient eZ'equus saris doute
Mais üfaut convenir aussi
Qu'en venant de la jusqu'id
lia bien changó sur la route. (Cailly.)
Pero no sólo el flamenco, defendido por Becano, preten-
dió ser la lengua primitiva; en el siglo XVII vemos á Web
abogando por el chino; en el XVIII á Per ron por el celta, y
á principios del presente á varios autores por el vascuence
ó cántabro. Empero, en todos tiempos, el hebreo fué el que
obtuvo más votos, y aun para literatos de nota era cosa ave-
riguada que en él debía verse el origen de todas las lenguas,
opinión todavía defendida por Antón en 1800. Autor hubo,
Duret, que no sólo le pone en primer lugar, sino que ase-
gura también, con toda formalidad, que en idioma hebreo
se entienden los ángeles y los bienaventurados.
Entre tanto, y por varios conductos, se reunían materia-
les, por lo cual debía haber comenzado la ciencia para pro-
ceder de un modo satisfactorio. Por una parte las cuestio-
nes sobre la lengua primitiva algo dejaban que se podía
aprovechar, por otra, los viajeros reunían listas de palabras
ó noticias de algunos idiomas desconocidos, y por otra, los
misioneros aprendían lenguas extrañas cuyas reglas fija-
ban en sus escritos.
Pero por lo que toca á los principios en que debía descan-
sar la ciencia, parece que Leibniz fué el primero en indicar*
los, sobre cuyo punto veamos lo que dice el Sr. Wiseman
en el primero de sus conocidos discursos: "La ethnografía
"debe á Leibniz los principios que le permitieron al fin re-
clamar un lugar entre las ciencias. Aunque por algunos
"pasajes de sus escritos se supone que apoyó los derechos
"delhebro á la primacía del lenguaje, en su carta á Tensel
"rechazaba las pretensiones de aquel idioma. Como quiera
"quesea, en cuanto pueda extenderse la simple compara-
"ción de las palabras, hoy que admitir que propúsolos pri-
"meros principios racionales, y que apenas existe una ana-
logía anunciada por los partidarios del sistema compara-
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 513
"tivo en los tiempos modernos, que no indicase él en algu-
"na parte: muchas de sus esperanzas se han cumplido, y
"verificádose muchas de sus conjeturas. En vez de reducir
"el estudio de las lenguas al inútil objeto seguido por los
"primeros filólogos, descubrió é indicó su utilidad con re-
lación á la historia para seguir el rastro de las emigracio-
"nes de los primeros pueblos, y para penetrar la oscuri-
"dad en que están envueltos sus documentos más antiguos
"y menos ciertos. Esta ampliación de fines produjo nece-
sariamente una variación de método. Aunque Leibniz, en
"ocasiones, y como por vía de solaz, se haya dejado llevar
"de insignificantes etimologías, conoció muy bien, que para
"aumentar la utilidad que quería dar á la ciencia, era pre-
"ciso establecer comparaciones entre los idiomas de los
"pueblos más distantes. Quéjase de que los viajeros no cui-
"daban bastante de reunir ejemplos de idiomas, y su saga-
cidad le hizo comprender que estos ejemplos debían for-
"marse con arreglo á una lista uniforme que contuviese los
"objetos más simples y elementales. Exhortaba ásus ami-
"gos á reunir palabras en tablas comparativas, á analizar el
"idioma georgiano, y á confrontar el armenio con el cofto,
"y el albanés con el alemán y el latín. "
La Emperatriz Catalina II de Rusia comenzó á realizar
los pensamientos del filósofo alemán, pues después de con-
cebir la idea de un vocabulario comparativo de todas las
lenguas entonces conocidas, y de haberle comenzado á for-
mar ella misma, encargó la continuación de la tarea al na-
turalista Pallas.
Aíás adelante, en 1874, se fundó la Sociedad Asiática de
Calcuta, y por su estímulo comenzaron á cultivarse las len-
guas del Este y del Sur del Asia, éntrelas cuales figuraban
principalmente el chino y el sánscrito.
Siguiendo la vía marcada por Catalina, los filólogos casi
se habían limitado á la comparación de los diccionarios; pe-
ro faltaba que considerar la parte principal de las lenguas,
lo que les da ser y vida, la gramática, hasta que á princi-
pias de este siglo apareció una obra notable, que causó una
verdadera revolución en la ciencia, la cual fué el MWrhi-
dates, honor de la Alemania. La comenzó Juan Adelung en
1806; pero murió este sabio sin haber publicado más que
33
514 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
el primer tomo, que trata de las lenguas de Asia, y hasta
1809 no apareció el segundo, que se ocupa en las de Euro-
pa: el tercero, que trata de los idiomas de África y Améri-
ca, se debe al profesor Vater, y fué publicado de 1812 á
1816, saliendo al año siguiente el último tomo (que contie-
ne un suplemento), formado por el mismo Vater y Ade-
lung el joven. En el Mithridates se vio por la primera vez,
una descripción de todas las lenguas conocidas, con un
ejemplo de cada una, que generalmente es la Oración Do-
minical.
También merece un lugar distinguido en la historia de
la lingüística, el infatigable jesuíta español Hervas, que en
su Catalogo delle lingue, el Vocavolario poliglotto, el Tratatto
delle grammatiche y 1' Aritmética delle nazione conosciute dejó
importantes materiales para la ciencia; de manera que el
Vocabulario de Pallas, las Colecciones de Hervas y el Mi-
thridates de Adelung y Vaber deben consideaarse como las
obras fundadoras de la filología comparativa-
Después de Hervas y Adelung ha seguido la ciencia un
curso constante y progresivo, cultivándose principalmente
en Alemania y Francia, como lo prueba, en este último país,
entre otras obras, el Atlas ethnográfico publicado por Bal-
bi, que puede llamarse el Mithridates de los franceses.
Por lo que toca á la América, he dicho que Vater incluyó
en el Mithridates la lenguas de esta parte del mundo; pero
como no le fué dable hacerlo de una manera completa, se
conoció la necesidad que había de ocuparse más seriamen-
te en los idiomas del nuevo continente, y entonces la socie-
dad filosófica americana de Piladelfia, fundada por Pran-
klin, comenzó tan interesantes tareas, siendo elresuin en
de sus trabajos la Relación sobre el carácter general y las for-
mas gramaticales de las lenguas americanas, presentada por
el Sr. Du Ponceau, presidente de aquella Sociedad. EL mis-
ino sabio escribió más adelante una Memoria sobre el sistema
latical de las lenguas de algunas naciones indias de la Amé-
del Norte, obra á la que el Instituto real de Francia
acordó el premio fundado por el conde Volney.
Además, se han publicado en los Estados Unidos otras
obras interesantes, siendo notable, entre ellas, la que lleva
el título de Ojeada sinóptica de todas las lenguas indias que
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 515
existen ó han existido en los Estados Unidos y en las 'posesiones
británicas de la América del Norte, por M. Alberto Gallatín,
impresa á fines de 1836.
Entretanto, muy poco, casi nada, se ha hecho respecto á
las numerosas é interesantes lenguas que se hablan en el
vasto territorio de México.
De los hijos del país, sólo uno es digno de figurar entre
los filólogos modernos, y éste no dio á luz más que un libro
capaz de ponerse al lado de las obras contemporáneas. Ha-
blo del P. Pr. Manuel Crisóstomo Nájera y de su Diserta-
ción sobre la lengua othomi. Sin embargo, esta obra, aunque
pequeña en volumen y referente á un solo idioma, ha sido
de grandes resultados para la filología americana, pues sir-
vió para modificar las conclusiones asentadas por Du Pon-
ceau sobre las lenguas de América. Este filólogo había
creído que todas esas lenguas eran polisilábicas, y el Padre
Nájera le hizo renunciar á la generalidad de su opinión, de-
mostrando que el othomí es un idioma monosilábico y de
estructura semejante al chino, cosa que el mismo Du Pon-
ceau ha confesado con la ingenuidad propia de un verdade-
ro sabio.
Entre las obras escritas por extranjeros, sólo en el Mi-
thridates se trata de algunas lenguas mexicanas- Empero,
faltan muchas; de otras se da una noticia tan vaga y super.
ficial, que apenas nos enteramos de su nombre, y aun en
las que más largamente se describen, hay omisiones y erro-
res muy notables: fácilmente podrá conocerlos el que quie-
ra comparar esa obra con las descripciones que se ven en
la presente. ,
Los demás escritos que hay sobre las lenguas indígenas
de México, no son sino materiales para la grande obra que
ha emprendido la filología, aunque sí muy abundantes res-
pecto á los que existen sobre otras lenguas de América,
como las de los Estados Unidos: basta leer las obras de Du
Ponceau para conocer la escasez de libros con que trabajó,
no obstante sus diligencias. ¡Honor álos misioneros caste-
llanos que, con fines más altos, procuraron también á la
ciencia documentos tan preciosos! Clavijero, en su diserta-
ción 6^ sobre la Historia de México, y con el objeto de re-
futar á un escritor ligerísimo, Paw, trae un catálogo de los
516 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA-
autores que han escrito en lenguas de México, y pasan de
ochenta, no obstante que su catálogo es muy corto respec-
to á lo que podría ser.
El Padre Nájera, en el prólogo á su obra citada, excla-
ma: "¿Cómo podría yo enumerar compendiosa y fácilmen-
'te las obras que en México se han escrito, ya en, ya sobre
las lenguas de los indios? La mexicana está con todas sus
gracias, y en toda su pureza, en cerca de doscientas obras
diversas de todo género de conocimientos: el othomí, en
la pluma de sesenta, ó más mexicanos, está diciéndonos,
que si bien no compite en riqueza de formas con su veci-
na, no le cede en la de las palabras, pues no es ni muda ni
limitada en medio de su rusticidad; la tarasca ni ha sido
menos fecunda en escritores que la othomí, ni está menos
contenta de los suyos que la mexicana: la yucateca, entre
'muchos escritos que posee, nos enseña á Dioscórides á
esa lengua traducido, y á Fleury hablando en la lengua
maya, siendo su intérprete el R. P- Fr. Joaquín Ruz; y no
no hay una sola lengua de cuantas se hablan en el territo-
rio que se denominó Nueva España, que no cuente con su
gramática, su diccionario, más ó menos extenso, y su ca-
tecismo, si bien no de todas se hayan publicado por la
imprenta. No existía la filología como ciencia en Europa,
cuando la metafísica de las lenguas se conoció por uno que
otro, en nuestro país. Aun no había la Emperatriz Catali-
na concebido la idea de un diccionario polígloto compara-
tivo, ni Adelung y Vater habían publicado sus obras filo-
sóficas sobre las lenguas, cuando el pensamiento de ellas
ya se veía, dando resultados, en algunos escritores nues-
tros. Si alguno tuviere esto por paradoja, se desengañará
leyendo en Beristain, cómo un Betanzos desde 1570 com-
paraba entre sí las lenguas de Guatemala, de las que Jua-
rros enumera hasta veintisiete y las separaba por fami-
lias, dándoles á reconocer respectivamente, por madres,
á las tres que él considera serlo de las demás; la kiché, la
kachiquel y la tzutuhil: allí mismo verá que Val, se había
ocupado en escribir un diccionario comparativo de cuatro
lenguas indígenas: allí, en fin, encontrará á Lázaro empe-
ñado en formar una gramática comparativa de algunas
lenguas indígenas. Y ¿no habla el mismo bibliógrafo de
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 517
'"dos escritores lenguaraces, que tuvieron el empeño de
"comparar entre sí, el uno el mexicano y el español, y el
"otro el othomí y el mexicano? Esto era ciertamente traba-
"jar en leña verde; pero ¿hubieran esos escritores empren-
dido semejante tarea, si no estuviesenpenetrados del prin-
"cipio que dio origen á una de las ciencias que más céle-
"bres son en nuestro siglo'?''
Hay pues, entre nosotros, muchas obras que facilitan el
estudio de los idiomas mexicanos; pero falta un libro que
los comprenda todos, conforme á las miras de la lingüísti-
ca; es decir, un libro donde se analicen, describan, juzguen
y comparen. En consecuencia, siendo este el objeto de la
presente obra, tiene el carácter de oportuna, el primero que
debe poseer todo escrito que se da á la luz pública.
Pero como no basta que una obra sea oportuna, sino que
además debe ser útil, me creo obligado á hacer algunas ex-
plicaciones acerca de la utilidad de la filología, y, en conse-
cuencia, de mi libro, que es una parte, aunque pequeñísi-
ma, de esa ciencia. Tanto más necesario es esto, cuanto que
se trata de una ciencia nueva, cuyo objeto y aplicaciones
pocos alcanzan, y cuando desgraciadamente aun de la utili-
dad de ciencias conocidas se duda por los que no las profe-
san, acaso por la razón que daba el médico suizo Zimmer-
mann; «El amor propio da al hombre una falsa idea de su
"valor, y extravía sus ideas acerca del mérito de las cosas.
"El ocioso se burla del estudioso; el jugador mira como un
"ignorante al que no conoce las cartas; el burgomaestre,
"hinchado con su vana importancia, pregunta con orgullo-
"sa satisfacción de sí mismo, para qué puede servir el nu-
merable ser que tiene tiempo de hacer un libro. La misma
"fatuidad entre los sabios, y la misma injusticia hacia sus
"émulos. El naturalista afecta un profundo desprecio por
"las opiniones del médico; el físico, que cifra toda su glo-
"ria en electrizar una botella, no comprende cómo el públi-
''co puede divertirse en leer discursos insulsos sobre la paz
"y sobre la guerra: el autor de un infolio desprecia al que
"no escribe más que un dozavo: el matemático todo lo des-
"precia. Se preguntaba un día qué cosa era un metafísico.
"Es un hombre que nada sabe, respondió un matemático."
518 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA-
Para poner, pues, á cubierto la lingüística del desprecio
ignorante ú orgulloso, haré las siguientes explicaciones:
La historia es la primera ciencia que recibe poderosos
auxilios de la filología. Los hombres no conservan ya el re-
cuerdo de una gran parte de los acontecimientos pasados,
los documentos que acreditan el origen de muchas nacio-
nes se han perdido ó se hallan tan confusos, que es preci-
so una nueva luz que los ilumine: muchos pueblos se en-
cuentran mezclados unos con otros, sin saber si fueron her-
manos ó huéspedes, amigos ó enemigos, conquistadores ó
conquistados. Basta fijar la vista en nuestro propio suelo,
en México. ¿Cómo conocer las familias que le habitan? ¿có-
mo clasificarlas? ¿cómo saber su origen? No hay otro medio
sino el estudio y clasificación de sus lenguas; y lo mismo
sucede respectivamente en los otros países.
Balbi considera que "el estudio comparativo de las len-
guas, tan interesante por sí mismo, y tan fecundo en
resultados importantes, está bien lejos de obtener la esti-
mación que merece- Sólo un corto número de sabios ver-
daderos saben apreciarle dignamente; casi todos los otros,
no le consideran sino como un estudio inútil, ó á lo sumo,
de una utilidad limitada Vamos, pues, á indicar bre-
vemente algunas de las numerosas aplicaciones de que es
susceptible, comenzando porque puede ser la base de la
historia y de la ethnografía. ¿Qué es nación? No se puede
responder de una manera conveniente á esta pregunta tan
interesante para el geógrafo, el filólogo y el historiador,
sin ayuda de la lingüística, pues es la única, ciencia que
suministra los elementos que determinan el carácter más
constante que distingue una nación de otra El nom-
bre de nación, en el sentido político ó histórico, es tan va-
riable como los acontecimientos que cambian tan frecuen-
temente la faz de la tierra .... La lengua es el signo ca-
racterístico que distingue una nación de otra, y á veces es
el único, porque todas las otras diferencias producidas
por la diversidad de raza, de gobierno, de usos, de cos-
tumbres y de religión, ó no existen, ó bien ofrecen mati-
ces casi imperceptibles. ¿Qué diferencia esencial presen-
tan entre sí las principales naciones de Europa, si no es
la lengua?. ..."
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 519
"Sólo, pues, por el examen de los idiomas que habíanlos
"diversos pueblos de la tierra; se puede llegar al origen
"primitivo de las naciones 'que la habitan. La historia no
"puede guiarnos en esta investigación, sino hasta los tiem-
"pos á que alcanza, y aun eso no es posible sino respecto al
"corto número de naciones°que poseen anales, ó á aquellas
"de las que se conservan algunos ¡recuerdos por historia-
dores extranjeros.. El mayor número de las naciones del
"mundo está fuera de su alcance; pero se presenta la
"ethnografía para ayudarnos por medio de la sabia aplica-
ción de los hechos que ha recogido, á llegar hasta el ori-
"gen primitivo de las diferentes naciones. Si se ha dicho
"con razón, que la geografía y la cronología son los dos ojos
"de la historia, me parece que la ethnografía es para am-
"bas lo que la cronología es para la historia. Sin una divi-
sión bien distinta de las fechas y de las épocas, todo es
' "confusión en esta última; sin la distinción bien precisa de
"los pueblos, la historia y la geografía se vuelven un ver-
dadero caos, un laberinto'donde se pierden los más claros
"talentos, los sabios dotados de la más basta erudición."
En un discurso leído por D. Pedro Felipe Monlau ante la
Academia Española, dijo: "Un estudio profundo de los di-
versos idiomas equivaldría, en verdad, auna historia com-
"pleta universal: y si acertado anduvo Buffon al afirmar
"que el estilo es el hombre, bien puede añadirse, con no me-
l,nor fundamento, que la lengua es la nación- Efectiva men-
"te, señores, si los contemporáneos no refiriesen las gue-
"rras feroces, las emigraciones de los pueblos, el cruza-
" miento y confusión de las razas que dieron origen á los.
"modernos, los filósofos descubrirían lo substancial de esas
"viscisitudesenlosidiomas que han conservado lahuella que
"indeleble imprimieron aquellas inundaciones é incendios
"de la historia. Bien así como los geólogos reconocen las.
"catástrofes del globo terráqueo en las diferentes capas
"de terreno y bancos de rocas, la análisis del filólogo puede
"llegar también á distinguir en el idioma de un pueblo las
"diferentes capas de lenguas extranjeras que atestiguan
"las catástrofes de los imperios."
"A pesar de los esfuerzos de la historia por conservar la
"memoria de los sucesos pasados, dice el Padre Nájera, mu-
520 Historia y aplicaciones de la filología.
"chos de ellos no han podido llegará nosotros; de no pocas
'"noticias somos deudores al canto de la fábula, y es tal la
"confusión con que otras se nos presentan á la vista, que
"más bien son objeto de nuestras conjeturas que de nues-
"tro conocimiento. La filosofía había conseguido poner á
"su luz muchos hechos de este género, mas otros no atina-
"ban á colocarlos dónde pudieran ser examinados- Ella
"misma no hacía sino contemplarlos á lo lejos, multiplican-
"do sus tentativas, aunque inútilmente, para poderlos ver
"de cerca. De este número de hechos han sido las emigra-
aciones del género humano, y su extensión por muchas
"partes del Orbe. ¿Qué era lo que la filosofía nos decía de
"nuestros antiguos indios? Que eran hombres como noso-
tros, si bien de distinto color, en la mayor parte- Mas
"¿quienes eran? ¿de dónde vinieron? ¿qué camino trajeron?
"He aquí cuestiones que la atormentaban y hacían formar
"distintos sistemas, que, como todos, á los cuantos días
"perdían su probabilidad, á manera de los malos charo-
"les que expuestos al aire se quedan sin brillo, y nada, na-
"da podía enseñar en la materia laque de nada estaba cier-
"ta. En tal conflicto, se dirige á la historia: busca las anti-
"guas tradiciones de estos pueblos, las halla confusas, os-
"curas y como los oráculos de las cibilas entretejidos de la
"verdad y de la fábula: registra los monumentos y se en-
cuentra con que algunos de ellos recuerdan la sencillez
"de los días de Abraham y de Jacob, y en otros conoce la
"grandiosa tosquedad de los egipcios, y no faltan algunos,
"que tengan algo de la cultura de los griegos: se encuen-
"tra con restos aislados de ciencias conocidas en el Orien-
"te, los usos y costumbres de esaparte del mundo conser-
vadas en el que tantos problemas ha presentado á la Eu-
"ropa. Todo esto, pero no más esto, ha enseñado la histo-
"ria á la filosofía. ¿Y qué ha podido averiguar de los tem-
"plos, palacios y sepulcros del Palenque y Mitla donde tal
"vez ni los Zapotecas ni los Tcholas, sino un pueblo más
"antiguo que ellos adoraron sus falsos dioses, vivieron, y
"enterraron á sus padres? Nada ciertamente- Entonces la
"filosofía, saliendo de sus profundas meditaciones, no de-
sespera sino que se abre un nuevo camino- Esos pueblos
"son nuevos, lenguas tienen; me acercaré á ellos, las apren-
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 521
"deré, las compararé entre sí con las que ya conozco del
"antiguo mundo: las lenguas no mienten. Esta fué una nue-
"va ocupación para la filosofía y en ella comenzó á hacer
"'nuevos beneficios á la causa de las ciencias. De entonces
''acá ¡qué no debemos á los trabajos que ha emprendido
"con el nombre de filología! ¡Qué hombres no ha inmorta-
"lizado! ¡Qué de verdades no ha puesto en claro! Mas aún
"no ha concluido su obra: no la deja de la mano, es cierto,
' 'y por esta razón la llevará á cabo. "
Después de la historia debe mencionarse la geografía,
como otra ciencia á la que es muy útil la lingüística, y cu-
yas aplicaciones pueden verse en Balbi: considérese aunque
sea solamente la ventaja que resulta de la interpretación
exacta de los nombres propios, de lugares, ríos, montañas,
etc. "Los hombres mueren dice Salverte, en su Ensayo
"sobre, los nombres propios: los ríos, las montañas, los valles,
"aun las ciudades, quedan y conservan largo tiempo sus
"nombres. Los antiguos nombres de lugares son otros tan-
"tos monumentos que mantienen el recuerdo de la pobla-
ción primitiva de un país, mucho tiempo después que ha
"desaparecido por el exterminio, la fuga ó la mezcla con
"la raza de los vencedores-"
También la filosofía debe esperar grandes adelantos de
la lingüística, porque como dice Du Ponceau: "El estudio
"de las formas del lenguaje nos descúbrelos misterios más
"ocultos del entendimiento humano; nos manifiesta de qué
"manera las ideas, nacidas de las percepciones, se presen-
tan absolutamente puras al espíritu del hombre, que no
"ha encontrado todavía y busca los medios de comunicar-
"las á sus semejantes" "Estudiar el lenguaje es estudiar
"el pensamiento, dice Balmes en su filosofía; el adelanto
"en un ramo es el adelanto en el otro: así lo trae consigo la
"íntima relación de la idea con la palabra."
La gramática general no existe todavía, y sólo existirá
por medio del estudio de las diferentes lenguas. Las obras
que hasta hoy llevan el nombre de Gramática general, no
son más que la reunión de principios comunes á cier-
tas lenguas determinadas, las más conocidas, de ma-
nera que teniendo conocimiento de otros idiomas, verdade-
ramente admira ver cómo los autores asientan que tal y
522 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
tal principio es común á todas las lenguas; cómo creen que
un mismo sistema es aplicable á todos los idiomas. Este
error viene de haber olvidado que el lenguaje es un hecho;
que no se puede conocer a priori; que si no se empieza por
la análisis no tendremos más que teorías infundadas. Para
que haya, pues, una verdadera gramática general, ó mejor
dicho, comparada, es preciso que antes la filología compa-
rativa haya clasificado todas las lenguas que sea posible,
según las analogías y diferencias que presentan sus gra-
máticas: entonces bastará hacerse cargo del sistema de ca-
da grupo, ó familia, y la exposición y comparación de los
sistemas, será la única y verdadera gramática universal,
pudiéndose entonces fijar y conocer perfectamente los ele-
mentos verdaderos y absolutamente necesarios del lengua-
je- Esa gramática podrá llamarse general, porque explica-
rá todos los sistemas diferentes; no porque uno sólo sea co-
mún á todas las lenguas, como algunos han imaginado erró-
neamente. Se ha confundido la identidad de ideas expre-
sadas, que no pueden menos de ser iguales en todas las
lenguas, con las formas que son diferentes. Entre los di-
versos sistemas no hay más que una cosa común; que todos
expresan el pensamiento.
Mucho más claro es el influjo de la lingüística en las len-
guas particulares, porque ella no se contenta con enseñar-
las conforme ala rutina, sino que las analiza, descompone y
explica en todos sentidos, de lo cual ha venido la regenera-
ción de muchas gramáticas particulares, el conocimiento
perfecto de idiomas extraños y la explicación délas anoma-
lías aparentes que se notan en las lenguas. El hebreo, por
ejemplo, era tenido por una lengua bárbara; pero los tra-
bajos de Herder hacen ver que, según su propia expresión,
no es sino «una bella y poética campesina:» en la misma
lengua, y en las demás semíticas, se tenía por cierto que
las raíces eran de dos sílabas, hasta que la filología estable-
ció que las raíces de todas las lenguas son monosilábicas:
el chino que se había tenido por inaccesible, dejó de serlo
luego que se le aplicó la análisis por los lingüistas. Como
ejemplos de las anomalías que pueden explicarse con la
comparación de las lenguas, bastará recordar que por la
análisis de los pronombres sánscritos quedan libres de to-
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 523
da irregularidad los de las demás lenguas de la misma fa-
milia: el verbo sustantivo que en latín, como en casi todas
lenguas, es irregular, encuentra en el mismo idioma dos
formas regulares de donde se deriva: en el inglés el com-
parativo better no puede derivarse del positivo good; pero el
estudio del persa nos demuestra que de él se tomó, pues
behter tiene la misma significación, derivado regularmente
de beh, bueno.
De la influencia de la filología en las lenguas particulares
se desprende la que tiene en la literatura, que sólo se com-
prende por medio de ellas- ¡Cuánta poesía no se ha encon-
trado en el místico hebreo! ¡Qué abundancia en la literatu-
ra china! ¡Qué tesoros de filosofía en los libros donde se ha
estudiado la lengua de la Italia! De la literatura sánscrita te-
nemos ya una historia completa en las lecciones pronun-
ciadas por Weber en Berlín (Academische Vorlesungen über
ind isch e literat 1 1 rgesch ich te) ■
Aun la zoología y la botánica pueden sacar partido de la
filología. Un sabio zoólogo, Desmoulins, redujo á cuatro
puntos las aplicaciones de la lingüística á la ciencia que
profesaban, y son:
19 La comparación de los sinónimos en las lenguas de
los países de donde son indígenas los animales, sirve para
rectificar los errores de las nomenclaturas clásicas respec-
to á las especies, ó sobre la patria verdadera de los anima-
les.
2? Cuando un animal vive esparcido en uno ó varios con-
tinentes, ó en una zona muy extensa de uno mismo, la uni-
dad ó la pluralidad de la raíz de los nombres que lleva en
cada país, indican si es ó no indígena.
3? Cuando algunos pueblos son de origen diferente y han
tenido pocas relaciones, pueden, por casualidad, haber da-
do el mismo nombre á animales diversos.
