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Full text of "Revista de la Facultad de Letras y Ciencias"

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REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS 


Ed 114 


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INDICE 


DE LAS MATERIAS DEL QUINTO VOLUMEN LIBRARY 


NEW YORK 
BOTANICAL 


NUMERO 41, JULIO. GAKDEN 
Páginas 
El edificio escolar (con ocho grabados) ..omomoioccccroroncanoos Dr. Ramón Meza. 1 
El agua, su constitución y potabilidad... common... Profesor Carlos Theye. 18 
Influencia de la Analogía en el lenguajE. oca...» Dr. Juan M. Diligo. 28 
Sismognosia, Sismoscopía, Sismometría, Sismo- ] 
grafía (con 16 figuras, 4 láminas y 11 cua- f Dr. Santiago de la Huerta. 39 
OSI OPDICOS) reasons canoas ee inanaaas j 
Antonio Mestre (con un grabado) ...cononcooccmmmoss +. Dr. Sito López Miranda. 96 
MISCELÁNEA 103 
Diez conferencias.. OA 103 
Reproducción de un O 103 
La agricultura en las escuelas... 304 
Un esqueleto de cachalote........ »cosoocosoornonoanona ersootonesosocnnaranassaserazasar so 104 
NETAS AA TA O O EEES COTO EOS 105 
AO RESO LEC sacando van a cande soe neaoonno nas saoan se bca dono puensinaRie iras oo Pdna e 105 
BASI perdida. coceananonoiacncnarasroniacoosn ar ans LLO CO POIS LO 
La Medea de Eurípides .....cooo cnooororonaocnccncacino nenas PRE UiO OO AO ACOCAcON 107 
Las Universidades francesas y alemanaS......cooccoorrrenccnronos eraorocononanencnnocono 108 
Dilo roo Uco ogacatcOs OLA danos oro Lin IO Lan sbO COSTOSO EOnEBO | 0 109 
La Cátedra de Química de la Sorbona O A AOS 109 
E EA loco O O O ACOSO 109 
El Monumento á Lalande en Bourg.. ... 109 
Paatmyersidad en Hanol ocean pessoneonaroalizeoaconaona dssnanocoo OY 
INOIISTASUO RICOTA DEI oa Mason cnnasali aa co nooo losas arenoteso Ser aiancai Oseas ciascono os 110 
Los estudios de la Escuela de Agronomía. .........ooo coononcorcooccnnnnocconanoronancnns 110 
Cesión de la Quinta de los MoliDOS......coo ooconrenconnoncos conono enooo oro eros UD! 
Separación de los cursos de DibújO....ocoormccccnnccnnccino ooo poo mao daibosas 200) 111 
Tribunales de exámenes... . 0... AO pl 
Regulador para el Gabinete ds Astronomía. todo iEOdcbGadO EOODIdO Oro cGin O 
Donativo Poey... AEGO 112 
Representación aa 115 
División de la Antropología 115 


NUMERO 2, SEPTIEMBRE. 


Discurso inaugural en la apertura de las Escuelas 
1 oco rare coortd drcoponoraces pb Ena 

Consideraciones histórico: oríticas sobre la 
22 Enseñanza en Cuba...........cooo0..oo» 


18 Dr. Juan M. Dihigo. 119 


E Manuel Valdés Bodríguez. 134 


VI INDICE 


Páginas 
Elogio del Dr. Julio San MartáN ....coccccoocoracconoss Dr. Federico Grande Rossi. 193 
Neerología.—El Profesor José M. CUervO...oco oocnnnnnnnocons s.=s La Redacción. 213 
BIBLIOGRA DA oooorso diera ran crac alterada sie No zada ERRE OS COGÍ 215 


1. Universidades Americanas. A Historiry Sl 
Higher Education in America, by Ch. F. ; Dr. Alfredo M. Aguayo. 215 


4 rate ) Al 1 a Ele sé 
2, Tratado completo de Algebra Elemental, por Jo: pr. Claudio Mimó. 219 


WERE rosas a o iduddda escndog cenoronariancooteccorio: 
3. Nueva biblioteca de autores españoles. —Orígenes de la novela, 2 vol. Mu- 

O A o a 22 
IICA ooo Lin. AC ra OnAOO po pco aa pactaDo none 000) Gancos 226 
IVICtOT ECO cute acacravaes A Orta AS 
ConsresorZ0olÓsICO Internacional icono edo tooo sap an ao lrarena ran oia te baalós O 
NOTICIAS IDEA TES ooo ceoco ae sace vrai Mia en cacao ION 228 
Constitución de TribunalesS.......o..... sr 1228 
Elogio PÓSbUMO. ==.occecononanconnncncagos O eco cofradrenno. E 
Ayudante nombrado. ...ocoosoenmneneronansonannencacansno iozoo menes lansuons) navenenipo eecono 228 
Sobre/elicrado de DUCton ana caconoaaan os daene lan i isc asc coae ce aScnN AS 
Sobre los antiguos Licenciados en Ciencias .... roonoocncononanoneranrensormonennnncnonos 228 
Capacidad legal de un tíbulO...crocionooccorer cores conos OOO Taco DO CLOLaO 228 


NUMERO 3, NOVIEMBRE. 


Discurso inaugural del curso académico de 190741908... Dr. Leopoldo Cancio. 229 


Homenaje al Dr. Carlos J. Finlay en la Universidad. coccrconconcnnon oonnoo roonos 272 
La Estatua de Lamarek (con un grabado)....mcmm..... Dr. Carlos de la Torre. 280 
EIPBA4Cch!ilenato eo OO iasorancoa da ias asacalia sa Dr. Eduardo F. Plá. 288 


Leguminosas cubanas (Sipnosis de los géneros)..... Dr. Manuel G. dela Maza. 300 
Reparos etimológicos al Diccionario de la Academia ] 
Española. Voces derivadas del griego (continua- ; Dr. Juan M. Dihigo. 307 
O lpocncod abro da do nonc dois oSccha es 
Otto Salomon (con un PEO) Losas dedito Eden Dr. Alfredo M, Aguayo. 320 


as sobre la 2% 
aa Pi ae rRnE Le Yor. Manuel Valdés Rodríguez. 324 
BIBLIOGRAFIA. .oo0co orcocconnencinannanonanes A OOOO OO SrEaparcochion lato “355 
1. Nuevo método teórico- práctico para aprender la 
lengua latina, por Julio A y Frauca. Pri- + Dr. Adolfo de Aragón. 355 
mer curso. Palencia. 1907. y OSO EOOCA 
2. Rápidas. Colección de Rimas. Tercera 
edición, por Rafael Pérez Cabello (Zerep). ¡ Dr Evelio Rodríguez Lendián. — 356 
Habana O saiacsana cancion dorama 390 


MISCELANEA .ooconaosonooaroronvanienons; s9e Corera ORO MLNOCOLOtecaUÓS . ai OS 
Apertura de CUISO ...oconecnoso O oO 358 
La Universidad y al Dr. Pla POOL AMOO TEO 358 


INDICE vIl 


Páginas 
El monumento á Lamarck.....mommo» enonvonenos 2p0o2 carcconono 358 
Fragmento de un manuscrito de Menandro......... ooo aros 1011) 
Benjamín I. Wheeler y la Universidad de California. OOO SOCOCUadO COCOGeOndH 360 
ERE AED no LC ada OOO co Eon: 360 
Memoria Universitaria 361 
EOI ono. arca DOE COAO Econ ePdS 62 
Grados de la Facultad de Letras y Ciencias ......ommonrormnaroncnnroo conororoarcannoro 2 
OOOO RO acom rosoodsaontós Dona cena bEdRnOonO OUR POndRitOa Ol pop ONASGO: 363 


Acuerdo del Comité de Redacción .....ocooioccccoroross IS id 364 


VoL. V. UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Num. 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD DE LEFRAS y CIENCIAS 


DIRECTOR: 
Dr. EVELIO RODRIGUEZ LENDIAN. 
REDACTORES JEFES: 
Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHIGO. 
COMITE DE' REDACCION: 


Dres. ENRIQUE J. VARONA, GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, MANUEL VALDES 
RODRIGUEZ, RAMON MEZA, SANTIAGO DE LA HUERTA, LUIS MONTANE, ALEJAN- 
DRO RUIZ CADALSO, AURELIO SANDOVAL, JOSE CADENAS y FRANCISCO HENARES 


JULIO. DE LSO: 


SUMARIO: 
—EL EDIFICIO ESCOLAR (con ocho grabados). . . . . . . Dr. Ramón Meza. 
—EL AGUA, SU CONSTITUCIÓN Y POTABILIDAD. .. - «. - Prof. Carlos Theye. 
-— INFLUENCIA DE LA ANALOGIA EN EL LENGUAJE . .. . . - Dr. Juan M. Dihigo. 
—SISMOGNOSIA.—Sismoscopía, Sismometría, Sismografía (con 
16 figuras, 4 láminas y 11 cuadros sinópticos). . . . . Dr. Santiago de la Huerta. 
—ANTONIO MESTRE (con un grabado). . . . - Dr. Sixto López-Miranda. 


—MISCELÁNEA.—Diez conferencias. o ducción de un ma- 
nuscrito.—La agricultura en las esc **las.—Un esqueleto de 
cachalote.—Los restos de Poey. —Imipresos recibidos.—Sen- 
sible pérdida.—La Medea de Eurípides. —Las Universida- 
des francesas y alemanas.— Dactiloscopía.—La cátedra de 
Química de la Sorbona.—La Universidad de Argel.—El 
monumento á Lalande en Bourg.—Una Universidad en 
Hanoi. 

—NOTICIAS OFICIALES.—Los estudios de la Escuela de Agro- 
nomía.—Cesión de la Quinta de los Molinos.—Separación 
delos cursos de Dibujo.—Tribunales de exámenes.—Regu- 

- lador para el Gabinete de Astronomía.—Donativo Poey.— 
Representación Universitaria. —División dela Antropología. 


A 


IMPRENTA ”AVISADOR COMERCIAL ” 
30, AMARGURA 30 
1907 


ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. 


Decano: Dr, Evelio Rodríguez Lendián. 
Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. 


1. ESCUELA DE LETRAS Y FILOSOFIA. 


Lengua y Literatura Latinas (3 cursos). . . . Profesor Dr. Adolfo Aragón. 
Lengua y Literatura Griegas (3 Cursos). . - - A Dr. Juan F. de Albear. 
Lingúística (1 curso) . 


pilol ( ) : = añ Dr. Juan Miguel Dihigo. 
“ilología (1 curso) . : 
Historia de la Literatura ESpuhála Ñ SE D Gui Dai 

e uillermo omínguez 
Historia de las literaturas modernas extranjeras YY $ = 

(2.cursos) . Roldán. 

Historia de Aaa a e AS E Dr, Evelio Rodríguez Len- 
Historia moderna del resto del hd 2 cursos) / dián. 


Psicología (1 Curso) - 
Filosofía Moral (1 curso). 
Sociología (1 curso). 


Dr. Enrique José Varona 


Las conferencias semanales sobre Historia de la Filosofía y Literatura están á cargo 
de los Profesores Auxiliares Dres. Sergio Cuevas Zequeira y Ezequiel García Enseñat, 
respectivamente. 


2. ESCUELA DE CIENCIAS. 


Análisis matemático (2 cursos)... ... . . . Profesor Sr. José R. Villalón. 
“Trigonometría (1 Curso). . . AA 

Geometría superior y analítica a curso). q Dr. Claudio Mimó. 
Geometría descriptiva (1 curso). . 

Mecánica racional (1 curso). . ) 

NSTOnO na ECU O) e o a 0% Sr. Juan Orús. 

¡Cosmología (1 curso) . AS / 

Física: Termología y Acústica (1 curso). . + xa Dr. Nicasio Silverio (Auxiliar) 
Física: Optica y Electrología (1 curso). . +. y E. ; 

Mecánica (1 curso) e a Dr. Plácido Biosca. 


¡Química inorgánica (1 curso). a ) 
Química orgánica (1 Curso)... «0.0... . . j $ Sr. Carlos Theye. 
Análisis químico (1 curso). 


A rOpoloRta (MCU O) a a helo ca Dr. Luis Montané. 

Biología (1 curso) . e A, CIO pa E 

Zoología de invertebrados ña Carsó) a Dr. Carlos de la Torre. 
Zoología de vertebrados (1 curso) . 

Botánica (2 cursos) . . + CAE y Dr. Manuel Gómez de la Maza 
Mineralogía y Custalografía (a OS FEO Dr > 4 
«Geología (1 curso). j ” r. Santiago de la Huerta. 


Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador 
«lel Museo de Zoología); Dr. Victorino Trelles (Jefe del Gabinete de Astronomía); 
Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete de Física); Dr. Gerardo Fernández Abreu 
(Jefe del Laboratorio de Química); y Dr. Jorge Hortsmann (Director del Jardin Botá- 
wico). Estos diversos servicios tienen sus respectivos ayudanfes.—El “Museo Antro 
polóxico Montané” y el Laboratorio de Antropología tienen por Jefe al Profesor titular 
de la asignatura. 


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FACHADA PRINCIPAL DE UNA ESCUELA PUBLICA DE DOS PISOS 


- 1907 


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1 


Vol. V JULIO DE 1907 Núm. 1 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS 


EL EDIFICIO ESCOLAR * 


POR EL DR. RAMÓN MEZA Y SUÁREZ INCLÁN 


Profesor de la Escuela de Pedagogía 


Ti 


El acomodamiento provisional.—Defectos Éé inconvenientes. —Economía para el 
Tesoro Nacional. —Empeños de las Juntas de Educación. —Exponentes de un 
révimen de atraso.—Las escuelas modernas en las ciudades cultas. 

Asunto muy importante, en estudio actualmente, es la cons- 
trucción de edificios escolares. Y conviene resolverlo cuanto antes, 
en beneficio del Estado, que paga crecida cantidad mensual por 
alquileres de casas; y en beneficio, también, de la población escolar, 
instalada lo mejor posible en casas provisionalmente dispuestas pa- 
ra las necesidades de la enseñanza, pero que no disfrutan, en pro- 
porción con el sacrificio que en su obsequio viene haciendo el Teso- 
ro Nacional, de todas las comodidades y ventajas que la pedagogía 
y la higiene recomiendan. 

El remedio de este mal urge, por esos dos motivos, tan atendi- 
ble el uno como el otro. La escuela necesita un edificio especial; 
tan especial, tan propio y característico como en toda población lo 
tienen el templo, el taller, el teatro, el banco y la propia casa des- 
tinada á vida de familia, á hogar doméstico. Ninguna de las dis- 
tintas ocupaciones á que se dedica cada edificio consiente que para 
el uso de uno, se destine el otro. Puede hacerse; sobre esto no hay 


1 Los planos del presente trabajo han sido hechos por el Sr. Pedro Córdova y Leake, Pro- 
fesor de Dibujo Lineal y Natural en la Escuela de Pedagogía. 


LIBRARY 
NEW YORK 
BOTANICAL 

GAKDEN 


2 RAMON MEZA 


duda: en un teatro abandonado, puede instalarse un taller; en un 
banco un teatro; pero todo el mundo dirá, con evidente prueba, que 
el taller está metido en el teatro, éste en el banco, Ó viceversa. Co- 
sas más desusadas han tenido que llevarse á cabo para llenar, de 
modo provisional, necesidades del momento. La administración 
colonial colocó la Aduana en uno de los más vastos templos de la 
población: las amplias naves y numerosas capillas quedaron con- 
vertidas en almacenes de los varios y profanos artículos de comercio 
y lucro. El viejo templo, erigido por la Orden que fundó el varón 
santo cuyo voto fué la pobreza, se vió repleto de ricos productos, y 
fué pingúe y rico centro de la recaudación de la colonia, sin que el 
látigo de la crítica haya podido echar aún á los mercaderes del 
templo. 

Aunque no en tanto grado, resulta un absurdo, que ya la admi- 
nistración, cubana é interventora, en honra de ambas sea dicho, 
han logrado en parte resolver, el acomodar la escuela en el edificio 
destinado á vivienda familiar, al uso de nuestra vida privada do- 
méstica, aunque tan sólo sea con carácter provisional. Se ha procu- 
rado llevar las escuelas é instalarlas en las casas mejores de las 
ciudades, sobre todo en las capitales, donde, relativamente, no es- 
casean; se han buscado, dentro de cada núcleo de población escolar, 
la. casa de mejores compartimentos, de puntal más alto, más aireada 
y convenientemente iluminada; el lavamanos y sus naturales auce- 
sorios, se han colocado y distribuído con arreglo á nuestras más 
atinadas prescripciones higiénicas; y á los locales se les ha habilita- 
do para que, de habitaciones particulares, se conviertan en aulas 
con la superficie del suelo y capacidad de atmósfera que han sido 
legalmente fijadas. Todo esto ha constituído una ardua tarea para 
las Juntas de Educación y demás centros oficiales encargados de la 
organización material de la escuela. 

Indudable es que gran parte de la dificultad de encontrar locales 
donde acomodar la población escolar para su educación é instrue- 
ción, está por el momento orillada por estos meritísimos esfuerzos. 
En la sala de una casa puede instalarse, más Ó menos adecuada- 
mente, un salón de sloyd; en un patio, de mayor ó menor extensión, 
cada vez más reducido por el sistema de construcción intensiva, de 
aprovechamiento de terreno que la vida de una ciudad que progresa 
y crece impone, pueden hacerse evoluciones gimnásticas y ejercicios 
calisténicos. Pero siempre seguirá siendo una casa particular, de 
vida doméstica, acomodada á escuela pública, 


EL EDIFICIO ESCOLAR 3 * 

Si las iglesias, en las modernas ciudades, continúan elevando 
sus agujas en puntos céntricos y convenientes para que las ondas 
sonoras de sus campanas y los ritmos de sus claves lleguen al domi- 
cilio de los fieles; si los teatros levantan el alto tímpano que oculta 
su vasto techo de dos aguas, y las estaciones de ferrocarril, casas 
de salud, cuarteles de bomberos y juzgados, abren sus puertas, en 
edificios propios, adecuados á su objeto, con arquitectura que exte- 
riormente revela su destino, no menos llama la atención el pórtico 
que da salida y entrada diariamente á la bulliciosa población infan- 
til que invade como batallones á la desbandada, las aceras de esas 
hermosas ciudades alegrando con este espectáculo la vista del via- 
jero observador que las recorre. 

Ya nos hemos dado cuenta exacta de esta pública necesidad; ya 
han sido varias las ocasiones que casi se ha pasado á vías de hecho 
para dar comienzo á la construcción de edificios escolares. No es 
posible que estemos conformes con tener la mejor y más nutrida de 
ellas, la que presentamos como modelo, metida, como la aduana, 
en el viejo templo franciscano, en una antigua Real Factoría de 
tabacos. 

La escuela necesita una representación plástica, material, que 
la revista exteriormente de toda la severa dignidad de la función 
vitalísima, á que en todo organismo social, culto, está dedicada. 
Debemos hacer todos, en esto, el propósito de lograr que, cuando 
lleguemos á una de nuestras poblaciones y preguntemos ¿dónde es- 
tá la escuela ?, no se nos conteste invariablemente: en aquella casa. 
Viajeros en los tiempos coloniales, al llegar á los pueblos no tenía- 
mos que preguntar por ciertas instituciones: se nos presentaban con 
su amplitud, con su comodidad, con lo imponente y sólido de sus 
moles de cantería y barrotes de hierro y aspilleras: dominaban alti- 
vas, arrogantes, soberbias las del caserío: eran el cuartel y la cárcel, 
monumentos elocuentes, expresivas manifestaciones de un régimen 
que necesitaba entre otros, de esos instrumentos para su convenien- 
te función. 

En tanto, no ocurría así en Suecia, Alemania, Holanda, Suiza, 
Estados Unidos, naciones donde imperaba otro orden de ideas, que 
imponía la práctica y ejecución de un sistema distinto para propor- 
cionar el bienestar del momento y asegurar el porvenir de los pue- 
blos nutriéndolos de cultura; disminuyendo, en emulación entu- 
siasta, de país á país, el número de los analfabetos; despertando 
energías dormidas; predicando el amor al orden y al trabajo, la 


4 RAMON MEZA 


virtud, la economía, la laboriosidad, el ahorro; y ejercitando las 
habilidades de las manos para dar vida, con elementos propios, á 
las industrias varias que todo pueblo necesita, para vivir la vida 
actual, que asombra y maravilla con sus ingeniosísimas conquistas. 


101 


Construcción propia.—La escuela, la casa de familia y el hogar.—Situación más 
ventajosa: ideas de Luz Caballero y Luis Vives.—Los alrededores.— Flores, 
árboles, jardines. 

La escuela, núcleo ó foco donde se recogen y acrisolan los cono- 
cimientos elementales que Juego, desarrollados, son base firmísima 
de la actividad social en todos sentidos, necesita, sin excusas ni di- 
simulos, una construcción tan propia, tan especial, tan digna, tan 
decorosamente suya, como el templo, el banco, el teatro ó el taller. 
Cuando se recorren ciudades principales, lo mismo que villas y al- 
deas, en naciones que ocupan puesto de honor, por la buena organi- 
zación de sus escuelas, los ojos divisan gratamente, entre el abi- 
garramiento y confusión de las construcciones particulares, una 
sui generis, simpática, atrayente: es la escuela. En Stokolmo, en 
New York, en Berlín, son imponentes construcciones de tres Ó más 
pisos, de un acre-ó más de extensión en sn fachada; colmenas llenas 
de celdas donde acuden las abejas laboriosas de la población infan- 
til que multiplican razas prolíferas, amantes de los placeres de ho- 
gares inmaculados, donde el problema no es reducir la sucesión, 
sino aumentarla, vigorizarla y sostenerla, tanto con el brazo del 
padre que golpea, orgulloso, risueño, infatigable, el yunque del tra- 
bajo para labrar un cómodo y seguro porvenir á su prole legítima, 
como con el suave y amoroso aliento de una madre consagrada por 
completo 4 los puros y sanos deberes domésticos. 

La casa de familia y la escuela son dos cosas bien distintas, 
aunque por su importancia se equiparen en lo que se relaciona con 
su influjo 6 percusión en la sociedad. Cada una requiere, necesita, 
una construcción especial que exprese bien su destino. No porque 
la casa de familia no sea digna de albergar la escuela; ni que la es- 
cuela deje de honrarse conteniendo una casa de familia. Conviene 
todo el mundo en que, debido sólo á necesidades del momento, á la 
urgencia de resolver el acomodamiento de nuestra población escolar, 
esté viéndose convertida por todas partes en nuestra República, la 
casa de regular aspecto en escuela elemental. 

Sobre este asunto expresó su opinión el insigne mentor de la ju- 


EL EDIFICIO ESCOLAR ; 5 


ventud cubana: «Si queremos ver poblado de concurrentes el local 
de nuestro Instituto, ofrezcamos la enseñanza, no sólo desempeñada 
por profesores acreditados, sino en un edificio amplio, cómodo y 
hasta grandioso, si se puede. Siempre fué un medio de conquistar 
hablar enérgicamente á sus sentidos. De esta manera viendo la ju- 
ventud que se consagra á las ciencias un augusto santuario, forma 
de ellas ideas aventajadas si se persuade más y más de la impot- 
tancia que se merecen, y del homenaje que le tributan los gober- 
nantes.» 1 Referíase Luz Caballero con estas palabras al proyecto 
de su Instituto Cubano. Poco después lo realizaba instalando el 
colegio «El Salvador» en una hermosa quinta del barrio del Cerro, 
rodeada de extensos jardines y magníficas arboledas, regada por las 
aguas de la Zanja Real.que atravesaba sus terrenos; hallándose de 
esta suerte en el campo y en la ciudad, al mismo tiempo, llenaba 
este local, por lo menos en gran parte, cuantas condiciones podían 
apetecerse para un colegio. Terminadas clases y comidas llegaba 
el turno al ejercicio físico, el recreo, los juegos y el gimnasio. A 
un magnífico baño concurrían diariamente los colegiales, donde ade- 
más de los resultados higiénicos que obtenían, practicaban la nata- 
ción. La esgrima y la equitación entraron en la organización de 
este célebre plantel. 

Ya había aconsejado el sabio español Luis Vives ? que se esco- 
giera para la escuela un lugar apacible lejos de la ciudad, y donde 
se disfrutara de aire puro y de la tranquilidad del campo; si el sitio 
fuera elevado, dice, es tanto más recomendable. 

Ese es el ideal de una construcción propia para un edificio esco- 
lar. Llevarlo fuera de la ciudad, laboratorio de aires impuros que 
afectan principalmente á la nutrición del niño, no permitiéndole 
aspirar en toda su pureza el oxígeno necesario para su respiración. 
Pero el logro de este ideal ha planteado un problema que la prác- 
tica y la experiencia han resuelto. No se puede trasladar toda la 
población escolar fuera del perímetro de una ciudad populosa. Es 
preciso procurar un pedacillo de campo artificial entre el apretado 
caserío y situar dentro de él la escuela con hileras de árboles y tro- 
zos de jardines que no sólo saneen el ambiente, sino que sirvan pa- 
ra colmar los deseos de observación que por las cosas de la natura- 
leza sienten los niños. Las hojas, los cálices de las flores, sus raíces 


1 Vida de D. José de la Luz y Caballero, por J. 1. Rodríguez. New York, 1874, páginas 68, 
154 y 261. 
2 Compayré, Historia de la Pedagogía, París, 1897, pág. 116. 


6 RAMON MEZA 


y simientes tanto sirven para la enseñanza objetiva como para los 
elementos de agricultura ó de botánica. 

En las ciudades hay que procurar terrenos libres de construe- 
ciones, donde se pueda aislar el de la escuela y donde tenga la cla- 
ridad, luz y ventilación necesarias. 

Buenos edificios escolares, convenientemente distribuídos no 
sólo son de fácil y cómodo acceso á la población escolar, sino que 
contribuyen á levantar sus sentimientos de respeto y de amor hacia 
el lugar donde corren los días más bellos de su vida. 


TII 


Terrenos en las ciudades para escuelas.—Las Ordenanzas de construcción. Su in- 
cumplimiento. —Necesitamos levantar una escuela tipo.—Los edificios escolares 
en el extranjero. 


Sería parcial é injusto achacar, en todo, imprevisión á Ja obra 
de nuestros abuelos. En punto á pensar que era indispensable 
dejar en las ciudades espacios suficientes para construcciones esco- 
lares, no lo fueron. Los imprevisores, y dignos por lo menos de las 
más acerbas y merecidas censuras, fueron los que no llevaron á la 
práctica aquel bueno y recto pensamiento, abandonando á la codi- 
cia y á las malas artes el terreno tan llana y sabiamente preparado. 

Las Ordenanzas de construccion de la ciudad de la Habana, ley 
de imprescindible cumplimiento para sus Ayuntamientos, rigen 
desde el año de gracia de 1862. Y de ella es el siguiente artículo: 
«Además del terreno que ocupen las calzadas y calles, los dueños 
de los que se reparten cederán el necesario para las plazas, iglesias, 
escuelas, mercados ú otros establecimientos públicos ó municipales 
que en cada reparto se determinen por la autoridad competente, sin 
que por esta cesión puedan exigir retribución alguna.» 

Siendo ésta, como otras, condición sine qua non para que se pu- 
dieran aprobar estos proyectos de repartos en los terrenos contiguos 
á la población, los agrimensores que presentaban los planos y los 
propietarios de los terrenos cuidaban de llenar este requisito. De 
suerte que puede decirse que en todo plano de reparto oficial estaba 
señalado el lugar dejado para escuela. Sin tal requisito no podía 
ser aprobado por el Arquitecto municipal, ni el Ayuntamiento; ade- 
más, constaba en las escrituras de distribución de los terrenos. 

No es de este lugar la explicación de los medios que después se 
ponían en juego entre administradores desleales y venales de los 


EL EDIFICIO ESCOLAR 7 

f 
bienes públicos, 6 individuos particulares desprovistos de toda no- 
ción de civismo; para desvirtuar estas sabias y previsoras medidas, 
despojando á la ciudad de los espacios que en ella exigía la ley para 
proporcionar elementos de cultura y de higiene 4 la población escolar. 

Si se recuerda que estas Ordenanzas de la ciudad de la Habana 
fueron hechas extensivas 4 todos los Ayuntamientos de la Isla por 
Decreto del Gobernador General de 10 de Marzo de 1894, caeremos 
en la cuenta de que la ley dejó preparados terrenos para el empla- 
.Zamiento de edificios en todo nuestro país y que la trampa se ha 
encargado de hacerlos desaparecer, si bien no del todo. 

Cuando ocupábamos en el Ayuntamiento el puesto que nos asig- 
nó el voto de nuestro conciudadanos, señalamos una porción de 
terrenos, algunas manzanas enteras, que están donados á la ciudad 
para escuelas. Así consta en documento oficial. Propusimos á la 
Secretaría de Obras Públicas que rodeara dichos terrenos de árboles 
para mejor marcarlos, y para anticipar un detalle ornamental que 
había siempre de ser útil á la escuela cuando, en el centro de dichos 
cuadros de vegetación, fuera posible levantarla. Y de estos ante- 
cedentes tuvimos el honor de informar á nuestros Secretarios de 
Instrucción Pública. Importa pues, que lo que resta se salve, y 
sean las ciudades quienes disfruten de lo que les pertenece para una 
dedicación tan sagrada como lo es el edificio donde deben recibir 
instrucción y educación nuestros niños, los ciudadanos de mañana. 

Debe levantarse en nuestra capital, por lo menos, un edificio 
escolar típico, adecuado por sus condiciones á las peculiaridades de 
nuestro clima; con locales para las enseñanzas prácticas y objetivas 
con que hasta ahora no se ha contado. La opinión pública se ha 
manifestado repetida y elocuentemente en favor de estas mejoras, 
El Estado invierte una suma respetable en alquileres de edificios 
inadecuados; bien puede retenerse una cuantiosa parte de estos 
alquileres, acomodando unas escuelas con otras, inmediatas á las 
que se construyan, hasta tanto que éstas lo estén por completo. 
Semejantes construcciones constituirán bienes raíces, propiedades 
que mantengan y garanticen ampliamente el crédito nacional. El 
Estado habrá capitalizado sus rentas, y á la larga tendrá una eco- 
nomía de muchos millones de pesos. - 

Todavía impresiona con viveza nuestra retina el plano presenta- 
do por el Estado de New York en la Exposición de 1904 de Saint 
Louis, mostrando la situación de sus escuelas. Estaba material- 
mente sellado de ellas en todo su territorio; la aspiración actual es, 


8 RAMON MEZA 


en aquella organización escolar, situar las escuelas en los más 
abruptos rincones del territorio á una distancia no mayor de seis 
millas unas de otras. Y también nos impresiona la imagen de los 
edificios escolares de la citada ciudad de Saint Louis, tanto por su 
aspecto exterior, rodeado de árboles, césped y bien cuidadas flores» 
como por el confort y su acertada distribución interior. 

No queremos repetir la cifra de centenares de miles de pesos 
dedicados á su construcción, reparación y mejoramiento; en otro 
trabajo acogido por esta Revista, | así consta. Sólo queremos aña- 
dir dos ó tres datos más para estimular la acción administrativa, 
nunca mejor empleada que en este caso. De la obra, modesta, pero 
de actual información, La Pedagogía y la Escuela en Francia, Suiza y 
Alemania, por A. Abenza son estas líneas: «En Francia todos los 
municipios tienen obligación de procurar casa-escuela, no sólo en el 
pueblo, sino en aldeas que disten tres kilómetros y reúnan por lo 
menos veinte niños.» Comparando el autor citado el numerario 
destinado á escuelas entre las tres naciones que estudia, anota el 
siguiente dato: «El edificio de la población de Cette, es magnífico 
y su costo 250,000 francos; para que no se tome á exageración es 
menos de la tercera parte de lo que han costado algunas escuelas 
suizas y alemanas enclavadas en poblaciones más pequeñas y me- 
nos ricas que Cette.» 

Y por vía de estímulo también, anoto esta observación en re- 
ciente artículo del Sr. F. Acebal: «No es sólo el pueblo catalán y el 
vizcaíno los que han construído buenos, claros y aislados locales 
para sus escuelas; también en gran parte de Asturias, en muchas 
aldeas, se levantan ya limpios y aireados edificios con plano muy 
racional, muy moderno.» 


IV 


Algunos Proyectos. —Empeños de la Junta de Educación de la Habana.—Planes 
de dos Profesores de la Universidad.—La escuela de Santiago de Cuba. —Pro- 
yectos actuales. 

No pocos honrosos esfuerzos se han dedicado al objeto de dotar 
la Habana de adecuados edificios escolares, en estos últimos tiem- 
pos. Justicia es consignar que ha sido uno de los constantes y no 
abandonados propósitos de su Junta de Educación, como lo demos- 
tró en su «Informe sobre fabricación de casas-escuelas» su actual 


1 REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, Vol. 1, pág. 122, 


" EL EDIFICIO ESCOLAR m 


Presidente, nuestro compañero Profesor de la Escuela de Letras y 
Filosofía, Dr. Juan M. Dihigo. * Dicha Corporación ha perseguido 
este ideal constantemente, llegando á presentar proyectos prácticos 
para su realización, tanto en lo económico como en lo que se refiere 
á la fabricación y emplazamiento. 

En el primer período de la intervención americana, de 1899 á 
1902, tratóse de la construcción de una casa-escuela típica en la 
Habana. Formáronse planos y presupuestos; y hasta se eligió el 
local. No fué más que un intento, cuya falta de ejecución no debe 
apenarnos. El local elegido fué la esquina de la calzada del Monte 
y calle de Cárdenas, frente al parque de la India. Allí estaba pro- 
yectado, según el plano oficial del reparto del terreno de las mura- 
las, pertenecientes al Estado, de 1% de Septiembre de 1865, el 
ensanche de la calle del Prado, en un mismo orden, desde la Punta 
al Arsenal. La administración municipal española (al César lo que 
es del César) mantuvo esta idea, no permitiendo reconstruir log 
viejos edificios de madera que todos recordamos se alzaban en la 
acera Este de la calle, contrastando con los nuevos de la acera Oeste. 
Ya tal proyecto no es posible, la resistencia cesó y los intereses 
particulares se desbordaron ocupando la calle y quitando á la ciudad 
la ocasión de tener una magnífica vía que atravesase su zona más 
central y poblada de norte á sur, de mar á mar, desde el Castillo 
de la Punta al Arsenal. 

Otro defecto tenía también aquel proyecto: el local donde se 
pensó emplazarlo no tenía suficiente terreno á su alrededor. Y el 
edificio escolar, típico, dentro de una ciudad, debe estar apartado 
lo más posible de la línea general de construcciones de la calle 
donde se levante, para evitar el ruido, y debe estar separado tam- 
bién de las casas colindantes. Allí no había espacio para jardines 
y arbolado, accesorios indispensables en esta clase de construcciones. 

Tras del proyecto presentado á la Junta de Educación de la 
Habana por los Sres. Primelles y Zequeira, han seguido otros de 
los Profesores de nuestra Universidad, Sres. Aurelio Sandoval, con 
planos, presupuesto y memoria explicativa, y Andrés Castellá, en 
su conferencia sobre «La mansión escolar en Cuba». ? 

No han faltado, pues, proyectos: ejecución práctica no ha habido 
alguna en la capital de la República. El acomodamiento de la 


1 REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. Vol. II, pág. 221. 
2 REVISTA DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. Habana, Mayo 1900, Vol, 11, núm, $, 
págs, 227 y 235, 


10 RAMON MEZA 


escuela Luz y Caballero en el antiguo edificio de la factoría de ta- 
bacos, no pasa de ser un recurso á que ha obligado, como lo hemos 
advertido antes, la necesidad de procurar alojamiento material- 
mente capaz á parte de nuestra población escolar. 

En algunas de nuestras poblaciones, pocas, se han construído 
expresamente edificios escolares. Santiago de Cuba tiene el suyo, 
que nos pareció, en una visita que á él hicimos, de excelentes con- 
diciones. Está situado en una eminencia que domina bella vista 
de la población cercana y de las fincas de labor que la rodean; el 
niño puede ver desde las ventanas de la escuela el vigorizante es- 
pectáculo de la chimenea alta que humea en la fábrica industrial y 
la que orna el vapor mercante que conduce los artículos de comercio. 
El aire es puro; el lugar apartado de la ciudad, en uno de sus ex- 
tremos. El ejercicio de la locomoción hacia aquel punto, no exa- 
geradamente levantado sobre el.plano en que se asienta el caserío, 
ya constituye un esfuerzo favorable al desarrollo físico. Su distri- 
bución interior es acertada, y su aireación nos pareció perfecta, 
El edificio puede cerrar todas sus ventanas, defendidas por vidrie- 
ras de la planta baja, donde se dan las clases, en días de lluvia, 
porque del piso superior, que tiene una arquería corrida, le llega 
el aire, pasando por la cabeza de las vigas descubiertas. El piso 
no llega á la pared, está cortado; y defiende este hueco una red de 
alambre que corre bajo un asiento continuo, á todo lo largo del 
muro. 

El aspecto exterior es bastante estético: sencillo, modesto y 
agradablemente rodeado por jardines, donde brotan las flores de 
nuestra rica vegetación tropical. A nuestro juicio es una cons- 
trucción escolar típica y bastante adecuada á nuestro clima, en su 
planta baja. Sobre esta escuela encontramos un dato histórico: 
Henry L. Huggison, de Boston, hizo donación á la ciudad de San- 
tiago de Cuba de diez mil pesos para la construcción de una casa 
escuela; luego donó veinte mil pesos más para la misma obra. * 

Posteriormente, la Secretaría de Obras Públicas, en este segun- 
do período de Intervención, ha pensado en levantar una buena 
construcción escolar, eligiendo para ello una de las manzanas del 
barrio del Vedado, que hoy se sabe, por los planos oficiales, que 
están dejadas á uso público, mercados, escuelas, iglesias, parques. 
Los planos están hechos; la construcción presupuestada; el lugar 
elegido: nos alegraremos de que pronto se vea realizada la aspira- 


1 Primera Memoria anual de Escuelas Públicas de Cuba. Diciembre, 1900, Tomo 1, p. 26, 


EL EDIFICIO ESCOLAR 11 


ción de ver levantado en nuestro suelo un edificio escolar que re- 
cuerde otros construídos en naciones que ya se han convencido de 
que cuanto se haga por los prestigios y decoro de la educación pú- 
blica, fortalece y realza el sentimiento nacional. 

El edificio es de tres pisos, de sencillo y severo aspecto, y tiene 
distribuídas cómodamente sus dependencias, sin olvidar el kinder- 
garten, sala de Sloyd, museo, biblioteca, dirección y aulas, ni el 
jardín que rodea con árboles sus alrededores. 

Pueril fuera, por nuestra parte, que cuando no pudimos lograr 
que se construyera un parque en el punto más céntrico y visible de 
la Habana, ni sembrar un solo árbol, ni regular un reparto, ensan- 
char una calle, enderezar una acera, impedir que una casa avanzase 
más allá de su línea, ni siquiera acallar los gritos de los colores chi- 
llones, como gráficamente dicen los pintores, de las fachadas, creyé- 
ramos que por influencia nuestra se va á levantar por la adminis- 
tración una escuela. No; lo único que hemos hecho es llevar 
nuestro grano de arena, modesto y humilde, de buena fe, nada más. 
La gloria será toda, por completo, de la administración ó adminis- 
trador que levante el primer edificio escolar digno de este nombre 
y que puede muy bien recordar el suyo, como sucede en las escue- 
las de Saint Louis, que recuerdan á Shaw, Pope, Allen, Walnut, 
Benton, Carroll, etc. 

A la pasada administración cubana propusimos un sistema de 
escuela, propio para llenar al presente las necesidades de nuestras 
poblaciones, sobre todo las de segundo y tercer orden y las rurales. 
De poco costo, sencillos, en relación con las timideces de nuestro 
tesoro al tratarse de esta clase de gastos. Más adelante describi- 
mos las escuelas á que se refiere nuestro particular proyecto y que 
contribuyen á presentar con más claridad los grabados debidos á 
la bondadosa colaboración del Sr. Pedro Córdova, Profesor de la 
Escuela de Pedagogía de nuestra Universidad. 

No nos son desconocidos edificios mayores, más monumentales; 
pero nos hemos tenido que ceñir á la realidad de los medios de 


que creímos poder disponer. Muestra de ello dimos en anterior 
trabajo. * 


1 REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, Tomo 1, grabados de las páginas 124, 
128, 132. S 


12 RAMON MEZA 


V 


Plano para construcción del edificio escolar en Cuba: observaciones sobre el clima, 
humedad del suelo, luz, vientos reinantes.—La vidriera y la persiana.—Aulas 
y otros departamentos. 


Cada país, por las condiciones especiales de su clima, adopta 
para sus edificios aquellas construcciones que resulten más cómodas 
é higiénicas: y estas reglas generales refléjanse en el aspecto de sus 
edificios escolares. 

Procurar un tipo de construcción de escuelas en Cuba, que sin 
ser de una simetría monótona, por lo repetido y constante, obedez- 
ca á un plan que, tanto tenga en cuenta su distribución interior, 
como el aprovechamiento de todas las ventajas exteriores: luz, 
brisa, vegetación; y la defensa contra las desventajas, ó sean el ex- 
ceso de luz solar, que produce calor é irritación, y el exceso de 
lluvia, por medio de amplios y bien situados cobertizos, es uno de 
los puntos capitales del problema de la edificación de escuelas, en 
toda la Isla: tan importante como que su emplazamiento sea ade” 
cuado á los fines de la pública enseñanza. 

Sin pretender, de ninguna suerte, que hayamos resuelto por 
completo todas ó la mayor parte de estas dificultades, sí podemos 
asegurar que hemos estudiado la cuestión, desde sus dos puntos de 
vista: práctico el uno, económico, posible, realizable, con los mis- 
mos recursos dedicados actualmente al pago de alquileres de edifi- 
cios, empleándolos de mejor manera; y el otro científico, en lo que 
se relaciona con las exigencias de la pedagogía y los sabios consejos 
de la higiene. 

Nuestro proyecto se refiere á un tipo de escuela que puede ser 
desde la modesta de dos aulas, una para niños y Otra para niñas. 
capaz de ser ampliados bajo un mismo orden, con ligeras variacio- 
nes de disposición interior, hasta llegar á la escuela de dos pisos, 
con doce ó diez y seis aulas, seis ú ocho en cada uno. 

Los diseños que acompañan este trabajo representan las plantas, 
fachadas y distribución interior de estos edificios. El tipo de aula 
es uniforme en cuanto á su capacidad, luz y ventilación. Su capa- 
cidad se halla de acuerdo con nuestras recomendaciones sanitarias 
y municipales; diez metros de largo por seis de ancho y cinco de 
puntal ó altura; lo que proporciona el disfrute de una superficie de 
metro y medio planos á cada uno de los cuarenta y cinco alumnos, 
m áximum á que reglamentariamente debe llegar una completa asis- 


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EL EDIFICIO ESCOLAR 13 


tencia. Demostrando la práctica que el promedio de ésta, toman- 
do de base para el cálculo el número de cuarenta y cinco alumnos, 
es de treinta, cada uno disfrutará pues, en realidad, de dos metros 
de superficie del aula y diez de atmósfera respirable. 

La luz cenital, que tanto se usa en otros climas donde las yen- 
tanas avanzan ansiosas y se abren amplísimas para recoger con 
avidez los rayos de la luz solar que escasea, sobre todo en invierno, 
y que tan buen resultado ofrece en los museos de estatuas y de cua- 
dros, probado está que en nuestro clima es insoportable, particular- 
mente en los meses del verano, en que caen á plomo los rayos solares. 
La luz en nuestras aulas tiene que ser bilateral, si bien procurando 
predomine la del lado izquierdo para evitar las sombras en el papel, 
en los ejercicios de escritura, lectura y en las telas, y otros mate- 
riales en las de labores de niñas. 

La ventilación debe disponerse de suerte que la escuela reciba 
la más constante corriente de nuestro alisio, Ó sea la del Noroeste. 
Las ventanas, al efecto, deben ser de dos hojas, sostenidas por bi- 
sagras y divididas en tres secciones. + Su parte baja la constituirán 
tableros de un metro de altura, que pueden ser abiertos ó cerrados 
á voluntad contra la baranda ó balcón de hierro que haga seguro 
estos huecos para los alumnos. En la sección media, persianas, 
resguardadas en su parte exterior por hojas de vidrio; de suerte 
que en días de lluvia y de frío, el vidrio impida el agua y deje pa- 
sar la luz; y en días de buen tiempo, sea la persiana plenamente 
abierta Ó entornada la que deje pasar el aire é impida los reflejos 
directos de la luz solar. A nuestro parecer, fundado en la obser- 
vación y la experiencia, la persiana usual y corriente en el país no 
puede ser sustituída ventajosamente por la vidriera, dividida en 
dos, tres Ó más secciones paralelas que giran verticalmenie, ni me- 
nos por las hojas corredizas que, por otra parte, necesitan adita- 
mento de cortinas enrollables; pues si cerradas impiden la entrada 
de la lluvia, también quitan el aire, lo cual no sucede con la per- 
siana. En la sección superior de la ventana debe llevar ésta una 
luceta giratoria de eje horizontal, de vidrios deslustrados, de colo- 
res blanco y verde. 

Esencial es, en nuestro tipo de construcción, un amplio salón 
central, que en la modesta escuela de cuatro aulas tiene quince 
metros de largo por diez de ancho; y en las de seis aulas, catorce 


1 El detalle de ventana sólo representa la parte exterior en armonía con el ornato general 
de la fachada. 


14 RAMON MEZA 


de largo por catorce de ancho. En ambas debe recibir su ventila- 
ción y luz por lucetas laterales, que correrán á todo largo del techo 
elevado un metro, en esta sección, sobre los demás del edificio; todo 
de azotea. 

Con esta disposición el salón central, ya se dedique á kindergar- 
ten, en unas horas y en otras á sala de actos públicos, assembly hall, 
estará perfectamente ventilado, con luz suficiente y defendido de la 
lluvia. Los ejercicios físicos, la calistenia, que no podrán ejecu- 
tarse entonces al aire libre, tienen un lugar apropiado dentro de la 
escuela. Cuando la construcción de ésta sea conforme á nuestro 
plan, completa, empezando desde la de seis aulas, de una sola planta 
baja, es condición que tenga dos galerías cubiertas y defendidas por 
persianas. Los edificios están dispuestos de suerte que una gran 
parte de sus fachadas reciban directamente los rayos del sol cuya 
influencia sobre gérmenes malsanos es bienhechora; y otra parte 
resguardada por amplic portal ó galería cubierta de persianas y lu- 
cetas de vidrio. Sería un desacierto no llevar á la covstrucción 
escolar lo que nuestras costumbres han probado que es bueno é in- 
dispensable en edificios aislados, sobre todo en el campo: esos am- 
plios portales ó galerías cubiertas que resguardan del sol y de la 
lluvia y dejan circular libremente el aire. 

Así pues presentamos, en los diseños que acompañan este tra- 
bajo, modelos ó tipos de edificios escolares acomodados á las nece- 
sidades de la población infantil en caseríos, pueblos y ciudades; 
desde el edificio de cuatro aulas capaz para una población escolar 
de doscientos niños, cien de cada sexo, hasta el edificio de doce y 
diez y seis para seiscientos y ochocientos niños. 

El basamento general sobre el suelo es indispensable y el mí- 
nimum de su altura debe ser de un metro; la disposición de sus 
accesos y escaleras, patios y jardines, de modo que proporcione 
entrada y corredores independientes por completo en las escuelas 
mixtas, á niños y niñas; el lavamanos y sus accesorios; las fuentes 
para beber; y los departamentos indispensables en toda escuela de 
moderna construcción además de los citados, assembly hall y kinder- 
garten, sala de sloyd, museo, biblioteca, cuarto del conserje, despa- 
cho del Director y antesala ó recibidor; todo está marcado y distri- 
buído en nuestros planos de construcciones escolares. Creemos no 
haber olvidado ningún departamento de los recomendados por la 
pedagogía moderna para escuela elemental. 


EL EDIFICIO ESCOLAR 15 


vi 


Fases de su construcción: en los Estados Unidos; en la República Argentina. — 
Nota de Horacio Mann.—Reformas: exteriores de Burrows; interiores, de Bar- 
nard.—Situación de las escuelas en 1835.—Iutervención del pedagogo en la 
edificación escolar. 


El estado embrionario, mejor, primitivo, en que nos hallamos 
respecto 4 construcción de edificios escolares en casi todo el territo- 
rio de la República, no debe desalentarnos. Según demuestran 
gráficamente los tratados de historia de la educación, las escuelas 
en que estudiaron Washington y Lincoln, presentaban pobrísimo 
aspecto, eran simples cabañas, esas construcciones típicas de tron- 
cos de árboles sobrepuestos, tales como salen del bosque, sin acepi- 
Mar, ni siquiera descortezar, ejemplares de míseras viviendas de 
campesinos, que aún se ven al cruzar las llanuras y bosques de las 
Virginias y Carolinas. Los maestros correspondían á tales escue- 
las. Eram duros cou sus discípulos, y por lo común ignorantes. 
Por el año 1837 aún se miraban en los Estados Unidos con desdén 
estas y otras cuestiones. «Como se quisiera, —cuenta Horacio 
Mann,—disolver una sesión ó declarar desierto un meeting, no había 
más que poner en su programa que se iba á tratar cualquier asunto 
relativo á instrucción popular.» 

Los pasos de avance dados en la nación norte-americana, desde 
entonces y que señalan Tomás S. Burrows, en 1835. en su obra 
Arquitectura Escolar, que puede considerarse clásica, y las reformas 
de Barnard, en 1854, respecto del mobiliario, imitadas por Suiza y 
Alemania, han llevado el florecimiento de las escuelas en los Esta- 
dos Unidos al grado en que hoy pueden contemplarse, con justo 
asombro. Burrows sentó las bases y dió los planos para la edifica- 
ción escolar; la experiencia y el gusto público han hecho lo demás, 
prestando atención preferente á la construcción de escuelas. Refi- 
riéndose al asunto dice Hippeau: «Hay en los Estados Unidos 
escuelas fabricadas de hermoso mármol blanco, cuyos tímpanos 
recuerdan los de los más afamados edificios de Atenas, como el co- 
legio Girard, de Filadelfia; hay otros con torres y almenas que re- 
cuerdan los castillos feudales normandos. » 

No es sólo por la América del Norte donde encontramos atendi- 
da esta necesidad imperiosa de procurar adecuados edificios escola- 
res. También por el Sur podemos hallar ejemplos muy dignos de 
imitación. En su capital, la República Argentina ha levantado dos 


16 RAMON MEZA 


suntuosos edificios para su Ministerio de Instrucción Pública y el 
Consejo Nacional de Educación. En el informe de 1902, presentado 
por el Presidente de este Consejo á aquel Ministerio, consta que en 
dicho año se sacaron á subasta construcciones de edificios escolares 
y fueron adjudicadas en dos partidas á dos constructores; una por 
dos millones de pesos, y otra por ochocientos mil. La edificación se 
sujetaba á tres tipos. El promedio de costo de cada construcción 
fué de ochenta mil pesos; pero podía invertirse mayor precio cuan- 
do la extensión del terreno, situación del edificio y condiciones es- 
peciales del suelo, como drenaje y pilotaje, así lo requirieran. No 
obstante, se recomendaba para la ejecución de estas obras la mayor 
economía y apariencias modestas, haciendo excepción, en cuanto á 
ornato, respecto de aquellos que debían ocupar sitios céntricos y 
visibles en las ciudades. 

Constituye pues, una atención preferente en todo organismo so- 
cial debidamente administrado, la distribución por todo el territo- 
rio, de edificios escolares, dotados de los elementos necesarios para 
la obra digna y noble que les está encomendada. Ellos son el labo- 
ratorio donde se ha de formar y depurar el corazón, la voluntad y 
la inteligencia de nuestra masa popular, de la juventud, esperanza 
del porvenir, para lograr por la educación, más aún por la instrue- 
ción, un noble espíritu nacional. 

A empresa tan vasta é importante son varios los factores que 
deben concurrir. La administración con sus recursos, que nunca 
serán empleados en atención más fructífera y útil para la comuni- 
dad; el constructor, que con su arte puede llevar á cabo la obra en 
su parte real ó material. Mas, otro factor hay que, al parecer, no 
ha tenido á veces la participación efectiva que le corresponde. 

Sobre este punto, dice uno de los autores antes citado: * «Cuan- 
do se va á construir un edificio para escuela, se da en la formación 
del plano la menor intervención posible al pedagogo, todo lo hace 
el constructor, que, ciertamente, pocas veces realiza sus obras esco- 
lares con fortuna». Por su lado, dice Alcántara: ? «El conocimien- 
to de la higiene interesa al maestro en mayor grado que al higienista 
y arquitecto, porque es frecuente que no se le atiende con el nece- 
sario detenimiento, especialmente en las construcciones.» 

En las anteriores observaciones se ha inspirado nuestro plan de 


1 Abenza.—La Pedagogía y la Escuela, pág. 154. 
2 Higiene Escolar. Madrid, 1886, pág. 102. 


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EL EDIFICIO ESCOLAR 17, 


construcción de edificios escolares modestos, poco costosos, con 
arreglo á las fuerzas económicas de nuestro tesoro; pero, no obstan- 
te, en ellos se han procurado llenar todas las exigencias pedagógi- 


cas é higiénicas. 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD ! 


POR EL SR. CARLOS THEYE 


Profesor de Química y de Análisis Químico 


Hace tres años tuve el honor de desarrollar en este mismo local 
un tema sobre la composición y propiedades del aire, elemento pri- 
mordial de la vida, tanto en el reino animal como en el vegetal, y 
de todas las combustiones vivas Ó lentas que se realizan sobre la 
superficie de la tierra. 

Igual 6 mayor importancia tiene para la vida el agua, tanto para 
la vida vegetal como para la vida animal: donde no hay agua no hay 
vida; los desiertos de Sahara y Arabia son buena prueba de ello: 
las caravanas que los recorren ansían llegar cuanto antes á algún 
oasis para reponer sus fuerzas agotadas por el calor y la sed. Hoy 
mismo, en nuestra Isla, medid la importancia que para la vida 
tiene el agua, por la angustia con que vemos nuestras tierras agrie- 
tarse, nuestros pozos y algibes secarse, merced á esta ya larga 
sequía que nos desespera. 

Parece, por tanto, justificada la elección del tema como comple- 
mento del que sobre el aire tuve la oportunidad de desarrollar 
anteriormente. Verdad es que el distinguido Profesor de Astrono- 
mía de esta Universidad, Sr. Juan Orús, nos proporcionó hace dos 
años el gusto de una interesantísima conferencia, que no puede 
haberse borrado de vuestras memorias, sobre el agua como agente 
modificador del relieve terrestre. Es ése desde luego uno de los 
múltiples papeles que desempeñan las aguas llamadas telúricas; 
pero bien entendido esté que no es mi intento navegar por esas mis- 
mas aguas, porque en el paralelo que forzosamente habríais de hacer, 
mal parada quedaría la habilidad del nuevo navegante. Mi derro- 
tero será distinto de aquél. ¿Quées el agua? ¿Cuáles son sus 
condiciones de potabilidad? Eso es lo que me propongo estudiar 
con vosotros. 

Para los antiguos el agua era, con el aire, la tierra y el fuego, 
uno de los cuatro elementos de Aristóteles, considerando la palabra 


1 Conferencia pronunciada en la Universidad el 4 de Mayo de 1907. 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD 19 


elemento como expresiva de un estado físico. La tierra represen- 
taba el estado sólido, el agua el líquido, el aire el gaseoso y el fuego 
respondía al estado de lo que más tarde se llamó con impropiedad 
fluído imponderable, ó sea el calor, la luz, la electricidad, y que hoy 
se sabe no son más que modos de movimiento. Pero no les faltaba 
alguna lógica á los alquimistas: trasladémonos por el pensamiento 
á aquella época, y despojando á nuestro espíritu de esos no soñados 
horizontes que caracterizan al siglo del automovilismo y de la tele- 
grafía sin hilos, coloquemos en una vasija de vidrio una cierta can- 
tidad de agua de Vento y calentémosla: veréis cómo el agua se con- 
vierte en vapor, esto es, el aire de los alquimistas, y cómo deja un 
residuo sólido que es la tierra, y pensaremos, como buenos alqui- 
mistas, que el agua se convierte en aire y en tierra. Ese era todo 
el conocimiento que del agua se tenía en aquella época de la tras- 
mutación de los metales y del elíxir de vida. 

Pero desde 1781, en que el físico inglés Cavendish halló que la 
combustión del hidrógeno produce agua, las ideas acerca de la com- 
posición íntima de este elemento de Aristóteles fueron diafanizán- 
dose en el cristal de la experiencia, y poco tiempo después otros 
físicos ingleses, Carlisle y Nicholson, hicieron por vez primera la 
descomposición del agua por la pila eléctrica, y Lavoisier comprobó 
que el hierro, cuando está calentado hasta enrojecerse, descompone 
el vapor de agua en hidrógeno que se desprende y oxígeno que se 
combina con el hierro. Ahí tenéis representado en esa proyección 
el experimento de Nicholson. Un poco de agua ligeramente acidu- 
lada por ácido sulfúrico y coloreada por un poco de tornasol para 
que el experimento sea visible: dos electrodos de platino llevan la 
corriente eléctrica á esa agua y veis cómo de esos electrodos se des- 
prenden burbujas de gas que son más numerosas en el tubo de la 
derecha: ahora veis que el volumen de gas en ese tubo es á simple 
vista doble del que ocupa el gas en el otro tubo. Si terminada la 
operación se analizan los dos gases, se ve que son diferentes; el de 
mayor volumen arde si se le arrima un fósforo encendido: ese es el 
hidrógeno; el otro, el de volumen mitad del anterior, no arde, pero 
si se introduce en él una astilla de madera en ignición ó un pedazo 
de carbón rojo, la combustión de éste se activa produciendo llama: 
ese es el oxígeno. De suerte que hemos descompuesto el agua por 
medio de una corriente eléctrica en dos gases, el hidrógeno y el 
oxígeno, combustible el primero, comburente el segundo: del pri- 
mero hay dos volúmenes mientras que del segundo sólo uno. Y 


20 CARLOS THEYE 


queda así explicado el por qué Cavendish vió formarse agua cuan- 
do el hidrógeno, llamado entonces aire inflamable, ardía en el aire: 
porque al arder el hidrógeno en el aire se combina con el oxígeno 
que hay en éste. 

Y si á esa agua así preparada por la combustión del hidrógeno 
en el aire la sometemos al experimento de los alquimistas, ¿seguire- 
mos viéndola convertirse en aire y tierra? ¡Ah, no! en aire sí, esto 
es, en vapor, pero en tierra no. Esa agua que hemos producido 
por combustión del hidrógeno es químicamente pura, y el vapor 
que del agua se despreude es también químicamente puro, no con- 
tiene tierra en disolución; y por eso, si enfriamos este vapor acuoso, 
tendremos por condensación agua químicamente pura, como la pre- 
parada por Cavendish. Habremos hecho agua destilada, que es la 
usada en los laboratorios de química para las operaciones que re- 
quieren agua químicamente pura, que es también en algunos casos 
la que se consume en las navegaciones largas. Destilada es el agua 
de lluvia, que es la condensación del vapor acuoso que constituye 
las nubes, nubes que á su vez se han formado por la evaporación, 
gracias al calor solar, de grandes cantidades de agua, de esa que 
ocupa las cuatro quintas partes de la superficie terrestre: y como 
hemos dicho que el vapor acuoso es agua pura, pura sube ella á las 
nubes, y pura desciende á la tierra en forma de lluvia, nieve ó gra- 
nizo. Pero al atravesar la capa atmosférica ella arrastra mecáni- 
camente ó disuelve lo que en suspensión en la atmósfera encuentra. 
Nuestra agua de lluvia contiene una regular proporción de sal co- 
mún, procedente del mar que nos rodea, y de sales amoniacales que 
constituyen un beneficio muy preciado para la agricultura. Tan es 
cierto que el agua de lluvia no es del todo pura, que al cabo de po- 
cos días de conservada en una botella cerrada suele dar mal olor 
por la descomposición de los gérmenes que contiene, lo que demues- 
tra la conveniencia de permitir el acceso del aire para su conser- 
vación. Pero así y todo el agua de lluvia es de las más puras que 
se conocen. El agua de Lozoya, que sirve de abastecimiento de la 
ciudad de Madrid, se acerca bastante á ella en pureza. 

Esa agua de lluvia al llegar á la tierra penetra en ella con ma- 
yor ú menor rapidez según sea la permeabilidad del terreno, ú 
correrá sobre su superficie hasta volver al mar de donde el calor 
del sol nuevamente la evaporará; y penetrando en la tierra ó co- 
rriendo sobre su superficie, ella formará los arroyos, ríos y lagos, 
manantiales, pozos, estanques. La penetración en la tierra de- 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD 21 


pende de la naturaleza de las capas sobre las que la lluvia cae: 
sobre una capa de barro que tenga cincuenta centímetros de espe- 
sor, el agua tardaría cincuenta días para atravesarla, esa agua 
puede asegurarse que no entraría en la tierra: antes de eso sería 
evaporada por el sol: si, por el contrario, cae la lluvia sobre una 
capa igual de arena, entonces en veinte horas la habrá atravesado, 
y en este caso esa lluvia contribuirá á la formación de pozos y 
manantiales. La lluvia es pues el gran generador de los depósitos 
subterráneos y artificiales de los cuales el hombre toma el agua que 
le es indispensable para la vida. Y ved ahora las consecuencias de 
ello. Al caer sobre el suelo puede encontrarse con infinidad de 
materias orgánicas y minerales, las cuales tienden á ser llevadas al 
subsuelo por arrastre ó disolución: algunas de ellas son absoluta- 
mente inofensivas para la salud, tales como las de origen vegetal, 
los gases nitrógeno, oxígeno, anhidrido carbónico, las sales minera- 
les como el sulfato de calcio, el cloruro de sodio, el carbonato cál- 
cico, el carbonato de magnesia: otras son malas, como los residuos 
orgánicos animales: otras peligrosas como los gérmenes llamados 
patógenos. Habéis visto ya en la conferencia del Sr. Fernández de 
Castro cómo los pozos pueden ser infestados por infiltraciones de las 
letrinas. Y si tenemos en cuenta la enorme cantidad de esos resi- 
duos orgánicos de animales vivos Ó muertos que se esparcen por la 
superficie de la tierra, acumulados por la sucesión de los siglos, ya 
no debiera existir en nuestro planeta agua que no estuviese infes- 
tada, porque toda la capa terrestre la estaría ella misma. Afortu- 
nadamente para nosotros, y para los que después de nosotros ven- 
gan á tomar la parte que les corresponda en las alegrías Ó penas de 
este mundo, la acción oxidante del aire, aumentada con los fenó- 
menos eléctricos, la influencia de la luz y la acción de ciertas bac- 
terias que se encuentran en la tierra, facilitan la destrucción de 
esas materias orgánicas nocivas y la desaparición de esas causas de 
muerte de la superficie de la tierra. Tan es cierta esa acción 
purificadora de la capa terrestre, que en la península de Gennevi- 
liers, cerca de París, una hectárea de terreno esteriliza 50,000 
metros cúbicos de agua de cloaca en un año. En Inglaterra se 
ha podido purificar en esa misma extensión de terreno hasta 
200,000 metros cúbicos en un año. De ahí que el agua de lluyia 
que atraviesa la capa terrestre y, encontrando después una superfi- 
cie impermeable, sale otra vez á la luz por los manantiales, se ha 
purificado de todos los miasmas que ocasionalmente pudo haber re- 


19 
(uy 


CARLOS THEYE 


cogido en la superficie procedentes de los detritus orgánicos anima- 
les, y se ha hecho entonces utilizable por el hombre; pues sólo 
contiene en disolución sales normales en mayor 6 menor cantidad, 
pero gérmenes patógenos que puedan causar la muerte, ninguno: y 
en esa agua el hombre encuentra el elemento útil 4 su vida, que 
puede emplear sin restricción para apagar su sed, preparar sus ali- 
mentos y para todos sus usos domésticos. Por eso los antiguos 
llevaron su veneración por los manantiales hasta divinizarlos, y por 
eso en 1878 decía el insigne Pasteur en la Academia de Ciencias de 
París que las aguas de manantial estaban siempre desprovistas de 
microbios, mientras que con frecuencia se hallaban éstos hasta en 
las aguas destiladas de los laboratorios, y siempre en los ríos. 

Las aguas de manantial son, por lo tanto, buenas bajo el punto 
de vista de los microorganismos, pero pueden haber pasado por 
capas de tierra que les hayan cedido abundante provisión de mate- 
rias minerales, y si éstas son excesivas podrán no ser buenas á 
pesar de no contener microbios nocivos; pero en todo caso es más 
probable que pueda servir un agua rica en materias minerales que 
una que lo sea en microbios patógenos. Por una ú otra razón exis- 
ten aguas que se pueden beber y otras que hay que desechar. Se 
llaman potables las que se pueden utilizar: crudas Ó duras las muy 
cargadas de sales calizas y minerales, las que tienen ciertas propie- 
dades medicinales. 

¿Qué es un agua potable? Es un agua límpida, incolora, sin 
olor, fresca y de un sabor agradable, aireada, sin sustancias orgá- 
nicas Ó con pocas, conteniendo algunas sustancias salinas en diso- 
lución, especialmente el bicarbonato de calcio, y ha de permitir la 
cocción perfecta de los alimentos y la disolución del jabón sin 
grumos. 

¿Realiza el agua destilada las condiciones de un agua potable? 
No por completo, y eso únicamente en el caso de que se la airee, á 
fin de que absorba un poco de oxígeno y de anhidrido carbónico y 
se haga así más ligera al estómago: es el agua que suele beberse en 
las navegaciones muy largas; pero no será sin embargo tan buena 
como la que contenga algunas sales calizas en disolución. Y por 
la misma razón el hielo al derretirse no dará un agua que realice 
por completo el desiderátum de un agua potable, y lo mismo acon- 
tece con el agua de lluvia. 

El agua hervida no será tampoco muy digestible, puesto que ha 
perdido por volatilización los gases que tenía en disolución. En 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD 23 


cambio, á esa temperatura de la ebullición habrán muerto todos los 
microbios patógenos, lo cual en tiempos de epidemia constituye un 
beneficio nada despreciable: por más de que el que en vida fué ilus- 
tre Director del Instituto Pasteur en París, E. Duclaux, tuvo en 
cierta ocasión la humorada de decir que si queremos tener la certe- 
za absoluta de no ingerir microbios por el agua, habremos de beberla 
hirviendo, pues que en cuanto se enfría ya se infesta nuevamente 
con los microbios del aire. Pero esto no pasaba de ser una ocu- 
rrente exageración del sabio bacteriólogo, toda vez que el papel del 
aire en la propagación de los gérmenes patógenos es insignificante 
comparado con el del agua. 

Y esas condiciones del agua potable ¿las realiza el agua de Vento? 
Como el asunto nos interesa directamente detengámonos un poco 
en él. El primer análisis serio lo realizó en 1852 el Dr. José Luis 
Casaseca, Director que era del Instituto de Investigaciones (Quími- 
cas de la Habana. Se pensó entonces en aprovechar los manantia- 
les de Vento para el abastecimiento de aguas de la ciudad, porque 
en tiempo de lluvias las aguas del acueducto de Fernando VIT lle- 
gaban á la Habana siempre turbias y ocrosas: y el análisis hecho 
por Casaseca resultó satisfactorio, pues señalaba sólo 0.263 de resi- 
duo de la evaporación de un litro, es decir, bastante menos que el 
correspondiente al límite de potabilidad que es 0.500. En vista de 
ello, y de la abundancia de los manantiales, se realizaron por el 
insigne ingeniero Sr. Francisco de Albear y Lara esas hermosas obras 
que son legítimo orgullo de la ciudad de la Habana, y que bien 
puede causar envidia á más de una población de las de importancia. 

Un análisis hecho en 1889 por el Dr. J. L. Zamora, y comuni- 
cado á la Academia de Ciencias, indica 0.366 como residuo de un 
litro, es decir, algo más que el encontrado por Casaseca, pero de to- 
dos modos por debajo del límite extremo de potabilidad. Hace dos 
años publicó otro el Laboratorio Nacional con un resultado pareci- 
do al del Dr. Zamora. Tomando la muestra de agua para el análi- 
sis, no en los manantiales, sino de la llave de agua del Laboratorio 
de la Escuela de Ciencias, y en el mes de Mayo, acabo de obtener 
un resultado aún más favorable á la potabilidad que el obtenido por 
Casaseca, esto es 0.258. Pero en lo que concuerdan perfectamente 
todos esos análisis es en señalar el bicarbonato cálcico como el ele- 
mento principal de esa agua, siendo el sulfato cálcico próximamen- 
te una décima parte de la cantidad de bicarbonato, y esto habla 
mucho en favor del agua de Vento. ¿No hemos dicho al definir un 


24 CARLOS THEYE 


agua potable que ésta debe contener algunas sales en disolución, de 
preferencia el bicarbonato cálcico? Pues bien, esa condición la 
realiza plenamente el agua de Vento: contiene la cal principalmen- 
te en estado de bicarbonato y muy poco en el de sulfato, que es la 
sal más perjudicial en las aguas, porque dificulta la cocción de los 
alimentos, y es pesada al estómago: esas aguas cargadas de sulfato 
de calcio se llaman salenitosas, y son impropias también para los 
usos industriales, porque en las calderas de vapor forman inerusta- 
ciones duras muy difíciles de quitar. El agua de Vento tiene, por 
lo que se ve, el elemento que es preferible en toda agua, y cabal- 
mente por esa razón muchos son los que la miran con recelo, por- 
que siendo el bicarbonato de calcio su elemento más importante, en 
cuanto se la calienta, se desprende anhidrido carbónico y se separa 
carbonato cálcico que no es soluble, se le ve flotar, y entonces ocu- 
rre el temor de que esa materia blanca en suspensión y que aparece 
tan abundante pueda ser causa de males sin cuento. Pero 0.150 6 
0.180 de carbonato cálcico por litro no son cantidades excesivas: el 
agua del Almendares contiene un 50% más, y esa era la que venía 
por el acueducto de Fernando VII. ¿Queréis un ejemplo de agua 
cargada de bicarbonato de calcio al extremo de no ser ya potable? 
Ahí lo tenéis en las Cuevas de Bellamar: tan cargada está ella de 
ese elemento, que al caer en gotas desde la bóveda al suelo se separa 
una cierta cantidad de carbonato de calcio, como lo hace en el agua 
de Vento que se hierve, pero lo hace con tal lentitud que cristaliza 
y forma esas hermosas agujas brillantes translúcidas que penden 
de la bóveda y se llaman estalactitas: algunas gotas llegan á caer al 
suelo y forman allí su cristalización, formando un cono inverso que 
tiene su base en la tierra y al cual se da el nombre de estalagmita. 
A veces los dos conos llegan 4 unirse por sus vértices formando una 
columna adelgazada en su centro. Todo ello realiza un bello es- 
pectáculo. 

Muchas aguas se consumen sin inconveniente alguno que con- 
tienen una proporción mucho mayor de bicarbonato de calcio que 
la que se encuentra en el agua de Vento. Pero no basta que la 
composición química sea satisfactoria para que el agua sea potable; 
el trabajo del bacteriólogo tiene que completar el del químico: ellos 
dos son los llamados á resolver sobre las condiciones higiénicas y 
domésticas en que se encuentra el agua. El vulgo no puede fijarse 
sino en el grado de limpidez, sabor, facilidad para cocer las legum- 
bres y disolver el jabón. 


vo 
or 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD 


Desde luego que el agua de manantial, comprobada la ausencia 
en sus cercanías de focos de infección, como acontece con la de 
Vento, ofrece grandes garantías para el higienista, máxime si ella 
se filtra; pero siempre será preferible que consultemos al bacterió- 
logo, precaución que naturalmente no podía ocurrírsele ni al Dr. 
Casaseca en 1852, ni al Claustro de Medicina de la Universidad en 
1856, cuando se limitó á recomendar la utilización de las aguas de 
Vento, en vista del análisis hecho por Casaseca; pues muy poco 
ningún valor práctico sanitario se le reconocía al estudio de los 
organismos del agua. Pero hoy tenemos esa mayor garantía de la 
bondad del agua de Vento: el Dr. Juan Dávalos, Jefe del Gabinete 
Bacteriológico del Laboratorio de la Isla de Cuba, ha hecho varios 
reconocimientos en distintas ocasiones, y su opinión es altamente 
favorable, pues que nunca ha encontrado germen patógeno alguno: 
el único al cual se pudiera objetar á pesar de no ser patógeno, el 
bacillus comunis, lo ha encontrado sólo en momentos de crecientes 
del río, por algunas infiltraciones que de esas aguas fluviales se 
producían en la represa. Tenemos que el agua de Vento es buena 
bajo ambos puntos de vista, el químico y el bacteriológico. Y así 
sucede con frecuencia con las aguas de manantial: desgraciadamente, 


y 


en Cuba es raro el pueblo ó ciudad que se surta de esa clase de 
aguas: casi todos beben las de río Ó arroyuelo que se hallan casi 
siempre contaminadas por las aguas sucias domésticas ó industriales 
que á ellas se vierten, ó hacen usos de pozos perforados más ó me- 
nos cerca de las letrinas de las casas. 

Y ya que llegamos á conclusiones tan favorables con respecto 
de la calidad del agua que bebemos, será interesante conocer en 
qué cantidad nos es ella proporcionada. Cuando se hicieron los 
primeros estudios bajo la dirección del Ingeniero Albear se estima- 
ron en 60,000 metros cúbicos diarios las necesidades probables de 
la población para cuando ésta fuese de 300,000 habitantes: esto 
representa un consumo per capita de 200 litros para todos los usos 
domésticos y públicos, lo que constituye una condición muy favo- 
rable, según opinión de los mejores higienistas. De los interesan- 
tes datos que bondadosamente me han sido facilitados por el Sr. Ciro 
de la Vega, Ingeniero del Departamento de Obras Públicas, resulta 
que el consumo es en realidad mucho mayor del que Albear había 
calculado para esta época del desarrollo de la población en que ha 
alcanzado si no los 300,000 habitantes al menos una cifra muy 
aproximada como es la de 285,000: pues bien, ese consumo es, no 


26 CARLOS THEYE 


de 60,000 sino de 122,000 metros cúbicos, y si á esto se agregan 
23,000 metros cúbicos que no vienen al consumo y se pierden, te- 
nemos 145,000 metros cúbicos como producción diaria de los ma- 
nantiales de Vento. Sólo en usos domésticos se consumen 85,000, 
es decir, unos 300 litros por cabeza, y el consumo total en usos pú- 
blicos y domésticos es de 430 per capita, es decir por lo menos 
igual al de la capital mejor abastecida, excepción hecha de Wash- 
ington que cuenta con 780 litros por habitante. París en tiempos 
normales sólo dispone de la mitad de nuestro consumo: y en la 
época de los fuertes calores, haciendo uso del agua del Sena, llega 
á un consumo casi igual al nuestro. De suerte que con los ma- 
nantiales de Vento se satisface el desiderátum del Dr. Proust, de 
que es necesario que haya exceso de agua para que se tenga la 
suficiente. 

Y á pesar de ese exceso que ponen á nuestra disposición esos 
fértiles manantiales, es notoria la falta de agua en nuestras habita- 
ciones, son unánimes los clamores del vecindario. ¿Cómo se expli- 
ca esta aparente contradicción? ¿Por qué nos falta agua habiendo 
tanta en Vento? Por su distribución defectuosa, dicen los Inge- 
nieros. Hace ya más de cinco años que se ha pensado en modifi- 
carla para que resulte uniforme el gasto, y por consiguiente equita- 
tiva su distribución; y para ello se ha ideado dividir la ciudad de 
la Habana en tres zonas de presión con los tres tipos de sección 
siguientes: 


VA A E 0m.006 
A AR OO CadOsOS . Om.010 
OS SEAS 0m.015 


En la actualidad y tomándose por base el diámetro que tienen 
la mayoría de los servicios instalados, el cálculo evidencia que los 
lugares más bajos donde la presión ó carga es de 16 metros ó sean 
52 pies como promedio de zona, disfrutan de 1,033 galones por 
hora; en la zona intermedia, donde la presión es de 10m.35 ó sean 
34 pies, disponen de 833 galones por hora, y en la zona más eleva- 
da, con una presión de 4m.87 ó sean 16 pies promedio, tienen 574 
galones por hora. Estas diferencias en el consumo por razón de 
las presiones desiguales y de la uniformidad de las secciones de 
distribución que es de 19 milímetros, explican el despilfarro de 
agua en unos lugares y la escasez en otros. Con los nuevos pases 
propuestos de 6, 10 y 15 milímetros en orden inverso de las presio- 


EL AGUA, SU CONSTITUCION Y POTABILIDAD 2 


nes el consumo sería uniformemente de 185 galones por hora en 
cada casa, Ó sean 4,440 galones diarios, que representan más de 
cuatro veces la cantidad necesaria per capita. 

Con lo dicho basta para formarse una idea de los hechos más 
culminantes relacionados con la potabilidad y consumo del agua, y 
dejar así demostrado que es un ramo de conocimiento imperiosa- 
mente impuesto á nuestra consideración por las exigencias de la 
higiene pública y privada, y que podríamos dar por satisfechas en 
esta ciudad sin los defectos de distribución que lamentamos y que 
á no dudarlo nuestras autoridades tendrán pronto empeño en 
remediar. 


INFLUENCIA DE LA ANALOGÍA EN EL LENGUAJE ? 


POR EL DR. JUAN M. DIHIGO 


Profesor de Lingúística y de Filología 


Bien quisiera, señoras y señores, en esta situación difícil en que 
me coloca mi condición de soldado de fila, tener la cultura mental 
de mis compañeros, la frase correcta de nuestros más castizos escri- 
tores para salir airoso del delicado encargo que se me ha hecho y 
no defraudar las esperanzas de quienes han acudido espontánea- 
mente á este acto, honrándolo con su presencia, esperando escuchar 
algo útil y bueno. Mas, desprovisto por completo de les elementos 
indispensables para el éxito de estas fiestas de la inteligencia que 
tan concurridas fueron en el fenecido año académico, sólo me resta 
confiar, y de ello tengo seguridad plena, en la benevolencia que 
habéis de dispensarme en el breve espacio de tiempo que moleste 
vuestra atención, como testimonio inequívoco de vuestros generosos 
sentimientos. He pensado mucho en la elección del tema, así lo 
exigía la amplitud de la materia á mi cargo, lo arduo de su asunto; 
pero teniendo en cuenta la gran importancia que para el maestro 
ha de tener el estudio del lenguaje, así como que serían bien reci- 
bidas algunas indicaciones, por someras que fuesen, sobre varias de 
las causas que han determinado su cambio, he decidido discurrir 
acerca del muy principal papel de la analogía en muchas de las 
transformaciones que en el mismo pueden apreciarse, ya que en 
pasada ocasión y dirigiéndome también á los señores maestros, ? 
hube de tratar de la natura! tendencia á ser claro y enfático, así 
como del principio del menor esfuerzo, denominado por otros pere- 
za, que tanto contribuyó á hacer que Douse quisiera explicar los 
fenómenos de la ley de Grimm por la disimilación refleja. 

No es, por cierto, España, la nación que puede presentarnos en 
monografías y en volúmenes los grandes avances en el campo de 
los estudios lingúísticos, tal como esta ciencia debe ser expuesta; 
pues si han aparecido obras como la de Cejador, Lanchetas, Amor 


1 Conferencia pronunciada en la Universidad el 14 de Enero de 1905. 
2 Conferencia pronunciada en la Escuela de Verano de la Habana en Agos- 
to 12 de 1902. 


INFLUENCIA DE LA ANALOGIA EN EL LENGUAJE 29 


Ruibal, Menéndez Pidal y Alemany, exponiendo unos el nuevo de- 
rrotero de la ciencia del lenguaje y traduciendo otros las obras da- 
das á la estampa en las naciones europeas, se ha seguido sin inte- 
rrupción el hábito inveterado de presentar la generalidad de los 
estudios gramaticales vaciados en los antiguos moldes de la Acade- 
mia Española, sin tomarse en consideración el aspecto científico de 
esta materia, tal como puede apreciarse en Francia, Alemania é 
Inglaterra, con los magistrales trabajos de Henry y Regnaud, de 
Osthoff, de Brugmann y de Sweet. Y pensando que el estudio 
comparado de las lenguas además de hacer amena la exposición, ha 
de contribuir más y más á poner de relieve los múltiples cambios 
que tanto en la forma como en la significación sufran las voces 
dentro de su debida clasificación en grupos, he de presentar á vos- 
otros los ejemplos más salientes, aquellos que brindan dentro de la 
gran familia de lenguas indoeuropeas el francés y el alemán, el in- 
glés y el italiano como las lenguas clasicas por excelencia, sin dejar 
de tener en cuenta cuanto referirse pueda á nuestro hermoso idioma 
para que se juzgue mejor la importancia excepcional del fenómeno 
analógico. 

Tiende, señoras y señores, la analogía 4 hacer desaparecer cuan- 
tos obstáculos puedan presentarse, no sólo en lo que á la acentua- 
ción se refiere, sino á la cantidad y á la pronunciación, como á 
señalar asimismo el natural instinto de imitación advertido en so- 
nidos, letras, sufijos, temas y elementos de flexión; así se explica 
el que en castellano tengamos tantos nombres femeninos proceden- 
tes de plurales latinos neutros como leña, ceja, fecha, conseja, arma 
y se imiten y copien las formas de otros idiomas como question d re- 
soudre, traducido en el Congreso español por problemas á resolver, Ó se 
distingan en los niños quero por quiero, veno por vengo, jugo por juego; 
runned, goed, maked por analogía con walked, dressed, whipped; badder, 
baddest, por analogía con sweeter, taller, sweetest, tallest, porque es más 
fácil la repetición de los mismos sonidos que la creación de nuevos 
y por eso se observa, á poco que uno se fije, que la dificultad en la 
pronunciación depende las más de las veces de sonidos especiales 
de lenguas enteramente diversas de la nuestra, en tanto que la fa- 
cilidad se acentúa cuanto más sencillas y regulares resulten sus 
terminaciones; compárense los esfuerzos por dominar el inglés y el 
alemán, los sonidos guturales y paladiales de la agrupación semíti- 
ca comparados con los que se requieren para saber el italiano ó 
cualquiera otra lengua de la agrupación romana y quedará corrobo- 


30 JUAN M. DIHIGO 


rada la anterior manifestación. Pero si la analogía tiende á evitar 
cualquier escollo, no se conforma únicamente con transformaciones 
hechas aquí y allí, sin orden, sin pauta, sin una base en que pue- 
dan descansar los posteriores cambios que pudieran sobrevenir, sino 
que al inclinarse á reducir las anomalías tiende 4 formar un único 
tipo; de ahí el que en griego moderno las formas consonarias del 
kowh ykAóroa se acomoden en su estructura á la vocalaria, modifi- 
cando el púlal en gútaxos y haciendo que Bacikéas y úvbpas sigan 
el modelo que les brinda tantas, como la conjugación griega en uv ha 
ido ganando terreno sobre la en pi. no sólo por la uniformidad 
eu la acentuación y Ja menor variedad de sus vocales, en tanto 
que ésta se ha reducido á una forma arruinada, battue en breche 
según la frase del eminente filólogo francés Michel Bréal. Y 
si los escollos se resuelven fácilmente, si es más natural aprove- 
charse de un molde ya creado bien para modificarlo Ó para hacerlo 
representante de diversas ideas, no debemos sorprendernos de la 
serie de acepciones que á veces tiene una voz revelando un gran 
esfuerzo por adquirir mayor número de ideas sin inventar término 
alguno y como consecuencia el que post haya proporcionado gran 
cantidad de derivados desde poste hasta correo en postceoach, postmas- 
ter y postage; el que match valga por contienda y signifique fósforo; 
coach, maestro y carruaje, como box no sólo sirva para dar nombre á 
un árbol sino que se utilice también para expresar ideas como las 
de palco, pescante, regalo de Christmas en Christmas box al lado de box 
on the ear, derivado de otra fuente. 

Trata también la analogía de explicar los cambios que pueden 
surgir en la acentuación de las voces, y por ella y sólo por ella es 
posible advertir esas transformaciones de balcóny é illustráted en 
bálcony é illústrated, como contemplate y blasphemous que Milton y 
Tennyson acentúan en la penúltima sílaba pertenecen hoy al nú- 
mero de las dicciones esdrújulas. El griego á su vez brinda ejem- 
plos de este cambio, como igualmente el sánserito y el mismo inglés 
en otras voces; del primero son éxvpós en vez de éxupos por éxvpá; 
xpuroús en vez de xpúsous por xpucoú; ribeio. en vez de rífeo. por 
icráoi; del segundo girámi al lado de girámi; hánv-a-ti, há-nv-a-nti en 
contraste con hi-nó-ti hi-nv-ánti; y del tercero en Shakespeare canóni- 
zed, revénue, aspéct, natúre, coráges. La cantidad silábica perfecta- 
mente determinada en sánscrito, griego y latín no sólo por el valor 
que el sonido musical pueda representar sino muy principalmente 
por la posición de sus elementos al constituir la sílaba ha resultado 


INFLUENCIA DE LA ANALOGIA EN EL LENGUAJE 31 


frecuentemente alterada por la decisiva influencia de la analogía; 
recordemos formas como scatebra y veremos que si á la e de la síla- 
ba te debiera corresponderle por posición una cantidad doble apa- 
rece merced al fenómeno que analizamos cuando se halle ante una 
muda y una líquida como un elemento breve; así pudiera decirse 
de vitrum de la célebre frase de Horacio splendidior vitro, que de- 
biendo ser larga la ¿ de ví por representar á vistrum de vidtrum de la 
w vid, cumpliéndose la ley fonética del alargamiento compensa- 
torio, aparece formando una sílaba breve por el error de suponerse 
que la posibilidad de alargar una vocal breve ante muda seguida de 
líquida significa que cualauiera vocal en tal posición pudiera ser 
considerada como breve Ó como larga. Y cae también, señores, 
como se ha dicho, bajo la acción inmediata de la analogía los cam- 
bios que pueden notarse en la pronunciación de las vocales en épo- 
cas distintas por la natural tendencia de los idiomas á dar á las 
voces aceptadas el sello particular que cada una tiene; de ahí el que 
encontremos á either y 4 neither pronunciándose aither y naither, el 
que las dicciones de origen extranjero, como afirma Brunot, bien 
sean simples Ó compuestas, se despojen al ingresar en el léxico 
francés de las formas especiales que tenían para seguir la fonética 
correspondiente, como se advierte en la germánica falstuol hecha 
Suldestolium, y convertida después en fauteuil; postasche en potasse, saebel 
en sabre y la inglesa shawl en chále. Mas todo lo dicho resulta in- 
significante si se analizan los efectos de la analogía en las formas 
gramaticales, en la estructura y en la sintaxis, presentándonos las 
aceptadas en determinado momento para sustituir 4 otras anticua- 
das ó elaborando una relación gramatical, si así conviene, como 
dice Sayce; á ello se debe la forma en ed advertida como signo del 
pasado en el perfecto inglés, representando una antigua reduplica- 
ción; las formas en ví y en ui y el futuro en bo de la lengua latina 
y el que ciertos vocablos tomados de otras lenguas que pudieron 
aceptar en francés la desinencia verbal en oír, hayan seguido la en 
er, como électriser, photographier, que van en castellano por la prime- 
ra conjugación, única y exclusivamente por la analogía, triunfante 
forma en la lucha por la existencia. Aun cuando la analogía es 
menos activa en el dominio de la sintaxis en griego es causante del 
uso ocasional en ático de el con subjuntivo y távcon futuro de in- 
dicativo. 

En Herodoto y Luciano se encuentra po xpóvov twvós en el 
sentido de algún tiempo antes, y en inglés dícese frecuentemente 


32 JUAN M. DIHIGO 


he is taller than me en vez de he is taller than I, dándose á than la cons- 
trucción de una preposición. 

Cuántas veces, señoras y señores, la semejanza en la significa- 
sión, al lado de la diversidad en la forma, brinda materia impor- 
tante para comprender la natural influencia de la analogía; dos 
palabras completamente distintas en las formas pero capaces de ser 
aplicadas á un mismo objeto é idea pueden por causa de esta rela- 
tiva semejanza de significación ser confundidas en un solo vocablo 
por el procedimiento conocido por contaminación de forma. * La 
lengua inglesa nos ofrece dos formas, en las que se cumple bien lo 
anteriormente dicho, un republican, que es un prohibitionist, y un 
prohibitionist, que es un republican, no sólo puede designarse con una 
de ambas voces sino que hasta pueden ambos vocablos modificarse 
en sus elementos para formar un solo todo en la expresión híbrida 
prohiblican originada en un lapsus lingue. Dos buenas expresiones 
que coinciden en la idea que representan en la duda que suxje al 
elegir la voz que deba ser aceptada, cada una brinda un elemento 
al nombre sin que la semejanza en la forma intervenga en la forma- 


1 Por vía de ilustración se reproducen los diagramas de Meringer y Mayer 
sobre el fenómeno de la contaminación publicados en la interesante obra del Pro- 
fesor Hans Oertel, de la Universidad de Yale, titulada Lectures on the Study of Lan- 
guage. Por causa de la absoluta identidad del proceso que origina la intervención 
analógica y la contaminación considera el Profesor Oertel que han hecho bien en 
no presentarlas por separado sino bajo el título de contaminación, distinguien- 
do entre la fusión (Verschmelzung) de dos palabras ó frases y la intersección 
(Schneidung) de dos voces ó frases paralelas en un sonido. 


Aufstóssig con Abschnatt 


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INFLUENCIA DE LA ANALOGÍA EN EL LENGUAJE 


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ción del grupo. Begincement es uma voz que brota de los labios de 
los niños como confusión de begining y de commencement, como en 
italiano cominzipia surge de la confusión de comenciare y principiare; 
en francés antiguo oreste de orage y tempeste y en castellano, según 
indica el gran Cuervo, de empezar y comenzar salieron compezar y 
encomenzar, comezar y compenzar y de no obstante sus esfuerzos y á pesar 
de sus esfuerzos ha salido no obstante de sus esfuerzos; cómo en dos tér- 
minos sinónimos en vez de escoger uno de ellos fórmase otro mez- 
clando ambos elementos: cartelón salió de cartulón; mal haya el la- 
drón + maldito sea el ladrón se construyó malhaya sea el ladrón. 
vuesarced + usted < vuesasted; no sé cómo haga eso + no sé hacer eso < no 
sé cómo hacer eso; una poca agua + un poco de agua < una poca de agua; 
sé á qué blanco tiras + sé el blanco á que tiras <sé al blanco que tiras. 
La fusión de términos sinónimos la vemos en carángano = portu- 
gués carango + castellano cáncano; cartulón = cartelón + cedulón; coali- 
gar = coligar + coalición; hebijón= hebilla + aguijón. También exis- 
te la contaminación de palabras que indican ideas opuestas: portu- 
gués bebesto de comesto; latín vulgar bugensis de pagensis; castellano 
mal de bien; rumano norá de sorá; italiano poppa de proda; antiguo 
francés poverte de poeste. 

Discurriendo Edmonds sobre la influencia de la contaminación ofre- 
ce como ejemplos de la modificación y fusión en la forma á anecdotage 
de anecdote más dotage y 4 squarson de squire más parson. Cuántas 
veces también en algunos casos de contagio de forma se hace difí- 
cil determinar si la semejanza parcial de ella ha Ó no contribuído á 
sugerir el grupo: así se advierte en el alemán doppelt, combinación 
de doppel y el participio gedoppelt como en la voz castellana estrella 
por estella parece que debe su r á la influencia de la palabra astro. 
Fenómenos sintácticos de análoga naturaleza son comunes: dos 
buenas expresiones para un mismo pensamiento pero con distinta 
forma ocurren á la vez en la mente y se combinan en una sola; dice 
Shakespeare [ am friends with him, compuesta de Í am befriended with 
him ó I am on friendly terms with him y we are friends, como en griego 
se dice ó fprovs rod xpóvov confusión de ó preus xpóvos y ípuovs ToÚ 
xpóvov, en español muchas de virgenes en vez de muchas vírgenes y en 
italiano por boca de Boccacio la piu delle gente. La afinidad de sig- 
nificación y diversidad de forma también nos muestra qué términos 
completamente disímiles en la forma pero que expresan ideas de 
igual categoría tratan de aproximarse ligeramente en la forma em- 
pleando algún signo ó por el uso de algún elemento ó combinación 


34 JUAN M. DIHIGO 


de elementos de sonido reconocido como característico de un grupo. 
Este es el segundo caso en que la semejanza de forma no interviene 
en la formación del grupo psicológico. Como prueba de ello tene- 
mos los cambios de género en las palabras: en francés été es mascu- 
lino aun cuando se derive de la latina estatem femenina, por seguir 
el género de los otros nombres de estaciones hiíver y printemps, per- 
tenece, como se ve por la forma, al grupo de femeninos en té deri- 
vados de los latinos en tas y por la significación al grupo de las 
cuatro estaciones; lumen es femenino en antiguo lombardo, mallor- 
quín y engadino por influencia de luce; el francés límite toma su gé- 
nero de frontiére, le soi responde al antiguo francés main, moderno 
matin, como la mane en italiano es femenino como sera, y el castella- 
no mañana como tarde, siendo también yantar de igual género que cena. 
El vocablo francés sort es masculino aunque se haya formado de sortem 
que es latino, pues de aquel género es bonhewr, malheur, destin. En 
alemán der sehild se transforma en das schild tal vez, como dice el 
sabio lingúista Wheeler, por analogía con das bild, como el latino 
humus, formado del sánscrito dhumas, es femenino probablemente 
por la influencia que en cuanto al género presenta la voz terra; y si 
en griego y Kópuvdos, y MíAnTos siguen á rrómiss, ciudad, también las 
dicciones latinas pinus, platamus, populus que en latín primitivo fue- 
ron masculinas, son del género femenino por seguir á arbor y á 
planta. Idénticas observaciones pueden hacerse en el castellano, 
donde se advierte cómo han servido de modelo según señala el emi- 
nente filólogo Sr. Cuervo las inflexiones que indican el sexo en 
niño, niña, señor, señora, ciervo, cierva, gato, gata, etc., para la 
formación de algunas como venado, que expresando cualquier res de 
caza mayor sin distinción de sexo, tomado en sentido específico es 
equivalente á ciervo, diciéndose en Colombia venado, venada; de cabra 
se ha formado en América cabro. Discurriendo más adelante el 
Sr. Cuervo sobre este asunto indica, en sus Apuntaciones críticas 
sobre el lenguaje bogotano, que entre los libros que con el título de 
Gramática de la lengua castellana ha examinado, ha visto en dos la 
afirmación de que el macho de la oveja se llama ovejo. El género 
gramatical influye, merced 4 fuerza etimológica, en los nombres que 
carecen de sexo, así puches, representando en su sentido literal al 
femenino latino pultes, se ha convertido en pucha, especie en especia, 
como los nombres griegos en pa que eran en su mayor parte feme- 
ninos, hoy resulta todo lo contrario merced á la influencia erudita: 
el cisma, el epigrama. 


INFLUENCIA DE LA ANALOGIA EN EL LENGUAJE 35 


La s del nominativo griego de nombre en rrys de la primera de- 
clinación, la causa de ciertas vocales en los nombres de los nume- 
rales como la o de elkoou al lado del dorio Fíxar:, latín viginti, sáns- 
erito vimgati procedente de los cardinales en kovra por el intermedio 
de elkorrós, los cambios de signos en los nombres de las letras del 
alfabeto como lóra (de tása) por influencia de yta y las necesida- 
des del uso en cada idioma explican de modo concluyente por un la 
do la influencia del fenómeno analógico así como la constitución de 
nuevos grupos. La semejanza de función y diversidad de forma 
presenta vocablos que diferenciándose en la forma son reducidos á 
grupos bajo la base de semejanza de función. La acción de la 
analogía en esta clase de casos tiende á la unificación del sistema 
gramatical y á la simplificación del mecanismo de la frase. El 
genitivo en s en inglés propio de los temas en o se ha llegado á 
reconocer como el signo más universal de dicho caso: el lady's maid, 
bride's cake, tráelo el alemán en tages, wolfes y restaurado por la 
analogía en des vaters como el gótico en dagis, waurdis y tungons. 
El genitivo en ovde los temas masculinos en a en griego ático es 
un traspaso que se hace de los temas en o donde tiene su legítima 
explicación en la forma original od, como el umlaut como signo 
de pluralidad en el alemán propio de los temas en ¿ en gast, gaste ha 
pasado sus límites en wolfe, wolfe, bruder, brúder. La forma inglesa 
its aparece en la época de Shakespeare como una forma de genitivo 
de ít en la misma relación de his á he. El plural en s en anglo-sajón 
ha hecho que todos los nombres ingleses así lo indiquen, al extre- 
mo de que el sistema antiguo mouse, mice, foot, feet, 0x, oxen resultan 
«excepciones; el adjetivo chinese usado sustantivamente tiene la mis- 
ma forma en singular que en plural a chinese, the chinese. Lo mismo 
acontece con los términos marinos maltee, portuguee. La semejanza 
de forma y función indicada en una parte del sistema de flexión 
sugiere la misma semejanza para la otra parte, por eso tenemos en 
griego que Zokpárns fácilmente se ha agrupado en las formas de la 
flexión en a, como los nombres neutros en «a en el latín vulgar per- 
tenecientes á la segunda declinación con significado colectivo han 
venido á ser aceptados como singulares de la primera declinación 
arma, francés 'arme, español arma; festa, francés féte; gaudia, francés 
la joie; folia, italiano foglia, francés feuille. Las antiguas formas 
snow, snew, sleep, slep, weep, wep se han sustituído por snowed, slept, 
wept. Las voces tomadas de otros idiomas aceptan la forma de las 
lenguas que las prestan, de stop tenemos en francés stopper y de 


36 JUAN M. DIHIGO 


interviewed en alemán moderno geinterviewt. Crecen las voces y ex- 
tienden sus sufijos; egoism antiguo francés egoisme se hizo egotism por 
avalogía de palabra, como despotism, nepotism, patriotism. También 
se advierte, señoras y señores, como efecto de la propia analogía 
que muchas voces de significación opuesta y de semejanza parcial 
en la forma se agrupan en couplets, como indica Wheeler, siendo el 
resultado una mayor aproximación en la forma externa: así en la 
palabra inglesa female por femel, francesa femelle, la relación de se- 
mejanza en el uso de male y female estriba en la expresión male y el 
contraste de significación en la sílaba fe en un caso, pero en con- 
traste con la ausencia de ella en el otro; el espíritu áspero de 
fineis, sánscrito asmád, latín nosmet, eolio-épico ápupes procede del pro- 
nombre de segunda persona úpets, que representa una y original, 
sánscrito yushmad, así se advierte en ¡map, latín jecur, sánscrito yáhrt. 
Como un ejemplo que puede presentarse de la completa destrucción 
de una forma opuesta ante la tendencia á la igualación, el alemán 
antiguo brinda la yoz schwaher, suegro, amte sehwieger, suegra; esa voz 
sehwaher se ha sustituído por la forma compuesta schwiegervater, cuyo 
primer componente es la de suegra, fenómeno que ha inducido á 
Kluge á suponer que en la antigua condición del pueblo germano 
la suegra tuvo una predominante influencia en la dirección de las 
relaciones matrimoniales. Las palabras cuyos temas tengan una 
sionificación igual son semejantes pero no iguales en la forma; 
agrúpanse bajo la base de significación y de forma, originándoge la 
igualdad de ésta; como prueba de ello tenemos: primero, la iguala- 
ción entre diferentes casos de mismos temas, en la reconstrucción 
del nominativo de singular por la analogía de los otros casos; se- 
gundo, la igualación entre las diferentes formas para persona y nú- 
mero en el mismo tiempo del verbo en la extensión común de la s de 
la tercera persona del siugular en la frase says I, donde resulta que 
la s es el signo del tiempo presente, como la d lo es del pretérito en 
said, existiendo una completa relación en said he, said 1, says he, 
says T. La diferencia de vocal en el viejo francés vois, veons, se de- 
be á la diferencia del acento que existe en latín entre vides y vidé- 
mus, pero el francés moderno lo iguala en vois, voyons, y en erois, 
croyons. de la antigua forma crois, creons. También existe influen- 
cia de la voz primitiva en la derivada en inglés leafage por leavage 
demuestra el poder de leaf; la pronunciación de nátional como nátio- 
nal se debe á national y muchos adjetivos en able, como excitable, de- 
testable, agreeable, resisten á la tendencia 4 acentuar la primera síla- 


INFLUENCIA DE LA ANALOGIA EN EL LENGUAJE 37 


ba merced á los verbos oxítonos, con quienes mantienen estrechas 
relaciones como excite, detest, agree. Y por último, señoras y seño- 
res, que no deseo por más tiempo fatigar vuestra atención, la seme- 
janza de forma sugiere una posible igualdad de función, como se 
advierte en el cambio de las terminaciones de las palabras. La voz 
francesa plaisir se modifica para tomar una terminación que en in- 
glés pudiera considerarse como anómala y es hoy común en distin- 
bas voces como measure, nature, picture; tardy, del antiguo francés 
tardif, sigue el mismo modelo de guilty y weary, como surgery antiguo 
fraucés cirurgie, debió aparecer sisurgery, mas acepta el modelo de 
sorcery, thievery, y en italiano laico, individuo de estado seglar se hi- 
zo en el lenguaje popular ladico, siguiendo la forma de stadico. 

He ahí, señoras y señores, en breves palabras unos cuantos casos 
de los muchos que pudieran presentarse para comprobar hasta dón- 
de ejerce influencia en la palabra la analogía que distinguida de la 
ley fonética es una fuerza constructiva que da método, fija límites, 
ordena el material que la ley fonética desarregla, disminuye los 
inútiles aislamientos de las voces yendo tras la harmonía de las 
mismas para corroborar una vez más el principio que encierra He- 
ráclito en su célebre frase « rávra fet» demostrando la gran evolución 
Jlel lenguaje. 


BIBLIOGRAFIA 


R. J. Cuervo. —Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano. 

A. BELLO. —Gramática de la lengua castellana. 

A. H. Saxo. —/ntroduction to the Science of Language. 

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W. D. WurrveY.—£Language and the Study of Language. 

H. PauL.—Principles of the History of Language. 

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History of language. 

J. CLARkÉ—Manual of Linguistics. 

P. GiLus—A short Manual of Comparative Philoloyy. 

M. BrÉaL.—-Essai de Sémantique. 

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38 JUAN M. DIHIGO 


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guages. 

V. HenrY.—£tude sur l' Analogie en général et sur les Formations 
analogiques de la langue grecque. 

W. Meyer LÚUBKE.— Grammaire des langues romanes. 

G. GROBER.— Grundriss der romanischen Philologie. 

M. BLoomrieLD.—ÓOn adaptation of Suffixes in congeneric classes 0] 
substantives. 

B. I. WnuerLerR.—Analogy and the scope of its application in Lan- 
guage. De este interesante estudio, tan bien pensado como admi- 
rablemente hecho, se han tomado los principales datos que han: 
servido para la conferencia. También las obras de Cuervo, Bello, 
Bréal, Paul, Sayce y otras de las indicadas, han proporcionado ele- 
mentos valiosos que se han aprovechado. Para el conocimiento de- 
la analogía en las lenguas semíticas puede consultarse el concien- 
zudo trabajo que ha publicado Abel H. Huizinga en el American 
Journal of Philology de la Universidad de Johns Hopkins en Balti- 
more. En Alemania se han dado á luz multitud de escritos referen- 
tes á esta cuestión que no han sido traducidos. 


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8154) 


SISMOGNOSIA 
(SISMOSCOPIA, SISMOMETRIA, SISMOGRAFIA), 1 
LECCIONES DEL CURSO DE GEOLOGIA 
POR SANTIAGO DE LA HUERTA 


Profesor de Mineralogía y Cristalografía y de Geología 


LECCIÓN 1 


SISMOGNOSIA EN GENERAL PÁGS. 

I. [Sismognosia y Prosismognosla.. veconesmeneionaso senviss  anenvnanenacnacazass 40 
TI. Aparatos sismognósticos constituídos: 1) Por líquidos; 11) Por só- 

lidos en equilibrio inestable é indiferente ... .occooorconeccnancnnnnono 46 

TII. Aparatos constituidos por sólidos en equilibrio estable: péndulos... 52 
IV. Sismografía, sismógrafos y sismogramas en general. —Estación sis- 
mográfica de Luyanó, del Colegio de Belén, de la Compañía de 

Jesús aL ecvccodaccosarequbos aloe Sea : 64 

Y. Apéndice: Notas cronológicas y bibliográficas... dll 


1 Escribo sismos en vez de seismos, fundado en las razones siguientes del 
muy competente profesor de Lingúistica y de Filología de esta Universidad. 
Dr. Juan M. Dibhigo: 


«El asunto relativo á la escritura de la palabra que expresa los movimientos 
de la tierra así como el nombre de los aparatos que los aprecian, ha motivado no 
pocas cuestiones sobre la manera correcta de escribirlos, pues mientras unos acep- 
tan tan sólo formas como seísmico, seismología, seismómetro, otros como la Acade- 
mia Española, que es en este orden de cosas nuestra autoridad, registra, en 
su décima tercera edición esas mismas voces con diversa ortografía, de este mo- 
do: sísmico, sismógrafo, sismología, sismológico, sismómetro, habiendo aún otros que 
emplean ambas formas. Para Larrouse y Littré no hay duda sobre la verdade- 
ra escritura: elios usan sismique, sismographe, sismal, mientras para el Century 
parecen tener más valor seismogram, seismoscope y seismological. Creo prudente 
tomar en cuenta la pronunciación correcta de los diptongos en griego, pues de lo 
contrario en cada idioma se pronunciaría la palabra de distinto modo. 

«Tan indispensable es esto que la mera sustitución de las vocales griegas por 
las correspondientes de cada idioma origina, como pasa en inglés, el que seismical se 
pronuncie sáismical, seismograph, seismometer, sáismograf, saismómeter , seismology, 
saismóloyi, y no se da al diptongo el en inglés el sonido del correspondiente griego. 
Los diptongos formados por dos vocales no producen más que un sonido simple, de 
ahí el que Sexto Empírico considere á los diptongos at, e, ov, o, con un solo soni- 
do; las reglas de la poesía griega confirman que el sonido es simple en los diptongos, 
pues al analizarlos, pronunciando ambas vocales por separado, se destruye la versifi- 
cación; el gramático Apolonio, refiriéndose al pronombre quiv indica que algunos 
gramáticos quisieron escribir el pronombre con e; Enstato afirma que el sonido de 
ev es 1; Aristófanes al tratar del particular señala el verbo áméxesgav que los anti- 
guos gramáticos escribían también con 1, árréxiEav. Asimismo pudiera agregarse 
un buen número de inscripciones en que la 1 se sustituyó por et; como el que 
Henri Etienne ha manifestado que los griegos empleaban como los latinos in- 
distintamente la e por +. Por lo indicado se comprende la razón que ha tenido 
la Academia para representar el diptongo griego et por 1, puesto que pronuncián- 
dose nuestro idioma de igual manera que se escribe, no hubiera sido posible adop- 
tar el criterio de los ingleses sin dejar de ser consecuente con la pronunciación de 
los helenos.» 


40 SANTIAGO DE LA HUERTA 


SISMOGNOSIA | Y PROSISMOGNOSIA 


A. Necesidad de medios ó instrumentos sismognósticos.—B. Definición y di- 
visión de los mismos, —C. El problema sismognóstico.—D. Medios usados; cate- 
gorías.—E. Aparatos sismognósticos en general. —F. Sensibilidad de los mismos: 
precauciones necesarias en su construcción é instalación.—G. Sismoscopios magné- 
ticos; prosismoscopios (?). 


(A) 


La escala Rossi-Forel para la apreciación de la intensidad de 
los terremotos, establece diez grados diferentes. Los grados 62 á 
10% corresponden á sacudidas calificadas de «fuertes» por los au- 
tores. Las sacudidas correspondientes á los términos comprendidos 
del 52 al 19, calificadas de «mediana» y «débiles», pueden pasar 
completamente inadvertidas para un observador interesado en co- 
nocerlas. Encontrándome en Santiago de Cuba la noche del 13 de 
Abril de 1906, en compañía de mi discípulo el Sr. Sebastián Rave- 
lo, no me dí cuenta de una sacudida correspondiente á los grados 
49 6 32 de la escala citada. Tampoco el Sr. Ravelo la advirtió, á 
pesar de haber expresado momentos antes sus vivos deseos de que 
—en mi visita—aquella tierra de Santiago me obsequiara con un 
temblor. 

Aun en aquellos casos en que las sacudidas son lo suficiente- 
mente fuertes para despertar á las personas dormidas, para produ- 
cir un concierto general de campanillas y detener los relojes en su 
marcha (6% grado) —y, con mayor razón, en los casos en que al- 
canzan más intensidad—el terror, que se apodera de los espíritus 
más serenos, hace imposible una apreciación justa de los caracteres 
y condiciones de esas sacudidas. 

De ahí la necesidad, sentida desde hace mucho tiempo por los sis- 
mólogos, de encontrar medios—en primer lugar, ajenos del todo al 
estado de la atención más ó menos desviada y á la imperfección mayor 
óÓ menor de los sentidos, que dieran á conocer temblores no perci- 
bidos por ellos—y, en segundo lugar, independientes del estado pa- 
sional del observador, que pudieran darle cuenta de la amplitud, 
dirección, duración y fases sucesivas, en una palabra, de las condi- 
ciones todas de las sacudidas y la medida de cada una. 


1 De cetopós y yvócis, conocimiento profundo; de lo que no está al alcance 
inmediato de los sentidos. Arte (y ciencia) de conocer ó apreciar los terremotos. 


SISMOGNOSIA 41 


(B) 


Tal ha sido el origen de los sismoscopiog * y de los sismómotros ?. 
Los primeros, son todos los aparatos Ó los medios, por senci- 
llos que sean, capaces de darnos á conocer un temblor; los segundos, 
los destinados á dar la medida de las sacudidas en sus distintas 
condiciones. Los autosismometrógrafos * 6, más brevemente, sísmo- 
metrógrafos * Ó sismógrafos, ? en su expresión más abreviada y usual, 
no son otra cosa que sismómetros auto-registradores, por lo que 
muchos sismólogos los designan simplemente con el nombre genéri- 
co de sismómetros. * 

Al principio, cuando fueron descubiertas las muy pequeñas os- 
cilaciones Ó estremecimientos del suelo y constituyeron, dentro de 
la nomenclatura de la escuela italiana, una nueva especie de sismos — 
los microsismos "—las variedades antes citadas de estos instrumen- 
tos tuvieron sus términos paralelos en los microsismoscopios, $ mi- 
crosismómetros % Ú tromómetros Y y microsismógrafos. Y La tendencia 
actual es comprenderlas todas dentro de las denominaciones gené- 
ricas antes indicadas. 

Sismoscopios, sismómetros y sismógrafos se basan en los mismos 
principios. Los sismoscopios se usan hoy como simples accesorios 
de los sismógrafos, destinados: á avisar por medio de un timbre que 
se ha producido una sacudida; á detener ó poner en marcha un re- 
loj, para fijar la hora en que ha ocurrido; 4 poner en movimiento 
el aparato registrador. Los simoscopios se transforman en sismó- 


1 Del griego cevoós, terremoto, y okorreiv, mirar, examinar. Observadores de 
terremotos. 

2 De ceworpós y pérpov, medida. Medidores de terremotos. 

3 Deaúrós, mismo, rev uós, pérpov y ypáqerv, escribir. Sismómetros autógrafos. 

4 De cerpós, pérpov y ypúgemv. Sismómetros escritores ó registradores. 

5 De dcerpós, ypápemv. Escritores ó registradores del terremolo. 

6 La Asociación Británica, al fundar su Comisión de Investigaciones Sismo- 
lógicas, entre cuyos fines se encontraba el propender á la invención de aparatos 
registradores de los terremotos, los designó con el término inglés de seismometers. 
El primero que empleó el término sismógrafo fué Palmieri, del Observatorio del 
Vesubio. 

1 Del griego ptkpós, pequeño, y cevopós, temblor. 

8 Observadores de microsismos. 

9 Medidores de microsismos. 

10 De tpópos, temblor, y pérpov. Medidores de temblores. 
11 Registradores Ó escritores de microsismos. También se usan los términos 
automicrosismometrógrafos, microsismometrógrafos, automicrosismógrafos, ete. 


42 SANTIAGO DE LA HUERTA 


metros tan pronto como se establece una escala, una graduación, 
un medio capaz de permitir y facilitar la precisión y medida de la 
sacudida. El mismo sismoscopio, transformado antes en sismóme- 
bro, puede hacerse auto-registrador; entonces es un sismógrafo. Esto 
justifica el estudio en conjunto que de los aparatos sismognósticos 
hacemos en esta lección. (Véase el Cuadro Sinóptico A.) 


(0) 


Son sismoscopios, conforme á la definición: los líquidos, á los cua- 
les se transmiten, agitándolos, las sacudidas del suelo (desde las 
olas gigantescas, que azotando las costas revelan sacudidas subma- 
rinas, hasta el agua de las vasijas comunes); los sólidos —por su iner- 
cia—colocados en condiciones especiales de equilibrio, ya apoyados, 
ya en suspensión, nos permiten, disponiéndolos convenientemente, 
utilizarlos como sismoscopios; desde el Globo y los edificios, hasta los 
muebles, los instrumentos y los objetos usuales, —y el hombre, por 
medio de sus sentidos, —todos son capaces de suministrar las nociones 
deseadas: sólo que desde el desplome y deslizamiento de las montañas, 
la inversión de las capas de la corteza y las grietas del terreno en que 
el Globo mismo es el sismoscopio de tan violentas sacudidas; desde la 
destrucción total de gran número de edificios; el derrumbe de las chi- 
meneas y el agrietamiento de los muros; la caída del revestimiento y del 
estuco de las paredes y techos; la de los cuadros y «la caída y des- 
arreglo de los muebles; la detención ó parada de los relojes públicos; el 
repicar espontáneo ó el doblar siniestro de las campanas; la parada 
de los péndulos y relojes domésticos y el ya citado sonar de las campa- 
millas; la simple sacudida ó el crujir de los muebles y techos, hasta las 
perturbaciones ó modificaciones de los aparatos ¿instrumentos de preci- 
sión (niveles, péndulos, micrófonos, magnetómetros, etc.), hay toda 
una serie graduada en que—como se ha visto—el Globo mismo, los 
edificios, los muebles, los relojes públicos, las campanas, los relojes 
de péndola, las campanillas, etc., han sido—por orden de mayor 
categoría y de menor sensibilidad—los sólidos que (suficientemente 
conmovidos por sacudidas capaces de imprimir á las partículas te- 
rrestres aceleraciones desde menos de 25 mm. hasta 10 m. por se- 
gundo), pueden servir al observador de sismoscopio adecuado en 
cada uno de los casos. (Véase el Cuadro Sinóptico O.) 

La solución del problema científico estriba en aprovechar y adap- 


LA SISMOGNOf 


lento de macrosismos. 


hn de macrosismos....... 


d¡ento de microsismos. [ 
a de microsismos......... [ 


de macrosismos 


) de IMACTosisMOS.......... 


b de microsismos.... 


| 
| 
| 
| 


CUADRO SINOPTICO A. 


DE LAS DIVISIONES Y DE LA TERMINOLOGIA RELATIVA A LA SISMOGNOSIA 


MACROSISMOBCOTIA, 
Macrosismoscopios, 


Conocimiento de macrosismos. 
| SISMOSCOPIA, 


Simple conocimiento... 


( 
moco no! L A ay! A . Topormicrosismos . TOPOTROMOS: s 
l ed y Conocimiento de microsismos. [ MICROSISMOSCOPIA .. .. 6 TROMOSCOPIA.. [ ele a 3 COPIA. 
Microsismoscopios .. au Ó Tromoscopr0s. 'emicroslámos. TELETROMOSCOPIA. 
Medición de macrosismos ....... ¡ MACROSISMOMETRÍA, 
| SISMOMETBÍA.eorro ranmccrisinnnos 5 AE Macrosismómetros. 
Conocimiento y medición...) Medición de microsismos......... / MICROSISMOMETRÍA.......«.. Ó TROMOMETRÍA . [ Topomicrosismos ....  TOPOTROMOMETRÍA. 
| Microsismómetros. anne 6 Tromómetros. Telemicrosismos. ...  TELETROMOMETRÍA. 
Sismómetros... ..... 4 Imperfectos Pseudosismómetros. 
BISMOGNOSIA .... b 1 a z 
Simultáneo 6 posterior. S Perfectos ... Eusismómetros. 


Ll Aparatos sismognósticos... 


dod: a . l MACROSISMOGRAFÍA, 
Trazado de IMACrosisIDOS +errercnrcnnconeroracaccararonernros 1 Macrosismógrafos. 
A. Macrosismogramas. 
ñ do de mibrosí MICROSISMOGRAFIA ,. + 6 TROMOGRAFÍA. 
A A Microsismógrafos .. 6 Tromógrajos. 
Microsismogramas.....w-.. Ó Tromogramas. 
3 SISMOGRAFÍA .... a MACROSISMOSCOPOGRAFÍA, 
, Conocimiento y trazado... 4 Sismógrafos | SISMOSCOPOGRAFÍ Trazado de macrosismos.. Macrosismoscopógrafos. 
CONOCIMIENTO DEL TERREMO- | Sismogramas Trazado sin precisión | Macrosismoscopogramas, 
"TO, CON RESPECTO AL MO- , en la medida... part coo ; 5 7 
A / ICROSISMOS! POG! .. y 3) .. Y i is POPOTROMOSCOPOGRAFÍA.. 
MENTO DE 8U PRODUCCIÓN: SismoscOpOgTAINAS. m do det úl | Ml O | o pomo Í po A S E 
l A | Trazado de microsismos, Microsismoscopógrafos...... Ó Tromoscopógrafos ... TopotromOSCOpOgramas. 
B | Microsismoscopogramas... 6 Tromoscopogramas .. | Telemicrosismos..... Í TELETROMOSCOPOGRAFÍA. 


1 Teletromoscopogramas. 
SISMOMETROGRAFÍA....... (Trazado de mAcrosismos,,...... 


Macrosismometrógrafos. 


Trazado con medicio- Macrosismometrogramas. 


| Sismometrógrafos . 
DC8 PreciSAS..mmmmmsm... 


ROS! Y 1 E " 4 3 
MICROSISMOMETROGRAFÍA Ó TROMOMETROGRAFÍA Topomicrosismos ... [ TOPOTROMOMETROGRAFÍA. 
Topotromometrogramas. 


Sismometrograrmas ...... (Trazado de microsismos,......w= j Microsismometrógrafos....... 6 Tromometrógrafos...... 


TELETROMOMETROGRAFÍA. 
Teletromometrogramas. 


| MACROSISMOMETROGRAFÍA. 
| Telemicrosismos..... 


Microsismometrogramas . 6 Tromometrogramas,.. 


| PROBSISMOSCOPIA, (?) 