4? Los nombres que un pueblo emigrado da á los anima-
les de un nuevo país, si no adopta los de éste, indican, á fal-
ta de otros testimonios ó pruebas, el origen de este pue-
blo.
El mismo autor comprueba todo lo dicho con suficientes
ejemplos; y de la misma manera, relativamente, la botáni-
ca saca iguales ventajas de la lingüística-
524 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
En fin, la filología ha puesto ó pondrá término á multitud
de cuestiones ociosas sobre el lenguaje, propias para per-
der el tiempo, y para ocupar á los hombres estudiosos en
vanas discusiones, lo cual es ciertamente uno de los mayo-
res beneficios que puede hacer una ciencia: esas cuestiones
son tales como las que se refieren á la lengua primitiva, al
lenguaje único, ó afinidad de todas las lenguas, al proyecto
de una lengua sabia, al alfabeto universal, etc. , etc.
Con lo dicho creo ya suficientemente probado lo que me
proponía, atendiendo á los límites en que debe encerrarse
una introducción. Paso, pues, á tratar del sistema que se-
guiré en la presente obra, sin cuyo conocimiento carece-
rían de valor mis conclusiones.
Los filólogos se dividen en dos escuelas, por lo que toca
al medio de clasificación, pues unos buscan la afinidad de
las lenguas en sus voces, y otros en su gramática. Los par-
tidarios más notables del sistema léxico son Merian, Kla-
paoth, Rémusat, Balbi y Adelung el joven, y los del siste-
ma gramatical, Guillermo Humboldt, J. Adelung, W. Schle-
gel y su hermano Federico, porque aunque el Sr. Wise-
man pone á éste entre los primeros, yo veo que da la pre-
ferencia á la gramática, en su obra sobre la lengua y la filo-
sofía de los indios. A los gramáticos se pueden agregar en
tiempos más modernos otros filólogos distinguidos, como
Ernesto Renán.
El principio de los partidarios del diccionario se expresa
con las siguientes palabras de Klaproth: "Las raíces y las
"palabras son la tela de las lenguas; la gramática da forma
"á esa tela; pero no por eso cambian las lenguas esencial-
"mente, así como el diamante queda siempre tal, de cual-
"quier modo que esté labrado-"
El otro partido se funda en que la gramática es ingénita,
connatural á la lengua, por lo cual no puede un pueblo po-
seer la tela ó materia (las palabras) sin la forma (la gramá-
tica).
Para apreciar el valor de uno y otro sistema es preciso
marcar, ante todo, sus justos límites, porque de otra ma-
nera nos expondríamos á confundir el principio con la apli-
cación, el uso con el abuso. En lingüística, lo mismo que en
otras ciencias, se ha exagerado á veces, se ha errado, ó se
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 525
ha andado más allá de lo debido, según el juicio, la parcia-
lidad, ó la viveza de imaginación del filólogo, lo cual da á
entender que no es la ciencia, sino su mala aplicación, la
causa de ciertos errores.
Esto supuesto, vemos que en la escuela léxica se ha caí-
do varias veces en la equivocación de creer que dos lenguas
tienen un mismo origen, porque se les encuentran ciertas
palabras comunes; pero palabras que en ninguna manera
deben dar ese resultado, sino que son introducidas por el
comercio, la vecindad, los viajes, las guerras olas conquis-
tas. Por ejemplo: en la lengua castellana hay muchas pala-
bras árabes y algunas hebreas, y sin embargo estos dos
idiomas pertenecen á la familia semítica, mientras que el
castellano es de la indo-europea. En este caso la historia
nos explica que los árabes dominaron en España, y que mu-
chos hebreos se establecieron allí; pero á falta de historia,
¿no se engañarían los que quisieran suponer una comuni-
dad de origen al castellano y al árabe ó hebreo, por sus pa-
labras comunes? De la misma manera es seguro que se
equivocan los que quieren hallar afinidad entre el sánscri-
to y el vascuence, porque tiene éste algunas voces de aquél,
siendo así que nada es más natural, si consideramos que el
vascuence está rodeado de lenguas indo-europeas, que han
podido fácilmente comunicarle algunas voces.
Lo dicho es en cuanto á la clase de palabras; en cuanto al
número de ellas no ha faltado quien crea que tres ó cuatro,
algo parecidas, son bastantes para probar la analogía de
dos lenguas, sin considerar que la conformidad de nues-
tros órganos y la ley de la onomatopeya pueden producir
algunos sonidos semejantes.
Tan natural es esto, que así sobre ello como sóbrela cla-
se de palabras que deben compararse, han llamado al or-
den los lingüistas juiciosos de la escuela léxica^ pudiéndo-
nos servir de intérprete ó representante suyo Abel Rému-
sat, á quien no hay tacha que poner. Veamos cómo se ex-
presa este distinguido lingüista en su discurso preliminar
á las Investigaciones sobre las lenguas tártaras-
"Si se quiere rehacer la historia de un pueblo, del cual
"se posee el vocabulario y la gramática, he aquí como creo
"que se debe proceder. Será preciso, primeramente, to-
526 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
"mar las voces en corto número, pero verdaderamente
"esenciales; palabras que expresan las ideas más simples,
"cuya existencia es inseparable de la del hombre en socie-
"dad, y que los niños inventarían aunque no se les ensefia-
"ran, como padre, madre, hombre, mujer, cabeza, mano, sol,
"estrella, piedra, árbol, uno, dos, diez, etc- Si la lista de estas
"palabras fuese recogida por un temperamento juicioso y
"severo, causaría sorpresa el corto número de las que po-
"drían ser admitidas, y no causaría menos el número igual -
" mente reducido de razas á las cuales corresponderían las
"lenguas del antiguo continente, juzgadas por esas palabras
"fundamentales. En fin, no se podría observar sin. asom-
"bro, que lenguas que tienen por base el mismo fondo de
"expresiones radicales, y que se tiene derecho á conside-
rar como dialectos de un mismo idioma, se parecen espe-
cialmente en las palabras que expresan ideas de primera
"necesidad, y que difieren algo más en las que son secun-
darias. Los nombres de número que pasan de diez, y los
"grados de parentesco más lejano que hermano ó sobrino,
"son los primeros que difieren. Las palabras dos y tres han
"recorrido la Europa y el Asia, y las de padre y madre
' ofrecen notable analogía de uno á otro extremo del antiguo
"continente. Conforme á esta elección de palabras, se
"debería juzgar la lengua del pueblo que se trata de estu-
"diar. Si ellas difieren de las que en otras lenguas expre-
"san ideas correspondientes, el pueblo forma una raza dis-
tinta; si son las mismas, trae su origen de la nación que
"llama las cosas de la misma manera: no hay que vacilar,
"la distancia no importa; la casualidad puede producir la
"la coincidencia de tres ó cuatro expresiones, nunca de
"trescientas ó cuatrocientas."
Se ve, pues, que la clase de palabras que deben escoger-
se para tomar la identidad de dos lenguas, son primitivas,
y aunque su número sea corto, nunca tanto que pueda atri-
buirse á la casualidad. Después de asentar tan juiciosos
principios, continúa Rémusat diciendo que también deben
compararse las palabras que expresan ideas secundarias,
como los nombres de animales domésticos, metales, armas
frutas, plantas é instrumentos aratorios, las cuales prue-
ban comunicación de ideas, pero no un origen común: que las
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA- 527
expresiones teológicas, los nombres de divinidades, sacri-
ficios y fiestas, así como las palabras abstractas que expre-
san ideas morales ó metafísicas, deben colocarse en otra
clase, pues sus semejanzas no prueban un mismo origen,
sino relaciones de vecindad ó comunicación debida al celo
religioso; y que, en fin, las palabras comunes de literatura,
artes y ciencias sólo prueban que un pueblo ha recibido
lecciones de otro.
Después de estas explicaciones, concluye con las siguien-
tes palabras: "He aquí, según creo, los puntos principales
"en que es preciso fijarse para el examen etimológico de las
"lenguas. Los resumiré en pocas palabras. Las semejan-
4 'zas de la primera clase, ó palabras primitivas, prueban la
"descendencia de un mismo origen; las diferencias prue-
"ban la diversidad. Las de segunda clase indican relacio-
"nes políticas; las de tercera, una conversión religiosa; las
1 'últimas, comunicaciones literarias ó científicas. Palabras
"aisladas nada prueban, y si existen en gran número, indi-
can la fusión de algunas familias en el seno de una nación
"el establecimiento de algunas colonias; pero en todo caso
"es precisa apreciar las analogías según la clase de las pa-
labras, y pesar antes de contar. "
Según esto, podemos asentar que el principio del sistema
léxico, reducido á sus justos límites, es éste: "La comuni-
"dad de palabras primitivas en dos lenguas, en un número
"prudente que no pueda ser obra de la casualidad, prueba
"la igualdad de origen y vice versa."
Sin embargo, es preciso tener presentes algunas obser-
vaciones para no caer en el error de tomar como voces pri-
mitivas, que tienen por principio el origen común de las
lenguas, algunas que no llenan esta condición: tal sucede
con las voces onomatopeyas.
Se ha observado que en muchas lenguas hay ciertas vo-
ces primitivas llamadas onomatopeyas, las cuales imitan los
sonidos, los pintan, son, con toda propiedad, el eco de la
naturaleza. Muchas palabras de esta especie pueden ser co-
munes á pueblos separados que al principio fueron uno solo;
pero también la misma causa, el mismo motivo de imitación
pueden haber producido onomatopeyas semejantes entre
razas diversas: esta es cosa muy natural; así es que el lin-
528 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
güista debe caminar con desconfianza cuando se trate de
palabras que indiquen objetos cuyo sonido puede haber
motivado la expresión. Un solo ejemplo creo que será bas-
tante para ser mejor comprendido. La palabra rayo 6 re-
lámpago es, sin duda, primitiva, pues expresa uno de los
fenómenos que desde luego, debieron llamar la atención
de los hombres. Pues bien, encontramos que en chino la
palabro ley quiere decir rayo, y que ella es igual en forma
y de idea muy análoga al vocablo huaxteco ley, que signifi-
ca relámpago, y sin embargo una y otra lengua son tan di-
ferentes como los pueblos que las hablan. Un etimologista
podría equivocarse diciendo que no solo ley prueba un mis-
mo origen en el chino y el huaxteco, sino hasta en el espa-
ñol, pues este tiene relámpago, donde re se puede conside-
rar como la raíz trocada en le en las otras dos lenguas, por-
que carecen de re, y porque esta letra es á fin de l. Una crí-
tica más juiciosa nos dirá que las tres raíces iguales prue-
ban un origen común, es verdad; pero que este origen es el
de las voces onomatopeyas, la imitación de la naturaleza,
no la igualdad de raza é idioma. En efecto, nada más á pro-
pósito que la palabra ley, monosilábica, para expresar la
velocidad, y la l el ruido, á falta y en representación de su
análoga la r: estas dos letras vemos con qué facilidad las
confunden los niños y las personas que pronuncian mal.
Empero, no por esto vayamos á creer erróneamente, co-
mo Nodier, Adelung y otros autores, que todas las palabras
primitivas son onomatopeyas, lo cual no es exacto, porque
como dice P. Schlegel: "Las hipótesis relativas al origen
"del lenguaje hubieran sido enteramente omitidas, ó al me-
"nos hubieran tomado otra forma, si en lugar de proceder
"arbitrariamente los escritores y de entregarse á las fic-
"ciones de la poesía, hubieran emprendido fundarlas en
"investigaciones históricas. Pero lo que especialmente es
"una suposición del todo gratuita y verdaderamente erró-
"nea, es la de atribuir un origen igual en todas partes al
"lenguaje y el desenvolvimiento de la inteligencia. La va-
ciedad en este punto es, al contrario, tan grande, que en-
"tre el gran número de lenguas, apenas se encontrará una
"que no pueda servir de ejemplo para confirmar alguna de
,:las hipótesis imaginadas hasta ahora sobre el origen de
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA- 529
"las lenguas- Por ejemplo, que se recorra el diccionario de
"la lengua manchua, y se verá con asombro su multitud
"desproporcionada de palabras imitativas y onomatopeyas,
"de tal modo que esas palabras componen la mayor parte
"de la lengua. Si ese idioma fuera uno de los primeros y de
"los más importantes, si otras lenguas tuvieran en su ori-
"gen la misma conformación que el manchua, se podría
"adoptar la opinión que atribuye el origen de todas laslen-
"guas á ese principio de imitación. Pero ese ejemplo no
"parece servir más que para demostrar qué forma toma,
"algunas veces, ó debe tomar una lengua que puede for-
"marse en gran parte según ese principio, y hará renun-
ciar á la idea de querer explicar del mismo modo los idio-
"mas que ofrecen un aspecto del todo diferente. Que se con-
sidere, en efecto, la familia entera de esas lenguas en que
"poco há hemos tenido que ocuparnos (indo- europeas), y
"se verá que en alemán el número de las palabras onoma-
"topeyas y que imitan los sonidos es poca cosa, ala verdad,
"comparado con el ejemplo que acabamos de citar; pero es
' 'sin embargo considerable, y acaso no es menor que en
"persa. . . , En griego, y todavía más en latín, las onomato-
"peyas se hacen más raras, y en el sánscrito desaparecen
"tan completamente, que parece imposible suponer unori-
"gen semejante á la totalidad del idioma."
Respecto al sistema gramatical, se nota que sus partida-
rios pueden incurrir en dos errores. El uno es considerar
análogas dos lenguas tan solo por la semejanza de ciertas
formas aisladas, de ciertos giros, de algunos modismos
que pueden ser comunicados de la misma manera que las
palabras, es decir, por las relaciones políticas, comercia-
les, literarias, etc. Volviendo á poner de ejemplo el caste-
llano, el hebreo y el árabe, vemos que la primera de estas
lenguas usa á veces afijos como la última, y que tiene algu-
nos modismos comunes al hebreo. Tales analogías nos las
explica la historia; y tal ejemplo nos hace tomar experien-
cia para desconfiar de ciertas conclusiones.
El otro error de los gramáticos puede consistir en pre-
tender que algunas analogías prueben origen común de
lengua, cuando no vienen sino de la unidad del pensamien
to humano, de las ideas comunes y necesarias de la igual-
34.
530 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA-
dad de sentimientos, en una palabra, de la identidad del
sistema psicológico. Que unas mismas causas producen
los mismos efectos, es una verdad que no puede olvidarse
en la lingüística, antes es preciso tenerlas muy presentes-
¿Qué tiene de extraño, por ejemplo, que un pensamiento se
exprese con los mismos giros en lenguas que conservan
toda su libertad y sencillez, como se observa en el estilo de
Esquilo comparado con el de los poetas hebreos?
Así, pues, los partidarios verdaderamente juiciosos del
sistema gramatical han evitado también toda exageración:
Guillermo Humboldt dice, en su carta áRémusat, que cier-
tas analogías de gramática sólo prueban igual grado de ci-
vilización; y el mismo sabio para deducirla anología que se
observa entre diversas lenguas americanas, se fija, no en
tales y cuales formas secundarias, sino en el verbo que es
el alma del discurso. Federico Schlegel al comparar el per-
sa y el sánscrito, explica que el primer idioma tomó algu-
nas formas del árabe, por las relaciones de los dos pueblos
que hablaban esas lenguas, y sin embargo, hace ver la se-
mejanza del indio y del persa, analizando la conjugación.
Ernesto Renán, cuando ve el empeño de algunos autores
por asimilar el copto á las lenguas semíticas, observa que
"ciertas clases de analogías son insignificantes para esta-
blecer un parentesco primitivo; que un sistema gramati-,
"cal se forma de una vez; y que es un absurdo suponer que
"dos grupos de lenguas posean en común una mitad de su
"sistema gramatical, sin asemejarse en la otra. "
Si, pues, comparando dos lenguas se encuentran que tie-
nen un mismo sistema, en lo general, puede asegurarse su
analogía; si tienen sólo parte de él, debe creerse que la una
tomó algo de la otra, ó que la igualdad de causas produjo
en ellas los mismos efectos. Por ejemplo, el tarasco usa de
inflexiones en el verbo, y el nombre tiene declinación. ¿Se-
rá por esto igual al latín ó al griego? De ninguna manera,
porque exceptuando estos dos puntos, vemos que la voz pa-
siva y todas las demás modificaciones del verbo activo, no
se expresan con inflexiones, sino con partículas intercala-
res; que lo mismo sucede respecto á las preposiciones, de
que carece el tarasco; y en fin, analizando bien la lengua
nos convencemos de que en ella domina el sistema de par-
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 531
tículas, no el de inflexiones. No hay, pues, armonía de sis-
tema; hay sólo una analogía casual que tuvo por principio
común la necesidad de expresar por algún medio los acci-
dentes del nombre y del verbo, cuyo medio, aunque vario,
puede en parte resultar igual en dos idiomas muy distintos
en lo general. Podrían encontrarse otros casos por el esti-
lo. ¿Qué tiene, si no, de imposible que los verbos de dos
lenguas presenten los mismos tiempos.? Estos no son real-
mente más que tres, presente, pasado y venidero; pero pue-
den combinarse de varios modos, y resultar que en dos len-
guas diversas se hagan las mismas combinaciones- Los ob-
jetos son uno ó muchos, de donde vienen los números sin-
gular y plural; pero entre la unidad y la muchedumbre hay
ideas intermedias, dos, tres, etc. : pueden, pues, dos pue-
blos fijarse á la vez en los grupos de dos y tres cosas, é in-
ventar el número dual y trial, y no por eso ser hermanos ni
tener igual idioma. ¿El matlatzinca será el hebreo porque
tiene dual? De ninguna manera, porque en lo demás son
muy distintas las dos lenguas.
Comparando los idiomas de esta manera, podremos co-
nocer si se verifica ó no lo que expresa Renán con las si-
guientes palabras, que todo lingüista debe tener muy pre-
sentes, á fin de comprobar las analogías ó diferencias que
crea ver en las lenguas: "El criterio para establecer la dis-
tinción de las familias, es la imposibilidad de explicar có-
"mo el sistema de la una ha podido salir del sistema de la
"otra por medio de transformaciones regulares."
En efecto, ¿podrá concebirse, por ejemplo, cómo el sáns-
crito se volvió chino, ó el huaxteco se volvió español? Tome-
mos, si dudamos, la conjugación de estas dos últimas len-
guas, y expliquemos: Primero, cómo al volverse español el
huaxteco, perdió completamente sus prefijos sin dejar tra-
za de ellos- Segundo, cómo perdió su voz pasiva para su-
plirla con el verbo ser, de que carece el huaxteco. Tercero,
qué hizo de las partículas con que expresa reflexión, ó có-
mo éstas se convirtieron en los pronombres me, te, se-
Cuarto, por qué abandonó la sílaba chin para marcar los
verbos frecuentativos, y ahora, en el español, sólo por la
idea pueden conocerse. Quinto, en fin, cómo adoptó, ó de
532 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
dónde sacó los verbos auxiliares para la conjugación. Nada
de esto se explica ni puede explicarse.
Por el contrario, si compararnos el idioma castellano con
el latín, veremos que aunque tiene ciertas diferencias na-
turales por ser el español una mezcla de varias lenguas, en
la parte correspondiente se comprende cómo pudo el latín
volverse español; pues aunque éste, por ejemplo, no tiene
terminaciones para el nombre con el objeto de expresar el
caso, sí las tiene para el número y género, y en el pronom-
bre se ha conservado casi completa la declinación: aunque
ha perdido la terminación para el comparativo, la conserva
en el suijerlativo: el mecanismo del verbo es igual, pues se
forma por medio de terminaciones añadidas á la raíz: aun-
que la pasiva no se conserva, sino que se suple con el verbo
ser, ya vemos esto mismo en el latín, en los tiempos preté-
rito perfecto y pluscuamperfecto, y de esta manera se ex-
plica todo lo demás respectivamente.
Resulta, pues, que el buen principio del sistema grama-
tical es este: "Dos lenguas son análogas cuando hay armo-
"nía en su sistema general y en sus formas principales (el
' 'verbo) ; cuando una de ellas puede transformarse en la
"otra por medio de procedimientos regulares."
Analizados ambos sistemas, debemos ya escoger entre
uno y otro, por lo cual diré que, para mí, no hay resultado
satisfactorio si no está fundado en los dos. Por varios mo-
tivos: Primero, porque así lo aconseja la naturaleza misma
de las lenguas. Segundo, porque de hecho no es posible
considerar como resultados científicos, sino los que se apo-
yan en los dos sistemas. Tercero, porque las concesiones
que hacen los partidarios de un sistema al otro, prueban la
insuficiencia de uno solo.
Toda lengua consta de gramática y diccionario desde el
primer instante de su aparición, y no puede ser de otra
manera. Que empezara el lenguaje por gramática sin dic-
cionario, es decir, que hubiera forma sin materia es cosa
tan absurda que á nadie le ha ocurrido; y lo segundo, que
primero hubiera palabras y luego gramática, es suposición
que carece de fundamento: el estado ante-gramatical como
llaman algunos, no puede comprenderse, porque ¿qué es la
materia sin la forma? ¿qué las palabras sin la gramática?
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA- 533
Un idioma que no lo es, una reunión de voces sin sentido,
un ruido confuso. Abrase el diccionario de cualquier len-
gua, léase de un cabo á otro, y dígase ¿qué raciocinio se en-
cuentra expresado? ¿qué juicio? ¿qué idea completa?
Lo natural es, pues, que las lenguas sean iguales ó difie-
ran en los dos puntos que las constituyen desde el principio,
siendo así que en el curso desús revoluciones no cambia su
esencia, como lo demuestra la historia. Aunque las palabras
varíen de forma, la raíz queda inalterable; aunque la gramá-
tica sufra algunas modificaciones, el sistema propio y ge-
nuino de la lengua siempre es el mismo. Examínense el chi-
no, el vascuence, las lenguas americanas y otras muchas, y
después de centenares de años se encontrarán incólumes:
sobre todo en las lenguas derivadas, es decir, en las que
más trasform aciones han sufrido, es donde mejor se conoce
la verdad de lo que he dicho; y en prueba bastará citar los
dialectos del latín, cuya gramática y diccionario encuentran
perfecta explicación en la lengua madre- La historia pre-
senta ejemplos de pueblos que han olvidado completamente
su idioma para adoptar otro; pero que una nación haya adul-
terado su lengua al extremo de perder sus raíces y su sis-
tema, es cosa que nunca se ha visto.
Respecto al segundo punto, es natural que así sea, y cons-
ta á todos los que están versados en filología. Hasta ahora,
no se tienen por miembros bien caracterizados de una fa-
milia, sino las lenguas que han sufrido el examen gramati-
cal y léxico, como sucede á las que forman las familias in-
do-europea, semítica, etc. Por el contrario, las conclusiones
de una sola escuela no pasan de opiniones; tal sucede con la
afinidad del cofto con las lenguas semíticas; del vascuence
con las indo-europeas; de las americanas con las del anti-
guo continente, etc., etc-
En fin, que los partidarios de un sistema tienen que ape-
lar al otro, es fácil de probar. Merian, que en su Estudio
comparativo de las lenguas ha desarrollado los principios de
su escuela, dice que en los idiomas hay una doble afinidad;
la una que consiste en los lazos comunes de parentesco que
unen todas las lenguas; la otra en ciertas analogías que per-
miten colocarlas por familias. Para esto último cree útil la
comparación de las formas gramaticales que dice: «No hay
534 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
«que parar la atención en el edificio gramatical, sino por lo
«que respecta á su división por familias.» Pues bien, esto
basta, porque la buena filología no pretende más que la di-
visión de lenguas por familias; pero no la unión de todas co-
mo han querido Merian y otros; ni sostiene la infundada su-
posición de que las lenguas son dialectos de una sola, por-
que ya está probado que esto es imposible.
Otro escritor, amigo de la comparación de raíces y pala-
bras, Bergier, en sus Elementos primitivos de las lenguas^
después de querer probar que de la comparación de las raí-
ces se infiere que todas las lenguas son una misma, dice:
"Para suponer la identidad de dos lenguas no basta que
''tengan las mismas raíces ni que tengan varios tér-
" minos comunes, pues todas tienen algunos; sino que es
''preciso que esos términos sean en muy gran número; so-
mbre todo en la sintaxis de las lenguas (es decir en la gramá-
"tica) es preciso fijarse para decidir su diferencia."
Balbi, en su Introducción al atlas, no obstante su prefe-
rencia por las palabras, conoce que '"para'jazgar de la ana-
logía de las lenguas no basta comparar sus vocabularios
"respectivos, sino que es preciso también extender Jaconi-
"paración á sus gramáticas: estos dos medios tomados ais-
ladamente podrían dar los resultados más erróneos."
Por parte de los gramáticos bastaría citar al que es quizá
el más profundo, no sólo de su escuela, sino de todos ios fi-
lólogos modernos, á Guillermo Humboidt. Este sabio, en su
Ensayo sóbrelos mejores medios de determinar las afinidades de
las lenguas orientales, concede la debida importancia á las
analogías verbales. Su hermano Alejandro, respetable por
la variedad de sus conocimientos, dice: "El estudio de las
"palabras debe siempre ir acompañado del de la estructu-
ra de las lenguas, y del conocimiento íntimo de las formas
"gramaticales-"
Sin embargo de todo lo dicho, exacto y verdadero como
es, ocurren estas preguntas: siendo la filología una ciencia
que debe fundarse en hechos, ¿qué es lo que estos nos di-
cen acerca de la presente cuestión? ¿Real y positivamente
no hay lenguas iguales sólo en la gramática ó el diccionario?
A esas preguntas contestaré que yo, por lo menos, no
recuerdo se haya probado hasta ahora semejante cosade una
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 535
manera verdaderamente científica, pues aunque algunos es-
critores lo han pretendido, ha sido incurriendo en alguno de
los vicios de uno ú otro sistema refutados anteriormente.
Por ejemplo: se dice que las lenguas semíticas, comparadas
con las indo-europeas, tienen el mismo diccionario, y la gra-
mática diferente; y que en las americanas se nota lo contra-
rio; pero lo más cierto es que aunque en efecto las primeras
de esas lenguas tienen voces semejantes, algunas no son pri-
mitivas, sino comunicadas; y otras pueden referirse á la ley
de la onomatopeya, como minuciosamente lo explica Renán
en su Historia de las lenguas semíticas. Por lo que toca á la
igualdad de gramática de las lenguas americanas, tampoco
es exacta. Es verdad que Du Ponceau, el que mejor ha es-
crito sobre ellas, dice: "Las formas polisintéticas parecen
"existir en todas las lenguas americanas desde Groelandia
"hasta el Cabo de Hornos;" pero áesto hay quehacer algu-
nas observaciones.
La primera es, que no ha resultado exacto que todas las
lenguas americanas sean polisintéticas, pues el Padre Ná-
jera, según indiqué antes, ha probado lo contrario respec-
to al othomí.
Por otra parte, dos lenguas pueden ser polisintéticas y
tener un sistema gramatical diferente, lo que no me cansa-
ré en probar, porque en la presente obra se verá suficien-
temente demostrado. Además, deben considerarse la sín-
tesis y la polisíntesis como caracteres que no tienen por
principio la igualdad de origen, sino otro, el cual es aquí la
edad, la antigüedad, pues se ha observado que generalmen-
te las lenguas mientras más antiguas son más complica-
das, y que en su curso se han ido volviendo analíticas- Com-
párense, en prueba, los dialectos del latín con esta lengua,
ó véanse las observaciones que sobre el particular hace
Renán en su Origen del lenguaje.