PROSISMOGNOSIA (P)imnooccos 
Anterior, (%.. f m 


) Simple conocimiento, 


L aparatos prosismognósticos. 1 Prosismoscopios. (1) 


SISMOGNOSTA 43 


tar convenientemente las lecciones que recibimos de la naturaleza, del 
fenómeno en sí. 

El fenómeno perturba las condiciones de equilibrio de los cuerpos 
y dela corteza misma: tales cuerpos pueden servirnos, aisladamente, 
de sismoscopios y, en conjunto, dentro de la escala que ocupan, de 
sismómetros, en virtud de que la violencia de la sacudida es suficien- 
te 4 perturbar su estado de equilibrio. En sacudidas menos inten- 
sas el secreto de la solución está en oponer á la debilidad de las 
mismas una menor estabilidad en los cuerpos destinados á ha- 
cérnoslas perceptibles. Otra solución consiste en disponer los 
cuerpos de modo que—por su inercia relativa—no sean ó sean ape- 
nas perturbados por las sacudidas, entre tanto todos los que les ro- 
dean lo sean sensiblemente; ó de modo que opongan cierta resisten- 
cia al movimiento de otros cuerpos con ellos relacionados. 


(D) 


Nada más instable que el equilibrio de la superficie libre de 
los líquidos. La más ligera vibración lo perturba. Cuerpos de 
base pequeña y centro de gravedad muy alto son también muy 
inestables y se puede 4 voluntad exagerar esa inestabilidad aumen- 
tando su altura ó reduciendo la extensión dela base ó, aún más, ha- 
ciendo ambas cosas al mismo tiempo. Cuerpos pesados suspendidos 
ofrecen las condiciones de resistencia, de inercia, adecuadas al caso. 
Las perturbaciones magnéticas Ó electromagnéticas de ciertos cuer- 
pos también son aprovechables. 

Todo sismoscopio, sismómetro Ó sismógrafo es un aparato ul- 
trasensible que funciona á virtud de una de estas categorías: 

1% Un líquido que se agita. 

22% Un sólido inestable que cae ó que es proyectado. 

32% Un sólido en equilibrio indiferente que rueda. 

4% Un sólido en equilibrio estable, que opone resistencia al mo- 
vimiento y que se balancea ú oscila con toda la lentitud necesaria. 

5% Imanes ó electroimanes perturbados. (Véase el Cuadro Si- 
nóplico B.) 


(E) 


La existencia de los sismoscopios y sismómetros data de tiempos 
muy remotos. En el año 136 de nuestra era, fué construído uno 
en China por Cho-Ko, que avisaba por medio del ruido metálico que 


44 SANTIAGO DE LA HUERTA 


producía y marcaba la dirección de la sacudida; aparato, por lo 
demás, tan sensible que estuvo expuesto á desacreditarse por haber 
anunciado un terremoto que nadie sintió en el lugar donde estaba 
instalado; pero á los dos ú tres días se supo que había sido sentido 
en alguna población del imperio. En 1742 usaban los habitantes 
de Leghorn un sismómetro de agua. En el mismo siglo, poco des- 
pués del gran terremoto que destruyó á Lisboa (1% de Noviembre 
de 1755), recomendaba el Rvdo. Chandler el uso de un sismómetro 
indicador, también de agua; y en 1784 se usaba ya en Nápoles el 
sismómetro de Salsano. Los sismógrafos reconocen un origen más 
reciente. 

Los sismoscopios pueden ser: sencillos, cuando limitan su papel 
á ser meros testigos, fugaces ó permanentes, de las sacudidas del 
suelo; Ó más ó menos complejos, cuando además de ésa, llenan algu- 
na otra función. Véanse algunas variedades: 

Un sismoscopio puede ser avisador, es decir: producir por un me- 
dio mecánico Ó eléctrico, cierto ruido para indicar que el apa- 
rato funciona. 

Los sismoseopios pueden además señalar con menor ó mayor pre- 
cisión la hora del terremoto: éstos pertenecen al género de los cro- 
nosismoscopios. * 

En el Japón usan un reloj cuya esfera se balancea cuando ocu- 
rre una oscilación. La esfera está dispuesta de modo tal que en su 
movimiento toca los indicadores provistos de tapones entintados que 
dejan en ella su impresión, marcando con toda exactitud la hora, 
minuto y segundo en que ocurre la sacudida (Sismógrafo de Gray- 
Milne). 

En otros casos están destinados á poner en movimiento un apa- 
vato registrador, tan pronto como ocurre una sacudida. Esta cate- 
goría es la de los motosismoscopios Ó cinetosismoscopios. 

Los sismoscopios eléctricos ó electrosismoscopios desempeñan un papel 
importante como accesorios Ó auxiliares de los sismómetros y sis- 
mógrafos. El fundamento de los mismos consiste en aprovechar la 
sacudida para cerrar el circuito de una corriente eléctrica. (Véa- 
se el Cuadro sinóptico €.) 

1 Del griego xpóvos, tiempo. Indicadores ú observadores del tiempo ú hora 
del terremoto. 

2  MOTOSISMOSCOPIO: palabra híbrida (como motófono, motógrafo, etc.) del 
latín MOTUS, moción, movimiento y del griego evo pós y akoreiv. CINETOSISMOSCO- 
PIO: de kiwwntós, de kivetv, mover. Sismoscopios destinados á producir movimien= 
to; Ó sismoscopios motores, ó de movimiento. 


UNA] 


PROBLEMA SISMOGNOSTICO. 


CARÁCTER... 


CUADRO SINOPTICO B. 


DEL PROBLEMA SISMOGNOSTICO 


DATOS Y FUENTES DE INFORMACIÓN......... 


FUNDAMENTOS oo ro convosornacac car ostanconsonorononaos 


PROPIEDADES APROVECHABL! 


CUERPOS .. 


MEDIOS Ú 


INSTRO- 
MENTOS EMPLEA- 


DOS 


Clasificación ........ 


Sensibilidad... 


f A. Dela sensibilidad, AL CONSTRUIRLOS +...... 


B. Dela acción de las causas extracorticales, 
AL INSTALARLOB + 


Es en primer término—y en su mayor sencillez—un problema sismoscópico, carácter que nunca pierde, anun en el 
caso de mayor complejidad. 


En los casos complejos, al problema sismoscópico se agrega un problema métrico 6 gráfico. 
En los más complicados tiene el triple carácter sismoscopo-metro-gráfico. 


En los efectos de las sacudidas intensas (sismoscopios accidentales) —(Véase el Cuadro Sinóptico C.) 


Imitación de los sismoscopios accidentales. 
Provocar un efecto sensible, en los casos de débil intensidad del fenómeno. 


Instabilidad de los cuerpos elegidos (muy sensibles). 


Gran estabilidad (insensibles). (Diferenciación sismométrica).... ( 


(Diferenciación sismoscópica estricta.) 


a. En contraste con los que les rodean, más 
sensibles. 

b. Oponiendo resistencia al movimiento de 
OLTOS CUErpos. 


Perturbaciones de las propiedades magnéticas 6 electromagnéticas de algunos cuerpos. 


No resstradores. 


4 


Registradores. 
(Sismógrafos) 


Evitar todo lo que pueda perturbarla: 


rozamientos, ete, 


La exquisita sensibilidad de algunos apa- EY 
ue algunas CAUSAS EXTEA- / Atmosfóricas . 
CORTICALES los hagan funcionar... 


ratos, hace 


Sismoscopios diversos (sismoscopios per se). —(Véase el Cuadro Sinóptico C.) 
Aparatos llamados sismómetros, muy imperfectos (Pseudosismómetros). 


Sismómetros perfectos, (Eusismómetros). 


En la práctica, necesariamente registradores. 


Imperfectos 6 de registro fijo indescifrable (simples sismoscopógrafos). 


Perfectos, de registro movible (sismometrógrafos). 


Individuales .. 


Hidro-telúricas...... 


TH KáÁás As 


Astronómicas. 


A 


Presión de la mano sobre el pilar aislador que: 
los sostiene, 


Simple aproximación, 


Tráfico variado. 
Campanas de los relojes é iglesias. 
Etc. 


Lluvia recia. 
Viento. 

Presión atmosférica. 
Temperatura. 


Mareas. 
Nieves y hielos polares. 
Etc. 


Atracción lunar. 
Atracción solar, 
Etc. 


Atenuar los rozamientos, ete. 


19 Fuera de los centros urbanos. 
29 Sobre pilares firmes aislados de la superficie. 
89 Protegidos por cristales, etc. 


a A A OEA TEN | y va 
04 Líquidos ... 


I 
C 
cias sta iaino do abans Nel 


ho > 
pa SÓlidos......, 


IV 
s y aparatos públicos y do- 


UH y III 
mobiliario 


vI 
os de precisión magnéticos 
IMAgDéÉtICOS .ocooonncccaconncnnanonos 


o sale de la categoría de sismoscopio—aunque le demos 
etro ó sismógrafo, en virtud de adaptaciones especiales. 


[A la CUARTA catego- 
Tercer O....... | ría pertenecen los 
oi verdaderos sismó. 


Cuan o L. metros. 
Quinta.. 
SISMOSCOPIOS estrictamente tales. 
SISMÓMETROS. 
A 
AA reno road adeanando Sismoscopios avisadores. 
B 
Í Indicar la hora del te-) ,, a 5 
Canes moto ' Cronosismoscoptos. 
Cc 


Poner en movimiento 
un aparato de reloje-2 Cinetosismoscopios. 
O o Toreo 


CUADRO SINOPTICO C 


DE LOS SISMOSCOPIOS EN GENERAL. (SENTIDO AMPLIO.) 


B. ESCALA DE SENSIBILIDAD. 


A 
Y proyección A Olas sísmicas... ADO 


A. Agitación. (Soja... 


Y proyección! lo El mercurio de los distintos instrumentos y aparatos ........... 


an Líquidos ... 


) (B_ Elagua y los líquidos usuales, ......... Ir 


B 
(ESCALA DE RossI-FOREL) 


10? Desplome y deslizamiento de montañas. 
Inversión de las capa: 
GISTRA acidos y » 


92 Destrucción de edificios. 

B. Proyección semen, € 82 Caída de chimeneas. 
q S Grietas en los mur 
7% Caida del reyestimi. 


Lo] 
EANATURALEZA» 


u 


A EFECTO PRODUCIDO... 


B (Escala de sensibi 
lidad)... 


Cc aaa Ao 


Porla violencta do $ , Elstuoscopios por 
la sacudida. plantados. . 


Caída de cuadros 
Desarreglo de mus 


Parada de los relojes público: 28 Sólidos...... 


Sonar de las campanas. 


IV 
62 Detención de los pénd: OS y Poio a ncoN y gli 


mésticos... 
52 Sonar de las campanillas. 
Sacudidas y erujir de los techos y muebles, TI y HI 
4% Moyimiento de las puertas. Edificios y mobiliario.......... 
Crujir de los pisos ............ 
C. Vibraciones y oscilaciones.. NE 


ATA O O tro bio US El DOMDYé6..vevcntciccónronccnananoa ro 


SISMOSCOPIOS, / Le 


22 - Instrumentos de precisión unn dAcos 
5) Perturbaciones eN lOB.nononcocnccoionnencarereranenrnnciiioros d0 Í y electromagnéticos 


Es el sismoscopio el órgano fundamental y primordial de todo aparato sismognóstico; aparato que muchas veces no sale de la categoría de sismoscopio—aunque le demos 


A. Importancia... 
otro nombre (sismómetro)—y que siempre lo es, en el fondo, aunque se transforme, por diferenciación, en sismómetro ó sismógrafo, en virtud de adaptaciones especiales, 


A LÍQUIDOS cicsrooooo que son agitados 6 proyectados .... 
Inestable .....oocccconnnnenenos que caen 6 son proyectados .... ¡ONE 
> a catego- 
ONU Indiferente, Cuerpos redondos. que ruedan sobre un plano horizontal Tercer aos ría pertenecen log 
Comunes; En equilibrio ; ) Categoría... Al Ala 
AS (e Sl y Apoyados,... que se balancean .. ñ EN lo 
SÓLIDOS. 0000. tables... metros. 
Por exquisita sen- ORO DOS Ususpendidos........ Jj que oscilan rápida 6 lentamente; 6-en teoría. [ C4arta. 


smilidad.... 4 completamente inertes. 


perturbados 


1405 expresamente.. 


Imanes 6 Electroimanes... QUÍNIA ..oo... 


. En el sentido de la sensibilidad exagerada, con detrimento de pS mote SISMOSCOPIOS estrictamente tales. 


€, Adaptaciones .... 


, En el sentido de la mayor estabilidad y precisión... SISMÓMETROS. 
É A 
pe A Avisar... Sismoscopios avisadores. 
A, Sin función anexa. SENCILLOS. 
B 
D, Varledades............ ¿ Unica... A Ea ca Oronosismoscopios. 
Mecánico......... MECANOSISMOSCOPIO,.. 
B. Con una Ó más] q c 
funciones nea COMPLEJOS... De fundamento Función anexa Poner en moyimiento (. ] Ñ 
Eléctrico.......... ELECTROSISMOSCOPIOS un aparato de reloje-4 Cinetosismoscopios. 


TÍA, OlCoonaronnenoonaonreno 


Múltiple. 


SISMOG NOSTA 45 
(F) 


La sensibilidad de estos aparatos exige el tomar ciertas precau- 
ciones para que no sean influenciados por sacudidas debidas á di- 
versas manifestaciones de la actividad humana y propagadas por 
las capas superficiales del suelo, así como por aquellas que son 
transmitidas por la atmósfera y aun contra las producidas por la 
simple aproximación de una persona. 

Por estas razones estos aparatos deben ser instalados: 

12 Fuera de los centros de actividad. 

22 Aislados de la superficie; para ello se les hace descansar 
directemente sobre roca firme y á cierta profundidad, constru- 
yendo de cemento, etc., altos prismas y aislándolos, además, por 
medio de surcos profundos de una anchura aproximada de un decí- 
metro. 

32 Protegidos por cristales. (Véase el Cuadro Sinóptico B.) 


(G) 


Y antes de continuar, una pregunta que acaso asome á los labios 
de alguno de los que me escuchan: ¿Pueden los sismoscopios anun- 
ciar los terremotos? ¿Existen ó es posible construir prosimoscoptos? ! 
Parece ser que algunos terremotos producen en los imanes perturba- 
cjones precursoras (no hablo de las perturbaciones lejanas, compro- 
badas en los magnetógrafos). En apoyo de esta afirmación se cita 
el hecho siguiente, que ocurrió en el Javón: 

En 1855, un titiritero de Asa-Kusa, notó que de un imán que 
poseía para sus exhibiciones, caíanse clavos y otros objetos de hierro 
que hasta entonces y durante mucho tiempo mantenía aquél en sus- 
pensión. Pensó que el imán por la acción del tiempo había perdido 
su poder. A las dos horas de este hecho ocurrió el terrible terre- 
moto del Japón de aquel año; después del cual observó el titiritero 
que el imán atraía de nuevo los objetos de hierro. 

Con motivo de esta observación se construyeron en el Japón 
sismoscopios consistentes en imanes colgados, llevando en suspensión 
objetos de hierro que, avisando la aproximación del terremoto veni- 
dero—al caer sobre una lámina de metal vibrante, ó bien sobre un 
aparato de relojería en relación con un timbre de alarma, —permi- 


1 De mpo, antes, ceropós; arkomewv. (Jue ven ú observan antes del terremoto. 


46 SANTIAGO DE LA HUERTA 


tieran á las personas ponerse en salvo. Por desgracia, según el in- 
forme de distintos observadores, entre ellos Milne, el medio fracasa 
muy á menudo. 

Debo mencionar los trabajos realizados en Italia, por Rossi y 
otros, relativos á los microsismos que á veces preceden á los macro- 
sismos. 

Pretender describir el número considerable de sismoscopios y 
sismómetros inventados, sería tarea imposible y vana; ya en 1898 
Ehlert daba á conocer más de 200. Limitaré mi labor en esta lec- 
ción, para evitar repeticiones, á indicar el fundamento y los elemen- 
tos generales de los mismos y en una próxima estudiaré especialmen- 
te algunos tipos de los más importantes. ? 


TI 


APARATOS SISMOGNÓSTICOS CONSTITUÍDOS POR LÍQUIDOS; Y POR SÓLIDOS 
EN EQUILIBRIO INESTABLE Ó INDIFERENTE. 


H. Sismoscopios y sismómetros de líquido.—I. Sismógrafos de líquido.— 
J. Movilidad exagerada de los líquidos; ventajas é inconvenientes desde el punto 
de vista sismognóstico.—K. Ventajas de los sólidos sobre los líquidos desde el mis- 
mo punto de vista.—L. Sismoscopios y sismómetros de sólidos en equilibrio ines- 
table: cuerpos largos; cuerpos redondos.—M. Aparatos sismognósticos de sólidos en 
equilibrio indiferente; cuerpos redondos (esferas y cilindros). 


(H) 


Los líquidos, al derramarse, no sólo pueden darnos cuenta de la 
producción de una sacudida del suelo, cuando se colocan en vasi- 
jas protegidas de toda causa accidental de perturbación, sino que, 
si se les dispone en depósitos con aberturas orientadas bajo 
las cuales se colocan pequeñas vasijas destinadas á recibirlos, pue- 
den indicarnos la dirección de la misma y aun de la intensi- 


1 LISTA ALFABÉTICA DE LOS PRINCIPALES AUTORES DE SISMOSCOPIOS, 
SISMÓMETROS Y SISMÓGRAFOS: “% Agamennone, Alexander, Angot, Ayrton, 
Babbage, de la Béche, Bertelli, Bosch, Braisart, Budge, Cacciatore, Cancani, Case- 
lla, Cavallieri, Cecchi, Chandler, Chaplin, Cho-Ko, Darwin, H. (péndulo bifilar), 
Derossi, Ehlert, Ewing, Faura, Forbes, Forster, Galli, Grablowitz, GRAY, Guzzan- 
ti, Heredia, Kilian, Knipping, Kreil, Lasaulx, Lepsius, Mack, MALLET, Marvin, 
Milne, Mugna, Oldham, Omori, Palmieri, Paul, Perry, Pfaundler, Rebeur, Rossi, 

alsano, Santi, Schlúter (clinógrafo), Silvestri, Stevenson, Stiattesi, Verbeck, 
Wagener, West, Wiechert, Zóllner, «. 


a Raro es de éstos el que ha inventado uno solo. La mayoría ha inventado yarios. Los 
autores más fecundos, en este sentido, se indican con caracteres especiales. 


SISMOGNOSTA 47 


dad, por la cantidad de líquido derramado, medida en -volu- 
men ó en peso (ej., el sismómetro de Cucciatore, modificado por 
Lepsius). 

Pueden disponerse como sismómetros, sin necesidad del derra- 
me, y aun con el carácter de registradores, valiéndose para ello 
de medios que permitan conservar la huella de la sacudida: en el 
ya citado del Rvdo. Chandler es la espuma espesa de jabón; en otros 
casos se emplea un líquido viscoso (sismómetro de Babbage), en 
otros, como en uno de los muchos sismómetros que se deben á 
Mallet, se impregna de creta un depósito ad hoc y se usa un líquido 
teñido, etc. En esta clase de aparatos la huella permite apreciar: la 
amplitud de la sacudida, por la altura que alcanza; y la dirección, 
por el rumbo que marca su porción más elevada. 

Es posible, disponiendo el mercurio en tubos en L, cerrados en su 
rama vertical, convenientemente orientados y provistos de indicado- 
res (á la manera de los termómetros de máxima) tener una noción 
más precisa de la dirección é intensidad de las sacudidas horizonta- 
les, así como desdoblar una sacudida en sus dos componentes hori- 
zontales, cosa que ya realizó desde 1846 el ilustre Mallet en su 
sismómetro auto-registrador (self-registering seismometer). 

La idea —tan fecunda para la sismografía moderna —de la des- 
composición del movimiento en tres componentes que concibió Ma- 
llet hace sesenta y un años, le llevó á buscar un medio de obtener la, 
componente vertical del mismo. El medio de que se valió para me- 
dir y registrar la moción vertical, en su sismómetro auto-registrador, 
fué un tubo en U, abierto y con un indicador. 

Otros recursos se han empleado para determinar y registrar por 
medio de los líquidos la moción vertical del suelo y buscando, en 
relación con el trazado, un punto fijo para la aguja indicadora. En 
unos casos se han servido los investigadores de vasijas de fondo flexi- 
ble, empleando con este objeto la goma elástica. En otros casos se 
han empleado pequeñas boyas, con estilete indicador, sumergidas 
ya en parte (Wagener), ya en totalidad (Gray). 


09) 


Una balsa ó flotador, con un largo estilete registrador, simple 
ó articulado, ofrece un tipo muy sencillo de sismógrafo. 
Los sismógrafos de líquido más perfeccionados, aprovechando la 


48 SANTIAGO DE LA HUERTA 


naturaleza metálica del mercurio, son eléctricos, En unos, como en 
el de Mallet, el circuito permanece cerrado mientras el mercurio está 
en reposo y un lápiz ó una pluma hace un trazo continuo. La sa- 
cudida, interrumpiendo la corriente, levanta el lápiz y rompe la 
continuidad del trazado. La intensidad de la oscilación pretendía 
medirla por la longitud de la solución de continuidad (en realidad 
medía la duración de la semi-onda). En otros, como en el de Pal- 
mieri, el movimiento del mercurio cierra el circuito y, ae- 
tuando sobre unos electro-imanes, pone en movimiento el aparato 
registrador, sobre el que dejan sus trazos unos estiletes relaciona- 
dos por medio de unas poleitas con los flotadores que llevan cuatro 
tubos en U orientados. En otros casos se emplea el mercurio como 
un simple accesorio, para cerrar y abrir un circuito, mediante la 
introducción en él de un metal sólido. 


(J) 


La agitación producida en un líquido por una sacudida dura 
mucho; lo que, si bien no es un inconveniente—sino una ven- 
taja —tratándose de sismoscopios; sí lo es—y grave—en los sis- 
mómetros y sismógrafos. 

En cambio, esta exquisita sensibilidad de los líquidos en general 
y del mercurio en particular, unida á su poder reflector, ha permitido: 
primero, descubrir los estremecimientos pequeñísimos de la tierra, 
los tremores Ó microsismos y, luego, la construcción de microsismosco- 
pios y microsismómetros, descubrimiento é inventos fundados en la 
perturbación, en la oscilación de las imágenes—de un retículo, de 
un péndulo, etc., —en la superficie tremulenta del mercurio. 

Los líquidos son muy sensibles pero—con perdón del término— 
se desbocan, sin que haya freno que pueda contenerlos. Esto limita 
(lo hemos visto) los servicios que pueden prestarnos. 

(Véase el Cuadro Sinóptico D.) 


(K) 


Los sólidos nos ofrecen un grupo de cuerpos más gobernables. 
Desde la estabilidad casi absoluta 4 la extrema instabilidad, todos 
]0s grados, en número infinito, son posibles dentro de una gama 
extensa en que los cuerpos en equilibrio indiferente ocupan los gra- 


APARATOS sSIs- 
MOGNÓSTICOS 
DE LÍQUIDO.. 


SISMOSCOPIOS Y SIS- 
MÓMETROS .ocnonncooo 


SISMÓGRAFOS 


DEL FUNDAME 


¡NOSTA 


J MocióN..... 


Sumples..... 


Ll El£ctricos, 


Mallet. 


40 


CUADRO SINOPTICO D. 


DEL FUNDAMENTO Y TIPOS DE LOS APARATOS SISMOGNOSTICOS DE LIQUIDO 


, 
aanesarenacar eo Ej, Sismómetro de Cacciatore. 
De espuma de jabón. = = — Chandler. 
Horizontal ...... 4 De huella .oocnico... De líquido viscoso =- = — Babbage. 
De líquido teñido ...o cocino ccoo —Á - — Mallet. 
SISMOSCOPIOS Y a Moción. 
MÓMETROS..... De tubo en L é indicador = = registrador de Mallet. 
APARATOS SIS- = ad = Li 
a INÓSTICOS J ús 
p . >E LÍQUIDO.. Vasijas de fondo flexible... 
EN PAT... — = — Wagener, 
y Boyas indicadoras sumergidas,...... 
En totalidad... — =- — Gray. 
¡DIE iremin cercis cena aominssracacacccss Dee flotador con estilete registrador, | 
SISMÓGRAFOS ... ... — Sismógraío de Mallet, 
di Esencial mmm... 
El£ctricos, de mercurio. El mercurio es elemento. = = — Palmieri. 
Accesorio de otros sismógrafos. 


er 


SISMOGNOSTA 43 


dos medios. El observador puede á su capricho disponer un sólido 
de modo que no resista á la más ligera sacudida y otro—puede in- 
tentarlo—de modo que las más violentas y desastrosas no logren 
conmover en lo más mínimo. He ahí el concepto teórico, la meta, 
el ¿ideal que la Mecánica, en sus atrevidas concepciones, nos presen- 
ta como factible. En la práctica, el hombre corre afanoso hacia el 
ideal, se acerca á él sin alcanzarlo por completo; pero, en nuestro 
caso, alcanza lo suficiente para satisfacer, por el momento actual, 
las necesidades de la Sismología. 

Cualquiera puede—y sin mucho costo—construir, inventar un 
aparato de esta clase. ¡Tan sencillos son en su fundamento! Sólo 
es necesario un poco de imaginación y de paciencia. Claro que 
en esto—como en todo—hay sus categorías y que los apara- 
tos de precisión que hoy se emplean no sólo han necesitado 
la resolución de muy difíciles problemas de Mecánica (que la 
han enriquecido con aparatos y teorías nuevas), sino que, podemos 
asegurarlo, sólo representan fases transitorias, evolutivas, acaso 
simplemente embrionarias, en la solución del problema capital 
de la Sismología de precisión: disponer de un punto estable—basta 
un punto—inconmovible, indiferente, en medio de la agitación 
general. 


(L) 


Los cuerpos destinados 4 atestiguar por su caída la producción 
del fenómeno pueden afectar la forma alargada, —prismática, cilín- 
drica, etc., —descansando en una superficie;plana y horizontal; ó ser 
redondos, esféricos sobre todo, descansando en una superficie muy 
reducida (sismómetro de Oldham). 

La dirección en que caen los cuerpos da la de la sacudida. 
Aquéllos son recibidos en una superficie donde no pueden ro- 
dar, generalmente plana y horizontal recubierta de una capa de 
arena fina. La medida de la intensidad, que es lo que les da carác- 
ter de sismómetros, se obtiene: en los prolongados, estableciendo una 
escala de estabilidad, con una serie Ó con dos orientadas, ya de 
cuerpos de la misma base y altura diferente, ya, como en el de 
Mallet, con la misma altura y bases diferentes; en los de bola, la 
intensidad se mide por la distancia á que cada una es arrojada. 

Unos y otros cuerpos en su caída pueden, por un mecanismo 
accesorio: 1%, detener ó echar á andar un reloj que marque la hora 


50 SANTIAGO DE LA HUERTA 


de la sacudida, haciendo el oficio de cronosismoscopio (fig. 1%) 22, 
cerrar Ó abrir un circuito (fig. 2%). Con este fin se emplean las 
bolas metálicas descansando sobre un soporte también metálico (sis- 
moscopio y sismómetro eléctrico de bolas metálicas de Mallet). 


(M) 


Cuerpos en equilibrio indiferente que pueden hacer sensibles 
las sacudidas, son los cuerpos redondos, al rodar sobre planos hori- 
zontales. 

Una sola esfera, una bola de billar común, Ó mejor una esfera 
de cristal de roca, colocada en una lápida horizontal de la misma 
sustancia, de calcedonia ó de jaspe, cuyo centro se marca previa- 


Fig. 1*—Cronosismoscopio primitivo de Mallet. 1 


mente, puede indicarnos, por su desviación, una sacudida, inad- 
vertida por nosotros (sismoscopio). 

Por medio de dos esferas ó mejor por varias en dos series orien- 
tadas puede disponerse un sismómetro que dé las dos componentes 
horizontales. 

Ya en 1876, el Dr. G. F. Verbeck, en el Japón, empleaba un 
sismógrafo de esferas movibles. ¡Sobre una mesa de mármol, per- 


1 Elsismoscopio de Mallet consiste en un reloj con el péndulo atravesado en 
su centro por un alambre. Paralelo al plano de oscilación se coloca un listón fijo 
por un extremo y sostenido por el otro en posición horizontal por medio de un listón 
vertical, de escasa estabilidad. La porción del listón horizontal correspondiente á la 
cuerda del arco que describe el centro de la péndola en una oscilación, lleva una serie 
de escotaduras, á manera de cremallera. La sacudida—á causa de la escasa estabilidad 
del listón vertical—produce la caída de éste y el listón horizontal, al faltarle el apoyo, 
cae también, quedando detenido el péndulo á consecuencia de la disposición indicada 
y el reloj señalando la hora en que ocurrió aquélla. 


SISMOGNOSTA 51 


fectamente plana y nivelada, colocaba cuatro bolas de cristal de 
roca, que sostenían una tableta de madera densa y dura y de altu- 
ra menor que las bolas. El centro de la tableta, perforado, soste- 
nía un lápiz. Una hoja de papel colocada debajo de las esfe- 
ras constituía el registrador. El registro del movimiento resultaba 


Fig. 2*—Esquema del electrosismoscopio de Galli, 1 


ampliado, aunque no tanto como la teoría lo deduce, pues el roza- 
miento es grande en este mecanismo. 

También se han construído sismómetros de cilindros movibles 
para determinar las componentes horizontales. Gray es autor de 
uno de esta clase. 


1 Elsismoscopio de Galli consiste en un soporte $ que sostiene en su extremo 
superior una barra horizontal B. Esta barra lleva en uno de sus brazos un to- 
pe T destinado á ponerse en contacto con una columna más corta € y cerrar así el 
circuito. Para obtener este resultado el mismo brazo de la barra lleya en un extremo 
un embudo E con ocho compartimentos ó cestillas orientadas, como puede verse 
en el detalle de la figura. El embudo lleva en su interior un peso P de forma cónico- 
cilíndrica, que descansa sobre una segunda columna (C1) de modo muy inestable, 
por el intermedio de una aguja, A. Todo este conjunto se equilibra por un contra- 
peso Cp que lleva el otro brazo de la barra. 

La mas ligera sacudida haciendo caer la aguja y con ella el peso P, inclina la 
barra hacia el lado correspondiente, poniendo en contacto el tope T con la columna €. 
El aparato indica la dirección de la sacudida por el compartimiento en que cae y es 
retenido el peso. (Véase el detalle en la parte superior de la figura.) 4 


52 SANTIAGO DE LA HUERTA 


III 


APARATOS CONSTITUIDOS POR SÓLIDOS EN EQUILIBRIO ESTABLE; 
. : PÉNDULOS 


N. Los sólidos en equilibrio estable ante el problema sismognóstico y como: 
categoría dentro de la cual se realiza la diferenciación sismométrica de los sismosco- 
pios.—0. Péndulos; movimiento horizontal; aparatos sismognósticos que respon- 
den á este aspecto del problema. —P. Movimiento vertical: medios empleados pri- 
mitivamente; néndulo vertical de moción vertical —GQ). Péndulos horizontales 
de moción vertical.—R. Péndulos horizontales de moción horizontal; sismógrafos 
de charnela; bracket seismographs.—8S. Péndulo horizontal propiamente dicho; 
teoría; péndulo ligero; péndulo pesado. 


(N) 


La mayor parte de los sismómetros que hasta ahora hemos 
mencionado, dan la medida.del movimiento de un modo burdo: 
miden la mayor sacudida, pero sin dejar entrever nada respecto á 
su relaciones con otras, ásu orden y sucesión, borrando todo rastro 
de las de menor intensidad que le han precedido ó seguido. Na- 


Fig. 3%—Modelo del Pr. Sekiya, del Japón, para demostrar el movimiento de una 
partícula del suelo durante un terremoto. 


da relativo á las fases del movimiento y, por consiguiente, nin- 
gún carácter de precisión. Los verdaderos sismómetros son 
aquellos que pueden dar cuenta de la sucesión de las diferentes 
sacudidas, es decir, de las diferentes fases, con la dirección, senti- 
do, intensidad, duración, velocidad, etc., del movimiento; de modo 
que pueda conservarse la historia completa del fenómeno y aun re- 
producirla, como lo ha hecho el primer profesor de Sismología en 
Tokío, Mr. Sekiya (fig. 32). 


¿NOSTA 53 


metros de cilindros orienta- 
Mallet. 


etro de Oldham. 
grafo de Verbeck. 


APARATOS SISMOGNÓSTICO: 
CONSTITUÍDOS ESENCIAL]MMetro de Gray. 
MENTE POR SÓLIDOS E E 
EQUILIBRIO c0.coccincconanonoo raío sencillo de balance, de 
esférica. 


grafo sencillo de balance, de 
> cilíndrica. 


ro sinóptico F.) 


ro sinóptico G.) 


)metro de balance de Gray. 


DE 


19 


Inestable . s...... 


20 
APARATOS SIBMOGNÓSTICOS | Indiferente... 


CONSTITUÍDOS ESENCIAL- 
MENTE POR O 
EQUILIBRIO + á 


30 
Estable 


Cuerpos apoyados.. 


Cuerpos redondos apoyados en planos horizontales.:..... 


Cuerpos 


Por una superficie (base.) Centro de gravedad, alto. Caen... .. 


Por un solo punto socios 


1 
Apoyados en planos. 


IT 
Suspendidos y oscilantes.. 


CUADRO SINOPTICO E. 


Cuerpos esféricos... 2... Bon proyectados. 


gPor un punto, Base esférica, estilete 6 indicador.. 


horizontales... lor una recta. Base cilíndrica 1d. 4 


TI 


En suspensión sobre 1 Masa pesada o E en lo alto del ASIS 6 


cuerpos del grupo I BOPOTÍO sarnrorno 


LOS APARATOS SISMOGNOSTICOS CONSTITUIDOS ESENCIALMENTE POR SOLIDOS 


CUERPOS LARGOS o AUStE Sismómetros de cilindros orienta- 
cilindros, eLC)..... dos de Mallet. 


BOLAS +... 


Ej.: Sismómetro de Oldham. 


ESFERAS MOVIBLES...........- Ej.: Sismógrafo de Verbeck. 


CILINDROS MOVIBLES....0oao. 


— Sismómetro de Gray. 


DE BALANCE LIBRE... 


— Bismógrafo sencillo de balance, de 
Í base esférica. 


DE BALANCE ORIENTADO, Í = a nO de balance, de 
ase cilíndrica. 


Verticales....... (V. Cuadro sinóptico F,) 


Prsouos. | 


Horizontales... (V. Cuadro sinóptico G.) 


0 BALANCE LIBRE 


Ja :Sismómetro de balance de Gray. 
DE BALANCE ORIENTADO... 


SI SM OGN OSTA 53 


Hay que buscar, pues, no cuerpos que caigan á la primera sa- 
cudida intensa, para quedar inertes y, como los soldados muertos 
en un campo de batalla, incapaces de suministrar ningún dato ni 
anterior ni posterior, ni siquiera del momento mismo de la caída; 
sino cuerpos que se sostengan, balanceándose, oscilando, Ó, ú ser 
posible, sin tomar parte en la agitación general, para que sirvan de 
reparo, como testigos mudos, pero capaces de trazar por escrito (con 
todos los detalles antes mencionados) la historia del movimiento 
«que han presenciado... Y claro es que esta historia será tanto más 
fielmente relatada cuanto menos participación tome en ella el narra- 
dor, por lo que la ciencia sismológica se lo ha forjado—idealmen- 
te—inconmovible, insensible é indiferente. 

Tal se presentaba el problema en Inglaterra, allá por el año 
1831, en que tuyo lugar la creación de la Asociación Británica para 
el Adelanto de las Ciencias, la que instituyó su Comisión de inves- 
tigaciones sismológicas, * teniendo entre sus cometidos el de suscitar 
la invención de aparatos registradores (á los que designaba con el 
nombre de seismometers) destinados á conservar el trazado de las 
sacudidas, que debía figurar en un registro. En las actas de esta 
sabia Institución, correspondientes al año 1841, figura un informe 
relativo al asunto. 

Los líquidos, es cierto, han sido empleados con este fin (hemos 
citado los aparatos de Mallet y Palmieri); pero los inconvenientes de 
estos cuerpos han sido señalados ya. 

De los sólidos en equilibrio estable. se han empleado tres cla- 
ses: unos apoyados por un punto ó una recta; obros suspendidos; y otros, 
-en suspensión, sobre cuerpos apoyados por un -punto ó una recta. Entre 
los primeros se han usado cuerpos de base en forma de superficie 
esférica, apoyados por un solo punto, Ó de base cilíndrica apoyados 
según la generatriz, en un plano horizontal. Los terceros están for- 
imados por cuerpos del primer grupo que llevan en lo alto una ma- 
sa pesada suspendida por un solo punto (sismómetro de balance de 
Gray). (Véase el Cuadro Sinóptico E.) 


(O) 


Los segundos forman la gran clase de los péndulos, á la que co- 
rresponde siempre el órgano esencial de todo aparato registrador 


1 Seismological Investigations Committee. 


54 SANTIAGO DE LA HUERTA 


moderno. Hay que advertir que este término, péndulo, se emplea- 
con mucha mayor extensión y hasta con distinta significación que 
en la Mecánica usual. 

El péndulo común directo completamente libre —ó libre en to- 
dos sentidos —para que pueda marcar las sacudidas en todas direc- 


Fig. 4?*—Electrosismoscopio de péndulo pesado directo libre. 1 


ciones es de uso muy antiguo; constituía la parte esencial del sis 
moscopio de Cho-Ko, ya citado (una barra vertical suspendida). 

El péndulo común es, á primera vista, un medio excelente para- 
el estudio de las vibraciones del suelo, pues podemos á voluntad 


1 En estos sismoscopios es un péndulo sencillo el que cierra el circuito. Constan 
de un pie metálico P que sostiene una columna € y un aparato de suspensión S aislados 
entre sí y comunicando cada uno con los polos respectivos de una batería. El contacto 
seestablece por el alambre rígido A que sostiene una masa_M suspendida por medio 
de una especie de estribo E atornillado á la primera inmediatamente por encima de 
su centro de gravedad. La columna € termina en una placa P perforada colocada in- 
mediatamente por debajo del aparato de suspensión y que MR dos tornillos laterales 
destinados á colocar el alambre al centro del orificio de la placa. Al ocurrir una sa- 
cudida el alambre A que sostiene el péndulo toca los bordes del orificio de la placa P. 

También puede disponerse el péndulo haciéndolo descansar por el estribo sobre 
una barra B horizontal que parte del soporte. En este caso el aparato de suspensión 
está sustituído por una lámina perforada por un orificio cuyos bordes toca el alambre 
flexible y libre A, al oscilar el péndulo. A este tipo pertenece el sismoscopio de 

arvin. 


SISMOGNOSIA 55 


Pa PER 27 SA A < 
aumentar Ó disminuir la duración de sus oscilaciones (período) 
haciéndolo todo:lo corto que se quiera, para que sea más sensible, 
ó alargándolo suficientemente, para retardarla todo lo necesario 
ante el rápido movimiento del suelo, —todo en virtud de la fórmula 
general 

==. 2 T | — 
Ve 


Así se han usado péndulos desde la longitud de 4 de pulgada 


Fig. 5—Péndulo doble sismográfico (según Ewing, Enc. Bril). 


con una bala de fusil por peso, hasta la de 40 pies con un peso de SO 
libras. 

Unos han querido determinar simplemente la presencia y direc- 
ción de la sacudida (sismoscopio); otros han visto en los péndulos 


56 SANTIAGO DE LA HUERTA 


pesados —100 kgrs.,—suspendidos inmediatamente por encima de 
su centro de gravedad, una masa inerte, inconmovible, por lo menos 
por sacudidas lejanas Ó poco intensas, capaz de servir de reparo 
suministrando un punto fijo (fig. 4%). Y partiendo de este supues- 
to erróneo, se han construído varios sismógrafos (sismógrafos de Ca- 
vallieri, Faura, Palmieri, ete. ). 

Además se ha usado como sismoscopio eléctrico, cerrando el circui- 
to ya por el bob, | ya por la varilla suspensora (fig. 4%). Como 
sismógrafo la aguja ha sido llevada por la varilla ú por el bob, ó bien 
por la parte del aparato que está en conexión con el suelo, siendo 
llevada entonces por el bob la superficie registradora (fig. 5%). 

Los péndulos libres en una sola dirección (péndulos orientados), 
pueden dar las dos componentes horizontales del movimiento, si se 


Fig. 6?*—Detalle del péndulo doble, según Ewing. (Enc. Brit.): articulación 
de las dos masas pendulares entre sí y con la aguja inscriptora. 
disponen en dos planos verticales, normales entre sí. Santi, Ewing, 
etc.,han dispuesto los péndulos de este modo. 

Pero estos péndulos, considerados como astáticos, no lo eran. 
Para compensar la tendencia del péndulo á oscilar se emplearon 
diferentes recursos más Ó menos ingeniosos: como el sostenerlos, 
con muelles en espiral, por un punto superior y otro inferior al de 
suspensión; como el compensar losbobs con una cierta cantidad de 
mercurio en cavidades prolongadas ( (ray), ete. 

Un medio al cual se ha acudido para obtener un punto estable, 
es el uso de un péndulo invertido, articulado con el directo—doble 
péndulo ó6 péndulo doble (fig. 52)—de longitud y peso calculados, 


1 Empleo este término inglés, para mayor comodidad, en el sentido de masa 
pendular, 


SISMOGNOSIA 


a 
poe] 


que, teniendo tendencia á oscilar en sentido contrario, hace sufrir 
á éste un retardo que, en la práctica, puede aproximarse mucho al 
reposo. 

El péndulo invertido, consiste en una varilla de metal 6 de made- 
ra, fija por la parte inferior y sosteniendo una masa pesada en la supe- 


Fig. Y? —Electrosismoscopio de doble péndulo invertido de Agamennone. 1 


rior libre. Ha sido usado como sismoscopio sencillo; como electro- 
sismoscopio (Agamennone: dos péndulos invertidos cierran el cir- 


1 El sismoscopio de Agamennone está formado por dos barras flexibles (B y B') 
sujetas 4 un soporte común (S) y aisladas por medio de discos de ebonita (D y D'). La 
primera (B) es de diámetro doble que la segunda (B”); cada una está en comunicación 
con uno de los polos de una pila. La barra B' lleva cerca de su extremo fijo un disco 
pesado de plomo (P) y la segunda otro (P”) en su extremidad libre. Esta segunda 
masa de plomo lleva una placa de platino (p) con un agujero por donde pasa sin to- 
carla, la barra más delgada (B”). (Véase en la figura el detalle adjunto.) La vibra- 
ción de las dos barras, al ocurrir una sacudida, pone en contacto la placa de platino 
con la menor y cierra el circuito. 


58 SANTIAGO DE LA HUERTA 


cuito, fig. 7%); como sismómetro (Budge, de Valparaíso,) con una 
palanquita que, al desviarse el péndulo, cae en una cremallera que 
lleva éste y lo sostiene en la posición de la desviación máxima al- 
canzada por el péndulo durante las sacudidas; y, por último, como 
sismógrafo (Forbes, 1841). 


: (P) 
El problema de la determinación de la componente vertical,-—ó de 


las sacudidas verticales-preocupó vivamente á los sismólogos, sobre 
todo desde que se presentó á la mente de Mallet la idea de la descom- 


NO 


AAN NA 


Fig. 5—Sismógrafo de Ewing (según Le Conte). 1 


posición del movimiento de una partícula del suelo en tres componen- 
tes rectangulares. Elle dió solución valiéndose de un tubo en U 
lleno de mercurio que tenía ese oficio en su sismoscopio auto-regis- 
trador y en su sismógrafo eléctrico con interruptor de mercurio, 

1 Explicación: 4 y b péndulos horizontales de moción horizontal; c, pén- 


dulo vertical de moción vertical; d, aparato de relojería que pone en movimiento 
el disco registrador; e, reloj que señala la hora de la sacudida. 


TOGNOSIA 


HILDAD, 


LIDAD. 


| 
dora...... Ej. Sismoscopio de Maryin. 
fi ) 


An j Ej. Sismómetro de Santi. 
ERAS E — Id. deEwing. 


Errntocodao7a — Ewing. 
De y PE 
4, PD FAba, — Gray. 
Eu — Ewing. 
o OA NN PORTON Ej. Sismómetro de Budge. 
PENDULOS d ] — Sismógrafo de Forbes, 
VERTICALES. OATES — Electro sismoscopio de Agamennone 


(Figura 7?) 
gura 5a) 
wins, 


> Cronosismoscopio de Kilian. 
Dem ELA 
Palmieri. 


ECOS EDO Ewing (Fig. 8a) 


PENDULOS 
VERTICALES. 


A, 
DIRECTOS. 


(Suspendidos). 


A, 
De moción hori- 
zonal ... 


B 
De moción vertical... 


10 
INVERTIDOS. 
CApoyados). 


Tu, 
DOBLES. 


CUADRO SINOPTICO F, 


DE LOS PENDULOS VERTICALES  SISMOGNOSTICOS 


SENSIBIILDAD. 


iD de oscilaciones rápidas: 


por los cons- Largos; oscilaciones lentas; 


tructores, aten: 


Fin perseguido (Longitud,....... 
: prunto fijo de reparo. ESTABILIDAD. 


diendo ála .. MAB orcos 20. Pesados: inercia de la masa 

LIBRES (cónicos) / (Sencillo, 

Sismoscopio, El bob, 

Eléctrico; circuito cerrado por : 
La varilla suspensora 6 indicadora...... Ej. Sismoscopio de Marvin. 
No compenga- Aplicación:...... . CV, fig. 42) 
macia ¡Sismómetro. 

Sismógrafo. (Véase el Cuadro Sinóptico J). 

ORIENTADOS para la determinación de los componentes horizontal. o cs z j Ej. Sismómetro de Santi. 
—= Id.  deEwing. 


Con muelles en espiral... — Ewing. 
SENCILLOS.. sn0a0. 
Compensados.. Con mercuri: — Gray. 
DOBLES .. Con un péndulo invertido (Vénse figs. 52 be trata — Ewing. 


SENCILLOS, .... 


j Ej. Sismómetro de Budge. 
— Sismógralo de Forbes, 
— Electro sismoscopio de Agamennone 


DOBLES ....... 


(Figura 72) 
e pl «(Figura 59)] 
Constituidos por uno directo y otro invertido... daa Ewing. 
De un solo bob, común...... corr 
lp, der ME Oo ato Cronosismoscopio de Kilian. 
Masas suspendidas por muelles en espiral..... Eléctricos... Palmieri. 
SiSMÓRTA LO coocorniccocicicrccicaciorss o] Determinación de la componente vertical. Ewing (Fig. 8a) 


SISMOGNOSTA 59 


ya citados. Pero no hay que insistir más respecto al juicio que 
acerca de esta clase de aparatos hemos formulado. 

Palmieri, Ewing, Kilian, etc., han usado un péndulo especial, 
péndulo vertical de moción vertical 6, abreviadamente, en términos sis- 
mológicos, péndulo vertical, que consiste en una masa pesada soste- 
nida por uno, dos ó tres muelles espirales, ya completamente libre, 
ya rodeando una columna vertical. Palmieri y Kilian lo usan como 
sismoscopio: el primero cerrando un circuito eléctrico al ponerse en 
contacto con el mercurio contenido en un depósito; y el segundo 
como cronosismoscopio. Ewing lo usa en su sismógrafo, para el regis- 
tro de la componente vertical (fig. 8%). (Véase el Cuadro Sinóptico F.) 


(Q) 
Ya en 1842 fué empleada para registrar el movimiento vertical 


en el terremoto de Comrie (Escocia) una barra horizontal sostenien- 
do un peso por su extremo libre y fija por medio de un muelle 


es 


Fig. 9*— Esquema del péndulo horizontal (de moción vertical) sismoscópico, 
construído por Casella, de Londres. 1 


flexible (péndulo horizontal de moción vertical). A esta clase pertene- 
nece el llamado péndulo subsultorio. 

Casella, de Londres, construía una varilla fija por un extremo 
á una lámina vibrante, que servía de sismómetro y de sismoscopio 
eléctrico. Este aparato era designado con el nombre de péndulo ho- 
rizontal sismoscópico (ig. 97). 

También se han construido barras pesadas horizontales suspen. 
didas por muelles espirales, fijas por un extremo y libres por el otro- 


1 El péndulo horizontal sismoscópico de Casella (de Londres) consiste en 
una varilla de latón conectada con una lámina vibrante de acero atornillada sobre un 
ancho pie circular de latón. Esta parte está en conexión con uno de los polos de una 
batería. La varilla en su extremo libre termina en una aguja horizontal á la altura 
de la división media de una mira graduada; una segunda aguja normal á la primera y 
dirigida hacia abajo tiene su punta á muy corta distancia de la superficie libre del 
mercurio contenido en una cápsula en conexión con el otro polo de la batería. La 
más ligera sacudida vertical hace vibrar la lámina de acero: la aguja horizontal ya 
marcando en la mira la amplitud de las oscilaciones al mismo tiempo que la vertical 
penetrando en el mercurio cierra el circuito. 


$0 SANTIAGO DE LA HUERTA 


Gray ha hecho astáticas estas barras, compensándolas por medio del 
mercurio. Una disposición de este género registra la componente 
vertical en el sismógrafo de Gray-Milne, citado anteriormente. 


(R) 


Un cuerpo suspendido de un eje vertical por medio de goznes ó 
le otro modo cualquiera-—una puerta, por ejemplo, —dentro de cier- 
tas condiciones, puede darnos cuenta—por su fijeza ó por medio de 
sus lentas oscilaciones—de todas las sacudidas horizontales, con ex- 
cepción de las que se produzcan en un plano paralelo á su direc- 
ción; basta el más ligero é insignificante desnivel. Entre las formas 
más sencillas que se han usado hay una que consiste en un trián- 
gulo isósceles teniendo por eje de giro la base (sismómetros de char- 


Fig. 10.—«Bracket seismograph», según Milne. 1 


nela). Sial aparato se agrega un espejo que refleje la imagen de un 
punto luminoso sobre una superficie sensible, se tendrá un sismógrafo 
de registro fotográfico. 

Los bracket seismographs, de los ingleses, consisten en un marco Ó 
chássis (fig. 10) uno de cuyos lados está reemplazado por una masa. 
pesada sostenida por dos espigones verticales y el marco á su vez dis- 
puesto de modo que pueda girar alrededor de otro eje vertical. El 
aparato es insensible á las sacudidas que actúan según el plano del 
marco, pero oscila cuando tiene lugar en otra dirección. Dos apara- 
tos de esta clase orientados en ángulo recto dan las componentes ho- 

1 Explicación de la Fig. 10.—B, masa pesada que puede girar libremente alre- 
dedor del eje B €, sostenido por el marco pequeño (bracket) CA K, que á su vez gira 
alrededor del eje A K, sostenido de manera adecuada por el marco mayor ó soporte S. 


En el momento de un terremoto B permanece fijo y el indicador P que es continua- 
ción del marco pequeño K A C (fijo también), amplifica el movimiento del soporte S 


4 


en la relación AC: 0) 


SISMOGNOSTIA . 61 


rizontales y han sido empleados entre otros en el sismógrafo de Ewing. 
(Véase la figura 8%) Cada uno está en conexión con una larga aguja, 
que amplifica y registra la oscilación. (ray ha empleado dos mar- 
cos conectados en ángulo recto con el peso en la extremidad del 
externo, disposición que le deja libertad en dos direcciones (double 
bracket seismographs). 

Estos aparatos que oscilan alrededor de un eje vertical Ó próxi- 
mamente vertical, pertenecen al grupo de los péndulos horizontales. 


(S) 


El péndulo horizontal, propiamente dicho, fué inventado por 
Hengler en 1832. Consiste esencialmente en una varilla ó eje apo- 
yado por una extremidad sobre un eje vertical y suspendido del 
mismo por la otra que sostiene un peso. Sus oscilaciones son hori- 
zontales. 

El profesor Zóllner, de Leipzig, perfeccionó y adoptó este pén- 
dulo de modo que sirviera para observaciones científicas, empleán- 
dolo para medir los cambios de la intensidad de la gravedad debi- 
dos á las atracciones solar y lunar, encontrándolo muy sensible. 

Chaplin, Ewing y Gray hicieron aplicación del principio del 
péndulo horizontal en sus sismógrafos de charnela (bracket seis- 
mographs). 

Cuando el eje de suspensión es perfectamente vertical, el período 
del péndulo es infinito, —lo que equivale á decir que no oscila, — 
aceptando en su equilibrio indiferente cualquier posición que se le 
dé; las grúas, las puertas bien niveladas, nos ofrecen ejemplos práec- 
ticos. Cuando el eje está inclinado, entonces el equilibrio sólo exis- 
te para las sacudidas ó percusiones que actúan según el plano de- 
terminado por el eje de suspensión y el péndulo. En cualquiera 
otra dirección que actúe, el péndulo oscila; el período puede hacerse 
tan grande como se quiera, lo que equivale á decir que la oscila- 
ción será muy lenta y habrá una gran diferencia entre ésta y 
las rápidas vibraciones del suelo, que permitirá registrarlas fácil- 
mente. Bastará para obtener este resultado dar una pequeña in- 
clinación al eje de suspensión. Es fácil demostrar lo que acabamos 
de exponer respecto al período en uno y otro caso, por la aplicación 
de la fórmula del péndulo y la figura adjunta (fig. 11). 

a, es el ángulo que nos da la inclinación del eje de suspensión, 

1, la longitud del péndulo, 


62 SANTIAGO DE LA HUERTA 


g, la intensidad de la gravedad en el lugar en que funciona el 
péndulo, 

f y f” son las dos fuerzas en que se desdobla la gravedad actuan- 
do oblícuamente sobre el péndulo; Í es la fuerza que hace oscilar el 
péndulo. 


Fig. 11. 


El triángulo P” f g | nos da el siguiente valor para f: 
f=g sen a 


ul 
W='2 5 NE 
ES 
se modifica de este modo 


E 
f 


por ser Í y no g (la gravedad) la fuerza que hace oscilar el péndulo. 
Substituyendo en esta fórmula el valor de f, tendremos 


t=27 4] É 
gsena 


1 Para no multiplicar las letras, que harían muy confusa la figura, he corri- 
do la f hasta el extremo de la recta y la g hasta el vértice mismo del ángulo. 


La fórmula general 


SISMOGNOSIA 63 


Cuando a« = 0; esto es, cuando el eje de suspensión es vertical, 
sena =0 


+ 
b=2 q =x 
0 


Haciendo « muy pequeño, esto es, dando muy poca inclinación 
al eje de suspensión, g = sen « será muy pequeña y 


y por tanto 


alcanza un valor tanto mayor cuanto más pequeño sea a 

El péndulo horizontal, ha recibido los nombres de péndulo infi- 
mito por su período límite y de péndulo cónico por la superficie que 
engendra en sus oscilaciones la recta Y P. 


Es el péndulo horizontal el medio más adecuado para la obten- 
» 


Fig. 12.—Sismógrafo de péndulo horizontal ligero, de registro fotográfico, de 
Milne, (según Lapparent). 1 


ción de un punto, si no fijo, que se mueva con tanta lentitud como 
se quiera, permitiendo registrar de manera satisfactoria log movi- 
mientos del suelo. Con un período t=20 $, es equivalente á un 
péndulo usual de 125" de largo. En el Japón se le ha dado una 
inclinación correspondiente 4 un período de 4 minutos, que es el de 
un péndulo vertical ordinario de 15 *M- de largo. 

Milne (en su sismómetro de péndulo ligero de registro fo- 
bográfico,—fig. 12), Omori (sismómetro de péndulo horizontal 
pesado) y Bosch (modificando éste—péndulo pesado de Strass- 


1 T, péndulo horizontal ligero; p, placa terminal perforada; f, hilo suspensor; 
L, lámpara; M, espejo; P, papel fotográfico. 


64 SANTIAGO DE LA HUERTA 


burg), * usan dos de estos péndulos orientados, según las líneas 
N-S y E-W, para la determinación de las componentes horizontales. 
Rebeur-Paswitz, ha construído un sismógrafo de triple péndulo hori- 
zontal de registro fotográfico. 

La importancia del péndulo horizontal creció de punto cuando 
en 1895 demostró Rebeur que por su medio podían hacerse sensi- 
bles las vibraciones del suelo, infinitamente pequeñas, dependientes 
de una sacudida ocurrida á enorme distancia. (Véase el Cuadro 
Sinóptico G.) 


y 


SISMOGRAFÍA: SISMÓGRAFOS Y SISMOGRAMAS EN GENERAL. ESTACIÓN 
SISMOGRÁFICA DE LUYANÓ, 
DEL COLEGIO DE BELÉN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS (HABANA) 


T. Sismografía: importancia y desarrollo.—U. Estación sismográfica en Lu- 
yanó (Habana), del Colegio de Belén de la Compañía de Jesús. —V. Sismógrafos 
en general: evolución y estructura.—W. Sismógrafos de registro fijo.—X. Re- 
gistro movible.—Y. Registro del tiempo: importancia.—Z. La componente ver- 
bical, cuyo registro ha sido abandonado en los aparatos más modernos, es un ele- 
mento que no puede faltar en un sismograma completo.—«. Copias fotográficas. 
Rozamientos en los sismógrafos; atenuación. 


(Tr) 


La palabra sismógrafo fué empleada por primera vez por Palmieri 
quien dió este nombre á un sismómetro registrador por él inventado 
y empleado en el Observatorio del Vesubio. Durante mucho tiempo 
los sismógrafos fueron designados con el nombre de sismómetros re- 
gistradores y aun, simplemente, con el nombre genérico de sismómetros. 

El trazado obtenido con los sismógrafos ha recibido el nombre 
de sismograma. ? 

El progreso de la Sismología ha culminado en la obtención y per- 
feccionamiento de los sismogramas y el estudio metódico, coordi- 
nado y comparado de los mismos ha influído de tal modo sobre 
el grado de certeza de la Sismología en general que la Sismografía 
es hoy la base más firme de aquélla, la que le da carácter bien defi- 
nido, la que ha conquistado para su rama más vigorosa la denomi- 
nación de Sismología de precisión; la que ha permitido que esta rama 


1 La masa pendular de cada uno de los aparatos de la Estación del Luyanó 
pesa 28 kilógramos. 

2 De cevopós y ypóppa, dibujo ó escrito. Escrito, dibujo ó registro del sismo 
ó temblor. 


NOSIA 65 


empirismo imnotonta mana L. 


Ej. Péndulo usado en Comrie. 
— Péndulo subsultorio. 
— Péndulo sismoscópico de Casella. 


a componente vertical en el sis- 


q para la determinación de 
t mógrato de Gray-Milne. 


honanos TORA Sismoscopios. 


PÉNDULOS | 


ACI Sismógralo de registro fotográfico. 
HORIZONTAL 


Milne. 


AGO Gray. 
He suspensión. 
| 


Chaplin. 
Elving. 


PT, 


Gray. 
Milne. 


De Omori. 
ds Strassburg (Bosch). 
ba (0; no oscila. 


tan lentamente 


sea equivalente 
mo se quiera— 
rla inclinación 


l 
le á un péndu- 


de 15,000 m. 


os componentes 


PÉNDULOS 


HORIZONTALES, ¿ 


Apoyados..... 


De moción verliedl..com. 


Apoyados y suspendidos. Barra horizontal, apoyada por un extremo y suspendida por el otro por medio de un muelle emir. 


Apoyados. 


De moción horizontal... 


+ Apoyados y suspendidos | 


Barra ó varilla sostenida por un muelle flexible horizontal... mmmemnsreranss 00 


Barra ó varilla sostenida por un-muelle fexible verlical, 


De goznes 6 charnela... 


Barra ó varilla horizontal, apoyada por un extre- 


tical 


CUADRO SINOPTICO G. 


DE LOS PENDULOS HORIZONTALES SISMOGNOSTICOS. 


/ Sencillo... 


[ De marco (Bracket seismograpbs) . 


Con masa pesada en el extremo libre.... 
Sin masa pesada en el extremo libre, 


No compensada. 


Compensada (con mercurio, Gray)... 


Ej. Péndulo usado en Comrie. 
— Péndulo subsultorio. 
— Péndulo sismoscópico de Casella. 


con para la determinación de 
la componente vertical en el sis- 
mógraío de Gray-Milne, 


AR 


Sismógrafo de registro fotográfico. 
Milne. 


suspendida, por el otro, de un sostén yer- 
(CORTCO, )reraiozoircnavodarantarenopreóvanrso A 


lg Cuando el eje de suspensión es vertical, el periodo es 00; no oscila. 


29 Cuando está ligeramente inclinado, puede oscilar tan lentamente 
como se quiera, 


E hacerse que un péndulo horizontal muy corto, sea equivalente 
un péndulo vertical ordinario, tan largo como se quiera— 
rela Dle en la TO sólo disminuir la inclinación 


Bje de suspensión... La recta ideal determinada por los TOS SS APOYO y CAS ta ec 

/ Descubierto por Hengler (1832) 

Aplicado por Zóllner. 

Aparatos de charnela. Chaplin. 

/ Bracket seismographs. [ 

Rebeur: registro de telesismos. Gray. 

pu ligero Milne 
Péndulo pesado, LES e 
De Strassburg (Bosch). 


del eje de suspensión, aproximándolo á la vertical. 
“Un péndulo horizontal con un periodo de 208 equivale á un péndu- 
lo vertical de 125 m. de largo. 


Con un periodo de 4 minutos equivale á uno vertical de 15,000 m. 


Dos péndulos orientados permiten determinar las dos componentes 
rectangulares de un movimiento horizontal. 


SISMOGNOSTIA 65 


saliera del terreno movedizo de un empirismo impotente para ha- 
cerse netamente científica sobre terreno más firme y que sus con- 
quistas puedan beneficiar á otras ramas, ya puras (á la Geología en 
primer término), ya aplicadas. La Sismología aplicada está ya 
eonstituída. 

Para llegar á ese término han corrido más de dos tercios de si- 
glo. La iniciativa y la propaganda de esta rama se debe á la la- 
bor constante de la Asociación Británica para el Adelanto de las 
Ciencias y á la de sus miembros ilustres. De esa rama ó escuela in- 
glesa es hija legítima la escuela japonesa, tan vigorosa hoy. Del 
año 1831, sin descansar un día, data esa labor pasmosa de la Comi- 
sión de Investigaciones Sismológicas de la Asociación Británica. A 
estos trabajos hay que agregar los de la escuela italianq, cuyo genio 
inventivo tanto ha contribuído y contribuye al progreso de la Sis- 
mología y los no menos importantes de la alemana, que han culmi- 
nado en el carácter internacional de las investigaciones que hoy 
se realizan y en el establecimiento de la Estación y Oficina cen- 
trales de Strassburg, en relación con las cuales se encuentra la 
Estación de Luyanó del Colegio de Belén de la Compañía de Jesús, 
“recientemente establecida en las afueras de esta ciudad. 


(U) 


Los dos péndulos orientados que existen en la Estación Sismoló- 
gica de Luyanó, del Colegio de Belén de los R. R. P. P. Jesuítas, y 
que gracias á su bondadosa atención puedo mostrar en estas dos so- 
berbias fotografías (reproducidas en los dos fotograbados que acompa- 
fan á este trabajo), * pertenecen al tipo de los péndulos pesados in- 
ventados por Omori y modificados por la casa Bosch de Strassburg. 
Los aparatos instalados registraron, antes de la inauguración oficial, 
el terremoto de Jamaica á las 3? 14% p. m. del 14 de Enero. Igual- 
mente han sido registrados: el terremoto del Estado de Guerrero á 
las 12h 40% 50 a. m. del 15 de Abril (véase la Lámina III) y últi- 
mamente los dos de Guayaquil (el primero á las 32 15% a, m. del 
12 de Junio y el segundo el 4, á las 9% 577 p. m.) y otro á la distan- 


1 AIlR.S. Sarasola, en particular, debo estas fotografías, así como las de 
los sismogramas registrados en la Estación y varios datos que he aprovechado para 
este trabajo. El P. M. Gutiérrez Lanza también me ha facilitado algunos. El 
Sr, Pedro Guerra y Seguí, ayudante de la cátedra que desempeño, ha ejecutado 
algunos de los dibujos que contiene. Reciban todos la expresión de mi agradeci- 
miento. 


66 SANTIAGO DE LA HUERTA 


cia de 1,938 kilómetros, hacia el tercer cuadrante, á las 22 56% a, m. 
del 13 de Junio. El 1? de Julio, al mismo tiempo que el Observatorio 
de Cheltenham, á las 7?-43 »- 28 a. m., han registrado otro temblor 
á la distancia aproximada de 1,463 kilómetros. (Véase la Lámina 
IV.) Además el P. Gutiérrez ha dadoá conocer en su tercera con- 
ferencia, en la Academia de Ciencias, los topomicrosismos * registrados 
en la Habana. Gracias pues al entusiasmo científico de los R. R. P. P. 
Jesuítas del Colegio de Belén de esta ciudad, ventajosamente cono- 
cidos en el mundo de la ciencia, posee Cuba una Estación qne forma 
parte de la red internacional, cuyas puertas están abiertas—según 
ofrecimientos generosos del R. P. Rector y de los P. P. encarga- 
dos de la misma,— para los alumnos de esta cátedra que deseen 
visitarla. En lecciones ulteriores trataré de estos aparatos y de 
los trabajos de la Estación con mayor detenimiento, cosa imposi- 
ble de realizar en una lección de conjunto como ésta. (Véase el 
Cuadro Sinóptico H.)' 


(v) 


Puede decirse que los sismómetros de líquido, como los del Rvdo. 
Chandler, Babbage, Mallet, etc., fueron el germen que en su des- 
arrollo ha dado lugar á los sismógrafos de gran precisión que hoy 
poseemos. Una onda que se levanta y deja su huella en las pa- 
redes de la vasija que contiene al líquido, á veces tiñendo su super- 
ficie blanqueada (sismómetro primitivo de líquido, de Mallet), pue- 
de considerarse el primer paso. Un indicador que se detiene donde 
llega el líquido, es el segundo paso (sismómetro auto-registrador de 
Mallet). Desdoblar el movimiento en sus componentes rectan- 
gulares, fué un paso gigantesco dado en 1846 por Mallet y aplicado, 
inmediatamente, por él en su sismógrafo eléctrico de interruptor de 
mercurio y, más tarde, por Palmieri, en su «sismógrafo ». 

Un sismógrafo es un aparato complejo formado por dos sub- 
aparatos: uno, un aparato sismométrico; otro, un aparato registra- 
dor, que es el sismógrafo propiamente dicho. Este doble carácter del 
aparato—métrico y gráfico —se consigna en el término sismometrógra- 
fo, con que algunos lo designan. 

El aparato registrador, que es lo que transforma el sismómetro 
en sismógrafo, se compone de dos partes esenciales: 1) el órgano re- 


1 De rórros, lugar. Microsismos locales. Toposismos, terremotos locales; en 
oposición á telesismos (de Tie, á distancia, distante), terremotos distantes ó lejanos. 


STA 67 


ce el trazado, y -2) la superficie 
omo el trazado depende de las 


ANOS. PND. ADA MINA nara naar 


ktado de la centrósfera. 

Le. 

| 

| 

nglesa (Asociación Británica). 
SISMOGRAFIA. ( ¡*Ponesa. 

taliana. 

Memana. 

£te. 

stación Central. 

ficina Central. 


Habana. 


CUADRO SINOPTICO H 


DE LA IMPORTANCIA Y DESARROLLO DE LA SISMOGRAFIA 


S lo Le ha dado carácter científico. Geología General. 
ismología de precisión. 
L20 Es la base dela: . 


Estado de la centrósfera. 
"Luto, 
Sismología aplicada ú las osa 


Infuencia en el progreso de la Sismolog4G.. 0... 


Puras mismo... 7 Meteorología. 


Etc. 
Tecnológicas. 
Inglesa (Asociación Británica). 
SISMOGRAFIA. Japonesa. 
peñas | Investigaciones de carácter nacional ó particular... Escuelas Italiana, 
Alemana, 
En el extranjero. Etc. 


Estación Central, 
Oficina Central. 
PO AO € Y AA Estación Sismográfica del Observatorio del Colegio de Belén, de la Compañía de Jesús, en Luyanó, Habana. 


Desarrollo... 


a) investigaciones de carácter internacional... Conferencias de Strassburg ...oomtonm. ¿ 


SISMOGNOSTIA 67 


gistrador (pluma, lápiz, aguja), que hace el trazado, y -2) la superficie 
receptora en que queda inscripto. Como el trazado depende de las 
posiciones relativas de estos dos órganos, en que uno permanece 
inmóvil (dentro de la teoría; en la práctica sólo se mueve más 
lentamente), cualquiera de los dos puede ser llevado por el sismó- 
metro; el otro es llevado por la parte del aparato en contacto con 
el suelo. 

El trazado ó registro (sismograma) puede obtenerse por medios 
mecánicos (estilete, pluma, lápiz, aguja), por medio de la fotogra- 
fía Ó por medio de la electricidad. De ahí tres clases de registros 
6 trazados: el mecánico, el fotográfico y el eléctrico. 

El trazado ó registro mecánico puede obtenerse de una manera 
activa Ó pasiva. Un lápizó una pluma que escriben en una hoja de 
papel, hacen un trazado de la primera clase. Un estilete ó una 
aguja que rozan en la arena ó desprenden el negro de humo de una 
placa ó papel ennegrecido, pertenecen á la segunda. 


Fig. 13. 


El órgano registrador nos ofrece dos tipos: uno, la aguja senci- 
lla; otro, la aguja amplificadora. El órgano amplificador puede 
ser simple ó articulado por medio de una palanca. En este caso es 
la palanca la que amplifica. La teoría de la amplificación es la del 
pantógrafo: la de la proporcionalidad de los lados de los triángulos 
“semejantes (fig. 13): 

En los triángulos AP A”! y BP B' 
NUNCA A Al IN O EA SS 
si AGREE SB Lol O; 
la amplificación B P' será diez veces la oscilación A A. La misma 
figura permite basar la demostración en la proporcionalidad entre las 
cuerdas correspondientes á arcos semejantes y los radios respectivos. 


68 SANTIAGO DE LA HUERTA 


El Profesor Gray construyó un sismógrafo pendular con los dos 
tipos de aguja. Las agujas simples llenaban dos funciones: la 
registradora y la de oponer resistencia al péndulo * en el registro 
de los topomacrosismos. ? 

En el registro fotográfico la superficie receptora va recubierta de 
una capa sensible ó consiste simplemente en papel sensible. Hace 
el papel de órgano registrador, un rayo luminoso reflejado por un 
espejo y pasando á través de un diafragma. 

El aparato registrador eléctrico consta de una tira de papel como 
superficie receptora y de una serie de chispas isócronas como medio 
registrador. El registro está constituído por las perforaciones se- 
riales producidas por las chispas. Como la tira corre, las perfora- 
ciones quedan en línea recta en tanto no se produce una sacudida; 
cuando ésta tiene lugar la perforación queda desviada. 


(W) 


Los primeros sismógrafos fueron péndulos directos libres provis- 
tos de un estilete ó una pluma, llevados por el bob ó por una varilla 
suspensora ó libre. En otros casos el bob lleva la superficie registra- 
dora ó constituye ésta por sí sola todo el bob (sismógrafo de pén- 
dulo de torsión de Gray, ete. ). Los péndulos provistos de punzoneg 
Ó estiletes fijos en el bob, áctúan sobre una superficie receptora 
cóncava: ya de madera densa ó de metal, recubierta de arena; ya de 
vidrio, recubierta de negro de humo, etc. 

Se aplica también á los péndulos citados una superficie recepto- 
ra plana. En este caso la pluma, estilete, etc., puede disponerse de 
modo que no esté fija, sino sostenida en un conducto y que, por su 
propio peso ú á presión, pueda deslizarse libremente á lo largo del mis- 
mo, haciendo innecesaria la forma cóncava de la superficiereceptora. 

El sismógrafo de esferas movibles de Verbeck llevaba también 
como superficie receptora una lámina de papel colocado sobre la su- 
perficie plana, que sostienen las bolas. 

El tipo de registro ó sismograma obtenido con los péndulos libres 
sencillos directos es el siguiente (fig. 14), que presenta varios incon- 
venientes: primero, la confusión, al extremo de estar constituído 
su centro por una verdadera mancha; segundo, una apariencia en- 
gañosa de registro completo de las fases, siendo así que éstas son 

1 «Dead beat pendulum ». 

2 De róros; paxpós, largo, grande; cevruós: terremotos grandes (intensos) 
locales. 


Fig. 14.—Ti 
v 


SISMOGNOSTA 69 


po de sismograma indescifrable. (Sismógrafo de Cecchi, Obser 
atorio de Manila, 15 de Agosto de 1897.) = 


70 SANTIAGO DE LA HUERTA 


indescifrables; y tercero, que en realidad no representa el movi- 
miento del suelo sino los movimientos relativos del péndulo y del 
suelo (porque el péndulo oscila: cuando aquél cesa de vibrar, aún 
continúa oscilando éste). 

A este último punto fué al que se prestó atención en primer tér- 
mino (es el problema permanente del punto de reposo, especie de: 
obsesión de los sismólogos). Ya he indicado la serie de medios 
distintos á que se ha acudido para resolverlo: péndulo doble, inver- 
tido, etc., hasta llegar al péndulo horizontal. Todas estas modifica- 
ciones en el aparato sismométrico se han realizado para resolver el 
problema sismográfico á que me refiero. 

La confusión del sismograma dependía de la superposición de los 
registros de las vibraciones sucesivas. Lo indescifrable de las fases, 
reconocía esta misma causa y además la ausencia en el sismograma, 
de un factor importantísimo del movimiento registrado, el tiempo. 
La de otro del que no podía prescindirse, el movimiento vertical, lo- 
hacían además incompleto. 


¡e:9) 


La manera de evitar la superposición de los trazados era muy 
sencilla: hacer que cuando se produjera una vibración, el de la an- 
terior no estuviera ya en el campo recorrible por la pluma regis- 
bradora; en dos palabras: substituir la superficie receptora fija, por 
una superficie receptora movible. 

Pero con una superficie receptora movible, fugaz, se pierde por 
completo la noción del movimiento. En cada instante tenemos un 
punto; pero, rotas sus relaciones con el punto del instante anterior, 
el problema queda indeterminado, porque por un punto pueden 
pasar infinitas líneas. De ahí la necesidad de descomponer la vi- 
bración horizontal en dos componentes horizontales rectangulares, 
y Obtener el trazado de cada una, cada punto del cual representa el 
valor de una de las coordenadas horizontales del movimiento, en 
el instante correspondiente. Poreso el registro movible lleva apa- 
rejado, en su perfección, el empleo de dos péndulos orientados que 
desdoblan el sismograma. 

Los sismógrafos dotados de aparato registrador movible, han: 
recibido el nombre de «mecano-sismometrógrafos», Ó «mecano-sismó- 
grafos», «cineto-sismometrógrafos» 6 «cinetosismógrafos.» * 


1 De pmxavñ; kuvnros. Sismometrógrafos 6 sismógrafos de máquina ó de mo” 
vimiento. 


Plastico . PPERMANENTE oc0ncoocoo 


B. 


an 
FuGaz. Necesidad del observador o DE LA MEDICIÓN 
) 


pa Registro... PERMANENTE. Sismográfica. 
| (V. C.sinópt.J). 


1 De yevSts, falso. Falsos sismómetros. 


FASES DEL PRO- 
BLEMA SISMO- 
MÉTRICO. 

El movimiento 

considerado 
como; 


1 


Unico y en conjunto... 
(Sismometria sintética) . 


11A 
Complejo y en 
sus elementos 
6 fA8eS..... . 
(Sismometría a- 
nalítica,). 


Objeto: Análisis | NEAR 


[ Fin: 


CUADRO SINOPTICO 1. 


DEL PROBLEMA 


Bora (Función de sismoscopio, —cronosimoscopio). 


) Determinación de la - 
Direcció mascaras 


Intensidad. 


mico LH 


quilibrio ....... 


be. 
No descompuestas........ Empleo de sólidos en equi- 
e | Mbrio. estable «.0mm.... a? Suma 


A. 
Determinación | Tiempo, no apreciado... 


A. 
B o el movimiento en su tres COMpoONentlS. eecconenoncncnncinnncnnnccccnonroo 


Tiempo, apreciado. 


Sintesis 6 Reproducción del movimiento... 


No registradores. 


SISMOMBETRICO 


AB No compensados 


lores... 


4 Compensados.. 
«4 Dos horizontales. 


| Una vertical... 


haora savosan 


Sekiya, 1887. 


mI Registro..... 


PERMANENTE +... 


B. 
FuGaz. Necesidad del observador ¿BACARACTER DB LA MEDICIÓN 


PERMANENTE. Sismográfica. 
(V. C.sinópt. JS). 


SISMOGNOSTA Tr 


Donde hay confusión, no puede haber precisión; donde no hay 
precisión no hay verdadera medida. Medir ó registrar una sola 
sacudida, aislada, Ó medir Óó registrar varias en una confusión 
grande, es caer en la medida ilusoria. El sismómetro, en rigor, 
no fué verdaderamente tal hasta que se hizo sismógrafo; y, aun 
en este caso, no lo fué hasta que se le aplicó el registro mo- 
vible, porque sólo entonces pudo estudiarse en sus elementos 
el movimiento del suelo. El cinetosismometrógrafo, ha sido el pri- 
mer ensayo, el primer paso en la vía recta y franca que conduce á 
la solución del problema sismométrico. Y aún faltan algunos por 
recorrer, si no en teoría, en la realización práctica. Todos los de- 
más han sido pasos de tanteo. Los llamados hasta entonces sismó- 
metros y sismometrógrafos, sólo eran en rigor simples sismoscopios 
con pretensiones de sismómetros (pseudosismómetros). +. Y los sismó- 
grafos titulados sismometrógrafos, simples sismoscopógrafos. (Véase 
el Cuadro sinóptico I.) 

El registro movible había sido usado desde 1846 por Mallet. 
Palmieri usaba la cinta de papel del telégrafo de Morse. 

El aparato receptor movible, comprende dos géneros: el de disco 
y el de cilindro; con dos variedades en su funcionamiento: movi- 
miento contínuo (haya Ó no sacudidas; puede ser lento ó veloz) y movi- 
miento intermitente (sólo cuando se produce una sacudida: en este 
caso llevan como accesorio un cinetosismocopio). Las especies son 
los modelos diversos ideados por los autores, comprendidos en 
dichos géneros y comprendiendo las variedades mencionadas. 

El disco movible ha sido adaptado al bob del sismómetro pendu- 
lar (Gray, Kreil). En el de Gray la rotación del disco es intermi- 
tente, sólo cuando se produce la sacudida. El movimiento es pro- 
ducido por un alambre tercido, sujeto por un resorte que lo deja en 
libertad al producirse la vibración (sismógrafo de péndulo de torsión 
de Gray). En el de Kreil un aparato de relojería pone en movimien- 
to el disco. Las agujas en ambos casos están en comunicación con 
el suelo. El de Kreil hace un registro único; el de Gray, dos, co- 
rrespondientes á cada una de las componentes horizontales. 

En otros sismógrafos (el más importante, el de charnela de 
Ewing), el disco es movido por un aparato de relojería que está en 
conexión con el suelo. El sismógrafo de Ewing registra las tres 
componentes. El péndulo sismográfico de Wagener con registro de 


1 De yevSas, falso. Falsos sismómetros. 


- 
w 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


disco movible, es de trazado único. Si se usa el disco con movi- 
miento continuo, el trazado es una circunferencia que, terminada, 
vuelve á ser recorrida por la aguja; al producirse una sacudida, ca- 
da aguja marca en una línea sinuosa á un lado y otro de la cireun- 
ferencia los valores sucesivos de la componente respectiva (fig. 15). 


Fig. 15.—Sismograma obtenido con el aparato registrador de disco movible, de 
Ewing. (Según Sekiya): a, componente E-O; hb, id. N-S; c, id. ver- 
bical. 


, 


Si se usa con movimiento intermitente no hay trazado en tanto no 
ocurre sacudida. 

El registro en forma circular tiene, entre otros, el inconvenien- 
te que deforma el trazado. 

La superficie receptora ó registradora de forma cilíndrica presen- 
ta la inmensa ventaja de ser desarrollable en un plano. Fué em- 
pleada por Mallet en su sismógrafo de líquido, varias veces citado, 
y también por Palmieri. 

Unas veces, una banda de papel se arrolla en dos cilindros en 
movimiento pasando de uno á otro (sismógrafos de Milne y de 
Gray-Milne). En los de movimiento continuo, Gray ha em- 
pleado una ciota suficientemente larga para que pueda durar 
veinticuatro horas sin las repeticiones, que tenían lugar en los de 
disco y en algunos de cilindro de movimiento continuo. Los apa- 


Sismómetros primitivos. 


tres componentes, ... 


Mallet. 
Palmieri. 
APODO 
scifrable) 
8 horizontales). 
Simple 
cs A ME ] 
único. a 
| Combinados... EA REEIEO: 
pS [ Triple. ) 
| p Com nados... 
pra) 
do Gray's dead beat pendulum seismograph. 
SEN Ej.: Sismógrafo de péndulo de torsión de Gray. 
tebya — GSismógrafo de Kreil, de registro único. 


cal Sismógrafo de Wagener, de registro único. 


—  Sismógrafo de Ewing, de registro triple. 


un Sismógrafos de Luyanó. 


CUADRO SINOPTICO y 


DE LA EVOLUCION Y ESTRUCTURA DE LOS SISMOGRAFOS 


1. Huella Sismómetros primitivos. 


Descomposición del moyimiento en sus tres componentes... 
Tubos en L orientados... 


Moción vertical 


De líquido Mallet. 


Indice. Palmieri. 


Aguja amplificadora... 


EE o 1 


Aparato registrador de cilindro movible. 


Fases evolUtiVOS cocrccsoono SismóBralos ..... ( 


Libres (sismograma indescifrable) 
Orientados (componentes horizontales). 


Péndulos,. Verticales de moción... Horizontal... 


balance Ñndu- 


De sólidos en equi- 
librio estable dae 
pá 

dulos) 


Horizontal 


Verticales de mos. | 2 Registro. 


Movie, Registro del tiempo) Pendnlos - Vertical. ] Combinados os 
SISMOGRAFOS. ( DE EN 1 Triple. ) 
¿ Vertical Pp 
Horizontales de moción | comumacos a... 
Horizontal (período tan grande como se quiera) 


Aparato sismométrico. 


División . 


Gray's dead beat pendulum seismograph. 


Sencill ES 
Amplificador AE TO 


Cuerdas de arcos semejantes, proporcionales á los radios. 


¡Organo registrador ) Teoría. 


Constitución... 
Pluma, 
Aparato regis- Variedades... LApIa, 
trador (sismó- Aguja, 
grafo propia- 
mente dicho) Elo. 
/ Cóncayn. 
Fija... 
Plana. Albob. Movimiento producido por. En alambre torcidO...ocommmm. Ej: Sismógrafo de péndulo de torsión de Gray. 
Superficie recopto- Circular... Disco adnptado...... | Un aparato de relojería......... —  Sismógrafo de Kreil, de registro único, 
ica cblicono paro rapon oa | A ., > 
á ¡A la parte del aparato en contacto con el suelo... Ej.: Sismógrafo de Wagener, de registro único. 
—  Sismógrafo de Ewing, de registro triple. 
Mallet. 
> Palmieri. 
Moviblesasaroos o En reco psp 
Gray. 
Etc. 
Ventajas. .......... Registro desarrollable en un plano, 
A Cilíndrica. ...... CilindrO suman.» anernensos o Uno. 
Dos, 
Sólo rotación. 
Movimiento 


Rotación y traslación Sismógrafos de Luyanó. 


Encerrado en cámara obscura cilíndrica. 
Libre. 


SISMOGNOSIA 73 


ratos modernos, como los que existen en la Estación del Colegio 
de Belén, llevan un cilindro que está dotado de dos movimientos: 
nuo continuo y lento, de rotación, que dura una hora; otro ins- 
tantáneo, de translación en la dirección del eje de rotación, al 
terminar el anterior, mediante el cual avanza una cierta cantidad, 
por lo que el sismograma tiene la disposición de una pauta de 24 
líneas paralelas. 

En uno de los modelos de Milne, de registro fotográfico, el cilin- 
dro registrador con el papel sensible va encerrado en otro cilindro 
hueco, que forma una cámara obscura, con un orificio para dar 
paso á la luz. En otro, la masa de su péndulo horizontal ligero, 
lleya el orificio que da paso á la luz, permaneciendo obscura toda la 
parte inferior del aparato. (Véase el Cuadro sinóptico J.) 


O) 

El factor tiempo es indispensable para el conocimiento de la 
historia del fenómeno. No hay historia posible sin cronología. Pe- 
ro-—aparte de la indicación precisa de la hora á que comenzó el mo- 
vimiento, que es función del cronosismoscopio,—un sismograma 
dice muy poco, ó no dice nada, si no se expresa en él la longitud del 
mismo que corresponde á la unidad de tiempo y sus divisores, 
pues sólo de este modo puede calcularse la duración total del movi- 
miento, la de sus diversas fases y el tiempo que separa el comienzo 
de cada una, que tan importante es para el cálculo de la distancia. 
Y, á más de todo esto, el período de cada vibración, dato de 
suma importancia. El sismograma debe ser acompañado de un 
cronograma, * -ha de ser paralelamente una y otra cosa: sismogra- 
ma y cronograma; un cronosismograma. 

El cronograma puede ser trazado previamente en el registro. Co- 
nociendo el avance angular del registro circular, pueden trazarse 
radios que corten á las circunferencias correspondientes, dividién- 
dolos en sectores, de arco igual al arco recorrido en la unidad de 
tiempo elegida. Conociendo el avance, en arco rectificado, del cilin- 
dro registrador, pueden trazarse rectas según la dirección del mismo, 
que correspondan á las unidades de tiempo; ó bien disponer dos sis- 
temas de líneas en forma de cuadrícula que, á la vez que dan la medida 
del tiempo, den la amplitud de la vibración. Esta disposición pre- 
via tenía el registro del sismógsrafo de Palmieri, cuidadosamente di- 
vidido en horas, minutos y segundos. 


1 De xpóvos y ypáppa. Dibujo, escrito ó registro del tiempo. 


74 SANTIAGO DE LA HUERTA 


Por último, no es necesario ningún trazado, cuando se conoce la 
magnitud angular ó lineal que recorre el registro en la unidad de 
tiempo, pues basta medir las magnitudes respectivas. 

Pero es menos expuesto á cualquier percance—y aun este per- 
cance puede ser registrado—si el aparato, al mismo tiempo que 
fija el sismograma, paralelamente registra el cronograma corres- 
pondiente. 

El cronograma reviste dos tipos principales, el continuo y el in- 
termitente, ambos—desde luego—periódicos. 

En el primer caso (sismógrafo de Gray-Milne), la aguja cro- 
nográfica está en contacto constante con el registro y experimen- 


Arri 


Componente vertical mec 
Abajo 


Componentes horizontales 


é z 21 24 pm. 


Tiempo expresado en. segundo —_—_—_—_—_—+ _-—_— 
0 1 e , s $ . 


Fig. 16.—Fragmento de un sismograma obtenido el 15 de Agosto de 1897, con 
el aparato Gray-Milne en el Observatorio de Manila. 


ta sacudidas isócronas que levantan en prominencias, por cada uni- 
dad de tiempo, la línea de planicies intermedia (fig. 16). 

En el segundo caso, la aguja Ó palanca cronográfica permanece 
levantada la mayor parte del tiempo y sólo toca el registro instan- 
tánea é isócronamente; levantándose con suma rapidez, de donde 
resulta el cronograma discontinuo. De esta clase es el aparato cro- 


(SN HLNANOJIOO) 


ONVAIT HA NQIOVISA VI NA OGINALIO 
“LOGT HA €] TIMAV “(ODILAM) ONAHAANAD AA OAVISA TIA OLONAUUAL TIA VIV VHDONSIS 


A 


A 


TI VNINVT 


NANO MOD) 


“NV sé uE? yl SVI V “2061 94 OITAf HU ¿] TA “ONVAMT HA NOIOVISH VI NA OCINALIO VA VADONSIS 


AI VNIMy1 


rn hm " 


ATA A AA mp > 


SISMOGNOSTA 75 


nográfico que acompaña á los péndulos de Bosch de la Estación del 
Colegio de Belén. El cronograma está constituído por una serie de 
cortos y gruesos trazos normales á las líneas de la pauta corres- 
pondiente al registro del reposo. En uno de los registros del terre- 
moto de Guerrero, al saltar la aguja sismográfica se interrumpe 
por completo el sismograma propiamente dicho; pero continúa el 
cronograma hasta el final (Lámina 11). Este accidente eventual 
nos da una lección sugestiva é imborrable, respecto á la constitu- 
ción de un sismograma completo por dos elementos igualmente im- 
portantes: un cronograma y un sismograma propiamente dicho; así 
como que la falta de cualquiera de los dos, anula igualmente el re- 
gistro. 


(Z,) 


Aunque en los telesismos ó terremotos lejanos, la componente 
vertical es muy insignificante—lo que hace que sea despreciada 
en las estaciones modernas que sólo tienen dos péndulos horizonta- 
les orientados (N-S. y E-O. generalmente)—sin embargo, dicha. 
componente es indispensable para tener una noción completa del 
movimiento y muy importante en los casos de toposismos. Un sis- 
mograma completo ha de constar de cuatro gráficas: una de cada 
una de las tres componentes y otra del tiempo (fig. 16). El do- 
ble fin que con él se persigue es: el análisis del movimiento, 
para el cómodo estudio de sus factores constitutivos; y la síntesis 
final, la reproducción del mismo, tal como la realizó el Pr. Sekiya 
(19.32).12 


(€) 


El estudio ó análisis de un sismograma es un asunto muy im- 
portante que no cabe en una lección general; pero debo advertir 


1 Una sola gráfica, aislada, nada significa. Véase á continuación la traduc- 
ción de un párrafo de reciente trabajo del ilustre M. Montessus de Ballore: «Los 
periódicos, apoderándose de los temblores de tierra como de uno de tantos gran- 
des acontecimientos, publican despachos contradictorios Ó falsos y fragmentos de 
teorías fantásticas, acerca de la naturaleza de los movimientos sísmicos, capaces de 
extraviar el juicio mejor formado. Reproducen, además, sismogramas, obteni- 
dos en observatorios lejanos del origen, sin ninguna explicación, de modo que el 
lector se imagina que el suelo se mueve según una elegante curva sinusoidal y 
harmoniosa, cuyas oscilaciones regulares sigue.» (Cosmos, tomo LV, número 1,135, 
27 Oct. 1906.) 


76 SANTIAGO DE LA HUERTA 


que en vista de las redes coordinadas (y muy especialmente de la. 
red internacional) el registro de un terremoto debe disponerse de 
modo que sea fácil el obtener copias fotográficas—pues éstas son 
la única garantía de autenticidad. De «ahí la adopción del regis- 
tro fotográfico directo (sismógrafos de Milne), del cristal con bar- 
niz fotográficamente sensible, etc. El uso de la placa de vidrio ahu- 
mado tenía por objeto fijar el negro de humo y usarla directamen- 
te como negativo—de ahí, el empleo cómodo con este fin, dei regis- 
tro de disco—cosa imposible en el registro cilíndrico. Milne y otros 
substituyeron el registro de cristal ahumado por el papel sensible, 
que impuso el empleo de la luz como medio gráfico. En los aparatos 
de Bosch se emplea el mismo papel como negativo fotográfico, des- 
pués de la fijación del negro de humo, aprovechando su transluci- 
lez. Las copias fotográficas del sismograma de México y del otro 
(Láminas 11 y 1v) recogidos en la Estación del Colegio de Belén, 
han sido obtenidas de este modo. (Véase el cuadro sinóptico K.) 

Un sismógrafo es, —para terminar, —un aparato delicadísimo; 
de sensibilidad exquisita, ultrasensible y, por tanto, hay que anular 
toda causa que tienda á disminuir esas cualidades indispensables. 
Por eso el problema de su construcción práctica se ha complicado 
con nuevos factores. Los rozamientos, inevitables, ha sido necesario 
atenuarlos: el punto de apoyo, el de suspensión, el aparato regis- 
trador en sus múltiples órganos, etc., cada uno de los cuales los 
presentaba en más de un punto, han puesto á prueba la paciencia 
y la sagacidad de los constructores y encierran prodigios de mecá- 
nica destinados á anular Ó, por lo menos, á atenuar dichos roza- 
mientos. 


SISMOGNOSTA YT 


APÉNDICE 


NOTAS CRONOLÓGICAS Y BIBLIOGRÁFICAS 


REGISTROS 
6 
SISMOGRAMAS | 


jograma. 
po. 
E > . Palmieri. 
MDgióbo Cuadrícula ... aa (Fig. 15) 
( Continuo ...... Gray-Milne. (Fig. 16) 
jultáneo ... J 
Upiscontinuo... Bosch. (Lms. 1 y 1v) 
OO RS Estación de Luyanó. 


CUADRO SINOPTICO K. 


DE LOS REGISTROS O SISMOGRAMAS. 


== ACtÍvO ..... AE 
Mecánico... Pluma, 
Pasiyo...... Estilete .......o.. 


do una capa de arena fina. 


En una capa de negro de humo. 
PROCEDIMIENTOS DE OBTENCIÓ: 


Fotográfico... Medio registrador: un rayo de luz, 


Superficie receptora: sensible, 
Eléctrico. 


Fijo (Estatosismograma) +... 


FASES EVOLUTIVAS,—ReBiBllO.0coooooscooss 


REGISTROS 
ó 
SISMOGRAMAS 


Movimiento... 


En los REGISTROS MOVIBLES hay qua 
considerur el... 


Factor importantísimo,—El registro no debe ser un simple sísmograma sino un sismocronograma. 


ARA ÁREA AAA 


Tiempo .... 12 Por el espacio recorrido por el registro en la unidad de tiempo. 


Determinación en al Palmieri, 


Moyible (Cinetosismograma)..... E 


EÍEIOBTOMDA ve. Por un registro especial del mismo cronograma; de (1 PreviOmmnnioo Guadrionla ia (Fig. 15) 
trazado, con relación al sismograma... Continuo... Gray-Milne, (Fig. 16) 


2. Simultáneo ... [ 


Discontinuo.. Bosch. (Lms, 111 y 1v) 
Vidrio. 
Papel (siempre translúcido) 


OBTENCIÓN DEL NEGATIVO, Dd Ec] Registro sensible. 


fotográficas por medio 3 
Fijación del negro de humo end 
Estación de Luyanó. 


SISMOGNOSTA 7T 


APÉNDICE 


NOTAS CRONOLÓGICAS Y BIBLIOGRÁFICAS 


DESTINADAS Á LOS ALUMNOS QUE DESEEN AMPLIAR LAS NOCIONES 


R. 
R.-S.-E. 
Rep. 
Rep.-B.-A. 
5. 

S.-S.-I6. 
S.-S.-Jap. 
Se. 


ADQUIRIDAS EN ESTA LECCIÓN. 
Abreviaturas que requieren explicación 


Asociación, Association. 

Asiatic Society of Japan. 

Academia, Académie, Academy, Accademia. 

Academia de Ciencias. 

América, American, Americana-0. 

Anales, Anual, Anuario, Annales, Annual. 

Annual Report. 

Avancement. 

British Association for the Advancement of Sciences. 

Bolletino della Societa Sismologica Italiana. 

Boletín, —Bolletino. 

Bruxelles. 

Comptes Rendus des Séances de 1'Académie des Sciences, París. 

de, dei, del, della, der, des, du, etc. 

Earíhquakes Investigations Committee or Commission. 

far. 

Francia, France, Frangaise. 

Investigaciones, Investigations. 

Italia, Italiana-o. 

Journal, Jurnal. 

Japan. 

New York. 

The Publications of the Earthquakes Investigations Committee 
of Japan in foreign languages, Tokyo. 

Proceedings of the Royal Society of London. 

Proceedings. 

Real, Reale, Royal. 

Royal Society of Edinburgh. 

Report. 

Report of the British Association for the Advancement of Sciences. 

Sociedad, Societa, Societé, Society. 

Societa Sismologica Italiana. 

Seismological Society of Japan, Yokohama. 

Sciences, Scientific, Scientifique. 


Seism. Inv. Com. Seismological Investigations Committee. 


78 SANTIAGO DE LA HUERTA 

Str.-I.-K. Verhandlungen der vom 11 bis 13 April 1901 zu Strassburg abge- 

haltenen ersten internationalen Konferenz... 1902 (Leipzig). 

— — — B. Id.—Beilagen—Annexes. 

—— ——A. ld. id.  —Statuten und Berichte—Status et Rapports. 

————B. ld. id. —Vórtrage. —Discours. 

==-——C. ld. id.  —Abhandlungen.—Mémoires. 

Str.-IT.-K. Id.—II Konferenz. (Deuxiéme Conférence). 

T: Transactions. 

T.-A.-S.-Jap. Transactions of the Asiatic Society of Japan. 

T.-B.-A. Transactions of the B. A. 

T.-R.-S.-E. Transactions of the R. $. E. 

T.-S.-S.-Jap. Transactions of the S.-S.-Jap, 

> (A continuación de una fecha) significa: «y siguientes». 

136 China.—Se crea una Comisión para el estudio de los terre- 
mob08. 
-—  Cho-Ko, China. —Simoscopio. 

1742 Leghorn.—Se usa en esta localidad un sismómetro de agua, 

1784 SaLsano.—Sismómetro: Usado en Nápoles. 

1831 Brrrism AssocIATION FOR THE ADYANCEMENT OF SCIENCES (la 
designaremos abreviadamente por B.-A.).—Fundación. 
Crea después su Seismological Investigations Committee, entre 
cuyos fines estaba el suscitar la invención de aparatos re- 
gistradores («seismometers»). 

1832 HuewNGLER.—Inventa el péndulo horizontal, que después el 
Pr. Zóllner, de Leipzig, mejora y aplica al estudio de 
las variaciones de la gravedad, etc. 

1841 B. A.—«Report on Seismometers». 

—  ForBrs.—Sismómetro de péndulo invertido (inverted pen- 
dulum seismometer). 
(Rep.-B.-A. p. 47). 
(T. R.S. E., xv, p. 219). 

1842 B. A., Seism. Inv. Comm.—Sismómetro de moción vertical 
usado en Comrie (Escocia). 

1846 MarLLer, RoBerT.—«On the Dynamics of Earthquakes». 
(T. R. Irish Ac., Dublin). 

—Sismómetro auto-registrador, de mercurio (self-registering 
seismometer). 

1861 Morsra.—Observaciones respecto á la agitación de la super- 
ficie libre del mercurio y de la perturbación de las imágenes, 
hechas en Mendoza inmediatamente después del terremo- 
to del 20 de Marzo. 

1862 MaLLer, RoBerT.—«The First Principles of Observational 


SISMOGNOSTA 79 


Seismology». 2 vol. 8vo. London. It contains the Rep. on 
«The Great Neapolitan Earthquake of 1857». 

1868 Amrabiz, A.D'—Observaciones y experimentos acerca de 
las variaciones de la vertical. 

1870 BerreiLI, Rvvo. Timorrko.—Observaciones acerca de los 
microsismos. 

1872 AmnBaDIk, A.D' —«Etudes sur la Verticale». 

(A. Fr. Av. d. Sc. p. 159). 

1873 BrrreLL1, Rvpo. T.—5,500 observaciones de microsismos. — 
Concluye que los movimientos microsísmicos aumentan con 
la caída de la columna barométrica (borrascas microsís- 
micas). 

1874> Ross1, Pr. S. —Bol. d. Vulcanismo 1t. 

—Observaciones microsímicas. —Establece que los grandes 
terremotos son casi siempre precedidos ó acompañados por 
verdaderas tempestades ó tormentas microsísmicas. 

1875 Japón.—Introducción del sismómetro de Palmieri. 

1876 Morsta.—Publica las observaciones hechas inmediatamente 
después del terremoto de Mendoza del 20 de Marzo de 1861. 
(Veues Jahrb. f. Mineral. p. 290). 

—  VerBEck, Dr. G. F.—Sismógrafo de esferas movibles (rolling 
sphere seismograph ), Japón. 

1878 PLANTramoUrR, P.—Variaciones de la vertical. 

(C. R. Juin, 24.) 

—, 84— (Arch. d. Sc. Géneve). 

—  Rosst, Pr. S.—Más de 6,000 observaciones microsísmicas, 
etc., con el empleo de: microscopios; péndulos de diferente 
longitud suspendidos en perforaciones hechas en la roca fir- 
me; micrófonos; teléfonos, etc. La mayor parte en la gruta 
de Roca del Papa, 700 m. de altura, 18 m. bajo el suelo. 

1879 Italia.—Organización del Servicio Sismológico. 

—  PLANTAMOUR, P. 

(CER: Dec: 1.) 

1880-2 DARWIN, GEORGE and Horace. —Observaciones acerca de las 
vibraciones del suelo (microsismos), en el Cavendish La- 
boratory, Cambridge. 

1880 Ewirxc, Pr. J. A.—«New Form of Pendulum Seismograpb». 
(T.-S.-S. Jap., vol. 1, 6 pp. 3 pl.) 

—«On a New Sismograph». 

(T.-S.-S.-Jap., vol. 1.) 


80 


1880 


1881 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


Gray, T.—«Seismometer and Torsion Pendulum Seismo- 
graph ». 
(T.-S.-8.-Jap., vol. 1, 6 pp. 3 pl.) 

Heim, Pr. A.—-«Les Tremblements de Terre et leur Etude 
Scientifique ». 

Japón.—Seismological Society of Japan. (La indico abrevia- 

damente S.-8.-Jap.) Yokohama. 

Transactions of the—. (Abreviadamente T.-S.-8.-Jap.) 

MiLNeE, JouN.—Primer ensayo de observaciones coordina- 
das en el Japón. (Apoyado por la B. A.) 

—« Seismometry ». 
(Earthquakes and other Earth-Movements, 1*t ed. London. 
Intern. sc. Series. K. Paul et Cie.) 

—«Seismic Science in Japan». 
(¿T.-S.-S.-Jap., vol. 1, 35 pages.) 

WaAGrxer, G. ano Kyirrina, E.—«New Seismometer and 
Observation with same ». 
(T.-S.-8.-Jap., vol. 1, 18 p. 1 pl.) 

ABBADIE A. D'—«Etudes sur la Verticale ». 
(An. 5. Se. d. Brux.) 

Darwin, G. H. ayo H.—Estudios sobrela vertical. «Report 
on Lunar Disturbance of Gravity». 
(T.-B.-A.) 

Ewix6, Pr. J. A.—«Astatic Horizontal Lever Seismograph». 
(T.-S.-8.-Jap., vol. 11, 5 p. 1 pl.) 

—«Earthquakes observation at three or more Stations, etc.» 
(T.-S.-S.-Jap., vol. 111, 4 p.) 

—«Records of three recents Earthquakes». 
(T.-S.-8.-Jap., vol. 6 p. 3 pl.) 

—«Earthquake of March 8,1881». 
(T.-S.-8.-Jap., vol. 111, 8 p. 1 pl.) 

—«Seismometer for Vertical Motion ». 
(T.-8S.-8.-Jap., vol. 111, p. 140, 3 p. 1 pl.) 

—«On a New Seismograph ». 
(Pr.-R.-S. Numb. 210.—Publicado primero en 7.-S.-S.-Jap. 

Dic. 1880). 

Gray, T.—«On recent Eartquake Investigation». 
(The Chrysanthemum). 

— «Steady Points for Earthquake Measurements». 
(P.-S.-8.-Jap., t. 111, pp. 1-11, 3 pl.) 


1881 


1882 


SISMOGNOSIA 8l 


—«Seismograph for Registering Vertical Motion». 
(T.-S-.S.-Jap., vol. 11, p. 137, 3 p. 1 pl.) 

—«Seismograph for Large Motions». 

(T.-S -S.-Jap., vol. 11, 2 p.) 

—«Compensating a Pendulum to make it Astatic». 
(Tr.-S.-S.-Jap., vol. 111, 3 p.) 

—«On Instruments for Measuring and Recording Earth- 

quake Motions». 
(Phil Mag., September. ) 

—AND MILNE, Jonn.—«Earthquakes Observations and Ex- 

periments in Japan». 
(Phil. Mag., November. ) 

MiLNE, Jomx.—V. Gray and Milne. 

—Seismological Investigations, An. Rep. 
(T.-B.-A.) 

—«Investigation of the Earthquake Phenomena of Japan». 
(Part 1.) 

(Rep.-B.-A.) 

—«Experiments in Observational Seismology». 
(T.-S.-S.-Jap., vol. 111, 53 p. 3 pl.) 

—«Horizontal and Vertical Motion in Earthquake of March, 
8,1881». 

(T.-S.-S.-Jap., S p. 3 pl.) 

PLANTAMOUR, P.—Estudios sobre la vertical. 
(C.-R. Février). 

Rockwoob, Pr. C. G.—«Japanese Seismology». 
(Am. J. of Se., xx, December. ) 

DArwIyN, G. H. and H.—Estudios acerca de la vertical (ma- 
reas, etc.) «Report on Lunar Disturbance of Gravity». 
(T.-B.-A., p. 95.) 

Ewiny, Pr., J. A. 

«Seismological notes.» 

«A Duplex Pendulum Seismometer». 

«The Suspension of a Horizontal Pendulum». 
«A Speed Governor for Seismograph Clocks». 
(T.-8.-S.-Jap., vol. y, p. 89-95.) 

MiLNE, J.—«Investigation of the Earthquake Phenomena 
of Japan». (Part 11.) 

(Rep.-B.-A.) 


1883 


1884 


1886 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


—«Seismology in Japan». 
(Nature, London, October. ) 

— «Systematic Observation of Earthquakes». 
(T.-S.-S.-Jap., vol. 1v, 31 p. 5 pl.) 

STEVENSON, €. A.—Sismógrafo de esferas movibles (rolling 
sphere seismograph. ) 

(T. R. Scotl. $. of Arts, February.) 

ALEXANDER, Pr. T. —«Ball and Cup Seismometer». 
(T.-S.-S-Jap., vol. vI.) 

—«The Development of the Record given by a Bracket 
Machine». 

(T.-S.-S.-Jap. vol. vi.) 
Ewix6G, Pr. J. A.—«Earthquake Measurement». 
(Memoirs of the Science Department of the Imperial University 
of Tokyo: Numb. 9.) 
—«A Duplex Pendulum with a Single Bob» 
(T.-S.-8S.-Jap. vol. vr, p. 19.) 
—«On certain Methods of Astatic Suspension». 
(T.-S.-8.-Jap. vol. v1, p. 25.) 

Italia. —Observatorio geodinámico con un bureau de archi- 
vos. Una red de 50 estaciones anejas á diferentes obser- 
vatorios meteorológicos. 

KnNIPPING— AND PauL. —«Report on a System for Earth- 
quake observation». 

(T.-S.-8.-Jap. vol. vI.) 

MiLNB, JoHN. —«Seismometry». 

(Earthq. and other Earth mov. Cap. 11, p. 12-40.—Tokyo 30 
June, 1883.) 

Wesr, €. D.—«On a Parallel Motion Seismograpb». 
(T.-S.-S.-Jap. vol. v1.) 

MizxE, J.—«Measuring Earthquakes». 

(Vuture, London, June 12 and 19.) 

—«Catachthonic Observatory in Japan». 
(Vature, London, vol. XxIx, p. 413.) 

PLANTAMOUR, P. —Desviaciones de la vertical. 
(Arch. Sc. etc., Genéve, xIL, p. 388.) 

MiLNE, J.—«Recherches sur les tremblements de terre au 
Japon» (1 Congrés Geologique, Berlín). Imprimerie de 
L*Echo du Japon, Yokohama. 

Francia. —Después del terremoto de Niza, se instalan los 


SISMOGNOSTA 83 


primeros sismógrafos en algunos observatorios meteoroló- 
gicos. 


1886 Japón.—Fundación de la cátedra de Sismología en la Uni- 


versidad de Tokio. Profesor, Mr. Sekiya. (A su muerte le 
ha sucedido Mr. Omori. ) 

MILNE, J.—«Seismometry». 
(Earthq. and other € New York.) 


1887 GeErLAND, Pr. Grora.—Beitrage zur Geophysik; zeitschrift fúr 


1892 


Physikalische Erdkunde. 
(Abreviadamente: Gerland's Beitr. 2. GUHeoph. 6 Beitr. z. 
Geoph. ) 

SExIYA, Pr., Japón.—Modelo para demostrar la brayecto- 
ria de una partícula de la corteza durante el terremoto 
de Tokio de 15 de Enero (Presentado en la Exposición 
de París de 1889.—( Fig. 3%.) 

WorLr.—Estudios acerca de las variaciones de la vertical 
(C.-R., xovIt, p. 228.) 

AGAMENNONE. —«Registratore di terremoti a doppia velocita». 
(Atti della R. Accademia dei Lincei, Rendiconti, Roma, t. v.) 

HaBenicur, HermaNN.—«Das seismiche Problem». 

(Deutsche Rundschau fiw Geograph. und Statistik, x1, p. 11.) 

AGAMENNONE.—«Sopra la correlazione dei terremoti con le 
perturbazioni magnetiche». 

(At. d. R. Acc. d. Lincei, Roma, 287 an. Ser. Iv, vol. vi, 


pp. 21-6.) 


CAEVALIER.—«Sur un tremblement de terre 4 Chang-Hai et 


x 


legs mouvements des boussoules 4 Zi-Ka-Wei, durant ce 
tremblement de terre.) 
(C.-R.-4. 0x, p. 670.) 
LipmanN, G.—«Sur la theorie et le mode d'emploi, des appa- 
reils seismographiques». 
(C.-R. 4. 0x, p. 440.) 
Nres.—«Zur Erdbebenfrage». 
(Juhreshefte des Vereins fúr vaterlandische Naturkundeiín Wiirt- 
temberg, 46 Jahr. p. 74-87.) : 
Scumrbr, A.—«Untersuchungen úber zwei neue Erdbeben». 
(Jahresh. d. Ver. f. vaterl Nat. in. W;rt. 46 Jahr. pp. 200-32, 
Tar mk) 
Japón. —Comisión para la Investigación de los Terremo- 
tos. (Earthquakes Investigation Committee of Japan. ) 


84 SANTIAGO DE LA HUERTA 


1892 The Seismological Journal of Japan. Tokio. 

— > KiLrIaN, W.—«Notes sur le sismographe Kilian-Paulin». 
(Travaux du Laboratoire de Géologie de la Faculté des Science: 
de Grenoble. ) 

1893  HokerNes, R.—«Erdbebenkunde. Die Erscheinungen und 
Ursachen der Erdbeben, die Methoden ihrer Beobachtung», 
Leipzig. 

—  Japón.—Exposición de Chicago. Instalaciones de apara- 
tos sismográficos. —Memoria razonada del Observatorio 
Jentral Meteorológico del Japón acerca de las observa- 
ciones sobre los terremotos ocurridos en el Japón des- 
de 1885 4 1890 y recogidas con el sismógrafo de Gray- 
Milne. 

—  MinwNe, Jomn.—Nueva tirada de la obra Earthquakes de. 

—  TANAKADATE, A., NAKAMURA, K., Q.—«Report on seismo- 
graphs» (Shinsai Yobo Chosalewai Hokokun, n? 1, pp. 41-2.) 

1894 Ewixa, J. A.—«Seismometer». 

(The Enc. Brit., 9% edit., vol. xx1, p. 657-661.) 

—  Japón.—La red organizada por Milne comprende, en este 
año, 700 estaciones. 

—  —RubLrr, F. W.—«Earthquakes». 

(The Enciclop. Brit. 9% ed. vol. vir, p. 526-30.) 

1895 GUNTHER, SIEGMUND. —Influencia de la presión atmosfé- 
rica sobre los microsismos y otros movimientos de la 
corteza. 

(Gerland's Beitr. 2. Plwys. 11, pp. 71-152.) 

—  MimNkE, J.—Otra tirada de la edición de 1883 de Earth- 
quake, S. New York, D. Appleton. 

—-  ReBeur-Paswirz.—Discusión de las observaciones de te- 
rremotos hechas en los diferentes observatorios de 
18924. 

(Gerland's Beitr. zur Geophys. 11, pp. 211-536.) 

1896 Burw, ODÓN DE. —«Sismómetros y sismógrafos». 
(Historia Nat. Ed. pop. t. 1, cuad. vin, pp. 531-6.) 

1897 NAkaAmMurRa, K.—«Note on the Magnetic Disturbances pre- 
ceding the San-Riku Tsunami» (£. 1.C. Ho, n? 11, pp. 35-6 
with 3 pls.) 

— Viena. —Academia Imperial de Ciencias (Kaiserlichen Akadem. 
de Wiss. in Wien).—Comisión de terremotos (Erdbeben- 
Kommission. ) 


SISMOGNOSIA 85 


1897 Tokio.—The Publications of the Earthquake Investigation Com- 


1898 


1899 


1900 


mittee of Japan on foreign languages. (Abreviadamente, 
P.-E.-L.-C.-Jap.,) 

B. A.—Termina la constitución metódica de su red univer- 
sal de estaciones, en número de 36. 

EnLerT.—«Zusammestellung, Erláuterung und  kritische 
Beurtheilung der wichtigsten Seismometer mit besondere 
Berúcksichtigung ihrer praktischer Verwendbarkeit». 
(Beit. zur Geoph., Leipzig, 111, p. 350.) 

MiLNE, J.—Nueva edición de Earthquakes, S, (Internat. 
Sc. series. ) 

—«Seismometry». 

(Seismology, vol. Lxxxv of «The International Science Se- 
ries», London, Kegan Paul, French Trúbner «€ Co. Ltd., 
with fifty-three (53) fig., Chapter 1v, pp. 39-73.) 

CorowNas, P. Josk.—«La actividad seísmica en el archipié- 
lago filipino, durante el año 1897». Manila, Tipolito- 
grafía del Observatorio. 

—«El gran terremoto de Assam de 12 de Junio de 1897, 
registrado por los magnetógrafos del Obs. de Manila». 
(La actividad seísmica, S., p. 133.) 

GERLAND, GFEORG.—«Die moderne seismiche Forschung ». 
(Verh. intern. Geogr. Congr., vit, 2, Berlin, pp. 148-57.) 

Hecker, D.—«Beitrag zur Theorie des Horizontalpendels». 
(Beitr. z. Geoph. pp. 59-67.) 

—, 0.—«Untersuchung von Horizontalpenden-Apparaten fir 
die Beobachtung von Bodenbewegungen». 

(Verh. intern. Geogr. Congr. vi, (1889) 2, Berlin, 1901 
pp. 158-64.) 

AGAMENNONE, (G.—«Sismometro a tre componenti per for- 
ti terremoti». 

(Boll. Soc. Sismologica, Módena, vr, 5, pp. 135-9.) 

—«Gli strumenti sismici all Esposizione Universale de1900». 
(Boll. Soc. Sismol., vt, 7, p. 188-206.) 

—«Gli strumenti sismici e le perturbazione atmosferiche». 
(R. C. R. Acc. dei Lincei, Cl. Se. fis., mat. eb nat., vol. 1x 
(2) ser. 5. fase. 10, 8%, pp. 308-13, Roma, 18 de Nov.) 

CANCANT, A.—-«Sismometrograto «a registrazione veloce- 
continua». 

(Boll. Soc. Sismol., vt, 5, pp. 139-45, Módena.) 


1901 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


KóvesLIGETHY, R. von.—«Ueber einige seismiche Institute». 
(Fóldtani Kózlóng, xxx, pp. 233-46, Budapest.) 
OLpHam, R. D.—«On the Propagation on the Earthquake- 
motion to Great Distances». 
(Phil. Trans., vol. 194 pp. 135-174.) 
AGAMENNONE, G.—«Del Progresso del Pendolo orizontale 
a registrazione meccanice in Sismometrica». 
(Bol. 8. Sismol. It., vol. vit, 8%, 12 p. Modena. ) 
—«Il microsismometrografo a tre componenti». 
(Atti R. Ac. dei Lincei, C., X., 8 pp. (291-9), Roma.) 
(B. S. Sism. Tt., v1t1; 2, pp. 70-82, Modena. ) 
Batavia.—Koninklijk Magnetisch en Meteorologisch Obser- 
vatorium te Batavia. Vulkanische Erscheinungen und 
Erdbeben in Ost-Indischen Archipel, walhrgenommen 
wáhrend des Jabres 1899 (Hollándisch. ) 
(Batavia, Nat Tijdschr, Lx, pp. 157-228 mit Karte. ) 
BrLar, A.—«Einiges úber die Aufzeichnungen der Erdbe- 
benmesser». 
(Die Erdbebenwarte, Laibach, Jahrg. 1, p. 77-95.) 
— Ueber Verwendung von Erdbebenmesser bei Eisenbalm- 
brúcken». 
(Die Erdbebenwarte, Laibach, 1, No. 2.) 
—«Erdbebenbeobachtungen an der Laibacher Erdbeben- 
warte». 
(Str.-1.-K. B. B. 1x, pp. 313-31, Taf. 11-vrn. ) 
Dayison, CHARLES. —«Progress of the Seismology during the 
nineteenth century». 
(Knowledge, Lond., xxtv, pp. 44-5.) 
DenNNIisoN, NAPIER.—«The seismograph as a sensitive ba- 
rometer». 
(Quart. J. of the R. Met. S., xxviL, Numb. 120.) 
Furrerer, K.—«Die Erdbebenforschung in Baden». 
(Str.-1.-K. B. vit, pp. 153-63.) 
GERLAND, (G.—«Die erste internationale Erdbeben Kon- 
ferenz in Strassburg». 

(Pertermanns Mitt.. xLvim, 5 pp. (115-9) Gotha.) 
GRABLOWITZ. G.—«Linguella verticale registrante sur nero— 
fumo». 

(Str.-L.-K. B. C. 111, pp. 404-7.) 


1901 


SISMOGNOSTA 87 


—«Strumenti del R. Osservatorio di Cassamicciola». 
(Ibid. 11, pp. 408-16.) 

— Vasca sismica». 

(Ibid. y, pp. 417-21.) 

GUZZANTI, OC. —«L'Osservatorio di Mineo». 
(Str.-1.-K. B. €. vir, pp. 435-9.) 

HrckerR, 0.—«Perioden und Form regelmássiger Berich- 
terstattungs der Stationen and die Centralstelle». 
(Str.-T.-K. B.. A. xt, 1, pp. 172.) 

— Ueber die Vortheile der Anwendung von Instrumenten 

mit Dampfung fúr die Erdbebenforsehung». 
(Zeitschrift Instrumentenk, xxr, pp. 81-3. Berlin.) 

Hrrwtz, E. A.—«Seismiche Erscheinungen und die Organisa- 
tion ihrer Beobachtungen in Russland» (russ. ) 

(St. Peterburg, Ezemés met. Bíull. Glaon. Fiz. Obs. 1x,2, pp. 1-4.) 

HueLmerr, F. R.—«Pflichten der Centralstelle». 

(Str.-1.-K. B. A., x, pp. 170-1.) 