Pero si no obstante esto queremos llevar la duda más
adelante, y preguntamos de nuevo si es absolutamente impo-
sible encontrar lenguas de la clase que he mencionado, se-
rá preciso decir que no puede contestarse sin ligereza de
una manera completamente negativa, porque para esto era
preciso que conociéramos ya todos los idiomas del globo, y
que ellos confirmaran lo que se ha tratado de sostener.
536 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
Mas como muchas lenguas aún son desconocidas, como en
las que conocemos se encuentran grandes anomalías, y co-
mo los idiomas sufren revoluciones, acaso, por más extra-
fio que parezca, se encuentren algunos que realmente sean
solo análogos en el diccionario ó en la gramática. En este
caso, y con tal de que se observen las reglas asentadas an-
tarior mente- el filólogo puede asegurar la analogía de tales
lenguas, porque aunque lo completamente satisfactorio,
como se ha sostenido, y lo indudable, es la igualdad ó dife-
rencia en diccionario y gramática, tampoco se puede atri-
buir á la casualidad la analogía en sólo una ú otra cosa-
Quedan, pues, discutidos los sistemas empleados por los
filólogos, y fundado el que me propongo seguir: réstame
únicamente explicar el plan de la presente obra.
Va dividida en tres partes: la primera descriptiva, la se-
gunda comparativa, y la tercera crítica.
Los materiales que hoy poseemos sobre las lenguas de
México, y de que ya he hablado, son gramáticas, dicciona-
rios y escritos religiosos hechos por los misioneros, en su
mayor parte. En el tiempo en que escribieron, la gramáti-
ca estaba muy atrasada, de modo que no tuvieron, general-
mente hablando, más modelo que la latina de Nebrija, y á
ella quisieron amoldar las lenguas del país. De aquí han
resultado tales errores, que es preciso purificar una á una
cada gramática para poder presentar en la -posible pureza
las lenguas de México. "Si se desea conocerla bella lengua
''mexicana, dice Du Ponceau, no hay que contentarse con
"lo que dicen los gramáticos españoles; es preciso estudiar,
"camparar y juzgar por sí." Lo mismo puede decirse de to-
das las otras lenguas. En consecuencia, la parte descripti-
va servirá para describir cada una de la manera más clara,
sencilla y concisa que me sea posible, á fin de dar á cono-
cer su sistema, que es lo que hace á mi objeto-
Dos métodos pudiera seguir; uno, presentar sencillamen-
te el resultado de mis trabajos; el otro, ir discutiendo los
puntos necesarios y sacar las consecuencias. El primer
método tiene la ventaja de no fatigar al lector, y el segundo
de satisfacerle: he creído, pues, deber adoptar un medio-
En el texto presento sencillamente los resultados de mis
estudios; pero agrego al fin de cada lengua las notas nece-
HISUORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 537
sarias para comprobar las faltas que he advertido en los
autores que sigo.
Como todo lo que puede decirse sobre una lengua se re-
duce á su mecanismo, su diccionario y su gramática, en
esas tres partes se divide la descripción que hago de cada
una. Considero como su mecanismo las letras de que se
componen las palabras, su clase, cambios, pronunciación
y combinación; el número de sílabas que tienen las voces;
su acentuación; composición ó formación. Sobre el diccio-
nario diré la clase de palabras que abundan, ó que haya no-
tables en algún sentido- Las formas gramaticales serán el
último objeto. Cuando la lengua tenga dialectos, los expli-
caré al fin. Con el nombre de noticias preliminares diré, al
principio de cada lengua, el lugar donde se habla, explica-
ré la etimología de su nombre y daré algunas noticias bi-
bliográficas; aquellas únicamente que en el curso de mis
estudios me ha sido dable adquirir.
Respecto á la ortografía que pienso seguir en todas las
lenguas, haré una advertencia general. Varios autores res-
petables han querido reformar la ortografía, de modo que
se escriba lo mismo que se pronuncia, y han aducido á fa-
vor de su pensamiento razones nada despreciables. Sin em-
bargo, otros no quieren que se altere en lo más mínimo, y
entre ellos Nodier llega hasta llamar bárbaro, ignorante y
falsario, al que tal hace. Yo soy déla opinión de Nodier,
porque siendo el lenguaje la expresión de nuestros pensa-
mientos, veo que lo importante es conocer el verdadero
sentido délas palabras, y esto no puede lograrse, en las len.
guas derivadas, sino por medio de la etimología; y la étimo,
logia se pierde si no se respeta la ortografía. Pero estas ra
zones es claro que sólo hablan con las lenguas escritas; que
nada valen, pues, respecto á las indígenas de México, y
que, por lo tanto, es un despropósito querer adaptarles to-
dos los defectos de la ortografía castellana. En consecuen-
cia, advierto que el alfabeto de esas lenguas, es para mí el
que naturalmente les corresponde, según el sonido, con cu-
ya explicación no se extrañarán las diferencias que en este
punto se me noten con los autores que me sirven de guía.
A este propósito tengo presentes las reglas de una orto-
grafía perfecta que desde el siglo XVII dieron los sabios
de Port-Royal en su gramática general.
538 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
Primera, Que toda letra exprese algún sonido, es decir,
que no se escriba nada que no se pronuncie.
Segunda. Que todo sonido tenga su letra correspondien-
te, es decir, que no se pronuncie nada que no esté escrito.
Tercera. Que cada letra sólo exprese un sonido simple ó
doble.
Cuarta. Que un mismo sonido no se exprese con varias
letras.
Esto supuesto, se verá, por ejemplo, que las letras c, q y
z las suplo con solo la k y la z, porque la c falta á la regla
tercera en castellano, pues expresa dos sonidos ca, co, cu,
como k, y ce, ci, como z; la q se expresa mejor con la le, omi-
mitiendo una u inútil en que qui, conforme á la regla pri-
mera.
Lo que sí no será posible remediar de un modo perfecto,
es lo que previenen dichas reglas, en cuanto sea necesario
usar de caracteres nuevos, porque no es fácil encontrarlos
en la imprenta, por lo cual en este punto me supliré del me-
jor modo posible con nuestras propias letras, haciendo las
debidas explicaciones.
Me ha obligado también á adoptar esa ortografía otra ra-
zón, y es la de que para comparar las lenguas, conviene ha-
cerlo fijándolas de una manera uniforme, lo cual no se con-
sigue sino adoptando un mismo método para todas. Donde
un autor pone 11, otro pone y; donde aquel puso c, éste pu-
so q, de lo cual resulta que palabras iguales parecen dife-
rentes, y que es preciso cansarse en hacer explicaciones
para demostrar su analogía.
Respecto á otros puntos, y donde crea que de introducir-
se variaciones puede resultar oscuridad, preferiré seguir
la costumbre. La gramática filosófica ha examinado ya va-
rios puntos satisfactoriamente, y las gramáticas particula-
res se van aprovechando de sus observaciones; pero esto
está muy distante de ser común, y así es que si adopto
nombres técnicos desconocidos, y hago divisiones y subdi-
visiones poco usadas, aumentaría la dificultad de entender
lenguas extrañas, y no conseguiría mi principal objeto, que
es la claridad. Empero, podrá haber algunos casos en que
resulte ésta, y no confusión, al apartarme de la costumbre,
y entonces lo haré.
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA. 539
Sobre la pronunciación, sólo explicaré la de de aquellas
letras que se diferencien de las del castellano, entendién-
dose que las demás se pronuncian como en nuestra lengua,
cosa que no podía hacer de otro modo, porque, ó la pronun-
ciación se enseña de viva voz, ó comparándola con la de otros
idiomas: lo primero no puedo hacerlo; luego el segundo me-
dio es el que me queda, y ninguna cosa más natural que to-
mar por punto de comparación el idioma en que escribo y
que mejor conozco.
En cuanto al orden de presentar las lenguas, me ha pare-
cido indiferente, pues cada una puede formar parte sepa-
rada; así es que las he puesto según aquel en que las he ido
estudiando.
La parte comparativa tratará de lo que su nombre indica,
usando el sistema mixto, que he discutido y tratado suficien-
temente; advirtiendo que en la comparación de las pala-
bras, no me limitaré á las primitivas, sino que me extende-
ré á las que indiquen relaciones políticas comerciales, etc.,
porque es clara la importancia de esto para la historia de
los pueblos.
Debo advertir, para conocimiento de los lectores poco
instruidos (pues mi idea no es ia de escribir sólo para los
sabios,) que al comparar las palabras no debe esperarse re-
sulten enteramente iguales en las lenguas análogas, es de-
cir, que conserven exactamente la misma forma, porque te-
niendo tanta flexibilidad nuestros órganos, con la mayor fa-
cilidad se cambian las letras ai pasar de un idioma á otro.
Lo primero que se observa en este punto, es que las vo-
cales, cuya pronunciación es más fácil, son, por lo mismo,
las más frecuentes en cambiar, como se ve de la palabra
piedra, en las lenguas siguientes:
Alemán Stein.
Godo ■ • • -. • • -Stains.
Anglo- sajón • • • • Stan.
Inglés Stone-
Bajo alemán Steen-
Cimbro Stoane.
Irlandés • - • Steim.
Frisón Sting.
Sueco ....•••• Sti n.
Danés Steen-
540 HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOGÍA.
Lo segundo que se observa es, que las consonantes se
truecan por sus afines, es decir, labiales por labiales, den-
tales por dentales, etc., como se ve en los siguientes ejem-
plos de la palabra cavar.
Godo Graba.
Antiguo alemán • • • . . . . . Gravo-
Danés Grave.
Sueco Graefva.
Estoniano Kraioi.
Lo tercero es, que aunque suele fallar la regla anterior,
el estudio hace ver que hay ciertas mutaciones particula-
res que pueden fijarse, pues se observa que generalmente
tal letra se cambia en tal otra, aunque no sea su afín; v. g.,
la /latina se vuelve frecuentemente h en español.
Lo cuarto es, que no sólo cambian letras las palabras, al
pasar de un idioma á otro, sino que pierden ó agregan algu-
nas como puede observarse en algunos de los ejemplos pues-
tos anteriormente.
En fin, la parte crítica, tiene por objeto hacer un juicio de
las lenguas de México, apreciar sus buenas cualidades y
confesar sus defectos, como también observar respecto á
ellas todo lo que me parezca interesante á la ciencia.
La presente obra podrá salir en dos ó tres volúmenes, los
cuales publicaré sucesivamente, porque es muy difícil ad-
quirir á la vez todos los materiales necesarios: la casualidad
que proporciona hoy un buen surtido de libros, deja de pre-
sentarse después, durante mucho tiempo, lo cuales natural
que suceda en un país donde todas las empresas literarias
están á cargo de los particulares, donde la falta de gobier-
no ha hecho imposible hasta ahora la formación de una. bi-
blioteca nacional, que debía contener todos los documentos
de nuestra historia y antigüedades. Sólo, pues, al favor de
mi hermano político D. Joaquín García Icazbalceta y de los
Sres- Licenciados D. José Fernando Ramírez y D. Pasca-
sio Echeverría, debo los documentos con que he podido co-
menzar.
Esa misma dificultad que hay para conseguir materiales,
me hace imposible fijar cuáles y cuántas lenguas deben apa-
recer en la presente obra; pero sí advertiré, que en manera
ninguna he pensado estudiar todas las que se hablan en Mé-
HISTORIA Y APLICACIONES DE LA FILOLOFÍA. 541
xico, pues sería un trabajo inútil. Los misioneros, á quie-
nes debemos el conocimiento de ellas, notaron al usarlas la
analogía de las más parecidas, con sólo la simple práctica,
y sin necesidad de análisis científicas. En consecuencia,
cuando esos prácticos dicen que ciertos idiomas tienen ana-
logía, no es preciso estudiarlos todos, sino sólo algunos por
vía de rectificación y para conocer su sistema: si ya se sabe
que tales y cuales lenguas tienen analogía, 'sería, en efecto,
fastidioso y superfluo repetir una misma cosa. A lo que se
dirige, pues, principalmente la presente obra, es á presen-
tar aquellos idiomas, cuya analogía ó diferencia no se cono-
ce, ni.puede conocerse, si no es por medio de procedimien-
tos lingüísticos.
1862.
SOTAS
AL VOCABULARIO DE LA LENGUA CASTELLANA
DEL P. J. DE ORTEGA.
El P. Ortega se refiere en varios lugares de su obra al
arte del idioma Cora que pensaba escribir; pero dicho arte
si acaso llegó á escribirse, se ha perdido, pues nadie tiene
noticia de él, y es desconocido entre los bibliógrafos.
II
El idioma Cora se conoce también con los nombres de
Chora, Chota y Nayarita. Este último nombre le viene de
que se ha hablado, y aun se habla, en la Sierra delNayarit,
perteneciente al Estado de Jalisco.
III
Hay otro idioma llamado Cora en California, que es un
dialecto del Guaycura ó Vaicura, diferente al que se habla
en Jalisco; para comprobar su diferencia he comparado va-
rias palabras del Guaycura y del Cora de Jalisco; y las he
encontrado totalmente diferentes. Ejemplos.
Cora.
Vaicura.
Padre.
1 iyaoppa.
Are.
Tu estás.
Petelibe-
Doí.
Todos .
Manaicnic.
Pu.
Hombre.
Tevit.
Ti.
NOTAS.
543
Cora.
Va i cura.
Y.
Acta.
TscJiie.
Tierra ó mundo.
Chiarcicut.
Datemba.
Aquí.
Yye.
Taupe.
Arriba.
Mehtevi-
Aena-
Comida.
Queahti-
Bue.
Dar.
Ta.
Ken-
Día-
Xeucat.
Untairi.
Perdonar.
Ataouniri.
Kuistcha.
Como.
Ewpat.
Pae.
Obediente.
Teatzahuateacame-
Tébarrakere.
No.
Ehe.
Ba.
Algo.
Titac.
Ue-
Yo.
Xtupue, nea.
Be.
Tú.
Ajnie, ap.
El.
El.
Aehpu, aehy.
Tutan.
Nosotros.
Ytea n .
Cate.
Vosotros.
Animo, an.
Peti.
Ellos.
Aehmo, aeJim.
Tiicava-
Mío.
Ne.
Be, me, mi, m.
Tuyo.
A-
Ei, e, et-
Suyo.
Ana, hua.
Ti, te, t
Nuestro.
Ta.
Kepe-
Por.
Keme.
Deve.
Sobre.
Apoan.
1 ina-
Juga.
Muaitec.
Anuckiri.
Hijo.
Tiperic, tiyaoh-
Tschanu.
Nariz.
Tzoriti-
Námu.
La única voz, de las que he podido ver, que se asemeja en
los dos idiomas es eüa, que es un dialecto del Cora de Ja-
lisco, significa tuyo, y que como hemos visto antes, en el
Guaicura es ei.
En la gramática, aunque se encuentran algunas frases
análogas en las dos lenguas, hay otras esenciales del todo di-
ferentes. Por ejemplo, en el idioma Guaicura el infinitivo
es la raíz de los verbos, mientras que el Cora carece de ese
modo, y la radical ó forma más pura del verbo es el presen-
te de indicativo.
544 NOTAS.
IV
En el párrafo 2o de las advertencias, dice el P. Ortega
que «en el idioma Cora hay diptongos de dos 6 más vocales.»
Sobre esto hay que hacer dos observaciones. La primera,
que diptongos de dos vocales no los hay en ninguna lengua,
porque por diptongo se entiende «la unión de dos vocales
que se pronuncian en un sólo tiempo, «cuya definición es
conforme con la rigorosa etimología de la palabra diptongo,
formada de las voces griegas dis dos voces, y phtoggos soni-
do. La otra observación es, que conforme á los signos que
el mismo Ortega usa para marcar cuando las vocales juntas
se pronuncian en un solo tiempo, resulta que esto no se ve-
rifica sino con dos ó tres vocales; pero no con más, de mo-
do que lo que debe decirse es que en el idioma Cora abun-
dan los diptongos y los triptongos.
V
En el párrafo 39 se dice que hay en el Cora algunas pala-
bras del idioma mexicano. El conocimiento que tengo de
una y otra lengua, me permiten asegurar que no sólo hay
palabras del mexicano en el Cora, sino también algunas for"
mas gramaticales.
VI
En el párrafo 5o, confunde el Padre Ortega la cantidad
de las palabras con el acento.
VII
En el párrafo 6*? no dice el mismo autor que haya partici-
pios ; pero examinando el diccionario se nota que hay muchos
verbales que parecen serlo, los cuales, generalmente se
forman agregando al verbo las terminaciones came ó hua-
ME, y los más llevan también la partícula prepositiva tí.
Ejemplos:
NOTAS. 545
Tichuicame, el que canta.
Tipítuihuame, el que afila.
Timuachcacame, el que ama.
Titahuarne, el que hace.
VIII
No sólo en el idioma Cora hay algunas formas gramatica-
les diferentes, según se trata de seres animados ó inanima-
dos, sino en casi todos los idiomas de México, que conozco.
Sin embargo, en ninguno de ellos se encuentra un sistema
completo y constante sobre ese punto: en el idioma donde
se haya perfectamente desarrollado ese sistema es en el
Algonquín, que se habla en los Estados Unidos del Norte,
en cuyo idioma el nombre sustantivo es diferente, según
sea de animado ó inanimado requeriendo adjetivos, verbos,
y pronombres que concuerden con él.
1860.
-*«+►-•-
35
OBSERVACIONES A LOS NOMBRES AZTECAS
QUE USA HERNÁNDEZ AL HABLAR DEL MAGUEY.
Metl-coxtli, maguey amarillo.
La palabra que generalmente se usa en mexicano para
decir amarillo, es cwdic, como escribe Molina, ó coztic, se-
gún escribe Pedro Arenas; pues hay muchas palabras me-
xicanas en las cuales unos autores usan u y otros o, por las
razones que he dado en mi «Cuadro de las lenguas indíge-
nas,» y cuyas razones me obligaron á admitir en el alfabeto
mexicano una vocal más, la u oscura. La x en lugar de la z,
puede considerarse como una variedad ortográfica, que se
podría comprobar con diversos ejemplos, aunque la pro-
nunciación de la x y de la z sea diferente; pero á lo que no
encuentro explicación es á la diferencia que hay entre las
finales ic y li: en mexicano se alteran las finales en compo-
sición; pero sólo cuando concurre el pronombre posesivo.
Mexcahuetl, maguey de comer. Mezcal es una especie de
maguey, ó el aguardiente que de él se saca; pero no com-
prendo por qué se traduce por comer, que en mexicano es
nula: qualoni, significa comestible, cosa de comer.
Mexocotl, maguey de ciruelas. Me, es una contracción de
metí, maguey, muy usada en mexicano al componerse las
palabras. Xocol es la fruta que llamamos tejocote, propia
de México, y diferente á la ciruela: es, pues, mala la traduc-
ción .
etl, maguey bebedor de agua-
Negua puede considerarse como derivado del verbo ne-
que significa «beber miel cruda de maguey.»
OBSERVACIONES Á LOS NOMBRES AZTECAS. 547
Tepemexcaüi, maguey montuno. Tepe es una contrac-
ción de tepetl, monte: mexcali, es lo que llamamos mezcal,
y sobre cuya palabra hemos hablado ya.
Tlacameü, maguey que también se llama amarillo. No en-
cuentro razón ninguna para esta traducción. Tlaca es una
palabra que puede derivarse de tantas otras, que se presta
á diversas interpretaciones. Sin embargo, no sería invero-
símil suponer que tlaca es una construcción de tlacatl, per-
sona ó señor, como quien dice, «maguey de primera clase.»
Tcometl, maguey de Dios. Teo es una contracción de teotl,
Dios
Pati, maguey de pita. Por pita se entiende el maguey
mismo ó las hebras que de él salen; pero en ninguno de los
casos encuentro analogía con la palabra pati, que tiene en
mexicano significado muy diverso.
Quetzalichtli, maguey de pita ó ixtle. Quetzali es un pá-
jaro de plumas verdes muy estimadas, que se encuentra en
Chiapas y Guatemala; pero también pudiera considerarse
esa palabra como una contracción de quetmlli, pluma rica,
larga y verde. En el presente caso pudiera tomarse esa pa
labra en un sentido metafórico, significando «cosa delica-
da, estimada, de buena clase, preciosa, > y áello nos autori-
za el ejemplo de Quetzal-uexotl, que significa sauce delica-
do, y de mejor ley que los otros sauces. «Ichtli, (con ch,)
significa «copo de de maguey ;> ixtli, (con x), el haz ó nudo
de la caña.
Xolometl, maguey de ciervo- Aquí hay una falta de orto-
grafía, pues debe decirse siervo (con s): xolo, significa es-
clavo, criado, siervo- Mazatl es 3a palabra mexicana que sig-
nifica venado ó ciervo (con c)-
ñíechichilt, maguey negro. Debe escribirse mechichitl. Me
es una contracción de metí, maguey; chichitl significa sa-
liva ó bojes; pero también puede ser un verbal, ele los que
terminan en ti, derivado del verbo chichi, mamar ó chupar,
y así podríamos traducir «maguey que se chupa;» pero de
ninguna manera chichitl puede significar negro, que en me-
xicano es tliltic.
Tepálcametl, maguey cimarrón ó amarillo. No encuentro
explicación satisfactoria de la palabra tepalca-
Metometl, lechugilla- Tampoco encuentro explicación sa-
tisfactoria de la palabra meto.
5-18 OBSERVACIONES Á LOS NOMBRES AZTECAS-
CosmetL maguey blanco- El adjetivo blanco en mexicano
es iztac ó ixtac.
Ixmetl, maguey cimarrón. No encuentro traducción á la
palabra ix-
Soxotic, verde limón. Esta palabra está mal escrita, pues
debe ser xoxotic, y significa «verde descolorido ó crudo- >
Mepichahuac, maguey cenizo- Pichahuac ó pitzahuac, sig-
nifica delgado: cenizo en mexicano, se traduce por nextic ó
nexo.
Mexoxotl, verde limón. Véase lo dicho sobre la palabra
xoxotic, que es lo mismo que xoxotl
Mecometl, maguey chichimeco. Es sabido que los chichi-
mecos fueron una nación bárbara que sucedió á los tolte-
cas: los españoles dieron el nombre genérico de chichime-
cos ó mecos á diversas tribus salvajes.
Sosometl, cimarrón ó maguey tendido. Creo que debe es-
cribirse xoxo y buscarse la etimología de esta palabra en
xoxotic, verde.
Mecuametl, cimarrón fino. No encuentro explicación á la
palabra mecua-
Tensxmetl. Tenex es una abreviación de tenextli, cal-
Ixtametl, maguey salado. Debe escribirse iztatl, signi-
fica la sal.
Soyametl, maguey de fuego. La palabra fuego en mexi-
cano es tlelt
Meyollotli, tronco del maguey. Está mal traducido, pues
yollotli, significa corazón. Debe pues, decirse, «cogollo del
maguey,» y así lo traduce Molina en su diccionario.
MequioÜ, tallo del maguey. Me, abreviación de metí,
maguey; quiotl, tallo, cuya palabra castellanizada esquióte.
Meconetl, hijo del maguey. Conetl, significa niño ó niña,
y de esa palabra viene coconete, una de las palabras azte
cas, que en México se han introducido en la conversación.
Xinocliüí, pulque fermentado, madre del pulque. Nochlli
significa tuna-
Tinacalli, comalli, a.cocotU fatetl; nombres de utensilios
muy conocidos de toda clase de personas en México.
México, Agosto de 1864.
iMmi ñ ciencia
DISERTACIÓN LEÍDA EN LA SOCIEDAD MEXICANA
DE HISTORIA NATURAL.
Señores:
Al presentarme hoy entre los ilustrados miembros que
componen la Sociedad Mexicana de Historia Natural, mis
primeras palabras son dictadas por la gratitud. En todo
tiempo y en cualquier circunstancia, es muy de agradecer
la honra que se dispensa á un individuo con agregarle á
una corporación científica; pero mucho más cuando el nom-
bramiento recae en persona como yo. que conoce positiva-
mente deberle atribuir á la bondad de quien la ha conferi-
do, y no á su propio mérito. Efectivamente, es cierto, y me
honro en manifestarlo, que he consagrado al estudio, no
sólo mis ratos de ocio, sino casi toda mi vida; pero no es
menos cierto también que siendo tan vasto el campo de las
ciencias humanas, no he podido reunir, hasta ahora, res-
pecto á la Historia Natural, sino los conocimientos comu-
nes que se adquieren leyendo las obras elementales, faltán-
dome aquella variedad y aquella profundidad científica que
se requieren para poder aspirar al nombre de natura-
lista.
Sin embargo, el nombramiento que en mí ha recaído co
mo miembro honorario de la Sociedad Mexicana de Histo-
ria Natural, me estimula, desde ahora, á fijar mi atención
empeñosamente en los ramos que componen esa ciencia, y
no sólo, sino que su estudio le considero ya como un deber:
deber muy agradable por una parte, y por otra fácil de
550 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
cumplir, en cuanto á la elección de buenos maestros que la
fortuna me depara entre mis ilustrados consocios.
Pero mientras me es posible extender mis conocimien-
tos en las materias á que este Instituto se dedica, á fin de
contribuir ásu desarrollo con mis propios trabajos y obser-
vaciones, permítaseme aliora hacer una breve disertación
acerca de un punto que se refiere á alguno de mis estudios
favoritos, y que al mismo tiempo tiene analogía con las
ciencias de la naturaleza.
Voy á examinar si es exacto, como lo manifiesta Mülier,1
Schleicher2 y otros sabios contemporáneos, que la lingüís-
tica sea ciencia natural-
Para proceder con buen método en este examen, veamos
primeramente cuáles son las principales clasificaciones que
se han hecho de las ciencias humanas.
Desde antes que existiera el canciller Bacon, se trató fre-
cuentemente de clasificar las ciencias y las artes, figuran-
do en primer lugar el trabajo atribuido generalmente á
Porfirio, pero algunos creen ser obra de Ramus. Empero
todo lo que se hizo antes de Bacon, quedó eclipsado por el
sistema de clasificación que presentó este filósofo, 3 cuyo
sistema ha privado hasta una época muy reciente, porque
aunque D'Alembert le mejoró, quedó sin embargo lo mis-
mo en sus bases fundamentales. D'Alembert expuso su
clasificación en el «Discurso preliminar de la Enciclopedia. »
y mereció una acogida entusiasta.
Desgraciadamente el sistema de Bacon es una de aque-
llas obras brillantes, pero sin fundamentos sólidos; de aque-
llas que seducen al pronto la imaginación, pero que no
resisten la análisis del raciocinio; así es que aunque do-
minó mucho tiempo, se fueron descubriendo poco á poco
sus defectos, hasta que plumas atrevidas las atacaron de
frente y con esfuerzo.
La división general de la ciencia, según el sistema de Ba-
con, consiste en historia, poesía y filosofía, división que se
deriva de las facultades intelectuales memoria, imagina-
ción y razón.
1 Lecturea on the science of language, lee. I.
2 Langues de l'Europe moderne, Introd.
3 (Euvres de Bacon, yol. I, pág. 98 y síg. (París, 1845.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 551
Sin ocuparme en lo accesorio, y contrayéndome pura-
mente á los fundamentos del sistema de Bacon, es fácil se-
ñalar los defectos capitales de que adolece.
Las facultades del alma, en un buen sistema sicológico,
no son memoria, imaginación y razón, sino inteligencia, sen-
sibilidad y voluntad. La voluntad es una é indivisible; pero
no sucede lo mismo con la inteligencia, que es múltiple, y
de tal manera, que la división que de ella hace la sicología
es un hecho, hecho que se manifiesta en diversas enferme-
dades que ocasionan la abolición parcial de las facultades
intelectuales. En la inteligencia se distinguen la percep-
ción con que nos hacemos cargo de los objetos presentes,
la memoria con que conocemos lo pasado y la inducción
que nos sirve para inferir lo futuro; la razón es la facultad
superior de la inteligencia, y ella, así como las otras men-
cionadas, son los manantiales de nuestras ideas- Sin em-
bargo, aun hay que añadir cierto número de procedimien-
tos, por los cuales el espíritu, sin añadir conocimientos
nuevos á los que ya posee, los trasforma para servirse de
ellos, y esto sucede con la abstracción, la generalización,
el juicio y el raciocinio-
También la sensibilidad es múltiple, como la inteligencia,
siendo diversos los orígenes de nuestros sentimientos y
distinta su naturaleza; de manera que no tienen de común
sino el ser todos placeres ó penas, y el experimentarse por
una misma conciencia.
De todo esto resulta que Bacon y D'Alembert, al tomar
como base de clasificación las facultades del alma, omitie-
ron la sensibilidad, la voluntad y varias manifestaciones de
la inteligencia: esa clasificación es, pues, incompleta en sus
mismos cimientos.
Pero además, es fácil observar que no hay un ramo de
arte ó ciencia que no pueda aplicarse, bajo uno ú otro as-
pecto, á diversas facultades; por ejemplo la poesía, que no
sólo corresponde á la imaginación, como resulta del sistema
de Bacon, sino que también se dirige á la razón y á los sen-
tidos- * Estos defectos, y otros varios de segundo orden,
fué fácil, como lo indiqué, ir encontrando al sistema que
1 Sobre este punto consúltese especialmente á Hegel, E-tltctiqw, y An-
cillon: De la nature de la po<s¡r.
552 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
nos ocupa; pero hasta Diciembre de 1815, el filósofo esco-
cés Dugald Stewart; en el «Discurso preliminar del suple-
mento á la nueva Enciclopedia británica de Edimburgo>
le censuró severamente. Stewart dice que al principio se
alucinó con el cuadro presentado por D'Alembert, pero que
examinándole bien se convenció de que sus procedimientos
lógicos eran enteramente falsos, y lo demuestra por medio
de una razonada impugnación, aunque sin presentar una
clasificación nueva de las ciencias, que sustituya á la de
D'Alembert.
Casi al mismo tiempo que Stewart, el célebre jurisconsul-
to inglés Bentham impugnó el referido sistema, señalán-
dole seis clases de defectos:1
1^ En la designación de asunto.
2^ En la elección de primera fuente de las divisiones.
3^ En el método de división.
4^ En el número de ramos.
5^ En los caracteres distintivos de las diferentes mani-
festaciones.
6^ En la frecuencia de repeticiones.
Bentham funda bien sus argumentos, y después de leer
todas las observaciones que hace, no queda duda alguna
sobre lo erróneo de la clasificación de Bacon; pero no con-
tento con refutar, propuso un nuevo plan de clasificación-
¿Fué tan feliz el jurisconsulto inglés en la invención de
su sistema como en la refutación del otro? Desde luego ob-
servaré que no he encontrado en mis lecturas ataque nin-
guno al sistema de Bentham; pero tampoco sé que haya si-
do admitido por los sabios, y en consecuencia parece que
tuvo la triste suerte de quedar olvidado.
En mi concepto, la clasificación de Bentham peca en tres
puntos principales, que paso á indicar.
En primer lugar, participa del error en que descansa
todo su sistema filosófico, y es el principio de utilidad, pues
es sabido que Bentham se considera como el jefe de los uti-
litarios modernos, y lo útil no puede servir de noción cien-
tífica, porque es una idea puramente relativa, no supone
aquella fijeza que debe tener todo principio verdaderamen-
te tal. ¿Qué entendemos, en efecto por útil? Aquello que
1 (Euvre8 de Bentham, v. III, p. 314. (Bruselas, 1840.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 553
sirve para un fin determinado, de manera que una misma
cosa puede ser unas veces útil y otras inútil; un traje grue-
so, por ejemplo, es útil en invierno é inútil en verano. Sien-
do, pues, la utilidad una cosa puramente relativa, no debe
figurar en un edificio científico, como quiere Bentham
c "indo dice: «El bienestar (lo útil) es directa ó indirecta-
mente el objeto de todo pensamiento y de toda acción por
parte de cualquier ser sensible ó pensador: así sucede cons-
tantemente, y no se puede dar motivo razonable para que
sea de otro modo. Admitido este principio se puede decir
que la Eudemónica, en cualquiera de las divisiones de que es
susceptible, es el objeto de todo arte y de toda ciencia. La
Eudemónica es, pues, el arte de contribuir de alguna ma-
nera ala adquisición del bienestar, y es la ciencia que en-
seña á ejercer ese arte con buen efecto. Si se comparan
las artes y las ciencias á un edificio, la Eudemónica será la
sala común ó punto de reunión. Cambiad la forma, y cada
arte, con su ciencia correspondiente, será una rama del ár-
bol de la Eudemónica^1
El segundo defecto del sistema que examino es que su
autor no hace una clasificación general, sino que simple-
mente considera el árbol científico dividido en cincuenta y
siete ramas, y cada una de éstas en dos partes.
El último defecto notable del sistema de Bentham es la
fraseología inventada por él, fraseología difícil de aprender,
y que haría necesario un nuevo diccionario. Por ejemplo,
la jurisprudencia lleva el nombre de autotética ó catanomo-
tética; la geometría de nosología mosfoscópica; la física de
poiosomatología, y aunque estas palabras tenga,n un buen
origen, cual es el idioma griego, se nota inmediatamente
la dificultad que su admisión presentaría en la prác-
tica.
Rechazadas, pues, las clasificaciones hechas hasta Ben-
tham, réstame tan sólo que hablar de la adoptada moderna-
mente, cuya división general consiste en dos grandes cla-
ses de ciencias, las naturales y las históricas; entendiéndo-
se por naturales aquellas que se refieren á las obras de la
Naturaleza, y por históricas las que se refieren á las obras
del hombre.
1 Op. cit.
554 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Por mi parte, adopto esta clasificación, porque percibo
se puede fundar en los principios siguientes :
Entendemos por ciencia «un conocimiento cierto de ver-
dades, derivadas de otras evidentes.» No hay necesidad,
para mi objeto, de averiguar cuál es la naturaleza de las
primeras verdades, sino que basta U observación de que
sólo seres inteligentes como Dios y el hombre, pueden apli-
car esas verdades, estableciendo consecuencias, ó leyes se-
cundarias, cuyo conjunto forma una ciencia; v. g., la Astro-
nomía y la Jurisprudencia: los astros y sus leyes son obras
de Dios, y por eso la astronomía se comprende entre las
ciencias naturales; las leyes que la jurisprudencia tiene por
objeto, son obra del hombre, y por esta razón debe colocar-
se entre las ciencias llamadas históricas.
Que hay obras de Dios y obras del hombre, es un hecho,
y tiene toda la fuerza de tal en el sistema que examino. Ya
puse de ejemplo la Astronomía y la Jurisprudencia; pero
pondré otro, la Pintura: las leyes de la visión, bajo el nom-
bre de Óptica, forman una ciencia natural, porque Dios es-
tableció esas leyes; pero las reglas de la pintura son una
aplicación humana, y en consecuencia, entran en la clase de
ciencias ó artes históricas, cuya subdivisión de arte y cien-
cia no hay necesidad de establecer aquí.
Por último, la clasificación adoptada cumple con esta re-
gla de la lógica: «que en la división deben enumerarse to-
das las partes.» Efectivamente, examínense todos nuestros
conocimientos, y se hallará que precisamente son obra de
Dios ú obra del hombre, y que en consecuencia, encuentran
cabida en alguna délas dos divisiones propuestas, sin nece-
sitar de otra tercera-
Estás razones me parecen suficientes para admitir la cla-
sificación de las ciencias en naturales é históricas; mas pa-
ra saber á cuál de esas dos clases pertenece la lingüística,
queda por resolver un punto esencial, á saber, si el lengua-
je es obra de Dios ú obra del hombre: como ambas opinio-
nes cuentan partidarios, voy á examinarlas y á establecer
el sentido en que se puede admitir la primera opinión.
Lucrecio,1 y con él toda la escuela epicureista, conside-
raban á los primeros hombres casi como unos brutos, su-
1 De rerurn natura, lib. V.
¿LA LINGÜISTICA ES CIENCIA NATURAL? 000
midos en la más completa ignorancia y desprovistos de to-
do recurso. Matura et tur pe pecus, fué la calificación que Ho-
racio1 hizo del hombre primitivo, y bajo diferentes hipóte-
sis se repitiólo mismo, en susbtancia, por muchos autores*
siempre que se trataba de explicar el origen de las socie-
dades humanas.
Una prueba de ello son los filósofos del siglo XVIII,2
quienes suponían que los hombres, después de haberse des-
arrollado de los gérmenes materiales que les dieron origen,
vivieron sobre una tierra selvática como huérfanos abando-
nados por la mano desconocida que los formara, y que
obedeciendo á la ley ele la necesidad inventaron gradual-
mente el lenguaje como se puede inventar un arte ó una
ciencia.
Según esos filósofos, las primeras necesidades del hom-
bre le condujeron á la creación de un lenguaje que llama-
ban natural, y consistía en gestos, movimientos y sonidos
inarticulados; pero no siendo suficiente el lenguaje natu-
ral, se acudió á inventar otro artificial, es decir, la palabra,
el cual fué pobre y defectuoso al principio. Diferentes opi-
niones se encuentran acerca de los primeros mateiñales del
lenguaje; pero la que tuvo más partidarios fué que las pri-
meras palabras se redujeron á algunos monosílabos ó bre-
ves interjecciones-
La impugnación de este sistema se puede fundar en dos
puntos principales, la ideología y 3a historia de las lenguas.
No es cierto, como adelante lo explicaré, que la palabra
precediera á la idea, es decir, que para pensar sea preciso
oir hablar; pero no cabe duda en que el lenguaje es un po-
deroso auxiliar del pensamiento, y por eso se dice que mien-
tras pensamos tenemos una locución interior, de manera
que no se comprende un raciocinio algo extenso sin el auxi-
lio de la palabra: esta es, pues, de tal importancia, que las
ideas, principalmente las metafísicas y morales, quedan en
un estado imperfecto, sin el auxilio del lenguaje, que nos sir-
ve como de recuerdo.
Pero el lenguaje es un sistema maravilloso, es una com-
binación complicada y vasta de ideas y relaciones. Pamilia-
1 Lib. I, sat 3\
2 Véase, entre otro?, á Volnev. Ruines.
556 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
rizados desde la cuna con el lenguaje, no paramos la aten-
ción en él; no observamos que es el lazo de la sociedad, el
depósito de las verdades, la unión délo pasado y \0 presen-
te, la expresión de las leyes, la manifestación de los afectos,
la luz del mundo moral. Para comprender prácticamente el
tesoro de ideas que encierra la oración más sencilla, repe-
tiré aquí un ejemplo puesto por un metafísico moderno. 1
«No he querido perseguir más lejos la ñera, por temor de
que irritada hiciese daño.» Esta es una oración de aquellas
que se oyen en el grado más ínfimo del estado social, y sin
embargo, contiene ideas de tiempo, de acto de voluntad, de
acción, de continuidad, de espacio, de causalidad, de ana-
logía, de fin y de moral.
Tiempo-??o he-
Acto de voluntad-r/ueWrZo.
Acción-perseguir-
Continuidad-mas.
Espacio-Jejos.
Analogía-irritada,
Motivo y fm-por temor de que, etc.
Causalidad-Mc/esg daño.
Moralidad-no dañar á otros.
Ahora bien; ¿se puede suponer racionalmente que el
hombre mudo, es decir, en estado de imperfección sicoló-
gica, inventara el idioma? No se puede admitir semejante
suposición sin ofensa del sentido común.
Pasando á consultar la historia y el mecanismo de las
lenguas, vemos que es falsa la supuesta gradación del len-
guaje, ya se le considere elevándose desde el monosilabis-
mo hasta el polisilabismo, ya desde la interjección hasta el
verbo, ya se refiera su origen exclusivamente á la onoma-
topeya.
Nada seduce tanto la imaginación, tratándose del lengua-
je, como suponer que el hombre, mudo todavía, procuró
imitar el gorjeo de los pájaros, el rugido del mar, el mur-
murio del arroyo, el soplo de la brisa y el estruendo del ra-
yo. Todo esto es poético, y relativamente verdadero; pero
1 Balines. Filosofía fundamental.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 557
establecido de una manera absoluta y bajo el aspecto cien-
tífico, es falso, no se funda en hechos, sino que los hechos
lo desmienten.
Efectivamente, un sabio respetable por sus conocimien-
tos y apreciable por sus virtudes, Federico Schlegel, hizo
hace años la siguiente manifestación:1 «Las hipótesis rela-
tivas al origen del lenguaje hubieran sido enteramente omi-
tidas, ó al menos hubieran tomado otra forma, si en lugar
de proceder arbitrariamente los escritores y de entregar-
se á las ficciones de la poesía, hubieran emprendido fun-
darlas en investigaciones históricas. Pero lo que especial-
mente es una suposición del todo gratuita y verdaderamen-
te errónea, es la de atribuir un origen igual en todas par-
tes al lenguaje y al desenvolvimiento de la inteligencia. La
variedad en este punto es, al contrario, tan grande, que en-
tre el gran número de lenguas, apenas se encontrará una
que no pueda servir de ejemplo para confirmar alguna de
las hipótesis imaginadas hasta ahora sobre el origen de las
lenguas. Por ejemplo, que se recorra el diccionario de la
lengua manchúa, y se verá con asombro su multitud des-
proporcionada de palabras imitativas y onomatopeyas, de
tal modo, que esas palabras componen la mayor parte déla
lengua. Si ese idioma fuese uno de los primeros y de los
más importantes, si otras lenguas tuvieran en su origen la
misma conformación que el manchúa, se podría adoptar la
opinión que atribuye el origen de todas las lenguas á ese
principio de imitación. Pero ese ejemplo no parece servir
más que para demostrar qué forma toma algunas veces, ó
debe tomar, una lengua que puede formarse en gran parte
según ese principio, y hará renunciar á la idea de querer
explicar del mismo modo los idiomas que ofrecen un aspec-
to del todo diferente. Que se considere, en efecto, la fami-
lia entera de esas lenguas en que poco ha hemos tenido que
ocuparnos (indo-europeas), y se verá que en alemán el nú-
mero de las palabras onomatopeyas y que imitan los soni-
dos es poca cosa, á la verdad, comparado con el ejemplo
que acabamos de citar; pero es, sin embargo, considera-
ble, y acaso no es menor que en persa ... En griego, y to-
1 Essai sur la langue et la philosophie des indiens, lib. I, oh. 5.
558 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
davía más en latín, las onomatopeyas se hacen más raras,
y en el sánscrito desaparecen tan completamente, que pa-
rece imposible suponer un origen semejante á la totalidad
del idioma. »
En comprobación de las observaciones de Schlegel, diré
que el estudio particular que he hecho délos idiomas mexi-
canos, me ha conducido al mismo resultado que al autor
alemán. En México tenemos idiomas donde abundan las
onomatopeyas, como el huaxteco y el mame; hay otros don-
de se encuentran pocas de esas voces, como el mexicano ó
azteca; en algunos casi no hay palabra que pueda referirse
á ese origen, como el pirinda, donde en cosa de dos mil
quinientas palabras que he examinado, apenas hay tres ó
cuatro que imitan la naturaleza; y en fin, existen idiomas
mexicanos, como el raixteco, donde no he encontrado una
sola onomatopeya, no obstante que he leído atentamente su
diccionario.
Así, pues, cada uno de estos idiomas, aun en la adopción
de palabras nuevas, ha seguido su propio genio: los huax-
tecos y mexicanos, al conocer el perro traído por los espa-
ñoles, dijeron huahual 6 huahualoa, ladrar, imitando la na-
turaleza; pero los mexicanos llamaron al perro chichi, en-
contrando la razón de su palabra, no en el ladrido, sino en
la semejanza del perro con otro animal indígena, cuya es-
pecie ha desaparecido.
No debemos, pues, extraSar, en vista de estos hechos ú
otros semejantes, que el más hábil defensor del principio
de la onomatopeya, Herder, después de haber obtenido el
premio ofrecido por !a Academia de Berlín al mejor ensayo
sobre el origen del lenguaje, renunciara á su sistema, al fin
de su vida, y adoptara la opinión de los que creen que el
lenguaje es una revelación divina.
Algunos filósofos rechazaron la hipótesis de la onomato-
peya, no por los fundamentos positivos de la ciencia, sino
porque consideraban degradado al hombre, suponiéndole
imitador de los irracionales y de la naturaleza bruta. ¿Por
qué, dicen esos autores, por qué suponer que el hombre
imitara á los animales, cuando él tiene gritos propios que
le arranca el dolor, la alegría ó la esperanza? Y he aquí es-
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 559
tablecido el sistema de las interjecciones, todavía más in-
fundado que el de la onomatopeya.
La interjección es un sonido y no una palabra verdadera ;
así es que en lugar de dar origen á la palabra, se usa cuan-
do la vehemencia de un afecto no nos deja hablar. Se des-
ciende, pues, de las verdaderas palabras á las interjeccio-
nes, y no nos elevamos de !a interjección al verbo, lo cual
es tan cierto, que las etimologías derivadas de las interjec-
ciones, son generalmente no sólo falsas, sino aun ridiculas.
¿Qué analogía existe, por ejemplo, entre iay! y el verbo su-
frir, entre i oh! y admirar?
Pero si el sistema de la onomatopeya y el de la interjec-
ción son fáciles de combatir, no sucede lo mismo con la su-
posición de que todos los idiomas han sido monosilábicos
en su origen, es decir, que aun en los idiomas de muchas
sílabas cada una de estas anduvo separada y con su signifi-
cación propia. Esa creencia ha sido muy general, y yo, en
algo, participé de ella, habiendo dicho en uno de mis escri-
tos que «las raíces de todas las lenguas eran monosilábi-
cas.»1
Sin embargo, nunca admití en todas sus consecuen-
cias el sistema del monosilabismo universal, y la prueba es
que he negado, contra la opinión del padre Nájera, el mo-
nosilabismo del idioma Mazahua. 2
Nada tiene, sin embargo, de particular que yo me enga-
ñara, en poco ó en mucho, cuando se habían engañado to-
talmente hombres como Adelung, Grimm y Mtiller.
Adelung, en el Mithridates, compara el lenguaje primiti-
vo con la canoa del salvaje, que perfeccionada poco á poco,
llegó á ser el navio de una nación civilizada, y al hablar de
las lenguas monosilábicas las llama «el primer idioma de
la infancia del género humano.»
Grimm,3 aunque no cree en la invención reflexiva del len-
guaje, supone que tuvo tres estados diferentes, siendo el
primero monosilábico, época en que el idioma carecía de
inflexiones, y en que su material se reducía á algunos cen-
tenares de raíces. La formación de las inflexiones, según
1 Véase mi Cuadro de las lenguas indígenas de México, introducción.
2 ( >p. c-it., tomo •-!.'.
3 Ueber den Ursprung der spracJie, trad. por Wegmann.
560 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Grimm, vino después, y éstas habían sido palabras signifi-
cativas que perdieron su sentido al reunirse con las radi-
cales para ser signos de diversas relaciones.
En fin, Müller tampoco cree que el lenguaje sea de inven-
ción humana; pero establece que los elementos constitutivos
de las lenguas se reducen á cuatrocientas ó quinientas raí-
ces, obra de la naturaleza. l
Los fundamentos de la teoría que supone al lenguaje ele-
vándose del monosilabismo al polisilabismo, creo pueden
reducirse á tres: 1? La supuesta tendencia del espíritu hu-
mano de ir de lo simple á lo compuesto. 29 La creencia de
que la simplicidad es indicio de un estado infantil. 3? El he-
cho de que la mayor parte de las inflexiones son realmente
partículas significativas.
Pues bien; ni la sicología, ni las ciencias que hoy se co-
nocen especialmente con el nombre de naturales, ni la lin-
güística,'comprueban la marcha de lo simple alo compuesto.
Es sabido que la filosofía escolástica estableció lo que se
conoce en las escuelas con el nombre de sim])le aprehen-
sión, es decir, la idea pura, de la cual se suponía ascender
al juicio y al raciocinio; pero la idea pura no es más que una
abstracción hipotética, no natural, porque el espíritu ja-
más se representa un objeto, si no es con alguna cualidad,
por lo menos la de la extensión en las cosas materiales (res
extensa', ó la del pensamiento en las espirituales (res cogi-
tans). El juicio es, pues, la forma primitiva del entendimien -
to, y su descomposición en ideas, una análisis del hombre
reflexivo: el espíritu humano comienza por lo complexo, por
ver las cosas en su conjunto, en una especie de confusión,
y más adelante es cuando descompone y analiza.2
En zoología se ha supuesto, como quiere suponerse en lin-
güística, una gradación progresiva, y Lamark 3 sostuvo no
hace muchos años que el hombre procede del mono, com-
parándolos anatómicamente y fisiológicamente. Según su
sistema, el orangután perdió poco á poco la costumbre de
andar en cuatro pies y caminó derecho: luego dejó de coger
frutas y se le fué acortando el hocico, y de este modo suce-
1 Op. cit, lee. W
2 Bobre este punto consúltese especialmente la Filosofía, de Reíd, que
us '< quién pertenece la impugnación de la teoría escolástica.
'ó 1'hilosuph.ie zoologique. (París, 1830.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 5C1
sivamente, quedó convertido en hombre. Pero ]a ciencia
zoológica no admite la teoría de Lamark; ha reconocido la
imposibilidad de colocar los animales en una sola línea, en
la que el mismo individuo se vaya perfeccionando, y lo que
admite son tipos primordiales distintos, de manera, que el
mamífero no ha comenzado por ser reptil, ni el reptil por
molusco.
Lo mismo exactamente que en zoología sucede en lingüís-
tica. La historia de las lenguas enseña que cada familia ha
conservado tenazmente su carácter esencial, de manera que
los idiomas monosilábicos lo han sido siempre, y respecti-
vamente los polisilábicos. En el Asia, deciento cincuenta á
ciento ochenta millones de hombres hablan los idiomas mo-
nosilábicos, y no se sabe que éstos hayan llegado, después
de centenares de años, á igualarse, por ejemplo, con las len-
guas indo-europeas.
Pero no sólo esto, sino que los cambios de ciertos idio-
mas que nos son muy conocidos, en lugar de verificarse de
lo simple á lo compuesto, ha sido al contrario, como sucede
con las lenguas analíticas derivadas de la sintéticas; v. g.,
el español respecto del latín- El curso de las lenguas hacia
la análisis corresponde, pues, al del espíritu humano hacia
la reflexión, cada vez más clara.
Sin embargo, y aun pasando los idiomas de la síntesis á
la análisis, no se altera el fondo de ellos, lo cual debe tenerse
presente por lo que ya dije y más adelante repetiré, á saber:
que las lenguas conservan su carácter esencial, son fijas en
sus formas elementales. Para convencernos de esto no hay
más sino comparar el español con el latín, no obstante que
el español es una mezcla de varias lenguas. En cuanto al
diccionario, fácilmente nos enseña la etimología que la ma-
yor parte de las palabras castellanas vienen del latín, y nos
lo enseña de una manera clara y evidente. En cuanto á la
gramática, y supuesto que el español es una lengua mezcla-
da, encontraremos formas que no son del latín, como el artí-
culo formado del árabe; pero en lo general es fácil descu-
brir, aun en la gramática el origen latino del castellano.
Por ejemplo, el español carece de terminaciones para el
nombre con el objeto de expresar el caso; pero las tiene pa-
ra el número y género, y en el pronombre ha conservado ca-
36
562 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
si completa la declinación: aunque el español ha perdido la
terminación para el comparativo, la conserva en el super-
lativo. El mecanismo del verbo, es decir, la parte principal
del discurso, es igual en español y en latín, pues se forma
por medio de terminaciones añadidas á las radicales, y aun-
que la pasiva no se conserva, sino que se suple con el verbo
ser, ya vemos esto mismo en latín en los tiempos pretérito
perfecto y pluscuamperfecto, y de esta manera se explica
todo lo demás respectivamente.
Las lenguas del antiguo mundo no comprueban, pues, la
marcha de lo simple á lo compuesto, no confirman la hipó-
tesis del monosilabismo, y lo mismo sucede con las lenguaas
americanas, pudiéndolo yo asegurar especialmente respec-
to á las de México que conozco mejor.
Los idiomas americanos son todavía tan poco conocidos,
que es increíble la multitud de errores que acerca de ellos
asientan algunos autores modernos, y sobre cuyo punto se
podía escribir una memoria especial. Baste ahora decir
que en una de las últimas obras de filología que se han pu-
blicado, y no en Europa, sino más cerca de nosotros, en los
Estados -Unidos, se habla todavía de las lenguas america-
nas como de las antípodas del monosilabismo, 1 olvidando, por
lo menos, el othomí que es monosilábico, y olvidando tam-
bién la historia de su descubrimiento, que se debe á un
compatriota nuestro, al sabio Nájera.
Efectivamente, un conocido lingüista de los Estados Uni-
dos, el Sr. Du Ponceau, había asentado que todas las len-
guas americanas eran polisilábicas, y entonces nuestro Ná-
jera escribió su Disertación sobre la lengua othomí, demos-
trando que este idioma es monosilábico y de estructura se-
mejante al chino, circunstancias de que se convenció plena-
mente Du Ponceau, confesándolo con la ingenuidad propia
de un verdadero sabio.2
Ahora bien, el othomí rodeado de lenguas polisilábicas,
estrechado por ellas, dominado por una civilización más
adelantada, atraído por la perfección del tarasco, por la ri-
queza del mexicano, pobre en medio de la abundancia; el
1 Dwight. Modera phüology, v. 1, pág. 15. (New York. 1865.)
2 Dn Ponceau. Memoire sur íe.s-istéine des langues dequelques nations
indiennes, etc., página 68 y ¡-ig. (Paris, 1838.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 563
othomí no ha cambiado nunca, es lo mismo que el primer
día, monosilábico y rudo.