HeprrTES, Sr. —«Rapport sur Y Activité et les travaux sismi- 
ques de Roumanie». 

(Str.-I1.-K. B. A., xv, pp. 193-4.) 

HoGBEN, G.—«Brief summary of Seismological work in New 
Zealand and Australia since 1888». 

(Str.-L.-K. B. A., xv1, p. 195.) 

INAMURA, AKITSONE. —«On Milne horizontal-pendulum seis- 
mograms» (Japanese). (Shinsai Yobo Cho. Ho., Tokyo, 
XXXV, pp. 5-33 with pl.) 

Kiuraw, W.—«Nouvelles observations inn po faites a 
Grenoble». 

(C-R. París, CXXXIL, pp. 1242-6.) 

KóvesLiGeTAY, R. v.—«Uber die Lesung seismicher Dia. 
gramme». 

(Str.-1.-K. B. B., vi, pp. 281-9.) 

KoLDERUP, C. Fr. —«Erdbebenforschung in Norwegen in 
XIX Jahrhundert». 

(Str.-I.-K. B. C., vi, pp. 422-34.) 

LAGRANGE, EuGENE.——«Rapport sur les travaux de la pre- 
miére reunion de la Commission permanente sismologique 
a Strasbourg (avril, 1901).»—Bruxelles (Hayez) 1901 (5.) 

—«Organisation des stations sismiques en Belgique». 
(Str.-I.-K. B. A., xvi, pp. 196-200.) 


1901 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


LAska, W.—«Uber die Pendelunruhe». 
(Str.-[.-K, B. B. 1., pp. 209-35.) 

LewrrzkY, G.—«UÚeber die Organisation der seismichen 
Beobachtungen in Russland». 

(Str.-1.-K. B. A., y, pp. 144-6.) 

—«Horizontalpendelbeobachtungen in Jurjew». 

(Str.-1.-K. B. B. vin. pp. 305-12.) 

LoNDRINI, EmILI0. -—cAncora sulla possibilita di presagire i 
terremoti». 

(Brescia, Comment. Ateneo, pp. 274-90.) 

MENDENHALL, THomas CorRwIN,—«Publications of the Japa- 
nese Earthquake Investigation Committee. Nos. 5 and 6. 
Tokyo, 1901.—Review of». 

(Science, N. Y. (N. Ser). xIv, pp. 178-80.) 

OppoNk, E. —«Recherches en séismometrie avec des appareils 
non pendulaires». 

(Str.-I.-K. B. B. 1v, pp. 259-63.) 

—«La prima GConferenza internazionale di Sismologia a 
Strassburg». 

(Bol.-8.-S.-It., vit, 1, pp. 48-60, Modena. ) 

Omor1, Fusaxicar.—«On the Overturning of Bodies» (Japa- 
nese. ) 

(Toyo Gak. Z. Tokyo, XvIHL, pp. 354-65.) 

—«On Seismic Instruments». 

(Str.-A=I, B. B. 11., pp. 236-53.) 

—«Note on applied Seismology» Part. I. 
(Str.-[.-K. B. C. 1., pp. 335-401, Pl. 1x-xx.) 

—«Results of the horizontal pendulum observations of 
earhquakes, july 1898 to dec. 1899, Tokyo». 
(P.-E.-I.-C.-Jap., 5, pp. 1-82, 20 pl., Tokyo. ) 

—«Horizontal pendulum observations of earthquakes, ¡u- 
ly 1898 to dec. 1899». 

(P.-E.-I.-C.-Jap., 6, pp. 1-181, Tokyo. ) 

Rern, H. F. —«Observations of earthquakes». 

(Baltimore, Md. Chair. John Hopkins Univ, Xx, pp. 75-6.) 

RIGGENBACH-BURCKHARDT, —«Die Organisation der Erdbeben- 
beobachtungen in der Schweiz». 

(Str.-1.-K. B. A., 1x, pp. 164-9.) 

RuboLPa, E.—«Ausbreitung und Organisation der Makro- 
seismichen Beobachtungen». 
(Str.-1.-K. B. A. 1., pp. 126-37.) 


1901 


1902 


SISMOGNOSIA 89 


SOHAFARZIK, Fr.—«Die Erbebenkommission in Ungarn». 
(Str.-L.-K. B. A., vi, 147-50.) 

ScumibT, A.—«Das trifilargravimeter». 

(Str. T. K. B. B., 111, 254-8.) 

Strassburg. —Primera Conferencia Sismológica Internacio- 
nal. (11 al 13 de Abril.) 

STRAUBEL, R.—«Beleuchtungsprinzipien und Beleuchtungs- 
einrichtungen bei photographischer Registrierung». 
(Str.-I.-K. B. B., vit, pp. 290-304.) 

'TANAKADATE, A.—«Vertical motion seismometer». 

(P.-E. 1-C.-Jap., Tokyo, No. 7, pp. 1-4, with pl.) 

WeicanD, Br.—c«Ausbreitung der mikroseismichen Beo- 
bachtungen». 

(Str.-1.-K. B. A., xttL, pp. 183-8.) 

WiecuerT, Emme.—-«Prinzipien fúr die Beurteilung der 
Wirksamkeit von Seismographen» (Vortrag. ) 

(Physik, Zs, Leipzig, 11, pp. 593-6; 605-9. ) 
(Str.-1.-K. B. B. v, pp. 264-80.) 

FiaEE, Simon. —«Observations made at the Royal Magnetical 
and Meteorogical Observatory at Batavia, containing the... 
seismometric records, made in 1900». 

(Obsns. Magn. Meteor., Batavia, XXII5, pp. xi-245.) 

Granero, P. J.—« Observatorio de Granada. —Sección Geo- 
dinámica». (Péndulos horizontales. Péndulo subsultorio. 
Microsismógrafos Vicentini. ) 

(Razón y Fe, Año 1, Tomo 111, —Mayo-Agosto, —Madrid, 
pp. 512-20, 9 figs. y 4 láms. ) 

LarsayT.—Observatorios subterraneos para el estudio de los 
fenómenos sísmicos. 

(Le Raison, 8 juin.) 

Onmorr, F.--«Macro-seismic Measurement in Tokyo». 
(P.-E.-1.-C.-Jap. Ns. 10 pp. 111, 1-102;and 11 pp. 1-95; 4 pl.) 

RuboLPH, Pror. Dr. E.--«Verhandlungen der vom 11 bis 
13 April 1901 zu Strassburg abgehaltenen ersten interna- 
tionale Konferenz dediget vom Secretár der Konferenz—. 
(Comptes Rendus des Séances de la premiére conférence 
sismologique internationale reunie a Strasbourg du 11 au 
Avril 1901, redigés par le Secretaire—)». Leipzig, Verlag 
von Vilhelm Engelmanr. 

(Abreviadamente, me refiero á esta obra: Str. IL. XK.) 


90 


1902 


1903> 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


San Petersburgo. —Academia Imperial de Ciencias. —Comisión 
Sismológica permanente,  (Comptes Rendus des Séances de la 
Commission Sismique Permanente de 1 Académie Imperiale des 
Sciences de St. Petersbourg.) 

Granada— Observatorio  de—«Observaciones Astronómicas, 
Meteorológicas y Seismicas—hechas durante el mes de—» 
(Boletín mensual del Obs. de Granada. Año I, 1903;—, ) 

— «Sección Geodinámica». 

(Bol. mens. del Obs. de Gran., Obs. Astr. Met. y Seism. hechas 
durante el mes de Febrero, Año Í, pp. 3-5 con dos láminas! 
Péndulos: horizontales, Vicentini, subsultorio. ) 

—Granada, España.—«Los sismógrafos del Observatorio de 
Gravuada». 

(El Mundo Cientif.—Barcelona, Agosto 8; pp. 501-2.) 

LarssanT.—«Les observatoires souterraines á propos des 
theories des phénomenes volcaniques». 

(Rev. Scientif. París, Fevrier 7, pp. 185-6.) 

Martinica (Isla).— Observatoire du Morne des Cadets.—A. La- 
croix instala dos péndulos pesados de Strassburg y un sis- 
mógrafo avisador de Cecchi. 

Primer registro, 28 de Agosto. 

MiuNkE, J.—Estudio acerca de los sismos submarinos (cho- 
ques, ras de marea, ruptura de cables). Vibraciones de 
los péndulos en los terremotos lejanos, ete. 

(Geogr. J., xx1 p. 1.) 

MoNtreEssus DE BALLORE, F. DeE—«La deuxiéme Conférence 
sismologique internationale». 

(Rev. Scientif. París, 4% Serie, Tome 20, N% 20—Deux. se- 
mestre, Nov. 14, pp. 609-14.) 

— «Les Observatoires modernes de Sismologie. —Quarto Cas- 
tello (Florence) et Strasbourg». 
(Cosmos, París, 6. xLIx, núms. 975 y 6, pp. 429-833; 465-9 
avec 8 figs. ) 

Omor1, Pr. F.—«Note on the vibration of railway-bridge piers. » 
(P.-E.-1.-C.-Jap. numb. 12, p. 39-55, 6 pl. Tokio.) 

—«A Horizontal Pendulum Tromometer». 

(P.-E.-L.-C.-Jap, N. 12, pp. 1-7, 6 pl.) 

—«Horizontal Pendulum Observations of Earthquakes at 
Hitotsubashi, (TOkyo), 1900». 

(P.-E.-I.C.-Jap. núm. 13, pp. 1-142, with 3 pl.) 


SISMOGNOSIA 91 


1903 Przibram.—Se instala una estación sismográfica subterranea. 


1904 


Srrarresr, P. Rarrago.—«Das Horizontalpende!l in seiner 
Verwendung als Erdbebenmesser» (Deutsche Ubersetzung 
der italianischen originalabhandung erschienen in der 
Rivista di fisica, matematica e scienze naturali, II, n. 24.) 
(Die Erdbebenwarte 11 Jabr., pp. 243-52.) 

Strassburg. —Segunda Conferencia Sismológica Internacional, 
24 á 28 de Julio. 

Fundación de la Oficina Central de la Asociación Inter- 
nacional Sismológica. 

BrowNeELL, LupLow.—«When earthquakes write their au 
tographs». 

(Modern Inwentions and Discoveries, «Edition de Luxe», N. Y. 
J. A. Hill and Comp., pp. 336-48 with 4 figs.) 

Durron, CLareNCcE Ebwakb.—«Seismoscopes and Seismo- 

graphs». 
(Earthquakes in the light of the new Seismology, N. Y; G. P. 
Putnam's Sons; London, J. Murray; Chapter v, pp. 
70-98.) 

—«Italian Vertical Pendulum Seismographs». 

(Lbid. Chapter v1., pp. 99-117.) 

ErzoLD.—«Ueber die Aufzeichnung der infolge des Láu- 
tens der Kirchenglocken zu Leipzig erzengten Boden- 
swinghngen». 

(Sitzungber. d. mat. phys. Kl. d. Kón. sáachs Ges. d. Wiss: 
zu Leipzig, p. 304.) 

Inamura, A.—«On Milne Horizontal Pendulum Seismo- 
grams obtained at Hongo (Tóky0), 1900». 
(P.-E.-1.-C.-Jap. N. 16, pp. 1-17, 10 pl.) 

Kikucmr, Barón DaArroku.—«Recent Seismological Inves- 
tigations in Japan». 

(P.-E.-1.-C.-Jap. núm. 19, pp. t1x + 120 with 54 fig.) . 

Internacional. —Asociación Sismológica—.Comenzó á funcio- 
nar oficialmente el 12 de Abril. 

Lacrorx, A.—«Tremblements de terre». 

(La Montagne Pelée et ses éruptions, Premiére partie, Chapi- 
bre 11. $ v, pp. 90-1, avec 1 séismogramme. ) 

Omor1, F.—«Application of Seismographs to the Measure- 
ment of the Vibration of Railway Carriages». 1% paper. 
(P.-E.-1.-C.-Jap. n2 15, pp. 1-72 with 7 pl.) 


1905 


1906 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


SIEBERG, AucGusT.—«Die Erdbeben-Messerinstrumente». 
(Handbuch der Erdbebenkunde, F. Biewez und Sohn, 
Braunschweig. —Dritter Absnitt, pp. 207-55.) 

Granada. — Observatorio de—.«Sismogramas obtenidos en el 
año 1904». 

(Bol. mens. Obs. Met. Gran. Año III, 1905.—Obs. Met. 

y Seism. hechas durante el mes de Enero, pp. 9-12, con 5 láms. ) 
— Sismograma obtenido el 9 de Julio de 1905». 

(bid. Julio.) 

MesserscaMITr, J. B.—«Beeinflussung der Magnetogra- 
phen-Aufzeichnungen durch Erdbeben und einige audere 
terrestrische Erscheinungen» Múnchen. 

Oxmori, F. — «A ppl. Seism. Meas. Vibr.R. Carriages» 2" paper. 
(P.-E.-I.-C.-Jap. n? 20 pp. 1-72, 4 pl.) 

—«Hor. Pend. Diagr. obt. during a Storm». 
(P.-E.-I.-C.-Jap. n? 21, pp. 58, with 111 pl.) 

-—«Horiz. Pend. Obs. of Earthq. in Tokyo 4». 

(Td. pp. 9-102, 34 pl.) 

B. A.—La red de estaciones alcanza á 40 de éstas. 

Barcelona. —(El Mundo Científico, Año vr1tr, 2* época, n? 303, 
20 de Enero, p. 34.) 

«Varios sismóscopos». 

—«Experimentos verificados con sismógrafos eléctricos du- 

rante el terremoto de San Francisco». 
(Año viu, 2% época, pp. 251-3.) 

Italiana. —Societa meteorologica—. 

«Conoscenze moderne e studi sui terremoti». 
—(Boll. Ag. y Sept.) 

LAPPARENT, Pr. A. De.—«Etudes sismologiques de préci- 
sion. Leurs derniers résultats». 

(Traité de Geologie, 5%* edit. vol. 1, pp. 567-74, Paris.) 

MiLNE, Jomn.—«Les récents progres de la Séismologie». 
(Rev. gén. des Se. pures et appliq. Paris, 17% année, N915, 
15 aoút, pp. 696-703, avec 1 fig. et 1 tableau. ) 

MoONTESsUS DE BALLORE, F. DE.—«Les tremblements de 
terre. Geographie seismologique». Paris. 

(Introduction, pp. 4-6 et 14-18.) 

—«Le Mouvement séismique et 1état interne du Globe». 

$ 1. (Cosmos, tome Ly, n? 1135, Oct. 27, pp. 463-6.) 
Lux. (Cosmos, t. LV, n% 1136, Nov. 3, pp. 491-5.) 


SISMOGNOSIA 93 


1906 ReBouL PauL. —«Notes sur la Sismologie». 

(La Nature, Paris, adut. 18, pp. 187-90.) 

—  SARAsoLA, P. S.—«Instrumentos seísmicos». 

(«Las Universidades de Alemania, Escuelas Politécnicas, 

Gymnasium «€.—V. Instrumentos de precisión. Centros 

científicos» en el Diario de la Marina, Habana, 19 de Mayo, 

edición de la mañana, p. 6.) 

—  —«La Catástrofe de Valparaiso». 
(Diario de la Marina, Habana, 25 de Noviembre, Edic. de 
la tarde, p. 1.) 
1907 BerGET, ALFONSO. —«Cómo vibra la Tierra». 
(Diario de la Marina, Habana, Enero 19) 
—  —Gancorri, P. LoreNzo.—«Estación Seísmica». 
. CObs. Met. Magn. y Seísmico del Col. de Belén de la Compañía 

de Jesús en la Habana. Año 1906, Apéndice 11, pp. 3-6.) 

—  GutTIÉRREZ Lanza, P.—Nota acerca de los Sismógrafos, 
facilitada á los representantes de la prensa con motivo 
de la inauguración de la Estación Sismográfica de Lu- 

yanó del Colegio de Belén, de la Compañía de Jesús, (3 

Febrero) y publicada en todos los diarios de la Habana el 4. 

--Fenómenos sísmicos y Sismología. (1% Conferencia sismo- 

lógica en la Ac.-C. Habana, Mayo 12) 

En esta notable Conferencia hizo el disertante una magis- 
tral exposición del desarrollo histórico y de los progresos 
realizados por la Sismología moderna, basados en los de 
la Sismognosia. 

—Nota á la prensa acerca de un terremoto registrado en 

la Estación de Luyanó, Junio 12 

—«El terremoto en sí mismo y ante el análisis». 

(2% Conferencia sismológica en la Ac.-C., Habana; con 
proyecciones, Junio 5.) 

En esta conferencia hizo el autor un estudio acerca de los 
sismógrafos, muy recomendable, y presentó fotografías 
y esquemas—en proyecciones—de los sismogramas re- 
gistrados en la Estación hasta la noche anterior. 

—«El terremoto en sí mismo á la luz de la observación». 

(3% Conferencia sismol. en la Ac.-C., Habana, Junio 12, 
con proyecciones. ) 

En esta conferencia presentó un esquema de los topomicro- 
sismos registrados en la Estación de Luyanó (Habana. ) 


94 


1907 


SANTIAGO DE LA HUERTA 


—Nota á la prensa relativa 4 un terremoto registrado en la 
madrugada, por los sismógrafos de Luyanó (Junio 13.) 

—Nota acerca de un terremoto registrado por la mañana en 
la Estación de Luyanó (Julio 12). Véase la lámina 1v. 

Habana. —Fundación de la Estación Sismográfica de Lu- 
yanó del Colegio de Belén de la Compañía de Jesús. 
Colocación del primer registro, el 14 de Enero. Obten- 
ción el mismo día del sismograma del terremoto de Ja- 
maica. Inauguración oficial el 3 de Febrero. 

—(Prensa diaria local del 4 de Febrero. ) 

«Las explosiones y los seismógrafos». 
(Diario de la Marina, Enero 12, edición de la tarde. ) 

Havana Daily Telegraph, [The].—«Notable Scientific Achie- 
vement». (June 7.) 

HorstTmaNN, Dr. JorGeE.—«Estación Seísmica». 

(Diario de la Marina, Habana, 7 de Febrero. Reprodu- 
cido del diario La Lucha. ) 

Kane, Louis C.—«The New Seismie Station at Havana». 
(The World To-Day, vol. x11, numb. 6, June, p. 647, with 
2 figs.) 

OmorI, F.—«On the Estimation of the Time of Occurrence at 
the Origin of a Distant Earthq. from the Durat, of the 
15 Prelim. Tremor observed at any place» (Bull. of the Imp. 
Earthq. Inv. Comm. Tokyo, 'vol. 1, n? 1, Jan. pp, 1-4.) 

—«Prelim. Note on the Sismogr. Obs. of the San Francisco, 
Earthq., Ap. 18, 1906.» 

(Ibid. pp. 26-43, with 1v tables and pl. vir-x1t: 7 figs.) 

—-(1bid. vol. 1, n? 2, March.) 

SArasoLa, P. S.—Nota á la prensa con motivo de un te- 
rremoto registrado, en la madrugada, por los sismó- 
grafos de la Estación de Luyanó, Abril 15. 

—«El terremoto de Méjico». Nota á la prensa ampliando los 
detalles acerca del sismograma del día anterior, Abril 16. 

—Nota acerca de un terremoto registrado la noche anterior. 
por los sismógrafos de Luyanó (Junio 5.) 


OmapriN, Pror. W. S.—«An Examination of the Earth- 
quakes recorded at the  Meteorological Observatory, 
Tokyo». 

(T.-A.-8.-Jap., v1, part. 11.) 


SISMOGNOSTA 95 


GERLAND, (GEORG. — «Die kaiserliche Hauptstation fúr 
Erdbebenforschung in Strassburg und die moderne Seis- 
mologie». 

(Gerland's Beitr. zur Geophysik, xy Band.) 

KwNIPPING, E.—«Der Wagener'sche Erdbebenmesser». 

(Mitt. d. deutschen Gesells, Natur-und Voelkerkunde Ostasiens, 
11 Band, Heft. 17, p. 318.) 

—«Beobachtung der Modalitát des Erdbebens womo 25 Juli 
1880 am Wagener'chen Erdbebenmesser ». 

(Tbid, 11 Band, Heft. 22, p. 52.) 

—Verzeichniss von Erdbeben, wahrgenommen in Tokio vom 
Nov. 1877 bis Marz 1881, mit einigen absoluten Angaben- 
nach Wagener'schen Apparaten.» 

(1bid. 111, B, H. 24, p. 174.) 

Perry, J. ayb Ayrrox, W. E.—«On a Neglected Principle 
that may be Employed in Earthquake Measurement». 
(J.-A.-8S.-Jap. vol. y, part. 1.) 

WAGENER, Dr. G.—«Bemerkungen úber Erdbebenmesser 
und Vorschláge zu einem neuen Instrumente dieser 
Art». 

(Mitt. d. Deutsch.  Gesellsch. fúr Natur-und Volkerkunde Os- 
tasiens, Meft 15.) 


ANTONIO MESTRE 


POR EL DR. SIXTO LÓPEZ-MIRANDA 


- Profesor auxiliar de la Escuela de Letras y Pulosofía. 


Veinte años han transcurrido de su fallecimiento !—nos decía- 
mos cuando al recorrer nuestro calendario, devotamente acotado 
más bien para la rememoración de caros Ó beneméritos desapareci- 
dos que para prevenir las omisiones de graciosos halagos hacia los 
que aún disfrutan de la vida, dimos con aquel día de Julio (el 10), 
en que se eclipsara para siempre, en pleno cenit de su irradiación 
mental poderosa, en pleno florecimiento de sus más amables virtu- 
des cívicas, aquella ejemplarísima figura que agigantara primero su 
talla en las Letras; que todavía la magnificara más en las Ciencias; 
que tuviera el raro tino de hacer brotar, recolectándola, aun en los 
menos propicios terrenos, la consoladora florescencia de los afectos: 
la figura del insigne cubano que llevara el nombre de Antonio Mes- 
tre y Domínguez. 

Pasan los días tan súbitos y cargados de acontecimientos tan 
complejos, que conspiran abiertamente contra el reposo necesario á 
los espíritus para realizar serenas y provechosas incursiones por 
entre el silencio de las pasadas épocas. Los mismos euncumbra- 
mientos, aparatosos á veces, que van obteniendo los privilegiados 
del presente parece como que tienden á extinguir los ecos de los 
pregones con que ciertas corrientes justicieras de la fama se empe- 
ñan en mantener avivado el recuerdo de los merecimientos de aque- 
llos que se olvidaron de sí mismos é ignoraron sus glorias durante 
el transcurso de sus vidas fructíferas; de aquellos que fueron gran- 
des y, como grandes, modestos y sencillos. Y, sometidas las ener- 
gías mentales á tan múltiples solicitaciones, llega al fin un momen- 
to, sobre todo en nuestro medio, donde todo parece combinado para 
el predominio de la insustancialidad y de la inconstancia, en que el 
aturdidor estruendo de la murga inmediata logra desvanecer los 
emocionantes y conceptuosos recitados de la exquisita orquesta le- 
jana. 

No es ese el caso del Dr. Antonio Mestre por cierto. En verdad 


DR. ANTONIO MEST 


Catedrático que fué de la Facult 


f 10 de Julio de 1887 


RH 


d de 


Medicina 


ANTONIO MESTRE 97 


que para haberlo sido, muy honda labor de socavación, en los co- 
razones y en las conciencias, habría tenido que echarse la ingrati- 
tud á cuestas. 

Muy honda labor de socavación sin duda, porque el Dr. Mestre 
—olvidando ahora, por un momento, los vuelos de su general cul- 
tura, la calidad de su labor científica—poseyó (digámoslo una vez 
más) un opulento patrimonio que no es dado alcanzar á Jos hábiles 
ni á los osados, sino que está reservado á los elegidos, y consiste en 
aquella suma de cualidades y de atractivos, refinados por la educa- 
ción y por la experiencia, que inclina en favor de una persona las 
voluntades de todas aquellas con quienes se pone en contacto. De 
las sobrevivientes que se encuentran en ese caso (y cuidado que su 
número fué inmenso) no habrá una sola susceptible de vibrar con 
nobles sentimientos, que, agradecida, no conserve indestructibles 
recuerdos de aquella insinuante cortesía, siempre cautivadora, gra- 
ciosa siempre, aun cuando fuera empleada, por ejemplo—trayendo 
ahora 4 colación su nunca desmentido celo como Secretario «perpe- 
tuo» de la Academia de Ciencias—al llamar á la puerta de los mo- 
rosos para recordarles el cumplimiento de sus deberes. No pueden 
ellas haber olvidado tampoco —ni las contemporáneas que recibieron 
el beneficio directo, ni las que de lo sucedido aprovecharan en al- 
guna manera los resultados —aquel rasgo altruista suyo de conmo- 
vedora y delicada ternura, de dulce y piadoso afecto, que consistiera 
en la resolución tomada en París, secundado por otros no menos 
generosos compatriotas suyos, de hacer partícipes á sus hermanos 
de Cuba de los primeros frutos obtenidos de sus afanes en el Centro 
superior donde terminaban sus estudios de Medicina. Sentados 
ocasionalmente 4 la mesa de soberbio banquete, ellos, corazones 
buenos y sencillos, sintieron, sin duda, súbita amargura, recordando 
las privaciones á que estaba condenada la oprimida familia, que ve- 
getaba entonces, en relativo estado de indigencia y obscuridad, allá, 
muy lejos de la fiesta. Y surgió La Emulación, sociedad que se 
proponía mantener vivo el estímulo de aquel grupo de desterrados 
voluntarios para que no desmayaran en sus exploraciones prove- 
chosas. Y la sociedad fundó un periódico, al cual dió primero su 
nombre y el de Eco de París más tarde, que tenía la misión de trans- 
mitir 4 Cuba la cosecha que se fuera espigando. 

Esto no se ha olvidado; esto no podía ser olvidado fácilmente, ni 
tampoco el inaudito galardón que aquí le reservara, por esos des- 
velos, el rencor irreconciliable de cierta retrógrada autoridad aca- 


98 SIXTO LOPEZ MIRANDA 


démica, impidiéndole la incorporación en la Real Universidad de la 
Habana de aquel título tan gloriosamente habido en París. 

No se desvanece fácilmente la emoción que producen los bellos 
gestos: y el espíritu fuerte y elevado del Dr. Mestre, jamás se ave- 
cinó á una situación discutible sin desprenderse de ella con indoma- 
ble y altivo arranque. Era natural que así procediera quien no 
pudo ser acusado nunca de dar aliento en su pecho á aspiraciones 
bastardas ni mezquinas, ni aun siquiera en el peligroso terreno de 
las luchas profesionales. Lo que no ha de extrañar sin duda á los 
que fueron asombrados testigos del estupendo desinterés y de la casi 
anuladora modestia del Dr. Antonio Mestre, divulgados por uno de 
sus apologistas, el Dr. R. Cowley, quien, comisionado por la Aca- 
demia de Ciencias—por esa Academia que tanto amara Mestre 6 
ilustrara de continuo—para redactar el elogio fúnebre del llorado 
desaparecido, sólo encontró una hoja en blanco en el lugar que de- 
biera ocupar la enumeración de los servicios prestados por el mismo 
como Académico. ¡Y Mestre había sido durante veinte años secre- 
tario escrupuloso, metódico y diligente de dicha corporación ilustre, 
desenvolviendo en el seno de la misma una actividad de colabora- 
ción técnica asombrosamente fecunda! 


«E 

Despojemos ahora deliberadamente al ilustre patricio, 4 cuya 
memoria rendimos este homenaje, de todos aquellos ornamentos 
que, afectando directamente á la sensibilidad, le granjearon el ca- 
riño acendrado de muchos y la consideración respetuosa y deferente 
de todos. Dejémosle únicamente con la aureola de su vasta y ex- 
quisita cultura literaria, con la de su profunda, fructuosa y progre- 
siva consagración científica, y veremos que siempre le sobran títulos 
para merecer la sostenida é incondicional admiración de los que 
estén capacitados para tales apreciaciones. 

¡Su cultura literaria! A duras penas queda ahogado un lamen- 
to en el pecho de los amantes de las letras clásicas cuando evocan 
aquel momento de la vida de Mestre en que, llevando á la práctica 
su premeditada orientación científica, y engolfándose en los estu- 
dios que tal determinación le demandara, se abatieron las esperan- 
zas, tal vez concebidas, de que aquel adolescente cargado de los 
laureles recogidos en los dos cursos de lengua griega que se exigían 
á los alumnos que aspiraban á ingresar en la Escuela de Medicina» 


ANTONIO MESTRE 99 


recogiera algún día el cetro de la enseñanza de dicha lengua de ma- 
nos de su profesor ilustre. 

Legítimas habían sido esas esperanzas. En los dos años que 
estudiara con el Dr. Franchi Alfaro fueron de tal magnitud los 
progresos realizados por Mestre en la hermosa lengua de los hele- 
nos, que—ya trasladado 4 París—pasmado hubo de dejar al anciano 
profesor que á la sazón rendía un curso superior en la Sorbona. 
Fué al leer una Oda de Safo que éste le había presentado, para ex- 
plorarle sin duda, intrigado por su aspecto juvenil entre las madu- 
ras cabezas de los demás alumnos. Y se recordará (porque su 
triunfo fué ruidoso y mucho se ha comentado siempre) que desem- 
peñó Mestre su cometido con tal pureza de dicción, con tan ricos 
matices prosódicos, que el maravillado profesor, después de colmar- 
le de plácemes allí mismo, le dirigió numerosas preguntas sobre 
cuál era el país de su procedencia, quién había sido su maestro, de 
qué Academia procedía. Se revelaba su dominio de la lengua grie- 
ga aun en la manera de escribirla. Todavía se conserva en la bi- 
blioteca de esta Universidad un volumen, dedicado en 1849 por 
aquel excepcional alumno al Rector de la misma, y el cual contiene 
la colección—escrita de su puño y letra—de fragmentos de distintos 
autores clásicos que se utilizaban para los ejercicios de traducción 
en el segundo curso. 

Pero si bien no dejó de cultivar nunca, de pasada, sus estudios 
sobre las letras humanas, que encontraban muy fértil terreno en 
sus inclinaciones artísticas, allá las dejó 4 un lado para hacer su 
profesión solemne en el claustro de las ciencias, en esta misma Uni- 
versidad primero, en la escuela de Medicina de París más tarde; 
consagrando desde entonces, y ya para siempre, todas sus activida- 
des, todo su bien organizado intelecto, con una fidelidad inque- 
brantable (que beneficiara en mucho á sus colegas profesionales), 
á las más pacientes exploraciones, 4 las investigaciones más tras- 
cendentales. 

¿Qué nos queda de él como insigne monumento de la ruda labor 
que en este orden de conocimientos rindiera durante su vida? 

Tantos son los levantados en las conciencias, como aspectos dis- 
tintos revistiera su apostolado. Su apostolado, sí; que tal fuera el 
carácter que un alma tan pura y generosa como la suya imprimie- 
ra á todos sus empeños. Como médico eligió para sujetos de su 
clínica á aquellos tiernos seres que sufren la forma más desconsola- 
dora del desvalimiento: la orfandad; y la orfandad, las más de las 


100 SIXTO LOPEZ MIRANDA 


veces en su aspecto más triste: determinada por el abandono culpa- 
ble. En su misión de médico de la Casa de Beneficencia y Mater- 
nidad, ¡cuántas mudas apelaciones, victoriosas siempre, hechas á 
su espíritu paternal por sus infantiles pacientes 4 cuyo lado, por 
celoso que ser pudiera el cuidado mercenario, había de notarse la 
falta de la solicitud de una madre! 

Como profesor de la Facultad de Medicina de esta Universidad, 
huelga hacer aquí el halagúueño comentario de sus aptitudes. Por- 
que se nos ocurre esta reflexión: ¿podría ser discutido en punto á 
extensión, profundidad y novedad de doctrina quien, reposando pa- 
triarcalmente bajo la exagonal farola de su antesala, recibía de 
continuo las visitas interesadas de conspicuos facultativos (sus 
amigos Ó compañeros) que iban á someterles las dificultades de un 
caso, á pedirle ilustración sobre una duda cualquiera que les hu- 
biera surgido? 

Pero hé aquí que prescindiendo de los laudables servicios rendi- 
dos por el Dr. Antonio Mestre en la Sociedad Antropológica, en la 
de Estudios Clínicos y en la de Amigos del País, vamos á mencio- 
nar ahora—y deliberadamente la hemos dejado, para adecuado bro- 
che, este turno—la síntesis de los dilatados y luminosos que presta- 
ra á la Academia de Ciencias: «su más vasto teatro, su más caro. 
amor», según la inspirada expresión del Dr. Cowley. No será 
nuestra palabra la del encargo, no será nuestro juicio el que se for- 
mule. Para que resulte más autorizada, más solemne la alusión á 
este el más sublime apostolado de su vida—del cual quedan como 
exponente esos Anales por él fundados, y ya laureados en Certáme- 
nes continentales y universales—hemos elegido de entre las alaban- 
zas que se cantaron en honor del Dr. Mestre, á raíz de su falleci- 
miento, los siguientes conceptos, sinceros, bellos y profundos, de un 
ilustre panegirista suyo: * 

«No conozco nada que pueda darnos idea más completa de una. 
vida humana, en la más lata acepción del término, que la dedica- 
ción entera á la realización de una obra... Y ved cómo se desarro- 
lla la vida del Dr. Mestre: observad cómo descubre presto que en 
su patria, donde tantas aptitudes nacen, brillan un solo instante y 
pasan fugaces sin dejar apenas rastro, se necesitaba algo que sir- 
viera de foco, algo que hiciera converger todos estos rayos de luz 
dispersos; y lo veis buscar y encontrar colaboradores, despertar y 


1 El Dr. Enrique José Varona.—Discurso pronunciado en la Sociedad Antropológica, en 
sesión pública extraordinaria. 


ANTONIO MESTRE 101 


mantener el entusiasmo, dar en fin forma y vida á esa Academia 
de Ciencias, que proyectó en la realidad el cuadro que idealmente 
había concebido. 

«Esta parece poca obra ¡y qué obra tan grande, sin embargo! 
Reunir, convocar, llamar aptitudes diversas, someterlas, sin que lo 
pareciera, á norma uniforme, á una labor común; trazarles un de- 
rrotero, hacer que á la voluntad siga el efecto, y que donde nada 
existía aparezca luego un monumento. Cuando vemos el edificio 
construído, cuando lo contemplamos sólido sobre sus sillares, ¡qué 
fácil nos parece haberlo levantado !; pero cuando sólo existía el te- 
rreno aún no limpio de malezas, cuando nada había en torno sino 
materiales dispersos, cuán fácil era ver intelectualmente la obra, 
tener constancia para realizarla, infundirla en tantas otras activi- 
dades, quizás bien dispuestas, pero inconscientes de sí mismas, y 
saberlas llevar aunadas al fin para que todas servían y que en rea- 
lidad todas apetecían. Este, que es el secreto y la virtud de los 
fundadores, es dón exquisito que muchos se atribuyen y qne poseen 
muy pocos. 

«Entonces nos explicaremos que una empresa semejante basta 
para colmar una vida amplia suficientemente empleada »... 


SEN 


No actúa de igual modo la labor destructora del tiempo en la 
recordación, post mortem, de los insignificantes que en la de los ex- 
celsos. Á manera de fuego intenso consume totalmente la hojarasca. 
No logra hacer lo mismo con el tronco gigantesco, robusto y cohesi- 
vo. Acasolas llamas le destruyan á éste el ropaje de la corteza; 
pero su savia síguele manteniendo entre los organismos que viven. 
Y esa savia extiende también sus beneficios á aquellos brotes surgi- 
dos, ya en el mismo tronco, ya en sus ramas, para que le perpetúen, 
algún día, en la floresta. 

Así ha sucedido, en un todo, con el Dr. Antonio Mestre. Inte- 
gro palpita en nuestro ambiente el recuerdo de su personalidad 
literaria, de su personalidad científica. Cuéntanse entre nosotros, 
en nuestro Claustro, dos cercanos familiares suyos, continuadores 
afortunados, cada uno de ellos en un aspecto, de las dos tradiciones 
de cultura que aquél nos legara. Ellos, con el Director ilustre 
«le esta publicación, la dan vida é impulso 


Ex 


102 SIXTO LOPEZ MIRANDA 


Si el tiempo, cual llama devoradora, destruye, en verdad que, 
durante veinte años, apenas si va logrando desdibujar un tanto, 
haciéndolos más ideales, por imprecisos, aquellos rasgos exteriores 
de Antonio Mestre: los de sus sencillas y dulces maneras; los de su 
varonil belleza física. 


MISCELANEA 


La serie de conferencias dadas por los Sres. Profesores de la 
Diez Conferencias Facultad de Letras y Ciencias en el presente curso de 1906 á 
1907 fueron diez. Damos la siguiente relación de ellas por el 

orden en que se realizaron, comprendiendo la del Sr. A. Zambrana, cubano merití- 
simo radicado actualmente en la República de Costa Rica y que nos visitó recien- 
temente. 

Dr. Manuel Valdés Rodríguez (Enero 12 de 1907).—Consideraciones histórico- 
críticas sobre la 2% Enseñanza en Cuba. 

Dr. Carlos de la Torre (Enero 26).—Los estudios de la Naturaleza en la Escuela 
primaria (con presentación de ejemplares). 

Dr. Alejandro Ruíz Cadalso (Febrero 9).—PFigura y dimensiones de la tierra 
(con proyección). ' : 

Dr. Ezequiel García (Febrero 23).—Jacques Sore y sus invasiones en Cuba úá me- 
diados del siglo XVI. 

Dr. Alfredo Aguayo (Marzo 9).—Pedagogía de la Enseñanza Secundaria (con 
esquemas y proyecciones). 

Sr. Antonio Zambrana (Marzo 16).—El Derecho en la América Latina. 

Dr. Luis Montané (Marzo 23).—En la Sierra de Banao. 

Sr. Antonio Fernández de Castro (Abril 6).—Consideraciones generales sobre 
ingeniería sanitaria, (con proyecciones). 

Sr. Carlos Theye (4 de Mayo).—El agua: su constitución y potabilidad (con 
proyecciones y experimentos). 

Dr. Ramón Meza (Mayo 18).—Del uso de la memoria en la Escuela. 


La Universidad de Johns Hopkins, Baltimore, unida á The Ro- 
REPRODUCCION DE yal Eberhard-Karls-University, de Tubinga, han hecho con la 
UN MANUSCRITO cooperación de los Profesores Maurice Bloomfield y Richard 
Garbe una reproducción fotográfica del Atharva-Veda Kashmiriano, único manus- 
crito hallado merced á las pesquisas realizadas por el Gobierno Británico de la India, 
por indicaciones de Rodolfo von Roth, paladín de los estudios védicos. Como speci- 
men paleográfico el manuscrito resulta muy hermoso; fué escrito hace como 400 
años en hojas que se preparan con la corteza del abedul, que tienen 74 pulgadas 
por 93 idem, teniendo la parte ocupada por la escritura como 5 pulgadas por 7% 
idem. Aunque el manuscrito resulta bastante bien conservado algunas de sus hojas 
aparecen mutiladas; la escritura es la Cárada, alfabeto de la India Septentrional. 
Por causa de lo frágil que es la corteza del abedul resultaba inaccesible el conteni- 
do del manuscrito hasta que los Profesores Bloomfield y Garbe publicaron un facsí. 
mile del mismo en 1901. Tan pronto como apareció el Seminario Védico empezó 
á trabajar bajo la dirección del Dr. Bloomfield y después de las sesiones de 1901-1902 
el Dr. L. C. Barret, Instructor de lengua latina, prosiguió la obra publicando en 
Febrero de 1906 una edición del libro primero del Atharva-Veda Kashmiriano. 


104 MISCELANEA 


La importante publicación mensual norte-americana Review of 
Reviews dedica, en uno de sus últimos números, un favorable 
artículo á la conferencia pronunciada por el Sr. José Cadenas, 
Profesor de Agronomía, sobre el estudio de la agricultura en las escuelas de 
instrucción primaria y que vió la luz en la Revista. El artículo del periódico 
neoyorkino se titula: Agriculture as taught in Cuban Schools. 

Nos es satisfactorio señalar aquí la impresión de la prensa extranjera en un 
asunto que tan positivamente nos interesa para que sirva de estímulo á los que, 
animados del mejer deseo, dirigen sus esfuerzos en pro de la educación primaria 
de que mucho necesita Cuba para su porvenir; sin disputa que en aquélla está la 
clave de su futuro desenvolvimiento. 


LA AGRICULTURA 
EN LAS ESCUELAS 


El Ayuntamiento de la ciudad de la Habana ha donado á la 
Universidad el esqueleto de un cachalote que encalló en las 
costas de Cuba, cerca de Nuevitas, en el mes de Mayo de 1906. 
Mientras se efectúe su intalación definitiva en el «Museo Poey» se ha colocado en 
la Sala de Conferencias la armazón ósea de ese valioso ejemplar zoológico. 

Las piezas de que consta dicho esqueleto, son: un cráneo de 6 metros de largo 
por 23 de ancho, dividido en varias piezas para hacer posible su manejo y conduc- 
ción; dos ramas de la mandíbula inferior; 18 dientes; un atlas, 6 vértebras cervica- 
les, 30 vértebras lumbares y caudales, de las cuales las tres últimas están soldadas; 
11 pares de costillas, 7 upsiloideos; un esternón compuesto de tres piezas; un ho- 
móplato, un húmero, un cúbito, un radio (estos tres huesos están soldados); y un 
aparato hiodeo compuesto de tres piezas separadas. 

El Dr. Carlos de la Torre, Profesor de Zoología, pronunció una conferencia en 
la Academia de Ciencias sobre la clasificación y descripción del mencionado esque- 
leto, antes de que fuera donado á la Universidad. Por el interés que en sí tiene 
el estudio de ese enorme cetáceo publicamos el siguiente resumen de la conferencia 
en que, al terminar, manifestó el Dr. La Torre la conveniencia de que se adquirie- 
se ese notabilísimo ejemplar, único de su especie que se ha recogido en las costas 
de Cuba, con destino á uno de nuestros museos. La Escuela de Ciencias ha de 
agradecer siempre al Municipio habanero su regalo, de mérito excepcional. 

El extracto de la lección del Dr. La Torre es el que á continuación reproduci- 
mos, tomándolo de la prensa diaria: 

«Comenzó el Dr. La Torre recordando que hace veinte años, en diciembre de 
1886, presentó en aquel mismo lugar ó ante aquella docta Corporación el esqueleto 
de un cetáceo, armado por el Sr. Leonel Plasencia, y lo clasificó bajo la denomina- 
ción de Phocena grampus, perteneciente á la familia ds los Delfinidos. Dijo que 
aquel ejemplar, que había encallado en la costa de Cojímar, y que llamó mucho la 
atención y despertó la curiosidad de los habitantes de la Habana por sus dimen- 
siones, resulta tan pequeño, comparado con el monstruoso cetáceo que se exhibe 
actualmente en la calle de Martí, que la mandíbula de éste, solamente, es mayor 
que el esqueleto entero de aquél. 

«Agregó el disertante que si se exceptúa el manatí, que frecuenta ciertos este- 
ros y penetra en los grandes ríos de la isla, es rara la presencia de grandes cetáceos 
en nuestras costas, pudiendo enumerarse, como lo hizo, los pocos ejemplares de 
que se ha tenido noticia, desde la época del descubrimiento; pero ninguno de ellos 
de la importancia y dimensiones que el presente, encontrado en el pesquero Aguas 


UN ESQUELETO 
DE CACHALOTE 


MISCELANEA 105 


del Inglés, entre Cayo Confites y Cayo Romano, á la entrada de la parte más estre- 
cha del Canal Viejo de Bahama, en mayo de 1906. 

«El hallazgo se debió á don Rafael Roque, vecino de Cayo Romano, quien en 
compañía de sus tres hijos y de los señores Manuel Agustín Nápoles y José Her- 
nández Ardieta, consiguió remolcar aquella mole enorme hasta la playa, en donde 
extrajeron más de 200 envases de la grasa conocida con el nombre de «espermaceti ». 
Larga y difícil fué la tarea de desollar aquel cuerpo gigantesco, para conservar el 
esqueleto, que no se ha perdido para la Ciencia, gracias 4 los esfuerzos de los cita- 
dos señores. 

«El Dr. La Torre, explicó con claridad los caracteres distintos de los grandes 
cetáceos «Ballenas» y «Cachalotes», y demostró que el presente, por la forma y 
tamaño de la cabeza, que es mayor que la de la ballena, por la soldadura de las 
vértebras del cuello, por la ausencia de las láminas córneas llamadas ballenas, es- 
pecialmente por la presencia de dientes en la mandíbula inferior, es un «Cachalo- 
te»—«Catodon macrocephalus»—de la familia de los «Physeteridos ». 

«Describió minuciosamente los huesos más importantes del esqueleto de estos 
cetáceos, señalando los problemas más importantes de Anatomía comparada; y dijo 
que las dimensiones de este ejemplar que debió tener de 22 4 25 metros de largo á 
juzgar por las proporciones de la cabeza y del resto del esqueleto, es mayor que el 
que se conserva en el Museo de París, que fué descrito por el sabio Cuvier, en una 
de sus obras.» 


En la mañana del día 5 del pasado mes de Junio fueron exhu- 
mados los restos del sabio naturalista Felipe Poey, fundador 
de la Cátedra de Zoología y ex-Decano de la antigua Facultad 
de Ciencias. Las veneradas reliquias fueron trasladadas del Cementerio de Colón 
á la Universidad y depositadas en un armario, rodeado de los bustos de Cuvier, 
Agassiz, Darwin, Huxley, Linneo, egregios representantes de las Ciencias Natura- 
les, viejos amigos, algunos de ellos, de nuestro inolvidable Poey. Los acompaña- 
ron en la traslación Jos Sres. Dr. Berriel, Rector de la Universidad; Dr. E. Rodrí- 
guez Lendián, Decano de la Facultad de Letras y Ciencias; Dr. Juan M. Dihigo, 
Secretario de la Facultad; Dres. Carlos de la Torre, A. Mestre, S. de la Huerta, 
A. Aragón, Profesores de la Universidad; Dr. J. Santos Fernández, Presidente de 
la Academia de Ciencias; Dres. Enrique Maza y V. de la Guardia. Asistieron 
también los Sres. Enrique y Rodolfo Poey, hijo y vieto del ilustre Catedrático. 
Tan pronto esté concluído el monumento que ha de erigirse en el nuevo Museo, 
en él se colocarán debidamente aquellos restos, en cuyo día la Universidad celebra- 
rá un acto público y solemne digno del que fué uno de sus más grandes maestros. 


Los RESTOS 
DE POEY 


Desde que dimos cuenta en uno de los números anteriores de 

impresos recimivos muestro canje, han llegado á nuestra mesa de redacción las 
siguientes publicaciones con su puntualidad acostumbrada. 

Memoria del Gobierno y Consejo Provinewal de Oriente; Cuba y América; Revista del 

Vedado; Anturios ecuatorianos, por L. Sodiro; El Triunfo-Antonito, Colorado; Indus- 

tria é Invenciones; Archivio Bibliographico da Bibliotheca da Universidade de Coimbra; 

Boletín de la Secretaría de Fomento, México; Protejamos al inmigrante, por el Dr. Ra- 

món Meza; Industria Azucarera, sus derivados, Zafra de 1904 á 1905; Guayaquil Ar- 

tístico; Revista del Jardín Zoológico de Buenos Aires; Ateneo, Madrid; El Estudio, 


106 MISCELANEA 


Habana: Revista de Estudios franciscanos, Barcelona, Sarriá; La Academia Calasan- 
cia, Barcelona; Tepic Literario, Tepic; Pro-Patria, Revista Politécnica; Una cuestión 
internacional, San Salvador; Revista Azul, México; Bulletin of the University of Texas: 
The Protection of our birds.—The Austin Electric Railway System. — University Summer 
Schools. —Twelfth Biennial Report of the Board of Regents.—The teaching of Agricul- 
ture in the Public Schools. —The work of the Spring Term.—Distribution and adaptation 
of the vegetation of Texas; Revista de Archivos, Bibliotecas, Museos, Madrid; O Insti- 
tuto, Coimbra; Bulletin of the Johns Hopkins Hospital; Rafael Carrera, Justo Rufino 
Barrios, Managua, Nic.; Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos; Bulletin of the 
New York Public Library; La Construcción Moderna; Los Archivos del Hospital Rosal; 
Junta de Sanidad de la Habana, Reglamento para instalaciones sanitarias; The Johns 
Hopkins Circular: Commemoration day. Sargents Painting of the four doctors; Cues- 
tión entre Nicaragua y Honduras, San Salvador; Convención de Paz y Arbitraje, Ma- 
nagua; The Johns Hopkins Circular, Notes in Arithmetic, Notes in Sanskrit; Report 
of the President, Notes from the Biological Laboratory; The Economic Seminary; De- 
recho y Sociología; La Opinión Libre, Guanajuato; América, Habana; Boletín de la 
Industria y Comercio del papel; Arquitectura y Construcción; Anales del Instituto de 
Ingenieros de Chile, Santiago de Chile; El Estímulo, Habana; Revista de la Real Aca- 
demia de Ciencias; Boletine du Sociedade de Geographia de Lisboa; La Instrucción 
Primaria, Habana; Bulletin of the New York Botanical Garden; Anales de Ingeniería, 
Bogotá; Anales del Museo Nacional de Montevideo, Montevideo; El Educador, San- 
tiago de Chile; Revista de Construcciones y Agrimensura, Habana; Ilustración 
del Clero; Revista Universitaria, Chile; Dinero-Revista, Habana; Cuba Pedagó- 
gica, Habana; Journal de la Société des Americanistes, París; Revista Crítica, 
Orizaba, Veracruz; Estudio sobre el origen del hombre en América, Zacatecas; 
La Ingeniería, Buenos Aires; Costa Rica en el siglo XIX; Primera Crónica General, 
Madrid; Historia de Costa Rica por León Fernández, Madrid; Documentos relativos á 
la Independencia de Costa Rica; Historia de Costa Rica, el descubrimiento y la conquis- 
ta; El sisal ó fibra de Yucatán, San José; España y América, Madrid; Anturios ecua- 
torianos, por Sodiro; Directorio de la ciudad de San José de Costa Rica: Elextriwm, por 
Gustavo Chartrand, Habana; El Fígaro, Habana; Archivos de la Policlínica, Haba- 
na; Revista de Medicina y Cirujía, Habana; Letras, Revista, Habana; Memoria del 
Instituto de Matanzas 1907; Revista Municipal y de intereses económicos, Habana; La 
Escuela de Medicina de El Salvador, San Salvador, Trabajo histórico de los empréstitos 
fiscales de Nicaragua; Revista del Ministerio de Obras Públicas y Fomento, Bogotá; Re- 
vista de Ciencias, Lima, Perú; Liberalismo y Jacobinismo, por José Enrique Rosló, 
Montevideo; La Quincena, Revista, San Salvador; Informaciones y Memorias, Lima; 
Report of the Board of Directors of the City Trusts of the City of Philadelphia; Psicolo- 
gía Moderna, por Enrique Gómez Planas; Escuela Práctica de Agricultura de Tulcu, 
Talcu; Los dos protectorados, por J. de Armas, Habana; El Látigo, Revista de Santa 
Clara, Cuba; Estudios de,Deusto; The University of California Chronicle, Berkely; 
Tiempos Nuevos, Revista, Habana; Revista Positiva, México; Nociones de ciencias fi- 
sicas, químicas y naturales por A. González, Madrid; The University Review, Londres; 
La Agricultura en la Exposición Universal, por G. Cuadrado; Catalog and Circular of 
the Normal School Cedar Falls, lowa; Manual del aprendiz y del aficionado electricista; 
Anuario de la Real Academia de Cieneras Exactas, Físicas y Naturales, Madrid; Univ- 
ersity of California Exchanges mantained by the University Press; El nuevo procedimien- 
to para la generación de formaldehído en las desinfecciones, por el Dr. E. Barnet. 


MISCELANEA 107 


O Nosso Collegio, Campolide; Razón y Fe, Madrid; Memorias de la Sociedad Científica 
«Antonio Alzate», México; La Energía Eléctrica, Madrid; Revista de Instrucción Pri- 
maria, Santiago de Chile; Boletín del Instituto Científico, Lit? Porfirio Díaz, Toluca; 
Annales de V' Est et du Nord; Bulletin du Muséum d' Histoire Naturelle, París; Secreta- 
ría de Hacienda, Riqueza Pecuaria; Daulof, Impresiones y Recuerdos; Jiménez Millán, 
Flores y Frutos; La Escuela Moderna, Revista, Habana; Boletín del Consejo Superior de 
Salubridad, San Salvador; Journal de la Societé des Americanistes de París, 15 Octubre 
de 1906; H. C. Nutting, Studies in the Si-Clause; Edward Bull Clapp, Hiatus in greek 
melic poetry; Benj. J. de Wheeler, The whence and whither of the modern science of 
language; W. A. Merrill, On the influence of Lucretius on Horace; L. J. Richardson, 
Horace's alcaic strophe; Ensayo de Bibliografía cubana de los siglos XVII y XVIII, 
por Carlos M. Trelles; Revista Brisas, (un? 1); Revista del Vedado; Bulletin du Mu- 
séum d' Histoire Naturelle. 


El día 27 del actual falleció en Madrid el ilustre lingúista y 
Sensiste PERDIDA Académico de la Española D. Eduardo Benot y Rodríguez. 
Tal suceso habrá afectado profundamente á su nación, porque 
gu muerte significa la desaparición de una vida de constante y fructífera labor. Sus 
obras, múltiples y variadas, acusaban una sólida y extensa cultura. En la esfera 
de los estudios lingúísticos deja producciones que aunque de exposición algo obs- 
cura, encierran no poco mérito: entre otras la Arquitectura de las lenguas, la Prosodia 
castellana y versificación, Cuestiones filológicas, Los casos y oraciones, etc.; en el terre- 
no de las ciencias puras la Aritmética general, la Resultante de los movimientos girato- 
rios con aplicaciones á la Astronomía, y entre las literarias, junto á un Estudio acer- 
ca de Cervantes y el Quijote, Estudios sobre Shakespeare, Colección de poemas, etc. La 
muerte de Benot puede que demore la aparición de la nueva edición de la Gramá- 
tica castellana que le confió la Academia Española, cuyo libro, inspirado sin duda 
en los principios y métodos lingúísticos actuales, marcará un gran paso de avance. 
También quedan entre las obras de Benot las diversas gramáticas que para apren- 
der el francés, inglés, italiano y alemán, escribió según el sistema de Ollendorff, 
sistema que basado en simples frases que nadie puede poner en uso práctico, 
ha venido en mal hora á sustituir á las frases racionales, complejas, largas. co- 
rrientes y relacionadas entre sí, que son las que se acostumbran á emplear en la 
vida práctica. 


The University Review en su número del corriente mes da cuenta 
LA MEDEA DE del éxito obtenido con motivo de la representación que se ha 
hecho de la Medea de Eurípides en el University College por 
individuos del Bedford College y del University College. Di- 
cha representación fué dirigida por el Profesor Ernest Gardner y resultó de gran 
interés por haber permitido apreciar en Londres la pronunciación griega recomen- 
dada por la Sociedad Clásica y ahora adoptada por la Universidad de dicha capital. 
La música fué compuesta por Miss Maud Aldis y las decoraciones pintadas por el 
Profesor Simpson. Tal representación recuerda la que en griego tuvo efecto en 
Vassar College de la Antígona de Sofocles en el año de 1883. Tomaron parte en 
su ejecución alumnas del Departamento de Griego de dicho Instituto bajo la hábil 
dirección de la notable helenista Miss Abby Leach, Profesora de dicho plantel. 
Preparado todo para el mayor esplendor del acto su éxito fué extraordinario. A la 


EURIPIDES 


108 MISCELANEA 


amabilidad de Miss Abby Leach debe esta Redacción el haber podido apreciar en 
detalles lo que fué aquel grandioso acto, asícomo el haber podido examinar el li- 
breto de la Antígona, esmeradamente impreso en griego y en inglés (traducción del 
profesor KR, C. Jebb) junto con el programa de la fiesta redactado en griego también. 


En el informe relativo al presupuesto de Instrucción pública en 
LAS UNIVERSIDADES 2. . . . 
Francia, se observa que el presupuesto en conjunto de las diez 
y seis Universidades francesas asciende á 13.764,180 francos, de 
ALEMANAS los cuales 11.246,753 francos pertenecen al personal. El nú- 
mero total de estudiantes en la actualidad es de 35,670. Comparadas las cifras an- 
teriores con las consignadas en el presupuesto de 18 Universidades alemanas así 
como con el número de los alumnos, tenemos lo siguiente: 


FRANCESAS Y 


Presupuesto Estudiantes 
Universidad de Berlín 3.672,700 M. 6,279 
» Bonn 1,540,599 2,586 
» Breslau 1.044,303 1,845 
» Friburgo 857,800 2,219 
» Giesen 1.219.420 1,078 
» Gotinga 1.497,717 1,905 
» Greifswald 1.101,804 786 
» Halle 1.746,186 1,893 
» Heidelberg 1 022,000 1,371 
» Kiel 1.311,188 845 
» Konigsberg 1.345,250 977 
» Leipzig 2.863,266 3,880 
» Marburgo 1.077,302 1,237 
» Munster 433,998 1,228 
» Rostock 152,055 592 
» Estrasburgo 1.205,110 1,395 
» Tubinga 1.221,165 1,407 
» Wurzburgo 1.015,023 1,326 


faltando las Universidades de Erlangen, léna y Munich cuyos presupuestos, según 
afirma la Revue Scientifique, no aparecen en el Minerva Jahrbuch der Gelehrien Welt 
de 1906. El número de los alemanes que se consagran á las carreras puramente li- 
berales por medio de los estudios universitarios es eu cuanto á la población, infe- 
rior al de los franceses; pero es de tomarse en consideración el gran número de es- 
tudiantes de Hochschule y de Polytechnicum que mo estando comprendidos en las 
estadísticas, se preparan para las carreras de ingenieros y otras de carácter técnico. 
Estas escuelas técnicas son verdaderas Universidades que absorben una parte esco- 
gida del elemento intelectual y disciernen títulos de doctores como ellas en lo refe- 
rente á investigaciones originales. He ahí la razón por que no cabe la comparación 
en cuanto á número de estudiantes, pues que comprenden los matriculados en teolo- 
gía que no están representados en Francia en las Universidades. Lo mismo pasa. 
con los presupuestos. La mayor parte delos presupuestos de las Universidades 
alemanas se consagran principalmente á la enseñanza práctica de las ciencias ex pe- 
rimentales, que tienen en Alemania un desarrollo y una organización más conside 


MISCELANEA 109 


rablo que en Francia. Desde 1895 las Universidades francesas han acrecido sus 
presupuestos por causa de nuevas subvenciones ya del Estado, ya particulares, etc. 
que han permitido aumentar el número de sus profesores; de ahí el que este nú- 
mero que en 1896 era de 591, haya alcanzado en 1904 la cifra de 726; el número de 
estudiantes que ascendía 4 26,099, haya llegado 4 35,670. La enseñanza superior 
va cada día robusteciéndose y atrayendo más y más á los extranjeros, 


Los señores d'Arsonval, Chauveau, Dastre y Troost, que com- 

Dactitoscopia Ponen la comisión de examen del sistema de identificación de 

los criminales, acaban de remitir 4 la Academia de Ciencias el 

informe del Sr. Dastre indicando la superioridad del estudio de las impresiones di- 
gitales, es decir, la dactiloscopía sobre los otros métodos de identificación. 


Por decreto de 30 de Junio de este año ha sido designado el 

ey O WIMISR Sr. H. Le Chatelier, sabio profesor del Colegio de Francia y de 

DE LA SORBONA Ja Escuela de Minas, para ocupar la Cátedra de Química que 

tanto ilustraron Thénard, Dulong, Dumas, Balard, Sainte-Claire, Deville, M. 
Troost y Moissan. 


A raíz de la reciente inspección que hubieron de realizar Moissan 

La UNIVERSIDAD y el profesor Bruchard en las Escuelas Superiores de Argel de- 

DE ARSEL olarándose en favor de la creación de la Universidad de Argel, 

el Gobernador general de la Argelia ha hecho suyo el proyecto proponiéndolo á las 

autoridades correspondientes que lo votaron. Moissan y el profesor Bruchard 

proponían en sus informes el establecimiento de Institutos de ciencias naturales 

insistiendo en las consecuencias políticas y sociales sobre la creación de una Uni- 

versidad que habría de ser un poderoso agente de cohesión entre las razas diversas 
que compovuen la población de esa colonia francesa. 


A consecuencia de diversas causas, la inauguración del monu- 

EL MONUMENTO A mento levantado en memoria del astrónomo Lalande en su 

LALANDE EN BOURS ciudad natal, en Bourg, cuya inauguración debía efectuarse 

este año, se ha pospuesto para el próximo. Este monumento se debe á la iniciati- 

va de la Sociedad de emulación de Ain, la cual en sus Anales há publicado sobre 

el ilustre astrónomo muchos interesantes trabajos de Marchand, de Buche, profesor 
en el Liceo Lalande y de Denizet. 


El Sr. Beau, gobernador de la Indo-China, ha propuesto la or- 
Una UniversiDaD ganización de una Universidad indígena en Hanoi para respon- 
EN HANO) y . LONA : A z E 

der al serio movimiento que impulsa á los annamitas hacia el 

estudio de las ciencias europeas. Los éxitos de los japoneses, transformados por 

la civilización occidental, ha demostrado la necesidad de tal iniciación en dicha 

civilización. La reciente creación de una Universidad china, tomando como mo- 
delo las Universidades europeas, contribuye también á vigorizar tal movimiento. 


NOTICIAS OFICIALES 


Los ESTUDIOS DE La ESCUELA DE AGRONOMÍA.—En la Escuela de Agronomía 
quedan de esta manera definidos los estudios que en ella se cursan: 


Fabricación de azúcar 1 curso 
INE o O O eocrapddindn o A 
Química agrícola é industria rurales... SS 
Fitotecnia........o.mo... MACU ASCO 1075 
ZOObCOD ÍA cccacasosoonionansi odencdoniovoocosonnat lomos A 
Economía rural y Contabilidad agrícola......... MO 


Legislación rural y Formación de proyectos... 1 » 
La Facultad admitirá á los ejercicios para el grado de Perito Químico-Agrónomo, 
á los alumnos que hayan aprobado los cursos de la Escuela, menos los dos últimos, 
y además los estudios siguientes: 


ea ob cocccn: Ip 2 cursos 
(pr o pea riado SIÓN 
Topografía y Meens rad a PEO 
Dibujo Lineal..ono.no eoneveo e. EE 
Mineralogía y Geología.. ZA 
Zo0logÍ2 ...ocavencoosooioanonrnaen as A 
E OOOO TORSO peroo anta: 2- » 


Los ejercicios consistirán en una serie de análisis químicos industriales y la re- 
solución de un problema ó caso práctico indicado por el Tribunal. 

El Rector, á propuesta del Tribunal examinador en representación de la Facul- 
tad, concederá el título de Perito Químico-Agrónomo. 

La Facultad admitirá á los ejercicios para el grado de Ingeniero Agrónomo, á 
los alumnos que hayan aprobado los cursos de la Escuela y además los estudios si- 
guientes: 


Análisis matemábicO.....oocoomonosoconnna enosccsarecas 2 cursos 
Geometría Superior y Analítica........ SITO di (00 
Geometría DescriptiVa.....oocoooconeomecoscnacons 00m. de 
SOON en ccan dee ndnn saven vns ERES 1 
IE oc sore iboradaSsO a add asa ZboacO 2 » 
(AM o OO Lo OATOOioÓÓ AN 
Topografía y Agrimensura....o.... » A 
Dibujo Inner oso tana naaa el ona ames nadal VA 
Dibujo aplicado topográfico based y de 
ba cto OOO ahorro po acoso Li 
Minerología y Geología ..ooooomocmmmoo... APO 
Zoología 2.» 
Botánica 3 
Hidromecánica é Hidráulica. ..oocooncconeros 0oncoo EA 


Materiales de Construcción... al 
Resistencia de Materiales y Estática Gráfica... LA 
Construcciones generales ...... NE Sto 0 


NOTICIAS OFICIALES 111 


Los ejercicios consistirán en una serie de análisis industriales agrícolas y la 
presentación de un proyecto de explotación agrícola, con dibujos planos y pre- 
supuestos. ' 

El Rector, á propuesta del Tribunal examinador en representación de la Facul- 
tad, concederá el título de Ingeniero Agrónomo á los alumnos que hayan aprobado 
estos ejercicios. 

Los estudios de la Escuela de Agronomía se agruparán en las siguientes Cá- 
tedras: 

Química agrícola é industria rurales. 
Fabricación de azúcar. 

Agronomía. 
Cátedra B | Fitotecnia. 

Zootecnia. 
Economía rural y Contabilidad Agrícola. 
Legislación rural y formación de proyectos. 


Cátedra A 4 


Cátedra C l 


La Escuela tendrá un Catedrático auxiliar que sustituirá á los titulares en caso 
de ausencia ó enfermedades, y con los mismos derechos que los de las otras Escue- 
las de la Facultad. 


CESIÓN DE LA QUINTA DE Los MoLINOS.—Por decreto número 144 de 30 de 
Enero de 1907 del Gobierno Provisional fué cedida á la Universidad la antigua 
Quinta de los Molinos para campo de experimentación de la Escuela de Agronomía, 
cuya cesión había solicitado anteriormente la Facultad de Letras y Ciencias. 


SEPARACIÓN DE LOS CURSOS DE DIBUJO.—La Secretaría de Instrucción Pública 
ha aprobado la división de la asignatura de Dibujo en dos cursos distintos, 4 pro- 
puesta de la Facultad. 


TRIBUNALES DE EXÁMENES.—La Facultad de Letras y Ciencias en su sesión 
del 21 de Mayo del año actual acordó constituir los tribunales de exámenes de la 
siguiente manera para el curso académico de 1906 á 1997: 


Escuela de Letras y Filosofía. Lengua y Literatura Latinas, Lengua y Litera- 
tura Griegas: Dres. Albear, Aragón y Dihigo; Lingúística y Filología: Albear, Dihi- 
go y L. Miranda; Historia de la Literatura Española, é Historia de las Literaturas 
Modernas Extranjeras: Dres. Aragón, Domínguez y García; Historia de América, é 
Historia Moderna (1? y 2? cursos): Lendián, Aragón y Cuevas; Psicología, Filosofía 
Moral y Sociología: Albear, Domínguez y Cuevas. 

Escuela de Pedagogía. Psicología Pedagógica, Historia de la Pedagogía, Meto- 
dología Pedagógica é Higiene Escolar: Dres. V. Rodríguez, Meza y Aguayo; Dibu- 
jo Lineal y Natural: Dres. Córdova, Rayneri y F. Castro. 

Escuela de Ciencias. Geometría Superior y Analítica, Geometría Descriptiva y 
Trigonometría: Dres. Mimó, Villalón y Trelles; Astronomía y Cosmología: Dres. 
Orús, Villalón y Trelles; Análisis Matemático (ler. curso), Análisis Matemático 
(2? curso) y Mecánica Racional: Dres. Orús, Mimó y Villalón; Mecánica y Física: 
Dres. Biosca, O. Giberga y Silverio; Química Inorgánica: Dres. Theye, Henares y F. 
Abreu; Química Orgánica y Análisis Químico: Dres. Theye, Henares y Fernández 
Abreu; Biología, Antropología, Zoología (1er. curso) y Zoología (2? curso): Dres. 
Latorre, Montané y Mestre; Geología, Mineralogía y Cristalografía: Dres. Huerta, 


112 NOTICIAS OFICIALES 


G. de la Maza y Horstmann; Botánica (ler. curso) y Botanica (2? curso): Dres. 
Cadenas, G. de la Maza y Horstmann. 

Escuela de Ingenieros. Dibujo Topográfico, Estructural y Arquitectónico (ler. 
curso) y Dibujo Topográfico, Estructural y Arquitectónico (2? curso): Dres. Espi- 
nal, Rayneri y F. de Castro; Geodesia y Topografía: Dres. Orús, Cadalso y F. de 
Castro; Agrimensura: Dres. Cadalso, Sandoval y F. Castro; Materiales de Construe- 
ción: Dres. Cadalso, Sandoval y Castellá; Resistencia de Materiales y Estática Grá- 
fica: Dres. Arozarena, Sandoval y Castellá; Construcciones Civiles: Dres. Arozarena, 
Sandoval y Castellá; Hidromecávica: Dres. O. Giberga, E. Giberga y F. Castro; 
Maquinaria: Dres. O. Giberga, E. Giberga y F. de Castro; Calles y Carreteras: 
Dres. Arozarena, Cadalso y Castellá; Ferrocarriles: Dres. Arozarena, Sandoval y 
Castellá; Puentes: Dres. Arozarena, Sandoval y Castellá; Arquitectura: Dres. Espi- 
nal, Rayneri y Castellá; Historia de la Arquitectura: Dres. Espinal, Rayneri y 
Castellá; Contratos y Presupuestos: Dres. Espinal, Rayneri y Castellá; Enseñanza 
Especial de la Electricidad (1er. curso), Enseñanza Especial (2? curso) y Enseñan- 
za Especial (3er. curso): Dres. O. Giberga, E. Giberga y Cuervo; Estereotomía 
(sombras, perspectivas, corte de piedra): Dres. Espinal, Rayneri y F. Castro; Dibu- 
jo aplicado á la Maquinaria: Dres. Espinal, Rayneri y F. Castro. 

Escuela de Agronomía. Química Industrial, Fabricación de Azúcar y Agrono- 
mía: Dres. Cadenas, Henares y Rosell; Zootecnia: Latorre, Cadenas y Mestre; Fi- 
totecnia: Dres. Cadenas, G. de la Maza y Horstmann. 


REGULADOR PARA EL GABINETE DE AsTRONOMÍA.—La Escuela de Ciencias ha 
adquirido recientemente un aparato regulador para el Gabinete de Astronomía. 


Donativo Pory.—Con fecha 8 de Abril del corriente año el Dr. A. Mestre, 
Profesor Auxiliar de la Escuela de Ciencias, dirigió al Sr. Decano de la Facultad de 
Letras y Ciencias la siguiente comunicación acompañada de la relación de las obras 
donadas, que también publicamos. Dice así la mencionada comunicación: j 

Señor: Tengo el mayor gusto en expresar 4 Vd. que, debido á mis gestiones, el 
Sr. Enrique Poey cede á la Universidad—conforme me lo dice en la carta que 
acompaño para la formación del expediente á que obliga el donativo—los libros, 
manuscritos y objetos de uso de su difunto padre el Sr. Felipe Poey, profesor y 
naturalista ilustre cuyo nombre lleva el nuevo «Museo de Zoología», donde han 
de depositarse aquellos recuerdos que hasta ahora conservaba el donante. 

«Los objetos son: la espada que usó como miliciano cuando fué estudiante en 
París; su espejuelo, tintero y pisa papel de cristal; un microscopio simple (lente); 
la eruz Nerlandesa enviada por el Gobierno de Holanda, como premio á la obra es- 
erita por Poey sobre «Ictiología Cubana» y la mascarilla sacada á su fallecimiento. 

Aprovecho esta oportunidad para ceder, con igual fin que esos otros objetos, el 
cordón de la medalla de decano perteneciente á dicho profesor en la época que ejer- 
ció ese cargo en nuestra Facultad; cordón que me dieron los familiares de Poey en 
1891, cuando leí su elogio póstumo en la Sociedad Económica de Amigos del País 
de la Habana. 

Entre los numerosos manuscritos está la « Aritmética» en que estudió siendo 
alumno del Colegio de Pau; y también la correspondencia científica de Poey con 
sabios de la talla de Agassiz y Latreille, para no citar otros, cartas que gon docu- 
mentos históricos de inestimable valor. 


NOTICIAS OFICIALES 113 


Los libros se hallan relacionados en nota adjunta. Muchos de ellos representan 
la fuente que sirviera al Maestro inolvidable para adquirir los primeros fundamen- 
tos en que descansaron su vasto saber y experiencia. Constituyen datos preciosos 
que dan idea del estado de las Ciencias Naturales en el primer cuarto del pasado 
siglo; y del laudable, gigantesco esfuerzo que realizaron los contemporáneos de 
Poey, precursores eminentes de los sabios zoólogos de estos tiempos. 

Bien comprenderá Vd.—por lo que significan para nosotros esos libros, esos 
manuscritos y esos objetos que ya he traído y colocado provisionalmente en el edi- 
ficio del Museo, y á disposición de la Facultad —bien comprenderá, repito, que he 
de sentirme verdaderamente satisfecho de haberlos adquirido para nuestra amada 
Universidad; por lo mismo que todos ellos pertenecieron al profesor por quien he 
experimentado mayor admiración y respeto, por el que guardo en mi corazón los 
más dulces recuerdos de mi época de estudiante; y á quien debo gratitud por la 
enseñanza que recibí de sus labios, siempre tan sólida como interesante y amena, 
por la inmerecida deferencia que tuvo constantemente con mi humilde personali- 
dad, y porque merced á un generoso informe suyo, escrito hace veinte años, se 
abrieron por primera vez para mí las puertas del Claustro, de esta Universidad 
proponiendo á la Superioridad mi nombramiento de profesor de la entonces Facul- 
tad de Ciencias. Sí, debo eterna gratitud á su memoria inmortal ! 

De Vd., Sr. Decano, muy atentamente, DR. ARÍSTIDES MESTRE. 


Relación de los libros. 


Eléments de Géologie et Paléontologie. Ch. Contejean. 1874. Un vol. 

Museo pintoresco de Historia Natural. Buffon. 1852. Dos volúmenes. 

Manual de Geología aplicada. J. Vilanova. Atlas. 1861. Un vol. 

Programa razonado de un curso de Historia Natural. S. de Pereda. 1878. 
Un vol. 

Curso de Historia Natural. P. R. Martínez Vigil. 1883. Un vol. 

Précis élémentaire d'Histoire Naturelle. Delafose. 1863. Un vol. 

Curso elemental de Mineralogía. F. Poey. 1872. Un vol. 

Manual de Mineralogía. F. Naranjo. 1862. Un vol. 

Nouveau Manuel d'Anatomie comparée. C. Th. de Siebold et H. Stamins. 
1849. Dos volúmenes. 

Programa de un curso de nociones de Historia Natural. S. de Pereda. 1861. 
Un vol. 

Orgavisation et physioloygie de l'homme. A. Comte. 1842, Un vol. 

Mémoire sur la conformité organique. A. Dugés. 1832. Un vol. 

Introduction á 1'Entomologie. Th. Lacordaire. 1834. Dos vol. 

Manual de Geología Aplicada. J. Vilanova. 1860. Dos vol. 

Nouveaux Eléments de Botanique. Ach. Richard. 1864. Un yol. 

Cours élémentaire d'Histoire Naturelle. Bendant. (Mineralogie). 1855. 
Un vol. 

Cours élémentaire de Geologie. E. Lambert. 1862. Un vol. 

Géologie Elémentaire. N. Boubée. 1842. Un vol. 

Nouveau Manuel Complet de Géologie. J. Hoot. 1852. Un vol. 

Eléments de Minéralogie et de Géologie. A. Leymerie. 1856. Un vol. 

La Descendence de l'homme et la selection sexuelle. Ch. Darwin. 1874. 
Dos vol. 


114 NOTICIAS OFICIALES 


Curso de Zoología. F. Poey. 1843. Un vol. 

Nouveaux Eléments de Zoologie. H. Hollard. 1839. Un vol. 

Philosophia Botanica. C. Limnaci. 

Eléments d' Anatomie comparée des animaux invertebrés. Th H. Huxley. 
1877. Un vol. 

Eléments d'Anatomie comparée des animaux vertebrés. Th. H. Huxley. 
1875. Un vol. 

Ontologie Naturelle. P. Flourens. 1861. Un vol. 

Revue Générale des Ecrits de Linné. 1789. Dos vol. 

Botanique. Lambert. 1864. Un vol. 

Botanique populaire. H. Lecoq. 1862. Un vol. 

Anatomie comparée. Van Beneden. 1856. Dos vol. 

La Philosophie Zoologique avant Darwin. E. Perrier. 1884, Un vol. 

Zoologie. Milne Edwards. 1855. Un vol. 

Introduction 4 la Minéralogie. A. Broungniart. 1823. Un vol. 

Cours Elémentaire de Géologie et de Paléontologie stratigraphiques. A. D'Or- 
bigny. 1849. Dos vol. 

Metamorphoseos « de insecti. J. Goerdatio. 1667. Un vol. 

Les preuves des transformismes. E. Haeckel. 1879. Un vol. 

Buffon, par P. Flourens. 1844. Un vol. 

La vie. P. Jouvencel. 1862. Un vol. 

Le Monde marche. E. Pelletan. 1858. Un vol. 

Histoire de la Création. E. Haeckel. 1874. Un vol. 

Elementos de Mineralogía. F. Naranjo. 1862. Un vol. 

Vie de Linné. A. Fée. 1832. Un vol. 

Philosophie de 1'Histoire Naturelle. J. J. Virey. 1835. Un vol. 

Esquisses Entomologiques. J. Bourassé. 1842. Un vol. 

Cuaderno de Historia Natural. Milne Edwards y Comte. 1859. Dos vol. 

Discours sur les révolutions de la surface du globe. Gg. Cuvier. 1840. Un vol. 

La vie psychique des bétes. L. Buchner. 1881. Un vol. 

Compendio de Geología. J. Vilanova. 1872. Un vol. 

Traité de Zoologie. C. Claus. 1884. Dos vol. 

L'Origine des Espéces. Ch. Darwin. 1873. Un vol. 

Le Regne des Protistes. E. Haeckel. 1879. Un vol. 

Contribución á la Ent* cubana. J. Gundlach. 1881. Un vol. 

Contribución á la fauna malacológica cubana. R. Arango. 1878. Un vol. 

Mamalogía cubana. 

Ornitología cubana. + Gundlach. 1877. Un vol. 

Erpetología cubona. 

Animaux sans vertébres. J.C. Savigny. 1816. Un vol. 

Philosophique Zoologique. Lamarck. 1809. Un vol. 

Memorias sobre la Historia Natural de Cuba. F. Poey. 1851. Dos vol. 

Memoires de Zoologie. C. Dumeril. 1807. Un vol. 

De la longevité humaine. P. Flourens. 1860. Un vol. 

Moeurs, instinct « des animaux. R.P. Lesson. 1842. Un vol. 

Manual de Mineralogía. Blondeau. 1831. Un vol. 

Piezas de Historia Natural. A. Parra. 1787. Un vol. 

Repertorio Físico-natural de la Isla de Cuba. F. Poey. 1865. Dos vol. 


NOTICIAS OFICIALES 115 


Zoologie Analitique. C. Dumeril. 1806. Un vol. 
Notice historique de Cuvier. G. L. Diivernay. 1833. Un vol. 
Histoire Naturelle des mamiféres. G. St. Hilaire. 1834. Un vol. 


REPRESENTACIÓN UNIVERSITARIA.—Respondiendo á la invitación hecha á la 
Universidad por el Séptimo Congreso Zoológico Internacional que ha de celebrarse 
en Boston, Mass., U. S. A., en el próximo mes de Agosto, la Facultad de Letras y 
Ciencias ha propuesto á los Dres. Carlos de la Torre y Arístides Mestre, Profesores 
titular y auxiliar de Biología y Zoología, respectivamente, para que representen á 
la Universidad en dicho Congreso. El Rectorado, apoyando dichos nombramien- 
tos, los ha elevado al Gobierno á los fines oportunos. 


DIVISIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA.—Ln la sesión verificada el 15 de Junio de es- 
te año, la Facultad de Letras y Ciencias aprobó por unanimidad la división de la 
enseñanza de la Antropología en dos cursos, división que fué solicitada por el 
Profesor de la asignatura. He aquí la comunicación del Dr. Montané del 15 de 
Junio último. 

«Señor Decano de la Facultad de Letras y Ciencias. Señor: El que suscribe, 
Profesor titular de Antropología, cree oportuno elevar á Vd. respetuosamente las 
siguientes manifestaciones relativas á la cátedra á su cargo, con el fin de solicitar 
la división de la enseñanza de la Antropología en dos cursos distintos conforme á 
las exigencias de los alumnos que se matriculan en dicha asignatura y que proce- 
den de Escuelas y de Facultades diferentes. 

En efecto, la cátedra de Antropología ha sido creada por la orden número 250 
(Plan de Estudios de 4 de Noviembre de 1899) con el título de «Antropología y 
ejercicios antropométricos á los alumnos de Derecho (período preparatorio)». Más 
tarde, por la orden número 266, de 30 de Junio de 1900, se organizó la Escuela de 
Pedagogía y con ella un curso de Antropología. Este nuevo curso imponía nece- 
sariamente el realizar por mi parte una enseñanza bien diversa de la correspon- 
diente al primero. 

Con ese motivo, desde esa fecha, hace próximamente siete años, la enseñanza 
de la Antropología es doble: así lo demuestran las cuestiones tratadas en ambos 
cursos, para esas dos categorías de alumnos, y que están consignadas en las Memo- 
rias-anuarios de la Universidad. A los alumnos de Derecho les explico la Antro- 
pología jurídica, es decir, la antropología considerada en sus más importantes apli- 
caciones al Derecho Civil y tambien al Derecho Penal, previas algunas lecciones 
que se relacionan muy especialmente con trabajos de Laboratorio (nociones so- 
bre el cráneo, cerebro, craneometría, etc.); y que forman como el fundamento pa- 
ra mejor comprender el valor científico de aquellas aplicaciones. 

Por otra parte, á los alumnos de las Escuelas de Ciencias y de Pedagogía, se les 
enseñan materias de otra índole. Este curso es, en realidad, un curso de Antropo- 
logía general pura; y comprende, sobre todo, lo referente al origen y antigúedad 
del hombre, así como al lugar que ocupa en la naturaleza. Comprende también 
toda la prehistoria de Europa y América, indicándose lo más interesante respecto 
de Cuba; y lo que más se destaca del vasto dominio de la Etnología y Etnografía 
propiamente dichas. 

Forzosamente se deduce de lo anteriormente expuesto, que la enseñanza dada á 
ambas categorías de alumnos no puede ni debe confundirse en un solo curso; y enten- 


116 NOTICIAS OFICIALES 


diéndolo así el profesor que suscribe, no vaciló en darle ese doble carácter desde 
que apareció la Escuela de Pedagogía y estudiaron Antropología los alumnos de 
Ciencias. Obedeciendo á los hechos cumplía con el desempeño de mi cátedra de 
esa manera, explicando desde 1900, dos cursos de antropología, á los dos grupos ya 
mencionados de alumnos. 

En vista de todo ello tengo el bonor de someter á la alta consideración de la Fa- 
eultad que sesirva aceptar la división del curso de Antropología en dos: uno se lla- 
mará de Antropología jurídica, para los alumnos de Derecho de lección alterna; y 
otro de Antropología general, para los de Ciencias y de Pedagogía (de lección dia- 
ria): así, se llevarán á cabo debidamente esas respectivas enseñanzas.» 


Construcciones civiles y Sanitarias (1 curso) 


3. ESCUELA DE PEDAGOGIA, 


Psicología Pedagógica (t curso) . : A 
Historia de la Pedagogía (1 curso). . AS Profesor Dr. Ramón Meza. 
Higiene Escolar (1 curso) - 


Metología Pedagógica (2 cursos)... . 573 od Dr. Manuel Valdés Rodrí- 
guez. 
Dibujo Lineal y Natural (2 cursos). .... . +. E Dr. Pedro Córdova. 


El Profesor Auxiliar está encargado de las Conferencias de esta Escuela. Agru- 
pada la carrera de Pedagogía en tres cursos, comprende también asignaturas que se 
estudian en otras Escuelas de la misma Facultad. 


4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS, 


Dibujo topográfico, estructural y arquitectónico 

(EN A AAA RIN ES | Profesor Sr. Eugenio Rayneri. 
Estereotomía (1 curso) AS 
Geodesia y Topografía (1 curso) - 
Agrimensura (1 curso) e 
Materiales de Construcción (1 curso) . 
Resistencia de Materiales. Estática Gráfica 


Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. 


z AA Sr. Aurelio Sandoval. 
(IACUTSO) 207 


Hidromecánica (1 curso) 
Maquinaria (1 curso) Jan RS 
Ingeniería de Caminos (3 cursos: puentes, fe- 7 


AS Sr. Eduardo Giberga. 


Es A +) 


rrocarriles, calles y carreteras). +... ...) yo Dr. Luis de Arozarena. 
Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) 5 Sr. Ovidio Giberga. 
Arquitectura é Higiene de los Edificios (1 curso) | 
Historia de la Arquitectura (t curso). . . . +. | ; Dr: Antonio Espinal: 
Contratos, Presupuestos y Legislación especial | 

á la Ingeniería y Arquitectura (1 curso) . . ) 


Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Ingeniero Electricista y 
Arquitecto; y son sus profesores Auxiliares: Dr. Andrés Castellá, Sr. J. M. Cuervo 
(Jefe del Laboratorio y Taller Eléctricos) y Sr. A. Fernández de Castro (Jefe del Labo- 
ratorio y Taller Mecánicos); con sus correspondientes ayudantes. En dicha Escuela se 
estudia la carrera de Maestro de Obras. 


5. ESCUELA DE AGRONOMIA. 


Quimica industrial con Análisis (1 curso) 


Fabricación del azúcar (1 curso) . el Profesor Dr. Francisco Henares 


INP rONO DMA (ME CUESO) te a a ps 
Zootecnia (1 curso) . 5 Sr. José Cadenas. 
AO tea (ISCUESO da Er Da pa e ) 


Para los grados de Perito guémico agrónomo y de Ingeniero Agrónomo, se exigen 


“estudios que se cursan en otras Escuelas. 


En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los días hábiles de 12 4 5 
de la tarde, se dan informes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes 
Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, grados, dis- 
posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. 


AMAISO 


La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS será bimestral. - 

Se solicita de las publicaciones literarias Ó científicas que reciban la Revista, el canje co- 
rrespondiente; y de los Centros de instrucción ó Corporaciones Á quienes se la remitamos, el 
envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en nuestra 
sección bibliográfica. e 

Para todo lo concerniente á la Revista (administración, canje, remisión de obras, etc.) 


dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habaná, Re- 


pública de Cuba. 


ILOTECE 


The REVISTA DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other 
month. E 

We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and 
Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by then. A 
detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section. 


Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed - 


matter, etc. to the Secretario de la Facultad de ES y Ciencias, Universidad de la Habana, 
1 he 


República de Cuba. 


LAS 


La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, paraltra chaque deux mois. On 
demande l'échange des publications littéraires et scientifiques: 3l en sera fait un Pos rendu 
dans notre partie bibliographique. Pos 

Pour tout ce qui concerne la Revue tels que: administration, échanges, envoi d' 'ouvrages, 
etc., on est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad 


de la Habana, República de Cuba. 


ld 


WOLEV. UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Num. 2 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS 


DIRECTOR: 
Dr. EVELIO RODRIGUEZ LENDIAN. 
REDACTORES JEFES: 
Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHIGÓ. 
COMITE DE REDACCION: 


Dres. ENRIQUE J. VARONA, GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, MANUEL VALDES 
RODRIGUEZ, RAMON MEZA, SANTIAGO DE LA HUERTA, LUIS MONTANE, ALEJAN- 
DRO RUIZ CADALSO, AURELIO SANDOVAL, JOSE CADENAS y FRANCISCO HENARES 


SEPTIEMBRE: .DE*""1907. 


SUMARIO: 
—DISCURSO INAUGURAL EN LA APERTURA DE LAs ESCUELAS 

BUBLICAS 55. 30 e Dr. Juan M. Dihigo. 
—CONSIDERACIONES TÓMICOS -CRÍTICAS SOBRE LA 0 EnsE- 

ÑANZA EN CUBA . . . + aa DDR MORELIA Ta ES: RRONYAL ue: 
—ELOoGIO DEL DR. JuLro SAN MAETÍN e ia DI ACES SLONGRONOESICOS SEA 
—NECcROLOGÍA—EL PROFESOR JosÉ M. CUERVO OS La Redacción. 
—BIBLIOGRAFÍA.—Universidades Americanas. A. HON A 

Higher Education in America by Charles F. Thwing . . . Dr. Alfredo M. Aguayo. 
—Tratado completo de Algebra Elemental por José M* 

Cuervo ui... - Dr. Claudio Mimó. 


—Nueva biblioteca de Entoles Role. penes de 173 no- 
vela.—2 vol., Madrid. 1905-1907 . : 

—MISCELÁNEA.—Víctor Henry.—Congreso PORTES Inter- 
nacional. 

—NOTICIAS OFICIALES.—Constitución de Tribunales.—Elogio 
póstumo.—Ayudante nombrado.—Sobre el grado de Doc- 
tor. —Sobre los antiguos Licenciados en Ciencias.—Capa- 
cidad legal de un título. 


a — 


IMPRENTA "AVISADOR COMERCIAL ” 
30, AMARGURA 30 
1907 


ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. 


“Decano: Dr. Evelio Rodríguez Lendián. 
Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. 


1. ESCUELA DE LETRAS Y FILOSOFIA. 


Lengua y Literatura Latinas (3 cursos). . . . Profesor Dr. Adolfo Aragón. 
Lengua y Literatura Griegas (3 cursos). . . - A Dr. Juan F. de Albear. 
Lingñística ((1I:CUrSO) 00 e 1 


Filología (1 curso). . -. . - j ” Dr. Juan Miguel Dihigo. 


Historia de la Literatura Española G curso) . z p 

Historia de las literaturas modernas extranjeras | » Dr. Guillermo Domínguez 
(ELCUTSOS A e Ie O Roldán. 

Historia de América (1 curso) e de A Dr. Evelio Rodríguez Len- 

Historia moderna del resto del mundo (e cursos) h dián. 

Psicología (1 Curso)... ..- +. + AAN 

Filosofía Moral (curso A E ) E Dr. Enrique José Varona 

Sociología (ICUISO).. 2.1. a ao e 


CONFERENCIAS 


Historia de la Filosofía . . . ..... . . ++ Dr. Sergio Cuevas Zequeira (Aux.) 
Litera ras TS Sri Nil e Dr. Ezequiel García Enseñat (Aux.) 
Lenguas clásicas +. a . . Dr. Sixto López Miranda (Aux.) 


2. ESCUELA DE CIENCIAS, E 


(a) Sección de Ciencias Físico-Matemáticas 


Análisis matemático (1? y 2? cursos)... - Profesor Sr. José R. Villalón. 
Geometría superior y analítica (1 curso) . . . ] 

Geometría descriptiva (1 CUrsO) - . +... +. Es Dr. Claudio Mimó. 
Trigonometría (1 curso). . ES” A j ; 
Mecánica (1 curso). - . NADA AS ] 
Física (electricidad) (1 curso) e ARS 4 Dr. Plácido Biosca. 
Física (calor, luz y sonido) (1 curso) $ 


Biolopia (1 curso aa ar ao MIOS pr Dr. Carlos de la Torre. 
Dibuyo Lineal (1 curso) TO NS SEAS 1 E z 
Dibujo Natural (Curso) it de Sr- Pedro Córdova; 
Cosmología (ISGUISO) 2 Da Rd a e 
Mecánica Racional (1 curso). -. - sa Sr. Juan Orús. 
ASTEONOOMA CUESO A a eo sta O Ea 
Geodesia (1 curso) - . A E Re Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. 
Mineralogía y Cristalografía (1 “curso) Lan a Dr. Santiago de la Huerta. 
Botánica (Organografía y y Fisiología Vegetales ) A Dr. Manuel Gómez de la Maza. 

(b) Sección de Ciencias Físico-Químicas 
Análisis matemático (Algebra Superior)... + Profesor Sr. José R. Villalón. 
Geometría Superior (sin la Analitica).. . . : 7 
Trigonometría (plana y esférica) . - ...... +. 1) Dr. Claudio Mimó. 
Mecanica. (Curso) aro A So 0 A ES y A A 
Fisica (2. CURSOS) +. ALA A er O E Ze Dr. Plácido Biosca. 
Química Inorgánica (1 Curso)... .-. AE 
Química Orgánica (1 Curso)... -. + SE ; za Sr. Carlos Theye. 
Análisis Químico (1 USD A a E E 
DINO Meal (cs aos 1 z 8 
Dibujo Natural Pmcarso) rta eN Ros S ” Sr. Pedro Córdova. 
Mineralogía y Cristalografía (1 curso) ide 5 Dr. Santiago de la Huerta. 
Biología (1 curso). . . na Dr. Carlos de la Torre. 
Botánica (Organografia y Fisiología Vegetales). 3 Dr. Manuel Gómez de la Maza. 
Cosmología (IICUESO) rl Na En, Sr. Juan Orús 

(c) Sección de Ciencias Naturales 

Análisis matemático (Algebra Superior) . . . Profesor Sr. José R. Villalón. 
Geometría Superior (sin la Analítica)... . .-. 1 DRCidioMinó 
Trigonometría (plana y esférica)... -.  -/ » O AOS 
Química inorgánica (1 CUTSO).- o... 7 Sr. Carlos Theye. 
Dibmo:EmeallMcurso).- a is - , 
Dibujo: Natural (1 curso). +. +. ..... OS Sr. Pedro Córdova, 
Fisica (2 Cursos). aa LO e y e SS Dr. Plácido Biosca. 


Mineralogía y Cristalografía (1 curso) .. 7. 

Geología (1 Curso)... ... +. +. » 

Botánica (Organografía y Fisiología Vegeta- ME 
les.-Fitografía) (2 cursos). . a] 71 


de. Dr. Santiago de la Huerta. 


Dr. Manuel Gómez de la Maza. 


OV 18 1907 


Ñ 


Vol. V SEPTIEMBRE DE 1907 Núm. 2 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS 


LIBRAR 
DISCURSO INAUGURAL ' NEW Yor; 
GOTAN! 
POR EL DR. JUAN M. DIHIGO GARDEN 


SIN, 


Profesor de la Facultad de Letras y Ciencias. 


Sr. Secretario de Instrucción Pública; Sr. Superintendente de 
Escuelas de la Provincia; Ilustre auditorio: 


El Consejo Escolar de la Habana, pensando en la singular im- 
portancia que dentro de cada nación tiene la enseñanza primaria, 
como base fundamental para la formación debida de los ciudadanos, 
quiere que en lo sucesivo no pase inadvertido el momento en que 
ha de darse comienzo á un nuevo curso, en que han de abrirse de 
par en par las puertas de nuestros planteles, para acoger 4 cuantos 
deseen cultivar su espíritu y formar sus sentimientos dentro de las 
más puras ideas y elevados principios de moral. Y porque fué 
siempre su principal objetivo cooperar en la medida de sus fuerzas 
en todo cuanto tienda á engrandecer la enseñanza popular en su 
distrito, al mayor enaltecimiento de sus meritísimos maestros y á 
la debida compenetración de las familias con sus escuelas respecti- 
vas, es por lo que trató de obtener permiso de la autoridad supe- 
rior, permiso otorgado con el mayor gusto, para realizar un acto 
como éste de verdadera solidaridad del Consejo con sus maestros, 
de verdadera simpatía por los mismos y de positiva satisfacción por 
la meritoria obra que vienen realizando, colocándoles en el nivel 


1 Leído por el autor como Presidente de la Junta de Educación de la Habana, en el acto 
de la apertura del curso escolar de 1907 á 1908, en la Escuela «Luz y Caballero», el 8 del actual. 


118 JUAN M. DIHIGO 


social á que son acreedores, no sólo para la Corporación sino muy 
principalmente para el Distrito Escolar á que pertenecen. Y así 
como las Universidades señalan el inicio de sus tareas con un acto 
oficial, en el cual, congregados sus profesores junto al Rector, escu- 
chan silenciosos y reverentes la voz del compañero al discurrir por 
los distintos campos de la ciencia, y á ese acto asisten las autorida- 
des y el público que simpatice con la Institución, y por igual ma- 
nera efectúase acto análogo en los Institutos de la República, el 
Consejo Escolar ha querido también reunir á sus maestros, saludar- 
los cordialmente por mi conducto, complaciéndose de nuevo al con- 
templar las mismas caras amigas, los mismos luchadores del pasado 
curso, nuevamente contratados, ya que el exacto cumplimiento del 
deber revelado en la capacidad indispensable para la enseñanza y la 
línea de conducta siempre intachable de los mismos, viene permi- 
tiendo su conservación en los puestos adjudicados desde el comienzo 
de esta Corporación, 4 despecho de cuantas gestiones pudieron ha- 
cerse y de cuantos escollos se colocaron en el camino para evitar el 
mejor funcionamiento de la Junta á fin de subvertir el orden natu- 
ral de las cosas mediante tendencia desconcertada y caótica, como 
hubiera sido sin duda la falta de respeto á la libertad del pensa- 
miento político si no resultaba en pugna con la buena marcha del 
maestro en la Escuela; ha querido también que la ciudad de la Ha- 
bana se dé cuenta de que en otra esfera, pero meritoria siempre, 
existe una clase que con espíritu levantado, con entusiasmo en los 
más indescriptible y animada, desde el primer momento, del mejor 
deseo, va á dar comienzo, con abnegación ejemplar á una labor ruda, 
no advertida la más de las veces pero grande y noble como ninguna, 
sólo posible en luchadores infatigables, para abrir las puertas del 
saber á los ciudadanos de mañana. Actos de esta índole no son 
desconocidos de aquellas naciones que tanto se afanan por el mayor 
auge de su enseñanza elemental y junto 4 fiestas escolares de diverso 
aspecto vense fiestas de apertura y cierre de curso, porque son sin 
duda, de educación pedagógica y aun moral para los padres, cons- 
tituyen una iniciación al mismo tiempo que una asociación de las 
familias en la vida de la escuela, un motivo de especial llamamiento 
á la vez que un incentivo para la colaboración de los maestros y de 
los padres. Y así como en Francia las fiestas nacionales coinciden 
en determinada esfera con el inicio de las vacaciones que dejan va- 
cíos los planteles, en Alemania, por el contrario, y ese ejemplo es el 
que hemos querido imitar, se llevan á cabo con la mayor solemnidad 


DISCURSO INAUGURAL 119 


posible merced al nuevo comienzo de las tareas escolares, siendo 
ese el día de verdadera cita de la Nación. —Dilatado extraordina- 
riamente el horizonte de la instrucción primaria si se compara con 
el que tuvo en la época de la colonia, facilitándose los medios para 
la mayor difusión de la enseñanza; engrandecida ésta con los pro- 
gresos alcanzados mediante un personal idóneo y un material cien- 
tífico adecuado; parece justo que el pueblo contribuyente, advierta 
todo esfuerzo en este sentido y conozca, no de oídas sino de trato, 
á los mentores de la juventud cubana, visiten las escuelas para que 
palpen, por lo general, el atractivo de las mismas, convenciéndose 
de cuanto tienda á la felicidad de sus escolares, y penetrados del 
eran esfuerzo del Gobierno, é identificados con la causa de la ense- 
ñanza popular, sean siempre voceros y decididos defensores de sus 
bondades: porque la ignorancia en este sentido y las más de las 
veces una indiferencia punible permiten todavía que se robustezcan 
tendencias contrarias á la escuela pública, y corran riesgo de no ser 
aquilatadas las grandes virtudes cívicas de esos portaestandartes de 
la civilización, de esa clase privilegiada encargada de formar cora- 
zones que sepan amar á la patria, salvándola de pasiones malsanas, 
constituyendo así la sólida base en que deba asentarse toda nacio- 
nalidad forjada con tanta sangre de hermanos, abonados sus cam- 
pos con huesos bien amados y regada la tierra que los guarda con 
lágrimas de dolor de tantas madres, esposas é hijos. 


Los asuntos que pudieran servir de tema á un trabajo de esta 
índole son tan múltiples y tanta la conveniencia de indicar aquellas 
reformas imprescindibles en nuestra legislación escolar para el ma- 
yor éxito de su aplicación, que la necesidad del silencio sería una 
verdadera tortura, por la duda de si al hacerlo así podría estimarse 
como ingerencia en determinada esfera 4 quien ello compete y cuyos 
derechos y atribuciones nos proponemos siempre respetar; pero 
como no habría de parecer natural se discurra sobre la marcha de 
los trabajos realizados en el presente curso, por ser de la incum- 
bencia de la Secretaría de la Junta, ni mucho menos sobre aquellas 
cuestiones que por su'índole afectan directamente á la Superinten- 
dencia de Instrucción, que eumplidora de su deber por modo esecru- 
puloso, sabe hacerlo presente en la época señalada por la Ley á la 
Superintendencia Provincial, he creído oportuno, dejando á un lado 
tales extremos y respetando fueros ajenos, presentar algunas indi- 
caciones sobre diversas cuestiones sometidas 4 la Corporación, la 


120 JUAN M. DIHIGO 


que con el celo que tanto la distingue, al aceptarlas con calor las ha 
puesto al alcance de las autoridades y corporaciones correspon- 
dientes. 

El aumento rápido de nuestras aulas, merced al mayor ingreso 
de escolares, determinó, no hace mucho tiempo, la necesidad de que 
fuesen aumentados los Inspectores Pedagógicos, pues el número 
reducido de éstos, la mayor ampliación de su labor y la convenien- 
cia de que las aulas fuesen visitadas con toda frecuencia para apre- 
ciar debidamente la obra del maestro y el adelanto de los niños así 
lo exigían; así hubo de obtenerse también merced á la buena dispo- 
sición del Sr. Superintendente Provincial, plenamente convencido 
de la necesidad sentida; los progresos advertidos con posterioridad 
en las escuelas; la fe que va adquiriendo nuestro pueblo de la efica- 
cia de la escuela pública cuya sólida enseñanza presenta las venta- 
jas de sus múltiples bondades y de no ocasionar gasto alguno, exi- 
giendo sólo buena disposición de espíritu en los padres para que 
concurran sus hijos y decidido interés por la defensa de su causa, 
indican de nuevo la conveniencia de aumentar el número de los 
Inspectores Pedagógicos, y por si fuese posible obtener algo en ese 
sentido, es por lo que deseo exponer á las autoridades algunas con- 
sideraciones sobre el caso. 

Siempre fué la norma de conducta del Consejo inspirarse en aque- 
llos principios que puedan proporcionar beneficios 4 la enseñanza 
por encima de cuanto pudiera significar interés de carácter particu- 
lar; esto, que es lo humano y que por desgracia se palpa en la gene- 
ralidad de los organismos, nunca ha existido en la Corporación y á 
ello se debe, que transcurrido el período difícil de la organización 
de las escuelas de este Distrito, cuando hubo de estimarse llegado 
el momento de pensar en la selección de nuestro magisterio, pues los 
maestros contratados tiempo habían tenido para iniciarse en los nue- 
vos procedimientos, respetando siempre como sagrados los derechos 
legítimamente adquiridos é inspirándose la Corporación en el mejor 
deseo, pensó y discutió bien cuanto significase una relativa renun- 
cia de derechos que la Ley le otorgase en la contratación de sus 
maestros y resolvió que las vacantes que surgieran en lo sucesivo 
nunca más fueran provistas de otro modo que por medio de una 
prueba pública que fuese demostración inequívoca de la capacidad 
de los aspirantes; así se ha venido haciendo desde hace algún tiem- 
po y hemos de proclamar que no existen motivos para arrepentirnos 
ya que la experiencia viene demostrando a bondad de dicho acuer- 


DISCURSO INAUGURAL 121 


do á tal extremo que Juntas de otros distritos hayan imitado nuestro 
proceder y aunque con alguna tendencia centralizadora, el Sr. Gober- 
nador Provisional ha venido últimamente, con el criterio sustentado 
en su decreto de 12 de Agosto próximo pasado, á darnos por entero la 
razón. También podemos consignar con agrado que en la provisión 
de los cargos de Inspectores Pedagógicos y cuantos técnicos existan, 
viene reeayendo siempre su designación en aquellas personas que á 
sus antecedentes intachables en el orden moral reúnen los corres- 
pondientes en el orden profesional, es decir, que el nombramiento 
recae siempre en quienes posean títulos que acreditan la competen- 
cia y en maestros, principalmente en éstos, que han demostrado ex- 
celentes cualidades para tal ejercicio, y este criterio, que para los 
efectos de la elección se funda en el examen escrupuloso de la labor 
del maestro aspirante en su propia aula, en las especiales aptitudes 
que reúne para desempeñar á satisfacción y con conciencia dicho 
puesto, es todavía más amplio, más generoso entre nosotros, pues 
los Inspectores, dado lo que tal cargo significa y su gran influencia 
en la buena Ó mala marcha de la escuela, son sometidos en otros paí- 
ses, como los cargos análogos á los de Superintendente de Instruc- 
ción á especiales pruebas que se rinden ante determinada Comisión 
para apreciar convenientemente la aptitud de los candidatos en las 
funciones de Inspectores de la enseñanza primaria. Adoptado el 
procedimiento de los antecedentes en la enseñanza, el resultado ha 
de ser siempre en extremo satisfactorio, y es un nuevo horizonte 
que se abre al bien reducido del magisterio, nn estímulo más para 
el mejor cumplimiento del cargo que el maestro desempeña, un me- 
dio de elegir con más acierto, acordándose, si necesario fuere, en 
vista del gran número, la más adecuada forma de provisión y un 
acto de verdadera justicia, ya que grande é irritante había sido la 
injusticia que por lo general se realizó en los comienzos de la orga- 
nización, cerrando las puertas á las legítimas aspiraciones de una 
Corporación benemérita; ellos son los que han podido apreciar me- 
jor las necesidades del aula y de la escuela; ellos, los que con su 
propia cultura pueden juzgar, al ejercer un cargo superior, cuanto 
se refiere á la educación física, á la educación de los sentidos, á la 
educación moral; y pues ellos, dentro de su modesta esfera, tuvieron 
ocasión bastante para formar criterio sobre organización pedagógica, 
sobre exámenes y sobre disciplina, á ellos les correspunde más que 
á ningún otro ese natural ascenso, en la seguridad de que el desem- 
peño de sus funciones será superior al de aquel otro que, sin ante- 


122 JUAN M. DIHIGO 


cedente alguno, resulte un improvisado en el cargo que se le confía. 
Y una vez que por la autoridad se ha resuelto proveer estos cargos 
en la forma indicada, no resultaría extemporáneo que si no todos 
los designados, por lo menos los de cada provincia, tuvieran un 
cambio de impresiones. Para disipar toda duda, sobre la forma de 
la inspección, para que la verdad resplandezca tan sólo del lado que 
corresponda, considero conveniente, una vez terminada la visita, 
notificar al maestro y por escrito las impresiones recibidas, que de- 
berán ser las mismas trasmitidas á las autoridades, debiendo indi- 
carse al maestro, con toda la discreción y cortesía del caso y en for- 
ma esencialmente práctica, las desventajas de los medios empleados 
y los beneficios que se derivarían de adoptarse las indicaciones que 
se hiciesen; de este modo, dando á la inspección un carácter unifor- 
me, desterrando para siempre la diversidad de criterios en las vi- 
sitas, cesarían de una vez las quejas y habría verdadera orientación 
para el maestro. 

Asunto no menos interesante, tanto para el médico como para el 
pedagogo y muy principalmente para el Gobierno, es el relativo á 
la educación de esos niños que por causa de sus deficiencias más Ó 
menos profundas en su intelectualidad y modo de ser afectivo, re- 
quieren cuidados de índole especial y condiciones propias para su 
cultura, que no están en lo absoluto 4 su alcance dentro de nues- 
tras escuelas públicas. Me refiero á la necesidad del establecimien- 
to de escuelas para niños anormales, école des arriérés, y á cuyos ins- 
titutos prestan singular cuidado las naciones, como se comprueba 
con lo que Bélgica y Francia acaban de realizar. Ya el Dr. Arísti- 
tides Mestre, en una Conferencia pronunciada en la Escuela Normal 
de Verano, el 18de Agosto de 1906, dió 4 conocer á los maestros 
cuanto se relaciona con las inteligencias anormales y el problema 
de su educación, haciendo resaltar tras la serie de importantes da- 
tos traídos á colación, la necesidad de que el Gobierno atienda de- 
bidamente á este asunto, completamente abandonado en nuestro 
país, para evitar así la concurrencia á las escuelas de seres infelices 
que son verdaderas rémoras en las aulas. La inspección médica 
directa en la Escuela, indicada más de una vez como necesaria en 
sesiones del Consejo por uno de nuestros compañeros | para pre- 
servar la salud de los escolares contra todo contagio, evitando la 
concurrencia de aquellos niños que por sello especial de su psicolo- 
logía no debieran asistir 4 las sesiones, hubiera podido hacer mu- 


1. Dr. Manuel Delfín. 


A DISCURSO INAUGURAL 123 
cho en el sentido á que me refiero, auxiliado siempre en su labor por 
el maestro, dado el carácter colectivo de la obra, porque es preciso 
no olvidar que junto al grupo de niños normales hay otros en las 
condiciones ya indicadas, cuyo número ha aumentado forzosamente 
por virtud de la misma enseñanza obligatoria que compele á concu- 
rrir á las aulas, porque ni la policía, mi los inspectores escolares 
pueden detenerse en detalles de tal naturaleza, sino contribuir tan 
sólo, con la eficacia en el cumplimiento de sus deberes, á que la ley 
no resulte violada ni el dinero del Estado mal distribuído; y como 
en el tropel de concurrentes, encontramos niños psíquicamente 
perturbados del todo, incompatibles con el régimen escolar común, 
surge y se hace sentir en términos bien perceptibles la necesidad de 
establecer una inspección médica que recorriendo nuestras aulas, por- 
que el maestro no es el llamado á resolver los problemas que presen- 
tan esas categorías de niños, estudie detenidamente la psicología de 
nuestros educandos é informe al Gobierno lo que sea procedente 
para que á semejanza de lo que han realizado Bélgica y Francia, 
orientándose en el sentido del Dr. Seguin, 4 quien se debe el verda- 
dero tratamiento médico-pedagógico de niños anormales, y cuya 
labor repercutió tanto en Berlín como en Suiza, en Inglaterra y aun 
en la América del Norte, puedan establecerse escuelas apropiadas 
como sucede en París con el Instituto Médico-Pedagógico de Vitry 
bajo la hábil y sapiente dirección del Dr. Bourneville; no quedan- 
do abandonada, sino piadosamente acogida, esa masa de seres des- 
graciados constituída por los que sufren trastornos de la palabra, 
sordo-mudos, ciegos, detenidos, débiles de espíritu, imbéciles, defi- 
“cientes y tardíos, que merecen por sentimiento de humanidad el ma- 
yor interés. A nuestro Secretario de Instrucción Pública, perito en 
estas cuestiones ya por razón de su cargo, ya también por ser médico, 
sometemos el presente problema que en más de una ocasión se ha 
presentado en nuestras aulas, á fin de que con su influencia y en 
bien de tantos infelices se ponga remedio, como así se ha hecho en 
otras naciones, á semejante estado de desgracia. Ya el Consejo, 
con la autorización correspondiente, ha establecido á vía de ensayo 
un aula de sordo-mudos en «Luz y Caballero », y aun cuando sólo 
ha sido posible apreciar el adelanto relativo, tiene el convenci- 
miento de que no es esa Escuela la que reúne las condiciones 
necesarias para el caso, sino que, conforme con lo que la ciencia 
demanda, debe levantarse un edificio ad hoc, salvando á la escuela 
pública de un espectáculo que tiene que impresionar tristemente á 


124 JUAN M. DIHIGO 


nuestros niños cuando todo debe contribuir á llenar de dicha sus 
Corazones. 

La Junta de Educación de esta ciudad, considerando las circuns- 
tancias especiales en que se encontraban nuestras escuelas como 
consecuencia de un estado de perturbación pasada, así como de la 
concurrencia de niños en nuestras aulas, crecidos en las calles, des- 
conocedores del respeto al superior y sin ejemplo en sus hogares 
que auxiliase la obra de la escuela, solicitó en 8 de Diciembre de 
1900 del Sr. Comisionado General de Escuelas, la autorización co- 
rrespondiente para establecer una escuela especial término medio 
entre la regular y la reformatoria que permitiese obtener una pron- 
ta modificación en la naturaleza del escolar. Para llevar á cabo su 
pensamiento sometió á su vez, al Sr. Comisionado, un presupuesto 
de gastos de instalación ascendentes 4 $365 y otro de gastos mensua- 
leg por $426. El distinguido pedagogo Mr. Alexis E. Frye, siem- 
pre de feliz recordación entre nosotros, á la sazón Superintendente 
General de Escuelas de Cuba, al informar acerca de esta petición, 
recomendó que dichas escuelas se estableciesen en diferentes puntos 
y que las Juntas de Educación de todas las municipalidades reunie- 
sen los alumnos indisciplinados en escuelas separadas bajo la direc- 
ción de aquellos maestros que tuviesen capacidad para dicho cargo; 
pero como quiera que merced á un traslado del propio Comisionado 
de 4 de Enero de 1901, se le hicieron á la Junta indicaciones sobre 
la conveniencia de que el niño no viviera durante cierto tiempo en 
dicho establecimiento al objeto de hacer más viable el proyecto, por- 
que así no tendría el Gobierno la obligación de mantener á esos es- 
colares, ni la necesidad de atender á cuanto se refiriese á la cocina, 
dormitorios, baños, etc., etc.; la Junta después de encomendar á uno 
de sus Vocales el estudio cuidadoso de las advertencias hechas por 
el Sr. Comisionado y de haber oído el parecer del compañero, tenien- 
do en cuenta el estado de desequilibrio que se presenta en un país 
tras una revolución, el hecho palpable de haber acudido en aquella 
fecha á nuestras escuelas un contingente educado sin freno y ente- 
ramente corrompido, por efecto del medio ambiente en que había 
vivido, así como la triste situación de muchos maestros que han sido 
víctimas de grandes faltas de consideración, resolvió, pensando que 
no era posible modificar el carácter del niño formado al calor de 
pasiones bastardas para transformarlo en lo que debiera ser un es- 
colar en la forma indicada, que era preferible permanecieran las 
cosas en el mismo estado, puesto que no era fácil obtener la regene- 


DISCURSO INAUGURAL 125 


ración del alumno sin arrancarlo del pernicioso ambiente en que 
viviera. Y como la necesidad sentida hace casi siete años se sigue 
palpando relativamente en los actuales momentos, me permito, en 
nombre de la Corporación que me honro en presidir, señalar de 
nuevo á la superior autoridad dicho mal, para que con sus podero- 
sos recursos pueda ser evitado, mediante las indicaciones entonces 
hechas, que de nuevo reproducimos, ú otras que estime más ade- 
cuadas al caso. 

Y ya que de los niños me vengo ocupando, no quiero dejar de 
señalar la conveniencia que habría de reportar con el auxilio siem- 
pre poderoso del Gobierno y del Municipio y el sentimiento carita- 
tivo de este pueblo, el ensayo de una colonia escolar de vacaciones, | 
cuyas grandes ventajas tanto han pregonado en sus tratados respec- 
tivos Compayré, Alcántara García, Posada y Fandiño como Diree- 
tor este último de las colonias organizadas por la Universidad de 
Oviedo. Bien es verdad que todas estas empresas, dependientes en 
un todo de la caridad pública y la generosidad del pueblo, llevan en 
sí bristes desengaños, amarguras infinitas; pero así como el distin- 
guido pedagogo chileno Sr. Domingo Villalobos, unido á un corto 
número de filántropos, supo vencer los poderosos escollos que se 
presentaron á su pensamiento de establecer la primera colonia esco- 
lar en Chile, como lo hicieron Byon en Zurich, Ranchfuss en San 
Petersburgo, Cristofori en Milán y Cottiner en Francia, tomando 
carta de naturaleza asimismo en Bruselas y en España, debemos 
procurar que este pensamiento del Consejo no se pierda en el vacío; 
ya que de ese modo será posible hacer mucho y bueno en obse- 
quio de la salud de nuestros educandos, contribuyendo al mayor au- 
mento en el peso, en la altura, en la cavidad toráxica, glóbulos 
rojos, y fuerza muscular de los futuros colonos, brindándoles á su 
vez espléndida coyuntura para asociar á las excursiones y ejercicios 
de gimnasia los hábitos higiénicos. La situación de penuria de las 
familias á que pertenecen la mayor parte de los niños que asisten á 
nuestras escuelas, no permiten combatir con medios seguros los ma- 
les que minan su naturaleza; de ahí que sea preciso acudir á reme- 
dios como éste que tanto encomia la pedagogía y que tanta influen- 
cia tienen, como dijo el Dr. Warrentrapp en el Congreso de Gine- 
bra de 1882, en la salud de los colonos. Alemania, que tanto se 
precia de atender debidamente cuanto atañe al mayor bienestar del 


1 Los datos principales están tomados de los informes del Sr. Villalobos, El Dr. Eduardo 
F. Pla es el autor de la moción presentada al Consejo. 


126 JUAN M. DIHIGO 


escolar, trabaja con ahínco en el asunto de las colonias escolares y 
de ahí el que la unión formada por los Comités é instituciones de 
sus distintas ciudades envíe anualmente unos 23,000 niños débiles, 
anémicos, escrofulosos á sitios adecuados para vigorizar su organis- 
mo, ya distribuyéndolos entre familias del campo, de la montaña ó 
de la costa, ya un número á baños de aguas minerales, ya otro á 
baños marítimos. 

Este acto de humanidad que se realiza proporciona también, co- 
mo institución civilizadora que son las colonias, mayor cultura al 
espíritu, aleja al niño de escenas callejeras que dañan su inteligen- 
cia y más aun su corazón, brinda ocasión para elevar el espíritu el 
medio en que se desenvuelve, y los ejemplos que á la vista se pre- 
sentan para alcanzar los más sanos ideales; y combatiendo decidi- 
damente el mal hábito de la vagancia y la odiosa condición de men- 
digo como se ha dicho, graba en su mente las buenas impresiones 
recibidas de lo que es el orden, la disciplina, la higiene y la vida 
metódica. ¡Cuántas veces, refieren los tratadistas, ha podido obse:- 
varse el cambio operado en el carácter de los niños con la mera in- 
fluencia de la vida del colono! ¡Cuántas veces el niño taciturno, 
sombrío, de mirada triste, cabizbajo, se ha transformado en niño 
comunicativo, alegre y simpático! Siel Gobierno desea prestar aten- 
ción á este asunto y el Municipio brinda también su apoyo, considero 
el proyecto perfectamente viable para las próximas vacaciones; bueno 
será que se medite bien acerca de su mejor organización, ya que 
preciso se hace tener muy en cuenta los recursos con que deba 
contarse, la forma de elección de los colonos, el sitio donde deba 
funcionar mejor, los elementos que deban disponerse y el programa 
que haya de desarrollarse. Para todo lo concerniente á recurso es 
preciso saber interesar á nuestro pueblo, pues así habrá de resultar 
la obra más hermosa: de iniciativa particular, pues el Estado podría 
contribuir con todo lo relativo al pasaje, así como al sitio donde 
sea oportuno situar la colonia. En cuanto á la elección de aquellos 
niños que pasen á desempeñar la condición de colonos, está llamado 
á desempeñar un papel muy principal el maestro, pues á él corres- 
ponde en primer término indicar cuáles niños son los que más nece- 
sitan de ese cambio para regenerar su naturaleza, fijándose sobre 
todo para la elección, en los de aquellas familias que no tienen re- 
curso alguno. Una vez elegido el niño, en caso de que el padre ó 
tutor asientan, toca al médico su intervención y el señalamiento del 
lugar; para apreciar los efectos de la colonia se dedica á cada niño 


DISCURSO INAUGURAL 127 


una hoja antropométrica, en la cual se hacen las anotaciones propias 
sobre crecimiento, presión sanguínea, capacidad pulmonar, cuali- 
dad de la sangre en relación con los glóbulos rojos, datos precisos 
sobre la filiación del colono, datos anatómicos descriptivos y datos 
métricos. En los distintos estudios que se han hecho acerca de las 
colonias escolares, se ha convenido, y ereo que con sobrado funda- 
mento, que la elecuión de los niños no sea exclusiva de una escuela 
sino de distintas, porque así el beneficio se reparte más y sin resul- 
tar preferencias que siempre son odiosas: que cuando sea posible la 
repetición de esos actos de beneficencia pública se tomen de los an- 
tiguos colonos aquellos que más requieran la vida del campo, la de 
la montaña ó la de la orilla del mar; que el número de colonos en su 
principio no exceda de veinte, debiendo estar encomendada la agru- 
pación á dos ó tres personas con una sola que dirija; que cada alum- 
no lleve aquellos objetos que con anticipación se le indique que 
serán de su uso personal inmediato; que el envío 4 las colonias es 
más conveniente que la distribución entre aquellas familias que lo 
soliciten y que el gasto por niño no resulte en modo alguno excesi- 
vo fluctuando entre veinte y treinta pesos. 

Me es grato también informar que en mi paso por las Escuelas, 
en los días de exposición, he podido ratificar la opinión que en mis 
inspecciones técnicas he venido formando en los ocho años de estar 
consagrado á esta labor. Nuestros maestros, en tesis general, de- 
dican sus mejores empeños en pro de la enseñanza y de tal modo 
que lo que fué en sus comienzos ensayos empíricos, sin otra orien- 
tación, inspiración y preparación que la buena voluntad, ha ido 
evolucionando, tan satisfactoriamente, que ya hoy podemos decir 
que se encuentran encauzadas nuestras escuelas, no ya según nues- 
tro sentir, sino con el testimonio de extranjeros, ingleses, america- 
nos y alemanes, que han visitado nuestras aulas y han confesado 
ingenuamente que la objetividad del método empleado puede com- 
petir con el sancionado en sus respectivos países. No quiero decir, 
en manera alguna, que pueda darse todo por hecho, ni tampoco 
que todos los maestros hayan alcanzado uniformemente el mismo 
nivel; ese es un ideal difícil de lograr en lo humano y mucho más 
en tan corto tiempo de dedicación; pero, á lo que me refiero, y lo 
que, desde luego, constituye el triunfo, es la implantación honrada 
y entusiasta de métodos que han dado buenos y palpables resulta- 
dos, permitiendo, si los esfuerzos no se desvían, acariciar la unifi- 
cación posible, en plazo no muy lejano en graduacion, métodos y 


198 JUAN M. DIHIGO 


procedimientos. El recorrido por las aulas pone de manifiesto, á 
poco que se observe, la verdad de cuanto voy diciendo: los trabajos 
de escritura incorrectos pero interesantísimos que se han observado 
en las aulas de primer grado, se convierten en el segundo en una 
letra vertical bastante buena, letra que resulta hasta hermosa por 
lo clara y cursiva en el tercer grado, siendo por todo ello consola- 
dor pensar que nuestra población escolar, de trece á catorce años, 
posee ya este arte. 

Las lecciones de lenguaje que en los comienzos se confundían 
lastimosa y tristemente con las de gramática, son ya en tesis gene- 
ral pedagógicamente atendidas, como he podido comprobar en mis 
inspecciones y en los trabajos que aparecieron en la exposición; 
nuestros maestros atienden ya bastante convenientemente al len- 
guaje interno, aprovechando todos los momentos para dar objetiva- 
mente ideas que, en evolución sucesiva enriquecen el lenguaje oral 
y se exteriorizan gráficamente en graduadas y bastantemente bien 
dirigidas composiciones escritas; atendido así este importante ramo, 
nuestros niños van aprendiendo á pensar, por cuanto persiguen 
siempre el fondo del vocablo empleado; las cuestiones de forma se 
atienden indirecta y oportunamente, pudiéndose observar ya que 
por el puente del lenguaje llegan los niños más adelantados á com- 
prender las cuestiones gramaticales. En Aritmética, he podido 
también ver justificada la ventaja de los procedimientos empleados. 
En algunas aulas aparecen los problemas gráficamente ilustrados, 
patentizando la idea clara que del asunto tiene el discípulo y en la 
mayoría se aprecia cómo ha desaparecido el método simbólico y con 
él las abstracciones de la enseñanza antigua. Los esquemas y tra- 
bajos de modelado geográfico que he visto en algunas escuelas jun- 
tamente con las excursiones realizadas, demuestran que esta asig- 
natura empieza á ser enseñada por el método natural que reclama 
y en este concepto entiendo que, logrado el auxilio que ha prometido 
el Ayuntamiento de la Habana, se destine á excursiones geográficas, 
toda vez que el buen deseo de nuestros maestros se estanca siempre 
ante la imposibilidad de sufragar los gastos de transporte. 

En las aulas de 39, 42 y 52 grados he podido apreciar satisfacto- 
riamente que la enseñanza de la Historia va bien encaminada, 
siendo así que á la narración cronológica con plétora de detalles 
fácilmente olvidados, ha reemplazado la explicación sucinta del 
hecho que se comenta, enseñando á discurrir á los niños y hacién- 
doles sacar la consecuencia práctico-moral que debe tener por fina- 


DISCURSO INAUGURAL 129 


lidad esta enseñanza, que á su vez tratará de encauzar conveniente- 
mente con el estudio de las biografías de nuestros grandes hombres. 
En las Lecciones de Cosas, he advertido que no forman serie en 
todas las aulas, punto que sería conveniente atender por las venta- 
jas que proporciona la inducción sistematizada, pero en la inmensa 
mayoría se observa la objetividad de la lección que el maestro pro- 
cura á costa de exquisita dedicación; objetividad que en la práctica 
va siendo bastante bien encauzada, por cuanto he visto que persi- 
guen por finalidad directa el aumento del vocabulario por medio de 
los ejercicios intuitivos que desarrollan los poderes perceptivos y de 
observación. Y, por último, he podido observar que la enseñanza 
del dibujo ha dado un paso de notable avance mediante el nuevo 
método empleado, pues si bien es cierto que en algunas aulas han 
figurado trabajos de copia que matan por completo el propósito que 
debe perseguir esta enseñanza, en un buen número se ve ya la bue- 
na dirección pedagógica, que permite al niño ser factor de su propia 
enseñanza tomando del natural el asunto que más Ó menos correc- 
tamente traslada al papel, mediante convenientes ejercicios de ob- 
servación que van logrando la finalidad ulterior práctico-industrial 
que debe tener por objetivo esta enseñanza, y que, por otra parte, 
tan poderosamente contribuye 4 dar hábitos de buena disciplina. 
Preocupa muy mucho á la Corporación el asunto referente á las 
casas-escuelas, de gran importancia para la buena marcha de la en- 
señanza y de escollos insuperables hasta el presente. En 30 de 
Octubre de 1900 se iniciaron los trabajos sobre fabricación de estos 
edificios por medio de razonado informe al General Leonardo Wood 
y al Comisionado General de Escuelas, significándoseles la forma 
más adecuada para el pago; por gestiones de la Junta fueron hechos 
en el año de 1901 planos por la Jefatura correspondiente del cuar- 
tel del General Ludlow y después, ya constituída nuestra República, 
volvióse á revivir la idea, presentándose planos de diversos tipos de 
casas-escuelas que deben hacerse en este Distrito, acompañando un 
informe sobre la forma de pago, en el cual se demostraba la manera 
de hacer viable el proyecto, sin exigir al Gobierno un céntimo más 
de lo consignado para abono de alquileres; y sin ningún éxito alcan- 
zado, hasta entonces, dirigióse por último la Junta á la Cámara de 
Representantes, sin haber obtenido como recompensa del esfuerzo, 
más que la mayor indiferencia y el silencio más absoluto. Este 
problema—preciso es confesarlo—es de carácter capital, pues por 
buenos que sean los edificios donde están nuestras escuelas, por 


130 JUAN M. DIHIGO 


grandes que hayan sido los esfuerzos del Consejo por mejorarlos, y 
oree haber hecho mucho, no son más que casas de familia, sin nin- 
guna de las condiciones que se exigen para un plantel. Fácil, muy 
fácil resulta la crítica en la vida; pero difícil, muy difícil, dar los 
medios para evitarla, y, porque ha sido siempre este asunto, preo- 
cupación grande y natural para el Consejo; porque ha provocado en 
su desenvolvimiento no pocos conflictos; porque ninguna de las 
aulas puede reunir los requisitos que prescribe la higiene escolar; 
porque la Junta Superior de Sanidad, con muy buen interés, pero 
enteramente fuera de la realidad las más de las veces, ha ordenado 
el cierre de algunas que hubieran originado extraordinario trastor- 
no á la enseñanza, pues no había otra que alquilar; por la inconsi- 
deración de algunos propietarios que por el hecho de que el Gobierno 
es el que paga, han querido explotarlo á impulso de miras usurarias, 
como si no fueran los que lo componen cubanos y el Tesoro de nues- 
tra República; y porque relegada al olvido las continuas indicacio- 
nes nuestras se ha venido tolerando pasivamente algo que ha debido 
evitarse ya, que debió haber preocupado mucho á nuestro Congreso 
y no poco á nuestro Ejecutivo, es por lo que presentamos de nuevo 
el caso al Gobierno, seguro que habrá de tratar de conjurar este 
conflicto, como lo han hecho todas aquellas naciones que han sabido 
atender Ja enseñanza primaria. 

Y para terminar este trabajo, que alcanza ya alguna extensión, 
permitidme hacer algunas breves consideraciones más. Sin que sea 
nuestro propósito poner trabas al pase de los niños por nuestras es- 
cuelas, siendo así que entendemos éste debe facilitarse siempre, dada 
la importancia de la instrucción y los reparos que ciertos elementos 
de la sociedad oponen á ella, bueno será pensar en otras medidas 
que las adoptadas hasta ahora, á fin de regular el ingreso y egreso 
de nuestros niños en las escuelas. Al presente, un buen número de 
éstos se inscriben por sí solos, hecho que pudiendo considerarse 
laudable bajo un punto de vista, da á esos pequeños ciudadanos 
una libertad que les perjudica, por cuanto en uso de esas atribucio- 
nes que se les concede, y no estando en edad de comprender la 
extensión de la falta que cometen, se dan de baja á la menor con- 
trariedad que sufren, ó cuando algún compañerito los induce al 
cambio, recorriendo de ese modo y en corto tiempo un buen núme- 
ro de escuelas. La inmoralidad que este hecho entraña, implica 
también un gran desorden en la marcha de la enseñanza. La dis- 
ciplina se altera, desde luego, y con un trasiego semejante, mal 


DISCURSO INAUGURAL 131 


pueden nuestros maestros rendir su labor de un modo fructífero; la 
influencia moral, tan indispensable en la obra educadora, queda sin 
efecto, y por otra parte, como el promedio exige número, es indis- 
pensable admitir en la clase niños más ó menos adelantados, que, 
en uno ú otro caso, alteran la graduación tan indispensable á la 
buena marcha del aula, y como los milagros no son ya del dominio 
de los humanos, no siendo posible la nivelación, nuestros maestros 
se concretan á los más adelantados y al grupo mayor en igualdad 
de conocimientos, siendo de todos modos efectivo el desconcierto. 
El ideal sería que los niños pasasen todo el curso bajo la dirección 
de un solo maestro; pero, existiendo razones de peso que se oponen 
á ello, como es el cambio de domicilio, bueno sería que después de 
exigir de un modo riguroso que los padres ó tutores sean los que 
inscriban ó retiren á sus menores, se les obligue por quien corres- 
ponda á justificar la causa de la separación, dentro del año escolar 
por lo menos. 

La marcha de la enseñanza en nuestras escuelas se encuentra ya 
encauzada, como anteriormente he indicado; pero en tan corto 
tiempo no es posible que todo esté ya hecho, y como por otra parte 
es asunto de tanta importancia y trascendencia, las miras deben 
encaminarse siempre á mayores y mejores esfuerzos, se me ocurre 
indicar, siempre con el debido respeto, que sean revisados los Cursos 
de Estudios, para que se hagan en ellos, ya que realmente resultan 
buenos, pequeñas modificaciones que permitan sea más fácil la 
orientación del maestro. Los métodos y procedimientos empleados, 
como he dicho, resultan también bastante buenos y es éste un he- 
cho que merece el mayor encomio, por cuanto es el fruto del trabajo 
individual del maestro; pero como en esa labor no resultan em- 
pleados en algunos casos los principios psicológicos que informan á 
la Pedagogía, hé ahí por qué aún adolecen de defectos lamentables. 
En la pasada Escuela de Verano se ha querido iniciar algo acerca 
de un punto tan capital, y á este respecto nos permitimos también 
dar nuestra opinión: la organización de estas Escuelas debe ya tener 
otra orientación, y á la enseñanza aislada de cada asignatura, Gra- , 

_mática, Aritmética, Ciencia, etc., que ya conocen todos nuestros 
maestros tan bien como el maestro que las da, deben reemplazar 
cursos de Psicología, Metodología y Enseñanza Práctica, que, per- 
tectamente eslabonados, permitan al maestro ver el circuito que ha 
de recorrer para que su labor sea fructífera, conforme á la orienta- 
ción que persigue la Escuela moderna. Dados esos cursos por per- 


132 JUAN M. DIHIGO 


sonas competentes que deben marchar en perfecto acuerdo con la 
lección de Psicología, por ejemplo, sobre la memoria, sucedería la 
de métodos relativos á los medios de educar este poder, base de los 
fenómenos mentales, y 4 ésta una lección práctica de Aritmética, 
Lenguaje Ó Gramática, permitiría el paso de aplicación, dejando 
ver la base científica del método para la educación de dicha facul- 
tad y así de las demás. Bien conocidos esos hilos, resortes que 
científicamente debe manejar el maestro, los métodos corresponde- 
rían á los principios naturales, y si ya va comprendiéndose, por 
ejemplo, la diferencia primordial que debe existir entre el Lenguaje 
y la Gramática, se patentizaría entonces la importancia del prime- 
ro, como medio el más eficaz para la educación de los poderes todos; 
el método inductivo alcanzaría su legítimo imperio; los niños perse- 
guirían siempre el fondo del vocablo; el proceso educativo sería un 
hecho y adquíridas y robustecidas de un modo tal las ideas, la ac- 
tuación, término del circuito, estaría legítimamente representada 
por ejercicios de composición que, mediante un proceso análogo, 
basado á su vez en el encadenamiento de las facultades, coronaría 
la obra, dotando á nuestros niños de una buena preparación para 
todo ulterior empeño. En este punto hemos tenido ocasión de ver 
en nuestro recorrido por las escuelas, los esfuerzos laudables que, 
bien por medio de láminas, cuentos Ó fábulas, hacen nuestros 
maestros; pero dichos esfuerzos obedecen á la inspiración individual, 
faltando un plan general que regularice dichos ejercicios, por lo que 
se nos ocurre indicar, entre las modificaciones de los Cursos de Es- 
tudios á que antes aludimos, se establezca algo así como la gradua- 
ción de los trabajos de composición del profesor Rein, que rige en 
las escuelas alemanas. 

Consagremos antes de concluir un recuerdo á aquellos compa- 
ñeros que como Ramón Lubián, Luz Cotrina, José Abreu Cabañas 
y Juan Manuel Sánchez, nos han abandonado para siempre. Caído 
uno en el ocaso de la vida, después de haber llenado su misión en la 
tierra con el entusiasmo hermoso de quien consagró su existencia á 
obra por demás meritoria y tronchados los otros en flor cuando 
más vigorosos parecían, más fe sentían en su alma para sobrellevar 
las amarguras del magisterio y más interés tenían en conquistar el 
elevado concepto del hombre cumplidor de sus deberes; pronuncie- 
mos siempre con respeto sus nombres y sea el recuerdo de sus her- 
mosas vidas, de sus grandes virtudes, poderoso estímulo para em- 


DISCURSO INAUGURAL 133 


prender con verdadero entusiasmo, con espíritu levantado y con 
abnegación sublime, la grande obra que dará principio en el día de 
mañana en que comenzará la labor escolar, encaminada á rasgar el 
velo de la ignorancia que obscurece las inteligencias de cuantos, por 
vez primera, concurren á nuestros planteles, 4 fin de que dándose 
paso á la luz de la verdad y la ciencia, se iluminen sus mentes y se 
formen sus corazones. 

Alumnos de las escuelas públicas: yo os saludo en nombre del 
Consejo Escolar, con toda la efusión de mi alma y os pido que pro- 
sigáis, como hasta aquí, dando pruebas de ese vehemente deseo 
por saber que os abrirá paso en la sociedad, proporcionándoos días 
de verdadera gloria. Vuestra aplicación constante y vuestro sin- 
gular aprovechamiento os han hecho acreedores al diploma que 
en breve habéis de recibir, de manos de nuestra superior autori- 
dad. No desmayéis; mantened siempre vivo el amor á la ciencia, 
que es el amor á la verdad, al bien y á la virtud, y sean vuestros 
triunfos en las aulas, estímulo poderoso para los compañeros que en 
ellas aún han de permanecer, ya que la ciencia, como se ha dicho, 
non jacet ín molli veneranda, illa sed assiduo parta labore venit. 

He dicho. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 
SOBRE LA SEGUNDA ENSEÑANZA EN CUBA ? 


POR EL DR. MANUEL VALDÉS RODRÍGUEZ 
Profesor de Metodología Pedagógica. 


Sr. Secretario de Instrucción Pública; Sr. Rector; Señoras y Se- 
ñores: 


Cuando en 1? de Octubre último, acatando con respeto el acuer- 
do de mis superiores, señores Rector y Decano, presenté á vuestra 
consideración el cuadro de la Enseñanza Superior, advertí muy bien 
que el trabajo aquel, modesto, necesitaba el complemento de la Se- 
gunda Enseñanza. 

Por este motivo, al volver á ocupar la Tribuna de este Centro 
de Enseñanza Superior, también por obediencia al acuerdo de mi 
Facultad, he pensado que la única compensación de mis escasos 
merecimientos, debía consistir en acabar aquel bosquejo, adicio- 
nándolo con una ligera síntesis de la Segunda Enseñanza en nuestra 
patria. 

Por cierto que en aquel entonces tuve la satisfacción de dar las 
gracias á cuantas personas habían tenido la bondad de prestarme 
su concurso: pero, repitiéndose una vez más, la prueba indefinida 
de la flaca condición humana, también noté, con pena, que había 
olvidado dar las gracias á un laborioso amante de nuestras letras 
cubanas, que me facilitó noticias y documentos de importancia. 

Permitidme pues, que salvando aquella falta, en ésta que es si- 
tuación análoga y propicia, ofrezca el testimonio de mi gratitud, 
por el motivo expresado, al Sr. Manuel Pérez Beato, profesor de la 
meritísima escuela de Artes y Oficios y bibliófilo distinguido. 

Y cumplido este deber, salvando mi inadvertencia de la mejor 
manera posible, entraré en la exposición de mi tema: Consideracio- 
nes Histórico- Críticas sobre la Segunda Enseñanza en Cuba, observando 
aunque sea de paso, que la naturaleza del trabajo, las muchas 
fechas, datos, articulado, etc., me aconsejaron aceptar la misma 
forma de conferencia escrita, que el propio Reglamento de esta Uni- 
versidad me impuso en 19 de Octubre último. 


] Conferencia leída en laJUniversidad el 12 de Enero de 1907, 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 135 


La expresión «Segunda Enseñanza» puede tomarse en bres acep- 
ciones distintas: Administrativa, Pedagógica y Social. 

La primera, por ser un servicio público cuyo objeto es organizar 
y regular los establecimientos de esta clase; la segunda, en cuanto 
significa un aspecto especial del pensamiento bajo la acción mo- 
deradora de un maestro, y en presencia de los medios conducentes 
á esa finalidad; y últimamente social, por cuanto satisface las ne- 
cesidades de un núcleo especial de una región ó de un país, en mag- 
nibtud proporcionada con la densidad total de la población. 

¿mpecemos por referirnos al primer concepto de los expresados. 


CONCEPTO ADMINISTRATIVO 


En rigor la Segunda Enseñanza Ó Enseñanza Secundaria, debía 
empezar, al menos como expresión adecuada á este servicio, con el 
Plan General de Instrucción Pública para las islas de Cuba y Puer- 
to Rico, aprobado por Real Orden de 24 de Agosto de 1842, com- 
pletado después con el Reglamento de la Universidad, de Real 
Orden de 27 de Octubre de 1844. Pero, de un lado, la parte del 
Plan correspondiente á la Segunda Enseñanza, no tuvo entonces 
toda la efectividad que debía y por otro, era indudable que los es- 
tudios de esa naturaleza existían ya con anterioridad, por más que 
no habían sido regulados suficientemente, aparte de los que se ha- 
cían en la Universidad Pontificia y de los que habían de contiuuar- 
se después, una vez secularizado aquel Instituto docente. 

La Historia, en verdad, muy interesante, de esta Segunda En- 
señanza, desde el punto de vista administrativo á que aludimos, 
abraza cuatro períodos principales: primero, Período Preliminar 
desde la creación de la Universidad Pontificia hasta 1842; segun- 
do, desde 1842 á 1863; tercero, desde 1863 á 1900, y cuarto, des- 
de 1900. 

Brillantes los dos primeros períodos, su carácter puede calificar- 
se, sin temor de equivocación, de social y expansivo, como puede 
llamarse el tercero oficial y de asimilación bastante acentuada en 
1863 y complementada en 1880 con un paréntesis de profunda reac- 
ción, y el cuarto no definido todavía por sus resultados. 

Es digno de observarse, cómo el primer período coincidía y se 
avecinaba con aquel sentimiento de autonomía que representaban 
la Sociedad Patriótica y la Real Junta de Fomento, así como al 
pensamiento de asimilación del General Concha en 1863, siguió la 
decadencia, harto visible, de las escuelas. : 


136 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


SEGUNDA ENSEÑANZA PÚBLICA 
Período preliminar 


Desde la fundación de la Universidad Pontificia, cuyos Estatu- 
tutos fueron formados por los mismos RR. PP. del convento de 
San Juan de Letrán, á virtud de la Real Cédula de 14 de Mayo de 
1732, confirmados por el Consejo de Indias de 27 de Junio de 1734, 
hasta la secularización de la Universidad Pontificia en el año de 1842. 

Preliminar hemos llamado este período, porque durante él, no 
se encuentra una expresa referencia de Segunda Enseñanza en los 
documentos oficiales de la Administración. Si se considera que en 
el mismo Plan de 1842, la Segunda Enseñanza no tenía un aparta- 
do que la constituyera independiente de cualquier otro organismo, 
se concibirá que en épocas anteriores, estuviera, absolutamente 
vinculada en el régimen de la Universidad Pontificia. 

La única conquista hecha en el orden del tiempo, fué que hasta 
1842, aquel aspecto de los conocimientos no tuvo la denominación 
especial que debía caracterizarlos. 

No pudo ser más interesante la evolución que á este respecto: 
experimentaban las ideas de cada época, originándose tres situacio- 
nes que cada vez se desarrollaban con mayor claridad. 

La Universidad Pontificia no consentía un orden de ideas que 
estaba fuera de la órbita de los conocimientos, en aquel momento 
histórico; pero la Segunda Enseñanza latía en su Plan, á modo de 
embrión llamado á desarrollarse con los años. 

Ya en 1812 en que se sucedía la segunda etapa, inspirado Quin- 
tana en las ideas que brotaban al calor de la Revolución Francesa, 
llamaba á los Institutos, Universidades de Provincia, y aunque su 
Plan no tuvo efectividad en la Península, por lo que respecta á Cuba, 
las ideas de aquel eminente pensador, acogidas por los que emigra- 
ron después en fuerza de las persecuciones políticas, tuvieron en 
nuestra patria provechoso desenvolvimiento, de que fueron buena 
prueba y constancia los colegios, famosos por más de un concepto, 
en los tiempos de Saco, José de la Luz y Caballero, y otros varones 
honor de nuestra patria y de las Letras. 

Al sobrevenir el Plan de 1842, tocaba el concepto de la Segunda 
Enseñanza en su tercera época y si bien es cierto que el Colegio de 
la Universidad, no llegó á establecerse, estaba dado el impulso y la 
Segunda Enseñanza empezaba á manifestarse con mayor precisión, 
en su significado, su finalidad y rasgos característicos, 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 137 


Esta noción de la Segunda Enseñanza en el Período Preliminar 
á que nos contraemos, puede buscarse únicamente, en la Universi- 
dad y en el Colegio Seminario de San Carlos, en los esfuerzos de la 
Sociedad Patriótica y de la Real Junta de Fomento. 

Las Ciencias que debían enseñarse en la Universidad, cuyos es- 
tatutos fueron formados por los mismos RR. PP. del Convento de 
San Juan de Letrán, en virtud de la Real Cédula de 14 de Mayo de 
1732, confirmada por el Consejo de Indias en 27 de Junio de 1734, 
eran las siguientes: 

Teología, Cánones, Leyes, Medicina, Artes: (Filosofía, Mate- 
máticas, Retórica y Geometría). Estas cuatro últimas se habían 
de segregar después, cuando la 2% Enseñanza obtuviera su verdade- 
ra carta de ciudadanía. 

No puede menos de advertirse, con legítima curiosidad, que 
aquella expresión de Artes, había de designar, con el tiempo, el 
título de bachiller, que conocimos muchos años después. 

Hé aquí el texto de los artículos pertinentes á nuestro objeto. 


TÍTULO SEXTO 


De los estudios y grados menores de las facultades 


I. Que todos los estudiantes de esta Universidad sean obliga- 
dos á matricularse cada año; y no estándolo, no pueden cursar ni 
graduarse. 

II. Que ningún estudiante pueda pasar á oir y ganar cursos 
en Facultad alguna, sin que primero muestre ante el Secretario Cé- 
dula de examen y aprobación de latinidad, dada por el Catedrático 
que fuere de Retórica, y por su falta por el de Gramática en esta 
Universidad. 

TIT. Que los estudiantes y todos los demás, para graduarse é 
incorporarse, y tomar posesión de Cátedra, hagan la profesión de 
nuestra Santa Fe Católica; y esto también se observe en los grados 
menores; y además, hagan el juramento acostumbrado. 

IV. Que los que se hubieren de graduar de Bachilleres en Ar- 
tes por cursos, hayan de haber acompañado los dos últimos cursos 
oyendo juntamente la Cátedra del Texto del Filósofo. 

V. Que así los que se graduaren por suficiencia, como por cur- 
sos de bachilleres en artes, han de defender para el examen, un 
acto con ocho conclusiones de las materias siguientes en esta forma: 
dos de Lógica, dos de los ocho libros de Física, dos de Generatione 


138 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


€ Corruptione y dos de Anima y responderá á los tres examinado- 
res que se asignaren y sus argumentos. 

VI. Que ninguno se admita para grado de bachiller por sufi- 
ciencia en ninguna facultad, sino que el grado se dé por cursos 
cumplidos en esta Universidad, ó en otros estudios generales, como 
es de ley. 

VIT. Que ninguno se admita al grado de bachiller en Teología 
ó en Medicina, sin ser graduado primero de bachiller en artes, 
excepto los religiosos, quienes pueden graduarse en Teología, sin 
que preceda el grado de Filosofía. 

XI. Queen la matrícula que hace el Secretario, ponga distin- 
ción de títulos, graduados y oficiales aparte, y cada facultad aparte, 
y en ella el nombre de cada estudiante de por sí, su lugar de 
dónde es, edad, día, mes y año en que conste; y en el mes de sep- 
tiembre se fijen edictos en que se amoneste á todos se matriculen: 
advirtiendo que no se aprobará curso al que no se matriculare. 


TÍTULO SÉPTIMO 


De los derechos de las matrículas, cursos y grados menores 


I. Que los estudiantes de esta Universidad, para la primera ma- 
trícula, por la Cédula del examen de Gramática paguen dos reales, 
uno para la caja y otro para el Catedrático de Retórica; y si no lo 
hubiere, para el de Gramática. 

II. De cada matrícula en cualquier facultad, se ha de pagar 
un real, mitad para la caja y mitad para el Secretario. 

TIT Item de jurar un curso en cualquiera facultad, dos reales, 
uno para el Secretario y otro para el Arca. Item por el grado de 
bachiller en artes veinticinco pesos, los cuales se han de distribuir 
en las formas siguientes: 

Pesos. Reales. 


Paravel. aC A A OS e 4 
ATC A E ee IAE 4 
Al Rector si asistiere; y si no concurriere se apli- 
CALMA e E rada ass 2 
A los tres examinadores á razón de doce reales 
CADA A as Ses RES 4 4 
AWque' contereiel era lO aconscecaoncacacncina non 1 4 
Al Secretario por la asistencia y títulos........... 6 
Al maestro de CeremonlasS.....coconcccccno eonnconarana 1 4 


A los bedeles, de por mitad. ...... ooorocosccncacrocoos 1 4 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 139 


IV. Que esta misma cantidad, con la misma distribución, se 
asigna para los grados de bachiller en Teología, Cánones y Leyes, 
sin diferencia alguna, pero para el grado de bachiller en Medicina, 
se aumentarán siete pesos y medio, por ser ocho los examinadores. 


TÍTULO DÉCIMO NONO 
De las lecturas y ejercicios de wrtes 


I. Que todos los años en septiembre, cuando se abran los estu- 
dios, se comience nueva lectura de artes, para que durando cada 
curso el tiempo de tres años, siempre haya tres catedráticos de esta 
facultad. 

TI. Que en esta facultad se cuenten las Sumulas, primero 
curso académico; la lógica por el segundo; los ocho libros físicos 
por el tercero y los que se leyeren sobre los dos libros de Generatio- 
ne € Corruptione, de Anima y Methaphysica, por el cuarto y últi- 
mo curso y todos se oigan en tres años. 

TIT. Que dichos catedráticos tengan lección cotidianamente 
por la mañana de siete 4 ocho y después asistan al ejercicio del pos- 
te de diez á once, y por la tarde tengan la segunda lección de tres 
á cuatro, y después de ella entren á disputa y conclusiones de artes, 
donde han de presidir los teólogos pasantes y este ejercicio dure 
hasta las cinco. 

IV. Que todas las semanas defiendan por séquito, y alterna- 
damente conclusiones ó conferencias dos catedráticos de artes en la 
forma siguiente: uno el miércoles, desde las diez hasta que pasen 
las once, á que asistirán todos los catedráticos de artes y los de teo- 
logía, que han de argúir y el otro catedrático la defenderá en el sá- 
bado á la misma hora y á ésta han de asistir los catedráticos de 
artes y los pasantes, que unas y otras (esto es) las del miércoles y 
las del sábado se firmen por el catedrático más antiguo de artes, y 
por el maestro de estudiantes. 

V. Que cada catedrático, todos los años por el mes de julio, 
antes que entren las vacaciones, les prevengan á sus estudiantes 
que se ha de hacer por septiembre la graduación de lugares en que 
se guardará toda justicia etiam sub juramento, y hagan para esto 
repeticiones de Codice responsione, y lecciones por suerte, en forma 
de oposición, y con disputas; y para graduar los lugares al último 
curso, se podrán hacer dichos actos por julio, y 4 éstos podrán con- 
currir el catedrático del texto, si lo pidieren los estudiantes, 


140 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


VI. Que cada catedrático defienda en cada un año un acto pú- 
blico de conclusiones á lo menos. 

VIL  Quelos estudiantes de esta facultad en los dos últimos 
cursos oigan la Cátedra del Filósofo, que se leerá en días de asueto; 
y que no sean lectivos. 


TÍTULO VIGÉSIMO SEGUNDO 
De los Catedráticos de matemáticas 


I. Que en la clase de matemáticas se ha de leer con el estilo 
que en la clase de Gramática, para que conforme llegaren los afi- 
cionados hallen lugar, leyéndosele á uno los elementos de aritméti- 
ca práctica, que son las cuatro reglas primeras, con la regla Aurea, 
á otros la Geometría elemental y la práctica; 4 otros la Trigonome- 
tría; y 4 otros la Astronomía; y los demás que de estas ciencias se 
deduce, para la pública utilidad y servicio del Rey nuestro Señor, 
como son el arte de Navegación, la Arquitectura polémica y Civil, 
la Geografía y conocimiento de la Esfera, la Estática, las Mecá- 
nicas, la Optica, Dióptrica y Catóptrica, la cual será bastante para 
que se adelante mucho por sí mismos después los aprovechados. 

II. Que si hubiere distintos maestros y catedráticos de esta fa- 
cultad, entre ellos se repartan las materias y los tratados. 

TIT. Que si dichos maestros y catedráticos fueren filósofos y 
quisieren graduarse de maestros en artes, puedan hacerlo sólo por 
su ejercicio y lección; y respecto de no estar dotadas las cátedras, 
leven propina ínterin estuvieren en el ejercicio de leer; y cumpli- 
dos los seis años, puedan llevarla, como si la hubiesen pagado, 
computándose entre los maestros de artes. 


TÍTULO VIGÉSIMO TERCIO 
De los Catedráticos de Retórica y Gramática 


IL. Que el Catedrático de Retórica lea en dos horas en cada un 
día, una por la mañana y otra por la tarde, conforme lo determina- 
re el Rector. 

II. Que haya dos Catedráticos de Gramática, uno de menores, 
que enseñe desde las declinaciones hasta los pretéritos y supinos inm- 
clusive; y otro de mayores, que lea desde la sintaxis basta el libro 
quinto. 

TIT. Que cada uno de dichos catedráticos de gramática conti- 
núe el estudio, aunque se suspendan los estudios mayores en las 


CONSIDERACIONES HISTORICO-URITIOAS 141 


vacaciones de la Magdalena, que así se ha practicado siempre en 
este Convento; y sólo tengan en el dicho tiempo por vacación desde 
el día tres de agosto, víspera de nuestro Padre Santo Domingo, hasta 
el día once de dicho mes inclusive y desde el día seis de septiembre 
hasta el día inicio de los estudios. 

Era fácil observar que la Filosofía, la Retórica y la Gramática, 
participaban del espíritu de la misma época, aferrado al escolasti- 
cismo y que poco menos erigía en dogmas las opiniones filosóficas. 

Por lo que toca á las Ciencias Naturales, cuyos progresos son 
tan recientes y se alcanzan por decirlo así, con nuestra mano, no 
tenían la menor participación en el programa de la Universidad. 
Se concibe por tanto que los estudios hechos en aquel vetusto orga- 
nismo, no habían de dar por resultado la conveniente preparación 
de los jóvenes para seguir una carrera, sobre todo la de Medicina. 

Véase si no la crítica de aquel sistema, según la encontramos 
expuesta en un documento de la época: 

«Piden los estatutos, que el que hubiere de estudiar Medicina en 
esta Universidad, haya de ser antes graduado en Filosofía, tal vez 
por aquello que ubi desínit Physicus, incipit medicus: esto sería una 
cireunstancia laudable si la filosofía que aprende este joven fuera 
del rango que pide el axioma; pero la que se enseña en la Universi- 
dad en nada auxilia á dicho joven para iniciar su carrera. Empe- 
zará por si la cópula es término; hará los silogismos por Bárbara, 
Celarem, los reducirá, etc. En la física aprenderá que los elemen- 
tos son cuatro: que el ente natural se compone de materia, forma y 
privación: si se da forma cadavérica: si el ente de razón existe á 
parte rei, Ó por intellectum, ete., cuyas noticias olvidará en los cua- 
tro años de teórica médica, porque no los oirá nombrar más, á ex- 
cepción de los cuatro elementos, porque el sapientísimo Riverio 
dice que ese es su número, á saber, Agua, Tierra, Aire y Fuego: y 
dice más para que más se ilustren los estudiantes; que sus cualida- 
des, Ó son primeras ó segundas: que las primeras son las que príme- 
ro constituyen el elemento. Con esta explicación queda cualquier 
joven ilustrado y satisfecho. En la sección segunda trata de los 
temperamentos, y dice que son nueve: enatro simples y cuatro com- 
puestos, y uno que se llama moderado. (Este último es un ente 
imaginario, pues ni aun la palabra que le da existencia se compren- 
de; y sin embargo de esto lo divide en otros dos (en moderado 
ad pondus y en moderado ad justibiam). El primero es aquel en el 
que las primeras cualidades están puestas en tan exacta proporción, 


142 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


que ninguna excede á la otra. (Qué tiempo tan perdido! Estado 
semejante no lo hay en la naturaleza humana!) El segundo es 
aquel en el cual las primeras cualidades de los elementos se hallan 
en tal proporción, que cada especie tiene lo que le es propio y nece- 
sita para ejercer sus funciones. De aquí podríamos inferir, que el 
paralítico carece de temperamento, porque no tiene acción. ¡Pobres 
jóvenes: en lo que gastáis el tiempo! » 


ESTATUTOS DEL SEMINARIO DE SAN CARLOS 


A la vez que la Universidad, el Seminario de San Carlos, forma- 
ba en 1769, sus Estatutos bajo los auspicios de un propio hijo de 
Cuba, el Obispo Santiago José de Hechevarría Yelguezúa. 

La instalación del Seminario obedecía á un verdadero pensa- 
miento de progreso del Obispo, que, no satisfecho con las enseñan- 
zas del Seminario establecidas en Santiago de Cuba, ni con los que 
daban la Universidad Pontificia y los Regulares de varias Ordenes 
religiosas, hizo ver, en su representación de 3 de Marzo de 1767, la 
absoluta necesidad en que estaba la Isla de estudios bien reglamen- 
tados. 

El patriotismo no era ajeno á los móviles que el Obispo Heche- 
varría se propuso, con la creación del Seminario, asociando la pie- 
dad religiosa que le imponía su Ministerio pastoral, con el amor á 
las ciencias y al país de su nacimiento. 

Los Estatutos del Seminario eran los siguientes, en la parte de 
su 2% enseñanza. 

Parte 1? De los colegiales con las secciones correspondientes á 
las becas y á los colegiales mismos. 

La segunda trataba de los Superiores, Maestros y Oficiales del 
Seminario. 

Las secciones 7*, 8% y 9 de esta segunda parte trataban respec- 
tivamente de los Estudios de Gramática y Retórica, Filosofía y 
Teología. 

Los estudios comenzaban por el Latín, al que se había de dedi- 
car cuatro años; ejercitándose en el 1? en los primeros elementos de 
composición de la lengua, declinaciones, conjugaciones, pretéritos 
y en el 22 en la construcción de oraciones; en el 32 los preceptos 
de la Sintaxis y el 4? año toda clase de traducciones y composición, 
siendo obligatorio en este último año el uso de la lengua latina. 

Al estudio del Latín seguía el de la Retórica que se ajustaba al 
método establecido por el P. Fray Luis de Granada, con análisis de 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 143 


las mejores piezas de oratoria y comparación de trozos selectos lati- 
nos y españoles, llamando la atención de los maestros hacia las ex. 
celencias de la declamación y del gesto, como recurso muy princi- 
pal del orador. 

La Sección 1% incluía la parte relativa al estudio de la Filosofía 
cuyos preceptos eran los siguientes: 


Del estudio de la Filosofía. 
1 


Habrá una clase de Filosofía y un maestro perpetuo de ella, que 
acabado un curso de tres años, volverá á abrir otro, y así estará en 
continua lección, que será por el espacio de dos horas y media á la 
mañana y dos á la tarde. 


0) 


En el primer año leerá sumulas y lógica; bien entendido que de 
la una y de la otra se han de cercenar todas aquellas questiones 
reflecsas y ridículas, que el mal uso acostumbra levantar sobre la 
cópula, el término, y las segundas intensiones, y así de otras frio- 
leras, que fuera de ser estemporáneas embarazan el sólido aprove- 
chamiento en la dialéctica, cuyo fin es engendrar en el entendimiento 
las ideas de lo verdadero, y lo falso, de la afirmación y negación, 
del error y la duda y especialmente de la ¡lación y consecuencia. 

3 

Para lograr este fin con más ventajas, no se emplearán más de 
seis meses en Lógica, y los otros seis se dedicarán á la Metafísica, 
con quien aquélla tiene tanto parentesco y afinidad, declinando así 
mismo de las cuestiones inútiles del ente, y cuanto no conduzca á 
sembrar los primeros principios de nuestros conocimientos, como son 
las simples ideas abstraídas de las cosas, esto es, del ente, la subs- 
tancia, el accidente, la voluntad, la estensión, el número, el movi- 
miento, el cuerpo, la subsistencia, el supuesto, la personalidad, los 
modos, la figura, el color y demás cualidades, en una palabra, todo 
lo que da luz y abre camino para la inteligencia de los términos de 
la escuela, y el conocimiento de las demás ciencias, que se tratan 
con ellos. 

4 


El segundo año, y seis meses del tercero se gastarán en la Física 
Esperimental, reducida á la contemplación de los cuerpos parti- 


144 MANUEL VALDES RODRIGUEZ, 


culares, y al conocimiento de sus principios, sus generaciones y 
corrupciones, de los meteoros, fenómenos y demás efectos, y porten- 
tos de la naturaleza, á que se añadirá un pequeño tratado de esfera 
y otro de ética. 


9) 


En esta clase dictará el maestro las lecciones diarias, procurando 
hacer un curso perfecto, trazado por estas reglas, por considerarse 
así muy saludable á la enseñanza de la juventud. Lo primero por- 
que no ecsiste un curso impreso acomodado á este método. Lo 
segundo porque se imprime con más viveza en los discípulos lo que 
escriben, que lo que leen. Lo tercero porque no escribiéndose, se 
aventura el aprovechamiento á la atención casi siempre distraída 
en los muchachos. Lo cuarto porque de este modo se concilia ma- 
yor autoridad el maestro con los discípulos, bien es, que para que 
aquél no pierda tiempo será conveniente, que dicte el primer curso 
entero de Filosofía por un autor, y el segundo por este curso, que 
hubiere formado para dictar, que es preciso que cada día lo lime, y 
mejore, según el aumento de sus luces y esperiencias. 

En lográndose á satisfacción se verá si ha de escusarse el dicta- 
do de Filosofía. 

6 

Este autor deberá ser Fortunato Brejia, Ó Pedro Caylly, y en 
defecto de éstos Goudin, sin jurar en las opiniones de ninguno, ni 
hacer participar secta de su doctrina, sino enseñando las que le 
parezcan más conformes á la verdad, según los nuevos esperimen- 
tos que cada día se hacen, y nuevas luces que se adquieren en el 
estudio de la Naturaleza. 


Tales eran los estatutos del Seminario en la parte de sus esbu- 
dios, preceptos literarios que por algunos años quedaron sin produ- 
cir ningún fruto, hasta que el espíritu avanzado del Obispo Espada, 
creó una situación propicia para que un núcleo de hombres eminen- 
tes prestaran el más desinteresado concurso que puede registrar la 
Historia de nuestro país en beneficio de la educación pública. 

La supremacía que á poco alcanzó el Seminario sobre la Univer- 
sidad Pontificia, debióse á las circunstancias siguientes: 

12 Haber adoptado aquél, merced á las iniciativas de Varela y 
al juicio sano y robusto del Obispo Espada, el castellano en sustitu- 
ción del latín, porque si las excelencias de este último eran innega- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 145 


bles, como exquisito instrumento de análisis por su precisión á la 
vez que constructivo por la profunda regularidad de su sintaxis y 
de belleza verdaderamente arquitectónica, era á la postre un idioma 
extranjero, y obligaba á los alumnos á pensar en él, lo que á más de 
una tenacidad sin éxito, era la mayor dificultad que podía ofrecerse 
al progreso de la ciencia y de las artes y al discurso libre del pen- 
samiento. 

2% Haber favorecido el Seminario de una manera entusiasta el 
estudio de las Ciencias Naturales, con lo cual advertía las señales 
de la época, y estaba al habla con los centros de progresos que en 
otras partes del mundo se manifestaban con igual señal. 

Los estatutos del Seminario no eran tan sabios que por ello so- 
lamente pudiera explicarse el auge extraordinario de esa Institución, 
en el período de 1820 á 1855. 

El secreto del éxito estuvo en la revolución que para los estu- 
dios en ese centro docente significaron el Obispo Espada, el P. Va- 
rela, Saco, Luz y Caballero y otros varones eminentes. 

Buena prueba de tal aserto es, que no habiendo cambiado gran 
cosa ni habiendo perdido de su bondad los Estatutos dictados por la 
Real cédula de 23 de Marzo de 1848, el Instituto quedó eclipsado 
sin que se dejara sentir su influencia ni en la sociedad ni en el seno 
de la Iglesia, euyo clero, condenado al más terrible estancamiento, 
fué empobreciéndose más y más, hasta su completa extinción, al 
menos como elemento activo del país. De este naufragio del saber, 
sólo se salvaron contadas personalidades. 

En la posterior y última época del Seminario, el Plan de Estu- 
dios determinó con mayor precisión el carácter de la Segunda En- 
señanza, que abrazaba los estudios de Gramática Castellana y La- 
tín, Retórica y Poética é idiomas Inglés y Francés en la llamada 
clase de «Menores», y en la de «Mayores», el perfeccionamiento del 
Latín, la Retórica y la Poética; Segunda Enseñanza Elemental. 

En la Superior se comprendía la Lógica, Metafísica, Matemáti- 
cas, Física General y Particular, Ética y Geografía. 

Pero, desde entonces, la enseñanza empezó á participar franca- 
mente del espíritu formalista de las instituciones de la época y la 
acción del Seminario fué exclusivamente sacerdotal y muy empo- 
brecida. 

Al sobrevenir el Plan de Aráiztegui, aquella Institución tan cé- 
lebre y preconizada dejóse deslumbrar por los privilegios concedidos, 
se hizo un colegio exclusivamente seglar y el Gobierno Lelesiástico 


146 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


abandonó por completo lu obra á que le obligaban sus propios inte- 
reses y los deberes de su ministerio. 

Y como las instituciones se desarrollan en forma semejante á la 
de los individuos, de que, al fin y al cabo se componen, el colegio 
conservó hasta sus últimos tiempos un vestigio del espíritu, del 
entusiasmo y de la disciplina que primitivamente le caracterizaban. 

Su vida fué cada día más trabajosa, hasta que, retirados los pri- 
vilegios que una reacción política desenfrenada y sin miramiento, 
le había concedido, cayó en un absoluto marasmo y para completar 
su ruina, vió perdidas las rentas que por su patrimonio le pertene- 
cían. 

La extinción del Seminario fué la desaparición rápida de un gran 
luminar en lo más alto de la conciencia de este pueblo, 


PLAN DE ESTUDIOS DE ARANGO Y PARREÑO 


La Junta de Fomento que no descuidaba ninguno de los aspec- 
tos parciales del progreso de la Isla de Cuba, confirió á Arango y 
Parreño el encargo de estudiar un nuevo plan de Estudios. 

Tal comisión estaba perfectamente justificada, tratándose de un 
hombre tan excepcional como Arango y Parreño. 

Había invertido más de treinta mil pesos con objeto de estable- 
cer una escuela conforme al sistema Lancasteriano, en la villa de 
Gilines y sobre todo su genio organizador, junto con su ardiente 
empeño por la patria, le daban una particular aptitud para todo 
cuanto se relacionara con los servicios públicos. En 31 de agosto 
presentó á sus poderdantes el Proyecto. 

Arango y Parreño no contaba con absoluta libertad de acción, 
pues harto conocida es la condicional que el Gobierno imponía á 
toda clase de comisiones. 

Era, por otra parte, evidente que el espíritu público se adelan- 
taba en Cuba á las afirmaciones de la Metrópoli, de que son buena 
prueba los progresos implantados aquí con prioridad á los de la Pe- 
nínsula, por lo cual Arango y Parreño veíase obligado á proceder 
con toda prudencia, si no con cautela. 

Grandes obstáculos salieron al paso del experto publicista y fun- 
cionario, nacidos unos aquí mismo, en el teatro de los sucesos, y ve- 
nidos otros de la Metrópoli siempre suspicaz y rehacia. 

El Sr. Bachiller y Morales alude con bastante franqueza al sen- 
timiento de apatía de los mismos miembros de la Universidad Pon- 
tificia y muy posible sería que la resistencia, lejos de obedecer á 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 147 


esa condición pasiva, se inspirara en un fuerte sentimiento de hos- 
bilidad, celosa de perder los privilegios exclusivos que la Bula de 
Inocencio VIII concedía á aquel Cuerpo docente. 

Hay en este asunto una circunstancia que la imparcialidad his- 
tórica impone la obligación de no ocultar. 

Al mismo tiempo que Arango y Parreño se ocupaba de redactar 
el plan de estudios, la Junta de Fomento acordaba nombrar á Luz 
y Caballero y á Nicolás de Cárdenas para estudiar lo que pareciese 
de mayor conveniencia en el establecimiento de un Instituto seme- 
jante al de Gijón. 

Es lo más probable que la Comisión, á quien se concedía con 
justicia la mayor franquicia en la expresión de su criterio, emitiera 
éste con la mayor amplitud dando mayores proporciones á la Em- 
presa, Aunque así sucediera, el plan de Arango y Parreño era 
mucho más vasto que el de Luz y Caballero, sobre todo desde el 
punto de vista administrativo. 

Sea lo que fuere, Arango y Parreño, con más 6 menos motivos de 
razón, sintióse mortificado y en 27 de agosto de 1835 se dirigió al 
Excelentísimo Sr. Ministro del Interior, para quejarse de no haber 
recibido respuesta á su carta de 14 de junio de 1834 y del acuerdo 
tomado por la Real Junta. 

«Prescindo, decía, del visible empeño que se ha tenido y se tie- 
ne en desairar mi comunicación, pero ello me obliga á indicar á 
V. E. aunque sea tarde: 

«12 Que los estudios que con tanta profusión tratan de estable- 
cerse, están propuestos en mi plan de Universidad. 

«22 Que para algunos de ellos, tiene comprometidos la referida 
Junta de Fomento, los fondos que ahora destiva al referido Insti- 
tuto, como lo verá V. E. comprobado en el expediente de mi expre- 
sado plan y en la carta que dirigí al Consejo en 28 de Febrero de 
1833. 

«32 Que choca desde luego que una corporación literaria como 
la que se propone, sea obra y quede sujeta á una corporación de 
Agricultura y Comercio que cada dos años se renueva. 

«42 Queen los colegios de San Carlos, San Fernando y San Cris- 
tóbal, se enseñan ya algunas ciencias de las que, con tan grandes 
gastos, se proponen para el Instituto, y esos fondos podrían servir 
para atender á otras enseñanzas, si no más importantes, más nece- 
sitadas de reformas. 

«5% Que en el plan de ese Instituto, ó sea el discurso que se ha 


148 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


impreso, no veo asegurado el acierto en la elección de maestros ni 
en el régimen del establecimiento, y, sin que esas bases estén per- 
fectamente sentadas, no debe procederse á gastos de tanta conside- 
ración. Podría decir mucho más; pero no quiero cansar, y conclu- 
yo repitiendo las súplicas que contenían mis referidas cartas de 14 
dejunio y 25 de noviembre.» 


Hechas estas ligeras indicaciones, pasamos á consignar la parte 
del Plan de Estudios del Sr. Arango y Parreño, pertinente á los es- 
tudios llamados secundarios 6 de segunda enseñanza. 

De este modo, dable será al curioso investigador apreciar en su 
totalidad y desde sus primeros orígenes, el desenvolvimiento, hasta 
nuestros días, del pensamiento de la segunda enseñanza en Cuba. 


PLAN DE ESTUDIOS 
TITULO 1 
Prevenciones Generales 


Artículo 12 Queda suprimida la Universidad de esta ciudad 
titulada «San Jerónimo» y en su lugar se establecerá otra con el tí- 
Luo do pao sujeta, como todas, á la autoridad del Rey, 
nuestro Señor, y á la de su representante en esta Isla, conforme á 
sus Estatutos. Todos los grados de la antigua Universidad se in- 
corporarán en la nueva y los Directores de aquélla serán del Claus- 
tro de ésta y gozarán de las prerrogativas anexas á su grado. 

Art. 22 Enla nueva Universidad se enseñarán Gramática La- 
tina y Castellana, Dibujo, Instituciones Filosóficas, Física Experi- 
mental, Química, elementos de Historia Natural, Principios de Ma- 
temáticas, de Náutica, de Agrimensura y Geometría aplicada á las 
Artes, Teología, Leyes, Cánones, Medicina, Cirugía, Historia, Geo- 
grafía y Cronología. Habrá también Academias para cada ciencia, 
y dos especiales de Oratoria y Práctica Forense. 

Art. 32 No habiendo edificio proporcionado para la reunión de 
estos estudios, y siendo de necesidad aprovecharse de algunos ya 
establecidos en diferentes parajes, se formará de todos un Cuerpo 
que, para su enlace y arreglo, conserve la esencia y merezca el nom- 
bre de Universidad. 

Art. 42 Se declaran, en consecuencia, como partes integrantes 
de la de la Habana, todos los estudios que existen y van á estable- 
cerse en el Real Seminario de «San Carlos». Del mismo modo per- 
tenecerán 4 la Universidad las Cátedras que han de quedar en el 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 149 


convento de Predicadores; la de Anatomía y Clínica, que debe cos- 
tear la Real Hacienda; la de Botánica, que se paga por el Consulado 
y Sociedad Patriótica; la Escuela de Dibujo, que tiene á su cargo 
este último Cuerpo; y la Biblioteca Pública que ha de fundarse en 
el citado Seminario. 

Art. 52 En cuanto á los demás estudios que hay en la Habana, 
se reserva su arreglo á la Dirección que, para todos los de la Isla, 
debe establecerse con la Universidad, sin perjuicio de disponer an- 
tes lo que sea posible para mejorar la educación y enseñanza en las 
demás poblaciones. 


TITULO IL 


Lenguas 


Art. 6% Para ser admitido en las clases de Latinidad, es preci- 
so saber Doctrina Cristiana, leer y escribir correctamente, y las 
cuatro reglas de contar por números enteros, sujetándose sobre es- 
tos particulares al correspondiente examen. 

Art. 72 En estas escuelas se enseñará: 1% la Gramática de la 
Lengua Latina con toda extensión; 2%, paralela y comparativamente, 
la Castellana; 32 á traducir correctamente del Latín al Español y 
de éste al Latín; 4%, un tratadito de Antigúedades Romanas; otro, 
de Mitología, y otro, de las acepciones figuradas de la voces, como 
suele decirse, de los tropos ó figuras de significación. 

Art. S2 Los libros de que por ahora se hará uso serán los 'si- 
guientes: la Gramática Latina del padre Carrillo, ó la de los Padres 
Escolapios de la provincia de Castilla, y la Castellana de la Real 
Academia Española. Para traducir del Latín al Castellano, la Co- 
lección de Autores usada en la Escuelas Pías y el Calepino de Sa- 
las, Ó el Diccionario manual de Ximénez. Para la versión al Latín, 
el Requejo; para la Mitología, el tratado del Padre Juvencio, tradu- 
cido al castellano. Para las Antigúedades Romanas y los tropos 
dictará el Profesor unas breves lecciones, mientras no se hayan pu- 
blicado los compendios de que se hablará en el artículo 110 del Re- 
glamento General publicado en 29 de Noviembre de 1825 para las 
Escuelas de Latinidad y Colegios de Humanidades. 

Art. 92 Tendrá la Universidad dos diferentes Escuelas de La- 
tinidad, una en el Real Seminario de «San Carlos» (2) y otra en el 
convento de Predicadores (3), y habrá dos Preceptores y un Ayu- 
dante (4) para cada una, titulándose el primero de aquéllos, Pre- 


150 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


ceptor de menores, y el segundo, de mayores. El de menores ten- 
drá á su cargo la enseñanza de los rudimentos, y el de mayores con 
el Ayudante, los de sintaxis y propiedad, cuidando todos de que los 
alumnos no pasen de una clase á otra sin la aptitud necesaria. 

Art. 10% En la de menores ó Rudimentos, se estudiarán las 
declinaciones y conjugaciones con la correspondencia castellana, y 
cuando los alumnos digan ya salteados y sin equivocación todos los 
tiempos en los diversos modos de las voces activa y pasiva, se les pon- 
drá á traducir del Latín al Castellano, y recorrerán por su orden el 
tomo primero de la colección de que habla el artículo 82 Mientras 
se van soltando en este ejercicio y en el importantísimo del análi- 
sis gramatical, estudiarán las reglas de géneros y pretéritos y las 
más necesarias de concordancia y régimen, y se les irán explicando 
las varias especies y formas de oraciones latinas y los diversos 
modos de combinarlas y enlazarlas unas con otras; haciéndoselas 
formar prácticamente en cortos ejemplos, cuyo texto se les dará de 
viva voz. 

Art. 112 Enla segunda, ála cual pasarán cuando estén ya 
bastante diestros en formar oraciones de todas clases y tengan bien 
sabidas las reglas de géneros y pretéritos y las más necesarias de 
sintaxis, estudiarán ésta en toda su extensión, enterándose muy á 
fondo de los idiotismos de la lengua latina, y observando aquellas 
construcciones en que más se diferencian de la española. Conti- 
nuarán la traducción del latín al castellano en el tomo segundo de 
la Colección Latina, analizando siempre los pasajes que traduzcan; 
harán todos los días por escrito la versión de algún trozo español en 
prosa, de los contenidos en la castellana de que se habla en el ar- 
tículo 112 del ya citado Reglamento General, y estudiarán al mis- 
mo tiempo el tratadito de Antigúedades Romanas. 

Art. 122 En la tercera, en la cual entrarán cuando ya traduz- 
can corrientemente los autores latinos de prosa, pasarán á los poe- 
tas, estudiando al mismo tiempo, en sus respectivas gramáticas, la 
prosodia y versificación latina y castellana, y los tratados de Mi- 
tología y Tropos. En los poetas latinos, además de traducirlos de 
viva voz, en buena prosa castellana, y analizarlos, medirán los ver- 
sos, dando razón de la cantidad de las sílabas, y se ensayarán al- 
guna vez en poner en el metro castellano correspondiente el pasaje 
latino que se les señale. Pondrán también en el metro latino que 
exija su naturaleza, algunos de los versos castellanos que compren- 
da la Colección Española. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 151 


Art. 132 En tres épocas fijas, á saber, en octubre, á principios 
de enero y Pascua de Pentecostés, admitirán los maestros en sus 
escuelas á los niños que les presentaren sus padres ó tutores. 

Art. 202 Cuando el maestro, por evitar las clases en piezas se- 
paradas Ó por ser considerable el número de alumnos, no pueda 
atender por sí solo á todos los ejercicios, podrá tener uno Ó más pa- 
santes, eligiendo entre sus discípulos los que fueren de su confianza 
pero, no siendo de ellos, han de estar examinados y tener la corres- 
pondiente licencia para enseñar, y en este caso, harán en la clase 
que se les confíe las veces del maestro, y éste cuidará de que en 
todas se siga el método prescrito; y se aproveche y distribuya el 
tiempo con arreglo á la instrucción que él mismo deberá dar por 
escrito á sus pasantes. 

Art. 212 Los maestros deberán tener registros en que anoten 
los nombres y apellidos de los discípulos, los de sus padres ó tutores, 
el pueblo de su naturaleza y vecindad, el día en que entraron en la 
escuela y aquel en que pasaron de una clase á otra, la especie de ta- 
lento que mostraren su aplicación, aprovechamiento y conducta mo- 
ral, los premios que han ganado y castigos que han sufrido, con 
expresión de la falta cometida, y con arreglo á estas notas, que 
guardarán muy reservadas, darán los informes que se les pidan por 
la Superioridad Ó por los padres y tutores. A éstos les pasa- 
rán de oficio cada seis meses, un aviso circunstanciado de cuanto 
pueda interesarles en orden á los progresos y conducta de los 
alumnos. 

Art. 222 En cada aula habrá una imagen ó estampa de Nues- 
tro Señor Jesucristo, de la Virgen Santísima ó de algún santo, ante 
la cual, arrodillados todos los discípulos, antes de comenzar los ejer- 
cicios literarios, dirán una devota oración en que imploren la asis- 
tencia del Espíritu Santo. Del mismo modo recitarán otra, antes de 
salir de la clase por mañana y tarde. 

Art 232 Los días festivos concurrirán todos formados y presi- 
didos por el maestro á la misa mayor de la parroquia en que la es- 
cuela estuviese situada, ó á la de otra iglesia Ó capilla proporciona- 
da á las circunstancias de la escuela. 

Art. 24% También se obligará á los alumnos que puedan, á que 
confiesen y comulguen tres veces en el año por lo menos. 

Art. 252 Todos los sábados por la tarde se destinará la última 
hora de clase para repasar la Doctrina Cristiana y rezar el Santo 
Rosario, 


152 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Art. 262 Los maestros cuidarán muy particularmente de que 
no se corrompan las costumbres de sus alumnos, tomando todas 
aquellas precauciones que la prudencia les dicte para evitar que se 
vicien, y despidiendo del aula 4 cualquiera en quien adviertan re- 
sabios capaces de contagiar á los otros. 

Art 272 El Preceptor examinará el último día lectivo de cada 
mes á todos los alumnos, en aquella parte que hayan estudiado, 
para observar y anotar los progresos que hubiesen hecho. Tam- 
bién los examinará cuando hayan de pasar de una clase á otra, 
asistiendo á estos exámenes los otros Preceptores, si hubiese más 
de uno. 

Art. 28% Además de estos exámenes mensuales y de paso, ce- 
lebrará uno más extenso al fin de cada semestre, convidando á los 
padres ó tutores de los alumnos para que, por sí mismos, puedan 
ver sus adelantamientos. 

Art. 29% Entre el 15 y 22 de septiembre se celebrará examen 
general y público de todas las clases que presidirá el Rector (6). El 
Maestro, con la debida anticipación, publicará impreso el programa 
del examen, especificando en él, las materias en que hayan de ser 
respectivamente examinados los alumnos, dividiéndolos por clases, 
y expresando sus nombres y apellidos. 

Art. 342 Para imponer las demás penas de que les hagan mere- 
cedores los alumnos por faltas literarias y de conducta, tendrán 
presente los maestros de Latín lo dispuesto en el título 6% del Re- 
glamento de las Escuelas de primeras letras. 

Art. 359 El estudio de Latinidad durará de dos á tres años, 
según la capacidad y aprovechamiento de los discípulos, á quienes 
no se dará certificación de haber ganado curso, hasta que estén 
completamente instruídos de las materias que son objeto de esta 
enseñanza. Al Catedrático de Mayores, es al que corresponde dar 
la certificación de aptitud para presentarse á los exámenes de Lati- 
nidad que se exigen (8) antes de comenzar el estudio de la Filo- 
sofía. 

Art. 36% Por ahora seguirán sin novedad las escuelas de Gra- 
mática Castellana y Latina que existen en esta ciudad y en el resto 
de la Isla, sujetas á las variaciones que crea conveniente hacer la 
Dirección de Estudios, oyendo á la Universidad. 

Art. 379 La Dirección de Estudios (9) cuidará de establecer, 
tan luego como lo permita el estado de los fondos que están á su 
disposición, la enseñanza de las lenguas sabias, vivas y muertas. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 153 


TÍTULO 111 
Dibujo 


Art. 382 Habrá una Escuela de Dibujo establecida con toda 
comodidad en el Seminario de San Carlos, y en ella se refundirá la 
que costea actualmente la Sociedad Patriótica. 

Art, 392 Será gratuíta para los pobres, para los que estudien 
Matemáticas y la Geometría aplicada á las Artes; y los demás pa- 
garán al tiempo de matricularse, lo que se dirá en su lugar. 

Art. 40% Los referidos estudiantes de Matemáticas y Geome- 
tría aplicada á las Artes tienen precisión de ganar cédula de curso 
en la Escuela de Dibujo para ser admitidos en la Cátedra de Geo- 
metría aplicada á las Artes, y por lo que toca á la de Matemáticas, 
no será en el primer año sino en el segundo en el que se exi- 
girá la certificación de aptitud y asistencia á la Escuela de Dibujo. 


TITULO IV 
Filosofía 


Art. 412 El estudio de la Filosofía, como preliminar al de las 
Facultades que se dicen Mayores, se harán en tres años Ó cursos 
académicos, indispensables para recibir el grado de Bachiller ó para 
comenzar la carrera de Teología, Leyes, Cánones y Medicina. 

Art. 422 En estos tres cursos se enseñarán Lógica, Elementos 
de Matemáticas, Metafísica, Filosofía Moral, Física y Química. 

Art. 432 Los libros de las diversas asignaturas serán los si- 
guientes. Para el estudio de la Lógica, de los Elementos de Mate- 
máticas y de la Metafísica, la obra intitulada Institution Elementa- 
riwn phalosophie ad usum studiose juventutis ab Andrea de Guevara et 
Bosoazabal Guanazuatense Presbitero; para la Filosofía Moral, la Ética 
del Padre Jaquier; y para la Física y Química, la citada obra de 
Guevara, la de Libes y los Elementos de D. Mateo Orfila. 

Art. 442 Tres Catedráticos darán esta enseñanza en el Colegio 
Seminario de San Carlos en los términos siguientes: 

Un Catedrático enseñará por la mañana, en hora y media, á los 
estudiantes de primer curso, la Dialéctica y Ontología; no pasando 
los jóvenes á estudiar ésta, sin haber aprendido bien la primera. 
Por la tarde, durante igual espacio de tiempo, les explicará el mis- 
mo Catedrático los Elementos de Matemáticas. 

Art. 452 En el segundo curso y por igual tiempo, de mañana, 
explicará otro Catedrático las demás partes de la Metafísica, á sa- 


154 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


ber: Cosmología, Psicología y Teología Natural. deteniendo el Ca- 
tedrático á sus discípulos en el estudio del último y muy importante 
capítulo del Guevara, que tiene por título De Deo Religiose Colendo 
y enseñándoles sucintamente los fundamentos de la Religión verda- 
dera, que exclusivamente es la Católica. 

Art. 46% Por la tarde enseñará este mismo Catedrático la Ética 
del Padre Jaquier, omitiendo los capítulos que hubiesen estudiado 
los cursantes en el Guevara, y ponderándoles en los de Oficiis sin- 
gularmente, lo que deben á Dios, al Rey y las Autoridades que, á 
nombre de Dios y del Rey, nos gobiernan en lo espiritual y en lo 
temporal. 

Art. 472 En el tercer curso, otro Catedrático enseñará en dos 
horas por la mañana, Física General particular y experimen- 
tal, y en igual tiempo, de tarde, Química, para cuya enseñanza 
habrá un gabinete proporcionado de Física y un Laboratorio de 
Química. 

Art. 482 Probados estos tres cursos, podrán los jóvenes aspirar 
al grado de Bachiller en Filosofía, que sólo se exige á los que hayan 
de ser Catedráticos de este ramo ó continuar la carrera en las Cá- 
tedras de Matemáticas y Ciencias Naturales, ú obtener las de Hu- 
manidades. 

Art. 49% La Dirección de Estudios, con audiencia de la Uni- 
versidad, determinará oportunamente los requisitos necesarios para 
aspirar á los grados de Licenciado y Doctor en Filosofía. 


Historia Natural 


Art. 502 En una de las salas del convento de Santo Domingo 
habrá una Cátedra de Historia Natural, en la cual se enseñarán los 
principios de Botánica, Zoología, Geología y Mineralogía. 

Art. 512 Durará un año el curso académico de esta enseñanza, 
y las lecciones se darán en hora y media de mañana y una de tarde, 
reduciéndose á explicar sencillamente los principios generales de 
las referidas ciencias ó lo que sea suficiente para que los alumnos 
puedan aprender á estudiar por sí solos. 

Art. 52? La Junta de Dirección, oyendo á la de Catedráticos, 
eligirá los libros de asignatura, y para suplir la falta de gabinete de 
Historia Natural, Máquinas y Jardín Botánico, se agregará, 4 cada 
uno de los tratados elementales que se estudien, una colección de 
estampas bien iluminadas que representen con exactitud los ob- 
jetos. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 155 


TÍTULO Y 
Matemáticas. 


Art. 532 En la Cátedra de Matemáticas que existe en el Real 
Colegio Seminario, se enseñarán en dos cursos académicos, Arit- 
mética, Algebra, Geometría Elemental y Descriptiva, ambas Trigo- 
nometrías, Geometría Práctica, Aplicación del Algebra á la Geome- 
tría y Principios de Astronomía. 

Art. 552 En hora y media por la mañana se enseñará á los es- 
tudiantes de primer curso, Aritmética, Algebra, y Geometría Ele- 
mental y Descriptiva. 

Art. 562 El mismo Catedrático, en igual tiempo, explicará por 
la tarde, á los estudiantes del segundo curso, ambas Trigonometrías, 
Geometría práctica, aplicación de Algebra á la Geometría, y princi- 
pios de Astronomía, distribuyendo el tiempo como mejor le pa- 
rezca. 


Náutica, Agrimensura y Geometría aplicada ú las Artes. 


Art. 572 Para ser admitido al estudio de la Náutica, se nece- 
sita certificación de haber ganado los dos cursos de Matemáticas. 

Art. 582 Habrá un Catedrático para enseñar la Náutica, en 
dos cursos. Los estudiantes del primero asistirán por la mañana 
y los del segundo por la tarde, siendo de hora y media cada lección. 

Art. 592 El libro de esta asignatura será el Curso de Estudios 
Elementales de Marina, escrito por D. Gabriel Ciscar, y queda á 
cargo del Catedrático el dividir las materias de esta enseñanza, se- 
gún lo crea conveniente, entre los estudiantes de primero y segun- 
do curso; teniendo presente lo que traen adelantado en el estudio 
de Aritmética, Geometría y Trigonometría. ; 

Art. 60% Otro Catedrático dará de mañana, en una hora, lee- 
ción de Agrimensura á los que presenten la correspondiente certifi- 
cación de haber ganado los dos cursos de Matemáticas; quedando al 
arbitrio de la Dirección de Estudios designar la obra que servirá de 
texto para esta enseñanza, y proponer á S. M. las reglas que deben 
observarse para el recibimiento de los Agrimensores. 

Art. 612 El mismo Catedrático empleará otras dos horas en 
dar lecciones de Geometría aplicada á las Artes (21), procurando 
acomodar sus explicaciones 4 la capacidad de los discípulos, que, 
por supuesto, deben presentarse con certificación de haber ganado un 
curso en la JYscuela de Dibujo. 


156 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Art. 622 Teniendo en consideración la calidad de las personas 
que deben concurrir á esta Cátedra, y lo que importa atraerlas por 
todos los medios posibles, la Junta de Dirección, con audiencia del 
Catedrático y de la Universidad, eligirá las horas que sean más 
cómodas para los alumnos, y señalará el libro de asignatura. 

Art. 63% Por los mismos motivos, se previene que esta ense- 
ñanza, la de Dibujo, Física, Química, Matemáticas y Teología, de- 
ben ser gratuítas y nada puede exigirse por razón de matrículas. 


EL INSTITUTO CUBANO 


Establecida la Escuela de Náutica en Regla en el año de 1825, 
empezó á agitarse la idea de su reforma, pronunciándose en 1826, 
27 y 33, la opinión favorable á su traslación á la capital de la isla. 

Encargados los Sres. Nicolás de Cárdenas y Luz y Caballero, de 
redactar un informe en que con toda franqueza dijeran cuanto me- 
jor les pareciera acerca de la reforma, Luz y Caballero aprovechó 
la ocasión para expresar sus ideas acerca de la fundación de un Ins- 
tituto que juzgaba necesario para el país. 

El momento era muy favorable. ElSr. Arango y Parreño, D. 
Francisco, que estaba nombrado Comisionado Regio para la reforma 
general de los estudios, manifestó claramente su propósito de pedir 
al Gobierno que se aplicaran los fondos de la Escuela de Náutica, 
para agregar al Colegio Seminario de «San Carlos » nuevas cátedras 
en que se enseñaran las ciencias de más directa aplicación. 

Muy dignas son de conocerse las ideas emitidas en este Informe 
que en realidad abogaba por el establecimiento de un Instituto de 
donde partiera la dirección provechosa de las ideas en materia 
de educación. 

«Tal vez, decía el informe 1, se juzgará oyendo este lenguaje 
que la Comisión favorece hasta cierto punto el dictamen de aquellos, 
por cierto muy bien intencionados, que opinan contra la creación 
de establecimientos secundarios, en países donde aún se carece del 
competente número de primarios.» 

Tales palabras descubren con claridad el pensamiento de Luz y 
Caballero, y explican su influencia en el progreso intelectual de la 
época. 

Así se comprenderá cómo los publicistas más acreditados han 
advertido que el movimiento expansivo de la enseñanza superior en 
Cuba, coincidía con el lamentable estado de la primaria. 


1 Página 19. 


e 
CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 157 


Los que pudieran mostrarse celosos de la educación superior, no 
reflexionaban que, lejos de coartar la educación secundaria los pro- 
gresos de la primaria, es por el contrario el móvil principal que más 
la auxilia, la fertiliza y la fomenta. 

El objeto del Instituto que había de fundarse era: abrir nuevas 
carreras á la ¡juventud de nuestra patria, condenada á consagrarse 
exclusivamente al foro, á la medicina 6 á la holganza; difundir los 
conocimientos químicos para perfeccionar la elaboración de nuestros 
frutos y aprovechar nuestras ventajas naturales; facilitar la adqui- 
sición de luces para toda empresa que descanse en las nociones de 
las ciencias físicas y matemáticas; abrigar en nuestro propio seno 
sin necesidad de mendigar al extranjero, hombres capaces no sólo 
de concebir, sino de ejecutar grandes planes aun en sus últimos por- 
menores; mejorar algunas profesiones de las existentes proporcio- 
nándoles otros datos de que han menester para progresar; fertilizar 
el vasto campo de la educación ofreciéndole más idóneos cultivado- 
res; contribuir al adelantamiento de las artes liberales y mecánicas 
entre nosotros; llenar hasta donde sea posible las benéficas inten- 
ciones de S. M. en la fundación de estas escuelas prácticas. 

Las conclusiones del Informe eran: 

12 Se establecerá un Instituto con el nombre de Cubano en 
aquella parte del edificio de la extinguida Factoría de tabacos que 
servía de habitación á los Sres. Superintendentes del ramo. 

22 El establecimiento estará abierto para cuantos deseen fre- 
cuentarle, ora en calidad de alumnos matriculados, ora en la de 
simples oyentes, con sólo los requisitos de ser personas blancas y 
mayores de trece años. En el Reglamento se tratará de todo lo demás 
relativo á estas dos clases de concurrentes. 

32 El Instituto será puramente externo, á semejanza de los más 
de su especie. Ni el estado de los fondos, ni la sencillez á que debe 
aspirarse en la administración de estos establecimientos, permiten 
llevar á efecto las filantrópicas miras que manifestó la Sección de 
Educación en su informe de 1827 sobre admisión de pupilos. Afor- 
tunadamente sus deseos se ven cumplidos en gran parte en los co- 
legios de empresa particular, que honran ya á la Habana, donde se 
educa y aloja un gran número de niños enteramente gratis. La 
casa de Beneficencia tiene en el día un nuevo departamento titu- 
lado de varones, donde también se instruye gratuitamente en las 
primeras letras 4 cuarenta niños desvalidos, los cuales por la natu- 
raleza del establecimiento son todos internos. 


158 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


4% Se fundarán por ahora las enseñanzas siguientes, que son 
las principales, subdivididas y desempeñadas como luego veremos; 
á saber: 

12 Matemáticas. 

22 Dibujo lineal. 

32 Náutica. 

40 Física. 

52 Química. 

62 Lenguas vivas. 


Enseñanzas preferentes para lo sucesivo 


12 Clase de composición. 

20 ' Clase especial de métodos. 

32 Clase de Geometría y Mecánica aplicadas á las Artes. 

Las matemáticas habían de comprender: 

A. Aritmética con los ejercicios mercantiles, como Teneduría 
de libros, cambio, etc. 

B. Algebra, hasta Ecuaciones de segundo grado. 

C. Geometría Especulativa. 

D. Trigonometría Rectilínea y Esférica con un apéndice de 
Secciones Cónicas. 

E. Geometría práctica y Geodesia con ejercicios sobre el terre- 
no, levantamiento de planos, y demás operaciones topográficas. 


22 Dibujo Lineal. 


Esta clase constará de seis secciones, según el método de Fran- 
ecur, que con justo título se ha llevado en todas partes la primacía. 
En estas secciones se incluyen los principios de dibujo natural, los 
elementos de perspectiva, estudio de adornos y últimamente las 
aplicaciones á la arquitectura. De contado que todos estos ramos 
no se aprenden simultáneamente, sino que constituyen juntos el des- 
arrollo progresivo de la importantísima enseñanza de la delineación. 


32 Náutica. 


Como introducción indispensable 4 su estudio, habrá un curso 
de geografía matemática, física y política, el cual desde luego com- 
prenderá muy especiamente la cosmografía y astronomía práctica, 
ú de observación. Así podremos ir formando insensiblemente un 
núcleo precioso para levantar sobre él un observatorio, y contribuir 
algún día con nuestra humilde cuota al tesoro de una ciencia, á 
que debemos tan singulares beneficios, y 4 cuyo cultivo nos conyi- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 159 


dan el mar, el cielo y el suelo. Los alumnos de esta clase se supo- 
nen ya instruídos en la formación de planos y demás operaciones 
análogas, que deben haber ejercitado en la de Dibujo líneal. Así 
pueden ejecutarlo mientras siguen el curso de matemáticas puras, y 
estar ya competentemente instruídos cuando en la Cosmografía ú 
Náutica se vean precisados 4 trabajar sus mapas y cartas marinas. 
Hé aquí un ejemplo de la felíz combinación que proporciona siem- 
pre aquella unidad y armonía de que hicimos mérito al principio de 
esbe programa que vamos bosquejando. 


40 Física. 


Consistirá su estudio en todos aquellos tratados de que se com- 
ponen hoy en todas partes los cursos de la ciencia; y los detallare- 
mos en el orden que á nuestro parecer deben enseñarse, incluyendo 
unas nociones de Cristalografía al tratar de la forma: propiedades 
generales de los cuerpos, leyes y consecuencias de la pesantez, leyes 
del movimiento y mecánica, en seguida la acústica, por ser como 
un apéndice de la misma sección, terminando la física general con 
los tratados de Hidrostática, Hidráulica y Neumática. 

En estos ramos así como en todos los demás físico-matemáticos, 
cuales son la óptica y la astronomía, debe advertirse que sólo se 
enseñan los principios fundamentales en un curso de física. Así se 
practica en todas partes, y ni los textos se hallan dispuestos para 
otro fin, ni la rapidez con que se marcha permite realizarlo de otra 
manera. Los inteligentes saben que los ramos mencionados, cuyos 
progresos penden singularmente del cálculo, sólo se profundizan ó 
en una clase especial, donde se marcha con más lentitud que en un 
curso general, ó en el sosegado retiro del gabinete. Tampoco per- 
damos de vista y valga esta observación para todos los ramos del 
plan, que si la enseñanza se estableciera desde luego con todo el 
rigor científico que ya permiten darla los actuales conocimientos, 
sería este el medio más seguro de ahuyentar á los alumnos del Ins- 
tituto. Es menester hablar un idioma más al alcance de la mayo- 
ría si queremos aclimatar en nuestro suelo cierta clase de conoci- 
mientos: fuerza es que despojemos la planta de sus espinas, si no 
queremos que los inexpertos cultivadores se intimiden al acercársele, 


52 Química. 


Muy de desear sería como preliminar 4 este ramo una clase de 
mineralogía: mas ya que por ahora no se puede aspirar á tanto, se 


160 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


cuidará por parte del profesor de dar nociones de cristalografía, con 
las obras del célebre Haúy á la vista, antes de entrar en el estudio 
de las sales. Estas nociones también deben preceder á los cursos 
de mineralogía cuando se establezcan. 

En todo evento, y aun no considerando la Química sino con re- 
lación á la mineralogía, caso de no poder establecerse ambos estudios 
á la vez, siempre se llevará la primacía el de la primera de estas 
dos ciencias; pues el químico con la antorcha del análisis en la 
mano, puede revelar al mineralogista secretos que en vano pediría 
éste á sus más pomposas clasificaciones. Sin embargo, en un país 
minero (que no lo es el nuestro) está por demás decir cuánto debe- 
ría llamar la atención el estudio prolijo de los minerales, aun por 
sus caracteres exteriores. 


6% Lenguas vivas. 


Siendo uno de los objetos de la institución formar comerciantes 
instruídos, nada contribuye más eficazmente á la educación mercan- 
til, ni nada llena más cumplidamente las necesidades diarias de un 
negociante que la posesión de los idiomas más usuales en el tráfico 
y correspondencia. Bajo estos principios, la Comisión juzga que 
para los negociantes de nuestro país no hay lenguas más útiles que 
la inglesa y alemana, por ser vastísimas nuestras relaciones con los 
anglo-americanos, bien considerables con la Gran Bretaña, y no de 
poca monta con las Ciudades Anseáticas. Y si bien el francés no 
puede interesarnos en tanto grado bajo el aspecto comercial, ocu- 
pando este idioma en todo el orbe civilizado un lugar que ninguna 
otra lengua le puede disputar, es de absoluta necesidad para toda 
clase de personas aplicarse á su estudio con ahinco. 

Por otro lado, estas tres lenguas son en concepto de la Comisión, 
no ya en extremo útiles á todo el mundo, sino imprescindibles entre 
nosotros para los que se dedican á cualquier ramo de los conoci- 
mientos matemáticos y experimentales. 


Profesorado. 


Determinados ya los ramos que han de ser objeto de las faenas 
del Instituto, pide el orden señalemos ahora el número de profeso- 
res por quienes han de ser desempeñadas. Niel estado de los fon- 
dos, ni la misma utilidad del público nos permitirían proponer un 
profesor por cada materia de las mencionadas: porque vale más 
para la enseñanza dotar bien á un mismo individuo que desempeñe 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 161 


dos ú tres clases análogas, que no asignar escasos sueldos á diferen- 
tes sujetos para cada una de las clases. En el primer caso así el 
interés propio como la continua ocupación obligan al hombre á 
consagrarse casi exclusivamente al ramo que profesa: mas en el se- 
gundo, como se ve precisado á buscar la subsistencia en otra parte 
quizás también por otro rumbo, divide indispensablemente su aten- 
ción, y no trata más que de cumplir, como suele decirse, frase que 
la Comisión traduciría sin reparo alguno en la no menos vulgar de 
salir del paso. De semejante hombre no hay que esperar que jamás 
se engolfe profundamente en la materia; teniendo por superfluo de- 
cir que una mediana aplicación nunca produjo más que frntos me- 
diocres. Sino arde en nuestros pechos la llama inextinguible del 
entusiasmo, jamás nos elevaremos á la altura de la ciencia: sólo el 
entusiasmo produjo adeptos eminentes en los arcanos de la natura 
leza. 

Por todas estas consideraciones gradúa la Comisión suficiente 
los profesores que siguen: 

Uno para la enseñanza de Matemáticas puras, Geometría des- 
eriptiva, Dibujo lineal y demás ramos dependientes. 

Otros para la Geografía, Cosmografía y Náutica. 

El tercero para la Física y Química. 

Y el cuarto finalmente para las tres lenguas propuestas. 

Las clases de Química y Física mecesitan un preparador de ex- 
periencias y un conservador del laboratorio y gabinete. Ambas 
plazas pueden ser desempeñadas, y aun es así más conveniente, por 
la misma persona. Un portero y un mandadero, á cuyo cargo se 
pondrá también el aseo y limpieza del establecimiento, son también 
empleos de absoluta necesidad. 

La plaza de bibliotecario puede ser cómodamente desempeñada 
por uno de los profesores que viva en el establecimiento, con un pe- 
queño aumento de sueldo. 

Réstanos ahora el empleo más importante que de propósito he- 
mos reservado para este lugar: no es menester decir que aludimos 
á la dirección del Instituto. Consiguiente á los principios expues- 
tos y á las razones especiales que militan en la cuestión actual, no 
vacila la Comisión en proponer que sea desempeñada la dirección 
por uno de los profesores. Mas no sólo los motivos generales ale- 
gados de economía y demás circunstancias son los que mueven á 
ello á la Comisión. Se ofrece en esta materia una consideración 
tan importante; mejor diremos, una experiencia tan decisiva, que 


162 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


ella de por sí hubiera bastado á hacernos pedir encarecidamente á 
la Junta se sirviese encargar al Director de algún ramo de la ense- 
ñanza, en obsequio de la misma causa de la instrucción. —Efectiva- 
mente, ningún miembro de los que componen la familia del Insti- 
tuto necesita más de una influencia directa sobre los alumnos que 
el que constituye su cabeza. Esta influencia podrá ganarse por di- 
ferentes medios pero ninguno más eficaz que el crédito y la repu- 
tación científica entre los mismos escolares; siendo el mejor camino 
de llegar al blanco el comercio grato y frecuente con ellos, que so- 
lamente lo proporciona el ministerio de la enseñanza. La reputa- 
ción científica y moral son dos palancas, y las únicas palancas con 
que un director llevará á sus alumnos por donde quiera y hasta 
donde quiera en la carrera de las ciencias y las costumbres. 

Pero vanos é ilusorios serían los esfuerzos más ardientes del 
celo, vanas é ilusorias todas las medidas y los planes todos, si no 
se cuenta con hombres capaces de dar impulso á la gran máquina 
y de continuarle el movimiento. Hombres no menos distinguidos 
por sus luces, su carácter, y muy singularmente apasionados por la 
difusión de los conocimientos. Ni los talentos más sobresalientes, 
ni la más vasta erudición pueden jamás llegar por si solos á suplir 
la falta de práctica y la del entusiasmo: este poder mágico es el que 
abre los ojos al entendimiento para sugerirle medios de comunica- 
ción: sólo él descubre sendas y aun caminos, donde los demás no 
alcanzan sino maleza y confusión. Y cuando arde en nuestros pe- 
chos la llama sacrosanta del entusiasmo, no puede menos de man- 
tenerse viva la del honor, que ha de ser el móvil principal del Ins- 
tibuto. 

Mas, dado el caso indispensable de tener que apelar al extranje- 
ro en pos de uno que otro profesor para el instituto, sería lo más 
acertado en nuestro concepto comisionar un sujeto inteligente de 
los nuestros que podrá despacharse de aquí, ó ser residente en esos 
países, para que á consulta de alguno ó algunos sabios europeos de 
los más célebres en el ramo, escogiese un individuo capaz de llenar 
el puesto con honor y provecho, y teniendo por norma muy señala- 
damente todas las dotes y virtudes que deben constituir un buen 
maestro. Sillegare este evento, que quizás no está muy distante, 
la Comisión sin derogar en lo más leve el buen concepto que le me- 
recen otras naciones (de lo cual tiene dadas hartas pruebas en el 
discurso de este papel) se inclinaría desde luego por la Alemania; 
y esto por varias razones á cual más poderosas: 12% Por ser los 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 163 


alemanes muy pacientes y perseverantes en cuanto acometen ó se 
les encarga. 2% .Por estar habituados á profundizar en todos sus 
estudios desde la tierna edad; en términos que se necesitan sin com- 
paración mucho más conocimientos para pasar por sabio en Alema- 
nia, que en cualquier otra parte de Europa. 32 Porque estando 
dotados de una gravedad, y movidos por una conciencia tan deli- 
cada en el orden literario como en lo moral, jamás se propasan á 
enseñar lo que no poseen á fundamentis. ¿Podrán existir cualidades 
más opuestas al espíritn de superficialidad y charlatanismo? 42 Por- 
que estando acostumbrados á instruirse de todo lo que se adelanta 
en Otras naciones, y 4 estudiarlo todo en las lenguas originales, 
fruto de su extrema laboriosidad, han llegado á contraer un carác- 
ter de imparcialidad y tolerancias que así los mueve á juzgar debi- 
damente las producciones de otras naciones, como amoldarse más 
que ninguna á los usos y costumbres de las demás. 


SEGUNDO PERÍODO 


Desde la secularización de la Universidad Pontificia en el año 1842, hasta 
la creación de los Institutos de Segunda Enseñanza en el de 1863. 


De los siete títulos y uno adicional de « Disposiciones transitorias 
del Plan de Estudios de 1842», estaba el segundo consagrado á la 
Universidad, que abrazaba la Segunda Enseñanza Elemental y Su- 
perior, y las Facultades Mayores de Jurisprudencia, Medicina, Ci- 
rugía y Farmacia. 

La Enseñanza Secundaria Elemental era pública y privada y 
comprendía las asiguaturas siguientes: 

Gramática Española Latina, Lenguas vivas más usuales, Ele- 
mentos de Aritmética, Elementos de Algebra, Elementos de Geo- 
metría, Elementos de Historia Sagrada y Profana, especialmente 
la Nacional, de Geografía general, Nacional y Cronológica, de Fí- 
sica, de Química, de Historia Natural, Dibujo Lineal y Natural, 
Ejercicios gimnásticos. 

La Superior, también pública y privada, era el complemento de 
la Elemental, preparaba de un modo inmediato para el estudio de 
las Facultades Mayores y abrazaba—por ahora decía la Ley—las 
siguientes asignaturas: 

Matemáticas, Física, Química, Historia Natural en todos sus 
ramos, Lengua Griega, Oratoria y Literatura, especialmente espa- 
ñola, Geografía, Cronología é Historia, principalmente la Nacional, 


164 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Filosofía (Lógica, Metafísica, etc. y Filosofía Moral é Historia de 
la Filosofía), Religión, Derecho Natural. 

Con excelente acuerdo, muy digno de aplauso, la Enseñanza 
Secundaria Elemental había de durar más ó menos años, según la 
capacidad de los niños y recibirse en el Colegio que se denominaría 
de la Universidad. 

La nivelación de las inteligencias, es un punto de partida difí- 
cil y peligroso: por más experiencia que pueda invocarse, todo pre- 
cepto caracterizado por la rigidez, es un factor de utilidad muy 
discutible. 

La obra del estudio es personalísima y tal circunstancia ha de 
influir en la distinta forma de realizar los estudios. 

Para formarse una idea exacta del carácter de este colegio, dis- 
ponía el artículo 63 del Plan de Estudios que con objeto de suplir 
las escuelas especiales se establecieran en él, dos cátedras de Mate- 
máticas y Cosmografía, obra de Aritmética Mercantil, Teneduría de 
Libros y Geometría práctica, otra de Física y Química con aplica- 
ción á la Industria y Agricultura del País y otra de Mecánica In- 
dustrial, á cargo del catedrático de Dibujo Lineal y Geometría Des- 
criptiva. 

Capacitaba la enseñanza elemental para el ingreso en la Univer- 
sidad y nada más oportuno para determinar su alcance, que consi- 
derar cuál era el examen de admisión que para el efecto había de 
sufrirse y que versaba sobre las siguientes asignaturas: 

Lectura, Escritura y Ortografía. 

Latinidad (versión de repente del Cicerón, Salustio 6 Tito Livio 
y de Ovidio, Horacio ó Virgilio). 

Elementos de Matemáticas (Aritmética inclusas las proporcio- 
nes y reglas que de ella dependen, la formación de potencias y ex- 
tracción de raíces de 22 y 32 grados). 

Algebra hasta las ecuaciones determinadas de 2? grado inclusive. 

Geometría (línea recta, ángulos, triángulos y el círculo: figuras 
equivalentes). 

Elementos de Historia Sagrada y Profana, especialmente la Na- 
cional. Ñ 
Elementos de Física (propiedades generales de los cuerpos: 
comparación de las figuras oblicuas y paralelas; influencia del calor, 
sobre el estado de los cuerpos: del termómetro, del agua, del 
aire, barómetro y máquina neumática, nociones de electricidad y 
óptica. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 165 


Química, cuerpos simples y sus principales propiedades; carac- 
teres distintos de los ácidos; bases y sales: nomenclatura. 

Nociones de Historia Natural. 

Elementos de Geografía general y nacional. 

Coneluídos los cuatro cursos de la enseñanza secundaria supe- 
rior, pública Ó privada, los alumnos podían recibir el grado de Ba- 
chiller en Ciencias Ó en Artes, pero que uno ú otro se exigían á los 
que hubieren de seguir una Facultad Mayor que eran: Filosofía, 
Jurisprudencia y Ciencias Médicas (Art. 102). 

Este grado de Bachiller, entonces lo mismo que hoy, era el re- 
quisito indispensable para ingresar en los estudios de Facultad y el 
artículo 102 citado corresponde al de la Orden 266 de 30 de Junio 
de 1900, que exige para ingresar como estudiante de la Universidad 
de la Habana, tener diez y ocho años cumplidos, y el título de Ba- 
chiller en Letras y Ciencias de algún Instituto de la Isla ó uno simi- 
lar, debidamente acreditado de colegio ó instituto extranjero. 

No basta un cuadro de asignaturas para formarse idea de la 
composición mental del sujeto que ha seguido y concluye esos estu- 
dios: es necesario conocer también cómo se interpretan y se tradu- 
cen, cómo se llevan á la práctica y cuáles son las exigencias Ó prue- 
bas 4 que debe satisfacer el candidato. 

El llamado grado de Bachiller se verificaba en dos direcciones ó 
ramos: Bachiller en Artes y Bachiller en Ciencias, conforme con el 
llamado sistema de bifurcación. 

Los ejercicios para el grado de Bachiller consistían en un exa- 
men público en los términos prevenidos por el artículo 105 del 
Plan de las materias siguientes: 

1% Literatura Española y Latina. 

2% Historia y Geografía General, antigua y moderna. 

32% Historia y Geografía Nacional. 

4% Lógica y Metafísica. 

5%. Filosofía Moral y Derecho Natural. 

6% Algebra hasta ecuaciones de 22 grado inelusive y Geometría 
Elemental. 

7% Elementos de Física. 

El examen para el grado de Bachiller en Ciencias comprendía 
las asignaturas siguientes: í 

1% Matemáticas (Algebra hasta la teoría general de las ecua- 
ciones inclusive). Geometría. Dicciones cónicas y Trigonometría 
rectilínea, 


166 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


2% Física experimental. 

3% Elementos de Química. 
4% Mineralogía. 

Botánica y Zoología. 

6% Principios de Literatura Española y Latina. 

Provisto ya el alumno de su grado de Bachiller en Artes Ó Cien- 
cias, podía ingresar, con aquél, en la Facultad de Filosofía, Juris- 
prudencia Ó Medicina y optar á los grados de Licenciado y Doctor 
en Artes, Jurisprudencia ó Ciencias Médicas. 

Tal era el Plan de Estudios de 1812 por lo que se refiriera á la 
Segunda Enseñanza. 

Pero, en este momento no es posible callar la observación que 
viene á la superficie, tan luego se trata de la Administración y de 
la política de España en América, y es que las leyes eran una cosa 
tan distinta de la práctica de las mismas, que no pocas veces anda- 
ban divorciadas, de cuyo fenómeno creyó encontrar racional expli- 
cación el Sr. Cánovas del Castillo, cuando hablaba de las impurezas 
de la realidad. 

El General Concha que, en más de una vez, aventuró frases y 
conceptos que habían de ser mortificantes, de no suponerse con- 
vencionales, hablaba de la vergúenza por que debió pasar el Gobier- 
no, cuando no fundó el colegio llamado de la Universidad y que 
hubiera sido el Instituto de Segunda Enseñanza de la época. 

En efecto, así sucedió; lo que prueba que la historia de la Ense- 
ñanza en Cuba no puede apreciarse por los Planes de Estudios ni 
por los documentos oficiales. 

Pero como los colegios estaban creados y su existencia legal 
había sido sancionada por el propio Plan de 1842, vino á suceder 
que el concepto administrativo del servicio público no se realizaba, 
pero sí el privado, que quedó sujeto en muchos conceptos á las 
prescripciones del Plan. 


TERCER PERÍODO 


Desde el Plan de Estudios de 1863 hasta el de 1880 


Veamos, por lo pronto, qué modificaciones introdujo el Plan de 
Estudios que sometió el Ministro de Ultramar, Sr. José de la Con- 
cha, en 15 de Julio de 1863, á la Reina Isabel II. 

Será entonces el momento necesario de comparar los nuevos 
preceptos de la Ley, por lo que atañe á la Segunda Enseñanza, con 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 167 


los señalados anteriormente para la misma en el Plan de 1842, de 
cuya comparación podrá deducirse si la enseñanza secundaria per- 
dió 6 ganó en el tercer momento histórico de su desenvolvimiento. 

No debe olvidarse que la enseñanza secundaria dividíase en 
Elemental y Superior: que la primera había. de ser en los colegios 
particulares y oficialmente en el que se llamaría de la Universidad, 
bajo reglas y disposiciones que no llegaban nunca á dictarse. 

Esta circunstancia influyó de un modo muy notable, y así lo he- 
mos de ver más adelante, en el desenvolvimiento de la Segunda 
Enseñanza, si no como función administrativa, al menos en la im- 
portante faz de necesidades sociales satisfechas, comprobándose 
también cómo al progreso de las ideas en la colonia aprovechaba no 
pocas veces la puerta que dejaba franca la casualidad ó la impre 
visión. 

En 15 de Julio de 1863, se promulgó el Real Decreto que había 
dictado S. M. la Reina Isabel TI, después de haber oído su Consejo 
de Estado y de acuerdo con el de Ministros. 

En la exposición que el Sr. José de la Concha, Ministro de Ul- 
tramar por entonces, presentó para servir de fundamento al Real 
Decreto aludido, se invoca como principal motivo de la reforma 
propuesta la Ley de Instrucción Pública dictada para la nación 
en 9 de Septiembre de 1857, que modificaba de una manera impor- 
tante el régimen de la Segunda Enseñanza, lo que había ocasiona- 
do, al decir del Sr. Ministro, que el Plan de Estudios vigente en 
Cuba, adolecía de grave falta de unidad respecto del establecido en 
aquella fecha de 1857, en la Península. 

La necesidad de remontarse al verdadero origen de todo fenó- 
meno, nos pone en el caso de consultar esta Ley por la influencia 
que ese modelo había de ejercer en las modificaciones de nuestra 
enseñanza secundaria en 1863. 

Y á fe que no puede esconderse la dolorosa impresión que deja 
en el ánimo el texto de aquella Ley de 1857, y si la suerte de nues- 
tra enseñanza tenía que depender de los progresos de la Metrópoli, 
como esquife que era la Isla de Cuba amarrada á la nave de la Me- 
trópoli, podía adelantarse que los estudios estaban amenazados de 
una profunda decadencia. 

El artículo 131, en el título 2? de la Ley á que nos contraemos, 
determinaba que los estudios generales de segunda enseñanza, ha- 
bían de hacerse en dos períodos: el primero, de dos años, y el se- 
gundo, de cuatro, siendo los de aquel período los siguientes: 


168 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Doctrina Cristiana é Historia Ságrada. 

Gramática Castellana y Latina. 

Elementos de Geografía. 

Ejercicios de lectura, escritura, aritmética y dibujo. 

Entonces se pasaba á los estudios generales del segundo período, 
que se daban en cuatro años. 

Era evidente que el educando entraba en el segundo período de 
la verdadera Segunda Enseñanza, de una manera repentina y vio- 
lenta, cuando apenas había dado los primeros pasos en la senda de 
la disciplina mental y cuando su incompetencia para penetrar en 
el vestíbulo de la ciencia, sólo podía ocultarse á los que no querían 
abrir los ojos para ver cuán dura era la crítica que merecía la pobre 
concepción de aquella Ley, que refrendaba el Ministro de Fomento, 
Sr. Claudio Moyano Samaniego. 

Estaba perfectamente justificado, ante esta pobreza de vida men- 
tal que revelaba el nuevo orden de cosas, la edad de nueye años que 
se señalaba para ingresar en la segunda enseñanza, con la circuns- 
tancia muy curiosa de que los estudios del primer período, fuera de 
la Gramática Latina, eran absolutamente iguales á la primera en- 
señanza elemental, eu cuyo examen debía ser aprobado el candidato 
para ingresar en la segunda. 

El verdadero nervio de esta última, se hallaba, pues, en el se- 
gundo período. : 

Esto, por lo que respecta á la segunda enseñanza en España. 
Veamos cómo el Ministro de Ultramar, Sr. José de la Concha, tra- 
dujo aquella Ley del 57, y cómo la modificó al hacer su adaptación 
á la Isla de Cuba en 1863. Fué entonces cuando nacía el Instituto 
de segunda enseñanza de la Habana, cuya dirección se confió á 
nuestro escritor y erudito el Sr. Bachiller y Morales. 

Según el artículo 13 de la nueva Ley, los estudios generales de 
segunda enseñanza abrazaban un período, por lo menos, de cinco 
años: 

Gramática Latina y Castellana. 

Doctrina Cristiana é Historia Sagrada. 

Principios y ejercicios de Aritmética. 

Nociones de Geografía descriptiva. 

Prineripios y ejercicios de Geometría. 

Ejercicios de análisis y traducción latina y rudimentos de lengua 
griega. 

Nociones de Historia general y particular de España. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 169 


Aritmética y Algebra hasta las ecuaciones de segundo grado, 
inclusive. 

Elementos de Retórica y Poética, con ejercicios de composición 
de trozos selectos, latinos y castellanos, y composición castellana y 
latina. 

Ejercicios de traducción de lengua griega. 

Elementos de Geometría y Trigonometría rectilínea. 

Psicología, Lógica y Filosofía Moral. 

Elementos de Física y Química. 

Nociones de Historia Natural. 

Lengua Francesa é Inglesa. 

Era la edad la misma de nueve años, que se exigía en la Pe- 
nínsula. - 

Basta la simple comparación de este cuadro de asignaturas con 
la enseñanza elemental y superior del Plan del 42 en la Isla de Cu- 
ba, para comprender: primero, que los ocho años de estudios seña- 
lados por este último se convertían en cinco, y que la influencia de 
esta pérdida de tres años, arrancados al estudio en un período tan 
naciente para el espíritu, había de ser muy nocivo para la ju- 
ventud. 

Tan cierto era lo que acaba de exponerse, que en las transitorias 
dictadas para la ejecución del Plan, llegaron á abonarse hasta tres 
años á los que estudiaban por la antigua Ley del 42, 

A partir de esta época y desde este momento, la Segunda Enseñuza 
tomó un sabor profundamente oficial; á la actividad personal sucedió 
el imperio de la fórmula y del reglamento; la consistencia mental de 
los espíritus fué poco á poco disipándose; una transacción de funesto 
convencionalismo quedó implantada para echar raíces, tan hondas 
raíces, que sólo la tempestad de la revolución pudo arrancar; al co- 
nocimiento acabado de las cosas, sucedió la precipitación y el di- 
vagar de los espíritus y éstos tardaron poco en sentirse tocados 
apenas por un ligero baño de conocimientos que no pasaba de la su- 
perficie. 

La nota de desinterés generoso que tuvieron hasta entonces los 
estudios, desapareció para ser sustituída por una razón de personal 
egoísmo, cual si la enseñanza oficial no tuviera empacho en declarar 
que las fatigas y vigilias de los estudios, sólo podrían encontrar 
compensación con la posesión de la riqueza adquirida por virtud de 
los títulos. 

Los males que iba 4 producir este cambio de cosas funesto para 


170 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


los estudios, eran de distinto orden y así se manifestó en el trans- 
curso del tiempo. 

12 Los conocimientos generales que debe tener todo hombre, 
dedicado á las carreras científicas ó literarias, se debilitaron poco á 
poco, perdiendo en intensidad y extensión. 

22 Los estudios fueron cada día más elementales, hasta que 
programas indigestos y raquíticos condenaron el espíritu de los jó- 
venes al aislamiento más absoluto y ruinoso. 

32 La vida mental, la vida del libro, la gimnasia del espíritu, 
perdió lentamente su vigor, produciéndose una situación en que los 
jóvenes estudiantes estaban privados de medio ambiente, sin que 
mentalmente les fuera dable respirar ni vivir. 

4% La vida moral perdió, con el naufragio de la m-ntal, su 
principal sostén y su alimento más sólido, lo que necesariamente 
envolvía una amenaza para los intereses sociales del país. 

59 Con la anulación de la vida mental del discípulo, se debilitó 
la acción del maestro, sufrió éste una merma considerable en sus 
funciones y la pléyade brillante de jóvenes dedicados por completo 
á generosas tareas se redujo tanto, que había de llegar poco menos 
que á su total extinción. Se borró el maestro, quedando sólo el 
preparador. 

6% Tos colegios particulares sujetos á una reglamentación ca- 
racterizada por las trabas, perdieron la posibilidad de su desenvol- 
vimiento, viéndose amenazados, para poder vivir, del más desen- 
frenado mercantilismo. 

Así se preparaban los sucesos de venideros días y así llegó el 
año de 1871. 

Gobernaba la Isla el Capitán General Conde de Balmaseda. 

No se necesita amontonar sombras en torno de este período. 
A la severidad de la Historia, cuadra mejor no decir más que lo es- 
trictamente necesario para comprender los hechos que influyeron 
en el desenvolvimiento de la Segunda Enseñanza. 

A fe que si no fuera por esta condición política del país, origi- 
nada por el estado de guerra, no había motivo para sospechar si- 
quiera que tomaba la Segunda Enseñanza una orientación que ame- 
ritara período aparte en la consideración. 

Cinco años determinaba el Plan de estudios de 1863 para los 
estudios de Segunda Enseñanza, y cinco señalaba la reforma de 
Aráiztegui, así llamada por desempeñar la Secretaría del Gobierno 
general de la Isla el Sr. D. Ramón de Aráiztegui, salvado del olvido 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 171 


por una notoriedad bien funesta para la libertad, para Cuba y para 
las letras. 

Inconcebible parecería el párrafo siguiente de la Exposición en- 
derezada á su gobierno por el citado Aráiztegui: 

«En tal situación, natural era que el Plan de Estudios que se 
meditaba para esta Isla, obedeciese á ese afán general de precipi- 
tación y de ahí proceden los defectos de que adolece y estos defectos 
sop la fuente de los males que ha producido la instrucción pública.» 

Inconcebible, porque, si precipitación había en el plan anterior, 
la precipitación seguía, y si eran cinco los años dedicados á la Se- 
gunda Enseñanza, siguieron en el igual número los señalados en la 
nueva disposición. 

No se aprecia debidamente el avance y sobre todo el espíritu de 
la titulada reforma, sin conocer el texto del Decreto que á conti- 
nuación se inserta: 


DECRETO 


En vista del expediente instruído por el Negociado de Instrue- 
ción pública sobre el estado general de la Segunda Enseñanza en 
esta Isla, hecho un estudio detenido de sus resultados, y de sus nece- 
sidades, atendiendo á los escasos recursos con que cuentan los Ins- 
titutos públicos de Segunda Enseñanza, y los crecidos gastos que 
ocasionan, gravando de una manera considerable los fondos Muni- 
cipales de esta Isla. Visto: que la mente del Gobierno de S. M. 
fué según Real Orden de 26 de Noviembre de 1863 que hubiese 
cuando más dos Institutos para los estudios de Segunda Enseñanza: 
Resultando que los de Matanzas, Cuba y Puerto Príncipe se crearon 
sin elementos propios, y sin que estuviese comprobada la necesidad 
de ellos, procediéndose en este asunto con tanta latitud, cuanto que 
se multiplicaron las Cátedras, sin contar con un profesorado idóneo 
que estuviese en condiciones legales para la enseñanza, y acredi- 
tado por sus buenas doctrinas y opiniones: Resultando que la Se- 
gunda Enseñanza dada á domicilio, ó sea de educación doméstica 
con validez académica, ha producido resultados lamentables bajo el 
punto de vista literario y político, y que no puede estar tan garan- 
tida como la pública por la inspección á que está sujeta la dada en 
los establecimientos públicos: Resultando que los expresados Insti- 
tutos no han correspondido á los grandes sacrificios que han venido 
haciendo los Ayuntamientos de los respectivos distritos de cada uno 
para sostenerles: Resultando que muchos de los profesores de esos 


172 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Establecimientos, traidoramente han burlado la confianza que en 
ellos se depositara, abusando de la Cátedra con que se les honró, 
pues bajo la salvaguardia de la Toga, han vertido en ella é incul- 
cado á los alumnos doctrinas perniciosas y contrarias á los sagrados 
intereses de la Religión y del Estado, extraviando el sentimiento 
de muchos jóvenes á quienes han impulsado á la rebelión, contra la 
Integridad Nacional, y aun contra sus mismos padres: Resultando 
un déficit muy crecido en los presupuestos de cada uno de los ex- 
presados Institutos ascendente á más de cincuenta mil pesos anuales, 
déficit que tienen que cubrir los Ayuntamientos de la Isla cuando 
las mismas circunstancias actuales han arrastrado tras sí á los Mu- 
nicipios á una vida angustiosa, que no les permite cubrir las aten- 
ciones que sobre ellos pesan, adeudando por este motivo sumas en 
concepto de personal y por material de los citados Establecimientos: 
Considerando que para la elección del personal de Catedráticos no 
se han tenido presentes en muchos casos las prescripciones regla- 
mentarias, trayendo así una situación embarazosa para el Gobier- 
no, que no debe ni puede conceder derechos 4 los que no estén en 
las condiciones que la Ley de Instrucción Pública establece, y las 
circunstancias actuales aconsejan, por cuanto se hallan al frente de 
muchas cátedras individuos que carecen de aquellas condiciones y 
requisitos que son necesarios para ejercer el Profesorado público: 
Considerando que los Institutos de Segunda Enseñanza son una 
'arga demasiado grave para los Ayuntamientos de esta Isla, sin que 
ofrezcan utilidad alguna positiva, porque mientras distraen sus 
fondos en sostener estudios literarios y de humanidades, muchos 
de los pueblos de sus respectivos distritos carecen de escuelas ele- 
mentales de primera enseñanza, habiendo tenido también los Mu. 
nicipios que suprimir las consignaciones que destinaban para el 
sostenimiento de la Escuela Normal; y aun de escuelas de primera 
enseñanza elemental y superior: Considerando que los gobiernos 
y los pueblos deben cuidar de que haya el mayor número posible de 
escuelas de primera enseñanza, proporcionando ésta gratuitamente 
á todo aquel que la solicite, mientras que la instrucción literaria, ó 
sea Segunda Enseñanza debe ser costeada por los que aspiran á ella, 
aunque al Estado corresponda contribuir en parte á sostenerla: Con- 
siderando que los centros de instrucción superior deben establecerse 
sólo en determinadas localidades, cuyas circunstancias acrediten su 
necesidad: - Considerando bajo este principio que bastará un Insti- 
tuto en la Capital de cada uno de los Departamentos Occidental y 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 17: 


Oriental de esta Isla, como lo comprendió el Gobierno de 5. M. se- 
gún se desprende del espíritu y letra de la citada Real Orden de 26 
de Noviembre de 1863, con tanta más razón cuanto que la enseña:- 
za pública está servida por los colegios de Segunda Enseñanza que 
en Puerto Príncipe y Saneti Spíritus como en esta Capital y en Gua- 
nabacoa dirigen las Congregaciones religiosas de los padres de las 
Escuelas Pías, y de la Compañía de Jesús, así como también lo está 
por el Seminario de esta Capital, por el de Cuba y por los Colegios 
privados de Segunda Enseñanza incorporados al Instituto y por los 
que en lo sucesivo se incorporen: Considerando que mientras du- 
ren las circunstancias lamentables por que el país atraviesa, basta y 
sobra un Instituto para toda la Isla declarándolo Central y Provib- 
cial, sostenido por la Hacieuda pública que debe reintegrarse con 
los derechos de matrículas, grados y demás por medio de papel de 
timbre establecido al efecto: Considerando que la duplicidad de 
Cátedras y asignaturas de Aplicación tal como existen en los Insti- 
tutos de Segunda Enseñanza causan un gasto sin resultado satis- 
factorio, pues no cuentan discípulos y la experiencia de ocho años 
es suficiente para acordar la supresión de unas y la segregación de 
otras, de los Institutos de Segunda Enseñanza: Considerando que 
cuando los expresados estudios de Aplicación y Profesionales esta- 
ban separados de los de Segunda Enseñanza, constituyendo las an- 
tiguas Escuelas Preparatorias anexas á las especiales siempre fué 
considerable el número de alumnos que figuró en su matrícula, y 
debiendo estar como está en el interés del Gobierno para el porve- 
nir de la Isla y en consonancia con el espíritu de adelantos de la 
sociedad de hoy que se sometan los estudios de Aplicación á la In- 
dustria, á la Agricultura, y al Comercio, cuya enseñanza debe darse 
y recibirse de una manera especial, sujeta á una reglamentación 
particular, en vez de someterla como hasta aquí á la que es propia 
de las Facultades y con ellas el carácter y régimen Universitario: 
Considerando que debe procurarse facilitar los expresados estudios 
de Aplicación y profesionales como medio conducente de enderezar 
la juventud hacia dicha clase de conocimientos, que tan útiles sou 
para el más pronto desarrollo de la prosperidad y fomento del País: 
Considerando por último indispensable y necesario llevar á cabo la 
reforma que se propone en asunto tan trascendental é importante, 
y atendiendo á que deben abrirse los cursos académicos en el pró- 
ximo mes de Octubre es imprescindible su observancia y ejecución 
á reserva de que se dé cuenta al Gobierno de S. M. para su sobera- 


174 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


na aprobación, el Excmo. Sr. Gobernador Superior Político de con- 
formidad con lo propuesto por esta Secretaría, con el parecer de la 
¿xcelentísima Junta Superior de Instrucción pública, é ilustrado 
dictamen del Excelentísimo Consejo administrativo de esta Isla ha 
tenido á bien resolver: 

12 Se suprimen definitivamente los Institutos de Segunda En- 
señanza y de Aplicación establecidos en Matanzas y Puerto Prínci- 
pe, el cual viene ya clausurado desde fines de 1868. 

22 Se suprime igualmente el Instituto de igual clase de Cuba, 
hasta que las circunstancias por que atraviesa el país permitan su 
reorganización, quedando por consiguiente habilitado el Colegio Se- 
minario de «San Basilio» de aquella ciudad, para los estudios gene- 
rales de Segunda Enseñanza, y conferir el grado de Bachiller en 
Artes, con arreglo á lo que en este Decreto se dispone. 

32 Se declara Central y Provincial el Instituto de Segunda En- 
señanza de la Habana, al cual quedarán incorporados todos los co- 
legios privados de Segunda Enseñanza de la Isla que estén autori- 
zados competentemente y dirigidos por particulares ó Corporaciones, 
que no sean religiosas, los cuales, así como los Seminarios, conti. 
nuarán bajo la inmediata dependencia de este Gobierno Superior 
Político. 

4% Quedan relevados los Ayuntamientos de la Isla, de la obli- 
gación que hasta la fecha han tenido de contribuir al sostenimiento 
de los expresados Institutos, gravando sus presupuestos municipa- 
les con alzadas sumas para cubrir el déficit que resultaba en los 
presupuestos anuales de ingresos y gastos de éstos. 

5% Los Ayuntamientos de la Isla quedan autorizados para ir 
amortizando la deuda que tengan contraída por tal concepto. 

6% Sin perjuicio de lo que se dispone en ei artículo 4%, el Mu- 
nicipio que por sí y con cargo al presupuesto de su propio distrito 
municipal quiera establecer y sostener un Colegio de Segunda En- 
señanza, podrá solicitarlo de este Gobierno Superior Político, siem- 
pre que para ello acredite tener recursos propios para costearlo y 
sostenerlo, después de cubiertas las demás obligaciones de la Ins- 
trucción Primaria del distrito, y amerite la necesidad del nuevo es- 
tablecimiento, en cuyo caso quedará éste incorporado al Instituto 
público de la provincia como los demás Establecimientos privados 
de su clase y sujetos á las disposiciones reglamentarias. 

72 El Instituto de la Habana como establecimiento provincial, 
será una dependencia de este Gobierno Superior Político, y soste- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 175 


nido por el Estado, que recaudará los productos de matrículas, gra- 
dos y títulos, ingresando en las arcas de la Hacienda pública, 
en la forma que se determina en este Decreto. Por consiguiente, 
los gastos de personal y material de dicho establecimiento, figura- 
rán en los presupuestos de la Isla como las demás dependencias del 
Estado. 

8% El Instituto de la Habana quedará sólo reducido á los estu- 
dios generales de Segunda Enseñanza, que señala el artículo 13 del 
Plan de Estudios vigente. 

9% En este concepto quedan suprimidos en dicho Establecimien- 
to los estudios elementales de Aplicación, como son las asignaturas 
de Derecho Mercantil y Economía Política, puesto que se explican 
en la Facultad de Derecho de la Universidad, y las de Dibujo lineal, 
Aritmética Mercantil y Teneduría de libros, que se dan en los cole- 
gios de Instrucción primaria y superior que existen en la Isla; en 
el Casino Español y en Colegios y Academias privadas. 

102 Se agregan al Instituto de la Habana las Escuelas Profesio- 
nales que se incorporaron á él, en 31 de Agosto de 1869, por dispo- 
sición de este Gobierno, las cuales se organizarán en la forma que 
se disponga. 

112 Los estudios generales de Segunda Enseñanza se darán en 
cinco años, divididos en dos períodos con arreglo al artículo 13, tí- 
tulo 22 de la Ley de Instrucción Pública de 9 de Septiembre de 
1857 de la Península; y en consonancia con los artículos 15 y 30 
del Plan de Estudios vigente en esta Isla. 

122 El primer período de la Segunda Enseñanza, comprenderá 
las materias siguientes: 

Doctrina Cristiana é Historia Sagrada, 

Gramática Castellana. 

Gramática Latina. 

Nociones de Geografía descriptiva. 

Principios y ejercicios de Aritmética. 

Principios y ejercicios de Geometría. 

132 El 22 período de la Segunda Enseñanza comprenderá: 

Fundamentos de Religión. 

Ejercicios de análisis, traducción Latina y rudimentos de lengua 
griega. 

Ampliación de la Geografía descriptiva. 

Nociones de Historia General y la particular de España, 

Elementos de Aritmética. 


176 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Elementos de Algebra hasta las ecuaciones de segundo grado 
inclusive. 

Elementos de Retórica y Poética con ejercicios de composición 
de trozos selectos latinos y castellanos y composición castellana y 
latina. 

Ejercicios de traducción de lengua Griega. 

Elementos de Geometría y Trigonometría rectilínea. 

Psicología, Lógica y Filosofía moral. 

Elementos de Física y Química. 

Nociones de Historia Natural. 

Lengua francesa é inglesa. 

142 Las asignaturas señaladas en el artículo 12, que coustitu- 
yen el primer período de la Segunda Enseñanza, se cursarán en dos 
años por lo menos y en el orden y distribución que dispone el ar- 
tículo 15 del Plan de estudios vigente para Jos dos primeros años de 
los estudios generales, cursándose en los tres años restantes de los 
cinco que marca dicho artículo el segundo período. 

15% Los estudios correspondientes al primer período pueden 
hacerse en el Instituto, en los Seminarios, en los colegios privados 
dirigidos por corporaciones religiosas, Ó particulares, y en Cátedras 
que con autorización del Gobierno podrán establecerse en las cabe- 
ceras de las jurisdicciones y en cualquiera otra población de la Isla, 
siempre que se dé la enseñanza por profesores autorizados compe- 
tentemente y con título especial expedido por este Gobierno, con 
arreglo á una disposición que se dará al efecto. 