Si, pues, la ley del lenguaje es ir del monosilamismo al
polisilabismo, ¿por qué esa ley no se ha verificado con las
lenguas que hablan millones de individuos en el antiguo
continente y con el othomí en México? Preciso es confesar
que la marcha de lo simple á lo compuesto, tratándose de
idiomas, es una hipótesis no sólo sin fundamento, sino con
hechos positivos en contra, es decir un error manifiesto.
Lo mismo se descubre, y aun más fácilmente, tratándo-
se de la suposición que «la simplicidad es indicio de un es-
tado infantil,» porque para esto era necesario probar que
el monosilabismo está en razón de la poca civilización délos
pueblos, y la historia de las lenguas nos presenta hechos en
contrario. ¿Quiénes alcanzaron más civilización, los chinos
ó nuestros antiguos tarascos? Evidentemente los primeros,
y sin embargo, su idioma es monosilábico, sencillo, carga-
do de homónimos, y tan pobre en sus formas, que no ha
establecido bien las categorías gramaticales. Por el contra-
rio, el tarasco es polisilábico, complicado á veces, rico en
voces, y su gramática generalmente tan perfecta que pue-
de compararse á la de las lenguas clásicas el sánscrito ó el
griego. Otro ejemplo: ¿quiénes son menos ignorantes, los
actuales othomíes ó los antiguos hotentotes? Los othomíes,
y sin embargo, su idioma tiene aún los inconvenientes del
chino, y el idioma hotentote es complicado y aun exube-
rante.
No por esto niego que las lenguas dejen de alterarse en
alguna manera, no sufran ciertos cambios, no se perfec-
cionen. Esto sería negar la luz del sol, sería suponer que
el idioma en que se escribió el poema del Cid es enteramen-
te igual á la lengua de Jovellanos ó Quintana. Lo que sosten-
go, y lo que sostiene hoy casi toda la totalidad de los lin-
güistas, es que los idiomas no alteran su esencia, no cambian
sus formas características. Fácil me sería amontonar citas;
pero no queriendo ostentar una erudición innecesaria, me
contentaré con citar pocos escritores de diferentes opinio-
nes en algunos puntos, principalmente en el orden religio-
so, y sin embargo, conformes en la materia que nos
ocupa.
564 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Uno de los fundadores de la filología moderna, Guiller-
mo Humboldb, ha dicho: «Por grandes que sean los cam-
bios de un idioma, su verdadero sistema gramatical y léxi-
co, su estructura, en lo general, quedan invariables-» 1
El cardenal Wiseman ha escrito estas palabras: 2 «En
cualquiera época que tomemos una lengua, la hallamos com-
pleta en sus calidades esenciales y características, puede
perfeccionarse más, hacerse más rica y de una construc-
ción más variada; pero sus propiedades distintivas, su prin-
cipio vital, su alma si puedo llamarla así, parece formada
enteramente y no puede variar- Si ocurre una alteración,
es solamente por el nacimiento de una nueva lengua, que
sale como el fénix, de las cenizas de otra; y aun cuando ocu-
rra esta sucesión, como del italiano al latín, y del inglés al
anglo-sajón, la cubre un velo misterioso: parece que este
dialecto se envuelve como el gusano de seda para pasar al
estado de crisálida, y no le vemos sino cuando sale unas ve-
ces más, otras menos hermoso, pero siempre completamen-
te organizado y desde luego inmutable.. Y aun mirándole de
cerca veremos que este primer ser contenía ya dentro de
sí preparadas las partes y los órganos que debían algún día
dar la forma y la vida al estado que había de suceder.»
César Cantú 8 dice: «Al paso que vemos cómo se perfec-
cionan en la marcha progresiva de la sociedad todas las ar-
tes, no han hecho las lenguas ningún adelanto desde que
nos son conocidas; no existe una sola que haya añadido nin-
gún elemento esencial á los que antes poseía.»
Du Ponceau manifiesta lo siguiente: 4 «Yo no respondo
de los acontecimientos ocasionados por la fuerza, creo po-
der asegurar solamente que las lenguas abandonadas á sí
mismas, tienen una tendencia manifiesta á conservar su es-
tructura y sus formas originales-»
Ernesto Renán se expresa de este modo: 5 «Los diversos
sistemas de lenguas han sido adoptados de una vez; no se
derivan unos de otros, se bastan á sí mismos, y llegan al
mismo resultado por los caminos más opuestos: tal pueblo,
1 Lettreá Rémnsat, pág. 72. (París, 1827.)
2 Discursos sobre la ciencia y la religión. Discurso 1? (Madrid 1844.)
'.i Historia universal, lib. 1?, cap. 111,
4 Op. cit.
5 Origine du langage, 2) edit., pág. 45.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CENCÍA NATURAL? 565
permanece en el estado infantil y tiene un sistema grama-
tical que consideramos como sabio; otro xmeblo se eleva á
la civilización con un idioma que parece opuesto á todo pro-
greso.»
Por último, Chavée, l comparando atentamente las len-
guas semíticas con las indo-europeas, dice: «El examen
comparativo de esos testigos imparciales que se llaman dic-
cionarios, prueba que las nueve décimas partes del vocabu-
lario indo-europeo, desde la época más remota, están forma-
das de verbos compuestos con la ayuda de prefijos, y por
medio de los derivados de esas composiciones verbales. Por
el contrario, no hay un solo verbo compuesto en todas las
lenguas semíticas.»
Tal es la conclusión délos escritores citados; pero aun
me queda por atacar el sistema del monosilabismo univer-
sal en sus últimos y más esforzados atrincheramientos, en
el hecho de que la mayor parte de las inflexiones son partí-
culas significativas.
Bopp, 2 fundador de la gramática comparada, es el prin-
cipal guía de los que buscan la significación de las inflexio-
nes; pero sin pensar que ese autor, y otros contemporá-
neos, se refieren á Jas lenguas indo-europeas; que aun res-
pecto á estas no se ha probado que todas las inflexiones sean
partículas significativas, y, en fin, que el examen de otras
lenguas no comprueba lo que se supone.
Esto es tan cierto, que Renán 3 ha dicho, tratando la pre-
sente cuestión, que admite el hecho de que la mayor parte
de las inflexiones deben su origen á partículas que se han
añadido al fin de las palabras; pero «que sería temerario ase-
gurar lo mismo respecto á todas las inflexiones.»
Otro filólogo, Latham, que ha escrito posteriormente,
manifiesta su opinión de esta manera: 4 «Puede una pala-
bra limitarse á una sílaba, y puede también alargarse más,
es decir, que puede ser monosilábica ó de otra clase diver-
sa. La regla que nos prohibe multiplicar causas innecesa-
riamente, sugiere la inferencia a priori de que ninguna pa-
1 Les langues et les races, pág. 59. (París, 1862.)
2 Conozco la traducción inglesa de su obra: A eomparative grammar
of the sanskrit. Zer.d, etc. (Edimburgo, 1852.
3 Op. cit.
4 Latham. Elements oí comparativo philologv, pág. 699. (London,)
1862.
566 ¿LÁ LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
labra es larga sin necesidad. Algo tiene también dea priori
lo que naturalmente se infiere, y es, que todas las raíces
fueron en su origen monosilábicas. Esto, aunque en gran
parte ha sido probado ya por indagaciones positivas, con di-
ficultad podrá admitirse de una manera absoluta y aplicarse
indistintamente. Pero en conjunto y como basa provisional,
ha sido admitido, á sabiendas ó no, por la mayor parte de
los filólogos.»
Tratándose de etimologistas juiciosos, recuerdo al Sr.
Monlau, ilustrado español, que me complazco en citar aquí,
entre otros sabios europeos. Este escritor ha examinado
las raíces, prefijos y terminaciones del castellano, y dice:1
"Los sufijos propiamente tales son muy breves y senci-
llos, generalmente monosílabos, y á veces consisten en una
sola letra: a, e, i, o, u, c, d, t, l, an, en, ir, or, as ó tas, es, is,
us, um, etc, son los principales sufijos del latín; y encaste"
llano son muy parecidos, como a, e, i, o, ad, al, an, ar, el, er,
ez, etc.
"Las inflexiones son elementos monosílabos, disílabos y
rara vez trisílabos. Así una a añadida, ó sustituida, basta
comunmente para connotar el género femenino, haciendo,
por ejemplo, señora buena, de señor bueno: la inflexión es
forma el plural señores, de señor, y una simple s forma bue-
nos, plural de bueno. Las inflexiones acho, arron, azo, on,
etc., forman derivados aumentativos; ejo, ete, eto, ico, illo,
ito, uelo, etc., son inflexiones di minuti vas j^rrimo, ísimo, son
inflexiones superlativas, etc , etc. As, a, amos, ais, an, aba,
abas, abáis, etc-, son las inflexiones que experimenta la
raíz ó el tema radical de los verbos en ar; — es, e, emos, eis,
en, ia, ias, iais, etc., son inflexiones de los verbos en er; —
es, e, irnos, is, etc., son inflexiones propias de los verbos en
ir, etc-, etc.
"Las desinencias son á veces puros monosílabos, pero más
comunmente disílabos. Aje, ancia, anza, ario, ecer, engo, en-
se, ismo, ista, ivo, orio, oso, ura, etc., son desinencias propia-
mente dichas.
"Los sufijos y las inflexiones carecen de todo valor signifi-
cativo, ó lo han perdido por completo. Tampoco tienen va-
lor alguno por sí las desinencias, pero se rastrea más fácil-
1 Diccionario etimológico, pág. 16 j' 17. (Madrid, 185'¡.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 567
mente en ellas una significación radical como imitativa y
adecuada al oficio que actualmente desempeñan en la for-
mación de las palabras-"
Es decir, que según las observaciones de Monlau, los su-
fijos son generalmente monosílabos, pero no siempre; hay
inflexiones de dos y tres sílabas; las desinencias son comun-
mente disílabas.
En cuanto á la significación de esos elementos del len-
guaje, ya vemos que el autor manifiesta claramente que los
sufijos é inflexiones "carecen de valor significativo," ó lo
han perdido por completo. Esto último, empero, es una mera
suposición, no un hecho, y las ciencias no se fundan en supo-
siciones, sino en hechos. Respecto alas desinencias vemos,
agrega Monlau, "que se rastrea su significación. " ¿Pero
qué significa rasírearenetimología? La experiencia demues-
tra que es hacer lo que dice el vulgo: "quitando y ponien-
do letras todas las palabras son iguales."
Alfana vient d'equus sans doute,
jfais ilfaut convenir aussi
Qu'envenant de lajusquHci
11 a bien changé sur la route.
(C'AILLY.)
En rigor científico, y en buena lógica, lo único que resul-
ta acerca del punto que examino, es que en ciertos idiomas
las letras ó sílabas que sirven para expresar relaciones, se
conoce fueron, en parte, significativas; pero no se puede
probar que todas ellas tengan esa cualidad, ni tampoco la
de ser monosilábicas, es decir, que cada sílaba signifique
algo.
Y lo que se observa respecto á la diversa clase de infle-
xiones, puede aplicarse al resto de cada palabra, es decir,
no siempre se encuentra que una voz polisilábica pueda
descomponerse en monosílabos significativos, si no es por
medio de suposiciones extravagantes.
Voy ahora á comprobar todo esto con otra clase de idio-
mas, con los indígenas de México, tan poco conocidos aún.
En el idioma huaxteco se encuentran palabras simples,
cuyo origen es la onomatopeya, y que no se pueden des-
56S ¿LA LINGÜÍSTICA E3 CIENCIA NATURAL?
componer en monosílabos significativos, porque ni son com-
puestas, ni derivadas, y su significación depende de todo el
conjunto; v. g., zu-zum, lloviznar; u-lu-lul, tronar. El pro-
nombre, que tampoco es derivado, ni compuesto, es de dos
sílabas, y lo mismo puede decirse de otras voces simples,
respectivamente.
En el mismo idioma hay dos modos de expresar el plural,
con la partícula chile ó yam. Yam no se une con las palabras
porque es un adverbio que significa mucho; pero chik se agre-
ga como terminación, y no tiene significado si no es como
tal; es decir, chile es un signo de relación, y no una palabra.
El vocativo en huaxteco se expresa con la terminación e;
pero esta terminación puede suponerse, con fundamento,
que es una interjección, y no un signo para marcar el caso.
Los nombres patronímicos se forman con el prefijo pa,
que probablemente es contracción de pop, padre; pero no
puede suponerse nada semejante respecto al prefijo le, que
sirve para formar superlativos.
El verbo se forma por medio de prefijos, partículas y ter-
minaciones. Los prefijos tienen significado propio, pues no
son otra cosa más que el pronombre posesivo, y sirven pa-
ra marcar las personas. Algunas partículas con que se co-
nocen los modos ó tiempos, se usan separadas é indepen-
dientes de la radical; así es que se les puede suponer un
valor propio, como á las partículas del verbo inglés would,
ivill, etc.; mas hay otras partículas prepositivas comoto, en
el futuro, que no admiten la misma explicación, porque se
unen á la radical. Sobre todo, hay terminaciones en el ver-
bo huaxteco como itz, que van unidas á la raíz, y que nada
significan por sí solas, ni tienen analogía con ninguna parte
de la oración.
En el idioma mixteco se encuentran palabras muy largas
que deben su tamaño á la composición, y muchas partícu-
las componentes significativas; pero hay voces simples po-
lisilábicas, y partículas componentes que por sí nada signifi-
can. He aquí algunos ejemplos de palabras simples que en
mixteco son polisilábicas:
No-ho, dientes. An-de-vui, cielo.
Dzu-tu, padre- Ka-lcu-na-hi-hua-han, ra-
Sa-ta, espaldas- radical del verbo alabar.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 569
Respecto alas partículas, con sólo examinar el verbo ten-
dremos ejemplos délo que he asentado anteriormente.
En el verbo mixteco se encuentran las terminaciones ndi,
ndo, y otras varias que no son otra cosa sino los pronom-
bres personales abreviados, usados como afijos, y sirven
para marcar las personas. Sin embargo, no puede darse
una explicación igual respecto á los prefijos que sirven pa-
ra marcar los tiempos: yo, para el presente; ni, para el pa-
sado; sa, para el futuro.
La partícula nuha, compuesta con los verbos, les da acep-
ción de juntar ó comunicar, y la etimología nos enseña que
esa partícula separadamente significa deudo ó pariente; pe-
ro no se explica lo mismo de otras partículas mixtecas, co-
mo ñaha, que es un signo de acusativo, el cual no se agre-
ga al nombre, sino al verbo, y mucho menos de partículas
como tu, fch y da: las dos primeras son puramente expleti-
vas, eufónicas, no tienen valor alguno por sí mismas, y res-
pecto de du, el P. Reyes, antiguo misionero y conocedor
práctico del mixteco, dice: «Esta partícula por sí no signi-
fica nada.»1
Respecto al idioma azteca ó. mexicano, tengo la satisfac-
ción de ver confirmadas mis observaciones por Alejandro
Humboldt, pues este autor explicó que era un error creer
que las palabras largas en mexicano, es decir, las polisilá-
bicas, fueran siempre resultado de la composición, como en
sánscrito, griego y alemán.2
Efectivamente, en mexicano hay palabras polisilábicas
simples, ó con sólo el agregado de terminaciones que no tie-
nen significado propio, que son signos puros. Desde luego
presentaré algunas palabras primitivas que deben su for-
mación á la onomatopeya, y que son polisilábicas:
Chachachalaha, charlar. Chichi ¡tía i, lloviznar.
Tlakuakualaka, tronar. Aílailalakatl, el ánsar.
Como ejemplo de otra clase de palabras simples polisilá-
bicas, presento éstas:
Tatli, padre. Pipiyoli, abeja.
llvikatl, cielo- Mimiliui, estar la flor en botón.
Tlalli, tierra. Zakamulli, abrojo.
1 Arte del mixteco por Fr. Antonio de los Reyes. (México, 1593.)
2 No recuerdo la obra de Humboldt donde lince esta explicación; pe-
ro entre los que le citan, véase ú Balbi, Atlas ethnorjraphique.
570 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Veamos ahora qué resulta de examinar las inflexiones del
mexicano.
Existe en ese idioma una partícula, miek, la cual no es
otra cosa sino el adverbio macho; pero también existen ter-
minaciones con el mismo objeto que por sí solas no tienen
significado, y son, entre otras, me, tía, ki, van.
Para formar el vocativo, se usa la terminación e, que pa-
ra mí es una interjección; pero hay varias partículas que se
agregan al verbo que rige acusativo, las cuales no sé que
valgan nada por sí solas; y de la misma manera el mexica-
no tiene multitud de partículas y terminaciones que no son
palabras propias, sino signos de relación. Desafío al lin-
güista más hábil á que me demuestre el significado indepen-
diente de todas las partículas y terminaciones que siguen,
.propias del azteca, y de las más que tiene este idioma:
Me, te y demás terminaciones de plural.
Zintli ó tzin, para expresar respeto.
Tontli 6 ton, terminaciones de diminutivo.
Tía, la, terminaciones para formar colectivos-
Otl, terminación para formar abstractos.
Va y e, para indicar posesión.
Ni, ani, ya, ia, yan, kan, ian, tli, li, liztli, olea, ka, ki, k, i,
o, ti, son terminaciones de nombres verbales, es decir, de-
rivados de verbos.
K, ki, ko, kim, te, tía, partículas de verbo activo que se
componen con él. De estas partículas, acaso se pudiera su-
poner que te se refiere al pronombre personal (tehual) abre-
viado, porque se usa cuando recae la acción del verbo sobre
persona tácita, y que tía se puede considerar como abre-
viatura de itla ó tlamantli, cosa, porque se refiere acosa ca-
llada en la oración; pero respecto de las demás partículas
no percibo se puedan hacer ni aun semejantes suposiciones.
Ni, ti, son prefijos del verbo que pueden encontrar su
explicación en los pronombres personales abreviados ne,
te, así como puede suponerse que ma, partícula de sub-
juntivo, es una una interjección equivalente á ojalá; pero el
verbo mexicano tiene terminaciones que ni son pronom-
bres, ni verbos auxiliares (que no existen en las lenguas
mexicanas), ni otra parte de la oración, sino puramente sig-
nos que expresan modo ó tiempo. Igualmente se encuen-
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 571
tran en mexicano terminaciones propias para formar ver-
bos derivados, es decir, que con una misma raíz y diversas
terminaciones se expresan varias ideas; v. g. , la termina-
ción tia es generalmente signo de verbo compulsivo, como
de cJioka, llorar, chok-tia, hacer llorar á otro-
Voy ahora á decir algo acerca del idioma tarasco, uno de
los más importantes entre nosotros.
En esa lengua lo mismo que en mexicano, hay palabras
simples polisilábicas, y para convencerse de ello basta ho-
jear el diccionario y tener algunas nociones de etimología.
El nombre, en tarasco, tiene declinación para expresar
el caso por medio de terminaciones propias que no guardan
analogía con la preposición ni alguna otra parte del discur-
so: esas terminaciones en singular, son éueri, ni, e.
Como en mexicano, hay verdaderas terminaciones, aun-
que no tantas, para expresar diversas relaciones; v. g., ndo
para formar colectivos; kua ó ta, para abstractos. El verbo
tarasco se forma por medio de terminaciones puras, añadi-
das á la raíz, es decir, signos que no tienen analogía con el
pronombre, verbo auxiliar, ni ninguna otra clase de voz:
probemos á hacer una comparación con el pronombre. Pa
es la raíz del verbo llevar, y se conjuga así:
Pa-haka, yo llevo. Hi, yo.
Pa-hakare, tú llevas, etc- Thu, tú.
Pa-hati, aquél lleva- Rinde, aquél.
Pero en lo que el idioma tarasco es más rico, es en ver-
bos derivados que se forman por medio de partículas in-
tercalares, las cuales unas veces son significativas, y pue-
den referirse á otras partes del discurso; pero muchas oca-
siones no sucede así, v. g. nga es signo propio de pasiva;
pahaca, yo llevo; pa-nga-haca, yo soy llevado; ra, indica
compulsión, como de pañi, llevar, pa-ra-ni, obligar á algu-
no á llevar algo-
Por medio de las partículas, el tarasco expresa pasión,
impersonalidad, indeterminación, número, multitud, daño
ó provecho, deseo, repetición, costumbre, frecuencia, com-
pulsión, pregunta, respuesta, lugar, tiempo, vuelta, burla,
partes determinadas del cuerpo, formas délos objetos, pri-
sa y otras muchísimas relaciones.
572 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Para no fatigar alas personas que me escuchan, me redu-
ciré, respecto al idioma ópata (que es uno de los que con-
viene mencionar aquí), á hacer tres observaciones.
Hay palabras simples en el ópata que no sólo son polisí-
labas, sino que tienen la circunstancia de expresar ideas
que es preciso traducir en nuestra lengua por oraciones
enteras, ejemplos:
Tzopo, encogerse los nervios.
Huripa, tener aliento el enfermo.
Nakissogua, ponerse el cabello en la oreja,
Xitonahua, saltar ya con un pie, ya con otro.
Tzatonogua, caminar saltando con un pie teniendo el otro
levantado.
lonosokogua, estar tendido con las rodillas levantadas.
Kavotzu, hurtar las mazorcas de maíz, dejando compues-
tas las hojas.
Mitopa, estar sentado con un pie debajo del muslo.
En el mismo idioma ópata hay terminaciones puras para
expresar el caso, contándose diez declinaciones. El geniti-
vo tiene las terminaciones siguientes: te, ri: si, gui, ni, tzi,
M, 7cu, pi.
Sin embargo, debo explicar que los misioneros castella-
nos, buscando analogías con el latín, dieron ablativo pro-
pio á la declinación ópata; pero en otro escrito he hecho ver
que el ablativo en ese idioma no tiene terminaciones, sino
preposiciones pospuestas al régimen y juntas á la radical.
Los demás casos que admito sí tienen terminaciones pro-
pias, es decir, signos del caso que carecen de significado
fuera de la declinación. \
El mismo idioma ópata posee terminaciones puras para
formar el verbo, y con tal riqueza en el gerundio y partici-
pios como consta del ejemplo siguiente, cuya radical es
Mo, escribir.
GERUNDIOS.
DE PRESENTE.
Hiopa, escribiendo (se usa en oraciones de un supuesto).
Hioko, escribiendo (en oraciones de dos supuestos).
1 Véase mi Cuadro de lenguas indígenas. Tum. 1.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 573
DE PRETÉRITO.
Hiosaru habiendo escrito (en oraciones de un supuesto).
Hiositzi, habiendo escrito (en oraciones de dos supuestos).
DE FUTURO.
Hioko, en escribiendo.
PRÓXIMOS.
Bwseaki, estando para escribir (en oraciones de un su-
puesto).
llioseako, estando para escribir (en oraciones de dos su-
puestos) .
DE OBLIGACIÓN.
Hiosealtol'O, teniendo de escribir (en oraciones de presen-
te y pretérito imperfecto).
Hioseakiko, teniendo de escribir (en oraciones de preté-
rito perfecto y pluscuamperfecto).
DE TIEMPO.
HiosiLara ó hiosika, tiempo de escribir.
PARTICIPIOS ADJETIVOS.
Hiokame, el que escribe (de presente).
Hiosi, el que escribió, escrito (de pretérito).
Hioseakame, el que escribirá (de futuro).
PARTICIPIOS SUSTANTIVOS.
Hio.{a, escritura presente-
Hiokara, escritura pasada.
Hioseaka, escritura futura, lo que he de escribir.
Hioseakara, lo que había de haber escrito.
El que no se convenza con la opinión de Renán, Latham
y Monlau, respecto á las lenguas del antiguo continente, y
además con los hechos asentados aquí respecto á las len-
guas mexicanas, no se convencerá tampoco con más argu-
mentos, y en consecuencia doy punto ala cuestión, creyendo
haber demostrado con hechos: Primero. Que hay pala-
bras simples en los idiomas mexicanos, que son verdadera-
mente polisilábicas, es decir, que no se pueden descompo-
574 • ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
ner en monosílabos significativos. Segundo. Que esos idio-
mas usan de letras ó sílabas antepuestas (prefijos), pospues-
tas (terminaciones) é intercaladas, las cuales son signos pu-
ros de relación y no palabras que separadamente tengan
significado-
Los conocimientos que en el día .tenemos de los idiomas
mexicanos, por medio de los libros que quedan y del trato
con los naturales, demuestran que de la misma manera que
conocemos el significado de algunos prefijos, terminacio-
nes ó partículas intercalares, podríamos conocer el de las
demás: no se alegue pues, maliciosa é infundadamente, que
los idiomas mexicanos son poco conocidos; lo son para
quien no los ha estudiado, y ellos no causan una revolución
científica, confirman únicamente lo que se ha observado ya
respecto de los idiomas de Europa y Asia, es decir, que el
monosilabismo de todas las palabras y de todas las infle-
xiones es una suposición sin fundamente.
Con lo dicho quedan impugnados los tres principios pro-
gresivos que se suponen al lenguaje, es decir, la onomato-
peya, la interjección y el monosilabismo.
En resumen, ni la filosofía, ni la filología comprueban, si-
no que rechazan la invención humana del lenguaje.
Voy, pues, á examinar ahora la opinión contraria, la que
supone que el lenguaje fué una revelación inmediata de la
divinidad, es decir, comunicado materialmente por Dios al
hombre.
Esta opinión es antigua, y por lo menos puedo citar á
Lactancio como partidario de ella en el siglo IV, pues dice:
«Basta tener uso de razón para concebir que jamás hubo
hombres que pasasen de la infancia y se reunieran, sin que
tuviesen el uso de la palabra. No queriendo Dios que el hom-
bre fuese un bruto, al tiempo de criarle tuvo la dignación
de hablar con él é instruirle.» l
Sería fácil, pero inútil, citar otros escritores posteriores
á Lactancio, que pensaban como él; así es que sólo me fija-
ré en M. de Bonald, el primer autor moderno que ha pre-
sentado la opinión propuesta bajo un aspecto filosófico.2
Los fundamentos de Bonald son dos; la sagrada escritura,
1 Divin. inst., 1, (i, c. 10.
2 Bonald, Kecheiches pbiloíophiqnes, vol. I (3?edit.)
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 575
y este argumento que repite con frecuencia: «el hombre
no puede hablar su pensamiento sin pensar su palabra.»