16% Los estudios del segundo período de la Segunda Enseñanza 
se harán precisamente en el Instituto Público, en los estublecimien- 
tos de Segunda Enseñanza legalmente autorizados. 

172 Queda prohibido el hacer los estudios de Segunda Ense- 
ñanza, tanto del primero como del segundo período en educación 
doméstica, con validez académica, según permitían los artícnlos 19 
y 222 del Plan General de Estudios. 

182 ¿Para ingresar en el primer período de la Segunda Enseñan- 
za, se requiere tener diez años de edad cumplidos, y ser aprobado 
en un examen de Doctrina Cristiana, Lectura, Escritura, principios 
de Aritmética y de Gramática Castellana. 

19% Este examen ha de verificarse en el Instituto Provincial, 
para los que residan en la Habana, en los Seminarios ó colegios di- 
rigidos por Corporaciones Religiosas, en dicha Capital Ó fuera de 
ella y en los colegios establecidos también fuera de la Capital, para 


! 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 177 


los jóvenes que en calidad de internos ó externos hayan de empren- 
der sus estudios .en los expresados establecimientos, y por último 
en las poblaciones en que no hubiese establecimientos de las clases 
expresadas serán examinados los jóvenes que pretendan inscribirse 
en Cátedras en ellas establecidas en el punto que designe la Junta 
local ó Comisión auxiliar de Instrucción Pública, la que en todo caso 
ha de presidir dichos exámenes en la época que señalan los Regla- 
mentos y en virtud de lo dispuesto por el artículo 327 del Plan de 
Estudios. 

202 Los estudios del primer período hechos en Cátedras esta- 
blecidas en las cabeceras 6 demás pueblos, con arreglo á las dispo- 
siciones de este Decreto así que sean terminada, podrán los alum- 
nos matricularse en el segundo período, previo examen de todas las 
materias que abraza dicho primer período, cuyo examen sufrirán en 
el Instituto Ó en el establecimiento donde vayan á matricularse 
para el estudio del segundo período. El que fuere «Reprobado» en 
este ejercicio no podrá presentarse á nuevo examen sino transcurri- 
do un año ó sea al abrirse el curso siguiente. 

21% El idioma inglés ó francés como asignaturas de Segunda 
Enseñanza podrá estudiarse en cualquier año del segundo período. 

22% Cursados y aprobados en la forma que queda establecida 
los tres años del seguudo período de la Segunda Enseñanza, los 
alumnos podrán aspirar al grado de Bachiller en Artes en los térmi- 
nos que dispone el Reglamento de la Segunda Enseñanza. 

23% Los que aspiren á estudiar ésta, bien sea para el primero ó 

_segundo período, ya como alumnos del Instituto, de Seminarios, 
de Cátedras establecidas en las cabeceras y de colegios que no sean 
dirigidos por Corporaciones Religiosas, deberán abonar en dos pla- 
zO0S, uno al principio y otro á mitad del curso, la matrícula de 40 
pesos anuales, sin cuyo requisito previo no podrán ganar las asig- 
naturas que hubiesen estudiado. 

242 El pago de estos derechos lo harán los interesados en pa- 
pel de matrícula, del cual se proveerán acompañándolo á su instan- 
cia para la inscripción de la matrícula en el Iustituto provincial. 
En la propia forma pagarán los que aspiren al grado de Bachiller, 
los derechos de grado y título, los cuales no podrán concederse sin 
este requisito. 

252 A los treinta días de haberse cerrado la matrícula, pasará 
la Dirección del Instituto al Gobierno Superior Político una rela- 
ción de los alumnos matriculados, con expresión de sus nombres, 


178 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


padres ó encargados, asignaturas que cursan, pueblo de su residen- 
cia, establecimiento en que estudian Ó nombre del profesor que las 
enseña, en cátedra establecida en los pueblos para el primer perío- 
do con especificación del pago de matrícula. 

También remitirán al Gobierno Superior Político los Rectores ú 
Directores de los Seminarios y Colegios dirigidos por Congregacio- 
nes Religiosas, una relación igual de los alumnos matriculados en 
sus respectivos establecimientos. 

26%  Lostítulos de Bachiller en Artes se expedirán en lo sucesivo 
por este Gobierno Superior Político, á cuyo efecto el Instituto y los 
Seminarios y los colegios dirigidos por Corporaciones Religiosas, re- 
mitirán á este Gobierno las actas de los ejercicios de los grados de 
cada uno de los que hayan sido aprobados, para expedirles el co- 
rrespondiente título, debiendo acompañar á estas actas el papel de 
reintegro correspondiente á los derechos de los títulos expresados. 

272 Para el servicio de la enseñanza en el Instituto de la Ha- 
bana, habrá catorce profesores que deberán ser: 

Uno para Doctrina Cristiana, Historia Sagrada y fundamentos 
de Religión. 

Uno para Gramática Castellana 192 y 22 curso. 

Uno para Gramática Latina 12 y 22 curso. 

Uno para Aritmética y Algebra. 

Uno para Geometría y Trigonometría. 

Uno para ejercicios de Análisis, traducción Latina y Rudimen- 
tos de lengua Griega. 

Uno para Retórica y Poética. 

Uno para Psicología, Lógica y Filosofía Moral. 

Uno para Geografía é Historia. 

Uno para Física. 

Uno para Química. 

Uno para Historia Natural. 

Uno para Francés. 

Uno para Inglés. 

282 Con arreglo al artículo 209 de la Ley de Estudios de la 
Península de 9 de Septiembre de 1857 y de conformidad con el ar- 
tículo 265 del Plan vigente en esta Isla, los Catedráticos del Ins- 
tituto de la Habana deberán disfrutarun haber de 600 pesos de 
sueldo y 900 de sobresueldo los que tengan Categoría de Término: 
500 pesos de sueldo y 750 de sobresueldo los de ascenso; y por últi- 
mo 400 pesos de sueldo y 600 de sobresueldo los de entrada. Ha- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 179 


brá de consiguiente cuatro catedráticos de Término, tres de ascen- 
so y siete de entrada. 

292 Además del personal facultativo habrá en el Instituto los 
empleados siguientes: 

Un Ayudante preparador de Física y Química, Conservador de 
Historia Natural, con el Haber de 450 pesos de sueldo y 450 de so- 
bresueldo. 

Un escribiente 1? de la Secretaría con el haber de 600 pesos 
anuales, 

Dos Escribientes con el haber de 500 pesos cada uno. Un con- 
serje bedel con 600 pesos. 

Dos bedeles con 400 pesos cada uno. 

Un portero con 300 pesos. 

Un mozo de oficios con 250 pesos. 

302 La Dirección del Instituto será servida por persona que 
tenga á bien mandar este Gobierno, sea Ó no Catedrático del mismo, 
con la asignación que marca el Reglamento. 

312 La plaza de Secretario Bibliotecario será desempeñada por 
un Catedrático, con la gratificación de 300 pesos, por este último 
cargo. 

32% Las plazas de Catedráticos del Instituto de la Habana se 
cubrirán con el personal que está en actual servicio y pertenencia 
al profesorado y empleados del ramo en 28 de Septiembre de 1863, 
al establecerse el Plan de Estudios vigente por venir sirviendo sus 
destinos en propiedad, ya en la Universidad, ya en las extinguidas 
Escuelas Preparatorias especiales cuyas Cátedras y destinos hubie- 
ron de obtener por oposición Ó nombramiento del Gobierno. 

332 Las cátedras que quedan sin cubrir con este personal único 
que tiene derechos adquiridos y reconocidos, se proveerán con pro- 
fesores previa oposición 6 concurso público. por el Gobierno Supre- 
mo, y mientras esto tenga lugar se nombrarán por ese Gobierno 
profesores que las desempeñen con el carácter de interinos. 

342 Se declaran cesantes á todos los que vienen sirviendo en los 
Institutos, después del 28 de Septiembre de 1863 con el carácter de 
Catedráticos interinos, las plazas que no obtuvieron por oposición. 

352 Los Directores de los Institutos que se suprimen, remiti- 
rán ála mayor brevedad al Instituto de la Habana, los respectivos 
archivos, clasificados todos los expedientes, el Registro general de 
las matrículas de los años anteriores y en el acto de que llegue á 
su conocimiento este Decreto, una relación de los alumnos, que se 


180 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


han examinado en el último año académico con expresión de las 
asignaturas, para en su vista matricular en el próximo curso á los 
que lo soliciten. 


Las llamadas reformas de Aráiztegui, encarnadas en el ante- 
rior decreto y agravadas en sus perniciosos efectos por el hondo 
espíritu de malquerencia y de suspicacia que les habían engendra- 
do, fueron un pretexto para que la codicia más desenfrenada pene- 
trara en el organismo y se entendiera permitido todo, con tal de 
no lastimar el sentimiento nacional, y reportar alguna utilidad á 
los interesados por algún concepto. 

En el orden Administrativo, á más de suprimirse los Institutos 
de Matanzas y Puerto Príncipe y Santiago de Cuba, el de la Haba- 
ba que por el artículo 192 del Plan de 1863, había de sostenerse, 
cuando otros ingresos no bastaran, á prorrata del importe total de 
los respectivos presupuestos, se declaró una carga del Estado, se- 
parándose de él la Escuela Profesional, que en 1869 se le había 
incorporado, y quedando reducida su enseñanza á los estudios ge- 
nerales de la Segunda. 

Como si no fuera bastante el retroceso que inspiraba la Refor- 
ma, un mal, si cabe mayor todavía, vino á agravar la situación; 
pues la enseñanza quedó desde luego subordinada á intereses bas- 
tardos, personales, que se manifestaron en demasía, no perdonando 
medio alguno y quedando sacrificados sin miramientos de ninguna 
especie, los intereses más respetables de la educación, del talento 
y de la juventud. 

El título de Bachiller quedó reducido á una autorización alcan- 
zada á cualquier costa, menos con las armas del trabajo y del estu- 
dio, para con ella lograr los éxitos de la fortuna, disfrazados con 
los respetos desinteresados del saber. 

La extrema confusión de nociones más elementales sostenida 
por la fuerza de las armas, para acelerar en su día la ruina de la 
Metrópoli, ni siquiera tuvo el paréntesis que pudo esperarse con 
la paz del Zanjón. 

El organismo de la educación estaba envenenado y así siguió, á 
pesar de la paz, manifestándose con toda su desnudez y sin necesi- 
tar siquiera de la hipocresía, en los exámenes, en los premios, en 
los libros de texto, en la incorporación de colegios, etc., y en todo 
cuanto se relacionaba con aquel carcomido sistema. 

A] quedar suprimida la antigua Facultad de Filosofía, parte de 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 181 


sus estudios pasaron al Instituto de esta ciudad, instalándose en la 
Universidad en lugar de aquélla, las enseñanzas pertenecientes á 
las Facultades de Filosofía y Letras y Ciencias, que se exigen como 
preliminares para el ingreso de los alumnos en los estudios de Fa- 
cultad. En la parte relativa á la Sección de Filosofía y Letras 
habrá dos Cátedras que serán desempeñadas por otros tantos indi- 
viduos de los pertenecientes á la extinguida Facultad de Filosofía 
que se indicarán á V. S. y abrazarán las asignaturas siguientes: 

1% Cátedra. —Historia Universal de lección diaria y Geografía 
de lección alterna. 

2% Literatura Latina, de lección alterna; cuyo profesor tendrá 
á su cargo la Cátedra de la misma asignatura, de lección diaria que 
se exige para la Facultad de Derecho. 

Para la Sección de Ciencias se establecerán tres Cátedras: 

12—De ampliación de la Física experimental. 

2—Química general para Medicina y Farmacia. 

31 Zoología, Botánica y Mineralogía con nociones de Geología 
para Medicina y Farmacia. 


CUARTO PERÍODO 
Desde el Plan de Estudios de 15880 ú 1900 


Alcanzada, sino la paz moral de los espíritus, la material al 
menos, perturbada por las violencias de la guerra, la lucha política 
del país tuvo caracteres más definidos. La Metrópoli, por un lado, 
creyó llegar al máximum de concesiones con el sistema que defen- 
día de asimilación, ya que una realidad absurda no podía llamar 
de identificación; por otro, Ja Colonia, clamaba por la autonomía, 
á que logró dar existencia legal y que combatida y rechazada por 
todos los gobiernos, apareció tardía y desacreditada, en el fragor de 
la guerra con los Estados Unidos. 

Era por tanto un valor anticipadamente descontado que la en- 
señanza había de obedecer al rumbo de la política de asimilación, 
que tan absurda se mostraba en los órdenes todos de la adminis- 
tración. 

La Metrópoli y la Colonia era consecuentes: aquélla cediendo 
de una manera muy paulatina, y al fin y al cabo tardía; ésta persi- 
guiendo la especialidad de las leyes que con tal tesón y brillantez 
habían sostenido José Antonio Saco y los hombres más notables de 
todas las épocas. Así había procedido el Gobierno cuando el Plan 


182 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


de 1842; así lo hizo el general Concha en el Plan de 1863. Pero, 
como la reforma de la enseñanza era una secuela de la política, es 
evidente que en el período posterior 4 1878, en que la asimilación 
había de desplegar sus mejores argumentos, los planes de estudio 
para Cuba habían de calcarse en los propios de la Península. 

Léase si no la exposición que en 18 de junio de 1880 dirigía á 
S. M. el Ministro de Instrucción, Sr. Cayetano Sánchez Bustillo, 
cuyos párrafos principales eran los siguientes: 

«Señor: El estado de la instrucción pública en la Isla de Cuba, 
particularmente el de la enseñanza superior y la secundaria, y la 
situación del profesorado en la Universidad é Instituto de la Haba- 
na, requerían la atención del Gobierno de V. M., solícito por cuan- 
to puede contribuir al bien de aquellas provincias y á estrechar los 
vínculos que la unen con la madre patria, tanto como deseoso de 
que la educación de la juventud insular alcance el nivel y disfrute 
los auxilios que en la Península, evitándose que las familias envíen 
sus hijos á cultivar su inteligencia ó á habilitarse para el ejercicio 
de una profesión á extranjero suelo. 

«Esta empresa que el Gobierno de V. M. acometió con decisión 
al restablecerse la paz, á nadie parecía y no era en realidad fácil. 
La legislación de Instrucción Pública en Cuba se compone de diver- 
sos elementos. En 1842 se dió allí el primer paso hacia la asimi- 
lación con la Península secularizando la enseñanza, mas sin que 
por esto perdiera sus caracteres especiales; en 1863 la asimilación 
casi fué ya completa en lo que concierne á la legislación y á la for- 
ma, pues el decreto de 15 de julio de aquel año y las disposiciones 
complementarias llevaron á Cuba no tan sólo el espíritu, sino el 
texto mismo, con leves alteraciones, de la ley de 9 de septiembre 
de 1857 y de la mayor parte de los reglamentos dictados para su 
ejecución. No se hallaba entonces Cuba, como la experiencia ha 
probado, preparada para tal, tan vasta y centralizada organización, 
y no tardaron en sobrevenir en su planteamiento vacilaciones y de- 
moras que esterilizaron en gran parte la reforma, y cuyas conse- 
cuencias se han prolongado hasta el presente. 

«La insurrección de 1868 empeoró el estado de la enseñanza en 
Cuba, aumentando el número de vacantes y de interinidades; y el 
remedio aplicado por el Gobernador superior político en 1871, dic- 
tando por sí disposiciones que al Gobierno correspondían, que no 
fueron aprobadas, y que sin embargo rigen en gran parte, hizo ma- 
yor la confusión. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 183 


«Ha vacilado el Ministro que suscribe respecto del procedimiento 
más conducente al objeto. La aplicación pura y simple 4 aquellas 
provincias de la Ley de 9 de septiembre de 1857, usando el Gobier- 
no de la autorización permanente contenida en el artículo 89 de la 
Constitución, tiene numerosos y notables partidarios; procedimiento 
en verdad sencillo y en algún modo mecánico, que hubiese ahorra- 
do por el pronto no poco trabajo; más del que disuaden la falta de 
unidad en la actual legislación de la Península y el convencimiento 
de que el mal de la enseñanza en Cuba no reconoce por causa el no 
haberse llevado allá la mencionada Ley, puesto que el decreto de 
15 de julio de 1863 calcado se hallaba en ella tal vez con exce- 
siva docilidad. Podía también el que suscribe haber formulado un 
plan nuevo para la enseñanza superior y la general; no lo ha hecho 
porque hallándose próximo el momento en que la Instrucción Pú- 
blica en la Península se vea dotada de una legislación definitiva, 
parecía natural y prudente aguardar la realización de ese suceso. 

«El procedimiento que responde mejor á las necesidades y esta- 
do actual de la enseñanza en Cuba consiste en adoptar por punto de 
partida lo existente, por elemento de progreso y reforma la legisla- 
ción de la Península, por término de completa asimilación, aplican- 
do á cada mal su remedio; organizando al propio tiempo, sentando 
las bases, y allanando el camino para que sin obstáculo pueda ex- 
tenderse en su día á las Antillas, la ley ó leyes orgánicas del ramo 
que para la Metrópoli se promulguen. » 


REAL DECRETO 


«A propuesta del Ministerio de Ultramar y de acuerdo con el 
Consejo de Ministros, vengo en decretar lo siguente: 

«Art. 12 El orden y régimen á que habían de sujetarse los estu- 
dios de Segunda Enseñanza y los de Facultad en la Isla de Cuba, 
desde el próximo curso serán los establecidos para la Península por 
el Decreto de 29 de Septiembre de 1874 y la Real orden de 25 de 
septiembre de 1875 »... 

«Art, 142 Cada provincia de la Isla de Cuba podrá establecer en 
su capital respectiva, desde el próximo año escolar, un Instituto pú- 
blico de Segunda Enseñanza, costeado de fondos provinciales ó mu- 
nicipales con las mismas condiciones y á iguales efectos que deter- 
mina el capítulo 39, título 1% del Plan de Estudios de 15 de julio 
de 1873, debiendo incorporarse á dicho Instituto los colegios priva- 
dos que existen en cada provincia, en los términos mencionados en 


184 ; MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


el título 2? del mismo Plan, para que los estudios hechos en ellos 
tengan validez académica. El Gobernador General podrá conceder 
subvención á los Institutos provinciales con cargo al presupuesto de 
fomento de la Isla. En las capitales donde no se establezcan los 
correspondientes Institutos públicos podrán sustituirlos los colegios 
fundados por alguna Comuvxidad religiosa con autorización del Go- 
bierno Supremo, oído el Consejo de Instrucción Pública y previo 
expediente que instruirá el Gobierno General de la Isla con audien- 
cia de la Junta Superior del Ramo. Los colegios llamados á susti- 
buir á algún Instituto Oficial, quedarán exentos, en armonía con lo 
que dispone el artículo 153 de la Ley de Instrucción Pública de 9 
de septiembre de 1857, de la prestación de fianza exigida en Cuba 
á los privados así como sus Directores y Profesores religiosos 
y á la presentación del título académico que para la enseñanza se 
requiere; mas para que tengan validez los estudios que en ellos se 
hagan, deberán verificarse bajo exámenes con sujeción á lo que 
prescribe el artículo 211 del Reglamento de 5 de abril de 1866. Sólo 
los Institutos oficiales podrán conferir en Cuba los grados académi- 
cos. Hasta que las provincias no hayan incluído en sus respecti- 
vos presupuestos el crédito necesario para el sostenimiento de su 
Iustituto y provisto las cátedras en forma legal y en personas que 
reúnan las circunstancias al efecto exigidas, el de la Habana seguirá 
siendo oficial, sostenido por el Estado, que recaudará como en la 
actualidad lo hace, sus rendimientos. » 


TITULO 11 
De la Segunda Enseñanza 


Art. 122 La Segunda Enseñanza comprende: 

12 Estudios generales. 

22 Estudios de aplicación á las profesiones industriales. 

Art. 132 Constituyen los estudios generales las materias si- 
guientes: 

Latín y Castellano con ejercicios prácticos. 

Retórica y Poética. 

Francés, Inglés 6 Alemán. 

Psicología, Lógica y Filosofía Moral. 

Geografía general y particular de España. 

Historia de España. mn 

Historia Universal, 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 185 


Aritmética y Algebra. 
Geometría y Trigonometria. 


Física y Química. e 
Historia Natural con principios de Fisiología é Higiene. 
Agricultura. 


Art. 152 Terminados los estudios generales de Segunda Ense- 
ñanza podrán los alumnos ser admitidos al grado de Bachiller. 

Art. 162 Para ingresar en la Segunda Enseñanza se requiere la 
aprobación en un examen teórico-práctico de todas las materias que 
constituyen la primera enseñanza elemental completa ante el tri- 
bunal competente. 

La parte teórica de este examen será individual y la práctica 
podrá ser colectiva de dos ó más aspirantes, escribiendo éstos al dic- 
tado y con la debida vigilancia un período gramatical y resolviendo 
por escrito sencillas operaciones relativas á las cuatro reglas funda- 
mentales de la Aritmética, que señalará el Tribunal cada día al 
correspondiente grupo ó sección de alumnos. 

Los jueces, tan pronto como termine el examen, calificarán los 
ejercicios y suscribirán el acta correspondiente á cada alumno. El 
Director del Instituto autorizará estas actas con su visto bueno y 
remitirá anualmente al Gobierno General un cuadro demostrativo 
del resultado total de los exámenes, con las observaciones que juz- 
gue oportunas. 

Art. 27. La distribución normal de los estudios generales de 
Segunda Enseñanza es la siguiente: 

Primer grupo. —Latín y Castellano, primer curso; Geografía. 
Segundo grupo. —Latín y Castellano, segundo curso; Historia de 

España. 

Tercer grupo. —Retórica y Poética, Aritmética y Algebra, His- 
toria Universal, Francés ó Inglés, primer curso. 
Cuarto grupo. —Psicología, Lógica y Filosofía Moral, Geometría 

y Trigonometría, Francés ó Inglés, segundo curso. 

Quinto grupo. —Física y Química, Historia Natural con princi- 
pios de Fisiología é Higiene, Agricultura elemental. 


186 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


QUINTO PERÍODO 


Desde 1900 en adelante. 


Fiel el Gobierno de los Estados Unidos al propósito humanita- 
rio por el cual intervino su país, su representante, el ilustre general ; 
John R. Brooke, Mayor general del Ejército al mando de la Divi- 
sión de Cuba, lanzó su Proclama anunciando la finalidad de sus 
propósitos y pidiendo la cooperación al Pueblo Cubano. 

Por la Orden N? 39 de 13 de abril de 1899, los Institutos de Se- 
gunda Enseñanza quedaron á cargo del Estado. . 

El 4 de noviembre del mismo año la Orden Militar N? 42 deter- 
minó los estudios de Segunda Enseñanza, distribuyéndolos en cinco 
años, fijando la edad de 12 para el ingreso y previniendo para la 
admisión un examen tal como se establecía en el artículo 124 del 
Reglamento hasta entonces vigente. 

En esta disposición se reforzaban el estudio del Latín y de los 
Clásicos Españoles, se introducía la Instrucción Cívica y la Histo- 
ria de América y Cuba, se suprimieron los estudios del Peritaje Me- 
cánico y Peritaje Químico, quedando en vigor la tarifa de derechos 
de matrícula, exámenes y grados. 

En 16 de noviembre de 1899, se nombraron las personas que 
habían de desempeñar las Cátedras del Instituto de la Habana. 

En 31 de enero de 1900 se reorganizaron por la Orden Militar 
N?2 47, los Institutos de Segunda Enseñanza de Santa Clara, Puerto 
Príncipe y Santiago de Cuba y por la 65 de 13 de febrero los de Pi- 
nar del Río y Matanzas. 

En 9 de marzo de 1900, se reorganizaron los estudios de Ense- 
ñanza libre. En 14 del mismo mes y año se mandó establecer en 
el Instituto de Segunda Enseñanza de esta Capital una Academia de 
Taquigrafía y Escritura en máquina y en 24 de abril se estableció 
la Escuela de Comercio en el Instituto de la Habana. 

En el mes de junio de 1900 y por la Orden 267 de esta serie, se 
modificaron las leyes, órdenes y reglamentos sobre Segunda Ense- 
ñanza, en el sentido vigente de la actualidad. 

Coincidió esta disposición con la 266, que implantaba un nuevo 
orden académico en la Universidad; por manera que con éstas y la 
267, también de 30 de junio, se produjo una nueva condición le- 
gal para el orden académico de todos los estudios en esta Isla. ¿Era 
la Orden 267 una simple modificación de los reglamentos anterio- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 187 


res, de valor puramente externo, si cabe expresarse así, ó una ver- 
dadera alteración que fijara nuevas orientaciones á la Juventud ? 

Puede adelantarse con seguridad que la Orden aludida dista 
mucho de haber tenido el natural desenvolvimiento de que es sus- 
ceptible, puesto que afectando á distintas iniciativas, ya particula- 
res, ya del mismo orden oficial, éstas no parece que hayan encon- 
trado todavía oportunidad para su libre manifestación. 

Hay una relación que pudiera decirse de contrastes entre la 
época de 1842, en que se secularizaba la Real Universidad, y la de 
1900, por lo que respecta á la Segunda Enseñanza. 

En aquel primer período, puede muy bien sostenerse que el es- 
píritu del momento histórico empujaba á la Administración, ó al 
menos que ésta en realidad se sentía estimulada por el avance de 
las ideas de los espíritus de la época, mientras que en el segundo de 
1900 y que persiste todavía, es la Administración la que estimula 
las energías de las instituciones privadas y locales. 

Felizmente entonces, la Administración no realizó sus intentos 
ni cumplió sus promesas, de donde resultó que los Colegios, los Di- 
rectores, los Profesores de Segunda Enseñanza, quedaron dueños 
de las conquistas que realizaban á pasos bien acelerados, sin verse 
despojados de sus propias iniciativas. 

Por lo que atañe á la Segunda Enseñanza, no llegó á estable- 
cerse lazo de comunidad entre los particulares y la Administración, 
y ni ésta realizaba nada en fayor de aquéllos, ni aquéllos se mos- 
traban deseosos de protección oficial. En una palabra: en orden á 
la Segunda Enseñanza en aquel período de 1812, los particulares 
lo hicieron todo: el Estado nada hizo ni de nada se preocupó, hasta 
que la política organizadora del General Concha, dolida de tal es- 
tado de cosas, abrió nuevos derroteros á la Segunda Enseñanza que 
dispensaba el Estado. 

De entonces acá ha habido un profundo cambio cuya alteración se 
sucede en estos momentos, constituyendo un fenómeno que tal vez 
con razón pudiera calificarse de social. 

Si en el período de 1842, nada se debió al Gobierno, en el actual 
momento, directores, maestros y alumnos, colegios y particulares, 
todo lo esperan de las medidas que haya de tomar el Estado, 

Así lo hemos de ver comprobado en páginas subsiguientes. 

Veamos los efectos de la orden 267 de 30 de junio de 1900. 

12—$Se suprime del cuadro de enseñanza el Latín, hecho que por 
vez primera apareció sancionado por la Ley. 


188 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


20—Se fijó en cuatro años por lo menos el período para hacer 
los estudios de Segunda Enseñanza. 

32—$Se suprimió la enseñanza doméstica y aunque quedó en 
la ley la incorporación de colegios, el concepto, en realidad, des- 
apareció. 

40—Se fijó en 14 años la edad para el ingreso en la Segunda En- 
señanza Ú autorización especial para ser admitido. 

5%—$e confió á los Institutos la libre disposición en punto á la 
distribución de cursos de los distintos años de estudios. 

6%—$Se agruparon los estudios de caracteres análogos para for- 
mar agrupaciones confiadas á un solo catedrático, lo que podía dar 
margen en algunos casos á la llamada enseñanza cíclica. 

7%—Se señalaron los exámenes para el final de cada estudio, lo 
que dió ocasión en la práctica á los que se llamaron después finales 
y parciales. 

Se marcó la labor que había de hacer el discípulo, pero en el 
fondo del cuadro estaba muy visible la figura del maestro, que había 
de conocer sus medios, su finalidad, las exigencias de su enseñanza 
y el conocimiento de los asuntos de estudio al mismo tiempo que de 
sus propios discípulos. 

Como consecuencia del párrafo anterior, los colegios tuvieron una 
oportunidad para desenvolverse con arreglo á los principios pedagó- 
gicos é intereses de sus Directores, libres de toda traba fuera de lo 
dispuesto por la naturaleza de los estudios. 

No era el Plan adoptado por la orden un Reglamento ni la expo- 
sición de las opiniones personales de un Secretario de Despacho ó 
del Gobernador Militar. Este bien se advertía que no puso un solo 
dedo de la mano en la reforma. 

Mucho menos era el arreglo más ó menos artificioso de un deter- 
minado número de estudios que se congregaban en tal ó cual forma; 
ni aun siquiera un cuadro de asignaturas de la Segunda Enseñanza. 

Era en realidad la orden la devolución á la iniciativa personal 
de su prerrogativa secuestrada por la excesiva reglamentación de 
los servicios desde el año 1863. 

La parte sustancial de la orden era en fin la siguiente: 

I. Se dará la Segunda Enseñanza en los Institutos Oficiales y 
en los colegios incorporados á los Institutos. 

IT. Para ingresar en la Segunda Enseñanza se necesita: 

1?—Tener 14 años cumplidos Ó autorización especial para ser 
admitido. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 189 


2—Acreditar que se han cursado los estudios de la enseñanza 
primaria, elemental y superior. 

Se acreditarán estos estudios mediante un examen en que de- 
mostrará el candidato: 

(a) Que habla lee y escribe correctamente el castellano. 

(b) Que lee y traduce suficientemente el inglés ó el francés. 

(c) Y los conocimientos siguientes: 

1 Aritmética práctica hasta la aplicación de las razones y pro- 
porciones. 

2 Dibujo lineal y elementos de Geometría. 

3 Geografía detallada de la Isla de Cuba. Nociones de Geo- 
grafía de América. Rudimentos de Geografía Universal. 


4 Nociones de Historia de Cuba y del resto de América. 
* 5 Nociones de Geografía Física. 


6 Nociones de Higiene. 
7  Rudimentos de Fisiología. 
Rudimentos de Zoología y Botánica. 

III Los estudios de Segunda Enseñanza comprenden: Gramá- 
tica y Literatura Castellanas (Preceptiva é Histórica). 

Una lengua extranjera (Inglés ó Francés). 

Geografía Universal. 

Historia Universal. 

Matemáticas hasta la Trigonometría inclusive. 

Física. Química. 

Nociones de Cosmología (Descripción física del mundo). 

Introducción á la Biología. Historia Natural. 

Lógica y Nociones de Psicología. 

Introducción á la Sociología. Enseñanza Cívica. 

Estos estudios se harán por lo menos en cuatro años. 

IV. La distribución de cursos de los distintos años de es- 
tudios es potestativa de los Institutos, dentro de las reglas si- 
guientes: 

El primer curso de una lengua viva se podrá dar en castellano. 
El siguiente precisamente en la lengua que se enseñe. 

El estudio de la Gramática precederá al de la Historia. 

El de Algebra al de la Física y Química. El de la Geometría 
al de la Cosmología. 

Las nociones de Cosmología y la Introducción á la Biología y So- 
ciología, no son estudios obligatorios. 

En el diploma que se expida á la terminación de los estudios se 


06 


190 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


hará constar si el alumno ha cursado algunos de los no obligatorios 
ó todos ellos. 

Por último no debe pasar sin advertencia que el título alcanzado 
por virtud de estos estudios se denominaban de Bachiller en Letras 
y Ciencias y que para ingresar en la Universidad era bastante este 
diploma ú otro similar de institución análoga, debidamente acredi- 
tada, en el extranjero. 

Fué esta parte de la orden de gran trascendencia, porque reco- 
nocía los estudios hechos en el extranjero, que tanto recelo inspira- 
ban á la Metrópoli, reconocimiento aquel perfectamente legítimo, 
porque habiendo emigrado de su país millares de familias cuyos 
hijos recibían sus grados de Bachiller en el extranjero, no debían 
encontrar obstáculos en el momento de ingresar en la Universidad 
de la capital de la Isla. 

Después de todo, la medida adoptada venía á ser una secuela 
de la Orden Militar número 92 sobre Incorporación: pues, no com- 
prendidos en ella los estudios de 2? Enseñanza, no era justo poner 
óbice ni amontonar obstáculos, para el ingreso en las carreras de la 
Universidad de la Habana. 


SEGUNDA ENSEÑANZA PRIVADA 


Tres factores debieron intervenir en el desarrollo de la Segunda 
Enseñanza Privada en nuestra Isla. 

19—El desenvolvimiento de la riqueza, si no como expresión ge- 
neral del bienestar de todas las clases del país, al menos como re- 
sultado de las ganancias pingúes realizadas por los poseedores de 
esclavos al servicio de la fabricación del azúcar. 

22—Los emigrados franceses que escapaban de su patria para 
salvar la vida, amenazada por la Revolución. 

32—Los emigrados españoles que habiendo asistido por un breve 
período á la explosión de la libertad en la Península, sintieron re- 
nacer el despotismo que les amenazaba en sus bienes y en su propia 
vida. 

El primer aspecto de los indicados es bien conocido y han alu- 
dido á él, si no en términos idénticos á los que van expuestos, al 
menos en un sentido análogo, Saco, Bachiller y Morales, y cuantos 
escritores se han ocupado de la materia, habiendo advertido el fe- 
nómeno singular que ofrecía nuestra enseñanza superior en coinci- 
dencia con la triste suerte de la enseñanza del pueblo; hecho á que 
por lo menos contribuía la posición y abolengo de muchas familias, 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 191 


que tenían en sus manos la manera de suplir la deficiencia é inercia 
de la Administración, que no necesitaba de la Escuela para los fines 
de su política de medro y ambición. 

La conducta desatentada del Gobierno ayudaba á este propósito, 
pues, como si no fuera bastante la natural preocupación de los pa- 
dres para educar á sus hijos, pesaba sobre ellos la prohibición que 
calificaba de inicua nuestro primer publicista, José Antonio Saco, 
de educarlos en el extranjero. 

Esta situación de las familias cubanas, vino á manifestarse con 
mayor efectividad, merced á las gentes cultas emigradas de Enropa 
por la fuerza de los acontecimientos políticos de Francia y de la 
misma España. 

No menor influencia tuvieron los emigrados españoles en nues- 
tra Segunda Enseñanza, pues muchos de los Directores y Maestros 
de los más afamados centros de educación en el período de 18204 
1863 de España, viéronse obligados á salir de su país nativo por los 
trastornos políticos de la época. 

No fueron sólo los hechos, que nada valen cuando van divorcia- 
dos de las ideas, los que influyeron en el orden á que aludimos de la 
cultura mental de nuestra patria. 

Por aquellos tiempos, el esclarecido poeta y eximio patriota José 
Manuel Quintana, informaba á la Regencia del Reino acerca de 
los medios más conducentes para la mejora de la Instrucción Pú- 
blica en España. 

Las ideas de Quintana tuvieron la resonancia que justificaban 
sus talentos y acrisolada virtud. 

Las consideraciones del ilustre escritor acerca de la Segunda 
Enseñanza en la Península eran aplicables con mucho mayor moti- 
yo á nuestra patria. 

«Así, después resultaba, dice (Obras completas, página 181), que 
á excepción de algunos pocos jóvenes formados en establecimientos 
particulares, mejor instruídos ó que á fuerza de aplicación y fortuna 
lograban rehacer sus estudios, el resto, á pesar de las nociones que 
adquirían en la ciencia particular que había cultivado, quedaban tan 
ignorantes como antes.» 

Con aquel interés que despiertan las ideas en el primer instante 
de brotar en el espíritu, Quintana denominaba los Institutos de 
Segunda Enseñanza de hoy con el sugestivo título de «Universida- 
des en Provincia», que correspondían á una doble necesidad peda- 
gógica y administrativa. Al disponer el curso de estudios propio 


192 MANUELYG VALDES RODRIGUEZ 


de aquella enseñanza, adoptó Quintana la división de los conoci- 
mieutos humanos, en ciencias matemáticas y físicas, morales y po- 
líticas, literatura y artes, Ó lo que es Jo mismo, estudio de la Na- 
turaleza y de las propiedades de los cuerpos mediante el cálculo y 
la observación: estudios de los principios de buena lógica y buen 
gusto para la deducción y exposición de nuestras ideas en todos los 
ramos que comprenda el arte de escribir, y estudio, en fin, de las re- 
glas que deben dirigir la voluntad pública y privada en el ejercicio 
de los derechos y cumplimientos de las obligaciones. 

Basta meditar un momento para advertir la analogía de estas 
ideas con las que los emigrados españoles establecían en los elencos 
de los colegios que instituyeron en Cuba. 

(Concluirá.) 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA ?! 


POR EL DR. FEDERICO GRANDE ROSSI, 


Profesor de la Facultad de Medicina y Farmacia. 


O miseri o codardi 
Figliuoli avrai. Miseri eleggi. Inmenso 
Tra fortuna e valor dissidio pose 
11 corrotlo costume... 
LEOPARDI. 
Nelle nozze della sorella Paolina 

Sr. Presidente: Señoras y Señores: 

Las causas que á la Escuela de Medicina determinaron á discer- 
nirme el honor de esta oración fúnebre, son parte principal de las 
que debieron relevarme, pues si no tuvo en cuenta que el menos 
apto de sus profesores habría de restar la alteza, sobrante en los 
demás, que la triste ceremonia reclama para emitir en nombre del 
centro educador, como en un haz común de ondas sonoras, el último 
adiós al desaparecido compañero; la estrecha amistad que me unió 
al Dr. San Martín hubiera sido suficiente para inhabilitarme, porque 
ha de colocar ante mis ojos, primero que la pauta fría para medir 
los valores del hombre, la poderosa lente del afecto, electiva para 
las virtudes y merecimientos del amigo; y ya que debo traer á la 
profunda seriedad científica de esta institución el más cercano estu- 
dio del hombre y de sus méritos, —y no el elogio incondicional y fan- 
tástico que fácilmente dictaría la voz poderosa del latido, más alta 
y generosa que el débil murmullo de la idea, —he de decir que en el 
tenaz empeño de buscar el hilo irreductible de la crítica, las gran- 
dezas del hombre me llevaron más veces á sentir los fláccidos extre- 
mos de un lazo desatado para siempre. 

Uniéronme á San Martín tantas y tan distintas relaciones, desde 
las que nacen en el entusiasmo fácil de la juventud hasta las que en- 
durece la admiración de la adulta madurez; en la frecuente intimi- 
dad de tantos años hube de llegar tan hondo á conocerle, hasta en 
las reconditeces en que nunca entra la luz de los tratos convencio- 
nales de la vida; que si al poder enumerar sus valimientos también 


1 Leído en la Universidad el día 20 de Septiembre de 1907. 


194 FEDERICO GRANDE ROSSI 


pudiese de ellos hablar cual se merecen, tendría quizás como exclu- 
sivo, el doloroso privilegio de cifrar el exacto y grande precio de su 
pérdida. Conozco su vida palmo á palmo; como si fuesen míos sus 
propios infortunios; y como si pudieran haberlo sido un solo ins- 
tante, la hermosa claridad de su talento, la serena fortaleza de su 
espíritu y el inflexible tesón de su conducía. 

Como nuestros amigos íntimos tienen de nosotros una porción 
que no nos pertenece ya, y recíprocamente, ellos también nos reser- 
van otra de que no son dueños, estas violentas desapariciones—por- 
que nos arrancan un jirón del vivir propio y parece que nos quitan 
una época, feliz 6 desgraciada, de la cual por indeleble asociación de 
la memoria eran recuerdo objetivo y fiel, —rehacias al convenci- 
miento nos engañan, haciéndonos creer nuestro egoísmo que otra 
vez hemos de verlos en cualquier momento, hasta que en un acto 
como éste, la continuidad ilusoria se disuelve en la confirmación ab- 
soluta de una segunda muerte que de un golpe les abre la fosa defi- 
nitiva de la historia. 

Y cuando á estas incurables avulsiones, inaccesibles al olvido, 
excita el torcedor recuerdo de tremendas injusticias del medio, de la 
vida y de la suerte, como las que hicieron del doctor San Martín 
casi perenne víctima, es necesario contener el impulso que arrastra 
á otro punto de vista impropio de este acto, pensando en que no ha 
de convertirse en bandera de combate el negro cendal que ahora de- 
be pasar rozando suavemente sobre el mármol de la losa funeraria, 


El doctor Julio San Martín y Carriera nació en la Habana, en 
diciembre de 1854, de padres cubanos. Oriundo de españoles por 
la línea paterna, de cuya cuarta generación ascendente tomó origen 
el argentino libertador San Martín. De franceses por la línea ma- 
terna. 

En 1862 ingresó en el colegio « El Salvador», continuando en él 
hasta 1868. 

Empezó á estudiar Medicina en la Universidad de la Habana. 
Cuando acaeció el fusilamiento de los estudiantes, pertenecía al se- 
gundo grupo, circunstancia por la cual fué detenido seis horas sola- 
mente. 

En diciembre de 1871 marchó á Barcelona, donde bizo la licen- 
ciatura en 1874. 

Permaneció un año en París, dedicado á estudios clínicos y mi- 
Croscópicos. 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 195 


En seguida volvió á Cuba y se estableció en la Habana, luego en 
San Diego de los Baños, después en Alquízar, más tarde en Ran- 
chuelo y otra vez en esta capital hasta 1896, fecha en que emigró á 
Tampa. 

En 1897 hizo un viaje 4 la América Central con la intención de 
fijarse en Guatemala, para lo cual revalidó allí su título, como lo 
había hecho en Florida. 

De Guatemala volvió á los Estados Unidos, en donde continuó 
ejerciendo hasta la terminación de la guerra de Cuba, y de allí vol- 
vió á la Habana. En 9 de octubre de 1899 se graduó de Doctor en 
esta Universidad. 

Aparte de la profesión, la que jamás abandonó por completo, 
base de sus más decididas aficiones, con escasa fortuna, buscó por 
otros rumbos el provecho material que casi siempre le negó el tra- 
bajo médico; y en épocas distintas fué profesor de primera enseñanza 
en un pequeño colegio suyo, fabricante de leche esterilizada, criador 
de ganado, agricultor, director científico de una instalación para 
aprovechamiento industrial de residuos orgánicos. 

A consecuencia de anterior miocarditis, que un ataque de escar- 
latina apresuró á la terminación en pocas horas, falleció el día 19 
de enero de 1905, con la satisfacción de haber visto realizadas las 
dos grandes aspiraciones de su vida: la independencia de Cuba y su 
nombramiento de Catedrático, por oposición, de Histología y Ana- 
tomía Patológica en la Universidad de la República. 


Para el análisis del falso aspecto irregular y mudable de esta vida, 
en que la unidad y la estabilidad parecen solucionadas á cada paso, 
como en las de los hombres sin carácter, es necesario cerrar los oídos 
á las erróneas censuras de algunos que tuvieron menos juicio que 
maldad al inferir de estas particularidades que constituyeron una 
honra, la inconstancia, la falta de acomodación, el capricho excén- 
brico, recogidos en la ambigua frase «condiciones de carácter»; y 
seguir á San Martín por los caminos de la patria y de la ciencia, 
para él y muchos de su generación abiertos en los agrios terrenos de 
la adversidad y la desgracia. 

Los treinta años más activos de su existencia, acaso los mejores, 
comenzaron en los inicios de la primera guerra y concluyeron en los 
finales de lá última; y entre estas dos épocas de fuego y sangre que 
respectivamente le arrebataron el patrimonio y la vida, presenció y 
sufrió la asfixiante vida colonial en aquella irónica paz en que los dos 


196 FEDERICO GRANDE ROSST 


irreconciliables adversarios, mirándose al pecho, para el próximo 
combate restañaban bajo el profundo odio mutuo sus heridas; en que 
se ahogaba toda empresa generosa en el rencor político de los unos 
ú se estrellaba en la impotencia de los otros; en que el azúcar y el 
tabaco marcaban los dos únicos puntos cardinales de casi todas las 
aspiraciones, haciendo que los hombres del temple de San Martín 
sintieran el raro exotismo de los desterrados de Banville, que sin 
salir de su patria van errantes en pos de un ideal inalcanzable. 

En el colegio «El Salvador» empezó á incubar su germen polí- 
tico, como sucedió á todos los alumnos que pasaron por aquel centro 
educador, en el que no se hacía expresa y abierta propaganda revo- 
lucionaria; pero los profesores austeros y queridos, en severa disci- 
plina desprovista de las infamantes correcciones al uso entonces para 
hacer «entrar la letra », señalaban con marcada predilección las con- 
diciones que deben reunir el ciudadano y el gobierno de los pueblos 
libres; en fuerza de empeños vivificaban las lecciones de la Historia, 
insistiendo, más quizá por la afición propia que por adiestrar niños 
para la conquista de mañana, en las proezas del valor cívico y gue- 
rrero, muy en particular los ejemplos de la revolución francesa; les 
enseñaba el profesor de religión, con dialéctica que muchas veces 
parecía superior al afán de trasmitir y asegurar el conocimiento, que 
el Decálogo de Moisés era el mejor código republicaro del mundo; 
contemplabau admirados al viejo Hevia, que llevaba en la frente, 
escondido bajo las canas, como una escarapela que el viento solía 
descubrir, el balazo recibido en «Las Pozas » combatiendo al lado de 
Narciso López; el sabio anciano Podbielsky, polaco desterrado, sin 
palabras les indicaba cuánta puede ser la grandeza de un esclavo 
digno. Con estos ejemplos penetrados del dulce escipiente lírico de 
Luaces, Plácido y Heredia, excitados por el folleto revolucionario 
que á escondidas corría de una mano á otra; por la bandera y el re- 
trato de Narciso López vistos alguna vez tras los libros de Honorato 
Castillo; no era de explicación difícil la malquerencia á los jóvenes 
americanos del Sur, hijos de esclavistas, que ahuyentados por la 
guerra de su país ingresaron en el colegio, culminada esa hostilidad 
en la caballeresca riña que motivó el grito jubiloso de uno de ellos 
al enterarse del asesinato de Lincoln; ni la actitud burlesca que asu- 
mieron al terminar aquella misa en la iglesia del Cerro, concurrida 
por soldados españoles que venían rotos y vencidos de Santo Do- 
mingo, después de la oración del cura, destemplada y rabiosa; es 
decir, en presencia de la poca fuerza que tenían los hombres que 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 197 


pretendieron abatir frentes alzadas á la independencia y la menos 
que radicaba en el mediador entre Dios y los hombres, que encendía 
en el púlpito iras rastreras con la tea de la impiedad y el odio. 

Si la axiomática frase de Vives: todo el resto de la vida cuelga 
de la crianza de la mocedad, no estuviese probada hasta la última 
evidencia, de la hondura que alcanza tal arraigo, fuera testimonio 
bastante la conducta patriótica observada por los alumnos de ese 
colegio y el afeuto indeleble y respetuoso que todavía conservan 
los pocos que sobreviven. De ese afecto hé aquí un hecho emocio- 
nante del mismo San Martín. Honorato Castillo, que en el campo 
de batalla murió sellado por el heroísmo, era por su extremada 
bondad que en suaves dulzuras envolvía un carácter íntegro y recto, 
de los más queridos profesores. Hablándome un día de él, me 
dijo: —« Lo quise más que á mí mismo. Por eso es que todos mis 
hijos llevan por segundo nombre el de Honorato.» Le había ense- 
ñado, con los primeros conocimientos comunes que se adquieren 
entre los ocho y los catorce años, la senda erizada, pero digna, que el 
amor de la patria señala con el deber del constante sacrificio; y, sin 
duda alguna, este dato sencillo y fuerte radicado en la afección al 
maestro en quien preveían tal vez cruzado el pecho por la futura 
bandolera estrellada, polarizó la ruta definitiva de sus acciones. 

Cuando á los catorce años, ya bachiller, abandonó el colegio 
para entrar en la Universidad, habían certificado su patriotismo, 
unos marchando á las glorias del combate y otros á la protesta del 
destierro voluntario: Honorato Castillo, Sanguily, los tres herma- 
nos García, Enrique Piñeyro, los alumnos mayores y los jóvenes 
hospedados allí que asistían á las clases de enseñanza superior. 

Recuerdo que en una conversación suya referente al estado 
pasional y á ciertas desviaciones psíquicas, el profundo análisis 
que en aquellos momentos hacía adujo sus sensaciones percibidas 
cuando se preparaba el fusilamiento de los estudiantes. —«En la 
detención, —me dijo, —escuchando el raro movimiento de las gen- 
tes, entre las amenazas y la sed de sangre que llenaban el ambiente, 
empecé á sentir con creciente intensidad el deseo de que me 
fusilaran. Me hubiera sido grato, en aquella anestesia dolorosa, 
ofrendar tan inútilmente la vida.» 

Luego, en España, presenció la rebelión de aspiraciones repu- 
blicanas, y fué uno de los cubanos que contemplaban, envueltos en 
el humo, durante la pelea de Sarriá, la defensa heroica de las 
barricadas. 


198 FEDERICO GRANDE ROSSI 


El patriotismo francés acabó de saturarle. 

A su regreso de París las apremiantes necesidades de la vida, 
aumentadas de pronto con nuevo y sagrado peso que un rápido 
cambio de fortuna en su familia dejó caer sobre sus hombros, le 
llevaron á San Antonio de los Baños, y—en contra de sus prove- 
chos materiales, aunque á favor de todos sus impulsos interiores, 
cuando ganaba nombre y creciente bienestar por su pericia médica, 
—se dedicó á la política activa, contribuyendo con el doctor Brau- 
lio Sáenz, —gallardo tipo caballeresco en quien se unieron como en 
una joya la grandeza del valor con las profusas luces del talento, — 
á fundar en aquella peligrosa comarca el partido autonomista, para 
reunir á los cubanos en un haz que pudiera luchar con el partido 
español; atrevimiento que la visión histórica no puede reducir si 
no se olvida que casi coincidía esa época con la terminación de la 
guerra en que triunfaron las armas españolas. Significados ambos 
médicos, porque es verdad que su entusiasmo declaró muchas veces 
en contra de ellos mismos y aun de las conveniencias políticas, 
fueron la mira para el odio de los furiosos integristas, y cuando con 
más ahinco buscaban estos últimos la menos punible fórmula de 
anonadar al doctor San Martín, ocurrió la muerte de un esclavo 
rendido al cruelísimo castigo ordenado por el amo, cubano y conser- 
vador. El oro, óptima palanca de la época, ofrecido al silencio del 
médico, no tuvo el éxito que alcanzó de mercenarias influencias; 
pero, en cambio, la cívica denuncia basada en estudio médico-legal 
hecho sobre la autopsia decretada en virtud de las enérgicas acusa- 
ciones, desbordó los rencores que al fin triunfaron en la reducción 
lenta y progresiva de la clientela ante las amenazas de suspender 
el crédito de los campesinos que utilizaran al médico, hechas por 
quienes en aquellos tiempos eran en Vuelta Abajo los refaccionistas 
indiscutibles y los omnímodos é impunes dueños y señores. 

La traslación al pueblo de Alquízar no detuvo los ímpetus de 
San Martín, porque la costosa experiencia adquirida en el de San 
Diego, en vez de rebajarlo, le dió más recio temple. Repitiéronse 
los mismos hechos, igual campaña política en la tribuna, en la casa 
del rico, en el bohío del guajiro, en todas partes, todos los días, á 
todas horas, siempre. Se dijo que un día la Guardia Civil mató 4 
dos hombres, disparándoles al pecho, á quemarropa, calumniosa- 
mente acusados de cuatreros; eran cubanos los dos y muy significados 
como liberales. El parte rezó lo de costumbre: huída al alto y 
fuego consecutivo. Pero las quemaduras de la pólvora y los carac- 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 199 


teres de entrada y salida de los proyectiles lo desmentían. Ni las 
promesas ni las amenazas doblaron al hombre; innecesarias, después 
de todo, porque tras un pequeño escándalo que apenas trascendió 
de las altas esferas oficiales, todo quedó oculto y el campo abierto 
para los mismos hechos de San Diego con idénticos resultados. 

Marchó á las Villas y se instaló en Ranchuelo, donde hizo vida 
claustral consagrada al estudio, interrumpida al poco tiempo por 
desgracias de familia que le hicieron volver por segunda vez á 
ejercer en la Habana. 

El fijo ideal le llevó á las más avanzadas filas de los que pacífica- 
mente procuraban desarrollar «la fuerza de las ideas para contra- 
rrestar las ideas de la fuerza», hasta que le hizo conspirador el 
callado inicio de la revolución del 95. El cerco que las temerarias 
gestiones revolucionarias estrecharon cada vez más, acabó de des- 
lindar los campos, y él, que no pudo amartillar el rifle, supo el 
modo de ofrendarlo. Emigró en 1896 á los Estados Unidos, y allí 
prestó servicios no superados en decisión, constancia y utilidad. 
Entró al día siguiente de su llegada en la apretada masa de los 
obreros, hombro á hombro, á laborar juntos; restó muchas veces á 
las necesidades de la familia el precio de un armamento y á su 
hogar la participada hora tranquila del descanso; inventó maneras 
diferentes para engrosar el numerario de la revolución; contribuyó 
con todas sus fuerzas á la múltiple creación de clubs, superficial- 
mente diferenciados para el mayor estímulo, pero unificados en el 
fondo común de sus tendencias y en la rígida y severa disciplina; 
con su hombro de Nazareno apuntaló contra la amenaza del decai- 
miento y las oscilaciones de la penuria y la derrota; puede, en fin, 
decirse sin hipérbole que con obras de esta índole ganó en todos y 
cada uno de los días la satisfacción de sí mismo. 

Alrededor de él se congregaron, en círculo más estrecho que lo 
estuvieron antes, los médicos cubanos que allí residían, constitu- 
yendo el Club «Federico de la Torre», cuya fructífera labor es de 
todos conocida. —Proveía á los médicos que marchaban á la guerra; 
pasaba noches enteras encerrado, confeccionando «curas del solda- 
do» cuando la proximidad de una expedición le alcanzaba sin 
material bastante; con extraordinario celo enseñaba á practicar 
curaciones á los animosos expedicionarios y les daba consejos para 
adiestrarlos en las marchas que pronto habrían de hacer; escribía á 
todas partes alentando, excibando, implorando balas y rifles, medi- 
camentos y material de curaciones, y logró junto al pequeño óbolo 


200 FEDERICO GRANDE ROSSI 


del que daba cuanto tenía, —en una ocasión el anillo de bodas de 
un obrero, —el generoso donativo de una rica señora de nuestra 
alta sociedad, y el espléndido regalo de las hijas de Seabury, dis- 
puesto y embalado por estas señoritas millonarias, movidas por la 
suplicante petición de aquel patriota. 

La misma inalterable seriedad, igual calma, semejante devo- 
ción tenía cuando empaquetaba con cuidado exquisito aquellos 
útiles terapéuticos, como en los instantes en que en una solitaria 
casa de West Tampa, al lado de una lámpara de petróleo y entre 
mechas y fulminantes, acondicionaba en el doble fondo de un baúl, 
entre ropas de desecho de sus propios hijos, los paquetes de dina- 
mita que explotaron bajo los pies de Weyler, porque en aquel espí- 
ritu fuerte y, aunque parezca paradójico, sin odios, la tremenda 
operación era el complemento de la «cura del soldado ». 

Al volver 4 Cuba independiente redobló sus anhelos patrióticos. 
La paz á todo trance era la suprema aspiración suya; demostrar de 
todas las maneras que somos capaces del gobierno propio; que no 
se cumpliesen, ni siquiera en vestigios, las envidiosas profecías que 
nos condenaban á la turbación constante de la sana paz que Cuba 
tanto habría menester para la cicatrización del enorme tajo que 
acababa de hendirle las entrañas. Trabajó en todo lo que pudo y 
cuanto pudo: en la política que él entendió más sensata y concilia- 
dora, en la Agricultura, en la Junta Superior, en el Servicio de 
Higiene Especial, en la Junta Patriótica, en el Ayuntamiento, y 
con fidelísima adhesión y no superado entusiasmo en la cátedra tan 
merecidamente ocupada por él en esta Escuela. 

He de confesar que al concluir estos someros apuntes de su faz 
política, de la cual he callado mucho más de lo que he dicho, me 
parecieron en cierto modo traspasados los límites que debieron de- 
tenerme. Pero, al dar nosotros carrera para vivir, ¿no debemos 
también templar el alma para la vida? ¿No han de adquirirse á 
un tiempo mismo el conocimiento científico y el ejemplo patriótico, 
mucho más cuando la oportunidad,—aunque sea como ésta, de 
luto y de tristeza, —con sobra de razones sirva para enseñar á los 
jóvenes discípulos, que alentarán el porvenir de la generación pró- 
xima, modelo tan hermoso de la precedente ? 


El valor médico de San Martín, en él, como en todo profesional, 
es asunto de apreciación difícil, más cuando haya que considerarlo 
en los aspectos que revistió: el médico en su aplicación social, clí- 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 201 


nico tratando á enfermos, influenciando y mezclado íntimamente 
al medio; y el investigador en su aplicación propia y preferida, en 
la especulación científica, meditando y produciendo solitario. Era, 
en este respecto, el «homo dúplex » bien solucionado. 

Si por espíritu observador, por investigación psicológica Ó por 
simple curiosidad alguien preguntase á nuestro público quién era 
San Martín, muchos de los interrogados se encogerían de hombros; 
algunos apenas darían cuenta de que fué un médico; otros que lo 
era, pero que no lo parecía. Quizá algún viejo profesional traba- 
josamente respondiera: un médico de laboratorio, que murió pobre. 
Muy pocos dirían la verdad justa: un médico y un hombre. ¿Por 
qué? 

Aunque parezca frívolo, el hombre, la armazón carnal específica, 
influye sobre sí mismo y la sociedad que lo rodea, y más si esa 
sociedad, por muchas causas que para ello se reúnen, no puede juz- 
gar de otras cosas. Á veces, y este concepto es de Balzac, un nom- 
bre raro decide un porvenir. 

No tuvo, ni procuró tenerlo jamás, distintivo alguno profesio- 
nal. Abandonó temprano la obligada indumentaria del antiguo 
médico; vestía con sencillez y exquisita limpieza; y, como no fuese 
en algún periódico político, nadie le vió leer en los vehículos 
públicos, únicos que usó, porque nunca pudo llegar á la dicha del 
coche propio. 

Era de talla regular y de poco peso; de cabeza pequeña, con las 
curvas occipitales suaves como las de un niño; dispuesto en buen 
ángulo los pabellones auriculares, oblongos y simétricos, con ló- 
bulos bien marcados y armónicas las orlas del hélix. El perfil de 
la frente, vertical, coincidía con la línea general del tercio infe- 
rior de la cara, quebrada tal rectitud por nariz fina y simétrica. 
Bien implantados los dientes, parejos y sin eminencias atávicas. 
Reducidos los maxilares para abrir el ángulo facial y con proyeccio- 
nes óseas poco acentuadas, hacían algo inarmónico el tamaño de la 
cara, restándole, con cierto aspecto infantil griego, la expresión 
del valor y la firmeza. Ligero estrabismo convergente é hiperme- 
tropía anunciaban su penetración intelectual. Sin hipertricosis, 
con red sanguínea superficial y móvil, hacía recordar entre nuestro 
frecuente mongolismo, y por el alcance biológico que tiene, la pro- 
funda definición que de Cristo hizo Taine: el hombre rubio de Ga- 
lilea. 

A los veinte años ya le había cubierto aquella densa sombra de 


202 FEDERICO GRANDE ROSSI 


tristeza que conservó hasta sus últimos momentos, porque su ale- 
gría juvenil resistió poco á la agria razón de la madurez temprana 
que había horadado esa dehiscente corteza de la vida. Aquella ca- 
ra inmóvil denunciaba la inercia en el punto muerto de perenne é 
inconsolable melancolía, que no tuvo contracciones para los fuga- 
ces momentos de felicidad ni para Jos conocidos instantes del peli- 
gro y de la muerte. Tal vez era firma de esta fórmula mental la 
caída ligera de sus comisuras labiales, que antes de considerarla 
como carácter hereditario godo, prefirió referirla á la insistente 
acción de los triangulares músculos del desdén, sin el antagonismo 
de los agentes de la risa, porque San Martín había reído muy poco, 
y, en cambio, muchas veces opuso á las miserias humanas el des- 
precio. Los faciales cordones que abren las ventanas de la cara 
para dejar ver las interioridades del alma, los llevaba atados á la 
abstracción. 

Quizá después de leer 4 Spencer riñó de veras y para siempre 
con ciertas convenciones sociales ceremoniosas, cuando no hipócri- 
tas. Por nadie, ni aun por sus padres, llevó lutos externos; tampo- 
co asistió de grado 4 reuniones de ciertas fechas y de ciertos cam- 
bios. Fuera de la noción del tiempo, como medida de trabajo, no 
existió para él el almanaque. Las vanidades humanas, las pom- 
posas exhibiciones vacías de talento ó de buen sentido le inspira- 
ban sátiras sangrientas. Y no por inactividad, ni mucho menos 
por impotencia, se colocó fuera de la general corriente de la vida, 
sino por determinación bien medida y de acuerdo con el perfecto 
razonamiento, de su análisis. De ahí esa manera de ser, especial, 
al parecer inculta, selvática, tan frecuente en los hombres de mu- 
cho valer, á quienes sobran las exposiciones carnavalescas de la vida 
externa porque lleyan en su interior un ancho mundo serio en que 
pueden vivir holgadamente solitarios. 

Por el dolor intelectual, el estudio constante y variado, la ince- 
sante movilidad de sus ideas, el amplio camino abierto á las imáge- 
nes, tenía, como tienen todos los médicos que sobresalen, un macizo 
fondo artístico, casi podía asegurarse poético, pero no de esa forma 
que gusta de la descripción coloreada, superficial y quieta, ni del 
ensueño vano que llora hiperestesias exacerbadas por el pesimismo 
de los adinámicos intelectuales, sino del canto triunfal que entonan 
siempre los esfuerzos generosos de la vida en la continua oda ru- 
giente de lo grande y en las estrofas truncas y á media voz de lo 
pequeño. 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 203 


En verdad que con tales condiciones externas tan desviadas del 
tipo común del ideal médico que al montón anónimo le agrada, 
alejado de los números y del cálculo, del desenfado y de la audacia; 
sin ni siquiera, el atlético aspecto heroico de pugilista que para 
ciertas mentes ha de tener el que de oficio combate con la muerte; 
no tenía para médico colonial muy eficaz la carta de recomendación 
que la naturaleza le había dado, ó, por lo menos, estaba escrita en 
un lenguaje que el vulgo de la gente no sabe traducir. Y eso es 
tan importante para ciertos públicos heterogéneos abundantes en 
analfabetos ! 

Pero, en cambio, ¡qué poder cerebral! Era uno de esos raros 
ejemplares de comprensión é imaginación rápidas, con los cuales 
basta hablar á medias frases para que cubran los abismos de la ex- 
plicación con parábolas perfectas y produzcan símiles de hermosura 
y justedad maravillosas. La fuerza de sus análisis tenía la facul- 
tad de extender sin fatiga aparente el hondo grosor de lo más abs- 
bruso, con la modesta sencillez del aparato que convierte en láminas 
delgadas la gruesa barra metálica. 

Era asimilador de gran capacidad, porque en el ejercicio cons- 
tante de muchos años había adquirido el hábito de mantenerse 
aislado y firme en la atención, cualesquiera que fuesen la atmósfera 
en que se encontrase y las solicitaciones extrañas que pudieran 
producirle una excitación secundaria. De tal base partía el obser- 
vador, y por esta finísima cualidad cerebral, que á menudo le hacía 
ver sin que mirase, oir sin percibir el sonido y hasta contestar au- 
tomáticamente á una pregunta ociosa, por este monoideísmo en que 
su conciencia tendía á la simplificación para enfocar el esfuerzo, 
alguien llegó 4 afirmar una seria perturbación de sus facultades 
mentales. 

En la elaboración de un diagnóstico divagaba muy poco, porque 
una vez iniciada la primera sospecha iba rectamente al juicio defi- 
nitivo con el manejo rápido y metódico de los múltiples signos médi- 
cos que conocía y la manera fina y delicada de interpretarlos en su 
valor exacto en cada dolencia y en cada enfermo. 

¿Cuál era su génesis profesional ? 

Como se advierte en el prólogo de su libro, era hijo de la escue- 
la francesa, de la cual casi todo nosotros, por el origen latino de 
ambos idiomas, y quizá por aficiones de razas, somos tributarios. 
Pensaba á menudo en francés, las cuestiones médicas sobre todo, 
como lo prueban las anotaciones de sus libros, aun en aquellos ex- 


204 FEDERICO GRANDE ROSSÍ 


eritos en español é inglés; en las múltiples palabras francesas que 
vertía en cuanto el asunto de la conversación científica le excitara 
más de lo común; las frases de su delirio durante la enfermedad 
que le ocasionó la muerte. Hablaba y escribía galicano, que no de 
otro modo podemos expresarnos dadas la fuente de la instrucción 
médica y la falta de condiciones de nuestro idioma para el comer- 
cio intelectual científico. 

Su verdadero desarrollo cerebral comenzó en París. De allí 
vino preparado para el penoso y difícil trabajo del laboratorio, con 
las enseñanzas de Charcot, Cornil y Grancher, —maestros á quie- 
nes seguía con más vivo interés y de cuyas conferencias tomadas á 
la voz conservaba un tomo manuscrito. 

Conoció las señales de los tiempos y muy temprano se desnudó 
la toga silenciosa del erudito para la bata activa del investigador, 
y con la eterna pregunta del afán jamás satisfecho asomó el cerebro 
al ocular, y así, á un tiempo, asoció el signo clínico á las manifes- 
taciones microscópicas con un ceñido lazo en cada momento y un 
eslabón indestructible en cada fenómeno. 

Estudió sin tregua, por el placer de saber y por la necesidad de 
ilustrarse. Era el libro su constante compañero, en los momentos 
tranquilos, porque completaba su bienestar, en los de angustias 
porque era lo único que podía consolarlo. El libro, siempre el 
libro! Acariciado á la llegada; recorrido con ansia en las primeras 
horas libres de la mañana ó en las robadas al descanso ó al placer 
común; colocado al lado en la mesa; consultado antes de la lección 
erudita y profunda, fresca del último conocimiento; compañero de 
la vigilia; abierbo como una cruz de redención junto al bien ganado 
sueño, esperando la próxima luz del sol próximo para seguir la 
continua cadena que comienza en el pupitre del colegio y concluye 
al borde mismo de la tumba! 

Estudiando así, enriqueciendo sin cesar el depósito de su fiel 
memoria y asociando sanamente en la fábrica de su cerebro privi- 
legiado, es como hizo curas radicales de Championniére, en 1878, en 
las montañas de Vuelta Abajo—comunicación oral del Dr. Sáenz;— 
como hablaba antes de 1890 de braitismos diversos, en especial del 
malárico, explicando su patogenia por la acción vicariante del riñón 
sobrecargado de tarea purificadora por la inhibición hepática; como 
explicaba la curación frecuente de la tuberculosis comenzante por 
el artritismo provocado, casi experimental, en el hombre; como 


, 


protestaba de aquellos paludismos anteriores óÓ coetáneos de Luye- 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 205 


ran, de cuya especie quedan algunos ejemplares todavía, que lo 
acaparan todo, desde la periódica neuralgia del histérico hasta el 
coma urémico y el error quirúrgico, transformando la terapéutica 
de entonces en quinomanía desastrosa; y así hizo y alabó y predi- 
có, doblando la enérgica voz de Gabriel Casuso, la práctica de la 
antisepsia, buena nueva cuya expansión, como sucede siempre, 
chocó en la dureza de espíritus rehacios á la señal del índice mo- 
derno, que se hallaban más á gusto en la anterior quietud tradicio- 
nal, aunque la aterradora estadística les mostrase los peligros de 
la inercia y en nombre de la humanidad y de la ciencia les invitase 
á cambiar de derrotero. 

En 1887 entró á formar parte de la Crónica Médico- (Juirúrgica de 
la Habana, como director de la Sección de Histología normal y pa- 
tológica, de cuyos conocimientos dió varios cursos á alumnos de 
esta Universidad y médicos, hasta 1904. Fué uno de aquella va- 
lerosa legión de «médicos de laboratorio », de «teorizantes sin clien- 
tela », como se les llamó despreciativamente, agrupados y dirigidos 
por el Dr. Juan Santos Fernández, en aquel primer instituto de 
ciencia médica experimental, casi público, puesto que el único re- 
quisito para aprovechar el material, los aparatos y la biblioteca era 
la buena voluntad para dedicarse al estudio. 

AlMí enseñaba al uso de las mejores escuelas del extranjero, ma- 
nejando cada alumno por sí propio la técnica necesaria y no super- 
flua, insistiendo con prolijidades de maestro en el detalle que, al 
parecer nimio, encierra el secreto del buen éxito, desde el modo de 
orientar un bloque, afilar la navaja, preparar un reactivo, hasta la 
diferenciación finísima de una estructura; reuniendo siempre á la 
noción de la unidad histológica muerta y sujeta á la lámina de vi- 
drio, la función normal que la correspondía y el trastorno patoló- 
gico que la alteraba, en conferencias cortas y de atrayente ameni- 
dad, repletas de ciencia y desnudas de pompa vanidosa, vertidas al 
lado del microscopio, la imagen espectral; el tubo de ensayos ó el 
de cultivo, que esperaban preparados para la demostración inme- 
diata. 

No corresponde á este lugar ni á este momento la enumeración 
prolija de su obra literaria, variada y abundante. Escribió de his- 
tología normul y patológica, sistema nervioso, patología experimen- 
tal, bacteriología, hematología, cirugía, opoterapia, seroterapia, 
traducciones diversas, trabajos de crítica, de agricultura, Jumino- 
s08 informes médico-legales, de higiene y de veterinaria; constibu- 


206 FEDERICO GRANDE ROSSI 


yendo contribuciones aisladas, á la mayor altura de sus fechas, tan 
científicamente escritas como cualesquiera de los trabajos de la 
misma índole producidos en el extranjero; de materias muy distin- 
tas y Á veces con rasgos de talento superior que las anticiparon á 
su época, como el estudio de la estructura y regeneración de los 
hematies del hombre, escrito en 1889, cuyas conclusiones coincidie- 
ron en algunos puntos con las de Engel en 1893, sobre igual mate- 
ria; y el de las variaciones de la hemoglobina en los palúdicos, pu- 
blicado en 1888, referente á las relaciones entre la hemoglobina y 
los pigmentos biliares, anterior en algunos meses al de Wertheiner 
y Meyer, en que estos dos autores deducen lo mismo y aseguran 
que la atención de los observadores no se había dirigido antes del 
trabajo de ellos, hacia esa significativa consecuencia de la destrue- 
ción de los hematies, frase que obligó á San Martín 4 pedir la prio- 
ridad en el asunto. 

Su prematura muerte nos ha quitado los dos trabajos de su em- 
peño mayor. Tenía á su cargo para el penúltimo año escolar el 
discurso de apertura de nuestra Universidad, para cuyo objeto tra- 
taba de señalar el deplorable estado en que se hallan en Cuba las 
profesiones, especialmente la nuestra, denunciando las múltiples 
causas que han llegado en nuestro tiempo á rebajarla. Como ciu- 
dadano y como profesor, creía de su deber, sin temor á las malque- 
rencias que su civismo le traería—supuesto que hubiera sido me- 
nester tocar de cerca, en lo vivo y públicamente el mal para curarlo, 
—honrar el alto sitio en que tal designación le colocaba, exponien- 
do á los jóvenes estudiantes los peligros del camino y el escaso 
premio que hoy alcanzan los que sacrifican el tiempo y las activi- 
dades en esa ingrata vía, é invitando á todos los compañeros á la 
unión colegiada, única solución que en su sentir impedirá en fu- 
turo no muy lejano que no puedan encontrarse juntas en un mismo 
individuo la virtud y la ciencia. 

El segundo era el libro del profesor, un tratado de histulogía nor- 
mal y patológica, extensión del tratado de técnica que dió 4 la prensa 
cuando trabajaba en la Crónica; editado por ésta, y que en su 
época fué libro de texto eu algunos puntos de la América latina; 
obra—Ja segunda—para la cual recopiló y escribió durante algunos 
años. Tendía á producir el libro completo y único en su género, 
en el que se encontrasen á uñ tiempo las últimas adquisiciones, 
desde la más simple hasta la más complicada, pero expuestas de tal 
modo, con tanta insistencia en los pormenores y tan ilustrada y re- 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 207 


petida, que la colaboración del lector fuese la menor posible; ver- 
dadera obra de maestro hecha poco á poco y consultando en cada 
paso las dificultades del alumno para la mejor aclaración de los con- 
ceptos. 

Obedecía en ese plan á las francas indicaciones de sus amigos, 
quienes le invitaban á no perder de vista un solo instante la na- 
ciente capacidad del discípulo que obliga al profesor á moderar y 
extender la corriente de las ideas. Porque es de justicia—ya que 
la verdad nos lleva de la mano, —señalar aquí el único defecto 
(si alguna vez fué defecto del exceso de aptitudes) que tuvo como 
profesor conferencista: las lecciones orales de San Martín eran de 
sobresaliente mérito, de riquísima enseñanza para hombres muy 
hechos al trabajo mental, pero demasiado profundas para los jóve- 
nes que empiezan; falta de adaptación que fué debida, no al orgullo 
pueril de demostrar lo que valía, sino al afán de trasmitir con abun- 
dancia y rapidez sus conocimientos. 

Si en una estricta fórmula condensada se exigiera la más rigu- 
rosa crítica del trabajo realizado durante su vida, podría afirmarse 
que no se encuentra en ellos la solución de ninguno de los grandes 
problemas de la época, ni, exceptuando el primer libro y las cuarti- 
llas del segundo, —que la familia conserva como hojas de los últimos 
otoños,—el hilo continuado de una serie de estudios originales pro- 
seguidos por una vía y hacia un solo objeto; sin que con estas apre- 
ciaciones se rebaje en lo más mínimo el valor de San Martín, por- 
que en el ánimo de cualquier hombre justiciero que no haya olvida- 
do con los cambios recientes nuestra historia, han de crecer á un 
tiempo el respeto y la admiración á este hermoso frustre de sabio 
malogrado. Sin duda alguna, aquella trasfusión europea le dió, 
con ciertos destellos geniales, alientos caucásicos que se hicieron 
disneicos bajo el trópico. Como aquel hermoso miserable, Imbert- 
Galloix, creado por Hugo, y con razones de mucho mayor peso, 
pudo quejarse de su origen y de su patria. Porque no es fecundo 
el medio esclavo, se han perdido entre nosotros tantos hombres como 
él. Tal parece que en el desarrollo de las sociedades, como en la 
embriogenia del hombre, el corazón ha de servir antes que el cere- 
bro, el héroe ha de preceder al sabio, y es por eso quizá, porque más 
preocupa romper las cadenas que bruñirlas, que mientras apenas se 
intenta esbozar en mármol la efigie de nuestro primer hombre cien- 
tífico ya tenemos el vigoroso bronce ecuestre del guerrero ejemplar 
en cualquier parte de la tierra. 


208 FEDERIOO GRANDE ROSS] 


E hizo demasiado, porque pasó el límite que el deber marca y 
pide la virtud. Es preciso convenir en que produjo por bondad 
que hizo más pura el sacrificio, pues que trabajar de esa manera en 
aquellos tiempos, dedicar algunas horas al laboratorio era tarea sin 
recompensa y maldecido estigma que hacía perder para siempre, en 
el concepto general, la validez clínica; error crasísimo de que amar- 
gamente se dolía en la intimidad más secreta, y que pareció haber 
escrito en la frente de San Martín el amargo lema de nuestro gra- 
mático Rodríguez Gurcía, queja, protesta y profesión de fe, todo á 
un tiempo: Laboro sine spe! 

Porque era trabajar sin esperanzas sentirse blanco de las censu- 
ras del vulgo y hasta de algunos profesionales, por haber empren- 
dido la mejor y más segura clase de estudios. Sostenían que el 
laboratorio, en lugar de servir para ratificar unas veces Ó enmen- 
dar otras la clínica, y siempre para abrillantarla, era incompatible 
con el «ojo clínico », entendiendo por tal, no la rapidez y la exactitud 
con que un cerebro ejercitado puede leer las frases que le han im- 
presionado millares de veces y, por lo tanto, le son conocidas con 
automatismo de repentista; sino aceptándolo como el antiguo quid 
divinum, que más veces que en sólido sabor se apoyó en histrióni- 
cas astucias eon más ó menos arte desenvueltas. 

Esto que ya va pareciendo legendario, pero que aún subsiste, no 
sólo entre nosotros, sino entre los mismos franceses, 4 quienes Lan- 
douzy enseña y aconseja la clínica integral, provista de todas las 
escopias posibles y descubiertas hasta el momento actual, poseía en 
la época pasada el completo poder de la tradición, y á ella se adhe- 
rían para evitar los esfuerzos y dolores que toda mudanza y toda 
creación producen con el cambio, al cual es necesario, Ó adaptarse 
á oponerse. 

En esta inercia mantenida por la antigua escuela del pasado ré- 
gimen no era de temer la revolución que debía envolvernos al ad- 
venimiento de las nuevas ideas y de las nuevas teorías, que en Eu- 
ropa y en América civilizada alumbraban sobre el cúmulo de errores 
del pasado. Nos encontrábamos resignados, ya que no me atrevo á 
decir cómodos, con aquel padrón de ignominia que se llamó el anfi- 
teatro de San Isidro; con aquel museo ridículo, eternamente cerra- 
do como un enigma, y menos guardado por la incuria que por su 
inútil vaciedad; y con aquellas cátedras literarias y discursivas que 
sólo contaban para la enseñanza con los recitados conocimientos del 
profesor y la generosa memoria del alumno, sin instrumentos ni fti- 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 209 


les ni la más sencilla práctica demostrativa. Y así llegaba el dis- 
cípulo, con dos años de clínica que caían de repente y con todo su 
enorme peso sobre la débil armazón literaria tejida en Jos cuatro 
años anteriores, á la obtención del suspirado y costoso pergamino, 
para sentir al primer paso en la carrera la inutilidad del esfuerzo 
realizado, la falta de aptitudes y el remordimiento en la conciencia. 

Tal era, en general y en breve, la educación que entonces reci- 
bían los que estudiaban Medicina. Luego, era necesario trabajar, 
estudiar objetivamente el enfermo como si surgiese completo y nue- 
vo en un instante, y renovar en cada paso y en cada fenómeno 
desde la simple noción anatómica hasta el fino juicio diferencial. 
¿Era posible acometer el trabajo de fondo que desentrañase una 
verdad? ¿Podían los que, como San Martín, estaban mejor prepa- 
rados, intentarlo en un medio que no se prestaba por falta de armo- 
nía cooperativa ? 

Para la lucha de la vida no tenía más que su ciencia, arma de 
corto alcance entonces, muy inferior á cualquier disfraz más ó me- 
nos artístico, 4 cuidadosa prosodia ó á una simple protesta política 
contra natura. Hubiese podido torcer la seuda y hacer tantas co- 
sas que hurtan el cuerpo á la miseria; pero aquel hombre era un 
honrado aristócrata del talento que prefería aparecer humillado á 
los ojos del vulgo antes que rebajarse en lo que constituía la digni- 
dad más alta de sí propio. No lo afirmo en vano: cuando prepara- 
do como lo estaba por su educación médica extranjera, por su dedi- 
cación exclusiva al estudio de tantos años, en el pleno poder de su 
balento, médico de juicio superior hecho en macizo y poco á poco, 
en su zenit profesional, tuvo que hacer cigarros y que fabricar col- 
chones para una conocida empresa naviera. Un día, con acento 
que el dolor hacía temblar al recuerdo solamente, me dijo esta frase: 
—«¡ Yo sé cómo son las enteralgias del hambre !» 

En los últimos años felices de su vida, pocos por su desgracia, 
logró descansar sin la constante y gravosa amenaza de la necesidad 
no satisfecha. Brilló y fué premiado. Alguna vez el toque ligero 
de alegría efímera iluminaba su semblante, como un rayo de sol 
que atravesase la sinuosa grieta de una ruina; más quizá cuando 
visitaba este edificio, los Laboratorios y la Universidad, en que la 
diana que despertaba á los cañones y bayonetas españoles había 
sido sustituída por la voz amiga del profesor moderno, como si la 
abeja del trabajo y la justicia, para dulce satisfacción 4 los cubanos 
en la inútil cureña de la derrota hubiese fabricado su panal. 


210 FEDERICO GRANDE ROSSI 


Las más hermosas páginas de esta vida, en la que parecen con- 
densarse como en rápido índice todas las convicciones y todas las 
fortalezas, son las de los días próximos á la muerte. 

Conoció, 4 medida que se iban presentando, los fenómenos de la 
enfermedad que en lenta constricción le ahoguba la vida; supo cuál 
era la causa de sus asfixias musculares, de su disnea de esfuerzo, de 
sus cianosis pasajeras, de sus vértigos; pero disimulando con la pla- 
cidez de su semblante el interno desastre cuyo rumor oía, prosiguió 
el trabajo con la mano derecha, aunque sintiera que por la herida 
tapada con la izquierda se le entraba la muerte. Las funciones más 
puras del cerebro quedaban incólumes sobre la desintegración del 
resto del organismo, como intocado y valeroso jefe de un ejército 
rendido, que de los suyos contempla la heroica iumolación del sa- 
crificio en la más generosa de todas las acciones. 

La mano que certificó miocarditis como causa de la muerte, 
ahora escribe que esa fué la fórmula grosera, material é inmediata 
á la muerte. La clínica y la escala de Bertillón exigieron esa fal- 
sedad. Pero lo real, lo verdadero, es que él murió del destierro; 
de aquel desesperanzado esperar, caído hoy y erguido mañana, bajo 
el hospitalario cielo floridano, pero que no era el suyo; junto al 
espléndido pabellón de las bandas y las estrellas, pero que no era 
aquel soñado desde la cuna; con el balance del activo enjugado por 
las perentorias necesidades de la existencia; en aquel viaje, en bus- 
ca de fortuna mejor, á los desiertos de la América Central y á las 
costas del Pacífico solitarias, tratando de encontrar el punto en que 
para siempre habría de hincar la raíz, ya que la guerra de Cuba 
duraba más que su pequeño bagaje de provisiones, y que su termi- 
nación pudiera haber sido incompatible con el solemne juramento 
de no volver jamás si no había de contemplar en lo alto de la famosa 
fortaleza, que recibió la última mirada de la partida, aquella her- 
mosa bandera á cuya sombra parecían débiles todas las amarguras 
y pequeños todos los sacrificios! Allí comenzó el desequilibrio que 
originó la caída final del corazón mecánico á la tremenda acometi- 
da de la escarlatina. Y así tenía que suceder, yendo sin descanso 
desde el frío glacial de la derrota pasajera hasta el cálido ardor del 
triunfo tan corto y luminoso como el relámpago; sujeto al arenal 
tampeño, luctucsamente sombreado por los invariables pinos gemi- 
dores; atado por las sagradas obligaciones de la familia, y tirando 
de él con tracciones que no podían mover el cuerpo, pero que sí 
arrancaban jirones del alma, el eco de los combates, los horrores de 


ELOGIO DEL DR. JULIO SAN MARTIN Y CARRIERA 211 


una guerra sin cuartel y quizá también los maues de Honorato 
Castillo; excitado sin tregua en aquella atmósfera pasional en que 
cada nuevo sol traía para alientos una noticia jubilosa y para el 
terror íntimo y secreto, sufrido en un rincón del pecho para que no 
cundiera el propio dolor que nos ahogaba, algo así como la amena- 
za de que habría de prolongarse para siempre aquel crespúsculo 
brumoso del destierro! 

Llegó al final conocimiento perfecto de lo que le sucedía. Como 
fué hombre de mirada horizontal hacia la ruta del progreso, que 
marchó con las espaldas vueltas á la fe, sin miedo á las ridículas 
superficialidades de la tumba ni á las vacías grandezas del cielo; 
como no tuvo esperanzas, porque no pudieron traspasar la estrecha 
puerta que guarda la adusta fisiología; como era hombre moderno 
que á golpes de estudio cortó las falsas raíces que lo unieron á cré- 
dulas generaciones anteriores, porque á fuego llevaba escritas en el 
pórtico cerebral las palabras de Magendie:—Je nai que des yeux 
et pas d'oreilles; como había paseado su investigadora mirada de 
incansable biólogo por el límite indeciso y artificial en que la vida 
y la muerte se penetran, y había estudiado en lo hondo y á todas 
luces el proceso que imbrica las manifestaciones iguales de los dos 
aspectos biológicos; como todo esto concurría en él,—no constitu- 
yendo una filosofía para usos científicos exclusivamente, sino con 
profunda convicción profesada en cada instante, —aceptó sin la más 
leve extrañeza la señal de que era llegado el turno en que la ener- 
gía en él diferenciada iba á entrar de nuevo y totalmente en el pro- 
lífico recambio de la muerte. Y adquirió su tumba, dirigió su 
construcción silenciosa y sencilla com> la cama de un monje, y gra- 
bó, como la fórmula química en el casi exhausto bocal, su nombre 
escueto, solo, acaso duro ejemplo de profesión de fe que se extien- 
de aún más allá del último momento de la vida. 

Y después de esto, pocos meses antes de expirar, escribió una 
carta en cuyo sobre se leen estas palabras:—« Para que se abra tan 
pronto sea posible si me sucede algún accidente imprevisto.» El 
décimo párrafo de ese documento sobre el cual hay que pasar sin 
comentarios, dice:—« Por último, declaro que no tengo sobre mi 
conciencia el peso de la más leve falta, voluntaria al menos; que 
entiendo haber cumplido siempre con mi deber de la manera más 
recta que lo he entendido; y, que, probablemente, es esta la causa 
de no dejar asegurado el porvenir material de mi familia. Asegu- 
ro que mentiría si dijera que me pesa haber procedido así, » 


212 FEDERICO GRANDE ROSSI 


Al calor de la próxima ventura le alcanzó el accidente definitivo. 
El águila vuela hacia la inmensidad con las retinas ávidas de luz 
ansiosamente expuestas. Si en las anchas y ascendentes espirales 
del oteo majestuoso la casualidad hace que el rayo tropiece en el ala 
tendida y poderosa, la catástrofe no será, después de todo, más que 
la mutua y suprema dignificación de un cuerpo que sube de la tierra 
y de una chispa que desciende del cielo. 


EL PROFESOR JOSÉ MARIA CUERVO 


La Facultad de Letras y Ciencias consigna en las páginas de su 
Revista, con dolor profundo, el sensible fallecimiento del Sr. José 
María Cuervo y Noriega, Profesor Auxiliar que fué de la Escuela 
de Ingenieros y Jefe desu Laboratorio y Taller Eléctricos. Y con- 
signa indiscutiblemente con intenso pesar tan triste suceso, como 
que la desaparición del compañero ilustre representa la pérdida de 
un elemento valiosísimo que en temprana edad había dado señales 
de su vasta cultura científica, de sus grandes aptitudes en el campo 
de las ciencias matemáticas, de sus excepcionales condiciones de 
maestro reveladas en las varias oposiciones que hiciera y de sus 
sobresalientes cualidades de conferencista, de claro expositor, de 
forma brillante y amena. Educado en los Estados Unidos en un 
centro como la Universidad de Cornell, de fama merecida por sus 
enseñanzas, y muy principalmente por la que de ingienería allí se 
recibe; entusiasta como el que más por el estudio de las leyes inmu- 
tables de la naturaleza, con dotes de carácter para entregarse á es- 
cudriñar en campo tan árido como difícil y con buena inteligencia, 
hermosa para asimilar rápidamente los arduos problemas que en la 
esfera de sus investigaciones se presentaran, pudo tras rudo bregar, 
pero dirigido siempre por voluntad inquebrantable, dominar las va- 
rias materias que constituyen la carrera de Ingeniero Mecánico, 
graduándose en esa Universidad en el año de 1898. No fueron los 
estudios de esta profesión los que despertaron tan sólo en él vivo in- 
terés, pues su afición decidida por los estudios de electricidad que 
simultáneamente con los de ingeniería mecánica había hecho, pre- 
sentáronle también múltiples oportunidades en que demostrara su 
notoria competencia. Aún se recuerda con placer la magistral con- 
ferencia que acerca de La Telegrafía sin hilos dió á los maestros pú- 
blicos en esta Universidad, como no olvidaremos de qué excelente 
manera cumplió los varios cargos que desempeñara, debido á su gran 
idoneidad en asuntos de esta índole. Y no pasaron desapercibidos 
sus años de estudiante en la Universidad de Cornell: penetrada de 


214 EL PROFESOR JOSÉ MARIA CUERVO 


las excelentes condiciones de Cuervo quiso en más de una ocasión 
que formara parte de su profesorado; pero él, en cuyo pecho latió 
siempre el sentimiento del verdadero patriota, sin dejar de experi- 
mentar gratitud intensa por su Alma Mater, de la que hablaba con 
gran cariño y no menor respeto, de cuyos labios siempre se escapa- 
ron frases de elogio, de reconocimiento para sus maestros, que eran 
sus mejores amigos, quiso—como el respetable Dr. Guiteras—poner 
al alcance de la Universidad de la Habana, y de este modo al de su 
patria, los conocimientos que había adquirido en el extranjero. 

Para los que no tuvieron la suerte de tratarle en la intimidad 
quizás habrá pasado casi desapercibido el Profesor Cuervo; pero 
para los que le trataron como nosotros, familiarmente, para los que 
tuvieron ocasión de apreciar de cerca sus grandes virtudes, el brillo 
de su inteligencia y su carácter severo é inflexible llamaban la 
atención. 

La RevIsTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS conserva en 
sus páginas sus interesantes estudios sobre Ingeniería y Matemáticas 
y La Telegrafía sin hilos; y en este mismo número, en su sección 
bibliográfica, se inserta el juicio del Dr. Claudio Mimó sobre su 
Tratado completo de Algebra Elemental ultimado casi momentos antes 
de morir, como expresión del ardiente culto que por la ciencia 
sintiera, ya que ella es para el hombre, según el gran poeta indo 
Bhartrihari, la belleza suprema, el instrumento del poder, de la 
gloria y de la dicha, la más poderosa de las divinidades. 


BIBLIOGRAFIA 


I. Universidades Americanas. —A History of Higher Education in Ame- 
rica, by CHarLeEs F. TuwinG, President of Western Reserve 
University, 82 xv, 502 pág. New York (D. Appleton « Co.) 
1896. 


Un distinguido profesor americano, el Dr. Jorge Trumbull 
Ladd, de la Universidad de Yale, dice en uno de sus libros, La 
Educación Superior, que «toda persona bien informada sabe cuánto 
se entiende por universidad de Francia, por universidades inglesas, por 
una universidad germánica; pero nadie, por muy familiarizado que 
se halle con los hechos, puede decir lo que es una universidad ame- 
ricana». 

Comentando estas palabras, el Dr. E. D. Perry, autor de una 
excelente monogratía sobre las Universidades americanas, afirma que 
en la actualidad es más fácil que antes definir, Ó al menos descri- 
bir, la universidad americana. «Sin embargo—agrega el doctor 
Perry—quedan aún dificultades de muchas especies; y es y será por 
muchos años, si no absolutamente imposible, por lo menos muy 
difícil formular una definición que incluya todas las instituciones 
de enseñanza que en los Estados de la Unión poseen verdadero ca- 
rácter universitario...» 

La mayor dificultad está en el nombre, pues, como observa el 
Presidente Gilman, la palabra universidad es frecuentemente en los 
Estados Unidos un sinónimo majestuoso de colegio. Todo el mundo 
sabe que el colegio, en el sentido que los americanos dan á esta ex- 
presión, es una institución genuinamente yankee. No es una escue- 
la de segunda enseñanza ni una facultad universitaria, sino ambas 
cosas á la vez, algo semejante á la facultad de letras de las universi- 
dades medioevales. 

Comprende tres ó cuatro años de estudios, al cabo de los cuales 
se recibe el grado de bachiller en artes, bachiller en ciencias Ó algún 
otro semejante. El colegio americano no tiene, por regla general, 
carácter técnico. Aspira sólo á impartir una instrucción liberal, á 
educar al joven, preparándolo para la obra profesional ó de investi- 
gación que llevan á cabo las universidades, Y aunque muchos 


216 BIBLIOGRAFIA 


colegios han establecido lo que pintorescamente se ha llamado 
bread-and-butter courses, es decir, enseñanzas de carácter mercantil ú 
utilitario, hoy prevalece la tendencia de fijar una línea divisoria 
bien marcada entre la enseñanza liberal (undergraduate courses) y 
los cursos más ó menos científicos y profesionales (graduate courses) 
de los colegios y universidades. 

No obstante, la práctica está muchas veces en contradicción 
abierta con esa línea fronteriza. Universidades hay tan mal orga- 
nizadas, que no merecen ni aun el nombre de colegios. Bryce, en 
su American Commonwealth, cita el nombre de una del Oeste, cuyo 
claustro se reducía al Presidente y á su señora. Por otra parte, 
hay colegios, verbigracia, el de Bryn Mawr, donde se imparte una 
instrucción universitaria del tipo más elevado. 

Pero no es el nombre el único obstáculo para el estudio de la 
universidad americana. Los Estados Unidos han recibido, de las 
diversas razas que han contribuído á formar su pueblo y á colonizar 
su vasto territorio, multitud de influencias que han repercutido en 
la enseñanza, como se han manifestado en la industria, en la polí- 
tica, en el arte, en la religión y en todos los aspectos de la vida 
social. Así, por ejemplo, en los tres primeros colegios (hoy uni- 
versidades) de Harvard, William and Mary y Yale, se echa de ver la 
influencia británica, libre de toda mezcla ó contagio exótico. La 
universidad de Virginia, fundada por Tomás Jefferson, pone de 
manifiesto el ascendiente francés (sobre todo el de Napoleón I) en 
lo que atañe á la enseñanza superior. 

En Johns Hopkins, y sobre todo en la universidad de Clark, de 
Worcester, Massachusetts, se advierte claramente el predominio de 
los ideales germánicos; y, por último, la universidad de Chicago 
abre una nueva era en la historia de la educación superior de la 
república vecina, pues debe mirarse como una creación enteramen- 
te americana, como un tipo original, sin dependencia alguna con 
las ideas sobre educación reinantes en Europa. 

El libro del Dr. Carlos F. Thwing, cuyo nombre sirve de enca- 
bezamiento á estos renglones, es un estudio de la evolución de la 
universidad americana, de los factores que la han formado y de la 
influencia que ha ejercido en la gran federación anglo-sajona. A pe- 
sar de lo lánguido y cansado de su exposición, es extraordinaria- 
mente provechoso para el que aspire á conocer el carácter de la en- 
señanza superior en el pueblo de Washington y Lincoln. Como lo 
indica el nombre de la obra, Thwing examina los hechos, más como 


BIBLIOGRAFIA 217 


historiador que como filósofo y como pedagogo. A veces se extien- 
de en pormenores nimios sobre la vida de algunos presidentes ó 
rectores cuya influencia, aun en la misma institución á que han 
servido, es por lo menos muy dudosa; y en cambio con frecuencia 
nos deja casi sin noticias sobre la organización de la enseñanza, so- 
bre los métodos de instrucción, sobre los grados académicos y sobre 
otros asuntos que nos agradaría ver tratados con mayor extensión. 
Estos lunares (si lo son en una obra de esa clase) están compensa- 
dos por las observaciones delicadas y los juicios atinados y serenos 
que abundan en sus páginas. Basta leer el capítulo final: General 
results, para apreciar la importancia del trabajo á que nos referimos. 

La Historia de la educación superior en América se compone de 
veintidós capítulos. Los tres primeros hablan de la fundación y 
desarrollo de los colegios de Harvard, William and Mary y Yale. El 
cuarto trata de los colegios de Princeton, Pennsylvania y Columbia. 
El quinto, sexto y séptimo narran el desenvolvimiento de los colegios en 
el período que precedió inmediatamente á la revolución, durante 
ésta y en los comienzos de la vida nacional. 

El capítulo octavo estudia las ¿influencias francesas en la enseñan- 
za superior. El noveno, décimo y undécimo están consagrados á 
la creación de instituciones muevas. El décimo tercero examina los 
cursos de estudios de los colegios y universidades; el décimo cuarto 
su historia financiera; el décimo quinto la educación superior de las mu- 
jeres (Oberlin, Vassar, Wellesley, Bryn Mawr, etc.), y el décimo sexto 
los colegios y universidades durante la guerra de secesión. 

Los seis últimos capítulos son quizás los más interesantes de la 
obra. Tratan, respectivamente, de la vida de los graduandos, la ar- 
quitectura unwersitaria, las bibliotecas, la instrucción profesional y pos- 
terior á la toma de grados, los cursos de estudios en el último tercio del 
siglo x1x y los resultados generales de la educación superior en el pue- 
blo americano. 

Nada más noble y elevado que la misión que á la universidad 
americana atribuye el Dr. Thwing. «Una democracia—dice—ne- 
cesita el estímulo constante de ideales altos, y un gasto continuo 
de las mayores energías. La universidad es quien responde mejor 
á tales exigencias. Ocupada en perseguir supremos ideales, libre 
de toda clase de egoísmos, en su mano está mover las democracias 
hacia lo más elevado y lo mejor... 

«Entre los ideales de mayor trascendencia en una democracia 
están la libertad, el amor á la verdad, el respeto del deber... La 


218 BIBLIOGRAFIA 


libertad, que es un noble ideal de nuestra mente, se funda en la 
verdad y también en el respeto de todos los derechos. Hoy está en 
peligro por efecto de la desigualdad económica... En tales circuns- 
tancias, la Universidad tiene una misión importantísima. Ha sido 
creada para sostener los ideales del espíritu, para proveer de ver- 
dades y virtudes. Vino al mundo para enseñar que la riqueza ma- 
yor se encuentra en el carácter y la mente...» 

Para comprender bien el capítulo xx de la obra del Dr. Thwing 
(graduate and professional instruction and degrees ) conviene leer la 
monografía del Dr. Perry que antes citamos. Es tan estrecha la 
relación que existe entre el colegio y la universidad americana, que 
no es posible escribir sobre ésta sin estudiar aquél conjuntamente. 
La una no se explica sin el otro, y para conocer los diferentes tipos 
de universidades de la gran república vecina, lo mejor es dividirlas 
en dos grupos, como lo hace el Dr. Perry: 1%, universidades no 
unidas á colegios; v. gr.: la Universidad de Clark, y la Universidad 
católica de Washington; y 2?, universidades unidas á colegios y á es- 
cuelas técnicas y profesionales. De este último tipo son las de 
Johns Hopkins, Pennsylvania, Yale, etc. Esta última se compone de 
cuatro departamentos (facultades): filosofía y artes, teología, medicina y 
derecho; pero á diferencia de las universidades del tipo alemán, la 
facultad de filosofía y artes comprende el colegio de Yale, la escuela 
científica de Shefield, la escuela para los alumnos ya graduados y la es- 
cuela de artes bellas y de música. 

La Universidad de Columbia es aún más complicada. Compren- 
de dos instituciones, el colegio y la Universidad propiamente dicha. 
Esta última se divide en dos partes, á saber: las escuelas no profesio- 
nales (facultades de filosofía, ciencia política, ciencia pura y ciencia apli- 
cada ) y las escuelas profesionales ( de medicina, derecho, minas, química, 
ingeniería y arquitectura). Por último, la Universidad de Chicago, 
la genial creación de William Harper, abarca cinco divisiones: 1% las 
escuelas, colegios y academia; 2% la extensión universitaria; 32 la biblioteca, 
laboratorios y museos; 4% la prensa universitaria; y 5% la filiación univer- 
sitaria. La primera division, á que pertenece el claustro de la uni- 
versidad propiamente dicha, consiste en las escuelas para los alumnos 
graduados, las escuelas profesionales, el colegio inferior ( junior college ) y 
el colegio superior (senior college). 

Respecto á las condiciones exigidas para el grado de Doctor reina 
en las universidades de la Unión mucha uniformidad. En todas, 
Ó por lo menos en todas las mejores, el candidato ha de someterse ú 


BIBLIOGRAFIA 219 


exámenes severos y á escribir una disertación original sobre un 
asunto por él escogido. 

Los que entre nosotros han invocado el ejemplo de la república 
vecina, para pedir la supresión de tales ejercicios, se han equivo- 
cado de medio á medio. En ninguna Universidad del mundo que 
sepamos se concede el grado de Doctor 4 quien se ha limitado á 
aprobar las asignaturas de su carrera. Los ejercicios del grado de 
Doctor no son una prueba del saber adquirido, sino de la capacidad 
del candidato para un trabajo original. 

Tanto en los colegios como en las universidades americanas se 
va generalizando el sistema de estudio electivos, tan brillantemente 
defendido por Carlos W. Eliot, Presidente de la Universidad de 
Harvard. En los cursos posteriores al grado de bachiller es donde 
más se ha generalizado esta reforma. Johns Hopkins ha establecido 
la regla alemana de no exigir al candidato al doctorado más que un 
estudio principal ( Hamptfach ) y dos secundarios ( Neberfácher ), li- 
bremente escogidos por el alumno. Eliot expone claramente las 
razones que ameritan dicha innovación. «Todo plan de estudios 
fijo —dice—es necesariamente elemental, desde el principio hasta el 
fin... En el sistema electivo, la mayoría de los alumnos estudia 
libremente una Ó más materias con un grado razonable de profun- 
didad.» 


A. M. AGUAYO. 


TI. Tratado completo de Algebra Elemental; por José María 
Cuervo Y NoRIEGA. Habana, 1907. 


No caeremos seguramente del lado de la exageración al calificar 
de meritísima la obra cuyo título sirve de epígrafe á estas líneas, y 
que su autor, nuestro malogrado compañero el Sr. Cuervo, no logró 
ver terminada por su prematura muerte, que tronchó en flor una 
existencia bien querida. , 

El Tratado es de un solo volumen de 390 páginas, correcta- 
mente impresas. Se compone de once capítulos. En el primero se 
estudian las cuatro operaciones algebraicas con sus casos particula- 
res en la división, poniendo al terminar cada operación, un ejemplo 
que explica, desarrollándolo; y luego una serie de ejercicios para 
que el alumno practique. Estos ejemplos existen en todas las par- 
tes de la mencionada obra. 


230 BIBLIOGRAFIA 


El segundo capítulo trata de una materia de gran importaucia 
desde el punto de vista del desenvolvimiento intelectual del discí- 
pulo, y que no hemos visto presentada de este modo en ningún libro 
de esa clase escrito en idioma castellano. Nos referimos á la des- 
composición de un polinomio en factores que, aparte de sus ven- 
tajas peculiares, facilita el estudio del M. C. D. y M. C. M. que le 
siguen, los que el autor analiza concienzudamente, para darle fin á 
dicho capítulo con las propiedades de los números enteros y algu- 
nas breves nociones sobre coeficientes indeterminados. 

El capítulo tercero comprende las fracciones algebraicas. En él 
expone el Sr. Cuervo con suma claridad la interpretación de los 
símbolos resultante de aquellas o, o Ó indeterminado; y, después, 
estudia los sistemas lineales de dos ó más ecuaciones con igual nú- 
mero de incógnitas. Las potencias y raíces constituyen otro capí- 
tulo, donde se da idea de los exponentes negativos y fraccionarios, 
para luego hacer una detenida aplicación de los mismos; de paso 
explica el Binomio de Newton, que extiende á las potencias de poli- 
nomios. Al analizar las raíces lo hace siempre con ejemplos de la 
serie cuadrada y cúbica de polinomios, para tratar extensamente 
de las operaciones radicales. La racionalización de una expresión 
cualquiera, la raíz cuadrada y cúbica de un radical y la resolución 
de las ecuaciones que contienen radicales, así como unas nociones 
sobre cantidades imaginarias, dan fin al capítulo quinto. En éste 
merece especial mención lo referente á racionalizar una expresión; 
es un verdadero ejercicio mental para el joven que se dedique á esos 
estudios. 

Las ecuaciones de segundo grado resueltas por distintos proce- 
dimientos, forman el principio de otro capítulo, en que examina las 
propiedades de las raíces y su discusión; la teoría de los máximos y 
mínimos, las ecuaciones bicuadradas; los sistemas de ecuaciones en 
que una Ó las dos son de 2? grado con dos variables. Concluye el 
capítulo séptimo con las ecuaciones indeterminadas. 

En los dos siguientes—que se ocupan de las progresiones arit- 
mética y geométrica y de los logaritmos—sólo mencionaremos la 
novedad con que explica las proporciones armónicas y la teoría de 
las pilas de balas; y la aplicación de dichos logaritmos á las impor- 
tantes operaciones de interés compuesto y anualidades, que estudia 
oportunamente. 

Continúa en la obra el capítulo décimo, sobre las inecuaciones y 
la teoría de las razones y proporciones. El capítulo undécimo tra- 


EIBLIOGRA FIA 221 


ta de la teoría de las determinantes, que introduce en el Algebra 
Elemental: la examina si brevemente, con claridad y sencillez. 

El método es didáctico y propio de esta clase de libros. Buena 
exposición y sana doctrina distinguen la obra de Cuervo en todas 
sus partes. Es útil y llena un vacío que se dejaba sentir entre los 
que se consagran al estudio de las ciencias matemáticas. Lástima 
que Cuba, con la reciente muerte del profesor Cuervo, haya perdido 
á uno de sus mejores hijos, ejemplo indiscutible de laboriosidad y 
de amor al deber, 

C. Mimó. 


111.—Nueva biblioteca de autores españoles. —ORIGENES DE LA NO- 
VELA.--2 vols. —Madrid.—1905-1907. 


La antigua Biblioteca que en 1846 fundó el impresor Rivadeneyra 
y que su hijo suspendió precipitadamente en 1880, renace ahora en 
mejores condiciones tipográficas, con nuevo editor y bajo la compe- 
tente dirección de D. Marcelino Menéndez y Pelayo. 

Inauguró la nueva serie el nuevo director en 1905 con un tra- 
bajo sobre los Orígenes de la Novela, que ocupa todo un volumen 
de más de quinientas páginas, y no agota sin embargo la materia. 
Continúa en el segundo, que acaba ahora de aparecer sin terminar 
todavía; pero esta vez la introducción llena solamente ciento cuaren- 
ta páginas; y contiene este tomo además varias obras, muy curiosas 
todas, escritas en los siglos xv y xvI, entre las cuales son princi- 
pales la Cárcel de Amor, el Crotalón, las dos Dianas, de Montemayor 
y de Gil Polo, el Pastor de Filida y los Colloquios de Torquemada. 

La introducción al tomo segundo no versa sobre ninguna de las 
obras en el mismo incluídas. En el tomo primero había ya tratado 
de la Cárcel de Amor en el capítulo sobre la novela sentimental, y en 
el consagrado á la novela pastoril hablado largamente de las Dianas 
y del Pastor de Filida. Una nota al pie de esta segunda parte de la 
introducción anuncia qne para el volumen siguiente queda diferido 
el tratar de las novelas de costumbres y dramáticas anteriores á 
Cervantes, así como de los diálogos satíricos de este tomo IT. 

En el III pues concluirá ó no concluirá la materia; es de creer que 
sí; pero el eminente erudito ha solido equivocarse en estos cálculos 
previos, y en más de una ocasión su pluma fecunda y su saber pas- 
moso lo han arrastrado mucho más allá de los límites de antemano 
trazados. Sea como fuere, no habrá razón de sentirlo: estas intro- 


RR PIBLIOGRAFÍA 


ducciones son y serán la sal de la obra toda, y gracias á ellas irá la 
colección no sólo al círculo reducido de eruditos aficionados á cu- 
riosidades bibliográficas, sino también á manos de todos los fieles 
amantes de la buena y bella literatura, porque el Sr. Menéndez no 
solamente es de la madera con que se hicieron los Mayans y los Ga- 
llardos y otros sapientes críticos anteriores, sino que aventaja á 
todos, los pasados y los presentes, por la claridad, la amenidad y 
la elegancia con que escribe, y por su profundo conocimiento de 
cuanto en las literaturas antiguas y modernas puede servir á com- 
parar, á explicar y á ilustrar los monumentos nuevos y viejos de las 
letras humanas en la península española. 

Desgraciadamente la empresa acometida por los nuevos editores 
requiere algo más que un comentador, algo más que un ilustrador 
tan cumplido y tan sagaz como Menéndez y Pelayo. Es una Biblio- 
teca de Autores, proyectada con objeto de suplir lo que faltó á la an- 
tigua, la cual era deficiente sobre todo en períodos anteriores al 
siglo de oro de la literatura castellana. Por consiguiente las obras 
que en ella se incluirán han de ser obras primitivas en gran parte, 
copiadas de ediciones primitivas muy raras, de mucho tiempo atrás 
agotadas, destinadas á eruditos que estudian la lengua, que escu- 
driñan y siguen su lento desarrollo. En la nueva Biblioteca la co- 
rrección de los textos antiguos deja mucho que desear. El Sr. Me- 
néndez demasiado hace, engolfado en sus múltiples ocupaciones, 
con escribir sus prólogos extensos y copiosos y con designar las obras 
y las ediciones que deben preferirse. Al editor corresponde no de- 
fraudar en lo demás las esperanzas que ha hecho concebir, no caer 
en los lastimosos errores del viejo Rivadeneyra y buscar auxiliares 
hábiles que copien con esmero y corrijan y cotejen concienzuda- 
mente las pruebas de imprenta. Otro sistema sería desde luego 
correr á la bancarrota como hoy está de moda decir. 

Y como todo esto ni puede ni debe alegarse sin demostrarlo, he 
aquí el resultado de lo que, echando la sonda por puntos diversos 
y cotejando textos, hemos descubierto con verdadera pena. 


CÁRCEL DE AMOR 


En la página ccoxxIv, nota, del tomo primero, se dice que en 
esta colección se ha seguido la edición más antigua de Sevilla, 1492, 
la cual había sido antes reimpresa por Foulché-Delboso en su Biblio- 
theca Hispanica. Sin salir del Prólogo, que es muy breve, hemos 
notado estas diferencias: 


BIBLIOGRAFIA 222 


P. 1, lin. 15, col. 1, dice vío en vez de vido; lin. 16, hacerla por 
hazerla. Lin. 20 enmiende por emiende. Y en el resto de las 44 líneas 
del mismo prólogo juizios por iuyzi0s; juzgue por inzgue; tra sí por tras 
si; un por un; tu casa por su casa; racón por razón; fuerza por fuerga; so- 
bre á ora por á sobre ora; tinibra por tiniebra. 

En la p. 17, nota, advierte que la primera edición dice quiero: 
Foulché-Delboso da quiso, como las ediciones posteriores (v. g. Ambe- 
res, 1576, Lyon, 1604). En la 18, 2* col. lín. 3 dice darés por darás. 

El cuidado de hacer ver que no se ha copiado 4 Foulché, sino 
que se ha ido directamente 4 la edición antigua, ha producido un 
texto aceptable, salvas algunas inconsecuencias ortográficas y otros 
pecadillos. 

TRACTADO DE NICOLÁS NUÑEZ 


En la p. 29, lín. 9 dice Leriano a Laurela en vez de y. En la nota 
de la misma p. dicho por dixo, y también desque lo vi muerto por le 
vido. En la p. 30 duda por deuda, pudo por pude y le hublasse por lo, 
etc. Todo ello cotejado con la ed. Amberes 1576. 


QUESTIÓN DE AMOR 


P. 49. «Bien conozco de ti que lo desseas lo harias» en vez de 
como lo desseas; y poco después un fuesen por fueren. En la 51 habien- 
do yo por habiendo ya. En la 58: que no devo más para queen lugar de 
no devo mas, para que; y en la 73 un May reposa, por mal: catalanismo 
innecesario. 

EL CROTALÓN 


Se han corregido erratas de la edición de 1871 (v. g. favor (p.1) 
que es sabor; por ser ya se proveyó, p. 303, que debe ser por ser ya hecho, 
se proveyó); pero aún quedan cosas que á lo menos pedirían un sic; 
«no quiero que comencemos por la castidad de la corneja, ni Croton, 
admirables fieras, etc.» ¿Qué ave es esa Croton? será error por 
tórtola. 

El editor no tiene noticia sino de dos ediciones de la Diana de 
Montemayor, hechas en vida del autor, de las cuales posee la de Mi- 
lán, que es la última. A lo que parece no pudo consultar la otra, 
que es de Valencia. Sería curioso conocer las variantes de una y 
otra, y constituir con las dos un texto crítico; á falta de esto, lo na- 
tural sería tomar como base la de Milán y anotar las variantes de 
las posteriores. En lugar de esto se ha tomado una que no se espe- 
cifica, y de cuando en cuando se da la lección de la milanesa; pero 


224 BIBLIOGRAFIA 


ho siempre. En la de Venecia, 1585, que parece la escogida, se dice 
que Silvano «la quiso mas que si», pero aquélla como otras varias, 
trae mas que á si; y con todo no se corrige ni anota el error. Tam- 
poco faltan erratas de hoy, como un haya por una haya; en tiempo de 
Montemayor se aspiraba la h de haya ( fugea, fagus), de modo que 
aquello sería como decir un casa; en el cuarto verso del Canto de 
Orfeo (libro IV) la de Milán, como la de Venecia y las otras que 
tenemos presentes, dicen un amador y no tu amador. 

Como original de la Diana de Gil Polo se ha tomado la edición 
de Madrid, 1778 (-80), pero sin curarse de examinar su exactitud. 
El editor de ésta, aunque respeta la ortografía de la de Zaragoza (no 
Lérida), 1577, se ha tomado la libertad de hacer leista rematado al 
que era loista natural, y así otras cosas gramaticales. El mismo 
editor advierte que para que no falte cosa de lo que se halla en las 
ediciones anteriores, pone las tres dedicatorias que aparecen en las 
de Zaragoza, de París 1611, y Londres, 1739: en la Nueva Bibliote- 
ca se pone como de Gil Polo la de París, dirigida á la Princesa de 
Conti, en que nada tuvo que ver aquél. Releyendo la canción de 
Nerea, notamos que si se hubieran consultado las ediciones antiguas 
no se pusiera agua por alga en la estrofa que empieza: 


Deja la seca ribera 
do está el alga infructuosa. 


En lo que no se halla disculpa es en haber puesto, contra todas 
las ediciones, como si se ignorara la palabra concentos: 
«No encuentras dulces contentos », en lugar de 


No escuchas dulces concentos 
sino el espantoso estruendo 
con que los bravosos vientos... 


En el tomo Il, p. CDLXXXHI se cita infielmente, de memoria sin 
duda, la quintilla: 


¡ Qué pasatiempo mejor... 
y en clara fuente lavarse ! 


poniendo mayor y pura en lugar de los dos adjetivos en bastardilla. 

A observación parecida ofrece margen el Pastor de Filida, para 
el cual se ha seguido la edición de Mayans, Valencia, 1792. Por 
respetables que sean los modernos, no deja de ser prudente acor- 
darse de los antiguos. Acudiendo Á la edición de Lisboa, 1589, 
yemos que en el último verso de la primera estrofa de las que el 


BIBLIOGRAFIA 223 


autor dirige á su libro, ha de leerse « De ti por verme quedar », y no 
verte; que en la séptima estrofa el vas tras doquiera (!) es bastas doquiera: 
Si agradas, bastas doquiera, 
si enfadas, doquiera sobras. 

Contraposición de bastar y sobrar que vemos al principio de la par- 
te 1% (p. 401): «Donde unas no bastan, otras sobran». Pero cosa 
más curiosa: advierte Mayans en su introducción, p. XLIX, que en 
la p. 154, se han omitido las palabras ¿Del brevecillo inventario? El 
Sr. Menéndez y Pelayo, tomando de ahí el pasaje, lo pone bien en 
el tomo I, p. DxIV, y sin embargo, en el texto p. 433, 2* columna, 
se nota la misma omisión. Ahí mismo es sin duda preferible el 
licencia de la edición antigua al ciencia de Mayans: «No falta, dijo Fi- 
lardo, quien los murmure y aun al que por mejoría (sic, y no mayoria) 
es llamado el Poeta castellano; porque hasta ahí llega la licencia de 
los que á sola su opinión lo entienden.» 

En el título de los Col/loquios satíricos de Antonio de Torquemada, 
p. 485, se lee: «A continuación se detallan las materias que se tractan 
en estos siete colloquios»; viendo que el novísimo y galicisimo deta- 
llan no se aviene mejor con el tractan y el colloquios que el Don con el 
Turuleque, acudimos al Ensayo de Callardo, de donde resulta que en 
el original dice: «A la vuelta de esta hoja se hallarán las mate- 
rias, etc.» 

Habrá, es probable, otros descuidos ó errores en el resto del vo- 
lamen, pues, como va dicho, hemos cotejado al azar unas pocas 
páginas para ensayarlas. Nos complace esperar que acaso ya el 
Sr. Menéndez y Pelayo mismo haya notado el pobre servicio que le 
han hecho los compulsadores y correctores, y hasta haya logrado 
convencer al editor de lo que importa atender con más esmero á esta 
parte esencial de la tarea. 

X. 


MISCELANEA 


La Revue des Études Grecques y La Romania dan cuenta de haber 
Vicror Henay fallecido en Sceaux el ilustre profesor de sánscrito y de gramá- 

tica comparada de las lenguas indo europeas de la Sorbona. Y en 
verdad que tal suceso es en extremo sensible porque envuelve la pérdida de quien 
por su gran saber, su labor infatigable en el campo de la ciencia del lenguaje 
y sus obras de mérito extraordinario, fué una figura prominente entre los más 
conspicuos cultivadores de la lingúística. Las corporaciones á que perteneció pu- 
dieron apreciar bien las excelsas cualidades que le adornaban, el valer de sus pro- 
ducciones; y por ello 7 Association pour Dencouragement des études grecques premió su 
hermosa tesis sobre 1'Analogie en général el les formations analogiques de la langue 
grecque (1883), que esá juicio del eminente Sayce, profesor de Asiriología de la 
Universidad de Oxford, the best account yet given of the limits and influence of analogy 
in language. Estupefacto se queda uno contemplando cuanto produjo en breve 
espacio de tiempo, como si pensara, al decir de /' Association, que su vida debiendo 
terminar pronto le era preciso entregar al público todos los tesoros de su vasta 
erudición. Las obras en que revela su genio, afirman, para sorpresa, cuán reposada 
fué su investigación, la madurez de su ciencia; como prueba de ello examínense sus 
Etudes afghanes (1882), Eléments de sanserit classique (1902), Grammaire pálie (1904), 
Précis de Grammaire comparée du grec et du latin (1887), Précis de Grammaire com- 
parée de Panglais et de Pallemand (1893), traducidas éstas dos al inglés, sus Esquisses 
morphologiques (1882 á 1889), sus investigaciones célticas, Antinomies linguistiques 
(1896), y su estudio sobre Le Langage martien (1901). Nose limitaron tan sólo 
sus pesquisas á determinados idiomas porque desde los más rudimentarios hasta 
Jos más perfectos permitíanle al aproximar sus formas, sistematizar las evoluciones 
paralelas para elevarse magistralmente á la síntesis y á la doctrina que señalan á 
las lenguas humanas, como dice M. E. Babelon, Presidente que fué de /'Associa- 
tion, en su discurso, como organismos que viven, progresan y se desarrollan como la 
vida animal, como las civilizaciones de que son reflejo. También se cuentan en- 
tre los trabajos del profesor Henry su Esquisse d'une Grammaire Innok y Esquisse 
VPune Grammaire Aleoute (1877-79), le Quichua (1876-77), y Arte de la Lengua 
Chiquita (1879-80), así como La religión du Véda (trad. del alemán, 1903), les 
Littératures de Y Inde (sánscrito, pali, pracrito, 1904), La Magie dans Y Inde antique 
(1904), Le Parsisme (1905).—J. M. D. 


Durante los días 19 y 23 del próximo pasado mes de Agosto se 

ConGrEso celebraron en la ciudad de Boston las sesiones del Seventh Inter- 

AN national Zooloyical Congress, verificándose en los días siguientes 
las excursiones científicas y visitas á Laboratorios y Museos. 

Este importante Congreso ha sido presidido por Alejandro Agassiz, por acuerdo 

del que se reunió en Berna hace tres años justamente, en 1904; y á él han asistido 


MISCELANEA 227 


eminentes naturalistas europeos, entre los cuales se encontraba el Profesor Rafael 
Blanchard, de París, Secretario general de la comisión permanente del Congreso 
Zoológico Internacional. En el espléndido local de la Escuela de Medicina de 
Harvard efectuáronse las mencionadas sesiones. 

Los congresistas tuvieron oportunidad de visitar: la Universidad de Harvard, 
situada en Cambridge, Mass., el Marine Biological Laboratory de Wood Hole; Co- 
lumbia University, el New York American Museum of Natural History, New 
York Zoological Society; el Marine Laboratory of the Brooklyn Institute of Arts 
and Sciences y el Carnegie Station for Experimental Evolution en Cold Spring 
Harbor, L. I.; Yale Universiy, New Haven, Conn.; Princeton University, N. J.;: 
Academy of Natural Science y University of Pennsylvania en Filadelfia; Smithso- 
nian Institution y United States National Museum, ambos en Washington; Uni- 
versity of Toronto, en Toronto, Canada. Además, el programa de las excursiones 
científicas comprendía una á las islas Bermudas, que brindaba á los miembros del 
Congreso citado la buena ocasión de conocer esa región semitropical bajo el aspecto 
zoológico. 

Las secciones, en número de diez, en que se han agrupado los trabajos para su 
lectura y discusión, fueron las siguientes: 

1% Costumbres de los animales. 

22 Anatomía Comparada. 

3% Fisiología Comparada. 

4 Citología y Herencia. 

5% Embriología y Zoología Experimental. 

6? Entomología y Zoología aplicada. 

12 Zoología general. 
8%  Paleozoología. 
Zoología sistemática, y 

10 Zoogeografía y Talasografía. 

Tan luego recibamos los Proceedings del Congreso nos ocuparemos en dar una 
idea, siquiera breve, en la sección bibliográfica de la Revista, de los principales 
estudios que en aquél presentaron los zoólogos que han contribuído, con el intere- 
sante resultado de sus pacientes investigaciones, al éxito de las reuniones. ¡Di- 
chosos los que dedicados á esas ciencias pudieron al Congreso asistir, y en sus ex- 
cursiones aprender y admirar todo lo grande que contienen los diversos Museos y 
Laboratorios, los múltiples centros de enseñanza zoológica de mayor importancia 
que existen en el oriente de los Estados Unidos !—A. M. 


NOTICIAS OFICIALES 


CONSTITUCIÓN DE T'RIBUNALES.—Con fecha 18 de Julio último la Secretaría 
de Instrucción Pública ha resuelto que en lo sucesivo no pueden formar el mismo 
Tribunal de examen los catedráticos unidos por parentesco 6 afinidad dentro del 
cuarto grado civil. 


ELoGIo PÓsTUMO.—La Facultad de Letras y Ciencias acordó, en sesión del 27 
de Agosto del año actual, encargar al Dr. C. Mimó del elogio fúnebre del Profesor 
de la Escuela de Ingenieros Sr. José M. Cuervo, recientemente fallecido. 


AYUDANTE NOMBRADO.—El Rectorado (Junio 29) ha nombrado Ayudante del 
Jardín Botánico al alumno de la Escuela de Ciencias, Sr. Antonio Ponce de León. 


SOBRE EL GRADO DE Doctor.—La Facultad (sesión de Agosto 27) informó al 
Rectorado en contra de la supresión del Grado de Doctor, estimando que es la de- 
mostración de la capacidad para el ejercicio de la carrera. 


SOBRE LOS ANTIGUOS LICENCIADOS EN CIENCIas.—Asimismo acordó la Fa- 
cultad respecto de los Licenciados en Ciencias del plan español, que los que lo 
fuesen en la Sección de Físico-químicas, para ser Doctor no tendrán más que some- 
terse á los tres ejercicios señalados en el Decreto No. 737 (Junio 29 de 1907); los 
que seau en la Sección de Fiísico-matemáticas, sólo deberán hacer el 1? y 32, lo 
mismo que los Licenciados en la Sección de Ciencias Naturales, puesto que ya rin- 
dieron esta prueba (la del segundo ejercicio) de acuerdo con la legislación vigente 
al efectuar el antiguo grado de Licenciado. 

CAPACIDAD LEGAL DE UN TíTULO.—La Secretaría de Instrucción Pública ha 
resuelto (Septiembre 27) que el título de Doctor en Pedagogía capacita para con- 
tinuar los estudios de las distintas Escuelas que integran las tres Facultades de la 
Universidad de la Habana. 


Biología (1 curso) . rd 

Zoología (invertebrados) (ter. " curso) . . . . p Profesor Dr. Carlos de la Torre. 

Zoología (Vertebrados) (27 curso) . + , ' 

Antropología general (1 curso) .. ... . . + e Dr. Luis Montané. 
CONFERENCIAS 

Histología y Embriología Zoológicas . . + - + Y Dr. Arístides Mestre. (Aux.). 

Anatomía Comparada . AAN S 


Los profesores auxiliares de esta Ela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador 
del Museo de Zoología); Dr. Victorino Trelles (Jefe del Gabinete de Astronomía); 
Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete de Física); Dr. Gerardo Fernández Abreu 

(Jefe del Laboratorio de Química); y Dr. Jorge Hortsmann (Director del Jardin Botá- 
Alco]! Estos diversos servicios tienen sus respectivos ayudantes. —El “Museo Antro- 
pológico Montané” y el Laboratorio de Antropología tienen por Jefe al Profesor titular 


de la asignatura. 
3, ESCUELA DE PEDAGOGIA. 


Psicología Pedagógica (1 Curso)... ... +. + 

Historia de la Pedagogía (1 curso). . . . +. + p Profesor Dr. Ramón Meza. 

Higiene Escolar (I CUTsO0) +. 5.2... 0...» 

Metología Pedagógica (2 Cursos)... ... . +. ES Dr. Manuel Valdés Rodrí- 
guez. 

Dibujo Emeal (E curso). IA y . S é 

Dio Natural (E? CUISO) ga pa) 1 Sr. Pedro Córdova. 


CONFERENCIAS 


2 p E Ss 10- 
peesoRia dl de las escuelas secundarias Apsn o ) Dr. Alfredo M. Aguayo. (Aux.). 

Agrúpada a carrera de Pel cogta en tres cursos, comprende también asignaturas 
que se estudian en otras Escuelas de la misma Facultad. 


4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS. 


Dibujo topográfico, A y A 
(2 cursos)... : EAS . j Profesor Sr. Eugenio Rayneri. 
Estereotomía :(:1 eurso) A A 
Geodesia y Topografía (1 curso) . 
Agrimensura (1 curso) ¿ 
Materiales de Construcción (1 curso) - 
Resistencia de Materiales. Estática: Gráfica | 
(1 curso). 
Construcciones civiles y Sanitarias G curso) . 
Hidromecánica (1 curso) A 


5 Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. 


= y, = Sr. Aurelio Sandoval. 


Maquinaria (1 curso) pe Sr. Eduardo Giberga. 


Ingemería de Caminos (3 cursos: puentes, fe- 
rrocarriles, calles y carreteras) . +. 

Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) $ Sr. Ovidio Giberga. 

Arquitectura é Higiene de los Edificios (1 curso) ] 

Historia de la Arquitectura (1 curso). . 

Contratos, Presupuestos y Legislación especial y 
á la Ingeniería y Arquitectura (1 curso) 


Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Ingeniero Electricista y 
Arquitecto; y son sus profesores Auxiliares: Dr. Andrés Castellá y Sr. A. Fernández 
de Castro (Jefe del Laboratorio y Taller Mecánicos); con sus correspondientes ayudan- 
tes. En dicha Escuela se estudia la carrera de Maestro de Obras. 


5. ESCUELA DE AGRONOMIA., 


Química Agrícola é Industrias us uo) 
Fabricación de azúcar (1 Euro). 

Agronomía (1 curso) A E AS 
Zootecnia (ACOSO) A WS Sr. José Cadenas. 
Fitotecnia (1 curso) . 


— —_— EA — 


eb Dr. Luis de Arozarena. 


Dr. Antonio Espinal. 


AA Profesor Dr. Francisco Henares. 


Economía Rural y Contabilidad Agrícola ( Q ] 
Curso)... ¡ Vita 
Le zislación Rural y formación de. Proyectos ¡A 
(1 curso) . sa 


El Profesor Auxiliar interino para los estulios de esta Escuela es el Dr. Antonio J. 
Rosell. 

Para los grados de Perito químico agrónomo y de Ingeniero Agrónomo, se exigen 
estudios que se cursan en otras Escuelas. 


En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los días hábiles de 12 4 5 
de la tarde, se dan informes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes 
Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, grados, dis- 
posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. 


LEY ESO 


La REvISsTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS será bimestral. 

Se solicita de las publicaciones literarias ó científicas que reciban la REvIsTA, el canje co- 
rrespondiente; y de los Centros de instrucción ó Corporaciones á quienes se la remitamos, el 
envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en nuestra 
sección bibliográfica. 

Para todo lo concerniente á la RevisTA (administración, canje, remisión de obras, etc.) 
dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, Re- 
pública de Cuba. 


NOTICE 


The REvISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other 
month. 

We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and 
Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by them. A 
detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section, 

Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed 
matter, etc. to the Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana» 
República de Cuba. 


AVES 


La REVISTA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, paraitra chaque deux mois. On 
demande l'échange des publications littéraires et scientifiques: il en sera fait un compte rendu 
dans notre partie bibliographique. 

Pour tout ce qui concerne la Revue tels que: administration, échanges, envoi d'ouvrages, 
:tc., On est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad 
«le la Habana, República de Cuba. 


Vol. V. UNIVERSIDAD DE LA HABANA. Num. 3 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD be LETRAS y CIENCIAS 


DIRECTOR: 
Dr. EVELIO RODRIGUEZ LENDIAN 
REDACTORES JEFES: 
Dr. ARISTIDES MESTRE. Dr. JUAN MIGUEL DIHIGO 


COMITE DE REDACCION: 


Dres. ENRIQUE J. VARONA, GUILLERMO DOMINGUEZ ROLDAN, MANUEL VALDES 
RODRIGUEZ, RAMON MEZA, SANTIAGO DE LA HUERTA, LUIS MONTANE, ALEJAN- 
DRO RUIZ CADALSO, AURELIO SANDOVAL, JOSE CADENAS y FRANCISCO HENARES 


NOVIEMBRE” DE 1907. 


SUMARIO: 


—DISCURSO INAUGURAL DEL. CURSO ACADÉMICO DE 1907 Á 1908. Dr. Leopoldo Cancio. 
— HOMENAJE AL DR. CARLOS FINLAY EN LA UNIVERSIDAD . 


—La ESTATUA DE LAMARCK (conunerabado). ... . . . -. Dr. Carlos de la Torre 
—EL BACHILLERATO EN CUBA... . AD Udo AR LE 
- —LEGUMINOSAS CUBANAS (Sinopsis de los KénasOs) a Dr. Manuel Gómez de la Maza 
—REPAROS ETIMOLÓGICOS AL DICCIONARIO DE LA ACADEMIA 
EsPaÑoLa. Voces derivadas del griego (continuación)... Dr. Juan ME Dihigo. 
—0OTTO SALOMON (con un grabado) . e aca Dr, Alfredo Me Aguayo. 
—CONSIDERACIONES HISTÓRICO-CRÍTICAS SOBRE La 2! ENSE- ! 
NANZA EN CUBA (continuación)... . nn Dro Danuel Valdés: Rodricuétz: 


—BIBLIOGRAFÍA.—Nuevo método teórico-práctico para apren- 
der la lengua latina, por Julio Cejador y Frauca. Primer 
curso. Palencia, 1907 - E A E RR AER DD li EA 
—Rápidas. Colección de Rimas. Tercera edición, por Rafael 0 = 
Pérez Cabello (Zerep). Habana, 1907. : «5. + - Dr. E. Rodríguez Lendián. 
—MISCELÁNEA.—Apertura de curso.—La Uned y Al 
Dr. Finlay.—El monumento á Lamarck.—Fragmento de 
un manuscrito de Menandro.—Benjamín I. de Wheeler y 
la Universidad de California.—Graziadio I. Ascoli.—Me- 
moria Universitaria. 
—NOTICIAS OFICIALES.—Grados en la Facultad de Letras y 
Ciencias. —Conferencias.—Acuerdo del Comité de Re- 
dacción. 
H— ÍNDICE DE LAS MATERIAS DEL QUINTO VOLUMEN. 


ae — E 


IMPRENTA "AVISADOR COMERCIAL ”' 
30, AMARGURA 3U 
1907 


ENSEÑANZA DE LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS. 


“Decano: Dr, Evelio Rodríguez Lendián. 
Secretario: Dr. Juan Miguel Dihigo. 


1, ESCUELA DE LETRAS Y FILOSOFIA. 


Lengua y Literatura Latinas (3 cursos)... ... Profesor Dr. Adolfo Aragón. Es 
LenZua y Literatura HeESS G pee E eN Dr. Juan F. de Albear. ER 
Lintúística (1 curso). at ; 


Filología a curso)... Ab Dr. Juan Miguel Dihigo. 


Historia de la L iteratura Española ( 'curso) 


Historia de las literaturas LS Ea Dr. - Guillermo Domínguez 


E => 
y 
1 


(2 cursos) - Te Roldán. 

Historia de Amárica (E curso): - A Dr. Evelio Rodríguez Len- 

Historia moderna del resto del mundo | (2 cursos) dián. y 

PSICO lO HA II CUTSOlE 1 de E LA ; 

Filosofía Moral (1 curso). y Dr. Enrique José Varona 

Sociología (1 curso). > 

CONFERENCIAS 

Estonia delta PHosofia toto e ss e Dr. Sergio Cuevas Zequeira (Aux.) 

Literaturas. pa e MA Ezequiel ¡Garcia Ensecaf (AMA) 

Lenguas clásicas 0... E Dr. Sixto López Miranda (Aux.) - Eg 
2. ESCUELA DE CIENCIAS. E OA 


(a) Sección de Ciencias Físico-Watemáticas 


Análisis matemático (1? y 2% cursos) .... Profesor Sr. José R. Villalón. 
Geometría superior y OO 1 os b 
Geometría descriptiva (1 curso)... - 
Trigonometría (1 curso) . 

Mec cánica (E curso). . 

Física (electricidad) (1 curso, ¿ E 
Física (calor, luz y pod Ú curso) ; 
Biología (1 curso)... 4 4 ñ 
Dibujo Lineal (1 curso) 

Dibujo Natural (r:curso) 

Cosmología (1 eurso) 


+ Dr. Claudio Mimó. E 


DÉ Placidn Biospe ao 


> -- Dr. Carlos. de la Torre. 0 
> Sr. Pedro Córdova. 


YA, ÓN 
* 


Mecánica Racional (1 curso) : e Sr. Juan Orús. 

Astronomía (meur 50) - ARE TN = 

Geodesia (1 CUTSO NL RA Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. 

Mineralogíx y Cristalogr: a tr do) 5 a Dr. Santiazo de la Huerta. . 

Botánica (Orzanosrafía y Fisiología Ve =etales) AS Dr, Manuel Gómezdela Maza. y y 
-(b) Sección de Ciencias Físico-Químicas > 

Análisis matemático (Algebra Superior)... Profesor Sr. José R. Villalón. ces 

SE0m otría Sup rior (sin la Analitica) IA y DECO 

Prigonometría (plana y esférica). 3 


Mecánica (1 curso) . y 
Fisica (2 cursos) ... A 
Química Inorgánica (a curso) A Y 

Química Orgánica (T CUISO) > ma a o | 5 Sr. Carlos Theye. 


Dr. Plácido Biosca. 


pal 


Análisis Químico (Tr. curso) / 
Dibujo Lineal (1 curso) . 


Dibujo Natural (1. curso)... UNE m Sr. Pedro Córdova, A 
Mineralogía y Cristalografía ( curso). Pa su 4 Dr, Santiago de la Huerta.;- 
Biología (1 curso)... + Dr; Carlos de la Torre. -- > 


Dr. Manuel Gómezdela Maza: + 


Botánica (Organos: ña y Fisiolo: sía V egetales): 
> Sa Sr. Juan Orús 


Cosmolozía (1 curso) 


(c) Sección de Ciencias Naturales S e ze 
Análisis matemático (Algebra dea DS . Profesor Sr. José R. Villalón. 21 
Geometría Superior (sin la Analítica). » g 5 o 15 
Trigonometría (plana y E A A ” Dr. Claudio Mimó. o 
Química Inorgánica (1 cusuls NAS pes Sr. Carlos Theye. E 
Dibujo Lineal (1 curso) . AS OR y - : 
Dibujo Natural (1 curso) - q NE ) ” Sr. Pedro Córdova. 
pes (e EIA ? o Pp E Dr. Plácido Biosca. 
Mineralogía ristalo ra la (1 “curs o Ae FS : 
Geología. (1 AS g ( 5 y ) y Dr. Santiago de la Huerta. 


Botánica (Organ: ografía y Fisiología Vegeta- Za, 


les.-Fitografía) (2 cursos) . +» Dr, Manuel Gómez de la Maza. 


JAN 28 1908 


Vol. V NOVIEMBRE DE 1907 Núm. 3 


REVISTA 


DE LA 


FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS 


DISCURSO INAUGURAL DEL CURSO ACADEMICO 
DE 1907 Á 1908 ! 


POR EL DR. LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


Profesor de la Facultad de Derecho. 


Sr. Rector: Mustre Claustro: Señoras y señores: 


Al reanudar sus tareas anuales la Universidad, convoca á todos 
nuestros elementos sociales á esta fiesta académica en que reciben 
su galardón los alumnos señalados por su aplicación y por sus 
esfuerzos y el Claustro por uno de sus miembros se pone en comuni- 
cación con el público; solemnidad tan importante como significati- 
va, consagrada por la tradición, que, si un tiempo fué principal- 
mente ceremonial y sólo atraía á las personas cultas deseosas de 
manifestar su identificación con la obra de educación de nuestro 
pueblo, corresponde hoy á una necesidad de la época, que exige la 
compenetración de la sociedad y del Estado en estos altos centros 
de enseñanza para la eficacia de sus servicios. 

No es en efecto, la Universidad moderna institución aislada en 
que se reúnen como en un claustro, lejos del vulgo profano y como 
apartados de la vida social, los guardianes de un fuego sagrado, ali- 
mentado con doctrinas esotéricas, sino una gran institución social 
consagrada á uno de los grandes fines colectivos; centro de activi- 
dad y de trabajo en que se estudian los elementos de la naturaleza 
y la vida orgánica, al individuo y á la sociedad, no para satisfacción 


1 Leído en la apertura del curso académico en la Universidad el día 19 de Octubre de 1907. 


230 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


íntima de los iniciados Ó para cernirse por las alturas enrarecidas 
de la especulación pura ó de las abstracciones dogmáticas, sino pa- 
ra iniciar á las nuevas generaciones en la ciencia positiva y en sus 
aplicaciones, en la doctrina y en la experiencia, aplicando el princi- 
pio universal de la división del trabajo y especificación de las fun- 
ciones, de manera que, sin dejar de contribuir á la labor humana de 
consolidar y acrecer el patrimonio del saber en todas las esferas de 
la actividad mental, concrete sus esfuerzos á la tarea de ampliar y 
perfeccionar la eomunión del hombre con las fuerzas cósmicas en el 
medio en que vive, y la solidaridad del individuo con los elementos 
sociales que lo rodean; expresión de la solidaridad humana en el 
ambiente histórico en que nos movemos. Así da y recibe con la 
razón y proporción conveniente; lleva los resultados especiales de 
su labor particular al torrente en que se forma el espíritu universal 
de la civilización contemporánea, y recoge rayos lumínicos de todos 
los confines del horizonte para reunirlos en haz luminoso que alum- 
bre nuestra tierra, tanto en el campo de la naturaleza física y de 
sus leyes como en el más complejo de las instituciones fundamenta- 
les del orden social. 

A nosotros nos ha correspondido en la historia de esta Universi- 
dad la tarea de acometer definitivamente esa obra de adaptación. 
Hasta ahora no había contado con los elementos indispensables pa- 
ra su realización; hoy, que ya pertenece á la historia el antagonismo 
irreductible entre gobernantes y gobernados de la época colonial, 
dueños de nuestros destinos y plenamente responsables de nuestros 
actos, no seríamos absueltos por la posteridad si fuéramos infieles á 
las necesidades del momento histórico en que nos desenvolvemos. 

Ayer mismo imperaban en nuestras aulas las disciplinas de la 
Edad Media, pues ¿qué son para la historia los pocos años transcu- 
rridos desde 1842 hasta 1863, en que, si no por completo, penetró en 
nuestra enseñanza con cierto vigor el espíritu moderno? Desde 
1863 hasta 1899 la regulación de los métodos y de los estudios obe- 
deció, por regla general, á fines sectarios Ó á pasiones políticas, con 
la única compensación, insuficiente á todas luces, que podían dar- 
nos meritísimos profesores, impotentes en su aislamiento para orien- 
tarnos por las nuevas sendas. A este último período corresponde 
aquella famosa oración inaugural en que nuestro distinguido com- 
pañero el Dr. Johnson lanzaba angustioso llamamiento en favor de 
las ciencias experimentales completamente abandonadas; sin mate- 
rial, sin gabinetes ni laboratorios, reducidos aquí á la sola enseñanza 


DISCURSO INAUGURAL 231 


de las tres facultades profesionales antiguas, Derecho, Medicina y 
Farmacia, con un aditamento nominal de Letras y Ciencias, sin 
más equipo que libros, y láminas en vez de aparatos. 

Gracias que en nuestro contacto mercantil con los grandes focos 
de la civilización occidental, y en la efervescencia del extraordina- 
rio movimiento intelectual del siglo x1x, los viajes y el amor al 
estudio, la educación de algunos en los centros de la cultura y del 
saber despertaron en nuestro seno algunas vocaciones, y surgieran 
hombres curiosos y observadores de los diversos aspectos de las co- 
sas, ansiosos de recoger y propagar métodos y enseñanzas que nos 
hicieran alentar la noble aspiración de comulgar en la asociación 
internacional de la cultura y del saber. 

No podíamos saltar del claustro en que se balbuceaban las doe- 
trinas escolásticas y los dogmas religiosos, imperante la división de 
los conocimientos humanos en sagrados y profanos, con una lengua 
propia no entendida por el pueblo, al método científico, emancipado 
de toda superstición tradicional, que forma inteligencias libres, sin 
más sujeción y servidumbre que las nobles y exclusivas de las leyes 
que rigen el entendimiento humano. A mayor abundamiento, 
cuando se secularizaba esta Universidad y logró penetrar por sus 
galerías un soplo de cultura moderna, se consumaba la división 
profunda é irreconciliable entre la Metrópoli y la Colonia, que par- 
tiendo de las clases superiores y cultas, iba penetrando lenta pero 
continuamente hasta llegar á las masas. Ni las circunstancias po- 
líticas ni el espíritu dominante en el país favorecieron la compene- 
tración de la sociedad y de los centros de cultura. 

La oposición ruda y sistemática de gobernantes y gobernados, 
los rumbos diversos de nuestra evolución social y de las disciplinas 
científicas, la lucha permanente entre los intereses de la metrópoli 
y los intereses de la colonia dieron á nuestros estudios un carácter 
abstracto, crítico y negativo, que aprovechaba la labor ajena, sin 
confianza posible en las propias fuerzas individuales, impotentes 
en su aislamiento para la ejecución de ningún objeto colectivo. 
Los trabajos de un Poey, la labor de catedráticos como Casaseca, 
González del Valle, y otros que de sobra conocéis, los esfuerzos de 
un Reinoso, de un Pozos Dulces, de un Luz, no eran parte de una 
obra sociológica, sino manifestaciones singulares, representativas 
de un estado psicológico é histórico especial; obra meritísima de 
apostolado que consistía en la propaganda de principios y procedi- 
mientos experimentados y estudiados en otros países. 


232 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


No era posible que en el curso de una ó dos generaciones pasára- 
mos de ergotistas escolásticos á hombres positivos, dedicados al estu- 
dio práctico y fructífero de nuestra sociedad, de nuestro suelo y de 
nuestro clima. No despreciable fué que al ponerse en contacto nues- 
tro país con el movimiento intelectual moderno, selograse que el cuer- 
po social se orientara hacia las tendencias de la época; y que, si no por 
su profundidad, por su extensión, llegáramos á alcanzar una cultura 
con vitalidad suficiente para animar y dar rumbo á nuestras ideas en 
comunión con las más nobles aspiraciones del espíritu humano. 

La libertad de pensar, como toda las manifestaciones de nues- 
tra actividad, tiene su origen y su desarrollo en la historia; nace 
del concurso de muchas circunstancias favorables, y procede en la 
vida moderna del método constantemente empleado en la maravi- 
llosa elaboración de las ciencias matemáticas, físicas y biológicas; 
del hábito lentamente contraído por la mayoría de los hombres de 
dirigir su espíritu por vías ajenas á toda autoridad y á toda tradi- 
ción. Los métodos antiguos formaban inteligencias hábiles y for- 
talecidas en el razonamiento abstracto, fecundas en argumentos y 
sutilezas, inagotables en deducir de afirmaciones generales conse- 
cuencias inesperadas y á veces sorprendentes, ó simples rutinarios 
que repetían las fórmulas y los textos sin discernimiento ni seguri- 
dad. Con tales métodos el hombre pierde ú no adquiere la facultad 
de mirar en derredor suyo y hasta de ver las cosas: no hace más 
que razonar sin límites, yeudo de silogismo en silogismo y de con- 
clusión en conclusión; si un hecho observado está en contradicción 
con un razonamiento es una anomalía, se le reputa como una irre- 
eularidad, que tiene que ceder ante la autoridad del texto, del dog- 
ma ú de la abstracción. 

Es verdaderamente maravilloso que formado en tal ambiente, 
aunque ya bajo las doctrinas más libres de un Varela, surgiera en 
la pléyade de nuestros patricios el gran José Antonio Saco, que 
jamás escribió una línea por mero alarde de erudición; sino para 
concretar con superior sentido crítico, sin asomo de pedantería, su 
saber vastísimo y profundo al estudio de nuestros problemas socia- 
les y políticos, abordándolos con entereza y civismo, nunca supera- 
dos, si por ventura igualados; con inteligencia emancipada de toda 
servidumbre, y carácter tan inaccesible 4 los halagos y lisonjas del 
poderoso como al aura popular y á la condescendencia con los im- 
pulsos irreflexivos de la opinión y de las masas. 


Ey 


DISCURSO INAUGURAL 233 


El nueyo espíritu es necesidad apremiante de nuestra situación. 
Tenemos que multiplicar nuestros esfuerzos para ponernos en ínti- 
mo contacto con la civilización contemporánea en sus más elevadas 
manifestaciones y encaminar nuestra sociedad por la senda que 
imponen la necesidades de la situación económica y política en que 
vivimos; libre nuestro espíritu de toda superstición y de prejuicios, 
así de los que provienen de creencias envejecidas como de los no 
menos funestos que brotan de nuestras pasiones y de nuestros inte- 
reses del momento, devotos de la libertad de pensar, que es el fun- 
damento sólido de todo verdadero progreso. 

Sin la cooperación continua del saber y sin la abnegación indis- 
pensable para someternos á sus conclusiones, la obra del desenvol- 
vimiento del pueblo cubano actual, está destinada á un completo 
fracaso, porque á más andar, con movimiento continuamente acele- 
rado, van llegando á su ocaso definitivo las favorables circunstan- 
cias históricas que nos han hecho mirar como privilegios de nuestro 
suelo y de nuestro clima el auge relativo que alcanzamos dentro de 
una estructura económica y social, que no la naturaleza, sino la vo- 
luntad humana y accidentes pasajeros nos impusieron. 

Se dice y repite que la experimentación es imposible en las ciencias 
sociales; que el químico, el físico, el biólogo, pueden siempre colocar el 
fenómeno que quieren estudiar en ciertas condiciones artificialmente 
determinadas y variables 4 voluntad; por ejemplo, para estudiar la 
respiración de un animal, colocar á éste en la campana de una má- 
quina neumática, y observar á discreción la presión del aire; pero que 
el legislador, el político y el economista no tienen esa facultad porque 
se ven obligados á estudiar los hechos tales como se presentan, sin po- 
der aislarlos de la trama de los hechos conexos en que se encuentran 
enlazados; pero es lo cierto que la historia nos ofrece muchos ejem- 
plos, que si difieren estrictamente del procedimiento que los lógicos 
de las ciencias experimentales llaman experimentación, á él se aseme- 
jan mucho; y pocos ofrecen tales caracteres con tanta fuerza como los 
procedimientos puestos en ejecución por la civilización europea en 
las colonias tropicales para la realización de determinados fines eco- 
nómicos. Cuba en particular ha sido un verdadero campo de expe- 
rimentación social, en que se verificó la condición del aislamiento del 
fenómeno en cuanto cabe, pues empezó á aplicarse con vigor y sin 
intermitencia desde fines del siglo xvr11r, cabalmente en momentos en 
que Inglaterra y Francia iniciaban el abandono del sistema, llegó á 
su apogeo cuando se derrumbaba con actos de justicia el edificio colo- 


234 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


nial europeo basado en aquellos fines, continuó entre discordias y 
cataclismos y dura todavía como estructura social y económica de 
otra época, sobreviviente en circunstancias históricas diferentes, 
que le privan de ambiente adecuado á su organismo. 

Ha consistido el experimento en considerar un país, no como 
destinado á morada de la especie humana en su libre desenvolvi- 
miento, sino como un taller destinado á la producción de mer- 
cancías de lujo Ó de comodidad para otras comunidades más 
avanzadas, sirviendo el hombre de instrumento de trabajo, no con- 
siderado como.agente libre que busca en la naturaleza recurso 
para la vida y su desarrollo continuo en agrupaciones morigeradas 
y progresivas. Surgió el propósito, ya elevada á un alto grado la 
civilización; en medio de luchas cruentas por la conquista de esos 
privilegios; después del descubrimiento de América, en el momen- 
to en que se consolidaban las primeras grandes nacionalidades, 
España, Francia é Inglaterra Ó aparecían vigorosas sociedades 
mercantiles y navegantes como Holanda y los países escandinavos; 
y ha venido desapareciendo con la exploración completa de nuestro 
planeta, el progreso de la técnica industrial y el desarrollo colosal 
de los medios de comunicación y de transporte. En una palabra, 
fué una manifestación del período histórico que en la economía po- 
lítica moderna se designa con el nombre de aparición y consolida- 
ción, de las economías nacionales; y se marchita y perece con la 
formación de la superestructura que estudia la nueva ciencia eco- 
nómica, con el nombre dado por la escuela histórica de economía. 
mundial. 

En Cuba ha perdurado y persiste el antiguo tipo con quebranto 
y ruina de nuestro pueblo, tenaz en la creencia de que nuestro sue- 
lo no está destinado á ser la habitación de una comunidad vigorosa 
y progresiva, sino una inmensa fábrica de azúcar y vega de tabaco, 
como por decreto de un destino manifiesto, y providencial merced 
de la naturaleza. Sin embargo, cualquiera que sea la piedra de to- 
que á que acudamos, los resultados han sido contraproducentes, y 
en buena lógica debemos adoptar otra orientación, aceptando como 
hecho evidente gue esa forma sociológica de nuestra comunidad ha 
hecho de nuestro país durante más de un siglo una de las más in- 
gratas é inclementes moradas de la especie humana. Debemos re- 
conocer que el empleo actual de nuestra actividad es un fenómeno 
histórico, que tuvo un principio, ha tenido su desenvolvimiento y 
puede y debe tener un fin; pero que no lo tienen las cualidades 


DISCURSO INAUGURAL 235 


indestructibles del suelo, capaz de producir subsistencias abundan- 
tes, para el bienestar de una población numerosa y culta, que viva 
identificada con la tierra, recibiendo de ella directamente el susten- 
to; y con el trabajo y la economía, el orden y la paz, en relaciones 
de comercio y de ideas con los demás pueblos, dé y reciba lo necesa- 
rio al fomento de sus intereses morales y materiales. 

En la organización de la economía dominante en los siglos XvI1, 
xvi y hasta entrado el xrx, la explotación de las colonias tropica- 
les fué posible en la forma preconcebida por los estadistas, merca- 
deres y colonos, porque correspondía al espíritu y álas necesidades 
de la época. En aquellos tiempos la agricultura tropical tenía por 
campo casi exclusivo de su actividad las hermosas islas del Medi- 
terráneo Colombiano; las Antillas mayores y menores eran las pro- 
veedoras principales de los frutos de nuestra zona á los emporios 
consumidores é industriales de la zona templada. Las tierras ca- 
lientes de Tierra Firme y del Continente americano en general 
apenas si eran conocidas; Humboldt fué para América al entrar el 
siglo x1x lo que Livingstone y otros para el África no hace muchos 
años, mereciendo el dictado de segundo descubridor de América, 
que le dió nuestro Luz y Caballero; y en esas regiones continentales 
imperaba la economía natural, es decir, aquella en que la naturale- 
za es el principal factor de la producción y el hombre emplea su 
actividad en extraer ó recolectar las riquezas que ella ofrece á una 
industria escasa. Las más saludables regiones, las altiplanicies de 
la América Central y del Sur, mejor pobladas por la raza autóctona, 
apenas si contribuían con algún producto azrícola al movimiento 
colonial de los cambios intercontinentales, sometida á una servi- 
dumbre que la ocupaba sobre todo en las minas de plata con los 
primitivos y trabajosos procedimientos de la época; las islas culti- 
vadas del Océano Indico eran las más pequeñas, Mauricio y Barbón, 
y de las grandes islas de la Malesia, sólo Java, ya muy entrado el 
siglo xrx, figuraba en el comercio tropical con productos agrícolas, 
á partir de las grandes reformas agrarias del ilustre gobernador 
Van den Bosch. Ceilán no apareció hasta mediados del siglo. Esta- 
ban además á una distancia enorme de los mercados consumidores. 
Los macizos continentales del Asia y del África vivían aislados ó 
eran impenetrables, de modo que no contribuían en grado aprecia- 
ble á los consumos de la civilización occidental. Era tan influyente 
la situación de las Antillas, que publicistas europeos y americanos 
de nota, adoptando un punto de vista parcial y hostil, achacaron la 


236 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


abolición de la trata primero y de la esclavitud después en las islas 
tropicales inglesas, á la influencia de la Compañía de las Indias, 
deseosa de impulsar el desarrollo agrícola y comercial del Indostán. 

Además de tales circunstancias, la América del Sur era presa 
de una anarquía crónica, que ponía al desarrollo normal de su ac- 
tividad, obstáculo que se agregaba al dominio avasallador de la 
naturaleza en regiones continentales de millones de kilómetros cua- 
drados de bosques, praderas y montañas ocupados por grupos hu- 
manos relativamente exiguos y de inferior cultura. 

Bajo el punto de vista de la historia económica de la civilización 
occidental, puede caracterizarse en líneas generales ese período de 
esplendor antillano como el de los privilegios en que se fundó el fa- 
moso pacto colonial, y como el de las relaciones económicas de las 
tierras tropicales y templadas reducidas á dos grupos ó focos, que 
seguían más bien la dirección de los paralelos que la de los roeri- 
dianos; á saber, de un lado las grandes nacionalidades ya organi- 
zadas del continente europeo constituídas por España, Francia é 
Inglaterra y al fin un apéndice todavía de poca importancia en los 
Estados Unidos, que distribuían luego las mercancías por los de- 
más países industriales, 4 precios de monopolio; y del otro las islas 
americanas de los trópicos, las pequeñas del Océano Indico y algu- 
nas islas de la Malesia con una franja por las costas de tierra firme 
de ambas Américas, del Asia y del África y por las riberas hasta 
no muy lejos de su desembocadura de las grandes arterias fluviales 
como el Amazonas, el Orinoco, el Magdalena y el Ganges. En 
aquella época y hasta después de mediado el siglo xrx, el centro y 
el norte de Europa estaban lejos de participar activamente de ese 
comercio. Alemania, Austria é Italia eran meras expresiones geo- 
gráficas Ó sus pueblos divididos y mal constituídos, formaban aún 
grandes comunidades semifeudales ó despóticas, absortas unas en 
la intensa labor intelectual y especulativa, precursora de su des- 
arrollo político é industrial, Ó en las pequeñeces y desafueros de 
instituciones caducas, combatidas por la opinión ilustrada, ó eran 
presa de los antagonismos de razas rivales y enemigas. 


A 

En ese campo cerrado de los cambios que podríamos llamar ul- 
tramarinos, los precios de los frutos tropicales eran excesivos, y su 
consumo por consiguiente de lujo. El cebo del lucro incitaba á los 
colonos europeos de las Antillas á extremar los procedimientos in- 


DISCURSO INAUGURAL 237 


dustriales y agrícolas, agotándose pronto las ventajas particulares 
de las Antillas inglesas, sustibuídas en su esplendor por las france- 
sas, que terminan su carrera de auge y crecimiento con los cataclis- 
mos revolucionarios. Pero sobre todo el gran espíritu del siglo 
xvII1, domina en ambas metrópolis, Inglaterra y Francia, impulsa- 
do por los maravillosos y rápidos progresos de la aplicación de las 
nuevas ciencias á la industria y á la gobernación de los pueblos, y 
por el conocimiento, cada vez mayor, de la superficie del globo con 
los viajes, descubrimientos y exploraciones que se suceden rápida- 
mente. Aquellos grandes pueblos someten 4 un análisis profundo 
y tenaz los problemas coloniales, aguijados además los estadistas 
ingleses por el desastre reciente de la emancipación de los Estados 
Unidos; y se inicia enérgicamente en la política ultramarina la re- 
novación completa de las instituciones sociales, aún más que la de 
las instituciones políticas, con Welberforce, Grey, Brougham, Can- 
ning, Huskisson y tantos otros, hasta culminar en la abolición de 
la trata, la de la esclavitud y la del pacto colonial, siguiendo Fran- 
cia las mismas huellas, después de los arrebatos, también impor- 
tantes á nuestro objeto, del período revolucionario. 

Entonces, es decir, cuando en la esfera de las ideas y de los 
principios va cediendo en el mundo civilizado la organización mer- 
cantil de las colonias intertropicales, es cuando Cuba entra franca- 
mente en la carrera que los otros iban abandonando, robusteciendo 
y extendiendo la esclavitud, manteniendo y fomentando la trata, 
ahogando las manifestaciones y tendencias liberales de la minoría 
bajo la doble presión asfixiante del gobierno de la metrópoli y de la 
mayoría de nuestros elementos sociales. Nos lanzamos contra la 
corriente del espíritn universal; y tuvo la nueva orientación sus 
sabios é inspiradores como Arango y Parreño, que inicia su vida 
pública con una excursión porlas Antillas inglesas, especialmente 
por Jamaica, trae las nuevas de su decadencia, pondera las riquezas 
que podemos recoger de sus despojos, forma la opinión, y robustece 
la tendencia á que el país se inclinaba, estimulado por los desastres 
navales del cabo San Vicente y de Trafalgar, que, barriendo de los 
mares la escuadra española, dejó francas y expeditas las rutas ma- 
rítimas á los neutrales para traficar libremente por los puertos es- 
pañoles antillanos. 

Empieza de esa manera y á partir de la toma de la Habana por 
los ingleses y de la gran crisis que atraviesa la historia del mundo 
<on la Revolución francesa, la gran experimentación 4 que me he 


238 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA ——- 


referido al principio; todo se subordina en nuestra organización al 
intento de robustecer y consolidar la colonia de plantaciones; pro- 
ducir frutos tropicales, no para el consumo, sino para la exporta- 
ción, é importar los artículos necesarios para la vida y el bienestar 
de la población, al revés de las enseñanzas de la Economía Política, 
que proclaman como objeto de la actividad humana la subsistencia 
abundante; el consumo inmediato como fin del trabajo, y como re- 
sultado necesario y maravilloso de la libertad de ambos, el creci- 
miento y desarrollo de todos los intereses. Cuando en derredor 
nuestro se iniciaba y acababa por afianzarse el imperio del trabajo 
libre, aumentábamos nuestras importaciones de braceros esclavos 
con escarnio de los tratados internacionales, y cuando surgían en 
nuestra vecindad repúblicas, y las colonias de otros países europeos 
intervenían en su propio gobierno, se perfeccionaba y consolidaba 
aquí un despotismo militar, que era el coronamiento adecuado de 
nuestra organización económica, y forma de gobierno similar ú 
nuestra estructura social. La esclavitud y el absolutismo avanza- 
ban á ocupar el lugar y aprovechar las ocasiones que momentánea- 
mente dejaban vacante y ofrecían las agudas crisis de la libertad 
del trabajo y de los cambios en las colonias inglesas y francesas y 
en el continente americano, pues esas sustituciones llegaron hasta 
que reemplazamos en el mercado los azúcares de Louisiana, de re- 
lativa importancia entonces en el comercio del mundo, desapareci- 
dos en la borrasca de la guerra del Norte y del Sur. 

Enumerar las armas secundarias con que Cuba sostenía lucha 
tan desigual con el espíritu del siglo, ocuparía demasiado espacio. 
Privilegios á los ingenios de fabricar azúcar, organización especial 
del crédito y otras de la misma índole; eran adecuadas al fin, aun- 
que, por otra parte, tan anómala empresa provocaba otras codicias 
y tenía por compensación de la cooperación enérgica de la metrópo- 
li la explotación implacable de la colonia. 

No faltó una voz enérgica y tan llena de patriotismo como de 
sagacidad que levantara la voz en los momentos mismos en que la 
obra se perfeccionaba. Me refiero al insigne Saco, propagandista 
infatigable, patriota sin desmayo, señaló el mal y proclamó las doc- 
trinas que debieron haber apartado á nuestra sociedad de la senda 
que seguía y favorecido nuestro desenvolvimiento social y político 
normal, echando en la balanza su reposo y su bienestrar en rudo, 
heroico y singular combate contra el espíritu dominante y contra 
la política metropolitana. Propalaba sin cesar que nos hallábamos 


DISCURSO INAUGURAL 239 


gravemente enfermos y que si no aplicábamos el remedio con mano 
firme, la muerte podía sorprendernos en medio de la aparente feli- 
cidad de que gozábamos. 

«No faltará quien diga, exclamaba Saco, que los métodos pro- 
«puestos son teorías impracticables. A los que así piensen, res- 
«ponderemos que son ensayos muy fáciles de realizar; que de ellos 
«resultarán grandes ventajas y no perjuicios, y que si ahora no los 
«practicamos voluntariamente, día podrá venir en que, ó los haga- 
«mos á la fuerza ó nos veamos en la terrible necesidad de abando- 
«nar el cultivo de la caña. El marino que, navegando en un mar 
«proceloso, se prepara para conjurar la tempestad, raras veces perece 
«en ella; pero el que, impróvido, se entrega á la fuerza de los ele- 
«mentos, casi siempre es víctima de las olas enfurecidas. » 

De sesenta 4 setenta años han transcurrido desde que lanzaba 
sus patrióticas y sabias advertencias el ilustre publicista bayamés; 
pero su voz fué desoída; los temores que abrigaba, sus más fatídicas 
profecías se han realizado ó están en vías de realización. Así nues- 
tro régimen político como nuestra organización económica fueron 
revistiendo, mientras más avanzaba el siglo, un carácter inhumano 
y antisocial tan poderoso que contrarrestó victoriosamente las con- 
diciones del suelo y de la situación geográfica, para hacer de Cuba 
la morada de un pueblo numeroso, ordenado y progresivo. Conelu- 
yó el siglo x1x, después de sesenta años de discordias irrepresibles, 
en medio de espantoso cataclismo social y económico, uno de los 
más desastrosos que registra la colonización europea en América, 
mayor aún que el de Haití á fines del siglo xyrrr; con dos guerras 
sociales que duraron más de catorce años entre ambas, y no menos 
horrorosa la primera que la última, aunque no se extendió por la 
parte más poblada y rica de la Isla. 


A 


Estaba decretado por un hado adverso que habíamos de perse- 
verar en el camino emprendido, con la circunstancia adicional de 
que, reconcentrados en Cuba todos los recursos militares ultramari- 
nos de España á partir de 1825, el Estado echaba fuerzas incontras- 
tables en la balanza, que aseguraban la impotencia de toda inicia- 
tivaindividual contraria. Nuestra experimentación siguió su curso 
inflexiblemente, reproduciéndose los fenómenos de las colonias tro- 
picales del mismo tipo. 

Ya el tipo estaba bien estudiado por estadistas y economistas. 


240 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


Es famoso en la historia y conocido como el de las llamadas colo- 
nias de plantaciones. De ese tipo, hoy extinguido, somos ya el 
único ejemplar. Nada tan frágil como la prosperidad exterior y de 
aparato á que ha llegado en algunos cortos períodos de su vida esa 
clase de sociedades. El criterio económico con que se aprecia su 
riqueza consiste únicamente en calcular el valor de sus exportacio- 
nes, sin tomarse en cuenta ó apenas fijar la atención en el grado 
efectivo de bienestar Ó malestar de la población, mero instrumento 
de producción; y el ideal es reducir á su más mínima explotación 
los costos del factor humano en la obra de la producción agrícola. 
Una isla como Santo Domingo, dice Leroy Beaulien, que sólo con- 
taba un blanco para veinte negros, y que á fuerza de reducir las 
necesidades del mayor número daba en gran cuantía productos á la 
exportación, pasaba por infinitamente más floreciente que una isla * 
como Puerto Rico, en que era muy numerosa la población blanca, 
común la pequeña propiedad, dedicadas ambas á los cultivos ali- 
menticios y que exportaba relativamente poco, porque consagraba 
todas sus fuerzas á subvenir directamente á las necesidades de sus 
habitantes. En una palabra, se apreciaba la situación de esos paí- 
ses con un criterio muy distinto al que se aplicaba para juzgar el 
estado de las sociedades normalmente constituídas. La explotación 
impaciente y codiciosa, tradicional y característica en tales colo- 
nias, las arrastró á todas á una decadencia más Ó menos rápida, 
pero inevitable. Mientras la civilización moderna se manifiesta en 
las sociedades nuevas, sanamente formadas por un avance continuo 
é incesante de la capitalización, que aumebta día por día con el 
trabajo acumulado, y no hay ninguna para que disminuya y menos 
desaparezca con el transcurso del tiempo; cuando en los países de 
organización libre, con extenso territorio que poblar y cultivar, la 
mera conquista de la tierra, cubriendo de nuevos hogares la sole- 
dad con el desarrollo interno de la población y con la inmigración 
aumenta sin cesar la riqueza pública, bien á saltos como en los Es- 
tados Unidos, Australia, Nueva Zelandia, la Argentina ó el Uru- 
guay, bien con menos brillo y resultados menos visibles, pero sin 
retroceder, como en los demás países continentales de la América 
del Sur; en las sociedades artificiales á que nos venimos contrayen- 
do, el suelo se cubre sucesivamente de ruinas; el capital preciado 
ayer es un escombro mañana, el costoso edificio que se levantaba 
airoso en codiciada plantación se vende al poco tiempo á vil precio, 
inferior al de los materiales empleados en su construcción; la co- 


DISCURSO INAUGURAL 241 


marca que recreaba la vista por su cultivo y producción desapare- 
ce invadida por la maleza ó el terreno yermo; y por donde se veía 
tráfico, movimiento y alegría, sólo se encuentra la choza solitaria y 
pobre de algún labriego, especie de náufrago en el vértigo del lu- 
ero, del agio y de la especulación. 

Son además sociedades perpetuamente descontentas, como que 
no hay remedio que pueda dar salud, vigor y bienestar á institu- 
ciones antisociales y antieconómicas. Lord Grey, á principios del 
siglo x1x enumeraba los lamentos de los colonos ingleses de las Anti- 
llas, siempre en demanda de mayor protección, de mayores recursos, 
de nuevos sacrificios colectivos en aras de la industria azucarera, 
aun en los períodos más peculiarmente favorables á los fabricantes, 
y en pleno disfrute, á fuerza de monopolios y prohibiciones, del mer- 
cado más importante del mundo para sus producciones, ya desde 
aquella época. 

El ilustre historiador y economista inglés Merivale ha dejado 
consignado en la historia de la ciencia el doble fenómeno de la li- 
bertad y del artificio, que hemos llamado la experimentación, en 
las colonias tropicales inglesas. La primera estructura de esas co- 
lonias nació de la inmigración voluntaria durante la primera revo- 
lución de hombres de la mejor clase, principalmente realistas; el 
gobierno concedió la tierra, mediante una regalía y gratuitamente 
también á labradores blancos pobres por lotes de diez acres. Así 
resultó que los primeros pobladores, que ocuparon en crecido nú- 
mero el suelo de las Antillas, fueron principalmente pequeños pro- 
pietarios, que vivieron en sus fincas de los productos de la tierra; y 
los historiadores de las Indias Occidentales han descrito muchas 
veces la prosperidad de esas Islas durante ese primer período de la 
ocupación europea. En 1650 se calculaba la población de las Bar- 
badas en 50,000 blancos, antes del cultivo de la caña que no se in- 
trodujo hasta 1670, y su comercio ocupaba cuatrocientos barcos con 
sesenta mil toneladas de porte. Desde que se introdujo la produc- 
ción de azúcar, la población blanca disminuyó rápidamente, descen- 
diendo de la cifra de setenta mil á que llegó, hasta ser en 1724 de 
diez y ocho y mantenerse desde entonces, estacionarse por los al- 
rededores de quince mil habitantes, observándose el mismo fenóme- 
no en Antigua y Jamaica. 

Se atribuye la causa de esa transformación al monopolio de la 
tierra, consiguiente á la producción del azúcar; el pequeño propie- 
tario no pudo competir con el grande, y el cebo de la ganancia, ele- 


242 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


vado á la más alta expresión por industriales, mercaderes y nave- 
gantes de la Metrópoli, enérgicamente empeñada en la formación 
de su economía nacional, fué excluyendo á las familias de labrado- 
res, que encontraban libre el camino de la sosegada colonización de 
la América del Norte. El azúcar, como el café y el tabaco, reque- 
rían muchos brazos, en épocas determinadas y su reducción en 
otras del año, asimilando esa producción rural á la de industria 
manufacturera. Los grandes capitales y los esclavos eran los que 
podían satisfacer las necesidades de tales cultivos y frutos. Hacer 
diez bocoyes de azúcar, observaba ya en aquel tiempo un informe 
oficial francés sobre la situación de las islas azucareras, exige casi 
los mismos gastos en bestias de tiro, molinos y utensilios que hacer 
ciento; y no es posible explotar una pequeña propiedad en esa for- 
ma de producción. Todas las noticias conocidas sobre el estado 
de las Antillas inglesas durante la primera mitad del siglo xvi, 
están llenas de lamentos sobre la decadencia de los pequeños pro- 
pietarios, y sobre los males precedentes de la división de las clases 
de la sociedad en dos: los hacendados ricos y los esclavos. Decía 
en 1758 el gran Burke que las plantaciones, necesarias en grande 
escala para la explotación mercantil del suelo, habían devorado 
gradualmente á Jamaica. Es propio de las grandes inversiones de 
capitales, agregaba, tender al monopolio, y es propio del monopolio 
procurar grandes utilidades con una producción comparativamente 
pequeña, esto es, que no tenga nunca provisto el mercado en abun- 
dancia. Elañil, que exigía menos tierra y capital que la caña, fué un 
tiempo muy cultivado en Jamaica, y enriqueció la Isla, fomentando 
su población hasta el punto de que sólo la parroquia de Vere, en que 
era aquélla la producción principal, tenía tantos carruajes como la 
Isla entera cuando hablaba el orador, y era mayor el número de 
propietarios, aunque no hubiera tan grandes fortunas como después. 
Es muy sabido que la población esclava no se sostenía en esos 
países sino con la inmigración forzada de la trata; pero se da el caso 
de que, abolida la esclavitud y dedicados los antiguos esclavos á la 
producción para la subsistencia, abandonado el antiguo sistema 
de prohibiciones, trabas y monopolios, no obstante ser muy peque- 
ñas algunas Ó la mayor parte de las Islas, se restablece el desarrollo 
natural de la población, se constituye la familia negra, y, aunque 
no con el esplendor efímero de otro tiempo, la sociedad presenta el 
aspecto normal de su organización, dentro de las condiciones im- 
puestas por la historia y el carácter del pueblo que la forma, 


DISCURSO INAUGURAL 243 


En Cuba el fenómeno ha presentado caracteres semejantes, aun- 
«que con la ventaja sobre las Antillas inglesas y francesas de su ex- 
tensión superficial, que dejaba espacio suficiente para vivirá una 
población libre considerable junto á la población esclava, permitien- 
do crecer á la gran propiedad y al cultivo expoliador, sin impedir 
en mucho tiempo el desarrollo relativo de la pequeña propiedad y 
de la población, en comparación con las Barbadas Antiguas y la 
misma Jamaica; pero el fenómeno en sus líneas fundamentales ha 
ofrecido los mismos caracteres, con más las complicaciones á que han 
dado lugar las crisis políticas por las cuales nosotros hemos atrave- 
sado, desconocidas de las Antillas inglesas, y las crisis económicas 
particulares, nacidas en gran parte del anacronismo con que hemos 
perseverado en el experimento, después que las circunstancias han 
venido siendo desfavorables para su continuación. 

Caracterizaba Humboldt como sosegada y apacible la coloniza- 
ción española en Cuba si se la comparaba con la del continente, en 
particular con la de Méjico y el Perú. Fué aquélla, aunque muy 
lenta, más bien de población que de conquista, y acudían á aque- 
llas otras regiones semifabulosas de los siglos pasados, productoras 
sin límites de plata y oro, los aventureros españoles más inquietos, 
ansiosos de rápida y gran fortuna, que podían disfrutar en las fas- 
buosas y licenciosas capitales de aquellos virreinatos Ó en los es- 
plendores de la vida metropolitana. Se quedaban en Cuba los 
emigrantes más reposados, deseosos únicamente de independencia y 
bienestar ó los funcionarios civiles y militares, empleados en el 
apostadero y plaza fuerte de la Habana, sostenidos con las subyen- 
ciones de las posesiones continentales como estación naval que era, 
á estilo de la época para los galeones y naves que tenían que avi- 
buallarse antes de lanzarse al Atlántico, Ó después de haberlo atra- 
vesado; y servía de reparo y refugio contra las agresiones de buques 
enemigos en aquel período de guerras perpetuas, con armisticios, en 
que recorrían los mares del Nuevo Mundo piratas, corsarios, fili- 
busteros y bucaneros. 

La colonización se reducía á la ocupación del territorio de la is- 
la, no distribuído por medio de venta ó concesiones parcelarias co- 
mo en las colonias inglesas, sino en forma de mercedes y licencias 
para la crianza de ganado mayor y menor de los llamados hatos y 
corrales, con una superficie no deslindada, que llegó 4 ser de un 
círculo de dos y una legua de radio respectivamente sin límites de- 
terminados. El cultivo de la tierra estaba reducido á una que otra 


244 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


zona en que con brazos esclavos se producía para la exportación, 
primero añil, azúcar, tabaco y café en el transcurso del tiempo; co- 
mercio reducido y estorbado por las trabas del sistema colonial im- 
perante á la sazón, y favorecido, cabalmente cuando las grandes 
guerras marítimas impedían á la Metrópoli hacer la policía de estos 
mares, dejando franco el campo al contrabando ó al comercio de 
aliados prepotentes Ó de enemigos victoriosos. 

Aunque no figure ya entre los dogmas científicos la célebre for- 
mula de Malthus, han resistido los embates de la crítica, muchos 
de sus profundos análisis sobre la población hasta el extremo de 
construir en capítulo especial de las ciencias sociales el estudio de 
la materia. Bajo el punto de vista económico, es evidente que la 
población se desarrolla y aumenta con la facilidad y abundancia de 
las subsistencias; se mantiene estacionaria con las dificultades para 
la vida y disminuye con las privaciones que dan origen á los obs- 
táculos represivos de las discordias y de la mortalidad excesiva. 
Profundizar en ese estudio es realizar obra sociológica y económica 
de primera magnitud, como que el hombre es el único agente eco- 
nómico y social, el factor y consumidor de los frutos de la tierra; y 
con esas investigaciones se ha llegado á la conclusión de que así en 
los países más densamente poblados como en los de menos poblado- 
res, el instinto de la reproducción sólo es contrarrestado y reprimi- 
do por el de la conservación individual, inspirado por el grado de 
cultura y las cireunstancias de lugar y tiempo. De todas suertes, en 
lo fundamental, el problema de la población es un problema de sub- 
sistencias, y es claro que cuando aquélla crece rápidamente, las 
condiciones de la vida son en conjunto favorables al bienestar de la 
especie y el pueblo no puede estar muy oprimido ni muy mal go- 
bernado, Megando á afirmar el gran naturalista inglés Wallace, que 
la proporción del aumento es la mejor piedra de toque del bienes- 
tar y hasta de la prosperidad de una comunidad. 

Hemos aplicado ese método al tratar de las Antillas inglesas. 
En Cuba, con el sistema de apropiación de la tierra de que hemos 
hablado y dado el atractivo que ejercía el continente sobre la emi- 
gración española, la población de origen europeo venía creciendo 
muy lentamente hasta mediados del siglo xvIrr, y aunque la de 
origen africano tomó mayor vuelo desde el famoso Asiento, consi- 
guiente al tratado de Utrecht, es lo cierto que al cabo de doscientos 
cincuenta años de colonización, á raíz de la ocupación de la Haba- 
na por los ingleses no contaba la Isla con doscientos mil habitantes. 


DISCURSO INAUGURAL 24 


a 


Para apreciar esa lentitud, basta recordar los datos que hemos con- 
signado antes sobre las Barbadas, y el hecho de que á los ciento 
cincuenta años de ocupación europea, los pobladores de la América 
del Norte, de ambas razas, la blanca y la negra, llegaron al núme- 
ro de tres millones, que fueron el núcleo de la poderosa confedera- 
ción de los Estados Unidos. 

Sin embargo, ya desde la época á que nos venimos contrayendo 
y con el desarrollo de la emigración canaria en el siglo xy111, apare- 
ció formado un núcleo social, que puede tomarse como punto de 
partida para el estudio del desarrollo de nuestra población. Pues 
bien; resulta que cabalmente por la misma época se inicia la experi- 
mentación del sistema mercantil ó de las plantaciones con el vuelo 
de la trata y demás circunstancias á que antes nos hemos referido. 
Hasta entonces, Cuba había arrastrado una vida lánguida; la po- 
blación libre blanca y la negra esclava tenían cada una su esfera 
propia, ocupada la primera en el pastoreo, el monopolizado cultivo 
del tabaco y los víveres para su sustento, en una mediocridad eco- 
nómica, consistente en la posesión de abundantes, aunque rústicos 
medios de subsistencia; ocupada la esclava con sus señores y diree- 
tores en la producción de los frutos para la exportación, en cantidad 
ínfima, si se atiende sólo á las cifras, comparándolas con la cuantía 
de la producción posterior, pero de importancia suficiente dados los 
consumos de la época, para que con los situados de Méjico se man- 
tuviera cierto progreso económico con alguna circulación monetaria 
en el país. 

Desde fines del siglo xv1t1, entrado el x1x y á medida que éste 
avanza en su curso, en ruinas el edificio colonial francés, consumada 
la independencia de la América española, reconcentrados en Cuba 
todos los recursos de expansión de la Metrópoli, bajo la influencia 
de las guerras navales mayores de los tiempos modernos, origen in- 
mediato de la llamada libertad de comercio ó sea de la franquicia 
de comerciar con todos los pueblos del mundo, cambia y se modifica 
continuamente y de una manera sistemática aquella primera estrue- 
bura social y económica. La esclavitud todo lo invade; se pronun- 
cia la división de nuestra sociedad en clases, agregada á la libre y 
esclava empleada en el cultivo del suelo la mercantil, de proceden- 
cia extraña, y nunca identificada con la tierra. Mientras el conti- 
nente se emancipa políticamente, y á su modo sigue la corriente de 
los tiempos; cuando las islas vecinas manumiten su población es- 
clava, Cuba organiza su actividad económica sobre la explotación 


246 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


del hombre, se exalta con la proclamación de su riqueza, consa- 
grando, en fin, todas sus fuerzas á la producción de artículos de ex- 
portación, para alcanzar la prosperidad efímera y borrascosa de las 
colonias de plantaciones, sobre todo á partir de 1840. Las subsis- 
tencias dependen más y más de los mercados exteriores; aumenta 
de día en día la importación de los artículos de primera necesidad; 
los capitales se invierten en la agricultura con las miras y el espí- 
ritu de la especulación mercantil, haciéndose puramente económicos 
los vínculos de la población y de la tierra; se inicia y acentúa cada 
vez más el desvío de la vida rural y va desapareciendo la identifica- 
ción del suelo con el que lo cultiva. 

En tales condiciones, ¿cómo había de progresar nuestra pobla- 
ción? Hoy que vamos andando por el siglo xx podemos ya hacer 
el balance del pasado, y reconocer que no puede ser más deplorable 
el resultado bajo el punto de vista que nos ocupa; hasta el punto de 
que si no ponemos remedio, si no variamos de rumbo y continua- 
mos ejerciendo en la misma forma. nuestra actividad económica, 
nuestro pueblo será ahogado por la competencia debida al desarrollo 
y crecimiento de todos los pueblos, ó reducida á proporciones insig- 
nificantes nuestra participación en la obra del fomento y cultura 
del país. 

Ateniéndonos á los datos de los censos de fines del siglo xyHr y 
principios del siglo xrx, aunque muy deficientes según Arango y 
Parreño, que estimaba superior la población á lo que ellos arrojaban, 
contábamos unas doscientas mil almas de población blanca por esa 
época, y al finalizar el siglo no teníamos más de un millón, inclu- 
yendo en ese número mucho más de cien mil europeos y americanos. 

No guarda proporción ese aumento con el que arrojan los países 
del Nuevo Mundo y aun algunos europeos, si se boma en considera- 
ción que durante el siglo recibió Cuba una inmigración numerosa, 
mayor también que la de los países ibero-americanos, si exceptua- 
mos al Brasil, al Uruguay y ála República Argentina. Engrosaron 
nuestra población en los últimos años del siglo xy111 y primeros del 
x1x los refugiados de Santo Domingo y Haití, después los de la Loui- 
siana y la Florida, los numerosos pobladores que acudieron 4 Cuba 
á consecuencia del desastre colonial español en Méjico, Centro y Sur 
América; la continua corriente de inmigración por familias de las 
islas Canarias; la afluencia de inmigrantes del Norte de España con 
algunos contingentes de otras regiones españolas, y no despreciable 
número de extranjeros. Unidos esos elementos á nuestra base y: 


DISCURSO INAUGURAL 247 


respetable de población blanca nativa y arraigada en el suelo, de- 
bieron habernos asegurado un aumento por la procreación, cuando 
menos hasta llegar 4 dos millones de almas de esa clase, durante el 
siglo, ya tenidos en cuenta los obstáculos represivos tan minuciosa 
y profundamente analizados por Malthus, y hemos visto que apenas 
llegamos al millón. 

Si pasamos á la población de color, todavía es más elocuente el 
resultado. Sumaba la nuestra 4 principios del siglo, cerca de tres- 
cientas mil almas, importamos de África esclavos que por algunos 
publicistas se han elevado hasta millón y medio, pero que los más 
cautelosos no bajan de un millón. Aceptada la última cifra, para 
no incurrir en la nota de exagerados, y agregando los doscientos 
mil chinos pogo más ó menos contratados para nuestras labores agrí- 
colas y desembarcados en nuestros puertos, llegamos, adicionando 
los existentes en el país á los importados durante el siglo, á la suma 
considerable de millón y medio de pobladores de color. Sin em- 
bargo, no arrojó el último censo mucho más de quinientas mil almas 
de ese elemento de nuestra población, cuando, tomando como punto 
de comparación el crecimiento de las mismas razas en los países 
continentales é insulares vecinos, debíamos contar lo menos con tres 
millones de habitantes de ese origen, y sumar la república de Cuba, 
al cerrar el siglo, cinco millones de habitantes. 

Es obvia la objeción que se nos podrá hacer de que la máxima 
parte de los inmigrantes del Norte de España y europeos fueron va- 
rones, animados del espíritu de retorno ó sea del propósito de resti- 
tuirse al hogar nativo tan luego como adquiriesen el peculio ó la 
fortuna que buscaban, pero así y todo, dado que sólo la minoría po- 
día lograr su intento, y supuesta la acción asimiladora y absorbente 
del cuerpo social, los más pudieron y debieron ser factores del ere- 
cimiento de nuestra población en escala mucho mayor que la que 
arroja la estadística, pues circustancia digna de especial mención es 
que la casi totalidad de los inmigrantes venían unos en la infancia, 
otros en la adolescencia y en la primera juventud á incorporarse á 
compatriotas ya establecidos y arraigados en el país, en contacto con 
numerosa población nativa. 

En la población de origen africano el fenómeno es idéntico, aun- 
que se traían mujeres y niños en cantidades apreciables, una cuarta 
Ó quinta parte del número total. Selamentaba Arango y Parreño 
en sus memorias é informes, de que el número de los últimos no 
fuera mayor, y aconsejaba que, antes de la definitiva abolición de 


248 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


la trata, se tuviera aquí una base de población esclava, que asegu- 
rase la provisión de braceros á los grandes cultivos, pero aquella 
proporción hubiera sido suficiente para un gran desarrollo de la po- 
blación si otras circunstancias no lo estorbaran. En efecto, la in- 
migración europea de mujeres y niños en la República Argentina 
no ha sido superior á aquella proporción, y, sin embargo, su pobla- 
ción total, que no pasaba de quinientas mil almas á principios del 
siglo, era superior á cinco millones al terminar. 

Ninguna demostración más cumplida del desastre de nuestro ex- 
perimento que la comparación con el desarrollo de la población en: 
otras partes. Países de nuestro mismo clima y composición étnica 
semejante han cuatriplicado ó quintuplicado su población durante 
el siglo xIx sin ninguna clase de inmigración digna de nota, á pesar 
de haber vivido en perpetua agitación y haber mermado su pobla- 
ción los numerosos emigrados de las mejores clases sociales al ter- 
minar sus guerras de independencia y durante sus discordias. El 
territorio de la actual república de Santo Domingo, tan infortunada, 
contaba con cuatrocientos mil habitantes al finalizar el siglo x1x, y 
era un país casi despoblado ó que en la misma superficie apenas si 
pasaba de cien mil al principiar; en Honduras, Panamá, Nicaragua, 
la comparación arroja iguales resultados. Venezuela y Cuba em- 
pezaron el siglo con la misma población aproximadamente; sobre 
todo si comparamos nuestro censo de 1827 con los cómputos de Res- 
trépo, Codazzi y Baralt aun llevábamos alguna ventaja en esa fecha, 
pues mientras aparecíamos nosotros con 727 mil almas, Venezuela 
no pasaba de 600 mil. Pues bien, aquella república, una de las más 
turbulentas de la América del Sur, cerraba el siglo con dos y medio 
millones de habitantes y nosotros no llegábamos á un millón seis- 
cientos mil; allá sin corriente inmigratoria, y compensadas nuestras 
pérdidas en las guerras de independencia con las sufridas allá en las 
mismas luchas y en las guerras civiles. La antigua Nueva Gra- 
nada, á la cual se calculaban poco más de un millón de habitantes al 
constituirse cuando se disolvió la antigua Colombia de Bolívar en 
1826, contaba á fines del siglo con más de cuatro millones, todavía 
con menos inmigración que Venezuela; Méjico, Chile, el Brasil, 
Perá, nos dan resultados semejantes. 

A riesgo de cansar vuestra atención, continúo la “comparación, 
y ejemplo elocuente nos ofrece la isla hermana de Puerto Rico. Con 
los mismos elementos étnicos que nosotros, con un clima aun más 
tórrido que el nuestro, poca inmigración, así voluntaria como for- 


DISCURSO INAUGURAL 249 


zosa, inferior á la nuestra sin duda alguna, se ha elevado su pobla- 
ción hasta ser una de las más densas de nuestro hemisferio con un 
millón de almas en 1899, partiendo de menos de doscientos mil en 
1800. Su suelo no es tan feraz como el nuestro, con excepción de 
algunos valles, y ha sido cruelmente azotada por los huracanes pro- 
pios de estas latitudes, que suelen arrasarla por completo, debido á 
su corta superficie y configuración. 

Llevando la comparación á otra forma de civilización y á regio- 
nes en que una población blanca y libre ha convivido con una po- 
blación esclava de color, fijémonos en los Estados meridionales de 
la Unión Americana. Al principiar el siglo contaba toda la confe- 
«deración con poco más de cinco millones de habitantes, de los cua- 
les la mitad ocupaba el territorio del Sur; en ellos, si exceptuamos á 
Tejas y tal vez Louisiana, la inmigración de blancos ha sido relati- 
vamente menor que en Cuba y nula la de hombres de color, puesto 
que desde 1808 no se importaron brazos esclavos. Sin embargo, en 
esa región y por la procreación solamente, la población pasaba de 
veinte millones, es decir, había decuplado durante el siglo. 

En otro hemisferio, en la isla de Java una raza diferente, bajo 
un régimen tutelar de gobierno, se propagaba desde 1800 con vigor 
extraordinario. Su población se calculaba entonces en 3.500,000 
habitantes, un censo hecho en 1826 arrojó un total de 5.500,000 
habitantes; en 1850 se elevaba á 9.500,000, en 1865 á catorce mi- 
llones ciento sesenta y ocho mil cuatrocientos diez y seis, y el 31 de 
Diciembre de 1900, el último día del siglo, contaba con 28.746,000 
habitantes. 


Tales han sido las consecuencias para nosotros de haber reducido 
el problema de la población á una cuestión de brazos. Importados 
por decenas de millar anualmente de las costas de África, también 
de las Antillas en otro tiempo, de Asia, de Yucatán, nunca han es- 
tado satisfechas las supuestas necesidades de los cultivos privilegia- 
dos, que consideraban al trabajador como parte del capital perece- 
dero y circulante de la explotación, de la misma manera que las 
bestias de tiro y de labor. 

En Cuba, á medida que avanzaba el siglo xrx, con los progresos 
de la trata y de la esclavitud se complicaba y dificultaba el problema 
de las subsistencias, privando á la masa general de la población li- 
bre de abundancia y bienestar y extremando los excesos de la seryi- 


250 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


dumbre. Hasta mediados del siglo se mantenía un mercado inte- 
rior, un comercio de relativa importancia entre las ciudades y los 
campos y entre las fincas destinadas á producir para la exportación 
y las menores dedicadas al cultivo y producción de frutos para la 
subsistencia. No era entonces fácil la importación, en grande es- 
cala, de artículos de primera necesidad, ni de Europa ni de América. 
Todavía 6 no se había iniciado ó no se había perfeccionado la trans- 
formación de los medios de locomoción y transporte y de los proce- 
dimientos comerciales que han hecho después lucrativo por el volu- 
men el tráfico universal de las subsistencias; en aquella época, por 
la insuficiencia de las comunicaciones era á veces imposible el trá- 
fico entre las provincias de una misma nación. Cuba, por su exten- 
sión superficial, su configuración y su población, venía siendo un 
tipo intermedio entre la colonia de plantaciones y la de población 
propiamente dicha, á diferencia de las Barbadas, por ejemplo, cuyo 
exiguo territorio no era posible que diera cabida 4 dos formas de 
cultivo y de colonización; y á favor de aquellas circunstancias, la 
población blanca y la de color libre del campo, si no se multiplica- 
ban con la rapidez que en otros países, medraban y crecían; y la 
pequeña industria y el comercio daban ocupación á una población 
libre urbana, ocupada en la manipulación, dirección y distribución 
de las cosechas y artefactos. 

Si se hubiera mantenido siquiera la moderada progresión de la 
población libre que se observa en los cuarenta primeros años del 
siglo, habríamos cerrado la centuria con los dos millones de almas 
de esa clase que hemos dicho más arriba; visto que el desarrollo del 
comercio marítimo y de los transportes trasatlánticos en naves de 
vapor dió á partir de aquella época impulso extraordinario á la 
emigración española, como á la de Europa en general, y empezaron 
á arribar anualmente por millares á nuestras playas, los emigrantes 
canarios y del Norte de España. 

No fué posible por el rumbo en que decididamente se engolfaban 
más y más nuestros hombres y nuestras instituciones. Fué amen- 
guándose la variedad de las producciones en los años posteriores, 
disminuyendo el intercambio que favorecía la solidaridad social. 
Los cafetales, por ejemplo, desaparecían á centenares, á manos de 
una implacable sed de lucro, exacerbada por la ruina de la industria 
azucarera en las Antillas Inglesas, empleándose procedimientos que 
podemos llamar quirúrgicos, contrarios á los más elementales prin- 
cipios de toda evolución económica, sana y vigorosa, con el sacrifi- 


DISCURSO INAUGURAL 251 


cio del trabajo de generaciones enteras tras un efímero y quimérico 
tanto por ciento superior, y familiarizando nuestra población con 
las operaciones vandálicas de las demoliciones en masa. 

Una crisis pasajera del café, que fué menos duradera que las que 
ha atravesado posteriormente el azúcar, llevó al asta pública ó al 
mercado libre, 4 las fincas pasadas de moda, enajenándose á vil 
precio, y los compradores trasladaban las negradas ó dotaciones de 
esclavos 4 los nuevos ingenios en fomento cuando no era el propie- 
tario mismo el que libre y espontáneamente destruía el capital re- 
presentado por los molinos, almacenes, secaderos y plantíos para 
erigir la fábrica de azúcar, agotando su actividad, sus recursos y su 
crédito. Así desaparecieron en treinta años, que fueron los de la 
abolición de la esclavitud en las Antillas inglesas y francesas y en 
la Louisiana, con elevación consiguiente en el precio del azúcar, 
mucho más de mil cafetales, cuyos dueños, en gran número por tra- 
dición y por la naturaleza peculiar de la explotación, vivían en sus 
propias heredades, verdaderos jardines con toda clase de produecio- 
nes auxiliares, ó en las poblaciones más próximas, esparciendo la 
cultura y el movimiento por todo el país. 

Luego sobrevienen la abolición definitiva de la trata, el término 
de la inmigración asiática contratada, los perfeccionamientos en la 
fabricación del azúcar, que suprimen industrias complementarias 
como la tonelería y otras que tanto animaban nuestros puertos, y 
sobre todo la revolución de Yara, con la destrucción total de la 
riqueza pecuaria, de las medianas y pequeñas heredades destinadas 
al cultivo, y de la mayor parte de las grandes fincas en las tres pro- 
vincias en que se sostuvo con sus apéndices durante más de once 
años. 

Sobre sesenta mil braceros esclavos, y no bozales como los que 
importaba la trata africana, sino expertos y avezados á toda clase 
de faenas agrícolas, fueron traídos á los ingenios de las provincias 
occidentales, Matanzas, Habana y Pinar del Río, que compensaron 
con creces la ruina de las haciendas situadas en las regiones asola- 
das por la guerra, acentuándose más y más la evolución que con- 
vertía al país en productor de frutos para la exportación con aban- 
dono de otras producciones. 

Aquella guerra de diez años, con los mismos horrorosos caracte- 
res que han señalado las de su clase en las colonias españolas, vino 
á agravar otro mal que se venía sintiendo, el del absenteísmo de los 
propietarios. Refugiada la población rural en los pueblos inmedia- 


252 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


tos y la de los pueblos en las ciudades principales, particularmente 
en esta capital, emigrados al extranjero los más pudientes; más Ó 
menos libres, así de los vejámenes, coacciones y violencias de las 
turbas españolas armadas y de autoridades irresponsables; fijados 
en sus nuevas residencias por la prolongación de la lucha y por los 
atractivos de la vida urbana, rompieron sus vínculos directos con 
sus heredades, muchos acabaron por sentir hacia ellas verdadero 
desvío, no pocos tuvieron que enajenarlas para vivir, y los más 
afortunados, esto es, los que pudieron conservarlas y no las perdie- 
ron á manos del logro, de la usura ó en pago de deudas anteriores, 
acabaron por considerarlas únicamente como fuente de ingresos que 
consumir en los centros populosos. Si algunos de éstos aumenta- 
ron su vecindario y su riqueza, no fué con el desarrollo de nuevas 
industrias, sino como meros lugares de consumo, es decir, con el 
fomento de la edificación urbana y de los establecimientos mer- 
cantiles. 

Viene luego la abolición de la esclavitud, impuesta ya por la 
guerra civil y el espíritu del mundo civilizado. Entonces, á los que 
clamaron por la cooperación necesaria del Estado en esa profunda 
transformación, se contestó en las Cortes españolas y á la faz del 
mundo que el único problema planteado era el de la emancipación 
de los esclavos, sin que el Estado tuviera otros deberes especiales 
que cumplir. Un diputado conservador dijo entre los aplausos de 
la mayoría gubernamental, que de haber indemnización ó compen- 
sación, debía ser para los esclavos, no para los dueños, á quienes se 
había dado tiempo y protección suficientes para hacer frente á un 
cambio que sabían que había de sobrevenir. Es decir, se socava- 
ron hasta los cimientos las bases del orden social, se alteraba la 
trama de todas las relaciones morales, económicas y jurídicas de la 
sociedad, y el Estado, que había sido el propulsor más constante y 
sistemático de la estructura que se desplomaba, dominante por más 
de un siglo cuando menos, proclamaba su indiferencia y lanzaba 
frases mal intencionadas para que las acogiesen y repitiesen con 
fruición las pasiones desbordadas de una sociedad conturbada, á 
raíz de una guerra que había devorado doscientas mil vidas huma- 
nas y centenares de millones de pesos. Se consumó así una verda- 
dera revolución sin compensaciones de ninguna clase, ni para los 
amos, ni para los esclavos, ni para la sociedad en general. 

¿Pero, á qué hablar de compensaciones, ya que no se habló nun- 
ca de indemnizaciones pecuniarias? En las mismas Cortes en que 


DISCURSO INAUGURAL 253 


se proclama la pérfida doctrina de la justa indemnización de los 
esclavos, esgrimiéndose la tea de la discordia entre las clases socia- 
les, se aprobaba un presupuesto expoliador de más de cuarenta mi- 
llones de pesos, coronamiento de la secular rapacidad fiscal; y la 
aplicación á esta Isla de una Ley Hipotecaria, que cualesquiera que 
fuesen sus méritos y los beneficios que á la larga pudiera producir, 
era por de pronto un terrible instrumento de expropiación contra 
los terratenientes, después de antiguas leyes y procedimientos que 
habían servido de norma secular á la contratación. 

Mal tan grave como el que más ha sido nuestra anarquía mone- 
taria, el morbus numericus que ha tenido siempre clavadas sus garras 
en las entrañas de nuestra actividad económica, manteniendo en la 
circulación interior la especie más depreciada, con descuentos sobre 
el valor legal y metálico de la especie de más valor, necesaria en la 
liberación de deudas y en los cambios internacionales; de suerte 
que ha sido ineludible producir para la exportación, que por lo 
menos nos ha puesto en contacto con los valores sólidos del merca- 
do universal. Así han medrado y constituído parte de nuestros 
hábitos el agio y la especulación sin provecho para las clases traba- 
jadoras. A esa dolencia secular y crónica vino á agregarse la cir- 
culación general del papel moneda, que llegó á ser forzosa en casi 
toda la Isla, sin declaración expresa de los poderes públicos, im- 
puesta por las necesidades de la vida económica en un proceso que 
no es del momento estudiar. Su depreciación creció y se mantuvo 
á tipos exorbitantes por más de veinte años, repudiándose sucesi- 
vamente por las clases ricas, y al fin por el gobierno mismo, que- 
dando sólo para el pago de los salarios, para el cambio de los culti- 
vos menores y para la lotería Ó sea el gran impuesto sobre las cla- 
ses trabajadoras. 

¿Qué mucho que tantas causas de ruina trajeran consigo la 
expropiación, en grande escala, de censatarios y pequeños propieta- 
rios, que la clase media rural fuera disminuyendo y que la pobla- 
ción blanca y libre abandonase sus antiguas granjerías para ocupar 
el lugar de las antiguas dotaciones de esclavos, consagrándose prin- 
cipalmente á la producción del azúcar y de tabaco, que les podían 
proporcionar el oro con que pagar la renta, las contribuciones, las 
pensiones de censos y sustraerlos á las violentas y continuas osci- 
laciones de los cambios en todos los consumos? 

La cooperación familiar desaparece de las faenas agrícolas y de 
la economía rural en general. El trabajo y la colaboración de la 


254 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


mujer y del niño, fueron perdiendo continuamente sus caracteres 
propios; de la tienda se acostumbran á recibir los víveres; se produ- 
ce para el comercio no para el consumo inmediato; las conservas 
alimenticias reemplazan á las ocupaciones domésticas. Braceros 
son los que se necesitan, hombres sin familia, que consuman poco 
y sean capaces de las más rudas tareas. A impulsos de tal econo- 
mía social retrocede el movimiento económico, manteniéndose el 
que ya hemos descrito de las colonias de exportación, abandonado 
del mundo civilizado. Aquel relativo equilibrio que guardaban 
nuestras producciones en el primer tercio del siglo x1x, y hasta 
algunos años después y que hacía de nuestra sociedad un tipo supe- 
rior al de las Antillas inglesas y francesas, se deteriora y resquebraja 
continua y sucesivamente; y Cuba se convierte en una gran factoría 
en que domina exclusivo el cálculo mercantil, produciéndose para 
exportar al más bajo precio en la competencia universal y adquirir 
con destino al consumo, artículos de primera necesidad, al precio 
combinado y concertado por los mercaderes. 


Y 
ES 


En esa lucha perpetua con las leyes sociales y económicas, la 
víetima ha sido el hombre: no es extraño que se hayan agotado las 
fuerzas de generaciones enteras en mantener una organización tan 
artificiosa y violenta. Porque conviene insistir además en que 
desde la época hacia 1825 en que ya nos engolfábamos sin apelación 
por los nuevos rumbos, ha venido formándose con toda la persis- 
tencia de una ley histórica, aquella economía mundial á que antes 
me he referido. Se suceden rápidamente los grandes inventos me- 
cánicos del siglo, como la aplicación del vapor á la navegación, los 
ferrocarriles, el telégrafo, las exploraciones geográficas de todas las 
partes del mundo, el desarrollo colosal de las obras públicas en los 
países civilizados, la apertura del istmo de Suez, y cuantos progre- 
sos han reducido de hecho la superficie del globo, facilitando la ex- 
plotación de vastas regiones, que la geografía ha demostrado que 
contienen una gran parte de la tierra habitable y atraen hoy y 
atraerán cada día más el concurso de colonos permanentes, capita- 
listas y comerciantes, cuando sólo provocaban antes, si acaso, la 
curiosidad y las ambiciones de los espíritus aventureros. Ya los 
dos pequeños grupos ó focos anteriormente descritos como factores 
de las relaciones mercantiles entre los trópicos y las regiones tem- 
pladas, pertenecen á la historia definitivamente, y el contacto eco- 


DISCURSO INAUGURAL 255 


nómico de las zonas frías y calientes se amolda á sus relaciones 
de contigitidad geográfica, con tendencia á abandonar la dirección 
de los paralelos para tomar la de los meridianos. La América del 
Norte, cuyas heladas regiones hiperbóreas reputadas antes inhabi- 
tables, se pueblan de comunidades prósperas y progresivas, está en 
relaciones más inmediatas y frecuentes con la del Centro y del Sur, 
la apertura del istmo de Suez y la no distante del de Panamá, más 
competidores han suscitado ó atraerán á los países tropicales que á 
los fríos y templados, acercando á los grandes centros de consumo 
de productos alimenticios y de materias primeras las regiones cáli- 
lidas del continente asiático, las innumerables, fértiles y saludables 
islas de la Océanica y ambas riberas de los océanos Pacífico é Indico. 

Europa penetra en África por los cuatro puntos cardinales con 
grandes vías férreas que del Mediterráneo, del Indico y del Atlán- 
tico se dirigen al Sur, al Este y al Oeste, á razón de centenares de 
kilómetros por año; el Asia se renueva con vigor creciente, y sus 
grandes masas humanas de la vertiente meridional se reorganizan 
bajo la presión de Europa para los fines de la civilización, á4 la vez 
que se desarrolla la agricultura en las islas casi continentales del 
archipiélago malayo. 

La misma ocupación y colonización de los países templados sus- 
cita competidores á los países tropicales en el estado actual de la 
civilización. La ocupación y población de Australia y Nueva Ze- 
landia, el fomento del valle del Misisipí, la colonización de las 
pampas argentinas, la penetración creciente de los rusos en la 
Siberia, y en Turkestán, la aparición del Japón en las campiñas de la 
Corea y de la Manchuria meridional, multiplican la producción 
de los cereales y de todos aquellos productos que, teniendo un mer- 
cado seguro en las naciones cada vez más populosas y ricas de la 
civilización occidental, y en el desarrollo de su propia población, 
son transportados fácil y rápidamente para el consumo, compiten 
en los países viejos con los productos similares, bajan los precios, 
traen crisis agrícolas y obligan á perfeccionar los métodos de culti- 
vo con rotaciones nuevas de cosechas y crecientes inversiones de 
capitales, que por su abundancia resisten la famosa ley económica 
del rendimiento no proporcional. Se afinan y se perfeccionan los 
animales domésticos; las famosas crías de merinos y las mejores 
variedades del ganado vacuno se trasladan á las nuevas regiones, 
donde se propagan sin límites y se cuentan por centenares de mi- 
llones, dejando expedito el campo en Europa para producciones que 


256 *  LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


exigen menos espacio, y lo dejan franco para la multiplicación in- 
definida de nuestra especie. 

No menos trascendental ha sido el cambio operado en la econo- 
mía del mundo por la gran renovación de los procedimientos técni- 
cos en la agricultura y la industria. Si no han emancipado al 
hombre de la naturaleza á cuyas leyes es preciso someterse siempre, 
nature non imperatur nisi parendo, nos han proporcionado el conoci- 
miento de sus secretos, y con esos nuevos conocimientos van sustra- 
yéndonos á la estrecha servidumbre de los climas y á las mayores in- 
certidumbres de las vicisitudes atmosféricas, creando nuevas fuentes 
de producción, hijas de los progresos del saber humano. 

Con esos adelantos desaparecen uno á uno los históricos privi- 
legios y caracteres reputados leyes naturales de los cambios univer- 
sales. Ya no se habla de la división territorial del trabajo. Las 
primeras materias que producían para el tinte y coloración los paí- 
ses tropicales, haciendo exclamar deliciosamente al poeta: 

Bulle carmín viviente en tus nopales 

que afrenta fuera al múrice de Tiro 

y de tu añil la tinte generosa 

émula es de la lumbre del zafiro 
han sido sustituídos por productos químicos, extraídos de minerales 
y residuos industriales, que con más estrago que los fenómenos 
destructores de la naturaleza, siempre pasajeros y misericordiosos 
en su furia, arrasaron con los nopales y plantíos de añil para no 
permitir que se volvieran á reconstituir. 

Cuando la rivalidad secular en las empresas mercantiles y de 
colonización, y el genio diverso de ambos pueblos, inglés y francés, 
culminó en la lucha final y definitiva de las guerras revolucionarias 
y del Imperio, el gran caudillo francés imaginó que podía asestar 
un golpe mortal á su enemigo con el bloqueo continental, aun sin 
contar con el imperio de las rutas marítimas; y erró el golpe, pero 
provocó con el encarecimiento del azúcar, la creación de una nueva 
industria que tuvo por base un tubérculo que nunca había llamado 
la atención de los espíritus aventureros, pero que fijó la de los 
agrónomos y los químicos: la remolacha, entonces con no más de 
un cinco ó seis por ciento de riqueza sacarina, pero que con el es- 
tudio, la perseverancia y los perfeccionamientos subsecuentes, al 
calor de la protección dispensada por los gobiernos, en lucha pacífi- 
ca y no por ello menos enérgica y tenaz, como si conservara el ar- 
dimiento é ímpetu belicoso de la época en que nació, ha llegado 4 


DISCURSO INAUGURAL 257 


constituiruna de las grandes industrias del mundo civilizado, que se 
ha extendido por todos los países de las zonas templadas y frías, y 
en Suecia como en España, en el Canadá y los Estados Unidos, 
como en Chile, vulgariza el comercio del azúcar, excluye Ó pone un 
dique á los azúcares de caña y priva también de completa exactitud 
- á los versos del poeta de la zona tórrida, verdaderos al principio 
del siglo xIx: 

Tú das la caña hermosa 

de do la miel se acendra 

por quien desdeña el mundo los panales. 

Aun los famosos lanos de Venezuela y las sabanas y praderas 
de otros países tropicales pierden su importancia como criaderos de 
productos animales, sustituídos con creces y ventajas para el mun- 
do económico por las llanuras herbáceas de otros territorios situa- 
dos al Sur ó al Norte de los trópicos, sin que tampoco correspondan 
hoy á la realidad aquellos otros versos: 

Y greyes van sin cuento 

paciendo tu verdura desde el llano 
que tiene por lindero el horizonte, 
hasta el erguido monte 

de inaccesible nieve siempre cano. 

Es evidente que en medio de evolución tan estupenda, durante- 
ese proceso, que se ha podido seguir día por día de sesenta años á 
la fecha, hemos ido contra la corriente de los tiempos, imaginando 
que disfrutamos de ventajas excepcionales, de privilegios naturales 
entre los privilegiados de los trópicos cantados por Andrés Bello; y 
que con el estudio sereno y desprevenido de nuestra historia econó- 
mica y social es necesario que lleguemos á la conclusión de que el 
éxito relativo de nuestro experimento se debe á accidentes, y al 
empleo sistemático, inflexible, intransigente, de nuestra actividad 
entera, individual y colectiva con un solo objeto, ajeno al bienestar, 
y por tanto, á la multiplicación de nuestra especie y al desarrollo 
normal de nuestra sociedad. La estadística es implacable; del azú- 
car que aparece en los registros comerciales del mundo civilizado, 
apenas producimos el doce por ciento, y una producción de veinti- 
cinco mil toneladas de tabaco, de la cual sólo una parte corres- 
ponde á la variedad realmente privilegiada que consume el mercado 
restringido de magnates y hombres ricos, son contribución muy 
pequeña al consumo del mundo civilizado que excede de un millón 
de toneladas. Para mantenernos en esa porfía universal, hemos- 


258 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


sacrificado constantemente la subsistencia abundante de nuestro 
pueblo. con un tipo nominal elevado de salarios y de intereses de 
los capitales, con provecho de pocos, como si imitáramos á aquellos 
conquistadores de Castilla del Oro en el Darien, descritos con maes- 
tría por Quintana, que perdida ea una tempestad la mayor parte 
de sus bajeles, sin víveres ó éstos muy escasos, pero cargados de 
oro los que conservaron, si bien insuficientes para trasportarlos á 
la Española, esperaban que el escorbuto y otras enfermedades des- 
arrolladas entre ellos redujese su número al que podían alojar las 
embarcaciones salvadas para regresar á su punto de partida. 

Lejos de disfrutar ventajas excepcionales, producimos para ven- 
der en mercado cada día más restringido con margen muy estrecho 
dentro de los costos de producción, y eso tomando por base las fábri- 
cas de mejores aparatos y administradas con superioridad. Perde- 
mos primero el mercado europeo para nuestros azúcares, sin que les 
haya abierto paso la abolición de las primas de exportación en los 
países productores de azúcar de remolacha, y los Estados Unidos, 
fieles á su política económica tradicional, adoptan y siguen con 
perseverancia una política agraria, basada en el desarrollo de los 
cultivos industriales, necesario para mantener el nivel y la marcha 
progresiva de su agricultura, con lo cual elevan en diez años la 
producción de azúcar de remolacha de veinte mil á cuatrocientas 
mil toneladas, sin contar con el aporte de sus territorios coloniales, 
Hawaii, Puerto Rico, Filipinas y de la otra industria indígena de 
la Louisiana. Hoy mismo, si sostenemos la competencia en ese in- 
menso mercado, debido es en gran parte á los favores y ventajas 
que nos otorga un tratado, fundado más en motivos políticos que 
en provecho económico del mercado consumidor. 

Las catástrofes con que hemos marcado nuestros pasos por la 
vía de las transformaciones industriales necesarias para mantener 
el campo han sido verdaderas hecatombes, en que se han sepultado 
créditos y capitales que no han llegado á tener siquiera la vida de 
una generación, cambiando las heredades de propietarios, como las 
mercancías en una feria, desapareciendo sin compensación las clases 
sociales, consagradas de antiguo al laboreo de las tierras y direc- 
ción de los cultivos. Todos los que peinan canas en Cuba, sin haber 
llegado á la ancianidad, recuerdan la ruina súbita y desaparición 
total de bancos y almacenes en la competencia industrial; sin hacer 
mérito de los otros inenarrables cataclismos en que las discordias 
de clases y de intereses, exacerhadas por la lucha política entre 


DISCURSO INAUGURAL 259 


opresores y oprimidos, destruyeron totalmente la riqueza acumu- 
lada en nuestros campos por las generaciones pasadas. 

Semejante balance económico es el postulado y el corolario á la 
vez del estancamiento y hasta del retroceso de nuestra población 
durante el siglo pasado. Sunt lacryme rerum, diremos con el poeta 
latino. 


Hace muchos años recorrió las Antillas el eminente historiador 
inglés Froude, y en lenguaje tan elevado como artístico daba cuen- 
ta de sus observaciones. Refiere que todavía era general la obse- 
sión del azúcar en algunas islas, y abundaban los arbitristas, que 
formulaban proyectos y los propalaban como soluciones del pro- 
blema. Un antiguo propietario de Jamaica le regaló un folleto, en 
que abogaba por multitud de reformas, y como una de las principa- 
les, por la creación de un nuevo medio circulante basado en el valor 
de la tierra. El gobierno debía emitir papel y facilitarlo 4 los te- 
rratenientes á razón del cinco por ciento anual de interés (allá co- 
rría el interés al ocho), y ese papel ejercería la acción benéfica de 
un riego fecundante para restaurar la industria azucarera. 

Tal debía ser la finalidad del esfuerzo. Y Froude exclamaba: 
¿por qué no pensar en la producción de una variedad mejor de 
hombres? Las esperanzas de Jamaica, las de todos los países no están 
vinculadas en el azúcar ni en ninguna otra forma de riqueza sino en 
los caracteres de los hombres y mujeres quecrían y educan. Donde 
hay hombres y mujeres de una noble naturaleza, lo demás viene por 
añadidura; donde no los hay, no habrá verdadera prosperidad, aun- 
que las toneladas de azúcar se eleven de millares á millones. Las 
colonias sólo son interesantes como centros ó focos en que los hom- 
bres pueden crecer y multiplicarse; hay espacio en las Indias Occi- 
dentales para centenares de miles y millones, si se contentan con 
vivir vidas humanas y no van á ellas para hacer rápidas fortunas 
con que volver á sus antiguos hogares; hay en ella recursos natu- 
rales y ambiente apropiado para la subsistencia de familias indus- 
triosas é inocentes, en cuyo seno puedan formarse hombres tan sen- 
cillos y viriles como sus padres y criados en el temor de Dios. 

Tal debe ser en efecto el ideal del verdadero hombre de Estado en 
nuestra época, y en él debemos buscar nuestras inspiraciones los cuba- 
nos si no hemos de sucumbir con la vista vuelta al pasado en medio de 
las angustias é incertidumbres del presente. Los momentos son críti- 


260 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


cos, el mundo entero solicita las fuerzas de la civilización y los pue- 
blos occidentales están todos empeñados en la obra económica que 
por ello ha recibido el nombre de mundial; el que intente nadar 
contra la corriente perecerá. Vigorizar nuestra sociedad fomen- 
tando nuestra población, debe ser objeto primordial de nuestros 
esfuerzos. Al aventurero que en la ocupación y aprovechamiento 
de la tierra se inspiraba en el luero sin tasa y con precipitación re- 
colectaba los frutos espontáneos, fáciles ó abundantes del suelo ó 
del subsuelo para transportarlos por los medios posibles á las vías 
naturales de comunicación, sin retroceder ante la explotación del 
hombre en su interés exclusivo, ha sucedido el colono que busca la 
paz, el bienestar y un nuevo hogar en tierras nuevas, ó el emigran- 
te que se dirige á otros países, si bien con espíritu de retorno, con 
oficio, industria, capital Ó energía para hacer valer por sí las fuerzas 
de la naturaleza Ó aprovechar el movimiento social incipiente ó ya 
desarrollado. La emigración de los hombres civilizados que se con- 
taba por algunos millares hasta fines del siglo xy creció después 
del primer cuarto del siglo x1x hasta ser de grupos étnicos y socia- 
les enteros en número de decenas de millar primero; más adelante 
de centenas de millar y hoy, desde los albores del siglo xx, se cuen- 
tan por millones. 

Para utilizar esa corriente en el impulso actual de la economía 
mundial, debe tenerse en cuenta que llevan la ventaja los países 
con tierras vacantes no apropiadas jurídica ni económicamente so- 
bre los que están ya poblados ó cuyos territorios, aunque mal ocu- 
pados, están poseídos legalmente por sus moradores; y los de la zona 
templada sobre los de la zona tórrida. Los Estados Unidos, á pesar de 
sus ochenta y cinco millones de habitantes, atraen el volumen princi- 
pal de la emigración europea, porque tienen inmensas regiones despo- 
bladas y libres abiertas á los colonos de sus comarcas más pobladas 
y de los inmigrantes; pues California, por ejemplo, con superficie poco 
inferior á la de España, no llega todavía á dos millones de habitantes, 
y Tejas, con la superficie del imperio Austro-Hángaro, no llega á cua- 
tro. La República Argentina, con la mera aprobación y colonización 
desus pampas y de las riberas de sus ríos por los inmigrantes, no obs- 
tante las deficiencias de su constitución y sus leyes, sin necesidad 
de grandes capitales, tiene asegurado por largo tiempo su desarrollo 
económico extraordinario. Con el laboreo superficial de parte de 
sus llanuras, cifra ya sus exportaciones de cereales, carnes, lanas y 
productos agrícolas en general, por millones de toneladas á ínfimo 


DISCURSO INAUGURAL 261 


precio. La Australasia en su continente de Australia y en las ma- 
ravillosas islas de Nueva Zelandia, contiene territorio libre para 
acrecer indefinidamente las fabulosas riquezas que su población enér- 
gica é industriosa sabe arrancar á un suelo que necesita verdadero 
cultivo para producir. 

Cuba, en cambio, se halla en muy distintas condiciones. Con un 
territorio considerable, como que las provincias de Santiago de Cuba 
y Camagúey tienen cada una mayor superficie que las islas de Sicilia y 
Cerdeña respectivamente, Pinar del Río más, y Matanzas, tanto terri- 
torio como Jamaica; Santa Clara tanta extensión superficial como Ja- 
maica y Puerto Rico reunidos, y la Habana sólo ciento setenta mil 
almas de población rural, puede afirmarse que no tenemos tierras 
vacantes; todo nuestro suelo está apropiado, si no explotado; en las 
partes naturalmente feraces ó aprovechables, es decir, á excepción 
de las ciénagas más vastas y de los cayos adyacentes en general, 
apenas hay terreno que no esté poseído legítimamente; lo cual ex- 
plica que nuestra Constitución, para definir el patrimonio nacional, 
use la fórmula negativa de que pertenece al Estado lo que no esté 
apropiado por particulares, por los municipios y por las provincias, 
y de la misma manera exprese lo que á los últimos corresponde. 

Se caracteriza, pues, nuestra economía nacional bajo el punto de 
vista del fomento de nuestra población y de nuestra agricultura, por 
la carencia de tierra libre. No podemos brindar ni atraer con ella 
al inmigrante, ni alimentar una corriente migratoria de las comar- 
cas pobladas, á las despobladas como la grande y continua caracte- 
rística de la colonización interior de los Estados Unidos y de las 
estepas de Siberia por los rusos. A donde quiera que se dirijan 
nuestros labradores, suponiéndoles ya sentida la necesidad de bien- 
estar para sí y para su familia, y con la energía necesaria para sa- 
tisfacerla, encuentran la propiedad constituída, creado cuando me- 
nos un valor jurídico, y con la reciente invasión de las regiones más 
despobladas por los ferrocarriles, un valor de especulación relativa- 
mente considerable. 

Agréguese á ese verdadero obstáculo para el fomento de nuestra 
población y la transformación de nuestra economía rural los incon- 
venientes ineludibles del clima. Por grandes que sean los progre- 
sos de la ciencia médica y de la higiene, aunque el desmonte por la 
población nativa prepare la tierra para la habitación de hombres de 
otras latitudes, es inevitable la crisis de aclimatación ó de adapta- 
ción al medio, que no se da con la misma intensidad en los países 


262 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


templados, ó de clima igual ó análogo al de la procedencia de los 
inmigrantes; y además, el aprendizaje del laboreo de las tierras, vi- 
cisitudes de las estaciones y cultivos de las plantas tan diferentes 
de las de los países de origen. 

El colono ó bracero que se dirige á los Estados Unidos, Austra- 
lia Ó la República Argentina, encuentra praderas ó llanuras de fácil 
laboreo, estaciones y temperaturas que en mayor ó menor grado les 
son familiares y no causan trastornos en su organismo y en sus 
costumbres; cultivan las mismas plantas, continúan con los mismos 
consumos; y bajo el estímulo del espíritu de lucro, del ansia de bie- 
nestar é independencia, formando grupos ó colectividades de su len- 
gua y de su raza, animados por los mismos propósitos, desoyen los 
llamamientos de la tierra natal y soportan fácilmente las contra- 
riedades y sinsabores inexeusables en el nuevo ambiente. 

Luego los frutos tropicales tienen mercados menos extensos que 
los de la zona templada, como es obvio que suceda, dado que las 
grandes aglomeraciones humanas, que constituyen los centros de 
consumo de la. civilización occidental, agente y propulsora de la eco- 
nomía mundial, están situadas en los climas templados. Mercado 
y bienestar correspondiente tienen asegurados cuantos colonos ocu- 
pen la inmensa superficie de la pampa y los chaparrales de la Re- 
pública Argentina, las praderas y bosques norteamericanos y las 
llanuras de Australia. El trigo, el maíz, la avena, la lana, tienen 
consumidores ilimitados en los viejos solares europeos y en los nue- 
vos focos que crea la colonización. La base y el objeto de la pro- 
ducción es el consumo y no el comercio; lo que vende el colono es 
el exceso, que destina á los artefactos que no puede producir en la 
heredad; y el cuidado y laboreo continuos en el terreno propio me- 
joran la hacienda, haciendo cada día más atractivo el hogar y más 
accesibles los refinamientos de la civilización. Mejoran los rebaños 
con la sustitución de los pastos duros y espontáneos del suelo por 
yerbas nutritivas, perfeccionadas por el cultivo secular en el mismo 
clima, é igual superficie cría y alimenta triple ó cuádruple número 
de animales, que benefician el suelo y dan la vida con sus residuos 
y despojos á tierras antes menos productivas; con esa vitalidad ad- 
quirida por la tierra surge la arboleda, y con ésta, modificaciones 
permanentes en el suelo y en el clima que traen nuevas fuentes de 
producción, amén de las riquezas que se descubran en el subsuelo, 
pobre en la Argentina, pero que encierra tesoros inmensos é inesti- 
mables en Australia y sobre todo en los Estados Unidos. 


DISCURSO INAUGURAL 263 


Pero si no podemos aspirar á ejercer sobre las masas emigrantes 
europeas la atracción de los países templados, y hemos de tener pre- 
sente la falta de tierras libres en nuestro territorio para nuestra po- 
lítica agraria y fomento de población, no por ello estamos incapaci- 
tados para reconstituirnos conforme á las tendencias del espíritu 
moderno. Si pusiéramos en ello una pequeña parte tan sólo de la 
tenacidad y confianza, verdaderas virtudes económicas, con que he- 
mos llevado durante más de un siglo hasta las más extremas y de- 
sastrosas consecuencias, el experimento que someramente he tratado 
de bosquejar, en un espacio de tiempo mucho menor podría ser 
Cuba la morada de un pueblo próspero y ordenado, sobre la base de 
una constitución económica y social sana y robusta; que no es lo 
mismo vivir en lucha con las leyes naturales de la economía que se- 
guir las tendencias de la humanidad en general, y estar en pugna 
con unas y otras, atentos únicamente al logro y á los accidentes que 
en siglo tan borrascoso como el pasado se ofrecían á nuestros pro- 
pósitos. Creer que podemos seguir medrando, confiados en mudan- 
zas y revoluciones en la política de los pueblos, que nos den ó nos 
mantengan en la posesión más ó menos precaria de mercados para 
una ó dos formas exclusivas de producción, es cerrar los ojos á la 
luz y volver la espalda á la realidad. En eseimperialismo creador, 
forma que reviste la expansión delas grandes nacionalidades ya de- 
finitivamente constituídas, no vemos que ninguna se empeñe en 
volver á otros tiempos, constituyendo colonias de plantaciones. Ni 
en África, ni en Asia, ni en Oceanía, mucho menos en la libre é 
independiente América, en ningún país tropical se observa movi- 
miento ó tendencia á organizar la vida económica sobre la división 
de la sociedad en clases de amos y siervos, patronos y clientes, capi- 
talistas y braceros, terratenientes y colonos; ni se piensa en la dedi- 
cación de ninguna porción de las adquisiciones territoriales á la 
producción exclusiva de frutos, favorecidos con privilegios Ó ven- 
tajas más Ó menos artificiales, sino que se consagra la actividad en- 
tera al fomento de la población con la pacificación y la disciplina 
de los pobladores nativos, persiguiendo en todas partes la esclavitud, 
las depredaciones de las tribus nómades, y fijando las fronteras y 
límites de las esferas de influencia, con la pretensión de que pre- 
valezca como fórmula de comercio universal el principio llamado 
de la puerta abierta á todas las banderas, que no es incompatible 
con la hegemonía local de los intereses propios. Constituir la pro- 
piedad, robustecer los lazos de la familia, estimular el cultivo de 


264 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


la tierra y en general el aprovechamiento de sus producciones, es 
el móvil de la política actual en las regiones abiertas á las empresas. 
de la civilización en los últimos cincuenta años. Elocuente demos- 
tración de ese espíritu es la especie de juicio de residencia á que ha 
sido sometido el régimen del Estado libre del Congo, acusados sus 
gobernantes de usar la población nativa como instrumento de ex-- 
plotación codiciosa en el aprovechamiento de las riquezas forestales, 
en particular del caoutehouc, que precios tan excesivos alcanza hoy 
en todos los mercados, y obligando á la transformación y al cambio- 
de sistema. 

Ha penetrado en la conciencia de los pueblos hasta llegar á ser 
una exigencia de su cultura, que el hombre es el agente exclusivo 
de la producción, que la naturaleza es sólo un factor necesario, pero 
subordinado á aquél; que esas relaciones naturales deben tener su 
expresión y consagración en la constitución social y en la organiza- 
ción política; y que, por tanto, el orden social entero debe encami- 
narse á la multiplicación y formación de hombres capaces de apro- 
vechar las fuerzas naturales para su propio é individual bienestar, 
que redunda en provecho general de sus semejantes. 

Cuba tiene suficiente base de población hoy, la tenía ya desde 
principios del siglo xx para evolucionar y progresar en la conquis- 
ta efectiva y aprovechamiento de su despoblado territorio. Sus 
tierras dan frutos nutritivos y adecuados para la subsistencia fácil 
y abundante de una población numerosa, y otros que ofrecer en 
cambio de los artefactos y mercancías que satisfacen las necesidades 
de la vida civilizada. En vez de producir sólo para la exportación- 
á precios de competencia en el mercado internacional y gastar la 
mayor parte del rendimiento en artículos de primera necesidad que 
podemos producir, pagados por el consumidor á precio doble ó tri- 
ple del que tienen en el mercado de origen por no tener competido- 
res efectivos en el mercado interior, bien podemos invertir el es- 
fuerzo: producir para el consumo víveres á precios económicos, 
sostener aquellas industrias que siempre son ventajosas, ejercidas 
en contacto inmediato con el consumo, y exportar para las otras 
necesidades de la vida y para el fomento de nuestros intereses. 

Esa es la forma que reviste el comercio de todos los pueblos 
civilizados y á esa norma económica ajustan hoy su conducta las 
naciones expansionistas. Cuando nos jactamos de que nuestra 
comunidad de millón y medio de habitantes, lanza un valor de más 
de cien millones á la exportación y un conjunto de doscientos mi-- 


DISCURSO INAUGURAL 265 


llones si se suma la importación, mayor en proporción que la de 
cualquier otro pueblo del mundo, discurrimos con el criterio de los 
economistas del sistema mercantil y de la aritmética política; y sólo 
damos la prueba palmaria de que pertenecemos á una especia eco- 
nómica ya extinguida, de la cual somos únicos sobrevivientes, como 
los ejemplares raros que describen los naturalistas de especies per- 
tenecientes á otras edades de nuestro globo, perdidos en un mundo 
que no ofrece ambiente favorable á su propagación. 

No sacan hoy así los estadistas la cuenta de la riqueza de los 
pueblos. Los valores numéricos tienen una importancia secunda- 
ria; la que importa es la calidad y objetos del comercio y de los 
cambios. Los millones dependen del precio de cotización en el 
mercado; los servicios y satisfacciones que se obtienen de la utili- 
dad y resultados que ofrecen las cosas consumidas. Un año de 
altos precios pasa de cien millones el valor numérico de nuestras 
exportaciones, al año siguiente de precios bajos ó normales, tal vez 
con producción de mayor volumen, desciende en veinte ó treinta 
millones de pesos, para satisfacer con ambas sumas, la más grande 
y la más pequeña, las mismas necesidades primarias, que no son 
susceptibles de reducción, y vivir casi en perpetua crisis de subsis- 
tencias, con daño de nuestra agricultura, y sobre todo, con el resul- 
tado de que en esas continuas oscilaciones no pueden formarse ni 
mantenerse hábitos de orden y de economía, ni crecer nuestra po- 
blación ni aumentar, en consecuencia, nuestra suma de valores, que 
tienen por fundamento las necesidades efectivas del hombre, y la 
posibilidad de satisfacerlas. 

Hemos visto el maravilloso crecimiento de la población de Java. 
El gobierno holandés, el más sabio, dice el ilustre naturalista filó- 
sofo Wallace, en el régimen y dirección de los pueblos de civilizacio- 
nes primitivas Ó estacionarias, ha logrado los pasmosos resultados 
que se observan en aquella isla de superficie sólo un veinte por 
ciento mayor que la de Cuba, basando sus grandes reformas agra- 
rias, iniciadas por el ilustre Vanden Bosch, en un sano equilibrio 
entre la producción para el consumo y la producción para exportar, 
logrando el doble fin de que el cultivo de la tierra haya proporcio- 
nado medios abundantes de subsistencia 4 una población, creciente 
en proporciones que igualan á las mayores del mundo; y además 
rentas y productos para la metrópoli y el sostenimiento de la ba- 
lanza de los cambios. 

No necesita el pueblo cubano los mismos estímulos ni son apli- 


266 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


cables aquí los mismos procedimientos practicados por los holande- 
ses; pero la idea fundamental que ha inspirado aquel régimen puede 
servirnos de estudio para la necesaria transformación de nuestra 
economía. Al Estado, á las Corporaciones, á los Centros docentes, 
á los propietarios, á la sociedad entera en todas las formas y mani- 
festaciones de su organización corresponde iniciar la salvadora 
empresa y perseverar en la obra. El contenido de nuestro expe- 
rimento está agotado; tocan ya á nuestras puertas las crisis y tras- 
tornos finales dela estructura artificial que hemos venido analizando. 
Si no hacemos las reparaciones necesarias por nuestra propia volun- 
tad, con la conciencia del punto de partida y del objetivo de nuestros 
esfuerzos, se desplomará el edificio secular en convulsiones y crisis, 
más dolorosas aún que las numerosas que hemos atravesado en 
nuestra trágica historia. 

Empresas mayores que esas han acometido otras sociedades y 
en menos favorables circunstancias. La historia de los primeros 
Hohenzollern, como príncipes colonizadores de Prusia, resumida de 
mano maestra por el ilustre historiador Lavisse, contiene ejemplos 
numerosos del poder del Estado como iniciador y propagandista de 
una política agraria que se considere salvadora. La adquisición de 
grandes heredades para distribuirlas en lotes pequeños á labradores 
con el objeto de germanizar provincias eslavas, transformando de 
paso en ellas la antigua organización de la propiedad territorial, ha 
contribuído á formar y caracterizar el Estado prusiano. Después 
ha continuado la misma política con intermitencias en distintas re- 
giones, y no há mucho en el número de la Revista General de Legis- 
lación y Jurisprudencia de Madrid, correspondiente á los meses de 
Marzo y Abril del corriente año, daba cuenta el distinguido profe- 
sor Adolfo Buylla, aunque con la brevedad que la índole de la pu- 
blicación le imponía, de los esfuerzos del nuevo Estado prusiano 
por ensayar la creación de una clase media labradora ó clase sana 
de paisanos, del interesante movimiento legislativo conocido con el 
nombre de legislación de los retengúter (fundos de renta), y de otro 
importante conjunto de leyes locales el Anerbenrecht, que persiguen 
el fin de conservar la pequeña propiedad en donde exista é impedir 
su excesiva subdivisión. 

En Febrero de 1886 presentó el gobierno prusiano á la Cámara 
de Diputados un proyecto de ley, que fué aprobado, cuyo objeto era 
la colonización de las grandes propiedades de los ducados de Posen 
y de la Prusia Oriental, 4 fin de fortificar en esas provincias el ele- 


DISCURSO INAUGURAL 267 


mento alemán en sus luchas contra el polaco, valiéndose de aldea- 
nos y obreros alemanes. La ley puso á disposición del gobierno un 
fondo de cien millones de marcos destinado á comprar tierras y á 
subvenir á los gastos de primera instalación de las colonias que se 
establecieran con otras reglas para el cobro de la transmisión de las 
parcelas. Las condiciones, garantías y franquicias que se reservó 
el Estado y dadas 4 los colonos, se hacían extensivas á todo pro- 
pietario del reino de Prusia, que quisiera dividir sus dominios y 
vender las parcelas á aldeanos y labradores. 

Otros ejemplos de la acción gubernamental, anteriores y poste- 
riores á la boga del llamado socialismo de Estado, podríamos aducir; 
la política agraria inglesa en Irlanda, nos suministraría algunos; 
pero no podemos abusar tanto de vuestra atención. 

La iniciativa individual no es menos fecunda. Para no ofrecer 
ejemplo de otras razas y formas de civilización, citaré el ejemplo 
del General Urquiza en la provincia de Entrerios en la República 
Argentina. De1850 á 1860 inició un sistema de colonización de 
sus vastas posesiones en aquella región, obteniendo á costa de ver- 
daderos sacrificios resultados que fueron un estímulo y como pre- 
cursores de la gran evolución de aquella nación en los últimos cua- 
renta años. 

En Cuba misma tenemos ejemplos dignos de imitación. En al- 
gunas comarcas han adquirido asociaciones extranjeras grandes 
superficies de terreno; las han dividido en lotes ó parcelas que ofre- 
cen á la venta, y atraído colonos, que van siendo ya numerosos, 
del Canadá, de los Estados Unidos y hasta de Suecia y Noruega, 
que se instalan en sus propiedades y viven de los frutos de la tierra, 
sin mira de hacer rápidas fortunas, como si les inspiraran aquellas 
hermosas palabras de Fronde, citadas en otro lugar. Obros indivi- 
duos que han adquirido fincas de los mismos propietarios del país 
siguen la misma vía, ofreciendo ejemplo que debemos imitar para 
provecho y ventura de nuestra comunidad. Esel procedimiento 
más adecuado para la transformación necesaria de nuestra econo- 
mía, y aprovechar la tierra, con beneficio individual y colectivo, ya 
que no las podemos ofrecer libres á la colonización é inmigración, 
como los Estados Unidos, el Canadá y Australia, la Argentina y 
otros países. Cien mil colonos de esa clase harán más por nuestro 
progreso y pacificación efectiva que los dos millones de blancos y 
negros que durante el siglo último pasaron por nuestra patria para 


268 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


blanquear con sus huesos nuestras campiñas, 6 abandonarnos des- 
pués de hacer fortuna, Ó de fracasar en sus propósitos. 

Lo demás toca á ese espíritu de imitación que, según Tarde, es 
la base principal de la lógica social, y que podría recibir cualquier 
otro nombre menos depresivo para nuestra especie. Y así trans- 
formados nuestros campos, obtendríamos la paz social, sin la cual 
es absurdo aspirar al sosiego político; nuestro territorio se cubriría 
de hogares tranquilos é industriosos; la vida rural, con los progre- 
sos de los tiempos por añadidura, volvería al sendero que todavía 
recuerdan nuestros ancianos, abandonado con las sucesivas Ccon- 
quistas de las producciones exclusivas para la exportación. Así, 
fácil la subsistencia, nuestra población se multiplicaría con rapidez, 
dando valor con su número á la tierra y á sus producciones, y res- 
catando el siglo perdido en infructuosos y quiméricos delirios de 
grandeza. 

Cuba tiene en su favor las ventajas de una situación geográfica 
única en el mundo. Esel país tropical extenso y feraz que está 
más próximo á uno de los grandes focos de la civilización y del co- 
mercio universal. Si examinamos un mapa mundi, observamos 
que las tierras calientes de Asia y África más próximas á Europa, 
se hallan á una enorme distancia de los mercados consumidores. 
El Senegal, el Sudán y la región de los grandes lagos africanos es- 
tán separados por los países berberiscos y por los grandes desiertos 
de Sahara, Nubia y el mar Rojo de la zona templada, particular- 
mente del Centro y del Norte de Europa; y no hay para qué llamar 
la atención sobre las distancias á la Oceanía, la Malesia, Ceilán, 
Madagascar, la India Meridional y la Indochina. 