El pasaje bíblico en que Bonald y ios de su escuela se
fundan principalmente para suponer la revelación inmedia-
ta del lenguaje, es el siguiente: «Luego pues, que el Señor
Dios hubo formado de la tierra todos ios animales terres-
tres, y todas las aves del cielo, llevólos á Adam para que
viese cómo las había de llamar, porque todo lo que Adam
llamó ánima viviente ese es su nombre. Y llamó Adam por
sus nombres todos los animales, y todas las aves del cielo
y todas las bestias de la tierra-» 1
Este pasaje no prueba otra cosa sino lo siguiente:
En primer lugar el verdadero nomenclátor de los anima-
les es Adam; él es quien les da nombre, aunque bajo la di-
rección de Dios- '
En segundo lugar, en el pasaje copiado se trata única-
mente de la formación de unas cuantas palabras y no del
lenguaje en general-
Por otra parte, si Adam se encontraba en estado de en-
tender á Dios y de poner nombres á los animales, se supo-
ne que ya sabía hablar; y en efecto, lo que más rectamente
se infiere de la Biblia, es que Adam fué creado desde el
principio con la facultad del lenguaje, y por esto un sabio
moderno ha hecho esta observación; «¿No crió Dios al hom-
bre perfecto? ¿Y cómo lo hubiera sido, careciendo de la pa-
labra, instrumento por el cual es racional?» 2
Efectivamente, si seguimos consultando la Sagrada Es-
critura, encontraremos en el Eclesiástico que Dios concedió
á Adam y Eva la razón, una lengua ó idioma, ojos, oídos, el
sentimiento y la inteligencia. 3
De esta manera, quien para mí ha interpretado mejor la
Biblia en el punto que nos ocupa, no son los comentadores
oprimidos bajo el peso de su misma erudición, no son los
filósofos perdidos en las oscuras investigaciones de la me-
tafísica, no son tampoco los lingüistas, aunque usando de
mejor método y consultando los hechos; es un poeta guia-
do únicamente de una inspiración felicísima. Me refiero á
1 Génesis, cap. II, v. 19. 20., trad. de Scio.
2 Canta, loe. cit.
3 Ecles., cap. 17, v. 5.
576 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
Milton en su Paraíso Perdido. He aquí de qué modo se ex-
presa por boca de Adam:1
«Como si acabase de despertar del sueño más profundo,
me encontré tendido muellemente sobre la florida yerba,
empapado de un sudor embalsamado que secaron en breve
los rayos del sol absorbiendo su vaporosa humedad. Volví
mis asombrados ojos hacia el cielo, y contemplé durante al-
gún tiempo el espacioso firmamento, hasta que llevado por
un rápido é instintivo impulso, di un salto, como si mi in-
tento fuera llegar hasta él, y quedé firme sobre mis pies-
«Divisé en torno mío una colina, un valle, bosques um-
bríos, llanuras en que se reflejaban los rayos del sol, y una
líquida caída de arroyuelos bulliciosos: en estos sitios dis-
tinguí criaturas que vivían y se movían, que andaban ó vo-
laban: pajarillos que gorjeaban en las ramas: todo sonreía;
mi corazón estaba innundado de gozo y de deleite.
«Entonces me recorrí á mí mismo con la vista, y me exa-
miné miembro á miembro; unas veces andaba, otras corría
poniendo en juego mis flexibles coyunturas, según que me
impulsaba un vigor animado; pero ignoraba quién era yo,
dónde me encontraba y por qué causa estaba allí. Intenté
hablar y hablé inmediatamente: mi lengua obedeció y ¿nido nom-
brar en el acto todo lo que yo veía.»
Diré, por último, en contra de los que suponen á Dios en-
señando al hombre de una manera material, que semejante
suposición es indigna de la elevada idea que respecto al
Creador nos dan la religión y la filosofía: la opinión de Bo-
nald y los suyos conduce al antropomorfismo más grosero,
convierte á Dios en una niñera, en un maestro de escuela.
¿.Por qué la Biblia dice que Dios llevó los animales á Adam,
hemos de entender también que lo hizo materialmente, co-
mo un pastor ó un arriero?
Sin embargo, me queda todavía por examinar el argu-
mento filosófico de Bonald.2 que en nuestros días ha repe-
tido Augusto Nicolás, 3 y que copié anteriormente.
El argumento de Bonald se funda en la conocida obser-
vación de que el pensamiento es una locución interior; ob-
1 El Paraíso Perdido (lib. 8), traducción de D. Dionisio San Juan.
2 Op. cit.
3 Estudios filosóficos sobre el cristianismo.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 577
servación que hizo Platón hace centenares de años, cuando
dijo: «El pensamiento es la conversación del espíritu con-
sigo mismo.-»1
De esto se ha inferido que el pensamiento no existe sin
el socorro de la palabra preexistente ó coexistente; que el
hombre para pensar ha tenido necesidad de una palabra
ya formada, y que esa palabra fué comunicada por Dios.
Veamos, pues, qué nos dice la ideología sobre este parti-
cular.
Las facultades del alma, como lo dije anteriormente, son
ja inteligencia, sensibilidad y voluntad. Los niños, desde
recién nacidos, antes de hablar y entender el idioma, clan
señales evidentes de que sienten física y moral mente, y de
que tienen voluntad: el niño llora cuando experimenta al-
gún dolor; sonríe cuando se encuentra enteramente sano
y satisfecho; da señales, todavía muy tierno, de simpatía ó
antipatía; manifiesta que quiere ejecutar lo que le agrada y
resistir lo que le molesta. El bruto, que no tiene lenguaje
propiamente hablando, manifiesta también sensibilidad fí-
sica, amor á sus hijos ó á sus dueños y actos de voluntad:
un perro ó un gato no se manifiestan lo mismo cuando se
les azota que cuando se les acaricia; un caballo adiestrado
es más dócil, menos voluntarioso que un potro nuevo.
En cuanto á las facultades intelectuales, no hay ninguna
duda respecto á la percepción exterior que se verifica por
medio de los sentidos, y se refiere á las cosas presentes,
las cuales por sí mismas se manifiestan al espíritu, sin ne-
cesidad de signos intermedios: para tener idea del sol no
hay necesidad de saber su nombre; basta verle.
De la memoria nos dan pruebas aun los brutos: las aves
de paso recuerdan los caminos que transitaron y los laga-
res donde residieron; los perros conocen á sus amos: ios pá-
jaros saben muy bien dónde dejaron sus nidos y sus hijue-
los-— Aun la inducción se concibe fácilmente en quien no
sabe hablar, ni puede comprender el lenguaje- ¿Será creí-
ble que un sordo-mudo quemándose hoy la mano en la lum-
bre, vuelva á ponerla allí el día de mañana?
La dificultad parece, pues, consistir en las ideas mota fí-
sicas y morales; pero aun respecto de ellas no hay inconve-
"l Platón in Th.it,
37
578 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
niente, de que existan antes del ¡lenguaje, si bien en un es-
tado imperfecto. Efectivamente, nadie que tenga sentido
común negará que un sordo-mudo deje de conocerse á sí
mismo, deje de saber que existe, y esto sin sospechar que
se llama Juan ó Francisco. Pero las ideas de causa, sustan-
cia y algunas otras, ¿de dónde se derivan sino de la concien-
cia del yo humano? Por otra parte, las ideas de unidad,
número, tiempo, etc., expresan cosas no sensibles, y no
pueden ser el producto de cosas sensibles como la pa-
labra; existen como germen dentro de nosotros mismos. Y
á propósito de sorclo-mudos, que he puesto de ejemplo an-
teriormente, la experiencia demuestra que esos desgracia-
dos tienen más conocimientos de los que generalmente se
supone, como se puede ver principalmente por la Memoria
del sordo-mudo Fernando Berthier, presentada ala Acade-
mia de ciencias morales de París. 1
Ya be dicho que el lenguaje es un poderoso auxiliar del
pensamiento; que es un recuerdo útilísimo; que sin él no
puede comprenderse un raciocinio algo extenso; en fin, que
nuestro estado ideológico es imperfecto sin el lenguaje: todo
esto nadie lo duda, y basta para no admitir la invención hu-
mana del lenguaje; pero de la imperfección á la negación
absoluta hay mucha distancia.
Si la experiencia vulgar de que el pensamiento es una lo-
cución interior, se ha aducido por Bonald y los de su escue-
la, ¿cómo no han observado que el pensamiento es, á veces,
tan rápido que no da lugar á locución alguna? Un hombre
que concibe, al pronto, un gran negocio, una obra extensa,
se representa estas cosas exteriormente, desde sus princi-
pios hasta sus últimas consecuencias, con la rapidez del re-
lámpago, en conjunto, sin necesidad ni tiempo de hablar.
Viene después la análisis, la discusión interior, y entonces
es cuando nos ayudamos del idioma.
Lo mismo sucede con los sentimientos; los hay de tal na-
turaleza, que no encontramos palabras con qué expresarlos;
y un suspiro, un gesto, son los únicos signos que nos que-
dan. Hay, pues, más viveza, más velocidad, más fuerza, más
extensión en el pensamiento y en el sentimiento que en la
palabra.
1 Cqmpte rendu de ees seances f ¿vrieretmars, 1851.
¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL? 579
De esta manera ha pensado la mayoría de los hombres, y
el sentido común es uno de los mejores criterios de ver-
dad. ¿Qué es el lenguaje? preguntad á cualquier individuo.
La expresión del pensamiento, responderá sin vacilar.
No hay, pues, que engañarnos con sutilezas; la idea ha
dado lugar á la palabra, y no la palabra á la idea; así es, que
el sistema de Bonald no sólo carece de valor á la luz de la
historia y de la filosofía, sino del buen sentido. Dejémosle,
pues, olvidado como uno de tantos sistemas quiméricos, y
pasaré á explicar el verdadero sentido en que Dios es autor
del lenguaje.
El lenguaje no fué materialmente comunicado por Dios;
el lenguaje no fué la obra reflexiva del hombre; pero éste
habla: ¿cómo explicar, pues, el hecho innegable?
De esta manera. Dios crió al hombre con la facultad de
hablar, como le crió con todas las demás facultades físicas
y morales, y en este sentido se dice, y muy bien, que el
lenguaje es natural-
De este modo han discurrido los filósofos y los lingüis-
tas más distinguidos, conformes en lo sustancial del siste-
ma, es decir, en que el lenguaje es natural al hombre- En-
tre los diversos autores hay algunas modificaciones de
ideas; pero no es posible explicarlas aquí, porque sería ne-
cesario discutir la teoría de las ideas innatas, entrar en
averiguaciones metafísicas sobre la espontaneidad, hacer
conjeturas acerca del momento preciso de la aparición del
lenguaje, y ventilar otras muchas cuestiones secundarias
que no dejarían término á mi disertación, por lo cual me
contentaré con reproducir la opinión de tres ó cuatro auto-
res modernos que, como he dicho, están conformes en el
fondo.
Guillermo Humboldt 1 ha dicho: "Según mi íntima con-
vicción, debe la palabra considerarse como inherente al
hombre."
Ernesto Renán se expresa de esta manera: "Lo que me
parece incontestable es que la invención del lenguaje no
fué el resultado de una larga vacilación, sino de una intui-
ción primitiva- • • • Si el lenguaje no es un don exterior, ni
una invención tardía y mecánica, no queda sino un partido
1 Op. cit.
580 ¿LA LINGÜÍSTICA ES CIENCIA NATURAL?
que tomar, y es atribuir su creación á las facultades huma-
nas obrando espontáneamente y en conjunto. La necesidad
de significar exteriormente sus pensamientos y sus senti-
mientos, es natural al hombre: no, pues, por comodidad, ni
por imitación délos animales, el hombre escogió la palabra
para formular y comunicar sus pensamientos, sino porque
la palabra le es natural- 1
Steinthal opina que "el lenguaje no ha sido creado de una
manera premeditada, sino que nace en el alma acierta épo-
ca del desenvolvimiento sicológico, de un modo necesario y
ciego, por decirlo así. " 2
Grimm llama al lenguaje ''emanación inmediata de la na-
turaleza."3
En fin, Müller dice lo siguiente: "La palabra es una fa-
cultad específica del hombre .... Las cuatrocientas ó qui-
nientas raíces que quedan en los idiomas, después de la
análisis más minuciosa, son tipos fonéticos producidos por
un poder inherente al espíritu humano: esas raíces son la
obra de la naturaleza .... Todo lo que es sustancial al len-
guaje es el producto de un instinto mental, de una fuerza
innata."4
Ahora bien, y supuesto que el lenguaje es natural al
hombre, queda probado que es la obra de Dios, porque
Dios es la causa, y la naturaleza el efecto: en consecuencia,
la ciencia del lenguaje debe referirse á las obras de Dios,
es decir, á las ciencias naturales.
He llegado aquí al término que me había propuesto, y en
consecuencia, debo concluir mi disertación, acaso ya de-
masiado larga, Sin embargo, todavía podría reforzar mis
argumentos, exponiendo las aplicaciones determinadas
que la lingüística tiene á la zoología, la botánica y demás
ciencias que llevan hoy el nombre de naturales: mas para
no tratar este punto de una manera superficial, se necesi-
ta alguna extensión, y por lo tanto, en otra vez me ocuparé
especialmente en ello, si la Sociedad tiene la bondad de es-
cucharme, como ahora lo ha hecho.
México, Abril 3 de 1889.
] Op. cit., pág. 9ft
si Der ursprung der Bprache (c't. por Müller y Renán).
3 Op. cit., pág, 51.
4 Or. cit., iect. 9?
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582 EL IDIOMA OTHOMÍ,
Mendoza, en tocio aquello que rae parece digno de atención.
Estoy conforme con el autor respecto á que el othomí sea
un idioma abundante en onomatopeyas y en palabras com-
puestas muy expresivas, lo cual manifesté hace tiempo en
mi obra sobre las lenguas indígenas de México, l y antes
que yo lo observaron, en parte, el P. Nájera2 y otros india-
nistas. He aquí los ejemplos que puse en mi citada obra:
Onomatopeyas. — A, respirar. — Bu, hacer viento.— £T¿a,
aspirar. — Y, el dolor.— Si, grito.— Yü, ahullar.— Ytzo, es-
cupir.— He, estornudar.— Nkku, hipar.— Hay, soplar.— He-
he, toser.
PALABRAS EXPRESIVAS.
«Tiusu, tzinzu; ti, tzi, retoño; usu, la hembra, la hija.
Bátzi; bá, engendrado; tzi, retoño, el hijo.
Kogkhai; kog, dulce; khai, gente; el hombre de buena ín-
dole.
Sikei; si, piel; kei, cuerpo; el cutis.
Ehmi; é airado; hmi cara; el mal agestado.
Yokmi, yo, dos; hmí cara; el pérfido.
Meii; me, el que carece; ti, riqueza; el mendigo.
Danm; da, florida; nsú, hembra; la niña.
Heme; hé, fingir; me, madre; la madrastra.
Thugu; thu, estar colgado; gu, oreja; el pendiente.
Dodo; do, piedra; do piedra; el tonto.
Hiadi; lúa, luz; tsi, hacer; el día.
Ngéde; ngé, carne; de cubrir; las enaguas.
Razana; ra, una; zana, luna; el mes.
Okha; o. acordarse; kha, santo; Dios.
Estoy también conforme con el Sr. Mendoza en otro pun-
to de grande interés, á saber: que la imitación de la natu-
raleza produce palabras semejantes en idiomas de diversas
familias, sin que deba, pues, atribuirse esa semejanza á la
igualdad de origen en dos ó más pueblos. Esto lo comprue-
ba bien el autor con muchos ejemplos dignos de llamar la
atención á los que violentamente buscan analogía entre idio-
mas que no solamente carecen de ella, sino que son de sis-
tema contradictorio.
1 Volumen 1?
2 Disertación sobre el othomí.
EL IDIOMA OTHOMÍ. 583
También sobre este particular escribí las siguientes pa-
labras en mi obra referida.1
«Se ha observado que en muchos lenguas hay ciertas vo
ees primitivas llamadas onomatopeyas , las cuales imitan los
sonidos, los pintan, son con toda propiedad el eco de la Na-
turaleza. Muchas palabras de esta especie pueden ser co-
munes á pueblos separados, que al principio fueron uno
sólo; pero también la misma causa, el mismo motivo de imi-
tación, pueden haber producido onomatopeyas semejantes
entre razas diversas; esto es cosa muy natural: así es que
el lingüista debe caminar con desconfianza cuando se trate
de palabras que indiquen objeto cuyo sonido pueda haber
motivado la expresión. Un solo ejemplo creo que será bas-
tante para ser mejor comprendido. La palabra rayo ó re-
lámpago es, sin duda, primitiva, pues expresa uno de los
fenómenos que desde luego debieron llamar la atención de
los hombres. Pues bien, encontramos que en chino la pa-
labra ley quiere decir rayo, y que ella es igual en forma y
de idea muy análoga al vocablo huasteco ley, que significa
relámpago, y sin embargo, una y otra lengua son tan dife-
rentes como los pueblos que las hablan. Un etimologista
podría equivocarse diciendo que no sólo ley prueba un
mismo origen en el chino y en el huasteco, sino hasta en el
español, pues ésta tiene relámpago donde re se puede con-
siderar como la raíz trocada en le en las otras dos lenguas,
porque carecen de R, y porque esta letra es afín de l. Una
crítica más juiciosa nos dirá que las tres raíces iguales
prueban un origen común, es verdad; pero que este origen
es de las voces onomatopeyas, la imitación de la Natura-
leza, no la igualdad de raza é idioma. En efecto, nada más
á propósito que la palabra ley monosílaba, para expresar
la velocidad, y la l el ruido, á falta y en representación de
su análoga la r: estas dos letras vemos con qué facilidad las
confunden los niños y las personas que pronuncian mal.»
Respecto á lo demás que manifiesta el Sr. Mendoza en
su «Disertación,» tengo el sentimiento de no estar confor-
me, y voy á manifestar mi razones.
No es cierto que los othomíes crearan su lengua, como lo
repite el Sr. Mendoza en varios lugares de su opúsculo, por
1 Introducción.
584: EL IDIOMA OTHOMÍ.
la sencilla razón de que el lenguaje no es de invención hu-
mana, sino un don gratuito con que la causa 'primera, lla-
mada Dios, dotó al hombre, lo cual probaré de la manera
que se quiera, sea con la ideología si nos elevamos á los pri-
meros principios, sea con la lingüística si queremos fun-
darnos en la evidencia de los hechos; sea, en fin, con la Bi-
blia si, por las creencias religiosas del que discute, preten-
de tomarlo como guía de sus conocimientos.
Bajo tal supuesto, comienzo con esta pregunta: ¿Qué es
el lenguaje? La expresión de nuestro pensamiento, res-
ponderá todo el mundo sin vacilar. ¿Y qué es el pensamien-
to? preguntará de nuevo el que quiera elevarse más toda-
vía. «El pensamiento, como dijo Platón hace centenares de
años (y nadie puede contradecirle), es la conversación del
espíritu consigo mismo. »L
Luego para hablar es preciso pensar, y para pensar es
preciso hablar : tal es la verdad sicológica en toda su senci-
llez, y ella nos conduce fácilmente á esta consecuencia: Dios
creó al hombre con la facultad de pensar, y al mismo tiem-
po de expresar sus pensamientos.
Daré todavía más fuerza á mi proposición. Si el pensa-
miento es una locución interior como evidentemente suce-
de, es claro que el lenguaje es un poderoso auxiliar de las
ideas, de tal manera que no se comprende un raciocinio
algo extenso sin el auxilio de la palabra. Lo que acontece
es que familiarizados desde la cuna con el lenguaje, no pa-
ramos la atención en él; no observamos que es el lazo de la
sociedad, el depósito de las verdades, la unión de lo pasado
y lo presente, la expresión de las leyes, la manifestación
de los efectos, la luz del mundo moral- Para comprender
prácticamente el tesoro de ideas que encierra la oración
más sencilla, repetiré aquí un ejemplo puesto por un meta-
físico moderno. 2 «No he querido perseguir más lejos la fie-
ra, por temor de que irritada, hiciese daño.» Esta es una ora-
ción de aquellas que se oyen en el grado más ínfimo del
estado social, y sin embargo, contiene ideas de tiempo, de
acto de voluntad, de acción, de continuidad, de espacio, de
casualidad, de analogía, de fin y de moral.
i In Thcet:
•z Balines. Filosofía fundamental.
EL IDIOMA OTHOMÍ. 58o
Tiempo. — no he-
Acto de voluntad. — querido.
Acción. — perseguir.
Continuidad. — más.
Espacio.— lejos.
Analogía . — i r r i tado.
Motivo y fin. — por temor de que, etc.
Casualidad. — hiciese daño.
Moralidad. — no dañar á otros.
Ahora bien, ¿se puede suponer racionalmente que el hom-
bre mudo, es decir, en estado de imperfección sicológica
inventara el idioma? No se puede admitir semejante supo-
sición sin ofensa del buen sentido.
Así, pues, ni los otomíes, ni pueblo alguno ha creado un
idioma, sino que éste ha aparecido espontáneamente.
Pasando á consultar la historia de las lenguas, vemos
también que la supuesta creación del lenguaje y su conse-
cuente graduación no es cierta, ya se considere á los idio-
mas elevándose desde el monosilabismo hasta el polisila-
bismo, ya se refiera su origen á la onomatopeya, como lo
hace precisamente el Sr. Mendoza.
Voy á examinar, en apoyo de mi idea, las siguientes fami-
lias de lenguas: la semítica, la indo europea, los idiomas
monosilábicos del antiguo continente, el otomí en México.
Me parece que con estos ejemplos es más que bastante pa-
ra mi propósito.
En los idiomas semíticos, según el estudio más profun-
do que de ellos se ha hecho, no puede explicarse el pasaje
del monosilabismo á su actual estado trilítero, de tal modo
que Ernesto Renán, en su famosa obra sobre las mismas
lenguas, dice «Rien n'autorise a transformer en fait his-
torique l'hipothese du monosilabisme primitif des iangues
semitiques»1
Respecto á las lenguas indo-europeas, he aquí lo que di-
ce Chavée 2 en su obra «Les Iangues et les races.» «El exa-
men comparativo de esos testigos imparciales que se lla-
man diccionarios, prueba que las nueve décimas partes del
vocabulario indo-europeo desde la época más remota, están
1 Pág. 96.
2 Pág. 50.
586 EL IDIOMA OTHOMÍ.
formados de verbos compuestos con la ayuda de prefijos, y
por medio de los derivados de esas composiciones verbales.*
Sin embargo, todavía hay que añadir á lo que dice Cha-
vée, una observación de mucha importancia. En las lenguas
indo-europeas; no sólo no se encuentra el pretendido mo-
nosilabismo primitivo, sino que sus cambios en lugar de
verificarse de lo simple á lo compuesto, han sido al contra-
rio, de tal manera que van descendiendo de la polisíntesis á
la síntesis, y de la síntesis ala análisis, como puede obser-
varse en el sánscrito respecto al griego y al latín, y en este
último respecto al castellano, francés é italiano. El sáns-
crito, que es el tronco de las lenguas indo-europeas, es el
que usa más de la composición, el más rico en terminacio-
nes que, unidas á la radical, forman un todo para expresar
diversas relaciones, las cuales ya en el griego y el latín se
expresan con partículas separadas. Por ejemplo, la decli-
nación sánscrita tiene ocho casos, la latina seis y la griega
cinco; los demás casos respecto al sánscrito no se expre-
san con terminaciones, sino con preposiciones- En los idio-
mas neo-latinos ya desaparece enteramente la declinación
del nombre, y toda se suple con preposiciones separadas;
lo mismo sucede en diversas voces y modos del verbo, que
se expresan por medio de circunloquios con los verbos
auxiliares.
Por lo que hace á los idiomas monosilábicos del Este de
Asia, es un hecho innegable que nunca han salido de ese es-
tado, y si fuera cierta la supuesta progresión del lenguaje
de lo simple á lo compuesto, ya era la ocasión, después de
tantos centenares de años, de que esos idiomas se hubieran
vuelto polisilábicos; tal cambio no se ha verificado, y desde
tiempo inmemorial ciento ochenta millones de hombres
conservan su lenguaje con el mismo mecanismo.
Veamos, en fin qué es lo que pasa cerca de nosotros mis-
mos, con ese idioma othomí, objeto de la presente cuestión.
Pues bien: el othomí rodeado de lenguas polisilábicas; estre-
chado por ellas, dominado por una civilización más adelan-
tada, atraído por la riqueza del mexicano, por la perfección
del tarasco, pobre en medio de la abundancia, el othomí no
ha cambiado nunca; es lo mismo que el primer día, monosi-
lábico y rudo- Suponer que el mexicano, el tarasco y demás
EL IDIOMA OTHOMÍ. 587
lenguas polisilábicas de ^íéxico descienden del othomí, sería
tan absurdo como suponer que el sánscrito y el griego des-
cienden del chino.
Bastan los hechos referidos para probar mis asertos;
pero quiero robustecerlos más con el testimonio de algunos
lingüistas modernos- Por lo que éstos dicen, se compren-
derá que es una ley filológica la siguiente: «Cada familia de
lenguas conserva, desde su origen, su carácter esencial y
característico» «Por grandes que sean los cambios de un
idioma, su verdadero sistema gramatical y léxico, su es-
tructura en lo general, quedan invariables, «dice Guillermo
Humboldt.»1
El cardenal Wiseman ha escrito estas palabras:2 «En cual-
quiera época que tomemos una lengua, la hablamos comple-
ta en sus calidades esenciales y características; puede per-
feccionarse más, hacerse más rica y de una construcción
más variada; pero sus propiedades distintas, su principio
vital, su alma, si puedo llamarla así, parece formada ente-
ramente y no puede variar. Si ocurre una alteración, es so-
lamente por el nacimiento de una nueva lengua, que sale
como el fénix, de las cenizas de otra; y aun cuando ocurra
esta sucesión, como del italiano al latín, y del inglés al an-
glo-sajón, la cubre un velo misterioso; parece que este dia-
lecto se envuelve como el gusano de seda, para pasar al es-
tado de crisálida, y no le vemos sino cuando sale unas ve-
ces más, otras menos hermoso; pero siempre completamen-
te organizado, y desde luego inmutable. Y aun mirándole
de cerca, veremos que este primer ser contenía ya dentro
de sí, preparadas las partes y los órganos que debían al-
gún día dar la forma y la vida al estado que debía suce-
der. »
César Cantú3 dice: «Al paso que vemos cómo se perfec-
cionan en la marcha progresiva de la sociedad todas las ar-
tes, no han hecho las lenguas ningún adelanto desde que
nos son conocidas; no existe una sola que haya añadido nin-
gún documento esencial á los que antes poseía.»
ü- Ponceau manifiéstalo siguiente: * «Yo no respondo de
1 Letre á Rémusat, piig. 72. ( París, 1S27).
2 Discursos sobre la ciencia y la religión. Discurso 1? (Madrid, L884).
3 Historia universal, lib. 1?, cap. III.
4 Memoria sobre algunos idiomas, etc.
588 EL IDIOMA OTHOMÍ.
los acontecimientos ocasionados por la fuerza, creo poder
asegurar solamente que las lenguas, abandonadas á sí mis-
mas, tienen una tendencia manifiesta á conservar su estruc-
tura y formas originales.»
Ernesto Renán se expresa de este modo: 1 «Los diversos
sistemas de lenguas han sido adoptados de una vez; no se
derivan unos de otros, se bastan á sí mismos, y llegan al
mismo resultado por los caminos más opuestos: tal pueblo
permanece en el estado infantil y tiene un sistema grama-
tical que consideramos como sabio; otro pueblo se eleva á
la civilización con un idioma que parece opuesto á todo pro-
greso.»