Todas las tierras tropicales americanas distan mucho más de 
los emporios mercantiles de los Estados Unidos y el Canadá que 
Cuba. A tres días de Nueva York y Pensilvania y pocas horas 
más de las grandes regiones manufactureras de la Nueva Inglate- 
rra y de los grandes estados centrales del Oeste, á pocas horas de 
las costas norteamericanas del golfo de Méjico, cuyos puertos flore- 
cientes están en comunicaciones rápidas con las ciudades del valle 
del Misisipí meridional, mayores día por día, próxima la inaugu- 
ración de una línea de ferrocarril que tendrá su estación terminal 
en Key West, á seis horas de la Habana, no hay ninguna otra par- 
te de nuestra zona que esté en situación comparable á la nuestra y 
sea de feracidad superior á la de nuestras tierras para competir en 
aquellos mercados de porvenir incomensurable con nuestros labra- 


DISCURSO INAUGURAL - 269 


dores y hortelanos en la producción de productos perecederos y de 
gran consumo, propios de nuestro clima. 

El ilustre Reinoso, en uno de sus mejor inspirados momentos, 
ante el espectáculo de la gran -crisis azucarera iniciada en 1884, 
dijo que Cuba estaba destinada 4 ser el gran invernadero de los 
Estados Unidos ó zona de aprovisionamiento durante el largo in- 
vierno norteamericano de frutas, hortalizas y productos en general 
que consumen en cantidad creciente, los estados de millones de al- 
mas y riquezas fabulosas, con los cuales tenemos fáciles comunica- 
ciones, y cuentan con ciudades inmensas ó en desarrollo continuo 
en todo su litoral marítimo, en las riberas de sus grandes ríos, en 
las cuencas carboníferas y en sus vastas llanuras. 

Ni las costas de Veracruz y Tamaulipas ni las Antillas inglesas; 
mucho menos Venezuela, Colombia y la América Central disfrutan 
de igual ventaja que nosotros. La misma parte meridional de Ca- 
lifornia, productora de frutos tropicales, está á mucha mayor dis- 
tancia que Cuba del Centro y Oeste de los Estados Unidos. 

El desarrollo de que es susceptible ese comercio especial es in- 
calculable y suficiente para atender en no pequeña parte á las ne- 
cesidades más refinadas. Junto con otros productos, como el 
tabaco, el mismo azúcar, producido en los lugares más apropiados 
y mientras se pueda defender la industria, aseguraríamos el bien- 
estar y el progreso de nuestra población. 

La naturaleza y la historia nos han dado esa compensación; 
aquélla con la configuración de nuestro hemisferio, con el hecho de 
ser una isla de fáciles comunicaciones marítimas, con la figura de 
nuestro territorio largo y estrecho de transportes fáciles y con la 
benignidad de nuestro clima. La historia con la vecindad inme- 
diata de la más potente de las sociedades hermanas que bajo el pun- 
to de vista económico es capaz de consumir cuanto produzcamos y 
de proveernos de cuanto necesitemos, cuyos intereses son snscepti- 
bles de perfecta identificación con los nuestros, mediante ese cam- 
bio recíproco de servicios. Si hoy estamos en pugna con los gran- 
des intereses agrícolas de aquel emporio es cabalmente porque 
nuestro exclusivismo industrial nos arrastra 4 demandar monvpo- 
lios contrarios á su política agraria tradicional, consistente en 
aprovechar todas las formas de producción de que es capaz su suelo, 
dando variedad y extensión cada día mayor á sus recursos sobre la 
base de la explotación de la tierra por hombres y familias que con- 
soliden en cimiento indestructible su triunfante democracia. 


270 LEOPOLDO CANCIO Y LUNA 


Tales son, á mi juicio, los rumbos que debemos ahora y en lo 
adelante seguir, dejando el pasado tan funesto; bien entendido que 
no hemos de pensar en revoluciones, demoliciones y catástrofes. 
Evolucionar con firmeza, abandonando el fracasado experimento, 
es lo que nos parece necesario. La parte principal de esa tarea 
corresponde á la juventud entusiasta y generosa que acude á estas 
aulas; y á sus profesores nos toca alentarlos para la empresa, pro- 
veyéndola de las ideas y las armas que han de servir para conquis- 
tar la victoria. Dentro de la especialidad económica podemos re- 
petir con un gran químico, el barón Liebig, que la ciencia no da 
oro, pero da fuerzas que, aprovechadas, enriquecen. Si los acon- 
tecimientos nos encuentran desprevenidos, seremos vencidos en la 
lucha; es menester que estemos apercibidos con ideas y propósitos, 
inspirados en las necesidades de los tiempos; sin pesimismo que 
destruye toda confianza eu las propias fuerzas; con la convicción 
de que nuestros desastres, hijos de nuestros errores, son suscepti- 
bles de reparación por el camino de la verdad y de la justicia, 
abierto siempre á la humanidad en general, y con vastos horizontes 
para nuestra sociedad y nuestra república. 

Ax 

Personificación brillante de la generación sobre cuyos hombros 
han de pesar tan arduos empeños, era el joven profesor de la facul- 
tad de Ciencias y Letras, Sr. José María Cuervo y Noriega, cuya 
eterna ausencia empezará á sentir este plantel en el año académico 
que hoy empieza. Nacido en esta ciudad en Mayo de 1872, falleció 
el 8 de Agosto último en la ciudad de New York, apenas cumpli- 
dos los treinta y cinco años de edad, cuando por su talento recono- 
cido, ya madurado por el estudio, entraba en el período creador de 
la existencia. Con vocación decidida por las ciencias exactas é in- 
teresado en los grandes progresos mecánicos y técnicos de nuestra 
época, á costa de verdaderos sacrificios tuvo que trasladarse á los 
Estados Unidos para seguir la carrera de Ingeniero, que entonces 
no se estudiaba en Cuba; y en la famosa Universidad de Cornell 
hizo con aprovechamiento notable los estudios necesarios hasta ob- 
tener el título de Ingeniero Mecánico con dedicación especial al 
conocimiento de la electricidad. 

Al reformarse en Cuba la enseñanza universitaria y profesional, 
creándose la Escuela de Ingenieros, fué el Dr. Cuervo de los pri- 
meros en acudir al llamamiento, y por oposición adquirir la plaza 


DISCURSO INAUGURAL 271 


de Profesor Auxiliar de la Cátedra de Electricidad de aquella es- 
cuela, contándole desde entonces el Claustro de la Universidad 
entre sus miembros más apreciables. 

Todos recordamos la brillante conferencia en que explicó á un 
auditorio selecto la Telegrafía sin hilos; sus alumnos le respetaban 
y amaban por su carácter y por su inteligencia. Publicó un Tra- 
tado completo de Algebra Elemental y dejó inédito otro de Alge- 
bra Superior que, según palabras de juez tan competente como el 
Dr. Mimó, hace honor al autor, á la Escuela, á la Facultad á que él 
pertenecía y á su país. 

Su Facultad en ocasión apropiada hará exposición de los méri- 
bos y servicios del malogrado profesor con la pericia de que ca- 
rezco. Al Claustro en general en esta sesión solemne, le toca con- 
sagrar un recuerdo piadoso á la memoria del finado, que ya más 
que una esperanza era una sólida representación de la nueva Uni- 
versidad. 

He dicho. 


HOMENAJE AL DOCTOR CARLOS J. FINLAY 
EN LA UNIVERSIDAD 


El día 4 de Noviembre de 1907, á las 9 a. m., el Honorable 
Sr. Gobernador Provisional, asociado del Claustro de Profesores de 
la Universidad de la Habana, hizo entrega al Dr. Carlos J. Finlay, 
en el Aula Magna del expresado Centro Docente, de la Medalla 
«Mary Kingsley», que la Escuela de Medicina Tropical de Liver- 
pool le ha conferido por haber descubierto el agente trasmisor de la 
fiebre amarilla. 

A dicho acto fueron invitados por el Sr. Justo García Vélez, 
Jefe interino del Departamento de Estado, en representación del 
Gobierno de la República y el Dr. Leopoldo Berriel, Rector de la 
Universidad, en nombre del Claustro Universitario, los miembros 
del Cuerpo Diplomático extranjero acreditado en Cuba, las Auto- 
ridades y otras distinguidas personalidades. 

El acto fué presidido por el Honorable Sr. Charles E. Magoon, 
Gobernador Provisional de la República, el cual hizo personalmente 
entrega al Dr. Finlay de la expresada medalla después de pronun- 
ciar el siguiente discurso en inglés, cuya traducción al castellano 
fué leída seguidamente por el Jefe interino del Departamento de 
Estado, Sr. Justo García Vélez: 

«Una importante Corporación científica extranjera, la Escuela de 
Medicina Tropical de Liverpool, reconociendo el eminente servicio 
prestado por el Doctor Carlos Finlay en su devoción á la Ciencia 
que ha culminado con su descubrimiento del agente trasmisor de la 
fiebre amarilla, se ha dignado conferirle la Medalla conmemora- 
tiva «Mary Kingsley ». 

«Esta Medalla, que fué creada á la muerte de la famosa viajera 
del Africa cuyo nombre lleva en conmemoración de su obra en los 
trópicos y para ser discernida á aquellos que se hubieren distinguido 
en trabajos especiales de investigaciones en medicina tropical, ha 
sido recibida por el Gobierno de Cuba del Sr. Ministro de Su Ma- 
jestad Británica con el ruego de que sea entregada oficialmente al 
Dr. Finlay. 

«Hubiera sido seguir la forma usual y corriente de acceder á los 
deseos expresados por el Sr. Ministro de Su Majestad Británica el 


HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 213 


que por el Departamento de Estado de la República se trasmitiera 
al ilustre doctor el galardón que tan merecidamente recibe; mas el 
Gobierno, haciendo justicia 4 la personalidad esclarecida del doctor 
Finlay, teniendo en cuenta los beneficios incalculables que su frue- 
tífera labor ha proporcionado á la humanidad y al nombre científico 
de Cuba, ha creído su deber aprovechar la oportunidad que se le 
ha presentado para hacer público reconocimiento de la alta estima- 
ción que sus investigaciones y descubrimiento merecen al pueblo de: 
Cuba y su Gobierno. 

«Doctor Carlos Finlay: recibid, con la congratulación del Gobier- 
no de Cuba y la mía personal, el elocuente testimonio que os dedica 
la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, la Medalla conme- 
morativa «Mary Kingsley ». 


Concedida la palabra al Dr. José Varela Zequeira, Catedrático 
Titular de Anatomía de la Universidad de la Habana, dijo lo si- 
guiente: 

«Sr. Gobernador Provisional: Señores: - 

«El Gobierno Provisional de Cuba, al recibir del Sr. Ministro de 
Su Majestad Británica, la Medalla conmemorativa « Mary Kingsley », 
otorgada por la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool al doe- 
tor Carlos J. Finlay, ha creído de su deber aprovechar esta ocasión: 
para hacer del acto oficial de la entrega, un acto público y solemne, 
que redundase en mayor honra y prestigio de Cuba y de su ilustre 
hijo. 

«Permítaseme, ante todo, en nombre de la Universidad de la Isla 
de Cuba—asociada con entusiasmo á esta fiesta solemne—que dé 
las gracias al Gobernador Provisional por su feliz iniciativa, por 
prescindir de formalismos convencionales, y ejercer su más alta 
prerrogativa, premiando y enalteciendo, en este caso, á una de las 
más legítimas glorias de la patria. Tienen los Gobiernos, entre sus 
múltiples y complejas funciones, el deber primordial de utilizar á 
los más aptos, de premiar á los más dignos, de enaltecer á los más 
ilustres entre los ciudadanos del país que rigen y administran; y 
puedo asegurar, que la acción moral y educadora que se desprende 
del acto que realizamos, fructificará, como toda buena simiente, en 
la opinión pública y que el ejemplo no se perderá esta vez en la 
conciencia de la patria. 

«Desearíamos también que, por conducto autorizado, se hiciese 
llegar á conocimiento de la Escuela de Medicina Tropical de Li- 


274 HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 


verpool, los acuerdos tomados para organizar esta fiesta, la reseña 
del acto de entrega de la Medalla «Mary Kingsley », la estimación 
y valor que concedemos á ese premio excepcional reservado á des- 
cubrimientos fundamentales en Patología Tropical, y el reconoci- 
miento de nuestra gratitud por haber recaído en un compatriota 
nuestro. 

«Ya las sociedades médicas de la Isla, la Academia de Ciencias, 
la Sociedad de Estudios Clínicos, otorgaron al Dr. Finlay, en 
forma y tiempo oportunos, el tributo debido á su mérito; en el úl- 
timo Congreso Médico Cubano, fué aclamado en sesión memorable; 
el Colegio Médico de Jefferson—donde cursó su carrera—le concedió 
el título de doctor en Ciencias Ex Honore; en las exposiciones, con- 
gresos y conferencias médicas celebradas durante los últimos años 
en América y Europa, ha resonado su nombre como un eco del 
aplauso universal sólo concedido á los benefactores de la humani- 
dad. A propuesta de la Facultad de Medicina y Farmacia, esta 
Universidad acordó entregarle una placa conmemorativa de este 
acto. . Pero entre tantas distinciones y homenajes rendidos á su 
mérito excelso, ninguno le conmoverá tanto, como la satisfacción 
íntima de haber alcanzado la gratitud, la admiración y cariño del 
pueblo de Cuba, su patria nativa, laboratorio donde realizó la obra 
de sus mejores años, campo de experimentación, donde en el último 
tercio de su vida puede contemplar la comprobación de su doctrina 
y los beneficios incalculables de su labor científica. 

«Sí; la teoría del Dr. Finlay es el descubrimiento más notable 
realizado en Cuba; uno de los hechos más culminantes en los ana- 
les de las ciencias médicas contemporáneas; porque, al igual de las 
investigaciones de Pasteur, de la cura antiséptica de Lister, del 
suero antidiftérico de Behring, salva anualmente á millares de 
víctimas humanas. Los descubrimientos se valoran sólo por la 
medida en que hacen más sana, intensa y completa la vida indivi- 
dual ó colectiva, ó bien por el número de vidas que salvan. Si mis 
palabras se tachasen de parciales, citaría estas frases del General 
Wood, en el «Report» de su gobierno en Cuba, cuya autoridad no 
será recusada: «La confirmación de las doctrinas del Dr. Finlay, 
es el paso más grande que se ha dado en la ciencia médica después 
del descubrimiento de la vacuna por Jenner, y este solo hecho valía 
la guerra con España.» 

«Ahora bien, ¿en qué consiste la originalidad del deseubrimiento 
del Dr. Finlay? Fué el primero en comunicar al mundo científico, 


[91] 


HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 27 


basándose en experiencias personales, la teoría de que la hembra 
del mosquito Stegomya fasciata, picando 4 un individuo atacado de 
fiebre amarilla en los primeros días de su enfermedad, puede, 
después de infectado, trasmitirla á otro individuo no inmune, á 
quien pique; que éste es el modo general de trasmitirse la enferme- 
dad; y que para evitar la propagación, es necesario preservar ú los en- 
fermos atacados de esa afección, contra las referidas picadas. 

«He dicho el primero que presentó esa teoría científica, basada en la 
experiencia, porque sería fácil entresacar de la literatura médica, 
numerosas opiniones acerca de la relación que existe entre ciertas 
fiebres tropicales y el mosquito. Refiere Koch, que los indígenas 
de las colonias alemanas del Africa Oriental declaran, que cuando 
visitan ciertos valles malsanos y son picados por un insecto que 
Maman Mbu (mosquito), adquieren de seguida una fiebre llamada 
también Mbu (paludismo). En estos últimos meses, el doctor 
Arístides Agramonte, de esta Universidad, que tiene además un 
puesto de honor entre los expertos que comprobaron y perfecciona- 
ron la teoría Finlay, acaba de exhumar (Crónica Médico Quirúrgica 
de la Habana, Julio de 1907) un curioso documento tomado de la 
Gaceta Oficial de Camaná de Mayo de 1853, donde se expresa la hi- 
pótesis del Dr. Beauperthuy, de que una variedad de mosquitos 
produce la fiebre amarilla, instilando debajo de la piel por medio 
de su aguijón «un licor venenoso que tiene las propiedades del ve- 
neno de las serpientes » y que elabora «absorbiendo los líquidos des- 
compuestos de los manglares y pantanos». Esta opinión del doctor 
Beauperthuy, que pugna con las ideas actuales, sólo puede acep- 
tarse á título de interesante reliquia histórica, ya que—según de- 
clara el propio Dr. Agramonte—todos reconocemos en el Dr. Finlay la 
paternidad de la doctrina moderna. 

«No sería dable que los aldeanos de ciertas comarcas de Italia, 
que vienen creyendo desde hace siglos que sus fiebres se producen 
por la picadura del mosquito, le disputasen á Patrick Manson la 
gloria de haber sido el primero en establecer definitivamente el 
papel del mosquito anopheles en la fiebre palúdica, como agente 
trasmisor y como huésped accidental del hematozoario de Laveran. 
Esta teoría famosa enunciada por Manson en 1894 (Brit. Med. 
Journ. 8 dic. 1894) y la emitida trece años antes (1881) por Finlay 
respecto al mosquito Stegomya y la fiebre amarilla, guardan una 
singular analogía; pero así como la evolución del parásito del pa- 
ludismo, nos es hoy conocido con todo rigor científico, el agente 


276 HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 


patógeno de la fiebre amarilla se ha escapado hasta ahora á las pes- 
quisas de los más hábiles y pacientes investigadores, al extremo de 
haberse sospechado si el germen de esa enfermedad no sería un 
microbio ultra microscópico. No se conoce, pues, la patogenia, ni el 
tratamiento de la fiebre amarilla; en cambio la doctrina de Finlay 
sobre su transmisión, ha sido más fecunda en resultados prácticos 
bajo el punto de vista de la profilaxis, que la doctrina homóloga de 
Manson sobre la malaria. 

«No sería pertinente en estos momentos, ni tengo autoridad bas- 
tante para ello, disertar sobre tales cuestiones; sólo me toca pre- 
sentar en forma concisa la prueba documentada del lugar promi- 
nente que ocupa el Dr. Finlay en el interesante proceso etiológico 
de la fiebre amarilla. 

«En los Anales de la Real Academia de Ciencias, etc., de la Ha- 
bana, (sesión del 14 de Agosto de 1881) consta una comunicación es- 
erita presentada por el Dr. Finlay sobre El mosquito hipoléticamente con- 
siderado como agente de trasmisión de la fiebre amarilla. En ese trabajo 
declara que «ha de ser insostenible cualquiera teoría que atribuya el 
origen ó la propagación de esa enfermedad ¿influencias atmosféricas, 
miasmáticas, meteorológicas, ni tampoco al desaseo ni al descuido 
de medidas higiénicas generales». Se pregunta, si no será el Culex 
mosquito—que nuestro naturalista Felipe Poey llevó á París por 
los años de 1817 6 1820, donde fué clasificado por Robineau Des- 
voidy—el verdadero agente de trasmisión. Consigna que hasta 
entonces sólo ha practicado cinco tentativas de inoculación que 
«dieron por resultado un caso de fiebre amarilla benigna, pero per- 
fectamente caracterizada por albuminuria é íctero; dos casos cali- 
ficados de fiebre amarilla abortiva por los facultativos de asistencia; 
y dos de fiebres efímeras ligeras, sin carácter definido». Estas 
inoculaciones se hicieron con una sola picadura. Y por último, se 
expresa así en la cuarta de las conclusiones: «si llegara á compro- 
barse que la inoculación por el mosquito no tan sólo puede repro- 
ducir la fiebre amarilla, sino que es el medio general por el cual se 
propaga... tendríamos en nuestras manos los medios de evitar la 
difusión de la enfermedad ». 

«Como se ve por esta comunicación, que data de veintiséis 
años, el autor revela su intuición genial, la disciplina de su espíritu 
para esas investigaciones y la clarividencia de su talento. A partir 
de este punto, la labor experimental del Dr. Finlay es asombrosa. 
Basta 4 mi propósito mencionar su memoria sobre « Fiebre amarilla 


HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 217 


experimental » leída en la Sociedad de Estudios Clínicos de la Ha- 
bana (sesiones de 31 de Enero y 29 de Febrero de 1884), reprodu- 
cida más tarde en 1904, magistral trabajo de sagacidad y previsión 
científicas, cuyas conclusiones fundamentales han sido aceptadas 
por los más recientes investigadores. 

«No se sabe cuánto tiempo hubiera dormido esta teoría bajo la 
incredulidad pública y la indiferencia de los gobiernos coloniales. 
La misma Intervención Americana, animada del firme propósito 
de sanear la Isla, hubiese fracasado en su empeño, si al convencerse 
de la inutilidad de las prácticas de higiene general puestas en vigor, 
no hubiera apelado con todas sus energías y recursos al nuevo mé- 
todo recomendado por Finlay. Surgió entonces uno de los períodos 
más fecundos para la ciencia. La Comisión Militar Americana, 
presidida por el malogrado Comandante Reed, produjo en el Cam- 
pamento de los Quemados de Marianao, en los meses de Diciembre 
de 1900 y Enero de 1901, el primer brote epidémico experimental de 
fiebre amarilla. El sabio Dr. Guiteras, en la Estación experimen- 
tal del Hospital «Las Animas », operando en análogas condiciones 
durante el verano de 1901, tuvo la inmensa pena de ver sucumbir 
bres casos de fiebre amarilla, víctimas de la experiencia triunfante. 
El Dr. Agramonte, miembro que había sido de la Comisión citada, 
realiza en México nuevas experiencias personales el año de 1902. 
Desde entonces hasta nuestros días, todas las Comisiones investi- 
gadoras, las americanas en Veracruz, la francesa del Instituto 
Pasteur en Río Janeiro, la alemana de Hamburgo, también en Río 
Janeiro, y la de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, en 
Brasil, han confirmado, revistiéndola de mayor precisión y valor 
técnico la doctrina original sobre la etiología y profilaxis de la fiebre 
amarilla. Ahora bien: el mérito de estos colaboradores, la coope- 
ración del Dr. Claudio Delgado—de quien dice el Dr. Finlay que 
sin su auxilio difícilmente hubiera dado cima á su empresa —el éxito 
sorprendente obtenido por el inolvidable Coronel W. C. Gorgas, la 
gloria de todos ellos, con ser tan grande y merecida, no amengua 
sino que enaltece la concepción inicial, la idea matriz y el genio 
del iniciador y maestro. 

«Entre los varones ilustres que aún nos quedan en Cuba como 
títulos á la estimación y respeto de los demás pueblos de la tierra, 
se destaca la figura austera y venerable del sabio modesto, del doe- 
tor Finlay, quien supo enseñarnos el modo de desterrar de nuestras 
costas el fantasma secular y pavoroso del vómito negro, y el de 


278 HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 


abrir los senos de esta tierra prodigiosa, á la corriente fecunda y 
bienhechora de la inmigración y el trabajo. » 


A continuación el Sr. Rector de la Universidad de la Habana 
pronunció las siguientes palabras: 


«Dr. Finlay: 

«Como complemento de los merecidos acuerdos tomados en ho- 
nor vuestro por el Claustro de Profesores de la Facultad de Medi- 
cina y Farmacia, y aceptados por el voto unánime de los Claustros 
de las otras Facultades, para asociarse todos al público homenaje 
que había de tributaros, y que hoy os tributa, el Gobierno Provi- 
sional de Cuba, ante la representación acreditada de las Potencias 
extranjeras, debo entregaros esta placa, que especialmente os dedica 
la expresada Facultad de Medicina y Farmacia, en conmemoración 
del acto solemnísimo que se os ha consagrado y para que coloquéis 
en su centro el excepcional famoso premio que acabáis de recibir. 

«Tomadla, señor; y que ella sea también para vos testimonio, en 
todo tiempo, de lo mucho que os considera, que os distingue y que 
os admira, como ilustre benefactor de la humanidad y de la ciencia, 
la Universidad de la Habana. » 

Tan solemne acto terminó con el siguiente discurso del Dr. Car- 
los J. Finlay: 

«Sr. Gobernador Provisional: Sr. Jefe interino del Departa- 
mento de Estado: Sr. Rector de la Universidad: Señoras y señores: 


«Hermoso y grato es el sentimiento de la gratitud, y se complace 
el alma en entregarse á su acción conmovedora que turba los senti- 
dos y embarga la palabra. Poreso, y aunque se resista mi débil 
voz, me levanto en medio de esta asamblea para dar las gracias á 
mi Dios antes que todo, porque quiso hacerme pobre instrumento 
de su bondad infinita; y á todos los que han querido asociar mi 
nombre y el de esta tierra querida donde nací, en la obra de la ex. 
tinción de la fiebre amarilla. 

«Sr. Gobernador Provisional: profundamente me han conmovido 
las palabras que ha tenido usted la bondad de dirigirme al entre- 
garme esta Medalla en nombre del Gobierno de la Gran Bretaña. 
Su iniciativa de usted ha dado solemnidad á este acto, y ha hecho 
que concurran á él tres naciones para celebrar, no la obra de un 
hombre, sino un movimiento científico á que han contribuído emi- 
nentemente hijos preclaros de su gran República. 

«A la Universidad también, Sr. Rector, debo expresar mi agra- 


HOMENAJE AL DR. CARLOS J. FINLAY 219 


decimiento por su asociación de manera tan honrosa y solemne á 
este acto; y particularmente á su Facultad de Medicina y Farmacia 
por su participación especial é iniciativa en esta ceremonia, así como 
por la hermosísima placa con que ha querido obsequiarme en esta, 
para mí, memorable fecha. Unenme á ella lazos de cariño, ya por 
el compañerismo de largos años con algunos, ya por el afecto á los 
hijos de los que fueron compañeros y hermanos en la profesión, ya 
por buena voluntad y admiración hacia los jóvenes que recogen las 
armas que caen ya de nuestras manos. 

«Señores: á la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool deseo 
más especialmente expresar mi gratitud porque ha querido hon- 
rarme con la presentación de la Medalla «Mary Kingsley». Com- 
parte conmigo este honor el Coronel Dr. W. €. Gorgas, del Ejército 
de los Estados Unidos. Favorecidos por la misma distinción lo 
fueron también, Manson, Laveran, Ross, Koch y otros que, en di- 
versas partes del mundo se asocian en la labor de la Escuela fun- 
dada por los comerciantes de las orillas del Mersey. Mi agradeci- 
miento no es sólo por esta recompensa que recibe mi trabajo de 
tantos años, sino también porque me ha sido concedido admirar 
esta exhibición de solidaridad científica universal. 

«Mas no puedo terminar sin expresar en tan solemne ocasión mi 
personal aprecio y sincera gratitud hacia mi constante compañero 
el Dr. Claudio Delgado, por su entusiasta y valiosa cooperación en 
todos mis primeros trabajos experimentales sobre la fiebre amarilla. 
Y deseo también dar las gracias al Dr. Varela Zequeira por el 
elocuente cuan inmerecido elogio que me ha tributado. » 


LA ESTATUA DE LAMARCK 


> 


POR EL DOCTOR CARLOS DE LA TORRE 


Profesor de Biología y Zoología 


Los Profesores del Museo de Historia Natural de París, deseo- 
sos de tributar un homenaje solemne á su ilustre predecesor el Ca- 
ballero de Lamarck, han acordado elevar un monumento á su me- 
moria en el Jardín des Plantes, allí donde vivió durante medio siglo 
el naturalista filósofo, y donde escribió la obra inmortal que sirve 
de base á las ideas modernas sobre la evolución de los seres organi- 
zados. 

A fin de dar un carácter universal á tan hermoso proyecto, ya 
que universal es la gloria de Lamarck, los Profesores del Museo de 
Historia Natural de París solicitan el concurso de los hombres de 
ciencia de todas las naciones, y han tenido razón los sabios Profe- 
sores del Museo, al pensar que la Academia de Ciencias Médicas, 
Físicas y Naturales de la Habana aceptaría gustosa el encargo de 
dar á conocer la magnitud de la obra de Lamarck y la justa repara- 
ción que ellos persiguen al inmortalizar en el bronce ó en el mármol 
la noble figura, por tanto tiempo desconocida ú olvidada, del verda- 
dero fundador del transformismo. Y ¿qué mejor ocasión, para co- 
rresponder dignamente á tan honroso encargo, que esta sesión 
solemne en que la Academia de Ciencias, interrumpiendo por un mo- 
mento sus ocupaciones habituales, convoca en este recinto á cuan- 
tos se interesan por el progreso de las ciencias, para celebrar, una 
vez más, el feliz aniversario de su fundación ? 

No es la primera vez, señores Académicos, que en esta misma 
Corporación y en circunstancias idénticas, se hace justicia al mérito 
del ilustre precursor de Charles Darwin. 

Hace más de treinta años, cuando la obra inmortal del sabio in- 
glés era objeto de apasionadas controversias, uno de los más precla- 
ros miembros de esta Corporación, el Académico de Mérito señor 
Francisco Adolfo Sauvalle, decía en su memorable discurso sobre 
La continuidad de la Naturaleza y la descendencia del hombre, leído en 
la Sesión solemne del 19 de Mayo de 1875: «El verdadero fundador 
de la teoría de la evolución ha sido el célebre naturalista francés 
Lamarck, á principios de este siglo.» 


LA ESTATUA DE LAMAROK 281 


Otro Académico de Mérito, cuyo nombre vivirá siempre unido 
á las gloriosas tradiciones de esta Corporación, el modelo de los Se- 
cretarios, Doctor Antonio Mestre, en su brillante discurso sobre el 
Origen natural del hombre (en 1879), supo hacer justicia al mérito de 
Lamarck como verdadero precursor del Darwinismo. Contra lo 
dicho por Smidt, distinguido catedrático de Estrasburgo, que «la 
teoría de la descendencia brotó, como Minerva, enteramente arma- 
da de la cabeza de Darwin, su más eminente representante », obser- 
va el muy erudito Doctor Antonio Mestre, que: «Así como, si he- 
mos de dar crédito 4 Luciano, en uno de sus diálogos memorables, 
sólo después de intensísimos dolores y gracias al hacha afilada de 
Vulcano, pudo efectuarse el alumbramiento de Júpiter y nacer para 
el mundo olímpico la diosa de la sabiduría, así también—agrega el 
Doctor Mestre—la aparición de aquella teoría no ha sido un suceso 
del todo sorprendente; fué precedida de la teoría del desarrollo te- 
rrestre, especialmente en sus fases más recientes, durante el cual 
surgió la vida sobre nuestro planeta; y el verdadero precursor, tan- 
bo de la evolución geológica como de la biológica, es Lamarck, Él 
había dicho en su filosofía zoológica: «Si se considera por una par- 
be, que en todo lo que es obra de la Naturaleza, nada se hace brus- 
camente y siempre opera con lentitud y por grados sucesivos; y, 
por otra, que las causas particulares Ó locales de los desórdenes y 
de los trastornos pueden dar razón de todo lo que se observa en la 
superficie de nuestro globo, y están sin embargo sujetas á sus leyes 
y á su marcha general, se reconocerá que no es absolutamente ne- 
cesario suponer que una catástrofe universal haya venido á voltear 
y á destruir una gran parte de las operaciones mismas de la natura- 
leza.» Lamarck había negado resueltamente la fijeza de los tipos 
orgánicos y proclamado el cambio continuo é indefinido como una 
ley natural, estableciendo la doctrina de la evolución progresiva de 
los seres y explicando así un gran número de hechos de la mayor 
importancia: «la adaptación de las especies al medio en que viven, 
la complicación creciente de los organismos que se han desarrolla- 
do de época en época, la existencia de los órganos inútiles y de los 
rudimentos de órganos, de Jos animales incompletos, de las especies 
dichas anómalas ó paradójicas; en fin, la formación, la evolución y 
la disposición de la serie orgánica». 

«Y Darwin, apoyando el transformismo y la transmisión here- 
ditaria de los cambios individuales, coloca sobre la influencia del 
hábito, la de las divergencias espontáneas y originales, y apoderán- 


282 CARLOS DE LA TORRE 


dose del principio de Malthus, la relación de la población á las subsis- 
tencias, formula la ley que merece su nombre, la lucha por la vida, 
el combate por la existencia, la concurrencia vital.» 

Hermosa síntesis de las ideas de Lamarck, como legítimo pre- 
cursor del transformismo, escrita por el Doctor Antonio Mestre cin- 
co años antes de la aparición de la famosa obra del profesor Edmond 
Perrier La Philosophie Zoologique avant Darwin. 

Y nuestro sabio maestro D. Felipe Poey, el amigo y admirador: 
de Cuvier y de Agassiz, en ocasión memorable, contestando mi dis- 
curso de ingreso en esta Academia de Ciencias (el 12 de Mayo de- 
1889), llamó á Lamarck «el padre de la doctrina de la descendencia 
ilustrada por la selección natural de Darwin.» 

E 

Jean Baptiste de Monet, el Caballero de Lamarck, descendiente 
de una familia noble del Bearn, establecida en Picardie, nació en 
Bazentin el 12 de Agosto de 1744. 

Destinado por su padre á la iglesia, comenzó Lamarck sus estu- 
dios con los Jesuitas de Amiens; pero sintiéndose atraído por el 
brillo de las armas, á la edad de diez y siete años se incorporó al 
ejército del Mariscal de Broglie, en guerra contra la Prusia, y obtu- 
vo el grado de Lugarteniente, sobre el mismo campo de batalla. 
Por suerte para la ciencia, terminada la campaña, el Ministro de la 
Guerra se negó á confirmar aquel grado, y desalentado y enfermo el 
joven militar, permaneció algún tiempo de guarnición en Toulon 
hasta que logró retirarse del servicio y trasladarse á París, donde: 
asistido por Tenon, recuperó la salud, y comenzó sus estudios. La- 
marck tenía entonces veintiún años. 

La vegetación de los alrededores de Toulon y de Mónaco había 
cautivado su espíritu de observación, y el conocimiento de algunos 
sabios en aquella ciudad marítima le había iniciado en las bellezas 
de la Historia Natural y en la formación de colecciones y herbarios; 
pero una vez en París, asistió á las herborizaciones públicas y 
aprendió á conocer las plantas en el Jardín du Rot. 

Por aquella época (1778 ) Juan Jacobo Rousseau, había puesto 
de moda la Botánica, que llegó á constituir la pasión favorita de las 
damas cultas. Dominaba entonces, casi universalmente, el Sistema 
sexual de Linné; y Antonio Laurent de Jussieu comenzaba á arreglar 
las plantas del Jardin según el Método Natural. En tales circuns- 


LAMARCK 


Nació el 19 de Agosto de 1774. el ls de Diciembre de 1529 


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¡pisa ¡een ll rr bi ts Jonh AS q dulcicla e > AS 


LA ESTATUA DE LAMARCK 283 


tancias, apareció la primera obra fundamental de Lamarck, la Flo- 
re frangaise, precedida de la Clave dicotómica, por medio de la cual 
era fácil, aun á los principiantes, Jlegar á la determinación de las 
plantas. 

El conde de Buffon, Director del Jardín del Rey, vivamente in- 
teresado por aquel sistema original, llamado á competir con el del 
Naturalista sueco, se declaró protector de Lamarck y no sólo obtu- 
vo la publicación de la Flore frangaise por cuenta del Gobierno, sino 
que la edición entera fuese regalada á su autor (1779). Esta mis- 
ma obra que respondía á los gustos y 4 las necesidades de la época, 
le abrió también las puertas de la antigua Académie de Sciences. 

Poco tiempo después, deseoso Bufton de hacer viajar á su hijo» 
bajo la dirección de Lamarck, obtuvo para éste una misión cientí- 
fica, con objeto de visitar los jardines botánicos y las colecciones 
más célebres de Europa, así como de remitir al Jardin du Roi log 
objetos curiosos y raros que se pudieran conseguir. Con la reco- 
mendación de Buffon visitó Lamarck á los sabios ilustres y 4 los 
personajes más notables de la Holanda, la Alemania y la Hungría, 
y hubiera recorrido también la Italia y otras naciones si el carácter 
ligero del joven Buffon no hubiera alterado la buena armonía que 
debía existir entre los dos viajeros. 

Lamarck escribió además cuatro volúmenes de Botánica en la 
famosa Encyclopédie méthodique, comenzada por d'Alembert y Dide- 
rob, y Otra obra más importante, la Illustration des genres, que forma 
parte de la misma Eneyclopédie (1775). 

A pesar de su labor incesante, la situación de Lamarck era de 
las más precarias, pues apenas había logrado alcanzar, á la muerte 
de Buffon, una modesta plaza de auxiliar de Daubenton, como 
guarda de las colecciones del Jardin du Roi, convertido más tarde 
en el Jardin des Plantes. 

Cuando ya Lamarck gozaba de una reputación bien adquirida 
como botánico, un acontecimiento favorable vino 4 mejorar su posi- 
ción, aunque cambiando por completo la dirección de sus trabajos. 

En 1793, triunfante la Revolución, se reorganizó el Jardín des 
Plantes, y se creó el Muséum d' Histoire Naturelle, por un decreto de la 
Convention. 

M. Desfontaines y A. L. de Jussieu fueron designados para la 
enseñanza de la Botánica; Etienne Geoftroy Saint Hilaire, joven de 
veintiún años, que estudiaba la Mineralogía bajo la dirección de 
Haiiy, fué encargado de explicar los Animales superiores, los más co- 


284 CARLOS DE LA TORRE 


nocidos; y Los demás animales (Moluscos, Articulados, Vermes, Ra- 
diados, Celenterados y Protozoos), entonces sin nombre, es decir 
el caos, lo desconocido, fueron confiados á Lamarck, sin más pre- 
paración zoologica que algunos conocimientos de Conquiliología ad- 
quiridos con Mr. Bruguiéres. 

Lamarck aceptó lo desconocido, dice Michelet. Él tenía que 
aprenderlo todo, Ó mejor dicho, que crearlo todo en ese mundo 
inexplorado en el que Linné había, por decirlo así, renunciado á 
introducir aquel orden metódico aue había sabido establecer con 
tanto acierto en los animales superiores. 

Cincuenta años tenía el ciudadano Lamarck cuando inauguró 
el Curso de Zoología de los Invertebrados, en oposición de los Vertebra- 
dos, división creada por él (en 1794), y universalmente adoptada; 
como adoptadas fueron también las divisiones por él establecidas 
de los Invertebrados en Moluscos, Insectos, Vermes, Equinodermos, y 
Pólipos (1794), y más tarde la separación de los Orustáceos (en 
1799) y la de los Arácnidos (en 1800), antes confundidos con los 
Insectos; las de los Anmélidos, subdivisión de los Vermes, y los Radíia- 
mos, separados de los Pólipos (en 1802), los Cirrípedos intercalados 
entre los Moluscos y los Vermes (en 1807), y por último los Infusorios, 
que él reconoció haber colocado mal entre los Pólipos. El tiempo 
ha confirmado la legitimidad de estos grupos, fundados todos, no 
en caracteres empíricos, sino en la organización de los seres. 

Además de sus trabajos como botánico, Lamarck escribió con 
más Ó menos acierto sobre la Física y la Química; en Geología tuvo 
el mérito de haber comprendido que no era necesario admitir la 
existencia de grandes revoluciones ó cataclismos en el globo, pues 
las acciones lentas mil veces seculares, dan cuenta—mejor que las 
perturbaciones violentas—de los prodigiosos cambios de que ha sido 
teatro nuestro planeta. Para la naturaleza, dice Lamarck, el tiem- 
po es nada y jamás constituye una dificultad; ella lo tiene siempre 
á su disposición y es para ella un medio sin límites, con el cual ha 
realizado las cosas más grandes. Lamarck fué el primero que fijó 
la significación de la palabra fósil, y que distinguió los fósiles libo- 
rales de los pelágicos; y su Memoria sobre las conchas fósiles de los alre- 
dedores de París, es una de sus obras clásicas. La Meteorología fué 
siempre una de sus dedicaciones favoritas, y publicó durante mucho 
tiempo un Anuario, precedido de las Probabilidades del tiempo; pero 
advertido Napoleón por el sabio Laplace, de que un miembro del 
Instituto componía una especie de Almanaque, cayó Lamarck en 


LA ESTATUA DE LAMARCK 285 


desgracia ante el Emperador, y suspendió la publicación del 
Anuario. 

Consagrado definitivamente á los estudios zoológicos, escribió 
Lamarck las dos obras que más han contribuído 4 su fama como 
filósofo y como naturalista: la Philosophie zoologique (en 1809) que 
es el desenvolvimiento de las ideas expuestas en sus Considérations 
swr Porganisation des corps vivants (1802); y la Histoire naturelle des 
animauz sans vertebres, en siete volúmenes (de 1816 á 1822), que con 
el Regne animal de Cuvier, se consideran como las obras más nota- 
bles de Historia Natural de la primera mitad del siglo xIx. 

Siendo la Histoire des anímaux sans vertebres una obra puramente 
descriptiva, fué acogida con la aprobación unánime de los sabios y 
le valió el sobrenombre de Linné francés. 

No así la Philosopie Zoologique, que adelantándose á su época, 
no pudo ó no quiso ser comprendida por sus contemporáneos. Las 
ideas nuevas y fecundas que Lamarck había sembrado en esta obra 
fueron objeto de burlas y sarcasmos, á los cuales se asoció el mismo 
Cuvier. Y, como dice Isidore Geoffroy Saint-Hilaire, se le perdo- 
nó el error de sa Philosophie Zooloyique, gracias al mérito que se le 
reconocía á su gran obra descriptiva. Y, sin embargo. es esa obra 
de Lamarck, la que mejor apreciada por la posteridad, constituye 
la base de su gloria. En la imposibilidad de analizar, siquiera sez 
rápidamente, la magnitud de la obra de Lamarck, citaremos al me- 
nos algunas de las principales proposiciones que contiene. 

Contra las ideas entonces dominantes, dice Lamarck: «las divi- 
siones sistemáticas, clases, órdenes, familias, géneros y especies, así 
como sus denominaciones, son una obra puramente artificial del 
hombre ». 

Para él «las especies no son todas contemporáneas, sino descen- 
dientes las unas de las otras, y no poseen más que una fijeza relati- 
va y temporal»: en consecuencia, admite que «las variedades en- 
gendran especies». La diversidad de las condiciones de vida influye 
sobre la organización, modificando la forma general y los órganos 
de los animales; otro tanto puede decirse del uso y de la falta de 
uso de los órganos». He aquí los fundamentos sólidos de las leyes 
de la adaptación y la explicación del origen de los órganos rudimenta- 
rios. También concedió Lamarck gran importancia á la herencia. 

«En un principio, sólo se produjeron los animales y las plantas 
más sencillas y después, los seres dotados de una organización más 
completa.» Esta proposición admirable es la síntesis de la evolu- 


286 CARLOS DE LA TORRE 


ción ascendente y gradual de los seres, y ha sido confirmada más: 
tarde por la Paleontología. «La evolución geológica del globo y su 
población orgánica se han efectuado de una manera continua, y no 
han sido interrumpidas por revoluciones violentas.» Opinión ab- 
solutamente opuesta á la que sostuvo más tarde Cuvier en su famo- 
so discurso sobre las «Revoluciones del Globo ». Los trabajos de 
Charles Lyell universalmente aceptados, dieron la razón 4 Lamarck 
y desacreditaron la teoría de Cuvier. 

«La vida no es más que un fenómeno físico. Todos los fenó- 
menos vitales son debidos á causas mecánicas y fisicas Ó químicas, 
teniendo su razón de ser en la constitución de la materia orgánica », 
dice Lamarck, y no son otras las conclusiones de Claude Bernard y 
de los más eminentes fisiólogos modernos. 

«Los animales y las plantas más elementales, que ocupan los 
más bajos grados de la escala orgánica, han nacido y nacen todavía 
hoy por generación espontánea». Hé aquí una proposición que, á 
pesar de haber quedado desechada, después de la famosa contro- 
versia de Pouchet y Pasteur, por las concluyentes demostraciones 
de M. Pasteur, encuentra aún defensores entre los más exaltados- 
transformistas actuales, al menos para los organismos que aparecie- 
ron por primera vez en el globo; pues no de otra suerte puede ex” 
plicarse el origen natural de los seres. 

«Todos los cuerpos vivientes ú organizados de la naturaleza están 
sometidos á las mismas leyes que los cuerpos privados de vida ó 
inorgánicos.» «Las ideas y las otras manifestaciones del espíritu 
son simples fenómenos de movimiento que se producen en el siste- 
ma nervioso central.» «La razón no es sino el más alto grado de 
desenvolvimiento y de comparación de los juicios.» Y, por último: 
«En realidad, la voluntad jamás es libre.» 

Uno de los méritos de Lamarck consiste en haber hecho exten- 
siva al hombre su teoría sobre el origen natural de los seres, aun- 
que con ciertas reservas, muy justificadas en aquellos tiempos. 

Esas ideas expresadas por Lamarck á principios del siglo, eran 
snmamente atrevidas é infundadas, en una época en que no se po- 
día entrever siquiera la posibilidad de demostrarlas, como en su 
mayor parte han sido probadas más tarde por la evidencia de los. 
hechos. 

Si el admirable esfuerzo intelectual de Lamarck fué casi absolu- 
tamente desconocido en su tiempo, —dice Ernesto Heeckel—se debe 
por una parte, á que Lamarck, en su paso de gigante, franqueaba. 


LA ESTATUA DE LAMARCK 287 


medio siglo, y por otra, á que carecía de base experimental sufi- 
ciente, y de que á menudo su demostración era incompleta. 

Pero terminemos ya la biografía de Lamarck, 

El examen minucioso de los caracteres de los animales muy pe- 
queños y de los detalles de escultura, visibles sólo con el auxilio de 
la lente Ó del microscopio, fué debilitando y obscureciendo poco á 
poco la vista de aquel sabio, hasta que se quedó completamente 
ciego. Así pasó los diez últimos años de su vida y así dictó, no 
obstante, los dos últimos tomos de su Histoire des animaux sans verte- 
bres, describiendo los políperos y las conchas por medio lel tacto, 
y auxiliado por una de sus hijas, que sacrificó su juventud y su 
porvenir por hacer más soportable la vida de su noble padre. La- 
marck murió en la pobreza, el 18 de Diciembre de 1829, á la edad 
de 85 años. Su asignación como profesor del Museo le sirvió sólo 
para librarlo de la miseria; y á su muerte, aquella hija ejemplar, 
Mademoiselle Cornelie de Lamarck, tuvo que ganar su subsistencia 
y la de su hermana gracias á un pequeño salario que recibía por 
fijar en hojas de papel blanco las plantas del herbario del Museo en 
donde se había consumido la vida de su ilustre padre. 

«A menudo las especies nombradas y descritas por él, al desfilar 
ante sus ojos, han debido aumentar la amargura de sus recuerdos— 
dice su biógrafo Charles Martins—hijas de un ministro ó de un ge- 
neral, las dos hermanas hubieran sido pensionadas por el Estado; 
pero su padre no había sido sino un gran naturalista, que había 
honrado á su país en el presente y en el porvenir.» 

Tan desgraciado después de su muerte, como durante su vida, 
el nombre de Lamarck fué obscurecido por la deslumbrante gloria 
de Cuvier. 

Y cuando en París, la ciudad de las estatuas, se elevaron monu” 
mentos á la memoria de Raspail y de Pinel, de Leverrier y de Ara- 
go, de Diderot y de Pascal, de Parmentier y de Broca; cuando la 
estatua de Bichat preside la Ecole de Médecine, la de Claude Ber- 
nard el Collége de France y la de Pasteur el Instituto que lleva su 
nombre; y mientras en las galerías del Museo de París figuran, con 
justos títulos, las esculturas de Buffon, de Haiy y de Cuvier; y en 
el Museo de Londres—ese suntuoso edificio elevado al triunfo de las 
Ciencias Naturales—se ostentan majestuosas las estatuas de Lyell 
y de Darwin, como fundadores de la ciencia moderna, la figura no 
menos prestigiosa del sabio Lamarck, ilustre precursor de los dog- 
sabios ingleses, ha permanecido en el olvido. Y ha sido necesario 


e 


288 CARLOS DE LA TORRE 


que transcurriera medio siglo para que con motivo de la aparición 
del libro de Darwin, el sabio alemán Ernesto Heeckel señalara el 
mérito indiscutible de Lamarck como fundador del transformismo, 
y otro medio siglo para que, triunfantes en el mundo entero las 
ideas fundamentales expuestas por el genial autor de la Philosophie 
Zoologique y desaparecidos los Profesores contemporáneos y partida- 
rios de las ideas de Cuvier, haya podido intentar esta justísima 
aunque tardía obra de reparación, el ilustre Director del Muséum d” 
Histowe Naturelle, Mv. Edmond Perrier, brillantemente secundado 
por sus colegas los sabios Profesores del Muséum, MM. Vaillant 
Gaudry, Bureau, Arnaud, Bequerel, Boule, Bouvier, Chaveau, 
Costantin, Grehant, Hamy, Joulvin, Lacroix, Leconte, Maquenne, 
Stanislas Meunier, Van Tieghem, Trouessart y Magin, Secretario, 

Gracias á la entusiasta iniciativa del sabio Director del Muséum, 
que ha consagrado su vida entera á la propaganda y defensa de las 
doctrinas transformistas, se verá surgir la estatua de Lamarck en 
el Jardin des Plantes de París. 

Allí se le podrá contemplar ciego y abstraído en sus meditacio- 
nes sobre el origen natural de los seres. 

Y todos los naturalistas que visiten el Jardín des Plantes tendrán 
motiyos para rendir un merecido homenaje 4 su memoria. 

Los botánicos verán en él al autor de la Flore Francaise, de (* 
Illustration des genres, y del Sistema dicotómico, para la clasificación. 

Los zoólogos admirarán al Linné francés, al inimitable autor de 
la Bistoire Naturelle des animaux sans vertebres. 

Los geólogos saludarán al precursor de Lyell, y los biólogos al 
precursor de Charles Darwin. 

Y cualquiera que sea la suerte reservada en el porvenir á las 
ideas de Lamarck, los filósofos y los naturalistas admirarán en él 
al iniciador de la Teoría de la Evolución, que, nacida á principios 
del pasado siglo en las Ciencias Naturales, ha invadido el campo de 
las obras ciencias, y en manos de Huxley, de Heeckel y de Spencer, 
ha servido para explicar los más complicados problemas de la Bio- 
logía, la Morfología, la Historia y la Sociología. 


EL BACHILLERATO EN CUBA 1 


POR EL DR. EDUARDO F. PLÁ 
Director del Instituto de la Habana 


Sr. Secretario de Instrucción Pública; 

Señoras y señores: 

Durante el año académico que terminó ayer se ha realizado sin 
ruido, sin un estudio profundo y con un silencio absoluto por parte 
de la prensa, que llamada á ilustrar y dar las soluciones más ade- 
cuadas y más satisfactorias á los grandes problemas nacionales, ni 
la comentó, ni la discutió, una reforma trascendental en los estu- 
dios secundarios cuyo alcance y cuyas consecuencias en el desen- 
volvimiento futuro de la cultura cubana no pueden apreciarse de 
momento. 

El juicio de la prensa en este caso, hubiera arrojado mucha luz 
y hubiera contribuído al esclarecimiento de una cuestión pedagó- 
gica pendiente de resolución, á pesar de lo mucho que acerca de 
ella se ha escribo. 

Refiérome á la resolución favorable que á una petición de los 
alumnos de los Institutos dió el Gobernador Provisional en el de- 
creto número 473 publicado en la Gaceta Oficial del día 12 de Mayo, 
suprimiendo los ejercicios que para el grado de Bachiller prescribe 
la Orden 167, pero dejando subsistente el mencionado título. 

Este Decreto no despertó, como era de esperarse que sucediera, 
gran interés entre aquellos que, bien por la naturaleza de los cargos 
que desempeñan, bien por su posición social ó política, tienen el 
deber de pensar muy alto en todos los asuntos de orden general y 
colectivo, y de exponer su opinión franca y lealmente, pero siempre 
con desinterés y elevación de miras: sólo dió lugar á discusiones 
puramente privadas entre los partidarios y los adversarios del Ba- 
chillerato. 

Desgraciadamente, así ocurre con frecuencia entre nosotros: 
cuando se trata de dar soluciones á esos grandes problemas de ca- 
rácter nacional, que á diario se presentan á los pueblos en su perío- 
do constituyente, se piensa bajo y se discute en familia. 

Tal parece que queda aún en el fondo de nuestra alma algo que 


1 Discurso leído en la apertura del Curso de 1907 á 1908 en el Instituto de Segunda Ense- 
ñanza de la Habana. 


290 EDUARDO F. PLÁ 


oprime nuestro corazón, algo que subyuga nuestra voluntad y sella 
nuestros labios. 

Cuando en 1887 inició en Francia M. Lavisse, con el notable 
discurso que le abrió las puertas de la Facultad de Letras de París, 
la cruzada contra el Bachillerato, se promovió una apasionada con- 
troversia donde se agotaron los argumentos en pro y en contra. La 
lucha se recrudeció en 1890 al publicarse el resultado de la amplia 
información parlamentaria acordada cinco años antes por la Cáma- 
ra de Diputados y encomendada á la Comisión de Instrucción Pú- 
blica presidida por M. Ribot. El litigio continúa en pie, mantenido 
con tesón por una minoría contraria al Bachillerato, constituída 
por escritores y profesores tan eminentes como Lavisse, Michel, 
Lannson, Apel, Bréal y otros. Este grupo de irreductibles tiene á 
sujfrente al país y á la Universidad; pero no por eso se desalienta, 
se mantiene firme, seguro de su triunfo. 

Expresión de esa esperanza es el arranque de elocuencia de Mi- 
chel cuando recientemente, en uno de esos momentos de acalorada 
discusión, decía á sus contrarios: «Después de todo, hemos hecho 
tantas revoluciones y las amamos tanto, que no debemos desespe- 
rar. Tarde ó temprano lucirá el 93 del Bachillerato.» 

Desde entonces se publican anualmente centenares de artículos 
en periódicos y revistas y libros especiales de estimable valor. 

Algunos me han servido para este estudio y para las considera- 
ciones que haré contrayéndome al estado especial de la enseñanza 
secundaria en nuestro país. 

En la Historia de Francia y de otros Estados europeos, en el 
origen de la caballería, se llamaban bacheliers Ó baschebalieres á aque- 
llos caballeros que no teniendo suficiente número de vasallos, ni 
siendo bastante ricos para tomar á sus órdenes y mantener 4 sus 
expensas cincuenta lanzas, servían bajo la dependencia de un Ban- 
neret, 6 jefe de bandera. Es decir, que desde el siglo x1v Bachiller 
fue un título nobiliario, el primero de una larga escala que en las 
aristocráticas monarquías europeas sirvió para diferenciar los va- 
rios grados de la nobleza. 

Siguiendo el ejemplo y para que la aristocracia del talento no 
fuera menos y tuviera también su escala de caballeros, la Universi- 
dad de París y sucesivamente las demás de Europa, introdujeron 
en el tecnicismo académico la denominación del título militar ó de 
la dignidad de Bachiller, llamando así á los estudiantes que ha. 
biendo sufrido uno ó dos exámenes ocupaban la categoría interme- 


EL BACHILLERATO EN CUBA 291 


dia entre los doctores y los principiantes, así como los baschebaliers 
eran inferiores á los banneret, pero superiores á los escuderos. 

Entro en estos detalles etimológicos no tanto para recordar el 
origen del título de Bachiller, sino porque en él encontraremos más 
adelante otro fundamento lógico para su supresión. 

Abolidos más tarde todos los fueros y privilegios por la Con- 
vención francesa y declarada la igualdad de todos los ciudadanos, 
se buscó en los títulos académicos un medio de clasificación social, 
de ahí el Decreto Imperial de 17 de Marzo de 1808, organizando el 
Bachillerato tal como se encuentra todavía. 

Algunas naciones lo trasladaron á su legislación y aún lo con- 
servan, como España. Otras que lo adoptaron al principio como 
Alemania, lo modificaron ó suprimieron totalmente. 

Desde los primeros años de su creación, el título de Bachiller 
sirvió en Francia y en los demás países que lo adoptaron, no sólo 
como la sanción oficial de haberse cursado los estudios de segunda 
enseñanza, sino que se convirtió en una verdadera institución so- 
cial, imponiéndosele como condición indispensable para el ejercicio 
de todas las profesiones civiles y presentándolo á la sociedad como 
una garantía especial de capacidad en los llamados á desempeñar 
ciertas funciones públicas. Y como para prestigio de éstas se creyó 
necesario elevar á tales funcionarios á la clase de los escogidos, se 
le concedieron á los poseedores del título de Bachiller algunos fue- 
ros y privilegios. 

España, como en otras muchas cosas, siguió á Francia por el 
mismo camino, pero no estimándola conveniente á sus intereses, ni 
conforme á su plan de colonización, no trajo á Cuba toda su legis- 
lación sobre la materia. Sólo concedió á sus Bachilleres el derecho 
de poder ingresar en las carreras administrativas, con la categoría 
de oficial tercero, y como fuero, el ser recluído en los establecimien- 
tos penales en las salas llamadas de distinción, sin abonar las cuo- 
tas señaladas en los reglamentos. 

Los perjuicios que á la sociedad causó esta manera de conside- 
rar el Bachillerato fueron estudiados extensamente y expuestos con 
claridad y civismo en la información de 1890 y en los escritos de 
numerosos profesores y publicistas. Ante la evidencia de esos da- 
ños, los más entusiastas partidarios de la conservación del Bachi- 
llerato proclaman la necesidad de modificarlo profunda y radi- 
calmente. Estas modificaciones se refieren principalmente á los 
programas y á los procedimientos de examen. 


292 EDUARDO F. PLÁ 


Entre los defensores de su mantenimiento unos consideran el 
Bachillerato como un medio de clasificación social y de calificación 
general para las carreras liberales; para otros es una garantía ofi- 
cial del talento y de la instrucción, y hay quien lo estima como un 
diploma de honorabilidad y otros como un estimulante y regulador 
de los estudios. 

Estos fundamentos, unos por sí mismo se refutan, considerán- 
dolo desde distintos puntos de vista, y otros pierden su valor ante 
la realidad de lo que diariamente se observa en la práctica; son 
muy débiles frente al argumento de orden filosófico y moral, ex- 
puesto y desarrollado con elocuencia por el laureado académico 
M. Fouillée. 

El autor de la enseñanza desde el punto de vista nacional, el 
entusiasta defensor de la enseñanza secundaria, es igualmente par- 
tidario del grado de Bachiller, porque á pesar de sus defectos con- 
serva un carácter general, y porque suprimirlo sería en definitiva 
entregar la orientación de los estudios á las especialidades que con- 
sideran superfluas las letras, la historia y la filosofía. 

Como síntesis del interesante estudio que acerca de las reformas 
del Bachillerato hace la obra de referencia, dice: «que corresponde 
al Estado y á la Universidad por medio de exámenes genera- 
les de un carácter humanitario y filosófico mantener el nivel de los 
estudios liberales, de proteger las letras y las ciencias contra las 
usurpaciones de la técnica». 

Los inconvenientes y perjuicios del Bachillerato son para sus 
adversarios de orden social y de orden escolar. 

Entre los primeros se le acusa de dividir la nación en dos cas- 
tas: una la privilegiada, la que puede pretender todas las funciones 
públicas; la otra, la que trabaja y paga, formada por obreros, agri- 
cultores, industriales y comerciantes. 

Como consecuencia de ese privilegio, se le acusa también de ser 
el fomentador de la burocracia ó funcionarismo, una de las plagas 
sociales de los pueblos latinos. 

La burguesía francesa, y, también la nuestra en otra época, te- 
nía como meta de sus aspiraciones el Bachillerato y á él dirigían 
á sus hijos, porque lo consideraban como el mejoramiento y el en- 
noblecimiento de su clase y prole. La posesión del título, la vana 
satisfacción de considerarse oficialmente superior á los demás, fué 
durante mucho tiempo la obsesión de padres, alumnos y maestros. 
No les preocupaba la idea de estudiar y de enseñar bien y de saber, 


EL BACHILLERATO EN CUBA 293 


lo que anhelaban era alcanzar el título 4 la mayor brevedad posi- 
ble. Así vemos en el archivo de este Instituto expedientes de ni- 
ños de once á catorce años en posesión del título de Bachiller. 

En el orden pedagógico tiene grandes defectos que actúan de 
una manera directa sobre el porvenir de la juventud. No garantiza 
la solidez de los conocimientos por la manera de hacerse los exáme- 
nes y por los examinadores mismos, que muchas veces no pueden 
sustraerse á la influencia de las simpatías personales hacia los can- 
didatos, de la familia, de la amistad y de la política. La suerte Ó 
el azar juega, por lo tanto, un importante papel en el éxito, y des- 
pués de alcanzado éste el título los iguala 4 todos. Los de escasa 
inteligencia se confunden con los de mentalidad superior, los hara- 
ganes y poco aplicados no se distinguen de los trabajadores y estu- 
diosos. Unos y otros tienen á su salida de los Institutos un perga- 
mino que los iguala y los hace caballeros. 

Esto no importa: unos, sin el título, lucharán valientemente y 
triunfarán en la ruda y larga contienda de la vida; otros, con el 
título, serán vencidos al primer encuentro, é incapaces de nuevo 
esfuerzo, 3e conformarán con la miseria, se degradarán en el vicio, 
Ó se envilecerán con el crimen. 

Cuando la realidad venga á demostrarles la inutilidad de un tí- 
tulo que no supieron obtener con provecho, ¡cuántas maldiciones 
no lanzarán estos desgraciados á la sociedad que despertó en ellos 
ideas de superioridad y de grandeza, sin condiciones para ser gran- 
des! Contra sus padres, que ciegos, les obligaron á seguir unos 
estudios para los cuales no tenían ni vocaciones ni aptitudes; y so- 
bre todo, con sus maestros, que obedeciendo á extrañas influencias, 
á pesar de su incapacidad, les invistieron de caballeros. 

Para mantener el título de Bachiller, sin sus inconvenientes, se 
han ideado muchos y muy variados procedimientos de examen y en 
la manera de constituirse los tribunales. 

Contestando á la pregunta de la Comisión de la Cámara acerca 
de la constitución de los tribunales, algunas Facultades propusie- 
ron que los profesores de 2* enseñanza no fueran los examinadores 
de sus propios alumnos. 

Lannson considera un progreso real que los jueces no conozcan 
á los candidatos; pero sí la enseñanza, los programas y los métodos. 

Por mi observación durante los años que llevo al frente de este 
Establecimiento creo que, en la mayoría de los casos, cuando los 
jueces no conocen á los alumnos, no pueden, por sólo el acto del 


294 EDUARDO F. PLÁ 


examen, apreciar su capacidad, su esfuerzo, la cantidad de trabajo 
realizado y su progreso. 

En tales condiciones de desigualdad con los alumnos oficiales 
vienen á graduarse á los Institutos los procedentes de la enseñanza 
privada y libre. Mientras los primeros tienen por jueces á sus pro- 
pios profesores, que los califican por sus antecedentes de clase, los 
otros vienen á jugar la suerte ante un tribunal completamente des- 
conocido; el juicio en estas condiciones es muy difícil y expuesto 4 
error, aun cuando se procure obrar con verdadero acierto y con en- 
tera justicia. 

En Alemania los tribunales para los exámenes finales se consti- 
tuyen con los profesores del Gimnasio, bajo la presidencia de un 
delegado del Estado. 

En Francia el Consejo de Instrucción Pública ha propuesto que 
los Tribunales de los Liceos se formen con profesores de 2% ense- 
ñanza bajo Ja presidencia de un profesor de Facultad. Reco- 
mienda igualmente que cada parte del examen se confíe á un juez 
competente en la materia, que á ningún candidato se le rechace por 
un simple cálculo de puntos, sin una deliberación particular del 
Jurado y sin un atento examen de sus libretas escolares, donde 
consten sus trabajos del año 

En Inglaterra se estudia actualmente la manera de organizar 
los exámenes finales de los estudios secundarios bajo la inspección 
de las Universidades. 

Algunas Corporaciones contestaron al Cuestionario proponiendo 
reemplazar el Bachillerato por exámenes de entrada en cada Facul- 
tad y en cada carrera. Este procedimiento cuenta en la actualidad 
con muchos partidarios, pero Ribot le señala dos inconvenientes: 
uno que estos exámenes particulares tenderían muy pronto á la es- 
pecialización, y el otro, que no podrían reemplazar el examen final 
para los jóvenes que no se dediquen á las carreras liberales ni á las 
funciones públicas. 

Pero la supresión del grado ú título de Bachiller, como ha pro- 
puesto el Ministro de Instrucción Pública de Francia, el 28 de No- 
viembre de 1906, no trae consigo ni puede significar la supresión de 
los exámenes á la conclusión de los estudios secundarios. Estos 
existen desde hace mucho tiempo en todos los países, con excepción 
de Bélgica y los Estados Unidos. 

En las escuelas de la Edad Media de Francia tomaba el nombre 
de determinance, es decir, de terminación, y después el de maturité- 


a 


EL BACHILLERATO EN CUBA 29 


De las ciento noventa y seis deposiciones que recibió la Comisión 
parlamentaria, con las opiniones de las Universidades, Liceos y 
eminentes profesores, todas 4 excepción de dos, reconocieron la ne- 
cesidad de mantener el examen final. Como consecuencia, la Comi- 
sión recomendó que al final del primer ciclo hubiera un examen, de 
cuyo resultado se expidiera una certificación de estudios secunda- 
rios, clásicos ó modernos de primer grado. 

Este examen se haría ante un jurado compuesto de profesores 
ó de antiguos profesores de enseñanza superior. Propuso igualmente 
reemplazar los diversos bachilleratos por un diploma de estudios 
secundarios superiores que se daría al finalizar el segundo ciclo en 
estudios secundarios clásicos y modernos. Este examen versaría 
sobre materias comunes á todos los candidatos y sobre otras de 
elección. En los Reglamentos se indicarán aquellas materias de 
elección obligatoria para el ingreso en las diferentes facultades. Las 
lenguas antiguas, latín y griego, continuarán siendo obligatorias 
para la entrada en las Facultades de Derecho y Medicina. 

El diploma mencionará las materias de elección en las cuales los 
candidatos respondieron satisfactoriamente y la Facultad en que 
pueden entrar. 

Los candidatos cuyos diplomas no les abran las puertas de nin- 
guna Facultad, tendrán que sufrir un examen complementario. 

Los exámenes para obtener el diploma de los estudios secunda- 
rios superiores se verificarán ante un jurado compuesto de profeso- 
res de las Facultades de Letras y Ciencias, 4 los cuales podrá agre- 
gárseles profesores de enseñanza secundaria, con la condición de 
que no formen mayoría, ni examinen á sus propios alumnos. 

En Italia hay exámenes regulares de admisión, de promoción y 
de salida, correspondientes á los que en nuestro plan de estudios se 
denominan de ingreso, parciales y de grado. El examen de salida 
para el certificado del gimnasio superior, comprende una composi- 
ción italiana, una versión latina, un tema latino, una versión grie- 
ga y una prueba oral sobre las materias objeto de la enseñanza du- 
rante los dos últimos años. El último examen de salida, el del 
Liceo, equivalente 4 nuestro Bachillerato, comprende una composi- 
ción en italiano, una versión latina, una traducción griega, una 
composición sobre alguna de las ciencias estudiadas, y una prueba 
oral sobre retórica y filosofía. Tiene este procedimiento una origi- 
nalidad, y es que el Ministro de Instrucción Pública señala anual- 
mente y en el momento del examen la ciencia sobre que ha de 


296 EDUARDO F. PLÁ 


versar la composición científica, para obligar á los alumnos de este 
modo á estudiarlas todas. 

En Alemania los exámenes finales tienen lugar, como entre nos- 
otros dos veces al año y en el edificio mismo del gimnasio. El Tri- 
bunal se compone del director del gimnasio, los profesores de las 
clases superiores, y un miembro del Consejo de inspectores presidi- 
dos por un delegado del Gobierno. 

Este comisario imperial no sólo puede, cuando lo juzgue conve- 
niente, escoger el tema de la composición é interrogar á los candi- 
datos, sino que tiene el derecho del veto sobre las resoluciones del 
Tribunal, las cuales envía á la revisión de una comisión superior. 

Tres meses autes del examen final, los alumnos que tienen la 
intención de sufrirlo se dirigen á su Director para obtener su per- 
miso. El Director tiene el deber de hacer observaciones á los can- 
didatos que no estén suficientemente preparados y de llamar la 
atención de los padres ó tutores acerca de los prejuicios de una can- 
didatura prematura, advertencia de naturaleza moral y de utilidad 
personal, pues los reglamentos alemanes no permiten presentarse 
á examen más de dos veces. 

Este precepto debiera traerse á nuestra legislación si llegase á 
declararse gratuíta la segunda enseñanza, pues sería un excelente 
medio de selección. 

Los exámenes se componen de dos pruebas, la primera escrita, la 
segunda oral. - 

Las pruebas escritas son cinco, consistentes en una disertación 
en alemán, en un tema y una disertación latina, en un tema griego, 
una traducción en francés de un trozo de alemán fácil, y en un pro- 
blema de matemáticas. Se pueden pedir trabajos más difíciles si 
así lo solicita el alumno. Este honroso hecho se consigna en su 
diploma. 

El candidato debe enviar al mismo tiempo que la copia, los bo- 
rradores de la composición, para comprobar los fraudes que pudie- 
ran cometerse. 

El profesor de la clase corrige y anota las diferentes composi- 
ciones, después que todos los miembros del Tribunal han formado 
su juicio, el Director las pone en manos del Comisario del Gobierno 
así como los ejercicios hechos por los candidatos y las notas trimes- 
trales que obtuvieron durante los dos últimos años de estudios. 

Las composiciones no dan lugar á una eliminación previa, pero 
cuando los trabajos escritos son muy satisfactorios y cuando las 


EL BACHILLERATO EN CUBA 297 


notas escolares demuestran el mérito del candidato, puede el Tribu- 
nal por unanimidad dispensarle de la prueba oral. 

Esta consiste en la explicación de autores latinos y griegos, en 
la traducción de un discurso Ó de-un eserito filosófico de un clásico. 
Después viene el examen de Historia y de Geografía, en el cual el 
candidato trata de viva voz una cuestión propuesta por su profesor 
ó por el delegado del Gobierno sobre historia griega, romana y 
alemana. 

Para las matemáticas las cuestiones deben girar sobre la Arit- 
mética, Elementos de Álgebra, Geometría y Trigonometría rectilí- 
nea. Este examen no tiene por objeto demostrar la facultad de 
invención matemática, sino que posee una idea clara de los teore- 
mas y de las relaciones que tienen entre sí. Los candidatos, si lo 
piden, pueden ser interrogados más extensamente sobre las mate- 
rias en que hubieren hecho un estudio más profundo. 

Con este procedimiento, para los estudiantes alemanes el Bachi- 
llerato no es un fin, no tienen, por lo tanto, necesidad durante el 
último año de una preparación especial ni de un esfuerzo extra- 
ordinario. 

Me he detenido, abusando de vuestra bondad, en daros á conocer 
e] mecanismo de los exámenes finales, en Francia, Italia y Alema- 
nia, para que se vea la importancia del asunto y los múltiples pro- 
blemas que envuelve y cuyo estudio en relación con nuestro actual 
plan debió hacerse antes de llegar á una conclusión tan radical 
como la que llegamos, con el agravante de conservar un título inútil, 
sin valor educativo ninguno y desmoralizador de la juventud. 

Hasta 1863 nuestra Universidad concedía, después de tres años 
de estudios, el grado de Bachiller en Artes, sin el cual no podían 
comenzarse los estudios de las carreras facultativas. 

Al crearse ese año este Instituto y organizarse los estudios de 
segunda enseñanza tal como estaban en España y Francia, pasaron 
á este Establecimiento algunas de las enseñanzas que se daban eu 
la Universidad constituyendo la Facultad de Artes y con ella el de- 
recho de otorgar el grado de Bachiller en Artes. 

Entonces los ejercicios para el grado eran tres, uno de ciencia, 
otro de letras y otro de idiomas, pero puramente orales, como los 
de prueba de curso se limitaban á un examen de la asignatura. El 
plan de 1880 suprimió el Bachillerato en las facultades y redujo el 
del Instituto á dos ejercicios, pero conservó su forma oral. 

Entre las reformas que el Sr. Lanuza introdujo cuando ocupó 


298 EDUARDO F. PLÁ 


la Secretaría de Instrucción Pública, durante la primera Interven- 
ción, una de las más importantes fué la supresión de los crecidos 
derechos del grado; medida justa y equitativa, que contribuyó 4 
quitarle la semejanza de la adquisición de los títulos nobiliarios. 
Fué el primer paso para llegar á la supresión definitiva. 

El Sr. Varona, aun cuando en su reforma de 1902 hizo el segundo 
ejercicio escrito, no le dió el valor que debe tener ni indicó su ca- 
rácter; mantuvo por tanto la importancia del ejercicio oral donde 
la suerte y el capricho juegan un gran papel y que como los de 
grupo ó finales, son exámenes de asignaturas. Nose estableció 
diferencia entre unos y otros; en tal concepto, razón tuvo la comi- 
sión de este Claustro al proponer su supresión, pero no lo hizo para 
que se llegase á ella violentamente sin un estudio completo y sin 
oir á la Universidad, cuya opinión, dada la íntima relación entre la 
enseñanza secundaria y superior, era de tenerse en cuenta. 

El examen final no debió suprimirse, sino modificarse, impri- 
miéndole un carácter general, como síntesis de todos los estudios, 
conservando lo que en todo examen hay de fundamental, es decir, 
la cantidad de elemento intelectual que se ha acumulado y utili- 
zado. El examen final debe ser el verdadero dinamómetro que 
aprecie la cantidad de fuerza útil desarrollada y acumulada por el 
aspirante durante sus años de trabajo. 

Con el aforismo de D. José de la Luz por divisa, «sólo la verdad 
nos pondrá la toga viril», y en este puesto me debo á la verdad, 
confieso que con la supresión de los exámenes finales, con el desdén 
con que se miran los estudios liberales, con la abolición completa 
de la enseñanza clásica, con la facilidad con que se puede alterar 
el curso normal de los estudios, con el trasiego constante de los 
alumnos de un Instituto á otro, la segunda enseñanza entra en una 
nueva crisis de desastrosas consecuencias para la cultura general 
del país. 

Lo que en mi concepto debió suprimirse es el título de Bachi- 
ller, sustituyéndole por una certificación ó diploma de haberse cur- 
sado los estudios de segunda enseñanza, como se hace para la 
primera. 

Con esta reforma no decaerá el prestigio de esta Institución, 
como ha llegado á peusarse por algunos. No, porque su valor 
moral y social no está en el derecho de otorgar títulos, sino en el de 
formar ciudadanos cultos, de saber profundo y de criterio elevado 
y recto. Esta Institución subsistirá, á pesar de todas las crisis, no 


EL BACHILLERATO EN CUBA 299 


por la conservación del signo exterior de una tradición, en pugna 
con las ideas modernas y con la organización actual de las socieda- 
des, sino por la importancia y utilidad de su enseñanza, por la labor 
constante y por las virtudes ejemplares de su escogido Cuerpo de 
Profesores, empeñado en la purificación y en el engrandecimiento 
de esta sociedad, profundamente dividida y perturbada, y en alejar 
de su seno todas aquellas causas que tiendan á disgregar los ele- 
mentos que la integran y de cuya solidaridad depende la mayor re- 
sistencia á fuerzas de otro orden. 


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Revue internationale de l' Enseignement. 1907. 


LEGUMINOSAS CUBANAS 
(SINOPSIS DE LOS GÉNEROS) 


POR EL DR. MANUEL GÓMEZ DE LA MAZA 


Profesor de Botánica. 


SUBFAMILIAS,. 
Dialipétalas periginas, de flores irregulares, papilionáceas; ra- 
ramente hipoginas l ......ooommo cenco oronenas envrnononannananocnononess 1 Papilionáceas. 
Dialipétalas periginas, de flores irregulares, no papilionáceas... 2  Cesalpínieas. 
Dialipétalas hipoginas, de flores regulares; á veces corola ga- 
IMOPEbAlA ..vosoo ooscvoronracnennracanacanas dido coo amdoapraos 3  Mimoóseas. 


Géneros cubanos: 87 2, conformes con Benth. € Hook. Gen. pl. I, transformando 
Canavalia en Canavali, Centrosema en Bradburya, Dalbergia en Amerimnon, Da- 
lea en Parosela, Desmanthus en Acuan, Desmodium en Meibomia, Entada en Lens, 
Myroxylon en Toluifera, Piscidia en Ichthyomethia, Tephrosia en Cracca, desdo- 
blando Sesbania en Agati y Sesbania; Herpyza con Sauval, Flora cub. 29. 

En la sinopsis se indica la sinonimia con relación á mi Flora habanera y Catálogo 
de las Periantiadas cubanas. 

Especies cubanas: unas 250. 

Bibliografía. Urban (1.) ¡Symbolae antillanae, IV. Perkins (J.), The Le- 
guminosae of Porto Rico (Contr. U. S. Nat. Herb. X, 133). Small, Flora of the 
Southeastern United States. Grisebach, Flora of the British West Indian Islands. 


1 
PAPILIONÁCEAS 
A. Legumbres no urticantes. 
1 Estambres libres. 
a. Fruto áptero. 


Hojas paripennadas. —Belairia. 

Hojas imparipennadas. Sophora. 
b. Legumbre más Ó menos samaroidea. 
ik Corola papilionácea. 


1 Tribu Tunateéas 6 Eswártzieas, exótica, 
2 Sin contar: 

Trifolium, Cuba hb. Baker 5,104. 5,145. 
Pickeringia, » » » 4,932... 
Notodon, Urb. Symb. I, 324..... 5 


El gén. Notodon está formado con el Fagara gracile, Griseb. (Zanthoxylum?, Sauval.): 
Rutáceas. 


No ineluídos en la sinopsis. 


6 


LEGUMINOSAS CUBANAS 301 


Filamentos caducos. (Myroxylon ! ) Toluifera. 
Filamentos persistentes. Myrospermum. 

Corola de un solo pétalo 6 O.  Ateleia. 

Estambres entresoldados. 

Estambres fértiles 5. Teramnus. 

Estambres fértiles 9 (-8). 

Legumbre indehiscente, subterránea. Arachis. 
Legumbre indehiscente, no subterránea. Ecastaphyllum. 
Legumbre 2-valva. Abrus. 

Estambres fértiles todos 10. 

Legumbre lomentácea, 4 veces l-articular. 

Anteras todas iguales Ó subiguales. 

Estipulillas manifiestas ?. 

Cáliz herbáceo. (Desmodium) Meibomia. 

Cáliz subglumáceo. Alysicarpus. 

Estipulillas 0 *. 

Hierbas, matas ó arbustos. 

Cáliz 5-partido. 

Estambres 1-adelfos. Plantas balsámicas. Poiretia. 
Estambres 2-adelfos. 

Estípulas espinosas. —Pictetia. 

Estípulas no espinosas. Lespedeza. 

Cáliz 2-labiado. Aeschynomene. 

Arboles. Brya. 

Anteras 2-morfas. 

Hojas 3—folioladas. Stylosanthes. 

Hojas digitado -2-4 folioladas. Zornia. 

Legumbre no articulada. 

Legumbre indehiscente. 

Legumbre no drupácea. 

Foliolos opuestos. 

Legumbre áptera. 

Hojas imparipennadas. 

Quilla subsoldada en la base con las alas. Lonchocarpus. 
Quilla libre de las alas. Behaimia. 

Hojas 3—folioladas. (Medica) Medicago. 

Legumbre 4-alada á lo largo.  (Piscidia) Ichthyomethia, 


1 Esprior Myroxylon=Flacurciáceas. 
2 Véase Poiretia. 
3 A veces diminutas en Poiretia, 


302 


tu 


AA 


eN 
Nu 


o 


O 


XX 


MANUEL GOMEZ DE LA MAZA 


Foliolos alternos ó único. 

Legumbre oblonga ó lineal, raramente falcada. (Dalbergia) 
Amerimnon !, 

Legumbre orbicular. Ecastaphyllum !. 

Legumbre drupácea. Andira. 

Legumbre 2-valva. 

Peciolo terminado en un filamento aristado Ó cirroso. 

Hojas imparipennadas ?.  Cicer. 

Hojas paripennadas. 

Estilo acanalado exteriormente. —Pisum. 

Estilo no acanalado. —Vicia. 

Peciolo no terminado en un filamento aristado Ó cirroso. 

Androceo 1-adelfo. 

Legumbre acostillada ó alada. 

Cáliz de lóbulo superior mayor. Canavali. 

Cáliz de lóbulo inferior mayor. (Galactia) Dioclea. 

Legumbre no acostillada ni alada. 

TLegumbre oligo- «*-sperma. 

Legumbre no tabicada. 

Estilo lampiño. Galega. 

Estilo barbado. Crotalaria. 

Legumbre tabicada. 

Semillas sin carúncula. Lupinus. 

Semillas carunculadas. Harpalyce. 

Legumbre l-sperma. (Dalea* >) Parosela. 

Androceo 2-adelfo. 

Hojas 3-(1-) folioladas. 

Cáliz 2-bracteolado. 

Quilla no espiralada. 

Estilo barbado. 

Inflorescencia de raquis nudoso. 

Estigma lateral. 

Flores azules. Pachyrhizus. 

Flores amarillas. Vigna. 

Estigma terminal. Dolichos. 


— — Inflorescencia de raquis no nudoso. —Clitoria *. 


> ON 


Ambos géneros se fusionan en Dalbergia, por Urban, Perkins, Small, 
En el C. arietinum. 

Willd. 1789; no P. Br. 1756=Compuestas, 

Ternatea. 


++ 


LEGUMINOSAS CUBANAS 303 


Estilo + dilatado ó barbado alrededor de la superficie estig- 


mática. Bradburya!. 


+++ Estilo lampiño. 


X 


++ 


2 0 Nm 


a 


Plantas volubles ó postradas. 

Cáliz de 5 partes: 5-fido 6 2-labiado. 

Ovario »—ovulado. 

Legumbre tabicada. Calopogonium. 

Legumbre no tabicada. —Fagelia. 

Ovario 2-4-ovulado. Herpyza. 

Cáliz 4-fido 6 4-dentado: lóbulos enteros. —Galactia. 

Arboles ó arbustos erguidos. Erythrina?. 

Quilla retorcida en espiral. Phaseolus. 

Cáliz ebracteolado. 

Ovario 2-(1—) ovulado. 

Funículo inserto en el centro del hilo. Dolicholus *. 

Funículo inserto en la extremidad del hilo. Eriosema. 

Ovario w-ovulado. (Cajan) Cajanus. 

Hojas «w-—folioladas. 

Hierbas volubles. (Ternatea) Clitoria. 

Plantas no volubles. 

Conectivo de las anteras glanduloso, apiculado ó apincelado. 
Indigofera. 

Conectivo no apendiculado. 

Hojas imparipennadas. 

Ovario estipitado. 

Estipulillas 0, Gliricidia. 

Estipulillas pequeñas. Corynella. 

Ovario sentado. 

Pétalos de uña muy larga. —Barbieria. 

Pétalos de uña corta. (Tephrosia) Cracca *. 

Hojas paripennadas. 

Legumbre tabicada. 

Cáliz 5-fido ó 5-dentado. Sesbania ?. 

Cáliz truncado. Agati'. 


Centrosema, 

Corallodendron. 

Rhynchosia. 

Lin. 1753; no Benth. (Benthamantha, Alef. —Brittonamra, O. Kuntze). 

Con Griseb. Flora 183.—Sesbania p. p. Benth. Gen. pl., Baill. Hist. pl. 11, Perkins.—Ses- 


bania esp. 1 y 2: Maza Cat. periant. 298. —Agati p. p. Maza Fl. haban. 245. 


6 


Con Griseb. 1. c. y Small Flora.—Sesbania p. p. Benth., Baill., Perkins.—Sesbania esp. 3; 


Maza Cat. periant. 298.—Agati sec. Buagati: Maza Fl. haban. 245, 


304 


MANUEL GOMEZ DE LA MAZA 


— — Legumbre no tabicada. Sabinea. 


B. 


Legumbres cubiertas de pelos urticantes. (Zoophthalmum) 
Mucuna. 


90 


a. 


CESALPÍNIEAS 


Pétalos 5 (4). 

Hojas pennadas Ó 2-pennadas. 

Filodios nulos. 

Anteras versátiles. 

Sépalos libres, al menos desde el disco. 

Ovario ó su estípite libre en el fondo del cáliz. Cáliz no in- 
volucrado por las brácteas. 

Cáliz imbricado. 

Legumbre indehiscente ó 2-valva, sin presentar falsas valvas 
en medio de las verdaderas. 

Estigma no peltado. 

Estambres generalmense velludos ó glandulosos en la base. 
Fruto oligo -(1-) spermo. Hojas 2-(1-) pennadas. (Bon- 
duc) Caesalpinia. 

Estambres generalmente lampiños. Fruto 1-spermo. Ho- 
jas pennadas. Cynometra. 

Estigma peltado. (Caesalpinia. Bonduc). Peltophorum. 

Legumbre indehiscente por las suturas, abriéndose en medio 
de las valvas por dos falsas valvas naviculares. Haemato- 
xylon. 

Cáliz valvar. Poinciana !. 

Ovario con su estípite soldado al tubo del cáliz. Cáliz inyo- 
lucrado por las brácteas. Brownea. 

Sépalos soldados encima del disco. Poeppigia. 

Anteras basifijas. (Senna) Cassia. 

Raquis de la hoja aplastado en filodio y los foliolos diminu- 
tos. Parkinsonia. 

Hojas 2-folioladas. Arboles. (Courbaril) Hymenaea. 

Hojas simples (6 2—folioladas, con cirros). 

Corola no papilionácea. Legumbre áptera, indehiscente ó 
2valva. —Bauhinia. 


1 P. regia, Bojer (Colyillea racemosa, Autores cubanos; no Bojer). 


2 


b. 


¡0% 


Hu 


1 


LEGUMINOSAS CUBANAS 305 


Corola subpapilionácea. Legumbre con la sutura superior 
sub-alada y la otra dehiscente. — (Siliquastrum) Cercis. 
Pétalos 3. Tamarindus. 

Pétalos 0. Copaifera. 


80 
MIMÓSEAS. 


Estambres indefinidos, Ó por lo menos más de 107, 

Filamentos parcialmente soldados en tubo. 

Legumbre de valvas retorcidas elásticamente. Calliandra. 

Legumbre de valvas rectas Ó retorcidas, pero no elástica- 
mente. 

Valvas de la legumbre no separándose de las suturas persis- 
tentes. 

Legumbre sin pulpa. 

Legumbre delgada, recta. —Albbizzia ?. 

Legumbre dura, encorvado-reniforme, inserta por su medio, 
Enterolobium. 

Legumbre pulposa en el interior.  Pithecolobium. 

Valvas de la legumbre rectas, separándose de las suturas 
persistentes. Lysiloma. 

Filamentos libres, Ó sólo algunos apenas unidos en la base. 
Acacia. 

Estambres en número igual 6 doble que los pétalos. 

Anteras sin glándula apical en ningún tiempo. 

Valvas de la legumbre separándose de las suturas persisten - 
tes. Mimosa. 

Valvas de la legumbre no separándose de las suturas. 

Legumbre estrechamente lineal; semillas longitudinales úl 
oblicuas. (Desmanthus) Acuan. 

Legumbre anchamente lineal; semillas transversales. Leu- 
caena. 

Anteras coronadas por una glándula apical, al menos en el 
botón. 

Cáliz imbricado. —Parkia. 

Cáliz valvar. 

Flores acabezueladas. 


Estambres 10, libres: Acacia insularis, Rich. 


2 Acacia sec. Albizzia. 


306 MANUEL GOMEZ DE LA MAZA 


Matas no trepadoras. Neptunia. 
Arboles. Piptadenia. 


2. Flores en espigas Ó racimos. 

4. Arbustos trepadores. Lens?!. 

b. Arboles ó arbustos no trepadores. 
7 Legumbre indehiscente. 


Flores todas hermafroditas. Prosopis. 
Flores hermafroditas y néutras. Dichrostachys. 
2. Legumbre 2-valva. Adenanthera. 


1 Stickman;no Gren. € Godr.—Pursaetha.—Gigalobium.—Entada. 


REPAROS ETIMOLOGICOS AL DICCIONARIO 
DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA.—VOCES DERIVADAS 
DEL GRIEGO 


POR EL DR. JUAN M. DIHIGO 
Profesor de Lingúística y de Filología 
La connaissance des mots conduit a la 


connaissance des choses. 
PLATON. 


E 


Ecléctico.—No se dice que ¿xdexrixós-4-óv es adjetivo de tres ter- 
minaciones que significa que escoge, que se ha sustantivado con la 
anteposición del artículo como oi tkdexriucot, como tampoco que deri- 
va de irderrós, escogido, ni que éxkéyew, escoger, esté formado de tx, fue- 
ra, y de Myew, escoger, derivado este verbo de la raíz AED, idea de 
reunir, de hablar, acopiar ideas. 

Eclesiastés.——Sólo se indica la palabra griega *ExxiMoiacrrás, sin 
traducirse, cuando significa el que habla en una asamblea, y no deriva 
de ixkAnola, asamblea, iglesia, y no congregación como dice la Academia, 
sino de ¿xkAnciáto, estar en asamblea, deliberar, derivado de éxkAncía, 
asamblea del pueblo, derivado de ¿xkAnros, adjetivo de dos termina- 
ciones txxAnros-ov, llamado, derivado de éxxokto, llamar, formada de éx, 
fuera de, y kakto, llamar, invitar, convocar, dela raíz KAA en su segun- 
da acepción, idea de llamar. 

Eclesiástico.—No se señala la voz griega de que procede la cas- 
tellana; la forma latina ecclesiasticug viene de ¿xkAqoiaorixós-h-ov, rela- 
tivo á las asambleas, derivada de ¿xkAnotaorís ya indicado, de ¿xkAnoiáfe v 
sentarse en la asamblea. 

Eclipse.—La voz griega éxkempis, sin traducir, significa abandono, 
falta, ausencia, desaparición, eclipse. La Academia ha debido al seña- 
lar Á ¿xdetrrew, abandonar, omitir, descuidar, decir que está formada de 
éx, fuera, y Miro, dejar, que viene de la raíz ATI, ¿dea de dejar. 

Eclíptica.—Ni se traduce lo que ixkkeurrixós-A-óv, significa rela- 
tiva á los eclipses, ni tampoco las formas del adjetivo. 


308 JUAN M. DIHIGO 


Eco.—La palabra griega yxó no está traducida y significa eco. 

Economía.—¿ Por qué no se traduce otkovopta, de donde viene 
nuestra voz? Este vocablo significa dirección de una casa, adminis- 
tración, distribución, repartición, arreglo, economía, orden, plan; viene 
de otkóvopos-ov, que es adjetivo de dos terminaciones, sustantiván- 
dose por la anteposición del artículo ó otkóvopos, ecónomo, intendente, 
administrador, de otxos, casa, y vépew, distribuir, manejar, de la raíz 
NEM, distribuir. > 

Económico.—El vocablo owovoyuxós queda sin traducir y sin indi- 
carse sus géneros olxovopuxós-4-óv, relativo á la dirección de una casa, de 
aquí, supliendo el sustantivo réxvn, se ha formado otxovopuxñ, la eco- 
nomía doméstica, y dela forma neutra plural rá olkovopwró, tratado sobre 
la economía. 

Economista.—Ni siquiera se indica que es una voz derivada de 
ecónomo, como dice Monlau. 

Ecónomo.—Para conocer la etimología de esta voz léase lo dicho 
al analizar el término economía; por supuesto la Academia sigue ca- 
llando la traducción de las voces griegas. 

Ectasis.—La Academia sólo se refiere á la palabra tkoracis, pero 
ha debido decir, como lo hace Whitney, que viene de ¿Enrráva,, de 
¿E, ee, fuera, 6 iorávas, colocar, de toracdas, estar colocado. 

Ecuménico.— De otxovyevixós-4-0v, relativo á la tierra, ecuménico. El 
Diccionario de la Academia se limita á indicar la forma masculina 
olkovpevixós nada más. Tampoco se expresa en dicho libro que 
olkovuevixós deriva de olkovpévn, el mundo habitado, de otkoúnevos, parti- 
cipio de presente pasivo de otxeiv, habitar, derivado de olkos, casa, 

Edema.—Bien está lo dicho por la Corporación, pero no resulta 
el análisis acabado, porque si olónqua, hinchazón, viene de oiséw, hin- 
char; este verbo deriva de la raíz IA en su segunda acepción, expre- 
sando idea de humedad, de sudor. 

Efeméride.—Nada se dice acerca de la significación de tonuepls, 
diario, calendario, como tampoco que sea una voz compuesta de ¿m, 
en, y hwtpa, día. 

Efémero.—¿ Por qué no se traduce á tprpepov, efémero, for de lis £ 

Eforo.—La voz griega ¿popos, inspector, no viene de ¿m, sobre, y 
ópáv, ver, sino de ¿popáw, inspeccionar, y ipopúw, de em y ópáv, ver. 

Eleagnaceo.—De ¿hatayvos, eleagno. No se dice que la palabra 
esté formada de ¿haía, olivo, y úyvos, suuzgatillo. 

Eléboro.—Señala la Academia su origen en el ¿AMéBopos, que tiene 
también la forma ¿AAéBopos, que no se indica. No se traduce el vo- 


REPAROS ETIMOLOGICOS 309 


cablo que es nuestro eléboro. Como quiera que al estudiarse esta 
voz en los diccionarios Hispano-Americano, Littré, Roque Barcia, 
Alexandre, Bailly, Larrousse y el Century se advierte el uso por 
unos del espíritu suave y por otros del fuerte, y ambas formas son em- 
pleadas, de ahí la conveniencia de dar á conocer ambos aspectos, 
puesto que ellos explican la razón de la h que se ve en la palabra in- 
glesa helleborus y la ausencia de ella en Roque Barcia y Larrousse; sin 
explicarse uno cómo en castellano no se representa el espíritu fuerte 
en el eléboro, cuando por la misma causa tenemos h en higiene, hip- 
notismo, hidrografía, ete. El uso del espíritu suave ha de ser la ra- 
zón que ban tenido los franceses para no representar el signo orto- 
gráfico, ya que tan esclavos siempre resultan en la transcripción de 
los signos. 

Electro. —Para comprender mejor la exacta significación de 
este término hubiera convenido, como se nota en otros diccio- 
narios, indicar que procede de la raíz *'AAK, que expresa idea de 
brillar. 

Electrólito. —Señala la Academia, sin indicar la traducción, que 
esta voz se compone de eléctrico y de Móros, cosa disuelta Ó desatada. 
La acentuación de este adjetivo verbal está equivocada, pues en vez 
de ser paroxítono es siempre oxítono, como lo demuestra Bailly en 
su Dictionnaire Grec-Francais y Maunoury en su Gramática de la Len- 
gua Griega; además la Academia ha debido decir que Avrós, es adje- 
tivo verbal de Mío, disolver. 

Elefantíasis. —Sólo manifiesta la Corporación que se ha forma- 
do de la dicción ¿depavríacis, sin expresar que significa elefantíasis, 
enfermedad de la piel que da á la misma el aspecto del cuero del 
elefante. Deriva de ¿Mépas (¿depavr), elefante. 

Elenco. —Tampoco se indica que ¿deyxos es elenco, prueba, refuta- 
ción, censura, ni que ¿deyxos deriva de ¿Myxo, convencer, probar, refutar, 
acusar. 

Elíptico.—La forma ¿Aerrixós, que no traduce la Academia, es 
un adjetivo de tres terminaciones ¿Aleurrixós-%-óv, significando que 
omite, elíptico y se deriva de ¿Adeujus, elipsis, y este término de ¿Metro, 
dejar detrás de sí, olvidar, compuesto de tv y Astro, dejar, de la raíz 
ATI, ¿dea de dejar. 

Elíseo. —Respecto de esta voz, aun cuando el origen está bien 
indicado aunque no se expresa lo que significa, siempre resulta el 
análisis muy reducido, pues hubiera sido oportuno indicar cómo 
deriva de "'Hadóoiov, de Avous, variante, de ¿devows, venida, llegada de 


310 JUAN M. DIHIGO 


¿hcúrerdas, futuro, ¿Abew aoristo 22 ir, de la raíz 'EA, en su tercera 
acepción, que indica idea de ir. 

Élitro.—El origen señalado por la Academia es exacto, así como 
la traducción del vocablo ¿durpov, estuche, cubierta, cápsula. Hubiera 
sido oportuno analizar más el término expresando que ¿Avrpoy viene 
de ¿húv, enrollar, envolver, cubrir, también con la forma eláúo, rodar, 
envolver, de Ao, forma poética derivada de la raíz 'EA (FEA ), que 
indica la idea de rodar, de girar dando vueltas. Todos los autores 
están conformes con el origen indicado por la Academia, pues el 
mismo Curtius, con hacer referencia á las raíces FEA, PAA, señala 
el vocablo cubierta, estuche, como traducción de ¿kurpov. El estudio 
comparado nos haría ver la estrecha relación de la raíz del vocablo 
griego con la raíz V.AL. que vemos en el sánscrito formando val-aja-s, 
círculo, anillo, así como con vár-a-s, círculo, con las latinas volv-o, 
volú-tizm, volú-tá-re, volu-men, etc., con la gótica valv-jam, lituania 
vél-ti, enrollar, vil-ni-s, ola, y antiguo irlandés fulumain volubilis. 

Emblema.—Es incompleto el estudio etimológico de esta voz 
por las razones siguientes: 1? por no indicar su significación que 
es objeto introducido en otro, mosaico, inserción; 2% por no consignar 
que ¿pfáddo se compone de la preposición év, en, transformada la 
v en y por asimilación de igualdad, que convierte la v ante líquida 
en dicha líquida: símili súmile gaudet, dice Maunoury, y de Bálho, 
lanzar, poner, vaciar, moldear, fundir, que deriva de la raíz BAA, se- 
ñalando ¿dea de lanzar. 

Emblemático.—No dice la Corporación que esta voz se formó 
del radical emblema, como se advierte en Larrousse, Carré, Century, 
Standard, Littré y Echegaray, pues Roque Barcia y el Hispano Ame- 
ricano coinciden con la Academia. 

Embolismo.—+Es costumbre de los etimologistas señalar con una 
estrellita aquellos vocablos admitidos, como dice Whitney, teórica- 
mente, pero que no han sido aún comprobados; á pesar de esto la 
Academia, al tratar la voz embolismo, dice que viene de ¿pBohduopós, 
que no traduce, seguramente porque Chassang en su pequeño die- 
cionario y Alexandre en el suyo, registran el término en la forma 
que lo presenta la Corporación y que en el Hispano-Americano resul- 
ta desprovisto del espíritu y del acento; así y todo, considerando 
esa forma como no comprobada, hubiera convenido que se digera 
que procede de ¿pBokiuós, ov, adjetivo, ¿nsertado, intercalado, que se ex- 
presara la forma ¿uBodatos, ¿ntercalado, derivado de ¿pBúdew, lanzar, 
insertar. 


REPAROS ETIMOLOGICOS 311 


Embolo. —Nada se dice de la significación de ¿uBokos, ¿uBodov, ce- 
rrojo, plantador, espolón de un barco, disco, formado de tv, en y de Bokós, 
tiro, el movimiento de una cosa lanzada ó arrojada con violencia y Bohós, 
de Bálio, lanzar, y este verbo de la raíz BAA, idea de lanzar. Roque 
Barcia presenta paroxítono el vocablo como hace Curtius al estu- 
diar la raíz BAA, y Alexadre al indicarlo en su diccionario, en 
cambio para Chassang, Littré y Bailly es oxítono. Leopold lo pre- 
senta paroxítono. La raíz sánscrita 94£, de la que se han forma- 
do las voces gál-a4-mi, gotear, vi-gal, derramar, caer, gal-ana-s, Curso 
(de un líquido), explica bien su relación con la griega. 

EmbrioJogía. —Sobre esta palabra no ha debido decirse que está 
formada de embrión y del griego Aóyos; sino que procede de dos voces 
griegas ¿pBpvov, un embrión, que es la forma neutra sustantivada, co- 
mo dice Bailly, de ¿pBpvos-ov, el que nace y se desarrolla en el interior, 
el que está en estado de embrión, formada á su vez de tv, en, y de Bpúu, ger- 
minar, dar en abundancia, renuevos, vástagos, de la raíz BPY, que indi- 
ca idea de brotar, de germinar, y MXoyla, derivado de Xéyew, hablar. 
La v de év se ha cambiado en q por asimilación. 

Embrión.-—El origen indicado es correcto, sólo le falta el indi- 
car la significación de ¿pBpvov, que es embrión. Como en el anterior 
vocablo se ha hecho el análisis se omite aquí. 

Embroca. —Para que se pueda tener una idea exacta de la sig- 
nificación y origen de esta voz es necesario decir no como la Aca- 
demia que procede de ¿uBpoxñ, loción, sino que este término griego 
procede de ¿pBpéxo, embeber, empapar, mojar, hacer que un líquido pe- 
netre por algún cuerpo Ó cuerpos, Compuesta á su vez de év, en, y 
Bpéxo, mojar, rociar, llover, en sentido impersonal derivado de la raíz 
BPEX, que indica ¿dea de rociar. 

Emenagogo.—Estudiando detenidamente esta voz se advierte 
con facilidad la razón que han tenido los etimologistas para indicar 
no como dice la Academia, ni Echegaray, ni Roque Barcia, ni 
Littré que se ha formado de ¿punvos, menstruo, y áyoyós, que conduce, 
y no produce, como dice el Hispano Americano, sino como afirman 
Larrousse y el Century, de ¿upnva, meses, plural neutro de ¿uunvos, 
mensual, puesto que es la sangre que todos los meses evacuan naturalmen- 
te las mujeres y las hembras de ciertos animales, y no en un solo mes. 
Alexandre, al explicar este vocablo, dice que la forma sustantivada 
es tá ¿upnvo Ó rá ¿upivia, les menstrues. Esta voz está compuesta 
de év, en, y pñv, mes, y se advierte al unirse los dos vocablos en uno 
la asimilación de la y á la p; respecto de áyoyós, el que conduce, no 


312 JUAN M. DIHIGO 


dice la Academia que deriva de áyo, conducir, ni que esta dicción 
provenga de la raíz 'AT, que indica ¿dea de conducir. 

Empetro.—La Academia indica que la voz castellana se ha for- 
mado de la griega ¿prerpos, que no traduce, y significa empetro, com- 
puesta de tv, en, y rérpo, piedra. Como se ve es una planta que cre- 
ce en las rocas, pero estudiando la voz en Chassang, se advierte 
que éurerpos MO es un sustantivo como parece deducirse al leer el 
Diccionario de la Academia, sino un adjetivo ¿prerpos-ov, que crece en las 
rocas, del cual se ha formado el sustantivo neutro ¿prerpov-ov, empe- 
tro, sarífraga, que es el que da origen al castellano y el cual aparece 
formado por las voces ya explicadas. El Century y el Standard opi- 
nan de este modo, y mientras silencian el sustantivo neutro, el 
Hispano- Americano, Roque Barcia, Echegaray, Rodríguez-Navas y 
Larrousse, en cambio Bailly sólo indica ¿urerpov, como Chassang re- 
gistra ambas, pero distinguiendo la significación. La voz rérpa, vie- 
ve de la raíz HETP, que da idea de piedra. 

Empíreo.—La dicción ¿própios, á que hace referencia la Acade- 
mia como origen del empíreo, no es propiamente la forma más usa- 
da, sino ¿pmupos-ov, que está en fuego, que quema, ardiente, que ha dado 
la sustantivada ¿prmupov (79), sacrificio, y la cual se halla compuesta 
como no dice la Academia de év, en, y rip, fuego. En la combina- 
ción de la v con la ” se ha cumplido la ley de asimilación de conso- 
nantes. El Hispano-Americano modifica el acento haciendo el voca- 
blo oxítono, siendo paroxítono, y Larrousse se refiere 4 un empuraios 
que no aparece ni en Bailly ni en Chassang, ni en Alexandre ni en 
Leopold. 

Empireuma.—Falta decir que ¿própevpa es una brasa de carbón 
cubierta con cenizas para preservar el fuego, derivada de ¿prvpeio, 
encender, procedente de ¿prupos, en fuego. Los elementos componen- 
bes están bien indicados. Ilúp viene de la raíz TIYP que señala ¿dea 
de fuego. 

Empírico. 


Esta palabra deriva de ¿premprós--óv, que es un adje- 
tivo procedente de ¿prepía, experiencia, mera experiencia, Ó práctica 
sin conocimiento, como dice el Century, de ¿urepos, experimentado, ex- 
perto, de tv, en, y reipa, experimento, de la raíz MEP, ir al través, atra- 
vesar, y no coneretarse como hace la Corporación á decir que viene 
empírico de ¿prempucós, sin indicar el significado, y que ¿prepuós se 
compone de év, en, y reipa, experiencia. 

Emplasto,—No se indica que ¿prharrpov significa emplasto; este 
término tiene obras formas, así lo expresan el Century, Chassang, 


REPAROS ETIMOLOGICOS 313 


Bailly, Leopold y Alexandre: ipmhaorpov y ¿urhaorpos, emplasto. El 
Century, al igual de Chassang y Bailly, se refieren también á la forma 
¿prhaorov neutra sustantivada, procedente del adjetivo ¿prhacrós--óv, 
amoldado, aplicado sobre, que se ha construído de ¿prdúooo, aplicar 
sobre, compuesta de dv, en, y mhúooo, formar, modelar. Tampoco la 
Academia ni Roque Barcia ni Echegaray señalan el origen de 
¿prdacrpov de ¿urkácoo, como hace Larrousse. Refiriéndose el Dr. 
Rodríguez-Navas á esta palabra manifiesta que hay que relacionar- 
la con la griega rnkdós, fango, arcilla, pues, como dice Campos Leyza, 
el verbo rñúooo se aplica particularmente á las obras de arcilla, de 
barro, por cuya razón pudiera venir de rnkós con acento en la últi- 
ma y no en la penúltima, como se ve en el libro Racines de la lam- 
gue grecque de dicho autor; de ahí rndécoo, modelar, fango. También 
cree que miécoo pudiera ser una síncopa de rndácoo, aproximar, 
adaptar. 

Emporio.——La palabra griega no es évrópiov, como aparece en el 
Diccionario de la Lengua Castellana, sino ¿prróptov, que ni se traduce. 
"Eprópiov es una forma sustantivada del adjetivo ¿própios-ov, comer- 
cial, y significa mercado, y Ta ¿prrópia los mercancias. Bailly da la 
forma ¿própios-a-ov, propio del comercio, y de ahí el sustantivo To ¿prró- 
prov, que deriva de ¿propos, pasajero, viajero, comerciante, de ev, en, y 
"rópos, camino, pasaje, puente, vía, de la raíz EP, ¿dea de atravesar, de 
ir más allá, de viajar. 

Enálage.—Sólo manifiesta la Academia que se ha formado de 
évadayí, que no traduce y es intercambio, compuesta de év, en, y 
GAhayí, cambio, —como indican Larrousse, Echegaray, Roque Barcia. 
El Hispano- Americano concrétase á decir que es voz griega y el uso 
de la figura es frecuente entre los poetas. En cambio Littré hace 
referencia en ¿Aayñ, dá ¿Másco, cambiar, formada de únos, otro; el 
Standard estudia el término de idéntica manera y Rodríguez Navas 
repite lo dicho por la Academia, mientras el Century, con razón so- 
brada, coincidiendo con Bailly, manifiesta que évaAdayj deriva 
de évalMásco, intercambiar, de év, en, y áMáooo, cambiar, de úxdos, 
otro. Monlau expone, de modo muy simplificado el análisis. 

Enarmónico.—Las indicaciones sobre el origen de esta palabra 
están bien hechas, pero no se consigna que évapuovikós, es enarmóni- 
co. Aun cuando tanto el Standard, como Littré, como Alexandre 
hacen referencia directa á la voz ¿vappovixós; es conveniente consig- 
nar que la forma usual es ¿vapuóvios, en harmonía, que es un adjetivo 
de dos terminaciones tvapuóvios-ov, de igual significación que ¿vapyovi- 


314 JUAN M. DIHIGO 


xós-f-óv, como dicen Chasssang y el Century. Bailly en su Diccionario 
griego-francés, no registra la forma évappovixós-f-óv, gino la dvapuóvios, 
empleada tanto por Platón, como por Aristóteles, Luciano y Plu- 
tarco. Los elementos que componen esta palabra están bien seña- 
lados. La voz áppovla procede de ápuós, ajuste, articulación, de la raíz 
"AP, en su tercera acepción, indicando idea de adaptar, de ajustar. 

Encáustico.—No es suficiente que se diga que se ha formado la 
dicción castellana de ¿ykavorixós, sin advertirse si es adjetivo Ó sus- 
tantivo y sin expresarse la significación como hace la Academia; el 
vocablo griego es un adjetivo de tres terminaciones éykavorikós-4-óv, 
encáustico, del que se ha construído el sustantivo y ¿ykaverikg, sobren- 
tendiéndose réxvn, pintura hecha al encausto, derivado de ¿ykavoros-ov, 
quemado, pintado á lo encausto, de éykalo, hacer quemar en, de év, en y 
xato, quemar, de la raíz, KAF, que indica idea de quemar. Examinando 
los diccionarios de Roque Barcia y Echegaray, se advierte la equi- 
vocación en que han incurrido, diciendo que encáustico procede de 
¿ykaoriy, que no existe en griego. 

Encíclica. —Mejor que haberse referido á la voz éyxukkos, circu- 
lar, de év, en, y xúxdos, círculo, ha debido la Academia indicar á 
¿yxúxdos-ov, redondo, circular, común á todos, ordinario, universal, pe- 
riódico, pues ¿yxukkos-ov sólo significa redondo. 

Enciclopedia. -—Seguramente la Corporación no vaciló en estam- 
par en su Diccionario la voz éykxukkora:ibeía significando enciclopedia 
en vista de que resulta indicada tanto en Littré como en el Standard, 
Monlau y Roque Barcia. Fuera de Alexandre, que al registrar la 
voz le antepone el signo ? para indicar que es dudosa, ni Chassang 
ni Bailly ni Leopold la insertan en sus diccionarios, pues, como 
dice el Century, no obstante consignarla al estudiar el origen de 
esta voz es forma rara y bárbara, hallada únicamente en los auto- 
res latinos. Larrousse, analizando el término, dice con razón que 
se compone de év, en, kúxdos, círculo, y mouBeía, educación, instrucción, 
derivada de ra:Sevv, instruir, enseñar, que viene de mais, niño, del ra- 
dical raw5, de la raíz IIA en su tercera acepción, que indica ¿dea de 
nutrir. Bailly hace referencia á una IIAF, ILAY como génesis de 
rraís, y Fick, según manifiesta Curtius en sus Principios de Etimología 
Griega refiere todas las palabras que contienen la sílaba pau á una 
raíz pu, de la que infiere el origen de rrá-F-ws, mais, puer, putu-s, con 
la noción de pequeñez. 

Enclítico.—El Diccionario de la Academia equivoca la escritura 
del término griego del cual viene esta palabra. Dice que es de 


REPAROS ETIMOLOGQICOS 315 


éyxduxós, dle ¿ykAvo, inclinar, y no hay esta dicción en griego, sólo 
existe éyrdrixós-%-óv, que inclina, que se inclina, enclítico, de ¿ykktvo, ¿n- 
clinarse, de tv, en, y kMvo, hacer inclinar, inclinar dela raíz KAI, idea 
de inclinar. 

Encomiasta.—El análisis etimológico no puede ser más simple: 
concrétase la Academia á indicar 4 ¿ykoprarráis como la forma grie- 
ga que ha dado la castellana, sin decir lo que significa; pero bien 
sabido es que ¿ykopraorríis viene de éykopiáto, alabar, y ésta de 
éyxópuov, elogio, encomio, panegírico que, como dice Campos Leiza, se 
hacía por los pueblos, barrios: év kóum, en el barrio, derivando kópn, 
como muy bien dice Bailly en su Manual de raíces griegas y latinas, de 
la raíz KI, que expresa idea de estar extendido, de descansar, estar se- 
dentario, ya que, como fácilmente se advierte, «ón lleva en sí la 
idea de residencia, de fijeza. 

Encomiástico. —Sólo falta indicar que es adjetivo tyxopuacricós-h-óv 
y que vale por propio para la alabanza, dispuesto á alabar. 

Encono.—Muy discutida ha sido la etimología de esta palabra, 
al extremo de que Covarrubias, como dice el Diccionario de Autori- 
dades, supone que enconar viene del nombre éyxos, asta Ú lanza, 
y también de kúóvos, cono; Monlau afirma que carecen de toda pro- 
babilidad las dos conjeturas de Covarrubia; Cabrera acude á 
la preposición en y el nombre aconitum, veneno, y el mismo Monlau 
manifiesta que mejor que de aconitum pudo formarse de kóvemov, lati- 
niza lo en conúum, la cicuta. La Academia entiende que el origen de 
esta voz está en áyxóvn, sofocación, y que equivale mejor á estrangula- 
ción, Roque Barcia no da un origen seguro, pero ante esta dificul- 
tad, preferible es atenerse al Diccionario de la Academia, pues Kór- 
ting, en su Lateinisch- Romanisches Worterbuch, refiere encono 
pedayxoAía, diciendo: «Schwermut; span. malenconia, enconia, encono, 
Zorn, Wut, daza das Vb. enconar, erbittern (was jedoch auch auf 
aconitum zarúckgehen kann). Vgl Dz 446, encono. Véase cómo en- 
tre los elementos que componen la forma pedayxokía están fonemas 
del vocablo señalado por la Academia. 

Endecasílabo. —Todo lo consignado está bien, sólo ha faltado 
decir que es un adjetivo de dos terminaciones évSexacúliaBos-ov, en- 
decasílabo, pues pudiera confundirse con una forma de sustantivo. 

Endósmosis.—El ¿epós, ¿mpulso, indicado por la Academia, de- 
riva de úbéo, empujar, mover, remover, de la raíz "00, idea de empujar. 
Roque Barcia refiere que la etimología es endosmómetro, lo que no 
debe aceptarse toda vez que en el vocablo no se advierten todos los 


316 JUAN M. DIHIGO 


elementos componentes que tiene endosmómetro y cuando, como 
muy bien se ve en el Century, Larrousse, Standard, Littré y otros, 
se compone esta voz de ¿vBov, adentro, y úopós, acción de empujar; pues, 
como dice Littré, no hay en griego la palabra órpoois. Garnier y 
Delamare, en su Diccionario de términos técnicos de medicina, analiza 
el término en Ja forma indicada. 

Eneágono. —¿Cómo es que la Academia al analizar esta voz dice 
que la forma gono viene de la griega yávos, ángulo, que no existe y sí 
yovía, angulo, que vemos en Chassang, Bailly, Alexandre y Leopold? 
La dicción yovía, deriva de la raíz TEN, que expresa idea de pliegue, 
corvadura. 

Eneasílabo. —También aquí hay defecto, pues eneasílabo no pro- 
cede de ¿vvéa, nueve, y ouvir, silaba, sino de ¿vvearúlaBos, os, de nue- 
ve sílabas, compuesta la palabra de las voces ya señaladas y lerivan- 
do cvaAMaBr, sílaba, aúv, con, y MBr, acción ó medio de tomar, toma, de 
la raíz AAB, que indica ¿dea de tomar, de recibir. 

Enema.—No se ha formado este vocablo de ¿varuov, de ¿varyuos-ov, 
sanguíneo, que tiene color de sangre, propio para detener la sangre, sino 
de évepa, lavado, inyección, clister, derivado de évtnps, enviar, lanzar, in- 
troducir, compuesta de év, en, y Umpe, lanzar, enviar. 

Energía. —Si deriva de ¿vépyea, acción, operación, fuerza, procede 
de évepyís, activo, efectivo, de év, en, y ¿pyov, obra, de la raíz EPT, in- 
dicando idea de trabajo. 

Enérgico.—¿Por qué no se manifiesta que enérgico se ha forma- 
do de é¿vepyós-óv, ocupado en, activo. 

Energúmeno.—La casi mayoría de los SUR EREOS exponen el 
origen de esta voz en forma deficiente, pues decir que viene de 
¿vepyoúpevos, sin manifestar la categoría, es provocar confusión. Esta 
palabra no es ni sustantivo, ni adjetivo, es un participio de presente 
pasivo del verbo évepyto, obrar, operar. Alexandre, haciendo refe- 
rencia á la forma pasiva, indica ú ¿vepyoúpevos rus, un poseído, un ener- 
gúmeno. Kórting en su Lateinisch-Romanisches Wórterbuch también 
presenta la misma derivación. 

Énfasis. —Si viene de ¿poacus, acción de aparecer, apariencia, énfa- 
sis, se ha formado de ¿poatvo, mostrar, representar, de ev, en, y palvo, 
mostrar, de la que se deriva pácis, fase; y en el segundo elemento, 
influyendo la raíz PAN, que lleva en sí la ¿dea de mostrar, de apare- 
cer. Así entiendo que ha debido hacerse el análisis. 

Enfático.—-De igual suerte enfático procede del adjetivo ¿upari- 
kós-%-óv, expresivo, significativo, enfático, como esta voz de ¿pqalvo, mos- 


REPAROS ETIMOLOGICOS 317 


trar. Ni la Corporación indica la significación de ¿upariós, ni es- 
cribe correctamente el término griego, pues no es tvparikós. 

Enfísema.—Sólo señala la Academia la voz ¿udúsnpa, sin decir 
que es hinchazón, y sus componentes év, en, y puráv, soplar. Estu- 
diando la génesis de este término, se observa que ¿pupúcrnsa, hincha- 
26n, viene de ¿upuráo, hinchar, introducir alguna cosa soplando, y este 
verbo compuesto de év y guráv, ya expresados, y duráv de pica, 
viento, soplo, de la raíz $Y en su segunda acepción, que expresa idea 
de hinchazón. 

Enfiteusis.—Se ha formado de ¿poúrevois, compuesto de év, en, 
y dureúo, plantar. Así analiza la docta Corporación este término; 
claro es que el origen está en parte bien indicado, aunque no tra- 
duce á ¿poúrevoss, enfiteusis, que literalmente es injerto; pero antes de 
indicar los elementos componentes debió haber manifestado que 
deriva de ¿pourevo, implantar, injertar, de ¿uquros, implantado, injer- 
tado, de ¿ugúo, implantar, y por último de év, en, y d%s, producir, que 
en pasiva significa crecer, nacer, engendrar, etc. 

Enjulio.—Aunque la Academia considera este término de ori- 
gen griego de ¿ykúxAos, redondo, y es un adjetivo ¿ykúxkos-ov, verda- 
deramente que su procedencia es latina, pues Kórting y también 
Monlau lo traen del latín ¿nsubulum, Schaft des Geschirres am We- 
bestuhl, ital. subbio, francés ensouple y español enjullo. En Diez 
aparece subbio. 

Entimema.—Todo está bien menos el no haber dicho que 
évdupéopar, reflerionar, concebir, considerar, se compone de év, en, y 
0vpós, mente, alma, vida, de la raíz OY, que da idea de exhalación de 
humo. 

Entusiasmo.—No únicamente de ¿vdovriacruós, de entusiasmo, ins- 
piración de év8ows, inspirado por los dioses, sino de évdovaiáto, estar ins- 
pirado ó poseído de los dioses, estar en éxtasis de ¿vd0ovs, forma contraída 
de évecos, ¿inspirado por los dioses, de év, en, y 0eós, dios. Roque Barcia 
equivoca la escritura poniendo ¿vroveiacuós, que no se halla en nin- 
gún diccionario griego. 

Epacta.—Este sustantivo femenino no deriva de la forma mas- 
culina éraxrós, sino de la femenina éraxri, pues es un adjetivo de 
doble declinación ¿rakrós-4-óv, y éraxros-ov, importado, venido de fuera, 
extranjero, añadido, intercalado, adoptado. Aunque pudiera decirse 
que la femenina en os, del adjetivo de dos terminaciones ha dado la 
castellana, teniendo en cuenta la equivalencia de las vocales al pa- 
sar de un idioma á otro, observamos que los en y equivalen á los 


318 JUAN M. DIHIGO 


en a del latín que informan en gran manera en la constitución de 
nuestras voces. Epacta, que en latín moderno es epacta, pl. epacte, 
es el iraxrós, 4 que se ha hecho referencia, compuesto de értl, á, s0- 
bre, y úyo, llevar. El Hispano-Americano equivoca la escritura y po- 
ne éramos. El Century ha debido referirse á ¿ráyo, añadir, originan- 
do á érakrós. 

Epanadiplosis.—No traduce la Academia 4 ¿mavadirmhoois, acción 
de redoblar, replegar, ni dice que viene de ¿ravadurAów, doblar, com- 
puesta de ért, sobre, y ávadurkóo, doblar, compuesta á su vez de ává, 
por, al través, y Sumów, doblar. 

Epanáfora.— Las indicaciones sobre el origen están bien he- 
chas. Eravapépo, relatar, remover, referir, derivado de ért, sobre, y 
ávapipo, referir, narrar, compuesta de ává, por, al través, y ptpo, llevar. 
El gopá, acción de llevar, etc., se ha formado del ¿po antes indicado, 
de la raíz SEP, idea de llevar. Así opinan Littré, Larrousse, Roque 
Barcia; el Standard, Century y Monlau se concretan á mencionar el 
verbo qépwo. La Academia nada dice sobre su significación. 

Epanástrofe.—Todos los léxicos cuando tratan este término, van 
analizando cada uno de los elementos que han entrado en la com- 
posición del mismo; la Corporación sólo indica la dicción éravao- 
rpop%, sin traducirla, y significa vuelta, repetición de una palabra al 
comenzar la frase, derivada de ¿ravacrpépo, tornar, invertir, cuando 
¿mayarrpépw está, á su vez, formada de ért, de ává, preposiciones cu- 
yos significados ya se han indicado, y de erpopí, vuelta, rodeo, de la 
raíz ETPE9, que expresa idea de girar. 

Epanórtosis.—La expresión etimológica de esta voz debió ser 
así: tmavópdwo:s, corrección, de ¿ravopdóo, restaurar, corregir, de ent, sobre, 
y úvoplów, levantar, restaurar, restablecer, de ává, arriba, y óp06w, levan- 
tar, erigir, hacer derecho, etc., de óp0ós, derecho, de la raíz 'OP, que in- 
dica ¿dea de elevar. El Diccionario de la Lengua Castellana sólo menciona 
Á ¿mavópdwois, sin manifestar lo que significa, y á travupdów, rectificar. 

Epéntesis. —Aunque la Academia al explicar el origen de esta 
voz coincide con Larrousse, Roque Barcia, Monlau, Littré, el His- 
pano- Americano y Monlau, sin olvidar á Echegaray, ha debido, á la 
vez que indica lo que el vocablo significa, decir que epéntesis deriva 
de érévdcais, inserción, procedente de una forma no comprobada aún, 
¿mtvderos, insertado, de ¿mévri0npa, intercalar, compuesta de énl, sobre, y 
¿vri0npi, colocar en, de tv, en, y tiónp, poner, derivada de la raíz 
GE, que indica ¿dea de poner, de colocar. De este modo analiza 
Whitney, por donde resulta su obra completa. 


REPAROS ETIMOLOGQICOS 319 


Epicedio.—Si hubiera dicho la Academia que epicedio viene del 
adjetivo ¿mudeios-ov, fúnebre, que sustantiva su forma neutra 
Tó bmuódevov, poesía Ó canto fúnebre, no habría nada que añadir á lo di- 
cho. A Littré le falta esta voz. 

Epidemia. —No hay traducción: ¿mbnuta, es llegada ó estancia en 
un país, epidemia, difusión de una enfermedad. Después ha debido de- 
cirse que ¿mBnpla, viene de émlónpos como tri8muros-ov, lo que queda, lo 
que se extiende entre el pueblo, epidémico, como dicen el Century y Bailly, 
compuesta de ¿nt, sobre, y 8ñpos, pueblo, de la raíz AA en su primera 
acepción, que indica ¿dea de dividir. 


OTTO SALOMON 


POR EL DR. ALFREDO M. AGUAYO 


En el mes de noviembre de este año murió un hombre que, por 
su gran talento pedagógico, por el relieve de su personalidad y el 
tesoro incomparable de su altruísmo y de su devoción á una causa 
generosa, ocupa lugar único en la historia de la educación moder- 
na. Era sueco, y se llamaba Otto Salomon. 

A los veinte años de edad, ni su origen, ni su posición social, ni 
el medio en que vivía parecían llamarlo al magisterio. Era rico, 
pertenecía á una familia de acreditados mercaderes, y sus propios 
gustos lo llevaban á la activa profesión del ingeniero; pero un con- 
curso de circunstancias hizo que un joven de talento, entusiasta y 
ambicioso, cambiara un porvenir brillante, con la gloria y la fortu- 
na quizás como inseparables compañeras, por el oficio humilde y 
obscuro de maestro rural, 

Para comprender Jos móviles que obraron sobre él y le impusie- 
ron la renuncia de sus ideales juveniles, es bueno examinar las 
condiciones sociales y económicas de Suecia durante los diez años 
que mediaron entre 1860 y 1870. «En los países del Norte—dice 
el mismo Salomon narrando su camino de Damasco—las breves 
noches del verano van seguidas de las obscuras y largas veladas 
del invierno. La población rural abandona entonces los campos y 
los prados, y á tenor de las costumbres que le trasmitieron sus 
mayores, busca empleo para su actividad y su energía dentro de los 
cuatro muros de la casa solariega. En tiempos ya remotos, los 
miembros de cada familia, incluyendo en ellas los criados, se reu- 
nían muy cerca de la chimenea de piedra, en cuyo hogar brillaba 
alegremente el fuego de algunos troncos encendidos; y á los acordes 
de un himno ó una balada, ó escuchando una leyenda, una de esas 
leyeudas septentrionales, llenas de gigantes y de aparecidos, de bra- 
vos paladines y de hermosas doncellas, todas las manos se ocupaban 
en algún trabajo. Los hombres, por ejemplo, fabricaban clavijas 
para rastros, mangos de hachas, cucharas, cucharones, bancos, me- 
sas y Otros utensilios necesarios para las labores de la tierra ó de la 
casa, adornándolos frecuentemente con dibujos de buen gusto, aun- 
que sencillos. Mientras tanto, las mujeres movían la rueca ó el 


OTTO SALOMON 


Nació el 19 de Noviembre de 1849. + de Noyiembre de 1907. 


OTTO SALOMON 321 


telar, 6 bien pespunteaban alguna prenda de vestir, que luego usa 
ban ellas 6 los hómbres. Ese trabajo, ejecutado con ayuda de me- 
dios primitivos por personas que no estaban agremiadas, ha tiempo 
que en Suecia es conocido con el nombre de sloyd (slójd en sueco). 

«Por consecuencia de muchas causas reunidas, la destreza en el 
sloyd disminuyó por grados y en algunos lugares desapareció del to- 
do. Apoderáronse las industrias manufactureras de gran parte del 
trabajo que antes se hacía en las casas de los campesinos; y el desa- 
rrollo é incremento de los medios de comunicación—canales, ferro- 
carriles, etc.—facilitó 4 la población rural la adquisición de los 
artículos que en otro tiempo fabricaba á mano. Pero todo aumen- 
to en la cultura aporta inevitablemente ciertas desventajas y peli- 
gros. Porque es indudable que, cuando el trabajo familiar se 
transforma en trabajo fabril, y la labor manual en obra mecánica, 
resulta un ahorro de cierta cantidad de tiempo. Pero el tiempo 
ahorrado no es tiempo ganado, si no se emplea provechosamente... Si 
la hora dedicada antes al trabajo productivo se invierte en la ocio- 
sidad, Ó lo que es peor seguramente, en la embriaguez ó la ejecu- 
ción de actos reprobables, la hora ahorrada está perdida, en su doble 
aspecto económico y moral. Suecia advirtió esto ha treinta y cinco 
años, y entonces se trató de hacer que el sloyd de los antepasados 
recobrase la honrosa posición que se le debe.» 

Para intentar obra tan ardua, era preciso comenzarla en las es- 
cuelas públicas; pero no había ni maestros especiales, nirecursos, ni 
métodos ad hoc. Entonces fué cuando un gran benefactor, Augusto 
Abrahamson, y un cerebro privilegiado unido á un corazón de oro, 
Otto Salomon, unieron sus esfuerzos para llevar á cabo aquel hu- 
manitario empeño. Abrahamson era un comerciante retirado, po- 
seedor de un vasto dominio en Náás, no muy distante de la ciudad 
de Gothenburgo. Salomon, sobrino de Abrahamson, estudiaba en 
un instituto tecnológico. Niuno ni otro tenían la preparación que 
demandaba aquella empresa educadora. Pero el amor, la inteli- 
gencia y la perseverancia lo allanaron todo, y la escuela elemental 
de niños abierta en Náás el año de 1872 por Abrahamson, y la 
normal de maestros de sloyd, fundada dos años después en aquel 
mismo lugar, tuvieron inmensa resonancia en toda la nación. 

Los primeros trabajos del ilustre sueco se redujeron casi á ensa- 
yos y tanteos emprendidos para hallar la senda que había de seguirse. 
En el semestre de 1877, un viaje hecho á la Finlandia le puso 
en contacto con el gran educador Uno Cygnaeus; y las ideas de 


322 ALFREDO M. AGUAYO 


aquel hombre extraordinario, sobre todo su principio de «el sloyd, 
como instrumento de cultura formal», ejercieron en el pedagogo 
sueco una influencia poderosa. Salomon no quedó, empero, satis- 
fecho de la forma con que Cygnaeus aplicaba sus doctrinas, y des- 
pués de su regreso 4 Náás, empezó poco á poco 4 elaborar su mag- 
nífico sistema de trabajos manuales. 

El movimiento en favor del sloyd dejó entonces de ser puramente 
humanitario y económico, y se convirtió en reforma pedagógica. 
La labor de Otto Salomon, ya demasiado grande para quedar ence- 
rrada en las fronteras nacionales, se difundió por todo el mundo, 
primero lentamente, más tarde con la impetuosidad de un río des- 
bordado; y la obscura y remota posesión de Náás, cuyo nombre no 
se hallaba en ningún diccionario geográfico, se convirtió de pronto 
en Meca de los pedagogos, que en largas caravanas acudían á ella 
desde todos los países que ilumina el sol. Los gobiernos se conmo- 
vieron á su vez, y multitud de comisiones oficiales fueron á visitar 
el famoso Náús Slojdlárare Seminarium (Seminario de maestros de sloyd 
de Náás), para llevar después al suelo patrio ideas fecundantes, 
útiles reformas. 

Salomon tenía lo que ha dado en llamarse personalidad magnética: 
afable, generoso, entusiasta é inspirado, sabía comunicar su ardor 
á cuantos le rodeaban. De actividad extraordinaria, hallaba tiem- 
po suficiente para dirigir su seminario, inspeccionar las escuelas á 
éste anexas, recibir á sus numerosos visitantes, escribir obras bellí- 
simas y dar luminosas conferencias en los tres idiomas sueco, in- 
glés y alemán. Su bolsa estaba abierta á todos los maestros que á 
ella acudían en caso de necesidad, y entonces, como siempre, se olvi- 
daba de las fronteras nacionales y de las diferencias de raza, lengua 
y religión. 

Según nota que debo á mi excelente amigo el Sr. Aron Heiden- 
gren, competente inspector de sloyd y uno de los alumnos predilec- 
tos de Otto Salomon, escribió éste las siguientes obras: 

1. Om Slójden Sasom Uppfostringsmidel. (Sobré sloyd como medio 
de educar.) 

2. Slójdskolan och Folkskolan. (La escuela de sloyd y la escuela 
pública.) 

3. Handbok 1 Snickerislóojd. (Manual de sloyd en madera.) Ha 
sido traducida á casi todos los idiomas cultos. 

4.  Naús och dess Lároanstalter. (Náás y sus establecimientos de 
educación. ) 


OTTO SALOMON 323 


5. Tal och Foredrag. (Discursos y conferencias. ) 

6. Forelasninger ofver Jean Jacques Rousseau. (Conferencias so- 
bre Juan Jacobo Rousseau. ) 

7. Skrifter of Uppfostringskonstens Stormán. (Obras de los gran- 
des educadores científicos. ) 

8. Kroppstallninger vid Svensk Pedagogisk Sinickerislojd. (Posicio- 
nes para el sloyd pedagógico sueco. ) 

La muerte de Otto Salomon no es sólo una desgracia para Sue- 
cia. No: la humanidad entera llora la desaparición del émulo de 
Pestalozzi y de Girard, del patriota inmaculado, del noble filántro- 
po que nos deja el raro ejemplo de un desinterés y un sacrificio de 
sí mismo como pocos, por desgracia, ha presenciado el mundo. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 
SOBRE LA SEGUNDA ENSEÑANZA EN CUBA 


POR EL DR. MANUEL VALDÉS RODRÍGUEZ 


Profesor de Metodología Pedagógica. 


(Continuación. ) 


EDUCACIÓN SECUNDARIA DE LOS CUBANOS EN EL EXTRANJERO 


En un informe que, en 2 de julio de 1851, dirigía desde la Ha- 
bana el Ministro de la Guerra Sr. José de la Concha, esforzábase 
en patentizar la necesidad de contener el mal estado de la opinión, 
en las diferentes clases que componían la población blanca de natu- 
rales del país, en el siguiente párrafo: 

«Los únicos medios que á este fin conducen son: gobernar con 
probidad y justificación; promover mejoras materiales y morales, ya 
que el retroceso al antiguo sistema colonial, sobre absurdo, sería 
imposible; reanimar el harto amortiguado sentimiento religioso, y 
para conseguirlo será preciso que el clero se eduque é instruya, á 
lo menos por ahora, en la Metrópoli; no excluir de los empleos de 
cierta clase á los naturales del país que se distingan por su honra- 
dez é instrucción; suprimir también por ahora los estudios univer- 
sitarios, creando en su lugar colegios para las carreras especiales; 
promover la educación peninsular facilitando las comunicaciones, 
proporcionando salida ventajosa á los que hagan sus estudios en la 
Península, al paso que se excluya de los destinos, cargos y distin- 
ciones honoríficas, á los que recibieron su educación en el ex 
tranjero.) 

El general Concha, al discurrir de esta manera, no daba prueba 
alguna de originalidad mental, puesto que con la sana intención de 
sus predecesores en el gobierno de la Isla de Cuba, repetía la tra- 
dición no interrumpida de la política española en América. 

Saco, en su excelente estudio sobre Instrucción Pública en la 
Isla de Cuba, publicado en La América de Madrid el 12 de marzo de 
1863, y en sun Colección Póstuma, alude en la página 92 al proyecto 
de la Sección de Educación de la Sociedad Económica de establecer 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 325 


en la Habana desde 1816 un colegio en que se ampliasen los ramos 
que se enseñaban en algunas escuelas. 

«Por falta de un buen colegio, decía el informe de la sección, 
los padres y madres, que desean el bien más sólido de sus hijos, se 
ven precisados £ desprenderse de ellos en sus tiernos años, envián- 
dolos á países extraños Ó remotos.» 

Y continuando, Saco decía que desde la segunda mitad del siglo 
diez y ocho, por el gran abandono en que las letras yacían en Cuba, 
algunos padres de familia enviaban sus hijos á Europa y principal- 
mente al Colegio de Soreze en el Mediodía de la Francia, que bajo 
la dirección de los religiosos benedictinos, gozaba entonces de gran 
fama. 

Aludiendo á este hecho en carta particular que me dirige desde 
Matanzas el Sr. Augusto Escoto, poseedor de una riquísima docu- 
mentación sobre Cuba, cita como educados en este Colegio á los 
Sres. don Gonzalo O'Farrill y Herrera, general que tanto se distin- 
guiera durante el reinado de Carlos IV, y don Domingo de Ugarte y 
Aróstegui, Teniente Coronel del Ejército Español, naeidos en la 
Habana por los años de 1755. A ellos respectivamente alude Pe- 
zuela, Diccionario de la Isla de Cuba, tomo 4% página 159, y el Faro 
Industrial de la Habana corespondiente al 27 de Agosto de 1845. 

Al rápido engrandecimiento de Norte América desde los últi- 
mos años del siglo diez y ocho atribuye Saco, el insigne estadista 
cubano, la corriente de educandos cubanos, que aumentada en casi 
todo el primer tercio del 19% daba próspera existencia á varios 
colegios fundados en New-York y otras partes de aquella Repú- 
blica. Esa emigración forzosa arrancó al despótico gobierno que 
en aquellos tiempos regía la Nación una de las disposiciones más 
injustas y tiránicas prohibiendo que cubano alguno saliese de su 
tierra para educarse en país extranjero, mandato que no sólo era 
una violación de los sagrados derechos de la paternidad, sino un 
acto de la más violenta tiranía. 

Bachiller y Morales, Zambrana, Mestre y otros distinguidos pu- 
blicistas aludieron más Ó menos explícitamente á este hecho. 

Ciertamente que no escaso interés despertaban estas noticias; 
pero es también indudable que, privadas de las circunstancias de 
tiempo y de persona, faltábales algo que podía exigir la crítica. 

En tal estado, en el periódico El País, con las fechas de 11 y 16 
de Febrero y 12 de Marzo de 1892, se publicaron tres interesantísi- 
mas cartas, debidas á los Sres. José Gabriel del Castillo, E. Mas- 


526 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


cort y Alfredo Zayas, que ilustraron con multitud de datos el hecho 
á que aludía el gran publicista. 

En el primer trabajo, bajo el título de Carta de un Viejo, el señor 
Zayas que firmaba Neno, decía entre otras cosas lo siguiente: «el 
año de 1828 no había despedido todavía al mes en que por sns menos 
días menos charlan las mujeres, cuando aquel monarca que si como 
Fernando fué el séptimo, como bondoso, justo y desvelado por el 
bien de sus súbditos fué el primero de los soberanos, estampó su 
real firma al pie de un inmortal Decreto, por el cual prevínose al 
Capitán General, y éste lo comunicó á los Ayuntamientos para que 
lo indicasen á los padres, que era «Real voluntad que sin demora 
vetirasen al seno de sus familias y enviasen á la Metrópoli á los jó- 
venes que estuviesen educándose en los Estados Unidos de Amé- 
rica». Y no era por cierto Fernando hombre de acciones á medias, 
y de hablar por hablar, —¡que si quieres!—no transcurrieron muchos 
meses sin que pidiera al Capitán General una lista «de los jóvenesque 
se habían educado y estaban educándose actualmente en los Estados 
Unidos», porque el Ministro residente en Washington le advirtió 
que de las principales familias de Cuba y Puerto Rico acudían los 
hijos 4 los colegios de la precitada nación, y se codeaban con la ju- 
ventud de esa República, de la de Colombia, et ejusden furfuris. Y 
no paró en esto; el 29 de diciembre del siguiente año, dispuso de 
nuevo S. M. que «sin excusa se hiciesen regresar á la Isla los jóve- 
nes que estuviesen en los Estados Unidos del Norte» y que «no se 
permitiese 4 los habitantes de esta Isla mandar sus hijos á educar 
á dichos Estados ». 

El Sr. Gabriel del Castillo en la indicada carta de El País de 16 
de Febrero de 1892, firmada Una muchacha, refiriéndose á la ante- 
rior del Sr. Alfredo Zayas, se expresaba así: 

«Sr. Director de El País. Muy señor mío: en el respetable pe- 
riódico que usted dirige, he visto la noticia que da Un Viejo de 
cierta Real Orden de 1828, en que el Sr. D. Fernando Séptimo mandó 
que regresaran al seno de sus familias los jóvenes cubanos que á la 
sazón estaban en colegios de los Estados Unidos. 

«Ni yo había nacido entonces, ni mis padres se habían casado 
todavía; pero varias veces he oído hablar de los subterfugios de que 
tuvo que valerse mi abuelo, allá por los años de mil ochocientos 
veinte y pico, para eludir el cumplimiento de no sé qué Real Or- 
den (debió ser la citada por Un Viejo) que se oponía á que él man- 
dase, como al fin llegó 4 mandar al Colegio de Peugnet, cerca de 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 327 


Nueva York, algunos de mis tíos. Sin embargo, me figuro que esa 
tuvo que ser renovación de otra disposición soberana del tiempo de 

Jarlos Cuarto, y referiré 4 usted lo que he oído contar en mi casa 
y es el fundamento de esta figuración mía. 

«A fines del siglo pasado vinieron 4 Cuba muchos emigrados 
franceses, entre otros el que fué después Rey Luis Felipe, en época 
en que el Marqués de San Felipe residía en el Bejucal y brindaba á 
personas de distinción la franca hospitalidad que le permitían su 
gran riqueza y el amplio caserón que con su familia ocupaba: el 
que con nombre de palacio llenaba toda la manzana que está entre 
la plaza de Armas y la de la Iglesia. Allá fué el futuro Rey de los 
franceses, como antes y después fueron el Barón de Humboldt y el 
Príncipe de Gales, conocido más tarde por Jorge IV de Inglaterra: 
por cierto que de boca de viejos del Bejucal, he oído historias de 
cuando iba el Duque de Chartres, que se picaba de gran nadador, á 
bañarse en el Charcón, en compañía de los hermanos de mi abuelo 
y del famoso Francisquillo Jaime, de cuyas hazañas se acuerdan 
todavía en Jamaica. Entre los emigrados que con tal motivo es- 
tuvieron en Bejucal y concurrían á la tertulia del palacio del Jus- 
ticia Mayor de la ciudad, se contaban Monseñor Dubourg y otros 
franceses de instrucción que allí, incitados por la Marquesa doña 
María Ignacia de Contreras y Jústiz, formaron el proyecto de fun- 
dar en Maryland un colegio, cuyos primeros alumnos fuesen jóve- 
nes de familias amigas de la originadora de la idea. Tal fué el 
principio del colegio de Santa María de Baltimore, que aún existe, 
y del que por largos años fué Director Mr. Dubourg. 

«No tengo presentes en la memoria todos los nombres de los que 
he oído que fueron al nuevo colegio: sólo me acuerdo de don Manuel 
de Cárdenas y Manzano, Marqués de Prado Ameno, y desu herma- 
no don Nicolás, de don Nicolás Chacón, de don José de Azcárate y 
Rivas, de don Nicolás Ruiz y Palomino, de su inseparable amigo 
don José del Castillo y de don José María Escobar. Al cabo de seis 
ó siete años de estar esos muchachos (de los cuales creo que ningu- 
no sobrevive), en el colegio de Santa María, dió el Rey Carlos IV 
uva Real Orden idéntica á la citada por el viejo, que echa de me- 
nos aquellos buenos tiempos; y el Capitán General de Cuba mandó 
á Baltimore un barco de guerra que diese pasaje gratis á todos los 
jóvenes que allí estaban educándose. Todos volvieron entonces, 
excepto dos: don Nicolás Ruiz y don José del Castillo. Los dos eran 
huérfanos de padre: á sus madres les exigió el Capitán General que 


328 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


los obligasen'á venir; ambos obedecieron entonces, Ruiz para que- 
darse en la Habana, Castillo para regresar poco después á Santa 
María y ser por algún tiempo profesor de elocución inglesa, donde 
antes había sido aventajado discípulo.» 

En tal estado, y en 12 de Marzo del mismo año 1892, apareció 
terciando en esta desquisición histórica, el Sr. E. Mascort, bajo el 
pseudónimo de Un joven, diciendo al Sr. Director de aquella publi- 
cación: 

«Recuerda su viejo amigo la Real Orden de 9 de Marzo de 1828 
al Gobernador Capitán General de la Isla de Cuba renovándole la 
Real Cédula de D. Carlos IV al Mariscal de Campo, Marqués de 
Someruelos, de 18 de Noviembre de 1799, expedida como conse- 
cuencia lógica de las noticias que le dió por una carta á los dos 
meses justos de haber tomado posesión del Gobierno de esta Isla. 
¿Cómo se explica, Sr. Director, que su respetable amigo se dejara 
en el tintero Otra Real Orden de D. Fernando VII, posterior á la 
que él cita, en la que aquel Rey probablemente echó el resto de su 
celo por los maniáticos habitantes de esta Isla que enviaban sus 
hijos á estudiar en los Estados Unidos de América? Con ésta le 
remito una copia fiel de esta Real Orden, cuya lectura no podrá 
menos que interesar vivamente á todo el mundo, sobre todo por la 
eficacia que ha tenido hasta nuestros días ese mandato previsor, 
«dictado por la prudencia y el saber», como ha dicho el autor de 
un folleto ajado por la mano del tiempo.» 

En 13 de Abril de 1904 y con ocasión de un artículo publicado 
en El Figaro en que se aludía á la visita de los Duques de Orleans 
á Cuba, volvió á ocuparse el Sr. José Gabriel del Castillo, de ese 
mismo particular de que había tratado en 11 de Febrero de 1892, 
diciendo á este propósito: 

«Sentíase aquí la necesidad de buenos colegios; había entre los 
emigrados hombres de superior instrucción; propúsoles María Igna- 
cia Contreras que fundasen uno en la Habana; intentáronlo los se- 
ñores Dubourg, Babad y Faget; opúsose á ello el Gobierno, y la 
entusiasta Marquesa dijo á los franceses: «vayan ustedes sin demo- 
ra á los Estados Unidos, establezcan el colegio inmediatamente, y 
yo les mandaré en seguida treinta muchachos de mi familia, de mis 
íntimos amigos, para que comiencen las tareas escolares». Dicho 
y hecho: no pasaron muchos días sin que saliese para Baltimore 
Monsieur Dubourg, llevando á un hermano de mi madre y á Ni- 
colás Ruiz y Palomino; luego fué mi padre, y tras él José María y 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 329 


Lorenzo Montalvo, José María Calvo, Antonio y José María Bení- 
tez, Domingo Armona, Pedro Zamora, Gabriel Escartí, Pepe Serra, 
Gabriel de Orbe, Manuel y Nicolás de Cárdenas y Manzano, Nico- 
lás Chacón y dos hermanos suyos, José María Escobar, Ramón 
Vigurí, Ruiz de la Peña, Antonio y Luis Figueras, Ramón Her- 
nández, Eduardo Mayo, Rafael Imbert y otros. Tal fué el origen 
del Colegio, hoy Seminario de Santa María de Baltimore; tres años 
después ordenó Carlos IV que todos esos muchachos regresasen á 
sus hogares y prohibió que en lo sucesivo salieran cubanos á adqui- 
rir instrucción en países extranjeros. 

(Dígale al Bejucaleño Montuno que el Palacio del Bejucal no 
fué de la familia de Arango, aunque en él nació y se crió Pepe; lo 
fabricó el segundo Marqués de San Felipe y Santiago, de cuyo ma- 
trimonio con Feliciana Antonia de Sucre (nieta del Teniente Ge- 
neral Sucre, Marqués de Preux y de Noyeles) nacieron varios hijos 
é hijas: entre otros Feliciana, que casada con don Anastasio de 
Arango y Meireles, fué madre de Pepe, Anastasio, Andrés, Rafael, 
Manuela, Juana, Rosita y la inolvidable Pilla. )» 

(El País, 13 Abril de 1904.) 


Parecía agotada esta materia, cuando el Sr. Alfredo Za yas me 
proporcionó un ejemplar del centenario del Seminario de San Sul- 
picio, á que había aludido el Sr. José Gabriel del Castillo, de cuya 
obra posee también este último otro ejemplar. 

En esta Memoria se encuentra la comprobación evidente de 
cuanto se había expresado en esta materia. 

Hé aquí la parte más interesante y pertinente: 


CENTENARIO DEL SEMINARIO DE SANTA MARÍA DE SAN SULPICIO 
BALTIMORE 1791-1891. 


Juan Jacobo Olier, fundador del Seminario y de la Sociedad de 
San Sulpicio. 

Juan Jacobo Andrés Emery, 9? Superior General de San Sul- 
picio. 

Rev. Juan Carroll, Jer. Arzobispo de Baltimore. 

Francisco Carlos Nagot, fundador y ler. Superior del Seminario 
de Santa María. 

Rev. Juan Dubois, 3er. Obispo de New York. 

Rev. B. J. Flaget, Obispo de Bardstown. 

R. O. L. Jenkins, ler. Presidente del Colegio de San Carlos, 


330 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


El Seminario de San Sulpicio, Baltimore, generalmente conoci- 
do por Seminario de Santa María, es una rama del de San Sulpicio 
en París. 

Establecido por el P. Oliver en 1642, puede decirse que ha sido 
el principal factor en la formación del Clero francés en los últimos 
doscientos cincuenta años. 

Al estallar la revolución francesa, un buen número de sacerdo- 
tes del Seminario de San Sulpicio en París, se acogieron á la hospi- 
talidad que les brindaban los Estados Unidos, entre los cuales se 
contó el P. Emery, 9? Superior General de San Sulpicio, quien para 
salvar la Sociedad de la destrucción, concibió el proyecto de fundar 
una colonia de Sulpicianos en el Valle de Mississippi. Pero, con 
noticias de que había sido erigida una Sede Episcopal en Baltimo- 
re, envió á Inglaterra al P. Nagot, para exponerle su designio al 
Dr. Carroll, consagrado Obispo de Baltimore. 

Accedió á ello el Dr. Carroll, pero falto de recursos, contestó que 
los Sulpicianos habían de correr con todos los gastos de su viaje é 
instalación. 

Eligiéronse para llevar á cabo la obra cuatro sacerdotes de la 
Orden, muy distinguidos por su virtud, capacidad y experiencia. 

El P. Francisco Carlos Nagot, primer Superior que fué del nuevo 
Seminario, tenía cincuenta y siete años cuando vino á América. 

El abate Edgeworth, el celebrado sacerdote irlandés, que acom- 
pañó á Luis XVI al cadalso, fué elegido por Emery como su guía 
espiritual. 

Los tres asociados del P. Nagot, fueron los PP. Garnier, Leva- 
doux y Tessier. Los cuatro sacerdotes trajeron consigo á cinco se- 
minaristas, y éstos y aquéllos salieron de St. Malo en el mes de 
Marzo, llegando á Baltimore el 15 de Julio de 1791. En el mismo 
buque venía el autor de El Gemio del Cristianismo. El P. Nagot y 
sus compañeros, después de hospedados por cinco días en el núme- 
ro 94 de la calle Market, alquilaron por $500 al año la casa conocida 
con el nombre de «The One Mile Tavern», la que en Septiembre del 
mismo año compraron por valor de $2,266.66 y en ella abrieron for- 
malmente el Seminario de St. Mary en Octubre 3 de 1791. 

En el año siguiente hubo otras dos expediciones sulpicianas: en 
29 de Marzo los PP. Chicoisneau, David y Flaget, acompañados 
de dos estudiantes; y en Junio 24 los PP. Marechal, Richard y 
Ciquard. 

¿n Diciembre del 1794 llegó á Baltimore el P. Dubourg ó du 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 331 


Bourg nacido en el año de 1761, Presidente que era de un Semina- 
rio preparatorio en París al estallar la Revolución en Francia y que 
para salvar la vida tuvo que emigrar disfrazado á España y resolvió 
por fin venir á los Estados Unidos. 

Todos estos sacerdotes tuvieron que luchar con la escasez de 
alumnos. 

En los tres primeros años, hubo sólo cinco seminaristas: dos en 
1794 y ninguno de 1795 á 1797: el número llegó á doce en 1804 y 
bajó á once en 1806. La apremiante necesidad de procurar clérigos 
para el Seminario, sugirió la idea de abrir una Academia. Ya en 
1793, los Sulpicianos de St. Mary habían reunido unos pocos niños 
á los que enseñaban los rudimentos del francés y del latín. 

En 20 de Agosto de 1799, el P. du Bourg, habiendo traído tres 
jóvenes españoles de la Habana, con ellos y unos pocos muchachos 
franceses, abrió una Academia que llamó de St Mary. Los estu. 
diantes se alojaron en el Seminario hasta concluir el año, y enton. 
ces se construyó un nuevo edificio y el nombre de Academia fué 
cambiado por el de Colegio. Pero el Gubierno español receloso de 
la emigración delos jóvenes cubanos á Baltimore, dispuso que regre, 
saran, cuya orden fué cumplimentada en 20 de Septiembre de 1803- 

En Enero de 1805 la Legislatura de Maryland elevó á St. Mary 
á la categoría de Universidad, autorizándola para admitir sus 
alumnos á cualquiera de las ciencias, artes Ó profesiones liberales, 
que se confieren comunmente en Colegios ó Universidades de Amé- 
rica 6 Europa, y en Agosto 13 de 1806, se confirieron grados acadé- 
micos por primera vez. El número de alumnos se elevó en ese año 
á 106, coincidiendo con ese aumento en la matrícula, el ensanche y 
aumento de los edificios. La capilla, cuyos cimientos se echaron 
en 1806, y cuya consagración se hizo en 1808, se consideró durante 
muchos años la más hermosa de los Estados Unidos. 

El rápido engrandecimiento de St. Mary debióse al mérito ex- 
cepcional de sus profesores y en particular de su primer Presidente, 
Rdo. William Dubourg, hombre de talentos privilegiados, brillante 
elocuencia y experiencia suma en el arte de educar la juventud; 
pero al mismo tiempo que elevaba el colegio en lo intelectual á una 
altura considerable, la dirección económica de Mr. Dubourg fué 
harto liberal, viéndose envuelta la Institución en cuantiosas difi- 
cultades, de tal modo que por muchos años se vió obligado á una 
economía muy severa para salvar sus dificultades en salir de sus 
deudas. 


332 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Dubourg permaneció en su puesto hasta el año de 1812 que fué 
nombrado administrador primero y después Obispo de la Diócesis. 

Dubourg se vió secundado por compañeros muy hábiles, de los 
que merecen especial mención Flaget, David, el Rdo. M. Paquiet 
y Mr. de Cheviné. 

Monseñor Flaget, por su fervor religioso, eminentes virtudes, 
ejerció suma influencia en el carácter de los estudiantes. 

Hé aquí la lista de los estudiantes de St Mary, hasta el año en 
que se cumplimentó la Real Orden del Gobierno de España: 


NOMBRES RESIDENCIA Entrada Salida 
Pedro (GUÉÉTIEZ 0. 0ioromicccancnns Habana 1799 1800 
JOSÉ) LAZCATADO 5. carcasa alo » 1799 1803 
NICO RUI aaa dd ocios » 1799 1803 
José del Castillo aio % 2 ? 
Raymond VI ecoa pcia: » 1500 1803 
Jose ME MO O is » 1801 1803 
Lorenzo Monbtalvo.................. » 1801 1803 
Ty) DEMO aondano: oodoOa do S=booe » 1801 1803 
Antonio Figuerta.....oocommomo.mmo.- » 1801 1803 
¡ACRRUIA dema REna en » 1801 1803 
APR CO TA » 1801 1803 
SOS MEICALVO na » 1801 1804 
JOSE Benet os » 1801 1803 
AEB nas » 1801 1802 
ATOM as os asas » 1801 1803 
PISADO IS ooo » 1801 1803 
SUMA cae » 1801 1803 
Gabrielide Orbe sosa » 1801 1803 
Nicolás Cárdenas....... o0.0ocococess » 1801 1803 
Manuel Cárdenas... ...oocoocoocooo.. » 1801 1803 
A E » 1501 1803 
(DECO A e o aaa » 1801 1803 
AAC » 1801 1803 
Nico lAs MURO adas » 1801 1802 
Miguel Escobar. ..0noomooomomm+.*.».»>..o » 1801 1803 
TOSC IMM COL A. as as » 1801 1803 
GabnelEscarbis tenio. uan » 1801 1803 
¡Pedro Zamora ino » 1802 1805 
Rara » 1804 1808 
Eduardo Mayonesa » 1804 1806 
Charles Chapottin........o.ooooo.o... » 1811 1816 
¡REE Mana Se ios » 1811 1816 
¡Pablo Mara oa » 1811 1816 


Juan Na San » 1811 1814 


CONSIDERACIONES 


NOM 


José S. Morales 
Antonio Vassal 


Charles Catalog 


BRES 


Desmarais...... 


Dl. ..oconcona ais evi a 


heobaldoBapim...csiicatos sa 


Félix Serra...... 


Antonio de FríaS......oocnoniocm.... 
'AMtOnIO de EAS. .ooconaceosoo naco 
PA MItODIO JIM eZ: ocdascsoos 
Luciano SavignOD....o.ocoocoocoo... 


Toby Morales.. 
Blas Arismende 
José de Frías.... 
J. Neninger..... 
José Farrés..... 


John Neninger. 
José Farrés...... 


AMÉODIO ViNCOD bd .occono eooocansece 
Santiago Rousseal....coooococm..... 


1 GUCaudi....... 


DE rederick NINE. staba 
BRAncisco O Barril ico: 


Angel Plano. .... 
Agustín Plano.. 


Santiago Vincent...............: a 
¡ATODIO VINO dico nando o caia 


Eduardo Casam 
José Fabré. ..... 
Luciano Pomié. 
Enrique Lescail 


ADA TOO 


MA SuSe 


¡BOO QASIRO too nencccancinesss 
Marcelino Noriega.................. 
Felipe Chartrand.................... 
Augusto Chartrand.................. 


José Fabre....... 
Luciano Pomié. 
Angelo Plano... 


HISTORICO-CRITICAS 


RESIDENCIA 


Matanzas 
2 
Y 
? 
Matanzas 
Habana 
» 

? 
Habana 
ls 
a 
Habana 
Puerto Príncipe 

Baltimore 
? 
Cuba 


Baltimore 
Cuba 
» 
» 


» 


Santg? de Cuba 


» 

» 

? 
Habana 

1) 
Matanzas 

» 

Santg? de Cuba 
» 


Cuba 


Entrada 


1811 
1811 
1811 
1811 
1811 
1813 
1819 
1819 
1819 
1820 
1821 
1821 
1821 
1822 
1825 
1825 
1825 
1825 
1825 
1826 
1825 
1827 
1827 
1828 
1831 
1832 
1832 
1833 
1833 
1833 
1833 
1833 
1833 
1833 
1833 
1836 
1836 
1836 
1836 
1836 
1836 
1838 
1838 
1838 
1838 
1838 


333 


Salida 


1814 
1 
2 
1815 
1815 
1816 
1819 
1824 
1824 
1826 
1821 
1821 
1826 
1826 
1828 
1828 
1825 
1828 
1826 
1826 
1828 
1828 
1827 
1828 
1833 
1837 
1838 
1834 
1834 
1839 
? 
1838 
1839 
1838 
1834 
1838 
1837 
? 
1838 
1837 
1838 
1839 
1839 
1839 
2 


1839 


334 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


NONBRES RESIDENCIA Entrada Salida 
Juan Chantada Matanzas 1838 1839 
Samuel e Baltimore 1838 1839 
(Oscars COCO as Cuba 1839 1840 
Gabriel Caraballo.......... Matanzas 1840 1841 
JOSE AD E Cuba 1840 18342 
Felipe de Itúrbide Méjico 1840 1841 
Ramón Ferrández Habana 1844 1845 
Pedro Fernández:..... ...coooooooo..o » 1844 1845 
Hederico Desde as » 1845 1847 
Hnode Monta an Cuba 1848 1841 
Eduardo Bartlett. ..coomcmeonon canoso » 1848 1849 
Icono dlaomodo tounodoncononena » 1848 1849 
1% 1D Ej lbocoaco asoddnornos poconooe » 1851 E 
Ny MEME bovosda cosas Habana 1851 1852 
Elorentino Verner oonococancanoss Cuba 1852 2? 


Como es fácil observar, 4 despecho de la Real Orden referida si- 
guieron emigrando al Colegio de St. Mary multitud de jóvenes cu- 
banos, en los años de 1804 hasta 1852, en que ingresó el último, 
que aparece con el nombre de Florentino Verrier, hecho que prueba 
de una manera elocuente que las leyes opuestas á la naturaleza y á 
los hombres, no pueden tener una efectividad permanente. 


ORDEN Y MEDIOS DISCIPLINARIOS DE LOS INSTITUTOS 


La cuestión de disciplina y régimen interior de los estableci- 
nuientos docentes, es un asunto que pudiera decirse agotado. Tal 
es la cantidad de datos aportados, las teorías establecidas y la ex. 
periencia demostrada de los siglos. 

A medida que los educandos van avanzando en edad, y, por tan- 
to su conciencia se ensancha, hay razón para confiar más en ellos; 
pero la personalidad del discípulo no cambia los términos funda- 
mentales del problema. 

En la esfera de los hechos las instituciones docentes, pueden lle- 
var por más Ó menos tiempo, una existencia lánguida y sin frutos, 
mientras sucesos extraordinarios no las conmuevan; pero no es me- 
nos cierto que en esta quietud peligrosa muy distante de las verda- 
deras condiciones de la vida, está la más cierta explicación de su 
existencia. 

Donde quiera que múltiples voluntades concurran á combinar 
sus iniciativas y sus energías, dentro de un medio determinado, 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 335 


para enderezar su acción á una finalidad, más ó menos orientada, y 
de conformidad con ciertos medios encaminados á tal objeto, no pue- 
de prescindirse de un principio imperante que dividida en sus fun- 
ciones, lleve la responsabilidad de la dirección, estipule las condi- 
ciones y regule en una palabra las órdenes distintas de la actividad. 

Si se aflojan los lazos con los asociados, si la comunidad marcha 
al azar, ya soñolienta Ó dormida, ya convulsa y agitada, la anemia 
no tarda en apoderarse del organismo y lo que debiera ser obra de 
vida, decae hasta avecinarse con la pobreza y con la muerte misma. 

Puede también afirmarse que la acción principal de las institu- 
ciones privadas se desenvuelve con más facilidad que la colectiva 
de la Administración, 4 no ser que personalidades muy salientes y 
de alto relieve ejerzan un influjo que imprima carácter, poniendo 
bajo su mano poderosos recursos de acción. 

La obra individual exige mayor energía, defiende intereses que 
á veces son los de la propia subsistencia y se presta más á partici- 
par de la frescura y espontaneidad, propias de la Naturaleza, mien- 
tras que la acumulación de medios y de experiencia adquirida tien- 
de á economizar los esfuerzos. 

Entre los diferentes factores que en un establecimiento privado 
ó público pueden contribuir 4 su mayor realce y más eficaz desen- 
volvimiento, ocupa un primer lugar el Director, Presidente, Rector, 
etc., ete., una vez que los profesores, catedráticos Ó maestros están 
encargados de funciones especiales; pero no es dudoso que contri- 
buyen éstos muy directamente y por modo muy especial á los éxi- 
tos de la organización. : 

Los colegios ingleses y americanos observan una práctica muy 
curiosa y significativa, atendido por lo menos el nombre que dan á 
la fiesta escolar llamada conmencement, lo que haría creer á las per- 
sonas ajenas á esta clase de estudios que se trata de inaugurar el 
curso, cuando precisamente es el final del mismo lo que se celebra. 

El sentido que entraña esta práctica, es que en el momento mis- 
mo de concluirse la obra, se piensa en la necesidad de comenzarla 
nuevamente, de adquirir nuevos bríos y de despertar más Ó menos 
felices y eficaces iniciativas, dándose de mano, la tarea concluída 
por entonces, con la que en breve se ha de seguir; con lo cual se sig- 
nifica que la institución se desenvuelve y perpetúa, sin solución de 
continuidad. 

Al hablar de la disciplina de los establecimientos de enseñanza, 
ocurre pensar si se trata simplemente de señalar una serie de ac 


336 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


ciones previstas, con más Ú menos oportunidad para su prohibición» 
ó un debe y un haber que se mantiene constantemente á la vista 
del educando; un número de restricciones que limitan su actividad, 
ó un Código, en donde á distintos actos va correspondiendo una 
pena ó un premio, que constituyen una escala graduada de mérito ó 
castigo. 

Podría imaginarse así, que queda á la voluntad y discreción del 
alumno, elegir lo que mejor le plazca, pudiendo darse el gusto, au- 
torizado por la propia ley, para optar por un grado de la pena á 
cambio de una falta que le viene en gana cometer. 

Hecha abstracción del espíritu de escuela, al fin y al cabo, las 
instituciones deben crear un medio ambiente que las proteja para 
vivir en él; un estado de conciencia y una condición moral que esté 
por encima de las voluntades; una opinión pública que se sobre- 
ponga al desgaste ó á la influencia corrosiva de actos que favorez. 
can á la actividad de un asociado, con daño de la finalidad que es 
propia de la institución. 

Lo que importa, en definitiva, es que los Reglamentos no cons- 
tituyan una letra muerta, que se apliquen con sinceridad y que no 
den ocasión á que la verdad real de los hechos y de las cosas se 
consideren divorciadas de la verdad que ostentan los documentos 
oficiales. 

Veamos ahora la serie de medidas adoptadas por los distintos 
Planes de Estudios con relación al orden de los Establecimientos 
de la Segunda Enseñanza en Cuba. 

El capítulo 32 del Plan del 42, determinaba las penas discipli- 
narias en los siguientes artículos: 

182.—Los estudiantes no gozarán de fuero activo ni pasivo en 
los contratos y delitos sujetos al fuero común. El Rector, sin em- 
bargo, podrá detenerlos preventivamente cuando los delitos fuesen 
cometidos dentro del Establecimiento, instruir el sumario y pasarlo 
con el reo al Juez competente dentro de veinticuatro horas. 

183.—Las faltas graves de respeto á los Catedráticos, al Claus- 
tro ú al Rector, podrá castigarlas éste, oído el dictamen de la Junta 
de Disciplina, con una corrección pública, con el arresto ó deten- 
ción que no podrá exceder de cuatro días, con la anulación de una 
ó dos matrículas, con la exclusión temporal ó perpetua de la Uni- 
versidad, y finalmente con la prohibición de continuar la carrera 
en las demás de la Península. Estas tres últimas penas no podrá 
decretarlas sino el Claustro General, oído el dictamen de la Junta 


Qu 
- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 3 


de Disciplina y previa aprobación del Vice-Real Protector, que no 
deberá darla sin oir antes á la Inspección de Estudios. 

Los que se sintieren agraviados podrán recurrir al Supremo 
Gobierno por conducto del Vice-Real Protector, quien deberá infor- 
mar en justificación, ó remitir el expediente original si se hubiera 
formado. 

Son concisos los preceptos del Plan de Estudios; pero tienen todo 
el sabor militar de las instrucciones y del régimen político de la 
época. 

No parece que en 1863 la dureza del Gobierno Militar se hubiese 
atenuado á juzgar por el 


CAPITULO VI. 
De los Consejos de Disciplina. 


Art. 49.—La Junta de Profesores se constituirá en Consejo 
de Disciplina siempre que ocurra algún hecho del cual deba co- 
nocer. 

Art. 50.—El juicio habrá de ser verbal y sumario, procurando 
resolver definitivamente el mismo día lo que se someta 4su delibe- 
ración. 

El orden de proceder será: enterarse del hecho; declarar si su 
conocimiento corresponde al Consejo; examinar antecedentes y tes- 
tigos para poner en claro la verdad; ver al acusado á quien se citará 
oportunamente y dar el fallo. 

Si dejase de comparecer el acusado resolverá el Consejo, repu- 
tando esta falta como circunstancia agravante. 

Extendida y firmada el acta por el Secretario la rubricarán todos 
los vocales. 

Art. 51. No podrá el Consejo imponer otras penas que las enu- 
meradas en este Reglamento, pero podrá castigar con varias de ellas 
á un mismo alumno. 

El fallo se publicará en el tiempo y forma que el Consejo acuer- 
de; pero se dará inmediatamente aviso de las penas impuestas á ca- 
da alumno, á su padre, tutor ó encargado. 

Al leer estos artículos, no es fácil sustraerse á la impresión que 
hiciera sentir el Código Militar para un consejo de guerra. 

Véase por los siguientes artículos la minuciosidad de la Regla- 
mentación expresada dentro del Plan de Estudios que se cita. 


535 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


CAPÍTULO VI 
De las faltas contra la disciplina académica y medios de reprimirlas 


Artículo 167. Son faltas leves: 

1% La desatención para con los dependientes del establecimiento. 

2% Las injurias y ofensas de poca importancia á otros alumnos. 

3% La falta de compostura en el aula. 

4% Las palabras indecorosas y actos de inquietud y travesura. 

Art. 168, Son faltas graves contra la disciplina académica: 

1% Las blasfemias, acciones irreligiosas y las palabras deshones- 
tas cuando se repitan con frecuencia. 

2% La resistencia pasiva á las órdenes superiores. 

32% La insubordinación con el Director y Profesores del Estable- 
cimiento. 

4% Las ofensas Ó injurias graves inferidas 4 otros alumnos. 

5% Cualquiera otro acto que canse perturbación grave en el or- 
den y disciplina académica. 

6% La segunda reincidencia en las faltas leves y resistencia á 
sufrir el castigo que por ella hubiese sido impuesto. 

Art. 169. —Corresponde al Director y Profesores la represión de 
las faltas leves; pero el conocimiento de las graves compete al Con- 
sejo de Disciplina. 

Art. 170.—Los castigos señalados á las faltas leves son: 

19 Aprender de memoria, copiar ó traducir cierto número de 
páginas de los autores del Texto. 

22 Estar de plantón en la clase, pero en postura ni violenta ni 
ridícula. 

32 Detención dentro del edificio por uno ó dos días; pero asis- 
tiendo á las clases y permitiéndose al alumno irá su casa por la 
noche. 

4% Recargo de faltas de asistencia hasta el número de cinco. 

En caso de reincidencia podrá duplicarse la pena. 

Art. 171.—Las faltas graves se castigarán con las penas si- 
guientes: 

1% Amonestación pública en-la Cátedra por el Catedrático Ó por 
el Director según lo determine el Consejo de Disciplina. 

2% Encierro hasta por ocho días sin salir por la noche á su casa 
el discípulo; pero asistiendo á las clases. 

32% Pérdida del curso en una Ó más asignaturas. 

4% Expulsión temporal ó perpetua del establecimiento. 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 339 


Tanto esta pena como la anterior deberá ser confirmada por el 
Gobierno. 

La lectura de los capítulos pertinentes al asunto del Plan de Es- 
tudios de 1880 es la prueba más evidente del espíritu de rutina que 
dominaba en la Administración española, contentándose con vivir 
exclusivamente del pasado que es el medio más cómodo para sus- 
traerse á la ley del trabajo. 

El capítulo 62 «De los Consejos de Disciplina» del Plan de Es- 
tudios de 1863, es tan idéntico al del S0, que se corresponden letra 
por letra, llegando hasta participar de la numeración de los ar- 
tículos. 

Lo mismo sucede con el capítulo 72, por cuya razón sería su- 
perfluo repetir punto por punto lo que aparece en otro lugar. 

Las costumbres han variado profundamente en todos los órdenes 
de la vida en nuestro país, en el religioso, en la familia, en el espí- 
ritu público. 

La violenta sacudida de las instituciones durante cuarenta años, 
no podía menos de conmover la conciencia pública. 

Se ha restaurado felizmente Ja vida material; pero es preciso 
establecer y crear bajo bases sólidas y firmes la vida moral. 

El joven del Instituto no es una personalidad libre é indepen- 
diente; nadie lo es en el sentido absoluto del concepto; pero aquél 
no está todavía en la condición de honibre de juicio; es un educan- 
do que debe ser dirigido con previsión, para atenuar y evitar los 
peligros de su inexperiencia. 

El joven del Instituto está en la condición más favorable y pro- 
picia para que adquiera el poder moderador, el self control de que 
necesitará en pleno para las funciones de mañana. 

En el Instituto más que en ninguna parte, tal vez más que en 
la propia Universidad, es doude la cimentación mental y moral 
puede ser más sólida. 


PREMIOS Y CASTIGOS 


Son dignos de conocerse los artículos del Plan de 1842 relativos 
á la materia del epígrafe. 

Artículo 101.—Al fin de cada curso se adjudicarán todos los 
años tres premios y otros tantos «accésits» á los autores de las me- 
jores memorias sobre el punto que señala el Claustro particular de 
cada una de las tres Facultades de Filosofía, Jurisprudencia y 
Ciencias Médicas. 


310 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Art. 102.— Los programas de los premios se anunciarán en el 
primer mes del segundo semestre y las memorias se entregarán en 
la Secretaría antes del 12 de Julio. Cada memoria llevará un epí- 
grafe, que se repetirá en la carpeta del pliego cerrado, donde conste 
el nombre del autor. 

Art. 103.—Estas memorias las pasará el Rector á los tres Jueces 
que designe el Claustro particular de la respectiva Facultad para 
su examen, los cuales deberán darlas censuradas antes del 31 de 
Julio. 

Art. 104.-—El primer domingo después de concluídos los exáme- 
nes, se reunirá el Claustro general en sesión pública, con asistencia 
del Vice-Real Protector ó del Regente de la Audiencia por delega- 
ción del primero; de los individuos designados por la Inspección 
de Estudios conforme al artículo 94, de las demás autoridades y 
personas notables del pueblo, á quienes se convidará al efecto con 
algunos días de anticipación, anunciándolo igualmente en los dia- 
rios públicos para la mayor solemnidad y concurrencia del acto. 
Dará éste principio por un discurso del Rector, en que analice su- 
mariamente el mérito de las memorias premiadas, y concluído, 
abrirá los pliegos que lleven el mismo epígrafe y leerá en alta voz 
el nombre de los autores. 

El Rector los invitará á acercarse á la mesa si estuvieren pre- 
sentes; y el Vice-Real Protector ó el que ejerza sus veces les adju- 
dicará el premio. 

En seguida el Profesor de Oratoria pronunciará un discurso que 
no excederá de media hora, en que hará una breve reseña de los 
resultados que hayan ofrecido los exámenes y mejoras que se hayan 
obtenido en la enseñanza, concluyendo con una exhortación á los jó- 
venes estimulándolos al estudio. 

Art. 105.—Los premios consistirán para las tres memorias prin- 
cipales en una medalla de oro del peso de tres onzas con una ins- 
cripción que indique la respectiva Facultad, y este lema en el an- 
verso, «al mérito», y las armas y el nombre de la Universidad en 
el reverso. 

Los «accésit» consistirán en una obra clásica bien encuadernada 
sobre la respectiva Facultad, cuyo valor no baje de veinticinco á 
cuarenta pesos. Para los alumnos de Medicina consistirán en una 
cartera quirúrgica ó bolsa portátil que sea del mismo precio que la 
obra. 

Art. 106. —Las memorias premiadas se entregarán á los in- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRIATIOAS 341 


teresados para que las impriman si quieren por su cuenta sacando 
antes una copia para el Archivo de la Universidad. 

Los discursos del Rector y del Profesor de Oratoria, con el nom- 
bre de los agraciados se imprimirán á expensas de los fondos de la 
Universidad. 

Art. 107.—Las memorias que no hubiesen sido premiadas per- 
manecerán en la Secretaría 4 disposición de los que la hubiesen 
presentado siempre que las reclamen dentro de cuatro meses. Si 
no lo hicieren en ese tiempo se quemarán los pliegos cerrados que 
contengan los nombres de los autores. 

Art. 108.—Además de estos premios se distribuirán en el mis- 
mo acto otros en cada una de las Facultades de Filosofía, Juris- 
prudencia y Ciencias Médicas, uno de conducta y otro de apli- 
cación. 

Estos premios serán adjudicados con la debida antelación ó plu- 
ralidad absoluta de votos del respectivo Claustro, con presencia de 
las libretas Ó notas mensuales de los Profesores. 

Art. 110. —Consistirá cada uno de ellos en una medalla de oro 
de 3 onzas, con este lema en el anverso, «conducta Ó aplicación» 
(según su objeto) y el nombre de la Universidad y sus armas en el 
reverso. 

Art. 111.—Los nombres de los agraciados se publicarán en los 
términos prevenidos en el artículo 100 para las memorias y el de 
todos ellos en los diarios públicos. 

Los anteriores artículos además de su valor intrínseco, son un 
indicio claro del carácter y de las costumbres de aquella época, en 
una sociedad servida por la codicia de unos, y la imprevisión de 
otros, pero á su vez participaba de cierta ingenuidad propia de las 
comunidades primitivas. 

Obsérvese que no ya en el Colegio, sino en la misma Universidad 
había premios de aplicación y de conducta, y en las memorias de la 
Institución escritos estaban los nombres de muchos hombres de le- 
tras que conocemos, favorecidos con los premios de aplicación y 
conducta, 

Estos se determinan á pluralidad de votos absoluta del respec- 
tivo Claustro, con presencia de las libretas 6 notas mensuales de log 
Profesores. 

En algunos colegios privados, como por ejemplo en el de los P. P. 
Jesuitas de esta capital, era el voto de los mismos alumnos el que 
decidía de la determinación del premio, lo que contribuye mucoh 


342 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


al desarrollo de la opinión pública en los establecimientos docentes, 
aconsejado por los más notables publicistas de Pedagogía. 

Al ocurrir el Plan de 1863 que inauguró los Institutos, proveyó 
á la materia de Premios, cuyos principales artículos eran los si- 
guientes: 

Art. 154.—Todos los años se darán premios en los Institutos á 
los cuales optarán los alumnos que reúnan los requisitos que se ex- 
presan en este título. 

Artículo 155.—Habrá premios ordinarios y extraordinarios. Los 
ordinarios consistirán en un diploma especial y una medalla de pla- 
ta arreglada al modelo que determinará el Gobierno Superior civil 
y que el alumno podrá llevar al cuello pendiente de una cinta 
verde. 

Los extraordinarios en una medalla semejante, de oro ó plata 
dorada y en la dispensa de los derechos del grado de Bachiller en 
artes ó del título pericial cuyos estudios haya seguido el alumno. Se 
hará constar en los títulos haberse obtenido por premio. 

Art. 156.—Se dará un premio ordinario en cada asignatura y 
podrán aspirar á él los alumnos del Instituto que hayan obtenido 
nota sobresaliente en los exámenes ordinarios del curso. 

Art. 157.—Los aspirantes á los ordinarios presentarán sus ins- 
tancias á los dos días de haber sido examinados. 

Art. 158.—Las oposiciones á los premios ordinarios de cada 
asigratura se verificarán á los tres días de terminados los exáme- 
nes de los alumnos del Instituto que la hayan cursado. Serán jue- 
ces los catedráticos que lo fueron en los exámenes. 

Art. 159.—El ejercicio será público, y consistirá en contestar á 
un punto que los jueces determinarán al tiempo de principiar las 
oposiciones. 

Podrá el Tribunal proponer una cuestión teórica, ó la tradue- 
ción directa ó inversa de un pasaje de los Olásicos, Ó la resolución 
de algún problema, en las asignaturas en que esto pueda veri- 
ficarse. 

Art. 160.—Los aspirantes se presentarán en el día y hora que 
se designe para la oposición y serán encerrados en una sala cuidan- 
do los bedeles que permanezcan incomunicados hasta que se llame 
para hacer el apremio. 

El Presidente llamará á los interesados por el orden en que ha- 
yan presentado sus instancias, que la Secretaría deberá remitirles 
numeradas, acompañando las hojas de estudios de los interesados- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 343 


Todos responderán á la misma cuestión, traducirán el mismo pasaje 
ó resolverán el mismo problema. 

Art. 161.—Conchnídos los ejercicios, los jueces decidirán en vo- 
tación secreta si ha lugar á la adjudicación del premio; y caso que 
la decisión sea afirmativa, quién ha de ser el agraciado. Sino 
resultare mayoría en favor de ninguno de los aspirantes, se adjudi- 
cará al que tenga más méritos, según sus hojas de estudios. 

Art. 162.—Las oposiciones á premios extraordinarios se verifi- 
carán en los tres últimos días del mes de Junio. 

Art. 163.—Se concederán por premios extraordinarios dos gra- 
dos de Bachiller, -uno por las asignaturas de Letras y otro por las 
de Ciencias, y además uno por cada carrera pericial, cuyos estudios 
se hagan en el establecimiento. 

Art. 164.-—Podrán aspirar al Bachillerato en Artes por premio 
extraordinario los alumnos del Instituto y Colegios agregados á él 
que hayan obtenido la calificación de sobresaliente en los tres 
ejercicios. 

Serán admitidos como opositores al premio extraordinario de 
cada carrera pericial, los que en el mismo curso hayan sido califi- 
cados de sobresalientes en los ejercicios necesarios para obtener el 
título. 

Podrá observarse por la lectura de estos artículos que el talento 
y la cultura eran los llamados á participar del premio, pero la apli- 
cación y la conducta, esas quedaban libres, exentas de toda consi- 
deración y responsabilidad. 

Aunque deje pena en el ánimo esta consideración porque si pue- 
de aceptarse que el mérito de la juventud universitaria no habría 
de depender de los premios, los adolescentes del instituto no se en- 
contraban en ese caso. 

El Plan de 1880 aceptó el espíritu y casi la letra del anterior, y 
ofrecía sólo algunas modificaciones nada sustanciales en el procedi- 
miento. 

Ninguna otra consideración parece que deba sugerir este asunto, 
á más de lo expuesto; pero es de insinuarse la idea que se amplía 
después, consistente en que los Institutos públicos y establecimien- 
tos privados de Segunda Enseñanza, en un largo transcurso de años 
han ido perdiendo la savia y el espíritu que debe caracterizar á los 
unos y álos otros en su concepto natural de colegios, y cuyo resta- 
blecimiento en lo futuro, parece que debe ser una de las restaura- 
ciones provechosas que en ellos debieran introducirse. 


344 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


EDAD PARA EL INGRESO EN LA SEGUNDA ENSEÑANZA 


El Plan de estudios de 1842, requería para el ingreso en la Uni- 
versidad ser mayor, de modo que suponía concluída en esta sazón 
la Segunda Enseñanza Elemental, para dar comienzo á la Superior 
que duraban cuatro años, con la advertencia que la carrera de Ju- 
risprudencia, abrazaba un lapso de seis años, la Medicina siete y 
cinco la de Farmacia, de modo que las carreras concluían por lo 
menos á los 21, 22 y 23 años, empezando por la última de las ex- 
presadas. 

El Plan de Estudios de 1863, exigía la edad de nueve años cum- 
plidos y como el período de la segunda Enseñanza comprendía 
cinco, á los catorce de edad había aptitud para ingresar en la Uni- 
versidad, pudiéndose obtener en la Facultad de Filosofía y Letras, 
la Licenciatura á los diez y ocho, y la de Ciencias en igual período, 
la de Farmacia y Medicina y Derecho en veinte. 

La legislación de 1880 tuvo la especialidad, difícil de encontrarse 
en otras, de no exigir edad para el ingreso en la Segunda Enseñanza. 

Fué éste un error muy lamentable de la Ley, pues á su sombra 
favorecía el pretexto de los padres, ávidos de adelantar la época de 
estudios por motivos más Óó menos especiosos. 

Contribuyó esta cireunstancia por modo muy directo á la burla 
y escarnio en que cayó la Ley, abriéndose un período difícil de en- 
contrar igual en la historia de la enseñanza. A los doce años podía 
darse el caso de obtener el Bachillerato para encontrarse en pose- 
sión de una carrera á los diez y ocho. 

La orden 267, al fijar para el ingreso la edad de catorce años 
viene 4 dar por terminados los éxitos universitarios á la de 21 ó 22, 
coincidiendo, así sin que hubiera habido la intención, con la legis- 
lación de 1842, á la que siempre se han referido con respeto y agra- 
do los hombres de letras del país. 

Es evidente que la edad de ingreso en los Institutos es un punto 
naturalmente subordinado á otros aspectos del problema: en térmi- 
nos generales, el ingreso en la escuela de Segunda Enseñanza no 
puede desentenderse de que el alumno haya ó no llenado su progra- 
ma en el período anterior de su enseñanza y precisamente á esto 
responde la exigencia del examen de admisión. 

Lo positivo es que el alumno debe estar preparado ó ser apto 
para este ingreso, por su condición mental y por el estado de sus co- 
nocimientos; pero es preciso advertir que esta obra depende sobre 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 


345 


todo del Profesorado, del esfuerzo de la consagración de Directores 


y Maestros. 


Es obra colectiva porque supone esfuerzos combinados; pero esa 
circunstancia, lejos de excluir, presupone el esfuerzo personal. 


MEDIOS DE DISCIPLINA Y ESTÍMULOS EMPLEADOS EN 1.08 LICEOS 
FRANCESES 


12 Mala nota. 

2? Retención con tarea extraordinaria 
durante una parte del tiempo desti- 
nado al recreo. 

32 Retención con tarea extraordinaria 
durante parte del tiempo destinado 
al paseo. 

42 Expulsión momentánea de la clase 
6 del salón de estudios, y compares- 
cencia ante el Provisor. 

5% Privación de salida á su casa. 


6? Expulsión del Liceo. 


OBSERVACIONES 


Todo castigo corporal está prohibido, 
bajo las penas disciplinarias marcadas 
para el caso. 

La pena de expulsión no es deánitiva 
hasta la aprobación del Rector, tratán- 
dose de alumnos libres; pero, siendo los 
alumnos pensionados es necesaria la 
aprobación del maestro. 


12 Buena nota. 
22 Nombre del alumno en la orden del 
día de la clase ó del estudio. 


3? «Satisfecho» de tercero, segundo 6 
primer orden. 


4? Salida extraordinaria. 


52 Premio á cambio de cierto número 
de «satisfechos ». 

62 Inscripción en el Cuadro de Honor. 

72 Premio discernido en la distribución 
solemne de premios. 


En los Estados trimestrales se hace 
mención de las recompensas y de los cas- 
bigos impuestos á los alumnos. 


EMPLEO DEL TIEMPO EN LOS LICEOS FRANCESES 


Levantarse: ASCO .ocoocooorcoooo» OO ccoo 
Clases—2 Sesiones .......o cnoonrconccncconononos 


Estudios—4 Sesiones ....oocococcocccnconcononos 


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A 0.20 horas. 
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MANUEL VALDES RODRIGUE 


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CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 347 


COLEGIOS PRIVADOS 


Dan carácter á los colegios de aquella época ciertas cireunstan- 
cias que es necesario tener en cuenta, para formarse una idea de su 
composición y del secreto de sus éxitos y que son las siguientes: 


1%—$Sus directores y organizadores eran sujetos de relieve y de 
cultura, obedientes 4 una concepción de su mente que influían en 
gran parte en el mérito de las instituciones creadas. 

2—El entusiasmo entraba en proporción no escasa en los es- 
fuerzos desarrollados, lo que favorecía mucho el legítimo interés de 
aquellos centros docentes. 

31—El Profesorado se identificaba con el Director y el Colegio, 
lo que constituía una fuerza cooperativa de importancia. No pocas 
veces los profesores habían empezado por ser alumnos adelantados. 

4%—Los colegios vivían dentro de una atmósfera de opinión que 
estaba formada por las condiciones mismas de la obra, en relación 
con la actividad de discípulos y maestros. Resultaba así, que el 
interés más vivo de aquellos centros era de un orden moral, y los 
éxitos intelectuales estaban subordinados á la reputación y buen 
nombre de sus discípulos. 

52—La consagración de alumnos y maestros era muy marcada. 
De ambas partes se desarrollaba diariamente una cantidad de tra- 
bajo que fortalecía Jos caracteres y vivificaba el espíritu. 

6% —El Cuerpo de Profesores era numeroso, porque las funciones 
del colegio se dividían mucho y esta variedad de fuerzas é iniciati- 
va era muy provechosa en lo mental y moral. 

7%-—La enseñanza se dividía también de un modo extraordina- 
rio. Noera raro que un ramo de enseñanza tuviera ocho secciones 
distintas á las cuales se asignaba una cantidad relativamente pe- 
queña de conocimientos que aseguraban en cada uno de sus pasos. 

8*—La disciplina era severa y vivía de la realidad de las cosas 
y de las personas. El secreto de esta disciplina dependía del cum- 
plimiento y actividad de las funciones á que estaban obligados dis- 
cípulos y maestros. 

9%— Había un empeño en el Profesorado en merecer y conquis- 
tarse el fallo de la opinión pública. Podría suceder que los padres 
no dedicaran, en ocasiones, todo el esfuerzo con que debían cooperar 
á la obra de la educación; pero los Directores lejos de desdeñarla la 
solicitaban con afán. 

10%—En todos aquellos colegios había costumbres que se obser- 


348 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


vaban, motivos de mérito que enaltecían, de descrédito que rebaja- 
ban en el concepto público del Establecimiento. 

112—La asignatura se estudiaba en su totalidad: era una obra 
de unidad mental: no de detalle. El programa no sacrificaba el con- 
junto y dejaba ancho margen de desenvolvimiento á cada maestro. 

12% —No había llegado el momento de exagerar la facilidad del 
método, cosa tan expuesta á ilusiones y espejismos que adulteran la 
enseñanza y relajan los caracteres, probando la ligereza del espíritu 
El aprendizaje se traducía en un esfuerzo personal del discípulo, al- 
gún tanto dejado de su maestro. Esto daba lugar á que las horas 
de clase y las del estudio se equilibraran en justa proporción. Por 
lo general el tipo realizado era el de diez horas: seis de estudios y 
cuatro de clases. 

132—No obstante el imperio de la esclavitud, el país no se en- 
contraba cansado y la sociedad de la época asistía á un movimiento 
de florescencia y actividad mental traído acaso del extranjero por 
corrientes muy eficaces. Y sobre todo, hubiera sido cualquiera el 
tono de la época, el espíritu de la juventud no pasaba por la violen- 
cia que en tanto grado la había de agitar después. 


DE LOS EXAMENES 


Aunque nada dice el Plan de 1842 respecto á la forma de cele- 
brar los exámenes, éstos eran orales. 

El artículo 78 exigía una circunstancia digna de advertirse, 
pues á tenor del precitado artículo podían examinarse hasta cuatro 
alumnos á la vez; debiendo durar el examen, si era uno solo, hora 
y media; si eran dos, dos horas; si tres, dos horas y media, y tres 
si eran cuatro. 

Comparado este término de hora y media con los diez minutos 
de planes anteriores, hay que convenir que el rigor de la prueba era 
mucho más acentuado de lo que fué después. 

No es de extrañar que así sucediera, porque en todo el Plan se 
destaca que los actos académicos estaban rodeados de cierta solem- 
nidad que los constituía en extraordinarios. 

En realidad había, al menos para la Segunda Enseñanza, una 
Junta de exámenes de carácter permanente y su duración anual, 
compuesta de dos individuos del Claustro General y dos nombrados 
por la Inspección de Estudios, cuya Junta había de reunirse todos 
los años el segundo lunes de Agosto hasta Septiembre. 

Las notas eran: Reprobado, Suspenso, Capaz, Aprovechado y 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRÍTICAS 349 


Sobresaliente. Por lo que respecta al grado de Bachiller, los can- 
didatos se habían de sujetar 4 un examen público y general de to- 
das las asignaturas que fijaba el Reglamento, no pudiendo bajar el 
examen de un cuarto de hora y no exceder de media por cada asig- 
natura. 

El Plan de 1863 ofrece en el particular de los exámenes la mis- 
ma peculiaridad que en su conjunto, pues se hacen más formularios y 
pierden el tono de severidad que en el 12 se apercibe á primera vista. 

Las notas eran cinco: Sobresaliente, Notablemente aprovechado, 
Bueno, Mediano y Suspenso, que correspondían al Plan anterior. 

Los jueces del examen eran dos, el Delegado que nombraba el 
Gobierno Superior Civil y el Catedrático de la asignatura y otros dos 
que enseñaran materias análogas designados por el Director del 
Instituto. 

El artículo 143, introdujo una novedad llamada 4 influir bastan- 
te en el carácter de los exámenes; porque el acto había de consistir 
en responder á las preguntas, que, por espacio de diez minutos, por 
lo menos, hicieran los jueces sobre tres lecciones de la asignatura, 
sacadas á la suerte. 

Evidentemente no parece justificado hacer intervenir las emer- 
gencias del azar, en estas materias, ni parece tampoco decoroso ha- 
blar de la necesidad que tiene el candidato de ponerse á salvo de la 
parcialidad posible de su maestro, porque cuando llega este caso, 
habría desaparecido en lo absoluto toda razón de respetabilidad en 
las funciones nobles y severas de la enseñanza. 

Los planes anteriores ninguna novedad digna de notarse traje- 
ron consigo, hasta que la Orden 267 de 30 de Junio se pronunció 
resueltamente en el sentido de la innovación. —Consistió ésta en las 
notas, que fueron Aprobado, Suspenso Ó Desaprobado, definitiva 
ésta, condicional la segunda. 

La orden atendió en esta materia al abuso autorizado de pro- 
digarse con largueza discrecional la nota de Sobresaliente; pero, 
tanto la Universidad como los Institutos, entendieron que la escala 

. del conocimiento tenía grados y no era tan cerrada que pudiera re- 
ducirse al dilema de saber ó no saber; dando por resultado el Sobre- 
saliente ó el desaprobado. 

Otra novedad introducida consistió en la forma del examen, que 
de oral pasó á ser escrito, sin daño del derecho del Catedrático á 
hacer preguntas y á exigir pruebas prácticas en las materias que 
fueran del caso, 


350 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Ha transcurrido tiempo bastante para comprobar las ventajas 
del examen oral y del escrito; puede decirse sin embargo, que esta 
última tiende á ser la forma preferentemente adoptada en todos los 


países. 


Pero cumple á la imparcialidad poner de manifiesto las ventajas 
que alcanzan los mantenedores de cada sistema que son las si- 


guientes: 
EXAMEN ORAL 

1% Que el examen es más fá- 
cil y en definitiva más rápido. 

22% (Que es más fácil al Profe- 
sor examinar los puntos débiles 
Ó sospechosos. 

3% Que está menos expuesto 
al fraude. 


EXAMEN ESCRITO 


1?* Que el alumno pone más 
de manifiesto su ignorancia Ó su 
saber. , 

2% Que por ser colectivo re- 
sulta más rápido. 

3% Que el resultado del exa- 
men es permanente. 


Más radical fué la novedad introducida dependiente de la deno- 
minación de estudios finales. 

Entendía la orden que los distintos cursos de una asignatura 
representaban una parte integrante de la misma, y por tanto, que 
el examen no procedía como acto definitivo, por lo menos, hasta 
que concluída la asignatura toda, debiera ser examinada en su com- 
pleta integridad. Este examen se llama final. 

Pero, como en caso de que una asignatura esté dividida en cur- 
sos interesa á los fines de la enseñanza tener á la vista los progre- 
sos realizados en el trascurso de cada año, entendió la Orden que 
convenía á los fines pedagógicos del maestro, examinar la suficien- 
cia de sus alumnos y su capacidad para pasar á otra parte de su 
mismo estudio. Jíste examen se llama interior, que los Institutos 
y la Universidad gustaron más de calificar de parcial por su oposi- 
ción al final. 

Razón bastante hay para aplaudir el espíritu de la Orden en es- 
te punto, pues obligado el alumno al examen final, se ve obligado 
primero á adquirir y á conservar después, y es evidente que en estos 
dos pasos formales, por decirlo así, está vinculado el éxito del saber. _ 


PROVISIÓN DE CÁTEDRAS 
Plan del 42 


Aunque el Colegio de la Universidad no llegó á fundarse, bue- 
no será conocer los artículos del Plan que se referían 4 la provisión 
de Cátedras, que eran los siguientes: 


CONSIDERACIONES HISTORICO-CRITICAS 351 


Artículo 115.—Las Cátedras especiales del colegio, mencionadas 
en el artículo 63 se proveerán también por el Supremo Gobierno, 
previos los ejercicios de oposición que se determinarán en el respec- 
tivo Reglamento. Los censores Ó jueces entregarán sus propues- 
tas al Director del Colegio, quien las elevará con su informe al Vi- 
ce-Real Protector. 

Art. 117.--Ninguno podrá ser Catedrático del Colegio, si no 
reúne los requisitos prescriptos en el artículo 144, excepto el grado 
que bastará el de Licenciado (6 el de Bachiller para los pasantes) 
en cualquiera facultad. 

Los Catedráticos de lenguas vivas quedan, no obstante, dispensa- 
dos de los dos primeros requisitos mencionados en el precitado ca- 
pítulo. 

Art. ....—Para las Cátedras de primera fundación podrá elegir 
el Supremo Gobierno las personas que estime convenientes, aunque 
no concurran en ellos las circunstancias indicadas en los artículos 
precedentes. Esta misma facultad tendrá el Vice-Real Protector 
respecto de las Cátedras del Colegio cuya provisión le pertenece. 

Art. .. .—Los Catedráticos del Colegio disfrutarán, sin diferen- 
cia de años de servicio, el sueldo de mil pesos, excepto los de len- 
guas vivas, dibujo y gimnástica, que tendrán el de seiscientos. 
El buen desempeño de estas plazas servirá de mérito positivo para 
optar á las de la Universidad, en igualdad de circunstancias con 
los demás opositores. 


Plan de 1863 


Los artículos más pertinentes en este plan podrán verse á con- 
tinuación: 

Artículo 12—En cumplimiento de lo prevenido en los artículos 
261 y 262 del Real Decreto de 15 de Julio de 1863, las Cátedras 
de los Institutos de Segunda enseñanza de la Isla de Cuba se pro- 
veerán unas por oposición y otras por concurso. 

Art. 22—Por oposición se proveerán siempre las plazas vacantes 
de Catedráticos de Entrada. 

Art. 32—Habrán de proveerse por concurso las plazas de Cate- 
dráticos de ascensos y término, una de Institutos de la Península 
y otras en Catedráticos de Institutos de la Isla de Cuba, Puerto 
Rico y Santo Domingo, después que se establecieren. 

Art. 92 —Para aspirar á Cátedra de Instituto se requiere acre- 
ditar: 


352 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


12 Ser español y de buena conducta moral y religiosa. 

22 Haber cumplido 24 años de edad. 

32 Tener el título académico correspondiente. 

Art. 12.—No se necesita título para aspirar á Cátedras de len- 
guas vivas y de dibujo. Para aquéllas, podrá dispensarse también 
la cualidad de español. 

Art. 14.—Con la Instancia presentarán los aspirantes: 

12 La partida de bautismo. 

22 El certificado del Alcalde que acredite la buena conducta. 

32 El título académico correspondiente, original ó en copia de- 
bidamente autorizada. 

4% Una relación certificada de todos los estudios y notas aca- 
démicas, méritos y servicios. 

No se dará curso á la instancia presentada fuera del término ó 
sin la debida documentación. 

Art. 23.—Serán tres por punto general y todos públicos los 
ejercicios de oposición. 

Habrán de verificarse en la Habana en dos épocas, cuando me- 
nos cada año, siempre que hubiere cátedras vacantes. 

Art. 24, —El primer ejercicio consistirá en responder durante 
una hora á diez preguntas por lo menos, relativas á las asignaturas 
de la Cátedra, salvo en las de latín y castellano, retórica y poética, 
historia natural, agricultura, mecánica, química industrial y las de 
lenguas vivas, en las cuales se reducirá el tiempo 4 media hora, y 
á seis el número de las preguntas. 

Art. 25.—El ejercicio prevenido en el artículo anterior se dis- 
pondrá leyendo y aprobando el Tribunal ciento veinte temas ó pre- 
guntas puramente teóricas de las asignaturas Ó asignatura. Serán 
numeradas y por suerte se elegirán sesenta de ellas. Introducidas 
las sesenta en una urna, sacará el opositor y contestará una por 
una las que necesitare para llenar el tiempo prefijado. Las demás 
preguntas, juntamente con las que en la urna quedaren al terminar 
el ejercicio, se custodiarán por el Tribunal mismo y bajo la respon- 
sabilidad inmediata del Presidente y Secretario, si el número de 
opositores impidiese la terminación del ejercicio en un día. 

Art. 26.—Para este primer ejercicio serán llamados los:oposito- 
res por el orden en que estuviesen numeradas sus instancias, que 
será el de la presentación de las mismas, y en igualdad de casos por 
el de antigúedad del título académico. 

Art. 27.-—El segundo ejercicio consistirá en escribir una diser- 


CONSIDERACIONES HISTORICO-ORITICAS 353 


tación sobre un tema de la asignatura, en latín si ésta fuere de 
lengua latina ó griega, ó en el idioma respectivo si fuere de lengua 
viva, y en castellano en todos los demás casos. 

Art. 28.—Dispuestos diez temas por el Tribunal é introducidos 
en la urna, el Secretario sacará uno que dará al Presidente y co- 
piarán los opositores. 

Incomunicados éstos luego en una ó varias salas, escribirán sus 
disertaciones sobre aquel tema en el término de ocho horas, sin 
consultar libros, y la entregarán firmada y cerrada al Secretario, 
quien deberá anotar la hora en que las reciba. 

Reunido el Tribunal, leerá cada opositor su disertación, siguién- 
dose el mismo orden que en el anterior ejercicio. El Tribunal po- 
drá suspender la lectura de cada disertación á los quince minutos. 

Art. 29. —Terminado el segundo ejercicio, los jueces decidirán 
qué opositores han de continuar actuando por haber dado muestras 
de aptitud suficiente y cuáles han de ser eliminados de los ejercicios. 

Se decidirá este punto pur votación de bolas blancas y negras 
respecto de cada opositor, por el orden de su numeración. 

Art. 30. —Inmediatamente después de esta votación se formarán 
las ternas para los ejercicios siguientes, si los opositores son más 
de tres. Al efecto se introducirán en una urna sus nombres, y se 
formarán las ternas por el orden con que los nombres vayan sa- 
liendo. Si el número no fuere divisible por tres, los dos últimos 
formarán pareja; y si sólo quedare uno, éste se agregará á la última 
terna, que se descompondrá en dos parejas. 

Acto continuo, se acordará la publicación de las ternas y el día 
en que, por el orden de las mismas, haya de empezar el tercer 
ejercicio. 

Art. 31.—Consistirá este ejercicio en la explicación oral de una 
lección de la asignatura, tal como lo haría el profesor á sus discí- 
pulos, y en las observaciones de los contrincantes á que el opositor 
que actúe deberá contestar. 

Art. 32.—Para los efectos indicados en el artículo anterior, 
aprobados por el Tribunal sesenta temas de lección que sus Voca- 
les habrán dispuesto, y elegidos treinta de ellos, se introducirán 
éstos en la urna de la cual el opositor que haya de actuar saca- 
rá tres por suerte, y elegirá para el ejercicio uno que copiarán él y 
sus contrincantes. Los demás se custodiarán en la misma forma y 
para los propios fines expresados en el artículo 25, respecto al pri- 
mer ejercicio, 


351 MANUEL VALDES RODRIGUEZ 


Art. 33.—-Se darán para este acto al opositor y contrincantes, tres 
horas de preparación durante las cuales estarán separadamente in- 
comunicados. Se le facilitarán los libros que pidieren, primero al 
opositor y luego á los contrincantes por orden de sus números si 
por acaso no pudieren satisfacer á la vez todas las peticiones. 

Al Tribunal se pasará nota de los libros que hubieren sido con- 
sultados. 

Art. 34.—Terminado el plazo de preparación se constituirá el 
Tribunal. 

La explicación del opositor no pasará de media hora. 

Se pondrán á su disposición los medios materiales necesarios 
cuando el asunto exija ejecución Ó demostración práctica. 

Se empleará otra media hora en las observaciones de los contrin- 
cantes y contestación del que actúe. 

Art. 35.—Habrá además un cuarto ejercicio cuando la asignatu- 
ra sea de lenguas, ciencias experimentales ó estudios de aplicación. 

Art. 36.—Si la vacante es de lenguas, el ejercicio será de análi- 
sis y traducción. 

En las asignaturas correspondientes á ciencias exactas, físicas 
y naturales, se resolverán problemas Ó se harán experimentos ó 
clasificaciones según la índole de la materia. 

Lo propio se verificará respecto á las de agricultura, contabili- 
dad, mecánica y química industrial. 

Art. 37.—Para la debida ejecución de lo prevenido en el artículo 
anterior, determinadas por suerte veinte números relativos á otros 
tantos casos prácticos de entre cuarenta que el Tribunal tendrá 
aprobados ó designados, sacará tres de la urna el opositor, y en el 
acto los resolverá de la manera práctica que la naturaleza de los 
casos requiera. 

Los contrincantes podrán hacer breves observaciones al termi- 
nar cada operación á que el opositor deberá contestar. 

El Tribunal determinará la duración del ejercicio según la ín- 
dole de la asignatura y de los casos prácticos, debiendo guardarse 
siempre la más estricta igualdad respecto á todos los opositores. 


(Continuará. ) 


BIBLIOGRAFIA 


I. Nuevo método teórico-práctico para aprender la lengua latina, 
por D. Juro Ceyabor Y Frauca. Primer curso. Palencia. 


1907. 


Si el nombre del eminente lingiista Julio Cejador no fuese ya 
ventajosamente conocido en el mundo científico y literario, basta- 
ría la Gramática Latina que acaba de publicar para asignarle 
puesto de honor entre los cultivadores de los estudios clásicos, 
que mal que pese á los seudo-reformadores modernistas, serán 
siempre la base de toda sólida educación literaria. Los que hayan 
estudiado latín en las confusas é indigestas gramáticas que la 
rutina y la ignorancia combinadas ponían en manos de los alum- 
nos, haciéndoles aborrecer el estudio de una lengua, que si es 
utilísima para todo hombre de ciencia, para Jos que hablan una 
lengua románica es indispensable, si se quiere aspirar al dictado de 
hombre culto y si se desea hablar dándose exacta cuenta del valor 
de los vocablos, comprenderán todo el valor didáctico de la obra de 
Cejador. Algunos esfuerzos se han hecho en España para implantar 
el método histórico comparativo en la enseñanza del latín, compren- 
diendo sus autores las ventajas que tal método tiene. Scartin, Pi- 
cabea y Jiménez Lomas, tratan de aplicar en sus obras las leyes á 
que obedece la fonética lativa; pero no se atreven á romper franca- 
mente con la rutina y mantienen algunos errores de la escuela tra- 
dicional, si bien en ciertos casos los refutan, sistema que puede dar 
origen á confusiones lamentables. Obradors, más valiente y decidi- 
do, rompe abiertamente con la tradición, declara la existencia de una 
sola declinación y de una sola conjugación, pues unos son los expo- 
nentes de caso, género y número, unos los exponentes de persona, 
número y voz, y otras las características temporales y modales y 
sólo las necesidades de la eufonía hacen cambiar estos elementos, 
dando origen á la aparente variedad de declinaciones y conjuga- 
ciones. La Gramática de Obradors empieza por un tratado general 
de fonología latina, que demuestra el conocimiento que tiene el 
autor de las tres lenguas clásicas de la antigúedad; pero que tiene 
el defecto de asustar al discípulo, presentándole un número de 


356 BIBLIOGRAFIA 


reglas que debe aprender cuando carece todavía de léxico y sólo 
con la constancia y eficacia de un profesor juicioso puede subsanarse 
este defecto; pero debemos declarar que evitado este escollo, los 
alumnos adelantan rápidamente y aprenden la flexión nominal y 
verbal, formándolas ellos mismos y sin someterlos á la tortura de 
aprender de memoria los paradigmas de las distintas flexiones. El 
Sr. Cejador ha sabido huir de este inconveniente, poniendo al 
alumno desde el primer día en contacto con un autor de la más 
pura latinidad, enseñándole á la vez la fonología, la morfología y la 
sintaxis, como si se tratara de enseñar'ana lengua viva, enrique- 
ciendo rápidamente su léxico y capacitándole para empezar á tra- 
ducir é interpretar textos latinos. 

Divide el autor su obra en dos libros, uno que titula de clase, 
que contiene la obra de Cicerón De senectute, con la ortografía lati- 
na tenida por más atinada, los rudimentos de la gramática, un 
tratado de morfología, explicando la derivación de las palabras, y 
termina con la inserción en el texto, de algunas cartas de Cicerón. 
El otro libro, que titula de casa y que prohibe se lleve á clase, 
contiene la versión y análisis morfológico del libro De senectute, con 
notas explicativas del texto, en las que el autor hace gala de su 
pasmosa erudición y despierta en el alumno la afición al estudio de 
la literatura latina, conteniendo además la versión en español ele- 
gante y castizo de las cartas insertadas en el libro de clase. La 
obra de Cejador puede calificarse de notable y ha de figurar digna- 
mente al lado de su gramática griega. Por estas razones no vacila- 
mos en recomendarla á profesores y alumnos, y á todas las personas 
que no crean perjudicial el estudio de la lengua de la Roma del 
Capitolio que tanto ha contribuído á la cultura humana y en la que 
se escribieron aquellas leyes que llamó Leibnitz Razón escrita. 


Dr. A. DE ARAGÓN. 


TL. Rápidas. Colección de Rimas. Tercera edición, por RAFAEL 
Pérez CaBeELLO (Zerep). Habana, 1907. 


Elegantemente impreso por la casa «Avisador Comercial» hemos 
recibido el tomo de poesías que con ese título y precedido de un pró- 
logo del reputado literato Justo de Lara, y de una carta-prólogo 
del eminente hombre de letras, Sr. Enrique J. Varona, acaba de 
publicar el distinguido escritor y poeta Sr. Rafael Pérez Cabello, 


BIBLIOGRAFIA 357 


Si el Sr. Pérez Cabello no fuese, como lo es, suficiente y venta- 
josamente conocido entre nosotros, como atildado prosista y galano 
versificador; si no se hubiese conquistado, como se ha conquistado, 
en muchos años de labor constante, como periodista, como crítico 
y como poeta, un puesto distinguido en la literatura cubana, según 
frases de su insigne prologuista, bastaríale para ello, 4 nuestro jui- 
cio, la publicación de este tomo de exquisitas composiciones poéti- 
cas, en las que predominan la naturalidad y la sencillez, envueltas 
en el ropaje de una forma tan bella como delicada, reveladora de 
su gusto depurado y de sus felices aptitudes para el cultivo de la 
poesía. Sial poeta, como dice Varona, sólo toca sentir de veras, decir 
armoniosa y dulcemente lo que ha sentido, para deleite de los de- 
más mortales, hay que reconocer que el Sr. Pérez Cabello ha llenado 
con exceso esos cánones eternos del arte bello, en su tomo de versos 
delicados, con que ha enriquecido, para regocijo de las musas y 
gloria de su país, la literatura cubana. 

Dr. E. RobríGUEZ LENDIÁN. 


MISCELANEA 


A las nueve de la mañana del día 12 del próximo pasado mes 

APERTURA de Octubre y bajo la presidencia de Mr. Magoon, Gobernador 

ve cuaso Provisional de Cuba, se verificó con la solemnidad acostumbra- 

da y en el «Salón de Profesores», la apertura del curso acadé- 

mico de 1907 á 1908. La Oración inaugural que leyó el Dr. Leopoldo Cancio, 

Profesor de la Facultad de Derecho, aparece en este número de la REVISTA; es un 

trabajo de verdadero interés científico y de aplicación local. En el mismo acto de 
la apertura se repartieron los premios á los alumnos de la Universidad. 


También publicamos en este número de la RevIsTa los discur- 
sos pronunciados en la ceremonia que tuvo lugar en la Univer- 
sidad el cuatro del actual mes de Noviembre al entregársele al 
ilustre Dr. Carlos J. Finlay la medalla « Mary Kingsley », discer- 
nida por la Escuela de Mediciua Tropical de Liverpool al meritísimo oculista ca- 
magúeyano con motivo de sus importantes investigaciones sobre el agente trasmi- 
sor de la fiebre amarilla. 

Pocas vidas han sido tan laboriosas como la del Dr. Finlay; todavía, á pesar 
de sus años, trabaja infatigablemente, con incomparable entusiasmo, con alma de 
joven. «Durante el día—dijo á este propósito un semanario ilustrado de la capital 
—está dedicado á las atenciones del espinoso y elevado cargo que desempeña de 
Jefe Superior de Sanidad de la República y Presidente de la Junta Superior de 
Sanidad; y por las noches, cuántas veces le sorprenden los rayos del día con su ca- 
beza sobre los libros, en los que busca, como pan bendito para su espíritu, la ver- 
dad cientifica y los nuevos métodos y procedimientos médicos.» ¡Dichoso el doctor 
Finlay que ha visto su modestia, su esfuerzo en pro de la ciencia y de la huamani- 
dad doliente, coronados por el éxito; que ha sentido la intensa satisfacción moral 
de ver premiado su digno y fecundo empeño! 


La UniverRSsIDAD 
Y EL 
Dr. Fintay 


Recientemente los Profesores del Museum National d' Histoire 

EL Monumento  Nalurelle, de París, del cual es Director el ilustre Zzoólogo Ed- 
a Lamanck Mond Perrier, han abierto una suscripción internacional para 
levantarle un monumento á Lamarck en el Jardín de Plantas. 

La circular que con ese motivo hemos recibido, dice así: «Los Profesores del Museum 
National d' Histoire Naturelle de París, deseosos de rendir un homenaje solemne á 
su ilustre predecesor el naturalista LAMARCK, toman la iniciativa de una suscrip- 
ción internacional, á fin de elevarle una estatua en el Jardín de Plantas. Ellos os 
piden contribuyáis en esta manifestación científica que tiene por objeto rendir 
una tardía justicia al inmortal autor de la Filosofía Zoológica, al sabio que, en 
Zoología, en Botánica, cn Geología, en Meteorología, fué un precursor genial, al 
gran peusador cuyas concepciones son la base de las ideas modernas sobre la evolu- 
ción del mundo organizado. Si vosotros aceptáis el participar en esa obra, podéis 


MISCELANEA 359 


dirigir vuestra suscripción á M. Joubin, Profesor del Museum ó á cualquiera de los 
corresponsales inscritos conforme á la adjunta nota.» En esta relación figuran los 
naturalistas más notables del viejo y nuevo continente. 

Profesores de nuestra Universidad han aprontado su modesto óbolo, correspon 
diendo á esa noble solicitud; y la REvIsTA publica hoy en sus páginas—en señal de 
reconocimiento al egregio naturalista francés —el discurso que sobre él leyó el Dr. 
Carlos de Ja Torre, Profesor de Biología y Zoología, en la Academia de Ciencias de 
la Habana; discurso que demuestra cómo no fué desconocido el mérito de Lamarck 
por los cubanos que consagraron su inteligencia al estudio de la Historia Natural 
y supieron en sus escritos hacer justicia al verdadero fundador del transformismo. 


El Bulletin de la Société Archeologique de Alejandría, da cuenta 
en su último número de haber descubierto el Sr. Gustavo 
Lefebvre en Kóm Ischkan un notable documento, un verdadero 
tesoro, como son las treinta y cuatro páginas que contienen 
1,300 versos inéditos de Menandro; y cuyo documento ha creído el Sr. Lefebvre con- 
veniente publicar á fin de que puedan hacerse investigaciones tanto en el ordea de 
la métrica, como en el de la filología y en el de la historia literaria. Los papiros 
de Kóm Ischkan contienen cuatro comedias: “Hpws, “Emurpérovres, -ILepirerpopévn, 
Zapla. El código tal como se ha hallado se compone de siete hojas de cuatro pá- 
ginas y de tres hojuelas simples de dos páginas. Las páginas tienen una altura de 
m 0,31 y una anchura de m 0,18. El código completo debía constar de cerca de 
140 páginas, es decir, de 35 hojas dispuestas en cuadernos de más de tres hojas 
cada uno. Lo que resta se encuentra en excelente estado. Lefebvre, de acuerdo 
con lo que la paleografía prescribe, lo considera de fines del siglo segundo y del 
principio del tercero de nuestra era. La identificación de la primera comedia 
“Hpos con 71 versos esalgo hipotética según el Profesor Breccia; de la 'Exurpérmovres 
hay 500 versos, permitiéndose reconstruir lo fundamental de la comedia, á pesar 
de las lagunas que se advierten; de la Tepikerpopévn se conservan 173 versos. De 
todas la Zapía es la mejor conservada. 


FRAGMENTO DE 
UN MANUSCRITO 
DE MenanDRO 


Las Facultades de esta Universidad y junto con ellas sus Ins- 
BeEnJamin 1. tructores y estudiantes, han festejado con gran entusiasmo á su 
Wheeler digno Presidente por no haber aceptado el puesto que le fué 
Y La UNIVERSIDAD S e EE, E ES 
ofrecido en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, preli- 
DE CALIFORNIA A E Ñ 

riendo conservar el que con tanto celo y singular aplauso viene 
desempeñando en California. Deseosos los festejantes de guardar una constancia 
de tal acto, ofreciéronle un hermoso pergamino en el que se hace constar el alto 
aprecio y reconocimiento que sienten todos por él, y una copa á estilo griego con 

una inscripción tomada de la décima tercera oda de Baquílides, que dice así: 


MYPIAI AANAPQN APETAI MIA SEK 
NAZAN IIPOKEITAI 

02 TOIIAP XEIPOZ KYBEPNA 

ZEN AIKAIA2ZI P¿PENEZZIN. 


Innumerables son las formas de la excelencia humana; pero, entre todas se destaca la 
que con justos pensamientos guia la obra que la mano encuentra por hacer. 


360 MISCELANEA 


La REVISTA DE LETRAS Y CIENCIAS, interesada vivamente en el mayor progre- 
so de los centros docentes, así como en que se reconozcan bien los méritos excep- 
cionales de aquellos que cooperen á su mayor esplendor, felicita á la Universidad 
de California por conservar á su insustituible Presidente y envía un saludo respe- 
tuoso al talentoso ex-profesor de lengua griega de la Universidad de Cornell, al 
eddoxipóraros ¿AMnuiorás por el acto justo que le acaban de rendir. 


La muerte de este eminente lingúista constituye pérdida irrepa- 
GRAzraDIO l. rable en el campo de la filología comparada, no sólo para su país, 
Ascou. donde tantos admiradores tuvo y donde llegó á formar una legión 
de hombres de competencia reconocida, sino también para el mun- 
do entero que ha podido advertir en las grandes obras de su inteligencia sa superior 
talento y su vasta cultura, al extremo de habérsele reconocido como un verdadero 
maestro en el dominio de la lingúística romana. La publicación de su Saggi ladini 
en el primer volumen del Archivio glottológico italiano, que señala una época en la 
historia de los estudios romanos, bastaría por sí solo para dar una idea de lo que 
fué Ascoli, si otros escritos no viniesen, á su vez, á poner muy en alto el gran con- 
cepto que merecidamente hubo de alcanzar entre los más famosos cultivadores de 
la ciencia del lenguaje. Sus Lezioni di foonologia comparata del sanscrito, del greco 
e del latino, dadas en la Real Academia Científico-Literaria de Milán y en las que 
hubo de discurrir ya sobre la tenue gutural, ya sobre la media gutural, bien sobre la 
aspirada gutural como acerca de las paladiales y linguales, resultan hermoso ensayo 
rico en importantes investigaciones que mereció los favorables juicios de Benfey, 
Sehweizer-Sidler, Barzigher y Whituey, lamentándose este último en aquel entonces 
del retardo con que iba apareciendo la obra de Ascoli. Al lado de los trabajos á 
que hemos hecho referencia encontramos otros de no menor importancia en la que 
pudo hacer gala de su variada ilustración, ya comparando los dialectos válaco y del 
Frial, ya en sus Stud] orientali e lingúistici diseurriendo'sobre la lengua indoeuropea 
ó presentándonos, comentada, una traducción del célebre episodio Nala, ya po- 
niendo de manifiesto sus profundos conocimientos en asuntos dialectales con espe- 
cialidad en los de Italia, de tanto interés para el aficionado á estas investigaciones. 
Para que los lectores de esta Revista puedan darse cuenta de la gran labor de As- 
coli, enumeramos á continuación algunos de sus trabajos: Del posto che spelta al 
Ligure mel sistema dei dialetli italiani; Sehida franco-provenzali; Annotazioni Dali-te 
tologiche alla Cronica deli imperadori romani; Le doppie figure neolatine del tipo Briaco 
Imbriaco; Annotazioni di Testi friulam; Cimelj tergestini; Il participio veneto in esto; 
Altri ablativi Cimparissillabi neutri; Saggio di morfología e lessicologia soprasilvana; 
L Italia dialettale; Sulle vocali attrate, nell'irlandese, «, €, €. Por último diremos 
que Ascoli fué uno de los que al lado de Klaproth, Wúlner, Boetticher y Delitzsch 
trató en su Vesso ario-semilico de fundir en uno solo los dos grupos de las lenguas 
arias y semíticas, pensamiento combatido por Pezzi en su Glottologia Aria Recentis- 
sima como por Schleicher, F. Múller, Sayce, Renan, Faidherbe, etc. Quien tanto 
trabajó en su vida y de manera tan brillante, no podía por menos que alcanzar el 
respeto y la consideración que siempre despierta el saber, sorprendiendo á la vez 
por el poder de su concepción, el vigor del método y el talento con que exponía sus 
ideas como acertadamente ha consignado en sus páginas al hablar de su muerte la 
notable revista Romania. 
La Societa Filologica Romana gestiona, y de seguro con éxito, el establecimiento 


MISCELANEA 361 


de la Fondazione Ascoli con igual fin que la que se estableció en honor del insigne 
romanista Federico Diez, es decir, para premiar el mejor trabajo de dialeltologia 
romanza, di quella branca, como se indica en la circular repartida, cioé della 
glottologia in cui P'opera creatrice dell? Ascoli segno le orme pia profonde.—J. M. D. 


Oportunamente se publicó la Memoria-Anuario de la Universi- 
MEMORIA dad de la Habana correspondiente al curso académico de 19054 
Universitaria 1906, en cumplimiento del artículo 26 del Reglamento vigente. 
Ella trata: 1% Personal; 2? Organización de la Enseñanza; 3? 
Plan de la enseñanza. Extensión de los cursos de las distintas escuelas. Orden 
de las clases y locales en que se explican. Obras que se recomiendan para el estu- 
dio; 4? Resultados de la enseñanza y datos estadísticos correspondientes á las Fa- 
cultades en el curso acadómico de 1905 á 1906; 5? Títulos expedidos durante el 
curso mencionado; 6? Datos diversos; y 7? Variedades. La Memoria-Anuario va 
acompañada de fotografías de los nuevos departamentos construídos en la Escuela 
de Medicina y en la de Ingenieros de la Universidad. 


NOTICIAS OFICIALES 


GRADOS EN LA FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS.—Publicamos á continua- 
ción una nota de las tesis y trabajos presentados y sostenidos durante el año aca- 
démico de 1906 á 1907, por los alumnos aspirantes á los grados y títulos de las 
diversas escuelas que comprende dicha Facultad. 

1 Grados de Doctor en la Escuela de Letras y Filosofía.—«Política cubana de los 
Estados Unidos durante el siglo xIx», por el Sr. Justo P. Parrilla (Mayo 1? de 1907). 

2 Grado de Doctor en la Escuela de Ciencias. —(No hubo). 

3 Grado de Doctor en la Escuela de Pedagogía.—«Pedagogía de los romanos: Sé- 
neca y Quintiliano», por la Sra. Matilde Córdova (Octubre 8 de 1906); «Orígenes 
é importancia del teatro español», por la Srita. Pilar Romero Bertrán (Noviembre 
9 de 1906); «Pedagogía de los romanos: Séneca y Quintiliauo», por la Sra. María 
Aurora Nussa (Marzo 9 de 1907); «La educación física: su importancia y exten- 
sión», por la Srita. Rosa Rendón (Mayo 8 de 1907); «Los sentidos en general», por 
la Srita. Columna Rojas (Junio 28 de 1907). 

4 Grados de la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos.—(a) Ingeniero 
Civil. —«Proyecto de puente para carretera con un arco central de 30 metros de luz 
y dos arcos laterales de 20 metros de luz, constituído de piedra y sobre pilotaje de 
rosca de hierro», por el Sr. Humberto Lamar (Noviembre 20 de 1906); «Proyecto 
de regadío para una superficie de 3,000 hectáreas», por el Sr. José M. Garmendia 
(Junio 26 de 1907); «Proyecto de triangulación geodésica sobre la provincia de la 
Habana», por el Sr. José F. Alamo (Julio 9 de 1907). 

(b) Ingeniero Electricista.—u«A cierta distancia del centro de utilización hay 
una caída de agua por segundo, á una turbina acoplada por cualquier transmisión á 
un alterador de 85, 90 y 95 por 100 respectivamente de eficiencias. La línea pri- 
maria tiene una pérdida de energía de un 7.5 por 100. En los secundarios de trans- 
formadores se pierde un 2.5 por 100 de voltaje. La eficiencia de los transformadores 
es de un 97 por 100. Coeficiente de transformación, el conveniente. Cos $ =0.95. 
Ciclos 660. Calcular: Rendimiento total del sistema. Energía disponible en el centro 
de distribución. Número de lámparas posibles de 16 bujías á 110 volts y 3,225 watts 
por bujía. Sección de los conductores primarios, voltaje y amperaje del alternador. 
Caso 1. A un kilómetro de distancia. Caso 2. A cinco kilómetros de distancia », 
por Eduardo R. Varela (Octubre 12 de 1906); «Proyecto de alumbrado por medio de 
acumuladores », por Francisco López Valdés (Diciembre 14 de 1906); «Entre dos 
poblaciones, distantes 6 kilómetros y á 90 metros de desnivel, hay una doble línea 
de tranvías eléctricos por la que circulan en veinte horas diarias 10,000 pasajeros. 
Peso promedio de cada pasajero, 70 kilogramos. Peso de cada carro vacío, 7 tone- 
ladas métricas. Capacidad, 60 pasajeros. Velocidad promedia, 15 kilómetros por 
hora. Calcular: Número de carros. Número de viajeros. Potencia de los moto- 
res de 85% de eficiencia. Potencia de los generadores de 90% de eficiencia  Sec- 
ción de los feeders. Densidad de la corriente», por Mario Guiral (Diciembre 29 de 
1906); «Proyecto completo de la maquinaria é instalación eléctrica necesaria para 


NOTICIAS OFICIALES 363 


abastecer de agua á una población de 100,000 habitantes á razón de 300 litros per 
cápita que han de ser elevados á 20 m. de altura á tanques de distribución. Gas- 
tos de instalación y explotación. La fuerza motriz de las bombas eléctricas en 
una corriente eléctrica tomada de una caída de agua de 15 m. situada 4 2 kilóme- 
tros de distancia»; por Plácido Jordán (Junio 14 de 1907). 

c. Arquitecto.—«Proyecto de un hospital para 300 camas», por Carlos Cadalso 
(Enero 7 de 1907); «Proyecto de un Departamento de mujeres en un manicomio »» 
por Antouio Fernández de Castro y Patroni (Enero 7 de 1907); «Proyecto de Es- 
cuela de Ingenieros y Arquitectos para 100 alumnos del curso especial»; por 
Evelio Govantes (Abril 30 de 1907). 

5 Grado de Perito-Químico Agrónomo. —Maicos Gottardi (Marzo 16 de 1907); 
Julio de Cárdenos y Echarte (Marzo 16 de 1907); René Castellanos (Juvio 22 
de 1907). 

Incorporaciones.—-Han incorporado el título de Ingeniero Civil: Néstor Manuel 
Seiglie (Diciembre 17 de 1906); y José A. Buch (Mayo 1? de 1907). 


CONFERENCIAS.—Los profesores auxiliares de las diversas escuelas de la Facul- 
tad de Letras y Ciencias han comenzado sus respectivas conferencias, conforme á 
lo que expresamos á continuación. 

En la Escuela de Letras y Filosofía, las conferencias están á cargo de los docto- 
res Sergio Cuevas Zequeira, Ezequiel García Enseñat y Sixto López Miranda. Ade- 
más, el Dr. Juan M. Dihigo, Profesor titular de Lingúística y Filología, dará una 
serie de conferencias (los sábados de una á dos) sobre lenguas semíticas y romanas. 

El Dr. Cuevas Zequeira sobre Historia de la Filosofía, explicando el mismo cues- 
tionario que en el curso académico anterior: —1. Punto de partida y dirección de 
la filosofía en los pueblos de la más remota antigiedad.—2. La filosofía en Gre- 
cia, desde Tales hasta la época de los sofistas. —3. Desde Sócrates hasta Aristóteles. 
—4. Filosofía Greco-Oriental; escuela neoplatónica desde Plotius hasta Proclo.—5, 
La filosofía cristiana hasta San Agustín.—6. La filosofía de la Edad Media: los 
árabes y los judíos.—7. La escolástica: Santo Tomás.—8. El Renacimiento: Ge- 
visto Platór; Marcilio Fícino; Luis Vives.—9. Los panteistas místicos: Giordano 
Bruno; Campanella; Los Materialistas; Janini.—10. Período Crítico: Descartes- 
Bacon.—11. Spinoza; Malebranche; Leibnitz.—12. El sensualismo: Locke.—13. 
El excepticismo inglés: Berkely y Hume.—14. La escuela escocesa: Reid; Hamil- 
ton.—15. El sensualismo en Francia: Condillac.—16. La Enciclopedia: Voltaire, 
Diderot.—17. Condorcet; Rousseau.—18. El idealismo alemán: Kant. La crí- 
tica de la razón pura.—19. La filosofía alemana desde Fitch hasta Hartman.—20. 
El eclecticismo francés: Victor Cousin.—21. El positivismo: Comte.—22. El aso- 
ciacionismo: Mill; Spencer; Bain.—23. La filosofía en Cuba: Varela; Luz Caba- 
Mero; Varona. —Los sábados de 3 4 4 p. m. 

Las conferencias del Dr. García Enseñat se refieren á estudios sobre Literaturas; 
y se dan los miércoles y sábados de 849 a. m. 

El Dr. López Miranda, Profesor auxiliar del grupo de Lenguas, desenvolverá 
durante el curso sus conferencias con sujeción al tema siguiente: « Autores clásicos 
griegos y latinos; consideraciones sobre algunas de sus obras maestras y ejercicios 
de análisis y traducción de las mismas.» Ha principiado por los autores griegos y, 
de acuerdo con el profesor titular de la asignatura, ha elegido como primera obra 


364 NOTICIAS OFICIALES 


para realizar los ejercicios prácticos el Anabasis de Jenofonte.—Los sábados de 9 á 
10 a. m. 

En la Escuela de Ciencias (Sección de las Naturales) el Dr. Arístides Mestre, 
Profesor Auxiliar, hará las conferencias sobre Histología y Embriología Zoológicas. 
Anatomía Comparada, adaptándolas al siguiente programa: 1. Elconcepto de los 
seres vivos y la teoría celular. La Histología, la Embriología y la Anatomía 
Comparada.—2. Estudio de la célula en general.—3. Estructura de las partes 
que componen la célula.—4. Vida celular: funciones.—5. Diferenciación de los 
elementos anatómicos y clasificación de los tejidos.—6. Tejidos primordiales: 
epitelial y de sustancia conjuntiva.—7. Tejidos derivados: muscular y nervioso. 
"Teoría del neurona.—8.. Los problemas de la embriología general. Fecundación 
y segmentación del huevo.—9. Desarrollo embrionario y post-embrionario.—10. 
Reproducción de los protozoarios y embriología de los mesozoarios.—11. Embrio- 
logía de los invertebrados.—12. Embriología de los protovertebrados.—13. Em- 
briología de los vertebrados.—14. Fenómenos morfológicos de los órganos (dife- 
renciación, reducción, correlación y comparación). —15. Anatomía comparada de 
los protozoarios.—16. Morfología externa y aparato de revestimiento en los me- 
tazoarios.—17. Aparatos digestivo, circulatorio y respiratorio en los metazoarios. — 
18. Aparatos de excreción y de reproducción en los metazoarios.—19. Aparatos 
de sostén y de movimiento en los animales.—20. Aparato nervioso y órganos de 
los sentidos en la serie zoolóyica.—Las conferencias tendrán lugar los martes de 9 
á 10 a. m. en el Laboratorio de Biología. 

En la Escuela de Pedagogía las conferencias están á cargo del Profesor Auxiliar 
Dr. Alfredo M. Aguayo. Ellas versarán sobre: 1. Estudio comparativo de la 
organización de la enseñanza en las naciones más adelantadas; —2. Pedagogía de 
las escuelas secundarias y superiores. — Los sábados de 3 4 4 p. m. 

En la Escuela de Ingenieros, Electricistas y Arquitectos, el Dr. Andrés Caste- 
Má, Profesor Auxiliar, tratará en sus conferencias—siguiendo el programa que para 
ellas se trazara en el curso anterior—de los diversos proyectos de obras de Inge- 
niería y Arquitectura que han de servir de temas para los grados de Ingeniero 
Civil y de Arquitecto que se hagan durante el presente año académico.—Los jueves 
de243p. m. 


ACUERDO DEL COMITÉ DE REDACCIÓN.—Consecuente con la solicitud de al- 
gunos compañeros distinguidos deseosos de colaborar en la RevisTa, su Comité de 
Redacción ha acordado publicar en sus páginas trabajos literarios ó científicos de 
Profesores que no pertenezcan al Claustro ordinario de la Universidad; pero siem- 
pre que el carácter é importancia de los escritos ameriten aquella distinción á 


juicio de dicho Comité. 


BlolO Sd (CASO Es Aid 

Zoología (Invertebrados) (ter. curso). . . . + Profesor Dr. Carlos de la Torre. 

Zoología (Vertebrados) (2' Curso)... . +... E 

Antropología general (1: Curso) +... .... 5 Dr. Luis Montané. 
CONFERENCIAS 

Histología y Embriología Zoológicas'. . +. +. + y AE E 

ARO na Copa datada INS ad o Dr. Arístides Mestre. (Aux.). 

Los profesores auxiliares de esta Escuela son: Dr. Arístides Mestre (Conservador 
del Museo de Zoolozía); Dr. Victorino Trelles (Jefe del Gabinete de Astronomía); 
Dr. Nicasio Silverio (Jefe del Gabinete ds Física); Dr. Gerardo Fernández Abreu 
(Jefe del Laboratorio de Química); y Dr. Jorge Hortsmann (Director del Jardin Botá- 
nico). Estos diversos servicios tienen sus respectivos ayudantes. El “Museo Antro- 
polózico Montané” y el Laboratorio de Antropología tienen por Jefe al Profesor titular 


de la asignatura. 
3, ESCUELA DE PEDAGOGIA. 
Psicología Pedagógica (1 curso). AN 
Historia de la Pedagogía (1 curso). . . . + - ¿Profesor Dr. Ramón Meza. 


Hisiene Escolar (1 QUISO)... + 2 
“Metología Pedagógica (2Cursos) . .... .. o. Sy Dr. Manuel Valdés Rodrí- 
Suez. > 
DIEIO mear (1 curso). a A E y da E 
Dibujo Natural (1 curso) . O L Sr. Pedro Córdoya. 
CONFERENCIAS 


Pedazosía de las escuelas secundarias y supe- 


o TR, US » Dr. Alfredo.M. Aguayo. (Aux,). 


Agruapada la carrera de Pedagogía en tres cursos; comprende también asignaturas 
que se estudian eu otras Escuelas de la misma Facultad. 


4. ESCUELA DE INGENIEROS, ELECTRICISTAS Y ARQUITECTOS. 
“Dibujo topográfico, estructural y ON) ' 
(2.CUISOS). it a ep ProfesorSr. Eugenio Rayneri. 
Estereotomía (1 Curso) “2.2... E ) 
Geodesia y Topografía (1 curso) .-. 


ASAMEnsura (cuts) A e h Dr. Alejandro Ruiz Cadalso. 

Materiales de Construcción (1 curso)... e] 

a es pS ' TS e ] y Sr. «Aurello Sandoval 

Construcciones civiles y Sanitarias (1 curso). J 

O Cope Oo Se Edo Elbe 
eenteri 2 Caminos SOS: entes - : 

dEociiles, called carteras O pro: O La de Aran 


Enseñanza especial de la Electricidad (3 cursos) 


: al ida 53 Sr. Ovidio Giberga. 
- Arquitectura é Hisiene de los Edificios (1 curso) ) 


Historia de la Arquitectura (1 Curso)... .. 1 a z 
Contratos, Presupuestos y Lexislación especial EA Dr. Antonio Espinal, 
á la Ingeniería y Arquitectura (+1 curso)... j : 


Esta Escuela comprende las carreras de Ingeniero Civil, Inseniero Electricista y 
Arquitecto; Y son sus profesores Auxiliares: Dr. Andrés Castellá y Sr. A. Fernández 
de Castro (Jefe del Laboratorio y. Taller Mecánicos); con-sus correspondientes ayudan- 
tes. - En dicha Escuela se-estudia la carrera de Maestro de Obras. 


5, ESCUELA DE AGRONOMIA, 


Química Agrícola € Industrias Rurales (1 curso) Profesor Dt rara 
Fabricación de azúcar (1 €Eurso) . .... SS 


ASTONOM a (TI CUT) a ] 
LODtECNIA (1 CUNSO) A E Sr. José Cadenas, 
Fitotecnia (1 curso)... a j 


Economía Rural y Contabilidad Agrícola (1' 

CUE oo e e y a do e yy, 5 
Lexislación: Rural y formación de Proyectos í ecaDiS 

AACUTSO AD a a o AS NS . : 
a > Profesor Auxiliar interino para los estudios de esta Escuela es el Dr. Antonio J. 

osell. : 

Para los grados de Perito químico agrónomo y de Ingeniero Agrónomo, se exigen 

estudios que se cursan en otras Escuelas. ' 


En la Secretaría de la Facultad, abierta al público todos los dias hábiles de 12 4 5 
de la tarde, se dan iuformes respecto á los detalles de la organización de sus diferentes 
Escuelas, distribución de los cursos en las carreras que se estudian, títulos, gzados, dis- 
posiciones reglamentarias, incorporación de títulos extranjeros, etc. 


LAN ESO 


La REVISTA DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS será bimestral. 

Se solicita de las publicaciones literarias ó científicas que reciban la Revista, el canje co- 
rrespondiente; y de los Centros de instrucción 6 Corporaciones á quienes se la remitamos, el 
envío de los periódicos, catálogos, etc., que publiquen: de ellos daremos cuenta en nuestra 
sección bibliográfica. 

Para todo lo concerniente á la Revista (administración, canje, remisión de obras, etc.) 
dirigirse al Sr. Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, Re- 


pública de Cuba. 


NOTICE 


The Revisra DE La FAcuLTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, will be issued every other 
month. 

We respectfully solicit the corresponding exchange, and ask the Centres of Instruction and 
Corporations receiving it, to kindly send periodicals, catalogues, etc., published by them. A 
detailed account of work thus received will be published in our bibliographical section. 

Address all communications whether on business or otherwise, as also periodicals, printed 
matter, etc. to the Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad de la Habana, 
República de Cuba. 


ONIS 


La ReEvISTa:DE La FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS, paraitra chaque deux mois. On 


demande P'échange des publications littéraires et scientifiques: il en sera fait un compte rendu 
dans notre partie bibliographique. 

Pour tout ce qui concerne la Revue tels que: administration, échanges, envoi d'ouvrages, 
etc., on est prié de s'adresser au Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias, Universidad 
de la Habana, República de Cuba. 


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