Pero quien más claramente se explica respecto á la hipó-
tesis del monosilabismo, es Latham, que ha escrito poste-
riormente, y manifiesta su opinión de esta manera: 2 «Pue-
de una palabra limitarse á una sílaba, y puede también alar-
garse más, es decir, que puede ser monosílaba, ó de otra
clase diversa. La regla que nos prohibe multiplicar causas
innecesariamente, sugiere la inferencia a priori, de que nin-
guna palabra es larga sin necesidad. Algo tiene también de
a priori lo que naturalmente se infiere, y es que todas las
raíces fueron en su origen monosílabas- Esto, aunque en
gran parte ha sido probado ya por indagaciones positivas,
con dificultad podrá admitirse de una manera absoluta y
aplicarse indistintamente. »
Destruida ya la supuesta gradación del monosilabismo al
polisilabismo, queda únicamente para contradecir la no me-
nos infundada suposición de que las lenguas todas sehan for-
mado conforme á la ley de onomatopeya, es decir, imitando
la naturaleza. Este es el sistema que decididamente adopta
el Sr. Mendoza, pues sin la menor reticencia asienta las si-
guientes palabras, en la pág. IQfi de su Disertación. «Todos
los hombres han debido formar su lengua del mismo modo
que los othomíes,» esto es, imitándola naturaleza, que es lo
que el Sr. .Mendoza ha asentado en las páginas anteriores.
Tal teoría es hasta cierto punto disculpable, porque nada
seduce tanto la imaginación, tratándose del lenguaje, como
suponer que el hombre, mudo todavía, procuró imitar el
1 Origine du langague, 2^ edít. pág. 45.
2 Elenients of coinparaiive philology, pág. 699.
EL IDIOMA OTHOMÍ. 589
gorgeo de los pájaros, el rugido del mar, el murmurio del
arroyo, el soplo de la brisa, y el estruendo del rayo. Todo
esto es poético, y relativamente verdadero; pero estableci-
do de una manera absoluta y bajo el aspecto científico, es
falso, no se funda en hechos, sino que los hechos lo desmien-
ten.
Efectivamente, un sabio respetable por sus conocimien-
tos, Federico Schlegel, hizo hace años la siguiente manifes-
tación: 1 «Las hipótesis relativas al origen del lenguaje hu-
bieran sido enteramente omitidas, ó al menos hubieran to-
mado otra forma, si en lugar de proceder arbitrariamente
los escritores, y de entregarse á las ficciones de la poesía,
hubieran emprendido fundarlas en investigaciones históri-
cas- Pero lo que especialmente es una suposición del todo
gratuita y verdaderamente errónea, es la de atribuir un
origen igual en todas partes al lenguaje y al desenvolvimien-
to de la inteligencia. La variedad en este punto es, al con-
trario, tan grande, que entre el gran número de lenguas,
apenas se encontrará una que no pueda servir de ejemplo
para confirmar alguna de las hipótesis imaginadas hasta
ahora sobre el origen de las lenguas. Por ejemplo, que se
recorra el diccionario de la lengua manchúa, y se verá con
asombro su multitud desproporcionada de palabras imita-
tivas y onomatopeyas, de tal modo, que esas palabras com-
ponen, la mayor parte de la lengua. Si ese idioma fuese uno
de los primeros y délos más importantes; si otras lenguas
tuvieran en su origen la misma conformación que el man-
chúa, se podría adoptar la opinión que atribuye el origen
de todas las lenguas á ese principio de imitación. Pero ese
ejemplo no parece servir más que para demostrar qué for-
ma toma algunas veces, ó debe tomar una lengua que pue-
de formarse en gran parte, según ese principio, y hará re-
nunciar á la idea de querer explicar del mismo modo los
idiomas que ofrecen un aspecto del todo diferente. Que se
considere en efecto la familia entera de esas lenguas, en
que poco ha hemos tenido que ocuparnos (indo-europeas),
y se verá que en alemán el número de las palabras onoma-
toyeyas y que imitan los sonidos, es poca cosa, á la verdad,
1 E?sai sur la lange ct la philosophio des índiens, lib. 1'.. can. 5.
590 EL IDIOMA OTHOMí.
comparado con el ejemplo que acabamos de citar; pero es,
sin embargo, considerable, y acaso no es menor que en per-
sa- •• • En griego y todavía más en latín, las onomatopeyas
se hacen más raras, y en el sánscrito desaparecen tan com-
pletamente, que parece imposible suponer un origen seme-
jante ala totalidad del idioma.»
En comprobación de las observaciones de Schlegel, diré
que el estudio particular que he hecho de los idiomas me-
xicanos, me ha conducido al mismo resultado que al autor
alemán. En México tenemos idiomas donde abundan las
onomatopeyas, como el huasteco y el mame; hay otros don-
de se encuentran pocas de esas voces, como el mexicano ó
azteca; en algunos casi no hay palabra que pueda referirse
á ese origen, como el pirinda, donde en cosa de dos mil qui-
nientas palabras que he examinado, apenas hay tres ó cua-
tro que imitan la naturaleza, y, en fin, existen idiomas me-
xicanos, como el mixteco, donde no he encontrado una sola
onomatopeya, no obstante que he leído atentamente su dic-
cionario.
Así, pues, cada uno de estos idiomas, aun en la adopción
de palabras nuevas, ha seguido su propio genio; los huaste-
cos al conocer el perro traído por los españoles, dijeron
huahua ó Jiuahualoa, ladrar, imitando la naturaleza; pero los
mexicanos llamaron al perro chichi, encontrando la razón de
su palabra, no en el ladrido, sino en la semejanza del perro
con otro animal indígena, cuya especie ha desaparecido.
No debemos, pues, extrañar, en vista de estos hechos ú
otros semejantes, que el más hábil defensor del principio
de la onomatopeya, Herder, después de haber obtenido el
premio ofrecido por ]a academia de Berlín, al mejor ensayo
sobre el origen del lenguaje, renunciara á ese sistema, al
fin de su vida, y adoptara la opinión délos que creen que el
lenguaje es un clon natural.
Queda dicho lo más preciso para combatir la infundada
creación del lenguaje por los othomíes y por los demás pue-
blos, según la sicología y la filología; pero conforme á lo que
ofrecí anteriormente, debo ocurrir á la Biblia.
Leemos en el Génesis * estas palabras:
«Luego, pues, que el Señor Dios hubo formado de la tie-
1 Cap. II, v. 19, 20, trad. de Scio.
EL IDIOMA OTHOMÍ. 591 .
rra todos los animales terrestres, y todas las aves del cielo,
llevóles á Adán para que viese cómo los había de llamar,
porque todo lo que Adán llamó anima viviente, ese es su
nombre. Y llamó Adán por sus nombres todos los animales,
y todas las aves del cielo y todas las bestias de la tierra.»
Este pasaje supone que ya Adán sabía hablar, supuesto
que entendía á Dios y se hallaba en estado de formar por sí
mismo sólo una parte del diccionario, los nombres de los ani-
males; y efectivamente, en el Eclesiástico J se ve que «Dios
concedió á Adán y Eva la razón y una lengua ó idioma, es decir,
que la Biblia expone lo mismo que demuestra la filosofía y
la filología, á saber: «que el hombre obtuvo, al mismo tiem-
po, la facultad de pensar y hablar.»
Empero, debo manifestar que todo lo dicho se supone ra-
cionalmente respecto á la base fundamental del idioma; na-
die niega que recibiendo los hombres el primer material de
manos de la naturaleza hayan dejado después de enriquecer
el diccionario, y de alterar secundariamente las formas gra-
maticales-
En este sentido llamaré de nuevo en mi auxilio á algunos
sabios, para que no se me crea sólo bajo mi palabra, sin em-
bargo de que la he fundado en pruebas convincentes; á la
razón añadiré la autoridad.
Guillermo Humboldt 2 ha dicho: «Según mi íntima con-
vicción, debe la palabra considerarse como inherente al
hombre.»
Ernesto Renán se expresa de esta manera: 3 «Lo que me
parece incontestable, es que la invención del lenguaje no
fué el resultado de una larga vacilación, sino de una intui-
ción 'primitiva ••••.... Si el lenguaje no es un don exterior,
ni una invención tardía y mecánica, no queda sino un parti-
do que tomar, y es atribuir su creación á las facultades hu-
manas, obrando espontáneamente y en conjunto. La necesi-
dad de significar exteriormente sus pensamientos y sus
sentimientos, es natural al hombre : no pues, por comodidad,
ni por imitación de los animales, el hombre escogió la pala-
bra para formular y comunicar sus pensamientos, sino por-
que la ¡palabra es natural.»
1 Cap. 17.
2 Op. cit.
3 Op. cit.
592 EL IDIOMA OTHOMÍ.
Steinthal opina que «el lenguaje no ha sido creado de una
manera premeditada, sino que nace en el alma á cierta épo-
ca del desenvolvimiento sicológico, de un modo necesario y
ciego, por decirlo así.» l
Grimm llama al lenguaje «emanación inmediata de la na-
turaleza.» 2
Todavía me quedan por examinar otras dos proposiciones
del Sr. AÍendoza, con las cuales tampoco estoy conforme,
siendo la primera la calificación que hace del othomí, lla-
mándole lengua madre. Vi sobre esto que la filología actual,
no admite ya esa clasificación de lenguas madres é hijas, tra-
tándose de idiomas como el othomí, por las razones que pa-
so á manifestar en pocas palabras.
Hay idiomas escritos y no escritos, idiomas que tienen
una literatura y otros que carecen de ella. Respecto á los
primeros es fácil señalar su genealogía, como al español res-
pecto al latín; pero no sucede lo mismo con aquellas lenguas
que carecen de monumentos gráficos, no siendo posible, por
las señales exteriores de un idioma, en un momento dado,
conocer su edad, en virtud de que no sólo el tiempo le alte-
ra, sino otras muchas circunstancias, como el estado de ci-
vilización, la mezcla con otras lenguas, etc. Tenemos por
ejemplo de esta aserción dos idiomas de la familia semítica,
el árabe y el hebreo: estas dos lenguas nacidas de un mis-
mo tronco y con los mismos elementos primitivos, tienen,
sin embargo, un aspecto muy distinto, debido ala diferente
civilización de los árabes y los hebreos, y á la mayor comu-
nicación de los primeros con diversas naciones. El hebreo
sólo posee en germen los procedimientos que hacen la ri-
queza del árabe, mientras que este se desarrolló llegando á
ser una lengua riquísima. Tanto error habría, pues en to-
mar al hebreo como madre por su excesiva sencillez, como
al árabe por su perfección: ni el hebreo se mejoró volvién-
dose árabe, ni el árabe degeneró volviéndose hebreo: son
dos lenguas nacidas en una misma época, con los mismos
caracteres esenciales, y por ese motivo se llaman hermanas.
Este es el calificativo que la filología moderna aplica á las
lenguas análogas cuya filiación no se conoce, habiendo adop-
tado como lema los lingüistas estos versos de Ovidio.
I Der ursprung der spraehe.
¿ Origen del lenguaje (trad. por Weymann.)
EL IDIOMA OTHOMÍ. 593
Facies non ómnibus una. — JV ec diversa lamen, qualem i
esse sororum.
En consecuencia, si en el antiguo ó en el nuevo mundo,
hay lenguas análogas al othomí, como el mazahua, no debe
decirse que ésta es madre ó hija, de aquella, sino su her-
mana.
Mi última observación al Sr. Mendoza, es que éste, lo mis-
mo que el P- Nájera, califican al othomí de sublime- Respec-
to al P. Nájera, diré que no me basta la responsabilidad de
su nombre para adoptar una opinión: en primer lugar, Ná-
jera no estaba al alcance de los últimos conocimientos en fi-
lología, fruto del estudio de varios hombres, que va acumu-
lando el tiempo; en segundo lugar, ya no estamos en la épo-
ca en que se agachaba la cabeza con el «magister dixit:» los
modernos decimos magister probabit. Así, pues, me fué fá-
cil en mi libro sobre los idiomas mexicanos, contradecir
algunas teorías de Nájera, y ahora procuraré hacerlo tam-
bién respecto á la calificación de sublime que dio al othomí,
tratando yo de demostrar, que por el contrario, es po-
bre, grosero é inculto, en una palabra, imperfecto como
idioma.
¿Qué es el idioma? Ya he respondido á esta pregunta y
observado que todo el mundo lo sabe. El idioma es la ex-
presión de nuestro pensamiento. En consecuencia, un idio-
ma será perfecto, es decir, conforme á su objeto, siempre que
exprese bien el pensamiento con todas sus relaciones. Vea-
mos ahora si el othomí expresa satisfactoriamente las ideas
y sus modificaciones, examinando su diccionario y su gra-
mática, porque de esos dos elementos se compone un idio-
ma. El diccionario, las palabras, son el material de una len-
gua; la gramática es la forma.
Supuestos estos principios, comienzo por recordar lo que
dije al principio de esta carta, y es que estoy conforme con
el Sr. Mendoza en que el othomí tiene muchas onomato-
peyas; pero de esto no se infiere que sea rico en ellas, re-
lativamente á otros idiomas. Efectivamente, el othomí es
monosilábico, y por lo tanto no puede imitar bien la natu-
raleza en aquello que refiere palabras largas. Por ejemplo,
para expresar el grito de la gallina, decimos en español
cacarear, y aquí está bien imitada la naturaleza; porque
3S
594 EL IDIOMA OTHOMÍ.
se trata de un grito prolongado que requiere varias sílabas,
cosa que no puede verificar un idioma monosilábico. Otro
ejemplo daré, tomado también del castellano, y conforme á
la ingeniosa análisis de un lingüista, cuya obra tengo pre-
sente, y se refiere á las palabras relámpago y titilación. «En
la voz relámpago la onomatoneya consiste primeramen-
te en la silabare, cuyo sonido recio, fuerte y vibrante, nos
hace concebir la idea del ruido; después, en la sílaba lamp,
que se produce por un solo sacudimiento de la lengua al
pronunciar la vocal a, y cortando este sonido casi al mismo
tiempo, por medio de la simple presión de los labios, que
nos obliga á ejecutar la combinación de las dos labiales mp,
y de este modo nos da aquella sílaba la idea de la rapidez,
por la ligereza con que movemos la lengua para pronunciar
las tres amp reunidas. Sigue la onomatopeya. en las últimas
silabas ago, de las cuales la primera, por su combinación
con lap, produce un sonido forzado, semejante á un estalli-
do, y hace que la última sílaba go resulte tan breve como
puede serlo una sílaba en que no se quiere emplear fuerza
alguna. Por último, la onomatopeya queda perfecta con la
acentuación que damos á la palabra relámpago, pues en la
combinación de toda ella, la sílaba re con que empezamos á
pronunciarla, nos da además la idea del ruido, de la repe-
tición (que es propia de esta sílaba en nuestra lengua); y
la fuerza y la tardanza con que apoyamos la entonación de
la voz lamp juntas á la prontitud con que emitimos natural-
mente las dos últimas sílabas ago que van deslizándose, por
decirlo así, hasta desvanecerse el sonido de la última, nos
hacen formar una comparación instantánea, esto es, la idea
de una cosa ruidosa, movible, pesada en uno de sus extremos,
ligera y dé'jil en el otro y que éste se agita ó vibra con velocidad,
á la manera de lo que sucede, v. g., con una espada
delgada cuando la sacude una mano robusta. Lo mismo
respectivamente podemos decir de la voz titilación: la síla-
ba ti, compuesta del sonido golpeador dental t, y de la vo-
cal i que es el más agudo que puede formar la voz humana,
conviene á todo lo pequeño, delgado y ligero. La repetición
de esta sílaba trae á la memoria la repetición del movimien-
to ele cualquier objeto material que tenga aquellas cualida-
des y haciendo nuestro entendimiento por este medio una
EL IDIOMA OTHOMÍ. 595
comparación repentina, empleamos la palabra titilación pa-
ra expresar la sensación que nos causa interior ó exterior-
mente cualquier movimientoacelerado, suave y agradable.»
También he manifestado que estoy conforme con el Sr.
Mendoza en que el othomí tiene voces compuestas, expresi-
vas, y agrego que esto suele comunicar al lenguaje cierta
viveza y colorido; pero la frecuencia con que el othomí com-
pone, demuestra precisamente su pobreza. Carece de su-
ficiente número de palabras simples que corresponden á
otras tantas ideas, y tiene que suplirlas por medio de una
composición que llega al exceso y hace incurrir en anfilo-
logías. Por ejemplo: el castellano que es un idioma rico, tie-
ne tres palabras para expresar otras tantas idias, que son.
superficie, rubia, oro. El othomí sólo tiene superficie super-
ficie y rubia; para decir oro junta las otras dos palabras, de
lo cual resulta equivocación, pues hay varias superficies que
tienen la circunstancia de ser rubias-
En palabras que expresan cosas metafísicas es tan pobre
el othomí, que tiene necesidad de valerse de comparaciones
materiales, y esto lo comprueban muchos ejemplos de los
que pone el Sr. Mendoza, aunque con distinto fin á veces,
con el de manifestar que el idioma tiene filosofía. Yo no
encuentro esa filosofía, sino generalmente procedimientos
puramente supletorios de lo que falta al idioma. He aquí
algunas pruebas, con las cuales me haré comprender: Pa-
ra expresar el recuerdo ó la memoria, usan los othomís la
palabra o que significa retiro ó recámara. La voz uho, her-
moso, suple todas las ideas; bueno, apto, justo, urbano, y
otras varias- Con la palabra muy, el corazón, se dice tam-
bién alma, índole, afecto del ánimo. Ntzo significa feo y
malo; té alto y noble; té hacer y crear.
La pronunciación del othomí es de una dificultad tan gran-
de, que es casi imposible aprenderle bien si no es desde la
infancia. La modificación que sufren las vocales es tan con-
fusa, que el gramático que mejor acertó á explicar el otho-
mí, D. Luis de Nevé y Molina, tuvo que adoptar trece vo-
cales para darse algo á entender. Respecto á las consonan-
tes es tal, para explicarlas, la variedad de sistemas entre
los lingüistas del país, que se han hecho ininteligibles, in-
ventando en balde acentos, puntos, líneas, y signos de to-
596 EL IDIOMA OTHOMÍ.
das clases, y agregando letras como ng, nn, nng, mm, etc.
Sin embargo de todos estos esfuerzos el mismo P. Nájera,
que llamó sublime al othomí, confiesa 1 «que todo lo hecho ni
da una regla fija para la pronunciación, ni pone en claro to-
talmente cuál debe ser en ciertos casos.»
Pero lo que, sobre todo, nos confirma respecto á lo que va-
le realmente el othomí, es la variedad verdaderamente anár-
quica, fuera de toda regla, de todo sistema, que existe en-
tre los que hablan el mismo idioma, pues son tantos y tan
diversos sus dialectos, que, como lo confirman los antiguos
misioneros y los modernos observadores, en cada pueblo
hay diverso modo de hablar, al grado que los de un rumbo
suelen no entender á los de otro.
Mi última observación sobre el diccionario othomí acaba-
rá de confirmar el juicio que formo. Un idioma sublime, es
decir, elevado, excelso, rico, no sólo no tiene signos para ca-
da idea capital, sino para sus diversas modificaciones. En
castellano, por ejemplo, para expresar los diversos grados
de un mismo afecto decimos: estimar, querer, amar y adorar.
¡Qué gradación tan propia de nuestros sentimientos! Esti-
mamos aun amigo, queremos á un pariente, amamos á nues-
tros hijos y adoramos á Dios- Acaso el idioma más rico en si-
nónimos sea el árabe, según puede verse de la memoria de
Hammer intitulada Das kamel, donde consta que este idio-
ma tiene 5744, palabras sólo para decir camello.
Pues bien, el othomí no sólo es rico en sinónimos, sino
que abunda en todo lo contrario, estoes, en homónimos, en
palabras que cada una expresa diversas ideas, dando lugar
á la mayor confusión, cosa que Nájera confiesa también
cuando dice: «-Muchas palabras, aun con los mismos tonos,
significan distintas cosas-» He aquí ejemplos sacados la ma-
yor parte del citado Nájera, á quien deseo refutar con sus
propias armas.
A, el blanco, el fin, conseguir el fin.
Bá, usar, uso, pecho de mujer, ubre, leche.
Bi, temer, temblar.
Buy, vivir, vida.
Da, cocido, digerir.
1 Op. cit.
EL IDIOMA OTHOMÍ. 597
Dá, madurarse, maduro, á propósito.
Hí, sonar, comenzar, tejer.
Hiá, inquirir, palabra, idioma, aspirar, el aire, la luz.
Hog, dulce, honesto, el caballero por sus portes.
Ki, venerable, remover-
Ka, leve, ligero.
Kuy, gustar, sabor, hacer algo, correr, acosar, perseguir.
M" , desagradar, fastidiarse, estar lleno.
Me, esperar, condensar, señor de alguna cosa, habitante
de la casa-
Nho, bueno, hermoso, perfecto, justo, urbano.
Na, lleno, el camino.
Phé, gobernar, gobierno.
Ra, igual, semejante.
Sa, benévolo, benevolencia.
Si, plano, color, corteza, hoja, extender, cutis, acaso, por
ventura.
T'H, el pasto, la paja.
Tí, el ebrio, embriagarse, ofuscar, confundir.
Tsa, meramente, propiamente, sanar, gozar de salud, la
punta, la cúspide de un cuerpo, por dentro, lo interior, lo
agudo, lo dividido-
Tsí, rechinar, disminuir.
U, la sal, ahora.
Za, redondo, redondez, el arco, levantar un arco-
Za> la leña, leñar. »
Itu, elegir, beber-
Voy ahora á hablar, aunque brevemente, de la forma del
idioma othomí, para convencernos enteramente de que no es
otra cosa esa lengua, sino una gerigonza bárbara-
La gramática propiamente dicha, el verdadero sistema
gramatical, consiste en dos circunstancias: I?' En que estén
bien determinadas las categorías del lenguaje ó sean las par-
tes de la oración. 2^ En que se puedan expresar clara y sen-
cillamentelas diversas relaciones de cada parte del discurso.
En othomí, las categorías gramaticales se hallan tan poco
determinadas, que una misma palabra ya es sustantivo, ya
adjetivo, yaverboóadverbio. En na,uho, uho, \i<-,na, hu,he, uho,
«la bondad del varón es buena y le está bien;» tenemos que
uho es sustantivo, adjetivo, verbo y adverbio, como se ve de
598 EL IDIOMA OTHOMÍ.
la siguiente análisis. Na, aquella (por la) uho, bondad; uho,
bueno (del buen); ye, barón; na, partícula déla tercera per-
sona de indicativo, con que se conguja como verbo el nom-
bre; uho, ser buena (es buena); he ó ha y uho, bien.
Es cierto que hay algunos medios en othomí para distin-
guir, á veces, las partes de la oración; pero esos medios son
verdaderos suplementos de lo que directamente falta al idio-
ma, y prueban su imperfección gramatical, demuestran los
escasos recursos á que está atenido para no ser completa-
mente ininteligible.
Los accidentes del nombre no se encuentran en othomí, es
decir, no hay terminaciones, prefijos ni signo propiamen-
te dicho para expresar el género, número, caso, compara-
ción, aumento y disminución. Todo esto se suple imperfec-
tamente por medio de circunloquios. Por ejemplo, el núme-
ro singular se marca con na, que significa uno ó una, y el
plural con la particulada, ó, é, que según Nájera, quiere de-
cir lluvia, sirviendo la abundancia de gotas de agua para
indicar pluralidad.
El verbo othomí es tan pobre, que no tiene más que la voz
activa; y como activos se usan aun los verbos neutros con-
tra todo principio ideológico- Los modos propiamente di-
chos, es decir, que tengan algún signo perspicuo para dis-
tinguirse, no son más que dos, indicativo é imperativo. Lo-
demás se suple, por ejemplo, para decir en othomí «quiero
hacer,» se suple el infinitivo con el futuro, diciendo «quie-
ro haré.»
No hay tampoco terminaciones ni otro signo para expre-
sar la persona ni el número en el verbo: es preciso hacerlo
con el pronombre, como si dijéramos:
Yo amo. Nosotros amo.
Tú amo. Vosotros amo.
Aquel amo. Ellos amo.
Aun el pronombre posesivo carece de plural, y se suple
con el personal; ma, mío; he, nosotros, ma, te, he, literalmen-
te «mío, padre, nosotros-»
Pero no sólo en desinencias ú otra clase de signos es po-
bre el othomí, sino aun en partículas separadas, que suplen
bien en otras lenguas ciertas formas gramaticales. Los
EL IDIOMA OTHOMÍ. 599
idiomas neo- latinos, v. g., carecen de terminaciones para
el caso; pero tienen preposiciones bastantes con que expre-
sar las mismas relaciones. El othomí, aun en esto es tan
ruin, que á veces no hay medio para conocer el sentido de
las palabras sino su simple posición. Por ejemplo, na, ma,
okhá, literalmente, aquella madre Dios, esto es, «la ma-
dre de Dios,* sólo la posición expresa de.
Pocas palabras hay que tengan por sí sentido adverbial :
la mayor parte de los adverbios se suplen con adjetivos.
En conjunciones es tan pobre la lengua, que según Nevé1
no las hay disyuntivas, aunque otros traducen gua por ó.
Tal es en realidad el idioma othomí, verdadera gerigonza
como le he llamado. Puedo extender todavía más mis obser-
vaciones, y lo haré si fuere necesario; por ahora ya me pa-
rece bastante, y doy punto á esta carta, suplicando al se-
ñor secretario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Es-
tadística, dé cuenta con ella.
San Cosme, Julio de 1872.
1 Reglas de ortografía, Diccionario y arte del othomí
AL SR. D. GUMESINÍDO MENDOZA,
ACERCA DE SU DISERTACIÓN SOBRE EL IDIOMA OTHOML
El Sr. D. Gumesindo Mendoza ha contestado las obser-
vaciones que le hice acerca ele su disertación sobre el idio-
ma othoiní, cuya contestación se ve en el tomo 4?, núm. 8
del «Boletín de la Sociedad de Geografía y Estadísticas
repartido la semana anterior, aunque tiene fecha del mes
de Agosto. Por este motivo no había yo podido replicar al
Sr. Mendoza sino hasta este momento.
Desde luego observo que el citado señor comienza por
truncar mi escrito, asentando que mis proposiciones se re-
ducen á dos: 1^ El othomí nada tiene de sublime. 2^ Ni el
othomí ni las lenguas en general son creación del hombre,
sino de Dios.
Cualquiera persona que lea mis observaciones, notará
que se omite una de ellas, acaso la más importante: «que el
othomí no es lengua madre.» Esta manera de argüir supone
en el que lo hace, una de dos: ó precipitación en leer, ó po-
ca sinceridad al contestar. Si el Sr. Mendoza leyó de prisa
mi impugnación, no se hizo cargo de ella, y no puede con-
testarla con exactitud. Si la leyó bien y omite una parte,
resulta el todo de mis argumentos sin aquella fuerza pro-
pia del enlace parcial.
Con estos preludios entro en materia respecto á lo que
trata el Sr. Mendoza.
Este señor se difunde innecesariamente en disertar so-
bre lo sublime y digo innecesariamente por estas razones.
RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ. 601
Nada de nuevo contienen sus observaciones, después de
lo que se ha dicho desde Longino hasta Anc ilion; no hay-
más que cambio de nombres: México en lugar de Pekín;
Popocatepetl en lugar de Himalaya, etc-, etc.
Es cierto que un escritor puede ser nuevo en cuanto á la
aplicación de cosas sabidas; pero precisamente se incurre
en el sofisma llamado «salirse de la cuestión,» cuando el Sr.
Mendoza aplica la teoría de lo sublime al othomí. Dice que
en ciertas circunstancias el sol parece sublime, el arco-iris,
el niágara, el grupo de Lacoonte, etc, pero con nada de es-
to demuestra que el othomí tenga buen mecanismo, diccio-
nario rico y gramática perfecta, que es lo que debía pro-
bar, porque es lo que se discute. Mi antagonista se divaga
en profusión de palabras, y cubriendo con figuras retóri-
cas la falta de fondo, trata de herir la imaginación para dis-
traer la razón. Tal suele ser el sistema de los que defien-
den una mala causa: pero ese sistema no puede resistir á
la rigurosa análisis del raciocinio, como procuraré hacerlo
respecto á los argumentos que más adelante va poniendo el
Sr. Mendoza.
Considera al lenguaje, en general, como el ropaje del pen-
samiento, y en consecuencia grandioso porque es la mani-
festación sensible del espíritu No sé con claridad qué es
lo que el Sr. -Mendoza entiende por espíritu, pues habla de
varios. Primero del espíritu guerrero, citando á Séneca, y
luego de otros más, según las siguientes palabras: «Antes
del hombre el espíritu había estado encadenado en seres
dotados también de espíritu.» Repito que no comprendo
bien el sistema neumatológico del escritor que me ocupa,
seguramente por mi torpeza, y no percibo en su argumen-
to más que esta falacia. El lenguaje es el vestido del pen-
samiento, está bien; pero como hay vestidos de varias cla-
ses, desde el manto de púrpura de un rey, hasta los hara-
pos de un mendigo, lo mismo puede el pensamiento vestir-
se con un lenguaje rico ó pobre, bello ó feo. De que el len-
guaje sea un vestido, no resulta, pues, la consecuencia de
que precisamente todos los idiomas sean sublimes ó gran-
diosos, incluso el othomí.
Siguiendo el Sr. Mendoza el sistema de comparaciones
pasa á suponer al othomí, no ya como un ropaje, sino como
602 RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ.
un cuerpo desnudo, ya no es «cosa que viste,» sino «-cosa ves-
tida.» Efectivamente, el escritor asienta estas palabras:
«El othomí desnudo del ropaje que engalana otros idio-
mas, nos deja percibir el trabajo del espíritu.» Adelante
precisa más su comparación, pues compara al othomí con
la estatua de Lacoonte, porque ésta es sencilla y no tiene
ropaje. Tampoco percibo en esta ocasión la necesidad de
que una cosa desnuda sea bella ni grandiosa. Al levantar
la capa que cubre un cuerpo, bien puede resultar unaFri-
nea, ó un monstruo.
Dejando el Sr. Mendoza el lenguaje figurado, usa después
el directo, siendo más claro y preciso. Entonces asienta
que la desnudez, y en consecuencia la sublimidad del otho-
mí, consiste en que no tiene prefijos ni desinencias, opinión
que con asombro, por primera vez leo en mi vida, pues
siempre había yo visto que se consideraba como una per-
fección en el lenguaje, la posesión de signo3 propios para
expresar las modificaciones de las ideas. Por esta razón el
famoso Adelung llama á las lenguas monosilábicas «el pri-
mer balbutir del género humano,» y comparándolas con las
de flexión, las considera como la canoa del salvaje, res-
pecto al navio de una nación civilizada. Y ya que el Sr. Men-
doza es tan aficionado á comparaciones, pondré la mía para
hacer comprender la diferencia entre las lenguas de flexión
y las monosilábicas. La lengua de flexión es la columna con
basa y capitel, es decir, con prefijo y terminació.i; la len-
gua monosilábica es la columna que sólo tiene fuste. Esta
clase de columnas son las sublimes según el sistema del Sr.
Mendoza.
Sin embargo, acaso no muy seguro en sus principios
busca el apoyo del P. Nájera para probar la sublimidad del
othomí. Repito, sobre elP. Nájera lo que dije en mi diser-
tación anterior: respeto sus talentos, pero no le considero
como autoridad lingüística en nuestros tiempos. Recuerde
el Sr. Mendoza aquello de que «á los hombres los juzgan los
extranjeros,» y lea la «Revista americana» que se publica
en Londres: allí encontrará que respecto á Najara se ha ob-
servado que como lingüista, sólo escribió una corta diser-
tación, y que sus conocimientos filológicos no alcanzan á
los modernos. En esto no hay ni puede haber censura con-
RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ- 603
tra Nájera porque nadie adivina la ciencia futura, sólo se
indica que en el día hay que buscar autores más adelan-
tados-
Pero lo notable en Nájera es que éste nunca asienta pro-
posiciones concluyentes como el Sr. Mendoza, y se conten-
ta con decir que «e¿ othorní tiene un no sé qué de sublime.»
Hay, pues, duda, vaguedad en la opinión de Nájera, mientras
que el Sr. Mendoza no teme repetir con toda resolución que
el othomí es grandioso, sublime.
Aun cuando Nájera pensase exactamente como el Sr.
Mendoza, sería fácil oponer cien lingüistas, historiadores
y críticos, en contra suya, no habiendo hasta ahora escritor
que yo sepa que no convenga en mi proposición. «El otho-
mí es una gerigonza bárbara.» Me he constituido defensor
de este aserto, porque para mí uno de los mejores criterios
es el del sentido común, la opinión de la mayoría- Otras
personas prefieren aislarse sosteniendo paradojas.
No pudiendo menos el Sr. Mendoza de reconocer en sí
cierta parcialidad, explica que no defiende al othomí por ser
su lengua propia. Por mi parte diré también que estoy tan
distante de atacar al othomí porque no sea la lengua de
mis padres, que confieso grandes cualidades á otros idio-
mas indígenas, como el mexicano, y más todavía al tarasco
que, en muchas de sus formas, puede ponerse en paran-
gón con las lenguas clásicas.
Tratándose de onomatopeyas, dije en mi impugnación
que un idioma monosilábico no puede expresar bien aque
lio que requiere palabras largas. El Sr. Mendoza contesta
que eso es materia de gusto, y que á él le gustan más las
onomatopeyas breves. No debo replicar otra cosa sino que,
como el gusto del Sr. Mendoza no basta para fundar una
noción científica, su observación carece enteramente de
valor.
Manifesté también que la pobreza del othomí, su escasez
de palabras simples, le obligan continuamente á componer.
Contesta el autor de la Disertación que lo mismo se hace
en español y otros idiomas. Convenido, poro con esta dife-
rencia notable: «lo que en el othomí es la regla, en otras
lenguas es la excepción.» Así lo ha dado á entender antes,
y ahora lo explico con más claridad para que no se extra-
604 RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ.
víe de nuevo la cuestión, en la cual observo también que el
Sr. Mendoza confunde la etimología conlacom7xmc¿¿?idelas
palabras. Dice, por ejemplo, que superficie no es voz simple
sino compuesta, porque «se deriva» de super, sobre, y de
facies, cara- Una cosa es derivar y otra es componer. Una
palabra es compuesta cuando se forma de otras del mismo
idioma, y es simple cuando en la misma lengua no puede
descomponerse. Buscar en otras lenguas su significado,
es derivar y no componer. Tácitamente lo confiesa así el Sr.
Mendoza, pues usa del primer verbo y no del segundo.
Otra observación que hice respecto del othomí, fué que
continuamente expresaba ideas metafísicas con voces que
indican cosas materiales. Se me contesta de la misma ma-
nera que antes, poniendo ejemplos del griego y latín. Yo
replico igual cosa que ya repliqué, y es que debe distin-
guirse entre la regla y la excepción. Por otra parte, la no-
ticia de origen material de palabras que expresan ideas
metafísicas no es nueva, se encuentra en cualquier libro de
lingüística, y para no dilatarme citaré únicamente el «Ori-
gen del lenguaje» por Ernesto Renán.
El Sr. Mendoza indica varias veces que él es práctico en
las lenguas indígenas y que yo no lo soy. Esto prueba que
lo poco ó mucho que yo sepa de ellas lo debo al estudio y
no á la fácil enseñanza de mis padres; pero supuesta la
práctica del Sr. Mendoza, ya que trató del origen material
de las palabras, pudo dar alguna novedad á su escrito, re-
firiéndose á las lenguas indígenas ; no al griego y al latín que
hasta los niños las conocen. Pero ya que el Sr. Mendoza no
lo hizo así, trocaremos nuestros papeles, y habiendo pre-
sentado él ejemplos de lenguas europeas, yo los presentaré
de indígenas.
En mixteco yosinindi significa ver y entender; en mame
kih es día y tiempo; en tarasco carhui gereni es quemarse y
aborrecer; en matlatzinca niyeh quiere decir suyo y sus-
tancia. Sin embargo, en esos y otros idiomas indígenas
encontrará el Sr. Mendoza palabras directas para expre-
sar conceptos como éstos.
En mixteco; memoria sanahaka; albedrío, yotakusindi;
tiempo, huico; cosa verdadera, sandisa,.
RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ. 605
En mame: Jcichizibil ánimo; tilotí cosa; bañil virtud; alibil
voluntad. •
En mexicano: Tía cosa; cahuitl tiempo; ixtlamatüizUi; ttal-
namiqu i pensar.
En tarasco: eui ser, estar; acl-ua voluntad; kururaxchua
ira.
En pirinda: nitepuenyaa pensamiento; ninalan voluntad:
ninluti cosa.
Tocante á otra cuestión, hice ver que la pronunciación
del othomí es tan difícil, que el P. Nájera la confesaba como
insuperable; que Nevé tuvo necesidad de usar trece voca-
les para darse á entender algo, etc., etc. A esto dice el Sr.
Mendoza; también los ingleses tienen quince vocales. Debo
advertir que este es el argumento favorito del Sr. Mendo-
za, su razón principal; así es que la repite á cada paso, to-
mando como ejemplo principalmente el inglés. Replicaré
pues, una vez por todas, lo siguiente: El inglés es defectuo-
so y pobre, al grado de que los críticos pacientes han hecho
ver que en el «Paraíso perdido» de Milton no hay más que
ocho mil palabras- Pero no sólo el inglés es defectuoso, si-
no los demás idiomas modernos comparados con los anti-
guos, y así lo manifiestan los verdaderos filólogos, los que
son capaces de calificar un idioma. Para probar esto no
quiero que el Sr. Mendoza diga que le hecho encima mi bi-
blioteca; así es que me contentaré con copiar algunas pala-
bras de un juez competente,. Müller: «Les mots, dans la
langue grecque, et en general dans las langues de 1 'antiqui-
té, avec leurs inflexions et les desmanees variés de leurs
cas avangaient comme des corps vivants, tandis que nous
le voyons réduits dans la plupart des langues modernes a
l'état des vraies squelettes: dans la phrase antique les
parties se rangeant symétriquement et sans éffort en ver-
tu de leur nature et de convenances comme un batiment
bien construit, bien ordené, et dont notre oeil admire les
justes proportions. Dans les langues qui ont perdu leurs
inflexions gramaticales, ou bien la vive expresión du senti-
ment est empechée par une invariable et monotone dispo-
sition des mots, ou bien l'auditeur est forcé de serrer son
attention afin de saisir la rélation mutuele des divers
membres de la phrase. Ce dernier defaut est, de l'aveu des
606 RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ.
allemands eux mémes le vice capital de la langue allemand:
l'autre defaut est celui des langues neo -latines.»
Supuesto lo dicho, el argumento de comparar al othomí
con otros idiomas defectuosos es este: «El othomí tiene
iguales ó semejantes defectos á otras lenguas; luego el
othomí es sublime-» De esta manera se defienden igual-
mente otras personas. Reprendo á alguno porque se em-
briaga y me contesta: «zutano también lo hace.» ¿De aquí
se infiere que embriagarse sea una virtud? Lo único que
se aprueba es que varios individuos cometen la misma
falta. Así lo más que se puede probar con la comparación
de ciertas formas, es que hay defectos comunes á varias
lenguas y al othomí, pero no que el othomí sea sublime y
grandioso.
Esto, aun prescindiendo de similitudes forzadas que el
Sr. Mendoza propone entre el othomí y las lenguas moder-
nas ó antiguas. Para convencernos de esas similitudes for-
zadas, voy á poner el siguiente ejemplo.
Dice el Sr. Mendoza que así como el othomí tiene muchos
dialectos, así el latín tiene por dialectos, el español, italia-
no y francés. El latín no es bárbaro sin embargo de eso;
luego tampoco lo es el othomí, sino que, por el contrario, es
grandioso y sublime-
Todo el mundo comprenderá la diferencia que hay entre
un mismo idiuma hablado en una misma época, por un mis-
mo pueblo, y una lengua de las que se derivan otras com-
puestas de varios elementos, y formadas durante el curso
del tiempo en distintas naciones. El othomí es bárbaro, por-
que carece tanto de sistema, de regla, que de un pueblo á
otro no se entienden los interlocutores, resultando una
verdadera gerigonza, una confusión; no un idioma fijo, de-
terminado, claro. Los mejores lingüistas convienen en que
una de las señales de civilización es la unidad de idioma; y
en efecto, no probará el Sr. Mendoza que de un pueblo á otro
de Francia dejen de entenderse las gentes como sucede en-
tre los othomíes.
Cita el mismo señor algunos sinónimos de la lengua en
cuestión para probar su sublimidad; pero calla la multitud
de homónimos en que abunda, no obstante su roce con el
mexicano, tarasco, etc. Estomas que todo, demuestra la es-
RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ. 607
casez de recursos lingüísticos del othomí. vivir pobre en
medio de la abundancia.
Hasta aquí se ha referido el Sr. Mendoza á lo que llama
mi primera proposición, esto es, respecto á la pretendida
sublimidad del othomí, que parece ser lo que llama más su
atención, pues poco se ocupa después, muy superficialmen-
te, en tratar la cuestión relativa al origen del lenguaje, no
obstante que es más importante, más filosófica, y ni una pa-
labra dice en cuanto á la aplicación precisa de esa cuestión,
ala teoría que asentó en su disertación, sin restricción al-
guna, á saber que: «Todos los hombres formaron su lengua-
je como los othomíes,» resultando esta consecuencia que se-
guramente por insostenible calla ahora su autor: «Todas
las lenguas se formaron en el mismo molde que el othomí;»
así es que son análogas el chino y el sánscrito, el mexicano
y el othomí, el vascuence y el hebreo. Recuerdo que el P.
Nájera, de tanta autoridad para la persona á quien replico,
dijo, hablando de los esfuerzos para asimilar el mexicano
con el othomí: «que eso era trabajar en leña verde.»
Pero ya que el Sr. Mendoza elude la cuestión principal,
me limitaré á examinar lo que contesta sobre el origen del
lenguaje, en lo general hablando.
Me ataca el escritor, incurriendo precisamente en el de-
fecto que me censura. Dice que yo formo un juego de pa-
labras con el dicho de Platón : «el pensamiento es la conver-
sación del espíritu consigo mismo,» y entabla, para probar-
lo, un verdadero juego dialéctico, uno de aquellos retruéca-
nos escolásticos que se usaban en la edad media no para
convencer, sino para echar tierra en los ojos del adversario,
método abandonado en nuestros días: el sistema sofístico
de las escuelas se ha sustituido con la expresión libre y des-
embarazada de la lógica natural, de lo que todo el mundo
entiende, sin recurrir á las figuras geométricas de las con-
trarias y subcontrarias, de las subalternas y de las contra-
dictorias. Permitido y conveniente es indicar el sofisma en
que se incurre; pero las sutilezas dialécticas ya están pros-
critas.
Lo primero que, en sustancia, arguye el Sr. Mendoza, es
que el dicho de Platón descansa en una teoría falsa, ya ol-
vidada, la de las ideas innatas. Ruego al que tal cosa afirma
608 RÉPLICA SOBRE EL, IDIOMA OTHOMÍ.
consulte los últimos tratados ele filosofía como los de Julio
Simón, Geruzez y Brisbarre, el último de los cuales es de
asignatura en Francia: allí verá que la cuestión de ideas in-
natas no está tan olvidada como supone: es cierto que ya
no se cree que el hombre nazca con tales y cuales ideas
antes de todo desenvolvimiento sicológico; pero tampoco
se admite hoy absolutamente el principio de Aristóteles
exagerado por Locke y Condillac: «Nihü est in intellectus
quod prins non faerit insensu.» La teoría moderna y más
aceptable, es que por ideas innatas se entienden «aquellas
que se desarrollan en nosotros por el solo hecho de pensar.*
En otros términos, hay dos clases de ideas: las adventicias
de Descartes, ó a posteriori de Kant; y las innatas ó a priori
que el entendimiento saca de su propio fondo.
Continúa el Sr. Mendoza poniendo como ejemplo de su
sistema á los dementes, como si la sicología pudiera fun-
darse en los extravíos de un enfermo; como si tratándose
de la fuerza digestiva, yo le hubiera puesto de manifiesto
un diarreáctico. Como prueba de que para pensar no es
preciso saber hablar, cita mi opositor á los sordomudos, al
perro, al caballo y al elefante.
Respecto á los primeros nada de nuevo me enseña, su-
puesto que yo traté esta cuestión más á la larga, en un
opúsculo que publiqué en 18G9, y lo que hay en la cuestión
es que el Sr. Mendoza la desfigura suponiendo gigantes los
que son molinos de viento. Efectivamente, lo que yo dije
en mis observaciones fueron estas palabras: «El lenguaje
es un poderoso auxiliar de las ideas, de tal manera que no
se comprende un raciocinio algo extenso sin el auxilio de
de la palabra.» Hay, pues, mucha diferencia entre soste-
ner que el lenguaje sirva de desarrollo al pensamiento, y
suponer que absolutamente se pueda pensar sin hablar.
En cuanto á la sicología de los caballos, perros y elefan-
tes de que se hace mérito, no la conozco bien. Con mucho
trabajo, algunos libros, y más que todo, la observación de
mí mismo, he podido comprender algo del sistema sicoló-
gico humano. Si cuando yo muera se verifica en mí la trans-
migración, y voy á dar al cuerpo de un cuadrúpedo, á mi
vuelta podré dar alguna razón de lo que pasa en ellos, pues
el criterio más seguro de la sicología es el examen de la
RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ. 609
propia conciencia; y supongo que lo mismo será en los ca-
ballos que en los hombres.
Después de este punto asienta el Sr. Mendoza, no sé á
qué propósito, que él no ba leído mi obra sobre las lenguas
indígenas de México, y que ni siquiera sabía existiese. Lo
extraño es que sin haberla leído avance la proposición de
que en ella asiento la doctrina «que las lenguas son de ori-
gen divino.» Jamás asenté esa doctrina en mi libro, porque
nunca vino al caso; de manera que me permitirá el Sr.
Mendoza le diga obra con ligerezi al calificar lo que ni si-
quiera ha leído.
Nopudiendo más adelante recusar el testimonio decisivo
de Herder, confiesa que no ha estudiado filología, ni tiene
un solo libro de esta ciencia. Pues bien, si yo me pusiese á
discutir con el Sr. Mendoza sobre el modo de confeccionar
una medicina, é incurriendo en un error le contestase que
no tenía yo conocimientos de farmacia ni obras sobre la ma-
teria ¿qué replicaría? Lo dejo á su propia consideración.
Concluye el Sr. Mendoza con aconsejarme ocupe mis li-
bros en clasificar los idiomas indígenas. Este consejo es
muy bueno; pero no le he necesitado: hace años emprendí
escribir, comparar y clasificar los idiomas mexicanos y es-
tá ya hecha su descripción en dos tomos que llevo publica-
dos, procurando presentar las lenguas indígenas con la po-
sible pureza, libres de las formas españolas, latinas y grie-
gas con que los adulteraron los antiguos gramáticos- Bajo
el mismo sistema y conforme á los principios modernos,
espero concluir el último tomo, bastante adelantado ya,
donde verá el Sr- Mendoza la clasificación que desea, aun-
que no ha de agradarle, porque en ella no admito ninguna
familia de lenguas sublimes-
Voy á concluir este escrito haciendo una breve explica-
ción sobre la manera con que entiendo el origen divino del
lenguaje, á fin ele evitar nuevas interpretaciones.
No creo con Bonald y los de su escuela que Dios enseña-
se á hablar á los hombres de una manera material, es decir,
que para hablar sea preciso oír hablar; lo que defendí cla-
ramente (y es la opinión de muchos filólogos modernos) fué
que el lenguaje es natural, espontáneo y en este sentido la
obra de Dios, porque Dios dio al hombre la facultad de ha-
39
610 RÉPLICA SOBRE EL IDIOMA OTHOMÍ.
blar lo mismo que la de pensar. Lo que no puedo admitir
es la suposición del Sr. Mendoza en su primer artículo, es-
to es, que los othomíes inventaron su lengua, como se in-
venta cualquiera otra cosa reflexivamente. Esto es supo-
ner que los othomíes se juntaron un día al rededor de sus
hogueras y discutieron cómo se había de llamar á tal astro,
á tal fenómeno, á tal causa, á tal efecto- ¿No se percibe que
ya este procedimiento supone el lenguaje?
Pero lo más importante de todo es que el Sr. Mendoza
viene á convenir conmigo ahora en su contestación: ya no
habla de que los othomíes crearan ó inventaran su idioma,
sino que asienta estas palabras: «Quiero que se me deje en
la creencia de que el lenguaje tenía que salir necesariamen-
te de los labios del hombre como sale de la garganta de
los pájaros el canto.» Pues bien, esta es precisamente la
opinión que he defendido, esto es lo que llamo espontáneo,
pero no es lo que el Sr. Mendoza asienta en su primera di-
sertación donde dice que los othomíes crearon, inventaron
su lengua. ¿Inventa el pájaro su canto? Pues tampoco el
hombre inventó la palabra, esto es, el primer material del
lenguaje, como sostuvo antes el Sr. Mendoza.
Una palabra más, y concluiré. Para mí no son los críti-
cos, no son los filósofos, no son los lingüistas quienes han
explicado mejor el origen del lenguaje; es un poeta guiado
de una inspiración felicísima. Me refiero á Milton en su
Paraíso Perdido. He aquí de qué modo se expresa por bo-
ca de Adán:
«Como si acabase de despertar del sueño más profundo,
me encontré tendido muellemente sobre la florida yerba,
empapado de un sudor embalsamado que secaron en breve
los rayos del sol, absorbiendo su vaporosa humedad. Volví
mis asombrados ojos hacia el cielo y contemplé durante al-
gún tiempo el espacioso firmamento, hasta que llevado por
un rápido é instintivo impulso, di un salto, como si mi inten-
to fuese llegar hasta él, y quedé firme sobre mis pies.
«Divisé en torno mío una colina, un valle, bosques um-
bríos, llanuras en que se reflejaban los rayos del sol, y una
líquida caída de arroyuelos bulliciosos: en estos sitios dis-
tinguí criaturas que vivían y se movían, que andaban ó vo-
RÉPLICA SOBRE EL OTHOMÍ. 611
laban; pajarillos que gorjeaban en las ramas: todo sonreía:
mi corazón estaba inundado de gozo y de deleite.
«Entonces me recorrí á mí mismo con la vista y me exa-
miné miembro á miembro; unas veces andaba, otras corría
poniendo en juego mis flexibles coyunturas, según que me
impulsaba un vigor animado; pero ignoraba quien era yo,
donde me encontraba, y por qué causa estaba allí. Intenté
hablar y hablé inmediatamente: mi lengua obedeció y pude nom-
brar en el acto todo lo que yo veía.»
Basta ya, por mi parte, de cuestión sobre elotliomí, y no
volveré á tocarla aunque lo haga el Sr. Mendoza, ya porque
no tengo interés alguno en convencerle, ya porque para la
importancia que pueda tener científicamente ese idioma, me
parece sobrado con dos escritos en pro y dos en contra-
Suplico, pues, únicamente á la Sociedad inserte estos
renglones en su Boletín para que las piezaas del proceso
queden completas, y puedan juzgar los inteligentes con ple-
no conocimiento.
México, Febrero 19 de 1873.
FIN DEL TOMO SEGUNDO.
índice del tomo segundo
Capítdlc
i XXXII.
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XXXIII.
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XXXIV.
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XXXV.
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XXXVI.
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XXXVII.
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XLIX.
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Pág9.
Comparación del Tarasco con el Mexicano
ysusañnes 5
Observaciones sobre el Huave, el Chiapa-
neco y el Chorotéga, en su relación con
el Tarasco 23
El Mixteco 33
El Zapoteco 60
Comparación del Mixteco con el Zapoteco,
el Mexicano-Opata y el Tarasco 67
Idiomas afines del Mixteco-Zapoteco 96
El Mixe 104
El Zoque 115
Comparaciones relativas al Mixe y al Zo-
que 121
El Matlatzinca ó Pirinda 136
Observaciones sobre el Matlatzinca ó Pi-
rinda 1C4
El Yucateco ó Maya 172
El Quiche, Cachiquel y Zutuhil 197
El Mame ó Zaklohpakap 21")
El Huaxteco 236
Comparaciones relativas á los idiomas ma-
ya, Quiche, Huaxteco y Mame 25-">
Idiomas pertenecientes á la familia Maya.
— El Chontal, el Caribe y otras lenguas
que infundadamente se supone perte-
tenecer á la misma familia 2(.Ki
El Totonaco 308
Comparaciones relativas al Totonaco 339
614 ÍNDICE DEL TOMO SEGUNDO.
Págs.
Capitulo LI. El Othoiní ó Hia-Hiu.... 25-s
„ LII. Comparaciones entre el Chino y el Othomí 375
„ LUÍ. El Mazaliua ó Mazahui 394
„ LIV. Comparación del Othomí con el Mazahua
y el Pirinola. — Caracteres distintivo de
la familia Othomí '. 401
,, LV. El Pame comparado con el Othomí. — El
Jonaz ó Meco, el Serrano. — Idiomas
que forman la familia othomí. — Obser-
vación sobre el antiguo chichimeco 412
LVI. El Apache 437
,. LVII. Carácter morfológico de los idiomas mexi-
canos 467
,, LVIII. Catálogo general y clasificación de las len-
guas indígenas de México 484
Discursos y disertaciones. — Importancia de la Lingüística. Discur-
so leído por el Sr. D. Francisco Pi-
mentel al tomar asiento por primera
vez en la Sociedad de Geografía y Es-
tadísticael 22 de Agnstode 1861 499
,, ,, Otra vez el nombre de México 507
,, ,, Historia y aplicaciones de la filología. Intro-
ducción de la primera edición del cua-
dro descriptivo y comparativo de las
lenguas indígenas de México 5íl
„ „ Notas al vocabulario de la lengua castella-
na y cora del P. J. de Ortega 542
,, ,, Observaciones á los nombres aztecas que
usa Hernández al habar del maguey... 546
,, ,, ¿La Lingüística es ciencia natural? Diser-
tación leída en la Sociedad Mexicana
de Historia Natural 549
,, „ El idioma othomí. Observaciones á la dis-
sertación leída en la Sociedad Mexica-
na de Geografía y Estadística por el Sr.
D. Gumesindo Mendoza 581
,. ,, Réplica al Sr. D. Gumesindo Mendoza acer-
ca de su disertación sobre el idioma
othomí 600
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